BOVERS.I- CANORA
TOMO II
SEP 12 1949
Sagrada biblia
VERSION CRITICA
SOBRE LOS TEXTOS HEBREO Y GRIEGO
BIBLIOTECA
b e
AUTORES CRISTIANOS*
BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCIÓN DE
LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA
UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA
INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C.
ESTÁ INTEGRADA EN EL ANO 1947
POR LOS S E Ñ O R E S SIGUIENTES :
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jo, p. P., Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la
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mínguez, Rector Magnífico.
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Alastruey ; Sr. Decano de la Facultad de Derecho,
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Facultad de Historia, R. P. Dr. RICARDO GARCÍA Vi-
lloslada, S. I.
Secretario: M. I. Sr. Dr. Lorenzo Turrado, Profesor.
LA EDITORIAL CATÓLICA, S. A. — Apartado 466
MADRID, MCMXLVII
SAGRADA BIBLIA
VERSION CRITICA
SOBRE LOS TEXTOS HEBREO Y
EP 12194$
JOSE MARIA BOVE^
CONSULTOR DE LA PONTIFICIA COMISIÓN BÍBL]
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA EN LA. FACULTAD. ,
TEOLÓGICA DEL COLEGIO MÁXIMO DE SAN IGNACIO
(BARCF.LONA-SARRIÁ)
Y
FRANCISCO CANTERA BURGOS
CATEDRÁTICO DE HEBREO EN LA UNIVERSIDAD CEN-
TRAL Y DIRECTOR DEL INSTITUTO ARIAS MONTA-
NO DE ESTUDIOS HEBRAICOS Y ORIENTE PRÓXIMO
TOMO II
ECLESIASTICO A APOCALIPSIS
BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS
MADRID, MCMXLVII
NIHH. OBSTAT :
Dr. Andrés dk Lucas,
Censor.
IWRIMI POTES?? :
P. CÁNDIDO MAZÓN, S. I
• Prep. Prov. Arag.
TMPKIMATPR
f Casimiro,
05. aux. y Vic. gral.
Madrid, 16 septiembre 1947.
LA EDITORIAL CATOLICA, S. A. — Alfonso XI, 4.— MADRID
INTRODUCCION AL ECLESIASTICO
El Eclesiástico, así denominado entre los latinos por leerse frecuente-
mente en las iglesias para instrucción de los catecúmenos y neófitos,
era llamado con mayor propiedad entre los griegos Sabiduría de Je-
sús, hijo de Sirac. Escrito en hebreo, vertiólo al griego un nieto del autor.
Aunque algunos fragmentos del original hebreo eran conocidos por el
Talmud, que lo cita como Escritura canónica, el libro sólo se conservaba
en las versiones griega, siríaca y latina principalmente, hasta que entre
i8q6 y iqji se han descubierto casi unos dos tercios del texto hebraico.
El traductor griego, en el prólogo que le antepuso, nos informa de que
su abuelo, Jesús, hijo de Sirac o Sirá', habiéndose consagrado al estudio de
las Escrituras divinas, quiso, para utilidad de todos, componer este libro,
dando a conocer el fruto de su trabajo. La fecha de su composición debe
colocarse entre el año 200 y el 170; y la de la versión, hacia el año
130 a. de C.
El libro consta de dos partes principales : la. primera — de gran seme-
janza con los Proverbios — canta las excelencias de la sabiduría y nos
blinda normas de conducta en forma de sentencias ; la segunda — de ma-
yor afinidad con el libro de la Sabiduría — , después de celebrar las glorias
de Dios en la creación, hace el panegírico de los más ilustres personajes
de la historia israelita a quienes rigió la sabiduría, y concluye con cá-
lidos elogios del sumo sacerdote contemporáneo, Simeón o Simón II, hijo
de Onías.
Las características que distinguen el Eclesiástico, comparado con los
Proverbios, las formula así Vaccari: 1) resalta más frecuente y podero-
samente el elemento lírico ; 2) también el elemento estrictamente religio-
so 'aparece más continua y profundamente ; 3) en el mismo elemento di-
dáctico se observa mayor orden, y el mismo argumento se amplía más
extensamente ; 4) el lenguaje es de ordinario exhortatorio, y los consejos
se enderezan más en particular a la prácticu; 5) por" fin, el ámbito más
amplio de la sociedad humana y las múltiples relaciones, a quienes se
acomodan los consejoz, ofrecen más copiosa y variada materia.
La versión española, como hemos dicho anteriormente, primera que
sí hace entre nosotros sobre los textos hebraicos hallados entre i8qb
y ¡Q31, está basada fundamentalmente en las ediciones de Israel Lévi:
L'Ecclésiastique ou La Sagesse de Jésus, fils de Sira... (1* parte, Pa-
rís, i8q8; 2.a parte, París, 1001) y Un nouveau fragment de Ben Sira («Re-
vue des Eludes Juives», t. 92, París, 19.32, págs. 136-145), aunque tenien-
do en cuenta los otros estudios que tales hallazgos suscitaron.
Tales manuscritos hebreos contienen las tres quintas partes del origi-
nal, 40 capítulos, de los 5; de la obra; y concretamente los siguientes pa-
sajes :
- 1185 -
as
ECLESIÁSTICO
Ms. A: cap. 3,6-16,26 (aparte de algunas inserciones esporádicas,
como 2~¡,y6, insertos en 6,22).
Ms. B: cap. 30, 11 - 33, 3; 55, 11 - 38, 27; 39, 15 - 51, 30.
Ms. C: una selección de los caps. 4 a 7; 18 a 20 y 25, 26 y 27.
Ms. D: cap. 36, 29 -38, 1.
Ms. E : cap. 32, 16 - 33, 32 y 34, 1.
Para la parte conservada en griego y de que falta el texto hebraico se
han tenido en cuenta las ediciones de Vigouroux en su Biblia Poliglota
y, especialmente, la de A. Rahlfs; Septuaginta, id est Vetus Testamen-
tum graece juxta LXX interpretes (Stuttgart, 1935,).
La numeración, como en otros libros, sigue la de V, aunque recogien-
do al pie la de H o G. Se recogen en la anotación crítica las variantes
más notables de G con respecto al texto de H, así como las más extra-
ordinarias de V (o L) y algunas veces las de S.
Notas sobre los signos empleados en la versión de Eci. :
j. Numeración de capítulos y versículos: por ser hasta hoy las más
usuales, seguimos preferentemente las de I' y G cu edic. Vigouroux. Si
varía con respecto a ellas, pónese al pie la de H, y cuando éste falta,
la de G edic. Rahlfs. Si el comienzo del v. en H y G Rahlfs no coincide
en la misma palabra de VGVig, va entre [ ] en el sitio correspondiente.
2. Las modificaciones a H seguidas de letra de anotación van en
cu rsiva.
3. < > indica pasaje cuya supresión suele proponerse.
4. [ ] indica adiciones breves complementarias del sentido del texto.
[ ] con texto interior en cursiva indica texto que no se halla en
H actual.
[ ] con texto interior de letra más pequeña indica texto que no
se halla ni en H actual ni en G edic. Rahlfs, y está tomado
va de códices griegos ( el alejandrino, etc.), ya de V (otros L)...
5. Los pasajes entre * ** siguen G por no haber sido hallado aún H.
~ 1186-
ECLESIASTICO
Prólogo del traductor griego
[En la Ley, los Profetas y los que tras ellos lian venido, muclias cosas
grandísimas y muy sabias pueden verse que hacen a Israel digno de elo-
gio por su doctrina y sabiduría, puesto que no sólo han debido de ser los
autores de esos tratados personas ilustradísimas, sino que hasta los cx-
ttanjeros pueden leyéndolos llegar a ser en hablar y escribir sumamente
peritos. Así es como Jesús, mi abuelo, tras de darse con sumo cuidado
a ¡a lectura de la Ley, de los Profetas y de los demás libros que nuestros
padres nos legaron, lia querido escribir sobre temas de doctrina y sabi-
duría para que aquellas personas que deseen aprender, instruidas por este
libro, se apliquen más y más a la consideración de sus deberes y se
afirmen en tina vida que sea conforme a la ley de Dios.
Os exhorto, pues, a los que quisiereis leer este libro, a que lo hagáis
con favorable disposición y atención particular, perdonándonos si, deseo-
sos de expresar tocia la belleza y brío del original, no damos con palabras
que expresen su total sentido. Pues los térmitws hebreos no tienen igual
fuerza traducidos a lenguas extranjeras ; y eso no sucede solamente en
este libro, sino que la Ley misma, los Profetas y demás libros son dife-
rentísimos en su versión de aquello que son en su propia lengua.
Venido, pues, a Egipto el año treinta y ocho, reinando en él Tolomeo
Evergcles, y habiendo permanecido largo tiempo en aquella tierra, topé
con estos escritos, que habían sido allí dejados y encerraban excelente
doctrina. Por lo que me pareció sería útil y hasta necesario dedicarme
a traducirlos. Ocupado bastante tiempo en esta traducción a costa de
vigilias y de cuidados, la he concluido por fin y puesto el libro en con-
diciones de poderse publicar, para utilidad de quienes deseen aplicarse
y aprender de qué modo se han de conducir < n los propósitos que hu-
bieren formado tocante a las costumbres de conformidad con la Ley.}
11-24
ECLESIÁSTICO
1 1-24
Origen, dignidad y precio de la sabiduría
* 1 Toda sabiduría viene de Dios
y con El está para siempre.
i La arena de los mares, y gotas de la lluvia,
y los días del tiempo', ¿auién contará?
* La altura del cielo y extensión de la tierra,
[la profundidad d]el abismo <y la sabiduría>, ¿quién ras-
' Lo primero de todo fué creada la sabiduría, [treará ?
y el conocimiento de la prudencia, desde la eternidad.
8 [El manantial de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas,
y los caminos de ella mandamientos eternos.]
6 La raíz de la sabiduría, ¿ a quién fué revelada ? ;
y ios artificios de ella, ¿quién conoció?
* |La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fué manifestada?;
y la gran experiencia de ella, ¿quién comprendió?)
* Un solo sabio existe, temible sobremanera,
el sentado en su trono ;
* es el Señor, que la creó,
la vió y contó
10 y derramóla sobre todas sus obras,
[101 entre toda carne, según don suyo,
y proveyó de ella a los que le aman.
11 El temor del Señor es honra y razón de gloriarse
y alegría y corona de júbilo.
12 El temor del Señor alegrará el corazón
y dará regocijo y gozo y larga vida.
" A quien teme al Señor le irá bien a lo último,
y en el día de su muerte hallará gracia.
" [El amor del Señor es gloriosa sabiduría.
15 Aquellos a quienes aparece les da por su vista parte en ella.]
"w El principio de la sabiduría es temer a Dios,
17 y para los fieles fué creada en el seno de la madre,
1S15 y entre los hombres puso fundamento eterno,
™ y será confiada a la semilla de los hombres.
La plenitud de la sabiduría está en temer a Dios,
y los embriaga con sus frutos.
Toda la casa de ellos habrá de llenar de cosas deseables,
y los graneros de sus frutos.
"18 La corona de la sabiduría es el temor del Señor,
haciendo florecer la paz y la plena salud.
29 Y vióla y enumeróla [y ambas cosas son presentes de Dios) .
M„ Hace llover la ciencia y conocimiento de la prudencia
y exalta la gloria de los que la poseen.
-J 1 Toda sabiduría : esta palabra equivale o a Dios mismo, sabiduría increada, o a
la participación de la sabiduría por la criatura.
4 El conocimiento o luz de r.A prudencia : o bien, la inteligencia prudente.
6 Tomado del códice alejandrino, como los vv. 7, 14, 15 y 27.
* El Señor : otros pasan estas palabras al v. S, del que serían complemento ne-
cesario. Luego siguen : El la creó... || Y contó : con esta palabra se expresa el múl-
tiple conocimiento de Dios.
13 Hallará gracia : otros, será bendito o alabado.
11 En el seno de la madre : como es la religión temor de Dios, hállase principal-
mente en el pueblo escogido, que ya la lleva en el seno materno.
«», La faz : o la felicidad.
»*u La versión siríaca dice : Ella es un sólido bastón, un glorioso apoyo, un ho-
nor eterno para los que se la apropian.
— 1188 —
12^2»
ECLESIÁSTICO
"a La raíz de la sabiduría es temer al Señor,
y las ramas de ella longevidad.
[En los tesoros de la sabiduría existen entendimiento y ciencia religiosa ;
pero la sabiduría es execración a los pecadores.)
21 (El temor del Señor rechaza los pecados,
y quien no teme no podrá justificarse ]
"a No podrá el ánimo injusto justificarse,
porque el peso de su cólera le lleva a la ruina.
™M Por algún tiempo tolerará el longánimo,
y después se le repartirá alegría.
"m Por algún tiempo esconderá sus palabras,
y los labios de los fieles contarán circunstancialmente su pru-
":5 En los tesoros de la sabiduría está la máxima sabia. [dencia.
3-'..5 Objeto de horror para el pecador es el culto divino.
"M ¿ Deseaste sabiduría ? Guarda los mandamientos
y el Señor te la suministrará.
51 Porque sabiduría e instrucción es el temor del Señor,
y su beneplácito, fe y mansedumbre.
xa No dejes de creer en el temor del Señor,
y no te acerques a El con dividido corazón,
"a. No finjas con la boca ante los hombres
v a tus labios atiende.
"jo No te ensalces a ti mismo, no sea que caigas
y acarrees a tu alma deshonra.
wjo V revele el Señor lo oculto tuyo
y en mitad de la asamblea te derribe ;
"jo porque no te has acercado con temor al Señor
y está lleno tu corazón de dolo.
Fidelidad a Dios
' Hijo, si te acercares a servir al Señor Dios,
nrepara tu alma a la tentación.
- Gobierna tu corazón y muéstrate firme
y no te apresures en tiempo de invasión.
3 Pégate a El y no te alejes,
para que crezcas en tus últimos momentos.
* Todo cuanto te aconteciere recibe,
v en las vicisitudes de tu humillación ten paciencia.
5 Porque en fuego se prueba el oro,
y los hombres aceptos, en el horno de la humillación.
,; Confía en El y te recibirá en cambio,
dirige tus caminos y ten esperanza en El.
' Los que al Señor teméis esperad pacientemente su misericordia,
y no os desviéis, no sea que caigáis.
8 Los que teméis al Señor confiad en El,
y no se perderá vuestro galardón.
M Rechaza los pecados : pocas o ninguna vez sucede— escribe San Agustín— que
se haga uno cristiano de buena «ana. si antes no se halla herido del temor de Dios.
"a, No dejes de creer : otros, no seas rebelde o desobediente a. H Dividido : o
doble.
Y A tus labios atiende : para que no te sean causa de ruina.
O 1 De invasión : de la provocación o seducción.
* * En íL-s últimos MOMENTOS : para que tu suerte final sea dichosa tras la prueba.
— II«Q —
2 8-3 6
ECLESIÁSTICO
2 9-3 6
° Los que teméis al Señor esperad en sus bienes
y en la alegría eterna y la misericordia.
'10 [Los que teméis al Señor amadle,
y serán iluminados vuestros corazones.]
"10 Echad la vista sobre las antiguas generaciones y ved,
¿ quién confió en el Señor y fue deshonrado ?
"iu i O quién permaneció en temor de El y fué abandonado ?
¿O quien le invocó y fué de El despreciado?
"„ Porque compasivo y misericordioso es el Señor,
y remite los pecados y salva en tiempo de opresión.
14,; | A y de los corazones débiles, y de las manos negligentes,
y del pecador que anda por dos senderos !
%t ¡ Ay del corazón cobarde ! Porque no tiene fe,
por ello no será protegido,
"u | Ay de vosotros los que habéis perdido la paciencia !
17 ¿Y qué haréis cuando el Señor gire visita?
Los que temen al Señor no dejarán de creer en su palabra,
y los que le aman guardarán sus caminos.
"¡r, Los que temen al Señor buscarán su benevolencia,
y los que le aman serán llenos de su ley.
"n Los que temen al Señor dispondrán sus corazones
y en presencia de El humillarán sus almas de ellos :
"t, «Caeremos en manos del Señor y no en manos de los hombres.
23 Pues como la grandeza de El es también su misericordia.»
Deberes filiales. La humildad
1 |Los hijos de la sabiduría son congregación de justos,
y la nación de ellos, obediencia y amor.]
', A mí, vuestro padre, escuchad, ¡oh hijos!,
y así obrad para que seáis salvos.
*2 Por cuanto el Señor ha honrado en los hijos al padre
y afirmó el derecho de la madre sobre los hijos.
\ Quien honrare a su padre, purificado será de pecado,
5, y como quien atesora es quien honra a su madre.
°0 Quien respeta a su padre se alegrará por sus hijos
y en el día de su oración será escuchado.
u Esperad en sus bienes : adviértase cómo, siendo el temor de Dios cimiento de
todas las virtudes, a la fe hace suceder la certeza en la recompensa, a la esperanza
la alegría y a la caridad la luz, no del espíritu, sino del corazón, porque hace amar
a Dios y practicar la verdad.
lu Sólo en V.
"12 Por dos senderos : pensando que puede servir a dos señores.
,;13 Corazón cobarde : la fe hace a los hombres animosos, y la desconfianza, co-
bardes.
21-23 y dice : «Los que temen al Señor guardan sus mandamientos y tendrán pa-
ciencia hasta la vista de El. Diciendo : Si no hiciéremos penitencia, caeremos en
las manos...», etc. Para esta última idea cf. 2 Saín. 24, 14.
3 '1 Vuestro padre: otros interpretan: «[sobre el derecho] del padre».
1 Ha honrado al padre : mandando a los hijos que le honren, extendiendo a la
madre el poder de mandar y corregir.
64 Quien honra a su madre : con esto quedan expresadas las dos ventajas de hon-
rar a los padres : expiar los pecados y acaudalar méritos.
— IIQO —
3 7-22
ECLESIÁSTICO
3 7-2':
'„ Quien honrare a su padre vivirá largo tiempo,
"6 y quien oyere al Señor ** aliviará a su madre.
1 (Quien teme al Señor honrará a su padre a
y como a amos sirve a quienes le engendraron.]
\ Hijo, en palabra y obra honra a tu padre,
"'« a fin de que te alcancen todas las bendiciones.
"„ Pues la bendición del padre b sostiene las casas de los hijos,
mientras la imprecación de la madre arranca de raiz los ci-
",n No te gloríes de la deshonra de tu padre, [micntos b.
porque no es una honra para ti c.
'*„ Honor es para un hombre la honra de su padre,
y peca grandemente quien humilla a su madre.
Hijo, persevera en las consideraciones a tu padre.
y no le apesares d en todos los días de su vida.
Y aun cuando disminuyan sus facultades, sé indulgente con él
y no le desprecies por estar tú en toda tu fuerza e;
[,<] pues la piedad [tenida al] padre no será borrada,
K y en lugar del pecado " se implantará ella.
[,5] En el día de la tribulación sera recordada a tu favor,
para hacer desaparecer tus pecados como [hace] el calor con
[la escarcha.
'*,c Ciertamente, como blasfemador ' es quien humilla a su padre,
e irrita a su Creador quien maldice a su madre.
Hijo, en tu actuación ? pórtate con humildad
y serás amado más que el dador de presentes.
"„ Hazte más pequeño cuanto más grande eres,
y ante Dios hallarás gracia ;
**n pues grandes son las misericordias de Dios
y a los humildes descubre sus secretos.
Lo que es harto maravilloso para ti no lo indagues,
v lo que te e^tá oculto no investigues.
ȟ Cf Ex. 20, 12.
'„ Aliviará : o dará reposo, o bien dará satisfacción, hará feliz, que también sig-
nifica. H [y obedece a Dios] el Que honra a su madre. Con estas palabras comienza
el ms. hebreo (H»l, terminando en 16, 26.
1 Y como A amos : ha de entenderse prob. tcomo a su Señor», habiendo com-
prendido mal G el plur. de majestad hebreo. El pensamiento — dice Lévi — sería más
conforme al v. precedente, interpretándole asi : iV quien sirve a sus padres sirve
a su Dios.»
'«""a ^* *^-n ODra y palabra honra a tu padre, para que a ti venga ¡a bendición
suya.» Esta lección concuerda mejor con el comienzo del v. siguiente ; pero S
como H.
Sostiene las casas : reserva Dios la prosperidad de la casa a la bendición del
padre y no de la madre, que por su ternura está siempre dispuesta a bendecir
"n Y peca... : así HS 'pero H «quien maldice*) ; G y afrenta para los hijos es
madre sin honra.
Persevera en las consideraciones : G sostén en la vejez (V «acoge», ampara».
"n Disminuyan sus facultades : o chocheare.
" Se implantará ella : o bien, se te tendrá en cuenta ; G (cf. la imagen del
V. 11J se te añadirán nuevas construcciones lo «será construida»), expresión he-
braica para significar la prosperidad.
•„ Humilla: G abandona. || E irrita...: G (cf. SI y maldito del Señor el que
irrita a su m.
MÁS que el dador de presentes: así HS ; G por el hombre agradable [a Dios].
a,9 G es diverso : «Grande es el poder del Señor, y por los humildes es glori-
ficado» ; y otros mss. añaden : «Muchos son elevados e ilustres, mas a los humildes
son revelados sus secretos», variante del texto de H. S es en a como H.
'**..„ GS difieren : «Lo que es sobrado difícil para ti, no lo busques, y lo que es
demasiado fuerte para ti, no lo escudriñes.»
— IIQI —
3 23-4 3
ECLESIÁSTICO
3 23-4 3
alt Piensa [sólo] en lo que se te ha mandado h
y no te preocupes por cosas ocultas.
M22 En cosas que rebasan tus fuerzas no te obstines ;
* pues se te ha revelado más de lo que puedes [abarcar].
M23 Ciertamente, a muchos ha engañado su pensamiento '
y las malas cavilaciones engañan,
"s. Un corazón obstinado tendrá mal fin,
y quien ama el peligro sucumbirá en él K
28 [El corazón que penetra en dos caminos no tendrá éxito,
y el corazón depravado tropezará en ellosl k.
MM A un corazón obstinado se le multiplicarán las penas,
y el pecador añade pecado a pecados.
<Sin niñeta, falta la luz,
v sin inteligencia no hay sabiduría. > 1
*°2Í m No hay curación para el mal del soberbio,
porque de mala planta procede su planta.
n37 El corazón inteligente comprende las máximas de los sabios,
y el oído atento a la sabiduría se llena de gozo.
'*■.« Fuego ardiente apaga el agua
y la caridad expía el pecado.
B29 Quien corresponde a los beneficios se acordará en lo venidero n
v en tiempo de vacilación hallará sostén.
La caridad. Ventajas de la sabiduría. Verdadera
y falsa vergüenza
1 Hijo, no te burles de la condición del pobre
ni causes desmayo al alma del mísero a.
' El alma hambrienta no entristezcas,
ni te ocultes de los de espíritu afligido.
* No conturbes las entrañas de un desgraciado
y no rehuses la limosna al mezquino °.
s„t Piensa. . : o bien examina aquello sobre lo que se te ha autorizado o dade
poder. || Te preocupes: o bien tienes, necesidad (así G) o confianza (S).
"jj Tus fuerzas: G «tus acciones». II Te obstines o canses: «no hagas más de 1<
* Más de LO que refiérese a los misterios que Dios ha querido revelarnos
que son una honra para nuestra razón, ya que íes mejor, dice San Buenaventura
saber un poquito de Dios que tener noticia de lo celeste y terrestre. G «más que 1¡
inteligencia del hombre (puede comprender]».
^ Su pensamiento : otros, su indiscreción, su presunción o temeridad... || Engí
ñan : G han hecho resbalar sus pensamientos.
=% Un corazón obstinado : la inteligencia insensible a las divinas enseñanzas, qu
no teme a Dios ni a los hombres. |l El. pecador : H más bien «el que se atormenta
De mala planta...: G </ fallo de la maldad echó en él raíces.
Mj, Cf. G : «El corazón de un sabio medita (otros, «pronuncia, concibe») sentei
c ias, y un oído atento es el deseo del sabio.»
41 No te buri.es de la condición del p. : así HS ; G «no prives de la vida al p.»
Ni causes desmayo... : G «y no dejes languidecer los ojos del indigente» (o bi<
«defectuosos»),
: Entristezcas o aflijas ; otros, c. H, irrites, inquietes o hagas languidecer.
N* te ocultes... : <; «ni exasperes al hombre en su pobreza».
3 I.as entrañas de un desgraciado : G «un corazón irritado», V «cor inopis».
Rehuses : G «retrases».
— IIQ2 —
4 4-18, 19
ECLESIÁSTICO
4 4-18, 19
' No desprecies las súplicas del débil
[y no apartes tu rostro del pobre.
' Del menesteroso no apartes los ojos]
y no des lugar a que te maldiga.
" [PuesJ gritaría el de amargado espíritu en el sufrimiento de
y su Creador J oiría la voz de su queja. [su alma
: Hazte amar de la comunidad
y humilla la cabeza ante la autoridad de la ciudad
s Inclina al pobre tu oído
y devuélvele el saludo con modestia.
* Arranca al oprimido de sus opresores
y no seas pusilánime en juzgar.
10 Sé para los huérfanos como un padre,
y reemplaza al marido para con la* viudas.
Y Dios te llamará [su] hijo
y te será clemente y librará de la destrucción.
B„ La sabiduría instruye a sus hijos
y fortifica a cuantos la estudian.
13ia Los que la aman, aman la vida,
v quienes la buscan obtendrán el beneplácito de Yahveh.
Los que se adueñen de ella hallarán la gloria por parte de
v habitarán cubiertos de la bendición de Yahveh. L Yahveh,
Los que la sirven son servidores del Santo,
y a quienes la aman ama el Señor *-.
% Quien me escucha juzgará con veracidad,
y el que me presta oídos en seguridad habitará *.
"„ [El que tuviere confianza [me] tendrá en herencia,
y en posesión [mía] serán tus descendientes.]
"n„ h Pues camino con él de través
y al principio [le pongo a prueba con mi disciplina]
y atraigo sobre él miedo y espanto
hasta que su corazón me sea fiel
y le haya' probado con [mis] tentaciones h.
* No desprecies... : G «no rechaces al suplicante afligido», S «no dejes (o aban-
dones)», jl Y no apartes tu rostro...: o bien, no opongas una negativa al desgra-
ciado (ct Tobit 4, 7).
6 G «porque si te maldice (y así S) .en la amargura de su alma (S 'con toda su
alma')...» ¡| La voz de su queja : G «oirá (oye) su ruego (u oración)».
' La comunidad : «de los pobres» añade V para ligar la frase al contexto.
1 Devuélvele... : G lit. : «respóndele cosas pacíficas (o palabras de paz) con man-
sedumbre o afabilidad».
* Seas pusilánime en juzgar o cuando juzgues (defendiendo al oprimido, etc.) :
así G ; H lit. sienta repugnancia tu espíritu lo te disgustes) en corregir el derecha.
lü Reemplaza... : G «como marido para la madre de ellost.
Dios te llamará Hijo : GS «serás cual hijo del Altísimo». || Te será clemen-
te... : G «te querrá (=S; V «miserabitur») más que tu madre» (esto falta en S, y
en todas las versiones : «y librará de la destrucción»).
aa Instruye : G «exalta», V «inspirat». -San Clemente Alejandrino traduce «ins-
pira a sus hijos», e. d., la vida sobrenatural. || V FORTIFICA... o sostiene, protege :
G «se apodera (coge o acoge; otros, «se deja coger» i de los que la buscan».
!V*J¿ 01 Prov- 3- l8> y cf- ibíd- 8> 35-
u12 Quienes la buscan... : G «los que por ella madrugan serán llenos de alegría».
"„ Hallarán la gloria por parte de Y. : G «heredará la gloria» u honor. || Ha-
buarán... : G «y allí donde entrare (o dondequiera vaya)., [les] bendecirá el Señor».
u14 Servidores del Santo : o serán sus ministros sagrados ; otros interpretan «son
servidores santos».
w15 Quien me escucha... : así también S, suponiendo habla la Sabiduría ¡ G «quien
la oye juzga a las gentes, y el que viene a ella...».
nM Tuviere confianza: «en ella», suponen unos; «en mí», otros, según sea el
sentido dado a i6J5.
u- l9I7 De través : o dificultosamente, o por senderos tortuosos. Dios comienza pro-
bando a su discípulo, llevándole por senderos difíciles.
— "93 —
4 20-5 2
ECLESIÁSTICO
420-52
30,8 [Entonces] le vuelvo por el recto camino
21,„ y le revelo mis arcanos.
"1B Mas si se aparta de mí, lo abandono
y le inflijo castigos ;
si se aparta de mí, lo rechazo
y lo entrego en manos de saqueadores.
" ••'..„ Hijo, observa el tiempo y teme el mal
y no te avergüences de tu alma ;
"n pues hay una vergüenza que conduce al pecado
y una vergüenza que es honor y gracia.
""■"'22 No guardes miramiento a nadie en perjuicio tuvo
y no tropieces en tus propias trampas.
"a No retengas la palabra en tiempo > oportuno
y no ocultes tu sabiduría k.
2924 Pues en la palabra se echa de ver la sabiduría,
y la inteligencia en las respuestas de la lengua,
"a No contradigas la verdad
y avergüénzate [sólo] de tu ignorancia '.
No te avergüences de confesar"1 [tus] pecados
%!, Y no te opongas al curso del torrente.
No te sometas n al insensato
y no resistas a las autoridades.
M28 Combate por la verdad 0 hasta la muerte
y Yahveh guerreará por ti.
M29 No seas jactancioso en [tu] lenguaje
y flojo y perezoso en tus obras.
Mso No seas como un león en tu casa
ni caprichoso con tus servidores p.
M„ No sea tu mano abierta para recibir
y cerrada para dar.
Confianzas engañosas. Prudencia en hacer y hablar
r ' No confíes en tus riquezas,
^ ni digas : «Tengo lo que me cumple.»
1 No confíes en tu fuerza
para andar tras los deseos de tu alma a.
x18 El v. ofrece en HS un duplicado y G parece haberse atenido a los esticos
a y d. || Saqueadores : G «su ruina» o caída.
*>■ '-M„0 Observa el tiempo : e. d., mira cómo lo empleas. || Teme : G aguárdate de». ||
Y no te avergüences de tu alma ; e. d., no tengas que avergonzarte de ti mismo o
por tu falta, por tener el alma manchada con el pecado.
*M Hay una vergüenza bue conduce al pecado : así c. GV ; otros interpretan H
producida por el pecado. La verg. que lleva al pecado es el respeto humano; la
buena y gloriosa es — dice San Agustín — cuando se sonroja el hombre por su propia
iniquidad.
2». m No guardes miramiento.., : o bien, no seas parcial (lit., o alces o tomes»
tu rostro contra tu alma o contra ti mismo. || No tropieces: G (SV) cno tengas
vergüenza para tu caída (ruina o desgracia)». No ha de obrarse ni dejarse de obrar
I»r respeto humano es la enseñanza del v.
No retengas la palabra : o bien, no pongas obstáculo a (o reprimas) tu opi-
nión (G).
»M< 27 No RESISTAS A LAS autoridades o te obstines contra los poderosos : G cno
llagas acepción al poderoso».
36 Como un león en tu casa : así HcG ; «aterrando a tus domésticos», añadt V.
Has como el perro... || Caprichoso: o bien, suspicaz, lleno de ilusiones.
5' Tengo lo que me cumple o bastante : así GS ; «para vivir», añade V ; H más
bien «dispongo de medios».
— 1104 —
5 3-61
ECLESIÁSTICO
5 3-61
s No digas: «¿Quién podrá dominarme?»,
pues Yahveh se vengará ciertamente* [de ti].
4 No digas : «He pecado, ¿y qué me sucederá,
pues Dios es paciente ?»
6 No esperes en el perdón
pura añadir falta sobre falta,
6 diciendo : «Grande es su misericordia,
la multitud de mis pecados perdonará»,
:6 porque misericordia y enojo se dan en El
y sobre los pecadores descansará su saña.
*r No tardes en convertirte a El
y no lo difieras de un día para otro,
pues su furor estallará de repente
y en el tiempo de la venganza perecerás.
"'s No confíes en riquezas engañosas,
porque nada te aprovecharán en el día de la saña.
No albeldes a todo aire | ni vayas por cualquier sendero ;
[así hace el pecador de dos lenguas].
1210 Sé firme en tu criterio \ y una sea tu palabra.
"„ Sé pronto en el escuchar | y da con sosiego la respuesta °.
",2 Si puedes, responde a tu prójimo ;
mas si no, pon tu mano sobre la boca.
a,3 Gloria y deshonor están a merced del charlatán,
y la lengua del hombre es su ruina.
™„ No seas tachado de doblez
ni con tu lengua calumnies.
"M Pues para el ladrón ha sido creada la vergüenza
y pésimo oprobio para el hombre de doblez.
1S15 d No cometas falta grande ni chica.
Consejos sobre la amistad, etc. Exhortación
a la sabiduría
\s Ni te trueques de amigo en enemigo ;
porque mala fama y desprecio dejará en herencia la infamia :
tal es el [pago deí] malvado que posee doblez.
4 He pecado, ¿ v qué me sucederá ? : o bien : si pero, ¿ qué puede sueederme ?
así He ; GSV, «¿qué me ha sucedido?p; Ha «qué me hará; nada»].
B No esperes.. : G «No estés sin miedo acerca del perdón...» : quiere darnos a
entender este versículo que nos es imposible conocer con certeza el estado de nues-
tra alma desde el punto de vista de la posesión de la gracia.
,0K Cf. 31, 6, y Prov. 11, 4. || No confíes... : G «No te apoyes en ío no persigas)
riquezas injustas». !| De la vaña : G más bien «de la calamidad» (tribulación...),
S «anhelo», V «obductionis et vindictae».
No albeldes : e. d., ten firmes convicciones y no te dejes arrastrar por cual-
quier doctrina. || Pecador de dos lenguas o de doble lengua: es el que dice con
la boca que quiere servir a Dios, mientras permanece con el corazón unido a las
vanidades del mundo.
**la Cf. Prov. 30, 32. Los griegos dicen en proverbio : «o hablar algo que valga más
que el silencio, o callar». || Si puedes: G «Si tienes entendimiento'.; «Si tienes pa-
labra» (o qué responder».
,5]3 A merced del charlatán : G «en la palabra lo conversacióni». El sentido, se-
gún I. Lévi, parece ser más bien «La palabra reporta '-loria o deshonor» que «Glo-
ria y deshonor están en poder de la palabra». Cf. Prov. 18, 21.
,eJ4 Calumnies (malamente, añade H) : G «tiendas lazo», G «hagas vacilar».
']5 Mala fama... : es v. poco claro ; G «un nombre malo heredará vergüenza y
xmfusión» ; otros vierten «un mal nombre, vergüenza y oprobio heredarás».
— "95 —
6 2-20
ECLESIÁSTICO
6 2-20
\ No te entregues al albedrío de tu pasión,
pues destrozaría tu vigor como un toro a.
*a Devoraría tus hojas, haría caer tus frutos
y te dejaría como leño seco,
4, porque un alma apasionada arruina a quien la posee
y consigúele la alegría del enemigo.
% Dulce garganta acrecienta amigos,
y labios llenos de gracia, las relacione?.
fi6 Sean muchas tus buenas relaciones,
mas tu confidente, uno entre mil.
\ Si adquieres un amigo, hazlo mediante prueba
y no te apresures a fiarte de él.
S Pues hay amigos de ocasión
y no perduran en el día de la tribulación.
% Amigo hay que se trueca en enemigo
y descubrirá tu querella ignominiosa.
10, Hay amigo compañero de mesa,
mas no se le halla el día de la desgracia.
"10 Mientras dura tu bienestar, es otro tú ;
en tu desventura se aleja de ti b.
"„ Si decaes °, se vuelve contra ti
y hasta de tu presencia se oculta.
"„ Aléjate de tus enemigos
y con tus amigos ten cuidado.
14,s Amigo fiel (es) refugio d poderoso ;
quien lo halla, tesoro e halló.
I814 Amigo leal no tiene precio,
y su valor es inestimable.
",5 Amigo fiel, medicina ' de vida ;
quien teme a Dios le encuentra.
"16 A quien teme a Dios le perdurará su amistad B,
pues como él así es su amigo.
,8i, [Hijo, desde tu juventud acoge ¡a instrucción,
y hasta encanecido 11 ] hallarás sabiduría.
",8 Como quien ara y quien siembra ' acércate a ella
y espera la abundancia de sus frutos i ;
*"18 porque en su cultivo has de trabajar un poco,
mas comerás en seguida k de sus productos.
3, Pues destrozaría... : G «no sea que tu pasión te destroce como un toroi, o
como otros prefieren : «para que no sea tu alma desgarrada (o no seas desgarrado)...»,
'j Cf. iq, jb, e Is. 56, 11. || Apasionada: violenta, dura, vehemente, irascible;
V «maligna». || Consíguele... : GS «le hace causa de regocijo para [susl enemigos»;
V «in gaudium inimicis dat illum».
64 Garganta o paladar: aquí como órgano del habla. || Las relaciones: lit., aquel
que le saluda; e. d., las relaciones y amistades sociales; GS «los saludos, las afa-
bilidades».
*, Confidente : o consejero (G).
* Cf. 40, 23-24, y 37, 4. || De ocasión o circunstancias: lit., «en su tiempo», e. d.,
cuando les conviene.
% Cf. 37. 24; 42, 1, y 1 Sam. 27, 39. || Tu querella ignominiosa: e. d., los motivos
vergonzosos de tu altercado y ruptura con él.
»,0 Cf. 12, 19, y Prov. 19, 4. 7. || Es otro tú: e. d., estará totalmente identi-
ficado contigo.
"10 y "11 Est°s dos versículos van interpretados en la Vulgata de diferente modo :
e' nI0 se echa a buena parte y el 12,, da por señal de verdadera amistad la faci-
lidad con que el amigo se humilla y eclipsa delante del amigo.
"14 No tienk precio i o no tiene equivalente (G). || Su valor es inestimable: o no
tiene cálculo ; «no hay peso (o balanza) para su belleza», dice G. Cf. 25, 18, etc.,
y Prov. 22, 14 ; Ece. 7, 26.
-1106-
6 21-37
ECLESIÁSTICO
6 21-37
BM Impenetrable es para el necio,
y el falto de inteligencia no la aguanta.
aa> Cual piedra pesada resulta para él
y no tarda en arrojarla ;
'33, pues la instrucción es como su nombre,
y no a muchos se manifiesta.
-M [Escucha, hijo, y acepta mi enseñanza
y tío rechaces mi consejo;
* y mete tus pies en sus grilletes
y en sus argollas tu cuello.] 1
M24 Abaja tu espalda y llévala,
y no te impacientes con sus lazos m.
"„ [Con toda tu alma acércate a ella
y con todas tus fuerzas guarda sus caminos.] ■
ax Indaga y sondea, busca y [la] hallarás °,
agárrala fuertemente y no la sueltes ;
pues al fin encontrarás el descanso que ella da
v se te trocará en gozo.
*°M Y serán para ti sus redes abrigo poderoso,
y sus argollas, áureos vestidos
"M Follaje de oro será su yugo
y sus lazos, hilados de purpura violeta.
SJ,0 Te vestirás con ella como de vestidos de gloria,
y te la ceñirás cual corona majestuosa r.
Si quieres, hijo, te harás sabio,
y si te aplicas, resultarás inteligente.
mk S' gustares 8 de oír, [aprenderás s],
y si inclinares tu oído, te instruirás.
3533-3« [Mantente en la compañía de los ancianos.
y [observando] quién es sabio, júntate a él ».]
Gusta de oír toda conversación
y no se te escapen las sentencias prudentes.
",5 Observa 1 quién es inteligente, y madruga en su busca,
y gaste tu pie los umbrales de su 1 puerta.
"M Recapacita la ley u del Altísimo
y medita en sus mandamientos constantemente.
y El te dará la ciencia T
y te hará saber lo que deseas.
au Impenetrable es para el necio... : G « ¡Cuán dura (o áspera) es para los indoc-
tos! No permanece en ella el sin corazón (e. d., el no inteligente o el frivolo)».
-.„ Cuai. piedra pesada : 6 teual pesada piedra de prueba pesa sobre él». Parece
referirse Ben Sira a la costumbre de demostrar su fuerza la gente joven levantando
piedras de pandísimo peso o soportarlas en los hombros, cabeza, etc.
**a La instrucción es como su nombre : Ben Sirá' juega con la supuesta étimo-
lóela de musar, que él parece derivar de sur 'apartarse', más bien que de yasar
'castigar, corregir'. || Se manifiesta o descubre, así interpretamos c. G a H (pro-
piamente: es accesible); S escogida (= está destinada).
Agárrala fuertemente...: o como G: «y, dueño de ella (o una vez eogidal,
no la sueltes» o dejes escapar. Cf. Prov. 4, 13.
' n,„ Hilados de púrpura violeta : o cordones de jacinto, que era el color de aque.
lias cintas que debían los judíos llevar en sus mantos para recordar los preceptos
del Señor (Núm. 15, 58).
"„ 31 Toda conversación : G interpretó «todo relato sobre Dios» o cuanto se dice
de divino, toda palabra (o conversación) divina.
"„ Te hará saber lo que deseas : cf. G : «te será dada la sabiduría deseada» ;
otros, «tu deseo de sabiduría».
— IIQ7 —
7 l-VÍ, 18
ECLESIÁSTICO
7 1-17, 18
Pecados que han de evitarse. Relaciones con el prójimo:
prudencia casera, etc.
n 1 No hagas el mal y no te alcanzará lo malo.
• 2 Aléjate de la culpa y se apartará de ti ella.
8 No siembres en surcos de injusticia a
para que no la coseches al séptuplo.
1 No pidas a Dios mando
ni al rey puesto de honor.
* No te tengas por justo ante Dios *
ni te hagas el sabio delante del rey.
' No trates de ser magistrado
si no tienes fuerza bastante para extirpar la injusticia,
no sea que te intimides ante el poderoso
y causes quebranto en tu integridad.
1 No te hagas a ti mismo culpable frente a la muchedumbre de ¡a
ni te expongas a degradarte en la comunidad. ¡ciudad c
8 No te enredes dos veces en un pecado,
porque ni en una sola quedarás impune.
••'mo No te desalientes en la oración
ni descuides el hacer limosna.
"„ [No digas: [Dios] mirará la multitud dc^ mis ofrendas
y, en haciendo yo oblación a Dios Altísimo, las recibirá.] ú
u„ No desprecies ai hombre de amargado espíritu :
acuérdate que existe quien exalta y abate.
",a No maquines injusticia contra tu hermano,
ni tampoco contra tu amigo y tu compañero.
"i3 No quieras cometer mentira alguna e,
pues sus resultados no son agradables.
I6M No hables mucho en la asamblea de los príncipe? '
v no repitas las palabras en la oración.
% No~ aborrezcas el trabajo penoso
ni la agricultura instituida por el Altísimo e.
"•'"k No te atribuyas mérito entre tus conciudadanos h :
acuérdate de que la ira no tardará '.
7 8 Magistrado: lit., dominador, principe; GS interpretan juez.
7 No ie hagas culpable: G más bien iNo peques (o cometas faltal». Parece que-
rer decir que quien toma las funciones de magistrado sin cualidades bastantes para
ser imparcial, también puede dejar de serlo buscando la popularidad con lesión de
derechos de los particulares, y corre así el riesgo de perder la consideración entre
el pueblo.
8 No te enredes dos veces : o bien, no tiendas a repetir el pecado ía cometer
doble falta). ¿Alude al pecado del magistrado en la administración de jus'icia, que
serla doble crimen ? Otros juzgan que se alude a la comisión reiterada de la misma
falta, so pretexto de que no tuyo castigo.
10)0 No te desalientes... : otros interpretan : «No seas demasiado breve (o «te
impacientes», o «seas pusilánime o desconfiado») en la oración, ni en el ejercicio
de la caridad te desanimes» (o «te irrites», o «sobrepases la medida»).
fl„ No desprecies : G más bien «No te rías del hombre que está en la amargura
de su alma». || Acuérdate de oue existe: G «porque hay quien humilla y quien
ensalza» ; cf. i Sam. 2, 3.8, y Sal. 74,3. 6-8.
»u No maquines injusticia o violencia : G «no labres fo maquines) mentira» ;
cf. Prov. 3, 29. || Ni tampoco... : G, un poco libremente, «ni hagas otro tanto al
amigo». .
»M No repitas las palabras : o reiteres una palabra. El mismo consejo de Jesu-
cristo en San Mateo 6, 7, y 7, «I» -v eon mayor autoridad.
— II08 —
7 w-«2
ECLESIÁSTICO
719-82
''J„ Humilla profundamente tu orgullo', t
pues lo que espera al hombre son los gusanos k.
M„ No cambies un amigo por dinero
ni un hermano legítimo por el oro de Ofir.
^'j. No desprecies a una mujer inteligente ',
porque su gracia está por encima de las perlas m.
a„ No maltrates al criado fiel,
ni al jornalero que se entrega servicial.
a2, Ama como a ti mismo al servidor sensato
y no le niegues la libertad.
M22 ¿ Tienes ganado ? Cuida tú mismo de él,
y si es útil n, guárdalo.
a3 ¿ Tienes hijos ? Corrígelos
0 y cásalos cuando son jóvenes °.
¿ Tienes hijas ? Vigílalas
y no les pongas rostro halagüeño,
"¡s Desembarázate de tu hija y desaparecerán los cuidados,
y cásala con un hombre inteligente.
aM ¿ Tienes mujer p ? No la execres q,
y a la odiosa no otorgues tu confianza.
"„ [Honra a tu padre de todo corazón,
y no olvides los dolores de tu madre.
'\ Acuérdate de que gracias a ellos naciste,
y ¿cómo les pagarás lo que ellos por ti hicieron?] r
Con todo tu corazón reverencia a Dios,
y a sus sacerdotes rinde homenaje ".
s:30 Con todas tus fuerzas ama a tu Hacedor,
y a sus ministros no abandone?.
MSi Reverencia ' a Dios y honra al sacerdote
3,"K3i y dales su parte, como El te ha prescrito :
el alimento de los sacrificios ígneos u y las ofrendas,
[los sacrificios] regulares v las oblaciones santas.
*32 Mas también al menesteroso [tiende] tu mano,
para que tu bendición sea completa.
r8S Da limosna T a todo viviente,
y tampoco al muerto niegues la caridad.
WM No faltes con los que lloran
y aflígete con los afligidos,
"as ^0 seas tardo en visitar al enfermo w,
porque con eso serás amado de él.
*"„ En todas tus obras piensa en el fin
y no pecarás jamás.
Normas de prudencia en las relaciones sociales
1 No disputes con hombre poderoso,
no sea que caigas en sus manos.
2 No contiendas con hombre rico,
no sea que ponga en la balanza tu precio a ;
fM VlGÍLALAS : G «atiende a .-u cuerpo», e. d.. vela por su castidad. || Rostro
halagüeño o cara alegre : e. d., no les muestres indulgencia.
"a Desembarázate : lit., saca a tu hija y saldrá el cuidado (o sea tu preocupa-
ción) ; G dice lit. : «Da en matrimonio a tu hija y habrás efectuado grande obra.»
"sa En il fin : e- d-. según GV, en tus postrimerías (o novísimos).
Q - Tonga ex la balanza tu precio : e. d., soborne a los jueces. GS «te oponga su
0 peso» (otros, «el peso de su oro»), y siendo más poderoso, incline la balanza de
su lado.
— Iiog —
8 3-17
ECLESIÁSTICO
8 3-17
3 «porque a muchos ha corrompido el oro
}• la riqueza extravía el corazón de los príncipes b.
43 No' discutas con hombre parlador
y no eches leña en el fuego °.
64 No tengas familiaridad con el necio,
no sea que te desprecien d los proceres e.
fi5 No afrentes al hombre que se convierte del pecado :
acuérdate de que todos somos culpables
'« No abochornes al hombre anciano,
porque también nosotros hemos de figurar entre los viejos
87 No te alegres por un muerto :
acuérdate de que todos hemos de perecer.
°8 No rechaces la conversación de los sabios,
y sus máximas estudia ;
"' porque de ellos f aprenderás inteligencia
para servir ante los príncipes.
"9 No desprecies el escuchar a los ancianos,
porque ellos aprendieron de sus padres ;
12 pues de ellos ' adquirirás inteligencia
para responder en tiempo de necesidad.
"10 No atices los carbones * del impío,
no vaya a ser abrasado por su llama de fuego.
"„ No te retires ante el mofador,
para que no se coloque ante ti como una emboscada.
16,2 No prestes a hombre más poderoso que tú,
y si lo prestaste, dalo por perdido.
"M No salgas fiador de quien es más que tú,
y si saliste, considérate como pagador.
"14 No litigues contra ningún juez,
porque juzgará según su deseo.
3 Y la riqueza... : G ty leí oro] inclina los corazones de los reyes».
4j Con hombre parlador : porque los argumentos que' le traigas, lejos de conven
cerle, le dan nueva materia para hablar, que será como leña echada al fueeo. i
Y no eches leña en el fuego (G ty no amoiitun es leña en su fuego»! : e. ti., pues
seria echar leña en el luego.
c4 No tengas familiaridad con el necio : cf. G : «no bromees con el indocto» o mal
educado. El frecuentar tales compañías haría te despreciasen los nobles (G «causaría
a tus padres vergüenza»).
« Todos somos culpables : G viértese «todos estamos entre los privilegiados» o
«en los castigos» (e. d., somos dignos de castigo).
No ie alegres (o huelgues) : H, más lit., «no te gloríes» o felicites.
*8 Sus máximas estudia : así S ; H más bien «deshazte en el estudio de sus sen-
tencias» ; G «entretente con» (otros, «vuelve a»).
'"Servir: así más bien c. S; H mantenerte (figurar, estar).
11 No desprecies : recomienda aquí la Sagrada Escritura fidelidad a las enseñan-
zas tradicionales, tan útil para la prosperidad de las sociedades y tan en confor-
midad con el espíritu de los pueblos orientales.
u10 Los carbones del impío o pecador : o sea sus instintos de cólera, prontos a
arder en cuanto se le amonesta.
" No te retires : o bien, no cedas el terreno (otros, «no resistas de cara», «no
te extasíes»). || Mofador: burlón, insolente. || Ante ti: G ante tu boca; e. d., per-
mitiéndole aceche tus palabras para envenenarlas y volverlas contra ti, como ha-
cían con Jesús los fariseos.
»„ De quien es más que tí- : e. d., más rico o poderoso. G interpretó «más allá
de tus fuerzas». || Como pagador: o como quien debe pagar; o también, como
pagado. . " í
11 Juzgará.. : e. d., sentenciará como mejor le parezca. G, evitando la dificultad
de suponer al juez juez y parte, interpreta : «se le juzgará según su opinión».
— iaoo —
8 is-9 10
ECLESIÁSTICO
8 18-9 1°
1S15 No andes con temerario,
no sea que agraves tu desgracia ;
pues él camina recto ante sí
y te perderás por su locura.
",6 Con colérico no te muestres testarudo
y con él no cabalgues por el desierto b,
pues cosa leve es a sus ojos la sangre,
y donde no hay quien socorra te derribará
"n Nohagas confidencias a tonto,
porque no podrá tener oculta tu plática.
a18 Ante un extranjero no hagas nada secreto,
pues no sabes lo que él dará de sí.
A todo hombre no descubras tu corazón,
para no desviar de ti la felicidad.
Normas referentes a las relaciones con las mujeres
y con los hombres
9' No tengas celos de la mujer de tu seno,
para que no It enseñes contra ti lección mala.
' No entregues a tu voluntad a tu mujer,
haciéndola dominar sobre ti.
3 No te acerques b a mujer cortesía,
no sea que caigas en sus lazos
* No frecuentes el trato c con cantadora,
no sea que seas abrasado por su boca.
1 No repares en virgen,
no vayas a ser cogido con ella en su castigo.
ü No te entregues a prostitutas,
para que no pierdas d tu patrimonio,
T mirando en derredor por las caites de la ciudad
y errando por sus plazas solitarias e.
■ Aparta los ojos de mujer bien parecida
y no consideres la hermosura ajena.
es A causa ' de una mujer han perecido * muchos,
y h su amor quema como fuego h.
10 [Toda mujer que es prostituta
será hollada como estiércol en el camino.
•u No andes CON temerario : e. d., no vayas en compañía de temerario ; GS «con
audaz no andes camino». || Agraves ixj desgracia : o bien, aumentes tus probabili-
dades de desgracia; G ite agobio o tagrave tu mal» S. || Camina recto ante sí:
G interpretó «obrará según su voluntad (o arbitrariedad)».
,918 No te muestres testarudo : o no hagas el terco ; GS «no entables riña (o
disputa)». || Cabalgues: G más bien «yayas» o atravieses; S «disputes». || Cosa
leve: G (cf. S) como nada. || Quien socorra: o salvador; G «socorro».
31 ¡t 1' ara no desviar de ti la eelicidad : G «no sea que no te pague el favor».
9" No tengas celos : la injusta sospecha acaba con el afecto, pone en peligro la
fidelidad y da idea del mal que se puede cometer. || La mujer de tu seno o [que
rei>osa] en tu seno : e. d., tu esposa.
-Tu voluntad: lit., tu alma. || Haciéndola dominar sobre ti: G lit. : «para
que se alce ella (e. d., dominel sobre tu fuerza», cosa que no conforma con la di-
vina institución del matrimonio.
* Seas abrasado... : G «seas cogido en el lazo de sus habilidades» (otros, «sucum-
bas a sus esfuerzos»).
• No repares en virgen, ya que conmueve el ánimo no solamente la vista de la
impúdica, sino también de la mujer pudorosa.
■ No te entkegues : lit., no des tu alma.
— 1201 —
9 "-10 2
ECLESIÁSTICO
9 "-10 2
u Muchos, alucinados por la belleza de mujer ajena, se hicieron réprobos,
porque su trato quema como fuego.] i
12„ No comas > con mujer casada
y no te tiendas en su compañía k en torno a la mesa para be-
13 no sea que inclines hacia ella tu corazón 1 [ber licores,
y que, perdiendo la vida, resbales hacia la tumba.
"10 No dejes amigo antiguo,
porque el nuevo no será parecido a aquél m.
1510 Vino nuevo [es] amigo nuevo :
cuando envejeciere podrás beberle n.
!6u No envidies al hombre impío °,
porque ignoras cuál será su fin p.
"12 No [te complazcas] en la protervia triunfante o :
acuérdate de que hasta >' la muerte no se quedará justificado.
Ponte lejos s del hombre que tiene poder de matar,
y no experimentarás temores mortales ;
19i8 mas si a él te acercares, no cometas falta,
para que no te arrebate la vida.
Mi3 Sábete que andas en medio de asechanzas
y que te paseas sobre redes t.
"',4 En cuanto puedas, frecuenta el trato de tu prójimo
v y departe u con los sabios.
"16 Sean los hombres justos tus comensales
y en el temor de Dios consista tu gloria.
"3,s Con los inteligentes sea tu conversación,
y todo tu razonamiento en la luz del Altísimo''.
M„ Por la mano del artífice se efectúa bien la obra w,
y [de igual suerte] el gobernante [apropiado] del pueblo es
[el diestro de palabra.
'*i8 De temer en la ciudad x es el hombre locuaz,
y el insolente y por su boca es aborrecido.
Reglas de sabiduría para las autoridades
1 Un juez sabio a instruirá a su pueblo,
y el mando del inteligente está bien ordenado.
2 Según el jefe de un pueblo, así sus ministros ;
y según el gobernante de la ciudad, así b sus habitantes.
J-0 No te tiendas en torno A la mesa : c£. G en muchos mss. (y en parte S) : tno
te pongas a la mesa con ella apoyado el codo», lo cual comprobaría que los orien-
tales habían ya adoptado la costumbre griega y romana de comer recostados en
divanes y apoyados en el codo izquierdo. || Licores : o vino (cf. mss. GS), precur-
sor de la orgía.
a Perdiendo la vida : lit., en [tu] sangre ; G «por tu deseo» (otros, tcon tu
espíritu»). ¡| Hacia la tumra : G «a la perdición»; HS piensan en la pena de muerte,
wls No se üuedará justificado : o no se queda impune (libre, sin castigo), e. d..
a! morir se encontrará con la justicia divina.
-"¡3 Sobre redes : lit., una red, e. d., expuesto a todos los peligros.
->,'. Por la mano: o bien, La destreza, las manos hábiles. || Se efectúa bien: otro»,
userá alabada». || Diestro: lit., sabio.
1 Cí 1 Un juez SABI° : ° eI magistrado prudente. || Instruirá : o corrige (otros,
-*-'■' «La firmeza»). || El mando o gobierno del sensato es duradero o estable, está
bien ordenado o establecido; como si dijera: el orden fundado en la ley es con-
dición para que dure.
2 Según el jefe : los superiores influyen mucho en la conducta de los subditos.
Hebr. sofet 'juez, magistrado, autoridad, jefe...'.
— 1202 —
10 3'22 ECLESIÁSTICO 10 3-"
3 L'n rev desenfrenado0 arruina al estado d,
v lina ciudad asiéntase en la inteligencia de sus jefes.
! En" manos de Dios [descansa] el gobierno del mundo,
y • el [gobernante] adecuado al momento establece e sobre él.
1 En las manos de Dios [está] el poder de todo hombre,
y a la persona del legislador confiere su majestad.
■ Por ninguna falta guardes rencor al prójimo
v no sigas el camino del orgullo.
' Odiosa es al Señor y a los hombres la soberbia,
y contra ambos también falta la injusticia.
* El "imperio pasa de pueblo a pueblo
a causa de la violencia del orgullo g.
' ¿De qué se envanecerá [el que es] polvo y ceniza,
quien va durante su vida tiene sus intestinos llenos de po-
dredumbre f h
ya que hace venal hasta a su alma ,
y arroja en vida sus mismas entrañas.] i
",„ Leve enfermedad pone contento al médico :
'-.„ hoy rey y mañana sucumbirá.
isi, AI morir el hombre, tiene por herencia la podredumbre,
gusanos, mosquitos y bichos.
",. El principio del orgullo del hombre es el descaro
", v cuando su corazón se aparta de su Creador,
porque el origen del pecado es ¡a soberbia i,
y su fuente produce el deshonor k.
"\3 Por eso Dios ha llenado de calamidades e! corazón [del orgu-
y los bate hasta aniquilarlos. [lioso]
"u Dios derribó los tronos de los orgullosos 1
y sentó en su lugar a los humildes.
'*,; [El Señor arrancó las raíces de las naciones
v plantó en su lugar a los humildes.']
'*,« Dios barrió m las huellas n de las naciones
v destruyó sus raíces hasta el suelo.
:°,T Y las rayó del suelo y las aniquiló
y borró de la tierra su memoria.
-1 [Dios exterminó la memoria de los soberbios
y conservó el recuerdo de los humildes de corazón.] u
=is No conviene al hombre p el orgullo,
ni la insolencia al nacido de mujer.
3 Asiéntase: G más bien eserá poblada (o prosperará»». || Sus jefes: G dos po-
derosos».
5 En las manos... : e. d., todo poder viene de Dios.
e Guardes rencor : así más bien con G ; H correspondas (pagues) mal. I| No
STfíAS el camino del orgullo : G interpretó «nada hagas por vía de insulto (por
actos desordenados)».
10 Sus mismas entrañas: e. d . los nobles sentim:ent"s ahogados por la sed dc-
oro, honras o deleites.
")0 Leve enfermedad : o también c. G : «Una srrave (o larga) enfermedad, el mé-
dico se burla (o bromea)». Cf. V : "Breve es la vida de todo potentado. La prolija
enfermedad es pesada al médico. La corla enfermedad la ataja el médico: así tam-
bién el rey hoy es y mañana morirá.»
"„ Tiene por herencia : así (como GS) o bien «nácese el lote» o herencia de...
M,, Es el descaro : o la insolencia, o bien, el ser insolente ; G «la apostasía
de Dios».
"14 Humildes : u oprimidos, mansos (G).
M15 Las raíces de las naciones : Dios castiga a los particulares en este mundo
o en el otro, pero las naciones no tienen eternidad, y por eso las castiga aquí abajo.
"w Destruyó sus raíces hasta el suelo : cf. G «las arruinó hasta el fundamento
de la tierra».
"„ Las rayó : o apartó, arrojó ; G «secó muchas de ellas».
No conviene : G «no ha sido creado para los hombres», i> sea, el orgullo no
tiene a Dios por padre.
— 1203 —
10 23-11 3
ECLESIÁSTICO
10 23-H 3
"i. ¿Raza honorable, cuál? La del hombre.
[¿Raza honorable, cuál? La de los que temen al Señor.
¿Raza despreciable, cuál? La del hombre.]*
¿Raza despreciable, cuál? La de quienes traspasan los mañ-
oso En medio de hermanos, su jefe es el honrado ; [damientos.
mas los que temen a Dios [deben serlo] más que él r.
*a, Extranjero y rico, hombre honrado s y pobre,
la gloria de ellos el temor de ellos',
"sa No es justo despreciar al pobre inteligente '
ni honrar al hombre pecador ".
"„ El procer, el soberano y el magistrado son honrados,
pero ninguno es mayor que quien a Dios teme.
"u A un siervo inteligente le sirven los libres,
y el varón sabio no se queja.
8:iNo te jactes de sabio al realizar tu tarea
y no te gloríes en tiempo de penuria.
*°M Más vale el que trabaja y abunda en riquezas
que quien T se gloría de noble y carece de alimento V
Hijo, en mansedumbre honra tu alma
y se te dará [el honor que mereces
**.» Al que peca contra sí mismo, ¿quién le declarará inocente?
¿Y quién estimará al que a sí mismo2 se deshonra?
S3..B Hay pobre que es honrado a causa de su inteligencia
y hay [rico] que lo es por su riqueza.
*so Quien se hace estimdr en su pobreza, ¡ cuánto más [lo sería] en
[su riqueza !
y el desestimado cuando rico, ¡ cuánto má* [lo sería] cuan-
[do pobre !
Reglas de sabiduría para las autoridades (continuación)
y para los ricos. Fuente de las riquezas. Su inseguridad
La sabiduría del humilde yergue su cabeza
y hácele sentar en medio de los magnates.
No alabes a un hombre por su belleza
y no detestes a nadie por su aspecto.
Insignificante entre los volátiles es la abeja,
mas el primero de los productos es su fruto.
M,, Ni honrar : o ni tires a engrandecer. La pobreza y la riqueza no son criterio
distintivo de dignidad u honorabilidad, sino accidentes que subsisten sin mérito
o demérito ninguno
wa El prócer, el soberano y el magistrado : o bien, tel noble (o príncipe ; gran-
de G), el príncipe (el que manda, funcionario; juez G) y el juez (o magistrado;
poderoso G).
mu No se queja : o aflige (G «no murmura») ; «si es corregido (instruido, repren-
dido)», añade S (cf. V. y algs. mss. G).
No te jactes de sabio o hábil (G «astuto»). || Te gloríes: SV «tardes; noli
cunctari».
*> Y abunda en riquezas : «en todo», dice G. Pudiera entenderse : «Aun abundando
en bienes» o nadando en la opulencia.
3127 En mansedumbre honra o glorifica tu alma ; o bien, con otros, «estímate,
aunque modestamente».
3% Peca: o bien, «acusa», con otros. || Contra sí mismo: lit., contra su alma. ||
Estimara : o glorificará, honrará.
n- A nadie: o bien, a un hombre [feo].
* De los productos: G «de los dulces sabores». Es decir, produce el más dulce
fruto.
— 1204 —
11
11 4-22
ECLESIÁSTICO
11 4-22
* De! vestido miserablemente a no te burles,
ni te mofes de quien se halla en día aciago b ;
porque maravillosas son las obras de Yahveh,
y sus acciones son desconocidas de los hombres.
5 Muchos que estaban humillados sentáronse en el trono 0
y aquellos en que no se pensaba d ciñeron diadema.
" Muchos poderosos luciéronse en extremo despreciables e,
v, asimismo, gentes ilustres fueron entregadas en manos [de
7 Antes de informarte a fondo no vituperes : [otros].
inquiere primero y después censura.
■ Hijo, no respondas antes de escuchar,
v en medio de los discursos no irrumpas.
* No contiendas f sobre cosa que no te importa
v en pleito de impíos no te mezcles.
10 Hijo, ¿ por qué abarcar demasiados asuntos ?
Quien se apresura a hacerlo no quedará impune ;
[y si los persiguieres, no lo alcanzarás,
y aunque huyeres no te escaparás]. 0
" Hay quien trabaja, se cansa y apresura,
y, con todo, más atrás queda.
" Hay quien es pobre y miserable s,
queda falto de fuerzas h y sobrado de pobreza ';
"1S mas los ojos de Yahveh le miran benignamente
v le levanta del polvo de su podredumbre j,
[,,] y exalta su cabeza y lo levanta,
siendo muchos los que de él se maravillan.
" Felicidad y desgracia, vida y muerte,
pobreza y riqueza, de Yahveh proceden.
fSabiduría, razón y conocimiento de las cosas k
de Yahveh proceden ;
dilección 1 y costumbres rectas m
de Yahveh proceden.
10,, [Mas] la locura n y las tinieblas fueron creadas para los peca-
y los malos °, el mal [envejece] con ellos. 1 p [(lores.
El don del Señor" [permanece en los piadosos]
y su complacencia tendrá siempre éxito.
1SM Hay quien se enriquece a fuerza de privaciones r,
y he aquí la parte de su salario :
19„ a la hora en que dice : «¡Encontré descanso
y ahora vov a comer de mis bienes!»,
no sabe cuál va a ser su suerte s,
pues dejará a otros [esos bienes] y morirá.
:\s Hijo, estáte firme en tu tarea y está a ella atento
y envejece en tu oficio.
No [admires] 1 a los hacedores de iniquidad,
[confía en el Señor] y espera confiado su luz " ;
6 Cf. i Sam. 2, 8, y Sal. H2,,„ 7-8. Lo mismo en v. 12 a.
7 No vituperes : así c. G, o hien, no declares perverso o malo, formando juicio
temerario.
10 ¿Por qué ABARCAR... ? G «No te impliques en muchas cosas». P No quedará im-
pune : o bien, «no tendrá éxito», como prefiere Lévi. Cf. G : «si los multiplicares,
no serás exento de culpa». || No te escaparás : e. d., no te librarás de las consecuen-
cias de tu locura. Así c. G ; HS otro texto : «Hijo, si no corres, no alcanzarás, y si
no buscas, no hallarás.»
M14 Fueron creadas : e. d., que acompañan al pecador desde que nace.
. Su salario o recompensa.
Tarea : otros, «profesión»; G alianza. || EstX a ella atento: o compenétrate
con ella; otros, «haz de ella tu vida», «entretente con ella». || Oficio: empresa,
obra, neKocio.
No admires a los hacedores o artífices de iniquidad : cf . G : «No te maravilles
poi las obras del perador.*
- 120,5 -
11 23— 12 3
ECLESIÁSTICO
11 23-12 3
pues es cosa fácil a los ojos de Yahveh
enriquecer al menesteroso súbitamente.
La bendición de Dios es el lote del justo,
y en un momento florece su esperanza.
*t, No" digas : «¿ Qué necesito yo y, w pues que he hecho mi vo-
ni qué ayuda puede él prestarme ahora ?» [luntad w,
" _ No digas : «Tengo suficiente
[ni ¿qué mal podría desde ahora sucederme ']» 1
27»3 La felicidad de un día hace olvidar el mal [pasado],
[y en el día de la desventura no se recuerda la felicidad}.
¡Porque fácil es delante del Señor, en el último día,
pagar al hombre según su conducta} T.
"¡a Un tiempo malo pone en olvido el placer,
y el fin del hombre revela su suerte.
WM Antes de la muerte no felicites a na lie,
pues por su fin z se conocerá el hombre.
3,;7 No introduzcas en casa a todo el mundo,
porque son muchas las heridas del maldiciente.
Pájaro de reclamo encerrado en jaula e». el corazón del orgu-
corao un espía observa las partes débiles b'. [lioso »' :
El calumniador, el bien cambia en mal °'
y en tus cosas preferidas pone vituperio d'.
M:¡o Por una chispa prodúcense muchas brasas,
y el hombre malvado pónese en emboscada para la sangre.
**a, Guárdate, pues, del maligno, porque engendra el mal,
no sea que te eche mácula para siempre.
s<,,; No te adhieras al maligno, pues torcería tu camino
y te haría traicionar tus deberes e'.
Admite en casa a un extranjero y te descompondrá con tu-
y te pondrá a mal con los tuyos. [multo*.
Beneficencia del rico. Sus amigos y sus enemigos
Si al bueno haces mal, ¿a quién harás el bien
para que tu bondad espere resultado ? *
Haz bien al piadoso y encontrarás recompensa,
si no de él, de Yahveh,
No le irá bien a quien complace al impío b
y tampoco ejerce la caridad.
M^ En un momento : G aen hora corta hace que florezca su bendición».
*a Ni qué ayuda... : G «ni qué bienes pueda desde ahora esperar (me vendrán en
.-ídelante)».
n,s La felicidad de un día... : cf. G : «en día de felicidad, olvido de desventura».
28„- Un tiempo malo : o mal momento, o bien, tiempo de desventura ; G «mala for-
tuna de una hora» (otros, «la malicia de una hora»). H El fin... : G más bien, «al
final del hombre se revelan sus obras».
3I„, No introduzcas : lit., «no se ha de introducir a todo hombre». Con esto se
aconseja la prudencia, no la falta de caridad. || Las heridas del malmciknte : e. d.,
que puede causar el calumniador. G «las asechanzas del engañador», trapacero o in-
trigante ; S «las maquinaciones del intrigante».
Pajaro : GS «perdiz» de reclamo cogida en cesta. Viene a decir que de igual
modo que la perdiz-reclamo hace caer a los otros pájaros en el lazo, así el orgulloso
intrigante, el malintencionado, entra en las casas y espía para hacer caer a sus mo.
radores en el pecado.
'■' .„ Para la sangre: o sea «para verter sangre», e. d., para el homicidio.
-| O 8 Ejercf la caridad ¡ e. d., ti i siquiera tiene el mérito de dar liberalmente
12
— 1206 —
12 4-19
ECLESIÁSTICO
12 4-19
I i, [Da al piadoso y no socorras al pecador.] "'
Haz bien al humilde y no des al impío.
No le des instrumentos de lucha e
para que te haga con ellos resistencia.
'6 Alcanzaras doble mal 1
por cuanto bien le hagas ;
[6] pues también Dios aborrece a los malos
y en los impíos ejercita su venganza.
* No será conocido el amigo en la prosperidad
ni puede esconderse de la adversidad el enemigo.
* En la prosperidad de un hombre, incluso el enemigo [resulta
mas en su desgracia hasta el amigo se le aparta. [amigo EJ,
10 No confíes en un enemigo nunca jamás,
porque, de igual modo que el cobre, su maldad se toma de
" Y aunque se haga del humilde 1 y ande pausadamente, [orín h
fija tu atención en guardarte de él ;
V sé respecto a él como m hubiese de revelar tus secretos,
para que no pueda perjudicarte, y sabe el fin ordinario de la
a No le coloques junto a ti, [envidia ¡
no sea que te derribe y se ponga en tu lugar.
No le sientes a tu derecha,
no sea que trate de ocupar tu asiento
y a lo último comprendas mis advertencias
y por mis palabras k te entristezcas.
II ¿Quién tendrá lástima del encantador mordido [por una ser-
y de todos cuantos se acercan a las fieras ? [píente]
["] Así es el que se acompaña con hombre 1 pecador
y se enreda en sus pecados m.
"•ia Todo el tiempo que permaneces en pie, no se descubre ;
mas si caes, ya no se contiene n.
*•„ Con su», labio* muéstrase dulce el enemigo
y en su corazón maquina echarte en las fosas profundas.
" Y aun cuando con sus ojos vierta lágrimas el enemigo,
si halla ocasión no se hartará de [tu] sangre.
" Si te acaeciese desventura, se hallaría 0 allí,
'*„ [y] como corriendo en tu socorro te echará la zancadilla.
"18 Sacudirá su cabeza, aplaudirá con las manos,
murmurará mucho y cambiará de rostro.
**t No socorras (otros, recibas) al pecador : en cuanto pecador, mas no en cuanto
liombre, dice Santo Tomás.
*e Para que ie haga con ellos resisiexcia o se te oponga ; G más bien «no sea que
con ellos te venza» o se haga más fuerte que tú.
75 Doble mal o dobles males : de! impío ingrato y de Dios, que castiga el favor
hecho a veces al impío.
['] También Dios : e. d., El es el primero en...
lu De igual modo que el cobre : alude a los antiguos espejos, que eran de metal
y cuyo pulimento fácilmente se oxidaba. El v. quiere decir que la maldad acaba
por manifestarse.
11 Pausadamente : otros, «con humildad» ; lit., con tranquilidad ; G «encorvado».
" Se hallaría allí como para mostrarte compasión, pero en realidad para precipi-
tarte, si puede, en la ruina.
" , Sacudirá su cabeza : después de haberte arruinado dará toda suerte de muestras
de alegría.
— 1207 -
13 i-i?
ECLESIÁSTICO
13 i-"
Normas para las relaciones con los ricos
) ' Quien teca ia pez, se pega su mano a,
' y el que se asocia al impío aprende su camino.
* Peso superior a ti, ¿a qué cargarte ? ;
y al más rico que tú, ¿ a qué asociarte ?
s2 ¿ Cómo puede asociarse la olla con la caldera ?
Esta chocará con ella, y aquélla se quebrará.
*, El rico comete una injusticia, él mismo se sulfura amenazando ;
y es el pobre injustamente maltratado, y él mismo suplica.
s. Si le eres útil, se aprovechará de ti,
y si decaes, te abandonará b.
*, Si tuvieres, te dará buenas palabras °,
y te esquilmará y él no se afligirá,
'a Tiene necesidad de ti, te engaña
y se ríe de ti y te da esperanzas a.
En tanto que se aprovecha, búrlase de ti.
Dos, tres veces te estruja,
Después te mira, pasa de largo ante ti
y mueve su cabeza sobre tu suerte.
s (Humíllate a Dios y espera de su mano.] <-•
'", Cuida de no ser presuntuoso f
y de no perecer falto de inteligencia
" [No te humilles en tu saber,
no sea que, abatido, seas inducido a necedad ] *
'% Si se acerca h un poderoso, aléjate
y tanto más él te acercará '.
' „ Si se acerca h un poderoso, aléjate,
mas no te alejes [mucho], no sea que se te eche en olvido -
"n No pretendas hablar con él familiarmente
y no te fíes de sus largos discursos ;
[«] porque con su abundante hablar te tentará,
y, mientras él te sonríe, te escudriñará [los secretos].
M]a Cruel es el que no guarda [tus] palabras,
y no economizará ni malos tratos ni cadenas.
Ma Ten cuidado y atiende muy mucho
y no vayas con las gentes violentas k.
17 (Mas oyendo tales cosas, míralas como en sueños y despierta.
-JO 1 Impío: lit., escarnecedor. .; G, más bién, «orgulloso». || Aprende su camino:
■m» e. d., a imitarle ; G ose asemejará a él», S (cf. V) «se reviste de sus caminos».
- Peso superior : cf. G : «No tomes peso... ni te asocies con más fuerte y rico
cjue tú».
32 Este chocará : tal es el resultado de la sociedad del pobre con el rico ; aquél
llevará siempre la peor parte.
'j Se sulfura amenazando: o bien, quéjase a gritos (otros, «se jacta insolente»),
como si la hubieran cometido con él. || Suplica : o pide perdón, presentando excusas,
liara que no cometan con él atropello mayor.
64 Si decaes : o empobreces ; G «si nada tienes» o escaseas.
76 Se Ríe o' reirá de ti : estos versículos relativos a las relaciones del pobre con el
rico son rasgos de costumbres y no máximas de conducta.
87 En tanto... : G ofrece curiosas variantes: «Se avergonzará con sus festines
hasta que te haya arruinado (agotado) en dos o tres veces ; después de lo cual te
mirará y te abandonará y moverá...».
"„ No guarda [tus] palabras : el poderoso no guarda las palabras cuando las repite,
y las guarda para repetirlas cuando bien le vienen. Traducimos el v. según G, pues
el texto de H no ofrece versión segura.
11 Míralas como en sueños : o bien, vela en tu sueño. Esto es, sé vigilante hasta
en sueño, puesto que a tu ruina caminas.
— 1208 —
13 18-14
ECLESIÁSTICO
13 18-14
Ama a Dios toda tu vida e invócale para tu salvación.] •
Todo ser ama a los de su especie
y todo hombre a su semejante.
Toda carne se une a su especie,
v a su congénere debe asociarse el hombre.
¿ Cómo un lobo se asociaría con un cordero ?
Así el impío con el piadoso.
¿Qué paz [puede haber] entre la hiena y el can
y cuál entre el rico y el pobre ?
La presa de los leones son los onagros del desierto :
así el pasto del rico son los pobres.
Abominación para el orgullo es la humildad :
así para el rico es abominación el pobre.
El rico que vacila es apoyado por sus amigos,
mas el ipobre que cae. rha^t;il por sus amibos es rechazado.
El rico se equivoca 1 y halla muchos ayudadores,
y sus palabras torpes son halladas hermosas m.
Se engaña el pobre, y ¡ uf ! ¡uf! se le grita n ;
v habla sensatamente, v no se le hace caso.
Habla el rico, y todos callan para escuchar,
v ensalzan hasta las nubes su inteligencia °.
22 Habla el pobre, y dicen: «¿Quiénes éste?»;
y si diera un mal paso, ellos mismos lo vuelcan por tierra.
23 Buena es la riqueza cuando en ella no hay pecado,
y mala la pobreza en proporción de la impiedad.
24 El corazón del hombre cambia su semblante,
ora en bien, ora en mal.
¡a La señal de un corazón contento es un rostro alegre,
v el aire preocupado proviene de pensamientos tristes
Uso de las riquezas. Exhortación al logro de la sabiduría
1 Feliz el varón a quien no aflige su propia boca
y no apesadumbra él mismo su corazón.
i Feliz el hombre a quien no condena su alma a
y que no decayó de su esperanza.
* Al corazón mezquino no le conviene la riqueza,
ni al hombre avaro le conviene el oro b.
'-,°„. Toda carne... : así c. G, aunque H dice lit. : «la especie de toda carne junto
a sí», e. d., cada uno tiene junto a sí al de su especie.
Entre la hiena y el can : la hiena caza de noche, sobre todo, y tiene que lu-
char a menudo con los vigilantes canes. Hemos seguido a G ; H parece algo más
confuso.
»„ La presa o caza : H lit., la comida.
*°2, Buena es la riqueza : Ben Sirá* no ha hablado tan duramente de los ricos por
envidia ; ha atacado los abusos de la riqueza. Ahora da la verdadera doctrina sobre
la riqueza, diciendo que es un bien relativo, pero peligroso, y la pobreza no es de
suyo un mal. Sólo el impío la rechaza con todas sus fuerzas. || En proporción de la
impiedad : o según la medida de la impiedad (otros, «de la soberbia») ; G «en boca
del impío».
i A 'A quien no aflige... : G y S divergen de H (y cf. también en 25, 8 b); G dice:
«que ni resbaló en sus palabras (o por su boca, en palabras de su boca) y no
se conmovió de dolor por el pecado» o no sintió remordimiento por la tristeza del
pecado.
3 No le conviene : porque, habiéndosenos dado los bienes para satisfacción de
nuestras necesidades y las ajenas, quien por cicatería no usare así de ellos, pecaría
contra lo que Dios dispuso.
— I20Q —
14 4-23
ECLESIÁSTICO
U 4-23
' Quien se niega algo, para otros recoge,
y con sus bienes de él se regalarán extraños.
" Quien es malo para sí, ¿para quién será bueno?,
y no goza de sus bienes.
" No hay peor que quien para sí mismo es malo,
y consigo lleva el castigo de su malicia.
' [Y si obra bien, lo hace por descuido,
y a ¡o último manifiesta su malicia.
8 Malo es el de ojos envidiosos,
quien aparta la cara y desprecia las almas.]
0 A los ojos del ávido siempre es pequeña su porción c,
y la iniquidad perversa seca su alma ú.
10 El ojo del avaro siente envidia de pan,
y hay penuria en su propia mesa.
" Hijo, si tienes, trátate bien
y según tus recursos regocíjate e.
12 Acuérdate de que la muerte no tarda
y que el decreto del seol no te ha sido revelado.
13 Antes de morir haz bien al amigo,
y según tus medios [extiende la mano v] dale.
14 No te prives de la felicidad del día,
y no se te escape tu porción deseable.
15 ¿No dejarás a otro tu fortuna
y el fruto de tus fatigas a quienes se lo repartan ?
" Da, y toma f, y regálate,
"16 pues no hay buscar delicias en el seol.
™„ Toda carne envejece como el vestido ;
porque la ley de siempre es: «.¡Morirás irremisiblemente!»
f18] Como hojas que brotan en árboles verdeantes
",s que unas caen y otras crecen,
así las generaciones de carne y sangre :
la una muere y la otra nace H.
"i, Todas sus obras están condenadas a la podredumbre,
y la obra de sus manos la acompañará.
-' |Y boda obra escocida será abonada
y quien la ejecute será bonrado en ella.]
a":n Dichoso el varón que medita sobre la sabiduría
y se ocupa en la ciencia
"j, el que aplica su espíritu a los caminos de ella
y en sus senderos j piensa ;
* Quien se nifga algo a si mismo : G tquien recoge a expensas de su alma».
" Guien para sí mismo es malo : cf. G : «Quien se envidia a sf mismo» ; algunos
«quien nada envidia a sí mismo» (cf. Eberharter).
10 Avaro : o «envidioso» (G).
11 Trátate ríen : no aconseja el autor que viva el sabio vida de epicúreo, sino que
no imite la culpable parsimonia del avaro.
a F.i. decreto del SEOL : e. d., el decreto del Señor señalando la hora de la muerte
y de bajar al seol.
" De la felicidad del día o del presente (cf. Ece. y, 14), o, como otros prefieren,
de un día bueno o de fiesta. I! Tu porción DESEABLE : así parece debe interpretarse H ;
G «la parte de un buen deseo» ; «la parte en el placer», vierte Eberharter.
lr' A quienes se lo repartan: lit., a quienes echen a suertes; G «en la repartición
!«>r sorteo» o en el reparto de tu herencia.
"> Da v toma : concede a tu alma sus legítimos goces, que son los honestos. || Re-
cálate o regocíjate : G lit. : «seduce a tu alma».
En el seol : hasta para los justos— según los hebreos— era el seol lugar de
destierro v cárcel.
Morirás irremisiblemente: lit. H: morir morirás. Es la ley del Gén. 2, 17:
«morir morirás», morirás sin remedio.
'", Generaciones de carne y sangre : e. d., generaciones humanas, los hombres.
Están condenadas a la podredumbre : desaparecen en la podre. Cf. G : «Toda
obra corruptible es abandono (desaparece), y quien la hizo hará vía tras ella.»
— 1210 —
14 24-15 12
ECLESIÁSTICO
14 24-15 1¿
[M] sale trae ella como k quien sigue el rastro
y en sus entradas pónese en acecho ;
M3 quien se inclina a mirar por sus ventanas
y escucha a sus puertas ;
aM el que acampa en las cercanías de su casa
y fija la estaca 1 en las paredes de ella ;
[„] despliega su tienda a la vera de ella
y se hospeda en la mansión del bien ;
" y pone su nido en su follaje m
v bajo sus ramas se alberga ;
v el que se defiende del calor a su sombra
y se avecinda en su refugio n.
Sigue la exhortación a la sabiduría. Responsabilidad
humana en el pecado
1 rr ' Ciertamente, el que teme a Yahveh hace estas cosas a
v el poseedor de la ley alcanzará [la sabiduría].
2 Ella saldrá a su encuentro como una madre
y le acogerá como la mujer de su juventud b.
3 Le alimentará con pan de cordura .
y dará a beber agua de inteligencia ;
l4l y se afirmará en ella y no vacilará,
1 en ella confiará y no será confundido ;
(51 y le ensalzará por cima de sus prójimos,
s y en medio de la asamblea abrirá su boca.
* Gozo y alegría c
y un nombre eterno le dará ella en herencia.
' No la conseguirán las gentes insensatas
ni la verán los hombres protervos.
. * Lejos está de los insolentes,
v los embusteros no piensan en ella.
0 No es oportuna la alabanza en boca del pecador,
1,1 pues no le ha sido atribuida por Dios.
[10] Por la boca del sabio ha de ser pronunciada la alabanza,
y Aquel que es dueño de ella la enseña d.
" No digas : «De Dios procede mi pecado» e,
porque lo que El aborrece no hace f.
12 No digas : «El me ha seducido» ;
pues no tiene necesidad de los inicuos.
*M Y fija LA ESTACA : fijar un clavo en las paredes de la sabiduría y establecer la
tienda cerca de sus manos quiere decir colocar juntas las dos tiendas, de suerte que
las estacas y cuerdas de la una se junten con las de la otra.
la] En la mansión del bien o de la felicidad o en buena morada ; otros tradu-
cen H : ty en ella se establece sólidamente» (Lévi).
-| K 1 Poseedor de la ley o depositario de ella, quien se acoge a ella.
3 I.E alimentará : la sabiduría se da en alimento al alma humana, carácter que
la asemeja a Nuestro Señor, alimento del hombre no sólo por la Eucaristía, sino
también por su gracia y doctrina.
' No la conseguirán : nada hace tan necios a los hombres como la malicia — dice
San Crisóstomo — y nada tan sabios y prudentes como la virtud.
9 No es oportuna : la oración y la adoración sólo agradan a Dios cuando las inspira
El con su gracia. Se trata aquí de la alabanza de Dios ; otros entienden de la sabi-
duría.
• lu No le ha sido atribuída o dada en herencia la sabiduría.
I1"] Aquel que es dueño de ella : e. d., el señor y dispensador de la .sabiduría.
— I2II —
15 13-16 ii
ECLESIÁSTICO
15 13-16 n
u e El mal y la abominación * odia Yahveh
y no lo deja acaecer a h los que le temen.
14 Dios desde el principio creó al hombre
y le dejó en mano de su decisión.
10 [Añadió sus mandatos y preceptos:]
"i, «Si quisieres, guardarás los mandamientos
y la inteligencia 1 precisa para hacer su beneplácito.
"16 Ante ti ha colocado el fuego y el agua :
a lo que quizás extiende tu mano.
JS„ Ante el hombre está la vida y la muerte :
lo que le pluguiere le será dado.
1B18 Porque es grande la sabiduría de Yahveh,
que es fuerte en poder y ve todas las cosas.
Los ojos de Dios > miran a sus criaturas '
y El conoce toda obra humana.
aM No ha mandado al mortal pecar k
ni ha dado licencia a los embusteros.
Castigo divino del pecado. Dios, Creador
I f\ ' ^° desees multitud a de hijos inútiles
y no te regocijes por tener hijos impiadosos.
[2] Incluso si prosperaren b, no te hinches c por ellos
si no está con ellos el iemor a Yahveh.
't No tengas confianza en su vida
ni fundes esperanzas en su destino d.
' Porque vale más uno que hace la voluntad [divina] que mil,
4 y morir sin hijos que tener hijos impíos
"4 Por uno solo temeroso de Dios f se puebla la ciudad,
mas por la tribu de pérfidos queda asolada.
% Muchas cosas como éstas han visto mis ojos,
y más fuertes aún ha oído mi oreja.
'„ En el conventículo de los impíos se enciende un fuego,
y contra una nación perversa se ha inflamado la ira [divina].
En efecto, no perdonó a los gigantes antiguos,
que se rebelaron antiguamente prevalidos de su fuerza ;
°8 y no se compadeció de los conciudadanos de Lot,
que estuvieron en abominación e por su orgullo.
Tampoco se compadeció de la nación anatematizada,
que fué aplastada por sus pecados.
"„, De igual manera, los seiscientos mil de a pie,
que habíanse convenido en la soberbia de su corazón.
" De su decisión : consejo, inclinación o voluntad.
"„ Si quisieres : con esto se da a entender que el hombre tiene libertad para obrar,
como siempre que habla en estos términos la Sagrada Escritura.
1(l18 Porque es grande : Dios posee la sabiduría, el poder y la ciencia. La sabiduría
pone el bien y el mal en presencia del hombre ; su ciencia considera el uso que hace
de su libertad ; y su poder, tras de haber ayudado al hombre por la gracia, se ejercita
recompensando o castigando, según la elección que éste hubiere hecho.
1 R 1 Lni'tiles : "t-. hüos de vanidad o falsos, inútiles, perversos.
■'■^ \ Su vida : e. d., su porvenir.
- VALE más uno que mu. : esto es, un hijo temeroso de Dios que mil impíos.
* Y morir sin hijos : cosa para los judíos más vergonzosa que la desgracia de
tenerlos malos.
10, Tampoco se compadeció : quizá haga alusión a los israelitas en el desierto
iNúm. 14, 29), lo mismo que el v. siguiente.
II Habíanse convenido o conjurado: o bien, como otros prefieren, fueron urtrtm-
ttidos por la muerte, como en 8, 7.
— 1212 —
16 12"31
ECLESIÁSTICO
16 12'31
[u] Aunque hubiese habido uno solo de tiesa cerviz,
maravilla habría sido que hubiese quedado impune.
'*„ Porque misericordia e ira hav en El,
poderoso en perdones y derramador de cólera L.
Bu Tan grande como su misericordia es su castigo :
juzga a cada uno según sus obras.
"13 No se escapará con [su] rapiña el malhechor
y no frustrará El la esperanza del justo siempre.
15,« Todo el que ejerce la caridad tendrá su recompensa 1
y cada cual recogerá sus obras
No digas : Estoy oculto a Dios,
y en las alturas, ¿ quién se acordará de mi ?
IT,a En la densa multitud no seré conocido,
pues ¿ qué es mi alma en la inmensidad de los espíritus k?
"„ lie aquí que el cielo, y el cielo de ios cielos, y el abismo y la
[tierra,
cuando El desciende a ellos, tiemblan ; cuando los visita 6e
[estremecen.
"„ Igualmente, las bases de los montes y los fundamentos de la
cuando El los mira, se conmueven de terror. [tierra,
Tampoco en mí para mientes ',
n18 y mis m caminos, ¿ quién considerará t
P*l "Si yo peco, ojo ninguno me percibe,
B o si miento en secreto, ¿quién lo sabrá? n
[jo] La obra de justicia, ¿ quién le anuncia,
0 y qué esperanza voy a tener por el cumplimiento de mi
:321 Los faltos de cortura se imaginan estas cosas, [tarea 0 ?
y el insensato piensa esto mismo.
Mj2 Escucha, hijo mío », y aprende mi enseñanza
y a mis palabras presta atención.
aa Yo expongo con medida mis pensamientos "
y con moderación manifiesto mi ciencia.
\ Cuando al principio Dios creó sus obras r
* y desde su creación distribuyó sus partes *,
" ordenó para siempre sus obras
y su gobierno por las sucesivas generaciones.
Ni tienen hambre ni se cansan
y no cesan en sus trabajos.
M Ninguna estorba a su vecina
*°2S y jamás desobedecerán su palabra.
'"jb Después de estas cosas miró el Señor la tierra
y la ha colmado de sus bendiciones.
"30 Cubrió la faz de la tierra con la vida de todo ser vivo,
y a ella habrán ellos de volver.
an El cielo de los cielos : el cielo más alto, en donde reside Dios, por oposición
al firmamento que vemos.
"j, Al principio : lit., desde el principio, antes que todos los tiempos, tenía Dios
conocimiento eterno de todos los seres posibles y la determinada voluntad de traer
algunos a la existencia.
37 .Su gobierno : o también, sus principios ; otros, «su territorio (dominio) según
sus especies» (Eberharter). || Ni tienen hambre: significa esta expresión que los
astros obedecen inflexiblemente a! primer impulso del Creador.
Karrán ellos de volver : lit., será su vuelta de ellos.
17 1-22
ECLESIÁSTICO
17 1-22
Relaciones del Creador con el hombre (continuación)
1 El Señor formó al hombre de tierra
\ y de nuevo le hace volver a ella.
\ Días contados y tiempo [determinado] le concedió
y le di> potestad sobre los seres que en ella existen.
[3] Los revistió de fuerza con arreglo a su naturaleza
y a su imagen de El los hizo.
4 E infundió su temor sobre toda carne,
de suerte que señoreen a las fieras y los pájaros.
\ Formó a lengua y ojos,
[y] oídos, y un corazón les dió para pensai.
•7 Los llenó de una ciencia inteligente
y mostróles los bienes y los males.
'8 Puso su ojo en el corazón de ellos
para manifestarles la grandeza de sus obra».
\0 Y alabarán así su nombre santo,
describiendo las grandezas de sus obras,
"u [Para esto] puso en ellos ciencia,
y ley de vida les dió en herencia.
10,2 Estableció con ellos alianza eterna
y les ha mostrado sus juicios.
"13 La grandeza de su gloria vieron sus ojos
y la gloria de su voz oyó su oreja de ellos.
["] Y les dijo : ¡ Guardaos de toda iniquidad ! ;
y dió a cada uno precepto acerca de su prójimo.
"10 Los caminos de ellos ante El están siempre ;
",; a cada pueblo puso un soberano,
mas Israel es la porción hereditaria del Señor.
'",» Todas las obras de ellos están ante El como el sol,
y sus ojos continuamente sobre los caminos de ellos.
172o No están ocultas sus iniquidades para El,
y todos los pecados de ellos se hallan delante del Señor.
1S22 La limosna del hombre le es como un sello,
y El conservará la gracia del hombre como la pupila,
"¡a Después de esto se levantará y los perdonará,
y pagará en su cabeza lo que a cada cual es debido.
"'n24 Por lo demás, concede vuelta a los que se arrepienten
y consuela a los faltos de paciencia.
w2t Conviértete al Señor y deja el pecado,
■"'25 suplica en su presencia y disminuye tropiezos.
"I T \ Puso su ojo : hebraísmo que significa que Dios tuvo especial cuidado de
• >¡u inteligencia para dirigirla.
9n Ley de vida : parece ser la ley dada en el monte Sinaí.
Alianza eterna o perpetua en sus pantos fundamentales, que reproducen la le\
natural y ordenan siempre las relaciones de Dios con el hombre.
"„ La grandeza de su gloria : se alude en este versículo a los fenómenos que
acompañaron la promulgación de la ley.
Israel es porción o parte hereditaria del Señor : se la reservó para esta-
">„., Como un sello : el sello era cosa entre los antiguos muy importante. Asi es
que en la Escritura se suele comparar a un sello una cosa a que se tiene mucho apego
(Cant. 8, 6). El sentido, pues, de este v. es que Dios ama y guarda como un sello
la pupila del ojo o la limosna y favores hechos al prójimo. || La gracia : o bien, el
beneficio.
-"..^ Paciencia : o bien, resistencia, constancia, esperanza.
— 1214 —
17 23-18 13
ECLESIÁSTICO
17 23-18 13
m„ Tórnate al Altísimo y deja la injusticia
y aborrece la abominación hasta lo sumo.
■' [y conoce las justicias y los juicios de Dios, [altísimo. 1
y persevera en la suerte que se te propone y en la oración del Dios
K„ ¿ Quién loará al Altísimo en el seol, [menaje ?
en lugar de los vivos y de aquellos que pueden tributarle ho-
"a Del muerto, el que ya no existe, desaparece la alabanza ;
"¡a quien vive y está sano puede alabar al Señor,
^o, ¡ Cuán grande es la misericordia del Señor
y [su] perdón para los que a El se tornan !
"ao Porque todas las cosas no pueden estar en los hombres,
pues el hijo del hombre no es inmortal. ^ [eclipsa!
303i ¿Qué cosa hay más resplandeciente que el sol?, ¡y él mismo se
¡ Y [el hombre] de carne y sangre medita el mal !
813; Aquél contempla el ejército del alto cielo,
y los hombres todos son tierra y ceniza.
Relaciones del Creador con el hombre (continuación).
Avisos para prevenirse contra la desgracia. Imperio del
alma o gobierno de sí propio
io ' El que vive en eternidad creó todas las cosas a un tiempo.
["] Sólo el Señor es hallado justo.
A nadie le ha concedido contar sus obras,
¿ y quién puede escudriñar sus grandezas ?
4S Su ipoderosa grandeza, ¿quién podrá calcular?
¿Y quién llegará a contar sus misericordias?
\ No hay disminuirlo ni añadirlo :
no hay escudriñar las maravillas del Señor. [mienza ;
Cuando el hombre ha terminado [de contarlas], entonces co-
y cuando se detuviere, entonces dudará [qué ha de pensar].
\ ¿ Qué es el hombre v cuál es su utilidad ?
¿Cuál es su bien y su mal?
\ El número de los días del hombre,
cuando mucho, cien años.
[10] Como gota de agua en el mar y grano de arena,
así son sus pocos años en el día de la eternidad.
•„ Por eso ha sido el Señor tan longánimo con ellos
y vierte sobre ellos su misericordia.
10,3 Ve y conoce que su fin es malo ;
u12 por eso multiplica su perdón.
'\, La compasión del hombre es con su prójimo ;
la piedad de Dios, para con toda carne,
13 reprendiendo, corrigiendo, enseñando
y conduciendo como un pastor su rebaño.
^ „ Todas las cosas : quiérese dar a entender rme la miseria de nuestra naturaleza
1 s una de las causas de la bondad de Dios.
Y el HOMBRE de carnf. y sangre l texto dudoso ¡ cabe traducir «y el malo no
soñará sino con (o se cuidará de) carne y sangre» ; otros corrigen : ■ ¡y el hombre,
Creación de carne y sangre!».
n.a El ejercito dei. alto cielo : o sea los astros.
1Q 1 A un tiempo : en este texto fundó San Agustín, seguido por otros varios, su
idea de la creación instantánea. Otros traducen : «en suma, íntegramente...».
; Utilidad: o bien, «aptitud, valía».
C"l En el día de la eternidad : quiere decir que se- abre para él la eternidad,
n también, a la luz del día de la eternidad.
— 1215 —
18 H-33
ECLESIÁSTICO
18 14-33
14 De los que aceptan su corrección se apiada
y los que se dan prisa en cumplir sus juicios.
15 Hijo, a los beneficios no añadas reprensión
ni a ninguna donación palabras mortificantes.
u ¿ Por ventura el rocío no templará el calor ?
Así es mejor la [buena] palabra que el don.
11 ¿ No ves que una palabra es más que un buen don ? ;
pero ambas cosas se hallan en el hombre caritativo.
18 El insensato injuria con desagrado,
y el don del envidioso anega en llanto los ojos.
18 Antes de hablar aprende,
20 w y antes de la enfermedad toma remedio.
[x] Antes de juzgar examínate a ti mismo,
y al tiempo de la visita hallarás perdón.
=1 Antes de enfermar humíllate,
v en el tiempo de los pecados muestra tu conversión.
m Nada te impida cumplir a tiempo el voto,
y no esperes hasta la muerte para justificarte.
a Antes de hacer un voto, prepárate,
y no seas como hombre que tienta al Señor.
M Acuérdate de la ira en los días postreros [no verte].
y en el tiempo de la venganza, cuando aparte su rostro [para
26 Recuerda el tiempo del hambre en el tiempo de la abundancia ;
la pobreza y la necesidad en los días de riqueza.
M De la mañana a la tarde cambia el tiempo,
y toda* las cosas son breves delante del Señor.
El hombre sabio en todas las cosas anda prevenido,
y en tiempos de pecados se guarda de faltas.
* Todo hombre sensato conoce la sabiduría,
y al que la ha encontrado da alabanzas.
29 Los prudentes en palabras se presentan ellos mismos como sa-
y hacen llover sentencias exactas. [bios
30 No vayas tras tus concupiscencias
y apártate de tus antojos.
s,3„ Si concedieres a tu alma el placer de su apetito,
ella te convertirá en regocijo de tus ** a enemigos,
"a, No te goces en la abundancia de delicias,
pues doble es su pobreza.
**32 No seas glotón ni ebrio,
sin tener nada en la bolsa.
2°it Antes de LA enfermedad : por aquello de que vale más prevenir que curar.
ffl HUMÍLLATE : por la abstinencia... Este v. debe entenderse de las enfermedades
del alma, si bien la vida sosegada y humilde es lironda de salud.
20 Para justificarte : o ponerte en regla
27 En tiempos de pecados... : quiere decir los tiempos malos en que el pecado se
comete.
80 Apártate de tus antojos : o bien, reprime tus deseos, e. d., dirígelos para que
nada humano degenere en pasión.
■ El placer : o bien, la satisfacción.
3331 En i.a abundancia de delicias: H más bien «en un pequeño placer». || Doble
es su pobreza o miseria : e. d., la que de ella resulta. G es muy diverso ; «y no te
dejes ligar por el gasto» (otros, «a su sociedad») ; otros, «no te apegues a sus jiras».
" No seas glotón... : G «No seas pobre buscando (o corriendo tras) los banquetes
con dinero prestado...»
— I2IÓ —
igl-21
ECLESIÁSTICO
19 i-'¿1
imperio del alma (continuación)
1 O El que hace esto a no se hará rico,
v quien menosprecia la mengua se perderá.
2 El 'vino y las mujeres extravían el corazón b,
\ y el alma apasionada arruina a quien la posee c.
* [*] Gusanillos y gusanos serán su herencia,
y el alma audaz será arrebatada.
' Quien confía de ligero es liviano de corazón,
v quien peca se perjudica a sí mismo.
5 Quien se regocija en [los deseos de] su corazón d será conde-
["] >' el que aborrece la habladuría se guarda la malicia. [nado,
7 No repitas jamás una palabra,
y nada perderás.
8 No la cuentes ni al amigo ni al enemigo
y, a no ser que haya para ti pecado, no la reveles.
* Pues te oirá y se guardará de ti
y, llegado el momento, te odiará.
10 ¿ Oíste una palabra ? ¡ Muera contigo !
Confía, no te hará estallar.
a Ante una palabra padece el necio dolores de parto,
como por la criatura de su seno la parturienta.
" Flecha clavada en la carne del muslo
es la palabra en las entrañas del necio.
15 Reprende al amigo, si él no hizo algo,
y si lo hizo, para que no lo repita.
14 Reprende al amigo, si él no dijo algo,
y si lo dijo, para que no lo repita.
u Amonesta a [tu] amigo, pues a menudo hay calumnia,
'Y,..* y no creas toda palabra.
Hay quien resbala, pero no con mala intención.
"„,.„ Y ¿quién no ha pecado por su lengua?
Amonesta a [tu] prójimo antes de amenazarle,
'V y da lugar a la ley del Altísimo.
[M] Toda sabiduría es el temor del Señor
y en toda sabiduría hay observancia de la ley.
%¡ Pero no es sabiduría alguna la ciencia de la maldad
y no hay prudencia en el consejo de los pecadores,
"s, Hay habilidad que es un oprobio
v existe necio menguado de sabiduría,
"s, Vale más el temeroso de Dios menor en inteligencia
que el que abunda en ingenio y traspasa la ley.
-I Q 1 Mengua : disminució,i o daño; otros, «moderación», «lo pequeño». || Se per-
dera : C, mas bien «pronto caerá*.
1 Quien confia o cree df ligero : aun en verdades religiosas no fundadas en mo-
tivos de credibilidad.
" Ante una palabra : o sea por una sola palabra que suarda en el vientre.
13 Si él no hizo algo : el v. (como el 14) es oscuro y se traduce muy diversamente ;
otros, «por si no hizo fio que se le achacal», «para que no cometa [la faltal», «[aun-
que '1 tal vez no lo haya hecho»...
B H»Y calumnia : y podrá precaverse no dando pretexto siquiera a la malicia
enemiga
A LA LEY DEL Ai.rísiMo : que manda no juzsar temerariamente y prohibe ven-
Ciencia de la maldad: o doctrina del mal, o conocimiento de la perversidad.
-". Kxisir necio menguado o falto de sabiduría; e. d., a quien sólo le falta la
ítoidurfa ; otros corrigen este vocablo y leen maldad.
" Vale más : porque en el de menos inteligencia caben honradez y otros méritos
39
19 22-20 U
ECLESIÁSTICO
19 22-20 11
•225 Hay habilidad consumada, pero injusta ;
"üs.m y hay quien pervierte el derecho para manifestar el favor.
Hay perverso que se encorva caminando en negra vestimenta
y su interior está lleno de fraude ;
M„ baja el rostro y es sordo de un oído,
v si no es advertido, se te anticipará.
SB Y si por falta de fuerza es impedido de pecar,
cuando encuentre ocasión hará el mal.
'Vi Por el aspecto se conoce al hombre
y por el semblante del rostro reconócese al sensato,
"so El atuendo del varón, la risa de los dientes
y los pasos del hombre revelan sus interioridades.
3, Hay una reprensión que no es oportuna,
y hay quien calla, y ése es prudente.
De! dominio de la lengua (continuación). Ventajas
de la sabiduría
on 'a ¡Cuánto mejor es amonestar que irritarse!
¿¡\J p] y e] que confiesa [su culpa] será librado de daño.
2 [Como] deseo del eunuco de desflorar una doncella,
s, así el que quiere obrar la justicia por fuerza.
4 tICuán hermoso es que el corregido manifieste arrepentimiento,
porque así evitará el pecado voluntario!] a » *
\ Hay quien calla y es tenido b por sabio,
y hay quien es despreciado por su mucha palabrería.
c5 Hay quien calla porque no tiene respuesta
y hay quien guarda silencio porque considera el momento
\-, El sabio calla hasta .el momento oportuno ; [oportuno
pero el necio no tiene en cuenta las circunstancias c.
8 * Quien se derrama en palabras será detestado,
y quien se toma libertades será odiado.
9 Hay éxito en los males para un hombre
y hay hallazgo que trae pérdida.
10 Hay don que no te será de provecho
y hay don que será premio doblado.
" Hay humillación por causa de la gloria
v hay quien del envilecimiento levantó la cabeza.
23 Hay quien pervierte : parece significar esta frase que abusan muchos del favor
para lograr sentencia favorable, aunque sea injusta. \ Kn NEGRA vestimenta: o bien
en la negrura del disimulo o de un negro pesar que es sólo fingimiento. Otros, «se
encorva de pesar*.
M,7 Se te anticipará a obrar mal : otros, «te engañará» (Eberharter).
Por el aspecto : esta regla es, por lo general, verdadera, porque «el hábito do
la mente — dice San Ambrosio — se descubre en el cuerpo, el rostro, la voz, etc.».
20
o las circunstancias • ' qcasifrl
ibiendo el momento [oportuno]»,
e. d., hasta que le aconseje habU
— I2l8 —
20 12"33
ECLESIÁSTICO
20 í2-^
IJ Hay quien compra muchas cosas por poco
y las paga siete veces más. * *
u12 El sabio con una d palabra se hace amable °,
pero las amabilidades de los tontos se derraman en vano
" * El don del necio no te aprovechará,
porque sus ojos son muchos en vez de uno.
a Poco dará y reprenderá muchas cosas,
y abrirá su boca como un pregonero.
"„ Hoy dará a préstamo y mañana exigirá :
aborrecible es tal hombre.
,;„ El insensato dice : No tengo amigo ;
y no hay agradecimiento para mis beneficios.
"„ Los' que comen mi s pan son engañadores de lengua.
¡ Cuántas veces y cuántos se reirán de él !
19 [Porque no ha recibido el haber en una ciencia justa
y no tener le es indiferente.]
'•■"js Una caída en el suelo vale más que caída de lengua ;
así !a caída de los malos vendrá súbitamente.
Hombre sin gracia, cuento importuno :
estará continuamente en boca del mal educado.
"jo Será rechazada la sentencia de la boca del necio,
porque no la dirá a su tiempo.
*» Hay quien es impedido de pecar por indigencia
y en su reposo no se afligirá.
% Hay quien pierde su alma por vergüenza,
y por la presencia de un necio la perderá.
"a Hay quien por vergüenza promete una gracia al amigo
y se granjea gratuitamente un enemigo.
** Oprobio malo es en el hombre la mentira ;
en boca del malcriado se hallará de continuo.
rM Mejor es un ladrón que el hecho a mentir ;
pero uno y otro heredarán la perdición.
s¡, La costumbre del hombre mentiroso es ignominia
y su vergüenza le acompañará siempre.
El sabio por las palabras se acredita a sí propio,
y el hombre prudente gusta a los grandes.
**m Quien cultiva la tierra aumentará su montón,
y el que place a los grandes se hará perdonar la injusticia,
"á Regalos y dones ciegan los ojos de los sabios,
y como bozal en la boca ladean los reproches.
K,0 Sabiduría oculta y tesoro escondido,
¿ qué provecho hay en ambos ?
"31 Mejor es el hombre que tapa su necedad
que el hombre que oculta su sabiduría.
12 Hay quien compra : y de igual modo quien piensa lograr a poca costa la feli-
cidad de este mundo y le cuesta ello perder el sosiego, la salud y con frecuencia la
vida eterna.
uv. Amabilidades : caridades, favores o gracias.
H Sus ojos son muchos : indicio de codicia.
1SI7 Engañadores de lengua : otros, «olvidadizos de lengua» ; otros, ctienen mala
lengua».
a19 Sin gracia : o también, desagradable, descortés...
a,, Impedido de pecar : porqne carece de medios para ello.
La costumbre : o carácter ; otros corrigen «el fin».
x^ El que place a los grandes : no se refiere al adulador que compra con bajezas
la impunidad, sino al sabio que con prudencia conquista la estima de los ricos y
merece indulgencia.
— I2ig —
21 i-20
ECLESIÁSTICO
21 i-20
Exhortación a evitar el pecado. Parangón entre el sabio
y el necio
1 Hijo, ¿ pecaste ? No vuelvas a hacerlo
y ora por tus anteriores [faltas].
2 Como de la presencia ele la serpiente huye del pecado,
pues si te acercares te morderá.
\ Dientes de león son los dientes de él,
que destruyen las almas de los hombres.
\ Como espada de dos filos es toda ilegalidad :
no hay cura para su herida.
\ Vértigo e insolencia devastarán la riqueza ;
asi será asolada la casa del orgulloso.
"E La plegaria del pobre va de la boca a sus oídos
y su juicio vendrá de súbito.
Quien odia la reprensión en las huellas del pecador [camina],
y el que teme al Señor se convertirá de corazón.
s7 De lejos es conocido el poderoso de lengua,
y el hombre sensato sabe cuándo resbala.
9s Quien fabrica su casa con bienes ajenos
es como quien recoge sus piedras para el invierno.
La junta de los inicuos es estopa hacinada,
y su fin, llama de fuego.
"10 El camino de los pecadores está allanado con piedras
y a su terminación [se halla] la hoya del seol.
'■„ El que guarda la ley domina sus pensamientos,
13n y el resultado del temor del Señor [es la] sabiduría.
",2 No se deja educar quien no es hábil ;
1512 [mas] hay una habilidad que multiplica el amargor.
,613 La ciencia del sabio crecerá como una inundación,
y su consejo es como fuente de vida.
Las entrañas del insensato son como vaso quebrado :
no retendrá sabiduría alguna.
,8i5 Si el inteligente oyere palabra sabia,
la hará y [aun] añadirá a ella ;
oyóla el libertino y le desagradó
y la echó a su espalda.
",8 La explicación del insensato es como una carga en el camino ;
pero en labios del inteligente hállase la gracia.
*m La boca del prudente será solicitada en la asamblea,
y corazón adentro el hombre considerará sus palabras.
€\-t 1 No vuelvas: errar es de hombres; perseverar en el yerro, de diablos, dice
1 1 proverbio.
13 Ilegalidad: o violación de la ley, anarquía, iniquidad. || No hay cura : quiere
decir remedio natural. Para curarla es preciso la gracia de Lios.
es VendrA de súbito : o pronto ; le castigará- el Señor cuando más descuidado esté
De lejos : dice que el hombre de fácil palabra seduce a la turba por la brillan-
tez de sus discursos ; pero el sabio pronto descubre lo fuerte y débil de su argumen-
tación. || Sensato: o perspicaz, inteligente.
98 Piedras para el invierno : las construcciones de invierno, por las lluvias y el
frío, son poco sólidas. Pero algs. corrigen: para un teso de escombros.
"]3 La ciencia, o bien, el conocimiento del sabio crecerá como una marea o un
diluvio.
"„ Añadirá a ella : o también, se adherirá a ella.
— 1220 —
21 21~22 10
ECLESIÁSTICO
21 21-22 i°
",8Como casa derrocada, así es para el necio la sabiduría ;
y la ciencia del tonto, palabras incoherentes.
"„ La instrucción es para el necio como grilletes en los pies
y como esposas en la mano derecha,
"a, El insensato al reírse alza su voz ;
mas el hombre cuerdo apenas se sonreirá con tranquilidad
M,, Como adorno de oro es la instrucción para el prudente,
v cual brazalete en el brazo derecho.
»„ El "pie del insensato se apresura [a entrar] ligero en una casa.
mas el hombre experimentado recela al ingreso.
M2, El insensato desde la puerta se asoma a la casa,
pero el hombre educado fuera permanecerá. [la puerta,
K..4 La falta de educación de un hombre hácele escuchar detrá- d<
mas al prudente se le hará pesada tal desvergüenza.
a,5 Los labios de los imprudentes narran tonterías \
pero las palabras de los prudentes serán pe-adas en la ba-
"„ En la boca de los insensatos está su corazón, [lanza.
mas el corazón de los sabios es su boca.
30j, Cuando el impiedoso maldice al contrario,
él mismo se maldice.
3128 El murmurador se mancha a sí mismo
y será aborrecido en su vecindad.
Del proceder con los necios. La conservación de
la amistad
22
A una piedra ensuciada se parece el perezoso,
v todos silban sobre su ignominia.
■ A boñiga de fiemo fué comparado el perezoso :
todo el que la toca sacude las manos.
* Vergüenza del padre es la generación de un [hijo] desnatura-
pero [si es] una hija, será un menoscabo. [lizado ;
' Una hija prudente será una herencia para su marido ;
y la que es causa de afrenta será la tristeza de su engen-
' Al padre y al marido avergüenza la descarada [drador.
y por ambos será menospreciada.
" Narración importuna, música en funeral ;
azote y corrección en todo tiempo son sabiduría.
*, Quien ensena a un necio encola un barro cocido,
", despierta a un dormido de profundo sueño.
',o Quien explica a un necio despierta a un adormecido
y dirá a lo último : ¿Qué es?
ie,, Llora por un muerto porque ha perdido la luz
y llora por un necio porque ha perdido la inteligencia.
aM Con tranquilidad : o sin ruido.
Recela al ingreso : otros, tse intimida ante la entrevista (o encuentrnu, «lle-
vara vergüenza en la cara».
pp 1 A una piedra : por esta comparación puede echarse de ver la repugnancia
que a los orientales inspiraba la pereza.
3 Desnaturalizado: también, malcriado, ignorante. ¡| Menoscabo: o pérdida.
4 Una hija prudente : téngase en cuenta para entender este versículo que la mu-
jer judía no aportaba dote al matrimonio ; su dote hablan de ser sus cualidades
morales.
,0M H* perdido: o bien, con otros, «se ha extinguido!, «le ha abandonado» i: II'
pprdido <2.' vez) : o bien, ha terminado
— 1221 —
22 n-32
ECLESIÁSTICO
22 u-32
" Llora puco por un muerto porque descansó,
pero ki vida de un necio peor es que la muerte.
'- Ei duelo de un muerto siete días [aura],
Mu Con el necio no multipliques palabras
"u Guárdate de él para que no tengas sufrimiento,
y no serás manchado con su contacto.
Evítale y hallarás reposo,
y no te desalentarás por su falta de comprensión.
i:u¿Qu¿ pesa más que el plomo?
V ¿ cuál es su nombre sino el de insensato r
"lt Arena y sal y maza de hierro
son más fáciles de llevar que el hombre insensato
La trabazón de madera ajustada a un edificio
en caso de terremoto no será desunida ;
así un corazón fundado sobre convicción sensata
-"l6 no temerá en tiempo ninguno.
l'M Un corazón establecido soore reflexión razonable
es como revoque de arena en una pared pulida.
■'iS Estacas u coiocauas en lugar alto
y a contraviento no pueden sostenerse ;
2I,8 así el corazón medroso ante la reflexión del necio
contra ningún temor se sostendrá. (todo tiempo,
así también el que permanece siempre en los mandamientos de 1 ios.j
Quien hurga en los ojos atraerá las lágrima»,
quien hurga el corazón hace patente el sentimiento,
■"■¡o Quien lira una piedra a los pájaros ios dispersa,
y el que ultraja al amigo descompone la amistad.
*« Aunque nayas sacado la espada contra el amigo,
no desesperes, porque existe vuelta.
"M Aunque hubieres abierto la boca contra el amigo,
no temas, pues hay reconciliación ;
quitados el escarnio, la altanería,
revelación de secreto y golpe traidoi,
por estas cosas huirá el amigo.
\3 Guarda fidelidad ai prójimo en la pobreza,
a fin de que en sus prosperidades gocéis junto».
-;'2J En tiempo ae tribulación permanece con el,
para que en su herencia seas coheredero.
M Antes que fuego, vapor de agua y trumó :
así antes de que naya sangre, nay injuria-,
3\6 No me avergonzaré de proteger al amigo,
y no me ocultaré de su presencia.
I2*] Y si por causa de él me sobrevinieren malea,
J%6 todo nombre que lo oyere se guardará de él.
doiia Blanca de Castilla a su hijo San Luís.
'- Kl duelo de un muerto duró al principio más entre los judíos, Blas luego se
redujo, por lo general, a siete días.
w Falta de comprensión : otros, «locura, holgazanería...».
1U1(J Trabazón : ensamblaje o revestimiento de madera (o vigas).
I1'! Kf.vouue l>k arena : habla el autor, más bien que de la belleza, de la solidez
que se daría al revestimiento de los muros con aquella mezcla.
•n1J Estacas colocadas : debe de referirse este versículo a las empalizadas que se
usaban para la protección de las viñas, que colocadas en alto ofrecerían escasa re-
sistencia.
» La reflexión del necio : o la convicción del insensato o convicciones insensatas.
**„ Hurga : otros, «punza».
— 1222 —
22 33-23 14
ECLESIÁSTICO
22 33- 23 14
"e, ¡Quién me diera guarda sobre mi boca
y sobre mis labios sello eficaz,
para no caer por su culpa
y que mi lengua no me pierda !
Plegaria en preservación de distintos pecados,
doctrina sobre la boca...
Señor, padre y dueño de mi vida,
no me abandones al consejo de esas cosas *,
no me dejes caer en ellas.
¡ Quién aplicará azotes a mi pensamiento
y a mi corazón b la educación de la sabiduría b,
para que mis errores no traten con miramiento
v las faltas de ellos no toleren,
no sea que se aumenten mis ignorancias
v abunden mis pecados,
v caiga ante los adversarios
v se regocije el enemigo !
Señor, padre y Dios de mi vida,
no me des ojos altivos
v anartn de mí la codicia.
El deseo del vientre y la impureza no se apodere de mi
y al alma desvergonzada no me entregues.
: La instrucción de la boca, escuchad, ¡oh hijos ,
v quien la guarde no será cogido.
* Por sus labios será atraoaclo el pecador,
v el maldiciente y el soberbio tropezarán en ellos
* Al juramento no acostumbres tu boca
v no tomes el hábito de nombrar al Santo.
",0 Porque como un esclavo sometido con frecuencia a examen
no evitará el verdugón,
así el que jura y nombra [al Señor] a cada paso
no se verá limpio de pecado.
El hombre hecho n jurar se llenará de iniquidad
v no se apartará el látigo de su casa.
" Si faltare, su pecado estará delante de él,
y si no le presta atención, peca el doble ;
" v si jura fnlspmente, no será disculpado,
porque será lleno de castigos.
* Eficaz : otros, «prudente, ingenioso, primoroso...».
eyo 1 APLICARÁ azotes : el azote es aouí símbolo ríe la autoridad del que manda y d<
la disciplina del que obedece. |l ERRORES: fallas o extravíos.
3 Ignorancias : o bien, delitos, yerros.
B, Oíos altivos : la soltura en la vista es precursora del pecado de imnureza.
6 Deseo del vientre : sed de placeres o sensualidad, aunque leen algunos comen-
taristas «la intemperancia» o glotonería.
10.. Nombrar ai. Santo es tomar en boca él nombre de Dios sin razón suficiente
12,, Iniquidad ■ o bien, menosprecio o infracciones de la lev.
13 Si faltare: adviértase que el autor distingue tres modos de Jurar pecaminosa-
mente : i.°, jurar sin necesidad ; 2.', de propósito y por costumbre ; j .", jurar en vano
O cometer perjurio a sabiendas, cosa muy grave.
23
— 1223 —
23 15-»
ECLESIÁSTICO
23 15-35
™„ Hav un hablar que está trabado con la muerte :
t ¡ Ojalá] no se encuentre .en la posteridad de J«e«b !
" De los piadosos han de ser apartadas tales cosas,
y no se revolcarán en los pecados.
",a A la impudente grosería no habitúes tu boca,
porque en ella hay palabras pecaminosas.
"« \cuérdate de tu padre y de tu madre
cuando te sientes en medio de los grandes,
" no sea que te olvides en su presencia
y, llevado de tu costumbre, hagas el tonto,
y desees no haber nacido,
y maldigas el día de tu nacimiento.
Mtí El hombre avezado a palabras de afrenta
en todos sus días no se enmendará.
ai, Dos especies [de hombres] acumulan los pecados,
y la tercera atrae la ira.
M,! Una pasión fogosa como ruego ardiente
no se apagará hasta ser consumida °.
a El hombre impuro en el cuerpo de su carne
no cesará hasta que le abrase el fuego.
* Al hombre lujurioso todo pan le es dulce :
no se calmará hasta que haya muerto.
"ib El hombre que viola su lecho
dice para sí : «¿ Quién me ve ?
MiS La tiniebla me envuelve y las paredes me encubren,
v nadie me ve, ¿qué temer?
El Altísimo no se acordará de mis pecados.»
:,„ d Pero los ojos de los hombres son su miedo
* y no conoce que los ojos del Señor
son mil veces más esclarecidos que el sol :
observan todos los caminos de los hombres
V contemplan los más escondidos rincones.
"so Antes de ser creadas, todas las cosas eran de El conocidas,
y otro tanto después de estar acabadas.
'"o, Este tal será castigado en las plazas de la ciudad
y capturado en donde no pensaba.
81 |Y será deshonrado delante de todos
porque no comprendió el temor del Señor ]
**,s Así también la esposa que ha abandonado a su marido
y ha logrado heredero de otro,
"sa Pues primero fué infiel a la ley del Altísimo,
y en segundo lugar ha faltado a su marido,
y en tercer lugar adulteró fornicando
y de hombre extraño ha logrado hijos.
*V, Esa tal será conducida a la asamblea
y tocante a sus hijos habrá investigación.
ma Sus hijos no echarán raíces
v las ramas de ella no darán fruto.
"„ Está trabado : nos enrosca con la muerte, va derecho a la muerte, merece la
muerte.
Impudente : repugnante, inconveniente.
wl4 Acuérdate : exhorta a la humildad y a vigilar las palabras.
*•„ No se enmendará : o no admitirá crianza, no será educado, e. d., es sumamente
difícil deshacerse de costumbres groseras e impuras.
BM Dos especies : parece condenar anuí el autor sagrado tres clases de pecados im
puros: el olma cálida, pecador solitario; 2.°, el que comete falta o peca con
soltera ; 3.° el de la mujer que deja al marido, o sea el adulterio.
ais Viola su lecho : más lit., se desvía a un lado (o desciende) de su lecho con
yugal, que comete falta fuera de él.
""s, En i.as plazas o calles : para escarmiento de otros.
- 1224 —
23 3^-24 17
ECLESIÁSTICO
23 36-24 n
"V, Su memoria quedará eu maldición
y su oprobio no se borrará.
"„ Y reconocerán los que quedan •
que no hav mejor que el temor de Dios
y nada más dulce que guardar los preceptos del Señor.
" [Honra grande es seguir a Dios,
y la largura de días [consiste] en ser tomado por El.J f
Elogio de la sabiduría
1 La sabiduría se alaba a sí misma
* y en medio de su pueblo se glorifica.
* En la asamblea del Altísimo abre su boca
y ante la multitud de El se glorifica.
* [V en medio de su pueblo será ensalzada
y admirada en la plenitud de los santos,
1 y en la muchedumbre de los escogidos tendrá alabanza,
y entre los benditos será bendecida, diciendo:]
Yo he salido de la boca del Altísimo
* y como niebla he cubierto la tierra.
\ Yo en las alturas he armado mi tienda
y mi trono está en columna de nube.
*5 El círculo celeste he rodeado sola
y en lo profundo del abismo me he paseado ;
['] en las ondas del mar, 9 y en la tierra toda,
y en todo pueblo 10 y nación he imperado.
"T Tras todas estas cosas he buscado reposo
y en la heredad de quien podía residir.
a, Entonces me ha dado órdenes el Creador de todo
y el que me creó ha reposado en mi tienda.
18 Y dijo : ¡ Pon tu tienda en Jacob
y sea tu heredad en Israel !
'\ Antes de los siglos, desde el principio me creó
y hasta la eternidad no cesaré.
[10] En la tienda santa, ante El he ejercido ministerio,
15 y así en Sión me he afirmado.
[u] En la ciudad amada [de El] igualmente me ha hecho descansar,
y en Jerusalén [está] el asiento de mi poder.
"\5 He arraigado en pueblo ilustre,
en la porción del Señor, heredad suya.
"„ Como cedro me he alzado en el Líbano
y como ciprés en el monte Hermón.
<\a 1 La sabiduría : en este capítulo, las bellezas de forma corresponden entera-
* * mente a las magnificencias de la doctrina. Si con sus palabras no podemos lle-
gar al claro conocimiento de la Sabiduría, segunda persona de la Santísima Tri-
nidad, convienen los teólogos en que está por lo menos en ellas bastante insinuada.
3 La multitud : e. d., los habitantes del cielo ; otros, «su ejército, su potencia».
*, Yo he salido : el Verbo (o sea la Sabiduría) sale de la boca del Padre por ge-
neración eterna.
\ He rodeado sola : se trata de la soledad sin igual que a lo infinito conviene
sin excluir la pluralidad de personas.
u, Me ha dado órdenes : manda a su Hijo el Padre Eterno porque la paternidad
le da derecho de misión sobre el Verbo.
P°] En Sión: el monte santo adonde fué trasladado el culto del antiguo taber-
náculo.
"„ Como cedro : aquí empieza una <¡irie de imágenes a cual más espléndida de
las perfecciones de la Sabiduría y de su papel en el mundo.
— I22.S —
24 18-42
ECLESIÁSTICO
24 18-42
™M Como palmera me he elevado en las riberas a
y cual brote de rosa en Jericó.
18 Como gallardo olivo en la llanura
y me he elevado como el plátano.
•",5 Cual cinamomo y pspálato aromático he dado olor
y como mirra selecta he dado perfume.
21 Como gálbano y una y estacte
y como humear de incienso en la tienda.
Yo como terebinto he extendido mis ramas,
y mis. ramas, ramas de gloria y gracia.
a„ Yo como viña he hecho brotar la gracia,
y mis flores, frutos de gloria y riqueza.
u [Yo soy la madre de la hermosa dilección,
y del temor, y del conocimiento y santa esperanza.
58 Doy con todas estas cosas los bienes eternos a mis hijos
y a los por El designados.]
M„ Venid a mí los que me deseáis,
y hartaos de mis frutos.
2'20 Porque este recuerdo de mí es más dulce que la miel,
v el poseerme, más que el panal de miel.
M [Mi memoria pervivirá en la sucesión de los siglos. |
■\ Los que me comen tendrán todavía hambre,
y quienes me beben tendrán sed aún.
""■22 Quien me obedece no se avergonzará,
y los que obran por mí no pecarán.
"a Todo esto es el libro de la alianza del Dios Altísimo,
ley que intimó Moisés
como herencia para las comunidades de Jacob.
para que El os aíirme. Unios a El.
31 El Señor todopoderoso es el único Dios,
no hay más salvador que El.] b
3Sm Que inunda de sabiduría como el Pisón,
y como el Tigris en los días de los nuevos frutos ;
M26 que desborda inteligencia como el Eufrates
y como el Jordán en los días de las mieses ;
"2T que rebosa instrucción como el Nilo °,
como el Guijón en días de vendimia.
38:8 No acabó de conocerla el primero,
ni el último de igual modo la descubrió ;
m2, porque más que la mar abundó su pensamiento,
y su consejo más que el gran abismo.
"ao Y yo, como canal derivado de río
y cual acueducto que va a un jardín,
"a díjeme : Abrevaré mi huerto
y empaparé [de agua] el tablar.
-' I'na aromática ; otros, «onyx».
Los (jut ME COMEN : «No hay— (¡ice Man Bernardo — mejor testimonio de la prt
sencia en nosotros de la divina Sabidutía que el deseo de mayor gracia.!
30,, O mían : o bien, se fatigan.
* Como el Pisón : e. d., como de agua el Pisón. II Los días de los nuevos fru-
^ No acabó DE conocerla : dice que nadie llegará a comprender la divina Sabidu-
ría, porque es infinita, es Dios mismo.
'M2t Abundó : o también «es vasto» (otros, «profundo»).
— I22Ó —
9.1 43—25 15
ECLESIÁSTICO
24 «-25 15
45 Y he aquí que el canal se ha convertido en río
v mi río se ha vuelto mar.
U3Z Todavía haré lucir la educación como la aurora
y la haré brillar a lo lejos.
48 (Penetraré todas las partes mas profundas de la tierra,
y visitaré a todos los que duermen,
e iluminaré a cuantos esperan en el Señor.]
"«Todavía derramaré la enseñanza como profecía,
y la dejaré a las generaciones de los siglos [venideros].
"„ Ved que no me he cansado para mí solo,
sino para todos cuantos me buscan.
25
Marido y mujer
Con tres cosas me adornó y me presentó
bella ante Dios y ante los hombres » :
- concordia de hermanos, amistad de prójimo?
v mujer y marido bien avenidos.
*, Tres castas Tde hombres] detesta mi alma.
indignándome mucho en la vida de ellos :
4 pobre soberbio, rico mentiroso
En la juventud no has recogido,
¿v cómo hallarás en la vejez?
*, ¡ Qué bien sienta el juicio en la canicie
y a los ancianos conocer el con-ejo!
Ti i Qué bien parece la sabiduría en los ancianos
v en los glorificados el criterio y el consejo !
8„ La corona de los viejos es la mucha experiencia,
y su gloria el temor del Señor.
°: Nueve suposiciones tengo por felices en mi corazón,
v la décima la declararé con mi lengua :
10 el hombre que Ileea a alegrarse por causa de los hijos,
el que contempla durante su vida la caída de sus enemigos.
¡ [Feliz] el marido de b mujer juiciosa,
cy quien [wo] ara con buey [y aswoc],
pv quien no] sirve a quien le es inferior d !
¡ Feliz el que ha hallado prudencia 8
v quien enseña a oídos que le escuchan !
:3in ¡ Cómo es srrande quien dió con la sabiduría ! ;
pero no aventaja a quien teme al Señor.
",, El temor de Dios sobre todo es excelente ;
15 quien lo posee, ¿ a qué será comparado ?
49 Mi río se ra vuelto mar : poroue desde Judea. en donde estuvo relegado antes de
Jesu-Cristo, se ha derramado por toda la tierra mediante la predicación evangélica.
*■.,„ I A educación : o bien, mi enseñanza o doctrina.
'T . Para mí solo : es Jesu-Cristo quien aquí habla, el cual no trabajó sólo para su
¡ na, sino para los hombres y su salvación eterna.
Ofr 1 Con tres cosas : dos partes comprende este capítulo : la primera, o sea del
versículo i al it dice qué personas merecen alabanza por haber adquirido
sabiduría y temor de Dios. En la segunda aconseja se guarden los hombres de la
mala mujer.
s, No has recogido : sin excluir lo demás, refiérese el autor, sobre todo, a la
sabiduría.
*« Glorificados : o famosos, célebres, muy estimados.
*. Suposiciones : conjeturas o cosas inesperadas.
10 Llega a alegrarse por causa de los HIJOS o a ser feliz en los hijo.- ; S ten su
fin». El autor habla de la paternidad en sentido material y en el espiritual.
" JjncioSA : o inteligente ; S «buenai
— 1227 —
25 16~26 2
ECLESIÁSTICO
25 16-26 2
w [El temor de Dios es el principio de su amor,
mas debe unírsele un principio de fe.
,; Plaga absoluta es la tristeza del corazón,
y la perversfflad de la mujer, suma malicia.) * *
M,2 i Cualquier herida, mas no ' la del corazón !
18 [Cualquier maldad, mas no ' la de la mujer!
* *„ [ Cualquier agresión, mas no la de los que odian !
21 [ Cualquier venganza, mas no la de enemigos !
2\6 No hay veneno s peor que el de la serpiente,
29 no hay peor ira que la de la mujer h.
[16] Vivir con león y dragón me agradaría más
que vivir con mujer perversa. * *
M„ La perversidad de la mujer ensombrece la fisonomía del ma-
y hace su rostro tan oscuro como un oso K [rido 1
["] En medio de los amigos 25 está sentado su marido
y sin querer k suspira amargamente.
2618 Pocas maldades hay comparables con la maldad de la mujer :
¡la suerte del pecador caiga sobre ella!
Cuesta [arenosa para los pies de un anciano,
eso] es la mujer [habladora para el varón pacífico].
"s,No sucumbas [a la hermosura de la] mujer
y por lo que posee 1 no la ansies,
"a Porque ira m, [vituperio] y vergüenza grande [es]
80 que la mujer mantenga a su marido.
3,:2 [Corazón abatido, semblante triste,
y llaga en corazón [es lo que produce] la mujer malvada.]
"ja c d Manos débiles y rodillas vacilantes,
[eso causa] la que no hace feliz a su marido.
**2i De la mujer proviene el principio del pecado
y por su causa morimos todos.
* w21 No des salida al agua
ni a la mujer perversa licencia [en el hablar].
"a Si no camina según tu mano,
apártala de tu cuerpo. * *
De! marido y la mujer (continuación)
o¿: 1 Feliz el marido de buena mujer,
¿" porque el número de sus días será doblado.
2 La mujer animosa regocija a su marido
* y él alcanzará en paz el número completo de sus años.
23 La de la mujer : e. d., la de la mala mujer.
M18 Como un oso o como un saco (cf. nota crítica) : éste era una tela grosera de
pelos de cabra y que se utilizaba para los lutos.
["] Suspira o gemirá amargamente : porque es en compañía de sus amigos donde
siente mejor un hombre la desgracia de tener mala mujer.
'MIS Pocas maldades hay : G "s un poco diverso : Pequeña es toda maldad com-
parada...
M24 Ni a la mujer : sabido es con cuánto rigor tienen los orientales cerradas a las
mujeres. Desde Jesu-Cristo, la modestia cristiana es la que ha de contener a la mujer
con mayor eficacia que todos los encierros. En vez de Ucencia [en el hablar], otros
vierten «señorío», mando.
"!5 Según tu mano: o sea la dirección que señale tu mano; otros, «a tu vera». I!
De tu cuerpo o de tu carne : e. d., dale carta de divorcio.
Oí» 1 El número de sus días será doblado : porque tendrá paz en el hogar y será eu
vida más aprovechada.
* Animosa: también «habilidosa», la mujer fuerte. || Regocija: así y cuida suele
interpretarse c. G ; H dice lit. «hace graso, unta», e. d., pone reluciente o lustroso,
resplandeciente (de dicha).
— 1228 -
26 3—26
ECLESIÁSTICO
26 3-26
1 Mujer buena, porción buena,
será dada en lote a quienes temen al Señor.
4 Sea rico o pobre, estará contento su corazón,
en todo tiempo tendrá cara alegre.
5 Por tres cosas teme mi corazón,
v por la cuarta palidece mi rostro :
\ murmuración de la ciudad, convocación de la turba
T v calumnia ; cosas todas pesadas más que la muerte.
% Enfermedad de corazón v duelo es la mujer celosa de otra
* v azote de lengua que a "todos da parte [de sus quejas].
Yugo de hueves sacudido es una mujer mala :
quien la p'osee es como quien coge un escorpión.
u„ Enojo grande es mujer borracha,
y no podrá ocultar su ignominia.
"» La lujuria de la mujer en las procacidades de los ojos
v en sus párpados se conoce.
°,„ En torno de la hija desenvuelta redobla la vigilancia,
no sea que, al no hallar cuidado, la ocasión aproveche.
" , Sigue diligentemente a [una mujer de] ojos impudentes,
y no te admires si te falta.
Como el viandante sediento abre la boca
y de toda aeua que tiene a mano bebe,
así Tía impúdica] se sienta ante cualquier estaca de tienda
y delante de ja flecha abre el carcaj.
La gracia de la mujer satisface a su marido,
17 v la ciencia de ella engrasa los huesos de él.
Don del Señor es mujer callada,
y no hay indemnización para un alma bien educada.
™,5 Gracia sobre gracia es la mujer púdica,
w v un alma continente no tiene precio.
Como sol que se levanta en ias alturas del Señor
ec la hermosura de la mujer buena en el adorno de su casa.
™„ Lámpara que brilla en el candelabro santo.
así es la belleza de un rostro [femenino] sobre talla derecha.
",s Columnas de oro sobre basa de plata,
tales son piernas hermosas sobre firmes talones.
■4,., [Hijo, conserva sana ¡a flor de tu juventud
y no des tu vigor a mujeres extrañas.'] 1
"a, Por dos cosas se entristece mi corazón
y por la tercera me acomete la cólera :
* el hombre de guerra que desfallece de miseria
y los hombres inteligentes cuando son menospreciados.
6 Palidece mi rostro : a saber, de espanto ; otros, «comienzo a suplicar» ; otros
compren «me temo».
•B Murmuración, maledicencia, calumnia : e. d., falsa acusación y persecución in-
justa de la ciudad.
La mujer celosa : no existiendo ya probablemente poligamia en tiempo del au-
tor, la mujer de quien la legítima tiene celos es la extraña, tanto más antipática
para aquélla cuanto que podía el marido llamarla a su lecho, repudiando a la primera.
I0. Yugo de bueyes : el matrimonio mal avenido es como una pareja de bueyes en
desacuerdo para el tiro.
No sea que, al no hallar cuidado: o adyirtiendo el descuido; o también, para
que no halle ninguna oportunidad y de ella se aproveche.
"n Te falta : o se porta mal contigo (otros, «te provoca»).
*a Delante de la flecha : expresión velada que indica el abandono de la impúdica.
17 Engrasa los huesos de el o miembros : e. d., le dará bienestar.
*a Piernas : lit., pies.
* El hombre de guerra : otros corrigen c. S «el hombre rico que por pobreza
padece penuria». || Los hombres inteligentes : cosa que suele suceder en tiempo de
trastornos.
— I22Q —
26 27-27 17
ECLESIÁSTICO
26 27-27 «
n Quien de la justicia torne al pecado,
e! Señor le preparará para la espada.
"\.„ Difícilmente esquivará la culpa el comerciante
y el buhonero limpio de pecado.
Peligros de la vida de negocios. La indiscreción
y la hipocresía...
Por el dinero han pecado muchos,
v el que trata de enriquecerse tuerce la mirada.
Entre junturas de piedras se sostiene una estaca
y entre venta y compra se introduce el pecado ;
(quebrantado sera el delito con el delincuentel .
43 Si en el temor del Señor no se afirma con afán,
pronto será derruida su casa.
5< Al zarandear el harnero queda la cascarilla :
así la basura del hombre en ln reflexión. * *
■ 8 Prueba el horno las vasijas del alfarero ;
la prueba del hombre está en sus discusiones.
7,; El fruto del árbol demuestra su cultivo,
como la expresión del pensamiento el corazón del hombre a
* 9; Antes del examen no loes a nadie,
porque tal es la prueba de los hombres.
\ Si persigues la justicia, la alcanzarás
y la revestirás cual túnica de gloria.
**, Los pájaros se juntan con sus iguales
y la verdad volverá a quienes la practican.
El león acecha la presa ;
de igual modo los pecados a los que cometen injusticias.
Ku La conversación del piadoso •> es siempre Sabiduría,
mas el sin juicio como la luna cambia.
"„ En medio de los insensatos guarda el tiempo,
en medio de los inteligentes prolóngale.
M„ La conversación de los necios es un ultraje,
y su risa [resuena! en la ostentación del pecado,
"u La habladuría del jurador eriza los cabellos,
y la riña de ellos es obstrucción para los oídos.
'V, Derramamiento de sangre [acarrea] \a r\ña <je ios soberbios,
v sus contiendas son penosas de oír.
v\6 Quien revela los secretos perderá el crédito
y no encontrará amigo para su alma.
?*M Difícilmente : no se censura aquí el comercio, sino que se señalan los peli-
gros que encierra.
OIT 1 rok EL DINERO : lit., lo indiferente, así llama a las riquezas, que de suyo no
son ni malas ni buenas; todo depende del uso que de ellas se hace. || Triuu
i.a mirada : la aparta de quien no se puede mirar sin ofensa de Dios.
2 Se introduce : lit., se estrecha ; permanece ( ?).
\ En la reflexión : e. d., cuando se reflexiona sobre él.
". Sus discusiones : otros, «en la conversación con el».
"( I.A verdad o fidelidad volverá : e. d., se unirá estrechamente..
au Guarda el tiempo : repara en la hora, atiende al tiempo, para no desaprove-
charlo con vana habladuría.
M14 Es obstrucción : o atasco para los oídos (por el griterío ensordecedor), o hace
que uno tenga que taparse las orejas.
27 '
— 1230 —
27 is-28 7
ECLESIASTICO
27 18-28 7
"„ Ama al amigo y séle fiel ;
* pero si has revelado sus secretos, no corras más tras él.
*\s Porque de igual suerte que un hombre perdió a su enemigo °,
así has perdido la amistad de! prójimo.
*„ V como pájaro que has soltado de tu mano,
así has dejado partir al prójimo y no lo recobrarás.
"*:o No lo persigas, porque se alejo mucho
y se ha fugado como gacela del lazo.
[■*] Pues una herida 3 puede ser vendacla
y para los agravios hay reconciliación ;
fc mas quien ha revelado secreto perdió la esperanza.
mn Quien guiña el ojo trama maldades,
v nadie podrá apartarle de ello.
Ante tus ojos su boca se endulzara
y adivinará iu= palabras ;
pero luego cambiará su boca^
y en tus palabras hallará escándalo.
*■„ Muchas cosas he odiado, pero nada como a él ;
también el Señor le aborrecerá d.
*„ Quien lanza una piedra a lo alto, sobre su cabeza la lanza,
y un golpe a traición prodiga heridas.
''m El que cava una hoya en ella caerá,
y quien tiende un lazo caerá en él.
y no conocerá de dónde le viene,
"a El escarnio y la injuria [son el lote] de los orgullosos,
y la venganza como un león le e pondrá emboscada.
En el lazo se enredarán quienes celebran la caída de los pia-
y los consumirá el dolor antes de su muerte. [dosos,
"So Resentimiento e ira, también eso es abominable,
y el hombre pecador los posee.
Rencor e ira: sus consecuencias. Disputac y querellas.
La difamación
1 Quien se venga, de parte de Dios hallará venganza
y de sus pecados llevará El cuenta exacta.
1 Perdona el agravio a tu prójimo,
y entonces, al rezar tú, se te perdonaran.
* Un hombre contra otro guarda rencor,
¿ y cerca del Señor busca cura ?
' Para el hombre su semejante no tiene compasión,
¿ y ruega por sus pecados ?
• El, hiendo carne, guarda resentimiento ,
¿quién propiciará por sus pecados?
" Recuerda las postrimerías, y deja de odiar ;
: la corrupción y la muerte, y permanece fiel a ios mandamientos.
:i 1'erdió la esperanza : la ha hecho perder.
xa Hallará escándalo : censurándoles unamente y tratando de cogerte en ellas.
~M A él : a quien falta el secreto,
^j. Obra : otros, cproyecta».
x\¿ Se enredarán: o caerán, serán presos. jj Antes de su muerte: sin perjuicio
del castitro que a ella sigue.
OO ' Cura : e. d., perdón.
i ¡,, corrupción v l. iUtRiE : consecuencia del pecado de odio.
— 1231 —
28 *-»
ECLESIÁSTICO
28 s-29
\ Recuerda los mandamientos y no odie.-, al prójimo,
• y la alianza del Altísimo, y mira indiferente [su] ignorancia
"s Abstente de disputas y evitarás pecados,
-' porque el hombre irascible atiza la querella,
y el hombre pecador perturba a los amigos,
y en medio de los que viven en paz lleva la calumnia.
'",0 Según sea el bosque, así arderá el fuego,
y según la vehemencia de la disputa se encenderá ésta.
Según la fuerza del hombre será su ira
y según [su] riqueza elevará su resentimiento \
■*« Pendencia súbita b enciende el fuego
y riña apresurada derrama la sangre.
,4,2Si soplares en una chispa, se encenderá,
y si escupes en ella, se apagará ;
y ambas cosas provienen de tu boca.
w„ Al soplón y de doble lengua maldícelos,
pues han perdido a j.uchos que vivían en paz.
"h La lengua tercera ha sacudido a muchos
y los ha arrojado de nación en nación.
" y ha destruido fuertes ciudades
y derribado casas de grandes ;
IS [ha desbaratado ejércitos de pueblos
y aniquilado a gentes vigorosas].
'",5 La lengua tercera ha echado de casa a mujeres excelentes
v las ha privado del fruto de sus trabajos.
Mi« Quien a ella atiende no encontrará reposo,
y no descansará en paz.
s\t El latigazo produce verdugones,
pero el golpe de la lengua rompe los huesos.
*-,„ Muchos han caído a filo de espada,
mas uo tantos como cayeron por la lengua.
'„ Feliz quien de ella se resguarda,
quien no pasa por sus iras,
quien no ha arrastrado su yugo
y no fué atado por sus cadenas.
**M Porque su yugo es yugo de hierro,
y sus grillos, grillos de bronce,
"a, Muerte nv.ilvada es su muerte
y mejor que ella es el seol.
"2a No dominará a los piadosos
y en su llama no serán abrasados.
na Los que al Señor abandonan caerán en su podei
y en ellos arderá aquélla y no se apagará.
Será contra ellos enviada como león,
y como pantera los despedazará.
"!4 Mira, cerca tu dominio con espinos,
" cierra tu oro y tu plata.
s Ignorancia o inadvertencia : no merecen otro nombre las faltas del prójimo con-
tra nosotros.
I8H La lengua tercera : e. d., la del malsín que interpone su actuación calumniante
fntre dos amigos. Con esa expresión oriental se designaba a la calumnia interpuesta
entre dos personas, aue, según el Talmud, mataba a tres personas : la calumniadora,
la calumniada y la que ola la calumnia.
ia16 Mujeres excelentes : «varoniles», dice V ; «mujeres fuertes».
Su muerte : la por ella causada.
™a Como pantera los despedazará : ro porque sean ello-- calumniados; sino porque
tendrán que padecer el castigo de su calumnia.
Con espinos : no para tapar los oídos — como algunos comentan—, sino para
oponerse a los malos dichos como barrera infranqueable.
28 sü-29 19
ECLESIÁSTICO
28 ^-29 19
[*] y para tus palabras haz un yugo y una balanza,
y haz para tu boca puerta y cerrojo.
*"¡6 Cuida de no resbalar por ella,
no sea que caigas ante el que te aceche.
De los préstamos y las fianzas. La frugalidad
1 Quien practica ia misericordia presta al prójimo,
y quien le auxilia con su mano guarda los mandamientos.
1 Presta al prójimo en el tiempo de su necesidad,
y por otra parte restituye al prójimo a su debido tiempo.
3 Manten tu palabra y trátale con fidelidad,
y hallarás en todo tiempo lo que precisas.
* Muchos consideran lo prestado como hallazgo
y causan molestia a quienes los han ayudado.
' Hasta haber recibido besará tu mano
y por las riquezas del prójimo humillará la voz ;
' pero al tiempo de restituir aplazará el momento
y responderá palabras enfadosas y culpará al tiempo.
% Si le es posible, apenas devolverá la mitad,
y eso lo contará como un hallazgo ;
' y si no, le defrauda sus bienes
y [el prestamista] se ha granjeado de balde un enemigo
' quien le restituirá [en pago] injurias e improperios
y en tal de gloria le devolverá vilipendio.
Muchos por [esta] malicia se han retraído [de prestar] :
cernieron ser expoliados de bride.
"t Con todo, usa de paciencia con el humilde
y no le hagas esperar la limosna.
'% En atención al mandamiento acoge al pobre,
y según su indigencia no le envíes de vacío.
"10 Pierde el dinero por el hermano y amigo r
y no lo entierres bajo una piedra para perderlo.
"„ Coloca tu tesoro según los mandamientos del Altísimo,
y te será de más provecho que el oro.
16i» Cierra la limosna en tus graneros
y te librará de toda desgracia.
■1813 Más que fuerte escudo y poderosa lanza
combatirá por ti frente al enemigo.
10„ El hombre bueno- dará fianza al prójimo, -
y quien ha perdido la vergüenza le dejará abandonado.
p] Una balanza : o lu que es igual : pesa tus palabras.
QQ 1 Uuiln practica... : otros entienden G : «Quien presta, <la al prójimo limosna»
««*» fa^í líberharter). j| Le auxilia con su mano: o bien, le agarra (o da) la mano.
' Palabras enfadosas : o acedas ; otros, «triviales»...
:c I •) contará : podrá contarlo el prestamista.
* I-F. defrauda al prestamista su dinero.
I0. Por [esta] malicia : o bien, corrigiendo G, como algs , «no por malicia».
En atención al mandamiento : <le la caridad fraterna.
l3]n Para perderlo : para que no sirva de nada.
"u De más provecho : al menos para la otra vida.
En tus graneros : otros, «en tu tesorería». En el seno del pobre es donde ha
le esconderse. Esos son los graneros o tesorería del rico como Dios manda.
Juu Dará fianza : no riñe esto con lo que Salomón aconsejó en el cap. 17, 8, de
los Proverbios, porque habían cambiado los tiempos cuando escribía Ben Sirá'. Los de
Salomón eran tie prosperidad ; los del autor del Eclesiástico, de oobreza y necesidad.
— 1333 —
29 20-30 6
ECLESIÁSTICO
29 20-30 6
"^ü No olvides ios favores de quien te ti i ó lianza,
pues que ha dado por ti su alma.
-1 [Kl pecador huirá de su fiador
y el ingrato en su pensamiento le abandonará.]
">0 El pecador malversará los bienes de su fiador,
í3 el ingrato de sentimientos abandonará al que le salvó.
MI7 La fianza perdió a muchos que prosperaban
y los ha hecho vacilar como la ola del mar.
"'is Ha desterrado a hombres poderosos
y han errado por naciones extranjeras.
El pecador, cayendo en la fianza
y acometitndo empresas, se enredará en procesos.
='jo Ampara al prójimo según tu poder,
y vigílate a ti mismo, no sea que caigas.
M2i Las cosas esenciales para la vida son agua, pan, vestido
y casa para cubrir la desnudez,
"¡n Mejor es la vida del pobre bajo techo de vigas
que festines espléndidos en casa de extraños.
3":3 Con poco o mucho e^á satisfecho
[y no oirás el reproche de ser forastero].
"M Vida enojosa es andar de casa en casa, '
y donde habitares no abrirás la boca.
S2-.5 Te hospedarás y beberás con ingratos,
y encima de todo oirás palabras amargas :
"a Pasa, extranjero ; adereza la mesa,
y si algo a mano tienes, dame de comei .
"jt Vete, forastero, de delante de la gloria;
viene de huésped mi hermano, necesito la casa,
"sa Pesadas son estas cosas para quien tiene prudencia :
el reproche de la casa y el insulto de logrero.
De los niños y su educación. De la salud
' El que ama a su hijo le menudeará los azotes
para que a lo último se regocije.
1 El que educa a su hijo sacara de ello provecho u
y por ello se gloriará en medio de los conocidos.
* El que enseña a su hijo dará celos a su enemigo
y por ello se alegrará en medio de sus amigos.
1 Falleció su padre y como si no hubiese muerto,
porque tras sí deja semejante a él.
0 En vida de él lo vió y se alegró,
y en su fin no se ha contristado.
' Entrente de sus enemigos dejó vengador,
y entre sus amigos quien corresponda con agradecimiento.
M1S Tía dado por ti su alma : e. d., se ha ofrecido a sí mismo por ti.
*• La fianza perdió o arruinó : debe entenderse la dada a los malvados.
^ Ha desterrado o hecho emigrar: versículo oscuro. Parece querer decir que e!
impío no puede lograr éxito en sus empresas ; que si da fianza para ganar dinero,
suele perderlo en pleitos.
Cayendo en la fianza : o bien, ofreciéndose como fiador.
MS8 De la casa : o bien, tocante a la familia ; otros, «de la hospitalidad".
Of] Este trozo, que comprende del versículo i al 13, lleva en griego por título
<.I)c los niños».
— 1234 —
30 7-27
ECLESIÁSTICO
30 7-27
7 Quien mima a su hijo vendará sus heridas
y por cualquier grito se le conturbarán la* entrañas.
* Caballo indómito se repropia
e hijo descuidado vuélvese temerario.
* Mima al hijo y te aterrará,
diviértete con él y te dará pesare-.
10 No rías con él, ipor que con él no te aflijas
y al fin rechines los dientes. * *
" b No le des libertad en su juventud
c y no seas indulgente con sus fallas °.
u Doblega su cerviz en su adolescencia d
y muélele los riñones mientras es muchacho,
no sea que endurezca e y se subleve contra ti
cy de ello te nazcan preocupaciones c.
" Corrige a tu hijo y agrava su yugo,
a fin de que en su necedad no se subleve contra ti.
" Vale más pobre sano y robusto
que rico flagelado en su cuerpo.
" Prefiero la salud al oro f
y un espíritu aleare a las perlas f.
10 No hay riqueza mejor que la salud corporal
ni felicidad superior a la alegría de corazón.
" Mejor es muerte que vida inútil h,
y el reposo eterno que enfermedad persistente.
" Buenas cosas esparcidas en boca cerrada
[son cual] ofrenda colocada ante una piedra sepulcral
" ¿Qué aprovecha la ofrenda a los ídolos de los paganos,
que ni comen ni huelen ?
1 Así es de aquel que posee fortuna,
mas no puede gozar de ella
"¡o Mira con sus ojos y gime
como eunuco que abraza a una virgen y suspira
*a No des tu alma a los pesares
y no te atormentes en tus propios pensamientos k.
**a El gozo del corazón es la vida del hombre,
v la alearía del varón prolonga sus días '.
■*« Engáñate m a ti mismo, da respiro a tu corazón
y desecha lejos de ti la inquietud.
" Pues a muchos mató el pesar,
v no hav provecho alsjuno en la preocupación.
"„ Envidia y pesar n acortan los días,
y los cuidados acarrean la vejez antes de tiempo.
"¡Tn corazón alegre vale por [muchos] platos,
y aprovéchale su comida [a quien lo posee].
8 Temerario : o bien, impertinente, indiscreto.
• Mima ai. hijo : acaricíale como una nodriza es el verdadero sentido de la palabra
griega. |¡ Diviértete : o juega con él, comprometiendo tu dignidad.
" No IX nrs libertad : o bien, no le emancipes
12 Doblega o encorva su cerviz : como se les encorva a los bueyes para sujetarlos
a' yugo. I| Endurezca: o bien, se haga testarudo, díscolo, presuntuoso.
u Corrige : G dice más bien (Educa a tu hijo y fórmale, para que no choques
con su indecencia (o deformidad!».
M Flagelado en su cuerpo : por la enfermedad.
18 Buenas cosas : bienes, e. d., golosinas, bocados exquisitos. 'I Ofrenda colocada
ante una piedra sepulcral : algs. aceptan la conjetura de Isidore Lévi «ante un ídolo. ;
G interpretó «comida? extendidas sobre sepulcro», lo cual aludiría a la costumbre
pagana de llevar comidas a la sepultura de los muertos.
"„ Un corazón alegre: el pensamiento parece ser similar al de Prov 15, 15. «Co-
razón alegre es festín perpetuo». Eberharter 'o interpreta diversamente : «El sueño
del alegre es como una golosina (o delicioso manjari, y su comida le sienta bien.»
— I2;,5 —
31 1-13
ECLESIÁSTICO
31 i-i-
Vasija de arcilla de las halladas en
Jerusalén v Gurzcr
La riqueza. Los banquetes
La«i vigilias del rico * consumen su cuerpo,
y [su] preocupación ahuyenta el sueño.
La inquietud de la comida expulsa el sueño b,
y el sueño disipa una enfermedad grave.
Trabajó el rico en acumular'' riquezas,
y cuando descansa es para recibir placer d.
Trabajó el pobre por las necesidades de su vida ".
y cuando descansa se halla indigente.
Quien f persigue el oro no quedará inocente,
y quien ama f el lucro en él se perderá °.
Muchos quedaron prisioneros del b oro,
v su ruina estaba ante su rostro '.
Trampa es para el necio j,
y todo insensato será cocido en ella
¡ Dichoso el rico k hallado íntegro
y que tras el oro no se extravió 1 !
¿Quién es, para que le felicitemos?
Porque ha hecho entre su pueblo cosos de maravilla.
¿ Quién es el probado en ello
y que permaneció incólume? ¡Será para él motivo de glo-
¿ Quién pudo apartarse [del bien] y no se apartó, [ria ! ,n
v hacer el mal y no quiso ?
Por ello afírmese su felicidad
y su alabanza n refiera la comunidad °.
Hijo, si te sientas a la mesa de un grande p,
no abras excesivamente en ella las fauces ;
no digas : «¡Gran abundancia hay en ella!» ;
O-l 1 Su cuerpo : lit., su carne, e. d., su salud. || Su preocupación : el pensamiento
del autor es que las preocupaciones o inquietudes causadas por el i i*erés son
cerno una enfermedad grave que ahuyenta el sueño.
- De la comida : o bien, de los medios de vida. G «la preocupación de fiss vigilias
(o el desvelo)». || Y el sueño disipa o alivia de : así H, aunque nos parece interpreta-
ción posible y más conforme al paralelismo : «y más que enfermedad grave (la preocu-
pación) perturba el sueño». Suele preferirse la corrección marginal de H : «y una
enfermedad grave disipa el sueño».
* Se haii.a indigente: carece de todo.
s Lucro : lit., precio, salario... ; G «corrupción».
9 Le felicitemos : o proclamemos dichoso, ensalcemos.
n No abras : censura este versículo la sobrada avidez ton que algunos comen o la
demasiada admiración por la comida que se sirye, propia de sibaritas
— 1236 —
31 14-3S.39
ECLESIÁSTICO
31 14-38.39
'*„ acuérdate de que es malo el ojo codicioso.
" Nada peor que el ojo ha creado Dios « :
por eso ante toda cosa él se agita r.
'"m Adonde mira no extiendas la mano
11 v no tropieces con él en el plato.
Sabe que tu prójimo es como tú
y reflexiona en todo cnanto tú mismo detestas *.
'»,„ Pórtate en la mesa como hombre distinguido
y no seas glotón, para que no seas menospreciado.
*„ Cesa el primero por educación
v no tragues insaciable, no sea que choques.
% Además, 6Í estuvieres sentado entre muchos,
no extiendas antes que los demás la mano.
"„ |Cuán poca cosa le basta a un hombre bien educado!,
y sobre su lecho * no vomita.
3M C Dolores, insomnio, sufrimientos, torturas u
y cólico acompañan al hombre insaciable T.
M„ a Sueño saludable acompaña a un estómago moderado,
y se levanta por la mañana temprano bien dispuesto.
x;, Mas si te propasaste en los platos,
levántate, vomita y encontrarás descanso,
"a Oyeme, hijo, y no me menosprecies,
y por último comprenderás mis palabras.
Sé en todas tus acciones moderado w,
y ninguna enfermedad x te salteará,
"a Al suntuoso en las comidas le elogian los labios,
y el testimonio de su bondad es fiel.
Al tacaño en las comidas le murmura la ciudad,
y el testimonio de su tacañería es exacto.
% Con el vino no andes en valentías,
pues el mosto ha perdido a muchos.
**» El horno prueba la obra del herrero
así el vino las disputas 1 de los soberbios.
El vino es como la vida a> para el hombre
si se le bebiere b' con medida.
Al falto de vino, ¿qué es la vida? ;
y él ha sido creado para alegría desde el principio *".
d'*3Gozo del corazón y alegría del alma
es el vino bebido a su tiempo v proporcionadamente.
[Salud es para el alma y para el cuerpo el beber sobrio.)
"•"s, A mar gura de alnia es el vino copioso
en irritación y titubeando d'.
**„ Ante toda cosa él se agita : asi parece ha de interpretarse H lit. : «huye su
humedad» ; G cllora por todo» lo que ve. I1 El ojo codicioso : o bien, la avidez.
v Nada peor que el ojo: ¿el ojo codicioso?, ¿el ojo como órgano de la avidez?
"M Adonde mira : e. d., el grande (cf v. y H) ; G parece dar a entender que
el ojo envidioso.
M15 Sabe que ru prójimo es como tv : H podría también verterse «Conoce a tu pró-
jimo como a ti mismo», pero cf. G «Comprende lo que es 10 los deseos) de tu prójimo
por ti mismo». II En cuanto tú mismo detest\s ■ para no hacérselo al prójimo. G dice
sólo «en toda cosa».
59„ Pórtate... : G «como un hombre lo que si- te presente», y así H en margen.
No seas glotón : otros, «no masques con ruido, no sorbas...».
a„ No vomita : así (o tiene penosa digestión) H ; S «no se agita», G «no respira
penosamente o resuella fuertemente, como quien ha abusado de la comida y bebida».
"j, Vomita : según la fea costumbre de algunos pueblos, v. gr., el romano. Puede
también traducirse : ando por medio o «levántate de en medio de la reunión».
■j, Su bondad: e. d., de su homhría de bien, su urbanidad, su esplendidez (asi G).
nK Así el vino : se sabe lo que vale el acero cuant'o ha pasado por el fuego y el
temple, y lo que es el hombre después que ha bebido y discutido considerablemente.
Amargura de alma : hemos optado por G ante lo errp. de H : «Dolor, ve-
neno, ajenjo y vergüenza» o «Dolor de cabeza, ajenjo y verg. el vino bebido por
ECLESIÁSTICO
31 «-32 V»
"so La embriaguez es un lazo para el insensato
disminuyendo ia fuerza y multiplicando los herida?.
"„ En los banquetes no insultes al prójimo
y no [le desprecies en su alegría].
"su No le digas palabra injuriosa
ni disputes con él públicamente '',
Los banquetes (continuación). De la ley y sus ventajas
1 [¿Te han puesto de presidente ? No te engrías*.]
Sé entre los otros como uno de ellos.
2 Ten cuidado de ellos y luego siéntate ;
[-] prepara lo que necesitan y después túmbate,
3 a fin de que te regocijes de haberles honrado b
v obtengas éxito por el buen ordenamiento.
Habla, anciano, pues eso te pertenece,
5 pero con discreción exacta, y no impidas el canto.
*4 En tanto se canta no prodigues, conversación °,
v no le hagas el sabio a destiempo.
75 Sello de rubí engastado en oro
es un concierto musical en banquete.
s,¡ Sello de esmeralda en engarce de oro
es una melodía de cantos unida a la dulzura del vino.
" [Escucha callado y por tu compostura te sanaras la estimación. 1
l0T Habla, joven, si te precisa,
11 si insistentemente se te suplica dos o tres veces.
"a Sé conciso en el discurso y en pocas palabras di mucho,
y sé como quien sabe y, con todo, se calla.
'% En medio de los viejos no te ensalces
y a los magnates d no char'es con exceso.
Antes del trueno e brilla el relámpago
y delante del modesto brilla el favor.
15n Llegada la hora de levantarse, no te retrases :
retírate a tu casa y no seas negligente
Allí diviértete % MMy haz lo que desees,
[mas] guardando el temor de Dios y sin indecencia h.
"13 Y por todas estas cosas bendice a tu Creador,
que te embriaga con sus bienes.
uu Quien busca 1 a Dios recibirá la enseñanza,
y los que corren tras El alcanzarán respuesta K
% El "que busca la ley la hallará k,
y quien se hurta a ella encontrará en ella ocasión de caída
baladronada y con pasión». Alvs., como Eberharter, corrigen G : «Doíor ¡le cabrzn,
amargura c ignominia [produce! el vino bebido en disputa y cólera. » || Y tituw an-
10 : otros traducen ay en la disputa».
DO 1 l'i;i stDKxn: : estos yv. en G van precedidos del título «De los presidentes».
elegidos antes del banquete para que sean todos los convidados tratados con
honor. I| Entre i.os otros : e. d., los convidados.
- Siéntate : o túmbate.
3 Obtungas éxito: o logres agradar; G «obtengas corona», al parecer pensando
en la que, como los griegos y romanos, regalarían los judíos a los presidentes de
mesa.
6 No IMPIDAS EL canto : o la música, que para los antiguos era complemento obli.
gado del festín.
11 Se te suplica : o se te pregunta dos o tres veces.
19iri Ei. que busca la ley: tratando de conocerla y guardarla. || Quien se hurta
a su cumplimiento (o bien, con otros, «quien se hace el hipócrita», fingiendo cum
plirla) será cogido en la trampa de la misma ley.
- 1238 -
32 2°-33 10
ECLESIÁSTICO
32 2°— 33 10
-■",« Los que temen a Yahveh comprenderán 1 la justicia
y harán salir de la oscuridad los pen.-amientos "'.
■\- p;i "hombre pecador evita las reprimendas
y lleva la ley tras el capricho de su conveniencia.
K1S El hombre sabio no encubre la sabiduría
y el soberbio no guarda su lengua n,
a laun después de haber obrado sin consejo
y de ser redargüido por sus proyectos.)
**„ Sin consejo nada emprendas,
y después de la acción no tendrás que arrepentirte.
'•*M En'camino lleno de trampas no andes,
v no tropezarás en obstáculos de los pies °.
[21] No' te fíes de camino de malvados
26 v piensa en tu final p.
-"v. En todas tus obras presta atención a tu alma,
porque todo el que hace eso guarda los mandamientos.
Ma El que guarda « la lev se guarda a sí mismo,
v quien confía en Vahveh no carecerá de nada r.
La ley (continuación). Ei necio y ei amigo burlón. Las
desigualdades sociaíes. De» autor y su libro. Sobre las
disposiciones testamentarias. De los siervos
OQ 1 El que teme a Yahveh no experimentará el mal,
pues aunque fuere probado será salvo.
■ No se instruirá quien aborrece la ley a,
v vacilará b [como nave en tempestad].
3 El hombre inteligente sabe interpretar la palabra divina c,
y la ley es para él digna de fe J [corno la interrogación del
['] a Prepara tu discurso, y así serás escuchado e; [oráculo.
recoge tu saber y responde J.
6 Rueda de carro son las entrañas del necio,
y cual eje que da vueltas, su razonamiento.
'■ Caballo semental es el amigo charlatán :
relincha bajo de cualquier jinete.
' ¿Por qué un día vale más que otro día,
cuando toda la lu¿ del ano * [viene] de un mismo sol ?
8 Por la ciencia de Yahveh han sido distinguidos,
1 y ha hecho variar los tiempos y las fiestas h.
109 De ellos ha bendecido ' y santificado unos
y otros ha colocado en el número de los días [corrientes].
[10] Así todos los hombres de la arcilla [proceden],
de la tierra fué Adán creado.
según su antojo. C más bien «según su
A tu alma : e. d., a ti mismo. Obra en conciencia y según los dictados de la
3zón.
>*> - Como nave : e. d., que en el peligro no recibirá socorro ninguno de la ley
nuc insulta.
3 Hígna de fe : el sentido es que para el justo la ley es digna de fe como oráculo
■tenido por el Urim (así leen algs.), que no se discute.
-1 Rueda de carro : significa que el espíritu del insensato es la movilidad misma.
" Caballo semental : de igual suerte que dicho caballo relincha sin cuidarse para
ada del jinete, así el charlatán ÍG «burlón») suelta su dicho sin tener en cuenta
i amistad.
' Vale mas : o bien, se distingue de o es tratado de modo diverso que.
8 Tor LA ciencia : por la sabiduría y providencia de Dios.
— —
33
ECLESIÁSTICO
33 U-íá
" La sabiduría de Yahveh J los ha distinguido k
y diversificado los caminos de ellos.
13 De entre ellos ha bendecido y ensalzado a algunos,
y ha santificado a otros y aproximado a sí ;
a otros de ellos ha maldecido y abatido
y los ha derribado de su puesto.
la Lomo la arcilla en mano del alfarero,
"13 que él configura a su capricho ',
así el hombre está en manos de su Hacedor,
para darles según su juicio.
au Enfrente del mal está el bien,
y enfrente de la muerte, la vida m ;
frente al hombre de bien u está el pecador,
u y frente a la luz, las tinieblas °.
["] Así contempla todas las obras divinas v,
dos a dos, una frente a otra.
1,1 Yo también el último me he desvelado,
como quien racima después de la cosecha.
,: Con la bendición de Dios también yo he avanzado,
y como vendimiador he llenado el lagar.
" Advertid que para mí solo no he trabajado,
sino para cuantos buscan la educación.
"' ¡ Escuchadme, príncipes del pueblo ",
y prestadme oídos, presidentes de la comunidad !
" A hijo y mujer, hermano y amigo,
no lea des poder sobre ti en tu vida r
y no des a otro tus bienes,
para que no te arrepientas y tengas que pedirles.
'" Mientras aun vivas y haya aliento en ti,
no te enajenes a ninguna carne.
" Porque vale más que tus hijos te rueguen
que haber tú de mirar a las manos de tus hijos.
"3 En todas tus actividades queda independiente
-A y no eches mácula sobre tu honra.
[**] Al tiempo de acabarse el corto número de tus días,
a la hora de la muerte, reparte tu hacienda.
Forraje, palo y carga para el asno,
[pan], corrección y trabajo para el esclavo.
16 Haz trabajar a tu esclavo para que no reclame descanso
no se aproveche de ello 1 y reclame la libertad.
" Yugo y riendas hacen doblar el cuello [a la bestia],
38 y para el mal esclavo torturas y pruebas u.
[M] Ponle en algún trabajo para que no gandulee,
,413 Para darles : o que les da según su juicio. H más bien «dependiendo de El
|su] suerte» o destino.
,l! Yo también el último me he desvelado : o «me he aplicado después de los de-
más», e. d., «llego el último, pero gracias a Dios...». Otros corrigen : «y yo soy como
último llegado» (así Eberharter). Algs. mss. G agregan tras ese escrito, intercalán-
dolo : «y los he heredado como queda dicho al principio», e. d., he heredado a aque-
llos que en la nación hicieron colecciones de sentencias, como Salomón y otros.
20 No des A otro ¡ reglas de vida sumamente prácticas y que no han caducado
con los años.
21 No te enajenes a ninguna carne : «no dejes que nadie te reemplace» o desplace
y sustituya, como vierten otros.
23 En todas tus actividades o tu conducta permanece independiente ; más bien que
«obra como superior» sobre tus bienes, que vierte G.
F4] Ai. tiempo de acabarse... : II algo dudoso, algs. lo corrigen. G «en el dfa final
(de la terminación) de los días de tu vida».
m Forraje, palo : compárase aquí al esclavo con el asno, porque este animal era
mejor tratado en Oriente que entre nosotros.
Torturas y pruebas : o instrumentos de tortura y expiación 'suplicio, eastitro) :
otros, «convienen cepos y golpes», «látigo y torturaV
— 12/10 —
33 »-34
ECLESIÁSTICO
33 29-34 ifi
■ porque la ociosidad enseñó mucho malo.
ra] [Ponle al trabajo según le convenga
y, de no obedecer, cárgale (los pies) con grilletes.}
w [Mas] no te excedas con ningún mortal
v nada hagas sin juicio.
° Si tuvieres un solo esclavo, sea como tú,
pues contra ti mismo [le maltratarías] T.
[■] Si tienes un solo esclavo, considérale como un hermano
v no le irrites : sería a tu costa w.
"mSí le maltratares, partirá v se habrá perdido [para ti] 1 :
* ¿ por qué camino le hallarías ? »
La verdadera confianza. Sacrificios y ayunos frente al
culto que Dios reclama
O A ' Esperanza vacías y engañosas las del hombre irreflexivo,
v los sueños dan a los necios alas para volar.
* [Es] como quien coge una sombra y persigue el viento
aquel que en sueños confía.
' Esto tras aquello : tal es la visión de los sueños a,
enfrente de un rostro la semejanza de un rostro.
4 Del impuro, ¿qué cosa saldrá pura?;
y del mentiroso, ¿ qué verdad oodrá salir ?
* Adivinaciones, augurios y sueños son cosas vanas
s y como lo que imagina corazón de mujer encinta b ;
[*] a no ser que vengan enviadas del Altísimo en una visita,
no les entregues tu corazón.
' A muchos engañaron los sueños
y cayeron por confiar en ellos.
■ Sin" engaño ha de cumplirse la ley,
y la sabiduría [procedente] de una boca fiel es la perfección
' Un hombre instruido conoce muchas cosas,
y el muy experimentado hablará prudentemente.
10 Quien no ha sido tentado poco sabe,
mas quien ha viajado de acá para allá abunda en destrezas.
" [Quien no ha sido tentado. ; qué puede saber?
El que ha sido engañado prodigará cautela.)
Bu Muchas cosas he visto en mis viajes,
y mayor que mis palabras es mi ciencia.
,3I2 Muchas veces estuve en peligro de muerte,
y gracias a esas cosas me he salvado.
",s El "espíritu de los que temen al Señor vivirá,
15 porque su esperanza está en su salvador.
*m Quien teme al Señor no vivirá en cuidado ;
de nada tendrá miedo, porque El es su esperanza.
•J^* ' Siw engaño como si dijera : reci
donde está la verdad incorrupta y donde
hallarás verdadero y cierto conocimiento
según otros : se hará realidad, se llevará
• Hablará prudentemente : o comunica
10 No ha sido tentado o probado : o t
uls A esas cosas: e. d., a mi cxperien
El espíritu : e. d., que el alma de
de la gracia, única que puede prometerse
s, no los que vienen de Dios,
irre ante todo a la ley y palabra de Dios,
por ciertas cosas que nos están prometidas
de lo futuro. I| Es la perfección : o bien,
ien, quien nada ha experimentado.
los que buscan al Señor vivirá de la vida
al alma inmortal
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34 "-35 5
ECLESIÁSTICO
34 17-35 5
b Dichosa el alma de quien teme al Señor.
18 ¿ Con quién cuenta ? ¿ Y quién es su apoyo ?
,916 Los ojos del Señor están sobre quienes le aman :
es protección poderosa y fuerte sostén,
abrigo contra el viento y toldo contra el calor del mediodía,
'-" salvaguardia del tropiezo y socorro para la caída ;
["] que eleva el alma y alumbra los ojos,
'que da salud, vida y bendición.
2\s Quien sacrifica de lo mal adquirido, oblación burlesca [hace],
y no son aceptables ofrendas de inicuos.
a- [El Señor es sólo para los que se mantienen
en el camino de la verdad y la justicia.]
ai, No gusta el Altísimo de las oblaciones de los impíos,
y no por lo numeroso de las víctimas perdona los pecados.
Inmola al hijo en presencia de su padre
quien ofrece sacrificios con bienes de pobres.
**a El pan de los indigentes es la vida de los pobres ;
quien lo arrebata es hombre sanguinario.
*2a Mata al prójimo quien le quita su subsistencia,
57 y derrama sangre quien priva de sueldo al jornalero.
B53 El uno edifica y construye el otro,
¿ qué otro provecho [les] queda sino la fatiga ?
9íí El uno reza y el otro maldice,
¿la voz de quién escuchará el Altísimo?
'"-s El que se lava por [haber tocado] un muerto y le toca de nuevo,
¿ qué provecho sacará de su ablución ?
nM Tal es el hombre que ayuna por sus pecados
y otra vez vuelve a ellos y hace las mismas cosas ;
¿ quién escuchará su oración,
ni qué le aprovechará haberse humillado ?
El culto grato a Dios. Castigo de los paganos opresores
de Israel
oc Quien guarda la ley multiplica las ofrendas.
•' Ofrece sacrificio pacífico quien observa los mandamientos».
3 [Y como ofrecer por las injusticias propiciación de sacrificio
4.. Quien da gracias ofrece oblación de flor de harina,
y el que hace limosna hace sacrificio de alabanza.
63 La satisfacción del Señor está en evitar la maMad,
y el sacrificio expiatorio en alejarse de la injusticia.
**_ Inmola al hijo : ese hijo matado delante de su padre es el pobre oprimido
bajo" la mirada de Dios; expresión que nos da a entender cuanto es el amor di
Dios para los desgraciados.
*a El pan de los indigentes : es la- vida del pobre. Quitarle ese pan es matarle.
Por "eso decía San Ambrosio : «Si non pavistis, occidistis.»
*a El uno edifica : estos vv. admiten varias interpretaciones. Vna de las nu\-
aceptables es decir que por su sacrificio el rico construye, levanta una obra buena
y el pobre destruye el mérito de la ofrenda por estar hecha a sus expensas y m
a las de su opresor; el rico pierde su trabajo para con Pios, y el pobre pierde e
suyo en este mundo por quedar privado de su fruto.
Opr 1 Multiplica las ofrendas: la observancia de la ley «s la oblación mas agra(
dable que se puede hacer al Señor.
- Sacrificio pacífico : o «de salud» o saludable, según interpretan otros.
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35 6-26
ECLESIÁSTICO
35 °-2ü
•\ No te presentes de vacío ante el Señor,
7 pues todo eso [es debido] por mandado.
*6 La oblación del justo unge el altar,
v su perfume [sube] a presencia del Altísimo.
\ El sacrificio del hombre justo es aceptable,
v su memorial no caerá en olvido.
I0, Honra al Señor con buenos ojos
v no empequeñezcas la primicia de tus ¡nanos. * *
u, En todos tus dones b pon rostro alegre
v con alboro/.o consagra el diezmo.
i:„Daa Dios según su donación a ti,
y con generosidad, conforme a tus medios °.
uu Porque un Dios remunerador es El
v siete veces más te compensará.
"„ No" ofrezcas regalos corruptores, poi que El no los aceptará,
,; y no confíes en sacrificio procedente de fraude ',
pues Dios de justicia es El,
y no se da en El acepción de personas.
'",3 No hará acepción de personas contra el pobre
y ha de escuchar las, súplicas del oprimido.
1714 No* menosprecia el gemido6 del huérfano
ni la viuda cuando derrama sus quejas (.
IS,B ¿Por ventura no le corren las lágrimas por sus mejillas
v no gime ella por su infortunio e ?
<« rjpues desdi- [susj mejillas suben hasta eí^ciélb,^ ,
El amargado de alma (?) de buen grado es acogido b,
y [sus] súplicas llegan ' a las nubes.
-\1 La oración del humilde penetra las nubes,
y hasta que llega [a su destino] no descansa j ;
no cesará hasta que haya mirado Dios
y el juez justo haga justicia k.
"1S Tampoco Dios tardará,
y, como un guerrero, no se contendrá 1
hasta que haya machacado ios lomos del hombre cruel m
23 y haya tomado venganza de las naciones ;
hasta que haya expulsado la vara de la insolencia
y hecho trizas el cetro de la injusticia ;
"4,¡, hasta que haya pagado el hombre según su obrar
y remunerado a la humanidad conforme a sus designios ;
20 hasta que haya pleiteado la causa de su pueblo
y le haya regocijado mediante su socorro.
*» [Oportuna es la misericordia divina en tiempo de] tribulación,
como nube 11 de lluvia en tiempo de sequía.
• ... rk..st.\ii.s dí VACÍO : c. U., ion las manos vacias. Aunque la observancia
de la ley es la mejor ofrenda para Dios, quiere El que no se descuide el ofrecer las
prescritas cuando se va al templo.
*„ Ungf. : lit., engrasa.
'Jt. Su memorial : e. d., el sacrificio de recuerdo (azkará) del justo.
"', Con buenos ojos : y no con los malos de la avaricia.
an Con generosidad, conforme a tus medios : lit., con buenos ojos, según el ha-
llazgo de tu mano (así G).
, No ofrezcas regalos : equivale a no trates de conseguir del .Señor mediante
ofrendas la libertad de obrar mal o la exención del castigo.
s18 Tampoco Dios tardará : e. d., no probará largo tiempo la paciencia y perseve-
rancia del humilde ; le oirá prontamente.
23 Haya expulsado o desposeído, desplazado, la vara (otros, «el ejército» ; H «vara
o tribu») de la insolencia o del orgullo. Cf. G : «haya exterminado la multitud de
los insolentes».
-',„ Uur. HAYA pagado: los hombres suscitados por Dios para castigar a Israel debían,
a su vez, llevar el castigo de su crimen.
a Mediante su socorro o salvación : G «con su misericordia».
— 1243 —
36 i — 30
ECLESIÁSTICO
36 1-20
Plegaria por Israel oprimido y el advenimiento
del «reino». La elección de esposa
' 1 ¡ Sálvanos, oh Dios del universo a,
I e infunde tu temor sobre todas las naciones !
, ¡ Agita b tu mano contra los pueblos extranjeros
y vean tu poder !
4 Como a vista de ellos has sido santificado en nosotros,
así delante de nosotros sé magnificado c en ellos ;
5 para que reconozcan ellos, como hemos nosotros reconocido,
que no hay Dios fuera de ti.
" Renueva las señales y reproduce ¡os portentos.
7 Glorifica [tu] mano y [tu] brazo derecho.
87 Despierta [tu] cólera y derrama la ira.
II a Abate al adversario y dispersa d al enemigo,
"s Apresura e el término, y acuérdate del plazo °,
pues ¿ quién te dirá : Qué haces ? '
[Con ira de fuego sea engullido quien intenta salvarse,
y quienes vejan a tu pueblo hallen la perdición.]
1210 Haz trizas la cabeza de los jefes del enemigo,
e que dice : «Nadie hay fuera de mí.» *
"u Reúne a todas las tribus de Jacob
h y posesiónense de la herencia como en los días de la anti-
,4i2 Ten piedad del pueblo ' llamado de tu nombre, [güedad h.
y de Israel, al que has apellidado j tu primogénito.
,3ia Compadécete de tu ciudad santa,
Jerusalén, lugar de tu residencia k.
'"14 Llena a Sión de tu majestad
y de tu gloria a tu santuario '.
"„ Da testimonio a ias que son tus criaturas desde el principio
y lleva a efecto las profecías pronunciadas en tu nombre.
"„ Da premio a los que en ti esperan
y tus profetas sean hallados verídicos.
I"l Escucha 1 la plegaria de tus servidores m ,
" según tu benevolencia n para tu pueblo,
y conozcan todas las extremidades de " la tierra
que tú eres el Dios eterno.
""ls La garganta p devora q todo alimento,
pero hay un alimento mejor que otro alimento.
Ofí ! Has sido santificado : lias mostrado tu santidad con castigos enviados al pue-
blo judío en pena de sus desórdenes. Cf. Ez. 28, 22, y 38, 23.
1 Glorifica tu mano : e. d., tu poder.
"'8 Apresura el término : e. <!., el fin de la opresión y el tiempo de la venganza
y nuestra liberación, o sea la época mesiánica, de reagrupación del pueblo disperso
y manifestación de la gloria de Dios en el templo (cf Ag. 2, 9I.
n„ Con ira de fuego ' o bien, por la ira del fuego ; e. d., por la llama de la ira
>ea devorado ¡ cf. 2 Re. 1, 10.12.
u10 Haz trizas o aplasta la cabeza de los príncipes del enemigo (así en corrección
tnargin.il, texto de Moab, simbolizando a todos los enemigos, como en Núm. 24, 17),
e. d., de los Seléucidas sirios, que por entonces tiranizaban Palestina.
un Keúne : se refiere a los judíos quedados en Babilonia después de la cautividad
y a la congregación de todas las tribus en tiempo mesiánico (cf. Is. 11, 11-16, y
Jer. 3, 18).
,715 T.as que son ius criaturas dksde el principio : o rjieu, a tu creación primera.
— 1244 r
36 21-37 »
ECLESIÁSTICO
36 21-37 9
**„ El paladar distingue al gusto los manjares dados r,
ásí un corazón inteligente los alimentos de mentira ».
"ao El corazón perverso da tristeza,
mas el hombre experimentado le hace frente *.
aai La mujer acepta cualquier marido,
pero [una muchacha es mejor que otra].
M~¡ La belleza de la mujer alegra el semblante
v sobrepuja todo deseo de los ojos.
,4M Si a esto une ella dulzura de lengua u,
su marido no pertenece ya al común de los hijos d-; los hom-
J*M Toma a una mujer como primera adquisición r : [bres.
es una ciudad fortificada w y una columna de apoyo.
"„ Falta de cerca, la viña x será saqueada,
y donde no hay mujer se vive vagabundo y errante y.
w« ¿ Quién se fiará de una banda armada 2
que 6alta de ciudad en ciudad?
Así es el hombre que carece de nido
y se aloja donde le sorprende la noche.
La elección de amigos y de buenos consejeros. Sabiduría
verdadera y falsa. Cuidado de la salud; la templanza
nn 1 Todo amigo afirma : «Soy amigo» " ;
■ pero hay amigo que de amigo sólo el nombre tiene.
l2l ¿No es pena que se acerca a la muerte
' que un amigo [amado] como a ti mismo se te trueque b en ene-
1 ¡Oh perversa idea! ¿Por qué has sido creada 0 [migo?
para cubrir el mundo de engaño ?
' Malo es el amigo que cuenta con [vuestra] mesa d,
v en tiempo de aflicción se mantiene enfrente *<
' Bueno es el amigo que combate contra [vuestro] enemigo,
y contra [vuestros] adversarios toma el pavés.
4 No olvides al compañero en el combate f
y no le abandones en [el reparto de] tu botín K.
¡No tomes consejo de quien te mira de reojo
y encubre tu designio a los que te envidian.)
\ Todo consejero dice : ¡ Ve ! h ;
pero hay consejero que np atiende sino a sí mismo.
% Delante de un consejero guárdate
y conoce primero sus necesidades,
U.n CORAZÓN : e. d., un espíritu (inteligente o sensato». Lo mismo en el v. si-
guiente.
Cualquier marido : como a la mujer hebrea no le tocaba buscar marido, acep-
taba" el que se presentaba y era del agrado de sus padres. Sin embargo, parece que
el texto esperado sería más bien : «El hombre toma indiferentemente a cualquier
mujer...i
-'22 La belleza... alegra : lit., ilumina, e. d., hace radiante el rostro, y sobrepuja
todo deseo de los ojos : e. d., cuanto los ojos (G dice «el hombre») pueden desear.
*a No PERTENECE VA AL COMÚN DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES ! O bien, de IOS luios
de Adán, de los mortales ; e. d., es el más feliz mortal.
aM Que carece de nido : los célibes eran sospechosos para los judíos, que tanto
estimaban el matrimonio, por la esperanza que tenían de que naciera de su familia
el Mesías.
0»T 1 SOY amigo ¡ o bien, lit., amo.
5 Toma el pavés: o bien, empuña las armas no para defender a la persona
amiga, sino para librarse él del peligro.
», No atonde sino A sí mismo: o bien, «aconseja para su provecho. (Gi.
*s Guárdate : o pon en centinela tu alma.
37 10-27
ECLESIÁSTICO
¿7 10-27
porque él también piensa en .sí mismo,
"' no que Le eche la suerte,
"o y te diga : ¡ Bueno es tu camino!,
y se te quede enfrente para contemplar tu desgracia '.
l;,0 No consultes con tus enemigos
y oculta tus secretos a los que le envidian ;
1"1 con mujer acerca de su rival
y [con] el combatiente acerca de la guerra ;
con mercader acerca de la venta
y [con] comprador acerca de la compra ;
con envidioso acerca de caridad
" y [con] despiadado j acerca de buenos sentimientos: ;
[con] el jornalero acerca de su trabajo k
14 y [con] el mercenario anual acerca del gasto de grano 1 ;
[con sirviente inútil acerca de un gran esfuerzo:
no te fíes de ellos para ningún consejo] "'.
"ta Mas [trata asiduamente] con hombre que teme [a Dios] n de
de quien sepas que guarda lo.> maii.laai.eiit.i->, [continuo,
" que en su corazón u es como tu corazón °,
y si tropezares, se dolerá contigo.
17u Y, además, atente al consejo de [tu] corazón,
porque nadie te será más tiel que él.
'",4 El corazón del hombre le anuncia lo que debe hacer v
más que siete centinelas puestos sobre atalaya.
19,6 Y con todo esto ruega a Dios
para que enderece por la verdad tus pasos.
"",c Principio de toda obra es la palabra,
y antes de todo acto, el pensamiento.
an La raíz de los pensamientos es el corazón i ;
cuatro ramas hace brotar :
l'8l bien y mal, vida y muerte ;
mas quien señorea en ellas sin excepción es la lengua.
nlt Hombre hay inteligente que es tenido por tal a los ojos de mu-
V para sí mismo es un necio s. [chos '
Y hay sabio aborrecido por sus palabras
y falto de todo alimento grato.
**sl [Poique no le fué dada por el Señor gracia,
por lo que de toda sabiduría está desprovisto.]
Hay sabio que lo es para sí mismo,
[y] los frutos de su inteligencia [revierten] sobre su cuerpo '.
Mí3 Y hay sabio que lo es para su pueblo u,
[y] los frutos de su inteligencia son para éste T,
"¡h El sabio es saciado de placeres w
y le dicen bienaventurado cuantos le ven.
uieren otros.
a. Como que está más intere.
íficre que no deba el hombre
quí en el sentido de razón, reflexión. || I
'en/elVónco. |¡ Ei. corazón: o sea, la inteligencia.
i.nio guato : otros, «de todo disfrute». Puetle entenderse que
en vez de serle provechosa, le sumirá en la más honda miser
íevolencia, favor.
— 1 246 —
37 28-38 7
ECLESIÁSTICO
37 28-38 1
La vida del hombre es de un número [contado] de días,
mas la vida de Israel es de días sin número.
El sabio entre st» pueblo heredará gloria N
v su nombre vivirá eternamente y.
Hijo, en tu vida, pruébate a ti mismo
v mira qué es malo para ella y no se lo des.
% Porque no todo es para todos provechoso
v no todo alimento conviene a todo el mundo.
B,,No' te precipites sobre los placeres
y no seas ávido de manjares l.
**w Porqué en la abund.v.icH de pintos anida la enfermedad
y la intemperancia lleva a la náusea.
w31 Faltos de disciplina, murieron muchos ;
pero quien se observa alarga su vida.
El médico y la curación. Proceder en caso de defunción.
Los artesanos y la sabiduría
oo ' Honra al médico por cuanto tienes de él necesidad,
pues a él también le ha creado Djos.
■' De Dios procede la habilidad del médico a.
y del rey recibe obsequios.
3 La ciencia del médico le eleva
v se mantiene b delante de los grandes.
4 Dios ha sacado de la tierra los remedios
v un hombre inteligente no los rechazará.
6 ¿ No se endulzaron las aguas por un madero
nara dar a conocer a todo hombre Su potencia ?
* Y El ha dado al hombre el conocimiento
para que se glorifique en su poder.
1 Con ellos el médico L' aplaca el dolor ;
TI asimismo, el boticario prepara mixtura,
de suerte que la obra de El no termina
*„ La vida del hombre : el sabio tiene los días contados, como todo hombre ; pero
enseña a un pueblo cuya duración no tiene limites y en cuyo seno permanecerán sus
enseñanzas y florecerá su gloria eternamente.
3"... A ti mismo : lit., tu alma, e. d., tu temperamento, tu carácter, tu gusto y deseo.
No iodo ALIMENTO conviene a toda persona : o bien (c. G), «no todo el mundo
(lit., H y G «toda alma») se complace en todo».
3:,31) La intemperancia lleva a la náusea : H« «el intemperante llega al hastío» ; cf. G :
«en las muchas viandas hay enfermedad, y la intempeiancia llega a producir cólicos».
Faltos de disciplina : e. d., por intemperancia o insaciabilidad, que dice G.
OO 1 Honra ai. médico : G añade : «con los honores que le pertenecen». Los Judíos
*fO estimaban tanto más a los médicos cuanto que su arte la ejercitaban los sacer-
dotes y levitas, y fundaban su respeto en que es Dios quien ha creado al médico
y ha hecho necesaria su intervención, posible su ciencia y sus cuidados eficaces.
■ La ciencia: habla de. la ciencia seria y profunda. M Le eleva: lit., levanta su
cabeza.
4 No ios rechazará o despreciará : por inútiles ni desagradables.
6 Se endulzaron las aguas : cf. Ex. 15, 25.
6 Se glorifique en SU poder : H es aquí ambiguo (cf. versiones) ; H en su lección
marginal dice «para que los hombres sé glorifiquen de su poder de ellos». En nuestra
versión suponemos que «si< poder» se refiere al de Dios; G «por sus maravillas».
'• Con ellos: e. di, con* los remedios, maravillas del peder de Dios.
n No termina : porque se descubrirán nuevas medicinas y procedimientos cu-
rativos.
— 1247 —
38 8-25
ECLESIÁSTICO
38 «-*
• ni el 6oeorro [que de El procede] desaparece de la faz de la
' Hijo, en la enfermedad, no te arrebates, [tierra.
pero ruega a Dios, que El te curará.
10 Aléjate de la falta y endereza [íms] manos d
y de todo pecado limpia el corazón.
a Ofrece el incienso y el azkará,
y haz sacrificios tan pingües como lo permita tu fortuna B.
u Mas da también lugar al médico '
y no se aparte de ti, pues también él te es necesario
a Hay un tiempo en que el éxito está en sus mano* ;
" pues también él rogará a Dios
para que le conceda lograr alivio
y curación en razón de su medio de vida
15 ¡ Quien peca ante su Hacedor
caiga en manos del médico !
16 Hijo, vierte copiosas lágrimas sobre el muerto,
s manifiesta tu amargura y haz oír tu lamentación « ;
según el ceremonial que le corresponde, entierra su cuerpo
y no descuides sus restos h.
" Pon amargura en tu gemido, y enardece el lamento,
" y haz el duelo con arreglo a su dignidad,
un día o dos para evitar calumnia
1,81 y consuélate por la tristeza' [pasada],
" porque de la tristeza surge daño,
e igualmente la melancolía origina la aflicción k.
!0 [En la miseria también hay tristeza,
y la vida del pobre depende de [su] corazón ] 1
na No vuelvas más a él m tu corazón ;
aleja su recuerdo y piensa en [tu] final.
xn No te acuerdes más de él, pues para él no hay esperanza ;
no le serás útil n y te perjudicarás.
"M Recuerda que su destino 0 será también el tuyo,
a él ayer y a ti hoy.
"a Cuando el muerto descansa, descansa con él su recuerdo,
y consuélate en la salida de su espíritu.
"j. La sabiduría del escriba [nace] en la oportunidad del ccio
y quien se da poco a los negocios se hará sabio.
8 Ni El. socorro desaparece he i.a fa¡
salvación, ciencia, sabiduría, dicha) esta
El procede está sobre...»).
9 No te arrebates : así parece H ; o bu
dujo «no desprecies (las medicinas)», «no
pues suele verterse diferentemente.
" Oeuecf ei. incienso o perfume aplacador y el azkarí o memorial : la expresión
tiene sentido fi.eurado ; designaba la parte de la oblación miniá (ñor de harina...)
oue se separaba del resto, otorcado al sacerdote, para ser echada al fuecro en honor
de Dios, a fin de reclamar el divino rcrurrdo sobre los deseos del oferente. Es lo pri-
mero que ha de hacer el enfermo, dice Ece., y luesro tener en el médico razonable
i oufianza.
cía un célebre médico : cuando veo oue la medicina es im-
i'uelvo hacia Aquel que tiene el remedio para todo.
Dio de vida : e. d., porque el ejercicio de la profesión eons-
13 HAY UN TIEMPI
Iiotente para curar,
14 En razón de s
tituye su modo de
fermo)»).
" Pon amargura,
«y cumple exactam<
10 Daño : o triste
(al
— 1248 —
38 26-39
ECLESIÁSTICO
38 26"39
% ) Cómo podrá hacerse sabio quien gobierna el arado "
y se gloría de blandir por lanza un aguijón r,
quien conduce los bueyes " y arrea sus bestias ■
y no tiene más conversación que 1 con los becerros ?
"M Aplica su corazón a trazar surcos
y todo su afán es por completar el engorde u.
M„ De 'igual suerte, [todo] obrero [y artista),
que [trabaja] de noche [como de día],
* el que graba las imágenes de los sellos
y su ocupación tenaz es variar las figuras,
aplica su corazón a reproducir el modelo
y su afán es rematar su obra.
Así el herrero sentado junto al yunque,
examinando con cuidado la obra de hierro ;
el vapor del fuego derretirá sus carnes
y en el ardor de la fragua luchará enérgicamente.
*° El sonar del martillo aturde sus oídos
y en el modelo del objeto se hallan fijos sus ojos.
11 Aplicará el corazón a rematar sus obras
y su afán a adornarlas hasta la perfección.
*'„ Así el alfarero sentado a su trabajo
y dando con los pies a la rueda,
el cual está siempre en cuidado por causa de su obra
y por que toda su producción esté completa.
"30 Con su brazo moldeara la arcilla
y delante de sus pies doblegará 5U resistencia,
M y aplicará cuidadosamente su corazón a terminar el barnizado,
y su afán será limpiar el horno.
"„ Todos éstos en sus manos confían,
y cada cual es hábil en su propia obra.
*"» Sin ellos no se edificará ciudad alguna,
s' ni se vendría a habitar en ella, ni por ella se pasearía.
Ia] Mas .para la asamblea popular no se les busca
** y en la comunidad no sobresalen ;
en el sitial del juez no se sientan
y para la alianza del derecho no tienen capacidad,
ls'l y no manifestarán justicia ni derecho,
y no se los encontrará para [pronunciar] parábolas.
** Sin embargo, sostienen la creación del siglo,
y la súplica de ellos son los trabajos de [su] oficio.
"a Derretirá : o bien, con otros, endurecerá, entumecerá.
80 Aturde : otros, «renuévase en».
,2,e Esté completa : en el número de vasijas que ha de fabricar.
38 [M] En el sitial del juez : e. d., que no serán capaces de interpretar la ley del Se-
ñor. || Para la alianza del derecho o la ordenación jurídica, o bien «la justicia del
juicio», no tienen capacidad o disposición, no la comprenden... || No manifestaran
justicia ni derecho : o bien, no patentizarán ni cultura de espíritu ni derecho. || No
se les encontrará... : o bien, no estarán al corriente de las parábolas.
** La creación del siglo : otros, «eterna» ; otros, «el trabajo del mundo», esto es, la
creación material, sujeta a las vicisitudes del tiempo, que reclama el concurso de los
obreros para atender a las varias necesidades de la humana existencia. || La súplica
de eiios : e. d., su solo pensamiento.
- 1 24c, —
39
ECLESIÁSTICO
39 *-a>
El artista y el artesano en el logro de la sabiduría (con-
tinuación). Glorificación del autor de la creación
OQ ', Diverso es el que aplica mi alma
°~ a la ley del Altísimo y la medita.
I1) Indagará la sabiduría de todos los antiguos
v ocupará sus ocios, en [conocer] las profecías.
5 Conservará los relatos de hombres célebres
y penetrará en los repliegues de las parábolas.
3 Escudriñará los secretos de los proverbios
y se adentrará en los enigmas de las parábolas.
1 En medio de los magnates prestará servicio
y narecerá delante de los príncipes.
8 El país de las naciones extranjeras recorrerá,
porque experimentará lo bueno y lo malo entre los hombres
6 Aplicará todo su corazón a velar de mañana
ante el Señor, que le hizo,
y suplicará delante del Altísimo.
1 Y abrirá su boca en la oración
e implorará por sus pecados.
5„ Si al Señor, el Grande, le pluguiere.
será llenado del espíritu de ciencia ;
:l El hará llover [sobre él] las palabras de su sabiduría,
y en la oración confesará al Señor.
": El mismo dirigirá su consejo y ciencia
y meditará en los secretos [divinos].
"« El manifestará la doctrina de su enseñanza
y se gloriará en la ley de la alianza del Señor
Alabarán su inteligencia muchos
y no será olvidada nunca jamás.
:3 No se borrará su memoria,
y su nombre vivirá de generación en generación,
".o Contarán las naciones de su sabiduría,
y la asamblea anunciará su elogio.
"uSi subsistiere, dejará nombre por mil,
y si descansare, esto le bastará.
",2 Aun he de referir una vez mis reflexiones,
pues estoy henchido [de cosas] como la luna llena.
"„ Escuchadme, hijos santos, y creced
como la rosa que brota ál margen de las aguas.
Y como incienso esparcid [vuestro] buen olor,
v haced brotar flores como el lirio,
exhalad perfume y entonad un cántico de alabanza,
celebrad al Señor "por todas [sus] obras.
Engrandeced su nombre
y confesadle con alabanza **,
*•,„ La i.ir* : cítara, salterio, harpa.
Ben sirá' a qué estudios (Jebera el verdaden
i do pedir a Dios para completarlos. La Iítle
; conocimientos, i>or hallarse general
¡traídas y experimentadas, y podrá ¡
lérdese la historia del patriarca José
■no que tiene y de El ha recibido.
Á : o bien, le será <lc provecho, o to
— 1250 —
39 21-36
ECLESIÁSTICO
39 2 1-30
a '.os sones de la lira y Je toda especie de música ",
y así habéis b de decir con c grito de alborozo c :
'-',„ Las obras de Dios son todas buenas d
v a toda necesidad en tiempo oportuno proveen •.
'[No vale decir: «.¿Qué es esto? ¿Para qué estof*,
pues todas las cosas serán a su tiempo buscadas '.]
--, A un aicho suyo detúvose ti agua como un montón
v por una palabra de su boca [hubo] cisternas de agua
*M A su orden cúmplese su voluntad,
v no hay quien detenga su salvación.
*•„ Delante de El está la obra de toda carne,
y nada hay oculto h a sus ojos.
% De eternidad a eternidad dirige su mirada.
' t existe acaso límite a su poder?
Xo hay para El nada pequeño ni poco ',
v ñaua es sorprendente o difícil para El.
al21 No' vale decir : «¿Qué es esto J ? ¿Para qué esto.'»,
porque todo ha sido elegido para su destino.
•• -\o nay decir : (.Esto ts peor que estotro» ,
pues todo vale a su tiempo k.
"j, Su bendición desborda como el Nilo,
y como un río riega el mundo »,
Fl Así desposee ln su ira a las naciones
'•' v cambia en salsedumbre las tierras de regadío.
P*l Sus vías para los justos son rectas ;
de igual modo para los impío.-, son escabrosa».
Atribuyó el bien " a los buenos desde el principie,
de igual modo el bien y el mal u para los malos.
",6 [Las primeras cosas necesarias] para la vida del hombre son el
el fuego, el hierro, la sal, [agua.
[la enjundia del trigo], la leche, la miel,
la sangre del racimo, el aceite y el vestido.
3V Todas estas cosas benefician a los Dueños
de igual modo que para los malos se convierten en mal.
ta, Vientos hay creados [para el castigo
r que en su luna] desarraigan las montañas p.
14 [En el tiempo de la consumación derraman su fuerza
y aplacan la ira de su Hacedor.]
'.„ Fuego y granizo, hambre y pt>le <: :
también estas cosas han sido hechas para el castigo.
'''■■.„ Las fieras carniceras >\ los escorpiones y los áspides
y la espada vengadora, para perdición de los impíos.
L'odas estas cosas han sido creadas igualmente para su fin
y han sido depositadas en sus almacenes para el tiempo se-
[ña.ado b.
.. Dkti'viisk ei. agua: alude ..1 paso del mar Rojo y del Jordái
«¿nú- a la separación de las aguas > la tierra el segundo
(pación.
|s Detenga stj salvación o socorro, e. d., si Ki quiere salvar; G «mengua su sa-
lud», e. A., la que de El viene.
' Sorprendente : o también, «imposible», como otros prefieren; G «admirable de-
e" de El».
a Todo ha sido elegido para su destino : o bien, «todas las cosas han sido des.
tinadas para una determinada necesidad» ; c; «creadas para su uso».
1 Salsedumbre : e. d., «desierto salado», tierra árida. El verso parece significar
tan fácil lt es a la ira divina apoderarse de las gentes como pudo cambiar una
región fértil y bien regada en un desierto salado, c, dice «como cambió las aguas...»,
orno aludiendo a las del mar Muerto.
La ENJUNDIA o grasa del trigo: e. d., la harina o flor de harina.
Vientos hav : no todos. Aplicar este texto a los demonios y decir que con su
furor* acrecientan su suplicio podrá ser verdad, pero no parece que sea el sentido del
versículo.
— 1251 —
39 37-40 13
ECLESIÁSTICO
39 37-40 1*
"S1 Cuando El les da orden se regocijan ',
y en su tarea no traspasan su mandato.
Kn Por eso desde el principio me afirmé [en mis ideas]
y reflexioné y puse por escrito :
"ss «Las obras de Dios son todas buenas
y a su tiempo provee toda necesidad.
40S4 Y no hay decir : 'Esto es peor que aquello',
pues todo, a su tiempo, vale.»
4,S5 Ahora, pues, con todo el corazón y boca cantad
y bendecid el nombre del Señor u.
Miserias de esta vida. De la riqueza injusta y la pobreza
1 Grandes tráfagos ha asignado Dios [a todo hombre],
y un yugo pesado sobre los hijos de Adán,
desde el día de la salida del vientre de su madre
hasta el día de volver a la tierra, madre de todo viviente.
2 [(Objeto de) sus cavilaciones, y el miedo de su corazón,
y el fin de sus palabras es el día de la muerte ■];
* desde el que se sienta en trono en majestad
hasta el humillado en polvo y ceniza,
4 desde quien lleva tiara y diadema b
hasta el que se cubre con [pobre] pellico .
(Bl sólo 0 [es] envidia, turbación y terror,
temor de la muerte, resentimiento y querellas.
11 Y en el tiempo de descansar en su lecho,
el sueño nocturno mantiene desvelado [su espíritu] '.
8 Poco, como nada, un instante descansa,
y desde ese [momento] está en los sueños como en día de
I Turbado por la visión de su alma, ¡vigilia ''.
es como quien huye de la presencia del perseguidor ' ;
['] en el momento de salva) se 6 se despierta
y se admira de que era vano su temor e.
8 [Así sucede con toda carne, desde el hombre a la bestia,
y para los pecadores, siete veces más.]
' Peste B y sangre, inflamación h y espada,
devastación 1 y ruina, hambre y muerte ].
10 Contra el impío fué creado el mal k,
y por él se precipita la destrucción
II Todo lo que de la tierra proviene a ¡a tierra volverá,
y lo que de lo alto, a los alto m [torna].
n [Todo soborno e injusticia serán borrados,
mas la fidelidad permanecerá eternamente.]
a La riqueza del injusto se agotará n como torrente impetuoso
y como recio aguacero en medio del trueno °.
s,„ En su takfa : o también, «en la orden que ellos han recibido» ; G ten sus
tiempos».
M„ Me afirmé : o im< persuadí firmemente! ; asf c. G interpretamos H, dudoso :
me detuve t
Vale : G «será reconocido bueno», «es excelente», «será comprobado» o pondrá
de manifiesto los atributos de Dios, que de muchas maneras suele interpretarse.
Af\ 1 El fin de sus palabras : así S ; ('. «Ja preocupación (o representación) de la
espera», o sea el pensamiento del porvenir que le espera.
4 Pellico : lit., vestido de piel ; G «cañamazo».
u La fidelidad: la buena fe, la integridad ¡ S «honradez»
— I2.S2 —
40 l4~41 3
ECLESIÁSTICO
40 i*-41 3
14 Cuando [el injusto] alce las ruanos, se alegrará uno,
pues de repente desaparecerá para siempre ».
16 El retoño del impío no echa ramas,
porque la raíz del malhechor <> [está] sobre un diente rocoso.
Es como la caña [que crece] al borde del torrente r ;
antes de [llegar] toda lluvia se consume B.
" La piedad jamás vacila
y la justicia 6e afirma para siempre
" Una vida con vino y licores u es dulce,
pero más que ambas cosas el que halla un tesoro.
" Hijos y [construcción de] ciudades perpetúan un nombre,
T pero más que ambas cosas quien halla la sabiduría.
Ganado y plantaciones hacen florecer el nombre \
pero más que ambas cosas w una mujer sin tacha.
20 Vino y licores * alegran el corazón,
pero más que ambas cosas el amor de los amigos ».
21 Flauta y salterio hacen el canto placentero,
pero más que ambas cosas una lengua agradable.
" Hermosura y gracia causan el placer de los ojos,
pero más que ambas cosas las ñores del campo 2.
Amigo y compañero en tiempo oportuno a' ayudan,
pero más que ambas cosas una mujer inteligente
" Hermanos y ayuda son para tiempo de aflicción,
pero más que ambas cosas salva la caridad.
a Oro y plata afirman los pies,
pero más que ambas cosas [vale] un buen consejo <"'.
*• Riquezas y fuerza alborozan d' el corazón,
pero más que ambas cosas el temor de Dios.
* (Con el temor de Dios nada falta
y con El no hace falta buscar auxilio.!
a,7 El temor de Dios es como un edén de bendición,
y por cima de toda gloria está su dosel.
2828 Hijo, no vivas vida de mendicidad e' ;
vale más morir que mendigar.
*"„ Hombre que mira a mesa ajena,
su vida no es de considerar como vida ;
se mancha con los platos de aquélla ;
™ un hombre entendido y educado se guarda [de ello] ''.
,230 En boca del impudente es dulce la mendicidad,
mas en sus entrañas quema ella como un fuego
De la muerte. De la vergüenza
1 ¡Oh muerte! ¡Cómo es amargo tu recuerdo
para el hombre que goza ta paz de sus riquezas,
2, para el hombre descuidado y afortunado en todo
y todavía con fuerzas para acoger el placer • I '
*, ¡ Ay muerte ! ¡ Cuán buena es tu ley
para el indigente b y que carece de v.gor,
-' LtNouA agradable : o locución bella, encantadora, dulce ; otros, tuna palabra
pura».
" Afirman los pies : hacen feliz y estable la condición del hombre.
'*2, Que mendigar : porque la mendicidad expone a mil peligro- y deja a disposi-
ción de todos, so pena de hacer vida parasitaria, lo cual es de mucha vergüenza.
- I2.S3 -
41 *-s«
ECLESIÁSTICO
4! 4-: i
41
'■■ para «1 hombre decrépito y abrumado Je toda suerte de ouida-
el rebelde y que ha perdido la esperanza I [dos,
"3 No te espantes de la muerte, que es tu ley c ;
acuérdate que tus antecesores y sucesores estarán contigo rt ;
[4] éste es el lote señalado por Dios a toda carne ;
" y ¿por qué habías de rehusar la ley 6 del Altísimo ?
[Ya se muera] a los mil, a los ciento o a los diez años
7 no hay reprensiones por la vida en el scol.
", Un hijo despreciable es el descendiente de pecadores,
v un nieto necio, de familia de impíos «.
\ La "herencia de los hijos de impíos va , a nina
[y con su posteridad continúa el oprobio*}.
l07 Al padre impío le maldice 1 su hijo,
pues por él [sí la deshonra del pueblo 1],
"s ¡ Ay de vosotros, hombres impíos,
los que abandonáis la lev del Altísimo!
'% k Si os multiplicáis, es por desgracia,
y si engendráis, es para lamento ;
si tropezáis, es para regocijo del mundo K,
y si morís, es para [heredar] la maldición. .
'V, Todo lo que procede de la nada ', a la nada vuelve ;
así el impío, [viniendo] del vacío, al vacío m [retorna],
"u Vanidad es el hombre en su cuerpo,
pero el renombre de la virtud no desaparecerá
is,a Cuida de tu renombre, porque te acompañará °
más que millares de tesoros preciosos p.
"]3 La felicidad del viviente " [es sólo por un corto] número de días,
pero el buen nombre, por días sin número '.
s Sabiduría oculta y tesoro escondido,
¿ qué provecho hay en ambas cosas r
Más vale hombre disimulador de su necedad
que hombre ocultador de su sabiduría
,7„., Hijos, escuchad la instrucción de la vergüenza 1
"1( y llenaos de confusión según mi norma " ;
"h [porque'] no toda especie de vergüenza es conveniente guardar
ni toda confusión escoger v.
"i, Avergüénzate w, ante padre y madre, de la fornicación ;
delante de príncipe o magnate, de la mentira ;
Mi8 delante del señor o la señora, del engaño s ;
delante de la comunidad y el pueblo, de una transgresión ;
a„ delante de compañero o amigo, de una deslealtad * ;
"4,„ delante del lugar donde moras, de un robo ;
onceder una petición
■aben ya repro-
ente a Eci. en
KL Ce IDO EN LA COMIDA
el pan». La frase f
trataría <lc censurar
41 : 5-42 9
ECLESIÁS fio i
41 25 42 ;)
de contestar con e! silencio «1 que saluda,
de contemplar a mujer de vida airada,
f11] de familiaridades con
v no te acerques a
delante de amigo por
\ luégo de concedei
iras ofensivas,
petición re cha/
De la vergüenza (continuación)
42 '-■ 1)0 f€Pel
[-'1 Serás as
;osa que hay;
F] En es
5 Por k
y i
5 Por ci
simo y [sus] estatutos
absolviendo al impío.
ntas con companero y caminante
y por particiones de herencia y de bienes 1
' Por exactitud de balanza y peso
d y de la equivalencia de los efás
[6] Por adquisición de mucho o poco
r' y por el precio de la venta del mercader.
[Por ¡as numerosas correcciones a los hijos
y por sacar sangre a los lomos de :<n nial criado.
'« y cerrar bajo llave donde
['] Por contar lo que pones
y entrega y recepción
11 Por reprender al tonto y
y al viejo decrépito q
entonces serás en ven
v hombre discreto b ai
itualmente por escrito,
por el libertinaje e ;
Una hija es para su padre un tesoro engañoso ',
y la inquietud que le produce le quita el sueño
42
l'I secreto de
en este punto porque <
istrar por los errores
. d., por fallo en que
« EflUIVAUENCI* DE I
. ni ! medida de capac
5 PRECIO : o bien,
6 Por poner sello
mujir mala laquí má:
. onveniente cerrarlo t
i¡u<- deseaba uno cons
Pl Entrega ^ recep,
transacción comercial.
Pin Sira'
sentenci v
te al que
huésped.
>tra lectura de H,
las pesas».
las tiene uno que ver con
ladrona que de inmoral) es
:e echar el sello a las cosas
«don y Compra*), e. d., toda
42 10-24
ECLESIÁSTICO
42 ío-24
cuando ella es joven, por si le pasa la «dad de casarse,
y casada, por si es aborrecida ;
10 en su doncellez, por temor de que sea mancillada
y en la casa paterna no quede encinta ;
haciendo vida con su marido, por si faltare a ía fidelidad,
o casada, por si fuera estéril K
u Hijo, sobre tu hija k redobla la vigilancia,
no sea que te convierta en risa de los enemigo- ',
en comidilla de la ciudad y objeto de la maledicencia del pue-
y te abochorne en la asamblea de la puerta. fblo,
"' El lugar donde ella more no tenga celosías
ni habitaciones cuva entrada se divise por todos los lados m.
A ningún hombre mire en su belleza
ni frecuente conciliábulos de mujeres.
" Porque del vestido sale la polilla,
y de la mujer la malicia femenina.
11 Vale más la maldad del hombre que la bondad de la mujer,
y la casa de la mujer deshonrada pregona el oprobio.
" Voy a recordar las obras de Dios
y contaré lo que he visto.
Por la palabra de Dios fueron sus obras,
n y la creación acepta su voluntad ™.
16 El sol radiante sobre todo brilla ;
asimismo, la gloria de Yahveh sobre todas sus obras °.
" Los santos de Dios no son capaces
de contar todas las maravillas divinas ;
p [sin embargo], ha dado Dios fuerza a sus milicias
para mantenerse ante su gloria •>.
'" Sondea el océano y el corazón
y penetra sus secretos designios.
" [Pues el Altísimo conoce toda ciencia
y mira los signos del tiempo.~\
['*] Anuncia lo pasado v lo futuro
y descubre la hondura i de los misterios.
M No se le escapa ningún pensamiento
ni cosa alguna se le pasa.
'' Ha dispuesto las maravillas de su sabiduría :
uno es El desde la eternidad r,
sin que nada le haya sido añadido 22 ni quitado
y sin que necesite ningún instructor
-8 8 [¡Cuánto son deseables todas sus obras!
Y como centellita es lo que se ve.~¡
Todo eso vive y peffttafiece para siempre
y para cualquier necesidad cada cosa obedece.
11 I.a puerta : serie riel tribunal y centro de las reuniones i>opulares. !| No tenga
celosías <> enrejado; o también, con otros, «no debe ser la ventana, ni los parajes., ».
13 A ningún hombre mire en su belleza : o bien, con otros, «muestre su figura»
C traduce diversamente : «No mires la belleza de torio hombre y no te sientes entre
las mujeres», recomendación que responderá a las circunstancias de aquella época, en
(lile vivían los judíos mezclados con los griegos. Sabido es lo común que era entre
éstos !a pederastía y otros vicios infames.
M Vale más la maldad del HOMBRE... : o también, «vale más rudeza de hombre que
afabilidad de mujer» ; G dice más bien «que mujer que produce buena impresión»,
afable, obsequiosa. !| Y la casa : así c. margen de H, de interpretación dudosa;
G " v que mujer deshonrada para (o: cónl el oprobio».
'* I.os signos DEL tiempo : o bien, prevé lo porvenir.
-" Pensamiento : o saber. || Cosa alguna se le i-asa : o, como G, «ni ninguna palabra
se le oculta».
— 12 SO -
42 -'5-43 9
ECLESIÁSTICO
42 25-43 y
™ Todas las cosas difieren una de otra
y nada ha hecho en vano l.
* La una completa lo bueno de la otra,
y ¿quién se hartará de contemplar su gloria?
Magnificencia de Dios en obras aisladas de la creación.
Resumen de la exposición precedente
ao 1 Hermosura del empíreo, expandido sobre la nitidez
y belleza del cielo que contempla su majestad,
' el sol, resplandeciente, anuncia a su aurora :
«¡Qué admirable es la obra de Yahveh!»
' En su mediodía hace hervir a el mundo ;
ante su ardor, ¿ quién puede resistir ?
[*] Se atiza el horno para las obras que precisan gran calor,
1 tres veces más abrasa el sol las montañas ;
una lengua del astro carboniza la tierra habitada
y bajo su fuego consúmese la vista.
s Ciertamente grande es el Señor, que lo ha hecho
y a sus palabras hace brillar sus corceles.
■ Asimismo, la luna luce en épocas periódicas,
preside los tiempos y es señal eterna.
' Por ella se determinan las fiestas y les fechas legales
y complácese su Hacedor en 6u revolución.
" Neomenia como su nombre, pues ella se renueva :
¡ cuán admirable b en • sus mutaciones !
" Instrumento del ejército de las nubes del empíreo,
abrasa el firmamento con su brillo °.
M Difieren una de oír* ! G tradúcese «valen por dos», «una enfrente de otra,
o «son dobles», principio reconocido hasta por los antiguos filósofos de la existencia
de los contrarios, opuestos unos a otros : el bien al mal, la noche al día, la muerte
a la vida, etc. Dios ha dado a cada cosa cualidades predominantes que la conservan
contra aquellas que le son contrarias : lo húmedo resiste a lo seco, el fuego al
agua, etc.
16 Completa lo bueno de la otra : otros «reemplaza (G «asegura») el bien de las
otras». || Su gloria : o su belleza.
A O 1 Hermosura del empíreo... : concebido el v. como una serie de calificativos
referentes al sol. Cf. G, donde el v. i parece ser un apóstrofe al cielo. Sin em-
bargo, cabe interpretar G : «Magnificencia del empíreo (o en lo alto) es el firma-
mento nítido, el aspecto del cielo es una visión de gloria.» El v., como, por lo
demás, gran parte del cap., ofrece hartas dificultades por sus silepsis, aposiciones,
neologismos y giros especiales, incorrecciones, etc.
[4] Se atiza... : hemos interpretado el v. (a-b) de acuerdo c. G ; H «[como] un horno
encendido, que por su calor produce la fusión, así el sol por sus rayos abrasa las m.» ;
pero el texto es susceptible de otras varias interpretaciones. || Una lengua... : G dice :
«vapores ardientes exhala y, haciendo brillar sus rayos, ciega los ojos.
• Hace brillar sus corceles : los del carro del sol. Así quizá, pero e] texto ofrece
varias interpretaciones. G «acelera su marcha». ¿Leer: acelera sus corceles?.
■ L« luna : verso también de sentido discutible. Dos cosas parece señalar el autor
en la luna : la regularidad de su marcha y la variedad de las fases. Por eso puede
servir de base para el calendario y para determinar la época de las fiestas.
' Y complácese... : o bien, «y el deseo de su Hacedor (e. d., las fiestas legalesl
por su revol.». G muy diverso : «astro que mengua hasta su acabamiento» o último
término.
o Neomenia como su nombre.. : cf. «De ella toma el mes su nombre». Es un juego
de vocablos entre neomenia (hebr. jódescli 'luna nueva, mes') y se renueva (hebr. mit-
ladesch). Otro texto de H reza : «Todos los meses se renueva.»
• Instrumento del ejército: G «Faro de campo» (véase nota crítkal ¡ según esta
versión, la luna en medio del ejército de los astros — comparados con frecuencia en
la Sagrada Escritura a un castro militar— brillaría como un fanal castrense, un faro
o antorcha, destinado a alumbrar todo el campamento.
- 1257 —
43 10-32
ECLESIÁSTICO
43 10-32
Hermosura les] del cielo y gloria de las estrellas,
v su lu/. resplandece en las alturas divinas'1.
0 Por la palabra de Dios ella cumple su decreto
y no desfallece en sus guardias.
, Mira el arco iris y bendice al que lo ha hecho,
pues es sumamente vistoso en su esplendor.
■, Describe en la bóveda celeste un círculo con su gloria,
y las manes de Dios io han tendido.
3 Su poderío traza el relámpago
y hace brillar sus flecha» incendiarias cuando castiga e.
, Merced a él ábreme ' los depósitos
y vuelan las nubes como pájaros.
5 [Con su grandeza fortifica las nubes
y se desmenuzan las piedras del granizo.]
, s La voz de su truario hace temblar la tierra
y por su fuerza h se estremecen las montañas.
Su terror excita ' el austro,
; Hace formar remolinos a su nieve como un pájaro k
y como langosta que se posa es su descenso,
s La "belleza de su albura ciega 1 los ojos,
y cuando cae como lluvia, se estremece el corazón.
, Asimismo esparee El '" la escarcha como sal,
que florece como flores Je zafiro \
, Hace soplar la frialdad del viento del norte,
y como [se endurece] el barro, hiélase el lago ° ;
sobre cualquier estanque de agua pone una capa i"
y revístese el lago como de coraza.
Abrasa como la sequía la vegetación de las montañas
y las praderas como la llama
, Remedio de todo esto [es] la destilación de las nubes r,
el rocío, que llega tras el calor ardiente, regocija 8.
¡ Según su designio, apaciguó ' el abismo
y plantó islas u en el océano.
Los que navegan por el mar cuentan extremos
que, al oírlos nuestros oídos, nos llenamos de admiración.
¡ Allí existen cosas extraordinarias y las más sorprendentes de
[las obras de El,
variedades de todos los seres y los monstruos del abismo T.
1 Gracias a El su mensajero logra éxito
y por su palabra ejecuta lo que desea.
No añadiremos otras cosas semejantes que aun [podríamos de-
Le glorificaríamos todavía más, pero no le sondearíamos bien*,
pues El es mayor que todas sus obras.
Temible es Yahveh sobremanera
y prodigioso es su poder.
Los que ¿aerificáis a vanveh, alzad vuestra voz [alabándole]"'
cuanto podáis, pues aun sobrepasa.
uibf. : o bien, envuelve el cielo en círculo de crloria (Cl.
»Do CAf COMO lluvia : o bien, por su caída; c; aante su humedad». || Se
o gime, murmura el corazón ; <; «qunla estupefacto el corazón».
mfnsajero logra éxito : e. el., gracias a Dios, el que en el mar trabaja, a
os peligros, prospera y, merced al poder divino, hace lo que quiere. G ín-
segundo estico : «y por su palabra se halla (o es) todo establecido fdeci-
nado)».
LO es roño : vale tanto como decir que en El esta eminente y virtualmen-
- I2.S8 -
43 33-44 i2
ECLESIÁSTICO
43 33-44 12
30 ILos que bendecís al Señor, exaltadle cuanto podáis,
pues supera a toda alabanza.)
% Los que le magnificáis, renovad vuestra fuerza ;
mas no os canséis, porque no lo lograreis.
M3. íiQuién le lia visto para que le pueda describir*
¿Y quién le magnifica%á como cs?~\
*M Aun hay muchos misterios mayores que estos,
pues no he visto x sino pocas de sus obras.
"„ Todas las cosas las hizo Yaihveh,
v a los piadosos da El sabiduría.
Elogio de ios patriarcas: Henok y Noé, Abraham, Isaac
y Jacob
44
Cantaré a los hombre
nuestros antepasad
Mucha gloria les imp
y su grandeza [arr
Dominadores de país
hombres célebre- i
is generacioiio
i] desde los tiempos mas antiguo
su poder real,
4 jefes de naciones por su pru.de
y soberanos por su sagacidai
6< sabios pensadores b por su ense
0 v directores por sus oficios
p] imaginadores de cantos según 1
y relatores de parábolas por
* hombres ricos y provistos de i
que vivían en paz en sus m
; Todos éstos fueron honrados e
y en su época famosos.
* Los hav de entre ellos que nal
neraeiones
nom'.r
fuero
e igu
'ero aq
recuerdo,
>n por completo :
lo,
>n hombree de biien,
44
caraos o puestos,
stros, «poetas peí -
.ATORES DE PARÚm
otros pretieren interpretar H «que descansan sobre su fortuna».
' En sus generacionfs : o ¡>or sus contemporáneos ; otios, «durante su vida». || Fa-
mosos : o motivo de orgullo (cf. G).
"J Ai. desaparecer .. ! o bien (of. ( '. i . «han perecido como si no hubieran existido».
Ia] A las alianzas MANiiÉNRsE FIEL ¡ o también, por las alianzas mantiénese firme,
l.as alianzas a que aquí se refiere el texto deben de ser las hechas por Dios repetidas
veces con los patriarcas.
— 12ÍO —
44 13-27
ECLESIÁSTICO
44 13-27
18 y sus hijos a causa de ellos.]
Pl Su memoria ' permanece eternamente
y su gloria no será borrada *.
14 [Su cuerpo en paz fué sepultado
y su nombre vive de generación] en generación.
15 La sabiduría de ellos repite la comunidad,
y su alabanza cuenta la .Tsamblea.
" Ilenok marchó con h Yahveh y fué arrebatado,
aleccionad jr ejemplo para las generaciones.
11 Noé, el justo, fué hallado perfecto ;
en tiempo de la ira sirvió de rescate ;
14 merced a el quedó un resto [sobre la tierra ']
y a causa de la alianza con él cesó el diluvio b.
"i, Pactóse con él mediante un signo eterno
que no se destruyera toda carne.
M„ Abraham, padre 1 de multitud de naciones,
no puso tacha en su gloria,
Ia*! pues guardó los preceptos del Altísimo
y entró con El en alianza.
2I:o En su carne imprimió una ley
y en la prueba fué hallado fiel.
"M Por lo cual con juramento le prometió [Dios]
bendecir en su posteridad las naciones,
23 [multiplicarle como el polvo de la tierra
y ensalzar su semilla como los astros,]
y darle en herencia el país de un mar a otro
y desde el río hasta la extremidad de la tierra.
2i2i También con Isaac fijó [su juramento] de igual modo,
en gracia de Abraham, su padre.
*sl Hizo de él el primer fruto de la alianza universal.
PÍ Luego reposó la_ bendición sobre la cabeza de Jacob.
•*¡a Y le apellidó primogénito B,
y le dió su herencia,
y le erigió en [tronco de] tribus,
distribuyéndole en doce,
"as e hizo que saliese de él un hombre
que halló gracia a los ojos de todo viviente.
17 En tiempo de LA ira : e. d., cuando se hallaba Din-; irritado i>or los pecados de
los hombres. Asi traduce G el término kalá, propiamente en hebreo 'destrucción'.
,u18 Mediante un signo eterno : e. d., por la aparición del arco iris. G dice : «alian-
zas eternas se establecieron con él para que toda carne no fuera destruida (o borrada)
por el diluvio».
a„ Imprimió una ley : juego de vocablos mediante karat 'cortó' (pactó alianra,
decretó una ley) ; G «fijó (o estableció) [esa] alianza».
23 Desde el río : Eufrates hasta el Mediterráneo ; cf. Sal. yin, 8.
*„ Hizo de él... : así quizá H, aunque no es seguro. G «la bendición de todos los
hombres y la alianza...».
Fl Reposó : o tam> ién «dirigió»» ; G «hizo reposar», e. d., hizo descansar sobre la
cabeza de Jacob la promesa hecha con anterioridad a Isaac y a Abraham,
*ia Un hombre : G añade de misericordia. Han creído algunos que habla el autor
del patriarca José ; mas como él no halló gracia ni a los ojos de sus hermanos ni de.
I'utifar, lo probable es que se refiera a Moisés.
— 1260 —
ECLESIÁSTICO
45 i-"
Elogio de los patriarcas: Moisés, Aarón, Pinejás
1 Amado de Dios y de los hombres,
Moisés, cuya memoria sea para bien.
s [Hízole en gloria semejante a] un Dios •'
y le engrandeció con hazañas terribles b.
ffl Por su palabra realizó pronto milagros c ;
' le hizo esforzado ante el rey d
y le mostró su gloria.
1 A causa de su fe y su humildad 8
le eligió entre toda carne.
• Le hizo oír su voz
y le acercó a la nube.
• Y le entregó los mandamientos,
la ley de vida y de inteligencia,
para enseñar a Jacob sus estatutos 1
8 y sus testimonios y ordenanzas s a Israel.
Y levantó a un santo, a él semejante,
Aarón h, de la tribu de Leví.
*7 Y estableció esto como ley ' eterna,
y le dió > de su majestad
y el privilegio de servirle
y le ciñó de la fuerza del ircm k.
• y le envolvió de vestidura de gloria '.
lsl Le revistió de toda magnificencia
y le adornó de insignias de fuerza :
10 zaragüelles, m túnicas y manto m ;.
I"l y le rodeó de n campanillas
y granadas " en cantidad todo alrededor,
" para producir grata música a sus pasos 0
y dejar oír su sonido en el Santísimo,
como memorial para los hijos de su pueblo ;
,:„, con vestiduras sacras de oro, púrpura violada
y púrpura roja, obra de artista » ;
con el pectoral del juicio, q del cfod y del cinturón «,
hecho de hilos escarlata, obra de tejedor r ;
con piedras preciosas 3 sobre el pectoral ■
grabadas a modo de sello como engaste [de oro
u todas piedras preciosas u, para recuerdo, con inscripciones
según el número de las tribus de Israel ; [grabadas,
",; con una corona de oro por cima del turbante
T y una lámina que llevaba grabadas [las palabras] : «Santo
adorno glorioso, poderoso honor, [para Yahveh»], T
delicia de los ojos y de perfecta belleza.
",j Antes de él no hubo nada semejante,
Apr ' Amaso de Dios: este v. es continuación del último del cap. anterior. || Sea
para bien : G testán en bendición».
6 Le acercó a la nube : G «le introdujo en la [nube] oscura» para hablarle desde
ella ; cf. Ex. 20, 21.
8 Le entregó los mandamientos: lit., puso en su mano; G idióle cara a cara».
*. La fuerza del «reem>: animal citado en Núm. 23, 22; pero cf. G en nota crítica fe.
"> Zaragüelles, túnicas y manto : c. Ex. 28 y 29 para toda esta descripción.
Corona de oro... y una lámina o placa : refiérese Ben Sirá' a la lámina de oro
que el Sumo Sacerdote llevaba en la frente encima del turbante (mitra o tiara, según
olro-), y en la cual iban grabadas estas dos palabras : Qódes le-Yahveh.
- 1261 -
45 16-30
ECLESIÁSTICO
45 16-30
18 y jamás un extranjero las ha vestido,
sino sólo sus hijos
y sus descendientes en la serie de generaciones.
",, La oblación de él quemábase enteramente
dos veces cada día sin interrupción.
1S13 Consagróle Moisés
y le ungió con óleo santo.
" Esto fué para él alianza eterna
y también para su raza cuanto durare el cielo,
para servirle [a Dios] y ser su pontífice
y bendecir al pueblo en su nombre.
""„; Lo eligió de entre todos los vivos
para ofrecer holocaustos v grasas w,
para hacer humear el olor grato a Dios y el memorial *
v para expiar por los hijos de Israel y.
:'1T V le entregó sus mandamientos
y dióle poder sobre el estatuto y el juicio,
para enseñar a su pueblo 1 la ley
y el reglamento a los hijos de Israel z.
B„ Airáronse contra él extraños
v le tuvieron envidia en el desierto :
los hombres de Datán y Abirón
y la banda de Coré, animados de rabiosa cólera.
ala Lo vió Vahveh y se encolerizó
y los aniquiló en el furor de su ira.
sl Hizo con respecto a ellos un prodigio
y los consumió con la llama de su fuego.
„ Entonces acrecentó la gloria rie Aaron
y le dió su herencia ;
le concedió para sustento las primicias santas [diciendo] :
"a a' «Comerán de los sacrificios ígneos de Yahveh,
su porción.
v la oblación [le corresponderá] a' a él v su raza.
"a Sólo que [en su país] no tendrá herencia
v en medio de él no recibirá lote :
Sov yo, Yahveh, [su lote y su heredad]
Jen medio de los hijos del Israel.»
a53 Asimismo, Pinejás, hijo de Elazar,
por su valentía, heredó, siendo tercero, dicho honor,
cuando mostró su celo h' por el Dios del universo b'
"23 y *e mantuvo firme en la brecha °' de su pueblo,
movido de la generosidad de su corazón,
v procuró el perdón de los hijos de Tsrael.
maltratado actualmente : «jamás revistió de ellas a extranjero y [transmitió o pasó
sólol a sus hijos ta! honor, y asimismo éstos a su posteridad».
"j. Consagróle: lit., llenóle las manos, e. d., le confirió el sacerdocio.
M„. Olor grato a Dios: o el incienso aplacador ; el suave olor (G).
a]T Poder sobre el estatuto y el juicio : G «autoridad sobre los testamentos de las
ordenanzas» (o en las alianzas de los juicios), e. d., que los aaronitas disfrutaban
del poder judicial y de interpretación oficial de la ley. Con es'o celebra el escritor la
autoridad que en este campo poseían los sumos sacerdotes de su época.
Airáronse : G «alzáronse». [| Extraños o extranjeros: r. d., «los seglares»,
según dice I. Lévi.
"a, Acrecentó la gloria : o sea, le añadió privilegios y honor.
"j, s». Cf. Núm. 18, 19 s.
".j Por su valentía heredó, siendo tercero, dicho honor : n sea tales privilegios
sacerdotales ; otros corrigen H «heredó la autoridad sacerdotal como tercero» ; G «es
el tercero en gloria».
Procuró el perdón de : o «intercedió por», «aplacó a Dios en favor de».
Cf. Núm. 25, 13.
— 1262 —
§5 31 46 10
ECLESIÁSTICO
45 3i- 46 10
31 Mas hi/.u también mi alianza con David,
hijo de Jesé, de la tribu de Judá ;
pero la herencia del rey es sólo de hijo a hijo,
mientras la herencia de Aarón es para toda su posteridad
P"J Ahora, pues, rogad a Yahveh, que es bueno,
que os corone de gloria '',
os dé sabiduría de corazón
[para juzgar a su pueblo éti justicia],
a fin de que vuestra felicidad no desaparezca
ni vuestro poder de las generaciones futuras.
Elogio de los patriarcas: Josué y Kaleb; los jueces
y Samuel
G Herrero valiente fué Josué, hijo de Nuil,
ministro ■ de Moisés en la misión protetica,
el cual fué u creado para ser en su tiempo
gran b salvación para los elegidos de El,
para ejercer las venganzas contra el enemigo c
y hacer entrar a Israel en posesión [de la tierra prometida],
¡Qué magnífico era cuando extendía la mano J,
cuando esgrimía el dardo contra las ciudades !
¿ Quién resistía ante él ? "
Porque- combatía los combates de Yahveh.
¿ Por ventura no paró al sol con su mano,
y un día valió por dos ?
En' verdad, invocó a Dios Altísimo
cuando le apretaban [cu derredor los enemigos],
y le escuchó Dios Altísimo con [ayuda de]
pedrisco y' granizo f.
[Lanzólos] contra [el pueblo enemigo]
y en [la pendiente aniquiló a los adversarios j,
para que conocieran todos los pueblos consagrados al anatema
que Vahveh vigila sus guerras.
también porque siguió plenamente a Dios
y en ios días de Moisés mostró piedad,
él y Kaleb, hijo de Yefunné,
oponiéndose a la revuelta de la comunidad *
para apartar de la corporación la ira [divina] h
y acallar la maligna murmuración.
Por eso ellos dos fueron salvados
de seiscientos mil de a pie,
para introducirlos en su herenu<i,
en la tierra que mana leche > miel.
" Es sólo DÉ hijo A hijo : o «no pasa sino a su hijo» ; así c. G (cf. S), pues H,
Se dice lit. : «una herencia de fuego ante su gloria», es ininteligible.
l-"J Vuestro h>ukk : u autoridad; G «su gloria» (como untes «su felicidad»).
Rot ética : G «en las profecías», e. d., en la interpretación y
ejecución de la voluntad divina.
a, I.AS VENGANZAS CONTRA El. ENEMIGO 1 cf. JOS. 10, 13.
64 Por ventura : refiérese a la parada del sol sobre Gabaón y a la granizada de
piedra en la bajada de Bet-jorón (Jos. 10).
*, Uue conocieran todos los pueblos... : G «q. conocierar. su panoplia (o medios
le ataque y defensa de Yahveh) las naciones, que a la faz del Señor era su guerra».
*, Mostró piedad : o bien, se portó dignamente.
- 1263 -
46 n-47 3
ECLESIÁSTICO
46 n-47 a
"t Y dió [el Señor] a Kaieb vigor,
que hasta la vejez se le mantuvo,
para hacerle escalar las cumbres de la tierra,
y también su posteridad guardó aquella herencia,
u,0 de suerte que viesen toda la raza de Jacob
que es cosa buena seguir plenamente a Yahveh.
13„ Y los Jueces, cada cual nominalmente,
todos aquellos cuyo corazón no se ensoberbeció 1
y no se apartaron de Dios,
14 sea bendita la memoria de ellos.
Pl [¡Sus huesos reflorezcan desde el lugar que ocupan},
a y su nombre renuévese en sus hijos ! i
iais Amado k de 1 su pueblo y grato a su Hacedor,
consagrado desde el seno de su madre,
coronado por Yahveh con la profecía,
Samuel fué juez y pontífice ;
según la orden de Dios instauró la monarquía
y ungió a los príncipes sobre su pueblo.
"u Conforme al [mandato de Yahveh], dió orden m a la comunidad
y n gobernó las tiendas de n Jacob,
"i. Por [su veracidad fue] buscado como 0 profeta,
y también en su palabra fué reconocido veraz como vidente.
"„ Asimismo [invocó] a Dios,
[cuando] le [apremiaban] sus enemigos en torno,
ofrendando un cordero lechal.
™u Y tronó desde el cielo Yahveh
y con recio estruendo hizo oír su vo¿,
a„ y abatió a los caudillos enemigos "
y exterminó a todos los jefes de los filisteos.
Mu Y al tiempo en que descansó sobre su lecho [de muerte] «
invocó como testigos a Yahveh y a su ungido :
r «¿ De quién he aceptado regalo o soborno ?»
Y nadie declaró contra él '.
M2o Y aun después de su muerte fué consultado,
y predijo al rey su destino
y alzó desde la tierra su voz para profetizar 8.
Elogio de los patriarcas: Natán y David, Salomón
y Roboam, Jeroboam
Asimismo, después de él surgió Natán
para presentarse ante a David.
Pues, como la grasa que se pone aparte en el sacrificio pacífico,
así fué David respecto a Israel.
Con leoncillos jugaba como con cabritos
y con los osos cómo con corderos del Basán ».
jl8 Las cumbres de la tierra : la montaña de Judá y su meseta.
I12] Sus huesos reflorezcan : especie de fórmula con que se- bendecían los cuerpos
de los muertos en er Señor.
'•j, Amado... : cf. i Sam. i, 28. !| Consagrado : otros prefieren «conseguido por rue-
gos», «suplicado».
"14 Gobernó las tiendas: traducción muy dudosa; cf. I. I.évi.
BM Soborno : lit., zapato, sandalia : calzado en general.
am Fué consultado : G «predijo». Vese por aquí que lien Sir.V 110 dudaba de la
aparición de Samuel a Saúl en En-dor (1 Re. 28).
Aiy 1 Como la grasa, que era la mejor parte de la carne de las victimas, se separaba
' de ésta para ser ofrecida al Señor, así fué sacado David de en medio de los
hijos de Israel, para dar a entender que era lo mejor de entre ellos y particularmeute
amado del Señor.
47
— 1264 —
47
ECLESIÁSTICO
47 4-2o
' En su juventud mató a un héroe ■
y quitó el oprobio de su puebiu,
5 cuando chasqueó su mano con la honda
y quebrantó el orgullo de Goliat J
"5 Porque invocó a Dios Altísimo,
quien dió fuerza a su diestra
para derribar al hombre experto en combates
y levantar la frente de su pueblo.
■„ " Por eso cantáronle las hijas
y le apellidaron con nombre magnífico [hablando] de miría-
desde que se ciñó la tiara [de la realeza] combatió [das ;
\ y humilló a los enemigos en derredor,
y emplazó entre los filisteos ciudades-guarniciones ',
y quebrantó su frente hasta este día.
En todas sus obras rindió homenaje
al Dios Altísimo, exclamando : ¡ Gloria 1 !
" Amaba a su Creador b de todo corazón
y cada [día celebrábale con himnos].
E instituyó acompañamientos de cautos enfrente del altar
y reguló la entonación de los cánticos con salterios >.
"„ [Dió a las fiestas esplendor
y embelleció las solemnidades hasta la perfección,]
loando ellos su santo nombre
y haciendo resonar el santuario antes de la mañana.
™„ [Así, pues,] Yahveh perdonó su falta
y ensalzó su frente para siempre,
y le concedió > la fijación de la monarquía,
y estableció su trono sobre 1 Israel.
",3 En gracia a su mérito surgió tras él
un hijo inteligente, que vivió en confiada prosperidad
,5,s Salomón reinó en días de paz,
y Dios le aseguró descauso por doquier,
para que fundara un templo a su nombre
y erigiera un santuario para la eternidad.
1U„ ¡ Cuán sabio eras en tu juventud
y hacías desbordarse como el Nilo la instrucción 1 !
[i5] m Recubriste la tierra de tu inteligencia
" e hiciste celebrar altamente su reputación m.
I™] [Hasta las islas lejanas llegó tu nombradla
y fuiste amado en tu paz.]
ls,7 Por [tus] cánticos, proverbios, " enigmas y dichos agudos
asombraste a los pueblos n.
"I8 Fuiste llamado según el nombre venerable
invocado sobre Israel.
a Amontonaste oro como hierro 0
y como plomo multiplicaste la plata.
°s La frente : lit., el cuerno, e. d., el poder, igual v. 87 y i3n.
Cantáronle las hijas : cf. i Sam. 18, 7.
"9 Instituyó acompañamientos de canto- : o cantos acompañados de pulsación de
instrumentos de cuerda; G ■estableció cantores». Cf. 2 Par. 20, 21. Asf, pues, David
compuso salmos y cuidó de que los cantaran melodiosamente.
13n Su falta : alude a la cometida con motivo de su enamoramiento de Uetsabee ;
G «sus pecados».
1018 Fuiste llamado... : alude al nombre Yedidyá ('amado de YahM que llevó Sa-
lomón, según refiere 2 Sam. 12, 25. Cf. la versión de G : «En nombre del Señor
Dios, que es llamado Dios de Israel...»
x Amontonaste oro : en tiempo de Salomón el 010 abundaba como las piedras,
tau'.o que su abundancia parecía quitarle valor.
I26.S —
ti " 10 "
v las dejaste señorear sobre tu cuerno
'-..„ Echaste asi una mancha sobre tu gloria
y mancillaste tu tálamo i,
atrayendo la cólera [divina] sobre tus vástagn-
y los gemidos sobre tu lecho r.
!321 De modo que quedó partida en dos la soberanía
y de Elraím [empezó] una realeza inicua.
-1™ [Pero] Dios no abandonará su misericordia
y no echará por tierra ninguna de sus palabras * ;
no [extirpara] los descendientes de 1 sus elegidos
ni exterminará la raza de los que ama l.
Concedió, pues, [un resto] a [Jacob]
y a David una raíz [procedente] de él.
M¡, Luego Salomón descanso [con sus padres]
y dejó tras de sí un príncipe '•,
' largo de locura v a y corto de entendimiento,
Roboam, que con su decisión incitó al pueblo a rebelarse ¡
w hasta el punto de que se alzó — ¡No tenga recuerdo! *
28 Jeroboam, hijo de Nebat, que hizo pecar a Israel
y dió a Etraim escándalo x,
30t)2J -v haciéndolos arrojar de su país,
'"i! Su pecado fué grande en extremo
S1S6 j se entregó a toda maldad.
Elogio de los patriarcas: Elias y Eliseo. Ezequías
e Isaías
Hasta que surgió un proteta semejante al tuego
y cuyas palabras eran como horno encendido n
Les quebró el apoyo del pan
y, por su celo, los disminuyó.
Por. orden de Dios cerró el ciek..
[e hizo bajar] fuego tres veces
¡ Cuan admirable fuiste, oh Elias b !
Ni ¿quién podrá gloriarse de ser a ti parecido V
Tú, que resucitaste un difunto de la muerte
y del seo/, conforme a voluntad de Yahveh c ;
que precipitaste a reyes en la fosa
y a hombres ilustres de sus lechos ;
iste rus mimos : c. d., tu vigor. Condena aquí el autor los desenfrenos
n sus últimos añii'-, tales que 1c movieron, si no a practicar, a tolerar,
;, la idolatría.
10 : o bien, tu posteridad.
aím : alúdese a Jeroboam, que era de la tribu di- Efraim.
ardor de su celo, y aludiendo a los episodios de
lego intervino.
ks quebró el apoyo o báculo del pan, expresión Creen, nli- <-!i la niblia para
■: atrajo sobre ellos el hambre, como tradujo G. Los disminuyó : e. d., dismi-
■1 número de los que le movían a cólera.
II IZO BAJAR FUEGO TRES VECES [ CÍ 2 Re. I, 9-I4, y l8, 38.
ESUCITASTE UN DIFUNTO : cf. I Re. 17, 17-24-
<i c 1 pitaste a reyes EN la fosa: prediciendo su muerte; cf. i Re. 21, 20-24. ||
IBRFS ILUSTRES de sus i.Frnos : cf. 2 Re. r. 4. 16.
— 1266 —
.18 7-23
ECLESIÁSTICO
48 7-2
: que oíste en el Sinaí reprimenda»
y en el Horeb fnllos de venganza ,
• que ungiste reyes para ejecutar los castigos
v un profeta para que te sucediera ;
' que fuiste arrebatado en un torbellino f a lo alto
v con tropas de fuego al cielo e ;
10 que" fuiste designado como preparado para el tiempo h.
para apaciguar la cólera [divina] antes [de (su) furor]
para convertir el corazón del padre hacia el hijo
y restablecer las tribus tle Israel K
" ¡ Dichosos los que te vieron
[v en el amor han fallecido!
" Porque tátgbién nosotros de cierto viviremos.]
"..Cuando Eiras [en el torbellino fue' envuelto],
Elíseo [fué lleno de su espíritu];
1 hizo el doble de milagros
v eran prodigios todas las palabras de su boca '.
En sus días no tembló por nadie
v mortal alguno dominó en su espíritu.
",, Ninguna cosa sobrepasó sus fuerzas,
y aun bajo tierra profetizó su cuerpo >■.
16„ Durante su vida hizo prodigios
V en su muerte obras estupendas.
"Y, Con todo esto, el pueblo no se arrepintió
v no abandonó sus pecados,
hasta que fué llevado lejos de su país
y dispersado por toda la tierra.
17 Mas a Judá fué dejado un resto corto0
v a la casa de David un príncipe.
,8„ Algunos de entre ellos obraron rectamente, [ricación.
"mas otros multiplicaron de modo extraordinario [su] preva-
Exequias fortificó la ciudad
y condujo el agua a su interior ;
cavó a hierro la peña
v construyó [en] los montañas depósitos [para el agua].
En su tiempo subió Senaquerib
y envió al Rab-saque.
el cual extendió su mano contra Sión
v blasfemó de Dios i> en su soberbia.
2\„ Entonces se conmovieron sus manos y su corazón
v padecieron dolores como de parturienta.
E invocaron a Dios Altísimo,
extendiendo hacia El sus manox
.Ynhveh oyó la voz de su plegaría n
v los libró por mediación de Isaías.
' Oíste en ei. Sinaí : cf. i Re. 19. || Fallos de venganza : en el monto Horeh le
comunicó el Señor los castigos que lloverían sobre Ajab, Jezabel y el pueblo judío
en general.
s Ungiste... : cf. 1 Re. 19, 16.
* Fuiste arrebatado : cf. 2 Re. 2, 1 ss.
10 Fuiste designado : cf. Mal. 3, 23.
B,. Elíseo : cf. 2 Re. 2, 9 ss. ]| Dominó en su espíritu : o sea, le subyugó IG).
Profetizó su cuerpo : cuando un cuerpo echado sobre los huesos de Eliseo re-
sucitó por su contacto (2 Re. 13, 21).
" Un resto corto : el reino de Judá con solas dos tribus.
,9,. Ezequías fortificó LA ciudad : Ezequías, cuyo nombre deriva de raíz que signi-
fica 'fortificar', fortificó su capital; cf. 2 Par. 32, 5. |l Condujo fi. agua: cf. 2 Re. 20,
20. || Construyó en las montañas : lit., hizo, edificando alrededor de las montañas,
receptáculo (o cisternas para las aguas). G «y const. depósitos para las aguas».
Cf. 2 Re. 18-19 (comp. Is. 36) y 2 Re. 19, 6 (corap. Ts. 37, 6).
■ Por mediación o mano de Isaías, a quien recurrió Ezequías en su aprieto.
— 1267 —
•18 24- 49 12
ECLESIÁSTICO
48 24-49 12
■:, Hirió el campo de los asirios
v los conturbó con la peste r
„ Porque Ezequías hizo el bien »
v se afirmó en los caminos de David
[que le había recomendado Isaías, el profeta.
En sus días volvió atrás el sol
y alargó la vida del rey].
:4 Por una poderosa inspiración previo las postrimería*
v consoló a los afligidos de Sión.
„ Manifestó lo venidero hasta la eternidad
y las cosas ocultas antes que sucediesen.
Elogio de los patriarcas: Josías y Jeremías.
Otras personalidades
AG ' E) nombre a de Josías es como inciei
preparado por arte de peifumero
Porque, apesadumbrado por nuestra apoetasía b
destruyó las abominaciones de la idolatría.
Enderezó" hacia Dios su corazón
V en días de iniquidad obró piadosamente c.
A excepción de David, Ezequías y Tosías,
perversamente todos se portaron,
¡jorque abandonaron la ley del Altísimo,
'» [A
•„ Inc
que * desapareciet
['] a cansa de Jeremías, 0 pues le maltrataron,
aunque él había sido constituido profeta desde e¡ seno ma-
para arrancar y destruir, asolar y demoler, [terno,
v asimismo para edificar, plantar y restaurar.
'\ P'zequiel contempló una visión e
y comunicó los aspectos distinto» del carro \
ui 1 v también mencionó a Job...,
que practicó todas las vías justas 1
Asimismo los doce profetas | ,
cuvos huesos florezcan en sus tumbas | que sanaron a Jacob
y le aseguraron mediante la promesa de salud.
**B Los conturbó con i.a pesie : o con un azote ; i-f. 2 Re. !Q, r, «los exterminó
su ángel».
" Volvió atrís : o bien, «se paró» el sol. Quiere decir que se comprobé en el
gnomon del cuadrante solar efecto idéntico al que habría causado un retroceso del sol.
~ , Las postrimerías o tiempo futuro: con estos términos anuncian los profetas
los tiempos mesiánicos.
A(\ * En banuuete : lit., en banquete de vino (así G).
5, Sus calles : lit., sus senderos.
0 Para arrancar... : cf. Jer. i, io. En G algo diverso.
i:,„ Sanaron: así en sentido ético, cf Is. 38, 16; G «consolaron!. || Le aseguraron
mediante la promesa de salud o salvación ; así quizá H errp ; G «' r - .liaron me-
diante la fo de la esperanza». La gloria de estos profetas consiste en haber confortado
a los israelitas con sus enseñanzas y haberlos sostenido con la esperanza de su li-
beración
208 -
49 is-50 8
ECLESIÁSTICO
49 i» -50 «
"u í¿ Cómo ensalzaremos a Zorobabel,
a él que es como un sello en la mano derecha?
E igualmente a Jesús, hijo de Yehosédeq,
los cuales, en sus días, reconstruyeron la íjmi de Píos]
y volvieron a levantar el templo santo,
destinarlo a eterna íiloria.
"„ Nehemías, sea ensalzado su recuerdo,
levantó nuestras ruinas
(d) restauró nuestras viviendas derruidas
( c) y afirmó puertas y cerrojos.
"M Pocos han sido creados k como Henok sobre la tierra,
pu;;s él también fué arrebatado vivo al cielo ( ?) >'.
"h O ¿ acaso nació hombre como José m,
n y cuyo cuerpo haya sido igualmente honrado n ?
"u Sein, Sel 0 y Enós u fueron glorificados ;
mas sobre toda criatura viviente, Adán.
El más grande de sus hermanos y la gloria de su pueblo fué.
Panegírico del sumo sacerdote Simeón. Epílogo del elogio
a los patriarcas y subscripción del autor
1 Simeón, hijo de Juan a, sumo sacerdote.
en cuya época fué reparado b el templo
y en sus días fortificó el santuario.
2 En su época se acabó de construir la muralla,
así como las torres albarranas en el palacio de! Rey.
1 En sus días fué cavado un depósito de aguas,
estanque semejante ai mar por su estrépito ' .
4 El cuidó de su pueblo [para librarle] del robo "
y fortificó la ciudad contra el enemigo
' ¡ Cuán venerable cuando gobernaba así desde va tienda,
a su salida del interior del velo !
* Era como estrella que brilla entre ' las nubes,
como la luna llena en los días de la solemnidad s ;
' como el sol refulgente en el palacio de! Rey b
■ y cual arco iris que aparece en las nubes 1 ;
fl como la flor en las ramas por los días de las primicias
v como el lirio a orilla de las corrientes de agua ;
como la vegetación del Líbano en días estivales
uu Sello en la mano derecha : el sello era símbolo de cosa preciosa y querida.
"14 Pocos... como Henok : Henok fué antes del diluvio el hombre cuya vida agradó
más a Dios y que tuvo fin más maravilloso.
M„ Sobre toda criatura viviente : o bien, por cima de todo vivie nte en el mundo. .
AM GS ; H «y por cima de todo viviente está la gloria de Adán», que otros inter-
pretan : i..., ellos que eran, por cima de todo viviente, la gloria de la humanidad».
KA 2 En su época... : cf. G : «Por él fueron echados los fundamentos de la altura
del doble [muro] (o bien, segundo recinto), la reparación levantada del muro
del Santo» El v. todo es muy oscuro en G y V, que suelen interpretarse en el sentido
de que Simeón puso los cimientos para redoblar el muro que sostiene el cerco de
muralla del templo. H, como puede verse, es bastante diverso.
• ¡Ctján venerable! : lit., cuán bellamente adornado...; G tcuán glorioso fué en
sus relaciones con el pueblo». |l El interior del velo : e. d., del Santísimo o Santo
de los Santos.
Pl Como la flor en i.as ramas por los dUs de las primicias: o de la fiesta de pri-
mavera ; lit. H. : tpor los días del verano o de los nuevos frutos o de la recolección
de los frutos». G vierte : icomo la flor del rosal (o de las rosas)».
— J.2ÓQ
58 9-24
ECLESIÁSTICO
50 9-2
;' y como el fuego del incienso sobre el incensario}:
como vaso de oro macizo,
adornado con toda piedra preciosa ;
",„ como olivo 1 verdeante repleto de fruto- 1
y cual acebnche de ramas saturadas :
["] [así aparecía] cuando se envolvía en vestido.-, de honor
y se revestía de los vestidos gloriosos '",
a! subir al altar esplendoroso 11
y ornar el atrio del santuario.
Cuando recibía los trozos [de las víctimas] de mano de sus her-
colocado él al frente de las agrupaciones [manos °,
formábase en torno suvo una corona de hermanos ()
como plantación de cedros en el Líbano.
" y le rodeaban como sauces del arroyo r
| *] todos * los hijos de Aarón en su gloria,
* llevando en sus manos las ofrendas a Yahveh
ame la asamblea entera de Israel,
["] hasta que él terminaba el servicio del altar
y, la ordenación de las agrupaciones del Altísimo.
"\; [Extendía [luego] su mano hacia la copa de las libaciones
v hacia la libación de la sangre del racimo.
" ¡a vertía sobre la base del altar
como perfume de grato olor para el lilísimo, Rey Supremo.]
'\, Entonces los sacerdotes, hijos de Aarón, tocaban 1
las trompetas de metal labrado,
clamaban y prorrumpían en grandes voces,
en conmemoración ante el Altísimo.
Todo el pueblo, a una, apresurándose,
c lía de bruces en tierra,
prosternado en adoración afíte " el Altísimo,
ante el Santo de Israel 11
V los cantores emitían su voz
y cánticos suaves para la multitud,
Y exultaba v todo el pueblo
en plegarias ante el Misericordioso
hasta que terminaba el servicio del altar w
y había ofrecido [a Dios] sus sacrificios reglamentarias V
"■•o Entonces, bajando, alzaba sus manos
sobre la comunidad toda de Israel,
con la bendición del Señor en sus labios,
v gloriábase en el nombre de Yahveh.
El pueblo se prosternaba segunda vez
¡para recibir la bendición y de parte del Altísimo].
"C Ahora bendecid a Yahveh, Dios de Israel,
que hace cosas maravillosas en la t'erra,
que ensalza al hombre z desde el útero
a* y lo forma según su voluntad''1'.
El i ukoo del incienso : e. ti., como el incienso que arde.
„, Cuai. acf.bttche : así oleastro u olivo salvaje H ; C; diverge : «cual ciprés que se
hasta las nubes».
Ornar el atrio : era el adorno de él. por sus magníficos vestidos y porte, ma-
íoso.
de
monial» ; cf. G : «para adornar (o embe
La sangre del racimo : el vino
a,. Pe metal labrado : sentido dudoso : labrado, repujado, batido, trabajado a mar-
tillo ; otros, «macizo». II En conmemoración o pura recordar al pueblo que Dio» le
oía, no para llamar la atención de Yahveh
w„ss. Cf. 2 Par. 29, 28 s.
Y cánticos suaves...: así corrige e interpreta I. Lévi H ; (". «y en todo el
templo resonaba dulce canto (o melodía)».
50 *v 51 10
50 25 51 M
y reine la paz en medio de vosotros ! b'
M2< c' ¡Su gracia permanezca fiel a Simeón
v le cumpla la promesa hecha a Pinejá» :
que no le sería quitada ni a él ni a su posteridad
cuanto durasen los cielos ! °'
"„ Contra dos naciones e.-iá mi alma irritada,
y la tercera no es ui nación.
-\« Los habitantes de Seir y Filistea d'
y el pueblo estúpido que mora en Sikem.
MJ7 Lección de inteligencia y ciencia grabadas en aqueste libro
por Simeón, hijo de Jesús, hijo de Elazar ben Sira,
que hizo brotar en medio de (?) su corazón
y que extendió la sabiduría e'.
"\.„ Dichoso el que en estas cosas meditare,
y quien las ponga sobre su corazón será sabio ;
3,r» [poique si las pusiere cu práctica para todo, se liará fuerte.}
pues el temor de Yahveh es la vida e'.
Oración de Jesús, hijo de Sirá'. Himno a Yahveh,
protector de Israel. La adquisición de la sabiduría
1 Te confesare, mi Dios, mi Padre a ;
te alabaré, ¡oh Dios de mi salvación! b
1 Proclamaré tu nombre, l2l c refugio de mi vida,
(c) pues has rescatado mi alma de la muerte, f
(b) has preservado mi carne de la fosa
(d) v del poder del scol has librado mi pie c ;
1 '' me has protegido de la difamación pública
del azote 6 de la lengua calumniosa
y de los labios que se descarrían tras la mentira ;
enfrente de mis adversarios has sido mi [ayudador'] ;
\ me has salvado, según tu gran misericordia r,
del lazo de quienes espiaban en la roca s
* y de la mano de los que buscaban mi vida ;
de numerosas tribulaciones me has librado h,
\ y de las angustias de la llama 1 que me envolvían,
del medio del fuego que yo no había encendido,
7; de las J hondas entrañas del scol
1 de los labios impúdicos, los componedores de mentira
y las flechas de la lengua dolosa '.
\ Mi alma tocaba ya a la muerte,
* y mi vida al scol infernal.
"'t Yolvíme m de todos lados, y no había quien me avudase ;
miré en busca de apoyo, y no lo había.
En Sikex : los habitantes de Saniaria ; compuesto de pueblos asirios enviados a
■epoblar la ciudad cuando ésta fué tomada por el rey de Asiría.
K-l 1 Oración de Jksi's, hijo de Sirí' : fisura este título en lns inss. griegos. Es
plegaria compuesta en parte con reminiscencias del Salterio y que utiliza la
Iglesia los días de fiesta de sus vírgenes mártires.
>r dícese corrió peligro de ser muerto por una falsa denuncia dada al
cy que entonces mandaba en Palestina.
ba calumniosa : así G ; H lit. : «la calumnia d< la lengua».
hiero : designa aquí metafóricamente la prueba.
— 1271 —
51 il-W
ECLESIÁSTICO
51 il-M
"s Entonces me acordé de la misericordia del Señor n
y de sus gracias desde la eternidad.
'- del que libra a los que en El esperan
y los rescata de todo mal
Y elevé de la tierra mi grito p
y supliqué desde las puertas del scol *.
Y clamé : «¡ Yahveh, tú eres mi padre,
ciertamente eres el héroe de mi salud ;
r no me abandones en el día de la angustia,
en tiempo de la desolación y la devastación i '
"„ Alabaré sin tregua tu nombre
y te conmemoraré en la oración* »
1 Entonces escuchó Yahveh mi voz
y prestó oído a mi súplica
,8i2 u Y me libró de todo mal
y me salvó en el día de la angustia ,
" por ello u confesaré y alabaré
y bendeciré el nombre de Yahveh.
* Alabad a Yahveh porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al Dios de las loanzas,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al guardián de Israel,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al Creador del universo,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al Redentor de Israel,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al que reunió a los dispersos de Israel,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al que edifica su ciudad y su santuario,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al que hace florecer la frente de la casa de David,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al que ha elegido a los hijos de Sadoq para el sacer-
porque es eterna su misericordia. [docio,
Alabad al Escudo de Abraham,
porque es eterna su misericordia.
Alabad a la Roca de Isaac,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al Fuerte de Jacob,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al que escogió a Sión,
porque es eterna su misericordia.
Alabad al Rey de los reyes de los reyes,
porque es eterna su misericordia.
El exaltó la frente de su pueblo
para gloria de todos sus devotos,
los hijos de Israel, su pueblo allegado.
I Aleluya !
,s13 Siendo yo todavía joven,
[antes de haber vagado (por el mundo),]
busqué [abiertamente la sabiduría en mi oración}.
[Delante del templo] la impetraba,
[y hasta el fin he de buscarla.
Ciertamente... dk mi salud o salvación : otros, «pues eres el fuerte, mi salud
lo salvación)» ; <i lo omite.
*, ARTES nr habkr vacado : otros entienden «antes de extraviarme!.
5120-38
ECLESIÁSTICO
53 M
[■] En su flor, como en racimo que empieza a pintar,
• complacíase en ella mi corazón] ;
por su verdad w caminaba mi pie.
desde mi juventud seguí stis huellas x.
"„ Incliné un tanto mi oído hacia ella J'
a y hallé conocimiento en abundancia *.
[**] Su yugo era para mí un honor a',
■ v a quien me enseñó daré gloria
M15 He resuelto practicarla
v he sido celoso para el bien,
y no me apartaré b' de ella tras haberla encoi
a„ Mi "alma se ha enamorado de ella0'
v no volveré de ella mi rostro"1'.
M Mis manos abrieron sus puertas ;
la rodeé y la observé e'.
"M Enderecé hacia ella mi a!r
con la ide;
y en [toda]
He adquirido 1:
por eso no *
Mis entrañas h'
por eso he ;
Yahveh me ha
v con mi leí
rnif de ella
in horno h' en su busca
idquisición.
mis labios.
Volveos a mí los indoctos
y morad en mi escuela.
¿Ha«ta cuándo'' estaréis faltos de estas eos
v vuestra alma padectrá sed ardiente ?
He' abierto mi boca v he hablado :
compraos sabiduría sin dinero.
Someted a su yugo vuestro cuello
y acepte vuestra alma corrección.
Cerca está de quienes la buscan '',
k' y quien a ella se consac
la encuentra k'
5:; Ved con vuestros oíos lo poco que me he fatigado
y que he hallado para nú gran descanso v.
*,5 Participad en la instrucción [aun'] a cambio de gran cantidad de
y plata y oro n' ganaréis por ella. [ dinero m',
'» Regocíjese vuestra °' alma en su °" socorro,
y no os dé vergüenza el alabarle.
Cumplid vuestra tarea antes del tiempo prescrito,
v El os dará su recompensa en su momento.
p ¡ Bendito sea Yahveh por siempre
y loado sea sn nombre de generación en generación !
Hasta aquí las palabras de Simeón, hijo de Jesús, que es
[llamado Ben Sirá'.
Sabiduría de Simeón, hijo de Jesús, hijo de Elazar ben Sirá'
¡Sea el nombra de Yahveh bendito desde ahora y hasta Vi
[eternidad '
En mi escuela: lit., en mi casa de educación (así Gi.
*•„ Acepte vuestra ai.ma corrección: cf. G; H más lit. dice: cargue... *u carea.
Mao Antes del tiempo : en que ya no se puede obrar bien ni merecer ; o como dicen
otros «antes que llegue el tiempo de la recompensa!.
— 127.1 —
NOTAS CRITICAS AL ECLESIASTICO
«letando el dístico] b-b así <■
mbién aceptable («echar raí-
l] d así c G ; H abandones
c ('. ; II repite en todos los
litación) B así (en tus ocupa-
ras— con h.» o mansedumbre,
\crosos son los pensamientos
rá conducido 1<or ellas] k así
-•6.,., ; en US a 29J m añade
ísí c G (cf Prc
del pobre apesares] casi
o Dios] e así c críticos ¡
17) ; H crrp] e así c G ;
v diverso en HGSV e in.
; alterado que H (a veces
3ca de la Sabiduría conm
acidificaciones basadas en
mo HV, en vez de en B
ite a mí (HS se llena d>
nradr
así c
cf sv:
ecto
H repi'
.ladera
actual.
bedecer las ansias del mal», el prime
alma y de tu fuerza») y el segundo <
¡idos, reminiscencia de Ece 3 is mal
He y algs mss] d así este v como
(p libertad^]
G ; ns amigo]
ri »-rió bálsamo,
■stablece íman-
parece en H<'1
s] kasl c GSl
; H cálculos]
^adorno (exee
»| «así c GS1
corazón ■ ; O
.] «cf V santific
Ir cuentes ei
írttu (cf Gsr
H dos estico'
] n asi c G
sde su juven
falta en II
(cf S
— 1274 —
ECLESIÁSTICO
admira, honra ; V «no abandones»! 1 i
ficio por la ¡(Uta lo expiatorio, cf Ex !
sacrificio de santificación y Ihs primici
.S «gracia es el don»)) «' así c GS ; H crrp.
(.AP. S
a y perezcas añade H) t> GS reyes] c G sobre su fuego] J sing así S ; G sean
despreciados; H desprecie (cf V «ne mate loquatur»)] to magnates; S «gentes hono-
rables»; G «tus antepasados», o progenitores] 'así GS ; H de nos (por eso, asi?) B así
cU; H patrimonio] h así c GS ; H camino.
ÍAP. 0
a así cG; H no tengas celos) bG vayas al encuentro, S «frecuentes (el trato de)»,
«respicias» como en 41 20 b] oc£ G; H te acuestes (duermas) crrpl d así c GS (cf
Prov 9ji| >cf G ; H muy crrp; I. Lévi traduce «Te degradarías por...»] f GS por ¡a
belleza) e G hanse extraviado] 1» asi c GS ; H a sus amantes Quema en el ¡uceo]
'asi c VJ ) lit «pruebes comida», G f. sientes en .foi.ru/] kH lit con él, e. d., «el
marido de ella» según interpretó e] baalá 'mujer casada' del estico anterior. Los
mss de HGSV varían mucho en este V aun coincidiendo esencialmente. Seguimos a
II y C edic Kahlfs] 1 GS «se incline tu arma (o corazón)») mH «truncado»; G «le es
comparable», S «le alcanza»] » con xusto añade G) o G la gloria del pecador] p nsí
c GS; H iííu] DG(S) en lo que place a los impíos] r así c GS ; H tiempo] >G muy
lejos) >G las almenas de una ciudad] «o ten sociedad, G más bien aconséjate] » así
c G lef S) ; H entre ellos] w así c G ; II crrp] x asi c GS (lit «en su ciudad»)] y así,
o petulante, fogoso, el que reprende... c G ; H la reprensión.
- K por la 1
( . crrp] 1 ne
II «S v 01ro:
regla (o el
justo pobre»;
le además «se
honor proi>or-
aij «de los vestidos que te envuelven no te envanezcas») bG «ni te ensalces en
e" día de la gloria»] tfi «Muchos tiranos... en el suelo» (V «en el trono»)) d asi c
GS ; II crrp] e sólo H añade « y fueron abatidos») ( así c GS] S G lánguido y nece-
sitado de a.viicia] h asi c G; HS de todo] i así c G] JS «del polvo y la ceniza», G «de
la humildad.] k GS «ciencia y conocimiento de la ley») 1 así c GS ; H pecado] m GS
«los caminos de las buenas obras»] »GS el error] «G «aquellos que envejecen en la
maldad.) P [] así c HSV..., falta en los principales mss G] Q asi c GS ; H justo \
falta del resto del esticol r <; por su aplicación y avaricia] *S su fin; G qué ti. »,.
m pasará (e. d., el tiempo que de vida le resta)) tH ofrece el v mutilado] u así HS ;
G persevera en tu trabajo) v así ins c G] w-w falta en G ; sólo en algs mss G viene
a", final] * así c G ; H perdido) y así G, no en H] z G «por su posteridad (o sus hijos)»]
•'"así c G, pero II y S ofrecen a continuación texto mucho más amplio: «Es como
calumniador ! — Como perro que entra en todas las casas para arrebatar algo — asi el
calumniador entra y siembra contienda por todas partes. —El maldiciente pónese
en acecho, como un oso, cerca de la casa de los burladores») b' G1S1 acecha la caída)
c*G «cambiando el bien en mal, tiende asechanzas»] d' así c G] e' así HS, G dice aquí
en cambio el v sigte, en H tras 12 1 ; en su texto seguimos G.
»l. muy diverso: «>i obrares bien, considera a quien lo haces, y habrá agrade-
cimiento para tus beneficios»; S distinto] bG «quien continúa en el mal»] c falta en
S, es .\ H 7 y compárese V) <J seguimos en los vv 5-8 el orden de VG ; Lévi prp 1
;u'»!p.> de indigencia] 6 GS «los enemigos están en tristeza»] h asi también V; G «que
el cobre se toma de orín, asi su maldad»] i así c G ; H te oiga] 1 asi HS ¡ G «como
quien pule (secai un espejo, y sabe que no está tomado de orín para siempre») k así
c GS ; II mi suspiro] ' así c GS; H mujer] m HS añaden «no pasa hasta que el
luego le haya devorado») a G «Una hora permanece contigo, y si declinares 10 vacila-
lesi.) °G «Ir hallarás allí el primero».
— 1275 —
ECLESIÁSTICO
CIT. 13
aG «se manchará»] b así c G; H te tendrá compasión] casi c HS ; G «convivirá
contigo») d g añade «hablará bella*: palabras y dirá ¿ Qué necesitas ?» ; cf v 6,1 • sólo
V] 'G «ser seducido»] (G ly humillado en tu regocijó»] hG «te llama»] 1G «te lla-
mará»] ¡ así c G] k G «porque caminas con tu ruina» o te paseas sobre tu ruina] 1 así
lo «yerra, vacila») c G ; HS habla] mG-«habla tonterías (cosas abominables), y se le
justifica») "G «y se le increpa» o reprochal »C «su dicho», S «sus bienhechores ]
PG «y para la invención de las parábolas, las reflexiones con esfuerzo».
CAP. 14
a así c GS ; H más bien que no se condena a las Privaciones] b G «y al hombre
envidioso, ¿para qué le sirven los dineros?»] H) «no se harta con una porción»)
a así c G ¡ H texto defectuoso] <• G «y presenta dignamente al Señor tus ofrendas»)
'así c GS ; H ni hermano] BG «como hoja verde en árbol frondoso») h H madura]
iG «discurre (o considera) con su inteligencia»] )G «secretos») k así c G] I e. d., la
de su tienda, así c G ; H sus cuerdas] "> ('. «coloca a sus hijos bajo su protección»]
" G «su gloria».
cap. 15
1 V «faciet bona»] M; mina esposa virgen»] o C¡ «corona de alegría»] i G «la da.J
■G «por causa del Señor he pecado») tG «has de hacer») gt G «toda abom.»] h G
«no es amable para») 'G «fidelidad») J-l G «sobre los que le temen»] «G «ser impío»]
I G «a nadie para pecar».
CAP. 16
a aeí c GS ; H la belleza] b G «se multiplicaren»] «G «alegres»] i G «su número»
(o «su lugar» otros mss)] o así c G ; H errp] 1G «prudente»] t' así c G : H st com-
placían en el mal según ales] h así c G predominantemente] i G «a toda obra de
misericordia hará lugar»] i H añade Dios endureció el corazón del Faraón para <¡ut
no le reconociese, a fin de Que sus acciones juesen reveladas bajo el sol. Así su
amor es patente a todas sus criaturas, y El distribuye tanto su luz como sus tinie-
blas a los hijos del hombre] de todos los hombres añade H (glos)] 1G «ningún
corazón reflexione en estas cosas») no G «sus propios»] n-n así H; G texto diverso :
«También la tempestad, que ningún hombre percibe. Ahora bien, las más de lus
obras suyas están ocultas»] "G «¿o quién las espera? Porque lejos está la alianza»]
(asi c G; H escuchadme...] q G «mi enseñanza» o doctrina] r hasta aquí el ms H*j
s G «Por juicios del Señor son sus obras desde el principio».
CAP. 17
a así c Sniend y otros; G discernimiento,
cap. 18
a los vv sigts se leen en He.
CAP. 19
a GS «el obrero borracho»] be, ,a las inteligencias»] OG diverge: «y quien con
rameras se junta se volverá todavía más temerario (o procaz)»] a quizá mejor c V
en la iniquidad o en el mal.
CAP. 20
a así V y Bibl Complutense] b así He; G «hallado») o G «el fanfarrón y necio
traspasan la ocasión (e. d., no guardan tiempo)») <¡ He lit poca o alguna] «así c G]
'H lit ciencia] B algs corrigen Su.
CAP. 21
a así c V¡ G oscuro: los labios de los extranjeros tendrán por pesadas (o están
cargados con) estas cosas; otros corrigen «los labios de los impíos hablan de lo que
nada les toca (o importa)».
cap. 22
a algs corrigen puerco (así Eberharter)] b «piedrecitas» corrige Eberharter.
CAP. 23
a algs omiten c S 1 b, donde «íu consejo» se referiría a personas, o lo pasan tra*
4 a. Oesterlay, atendiendo a la marcha del pensamiento en el cap y al desacuerdo
entre vers etc, propone esta distribución de sus versos : 27, 2, 3, 4a, 1 be, 4 b, 5 a)
b algs corrigen : la palmeta (así Eberharter)] o algs corrigen «hasta que ha consumi-
do») d algs añaden c V «y no comprende que su ojo todo lo ve») «o «los que vengan
después», S «todos los habitantes del pals»l t así Bibl Complut y V.
cap. 24
a algs como Eberharter corrigen en En-gaddi] basl c Bibl Complut y V] o «haee
patente .. como la luz».
cap. 25
a algs como Eberharter corrigen G c V : iEm tres cosas complácese mi alma y son
agradables (amables) ante...»] b así Ho ¡ G «Feliz Quien convive con»] casi HS, no
en Gl así H, que trae el estico ante los dos precedentes; G «la hombrel indigno
— 1276 —
ECLESIÁSTICO
de él») c m «misericordia» ; uu-ua corrigen «amistad» um Eberhartex)] KH« añade
como] 8 asi, la versión cabeza es una mala interpretación liel Hi b así c SV ; G del
enemigo] ' G altera la fisonomía de ella, S «hace ainarillccer»J i alas mss y S como
un saco; L «como un oso y cual un saco»] k G «oyéndolos»] 'así HS ; G «y [tales]
mujeres»] m así c G ; 5 esclavitud.
cap. 26
a en V día «Cimientos eternos sobre roca firme son los mandamientos de Dios en
ei corazón de la mujer santa». Este v y los sigts hasta el 27 inclusive figuran en S
y la Bibl Complut ; pero generalmente no se consideran como auténticos.
CAI*. 27
»"» seguimos a G ; H, que ofrece estos vv desplazando a 6 24-25, es algo diverso y
no está bien conservado : «La vasija del alfarero les probada] en la cocción del horno.
asi el hombre en sus pensamientos. Del cultivo del árbol depende el fruto, así del
natural del hombre sus pensamientos»] b algs corrigen del sabio] c así G (otros «a
aquel que hizo morir»), V «a su amigo [muerto]», algs corrigen su herencia (dilapida-
da)) ly le maldecirá o maldice, añade S] e les corrigen algs.
CAP. 28
a así suelen hoy ordenarse estos cuatro esticos en vez del orden a-d-b-c] b en vez
de pendencia súbita ío viva). Eberharter y otros corrigen : resina y pez.
CAP. 30
a algs corrigen será alabado] b desde aquí poseemos texto hebreo W] o-e falta
en G] d así c G; H errp, prps quiebra su cuello...] e así c GS, H crrpj 'G «salud y
buena constitución valen más que todo el oro del mundo»] B G «y un cuerpo robusto
más que fortuna inmensa»] b o vana ; G amarga, dolorosa] H así H ; G dice en cam-
bio : «Así quien es perseguido (o atormentado) por e! Señor»] j seguimos a G, H
ofrece texto más complicado] tG Ut «tu consejo»] 'así c Gb ; 11 «prolonga su cóle ra»,
e. d., hácele paciente, longánimo] m G «ama»] 11 G «cólera»] o = 33 í»^
cap. y
aG «Las vigilias (o desvelos) por la riquczai] b G «e. adormecimiento» o sueño
ligero.] c así c G] J cf G «y en su descanso se sacia de deleites»] f así c G ; H casa]
1-1 GS «ama... persigue»] S G «de ella se litmará»] b G «entregados a la ruina por él...»]
1 así c G ; 1LS texto diverso] i G «leño de tropiezo es para ios que hacen sacrificios»]
ü así c Gb ; H nombre] 1G «corrió»] 1» nos atenemos a G, H texto más amplio] n G
«sus limosnas»] o H dice a continuación, como título : «Instrucción relativa a la vez
a la comida y al vino»] P G «a mesa grande»] Q G «¿Qué cosa hay peor que el ojo?»]
r H ofrece texto más amplio] s algs trsp los vv i6 i714 y i815] t asi c GS ; H sus cria-
turas] n G «Trabajo de insomnio y de cólicos*] » asi c (o ; H necio] w G «diligente»]
* así c G, H lit daño, accidente malo] y G «el temple del acero en él echado»] * G
«así el vino el corazón en la disputa de...»] a' así c GJ b* G «si le bebes»] o" G «alegría
de los hombres'] d'el v 34 dice en V «¿ Qué cosa defrauda la Y¡da : la muerte»]
f así c G ; cf nota 38J P G «colma el furor del ins. hacia la ruina»] R' G «ni le apures
ion reclamación».
CAP. 32
a así c G, desaparecido en H, b añade «y no te coloques a la cabeza de los gran-
des»] b así (o en su honor) H, aunque tal vez la lección original sea la de G : por
ellos] c así c G ; H ofrece el estico con duplicado] J G «En medio de los grandes no
te iguales a ellos y cuando otro habla...») e así G ; H granizo] l así c G ; H haz lo
aui quieras] e así c G] b G «no faltes con paiabra orgullosa to insolente)*] i G «teme»)
I G «hallarán [su] favor»] k G «se saciará de ella»] I G «hallarán»] m G «harán brillar
como una luz sus acciones justas (o estatutosi») u «el impío no observa la ley» dicen
otros con el duplicado de H ; G «el extranjero y el soberbio no abrigarán miedo»]
0 G «en las piedras» (o en suelo pedregoso] P el duplicado de 11 dice «y presta aten-
ción a tus caminos» ; cf G : «... camino sin tropiezos, y de tus hijos guárdate»] 1 G
«cree (o confía) en la ley, observa los mandamientos»] r G «no padecerá menoscabo».
cap. 33
a G «El varón sabio no aborrece la ley»] b G «mas quien respecto a ella se con-
duce hipócritamente es como...»] c G «confía en la ley») <i desde aquí poseemos el
ras He descubierto en 1930] » así c G ; H «y después obra») (asi c G; H parece
decir «[como) tu casa de reposo, si deseas reposar») e GS «de los días del año»] b asi
añadimos c GS ; H dice más bien «y constituyó (H «hay») de entre ellos las fiestas
legales»j 1 G «ensalzado») i G «En la plenitud de la ciencia, el Señor...»] k H añade
c S thaciendo de ellos habitantes de la tierra» y asignándoles condiciones diversas]
1 G «—Todos los caminos de ella son según su beneplácito — »] m H Je la vida U
muerte] n G «asi frente al piadoso»! o-" falta en G] P lit de Dios; G «del Altísimo»!
1 así GS, H de los grandes pueblos (cf V «et omnes populi»)] r 11 intercala aquí a
continuación v 21] s G «y hallarás reposo»] t así quizá H, pero G «suéltale las manos»]
» II ofrece distracciones del copista en esta parte c salto del v 29 etc] ' asi reconstituye
II I l.évi, C dice aquí «pues con tu sangre le lia- adquirido* iy asi \ jicj] w así
- 1277 -
ECLESIÁSTICO
«le buscarás» leí V diverso).
toda iniquidad»] u asi c
pobre a Valiveh presta,
«súplica»] ÍG lit «se den
liara justicia»] ' G
i ; H actos] o H añade al
¿ quién es el reinunerador
a en palabras»] e G «y su
quizá, pero II errp, G «el
o, S «el que oye la amar-
puede referirse a «el que
JG «no será consolado»]
tendrá más paciencia con
tesoro (o fort
e se trueca»] c asi c G, H fAy
lo...»] d G «el compañero se
se aflige con el amigo por
pierdas su recuerdo en medio
ver (¡ué te acaecen] i G «tí-
a de cualquier obra»] 1 G «el
eos,' debe unirse^a" Stf
tras 28 .] G «No sea
(. «Hombre muy hábil (astuto) como maestro de muchos»]
»G «bendiciones»] * G «confianza»] y Este v, anotan algs
, ya pasándole a continuación del mismo, ya desplazando
insaciable en todo goce y 110 te precipites sobre los man-
ía ofrenda
, inicia el llanto»] h g «su sepultura»] 1 así c G ; H «por
H «iniquidad»] k G «doblega la fuerza»] I v muy vario
11 HJ m e. d., al muerto ; G «No entregues a la tris-
vido, porque no hay [de allí] vuelta, y de ello no sa-
lo sentencia...)»] P así e G; HS tcl estudio del escriba
11
bel las» | 1
t cf 26 21
alta en G
»] l> así c GS ; II has] «G «al confe-
vee El) il ; G «y todo mandato [suyo]
, que parece mejor conservado que H |
S «¿Para qué esto?», lección para algs
s interpietan H «como el Eufrates...»;
orno un diluvio empapa la tierra árida
«hará El heredar su cólera»] u G «Las
:en sólo los males] P G «refuerzan su»
fieras»J ss falta en GS] 'Ü ins aquí
la necesidad»
Je i Santo (cí H)
— 1278 —
ECLESIÁSTICO
CAP. 40
a así c GS ; cf nota 2] i G «púrpura y corona») c G «cólera»] d G «altera sus cono
cimientos ío nociones)» porque hace tomar por realidades las visiones más fantásti
cas] e así c G] ' G «del combate»] IG «muerte»] h así (otros: fiebre) H ; G «que-
rella»] if, «calamidades»] iG «azotes»] kf> «todo esto»] 1 G «sobrevino el diluvio»]
m G «lo q. de las a cuas al mar») n así c G] o G «y como un gran trueno se disipa en
la lluvia»] P G «así los transgresores serán entregados a la ruina») Q G «y las raíces
impuras»] re, «sobre toda agua y orilla de río»l ¡C «antes que toda hierba será
arrancada»! ' G «la benevolencia es un jardín de bendición, y la misericordia eterna
mente permanece»] « G «la vida del [hombre] que se basta y del trabajador »!
r"» falta en G) w G añade «se estimará» fo «es nombrada»)] * G «música»] y G «de la
sabiduría»] >G «el verdor del sembrado»] a> G «se encuentran de vez en cuando»l
•>■ G «la mujer con su marido»] c G «será estimado el consejo»l d' G «levantan»]
<■' H de don] ' así c G] e' «arde un fuego».
cap. 41
aG «el alimento»] b así c G; cf Is 40 29] cG «No temas el fallo de la m »1
'l G «acuérdate de tus ant. y suc.»l <■ G «beneplácito»] f G «a los diez, a los ciento
0 a los mil años»] BG «y que frecuenta las casas de los impíos»] h S «la pobreza»]
1 G «censura ío hace reproches)»] i cf S y G] k-k G dice sólo : «Y si sois engendrados
para maldición lo sois»] IG «de la tierra» (leyendo afar 'polvo' por ejes 'nada'll
tn G «de la maldición a la ruina»] n G «el duelo de los hombres a su cuerpo (se ende-
reza), pero el nombre de los pecadores, no bueno, será borrado»] °G «te quedará»]
P cf V; H de ciencia, G de oro] <l G «de buena vida (hay...)»l rG «durará hasta !n
eternidad»] 1 este V y el sig repiten 20 32,,, y 33,, y en H preceden a G 17, que lleva
ciclante el título «Instrucción o disciplina de la vergüenza», titulación sin precedentes
i-n la literatura bíblica] t G «guardad [mi] enseñanza en paz»] u G «mi palabra»!
» G «y todo no es estimado por todos según la verdad (o fielmente)»] w G «avergon-
zaos»] * G «de juez o magistrado, del delito»] y G «injusticia»] z G «delante de la verdad
de Dios y la alianza»] a' c G en cambio «de menospreciar al recibir o al dar»l b' G «de
apartar el rostro de un parienter] o' G «de robar la parte o el don [de otro]»] d' créese
ofrecen mejor orden las edics de H, que ordenan así 26,,, 25„0, 27 ni <■' lit «no [la]
rechaces», G «no reprendas».
cap. 42
aG «no hagas acepción de personas para pecar»] b G «y de la alianza») oG «her de
amigos»] OTA falta en G] (G «muchas manos»] f G «lo que das [a los tuyos?] cuéntalo
y pésalo»] ? G «que alterca con jóvenes»] h G «aprobado»] i G «secreto cuidarlo», S «muv
pesada»] ) reproducimos estos esticos como en G. pero suele preferirse el orden de H.
cuyo texto está muy deteriorado: a-c-b-d] kG dice: «Sobre una hija desenvuelta...»]
1 otro texto de II : «te cree una mala reputación»] m-m falta en Gl nG «El sol... todo
lo mira y la gloria del Señor llena su obra»] 0-0 G «ene el Señor Todopoderoso ha
establecido sólidamente para que el universo (o : todo) sea confirmado en su glo
ria»] PG «las huellas»! !G «pues El existe antes de los siglos y para los siglos»l
rG «consejero»] s En estos yv finales predominantemente H ha padecido mucho; nos
ayudamos de G para completarlo] t g «incompleto».
CAP. 43
a G «deseca»] b G «creciendo admirablemente»] o G «Faro de campo en las alturas
que brilla en el firmamento del cielo (')»] d G «T.a belleza del cielo es gloria de los
astros, es adorno brillante en las alturas del Señor»] eo quizá 1 «y hace brillar los
dardos de su justicia» ; G «por su mandato hace que se apresure la nieve, y acelera
los relámpagos [ejecutores] de su juicio»] 'seguimos a G en este v] B damos el orden
de S, generalmente admitido] h G «a su voz»] i G «cuando quiere hacer soplar» el
noto] 1 G «el huracán del cierzo y los turbiones ío remolinos) del viento»l k G «Como
pájaros que bajan volando esparce la nieve»] 1 G «admiran»] m así c G, que añade
«sobre la tierra»] n G «y al congelarse se vuelven como puntas de espinos»] o o Ioj
masas de aeua. G «El frío viento del norte sopla y hiélase el cristal como el agua-1
p G' «se extiende»] Q G «devora la montaña y abrasa el desierto y como fueco consume
la verdura»] r G «una niebla repentina»] s así c G ; pero el texto es dudoso. Otros
interpretan : «y el rocío que cae ocasiona refrigerio del abrasamiento». H ofrece una
frase difícil y oscura, que algs interpretan : «el rocío, que disipa el calor y fertiliza»l
1 así c G (otros «dejó se hundiera»)] u H ¡¡extendió depósitos (así variante marginal)». 1
tG «y la creación de los monstruos marinos»] w G «¿qué podríamos Hacer?», o bien
«¿dónde tendríamos fuerza para ello?»] * G «no vemos».
aG «y de la instrucción del pueblo, ]>or su inteligencia»] bG «[con] sabios discur-
« - en...»] c-c falta en G] d G «cuyas virtudes no han sido olvidadas»] e~e G «la buena
hwencia de sus descendientes»] fG «su raza»] s así c G ; H «su justicia [caridad o
merecimiento) no [será olvidada] »] h G «plugo a»] ¡G «hallado perf . insto»] i así aña-
— I27Q —
ECLESIÁSTICO
i los enemigos» añade G] c G «hizo que cesaran los
le los reyes»] iG «dulzura» o mansedumbre, añade:
e-e C y «sus decretos»] h «su hermano» añade Gl
iel sacerdocio del pueblo»! tt r. «y le hizo dichoso por
«con su magnificencia»)] i asi c G; H «le vistió de
■uelo» = de velocidad ?)1 m-m G ropa talar y efod»]
npanillas»! " G «para que sonasen en sus altares»)
¡testaciones de la verdad» el Urim y el Tummim)
G «obra de lapidario»] t-t G «con
entar la ofrenda al Señor») x o la
do les preparó pan para su sacie-
; los sacrificios del Señor, que les
revuelta»; cf Núm 25 it] 4' falta
pueblo»
falta en G.
de G) * G «cuando sobrevino el diluvio») 1 G «gran padre»] m c, «fué hallado seme
jante») n así H al margen ; el texto Ic afirmó por la bendición (cf G «reconocióle en
sus bendiciones»).
cap. 45
a G ta los santos*] b «contr
prodigios»] <i G «le glorificó ai
«le santificó y»l f G «alianza»
l G «est. con él alianza»] i-i G
su gallardía» (o «en belleza» <
campanillas» fal margen «de
n-n G «granadas de oro y ca
PG «de brocado») <TQ G «mar
rG «de artista») s-s falta en G] t as! añade G]
la impresión del sello de santidad»] w o «para
azkará; G «en recuerdo»l íG «de su pueblo») *
su ley alumbrar a Israel») a'-a' así H; G «ant
dad (o en abundancia). Y, efectivamente, comen de
dió»] b'_b' G «en el temor del Señor») o> G «en la
en G] <>•-<!' «estableciéndole jefe de los santos y de
CAP. 46
a o «asistente, servidor» H ; G «sucesor»l b-b Q s:
nombre 'aludiendo a la etimología de Josi
añade G] <> G «alzaba sus manos»l e G «¿ q
de granizo de gran fuerza») BG «haciende
«apartando al pueblo del pecado») i o «exa
ficados ellos en sus hijos»] k II amante'] 1
del Señor...»] m así lit H; G «juzgó») a"
PG «de los tirios») Q G «autos del tiempo
mado de nadie ni dinero ni aun sandalia'
profecía para borrar la iniquidad del pueblo».
CAP. 47
a G «profetizar en los días de») b r, «cord. de los rebaños») (G «gigante»!
4G i no mató... Goliat?] e-o G «Así se le glorificó por diez mil y se le alabó con las
proporcionándole diadema de g!oria»l 'G «pisoteó a los filis-
«con palabras do gloria»] hG «Cantó himnos. .. y amó a
su Cr.»] I G «y de SU voz obtuvo dulces melodías» (=glosa marginal de Hll H G
«alianza de reyes v un trono de gloria en»l k G «Tras él surgió un hijo sabio y por
causa suya vivió {Israel ?) en prosperidad») IG «v a manera de un río desbordabas
de inteligencia»] m-m g «tu alma recubrió la tierra y la llenaste de parábolas enig-
máticas!] n-n g «parábolas e interpretaciones te han admirado todos los países-1
o G «estaño.l p G «y esclavizaste tu cuerpo» o. según otros, «te entregaste ni liberti
naje con tu cuerpo»] nG «tu raza»] rG «v llenándolos de aflicción por tu locura»)
«C, «obras»l MR «su elegido... el que ama»l u r. «uno de su raza»] "G «[autor de
la] locura de! pueblo») w-w falta en G] *G «abrió a Hfr. el camino del pecado»]
.'aceptamos el orden de HS. más lógico. G dice así: «Entonces se amontonaron los
sigue otra lección : «conforme a su
nde para la salv. de»! o «sublevado»
te él así se produjo ?»1 'G «piedras
a la multitud») b GS otra lección :
«prostituyó»] i G «se renueve, glori-
1 dice «... su Señor, Samuel, profeta
Señor miró a»l o G «mostró ser»)
dormición eterna»l rG «No he ta-
nguito pudo acusarle»! » G «en una
pecados de ellos 80 en tf
suerte de maldades hasta
cap. 48
« G «ardía como lámp
de G] c G «por la palal
G «en torli. de fuego»] c
nes para los tiempos»)
i G «lacob»! 1-1 falta en 1
IT dudoso : Use reanimó
arrojó de
país
Y buscaron toda
sobre ello
1 como antorcha)] b «con tus portentos» aña
fogueantes caballos»l hG «en las reprensio-
; «antes de la llegada del día do Vahveh»!
oprimido por príncipe alguno»] n así c G :
iy fué dejado un pueblo escaso con un prín-
ci6»] o G «y el Santo desde el cielo oyólos
al Señor»] t «su padre» agrega G
iirigido <*n la reforma del pueblo»] <¡ G «for-
orque tuvieron que dar su cuerno...»] 'G «la
in» añade Gl h G «oue [Diosl le mostró so-
en efecto, se acordó de los enemigos en (el
el bien (enderezar?) a los que sigue* el
Neh. también es notable, de él que lev. los
do creado»l 1 G «de la tierra»] m G añade
■ [su] pueblo» que es el V c de 19, ,1 n G «v
«entre los vivientes»
• 1 a así flatror
— I28n —
ECLESIÁSTICO
tra un asedio» (G)] ÍG tcomo el astro de la mañana»] IG tía luna en los días d«l
plenilunio»] b G ten el templo del Altísimo»] i G «resplandeciente en nubes de glo-
ria»] J así GS ; H ¡a oblación, lección también aceptable] 1-1 G tal producir los fru-
tos»] m G tde la perfección de la exultación» o del más digno ornamento...] n G tal
santo altar de los sacrificios»] o G «.de los sacerdotes») P otros «junto al montón de
leña», G «.junto al hogar del altar»] Q asi c GS ; H hijos) * G tcomo troncos de pal-
meras»] s G Y todos] t tgritaban, tocaban las trompetas...»] u-u «su Señor Todopode-
roso, Dios Altísimo»] v G «suplicaba al Señor Altísimo»] w G «el ceremonial del Se-
ñor»] iG ty se hubiera acabado su ministerio (o servicio)»] m parece decir de ét
en los restos del v conservados] z-z G «nuestros días»] »'-»• G «y obra con nos. según
su misericordia»] b' G «El nos dé la alegría del corazón y que haya paz en nuestros
días en Israel según los días del pasado*] c»"o' G dice sólo : «Su misericordia perma-
nezca fielmente con nosotros y nos libre en nuestros días»] d' G «los o.ue moran en
la montaña de Samaría, los filisteos...»] e'-e' procuramos reflejar H corrigiéndolo li-
geramente c G ; éste dice : «Enseñanza de inteligencia y ciencia he grabado en
aqueste libro, [Yo] Jesús, hijo de Sirá', [hijo] de Eleazar Jerosolimitano (otros mss :
«Jesús, hijo de Sirac Jerosolimitano»), quien he hecho llover (o extendido cual lluvia)
la sabiduría de mi corazón (otros mss : «quien ha hecho llover... de su corazón»)»]
f así HS ; G «el temor»] g' G tsu senda» (o su huella).
CAP. 51
a G tSeñor Rey»] b G «mi salvador»] 0-0 G sólo dice «pues protector y auxiliador
has sido para mí, y has librado de la ruina mi cuerpo»] d-d falta en GS] eG tred»].
f ty nombre» añade G] e G «de las mordeduras (rechinar de dientes, rugidos) de quie.
nes estaban dispuestos a devorarme»] h G ttribu que he tenidot] i G tía sofocación
del fuego»] )-} así c G ; H tdel seno (o entrañas)» y el resto destrozado] H G tde
la lengua impura y palabra mentirosa, de un rey inicuo y de la lengua injusta
!o bien, calumnia de lengua injusta para el rey ( ?)»] m G tcercábanme»] n G «de tu
misericordia, Señor»... y así sigue en estilo directo] oG «de mano de enemigos»]
p lit tvoz», G «plegaria»] QG «me librares de la muerte»l «G «(Invoqué)... para que
no me abandonara... en tiempo de orgullosos y falta de ayuda»] s G «cantaré con ac-
ciones de gracias»] t-t G sólo. «Y fué oída mi oración»] u-u G «Porque me salvaste
de la ruina y me libraste del tiempo malo. Por ello te...»] v aquí intercala H este
cántico de 15 versos y discutida autenticidad ; está tomado del Sal 135,.. y el final
coincide con 1471JS, 14] wg ten derechura»] x HS Señor; desde mi juventud aprendí
la sabiduría»] y «y [la] recogí» o recibí, añade G] »G «hallé para mí amplia instruc-
ción»] a '"a» así HS, pero G «Por ella me ha venido adelanto»] b' b' G «avergonzaré»]
o" G «ha luchado por ella con energía»] d' g «en practicarla me he esmerado»]
e'-e' G «Alcé mis manos a lo alto y deploré mis ignorancias en lo tocante a ella»]
<'"'' así HS; en G falta] g~g G «seré abandonado»] b'-h' G «se estremecieron»] i' G «¿por
qué?»] i'G «está el hallarla»] k'-k' falta en G] I* así c G] m' H diverso y parece errp ;
Lévi interpreta: Escuchad mi enseñanza, por pequeña que sea] n' G «y mucho oro»]
o'""1 así c G ; H mi] P' lo que sigue sólo aparece en HS.
— 1282 —
INTRODUCCION A LOS PROFETAS:
LITERATURA PROFETICA
1-> kul'üTA: — en hebreo ro'eh o jozth (vidente) y nabi' (portavoz) — no es
precisamente el que -vaticina acontecimientos futuros, como vulgar-
mente se entiende, sino más bien el que, inspirado por Dios, habla
o escribe en nombre y representación del mismo, como enviado y mensa-
je)0 suyo. De ahí que el profeta sea llamado boca de Dios, y sus palabras,
palabras de Dios. Lo que le constituía profeta era el caris ma divino de
la profecía, que entrañaba una misión o vocación, una ilustración interno
y una moción que le impulsaba a hablar o escribir lo que Dios por su
medio quería manifestar a su pueblo. La ilustración interna, ya andu-
viese acompañada de revelación propiamente dicha, ya no, iluminaba la
mente del profeta en orden a juzgar de las cosas con certidumbre divina,
absolutamente infalible. En virtud de esta ilustración, el profeta era
constituido maestro supremo de Israel. El objeto de su magisterio era
doble: mantener viva la alianza dada por Moisés y preparar la nueva
alianza de Cristo. De ahí el mesianismo de muchos vaticinios profélicos.
El ministerio de los profetas era a un tiempo, bajo diferentes respectos,
extraordinario y ordinario. Era extraordinario, por cuanto requería una
vocación individual de Dios, y no era una institución vinculada a una
tribu o una familia, como el sacerdocio y la realeza. Era, en otro sentida,
ordinario, por cuanto, desde Moisés hasta Cristo, Dios iba mandando a
sus tiempos los profetas, para que intimasen la observancia de la ley de
Dios y renovasen la promesa mesiánica. Se mencionan algunas veces
ciertas agrupaciones de profetas y se habla de los hijos (o discípulos) de
los profetas. No todos ellos parece lo fueran en el sentido pleno de la
palabra; si bien pudo ser que algunos de ellos fueran favorecidos con
algún carisma sobrenatural. Al lado de los verdaderos profetas no falta-
ron los falsos: que o no adoraban al verdadero Dios o carecían de misión
divina.
El verdadero profeta de Israel se muestra siempre intransigente y lie
roico flagelador de todas las lacras del pueblo de Dios, cuyos adorado/ 1 s
sin conciencia se llegaban al templo creyendo lavar sus pecados a fuerza
de sacrificios de carneros y terneras y de torrentes de aceite. Lo que el
Eterno os pide — diránles con Miqueas — es ejercer la justicia, amar la bon-
dad, caminar humildemente por las vías del Señor. Tal es el manifiesto
prof ético, repelido a manera de estribillo en todos sus discursos bajo mil
formas diversas. En medio del cuadro sombrío que la situación del pueblo
ofrecía, sabrá el profeta consolarle con las vislumbres del porvenir me-
cánico.
- 128.1 -
INTRODUCCIÓN A LOS PROFETAS
Desde el punto de vista literario, los escritos proféticos son algo sin
par en ninguna otra literatura. Elocuencia y poesía se hermanan aquí en
una creación única en su genero. «.Atenas — dijo ya Donoso— tuvo poetas
y oradores; Roma, tribunos y poetas. Los projetas del pueblo de Dios
fueron poetas, tribunos y oradores a un mismo tiempo... Un profeta era
Graco, Homero y Demóstenes.t Compréndese, pues, que esta manifes-
tación literaria, tan peculiar, introdujese en la literatura un nuevo estilo.
Los más antiguos vaticinios proféticos que se han conservado pertenecen
a la primera mitad del siglo VIH.
Al principio parece que escribían sus exhortaciones y censuras en len-
guaje escogido y lleno de imágenes. El estilo presenta en ellos todas las
características de la poesía hebraica, y la mayoría de sus escritos están
en verso e irteluso a veces en estrofas artificiosamente compuestas. Con
el tiempo, los profetas hiñéronse oradores populares, y el lenguaje se
desarrolló en sentido oratorio: son improvisaciones más o menos absolu-
tas, en largos y bien construidos períodos. El caso de Jeremías — cumbre
de la oratoria profética — nos muestra cómo los profetas dirigían al pueblo
su discurso, incluso repentizando, cu el templo, las puertas de las ciuda-
des, su propio domicilio, dondequiera podían. Luego, con frecuencia es-
cribían sus vaticinios, y, aprendidos por el pueblo, éste los recitaba y
cantaba, continuando así el ministerio del profeta. En Ezequiel, la orato-
ria profética es ya un verdadero género literario. Los profetas post exilia-
nos, Ageo, Zacarías, Malaquías, tornan al estilo de jeremías, aunque sin
su hondura de sentimiento. Malaquías, además, crea un nuevo estilo ora-
torio, donde la antítesis paradójica y una tremenda ironía clavan al ad-
versario mediante hábiles y eficaces procedimientos retóricos en la picota
del ridículo. Daniel, finalmente , es uno de los pocos profetas que publicó
sus vaticinios sólo por escrito.
La actividad de los profetas se desenvolvió en íntima trabazón con la
vida religiosa, moral y aun política del pueblo de Israel. Atendiendo a la
extensión de sus escritos suelen dividirse en mayores y menores. Los
mayores son: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; los menores son doce,
además de Baruk, que va asociado a Jeremías.
Un agrupamicnto sobre base cronológica ofrece dificultades respecto
a no pocos de los profetas, como puede comprobarse en las introduccio-
nes a los mismos. Con valor aproximado y provisional podríamos distri-
buirlos así:
Epoca primitiva (?) : Abdías, Joel, Jonás.
Epoca asiria : Amós, Oseas, Isaías y Miqueas. A esta época pertenecen
también, probablemente, Nahum, Sofonías y Habacuc.
Epoca babilónica : Jeremías con Baruk, Ezequiel y Daniel.
Epoca persa : Ageo, Zacarías y Malaquías.
— —
INTRODUCCION
A ISAIAS
Isaías, hijo de Amós (distinto del tercero de los profetas menores), ini-
ció su ministerio profético en Jerusalén el año de la muerte del rey
Ozías, hacia el 73S a. de C, después de tina visión en que Yahveh
le confiere la grave misión de reducir el pueblo de Judá a la obediencia
V anunciarle, si desobedece, terribles castigos. Su actuación profética,
que continuó durante los reinados de Jotam y Ajaz, se prolongó hasta
el asedio de Jerusalén bajo Ezequías. La tradición judía lo supone muer-
to, ya muy anciano, por orden del impío rey Manasés.
Su profecía, la más extensa de todas, se divide en dos partes princi-
pales, que pueden denominarse amenazas y consolaciones. Precedido por
un magnífico prólogo (1), el libro de las amenazas C0)nprende tres series
de oráculos:
Oráculos sobre Judá y Jerusalén (2-12);
Oráculos contra los gentiles (13-23);
Oráculos varios (24-33).
Tras una sección histórica (36-39), que sirve de transición, el libro de
las consolaciones contiene otras tres series de vaticinios:
Vaticinios sobre el rescate de la cautividad babilónica (40-4S),
Vaticinios sobre el Siervo de Yahveh y su obra (49-57);
Vaticinios sobre la salud mesiánica (38-66).
La autenticidad y unidad de los discursos de Isaías (Le. 3, 4) está
garantizada por el testimonio del Eclesiástico, que, refiriéndose precisa-
mente a las consolaciones, escribe:
Bajo una potente inspiración vió lo porvenir
y consoló a los afligidos en Sión (48, 27).
En el mismo sentido se expresan San Mateo (3, 3; 4, 14-16...), San
Marcos (1, 2-3), San Lucas (4, ij-19...), San Juan (12, 38), San Pablo,
Rom. (10, 20)... Y con los escritores inspirados está de acuerdo la anti-
gua tradición judía y toda la tradición cristiana. Frente a tales testimo-
nios carecen de valor los argumentos con que ciertos críticos modernos
han pretendido probar que el libro de las consolaciones no es de Isaías,
sino de otro u otros autores más recientes, que han denominado Deutero-'
Isaías y aun Trito-Isaías. Con razón la Comisión Bíblica reprobó estas
arbitrariedades en su decreto de 28 de junio de 1908.
- 1285 -
ISAÍAS
Isaías es considerado como el más ilustre de los pio/etas por sus mé-
ritos literarios y por sus vaticinios mesiánicos.
Desde el punto de vista literario, todos convienen en afirmar la altí-
sima concepción y valía artística de este profeta, cuyo lenguaje y estilo
sobresale además por el ritmo de sus palabras, por sus originales imá-
genes, por el vigor de la expresión, por el tono harmónico admirable que
forma el conjunto. Sus discursos dan la impresión de muy elaborados,
y buscan la eficacia mediante abundantes recursos estilísticos y seme-
janzas o parábolas, cual es la conocida de la viña infructuosa. Como
pasajes más bellos y expresivos pudieran citarse el discurso en que re-
prende al pueblo su ingratitud para con Dios (i, 2-27), los capítulos 10,
ii,, 23, o el pavoroso cuadro, magnífico literariamente , de la espantable
carnicería realizada por los nabateos en Edom (34).
Las numerosas profecías mesiánicas han merecido a Isaías el califica-
tivo de profeta evangélico. Merecen especial mención las contenidas en
el llamado Libro de Emmanuel (7-12), en que se anuncia el nacimiento
virginal del Mesías, y las referentes a los oprobios y dolores del Siervo de
Yahveh (51-53), en que se contempla la pasión y la gloria del Redentor.
- 1386 -
ISAIAS
Amenazas a la nación pecadora, a la que no salvarán
los sacrificios
i 1 Visión que Isaías, hijo de Amó.-, contempló proféticamente acerca
de Judá y Jerusalén, en los días de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías,
reyes de Judá.
Escuchad, cielos, | y presta oído, tierra, i pues es Yahveh quien habla :
Hijos he criado y engrandecido, | pero se han rebelado contra mí.
Conoce el toro a su amo | y eil asno el pesebre de sus dueños ;
mas] Israel no conoce, I mi a pueblo no presta atención.
' ¡ Ay de la nación pecadora, | del pueblo cargado de culpa,
•emílla de malvados, | hijos de malhechores!
Han abandonado a Yahveh, | han despreciado afl Santo de Israel, |
se han echado atrás.
6 ¿Para qué se os va a golpear más, | si habéis de continuar prevaricando?
Toda la cabeza está enferma ¡ y todo el corazón languidecido.
' Desde la planta del pie hasta la cabeza | no hay en él nada sano ;
heridas, contusiones | y llagas frescas ;
no han sido envueltas ni vendadas | ni reblandecidas con aceite.
; Vuestra tierra está desierta, | vuestras ciudades abrasadas por el futgo ,
vuestro suelo a vuestra vista
lo devoran extranjeros |
y hay un asolamiento cual en la destrucción de Sodoma b.
s La hija de Sión ha quedado | como cabana en viña,
como choza en melonar, | como ciudad sitiada.
^ 1 Visión : significa revelación en sentido colectivo, para indicar que los oráculos
* que contiene son un conjunto de revelaciones sobrenaturales.
5 La cabeza... ex corazón : simbolizan, la primera, el pueblo ; el segundo, los sacer-
dotes y doctores.
* Sido envueltas : o también, comprimidas, exprimidas.
1 Lo devoran extranjeros ! serían probablemente los sirios, filisteos y otros pueblos
enemigos de Israel.
9 La hija de Sión : significa aquí la colectividad de los habitantes de Sión e Israel.
1 9-29
ISAÍAS
1 0-29
'Si Yahveh-Sebaot no nos hubiera dejado un resto,
casi 0 habríamos quedado como Sodoma, |
a Gomorra nos habríamos asemejado.
11 Escuchad lia palabra de Yahveh, J príncipes de Sodoma ¡
prestad oído a la ley de nuestro Dios, | pueblo de Gomorra.
1 «¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?», dice Yahveh.
«Estoy harto de holocaustos de carneros, | de grasa de cebones,
y en la sangre de novillos, corderos | y machos cabríos no me complazco.
1S Cuando venís a mostraros [ante] mi rostro,
¿quién reclama esto de vuestras manos | para que holléis mis atrios?
" No volváis a traer vana oblación ; | abominable sahumerio es para mí.
Novilunios, sábados, convocaciones festivas, |
no puedo resistir ; delito y fiesta.
14 Vuestros novilunios y vuestras solemnidades | odia mi alma, |
se me han hecho carga molesta, | estoy cansado de soportarlos.
,s Y cuando extendéis vuestras palmas, ¡ aparto mis ojos de vosotros ;
aunque multipliquéis las plegarias, | no escucho ;
vuestras manos están llenas de sangre. I 16 Lavaos, purificaos,
apartad la maldad de vuestras acciones | de delante de mis ojos,
cesad de obrar mal. | 37 Aprended a obrar bien,
buscad la justicia, | corregid al opresor, d
haced justicia al huérfano, | defended la causa de la viuda.
" Venid, hagamos cuentas, | dice Yahveh ;
aun cuando vuestros pecados fuesen como la grana, |
como la nieve han de blanquear ;
aunque fuesen rojos cual la purpura, | como la lana quedarán.
"' Si accedéis y escucháis, ' lo mejor del país comeréis ;
!l> mas si os negáis y os rebeláis, | por e la espada seréis devorados, |
pues ha hablado la boca de Yahveh.
:i ¡ Cómo se ha prostituido | la ciudad fiel !
Llena estaba de justicia, | la equidad moraba en ella, | ¡y ahora asesinos!
22 Tu ¡plata se conv irtió en escoria, |
tu vino generoso fué adulterado con agua.
13 Tus príncipes son prevaricadores | y colegas de ladrones ;
cada uno ama eO soborno | y va en pos de recompensas,
al huérfano no hacen justicia, | y la causa de la viuda no llega a ellos.
54 Por eso declara el Señor | Yahveh-Sebaot, | el Fuerte de Israel :
¡ Av, me vengaré de mis adversarios ¡ y tomaré venganza de mis enemigos!
a V v olveré mi mano contra ti, | y purgaré como la lejía f tus escorias, |
y separaré todas tus partículas de plomo.
V te devolveré tus jueces como al principio, |
y tus consejeros como primero,
después de lo cual se te llamará ciudad de la justicia, | villa fiel.
": Sión en juicio será redimida, | y sus cautivos en justicia.
"Mas el desastre llegará juntamente a impíos y pecadores, |
y quienes abandonan a Yahveh serán aniquilados.
-"Seréis pues, confundidos a causa de los grandes árboles |
en que os deleitasteis,
y os abochornaréis por los huertos | que elegisteis.
» Abominable sahumerio... : otros prefieren c. V «el incienso es abominación para
mí», me es abominable. || Delito y fiesta : comp. V : .son inicuas vuestras reuniones..
18 Como la grana : el rojo oscuro, la tarde y la noche eran para los hebreos símbolo
del mal v del pecado, al paso que lo blarco, el día y la luz simbolizaban el bien y
lo bello.
21 Se ha prostituido : la alianza de Dios con su pueblo se compara a un matrimo-
nio, al cual ha sido inCiel la nación elegida por esposa.
» Tr devolvere : piensan algunos que esta devolución se efectuó reinando Exequias,
pero quien la llevó a cabo fué Jesu-Cristo al fundar su Iglesia.
wGranpes árboles: trátase de los dedicados al culto idólatra, como encinas, tere-
bintos, palmeras, o quizá de los bosques de tales árboles.
— 1288 —
I 30-2 16
ISAÍAS
1 30—2 16
M Pues seréis como terebinto | que ha perdido su follaje
v como huerto sin agua.
™ El robusto se convertirá en estopa | y su obra en chispa ;
arderán ambos a una | y no habrá quien lo extinga.
Gloria mesiánica de Israel. Imprecación a la casa
de Jacob
21 Cosas que contempló en visión profética Isaías, hijo de Amós, acerca
de Judá y Jerusalén. 2 Ocurrirá, pues, que
en los días postrimeros | la montaña de la casa de Yahveh |
-c hallará firmemente establecida
en la cumbre de los montes | y se alzará por encima de los collados,
v afluirán a ella todas las naciones. | 3 E irán muchos pueblos | y dirán :
Ka, .-ubamos a la montaña de Yahveh, | a la casa del Dios de Jacob,
v nos enseñará sus caminos, | y andaremos por sus sendas,
"pues de Sión saldrá enseñanza'! y la palabra de Yahveh de Jerusalén.
■ Y juzgará entre las naciones | y reprenderá a muchos pueblos ;
entonces romperán sus espadas, trocándolas en aladros, |
y sus lanzas en podaderas.
No alzará ya espada pueblo contra pueblo ¡
ni se adiestrarán más en la guerra.
1 ¡ Casa de Jacob : andad, caminemos | a la luz de Yahveh !
f En verdad rechazaste a tu pueblo, | a la casa de Jacob,
pues están llenos de adivinos a | y agoreros como los filisteos |
y dan la mano a extranjeros.
7 Así se hinchió su país | dé plata y oro, | y sus tesoros no tienen fin ;
llenóse su tierra de caballos, | y sus carros son infinitos ;
s colmóse su país de ídolos,
ante la obra de sus manos se prosternaron, |
ante lo que habían fabricado sus dedos.
* Postróse el hombre, | humillóse el varón, | y no les has de perdonar.
,J Meteos en las rocas | y escondeos en el polvo | ante el terror de Yahveh ¡
y la gloria de su majestad,
i Los ojos altaneros del hombre se bajarán b |
y se doblegará la soberbia humana,
| solo Yahveh será ensalzado | aquel día.
Pues Yahveh-Sebaot tiene [fijado] un día
contra todo lo altanero y elevado, | contra todo lo que se yergue y se alza c;
" contra todos los cedros del Líbano, j altos y elevados, |
y contra todas las encinas del Basan ;
" contra todas las altas montañas, | contra todos los collados eminentes,
18 contra toda elevada torre, | contra toda muralla fortificada,
" contra todas las naves de Tarsis | y contra todos los objetos d preciosos.
2 5 Los días postrimeros : el tiempo de la venida del Mesías.
3 Enseñanza : o ley. Se refiere a la nueva o de gracia traída por Jesu-Cri=;to.
• A iu pueblo : e. d., «mores populi tui» pregunta Kit, que prefiere 1. c. T atu for-
taleza». || Dan la mano : para cerrar trato comercial y alianzas, cosa reprobable para
el profeta. Pasaje incierto. Otros interpretan «dan un golpe con las manos», creyendo
ver en ello una costumbre mántica. Otros : «tienen sobra, abundancia». Nosotros, sin
variar el texto, traducimos el verbo por 'dar la mano, chocar'. (Vid. Hempel, Dice.)
a Tiene fijado un día: el del juicio del Señor.
u Los cedros d»l Líbano : este v. y los sigs. pueden referirse a la ruina del reino
de Israel y del de Judá.
» Tarsis : cf. Sal. «„, 8.
— I28Q —
2 17-3 io
ISAÍAS
2 w-3 io
" Entonces se doblegará el orgullo humano |
v se humillará la altivez de los hombres,
V sólo Yahveh será ensalzado I aquel día.
8 Y los ídolos desaparecerán sin excepción.
" Y se meterán e en las cavernas de las rocas |
y en las hendiduras del polvo,
ante el terror de Yahveh | y ante la gloria de su majestad, |
cuando se alce para intimidar a la tierra.
;" En aquel día arrojarán los hombres | sus ídolos de plata y oro
que se fabricaron para adorar [los], | a los topos v los murciélagos,
"' para meterse en las hendiduras de las rocas |
y en las anfractuosidades de las peñas,
ante el terror de Yahveh | y la gloria de su majestad ]
cuando se alce para intimidar a la tierra.
" Dejaos de confiar en el hombre,
cuyo hálito está en su nariz ; | ipues ¿en cuánto ha de ser estimado ?
Juicio divino contra el mal gobierno de los hombres y el
lujo de las mujeres
o ' Pues he aquí que el Señor, ¡ Yahveh-Sebaot, |
" apartará de Jerusalén y de Sión
I ¡aculo y apoyo, | todo sostén de pan y todo sostén de agua :
"■ valientes y gente aguerrida, | jueces y profetas, | adivinos y ancianos,
8 jefes de cincuenta a | y honorables, | consejeros y sabios hechiceros |
y entendidos conjuradores.
' V les daré muchachuelos por príncipes, |
y jovenzuelos dominarán sobre ellos.
1 Entonces la gente se vejará mutuamente los unos a los otros ;
el mozo se levantará contra el anciano | y el vil contra el noble.
" Ciertamente el uno agarrará al otro | en la casa de su padre,
[exclamando] : «Tienes un manto, | sé nuestro príncipe ,| y esta ruina
esté bajo tu mano.»
' Pero él clamará aquel día, diciendo :
«No soy médico ; | tampoco en mi casa hay pan | ni manto ,
no me constituyáis | principe del pueblo.»'
' Ciertamente se tambaleará Jerusalén | y Judá caerá,
¡ i u e -i sus palabras y sus acciones son contrarias a Yahveh, |
oli-ndiendo los ojos de su majestad.
" El descaro de sus rostros atestigua contra ellos |
y, como Sodoma, publican sus pecados,
no los ocultan. ¡ Ay de sus almas, | pues se labran a sí mismos la desgracia !
10 Decid b al justo que le 0 irá bien, | ipues comerá el fruto de sus obras
"Hendiduras: o agujeros. || Intimidar: o hacer ostentación de su poder en la
tierra; otros, «herir, flagelar» (V «percutere»).
22 Hílito : aliento o espíritu. Quiere decir el profeta que es ridículo poner la con-
fianza en un ser tan frágil como es el hombre. || ¿En cuánto ha de ser estimado? :
o se estimará ; V «él mismo se ha reputado excelso».
3- Adivinos : puede aquí tomarse en el sentido de sagaces, que, en fuerza do Ob-
servar lo pasado, prevén lo porvenir y aciertan.
4 Y honorables : es lo mismo que notables, nobles.
4 Jovenzuelos : otros dicen c. V «afeminados», «caprichosos!, y C, «burlones»
•Tienes un manto: esto es, no estás reducido, como nosotros, a^la miseria.
' Médico : e. d., remediador de la cosa pública ; o quizá «no soy yo quien ha de
reinar (o regir), no soy rey». Otros, «no sov quien ha de poner el vendaje».
* Descaro : (i «confusión».
— 1290 —
3 "-4 i
ISAÍAS
3 n-4 i
? ¡ A y del impío ! Mal le c irá, |
porque se le pagarán las obras de sus manos.
11 A mi pueblo lo aniquila su exactor d | y mujeres ■ lo dominan.
Pueblo mío, quienes te conducen son los que te extravían |
y el camino de tus senderos confunden.
™ Pronto a litigar está Yahveh | y en pie para juzgar a su pueblo '.
" Yahveh viene a juicio | con los ancianos de su pueblo y 6us príncipes :
Vosotros habéis abrasado la viña, |
lo robado al pobre se halla en vuestras casas.
13 ¿Cómo se os ocurre s pisotear a mi pueblo |
y moler el rostro de los pobres ?,
declara el Señor, Yahveh-Sebaot.
11 Y Yahveh ha dicho : | Por cuanto son altaneras las hijas de Sión,
v caminan con el cuello estirado | y miradas provocativas,
.mdan a pasitos menudos | y hacen tintinear las ajorcas de sus pies,
" el Señor cubrirá de tiña | la coronilla de las hijas de Sión |
y Yahveh descubrirá sus vergüenzas h.
a Aquel día arrancará el Señor el
ornato de las ajorcas de los pies, los
>olecillos y las lunetas, ™ los pen-
dientes y las pulseras y los mantos,
M los pañuelos de seda para la ca-
beza y las cadenillas para dar los pa-
sos cortos, los cinturones lujosos, los
frascos de perfumes y los amuleto-,
™ las sortijas, los anillos de la nariz,
los chales y las bolsas, 23 los espejos,
las camisas de lino, los turbantes y
las amplias túnicas. 31 Y sucederá
que
en lugar de bálsamo habrá putrefacción ; |
y en lugar de cinturón, una cuerda ;
y en lugar de trenza, calva ; |
y en lugar de lujoso vestido, ceñidor de saco ;
quémadiira en lugar de belleza.
Tus hombres a es-pada caerán | y tus héroes en la batalla ;
M se lamentarán y gemirán sus puertas,
y, asolada, en tierra ella se sentará.
Escasez de hombre? an Judá, Sión en tiempos mesiánicos
a '■ V siete mujeres se agarrarán | a un hombre en aquel día,
^ diciendo : «Nuestro pan comeremos I y nuestro manto vestiremos,
con tal de que sea nombrado tu nombre sobre nosotras ; |
¡ quítanos el oprobio !»
K Mujeres lo dominan : setíún San Jerónimo y otros, mujeres vale aquí tanto como
hombres afeminados ; y eso fueron los últimos reyes de Judá. || Te conducen o rigen ;
otros (cf. V), cte dicen feliz».
15 El rostro de los pobres : la opresión del pobre es uno de los cargos más grave?
que Dios hace a su pueblo.
u Ajorcas o cadenillas. || Los solecillos y las lunetas: otros, tíos velos ío redeci-
llas femeninas) y los collares». || Los mantos : otros, «dos velos». Es el manto o jaique
femenino como el aún usado por las moras, y también el pañuelo de cabeza que usan
las hebreas en Marruecos.
" Pañuelos de seda para la cabeza : otros, «diademas, turbantes, tiaras (en el sacer-
dote)».
-3 Kspejos : otros prefieren «telas transparentes, vestidos de tela fina...».
" Sus puertas : o punto más vital y de reunión en pueblos y ciudades.
A 1 F.i oprobio : de carecer de hijos, o, como otros prefieren, de carecer de esposo,
^* podres y hermanos que las amparen contra la chusma.
— ngi —
4 2- 5 3
ISAÍAS
4 3-5 3
3 Aquel día | el brote de Yahveh alcanzará magnificencia y gloria,
> el fruto del país, grandeza y esplendor | para los salvados de Israel.
' Entonces lo restante en Sión y
lo superviviente en Jerusalén será
llamado santo, a todo cuanto esté
inscrito para la vida en Jerusalén
' Cuando el Señor haya lavado la in-
mundicia de las hijas de Sión y lim-
piado el delito de sangre de Jerusa-
lén de en medio de ella con espíritu
de inicio y espíritu de exterminio,
1 Yahveh creará a sobre toda la mo-
rada de la montaña de Sión y sobre
sus asambleas una nube de día, >
humo y resplandor de fuego llamean-
te de noche ; pues b por cima de todo
la gloria de Yahveh será protección
" y cabaña, y servirá de sombra b,
de día, contra el calor, y de amparo
v refugio contra aguacero y lluvia.
eecos de Gut'zcr y Taana
Parábola de la viña. Amenazas contra los malvados.
Los asirios
r 1 Quiero cantar [una canción] de mi amigo, |
° una canción de mi amigo acerca de su viña.
Una viña tenía mi amigo | en una loma feraz.
- La cavó y despedregó | y plantó de buena cepa ;
construyó además torre en su centro | y hasta excavó en ella lagar ;
y así concibió esperanzas que produciría uvas, | mas produjo agrazones.
* Ahora bien, habitantes de Jerusalén | y hombres de Judá,
juzgad entre 'mí | y mi viña.
2 El brote de Yaiiveh : según unos, Ezequías ; Zorobabel, según otros, o más bien
Jesu-Crislo, figurado por ellos. || El fruto del país: es también el Salvador, cuya
ascendencia humana procedería de David.
3 Inscrito hará la vida : en Jerusalén, figura del reino del Mesías, serán inscritos
todos los creyentes en Cristo.
* Cuando : otros autores hacen depender esta oración temporal del v, .- y no
del 5. || La inmundicia: el excremento, la suciedad, e. d., la culpa. || Espíritu di
juicio : es el castigo, la venganza. || Espíritu de exterminio : es la expulsión de toda
maldad de dentro del pueblo de Dios.
6 Sobre sus asambleas : o sea sobre todo lugar donde se reunieren para orar. Lo
mismo enseñó Jesu-Cristo, según puede leerse en S. Mt. 18, 20.
51 En esta hermosa parábola esta encerrada la historia del pueblo judío. De ella se
sirvió más adelante Jesu-Cristo para echar en cara su infidelidad al mismo pue-
blo (Mt. 21, 33-43)-
— 1292 —
54-19
ISAÍAS
54-19
1 ¿ Qué más cabía hacer a mi viña | que yo no hiciera en ella ?
¿ Por qué concebí esperanza de que produciría uvas |
y ha producido agraces?
* Pues bien, voy a daros a conocer | lo que voy a hacer a mi viña :
quitaré su seto" | y servirá ella de pasto, | haré brecha en su tapial
y se convertirá en cosa hollada.
" La trocaré en lugar devastado ; | no será podada ni binada ¡
y abundará en cardos y abrojos ;
v ordenaré a las nubes | que no dejen caer lluvia sobre ella
7 Ciertamente, la viña de Yahveh-Sebaot | es la casa de Israel,
y los hombres de Judá | son su plantel preferido ;
esperaba El [de ellos] obras justas, |
mas he aquí que [resultó] "derramamiento de sangre ;
justicia, y hete aquí grito de dolor.
' ¡ Ay de aquellos que juntan casa con casa |
y' agregan un campo a otro campo,
hasta querva no hay más sitio, hasta quedaros 1
como únicos propietarios en medio del país !
•A oídos de Yahveh-Sebaot [ha llegado].
En verdad, las vastas edificaciones | se convertirán en ruinas ;
las grandes y bellas ! [quedarán] de suerte que no haya habitante.
10 Pues diez yugadas de viña I producirán un bat, |
y un jómcr de simiente sólo dará un efá.
0 ¡ Av de quienes se levantan muv de mañana |
co'rriendo a los licores fuertes ; | "que se quedan hasta muy tarde de noche 1
v el vino los enciende.
" Hav cítara v arpa, 1 adufe y flauta | y vino en sus banquetes,
mientras la obra de Yahveh no contemplan | ni miran la obra de sus mane*
" Por eso es desterrado mi pueblo, | falto de inteligencia ;
así sus nobles quedarán muertos de hambre |
y su multitud se abrasará de sed.
M Por ello el seol ensancha sus fauces | y abre su boca desmedidamente ;
y allá baian su nobleza, su muchedumbre, |
su bullicio y los que en él se huelgan a.
15 Se inclinará el hombre | y se humillará el varón, |
y los ojos de los altivos se abatirán ;
" mas; Yahveh-Sebaot será exaltado en el juicio, | y el Dios Santo |
santo se mostrará con justicia.
" Y [allí] se apacentarán los corderos como en su pastizal
y pingües cabritos b pastarán [por] las ruinas.
IS ¡ Av de aquellos que tiran hacia sí de la culpa | con cuerdas de falsedad
y del c pecado como [con] coyunda de carreta ;
10 de quienes dicen: «¡Dése prisa, | apresure su obra |
a fin de que [la] veamos ;
acérquense y venga | el consejo del Santo |
de Israel para que [lo] conozcamos!»
e Quitaré su seto : tuvieron cumplimiento estas amenazas cuando los asirios des-
truyeron el reino de Israel, y lo han vuelto a tener en los judíos incrédulos desde la
muerte de Jesu-Cristo.
8 Juntan casa con casa : refiérese a los acreedores que van adueñándose de una casa
tras otra.
y Bat: es medida de líquidos equivalente a la décima parte del jómcr o coro. "
Efá : el valor de esta medida de sólidos, hoy imposible de evaluar con exactitud, oscila
entre los 36,44 litros y los 39,384.
11 Licores fuertes : o bebidas embriagadoras.
u Sus fauces : o su avidez.
17 Como en su pastizal o dehesa : otros, isecún su costumbrei («iuxta ordinem
suum» V).
18 Con cuerdas pe falsedad : con esta fipura se quiere expresar 1a tiranía con que
el pecado sujeta al pecador.
— I2Q3 —
ISAÍAS
" ¡ Ay de los que a lo malo llaman bueno, | y a lo bueno, malo,
• le quienes de la tiniebla bacen .luz y de la luz tiniebla, |
que truecan lo amargo en dulce y lo dulce en amargo !
" | Ay de los que son sabios a sus propios ojos |
y se tienen a sí mismos por prudentes !
" 1 Ay de los valientes en beber vino ¡ y de los aguerridos en mezclar licores ;
"*de quienes por soborno declaran inocente al culpable |
y quitan la razón al justo d!
H Por eso [les sucederá] como [cuando] devora a un rastrojo una lengua
de fuego, | v [como cuando] el heno se derrumba por 6 la llama ;
"•us raíces serán como putrefacción | y su brote subirá como polvo,
porque despreciaron la Ley de Yahveh-Sebaot.
" Por eso ardió la cólera de Yahveh contra su pueblo, |
y alargó su mano contra él y lo hirió ;
temblaron entonces los montes ¡ y sus cadáveres fueron |
como estiércol en medio de las calles.
Con todo esto, no se ha apaciguado su ira | y aun está su mano extendida
rf Y tremolará una enseña para un pueblo ' de lejos, |
y le silbará desde el extremo de la tierra,
y he aquí que apresuradamente, ligero, vendrá.
"No habrá en él cansado ni quien se tambalee, | no dormitará ni dormirá
ni se desabrocha el cinturón de sus lomos, |
ni se rompe la correa de sus sandalias.
13 Que sus saetas son afiladas | y todos sus arcos están tensos ;
los cascos de sus caballos | repú'tanse cual pedernal, |
v sus ruedas como huracán.
:" Tiene rugido como de león, | ruge como los leoncillos ¡
«ruñe y atrapa la presa, ¡ llévasela y no hay quien la salve.
*" Bramará contra él | aquel día | como el bramido del mar ;
\ se mirará a la tierra, ] y he aquí que [se verá] una angustiosa tiniebla,
y la luz se habrá oscurecido en densas nubes
MEZCLAS : é d., la preparación o mezcla de bebidas embriagadoras con t-i ■
cias, etc.
* Sus raíces : por raíz ha de entenderse las clases bajas de la sociedad ; pro brote,
las altas.
2S-30 Kit prp. trsp. post 10, 4 ; ante v. 25— añade— «exc vs nonni.
38 Cüai. PEDERNA1 : como no herraban a los caballos, se les volvían lo? cascos duros
* orno pedernal. ..• "<
Hallazgos egipcios y egros de Gut.zer y Taanai
— 1204 —
6
ISAÍAS
6 3-13
Vocación de Isaías al ministerio profético
/: 1 En el año de la muerte del rey
" Ozías vi al Señor sentado sobre
trono elevado y excelso, y sus colas
[del vestido] llenaban el templo.
• Serafines se mantenían de pie por
cima de aquél, con seis alas cada
uno ; con dos [de ellas] cubríase el
rostro, con dos los pies y con dos
volaba. 8 Y gritaba el uno al otro,
diciendo :
t| Santo, Santo, Santo es Yahveh-Sebaot ;
llena a está toda la tierra de su gloria.»
4 Entonces retemblaron las jambas b del dintel por la voz del que gri-
taba, y la casa se llenó de humo. 8 Y dije :
«¡ Ay de mí, que estoy perdido, pues hombre de labios impuros soy
y eñ medio de un pueblo de labios impuros habito-;
pues al rey Yahveh-Sebaot han visto mis ojos!»
0 Entonces voló hacia mí uno de los serafines que tenía en la mano
una piedra ardiendo, que había cogido del altar con unas tenazas ; 1 y tocó
[con ella] mi boca y dijo :
«He aquí que esto toca tus labios | y desaparecerá tu iniquidad
y tu pecado quedará espiado.»
* Y oí la voz del Señor que decía :
a¿ A quién enviaré? ¿Y quién nos oirá?»
Y contesté : «¡Heme aquí, envíame a mí!» "El contestó :
»Ve y di a este pueblo :
Escuchad, pero sin comprender, | y ved, mas sin entender 1
" Embota el corazón Je este pueblo, | y endurece sus oídos, |
y ciega sus ojos,
para que con sus ojos no vea, | ni oiga con sus oídos, |
ni con su corazón entienda, | ni vuelva a haber curación para él.»
u Y pregunté ■ «¿Hasta cuándo, Señor?» Y repuso :
«Hasta que hayan quedado asoladas las ciudades, sin habitante,
y las casas sin nadie, | y la tierra laborable quede 0 como un desierto
" Hasta que Yahveh haya alejado al hombre ¡
y sea grande la desolación en medio del país.
" Y aunque ya no haya en ella más que una décima parte, |
volverá a ser objeto de exterminio ; |
será como el terebinto y como la encina,
«le los cuales al ser talados | queda el tocón ;
de d su tocón [saldrá] semilla santa.»
6» Vi al .Señor : no vió Isaías la esencia divina, sino una venerable figura humana
o un ángel en forma corporal. !¡ El templo : aunque piensan algunos que se trata
del santuario del cielo, es más probable que hable el profeta del templo de Jerusalén
2 Serafines : uno de los coros angélicos. Este lugar es el único de la Sagrada Es
citura en que se habla de ellos.
8 Piedra ardiendo : o un ascua. Usaban de ellas para quemar la sangre del sa-
crificio.
7 Desaparecerá tu iniüüidah : no por efecto del fuego, que purifica, sino a causa
del altar de los sacrificios de donde se ha tomado, símbolo de la muerte de Jesu-
cristo.
8 ¿Quién nos oirá? : nueva insinuación del misterio de la Santísima Trinidad y de
las Personas divinas.
10 Embota : lit., 'cubrir de grasa'. || Ni vuelva a haber curación para el: o, como
otros prefieren, ni se convierta y sea curado.
u Asoladas las ciudades : la devastación de la nación es condición previa para que
cese el divino castigo.
" De su tocón : así es cómo después de tan terribles amenaza?- baoe el profeta que
brille en el horizonte un rayo de esperanza. Viene a decir Isaías que los israelita-
cautivos volverán a su país por • su tronco es tronco de santidad
— I2Q.S —
ISAÍAS
7 2-14
Entrevista de Isaías y Ajaz: profecía contra Siria y
Efraím. Emmanuel y su madre virginal. Devastación de
Judá por los asirios
n 1 Y sucedió en los días de Ajaz,
* hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey
de Judá, que Resín, rey de Aram,
Ballesta de la Galilea septentrional
con Péqaj, hijo de Remalyahu, rey
de Israel, subió a Jerusalén para ex-
pugnarla; mas no pudieron' lograr-
lo. x Y fuéle anunciado a la casa de
David lo siguiente : «Aram ha acam-
pado b contra Efraím.» Entonces se
estremeció su corazón y el corazón
de su pueblo, cual se estremecen los
árboles del bosque con el viento.
3 Dijo, pues, Yahveh a Isaías : «Sal
al encuentro de Ajaz, tú y Sear-Ya-
sub, tu hijo, al extremo del canal de
la alberca de arriba, junto a la cal-
zada del campo del Batanero, 4 y di-
le : «Guárdate y estáte tranquilo, no
temas ni desmaye tu corazón por es-
tos dos tizones humeantes, por el
ardor de la cólera de Resín y de
Aram y del hijo de Remalyahu, 5 de-
bido a que Aram haya tomado con-
tra ti maligna decisión, c Efraím y
el hijo de Remalyahu °, diciendo :
0 «Subamos contra Judá y sitiémos-
la d y conquistémosla para nosotros,
nombrando rey en ella al hijo de
Tabeal.»
'Así dice el señor Yahveh : | «¡Esto no se cumplirá ni ocurrirá!
B Pues cabeza de Aram es Damasco, | y cabeza de Damasco, Resin,
y tan sólo dentro de sesenta y cinco años |
será destruido Efraím, dejando de ser pueblo.
0 Y cabeza de Efraím es Samaría, |
y cabeza de Samaría el hijo de Remalyahu ;
mas si no creéis, | ciertamente no subsistiréis.»
10 Y siguió Yahveh hablando a
Ajaz en estos términos : 11 «Pide pa-
ra ti una señal de Yahveh, tu Dios,
bien sea de lo profundo del seol 8 o
de arriba, en lo alto.» 12 Mas Ajaz re-
plicó : «No he de pedir ni tentar a
Yahveh.» 13 Entonces dijo [Isaías] :
«Escuchad, pues, casa de David ; ¿ os
parece a vosotros demasiado poco
cansar a los hombres para que ha-
váis también de cansar a mi Dios ?
14 Pues bien, el Señor mismo os da-
7 3 Sear-Yasub : el significado de este nombre propio es 'un resto vo'verá' o 'se
convertirá', estando asi plenamente dentro del ambiente profetice
4 Tizones humeantes : los llama Dios así porque están a lo último r ; su poder
y no podrán en adelante hacer daño.
12 Ni tentar : esconde Ajaz hipócritamente su incredulidad alegando 1a prescrip-
ción del Deuteronomio (6, 16) que prohibía tentar a Dios, como si fuese tentarle acep-
tar uu ofrecimiento de Dios.
u La virgen : o una virgen, en todo caso, como dice Joüon, determinada para el
profeta. Esa virgen es la Madre de Jesús, secún formal atestación de San Ma-
teo (i, 22-23). || Emmanuel: e. d., Dios con nosotros; designa claramente el Mesías.
— I2o6 —
ISAÍAS
7 17-8 5
rá una señal : He aquí que la virgen
concebirá y parirá un hijo, a quien
ella denominará coji el nombre de
Emmanuel. 15 Leche cuajada y miel
comerá hasta que 1 sepa rechazar lo
malo y elegir lo bueno. 49 Pues an-
tes de que el niño sepa rechazar
el mal y escoger el bien será aban-
donado el país, ante cuyos dos reyes
sientes tú temor. " Yahveh hará ve-
nir sobre ti y sobre tu pueblo y so-
bre la casa de tu padre días ta'es
cual nunca vinieron desde los días
en que Efraím se separó de Judá, [a
saber] el rey de Asiria.
" Y acaecerá aquel día I que silbará Yahveh al tábano
que está en el confín de los Ni los de Egipto,
y a la abeja que [mora] en la tienda de Asiria,
18 y vendrán y se posarán todos ellos | en las hoces de los valles |
y en las hendiduras de las rocas,
y en todos los matorrales | y en todos los abrevaderos.
51 Aquel día rasurará el Señor con naivaja alquilada del
otro laclo del río, a saber, por medio del rey de Asiria,
la cabeza y el pelo de los pies | y hasta la barba arrancará.
a Y sucederá aquel día |
que cada uno criará no más que una ternera y dos reses menores,
2" y ocurrirá que, a causa de la abundancia de leche que darán, j
se comerá cuajada.
Pues leche cuajada y miel comerán | cuantos queden en el país,
f Y acontecerá aquel día que
en todo lugar donde haya mil cepas por valor de mil siclos de plata
se trocarán en abrojos y zarzas.
n Con flechas y arcoj habrán de entrar allá, | pues abrojos y zarzas |
será todo el país.*
" Y en ninguno de los montes | que hoy son cavados con el azadón
se entrará | por temor a los abrojos y las zarzas,
sino que servirán de dehesa boyal
y de sitio hollado por el ganado menor.
Ruina de Siria y Samaría. Castigo de Judá por la invasión
asiria. Emmanuel salvador. El temor a Yahveh. Contra
la nigromancía
«Ponle por nombre Majer-salal-jas-
baz ; 4 pues antes de que el mucha-
cho sepa exclamar : Padre y madre,
se quitará la riqueza de Damasco y
el botín de Samaría delante del rey
de Asiria.»
5 Y Yahveh siguió hablándome aún
v diciendo :
eja de que
se habla son
O 1 Y me dijo Yahveh : «Cógete una
° tabla grande y escribe en ella con
estilo de hombre : «A Majer-salal-jas-
baz, 2 y pon3me por testigos fidedig-
nos a Urías, el sacerdote, y a Za-
carías, hijo de Yeberekyahu.» 3 Y me
llegué a la profetisa, y ella concibió
y parió un hijo. E indicóme Yahveh :
">Los Xilüs: o brazos del Nilo. El ta
los egipcios y asidos.
19 Las hoces de los valles : lit., los yall
!0 Navaja alquilada : sarcástica alusión
fuerzas a los reyes asirios. || Del río: e.
I>or «de las vergüenzas».
o 1 Con estilo de hombre : e. d., con «escritura humana» ; en contraposición a escri-
O tura divina, según unos. Según otros, entiéndase escritura alfabética, no cuneifor-
me. Parece lo más acertado interpretar esta «escritura humana» como la corriente
entré el pueblo y por él comprensible, contrapuesta a la escritura sagrada de los
sacerdotes, de caligrafía más arcaica y complicada. || Majer-salal-jas-baz : e. d., «pron-
to saqueo, rápido botín».
' La profetisa : es la mujer de Isaías.
de los escarpados (o barrancos),
la bajeza con que Ajaz había alquilado
del Eufrates. || De los pies: eufemismo
— 1297 —
8<5-i»
ISAÍAS
8 6-20
' «l'or cuanto e.-.le pueblo ha despreciado la> aguas de Siloé, que corren
mansamente,
y se ha derretido por b la altanería de Resíu | y del hjjo de Remalyahu ;
por eso precisamente, el Señor | hará subir sobre ellos | las aguas del río
impetuosas y fuertes :
al rey de Asiría | con toda su potencia.
Y subirá por encima de todos los cauces de sus ríos I
y se desbordará por todas sus márgenes ;
■ e irrumpirá en Judá, | la inundará y sumergirá
hasta que llegue al cuello.
V sucederá que la envergadura de sus alas |
[alcanzará] la plenitud de la anchura de su tierra, | oh Eninianuel !»
" ¡ Exterminad, pueblos, y sed quebrantados, |
y prestad oído, lejanías todas de la tierra !
i Ceñios, y sed quebrantados, | ceñios y sed quebrantados !
| Tomad un consejo y será deshecho, | dad una orden y no subsistirá, |
pues «Dios está con nosotros» ( Immanu-El) !
" Porque así me ha dicho Yahveh, exhortándome, cuando m<- amonestó
que marchase por el camino de este pueblo, diciendo :
12 ¡ No llaméis conjuración a todo lo que este pueblo denomina conjura,
ni tengáis su mismo temor ni os asustéis.
" Sino a Yahveh-Sebaot considerad santo, |
v El sea vuestro temor y vuestro miedo I
" Y servirá de santidad °, I mas de piedra de tropiezo ¡ y roca de traspiés
para ambas casas de Israel, | de lazo y trampa |
para los moradores de Jerusalén.
11 Eu efecto, muchos tropezarán en ellas, | caerán, se' destrozarán, |
se enredarán y serán apresados.
" [Voy a] atar el testimonio [de Yahveh], |
a sellar la ley por medio de mis discípulos,
" y aguardaré a Yahveh, | quien oculta 6U rostro |
a la casa de Jacob, | y esperaré en El.
a Heme aquí a mí y a los hijos
que Yahveh me ha dado como seña-
les y signos en Israel, de parte de
Yahveh-Sebaot, que habita en el
monte Sión. 19 Y cuando os digan :
«Consultad a los espíritus de los
muertos y a los espíritus de adivina-
ción que musitan y susurran — pue*
ciertamente todo pueblo pregunta a
sus manes, y a los muertos [consul-
ta] por los vivos — [responderéis] :
10 ¡ [Creemos en] la ley y el testimo-
nio I» Si no hablan en este sentido,
serán [como] quien no tiene aurora.
0 Esie pueblo : parece señalar al de Israel e indirectamente al de Judá, reo de
igual crimen.
'Las aguas del río: Eufrates. || Su potencia: e. d., su poderoso ejército.
s ¡Oh EmmanuelI : clama al Redentor futuro, a quien consideia >u como dueño
ile la tierra.
0 Exterminad : V «congregaos»; otros, «enfureceos, sed dañinos ..!. Exterminad,
haced todo el mal que queráis a Judá, |oh naciones enemigas de Dios!, que al fin
seréis quebrantadas y vencidas ; sépanlo bien las regiones más apartadas de la tie-
rra, todos los de alejadas tierras.
11 Exhortándome : otros siguen la versión lit. : «al hacerse poderosa la mano»,
e. d., cuando el profeta se sentía fuertemente sostenido e influido por Dios, alusión
quizá a un éxtasis profético.
14 Piedra de tropiezo : San Pedro y San Pablo aplican estas palabras a Jesu-Cristo,
porque, al no creer en El los judíos, se convirtió para ellos eu causa de reprobación.
16 Voy a atar : cuando lo que escribían en las tablillas querían los hebreos que
estuviera secreto, las ataban y sellaban.
Que musitan y susurran : e. d., los que bisbisean y susurran son los conjura-
dores de tales espíritus, por medio de los cuales se manifiestan.
M La interpretación de este v. es dudosa. Otros prefieren considerar « |Por la ley
v el testimonio!» como una *>s-<»Umaeiou del poeta || No tiene aurora: e d., espe-
ranza.
2o8
ISAÍAS
" Y se pasará por ella d, | apesadumbrado y hambriento, |
y por padecerse hambre se estará furioso
v se maldecirá a su rey v a su Dios, |
y se volverá [el ros'tro] hacia arriba, | 55 y se contemplará !a tierra,
v ve ahí terror y oscuridad, | tinieblas y aflicción ; |
pero la tiniebla será rechazada ;
pues no tendrá oscuridad [eterna el país que ahora] está angustiado
Liberación. Nacimiento y reino de! Mesías. Vaticinio
contra Israel
q '..3 En el tiempo primero [Yahveh] causó la ignominia del país de
Zabulón y del país de Neftalí, mas en el último honrará el camino
del mar, la tierra [de] allende el Jordán, Guelil ha-Goyim.
t El pueblo que caminaba en las tiniebla- | vió una gran lnz ;
una luz ha resplandecido sobre |
los que habitaban en_ la tierra de sombras de muerte.
\ Has acrecentado el júbilo a, | has hecho grande el alborozo ;
alégranse por ti | como con la alegría del tiempo de la siega,
como se alborozan | al repartir el botín,
'i Pues su pesado yugo, | el palo de su espalda
v la vara de su preboste | has quebiado como en el día de Madiár.
Porque toda bota militar que taconea con estrépito |
y todo manto manchado b de sangre
serán quemados, | pasto del fuego.
Pues un niño nos ha nacido, | un hijo se nos ha dado,
sobre cuyo hombro está el principado | y cuyo nombre se llamará :
Consejero maravilloso, [ Dios fuerte, | Padre eterno, Principe de la pn;
\ Para acrecentamiento del principado y para una paz sin fin, I
[se sentará] sobre el trono de David y sobre su reino,
a fin de sostenerlo y apoyarlo | por el derecho y la justicia,
desde ahora hasta la eternidad. | El celo de Yahveh obrará esto.
"- [Tria palabra [de castigo] ha enviado el Señor contra Jacob |
y ha caído en Israel ;
21 Por ella : por tierra de JudA.
3 Pues no tendrá...: otros prefieren 1 i acaso no puede tener oscuridad el que...?»,
y sería glosa ; otros siguen T, etc. Todas las interpretaciones son discutibles, y lo es
la que aceptamos.
Q 'jj Todo este v. difiere profundamente en G. || En el tiempo primero: o sea cuando
empezó la deportación a Babilonia, reinando Tiglatpiléser III de Asiria. || É) CAMl
no del mar : identifícasele con la vía maris de los croatas, que comunicaba a Egipto
con Damasco y el valle de Orontes. || Guelil ha-Govim, o distrito de ios gentiles : to
mámoslo como nombre propio con Hempel y otros. En el A. T. indica la parte sep-
tentrional extrema de la Galilea superior, y llamósela ide los gentiles» por el fuerte
contingente extranjero con que contaba su población. San Mateo (4, 13 ss.) aplicó
ote y. a la aparición de Jesu-Cristo en Galilea cuando inició la predicación de la
«buena nueva del reinoi.
* El pueblo que caminaba : esta profecía se cumplió en tiempo de Jesu-Cristo y en
persona, puesto que El llevó a estas regiones la luz del Evangelio y allí empezó
1 predicar.
\ El día de Madián : e. d., cuando Gedeón derrotó a los madianitas y libró de su
vugó a su propio pueblo (Jue. 7, 1 y ss.).
■„ Pues un niño : el nacimiento del Mesías, que aquí se anuncia, es nueva prenda
de la derrota de los enemigos, puesto que la audacia de éstos no puede prevalecer
contra un pueblo a quien es dado el Mesías para establecer su reino perdurable.
Para acrecentamiento dei principado : otros corrigen H : y será grande el prin-
cipado, o como V : tmultiplicabitur ejus imperiumi, s>' multiplicaba su mando
— uqq —
9 9-10 *
ISAÍAS
9 9-10 4
'a conocióla el pueblo entero, I Efraím y los habitantes de Samaría,
[mas dijeron c] en su soberbia | y en el orgullo de su corazón de esta manera :
*\ «¡Si caen los ladrillos, construiremos con piedra labrada ; |
si son talados los sicómoros, los sustituiremos por cedros!»
"10 Mas Yahveh hizo prevalecer a su adversario d contra él |
y a sus enemigos incitó :
"„ Áram a levante y los filisteos a poniente, |
y devoraron a Israel a boca llena.
Con todo esto no se ha aplacado su cólera | y aun está extendida su mono,
"u Ahora bien, el pueblo no se ha vuelto hacia aquel que le bate |
ni han buscado a Yahveh-Sebaot.
H„ Por tanto, Yahveh cortará de Israel cabeza y cola,
palmera y junco en un solo día.
u A saber, el anciano y el noble constituyen la cabeza, ¡
y el profeta que enseña mentira, >a cola.
Y Cos rectores de este pueblo son [sus] extraviadores,
y los gobernados, los extraviados.
ITM Por eso el Señor no se compadecerá e de sus jóvenes ¡
ni de sus huérfanos y viudas se apiadará ;
porque cada uno de ellos es impío y malvado, | y toda boca habla locura.
Con todo esto no se ha aplacado su cólera | y aun está extendida su mano.
"a Pues ha ardido la perversidad como fuego, |
que devora cardos y abrojos,
y prende la espesura del bosque, |
ascendiendo en altos remolinos de humo.
191S Con el furor de Yahveh-Sebaot se conturba la tierra, |
y el pueblo sirve de pasto al fuego :
ya nadie se compadece del otro.
?0I8 Devórase a ¡la derecha y se pasa hambre, ]
se come a la izquierda y no se sacian ;
cada uno devora la carne de su prójimo f.
f20] Manases a Efraím, | y Efraím a Manasés, | y annbos a dos contra Júdá
21 Con todo esto no se ha aplacado su cólera
y aun está extendida su mano.
Amenazas a las autoridades injustas. Vaticinios
contra Asiría
10 1 ' '^-v a.cluel'os <lue decretan leyes inicuas
y de quienes multiplican sus escritos escribiendo vejación,
' para apartar del juicio a los débiles |
y despojar del derecho a los pobres de mi pueblo ;
para que las viudas sean su presa | y saquear a los huérfanos !
s ¿ Ql]c vais a hacer el día del exterminio |
y de la perdición, que viene desde lejos?
¿Hacia quién huiréis buscando socorro | y dónde dejaréis vuestra fortuna?
* Só'.o entre prisioneros caerá uno de rodillas |
y entre asesinados se derrumbarán.
1U„ Si caen i.os ladrillos : era el material con que probablemente se construían las
casas.
"„ Los rectores: otros, «los que llaman feliz» (cf. V).
fflM Cardos y abrojos : se refiere el profeta a los malvados.
10 1 VEJACION : 0 fatiga.
■*-" 4 Sólo... se derrumbarán : este pasaje, corrupto, puede traducirse así, en el sen-
tido de que los tiranos y explotadores perderán su séquito y compartirán la suerte de
los presos y por ellos mismos asesinados. Otros corrigen el texto y vierten : «Belti se
— 1300 —
10 5-7
ISAÍAS
10 5-7
Con todo esto no se ha aplacado su cólera
v aun está extendida su mano.
1 ¡ A y de Assur, vara de mi cólera,
y la' estaca de mi furor 8 está en sus manos s.
* Contra un pueblo impío le remito, |
y contra el pueblo objeto de mi furor le mando,
.Mensajero divino fructificante y el rey Assurnasirpal H. Relieve de alabastro
de Kalaj
para que coja botín 3- haga presa |
y lo convierta en cosa hollada como inmunrlicia de las calles.
' Pero él no piensa así | y su corazón no lo estima de este modo,
>:no que en su corazón encierra intentos de destruir |
y <ie extirpar no pocas naciones.
derrumba, derribado está Osiris», aduciendo 46, 1 ; pero esto parece no encajar en el
contexto. V une esto con el v. anterior y traduce : «... para que no os encorvéis bajo
ta cadena ni caigáis con los asesinos».
•Un pueblo impío : el israelita, que se decía el pueblo de Dios y violaba sus leyes
y hasta daba a veces culto a los ídolos.
7 El : e. d., Asiría, la cual no ve que es un simple instrumento de Dios y va más
allá de lo que se le ordena, por lo cual Dios la destruirá.
— «OI —
10 8-22
ISAÍAS
10 8-22
* Pues dice :
«jNo son mis príncipes todos a una reyes? |
° ¿No son iguales Karkeimis y Kalnó,
o no es Jamat como Arpad, | o Samaria como Damasco ?
" Así como mi mano ha alcanzado | a los reinos de los ídolos
y sus imágenes | eran más numerosas que das de Jerusalén v de Samaría.
" ciertamente como hice a Samaria y sus ídolos,
así haré a Jerusalén y sus simulacros.»
u Y acaecerá que en cuanto el Señor haya acabado toda su obra en el
monte Sión y en Jerusalén, exterminará b el fruto del orgullo del monar-
ca de Asiría y su arrogante altanería. " Pues dice :
Con h fuerza de mi mano lo he hecho |
y con mi sabiduría, pues soy inteligente ;
y he hecho retroceder 0 las fronteras de los pueblos |
y saqueado sus riquezas,
y derribé, como un valiente 4, a los habitantes.
" Mi mano alcanzó como [se alcanza] un nido ¡ la rique/a de los pueblos,
v como se recogen hueros abandonados | he recogido toda la tierra,
sin que hubiera quien moviese las alas | ni abriese la boca v piase
" ¿Se va a vanagloriar el hacha | contra quien corta con ella |
o se enorgullecerá la sierra contra el que la maneja ?
i Como si el palo blandiese a aquel que 0 lo alza, |
como si el bastón levantara a quien no es madera !
'" Por eso el Señor Yahveh-Sebaot enviará |
la consunción a sus bien nutridos miembros,
y bajo su fuerte ejército arderá de cierto ' | como un incendio de fuego
" Y la luz de Tsrael se convertirá en fuego, | y su Santo en llama,
que arderá y devorará sus abrojos | y sus cardos en un día.
" La magnificencia de su bosque y de su huerto | aniquilará totalmente,
v será como el consumirse de un enfermo.
19 Y el resto de sus árboles del bosque serán contados :
nn muchacho podrá apuntarlos
" Y sucederá aquel día que
el resto de Israel y los supervivientes de la casa de Jacob |
no continuarán apoyándose en quien los golpea,
sino que se apoyará en Yahveh,
efl Santo de Israel, con fidelidad.
" TTn resto se convertirá, un resto de Jacob, | al Dios fuerte :
" pues aunque fuera tu pueblo Israel | como la arena del mar,
; sólo] un resto se convertirá ;
está decidido el aniquilamiento, desbordante de justicia.
8 Mis príncipes : los que llevo vencidos. Según olrcs, los servidores de Senaque-
rib, tan ricos y poderosos que parecían reyes.
"¿No son iguales...?; enumeración arrogante de las tierras conquistadas por los
asirios.
a He hecho retroceder LAS fronteras : por haberse apoderado de los países ven-
cidos. || Riquezas: o tesoros; V «príncipes». |l A los habitantes: lit., habitantes;
V «in sublimi residentes» ¡ otros, «los que se sientan» [en solio]...
16 l Se va a vanagloriar...? : aquí responde Dios irónicamente al altivo lenguaje de
los asirios. || Como si el palo blandiese : cf. G : «Preciso es que alguno levante la
verga o el bastón. Y no es así.»
"Sus bien nutridos miembros o su grosura, e. d., su iwJeroso ejército. || Fuerte
ejército : lit., su gloria ; otros, «en lugar de su gordura*.
«Totalmente: lit., desde el alma hasta la carne.
18 Aunque fuera : cumplióse esta predicción en tiempo de Ezequias ; pero San Pa-
los judíos del tiempo de Jesu-Cribto, valiéndose del texto de
— 1303 —
10 23-ll 5
10 26-H5
" Pues exterminio firmemente de-
cidido llevará a cabo el Señor, Yah-
veh-Sebaot, en medio de toda la tie-
rra. M Por ello, así dice el Señor,
Yahveh-Sebaot : «No temas, pueblo
mío, que habitas en Sión, a Asiría,
aunque te pega con la vara y su bas-
tón alza sobre ti a la manera de
Egipto. 56 Pues un ratito más y se
acabará mi s ¡ra, y mi furor [se apli-
cará a] su destrucción.» x Entonces
blandirá Yahveh-Sebaot el flagelo co-
mo el golpe de Madián en la roca
de Oreb, y [extenderá] su vara so-
bre el mar y lo levantará a la ma-
nera de Egipto. * Y sucederá aquel
día que
se apartará su carga de tu hombro
y su yugo de tu cuello, y hasta será quitado
el yugo a fuerza de grasa. 25 Viene contra Ayyat,
pasa a Migrón, | en Mikmás deposita su baga'je.
Atraviesan el Paso [diciendo] : «¡ Gueba es nuestro albergue nocturno !»
Tiembla Ramá, | Guibá de Saúl huye.
" Haz resonar estridente tu voz, hija de Gal-lkn, | escucha, Laisa,
respóndela h, Anatot ! | 51 Huye Madmená,
los habitantes de Guebim escapan, | 82 Todavía está hoy en Nob,
y mueve su mano con amenazas hacia el monte de la hija 1 de Sión,
hacia la colina de Jerusalén.
a He aquí que el Señor, Yahveh-Sebaot, |
descuaja el ramaje con terrible violencia,
y los altos de talla son talados, | y los elevados, derribados ;
M así es talada la espesura del bosque con el hierro, |
y el Líbano con sus cedros cae.
Reino universal y pacífico del Mesías
-i -i 1 Ahora bien, saJdrá un brote del tocón de Jesé |
y un vástago de sus raíces brotará a,
■ y reposará sobre él el espíritu de Yahveh,
t-spíritu de sabiduría e inteligencia, | espíritu de consejo y de fuerza,
espíritu de conocimiento y temor de Yahveh.
3 Y hará reposar en él b el temor de Yahveh ;
no 0 juzgará por lo que vean sus ojos |
ni fallará según lo que oigan sus oídos,
4 sino que juzgará con justicia a los pobres I
y fallará con rectitud para los humildes de la tierra ;
ahora bien, golpeará al tirano con la vara de su boca |
y con el soplo de sus labios matará al impío.
6 Y será la justicia ceñidor de sus Como-
y la verdad cinturón de sus caderas.
-"'Será quiiauo... grasa: palabras casi ininteligibles, que suelen corregirse de muy
diverso modo. V traduce tet coraputrescet iugum a facie olei».
58 Viene contra Ayyat : rápida descripción de la invasión asiría, con frases cortas
que aspiran a imitar el galope de los caballos. Es, en conjunto, profética.
•> El ramaje : lit., la corona (del árbol, o sea sus ramas).
** El Líbano con sus cedros : el ejército asirio, por su número y fuerza.
n1 Saldrá un broif : esto es, de la familia de David, de quien era Jesé padre
Todo este capitulo está consagrado a piutar al Mesías y decir los bienes qu«
I raerá a la tierra.
■ Reposará sobre áL : «hará reposar» o quizá «inspirará» : recibirá la plenitud del
espirita de Dios, con todos sus dones, de modo permanente.
6 Ceñidor de sus lomos: como el ceñidor ayuda a andar con soltura y elegaucia,
«-so mismo harán en el orden moral la justicia y la fidelidad en el Mesfas.
11 6-12 2
ISAÍAS
116-12 2
* Entonces pastará el lobo con el cordero, |
y el leopardo con el cabrito estará tumbado ;
y el ternero y el leoncillo pacerán J juntos
y un muchachuelo podrá conducirlos.
' Vaca y oso pastarán también juntos
y sus cachorros estarán tumbados pacíficamente,
y el león, como una res vacuna, comerá paja.
8 Entonces el niño de pecho jugará junto al agujero del áspid,
v hacia la caverna del basilisco | extenderá su mano el destetado.
Pues no obrarán mal ni causarán daño | en toda mi montaña santa ;
porque llena está la tierra del conocimiento de Yahveh |
como las aguas cubren el mar.
1U Y sucederá aquel día que |
la raíz de Jesé se erguirá, como enseña para los pueblos ;
vendrán a consultarla las naciones, | y su morada sera magnífica.
11 Y acaecerá en aquel día que | el Señor volverá a alzar e su mano
para rescatar al resto de su pueblo | que aun quede de Asiria y Egipto,
ile Patrós, de Etiopía, de Elam, | de Sinar, de Jamat y de las islas del mar
1! Tremolará una enseña para las naciones | *
y reunirá a los dispersos de Israel,
y a los esparcidos de Judá recogerá | de los cuatro extremos .de la tierra
" Entonces cesará el celo de Efraím |
ylos adversarios de Judá serán extirpados.
Efraím ya no envidiará a Judá
y Judá no hostilizará ya a Efraím ;
11 y volarán hacia la vertiente de los filisteos, en dirección al mar ; |
" saquearán de consuno a los orientales ;
Edom y Moab [serán] posesión de sus manos, |
y los hijos de Aromón, sus vasallos.
" Y Yahveh secará ! la lengua del mar de Egipto
y agitará su mano contra el río | con el ardor de su soplo,
y le golpeará, dividiéndolo en siete torrentes, |
y lo hará pasar a pie con sandalias.
" Así habrá una calzada para el resto de su pueblo | que quede de Asiria,
como Qa hubo para Israel | el día que subió de la tierra de Egipto.
Himno de acción de gracias a Yahveh salvador
■i o 1 Y dirás aquel día :
Alábote, Yahveh, porque te has enfurecido contra mí |
y se ha pasado tu cólera y me has consolado.
" He aquí el Dios de mi salvación ; | confiaré y no temeré,
pues mi fuerza y aquel a quien canto a es Yah, Yahveh b, |
y ha sido [para mí] salvación.
0 Mi montaña santa : la de Sión, símbolo de la universalidad del reino.
10 Su morada será magnífica : su muerte, dice San Jerónimo, o su sepulcro, según
otros.
" Volverá a alzar su mano : la alzó primero para librarlos de la tiranía de los egip-
cios y había de alzarla segunda vez para librarlos de la cautividad babilónica. || Que
aun quede de Asiría... : entiéndase de lps deportados a Asiria, etc.
"Tremolará una enseña: la de la cruz. || Para las naciones: los gentiles.
18 Celo de Efraím : del reino de Israel.
" La lengua del mar de Egipto : e. d., el mar Rojo en su parte superior próxima
a Suez. || El río: e. d., el Eufrates. || Con EL ardor de su soplo: o bien, en el
ardor de su espíritu, que prefieren otros.
' V dirás aquel día : cuando volváis de Asir¡«.
-- 1304 —
12 3-13 i»
ISAÍAS
12 3-13 w
•Sacaréis agua con alegría de las fuentes de salvación,
4 y diréis aquel día : | Alabad a Yahveh, invocad su nombre ;
dad a conocer sus acciones entre los pueblos, |
confesad que su nombre es excelso.
' ¡ Cantad a Yahveh, pues ha obrado cosas magníficas ;
conocido sea 0 esto en toda la tierra !
" ¡ Exulta y lanza gritos de jubito, moradora de Sión ; ]
pues grande es en medio de ti el Santo de Israel !
Vaticinio de la caída de Babilonia
i o 1 Oráculo sobre Babilonia que contempló proféiicamente Isaías,
hito de Amos.
5 Sobre un monte pelado izad enseña, ¡ levantad la voz hacia ellos,
abitad la mano para que penetren | por las puertas de los príncipes.
3 «Yo he ordenado venir | a mis santificados,
he llamado también para [descargar] mi ira a mis guerreros, |
mis gozosos espléndidos.»
4 Oigo tumulto en los montes, | a semejanza de un pueblo numeroso ;
oigo ruido de guerra de reinos, | de naciones reunidas :
Yahveh-Sebaot revista | al ejército de guerra.
' Vienen de tierra lejana, | del confín del cielo ;
Yahveh y Cos instrumentos de su ira | para asolar toda la tierra.
" Ululad, pues el día de Yahveh está cercano, |
viene como exterminio del Todopoderoso.
' Por ello todos los brazos desmayan
y todo corazón humano se derrite, |8y están consternado:...
Apodéranse de ellos espasmos y dolores, |
se estremecen como una parturienta ;
míranse extrañados unos a otros ; | sus rostros son rostros de llamas.
"He aquí que viene el día 4e Yahveh, implacable, |
con furia y ardor de cólera,
a fin de convertir la tierra en desolación |
y extirpar de ella a los pecadores.
10 Porque las estrellas del cielo y sus constele ciones |
no hacen brillar su luz ;
se ha oscurecido el sol en su orto | y la luna no deja lucir su luz.
3 Sacaréis agua : promesa de gracias abundantes de salvación por los méritos dé
Cristo.
4 Invocad : o bien, proclamad.
6 Moradora de Sión: habitantes de Jerusalén, residencia del rey, símbolo del reinn
espiritual del Mesías. || El Sanio de Israel: el conocimiento del Santo de Israel,
dado al mundo por la predicación de los apóstoles, es el que trae la salvación a los
pueblos.
-| O -' Izaii enseña : convoca Dios el ejército que ha de ejecutar sus designios de
castigo. || Las puertas de los príncipes : las de Babilonia, de cuvas cien puertas
habla Herodoto.
3 Mis GOZOSOS espléndidos: o bien, mis guerreros que exultan magníficos, los cua-
les han sido destinados a concluir con Babilonia ; o sea los medos y persas.
4 En los montes Zagros, por donde debían llegar los persas para la destrucción del
imperio babilónico.
" Como exterminio o destrucción, o bien con violencia extraordinaria.
7 Todos los brazos desmayan : lit., todas las manos se aflojan, e. d., todos pierden
el valor.
s Y están consternados... : créese faltan algunas palabras : todos los pueblos de la
tierra o algo semejante. G añade «los ancianos». || Rostros de llamas: e. d., enroje-
cidos por la emoción y el miedo.
10 Las estrellas del cielo : parecidas señales precederán a la última venida de Jesu-
cristo gara anatf matizar a los reprobos, figurados aquí por la impía Babilonia.
— 1.^05 —
ISAÍAS
13 11-144
" Y castigaré en el orbe su » maldad | y en los impíos su culpa
Pondré fin a la soberbia de los orgullosos, |
y la altivez de Jos tiranos humillaré.
" Haré a los hombres más escasos que oro fino |
y al mortal más que el oro de Ofir.
1S Por eso haré temblar los cielos | y se conmoverá la tierra en su sitio,
por la furia de Yahveh-Sebaot | y él día del ardor de su cólera.
" Y ocurrirá entonces como con "una gacela ahuyentada |
y cual con el ganado menor que nadie recoge :
cada uno se volverá a su pueblo \ y cada uno huirá a su país.
" A todo efl que sea hallado se le matará, |
y todo aquel a quien se coja caerá a filo de espada ;
" y sus niños serán despedazados | a sus propios ojos ;
serán saqueadas sus casas | y sus mujeres serán deshonradas.
" He aquí que yo excito contra ellos | a los rnedos,
los cuales no paran mientes en la plata | ni se complacen en el oro
'" Y las flechas a [sus] muchachos traspasarán b
y no se compadecerán del fruto del vientre, |
ni 0 a los niños perdonará su ojo.
" Y será Babel, la joya de los reinos, ¡ el soberbio ornato de los caldeo?
-enrejante a la destrucción causada por Dios | a Sodoma y Gomorra
" No será jamás habitada | ni poblada a lo largo de las genefaciories
Ningún árabe plantará allí su tienda
ni los pastores recostarán allí [los rebaños] ;
:' sino que yacerán allí los animales del desierto, |
y sus casas estarán llenas de buhos,
v morarán en ella los avestruces | y los sátiros brincarán allí.
Y gritarán d fieras ululantes en sus c alcázares |
y chacales en sus palacios de placer ;
'M pues está a punto de llegar el momento | y sus días no se aplazarán
Liberación de Israel y canto triunfal por la caída de
Babilonia. Vaticinio sobre Aciria y el país filisteo
i ¿y l'l Porque Yahveh se compade-
cerá de Jacob y elegirá de nue-
vo a Israel y le hará reposar en su
terruño ; el emigrante se adherirá
asimismo a ellos y se asociará a la
casa de Jacob. 2 Y los pueblos los co-
cerán y los llevarán a sus lugares,
v la casa de Israel se los apropia-
rá como esclavos y esclavas en la
tierra de Yahveh, de suerte que cau-
tivarán a sus cautivadores y subyu-
garán a sus tiranos. ' Y sucederá que
el día en que Yahveh te conceda re-
poso de tu fatiga y tu intranquilidad,
así como de la dura servidumbre a
que se te sometió, * proferirás esta
sátira sobre el rev de Babilonia, v
dirás :
11 Castigaré : Yahveh toma de nuevo la palabra.
'-' Ofir : en el sudeste de Arabia, según se eret .
11 Como una gacela: habla del ejército caldeo. || Cada üno : de los pueblos aliados
.i los babilonios.
20 No será jamás habitada : sólo algunos siglos más tarde se cumplió esta predicción,
\ pudo Estrabón decir que la gran ciudad se habla convertido en un gran desierto
a No se sabe a ciencia cierta qué animales serían los de que habla aquí la Sagrario
Escritura. Los más de los intérpretes piensan que se trata de los chacales y de
los lobos.
-i A 1 El emigrante se adherirá : se convertirá al Dios de Israel. Alusión a los ticin
-l-^"1 pos mesiánicos.
2 Los cogerán y los, elevarán.. : o sea, que los babilonios y otros pueblos paganos
no sólo dejarán partir a los israelitas, sino que los conducirán, acompañándolos, a su
patria Esta profecía se cumplió en tiempo de Ciro
- ncé -
14
ISAÍAS
14 6-23
j Cómo ha acabado el tirano | y se ha concluido la tiranía l
0 Ha roto Yahveh el palo de los impíos, | la vara de los dominadores,
' que batía a lo» pueblos con furor, | golpeando sin cesar ;
que pisoteaba con furia naciones,
hollando sin miramientos.
' Ahora reposa descansada toda la tierra ; | exultan de júbilo.
1 Hasta dos cipreses se alegran de ti, | los cedros del Líbano :
«Desde que yaces muerto [dicen] | no sube contra nosotros leñador »
■ El scol, abajo, conmuévese por tu causa, | al topar con tu llegada ,
los espíritus de los muertos se agitan por ti, |
todos los potentados de la tierra ;
hace levantarse de sus tronos ] a todos los reyes de las naciones
Todos ellos alzan la voz | y te dicen :
«También tú te has debilitado como nosotros, |
a nosotros te has hecho semejante.
'' Ha descendido al seol tu esplendor, ¡ el susurro de tus arpas
Bajo ti hace cama la gusanera, | y gusanos son tu cobertor.»
a ¿ Cómo has caído dal cielo, | estrella rutilante, hijo de la aurora,
[y] fuiste arrojado a tierra, | tú que derribabas a las a naciones ?
" Pues tú dijiste en tu corazón : ( Al cielo subiré,
por encima de las estrellas de Dios | elevaré mi trono,
y me sentaré en el monte de la asamblea,
en lo más recóndito del septentrión ;
14 escalaré las alturas de las nubes, | me igualaré al Altísimo.
l~* Por el contrario, al scol has sido precipitado, | al hondón de la fosa.
" Los que te ven unirán, | contémplame atentamente [pensando] ;
¿ Es éste el hombre que hacía temblar la tierra, | que conmovía los reinos ;
17 el que dejó el orbe como un desierto | y destruyó sus ciudades ;
el que a sus prisioneros no abría la prisión? b |
16 Todos los reyes de las naciones,
todos ellos reposan con honor, | cada uno en su morada ;
" pero tú eres lanzado lejos de tu sepulcro, | como un brote despreciable,
rodeado de asesinados, de atravesados por la espada, |
como un cadáver pisoteado.
[Con] 0 Jos que bajan a tumbas de piedra •',
-'"con ellos no te reunirás en la sepultura,
pues asolaste tu tierra | y a tu pueblo asesinaste.
No ha de nombrarse nunca jamás I la semilla de los impíos.
P" Preparad para sus hijos un matadero | por la iniquidad de sus padres ;
no se levanten y se adueñen de la tierra]
ni llenen de ciudades la faz del orbe.
~ Pues me alzaré contra ellos, de
clara Yahveh-Sebaot, y extirparé de
Babilonia nombre, resto, retoño y
vástago, declara Yahveh. 28 Y la con-
vertiré en posesión de los erizos y
en pantanos de agua y la barreré con
la escoba de la destrucción, afirma
Yahveh-Sebaot.
a Estrella rutilante, hijo de la aurora : e. d.„ Venus. V «Lucifer qui inane
oriebaris», de donde nació el dar ese nombre al demonio, pues algunos Santos Padres
aplicaron el pasaje a la caída del ángel rebelde.
18 Monte de la asamblea: e. d., la morada de los dioses u Olimpo de la mitología
babilónica, que este pueblo situaba sobre la montaña Aralu, en el extremo septentrio-
nal (cf. Sal. "a, t ; Ez. 28, 14-16).
"Me igualaré al Altísimo: los reyes de Babilonia, Asiría y otras naciones" se
creían encarnaciones de la divinidad.
18 De tu sepulcro: Kit 1. sin sepultura. || Como brote: hebr. kenéser 'renuevo';
otros, «rama» ; GAHi 1. ncscl «sanies polluta, carne podrida...» ; otios 1. «abortó»
(cf. SymT) ; Kit anota que H «siguificat nomen N-b-k-d-n-s-r. || A tumbas de pie-
dra : o también (más lit.) «a (las) piedras de (la) fosa».
21 Preparad tara sus hijos : profecía que se cumplió al pie de la letra, pues Balta-
sar fué el último rey caldeo. || Ciudades: otros corrigen H y Icen «ruinas.
M De ios frizos : comunes en la desembocadura del Eufrates
14 24-15 5
ISAÍAS
14 2±-15 5
w Yahveh-Sebaot ha jurado en estos términos :
En verdad, como lo he imaginado así sucederá, \
y como lo he decidido así se se cumplirá :
m destrozar a Asiría en mi tierra | y que sobre mis montaña* la pisotee.
Así se apartará de sobre ellos su yugo |
y su carga de sobre su hombro se apartará también.
50 Esta es la decisión tomada para toda la tierra |
y tal es Ca mano extendida sobre todas las naciones.
m Cuando Yahveh-Sebaot toma una decisión, ¿quién puede quebrantarla?
Y su mano exteridida, ¿ quién podrá retirarla ?
" En el año de la muerte del rey Ajaz tuvo lugar el siguiente oráculo :
2" No te alegres, ¡oh Filistea toda!, |
porque haya sido rota la vara de quien te golpeaba ;
pues de la raíz de la serpiente saldrá un basilisco |
y su fruto será un áspid volador.
Y se apacentarán en mi dehesa d los indigentes |
y los necesitados se tumbarán en segundad ;
mas a tu raíz la haré morir de hambre f y a tu resto mataré".
" Aulla, puerta ; grita, ciudad ;
tiembla aterrada, Filistea toda ;
pues desde el septentrión viene humo
y no hay quien se separe de sus asambleas.
i¿ Y ¿ que se contestará | a los mensajeros del gentil ?
Que Yahveh ha fundado a Sión |
y en ella se refugian los pobres de su pueblo.
Oráculo contra Moab
i r 1 Oráculo sobre Moab.
¡ Ciertamente, de noche* fué asolada, | fué destruida Ar-Moab !
1 Ciertamente, de noche fué asolada, | fué destruida Quir Moab !
2 La hija de Dibón ha subido b | a las alturas para llorar
sobre Nebó, y sobre Medebá | ulula Moab.
En todas sus cabezas hay calva | y toda barba está pelada.
3 En sus calles se ciñen de saco, | sobre sus terrados
y en sus plazas todos dan alaridos, | dando rienda suelta al llanto.
5 También gritan Jesbón y Elalé : | hasta Yahas se oye su voz.
Por eso chillan los soldados 0 de Moab ; | su ánimo se les acobarda.
6 Mi corazón clama por Moab.; !
sus fugitivos llegan hasta Sóar, la tercera Eglat.
"En mi tierra : en Palestina.
20 DE la serpiente: según la generalidad de los comentadores, esa serpiente es
Ajaz, y ese basilisco, Ezequías.
«A i! resto : los filisteos, atacados por los asirios y por Alejandro hasta desapa-
recer su nombre.
31 Puerta... ciudad : los magistrados que se sentaban a la puerta de la ciudad y el
pueblo. || De sus asambleas : otros corrigen H y traducen ade sus columnas», «de
sus filas».
32 A los mensajeros fenicios enviados a Jerusalén para concertar una alianza de-
fensiva.
-J pr 8 Mí corazón clama: da lástima; y eso mismo hacen los ministros del Señor
cuando anuncian a los pecadores la cólera divina, afligiéndose y no alegrándo-
se. |l La tercera Eglat : o bien, Eglat la triple (o sea tres localidades de ese nombre i ;
trátase, al parecer, de una determinación toponímica ; pero, por lo general, se supri-
me, considerándolo glosa tomada de Jer. .j8, ^. Cf. V. : avitulam contemantem», be-
cerra de tres años...
— 1308 —
15 ^16 a
ISAÍAS
15 6-16 :i
Ciertamente, por la cuesta de Lujit | se asciende con llanto ;
en verdad, por el camino de Joronáyim | lanzan d gritos de perdición.
" Ciertamente, las aguas de Ximrim | se trocarán en yermo ;
en efecto, se secará la hierba, 1 se consumirá el verde tierno |
v no habrá verdor.
1 Por esc lo ahorrado que reunieron 6 | y lo atesorado,
llévenlo al otro lado del torrente de los álamos.
1 Pues el clamor da la vuelta | al territorio de Moab :
hasta Egláyim llega su lamento | y hasta Beer-Elim su lamentación.
' Porque las aguas de Dimón están llenas de sangre,
en verdad aun pondré más [desgracia] sobre Dimón :
.i los que escapen de Moab [les echaré] un león |
y también a los restos de la tierra.
S'avío asuio
Prosigue el vaticinio contra Moab
T f. 1 Enviad corderos | [al] soberano del país,
de Sela al desierto [hacia la montaña de la hija de Sión.
3 Y ocurrirá que como pájaro volador, | como nidada espantada,
serán las hijas de Moab | en los vados del Arnón.
1 ¡Ofrece a un consejo, | toma * una resolución!
¡ Haz a tu sombra como la noche i en pleno mediodía,
esconde a los fugitivos | y no descubras al que huye !
; Torrente de los álamos : otros, «sauces» ; parece tratarse del Sared (Núrn. 2i, L2),
frontera meridional de Moab, el actual Wadi-el-Jesa, que desemboca en el mar Muerto.
• Les eciiaré un león : ese león es Xabueodonosor, enviado contra Moab después de
Salmanasar. Según otros, San Jerónimo entre ellos, se trata de verdaderos leones que
devastaban aquella tierra. || De la tierra: o país; G traduce «de Adamá« ; también
prp. de «Edom».
"í ft 1 Enviad CORDEROS... : es una invitación (ajena o propia) a que los fugitivos de
Moab, pasada la frontera de su país, se ganen el favor del soberano del territa-
rio, enviándole el tributo que otrora pagaban al rey de Israel (cf. 2 Re. 3, 4). V y otros
vierten : «Envía, Señor, el cordero al dominador de la tierra...» G difiere bastante :
Enviaré como serpiente sobre la tierra. La montaña de Sión, mi hija, ¿ no es una
roca desierta ?
* Oerece un consejo : la interpretación que parece más conforme al texto mira éste
como lenguaje dirigido a Judá por los moabitas ; como si dijesen : Aconsejadnos en
nuestra desgracia y tratadnos con justicia.
— 1309 —
ISAÍAS
' Hospédense iu ti | los fugados de b Moab,
sé i-:ira ellos cobijo | ante el destructor,
pues cuando se haya puesto fin al opresor e, | haya terminado la asolación
y haya exterminado del país al pisoteador,
s será erigido por la benevolencia un trono |
y en el se sentará, con fidelidad, en la tienda de David,
el que juzga y va en pos del derecho | y está versado en la justicia.
' Hemos tenido noticia de la soberbia de Moab, | orgulloso en extremo ;
su soberbia, su altivez y su arrogancia ; y d no son rectas sus habladurías:
: Por eso Moab dará alaridos a Moab, | todos darán alaridos ;
suspiraréis °, en verdad, abatidos, ¡ por las tortas de uvas de Ouirjaiései
1 Porque las viñas de Jesbón están marchitas, | la cepa de Sibrñá.
Los señores de los gentiles | han quebrado sus mejores racimos ;
¡legaron hasta Jazer, | erraron por el desierto ;
sus sarmientos se expandieron, | pasaron el mar.
' Por eso lloraré con el llanto de Jazer | a las cepas de Sibmá ;
te empaparé con mis lágrimas, | Jesbón y Elalé,
pues sobre tu verano y sobre tu cosecha | caía el ¡hcdadl [del lagarero j
"' Mas ya la alegría y el júbilo | se han retirado del huerto
y en las viñas no se dan gritos de alborozo |
ni f se lanzan voces de contento ;
vino en los lagares no pisa el lagarero, | ha enmudecido g el ¡hedad
" Por eso mis entrañas suenan por causa de Moab como un arpa,
y mi interior por Quir-Jares.
12 Y sucederá que cuando Moab .se deje ver, |
cuando se esfuerce Moab en la colina
v llegue a su santuario para orar, | no podrá.
'•* Tal es la palabra que entonce» despreciada la magnificencia de
pronunció Yahveh acerca de Moab Moab con toda su turbamulta ; y el
1 Pero ahora ha hablado Yahveh en residuo será muy poca cosa, no será
estos términos : En tres años, como poderoso,
en los años de un jornalero, será |
Oráculo contra Damasco. Conversión de Israel
y aniquilamiento asirío
i n 1 Oráculo sobre Damasco.
* He aquí que Damasco dejará de ser ciudad |
y se convertirá en a un montón de ruinas,;
•' quedarán abandonadas las ciudades de Aroer ; | serán para los ganados,
que se tumbarán allí y no habrá quien los espante.
8 Además desaparecerán la fortaleza de Efraím, f el reino de Damasco
y el residuo de Aram ; | les ocurrirá como a la gloria de los israelitas,
declara Yahveh-Sebaot. | 4 Así, pues, aquel día sucederá
"- Será erigido un iko.no : habla de Ezequías, y, según San Jerónimo y otros
radies, del Mesías, a quien parecen convenir mejor las cosas que aquí se dicen.
v IHedad! : exclamación de júbilo de los lagareros israelitas.
10 Huerto : V «Carmelo».
12 En la colina : en la colina destinada a los sacrificios del culto.
11 Años de un jornalero : e. d., años fatigosos o de lucha, o, según otros, tres
años justos y precisos, pues el mercenario no trabaja más. || No serí poderoso: o
bien, será impotente.
-J <7 1 El oráculo contenido en este capítulo no se dirige sólo a Siria, siuo a Israel,
-*- ' unido a ella con frecuencia.
2 Las ciudades de Aroer: otros (así Kit) modifican e! texto v traducen: tser,in
i nnil i i i./.i, sus ciudades para siempre», pero es dudoso
17 W
que la gloria de Jacob se consumirá |
y la grasa de su carne se enflaquecerá.
: V acontecerá como cuando el segador b coge !a mies |
y su brazo .siega las espigas ;
será también como el que recoge espigas | en el valle de Refaím.
' Quedará, pues, en él solamente un rebusco | como ai-varear el olivu :
sólo dos o tres bayas quedan | en lo sumo de la copa,
cuatro o cinco en ¿as ramas del c frutal, | declara Yahveh, Dios de Israel.
Pibujo de Layará de un relieve del palacio de Kimrud (época ¡le Téglál
Hallazgos egipcios y egeos de Guézrr y Taanaj
' Aquel dia el hombre volverá la
vista a su Creador y sus ojos mira-
rán al Santo de Israel ; 8 mas no tor-
nará la vista a los altares, obra de
sus manos, ni mirará a lo hecho por
sus dedos, a las ascrás ni a las co-
lumnas solares.
Porque olvidaste al Dios de tu salvación |
y no te acordaste de la roca de tu refugio.
Por ello plantaste huertos encantadores |
y los sembraste de pies de cepa extranjera ;
I el día que la plantaste la cercaste |
y en la mañana de tu plantación la hiciste dar cierne.».
Pero se te escapó e la cosecha el día de la herida | v del dolor incurable
"En aquel día tus ciudades queda-
rán abandonadas d, como Lis abando
nadas de los jivvcos y amórteos 6
que abandonaron ante los hijos de
Israel, y habrá desolación.
* Un REBUSCO : lo poco que quedará de Israel, de donde saldrá el Salvador.
s Aserás : eran, como vimos reiteradamente, troncos de árbol erigidos junto al
altar como símbolo de antiguo culto en el bosque sagrado o de la diosa Astarté. || Co-
lumnas solares : hebr. jammanim, eran massebás o cipos, estelas o pilares en
honor del Dios Tiaal-jammán.
10 Huertos encantadores : tal vez jardines de bella traza destinados al culto de
Adonis, de origen fenicio-sirio.
"Cercaste: otros «hiciste cercar.. || Herida: o enfermedad, aflicción (¿I, maja
Mfl: V «heredad.
17 12-I8 «
ISAÍAS
17 12-18 6
,: ¡ Ay, estruendo de muchos pueblos I | Braman como el bramido del mar ,
y zumbido de naciones, como el zumbido ¡ de impetuosas aguas zumban ■
" * Y le responderá y huirá lejos
y será lanzado como el tamo a los montes por el viento, |
y como ruedas por el vendaval.
" Por la tarde habrík terror, | mas antes de la mañana ya no está ;
tal es la parte [que les toca] a quienes nos saquean, |
la suerte de los que nos despojan.
A los embajadores de Etiopía
1 O ' ¡ Ay de la tierra del zumbido de alas |
que está al ¿tro lado de los ríos de Kus,
2 la que envía mensajeros por el mar |
y en canoas de juncos sobre las aguas !
Id, veloces mensajeros, | a la nación de elevada talla y brillante piel,
al pueblo temido | ahora y desde siempre, |
a la nación que patalea y pisotea,
cuya tierra surcan ríos.
' ¡ Habitantes todos del orbe | y moradores de la tierra :
cuando se alce la enseña en los montes, mirad ; |
cuando se taña la trompa, escuchad !
4 Pues así me ha dicho Yahveh : |
«Me quedaré en calma y contemplaré desde mi morada,
como calor ardiente al brillar el sol, |
cual nube de rocío en el calor de la siega.»
" Pues antes de la vendimia a, cuando ha pasado la floración
y la cierna se convierte en agraz que va madurando,
corta los sarmientos con la podadera |
y quita los retoños, los arranca.
fi Serán abandonados todos de consuno a las aves de rapiña
de las montañas, | y a las alimañas de la tierra ;
y pasarán sobre ello el verano las aves de rapiña |
y todas las alimañas de la tierra sobre ello invernarán.
12 Estruendo de muchos pueblos: tenían los asirios costumbre de alistar en sus
ejércitos soldados de todos los pueblos tributarios.
13 Ruedas: trátase de las formadas por los tallos y hojas de la alcachofe silvestre,
eme, así enrollados, son arrastrados y hechos rodar en Palestina por el viento en
grandes cantidades.
w Ya no está : e. d., el enemigo.
-1 o 1 Del zumbido de ai.as : alude a tos enjambres de insectos que en Etiopía
J-O abundan.
2 El mar : trátase del Nilo, llamado así ampulosamente. || QUE patalea: lit., del
pataleo. Trátase de una expresión muy diversamente interpretada. Otros la vierten
como «fuerza muscular», pero parece más probable se trate de una onomatopeya (cían,
qan) referida al ruido de los pies de las tropas etiópicas.
3-1 La enseña plantada en los montes y el tañido de la trompa indicarán a los
hombres que Dios va a intervenir, para destrozar a los asirios. Pero Yahveh espera
tranquilamente hasta que llegue el momento. La calma mayestática de la divinidad se
compara al andar del sol de verano, aparentemente tranquilo, y a la nube, que en
el ardor de la siega queda suspendida, sin llegar a descargar (Fischer). Es como
neblina que descarga una llovizna casi invisible.
3 La viña representa a los asirios. Cuando llega el tiempo de la madurez, o sea
del juicio de Dios, es cruelmente podada por el vendimiador, que es Yahveh.
6 Sobre ello : es tan grande el número de cadáveres asirios que cubre el campo,
que las hienas y ayes de rapiña pueden comer de ellos todo el verano y el invierno
— 1312 —
18 "-19 «
ISAÍAS
18 "7-19 13
: En aquel tiempo se llevarán pre-
sentes a Yahveh-Sebaot [por] el pue-
blo de elevada talla y bruñida piel,
por el pueblo temido ahora v desde
siempre, nación que^ patea y pisotea,
cu va tierra surcan ríos, a la sede del
nombre de Yahveh-Sebaot, al mon-
te de Sión.
Vaticinio sobre Egipto
-i q 1 Oráculo sobre Egipto :
He aquí que Yahveh cabalga | sobre nube ligera y viene a Egipto.
Y estremécense los íddlos ¡ egipcios ante El,
y el corazón de Egipto se derrite en su interior.
: Entonces aguijonearé a Egipto contra Egipto ¡
v lucharán los unos contra los otros,
cada uno contra su prójimo, | ciudad contra ciudad, i reino contra reino.
3 Trastornado será el espíritu de Egipto en su interior |
y su plan desbarataré.
Entonces buscarán a los ídolos, a los hechiceros, |
a los espíritus de los muertos y a los adivinos.
* Mas yo entregaré a Egipto ¡ en nianos de duro dueño,
y un rev severo imperará sobre ellos, | declara el Señor, Yahveh-Sebaot.
5 Y agotaráse el agua del mar | y el río se secará, quedará seco.
* Y apestarán las corrientes, | menguarán y se secarán los ríos de Masor,
cañas y juncos se mustiarán.
''Se secará todo el carrizo* a la orilla del Nilo,
y todo campo sembrado junto al Nilo |
se secará también, será barrido por el viento y dejará de ser.
8 Y suspirarán los pescadores y se lamentarán |
todos los que echan en el río el anzuelo,
y los que extienden la red | sobre el agua se afligirán.
v Entonces quedarán confusos los que trabajan eíl lino, \
los que rastrillan b el cáñamo y los tejedores palidecerán c ;
10 sus tejedores d estarán abatidos ; | todos los jornaleros, tristes de ánimo
11 En verdad locos son los príncipes de Soan ; |
los sabios consejeros del Faraón | son de necio consejo ;
¿ cómo vais a decirle al Faraón : | «De sabios soy hijo, |
de reyes de la antigüedad» ?
" ¿ Dónde están, pues, tus sabios ? I Que te informen y manifiesten
lo que ha resuelto Yahveh-Sebaot sobre Egipto.
13 Necios son (los príncipes de Soan, | atontados están los príncipes de Xof ;
extravían a Egipto ¡ los jefes e de sus tribus.
7 El pueblo : los egipcios. Los antiguos intérpretes cristianos ven en este pasaje
el anuncio de conversión de los etíopes a la religión cristiana, que comenzó con el
bautismo del eunuco de la reina de Etiopia referido por San Lucas en Ac. 8, 27.
-j Q 1 Sobre nube : ordinario vehículo en que Dios baja a la tierra.
■L*? ' Del mar : vid. 18, 2, nota. G traduce : «V los egipcios beberán el agua próxima
al mar, porque el río.... |j El río : e. d., la corriente del Nilo.
6 Masor : es designación íjoctica de Egipto. Los ríos de M. son los afluentes y
canales del Nilo.
5 Suspirarán los pescadores : por la sequía del Nilo, cuya pesca era abundante
y cara.
9 El lino : era una de las principales producciones de Egipto, utilizado sobre todo
por los sacerdotes y para envolver las momias.
" y »» Soan : o sea Tanis.
" Nof : Menfis.
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19 H-20 2
ISAÍAS
19 14~20 4
H Ha mezclado Yahveh en su interior | un espíritu de confusión
y descarrían a Egipto en cuanto hace, |
como tambalea un ebrio en su vómito.
16 Así no habrá para Egipto obra alguna
que pudiera llevar a cabo | como cabeza y cola, | palmera y junco.
16 Aquel día será Egipto como las
mujeres : se asustará y se horroriza-
rá ante la mano agitada por Yah-
veh-Sebaot, que éste blandirá sobre
él. " Y la tierra de Judá servirá en-
tonces de terror a Egipto. Siempre
que alguien se Ja traiga a la memo-
ria, se horrorizará ante la decisión
de Yahveh-Sebaot, tomada sobre él.
18 Aquel día habrá cinco ciudades
en el país de Egipto que hablarán
la lengua de Canaán y jurarán por
Yahveh-íSebaot ; «ciudad de la des-
trucción» f se la llamará a una de
ellas.
" Aquel día tendrá Yahveh un al-
tar en medio de la tierra de Egipto
y una ntassebá junto a la frontera
tendrá Yahveh. 20 Y servirá de señal
y testimonio para Y~ahveh-Sebaot en
la tierra de Egipto ; cuando clamen
a Y^ahveh ante los opresores, les en-
viará un salvador que litigará por
ellos y los librará. a Así, pues, Yah-
veh daráse a conocer a los egipcios,
y los egipcios conocerán a Yahveh
aquel día, y harán sacrificios y obla-
ciones y formularán votos a Yahveh
y los cumplirán. ~ Y golpeará Yah-
veh a Egipto, mas tan sólo para en
seguida curarle, y se convertirán a
Yahveh, que se les aplacará y los
sanará.
23 Aquel día habrá una calzada de
Egipto a Asiria, y los asirios irán a
Egipto y a Asiria los egipcios, y
Egipto con Asiria servirán [a Yah-
veh].
M Aquel día Israel será el tercer
[aliado] con Egipto y Asiria, una
bendición en medio de la tierra,
25 por cuanto Yahveh-Sebaot lo ha
bendecido en estos términos : «¡ Ben-
dito sea mi pueblo, Egipto, y la obra
de mis manos, Asiria, y mi heredad,
Israel !»
Vaticinio simbólico de la caída de Egipto y de Etiopía
c\f\ 1 El año en que Tartán llegó a
Asdod, cuando le envió Sargón,
rey de Asiria, y la venció y conquis-
tó, ' en aquel tiempo habló Yahveh
por medio de Isaías, hijo de Amos,
diciendo: «¡Ve y desata el saco de
sobre tus lomos y quita tus sandalias
de tus pies !» ; y él así lo hizo y ca-
minó desnudo y descalzo.
3 Entonces dijo Y'ahveh : «Así como
mi siervo Isaías ha caminado desnu-
do y descalzo durante tres años s
— señal e indicio [es esto] contra
Egipto y contra Etiopía — , 4 así con-
ducirá el rey de Asiria a los cautivos
de Egipto y a los deportados de Etio-
pía, niños y ancianos, desnudos y
descalzos y con las posaderas al ai-
* Aquel día... : e. d., Egipto no será capaz de emprender contra ]n< abrios acción
conjunta alguna, llevada a cabo por todo el pueblo unido. G vertió : «Y los egipcios
no harán nada que tenga cabeza y cola, principio y fin.» ¡| La mano «(sitada: lit., la
agitación de la mano.
n De terror a Egipto : será la Judea terror para los egipcios por causa de Jesu-
cristo, que nacerá de ella y derribará sus ídolos (San Cirilo). || SIEMPRE que... ; siem-
pre que alguien haga a Egipto acordarse de Judá, Egipto se horrorizará, por pensar
cuán terrible será la decisión que Yahveh ha tomado sobre él si tan dura ha sidi>
la tomada sobre Judá (Fischer).
58 Aquel día : predicción de la conversión de Egipto a la fe cristiana, llevada a
cabo por San Marcos. Heliópolis fué el centro de un gran movimiento cristiano.
23 Egipto con Asiría : otros, con traducción sólo aparentemente más obvia, vierten
«y Egipto servirá a Asur» ; pero ello contradice al contexto.
orv 1 Tartán : era el nombre que daban al capitán general del ejército asirio, pri-
mero después del rey y jefe del estado mayor.
• Señal [fs esto] : una calamidad de tres años afligirá a Egipto y Etiopía.
— 1314 —
20 5~ 21 11
ISAÍAS
20 5-21 11
re b, oprobio para el Egipto. ' Y se
espantarán y abochornarán por Etio-
pía, su esperanza, y por Egipto, su
orgullo. * Y dirá el habitante de esta
costa aquel día: «Mira, así le ha su-
cedido a lo que era nuestra esperan-
za y a aquello adonde huímos bus-
cando auxilio y salvación ante el rey
de Asiria, pues ¿cómo podremos es-
capar nosotros ?»
Oráculos contra Babilonia, Idumea y Arabia
t\-t 1 Oráculo sobre «el desierto del mar» :
Como tempestades | que atraviesan el Négueb,
así viene del desierto, | de tierra espantosa.
- Dura visión | me fué revelada :
el ladrón roba | y el destructor destroza,
i Sube, Elam ; | asedia, Media !
A todo suspiro | pongo fin.
* Por eso están llenos | de convulsiones [de horror] mis ríñones ;
dolores han hecho presa en mí, | como los dolores de parturienta ;
agobiado estoy de oír [lo que oigo], | horrorizado de oír [lo que oigo]
4 Vértigos siente mi corazón, | terror me sobrecoge ;
la noche, otrora a mí deliciosa, | me la ha trocado en espanto.
"Se dispone la miesa, | se extienden tapices, I se come y se bebe.
¡ Levantaos, príncipes, [ aceitad el escudo !
* Pues así me ha dicho | el Señor :
«Ve y pon un vigía | que lo que vea anuncie ;
* y sí ve troncos de tiro, | parejas de caballos,
tiros de asnos, | tiros de camellos,
preste atención, | mucha atención.»
' Y clamó como un león a :
«De guardia estoy, | Señor, | continuamente de día,
v en mi puesto de centinela | estoy colocado ] en todas las horas nocturnas »
4 V he aquí que llegó un hombre montado | en una foiíja de caballos,
y tomó la palabra y dijo : «¡Ha caído, | ha caído Babel
v todos los ídolos de sus dioses | han roto contra el suelo!»
™ Trilla mía, | hijo mío de la era,
¡o que he oído | de Yahveh-Sebaot,
Dios de Israefl, | os he comunicado.
u Oráculo [sobre] Edom :
l'no me grita desde Seir :
«Centinela, ¿ qué hora es de la noche ? |
Centinela, ¿ qué hora es de la noche ?»
6 Dk está costa : la Palestina, <iue trataba de aliarse con Egipto.
O-J 1 DESIERTO DEL UAR : por tratarse de Babilonia resulta oscura esta expresión.
-6iX- Podría pensarse que este mar se refiere al Eufrates, así como en 18, 2 ; 19, 5,
y 27, 1, al Nilo. Otros ven en yam el resto de un verbo con el que empezaría el orácu-
lo. Otros corrigen y vierten: «Oráculo sobre la estepa de los animales del desierto*, etc.
4 La noche... : V «Babilonia, mi dilecta».
■ Se dispone u mesa : predicción del banquete de Baltasar y de la terrible noche
en que Babilonia fué tomada.
' Si ve troncos i>e tiro, parejas de caballos (o caballos por parejas)... Cf. V:
«Y vio un carro conducido por dos caballeros...»
n Trilla mía : o trillado, e. d., maltratado pueblo mío. Era costumbre desgarrar
con trillos las carnes de los enemigos.
u Edom : G «Idumea., hebr. Dumá. y así V: 1.? Edom, pregunta Kit ; algs. la
identifican con la ciudad de Gén. 25, 14. || Centinela: el centinela es Isaías. Los edo-
mitas, en la noche de su aflicción, le preguntan ansiosos si no es ya de día.
— I?.I5 —
21 12-22 8
ISAÍAS
21 12-22 8
12 Dice el centinela : | «Viene la mañana | v también la noche.
Si queréis preguntar, preguntad. | ¡Volved a venir!»
13 Oráculo sobre Arabia :
Entre los matorrales de la estepa pernoctáis, | caravanas de Dedán,
M al encuentro del sediento | traed agua ;
habitantes del país de Temá, | con su pan salid al encuentro del fugitivo.
" Pues de las espadas han huido, | de la espada desenvainada,
del arco entesado | y de la violencia de la batalla.
16 Ciertamente, así me ha dicho el
Señor : «Dentro de un año, [que se-
rá] como los años de un jornalero,
se habrá terminado toda la magnifi-
cencia de Quedar ; " y el residuo del
número de arcos de los valientes
quedareos será poca cosa, pues Yah-
veh, Dios de Israel, ha hablado.
Oráculo contra Jerusalén y vaticinio contra
el mayordomo Sobná
99 1 Oráculo [sobre] el valle de la Visión :
¿Que tienes, pues, para que hayas subido | toda entera a los tejados,
- llena de ruidos, | ciudad estrepitosa, | urbe jubilosa ?
Tus muertos no son víctimas de la espada | ni muertos en la batalla
* Todos tus caudillos huyeron a una, | sin arco fueron capturados ;
todos los que de ti se hallaron fueron apresados a una, |
aunque habían huido lejos.
4 Por eso digo : «Apartad la mirada de mí, | he de llorar amargamente ;
no os afanéis >por consolarme | de la destrucción de la hija de mi pueblo.
6 Pues un día de consternación, pisoteomiento y confusión |
tiene el Señor, Yahveh-Sebaot,
en el valle de la Visión.
Quir socava el muro | y Soa [lánzase] contra la montaña.
" Elam ha tomado la aljaba, | Aram ha montado en los caballos, a
y Quir ha desenfundado él escudo. | 1 Tus valles mejores
están llenos de carros, y los de a caballo | se han colocado hacia la puerta.
8 Y quitóse la cubierta de Judá ; | y mirasteis b aquel día ¡
efl armamento de la casa del bosque,
a Y también la noche : puesto que tuvieron que sufrir sucesivamente !a conquista
de asirios, caldeos, persas, griegos y romanos hasta desaparecer como pueblo.
u Sobre Arabia : otros, ten la estepa», más lit.
u Como los años de un jornalero : vid. 16, 14, nota.
1 Valle de la Visión : expresión tan enigmática como la de «desierto del mará di
21, 1. Aquí debe de tratarse de uno de los valles de Jerusalén favorecido por
Dios con grandes visiones y profecías. || Subido a los tejados: o para divertirse con-
templando la campiña circundante o, lo que es más probable, movido de terror viendo
el enemigo a las puertas.
3 Sin arco fueron capturados : otros, «sin chocar de arco» ; V «fueron duramente
atados».
4 De la destrucción de la hija de mi pueblo : o bien, de la ruina de mi pueblo
o mis compatriotas,
5 Quik socava...: interpretación dudosa; otros, «[el enemigo] derruye los muros
y se muestra fiero sobre el monte [Sión]», o bien, «... y el clamor (o grito de angus-
tia) llega a la montaña»...
6 Elam ha tomado la aljaba : Persia, sometida entonces a Asiría, cuyos arqueros
disfrutaban de gran reputación. #
' Uuitóse : otros, «quitará Yahveh». || La cubierta: tal vez la cubierta o velo de
ceguera, de obcecación. || Y mirasteis (otros, «miraréis», y así los verbos sigts.) :
después de una larga época de paz, en que Jerusalén vivió despreocupada, aparecerá
repentinamente el enemigo, y entonces, con gran sobresalto, los ojos se volverán al
armamento y se tomarán medidas para resistir a los sitiadores.
-1316-
22 9-26
ISAÍAS
22 a-2»
' y visteis que las brechas de la ciudad de David | eraa numerosas,
y recogisteis las aguas de la piscina inferior,
50 v contasteis las casas de Jerusalén,
v derribasteis las casas para fortificar la muralla.
™ Además hicisteis una represa entre los dos muros |
para las aguas de la alberca antigua,
mas no dirigisteis la vista al Hacedor de ello,
ni columbrasteis a aquel que desde lejos do había originado.
12 Y aquel día el Señor Yahveh-Sebaot hizo un llamamiento
[invitando] a llanto, a lamentación, a calva y a vestirse de saco.
13 Mas he aquí que lo que hay es alegría y algazara» |
sacrificio de reses vacunas y degüello de ganado menor,
comer carne y beber vino. |
«¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!»
M Pero se ha manifestado a mis oídos Yahveh-Sebaot :
«¡Ciertamente no os será perdonado este delito hasta que muráis!»,
ha dicho el Señor, Yahveh-Sebaot.
" Así ha declarado el Señor, Yahveh-Sebaot :
«Anda y ve a ese ministro, | a Sobná °, el superintendente del palacio.
16 ¿ Qué tienes aquí y a quién tienes aquí |
para haberte labrado aquí un sepulcro ?
[Tú] el que se labra en lo alto su sepulcro
y en la roca talla su «mansión de reposo.
17 He aquí que Yahveh te lanzará con lanzamiento varonil
—y te envolverá bien, 18 te liará bien en ovillo — ,
como una ipelota a un país dilatado.
Allí morirás y allá irán tus gloriosos carros, [
tú, vergüenza de la casa de tu Señor.
"Te depondré de tu cargo | y de tu puesto te quitaré d.
"Y sucederá aquel día | que llamaré a mi siervo Elvaquim, |
hijo de Jilquiyyahu,
11 y le vestiré con tu túnica ¡ y tu cinturón le ceñiré» ]
y tu potestad pondré en sus manos,
y será un padre | para los habitantes de Jerusalén | v para la casa de Judá.
" Pondré ila llave | de la casa de David | sobre su hombro :
cuando abra no existirá quien cierre,
y cuando cierre no existirá quien abra : ]
23 Y le hincaré como estaca | en lugar firme,
y se convertirá en trono glorioso | de la casa de su padre. |
** Y le colgarán | toda la gloria de la casa de su padre : |
los vástagos y los descendientes, | todas las más pequeñas vasijas,
desde las pateras hasta cualquier vaso de barro.
26 Aquel día, declara Yahveh-Sebaot, cederá la estaca, aun hallándose
en sitio firme ; se quebrará y caerá, y así romperáse la carga que sobre
ella pesaba ; pues Yahveh ha hablado.
10 Contasteis las casas : para ver cuáles, por ser ya inútiles, podían proporcionar
materiales de defensa.
A calva : a decalvarse y vestirse de cilicio en señal de duelo.
" No os será perdonado : porque nada ofende a Dios tanto, dice San Jerónimo,
como la cerviz alta después del pecado.
" En lo alto : como si dijera, soberbiamente.
18 A un país dilatado : Mesopotamia.
25 La llave de la casa de David : símbolo de la autoridad suprema en el reino. Eran
tan grandes, que habían de llevarse al hombro. Jilquiyyahu es tipo de Jesu-Cristo,
hijo de David.
11 Desde las pateras (otros, jofainas, copas...) hasta cualquier vaso de barro (o bo-
tella, o puchero de barro; V «omne vas musicorum»), G tY todo hombre ilustre en
la casa de su padre tendrá confianza en él, desde el menor hasta el mayor, y todos
dependerán de él». Quiere decir que se desarrollará un verdadero nepotismo, pues
todos sus descendientes, próximos y lejanos (=las vasijas menores), se colgarán de
él, hasta que la estaca se derrumbe.
a Ha hablado : o lo ha dicho.
23
ISAÍAS
23 i-18
Oráculo sobre Tiro
90 1 Oráculo sobre Tiro :
i Ululad, naves de Tarsis, | pues destruido está vuestro refugio*;
de vuelta del país de los kiteos ¡ les ha sido revelado.
Están perdidos " los habitantes de la costa | los mercaderes de Sidón,
que atravesaban la mar y eran sus mensajeros \ 8 por ¡as grandes aguas '.
La simiente de Sijor, la cosecha del Nilo, |
eran su producto y se convirtió en emporio de los pueblo.v
' Avergüénzate, Sidón, pues habla el mar, |
el baluarte del mar, diciendo : | «No estuve de parto, ni parí,
ni crié muchachos, | ni nutrí doncellas.»
6 En cuanto llegue la noticia d a Egipto, |
se estremecerán por la nueva de Tiro.
° ¡Pasad a Tarsis, ululad, | habitantes de la costa!
' ¿ Es ésta vuestra jubilosa ciudad, |
cuyo origen data de antiquísimos tiempos,
y cuyos pies lleváronla | lejos para colonizar ?
' ¿ Quién ha decretado esto | sobre Tiro, la coronada,
cuyos comerciantes eran príncipes |
y cuyos mercaderes eran nobles de la tierra ?
* Yahveh-Sebaot lo ha decidido ¡ para profanar el orgullo,
para envilecer toda magnificencia, | a todos los magnates de la tierra.
tv Pasa de largo por tu país como el río, hija de Tarsis ; | ya no hay freno ».
" Ha extendido su mano sobre el mar, ha hecho temblar reinos ;
Yahveh ha ordenado sobre Canaán | destruir sus fortalezas
12 y ha dicho : «No te regocijarás ya más,
doncella maltratada, | hija de Sión.
Levántate y pasa a los kiteos, | ni aun allí encontrarás reposo.
" He aquí la tierra de los caldeos ; |
' tal pueblo no existía ; Assur lo fundó para los animales del desierto et,
erigieron sus torres de asedio, destruyeron sus palacios, básela convertido
en montón de ruinas.
" ¡ Ululad, naves de Tarsis, | pues destruido está vuestro refugio !
16 Y sucederá aquel día que Tiro será olvidada por espacio de setenta
años, como los días de un rey. Al cabo de setenta años le ocurrirá a Tiro
como [canta] la canción de la ramera :
¡Toma la cítara, | rodea la ciudad, | cortesana olvidada!
¡ Toca bien, | canta muchas canciones, | para que seas recordada !
" Así, pues, al cabo de setenta años I ra y se prostituirá con todos los rei-
sucederá que Yahveh visitará a Tiro nos de la tierra que existen sobre la
y ella volverá a su salario de rame- | haz del suelo. 18 Pero su ganancia y
OO 1 Naves de Tarsis : alude a las naves de mayor tonelaje y aptas para las más
largas travesías, incluso hasla la lejana Tarsis o Tartessos. G lee ■Cartago».
- De i.os kiteos : Chipre, cuya capital llamábase Kition.
6 De Tiro : tenía Egipto que dolerse por la caída de Tiro, que era la que le pro-
porcionaba bajeles para transporte de sus granos y le servía de protección contra
los asirios.
'Colonizar: o bien, morar, peregrinar (V)...
• Tiro, i.a coronada : la llama así el profeta no porque lleve una corona, sino i>or-
que las distribuye, pues sus colonias estaban gobernadas por reyes tributarios.
10 Como ei. río : o como el Nilo ; «di. c. G» anota Kit.
12 Doncella maltratada : metáfora con que se designa una plaza fuerte expugnada.
18 Como los días de un rey : e. d., ininterrumpidamente.
« A su salario df. ramera : tendrá tratos comerciales.
mSerí consagrado a : o bien, será cosa santa. Nuestro Señor la visitó en sus alre-
dedores ; San Pablo tuvo allí discípulos y hubo pronto en la ciudad un obispo
cristiano.
— 1318 —
24 I-»
ISAÍAS
24
sn salario será consagrado a Yah-lde Yahveh será su ganancia, a fin
veh ; no será atesorado ni guardado, de que coman hasta la saciedad y se
fino que para qnienes moran delante I vistan lujosamente.
Juicio universal y signos precursores
ey a 1 He aquí que Yahveh asuela la tierra, ! y la destruye, y trastorna sn
faz, y dispersa a sus habitantes. |
' Y la misma suerte correrá el pueblo y el sacerdote, |
el esclavo y su señor,
la siervo y su dueña, | el comprador y el vendedor, |
el que presta y el que a préstamo toma,
el acreedor v el deudor.
1 Totalmente será asolada la tierra y saqueada del todo, |
pues Yahveh ha pronunciado esta palabra.
' Lastimosa, marchita está la tierra,, | mustio, marchito está el orbe, |
marchítase el cielo con a la tierra.
• Y la tierra fué profanada bajo sus moradores, |
porque transgredieron las leyes, violaron el precepto, |
rompieron la ley eterna.
" Por eso la maldición devorará la tierra
y los que vivan en ella expiarán su culpa ;
por lo cual arderán los habitantes de la tierra
v quedarán pocos hombres.
' Se ha agotado el mosto, se ha marchitado la cepa, !
suspiran todos los alegres de corazón.
* Ha cesado el júbilo de los tambores, I
se ha interrumpido el bullicio de los alegre»,
ha terminado el jubilo de la cítara.
'No se bebe vino durante el cántico, |
amarga el hidromel a quienes lo beben.
" Ha sido destruida la ciudad de la vacuidad [idolátrica], 1
cerrada la entrada en toda casa.
B Gritos hay por el vino en las calles ; | ha desaparecido toda alegría^
ha emigrado de la tierra el alborozo.
15 Ha quedado en la ciudad la desolación,
y a ruinas ha sido reducida la puerta.
" Pues tal ocurrirá | en medio de la tierra, | entre los pueblos,
como en el vareo de la aceituna, | cual en la rebusca, |
cuando ha concluido la vendimia.
14 [Mas] aquéllos alzarán su voz, exultarán | por la gloria <le Yahveh,
gritarán de júbilo desde occidente. |
15 Por eso desde oriente | glorificad a Yahveh.
en las islas del mar, I el nombre de Yahveh, Dios de Israel.
"Desde el borde de la tierra I cánticos oímos : | «i Gloria al justo!»,
y yo dije : «¡Mi perdición, mi perdición, ay de mí ! 1
nA ' La ley eterna : no la alianza del Sináí, que era temporal, sino la contraída
*r±- ]><>r Dios con toda la humanidad en virtud de la creación.
10 La ciudad de la vacuidad : donde habitan los enemigos de Dios.
"Gritos por el vino: e. d., laméntase la pérdida del viñedo y la 'intuía falta
de vino.
"Tal ocurrirá : San Jerónimo aplica este lugar a la venida del anticristo y a los
pocos que sabrán oponerse a su influencia.
14 Desde occidente : o bien, desde el mar.
" En las islas del mar : el raís de occidente.
"Desde el borde... : la versión de G difiere mucho : «Desde las extremidades de ta
tierra hemos oído prodigios. Esperen los hombres piadosos. ¡Ay de los prevaricadores
que menosprecian la leyl»
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24 17-25 6
ISAÍAS
24 17-25 6
Los prevaricadores han prevaricado,
prevaricación realizan Jos prevaricadores.
™ ¡Pánico, fosa y red contra ti, habitante de la tierra!
18 Así sucederá que el que huya del grito de pánico caerá en la fosa,
y quien logre salir de la fosa será apresado en la red ;
pues las esclusas de lo alto se abrirán |
y se conmoverán los fundamentos de la tierra.
" De seguro se agitará la tierra, [ de cierto será puesta en conmoción |
y con toda seguridad la tierra vacilará ;
-° se tambaleará, de fijo, la tierra como un borracho
y cabeceará como una choza ;
y pesará sobre ella su pecado, | caerá y no volverá a levantarse.
" Así, pues, acontecerá aquel día |
que Yahveh castigará al ejército de las alturas en lo alto
y a los reyes de la tierra en el suelo. |
Entonces serán congregados como se reúne |
a los prisioneros en el calabozo, | serán encerrados en la prisión |
y después de muchos días serán visitados.
23 La luna se sonrojará entonces | y avergonzaráse el sol, |
porque reina Yahveh-Sebaot
en el monte Sión y en Jerusalén, |
y ante sus ancianos [brillará su] gloria *>.
Himno de acción de gracias. Felicidad de los justos
y reprobación de los impíos
f>r 1 Yaihveih, mi Dios eres tú ; | te ensalzaré, alabaré tu nombre ;
pues has realizado maravillas, |
consejos tomados de antiguo, con fidelidad y lealtad.
2 Pues tú convertiste la cuidad a en montón de escombros, |
la villa murada en una ruina ;
el alcázar de los extranjeros ha dejado de ser cuidad |
y nunca jamás será reconstruido.
3 Por eso te honrarán pueblos fuertes, |
urbes de naciones poderosas te temerán,
* ya que fuiste un baluarte para el humilde, ]
un baluarte para el pobre en su angustia,
abrigo del aguacero, I sombra contra el calor ;
pues el soplo de los tiranos es como aguacero en pared b, I
5 como calor en país seco.
[Pero] tú has apaciguado el tumulto de los extranjeros, I
[como se amortigua] el calor con la sombra de una nube
humillaste '■ el cántico de los tiranos.
" Y dará Yahveh-Sebaot | a todos los pueblos en esta montaña
un banquete de grasos manjares, | un festín de vinos fermentados ;
los manjares grasos serán enjundiosos, |
y los vinos fermentados, purificados,
18 Las escltjsas de lo alto : para pintar los castigos que caerán sobre los pecadores,
recuerda el profeta el diluvio.
22 Serán visitados : para ejercer con ellos clemencia. Orígenes y algunos comenta-
dores más interpretaron mal este texto, pues dedujeron de él que las penas del in-
fierno serían suavizadas, cosa que es inadmisible.
* En el monte Sión : habla de la Sión celestial.
*>K - Ki. alcázar de i.os extranjeros : e. d., la ciudad cosmopolita.
£iO ¡> pueblos fuertes : los santos. 1 1 Urbes de naciones : ta Iglesia.
« Banquete de grasos manjares : figura del reino de Cristo y de la Eucaristía.
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25 7-26 9
ISAÍAS
25 7~26 9
: Y quitará en esta montaña I el velo que cubre
a todos los pueblos, | y la cubierta tejida ¿-obre toda', las gentes.
5 Destruirá para siempre la muerte
v borrará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros,
"y la ignominia de su pueblo apartará de toda la tierra, |
pues Yahveh ha hablado,
• Y diráse aquel día : |
«He aquí nuestro Dios, en El es en quien esperamos que nos salve ;
éste es Yahveh, en quien esperamos. |
¡ Exultemos y alegrémonos por su salvación.
"' Pues reposa la' mano de Yahveh sobre esta montaña, |
pero Moab será pisoteado en su mismo sitio,
como se pisa la paja en las aguas d del muladar.
11 Y extenderá sus manos en su interior
como las extiende el' nadador para nadar,
pero [Yahveh] humillará su orgullo a pesar de lo* empeñados i
esfuerzos de sus manos.
11 Y doblegará la fortaleza y refugio de tus murallas,
abatirá v derribará en tierra hasta el polvo.
Himno triunfal. Súplica de ayuda. Beneficios de Dios
a su pueblo
26
Aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá :
Una ciudad fortificada tenemos, | constituyen la salvación |
murallas y glacis.
2 ¡ Abrid las puertas | para que entre un pueblo justo, |
guardador de la lealtad !
*5»a pensamiento es firme ; | mantendrás la paz b,
porque en ti está confiado.
4 Confiad en Yahveh continuamente, | pues Yahveh c | es roca eterna.
* Ciertamente ha doblegado a los habitantes de lia ciudad alta, |
a la ciudad situada en alto la ha abatido,
la ha abatido hasta la tierra, ¡ la ha arrojado al polvo.
" La hollará pie, los pies del pobre, | los pasos de los humildes.
' La senda es recta para el justo ;
la recta vereda del justo tú allanas.
* Ciertamente, en la senda de tus juicios, Yahveh, te esperamos ;
a tu nombre y tu memoria tiende ed anhelo del alma.
* Mi alma te ansia en la noche, | ,
también mi espíritu, en mi interior, te espera a la mañana ;
pues cuando [hayas cumplido] tus juicios a la tierra, |
aprenderán justicia los habitantes del orbe.
1 Ei. vei.o que cubre : símbolo de la tristeza de los pueblos.
• En El es : se trata de Jesu-Cristo, único y verdadero salvador nuestro.
1,1 Mo\b será pisoteado : en Moab están representados lodos los enemigos del pne-
blo de Dio* y luego de la Iglesia
Oí» 1 En la iikrra de Judá : símbolo del cielo.
VO - Abrid i.as puertas : según San Cirilo, se dirige el Señor a los apóstoles y predi
cadores, excitándolos a abrir a los gentiles entrada en la Iglesia.
'Su pensamiento es firme: otros, «sus sentimientos...»; V «el antiguo error s<
disipa».
•Los habitantes de la ciudad alta: los que moran o ¡
vado. Se trata de Babilonia, tipo en todo tiempo del poder
' Es recta : lit., rectitud, derechura.
• Te espera a la mañana : otros, «te busca ardientemente»
26 KJ-27 2
26 io-27 2
'"Si el impío es compadecido, no aprende justicia ; |
en país de cosas justas | cometerá iniquidad,
y no verá la majestad de Yahveh.
11 Yahveh, alzada está tu mano,
pero no la miran ; | ¡ contemplen tu celo por el pueblo v avergüéncense, |
y el fuego de tus adversarios los devore !
u ¡ Yahveh, concédenos paz, |
pues también todas nuestras obras las has hecho por nosotros !
13 Yahveh, Dios nuestro, nos han dominado otros señores fuera de ti ; |
sólo por ti podemos ensaflzar tu nombre.
14 Los muertos no revivirán, | los fallecidos no se levantarán,
porque los visitaste y destruíste
v aniquilaste todo recuerdo de ellos.
h Has multiplicado a la nación, Yahveh, |
has multiplicado a la nación, te has glorificado,
has ensanchado todos los confines del país.
'"Yahveh, ú en la aflicción de tu castigo clamamos desde la angustia;
pues tu reprimenda había venido sobre nosotros d.
" Como mujer encinta que está próxima a dar a luz \
se retuerce y grita en sus dolores,
así hemos estado delante de ti. Yahveh.
18 Habíamos concebido, nos retorcimos, |
mas fué como si pariésemos viento :
no proporcionamos salvación a la tierra
ni nacieron habitantes del orbe.
14 Vivirán tus muertos, mis 0 cadáveres se levantarán, ]
despertarán y exultarán f los habitantes del polvo ;
porque rocío de luces es tu rocío, | y la tierra espíritus de muertos parirá.
* Anda, pueblo mío, ve a tus aposentos | y cierra tus puertas tras de ti,
escóndete un momento I hasta que pase la furia.
21 Pues he aquí que Yahveh sale de su sede |
ipara hacer expiar su delito a los habitantes dé la tierra ;
y la tierra descubrirá sus delitos de sangre |
y no encubrirá ya más a sus asesinados.
Canto de la viña. El castigo y la liberación de Israel
ni-i 1 Aquel día castigará Yahveh con su dura, grande y fuerte espada
^ ' a Leviatán, la serpiente huidiza,
y a Leviatán, la serpiente retorcida,
v matará al monstruo que hay en el mar.
- Y aquel día se dirá " :
¡ Viña de vino puro b, cantadla !
10 De cosas justas o rectas, o bien, <le rectitud.
a Y el fuego... : otros (cf. V), y el fuego devore a tus adversarios.
14 Los fallecidos (cf. v. rq «espíritus de muertos») : o bien, las sombras; también
«los gigantesi (asi V).
u El sentido de este v. es que los gentiles adoradores del Dios verdadero han ido
a aumentar el pueblo elegido o mesiánico.
"Como mujer: del mismo modo que el niño no viene al mundo sino a costa de
«randes dolores de la madre, así la salvación no se logra sino por medio de grandes
tribulaciones.
*V7 ' LüvmtAn, la SERPIENTE RETORCIDA (o tortuosa)... Al monstruo pTH 11 \v EN >.i sur
¡o bien: el dragón marino) : éste se cree indicaría al Egipto; la identificación
de ios otros se discute mucho (Asiría y Babilonia, Persia y Grecia, etc.). Los tres rei-
no» simbolizan el poder del mal, que Yahveh destruirá el día del juicio. Siempre ha
sido emblema de Satanás (Apoc. 20, 2). || En el mar: refiérese al Nilo (vid. t8, 2; :<>, 5).
a Aquel día : el del triunfo de la Iglesia sobre todos sus enemigos.
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27 3-13
ISAÍAS
27 3-13
* Yo, Yahveh, soy quien la vigila atento ; | en ciertos momentos la riego
para que no falte c su follaje, | de día y de noche la guardo. |
*Saña no tengo [contra ella].
[Mas] ¡ quién me diera espinas y abrojos en la pugna [por limpiarla] !
Lo pisotearía y pegaría fuego juntamente,
* como no fuera que se acogiesen a mi protección, | 6e hiciese paz conmigo,
paz hiciera conmigo.
* En lo venidero Jacob echará raíces, | florecerá y brotará Israel, |
y se llenará lia faz de la tierra de su producto.
" ¿ Acaso le ha herido [Yahveh] con la herida de quien le hiere
o le ha asesinado como querían asesinarlo sus asesinos á?
* Expulsándole, alejándole, le has hecho la guerra, |
le ha quitado de en imedio con un fuerte soplo en día de viento solano.
* Por eso, con esto será expiado el delito de Jacob |
y esto será todo el fruto de apartar su pecado :
cuando haya dejado todas las piedras de los altares, |
como piedras calizas destrozadas,
y no se alcen más aserás ni estelas solares.
" Pues la ciudad fortificada está solitaria,
morada desamparada y abandonada como el desierto ; |
allí se apacentará el becerro,
allí se tumbará y consumirá sus ramas. ¡
u Cuando se seque su ramaje, se le romperá,
vendrán mujeres y le pegarán fuego, |
pues no es un pueblo de inteligencia ;
por eso no se compadecerá de él su Creador, |
y quien le ha formado no le dispensará gracia.
" Así aquel día sucederá que Yahveh | sacudirá espigas desde las <ld vio
hasta las del torrente de Egipto, |
y vosotros seréis recogidos uno a uno, hijos de Israel.
u Sucederá aquel día también que se tañerá | la trompa grande
para que vengan los perdidos en la tierra de Asiría |
y los dispersos por el país egipcio
y adorarán a Yahveh en la montaña santa de Jernsalén.
3 En ciertos momentos : o bien, como otros, «a cada momento».
<_* El sentido de este pasaje oscuro podría ser éste : Yahveh aparta de la viña los
enemigos externos, pero ¿ qué hará si surgen en la viña misma otros enemigos (espi-
nas y abrojos) ? Los hollará y quemará, a no ser que Israel se vuelva hacia Yahveh
y haga paces con él.
"Jacob echará raíces: los apóstoles, salidos de Jacob, convertirán la tierra y ia >
llenarán de cristianos.
7-8 E. d., que Dios no ha castigado a Israel con una completa destrucción, como
querían sus enemigos, sino que sólo le ha desterrado.
8 Expulsándole : o visitándole con males. Asi suele verterse hoy H ; los anti-
guos (STVAThSym) ; «con medida», moderadamente. El verso es oscuro y contiene
varias anomalías (sufijos femeninos, etc.).
"> La ciudad fortificada : Jerusalén, que se convertirá en desierto cuando la to-
men los romanos. Esa devastación traerá a muchos judíos a hacer penitencia y creer
<*u Jesu-Cristo, como sucedió. || Sus ramas : e. d., las de la ciudad desierta.
a Río... torrente de Egipto : e. d., el Eufrates v el Wadi-cl-Aris, frontera SO de
Judá.
— 1323 —
28 i-w
ISAÍAS
28 i-tt
Ruina inminente de Samaría. Castigo de los príncipes
inicuos de Jerusalén. Parábola
OO 1 i A.y de la soberbia corona de los ebrios de Efraím |
^u y de la flor marchita de su esplendoroso ornato,
que está sobre la cabeza defl fértil valle de los embriagados de vino!
2 He aquí que el Señor dispone de un fuerte v poderoso ;
como granizada y funesta tempestad, |
como aguacero de aguas impetuosamente arrasadoras,
derribará en tierra con violencia.
* Con los pies se la hollará, | la soberbia corona de los ebrios de Efraím,
4 y la flor marchita de su esplendoroso ornato,
que está sobre la cabeza del valle fértil ;
vendrá a ser como albacora antes de la cosecha, | que, divisada por alguien,
apenas la tiene en la mano se la traga.
11 Aquel día, Yabveh-Sebaot vendrá a ser
corona magnífica | y diadema esplendorosa | para el resto de su pueblo,
e y espíritu de justicia | para quienes se sienten a juicio,
y fortaleza ¡para los que repelan | la batalla hasta la puerta.
* Mas también éstos | se tambalean por el vino |
y por el hidromel dan traspiés ;
sacerdotes y profetas tambaléanse por el hidromel, | el vino los domina ;
dan traspiés por el hidromel, | tambaléanse al mirar, |
titubean al ipronunciar el fallo.
" Ciertamente, todas las mesas | están llenas de vómito, | de excremento ;
va no queda sitio.
* «¿ A quién va a enseñar ciencia | y a quién hará entender su predicación?
¿ A los destetados de la leche, | a los apartados de los pechos maternos ?
10 En verdad : / sau-lasau , sau-lasau ,
qau-laqau, qau-laqau,
zccr-sam, zccr-sam! [balbucean].»
" En verdad, con barbarismos de lenguaje y extraña lengua |
hablará a este pueblo.
u Aquel que les dijo : | «Este es al reposo, | dad reposo al cansado,
y esto es solaz» ; pero no quisieron escuchar.
a Así, pues, para ellos será Ha palabra de Yahveh :
«; sau-lasau, sau-lasau, qau-laqan, qau-laqau,
zeer-sam, zccr-sam!n ,
para que anden y caigan para atrás [
y se rompan [un hueso], sean cogidos en la trampa y apresados.
OO 1 Soberbia corona : porque Sumaria, a la que se refiere esta profecía, estaba si-
tuada sobre una colina, y con sus murallas y torres asemejábase a una cabeza
coronada,
2 Un fuerte Y poderoso : el rey <le Asiría. G tradujo: «He aqui <iue la cólera del
Señor es violenta y terrible.»
5 Pura el resto de su pueblo : lucrar mesiánico.
• ... repelan la batalla : los que rechacen al enemigo que intente penetrar en la
ciudad.
■"Sau, i.asau. .. : con estas palabras onomatopéyicas se quiere imitar el tartamudeo
infantil de los borrachos. Lit., «mandamiento a mandamiento, norma a norma, un
poco aquí, un poco allí» (otros, «ahí esta un niño») (?), aunque las versiones antiguas
y modernas, divergen notablemente al interpretarlas. Parecen ser meros balbuceos de
mola contra el profeta.
u BARBARISMOS de LENGUAJE : lit., sonidos o palabras balbucientes de labio, o sea
con lenguaje ignorado. Alusión a la futura invasión asiría.
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28 "-29
ISAÍAS
28 i4-29
" ¡ Por eso, escuchad la palabra de Yahveh, ] escarnecedores,
dominadores de este pueblo, | que está en Jerusalén !
" Ciertamente habéis dicho : «Hemos concertado alianza con la muerte
v con el scol hemos hecho un ipacto ;
¿1 azote defl látigo, cuando pase, | no nos alcanzará ;
pues hemos hecho de la mentira nuestro refugio |
y en el engaño nos hemos cobijado.
15 Por ello, así dice el Señor Yahveh :
He aquí que pongo como cimiento a en Sión una piedra, [
una piedra probada,
una piedra angular de preciosa estructura y firmemente asentada ;
el que confíe [en ella] no tendrá de qué conturbarse.
" Y pondré el derecho por norma | y la justicia por plomada ;
entonces el granizo quitará de en medio el refugio de la mentira
v las aguas arrasarán el escondrijo.
" Y será anulado vuestro pacto con la muerte
y vuestra alianza con el seol no subsistirá ;
cuando pase el azote del látigo, | seréis por él hollados ;
" siempre que pase os cogerá,
pues una mañana tras otra pasará, | de^ día y de noche,
y sólo un horror será el entender el oráculo.
Pues el lecho será demasiado corto para estirarse, |
y el cobertor sobrado estrecho para b envolverse ;
-' porque Yahveh se levantará como sobre el monte Perasim, |
como en el valle de Gabaón se encolerizará
para llevar a cabo su obra, su obra maravillosa ; j
para realizar su acción, su asombrosa acción.
- Ahora bien, no os portéis vergonzosamente, |
para que no se refuercen vuestras ligaduras ;
pues exterminio y algo firmemente decretado he oído
del Señor Yahveh-Sebaot sobre toda la tierra.
a Prestad oído y escuchad mi voz,, | atended y oíd mi dicho.
¿El que labra, labra acaso todo el día para sembrar, |
abre y rastrilla su tierra ?
* ¿ Acaso, cuando ha allanado su superficie,
no esparce la neguilla y siembra el comino,
v deposita el trigo en sus surcos,
la cebada en las parcelas a ella destinadas,
v espelta en sus lindes ?
E instruyele en lo que debe hacer,
su Dios le enseña.
" Pues no con trillo se trilla la neguilla
ni la rueda del trillo se pasa sobre el comino, i
sino que con la vara se apalea la neguilla | y el comino con la estaca.
¿Tritúrase el trigo? No, pues no lo trilla c sin cesar,
e impulsa la rueda de su carro, | y lo extiende, pero rt no lo tritura.
-* También esto ha procedido de Yahveh-Sebaot ;
maravilloso consejo da, manifiesta magna inteligencia.
" Escarnecedores : vosotros los que os burláis «le las amenazas <le 1<>>- profetas
y adquirís así influencia sobre mi pueblo.
n Nuestro refugio: o aquello con que nos queremos salvar. Todo este pasaje se
refiere moralmente a cuantos se duermen en una falsa seguridad espiritual. *
16 Una piedra probada : Ezequfas, según unos ; pero lo más probable es que se re-
fiera a Jesu-Cristo.
" Norma : lit., el cordón de la plomada (V rao pondere»).
Una mañana tras otra pasará : alusión a las varias invasiones asirías.
* Neguilla : otros, eneldo, comino, etc. También en el resto del verso hay diver-
gentes interpretaciones; se duda del texto de H (cf. Kit, etc.). Hemos procurado ce-
ñirnos a él y dar una versión que nos parece probable.
58 Tritúrase : de tanto trillarlo. G difiere notablemente en este v. y el que sigue :
tNo estaré eternamente irritado con vosotros, y la voz de mi amargura no os aplas-
tará siempre. Estas señales vienen ; meditadlas y rechazad todo vano consuelo.»
— 1325 —
29 i-is
ISAÍAS
29 M3
Castigo y liberación de Jerusalén. Promesas salvadoras
OQ 1 ¡ A>' [de ti]. Ariel, Ariel | ciudad donde acampó David!
¡Añadid año tras año, | giren las fiestas!
2 Y yo asediaré a Ariel, | y habrá tristeza y duelo,
y será a para mí como un Ariel, ¡ 8 y acamparé como en círculo contra ti,
y te cercaré con atrincheramiento, | y haré alzar contra ti vallas de asedio.
' Humillada, hablarás desde la tierra, |
y encorvada, saldrá desde el polvo tu decir ;
y sucederá que cual la de un espectro saldrá de la tierra tu voz, |
y tu palabra procederá del polvo como un susurro.
6 Ahora bien, el tropel de tus adversarios será como polvo tenue, |
y cual tamo se desvanecerá el tropel de tus tiranos.
8 De Yahveh-Sebaot serás visitada |
entre truenos, terremotos y gran estruendo, \
huracán, tempestad y devoradora llama de fuego.
1 Y ocurrirá como en un sueño | y visión nocturna,
con la multitud de todas las naciones | que combaten contra Ariel,
v con todos los que contra ella pelean, con las fortificaciones |
y con los que las asedian.
" Sucederá, pues, como cuando el hambriento sueña que come, |
mas despierta y queda defraudado su espíritu ;
\ como cuando el sediento sueña estar bebiendo,
inas despierta, y hete aquí que se halla desfallecido de sed |
y lleno de ansia.
Así le ocurrirá a la multitud de todas las naciones |
que pelean contra el monte Sión.
" ¡ Deteneos y asombraos, | deslumhraos y cegad !
Embriagaos, mas no de vino ; | tambaleaos, pero no por el hidromel ;
10 Pues Yahveh ha derramado sobre vosotros | un espíritu de sopor
y ha cerrado vuestros ojos, los profetas, |
y vuestras cabezas, los videntes, ha tapado.
11 Así, pues, toda profecía ha sido
para vosotros como las palabras de
un libro sellado, el cual, si se le en-
trega a un entendido en escritura,
diciéndole: «¡Lee, por favor, esto!»,
responde : « ¡ No puedo, porque esta
sellado!» 12 O bien se entrega el li-
bro a quien no entiende de escritu-
ra, diciéndole : «¡I*ee, por favor, es-
to!», y contesta : «No entiendo de
escritura.»
" Y dijo el Señor : Por cuanto que este pueblo | se me acerca con su boca
y con sus labios me honra, | mientras mantiene su corazón alejado de mí.
OQ 1 Ariel: se refiere a Jerusalén en forma simbólica. La significación figurada de
¿"3 esta palabra parece ser la de «altar de holocaustos para Dios» ; la verdadera,
• león de Dios..
- Como un Arif.l : trátase de una expresión oscura. Suele interpretarse como 'ho-
gar de sacrificios' o como nombre compuesto de El 'Dios'.
4 ¡jALfiRÁ DE la tierra Tü voz : era creencia popular que se quejaban los muerto-»
l>or debajo de la tierra con suaves gemidos.
"Visitada: y castigada y aniquilada. || Entre truenos: el supremo cumplimiento
ile esta profecía, o sea de la destrucción de los enemigos de Dios, será en los últimos
tiempos del mundo.
8 Queda defraudado su espíritu: o su avidez; lit., su alma (o espirita, avidez ..i
está vacía.
"Deteneos: otros, «quedad estupefactos...» || Deslumbraos v cegad: o bien, cegad
v sed ciegos ; V «fluctuate et vacillate».
11 Libro sellado : los libros tenían forma de rollos, y para que no fuesen abiertos
b* los sellaba.
— 1.^26 —
29 14 30 5
ISAÍAS
29 14 30 5
siendo así el temor que me tienen |
un simple mandamiento humano aprendido,
" por eso he aquí que seguiré b
obrando maravillas con este pueblo, obrando maravillas en extremo ;
v fracasará entonces la sabiduría de sus sabios |
y la inteligencia de sus entendidos se ocultará.
" ¡ A y de los que buscan en la profundidad el huir de Yahveh ]
para ocultar [sus] propios designios ! ;
pues en (la «scuridad tienen lugar sus manejos, |
v han dicho : ¿Quién nos ve y quién nos conoce?
10 ¡ Oh vuestra (perversidad ! ¿ Acaso el barro ]
ha de estimarse igual al alfarero,
de suerte que diga la obra a su hacedor : «¡No me ha hecho!»,
y la vasija a su alfarero : «No sabe» ?
" Ciertamente, dentro de breve tiempo i el Líbano se trocará en vergel,
v el vergel por bosque será tenido,
~1S v aquel día oirán los sordos palabras escritas
y desde las tinieblas y oscuridad verán 'los ojos de los ciegos ;
^ ios humildes acrecerán [su] alegría en Yahveh
v los .hambres más .pobres exultarán de júbilo en el Santo de Israel
Pues se acabaron los tiranos y se terminaron los desvergonzados
v son extirpados todos los atentos a la iniquidad,
-' los que declaran culpable a un hombre por cualquier cosa,
y a quien juzga en el tribunal tienden lazos,
v tergiversan "lo recto por nada.
5v Por ello, así afirma Yahveh, Dios c de la casa de Jacob que rescató a
Abra ha m :
«Ahora no se avergonzará | ni palidecerá «hora su rostro ;
-' pues cuando vea d a sus hijos ú, la obra de mis manos, en medio de él |
santificarán mi nombre ;
y santificarán al Santo de Jacob | y al Dios de Israel teimerán.
* Entonces entrarán en razón los extraviados de espíritu ¡
v los murmuradores aprenderán la enseñan/ri.
Contra la alianza de Judá con Egipto
oa 1 ¡ Ay de los hijos rebeldes!, ¡ declara Yahveh.
Quieren realizar un designio, mas no mío, |
V concertar un pacto, pero no según mi espíritu,
de modo que añaden así pecado tras .pecado.
"' Ya van bajando a Egipto ¡ y a mi boca no han consultado,
para refugiarse al amparo del Earaón | y esconderse a la sombra de Egipto.
■ Mas el amparo del Earaón os servirá de vergüenza,
y el esconderse a la sombra de Egipto, de oprobio.
' Aunque sus príncipes estaban ya en Soan |
y sus mensajeros llegaban ya a Janes,
! todos se verán defraudados por el .pueblo, | que no les servirá de nada,
no sirve de ayuda ni de provecho, | sino de vergüenza e ignominia.
u ¡Av de los que buscan...! : este texto se aplica a los impíos, riue pretenden no
necesitar de Dios para sus empresas.
21 Quien juzga o actúa de arbitro, sentencia en el tribunal (lit., en la puerta! ;
v larguentem ¡u porta». || Tergiversan lo recto por nada: o bien (cf. V), tse apar-
tan del justo sin motivo».
52 Que rescató a Abrahán : sacándole de su idólatra tierra.
OA " Y a mi boca : e. d., a mis profetas.
«JV/ j Os servirá : o se os trocará en.
1 Soan: Tanis. || Janés : Herakleópolis Magna, al SE. del oasis de layuin.
— 1327 —
30 6-21
ISAÍAS
30 6-23
" Vaticinio de las bestias del Mediodía : |
Por tierra[s] de angustia y de tribulación,
de donde salen el león y la leona, | la víbora v la serpiente voladora,
llevan a lomos de pollinos sus riquezas |
y sobre la giba de los camellos sus tesoros,
a un pueblo que no [les] servirá de nada.
' Pues Egipto no ha ayudado nada en absoluto ;
por ello llámole yo : el monstruo que huelga a.
' Ahora entra, escríbelo en una tabla estando ellos presentes |
y iponlo ipor escrito en un 'libro,
para que sirva de testimonio b eterno para el día postrero.
* Pues es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, |
hijos que no quieren oír la voz de Yahveh ;
10 que dicen a Hos videntes : «¡No veáis!», |
y a quienes tienen visiones : No veáis para nosotros visiones rectas ;
habladnos cosas seductoras, | contemplad proféticamente cosas engañosas.
11 Apartaos del camino, | desviaos de la senda,
quitad de ante nosotros al Santo de Israel.
'- Por ello, el Santo de Israel así dice :
Por cuanto habéis despreciado esta palabra
y habéis confiado en lo perverso 0 y pecaminoso | apoyándoos sobre ello,
" por eso tal delito será para vosotros
como hendidura ruinosa que se abomba en elevado muro,
cuyo derrumbamiento se produce de repente en un momento.
" Así, pues, su derrumbamiento será cual ruptura de vasija de alfarero,
destrozada sin duelo :
en su destrozo no se encuentra ni un tiesto
para sacar fuego del hogar | ni para extraer agua de una cisterna.
,:' Pues así ha hablado el Señor, Yahveh, el Santo de Israel :
«Mediante conversión y tranquilidad os salvaréis : |
en ila calma y la confianza estriba vuestra fuerza.»
Mas no quisisteis, | 16 y dijisteis : «No,
pues a caballo huiremos» ; | por eso habéis de huir ;
«y en ligero [corcel] cabalgaremos» ; |
por eso serán ligeros vuestros perseguidores.
" Un millar se echará a temblar d ante el grito amena/ador de uno solo,
y ante el grito amenazador de cinco huiréis j
hasta que hayáis quedado como un mástil en la cima de la montaña |
y como una enseña sobre la colina.
's Por eso Yahveh espera confiado en obrar graciosamente con vosotros,
por eso ansia de vosotros compadecerse ;
pues Dios de derecho es Yahveh, | dichosos cuantos en él esperan.
18 Ciertamente, pueblo de Sión, ha-
bitante e de Jerusalén, no has de llo-
rar en modo alguno ; con certeza
obrará gracia contigo, atendiendo a
la voz de tu grito de auxilio ; en
cuanto lo oiga te responderá. 20 En-
tonces el Señor os dará pan de aflic-
ción y agua de congoja. Y no se
esconderá más tu maestro, sino que
tus ojos a tu maestro verán 21 y tus
oídos oirán la palabra detrás de ti,
en estos términos : «Este es el ca-
mino, id por él, ya estéis a la de-
recha, ya a la izquierda.» " Y con-
taminarás 1 la cubierta de tus ído-
los de plata y el revestimiento de
tus_ ídolos de oro fundidos, y los ti-
rarás como cosa impura. «¡Fuera!»,
le[s] dirás. 23 Así, dará lluvia a tu
semilla, con la que siembras tu tie-
8 Vaticinio de las bestias del Mediodía o Négueb : es título enigmático, <le cuya
versión e interpretación dúdase mucho. Otros, como V, carga de...
10 Los videntes : los que tienen visiones j>roféticas.
12 En lo perverso : en la política humana, con la cual pretendían librar a la na.
ción santa, mediante riquezas obtenidas por la fuerza, del yugo de Egipto.
w Ansía : lit., se exalta (o alza) perdonándoos ; prps. diversas modificaciones a H.
22 Y contaminarás : los ídolos solían ser de bajo metal, recubierto de oro o pla-
ta, j| Cosa impura : lit., objeto contaminado por flujo menstrual.
— 1328 —
30 *-*31 3
ISAÍAS
30 26-31 3
rra, y el pan, producto de tu cam-
po, será pingüe y enjundioso ; tu
ganado pastará aquel día espaciosa
dehesa. " Además, los bueyes y los
asnos que trabajan la tierra come-
rán pienso salado, que 6e ha aven-
tado con pala y bieldo. 25 Y sucede-
rá que en toda montaña alta y so-
bre toda colina elevada habrá arro-
yos y corrientes el día de la gran
matanza, cuando caigan las torres.
* Y la luz de la luna será como la
luz del sol, y la luz del sol será sie-
te veces [más fuerte], como la luz
de siete días, el día en que Yahveh
vende la herida de su pueblo y la
herida de su golpe cure.
;7 He aquí que el nombre de Yahveh viene de lejos ; [
quema su ira y pesado es el humo que sube ;
sus labios están llenos de furor | y su lengua como fuego devorador,
s y su soplo es cual corriente abrasadora [ que llega hasta el cuello,
para agitar a las naciones con funesta agitación
v [poner] bocado extraviador en las mandíbulas de los pueblos.
51 Tendréis canción como en la noche en que se santifica una fiesta,
y alegría de corazón como la de quien camina al son de la flauta,
para ir a la montaña de Yahveh, a la Roca de Israel.
** Y hará oír Yahveh la majestad de su voz |
y dejará ver el bajar de su brazo,
con furor de ira y llama de fuego devorador, |
con lluvia torrencial y piedra de granizo.
" Ciertamente, a <la voz de Yahveh será confundido Assur, |
con vara [le] golpeará.
'" Acaecerá entonces que cada pasada de la vara de corrección ' I
que Yahveh asiente sobre él,
será con adufes y cítaras, | y con blandida hacha de combate los h derrotará.
" Pues preparado está desde hace tiempo un Tófet
también para Molok, | está dispuesto y ahondada su concavidad ;
fuego y leña hay en abundancia ;
el aliento de Yahveh, como un río de azufre lo prenderá.
Inutilidad del socorro egipcio y protección de Yahveh
31
1 ¡ Ay de aquellos que bajan a Egipto en busca de socorro, |
sobre corceles se apoyan
y confían en carros, por ser muchos, |
y en jinetes, porque son muy fuertes ;
pero no han mirado al Santo de Israel | y a Yahveh no han consultado !
- Mas también El es sabio y atraerá desventura, |
y sus palabras no cumplirá ;
se levantará contra ila casa de los malvados |
y contra el auxilio de quienes obran iniquidad.
' Pues los egipcios son hombres y no dioses |
y sus caballos, carne y no espíritu.
24 Pienso salado : a que son muy aficionados estos animales.
~ Ei. humo QUE si-be : la columna de humo que asciende ; V tet gravis ad por-
tandum».
a Tendréis canción: e. d., cantaréis la canción. || Se santifica una fiesta: equi-
valente quizá a «celebrarse una fiesta»; otros, «santificarse para la fiestas, «(en dfas
del fiesta sagrada..
33 Tófet : lugar al sur de Jerusalén, tristemente famoso por su horrendo culto a
Molok o Mélek con sus sacrificios humanos, etc.
ipto disponía de buena caballería de cuerra, que Judá
s : los malos consejeros del pueblo.
— 1329 —
31 *~32 i
ISAÍAS
31 *-32 7
Así, pues, Yahveh extenderá su mano, |
y se tambaleará el que ayuda y caerá el ayudado,
y a una todos ellos perecerán.
' Porque así me ha dicho Yahveh :
«Como ruge el león y el leoncillo sobre su presa,
contra el cual se convoca a la totalidad de los pastores,
mas no se asusta de sus gritos ni de su tropel se intimida,
así descenderá Yahveh-Sebaot |
para pelear en la montaña de Sión y en su colina.
5 Cual aves revdloteadoras, así ha de amparar | Yahveh-Sebaot a Jerusalén,
amparando y salvando, | perdonando y dejando escapar.
4 Volved a aquel de quien tan radicalmente os habéis apartado, hijoo
de Israel. 7 Pues aquel día todos despreciarán a sus ídolos de plata y a
sus ídolos de oro, que os han fabricado vuestras manos para pecado.
8 Y caerá Assur por espada de alguien que no es un hombre, f
y espada de alguien no humano le devorará ;
y si se escapa de la espada, sus soldados quedarán sujetos a servicio
personal.
• Entonces su roca se derretirá de terror !
y sus príncipes desertarán espantados de la bandera,
declara Yahveh, que tiene un hogar en Sión | y un horno en Jerusalén.
Promesas venturosas. Contra las mujeres. Renovación
0 O 1 He aquí que con justicia reinará un rey |
y príncipes gobernarán según derecho ;
J cada uno [de ellos] será como escondrijo contra el viento |
y abrigo contra la lluvia,
como corrientes de agua en tierra seca,
como sombra de una gran roca en tierra desértica.
3 Y no se pegarán los ojos de los que ven |
y los oídos de los que oyen escucharán ;
4 asimismo, el corazón de los locos comprenderá con arreglo a razón, !
y la lengua de los tartamudos hablará en seguida claramente.
1 Ya no se llamará noble al loco |
ni el engañador será apellidado generoso.
' Pues locura habla el loco | y su corazón obra el mal,
realizando obra 'perversa ¡ y hablando error sobre Yahveh ;
dejando vacía el alma del'hambriento | y privando de bebida al sediento.
: Pues las armas del hipócrita son malas, f maquina tramas inicuas,
para perder a los humildes con palabras dolosas
y con hablar [mendaz] a los pobres [en el] juicio.
c Perdonando : Iit., pasando (por encima o por alto).
' Volved a auuel : apoya el profeta su exhortación en dos razones : i.', que un día
conocerán lo horroroso de la idolatría y se apartarán de ella ; 2.*, Israel no puede ser
.-.ocorrido por los hombres, sino por Dios sólo. || Radicalmente os habéis apartado :
lit., profundizasteis el apartamiento.
6TJn horno en Jerusalén: se refiere a los sacrificios que de continuo se celebra-
ban en la ciudad santa.
nn 1 Reinará un REY : Ezequfas ; pero el total cumplimiento de la profecía no se
Oíi verificó hasta la era mesianica.
« La lenuua de los tartamudos o impedidos de decir las verdades religiosas y mo-
rales.
7 Las armas: las sordas maquinaciones del fraudulento cmjafuidor.il Con hablar.. :
mas iit., según H, aun hablando el pobre el derecho, e. d., cuando el pobre defiende-
»us derechos y tiene de su parte la justicia.
— I330 —
32 »-33fi
ISAÍAS
32 s-33 6
1 Pero el noble proyecta cosas nobles | y sobre cosas nobles él se afirma.
' Mujeres despreocupadas, | levantaos y escuchad mi voz ; |
hijas confiadas, | prestad oído a mi palabra.
10 De hoy en un año] temblaréis, ¡oh confiadas!,
pues se habrá concluido la vendimia | y recolección de fruta no vendrá.
¡ Temblad, despreocupadas ; | temed, confiadas, |
desvestios y desnudaos | y ceñios los lomos,
' se golpean a el pecho | por los campos placenteros, |
por las viñas fructíferas,
" por la tierra de mi pueblo, | en la cual brotan espinas y abrojos,
ciertamente b por todas las casas de placer [y] la ciudad alegre !
14 Pues la cindadela está abandonada, [el tumulto de la ciudad ha cesado. !
el Ofel y la torre de centinela se han convertido 0 en cavernas
para siempre, ¡ delicia del onagro, | pasto de los rebaños ;
™ hasta que sea derramado sobre nosotros espíritu de lo alto ;
luego la estepa se trocará en huerto,
y el huerto será considerado como bosque.
'* Y en el desierto residirá el derecho | y la justicia en el huerto morará.
" La obra de la justicia será la paz, |
y el fruto de la justicia, la tranquilidad v la seguridad para siempre.
,s Así mi pueblo morará en mansión de paz, 1 en moradas seguras |
y en apacibles lugares de reposo.
Mas el bosque granizará d con derrumbamiento |
y en hundimiento se hundirá la ciudad.
:' ¡Felices vosotros que sembráis en todas las aguas
y soltáis el pie de la res vacuna y el asno !
Fin de la Asiría y liberación y gloria futura de Jerusalén
•)o 1 i Ay de ti, saqueador que no has sido saqueado, |
"'^ y ladrón al que no han robado aún!
Cuando hayas terminado de saquear, serás saqueado ; 1
cuando hayas acabado a de robar, te robaran a ti.
! ¡ Yahveh, sé clemente con nosotros, en ti esperamos,
sé nuestro b brazo todas las mañanas, |
y también nuestra salvación en tiempo de angustia !
1 \ la voz del estruendo huyen los pueblos, |
ante tu alzamiento son dispersadas las naciones» !
' recógese botín como c recogida de langosta, |
como abalanzarse de langosta se abalanzan sobre él.
£ Excelso es Yahveh, pues mora en la altura, |
llena a Sión de derecho y justicia.
" Y habrá seguridad en tus tiempos,
un tesoro de felicidad, de sabiduría y ciencia ; |
el temor de Yahveh será su tesoro.
11 Por los campos: e. d., con el recuerdo de, como traduce G.
13 Casas de placer : las hermosas quintas construidas en torno a la ciudad.
"Ofel: designa el saliente o promontorio en la parte sudoccidental del templo,
integrado a la sazón por dependencias del palacio.
1S Sea derramado sobre nosotros : esta efusión del espíritu de lo alto, portadora
de vida y de paz, sucederá en los tiempos mesianieos.
10 Mas el bosque: Asiría, emblema de los enemigos de Dios. || En hundimiento se
hundir! : hebraísmo por tse hundirá del todo».
3o • EN tus tiempos : los de Ezequías y, sobre todo, de Jesu-Cristo.
— I.VJI —
7-22
£2 ISAIAS 33 7-22
" He aquí que los héroes gritan fuera, |
los mensajeros de paz lloran amargamente
Asoladas están las calzadas, | dejaron de pasar los caminantes
porque ha roto la alianza, desdeñado los testimonios d • I
no ha estimado al hombre.
8 Está marchita, seca la tierra, | avergonzado el Líbano, mustio •
el barón esta como una estepa, ¡
y el Basán y el Carmelo sacúdense el follaje
u vi0™ V°y-a ,leva,ntarn?e, ! afirma Yahveh ; | ¿hora surgiré v me alzaré.
tstais preñados de paja, parís rastrojos ; "
mi o aliento es fuego que os devora.
-1J Y los pueblos- son calcinados, convertidos en cal ; |
como espinos cortados arderán en el fuego.
13 Oigan los lejanos lo que llevé a cabo, |
y conozcan mi fuerza los cercanos ;
" estremézcanse en Sión los pecadores, ¡
apodérese el temblor de los impíos :'
«¿ Quién de nosotros podrá morar en fuego abrasador, |
quién de nosotros podrá morar en ascuas eternas "',,
16 El que camina en la justicia y habla rectitud, |
el que rechaza lo injustamente ganado por coacción,
el que sacude sus manos para no tomar soborno, |
y tapa su oído para no oír de acciones cruentas,
y cierra sus ojos para no ver el mail :
"' ése morará en alturas ;
eiudadelas rocosas serán su refugio, |
darásele su pan, sus aguas están para él seguras.
" Al rey en su belleza contemplarán tus ojos, |
verán una tierra dilatada.
" Tu corazón reflexionará sobre el horror : |
¿Dónde está el que contaba, dónde quien pesaba el dinero, |
dónde el que hacía el cómputo de las torres ?
19 Al pueblo desvergonzado no verás, |
afl pueblo de hablar incomprensible, que no se entiende ; |
de lenguaje bárbaro, que no se comprende.
20 Contempla a Sión, la ciudad de nuestras solemnidades ;
tus ojos verán a Jerusalén, |
como morada tranquilla y tienda que no emigra ;
no se arrancarán sus estacas jamás |
y ninguna de sus cuerdas se desgarrará,
21 sino que allí será Yahveh poderoso para nosotros,
lugar de ríos y Nilos anchurosos.
No navega por él barco de remos,
ni lo surca navio de bella construcción.
-- Pues Yahveh es nuestro juez, Yahveh nuestro soberano, |
Yahveh nuestro rey, El nos salva
: HÉROES : otros, «los de Ariel» ; V evidentes». || I.os mensajeros m vw. : envia-
dos a Senaquerib a pedir la paz.
" Ha roto... : e. d., el rey Senaquerib,
9 Sarón : e. d., la hermosa y feraz llanura marítima que se dilata de Jafa al Car-
melo.
" Estáis preñados... : cf¡ c; : «Entonces veréis, entonces comprenderéis. Vuestra
fuerza de espíritu será vana y el fuego os devorará.»
11 Al rey en su belleza : al rey Mesías.
18 Las torres de la ciudad ix>r sitiar ; otros, «los castillos, las casas ilustres...».
19 Bárbaro : o balbuciente.
20 Sión... Jerusalén: representan aquí a la Iglesia, a la une pertenece el entero
cumplimiento de estas magníficas promesas.
21 Lugar de Itíos... : otros entienden II que Yahveh será para Jerusalén defensa in-
expugnable, «en lugar de ríos» que le protejan frente al enemigo, como el Eufratc-
o el Nilo a las grandes ciudades asentadas a sus orillas. Otros prefieren corregir
H c. Duhm, etc.
— *332 —
3 23-34 i-'
ISAÍAS
33 23-34 12
* Se han aflojado tus maromas, | no sujetan su mástil, |
no se despliega el pabellón.
Entonces se repartirá el botín de despojo en gran cantidad ; |
hasta los cojos harán presa,
M y no habrá habitante de Sión que diga : «Estoy enfermo», |
pues al pueblo que mora en ella le ha sido perdonada la iniquidad.
Juicio de Edom
0 A 1 ¡ Aproximaos, naciones, para oír, ¡ y, pueblos, prestad atención !
¡ Escuche la tierra y lo que la hinche, | el orbe y cuanto en él brota t
1 Pues furor tiene Yahveh contra todas las naciones] |
y enojo contra todo su ejército :
los dará al anatema, los entregará a la matanza.
' Así, sus muertos serán arrojados | y de sus cadáveres subirá el hedor.
Los montes se desharán regados por la copiosa sangre de ellos,
* y perecerá todo el ejército celeste »
y el cielo se arrollará como un libro, | y todo su ejército se marchitará,
como se marchita el follaje de la cepa | y como se alacia la higuera.
1 Porque en los ciertos se empapará mi espada,
he aquí que sobre Edom descenderá,
y sobre el pueblo de mi anatema, para el juicio.
K Una espada tiene Yahveh llena de sangre, | y se ha cebado en grasa,
de la sangre de los corderos y machos cabríos, |
en la grasa de los ríñones de los carneros.
Pues Yahveh celebra un sacrificio en Bosra, |
y una gran matanza en el país de Edom.
' Así caerán búfalos con ellos b, | y novillos juntamente con toros,
de suerte que su país se empapará en sangre ¡
y su suelo será abrevado con la grasa ;
* porque es día de venganza para Yahveh, |
año de retribución para la causa de Sión.
* Entonces sus torrentes se transformarán en pez, I y su tierra en azufre,
v su país caerá víctima de la pez abrasadora ;
ni de noche ni de día se apagará, | eternamente ascenderá su humo ;
de generación en generación quedará devastada,
nunca jamás pasará por ella nadie
" Pelícanos y alcaravanes de ella se adueñarán,
lechuzas y cuervos morarán en ella ;
y extenderá Yahveh sobre ella |
la cuerda de la destrucción y la plomada de la desolación.
K Los machos cabríos morarán' en ella | y no habitarán allí c sus nobles;
ya no será allí proclamado ningún reino,
y todos sus príncipes tendrán fin.
31 Botín de despojo : así, interpretando como botín la palabra hebrea ad ícf. Dice.
Hempel) ; otro» corrigen el texto y traducen «repartirá un ciego».
O A ' Todo ei. ejército celeste : o caerán todos los astros ; al fin del mundo se disol-
*^ verá toda la creación y tal vez pase a formar nuevo mundo estelar y nueva
tierra.
T Caerán búfalos : símbolo de los personajes principales, como los corderos del
versículo anterior significan la turba.
s Para la causa de : o también «para pelear por», como otros prefieren.
10 De generación en generación : todavía puede andarse tres días al sudeste del
mar Muerto sin hallar más que ruinas, animales salvajes y espectros.
" La destrucción... la desolación : o bien, la nada..., la vaciedad.
34
ISAÍAS
34 13-35 9
'* En sus palacios crecerán espinas, | cardos y abrojos en sus alcázares ;
será mansión de chacales, | vallado d de avestruces.
" Allí se darán cita chacales y hienas, ¡
y los machos cabríos se taparán unos con otros ;
también allí Lilit descansará [ y hallará para sí lugar de repo=o.
15 Allí anidará la serpiente, pondrá, | empollará e incubará sus huevos
allí también se juntarán los milanos,
los unos a los otros f.
" Inquirid en el libro de Yahveh y leed : | ninguno de ellos faltará,
ninguno echará de menos al otro,
pues la boca de Yahveh lo ha ordenado | y su aliento los ha reunido.
" Él mismo les ha echado la suerte |
y su mano se la ha repartido con la cuerda de medir ;
para siempre la poseerán, | de generación en generación morarán en ella.
Venturoso porvenir de Israel en los tiempos mesiánicos
qr 1 ¡Desierto y yermo alégrense*, ¡exulte de júbilo la estepa v fio-
°° rezca b |
como el cólquico. 2 Brote lujuriante
y exulte ; exulte °, sí, y dé gritos de júbilo ;
pues la gloria del Líbano le ha sido dada, ]
la magnificencia de*l Carmelo y Sarón ;
ellos verán la gloria de Yahveh,
el esplendor de vuestro Dios.
* ¡ Fortaleced las manos desfallecidas | y afianzad las rodillas vacilantes !
' Decid a los tímidos de corazón : | ¡ Esforzaos y no temáis !
He aquí que vuestro Dios traerá d venganza,
expiación de Dios ; | El vendrá y os redimirá.
' Entonces se abrirán los ojos de los ciegos |
y los oídos de los sordos se abrirán ;
" entonces saltará el cojo como un ciervo |
y gritará de júbilo la lengua de los mudos,
pues aguas han brotado en el desierto | y torrentes en la estepa ;
' entonces la tierra abrasada se trocará en estanque
y el país árido en hontanar de aguas ;
en lo que era la morada de chacales, su cubil,
habrá verdor 0 de cañas y juncos.
8 Habrá allí mismo una calzada y camino; | vía de santidad se le ' llamará ;
ningún impuro transitará por él ; ¡
pues pertenece a su pueblo e, que va por el camino, |
y ni los tontos se extraviarán.
M Los machos cabríos se toparán : o bien, los sátiros se llamarán unos a otros. |¡ Li-
nt : la lamia o espectro nocturno ; algo así como nuestras brujas.
18 Milanos : o buitres.
" Se la ha repartido : e. d., ha repartido Edom a las aves de rapiña y animales
del desierto, como los conquistadores reparten sus conquistas entre los soldados.
OK ' La salvación de Israel, de la que se trata en este capítulo, es figura «le la de
los buenos al fin del mundo. Los judíos ven en él la descripción del reino del
Mesías. || El cólquico : otros, el «narciso», «el asfódelo», «la cebolla de mar»...
" Saltará el cojo : los prodigios de que se trata aquí designan los obrados poi
.lesu-Cristo en los cuerpos y por su divina gracia en las almas. Casi de iguales pala-
bras se valió Jesu-Cristo para hacer comprender a sus apóstoles que era Él el verda-
dero Mesías.
8 Habrá allí mismo una calzada para conducir a peregrinos y gentiles a la casa
de Dios.
35' 36 9
ISAÍAS
35 9~36 15
" Xo habrá allí león, | ni bestia feroz subiré a él | ni se encontrará allí ;
sólo los redimidos caminarán.
" Regresarán los liberados de Yahveh,
llegarán a Sión con gritos de júbilo ;
eterna alegría coronará su testa.
Júbilo y alborozo alcanzarán,
7 huirán la pena y los suspiros.
Senaquerib solicita la rendición de Jerusalén
36
1 Ahora bien, en el año catorce
del rey Ezequías, Senaquerib,
rey de Asiría, subió contra todas las
ciudades fortificadas de Judá y las
tomó. • Y el rey de Asiria envió al
rabsaqué desde Lakís a Jerusalén,
donde el rey Ezequías, con gran fuer-
za militar, y se colocó cerca del canal
de la alberca superior, en la calzada
del Campo del Batanero. 3 Entonces
calieron hacia él Elyaquim, hijo de
Jilquiyyahu, que era 'superintendente
de palacio, y Sebná, el escriba, y
Yoaj, hijo de Asaf, el canciller. 4 Y
díjoles el rabsaqué : «Decid a Eze-
quías : Así afirma el gran rey, el rey
de Asiría : ¿ Qué confianza es esa que
mantienes? 5 ¿Piensas a que una pa-
labra de los labios supone consejo
y fuerza para la guerra ? Ahora bien,
¿ en quién confías para rebelarte con-
tra mí? c He aquí que confías en esa
caña quebrada, en Egipto, que a to-
do el que se apoya sobre ella se le
clava en su mano y la traspasa ;
ciertamente, así es el Faraón, rey
de Egipto, para cuantos en él con-
fían. ' Pero si me dices : «En Yah-
veh, nuestro Dios, confiamos, ¿no es
¿se precisamente aquel cuyos altos
lugares y altares suprimió Ezequías,
ordenando a Judá y Jerusalén : «An-
te este altar os habéis de proster-
nara ? 9 Ahora, pues, haz una apues-
ta con mi señor, el rey de Asiria :
yo te daré dos mil corceles, si tú lo-
gras proveerte de jinetes para ello».
Y ¿ cómo vas tú a hacer volver la
espalda ni siquiera a uno b de los
más ínfimos siervos de mi señor ?
Mas tú confías en Egipto debido a
los carros y jinetes. 10 Ahora bien,
¿ es que yo he subido contra este
país sin intervención de Yahveh pa-
ra asolarlo ? Yahveh me ha dicho :
¡Sube a ese país y devástalo!»
11 Entonces dijeron Elyaquim, y
Sebuá, y Yoaj al rabsaqué:
— H a b 1 a , por ^
favor, arameo a KüÜ'
tus servidores,
pues mixitruv -g\ ¿_ -
!c t- n ; enik-nm- , .VSk
mas no nos ha-
bles en judío a 4v \. ¿Xít"" ">í.
oídos del pueblo
que se encuentra
sobre la muralla: ¿xgu¿/
15 Mas el rab-
saqué contestó '• ^*Maf&BBI^r
—¿Es que mi |i]s(.(J de arcilla
señor me ha en- ie ,ils balladas ,„
Viado a comuni- Jerusalén y
caros esto a tu Guézer
señor y a ti?
¿ No ha sido más bien a c los hom-
bres que están sentados sobre la mu-
ralla y que con vosotros han de tener
que comer su excremento y beber
sus orines ?
" Y el rabsaqué se adelantó y ex-
clamó en alta voz, en judío : «¡Es-
cuchad las palabras del gran rey,
del rey de Asiria ! " Así dice el rey :
¡ No os engañe Ezequías, pues no os
podrá salvar ; " ni os infunda Eze-
quías confianza en Yahveh, dicien-
do: Yahveh, con toda seguridad, nos
'SÓlO LOS REDIMIDOS del cnuti
de Babilonia, fisura del cautiverio del pecado.
Oa 1 ss- Cf. i Re. 18, IJ, a final.
2 Al rabsaqvé : general del ejército asirio.
* i Quf. confianza... ? Como si dijera : Esa tu supuesta sabiduría
uuis que palabras y vanas pretensiones.
"Si ir locras : los judíos gustaban de la equitación.
fuerza no soa
— 1335 —
36 16-37 6
ISAÍAS
36 20-37 "
salvará : esta ciudad no será entre-
gada en manos del rey de Asiría.
" No escuchéis a Ezequías ; pues así
dice el rey de Asiría : ¡ Concertad
capitulación conmigo y salid a mí !
Entonces cada uno comerá de su ce-
pa v de su higuera, y cada uno be-
berá del agua de su cisterna 17 has-
ta que yo llegue y os traslade con-
migo a un país como el vuestro, país
de grano y mosto, país de pan y vi-
ña^. 18 Cuidad no os seduzca Eze-
quías, diciendo: « ¡ Yahveh nos sal-
vará!» Pues ¿ han salvado acaso los
dioses de los pueblos a su respectivo
país de la mano del rey de Asiría ?
"¿Dónde están los dioses de Jamat
y Arpad? ¿Dónde los dioses de Se-
farváyim ? ¿ Dónde los dioses del país
de Samaría? d ¿Han salvado a Sa-
maría de mi mano ? 20 ¿ Cuál de to-
dos los dioses de aquellos países ha
salvado a su país de mi mano? ¿Y
Yahveh va a salvar de mi mano a
Terusalén ?»
Entonces guardaron silencio y
no les respondieron palabra, pues la
orden del rey era la siguiente : «¡No
le contestéis !»
32 Después Elvaquim, hijo de Jil-
quiyyahu, que era superintendente
de palacio, y Sebná, el escriba, y
Yoaj, hijo de Asaf, el canciller, fue-
ron, rasgados sus vestidos, a Eze-
quías y le dieron cuenta de las pala-
bras del rab saqué.
Continuación. Consulta y plegaria de Isaías. Respuesta
de Yahveh y retirada asiria
oh 1 Y sucedió que cuando el rey
" Ezequías lo oyó, desgarró sus
vestiduras, vistióse de saco y marchó
a la casa de Yahveh. 2 Asimismo en-
vió a Elvaquim, que era superinten-
dente de palacio, y al escriba Sebná
y a los más ancianos de los sacerdo-
tes, vestidos de saco, y a Isaías, hijo
de Amos, el profeta, 3 y le dijeron:
«Así dice Ezequías : ¡ Día de tribula-
ción, castigo y desprecio es este día;
pues los hijos han llegado hasta el
cuello del útero, mas falta fuerza
para parir! * Acaso oiga Yahveh, tu
Dios, las palabras del rabsaqué, a
quien ha enviado el rey de Asina,
su señor, para injuriar al Dios vivo,
y castigue las palabras que Yahveh,
tu Dios, ha oído ; eleva, pues, ora-
ción por el resto que aun existe!»
* Así, los servidores del rey Eze-
quías llegaron con esta embajada a
Isaías, " el cual les contestó : «Tal
diréis a vuestro señor : Así dice
Yahveh : No temas las palabras que
has oído, con las cuales los subordi-
nados del rey de Asiria me han in-
juriado. ' He; aquí que yo le infun-
diré un espíritu ; oirá, pues, una
noticia, y regresará a su país, y le
haré caer a espada en su propia tie-
ira!» 8 Regresó entonces el rabsaqué
y encontró al rey de Asiria comba-
tiendo contra Libná, pues había oído
que el rey habíase retirado de Lakís.
8 Entonces oyó afirmar de Tirhaqa,
rey de Etiopía : «Ha salido a lu-
char contra ti», y al oírlo envió men-
sajeros a Ezequías, diciendo : 10 «Así
habréis de decir a Ezequías, rey de
Judá : No te engañe tu Dios, en
quien confías, pensando que Jerusa-
lén no será entregada en manos del
rey de Asiria. " Tú mismo has oído
lo que los monarcas de Asiria han
hecho a todos los países, consagrán-
" Concertad capitulación : lit., haced conmigo mutua salutación, e. d., convenid
conmigo.
17 Y os traslade : para debilitar a los vencidos solían los asirios trasladarlos a otras
regiones.
20 ¿ Cuál de todos los dioses... ? : compara el rabsaqué el Dios de los judíos con los
falsos dioses y hasta le juzga inferior a ellos por ser adorado en un país reducido.
07 1 KS Cf. 2 Re. 19.
0 Hasta el cuello del útero : modo proverbial de hablar para decir que se en-
contraban en el mayor peligro y que era inevitable.
' Oirá, pues, una noticia : la de la destrucción de su ejí-rcito.
- 1.336 -
37 12-26
37 22-26
dolos al exterminio; ¿y tú te vas
a salvar ? a ¿ Pudieron acaso los dio-
ses de los pueblos salvar a aquellos
a los que mis padres aniquilaron :
a Gozán, Jarán, Résef y los hijos de
Edén, en Telassar ? u ¿ Dónde está
el rey de Jamat, y el rey de Arpad,
y el rey de la ciudad de Sefarváyim,
de Hená e I%rvá ?» M Ezequías tomó
la carta a de manos de los mensa-
jeros y la leyó ; luego subió a la
casa dé Yahveh, y Ezequías la des-
plegó ante Yahveh, 15 y oró Ezequías
al Señor en estos términos : 16 «Yah-
veh-Sebaot, Dios de Israel, que es-
tás sentado sobre los querubines, tú
eres el solo Dios para todos los rei-
nos de la tierra, lú has hecho el cie-
lo y la tierra. "Inclina, i oh Yah-
veh !, tu oído y escucha ; abre, Yah-
veh, tus ojos y mira. Oye todas las
palabras de Senaquerib, que ha en-
viado a escarnecer al Dios vivo. " En
efecto, Yahveh, los reyes de Asiría
han devastado a las naciones b to-
das y su territorio, 19 y han arroja-
do sus dioses al fuego, pues no eran
dioses, sino obra de manos huma-
nas, madera y piedra, y los han des-
truido. 50 Mas ahora, ¡oh Yahveh!,
Dios nuestro, sálvanos de su mano,
a fin de que todos los reinos de la
tierra conozcan que tú, Yahveh, eres
el único Dios c.»
-' Entonces Isaías, hijo de Amos,
mandó mensajeros a Ezequías a de-
cirle : Así habla Yahveh, Dios de
Israel He oído lo que tú me has
pedido respecto a Senaquerib, rey de
Cabeza de Tirhaaa
Asiria ; ~ ésta es la palabra que Yah-
veh ha pronunciado sobre él :
Te desprecia, hace mofa de ti i la virgen hija de Sión,
tras de ti menea despectiva la cabeza I la hija de Jerusalén.
23 ¿ A quién has escarnecido y ultrajado |
y contra quién has levantado la voz
y alzado en alto tus ojos ? ! ¡ Contra el Santo de Israel !
, Por medio de tus subordinados has ultrajado al Señor |
y has dicho : Con la multitud de mis carros *
yo he subido a lo alto de los montes, |
a las más encumbradas cimas del Líbano,
v he talado a sus elevadísimo's cedros, | sus escogidos cipreses ;
he penetrado ú hasta sus lugares 0 más extremos, |
hasta la región de los cedros.
? Yo mismo he alumbrado y bebido ¡ aguas extranjeras [
y he secado d con la -planta de mis pies |
todos los brazos del Nilo de Egipto.
r ¿No lo has oído? Desde luengos tiempos | lo he realizado,
desde tiempos antiquísimos lo he trazado b; |
ahora lo he traído a cumplimiento,
- Virgen iiija de Sión : llama asi a Jerusalén porque no había sido aún con-
quistada.
a En alio : o altaneramente.
M Las más encumbradas cimas: o bien, a los últimos rincones del Líbano. || La
región de los cedros : mas lit., la espesura de su boscaje ; cf. nota a 2 Re. iq, 2j.
— 1337 —
37 27-38 2
ISAÍAS
37 37- 38 8
y hubiste d de destruir, convirtiendo en montones de ruinas, |
a las ciudades fortificadas ;
" sus habitantes, impotentes, | quedaron aterrorizados v confusos,
vinieron a ser cual hierba del campo | y el verdor del césped,
cual la grama de. los tejados | y mies agostada h antes de espigar '.
* Tu sentarte, tu salir y tu entrar conozco | v tu enfurecerte contra
"por cuanto tu enfurecimiento contra mí y tu arrogancia |
han llegado a mis oídos,
pondré mi anillo en tu nariz | y mii freno en tus labios
y haréte volver por el camino por donde has venido.
80 Y ésta será para ti la señal :
Este año se comerá el producto espontáneo de los campos
y al segundo año lo que brote sin sembrar ;
mas al tercer ano podréis sembrar y cosechar,
plantar viñedos y comer de su "fruto.
" Lo que quedare a salvo de la casa de Judá, el resto,
volverá a echar raíces por abajo y a llevar fruto por arriba,
u pues de Jerusalén saldrá un resto
y un grupo salvado de la montaña de Sión.
Tal hará el celo de Yahveh-Sebaot.
33 Por ello, así dice Yahveh respecto al rey de Asiria :
No penetrará en esta ciudad, [ ni disparará allí flecha,
ni le opondrá escudo, I ni acuumilará contra ella baluartes ;
M por el camino que vino habrá de
volverse, y en esta ciudad no pe-
netrará, declara Yahveh. 38 Yo am-
pararé esta ciudad para salvarla en
atención a mí y a David, mi siervo.
M Y sucedió que en aquella noche i
salió el ángel de Yahveh e hirió en
el campamento de los asirios a cien-
to ochenta y cinco mil hombres.; y
cuando se levantaron por la maña-
na, todos ellos eran ya cadáver.
3Í Entonces Senaquerib, rey de Asi-
ria, levantó el campo y emprendió
la vuelta, y quedóse en Nínive. 38 Y
ocurrió que cuando oraba en el tem-
plo de Nesrok, su dios, Adrammé-
lek y Saréser, sus hijos, lo mataron
a espada y escaparon al país de Ara-
rat, sucediéndole en el reino Asar-
jaddón, su hijo.
Enfermedad y curación de Ezequías
o O 1 Por aquellos días Ezequías en-
00 fermó de muerte, y llegó donde
él el profeta Isaías, hijo de Amos, y
le dijo : «Así habla Yahveh : Dispon
!o referente a tu casa, porque vas a
morir y no has de sanar.» 1 Enton-
ces Ezequías volvió su rostro hacia
la pared y oró a Yahveh, 'excla-
mando: «¡Ay, Yahveh, acuérdate,
por favor, de que he caminado en
tu presencia con fidelidad e íntegro
corazón, v he obrado lo bueno a tus
27 Y mies agostada antes de espigar : texto errp. ; muchos corrigen B aquí y en
2 Re., traduciendo que se agosta antes (te levantarse («de madurar» V) ; otros, agos-
tada ante el viento solano.
'a Tu enfurecerte: o tu temblor de rabia.
29 Pondré mi anillo en tu nariz : como a bestia salvaje a la que se conduce median-
te un anillo pasado por la nariz, le haré volver a su reino.
30 Y ésta... : o esto te servirá de signo.
31 Volverá a echar raíces : los que se hayan librado de la invasión serán tan felices,
que se fortalecerán como plantas de profundas raíces, altas y frondosas ramas.
32 t'N grupo salvado : un escape.
*■ Acumulará... baluartes : o bien, amontonará muro de asedio o terraplén.
** Eran va cadáver : lit., cadáveres, muertos.
38 ■ B8 Cf. 2 Re. 20, 1-12.
— 1338 —
38 <-2)
ISAÍAS
38 4-22
ojosti Y Ezequías lloró con grande
llanto. 4 Vino entonces la palabra de
Yahveh a Isaías, diciendo : 6 «Ve y
di a Ezequías : Así afirma Yahveh,
Dios de tu padre David : He escu-
chado tu plegaria, he visto tus lá-
grimas ; mira, a yo te curo ; de aquí
a tres días podrás subir al templo
de Yahveh y a añadiré a tus días
quince años "más. 'Además, de la
mano del rey de Asiría, libraré a ti
y a esta ciudad, a la cual protege-
ré. ' Y esto será para ti la señal de
parte de Yahveh de que el Señor ha
de cumplir esta palabra que ha pro-
nunciado : s He aquí que haré re-
troceder diez grados la sombra, los
grados que el sol b ha descendido en
los grados de Ajaz.» Y' el sol retro-
cedió diez grados en los grados que
había descendido.
0 Miktam c de Ezequías, rey de
Judá, cuando estaba enfermo y sanó
de su enfermedad :
" «Yo dije : En el cénit de mis días he de caminar
a las puertas del seol; se me ha privado del resto de mis "años.
u Dije : No veré más a Yahveh d en la tierra de los vivientes,
no contemplaré ya hombres entre los habitantes del mundo e.
u Mi morada ha sido arrancada y arrebatada de mí |
como tienda de pastores f-
Ha enrollado 6. mi vida como un tejedor, de la trama me ha cortado.
Día y noche me entregas, ¡ i% pido auxilio h hasta la mañana ;
como un león quebranta todos mis huesos, | 1 día y noche me entregas 1
" Como una golondrina, como una grulla, así trino, |
zureo como una paloma.
Consúmense mis ojos mirando hacia el cielo ; |
¡ Señor, estoy angustiado, sal fiador por mí !
,s ¿Qué voy a hablar y puedo decirle ya que él lo ha hecho?
Caminaré todos mis años en la amargura de mi alma.
" Señor, si así se vive k y en tales cosas está la vida de mi espíritu,
sáname 1 y vuélveme a la vida. |
11 He aquí que en salvación se me ha trocado la amargura m :
has librado u mi vida de la hoya de perdición,
te has echado a la espalda ¡ todos mis pecados.
u Pues no te alaba el seol \ ni te celebra la muerte,
no esperan los que bajan a la fosa | en tu gracia °.
,u Unicamente quien vive, el que vive, ése te ensalza, | como yo hoy ;
el padre da a conocer | a los hijos tu fidelidad.
Y'ahveh, ten a bien p salvarnos, | y música de cuerda tocaremos
todos los días de nuestra vida | en la casa de Yahveh.»
:n q E Isaías dijo : I - Dijo, pues, Ezequías :
— Tomen una torta de higos y ún- — ¿Cuál es !a señal de que yo su-
tese sobre la pústula y sanará. | biré de nuevo a la casa de Yahveh ?
" En grados de Ajaz : quiere decir en su cuadrante solar.
12 Morada : V «generación». Se queja Ezequías de no tener herederos, de que no
pueda el Mesías nacer de su raza por su gemir continuo.
" Me entregas : e. d., a mis sufrimientos.
M Zureo como una paloma : los árabes llaman ;i la paloma «la hija de la tristezai
16 Si así se vive... : verso muy oscuro; en su primera parte nos limitamos a inter-
pretarle según V ; otros 1. c. G : «por esto en ti espera mi corazón, da reposo a mi
espíritu»
" En salvación: o bien, salud, paz (V), bienestar... || Has librado mi vida: estas
palabras pueden entenderse no tan sólo de la muerte corporal, sino también del alma
rescatada por Jesu-Cristo
— I33Q —
39 1-2
ISAÍAS
39 3-8
Embajada de Merodak-Baladán a Ezequías
oq 1 En aquel tiempo, Merodak-
°~ Baladán, hijo de Baladán, rey
de Babilonia, envió cartas y un pre-
sente a Ezequías, pues a tuvo no-
ticia de que había estado enfermo y
había sanado. - Y Ezequías alegróse
con ellos y les mostró su casa del
tesoro, la plata, el oro, los aromas
el aceite más exquisito y toda su ar-
mería, así como cuanto se hallaba en
su erario. Nada hubo que Ezequías
no les mostrara en su casa y en todo
su reino. 3 Vino entonces el profeta
Isaías al rey Ezequías y díjole- :
— ¿Qué han dicho esos hombres
y de dónde han venido a ti ?
Contestó Ezequías :
—De lejana tierra han venido a
mí, de Babilonia.
4 Insistió Isaías :
— ¿Qué han visto en tu casa?
Respondió Ezequías :
— Todo lo que hay en mi casa han
visto ; nada ha habido en mi erario
que no les haya mostrado.
' Hijo entonces Isaías a Ezequías :
— ¡ Escucha la palabra de Yahveh-
Sebaot ! 8 He aquí que van a llegar
días en que todo lo que hay en tu
casa y lo que han atesorado tus pa-
dres hasta el día de* hoy se llevará
a Babilonia ; nada quedará, dice Yah-
veh. ' También de tus hijos salidos
de ti, que engendrarás, serán arre-
batados algunos para que sirvan en
el palacio del rey de Babilonia como
eunucos.
° Y respondió Ezequías a Isaías :
- — ¡ Buena es la palabra de Yahveh
que has pronunciado !
Tues pensó: «¡Con tal de que haya
paz y seguridad en mis días!»
OQ 1 ss- C'f. j Re. 20, 12-20. || Pues tuvo noticia : el verdadero motivo parece haber
sido su deseo de hacer alianza con Ezequías contra Nínivc.
2 Ezeuuías ALEGRÓSE : confiando tal vez más en la ayuda humana que en la divina.
3 De lejana tierra : de Babilonia, adorador de ídolos. Hacer alianza con ellos era,
pues, tan- reprobable a los ojos de Isaías como hacerla con Egipto, cosa que ya había
censurado el profeta.
6 Van a llegar días : clara predicción de la cautividad de Babilonia, cosa tanto
más sorprendente cuanto que a la sazón era más poderosa Nínive.
8 Buena es la palabra : Ezequías agradece a Dios con humildad que el castigo de
— 1340 —
40 1-15
ISAÍAS
40 i"15
Promesas de liberación
Af| 1 ¡Consolad, consolad a mi pueblo!, | dice vuestro Dios ¡
: hablad al corazón de Jerusalén ! y gritadle
que se ha cumplido su servicio de prestación personal,
que está perdonada su culpa,
que de mano de Yahveh ha alcanzado | el doble por todos sus pecados.
' Oigo que se grita : En el desierto despejad | el camino a Yahveh,
enderezad en la estepa | una calzada para nuestro Dios.
1 Todo valle se alzará | y toda montaña y colina se hundirá,
y lo quebrado se convertirá en terreno llano | y lo accidentado en vega.
5 Ciertamente, la gloria de Yahveh se manifestará, |
y toda carne la verá a una, | pues la boca de Yahveh ha hablado.
6 Oigo que se grita : «¡Vocea!», | y he dicho*: «¿Qué he de vocear?»
Toda carne es hierba | y toda su gloria b como flor del campo.
7 La hierba se agosta, I y la flor se marchita |
cuando el soplo de Yahveh | las sopla. |
¡Ciertamente hierba es el pueblo!
s La hierba se agosta, I la flor se marchita,
mas la palabra de nuestro Dios | permanece eternamente.
"Súbete a la cumbre de la montaña, | mensajera de albricias de Sión ;
alza con fuerza tu voz, \ albriciadora de Jerusalén ; | álzala, no temas.
Di a las ciudades de Judá : ¡ «¡He aquí nuestro Dios!»
" Mira, el Señor Yahveh | viene como fuerte c, |
y su brazo domina a favor suyo ;
he aquí que su recompensa viene con él | y ante él su paga.
'' Como un pastor apacienta a su rebaño, | con su brazo lo reúne ;
a los corderillos lleva en su seno, |
a las paridas conduce [cuidadosamente].
15 ¿ Quién ha medido las aguas d con el cuenco de su mano |
y ha determinado la medida del cielo con el palmo ?
¿ Y" quién con el tercio ha medido toda la tierra |
y en la balanza ha pesado las montañas
y las colinas en platillos ?
"¿Quién ha determinado el espíritu de Yahveh, !
y quién e como consejero suyo le ha enseñado?
u ¿ Con quién tomó consejo para que le enseñara, |
y adoctrinara acerca del sendero de la justicia,
y le enseñara saber, y le mostrara el camino de la prudencia ?
" He aquí que los pueblos son como gotas de un cubo |
y como polvillo en la balanza son reputado».
He aquí que alza las islas como polvo tenue,
Af\ 1 Esta segunda parte de las profecías de Isaías ha sido llamada tel libro del
consuelo», porque en ella promete el profeta la liberación del cautiverio.
3-5 Estas tres invitaciones son aplicadas por los evangelistas a San Juan Bautista
¡Mt. 3, 3; Luc. 3, 4); tienen, pues, segundo sentido mesiánico.
: El soplo de Yahveh : el viento cálido que todo lo agosta.
9 Súbete A LA cumbre : las promesas aquí encerradas no tuvieron entero cumplí
miento hasta Jesu-Cristo.
10 Paga : lit., obra.
" Como UN pastor : éste 1- el carácter de la dominación de Jcsu-Cristo, que no es
un tirano, sino un padre.
u El tercio : e. d., el tercio de una medida pequeña como el c)á o el seá.
14 Sendero de la justicia..., camino de la prudencia : o bien, camino justo..., camino
acertado.
40 16-41 2
ISAÍAS
40 i«-41 2
M y el Líbano nu basta para combustible
ni sus animales son suficientes para holocausto.
" Todos los pueblos son como nada delante de El,
como ' nulidad y vacuidad son por El reputados.
" ¿ A quién, pues, vais a comparar a Dios
y qué semejanza le prepararéis ?
19 El artífice funde el ídolo | v el orfebre lo recubre de oro batido '
v cadenas de plata le suelda!
50 h Escoge un trozo de madera que no se pudre, |
búscase un hábil artista | para erigir un ídolo que no se tambalee.
31 ¿ No lo sabéis ? ¿ No lo habéis oído ? |
¿No os fué revelado desde el principio?
¿ No lo habéis entendido, desde la fundación ' de la tierra ?
- El es quien está sentado sobre el círculo de la tierra, |
cuyos habitantes son como langostas ;
el que despliega el cielo como tenue velo 1
y lo extiende como una tienda para morar ,
23 el que reduce príncipes a la nada, |
a los jueces de la tierra los convierte en nadería.
-4 Apenas plantados, apenas sembrados, |
apenas arraigado en la tierra su brote,
sóplalos y se agostan, | y un torbellino se los lleva como tamo.
"5 ¿ A quién, pues, me vais a asemejar,
de suerte que me cuadre, dice el Santo?
'-'Alzad a la altura vuestros ojos y mirad : ¿Quién ha creado aquéllo*?
El que saca por cuenta sus ejércitos, | les llama a todos por su nombre ;
ante la magnitud de fuerza v vigorosa potencia J, | ninguno falta.
-1 ¿Por qué dices tú, Jacob, | y hablas tú, Israel :
«Mi suerte está oculta a Yahveh | y a Dios se le pasa mi derecho» ?
¿ No. lo sabes o no lo has oído ?
Un Dios eterno es Yahveh, | creador de los confines de la tierra ;
no se cansa ni se fatiga, ¡ insondable es su inteligencia ¡
-s al cansado da fuerza | y al impotente multiplica el vigor.
80 Podrán cansarse los muchachos y fatigarse, |
v los muchachos tambalearse mucho ;
" pero los que esperan en Yahveh renuevan las fuerzas, |
remontan el vuelo como águilas,
corren y no se fatigan, | andan y no se cansan.
La Providencia divina suscita un libertador. Promesas
tranquilizadoras a Israel, salvado por Yahveh
a~i 1 ¡ Islas, enmudeced ante mí; | esperen en mí justificación a los
^ L pueblos!
¡ Acudan y hablen entonces, | presentémonos juntos a litigio !
: ¿Quién ha suscitado desde el oriente |
a aquel a quien la victoria le sale al encuentro a su paso,
entrega delante de él las naciones ] y reyes derriba bajo b él ?
u ¿ A QUIÉN, pues... ? : exhortación a abandonar el culto de los ¡dolos. Nótese que
después de la cautividad babilónica no cayeron más los judíos en la idolatría.
-1 Dksdk EL principio : desde el comienzo del mundo, o desde el día cu <mc Dio»,
reunió a los judíos en nación.
Por cuenta : en número determinado.
A -I 1 ISLAS, enmudeced : pueblos de Occidente, callad y escuchadme.
'-' A aquel : Ciro, libertador de Israel, según la carne, figura del Justo por exce-
lencia, Jesús.
— 1342 —
41 3-22
41 3-22
Su espada los c trueca como en polvo ; | 6U arco, como en tamo disperso ;
s los persigue, pasa en paz | por senda en que sus pies no habían entrado.
' ¿ Quién lo ha hecho y realizado ? |
El que grita a las generaciones desde un principio :
Yo, Yahveh, soy el primero, | y con los últimos yo estoy.
' Yenle las islas y se estremecen, |
los confines de la tierra se conmueven, i acércanse y vienen.
■ 1 Ayuda el uno al otro | y dice a su compañero : «¡ Animo!»
: Y así anima el artífice al batihoja, |
el que pule con el martillo al que golpea el yunque ;
dice de la soldadura : «¡Está bien!»,
y la sujeta con clavos oara que no se mueva.
1 Tero tú, Israel, siervo mío, | Jacob, a quien yo elegí,
semilla de Abraham, mi amigo,
' tú, a quien tomé de los confines de la tierra | y de remotas regiones llame
y te dije : Mi siervo eres tú, | te elegí y no te he rechazado ;
" no temas, pues estoy contigo ; |
no mires buscando auxilio, pues soy tu Dios.
Ye te fortalezco, además te auxilio, |
y te sostengo con mi diestra victoriosa.
" He aquí que serán confundidos y avergonzados (
todos los que pelean contra ti ;
serán como nada y perecerán | las gentes que pelean contigo ;
" las buscarás y ño las encontrarás ¡ a las gentes que contigo riñen ;
serán como nada y como nadería | las gentes que contienden contra ti.
" Pues vo soy Yahveh, tu Dios, | el que agarra tu diestra,
el que dice : «No temas, ¡ yo te ayudo.»
M No temas, gusanillo de Israel, | oruga 0 de Israel :
Yo te auxilio, declara Yahveh, |y tu redentor es el Santo de Israel.
13 He aquí que yo te convierto en trillo, | en trillo nuevo dentado ;
trillarás las montañas y las pulverizarás, |
y las colinas reducirás a tamo.
" Las aventarás, y el viento se las llevará 1
y el torbellino las esparcirá ;
mas tú te regocijarás en Yahveh, |
en el Santo de Israel te gloriarás.
" A los míseros y los pobres, que buscan agua y no la hay, |
cuando su lengua está reseca de sed,
vo, Yahveh, les responderé ; |
yo, Dios de Israel, no los abandonaré.
" Sobre cumbres peladas abriré ríos, I
en medio de vegas, fuentes ;
convertiré el desierto en pantano ;
la tierra de sequío, en hontanares de aguas.
* Pondré cedros en el desierto, | acacia, mirto y olivo ;
en la estepa colocaré cipreses, | juntamente olmos y bojes,
n para que vean y conozcan I y adviertan y comprendan a la vez
que la mano de Yahveh ha obrado esto | y el Santo de Israel lo ha creado.
?1 Presentad vuestro litigio, dice Yahveh"; |
aportad vuestras pruebas, afirma el rey de Jacob.
"Aproxímense 1 y manifiéstennos las cosas que han de suceder;
manifestad qué son las cosas pasadas, a fin de que paremos mientes
y conozcamos su desenlace, o hacednos oír las cosas venideras.
" Gusanillo de Israel : así es llamado el pueblo de Israel por el desprecio en que
le tenían los otros pueblos. Igual expresión empleó en la cruz Jesu-Cristo.
15 Dentado : o también, con filos dobles.
Las aventarás : aunque tuvo cumplimiento esta profecía en tiempo de los lia-
cábeos, debe extenderse a la coi quista por la Iglesia de los pueblos paganos.
'8 Pantano : o estanque de aguas.
19 Olmos : también, pinos; otros, «plátanos». || Bojes: otros, «terebintos», «especie
de cedros»...
— 1.343 —
41 23-42 10
ISAÍAS
41 23-42 10
M Anunciad lo que haya de venir en lo futuro, |
para que sepamos que sois dioses ;
así haced algo ya bueno o ya malo, |
para que nos sorprendamos y lo veamos a la vez.
w He aquí que vosotros no sois nada y vuestro obrar es nadería e, \
una abominación es [quien] os elige.
** Yo lo he suscitado desde el norte, y ha venido ;
desde el naciente del sol, e invoca mi nombre h,
y ha pisoteado > a sátrapas como a barro |
y cual un alfarero pisa la arcilla.
* ¿ Quién lo ha manifestado desde el principio para que nos enterásemos '
anticipadamente, para que pudiéramos decir: «¡Justo!»?
Ciertamente, no hay quien lo haya manifestado |
ni quien lo haya hecho oír ; |
en verdad no hay quien haya oído vuestras palabras.
* Lo he anunciado 1 el primero a Sión |
y he dado a Jerusalén un mensajero de albricias.
Miré, mas no había nadie, | v entre éstos no existía ningún consejero,
para que yo le preguntara y ellos me hubiesen podido responder.
•9 He aquí que todos ellos son nada k ;
nadería es su obrar, | aire y vacuidad son sus ídolos fundidos.
El siervo de Yahveh
/I o 1 He aquí mi Siervo, en quien me opovo, | en el que se complace
mi alma.
He puesto mi espíritu sobre él, | ley traerá a las naciones.
: No gritará ni clamará, | ni hará oír en la calle su voz ;
8 no romperá la caña quebrada, ¡ ni apagará el pabilo que se extingue ;
en verdad traerá la ley. | 4 No desimayará ni se cansará,
hasta que implante en la tierra el derecho, |
y en su ley esperarán las islas.
' Así afirma el Dios Yahveh, | que creó el cielo y lo desplegó ,
el que extendió ¡la tierra y cuanto en ella brota ; |
el que dió sobre ella la respiración al pueblo
y aliento a aquellos que por ella caminan :
" yo, Yahveh, te he llamado en justicia, y te he cogido a por tu mano,
y te he formado", y te he constituido* en alianza del pueblo, en luz de
los gentiles,
7 para abrir ojos ciegos, para sacar prisioneros de la mazmorra,
de la prisión a los habitantes de las tinieblas. |
sYo, Yahveh, tal es mi nombre,
v mi honor no cedo a ningún otro | ni mi gloria a los ídolos.
" Las cosas íintiguas he aquí que se han realizado, | y nuevas yo anuncio :
antes de que broten os las hayo oír.
10 ¡ Cantad a Yahveh un cántico nuevo, |
su gloria desde los confines de la tierra ;
muja tempestuoso b el mar y su contenido, | las islas y sus habitantes.
» Desde kl norte : se refiere a Ciro, de país situado al oriente septentrional de
Palestina.
At\ 1 E¿ QUIEN ME APOYO: otros, a quien sostengo; Ciro y también Jesu-Cristo
Ley : o bien, derecho, como otros prefieren.
- Clamará : V «hará acepción de personas». El contraste entre la mansedumbre de
Jesús y el carácter bélico de Ciro demuestra que se trata aquí de dos personaje
distintos, y sobre todo del Salvador.
« Te he constituido : el medianero definitivo entre .Dios y el pueblo escogido
es Cristo.
— 1344 —
42 n-43 i
ISAÍAS
42 n-43 i
" ¡ Clamen el desierto y sus ciudades, ¡ las aldea* habitadas por Quedar ;
12 jubilen los moradores de Sela, |
den gritos de alegría desde la cumbre de los monte» 1
" Yahveh saldrá como un héroe, |
como un guerrero despertará su furor combativo ;
dará gritos y alaridos, | se mostrará fuerte contra sus ene-migo».
" He guardado silencio desde hace mucho tiempo, |
¿ voy a estar callado y me voy a contener ?
Como una parturienta gritaré, resoplaré | y jadearé a la vez ;
15 secaré montes y colinas | y todo su verdor agostaré ;
convertiré los ríos en yermos c y desecaré pantanos.
K Haré caminar los ciegos por caimino que no conocen, |
por senderos que ignoran los conduciré ;
trocaré ante ellos la oscuridad en luz, |
y el terreno accidentado en llanura :
tales son las cosas que les haré y no los dejaré.
" Se volverán atrás, cubiertos de confusión d,
los que confían en los ídolos,
los que dicen a las imágenes fundidas 8 : |
«¡Vosotros sois nuestros dioses!»
¡Sordos, oíd ; | ciegos, mirad para ver!
¿ Quién es ciego sino mi siervo, |
v sordo como el mensajero que vo envío ?
uién es ciego como el emisario, 1 y ciego ' como el siervo de Yahveh ?
"es muchas cosas, mas no lo notas ; |
tienes abiertos los oídos, mas no oyes
21 Yahveh quiso por amor de su justicia | engrandecer y magnificar la ley.
" Mas en un pueblo saqueado y despojado, j
apresados todos ellos en mazmorras h
y en prisiones" están encerrados ;
en botín se han convertido, y no hay quien los libre ; |
en1 saqueo, y no hay quien diga : «¡Devuelve!»
13 ¿ Quién de vosotros presta oído a esto, | escucha y oye para lo futuro ?
M j Quién ha entregado a Jacob al saqueo | y a Israel a los depredadores ?
¿No ha sido Yahveh, contra el que pecaron, |
en cuyas manos no querían caminar | v cuya ley no oyeron ?
a Así, pues, derramó sobre él el ardor de su cólera |
y la virulencia de la guerra,
que prendió todo en torno a él, mas no eompr«ndió ;
íe quemó, mas no paró mientes.
Redención y restauración del pueblo de Yahveh y ruina
de Babilonia
a o 1 Ahora bien, así dice Yahveh, |
tu Creador, ¡oh Jacob!, | y quien te ha formado, ¡oh Israel ! :
No temas, pues yo te redimo ;
No temas, pues yo te redimo ; |
'-' Sela o Petra : para unos, en Edom ; según muchos, la capital de los nabateos,
a unos 8o kms. al sudeste del mar Muerto. Otros vierten «las Rocas».
"RESOPLARÉ y jadearé: otros, «destruiré y aniquilaré» (cf. V).
M Haré caminar : en Jesu-Cristo se cumplieron cabalmente estas promesas. || Por
camino que no conocen : la Itrlesia, que Dios estableció por medios insospechables.
" Se volveren : lit., se han vuelto.
" EMISARIO: otros, «esclavizado», «familiar»...; V tnisi ad quem nuntios meos misi»
'•■"Ves: cf. 9; otros prefieren has visto... no notabas (o prestabas atención)...
— 1345 —
43 2-22
ISAÍAS
43 «
• Si pasas por la? aguas, estaré contigo, | y si por ríos, no te anegarán
si caminas por el fuego, no serás abrasado | ni La* Llamas te quemarán
Pues yo, Yahveh, soy tu Dios ;
el Santo de Israel es tu salvador.
Doy a Egipto como rescate tuyo, ¡ 4 porque eres valioso a mis ojos, ¡
muy estimado, y yo te amo,
y entregaré hombres en lugar tuyo, | y pueblos por tu vida.
6 No temas, pues estoy contigo.
Desde oriente traeré tu simiente | v desde occidente te recogeré.
"Diré al septentrión : «¡Daca!», I y al sur : «¡No retengas!»
Trae a mis hijos de lejos | y a mis hijas de los confines de la tierra ;
7 a todo aquel que se denomina por mii nombre
h en honor mío le he creado, lo he formado y hecho
" ¡ Sáquese al pueblo ciego, aunque tiene ojos ; |
a los sordos, aunque tienen oídos 1
'Todas las naciones se han reunido a una |
y_ se han congregado los pueblos.
¿Quién entre ellos puede anunciar estol
y puede hacernos oír las cosas antiguas?
Presenten sus testigos para justificarse,
hagan oír para que digamos c : ¡Es verdad!
10 Vosotros sois mis testigos, afirma Yahveh, |
y mis siervos d, que yo he elegido,
para que conozcáis y creáis en mí,
y comprendáis que soy yo ;
11 yo, yo soy Yahveh, | y fuera de mí no hay ningún salvador ;
11 yo lo he anunciado y salvado, hecho oír, |
y no ha habido entre vosotros dios extraño.
Ciertamente vosotros sois mis testigos, declara Yahveh, |
y yo soy Dios, 13 desde ¡a eternidad e lo soy,
y ninguno se salva de mi mano. | Cuando yo obro, ¿quién puede impedirlo
M Así dice Yahveh, | nuestro redentor, el Santo de Israel :
Por amor vuestro envié a Babel, |
y arranqué los cerrojos de las prisiones
y a los caldeos con cadenas al cuello se los encadenará « (?).
Yo, Yahveh, vuestro Santo, | el Creador de Israel, vuestro rev
" Así dice Yahveh, el que trazó en el mar un camino, I
y un sendero en las impetuosas aguas ;
" el que hizo salir a campaña carros y corceles, |
ejércitos y caudillos juntamente h";
tendidos yacen, no se levantarán más ; |
se apagaron como un pabilo que se extingue.
" ¡ No os acordéis de lo antiguo, | y de lo pasado no os cuidéis !
" He aquí que voy a realizar cosa nueva. | Ya brota, ¿ no lo notáis ?
Ciertamente, en el desierto haré un camino ; |
en región desértica y árida, ríos ;
w me ensalzarán [por ello] las bestias del campo, |
los chacales y los avestruces,
porque di agua en el desierto, [corrientes en el yermo,
para abrevar a mi pueblo, a mi elegido ; I
11 el pueblo que yo formé | narrará mi gloria.
** Mas tú no me has invocado, Jacob, |
ni > te has esforzado por mí, Israel.
septentrión : estos vv. se aplican a la vocación de los gentiles y s
i la Iglesia, ya que la profecía no se cumplió en el A. T.
no lo notáis? : empieza la simbólica descripción de lo feliz que t
uelta de Babilonia, figura del pueblo mesiánieo
campo : o animales salvajes.
— 1346 —
43 7
ISAÍAS
43 23-44 '
" No me has ofrendado el cordero de tus holocaustos, ]
ni me has honrado con tus sacrificios ;
no te he dado trabajo con oblaciones, |
ni te he cansado con incienso.
"No me has comprado por dinero caña aromática |
ni me has empapado con la grasa de tus sacrificios ;
sólo con tus pecados me has dado trabajo, |
me has cansado con tus faltas.
50 Yo soy, yo soy quien borra |
tus delitos por mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.
" Basta con que me recuerdes, discutiremos juntos ;
basta cotí que cuentes para justificarte.
" Ya tu primer padre pecó, f y tus representantes han faltado contra mí ;
28 por eso he profanado a santos príncipes |
y he entregado a Jacob al anatema y a Israel a los oprobios.
Restauración de Israel, a pesar de su indignidad. Diatriba
contra la idolatría. Ciro, instrumento de Yahveh
a A 1 Mas ahora, escucha, Jacob, siervo mío, |
de Israel, a quien yo elegí.
Así dice Yahveh, tu creador, |
y quien, habiéndote formado desde el vientre materno, te auxilia.:
No temas, siervo mío Jacob | y Yesurún, a quien yo elegí ;
* pues agua derramaré sobre el suelo sediento |
y torrentes sobre la tierra reseca ;
verteré mi espíritu sobre tu semilla | y mi bendición sobre tu brote
* Entonces brotarán a como hierba entre agua a, |
como álamos junto a corrientes acuáticas.
' Este dirá : «A Yahveh pertenezco», |
y aquél se b nombrará con el nombre de Jacob ;
y estotro escribirá en su mano : «De Yahveh», |
y con el nombre de Israel será apellidado c.
" Así dice Yahveh, rey de Israel | y su redentor, Yahveh-Sebaot :
Yo soy el primero y yo el último, |
y fuera de mí no existe dios alguno.
! Y ¿quién hay como yo? Preséntese d y grite |
y lo anuncie y expóngamelo.
¿Quién ha hecho oír desde antiguo los presagios * \
y nos ' ha anunciado lo que ha de venir ?
3 El cordero : propiamente Va res ovina o caprina (del sacrificio diario matutino
y vespertino, al parecer).
11 Me has dado trabajo : como si dijera : Los pecados de Israel han pesado sobre
Dios como pesa una carga en hombros del servidor. Así es como nuestros pecados
han movido al Hijo de Dios a hacerse esclavo para librarnos a nosotros de servi-
dumbre.
'■"He profanado: o bien, declaré profanos o contaminados j| Sanios príncipes: los
del santuario, los sumos sacerdotes.
A A "■ Yesurún : diminutivo afectivo : «el lealito o justito», como apelación honorí-
tica y Qombn propio simbólico, aplicado a Israel. Algunos la creen teñida de
cierta ironía.
a Agua di rramaré... verteré mí espíritu : es profecía mesiauica. El agua es sím-
bolo ; el espíritu, la realidad que infundirá Dios en el mundo.
'¿Quién uav como vo ? t quién como Dios puede anunciar lo porvenir'
— >.V17 -
44 8-u
ISAÍAS
44 8-20
" ¡ No tembléis ni temáis ' I \
¿No lo he anunciado h y manifestado desde hace mucho tiempo?
Sedme testigos : ¿ Hay un Dios fuera de mí |
o acaso 1 existe roca ? No sé de ninguno.
9 Los que tallan ídolos, todos son
cosa vana, y sus favoritos no sirven
para nada, y sus testigos no alcan-
zan a ver nada ni se enteran de na-
Fstatutlla de di"sa cubierta de
alta tiara
da, de modo que son confundidos.
,0 Quien conforma un Dios y funde
un ídolo, de nada le sirve. " He aquí
que todos los suyos serán confundi-
dos, todos sus s artífices son simples
hombres. Todos a una reúnanse [y]
preséntense, habrán de estremecer-
se [y] ser confundidos juntamente.
12 El que trabaja el hierro del ha-
cha labora con las brasas y le da
forma con martillos, y lo hace con
su fuerte brazo; incluso padece ham-
bre y se agota, no bebe agua y se
fatiga. 13 Quien trabaja la madera ex-
tiende la cuerda de medir, diseña el
ídolo con el lápiz, lo corta con las
gubias, con el compás lo delínea y
lo convierte en una figura de varón,
en un hombre hermoso destinado a
morar en una casa. 14 Cortóse k ce-
dros, tomó un roble o una encina, de-
jóseles crecer fuertes entre los árbo-
les del bosque, plantó una especie de
cedro, que la lluvia hizo crecer ; u y
sirven al hombre de madera combus-
tible ; tómase de ellos para calentar-
se,; también se enciende [con ellos]
fuego y se cuece pan ; además fa-
brícase [de ellos] un dios y se pros-
ternan, se hace de ello un ídolo y
se arrodillan ante él l. 16 La mitad de
ello se quema a fuego y sobre sus
ascuas m n se asa carne, se come n
asado y se sacia uno ; también ca-
liéntase uno y dice: «¡ Oh, me he ca-
lentado, he sentido el fuego!» 11 Mas
lo restante lo convierte en dios, en
su ído'o, ante el que se postra en
adoración, le adora y le ruega, di-
ciendo : «¡Sálvame, pues tú eres mi
dios!» "No saben ni comprender,
porque sus ojos están pegados °, de
forma que no ven, y su corazón de
suerte que no llega a entender. 19 No
reflexiona en su corazón ni posee »
conocimiento ni inteligencia para de-
cir : «La mitad de ello he quemado
en el fuego ; además he cocido pan
sobre sus brasas, he asado carne y
la he cpmido, y ¿ voy a hacer del
resto un espantajo, voy a postrarme
en adoración ante un objeto de ma-
dera ? 20 Apaciéntate de cenizas ; un
corazón engañado le ha seducido, y
así no salvará su alma, pues no dice :
«¡No habrá engaño en mi diestra!»
15 Y sirven al hombre : viene a decir irónicamente que el mismo árbol de donde
se saca un dios es empleado para hacer lumbre y guisar la comida.
30 No habrá engaño :. decir que tiene uno engaño en la diestra equivale a decir
íjuc cuenta sobre una cosa vana y engañosa.
44 21-45 1
ISAÍAS
44 21-45 4
" Recuerda esto Jacob, | e Israel, pues eres mi siervo ;
yo te he formado, siervo mío eres tú,
Israel ; no serás dado al olvido por mí.
" He borrado como una nube tus delitos | y como niebla tus pecados ;
vuélvete a mí pues yo te he redimido.
!S Jubilad, cielos, porque Yahveh lo ha realizado ; |
exultad, abismos de la tierra ;
prorrumpid, montañas, en gritos de júbilo ; |
tú, bosque, y cuantos árboles contienes ;
pues Yahveh ha redimido a Jacob, | y en Israel se gloría.
sl Así habla Yahveh, tu redentor, |
el que te formó desde el seno .materno :
«Yo, Yahveh, soy el hacedor de todo, | el que desplegué el cielo, yo solo ;
el que extendí la tierra sin ayuda alguna «;
" el que desbarata los presagios de los mentirosos parlanchines
y vuelve locos a los adivinos ;
el que obliga a retirarse a los sabios | y convierte su saber en locura ;
M el que realiza la palabra de sus servidores * \
y cumple la previsión de sus mensajeros ;
el que dice a Jerusalén : «¡Serás habitada!», |
y a las ciudades de Judá : «¡Seréis reconstruidas y pondré en pie sib
ruinas !» ;
21 el que dice al fondo del mar : «¡Sécate, |
de cierto desecaré tus corrientes!» ;
" el que dice a Ciro : «¡Mi pastor,
en verdad, todo cuanto deseo cumplirá !» ;
el que dice a Jerusalén : «¡ Serás reedificada !»,
y al 8 templo : «Serás fundado de nuevo!»
Misión de Ciro, ungido de Yahveh
A ti ' Asi afirma Yahveh a su ungido Ciro, | a quien yo cogí de la diestra
^ J para pisotear a pueblos delante de él | y desceñir lomos de reyes ;
para abrir ante él puertas | y que las puertas no queden cerradas :
- «Yo avanzaré delante de ti | y lo accidentado allanaré ;
quebraré puertas de bronce | y destrozaré férreos cerrojos.
3 Te daré tesoros de oscuridad | y riquezas guardadas [en] escondrijos,
a fin de que conozcas que soy Yahveh, |
el que te ha llamado por tu nombre, | el Dios de Israel.
' Por amor de mi siervo Jacob | y de Israel, mi elegido,
te he llamado por tu nombre, |
te he apellidado honrosamente, sin que une hayas conocido.
-- Borrado : o disipado.
23 Ha redimido a Jacob : de Egipto y Babilonia ; pero el profeta apunta a otra
redención mejor, que es la que llevará a cabo Jesu-Cristo.
86 Previsión : lit., consejo.
'-" El que dice : alude a la toma de Babilonia por Ciro, desviando las aguas del
Eufrates.
08 Mí pasior : cuenta Josefo en sus Antigüedades Judías (it, 2) que este pasaje es
el que determinó a Ciro a devolver a los judíos la libertad.
A pr 1 A su ungido :'el único rey a quien da la Escritura este nombre es Ciro, por
*** haber recibido de Dios la misión de salvar del cautiverio a los judíos, lo cual
le convirtió en tipo de Jesu-Cristo.
3 Tesoros de oscuridad: c d., escondidos, ocultos a las miradas. Babilonia era fa-
mosa por sus riquezas, por el oro principalmente
— I.Vlu —
45 5-20
ISAÍAS
45 5"^'
' Vo, Vahveh, y nadie más existe ; | lucra Je mí ao hay dios alguno.
Yo te he ceñido, sin que me hayas conocido,
" para que se sepa desde el oriente del sol hasta su b ocaso |
que no existe ninguno fuera de mí ;
yo, Yahveh, y nadie más. | 7 Yo, que formo la luz y creo las tinieblas,
doy salvación y creo perdición, | yo, Yahveh, soy quien hace todo esto.
8 Gotead, cielos, desde arriba, j y destilen las nubes derecho;
ábiase c la tierra, | y produzca d salvación,
y justicia brote a la vez : | yo, Yahveh, lo he creado.
1 ¡ Ay de aquel que litiga con su creador,
no siendo [sino] un tiesto entre tiestos de barro !
c Acaso dice la arcilla a su alfarero : «¿Qué haces?»,
y 'su obra : «¿No tienes e manos?»
"' ¡ Ay de quien dice al padre : «¿Qué es lo que engendras?», |
y a la mujer : «¿Qué pares tú?»
" Así dice Yahveh, | el Santo de Israel y su hacedor :
«¿ Me vais a interrogar acaso f sobre imis hijos. |
y acerca de la obra de mis manos me vais a dar órdenes ?
IJ Soy yo quien ha hecho la tierra | y he creado al hombre sobre ella ;
yo mismo, mis manos han extendido los cielos |
y a todo su ejército he dado órdenes.
15 Yo [además] le he suscitado en gracia | y todos su> caminos allano.
DI construirá mi ciudad |
y pondrá en libertad a los deportados de mi pueblo, «
no por ipreeio ni por soborno», | afirma Yahveh' Sebaot.
" Así habla Yahveh :
El fruto del trabajo de Egipto y la ganancia de Etiopía ¡
v los sábeos, hombres de elevada talla,
a ti pasarán y tuyos han de ser ; |
marcharán tras de ti, con cadenas caminarán ]
y se postrarán ante ti | y prorrumpirán suplicantes :
Sólo en ti hay Dios, y no existe nadie más, | ninguna otra divinidad !
lf ¡ Ciertamente contigo 11 hav un Dios escondido, |
el Dios de Israel es salvador!
'" Confundidos y totalmente avergonzados han quedado todos a una, i
han perecido con oprobie todos los modeladores de ídolos.
17 Mas Israel ha sido salvado por Yahveh | con salvación eterna ;
no seréis confundidos ni avergonzados | por toda la eternidad.
1S I'ues así dice Yahveh : | El creador del cielo, | que es. Dios ;
el que formó la tierra y la creó, | el que la estableció,
no la creó como yermo, | mas para ser habitada formóla :
yo, Yahveh, y nadie más.
i;' No he hablado en oculto, | en lugar tenebroso de la tierra ;
no he dicho a la simiente de Jacob : | «¡Búscame en vano!»
Yo, Yahveh, hablo justicia, | proclamo rectitud.
30 ¡ Congregaos, venid, | reunios a una, | escapados de los gentiles !
No tienen inteligencia los que llevan | sus ídolos de madera
e imploran a un dios | que no puede salvar.
* Gotead, cielos : oración yue la Iglesia dirige a Dio
pedirle envíe a Jesu-Cristo, justo por excelencia. || DERE
to al Salvador».
" Manos : o bien, habilidad.
a Su ejército : los astros.
1:1 En gracia : o bien, en justicia, aludiendo a la vocación salvadora de Ciro.
nuestros ojos su Diyinidad, pero nos la «leja
desierta y caótica ; V «cu vano»,
no hace como los oráculos paganos, que daban
lenguaje oscurísimo. || Lugar tenebroso de la
no comprenden 1 l i i-van : V «alzan»; pudiera
— USO —
45 21-46 10
ISAÍAS
45 21~46 "'
•' Manifestad y aducid [vuestras pruebas], | deliberad unos con otros. |
¿Quién ha hecho oír esto desde antiguo, |
lo ha predicho desde entonces ?
i No fui yo, Yahveh ?
Pues no existe más dios fuera de mí,
Dios justo y salvador ; | no hay otro alguno a excepción de mí.
■ Volveos a mí y seréis salvos", | todos los confines de la tierra,
porque yo soy Yahveh y no hay otro alguno.
6 Por mí [mismo] he jurado,
de mi boca ha salido justicia ; | una palabra y no vuelve :
de cierto ante mí se doblará toda rodilla, | [por mí] jurará toda lengua,
■' diciendo: Sólo en Yahveh tengo | salvación y fuerza ;
a El vendrán J y serán confundidos |
todos aquellos que hierven en ira y odio contra El,
a mas por Yahveh será justificada y se gloriará |
toda la semilla de Israel.
Caída de los dioses de Babilonia
¿|¿ ' Postrado está Bel, | humillado Nebó ;
sus ídolos pasaron a los animales y las bestias,
sus imágenes procesionales han sido cargadas como carga |
a las cansadas bestias.
: Doblegados están y postrados a la vez ; |
no pudieron salvar a quien los llevaba »;
v ellos mismos van al cautiverio.
* ¡ Escuchadme, casa de Jacob |
y todo el resto de la casa de Israel,
que [me] fuisteis cargados [a mí] desde el vientre materno, |
llevados desde el materno seno ! :
' Hasta la ancianidad yo soy [el mismo], |
y hasta la vejez [os] portaré.
Yo [os] he llevado b y llevaré, | y yo os portaré y salvaré.
* ¿ A quién me vais a' comparar y equiparar ?
; Me consideraréis análogo, de suerte que nos pareciésemos ?
Se sopesa oro de la bolsa | y plata con la balanza ;
n salarian un orfebre, el cual hace de ello un dios ; |
póstranse adorando, prostérnanse también.
: Se lo cargan a hombros y lo llevan, |
lo depositan en su sitio y se está quieto, | de su lugar no se mueve ;
alguien grita hacia él, mas no responde ; |
de su tribulación no puede salvar a nadie.
" Recordad esto y afirmaos c, | parad mientes en ello, pacadore*,.
* Acordaos de lo pasado desde tiempo antiquísimo, |
pues yo soy Dios y no existe ninguno más, |
divinidad y ninguna otra hay igual a mi.
10 El que al principio anunció el fin |
y con mucha anterioridad lo que aun no había sucedido ;
el que dice : «Mi decisión permanece |
y todo lo que me place llevo a cabo.»
AC\ ' 1¡U. : es la forma babilónica del Baal hebreo. Era como el Júpiter babilonio,
^ llegando a denotar al Señor por antonomasia, Marduc o Merodac, dios protector
de Babilonia. || Nebó: considerado como el portavoz de los dioses (cf. Nabí 'portavoz,
profeta'), túvosele como hijo de Marduc e inventor de la escritura. Venerábasele es
pecialmente en Liorsippa. | Sus ídolos pasaron a los animales...: que habían de
transportarlos al ser cogidos con el botín por el conquistador de la ciudad.
46 n-47 12
ISAÍAS
46 n-47 12
" Del levante llamo al ave de rapiña, |
de lejano país al hombre de mi A decisión.
Como lo dije, lo hago suceder ; | corno lo imaginé, lo realizo.
u Escuchadme vosotros, los de empedernido corazón,
los que estáis lejos de la justicia :
" Hago aproximarse mi justicia, no está lejana, |
y mi salvación no se demora ;
daré redención en Sión | y para Israel mi gloria.
Caída de Babilonia
AH 1 ¡ Baja y siéntate en el polvo, | virgen hija de Babel ;
" siéntate en tierra sin trono, | hija de los caldeos ;
pues ya no se te volverá a llamar | «delicada y tierna» !
¡ Toma el molino y muele harina, | quítate el velo,
levántate la cola del vestido, descubre tu pantorrilla, | vadea ríos I
8 ¡ Tu desnudez será descubierta | y veránse tus vergüenzas 1
Tomaré venganza y no me toparé con hombre alguno a.
- 'Nuestro redentor, Yahveh-Sebaot es su nombre, el Santo de Israel.
5 Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, | ¡hija de los caldeos!,
pues ya no se te volverá a llamar | «Señora de reinos».
Me enfurecí contra mi pueblo, | profané mi heredad
y la entregué en tu mano. Tú no tuviste | de ellos compasión ;
sobre el ariciano hiciste pesar | en extremo tu 3'ugo.
; Pensaste : «¡ Eternamente seré | señora para siempre b!» ;
no paraste mientes en esto, | no pensaste en tu desenlace.
Mas ahora escucha esto placentera, | tú que estás sentada en seguridad,
la que decía en su corazón : | «¡Yo y sólo yo subsisto!»,
no quedaré viuda | ni sufriré orfandad.
"Mas te sobrevendrán estas dos cosas | repentinamente, en un día :
orfandad y viudedad en toda su plenitud | vendrán sobre ti,
a pesar de tus numerosos conjuros, |
no obstante tus encantamientos en extremo enérgicos.
" Pero tú te sentías segura en tu maldad, I
pensabas : «¡No hay quien me vea!» ;
tu sabiduría y tu ciencia | te han descarriado,
v pensaste en tu corazón : | «¡Yo y sólo yo subsisto!»
" Sin embargo, te asaltará desgracia, |
que no sabrás alejar con encantamientos, '
v sobre ti caerá calamidad | que no podrás borrar ¡
y te sobrevendrá de súbito ruina | sin que lo sepas.
Así, pues, preséntate con tus encantamientos, |
y con tus numerosos conjuros,
en los que te has fatigado desde tu juventud, |
quizá puedas sacar provecho, | quizá asustar con ellos.
" Ave de rafi
<le este rey y si
13 Mi salvació:
Ciro. Tocias las
lengua hebraica personificar un país
número de habitantes que tengo,
ría en Babilonia desde los mas anti-
— I.VS2 —
47 i;í~48 v¿
ISAÍAS
47 12
'* Te has cansado con tus muchos consejeros °; | preséntense, pues,
v sálvente los que dividen el cielo, | los que observan las estrellas,
[os que a los novilunios te manifiestan | algo de lo que d te sobrevendrá.
" He aquí que han venido a resultar como tamo, | fuego los ha quemado ;
no pueden salvar su vida | del poder de las llamas ;
no se trata de brasas para calentarse en ellas, |
de hogar para sentarse delante.
" Así te ocurre con aquellos por los que te esforzaste, |
con tus compañeros de negocios desde tu juventud :
todos se echan a un lado, | no hay quien te salve.
Incredulidad de Israel y exhortaciones al mismo antes
de la liberación
4J) 1 Escuchad esto, casa de Jacob, |
B** los apellidados con el nombre de Israel |
y que salieron de las entrañas a de Judá,
los 'que juran por el nombre de Yahveh ¡
y del Dios de Israel hacen memoria,
mas sin verdad ni rectitud. I 2 Ciertamente, llámense según la santa ciudad
y se apoyan en el nombre de Dios de Israel, i
cuyo nombre es Yahveh-Sebaot.
'Las cosas precedentes anunciólas con mucha antelación; !
de mi boca salieron y las hice oír h,
de repente las realicé y sucedieron. |
4 Porque sabía que tú eres obstinado
v un tendón de hierro tu cerviz, | y tu frente, de bronce ;
6 por ello te lo anuncié con mucha antelación, |
antes de que sucediese te lo hice oír,
para que no dijeses : «Mi ídolo lo ha hecho, |
mi escultura, mi imagen fundida lo ha ordenado.»
° Tú lo has oído, míralo todo ello; |y vosotros, ¿no !o anunciaréis?
Te he hecho oír cosas nuevas desde ahora ¡
y cosas ocultas que no conocías.
| Ahora han sido creadas y no hace tiempo, |
sin que antes 0 las hubiera oído,
para que no digas : «¡Ya lo sabía!»
5 Ni lo has oído ni lo supiste, | ni fué con anterioridad abierto tu oído ,
pues yo sabía que eres pérfido |
y te llamas «rebelde» desde el vientre materno.
• Por amor de mi nombre difiero mi cólera |
y en gracia a mi gloria me contengo frente a ti para no exterminarte
| He aquí que te he probado para mí como ú la plata, |
te he puesto a prueba en el horno de la tribulación.
! Por amor mío, por amor mío obraré, |
pues ¡cómo sería [si no] profanado mi nombre *! , \
y mi honor no cedo a ningún otro.
'• Oyeme, Jacob, | e Israel, a quien yo he_ llamado :
'l Yo soy, yo soy el primero | y »oy también el último.
¿JO ■ Según i.a sania ciudad: Uámanse ciudadanos de Jerusalén.
*0 ' Rebelde : o tranagresor, pecador, apóstata... De hecho fué Isiael rebelde pera
con Dios desde que nació como pueblo.
■ Difiero 'O doy largas a) Mt cólera : e. d., soy paciente, longánime.
11 Mi nombre : para que no digan los gentiles que he abandonado a mi pueblo en
'a opresión.
— IS¡53 —
48 13-49 6
ISAÍAS
48 is-49 "
'■' Además, mi mano ha fundado la tierra |
y mi diestra ha desplegado el cielo ;
cuando los llamé, | comparecieron juntamente.
M Congregaos todos vosotros y oíd : |
¿Quién entre ellos anunció esto?
1 Mi g amigo ha hecho mi * gusto con Babilonia
y con la simiente de los h caldeos.
!5 Yo, ciertamente, yo lo predije e incluso le llamé ; !
le traje, y lleva felizmente a cabo su cometido.
" Acercaos a mí, escuchad esto :
No he hablado desde el principio secretamente ; f
desde el momento en que esto comenzó a tener lu.^ar he estado yo allí.
Mas ahora, el Señor, Yahveh, | me ha enviado con su espíritu.
" Así afirma Yahveh, tu redentor, | el Santo de Israel :
Yo soy Yahveh, tu Dios, | que te enseña a sacar provecho,
que te encamina por el camino que debes seguir.
" ¡ Oh si hubieses atendido a mis mandamientos !
| Tu paz sería como un río | y tu justicia como las olas del mar ;
19 y sería como arena tu simiente, |
y los vástagos de tus entrañas cual sus granitos r
Su nombre no sería extirpado ni aniquilado de delante de mí.
:" ¡ Salid de Babilonia, | huid de los caldeos !
Con voces de júbilo anunciad, | proclamad esto,
publicadlo hasta el confín de la tierra.
Decid : Yahveh ha redimido | a su siervo Jacob.
■' Y no padecieron sed ; | por el desierto los condujo ;
agua de la roca | hizo brotar para ellos, |
y hendió peñas y manó el agua.
22 Los impíos, afirma Yahveh, no tienen paz.
El siervo de Yahveh y el restablecimiento de Sión
AQ ' ¡ Escuchadme, islas, ¡ y prestad atención, pueblos lejanos !
Yahveh me ha llamado desde el vientre materno, |
desde las entrañas de mi madre ha anunciado mi nombre.
- Y puso mi boca como espada afilada, \
a la sombra de su mano me ocultó ;
hizo de mí flecha aguzada, | en su aljaba me escondió.
8 Y me dijo : «Tú eres mi siervo, | un Israel, en el que me glorificaré *.»
' Mas díjeme yo : «En vano me he esforzado, |
por nada e inútilmente he consumido mi fuerza.»
Pero mi justicia está en Yahveh | v mi recompensa en mi Dios.
5 Mas ahora dice Yahveh |
que desde el vientre materno me predestinó para siervo suyo,
a fin de que haga volver a Jacob a El | y que con él b se_ reúna ;
pues soy honrado a los ojos de Yahveh f y mi Dios es mi fortaleza.
,: Así dice : «Es poca cosa que seas mi siervo |
para erigir las tribus de Jacob
15 Su cometido o empresa: lit., su 'camino.
1,1 Secretamente : e. <!., que he anunciado con claridad la misión de Ciro.
,sTu justicia: o bien, tu prosperidad, tu salvación...
-" Hasta el confín de la tierra : estas palabras prueban que no se trata aquí sólo
.le la liberación de Babilonia, sino de la redención del Mesías.
No tienen paz: paz es aquí sinónimo de bienandanza.
AQ 3 Mi siervo : Jesús es considerado aquí según su humanidad.
« Díjeme yo : el Mesías.
«En los Hechos Apostólicos (13, 47) aplica San Hablo este v. a Jesu-Cn>to
49 7-21
ISAÍAS
49 7-.21
v volver a traer a los supervivientes de Israel, |
sino que te he constituido en luz de los gentiles,
para que mi salvación llegue | hasta el fin de la tierra »
' Así afirmar Yahveh, | el redentor de Israel, su Santo,
al despreciado de alma, repudiado por las trentes, |
al esclavo de los soberanos :
«.Revés verán y se levantarán | príncipes, y se prosternaran,
por causa de Yahveh, pues es leal, I
del Santo de Israel, que te escogió.»
8 Así habla Yahveh :
En el tiempo de la complacencia te escucho ]
y en el día de la salvación te ayudo,
v te he constituida v puesto I como alianza del pueblo,
para levantar de nuevo el país, I para repartir heredades asoladas,
^diciendo a lo? prisioneros : «¡Salid!» ; I
a los que están en las tinieblas : «¡Mostraos!»
En todos 0 los caminos se apacentarán, |
y en todas las alturas peladas [hallarán] su pasto.
10 No padecerán hambre ni sed |
ni les herirá el viento ardoroso ni el sol ;
pues el que se compadece de ellos los guiará
y a manantial de agua los conducirá ;
" v todas mis montañas convertiré en camino, |
' y mis calzadas se levantarán.
" He aquí que éstos vendrán de lejos d, I
y ve ahí que estos otros vendrán del norte y el oeste |
y aun estos otros del país de los sinitas.
" ¡ Exulta, cielo, y regocíjate, tierra ; I
prorrumpan en júbilo los montes ;
pues Yahveh ha consolado a su pueblo, i se compadece de su* míseros !
" Mas Sión dijo : «Me ha abandonado Yahveh, |
y el Señor se ha olvidado de mí.»
"¿Puede acaso una mujer olvidar a su mamoncillo,
sin apiadarse del hijo de su vientre ?
Aunque éstas olvidaran, | yo no me olvidaría de ti.
He aquí que sobre las palmas de las manos te he grabad» ; !
tus muros están ante mí de continuo.
" Han acudido presurosamente tus reconstructores 1
los que te derribaron y te asolaron se parten de ti.
u Alza en torno tus ojos y mira : |
todos ellos se han congregado para venir a ti.
¡ Vivo vo, afirma Yahveh, que a todos ellos te los colocará'- como aderezo
y los ceñirás como una novia !
" Pues tus escombros, tus ruinas | y tu tierra asolada...,
ciertamente ahora serás sobrado angosta para los moradores |
y tus destructores estarán lejanos.
" Aun a oídos tuyos dirán ! los hijos de tu orfandad :
«¡ Yiéneme el lugar estrecho, | cédeme sitio donde pueda yo habitar!»
11 Entonces dirás para tus adentros : | «¿Quién me ha parido a éstos?
Yo no tenía hijos y era estéril, !
desterrada y apartada ; | ¿ a éstos, pues, quién los ha criado ?
He aquí que yo había quedado sola ; | ¿éstos, pues, de dónde vienen ?»
8 El tiempo de la complacencia: o de gTacia, o bien, en el tiempo propicio. || He
constituido : o también guardado (cf. V), formado, predestinado...
12 Vendrán de lejos: anuncio de la conversión de los gentiles. || País de los si-
nitas : de muy discutida identificación : China, Pelusium, Syene, actualmente As-
suán... ; la última es la preferida.
16 Las palmas de las manos: alusión al uso oriental de tatuarse e imprimirse en la-
manos signos religiosos.
30 Orfandad : lit., privación de hijos.
49 22-50 7
ISAÍAS
49 22-50 7
22 Así afirma el Señor, Yahveh :
He aquí que contra las naciones alzaré mi mano |
y hacia los pueblos levantaré mi enseña ;
entonces traerán a tus hijos~ en el seno, |
y tus hijos a hombros serán llevados.
3 Reyes serán tus ayos | v princesas tus amas ;
rostro en tierra se prosternarán ante ti |
y lamerán el polvo de tus pies,
para que sepas que soy Yahveh |
y quienes en mí esperan jamás sen confundidos.
-4 ¿ Puede arrebatársele el botín a un guerrero
o pueden escapársele los cautivos a un poderoso'?
25 En verdad, así dice Yahveh :
«A un valiente puédesele arrancar los cautivos |
y a un poderoso se le puede escapar la presa,
mas con tus adversarios pelearé | y a tus hijos pondré a salvo
•"Ya quienes te oprimen daré a comer tu propia carne, |
y como de vino se embriagarán en su propia sangre,
para que todos los mortales sepan | que vo, Yahveh, soy tu salvador ,
v tu redentor, el Fuerte de Tacob.»
La restauración de Sión (prosigue). El siervo de Yahveh,
víctima de expiación
Cf\ 1 Así dice Yahveh :
¿Dónde está, pues, el libelo de repudio |
de vuestra madre a la que yo repudiase ?
¿ O hay alguno entre mis acreedores j a quien yo os vendiera ?
He aquí que por vuestras culpas habíais sido vendidos |
y por vuestros pecados fué repudiada vuestra madre.
2 ¿ Por qué vine y no había nadie, | llamé y nadie respondió ?
¿Sería acaso mi brazo demasiado corto para la redención |
o me faltaría fuerza para salvar ?
He aquí que con mi amenaza deseco el mar, convierto ríos en desierto,
de modo que se pudren por falta de agua | y mueren de sed ;
8 vo visto al cielo de negro | y le pongo un saco por vestidura suya.
' El Señor, Yahveh, me ha dado | lengua apta para enseñar,
para conocimiento, para responder a algo al cansado ;
cada mañana me despierta el oído, | para escuchar como discípulo.
6 El Señor, Yahveh, me ha abierto el oído
v no me he rebelado, | no me he echado atrás.
É Mi espalda ofrecí a los que golpeaban |
y mis mejillas a quienes mesaban la barba ;
mi rostro no hurté | a la afrenta y el salivazo.
7 Mas el Señor, Yahveh, me auxiliará ; | por eso no seré avergonzado ;
por eso he puesto mi rostro como pedernal, |
y sé que no he de ser confundido.
28 Reyes serán : los reyes de Judá e Israel daban sus hijos a educar entre los prin-
cipales señores de sus estados.
M Su propia carne: e. d., que caldeos, asirios y babilonios se armarán unos contra
otros y se desrollaran y comerán entre sf.
Kf\ ' VUESTRA madre : la sinagoga, la nación judía, rechazada por no creer en Jesu-
«-"-' Cristo.
4 Lengua apta para enseñar: lit., de doctrina, e. d., elocuente.
0 Mi espalda OFRECÍ : todo esto cumplióse en la pasión de Cristo.
7 Me auxiliara : Dios sostuvo a Jesu-Cristo en todas sus pruebas, y lo que a los
'ijiis de los hombres era confusión tornóse en ploria y honor suyo
— 13.SÓ —
50 8~51 9
ISAÍAS
50 8-51 9
* Próximo está el que me justifica : |
¿quién quiere pelear conmigo? | ¡Presentémonos juntos!
¿ Quién es mi demandante ? | ¡ Preséntese ante mí !
* He aquí que el Señor, Yahveh, me auxiliará : |
¿quién, pues, osará condenarme?
Ve ahí que todos ellos se gastarán como un vestido, | la polilla los comerá
10 ¿ Quién de vosotros teme a Yahveh | y escucha la voz de su siervo ?
¡ El que camine en tinieblas | y carezca de resplandor,
confíe en el nombre de Yahveh | y apóyese en su Dios !
11 He aquí que todos vosotros prendéis fuego, |
encendéis b flechas incendiarias.
| Caminad a la luz de vuestro fuego |
y de las flechas incendiarias que habéis prendido !
Por mi mano os ocurre tal cosa, j en tormento yaceréis.
Certeza de una próxima salvación de Israel
r "i 1 ¡ Escuchadme, los que vais en pos de la justicia, I
p"* que buscáis a Yahveh!
Mirad a la roca de la que habéis sido tallados, |
a la cavidad y fosa de donde fuisteis extraídos.
* Mirad a Abraham, vuestro padre, 1 y a Sara, la que os parió ;
a él, siendo uno, le llamé, | le bendije v multipliqué
1 Ciertamente, Yahveh se compadecerá de Sión, |
se compadecerá de todos sus escombros,
y convertirá su desierto en un edén, | y su yermo en el huerto de Yahveh ;
gritos de alegría y júbüo se darán en ella, |
alabanza y melodía de cantos.
4 ¡ Escuchadme, pueblos y naciones b, | prestadme oído!,
pues enseñanza saldrá de mí | y mi derecho para luz de los pueblos c.
* Súbitamente hago aproximarse á mi justicia ; mi salvación f
brotará como luz e y mis brazos juzgarán a los pueblos.
En mí esperarán las islas j y en mi brazo confiarán.
" Alzad al cielo vuestros ojos ¡ y mirad abajo, hacia lt tierra :
ciertamente el cielo se disipará como humo, |
y la tierra se envejecerá como un vestido, |
y sus habitantes morirán como mosquitos ;
mas mi salvación durará eternamente fy mi justicia no tendrá fin '.
1 ¡ Escuchadme los que conocéis mi justicia, f
pueblo que lleva mi doctrina en su corazón :
nc temáis el oprobio de los hombres | y ante sus afrentas no desmayéis !
* Pues como vestido los devorará el gusano |
y como lana los comerá la polilla,
mas mi justicia durará eternamente |
y mi salvación de generación en generación.
•Despierta, despierta, vístete de fortaleza, | ¡oh brazo de Yahveh! ;
despierta como en los días pasados | de las antiquísimas generaciones.
• Demandante : o acusador.
"¿Quién de vosotros... y escucha...?: o bien, quien de vosotros tema a Y., es-
cuche... || Teme a Yahveh : o bien, más lit., es respetuoso de, adorador de Y.
u Incendiarias : o ardientes.
K1 s Como mosquitos: otros, «como asf», e. d., isualmente fcf. Vi. || Durara
eternamente : la salvación que el Salvador traerá a la tierra durará más que el
cielo y la tierra.
' Káhír c. d., Egipto (cf 30, 7, y Sal. M„ 4). || El dragón : e. d., el Faraón.
— 1357 —
51 10-23
ISAÍAS
51 i»-2»
¿ No eres tú el que destrozó « a Ráhab, | traspasó el dragón ?
,0 ¿ No eres quien secó el mar, | las aguas del gran océano ;
convirtió en camino los abismos del mar |
para que atravesaran los redimidos ?
" Regresarán así los liberados de Yahveh, |
y vendrán a Sión con gritos de júbilo,
coronada su testa de eterna alegría ; |
regocijo y alborozo [los] alcanzarán, | y huirán penas v suspiros.
13 Yo, yo soy quien os consuela, | ¿quién eres tú para temer
a un hombre mortal y a una criatura humana, | que perece como el heno ?
" Y ¿olvidarás a Yahveh, tu creador, | que desplegó el cielo,
y fundó la tierra ?
¿Temblarás continuamente todos los días
ante la furia del opresor
porque se dispone a perderte ?
["] ¿ Dónde queda la furia del opre?or ?
14 Rápidamente, el encorvado será
puesto en libertad y no morirá en la
fosa ni faltará su pan. 16 En cuanto
a mí, soy Yahveh, tu Dios, el que
ac:ita el mar, de suerte que braman
«us olas ; Yahveh-Sebaot es su nom-
bre. 14 Y puse mis palabras en tu
boca v a la sombra de mi mano te
oculté, para desplegar h el cielo y
fundar la tierra y para decir a Sión :
«Mi pueblo eres tú.»
" Despierta, despierta, | levántate, Jerusalén,
tú que has bebido de mano de Yahveh | la copa de su furor ;
el cáliz, la cona ' del aturdimiento has bebido hasta apurarla.
w No había ninguno que la condujese I „
entre todos los hijos que había parido,
ni ninguno que tomase su mano | entre todos los hijos que criara.
18 Estas dos cosas te han acaecido, | ¿quién se lamenta por ti?
Asolación y destrucción, hambre y espada : | ¿ quién se compadece > de ti ?
20 Tus hijos cayeron desfallecidos, yacen
por todas las' esquinas de las calles como un antílope en la red,
ellos que estaban llenos de la furia de Yahveh, | del enojo de tu Dios.
a Por eso, ¡ oye esto, miserable, | ebria, mas no de vino !
" Así dice tu Señor, Yahveh, y tu Dios, I que litiga por su pueblo :
«He aquí que tomo de tu mano | la copa del aturdimiento,
el cáliz, la copa de mi furor ; ya no volverás a beber más de ella ;
" antes bien, lo deposito en manos de tus opresores,
que te decían a ti : ¡ Póstrate para que pacemos por encima!,
de suerte que pusiste como suelo tu espalda |
y como calzada para los que pasaban.»
12 Que perece : lit., que es entresrado o puesto, e. d., se torna como...
M El encorvado : o doblado en las cadenas.
En ru roca : Santo Tomás refiere estas palabras a Isaías ; San Jerónimo, a Cristo.
30 Esquinas de las calles : o bien, las encrucijadas de los caminos.
n Ebria, mas no de vino : de calamidades.
23 Póstrate : alude a la costumbre de los reyes orientales de montar a caballo sobre
los príncipes vencidos o de andar sobre sus cuerpos.
52 i-«
ISAÍAS
52 1-15
Proximidad de la liberación. Humillación y gloria
del Mesías
r O 1 ¡ Despierta, despierta, vístete | tu fortaleza, oh Sión ;
vístete tus vestidos magníficos, | Jerusalén, ciudad santa!,
pues ya no volverá a venir a ti | el incircunciso y el impuro.
- ¡Sacúdete el polvo, levántate, | cautiva* de Jerusalén ;
desata b las ligaduras [de] tu cuello, | cautiva hija de Sión I
3 Pues así habla Yahveh : «Gratis^
habéis sido vendidos e igualmente
seréis redimidos también sin pa-
go.» 4 Pues dice el Señor, Yahveh :
A Egipto bajó mi pueblo al principio
para morar allí como inmigrante, y
Asiría le oprimió al final. 'Y ahora
¿qué hago yo aquí?, afirma Yah-
veh. Mi pueblo ha sido arrebatado
sin motivo ; los que le dominan ulu-
lan soberbios c, declara Yahveh, y
continuamente todos los días es mi
nombre injuriado. * Por eso mi pue-
blo conocerá mi nombre d el día que
yo diga : «¡ Heme aquí!»
Vasija de arcilla de las halladas
en Jerusalén y Guézer
' ¡ Cuán bellos son los montes, | los pies del mensajero de albricias,
ue anuncia paz ;
el portador de buena nueva, | que anuncia salvación ;
el que dice a Sión : | «¡Tu Dios reina!»
* ¡Escucha! 6 Tus centinelas alzan la' voz, | gritan a una
porque ven cara a cara cómo Yahveh regresa a Sión.
0 ¡ Gritad de júbilo, exultad juntamente, | ruinas de Jerusalén,
pues Yahveh se ha compadecido de su pueblo, | ha redimido a Jerusalén !
10 Yahveh ha desnudado su santo brazo | a los ojos de todos los pueblos,
y todos los confines de la tierra verán | la salvación de nuestro Dios.
u ¡Apartad, apartad, salid de allí, | no toquéis cosa impura!
¡ Salid de en medio de ella, purificaos | los que lleváis los vasos de Yahveh !
° Ciertamente, no habéis de salir en fuga precipitada |
ni marchar de huida ;
pues ante vosotros camina Yahveh, |
y c! Dios de Israel cierra vuestra marcha.
11 He aquí que mi siervo tendrá éxito, |
será elevado, ensalzado y excelso en extremo
14 ¡ Cuántos se horrorizarán ante él 1 ,
pues * desfiguración sin parecido humano ofrece su aspecto |
y su figura no es como la de los hijos de los hombres ! ;
u así se llenarán de asombro h muchos pueblos, |
por su causa reyes cerrarán su boca,
pues verán lo que no se les había referido
y contemplarán lo que oído no habían.
pro 1 El incircunciso : estas palabras sólo en el cielo tendrán cabal cumplimiento.
y& 6 Sin motivo : Nabucodonosor destruyó a Jerusalén y llevó cautivos a los judíos
sin que hubiesen éslos dado motivo para ello.
* ¡Cuan bellos son los montes...! : cf. G : tcomo la primavera sobre los montes».
u En fuga precipitada : la salida del cautiverio babilónico no ha de ser como la
aalida de Egipto.
15 Tendrá éxito : prosperará, V lintelliyet».
» Desfiguración sin parecido : esto se refiere a la pasión del Sefior y no puede
servir de argumento a los que admiten la fealdad corporal de Jesu-Cristo.
" Cerrarán su boca : quiare decir que se someterán a SI.
53 i-ii
ISAÍAS
53 i-"
Pasión y muerte del siervo y sus consecuencias
1 ¿Quién ha creído nuestra noticia? ; |
y el brazo de Yahveh, ¿ sobre quién se ha revelado ?
5 Creció como un pimpollo delante de él, |
como raíz de tierra seca ;
no tiene apariencia ni belleza para que nos fijemos en él,
ni aspecto para que en él nos complazcamos.
s Fué despreciado y abandonado de los hombres, |
varón de dolores y familiarizado con el sufrimiento,
y como uno ante el cual se oculta el rostro, |
le despreciamos y no le estimamos.
' Mas nuestros sufrimientos él los ha llevado, |
nuestros dolores él » los cargó sobre sí,
mientras nosotros le tuvimos por azotado, |
por herido de Dios y abatido.
1 Fué traspasado por causa de nuestros pecados, |
molido por causa de nuestras iniquidades ;
el castigo [precio] de nuestra paz cayó sobre él
v por sus verdugones se nos curó.
Todos nosotros como ovejas errábamos, |
cada uno a su camino nos volvíamos,
mientras Yahveh hizo que le alcanzara | la culpa de todos nosotros.
r Fué maltratado, mas él se doblegó | y no abre su boca ;
como cordero llevado al matadero I y cual oveja ante sus esquiladores
enmudecida, y no abre su boca.
" De opresión y juicio fué tomado, |
y a sus contemporáneos b, ¿ quién tendrá en cuenta ?
Pues fué cortado de la tierra de los vivientes, |
por el crimen de mi pueblo fué herido de muerte •.
"Y se pretendió poner su sepultura con delincuentes |
y con malhechores d [reposó] en su muerte
aunque él no hubiera cometido injusticia |
ni engaño hubiera en su boca.
M Mas a Yahveh le plugo destrozarle con ' padecimiento. |
Cuando él ponga su vida como medio expiatorio,
verá descendencia prolongará [sus] días |
v el designio de Yahveh por él prosperará.
51 Gracias a la fatiga de su alma | verá luz * y se saciará ;
por medio de su conocimiento, mi siervo, el justo, justificará a muchos
y sus iniquidades cargará sobre sí.
KO 1 ¿ Ouién ha creído?: San Juan (12, 38) y San Pablo (Rom. 10, 16) ven en
«-''5 este v. una profecía relativa a la incredulidad de los judíos respecto a Jesús.
Todo este cap. hace referencia al nacimiento, vida humillada y pasión del Me-
sías. I| Nuestra noticia: e. d., lo oído de nosotros, o bien, lo oído por nosotros.
- Para que nos fijemos en él : H puede traducirse también «y le vimos», pero hay
que desplazar el acento atnaj, que está mal colocado. El Mesías creció poco a poco
y en silencio, como arbusto en que no reparan los hombres. || En él nos complazca-
4 Nuestros sufrimientos : San Mateo en su evangelio (S, 17) aplica estas palabras
a Jesu-Cristo curando a los enfermos.
0 Nuestra paz: o felicidad. || Verdugones: o contusiones.
'¿Quién tendrá en cuenta?: como si dijese: pero, judíos, ¿cómo no hay entre
vosotros, en presencia de los dolores de Cristo, quien venga a recordar la dignidad
de su raza y de su nacimiento?
" Si pretendió ponír : H dice lit. «se puso». Cf. V : «Et dabit (Deus) impios pro
sepultura, et divitem pro morte sua.»
11 Gracias a la fatiga : dice que los frutos que resultarán de sus tormentos, la
conversión del usando y salvación de los hombres le servirá a Jesús de compensación.
— I560 —
53 12-54 10
ISAÍAS
53 12~54 w
" Por eso voy a darle a una gran multitud como heredad ]
e innumerables recibirá como botín,
en recompensa de haber derramado su vida hasta la muerte |
v haber sido entre los delincuentes contado,
llevando los pecados de muchos | e intercediendo por los delincuentes.
Gloria de la nueva Jerusalén
r a ; Alborózate, mujer estéril, que iio has parido ; j
prorrumpe en gritos de júbilo y exulta, |
la que no [has] estado de parto !
Pues son más numeroso; los hijos de la abandonada |
que los hijos de la casada, dice Yahveh
1 Ensancha el espacio de tu tienda
y extiende a tus lenas b, no te retraigas ;
prolonga tus cuerdas y clava firmemente tus estacas.
* Pues a derecha e izquierda te dilatarás ;
tu simiente recibirá en posesión naciones |
y ciudades asoladas habitarán.
' No temas, pues no has de ser confundida ; I
no te sonrojes, pues no serás avergonzada ;
porque el oprobio de tu soltería olvidarás |
y de la afrenta de tu viudedad no te has de acordar.
* Pues tu esposo será tu creador, I cuyo nombre es Yahveh-Sebaot,
y tu redentor el Santo de Israel, I que Uios de toda la tierra se llama.
¡ Poroue como mujer abandonada |
y afligida de espíritu te ha llamado Yahveh ;
y a' una esposa tomada en la flor de la- juventud, |
¿cómo podrá repudiársela?,
dice tu Dios.
1 [Sólo] un momentito te abandoné, ]
mas con gran conmiseración te recojo ;
6 en un rapto de cólera oculté | de ti mi rostro un momento,
mas con misericordia eterna me compadezco de ti, |
dice tu redentor Yahveh.
* Como en los días de Noé me sucede con esto :
Así como 0 juré [entonces] que las aguas de Noé | m
no inundarían más la tierra,
así he jurado no airarme contra ti ni amenazarte.
10 Aunque las montañas se retiren | y las colinas vacilen,
mi misericordia no se apartará de ti | ni mi alianza de paz vacilará,
afirma el que de ti se compadece, Yahveh.
a Una gran multitud... innumerables : o bien, los grandes..., los fuertes (o pode-
rososi. Jesús enuncia a sus discípulos (Le. 22, 37) que esta profecía debe cumplirse
en El. || Intercediendo pou : o i¡oniéndose de parte de.
KA 1 MUJER fstéril: Jerusalén, cautiva de Babilonia, y más probablemente la Igle-
sia cristiana, formada por judíos y, sobre todo, por gentiles, que no produjeron
frutoi de salvación hasta entrar en la Iglesia.
• A derecha e izquierda ; universalidad del reino mesiánico.
- 136! -
54 n-55 6
ISAÍAS
54 n-55 ü
" ¡[Tú], desgraciada, arrastrada por la tempestad, desconsolada 1
He aquí que pongo tus piedras básicas de malaquita d |
y tus^ cimientos de zafiro.
,; V haré tus almenas de rubíes | y tus puertas de carbunclos,
y toda tu cerca de piedras preciosas.
15 Y todos tus. hijos serán discípulos de Yahveh,
v grande en verdad será el bienestar de tus hijo*.
" En justicia tendrás firme asiento,
estarás lejos e de opresión, pues nada tienes que temer,
v [lejos] de destrucción, pues no se aproximará a ti.
f5 Si [alguien] te ataca, no viene de mí ; |
quien luche contigo ante ti caerá.
" He aquí que yo he creado al herrero, | que sopla el fuego del carbón
y produce herramienta para su obra, I
y yo he creado [también] al destructor para causar ruina.
" Ningún arma forjada contra ti resultara, | ,
y a toda lengua que contra ti se alce en litigio has de refutai :
ésta es la heredad de los hijos de Yahveh |
y su salvación por mí, afirma Yahveh.
Exhortación a recibir la inminente redención
rr ' ¡ Ay, sedientos todos, acudid a las aguas, ¡
" J también los que no tenéis dinero !
¡ Id, comprad y comed, y andad, comprad sin dinero |
y sin pago vino y leche !
* ¿ Por qué pesáis dinero por cosa que no es pan, |
y el fruto de vuestro trabajo por cosa que no da hartura ?
¡ Escuchadme atentamente a, y comed cosa buena, |
y vuestra alma se conforte'con grasa !
" ¡ Inclinad vuestro oído y venid a mí ;
escuchad, se reanimará vuestra alma !
V concertaré con vosotros una alianza eterna, ¡
las veraces, misericordiosas promesas hechas a David.
' He aquí que le he constituido como testigo de los pueblos b,
caudillo y soberano de las naciones.
6 Mira, a gente que no conociste llamarás, |
y gentes que no te conocían correrán hacia ti,
por causa de Yahveh, tu Dios, |
y por el Santo de Israel, pues te glorifica.
" ¡ Buscad a Yahveh, [ahora] que puede ser hallado ; |
clamad a El, [ahora] que está cerca.
13 El bienestar*: o la paz.
16 No viene de mí : o no será de mi parte. «
10 Al herrero : es el perseguidor de la Iglesia, que esta en poder de Dios, su
criador. || Paka so obra: o bien, según su oficio o su menester.
17 A toda lengua : la Iglesia juzgará y condenará a cuantos a ella se opongan.
prpí 1 Sin dinero : como la moneda propiamente dicha era todavfa desconocida, se
OO servía la gente en los pagos de lingotes de oro o plata o se cambiaba pagando
un objeto con otro objeto. || Vino y lkche : los mejores alimentos. || Leciie : o bien,
leche cuajada, G «manteca» o grasa.
2 Pesáis : e. d., gastáis. || Comed cosa «tjena : buscad el alimento verdadero, o sea
las enseñanzas evangélicas y el pan de los sacramentos.
« Testigo : y testimonio.
■ Gente que no conociste : los «-«titile», sobre los cuales no babrá derramado aún
sus favores el Mesías.
- iSfe -
55 7-56 7
ISAÍAS
55 7-56 '
' Apártese el impío de su camino | y el ruin de su designio,
y conviértase a Yahveh para que se apiade de él, |
v a nuestro Dios, pues ampliamente perdona.
" Porque mis pensamientos no son vuestros pensamiento», |
ni vuestras sendas las mías, | afirma Yahveh ;
* mas, como los cielos son más altos que la tierra, |
así mis caminos son más elevados que vuestros caminos, I
v mis pensamientos, que vuestros pensamientos.
10 Pues así como la lluvia y la nieve descienden del cielo
y allá no vuelven, I sino que empapan la tierra
y la fecundan y hacen germinar, |
de suerte que otorga sementera al sembrador y pan al que come,
11 tal será mi palabra, que ha salido de mi boca :
no tornará a mí de vacío,
sin que hava producido lo que yo quería I
v llevado a efecto felizmente aquello para que la envié.
'-'Ciertamente, partiréis con alearía I y en paz seréis^ conducidos ;
los montes y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo ante vosotros,
v todos los árboles del campo batirán palmas ;
13 en lusrar de zarza brotarán cipreses, I y en vez de ortigas, mirtos,
y ello servirá de renombre a Yahveh, |
de señal eterna que nunca desaparecer*
Vocación universa) a la salud. Contra los malos pastores
rf. 1 Así habla Yahveh ;
**** Guardad el derecho y practicad la justicia,
pues está próxima a venir mi salvación ! v mi justicia a revelarse.
* Feliz el hombre que tal obra I v el hiio del hombre que se aferra a ello ;
el que guarda el sábado, no profanándolo, |
y guarda su mano de obrar todo mal.
'Y no hable el extranjero, I
croe se ha adherido a Yahveh, en estos términos :
«¡Ciertamente Yahveh me separará de su pueblo!»
N'i diera el eunuco : 1 «¡He aquí que soy un árbol seco!»
4 Pues a<;í afirma Yahveh :
En cuanto a los eunucos que guardan mis sábados,
v han elegido lo que me complace, y se atienen a mi alianza,
8 les daré en m; casa v mis muros trofeo y renombre
mejores que hijos e hijas, |
renombre eterno ¡es a daré, 1 que no desaparecerá.
' Y respecto a los extranjeros que se adhieren a Yahveh para venerarle '
y amar su b nombre y ser sus siervos, I
a todos cuantos observan el sábado, no profanándolo, |
y se atienen a mi alianza,
los conduciré a mi santa montaña
y los alesrraré en mi casa de oración ;
" ServirJS de rfnombre a Yahveh: la conversión de los gentiles será una prueba
duradera del poder y clemencia divinos.
K£» 3 El extranjero convertido al judaismo y que guardaba, en parte cuando me-
«JU n0S, ia )cy de Moisés.
4 Los eunucos fieles representan a aquellos que por Jesu cristo han renunciado al
matrimonio.
5 Trofeo : monumento, memorial, recuerdo, así quizá ; otros, «yalor», V «pues-
to»... Absalón se erigió un monumento porque carecía de posteridad.
7 Mi casa : texto citado por Jesu-Cristo cuando arrojó a los mercaderes del templo.
— 1363 —
56 8-57 §
ISAÍAS
56 8-57 8
sus holocaustos y sacrificios | serán aceptos en mi altar,
pues mi casa se llamará casa de oración <para todos los pueblos.
■ Tal es el oráculo del Señor Yahveh, |
que congrega a los dispersos de Israel :
Todavía agruparé en torno suyo a sus congregado».
' ¡ Animales todos del caimpo, venid a comer, | animales todos del bosque !
" Quienes le espiaban, todos están ciegos, no conocen ;
todos ellos son perros mudos, incapaces de ladrar,
-oñadores que se tumban, gustan de dormir,
" y estos perros voraces no conocen la hartura.
Incluso los pastores 0 no saben comprender ;
todos ellos van por su camino, |
cada uno a su lucro injusto, d por su lado a.
13 ¡ Venid, vov a buscar vino I y be bamos,
v como hoy será el día de mañana, | grande miuy mucho !
Más amenazas contra los pastores indignos y contra los
prevaricadores. Mensaje de consuelo
57
FA justo perece, mas nadie hay que pare mientes,
' los piadosos son arrebatados, y nadie nota |
que ante !a calamidad es arrebatado el justo ;
' entra en paz,
reposan en sus lechos | todos a los que han caminado rectamente.
' ¡ Mas vosotros^ acercaos acá, | hijos de agorera,
simiente de adúltera y prostituta h.' | 4 ¿ De quién os burláis?
¿ Contra quién abrís la boca, | sacáis la iengua ?
¿No sois vosotros, hijos apóstatas, simiente de mentira?
'Vosotros, los que ardéis en lujuria junto a los grandes árboles
bajo todo árbol frondoso,
los que sacrificáis a los niños en las torrenteras, |
en medio de c las oquedades de las rocas.
" En las piedras lisas del torrente está tu heredad, )
ellas son tu suerte ; también a ellas has derramado libaciones
y ofrecido oblaciones ; | ¿ me voy yo a calmar con eso ?
1 En alta y encumbrada montaña has puesto tu lecho ,
también allá subiste para ofrecer sacrificios d.
Y tras la puerta y la jamba colocaste tu signo distintivo ;
pues, prescindiendo de mí, te descubriste y subiste a tu lecho,
9 Animales todos del campo : figura de ]
10 Están ciegos : se refiere a los cabezas
no avisan la venida del lobo.
11 No saben comprender : o desconocen le
13 ¡Venid! : palabras de los príncipes del
CfT 1 Los justos son sacados del mundo para que no vean los castigos que están
• próximos, y nadie siente su mi
1 Entra : o fallece en paz. Cf. G : «su sepulcro será en paz ; será apartado del
camino de iniquidad».
3 Hijos de agorera : títulos de mucha ignominia para los miembros de la nación
elegida. || Simiente: o bien, raza.
6 Los grandes árboles : alude a los
encinas, palmeras, etc., o quizá a bosc;
humana práctica era entre los gentiles
0 Piedras lisas del torrente : aludiendo a las piedras informes a que los semitas
i endían culto en sus santuarios cou libaciones y sacrificios.
* El estandarte : sentido muy discutido (para algunos, tel faloi
— 1364 —
ISAÍAS
57 9-20
lo ensanchaste y te contrataste • [retribución] de aquellos |
de cuya cohabitación gustaste ; contemplaste el estandarte,
'y te ungiste f para Mélek s con óleo y multiplicaste tus unciones ;
enviaste a tus emisarios a la lejanía y descendiste hasta el seol.
10 Con lo largo del camino te cansaste; | no dijiste : «¡Desistiré!»
Hallaste el vigor vital de tu mano ; | por eso no enfermaste.
11 En verdad, ¿ante quién te intimidaste y temiste, |
para que [así] engañases ?
Mas de mí no te acordaste, I no paraste mientes en ello.
Ciertamente yo quedé inactivo y simulé no prestar atención, 1
y tú no me has temido.
a Pero yo pondré de manifiesto tu justicia | y tus obras,
y no te aprovecharán. I " Cirando clames, [no] te salvarán tus imágenes,
mas a todas ellas se las llevará el viento, | las arrastrará un soplo.
Pero quien en mí busca refugio heredará la tierra I
y poseerá mi santo 'monte.
" Y se dirá b :
¡ Allanad, allanad, despejad el camino, |
quitad todo tropiezo del camino de mi pueblo!
" Pues así afirma el Alto y el Excelso, |
el sentado en trono eterno y cuyo nombre es «el Santo» :
En la altura y como santo habito,
v [sin embargo] también estoy con los abatidos y humildes de espíritu,
para reanimar el espíritu de los humildes 1
y para reavivar el corazón de los abatidos.
" Porque no quiero pelear eternamente ! ni continuamente me airaré,
pues el espíritu de ellos 1 se consumiría ante mí
y sus almas, que yo creé.
11 Por tu mortal pecado me irrité | y le batí i, escondiéndome y enojándome,
y marchó como apóstata por el camino de su corazón.
" Sus derroteros he visto,
y voy a salvarle, y darle reposo, y otorgarle a cambio consuelos k,
y a quienes le hacen duelo lá [los] creo yo 1 fruto de labios.
¡ Paz, paz a lo lejano y a lo próximo, ! afirma Yahveh, y le salvaré !
M Mas los impíos son como el mar agitado, 1 que no puede apaciguarse.
sino que sus aguas remueven fango y cieno.
Los impíos, dice mi Dios, no tienen paz.
9 Te ungiste : parece querer decir que es semejante a una perdida que se perfuma
para seducir a 1os hombres.
10 Desistiré: lit., ¡es cosa desesperada!, e. d., ya no puedo esperar. || El vigor
vital de tu mano : sentido dudoso ; otros, «satisfacción de tus apetitos, el apetito (o
reanimación) de tu falo ( ?)», etc. Otros corrigen H.
11 Simulé no prestar atención : hice como si me ocultara (cf. GASymV ; H desde
siempre).
13 Tu justicia : expresión irónica para designar los crímenes.
"Sentado en trono eterno: o bien, que mora eternamente. 11 Habiio : o estoy
sentado en trono. Expresión sublime que sólo t n este capítulo de la Biblia se en-
cuentra.
19 Fruto de labios : e. d., moviéndoles a la alabanza y a la oración de acción de
gracias fcf. Os. 14, 3 ; Hebr. 13, 15). Otros, «elocuencia de labios», e. d., vaticinio
icf. Zorell). || A lo lejano y a lo próximo : a los gentiles y a los judíos.
— 1365 —
58 i-»
ISAÍAi
58 i-W
58
El falso y •! verdadero culto
| Clama a voz en cuello, no te retraigas ; |
como la corneta alza tu voz,
anuncia a mi pueblo su delito | y a la casa de Jacob rus pecados !
" Y, sin embargo, me buscan día tras día |
y ansian conocimiento de mis caminos ;
como un pueblo que obra justicia |
y no se aparta del derecho de su Dios,
solicitan de mí juicios justos, | en la ¡proximidad de Dios se complacen :
8 «¿ Por qué ayunamos, y tú no lo ves ; |
nos humillamos, y no te enteras ?»
He aquí que en vuestro día de ayuno encontráis un negocio |
y espoleáis a todos vuestros trabajadores.
' He aquí que ayunáis para pelea y riña |
y para golpear con inicuo puño ;
actualmente no ayunáis | como para que en el cielo te deje oír vuestra voz.
I ¿Es acaso así el ayuno que yo escogí,
el día en que el hombre se mortifica ?
¿ Al inclinar como un junco su cabeza |
y servirse de saco y ceniza como lecho,
a eso le llamas ayunar | v día de complacencia para Yahveh 5
" i No es más bien éste el ayuno que yo elijo a :
desatar apretados lazos inicuos, | desligar coyundas de yugo,
dejar libres a los oprimidos | y que todo yugo rompas h?
7 ¿No lo es el repartir tu pan con el hambriento, !
y que lleves a casa a los pobres vagabundos,
que cuando veas a un desnudo lo vistas | y de tu carne no te ocultes?
8 Entonces brotará tu luz como la aurora,] y tu curación surgirá de prisa,
y ante ti marchará tu justicia, |
la gloria de Yahveh cerrará tu marcha protegiéndote °.
'' Entonces clamarás y Yahveh te responderá, |
pedirás auxilio y contestará : «¡ Heme aquí 1»
Cuando de en medio de ti apartes el yugo,
al extender el dedo y hablar maldaTl,
10 des tu pan d al hambriento | y sacies el alma humillada,
irradiará en las tinieblas tu luz, |
y tu oscuridad será igual que el mediodía.
II Y Yahveh te conducirá de continuo, |
y en regiones áridas saciará tu alma ;
y fortalecerá tus huesos, | y serás como huerto regado
v cual hontanar de aguas | cuyas linfas no traicionan.
1! Entonces serán reconstruidas 6 por ti antiquísimas ruinas, |
los cimientos de generaciones pasadas levantarás,
y se te llamará «tapiador de brechas»,
«restaurador de sendas para morada».
" Si retrajeres tu pie del sábado, |
de modo que no ' realices tus quehaceres en mi día santo,
v llamas al sábado delicia, | venerable al [día] santo de Yahveh,
pro ' Me buscan : e. d., con fingimiento.
OO 3 Nos humillamos : o mortificamos, hacemos penitencia.
8 Como un junco : caminaban afectadamente, cubiertos de cilicio y encorvados,
como luejro los fariseos. ,
7 Pe iu carne : e. d., de tu prójimo o compatriota.
8 Tu luz: significa tu felicidad. Tinieblas y calamidad son sinónimos.
9 Extender el dedo: señalando a uno como reo o culpable, e. d., calumniar.
» Traicionan : u obran pérfidamente.
a Sendas o caminos: aquí en sentido metafórico; otros corrigen H y 1. «ruinas».
u Tu pie del sáiudo : si te abstuvieres el síbado de obras profanas. || Entregan-
-1366-
58 14-59 la
ISAÍAS
58 «-59 ia
y le nonras no entregándole a tus negocios,
n¡ hallando en él tu ocupación, ni arreglando asuntos,
M te gozarás en Yahveh, | y te haré remontar todas las alturas de la tierra,
y Jaréte a comer la herencia de Jacob, tu padre, |
pues la boca de Yahveh ha hablado.
Los obstáculos a la salvación, removidos por Yahveh
rn ' He aquí que la mano de Yahveh no es demasiado corta para
^ salvar, | ni sobrado duro su cído para oír,
* sino que vuestros delitos son los que ponen separación |
entre vosotros y vuestro Dios,
v vuestros pecados han ocultado su 1 rostro |
de vosotros, de forma que no os oye.
' Pues vuestras manos están manchadas de sangre, |
y vuestros dedos, de iniquidad ;
vuestros labios hablan engaño, | vuestras lenguas murmuran injusticia.
1 No hay quien por la justicia clame, |
ni existe quien juzgue con probidad ;
5e confía en la nada y háblase falsedad, |
se concibe fatiga y párese calamidad.
8 Huevos de víbora incuban | y telas de araña tejen ;
quien come de sus huevos ha de morir, | y el aplastado saca un basilisco.
,: Sus hilos no sirven para vestido | ni con sus tejidos puede uno vestirse ;
sus tejidos son tejidos de delito,
v obra de violencia hay en sus manos ;
' sus pies corren al mal i y apresúranse a derramar sangTe inocente ;
sus designios son designios desastrosos ; |
devastación y ruina sus vías jalonan.
I Camino de paz no conocen | y el derecho no corre por sus vías ,
mércense sus senderos en ventaja suya ; |
nadie que por ellos camina conoce la paz.
Por eso el derecho permanece lejos de nosotros !
y no nos alcanza la salvación ;
esperamos la luz, mas hete aquí tinieblas ;
claridad, mas b tenemos que caminar en la oscuridad.
10 Palpamos como ciegos la pared, |
y como privados de ojos andamos a tientas ;
tropezamos a mediodía como en el crepúsculo, |
al ocaso nos asemejamos a muertos.
II Rugimos todos como osos | y cual palomas zureamos sin cesar ,
esperamos en el derecho, pero ¡nada! |
en la salvación, mas queda lejos de nosotros.
u Pues son muchas nuestras iniquidades contra ti |
y nuestros pecados han testimoniado contra nosotros ;
con nosotros están nuestros delitos | y nuestras culpas conocemos :
" rebeldía e infidelidad contra Yahveh |
y dejar de seguir, a nuestro Dios,
hablar autoritario y deslealtad, | urdir0 palabras de mentira en el corazón.
lioie A tus negocios : lit., haciendo tus caminos, arreglando asuntos o tratando de
t uestiones, parloteando...
14 Pues la boca... : o, en verdad, la boca de Y. lo ha dicho.
PTQ 1 Saca un basilisco : más lit., hiéndese en víbora. Dice cjue hacen como quien
tJiy rompe el huevo del basilisco para sacar de él el reptil que va a matarle.
10 Al ocaso : pasaje inseguro. Otros corrigen y traducen «en salud», «en lugares
desiertos», «en el reino de las sombrasi, «en tinieblas».
13 Hablar aviokhario y coactivo : lit., habl*r de opresión ; otros corrigen- «hablar
perversoi (cf. Kit c. T).
- l\f>7 —
59 14-60 '
ISAÍAS
59 i4~60 i
" Y así fué rechazado el derecho, | y la justicia ha de pararse lejos ;
porque en plaza abierta tropieza la verdad |
y la rectitud no encuentra acceso ;
13 así la lealtad ha faltado | y el que evita el mal ha sido saqueado.
Y Yahveh lo vió, y pareció mal | a sus ojos que no existiese derecho ;
" y vió que no había nadie, | y se sorprendió de que ninguno intercediera
Entonces salvólo su brazo | y su justicia le sostuvo.
" Revistióse de justicia como de una coraza
y el yelmo de la salvación en su cabeza ;
vistióse ropas de venganza a modo de vestidura |
y se envolyió en celo como en un manto.
,s Con arreglo a las acciones retribuye ; |
furia a sus adversarios, represalia a sus enemigos.
A las islas dará el pago.
18 Entonces los de poniente temerán el nombre de Yahveh ]
y los de oriente su gloria ;
pues vendrá como un torrente encajonado |
contra el cual se precipita con fuerza soplo de Yahveh.
N Mas para Sión vendrá como redentor |
y para los convertidos del pecado en Jacob, afirma Yahveh.
21 En cuanto a mi, ésta es mi alian-
za con ellos, dice Yahveh : «Mi es-
píritu, que está sobre ti, y mis pala-
bras que en tu boca he puesto, no
se han de apartar de tu boca, ni de
la boca de tus descendientes, ni de
la boca de los descendientes de tus
descendientes, afirma Yahveh, des-
de ahora y para siempre.»
Gloria de la Jerusalén futura
fjr\ 1 Levántate, resplandece, pues ha llegado tu luz I
y la gloria de Yahveh ha brillado sobre ti ;
2 pues he aquí que tinieblas a cubren la tierra |
y oscuros nubarrones los pueblos,
mas sobre ti brilla Yahveh | y su gloria aparece sobre ti.
* Y las gentes caminarán a tu luz |
y los reyes al fulgor de tu astro naciente
' Alza en torno tus ojos y mira : | todos están reunidos, vienen a ti ;
tus hijos vienen de lejos | y tus hijas son llevadas sobre la cadera.
5 Entonces mirarás y estarás radiante, |
temblarás y se ensanchará tu corazón,
pues a ti se volverá la riqueza del mar, |
la opulencia de las naciones vendrá a ti.
1 Muchedumbre de camellos te cubrirá, |
camellos jóvenes de Madián y Efá ;
todos vienen de Sabá ; | oro e incienso traen
v anuncian las glorias de Yahveh.
' Todo el ganado menor de Quedar se congrega en torno tuyo ; |
los carneros de Nebayot están a tu servicio,
17 Revistióse : los divinos atributos son aquí figurados por las varias piezas de la
armadura de un guerrero.
111 Torrente encajonado: o torrente salvaje (cf. G y Rom. n, 26) ; otros, «impetuo-
so». || Contra el cual se precipita con puerza : o bien, al cual empuja.
21 No se han de apartar : otro presagio de la indefectibilidad de la Iglesia.
f*A 1 Este capitulo es enteramente mesianico y contraposición del 47, en que se
O'-' describe la calda de Babilonia.
s Y las gentes : anuncia la conversión de todos los pueblos al Dios de Israel.
' Para complacencia : o bien, como ofrenda grata.
- . 360--
60 8-21
ISAÍAS
60 8-2Í
ascienden para complacencia b a mi altar, |
y glorificaré mi magnífica casa.
'¿Quiénes son aquellas que vuelan como uña nube I
y como palomas a sus palomares ?
"Ciertamente, congregúense a mí los barcos e, |
con las naves de Tarsis a la cabeza,
para traer a tus hijos de lejos, I su plata y su oro con ellos,
para el nombre de Yahveh, tu Dios, |
para el Santo de Israel, pues te glorifica.
10 Extranjeros reconstruirán entonces tus muros |
y sus reyes te servirán ;
porque los batí en mi furor, I mas en mi clemencia me compadecí de ti.
" Tus puertas estarán abiertas continuamente, |
ni de día ni de noche se cerrarán,
para traerte las riquezas de las naciones I y guiando d sus reyes.
Pues la nación y el reino que no te sirvan se perderá,
y los pueblos gentiles serán totalmente exterminados.
" La magnificencia del Líbano vendrá a ti, |
cipreses, olmos y bojes juntamente,
para ornar el lugar de mi santuario, |
y voy a honrar el sitio donde posan mis pies.
" É inclinados, se irán hacia ti los hijos de tus opresores, |
v se prosternarán a las plantas de tus pies todos cuantos te ultrajaban,
y te apellidarán «ciudad de Yahveh», | «Sión del Santo de Israel».
r En lugar de ser una abandonada, | una odiada sin viandantes,
te haré motivo de gloria eterna, j alegría de todas las generaciones.
11 Ciertamente mamarás la leche de los pueblos, !
al pecho e de los reyes mamarás ;
y conocerás que yo, Yahveh, soy tu salvador,
y tu redentor, el Fuerte de Jacob.
" En lugar del cobre traeré oro, | y en vez del hierro aportaré plata,
v en lugar de las maderas, cobre, | y en vez de las piedras, hierro.
" Y constituiré por autoridad tuya a la paz
y por caudillos tuyos a la justicia.
I,81 No se oirá más hablar de violencia en tu país, 1
de opresión y ruina en tu contorno,
sino que «salvación» se llamará a tus muros \
y a tus puertas «alabanza».
" El sol no te servirá ya de luz durante el día |
ni para resplandor te lucirá más la luna,
sino que Yahveh te servirá de luz eterna | y tu Dios de esplendor tuyo.
20 No se pondrá más tu sol | ni menguará la luna,
porque Yahveh te servirá de luz eterna |
y han concluido los días de tu duelo.
| Y los de tu pueblo serán todos ellos justos, |
para siempre poseerán la tierra,
renuevo de mi plantación f, | obra de mis manos para gloria [mía].
5 ¿ Quiénes son aquellas...?: ve el profeta el mar Mediterráneo lleno de navios
que conducen a Jerusaléu a los pueblos cristianos con sus tesoros.
•Naves de Tarsis: cf. z, 16, nota.
10 Extranjeros reconstruirán : Ciro, Darío y Artajerjes.
13 I.a magnificencia del Líbano : los hombres eminentes que se consagrarán a
Cristo, li Olmos: otros, pinos, y aun plátanos... || Bojes: otros, alerces, terebintos ^
]J Inclinados : de una manera curvada.
15 Motivo de gloria eterna : o de los siglos, magnificencia eterna.
n Cobre : o bronce.
Ia] No se oirá : esto ha de entenderse de la celestial Jerusalén, donde reinará sietu-
>re paz perfecta, exenta de temor.
20 Menguará: o bien, cesará. Significa que la paz y tranquilidad reinarán en la
60 2'J-61 10
ISAÍAS
60 28-61 JW?
" El más pequeño se convertirá en un millar, |
y el mínimo, en fuerte pueblo :
vo, Yahveh, | a su tiempo lo aceleraré.
La buena nueva de Sión
' El espíritu del Señor, Yahveh, está sobre mí, 1
por cuanto que Yahveh me ha ungido ;
para dar albricias a los oprimidos me ha enviado, |
para vengar a los de corazón quebrantado,
clamar por la liberación de los cautivos
y la suelta de los presos ;
* para pregonar un año de gracia de Yahveh |
y un día de venganza para nuestro Dios ;
para consolar a todos que están de duelo ; |
3 para alegrar a los que hacen duelo en Sión, I
darles turbante en vez de ceniza,
aceite de alegría en lugar de vestidos de luto, a |
alabanza en lugar de ánimo triste.
Y se les denominará «encinas de justicia», !
«plantación de Yahveh para gloria [suya]».
' Entonces reconstruirán ruinas de lo pasado |
erigirán las ruinas de los antiguos.
Renovarán ciudades asoladas, ¡ las ruinas de pasadas generaciones.
' Y se presentarán extraños y apacentarán vuestro ganado menor, I
y extranjeros serán vuestros labradores y vendimiadores.
Mas vosotros seréis llamados «sacerdotes de Yahveh», |
«servidores de nuestro Dios» se os dirá ;
comeréis la riqueza de los pueblos |
y con su magnificencia os adornaréis b.
' Por cuanto c su vergüenza fué doble, |
e ignominia heredaron d como porción suya,
por eso poseerán el doble en su país, | tendrán alegría eterna.
Pues yo, Yahveh, amo el derecho, | odio el despojó con 6u iniquidad,
y daré lea'lmente su recompensa, | y concertaré un ipacto eterno con ellos
• Bien conocida entre las naciones será su descendencia |
y sus vástagos en medio de los pueblo* ;
todos cuantos los vean reconocerán |
que son una semilla que Yahveh ha bendecido.
10 Mucho me alegraré en Yahveh, | jubile mi alma en mi Dios ,
pues me ha revestido con las vestiduras de salvación, |
el manto de la justicia me ha puesto.
[Soy] como un recién casado que lleva el turbante a modo de un sacerdote, '
y cual una esposa que se adorna con su aderezo.
22 Se convertirá en un millar: o bien, se multiplicará grandemente. Se anuncia
el crecimiento rápido del reino mesiánico.
f*-i 1 El espíritu : Jesu-Cristo se aplica a sí mismo este oráculo en el evangelio de
OJ. san I-ucas (4, 16). || Me ha ungido: expresión metafórica que significa la co-
lación de una misión sagrada.
■ Un año de gracia : alusión al año sabático o jubilar.
• 3 Para alegrar... : lit., poner (V), prb. add., anota Kit sobre esta frase. || Turban-
te... ceniza : juego de palabras : peer... ¿fer.
4 Reconstruirán : conversión de los gentiles, vocación de los judíos al reino me-
siánico.
6 Y SE presentarán : los que habían oprimido hasta entonces a Israel pasarán a ser
sus servidores.
10 Me alegrarí : no se refiere a Jerusalén, como dice el Targum, ni a Isaías, sino
al Mesías.
— —
61 u-62 12
ISAÍAS
61 n-62 12
" Pues como la tierra produce sus plantas |
y como un huerto hace brotar lo sembrado en él,
nsí el Señor hará germinar la justicia
\ la gloria ante todos los pueblos.
Esperando la salvación de Sión
¿:p 1 A causa de Sión no puedo callar |
y a causa de Jerusalén no reposaré,
hasta que surja su derecho como esplendente luz |
y arda su salvación como una antorcha.
Y las naciones verán tu derecho | y todos los reyes tu magnificencia,
\ se te llamará con nombre nuevo | que determinará la boca de Yahveh
Y serás en manos de Yahveh corona magnífica, |
diadema real en la palma de tu Dios.
' Ya no se te denominará más «abandonada» |
ni a tu tierra se le llamará ya «desolada»,
sino que te apellidarán «mi complacencia en ella» |
y «desposada» a tu tierra ;
pues Yahveh se ha complacido en ti ¡ y tu tierra será desposada.
! Porque así como el joven se desposa con la doncella, |
contigo se desposará tu constructor *,
y así como el nuevo esposo se alegra con la esposa, ¡
tu Dios se ha de alegrar en ti.
c ¡Por encima de tus murallas, Jerusalén, | he colocado vigías,
ni en todo el día ni en toda la noche | callen jamás !
¡ Vosotros los que recordáis a Yahveh, | no os podéis dar punto de reposo !
" Xi debéis dejarle descanso I hasta que restablezca
y hasta que haya hecho de Jerusalén | una gloria en la tierra.
■ Yahveh ha jurado por su diestra, | por su poderoso brazo :
Xo daré más tu grano | como alimento a tus enemigos,
ni beberán los extranjeros tu mosto, | por el que te afanaste,
"sino que quienes lo recolectaron lo comerán [y alabarán a Yahveh,
y quienes lo cosecharon lo beberán | en los atrios de mi santuario.
10 ¡ Pasad, pasad por las puertas, I despejad el camino del pueblo,
terraplenad, terraplenad la calzada, | despedregadla de piedra !
¡ Alzad' una enseña sobre los pueblos !
u He aquí que Yahveh lo ha pregonado | hasta el fin de la tierra.
Decid a la hija de Sión : | «¡ Helo ahí que viene tu salvador b,
he ahí que su recompensa está con él I y su retribución ante é'. !»
"Entonces los llamarán «pueblo santo», ] «redimidos de Yahveh»,
> a ti se te nombrará «buscada», | «ciudad no abandonada».
£»p - Tü derecho : el justo y salvador de que aquí se trata Jesu-Cristo, y el
nombre nuevo que promete ,a Jerusalén es ti que El lia dado a su Iglesia, lla-
mándola Iglesia de Jesu-Cristo.
• Callen jamás : se les oblicaba a gritar de vez en cuando para que no se durmie-
ren. Los centinelas de que habla el profeta son los hombres extraordinarios que Dios
enviaba a la Sinagoga y ahora a la Iglesia previniendo al pueblo contra ataques
nemigos.
" Ni debéis dejarle descanso : imploradle sin cesar hasta que envíe al Mesías y
•stablezca el reino de Dios, o sea su Iglesia.
10 ¡Pasad, pasad...! : se describe la entrada de las naciones en Sión, o sea en la
Iglesia, acontecimiento ya anunciado en los capítulos precedentes. || Alzxd una ense-
na : la de la Cruz, en torno a la cual se concretarán lo* fieles.
- 1371 -
63 !-17
ISAÍAS
63 l-«
Victoria de Yahveh el día de la venganza. Plegaria de
Israel implorando misericordia
¿LO ' — ¿Quién es ese que viene de Edom, | rojos los vestidos, de Bosrá ;
que resplandece en su vestidura, |
camina altivo en la plenitud de su fuerza ?
— Soy yo, el que habla con justicia, ¡ el que es grande en el salvar.
• — ¿Por qué está foja tu vestidura a ¡
y tus ropas como las de quienes pisan en el lagar ?
1 — El lagar he pisado yo solo | y de los pueblos nadie ha estado conmigo ;
ciertamente, los he pisado b en mi cólera | y los he pisoteado b en mi furor,
y su jugo ha salpicado b mis ropas, | y todas mis vestiduras he manchado.
4 Pues día de venganza hubo en mi corazón, I y mi año de redención llegó
6 Y miré b, mas no había ningún ayudador, |
y me asombré, y no había quien sostuviese.
Entonces salvóme mi brazo f y imi furor me sostuvo.
" Y pisoteé b pueblos en mi cólera, | y los destrocé c en mi ira,
y derramé b por tierra su jugo.
' Proclamaré las misericordias de Yahveh, ¡ las glorias del Señor,
según todo aquello que nos ha hecho Yahveh, |
d grande en bondad para la casa de Israel ;
aquello que ha hecho por nosotros e según su clemencia ¡
y con arreglo a la multitud de sus gracias.
"Dijo : «¡En verdad mi pueblo son, | hijos que no engañarán!»
E hízose su salvador ¡ | * en toda su tribulación ;
no un mensajero * o un ángel, | El mismo los salvó.
En su aimor y su compasión, | El mismo los redimió
y los soportó y llevó | todos los días de la antigüedad.
" Mas ellos se rebelaron y entristecieron | su santo espíritu ;
así se les trocó en enemigo | [y] El mismo los combatió.
" Recordaron ellos h entonces los días de antaño, | de Moisés, su siervo '.
¿ Dónde está el que sacó 1 del mar I a los pastores de tu rebaño ?
¿ Dónde el que puso en su interior ] su santo espíritu ?
a ¿ El que a la diestra de Moisés | hizo caminar su brazo glorioso,
el que hendió las aguas ante ellos j para hacerse renombre eterno?
13 ¿El que los hizo andar a través del océano | como el caballo en la estepa
sin que tropezaran ? | l* Como ganado que baja al valle,
al que conduce k el espíritu de Yahveh, | así guiaste a tu pueblo
para hacerte un nombje glorioso.
15 Mira desde el cielo y otea | desde tu santa, gloriosa morada :
¿ Dónde está tu celo y tu heroica fuerza l, I la emoción de tus entrañas
y tu compasión? ¡No te contegas m. | " pues tú eres nuestro padre!
Ciertamente, Abraham no nos conoce ¡ ni Israel nos reconoce.
Tú, Yahveh, eres nuestro padre ; |
«nuestro redentor desde tiempo antiguo» es tu nombre.
"¿Por qué, Yahveh, nos dejarías extraviarnos de tus caminos, |
endurecerías nuestro corazón, de modo que no te temiésemos ?
£»o ' El castigo de los enemigos de .sión va expuesto aquí en forma de diálogo
cutre el profeta y el Mesías. Este capítulo es contra Idumea.
3 Nadie ha estado conmigo : la obra niesiáuica es exclusivamente de Cristo.
5 El mismo : lit., su rostro.
11 Su sanio espíritu : el espíritu de Dios obraba de continuo en Israel por medio
de Moisés, Aarón, los profetas, etc.
13 Del océano : o de las ondas marinas
— 1372 —
63 w-64 12
ISAÍAS
63 i*-64 12
¡ Vuelve por amor de tus siervos. | de las tribus de tu heredad !
"¿Por que van a hollar impíos tu santidad u, \
nuestros enemigos a pisotear tu santuario ?
1U Hemos llegado a" ser desde hace tiempo [como aquellos] sobre los que tú
no imperas, | sobre los que no se apellida tu nombre.
Sigue la plegaria invocando la salud
(LA m I Ojalá desgarrases el cielo y bajases, |
Je suerte qi"e las montañas se tambalearan ante ti ! ;
*, como cuando el fuego prende la leña |
[o] el fuego hace hervir el agua,
para dar a conocer tu nombre a tus enemigos,
de forma que temblasen ante ti los pueblos gentiles,
\ al obrar tú cosas terribles que no esperábamos ;
a descendiste v ante ti se tambalearon las montañas a.
S Y desde tiempos antiquísimos no se oyó b,
ni oído ha escuchado c,l ni ojo ha visto
un Dios fuera de ti I que obre [así] con quien en El confí;
e4 [pues] tú acoges a aquellos que obran <* justicia |
y recuerdan tus caminos e.
He aquí que tú te airaste, pues hemos pecado |
contra ti desde antiguo y hemos delinquido '.
"6 Así todos nosotros fuimos como impuros |
v cual vestido inmundo todas nuestras virtudes ;
ciertamente, nos marchitamos e como follaje todos nosotros, |
v nuestra culpa nos arrastró h como el viento
Y no hubo nadie que invocase tu nombre, |
que despertara para aferrarse a ti ;
pues tú habías escondido tu rostro de nosotros '
y nos habías entregado 1 en manos de nuestra iniquidad.
a; Mas ahora, Yahveh, nuestro padre eres tú ,
somos la arcilla y tú nuestro alfarero, |
porque obra de tus manos somos todos nosotros.
*s No te enojes, Yahveh, en extremo, |
ni recuerdes por siempre la culpa,
sino mira : ¡ tu pueblo somos todos nosotros !
"¡¡ Tus santas ciudades se han convertido en desierto :
Sión en yermo se ha trocado ; | Jerusalén, en yermo.
",„ Nuestra santa y gloriosa casa, | donde nuestros padres te ensalzaron,
se ha convertido en pasto del fuego, |
y todas nuestras cosas más caras se han trocado en una ruina.
"„ ¿Podrás ante todo esto contenerte, ¡oh Yahveh!,
callarás y nos humillarás en extremo ?
O A ', Ni OJO ha visto : en su epístola a los Corintios cita San Pablo este lugar
^Jj^ Himo verificado cuando vino Jesu-Cristo a salvar a la humanidad y no le cono-
ció el mundo (2 Cor. 2, 7-8).
;4 Acoges : o sales al encuentro, te haces cargo de... El sentido de este versículo
parece ser : Tú haces paz o alianza con el que se alegra de practicar la justicia.
10, Tus santas ciudades: todas las de Tierra Santa, sobre todo Jerusalén y su templo
UM Cosas más caras : otros corrigen H c. 20 mss. ST y 1. sing. (cf. Kit), interpre-
tando «valiosa edificación»; lit., objeto codiciado por nosotros, valioso, c d , el templo
65 na
ISAÍAS
65 "¿
Yahveh responde prometiendo salvar a sus elegidos
y conceder absoluta felicidad a sus fieles
' Dejóme consultar por aquellos que no [me] preguntaban, |
dejéme encontrar por aquellos que no me buscaban ;
dije : «¡ Heme aquí, heme aquí !» | a un pueblo que no invocaba mi nombre.
• Mantuve mis manos siempre extendidas | hacia un pueblo rebelde,
hacia aquellos que no caminaban por el buen caimino,
[corriendo] tras sus propios pensamientos ;
3 hacia el pueblo que enoja | a mi casa continuamente,
pues sacrifican en los huertos | y queman incienso sobre los ladrillos ;
' los que se sientan en las tumbas | y pernoctan en secretos lugares ;
que comen carne de cerdo, |
y caldo de carne de animales inmundos hay en sus vasijas ,
s los que dicen : « ¡ Quédate ahí, |
no te me acerques, porque te santificaría !»
¡ Esos tales son humo en mi nariz, | fuego que arde de continuo !
' He aquí lo que tengo anotado delante de mí : |
no callaré como no le haya dado el pago, | y pagaré en su seno
: SUS a culpas y las culpas de sus * padres juntamente, | afirma Yahveh ;
que quemaron incienso en los montes [ y sobre las colinas me ultrajaron ,
así, pues, les mediré su merecido | y les daré la paga b en su seno.
* Así afirma Yahveh :
Como cuando se encuentra zumo en un racimo
y [por ello] se dice : «¡No lo eches a perder, | pues contiene bendición!»,
asi procederé por amor de mis siervos, | para no perder el todo.
liaré salir semilla de Jacob | y de Judá al poseedor de mi montaña ;
ciertamente, mis elegidos la poseerán | y mis siervos morarán allí.
Entonces el Sarón se convertirá en dehesa de ganado menoi
y el valle de Akor en yacija de reses vacunas
para el pueblo mío que me busque.
11 Mas a vosotros, los que habéis abandonado a Yahveh, |
los que habéis olvidado mi santa montaña,
los que habéis preparado la mesa a Gad, | llenado la crátera para Mení,
12 os destino a la espada, | y todos habéis de doblegaros al degüello,
porque llamé y no respondisteis, | hablé y no oísteis,
>ino que hicisteis lo malo a mis ojos J
y elegisteis lo que no me complacía.
13 Por elio así dice el Señor, Yahveh :
He aquí que mis siervos comerán, | mas vosotros padeceréis hambre ;
he aquí que mis siervos beberán, | pero vosotros padeceréis sed ;
he aquí que mis siervos se alegrarán, |
mas vosotros habréis de avergonzaros.
¿*pr 1 Dejéme consultar... : Dios se mostró siempre dispuesto a escuchar y darse a
"O conocer... San Pablo aplica este lugar a la conversión de los gentiles (Rom. 10,20).
3 Queman incienso : o bien, humean.
4 Los que se sientan EN las tumbas para ejercer la nigromancía.
5 Quédate ahí : o hazte allá.
"Mis elegidos: los apóstoles y sus sucesores, que poseerán la Iglesia.
11 Preparado la mesa a Gad : alude a los convites sagrados en honor del dios sirio
de la buena fortuna, al que los intérpretes judíos identificaban con el planeta Jú-
piter. I¡ Mení : probablemente personificación del destino.
u Degüello : o tajo de degüello, matanza.
13 Padeceréis hambre..., sed : o bien, moriréis de hambre..., áe sed
— '374 —
65 2
ISAÍAS
6ñ 14-66 2
" He aquí que mis siervos exultarán | de felicidad de corazón,
pero vosotros gritaréis de dolor de corazón ¡
y aullaréis por quebrantamiento de espíritu.
'' Ciertamente dejaréis vuestro nombre como maldición para mis elegido.-,
pues el Señor, Yahveh, te hará morir ;
mas 0 filis siervos serán llamados 0 con otro nombre.
Por cuanto a quien se bendiga en el país |
se bendecirá por el Dios del amén,
v quien jure en el país jurará por el Dios del amén.
Pues las pasadas tribulaciones quedarán olvidadas, |
ocultas quedarán en verdad a mis ojos,
" porque he aquí que yo crearé un cielo nuevo | y una tierra nueva ;
y no se recordarán ya las cosas antiguas
ni vendrán a la imaginación,
n sino que d se alegrarán y se regocijarán d de continuo ¡
por» lo que yo voy a crear.
Pues he aquí que daré a Jerusalén alegría | y a su pueblo regocijo.
19 Ciertamente me alegraré en Jerusalén | y me regocijaré en mi pueblo,
y ya no se oirá más en ella voz de llanto f ni grito de lamento.
•° Ya no habrá allí 1 mamoncillo de pocos días
ni anciano que no haya cumplido su vida ;
antes bien, el joven morirá centenario |
y el pecador será de cien -años alcanzado por la maldición.
" Construirán entonces casas y las habitarán, |
plantarán viñas y comerán de su fruto.
- No construirán y otro lo habitará,
no plantarán y otro ¡o comerá,
sino que como la edad de los árboles serán los días de mi pueblo, |
y la obra de sus manos consumirán mis elegidos.
23 No se esforzarán en vano | ni parirán hijos para terrible ruina ;
pues son simiente de benditos de Yahveh, ¡ y sus vástagos con ellos
11 Y sucederá que antes que clamen, responderé ; |
estando aún hablando, los oiré.
■J Lobo y cordero a una pastarán |
y el león comerá paja con la res vacuna,
mas la serpiente polvo tendrá por alimento ;
no obrarán con maldad ni causarán daño
en toda mi 6anta montaña, dice Yahveh.
Felicidad y esplendor de la nueva Jerusalén. Castigo de
los impíos
fifi ' Así afirma Yahveh :
uw El cielo es mi trono | y la tierra el escabel de mis pies.
¿Qué casa podríais construirme | y qué lugar para morada mía?
■ Pues mi mano hizo todo esto |
y fueron todas estas cosas palabra de Yahveh.
16 El. Dios del amén : así llamado «quia amen yeritatem dictoruni et implectionem
praedictorum innuit» (Zorell). Otros, como Kit, prefieren corregir H y vierten : Dios
fiel, etc.
" Crearé un cielo nuevo : el reino de Cristo, que empieza en la tierra v acabará
en el cii-lo.
-- Como la edad de los árboles : todas estas imágenes se refieren a la vida eterna
de los escogidos en el cielo.
s Polvo tendrá : será olvidada la maldición original, menos para la serpiente, tipo
de la humillación reservada a los enemigos de Dios.
— I37.S —
66 3-15
ISAÍAS
66 3-15
Y a éste es al que yo miro : al humilde y abatido de espíritu |
y a aquel que tiembla a mi palabra.
' Hay quien inmola un toro y es como si muíase a un hombre, ]
quien sacrifica una oveja y es como si estrangulara un perro,
quien ofrece oblación y es como si fuera sangre de cerdo, |
quien quema incienso y es como si ensalzara a un ídolo :
así como ellos eligen sus "caminos |
y su alma se complace en sus abominaciones,
I de igual suerte elegiré su desgracia | . -
y haré recaer sus temores sobre ellos,
por cuanto yo llamé, y nadie respondió ;
hablé, y no me oyeron,
sino que hicieron el mal a mis ojos |
y escogieron lo que no me agradaba.
' Escuchad la palabra de Yahveh | los que os estremecéis a su palabra :
Han dicho vuestros hermanos, | los que os odian,
¡os que os repudian por causa de mi nombre : | «¡Glorifique se ■ Yahveh
para que podamos ver también vuestra alegría !» |
Pero ellos serán confundidos.
" Oigo un rumor que procede de la ciudad, |
un rumor que viene del templo ;
[es la] voz de Yahveh, que da j su merecido a sus enemigo».
' [Y ella] antes que se retorciese | parió ;
antes de que la sobrevinieran dolores | dió a luz un varón.
8 ¿ Quién^ oyó jamás cosa semejante ? |
¿ Quién vió nunca tal cosa ?
¿ Es dado a luz un país | en un día
o un pueblo es parido | de una vez ?
Pues apenas ha sentido dolores y ya ha parido | Sión a sus hijos.
"¿Iba yo a abrir el seno materno, mas no a hacer parir?, | dice Yahveh,
o ¿había yo, el que hace parir, de cerrarlo?, afirma tu Dios.
10 Alegraos con Jerusalén y jubilad con ella
todos los que la amáis,
regocijaos con ella gozosos | cuantos por ella hacéis duelo,
II para que maméis y os saciéis | del pecho b de sus consuelos
a fin de que sirváis y os reconfortéis | de la mama de su gloria
a Pues así dice Yahveh : |
He aquí que dirijo hacia ella | como un río la paz |
y como torrente desbordado las riquezas de los pueblos ,
y sus lactantes 0 serán lle\ ados sobre la cadera |
y acariciados sobre las rodillas.
" Como cuando a uno le consuela su madre,
así os consolaré ; I en Jerusalén seréis consolados.
" Cuando veáis [esto], vuestro corazón se alborozará \
y vuestros huesos reverdecerán como hierba ;
ciertamente la mano de Yahveh se pondrá de manifiesto sobre )
sus siervos, | mas su d furia sobre sus enemigos
18 Pues he aquí que Yahveh viene en fuego |
y como torbellino son sus carros,
para desfogar airado su cólera
y su voz de reprensión con llamas de fuego.
fifi 3 Hay QtriEN INMOI-A un toro y es como si... : asf interpretan muchos el pasaje
"J" con GV. Cabe también traducir : «Inmólanse toros, métanse hombres, sacrifí-
canse ovejas...», e. d., que indiferentemente se ejecutan en horrible mezcolanza ac-
ciones tan dispares.
6 Los que os odian : los malos israelitas.
' Y ella antes : será fundada la Iglesia de repente, antes de lo que puede ima-
ginarse.
12 Riquezas : lit., gloria, esplendor.
10 Viene en fuego : varios Padres de la Iglesia, San Jerónimo y San Agustín, v. gr.,
aplican estas palabras al secundo advenimiento de Jesu-Cristo.
- 1376 -
66 !6'24
ISAÍAS
66 W-24
" Pues Yahveh hará justicia con fuego |
y con su espada sobre toda carne ; |
así muchos serán los matados por Yahveh.
" Los que se santifican y se purifican para los huerto.*
tras uno que está en el medio,
que comen carne de cerdo e inmundicia y ratones :
su obrar y sus designios 6 a una perecerán, declara Yahveh
" Y vendré para congregar a todos
los pueblos, y lenguas, que llegarán
y contemplarán mi gloria. 19 Y pon-
dré en ellos un signo y mandaré sur
pervivientes de ellos "a los pueblos,
a Tarsis, Pul ' y Lud, Mcsej y Ros s,
Tubal y Javání a las costas lejanas
que no han tenido noticia de mí n,
han visto mi gloria, y anunciarán mi
gloria entre los pueblos. 20 Y trae-
rán entonces a todos vuestros her-
manos, de todos los pueblos, como
ofrenda a Yahveh, en corceles, y ca-
rros, y coches cubiertos, y mulos, y
dromedarios, a mi santa montaña,
a Jerusalén, dice Yahveh, de igual
suerte que los hijos de Israel traen
la oblación en vasijas puras a la ca-
sa de Yahveh. 21 Y también de entre
ellos tomaré algunos para sacerdotes
y levitas, afirma Yahveh.
■ Pues así como el nuevo cielo | y la nueva tierra | que yo creo
permanecerán ante mí, declara Yahveh, I
así estarán vuestra simiente y vuestro nombre ;
a y sucederá que cada mes y cada sábado
vendrá toda carne a postrarse ante mí, afirma Yahveh.
i4 Entonces saldrán y verán los cadáveres de los hombres que pecaron
contra mí ; | ciertamente, su gusano no morirá |
ni se extinguirá su fuego,
y serán abominación para todo viviente.
" Para los huertos : e. d., para tomar parte en los misterios de los huertos o
jardines. || Uno que está en ex medio : e. d., el hierofante que dirige el rito de puri-
ficación. Otros leen c. STSymTh uno tras otro.
19 Un signo : los milagros que habían de acreditar la nueva teocracia, sobre todo
entre sus enemigos.
21 Para sacerdotes y levitas : asf mlt. mss. vers. ; Kit cree prb. 1. para sacerdotes
levitas. Se anuncia la abolición del privilegio de la tribu de Leví, que pasará al sacer-
docio de la Ley Nueva.
NOTAS CRITICAS A ISAIAS
CAP. I
a ca 3omss GSV y mi] b así c Kit ; H extranjeros] c así H, aunque al fin del otro
estico con atnaj ; GLSV lo omiten) d GTSV «ayudad (socorred) al oprimido*; «frt sic
U anota Kit] e así ins c TS (haplogr)] f prps en el hornol S así prb c 3mssT ; H serán.
CAP. 2
a así c Kit; H de Oriente; SGV como de Oriente] b así c Kit; H sing] c así c G ;
II se humilla] d otros 1 navios] e otros 1 meteos como en v io.
CAP. 5
a prps guerreros bien armados (o provistos de cinco clases de armas)] b prb feliz,
anota Kit] casi ins c Kit] d así c Kit; H plur] e otros 1 c GTATh acreedores] 'asi
c GS; H pueblos] e así c Q (V guare); K el rey de ellos] b otros (cf V) prp 1 sus
sienes, traduciendo el vb como 'decalvar'.
cap. 4
a frt c GL vendrá, anota Kit] b~b v errp ; así prb c Kit (vide) ; otros diversamente.
cap. 5
a así c Kit] b así c G ; II «ricos extranjeros o errantes*] « así ins c Kit artículo]
d así c pe mss GSV ; H plur] "asi c T (Kit)] í así frt c Kit] S así c Kit ; H sus
densas nubes.
cap. 6
a así prb (vide Kit) cf vers ; H «¡a plenitud de la tierra es su gloria»] b así prps ;
II las bases] c así c GV] á así ins Kit.
cap. 7
a así pl c GV 2Re 16 5] b así prps (cf Kit) ; H conduce] c-c «falta en GbL ; frt gl»
anota Kit] d así quizá (cf Kit); otros «dañémosla» ; H infundámosla miedo] e así
c ASymTh (Kit)] f así quizá (cf Kit) ; H para que (cf V), otros «al tiempo que».
cap. 8
a así c GTS; H pondré] b así prb c Kit ; H un gozo con] o algs 1 c T trampa]
d Kit prp por la tierra.
cap. 9
a así c Kit y otros críticos; H el pueblo no] b así prb; cf Kit, Hempel] casi
add c Kit] dasí c Kit ; H (cf V). los adversarios de Kcsín] e así c Kit, cf árabe
samuja (fué clemente) ; vide Perles II ; H je alegrará] ' así c G»T ; H brazo.
cap. 10
a~a prps di como glos o 1 sólo c L «está en sus manos»] b así 3.* p. e G ; H exter-
minar''] «cf Kit; H más bien «y aparto» o apartaré] dasí K, Q excelente, Kit 1 en uu
pozo o c L (y G?) ciudades y hab.; prps en el polvo] e así con c,mss ; H plur] f así
c T] e así ins c S] h así c GLS] i así Q vers ; H cajo.
"""'a'así c Kit; H dará fruto] b así c GLV ; H respirará] casi c «mss GLVSymT ;
H y no] d así c Kit (cf GL) ; H y el cebón] e así c G ; H por segunda vez] t así c G ;
H consagrará al exterminio.
(cf Ex 15 2)] b uno de los dos parece sobrar
> ; Kit prp «¿ quién conoce esto... ?».
CAP. 13
a así prps (cf Kit)] bv errp, prps diversas enmiendas (cf Kit)] casi c i6mss GSV]
d así pl c Kit] e sus 'de ella' de Babel ; así c Kit.
CAP. 14
a frt todas las (cf G) anota Kit] b así c Kit (cf todo el estico) ; H en casa] c-c trsp
c Kit ; H antes de como un cadáver (o carroña) pisoteado] d así 1 ? c Kit ; H ¡üj pri-
mogénitos de] e así c V ; H matará.
CAP»así c GSTV] basf 1 c Kit; II jubiá la casa y Dibón] casí (o armados) H ; frt
c GS 1 los lomos (Kit)] dasí c Kit; H errata ortog] e así pl c Kit.
- 1378
ISAÍAS
CAP. 16
ac Q mlt mss vers imperativo fem sg sujeto Sión ; II pl] b así pl c GST] o así 1
c T] d así c Jer 48 29) e Kit anota «1 frt suspiraron, o suspirarán»] ' así = y no c ca
6omss edd versj ti así c G ; H hice cesar.
cap. 17
a di me'i dittogr del me'ir anterior] b así 1 c Kit; H siega (cosecha)] casí 1 c
Kit ; H en sus ramas el frutal] d así c G] e así c V pret ; H pt intrans] f H repite ¡le
naciones, como el zumbido de abundantes aguas zumban; «falta en Srnss S ; add»
anota Kit.
CAP. l8
a así 1 Kit ; H siega.
CAP. T9
a así quizá, cf Kit, o (c G) pasará todo el verdor; texto dudoso, lit «las superficies
desnudas (o prados?) del Nilo», V «nudabitur alveus rivi a fonte suo»] b así 1 ? c Kit;
cf SV ; H rastrilladas] c así 1 ? c Kit] d así 1 c Kit ; cf G en diversos codd y T] e asi
1 c Kit; H sg] fasí HAThS ; ca ismss SymVAr tciudad del sol,, e. d., On o Heliópo-
lis, G «c. de la justicias.
cap. 20 .
a así puntuamos con Kit; H «y descalzo;»] b así prb c Kit (lit «descubiertos de
posaderas») ; H desnudez de posaderas.
cap. 21
a así H ; prps el vigía, o veo o ve...
cap. 22
a así c Kit cf G ; H en carro de hombres y caballos] b así 1 c Kit ; H miraste]
«•así c Kit ; H sobre Sebná; GL «Somnas», V «Sobnas»] d así c TSV ; H Quitará.
cap. 23
a así c Kit, cf 14] b así (o bien: «han enmudecido») prps c T; H callad] o así
insinúa Kit ; otros «que pasando la mar te henchían» etc ; H (cf V) te llenaron. En
ias muchas aguas...] d así c Kit] e así «frenum impediens» ?, otros «dique» H ; Kit frt
(cf Gl puerto; otros varían más y leen : tTrabaja tus tierras, pues para las naves de
Tarsis ya no hay puerto» etc] M glosa, anota Kit] s prps «para los sidouios».
cap. 24
a así prps, cf vv 18 y :i] b ,G frt rectius» será glorificado (Kit).
CAP. 25
a así c Kit; cf vers] b Kit 1 «es (o fué) como aguacero de frío (o de invierno)»]
c.así c Kit ; H humilló] <1 así Kit c K ; QGSV en él.
CAP. 26
a asi add c Kit] b H paz, paz, di Paz c Kit] c «di ? cf G et 12 2» anota Kit en beyah
de H] d-d H así prb c Kit ; H errp] e otros 1 «sus muertos» (cf ST) o «tus cadáveres» ;
di anota Kit] ' así c GASyraTh.
CAP. 27
a así ins frt c Kit] b así H; muchos prefieren c algs mss GTS amable (de deli-
cias)] casi CKit; H devaste] a así c Kit (cf GS).
CAP. 28
a así c GTS] b así c Kit ; H como] c así prb c T ; H lo trillare"] d asi prb c Kit ¡
H sus caballos.
cap. 29
a algs 1 serás] b frt 1 partió como 1.* pers (cf V) ; H se seguirá] casi 1 c Kit;
H a (contra, respecto)] d-tt «add scribae» anota Kit.
cap. 30
a así (que huelga : o bien Ráhab descansa o cesa) c Kit ; V «Superbia tantum est,
a algs 1 jera's] b frt 1 partic como 1.* pers (cf V); H se seguirá] c así 1 c Kit;
H un.)] easí prb c T; H habitas] fasí c GbLV ; H contaminaréis] £ así c algs mss]
h así c Q mlt mss TV.
cap. 32
a algs c G golpeaos] b di, anota Kit] tH ins por; di c Kit] d frt 1 c T se vendrá
abajo, anota Kit ; pero es dudoso, pues todo el v resulta hoy enigmático.
CAP. 33
a así c Kit ; cf T] b así c algs mss TSV; H su brazo] o así frt c T ; H vuestro
botín] d así 1 ? ; H (cf V) las ciudades] « así c Kit ; H vuestro.
cap. 34
a e. d., los astros ; algs corrigen («frt» Kit) «se desharán las colinas»] b con ellos
(¿los corderos y machos cabríos? ¿ ítosra y Edom ? Kit 1 con temeros cebados] casi
ins c G] d así c GT ; H hierba] easí c Kit ; H en su sombra] . f así H (cf V); los
críticos o pasan aquí gritan (o se encuentran) del v 16 (en nuestra versión, c V «y
— 1379 —
ISAÍAS
leed»), que allí suprimen atendiendo al metro, o, además de esta supresión, pasan
al 15 las palabras del 16 no se echan de menos.
CAP. 35
a asi c GT ícf Kit)] t> Kit y olios trasladan aquí el fin del v] Usf o T] í así c
Kit; H vendrá] e quizá haya de 1 vallado como en 24 13 ; otros corrigen c T (cf Kit)]
1 así c Kit; H ;<i] e así c Kit; H a ellos y c diversa puntuación (cf Kit), quien cree
este estico prb add.
CAP. 36
a así c ca 2omss 2Re ; H pienso] b H a un gobernador; pero este vocablo júzgase
add] o así 1 c G ; H sobre] d así ins c Kit, cf 2Re 18 34-
cap. 37
a así prb c G ; H plur, cf 2Re 19 14, donde según Kit también había de corregir-
se] b así c 13TOSS 2Re] o así ins c 2Re] d así c Kit, cf G; H futuro] casi c 2Rc
19 23 ; H lugar alto] f así ins c 2Re] e cf 2Re] a así (lit «agostamiento») Kit c 2Rel
i véase nota v 27] i prb ins c 2Re.
a-a asi ins c 2Re] b así ins c GTS y di ba-sémes] c así 1 ? c Kit ; H escrito'] d asi
prb c 2inss ; H Yah, Yah\ o así prb c Smss + msPT ; H reino de ultratumba] 'así
1 c SymSVT; H mi pastor] g así c Kit; H he enrollado] h así c Kit, cf T] i-i add
(dittogr) anota Kit] j así c T (Th) ; H y dijo a mí] kv errp ; cf nota v 16] 1 así c
Kit; H y me harás sanar] m H añade amargura di c Kit] n así e GV ; H adheriste]
0 así Kit e GL ; H verdad (o fidelidad)] P así ins c Kit] °. según Kit trsp v 21 c 2Re
ante 7.
cap. 39
a así ins c G 2Re.
CAP. 40
a así c GV; H y dijo] b así c G iPe 1 24 LV (cf Kit) ; H gracia, belleza] oGSTV
con potencia] d Kit 1 ¡os mares] e así ins c G] 'así c Kit] e aquí o al fin del v ha
de trsp 41 6. 7 (cf Kit)] h H ins el pobre de ofrenda (el que por su pobreza no puede
ofrecer tanto), que v omite y Kit juzga add; otros corrigen H c Duhra : el que erige
una imagen (o simulacro)] i así frt c Kit; H cimientos] i leemos c GTS fuerza pot
fuerte de H (cf Kit).
cap. 41
a así c Kit; H renueven fuerza] b asi c Kit] o así ins c Kit] d cf cap 40 nota g]
e así Kit c Ewald ; H mete 'exiguo y débil pueblo' (V «muertos»), que quizá no precisa
sustituir] f así c (1STV] g así prb c T] b así H (=V), muchos c 45 3 leen lo llamé
Por su nombre] ¡así c Kit; H vino] i así c Kit; H he aquí, he aquí a ellos] k así 1
c T ; H iniquidad.
CAP. 42
a así c GTSV ; H futuro] b así frt c Kit; H los que bajan] o así prps 1; H islas]
8 H iñade vergüenza; di c Kit] e así pl c G] f algs c 2mss Sym sordo (cf Kit)]
ícf V; H oye] b así c Kit] i así c TS.
CAP. 43
a así add frt c GLVT] bu añade aquí y; di c SV] casi prps (cf Kit) ; II y oirán
y dirán] d así prps (cf Kit); II sing] e así c GTV ; H también desde ahora (otros
«desde antes que hubiera día»); otros modifican H diversamente] 'así c Kit; H
fugitivos tojos ellos] g así prps H en las naves su júbilo] b en H esta separación va
tras caudillo (cf V)] i así c GV ; H porque.
CAP. 44
a-a así c GT] b así c Sym] casi c TS ; H apellidará] i así ins c G] e así c Kit]
1 así c T] gasí? c Kit] b así c Kit ; H te he anunciado] i así c Kit; H y no] i así
c Kit] k así c Kit] 1 así c Kit ; II a ellos] m así c Kit; cf 19 GS ; H su mitad] a-a H te
come, se asa trsp cf G] o así pl c Kit] V así ins c Kit] q lit 4 quién conmigot según
K 3imss edd GV ; Q por mí mismo] rasí pl c GaT] "así c Kit; II el.
cap. 45
a así c Kit] b así c TS] casi c Kit; H abra] i así c Kit; H produzcan] e-e así
c Kit Icf G L| ; H tu ... tiene; S «no soy obra de tus manosi] 'así c Kit (cf T) ;
H las señales preguntáronme] g así c G ; H mis deportados] b así frt C Kit; H ttú
eres»] i así y trsp c Kit] j así c 2imss Seb vers pl.
CAP. 46
a así quizá c TV (cf Kit) ; H «escapar de la carga (o «salvar la carga»)] b así frt
c Kit ; H he hecho] o así H ; 1 frt c S y avergonzaos] d así c QG ; H su.
CAP. 47
a así H (cf V) ; pero muchos 1 y no me aplacaré, dice nuestro redentor... (cf Kitl]
b así trsp el acento de II] o así prps ; H consejos] d asi H ; Kit 1 c GS lo que.
— 1380 —
ISAÍAS
a así prb c Kit ; H las aguas] b así prct c Varka ; cf GTSV] o así c GL ; H y antes
del día y no] das! c Kit; H y no en] e así ins c Kit] 'di Yahveh c G] B asi
c Kit] h así c Kit, cf G.
"PaKit trsp aquí el v 5b] t> así c QAT 9mss] casi ins c G] d prps del este] e así
c varP(G)VT(Ar)] f así c GSV.
c Kit, cf GS; H os ceñís.
"""allí pret cf GVST] b así c I2mss S; H mi Pueblo y mi nación] caqui trsp sof
Pasuq] dasí c Kit cf Jer 49 19; H próximo] » así ins c G] f así frt c GV ; H se rom-
perá] g así c V, cf Job 26 12 ; H derribó] h así c S ; H plantar] ■ glosa, anota Kit
(cf)] i así c GSTV ; H me compadezco.
CAP'a|sí fem c Kit] b así c Q vers] c Kit 1 profanati sunt] dH añade por eso, di c
GV] e Kit pregunta 1? todos] ' así c TS ; H sobre ti] S así 1 ? c Kit ¡ H así] has! frt
c Kit ; H rociarán.
CAP'aÜí ins c ca 2omss SV] b prps 1 ty su suerte»] casi c Kit cf G ; H azote para
ellos] d asi c Kit ; H rico] e así c GV ; H plur] f así 1 ? c Kit ; H el padecimiento]
s así ins c G.
, ' • así c vers] b así c G] o así c G] d así Kit y otros c G ; H puk 'antimonio'
(cf iPar 29 2) quizá aludiendo a una piedra especial que en algún modo recordase al
antimonio (?)] e así c Kit ; H aléjate.
CAP. 55
a Kit trsp este adv. (heb escuchar) ante escuchad de v 3] b así c vers ; H ila-
ciones.
56
así c vers; H le] b así ? c Ktt ; H el nombre de Yahveh] casi c Kit; H y ellos
Mí/ores] d-d G lo omite ; add anota Kit.
cap. 57
iasí ins c Kit] b así c GSV] casi c G, H debajo] d di sacrificio(s) como dittog
_ in Kit] e prps corregir cte compraste a algunos de aquellos...»] 'así 1? c SymV ;
H peregrinaste] e asi por Molok al parecer] hv y diré, frt di, anota Kit] i asi c Kit]
así pret c Kit| k trsp aquí 50/ pasuq] 1 así ins c Kit.
:ap. 58
a G añade : tafirma el Señor Yahveh» : ins frt, anota Kit] b así sing c GLV] c así
c Kit cf 52 12] dasí c nmss G1L1SH fu alma] e así quizá (H reconstruirán) o tr. tus
hijos* (cf Kit)] 'así c GS.
ca6. 59
así c algs codd GST] b así ins c SV] c asi inf c Kit y di concebir que prece-
de en H.
CAP. 60
■ así c Kit ; H las tinieblas] b así c 4mss GLTS] casi frt c Kit ; H en mí esperan
las islas] dasí Hit tguiantes») c Kit; H guiados] « así frt c Kit; H violencia, error
gráfico] fasí QTSV... ; Kit 1 prb la plantación de Yahveh.
CAP. 6l
>H luto de vestido (cf Kit)] b asi prps o os gloriaréis, o usaréis a capricho; H
os sustituiréis a vos. mismos] o así c Kit ; H en lugar de vuestra vergüenza] d así
prps c Kit, otros tign. y saliva (fué) su porción».
cap. 62
'así c Kit] basí c G.
63
i así c Kit; H tpara tu vest»] basí pret c SV (cf G)] casi c Kit ; H embriagué]
ddl c Kit y] e así c GL ; H ellos] 'H aquí el 50/ pasuq (;)] s así c GL ; H angus-
tia] hasí c Kit; H pensó] i asi c algs mss S; H su pueblo (V iy su pueblo»)] i así
prb c pe mss GLS ; H les sacó] k así c vers; H le da reposo] 1 así c 2imss vers;
H plur] m así c Kit ; cf G y 64 11] n así c Kit ; H hasta lo más mínimo despojaron
pueblo santo.
Ícap. 64
a-a glosa ex 63 19, anota Kit] b Kit trsp aquí el fin del v 32 y sigue : Oreja no
oyó...] casi c Kit; H prestaron oído] d así c GL] e así c GL ; H y en tus caminos
- I38l -
ISAÍAS
te recuerdan] f así frt c Kit, cf GL ; H contra ellos siempre hemos sido salvados]
e así c T ; H se marchitó] has! c Kit ; H nos arrastraron] i así frt c GLTS ; H
temblamos.
CAP. 65
a así c CLS'ASymTh ; H vuestras] b así c Kit ; H al principio: ora GL] c"c así c
GL; H <i sus siervos llamará] d-d así frt c (GL)ST] o así ins c Kit] 'así? c SV ;
H desde allí.
cap. 66
a así c GS] b así frt c Kit; H violencia por error gráfico] «así c Kit y trsp atnaj
a pueblos] <» así c Kit] 9 trsp de V 18 c Kit] f asi c G...L ; H Pul] S así frt c G.
— 1382 —
INTRODUCCION A JEREMIAS
Jeremías, hijo del sacerdote Helcías, nació hacia el año 650 en Anatot,
al E. de Jcrusalc'n, en la tribu de Benjamín. Joven aún, el año 13 de
Josías, fué llamado por Dios para ser profeta de las naciones y hacer
frente a toda la tierra, a reyes, a príncipes, a sacerdotes y al pueblo
todo. Eran los días terribles de la invasión escita en Palestina. Fiel a su
vocación, todos le abandonaron, salvo su discípulo' Baruk ben Neriyyá. So-
breviene luego la reforma religiosa emprendida por Josías (621). El profe-
ta, como Miqueas y tantos otros, dirá francamente al pueblo que no ponga
vanas esperanzas en templo y culto, que Dios no desea holocaustos. La
muerte del rey reformador, que permitió al profeta toda valentía de ex-
presión, suscitó en él sentidas lamentaciones. El rey sucesor, el vulgar
y cruel Joaquim (608-598), no logró amedrentar a jeremías, puesto como
muro de bronce contra la idolatría y el olvido de la ley predominantes,
y vaticinador de la destrucción del templo y de jerusalén y de la depor-
tación a Babilonia. Bajo Sedecías (597-587) — nueva etapa de la vida del
profeta — , éste dirige especialmente su atención a la política exterior de
su patria, mostrándose hostil a la tendencia egiptófila y propugnando la
lealtad a Babilonia. Los insultos, cálceles y penalidades de todo género
que hubo de sufrir le arrancaron acentos más amargos que los de Job,
y, caída Jerusalén, Jeremías fué conducido a Egipto por los que allá hu-
yeron, y allí luchó contra la idolatría de los emigrados. Ignórase el resto
de su vida.
El libro de Jeremías puede dividirse en tres partes principales, pre-
cedidas de un prólogo (1) y seguidas de -un apéndice histórico (52):
Vaticinios conminatorios y promesas mesiánicas (2-23);
Ultimos vaticinios y suerte del profeta (34-45);
Vaticinios contra los gentiles (46-51).
Sus vaticinios, que él refiere haber dictado por mandato divino a su
secretario Baruk, se transmitieron diferentemente en el texto masorético,
más extenso, y en la versión de los LXX, más breve. El orden, además,
es distinto. Sobre el origen y el valor de estas dos recensiones 110 hay
acuerdo entre los críticos. Tal vez la versión griega se deriva de un texto
hebreo primitivo, ampliado posteriormente y retocado por el mismo pro-
feta. De todos modos, ambas recensiones han sido aprobadas por la
Iglesia.
Jeremías es el maestro de la oratoria hebraica. Poeta tierno y melan-
cólico en las Lamentaciones, también sus profecías están impregnadas de
gravedad y teñidas de un tinte sombrío. Al tono cálido y vivo de ellas
únese la hondura del sentimiento, la riqueza de imágenes y el ritmo de
la poesía, especialmente en los cantos, que, según algunos, se refieren
a los escitas, obra maravillosa de arte y poesía.
Como varón de dolores, no comprendido por sus contemporáneos, Je-
remías es entre los profetas el tipo más expresivo y conmovedor del
Mesías paciente.
- 1383 -
Vocación de Jeremías por Yahveh
i 1 Palabras de Jeremías, hijo de
Helcías, de los sacerdotes que
moraban en Anatot, en tierra de
Benjamín, 2 al cual dirigiósele la pa-
labra de Yahveh en los días de Jo-
sías, hijo de Amón, rey de Judá, en
el año decimotercero de su reinado,
e igualmente luego en tiempo de
Joaquim, hijo de Josías, rey de Ju-
dá, hastael final del undécimo .año
de Sedecías, hijo de Josías, rey de
Judá, hasta el destierro de Jerusalén
en el mes quinto.
4 Dirigióseme, pues, la palabra de Yahveh, diciendo :
5 Antes que te formara en el vientre te conocí |
y antes que salieras del seno materno te consagré,
como profeta para las gentes te puse.
6 Mas yo objeté : «¡ Ah, Señor, Yahveh, he aquí que no sé hablar,
pues soy muchacho!»
' Y di jo me Yahveh :
.«No digas : Muchacho soy ;
pues a todo lo que yo te enviare has de ir |'
y cuanto yo te ordenare hablarás.
9 No los temas, porque contigo estoy yo para librarte-i— declara Yahveh.
9 Y Yahveh extendió su mano y tocó mi boca y dijome :
«Mira que pongo mis palabras en tu boca.
10 Ve que te constituyo hoy
sobre los pueblos | y sobre los reinos |
para arrancar y destruir, | para asolar y demoler, 1
para edificar y plantar.»
I6 Soy muchacho : la Escritura llama a veces así a jóvenes de más de veinte años.
10 Para arrancar : su misión era, sobre todo, anunciar a su pueblo los castigos
que les reservaba Dios por sus pecados.
- 1384 -
1 n-2 5
JEREMÍAS
1 13-2 5
u Y llegóme palabra de Yahveh,
diciendo : «¿ Qué ves, Jeremías ?»
«Una vara de almendro veo», con-
testé. 12 Y díjome Yahveh : «Bien
has visto ; pues estoy vigilante so-
bre mi palabra para cumplirla.»
33 Y dirigióseme la palabra de Yah-
veh segunda vez, diciendo : «¿Qué
ves, Jeremías ?» Respondí : «Veo una
olla hirviendo al ser soplada, y su
boca a de cara al septentrión.» 14 Y
contestóme Yahveh :
«Desde el norte se desencadenará 6 el mal 1
sobre todos los habitantes de la tierra ;
15 pues he aquí que voy a convocar |
a todos c los linajes 0 de los reinos del norte,
declara Yahveh ;
y vendrán y pondrán cada uno su sitial |
a la entrada de las puertas de Jerusalén,
y sobre todos sus muros circundantes, |
y 6obre todas las ciudades de Judá.
" Y pronunciaré mis castigos contra ellos |
por toda su maldad, pues que me abandonaron
y quemaron sacrificios a dioses extraños |
y se prosternaron ante las obras de sus manos.
" Ahora, pues, ciñe tus lomos, | levántate y háblales
todo cuando yo te mandare.
No desmayes ante ellos, no sea que yo te infunda terror a su presencia ;
15 pues he aquí que yo te pongo j hoy como ciudad fortificada
y cual columna de hierro y muralla de bronce | contra todo el país,
para los reyes de Judá, para sus dignatarios, |
para sus sacerdotes y para el pueblo del país.
10 Y guerrearán contra ti, mas no te podrán,
pues contigo estoy, para librarte, dice Yahveh.»
Ingratitud y apostasías de Israel
cy 1 Y se me dirigió la palabra de Yahveh, diciendo : 3 Anda y grita en
" los oídos de Jerusalén lo siguiente : Así dice Yahveh :
Me acuerdo en tu favor de tu afección [a mí] en tus mocedades, |
del amor de tus desposorios,
de tu seguirme por el desierto, | por tierra no sembrable.
* Posesión santa [era entonces] Israel para Yahveh, |
primicia de sus frutos •
cuantos lo devoraban tuvieron que pagar la pena, |
desgracia les sobrevino — dice Yahveh.
4 Oíd la palabra de Yahveh, ¡oh casa de Jacob!, |
y todos los linajes de la casa de Israel.
5 Así dice Yahveh :
«¿Qué hallaron vuestros padres en mí de injusto 1
para que se alejasen de mí
y caminaran tras la vanidad | y se hiciesen vanos ?»
u Vara de almendro : (G «de avellano») o rama de vigilante, según la significación
etimológica del vocablo hebr. saqued, por ser el primer árbol que da sus flores.
14 Desde el norte : los asidos y caldeos vendrían por el norte de Palestina, por
no atravesar los intransitables desiertos de Arabia.
w Pronunciaré mis castigos o sentencias : o bien, «les haré rendir cuentas», «dirijo
mi acusación contra ellos». .., como otros prefieren.
17 Ciñe tus lomos : como si dijese : Dispónte a penoso trabajo. Los viajeros orien-
tales suelen subirse con el cinturón sus largas ropas para quedar más expeditos.
18 Como ciudad fortificada : o sea andarás seguro como lo está una ciudad fortifi-
cada. || Del país: e. d., de Judá.
— 1385 —
2 6-22
JEREMÍAS
2 6-22
8 Y no dijeron : «¿ En dónde está Yahveh, |
el que nos subió de la tierra de Egipto,
el que nos condujo a través del desierto, |
por tierra de estepa y barranco,
por tierra árida y tenebrosa, | tierra por donde no transita varón |
y donde no habita hombre alguno r»
' Y os introduje en la región feraz |
para que gozarais de su fruto y sus bienes,
mas entrasteis y contaminasteis mi tierra |
y mi heredad trocasteis en abominación.
8Y"los sacerdotes no preguntaron: «¿Dónde está Yahveh?»
Y los depositarios de la ley no me conocieron, |
y los pastores prevaricaron contra mí,
y los profetas profetizaron en nombre de Baal |
y siguieron a los que de nada sirven.
9 Por ello, todavía he de litigar con vosotros | — dice Yahveh — ,
y con los hijos de vuestros hijos a pleitearé.
10 Pasad, pues, a las islas de los kittitas y ved, |
a Quedar enviad, e informaos bien,
v ved si acaeció cosa como ésta.
" ¿ Acaso nación alguna cambió de dioses, | aunque ellos dioses no sean ?
Pues mi pueblo ha cambiado su gloria | por lo que no aprovecha.
12 Pasmaos, ¡ oh cielos!, de esto; |
y horrorizaos b y quedaos atónitos en gran manera b — dice Yahveh — ;
13 pues dos maldades cometió mi pueblo : ] me abandonaron a mí,
fuente de aguas vivas, | para excavarse aljibes,
aljibes agrietados, | que no retienen las aguas.
M ¿ Es por ventura un siervo Israel | o es un esclavo nacido en casa ? ]
¿Por qué, pues, se convirtió en presa?
15 Sobre él rugieron c leoncillos, | emitieron su rugido,
y redujeron su tierra a un desierto ; |
sus ciudades fueron incendiadas, de suerte que no queda un morador.
" También los hijos de Menfis y Tafnis |
te quebrantaron d la coronilla.
" ¿ Acaso no te ha acarreado esto | tu abandono de Yahveh, tu Dios, 1
6 en momentos en que te guiaba por el_ camino 6 ?
a Y ahora ¿ qué te va en el camino de Egipto |
para beber aguas de Sijor ?
¿ Qué te va en el camino de Assur | para beber aguas del río ?
19 Te castigará tu maldad | y tus apostasías se te reprocharán.
Comprende y considera cuán malo y amargo |
es tu abandonar a Yahveh, tu Dios,
y que no poseas mi temor, | dice el Señor f, Yahveh de los ejércitos.
20 Porque desde antiguo e quebraste tu yugo, | rompiste e tus ataduras
y dijiste : «No serviré» ; |
pues sobre todo cerro elevado y hajo todo árbol frondoso te echabas
como ramera.
21 Y yo te planté de vid generosa, | enteramente de plantones legítimos ;
¿ cómo, pues, te me has convertido |
en sarmientos degenerados de vid extraña ?
" Aunque te lavases con nitro | y gastases en ti mucha lejía,
sucia continuaría tu iniquidad ante mí, | declara el Señor Yahveh.
2 8 Los pastores : o guías, conductores.
w Las islas de los kittitas o kitteos : c. d., Chipre probablemente.
11 Lo que no aprovecha o no ayuda : e. d., los ídolos.
14 Esclavo nacido en casa : el que de libre pasaba a esclavo podía ser manumitido,
mas no el hijo o descendiente de esclavo.
15 Rugieron leoncillos ¡ los reyes de Babilonia.
w Menfis y Tafnis : H Nof y Tafpanjés.
18 Sijor : brazo del Nilo, de aguas turbias y barrosas. || El río : e. d., el Eufrates.
21 Plantones legítimos : lit., semilla de verdad o genuina.
22 Sucia : sórdida, amagolada» o maculata, como dice Arragel.
-1386-
2 23-3 1
JEREMÍAS
223-3 1
a ¿Cómo dices : «No he sido mancillada | ni he ido tras los Baales ?»
Considera tu proceder en el valle, | reconoce lo que has hecho,
camella joven ligera, errante en sus caminos.
u [Como] onagro avezado al desierto,
llevado de su sensualidad sorbe el viento, | su celo, ¿ quién lo contendrá ?
Ninguno de cuantos la buscan habrá de fatigarse, |
en el mes de su celo la encontrarán.
■ Preserva tu pie de la descalcez | y de la sed tu garganta.
Mas tú dijiste : «¡Deja de avisarme, no más!, |
pues amo a los extraños | y tras ellos he de ir.»
* Como la vergüenza de un ladrón cuando es sorprendido, |
así quedarán confusos los de la casa de Israel :
ellos, sus reyes, sus príncipes, | sus sacerdotes y sus profetas,
" que dicen al leño : «Tú eres mi padre», |
y a la piedra : «Tú me has parido.»
Pues me volvieron la espalda | y no el rostro,
pero en el tiempo de su desventura dicen : | «¡Levántate y sálvanos!»
18 ¿Dónde están, pues, tus dioses, que te fabricaste? |
¡Alcense, a ver si te libran en el tiempo de tu desgracia!,
núes a par del número de tus ciudades fueron | tus dioses, ¡ oh Judá !
;" ¿ Por qué pretendéis pleitear conmigo ? |
Todos vosotros os habéis rebelado contra mí, | declara Yahveh.
*° En vano castigué a vuestros hijos h, I no aceptaron corrección :
vuestra espada devoró a vuestros profetas | como león devastador.
a Esa ralea sois vosotros. Atended a la palabra de Yahveh :
¿ Acaso soy para Israel desierto | o tierra tenebrosa ?
¿Por qué, pues, ha dicho mi pueblo : Nos hemos retirado1, \
no vendremos más a ti ?
15 ¿Olvídase acaso una doncella de su atuendo, | una novia de su ceñidor?
Pues mi pueblo hame olvidado | días sin cuento.
■ ¡ Qué bien enderezas tu camino | para buscar amor !
Al efecto, a las maldades I avezaste tus caminos.
M También en los bordes de tu vestido > hallóse |
sangre de almas pobres e inocentes.
No la encontré en la perforación, I sino en todos esos lugares.
M Y dices : «En verdad, soy inocente ; |
ciertamente su cólera se apartó de mí.»
He aquí que voy a hacerte rendir cuentas |
por tu afirmación : «No he pecado.»
m ¡ Cuán extremadamente vil eres k ] cambiando tus caminos !
¡También de Egipto quedarás corrida, | conforme lo quedaste de Assur.
" También de ahí saldrás | con tus manos sobre la cabeza,
pues Yahveh ha rechazado tus apoyos |
y no alcanzarás éxito en ello.
El arrepentimiento: promesa de perdón
o 1 a Si despide un hombre a su mujer I y ella se marcha de junto a él
" y viene a ser de otro varón, | ¿volverá aquél a ella de nuevo?
¿No quedará verdaderamente profanada | aquella mujer b?
3 De la descalcez : e. d., la producida por la destrucción del calzado en la conti-
nuada carrera. 1| Deja de avisarme : lit., desesperada es la cosa = non est quod speres.
38 Por qué pretendéis pleitear : o bien, de qué os querelláis...
13 Al efecto... : tradúcese muy diversamente : V tpues además has enseñado tus ca-
minos llenos de maldades» ; otros, cestás avezado a las vías del mal», tpor eso tam-
bién a las malvadas enseñaste tus caminos»...
24 Sangre de almas (o personas) pobres e inocentes : o bien, sangre de pobres ino-
centes. || En la perforación : e. d., la hecha en la pared por el ladrón, o en la
irrupción.
- I3»7 -
3 2-16
JEREMÍAS
3 2-17
Pues tú has fornicado con muchos amantes, |
y ¿vas a poder volver a mí?, dice Yahveh.
: Alza tus ojos hacia los collados y mira : |
l dónde no has sido deshonrada ?
Junto a los caminos te asentabas, acechándolos |
como árabe en el desierto,
y contaminaste el país | con tus fornicaciones y tu maldad.
En consecuencia, las lluvias se contuvieron |
y no hubo lluvia tardía ;
mas tú tienes frente de mujer ramera |
y rehusaste sentir vergüenza.
' Sólo a partir de ahora clamas a mí : «¡Padre mío, |
tú eres el esposo de mis mocedades !
6 ¿Se irritará por siempre?] ¿Guardará su ira eternamente?»
Mas he aquí que hablas y sigues cometiendo ] las maldades que puedes.
e Y díjome Yahveh en tiempos del
rey Josías : «¿ Has visto lo que ha
hecho la apóstata Israel ? Fuése so-
bre todo monte alto y bajo todo ár-
bol frondoso y allí fornicó.» 7 Dije
yo : «Después de hacer todas esas
cosas^ se volverá a mí» ; pero no se
volvió. Y su pérfida hermana Judá
vió 8 c que por todo cuanto había
adulterado la rebelde Israel habíala
yo despedido y dádole el libelo de
repudio ; pero no temió la pérfida
Judá, su hermana, sino que fué y
fornicó ella también. 8 Y sucedió
que con la facilidad d de su adulte-
rio contaminó la tierra y cometió
adulterio con la piedra y con el le-
ño. lu Y tampoco con todo esto se
volvió a mí su pérfida hermana, Ju-
dá, de todo corazón, sino mentida-
mente, declara Yahveh.»
"Y díjome Yahveh : «Ha resulta-
do justa la rebelde Israel al lado de
la pérfida Judá. a Anda y clama es-
tas palabras hacia el septentrión y
di :
Vuélvete, rebelde Israel, dice Yahveh ; |
no apartaré mi rostro de vosotros,
pues soy misericordioso, declara Yahveh ; \
no me airaré por siempre.
13 Reconoce, pues, tu culpa, |
pues contra Yahveh, tu Dios, has prevaricado,
y has prodigado tus entregas a los extraños | bajo todo árbol frondoso, |
sin que hayas escuchado e mi voz, dice Yahveh.»
14 Volved, hijos rebeldes, declara
Yahveh, pues soy vuestro dueño, y
os tomaré uno de cada ciudad y dos
de cada estirpe y os introduciré en
Sión. 35 Y os daré pastores conforme
a mi corazón, que os apacentarán
con ciencia y prudencia. 10 Y cuan-
do hayáis acrecido y fructificado so-
bre la tierra, en aquellos días, dice
Yahveh, no exclamarán ya: «¡El
arca de la alianza de Yahveh!», ni
les vendrá a las mientes, ni se acor-
darán de ella, ni la echarán de me-
nos, ni se la hará de nuevo. " A la
sazón llamarán a Jerusalén trono áe
Yahveh, y se congregarán en torno
a ella todas las naciones ' en el
nombre de Yahveh a Jerusalén
3 3 Frente de mujer ramera : e. d., impudor.
4 Sólo A partir de ahora clamas ! V ipues a lo menos desde ahora llámame» .
6 Que puedes : así quizá, o bien, «y has salido victoriosa».
v Cometió adulterio con : metáfora por «dió culto, adoró a».
11 Ha resultado justa : Israel es menos culpable que Judá, porque esta última de-
biera haber aprovechado la lección que le di castigando a la primera.
12 Hacia el septentrión : o las tribus de Israel que estaban con respecto a Judá al
norte de Palestina. || No apartaré mi rostro de vosotros: así c. V ; H parece errp.
Algunos vierten : ano mantendré respecto a ti un rostro severo» o colérico ; Esc. «non
echaré mis iras en vos».
w En aquellos días : esta expresión suele significar en lenguaje profético los tiem-
pos mesiánicos.
"Jerusalén: lo que se dice aquí de la Ciudad Santa puede aplicarse a la Iglesia.
- I388 -
3 18-4 «
JEREMÍAS
3 18-4 6
no seguirán más la obstinación de y vendrán a una desde la tierra del
su corazón perverso. norte a la tierra que legué en he-
a En aquellos días se reunirá la rencia a vuestros padres,
casa de Judá con la casa de Israel
"Y yo me preguntaba : | «¿Cómo voy a contarte entre sus hijos «
j darte una tierra deliciosa, |
la posesión más preciosa de las gentes?»
Y yo decía : «Me llamarás ¡ padre mío ! |
v no te volverás de detrás de mí.»
20 Sin embargo, cual una mujer es infiel a su amado, |
así me ka traicionado h la casa de Israel— dice Yahveh.
:l Un grito déjase oír sobre las colinas, |
llanto y súplicas de los hijos de Israel,
porque han torcido su camino, | hanse olvidado de Yahveh, su Dios.
~ Volved, hijos rebeldes ; ¡ curaré vuestras apostasías.
"Henos llegados a ti, I pues tú eres Yahveh, nuestro Dios.
73 En verdad, mentirosas eran los collados \
y la multitud de los montes l;
ciertamente en Yahveh, nuestro Dios, | está la salvación de Israel.
:* La ignominia devoró |
el fruto del trabajo de nuestros padres de<de nuestra mocedad :
sus rebaños y vacadas, sus hijos y sus hija*.
13 ¡ Hemos de acostarnos en nuestra afrenta |
y ha de cubrirnos nuestro oprobio ! ; I
pues hemos pecado contra Yahveh, nuestro Dios,
nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud |
y hasta el día presente,
y no hemos escuchado la voz de Yahveh, nuestro Dios.»
Condiciones del perdón. Anuncio de invasión
de los enemigos del norte
a 1 Si deseas volverte, ¡ oh Israel ! — dice Yahveh — , !
^ a mí, te has de convertir ;
t-i quieres quitar tus abominaciones, |
a no vagarás de acá para allá de mi presencia a.
2 Entonces jurarás por la vida de Yahveh, en verdad, |
en derecho y en justicia,
y las naciones se congratularán con El ! y en El se gloriarán.
"Pues así dice Yahveh a los varones de Judá y Jerusalén :
Roturaos nueva rotura | y no sembréis entre espinas.
' Circuncidaos para Yahveh y quitad los prepucios de vuestros corazones,
¡oh varones de Judá y moradores de Terusalén!,
y se encienda y no haya quien lo apague, j
a causa de la maldad de vuestras obras.
¡ Anunciad en Judá | y proclamad en Jerusalén b,
y tocad la trompeta en" el país ! ; | gritad a voz en cuello
v decid : « ¡ Reunios y penetremos | en las ciudades fortificadas !
" Tremolad bandera hacia Sión, | salvaos, no os detengáis,
pues voy a traer un mal desde el septentrión, | un estrago inmenso :
3 La multittd : o bien, el tumulto, e. d., el de las fiestas idolátricas.
** La ■ ignominia : e. d., el ídolo ignominioso o la vergüenza e ignominia de los
ídolos (Baal, etc.).
4 : Por la vida de Yahveh: o bien, cdiciendo : ¡Vive Yahveh!»
no sea que estalle como
— 1389 —
4 7-2fi
JEREMÍAS
4 7-26
7 el león se lanza de su espesura |
y el devastador de gentes pónese en camino, | ha salido de su lugar
para trocar tu tierra en un desierto. |
Tus ciudades serán asoladas, | sin que quede morador.
* Por tanto, ceñios de sacos, | plañid v lamentaos ;
pues no se aparta de vosotros | el ardor de la cólera de Yahveh.
° Y acontecerá en aquel día, dice Yahveh,
que se habrá acabado el ánimo del rey | y el ánimo de los dignatarios,
v quedaránse atónitos los sacerdotes, | y los profetas asombrados.
10 Y dirán1': «¡Ah Señor, Yahveh! |
Has engañado por completo a este pueblo y a Jerusalén
diciendo : «Tendréis paz», | y la espada ha llegado hasta el alma.»
" Entonces diráse a este pueblo y a Jerusalén :
Un viento ardiente de las cimas del desierto d | [sopla] contra mi pueblo,
no para aventar ni para limpiar.
Un viento impetuoso e me llega.
Ahora también yo voy a anunciar | castigos a ellos :
13 He aquí que sube como las nubes ; I sus carros semejan el huracán,
más veloces que águilas son sus caballos. |
¡ Ay de nosotros, pues estamos asolados !
14 ¡ Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, | para que puedas ser salva !
¿ Hasta cuándo se albergarán en tu pecho | tus perversos pensamientos ?
>5 ¡ Ciertamente mensajero óyese de Dan, |
v se proclama el infortunio desde los montes de Efraím !
" Recordadlo a las gentes ', | proclamadlo en Jerusalén :
Llegan ascdiadores « de país lejano |
v lanzan gritos contra las ciudades de Judá.
" Cual guardas de campo cercanía, |
ipor haberse rebelado contra mí — dice Yahveh.
18 Tu proceder y tus acciones | te han producido estas cosas.
Esa es tu maldad ; tan amarga, ¡ que llega hasta tu corazón.
" ¡ Mis entrañas, mis entrañas ! ¡ Aguardo pacientemente ! |
I Las paredes de mi corazón !
Mi corazón gime conmovido ; | no puedo callarme ;
pues sonido de trompeta he oído, | clamor de guerra.
K Estrago sobre estrago se anuncia, | pues ha sido asolado todo el país.
De improviso han sido derruidas mis tiendas, |
en un instante mis toldos.
a ¿ Hasta cuándo he de ver banderas | y oír sonido de clarín ?
" En verdad necio es mi pueblo, | no me ha conocido ;
son hijos insensatos | y no son inteligentes ;
son sabios para el mal, | pero no saben hacer el bien.
" Miré a la tierra, y he aquí que era confusión y caos ; |
v a los cielos, y había desaparecido su luz.
M Miré a los montes, y he aquí que temblaban |
y todos los collados se estremecían.
25 Miré, y he aquí que no existía el hombre, |
y toda ave del cielo había huido.
" Miré, y he aquí que el campo feraz era un desierto |
y todas sus ciudades habían sido derruidas
por Yahveh, | por el ardor de su cólera.
7 El león : Nabucodonosor.
8 Plañid y lamentaos o ululad : «oynad e guayad» (Esc).
10 Has engañado por completo: «de cierto sombayendo sombayste» (Esc.)
11 Diráse a este pueblo : o bien, diráse acerca de...
a De Dan : que estaba en el camino que babían de seguir los caldeos para ir a
Jerusalén.
IB ¡Aguardo pacientemente! : V «me duele» ; otros, «sufro»... || Las paredes: o bien,
las entretelas.
— 1390 —
4 27-5 7
JEREMÍAS
4 27-5 7
25 Pues así dic* Yahveh : . .
Yerma quedará toda la tierra, | mas no h produciré total exterminio.
s Por ello hará duelo la tierra, | y se oscurecerá el cielo arriba ;
puesto que lo he anunciado, no me arrepiento, |
' me lo he propuesto ' y no desistiré de ello.
"A los gritos de los jinetes y ".os arqueros, |
todas las ciudades 1 emprenden 'a huida.;
penetran en las espesuras 1 y escalan las rocas.
Todas las ciudades están abandonadas, |
sin que haya nadie que en ellas habite.
30 Y tú, asolada, ¿qué harás? | Cuando te vistieres de púrpura, |
cuando te adornares de joyeles de oro,
cuando te rasgares con afeite los ojos, | en vano te hermosearás :
tus aunantes te desprecian, | tratan de arrebatarte la vida.
" Ciertamente oigo gritos como de parturienta, |
angustias cual de primeriza :
es la voz de la hija de Sión, que, gimiendo, | extiende sus manos :
«¡Av de mí, que desfallece | mi alma [a los golpes de] los asesinos!»
Desaparición de los justos. Anuncio del castigo
del pueblo
51 Discurrid por las calles de Jerusalén |
v mirad, por favor, e informaos ;
buscad "por sus plazas | [a ver] si encontráis un varón,
a si existe a quien haga justicia, | quien busque la fidelidad, |
y b yo perdonaré a la ciudad b.
5 Aun cuando dijeren : «¡Vive Yahveh!», | ciertamente juran en falso
3 ¡ Oh Yahveh ! ¡ Tus ojos buscan la fidelidad !
Herístelos y no han sentido dolor, |'
destruístelos y rehusaron aceptar la corrección.
Han endurecido sus caras más que una roca, ¡ se han negado a convertirse.
' Yo me dije : Sólo los de humilde condición | serán los locos,
porque no conocen el camino de Yahveh, |
lo debido a su Dios. •
s Me dirigiré, pues, a los magnates | v les hablaré,
porque ellos conocen el camino de Yahveh, | lo debido a su Dios...
Mas ellos también, todos a una, quebraron el yugo |
y rompieron las coyundas.
' Por eso hiérelos el león de la selva, I el lobo del desierto los destruye ;
el leopardo acecha junto a sus ciudades ; |
todo el que salga de ellas es despedazado,
porque se han multiplicado sus crímenes, |
se han hecho numerosas sus apostasías.
' ¿ Por qué había yo de perdonarte ? Tus hijos |
hanme abandonado y han jurado por los que no son dioses.
27 No produciré total exterminio o destrucción : V «sed tamen consummationem
non faciam», pero no la consumiré de' todo. Así muchos.
28 Todas las ciudades: o bieft, toda la ciudad.
80 Con afeite : otros, «antimonio», muy usado en Oriente para pintar los párpados
y ensancharlos. |[ En vano te hermosearás o hermoseas: «a vanidad te afermosi-
guas» (Ferrara).
31 Desfallece mi alma : o bien, sucumbe mi vida.
51 Busque la fidelidad : o bien, intente o trate de ser honrado o veraz.
0 El león..., el lobo..., el leopardo : representan a Nabucodonosor.
T Han adorado a los ídolos : lit., han cometido adulterio.
— mi —
5 8-26
JEREMÍAS
5 8-26
Los he saciado, mas han adorado a los ídolos |
y concurrido en tropel a casa de prostituta.
6 Hanse convertido en rollizos y rijosos sementales : |
cada uno relincha tras la mujer de su prójimo.
' ¿ No había yo de castigar estas cosas — dice Yahveh — ,
y de un pueblo tal | no he de vengarme yo ?
10 Escalad sus muros y derruidlos, | sin llevar a cabo su total destrucción f ;
arrancad sus mugrones, | pues no son de Yahveh.
" Porque me han traicionado gravemente |
la casa de Israel y la casa de Judá — dice Yahveh.
13 Han renegado de Yahveh | y han dicho : «¡No es El
ni nos sobrevendrá mal alguno ; | no veremos la espada ni el hambre!»
13 Los profetas resultan puro viento |
y la locución divina no existe en ellos ; | d así les resultará a ellos d.
11 Por eso dice Yahveh,
Dios de los ejércitos : | Por cuanto han dicho e tales expresiones,
he aquí que pongo mis palabras | en tu boca como fuego,
y este pueblo será cual leña | que él devorará.
15 Mira, voy a traer contra vosotros | una nación de lejos, |
¡ oh casa de Israel ! — dice Yahveh — ;
es una nación poderosa, | una nación antiquísima,
una nación cuya lengua desconoces | ni comprenderás lo que hablare.
18 Su aljaba es como sepulcro abierto ; | todos ellos son héroes.
" Devorará tu cosecha y tu pan, | devorarán f a tus hijos y tus hijas,
devorará tu rebaño y tú vacada, | devorará tu viña y tu higuera.
Abatirá con la espada tus ciudades fuertes, | en las cuales tú confías.
18 Sin embargo, tampoco en aque-
llos días — dice Yahveh — os aniqui-
laré por completo. 19 Y si inquirie-
reis e : «¿ Por qué ha hecho Yahveh,
nuestro Dios, todo esto con nos-
otros?», les dirás : «Así como me
habéis abandonado y habéis servido
a dioses extraños en vuestra tierra,
de igual modo serviréis a los ex-
tranjeros en tierra no vuestra.»
2U Anunciad esto en la casa de Jacob, | y hacedlo saber en Judá, diciendo :
21 ¡ Oíd esto, | pueblo necio y sin cordura,
que tiene ojos y no ve, I oídos tiene y no oye !
2; ¿No me habéis de temer? — dice Yahveh — . | ¿No temblaréis ante mí,
que he puesto la arena como límite al mar, |
barrera perpetua que no ha de traspasar,
que, aunque se esfuerte, no lo lograra, |
y aunque sus olas rujan, no podrá rebasarlo ?
a Pero este pueblo | tiene un corazón indómito y .rebelde, |
se apartaron y se fueron.
M Y no dijeron en su corazón : | «Temamos a Yahveh, nuestro Dios,
el que concede la lluvia, la lluvia temprana |
y la lluvia tardía, a su tiempo ;
semanas de tareas de siega | guarda para nosotros.»
" Vuestros delitos han desviado esto |
y vuestros pecados os privaron del bienestar.
M Pues se encuentran en mi pueblo malvados | h que tienden la red:
a manera de acechantes h pajareros ponen trampas |
para cazar a los hombres.
8 Sementales : lit., testiculati (cf. Kit).
10 Muros : o bien, «bancales, laderas...» con tapiales, como interpretan otros. Tráta-
se de las cercas que rodeaban los viñedos. El pueblo de Dios es comparado con fre-
cuencia a una viña.
15 Antiquísima : o bien, de abolengo.
a' La lluvia temprana y la tardía : e. d., la del otoño y la de la primavera. || Se-
manas de tareas de siega : e. d., una abundante cosecha. Kit di. scma?ias ie como
dittografía.
— IV)2 —
5 27-6 io
JEREMÍAS
5 27-6 10
" Como jaula llena de aves, | así están sus casas henchidas de engaño ;
por eso se han engrandecido y enriquecido.
■ Han engordado y se han puesto rollizos ;
traspasaron mis palabras pésimamente ', | no juzgaron debidamente
la causa del huérfano v salen triunfantes j
ni fallan la causa de los pobres.
50 ¿No castigaré esto — dice Yahveh— ,
o de un pueblo tal | no he de vengarme yo ?
~M Cosa horrenda y espantosa | ha acontecido en la tierra.
" Los profetas profetizan mentira |
y los sacerdotes enseñan por su propia cuenta ;
y mi pueblo se complace en ello ; |
mas ¿qué haréis cuando toque ello a su fin?
Amenazas contra Jerusalén y contra el pueblo todo.
La invasión enemiga
z: 1 ¡ Hijos de Benjamín, huid | de en medio de Jerusalén !
^ j Tocad la trompeta en Teqoa ¡ y alzad enseña sobre Bet-kérem ! ,
pues desgracia se asoma por el norte | y quebranto grande.
-' ¡ Oh hermosa y delicada, | has perecido, hija de Sión 1
■ Hacia ella vienen pastores | con sus rebaños ;
plantarán junto a ella tiendas, a la redonda ; |
cada uno apacentará su porción.
' ¡ Preparad sacramente la guerra contra^ ella ; |
alzaos y asaltémosla en pleno mediodía!
¡ Ay de vosotros, que ya el día declina, |
que ya se extienden las sombras del ocaso I
■ ¡ Levantaos y asaltémosla durante la noche |
y asolemos sus palacios !
8 Pues así dice Yahveh de los ejércitos .
«Talad sus a árboles y alzad | terraplén de asedio contra Jerusalén.
Es la ciudad de la mentira b; | toda ella es opresión en su interior.
1 Como un pozo hace manar sus aguas, | así mana ella su iniquidad.
Injusticia y tiranía óyense en ella, |
ante mi tengo siempre dolencia y herida.
s Déjate amonestar, Jerusalén, | no sea que mi alma se aparte de ti,
no sea que te convierta en desierto, | en tierra inhabitada.
' Así dice Yahveh de los ejércitos :
Rebusca 0 cuidadosamente, cual una viña, | los relieves de Israel.
Vuelve tu mano, como vendimiador, | a los sarmientos.
10 ¿ A quién deberé hablar y amonestar para que escuche ?
He aquí que su oído está incircunciso | y no pueden percibir nada.
28 No juzgaron debidamente. . . Y salen triunfantes : o quizá «para que triunfe» ;
pero otros corrigen II ; V tno juzgaron la causa de la viuda ni enderezaron, la causa
del huérfano».
28 Cf. v. 9.
m Enseñan por su propia cuenta : o bien, más lit., H, gobiernan a su capricho
(otros, ta imitación de los mismos, cooperando con ellos»).
f* - ¡Oh hermosa... Sión! : así prb. ; otros, como V, ta una hermosa y delicada ase-
" mejé a la hija de Sión» ; otros, de diverso modo.
* Preparad sacramente : lit., consagrad la guerra, o sea preparadla con sacras ce-
remonias inaugurales.
* Hace manar : otros, tmantiene fresca» (cf. V) .
8 No sea que mi alma : o bien, para que yo me aleje de ti.
•Sarmientos: GV tcuévanos».
— I3Q3 —
611-25
JEREMÍAS
6
Ye ahí que la palabra de Yahveh es para ellos |
obieto de mofa, no gustan de ella.
11 Estoy lleno de la ira de Yahveh, | hallóme cansado de reprimirla.
Derrámala d sobre el niño en la calle |
y sobre cuadrilla de jóvenes a un tiempo.
Ciertamente, presos serán tanto el marido como la mujer, 1
el anciano con el colmado de años.
12 Sus casas pasarán a otros, | los campos y mujeres también ;
e pues extenderé mi mano | sobre los habitantes del país — dice Yahveh e.
,3 Porque desde el menor al mayor, | cada uno se entrega a la avaricia ;
y desde el profeta al sacerdote, | todos cometen fraude.
u Y pretenden curar la desgracia de mi pueblo |
livianamente diciendo: «¡Paz,
paz!», cuando no existe paz. |
u Serán confundidos, porque han cometido cosa abominab'.e ;
sin embargo, en modo alguno se avergüenzan, |
ni aun saben sentir rubor f.
Por eso caerán entre los que caigan ; |
cuando yo los residencie se derrumbarán — declara Yahveh.
16 Así dice Yahveh :
«Paraos en los caminos y mirad | y preguntad por las sendas antiguas,
dónde está el buen camino, y marchad por él |
y hallaréis reposo para vuestras personas.! |
Mas replicaron : «¡No marcharemos!»
17 Yo emplacé s sobre ellos h centinelas : |
«¡Escuchad el sonar de la trompeta!» |
Mas ellos contestaron : «¡No la oiremos!»
18 Por eso, ¡ escuchad, naciones, |
• y sabe, oh congregación, | lo que les acaecerá 1 ! ]
10 ¡ Escucha, tierra !
He aquí que yo acarreo desgracia | sobre este pueblo, |
fruto de sus malos designios,
porque no han atendido a mis palabras ] y mi ley han rechazado.
¿Qué me importa el incienso procedente de Sabá |
y la caña aromática de tierra lejana ?
Vuestros holocaustos no me son aceptos |
y «vuestros sacrificios no me agradan.
21 Por tanto, así dice Yahveh :
«He aquí que pondré a este pueblo ]
obstáculos, y en ellos tropezarán :
padres e hijos a una, | vecinos y compañeros perecerán.»
" Así declara Yahveh :
«Mira, un pueblo viene de tierra norteña |
y una nación grande se levanta de los confines de la tierra.
a Arco y jabalina empuña ; | es cruel y no se apiadará ;
su estruendo brama como el mar, | y montan sobre corceles,
armados como varón para la guerra | contra ti, ¡oh hija de Sión !»
24 Ya hemos oído su fama ; | desmayaron nuestros brazos,
la angustia nos ha sobrecogido, | dolor como de parturienta.
M No salgáis al campo I ni andéis por el camino,
porque la espada del enemigo, | el terror, está en torno.
12 Sus casas pasarán a otros : lo cual era particularmente doloroso para un israelita,
por el carácter casi sagrado que tenían entre ellos las viviendas.
^«Cf. 8, 10-12.
14 Paz, paz : o bien : « ¡Va bien, va bien!», pero no está bien.
18 Paraos en o junto a; otros, «recorred»...
« Centinelas : e. d., los profetas.
* Un pueblo viene : e. d., los caldeos.
28 Jabalina : o pica, dardo... Asi prb. ; GV «escudo».
*• Su fama: o bien, la nueva; «su sonadía» (Esc).
— 1394 —
JEREMÍAS
6 26-7 14
:': ¡ Pueblo mío ! Cíñete de saco | y revuélcate en la ceniza,
haz duelo como por tu hijo único | con amargos lamentos,
pues súbitamente vendrá f el devastador sobre nosotros.
5 Por ensayador te he colocado en mi pueblo, cual fortaleza, |
para que conozcas y examines su proceder.
18 Todos ellos son rebeldes en sumo grado, | dedicados a la difamación,
bronce y hierro ; | todos ellos son unos corrompidos.
29 Ronca el fuelle, | por el fuego es consumido el plomo,
[mas] en vano se refino con esmero, | pues las escorias no se arrancaron.
•' Llámales plata desechada, | pues que Yahveh ios ha desechado.
Vana confianza en el templo. Obediencia, no sacrificio
n 1 Palabra que se dirigió a Jere-
' mías por parte de Yahveh, di-
ciendo : 2 Párate a la puerta de la
casa de Yahveh y allí anuncia esta
palabra y di : ¡ Oíd la palabra de
Yahveh todos los de Judá que pe-
netráis por estas puertas para ado-
rar al Señor ! 3 Así dice Yahveh de
los ejércitos, Dios de Israel : Mejo-
rad vuestro proceder y vuestras ac-
ciones y habitaré con vosotros a en
este lugar. 1 No os confiéis en pala-
bras falaces, exclamando: «¡Santua-
rio de Yahveh ! ¡ Santuario de Yah-
veh ! ¡ Santuario de Yahveh es este
lugar b/» 6 Ciertamente, si mejoráis
vuestro proceder y vuestras accio-
nes ; si realmente hacéis justicia
entre unos y otros ; 6 si a emigran-
te, huérfano y viuda no oprimís ; si
no derramáis sangre inocente en es-
te lugar ni seguís a dioses extraños
para vuestra desgracia, 'entonces
moraré con vosotros 0 en este lugar,
en '.a tierra que di a vuestros pa-
dres, por los siglos de los siglos.
■ Mirad que confiáis en las pala-
bras mendaces, que de nada apro-
vechan. 9 ¡ Robáis, matáis, cometéis
adulterio, juráis en falso, quemáis
perfumes a Baal, marcháis tras dio-
ses extraños que no conocéis, 10 y
luego venís a presentaros ante mí
en esta casa, en la cual es invocado
mi nombre, y decís : «Ya estamos
salvos!», para
seguir cometien-
do todas esas '
abominaciones. ';
"¿Por ventura »' j
es a vuestros ojos v-
cueva de saltea-
dores esta casa,
en la cual se in-r
roca mi nombre ?
He aquí que tam-¿ ■'
bién yo lo veo,"
afirma Yahveh .
Id, pues, a mi
morada en Siló,
donde estableciera mi nombre al
principio, y ved lo que hice con él
a causa de la maldad de mi pueblo
Israel. 13 Ahora bien, por cuanto ha-
béis hecho todas esas cosas, dice
Vahveh, y habiéndoos yo hablado a
tiempo y sin cesar, no escuchasteis,
y habiéndoos llamado, no respondis-
teis, M trataré a la casa donde se in-
voca mi nombre, en la cual vosotros
¡ético I
x Vendrá : otros, cha venido».
" Cdal fortaleza : en vez de arx, que estarla aquí tomado metafóricamente, otros
(como V), «ensayador fuerte* o «refinador de oro» ; Kit, anota «prb di».
a Rebeldes ex sumo grado: lit., rebeldes de rebeldes (?), Kit lo cree dittogr. y lo
suprime c. G ; V «principes declinantes» ; principes 1. también ca. 40 mss. (cf. AST ;
Ferrara, «señores rebelladores» = maestros ex rebeldía (?).
20 Ex vano : quiere decir que, por más tribulaciones que llueven sobre Israel, los
malos (lit., las escorias) siguen mezclados con los buenos.
17 - A la puerta de la casa de Yahveh ¡ e. d., a la entrada del Hekal o santuario, que
• da al atrio, donde está congregada la multitud.
8~10 ¡Robáis, matáis...! : lit., «¡Qué! ¡Robar, matar... y luego vendréis!».
" A tiempo : o bien, pronto, temprano y con insistencia.
— 1395
7 15-32
JEREMÍAS
7 22-34
confiáis, y al lugar que di a vos-
otros y vuestros padres,- lo mismo
que traté a Siló ; 15 y os arrojaré de
mi presencia, como arrojé a todos
vuestros^ hermanos, a toda la estirpe
de Efraítn.
16 Y tú no intercedas por este pue-
blo ni eleves por ellos clamor ni sú-
plica, ni insistas cerca de mí, pues
no te escucharé. " ¿ No ves acaso lo
que ellos hacen en las ciudades de
Judá y en las calles de Jerusalén ?
18 Los hijos recogen leña y los pa-
dres encienden el fuego ; las muje-
res amasan harina para hacer tortas
a la reina d del cielo y vierten li-
baciones a dioses extranjeros, para
ofenderme. 39 ¿ Acaso me ofenden a
mí propiamente?, declara Yahveh.
¿ Por ventura no se ofenden a sí mis-
mos para^ su propio sonrojo ? 20 Por
tanto, así dice Yahveh : «He aquí
qae mi cólera y mi furor se derra-
ma sobre este lugar, sobre los hom-
bres y sobre las bestias, sobre los
árboles del campo y sobre los fru-
tos de la tierra ; arde sin apagarse.»
21 Así habla Yahveh de los ejérci-
tos, Dios de Israel : «¡ Añadid vues-
tros holocaustos a vuestros sacrifi-
cios y comed la carne ! 22 Pues yo
no hablé a vuestros padres ni les di
orden alguna, el día en que los sa-
qué de Egipto, sobre materia de hol-
ocaustos y sacrificios ; 23 sino que
les di este mandato, a saber : «Es-
cuchad mi voz y seré vuestro Dios
y vosotros seréis mi pueblo ; cami-
nad exactamente por donde os he
mandado, a fin de que seáis dicho-
sos.» 24 Pero no escucharon ni pres-
taron oído ; antes bien, siguieron
las perversas intenciones, la dureza
de su malvado corazón, y volviéron-
me la espalda y no el rostro. 25 e Des-
de el día en que salieron vuestros
padres del país de Egipto hasta
hoy e, os envié a mis siervos los
profetas f muy pronto y sin cesar.
* Mas no me escucharon ni presta-
ron oído, sino que endurecieron su
cerviz y obraron peor que sus pa-
dres. 27 Les hablaras todas estas co-
sas y no te escucharán, los llama-
rás y no te responderán. 28 Dirásles,
pues : Esta es la nación que no ha
escuchado la voz de Yahveh, su Dios,
ni aceptó corrección ; la fidelidad ha
perecido y ha desaparecido de su
boca.
29 Corta tu cabellera y arrójala | y eleva efl lamento sobre las alturas ;
pues Yahveh ha desechado y repudiado | a la generación objeto de su ira.
so Porque los hijos de Judá han co-
metido lo malo a mis ojos, dice
Yahveh ; han entronizado sus ído-
los en la casa en que se invoca mi
nombre, para contaminarla. 31 Se han
construido los lugares altos de Tó-
fet, que está en CÍ valle de Ben-Jinr
non, ipara quemar a sus hijos y sus
hijas en el fuego, lo cual no les or-
dené ni me vino a las mientes ja-
más. 32 Por ello, he aquí que van a
venir días, dice Yahveh, en que no
se dirá .más Tófet ni valle de Ben-
Jinnón, sino Valle de la Matanza, y
sepultarán en Tófet, por no haber
otro lugar. 32 Y los cadáveres de es-
te pueblo se convertirán en pasto de
las aves del cielo y de las bestias
de la tierra, y no habrá quien las
ahuyente. w Y haré cesar en las ciu-
dades de Judá y las calles de Jeru-
salén los gritos de alborozo y ale-
gría, los cantos del esposo y de la
esposa, pues en desolación se troca-
rá el país.»
las diez
na, luego la Astarté fenicia.
raím : las diez tribus de Israel, entre las cuales
a de Efraím.
INA DEL CIELO : C. d
éronme la espalda : lit., «fueron hacia atrás», e. d., desertaron de
íles : otros, «di de ellos».
cortarse o arrancarse los cabellos era señal de duelo.
., bamot; cf. sobre este término técnico del culto religioso
cf. 2 Re. 23, io. 1 1 Valle de Ben-Jinnón : cf. 2 Par. 28, 3.
¿v Corta tu cahim i 1; \
33 Lugares altos : he
Ex. 20, 24, etc. || Tófet
1396-
JEREMÍAS
8 3-13
Desolación y contumacia. Vano confiar en la ley. Ame-
nazas de invasión y saqueo, llanto del pueblo y dolor
del profeta
o 1 En aquel tiempo, afirma Yah-
*^ veh, sacarán de sus sepulcros
los huesos de los reyes de Judá y
los huesos de sus dignatarios, los
huesos de los sacerdotes, los huesos
de los profetas y los huesos de los
habitantes de Jerusalén ; : y los es-
parcirán al sol y la luna y a toda la
milicia celeste, a quienes amaron y
sirvieron y tras los cuales se fueron,
a quienes consultaron y adoraron.
No serán recogidos ni enterrados ;
como estiércol servirán sobre la haz
de la tierra. 3 Y todo el resto de los
supervivientes de esta generación
perversa tendrá <por preferible la
muerte a la vida, en todos los lu-
gares a donde yo los habré rechaza-
do, dice Yahveh de los ejércitos.
* Y les dirás así — declara Yahveh — ;
¿ Acaso si uno se cae no se levanta | o si uno se desvía no se vuelve ?
6 ¿ Por qué se extravía este pueblo | de Jerusalén con obstinada apostasía ?
Se aferran al engaño | y rehusan convertirse.
* Yo estoy atento y escucho ; [ hablan cosas ilícitas ;
no hay nadie que se arrepienta de su maldad, |
diciendo : «¿Qué he hecho?»
Cada uno torna a su criminal carrera |
como caballo que se lanza impetuoso a la batalla.
7 También la cigüeña en eil cielo | conoce su estación ;
la tórtola, la golondrina y la grulla | se atienen a la época de su venida ;
mas mi pueblo no conoce | lo que cumple a Yahveh.
8 ¿ Cómo decís : «Sabios somos f y la lev de Yahveh está con nosotros ?»
Ciertamente !a ha trocado b en falsedad | la pluma mendaz de los escribas.
6 Los sabios han sido confundidos, | han quedado consternados y cogidos ;
he aquí que desecharon la palabra de Yahveh, |
y ¿ qué clase de sabiduría poseen ?
™ Por eso, daré sus mujeres a extraños, |
sus campos a nuevos propietarios ;
pues desde el menor al mayor, | cada uno practica la usura ;
desde el profeta al sacerdote, | cada uno comete fraude.
11 Y pretenden curar el desastre de mi pueblo, |
livianamente, diciendo: «¡Paz,
paz!», cuando no hay paz. |
a ¿Se han avergonzado por haber cometido cosa abominable?
No se avergüenzan lo más mínimo, | ni aun saben sentir rubor.
Por eso caerán entre los que caigan ; |
al tiempo de su residencia se derrumbarán — declara Yahveh.
u En verdad los aniquilaré a todos — declara Yahveh — ;
no quedan racimos en la cepa,
8" Sacarán de sus sepulcros : castigo máximo para los judio».
4 No se vuelve : e. d., no se torna del camino errado.
7 Su estación: o bien, sus tiempos de migración. || La golondrina y la grulla:
tel golondrino e el auión» (Esc.) ; Kit borra y c. G y toma las voces hebr. sus agur
como una sola ave (cf.).
• Qué clase de sabiduría poseen : o «es la suya», o «les resta» ; otros, «su sabiduría,
¿ de qué les sirve ?» ; Kit corrige H.
Cf. 6, 12-15.
a De su residencia : e. d., de residenciarles o castigarles.
a En verdad los aniquilaré : otros, «si voy a hacer recolección en ellos...». |! Les di
cosas... : V «diles lo que pasó de largo». San Jerónimo : «Veréis a lo largo todos esos
frutos y no comeréis de ellos.» No está en G y Kit lo suprime como texto crrp. (cf.).
— 1397 —
814-9 5
JEREMÍAS
814—9 5
ni higos en la higuera, | y el follaje está marchito, |
y les di [cosas que] ellos transgrieden.
14 ¿ Por qué nos estamos sentados ? | Reunios I
y penetremos en las ciudades fortificadas | y perezcamos allí ;
pues Yahveh, nuestro Dios, nos ha consagrado al exterminio, j
y nos ha dado a beber agua envenenada, |
porque hemos pecado contra Yahveh.
16 Esperábamos la paz, y no ha habido bien alguno ; |
el tiempo de curación, y he aquí el terror.
" Desde Dan óyese efl relinchar de los caballos ;
al ruido de los reiterados relinchos de sus corceles; |
toda la tierra retiembla.
Llegan, devoran el país y cnanto encierra, | la ciudad y sus moradores.
" Pues he rquí que yo envío contra vosotros | serpientes, basiliscos,
contra los cuales no existe conjuro, | y os morderán— afirma Yahveh.
¿ TDónde hayj algo que pueda regocijarme en mi tristeza ? I
Mi corazón náceme padecer.
1D ¡ Percíbese el grito de angustia de mi pueblo, |
procedente de tierra lejana :
«¿No está ya Yahveh en Sión ? | ¿Su rey no está ya en ella?
; Por qué rae han irritado con sus esculturas, | con sus ídolos extranjeros?
"" Pasó la siega, concluyó el estío, | y nosotros no hemos sido salvados.
71 Por el quebranto de mi puebCo estoy quebrantado ; |
me hallo contristado, el espanto me ha sobrecogido.
M ¿No hay ya bálsamo en Galaad ? | ¿No existe médico allí?
¿ Por qué, pues, no ha surgido | la curación de mi pueblo ?
Dolor del profeta ante la corrupción y los males de Judá
q ¡ Quién diera que mi cabeza fuera agua |
y~mis ojos fuente de lágrimas I
Yo lloraría de día y de npche | los muertos de mi pueblo.
2, ¡Quién une diera en el desierto | un albergue de caminantes!
Yo abandonaría a mi pueblo y me iría de junto a él, I
pues todos ellos son adúlteros, | una banda de traidores. |
*« Entesan su lengua ;
su arco de mentira y no a de verdad \ prevalece a en el país ;
porque caminan de maldad en maldad | b y no me conocen — dice Yf'iveh b.
s Guárdese cada uno de su prójimo, | y de ningún hermano 0 os fiéis,
pues todo hermano engaña de seguro | y todo amigo anda calumniando.
4 Cada uno búrlase de su prójimo | y no profiere verdad ;
han avezado su lengiia a hablar mentira, | se han cansado de obrar el mal.
16 Cf. 14, 19 ¡>.
16 Corceles : o caballos ; V «pugnatores» ; otros vierten «sementales».
17 Serpientes, basiliscos (víboras) : otros, «serpientes muy venenosas». II Contra los
cuales no existe conjuro : creía el pueblo que los encantadores de serpientes podían
impedir el que dañasen.
18 ¿ Dónde HAY algo... tristeza ? Sentido incierto. Quizá «¿qué es lo que me puede
alegrar en la tristeza que me invade?»; o bien, corrigiendo H, «incurable es en mí
la tristeza», «me invade tristeza incurable». V «Mi dolor sobre dolor» ; Ferrara, «esfor-
candomc sobre ansia». Kit corrige ampliamente H c. GL : «(os morderán) sin cura-
ción. Me invade (o ha invadido) la tristeza...»
22 En Galaad : el bálsamo de Galaad era considerado como excelente remedio para
las heridas. II La curación: o restablecimiento o cicatrización.
Q 3 Es decir, el arco entesado de su lengua ; otros, «entesan su lengua como un arco
en mentira, y la lenidad (verdad) no pievalece en el país».
64 Se han cansado : cuesta más con frecuencia cometerlo que evitarlo.
- 1398 -
■
9 6-22
JEREMÍAS
9 «-22
% Su morada está en medio de la perfidia engañadora ; |
ipor perfidia falaz rehusan cl conocerme, — afirma Yahveh d.
\ c Por esto, así dice Yahveh de los ejércitos 6 :
«He aquí que voy a acrisolarlos y probarlos, |
pues ¿ cómo puedo obrar de otro modo frente a mi pueblo ?
e7 Saeta mortífera es su lengua, | engaño 1 habla en su boca '.
¡Paz!, dice a su prójimo, | mas en su interior tiéndele asechanza.
"s ¿ Acaso no los he de castigar por estas cosas — dice Yahveh — ,
v de un pueblo tal | no he de vengarme yo ?
\ Alzad e sobre los montes llanto y lamento |
y sobre los pastizales de Ca estepa lamentación ;
pues están desolados, sin que nadie transite por ellos, |
sin que oigan el mugir del ganado ;
desde las aves del cielo hasta los ganados | huyeron, fuéronse.
uio Y reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, | morada de chacales,
y a las ciudades de Judá trocaré en desolación, | sin habitantes.
Í2n ¿ Quién es el varón sabio que comprenda esto |
y al cual haya hablado la boca de Yahveh para que lo anuncie ?
¿Por qué ha perecido el país |
v ha quedado asolado como el desierto, sin pasajero ?
u,2 Y dijo Yahveh : «Porque han
aibandonado mi ley, que yo habíales
intimado, y no han escuchado mi
voz ni han procedido conforme a
ella ; "i3 mas han seguido la dureza
de su corazón y los Baales que les
enseñaron sus padres. 15,4 Por eso,
así dice Yahveh de los ejércitos,
Dios de Israel : «He aquí que le
daré a comer h a este pueblo h ajenr
jo y haréles beber agua envenena-
da. 1615 Los dispersaré entre las gen-
tes que no conocieron ni ellos ni sus
padres, y enviaré tras ellos la es-
pada para consumirlos.»
"a e Así dice Yahveh de los ejércitos e :
«Atended 1 y llamad a las plañideras, y vengan ; [
enviad por las diestras en el canto, y se lleguen ;
"17 apresúrense a alzar sobre nosotros lamento ;
y destilen nuestros ojos lágrimas | y nuestros párpados manen agua.
ls Pues voz de lamento resuena de Sión :
¡ Cómo hemos sido destruidos | y en gran manera avergonzados !
Pues hemos tenido que abandonar el país, |
porque han derruido nuestras moradas.
SM ¡En verdad, mujeres, escuchad la palabra de Yahveh, |
y reciba vuestro oído la palabra de su boca !
Enseñad a vuestras hijas lamentos | y cada una a su compañera endechas.
"x Pues la muerte ha subido por nuestras ventanas, |
ha penetrado en nuestros palacios,
exterminando a los niños en la calle
y a los jóvenes en las plazas.»
-2t > Así dice Yahveh :
«Los cadáveres de los hombres yacen
k como estiércol k sobre la haz del campo
y 'como gavilla tras el segador,
sin haber quien recoja.»
*, Su morada...: lit., tu morada. Otros, como Kit, corrigen H basados en GL :
<Obran perversamente, se cansan de convertirse (otros, no se dejan convertir). Vio-
lencia sobre (o por) violencia... no quieren conocer a Yahveh.* || Por perfidia falaz:
su infidelidad es del todo voluntaria.
*, Cf. v. igual 5, 9.
100 El mugir del ganado : o bien, el balar, pues H sólo dice la voz, y el ganado
(V «possidentis») puede referirse al ganado mayor y al menor.
w15 Las gentes : e. d., los no judíos.
"„ Diestras en el canto : probablemente las que componían los cantos elegiacos
y consolaban a las familias.
— 1399 —
9 23-10 11
JEREMÍAS
9 23-10 11
a,, i Así dice Yahveh :
«No se gloríe el sabio en su sabiduría, | ni se gloríe el fuerte en su fuerza,
ni se gloríe el rico en su riqueza ; |
Ma sino que en esto se ha de gloriar quien desee gloriarse :
en tener inteligencia y conocerme, |
pues yo soy Yahveh, que hago (misericordia,
derecho y justicia en la tierra, |
pues en estas cosas me complazco — dice Yahvehí.
% He aquí que vienen días, afir-
ma Yahveh, en que tomaré cuentas
a todo circuncidado e incircunciso,
2025_a Egipto, a Judá, a Edom, a los
hijos de Ammón, a Moab, a todos
los que se recortan los lados de la
barba y habitan en el desierto ; pues
todas las gentes son incircuncisas,
y toda la casa de Israel, incircunci-
sa de corazón.
Nadería de los ídolos y omnipotencia de Yahveh
n n ' Escuchad la palabra que os dirige Yahveh, ¡oh casa de Israel ! " Así
iUdice Yahveh :
«No aprendáis el proceder de las naciones, | ni temáis los signos del cielo,
pues son las gentes paganas quienes los temen.
8 Ciertamente los ritos de estos pueblos son cosa vana : |
en realidad, un leño cortado del bosque,
obra de las manos del artífice mediante la azuela ; |
* con plata y oro se la ornamenta,
lo sujetan con clavos y martillos ¡ para que no se mueva.
6 Son como espantajo de cohombral y no hablan ; |
han de ser llevados, porque no pueden dar un paso.
No los temáis, pues no pueden hacer daño, | ni tampoco beneficiar.
"No hay semejante a ti, ¡oh Yahveh! ; | grande eres tú [
y grande tu nombre en ipoderío.
'¿Quién no te temería, | Rey de las naciones? |
Pues a ti es debido el temor ;
porque entre todos los sabios de ilas gentes | y en todos sus reinos |
nadie hay semejante a ti.
h Son igualmente necios e insensatos : | doctrina de vanidades es el leño.
1 Tráese plata laminada de Tarsis | y oro de Ufaz a,
obra de escuHtor y de las manos del orífice ; |
jacinto y púrpura es su vestido,
labor de diestros artistas son todos ellos.
10 Mas Yahveh es Dios en verdad, ] El es el Dios vivo y Rey eterno.
Por su furor se estremece la tierra |
y las naciones no pueden soportar su enojo.
a Así les diréis : «Dioses que cielo y tierra no han hecho, desaparece-
rán de la tierra y de debajo del cielo.»
* Circuncidado e incircunciso : quizá en el sentido de circuncidado, que con-
serva el prepucio, e. d., las gentes que han obedecido el precepto ritual sin aceptar
la circuncisión del corazón (cf. 4, 4), pretendiendo hacer compatible la perversidad
de su alma con una rectitud meramente aparente y formal.
M23 Se recortan los lados de la barba (otros, «el borde del pelo», «los de rasurados
parietales») : contra lo preceptuado en Lev. Los árabes de la Arabia cortábanse la
barba en redondo.
-J (\ 2 El proceder de las naciones : el culto seguido por las naciones paganas.
Xv/ o Tarsis : cf . Is. 2, 16, etc. 1 1 Ufaz : es región desconocida ; cf. nota crítica.
11 Este v., que otros creen en prosa, está en arameo en H. || Les : otros, «de ellosi.
— 1400 —
10 12-11 3
JEREMÍAS
10 12-11 4
n El hace la tierra con su poder, | cimenta el orbe con su sabiduría |
y con su inteligencia despliega los cielos.
u A su voz acumúlanse las aguas en el cielo, |
y hace remontar las nubes del extremo de la tierra ;
convierte los relámpagos en lluvia | y saca el viento de sus depósitos.
" Necio es todo hombre, falto de saber ; |
todo orífice siente vergüenza de su ídolo,
porque es mentira su simulacro fundido | y carecen de aliento. |
Son cosa vana, obras b ridiculas ;
en el tiempo de su castigo perecerán.
18 No es como esto la porción de Jacob, |
que es quien modeló todas las cosas ;
e Israel es su tribu hereditaria, | Yahveh de los ejércitos su nombre.
" Recoge de la tierra tu bagaje, ] moradora en lugar asediado ;
w pues así afirma Yahveh : | «He aquí que lanzaré |
a los habitantes del país | esta vez
y líos colocaré en aprieto, | a fin de que encuentren...»
'* ¡ Ay de >mí por mi desgracia ! | Dolorosa es mi herida,
mas yo digo : «En verdad, ésta es mi enfermedad | y la he de soportar. |
20 Mi tienda está asolada | y todas mis cuerdas se rompieron ; | '
0 mis hijos partieron lejos de mí 0 y desaparecieron ;
ya no hay quien despliegue mi tienda | y alce mis toldos.
21 Pues los pastores entontecieron | y no han buscado a Yahveh ;
por eso no han tenido éxito, | y toda su grey ha sido dispersa.
■ He aquí que se oye un rumor que llega, j
un gran tumulto de la tierra del septentrión,
para reducir las ciudades de Judá | a desolación, morada de chacales.
■ ¡ Conozco, oh Yahveh,
que no es el hombre dueño de su camino
nid corresponde al varón caminar 6 y enderezar sus pasos!
31 Castígame, ¡oh Yahveh!, ipero con arreglo a justicia, |
no con arreglo a tu cóCera, no sea que me aniquiles.
25 Derrama tu furor sobre 'las naciones f que no te conocen
y sobre los pueblos que no invocan tu nombre ;
pues han devorado a Jacob ' y lo han consumido, |
y 6U morada han arrasado.»
Infidelidad de Judá, intimación a la guarda de la
alianza y conjura contra el profeta
n i 1 Palabra que se dirigió a Je-
remías por parte de Yahveh,
a saber ¡ 2 «Escuchad la palabra de
esta alianza y a hablad a los varones
de Tudá v a los moradores de Jeru-
salén. 3 Y les dirás : Así habla Yah-
veh, Dios de Israel : Maldito el va-
rón que no escuche las palabras de
esta alianza, 4 que ordené a vuestros
padres el día en que los saqué del
país de Egipto, del horno del hie-
rro, diciendo : Oíd mi voz y hjced b
enteramente lo que os mando, y se-
réis mi pueblo y yo seré vuestro
I3-16 Coinciden con 51, 15-19.
13 A su voz : e. d., a su tronar.
a Lanzaré : lit., lanzaré como una honda. || Encuentren: a mí, entienden al-
gunos.
21 Los pastores : los reyes de Judá y los que participaban de su poder.
22 Un rumor que llega : los mensajeros que vienen a anunciar la llegada del
enemigo.
23 Su camino : o bien, su suerte.
*■ Con arreglo a justicia : o bien, con medida.
11 5-19
JEREMÍAS
11 5-19
Dios ; • a fin de cumplir el juramen-
to que hice a vuestros padres de
darles una tierra que mana leche y
miel, como el día de hoy [suce-
de].» Entonces yo respondí y dije :
«¡ Amén, Yahveh»
4 Y díjome Yahveh : «Pregona to-
das estas palabras en las ciudades
de Judá y en las plazas de Jerusa-
lén, diciendo : Escuchad las pala-
bras de este pacto y luego cumplid-
las ; 7 pues con insistencia he amo-
nestado a vuestros padres, muy
pronto y sin cesar, desde el día en
que los hice subir de la tierra de
Egipto hasta hoy, diciendo : ¡ Escu-
chad mi voz ! 6 Pero no han escur
chado ni prestado oído, y cada uno
ha proseguido en la dureza de su
perverso corazón, ipor lo cual he he-
cho recaer sobre e^los todas las pa-
labras de esta alianza que yo les ha-
bía ordenado cumplir y no cumplie-
ron.»
" Y díjome Yahveh : «Existe una
conjura entre los hombres de Judá
y en los habitantes de Jerusalén.
16 ¿ Qué significa mi amado en mi casa | mientras comete maldades ?
¿Acaso los votos e y las carnes santas | apartarán de ti tu maldad,
de que te alborozabas ?
16 Olivo verde, hermoso, de espléndido fruto, | habíate denominado Yahveh;
a la voz de un recio estrépito,
prendió fuego en él, | y quemáronse h sus ramas.
10 Hanse vuelto a las iniquidades de
sus primeros padres, que rehusaron
escuchar mis palabras y se fueron
tras dioses extraños para servirtos.
La casa de Israel y la casa de Judá
han roto la alianza que yo pacté con
sus padres.» 11 Por ello, así dice Yah-
veh : He aquí que hago venir sobre
ellos una calamidad de que no po-
drán escapar y clamarán a mí, pero
no los escucharé. n Entonces las ciu-
dades de Judá y los moradores de
Jerusalén irán y clamarán a Jos dio-
ses a quienes ellos queman incienso,
mas ciertamente no los han de sal-
var en el tiempo de su aflicción.
13 0 Porque al par del número de tus
ciudades fueron tus dioses, ¡oh Ju-
dá ! c, y tan numerosas como las ca-
lles de Jerusalén fueron los altares
que dedicasteis a la Ignominia d, al-
tares para quemar incienso a Baal.
14 Y tu ahora no intercedas por este
pueblo ni eleves por ellos clamor ni
súplica, pues no he de escuchar
cuando clamen 6 a mí en el tiempo
de ' su desgracia.
17 Y Yahveh de los ejércitos, que
te había plantado, ha prometido con-
tra ti la desgracia, a causa de la
maldad de la casa de Israel y la casa
de Judá, que ellos cometieron para
irritarme, quemando incienso a Baal.
18 Yahveh me lio ha dado a cono-
cer y yo lo he sabido ; entonces me
has mostrado sus acciones. " Yo era
como manso cordero que es llevado
a degollar y no sabía que urdían tra-
mas contra mí [diciendo] : ¡ Destru-
yamos el árbol con su fruto, borré-
moslo de la tierra de los vivos y no
se miente más su nombre!»
n6 A fin de cumplir : e. d., de que pueda yo cumplir.
8 He hecho recaer sobre ellos todas las palabras : e. d., he realizado en ellos
las palabras de amenaza.
9 Existe : o bien, se ha descubierto. Se refiere a una conspiración contra Josfas
y sus reformas religiosas.
13 I.A Ignominia : e. d., Baal.
"El v. ofrece H crrp. ; la crítica lo corrige basada en G y V. || Qué significa;
o bien, qué pretende, qué tiene que hacer...; puede también entenderse: ¿cómo
realiza maldades en mi propia casa...? || Mi amado (mi amada 1. otros c. GS) es
Juda. || Tu maldad, de que te alborozabas: V «tus malicias, en que te gloriaste».
Muchos modernos vierten (cf. G) : «tu mal (o la calamidad), y escaparás así (o te
librarás de ese modo del castigo)».
" Olivo verde, hermoso, de espléndido fruto : V «olivam uberem et pulchram,
fructiferam, speciosam» ; Ferrara, «reyerdida, hermosa de fruto y forma» ; otros, «oli-
vo frondoso adornado de bellos frutos» ; Kit 1. c. G «verde, hermoso de aspecto».
19 Como manso cordero : Jeremías es figura de Cristo. Cada profeta es tipo de
Nuestro Señor y prefigura un rasco de su vida, como los santos de la Ley Nueva
una de sus virtudes. || Con su fruto: lit., con su pan; otros 1. «en su pleno vi-
gor». Cf. V : «echemos leño en su pan». Esc. : «pongamos ponconna en su comer».
— 1402 —
11 20-12 9
JEREMÍAS
11 20-12 9
50 Mas ¡ oh Yahveh de los ejércitos, juez justo, |
que pones a prueba los ríñones y el corazón,
viera vo tu venganza sobre ellos, | pues que te he presentado mi pleito 1
;i Por eso así dice Yahveh contra
las gentes de Anatot, que buscan tu
vida, exclamando: «¡No profetices
en nombre de Yahveh si no quieres
morir en nuestras manos !» - Por es-
to así afirma Yahveh de los ejérci-
tos : «He aquí que yo los castigaré :
los jóvenes morirán a espada ; sus
hijos e hijas morirán de hambre, a y
no quedará resto de ellos, pues en-
viare la desgracia sobre los hombres
de Anatot el año de su castigo.»
La prosperidad de los impíos: queja del profeta
y respuesta de Yahveh
•i n 1 De tu parte está el derecho, Yahveh, | si yo contiendo contigo ; [
sin embargo, te formularé demandas :
¿ Por qué el proceder de los impíos prospera |
y viven en paz todos los que practican la perfidia ?
" Tú los plantas y arraigan, | crecen y dan fruto.
Tú estás cercano a su boca, | ¡pero lejano de su mente.
8 Mas tú, Yahveh, me conoces, <me ves, |
y has probado mi corazón respecto a ti.
Sepáralos como ovejas para el degüello |
y conságralos para el día de la matanza.
* ¿Hasta cuándo estará seca la tierra |
a y la hierba de todo el campo se agostará ?
Por ía maldad de los que en ella habitan | han perecido bestias y aves a ;
pues [aquéllos] han dicho : «No verá nuestro fin.» b
Si corriendo con los de a pie te han cansado, |
¿ cómo competirás con los corceles ?
Y si en tierra de paz no c te consideras seguro, |
¿qué harás en la espesura del valle del Jordán?
6 Pues incluso tus hermanos y tu familia, incluso ellos te traicionan,
también ellos gritan fortísimamente tras de ti. No te fíes de ellos aunque
te hablen buenas palabras.
1 Dejé mi casa, | abandoné mi heredad,
entregué el objeto del amor de mi alma i en manos de sus enemigos.
6 Mi heredad hame resultado | como león en Ca selva :
ha lanzado contra mí su rugido ; | por eso la he odiado.
8 ¿ Se me ha trocado mi heredad en abigarrada ave de rapiña ? |
Las otras aves rapaces precipítanse cercándola.
¡ Ea, juntaos, fieras todas del campo ; | venid a devorarla !
30 Ríñones : e. d., las interioridades, la sede de la vida interna, afectiva y ética
del hombre, como el corazón lo es — para el pueblo bíblico — del pensamiento.
ip ] De tu parte está el derecho : otros, teres demasiado justo».
2 Su mente o interior : aquí así más bien que ide sus afectos» ; lit., sus ríñones.
* Estará seca : otros, «triste, de duelo, devastada», que también significa el hebreo.
5 Si corriendo : e. d., si a los filisteos, idumeos, ammonitas y moabitas, que sólo
traían infantería, no habéis podido resistir, ¿cómo resistiréis a los caldeos, que vie-
nen con poderosa caballería y numerosos carros? || La espesura del valle del J. :
lit., en la gloria del J.
8 Como león : compara Dios el pueblo a una bestia feroz que se rebela contra
su amo.
— 1403 —
12 io—13 14
JEREMÍAS
12 10-13 14
10 iludios pastores han devastado mi viña, | han hollado mi heredad, d
han convertido mi amena posesión | en asolado desierto.
11 Hanla trocado e en desolación, | plañe ante mí desolada ;
todo el país está devastado, | sin que nadie pare en ello mientes.
l; Sobre todas las colinas peladas del desierto | llegaron devastadores,
pues Yahveh posee una espada que devora de un extremo al otro de la
tierra, sin que haya salvación para ningún mortal.
13 Sembraron trigo y segaron espinas, |
se fatigaron trabajando sin ningún provecho.
Quedan confundidos en sus s cosechas | por el furor de la cólera de Yahveh.
" Así dice Yahveh acerca de todos
mis perversos vecinos, que se llegan
hostilmente a la heredad que di en
posesión a mi pueblo Israel : «He
aquí que yo los arrancaré de su tie-
rra y a la casa de Judá arrancaré
de en medio de ellos. 16 Mas des-
pués de haberlos yo arrancado, vol-
veré a tener compasión de ellos y
los tornaré cada uno a su heredad
y cada uno a su patria. " Y resulta-
rá que, si realmente aprendieren los
caminos e de mi pueblo, jurando en
mi nombre: «¡Vive Yahveh!» — co-
mo enseñaron a mi pueblo a jurar
por Baal — , serán incluidos en mi
pueblo. " Pero si no escucharen,
arrancaré a esa nación, de suerte
que la destruya», declara Yahveh.
Vaticinios simbólicos
n o 1 Así me dijo Yahveh : «Ve y
cómprate un ceñidor de lino y
póntelo sobre tus lomos, y no lo
metas en el agua.» 2 Compré, pues,
el ceñidor, conforme a la palabra de
Yahveh, y me lo puse sobre los rí-
ñones. 3 Y llegóme segunda vez pa-
labra de Yahveh, diciendo : 4 «Toma
el ceñidor que compraste, que tie-
nes sobre los lomos, y levántate y
vete al Eufrates y escóndelo en una
hendidura del roquedal.» 6 Marché,
pues, y lo escondí junto al Eufra-
tes, como Yahveh habíame ordena-
do. 6 Y al cabo de muchos días dír
jome Yahveh : «Levántate, ve al Eu-
frates y toma de allí el ceñidor que
te ordené allí esconder.» 7 Fui, pues,
al Eufrates y busqué y cogí el ceñi-
dor del lugar en donde lo había
ocultado ; pero estaba ya podrido el
ceñidor, no servía para nada.
8 Y llegóme palabra de Yahveh,
diciendo : 0 «Esto afirma Yahveh :
Así aniquilaré el orgullo de Judá
y el grande oreullo de Jerusalén.
10 Este pueblo malvado, que rehusa
escuchar mis palabras y se va tras
de la ruina de Israel
dioses extraños para servirlos y
prosternarse ante ellos, vendrá a ser
como ese ceñidor, que no sirve ya
para nada. n Pues a la manera que
el ceñidor se adhiere a los lomos del
hombre, así había yo unido a mí a
a toda la casa de Israel y a a ía casa
toda de Judá, dice Yahveh, para
que fuesen mi pueblo, renombre,
alabanza y ornato ; mas ellos no me
escucharon.
" Dirás, pues, b a ellos esta pala-
bra b : 0 Así dice Yahveh, Dios de
Israel 0 : «Todo odre ha de llenarse
de vino.» Te dirán : «¿No sabemos
acaso que todo odre ha de llenarse
de vino ?» u Mas tú les replicarás :
Así afirma Yahveh ; He aquí que yo
llenaré de embriaguez a todos los
habitantes de este país y a los reyes
de [la casa de] David que se sien-
tan sobre su trono, a los sacerdotes,
a los profetas y a todos los morado-
res de Jerusalén, 14 y los estrellaré
al uno contra el otro, padres e hi-
jos juntamente, declara Yahveh. No
perdonaré, ni miraré compasivo, ni
tendré piedad para no aniquilarlos.
10 Muchos pastores : Nabucodonosor
" Plañe ante mí desolada : o bien,
NADIE PARE EN ELLO MIENTES : O lo tome
y sus aliados los reyes sometidos.
está asolado ante mí el desierto. || Sin qub
a pechos ; lit., lo ponga sobre su corazón.
— 1404 —
12 ís-26
JEREMÍAS
12 15-26
,s Escuchad, prestad oídos, no os engriáis, | pues Yahveh ha hablado :
10 Dad gloria a Yahveh, vuestro Dios, ¡ antes de que oscurezca
y antes de que tropiecen vuestros pies | sobre los montes entenebrecidos ;
y esperéis la luz y él la trueque en sombra tenebrosa, |
la convierta en densa oscuridad.
" Y si no lo escucháis, I mi alma llorará en secreto
por [vuestro] orgullo ; | llorará copiosamente
y mis ojos destilarán lágrimas, |
porque ha sido cautivado el rebaño de Yahveh.
,s Decid d al rey y a la soberana : | Humillaos, sentaos [en el suelo],
pues ha caído de vuestras cabezas | vuestra magnífica corona.
" Las ciudades del sur están cercadas, | y no hay quien las libere ;
Judá ha sido todo él deportado, | en deportación completa e.
Cántaros de Judea (prob. de ¡a época de Jeremías) hallados
en Tell Beyt-Mirsim
" 1 Alza tus s ojos y mira ! 1 a los que vienen del norte.
¿ Dónde está el rebaño que te fué dado, | tu magnífica grey ?
™ ¿ Qué dirás cuando se te castigue ?
I'ues tú los avezaste contra ti, 1 [trocándose] de amantes en dominadores.
¿ Xo te sobrecogerán dolores | como de mujer que está de parto ?
- Y si dijeres en tu corazón : | ¿ Por qué me sucede esto ?
Por la magnitud de tu iniquidad han sido levantados tus velos |
y maltratadas las plantas de tus pies.
-3 Cuando un etíope pueda cambiar su piel | o un leopardo sus manchas,
también vosotros, habituados a obrar mal, ] podréis hacer el bien.
* Y los esparciré como ipajuela que vuela arrebatada |
por el viento del desierto.
35 Esta es tu suerte, tu porción asignada h | por parte mía — dice Yahveh — ,
porque te has olvidado de mí | y has confiado en la mentira.
• Pues yo también descubriré tus velos por delante de ti |
y aparecerá tu vergüenza,
-JO 16 Dad gloria a Yahveh : equivale a decir : confesad vuestras faltas.
-LO 18 a la soberana : debe de referirse a la reina madre, cuja influencia debía de
*er grande en las cortes hebreas.
19 Las ciudades del sur : Jerusalén y demás ciudades de Judá situadas a mediodía
con relación a la Caldea.
20 Del xorte : los caldeos.
21 Cuando se te castigue o residencie... : dudoso ; otros, fcuando se nombren sobre
ti (o se te impongan como dominadores) aquellos que tú mismo habías instruido para
que fuesen tus aliados (o amantes)» ; V «.. .cuando él te visitare ; pues tú los ense-
ñaste (o amaestraste) contra ti, y los instruíste in caput tuum (para tu ruina)».
Prps. varias correcciones a H ; cf. Kit.
22 Tus velos o tus haldas: otros, «las colas de aus vestidos». Tiénese por eufemismo;
cf. V : «han sido descubiertas tus vergüenzas». |¡ Maltratadas las plantas te tus
pies : lit., tus talones, y quiere decir oprimidos o maltratados con desnudez, cade-
nas, etc.
23 Cuando un etíope : o si un etíope o negro... : lit., i por ventura un etíope... ?
* Descubriré tus velos : otros vierten «alzaré tu halda a la cara (o hasta la cara)»,
«descubriré tus vergüenzas (V «tus muslos») a vista tuya».
— 1405 —
13 27-14 15
JEREMÍAS
13 27-14 15
27 tus adulterios, tus gritos de lujuria, | el crimen de tu fornicación ;
sobre los collados en el camipo | vi tus abominaciones.
| Ay de ti, Jerusalén ! ¡ No te 'purificas ! |
¿ Cuándo, por fin, [volverás en ti] 1 ?»
Yahveh desecha las súplicas del profeta en la
pertinaz sequía
-i a 1 a Tuvo lugar b la palabra de Yahveh a Jeremías a acerca del asunto
de la sequía.
2 Judá está triste | y sus puertas languidecen,
yacen consternadas por tierra, | y álzase el grito quejumbroso de Jerusalén.
6 Sus magnates envían a sus inferiores por agua ; | éstos van a los aljibes,
no hallan agua, | y tórnanse con sus cántaros vacíos ; |
c quedan confundidos y avergonzados y se cubren la cabeza c.
' Pues el campo acaba ipor esterilizarse, | porque falta lluvia en la tierra ;
abochórnanse los labradores, | se cubren la cabeza.
° Pues aun la cierva en el campo pare y abandona su cría, |
por mo haber hierba ;
8 y los onagros permanecen sobre las colinas peladas, |
aspiran el aire como los chacales,
consúmense sus ojos, | porque no hay pasto.
' Si nuestras culpas testimonian contra nosotros, |
I oh Yahveh ! , obra en gracia de tu nombre ;
porque nuestras rebeldías son numerosas, | hemos pecado contra ti.
8 ¡ Oh esperanza de Israel, ] su salvador en tiempo de angustia !,
¿por qué has de ser como inmigrante en el ipais |
y cual caminante que deja el camino para pernoctar ?
* i Por qué vas a ser como hombre consternado, |
cual un héroe incapacitado para prestar socorro V
Mas tú hállaste en medio de nosotros, ¡oh Yahveh!, |
y tu nombre es invocado sobre nosotros ; | no nos desampares.
10 Así dice Yahveh acerca de este
pueblo : Gustan de errar de acá pa-
ra allá, sus pies no contienen ; y así
Yahveh no se complace en ellos ;
ahora recuerda su iniquidad y cas-
tiga su pecado.
11 Y díjome Yahveh : «No interce-
das en favor de este pueblo. 12 Aun-
que ayunaren, no escucharé su cla-
mor, y aun cuando ofrecieren holo-
caustos y víctimas, no los aceptaré,
antes bien los consumiré con espa-
da, hambre y peste.»
"Y repliqué : «¡Ah, Señor, Yah-
veh ! Mira que los profetas les di-
cen : No veréis espada ni tendréis
hambre, pues paz firme os he de
dar en este lugar.» 14 Mas Yahveh
me contestó : Falsedad vaticinan
los profetas en mi nombre ; no los
envié, ni les di orden, ni les hablé ;
ellos os profetizan visiones menda-
ces, presagios vanos y engaños de
su propia minerva. 15 Por ello, así
dice Yahveh : Respecto a lo^ pro-
fetas que vaticinan en mi nombre y
a quienes yo no he enviado, y afir-
man : «No^ habrá espada ni hambre
en este país», con espada y hambre
.-•erán aniquilados los tales profeta*
os, como la esposa el
vanidad. La adivina-
I
27 No te purificas : Vale aquí : No te quieres purificar.
-t A 2 Sus puertas : e. d., sus ciudades, asambleas, tribunales.
J- * 0 Tu nombre es invocado sobre nosotros : e. d., nosotros, como la esposa
del csikiso, llevamos tu nombre.
M Presagios vanos : lit., presagio (adivinación, hechizo,
ción estaba formalmente prohibida a los judíos.
— I406
14 i«-15 6
JEREMÍAS
14 16-15 6
" y el pueblo a quien ellos han pro-
fetizado será arrojado por las calle*
de Jerusalén por el hambre y la es-
pada y no habrá quien los sepulte .
a ellos, sus mujeres, sus hijos y sus
hijas ; y haré recaer sobre ellos su
maldad.
" Y dirásles esta palabra :
Vierten lágrimas mis ojos | noche y día sin cesar ;
pues con gran quebranto ha sido quebrantada la doncella de mi pueblo, |
con gravísima plaga.
11 Si salgo al campo, | veo muertos a espada ;
si entro en la ciudad, ] hete ahí los sufrimientos deü hambre ;
pues incluso el profeta y el sacerdote |
han vagado errantes por un país que no conocían.
'"¿Acaso has desechado enteramente a Judá ? |
¿ Ha detestado tu alma a Sión ?
¿ Por qué; pues, nos has herido sin que tengamos cura ? ]
Esperábamos la paz, y no hay bien ;
el tiempo de curación, y he aquí la turbación.
Reconocemos, ¡oh Yahveh!, nuestra maldad, |
la iniquidad de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti.
" No nos deseches en gracia de tu nombre, |
no dejes caer en la ignominia el trono de tu gloria.
¡Acuérdate, no rompas tu alianza con nosotros!
'~ ¿ Acaso hay entre los ídolos de las gentes quien haga llover 1
o pueden los cie'.os dar lluvias ?
¿No eres tú solo, Yahveh, | Dios nuestro? En ti esperamos",
pues tú has hecho todas estas cosas.» ■
Intercesión, imposible. Queja del profeta y respuesta
de Yahveh
ir 1 Y díjomc Yahveh : Aunque
se presentaran ante mí Moisés
' Samuel, no se volvería mi alma
lacia este pueblo ; despídelos de mi
presencia, que se vayan. 3 Y si te
preguntaren : ¿Adonde iremos?, les
replicarás : Así dice Yahveh :
Quien a la muerte, a la muerte ; | quien a la espada, a la espada ;
quien al hambre, al hambre ; | y quien al cautiverio, al cautiverio.
* Yo los castigaré con cuatro gé-
neros de castigos, declara Yahveh :
la espada para matarlos, los perros
para arrastrarlos y las aves del cie-
lo y las bestias de la tierra para de-
vorarlos y aniquilarlos. * Y dos con-
vertiré en el terror de todos los rei-
nos del orbe a causa de Manasés,
hijo de Ezequías, rey de Judá, por
cuanto ha hecho en jerusalén.
5 Pues ¿quién se apiadará de ti, Jerusalén? | ¿Y quién se dolerá de ti?
¿ Y quién dejará su camino | para preguntar cómo estás í
8 Tú me abandonaste — dice Yahveh—- ; | me volviste la espalda ;
pues yo he extendido mi mano contra ti y te he aniquilado ; |
cansado estoy de compadecerme.
17 La doncella de mi pueblo : llama así al reino de Judá, aun no sometido a yugo
extranjero.
a Han vagado : o vagan, quizá mendigando.
21 El trono de tu Gloria : el templo, por cuya conservación ora el profeta.
32 Dar lluvias : en estos países, abrasados por los ardores del sol, la lluvia es con.
siderada como símbolo de las bendiciones de lo alto.
— 1407 —
15
JEREMÍAS
15 7-19
1 Yo los he aventado con bieldo | en las puertas del país ;
he dejado sin hijos, destruido a mi pueblo, |
que no se vuelve de sus caminos.
' Sus viudas se multiplican merced a mí | más que la arena del mar.
Les traigo contra la madre del joven a | un devastador en pleno mediodía,
que ha lanzado de repente sobre ella | pánico y espanto.
" Hase marchitado la que diera a luz siete hijos, !
ha expirado su alma ;
se ha puesto su sol siendo aún pleno día, |
ha sido confundida y abochornada.
Y lo que de ellos quedare lo entregaré a la espada ]
en presencia de sus enemigos — dice Yahveh.
a ¡ A y de mí, madre mía, pues me pariste, |
hombre de contienda y litigio para toda la tierra.
No he dado ni tomado en préstamo, | mas todos me maldicen.
a Sea así b, ¡oh Yahveh!, ciertamente he servido0 en pro tuyo, |
ciertamente te he suplicado a favor del enemigo d
en tiempo de aflicción y en época de angustia.
u ¿ Acaso se ligará el hierro con el hierro | del norte y el bronce ?
a Tus bienes y tus tesoros | entregaré a la presa,
y no por su precio, por e todos tus pecados | y en todo tu territorio.
M Y traeré a tus enemigos | de una tierra que no conoces,
pues fuego se ha encendido en mi cólera ; | sobre vosotros arderá '.
" e Tú lo sabes Yahveh ;
acuérdate de mí y cuida de mí, | véngame de mis perseguidores,
no me arrebate tu ira por tu longanimidad [para con ellos] ; |
reconoce que por ti he soportado afrenta
16 Fueron halladas tus palabras y las he comido, ]
y se me ha trocado tu palabra en gozo y alegría de mi corazón :
pues tu nombre ha sido invocado sobre mí, |
¡ oh Yahveh, Dios de los ejércitos !
17 No me he sentado en el conciliábulo de los que se divierten, |
ipara solazarme... ;
forzado de tu mano, me senté solitario, |
pues me habías llenado de tu ira.
u ¿ Por qué se ha hecho perpetuo mi dolor, |
y mi llaga, desahuciada, rehusa ser curada ?
¡ Vas a ser tú para mí como algo engañoso, | aguas que no permanecen !
K Por eso así dice Yahveh :
Si te convirtieres, yo te convertiré, | ante mí podrás permanecer ;
y si pregonares lo precioso, apartándolo de lo vil, | serás como mi boca ;
ellos se volverán hacia ti | y tú no te volverás a ellos.
-J K 9 Siete hijos : equivale aquí a número indefinido.
-LO io Hombre de contienda Y litigio : e. d., hombre del cual y contra el cual se
querella y litiga.
12 Se ligaká : o bien, como otros interpretan, «romperá (o bien «se puede destro-
zar») el hierro del norte y el bronce». Reproducimos aquí — y en los dos vv. siguien-
tes—H a la luz (ciertamente poco clara) de V en estos enigmáticos y discutidos pa-
sos. || Hierro del norte: e. d., el procedente del Ponto, muy apreciado por los an-
tiguos. El hierro común son los hebreos ; el hierro del norte y el bronce, los caldeos.
*-M Similares a 17, 3-4. Aquí sería add. según Kit y muchos críticos.
13 Y no por su precio : e. d., no por dinero y a venta, sino gratis ; Kit suprime
c. GS (cf. 17, 3) la negación.
10 Las he comido : o tragado, e. d., han sido mi pasto o alimento. I| Tu nombre ha
sido invocado sobre mí : o bien, yo llevo tu nombre.
í' Los que se divierten : o los alegres o bromistas, los felices. || Para solazarme :
cf. V : «y me glorié a la faz de tu mano».
m Algo engañoso: o sea, un torrente falaz. || Aguas que no permanecen: con las
cuales se contaba y han desaparecido.
18 Como mi boca : e. d., mi intérprete.
— 1408 —
15 20-16 9
JEREMÍAS
15 20 16 W
■ Y te constituiré para este .pueblo | cual recio muro de bronce ;
pelearán contra ti, | mas no te vencerán ;
pues contigo estoy yo | para salvarte y librarte— declara Yah\eh.
-' Y te libraré de la mano de 'malvados '
v te redimiré.de la garra de tiranos.
El profeta, símbolo de la ruina de Israel.
Nuevas profecías
-i (■ V llegóme la palabra de Yah-
10 ,ch, diciendo: 1 No has de lo-
mar mujer ni tendrás hijos ni hijas
en este lugar. a Porque así afirma
Yahveh acerca de los hijos y las hi-
jas que nazcan en este sitio, sobre
las madres que los dieron a luz y
sobre los padres que los engendra-
ron en esta tierra : 1 Muertos de las-
timosas enfermedades morirán ; no
^erán llorados ni sepultados ; serán
a ánodo de estiércol sobre la baz de
la tierra ; por la espada y el hambre
perecerán, y su cadáver servirá de
pasto a «las aves del cielo y a las
bestias de la tierra.
5 Pues así dice Yahveh : No en-
tres en casa de convite funeral ni
vayas a plañir ni a consolarlos, por-
que he retirado de este pueblo, dice
Yahveh, mi paz, la misericordia y
la compasión. 0 Morirán, pues, gran-
des y 'pequeños en esta tierra, y no
serán sepultados ni llorados ; nadie
se hará incisiones ni decalvará por
«líos. 'Ninguno partirá el pan • con
el que esta de duelo ü para conso-
larlo .por un muerto ni les darán a
beber la copa de consolación por su
padre O su madre. ' Ni entres en ca-
sa de festín para sentarte con ellos
a comer y l>eber ; ' pues así dice
Yahveh de los ejércitos. Dios de Is-
rael : He aquí que voy a hacer des-
aparecer de este lugar, a vuestros
ojos v en vuestros días, todo grito
de alborozo y irrito de ale.ííría, can-
to de esposo y canto de esposa.
10 Y cuando anuncies a este pueblo
todas esas cosas y te digan : ¿ Por
qué ha decretado Yahveh contra
nosotros esta gran calamidad ? ¿ Cuál
es la iniquidad y cuál el pecado que
hemos cometido contra Yahveh,
nuestro Dios?, 11 les dirás: Porque
vuestros padres me abandonaron,
declara Yahveh, y se fueron tras
dioses extraños, sirviéndolos y pros-
ternándose ante ellos ; me abando-
naron y no guardaron mi ley ; M y
vosotros habéis obrado peor_ que
vuestros padres, pues he aejuí que
sigue cada uno la dureza de su per-
verso corazón, sin escucharme. 15 Pe-
ro os arrojaré de esta tierra a una
tierra que no habéis conocido ni
vosotros ni vuestros padres, y allí
serviréis a dioses extraños noche v
día, pues no os concederé miseri-
cordia.
M Por tanto, ve ahí que vienen
días, afirma Yahveh, en que no se
dirá ya : a ¡Vive Yahveh, que subió
a los tuyos de Israel del país de
Egipto!», "sino: «¡Vive Yahveh.
que sacó a los israelitas de la tierra
del septentrión y de todos los países
adonde los había expulsado!» Y los
haré volver a su territorio, que ha-
bía yo dado a sus padres.
IS Mira, yo enviaré muchos pesca-
dores, afirma Yahveh, y los pesca-
rán ; y después de esto enviaré mu-
chos cazadores, y los cazarán sobre
todo monte, y encima de todo colla-
do, y en las hendiduras de las ro-
/» "• Convite funeral : <> reunión de plañidores eñ las exequias a un muerto. Otros
■Mí prefieren traducir (lamentos, ajíes». " Mi paz : <> mi amistad y benevolencia.
»Cf. 7, 34-
J» Que no habéis conocido : Caldca.
M-15Cf. 23, 7-8.
a Tierra del septentrión : Asiría y Ilabilonia.
" Pescadores... cazadores : los caldeos y, en sentido más elevado; los apostóle*.
— 1409 —
16 «-17 9
JEREMÍAS
16 «-17 9
cas. " Porque mis ojos están sobre ble su maldad y su pecado por con-
todos sus caminos, no se me ocul- taminar mi tierra con los cadáveres
tan, ni su mafldad se esconde a mi de sus ídolos y sus abominaciones,
vista. "Primeramente pagaré al do- que llenan mi heredad.
18 ¡ Oh Yahveh, mi fuerza y mi fortaleza |
y mi refugio en el día de la tribulación !
A ti vendrán las naciones | desde los confines de la tierra, y dirán :
Sólo mentira poseyeron nuestros padres, ¡
vanidad y cosa que de nada sirve.
20 ¿ Acaso se fabrica el hombre dioses ? | ¡ Pues ellos no son dioses !
" Por eso, he aquí que les voy a mostrar |
esta vez, les voy a dar a conocer
mi poder y mi fortaleza, | y sabrán que mi nombre es Yahveh.
La idolatría de Judá y su castigo. Plegaria de Jeremías.
El camino de salvación: la observación del sábado
1 n 1 Bl pecado de Judá está escrito | con estilete de hierro,
* con punta de diamante está grabado | sobre la tabla de su corazón,
y los cornijales de sus a altares. | 2 Como se acuerdan sus hijos
de sus altares y sus aserás; junto a todo árbol verde y sobre los altos
collados, * montañas en el campo ;
tus bienes y b todos tus tesoros | entregaré al botín,
con tus lugares altos, | por los pecados cometidos ] en todo tu territorio c.
1 Y soltarás tu mano d de la heredad | que yo te había dado ;
y te haré servir a tus enemigos | en país que no conoces ;
pues fuego habéis encendido e en mi cólera, | por siempre arderá.
6 f Así afirma Yahveh ' :
Maldito el hombre que confía en el hombre ¡ y hace de la carne su auxilio
y de Yahveh se aparta su corazón.
*Será como tamarisco en la estepa, | que no percibe, cuando llega, lo bueno
y habita los lugares calcinados del desierto, |
la tierra salobreña e inhabitable.
7 ¡ Bendito el varón que confía en Yahveh | y es Yahveh su confianza !
6 Será como árbol plantado junto al agua, |
que extiende hacia la corriente sus raíces
y no teme cuando llega el calor, | permaneciendo verde su follaje ;
en el año de sequía no se preocupa | ni deja de producir fruto.
* Bl corazón es más traidor que ninguna otra cosa y difícilmente enmen-
dable ; | ¿ quién lo conocerá ?
" Están sobre todos sus caminos : e. d., vigilan todo su proceder.
19 Mentira... vanidad : significa los ídolos.
-| *T > Como se acuerdan sus hijos de sus altares : o bien, tde modo que se acuer-
J-l den», o, como V, tcuando se acordaren sus hijos.. .•. Los críticos lo suprimen
c S; o 1. para recuerdo entre ellos de sus altares, uniéndolo con v. i (cf. Kit). ||
A serás : sobre estas representaciones de una divinidad femenina, y consistentes en
una especie de torneo sagrado que le plantaba junto al altar idolátrico, cf. Jue. 2,
13, etc.
J Montañas en el campo : H tmi montesino en el campo» (así Ferrara) ; Kit 1. c. Th
(cf. STA) montañas de y (cf. ThSVAr) lo une con v. 2 ; V traduce «sacrificantes in
agro». Cf. el v. 3 c. 15, 13-14.
•Tamarisco: otros «retama» (Reina), «enebro» (Ferrara), etc. Trátase, se cree, de
cierto árbol o arbusto pelado o sin hojas.
6 Cf. salmo 1, 3.
— 1410 —
17 10-24
JEREMÍAS
17 10-Z
™ Yo, Yahveh, sondeo el corazón, | pongo a prueba los ríñones
v doy a cada cual según su conducta, ¡ según el fruto de sus obras.
11 Perdiz que empolla huevos que no ha puesto j
es quien junta riquezas injustamente :
a mitad de sus días las habrá de dejar i
y en sus postrimerías será un necio.
" ¡Solio de gloria, excelso desde el principio, ¡
es el lugar de nuestro santuario !
u ¡ Esperanza de Israel, Yahveh ! ]
Todos cuantos te abandonan quedarán confundidos ;
quienes se apartan de ti, en la tierra serán escritos, |
porque abandonaron a Yahveh, fuente de aguas vivas.
14 Sáname, ¡oh Yahveh!, y quedaré curado ; ; sálvame, y seré salvo, 1
pues tú eres mi gloria.
* He aquí que ellos <me dicen : |
c¿ Dónde está la palabra de Yahveh ? ¡ Cúmplase !»
M Yo no me lancé a seguirte, dejada la vida pastoril, |
ni el día fatal he deseado,
tú lo sabes ; lo que salió de mis labios | ante tu presencia está.
a No me seas causa de terror ; I
tú eres mi refugio en el día de la desgracia.
** Queden confundidos mis perseguidores, mas no lo quede yo ; |
vencidos sean ellos, mas yo no sea vencido ;
haz venir sobre ellos día de desventura |
y con doble quebranto quebrántalos.
" Así me ha dicho Yahveh : cYe
y ponte en la puerta de los Hijo6
del pueblo, por donde entran y sa-
len los reyes de Judá y en todas las
puertas de Jerusalén, 20 v diles : ¡ Es-
cuchad la palabra de Yahveh, reyes
de Judá, y Judá entero, y todos los
moradores de Jerusalén que entráis
por estas puertas ! a Así afirma Yah-
veh : Guardaos, por vuestra vida,
de transportar carga el día del sá-
bado y adentrarla por las puertas de
Jerusalén ; " ni saquéis carga de
vuestras casas en el día del sábado
ni ejecutéis obra alguna ; mas san-
tificad el día del sábado, como lo
ordené a vuestros padres.» a Pero
no escucharon ni prestaron oído, si-
no que endurecieron su cerviz para
no oír ni recibir la corrección. * cSi
en verdad me escucháis — dice Yah-
veh— , y no introducís carga ipor las
puertas de esta ciudad en el día del
sábado, y santificáis este día, no
realizando en él trabajo alguno,
3 entrarán por las puertas de esta
ciudad reyes <y príncipes> s que
se sienten sobre el trono de David,
montados en sus carrozas y caba-
llos, ellos y sus príncipes, los varo-
nes de Judá y los moradores de Je-
rusalén, y esta ciudad se hallará
siempre habitada. a Y vendrán de
las ciudades de Judá, y de los alre-
dedores de Jerusalén, y de la tierra
de Benjamín, de la llanura, de la
montaña y del Négueb, trayendo ho-
locaustos, víctimas, sacrificios e in-
cienso, y portadores de ofrendas de
acción de gracias para la casa de
Yahveh. 57 Mas si no me escucháis
en lo de santificar el día del sábado
y no transportar carga e introducir-
ía por las puertas de Jerusalén en el
día sabático, prenderé fuego en sus
puertas y devorará los palacios de
Jerusalén y no se apagará.»
u Solio de gloria: o trono glorioso, e. d., el arca de la alianza. || Lugar ds
nuestro santuario : e. d., el emplazamiento del templo y éste mismo.
a En la tierra serán escritos : e. d., en el polvo, borrados del libro de los vivos
(San Jerónimo). En general, prefiérese cambiar H : Kit 1. c. Houbigant «de la tierra
serán extirpados' ; otros, «cubriránse de vergüenza».
'* No me lancé a SEGUIRTE, dejada la vida pastoril : V «non sum turbatus, te pas-
torem sequens». Otros corrigen H y leen «con maligna intención» o «para su daño»
en vez de «dejado el pastoreo».
— 141 I —
18 i-i» '
JEREMÍAS
18
Simbología del alfarero. Nueva conjura contra el
profeta y plegaria de éste
i o 1 Palabra que llegó a Jeremías
^ de parte de Yahveh, diciendo :
J «Levántate y baja a la casa del
alfarero y allí te haré oír mis pala-
bras.» a Bajé, pues, a la casa del al-
iarero, y he aquí que estaba traba-
jando sobre la rueda. 4 Y si la vasi-
ja que él hacía se frustraba, como a
[•suele ocurrir con] ¡la arcilla en ma-
nos del alfarero, tornaba a hacer
otra vasija según le placía.
5 Y dirigióseme la palabra de Yah-
veh en estos términos : ' «¿ Acaso
no puedo hacer yo con vosotros, ¡ oh
casa de Israel ! , como hace este al-
farero?, declara Yahveh. Como el
barro en la mano del alfarero, así
sois vosotros en mi mano, casa de
Israel. 7 A las veces resuelvo contra
una nación o contra un reino arran-
carlo, destruirlo y arruinarlo ; 8 mas
si esa nación se convierte de la mal-
dad contra la cual me había pronun-
ciado, yo me arrepiento del mal quc
había pensado hacerle. ' A las ve-
ces, en cambio, resuelvo sobre una
nación o un reino edificarlo y ha-
cerlo crecer prósperamente ; 1,1 pero
si comete lo malo a mis ojos, sin
escuchar mi voz, me arrepiento del
bien que había prometido hacerle.
11 Habla, ipues, ahora a los varones
de Judá y a los moradores de Jeru-
salén, diciendo : Así afirma Yah-
veh : He aquí que estoy forjando
contra vosotros una calamidad y ur-
diendo un plan en contra vuestra ;
vuélvase cada uno de su mal cami-
no, enmendad vuestro proceder y
vuestros actos.» *? Mas ellos repli-
can: «¡Es caso desesperado! Cierta-
mente seguiremos nuestros designios
y cada uno obraremos según la du-
reza de nuestro perverso corazón.»
13 Por tanto, así afirma Yahveh :
Preguntad a las naciones : i ¿Quién oyó cosas semejantes?
Crimen horrible ha cometido | la doncella de Israel.
M ¿ Desaparecerá acaso de la roca del campo ¡ la nieve del Líbano?
¿Se agotanh, por ventura, las aguas procedentes de lejos, \
frescas, 'manaderas ?
,s Pues mi pueblo me ha olvidado, | a la vanidad queman incienso.
Y han tropezado 0 en sus caminos, | sendas antiguas,
caminando por veredas, | vía no allanada ;
18 para convertir su .país en desolación, | en mofa perpetua :
todo el que ipase por ella se pasmará ¡ y meneará su cal>eza.
11 Como viento solano los dispersaré | ante el enemigo ;
de espalda y no de frente los veré | el día de su infortunio.
18 Mas han dicho: «¡Ea, maqui-
nemos asechanzas contra Jeremías,
pues no ha de desaparecer del sacer-
dote la ley, ni del sabio el consejo,
ni del profeta la palabra. Venid, hi-
rámosle con la lengua y no preste-
mos atención a ninguna de sus pa-
labras ! »
haciende) obra (e. d., una vasija) sobre las
ja (U
o b
14 La roca DBi. campo: sería el mismo Líbano, según San Jerónimo y otros; algunos
vierten «el altísimo roquedal» ; más a menudo se corrige de sus roras, etc. (cf. Kit).
G «¿ Faltarán nunca los depósitos en las rocas o la nieve en el Líbano ?»
"A la vanidad: o también, en vano. |l No- allanada : que no es cómodamente
transitable.
" Ni del sabio kl CONSEJO: para conducir el Estado en circunstancias difíciles. || Hi-
rámosle CON la lkxgua : H admite también la versión en la lengua, y aun tmáté-
mosU con su lengua» (así 1. Kit e. S), en el sentido de a causa de, etc.
— 1412 —
18 19-19 6
JERKMÍ AS
18 i»-19 12
19 ¡ Atiéndeme, oh Yahveh, | y escucha la voz de mis contendientes!
"¿Acaso se volverá mal por bien, |
d pues han cavado fosa a mi persona d ? ['..
Acuérdate de que me he presentado ante ti
para hablar en favor suyo f y apartar de ellos tu furor.
a Por eso entrega a sus hijos al hambre | y dalos al poder de la espada ;
quédense sus mujeres | sin hijos y viudas ;
sean sus hombres 0 muertos de peste 0 |
y sus jóvenes pasados a espacia en la guerra.
v Oígase griterío salir de sus casas, |
cuando de improviso envíes contra ellos horda saqueadora ;
pues han cavado una hoya para cazarme ¡ y han ocultado lazos a mis pies.
■ Mas tú, Yahveh, conoces ¡ todas sus maquinaciones de asesinato ;
no les (perdones su iniquidad | ni su pecado de tu presencia borres 1 ;
caigan derribados * ante ti | y en el día de tu ira actúa contra ellos.
La botija simbólica
iQ 1 Así dice Yahveh : iVe v com-
pra una botija de barro de al-
farero y tonta contigo " algunos de
¡os ancianos del pueblo y de los sacer-
dotes b, - y sal al valle de Beiv-Jin-
nón, que está a la entrada de la
puerta de la Alfarería, y allí prego-
narás las palabras que yo te habla-
ré. * Dirás así : ¡ Escuchad la pala-
bra de Yahveh, reyes de Judá y mo-
radores de Jerusalén ! Así dice Yah-
veh de los ejércitos, Dios de Israel :
He aquí que yo acarrearé a este fu-
gar tal desgracia que a todo el que
la oiga le retiñirán los oídos ; 4 por
cuanto me abandonaron y enajena-
ron este lugar y quemaron en él in-
cienso a dioses extraños, desconoci-
dos de ellos, de sus padres y de los
reyes de Judá, llenando este lugar
de sanare de inocentes ; 5 y edifica-
ron logares altos a Baal para que-
mar sus propios hijos en el fuego
como holocausto a Baal, lo cual no
había yo ordenado ni les había di-
cho, ni aun me había venido a las
mientes. * Por eso, he aquí que es-
tán para llegar días — declara Yah-
veh— en que este lugar no será lla-
mado ya Tófet ni valle de Ben-Jin-
nón, sino valle de la Matanza. 'Y
frustraré en este sitio los designios
de Judá y Jerusalén, y harélos caer
a espada ante sus enemigos y a mar
no de quienes atenían contra su vi-
da, y daré sus cadáveres como pasto
n las aves del cielo y las bestias de
la tierra. s Y trocaré esta ciudad en
desolación y escarnio : todo el que
pase junto a ella se asombrará y
silbará burlón a la vista de todas
sus plagas. 8 Y daréles a comer ta
carne de sus hijos y la carne de sus
hijas, y se devorarán unos a otros
en las angustias y los apuros con
que los estrecharán sus enemigos y
quienes atentan contra su vida.
10 Luego quebrarás la botija a vis-
ta de los hombres que te acompa-
ñan, "y les dirás: As! declara Yah-
veh de los ejércitos : De esta suerte
quebraré yo a este pueblo y esta
ciudad, como se quiebra la vasija del
alfarero, que no puede recomponer-
se más. Y en Tófet mismo sepulta-
rán, por no haber otro sitio para
enterrar. ,2 Tal haré yo con este lu-
gar, afirma Yahveh, y con sus mo-
23 Actúa contra ellos : e. d., aniquílalos.
1 Q : Valle de Ben-JiNNÓN : cf. 7, 31, nota.
* Enajenaron este lugar : trocándolo de templo del verdadero Dios en santuario
de dioses extraños.
* Lugarls altos : ef. 7, 31 ¡ 3 Re. 31. 3, etc.
"Cf. 7, 31-33 V nota.
• ANGUSTIAS : V y otros, «asedio». Todo esto y más sucedió en el sitio de Jerusalén
por Nabucodonosor.
11 Y en Tófet... : cf. 7, 32. En G falta esa frase.
12 EN un Tófet : e. d., llenaré a Jerusalén de cadáveres.
— 1413 —
19 13-20 i»
JEREMÍAS
19 15-20 w
radores, y convertiré a esta ciudad
en un Tófet. " Y las casas de Jeru-
salén y los palacios de los reyes de
Judá resultarán, como el lugar del
Tófet, inmundos : las casas todas en
cuyos terrados se han quemado sa-
crificios a toda la milicia celeste y
han ofrecido libaciones a dioses ex-
traños.»
M Y Jeremías regresó del Tófet,
adonde le enviara Yahveh a profeti-
zar, *y se paró en el atrio del templo
y dijo al pueblo : 15 «Así declara
Yahveh de los ejércitos, Dios de Is-
rael : He aquí que voy a atraer so-
bre todas sus villas anejas toda la
desventura que contra ella he pro-
nosticado, ^porque han endurecido su
cerviz para no escuchar mis pala-
bras.»
Jeremías y el sacerdote Pasjur. Martirio y amarga queja
del profeta
cyr\ 1 El sacerdote Pasjur, hijo de
Immer, que era inspector jefe
de la casa de Yahveh, oyó a Jere-
mías vaticinando tales cosas, - hizo
golpear al profeta Jeremías y lo pu-
so en el ceipo existente en la puerta
superior de Benjamín, en la casa de
Yahveh. ' A la mañana siguiente,
Pasjur sacó a Jeremías del cepo, y
Jeremías le dijo : Yahveh no te lla-
ma Pasjur, sino Magor-mi-sabib (Te-
rror en torno) ; 4 pues así afirma
Yahveh : He aquí que yo te consti-
tuyo en horror a ti y todos tus ami-
gos ; y caerán bajo la espada de
sus adversarios, contemplándolo tus
ojos ; y a todo Judá entregaré en
poder del rey de Babilonia, que los
deportará a Babilonia y los matará
a espada. 6 Y daré todas las riquezas
de esta ciudad, toda su fortuna y
todas sus cosas preciosas ; también
todos los tesoros de los reyes de Ju-
dá entregaré en poder de sus ene-
migos, que los saquearán, los coge-
rán y los llevarán a Babilonia. ° Y
tú, Pasjur, y todos los moradores de
tu casa, marcharéis al cautiverio ;
irás a Babilonia y allí morirás y se-
rás sepultado, así tú como todos tus
aimigos, a quienes vaticinabas men-
tira.
■ Tú me sedujiste, Yahveh, y yo .me dejé seducir ; ]
fuiste más fuerte que yo y me venciste.
He venido a ser irrisión todo el día ; | todos se burlan de mí.
8 En verdad, cada vez que hablo he de vociferar. |
«¡Padezco violencia y tiranía!», he de clamar ;
v la palabra de Yahveh tórnaseme | oprobio y befa cada día.
* Y exclamo : «¡No me acordaré de él | ni hablaré más en su nombre !» ;
pero siento en mi corazón como un fuego abrasador, |
encerrado en mis huesos ;
me he fatigado grandemente por soportarlo, | pero no puedo.
10 Ciertamente he oído la calumnia de muchos : |
«¡Terror por todas partes! | Anunciadlo, anunciémoslo!»
Todos mis amigos | acechan mi traspié :
« ¡ Quizás se deje coger y nos haremos dueños de él |
y tomaremos del mismo venganza!»
14 En el atrio del templo : e. d., en el gran patio del templo.
14 Villas anejas : los arrabales de Jerusalén.
nn 1 El sacerdote : que estaba en funciones de tal, inspector de los levitas.
* Terror en torno : o por doquier.
• Vaticinabas mentira : era, pues, falso profeta.
' Tú me sedujiste : o bien, «persuadiste» o me has reducido a una humillación que
no esperaba.
10 Acechan tti traspié, tambaleo o caída : V «custodientes latum meum».
— 1414 —
20 "-21 6
JEREMÍAS
20 n-21 11
u Mas Yahveh está conmigo como un héroe poderoso ; |
por eso mis perseguidores tropezarán y no lograrán nada ;
quedarán sobremanera confundidos, porque no tuvieron éxito ; |
será una ignominia penpetua e inolvidable.
"Más, ¡oh Yahveh de los ejércitos, que pruebas al justo ¡
y exploras los ríñones y el corazón!,
yo he de ver tu venganza sobre ellos, | pues que te he propuesto mi pleito.
" Cantad a Yahveh, | load a Yahveh,
pues libra el alma del pobre | de mano de malvados.
" ¡ Maldito el día | en que nací,
el día en que me parió mi madre | no sea bendito !
■ ¡ Maldito el varón que albrició | a mi padre, diciendo :
«¡Te ha nacido un hijo varón !», | llenándole de gozo.
" Sea tal hombre como las ciudades | que Yahveh destruyó sin apiadarse ;
oiga gritos por la mañana | y alaridos al mediodía.
17 ¡ Que no me hiciera morir en a el seno materno |
y habría sido mi madre mi sepulcro
y su matriz tenido perpetua gravidez! | "¿Por qué salí del seno
para ver [sólo] trabajo y dolor ¡ y que mis días se consuman en el oprobio ?
Mensaje de Sedecías: la destrucción del reino
.->-i 1 Palabra que mí dirigió a Je-
remías por parte de Yahveh
cuando el rey Sedéelas le remitió a
Pasjur, hijo de Malkiyyá, y al sacer-
dote Sofonias, hijo de Maaseyá, di-
ciendo : " «Consulta, te ruego, por
nosotros a Yahveh, pues Nabucodo-
nosor, rey de Babilonia, nos ha mo-
vido guerra. Tal vez haga Yahveh
con nosotros según todos sus prodi-
gios y [aquél] tenga que retirarse
de nosotros.»
* Y Jeremías les dijo : Así diréis a
Sedecías : * Tal dice Y'ahveh, Dios
de Israel : He aquí que yo haré vol-
ver atrás las armas que lleváis en
vuestras manos y con las cuales pe-
leáis contra el rey de Babilonia y
los caldeos que os tienen asediados
fuera de la muralla, y las reuniré en
medio de esta ciudad ; 6 y yo mismo
lucharé contra vosotros con mano
extendida y brazo fuerte, y con có-
lera, furor y grande ira. ' Y heriré
a los moradores de esta ciudad, a los
hombres y las bestias ; de una gran
pestilencia morirán. T Y después de
esto, declara Yahveh, a Sedecías,
rey de Judá ; a sus servidores, a to-
do el pueblo y a los que escapen en
esta ciudad de la peste, la espada y
el hambre, los entregaré en manos
de Nabucodonosor, rey de Babilonia,
y en manos de sus enemigos, y en
poder de quienes atentan contra 6U
vida, y él los pasará a filo de espa-
da, sin que los compadezca, ni se
apiade, ni ten^a misericordia. 8 Y' a
este pueblo dirás : Así afirma Yah-
veh : Mirad que os propongo el ca-
mino de la vida y el camino de la
muerte. " Quien quede en esta ciur
dad morirá a espada, de hambre v
de peste ; mas el que saliere y se
rindiere a los caldeos que os ase-
dian, vivirá y conservará su vida co-
mo botín. 10 Porque he fijado mi ros-
tro en esta ciudad para perjuicio y
no para provecho, afirma Yahveh ;
en manos del rey de Babilonia será
I entregada, y la quemará a fuego.
i 11 Yr a la casa del rey de Judá [di] :
13 Coincide con II, 20; aquí prb. add., anota Kit.
M ss. Las maldiciones e imprecaciones que van en estos versículos no son eino
enfáticas expresiones, muy usadas en Oriente para expresar un vivo dolor. Compá-
rense estos improperios de Jeremías con los de Job 3, 5 ss.
n Albrició a mi padre : según costumbre oriental de comunicar al padre el naci-
miento del hijo mediante un mensajero que recibía de él albricias.
p-j El urz saliere : por aquí se ve el deseo que tenia Dios de evitar efusión de
^,J- sangre y guardar a Israel.
— 1415 —
21 12~22 w
JEREMÍAS
21 12~ 22 10
Escuchad la palabra de Yahveh : | u Casa de David, así dice Yahveh :
Ejercitad tliariamente justicia | y librad al expoliado de mano del opresor,
no sea que salga como fuego mi indignación |
y ee encienda y no haya quien la apague,
a a causa de la maldad de vuestros actos a.
,; Mira que a ti [me dirijo], moradora del valle, ¡
roca de la llanura — declara Yahveh.
Los que decís : ¿ Quién bajará a pelear contra nosotros ? |
¿ Quién podrá penetrar en nuestras moradas ?
" b Mas yo os castigaré con arreglo al fruto de vuestras obras— declara
Yahveh » ;
y prenderé fuego a su bosque | y devorará todos sus alrededores.
Amenazas de castigo a la casa real
<r)<r) 1 Así dice Yahveh : llaja a la
casa del rey de Judá y pronun-
cia allí este vaticinio. s Dirás, pues :
Escucha la palabra de Yahveh, ¡oh
rey de Judá que te sientas sobre el
trono de David!, así tú como tus
servidores y tu pueblo, los que en-
tráis por esias puertas. 3 Así declara
Yahveh : Practicad el derecho y la
justicia y librad al expoliado de
mano del opresor ; y al extranjero,
el huérfano y la viuda no vejéis ni
hagáis violencia, ni derraméis san-
gre inocente en este lugar. * Pues,
si en verdad cumpliereis esta pres-
cripción, entrarán por los portones
de este palacio reyes que se sienten
sobre el trono de David, montados
en carrozas y caballos, a así ellos
como sus servidores y su pueblo a.
r' Mas si no escuchareis estas pala-
bras, por mí mismo juro, dice Yafli-
veh, que este palacio se trocará en
ruinas. 6 Pues así afirma Yahveh so-
bre el palacio del rey de Judá :
Fuiste para mí como el [monte] de Galaad, | cumbre del Líbano ;
ciertamente he de convertirte en un desierto, | en ciudad inhabitada b.
7 Y consagro contra li a devastadores, | los hombres y sus armas,
y talan tus cedros más selectos ! y los arrojan al fuego.
8 Y pasarán muchas gentes junto
a esta ciudad y se preguntarán unos
a otros : «¿ Por qué ha obrado Yah-
veh así con esta ciudad?» "Y se
contestará : «Porque abandonaron la
alianza de Yahveh, su Dios, y se
prosternaron ante dioses extraños y
los sirvieron.»
"' No lloréis al muerto ni hagáis duelo por él ; |
llorad amargamente por el que parte,
pues no volverá a ver más | la tierra en que nació.
r- Diariamente : lit., II a ¡a mnmimi; tf. Kit.
a Moradora i>kj. valle : Jerusalén, que así era llamada por estar rodeada de valles
con los montes de Sión y Morid. || Roca df. i.a llanura: o también, habitante de la
roca (o refugio) del llano ; V «habitatriccm vallis solidae ct campcstrls* : Kit corri-
ge H y 1. «roca de la fortaleza (o el refugio, el escarpe)». || BAJARÁ (a pelear) contra
nosotros : GLArV nos herirá,
"Castigaré: o pediré cuentas, residenciaré. |l Pkfni>kré mico a su bosque: Jeru-
salén, cuyas apretadas casas le daban forma de bosque.
Ort < Cf. i7, 25.
¿*¿> '■ Covsai;r¡i a santifico : «Santo — dice San Jerónimo — se llama a KabucodonosoT y
todo su ejército i>orquc ejecuta la sentencia de Dios... Una cosa es la santificación del
matador y de sus armas, y otra la de los sacerdotes y ministros del Señor.»
10 Al. HUERTO : e. d., al rey Josfas, que murió piadosamente.
— 1416 —
22
JEREMÍAS
22 12-29
n Pues así dice Yahveh respecto a
Sellum, hijo de Josías, rey de Judá,
que reinó en lugar de Josías, eu pa-
dre, y que salió de este lugar : No
volverá allá más, " sino que en el
lugar a donde lo lleven cautivo, allí
morirá, y esta tierra no verá va.
" ¡ Av de quien edifica su casa sin justicia ] y sus salas altas sin equidad ;
>e sirve de su prójimo de balde | y no le remunera su trabajo !
" El que dice : Voy a edificarme una casa espaciosa | y amplios salones.
Y rasga sus ventanas, la artesona de cedro | y la pinta de rojo.
15 ¿ Eres tú rey, para que |
muestres tanto apasionamiento en [edificar] con cedros ?
¿ Acaso no comió v bebió tu padre,
mas practicó el derecho y la justicia, y entonces gozó de bienandanza .' I
a Juzgaba la causa del pobre y del mísero, | c marchando todo bien c.
¿Ño es eso conocerme? — afirma Yahveh.
Mas tú no tienes ojos ni corazón | sino para tu ganancia ilícita,
para derramar sangre inocente, | para la vejación y para ejercer tiranía,
18 Por ello, así dice Yahveh a Joaquina, hijo de Josías, rey de Judá :
Xu le plañirán: ¡ Ay hermano! ¡ A y hermana! ¡
No le endecharán : ¡ Ay señor ! ¡ Ay majestad !
10 Darásele la sepultura de un asno,
se le arrastrará y echará | fuera de las puertas de Jerusalén.
10 Escala el Líbano y grita | y en el Basán emite tu voz ;
grita desde el Afearan, ¡ pues han sido destrozados tus amantes.
■ Te hablé en tiempo de tu (prosperidad ; ¡
respondiste : «No quiero escuchar.»
Tal ha sido tu proceder desde tu juventud : | no has escuchado mi voz.
" El viento apacentará a todos tus pastores ¡
y tus amantes partirán al cautiverio ;
entonces te avergonzarás y sonrojarás ] de toda tu maldad.
-1 Tú. que moras en el Líbano | y anidas en los cedros,
¡cuán profundamente gemirás cuando te vengan los dolores, |
espasmos como de parturienta ! -
M Por mi vida, dice Yahveh, que
aunque fuera Jeconías, hijo de Joa-
quim, rey de Judá, anillo^ sobre mi
diestra, cieriamente de allí te arran-
caría. * Y te entregaré en manos de
quienes atentan contra tu vida y en
poder de aquellos a quienes temes,
en mano de Nabucodonosor, rey de
Babilonia, y en mano de los caldeos.
" Y te lanzaré a ti y a la madre que
te engendró a otra tierra donde no
nacisteis, y allí moriréis. 27 Pero a
esta tierra adonde su alma anhela
volver, no volverán.
* ¿ Es acaso un vaso despreciable y quebrado ¡ este hombre Jeconías.
un objeto que a nadie agrada ? '
¿ Por qué d e han sido desechados él y su estirpe |
y arrojados a la tierra que no conocían " ?
M ¡ Tierra, tierra, tierra, | escucha la palabra de Yahveh !
14 Su casa sin justicia: el rey Joaquim, establecido jx>r Nekao, rey «le Egipto, en
lugar de Sel-lum.
54 La artesona de cedro : II (techadas ; ef. Ferrara : «zaquizaminada con alerces».
:7 Tara ejercer tiranía : e. d., para opryuir (o vejar) al menesteroso.
¡Ay nERMANo ! ¡Ay hermana! : gritos de lamentación usarlos en los funerales.
*> El Abarim o los Abarim : es una montaña del sudeste de Palestina, y a la cual
pertenece el monte Nebó. V «ad transeúntes*, GS tdel otro lado del man, T «a los
vados».
"El viento apacentará a todos tus pastores: e. d., tus jefes y autoridades serán
pasto 10 sea, dispersados) del viento del infortunio. Hay en el hebreo un juego de
vocablos entre pastoreará y pastores.
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22 30-23 12
JEREMÍAS
22 30-23 "
*° ' Así dice Yahveh ' :
Inscribid a este hombre como sin hijos |
e varón que en sus días no ha de prosperar s ; ¡
pues no logrará de su descendencia
varón que se siente sobre el trono de David | y domine aún en Judá.
Contra los malos pastores de Israel.
Esperanzas mesiánicas
O O 1 i Ay de los pastores que ha-
^,¿> cen perecer y destrozan el re-
baño de mi pastizal!, afirma Van-
veh. ! Por ello así dice Yahveh, Dios
de Israel, a los pastores que pasto-
rean a mi pueblo : «Vosotros habéis
dispersado mi rebaño, lo habéis des-
carriado y no habéis cuidado de él.
He aquí que yo os castigaré la mal-
dad de vuestras obras, afirma Yah-
* b He aquí que tiempo vendrá — declara Yahveh |
en que suscitaré a David un vástago justo ;
y reinará como rey y obrará sabiamente, |
y ejercitará el derecho y la justicia en la tierra.
• En sus días será salvada Judá | e Israel habitará confiadamente,
y éste será el nombre con que le llamarán : | «Yahveh nuestra justicia.
veh. * » Y yo recogeré los restos de
mi rebaño de todas las tierras adon-
de los expulsé y harélos volver a
sus prados, y fructificarán y se mul-
tiplicarán. 1 Y suscitaré sobre ellos
pastores que los apacienten, y ya no
temerán más, ni se angustiarán, ni
se echará nada de menos, dice Yah-
veh.
* Por eso, mirad que llegarán días,
afirma Yahveh, en que no se dirá
ya : «¡ Vive Yahveh, que subió a los
hijos de Israel del país de Egipto!»,
8 sino «¡Vive Yahveh, que sacó y
trajo a la descendencia de la casa de
Israel de la tierra del septentrión y
de todos los países adonde los había
yo expulsado, y habitarán en su tie-
rra.»
• A los profetas :
«Quiébraseme el corazón dentro de mí, | se estremecen todos mis huesos ;
estoy como un hombre ebrio | y cual varón dominado por el vino
ante Yahveh y sus santas palabras.
" Pues los adúlteros han llenado el país ;
por causa de la maldición la tierra está agostada, |
se han secado los oasis del desierto ;
su esfuerzo es maldad, ¡ y su fortaleza, lo injusto.
" Porque incluso el profeta y el sacerdote se han hecho impíos, ¡
hasta en mi propia casa he descubierto su maldad — declara Yahveh.
la Por esto, su camino será para ellos | como resbaladero en tinieblas ;
serán. empujados | y caerán en él ;
pues atraeré sobre "ellos la desgracia | el año de su castigo — afirma Yahveh.
Ni se echarA nada (o ninguna res) db
*° Inscribid : en las tablas Genealógicas.
rtO 4 Pastores : a la letra, Zorobabel y otros que gobernaron en Judá después de!
cautiverio ; pero en sentido más elevado, los apóstoles, destinados a cruiar a los
fieles librados de la cautividad del demi
menos : V «et nullus quaeretur ex numero».
°-«Cf. 33, 15-16.
'-«Cf. 16, 14-15.
" Y habitarán : otros, «y los condujo de nuevo a».
• A los profetas : e. d., los falsos profetas.
u Castigo : visita, residencia, toma de cuentas.
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23 "-29
JEREMÍAS
23 «-»
"Y en Jos profetas de Samaría | observé incongruencia :
han profetizado en nombre de Baal | y descarriado a mi pueblo, Israel.
34 Y en los profetas de Jerusalén | he visto cosa horripilante :
adulteran y andan en la mentira, | esfuerzan a los perversos »
para que ninguno se convierta de su maldad ;
han sido para mí todos ellos como Sodoma, |
y sus moradores, como Gomorra.
" Por tanto, así afirma Yahveh de los ejércitos acerca de los profetas :
He aquí que yo les daré a comer ajenjo | '
y daréles a ibeber agua envenenada ;
porque de los profetas de Jerusalén |
ha partido la corrupción para todo el país.»
" Así afirma Yahveh de los ejércitos :
No escuchéis lias palabras de los profetas b qué os vaticinan, b ¡
que os engañan ;
visiones de su imaginación os cuentan, | no de la boca de Yahveh.
"Dicen a quienes desprecian la palabra de Yahveh : | «¡Tendréis paz!»,
y a cuantos siguen la obstinación de su corazón afirman : |
«¡No os sobrevendrá mal alguno!»
* Mas ¿ quién ha asistido al consejo de Yahveh |
y ha visto y oído su palabra ? |
¿Quién ha prestado atención a su palabra y le ha escuchado?
" He aquí que el huracán de la ira de Yahveh se desencadena |
y una tempestad estalla,
sobre la cabeza de los impíos se precipita. |
M No volverá atrás la cólera de Yahveh
hasta que ejecute y lleve a efecto | los designios de su corazón ;
al fin de Oos tiempos | adquiriréis de ello inteligencia.
31 No envié a los profetas, | y ellos corrían ;
no les hablé, | y ellos vaticinaban.
* Si hubieran asistido a mi consejo, |
habrían anunciado mis palabras a mi pueblo
y lo habrían apartado de su mal camino |
y de la perversidad de sus acciones.
a ¿ Acaso soy [sólo] un Dios de cerca — dice Yahveh, ]
mas no un Dios de lejos ?
* Si un homibre se ocultare en los escondrijos, |
¿ no lo veré yo acaso ? — dice Yahveh.
¿ Por ventura los cielos y la tierra | no lleno ? — declara el Señor.
* He oído lo que decían los pro-
fetas, que, vaticinando en mi nom-
bre mentiras, exclamaban: «¡He te-
nido un sueño ! ¡ He tenido un sue-
ño!» 26 ¿Hasta cuándo habrá en el
corazón de los profetas vaticinios fal-
sos y profetizarán los engaños de su
corazón ? 27 Proyectan hacer que mi
pueblo se olvide de mi nombre con
sus sueños, que se cuentan unos a
otros, como sus padres se olvidaron
de mi nombre por Baal. 28 El profe-
ta que tenga un sueño, cuente eJ
sueño, y quien posea mi palabra,
profiera mi palabra fielmente.
Qué tiene que ver la paja con el grano ? — declara Yahveh.
¿ No es 0 mi palabra como el fuego — afirma Yahveh, |
y cual martillo que despedaza la piedra ?
a Envenenad» : lit., de veneno, sacado de la cabeza de la adormidera ; Ferrar»,
«adelfa^
Imaginación : lit., corazón.
" Tf.ndrf.is paz : o bien, tendréis suerte o felicidad.
Cf . 30, 23-24.
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23 30-24 4
JEREMÍAS
23 36-24 »
30 Por eso, heme aquí contra los
profetas, dice Yahveh, que se hur-
tan unos a otros mis palabras. 31 Mi-
rad quu yo [voy a venir] sobre los
profetas — declara Yahveh — que co-
gen su lengua y (profieren oráculo.
12 Aquí me tenéis contra los que pro-
fetizan sueños .mentirosos — afirma
Yahveh — y los cuentan y engañan a
mi pueblo con sus mentiras y sus
fanfarronadas, pues yo no los envié
ni les di orden, y en nada aprove-
chan a este pueblo, dice Yahveh.
33 Y cuando te pregunte este pue-
blo, o un 'profeta, o un sacerdote,
diciendo: «¿Cuál es la carga (u
oráculo) de Yahveh?», les contesta-
rás : Vosotros d sois la carga de Yah-
veh, mas yo os rechazaré, dice Yah-
veh. 34 Y al iprofeta, al sacerdote v al
pueblo que diga «carga de Yahveh»,
yo castigaré a ese hombre y su casa.
35 Así habéis de decir cada uno a su
compañero, cada uno a su hermano :
«¿Qué ha respondido v qué ha ha-
blado Yahveh?» 30 No mencionéis
más la «carga de Yahveh», pues a
cada uno se le trocará en carga su
propia palabra, ya que habéis per-
vertido las palabras del Dios vivo,
Yahveh de los ejércitos, nuestro
Dios. 31 Así dirás al profeta : «¿Qué
te ha respondido Yahveh ? ¿ Y qué
te ha hablado ?» 38 Pero si dijereis
«carga de Yahveh», entonces Yah-
veh afirma así : «Por cuanto habéis
proferido esta expresión : «carga
de Yahveh», habiéndoos yo enviado
a decir : No digáis «carga de Yah-
veh», 39 por eso he aquí que yo os
cogeré, trcuisportándoos L' [como una
carga] y os arrojaré de mi presen-
cia, y asimismo a la ciudad que di
a vosotros y vuestros padres, 40 y os
cubriré de perpetuo oprobio y de
eterna ignominia, que jamás será ol-
vidada.»
Visión simbólica de los canastillos de higos
o¿l 1 Mostróme Yahveh dos eanas-
tillos de higos colocados de-
lante del templo de Yahveh. Era
después de haber deportado Nabu-
codonosor, rey de Babilonia, a Jeco-
nías, hijo de Joaquim, rey de Judá ;
a los dignatarios de ésta, y a los
herreros v cerrajeros, de Jerusalén
a Babilonia. s Uno de los canastillos
contenía higos muy buenos, como
las albacoras, y el otro canastillo
higos tan malos, que de malos no
se podían comer.
a Y díjome Yahveh : «¿ Qué ves,
Íeremías?» «Higos», respondí. «Los
tigos buenos son muy buenos, y los
malos, tan malos que" no pueden co-
merse de malos.» 4 Y Yahveh diri-
gióme su palabra, diciendo : 1 Así
afirma Yahveh, Dios de Israel : Co-
mo a estos higos buenos, de igual
suerte miraré benévolamente a" los
desterrados de Judá, a quienes ex-
pulsé de este lugar al ipaís de los
caldeos. « Fijaré mi vista en ellos
benignamente y los haré volver a es-
ta tierra ; los edificaré y no los des-
irurré, los plantaré y no los arran-
caré. ' Y les daré un corazón para
que reconozcan que soy Yahveh ;
ellos constituirán mi pueblo y yo
seré su Dios, pues se convertirán a
mí de todo corazón.
8 Y como esos higos malos, que
de malos no ipueden comerse — * en
verdad, así afirma Yahveh a — , del
31 Que COGEN su lengua ¡ e. d., que hablan como si Dios los inspirase, y no es
cierto.
m Carga u oráculo: el profeta, en los vv. jj-39, juega con los dos significados del
vocablo hebreo massá 'oráculo' y 'carga' (o "encargo'?).
85 Cada uno a su compañero, cada uno a su hermano: o sea mutuamente unos ■
otros.
38 Se i.e trocará la carga : e. d., hallará en sus palabras su propio castigo.
*)A 1 Delanik DE1 IBMPLO : e. d., delante de lu puerta del santuario, que es donde se
depositan las primicias.
• Como a ESTOS iiigus buenos: e. d., como tu contemplas. ., o como sucede con...
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24 9-25 9
JEREMÍAS
24 io 25 W
mismo modo haré yo con Sedéelas,
rev de Judá, y con sus príncipes y
ti' resto de los" de Jerusalén que que-
daron en esta tierra y los que habi-
tan en el país de Egipto. " Los con-
vertiré en objeto de terror y desven-
tura para todos los reinos de la
tierra ; en oprobio, proverbio, escar-
nio y maldición en todos los lugares
a donde los arroje. 10 Y enviaré- con-
tra ellos la espada, el hambre y la
peste hasta que sean extirpados del
suelo que di a ellos y a sus padres.
Los setenta años de cautiverio y oráculo contra las gentes
¿y- ' ¡'alabr.i que se dirigió a Je-
remías acerca de todo el pue-
blo de Judá, en el año cuarto de
Joaquirn, hijo de Josías, rey de Ju-
ila, esto es, el año primero de Na-
bucodonosor, rey de Babilonia ; 2 y
ron que el profeta Jeremías conminó
a todo el pueblo de Judá y a todos
los moradores de Jerusalén en estos
términos : a «Desde el año decimo-
tercero de Josías, hijo de Ammón,
rey de Judá, hasta hoy, hace veinti-
trés años que se viene dirigiendo la
ipalabra de Yahveh y os la he anun-
ciado desde pronto" y sin cesar, a y
no habéis escuchado * " b Yahveh os
envió a todos sus siervos, los profe-
tas, pronto y sin cesar; mas no escu-
chasteis ni prestasteis oídos, 0 cuan-
do decía : Convertios cada uno de
vuestro mal camino y de la perver-
sidad de vuestras obras, y moraréis
en la tierra que Yahveh os dió a vos-
otros y a vuestros padres por los si-
glos de los siglos. 6 ° No marchéis
en pos de otros dioses para servirlos
y prosternaros ante ellos ni me ofen-
dáis con las obras de vuestras ma-
nos, y no os causaré mal. 7 Pero no
me habéis escuchado, tl declara Yah-
veh, ofendiéndome con las obras de
vuestras manos para mal vuestro d.
■ Por ello, así afirma Yahveh de los
ejércitos : Pues no habéis escuchado
mis palabras, 9 he aquí que yo envío
a tomar todas las tribus del norte,
afirma Yahveh, y a mi siervo 6 Nabu-
codonosor, rey de Babilonia, y los
traeré contra este país, contra sus
habitantes f y contra todas estas na-
ciones de alrededor f, y los aniquila-
ré y los convertiré en desolación,
Vasija de arcilla de tas ha-
lladas en Jcrusah'n y Guézer
objeto de rechifla y ruinas K perpe-
tuas. 10 Y haré desaparecer de entre
ellos el grito de alborozo y el grito
de alegría, el canto del esposo y el
canto de la esposa, el rum#r de la
muela y la luz de la lámpara. " Y
todo este país se convertirá en rui-
na, en desolación h, y servirán cu-
tre 1 dichas gentes ai rey de Babilo-
nia durante setenta años. 12 Y cuando
se hubieren éstos cumplido, casti-
garé, dice Yahveh, al rey de Babi-
lonia y a aquella gente su iniquidad,
así como al país de los caldeos, y la
convertiré en desolación perdurable.
13 Y atraeré sobre aquel país todas
las cosas que he predicho contra él,
cuanto se halla escrito en este libro
" VOS CONVERTIRÉ»EN objuo DE TERROR (o de vcjaciónl Y DESVENTURA : otras (cf. V),
ilot entregaré a la vejación (o al desasosiego) y aflicción...»; <". suprime y desventu-
ra; H dice sólo para desventura, que corregimos c. SV (cf. Kit). || EN proverbio: de
-norte que paru expresar la desgracia de uno se diga : Más desgraciado que un judio.
10 Y enviaré contra ellos : en esta nueva invasión se produjeron los niales que
anuncia este versículo.
QC ' Hace veintitrés años: otros, «que es el año vigésimoterceroi.
¿O 1U Cf. 7, 34> Y 16, 9-
u DURANit seienta años : contaderos desde el primero de Nabucodonosor a! prime-
ro de Ciro.
25 14"33
JEREMÍAS
25 23-33
' que Jeremías ha vaticinado contra
todas estas naciones '. w Pues tam-
bién a ellos los someterán i naciones
poderosas y reyes grandes, y los re-
tribuiré según sus actos y las obras
de sus manos k.»
15 En verdad ', así me ha hablado
Yahveh, Dios de Israel : «Toma de
mi mano esta copa de vino f de la
ira ' y házsela beber a todos los pue-
blos a los cuales te envío. 16 Beban,
se tambaleen y deliren ante la es-
pada que yo enviaré entre ellos.»
17 Tomé, pues, la copa de la mano de
Yahveh y la di a beber a todas las
naciones a quienes Yahveh me en-
viara : 18 a Jerusalén y las ciudades
de Judá, a sus reyes y sus dignata-
rios, para convertirlos en 'montón de
ruinas, desolación, objeto de mofa y
maldición, como al presente ocurre ;
19 a Faraón, rey de Egipto; a 6us
servidores, sus dignatarios y todo su
pueblo ; 20 a todos los elementos ex-
traños, a todos los reyes de la tierra
de Us, y a todos los reyes del país
filisteo, a m Asquelón, Gaza, Eqrón
y al resto de Asdod ; 21 a Edom, a
Moab y a los hijos de Ammón ; 22 a
todos los reyes de Tiro, a todos los
reyes de Sidón y a todos los reyes
de las islas que están al otro lado
del mar ; 20 a Dedán, Temá, Buz y
todos los de sienes rapadas ;** a to-
dos los reyes de Arabia y a todos
los monarcas del occidente que ha-
bitan en el desierto ; 26 a todos los
reyes de Zimrí, a todos, los monar-
cas de Elam y a todos los reyes de
Media ; 26 a todos los reyes del nor-
te, próximos y lejanos unos de otros,
y a todos los reinos n de la tierra n
que existen sobre la superficie del
suelo ; y el rey de Sesak beberá des-
pués de ellos.
27 Y les dirás : «Así dice Yahveh
de los ejércitos, Dios de Israel : Be-
bed, embriagaos y vomitad ; caed y
no os Oevantéis más ante la espada
que yo voy a enviar entre vosotros.»
á Y si rehusaren tomar de tu mano
la copa para beber, dirásles ¡ «Así
dice Yahveh de los ejércitos : La be-
beréis sin remedio ; ™ pues he aquí
que si comienzo a desencadenar el
mal en la ciudad donde mi nombre
es invocado, ¿vais a quedar vosotros
impunes ? No quedaréis, pues yo
convoco la espada contra todos los
habitantes de la tierra», declara Yah-
veh de los ejércitos. 30 Y tú vaticína-
les todas estas palabras y diles :
Yahveh ruge desde lo alto | y desde su santa morada emite su voz ;
ruge fuertemente sobre su residencia ; |
gritos de júbilo como los pisadores lanza
contra todos los habitantes de la tierra. ¡
81 El estruendo llega hasta los confines de la tierra, |
porque Yahveh entabla querella con las naciones,
litiga El con todos los mortales ; |
ha entregado a los impíos a la espada — declara Yahveh.
82 Así dice Yahveh de los ejércitos :
He aquí que la desgracia pasa | de un pueblo a otro,
y una recia tempestad se desencadena] de los confines de la tierra.
* Y las víctimas de Yahveh en I lloradas, recogidas ni sepultadas ;
aquel día ocuparán de una extremi- quedarán como estiércol sobre la haz
dad a la otra de la tierra ; no serán I del suelo.
30 Elementos extraños: lit., población mixta (o mestiza), mezcla de pueblo; aquí
los extranjeros que viven mezclados con la población egipcia.
28 Las islas que están al otro lado del mar : o bien, los países litorales de ul-
tramar.
23 Los de sienes rapadas : los que se cortan el pelo o las Ku«lejas de los tempo-
rales son los árabes ; cf. 19, 25-26.
24 Del occidente: así V ; H de Ereb, ¿ duplicado de Arabia? Otros, de mezcla, nó-
madas, etc. Cf. Kit sobre su posible carácter de dittoKr.
a Zimrí: es punto desconocido; falta en GL. || Elam: provincia del imperio asirio.
26 Sesak : e. d., Babilonia.
" Donde mi nombre es invocado : o bien, denominada con mi nombre, como quie-
ren otros.
81 Todos los mortales : lit., toda carne,.
K Quedarán como estiércol : cf. 8, 2 ; 14, 16 ; 16, 4.
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25 ^-26 9
JEREMÍAS
25 34-26 15
w Ululad, pastores, y clamad ; | cubrios de ceniza, mayorales de la grey ;
pues han llegado los días de que se os inmole |
y disperse, y caeréis por tierra como vasos 0 de gran estimación.
K Ha desaparecido la posibilidad de huir para los pastores |
ni habrá escape para los mayorales de la grey.
M ¡ Oyese el griterío de los pastores |
y el ulular de los rabadanes del rebaño,
pues Yahveh devasta su pastizal ! |
31 Han enmudecido las pacíficas praderías |
ante el furor de la cólera de Yahveh.
" Ha abandonado como león joven su guarida, ¡
y su tierra se ha trocado en desolación,
ante la espada « destructora, | ante el furor de la cólera de Yahveh r.
Jeremías, en peligro de muerte
as: 1 Al comienzo del reinado de
Joaquim, hijo de Josías, rey de
Judá, tuvo lugar esta palabra de par-
te de Yahveh, a saber : 2 Así dice
Yahveh : «Sitúate en el atrio de la
casa de Yahveh y di a todas las ciu-
dades de Judá que vienen a proster-
narse en la casa de Yahveh cuantas
palabras te he ordenado les hables,
sin omitir una sola. ' Tal vez te es-
cuchen y se convierta cada uno de
su perverso proceder, de suerte que
yo me arrepienta del mal que había
pensado hacerles por la maldad de
sus obras. 4 Diles, pues : Así dice
Yahveh : Si no <me escucháis, cami-
nando por la le^ que os he propues-
to, 6 obedeciendo las palabras de mis
siervos los profetas que vengo en-
viando a vosotros desde muy tem-
prano e incesantemente, sin que las
hayáis escuchado, 6 reduciré este
templo a la situación de Siló y con-
vertiré a esta ciudad en maldición
para todas las naciones de la tie-
rra.»
' Los sacerdotes, los profetas y to-
do el pueblo oyeron a jeremías pro-
nunciar estas palabras en la casa de
Yahveh ; 8 y sucedió que al acabar
Jeremías de decir cuanto Yahveh
habíale ordenado hablase a todo el
pueblo, prendiéronle los sacerdotes,
los profetas a y el pueblo todo *, ex-
clamando : «¡Morirás sin remedio!»
* ¿ Por qué has profetizado en nom-
bre de Yahveh, diciendo : «Como Si-
ló vendrá a ser esta casa, y esta
ciudad quedará asolada, sin un mo-
rador» ? Y todo el pueblo se juntó
contra Jeremías en la casa de Yah-
veh. 10 Cuando los dignatarios de
Judá tuvieron noticia de tales co-
sas, subieron desde el palacio real a
la casa de Yahveh y sentáronse a la
entrada de la puerta nueva del tem-
plo b. u Los sacerdotes y los profe-
tas dirigieron la palabra a los dig-
natarios y a todo el pueblo, dicien-
do : « ¡ Sentencia de muerte a este
hombre, porque ha profetizado con-
tra esta ciudad, como habéis perci-
bido por vuestros propios oídos!»
" Entonces Jeremías habló a todos
los dignatarios y al pueblo entero en
estos términos : «Yahveh me ha en-
viado a profetizar contra esta casa
y contra esta ciudad todas las cosas
que habéis oído. JS Ahora, pues, en-
mendad vuestro proceder y vuestras
obras, escuchando la voz de Yahveh,
vuestro Dios, y el Señor se arrepen-
tirá del mal que ha pronunciado
contra vosotros. 14 En cuanto a mí,
heme aquí en vuestras manos : ha-
ced de mí lo que os parezca bueno
y recto ; a pero sabed bien que, si
vosotros me matáis, vertéis de cier-
to sangre inocente sobre vosotros v
sobre esta ciudad y sus moradores,
pues, en verdad, Yahveh me ha en-
viado a vosotros para anunciar a
Cubrios de ceniza :
d., los falsos profetas.
puerta del templo : donde también se administraba justicia.
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26 !6-27 4
26 18-2Í
vuestros propios oídos todas estas
palabras.»
"Los dignatarios y todo el pueblo
dijeron entonces a los profetas : «Es-
te hombre no merece sentencia de
muerte, pues nos ha hablado en
nombre de Yahveh, Dios nuestro!»
" Y se levantaron algunos de los an-
cianos del país y dijeron a toda la
congregación del pueblo, a saber :
1S «Miqueas de Moréset profetizaba en
tiempo de Exequias, rey de Judá, v
habló a todo el pueblo de Judá di-
ciendo : Así afirma Yahveh de los
ejércitos :
bión sera arad
y el monte
campo, | y Jerusalén resultará
iplo una región selvática.
" ¿ Por ventura lo hicieron matar
Ezequías, rey de Judá, y el pueblo
todo de ésta ? ¿ No temieron acaso a
Yahveh y le aplacaron, de suerte que
Yahveh se arrepintió del mal que
había pronunciado contra ellos ? ¿ Y
vamos nosotros a cometer delito tan
grave contra nuestras almas ?»
80 Hubo también un varón que pro-
fetizaba en nomhbre de Yahveh :
Urías, hijo de Semayahu, de Kiryat-
Yearim, y vaticinó contra esta ciudad
y contra este país, exactamente co-
mo Jeremías. a Y como tuvieran no-
ticia el rey Joaquim, todos sus ofi-
ciales y todos sus dignatarios de las
palabras del mismo, el rey trató de
darle muerte ; mas, teniendo de ello
noticia Urías, temió y huyó, mar-
chando a Egipto. " Entonces el rey
Joaquim a envió a Egipto hombres a :
a Elnatán, hijo de Akbor, y a otros
hombres con él a Egipto, 13 los cuales
sacaron de Egipto a Urías y lo con-
dujeron ante el rey Joaquim, quien
lo mandó matar a espada y arrojó
su cadáver en las fosas del vulgo.
54 Sin embargo, la mano de Aji-
qam, hijo de Safán, veló por Jere-
mías, para que no fuese entregado
en manos del pueblo para hacerlo
morir.
El yugo babilónico: amonestación a las naciones vecinas
y a los judíos
' Al comienzo del reinado de ■
' Sederías h, hijo de Josías, rey
de Judá, tuvo lugar esta palabra a
Jeremías, de parte de Yahveh, a sa-
ber : 2 «Así me ha dicho Yahveh : Ea-
brícate unas coyundas y un yugo y
póntelas sobre el cuello. " Luego las
enviarás c al rey de Edom, al rey de
Moab, al rey de los ammonitas, al
rey de Tiro y al rey de Sidón, por
medio de los d embajadores venidos
a Jerusalén cerca de Sedéelas, rey
de Judá, 1 y ordénales digan a sus
señores : Así habla Yahveh de los
ejércitos, rey" de Israel : Diréis a
vuestros amos lo siguiente : 5 Yo he
hecho la tierra, a los hombres y los
animales que existen sobre la haz de
la misma, mediante mi gran poderío
y mi brazo extendido ; y la doy a
quien bien me parece. 8 Ahora he da-
do todos estos países en manos de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi
servidor, e incluso las bestias del
campo se las he entregado para su
servicio. ' Todas las naciones le ser-
virán, así como a su hijo, y a su nie-
to, hasta que también a su país le
»Cf. Miq. 3, i2.
* ¿ No TEMIERON... y LE api.acaron ? : lit., no temió... y tornó grato su rostro 'c. d.,
se conquistó su benevolencia, le aplacó). GSV «temieron». || Contra nuestras almas:
O bien, en perjuicio de nosotros mismos.
mAjiqam: personaje principal de la corte y padre de Godolías, escogido para £o-
lnmador por los caldeos y protector asimismo de Jeremías.
eyrr ■ Yugo : hebr. motá; era pesado cerrojo o pasador di madera a modo de yugo
¿ • que se les colocaba a los cautivos en el cuello, impidiéndoles andar erguidos.
Aquí simboliza la opresión.
' Cf. 25, 12. Taita en G, prb. add., anota Kit.
— 1424 —
27 £- 28 1
JEREMÍAS
27 16-28 3
llegue el momento y lo subyuguen
naciones numerosas" y reyes gran-
des. ' Y sucederá que la nación o
el reino que no se someta a él, a
Xabticodonosor, rey de Babilonia, y
que no prestare SU cuello al yugo
del rey de Babilonia, con espada,
hambré y peste castigaré a tal na-
ción— declara Yahveh — hasta que yo
los ponga c en su mano. 9 Vosotros,
pues, no escuchéis a vuestros profe-
tas, vuestros adivinos, vuestros so-
ñadores f, vuestros agoreros y vues-
tros magos, que os hablan diciendo :
«No habéis de servir al rey de Ba-
bilonia» ; 10 porque os vaticinan men-
tira, de suerte que os alejen de vues-
tro suelo y yo os destierre y perez-
cáis. " En cambio, a la nación que
someta su cuello al yugo del rey de
Babilonia y lo sirva, la dejaré tran-
quila sobre su tierra, afirma Yah-
veh. y la cultivará y mororá en ella.»
11 Y a Sedecías, rey de Judá, hablé
con arreglo a todas estas palabras,
diciendo : Someted vuestro cuello al
yugo del rey de Babilonia y servid a
él y su pueblo, y viviréis. 13 ¿ Por qué
habéis de morir tú y tu pueblo a es-
pada, de hambre y de peste, como
Yahveh ha anunciado a la nación que
no se someta al rey de Babilonia ?
M No escuchéis, pues, las palabras de
los iproíetas que os hablan diciendo :
«No habéis de servir al rey de Babi-
lonia» ; porque os vaticinan falsedad.
■ Porque yo no los he enviado, afir-
ma Yahveh, y ellos profetizan falsa-
mente en mi nombre, de suerte que
I yo os destierre y perezcáis vosotros
y los profetas que os vaticinan.
'* Y a los sacerdotes y a todo este
pueblo he hablado en estos térmi-
nos : Así dice Yahveh: No escuchéis
las palabras de vuestros profetas que
os vaticinan diciendo : «He aquí que
los utensilios de la casa de Yah-
veh serán vueltos de Babilonia aho-
ra en seguida».; pues ellos os profe-
tizan mentira. 17 No los escuchéis ;
servid al rey de Babilonia, y vivi-
réis. ¿ Por qué ha de convertirse es-
ta ciudad en montón de ruinas ? 18 Y
si son (/verdaderos] profetas y la pa-
labra de Yahveh los asiste, supli-
quen con insistencia a Yahveh de los
ejércitos para que los utensilios que
restan en la casa del Señor y en el
palacio del rey de Judá y en Jeru-
salén no vayan a parar a Babilonia.
19 Pues así afirma Yahveh de los ejér-
citos acerca de las columnas, el mar
y las bases, y sobre el resto de los
utensilios qué han quedado en^ esta
ciudad 20 y de que no se apoderó Na-
bucodono'sor, rey de Babilonia, cuan-
do deportó de Jerusalén a esa capital
a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de
Judá, y a todos los primates de Judá
y Jerusalén. 21 Ciertamente, así habla
Yahveh de los ejércitos, Dios de Is-
rael, respecto a los utensilios que
quedaron en la casa de Yahveh, en
el palacio del rey de Judá y en Jeru-
salén : P «Serán transportados a Ba-
bilonia, y allí quedarán hasta el día
en que yo los visite, g afirma Yah-
veh, y los haré traer y restituir a es-
te lugar»
Jeremías, frente a Ananías de Gabaón
oo 1 Y sucedió que aquel mismo
T** año, al comienzo del reinado de
Sedecías, rey de Judá, el año cuarto,
al quinto mes, el profeta Ananías,
hijo de Azzur, natural de Gabaón,
hablóme en la casa de Yahveh a los
ojos de los sacerdotes y todo el pue-
blo, diciendo : : Así habla Yahveh de
los ejércitos, rey de Israel, a saber :
«¡He decidido quebrar el yugo del
rey de Babilonia ! 3 Dentro de dos
años haré restituir a este lugar to-
0 Agoreros : otros, «astrólogos» ; htbr. on¿n, propiamente los que hacen augurios
observando la marcha de las nubes, pronostican se.eún el tiempo y las horas, etc.
" A LA nación : no contradice esto lo dicho más arriba cu el cap. 25, 14, puesto
que es Dios quien les impone aquí la sumisión para evitar a su pueblo males mayores.
22 Que yo los visite : para castigarlos o librándolos de manos de los caldeos ; otros,
•mire hacia ellos» (así Bibl. Bonn).
28 ' V'.'Vn mi^mo ano : cf. 27, 1, nota, y vers. Kit
— I '125 —
28 4-29 1
JEREMÍAS
28 9-29 1
dos los utensilios de la casa de Yah-
veh, que Nabucodonosor, rey de Ba-
bilonia, tomó de este Qugar y a Ba-
bilonia transportó. 4 Y "a Jeconías,
hijo de Joaquim, rey de Judá, y a
todos los desterrados de Judá emigra-
dos a Babilonia, harélos retornar a es-
te lugar, declara Yahveh, pues que-
braré el yugo del rey de Babilonia.»
6 Mas el profeta jeremías replicó
o cm i 2
Sello de Elyakim
al profeta Ananías en presencia de
los sacerdotes y a los ojos de todo el
pueblo que se hallaba en la casa de
Yahveh. 6 Dijo el profeta Jeremías :
«¡ Amén ! ¡ Hágalo así Yahveh ! ¡ Lle-
ve a efecto Yahveh las palabras que
has vaticinado, haciendo volver de
Babilonia a este lugar los utensilios
de la casa de Yahveh y todos los
desterrados ! 7 Sin embargo, escucha,
por favor, esta palabra que pronun-
cio a tus oídos y a los de todo el
pueblo : 8 Los profetas que existieron
antes de mí y de ti desde antiguo va-
ticinaron a numerosos países y con-
tra grandes reinos guerra, calami-
dad * y peste. * Respecto al profeta
que vaticina paz, cuando se verifique
su palabra se reconocerá al profeta
que realmente envió Yahveh.»
10 Entonces cogió el profeta Ana-
nías el yugo de encima del cuello del
profeta Jeremías y lo quebró. u Y
habló Ananías en presencia de todo
el pueblo, diciendo : «Así habla Yah-
veh : De esta manera quebraré el yu-
go de Nabucodonosor, rey de Babi-
lonia, dentro de dos años, [quitándo-
lo] de sobre el cuello de todas las
naciones.» 12 Y el profeta Jeremías
marchó por su camino.
1*1 Mas, después de haber quebra-
do el profeta Ananías el yugo de en-
cima del cuello del iprofeta Jeremías,
Yahveh dirigió su palabra a Jere-
mías, diciendo : 13 «Ve v di a Ana-
nías lo siguiente : Así habla Yahveh :
Has quebrado un yugo de madera,
mas en su lugar fabricarás b un yu-
go de hierro. 14 Pues así dice Yah-
veh de los ejércitos, Dios de Israel:
Pongo un yugo de hierro sobre el
cuello de todas estas naciones para
que estén subyugadas a Nabucodo-
nosor, rey de Babilonia, y lo sirvan.
E incluso las bestias del campo le
he dado.» m Y el profeta Jeremías
dijo al profeta Ajianías : «¡Escucha,
por favor, Ananías ! Yahveh no te
ha enviado, y tú has hecho confiar
a este pueblo en la mentira. 16 Por
eso así dice Yahveh : He aquí que
yo te expulso de sobre la haz de la
tierra ; este año morirás, pues has
predicado la insurrección contra Yah-
veh.»
* Efectivamente, el profeta Ana-
nías murió aquel mismo año, en el
séptimo mes.
Carta de Jeremías a los desterrados
oq 1 Estos son los términos de la I ancianos de la cautividad, a los sacer-
carta que el profeta Jeremías dotes, a los profetas y a todo el pue-
envió desde Jerusalén al resto de los I blo que Nabucodonosor había depor-
8 Loe profetas que existieron : Oseas, Joel y Amós anunciaron siempre desgra-
cias y eran verdaderos profetas.
•Paz: salvación, felicidad...
M El yugo : se trata del de madera que Jeremías se había echado al cuello como
símbolo de la servidumbre babilónica.
a Marchó por su camino : se fué por su camino sin decir nada.
u Yugo de hierro : para significar a su pueblo que, al no querer seguir sus con-
sejos, les impondría Dios yugo más pesado, y así fué. Sedecías, tras horroroso sitio,
l>erdió a sus hijos y principales señores y fué llevado cautivo con su pueblo a Babi-
lonia, donde le arrancaron los ojos y murió.
— 1426 —
29 2-!5
JEREMÍAS
29 i6'25
tado de Jerusalén a Babilonia, 2 des-
pués de partir de Jerusalén el rey
Jeconías, la soberana, los eunucos,
los dignatarios de Judá y de Jeru-
salén, los herreros y los cerrajeros,
* [llevada] por mano de Elasá, hi-
jo de Safán, y de Guemaryá, hijo de
Jilquiyá, a quienes Sedecías, rey de
judá, "había enviado a Babilonia, don-
de Nabucodonosor, rey de Babel ; a
saber :
* «Así habla Yahveh de los ejérci-
tos, Dios de Israel, a todos los des-
terrados que he deportado de Jerusa-
lén a Baibilonia : 6 Construid casas y
habitadlas, plantad huertos y comed
su fruto, 8 tomad mujeres y engen-
drad hijos e hijas, y tomad mujeres
para vuestros hijos, y dad vuestras
hijas a esposos para que den a luz
hijo» e hijas, y multiplicaos allí y
no decrezcáis. 7 Procurad la prospe-
ridad de la nación adonde os he
deportado y rogad por ella a Yah-
veh, pues de su prosperidad depen-
derá la vuestra. 6 a Porque así habla
Yahveh de los ejércitos, Dios de Is-
rael : No os seduzcan vuestros profe-
tas que están entre vosotros, ni vues-
tros adivinos, y no prestéis atención
a los sueños que ellos sueñan b; ' pues
con falsía os profetizan en mi nom-
bre. No los he enviado, afirma Yah-
veh. 10 Porque así dice Yahveh : En
verdad, transcurridos para Babilonia
setenta años, os visitaré y cumpliré
en vosotros mi promesa venturosa,
tornándoos a este lugar. 11 Porque yo
sé los designios que sobre vosotros
vengo meditando, afirma Yahveh,
designios de bienandanza y no de
desventura, para concederos un por-
venir y una esperanza. 12 Me invoca-
réis c y partiréis c, y me suplicaréis
y os escucharé ; 13 me buscaréis y me
hallaréis, si me rebuscáis de todo co-
razón. M Me dejaré encontrar de vos-
otros, declara Yahveh, y haré volver
a vuestros desterrados y os juntaré
de todas las naciones y de todos los
lugares adonde os haya rechazado,
dice Yahveh, y os tornaré al sitio de
donde os deporté.
16 d Pues habéis dicho : Yahveh nos i
ha suscitado profetas en Babilonia.
18 Porque así habla Yahveh respecto
al monarca que se sienta sobre el
trono de David y acerca de todo el
pueblo que habita en esta ciudad,
vuestros hermanos que no salieron
con vosotros al destierro ; 17 así ha-
bla Yahveh de los ejércitos : He aquí
que yo envío contra ellos la espada,
el hambre y la peste ; los convertiré
en higos detestables, que no pueden
comerse de malos. u Y los persegui-
ré con la espada, el hambre y la pes-
te, y los trocaré en objeto de terror
para todos los reinos de la tierra, en
maldición, horror, mofa y oprobio
entre todas las naciones donde los
habré expulsado ; 19 en castigo de que
no escucharon mis palabras, afirma
Yahveh, pues les envié a mis siervos
los iprofetas muy pronto y sin cesar
y no quisieron escuchar, declara Yah-
veh. ■ Pero vosotros atended a la pa-
labra de Yahveh, todos los desterra-
dos que yo envié de Jerusalén a Ba-
bilonia.
a Así habla Yahveh de los ejérci-
tos, Dios de Israel, respecto a Ajab,
hijo de Qolayá, y a Sedecías, hijo de
Maaseyá, que os vaticinan mentira
en mi nombre : «He aquí que yo los
entregaré en manos de Nabucodono-
sor, rey de Babilonia, que los hará
matar a vuestros ojos ; 22 y de ellos
se derivará la imprecación proverbial
entre todos los desterrados de Judá
que se hallan en Babilonia, a saber :
« ¡ Haga Yahveh contigo como con
Sedecías y con Ajab, a quienes el rey
de Babilonia tostó al fuego!» 23 Por
cuanto que obraron lo que en Israel
se juzga crimen vilísimo, y cometie-
ron adulterio con las mujeres de sus
compañeros, y pronunciaron en mi
nombre palabras falsas e que yo no
les había ordenado decir ; tan cierto
como yo lo sé y soy de ello testigo,
declara Yahveh. j
24 Y a Semayahu, el nejelamita,
di ' : 28 Así habla Yahveh de los ejér-
citos, Dios de Israel, a saber: «Pues-
to que has enviado en tu nombre
cartas a todo el pueblo que mora en
Jerusalén y al sacerdote Sofonías, hi-
po 2 La soberana : aquí la reina madre.
r" 10 Mi promesa venturosa : e. d., mi promesa de liberación.
" Um porvenir y una esperanza : o bien, un porvenir esperanzador.
** El trono de David : se menciona aquí por creer los judíos de Babilonia que no
ítría destruido, ilusión que combate el profeta en el v. siguiente.
"Quisieron: lit., quisisteis.
— 1427 —
29 -i; 30 11
JEKÉMÍAS
29 30-30 n
jo de Maaseyá, y a todos. los sacer-
dotes, diciendo : 26 Yahveh te ha ins-
tituido sacerdote en lugar del sacer-
dote Yehoyadá, para que ejerzas la
inspección en la casa de Yahveh res-
pecto a todo demente que se las echa
de profeta, y lo metas en el cepo y
en prisión. -: Ahora, pues, ¿ por qué
no has prohibido actuar a Jeremías
de Anatot, que se os hace pasar por
profeta ? ai Ya que nos ha remitido
un mensaje a Babilonia, diciendo :
«I Es cosa larga, edificad casas y ha-
bitadlas, plantad huertos y comed su
fruto!» 29 Y el sacerdote Sofonías le-
yó esta carta aQ profeta Jeremías,
*" y dirigiósele a Jeremías la palabra
de Yahveh, diciendo: 31 «Envía a de-
cir a todos los desterrados : Así ha-
bla Yahveh respecto a Semayá de
Nejelam : Por cuanto Semayá os ha
profetizado sin que yo le haya en-
viado y os ha hecho confiar en la
mentira, B por eso así afirma Yah-
veh : He aquí que castigaré a Se-
mayá, el nejelamita, y a su descen-
dencia ; ninguno de los suyos seguirá
habitando en medio de este ¡pueblo
ni verá * el bien que a mi pueblo
voy a hacer — declara Yahveh — , por-
que ha predicado la rebeldía contra
Yahveh.»
Promesa de restauración de Israel
*-íO 1 [^-sta es^ ^a palabra que fué
dirigida a Jeremías de parte de
Yahveh, a saber : - oAsí habla Yah-
veh, Dios de Israel : Escríbete en un
libro todas las palabras que te he
dicho ; 3 porque he aquí que vienen
días, afirma Yahveh, en que haré
volver a los desterrados de mi pue-
blo Israel y Judá, dice Yahveh, y lo
haré tornar a la tierra que di a sus
padres, y la poseerán.»
1 Estas son las apalabras que ha pro-
nunciado Yahveh acerca de Israel y
Judá. " a Pues así ha dicho Yahveh » :
¡Griterío de terror hemos oído, j espanto infausto!
" Preguntad y ved | si pare un macho.
c Por qué, pues, veo a todo varón |
con las manos sobre los ríñones, cual parturienta,
y se han vuelto intensamente pálidos todos los rostros ? ¡
■ ¡ Ay ! ¡ Qué grande es aquel día ! | No hay otro semejante ;
tiempo de angustia para Jacob, ¡ mas de él será liberado.
* En aquel día, dice Yahveh de los
ejércitos, sucederá que quebraré su
yugo de encima de tu ,J cuello y tus 0
coyundas romperé, y no le somete-
rán más los extranjeros, * antes ser-
virán a Yahveh, su Dios, y a David,
su rey, que yo les suscitaré.
1U Pero tú uo temas, siervo mío Jacob — dice Yahveh
ni te espantes, Israel,
pues he aquí que yo te salvo de país lejano J
y a tu progenie de su tierra de cautiverio ;
y regresará Jacob y reposará, ¡
y vivirá tranquilo, sin que haya quien lo aterre.
" Porque yo estoy contigo, d dice Yahveh d, para salvarte ;
pues aniquilaré a todas las naciones | entre las cuales te he dispersado ;
* I.kyü esta carta ! para poner a .Uremias al tanto de las intrigáis que en Itabilo-
n ¡a urdían los falsos profetas.
qft 6 Si pare un macho : equivale a decir : si es imposible que dé a luí un hombre,
<J" < por que se lamentan los caldeos cual si padecieran dolores de parto í Refiérese
el profeta al terror que se apoderará del pueblo babilónico al ver dentro de sus muros
a los medos y persas.
• A David, su rey : e. d., el Mesías, descendiente de dicho monarca.
11 Con arreglo a justicia : o bien, con medida.
30 12-31 2
JEREMÍAS
30 12~31 2
cin embargo, a ti no le exterminaré, |
sino que te castigaré con arreglo a justicia |
y no te dejaré impune en modo alguno.
'- Pues así habla Yahveh :
Incurable es tu herida, | fatal tu llaga.
M No hay quien defienda tu causa, procurando a la úlcera remedio 0 ; ]
no tienes curación.
" Todos tus amantes te han olvidado, j no se cuidan de ti ;
pues te he herido con herida de enemigo, Icón castigo cruel,
f i>or tu gran culpa '■ | [pues] se han hecho numerosos tus pecados.
13 ¿Por qué gritas con motivo de tu herida? | Incurable es tu dolor.
Por tu gran culpa, [pues] se han hecho numerosos tus pecados, |
le he producido tales cosas.
" Pero cuantos te devoran serán devorados, |
y todos tus adversarios ¡partirán al cautiverio,
y todos tus saqueadores serán saqueados, |
y a todos tus despojadores entregaré al despojo.
" Ciertamente, te restituiré tu salud |
y tus heridas te curaré — dice Yahveh — ;
pues te llamaron «desterrada», ' Sión h «la de quien nadie se cuida».
* Así dice Yahveh :
He aquí que yo haré volver a los desterrados de las tiendas de Jacob, |
y de sus moradas tendré compasión,
y será reedificada la ciudad sobre su teso de ruinas, |
y el palacio en su lugar habitual se asentará.
" Y saldrán de ellos cantos de alabanza | y voces de gente jubilosa.
Los multiplicaré y ya no menguarán, | los honraré y no serán poca cosa.
-"' Sus hijos serán como en flo pasado ; ¡
su comunidad se mantendrá firme ante mí,
y castigaré a todos sus opresores. | 21 Su caudillo procederá de ella,
y su soberano de en medio de ella saldrá ; |
le mandaré acercarse y se allegará a mí,
portille ¿quién es el que, "si no, osaría | a mí acercarse? — dice Yahveh.
Vosotros seréis mi ipueblo | y yo seré vuestro Dios.
a He aquí que el huracán de la ira de Yahveh se desencadena |
v una tempestad se desata \
sobre la cabeza de los impíos se precipita. |
No volverá atrás la cólera de Yahveh hasta que ejecute y lleve a efecto |
los designios de su corazón ;
al fin de los tiempos | adquiriréis de ello inteligencia.
Restauración y nueva alianza
ot 1 En aquel tiempo — afirma Yahveh I
'J*- constituiré el Dios de todos los linajes de Israel
v ellos constituirán mi pueblo.
- Así habla Yahveh :
Halló gracia en el desierto | el pueblo escapado de la espad:
"Quien dehindí tu causa: e. d.¡ se encargue de curar tu mal; Jf.it c. Duhra y
Otros consideran add. tales palabras de H.
17 Desterrada : o bien, repudiada, arrojada, como otros prefieren.
B Su lugar habitual o acostumbrado : así prb. ; otros, «según su norma», etc.
21 Su caudillo: según unos, refiérese el profeta a Zorobabel ; según los más,, a
.lesu-Cristo, de quien aquél es figura.
a-a cf. 23l 19-20. Aqui add., según Kit (cf.).
41 Adquiriréis de ello inteligencia : lo reconoceréis, os convenceréis de ello.
O-l 1 Este capítulo es el más importante del libro, pues viene a decir el profeta que,
libre de las promesas hechas a su pueblo, va a hacer una alianza nueva con los
hombres, que abrazará a todo el mundo.
— 1439 —
31 3-20
JEREMÍAS
313-20
marchó a su reposo Israel. | 3 De lejos se me a apareció Yahveh [diciendo] :
Te he amado con amor eterno, | por eso te he guardado misericordia.
' De nuevo te construiré y serás reedificada, | ¡ oh doncella de Israel !
De nuevo te adornarás con tus adufes |
y saldrás a la danza en corro de los jubilosos.
• De nuevo plantarás viñas | en las montañas de Samaría ; |
plantarán los plantadores y comenzarán a disfrutarlas.
' Pues vendrá día en que gritarán los centinelas | en la montaña de Efraím :
«¡ Levantaos y subamos a Sión, | a Yahveh, nuestro Dios !»
' Porque así habla Yahveh :
Exultad por Jacob con alegría, | alborozaos por la cabeza de las naciones, |
publicad, alabad y exclamad :
¡Yahveh ha salvado a su b pueblo,
el residuo de Israel ! | 8 He aquí que yo los traigo de la tierra del norte |
y los congrego de los confines de la tierra ;
entre ellos el ciego y el cojo, la embarazada y la parturienta juntamente, |
una gran comunidad que vuelve aquí.
• Con llanto vendrán | y con consolaciones c los guiaré ;
los llevaré a los arroyos de las aguas ¡
por un camino recto, donde no den traspiés ;
pues vuelvo a ser ipara Israel un padre, | y Efraím es mi primogénito.
10 Escuchad la palabra de Yahveh, ¡oh naciones!, |
y anunciadla en las islas lejanas
y decid :
El que ha dispersado a Israeil lo reúne ] y lo guarda como un pastor su grey.
"Ciertamente, Yahveh redimió a Jacob'l
y lo rescató de manos de uno más fuerte que él.
" Y' ellos vendrán y exultarán en el monte d de Sión |
y afluirán a los bienes de Yahveh :
al trigo, al vino y al aceite, | y a las crías del ganado menor y la vacada ;
y su alma será cual huerto bien regado, ] v no volverán ya a languidecer.
" Entonces se alegrará la doncella en lia danza en corro |
y a una los jóvenes y los ancianos ;
y trocaré su duelo en gozo |
y los consolaré y los alegraré después de su tristeza.
" Y" empaparé de grosura el alma de los sacerdotes, |
v mi pueblo se saciará de mis bienes — declara Yahveh.
" Así dice Yahveh :
Ovese una voz en Ramá, un lamento, | un llanto amargo ,
Raquel llora a sus hijos, | ha rehusado ser consolada
por sus hijos, pues ya no existen. ] " Así habla Yahveh :
Impide a tu voz el llanto | y (las lágrimas a tus ojos,
pues tu trabajo tendrá su galardón — e dice Yahveh e, |
y volverán del país enemigo.
" Hay esperanza para tu porvenir — afirma Yahveh ; |
regresarán tus hijos a su territorio.
™ He oído bien a Efraím lamentarse de sí :
« ¡ Me has castigado, y bien castigado he sido, | como novillo indómito ;
haz me vuelva y me volveré, | pues tú eres Yahveh, mi Dios.
Porque, después de haberme desviado, | de nuevo me he arrepentido,
y después de haber sido aleccionado, | me he golpeado las caderas,
me he cubierto de vergüenza y también de confusión, |
pues soporto el oprobio de mi mocedad.»
" ¿Es Efraím para mí un hijo querido, | niño de [mis] delicias?
Pues cuantas veces le amenazo, f me vuelvo a acordar bien de él ;
por eso mis entrañas por él se conmueven, |
y he de tener de él piedad — afirma Yahveh.
» En Ramá : San Mateo (2, 17-18) cita este texto.
M Me he golpea pq las caderas : en acto de penitencia.
— 1430 —
31 21-37
JEREMÍAS
31 21 -37
n Plántate piedras miliarias, | colócate hitos,
considera bien la calzada, | el camino que anduviste.
Vuélvete, ¡ oh virgen de Israel !, | regresa a estas tus ciudades.
= ¿ Hasta cuándo has de permanecer lejos, | oh hija renegada ?
Pues Yahveh ha creado una cosa nueva en la tierra : |
la mujer rodeará al varón.
M Así habla Yahveh de los ejérci-
tos, Dios de Israel : Aun ha de de-
cirse esta afirmación en la tierra y
sus ciudades cuando vuelva yo a sus
desterrados: «¡Yahveh te bendiga,
oh morada de justicia, montaña san-
ta!» * Allí habitarán Judá y todas
sus ciudades juntamente, los labra-
dores y los que guían los rebaños.
38 Pues yo apagaré la sed del alma
desfallecida y a toda alma languide-
ciente henchiré. 28 Por eso me des-
perté y miré, y mi sueño habíame
sido dulce.
27 He aquí que llegan días, afirma
Yahveh, en que sembraré la casa da
Israel y la casa de Judá con simien-
te de hombres y simiente de bestias,
88 y conforme he velado sobre ellos
para extirpar, y ¡para derruir, y para
demoler, y para arruinar, y para da-
ñar, así velaré sobre ellos para cons-
truir y para plantar, declara Yahveh.
39 En aquellos días no se dirá más :
«Los padres comieton agraces, ]
y los dientes de los hijos han tenido dentera»
pués de aquellos días, declara Yah-
veh : pondré mi ley en su interior
y la escribiré en su corazón y cons-
tituiré su Dios y ellos constituirán
mi pueblo. ** Y no necesitarán ins-
truirse los unos a los otros, ni el
hermano a su hermano, diciendo :
« ¡ Conoced a Yahveh ! » , pues todos
ellos me conocerán, desde el más pe-
queño al mayor, afirma Yahveh ; por-
que perdonaré su culpa y sus peca-
dos no recordaré más.
38 Así dice Yahveh :
"sino que cada cual por su propia
culpa morirá ; cada hombre que co-
ma agraz padecerá dentera.
M He aquí que vienen días, afirma
Yahveh, en que pactaré con la casa de
Israel 1 y la casa de Judá f una alian-
za nueva. 52 No como la alianza que
pacté con sus padres el día en que
les agarré de la mano para sacarlos
del país de Egipto ; pues ellos han
quebrantado mi alianza, habiéndome
yo desposado con ellos, afirma Yah-
veh. "* Pero éste será el pacto que yo
concertaré con la casa de Israel des-
«Quien ha establecido el sol para luz del día, |
las leyes de ila luna y. las estrellas para luz de la noche ;
quien fustiga al mar de suerte que mugen sus olas, |
Yahveh de los ejércitos es su nombre.
w Si dejaran de regir estas leves | en mi presencia — afirma Yahveh — ,
también la posteridad de Israel cesará |
de ser nación ante mí perpetuamente.»
" Así afirma Yahveh :
«Si pudieran medirse los cielos por arriba |
y sondear los fundamentos de la tierra por abajo,
también yo rechazaría toda la progenie de Israel, |
<por cuanto han hecho», declara Yahveh.
» La mujer rodeará al varón: parece quiere decir que Israel, la esposa antes in-
fiel, circundara (cortejará, dará vueltas con fe y amor en torno) al varón e d a
\ahveh, su esposo. Muchos exegetas católicos (San Jerónimo, Santo Tomás ' etc ) in-
terpretan el pasaje como una profecía del misterio de la Encarnación Reciente-
mente, el señor Nácar (Est. Bíbl., i, 1942, 405 ss.) propone, con Reinke y otros la
interpretación siguiente : Dios creará situación de tal paz v seguridad que en la
marcha hacia la patria las mujeres no irán rodeadas y protegidas por los hombres,
sino que caminarán tranquilas en torno suyo.
'» Cada cual por su propia culpa : significa que los hijos no serán ya castigados por
propCiosr'apecadoSsUS durante la cautivid*d, sino que cada uno expiará sus
»:» Vienen días : San Pablo (Kebr. 8, 8-43) descubre en esta promesa la alianza
cristiana. Estos versículos forman el más hermoso pasaje de todo el libro.
— 1431 —
31 ss-32 »
JEREMÍAS
32 9 «
"H« aquí que llegan días, afirma
Yahveh, en que será reedificada la
ciudad para Yahveh, desde la torre
de Janamel hasta « la puerta del An-
gulo. 33 Y el cordel de medir prose-
guirá derecho hasta el collado de
Gareb y se volverá hacia Goá. 40 Y
todo el valle de los cadáveres y de
la ceniza y el campo de muerte » en-
tero hasta el torrente Cedrón, hasta
el ángulo de la puerta de los Caba-
llos_ por oriente, serán consagrado-
a Yahveh : no serán demolidos ni
derruidos jamás.
Simbólico rescate de una heredad familiar de J<
'JO 1 Palabra que fué dirigida a Je-
J¿1 remías por parte de Yahveh el
año décimo de Sedecías, rey de Ju-
dá, o sea el año decimoctavo de Na-
bucodonosor. - Efl ejército del rey de
Babilonia sitiaba a la sazón Jerusa-
lén, y el profeta Jeremías hallábase
encerrado en el patio de la cárcel
que había en el palacio real de Ju-
dá ; 3 pues habíale recluido Sedecías,
rey de Judá, diciendo : «¿ Por qué
profetizas en estos términos: Así ha-
bla Yahveh : He aquí que yo entre-
go esta ciudad en manos del rey de
Babilonia, quien la tomará ; ' y Se-
decías, rey de Judá, no escapará de
manos de los caldeos, sino que será
entregado sin remedio en poder del
monarca babilónico, que hablará con
él boca a boca y sus ojos contempla-
rán los de él ; 6 y conducirá a Sede-
cías a Babilonia" y allí estará hasta
que yo lo visite?, afirma Yahveh.
Aunque combatáis contra los caldeos,
no tendréis éxito.»
6 Y afirmó Jeremías : «Me ha sido
dirigida la palabra de Yahveh, di-
ciendo : ' He aquí que Janamel, hijo
de tu tío Sal lum, viene a ti para de-
cirte : Cómprate el campo que tengo
en Anatot, pues te corresponde el
derecho de rescate para adquirirlo.»
* Y Janamel, hijo de mi tío, llegó
donde mí, según la palabra de Yah-
veh, al patio de la prisión, y díjo-
me : «Cómprate el campo que tengo
en Anatot, a situado en el país de
Benjamín a, ya que te corresponde
el derecho de propiedad y el de res-
cate ; adquiérelo, para ti.» Y com- I
prendí que era la palabra de Yah-
veh. "Compré, pues, a Janamel, hijo
de mi tío, el campo radicado en Ana-
tot, y le pesé el dinero, diecisiete si-
dos de plata. 10 Luego consigné [el
contrato] en una carta de compra, lo
sellé, requerí testigos y pesé el di-
nero en la balanza. " Tomé asimis-
mo ila carta de la compra, el docu-
mento sellado cok las estipulaciones b
y la carta abierta. " Y di la carta
de compra a Baruk, hijo de Neriyyá,
hijo de Majseyá, en presencia de Ja-
namel, hijo de mi tío, y en presencia
de los testigos que habían subscrito
el documento de la compra [y] a los
ojos de todos los judíos que se en-
contraban en el patio de la cárcel.
13 Y en presencia de ellos di encargo
a Baruk, diciendo : M Así habla Yah-
veh de los ejércitos, Dios de Israel :
Toma estas cartas, este documento
de la compra sellado0, y esta carta
abierta, y colócalos en una vasija de
barro, a fin de que se conserven por
muchos días. 15 Pues así dice Yah-
veh de los ejércitos, Dios de Israel :
Aun se comprarán casas, campos y
viñas en este país.
36 Después que hube entregado el
documento de la compra a Baruk,
hijo de Neriyyá, rogué a Yahveh.
diciendo: "«¡Av, Señor, Yahveh!
Mira, tú has hecho el cielo y la tie-
rra mediante tu ^ran poder y tu bra-
zo extendido. ¡ No existe cosa algu-
na demasiado difícil para ti ! 18 Tú
otorgas el favor a millares y retri-
buyes la culpa de los padres sobre
el seno de los hijos después de ellos.
32
; 1)1 UKII
'* Vasija
LA A BOCA V SUS OJOS CONTEMPLARAN los DE ÉL : e. «., I
,-erá cara a cara,
lit., goelado; cf. Lev. 25, 23, nota, v Rut -t, 4.
la orden.
in número de estos vasos» con sus correspondiente*
sido hallados metidos en vasos parecidos.
c hablará
— 1432 —
32 !9 30
JEREMÍAS
32 31-42
¡ oh Dios grande y fuerte, cuyo nom-
bre es Yahveh de los ejércitos ! ;
* grande en consejo y ipoderoso en
obra, cuyos ojos están abiertos 60-
l>re todos los caminos de los hijos
del hombre para retribuir a cada
uno con arreglo a su proceder y se-
gún el fruto de sus obras ; 30 tú que
hiciste prodigios y milagros en el
país de Egipto hasta este día, en
Israel y en los [otros] hombres, y
te has creado un nombre, como al
presente sucede ; a y sacaste a tu
pueblo del país de Egipto con pro-
digios y milagros y mano poderosa
y brazo extendido, "infundiendo gran
terror, * y les diste este país, con-
forme habías jurado a sus padres
les darías, tierra que mana leche y
miel. Y vinieron y tomaron de
ella posesión, mas no escucharon tu
voz ni caminaron según tu ley ; na-
da de cuanto les habías ordenado
hacer practicaron, y has llamado con-
tra ellos toda esta desventura. M He
aquí que los terraplenes de asedio
llegan va a la ciudad para tomarla
y la ciudad va a ser entregada en
manos de los caldeos, que la com-
baten por la espada, el hambre y la
peste. Lo que anunciaste se ha ve-
rificado, y he aquí que tú lo ves.
'•*'• Sin embargo, tú me has dicho, ¡ oh
Señor, Yahveh : 'Cómprate median-
te dinero el campo y toma testigos';
¡ y la ciudad ha sido entregada en
mano de los caldeos!»
28 Entonces dirigióse la palabra de
Yahveh a Jeremías11, diciendo : 31 «He
aquí que yo soy Yahveh, el Dios de
todos los mortales. ¿ Existe alguna
cosa sobrado difícil para mí ? 28 Por
esto así habla Yahveh : Ye ahí que
entrego esta ciudad en manos de los
caldeos y en las de Xabucodonosor,
rey de Babilonia, quien la tomará.
" Y vendrán los caldeos que pelean
contra esta ciudad y la prenderán
fuego y la incendiarán, juntamente
con las casas sobre cuyos terrados
se ha quemado sacrificio a Baal y
se han vertido libaciones a dioses
extraños, para enojarme. 50 Porque
los hijos de Israel y los de Judá tan
sólo lo malo hacían a mis ojos des-
de su juventud ; e ciertamente, los
hijos de Israel no hacen sino irri-
tarme con las obras de sus manos,
afirma Yahveh e. 31 Pues esta ciu-
dad, desde el día que la edificaron
hasta el día de hoy, me ha ocasio-
nado ira y furor [continuos], de
suerte que la tenga que hacer des-
aparecer de ante mi rostro, 53 por
todo lo malo que los hijos de Israel
y los hijos de Judá han obrado para
ofenderme, así ellos como sus reyes,
sus dignatarios, sus sacerdotes y sus
profetas, y los hombres de Judá y
los habitantes de Jerusalén. 33 Y me
han vuelto la espalda y no el ros-
tro, y aunque les he instruido ' des-
de muy temprano y sin cesar, ellos
no han querido escuchar, aceptando
la corrección. s* Y emplazaron sus
abominaciones en el templo donde
se invoca mi nombre, para profa-
narlo. 33 Y construyeron los lugares
altos de Baal que se hallan en el va-
lle de Ben-Hinnom, para hacer pa-
sar [por el fuego] a sus hijos e hi-
jas en honor de Molok, lo cual no
les había ordenado, ni había cruzado
por mi mente que se cometiera tal
abominación a fin de inducir a pe-
car a Judá.»
m Ahora, pues, por eso Yahveh,
Dios de Israel, dice así acerca de es-
ta ciudad, de la que vosotros afir-
máis : «Ha sido entregada en ma-
nos del rey de Babilonia por medio
de la espada, el hambre y la peste» :
31 He aquí que yo los congregaré de
todos los países adonde les haya ex-
pulsado en mi cólera, mi furor y mi
gran indignación ; los volveré a este
lugar y los haré habitar en seguri-
dad. 38 Y serán mi pueblo y yo seré
su Dios, 59 y les daré un solo corazón
y un solo camino, para que me te-
man reverentemente todos los días,
en bien suyo y de sus hijos después
de ellos. M- Y concertaré con ellos un
pacto eterno ; no cesaré de benefi-
ciarlos, e infundiré mi temor en su
cora/ón para que no se aparten de
mí. 41 Cifraré mi gozo en hacerles
bien y los plantaré en este país leal-
mente, con todo mi corazón y toda
mi a'ma. 42 Pues así habla Yahveh :
«Conforme atraje sobre este pueblo
toda esta gran desventura, así atrae-
84 Abominaciones : e. d., los ídolos. || Donde se invoca mi nombre : o bien, »que es
denominada con mi nombre», como vierten otros.
40 Y concertark : estas mismas promesas fueron renovada^ por Nuestro Señor en
términos algo diferentes.
— 1433 —
32 43-33 9
JEREMÍAS
33
ré sobre ellos toda la felicidad que
les prometo.» 43 Se adquirirán cam-
pos en este ipaís, del cual afirmáis :
«Es una desolación sin hombres y
sin ganado ; ha sido entregado en
mano de los caldeos.» 44 Comprarán-
se campos mediante dinero, y se
consignará [la compra] en documen-
to, y se sellará y lo testificarán los
testigos, en el territorio de Benja-
mín y en los alrededores de Jerusa-
lén, en las ciudades de Judá, en las
ciudades de la montaña, en das ciu-
dades de la llanura y en las ciuda-
des del Négueb; porque haré regre-
sar a los desterrados, declara Yah-
veh.
Confírmanse las promesas de salvación futura
oq 'Y por segunda vez tuvo lu-
°° gar la palabra de Yahveh a Je-
remías, hallándose él todavía ence-
rrado en el patio de la cárcel, en
estos términos : 2 «Así habla Yah-
veh, el hacedor de la tierra y a quien
la ha formado, dándole sólida per-
manencia ; Yahveh es su nombre.
* Llámame y te responderé y te
anunciaré cosas magnas y recóndi-
tas que no conoces. 4 Pues así dice
Yahveh, Dios de Israel, respecto a
las casas de esta ciudad y a las ca-
sas de los reyes de Judá derruidas,
b acerca de los baluartes y la espa-
da, 6 de quienes vienen a combatir
con los caldeos b, y para henchirlas
con los cadáveres de los hombre-;
que herí en mi cólera y furor y por
cuya maldad toda he apartado mi
rostro de esta ciudad : 6 He aquí que
yo les c restituiré la salud y los cu-
raré y sanaré y les descubriré abun-
dancia de paz y verdad. 1 Y haré
tornar a los desterrados de Judá y a
los desterrados de Israel y los re-
construiré como al principio. 8 Los
purificaré asimismo de toda la ini-
quidad con que pecaron contra mí y
les perdonaré todas las culpas que
contra mí cometieron y con que me
fueron infieles. 8 Y ella constituirá
para mí renombre, gozo, alabanza y
gloria respecto a todas las naciones
de la tierra, que oirán todo el bien
que yo he de hacer [a mi pueblo],
y quedarán espantados y turbados
por todo el bien y toda la paz que
yo le he de hacer!»
10 Así dice Yahveh : «En este lu-
gar, del que vosotros afirmáis : «Es
una_ desolación sin hombres y sin
bestias», y en las ciudades de Judá
y las calles de Jerusalén, [hoy] de-
soladas, sin gente, sin habitantes ni
bestias, aun se han de oír u voces
de alborozo y alegría, los cantos del
esposo y de la esposa, la voz de
quienes exclaman: «¡Load a Yah-
veh de 'los ejércitos, porque bueno
es Yahveh, porque su misericordia
es eterna!», de quienes aportan sus
ofrendas a la casa de Yahveh ; por-
que yo volveré a los desterrados del
país como anteriormente», afirma
Yahveh.
12 Así dice Yahveh de los ejérci-
tos : Todavía ha de haber en este
lugar, [hoy] desierto, sin hombres
ni bestias, y en todas sus ciudades,
pastizales de pastores que hacen ses-
tear el rebaño. 13 En las ciudades de
la montaña, en las ciudades de la
llanura, en las ciudades del Négueb,
48 Se adquirirán campos: con ello quiere dar a entender que las presentes calami-
dades son pasajeras.
44 Montaña... llanura (o Sefelá)... Négueb : ya indicamos antes que eran las tres
partes principales del territorio de Judá. El Négueb o Mediodía corresponde a la re-
cién desértica del sur de Palestina.
qq 4 Acerca de los baluartes v la espada... : ales, interpretan cpara baluartes y para
la espada (otros, «para brechas»). Vienen a combatir...».
0 Abundancia de paz y verdad : o de paz duradera ; otros, «la riqueza de perma-
nente bienestar» (Bibl. Bonn), o «una época de redención, de permanente bienes-
tar» ÍBibl. Tub.).
7 Los reconstruiré : e. d., volveré a hacer su situación próspera y estable.
• Ella : e. d., Jerusalén.
— 1434 —
33 i*-34 3
JEREMÍAS
33 21-34 7
en el país de Benjamín, en los alre-
dedores de Jerusalén y en las ciuda-
des de Judá aun ha de pasar el ga-
nado menor por las manos de quien
lo recuenta, dice Yahveh.
" He aquí que llegan días, afirma
Yahveh, en que he de cumplir la
halagüeña promesa que di a la casa
de Israel y a la casa de Judá. * En
aquellos días y aquel tiempo suscita-
ré a David un vástago justo que
ejercitará el derecho y la justicia en
el país. " En tales días, Judá será
salvada v Jerusalén habitará en se-
guridad y éste será el nombre d con
que se la llamará : «Yahveh, nues-
tra justicia».
" Pues así dice Yahveh : «No le
faltará a David varón que se siente
sobre el trono de la casa de Israel ;
™ y a los sacerdotes levitas no les
faltará un varón a mi servicio que
ofrezca holocaustos y queme obla-
ción v haga sacrificios todos los
días.» '
n Y tuvo lugar la palabra de Yah-
veh a Jeremías, diciendo : 30 «Así
habla Yahveh : Si pudiere romper-
se 8 mi pacto con el día y mi pacto
con la noche, para que día f y noche
no tengan lugar a su debido tiempo,
21 entonces se podrá romper también
mi pacto con David, mi siervo, pri-
vándole de tener un hijo que rei-
ne sobre su trono, y con los levitas
sacerdotes, mis ministros. * Como
no puede contarse el ejército de los
cielos ni medirse la arena del mar,
así multiplicaré la descendencia de
David, mi siervo, y los levitas, que
me sirven.» 's Y dirigiósele a Jere-
mías la palabra de Yahveh, dicien-
do : 24 «¿ No has visto lo que este
pueblo habla, a saber : Yahveh ha
rechazado a las dos familias que ha-
bía escogido y las ha menosprecia-
do ; y ellos desprecian a mi pueblo
de tal suerte que a sus ojos ya no
constituye nación ?»
20 Así habla Yahveh : «Si no he ce-
lebrado pacto con el día f y la noche
ni las leyes del cielo y de la tierra
he fijado, 26 entonces también recha-
zaré a la descendencia de Jacob y de
David, mi siervo, no tomando de su
progenie soberanos para la raza de
Abraham, de Isaac v de Jacob ; pues
haré volver a sus desterrados y me
apiadaré de ellos.»
Predicción de la suerte de Sedecías. La manumisión
de esclavos
o A 1 La palabra que se dirigió a
Jeremías por parte de Yahveh
mientras Nabucodonosor, rey de Ba-
bilonia, y todo su ejército, y todos
los reinos de la tierra sometidos a
su imperio, y todos los pueblos com-
batían contra Jerusalén y contra to-
das sus ciudades, a saber :
2 Así dice Yahveh, Dios de Is-
rael : Ve y habla a Sedecías, rey de
Judá, y dile : A.sí afirma Yahveh :
He aquí que yo entrego esta ciudad
en manos del rey de Babilonia, que
la prenderá fuego. * Y tú no te li-
brarás de 6U mano, sino que serás
preso sin remedio y en su poder en-
tregado, y tus ojos contemplarán los
ojos del rey de Babilonia ; su boca
hablará a tu boca, y a Babilonia
irás. * Sin embargo, escucha la pa-
labra de Yahveh, ¡ oh Sedecías !, rey
de Judá : Así dice Yahveh acerca
de ti : No morirás a espada ; 5 en
paz morirás, y de igual suerte que
quemaron perfumes para tus padres,
los reyes antiguos que te precedie-
ron, así los quemarán en honor tuyo,
y «¡ay, Señor!», plañirán por ti.
Ciertamente, yo mismo he anuncia-
do e^a palabra, declara Yahveh.
6 Y el profeta Jeremías profirió a
Sedecías, rey de Judá, todas estas
palabras en Jerusalén, ' mientras el
ejército del rey de Babilonia comba-
"~M G lo omite.
"««Cf. 23, s-6.
IS Y a los sacerdotes : estas promesas se refieren no al sacerdocio judío, hace
tiempo extinguido, sino al eterno de Jesu-Cristo, ejercido por sí y sus ministros.
34
En paz morirás : se cumplió la profecía al pie de la letra.
RESTANTES: e. d., que aun quedaban fortificadas; otros, tque resistían aúm
34 8-16
JEREMÍAS
tía contra Jerusalén y contra todas
las ciudades de Judá restantes, con-
tra Lakís y Azeqá ; pues [sólo] ellas
habían quedado como ciudades for-
tificadas entre las ciudades de Judá.
8 Palabra que se dirigió a Jeremías
de parte de Yahveh, después de ha-
ber pactado el rey Sedecías un com-
promiso con todo el pueblo que en
Jerusalén había para proclamar una
manumisión, 9 dejando cada uno li-
bres a sus esclavos y esclavas he-
breos, a fin de que nadie tuviese so-
metido a servidumbre a ningún ju-
dío, hermano suyo. 20 Todas las au-
toridades y todo el pueblo que ha-
bían entrado en el compromiso de
manumitir a sus respectivos siervos
y siervas para que no les estuviesen
más sujetos, obedecieron y los eman-
ciparon. 11 ¡Nías luego se volvieron
atrás e hicieron tornar a los siervos
y siervas que habían dejado libres y
los sometieron a servidumbre como
esclavos y esclavas.
12 Y tuvo lugar la palabra de Yah-
veh a Jeremías, de parte de Yahveh,
diciendo : 13 «Así dice Yahveh, Dios
de Israel : Yo pacté alianza con
vuestros padres el día que los saqué
del país de Egipto, de la casa de la
esclavitud, en estos términos : 14 Al
cabo de siete años, cada uno dejaréis
libre a vuestro hermano hebreo que
os hubiere sido vendido ; te servirá
durante seis años y luego le dejaras
partir libre de tu casa. Mas vuestros
padres no escucharon ni prestaron
su oído. 15 Y hoy habéis vuelto a ha-
cer lo recto a mis ojos, proclamando
cada uno la manumisión en pro de
su compañero ; y habéis sellado un
pacto ante mí en la casa donde mi
nombre se invoca. M Pero os habéis
vuelto atrás y halléis profanado mi
nombre ; pues habéis hecho tornar
cada uno a vuestro siervo y vuestra
sierva, cuyas personas habíais deja-
do libres, y las habéis forzado a ser-
viros como esclavos v esclavas.
11 Por eso, así dice' Yahveh : Vos-
otros no me habéis escuchado, pro-
clamando la manumisión cada uno a
favor de su compatriota y cada uno
en pro de su compañero ; he aquí
que yo proclamo respecto a vosotros
la manumisión, declara Yahveh, ha-
cia la espada, la peste y el hambre.
Y os constituiré objeto de terror pa-
ra todos los reinos de la tierra. "Y
entregaré a los hombres que han
transgredido mi pacto, que no han
cumplido las palabras de la alianza
que sellaron ante mí mediante el no-
villo que cortaron en dos mitades,
entre cuyos trozos pasaron; 19 a los
príncipes de Judá y los príncipes d
Jerusalén, a los eunucos, los sacer-
dotes y todo el pueblo del país que
pasaron por entre las mitades del
novillo, * los entregaré en manos de
sus enemigos y en manos de quienes
atentan contra su vida, y servirán
sus cadáveres de pasto a las aves
del cielo y las hestias de la tierra.
:i También a Sedecías, rey ele Judá.
y a sus dignatarios entregaré en
manos de sus enemigos y en las de
quienes tratan de arrebatarles la vi-
da, v en poder del ejército del rey
de Babilonia, que se ha retirado de
vosotros. - He aquí que yo dov or-
den, firma Yahveh, y los haré vol-
ver contra esta ciudad para que la
sitien, la tomen y la prendan fuego ;
y a todas las ciudades de Judá las
reduciré a desierto sin moradores.»
8 Para proclamar : se refiere a .Sedecías.
14 Cf. Dt. 15, 1-12. || Siete: G, «seis».
u Donde mi nombre se invoca : otros, aque lleva mi nombre».
,6 Habéis profanado mi nombre violando las promesas que me hicisteis:
" La manumisión : no me pertenecéis ya ; he dejado de ser vuestro protector ; estoy
desligado de mis compromisos.
J8 Y ENTREGARÉ... QUE SELLARON ANTE MÍ MEDIANTE EL NOVILLO: O también «y haré...
como al novillo». || Que cortaron en dos mitades : acerca de este rito para sellar un
pacto, cf. Dt. 15, 10-17.
— 1436 —
35 l-«
JEREMÍAS
35
Los rekabitas
•> e 1 Palabra que fué dirigida a Je-
remías de parte de Yahveh, en
tiempo de Joaquim, hijo de Josías,
rey de Judá ; a saber : 2 «Ve a la co-
munidad de los rekabitas y había-
les ; condúcelos a 3a casa de Yahveh
a uno de los aposentos y dales a be-
ber vino.» 3 Tomé, pues, a Yaazan-
yá, hijo de Jeremías, hijo de Jabas-
"sinyá ; a sus hermanos, a todos sus
hijos y a toda la comunidad de los
rekabitas, 4 y los llevé a la casa de
Yahveh, al aposento de los hijos de
Janán, hijo de Igdalvahu, hombre
de Dios, el cual se hallaba junto al
aposento de los dignatarios, por ci-
ma de la cámara de Maaseyahu, hijo
de Sal lum, guardián de la puerta.
6 Y presenté a las gentes de la co-
munidad de los rekabitas jarros y
copas llenos de vino, y díjeles :
«¡Bebed vino!» "Mas ellos replica-
ron : «No bebemos vino, pues Yona-
dab, hijo de Rekab, nuestro antepa-
sado, nos lo prohibió, diciendo : No
bebáis vino, ni vosotros ni vuestros
hijos, jamás. : Ni edifiquéis casas,
ni sembréis campos, ni plantéis vi-
ñas, ni las poseáis ; antes bien, mo-
raréis en tiendas durante todos vues-
tros días, a fin de que viváis mu-
chos días sobre el territorio en don-
de habéis estado como inmigrantes,
j Y hemos obedecido la voz de Ye-
honadab, hijo de Rekab, nuestro an-
tepasado, en cuanto nos mandó, de
no beber vino en todos nuestros días,
nosotros, nuestras mujeres, nuestros
hijos y nuestras hijas, 0 y de no
construir casas para morada nuestra
ni poseer viñas, campos ni sembra-
dos a ; 10 y habitamos en tiendas, ha-
biendo, pues, escuchado y practica-
do cuanto ordenó Yonadab, nuestro
padre. " Mas sucedió que, al invadir
el país Nabucodonosor, rey de Babi-
lonia, dijimos : ¡ Venid y entremos
en Jerusalén, huyendo del ejército
de los caldeos y del ejército de Si-
ria ! Y nos hemos asentado en Jeru-
salén.»
M Entonces se dirigió la palabra
de Yahveh a Jeremías, diciendo :
u «Así habla Yahveh de los ejérci-
tos, Dios de Israel : Ve y di a los
hombres de Judá y a los habitante-
de Jerusalén : ¿No aceptaréis aca-
so la lección, escuchando mis pala-
bras ?, declara Yahveh. "Se han eje-
cutado las órdenes de Yehonadab,
hijo de Rekab, que prohibió a sus
descendientes beber vino, y no lo
han bebido hasta el día presente,
pues han obedecido el mandato de
su padre, y habiéndoos yo hablado
desde pronto y sin cesar, no habéis
escuchado. 15 Y os envié a todos mis
siervos los profetas desde muy tem-
prano y sin interrupción, diciendo :
Convertios cada uno de vuestro per-
verso camino, corregid vuestros ac-
tos y no sigáis a dioses extraños,
dándoles culto, para que habitéis la
tierra que di a vosotros y vuestros
padres ; mas no habéis prestado
vuestros oídos ni me habéis obede-
cido. lfl En verdad, los hijos de Ye-
honadab, hijo de Rekab, han cum-
plido el mandato que su padre les
intimó, pero este pueblo no ha que-
rido escucharme. " Por eso, así dice
Yahveh, Dios de los ejércitos, Dios
de Israel : «He aquí que yo atraigo
sobre Judá v sobre todos los habi-
tantes de Jerusalén toda la desgra-
cia que contra ellos he anunciado ;
(por cuanto les he hablado y no han
escuchado, les he llamado y no han
respondido.» 18 En cambio, a la co-
munidad de los rekabitas dijo Jere-
mías : «Así habla Yahveh de los
ejércitos, Dios de Israel : Por cuanto
habéis obedecido la orden de Yeho-
OK 1 I.a sustancia de este capítulo es que Jeremías quiere contraponer la vida obscr-
0,J vantc de los rekabitas con la de los otros judíos, que violaban sin escrúpulo la
¡«y divina.
3 Comunidad : lit., casa ; muchos creen se trataba de una verdadera comunidad de
ascetas. || Uno de los aposentos: donde moraban los levitas y demás ministros
del templo.
* Toda i.a coxwnidad o tribu, que dtbeía ser poco numerosa.
— 1437 —
35 19-36 8
JEREMÍAS
36 9-1*
nadab, vuestro padre, y habéis ob-
servado todos sus mandatos, y ha-
béis obrado enteramente conforme
os había ordenado, 19 por eso, así di-
ce Yahveh de los ejércitos, Dios de
Israel, no faltará jamás a Yonadab,
hijo de Rekab, un varón que esté
en mi presencia.»
El rey Joaquim quema el volumen de las profecías
de Jeremías
Oií 1 El año cuarto de Joaquim,
ou hijo de Josías, rey de Judá,
tuvo lugar esta comunicación a Je-
remías de parte de Yahveh ; a sa-
ber : 3 ((Cógete un rollo y escribe en
él todas las palabras que te he dicho
contra Jerusalén, contra Judá y con-
tra todas las naciones desde el día
en que comencé a hablarte, desde
los días de Josías, hasta el presente.
* Tal vez escuche la casa de Judá
toda la desventura que proyecto cau-
sarles, de suerte que cada uno se
convierta de su mal camino y los
perdone yo su iniquidad y su pe-
cado.»
4 Jeremías entonces llamó a Ba-
ruk, hijo de Neriyyá, y Baruk escri-
bió de boca de Jeremías en un rollo
todas las palabras que Yahveh había
dicho a éste. 6 Y Jeremías dió orden
a Baruk, diciendo : «Yo estoy impe-
dido, no puedo ir a la casa de Yah-
veh ; 6 iras, pues, tú y, un día de
ayuno, leerás en el rollo que has es-
crito de mis labios las palabras de
Yahveh, en alta voz a todo el pue-
blo, en la casa del Señor ; y también
a oídos de todo Judá, venido de sus
ciudades, habrás de leerlo. 7 Quizá,
humillándose, supliquen ante Yah-
veh y se conviertan cada uno de su
mal" camino, pues enormes son la
cólera y el furor que Yahveh ha
anunciado contra este pueblo.» 8 Ba-
ruk, hijo de Neriyyá, realizó exac-
tamente lo que el profeta Jeremías
halbía mandado, leyendo"en el libro
las palabras de Yahveh, en la casa
del Señor.
•Así, pues, el año quinto de Joa-
quim, hijo de Josías, rey de Judá, en
el noveno mes, sucedió que procla-
maron un ayuno ante Yahveh, ex-
tensivo a todo el pueblo de Jerusa-
lén y a todas las gentes llegadas a
Jerusalén de todas las ciudades de
Judá. 10 Entonces leyó Baruk en el
libro las palabras de Jeremías, en la
casa de Yahveh, en el aposento de
Guemaryahu, hijo de Safán, el se-
cretario, en el atrio superior, a la
entrada de la Puerta Nueva de la
casa de Yahveh, a oídos de todo el
pueblo. 11 Cuando Miqueas, hijo de
Guemaryahu, hijo de Safán, oyó to-
das las palabras de Yahveh leídas
del libro, 12 bajó al palacio real, a la
cámara del secretario, donde encon-
tró reunidos en sesión a todos los
dignatarios : Elisamá, el secretario ;
Delayahu, hijo de Semayahu ; Elna-
tán, hijo de Akbor ; Guemaryahu,
hijo de Safán ; Sedecías, hijo de
Ananías, y todos los [demás] digna-
tarios. 13 Miqueas les comunicó todas
las palabras que oyera cuando Ba-
ruk había leído el libro al pueblo.
M Entonces todos los dignatarios
enviaron donde Baruk a Yehudí, hi-
jo de Netanyahu, hijo de Selemva-
hu, hijo de Kusí, diciendo : «El ro-
llo en que has leído en alta voz al
pueblo cógelo y ponte en camino.»
>» No faltará jamás : fueron los rekabitas llevados en cautividad ; pero volvieron a
su tierra y sirvieron en el templo como músicos y profesando igual sobriedad y po-
breza.
Ofi " Un rollo : sabido es que los escritos en papiro, cortezas de árboles, telas o per-
uamino u otra materia flexible se enrollaban alrededor de un cilindro de made-
ra. Tal fué el formato del libro usado generalmente en la antigüedad. El códice en pa-
piro se usó — como han demostrado los papiros Ch. Beatty— por lo menos desde la
primera mitad del siglo n, empleado, si no inventado, en su mayor parte por los
cristianos.
'Impedido: ¿Impedido por órdenes superiores? V tdetenidot (clausus).
- 1438 -
36 15"25
JEREMÍAS
36 26"3-
Tomó, pues, Baruk, hijo de Neriyvá,
el rollo en su mano y vino donde
ellos. ™ Dijéronle : «Siéntate, por fa-
vor, y léenoslo en alta voz.» Enton-
ces Baruk leyóselo en alta voz. K Y
sucedió que, cuando hubieron oído
todas las palabras, a miráronse es-
pantados unos a otros y dijeron a
Baruk a : «Tenemos que comunicar
sin falta al rey todas estas cosas.»
17 Y a Baruk preguntaron diciendo :
— Refiérenos cómo has escrito to-
das estas cosas b [dictadas] de su
boca b.
18 Y contestóles Baruk :
— [Jeremías] me dictaba todas es-
tas palabras de su propia boca y yo
las escribía en el libro con tinta.
19 Dijeron entonces los dignatarios
a Baruk :
— Ye y escóndete tú con Jeremías,
y nadie sepa dónde estáis.
20 Entonces fuéronse donde el rey
al atrio, después de haber deposita-
do el volumen en el aposento de Eli-
samá, el secretario, y anunciaron de
viva voz al monarca todas estas co-
sas. a El rey envió a Yehudí a to-
mar el rollo, y él cogiólo del apo-
sento de Elisamá, el secretario, y se
lo leyó en alta voz al rey y a todos
los dignatarios que estaban junto al
monarca. 22 El rey hallábase sentado
en su casa de invierno, en el mes
noveno, y tenía ante sí el brasero
encendido. 23 Y sucedió que cada vez
que Yehudí leía tres o cuatro colum-
nas, [el rey] las rasgaba con el cor-
taplumas del secretario y arrojába-
las al fuego que ardía en el brasero,
hasta que se consumió todo el rollo
en el fuego que en el brasero había.
M Pero no se espantaron ni rasgaron
sus vestiduras ni el rey ni ninguno
de sus servidores que habían escu-
chado todas esas palabras. 26 Incluso
Elnatán, Delayahu y Guemaryahu
rogaron insistentemente al rey para
que no quemara el rollo, pero no los
escuchó. 26 Además, el monarca or-
denó al prínciipe Yerajmeel, a Se-
rayahtt, hijo de Azriel, y a Selemya-
hu, hijo de Abdeel, prender a Ba-
ruk, el secretario, y a Jeremías, el
profeta ; pero Yahveh los ocultó.
25 Y la palabra de Yahveh fué di-
rigida a Jeremías, después de haber
quemado el rey el rollo con los dis-
cursos que Baruk escribiera dictados
por boca de Jeremías, en estos tér-
minos : 25 «Vuelve a cogerte otro
rollo y escribe en él todas las pala-
bras primeras que estaban en el ro-
llo anterior, que ha quemado Joa-
quim, rey de Judá. 29 Y contra Joa-
quim, rey de Judá, dirás ■ Así habla
Yahveh : Tú has quemado este ro-
llo, exclamando : «¿Por qué has es-
crito en él en estos términos : Ha
de venir, ciertamente, el rey de Ba-
bilonia y arrasará este país y ani-
quilará de él hombres y bestias ?»
34 Por eso, así dice Yahveh sobre
Joaquim, rey de Judá : No tendrá
quien se siente sobre el trono de Da-
vid, y su cadáver permanecerá ti-
rado al fuerte calor durante el día y
al frío en la noche. 31 Y castigaré a
él, a su descendencia y a sus servi-
dores su iniquidad, y atraeré sobre
ellos, los habitantes de Jerusalén y
los hombres de Judá, toda la des-
gracia que les anuncié sin que me
escucharan.»
82 Jeremías, pues, tomó otro rollo,
diólo a Baruk, el secretario, hijo de
Neriyvá, quien escribió en él por
dictado de Jeremías todas las pala-
bras del libro que Joaquim, rey de
Judá, había quemado en el fuego ;
y además se les añadieron muchas
palabras semejantes.
16 Tenemos sjue comunicar : a fin de que tomase las oportunas medidas para evitar
el castice
*> Su casa de invierno : o bien, la parte de palacio que solía habitar en invierno,
bastante frío en Jerusalén. || El mes noveno: t. d., el correspondiente parcialmente
a nuestros noviembre y diciembre.
20 Los ocultó : o no permitió los descubriesen.
28 El rey de Babilonia: e. d., Nabucodonosor, que ya había antes tomado a Jeru-
salén y reducfdola a tributo.
30 No tendrá quien: Jeconías, hijo de Joaquim, reinó tres meses bajo la depen-
dencia caldea, por lo que su reinado no se cuenta. Su sucesor, Sedecías, tío suyo,
fué el último rey de Judá.
— 1439 —
37 i-io
JEREMÍAS
37 u-19
Jeremías es apresado
oh 1 Sedecías, hijo de Josías, su-
cedió en el trono a Jeconías,
hijo de Joaquim, a quien Nabueodo-
nosor, rey de Babilonia, había en-
tronizado rey en el país de Judá.
- Mas él, sus cortesanos y el pueblo
del país no escucharon las palabras
de Yahveh, que éste había pronun-
ciado por medio del profeta Jere-
mías.
3 Y envió el rey Sedecías a Yehu-
kal, hijo de Selemyá, y al sacerdote
Sofonías, hijo de Maaseyá, cerca del
profeta Jeremías, diciendo: «¡Rue-
ga, por favor, en pro de nosotros a
Yahveh, nuestro Dios !» 4 Y Jeremías
iba y venía en medio del pueblo,
pues aun no le habían metido en la
cárcel. 1 El ejército del Faraón, en
tanto, había salido de Egipto, y có-
modos caldeos que sitiaban a jeru-
salén oyesen la noticia, se retiraron
de la ciudad.
ü Entonces tuvo lugar la palabra
-de Yahveh al profeta Jeremías, di-
ciendo : 7 «Así habla Yahveh, Dios
de Israel : Habéis de decir al rey de
Judá, que os envía a mí para con-
sultarme, lo siguiente : He aquí que
el ejército del Faraón, salido en
vuestro socorro, regresará a su país
de Egipto, * y los caldeos volverán y
atacarán esta ciudad, y la tomarán,
y le prenderán fuego. 0 Así dice Yah-
veh : No os engañéis a vosotros mis-
mos pensando : ¡Los caldeos se
han retirado definitivamente de nos-
otros!, porque no se marcharán.
10 Aunque derrotarais a todo el ejér-
cito caldeo que combate contra vos-
otros y [sólo] quedasen entre ellos
hombres malheridos, alzaríanse cada
uno en su tienda y prenderían fuego
a esta ciudad.»
11 Sucedió, efectivamente, que, al
retirarse de Jerusalén el ejército de
los caldeos a causa del ejército del
Faraón, '- Jeremías quiso salir de
Jerusalén para marchar al país de
benjamín a reclamar allí la parte de
herencia que le correspondía en me-
dio del pueblo. 13 Mas cuando llego
a la puerta de Benjamín, estaba allí
un centinela llamado Irivyá, hijo
de Selemyá, hijo de Ananías, quien
prendió al profeta Jeremías, excla-
mando :
— ¡ Tú te pasas a los caldeos !
14 Jeremías replicó :
— ¡ Es falso ! ¡ No me paso a los
caldeos !
Mas Irivyá no le hizo caso y pren-
dió a Jeremías y lo condujo a los
superiores. w Las autoridades se en-
colerizaron contra Jeremías, lo gol-
pearon y lo metieron en la prisión,
en casa de Jonatás, el secretario,
pues la habían convertido en cárcel.
" Ingresó, pues, Jeremías en el ca-
labozo y en el subterráneo aboveda-
do y allí permaneció Jeremías mu-
chos días.
17 El rey Sedecías envió gente pa-
ra que se le sacara, y le interrogó
en su palacio en secreto, diciendo :
— ¿ Hay acaso alguna comunica-
ción de Yahveh ?
— La hay, contestó Jeremías, »
agregó :— En mano del rey de babi-
lonia serás entregado.
a Luego dijo Jeremías al rey Se-
decías :
— ¿En qué he faltado contra ti.
tus cortesanos o este pueblo para
que me hayáis puesto en la prisión ?
" Y ¿ dónde se hallan vuestros pro-
fetas, que os vaticinaban diciendo ;
No vendrá el rey de Babilonia con-
fyrr * Iba y venía : lit., entraba y salía.
"El ejército del Faraón : e. el., de Hofrá o Jotra, que hizo suspender al pronto
el sitio de Jerusalén y trató luego con benevolencia a los judíos refugiados en Egipto.
'- Reclamar la parte de herencia : lit., para recibir la porción (de herencia) ;
V (ST) «et divideret ibi possessionem». Lo que quería, verosímilmente, era hacer provi-
siones para el sitio que preveía. |¡ En medio del PUEBLO : o bien, entre sus familiares.
14 La habían CONVERTIDO en cárcel: V «él era alcaide de la cárcel».
10 CALABOZO : o cárcel subterránea ; lit., casa de la fosa o cisterna ; V tcasa del
— 1440 —
37 20-38 7
JEREMÍAS
38 s-1*
tra vosotros ni contra este país ?
:o Ahora, pues, escucha, por favor,
¡ oh rey, mi señor ! : suplicóte hu-
mildemente que no me vuelvas a la
casa de Jonatás, el secretario, para
que no muera yo allí.
a Entonces el rey Sedecías dió or-
den de que se custodiara a Jeremías
en el patio de la prevención y se le
diera un pan al día de la calle de
los Panaderos hasta que se acabara
el pan de la ciudad. Así, pues, Je-
remías permaneció en el ipatio de 5a
prevención.
Jeremías es echado en una cisterna. Sacado de allí, tiene
un postrer diálogo con Sedecías
oo 1 Pero Sefatvá, hijo de Mattán ;
^° Guedalvahu, hijo de Pasjur ;
Yukal, hijo cíe Selemvahu, y Pasjur,
hijo de Malkivyá, tuvieron noticia de
las palabras "que Jeremías dirigía a
todo el pueblo, diciendo : 2 «Así ha-
bla Yahveh : El que permanezca en
esta ciudad moriraaespada.de ham-
bre y de peste ; mas quien se entre-
gue a los caldeos vivirá ; tendrá su
persona como botín y quedará con
vida.» 3 Así dice Yahveh : «Cierta-
mente esta ciudad será entregada en
manos del ejército del rey de Babi-
lonia, quien la tomará.» 4 Y dijeron
los dignatarios al monarca :
— ¡Sea muerto tal hombre, pues
desalienta a los combatientes que
quedan en esta ciudad y a todo el
pueblo al hablarles en semejantes
términos ! En verdad, este hombre
no busca la paz de este pueblo, sino
la desventura.
5 El rey Sedecías contestó :
— Helo ahí en vuestras manos,
pues el monarca nada puede contra
vosotros.
6 Entonces cogieron a Jeremías y lo
arrojaron en la cisterna del príncipe
Malkiyyahu, la cual hallábase en el
patio de la prevención, y bajaron a
Jeremías con cuerdas. En la cisterna
no había agua, sino fango, en el cual
se hundió Jeremías.
' Ahora bien, Ebed-mélek, el etío-
pe, eunuco que estaba en el palacio
real, oyó que habían metido a Jere-
mías en la cisterna, y, en ocasión en
que el rey se hallaba en la Puerta
de Benjamín, 8 salió Ebed-mélek del
palacio real y habló al monarca, di-
ciendo :
9 — -¡Oh rey, mi señor! ; han obra-
do mal esos hombres en todo lo que
han hecho al profeta Jeremías, arro-
jándole a la cisterna, y él morirá a
allí de hambre, pues no hay ya pan
en la ciudad.
10 Entonces el rey ordenó a Ebed-
mélek, el etíope, lo siguiente :
— Toma de aquí contigo treinta b
hombres y saca al profeta Jeremías
de la cisterna antes que muera.
u Ebed-mélek tomó, efectivamen-
te, consigo a los hombres, fué al pa-
lacio real, al vestuario c del tesoro,
y cogió de allí unos trozos de ropas
usadas y de paños rotos, y se los
echó a Jeremías en la cisterna con
unas cuerdas. 12 Y dijo Ebed-mélek,
el etíope, a Jeremías : «Ponte esos
harapos de ropas y paños debajo de
tus sobacos, por bajo de las cuer-
das.» Y Jeremías hízolo así. M Luego
extrajeron a Jeremías con las cuer-
das y subiéronlo de la cisterna. Y Je-
remías quedóse en el ipatio de la pre-
vención.
" El rev Sedecías envió a buscar
y traer al profeta Jeremías junto a
30 Svplícote HUMii.nF.MF.NTK : lit., caiga (e. d., halle acocidal mi súplica ante ti.
21 Y se le diera : Joüon cree prob. 1. «y dábasele». !| De la calle de los Panade-
ros : V «sin contar la vianda». |¡ Patio de la PREVENCIÓN : del palacio real probable-
mente.
' No hay ya pan : el hambre era extrema en Jerusalén, por ser los últimos días
del sitio.
Treinta hombres : para que no se oponga el populacho. Pero cf. nota b.
" Tercera entrada : la que, por lo visto, comunicaba el palacio con el templo.
38
— 1441 —
38 15-39 1
JEREMÍAS
38 19-39 3
sí, a la tercera entrada que tiene la
casa de Yahveh. Y dijo el monarca
a Jeremías :
— Voy a preguntarte una cosa ; no
me ocultes nada.
15 Advirtió Jeremías a Sedecías :
— Si te la comunico, ¿ no me ha-
rás ciertamente morir ? Y si te doy
un consejo, no me has de escuchar.
16 Y el rey Sedecías juró en secre-
to a Jeremías, diciendo :
— Vive Yahveh, que nos ha comu-
nicado este aliento vital, que no te
haré morir ni te entregaré en mano
de esos hombres que buscan tu vida.
" Entonces Jeremías dijo a Sede-
cías :
.—Así afirma Yahveh, Dios de los
ejércitos, Dios de Israel : Si te rin-
dieres decididamente a los jefes del
rey de Babilonia, salvarás tu vida y
esta ciudad no será incendiada, y vi-
virás tú y tu casa. 18 Pero si no sa-
lieres a entregarte a los jefes del
rey de Babilonia, esta ciudad será
entregada en poder de los caldeos,
que la prenderán fuego, y tú no es-
caparás de sus manos.
18 Y el rey Sedecías indicó a Jere-
mías :
— Me preocupan los judíos que se
han pasado a los caldeos, no sea que
me entreguen en manos de los mis-
mos y me escarnezcan.
20 Mas Jeremías replicó :
— No te entregarán. Escucha, pues,
la voz de Yahveh, que yo te comu-
nico, y te resultará bien y 6e con-
servará tu vida. 21 Mas si te niegas
a rendirte, ésta es la palabra que me
ha revelado Yahveh ; 22 He aquí que
todas las mujeres que han quedado
en el palacio del rey de Judá serán
sacadas a los jefes del rey de Babi-
lonia, y ellas exclamarán :
«¡Te han engañado"1 y hante vencido | tus amigos!
[Han hundido d en el cieno tus pies, | han vuelto la espalda!)
23 Y todas tus mujeres y tus hijos
serán sacados a los caldeos y tú no es-
caparás de 6us manos, pues por mano
del rey de Babilonia serás preso, y
esta ciudad será quemada 6 a fuego.
24 Dijo entonces Sedecías a Jere-
mías :
— Nadie tenga conocimiento de es-
tas_ palabras ; de lo contrario, mo-
rirás. 25 Y si los dignatarios tuvieran
noticia de que he hablado contigo y
vinieren a ti y te dijeren : Manifiés-
tanos qué has dicho al rey y qué te
ha hablado el monarca, no ocultes
nada de ello ; de lo contrario, te
mataremos ; M dirásles : He suplica-
do humildemente al monarca para
que no me haga volver a la casa de
Jonatás a morir allí. 21 Vinieron, en
efecto, todos los dignatarios a Jere-
mías y le preguntaron. El les mani-
festó puntualmente todas las pala-
bras que el monarca habíale ' man-
dado responder, y ellos le dejaron
tranquilo, pues la conversación no
había sido oída.
28 Y Jeremías permaneció en el pa-
tio de la prevención hasta el día en
que Jerusalén fué tomada. Y sucedió
que cuando fué tomada Jerusalén,
Caída de Jerusalén y suerte diversa de Sedecías, el
pueblo y el profeta
lén y la puso cerco. 2 En el año un-
décimo de Sedecías, el mes cuarto,
a nueve del mes, se abrió brecha en
la ciudad. 3 Y penetraron todos los
" A los jefes : por estar Nabucodonosor ausente en Riblá <Ie Siria.
10 Me preocupan los judíos : temo a los judíos, que probablemente formaban el
partido de la oposición a Sedecías.
22 Tus amigos : lit., hombres de tu paz, e. d., los falsos profetas. Cf. Ab. ^ para
la primera parte del verso incluido.
OQ 3 Puerta del medio : como no se habla de ella en otra parte, quizá sea alguna
<J«7 puerta que separaba a Sión de la parte baja de la ciudad. || Nergal-sar-éser :
OQ * en el ano noveno de Sede-
cías, rey de Judá, décimo mes,
llegó Nabucodonosor, rey de Babilo-
nia, con todo su eiército a Terusa-
— 1442 —
39 4-13
JEREMÍAS
39 14"17
jefes del rey de Babilonia y se asen-
taron en la puerta del medio : Ner-
gal-sar-éser, Sangar-nebú, Sar-sekim,
Rab-sarís, Nergal-sar-éser, Rab-anag
y el resto de los príncipes del rey-
de Babilonia. 4 Y acaeció que cuando
Sedecías, rey de Judá, y todos los
combatientes los vieron, emprendie-
ron la huida y salieron de nodie de
la ciudad por el camino del jardín
real, por la puerta existente entre
los dos muros", y tomaron -el camino
de la Arabá. 6 Pero las tropas de los
caldeos los persiguieron, y dieron al-
cance a Sedecías en las estepas de
Jericó ; prendiéronlo y lo condujeron
a Nabucodonosor, rey de Babilonia,
a Riblá, en el país dé Jamat, el cual
pronunció sentencia contra él. * Ade-
más, el rey de Babilonia degolló a
los hijos de Sedecías en Riblá, a sus
propios ojos : y también a los mag-
nates de Judá degolló el monarca ba-
bilónico. 7 Y sacó los ojos a Sedecías
y lo aherrojó con cadenas de bron-
ce para conducirlo a Babilonia. 8 Por
otra parte, los caldeos prendieron
fuego al palacio real y a las casas b
de la 'población y derruyeron los mu-
ros de Jerusalén. ' Al resto del pue-
blo que había quedado en la ciudad,
y a los desertores que se habían pa-
sado a él, y a la gente restante, Ne-
buzaradán,' jefe de la escolta real,
los deportó a Babilonia. 10 Más a par-
te del pueblo mísero, que nada po-
seía, Nebuzaradán, jefe de la escolta,
dejóla en el país de Judá y dióles
viñas y campos en aquel día.
" Ahora bien, Nabucodonosor, rey
de Babilonia, había dado orden a
Nebuzaradán, jefe de la escolta, res-
pecto a Jeremías, diciendo : 12 aCó-
gele, protégele y nada malo le ha-
gas, antes conforme te indique haz
con él.» " Nebuzaradán, jefe de la es-
colta ; Nebusat-bán, Rab-sarís, Ner-
,'al-sar-éser, Rab-mag y todo* los je-
fes del rey de Babilonia 14 enviaron
a sacar a Jeremías del patio de la
prevención y lo entregaron a Godo-
lías, hijo de Ajiqam, hijo de Safán,
para que lo llevase a su casa. Y ha-
bitó en medio del pueblo.
13 Y fuéie dirigida a Jeremías la
Prisionero de guerra cegado por el rey
Assurbanipal de Ntnive
palabra de Yahveh mientras estaba
recluido en el atrio de prevención,
en estos términos : 18 aVe y habla a
Ebed-mélek, el etíope, diciendo: Así
afirma Yahveh de los ejércitos, Dios
de Israel : He aquí que yo voy a
cumplir mis palabras sobre esta ciu-
dad para mal y no para bien, y se
verificarán en tu presencia en ese
día. " Mas en tal día, declara Yah-
príncipe de la corte de Nabucodonosor = Nergal-sar-usur 'Nergal proteja al rey' ; era
príncipe de la región Sin-magir, al norte de Babilonia ; quizá, dícese, idéntico a Ne-
riglissar, rey de Babilonia del 559 al 556. || Sangar-nebú: prb. ha de 1. (cf. Kit) sar-
simmagir 'príncipe de la ciudad o región de Sin-magir'. || (Nebo) Sar-sarís : prb.
1. (cf. Kit) Nebusazbán, príncipe de los eunucos (o gran jefe), según 'otros. || Ner-
gal-sar-éser rab mag : N. rab-mugi, éste sería un título de un alto cargo palatino
(¿príncipe de los magos?) en Babilonia, como Rab-sarís.
* La Arabí : cf. Dt. 1, 1.
6 Las estepas o llanos de Jericó : cuando, por lo visto, se disponía el rey Sedecías
a pasar el Jordán. || El país de Jamat: en la Siria septentrional.
• La gente restante : algs. corrigen H : tel resto de la población rural«, iel resto
de los artesanos», etc.
10 Deióla en ei. país : para que sirv ieran en concepto de colonos.
— 1443 —
39 ^40 7
JEREMÍAS
40 8-13
veh, te salvaré, y no serás entregado
en manos de los hombres que temes.
" Ciertamente te he de salvar, v no
I caerás a espada, y tu vida te servirá
de botín, pues que has confiado en
I mí, afirma Yahveh.»
Entrevista de Nebuzaradán y Jeremías y conspiraciói
contra Godolías
40 La palabra que fué dirigida
a Jeremías por parte de Yah-
veh, después de haberlo soltado de
Ramá Nebuzaradán, jefe de la es-
colta, cuando lo cogió aherrojado con
cadenas entre todos los desterrados
de Jerusalén y Judá, que eran de-
portados a Babilonia. 2 Y el jefe de
la escolta tomó a Jeremías y le dijo:
«Yahveh, tu Dios, había anunciado
tal desgracia sobre este lugar, 3 y
Yahveh lo ha llevado a efecto y rea-
lizado conforme dijera ; porque pe-
casteis contra Yahveh y no escuchas-
teis su voz, os ha acaecido tal cosa.
" Ahora, pues, he aquí que yo te li-
bro hoy de las cadenas que tienes en
las manos ; si te agrada venir con-
migo a Babilonia, ven y te protege-
ré ; y si te parece mal venir conmi-
go a Babilonia, déjalo. Mira, todo el
país está ante ti ; a donde te parezca
bueno y recto ir, vete.» 5 Y como aun
no se decidiera a volver... a, «vuél-
vete [le dijo] a Godolías, hijo de
Ajiqam, hijo de Safán, que el mo-
narca ha puesto al frente de las ciu-
dades de Judá, y permanece con él
en medio del pueblo, o bien marcha
a donde te parezca más convenien-
te.» Y el jefe de Ja escolta dióle pro-
visiones y un regalo y lo despidió.
" Fuése, pues, Jeremías donde Go-
dolías, hijo de Ajiqam, en Mispá, y
habitó con él en medio del pueblo
que había quedado en el país.
7 Cuando todos los jefes de las tro-
pas que había en el campo tuvieron
noticia, ellos y sus hombres, de que I
] el rey de Babilonia había puesto a'
frente del país a Godolías, hijo de
Ajiqam, y que le había encomendado
a hombres, mujeres y niños, y entre
las gentes pobres del país, aquellos
que no habían sido deportados a Ba-
bilonia, s presentáronse a Godolías en
Mispá Ismael, hijo de Netanyahu.;
Yojanán b y Jonatás b, hijos de Qa-
teaj ; Serayá, hijo de Tanjúmet ; los
hijos de E'fay de Netofá, y Yezanva-
hu, hijo del Maakatí, ellos y sus
hombres. 9 Godolías, hijo de Ajiqam,
hijo de Safán, juró a ellos y su gente
diciendo : «No temáis a los funciona-
rios 0 de los caldeos ; quedad en el
país, someteos al rey de Babilonia, y
os irá bien. 50 Yo, por mi parte, ve ahí
que quedo en Mispá para representar
al país cerca de los caldeos que ven-
gan a nosotros. Vosotros recoged el
vino, la fruta y el aceite, y colocadlo
en vuestros recipientes y habitad en
las ciudades que habéis ocupado.»
" Asimismo, todos los judíos que
estaban en Moab y entre los ammo-
nitas y Edom, y quienes en cualquiel
país tuvieron noticia de que el rev
de Babilonia había permitido un re-
siduo a Judá y que había puesto a
su frente a Godolías, hijo de Aji-
qam, hijo de Safán, "regresaron to-
dos ellos de los lugares todos donde
estaban dispersos y vinieron a la tie-
rra de Judá, donde' Godolías, en Mis-
pá, y recolectaron vino y frutas en
muy gran cantidad.
13 A-hora bien, Yojanán, hijo de Qa-
reaj, y todos los jefes de las tropas,
Ar\ 3 Conforme dijera : por medio de espías sabían 1os caldeos cuanto pasaba en
Jerusalén.
* Te protegeré : lit., pondré mis ojos sobre ti.
"<-9C[. 2Re. 25, 22-24.
7 Que había en el campo : e. d., como traduce V, «qui dispersi fuerant per regio-
nes». Eran los del ejército de Sedecías, huido de la ciudad, y esperaban fuera cuál
6ería, antes de resolverse, la situación en que quedaba todo el país después de la de-
rrota. ¡| A Godolías: para que se sometieran los judíos más fácilmente.
•Someteos al rey de Babilonia: se lo había recomendado el Señor antes, pero
ello era más necesario después de la toma de Jerusalén.
— 1444 —
40 !4-41 7
JEREMÍAS
40 16-41 a»
ll que había por el campo i, presen-
táronse a Godolías, en Mispá, " y di-
jéronle :
— ¿No sabes acaso que Baalís, rey
de los ammonitas, ha enviado a Is-
mael, hijo de Netanyahu, para qui-
tarte la vida ?
Mas Godolías, hijo de Ajiqam, no
les dio crédito. 36 Y Yojanán, hijo de
Qareaj, habló en secreto a Godolías,
en Mispá, diciendo :
—Permíteme ir y mataré a Ismael,
hijo de Netanyahu, sin que nadie lo
sepa; ¿por qué te ha de quitar la
vida y se han de desparramar, en
consecuencia, todos los judíos con-
gregados en torno a ti y ha de pere-
cer el residuo de Judá ?
M Pero Godolías, hijo de Ajiqam,
respondió a Yojanán, hijo de Qareaj :
— No hagas tal cosa, pues dices
mentira respecto a Ismael.
Asesinato de Godolías y sus consecuencias
A~\ 1 Sucedió, pues, que, en el mes
^ A séptimo, Ismael, hijo de Ne-
tanyahu, hijo de Eüsamá, de estirpt
real, y [uno de ?] los magnates del
rey a, llegó acompañado de diez hom-
bres a Godolías, hijo de Ajiqam, a
Mispá, y allí en Mispá comieron con
él. " Mas, alzándose Ismael, hijo de
Netanyahu, con los diez hombres que
le acompañaban, hirieron a espada
a Godolías, hijo de Ajiqam, hijo de
Safán, matando así a aquel a quien
el rey de Babilonia había puesto al
frente del país. 3 Ismael mató asimis-
mo a todos los judíos que estaban
con Godolías en Mispá y a los cal-
deos, gente de guerra, que allí se
encontraban.
4 Al segundo día de matar a^ Godo-
lías, cuando nadie lo sabía aún, su-
cedió que 5 llegaron hombres de Si-
kem, de Siló y de Samaría, ochenta
hombres, con la barba rapada, los
vestidos rasgados y cubiertos de in-
cisiones, y trayendo en sus manos
oblaciones e incienso para ofrecerlos
en la casa de Yahveh. 9 Ismael, hijo
de Netanyahu, salió a su encuentro
desde Mispá, llorando mientras ca-
minaba. Cuando les hubo alcanzado,
díjoles: «¡ Venid donde Godolías, hi-
jo de Ajiqam!» 7 Mas al llegar ellos
al medio de la ciudad, Ismael, hijo
de Netanyahu, los degolló y los arro-
jó b en la cisterna c, así él como los
hombres que con él estaban. 8 Ha-
llábanse entre aquéllos diez hombres
que dijeron a Ismael : «No nos ma-
tes, pues tenemos escondidas en el
campo provisiones de trigo, cebada,
aceite y miel.» Entonces él desistió
y no los mató entre sus hermanos.
* La cisterna donde Ismael arrojó los
cadáveres de los hombres que había
matado d por causa de Godolías d era
la que había hecho el rey Asá en ra-
zón de Basá, rey de Israel ; la cual
llenó de muertos Ismael, hijo de Ne-
tanyahu. 10 Luego Ismael llevó cauti-
vo a todo el resto del pueblo que ha-
bía en Mispá, a las princesas y al
pueblo todo que en Mispá quedara,
y que Nebuzaradán, jefe de la escol-
ta, había encomendado a Godolías,
hijo de Ajiqam. Ismael, hijo de Ne-
tanyahu, los condujo, pues, en cau-
tividad, y púsose en marcha con áni-
mo de pasar a los ammonitas.
u Mas como tuvieran noticia Yoja-
nán, hijo de Qareaj, y todos los je-
fes de las tropas que le acompaña-
ban, de todo el mal que había hecho
Ismael, hijo de Netanyahu, 12 cogie-
ron a todos los hombres y partieron
para luchar con Ismael, hijo de Ne-
tanyahu, a quien hallaron junto al
gran estanque de Gabaón. " Y suce-
dió que en cuanto todo el pueblo que
estaba con Ismael divisó a Yojanán,
hijo de Qareaj, y a todos los jefes
14 Que Baalís : no se sabe por qué aborrecía a Godolías. Ismael, de la familia real
de Sedeólas, no quería ser subdito de Godolías.
A-I 1 Cf. 2 Re. 25, 25 ss. || Y [uno de] los magnates del rey: prps. di. c. GS.
6 En la casa de Yahveh : e. d., en las ruinas del templo.
1 Los degolló : para aterrar a los judíos y obligarlos a que se le uniesen.
u Gran estanque : lit., las muchas aguas ; cf. sobre aquél 2 Sam. 2, 13.
— 1445 —
41 14-42 6
JEREMÍAS
41 17-42 14
que le acompañaban, se llenaron de
gozo, 14 y la gente toda que Ismael
cautivara en Mispá, dió media vuel-
ta y pasáronse a Yojanán, hijo de
Qareaj. 15 Pero Ismael, hijo de Ne-
tanyahu, con ocho hombres, huyó de-
lante de Yojanán y partió hacia los
ammonitas. " Entonces Yojanán, hi-
jo de Qareaj, y todos los jefes de
tropas que le acompañaban, cogieron
a todo el resto del pueblo que ha-
bían rescatado de Ismael, hijo de
Netanyahu, de Mispá, después que
matara a Godolías, hijo de Ajiqam,
varones, combatientes e, mujeres, ni-
ños y eunucos, a quienes había he-
cho volver de Gabaón. " Y partieron
y detuviéronse en Guerut-Kimham,
que se halla junto a Belén, para con-
tinuar el camino y penetrar en Egip-
to, tó huyendo de los caldeos, pues
los temían porque Ismael, hijo de
Netanyahu, había matado a Godo-
lías, hijo de Ajiqam, a quien el rey
de Babilonia pusiera al frente del
país.
La gente huye a Egipto; consulta a Jeremías sobre el caso
A 9 1 Y acercáronse todos los jefes
de las tropas, Yojanán, hijo de
Qareaj ; Azaryá a, hijo de Hosayá, y
todo el pueblo, desde el chico al
grande, 2 y dijeron al profeta Jere-
mías :
— Te suplicamos humildemente que
ruegues por nosotros a Yahveh, tu
Dios, en pro de todo este residuo,
pues hemos quedado pocos de entre
muchos, como tus ojos pueden ver-
nos. 8 Indíquenos Yahveh, tu Dios, el
camino por el que hemos de mar-
char y aquello que debemos ha-
cer.
* Y el profeta Jeremías les con-
testó :
— He oído ; he aquí que yo supli-
caré a Yahveh, vuestro Dios, con
arreglo a vuestra proposición ; y cual-
quier cosa que Yahveh os responda,
os la comunicaré ; nada os ocultaré.
8 Entonces dijeron a Jeremías :
— Sea Yahveh contra nosotros tes-
tigo fidedigno y fiel, si no obrára-
mos enteramente de acuerdo con la
respuesta que Yahveh, tu Dios, te
transmita para nosotros. * Sea favo-
rable, sea adversa, escucharemos la
voz de Yahveh, nuestro Dios, al cual
nosotros te remitimos, a fin de que
| nos resulte bien cuando atendamos
la voz de Yahveh, nuestro Dios.
' Sucedió, pues, que a.1 cabo de diez
días dirigiósele a Jeremías la pala-
bra de Yahveh, 8 y convocó a Yoja-
nán, hijo de Qareaj, y todos los je-
fes" de las tropas que le acompañaban
y al pueblo entero, desde el más pe-
queño al mayor, 9 y les dijo : «Así
habla Yahveh, Dios de Israel, a quien
me enviasteis a presentarle vuestra
súplica. 10 Si seguís habitando en es-
te país, os edificaré y no os destrui-
ré, os plantaré y no os arrancaré,
pues me arrepiento del mal que os
he hecho. 11 No habéis de temer al
rey de Babilonia, de quien estáis te-
merosos ; no le temeréis, dice Yah-
veh, pues con vosotros estoy yo para
salvaros y para libraros de su mano.
12 Os otorgaré misericordia y se apia-
dará de vosotros, y os hará habitar b
en vuestro suelo. u Mas, si decís vos-
otros : «|No queremos morar en es-
te país !», de suerte que no obedece-
réis la voz de Yahveh, vuestro Dios,
"exclamando: «¡No, sino que ire-
mos a la tierra de Egipto, donde no
veamos más la guerra ni oigamos
la voz de la trompeta y no hambree-
mos el pan, y allí habitaremos!» ;
" Guerut-kimham : dudoso ; prb., anota Kit, 1. (cf. SymTV) en el mesón de
Kimham.
A<S 2 Dijeron al profeta Jeremías fingiendo sentimientos que no tenían.
* He oído : equivale a : accedo a vuestra petición.
sSea Yahveh : fórmula de juramento que vale tanto como : juramos por Dios ver-
dadero y fiel.
* Al cabo de diez días : en que pudieron ver que los caldeos no vengaban la
muerte de Godolías y no tenían por qué temer.
14 Iremos a la tierra de Egipto : cosa que Dios les prohibía siempre por temor
de que recayesen en la idolatría.
— 1446 —
42 15-43 5
JEREMÍAS
42 »-43 9
38 ahora, pues, residuo de Judá, es-
cucha la palabra de Yahveh : Así
dice Yahveh de los ejércitos, Dios
de Israel : Si volvéis la cara para
penetrar en Egipto y entráis allí pa-
ra morar como inmigrantes, 18 suce-
derá que la espada que vosotros te-
méis os alcanzará allí en el país
egipcio, y el hambre que os acongo-
ja se os pegará allí en Egipto, y allí
moriréis. 17 Y todos los hombres que
tornaren su rostro para ir a Egipto
a inmigrar allá, morirán a espada,
de hambre y de peste, y no tendrán
quien se escape ni evada de la des-
gracia que yo atraeré sobre ellos.
" Pues así dice Yahveh de los ejér-
citos, Dios de Israel : Como se de-
rramó mi ira y mi furor sobre los
habitantes de Jerusalén, así se de-
rramará mi furor sobre vosotros a
vuestra entrada en Egipto, y os con-
vertiréis en execración, horror, mal-
dición y oprobio, y no contemplaréis
más este lugar.
18 Yahveh ha hablado sobre vos-
otros, ¡ oh residuo de Judá ! : No en-
tréis en Egipto. Entended bien que
os he advertido solemnemente hoy.
20 Ciertamente os engañáis 0 vosotros
mismos ; porque me enviasteis a
Yahveh, vuestro Dios, diciendo : «In-
tercede por nosotros con Yahveh,
nuestro Dios, y cuanto diga Yahveh,
Dios nuestro, comunícanoslo pun-
tualmente y lo haremos.» "Y os lo
he anunciado hov, y no habéis es-
cuchado la voz de Yahveh, vuestro
Dios, respecto a cuanto me ha en-
viado a decir a vosotros. 22 Ahora,
pues, sabed bien que a espada, de
hambre y de peste moriréis en el lu-
gar adonde os place marchar a mo-
rar.»
El pueblo se obstina en emigrar. Vaticinio de la conquista
de Egipto por Nabucodonosor
A O 1 Y cuando Jeremías hubo aca-
bado de hablar al pueblo ente-
ro todas las palabras de Yahveh, Dios
de ellos, que éste habíale encarga-
do decirles—todas estas palabras — ,
1 Azarías, hijo de Hosayá ; Yojanán,
hijo de Qareaj, y todos los hombres
altivos dijeron a Jeremías : «Dices
mentira, no te ha enviado Yahveh,
nuestro Dios, a decir : No entréis en
Egipto a morar allí ; 'pues es Ba-
ruk, hijo de Neriyyá, quien te incita
contra nosotros, a fin de entregar-
nos en mano de los caldeos para que
se nos mate o para que nos deporten
a Babilonia.» 4 Así, Yojanán, hijo de
Qareaj ; todos los jefes de las tropas
y el pueblo entero no quisieron obe-
decer la voz de Yahveh de permane-
cer en el país de Judá. s Y Yojanán,
hijo de Qareaj, y todos los jefes de
las tropas cogieron a todo el resto
de Judá, que de todas las naciones
donde habían estado dispersos ha-
bían regresado para habitar en la
tierra de Judá : 8 los varones, las mu-
jeres, los niños, las hijas del mo-
narca y cuantas personas había de-
jado Nebuzaradán, jefe de la escol-
ta, con Godolías, hijo de Ajiqam, hijo
de Safán, y asimismo el profeta Je-
remías y Baruk, hijo de Neriyyá ;
7 y ipenetraron en el país de Egipto,
pues no escucharon la voz de Yah-
veh, y llegaron hasta Tafnis.
8 Y tuvo lugar la palabra de Yah-
veh a Jeremías en Tafnis, diciendo :
9 «Toma en tu mano unas piedras
grandes y escóndelas con mortero
espeso en la obra de ladrillo que se
15 Si volvéis la cara : o bien, si os resolvéis, obstinados, a penetrar...
20 Os engañáis : como si dijera : os forjáis voluntarias ilusiones. Pensaban los ju-
díos que el profeta accedería a sus deseos, y por eso le consultaron. Viéndose de-
fraudados, no tuvieron ánimo para renunciar a su proyecto y pasaron a Egipto.
40 1 Todas estas palabras : e. d., las del cap. precedente.
' Tafnis : hebr. Tafpanjés.
* Mortero espeso o cemento : hebr. mélet 'maltha' ; otros vierten isuelo, suelo
fangoso, escombros»; algunos 1. c. ASymTh en secreto. J| En la obra de ladrillo:
quizá ipavimento de ladrillo», «aula quadrata» ; otros, ien el mortero del horno
(o «molde») de ladrillos» ; G «bajo el pórtico de palacio». Prps. suprimirlo.
— 1447 —
43 10-44 7
JEREMÍAS
43 12—44 12
halla a la entrada de la casa del
Faraón en Tafnis, 10 y les dirás : Así
habla Yahveh de los ejércitos, Dios
de Israel : He aquí que yo voy a en-
viar a buscar a Nabucodonosor, rey
de Babilonia, mi servidor; y pon-
dré a su trono encima de estas pie-
dras que he escondido y extenderá
sobre ellas su tapiz. 11 Vendrá, pues,
él y herirá a la tierra de Egipto :
quien esté para la muerte, a la muer-
te ; quien para el cautiverio, al cau-
tiverio, y quien para la espada, a
espada. 12 Y prenderá fuego a los
templos de los dioses de Egipto, los
incendiará y los conducirá cautivos ;
y espulgará el país de Egipto como
espulga un pastor su capa, y saldrá
de allí indemne. 13 Y destrozará las
niasscbás del templo del Sol que hay
en la tierra de Egipto y pegará fue-
go a los templos de los dioses egip-
cios.»
Censura y exhortaciones a los emigrados con motivo de
su idolatría
A A 1 Palabra que fué dirigida a Je-
remías respecto a todos los ju-
díos que moraban en el país de Egip-
to, los habitantes en Migdol, Tafnis,
Nof y en la región de Patrós ; a sa-
ber : 3 «Así habla Yahveh de los ejér-
citos, Dios de Israel : Vosotros ha-
béis visto toda la desventura que he
atraído sobre Jerusalén y sobre to-
das las ciudades de Judá ; y ved que
son un montón de ruinas actualmen-
te v carecen de habitantes, 3 a causa
de "la maldad .que cometieron, ofen-
diéndome, yendo y quemando in-
cienso, sirviendo a otros dioses, a
quienes no habían conocido ni ellos,
ni vosotros, ni vuestros padres. 4 Y
os envié a mis servidores los profe-
tas desde muy temprano y sin cesar,
diciendo : No hagáis tal abomina-
ción que aborrezco ; 5 mas no escu-
charon ni prestaron oído para con-
vertirse de su maldad, a fin de no
quemar incienso a dioses extraños.
6 Por eso se descargaron mi furor y
mi cólera v encendiéronse contra las
ciudades de Judá y las calles de Je-
rusalén, y trocáronse en montones
de ruina y desierto, como en el día
presente ocurre.
' Ahora, pues, así habla Yahveh,
Dios de los ejércitos, Dios de Israel :
«¿Por qué cometéis maldad tan
grande contra vosotros mismos, ex-
terminando entre vosotros a hom-
bres }• mujeres, a niños y lactantes,
en medio de Judá, de forma que no
dejaréis; rastro de vosotros, 6 irritán-
dome con las obras de vuestras ma-
nos, quemando incienso a dioses ex-
traños en el país de Egipto, adonde
habéis entrado para morar como in-
migrantes, resultando que os exter-
mináis y os convertís en maldición
v oprobio entre todas las gentes de
la tierra ? 9 ¿ Acaso habéis olvidado
las maldades de vuestros padres, las
maldades de los reyes de Judá, las
maldades de vuestros jefes a, vues-
tras propias maldades y las de vues-
tras mujeres, que se cometieron en
tierra de Judá y en las calles de Je-
rusalén ?» 10 Y b no se han arrepenti-
do de corazón hasta el día de hoy,
ni han temido, ni han caminado con
arreglo a mi ley y mis estatutos, que
yo promulgué a ellos y a sus pa-
dres. " Por tanto, así dice Yahveh
de los ejércitos, Dios de Israel : He
aquí que yo vuelvo mi rostro contra
vosotros con mal designio y para
aniquilar a todo Judá. a Y cogeré al
resto de Judá, que volvieron su ros-
tro hacia Egipto para ir a morar
J° Tapiz : o bien, dosel, bóveda.
"Espulgará: así como imagen de la devastación de Egipto; V «se vestirá».
13 Massebás : obeliscos, estelas..., como repetidamente hemos visto. || Del templo
dei. Sol : «los obeliscos de Heliópolis que están en Om, tradujeron los Setenta. De
Heliópolis preeminente fué traído a Italia por Calígula el obelisco de la plaza de
.San Pedro de Roma.
44 u A iodo Judá : e. d., el de Egipto, no el de Babilonia.
- I448 -
44 13-21
JEREMÍAS
44 22-26
allá, y perecerán todos en tierra de
Egipto, caerán a espada, se consu-
mirán de hambre, desde el menor al
mayor ; a espada y de hambre mori-
rán, y servirán de execración, ho-
rror, maldición y oprobio. 13 Y cas-
tigaré a los que habitan en el país
de Egipto como castigué a Jerusa-
lén, con la espada, el hambre y la
peste. M Y el resto de Judá que par-
tió a morar a Egipto no tendrá eva-
dido ni superviviente para poder re-
gresar al país de Tudá, donde anhe-
lan volver a habitar ; pues no tor-
narán c sino algunos fugitivos c.
15 Entonces respondieron a Jere-
mías todos los hombres que sabían
que sus mujeres quemaban incienso
a dioses extraños, todas las mujeres
que se hallaban presentes, formando
una gran, comunidad, y todo el pue-
blo que moraba en tierra de Egipto,
en Patrós, en los siguientes térmi-
nos : 16 «La exigencia que nos has
propuesto en nombre de Yahveh, no
queremos escucharla ; 17 pues esta-
mos resueltos a llevar a efecto toda
promesa que ha salido de nuestra
boca, de quemar incienso a la reina
de los cielos y derramando en su
honor libaciones, como hicimos nos-
otros, nuestros padres, nuestros re-
yes y nuestros jefes, en las ciudades
de Judá y en las calles de Jerusalén,
mientras" nos hartábamos de pan,
éramos felices v no veíamos la des-
ventura. 18 Mas desde que cesamos
de quemar incienso a la reina del
cielo v de derramar libaciones en su
honor, hemos carecido de todo y a
espada y de hambre nos hemos con
sumido. M Y cuando nosotras que-
mamos incienso a la reina del cielo
v derramamos libaciones en su ho-
nor, ¿ acaso le hacemos tortas a ima-
gen suya y la derramamos libaciones
sin [saberlo] nuestros maridos ?»
31 Entonces replicó Jeremías a to
do el .pueblo, a los varones, a las
muieres y a la gente toda que le
había dirigido la palabra, diciendo :
M «El sacrificio humeante que que-
masteis en las ciudades de Judá y
en las calles de Jerusalén vosotros,
vuestros padres, vuestros revés, vues-
tros dignatarios y el pueblo' del país,
¿acaso no lo ha recordado Yahveh
y no le ha venido a las mientes ?
* Y Yahveh no pudo soportar más
ante la maldad de vuestras accio-
nes, ante las abominaciones que co-
metisteis, y, en consecuencia, vuestro
país ha quedado trocado en montón
de ruinas, objeto de horror y mal-
dición, sin ningún habitante, como
hoy ocurre. 23 Porque habéis quema-
do sacrificio humeante y pecado con-
tra Yahveh, y no habéis escuchado
Lagar
la voz de Yahveh ni habéis camina-
do conforme a su ley, sus preceptos
y sus testimonios, por eso os ha
acaecido esta desgracia, como hoy
sucede.»
34 Y dijo Jeremías d al pueblo en-
tero y d a todas las mujeres : «Es-
cuchad la palabra de Yahveh 6 todos
los de Judá que estáis en el país de
Egipto e. 25 Así dice Yahveh de los
ejércitos, Dios de Israel, a saber :
f Yosotros y vuestras mujeres ' lo
habéis prometido por vuestra propia
boca y llevado a efecto con vuestras
manos, diciendo : Hemos de cumplir
puntualmente los votos que hemos
hecho de quemar incienso a la reina
del cielo y derramar en su honor liba-
ciones. Ciertamente, ratificad vues-
tros votos, dad cumplimiento a vues-
tros votos e. M Por eso, escuchad la
15 Todas las mujeres que probablemente asistirían a alguna solemnidad idolátri-
ca, ya que las costumbres judías no toleraban que las mujeres se reuniesen en gran
número sino para tales solemnidades.
18 Y A espada... nos hemos CONSUMIDO : se referían, sin duda, a la derrota que Josías
tuvo en Meguiddó después de destruir el culto de los falsos dioses.
18 La reina del cielo : cf. 5, 18.
— 1449 —
44 27-46 4
JEREMÍAS
44 29-46 4
palabra de Yahveh todos los de Judá
que moráis en el país de Egipto : He
aquí que juro por mi gran nombre,
afirma Yahveh, que no será más in-
vocado mi nombre por boca de hom-
bre alguno de Judá que diga : "¡ Por
vida del Señor, Yahveh !', en todo el
país de Egipto. 21 Ve ahí que yo vi-
gilo sobre ellos en perjuicio suyo y
no en su beneficio, y todos los hom-
bres de Judá que se hallan en tierra
egipcia perecerán por la espada y
el hambre hasta su aniquilamiento.
28 h Y los escapados de la espada re-
gresarán del país de Egipto a la tie-
rra de Judá escasos en número h.
Conocerán, pues, todos los restantes
de Judá venidos al país de Egipto a
morar allí la palabra de quien es la
que se ha cumplido, si la mía o la
de ellos. 20 Y ésta será para vosotros
la 6eñal, declara Yahveh, de que yo
os he de castigar en este lugar, a fin
de que sepáis que con seguridad se
han de cumplir mis palabras sobre
vosotros para desgracia. *° Así afir-
ma Yahveh : He aquí que yo entrego
al Faraón Jofrá, rey de Egipto, en
manos de sus enemigos y en mano
de quienes atenían contra 6U vida,
conforme entregué a Sedecías, rey
de Judá, en poder de Nabucodono-
sor, rey de Babilonia, enemigo 6uyo,
que buscaba su vida.»
Oráculo que Jeremías dirigió a Baruk
A C 1 Palabra que el profeta Jere-'
mías dirigió a Baruk, hijo de
Neriyyá, cuando éste escribió en un
rollo estas palabras dictadas de la-
bios de Jeremías, en el año cuarto
de Joaquim, hijo de Josías, rey de
Judá; a saber: 2 «Así habla Yahveh,
Dios de Israel, respecto a ti, Baruk.
3 Tú dices : ¡ A y de mí, pues Yahveh
añade pena a mi dolor ; me canso de
gemir y no hallo descanso ! 4 a Así
le has de decir a : Así habla Yah-
veh : He aquí que lo que había cons-
truido lo destruyo, y lo que había
plantado lo arranco, y esto en todo el
país. 6 Y tú, ¿ aspiras a grandes co-
sas para ti? No aspires a ello ; pues
he aquí que yo atraeré desgracia so-
bre todos los mortales, declara Yah-
veh, mas a ti te concederé la vida
como botín en todos los lugares
a donde vayas.»
Dos oráculos contra Egipto
a ¿? 1 Palabra de Yahveh que fué
dirigida al profeta Jeremías so-
bre las naciones.
2 Acerca de Egipto. Contra el ejér-
cito del Faraón Nekó, rey de Egipto,
que se hallaba junto al río Eufrates,
en Karkemis, y a quien Nabucodo-
nosor, rey de Babilonia, batió el año
cuarto de Joaquim, hijo de Josías,
rey de Judá.
3 Preparad escudo y pavés | y avanzad hacia el combate ;
1 aparejad los caballos | y montad, jinetes ;
colocaos en las filas con los yelmos, | bruñid las lanzas ;
vestios las corazas.
so Jofrá : G tVafré».
AK 1 Este capítulo forma en los Setenta al final del 41.
ítO 3 |Ay de mí 1 : tenía miedo el profeta Baruk de ser llevado cautivo a Babilonia
o de perecer en el infausto tiempo anunciado por Jeremías.
* Lo que había construido : dice que la nación que El se había escogido va a ser
destruida.
"Todos los mortales: lit., toda carne. || Te concederé la vida: fueron puestos
en libertad por Nabucodonosor y se les permitió vivir donde quisieran.
Af* > Nekó o Nekaq, hijo de Psamético I, reinó del año 611 al 595 a. de C. y en-
■W tronizó a Joaquim en el solio de Judá.
— 1450 —
46 5-21
JEREMÍAS
46 5"21
5 ¿ Por qué veo [esto] ? | Se hallan consternados,
retroceden ; | sus más aguerridos batidos están
y han huido por completo | sin volver la cabeza ;
terror por doquiera — afirma Yahveh.
* El más ágil no podrá huir | y el más aguerrido no escapará.
Ai norte, a la vera ' del río 0 Eufrates, | se precipitan y caen.
' ¿ Quién es ése que sube como el Nilo, | como ríos sus aguas se alborotan ?
5 Egipto. Sube como el Nilo | y como ríos se agitan sus aguas.
Y dice : «Subiré, inundaré la tierra, I
arrastraré la ciudad y los que en ella habitan.»
• ¡ Avanzad, caballos ! ; | ¡ corred furiosos, carros ! ;
¡salgan los héroes!, | los de Kus y Put,
que embrazan el escudo, | y los lidios, que entesan b el arco.
Ese día es para el Señor, Yahveh a de los ejércitos a, |
día de venganza, para vengarse de sus enemigos.
Devora, la espada ¡ sáciase, se embriaga de la sangre de ellos ;
pues el Señor, Yahveh de los ejércitos, celebra un sacrificio |
en la tierra del norte, junto al río Eufrates.
11 ¡ Sube a Galaad, toma bálsamo, |oh doncella, hija de Egipto!
En vano multiplicas los remedios ; | no tienes cura.
n Las naciones han tenido noticia de tu ignominia, |
tu clamor ha henchido la tierra.
El héroe tropieza con el héroe : | juntamente caen los dos.
13 Palabra que Yahveh dirigió al profeta Jeremías sobre la venida de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, a batir al país de Egipto :
M ¡ Anunciadlo en Egipto, pregonadlo en Migdol ; |
proclamadlo en Nof y en Tafuis !
Decid : «¡Alinéate y está presto, | pues la espada devora a tu alrededor!»
■ ¿ Por qué yace postrado tu Toro ? | No se mantiene en pie,
pues Yahveh lo ha empujado, tirándolo. I
" Muchos han tropezado e incluso caído ;
unos a otros se dicen : | «¡Arriba! Volvamos a nuestro pueblo
v a nuestra patria, | huyendo de la espada destructora.»
17 Llamad por nombre c al Faraón, | d rey de Egipto d, 'Tumulto
que ha dejado pasar el plazo'.
19 Por vida mía — afirma el Rey, | cuyo nombre es Yahveh de los ejércitos —
que como el Tabor, entre las montañas, |
y como el Carmelo, que domina el mar, ha de venir.
™ Prepárate el bagaje para el cautiverio, | ¡ oh moradora del Egipto ! ;
pues Nof trocaráse en desolación | y quedará devastada sin habitantes.
■ Una novilla muy hermosa era Egipto, |
[mas] del norte viene un tábano sobre ella».
21 También sus mercenarios en medio de ella |
son como novillos cebados en el establo ;
y ellos también vuelven la espalda, huyen todos juntos, | no resisten,
porque el día de su infortunio hales sobrevenido, | el tiempo de su castigo.
13 La venida... a batir : segunda profecía relativa a la expedición de Xekao contra
Egipto después de la toma de Jerusalén.
15 Yace postrado tu Toro o tu buey : algunos interpretan «ha huido Apis», tu buey
o tu toro ; cf . G : iha huido tu Apis, ese toro que habéis escogido». Tu Toro equi-
valdría para algs. a (¡tus guerreros».
18 Muchos han tropezado e incluso caído... : o vacilan y caen ; lit., imultiplicó el
vacilante ; también cayó cada uno a su compañero y dijeron» ; V «Multiplicant
ruentes, ceciditque vir ad proximum suum : et dicent». Seguimos, en general, a Kit,
basado en G. || La espada destructora : V na facie gladii columbae» ; cf. 50, 16.
" Verso muy oscuro y diversamente interpretado. ¿ Alusión a la forma egipcia del
nombre del faraón Hofra o Jofrá ? ¿ A las inundaciones del Nilo por todo el país?...
18 Ha de venir :. e. d., el invasor.
50 Una novilla : llama así a Egipto por la vida pacífica y abundante de todo que
entonces disfrutaba.
— 1451 —
46 22-47 5
JEREMÍAS
46 22-47 6
Su voz es cual {silbido de] serpiente que marcha, |
pues con ímpetu avanzan,
llegan a ella con hachas, | cual si fueran leñadores.
" Talan su bosque — afirma Vahveh — , | pues no puede explorarse ;
porque se han multiplicado más que la langosta | y no tienen número.
* La hija del Egipto está cubierta de vergüenza, |*
ha sido entregada en manos del pueblo del norte.
26 Yahveh de los ejércitos, Dios de
Israel, dice : «He aquí que vov a
castigar a Amón de No, f al Faraón f,
a Egipto, sus dioses y sus reyes, y
aO Faraón y quienes en él confían ;
:6 y los entregaré en manos de aque-
llos que buscan su vida, en manos
de Nabucodonosor, rey de Babilonia,
y las de sus subditos' Y después de
esto [Egipto] será habitado como en
tiempo anterior, dice Yahveh.
•' Mas tú notemas, siervo mío Jacob, | ni tiembles, ¡oh Israel! ;
pues he aquí que yo te salvaré de país lejano, |
y a tu descendencia de tierra de exilio,
y volverá Jacob y descansará, |
vivirá tranquilo, sin que haya quien lo aterre.
28 Tú no temas, siervo mío Jacob — declara Yahveh — , | pues contigo estoy ;
porque exterminaré a todas las naciones | en donde te he dispersado,
mas a ti no te exterminaré, | sino que te castigaré con arreglo a justicia |
y no te dejaré impune en modo alguno.»
Vaticinio contra los filisteos
A H 1 Palabra de Yahveh que fué dirigida al profeta Jeremías * acerca de
^ * los filisteos, antes de que el Faraón expugnase a Gaza.
2 Así habla Yahveh :
«He aquí que suben del norte aguas, |
y se convierten en torrente desbordante,
e inundan la tierra y cuanto contiene, ¡ la ciudad y sus habitantes.
Y claman los hombres y se lamentan | todos los moradores del país.
3 Al ruido de los cascos de sus caballos, |
al trepidar de sus carros, al estrépito de sus ruedas,
no se vuelven los padres hacia los hijos |
por el desfallecimiento de sus brazos ;
4 por el día que llega para ruina | de todos los filisteos,
para exterminar a Tiro y Sidón | todo resto de auxiliador ;
pues Yahveh va a destruir a los filisteos, |
los residuos de la isla de Kaftor.
'■ Gaza ha quedado decalvada, | ha enmudecido Asquelón
v el resto de sus valles b. | ¿ Hasta cuándo te harás incisiones ?
• Su voz es cual [silbido de] SERPIENTE que MAuciiA : o bien, «óyese ruido como de
serpiente cute camina»; V «su voz sonará cual de bronce»; Kit 1. (prh.) c. G «[óye-
se] voz (ruido) como de serpiente que silba» ; otros, c ST, «como de serpiente que
se arrastra».
26 Amón de No : G «Amón, su hijo».
s*-58 Cf . 30, 10-11. Aquí sería add. ; G lo omite (cf. Kit).
atj 1 Ei. Faraón : Psamético I o Nekao II.
' 5 Suben del norte aguas : esto es, los ejércitos de Nabucodonosor.
■■Todo resto de auxiliador: e. d., todos los aliados que quedan. || Kaftor:
e. d., Creta (V «Capadocici») y la zona marítima adyacente, de donde partieron los
filisteos a colonizar la costa palestintnse. Otros piensan que es Chipre.
6 Gaza ha quedado decalvada : a G. le ha sobrevenido calvez o está de luto. Mien-
tras duraba óste solían afeitarse la cabeza antiguamente.
— 1452 —
47 6-48 16
JEREMÍAS
47 6-48 13
' ¡Ay, espada de Yahveh!, | ¿ hasta cuándo no reposarás?
Vuelve a tu vaina, | descansa y sosiega.
! ¿Cómo ha de reposar0, | si Yahveh le ha dado orden?
Contra Asquelón y la costa del már,
allí la ha destinado.»
Oráculo contra Moab
A o 1 Acerca de Moab.
^'<-> Así dice Yahveh de los ejércitos, Dios de Israel :
« j Ay de Nebó, que ha sido devastada ! |
Cubierta de vergüenza, tomada ha sido Quirvaláyim ;
cubierta de vergüenza Miss^ab v derruida ; '
• no existe ya la gloria de Moab.
En Jesbón se maquina contra ella desgracia : |
«¡Ea, aniquilémosla de entre las gentes!»
También tú, Madmén, perecerás, | tras de ti caminará la espada.
3 Oyense gritos de la parte de Joronáyim, | devastación, ruina enorme.
4 Quebrantada está Moab, | hacen oír' los gritos hasta cu Segor*.
5 Ciertamente, la subida de Lujit, ] con llanto se sube por ella b ;
en verdad, en la bajada de Joronáyim | gritos de quebranto se oyen.
" Huid, salvad vuestra vida, | sed como el enebro en el desierto.
: Ciertamente, pues que has puesto tu confianza en tus obras y tus tesoros, ]
también tú serás tomada ;
y saldrá Kamós para el exilio, | a una con sus sacerdotes y sus príncipes.
5 Y penetrará el devastador en cada ciudad, |
sin que se escape ciudad alguna ;
el valle será asolado, | saqueada la llanura, | como ha indicado Yahveh.
' Dad alas a Moab | por que emprenda su vuelo ;
sus ciudades trocaránse en desolación, | sin habitantes en ellas.
10 Maldito quien hace la obra de Yahveh con incuria, |
y maldito el que aparta su espada de la sangre.
11 Tranquila está Moab desde su juventud | y reposa sobre sus heces ;
no ha sido trasvasada de vasija en vasija I ñi al destierro marchó ;
por eso se ha mantenido en ella su sabor, | y su aroma no se ha alterado.
* Por eso he aquí que vienen días,
declara Yahveh, en que le enviaré
trasvasadores para que la trasva-
sen : vaciarán sus vasijas y harán
pedazos sus tinajas. 13 Y se avergon-
zará Moab de Kamós como la casa
de Israel se avergonzó de Bet-El, su
confianza.
" ¿Cómo podéis decir : | «Somos aguerridos, |
hombres fuertes para el combate ?»
15 El devastador de 0 Moab d y sus ciudades avanza d, |
la flor de su juventud desciende a la matanza.
e Oráculo del Rey, cuyo nombre es Yahveh de los ejércitos e.
10 Próximo a llegar está el infortunio de Moab. |
y su desventura se precipita grandemente.
AQ 1 Misgab : o la Fortaleza (ArceV Otros, «la ciudadcla», no como nombre propio ;
^° V «la fuerte».
•Salvad vuestra vida: o bien, vuestras personas, e. d., salvaos. I| Enebro: otros,
tamarisco (V), retama... G «onagro».
'Tus obras: otros, «tus ídolos» ; V «munitionibus tuis». ¡| Kamós: dios de la
fcuerra, ídolo moabita.
— HSi —
48 "-35
JEREMÍAS
48 17-36
" Hacedle duelo todos sus vecinos, | y cuantos conocéis su nombre
decid : ¡Cómo se ha quebrado el bastón poderoso, | el cetro glorioso!
18 Desciende de la gloria y siéntate en el suelo árido f, | población de Dibón ;
porque el devastador de Moab sube contra ti, | derrueca tus fortalezas.
"Sitúate en el camino y otea, | ¡oh moradora de Aroer!,
pregunta al fugitivo y al evadido, | di : «¿Qué ha sucedido?»
Moab se ha cubierto de vergüenza, pues está quebrantada ; |
¡ ululad y gritad !
23 Ha llegado el juicio sobre el país
de la llanura : sobre Jolón, sobre
Yahas y sobre Mefaat ; 22 sobre Di-
bón, sobre Nebó y sobre Bet-Diblatá-
yim ; 23 sobre Ouiryatáyim, sobre Bet-
Gamul y sobre Bet-Meón ; 24 sobre
Queriyyot y sobre Bosrá, y sobre to-
das las ciudades del país de Moab,
las lejanas y las próximas.
25 Ha sido roto el cuerno de Moab, |
y su brazo hase quebrado — e afirma Yahveh ".
2,1 Embriagadlo, pues se ha crecido contra Yahveh, y prorrumpa Moab
en su vómito y conviértase en objeto de burla también él.
27 ¿No ha sido para ti Israel motivo de burla? |
¿ Ha sido sorprendido entre ladrones,
que cuantas veces hablas de él mueves [despectivo] la cabeza ?
28 ¡ Abandonad las ciudades y avecindaos en las rocas, | habitantes de Moab!
Haced como la paloma, que anida |
en los flancos de la abertura de las barrancas.
29 Hemos tenido noticia de la soberbia de Moab, | la muy orgullosa ;
de su orgullo, su soberbia, su insolencia | y la altivez de su corazón.
80 Yo conozco su jactancia — 6 dice Yahveh 6 — | y su mendaz palabrería ; ]
mentira es lo que hacen.
81 Por eso me lamento sobre Moab, | y sobre Moab entero clamo, |
ipor los hombres de Quir-jeres gimo.
32 Con el llanto de Yazer lloro por ti, | ¡ oh cepa de Sibmá ! ;
tus sarmientos traspasaban la mar, | hasta el mar de Yazer llegaban.
Sobre tu cosecha y tu vendimia | ha caído el devastador.
03 Han desaparecido el gozo y la alegría |
de la campiña feraz y de la tierra de Moab
y he hecho faltase el vino de las tinas ; | no pisa ya el pisador z
ni se oye ya el hedad.
34 El clamor de Jesbón llega hasta veh, los que ofrecen holocausto h
Elalé, hasta Yahas enriten su voz <¡obre 1 los lugares altos y quienes
desde Soar hasta Joronavim, Eglat- queman incienso a sus dioses. 36 Por
Selisiyyá, pues también las aguas de eso mi corazón, como una flauta,
Nimrim se convierten en desierto. I gime por Moab, y mi corazón gi-
83 Y exterminaré de Moab, dice Yah I me cual flauta por Ouir-jéres ; por
25 El cuerno: e. d., la potencia, la fuerza, el orgullo...
26 Prorrumpa en su vómito : cf. G : «Moab palmoteará y se reirán de ella» ; V
«allidet manum M. in vomitu».
28 Flancos de la abertura de las barrancas : asi lit. ; texto dudoso.
™-v> Cf. Is. 16, 6-12 ; 15, 2 ss.
82 Con el llanto de Yazer: cf. Is. 16, 8-g. Otros, «más que con el llanto...» || El
mar o lago de Yazer : es cosa ignorada. Algs. interpretan el mar Muerto ; otros su-
primen la voz amar».
33 Ni se oye ya el hedad : Ht. (crrp. ?) : «el hedad (grito o cauto de júbilo de
vendimiadores y pisadores) no es ya hcdadn, que podría significar: el hedad o grito
que ahora se oye no es el del vendimiador, sino el alarido guerrero.
MCf. Is. is, 4-6.
so Como una flauta gime : los hebreos y otros pueblos de la antigüedad solían tocar
la flauta, muy larga a veces, lo mismo en los funerales y duelos que en las alegrías
familiares o públicas.
— 1454 —
4 8 37-49 3
JEREMÍAS
48 39-49 3
cuanto el residuo que habían con-
seguido se ha perdido. r Pues todat-
las cabezas están decalvadas, y todas
las barbas, cortadas ; en todas las
manos hay incisiones, y sobre lo*
lomos, sacos. 58 Sobre todos los te-
rrados de Moab y eu sus plazas, to-
do es lamentación, porque he hecho
pedazos a Moab como vasija inútil,
afirma Yahveh. 89 ¡ Cuán quebranta-
do está Moab ! ¡ Ululad ! ¡ Cómo ha
vuelto Moab la espalda vergonzosa-
menté ! Y se trocará Moab en irri-
sión y causa de terror de todos sus
circunvecinos. 40 Pues así habla Yah-
veh :
1 He aquí que vuela cual un águila | y despliega sus alas sobre Moab
41 Han sido ocupadas las ciudades | y las cumbres de los montes tomadas,
y el corazón de los valientes de Moab es en aquel día |
como corazón de mujer en las angustias del parto.
42 Y será exterminado Moab de entre los pueblos, |
porque se creció contra Yahveh.
43 Terror, foso y lazo | sobre ti, | oh habitante de Moab! — declara Yahveh.
44 Quien huya del terror | caerá en el foso,
y el que suba del foso | será prendido en el lazo.
Pues acarrearé tales cosas sobre Moab |
en el año de su castigo — afirma Yahveh.
46 A la sombra de Jehón se detienen, | sin fuerzas, fugitivos ;
pues fuego sale de Jesbón | y una llama de en medio de Sijón,
y devorará las sienes de Moab | y el colodrillo de la gente tumultuosa.
" jAy de ti, Moab! [ ¡Perdido estás k, pueblo de Kemós!,
pues tus hijos han sido cogidos cautivos | y tus hijas en cautiverio.
4: Pero yo haré volver a los desterrados de Moab al final de los días» — dice
Yahveh.
Hasta aquí el juicio sobre Moab.
Vaticinios contra los ammonitas, Edom, Damasco, las
tribus árabes y Elam
AQ 1 Sobre los hijos de Ammón.
Así habla Yahveh :
«¿No tiene acaso hijos Israel, | carece por ventura de heredero?
¿Por qué, pues, ha heredado Milkom 8 a Gad, |
y su pueblo en sus ciudades se ha establecido ?
" Por eso he aquí que vienen días — afirma Yahveh,
en que haré oír contra Rabbat de los ammonitas | el grito de guerra,
y se convertirá en devastada colina de ruinas, |
y sus hijas serán incendiadas.
E Israel heredará a sus propios herederos — declara Yahveh.
'Ulula, Jesbón, pues ha sido devastada Ay ; | clamad, hijas de Rabbat ;
ceñios de saco, plañid | y corred acá y allá por entre los muros,
pues Milkom* partirá al cautiverio, |
juntamente con 6us sacerdotes y sus príncipes.
w Sobre todos los terrados : siendo planos los techos de las casas, solían subir a
ellos en las públicas calamidades.
41 Cumbres de los montes : o bien, las fortalezas.
46-" Faltan en G y pueden cf. c. Núm. 21, 28-29, y 24, 17.
AQ - Sus hijís : e. d., sus villas anejas y circundantes.
rtif 3 pOR entre los muros ¡ e. d., entre las cercas de los viñedos, o sea fuera de la
ciudad, por el campo. Así quizá ; pero otros, como Kit, modifican H y leen entre
las bandas o partidas... (cf. 48, 37), o bien suprimen H c. G.
— 1455 —
49 «-i»
JEREMÍAS
49 4-i3
' i Por qué le glorías de los valles ? Fértil es tu valle, | ¡ oh hija desleal ! \
confiada en tus tesoros, | que decías*: «¿Quién vendrá contra mi?»
5 He aquí que atraigo contra ti el terror, |
d dice el Señor, Yahveh de los ejércitos d, | de todas partes,
y seréis expulsados cada uno de por sí |
y no habrá quien congregue a los fugitivos.
" Mas después de esto haré volver a los desterrados ammonitas» — declara
Yahveh.
■Sobre Edoin.
Así habla Yahveh de los ejércitos : |
«¿ Acaso no hay ya sabiduría en Temán ?
Ha desaparecido el consejo de los inteligentes ? |
¿Se ha corrompido su inteligencia?
s Huid, volved la espalda, asentaos en sitios profundos, |
habitantes de Dedán ;
pues el infortunio de Esaú acarreo sobre él, |
el tiempo en que le castigo.
u Si vinieren sobre ti vendimiadores, | no dejarán rebusco ;
si ladrones durante la noche, | destruirán lo que les baste.
'" Ciertamente, yo deapojo a Esaú, | descubro sus escondrijos, |
y no podrá ocultarse.
Arruinada está su descendencia, así como sus hermanos |
y sus vecinos ; ya no existirá más.
J1 Deja a tus huérfanos, yo los haré vivir, | y tus viudas en mí confiarán.
mí mismo he jurado, afirma Yah-
veh, que en horror, oprobio, región
desolada y maldición se trocará Bos-
rá, y todas sus ciudades serán rui-
nas perpetuas.»
12 Pues así dice Yahveh : «He aquí
que los que no estaban destinados a
beber la copa la beberán de cierto,
y tú, ¿habrás de quedar impune?
¡ No quedarás impune, pues la has
de beber sin remedio ! " Porque por
Una nueva he oído procedente de Yahveh ]
y un heraldo ha sido enviado a las gentes :
[ Congregaos y venid contra él, I alzaos en son de guerra !
15 Pues he aquí que te he heoho pequeñuelo entre las naciones, |
despreciado entre los hombres.
16 Tu horridez te ha engañado, | la soberbia de tu corazón ;
tú que habitas las cavernas de la roca |
y te aferras a la cumbre de las colinas.
Aunque colocaras en alto tu nido, como el águila, |
de allí te haré bajar — dice Yahveh.
" Edom resultará un horror ; todo
el que pase por ella quedará asom-
brado y silbará burlón a la vista de
todas sus plagas. w Como la destruc-
ción de Sodoma v Gomorra y sus
vecinas, afirma Yahveh ; no habita-
rá allí nadie ni morará en ella hijo
de hombre. 19 He aquí que cual un
león sube de la gloria del Jordán
a los pastizales de perenne verdor.
4¿... de los valles? Fértil es tu valle : V «¿... en los valles ? Se deshizo tu
valle» ; Kit 1. sólo «(te glorías) de tu valle».
'Los inteligentes: prudentes...; V «los hijos».
»Cf. Abd. 5. 1 1 * Destruirán lo uue les baste: e. d., saquearán cuanto puedan, a
su gusto.
'»Cf. Abd. 6.
*"« Cf. Abd. 1-4.
« Cf. 19, 8.
18 Cf. 50, 40.
"«'Cf. so, 44-46.
'"La gloria del JORDÁN : e. d., la espesura lujuriante de su valle (cf. 12, 5). || De
perenne verdor: hebr. et&H ((; «hacia Ethan») ; algs. corrigen «de Temán>.
— M56 —
49 21-35
JEREMÍAS
49 20-35
Ciertamente, en un momento le ha-
ré partir de su tierra, y ¿ quién será
el escogido que sobre ella ha de es-
tablecer ? Pues ¿ quién hay como yo ?
Y ¿quién me citará a su tribunal?
Y ¿quién es el pastor que me haga
frente? " Escachad, pues, la deci-
sión que Yahveh ha tomado contra
Edom y los iplanes que ha tramado
| contra los habitantes de Temán.
En verdad, los arrastrarán por tierra los zagalejos de la grey ; |
ciertamente será asolada e con ellos su morada.
21 Al rumor de su caída se estremece la tierra ; |
el clamor de su voz ' óyese en el mar Rojo.
~ He aquí que ^ remonta como el águila y vuela, |
y despliega sus alas sobre Bosrá,
y el corazón de los valientes de Edom es en aquel día |
como el 'corazón de una mujer en las angustias del parto.»
23 Sobre Damasco.
«Abochornadas están Jamat y Arpad, | pues una mala nueva han oído ;
tiembla su corazón de s inquietud, | sin poder sosegarse.
t1 Ha desfallecido Damasco, apréstase a huir ; |
el terror se apodera de ella ;
h es presa de la angustia y los dolores | como mujer en parto h.
" ¡ Cómo 1 han desamparado a la ciudad famosa, | la ciudad alegre 1/
* Por eso caerán sus jóvenes en sus plazas |
y todos los guerreros perecerán aquel día — afirma Yahveh de los ejér-
citos.
" Y prenderé fuego a las murallas de Damasco |
y devorará los palacios de Ben-Hadad.»
28 Sobre Quedar y los reinos de Jasor, que batió Nabucodonosor, rey de
Babilonia. Así dice Yahveh :
«¡Levantaos, subid contra Quedar, | asolad a los hijos de Oriente!
23 Sus tiendas y rebaños serán tomados ; | sus pabellones y todo su bagaje
y sus camellos se llevarán, | y les gritarán : «¡Terror por todos lados!»
m Huid, escapad a toda prisa, | asentaos en sitios profundos, |
habitantes de Jasor — dice Yahveh.
Pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, |
ha concebido contra vosotros un designio,
ha maquinado contra vosotros un plan. |
31 Alzaos, subid contra una nación tranquila, |
que vive confiada — afirma Yahveh ;
no posee ni puertas ni cerrojos, | habita solitaria.
32 Y sirvan sus camellos de botín, I
y la multitud de sus ganados, de presa.
Y esparciré a todos los vientos a los de rapadas sienes |
y de todos los k lados traeré el infortunio — declara Yahveh.
33 Y trocaré Jasor en guarida de chacales, | en desierto para siempre ;
no habitará allí nadie | ni morará en ella hijo de hombre.»
34 Palabra que Yahveh dirigió al profeta Jeremías sobre Elam, al co-
mienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, a saber : 35 Así dice Yahveh
de los ejércitos :
- 30 Los zagalejos de la grey : cf. V ; otros, «los más pequeños» o débiles del rebaño,
e d., la tribu de Benjamín, designada con este epíteto por su escaso número ; otros,
■como débiles reses de ganado menor».
22 Cf. 48, 40 s.
23 Cf. Is. 57, 20.
36 Cf. 50, 30, aquí prb. add., dice Kit.
21 Cf. Am. 1, 14, 4.
80 Asentaos... : cf. 8 b.
re Los de rapadas siexes : o «recortados, rasurados parietales», alusión a la costum-
bre beduina de recortarse el pelo en círculo.
"Cf. 18 b.
— 1457 —
49 36-50 12
JEREMÍAS
49 36-50 12
«He aquí que vo quiebro el arco de Elam, | lo principal de su fuer/a '
3,; Atr aeré sobre Elam los cuatro vientos | de los cuatro extremos del cielo •
y los dispersaré a todos estos vientos y no habrá nación adonde no lleguen
los fugitivos de Elam.
s: E infundiré terror a Elam ante sus enemigos |
y ante quienes atentan contra su vida ;
y acarrearé sobre ellos la desgracia, | el furor de mi cólera— dice Yahveb ;
y enviaré tras ellos la espada | hasta que yo los haya consumido.
3S Y colocaré mi trono en Elam |
y exterminaré de allí rey y príncipes — afirma Yahveh.
38 Pero resultará que al final de los días haré tornar a los desterrados
de Elam», declara Yahveh.
Oráculo contra Babilonia
r rv 1 Palabra que pronunció Yahveh sobre Babilonia y sobre el país de
oyj los caldeos por medio del profeta Jeremías :
2 Anunciadlo entre las naciones, pregonadlo, |
enarbolad enseña, pregonadlo a ; \ no ocultéis nada, decid :
«Babilonia ha sido tomada, avergonzada' Bel, | vencida Merodak.»
Sión, hacia allá su rostro : «¡Venid
Avergonzadas han quedado sus
esculturas, destruidos sus ídolos.
3 Pues avanza contra ella del norte
un pueblo que convertirá a su terri-
torio en desierto y no -habrá en ella
habitante ; desde los hombres hasta
las bestias han buido, han desapa-
recido. 4 En aquellos días y en aquel
tiempo, afirma Yahveh, vendrán los
hijos de Israel y juntamente con
ellos los hijos de Judá ; caminarán
llorando y a Yahveh, su Dios, bus-
carán. 6 Preguntarán el camino hacia
y unámonos a Yahveh con alianza
eterna, que no se olvide!» 6 Rebaño
descarriado era mi pueblo ; sus pas-
tores habíanlo extraviado, por las b
montañas habíanlo hecho vagar ; de
monte en colina caminó olvidado de
su majada. 1 Todo el que lo hallaba
devorábalo, y sus enemigos decían :
«No incurrimos en culpa, por cuanto
han pecado contra Yahveh, morada
de justicia y esperanza de sus pa-
dres, Yahveh c.»
6 Huid de en medio de Babilonia. | y de la tierra de los caldeos salid,
y sed como los machos cabríos f ante el rebaño.
9 Pues he aquí que yo suscito y lanzo contra Babilonia |
una reunión de grandes naciones
desde el país del norte, que se aprestarán contra ella |
y desde allí será conquistada.
Sus saetas, cual las de guerrero experto, | no volverán de vacío.
10 Y servirá la Caldea de presa ; |
todos sus despojadores se hartarán — dice Yahveh.
11 Aunque os alegréis, aunque exultéis de gozo, |
saqueadores de mi herencia ;
aunque saltéis como becerros en la hierba d | y relinchéis cual caballos,
12 la vergüenza de vuestra madre será mucha, |
será confundida la que os dió a luz.
31 Y enviaré... consumido : repite 9, 15 b.
prrw 3 Un pueblo : e. d., los medo-persas
OU 1 No incurrimos en culpa : los vencedores serían los ejecutores de las divinas
venganzas.
8 Como los machos cabríos : que suelen ir en cabeza del rebaño.
8 Reunión de grandes naciones : el ejército de Ciro se componía de todos los
pueblos vencidos. || Desde allí: así lit. ; ¿por ella? || No volverá de vacío: e. d.,
el héroe ; aunque algunos lo entienden de las saetas en el sentido de «no marraran. ;
cf. 2 Sam. 1, 22, aunque aquí se refiere a la espada.
u Caballos : V «toros».
— T4.S8 —
50 13-28
JEREMÍAS
50 13-28
He aquí que es la última de las naciones, | desierto, aridez, estepa.
u Por la ira de Yahveh no será habitada | y toda ella será una soledad.
Todos cuantos pasen por Babilonia se horrorizarán, |
silbarán burlones a vista de todas sus llagas.
11 Alineaos contra Babilonia alrededor | todos los entesadores de arco ;
tirad contra ella, no ahorréis las saetas, |
e pues ha pecado contra Yahveh e. |
15 Lanzad alaridos contra ella todo en torno ;
ya entrega su mano, caen sus pilares, | destruidas son sus murallas ;
pues ésta es la venganza de Yahveh ; véngaos de ella ; ]
como ella hizo, hacedla.
" Exterminad de Babilonia al sembrador, |
al que empuña la hoz en tiempo de siega.
Ante la espada destructora, | cada uno hacia su pueblo se vuelva, |
cada uno huya a su tierra.
jP Oveja descarriada es Israel ; ] los leones la lanzaron fuera.
El primero que la devoró fué el
rey de Asiria, y el último que la ha
quebrado los huesos ha sido Nabu-
codonosor, rey de Babilonia. 18 Por
ello, así dice Yahveh de los ejérci-
tos, Dios de Israel : He aquí que cas
tigaré al rey de Babilonia y a su tie-
rra, como castigué al monarca de
Asiria. M Y haré volver a Israel a su
morada y pacerá en el Carmelo y el
Basán ; y en las montañas de Efraím
y Galaa'd se saciará su anhelo. 20 En
aquellos días y en aquel tiempo, afir-
ma Yahveh, se buscará la iniquidad
de Israel, y no existirá ; y los peca-
dos de Judá, y no se encontrarán,
pues perdonaré a quienes yo haya
dejado.
a ¡ Contra el país de Meratáyim sube, contra él |
y contra los habitantes de Peqod !
Mata a espada y extermínalos f — dice Yahveh — , |
y haz puntualmente cuanto te he ordenado.
22 ¡ Clamor de guerra óyese en el país, | ruina enorme !
23 ¡ Cómo ha sido quebrado y hecho pedazos |
el martillo de toda la tierra ?
¡ Cómo se ha trocado en objeto de horror | Babilonia entre las naciones ?
* Te tendí un lazo y fuiste presa, | ¡ oh Babilonia ! , | sin que lo advirtieses ;
fuiste sorprendida y cogida | porque provocaste a Yahveh.
a Yahveh ha abierto su arsenal | y ha sacado las armas de su cólera ;
pues el Señor, Yahveh de los ejércitos, tiene una misión |
en la tierra de los caldeos.
M Venid contra ella desde los últimos confines, | abrid sus graneros ;
amontonad [sus piedras] como montes de grano, y exterminadla, |
no quede de ella resto.
27 ¡ Pasad a cuchillo a todos sus novillos, | bajen a la matanza!
¡ A y de ellos, pues ha llegado su día, | el tiempo de su castigo !
28 Oyese a los que huyen y se evaden del país de Babilonia, para anun-
ciar en Sión la venganza de Yahveh, nuestro Dios, g la venganza para su
templo e.
13 Cf. 49, 17; 19, 8.
55 Entrega su mano: ¿capitula?
M Espada desiructoka : o mortífera, homicida : V «esp. de la paloma» ; cf. 46, 16 ;
ls. 13, 14.
19 Su morada : o también su pastizal.
21 País de Meratáyim : e. ti., de la doble contumacia o rebeldía; es nombre sim-
bólico de Babilonia ; V «tierra de los que dominan» ; ipetitum ex nár Marrátim
i. d. resione paludosa. N. a sinu pérsico».
3 M\rtillo de toda la tierra : sobre todo en tiempo de Nabucodonosor.
25 Una misión: u ocupación, trabajo...; llama así a la obra que ha de realizar en
Assur el mismo Dios, que dirige el mundo.
^ Amontonad sus piedras : e. d., destruirla.
— 1459 —
50 29-43
JEREMÍAS
50 29-46
"Convocad contra Babilonia a los arqueros, |
a todos los entesa dores de arco ;
acampad en torno de ella, | no tenga escape.
Retribuidla con arreglo a sus obras ; I
exactamente 1<
pues se insolentó
50 Por eso caer
rra perecerán en
31 Heme aquí coi
declara el Señor
pues ha llegado tu
que ella hizo,
ontra Yahveh
día
| contra el Santo de Israel.
i sus jóvenes en sus calles y Unios mis hombn
quel día, declara Yahveh.
ntra ti, ¡oh insolencia!, |
h Yahveh de los ejércitos h ;
lía, | el tiempo en que te castigo.
de gue-
■" Y vacilará la insolencia y caerá, | sin tener quien la levante,
y prenderé fuego a sus ciudades | y devorará todos sus- alrededores.
veh de los ejércitos es su nombre ;
ciertamente se encargará de su cau-
sa a fin de dar sosiego al país e in-
tranquilizar a los habitantes de Ba-
bilonia.»
33 Así habla Yahveh de los ejérci-
tos : «Oprimidos están los hijos de
Israel juntamente con los hijos de
Judá, y todos sus cautivadores tié-
nenlos cogidos, rehusan soltarlos.
84 Mas su redentor es poderoso : Yah
3,1 ¡ Espada sobre los caldeos—1 afirma Yahveh , j
y sobre los moradores de Babel,
sobre sus príncipes y sobre sus sabios!
36 ¡ Esipada sobre sus adivinos, y muéstrense necios!
¡ Espada sobre sus guerreros, y sean consternados !
s' ¡ Espada sobre sus caballos y sus carros |
y sobre toda la mezcla de gente que en medio de ella existe, |
y truéquense como mujeres !
¡ Espada sobre sus tesoros, y sean expoliados !
38 ¡ Recios calores > sobre sus aguas y séquense !
Pues es tierra de ídolos y por sus
fetiches deliran.
39 Por eso habitarán [allí] las fie-
ras con los chacales y morarán en
ella ¡los avestruces ; nadie habitará
ya en ella jamás ni se avecindará,
por todas las generaciones. 40 Como
la destrucción que Dios hizo a Sodo-
ma y Gomorra y sus ciudades veci-
nas, afirma Yahveh, no habitará allí
nadie ni morará en ella hijo del hom-
bre. 41 He aquí que un pueblo viene
del norte y una nación grande y re-
yes numerosos se levantan de los
confines de la tierra. a Arco y jaba-
lina empuñan, son crueles y no se
apiadan ; su voz brama como el mar
y montan sobre corceles, armados co-
mo un hombre para la guerra contra
ti, ¡oh hija de Babilonia! 43 Ovó el
rev de Babilonia la nueva de ellos y
desmayaron sus brazos ; la angustia
le sobrecogió, dolor como de partu-
rienta. ** He aquí que cual un Jeón
sube de la gloria del Jordán a los
pastizales de perenne verdor. Cierta-
mente, en un momento los haré par-
tir, y ¿quién será el escogido que
sobre ella ha de establecer ? Pues
¿quién hay como yo? ; y ¿quién me
citará a su tribunal? ; y ¿quién es
el pastor que me haga frente ? 45 Por
eso escuchad la decisión que Yahveh
ha tomado contra Babel y los planes
que ha tramado contra el país de los
caldeos. En verdad, los arrastrarán
por tierra los zagalejos de la grev ;
ciertamente será asolada k con ellos
su morada. "> Al rumor de que Babi-
lonia ha sido tomada, se estremece
la tierra y el clamor óyese entre las
naciones.
20 A i.os arqueros : otros interpretan H «a las masas» ; cf. V : «plurimis ómnibus
qul tenchmt arcuni».
*°Cf. 49, 26.
31 ¡Oh insolencia! : e. d., ¡oh Babilonia 1
40 Cf. 49, 18 y 33 b; Is. 33, 19 b.
"-«Cf. 6, 41-43.
«-« Cf. 49, 19-21.
— 1460 —
51 1-15
JEREMÍAS
51 1-15
Continuación del vaticinio sobre Babilonia
C] 1 Así dice Vahveh :
«He aquí que voy a suscitar contra Babilonia y contra los habitantes
de Leb-Qamay | el "espíritu de un exterminados
2 Y enviaré contra Babilonia aventadores * que la aventarán
y vaciarán su país, | pues acamparán b en torno a ella
en el día de la desventura. |
3 No c entese el entesador su arco | ni " se cubra con su coraza.
No perdonéis a sus jóvenes, | exterminad todo su ejército.
4 ¡ Caigan muertos en la tierra de los caldeos
y traspasados en sus calles !
5 4 Pues no están viudas Israel y Judá |
de su Dios, de Yahveh de los ejércitos.
Forque su tierra está llena de culpa | respecto al Santo de Israel.
r' Huid de en medio de Babilonia, | salve cada uno su vida, |
no perezcáis por su iniquidad,
pues tiempo de venganza es para Yahveh : i
va El a darle la retribución debida.
' Una copa de oro era Babilonia en mano de Yahveh, |
embriagaba toda la tierra ;
de su vino bebieron las naciones : | por eso deliran *.
6 De repente ha caído Babilonia y se ha hecho pedazos. ,
¡ Ululad sobre ella !
Tomad bálsamo para su dolor ; | quizá se cure.
'J «Hemos intentado curar a Babilonia, mas ño sana ; i
abandonadla y marchemos cada uno a nuestra tierra.»
Pues ha llegado al cielo su juicio ¡ y se ha alzado hasta las nubes.
10 Yahveh ha mostrado la justicia de nuestra causa ; venid y refiramos
en Sión la obra de Yahveh, nuestro Dios.
" ¡ Aguzad las saetas, | henchid las aljabas !
Yahveh ha despertado el espíritu de los reyes de Media, ]
pues contra Babilonia está su plan para destruirla ;
porque es la venganza de Yahveh, la venganza de su templo.
12 Contra la muralla de Babilonia enarbolad bandera, |
reforzad la guardia,
estableced centinelas, | preparad emboscadas ;
pues propúsose Yahveh hacer, y ha realizado |
lo que anunció sobre los habitantes de Babilonia.
" ¡ Oh tú, que moras junto a las aguas copiosas, I abundosa en tesoros,
ha llegado tu fin, | la medida del corte [de tu vida].
" Ha jurado Yahveh de los ejércitos por sí mismo :
Seguramente te llenaré de hombres cual de langostas |
y lanzarán contra ti el grito de júbilo de los vencedores.
15 El hace la tierra con su poder, | cimenta el orbe con su sabiduría ]
y con su inteligencia despliega los cielos.
Kl 1 Leb-Qamay : e. d., Calcica, cuyo nombre ha visto sustituidas sus letras por
*-'-L ac uellas según las reglas del «atbás» ; otros leen Gambula, tribu aramea, en
Babilonia.
3 Se cubra : lit., suba (=V) ; otros vierten «se jacte».
•No perezcáis: V «no calléis sobre...».
n La medida : lit., «el codo» de medir, en el cual ha de cortarse el hilo de tu vida,
bajo cuya imagen se expresa el violento final al quedar llena la medida de las usuras
y ganancias ilícitas de Babilonia.
16-1» cf. io, 12-16.
- 1461 _
51 16-31
JEREMÍAS
51 16-31
16 A su voz, acumúlanse las aguas en el cielo |
y hace remontar las nubes del extremo de la tierra ;
convierte los relámpagos en lluvia | y saca el viento de sus depósitos.
17 Necio es todo hombre falto de saber ; |
todo orífice siente vergüenza de su ídolo,
porque es mentira su simulacro fundido,
V carecen de aliento. | IS Son cosa vana, obras ' ridiculas ;
en el tiempo de su castigo perecerán.
10 No es como esto la porción de Jacob, |
pues es quien modeló todas las cosas,
e Israel s es su tribu hereditaria ;
Yahveh de los ejércitos es su nombre.
20 Tú me sirves de martillo, | de anua b de guerra ¡
contigo hago pedazos las naciones,
contigo aniquilo los reinos,
21 contigo hago pedazos caballo y caballero, ,
contigo hago pedazos carro y conductor,
22 contigo hago pedazos hombre y mujer, ¡
contigo hago pedazos anciano y niño 1 |
contigo hago pedazos joven y doncella,
23 contigo hago pedazos pastor y rebaño, |
contigo hago pedazos labrador y yunta,
contigo hago pedazos gobernadores y sátrapas.
21 Mas yo retribuiré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea todo
el mal que han hecho a Sión, a vuestros propios ojos, declara Yahveh.
20 Heme aquí contra ti, ¡oh montaña destructora! — declara Yahveh, |
que destruyes toda la tierra.
Yo extenderé mi mano sobre ti, | y te haré rodar desde el roquedal, |
y te convertiré en monte calcinado.
211 No tomarán de ti piedra para ángulo | ni piedra para los cimientos,
pues has de ser desolación perpetua | — declara Yahveh.
* Alzad bandera en el país, | tocad la trompeta entre las naciones :
consagrad contra ella pueblos, | convocad contra ella a los reinos |
de Ararat, Minní y Askenaz ;
nombrad sobre ella un tifsar, \
lanzad la caballería, como langostas hirsutas.
28 Consagrad contra ella pueblos, a los reyes de Media, a sus goberna-
dores, a todos sus sátrapas y a todo el territorio de su imperio.
29 La tierra tiembla y se conturba, |
porque se cumplen sobre Babilonia los designios de Yahveh
de reducir el país babilónico | a desolación sin habitantes.
80 Han cesado de combatir los héroes de Babilonia, |
permanecen en los fuertes ;
esta agotada su fortaleza, | se han hecho como mujeres.
Sus moradas han sido incendiadas,! quebrantados sus cerrojos.
81 Corre un correo al encuentro de otro correo [
y un mensajero al encuentro de otro mensajero,
para anunciar al rey de Babilonia |
que ha sido conquistada su ciudad por todos los lados.
* |Oh montaña destructora! : llama así a Babilonia, situada en un llano, o por
sus altos edificios o a causa de su fuerza, poderlo y soberbia.
■ Ararat: región de Armenia, en asirio Urartu. || Minní: región armenia entre
el lago Wan y Urunia. || Askenaz: región de la Armenia occidental; los asiriólogos
la identifican con Asguza, Iskuza = Scitas. || Tifsar : vocablo sumero de origen, con
que los asirios designaban cierto cargo civil o militar. || Hirsutas: o de las erizadas,
hórridas...
— 1462 —
51 32-47
JEREMÍAS
51 32"49
Los vados han sido tomados, ¡ y a sus baluartes han prendido fuego,
v los combatientes están conturbados.
■ Pues así dice Yahveh de los ejércitos, Dios de Israel :
La hija de Babilonia semeja una era en tiempo de apisonarla ;
pasará un poco tiempo y llegará para ella la época de la cosecha
34 Me ha devorado, me ha consumido Nabucodonosor k, rey de Babilonia ;
hame dejado como vasija vacía,
me ha tragado como un dragón, |
ha henchido su vientre ; de mis delicias me ha expulsado.
35 «¡La violencia que he sufrido 1 y mi carne 1 [recaiga] sobre Babilonia !»,
exclama la población de Sión ;
«¡y mi sangre sobre los habitantes de Caldea!», |
exclama Jerusalén.
m Por esto, así dice Yahveh:
«He aquí que yo tomaré a mi cargo tu pleito [
v llevaré a 'efecto tu venganza.
Desecaré el mar de ella | y agotaré 6U fuente.
87 Babilonia quedará reducida a un montón de ruinas, |
guarida de chacales ;
horror y rechifla, | sin habitantes.
35 A una rugen ellos como leones, | rugen cual cachorros de león.
39 Cuando estén abrasados, les serviré bebida |
y les embriagaré para que se adormezcan m;
y dormirán un sueño eterno | y no se despertarán — dice Yahveh.
50 Los llevaré como corderos al degüello, |
como carneros con los machos cabríos.
41 ¡ Cómo ha sido conquistada Sesak | y tomada la gloria de toda la tierra ?
¡ Cómo se ha trocado en objeto de horror | Babilonia entre las naciones ?
° Ha subido contra Babilonia el mar, |
con el cúmulo de sus olas lo ha cubierto.
43 Sus ciudades se han trocado en un desierto, | tierra árida y estepa,
en las cuales no habitará hombre alguno |
ni por las cuales pasará hijo del hombre.
44 Y castigaré a Bel en Babilonia |
y arrancaré de sus fauces lo tragado por él,
y no afluirán a él | más las naciones.
También n la muralla de Babilonia se desplomará. |
46 Sal de en medio de ella, pueblo mío,
y salve cada uno su vida | del ardor de la cólera de Yahveh.»
44 No desmaye vuestro corazón ni
temáis por el rumor que se ha de
oír en el país ; pues un año correrá
un rumor, y tras él, otro año, otro
rumor, y habrá violencia en el país,
y tirano contra tirano. 47 Por eso he
aquí que vienen días en que castiga-
ré los ídolos de Babilonia, y toda su
tierra se abochornará, y todas sus
víctimas yacerán en medio de ella.
48 Gritarán alborozados por Babilonia
el cielo y la tierra ; pues del norte
vendrán contra ella los devastadores,
afirma Yahveh. 49 También Babilonia
ha de caer por 0 los caídos de Is-
rael ; como por Babilonia cayeron los
33 La hija de Babilonia : G tíos palacios reales de Bab. serán batidos como la era
en verano».
** Hanme dejado como vasija vacía : cf. G : tme ha sorprendido como oscuridad re-
pentina». || Ha henchido su vientre; de mis delicias me ha expulsado: así parece debe
interpretarse H (cf. Zorell). También podría verterse : iha hench. su v. con mis
manjares delicados ; me ha expulsado». Ante las dificultades del texto actual, muchos
críticos suprimen o modifican tme ha expulsado». V illenó su vientre de su ternura
y me echó fuera».
* Desecaré el mar de ella : para tomar a Babilonia desvió Ciro las aguas del Eufra-
tes, que con sus numerosos brazos se parecía al mar.
" Cf . o, io.
18 Rugen : V tsaeudirárt sus melenas».
a Cf. 50, 23. || Sesak: e. d., Babilonia, según la norma del iatbás» ; cf. 25, 26,
nota ; Kit di. c. G.
— 1463 —
51 50-52 3
JEREMÍAS
51 55-52 4
muertos de toda la tierra. K' ¡Oh eva-
didos de la espada, marchad, no os
detengáis ! ¡ Acordaos a lo lejos de
Yahveh y venga Jerusalén a vuestra
mente! 51 Estamos abochornados, que
hemos sentido el ultraje, ha cubier-
to la vergüenza nuestro rostro ; pues
han llegado los extraños contra las
«antas moradas de la casa de Yah-
veh.
°~ Por esto, he aquí que vienen días
— declara Yahveh — en que castigaré
a sus ídolos y en toda su tierra ge-
mirán los caídos. Aunque Babel' se
elevara hasta el cielo y aun cuando
hiciera inaccesibles sus altos baluar-
tes, le alcanzarán de mi parte los de-
vastadores, afirma Yahveh. w Oyese
el clamor de Babilonia, gran estrago
de! país de los caldeos ; 55 pues Yah-
veh asuela a Babilonia v pone fin a
su recio estrépito, y braman sus olas
cual grandes masas de agua, emite
el retronar de su voz. 66 Porque ha
venido p contra ella p, contra Babel,
el devastador, y han sido presos sus
guerreros, rotos sus arcos ; pues el
Dios de las retribuciones es Yahveh,
que ipaga indefectiblemente. 67 Y em-
briagaré a sus príncipes y a sus sa-
bios, a sus gobernadores y a sus sá-
trapas, y a sus valientes, y dormirán
un sueño eterno y no se desperta-
rán, declara el Rey, cuyo nombre es
Yahveh de los ejércitos.
M Así habla Yahveh de los ejércitos :
La dilatada muralla de Babilonia | será totalmente arrasada ;
sus altos portones, | quemados a fuego.
Se han fatigado los pueblos por nada, |
y las naciones por el fuego se han cansado.
50 Orden conferida por el profeta
Jeremías a Serayá, hijo de Neriyyá,
hijo de Majseyá, cuando partió con
Sedecías, rey de judá, a Babilonia, en
el año cuarto de su reinado. Sereyá
era el prefecto de viajes.
°° Jeremías escribió toda la desven-
tura que había de sobrevenir a Ba-
bilonia en un libro ; todas estas pa-
labras escritas sobre Babilonia. 01 Di-
jo, pues, Jeremías a Sereyá : «Cuan-
do llegues a Babilonia, mira y lee
todas estas palabras, 02 y dirás : ¡ Oh
Yahveh !, tú mismo has afirmado res-
pecto a este lugar que lo destruirás,
de forma que no quedase en él habi-
tante alguno, lo mismo de los hom-
bres que de las bestias, sino que se-
ría soledad perpetua.» 03 Y cuando
hayas concluido de leer este libro,
atarás a él una piedra y lo arrojarás
al fondo del Eufrates, M exclamando :
¡ Así se hundirá Babilonia y no se
levantará de la desgracia que yo aca-
rrearé sobre ella !»
Hasta aquí las palabras de Jere-
mías.
Apéndice histórico sobre la toma de Jerusalén por los
caldeos y deportación de sus habitantes
r o 1 Veintiún años tenía Sedecías
J cuando subió al trono, y reinó
en Jerusalén once años. El nombre
de su madre era Jamital, hija de Je-
remías de Libná. 2 Y obró lo malo a
los ojos de Yahveh, exactamente co-
mo hiciera Joaquim. 3 Ciertamente, a
causa de la ira de Yahveh, las cosas
llegaron en Jerusalén y Judá al ex-
tremo de que El rechazó de su pre-
sencia a éstas. Y Sedecías se rebeló
contra el rey de Babilonia.
i Y acaeció que el año noveno de
su reinado, en el mes décimo, a diez
del mes, llegó Nabucodonosor, rey
de Babilonia, acompañado de todo su
60 Venga a vuestra mente: lit., suba a vuestro corazón.
" Cf. 3V
68 Cf. Hab. 2, 13.
60 Prefecto de viajes: lit., .pref. del camino, e. d., el aposentador, el que proveía
en las distintas paradas del viaje del rey. G «el jefe de los dones».
— 1464 —
52 5-16
JEREMÍAS
52 *M1
ejército contra Jerusalén, y acampa-
ron junto a ella y construyeron todo
alrededor de ella terraplén de asedio.
1 Vino así la ciudad a quedar cercada
[durante el sitio], hasta el año un-
décimo del rey Sedecías. 0 En el mes
cuarto, a nueve del mes, fué recia el
hambre en la ciudad y no había pan
para la gente del país. ' Entonces se
abrió brecha en la ciudad y todos los
hombres de guerra huyeron y salie-
ron de la villa, durante' la noche, por
el camino de la puerta entre los dos
muros, situada junto al jardín del
rey, mientras los caldeos rodeaban
la ciudad ; y ellos partieron por el
camino del Arabá. 8 El ejército de
los caldeos ipersiguió al monarca y
dieron alcance a Sedecías en los lla-
nos de Jericó ; y todo su ejército se
dispersó de junto a él. 9 Prendieron,
pues, ai rey, lo condujeron donde el
rey de Babilonia, a Riblá, en la re-
gión de Jamat, y pronunció senten-
cia contra él. |° El rey de Babilonia
degolló a los hijos de Sedecías, a sus
propios ojos, y también a todos los
dignatarios de Judá los degolló en
Riblá. 11 Luego hizo sacar los ojos a
Sedecías y lo aherrojó con grillos, y
el monarca babilónico lo condujo a
Babilonia y lo metió en la cárcel has-
ta el día de su muerte.
r- En el mes quinto, el diez del
mes — era el año diecinueve del rey
Nabucodonosor, soberano de Babilo-
nia— llegó a Jerusalén Nebuzaradán,
jefe de la escolta, que pertenecía al
servicio personal del rey de Babilo-
nia. 13 E incendió el templo de Yah-
veh, y el palacio real, y todas las ca-
sas de Jerusalén ; a todas las grandes
casas prendió fuego. u Además, todas
las tropas de los caldeos que estaban
a las órdenes del jefe de la escolta
demolieron toda la muralla que cir-
cuía a Jerusalén. a5 a Y a parte de los
pobres del pueblo a, y al resto del
pueblo que había quedado en la ciu-
dad, y a los desertores que se habían
pasado al rey de Babilonia, y al res-
to de los artesanos b, deportó Nebu-
zaradán, jefe de la escolta. 16 Mas a
otra parte del pueblo mísero dejóla
Nebuzaradán, jefe de la escolta, co-
mo viñadores y agricultores.
" Los caldeos hicieron pedazos las
columnas de bronce que el templo
de Yahveh poseía y las basas y el
mar de bronce que había en el tem-
plo del Señor, y se llevaron todo el
bronce a Babilonia. IS Cogieron asi-
mismo las ollas, las paletas, los cu-
chillos, los aspersorios, los acetres y
Lodos los utensilios de bronce utili-
zados en el culto. 19 El jefe de la es-
colta tomó también de los barreños
los braseros, los aspersorios, ¡las ollas,
los candelabros, los acetres y las pa-
teras de libación, todo lo qíie había
en oro y plata. 20 En cuanto a las
dos columnas, al mar único, a las
doce reses vacunas de bronce que ha-
bía debajo c y a las basas que había
hecho el rey Salomón para el templo
de Yahveh, el bronce de todas es-
tas cosas carecía de peso calculable.
-1 Respecto a las columnas, la altu-
ra década una era de dieciocho co-
dos y circundábala un cordón de do-
ce codos ; el grueso de ella era de
KQ 7 En- la ciudad: c. d., en la muralla- de la ciudad.
0£t "O» Cf. 3^ 2.10> y , Re_ y SS.
"~2>Cf. 2 Re. 25, 14-15.
18 Acetres o navetas : también escudilla de oro o fuentes.
— 1465 —
52 22-28
JEREMÍAS
52 29-34
cuatro dedos y era hueca. 22 Coroná-
bala un capitel de bronce, y la altura
del primer capitel era de cinco co-
dos ; encima del mismo, alrededor,
había una red y granadas, todo de
bronce. Cosas similares poseía la se-
gunda columna, con las granadas.
23 Las granadas eran noventa y seis,
al aire. El total de las granadas era
cien sobre la red, todo alrededor.
24 Cogió también el jefe de la es-
colta a Serayá, sumo sacerdote ; a
Sofonías, sacerdote segundo, y a los
tres guardianes del umbral. 28 Y de
la ciudad tomó a un eunuco, comi-
sario de los soldados, y a siete hom-
bres del servicio personal del monar-
ca que fueron hallados en la ciudad,
y al secretario del jefe del ejército
que hacía la recluta de la gente del
país, y a sesenta hombres del pueblo
bajo que se encontraban en la ciu-
dad. * Nebuzaradán, jefe de la es-
colta, los cogió y condújolos al rey
de Babilonia, a Riblá. 27 El monarca
babilonio los hizo matar en Riblá, en
la región de Jamat. Así fué Judá de-
portado cautivo fuera de su país.
28 El pueblo que Nabucodonosor de-
portó es el siguiente : el año siete,
tres mil veintitrés judíos ; 29 el año
dieciocho de Nabucodonosor, de Je-
rusalén, ochocientas treinta y dos al-
mas ; 80 el año veintitrés de Nabuco-
donosor, Nebuzaradán, jefe de la es-
colta, deportó de los judíos setecien-
tas -cuarenta y cinco almas. El total
de las personas fué cuatro mil seis-
cientas.
81 En el año treinta y siete del cau-
tiverio de Joaquim, rey de Judá, el
mes duodécimo, a veinticinco del
mes, Evil-Merodak, rey de Babilo-
nia, en el año de su elevación al tro-
no, indultó a Joaquim, rey de Judá,
y lo sacó de la cárcel ; 82 y le habló
amigablemente y colocó 6u sitial por
cima del de los otros reyes que es-
taban con él en Babilonia. ° Mudóle
asimismo los vestidos de cárcel, y
comió siempre en su compañía todos
los días de su vida. 84 En cuanto a
su subsistencia continua, se le pro-
veyó de ella a cargo del rey de Ba-
bilonia cuotidianamente, hasta el día
de su muerte, todos los días de su
vida.
23 Al aire : versión dudosa ; otros, thorizontalmente» ; otros corrigen tademás cua-
tro a cada punto cardinal (o viento)»; V tdependentia».
u-M Cf . 2 Re. 25, 27-30.
31 Evil-Merodak : hijo de Nabucodonosor. Reinó dos años y fué destronado por
Neriglissor, su cuñado.
83 En su compañía : e. d., a la mesa del rey.
— 1466 —
NOTAS CRITICAS A JEREMIAS
CAP. I
a así Kit (ef Zac 5 8); II faz] b lit ise abrirá»; prps soplará, será atizado... (cf
Kit)] en ,dl (ex 25 9), G» anota Kit.
cap. 2
aprb 1 c jmss V y a vuestros hijos (cf Kit)] b-b Kit 1 muchísimo] casi c Kit;
H rugirán] i algs mss GV te estupraron (hasta la coronilla)] e-e Kit di como ditto^ra-
fía] í di c GL anota Kit] es asi Kit c G; H Quebré... rompí] h prb 1 padres, anota
Kit] • así Kit c AV ; otros corrigen H, errp, de otros modos] 1 así (lit «tus alas»,
cf V) ; Kit 1 c GLS palmas (manos)] k así Kit c GLSV ; H veloz eres; H : «exiguum
reputas».
cap. 3
■ H ins aquí diciendo, V «vulgo dicitur» (cf A TU ; Kit di c ims GS] b así Kit
C GV ; H tierra] c H ins aquí y vi; ims GnissS y ella vió; frt di c V anota Kit] d así
Kit c V; H la voz (ruido)] e así c GV ; H hayáis escuchado] M di anota Kit c G]
casi Kit o mis GST ; H los hijos] b así c VG (cf Kit) ; H «me habéis traicionado, oh
casa de Isr.»] i así Kit c GSV (cf).
cap. 4
a-a así Kit (cf GSTV)] bn añade y decid; di (ex 5 b) anota Kit] casi Kit c GAr;
II (V) dije] d prps viene del desierto] e de éstos añade H ; di c G (dittogr) anota Kit]
I H ofrécese aquí errp (cf Kit) ; procuramos ceñirnos al texto y suprimimos aquí
ve ahí auc] e así Kit (cf G) ; H (=V) guardas] b .di cf 28 b» anota Kit] M en H tras
anunciado; cf Kit] i Kit 1 c GTw la tierra.
cap. 5
a-a frt di c LV anota Kit] b-b en vez de la perdonaré Kit prp di (ex 7) o 1 se la
perdonará (el profeta habla en vv 1-6)] c Kit da a la frase sentido afirmativo; cf 4 27]
pd falta en GaAr ; frt trsp post ejércitos v 14, anota Kit] e así (su decir) c Kit;
H vuestro decir] «así H; ims SV devorará] e inquirieren 1 Kit] b-h así c Kit (cf V)j
i así c GlSymThV (cf Kit) ; H sobrepasaron los límites del mal (otros «sobresalieron
en hechos de maldad», «pasaron por alto [en juicio] atropellos»).
CAP. 6
a así Kit c QorGLShSV ; HQocc los] b así c G (cf Kit), H que va a ser castigada:
V «de mi venganza»] o así Kit c 9 b ; H rebuscad] d prps la derramaré] e-e Kit di c 8
10, añadiendo «propheta loquitur»] í así c Kit (cf) ; H avergonzar] g así c G ; H y
emplazaba (lit «suscitaba», elevaba)] b así Kit c 2mss ; H vosotros] HH errp.
CAP. 7
a así Kit c AV ; H os haré habitar] b así prps interpretar la voz hebrea (lit ellos)]
casi Kit c V (y 8mss), cf 3] <J así Kit c ASymThV ; H poder real (rey, reino)] e-e c
Kit lo unimos al v 24 de acuerdo con GV] f H añade aquí hoy, dittogr que suprimi-
mos c Kit.
cap. 8
»H añade de los que quedaren; di c ims GS anota Kit] b así (hízola) c Kit;
H hizo.
cap. 9
a-a así c Kit (cf GLV) ; H para verdad, Prevalecieron] b-b Kit 1 y a Yahveh no
conocen (cf G) ; «propheta loquitur» añade Kit] o de, herm. no c G] M conocer a
Yahveh 1 Kit (cf nota crítica b-b)] e-e add, según Kit] M Kit 1 (cf GL) las palabras
de su boca] g así Kit c GLS; H alzaré] b-h di c G (Kit)] í di c GS, anota Kit] i H
añade aquí Habla; Kit lo suprime c GS y además, c G, los tres vocablos sigts] k-k di
(ex 8 3) cf métrica, anota Kit] 1 di según Kit (cf).
cap. 10
a así H; algs 1 c ST etc de Ofir, otros depurado] b así Kit c GS ; H plur] 0-0 Kit
cree prb 1 c GL y mi ganado menor] d así Kit c 2imss GLSV ; H no] e así c Kit ;
H que camina] ih añade aquí y lo han devorado; di c 2mss GS Sal ra._ 7 (dittogr),
anota Kit.
— 1467 —
JEREMÍAS
a Kit suprime las palabras anteriores del v y comienza (ef GST1) Habla] b H añade
a ellos; di c GV (Kit)] c-c Kit lo juzga add por repetir 2 28] dG 0m altares a la
Ignominia, que Kit suprime también] e por clamen (lit su clamar) 1 Kit c T cf 7 16
clames] s así c 34¡mss vers ; H hasta] e así Kit c G; H los muchos (cf V «scelera
multa» I] liasí Kit c V.
CAP. 12
a-a Kit lo juzga add] b Kit c GL «No ve nuestros senderos»] «así ins Kii c Gb
(cf)] dasí Kit c ca 2omss G... (cf) ; H porción] e así Kit c STV] f así c Kit ; H
vuestras] 6 Kit c G el camino.
CAP. 13
a-a di, Kit (cfl] b-bKit 1 c a este pueblo] c-c Kit c G «di»] d así Kit c GL ; H di]
easí Kit c GLSTV] f-f así Kit c KG ; mlt mss AOrSTV alzad... mirad] e así Kit
c G; H vuestros] h Kit 1 c GL... de tu obstinación (o rebeldía)] i cf Kit.
CAP. 14
a-a add (propheta loquitur), anota Kit] bH (cf V) «.Pues tuvo lugar»; cf Kit] c di
c G (cf 4 b) anota Kit] i H lit y etperamos a ti (di y c Kit; cf V).
cap. 15
a así interpretamos H c V y otros (cf Kit) ; texto dudoso, que muchos corrigen
diversamente; Kit «traigo sobre ellos un pueblo asolador, un devastador...» y ademas
trsp la primera parte del v 8 tras la segunda. Otros hacen distinta trasposición] b así
Kit c GL; H «Y dijo Yahveh»] casi prb c Kit; ATV tu residuo; H errp] d así Kit
c GV ; H a y al fin del v] easí Kit c 2mss vers; H y por] f Kit, que juzga el V 14
como add, lo corrige a base de 17 4 c algs mss y GLS] g-e Kit lo trsp al fin v 11 ;
GL lo omiten.
a asi K c 2iiiss G (V «entre ellos pan») ; H para ellos] b así Kit c V; II sobre
caf. 17
a así Kit c ca i7omss ThSTV ; H vuestros] b así ins Kit c ca 24omss ThSTV ; cf
15 13] c todo el v ofrece dificultades en su texto actual ; Kit lo modifica de acuerdo
con 15 13 ; hemos procurado atenernos a H con algunas modificaciones leves acep-
tadas generalmente] d así c Kit; H y en ti; G'V sólo tú] e Kit 1 c amss Th ha en-
cendido = 15 14; V encendiste] f-f di c G (Kit)] e prps di como dittogr.
CAP'a así Kit c algs mss... (cf) ; H en o con] b así c Kit; H son expulsadas] casi
GSV ; H les hicieron tropezer; Kit 1 yo les han' caer] d~d Kit lo cree add ex 22]
e-e 1 prb asesinados anota Kit] f o bien sea borrado (cf V) ; así Kit] e Kit c G su
ocasión de ruina y pecado.
cap. 19
a así ins Kit c (G) ST] bH c¡<- ¡os ancianos de los sacerdotes (cf Kit).
cap. 20
a así Kit c GLS; H desde (cf V «a vulva»),
cap. 21
a-acf Kit, que lo suprime] b-bKit c G lo suprime.
CAPá-ü2H lit los servidores de él v el pueblo de él: Kit lo cree add] b así c Kit;
H ciudades...] c-c H lit entonces bien; di (ex 15), anota Kit] d-.l di c GL (add ex 30),
anota Kit] e-o Kit 1 c G lia sido desechado y arrojado a una tierra que no conocía]
t-f Kit «di c GL»] B-e Kit «di c L (GS)».
CAP. 23
a Kit considera el v
T todo; Kit 1 quema]
H olvidaré por complt
CAP'a-a5Kit : di c G] b Kit júzgalo add ex 7 25-26] c Kit cree prb add v 6 «(in vs 3-5
loquitur Jer, in vs 6 Yahveh», y, de mantenerse, cree ha de 1 ^«a Yahveh... ^/ni ra per-
tür cf Y' nota)* advierte Kit] ^ Kit lo suprime c G] t-f Kit lo cree add (cr>^.& Ki^j
íasf c^Kit ^^somcliercni] "k°G° ofrece 'tras esuTv^í© 34-39 etc. (cf Kit)] i Kit lo su-
prime c GI ] ni' así Kit c GL; H y a] n di c GS, anota Kit] o Kit cree prb 1 c G
carneros'] P-P add (cf 38) anota Kit] 1 así Kit c ca 2omss GI.T ; II la ira (cf V «la
ira de la paloma»)] r así c Kit (cf) ; H de él.
— 1468 —
JEREMÍAS
CAP. 26
a-a add, anota Kit] b leemos c mlt mss STV la casa de Yahveh; H sólo Yahveh.
CAP. 27
a-a Kit 1 en el año cuarto, cf 28 1] B así Kit sec ¿mss SAr, cf 3 12] o prps 1 «mnmirt
(un mensaje)»] d Kit 1 sus c G) e asi Kit c ST ; H (=V) coiisiima] 'así Kit c vers ;
H sueños] S-8 om GL ; add según Kit.
CAP. 28
a 2.; mss hambre; V «calamidad (aflicción I y hambre»] b 1 prb c G fabricaré,
anota Kit.
CAP. 29
a vs 8-0 trsp post 15, anota Kit] b así c Kit; H que vosotros soñáis] o Kit lo su-
prime como dittogr del vocablo siguiente ; en GL suprímese también el anterior]
d en vez de este v ins vs 8-9 post 15 ; otros ponen los vs 16-20 entre vs 9 y 10] o falta
en G, add, anota Kit] f H añade diciendo, prb add, como prueban GSV] g G para ver.
CAP. 30
a-a add, anota Kit] bs„ (de ellos) GL ; 1 511 (de él)? pregunta Kit] o cf b] d-d di
cf 46 2S, anota Kit] o ef Kit basado en GASymS] f-f di (add ex 15), anota Kit] B todos
ellos añade H (di c ims G'SV, advierte Kitl] b Kit 1 c G «nuestro alimento -(es)»]
i cf Kit.
a G le; así prb anota Kit] b así Kit c GT ; H íii] casi Kit c 6L (T) ; H súplicas;
V «in misericordia»] ti así GLTV ; H la altura; Kit 1 prb en las montañas (y di Sión)]
f-edl c G, según Kit)] «add según Kit (cf v 33)] g así ins c vers] b así prb c Sym V,
anota Kit; H los campos (?).
cap. 32
a-a add según Kit] b así prob (lit ¡05 escritos) c ca =;omss ASymSTV (cf Kit) ;
H el precepto y las leyes] casi c Kit (cf SV)] d „ mí 1 Kit c GL, cf 16] e-e di c GL
según KitJ 1 así c GSV; H instruir.
CAP. 33
a así c Kit; H el hacedor de ella (o ello) ; Yahveh Que forma; añádese tierra c G,
suprímese Yahveh c nmss GSV, e ins y c GSV] b-b H errp, seguimos a V, cf nota
4] casi Kit c GaVT; H la] d así ins c ThV (cf Kit)] e así c G1VT ; H rompie-
reis] í así c Kit ; H de día.
CAP. 35
a en vez de H y campo y simiente, prps ni campos de sembradura, cf Ez 17 5.
CAP. 36
a-a Kit se Quedaron espantados y dijéronse unos a otros (di a Baruk c G)] b-b di
c G, anota Kit.
CAP. 38
a así c Kit (cf ThSV) ; H murió] b Kit 1 c mis tres, más verosímil] casi muy
prob c Kit (cf 2Re 10 22) ; Ha bajo] a así Kit c ASymV ; se han hundido] e así Kit
c algs mss GT(S) ; H Quemarás] t así ins Kit c I3mss GSV.
CAP. 39
a vv 1-2 add ex 52 4 ss, según Kit] b así c Kit (cf) ; H la casa.
CAP. 40
aH errp, cf Kit] b-b di c 6mss GTI 2Re 25, 23 (dittogr), anota Kit; luego leen
hijo de] c así Kit c G 2Re 25, 24 ; H servir] <t-d prb add ex 7, dice Kit.
cap. 41
a-a Kit lo suprime c G y 2Re 25 25 (dittogr)] b así prb c S, anota Kit] <= lit «al
medio de la c.i ; cf V «circa médium laci»] d-d Kit .1 c G «era «na gran cisterna»]
e lit hombres de guerra; di, anota Kit.
cap. 42
a así Kit c G, cf 43 2, 408 ; H Yezanyá] b así Kit; ASV haré habitar; H hará
volver] casi V también; G os perjudicáis.
cap. 43
a quizá 1 c Kit (c GS) pondrá.
cap. 44
a así Kit c G; H las mujeres de él] b así ins Kit c GS] c-c add cf 14 a, anota
Kit] d-d add (ex 20), según Kit] e-e di c G (add ex 26) anota Kit] t-t Kit 1 c G vos-
otras, oh mujeres] e prps 1 vuestra palabra; Kit 1 c algs mss vuestras libaciones]
b-h Kit la juzga add cf 27 b.
CAP. 45
a-a add, anota Kit.
— I469 —
JEREMÍAS
cap. 46
a-a Kit di c G] blit cmpuñadorcs de estesadores de; di emp. de anota Kit] casi
Klt c GV; H han clamado allí; Faraón] <M add, según Kit] e así (en ella) Kit
c ioomss GS etc ; H viene] í-f di (cf vs b), anota Kit.
CAP. 47
a-a add, según Kit] b-b la crítica prp 1 Asdod, resto de los anaauitas (antigua raza
gigantea de que habla Gén. 6 4...)] o así Kit c GSV ; H has de reposar.
cap. 4«
a así Kit c G, cf Is 15 5 ; H sus pequeñuclos; V «anunciad clamor a sus peque-
ñudos»] basí Kit cf Is ; H lloro] casi c Kit (cf 18) ; H ha sido devastada] d-d Kit 1
contra él, cf 18] e-e Kit «di c G»] ' H lit en la sed (cf V) ; cf Kit] Basí Kit c (ST)
V Is etc; H voz de júbilo de los pisadores] basí ins o 1 los Que suben (cf Kit)]
i así ins c GASymT] J-J G om ; add ex 48 22, anota Kit] k así c ims ThSV ; H está.
cap. 49
a así c GSV; H Malkam] b GS amada, V «delicada»] casi ins c pe mss y todas
vers] d-d add, anota Kit] e cf GV ; H pondrá] «Kit 1 sólo el clamor de ellos (cf SG)]
ü así Kit; H son atormentados en el mar... (cf V «han sido turbados en el mar; de
inquietud...»)] h-h G om ; add, anota Kit] i H añade aquí no; di c V, anota Kit]
i de alegría, así c vers ; H de mi alegría] k así prb (cf Kit) ; H los lados de él
(GSTV los lados de ellos).
cap. 50
a-a di c G (ex Is 13 2) anota Kit] basí ins Kit c GV (S?)] c G om esta voz y
prps 1 ay uniéndolo a v 8] d así Kit c GV CA) ; H becerra trilladora] e-e Kit lo su-
prime c G] f así Kit c GS; H extermina tras ellos] e~g G om ; add ex 51 n anota
Kit] h-h di c G, anota Kit] i-i G om ; add anota Kit] i Kit 1 espada c SbS] k cf 49 2oe.
CAP. 51
a así Kit c ASymV; H extranjeros] basí Kit (cf SV) ; H serán (lit fueron)] casi
Kit c ismss or STVSb ; H hacia] d prps tisp 5 a post 5 b] e H añade las naciones;
di c GLSV (Kit)] fef 10 15 a] e así ins c 10 16] b así c Kit; H armas] i-i Kit lo
om c G] i la época de di c GST, anota Kit] k add anota Kit] 1-1 así H ; prps y ini
quebranto (ruina) o recaiga (vuelva)] m así Kit c GSTV; H gocen] n Kit anota: «di
(dittogr)»] o ins c Kit (haplogr)] PT> di c GS, anota Kit] Q aquí II repite la última
palabra del v 58 ; G lo om y di c Kit.
CAP'a-adl c 39 g; 2Re 25 11 (add ex 16), anota Kit] b TV 2Ke de la multitud, S
(cf 39 9) pueblo] c-c di c 2Re 25 16 (cf Kiti.
— 1470 —
INTRODUCCION A LAS LAMENTACIONES
as Lamentaciones o Trenos — en hebreo Eká, de la primera palabra
del libro — llevan en la versión de los LXX (y luego en V) este
preámbulo : «Y aconteció, después de ser cautivado Israel, y Jcrusa-
lén devastada, que Jlremías sentóse a llorar, y entonó esta lamentación so-
bre Jerusalén, y dijo:» Esta introducción, si críticamente no es segura, es
fiel reflejo de la antigua creencia sobre el autor de las Lamentaciones.
Ni existen pruebas de valor, ni de fondo, ni lingüísticas, para negar
o poner en duda esta autenticidad que la tradición judía y la cristiana
aceptan; ni tampoco para las concesiones, innecesarias, hedías por algu-
nos católicos, de que alguno de los poemas pudiera ser compuesto por
Baruk u otro de los discípulos de Jeremías. El testimonio de 2 Par. 35, 25,
si 110 tiene toda la fuerza que algunos le han querido dar, acredita por lo
menos a Jeremías como poeta de lamentaciones.
La obra consta de cuatro endechas acrósticos alfabéticas en verso quiuá,
seguidas de una plegaria a Yahveh, escritas — según afirmación unánime de
la tradición — con ocasión y poco después del gran desastre nacional del
año 58-, en bella forma poética y estrofas de moldeado perfecto. La pecu-
liaridad de ese verso quiná o de lamentación (aunque no sea exclusiva de
este género de poesías ni siempre se emplee en ellas) consiste en la divi-
sión del mismo por la cesura en dos partes, de las cuales el segundo hemis-
tiquio es generalmente más corto que el primero (3:2, 4:3 y también 4:2...)
y forma como un eco o repetición de éste. Además, estas endechas son,
como hemos dicho, acrósticos, es decir, que los versos o grupos de versos
llevan como primera letra una de las del alfabeto hebreo, siguiendo el
orden y sucesión del mismo. Como dice bien T. Paffrath, O. F. M. (Bonn,
1032), hemos de cuidarnos de valorar estos artificios del poeta hebreo con
un criterio actual y considerar tales usos como fruto de mero preciosismo
externo...
Modelo de poesía elegiaca, de tristeza penetrante y conmovedora, estos
cantos de dolor sobre la ruina y desolación de Jerusalén tras la destrucción
por los caldeos han ejercido profundo y secular influjo sobre la literatura
de todos los pueblos modernos.
LAMENTACIONES
^ n 1 ¡ Ay cómo se sienta solitaria |
la ciudad [otrora] abundosa de pueblo !
Ha quedado como viuda | la que era grande entre las naciones ;
mi soberana entre las provincias, | hase convertido en tributaria.
3 - Llora copiosamente en la noche |
y [corren] sus lágrimas por sus mejillas.
No tiene quien la consuele | entre todos sus amadores.
Todos sus amigos le han sido infieles, I se le han trocado en enemigos.
3 3 Desterrada está Judá |
por la miseria y la magnitud de la servidumbre,
sentada está entre las gentes, | no halla descanso ;
todos sus perseguidores le han dado alcance | entre las angustias.
1 ' Los caminos de Sión están de luto, |
faltos de quien venga a la fiesta ;
todas sus puertas están asoladas ; | sus sacerdotes, gimiendo ;
sus doncellas, apenadas, | y ella, desventurada.
H 5 Sus adversarios triunfan, | sus enemigos viven felices
porque Yahveh la ha afligido | por la multitud de sus pecados.
Sus niños han marchado | al cautiverio delante del enemigo.
-| 1 Solitaria : e. d., privada de sus hijos. || Mi soberana : o bien, «la princesa». Lo
dice por las naciones sometidas a Israel en tiempo de David y Salomón.
- Sus amadores : los pueblos con quienes habían los judíos hecho alianza ; Egipto
sobre todo.
0 Sentada está : o bien, mora ; otros, «cautiva está». || Entre las angustias : o pe-
ligros, o bien, «en la opresión (o estrechez)».
4 Los caminos de Sió.n : las calles de Jcrusalén, antes tan animadas.
— 1472 —
LAMENTACIONES
16-17
1 * Ha desaparecido de la hija de Sión ¡ toda su hermosura ;
sus príncipes han venido a ser | como ciervos que no hallan pasto
y terminaron sin fuerzas | delante del perseguidor.
7 : Hase acordado Jerusalén, |
en los días de su aflicción y sus vagabundeos,
de todos los bienes de que | go'zó desde los días antiguos,
cuando ha caído su pueblo en manos del adversario i
v no ha tenido quien le ayudara
Miráronle sus adversarios y burláronse i de su perdición.
n s Ha pecado gravemente Jerusalén ; \
por eso ha venido a ser objeto de horror ;
todos cuantos la honraban la han despreciado, [
pues han visto su desnudez ;
también ella gime | y vuelve la espalda.
12 9 Su inmundicia manchaba sus vestiduras ; | no recordó su final
v se hundió de modo sorprendente, | sin tener quien la consolara ;
"mira, ¡oh Yahveh!, su* aflicción, | pues su enemigo triunfa.
i 10 Su mano ha alargado el adversario | a todas sus preciosidade-,
pues ella ha contemplado a las naciones gentiles I
penetrar en su santuario,
a quienes tú prohibiste entraran I en tu congregación.
'2 " Todo su pueblo suspira | buscando pan ;
han entregado sus preciosidades por^ comida j para sustentar-e ;
mira, Yahveh, y contempla | que está b despreciada.
a ¡Oh vosotros c los que pasáis por el camino, ¡ mirad y ved
si hay dolor semejante al dolor | que me hiere,
pues me 4 ha afligido Yahveh 1 en el día del ardor de su cólera.
12 " Desde lo alto envió fuego | a mis huesos y los dominó,
fendió una red a mis pies, | tiróme hacia atrás,
dejóme desolada, ! todos los días enferma de gravedad.
; 11 Ha vigilado sobre e mis pecados ; | en su mano se han entretejido,
gravitan sobre mi cuello ; | ha hecho desaparecer mi fuerza,
me ha entregado Yahveh ' en manos de ellos | no puedo levantarme.
B 15 Desechó a todos mis guerreros | Yahveh 1 en medio de mí ;
convocó contra mí una reunión | para quebrantar a mis jóvenes.
Como un lagar pisó Yahveh f | a la doncella de Judá.
y " Por estas cosas yo lloro, | mis ojos h derraman agua,
pues se ha alejado de mí el consolador, ¡ el que reanima mi alma ;
mis hijos están desolados, | porque ha prevalecido el enemigo.
*Z " Extiende Sión sus manos, | no tiene quien la consuele.
Yahveh ha decretado contra Jacob \
que sus propios vecinos fuesen sus adversarios ;
Jerusalén se ha trocado | en objeto de repugnancia entre ellos.
I Como ciervos :, alusión a la fuga de Sedccías y sus capitanes.
: Perdición : o acabamiento, caída ; G tcautividad».
s Su desnudez : sus pecados y vicios ocultos.
II Despreciada : prop. vil, innoble.
" Mis huesos : o cnii interior». || Los dominó o consumió : H oscuro, las vers.
fluctúan ; prps. 1. (cf. Kit) lo dejó dominar; otros, «me castigó».
15 Convocó una reunión : e. d., de enemigos ; otros, «proclamó contra mí una fies-
ta., me también significa H. \\ A la doncella de Judá: e. d., el pueblo de Judá.
— 1473 —
118-2 5
LAMEN fACIONES
1 18-2 5
•¿ " «Justo es Yahveh, | pues me rebelé contra su mandato,
Escuchad, pues, todos los pueblos, | y contemplad mi dolor :
mis doncellas y mis jóvenes | han marchado en cautiverio.
p 18 He invocado a mis amigos, | [mas] ellos me han engañado ;
mis sacerdotes y mis ancianos ¡ en la ciudad lian expifado,
pues ha buscado alimento para sí | a fin de sustentarse.
"1 " Mira, Yahveh, que estoy en angustia ; |
mis entrañas se hallan en efervescencia,
mi corazón se revuelve en mi interior, |
pues me he rebelado grandemente.
Por fuera ha exterminado la espada ; | dentro, la muerte '.
ti' Oyeron 1 cómo gimo yo ¡ ¡ no hay quien me consuele.
Todos mis enemigos han tenido noticia de mi desgracia, ¡
se gozan porque tú lo has hecho.
¡ Haz llegar el anunciado día, | y sean como yo !
n ¡ Preséntese tinte ti toda su maldad ¡ v trátalos
como me has tratado a mí | por todas mis transgresiones!
Pues son muchos mis gemidos |
y mi corazón eslá gravemente enfermo.
o 1 ¡ Av, cómo ha oscurecido en su ira |
* el Señor a a la hija de Sión !
Ha precipitado del cielo a la tierra | la pompa de Israel
y no se ha acordado del escabel de sus pies | en el día de su cólera.
2 ' Ha destruido el Señor a sin piedad | todos los pastizales de Jacob ;
ha derruido en su indignación | las fortalezas de la hija de Judá,
b [las] ha echado por tierra ; ha profanado |
su reino '' y sus príncipes
3 5 Ha talado en el ardor de su ira | toda la fortaleza de Israel ;
ha hecho retroceder su diestra | de delante del enemigo ;
ha encendido en Jacob como un fuego llameante
que ha devorado todo alrededor.
~| ' Ha entesado su arco como enemigo, ', ha afirmado su diestra
«cual adversario, y ha matado'' | todas las cosas deliciosas a la vista,
en la tienda de la hija de Sión |
ha derramado como fuego su indignación.
Pl "Se ha portado el Señor como enemigo, j ha aniquilado a Israel,
ha aniquilado todos sus palacios, | ha derruido sus baluartes,
ha acumulado en la hija de Judá | llanto y plañido.
18 Sustentarse : o reanimarse.
20 Me he rebelado grandemente i V «estoy llena de amargura*. Dentro, la mubr-
te : de hambre.
a El anunciado día: en que los castigarás como a mí.
O 1 Escabel de sus pies: e. d., el templo y, sobre iodo, el arca de la alianza.'
* ' Los pastizales de Jacob : las aldeas y villas abiertas, por contraposicioTi a la< for-
talezas. G «su rey».
* Fortaleza : lit., cuerno.
• Aniquilado : lit., devorado, tragado.
— 1474 —
2 6- 14
LAMENTACIONES
2 614
? ' Ha forzado, como un huerto ll, su cerca ; |
ha derruido su tabernáculo,
ha hecho olvidar Yahveh en Sión | fiestas y sábados,
y ha despreciado en el ardor de su cólera | a rey y a sacerdote.
; : Ha repudiado el Señor ■ su altar, j ha desdeñado su santuario,
ha entregado en mano del enemigo | los muros de sus palacios ;
>e han dado gritos en la casa de Yahveh
como en día de solemnidad.
fi * Yahveh ha pensado derrocar | la muralla de la hija de Sión ;
ha tendido cordel, no ha retirado | su mano de la destrucción,
y ha reducido a duelo antemural y muralla ; |
a una se han debilitado
12 * Han caído por tierra sus puertas, |
ha roto 6 y quebrado e sus cerrojos ;
-u rev y .-us" príncipes figuran entre las gentes ; ¡ no existe ley ;
incluso sus profetas no hallan ya | visión de parte de Yahveh.
1 "' 1 Se han sentado en tierra, lian callado f |
los ancianos de la hija de Sión ;
han arrojado polvo sobre su cabeza, ] se han ceñido sacos,
han inclinado a tierra su cabeza I las doncellas de Jerusalén.
2 " Hansc agotado las lágrima* de mis ojos, |
han hervido mis entrañas,
se ha derramado por tierra mi hígado ° |
por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo,
porque desfallecen de inanición niños y lactantes |
en las plazas de la ciudad
U " A sus madres dicen :
«¿Dónde hay pan '* y. vino h?»
Cuando se desmayan como heridos de muerte
en las plazas de la ciudad.
cuando exhalan su espíritu
sobre el regazo de sus madres.
72 " ¿A quién te comparare ' , a quién te asemejaré, |
oh hija de Jerusalén ?
¿ A quién te igualaría yo para consolarte, |
oh doncella, hija de Sión?
Pues grande como el mar es tu quebranto, |
¿ quién podrá curarte ?
Z M Tus protetas han visto para ti visiones ¡ de engaño e insulsas,
y no te han patentizado tu iniquidad |
para hacer regresar a tus desterrados
antes contemplaron para ti vaticinios | de falacia y seducción k.
' Tabernáculo : así c. V. otros interpretan ck- mo<lo diverso: «aniquiló su lunar
<lc revelación», etc.
7 Se han dado GRITOS : los de victoria del enemigo.
* Pensado : o bien, decidido. Se han debilitado : han languidecido, en sentido
mctafóriio Otros, «se han lamentado».
Se m.s sentado en riERRA : al mo<lo de los aflinidos.|| Ancianos: G «jefes». Han
INCLINADO A turra su cabeza: renunciando a toda alegría. •
" .Mi hígado : para los hebreos, el hígado era la fuente de la sangre y, por tan-
to, de la vida.
» Pan : e. d., comida.
— 1475 —
2 15-3 5
LAMENTACIONES
2 15-3 &
C " Baten contra ti palmas | cuantos pasan de camino ;
silban y menean, burlones, su cabeza | contra la hija de Jerusalén :
¿ Es ésta la ciudad 1 que decían de perfecta hermosura, |
gozo de toda la tierra 1 ?
JJ 16 Abren contra ti su boca | todos tus enemigos,
silban y rechinan los dientes, ¡ exclaman : ¡ La hemos tragado !
1 Ciertamente, éste es el día que esperábamos : |
lo hemos alcanzado, lo hemos visto !
2 1! Ha realizado Yahveh lo que había proyectado, |
ha cumplido la palabra
que empeñó desde tiempo antiguo, | ha derribado sin compasión,
ha regocijado sobre ti al enemigo, J
ha enorgullecido a tus adversarios.
U 18 Grita por ti m al Señor a, | ¡oh muralla de " la hija de Sión ! ;
derrama lágrimas a torrentes | día y noche,
no te concedas sosiego, | no reposen las niñas de tus ojo-.
p 19 Levántate, grita en la noche, | al comienzo de las vigilias ;
derrama como agua tu corazón | ante la presencia del Señor 8 ;
levanta hacia El tus palmas | por la vida de tus pequeñuelos,
que desfallecen de hambre | en las esquinas de todas las calles.
~1 M Mira, ¡oh Yahveh!, y considera | a quién has tratado así.
¿Habrán de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, ¡
los niños aún llevados en brazos ?
¿ Habrán de ser muertos en el santuario del Señor a |
sacerdotes y profetas ?
¡£* 21 Yacen por tierra en 0 las calles | niños y ancianos ;
mis doncellas y mis jóvenes | cayeron a cuchillo.
Has matado en el día de tu ira, | has degollado sin compasión.
P a Convocaste como en día de fiesta |
a quienes me aterran en derredor,
y no ha habido en el día de la cólera de Yahveh ]
evadido ni fugitivo.
A aquellos que he cuidado y criado, | el enemigo los aniquiló.
N O 1 Yo soy el varón que ha visto la aflicción ]
bajo el látigo de su cólera.
^ 1 Me ha guiado y conducido | en tiniebla, sin luz ;
N * sólo contra mí vuelve y revuelve | su mano todo el día.
2 * Ha consumido mi carne y mi piel, | ha quebrado mis huesos.
2 L Ha construido contra mí y me ha cercado | de veneno y molestia.
" Ha regocijado SOBRE n : o hecho jubilar por tu causa ; otros, «ha concedido el
triunfo». || Ha enorgullecido: lit., enaltecido el cuerno, e. d., exaltado la potencia
o enorgullecido.
20 Aun llevados en brazos : o bien, objeto de sus tiernos cuidados ; otros, Mjüe co-
bijaban». Cf. V, «de la medida de un palmo».
Quienes me aterran : o aterraran, e. d., «uerra, peste, hambre, etc.
3i Yo soy : el profeta Jeremías habla de sí propio.
• Todo el día : e. d., incesantemente.
' Ha construido : es comparado aquí Dios a un enemigo que hace trabajo? de
circunvalación para tomar una plaza.
— 1476 —
36-24
LAMENTACIONES
36-24
2 1 En lugares tenebrosos me ha asentado, |
como muertos de hace tiempo.
i : Me ha rodeado de un vallado y no puedo salir, |
me ha aherrojado con pesada cadena,
j ' Aunque grito >' P'd» auxilio, | ha cerrado el paso a mi plegaria.
* v Ha obstruido mis caminos con piedras sillares, |
mis senderos ha hecho intransitables.
~ 10 Oso en acecho ha sido para mi,
león en escondite ;
~ " me ha conducido por sitios descaminados y me ha desgarrado,
me ha devastado por completo ;
~ tt ha entesado su arco y me ha hecho
blanco de [sus] saetas.
- a Ha hincado en mis lomos | las flechas de su aljaba ;
~ ** he sido la irrisión de todos los pueblos a, |
el objeto de su satírica cantilena todo el día ;
" " me ha saciado de amarguras, | me ha abrevado con ajenjo.
i " Me ha gastado los dientes con guijarro, |
hame postrado en la ceniza.
1 ,: Mi alma está lejos de la paz, | he olvidado la felicidad ;
"< "y he exclamado : «¡Ha perecido la continuidad de mi existencia |
y mi esperanza en Yahveh!»
7 " Al recordar b mi aflicción y mi vagabundeo, | ajenjo y veneno
7 20 rememorando de continuo, abátese | mi alma en mí ;
7 esto tendré en cuenta, | por esto he de esperar.
i"! ~ Las misericordias de Yahveh en verdad no se han agotado °, |
ciertamente no se han acabado sus piedades ;
p " renuévanse todas las mañanas ; | ¡ grande es tu lealtad !
¡~! M «¡Mi porción es Yahveh, se ha dicho mi alma ; |
por eso he de esperar en El!»
• En lugares tenebrosos : entienden unos la cárcel, pero puede significar adversi-
dad en general.
8 Aunque: o bien, cuantas veces. |¡ Cerrado el paso: o su oído
•Obstruido: lit., tapiado. ¡¡ Ha hecho intransitables: o trastornado, pervertido,
confundido.
11 Me ha devastado : o bien, turbado; me ha hecho consumirme.
B Las flechas de su aljaba : lit., los hijos de su aljaba, e. d., sus dardos o flechas.
" Irrisión de todos los pueblos, que siguen burlándose de los avisos del profe-
ta. |¡ Todo el día : o incesantemente.
M Me ha gastado los dientes : otros, tha hecho rechinar», «ha hecho niorder« ;
e. d., me ha hecho sufrir de modo terrible.
17 Está lejos : o se ha alejado ; otros, «tú repeliste» ; otros prpn. 1. c. SV «fué ale-
jada», o o. G «el de-echó de mi alma». ]] He olvidado : e. d., hace tiempo que ca-
rezco de.
18 La continuidad de mi existencia : mi perduración ; o bien, «mi gloria, mi vigor
vital, mi vitalidad, mi confianza», como traducen otros.
™ Ajenjo y veneno : indica metafóricamente la máxima amargura o infelicidad
como pena y secuela del pecado.
22 Las misericordias... : otros, «es misericordia de Yah. que no estemos aniquila-
dos» (cf. V).
— 1477 —
3 25-51
LAMENTACIONES
3 25-51
Í3 " Bueno es Yahveh para quien en El esj>era, |
para el alma que le busca.
13 28 Bueno es aguardar callando | el auxilio de Vahveh.
63 " Bueno al hombre soportar | el yugo desde su mocedad.
I " Siéntese solitario y callado, ¡
porque [Dios] ha impuesto [la carga] .-.obre él ;
1 " ponga en el polvo su boca, ¡ pues quizá baya esperanza ;
II "ofrezca al que le hiere la mejilla, | hártese de oprobio-,.
2 J1 Pues no rechaza para siempre | el Señor '',
2 M sino que, si aflige, apiádase ]
según la multitud de sus misericordias ;
D 33 porque no veja por impulso de su corazón ¡
ni aflige a los hijos del hombre.
s M Aplastar bajo los pies
a todos los cautivos de la tierra,
^ 35 conculcar el derecho de un varón
ante la faz del Altísimo,
2 80 causar entuerto a un hombre en su pleito,
el Señor1', ¿no ha visto esto?
2 37¿yuién ha dicho algo y ocurrió
sin que el Señor d lo dispusiera ?
,0 "¿No proceden de la boca del Altísimo
los males y el bien ?
Q w t De qué puede quejarse el hombre viviente, |
un varón del castigo de sus pecados?
3 Escudriñemos nuestro proceder y examinémoslo |
y convirtámonos a Yahveh
2 " Alcemos nuestro corazón 0 sobre 1 nuestras palmas |
a Dios en el cielo.
2 '* Nosotros hemos pecado y hemos sido rebeldes ; |
tú no has perdonado
Q " Te has cubierto de ira y nos has perseguido, |
has matado sin apiadarte ;
□ " le has cubierto de nubes, | para que no pasara la plegaria ;
~) 46 en basura y desecho nos has convertido | en medio de los pueblos.
Q " Han abierto contra nosotros su boca ¡ todos nuestros enemigos.
D " Terror y fosa nos han correspondido, | el exterminio y la ruina.
□ " Arroyos de aguas vierten mis ojos |
por la ruina de la hija de mi pueblo.
y '" Mis ojos manan sin cesar, | sin alivio,
y 50 hasta que mire y vea | Yahveh desde los cielos.
y 61 Mis ojos afectan a mi alma | por h todas las hijas de mi ciudad.
28 [Dios] ha impuesto: este v. y el siguiente suele la Iglesia aplicarlos a Jcsu-Cristo,
modelo de paciencia en los trabajos que padeció por los hombres.
« 1.a boca del Altísimo : de las órdenes de Dios.
«•Manan: e. d., lágrimas. || Sin alivio: o mitigación, sin interrupcióu o reposo.
™ Mis ojos aküctan a mi alma: e. d., estoy deshecho a fuerza de llorar.
- 1478 -
3 52-4J» LAMENTACIONES Z 2
\J J: Caza me han dado i onio a un pájaro | mis enemigos sin motivo.
H "Han hundido mi vida en una fosa |
y han lanzado piedras contra mí.
| N Las ¿guas subieron por encima de mi cabeza ; |
pensé : « ¡ Estov perdido!»
p "He invocado tu nombre, Yahveh, 1 ^
desde las profundidades de la fosa ;
P " mi voz has oído : «¡No cierres i
lus oídos a mi alivio, a mi grito de auxilio!»
p 57 Te has acercado en el día que yo te invocaba.
"Mías defendido, ¡<>h Señor!, la causa de* mi alma, |
has redimido mi vida.
• TÚ ves, ¡oh Yahveh!, mi opresión; , ¡hazme justicia!
"1 "° Yes toda su venganza, | todos sus designios contra mi.
" Hat- oído su ultraje, ¡oh Yahveh!,!
todos sus designios contra mf,
los labio- de mis adversarios y su hostil macpiinación 1
contra mí todo el día.
t¿7 " Observa cuándo se sientan y se levantan, 1
soy el objeto de su satírica cantinela.
f] "'Les darás la paga, ¡oh Yahveh!, ]
conforme a la obra de sus manos ;
J"] " les darás la ceguera de corazón : | ¡ tu maldición será con ellos !
J"l r* Los ¡ perseguirás con ira y los aniquilarás ]
de bajo el cielo, ¡oh Yahveh */
a 1 ¡ Ay, cómo se ha oscurecido el oro, |
^ ha degenerado el oro mejor !
Las piedras sagradas están esparcidas I
en las esquinas de todas las calles.
'Los hijos de Sión, los honorables, 1
valorados [un día] cual oro fino,
¡ cómo han sido considerados como tinajas de barro, |
obras de manos de alfarero I
* Incluso los chacales presentan la teta, 1
dan de mamar a sus cachorros ;
la hija de mi pueblo se ha vuelto tan cruel 1
como los avestruces del desierto.
" Caza me han dado : me han perseguido mis enemigos como el cazador persigue
su presa.
"La causa de mi alma: cuanto concierne a mi vida y salvación.
■ Los labios : o bien, el hablar, las palabras.
*• Ceguera de corazón : e. d., de inteligencia.
A 1 Et oro: según unos, el templo; según otros, el pueblo israelita en general. ||
* Saokadas: o del santuario (cf. Vi.
3 Tinajas de barro : e. d., cosa despreciable.
• Los avestruces : según popular creencia, dejan abandonados sus huevos.
— 1479 —
4 4-15
LAMENTACIONES
4 4-15
~! 1 La lengua del niño de pecho se ha pegado | al paladar por la sed ;
los pequeñuelos han pedido pan, | sin tener quien se lo reparta.
H 6 Quienes comían manjares delicados |
han perecido por las calles ;
los llevados envueltos en púrpura | abrazaron las basuras.
"! " Mayor fué la culpa de la hija de mi pueblo |
que el pecado de Sodoma,
que fué derribada en un momento |
sin que se precipitaran manos contra ella
I 1 Brillaban sus príncipes más que la nieve, |
eran más blancos que la leche ;
sus huesos eran más rojos que corales ; | un zafiro era su cuerpo.
i! "Se ha oscurecido su rostro más que la negrura, |
no se les reconoce en las calles ;
su piel se ha pegado a los huesos, | se ha secado como un leño.
Í2 9 Más venturosos fueron sus muertos a espada |
que los caídos de hambre ;
pues éstos se consumen famélicos, |
faltos de los frutos del campo.
1 w Manos de mujeres compasivas | cocieron a sus hijos,
sirviéronles de alimento | en la calamidad de la hija de mi pueblo.
2 " Apuró Yahveh su saña, | derramó el ardor de su cólera
y encendió un fuego en Sión, | que ha devorado sus cimientos.
~> '■ No creían los reyes del país | ni ninguno de los habitantes del orbe
que penetraría el adversario y el enemigo |
por las puertas de Jerusalén.
*2 13 A causa de los pecados de sus profetas, |
de las iniquidades de sus sacerdotes,
que derramaban en medio de ella | sangre de justos.
2 14 Vagaron vacilantes como ciegos por las calles,
manchados de sangre,
sin que nadie pudiera tocar ¡ sus vestidura?.
C u «¡ Apartaos ! ¡Un impuro»!», les gritaban. ¡
«¡Apartaos, apartaos b ! ¡No toquéis!»
Cuando huyeron y vagaron vacilantes, |
decíase entre las naciones: «¡No pueden quedarse [aquí]!»
0 Quienes: refiérese a los niños. || Han perecido: o muerto de hambre, se lian
consumido. || Llevados: por sus ayos o criados. || Las basuras: o muladares, ya ^in-
viniéndolos en cama, ya buscando en ellos alimentos.
" Sin que se precipitaran manos : e. d., sin trabajo de manos, sin que padeciera un
sitio largo y espantoso o ataque humano.
* Sus príncipes : e. d., los de Sión ; V y otros, «sus nazareos» ; otros corrigen «sos
jóvenes». || Corales : V «más bermejos que el marfil antiguo». || CUERPO : lit., figura.
8 Negrura : «los carbones».
* Faltos de los frutos del campo : otros, «perecen, traspasados por la sequía del
campo» (así Bibl. Bonn), o corrigen H más ampliamente.
M Como ciegos : de espíritu más que de cuerpo.
^ El v. tiene en el hebreo, por la repetición de suni y otros imperativos y voca-
blos en ti, un efecto de aliteración imposible de rendir en castellano. Igual ocurre
ni otros muchos vv. de Jeremías, como los inmediatos siguientes.
— 1480 —
4 i*— 5 3
LAMENTACIONES
4 16-5 3
y " El rostro de Vahveh los ha dispersado, | no tornará a mirarlos ;
no respetaron el rostro de los sacerdotes, |
de los ancianos no tuvieron piedad
r ,; Mientras aun subsistíamos, consumíanse nuestros ojos, |
[vueltos] en vano hacia vuestra ayuda ;
en nuestro puesto de espera aguardamos |
a pueblo que no nos podía salvar.
» Acecharon nuestros pasos, |
impidiéndonos marchar por nuestras plazas.^
Acercóse nuestro fin, cumpliéronse nuestros días, |
ciertamente nuestro fin ha llegado.
p ,9 Nuestros perseguidores fueron más raudos |
que las águilas del cielo :
por los montes nos han perseguido, |
en el desierto tendiéronnos emboscada.
"] 20 El aliento de nuestra boca, el ungido de Yahveh, |
ha sido prendido en sus hoyas ;
aquel de quien dijéramos : «¡A su sombra |
viviremos entre las naciones!»
y¿' 21 ¡ Alborózale y regocíjate, hija de Edom, ]
que moras en el país de Us !
También a ti te llegará el cáliz, | te embriagarás y te descubrirás.
ti 30 Completa está tu iniquidad, ¡ oh hija de Sión ! ; |
no volverá [Yahveh] a desterrarte ;
visitará tu iniquidad, ¡oh hija de Edom! ; 1
pondrá al desnudo tus pecados.
Plegaria de Jeremías
rr 1 Acuérdate, Yahveh, de lo que nos ha acaecido ;
" contempla y mira nuestro oprobio.
3 Nuestra heredad ha pasado a extranjeros,
nuestras casas a extraños.
■ Huérfanos hemos quedado, sin padre ,
nuestras madres, como viudas.
»» Mientras aun subsistíamos... ; así c. V siguiendo algs. mss. (el. Kit). Otros,
•nuestros ojos siguen consumiéndose aún» (Bib!. Bonn), uun nos miramos los ojos»...
O se corrige : «Ziasí.i aaiií consumiéronse...», o de otros modos.
M Las águilas del cielo : recuérdese que Jeremías compara varias veces a los cal-
fleos con las águilas.
El. aliento DE nuestra boca ¡ designa metafóricamente al rey Sedecías, prisionero
de los caldeos. || En sus hoyas: V «por nuestros pecados». Aplican algunos otas pa-
labras al rey Josías ; otros, como Aben Ezra y Maldonado, a Sedecías ; pero mejor
que a ambos reyes se aplican a Jesu-Cristo, verdadero ungido de Dios, preso y en-
tiegado a la muerte por nuestros pecados.
21 Alborózate : Edom es invitado irónicamente a celebrar la destrucción de Judá,
del hermano enemigo. Por Edom entienden varios comentaristas los enemigos de la
Iglesia. || Te descubrirás o desnudarás, convirtiéndote en objeto de mofa y desprecio.
" Completa está tu iniquidad: o también, cumplido está tu castigo.
Nuestra heredad : la tierra que había dado el Señor a mi pueblo.
Huérfanos hemos quedado, sin padre : para unos comentaristas, el padre es el
rey Josías o Sedecías ; para otros es Dios, padre de Israel.
5
— 1481 —
5 4-22
LAMENTACIONES
5
' De nuestra agua por dinero hemos tenido que beber ,
nuestra leña a precio hemos de conseguir.
5 Al cuello tenemos los acosadores,
estamos fatigados, no tenemos reposo.
* A Egipto hemos tendido la mano,
a Asiría, para saciarnos de pan.
'' Nuestros padres pecaron a y ya no existen,
mas a nosotros hemos cargado con sus iniquidades.
" Esclavos señorean en nosotros,
sin que haya quien nos libre de su mano.
"Con riesgo de nuestra vida conseguimos nuestro pan,
afrontando la espada del desierto.
** Nuestra piel abrasa como un horno
a consecuencia de la fiebre producida por el hambre.
" A las mujeres en Sión violaron,
a las doncellas en las ciudades de Judá.
n Los príncipes fueron colgados por su mano,
la faz de los ancianos no respetaron.
13 Los jóvenes han tenido que arrastrar muela,
y los muchachos han vacilado y caído, cargados de leña.
u Los ancianos han cesado de acudir a la puerta,
los jóvenes en sus cánticos.
15 Ha concluido el gozo de nuestro corazón,
se ha trocado en duelo nuestra dan/a.
" Ha caído la corona de nuestra cabeza ;
i ay de nosotros, que hemos pecado!
" Por esto se halla triste nuestro corazón ;
por tales cosas se han entenebrecido nuestros ojos ;
por la montaña de Sión, que está devastada,
paseándose por ella los zorros.
18 Mas b tú, Yahveh, por siempre permaneces ;
tu trono de generación en generación.
30 ¿ Por qué nos has de olvidar para siempre,
nos has de abandonar por largo tiempo ?
Conviértenos, Yahveh, a ti °, v nos convertiremos ; •
ha/, sean de nuevo nuestros días como los antiguos ;
" pues (1 nos lias rechazado por completo,
te has airado contra nosotros en extremo
carcas. ; V ede nuestras cervices éramos conducidos»... Muchos creen H errp. : «¿yuso
llevamos sobre nuestras cervices, somos perseguidos ?», «£ en nuestro propio pai- SO-
dumbre que les impusieron los caldeos.
¡ l'AKA saciarnos di EAH ¡ o bien, para obtener pan suficiente, e. d„ para sus-
tentarse.
' los caldeos, considerados tumo
de los árabes.
nos has repudiado total men-
drstinade
: alude a las acometidas
dice abu
■ii sunt», interpreta
" A i.
¡cuto del tribunal. || CÁN
la misma pulsación
de tales instrumentos. Ot
Elg y B.
Bonn).
» Por
LARGO tiempo : o l
ien, toda la vida.
u Y N
>s CONVERTIREMOS :
o bien, para cjue nos tor
"* 1>0E
i NOS HAS RECHAZAD
>... : o también, ■{ O es (
te, estás
tan airado contra
íosotros ?»
— 1482 —
NOTAS CRITICAS A LAS LAMENTACIONES
CAI'. I
a asi Kit c L; H mi] b así i>rb c L etc (cf Kit) ; H estoy] c H errp] d asi ins c G
prb (cf Kit)] fasi Kit c G (y V en parte y varios mss) ; H atado está el yugo ir.
•otros «pesadamente gravitan sobre mí»)] í así c muchos mss (cf Kit); H Adonay]
g así c Kit ; H manos de] h h repite mi ojo] i H como la muerte (cf Kit)] J Kit 1 c S
ifseucha: G «escuchad».
CAP. 2
a Kit 1 c mlt mss (cf) Yahveh] b-b así H; Kit 1 ha derribado por tierra gravemente
heridos \ a su rey... ícf SG)] <-c Kit 1 y ha matado eual adversario] -1 prp ladrón:
G «vid»] e-e<U anota Kit] Tí así leemos c Ec i GLSV ; H siéntense... callen] g GLS mi
¿loria] b-h(U, anota Kit] 'así c V «frt» anota Kit] J V «para moverte a penitencia»!
* cf la puntuación que Kit» prp] 1-1 Kit prp di o que decían o gozo de toda la tierra]
m asi c Kit; o bien como otros prp grite tu corazón (o tu voz) ; H gritó el corazón
dt ellos] n prps doncella o suspira] "así ins c S (cf Kit).
cap.
a asi Kit c muchos mss S... ; II todo mi pueblo] t> otros «recuerda» ; G «me he acor-
dado de» (cf Kit)J «asi Kit c imsken ST ; H nos hemos agotado] << Kit 1 c rmichos
mss Yahveh (cf)) •■mlt mssken GLSV nuestros corazones] Hit o o hacia; V «con»]
g varios mss S pasan vv 46-48 tras 40-51] b V en; Kit 1 «frt» en toda mi ciudad] i asi
c SV ; H plur (cf Kit)] i así ins G] k así V; H el cielo de Yahveh; Kit cree que «frt»
ha de 1 fu cielo y di Yalrech.
a «frt 1 c G impuros* anota Kit] 1) Kit suprime este vocablo y prps otras supresio-
nes en el v.
CAP. 5
a-a asi ins mlt mss QTSV (frente a KGi] b así ins c GLSV] c di o Yahveh o a TI,
indita Kit] J H añade si, que omiten GS.
- 1483 -
, > f# M * ' '
FoHo ;w Jfí moHiiscríto hebraico esf urialense G-D-n
— 1484 —
INTRODUCCION A LA PROFECIA DE
BAR U K Y EPISTOLA DE JEREMIAS
■ rofecía de Bakik. — Baruk, de una familia noble de Jerusalén, fué dis-
cípulo y secretario de Jeremías íjer. ¿b, 4; 36, 32). El año
ta. d. (_'.;. quinto despue's de la toma de Jerusalén por Nabucodono-
sor. Baruk se trasladó a Babilonia, donde escribió su profecía y la leyó
a los judíos cautivos. No se conserva el original hebreo; la versión griega
e< algo imperfecta.
Previa una introducción histórica, consta la profecía de dos partes
principales. La primera es una humilde y sentida confesión de los peca-
dos de Israel y una súplica de misericordia y perdón. La segunda es una
exhortación y una consolado): : exhortación a la fidelidad, en que está la
verdadera sabiduría ; consolación , por la promesa del retorno a la patria,
que es imagen de la gran promesa viesiánica. El lenguaje, si bien algo
difuso, es hondamente patético en ¡a primera parte, vivo y animado,
a las veces bellísimo, en la. segunda.
Epístola de JEREMÍAS. — Dirigida a los judíos cautivos Je la primera
deportación (59Í a. d. C), concentrados en Ribla, es una vehemente dia-
triba contra la idolatría de Babilonia. En la versión alejandrina precede
a las Lamentaciones de Jeremías; en la Vulgata sigue, a modo de apén-
dice, a la profecía de Baruk. Se ha perdido el original hebreo.
— 1485 —
B A R U K
Introducción
i ' Estas son las palabras del li-
-1- bro que escribió Baruk, hijo de
Nerías, hijo de Maasías, hijo de Se-
deeías, hijo de Asadías, hijo de Quel-
cías, en Babilonia, ! el año quinto,
el día séptimo del mes, en el tiem-
po en que los caldeos se apoderaron
de Jerusalén y la incendiaron. 3 Y
leyó Baruk las palabras de este li-
bro a oídos de Jeconías, hijo de Joa-
quim, rey de Judá, y a oídos de
todo el pueblo que venían a oír el
libro, 4 y a oídos de los poderosos e
hijos de reyes, y a oídos de los an-
cianos, y a oídos de todo el pueblo,
desde el pequeño hasta el grande,
de todos los que habitaban en Ba-
bilonia junto al río Sud. c Y llora-
ban y ayunaban y oraban delante
del Señor. " Y recogieron dinero, se-
gún lo que cada uno podía dar, 7 y
lo enviaron a Jerusalén al sacerdote
Joaquim, hijo de Quelcías, hijo de
Salom, y a los demás sacerdotes y
a todo el pueblo que se halló con él
en Jerusalén, 8 al tiempo que Baruk
recobró los vasos de la casa del Se-
ñor sacados del santuario, para res-
tituirlos a tierra de Judá el día dé-
cimo del mes Siván, vasos de plata
que^ había hecho Sedecías, hijo de
Josías, rey de Judá, ' después que
Nabucodonosor, rey de Babilonia, de-
portó a Jeconías, a los príncipes, a
os rehenes, a los poderosos y al
pueblo de la tierra desde Jerusalén
y le llevó a Babilonia. 10 Y dijeron :
«Ahí tenéis el dinero que os en-
viamos ; comprad con ese dinero ho-
locaustos, víctimas expiatorias e in-
cienso, y haced ofrendas, y ofreced-
las sobre el altar del Señor Dios
-t 1 Del libro : qu
2 Kl año quinto
en ii. tiempo que... i
que fué tomada la c iudad.
' Jeconías : que estaba cauth
• Hijos de reyes : eran los di
uno de los canales que ponían ei
' Joaquim : era probablement
en Jerusalén, no el sumo sacerd
8 Siván : era el tercer mes (i
1,1 Y dijeron : simie el conté
lén. || Ofrendas: la versión grh
que era sacrificio incruento de b
propiamente
después de la toma de J
leí mes quinto (Ab), en qiu
salen por Nabucodi:
— 1486 —
1 n— 2 1
BARÜK
1 13-2 i
nuestro. " Y rogad por la vida de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y
por la vida de Baltasar, su hijo, pa-
ra que seaD sus días romo los días
del cielo sobre la tierra. 18 Y nos da-
rá el Señor fortaleza y alumbrará
nuestros ojos, v viviremos a la som-
bra de Nabucodonosor, rey de Babi-
lonia, y a la sombra de Baltasar, su
hijo, y les serviremos muchos días
y hallaremos gracia a sus ojos. " Y
rogad por nosotros al Señor Dios
nuestro, pues pecamos contra el Se-
ñor Dios nuestro, y no se ha apar-
tado de nosotros la indignación del
Señor y su cólera hasta este día.
" Y leed este libro que os enviamos
para que le deis lectura en la casa
del Señor en día de fiesta y en días
oportunos. 15 Y diréis :
I. Confesión de los pecados y oración
Confesión de los pecados
Al Señor Dios nuestro la justicia,
mas a nosotros la confusión de los rostros,
como sucede en este día ;
"' a nuestros reyes y a nuestros príncipes,
a nuestros sacerdotes y a nuestros profetas y a nuestros padres,
!: por cuanto pecamos en el acatamiento del Señor,
" y le desobedecimos y no oímos la voz del Señor Dios nuestro,
de caminar conforme a los preceptos del Señor,
que dió en presencia nuestra.
'* De.->de el día en que sacó el Señor a nuestros padres
de la tierra de Egipto, y hasta este día,
fuimos desobedientes al Señor Dios nuestro,
v nos apresurábamos a desoír su voz.
Y se nos aglutinaron las calamidades y la maldición
que el Señor intimó a Moisés, su siervo,
en el día que sacó a nuestros padres de la tierra de Egipto
para darnos una tierra que mana leche y miel,
como acaece en este día.
a Y no oímos la voz del Señor Dios nuestro
conforme a todas las palabras de los profetas que envió a nosotros,
sy nos fuimos cada cual tras el capricho de su perverso corazón,
para servir a dioses ajenos
y obrar el mal a los ojos del Señor Dios nuestro.
Dió firmeza el Señor a su palabra,
;a que habló contra nosotros,
contra nuestros jueces, que juzgaron a Israel,
y contra nuestros reyes y nuestro.^ príncipes,
contra todo hombre de Israel y de Judá.
u Baliasar : no consta si se trata de un hijo «le Nabucodonosor hasta ahora deseo
nucido por otras fuentes históricas, o bien de un segundo nombre de Evilraerodac.
También podría ser que el texto de la versión griega estuviese alterado.
M En la casa dkl SEÑOR : no jxxlía ser sino en las ruinas del templo, incendiado
IKir Nabucodonosor. || La expresión en días oportunos, que se lee en el griego, tal
vez responda a la hebrea en días de asamblea.
to Nos apresurábamos : podría también traducirse tuvimos la ligereza (o la temeri
dad) Je...
— i iSr —
2 2-18
BARUK
2 2-18
2 No se hizo tal debajo de todo el cielo,
cual se hizo en Jerusalén,
según lo escrito en la ley de Moisés,
3 hasta comer nosotros un hombre la carne de su hijo,
y un hombre la carne de su hija.
4 Y los entregó el Señor como feudatarios
a todos los reinos que están en torno nuestro,
para escarnio y asolamiento
entre todos los pueblos en derredor,
en donde el Señor los diseminó.
6 Y fuimos puestos debajo y no encima,
pues pecamos contra el Señor Dios nuestro,
hasta el punto de no escuchar su voz.
" Al Señor Dios nuestro la justicia,
a nosotros y a nuestros padres el rubor de los rostros,
como acaece en este día.
' Según lo que habló el Señor contra nosotros,
vinieron sobre nosotros todos estos males.
8 Y no acudimos suplicantes ante la faz del Señor,
para que apartase a cada uno de nosotros
de los pensamientos de su perverso corazón.
" Y no se durmió el Señor en los castigos,
y los descargó el Señor contra nosotros,
porque justo es el Señor en todas sus obras, que El nos ordenó.
]0 Y no escuchamos su voz
para caminar según sus mandamientos,
que dió en presencia nuestra.
Demanda de misericordia
u Y ahora, Señor, Dios de Israel,
que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto
con mano fuerte y con señales y portentos,
con poder grande y brazo en alto,
y conquistaste para ti un renombre,
cual se ve en este día :
12 pecamos, fuimos impíos, fuimos injustos, Señor Dios nuestro,
contra todos tus justos mandamientos.
15 Apártese tu ira de nosotros,
pues fuimos dejados pocos entre las gentes,
entre las cuales nos dispersaste.
M Escucha, Señor, nuestra oración y nuestra súplica,
y líbranos a causa de ti mismo,
y danos favor ante los que nos deportaron,
15 jiara que conozca toda la tierra
que tú eres el Señor Dios nuestro
por cuanto tu nombre fué invocado
sobre Israel y sobre su linaje.
M Señor, mira desde tu morada santa
y vuelve tu pensamiento a nosotros ;
inclina, Señor, tu oído y escucha,
" abre tus ojos y mira ;
que no son los muertos allá en los infiernos,
cuyo espíritu fué sacado de sus entrañas,
los que tributarán gloria y justicia al Señor ;
18 mas el alma afligida hasta el extremo,
los que caminan encorvados y desmayados,
2* Asolamiento : acaso el original hebreo significaba «sombro, pasmo.
* Más literal sería : «No depositamos [la confianza de] la misericordia Iquc pe-
dimos! sobre las justicias (o méritos) de...»
— 1488 -
2 19-34
BARUK
2 19-34
los ojos lánguidos y el alma hambrienta,
te tributarán gloria y justicia, Señor.
" Que no son las justicias de nuestros padres y de nuestros reyes
el fundamento de la misericordia que imploramos
ante tu faz, Señor Dios nuestro.
:* Pues descargaste tu indignación y tu ira sobre nosotros,
según hablaste por mano de tus siervos los profetas, diciendo :
«Así dijo el Señor : doblegad vuestra espalda,
y servid al rey de Babilonia,
y permaneced de asiento sobre la tierra
que di a vuestros padres.
" Y si no oyereis la voz del Señor
en servir al rey de Babilonia,
M haré cesar de las ciudades de-Judá
y alejaré de Jerusalén
voz de alegría y voz de regocijo,
voz de esposo y voz de esposa,
y quedará toda" la tierra asolada sin moradores.»
"Y no escucharon tu voz
en servir al rey de Babilonia,
y diste firmeza a tu palabra,
que hablaste por mano de tus siervos los profetas,
que serían sacados de sus sepulcros
los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestro padres.
28 Y he aquí que andan tirados por los suelos
a los ardores del día y a las heladas de la noche.
Ellos murieron entre penosos trabajos,
de hambre, de espada, de pestilencia.
M Y pusiste la morada sobre que fué invocado tu nombre
cual se halla en este día,
por las maldades de la casa de Israel y de la casa de Judá.
2: E hiciste con nosotros, Señor Dios nuestro,
según toda tu benignidad y según toda tu gran misericordia,
" según que hablaste por mano de tu siervo Moisés
el día que le ordenaste escribir tu lev-
en presencia de los hijos de Israel, diciendo :
w «Si no escuchareis mi voz,
seguramente ese enjambre grande y numeroso
se verá reducido a un pequeño grupo entre las naciones,
entre las cuales los diseminaré.
" Porque bien sé que no me escucharán,
porque es pueblo de dura cerviz.
Mas entrarán dentro de su corazón
en el país a que serán deportados,
" y conocerán que yo soy el Señor su Dios.
Y les daré corazón y oídos que oigan,
" y me alabarán en la tierra de su deportación,
y se acordarán de mi nombre,
M y volverán atrás de su dura cerviz
y de sus perversas obras,
porque se acordarán del camino de sus padres,
que pecaron delante del Señor.
M Y los volveré a la tierra
que prometí con juramento a sus padres,
a Abrahán, a Isaac y a Jacob,
y se enseñorearán de ella ;
y los multiplicaré, y no disminuirán.
■ Cf. Jer. 27, 8-12.
- 1489 -
2 35-3 13
BARUK
2 35—3 13
Y estableceré con ellos alianza eterna,
que yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo ;
v no echaré va más a mi pueblo de Israel
de la tierra que les di.»
1 Señor omnipotente, Dios de Israel,
alma en angustias y espíritu acongojado clama a ti.
Escucha, Señor, y compadécete,
porque pecamos delante de ti.
Pues tú estás en tu trono eternamente,
y nosotros eternamente perecemos.
Señor omnipotente, Dios de Israel,
escucha la súplica de los muertos de Israel
y de los hijos de los que pecaron delante de ti,
que no oyeron la voz del Señor su Dios,
y se pegaron a nosotros las calamidades.
No te acuerdes de las injusticias de nuestros padres,
antes acuérdale de tu mano y de tu nombre en este tiempo.
Pues tú, Señor, eres nuestro Dios,
v te alabaremos. Señor.
Pues para esto infundiste tu temor en nuestro corazón,
para que invocásemos tu nombre,
y te alabáremos en nuestro destierro,
pues lanzamos lejos de nuestro corazón
toda la injusticia de nuestros padres,
que pecaron en tu acatamiento.
Henos aquí hoy en nuestro destierro,
en el lugar donde nos dispersaste
para escarnio, y para maldición, y para extorsión,
en razón de todas las injusticias de nuestros padres
que apostataron del Señor Dios nuestro.
II. Exhortación del profeta
Exhortación a la fidelidad
"Oye, Israel, preceptos de \ida,
escucha lecciones de prudencia.
"' ¿Qué es, Israel, qué es, que te hallas en tierra de los enemigos,
te envejeciste en tierra extraña,
11 te contaminaste con los muertos,
fuiste contado entre los que descienden a los infiernos ?
u Abandonaste la fuente de la sabiduría
" Si hubieras andado por el camino de Dios,
habitaras en paz eterna mente.
I'.sta alianza
3:ss
— 1490 —
3
BAS.UK
3 14-32
" Aprende dónde está la prudencia,
dónde está la fuerza, dónde está la inteligencia,
para saber juntamente dónde está la longevidad y la vida,
dónde está la lumbre de los ojos y la paz.
™ i Quién halló el lugar de su mansión
y quién entró en sus tesoros?
" ¿ Dónde están los príncipes de las naciones
y los que domeñan las fieras de la tierra ?
" ¿ Los que se entretienen con las aves del cielo,
y atesoran la plata y el oro, en que confían los hombres,
ni ponen término a su adquisición ;
u los que labran la plata, y se afanan,
sin que al fin quede rastro de sus obras?
19 Desaparecieron y bajaron a los infiernos,
y otros se alzaron en lugar suyo.
Generaciones más jóvenes vieron la luz
v habitaron sobre la tierra,
mas el camino de la ciencia no lo conocieron ;
M ni supieron sus sendas ni dieron con ella ;
sus hijos del camino de ellos se alejaron
73 Ni fué oída en Canaán ni fué vista en Temán ;
23 ni los hijos de Agar, los que buscan la prudencia sobre la
los mercaderes de Merrán v de Temán,
los inventores de mitos v los exploradores del saber
no conocieron el camino de la sabiduría
ni tuvieron memoria de sus sendas.
3J ¡Oh Israel, cuán grande es la morada de Dios
y anchuroso el espacio de su posesión !
25 Grande es y no tiene fin,
excelso e inmenso.
26 Allí fueron engendrados los gigantes,
los renombrados, los antiguos,
que fueron de elevadísima estatura,
que sabían de guerra.
2: No fueron éstos los que Dios eligió,
ni les dió a conocer el camino de la sabiduría ;
"y perecieron por no tener prudencia,
perecieron por su falta de consejo.
29 ¿ Quién subió al cielo y la tomó.
y la hizo bajar desde las nubes ?
""¿Quién pasó al otro lado del mar y la halló.
v la traerá a precio de oro aquilatado'
*' No hav quien conozca su camino
ni quien considere su sendero.
u Mas el que todo lo sabe la conoce,
descubrióla con su inteligencia ;
'* Su mansión : la de la sabiduría o prudencia.
■ Texto bastante inseguro. El segundo hemistiquio podría significar que los hijos
se aUjaron de la sabiduría mas aún que sus padres. Es probable la construcción
e interpretación de la Vulgata :
.Vi supieren sus sendas,
ni dieron ron ella sus hijo*:
del eamino de ellos se alejó.
" Teman : región oriental de la Idumea.
" Hijos he Agar : los ismaelitas. || Merrán : probablemente hay que leer Ma-
dián. || Temín : ciudad de la Arabia. || Inventores de mitos: literalmente, mitólogos;
parece significa intérpretes 'o autores) de parábolas, a no ser que signifique poetas,
contrapuestos a i.os exploradores del saber o filósofos.
M La morada de Dios : los cielos, el universo entero.
" LOS GIGANTES: cf. Gén. 6, 4; 14, 5; Núm. 8, 34 ; Dt. 2, 10; i, 20: 3, 11...
— 1491 —
3 33-4 12
BARUK
3 33—4 12
el qué estableció la tierra para tiempo eterno,
el que la pobló de animales cuadrúpedos ;
" el que envía la luz, y va,
la llamó, y le obedece temblorosamente ;
31 y los astros brillaron en sus atalayas y se gozaron.
35 Llamólos y dijeron : Aquí estamos ;
brillaron gozosos en obsequio de su Hacedor.
86 Este tal es nuestro Dios :
no se contará otro a par de él.
31 Descubrió los caminos de la ciencia
y los comunicó a Israel, su siervo.
y a Jacob, su predilecto.
38 V tras esto se manifestó en la tierra
y trató con los hombres.
' Este es el libro de los preceptos de Dios
y la ley que subsiste eternamente.
Todos los que la mantienen, alcanzarán la vida ;
mas los que la abandonan, morirán.
: Vuélvete, Jacob, y abrázaila,
camina al resplandor de su luz.
' No abandones en manos de otro tu «loria,
ni tus ventajas en manos de una nación extraña.
* Dichosos somos, Israel,
pues lo que es grato a Dios nos es conocido.
Exhortación ele Jerusalén al pueblo
' ¡ Confiad, pueblo mío, recuerdo de Israel !
" ¡''uisteis vendidos a las naciones no para perdición,
sino ipor haber provocado la cólera de Dios
fuisteis entregados en manos de los adversarios.
' Pues irritasteis al que os hizo,
sacrificando a los demonios y no a Dios.
" Olvidasteis al] que os sustentó, al Dios eterno,
y afligisteis también a la que os crió, Jerusalén.
* l'orque vió desencadenada contra vosotros
la cólera de Dios, y dijo :
Escuchad vosotras," las vecinas de Sión :
envió sobre mí Dios gran duelo.
,c Pues vi el cautiverio de mis hijos y mis hijas,
que sobre ellos atrajo eO Eterno.
" Pues los crié con gozo,
V los -despedí con llanto y duelo.
,J Nadie se regocije de mí, de que soy viuda
y abandonada de mucho-.
Quedé en soledad por los pecados de mis hijos,
por cuanto se desviaron de la ley de Dios.
*> Se MANIFESTÓ : se recuerdan las teofanias del Antiguo Testamento y, en sentir de
numerosos Padres, se anuncia piofeticamente la gran teofanía del Nuevo.
4' ESTE es EL libro ¡ esta comunicación de la sabiduría divina se halla en el li-
bro... || La lev subsiste eternamente: cf. Mt. 5, 17-18.
1 Ksta dicha subsiste, mejorada, en lu Iglesia, «el Israel de Dios» (Gal. 6, 16).
5 Recuerdo de Israel : pequeño residuo en quien perdura el recuerdo de Israei..
» Vectna« pe Sión : ciudades y aldeas vecinas a Jerusalén.
— 1492 —
4 13-31
BARUK
4 n-r.
a y no conocieron los justos preceptos de Dios,
ni caminaron en los mandamientos de Dios,
ni siguieron las sendas del amaestramiento en su justicia.
** Vengan las vecinas de Sión,
y recordad el cautiverio de mis hijos y mis hijas.
que sobre ellos atrajo el Eterno.
" Pues hizo venir contra ellos una gente de lejos,
gente desvergonzada y de lengua extraña,
que no respetaron al anciano
ni tuvieron compasión del niño,
" y se llevaron los hijos queridos de la viuda
v a Ja desolada privaron de las hijas.
" Y yo, ¿en qué podría socorreros?
a Pues el que atrajo sobre vosotros los males,
os sacará de las manos de vuestros eenmigos.
" Andad, hijos, andad,
que yo fui abandonada en soledad.
50 Despojóme la estofla de la paz,
vestíme el saco de mis súplicas,
clamaré al Eterno mientras duren mis días.
31 Confiad, hijos, clamad a Dios,
y os sacará de la tiranía,
de ilas manos de los enemigos.
" Pues yo esperé del Eterno vuestra salvación,
y vino sobre mí gozo de parte del Santo
por la misericordia que sobre vosotros vendrá presto
de parte del Eterno, vuestro Salvador.
3 Porque os despedí con llanto y duelo,
mas Dios os devolverá a mí
con regocijo y gozo para siempre.
M Pues como ahora han visto las vecinas de Sión vuestra cautividad,
así verán pronto la salvación de parte de vuestro Dios,
que os sobrevendrá con grande gloria
y con esplendor del Eterno.
a Hijos, soportad con longanimidad la ira,
que de parte de Dios os sobrevino.
Te persiguió tu enemigo,
pero presto verás su perdición
y pondrás tus ipies sobre sus cervices.
" Mis mimados anduvieron caminos ásperos,
fueron llevados como rebaño arrebatado por enemigos.
21 Confiad, hijos, y clamad a Dios,
pues se acordará de vosotros el que os visitó.
* Porque como llegó vuestro pensamiento
a extraviaros lejos de Dios,
vueltos a El, buscadle diez veces tanto.
" Pues el que atrajo sobre vosotros los males,
atraerá sobre vosotros el gozo sempiterno.
juntamente con vuestra salvación.
Consolación del profeta a Jerusalén
** Ten buen ánimo, Jerusalén ;
te consolará el que te llamó con su nombre.
" Desventurados los que te maltrataron
y se regocijaron en tu caída.
" Í.AS sendas dej. amaestramiento... : los preceptos de Dios, en que sois a¡vaes'.rid.>i
o educados EN str justicia.
w Los [hijos] queridos de i.a viuda : los moradores de Jerusalén.
m Ti llamó con su nombre ¡ hizo que te llamases ciudad de Yixkveh.
— 1493 —
4 32-5 9
BAR 1' K
4 32 -5 9
Desventuradas las ciudades a las cuales sirvieron tus hijos.
Desventurada la que a tus hijos recibió.
"Pues como se gozó en tu caída
y se regocijó en tu ruina,
así se afligirá por su asolamiento.
* Y le quitaré el gozo de su turba numerosa,
y su júbilo se trocará en duelo.
" Porque fuego vendrá sobre ella
de parte del Eterno por largos días,
y será morada de demonios mucho tiempo.
M Vuelve los ojos al levante, Jerusalén,
y contempla el gozo que te viene de Dios.
" Mira, vuelven tus hijos que despediste,
vuelven reunidos del levante al poniente
por la palabra del Santo,
gozándose en la gloria de Dios.
1 Despójate, Jerusalén, la estola de tu luto y de tu aflicción,
y vístete la magnificencia de la gloria
que de Dios viene para siempre.
2 Revístete del manto doblado de la justicia venida de Dios,
pon sobre tu cabeza la mitra de la gloria del Eterno.
8 Porque Dios ostentará tu esplendor
a todas las naciones que están bajo el cielo.
* Pues será llamado por Dios tu nombre para siempre
Paz de justicia y gloria de piedad.
1 Alzate, Jerusalén, y sube a lo alto,
y mira hacia las partes del levante,
y contempla a tus hijos reunidos
desde el sol poniente hasta el levante
por la palabra del Santo,
gozándose por el recuerdo de Dios.
* Pues salieron de tu lado caminando a pie,
conducidos .por los enemigos ;
mas los introduce Dios a ti llevados con gloria,
como trono de realeza.
' Porque ordenó Dios
abajarse todo monte elevado y los collados eternos
y colmarse los barrancos hasta la nivelación de la tierra,
para que camine Israel seguramente
al esplendor de la gloria de Dios.
* Las selvas también y todo árbol aromático
harán sombra a Israel por ordenanza de Dios.
* Porque guiará Dios a Israel con júbilo
con el resplandor de su gloria,
con misericordia y justicia venida de El'.
n Desventurada : Babilonia.
K 4 Paz, fruto de tu justicia, y gloria, fruto de tu piedad o religiosidad.
* Por el recuerdo de Dios : de que Dios se haya acordado de ellos.
' Como trono... : con el honor con nue es llevada una silla gestatoria. La Vulgata
lee, tal vez mejor: como hijos de realeza lo de reyes).
' Cf . Is. 40, 3-5 : Le- i, 5.
• Las palabras del profeta, rebasando el hecho histórico del retorno a la patria,
anuncian la gloria esplendorosa de la edad niesianica.
— 1494 —
6i-n
HARL'K
6 12-26
Epístola de Jeremías
Introducción
£. Traslado de la carta que mandó
" Jeremías a los que eran llevados
cautivos a Babilonia por el rev de
los babilonios para anunciarles lo
que Dios le había ordenado.
1 Por los pecados que pecasteis de-
lante de Dios seréis llevados a Ba-
bilonia cautivos ]x>r Nabucodonosor,
rey de los babilonios. * Entrados,
pues, en Babilonia, estaréis allí mu-
chos años y tiempo largo hasta sie-
te generaciones ; tras esto os sacaré
de allí en paz. 3 Ahora, pues, veréis
en Babilonia dioses de plata, de oro
v de madera llevados sobre hombros,
infundiendo miedo a los gentiles.
' Guardaos, pues, no sea que también
vosotros os hagáis del todo semejan-
tes a los extranjeros y os coja mie-
do de ellos 5 al ver turbas delante y
detrás de ellos adorándolos ; antes
decid con vuestro pensamiento : «A
ti hay que adorar, Señor.» 6 Porque
mi ángel con vosotros está, y él pe-
dirá cuenta de vuestras vidas.
Sátira contra los ídolos
: I'orque la lengua de esos dioses
ha sido limada qwr el artífice, y ellos
están dorados y plateados, pero son
pura farsa, y no pueden hablar. ' Y
como se hace con una doncella amiga
de galas, tomando oro, labran coro-
nas para las cabezas de esos dioses.
• Y acaece que los sacerdotes, sus-
trayendo a esos dioses oro y plata,
lo gastan en su propio provecho, y
aun dan parte de ello a las rameras
de los burdeles. 10 Y los aderezan
romo a hombres con ropajes a esos
dioses de plata, de oro y de made-
ra ; mas ellos no se libran del orín
v de los gusanos. 11 Vestidos como
están de púrpura, limpiantes la ca-
ra sucia del polvo de la casa, que se
acumula sobre ellos. 15 Y lleva cetro
como un hombre juez del distrito,
que no matará al que peca contra él.
13 Lleva también daga o hacha en su
diestra, mas no se defenderá a sí
mismo de la guerra o de los ladro-
nes. " De donde resulta claro que no
son dioses. No los temáis, pues.
16 Pues como un vaso de un hom-
bre, si se quiebra, se hace inútil, así
bon sus dioses. Colocados en las ca-
sas, IC sus ojos están llenos del <ix>lvo
levantado por los pies de los que en-
tran. " Y como a uno que ha agra-
viado al rey se le tiene encerrado en
sitio cercado por todas partes, como
i quien es llevado a la muerte, así
las casas de los dioses asegúranlas
los sacerdotes con puertas, cerrojos
v trancas, para que no sean saquea-
das por los ladrones. ls Enciéndenk->
lámparas, más aún que para sí mis-
mos, de las cuales ninguna pueden
ver. 19 Son como vigas de una ca.->a,
v dicen que sus corazones son car-
comidos. A los bichos de la tierra
que los devoran, a ellos y a sus %res-
tidos, no Jos sienten. M Tienen enne-
grecido su rostro por el humo de la
casa. 23 Sobre su cuerpo y sobre su ca-
beza revolotean lechuzas, golondri-
nas y otros pájaros, y asimismo los
gatos. 22 Por donde conoceréis que no
son dioses. No los temáis, pues.
* Porque eil oro de que están re-
vestidos para embellecerlos, si no
limpian el orín, no harán que brille.
Pues ni cuando eran fundidos lo sen-
tían. ■* A sumo precio han sido com-
prados esos trastos en que no hay
espíritu. 20 Sin uso de pies son lle-
vados a hombros, exhibiendo a los
hombres su propia ignominia, y se
avergüenzan aun los que los sirven,
porque, de caer en tierra, no pueden
levantarse. * Ni, si uno lo planta de
pie, se moverá por sí mismo ; ni, si
6 3 SIETE GENERACIONES : para conciliar esta duración con los setenta años de cauti-
vidad señalados en la profecía de Jeremías U9, io) s? han propuesto varias hipó-
tesis. Las más verosímiles parecen o la significación indeterminada del número J 'en
el sentido de muchas), o la significación impropia de generaciones, o la posibilidad
de error en ia transcripción.
* Mi ínuei. : el arcángel Miguel, custodio de Israel.
— 1495
6 27-40
BARUK
6 41-55
lo inclina, se enderezará; mas como
a cadáveres les son presentadas las
ofrendas. Sus víctimas véndenlas
los sacerdotes para sacar provecho ;
asimismo, también sus mujeres ha-
cen de ellas salazón, y ni al pobre
ni al desvalido dan parte. Sus vícti-
más tócanlas la parida y la mens-
truante. 28 Entendiendo, pues, ¡por
aquí que no son dioses, no los te-
máis.
w Porque ¿ de dónde podrían llamar-
se dioses ? Pues mujeres presentan
ofrendas a unos dioses de plata, de
oro v de madera. 30 Y en las casas
de ellos siéntanse los sacerdotes con
las túnicas desgarradas y con las ca-
bezas y las barbas raídas, teniendo
las cabezas descubiertas. 31 Y cuando
vocean delante de sus dioses, rugen,
como si se hallasen en un banquete
funerario. 32 De la vestimenta de los
dioses, los sacerdotes, con lo que
hurtan, visten a sus mujeres y a sus
hijos. 33 Ni cuando de alguien reciben
algún mal, ni cuando algún bien,
podrán dar el pago correspondiente.
Ni poner rey pueden ni quitarlo.
" Asimismo, ni riquezas ni un ocha-
vo son capaces de dar. Y si quien
les ha hecho un voto no lo cumple,
no se lo demandarán. 36 De muerte
a un hombre no librarán, ni sacarán
al débil de las garras del fuerte. 50 A
un hombre ciego no devolverán la
vista ; al que se halla en necesidad
no socorrerán. 37 Ni de la viuda se
compadecerán ni al huérfano favo-
recerán. 38 A los peñascos del monte
son semejantes esos trastos de made-
ra, o dorados, o plateados ; y los que
les sirven se verán corridos. 80 ¿Có-
mo, pues, habrá que pensar o decir
que son dioses ?
Tanto más, cuanto los mismos
caldeos los desacreditan ; los cuales,
cuando ven un mudo que no puede
hablar, ¡presentándole una imagen de
Bel, le piden que le haga hablar.
Como si él pudiera sentir. 41 Y no
pueden, recapacitando, abandonar-
los, pues no tienen sensatez. 42 Y las
mujeres, ceñidas de cuerdas de jun-
co, estánse sentadas en los caminos
quemando el salvado ; 43 y cuando
alguna de ellas, arrastrada "por algu-
no de los transeúntes, duerme con
él, escarnece a la vecina, porque ii
fué digna como ella ni se rompió su
cuerda. " Todo cuanto se hace con
ellos es embuste ; ¿ cómo, pues, hay
que pensar o decir que ésos son dio-
ses ?
16 Por artesanos y orfebres han sido
labrados : no serán otra cosa que lo
que quieran los artífices que sean
* Y los mismos que los labran no se
harán longevos : ¿ cómo habrán de
ser dioses los objetos labrados por
ellos ? 41 Pues dejaron supercherías y
oprobio a los venideros. 48 Pues cuan-
do les sobreviene guerra o calamida-
des deliberan entre sí los sacerdotes
dónde se ocultarán con ellos. 49 ¿Có-
mo, pues, no se debe pensar que no
son dioses los que ni de la guerra ni
de las calamidades se salvan? "Por-
que siendo de madera, dorados y
plateados, se conocerá tras esto que
no son dioses. A las naciones todas
y a los reyes será notorio que no
son dioses, sino hechuras de manos
de hombres, y ninguna obra propia
de Dios hay en ellos.
¿ En qué, pues, se da a conocer
que no son dioses ?
52 Rey de una región no establece-
rán, ni lluvia a los hombres darán.
58 No sentenciarán en sus pleitos ni
librarán al que padece agravio, im-
potentes como son ; pues son como
cornejas, entre el cielo y la tierra.
54 Pues cuando se prenda fuego en
la casa de esos dioses de madera,
dorados o plateados, sus sacerdotes
escaparán y se pondrán a salvo, mas
ellos como postes se abrasarán en
medio de las llamas. 85 A un rev y
" Ni ai, pobre : contrariamente a lo prescrito en el Denterononiio 114, 28-29). 1! Tó-
canlas : a pesar de su impureza legal.
80 Siéntanse : tal es la interpretación de la Vulgata. El griego lee conducen 10 re-
corre») en coche, que tal vez podría entenderse de alguna procesión dentro del
rrcinto del templo. || Las túnicas desgarradas: en señal de luto, como serla, por
ejemplo, en la conmemoración de la muerte de Adonis.
41 El sentido es dudoso. Parece significar que esos idólatras eran jxir su insensatez
incapaces de reflexionar y comprender la necedad de la idolatría.
*2",a En virtud de una detestable costumbre, las mujeres babilonias se consideraban
obligadas a prostituirse una vez a la yida. Señal de semejante obligación era la
cuerda de juncos con que se ceñían, la cual rompían una vez satisfecha su obliga-
ción. || En vez de salvado, la Vulgata traduce thuesos de aceituna» (tal vez orujo.).
— 1496 —
6 56-63
BARUK
6 64-72
a un ejército enemigo no resistirán.
w ¿ Cómo, pues, hay que admitir o
pensar que sean dioses?
" Ni de ladrones ni de salteadores
se salvarán unos dioses de madera,
y plateados, y dorados, cuyo oro.
plata v vestimenta que los envuellve
les quitan los valientes, y se irán
con ello, sin que ellos puedan soco-
rrerse a sí mismos. w De suerte que
mejor es ser rey que muestra su va-
lentía, o un utensilio provechoso en
la casa, del cual se sirve el que lo
posee, que no los mentidos dioses ;
o también una puerta en la casa,
que pone en seguro cuanto hay en
ella, que no los mentidos dioses ; o
un poste de madera en los alcázares,
que no los mentidos dioses. 68 Pues
sol, luna y estrellas, siendo resplan-
decientes y destinados a proporcio-
nar utilidades, son obedientes. 60 Asi-
mismo, también el relámpago, cuan-
do aiparece, es bien visible ; lo mis-
mo también el aire en toda región
sopla. 01 Y las nubes, cuando reciben
de Dios la orden de ir a toda la tie-
rra, cumplen lo ordenado ; y el fue-
go enviado desde lo alto para con-
sumir montes y bosques, hace lo
mandado. 83 Mas ésos ni en sus for-
mas ni en sus energías les son com-
parables. 83 Por donde no se ha de
pensar ni decir que sean dioses, im-
potentes como son para hacer justi-
cia y para hacer bien a los hombres.
M Conociendo, pues, que no son dio-
ses, no los temáis.
85 Porque a los reyes ni maldecir
pueden ni bendecir.*86 Señales en el
cielo no mostrarán entre los genti-
les, ni brillarán como el sol, ni ilu-
minarán como la luna. 07 Superiores
a ellos son las fieras, que, refugián-
dose bajo cubierto, pueden propor-
cionarse provechos a sí mismas. ■ De
ningún modo, pues, se muestra que
son dioses. Por lo cual no los te-
máis.
69 Pues como en un cohombral un
espantajo nada guarda, así son sus
dioses de madera, dorados o platea-
dos. 70 De la misma manera también
a un espino plantado en un huerto,
sobre el cual todo pájaro se posa, y
asimismo también a un muerto echa-
do en la oscuridad aseméjanse sus
dioses de madera, dorados y platea-
dos. 11 Por la púrpura y su brillante
aderezo, que sobre ellos se pudre, co-
noceréis que no son dioses. Ellos
mismos al cabo serán carcomidos y
serán una horrura en el país. 72 Me-
jor es, pues, un hombre justo que
no tiene ídolos, porque estará lejos
de merecer reproche.
w Son obedientes : cumplen con su fin. Quiere significar que el sol, la luna...,
tienen sus actividades, provechosas a los hombres, a diferencia de los ídolos, inertes
e inútiles.
r- La sátira del profeta contra los ídolos no es aplicable al culto de las sagradas
imágenes, que jamas los cristianos han considerado como dioses, sino como simple
representación, o de Dios, a quien únicamente se adora, o de los santos, a quienes,
se venera. (Cf. Denz. 302-304, 337, 084-988 ; Kirch, 1054-1056.)
— 1497 —
Dan
r.
Aser
l.
Neftalí
n
Menasc
R.
Efra'im
R.
Rubén
L.
Judé
L.
Tierra de los
1| 25.000
j| LEVITAS
Tierra de los
Principes <
25.000
) SACERDOTES
> 1 o.ooo □ Templo
j SACERDOTES
Principes
^j.oooEjido
Ejido
Benjamín
R.
Simeón
L.
¡sacar
. L.
Zabulón
L.
&ad
1
Distribución del país sfj?)í
i Ezequiel
l. r. = cstirj
L = e
1498
stirpe de U
as sientas*)
j; R = estirpe de Raquel;
1 X T R O D U C C I O N A EZEQUÍEL
El pro/eta Ezequiel, hijo del noble y sacerdote Buzí, fué uno de los
deportados con Jeconías el año 597. Tranquilo vivía en la floreciente
colonia hebrea de Tel-Abib, entregada a ¡a idolatría, con ilusiones
de un pronto regreso a la patria, cuando el año 593 fué llamado solemne-
mente por Dios al ministerio profético mediante una magnífica y miste-
riosa visión, junto al río Kobar (probablemente naru Kabaru, canal que
une los dos ríos Tigris y Eufrates), cerca de Nippur. Su misión fué -man-
tener a los desterrados, cuyas aflicciones tan bien conocía, o al menos
a una parte de ellos, fieles a Yahveh, pues de ellos había de salir el sa-
grado resto destinado a formar en la madre patria un pueblo leal a su
Dios. La última fecha de su libio es de abril del 57J, fin que sephmos
cuánto tiempo después de ese año actuó Ezequiel, y menos si presenció
la liberación de Joaquim, un decenio más tarde di dicho dato. Una tra-
dición le •hace morir a manos de un jefe del pueblo a quien había censu-
rado su idolatría.
Tema de sus vaticinios son especialmente las prevaricaciones de Is-
rael y Judá, tanto de los desterrados como de los jerosolimitanos, de
grandes y sacerdotes . como del pueblo todo. Su idolatría, adulterio, per-
jurio, asesinato . opresión del prójimo..., son ¡os pecados que más fre-
cuentemente censura, describiéndolos con viveza singular y los más ose-u-
ros colores, y aun a veces con crudeza que hiere nuestra sensibilidad.
Previa una larga introducción (/, 1-3. 21). divídese el libro en dos
partes. La primera contiene dos secciones:
Amenazas divinas contra judá (3, 22-24, yj);
l'aticinios contra los gentiles (25-32).
La segunda consta de tres secciones:
Preparación por medio de la penitencia (33);
\'aticinios sobre el restablecimiento y gloria futura (34-30);
Descripción del nuevo reino (40-4S).
La abundancia de visiones, de acciones simbólicas y de parábolas, a
menudo difíciles de interpretar, es característica de este profeta, moralista
y teólogo, cuyos versos, más artificiosos que los de Jeremías, no llegan a
su cálida entotividad.
Aulor sobrio, generalmente habla en prosa, y, hombre de razón, busca
más el convencer que el arrastrar, tratando de afectar a los oyentes — sus
discursos fueron realmente pronunciados — por medio de deducciones ló-
gicas. Para ello sabe presentar la idea bajo formas diversas, v a veces
estremece sus palabras una viva agitación , como escribe P. Heinisch.
1X0 faltan pasajes poéticos, de forma adecuada, como la alegoría del
cedro, de la cepa, de ¡as dos águilas, la de los leones, la canción de la
espada, la alegoría del navio (Tiro), etc. Sin embargo, el estado actual
del texto no siempre nos permite percibir el ritmo.
Por caso singular son pocos los críticos acatólicos que nieguen la
autenticidad, aun parcial, de los vaticinios de Ezequiel.
— 1499 —
Q u
Visión de la gloria de Yahveh
"i 1 El año treinta, a cinco del euar-
A to mes, estando yo entre los des-
terrados junto al río Kebar, abrié-
ronse los cielos y contemplé visión
divina. 2 El cinco del mes : corría el
año quinto de la deportación del rey
Joaquim. 3 La palabra de Yahveh fué
dirigida a Ezequiel, hijo de Buzí,
sacerdote, en tierra de Caldea, jun-
to al río Kebar, y fué allí sobre él la
mano de Yahveh. 1 Y miré, y he
aquí que un viento huracanado ve-
nía del norte, una gran nube y un
relampagueo continuo que resplan-
decía todo alrededor, y en medio de
él una especie de electro a que salía
del medio del fuego a. 5 Del centro
del mismo [emergía] la figura de
cuatro seres, cuyo aspecto era el si-
guiente : tenían semejanza de hom-
bre, * y cada uno poseía cuatro caras,
y cuatro alas cada uno de ellos. 7 Sus
pies eran rectos, y la planta de sus
pies, como la planta del pie de un
ternero, y resplandecían cual bronce
bruñido. 8 Por debajo de sus alas te-
nían manos humanas a los cuatro la-
dos, y los cuatro poseían las mismas
caras a y alas. 0 Sus alas estaban jun-
tas las unas a las otras a ; al cami-
nar no se volvían ellos, mas cada
uno marchaba a derecho, de frente.
10 El aspecto de su rostro era rostro
de hombre y rostro de león a la de-
recha en los cuatro, y rostro de toro
a la izquierda de los cuatro, y ros-
tro de águila para los cuatro. 11 Sus
alas b estaban desplegadas hacia lo
alto, v cada uno tenía dos que se to-
caban las del uno con las del otro 0
y dos que cubrían su cuerpo. " Cada
uno caminaba derecho hacia adelan-
te : hacia donde el espíritu les im-
pulsaba se dirigían, sin volverse al
marchar. " En medio de d tales se-
res aparecía una visión como de bra-
1 l
io se sal>c fijamente si de la edad del profeta, como muchos
O de otro suceso importante. || EL río Kkbar o Kobar es el canal navega-
ble nár Kabari o Non Haba
meridional.
Muchos critico!
leyendo en v. 3 : <i m
que atravesaba la
ideran glosa marginal
yo) Ezequiel... sobre n
>aquim : fué el año 597
bien relámpagos
isi
brillaban acá y allá ; lit., un
fuego que se enciende o inflama, que se extendía ; «fuego apelotonado», dicen otros.
ELECTRO : mezcla preciosa y de hermoso aspecto de oro y plata. Otros vierten «ambara ",
otros, «bronce», «metal brillante»... Esc. traduce «ángel» ; Arragel lo deja en blanco ;
Ferrara limítase a transcribir llazmcl.
' Rectos : e. d., no aplanados como los humanos, sino como la pezuña del toro.
■ Los cuatro poseían LAS mismas caras Y alas : o bien, como otros vierten, «y tenían
sus caras respectivas <;y sus alas^> a los cuatro lados» (cf. V).
— 1500 —
1 "-2 2
EZEQUIEL
123-2 a
sas de fuego ardiente, como visión
de antorchas que discurría de acá
para allá entre los seres animados ;
y el fuego resplandecía y del fuego
salían relámpagos. ""Y los seres
iban 0 y venían a modo del relám-
pago a. 15 Y, mirando a los seres vi-
vos, divisé una rueda en el suelo,
junto a ellos, ' a los cuatro lados '.
" E] aspecto de las ruedas y su fac-
tura era semejante al de la piedra
de Tarsis ; una misma figura ofrecía
la factura de las cuatro, y su factura
era como si una rueda estuviese den-
tro de la otra. 17 Cuando avanzaban,
movíanse hacia los cuatro lados [de
frente], sin volverse al marchar.
* Sus llantas tenían gran altura e in-
fundían temor s, pues sus llantas es-
taban llenas de ojos alrededor en
las cuatro. 19 Y cuando se movían
los seies animados, marchaban igual-
mente las ruedas junto a ellos, y
cuando los seres se alzaban de sobre
la tieira, alzábanse también las rue-
das. 20 Hacia donde los impulsaba el
espíritu marchar, marchaban h, y las
ruedas se alzaban a la vez que ellos,
pues el espíritu de los seres anima-
dos 1 [alentaba también] en las rue-
das. 21 Al andar ellos, andaban ellas,
y cuando ellos se paraban, parában-
se ellas ; y al levantarse ellos de la
tierra, levantábanse las ruedas al
unísono, pues el espíritu de k>s se-
res animados [alentaba también] en
las ruedas.
22 Sobre las cabezas de los seres i
[veíase] una semejanza de firma-
mento, a manera de cristal terrible,
extendido por cima de sus cabezas.
a Y bajo el firmamento extendíanse
sus alas las unas hacia las otras, y
cada uno tenía dos que les cubrían *
los cuerpos. 21 Y percibí el rumor de
sus alas cuando andaban, a modo
del rumor de muchas aguas, como la
voz del Omnipotente, un ruido tu-
multuoso como el fragor de un ejér-
cito. Al pararse, sus alas plegábanse.
26 Y resonó una voz por cima del fir-
mamento que había sobre sus cabe-
zas ; al pararse ellos, plegaron sus
alas. 26 Y por cima del firmamento
que se extendía sobre sus cabezas,
apareció como el aspecto de una pie-
dra de zafiro semejante a un trono,
y sobre esa semejanza de trono uña
figura de aspecto similar al de un
hombre, que se erguía sobre él. V
aparecióseme como una especie de
electro resplandeciente, algo que se-
mejaba fuego en él alrededor ; de
lo que semejaba sus caderas para
arriba y de lo que parecía como sus
caderas' para abajo vi como una es-
pecie de fuego que tenía un resplan-
dor todo en torno*. 28 A manera del
arco iris, que aparece en las nubes
en día de lluvia, tal era el aspecto
del resplandor que lo circundaba.
Esa era la visión de la imagen de la
gloria de Yahve'h.
Al contemplarle, caí rostro en tie-
rra y oí la voz de alguien que ha-
blaba.
Vocación de Ezequiel al ministerio profético
o ' Y díjome : «\ Oh hijo del hom-
^ bre!, mantente en pie y hablaré
contigo a.» 2 Y cuando me habló, in-
vadióme el Espíritu y me mantuvo
en pie, y escuché a quien me habla-
ba. 3 Y me dijo : «Hijo del hombre,
yo te envío a los hijos de Israel, a
gentes rebeldes, que se han rebelado
contra mí ; ellos y sus padres me
han sido infieles hasta este mismo
A ios ctjatro lados : otros, .que tenía cuatro caras» (así V), tanto cada una
Pe sus cuatro caras». Kit y otros corrigen H y 1. : «junto a los <=eres en los cuatro*
El sentido parece ser : junto a los cuatro seres.
" Piedra de Tarsis : en griego crisólito ; sueie identificársele con el topacio ■
cf. Esd. 18, 20 ; Cant. 5, 14; Dan. 10, 6. || Dentro de: otros, «atravesada en (o por)
la otra».
no. || Plegábanse: o coleaban lacia.-', como otros prefieren leer. '.' ' ' *' m'C
O 1 Hijo del hombre: é. d., ser humano, individuo de la especie humana, hombre.
* invadióme el EspÍKiru i c. d., una fuerza divina
'Gentes rebeldes: lit., «a gentes (o pueblos gentiles), a los rebelde- Que »•
Kit corrige c. S a la nación de rebeldes que.
— I 501 —
2 4 3 9
2 8-3 15
día. ' Hijos de dura faz y obstinado
cora/ón son aquellos a que te envío,
v has ile decirles : Así habla el Se-
ñor, Yahveh. 6 Y ya escuchen, ya
dejen de hacerlo, pues son raza re-
belde, ellos sabrán que ha habido
entre ellos un profeta. 0 Y tú, hijo
del hombre, no los temas ni tengas
miedo de sus palabras, aunque sean
para ti cardos y espinas y habites
sobre escorpiones ; y ante ellos no
te espantes, pues son raza rebelde.
' Mas dirásles mis palabras, ya es-
cuchen o dejen tic hacerlo, porque
son raza h rebelde. * Tú, sin embar-
go, ¡oh hijo del hombre!, escucha
lo que te hablo, no seas rebelde co-
mo la raza de rebeldía ; abre tu boca
y come lo que te doy.» ' Y miré, v
he aquí que unu mano hallábase ex-
tendida hacia mí, en la cual había
un rollo. lu Y desplególe ante mí, v
hallábase escrito por delante y por
detrás, estando en él escritas lamen-
taciones, gemidos v ayes
Prosigue el llamamiento del profeta
O ' Y díjome : «Hijo del hombre,
" come lo que halles, come este
rollo y ve, habla a la casa de Israel.»
-Abrí', pues, mi boca y dióme a co-
mer aquel rollo. 3 Me dijo entonces :
«Hijo del hombre, alimenta tu vien-
tre v llena tus entrañas con este ro-
llo que yo te doy.» Y lo comí, y fué
en mi boca dulce como miel. 4 Díjo-
me entonces : «Hijo del hombre, ye,
llégate a la casa de Israel y pronún-
oiales mis palabras a. 6 Pues no eres
enviado a pueblo de idioma incom-
prensible y lengua difícil, sino a la
casa de Israel '; 6 ni a pueblos nu-
merosos de idioma incomprensible y
lengua difícil, cuyas palabras no en-
tenderías ; si b a ellos te enviara,
ellos te oyeran. 5 Pero la casa de Is-
rael no querrá escucharte, pues no
me quieren escuchar, porque toda la
casa de Israel es de frente dura y
obstinado corazón. 8 He anuí que he
hecho inflexible tu rostro al igual que
su rostro y he endurecido tu frente
a imitación de su frente. ' Cual dia-
mante, más dura que roca, he deja-
do tu frente, no los temas ni tengas
pavor ante ellos, pues son raza re-
belde.» 10 Díjome también: «Hijo del
hombre, capta con tu corazón y oye
con tus oídos todas mis palabras aue
yo te diga. 11 Y ve, llégate a los
cautivos, a los hijos de tu pueblo, y
habíales y diles : «Así se expresa el
Señor c, Yahveh, ya escuchen, ya de-
íen de hacerlo.»
la Y el Espíritu me levantó, y oí
trns de mí el ruido de una gran
trepidación al alzarle d la gloria de
Yahveh de su sitio ; 13 y el rumor de
las alas de los seres que tocaban la
una a la otra, v asimismo el ruido
de las ruedas y el fragor de una
gran trepidación. " Así, pues, el Es-
píritu me levantó y me lomó, y yo
marché amargado, en la indignación
de mi espíritu ; pues la mano de
Yahveh pesaba gravemente sobre mí.
15 Y llegué donde los cautivos de Tel-
Abib, que moraban a orillas del río
Kebar, v donde ellos habitaban, y
permanecí allí siete días estupefacto
en medio de ellos.
desvergonzados, impudentes, audai
., casa rebelde o de rebeldía, e.
rebeld
rás).
genera
habitar
o pueblo
te senta-
o. II Abre
a la
3 :,
rcft-
— 1502 —
3 16 -4<
EZEQUIEL
3 22-4 8
" Al cabo de siete días dirigióse-
me la palabra de Vahveh, diciendo :
«Hijo del hombre, te he constituí-
do centinela de la cusa de Israel.
Cuando oigas de mi boca alguna pa-
labra, les prevendrás de mi parte.
"Si yo dijere al impío: «Morirás sin
remedio», y tú no le previnieres ni
hablares al impío, amonestándole que
s« guarde de su perverso camino, pa-
ra que viva, él, como impío, morirá
por su culpa, mas vo he de reclamai
su sangre de tu mano. " Pero si tú
previnieres al impío y no se convir-
tiere de su maldad y su perverso
camino, él morirá en su iniquidad,
mas tú has salvado tu alma.
* Y si el justo se volviere de su
justicia y cometiere iniquidad, y, po-
niendo yo tropiezo ante él, él mu-
riere, por no haberle tú prevenido,
morirá en su pecado y no serán re-
cordadas las obras justas que había
practicado ; mas he de reclamar su
sangre de tu mano. -1 l'ero si tú ha>
prevenido al justo para que no pe-
que y él no ha pecado, vivirá cier-
tamente, pues se dejó amonestar, y
tú has salvado tu alma.»
- Nuevamente fué allí sobre mí la
mano de Yahveh, y díjome : «Le-
vántate, sal a la vega y allí hablaré
contigo °.» :s Me levanté, pues, y salí
a la vega, y he aquí que allí estaba
la gloria de Yahveh, cual la gloria
que yo había contemplado a orillas
del río Kebar, y caí rostro en tierra.
M E invadióme el Espíritu y me man-
tuvo en pie, y habló conmigo ' y me
dijo : «Entra, enciérrate dentro de
tu casa. 25 Y en cuanto a ti, hijo del
hombre, he aquí que te echarán cuer-
das y te ataran con ellas, y no po-
drás salir al medio de ellos. ■ Y' haré
que tu lengua se te adhiera al pala-
dar, y quedarás mudo y no les ser-
virás de varón que reprende ; pues
son casa rebelde. "7 Pero cuando yo
hable contigo abriré tu boca y les
dirás : Así se expresa el Señor c,
Yahveh. El que quiera escuchar, es-
cuche, y el que deje de hacerlo, que
lo deje ; pues son raza rebelde.»
Predicción de la caída de Jerusalén mediante
simbólicas acciones
A ' Y tú, hijo del hombre, cógete
p un ladrillo y colócalo ante ti y
traza sobre él una ciudad, Jerusalén.
2 Y dispon contra ella terraplén de
asedio, construye contra ella obra de
cerca, acumula contra ella trinche-
ras, emplaza frente a ella campamen-
tos y coloca en torno a la misma
arietes. 3 Luego cógete una sartén de
hierro y ponía como muro férreo en-
tre ti y la ciudad, y dirige tu rostro
hacia ella : ella permanecerá en es-
tado de sitio y tú la asediarás. Sirva
esto de señal para la casa de Israel.
4 Acuéstate después sobre tu cos-
tado izquierdo y pondré a sobre él la
iniquidad de la ca.->a de Israel. El nú-
mero de los días que te has de acos-
tar sobre él, portarás la iniquidad
de ellos. s Y* o te impondré los años
de su iniquidad en un número equi-
valente de días : ciento h noventa
días. [Durante ellos] cargarás la ini-
quidad de la casa de Israel. ' Cuando
hayas concluido éstos, te acostarás
por segunda vez sobre tu costado de-
recho, y .portarás la iniquidad de la
casa de Judá : cuarenta días, un día
por cada año, te impongo. 7 Y* diri-
girás tu rostro y tu brazo desnudo
al asedio de Jerusalén, y profetiza-
rás contra ella. 5 Y he aquí que yo
™ Ocldarás mudo : como si dijera : te obligaré a permanecer en profundo silencio,
portille ese pueblo no merece que yo le hable.
A 3 Entre i i y i a ciudad: quiere el Señor que entienda el profeta que entre él y
sus conciudadanos debe existir como un muro y que la sentencia contra ellos pro-
nunciada es irrevocable.
* La iniquidad : no el pecado, sino la pena debida al pecado.
8 Ligaduras : son éstas figura de la cautividad.
• CÓGETE también : todo esto es imagen del horroroso cerco que espera a Jerusalén.
— I503 —
4 9-5 5
EZEQUIEI.
4 14-5 »
te ciño ligaduras, y no te podrás
volver de un costado al otro hasta
que hayas cumplido los días de tu
asedio.
* Cógete también trigo, cebada, ha-
bas, lentejas, mijo y espelta, y ponió
en un recipiente y hazte con ellos
pan ; según el número de los días
que permanezcas acostado sobre tu
lado, ciento b noventa días, lo come-
rás. 10 Y tu comida, que habrás de
comer pesada, será de veinte siclos
al día ; de tiempo en tiempo la co-
merás. 11 Y beberás agua con medi-
da : la sexta parte de un hin; de
tiempo en tiempo la beberás. 12 Y lo
comerás en forma de galleta de ce-
bada, la cual cocerás al rescoldo, a
vista de ellos, con excremento pro-
cedente del hombre.» 13 Y dijo Yah-
veh c : «Así comerán los hijos de Is-
rael su pan inmundo entre las gen-
tes donde los he de lanzar.» 11 Y
contesté: «¡Av, Señor d, Yahveh!,
mira que yo [nunca] me he contami-
nado, y cadáver de bestia muerta ni
despedazada no comí desde mi mo-
cedad hasta ahora, ni penetró en mi
boca carne corrompida.» 15 Y me res-
pondió : «Mira, te consiento [utili-
zarj boñigas de ganado vacuno en
Vez de excrementos del hombre, y
cocerás tu pan sobre ellas.» 16 Díjome
también : «Hijo del hombre, he aquí
que yo quebraré en Jerusalén el sus-
tento del pan, y comerán el pan a
peso y con inquietud, y beberán e!
agua a medida y con turbación ; " de
snerte que, faltos de pan y agua,
caiga desfallecido cada' uno' sobre '
su hermano y se consuman en su
iniquidad.)'
Siguen los actos simbólicos vaticinadores de la ruina
de Judá y Jerusalén
r ' Y tú, hijo del hombre, cógete
una navaja afilada, una navaja
de barberos te cogerás, y la pasarás
por tu cabeza y tu barba ; y cógete
una balanza de pesar y reparte el
pelo : 2 una tercera parte la quema-
rás en el fuego en medio de la ciu-
dad al cumplirse los días del asedio ;
y tomarás otra tercera parte y la
herirás con la espada alrededor de
aquélla ; y la otra tercera parte la
esparcirás al viento ; y espada des-
envainaré tras ellos. 3 Y tomarás de
allí un corto número y los atarás en
el ruedo de tu vestidura. ' Y aun
tomarás parte de éstos y los echarás
en medio del fuego y los quemarás
en él ; a y de ello saldrá fuego a a
toda la casa de Israel. 5 Así habla el
Señor b, Yahveh : Esta es Jerusalén.
En medio de las naciones la había
yo colocado, rodeada de tierras. " Pe-
ro ella se rebeló contra mis decrete»,
obrando con más perversidad que
los gentiles, y contra mis leyes más
ue los países que la circundan ; pue>
esecharon mis decretos y con arre-
glo a mis leyes no anduvieron. 7 Por
tanto, así afirma el Señor b, Yahveh :
Porque os habéis sublevado c [im-
píamente] más que los gentiles que
os circundan, no habéis seguido mis
preceptos, ni habéis cumplido mis
normas y ni siquiera habéis obrado
conforme a las costumbres de los
gentiles que os rodean ; 8 por eso,
así habla el Señor b, Yahveh : He
aquí que también yo voy a venir so-
bre ti y haré en medio de ti juicio*,
a los ojos de las naciones. 9 Y obra-
lu Veinte siclos : e. d., unos 327 gramos, o sea, la mitad de lo que consume un
hombre normal.
u La sexta harte de un hin : e. d., un litro aproximadamente, cantidad eximia,
sobre todo en un país calido.
a Cocerás : no manda Dios a Ezequiel que cubra el pan con porquería y lo
coma, sino que le cueza con ella en vez de carbón. Luego, en atención al profeta,
y sin que ello implique cambio de resolución en Dios respecto a Israel, le permite
usar para dicho menester boñiga de vaca, según uso de Oriente.
14 Cadáver de bestia muerta : e. d., carne de bestia muerta naturalmente.
'* El sustento : o apoyo ; lit., el báculo.
K 1 Una navaja : según algunos intérpretes, significa la fuerza de los enemigos.— Es
♦J otra profecía sobre la ruina de Jerusalén. Raerse la cabeza, para un oriental era
un oprobio o señal de máximo duelo. Quiere decir el profeta que Jerusalén será ultra-
jada y quedará sin habitantes y que él participa de corazón en su dolor.
— 1504 —
5 io-6 5
EZEQUIEL
514-6
ré contigo lo que no hice ni haré
jamás semejante, a causa de todas
tus abominaciones. 10 Por eso los pa-
dres devorarán a los hijos en medio
de ti e hijos devorarán a sus padres,
v ejecutaré en ti juicios y esparciré
todo tu residuo a todos los vientos.
11 Y así, por mi vida — declara el
Señor b, Yahveh— , que, pues profa-
naste mi santuario con todos tus ído-
los v todas tus abominaciones, tam-
bién yo te raeré d, y mis ojos no se
apiadarán ni perdonaré. a Un tercio
de ti morirá de peste y de hambre
se ha de consumir en medio de ti ;
otro tercio caerá a cuchillo alrededor
de ti, y la otra tercera parte la es-
parciré a todos los vientos y desen-
vainaré la espada tras ellos. "Y se
desfogará mi ira y saciaré mi enojo
en ellos, y me procuraré satisfac-
ción, y sabrán que yo, Yahveh, he
hablado en mi celo, cuando haya des-
ahogado en ellos mi enojo. 14 Y te
reduciré a ruinas y oprobio entre las
naciones que te rodean, a los ojo-
de todo el que pase. 15 Y serás opro-
bio, objeto de ultrajes, lección y te-
rror para las naciones circundantes
cuando yo haga en ti justicia con ira,
furor y correcciones sañudas. 16 Yo,
Yahveh, he hablado — ; [181 cuando yo
dispare contra ellos las saetas ma-
lignas del hambre, que acarreen la
destrucción, las cuales lanzaré para
aniquilaros, y aumentaré el hambre
sobre vosotros y os quebraré el bácu-
lo del pan ; n y enviaré contra vos-
otros el hambre y animales dañinos,
que te dejen sin hijos, y la peste y
la sangre pasarán por "ti y descar-
garé sobre ti la espada. Yo, Yahveh,
he hablado.»
Anuncios de devastación para el reino de Israel
z: ■ Y dirigióseme la palabra de Yah-
" veh, diciendo : 2 «Hijo del hom-
bre, dirige tu rostro hacia los mon-
tes de Israel y vaticina contra ellos,
' y di : Montañas de Israel, escuchad
la' palabra del Señor a, Yahveh. Así
habla el Señor a, Yahveh, a los mon-
tes, los collados, los ríos y los valles.
He aquí que yo voy a atraer sobre
vosotros la espada y destruiré vues-
tros lugares altos ; 4 y serán devas-
tados vuestros altares y hechas pe-
dazos vuestras estelas solares, y de-
rribaré vuestros heridos de muerte
delante de vuestros ídolos, 5 y pon-
dré los cadáveres de los hijos de Is
rael delante de sus ídolos, y esparciré
vuestros huesos alrededor de vues-
tros altares. 6 En todos vuestros pun-
tos de morada, las ciudades serán
arruinadas y devastados los lugares
altos, a fin de que sean arruinados
y^ devastados vuestros altares ; y se-
rán destrozados y aniquilados vues-
tros ídolos, y serán destruidas vues-
tras estelas solares y borradas vues-
tras obras. ' Y yacerán los heridos
de muerte en medio de vosotros, y
sabréis que yo soy Yahveh.
8 Y dejaré que queden de vosotros
entre los pueblos escapados de la es-
pada, cuando seáis dispersados por
las tierras. 9 Y vuestros evadidos se
acordarán de mí entre las gentes don-
de fueron llevados cautivos ; cuan-
do haya yo quebrantado b su corazón
a Se DESFOGARÁ mi ira : o bien, tendrá cumplimiento la ejecución de mi casti-
go. |¡ Me procuraré satisfacción : e. d., quedaré satisfecho.
16 Os uufbraré el bácülo del pan : o bien, os quitaré el sostén y fuerza del pan ;
cf. Lev. 26, 6 ; Sal. 105, 16, etc.
f* 1 Anuncia el profeta en este capitulo el castigo, que se extenderá después de Je-
M rusalén a toda la tierra israelita, salvándose una partecita, que formará el nue-
i-o Israel.
» Ríos: otros, •barrancos...!; V • peñascosi. || Lugares altos: o cimas de culto
idólatra, como repetidamente se ha anotado.
4 Estelas solares : o columnas dedicadas a Baal, dios solar, y adosadas a sus aras.
* En todos : el sentido es que dondequiera que vayan a habitar estarán las ciu-
dades de Israel desiertas.
8 Y dejaré. . . : o también, con otros : «Y dejaré residuo. Mas si tuviereis entre laa
naciones gentiles quienes escapen a la espada... •
9 Cuando haya yo quebrantado : yo haré que se arrepientan, y ésta será la prueba
de que Dios no ha hablado en vano.
— I505 —
6 io-7 8
EZKQU1KL
6 13~7 M
adúltero, que se apartó de mí, y sus
ojos, que fornicaron tras sus ídolos ;
y tendrán horror de sí mismos por
las maldades que cometieron, con to-
da?, sus abominaciones. 10 Y sabrán
que yo soy Yahveh ; no en vano
anuncié que les había de causar esta
desgracia.
" Así haibla el Señor a, Yahveh :
(tólpea con tu mano y huella con tu
pie y di : ¡ Ay ! , por todas las per-
versas abominaciones de la casa de
Israel, pues a espada, de hambre y
de peste caerán. 12 Quien se halle le-
jos, morirá de peste, y quien cerca,
caerá a espada, y el que quede y esté
sitiado morirá de hambre, y desbra-
varé en ellos mi saña. 1:1 Y sabréi-
que yo soy Yahveh cuando estén sus
heridos de muerte en medio de sus
ídolos alrededor de sus altares, en
toda colina elevada, en las cumbres
todas de los montes y bajo todo ár-
bol verde y todo terebinto tupido,
allí donde han quemado perfume de
suave olor a todos sus ídolos. " Y
extenderé mi mano sobre ellos y de-
jaré .la tierra desolada y devastad;;
desde el desierto a Kiblá c, doquier;;
habitan, y conocerán que yo soy Yah-
veh.»
Inminencia del trágico fin
n 1 Y fuéme dirigida la palabra de
' Yahveh, diciendo :
2 «Y tú, hijo del hombre, así dice
el Señor, Yahveh, a la tierra de Is-
rael : ¡ Un fin viene a, viene el fin
sobre los cuatro extremos del país !
3 Ahora será el fin sobre ti, y envío
sobre ti mi cólera, y te juzgaré con
arreglo a tu proceder, y cargaré so-
bre ti todas tus abominaciones. 4 Y
mis ojos no se compadecerán de ti
ni me apiadaré, pues cargaré sobre
ti tu proceder, y tus abominaciones
aparecerán en medio de ti, y sabréis
que yo soy Yahveh.» 5 Así afirma el
Señor b, Yahveh : « ¡ Una desgracia
única, una desgracia he aquí que vie-
ne ! * ¡ Un fin viene, viene el fin c
contra ti, he aquí que llega ! ' Te lle-
ga tu turno, ¡oh habitante de la tie-
rra ! ; viene el tiempo, cercano está
el día de consternación, v no de jú-
bilo, en las montañas. 5 Ahora pron-
to derramaré mi cólera sobre ti y
desbravaré en ti mi ira, te juzgaré
según tu proceder y cargaré sobre
ti todas tus abominaciones. 9 Y mis
ojos no se compadecerán de ti ni
voy a perdonar ; con arreglo a tu
proceder te imputaré, y tus abomi-
naciones aparecerán en medio de ti,
y sabréis que yo, Yahveh, soy quien
hiero. 10 He aquí el día, he aquí que
llega : ha salido tu turno, ha flore-
cido la vara, ha brotado el orgullo.
" La violencia se ha alzado como va-
ra de impiedad. Nada quedará de
ellos, ni de su multitud, d ni de su
ruido, ni habrá gloria en ellos ''.
12 Viene el tiempo, acércase el día :
el comprador no se alegre y el ven-
dedor no se duela, 0 pues la ira gra-
vita sobre toda su multitud ". 13 Por-
que el vendedor no volverá a lo ven-
dido, r aunque continúe todavía su
vida entre los vivos ; pues la visión
contra toda su multitud no se re-
vocará e, y nadie f por su iniquidad
su vida afirmará '.
14 Tocarán la trompeta " y estará
GOLl'KA e
Qu ien si
is j nadi
t puntúan : «Yahveh : A la tierra de Israel...
al tiempo del levantamiento general de siria y Palestina
Egipto, al que se asoció Sedéelas.
corona (¿ círculo, fataHd'ad?" )'»" otros, di.
lisio, que Ilesa o ha venido. || Tu tukno : otros, tía core
ontritio» o quebrantamiento.
su esplendor»..
- 1506-
7 "-8 2
EZEQUIEL
7 21-8 *
lodo presto, mas no habrá quien va-
ya al combate * ; porque mi cólera
gravita sobre toda su multitud. w La
espada, por fuera, y la peste y el
hambre por dentro : quien esté en
el campo, con la espada morirá, y
quien en la ciudad, hambre y pes-
tilencia lo han de devorar. l* Y es-
caparán sus evadidos y estarán por
los montes como las palomas de los
valles ; todos ellos zurean, cada uno
por su culpa. 17 Todos los brazos se
enervarán y todas las rodillas se di-
solverán en agua. 15 Y se ceñirán sa-
cos, y los cubrirá el terror, y en todo
rostro habrá confusión, y todas las
cabezas estarán rasuradas. 19 Arroja-
rán su plata a lasValles y su oro se-
rá juzgado basura ; h ni su plata ni
su oro podrá salvarlos en el día del
furor de Yahveh h ; no saciarán su
alma ni llenarán sus entrañas, pues
fué incentivo a su pecado. M La be-
lleza de sus joyas la trocaron > en
soberbia y fabricaron con ella sus
abominables imágenes y ¡ sus ídolos;
por eso se lo convertí en inmundi-
cia ; 11 y lo entregaré en manos de
extraños como botín, y a los más
impíos de la tierra como despojo, los
cuales lo profanarán. ~ Y apartaré
mi rostro de ellos, v profanarán mi
tesoro, pues penetrarán en él los in-
vasores y lo mancillarán. 23 Fabricad
cadenas, pues el país está lleno de
delitos de sangre, y la ciudad, re-
pleta de violencia. 11 Yo traeré na-
ciones muy perversas y poseerán sus
casas ; y pondré fin a la soberbia de
los poderosos y serán profanados sus
santuarios. 25 Temor viene, y se bus-
cará paz y no la habrá. 26 Vendrá tur-
bación sobre turbación, y a una mala
noticia seguirá otra ; pedirán revela-
ción al profeta, y la instrucción habrá
desaparecido del sacerdote y el con-
sejo de los ancianos. 27 El rey hará
duelo y el príncipe se revestirá de
desolación ; las manos del pueblo
del país temblarán de espanto. Se-
gún su proceder los trataré y con
arreglo a sus juicios los he de juz-
gar, y sabrán que yo soy Yahveh.»
La idolatría de Jerusalén. La gloría de Yahveh abandona
el santuario
o 1 ElJ el año sexto, a cinco del
" sexto mes, sucedió que estaba yo
sentado en mi casa y los ancianos
de Judá hallábanse sentados delante
de mí, y posóse allí sobre mí la ma-
no del Señor » Yahveh. ' Miré en-
tonces y vi una figura como de hom-
bre b; desde lo que semejaban sus
lomos para abajo era fuego, y desde
sus lomos para arriba, una especie
de resplandor semejante al electro.
3 Y alargó una a manera de mano y
me cogió por el mechón de mi cabe-
za, y el espíritu me elevó entre la
tierra y el cielo y condújome a Je-
rusalén en visión divina, a la entra-
da de la puerta interior que mira al
norte, emplazamiento del ídolo del
celo, que provoca los celos [de Yah-
veh]. 4 Y he aquí que allí estaba la
18 Todo ellos zurean, gimiendo. Otros corrigen o. S : encontrarán la muerte, mo-
rirán ; o c. G : mataré (cf. Kit).
11 Se enervarán..., se disolverán en agua : o bien, colearán lacias..., se disolverán
como agua. Comí). G : «Todos los muslos quedarán manchados i>or el humor que se
desprenderá.»
72 Apartaré mi rostro: no haré ya caso de lo-- judíos. Mi tesoro: según los
Santos Padres, se refiere aquí el profeta al Santo de los Santos, adonde sólo el Sumo
Pontífice osaba penetrar.
a Fabricad cadenís : lit., haz cadena ; V «haz conclusión» ; otros, «y harán de ello
cadenas» . . .
Serán profanados : V «ixjseerán».
-'• El rey hará DUELO : o «se entregará al llanto», como mujer en tal de dirigir
y animar la resistencia. || Desolación : otros, «horror, turbación. .».
O 1 Kl ídolo del lelo, que provocaba a celos a Yahveh, era una imagen de culto
° idólatra, como Astarté lAserá) o Baal (cf. 2 Re. 21, 1-7).
1 Y HE AOUÍ : al aparecérsele Dios al profeta por la parto del norte le significa
que abandona un suntuario y un templo manchados por el pecado y la idolatría.
— 1507 —
8 5 9 2
kZKQUIEL
8 13-9 3
gloria del Dios de Israel, similar a
la visión que había yo contemplado
en la vega. 6 Y díjome : «¡Oh hijo
del hombre!, alza tus ojos hacia el
norte.» Y levanté mis ojos hacia el
norte, y hete aquí al norte de la
puerta deT altar el ídolo del celo, a
la entrada misma. 0 Díjome enton-
ces : «Hijo del hombre, ¿ ves lo que
hacen éstos, las grandes abomina-
ciones que la casa de Israel comete
aquí para alejarme de mi santuario?
Pero todavía has de ver abominacio-
nes mayores.» 7 Y me llevó al in-
greso del atrio, y miré y hete allí
un agujero en la pared. 8 Y me di-
jo : «Hijo del hombre, atraviesa por
la pared.» Y atravesé por la pared y
apareció una puerta. 9 Díjome enton-
ces ■ «Entra y contempla las perver-
sas abominaciones que éstos cometen
aquí.» 10 Entré, pues, y miré, y he
aquí que vi toda clase de imágenes
de reptiles y bestias, abominaciones
y todos los ídolos de la casa de Is-
rael grabados sobre la pared, todo
alrededor. 11 Y setenta varones, de
los ancianos de la casa de Israel,
entre los cuales se encontraba Yaa-
/anyahu, hijo de Safán, estaban en
pie ante aquéllos, con sendos incen-
sarios en la mano, y ascendía el per-
fume de una nube de incienso. 12 Y
díjome : «¿Has visto, hijo del hom-
bre, lo que los ancianos de la casa |
de Israel hacen en la oscuridad, cada
uno en su respectivo aposento ' , or-
nado de imágenes idolátricas ? Pues
afirman : «Yahveh no nos ve ; Yah-
veh ha abandonado el país.» " Y aña-
dióme : «Todavía has de contemplar
abominaciones mayores, que éstos co-
meten.» " Y trasladóme a la entrada
de la puerta de la casa de Yahveh,
que mira al norte, y hete allí sen-
tadas las mujeres plañiendo a Tam-
muz. " Y me dijo : «¿ Has visto, hijo
del hombre ? ¡ Todavía has de ver
abominaciones mayores que é»ia-!>
w Y me condujo ai atrio interior de
la casa de Yahveh, y he aquí que a
la entrada del templo de Yahveh,
entre el vestíbulo *y el altar, había
unos veinticinco varones, vueltas sus
espaldas hacia el santuario de Yah-
veh y sus rostros al oriente, y que,
tornados hacia el este, adoraban al
sol. "Y díjome : «¿Has visto, hijo
del hombre ? ¿ Parécele cosa harto in-
significante a la casa de Judá haber
cometido las abominaciones que aquí
han hecho, que han llenado la tie-
rra de violencia y lian vuelto a irri-
tarme ? ¡He aquí que se "evan el
pámpano a las narices ! Pues yo
también obraré con furor : mis ojos
no se compadecerán ni me apiadaré,
y gritarán a mis oídos y no los es-
cucharé.»
Yahveh castiga la idolatría de Jerusalén
q 1 Y gritó a mis oídos con recia
voz, diciendo : «Acércanse '.os
castigos de la ciudad, cada uno con
su instrumento de exterminio en la
mano.» 2 Y he aquí que seis hombres
venían por el camino de la puerta
superior que mira al norte, con sen-
dos instrumentos de destrucción <-n
la mano, y en medio de ellos un va-
rón vestido de lino con el recado de
escribir del escriba á su cintura ; v
entraron y se colocaron junto al al-
tar de bronce. 3 Entre tanto, la glo-
ria del Dios de Israel se elevó de
10 Imágenes de reptiles, que representaban el culto egipcio de lo» animales.
" Y setenta varones : representan toda la nación israelita.
11 Tammuz : ael hijo de la Vida»; es el dios babilónico y fenicio de la , vegetación,
que cada año muere y revive, al igual que cada día el sol. Se corresi>onde con el Ado-
nis de los griegos.
" El pámpano a las narices : se dice era una costumbre pagana del culto al sol
esta de llevarse a las narices brotes o flores olorosas. Otros vierten: «¡aun hacen
subir hasta mí el hedor!» (Bibl. Bonn), une agarran por la nariz» (Hibl. ¿ubi Cf. (. :
• levantan una rama como gente que se burla».
9 2 Seis hombres : seis íingeles, llamados también hombres en el Génesis 08, z\.
8 Se elevó : todo esto para indicar que renunciaba Dios a la reale/a que ejerciera
sobre Israel.
-1508-
9 4 -10 4
EZEQU1EL
9 8-1Q8
encima de a los querubines . sobre ¡os
euales a estaba, hacia el umbral de
la casa, y llamó al varón vestido de
lino que tenía a su cintura el recado
de escribir del escriba, 4 y díjole
Yahveh b : «Pasa por medio de la
ciudad, por medio de Jerusalén, y
señala con una tau las frentes de los
hombres que suspiran y gimen por
todas las abominaciones que se co-
meten dentro de ella.» s Y dijo a
aquéllos, oyéndolo yo ; oRecorred la
ciudad tras él y herid ; no se com-
padezcan vuestros ojos ni os apia-
déis: 6 viejo, joven, doncella, niños y
mujeres mataréis hasta
el exterminio ; mas no
os habéis de acercar a
ninguno sobre el cual
esté la tau. Y comen-
zaréis por mi santua-
rio.» Y empezaron por
los hombres más ancia-
nos que había delante „T(,1(, antlgua
de la casa. 'en una pieira
'Luego les dijo: deconstruc-
«j Contaminad la casa ción
y llenad los atrios de víctimas ; sa-
lid!» Y salieron e hirieron en la
ciudad. s Y mientras ellos produ-
cían la mortandad y quedé yo so-
lo, caí de bruces y exclamé gritan-
do : «c ¡ Ay, Señor, Yahveh ! ¿ Vas a
exterminar a todo el residuo de Is-
rael, derramando tu saña sobre Je-
rusalén ?» !l Y me contestó : «La ini-
quidad de la casa de Israel y de Judá
es grande sobremanera, pues el país
está lleno de sangre y la ciudad re-
pleta de lesionados en su derecho,
porque han dicho : «¡Yahveh ha
abandonado la tierra y Yahveh nada
ve !» 10 Pues, a mi vez, tampoco mis
ojos se compadecerán ni me apiada-
ré ; haré recaer su proceder sobre su
cabeza.» 11 Y he aquí que el varón
vestido de lino que llevaba en sus
lomos el recado de escribir, trajo la
respuesta, diciendo: «¡He hecho
conforme me mandaste !»
Nueva visión de la gloria de Yahveh, que abandona
el templo
"1 A 'Y miré, y he aquí que sobre
-L,J el firmamento que había enci-
ma de la cabeza de los querubines
[divisé] como una piedra de zafiro,
y sobre ellos dejábase ver la figura
como de un trono. 2 Y habló [Yah-
veh] al varón vestido de lino, y di-
jo : «Entra por medio de las ruedas,
bajo los querubines a, y llena el cuen-
co de tus manos de brasas de fuego
de entre los querubines y espárcelas
sobre la ciudad.» Y él penetró, a mis
propios ojos. * Ahora bien, los que-
rubines hallábanse en el lado dere-
cho de la casa cuando entró el va-
rón, y la nube llenaba el atrio inte-
rior. ' La gloria de Yahveh se elevó
de encima de los querubines a haciab
el umbral de la casa, la cual 6e llenó
de la nube, mientras el atrio se hin-
chió del resplandor de la gloria de
Yahveh. 5 Y el rumor de las alas de
los querubines oyóse hasta en el
atrio exterior, como la voz del Om-
nipotente cuando habla.
6 Sucedió, pues, que cuando dió
orden al varón vestido de lino, di-
ciendo : «Toma fuego de entre las
ruedas, de entre los querubines», éñ
penetró y se paró junto a la rueda.
' Y el querubín alargó su mano por
entre los querubines hacia el fuego
que había entre éstos, y cogió del
mismo y lo puso en el cuenco de las
manos del varón vestido de lino,
quien lo tomó y salió. 8 Entonces
apareció en los querubines algo co-
4 Tau : otros traducen : «con un signo». La tau es la última letra del alfabeto,
que antiguamente tenía la forma de cruz aspada. Los Santos Padres pusieron de re-
lieve su coincidencia con el signo redentor de Cristo.
• Niños y mujeres: hiere Dios a los niños para que la impiedad de la nación no
los manche.
10 ' SS' 'Para esta visi"n- tf- la descripción de Ez. en el cap. i.
: Brasas de fuego : significaban que sería pronto Jerusalén incendiada por los
caldeos.
8 La voz del Omnipotente : e. d., el trueno, imagen frecuente en la Biblia, espe-
cialmente en los Salmos.
— 1509 —
10 9-11 2
EZEQUIEL
10 "-I! 5
mo una mano 0 de hombre bajo sus
alas. 9 Y miré, y he aquí que había
cuatro ruedas junto a los querubi-
nes, una junto a cada querube, y el
aspecto de Jas ruedas semejaba a
piedra de Tarsis. 10 El aspecto de
ellas ofrecía una misma figura para
las cuatro, como si una rueda estu-
viese dentro de la otra. 11 Cuando
avanzaban, movíanse hacia los cua-
tro lados [de frente] sin volverse,
al marchar. u Todo el cuerpo de
ellos, su espalda, sus manos y sus
alas, así como las ruedas, estaban
llenos de ojos alrededor en las cua-
tro de sus ruedas. " A las ruedas se
las llamó, a mis propios oídos, gal-
gal (torbellino). "Y cada uno [de
los querubines] 'tenía cuatro rostros :
el primer rostro era rostro de que-
rube ; d el segundo rostro, rostro de
hombre ; e'l tercer rostro, rostro de
león, y el cuarto rostro, rostro de
águila! 1:'.Y levantáronse los queru-
bines : era el mismo ser vivo que
había yo visto en el río Kebar. 10 Y
cuando se movían los querubines,
marchaban igualmente las ruedas
junto a ellos, y cuando los querubi-
] nes alzaban sus alas para remontar-
se de la tierra, tampoco las ruedas
se apartaban de junto a ellos. " Al
pararse ellos, ellas se paraban, y
cuando ellos se levantaban, ellas se
levantaban con ellos, pues el espíri-.
lu del ser viviente alentaba en ellos.
a Y la gloria de Yahveh salió de
sobre el umbral de la casa y se co-
locó encima de los querubines. 19 Y
alzaron los querubines sus alas y se
remontaron de la tierra ante mis
ojos, e y al alzarse ellos [torciéronlo]
las ruedas 0 igualmente. Y paráron-
se f a la entrada de la puerta orien-
tal de la casa de Yahveh, y la glo-
ria del Dios de Israel estaba sobre
ellos por encima. " Era el mismo ser
vivo que vo viera debajo del Dios
de Israel en el río Kebar ; y com-
prendí que eran querubines. 21 Cua-
tro rostros tenía cada uno y cada
uno cuatro alas, con algo como ma-
nos humanas bajo sus alas. ~ V la
figura de sus rostros era la de los
rostros que había vo visto junto al
rio Kebar ; eran su mismo aspecto
v los mismos querubines ; cada uno
marchaba de frente a sí mismo.
Visión de los veinticinco hombres y castigo de los jefes
del pueblo
U1 Después el Espíritu me ele-
vó y condújome a la puerta
oriental de la casa de Yahveh, la
que mira hacia levante ; y he aquí
que, a la entrada de la puerta, [ha-
bía] veinticinco hombres, en^ medio
de los cuales vi a Yaazanyá, hijo
de A/.zur, y a Pelatyahu, hijo cte Be-
nayalhu, príncipe del pueblo. - Y dí-
jome [Yahveh] : «Hijo del hombre,
éstos son los hombres que maqui-
nan iniquidad y quienes en esta ciu-
dad dan consejo inicuo ; 3 los que
afirman : ¿No han sido edificadas
poco ha [estas] casas ? ; ¡ ésta es la
Olla y nosotros somos la carne ! 4 Por
eso, ¡ profetiza contra ellos, profeti-
za, Oh hijo del hombre!» 8 E inva-
dióme el espíritu de Yahveh y me
dijo : «Di : Así se ha expresado Yah-
B GALGAL : e. d., rueda, torbellino,
18 Y la gloria de Yahveh : Dios ab;
misma puerta por donde entrará cuaiu
por el destierro.
■ Eran su mismo aspecto y los mismc
(o ellos) ; V ay la mirada de ellos y el
cf. Kit.
:-mplo, y sale por la
vo Israel, purificado
ii ;,
NO HAN SIDO KjiIEIl AD\S
cf. GV ;
la pena
tiempo de infortunio no está tan próximo ; edifiquemos casa?
(e. d., la ciudad) es la olla y nosotros la carne : sería un mi
lar, que indicaría aquí : como la olla protege la carne, así están
los muros de Jerusalén. De modo que los príncipes aconsejan
en sus fuerzas y no hasía caso de predicciones.
— 1510 —
11 6-15
EZEQUIEL
11 16-25
veh : Tal habéis hablado, ¡ oh casa
de Israel!, y lo> pensamientos que
cruzan vuestro espíritu yo los conoz-
co. " Habéis multiplicado vuestras
víctimas en esta ciudad y habéis lle-
nado de muertos sus calles. ' Por
tanto, así ha dicho el Señor *, Yah-
veh : Vuestros muertos, que vosotros
pusisteis en medio de aquélla, ésos
son la carne v ella es la olla, de en
medio de la "cual os he de sacar b.
" Habéis temido la espada, pues es-
pada atraeré sobre vosotros, declara
el Señor c Yahveh. * Y os extraeré
de en medio de aquélla y os entre-
garé en mano de extraños, y haré
en vosotros justicia. 10 A espada cae-
réis ; sobre el territorio de Israel os
he de juzgar, y sabréis que yo soy
Yahveh. 11 Esa [ciudad] no os ser-
virá de olla ni vosotros seréis en
medio de ella la carne ; dentro de
la frontera de Israel os juzgaré. n Y
sabréis que yo soy Yahveh, porque
no habéis andado con arreglo a mis
preceptos ni habéis ejecutado mis
dictámenes, sino que habéis obrado
con arreglo a las costumbres de las
naciones circundantes vuestras.»
13 Y sucedió que, estando yo pro-
fetizando, murió Pelatyahu, hijo de
Benayá. Entonces me postré de bru
ees y grité con recia voz, y excla-
mé : «¡Ah, Señor1', Yahveh! ¿ Vas
a exterminar por completo al resi-
duo de Israel ?» " Y dirigióseme la
palabra de Yahveh, diciendo: a «Hijo
del hombre, tus hermanos, tus her-
manos, tus parientes próximos y to-
da la casa de Israel entera son aque-
llos de quienes dicen los habitantes
de Jerusalén : ¡ Se han alejado de
Yahveh ! ¡ A nosotros ha sido dada
la tierra en posesión ! IS Por eso di :
Así habla el Señor c, Yahveh : Aun-
que los he alejado entre las naciones
y los he dispersado por los países ,
sin embargo, he venido a servir pa-
ra ellos de santuario por breve tiem-
po en los países adonde han emi-
grado. ,T Por lo tanto, di : Así habla
el Señor1', Yahveh ¡ Os recogeré de
entre los pueblos y os reuniré de las
tierras en las que habéis sido dis-
persados, y os daré la tierra de Is-
rael. IS V entrarán allá y retirarán
de ella todos sus ídolos y todas sus
abominaciones. " Y les daré un so-
locorazón e infundiré en sus en-
trañas un nuevo espíritu, y quitaré
de su carne el corazón de piedra y
les daré un corazón de carne ; 20 a
fin de que caminen por mis precep-
tos y guarden mis dictámenes y los
practiquen, y constituyan mi pueblo
y yo sea mi Dios. Mas en cuanto
a aquello- cuyo corazón marche tras
los ídolos y todas sus abominacio-
nes, yo haré recaer su proceder so-
bre sus cabezas, afirma el Señor c,
Yahveh.»
" Y los querubines alzaron sus
alas, y al mismo tiempo que ellos
las ruedas ; y la gloria del Dios de
Israel estaba arriba, encima de ellos.
"a Y elevóse la gloria de Yahveh de
en medio de la ciudad y se detuvo
sobre el monte que está al oriente
de la misma. 21 Luego el Espíritu
me alzó y me trasladó en visión, en
el espíritu de Dios, a Caldea, donde
los cautivos. Y desapareció de mí la
visión que había contemplado. a YT
yo comuniqué a los cautivos todas
las cosas que Yahveh me había mos-
trado
" Mutuo Pelatyahu : probable jefe del partido opuesto a los verdaderos profetas,
a pesar de lo cual clama Ezequiel por su pueblo y Dios le consuela diciéndole que
salvará a algunos de los desterrado».
17 Os RECOGERÉ dk ENTRE IOS PUEBLOS : cumplió Dios su palabra en tiempo de Ksdras
y Zornbabel.
** Nuevo espíritu : voluntad eficaz de obrar bien, inspirad» por el Kspiritu Santo.
30 El monte que está AL ORIENTE de LA misma : e. d., el monte de los olivos, pro-
baplenM nte.
'■"En visión en el ESPÍRITU de Dios: asi H [cf. V). Suele hoy leerse en visión
divina.
— '577 —
12 i-ii
EZEQUIEL
12 12-22
Ezequiel, simbolizando al fugitivo y al deportado, amo-
nesta a los desterrados sobre el cautiverio
T o 1 Y dirigióseme la palabra de
í¿i Yahveh, diciendo : * «Hijo del
hombre, tú habitas en medio de la
raza rebelde, cuyas gentes tienen
ojos para ver y no ven, oídos para
oír y no oyen, porque son raza re-
belde. * Ahora, pues, hijo del hom-
bre, prepárate un equipo de emigran-
te y emigra, en pleno día, a sus pro-
pios ojos, y trasládate de tu lugar
a otra localidad a vista de ellos ; qui-
zá comprendan, aunque son raza re-
belde. 4 Sacarás, pues, tu equipo, cual
equipo de emigrante, en pleno día,
a sus propios ojos ; mas tú saldrás
por la tarde, a vista de ellos, como
salen los emigrantes. 6 A sus propios
ojos horada la pared y sal por ella.
6 Delante de ellos, te lo cargarás a
la espalda, sal a afuera en profunda
oscuridad, tápate el rostro para no
ver la tierra ; pues te he constituí-
do como símbolo para la casa de Is-
rael.» 7 Yo hice como se me había
ordenado: saqué mi equipaje, de día,
como si fuera equipo de emigrante,
y por la tarde perforé el muro con
la mano b y salí en oscuridad pro-
fundac, cargándolo a la espalda, a
la vista de ellos.
8 Y se me dirigió la palabra de
Dios por la mañana, diciendo : 9 «Hi-
jo del hombre, ¿no te ha dicho la
casa de Israel, raza rebelde: qué ha-
ces tú ? 10 Contéstales : Así afirma el
Señor d, Yahveh : Este oráculo re-
fiérese al príncipe de Jerusalén y a
toda la casa de Israel que en ella 0
vive. " Di : Yo soy símbolo vuestro :
conforme he hecho, así se hará con
vosotros : partiréis al destierro, en
[ cautividad. a Y el príncipe que está
en medio de ellos se cargará el equi-
po de peregrino a la espalda, en pro-
funda oscuridad saldrá f, horadarán "
el muro para sacarlo, se tapará la
cara para no contemplar el país con
sus propios ojos. 13 Y yo extenderé
mi red sobre él y será preso en mi
red, y lo llevaré' a Babilonia, tierra
de los caldeos ; mas no la verá, y
morirá allí. 14 Y a todos los que le
rodean, todos sus attxiliares 11 y a to-
das sus huestes, los esparciré a to-
do viento y desenvainaré la espada
en su persecución. 16 Y sabrán que
yo soy Yahveh cuando los disperse
entre las naciones y los desparra-
me entre los países. 16 Sin embargo,
dejaré de ellos contado número de
hombres arrancados a la espada, el
hambre y la peste, para que cuenten
todas sus abominaciones entre las
naciones adonde hayan emigrado, y
sabrán que yo soy Yahveh.»
11 Y fuémé dirigida la palabra de
Yahveh, diciendo: 18 «Hijo del hom-
bre, come tu pan con temblor y be-
be tu agua con estremecimiento y
ansiedad. 10 Y dirás sobre ' el pueblo
del país : Así habla el Señor >, Yah-
veh : Su pan comerán con ansiedad
y su agua beberán con consternación,
a fin de que su país quede expoliado
de cuanto lo llena por causa de la
injusticia de todos los que en él ha-
bitan. M Y las ciudades pobladas que-
darán desiertas, y la tierra devastada,
y conoceréis que yo soy Yahveh.»
21 Y se me dirigió la palabra de
Yahveh, diciendo: - «Hijo del hom-
bre, ¿ qué significa vuestro sarcásti-
lO 5 Hokada la pared : refiérese a la huida del rey Sedecías.
* No ver i.A tierra : es probable que Sedecías no viera la tierra de Babilonia,
pues debieron de sacarle los ojos en Kiblá.
10 Este oráculo refiérese : o bien, esta carca simbólica representa al príncipe de
Jerusalén ; lit., «el príncipe es esta carga (u oráculo) en Jerusalén». El príncipe o
caudillo que está en Jer.' es Sedecías, que, frente al sentir de Jeremías y arrastrado
por el partido nacionalista, se sublevó contra Nabucodonosor, que le había dado el
poder, y acarreó así la ruina de la nación.
u Conforme he hecho : al rey y la casa de Israel mencionados en el v. precedente.
u Extenderé mi red : Dios quitará a Sedecías toda posibilidad de escapar de manos
enemigas.
" Los que le rodean: o bien, su corte, su círculo. || Sus auxiliares: o ayudado-
res ; otros, tsu escolta»...
— 1512 —
12 ¡s-13 9
EZEQUIEL
12 26-13 16
co dicho sobre el territorio de Israel,
qne reza : Dilátanse los días y des-
vanécese toda visión ? 3 Al efecto,
diles : Así afirma el Señor J, Yahveh:
Haré cese ese refrán burlón y no lo
repetirán más en Israel, sino que les
has de decir : Se aproximan los días
y el cumplimiento de toda visión.
h Pues no habrá ya ninguna vísíód
falaz ni adivinación de mendaz ha-
lago en medio de la casa de Israel ;
* pues yo, Yahveh, hablaré : todo
cuanto vo hable será cosa dicha y
hecha, ño se diferirá más ; porque
en vuestros días, ¡oh casa rebelde!,
hablaré una cosa y la cumpliré, de-
clara el Señor J, Yahveh.»
a También se me dirigió la pala-
bra de Yahveh, diciendo : M «Hijo
del hombre, he aquí que la casa de
Israel afirma : La visión que éste
contempla es para dentro de muchos
días, y para tiempos lejanos él pro-
fetiza. a Así, pues, diles : Así habla
el Señor I, Yahveh : No se diferirá
más ninguna palabra mía ; será cosa
dicha y hecha, declara el Señor >,
Yahveh.»
Contra los falsos profetas y las pseudo profetisas
1 o 1 Y tuvo lugar la palabra de
Yahveh a mi, diciendo : ' «Hi-
jo del hombre, vaticina contra los
profetas de Israel que profetizan, y
di a los que vaticinan de su propia
minerva : j Oíd la palabra de Yah-
veh ! * Así afirma el Señor a, Yah-
veh: ¡ Ay de los profetas insensatos,
que siguen su propio espíritu y na-
da han visto ! 4 Como zorras entre
las ruinas han sido, Israel, tus pro-
fetas. ° No habéis escalado los por-
tillos b ni habéis rodeado de muro la
casa de Israel para que resista firme
en la batalla el día de Yahveh. * Son
visionarios 0 falsos y adivinos de d
mentira, que afirman : «Oráculo de
Yahveh», cuando Yahveh no los ha
enviado, y esperan que se ha de cum-
plir la palabra. 1 ¿No habéis visto
acaso visiones falsas y adivinaciones
mendaces habéis pronunciado ? Y de-
cís: «Oráculo de Yahveh», cuando yo
no he hablado. s Por lo cual, así afir-
ma el Señor a, Yahveh : Por cuanto
vuestro hablar es falso y habéis te-
nido visiones mendaces, por eso he-
me aquí contra vosotros, declara el
Señor a, Yahveh. ' Y extenderé e mi
mano contra los profetas que ven vi-
siones falsas y profetizan mentiras :
en la reunión de mi pueblo no to-
marán parte, ni en el libro de la
casa de Israel serán inscritos, ni en
la tierra de Israel entrarán ; y sa-
bréis que yo soy el Señor a, Yahveh.
10 Por cuanto que han inducido a
error a mi pueblo al decir : ¡Paz!,
no habiendo paz, y cuando éste cons-
truye un muro aquéllos lo revocan
de barro. 11 Di a los que revocan con
barro : Caerá ; vendrá un aguacero
torrencial y haré f que caiga granizo
y se desencadenará * un viento tem-
pestuoso ; 12 y he aquí que, derrum-
bado el muro, ¿ no se os preguntará :
dónde está la argamasa con que re-
vocasteis ? 13 Por tanto, así afirma el
Señor a, Yahveh : En mi furor haré
desencadenar un viento tempestuoso
y un aguacero inundante tendrá lu-
gar en mi ira y pedrisco en el ardor
de destrucción. 14 Y derruiré el muro
que revocasteis con barro y lo echa-
ré por tierra, de suerte que aparezca
su cimiento, y se desplomará y pe-
receréis entre 6us ruinas, y sabréis
que yo soy Yahveh. 15 Y desbravaré
mi cólera en el muro y en quienes
lo enjarran con barro, y se os dirá :
h No existen ni el muro >i¿ h quienes
lo revocaron, " los profetas de Is-
rael, los que profetizaban acerca de
Terusalén y contemplaban para ella
visiones de paz, no habiendo paz,
declara el Señor a, Yahveh.
-1 O 1 Este capítulo va dirigido contra los habitantes de Jerusalén y luego contra
J-'J los desterrados, con quienes vivía Ezequiel.
1 De sü propia minerva o inventiva : lit., de su corazón.
• Insensatos : porque son impíos.
* No habéis escalado : o bien, no os habéis puesto en los lugares de peligro, en
la brecha (si se corrige H c. vers.).
K ¡P*z!, no habiendo paz: prometieron salvación, y ella no vino.
M Se desplomará o caerá : algunos creen que Jerusalén, no el muro.
— 1513 —
13 17-14 5
ÜZEQÜIEI.
13 21-14 s
,! V tú, ¡oh hijo del hombre!, en-
cárate con las hijas de tu pueblo
que vaticinan de propia inventiva, y
profetiza contra ellas. 18 Y les dirás :
Así afirma el Señor a, Yahveh : ¡ A y
de las que cosen almohadillas para
todas las articulaciones de las manos
y fabrican velos para cubrir la ca-
lveza de toda estatura, a fin de cazar
las almas ! ¿ Acaso queréis cazar al-
mas para mi pueblo y vais a conser-
var con vida otras para vosotros ?
18 Me profanáis entre mi pueblo por
unos puñados de cebada y unos bo-
cados de pan, causando la muerte a
almas que no deberían morir y pro-
porcionando la vida a almas que no
debieran vivir, engañando a mi pue-
blo, que escucha la mentira. 20 Por
esto, así afirma el Señor a, Yahveh :
Heme aquí contra vuestras almoha-
dillas, con las cuales ' cazáis las al-
mas al vuelo ; yo las arrancaré de
vuestros brazos y saltaré las almas
que al vuelo capturáis ; 21 y rasgaré
vuestros velos y libraré a mi pueblo
de vuestras manos, sin que i>erma-
nezcan ya en vuestro poder como
presa, y conoceréis que yo soy Yah-
veh. "Por cuanto habéis contrista*
do 1 el corazón del justo con falacia,
cuando yo mismo no le quería con-
tristar, v vigorizasteis las manos del
impío, de suerte que no se convir-
tiera de su mal camino para mante-
nerle en vida ; 23 por eso no tendréis
ya visiones falsas ni habréis de se-
guir profetizando mentira, y liberta-
ré a mi pueblo de vuestra mano, y
sabréis que yo soy Yahveh.»
Exhortación a los ancianos de Israel sobre la conversión.
Inútil conñanza a la intercesión de los buenos
"l A 1 V vinieron a mí algunos va-
roñes de los ancianos de Israel
y sentáronse ante mí. 2 Y fuéme di-
rigida la palabra de Yahveh, dicien-
do : * «Hijo del hombre, estos varo-
nes han erigido en su corazón sus
ídolos y han emplazado la ocasión
de su . pecado ante su propio rostro :
¿consentiré ser consultado por ellos ?
1 Así, pues, háblales y diles : Así ha-
bla el Señor a, Yahveh : Cualquiera
de la casa de Israel que hubiere eri-
gido en su corazón sus ídolos y em-
plazado la ocasión de su pecado ante
su rostro y luego viniere al profeta,
vo, Yahveh, le responderé por mí
mismo b a pesar de la multitud de
sus ídolos, r' a fin de prender a la
casa de Israel por el corazón, pues
se han alejado de mí por medio de
todos sus ídolos.
c Por eso, di a la casa de Israel :
Así habla el Señor a, Yahveh : Val-
veos y convertios de vuestros ídolos,
y de todas vuestras abominaciones
apartad vuestro rostro. 7 Porque a
cualquiera de la casa de Israel o de
los inmigrantes que en Israel mo-
ran, que se hubiere separado de mi
seguimiento y hubiere erigido sus
ídolos en su corazón y emplazado la
ocasión de su pecado ante su rostro,
y luego viniere al profeta para con-
sultarme acerca de sí, yo, Y.ihveh,
le contestaré por mí mismo. 8 Y tor-
naré mi rostro contra tal hombre y
™ Almoh ujiu.as ; para apoyar los brazos, que quizá serv iría a esas falsas profetí-
zales indignas «U- las ¡¡ntiuuas profetisas, como María, Débora, Huida, Ana— como
preservativos mágicos. San Kfrén explica el pasaje: amuletos mágicos aplicados a los
brazos. Otros traducen : ligaduras, lazadas (nudos) para las junturas o articulaciones
de las manos. .. Viene todo ello a decir que las falsas profetisas halagan los vicios
y pasiones del pueblo en tal de exhortarlos a penitencia. || Velos para cubrir LA
cabeza DE TODA estatura : o bien, de gentes de toda edad, como dicen otros (asi GV) ;
Arragel «alharemes sobre la cabeza de todo enfficstos.. || Queréis cazar : muchos
corrigen «¿queréis asesinar...?!.
M Al vuelo : otros proponen «como pájaros».
fueran Serayá y sus compañeros de embajada a
. . 59).
s Erigido: o bien, encerrado. || LA ocasión de su pecado: o motivo de su culpa,
e. d., los ídolos colocados en el lugar de honor de la casa, de modo que tuvieran siem-
pre su imagen a la vista.
» Y tornaré mi rostro : como hace un amo descontento con su criado.
— 1514 —
14 3-15 4
EZgQUIEL
I417-154
le convertiré" en ejemplo y prover-
bio ll v lo extirparé de en medio de
mi pueblo ; v sabréis que yo soy
Yahveh. 9 Y cuando el profeta fuere
seducido v pronunciare algún discur-
so profético, yo, Yahveh, habré en-
cañado a ese' profeta, y extenderé
mi mano contra él y le extirpármele
en medio de mi pueblo Israel. \
se cargaíán ambos con la culpa: co-
mo la culpa del que consulta, asi se-
rá la del profeta ; 11 a fin de que no
se descarríe más la casa de Israe.
de mi seguimiento v no se manchen
más con 'todos sus pecados, sino que
constituyan mi pueblo y yo sea su
Dios, declara el Señor3, Yahveh.»
° Y se me dirigió la palabra de
Yahveh, diciendo: 13 «Hijo del hom-
bre, si la tierra pecare contra mi,
cometiendo infidelidad, v yo exten-
diere mi mano contra ella y la pri-
vare del sustento de pan, y enviare
contra ella el hambre, y extirpare de
ella hombres y bestias ; M si se en-
contraren en medio de ella estos tres
hombres : Noé, Daniel y Job, ellos,
por su justicia, salvarían su .vida,
íifirma el Señor a, Yahveh. 15 Y si yo
hiciere venir contra el país anima-
les dañinos que lo asoJaren y que-
dare hecho un desierto por donde
nadie pase por temor a las fieras ;
" si estuvieren estos tres varones en
medio de ella, vivo yo, afirma el Se-
ñor a, Yahveh, que ni a sus hijos ni
a sus hijas salvarían ; ellos solos Sí
librarían, y la tierra quedaría con-
vertida en 'desierto.
" O si vo atrajere sobre aquel pai-
la espada y dijere : «La espada pa-
sará por el país y exterminará del
mismo hombre y bestias» ; * si se ha-
llaren en medio de ellas esos tres va-
rones, vivo vo, afirma el Señor a,
Yahveh, que "no salvarían a sus hi-
jos ni sus hijas, sino que ellos solos
se librarían.
'•■'<> si vo enviare la peste sobre
aqued país y derramare mi furor con-
tra él con "sangre, exterminando del
mismo hombres y bestias ; 50 si se
encontraren en medio de él Noe,
Daniel y Job, vivo yo, afirma el Se-
ñor ', Yahveh, que no salvarían a
hijo ni a h:ja ; r.cl= su propia y-ia
salvarían por su justicia.
-' Porque así dice el Señor a, Yah-
veh : ¿ Cuánto más si desencadeno so-
bre Jerusalén mis cuatro azotes peo-
res : espada, hambre, animales da-
ñinos v peste, para extirpar de ella
tomJbres y bestias? - Mas he aquí
que en ejla quedará a salvo un resi-
duo de los que escapen e, hijos e
hijas ; y ve ahí que llegarán donde
vosotros y veréis su proceder y sus
hazañas y os consolaréis de la des-
gracia que yo habré acarreado sobre
JerusaJén, de todo lo que habré atraí-
do sobre ella. " Os consolaréis, pues,
cuando contempléis su proceder y
sus hazañas, y conoceréis que no sin
motivo hice cuanto hice en ella, de-
clara el Señor3, Yahveh.»
Israel, cepa seca echada al fuego
"ir 1 Y fuéme dirigida la palabra de Yahveh, diciendo :
: «Hijo del hombre, ¡ ¿qué tiene el árbol de la vid
por encima de todo otro árbol, el sarmiento |
que se halla entre los árboles del bosque?
* ¿ Se toma de él madera | para hacer algún trabajo
o cogen de él alguna estaca | para colgar de ella algún objeto ?
* He aquí que es entregado al fuego para pasto [suyo] : ¡
sus dos extremos ha consumido el fuego
y el centro se ha quemado, | ¿ valdrá para algún trabajo ?
M Si se encontraren i quiere dar a entender que la intervención de los justos no
salvará la nación, como en los tiempos de Sodoma. En las presentes circunstancias
sólo se salvarán ellos, y su santidad no- aprovechará al pueblo.
13 Mas he aoví : el sentido de estos vv. parece ser que Dios condena sin reservas
a los pueblos páyanos ; en cuanto a Israel, no hará lo mismo, porque quiere conser-
var una partecita que sirva para la restauración del porvenir.
-| PT - EL ÁRBOL de la vid : e. d., la cepa. En los profetas se compara frecuentemente
^ a Israel con una vid rica en frutos, como lo es Palestina. Los dos reinos
israelita y judaico son los dos ramos principales.
— 1515 —
15 5-16 7
EZEQUIEL
15 5-16 13
Si cuando estaba íntegro | no fué empleado para ningún trabajo,
¡cuánto menos cuando el fuego lo ha consumido v >f ha quemado! |
¿ Podrá ya ser empleado para alguna obra ?
1 Por eso, dice así el Señor a, Yahveh :
Como el leño de la vid entre los árboles del bosque, |
^ al cual entregué al fuego para pasto,
así entregaré a los habitantes de Jerusalén. |
' Y volveré mi rostro contra ellos :
Del fuego han escapado, | mas el fuego los consumirá ;
v sabréis que yo soy Yahveh | cuando vuelva mi rostro contra ellos.
8 Y convertiré al país en un desierto, | por cuanto cometieron infidelidad,
declara el Señor, Yahveh.»
Alegoría de la espantosa infidelidad de Jerusalén. Castigo
y compasión
1 (\ ' ^ se me dirigió \a palabra de
AU Yahveh, diciendo : 2 «Hijo del
hombre, haz saber a Jerusalén sus
abominaciones, 3 v di : Así habla él
Señor a, Yahveh," a Jerusalén: Tus
orígenes y tu nacimiento proceden
de la tierra de los cananeos ; tu
padre era un cimarreo b y tu madre
una hetea. 4 Y en cuanto a tu naci-
miento, el día que naciste no fué
cortado tu cordón umbilical, ni fuis-
te lavada para que yo te pudiera
mirar, ni bien frotada con agua de
sal, ni cuidadosamente envuelta en
pañales. ' No hubo ojos que se apia-
daran de ti para hacerte ninguna
de esas cosas, compadeciéndose de
ti, sino que fuiste arrojada sobre la
superficie del caim¡po por desprecio
de tu vida, el día que naciste.
* Mas pasé junto a ti y te vi pata-
leando en tu sangre, y te dije: «¡En
tu sangre vive c 7 y crece! d» Como
planta del campo te hice, y creciste
v te hiciste grande, alcanzaste be-
lleza perfecta ; tus pechos " se for-
maron y tu pelo brotó, mas te ha-
llabas desnuda y descubierta. 8 Y pa-
sé junto a ti y te vi, y he aquí que
te hallabas en época de amores, v
extendí él extremo de mi manto so-
bre íi y cubrí tu desnudez, v te pres-
té juramento, y me uní en alianza
contigo afirma el Señor Yahveh,
y fuiste mía. "Y te lavé con agua,
limpié tu sangre de sobre ti y te
ungí con óleo ; 10 te vestí de reca-
mado, te calcé de piel de tajas, te
ceñí de lino fino y te cubrí de seda ;
11 te adorné con joyas, puse ajorcas
en tus manos y collar en tu gar-
ganta ; 12 y coloqué anillo en tus na-
rices, en tus orejas pendientes y co-
rona magnífica en tu cabeza. ° Fuis-
te así adornada de oro y plata y fué
tu vestido de lino fino, seda y reca-
mado ; ílor de harina y miel y acei-
te comiste, y quedaste bellísima en
" Entregaré a ios HABITANTES de Jerusalén : esto es, los destruirá con fuego, como ,
material sin valor.
T Dei. FUEGO han escapado : como si dijera : Israel ha estado varias yeces a punto
de ser consumido por no haber ejecutado las órdenes de Dios ; pero la hora de supre-
ma expiación ha llegado y no habrá perdón.
1 (K 1 La il,<a '"'"''omntal de este capitulo es decir a Jerusalén que es cananea de
sentimientos y por su inclinación a la idolatría. Descríbese ésta con fuerte
realismo bajo la imagen de la prostitución.
4 Para que yo te pudiera mirar : así con Kónig ; V «para salud» ; otros, «i>ara lim-
pieza» ; otros corrigen II.
" Pasé junto a ti : quiere Dios decir que para nada necesitaba de este pueblo. |!
Te dije : «En tu sangre vive» : otros, «te dije en tu sangre : «Queda en vida», «te dije :
Vive de tu sangre»...
* Tu pei.o brotó : o bien, llegaste a la pubertad.
« Extendí el extremo o borde de mi manto sobre ti : acto simbólico para indicar la
tomaba por esixxsa cf. Kut 3, 9.
» Recamado : o bien, ropa de varios colores. !! Piel de tajas : o cuero de vaca ma-
rlaa, o delfín, según otros; otros, «cuero fino». !| Lino fino : byssus, da—.aseo...
— 1516 —
16 »«B
EZEQÜIEL
16 26-36
extremo y capacitada para la dig-
nidad real. " Y se divulgó tu fama
entre las gentes por tu belleza, pues
era perfecta, por el esplendor de
que yo te había dotado.
14 Mas confiaste en tu hermosura
y te prostituíste a favor de tu fa-
ma, y has brindado tu fornicación
a todo transeúnte, entregándote a
él. " Y cogiste tus vestidos y te
preparaste abigarradas alturas," pa-
ra entregarte en ellas a la lascivia,
cosa que jamás había sucedido ni
ocurrirá más. 17 Tomaste asimismo
tus bellos adornos de mi oro y mi
plata, que yo te había regalado, y
te fabricaste estatuas de varón y te
prostituíste con ellas. "También co-
giste tus vestidos recamados y las
cubriste con ellos, y presentaste an-
te ellas mi aceite y mi perfume.
" Presentaste asimismo ante ellas
como suave olor mi pan, que yo te
había dado ; la flor de harina, el
aceite y la miel con que te había ali-
mentado. Así fué, declara el Se-
ñor », Yahveh. 10 Y cogiste a tus hi-
jo- y tus hijas, que me habías pa-
rido, y los sacrificaste para ellos co-
mo pasto. ¿ Era poca cosa tu forni-
cación, 11 que degollaste a mis hijos
y los ofreciste, haciéndolos pasar en
su honor [por el fuego] ? ~ Y en to-
das tus abominaciones y prostitu-
ciones no te has acordado de los
días de tu juventud, cuando estabas
desnuda y descubierta, pataleando
en tu sangre. a Y después de toda
tu maldad — ¡ ay, ay de ti, declara el
Señor a, Yahveh — , " te edificaste en
toda plaza un prostíbulo y te hiciste
un lupanar, ■ y en toda cabecera de
camino te construíste una altura, y
deshonraste tu belleza, y te entre-
gaste a la prostitución con todo
transeúnte, y multiplicaste tus for-
nicaciones
"Y te prostituíste a los hijos de
Egipto, tus fornidos vecinos, y mul-
tiplicaste tus fornicaciones para irri-
tarme. * Y he aquí que yo extendí
mi mano contra ti y te privé de tu
ración, y te entregué a la saña de
tus enemigas, las hijas de los filis-
teos, las cuales sentían rubor de tu
conducta inmoral. w Luego te pros-
tituíste a los hijos de Assur por no
haberte aún saciado, y te prostituía-
te, mas tampoco quedaste satisfe-
cha. M Y multiplicaste tus prostitu-
ciones en la tierra del comercio, en
Caldea ; mas tampoco con esto te
hartaste.
" |Cuán apasionado es tu corazón,
afirma el Señor a, Yahveh, al hacer
todas estas cosas, acciones de pros-
tituta desvergonzada, 31 edificando tu
prostíbulo a la cabecera de todo ca-
mino y haciendo tu lupanar en to-
da plaza ! Ni siquiera fuiste como
la meretriz, que recoge e la paga,
° [sino como] la mujer adúltera,
que, en lugar de su marido, toma
ajenos. ■ A todas las rameras danse
regalos, mas tú diste tus presentes
a todos tus amantes y les cortejaste
para que se llegasen a ti de todas
partes en tus fornicaciones. ** Ha
sucedido, pues, contigo en tus pros-
tituciones lo contrario de las otras
mujeres : no se corrió tras de ti so-
licitándote lascivamente, y mientras
tú diste salario de prostituta, nadie
te lo dió a ti ; ¡ha ocurrido, pues,
al contrario !
" Por tanto, prostituta, oye la pa-
labra de Yahveh. " Así habla el Se-
ñor *, Yahveh : Por cuanto ha 6ido
prodigado tu bronce y descubiert.i
tu desnudez en tu prostitución a
M Se divulgó tu fama : alusión a la gloria que .-rxleó a Israel en tiempos de David
y Salomón.
" Te preparaste abigarradas (lit., cosidas) ALTURAS : e. d., las tiendas o pabellones
de las cumbres o cimas de culto idólatra, confeccionadas con los vestidos recalados
por el esposo a la infiel esposa.
n Estatuas de varón : parece aludir a las imágenes de los Baales en esta categoría
«Je la esposa adúltera, pero pudiera haber una alusión al inmundo culto fálico.
*• Como pasto : e. d., del fuego.
* y " Prostíbulo : o burdel ; V «lupanar» ; otros, televación» ; propiamente, un
templete o casita (atdicula) dedicados al culto idólatra. || Lupanar : otros, «lugar alto».
* Cabecera de camino : o cruce, esquina y recodo de calles y carreteras.
* Los hijos df Assur : e. d., los asirios
*> Kegalos... presentes : propiamente, «salario de prostituta!. Cortejaste : o bren,
galardonaste, sobornaste.
** Ta bronce : otros, «tus favoresi, «tu ienominiai ; aquí advierte Zorcll con otros :
Hite! vocabuium vitae vecereae».
— 1517 —
16 37-47
16
tus amantes y a todos tus ídolos
abominabf.es y por " la sangre de
rus hijos que les has dado, * por
eso, he aquí que yo reuniré a todos
tus amadores, a los que fuiste pla-
centera, y a todos los que amaste
como a íos que aborreciste, y los
congregaré contra ti alrededor "y les
descubriré tu desnudez, y verán to-
da tu vergüenza. * Te juzgaré con
arreglo a las leyes de las adúlteras
y de las vertedoras de sangre y te
haré víctima de saña y celos. 39 Y
te entregaré en sus manos, y de-
rruirán tu prostíbulo, y demolerán
tus lupanares, y te despojarán de
tus vestidos, y se apoderarán de
tus joyas, y te dejarán desnuda y
ai descubierto. 40 Luego conducirán
contra ti a una multitud y te lapi-
darán con piedras y te atravesarán
con sus espadas ; 11 y prenderán fue-
go a tus casas y harán justicia de
ti a la vista de numerosas mujeres,
y haré que ceses de prostituirte y
tampoco volverás a dar salario de
ramera. 42 Desbravaré mi cólera en
ti y se apartarán de ti mis celos, y
me apaciguaré y no me airaré más.
" Por cuanto que te olvidaste de los
días de tu juventud y me has irri-
tado con todas estas cosas, por eso
he aquí que yo también he hecho
reverter tu proceder sobre tu ' ca-
beza, declara el Señor a, Yahveih,
pues ¿ no has cometido crimen ho-
rrible mediante todas tus abomina-
ciones ?
"En verdad, todo el que profiera
proverbio de ti lo hará diciendo :
«¡Como la madre, tal su hija!»
* Hija de tu madre eres tú, que co-
bró repugnancia a su marido y de
sus hijos, y eres hermana de tus
hermanas, que detestaron a sus ma-
ridos y sus hijos : vuestra madre
fué hitita y vuestro padre amorreo.
"Tu hermana mayor es Samaria,
ella y sus hijas, que habitan a tu
izquierda, y tu hermana menor, que
habita a tu diestra, es Sodoma y
mis hijas. 41 Mas ni siquiera has se-
guido sus caminos ni obrado con
arreglo a sus abominaciones ; como •
si fuera poco, te has degradado más
que ellas en todo tu proceder.
* Como yo vivo, afirma el Señor a,
Yahveh, que no obró Sodoma, tu
hermana, ella y sus hijas, como tú
con tus hijas has obrado. " He aquí
cuál] fué la iniquidad de Sodoma, tu
hermana : soberbia, hartura de co-
mida, y sosegado descanso gozaron
ella y sus hijas ; y al afligido y al
(pobre no alargó la mano, 50 sino
que se ensoberbecieron y cometie-
ron abominación ante mí ; mas yo
las quité de en medio cuando lo vi.
"' Y Samaria no cometió la mitad
de tus pecados, pues tú has multi-
plicado tus abominaciones más que
ellas y has dejado como justas a
(tus hermanas con todas las "infamias
que has cometido. K Sobrelleva tú
también tu ignominia, tú que te has
puesto de parte de tus hermanas
con tus pecados, que te han hecho
más abominable que ellas, han re-
sultado más justas que tú. Abochór-
nate, pues, también tú, y aguanta tu
oprobio al dejar como justas a tus
hermanas.
B Mas yo volveré su suerte, !a
suerte de Sodoma y de sus hijas y
la suerte de Samaria y de sus hijas,
y haré volver' tu suerte entre ellas,
""' para que soportes tu oprobio y te
avergüences de cuanto has hecho,
consolándolas tú. r" Y tus hermanas.
Sodoma y sus hijas, volverán a su
primer estado, y Samaria y sus hi-
jas tornarán a su estado primero, y
tú y tus hijas volveréis a vuestro
primer estado.
58 ¿Acaso* se oyó en tu boca [el
nombre de] tu hermana Sodoma el
día de tu soberbia, 57 antes que fue-
ra puesta al descubierto tu desnu-
dez como lo es ahora para oprobio
de las hijas de Edom ,n y de todos
sus alrededores y de las hijas de los
filisteos, que te menosprecian en
torno ? 58 Soporta tú el peso de tu
■lascivia y tus abominaciones, afirma
Yahveh. w Pues así habla el Señor a,
Yahveh : He hecho contigo como tú
hiciste, que menospreciaste el jura-
* Vertedoras DE sangre ; O asesinas.
41 r>F nfmf.kosas MUJERES : < n prese ncia «!«• muchas naciones paganas,
*' Como m madre, tai. su hija : la hija es Jerusalén o Israel ; la madre, la raza
cananea.
■ Yo volveré : tras las amenazas viene la promesa divina <le restaurar a Israel,
sin excluir ni a Sodoma ni a Samaria.
16 eo-17
:• /.! ni'i: ;
16 62-17 12
mentó, quebrantando el pacto ; 80 pe-
ro yo me acordaré de mi alianza
contigo en los días de tu juventud
v te confirmaré un pacto eterno.
Sl V te acordarás de tus caminos y
te abochornarás cuando yo reciba n
a tus hermanas, las mayores con
las menores que tú, y te las daré
por hijas, mas no en virtud de tu
alianza. 6:1 Y concertaré mi pacto
Contigo, y conocerás que yo soy
Yahveh ; 68 a fin de que recuerden
y te avergüences y ya no abras la
boca de pura vergüenza, cuando yo
te haya perdonado todo lo que has
hecho, declara el Señor », Yahveh.»
Alegoría sobre Sedecías, último rey de Jerusalén.
Promesa mesiánica de restauración
i — 1 Y íuéme dirigida la palabra j profiere una parábola a la casa de
' de Yahveh, diciendo : ' aHijo Israel. 3 Y dirás : Asi habla el Se-
tíel hombre, propon un enigma y | ñor a, Yahveh :
El águila grande, grande de alas, de luengas plumas remeras,
cubierta de plumaje | de diversos colores, | vino al Líbano
y cogió la copa de un cedro, | 4 arrancó la punta de sus brotes
y lo llevó al país del comercio, |
colocándolo en una ciudad de mercaderes.
Luego tomó de la semilla de la tierra |
y púsola en campo de sembradura,
situóla junto a aguas abundantes, j la plantó como un sauce,
■ y germinó y se convirtió en una vid desbordante | de escasa altura,
de suerte que sus sarmientos estaban vueltos hacia el águila 1
y sus raíces bajo ella.
Hízose, pues, vid que produjo ramas y echó sarmientos.
7 Había también otra b águila grande | de amplias ailas |
y abundante plumaje,
v he aquí que esta cepa | extendió sus raíces hacia ella
y arrojó hacia ella sus sarmientos | para darle a beber
más que los tablares donde estaba plantada.
a En un campo bueno | y junto a aguas copiosas estaba plantada
para echar pámpanos, j llevar fruto | y hacerse vid magnífica
"Di : Así ha hablado el Señor3, Yahveh : ¿Prosperará? *
¿No arrancará acaso [la primera águila] sus raíces, | cortará su fruto
y se secará ? Todos sus brotes tiernos se secarán, |
y sin brazo poderoso ni pueblo poderoso
la arrancará de raíz. 1 10 He aquí que está plantada : ¿ prosperará ?
¿ Por ventura apenas la haya tocado el viento del este !
no se secará por completo ?
En los tablares donde brotara se agostará.»
| V se me dirigió la palabra de Yahveh, diciendo :
K «Di a la raza rebelde : I ¿No sabéis qué significa esto?
-| 'J - t n enigma : especie de adivinanza, a que para atraer la atención eran muy
p ' aficionados los orientales. En el presente se describe la suerte de la familia real.
*-m El sentido de esta alegoría queda desentrañado con la explicación que se nos
da en 11-21. El águila grande es Xabucodonosor y sus grandes recursos.
* Al país DEL comercio : e. d., Caldea.
* Tomó de la semilla : esa semilla — o cun brote», como otros prefieren — es el rey Se-
déelas, puesto por Nabucodonosor cu vez de Jcconias.
* Vid desbordante : o cepa prolífera.
T Otra Aguila grande: e. d., el rey de Egipto. || Mas ove los ubi ares : o bien,
tdesde el macizo», pues así sing. 1. Kit c. Eb22 algs. mssGS.
a Ahora viene la explicación del enigma.
— 15*0 —
17 13-24
EZEQUIEL
17 13-24
Di : He aquí que vino el rey de Babilonia a lerusalén |
y tomó a su rey y sus príncipes
y líevóselos a Babilonia.
18 Y tomó uno de estirpe real | y pactó con él alianza
e hizole prestar juramento, | y cogióse los magnates del país,
" para que fuese un reino humilde, | sin que volviera a rebelarle,
guardando su alianza, | de forma que tuviese permanencia.
15 Mas se rebeló contra él, enviando sus mensajeros a Egipto |
para que le prestara caballos y pueblo numeroso.
¿Tendrá éxito? ¿Se salvará quien hizo tales cosas? |
Y el que quebrantó la alianza, ¿escapará?
16 Vivo yo, afirma el Señor a, Yah-
veh, que en la residencia del rey a
quien había entronizado, cuyo jura-
mento ha despreciado y cuya alian-
za con él ha roto c, en medio de Ba-
bilonia morirá. 11 Y el Faraón no
actuará a su favor en la guerra con
gran ejército ni copiosa multitud,
cuando levante murallón de asedio
y construya terraplén de cerco para
aniquilar a muchas personas. 18 Des-
preció el juramento, quebrantó la
alianza, y he aquí que ha ofrecido
su mano ; pues todo esto hizo, no
se librará.
" Por eso, así ha dicho el Señor a, Yahveh :
¡ Como yo vivo, que mi juramento, | que ha menospreciado,
y mi alianza, que ha quebrantado, | los haré revertir sobre su cabeza !
20 Y extenderé sobre él mi red | y será prendido en mi malla
y lo conduciré a Babilonia y allí vendré a juicio con él acerca de la infi-
delidad que contra mí ha cometido. a Y todos sus fugitivos d
en todas sus huestes caerán a espada, ¡
y los que queden serán esparcidos a todo viento,
y sabréis que yo, Yahveh, he hablado.
82 Así afirma el Señor a, Yahveh :
También yo tomaré una de las ramas superiores del elevado
cedro y la pondré en tierra ;
de la punta de sus ramas arrancaré un tierno [vastago] |
y lo plantaré yo mismo
sobre alta y prominente montaña ; |
23 en la montaña excelsa de Israel lo plantaré,
v echará ramas y dará fruto e, |
y vendrá a ser un cedro magnífico,
bajo el cual habitarán todos los pájaros de toda suerte de plumaje, |
a la sombra de sus ramas morarán.
w Y todos los árboles del campo conocerán
que yo, Yahveh, humillé el árbol elevado
y exalté el árbol humilde,
sequé el árbol verde
e hice reverdecer el árbol seco.
Yo, Yahveh, he hablado y lo haré.»
38 Tomaré una de las ramas superiores : o bien, tía copa». A pesar del destierro
infligido a Sedéelas, no se olvida el Señor de las promesas hechas en la casa de
David y vuelve a renovarlas.
" En la montaña excelsa : e. d., en Sión.
M Todos los Arboles : e. d., los reyes y pueblos extranjeros.
— 1530 —
EZEQUIEL
18
La justificación de la providencia
no 1 V se me dirigió la palabra de Yahveh, diciendo: - «¿Qué tenéis
-*-° que andar profiriendo en la tierra de Israel este proverbio, a saber :
Los padres comieron el agraz
y los dientes de los hijos han padecido la dentera ?
* Como yo vivo, afirma el Señor a,
Yahveh, que no habéis de proferir
más este proverbio en Israel. 4 He
aquí que todas las almas son mías ;
tanto el alma del padre como la
del hijo me pertenecen ; el alma
que pecare, ésa morirá.
5 Si un hombre fuere justo y prac-
ticare derecho y justicia, 6 y no co-
miere en los montes, ni alzare sus
ojos a los ídolos de la casa de Is-
rael, ni deshonrare a la mujer de
su prójimo, ni a la mujer meustruan-
te se acercare ; ' 6i no oprimiere a
nadie, devolviere la prenda al deu-
dor b, no cometiere robo, diere su
pan al hambriento y al desnudo cu-
briere con vestido, 8 no prestare con
usura ni exigiere interés, apartare
su mano de la mañdad e hiciere hon-
rada justicia entre hombre y hom-
bre, 9 anduviere en mis preceptos y
guardare mis dictámenes practican-
do la verdad, ese tal es justo, vivi-
rá ciertamente, declara el Señor a,
Yahveh.
10 Pero si engendrare un hijo vio-
lento, vertedor de sangre, que hi-
ciere una c de estas cosas u — mien-
tras él no cometiere ninguna de
ellas — e incluso comiere sobre los
montes y deshonrare a la mujer de
su prójimo, 11 oprimiere al afligido
y al pobre, cometiere robos, no de-
volviere la prenda, levantare los
ojos a los ídolos, ejecutare abomi-
nación, 13 prestare con usura y acep-
tare interés, ¿ vivirá acaso ? No vi-
virá, habiendo cometido todas estas
abominaciones ; morirá á sin reme-
dio ; su sangre recaerá sobre él.
M Por eJ contrario, hete aquí que
engendra un hijo que, vistos todos
los pecados que cometió su padre,
tone e y no obra según ellos : 15 no
come sobre los montes, no alza sus
ojos a los ídolos de la casa de Is-
rael, no deshonra a la mujer de su
prójimo, 1S ni oprime a nadie, ni
exige prenda, ni comete robo, da
su pan al hambriento y al desnudo
cubre con vestido, 1T aparta su mano
de la iniquidad usura ni interés
no acepta, cumple mis juicios, sigue
mis preceptos ; ése no morirá por
la cu]jpa de su padre, vivirá cierta-
mente. 18 Su padre, que cometió vio-
lencias, realizó hurtos *" y ejecutó lo
que no estaba bien en medio de su
pueblo, he aquí que hubo de morir
por su iniquidad.
18 Mas diréis : «¿ Por qué no carga
el hijo con la iniquidad de su pa-
dre ?» Pues que el hijo practicó de-
recho y justicia, guardó todos mis
preceptos y los cumplió, vivirá cier-
tamente. 70 El alma que peque, ésa
morirá. El hijo no cargará con la
culpa del padre, ni el padre cargará
con la iniquidad del hijo : la justi-
cia del justo será sobre el mismo, y
la impiedad del imipío sobre él será.
a Si eil impío se convierte de to-
dos sus pecados que cometió, y ob-
serva todos mis preceptos, y prac-
tica el derecho y la justicia, vivirá
de seguro, no morirá. 53 Ninguno de
los pecados que cometió le será re-
1 Q " Como yo vivo : este proverbio no se empleará más en Israel, porque todo el
mundo quedará convencido de que es justo el castigo que os será infligido.
« No comiere en los monies de los sacrificios hechos a los ídolos en las cumbres
o lugares altos de culto idólatra.
8 Hiciere honrada justicia entre hombre y hombre : o bien, pronunciare honrado
fallo judicial entre las partes litigantes.
22 Ninguno de los pecados : Dios olvida el pecado al mismo tiempo que queda
borrado en la conciencia.
— 1521 —
18 23-19 9
LÍZliQUIEL
18 28-19 i»
cordado : en la justicia que prac-
ticó logrará vida. a ¿Acaso une com-
plazco yo en h la muerte del impío?,
afirma el Señor a, Yahveh, y no
(más bien] en que se convierta de
su conducta y viva ?
M Por ©1 contrario, si el justo se
apartare de su justicia y cometiere
iniquidad, practicando exactamente
■las abominaciones que obrara el im-
pío, ¿vivirá? Ninguna de las obras
justas que realizó le serán recorda-
das ; por la apostasía que ha come-
tido y el pecado en que ha incurri-
do, por ellos morirá.
Y habéis dicho : «No es recto el
proceder del Señor '.» Escucha, pues,
¡ oh casa de Israel ! ¿ Acaso es mi
proceder injusto ? i No son vuestros
caminos los que no son rectos ? 26 Al
apartarse el justo de su justicia y
obrar la iniquidad, morirá' por ello,
por la iniquidad que ha cometido
morirá. 27 Y al convertirse el impío
de la impiedad que obrara y prac-
ticar derecho y justicia, conservará
en vida su propia alma. "Si él ve
y se convierte de todos los pecados
que hiciera, ciertamente vivirá, no
morirá.
'aY la casa de Israel dice : «No
es recto el proceder del Señor
oNo es recto mi proceder', oh casa
de Israel ? ¿ Por ventura no son
vuestros caminos los que no son rec-
tos kf
"'Por lo tanto, a cada uno os juz-
garé conforme a vuestro proceder,
casa de Israel, afirma el Señor »,
Yahveh. Volveos y convertios de to-
dos vuestros pecados, de modo que
no os sirvan de ocasión de culpa.
''' Arrojad de vosotros todos los pe-
cados que cometisteis contra nú1 y
formaos un corazón nuevo y un es-
píritu renovado. ¿ Por qué queréis
morir, oh casa de Israel ? 32 Pues no
me complazco en la muerte, de cual-
quiera que sea, afirma el Señor *,
Yahveh ; arrepentios, pues, y vivi-
réis.»
Elegía sobre el príncipe de Israel
1Q 1 Y tú entona una elegía sobre el príncipe* de Israel 2 Y di :
¿ Por qué tu madre, oh leona, i entre los leones
se echó, en medio de los leoncillos | crió a sus cachorros ?
* Y alzó a uno de sus cachorros, | que se hizo león joven,
v aprendió a hacer presa | y hombres devoró.
■ Mas los gentes tuvieron noticia de él, | y en su fosa fué cogido ;
v lleváronlo con aros de nariz | a la tierra de Egipto.
* Y viendo ella que era caso desesperado, | perdió la esperanza
v tomó otro b de sus cachorros | y lo erigió león joven.
* El andaba entre los leones, | hízose león joven
y aprendió a hacer presa | y devoró hombres ;
1 aprendió a hacer viudas c | y sus ciudades devastó,
y horrorizóse el país con cuanto encerraba | a la voz de su rugido.
1 Mas las gentes se juntaron contra él ! de todas las regiones circundante*
y tendieron contra él su red, | y en su fosa fué cogido.
* Y pusiéronle en una jaula con aros de nariz |
v lleváronlo al rey de Babilonia, | quien lo metió en una fortaleza *,
a fin de que su voz no fuese oída más ¡ en los montes de Israel.
19
que H (= V) : « ¡Como era tu madre una
> de leones, criaba a sus cachorros». || Tu
i los leones : e. d., las naciones paganas.
»n situación desesperada. Voz dudosa ; otros
orinaban parte del imperio caldeo.
— 15^2 —
19 io-20 7
EZEQUIEL
19 10-20 14
'"Tu madre era como una vid l' | junto al agua plantada,
fructífera y frondosa era | por las copiosas aguas.
u Tenía ramas f fuertes | para cetros * de soberanos,
y elevóse su tronco hasta h por entre las nubes '
y divisábase por su altura, i por la multitud de sus sarmientos.
'• Mas fué arrancada con furor, | a tierra echada,
v el viento del este agostó | sus frutos ; fueron abatidas
y secáronse sus fuertes ramas, | un fuego las devoró.
" V ahora ha sido plantada en el desierto, | en tierra árida y sedienta,
" y ha salido fueteo de la vara | de sus ramas, ha consumido su fruto
y no ha quedado en ella ni una rama fuerte, | un solo cetro para mando.
Elegía es esta y en elegía se ha convertido.
Consulta de los ancianos de Israel al profeta. Recuento
de las prevaricaciones del pueblo y ñdelidad de Yahveh
orv 1 Sucedió, pues, que el año sép-
timo, a diez del quinto mes,
vinieron unos varones de los ancia-
nos de Israel a consultar a Yahveh,
y sentáronse ante mí. 2 Y dirigióse-
ine la palabra de Yahveh, diciendo :
3 «Hijo del hombre, habla a los
ancianos de Israel y diles : Así dice
el Señor a, Yahveh : ¿ A consultar-
me venís vosotros ? ¡ Vivo yo, que
no me he de dejar interrogar por
vosotros !, afirma el Señor», Yah-
veh. 4 ¿ Quieres (pronunciarles el fa-
llo, quieres pronunciar el fallo, oh
hijo del hombre ? Hazles saber las
abominaciones de sus padres. 6 Y
diles : Así habla el Señor a, Yahveh :
El día que escogí a Israel, y alcé
[jurando] mi mano por la descen-
dencia cíe la casa de Jacob, y me
di a conocer a ellos en el país de
Egipto, y les alcé mi mano, dicien-
do : ¡ Yo soy Yahveh, vuestro Dios !,
" aquel día íes juré, elevando mi ma-
no, sacarlos de la tierra egipcia a
un país que yo había escogido para
ellos, el cual mana leche y miel y
constituye la gloria de todas las
tierras. 7 Y os dije : arroje cada uno
las abominaciones de sus ojos y no
os contaminéis con los ídolos de I
Egipto: yo soy Yahveh, vuestro ¡
Dios. s Pero ellos se rebelaron con-
tra mí y no quisieron escucharme :
no arrojó cada uno ¡as abominacio-
nes de sus ojos ni abandonaron los
ídolos de Egipto. Entonces pensé
derramar mi furor sobre ellos para
desbravar en ellos mi cólera, en
medio del país de Egipto ; " ma»
obré en gracia a mi nombre, para
no profanarlo a los ojos de las na-
ciones entre quienes se hallaban, a
las cuales me di a conocer, a sus
mismos ojos, sacándolos de la tierra
de Egipto.
"Saquélos, pues, del país egipcio
y los conduje al desierto, " les di
mis preceptos y les hice saber mis
derechos, que, cumplidos por el hom-
bre, mediante ellos vivirá. 12 Ade-
más, les di mis sábados para que
sirvieran de signo entre ellos y yo,
a fin de que conociesen que yo soy
Yahveh, quien los santifica. " Pero
la casa de Israel se sublevó contra
mí en el desierto ; no anduvieron
en mis preceptos y rechazaron mis
derechos, por los cuales, si el hom-
bre los cumple, vivirá ; y profana-
ron mucho mis sábados, de suerte
que resolví derramar mi furor sobre
ellos en el desierto para exterminar-
los. "Sin embargo, obré en gracia
" Ele\óse su tronco : el reino de Judá ira superior a los demás próximos en ma-
jestad, poder y riquezas.
,s Fué arrancada : las amenazas empezaron a cumplirse reinando Jeconías y se
cumplieron del todo en tiempo de Sederías. ¡| Sus frutos: otros 1. II : «sus sarmien-
tos, que se habrán .arrancado».
Ofl ' Las abominación! s de SUS OJOS : e. d., los ídolos.
^U "Derechos: o bien, dictámenes...
— 1523 —
20 i»-17
KZEQÜIKl.
20 i^--1
a mi nombre, para no profanarlo a
los ojos de las naciones a cuya vista
los saqué. 13 Yo había alzado mi ma-
no jurándoles en eJ desierto que no
los introduciría en la tierra que les b
para no exterminarlos y no tos ani-
quilé en el desierto.
18 Pero dije a sus hijos en el de-
sierto : No sigáis ios preceptos de
vuestros padres, ni observéis sus
Toro alado asir
dtóra, que mana leche y miel y cons-
tituye una gloria entre todas las
tierras, 19 porque habían desdeñado
mis derechos, y no habían seguido
mis decretos, y habían profanado
mis sábados, pues su corazón mar-
chaba en pos de sus ídolos. "Mas
mis ojos se compadecieron de ellos
costumbres, ni os mancilléis con sus»
ídolos. "Yo soy Yahveh, vuestro
Dios ; caminad con arreglo a mis
preceptos y guardad mis derechos y
cumplidlos; "y santificad mis sá-
bados y sirvan de señal entre mí y
vosotros, para que se sepa que yo
soy vuestro Dios. a Mas los hijos se
20 22-^1
EZEQUIEL
20 32-49
rebelaron también contra mí, no si-
guieron mis preceptos ni guardaron
mis derechos cumpliéndolos, por cu-
va práctica el hombre había de vi-
vir, y 0 profanaron mis sábados, y
resolví derramar mi furor sobre ellos
para desfogar en ellos mi cólera en
él desierto. " Sin embargo, hice vol-
ver mi mano y obré en gracia de
mi nombre, para no profanarlo a
los ojos de las naciones a cuya vis-
ta los había sacado. ~a Alceles asi-
mismo mi mano en el desierto, [ju-
rando] dispersarlos entre las gentes
v esparcirlos ipor las tierras, por
no haber practicado mis derechos,
haber menospreciado mis preceptos,
profanado mis sábados e ídoseles los
ojos tras Jos ídolos de sus padres.
3 Por otra parte, diles también
preceptos no buenos y prescripcio-
nes por las cuales no podrían vi-
vir, y los contaminé mediante sus
ofrendas, [esto es], al hacer pasar
[por el fuego] a todo primogénito,
a fin de aterrorizarlos yo, d para que
supiesen que yo soy Yahveh d.
" Por tanto, habla a la casa de
Israel, ¡oh hijo del hombre!, y di-
les : Así ha dicho el Señor a, Yah-
veh : Aun en esto me ultrajaron
vuestros padres cuando me fueron
infieles. 28 Introdújelos en la tierra
que, alzando mi mano, había jurado
darles, y cuando vieron cualquier co-
lina elevada y cualquier árbol fron-
doso, ofrecieron allí sus sacrificios,
V entregaron allí su ofensiva ofren-
da, v allí colocaron sus perfumes de
suave olor, y derramaron allí sus li-
baciones. 29 Y díjeles : ¿ Qué es el
lugar alto adonde vosotros vais? Y
llámasele todavía lugar alto hasta
el día presente. *° Por eso, di a la
casa de Israel : Así habla el Señor ft,
Yahveh: ¡Os contamináis en el pro-
ceder de vuestros padres y corréis
a avidez lasciva tras sus abomina-
ciones, a y, al ofrecer vuestros do-
nes, haciendo pasar por el fuego a
vuestros hijos, os estáis mancillan-
do con todos vuestros ídolos hasta
hoy!, y ¿me vov a dejar consultar
por vosotros, oh casa de Israel ?
¡ Vivo yo, afirma el Señor a, Yah-
veh, que no me he de dejar inte-
rrogar por vosotros ! 3" Ni tampoco
se ha de realizar en modo alguno lo
que os viene a las mientes ; pues
vosotros decís : ¡ Seremos como las
naciones gentiles, como los pueblos
de los [demás] países, adorando le-
ño v piedra ! " ¡ Como yo vivo, afir-
ma el Señor a, Yahveh, que con ma-
no fuerte y brazo extendido y de-
rramando mi furor he de reinar so-
bre vosotros ! " Y os sacaré de los
pueblos y os juntaré desde las tie-
rras en que fuisteis dispersados con
mano fuerte, brazo extendido y fu-
ror que se derrama ; 35 y os condu-
ciré al desierto de los pueblos y
pleitearé allí con vosotros cara a
cara, ** como pleiteé con vuestros pa-
dres en el desierto del país de Egip-
to, afirma el Señor a, Yahveh. 57 Y
os haré pasar debajo de la vara y
os llevaré 6 con los vínculos de la
alianza L' ; 38 y apartaré de vosotros a
los rebeldes y los infieles contra mí,
los sacaré de la tierra donde moran
como inmigrantes y no entrarán '
en el suelo de Israel ; y sabréis que
yo so}' Yahveh.
sa En cuanto a vosotros, ¡ oh casa de
Israel!, así habla el Señor a, Yah-
veh : Id a servir cada uno a vuestros
ídolos ; mas después, si no me escu-
chareis, mi santo nombre no profa-
naréis más con vuestros dones y
vuestros ídolos. 40 Porque en mi san-
ta montaña, en el alto monte de Is-
rael, afirma el Señor a, Yahveh, allí
me servirá toda la casa de Israel,
toda entera, en mi tierra ; allí los
aceptaré graciosamente y allí solici-
taré vuestras ofrendas y las primicias
de vuestros dones con todo cuanto
x Preceptos no buenos : el sentido que (la San Jerónimo a este v. es : Les he per-
mitido hacer lo que quieran para castigarlos más tarde. Esos preceptos relativos al
culto no procedían de Dios, sino de las naciones idólatras.
■ i Qué ES el lugar alto (bamá 'altura sagrada' de culto idólatra) adonde vosotros
«is (baim)f, juego de palabras hebraicas en II a base de la supuesta etimología de
bamá. Llámasele todavía lugar alto, c. d., baimí, porque aun siguen ellos yendo.
x Desierto de los pueblos : e. d., el mundo de las naciones de que Israel era di-
ferente. || Pleitearé : o iré a juicio, litigaré.
•** Mi santa montaña : e. d., la santa Iglesia, ya que la profecía parece referirse a
la' vocación de todos los pueblos al servicio del verdadero Dios. || Toda entera, en
mi riBRRA... : así prb. (cf. Kitl ; V «todos, digo, en la tierra en que me agradaras»;
otros, de diverso modo. || Solicitaré : o ansiaré, exigiré.
— 1525 —
20 41-21 11
EZKQl'IEL
20 «-21
me consagréis. " Como i un perfume ;
de suave olor os aceptaré graciosa-
mente cuando os saque de entre los
pueblos y os congregue de las tie-
rras en que fuisteis dispersados y me
santificaré en vosotros^ a los ojos de
las naciones. 42 V sabréis que yo soy
Yahveh cuando os haya introducido
en .la tierra de Israel, en el país que
juré, alzando mi mano, dar a vues-
tros padres. M Allí os acordaréis de
vuestros caminos y de todas vues-
tras acciones con las cuales os man-
cillasteis, y sentiréis tedio de vos-
otros mismos por todas las maldades
que habéis cometido. 41 Y sabréis que
yo soy Yahveh cuando obre con vos-
otros en gracia a mi nombre y no
con arreglo a vuestros perversos ca-
minos ni según vuestras detestables |
¡acciones, ¡oh casa de Israel!, afir-
ma el Señor a, Y aturdí.»
• *í Y dirigióseme la palabra de Yah-
veh, diciendo : *a «Hijo de! hombre,
vuelve tu rostro en dirección al 6ur
y vaticina sobre el mediodía, y pro-
fetiza contra el bosque del campo
del Négueb. "3 Dirás, pues, al bos-
que del Négueb : Escucha la palabra
de Yahveh. Así habla el Señor »,
Yahveh : He aquí que yo prendo en
ti fuego y devorará en ti todo árbol
verde y todo árbol seco : no se apa-
gará la llama abrasadora, y habrá
de ser quemada por ella toda la su-
perficie desde el sur al norte. ffi4 Y
toda carne verá que yo, Yahveh, la
he incendiado.^ No se'apagará.»
**( Y exclamé : «¡ Ay, Señor a, Yah-
veh ! Estos dicen de mí : ¿ No pro-
I riere éste parábolas ?»
Nabucodonosor, ejecutor de las venganzas divinas
contra Jerusalén y contra los ammonitas
o"l '„ Y fuéme dirigida la palabra
^ de Yahveh, diciendo : «Hijo
del hombre, endereza tu rostro hacia
Jerusalén y vaticina sobre sus san-
tuarios a y profetiza contra la tierra
de Israel. 3S Y di a la tierra israelita:
Así habla Yahveh : Heme aquí con-
tra ti, y sacaré mi espada de su vai-
na y aniquilaré de ti al justo y al
impío. '„ Por cuanto que voy a ex-
terminar de ti al justo y al impío,
por eso saldrá mi espada de su vaina
contra toda carne, del sur al norte,
6,c para que conozca toda carne que
yo, Yahveh, he sacado mi espada de
su vaina y ya no será envain.ada.
'«Y tú, hijo del hombre, gime; gi-
me a vista de ellos con quebranto de
ríñones y amargura. '12 Y cuando te
pregunten: «¿Por qué gimes?», con-
testarás : «Por una noticia a cuya lle-
gada se disolverá todo corazón, des-
mayarán todas las manos, se embo-
tará todo espíritu y todas las rodillas
se disolverán como agua. He aquí
que liega y va a acaecer, declara el
Señor b, Yahveh.»
8,s Y dirigióseme la palabra de
Yahveh, diciendo: *lt «Hijo del hom-
bre, profetiza y di : Así habla el Se-
ñor c : Di :
¡ I'na espada, una espada ha sido aguzada ¡ y también está bruñida !
'V, A fin ríe degollar víctimas ha sido aguzada, |
para que lance relámpagos ha sido bruñida :
'' tú, que abates el cetro de mi hijo, cortaste todo árbol d.
",e Y la di 6 a bruñir | para empuñaría,
ha sido aguzada y bruñida | para ponerla en mano de un asesino.
w„ Vaticina : lit., destila palabras. || Nígttfb : o mediodía de .Tudá.
*- Prendo en ti fuego : e. d., el de la guerra.
•f Parábolas : e. d., cosas difíciles de entender.
OI '"i.-. l ANtK RELÁMPAGOS: o (para irradiar rayos», «que tengan fulgorp... ; otros
1. c. SV trelampaguee» o «reluzca». || Tú que abates: apostrofe a la espada de
Nabucodonosor, que destruirá .el reino de JudA y todo árbol, e. d., todos los hombres
- 1526 -
2-22
EZEQÜIEIi
21 12-20
Cuma y laméntate, ¡oh hijo del hombre!, |
porque se ha empleado contra mi pueblo,
contra todos los príncipes de Israel : |
fueron entregados a la espada con mi pueblo.
¡ Por eso hiere las caderas !
Ciertamente, la prueba está hecha, y si [la espada] también des-
preciare el cetro, no subsistirá, afirma el Señor b, Yahveh.
Mi» Y tú, hijo del hombre, profetiza | y bate palmas una con otra
y doble la espada, triplique [los golpes] ; | espada asesina es
espada de la gran mortandad | que los asedia,
"so Para que desmaye el corazón | y se multipliquen las ocasiones de ruina,
sobre todas sus puertas | he llevado los estragos de la espada.
¡ Ay, está hecha para relampaguear, | aguzada para degollar!
*\, Agúzate, ya por la derecha f | ya por la izquierda, |
adondequiera tus filos estén por Dios destinados.
"a También yo batiré mis palmas una con otra | y aplacaré mi cólera.
Yo, Yahveh, he hablado.»
"V, Y fuéme dirigida la palabra de
Yahveh, diciendo : *M «Y tú, hijo
del hombre, trázate dos caminos por
donde venga la espada del rey de
Babilonia ; de un mismo país parti-
rán ambos, y representa un indica-
dor en la cabecera del camino de la
ciudad, represéntalo s ; *j« un cami-
no trazarás para que la espada lle-
gue a Rabbá de los Ammonitas y a
judá y h Jerusalén, en el centro de
ella a¡, Porque el rey de Babilonia
se ha detenido en una encrucijada,
en el arranque de los dos caminos,
para consultar el augurio : sacudió
las flechas, interrogó a los terafim,
inspeccionó el hígado. B„ Por su dies-
tra fué el augurio «Jerusalén», j para
colocar arietes >, abrir la boca pre-
gonando matanza, alzar la voz con
alaridos, colocar arietes contra las
puertas, amontonar terraplenes de
cerco, construir murallón de asedio,
"a Mas a los de Judá paréceles una
adivinación mendaz : solemnes jura-
mentos han hecho ; mas él recorda-
rá la iniquidad [de ellos] para apo-
derarse [de los mismos]. M,9 Por ello,
así habla el Señor b, Yahveh : Por
cuanto habéis rememorado con jac-
tancia vuestas iniquidades, patenti-
zando vuestras prevaricaciones al ma-
nifestar vuestros pecados con todas
vuestras acciones ; por cuanto las
habéis rememorado, seréis presos en
[sus] manos. *M Y tú, infame, im-
pío, príncipe de Israel, cuyo fin ha
llegado al tiempo de la culpa final,
atT Hiere las CADERAS : o el muslo ; es un gesto del que llora o se lamenta.
*■„ Traducimos H lo mas literalmente posible guiados por V ; pero el texto parece
< rrp. y las versiones divergen mucho.
K„u ¡Av...! : así algs. Otros corrigen : «Tú (estás) hecha» o tCiertamente..,*; o vier-
ten ¡Oh espada!; V «de la "espada afilada, hecha......
Agúzate : sigue el apostrofe a la espada de Nabucodonosor.
,",( Dos caminos : uno hacia Rabbat-Ammón y otro hacia Jerusalén. Kabbat-Ammóa
era la capital de los ammonitas.
■ Terafim: o dioses penates, Idolos domésticos. || Inspeccionó o escrutó ei. híga-
DO : aun se conserva alguno de estos hígados — de aves, generalmente — en greda, cu-
biertos de mágicas fórmulas, tal como se empleaban entre los babilonios; como tam-
bién los usaron etruscos, romanos, etc. Estos dos y el sacudir las flechas son los tres
augurios a que recurre el rey.
I.os de Judá: lit., ellos. || Solemnes juramentos han hecho: pasaje oscuro,
tomo en general los vv. 22.^-23.^ ; V 'et sabbatorum otium imitans». || El: e. d., Na-
bueodonosoT.
Y IÚ... : apóstrofe al último rey de Jerusalén, Sedéelas, que con su sublevación
provocó la ruina nacional. || De la culpa final (o extrema) : o bien, «en que la culpa
provoca el finí í= v. 2p.,4).
— 1527 —
21 26-22 6
EZEQUIEL
21 30-22 13
"sj así habla el Señor b, Yahveh :
¡ Quítate la tiara, depon la corona !
¡Esto ya no es esto! Lo humilde
será exaltado y lo alto será humilla-
do, "jj ¡ A ruina, a ruina, a ruina la
reduciré ! Tampoco ella existirá más
hasta que venga aquel a quien co-
rresponde el derecho [a ello] y yo
se lo entregaré.
Y tú, hijo del hombre, profe-
tiza y di : Así ha dicho el Señor b,
Yahveh, sobre los hijos de Arrimón
y su escarnecer. Y dirás : j La espa-
da, la espada hállase desenvainada
para el degüello, bruñida para devo-
rar y a fin de relucir ! "34 — mien-
tras se contemplan para ti falsas vi-
siones y te adivinan presagios men-
daces— , para descargaría k sobre el
cuello de impíos infames, cuyo día
ha llegado al tiempo de la culpa fi-
nal. J0s5 ¡Vuélvela a su vaina! Yo te
juzgaré en el mismo lugar en que
fuiste creada, en la tierra de tus orí-
genes. "33 Y derramaré sobre ti mi
ira, soplaré contra ti el fuego de mi
saña y te entregaré en manos de
hombres bestiales, artífices de des-
trucción. Serás pasto del fuego, tu
sangre correrá por medio del país,
caerás en olvido ; pues yo, Yahveh,
lo afirmo.»
Corrupción general de Jerusalén
00 1 Y se me dirigió la palabra de
Yahveh, diciendo : 2 «Y tú, hi-
;"o del hombre, ¿ [no] vas a juzgar,
no] vas a juzgar acaso a la ciudad
asesina f Hazles saber todas sus abo-
minaciones, 3 y diles : Así habla el
Señor a, Yahveh : ¡ Ciudad que vier-
te sangre dentro de sí para que lle-
gue su hora, y que en contra suya
ha fabricado ídolos para contaminar-
se ! 4 Por la sangre que has vertido
te has hecho culpable y con los ído-
los que te has fabricado te has con-
taminado, y has acercado tus días y
llégase el tiempo b de tus años c. Por
eso te he hecho oprobio de las gen-
tes e irrisión para todas las tierras.
• Las próximas y las alejadas de ti,
se te reirán, mancillada de fama y
de gran perversidad de costumbres.
• He aquí que los príncipes de Israel
hacen todos en ti alarde de su fuer-
za d con el propósito de derramar
sangre. 7 A padre y madre en ti se
ha afrentado, se ha tratado al ex-
tranjero con violencia en medio de
ti, en ti se ha oprimido al huérfano
y la viuda. ■ Has menospreciado mis
santuarios y profanado mis sábados.
9 Ha habido en ti calumniadores con
objeto de verter sangre, en ti se ha
comido sobre las montañas y en me-
dio de ti se han cometido crímenes.
10 En ti ha sido descubierta la des-
nudez del padre y se ha hecho vio-
lencia a la mujer menstruante. u Ca-
da cual ha cometido abominación con
la mujer de su prójimo, cada cual
ha mancillado con crimen nefando a
su nuera y cada cual ha forzado a
su hermana paterna en ti. " En ti
se ha aceptado soborno para derra-
mar sangre, has exigido usura e in-
terés, y has expoliado a tu prójimo
con violencia y te has olvidado de
mí, afirma el Señor a, Yahveh. a Mas
xn Quítate la tiara : parece anunciar aquí el profeta la ruina de Jerusalén, su pon-
tificado y realeza. || ¡Esto ya no ks esto! : querría decir para alguno : «¡Todo ha
cambiado!» Cf. V: «¿no es ésta la que levantó al humilde..?» Otros vierten: «Lo
que es así no siga siendo así.»
"J2 Aquel a quien corresponde el derecho a fi.i.o : e. d., el juicio, la justicia. Es
alusión al Mesías, que recuerda las de Gén. 4Q, 10, y volverá a poner las cosas en
e! estado querido por la Providencia. || Y vo se lo entregaré : otros, «y al que yo ga-
rantizo».
"„ Los hijos de Ammón : amenaza a los ammonitas, que se alearan de la desgracia
de Judá.
OO 2 ¿No vas a juzgar ? : como si dijese: ¿Por qué cesas de acusar a la ciudad
**** culpable de tantos delitos de sangre?
8 Mis santuarios : otros, «lo que es para mi santo».
11 Cada cual... : como un eco de esta depravación de costumbres sonará luego entre
los romanos la frase de Tácito al afirmar de los judíos : «Inter se nihil illicitum»
(Hist. 5, 5).
- 1528 -
2 «-23
EZEQUIEL
22 ^-23 4
he aquí que bato mis palmas por el
lucro injusto que has realizado y por
la sangre que hay en medio de ti.
"¿Se mantendrá tu corazón o per-
manecerán firmes tus manos en los
días en que yo te salde cuentas ?
Yo, Yahveh, he hablado y lo haré.
u Te dispersaré entre las gentes y
te aventaré por los diversos países,
y haré desaparecer de ti tu impure-
za. 14 Y sera profanada en ti [Jeru-
salén] a los ojos de las naciones, y
sabrás que yo soy Yahveh.»
" Y fuéme dirigida la palabra de
Yahveh, diciendo : u «Hijo del hom-
bre, para mí la ea=a de Israel se ha
convertido en escoria : todos ellos
son cobre, estaño, hierro y plomo en
medio del horno ; escoria de plata
han resultado. 18 Por eso, así ha di-
cho el Señor a, Yahveh : Por cuanto
os habéis vuelto todos escoria, por
eso he aquí que yo os juntaré en
medio de Jerusalén. 30 Como e se jun-
ta plata, cobre, hierro, plomo y es-
taño en medio del horno para soplar
sobre ellos el fuego a fin de fundir-
los, así os reuniré en mi cólera y
mi furor, os colocaré 1 y os fundiré ;
fly os reuniré y soplaré contra vos-
otros en el fuego de mi furor y se-
réis fundidos en medio de aquélla.
:! A la manera que se funde la plata
en medio del horno, así seréis derre-
tidos en medio de ella, y sabréis que
vo, Yahveh, he derramado mi saña
sobre vosotros.»
13 Y dirigióseme la palabra de Yah-
veh, diciendo : ** «Hijo del hombre,
dile : Eres tierra no purificada e, que
no ha sido regada por la lluvia h en
el día de la ira ; 58 y cuyos princi-
pes ' son en medio de ella' como león
rugiente ávido de presa : devoraron
personas, apoderáronse de hacienda
y bienes, multiplicaron sus viudas
en medio de ella. M Sus sacerdotes
han violado mi ley y profanado mis
santuarios ; no han distinguido en-
tre lo sacro y lo profano, ni han en-
señado a discernir entre lo inmundo
y lo puro, y han cerrado sus ojos de
mis sábados, y he sido deshonrado
en medio de ellos. K Sus magistra-
dos son en medio de ella cual lobos
ávidos de presa, que gustan de de-
rramar sangre y hacer perecer a las
personas a fin de obtener más y más
lucro. 28 Y sus profetas los revocaron
con barro, contemplando visiones va-
nas y presagiándoles mentiras, di-
ciendo : «Así habla el Señor a, Yah-
veh», y Yahveh no había hablado.
Los "habitantes del país cometen
violencias, realizan hurtos, afligen a!
menesteroso y al pobre y vejan a]
forastero injustamente. Y busqué
entre ellos un varón que levantara
un muro y se mantuviera firme en la
brecha ante mí en pro del país, para
no devastarlo, y no lo hallé. 11 De-
rramé, pues, sobre ellos mi ira, con
el fuego de mi furor los aniquilé ;
descargué su proceder sobre su ca-
beza», declara el Señor a, Yahveh.
Alegoría de las dos hermanas: las idólatras Samaría y
Jerusalén
c>o ' Y me fué dirigida la palabra
de Yahveh, diciendo : 1 «Hijo
del hombre, eran dos mujeres, hijas
de una misma madre, 5 y prostituyé-
ronse en Egipto : en su juventud se
prostituyeron ; allí fueron palpados
sus pechos y apretujadas sus mamas
virginales. J Sus nombres eran Oho-
M Será profanada : otros, con V (cf. Gt, «te poseeré», «tomaré posesión de ti», «te
tomaré en herencia».
:l Aquélla : lit., ella, e. d., Jerusalén.
Los revocaron o recubrieron con barro : indica metafóricamente el desengaño
que originaban los pseudoprofetas defendiendo y cubriendo ante el pueblo todos los
expresados delitos.
" Uue levantara un MVRo : entre Dios y su pueblo (como Moisés, Aarón), entre
la justicia divina y el pueblo culpable.
OO 1 De una misma madre : las dos existían ya durante la permanencia de los
^"J hebreos en Egipto.
* Oholá : el nombre de esta meretriz, símbolo de Samaría, aludiría, según algu-
no-!, a poseer aquélla santuarios (tiendas) suyos propios. El de OholibÁ, símbolo de
Jerusalén, a ser ésta tabernáculo legitimo de Dios.
— 1529 —
23 s_12
EZEQUIEL
23 13-24
lá, la mayor, y Oholibá, -su hermana.
Fueron mías y dieron a luz hijos e
hijas. Y sus nombres eran : Sama-
ría, Oholá, y Jerusalén, Oholibá.
0 ( >holá se prostituyó, alejándose de
mí, y amó locamente a sus amantes,
los asirios que se llegaron a ella,
vestidos de púrpura, gobernadores y
sátrapas, todos ellos jóvenes apues-
tos, caballeros montados en sus cor-
celes ; 1 y brindóles sus fornicacio-
nes, todos ellos la flor de los hijos
de A siria, y contaminóse con todos
í'asifas antiguas de Samada y M'Cguiddó
lcis ídolos de todos aquellos de quie-,
nes se había locamente enamorado.
* Además, no abandonó su prostitu-
ción de Egipto ; pues allí habían ya-
cido con ella a, en su juventud, ma-
noseado sus pechos virginales y des-
bravado sobre ella su lujuria. " Por
eso la entregué en mano de sus aman-
tes, en poder de los hijos de Asi-
ria, a quienes amó locamente. 3,1 Ellos
descubrieron su desnudez, cocieron a
sus hijos e hijas v matáronla a es-
pada, y vino a ser famosa para las
mujeres por el escarmiento que se
hizo en ella.
" Su hermana Oholibá vió esto, pe-
ro se corrompió aún más que ella en
sus amoríos, y sus prostituciones fue-
ron peores que las fornicaciones de
su hermana. 12 Enamoróse perdida-
mente de los hijos de \siria, gober-
nadores y sátrapas que st llegaron a
ella, vestidos de ropas y armas ex-
celentes, caballeros que cabalgaban
corceles, jóvenes apuestos todo.s ellos.
a V vi que se había mancillado : un
mismo proceder tuvieron ambas. M V
aun superó ésta su lascivia, pues con-
templó varones representados en el
muro, figuras de caldeos pintadas en
bermellón, " ceñidos de un cinturón
en sus caderas, con amplios turban-
tes en sus cabezas, con aspecto de je-
íes militares todos ellos : eran retra-
tos de babilonios, cuya tierra natal
era la Caldea ; 16 y, a" sola su vista,
se enamoró locamente de ellos y en-
vióles mensajeros a Caldea. ™ Los hi-
jos de Babilonia vinieron a ella, al
lecho de amores ; la mancillaron con
sus fornicaciones y contaminóse con
ellos, y luego de ellos se hastió.
,s Entontes patentizó ella su lascivia,
descubrió su desnudez, y hastíeme
de ella como habíame hastiado de su
hermana. " Aun multiplicó sus pros-
tituciones, recordando los días de su
juventud, en los que se prostituyera
en tierra de Egipto. " Y se enamoró
locamente de aquellos sus lujuriosos
amantes que venían carne de asnos
y flujo seminal de sementales, * y
añoro b las torpezas de su c mocedad,
cuando ¡a apretujaron sus d mamas
los egipcios r y palparon 1 sus " pe-
chos virginales.
"Por tanto, Oholibá, así habla el
Señor e, Yahveh : He aquí que yo
excitaré contra ti a tus amantes, de
quienes te has hastiado, y los condu-
ciré sobre ti de todo alrededor, 13 los
hijos de Babilonia y todos los cal-
deos, los de Peqod, Soa y Qoa, y con
ellos todos los hijos de Asiría : jóve-
nes apuestos, gobernadores y sátra-
pas todos ellos, jefes militares y pro-
ceres, todos cabalgadores de corceles.
-' Y vendrán contra ti gran cantidad
c y K Que se LLEGARON A ELLA i así interpretan algunos H ; otros, «vecinos, parien-
'7 Brindóles sus' fornicaciones: o bien, dirigió a ellos sus apetitos sensuales.
8 Su PROSTITUCIÓN DE EGIPTO ! lo dice por el culto al becerro de oro instalado por
Jeroboam.
(otros, «proverbial», «objeto de horror...)». || Por el escarmiento : lit., y ellos ejecuta-
10 Se ENAMORÓ locamente : el lujo oriental movió al pueblo de l)i<» a entablar rela-
ciones políticas V comerciales con los caldeos.
18 Descubrió su desnudez: no se contentó con >1 culto privado a los ¡dolos, i>asó
al público.
* Carne de asnos : aquí (como en (6, 26) es eufemismo j>or «partes verendac».
»' Gran cantidad de: hebreo has en, quizá 'armas defensivas'. |' LES presentaré el
litigio: t ncomendándoles u ju/vuicn.
— I530 —
25-40
EZEQÜIKL
23 29-45
de carros y ruedas, con tropel de
pueblos : paveses, escudos y yelmos
pondrán contra ti en derredor. Les
presentaré el litigio y ellos te juz-
garán con arreglo a sus leyes. 56 Y
desfogaré mis celos contra ti y te
tratarán con furor ; te arrancarán tu
nariz v tus orejas, y tu descendencia
a espada caerá ; se apoderarán de tus
hijos y tus hijas y lo que de ti que-
dare será devorado por el fuego. " Y
te desnudarán de tus vestidos y co-
gerán tus joyas. "Y pondré fin en
ti a tu sensualidad y a tu prostitu-
ción en tierra de Egipto, y no levan-
tarás tus ojos a ellos ni de Egipto te
acordarás ya más. * Pues así afirma
el Señor °, Vahveh : He aquí que yo
voy a entregarte en mano de aque-
llos que has odiado, en mano de
aquellos de quienes te hastiaste ; " y
te tratarán con odio y se apoderarán
de toda tu riqueza y te dejarán des-
nuda y a descubierto, pues se descu-
brirá h tu lasciva desnudez. Tu lasci-
via y tus prostituciones 3" te lian oca-
sionado ' todo esto por haber corrido
lascivamente tras las naciones, por
cuanto que te has mancillado con
sus ídolos. 31 Has seguido el camino
de tu hermana, y pondré en tu mano
su cáliz.»
° Así habla el Señor Yahveh :
«Del cáliz de tu hermana beberás, | profundo y ancho ;
servirá de mofa e irrisión ; | es de enorme cabida.
* Te henchirás de embriaguez y tristeza ; | es cáliz de horror y desolación
el cáliz de tu hermana Samaria. ! 34 Y lo beberás y lo apurarás,
v despedazarás furiosa con los dientes sus vasijas de barro, 1
y desgarrarás tus pechos,
pues yo he hablado, afirma el Señor °, Vahveh.»
1_' Por tanto, así ha dicho el Se-
ñor s, Yahveh : «Ya que te has oSvi-
dado de mí y me has arrojado detrás
de tus espaldas, por eso carga tú
también con tu sensualidad y tu for
nicación.»
w Díjome asimismo Yahveh : «Hi-
jo del hombre, ¿ no juzgarás a k Oho-
lá y k Oholibá y les manifestarás sus
abominaciones?, 35 pues han cometi-
do adulterio, llevan sangre en sus ma-
nos, se han prostituido a sus ídolos,
v hasta a sus hijos, que me habían
engendrado, los han hecho pasar [por
■el fuego] para que les sirvieran de
pasto. 36 Aun esto me han hecho :
mancillaron en aquel día mi santua-
rio y profanaron mis sábados ; 39 des*
pués de haber inmolado a sus hijos
para sus ídolos, entraban aquel mis-
mo día en mi santuario para profa-
narlo. Ye ahí lo que han hecho den-
tro de mi casa. 4" Y, además, envia-
ron ipor hombres venidos de lejos, a
quienes remitieron mensajeros, y he-
te aquí que llegaron. Por ellos te la-
vaste, te alcoholaste los ojos y te
adornaste con aderezos ; 41 te recli-
naste sobre un lecho precioso, ante
el cual había una mesa dispuesta, y
pusiste sobre él mi incienso y mi
óleo : 4- y oíase allí estrépito de gen-
te feliz, y en medio de esta multitud
de hombres llegaron los beliedores
del desierto, que pusieron ajorcas en
las manos de ellas y una corona mag-
nífica sobre sus cabezas. 43 Y dije 1 a
la que está consumida en adulte-
rios 1 : «Ahora ¿proseguirá en sus
fornicaciones también ella?» "Y lle-
gáronse a ella como se llega a una
mujer prostituta : así se llegaron m a
Oholá ym a Oholibá, mujeres nefa-
rias. " Pero los hombres justos las
sentenciarán con arreglo a la ley de
las adúlteras y por la ley de las verte-
-J Tv lasciva desnudez : <> bien, tus fornicadoras vergüenzas.
53 Te HENCHIRÁS... : otros «está lleno de quebranto y pena».
M Para PROFANARLO : equiparando al Señor con Molok.
■"• Te alcoholaste : o teñíste de antimonio o pintaste de estibio.
" El v. ofrécese errp. ; la versión es problemática; los bebedores del desierto (lec-
ción del K. igualmente dudosa que el Q. tíos sábeos del d.») serían las tribus ára-
bes. V traduce : «... y a aquellos varones que entre la multitud eran conducidos y ve-
nían del desierto, pusieron ellas...» Otros corrinen II : «y oíase allí el estrépito ¡i.-
los que cantaban. Ellos, a su vez, portaban mirni y bálsamo, traídos de Sabá, del
desierto, y colocaron brazaletes...» Otros, de diverso modo y haciendo en el v. diversas
mutilaciones ; v. tí. : «y el ruido del tumulto fué oído por ellos a causa de la multi-
tud de los hombre- que habían venido del desierto...» IBibl. Bonn).
23 46-24 w
EZEQUIEL
23 48-24 13
doras de sangre ; pues adúlteras son
ellas y hay sangre en sus manos.»
46 Porque así habla el Señor Yah-
veh : «Convóquese contra ellas una
asamblea popular y las entregaré a
la vejación y efl pillaje. 47 Y las lapi-
dará con piedras la asamblea y las
cortarán con sus espadas ; matarán
a sus hijos e hijas y a sus casas
prenderán fuego. ,s Así haré desapa-
recer del país el crimen nefando, y
aprenderán todas las mujeres y no
cometerán vuestros nefandos críme
nes. 40 Y haré recaer ■ vuestra infa-
mia sobre vosotros, y cargaréis con
los pecados de vuestra idolatría, y
sabréis que soy el Señor e, Yahveh.»
Vaticinio simbólico de la próxima caída de Jerusalén
9¿1 1 Y se me dirigió la palabra de I rey de Babilonia se ha lanzado sobre
Yahveh en el año noveno, el i Jerusalén precisamente ese día. ' Y
mes décimo, a diez del me», dicien- propon a la casa rebelde una parábo-
do : a «Hijo del hombre, escríbete la, y diles ; Así habla el Señor h,
a la fecha de este mismo día " : el I Yahveh :
Arrima la olla, arrímala | y echa, además, en ella agua.
4 Mete dentro sus trozos de carne, | todos trozos buenos, pierna y espalda ;
llénala de lo mejor de los huesos.
* Coge lo mejor del rebaño, | y apila asimismo la leña 0 debajo de ella ;
haz hervir sus trozos de carne d; | cuezanse e también en ella sus huesos.
* Por esto, así dice el Señor b, Yahveh : | «¡ Ay de la ciudad sanguinaria,
de la caldera que tiene herrumbre | y cuya herrumbre no se le quita !
Vacíala pedazo a pedazo, | sin echar suerte sobre ella.
7 Porque la sangre por ella vertida, en medio de ella está ; ;
sobre una roca desnuda la puso,
no la derramó en la tierra | para que la cubriese el polvo.
8 Para suscitar la saña, para tomar venganza, | coloqué ' su sangre
sobre una desnuda roca, | por que no pudiera cubrirse.»
* Por esto, así habla el Señor b, Yahveh :
«¡Ay de la ciudad sanguinaria! |
¡También yo apilare un gran montón de leña!
" Acumula la leña, | enciende el fuego, [ cuece completamente la carne,
condimenta la mixtura, | y los huesos sean quemados. |
" Y manténla vacía sobre sus brasas
para que se caldee, | y se caliente el cobre |
v se funda dentro de ella su suciedad,
desapareciendo su herrumbre.
a Ha causado molestas fatigas, sin que saliera de ella 1
su mucha herrumbre ni aun con fuego.
a Tu impurificación moral es crimen horrible, |
por cuanto he intentado limpiarte |
y no quedaste limpia de tu suciedad ;
t)A 1 El año noveno : el mismo día en que Nabncodonosor formalizó el sitio <ie
Jerusalén, reinando Sedecías.
* Sus trozos de carne i c. d., los habitantes de Jerusalén.
10 La mixtura o revuelto de varias cosas cocidas al fuego. Muchos corrigen H:
derrama el ealdo Icf. GLd).
" Mámenla vacía : quiere decir que después de la destrucción de los ciudadanos
será la ciudad destruida.
12 Su mucha herrumbre ni aun con fuego : así c. V; H dice lit. : la gran cantidad
de su herrumbre en el fuego de su herrumbre: algunos vierten estas últimas palabras:
c ¡al fuego con su herrumbre!» Kit corrige H de otro modo.
— 1532 —
24 14—25 4
EZEQUIEL
24 22-25 7
no será.* ya limpia hasta que des-
brave vo en ti mi furor. 14 Yo, Yah-
veh, he hablado : « sucederá ello y
lo cumpliré e. Xo cejaré ni me com-
padeceré ; conforme a tu proceder y
tus acciones te juzgare h», declara el
Señor b, Yahveh.
* Y fuéme dirigida la palabra de
Yahveh, diciendo : 16 «Hijo del hom-
bre, he aquí que voy a arrebatarte
en muerte repentina la delicia de tus
ojos, y no te has de lamentar, ni llo-
rarás ni correrán tus lágrimas. 17 Sus-
pira calladamente, no hagas duelo de
muertos, cíñete el turbante y ponte
en los pies el calzado, no te cubras
el bigote ni comas pan de duelo '.»
" Ahora bien, había yo hablado al
pueblo por la mañana y mi esposa
murió a la tarde, y al día siguiente
hice como se me ordenara. 18 Y dí-
jome el pueblo : «¿ No nos manifies-
tas qué significa esto? ¿Acaso se re-
fiere a nosotros 1 lo que tú haces ?»
20 Y les contesté : «Se me ha dirigi-
do la palabra de Yahveh, diciendo :
25 Di a la casa de Israel : Así habla el
Señor b, Yahveh : He aquí que pro-
fanaré mi santuario, vuestra podero-
sa soberbia, la delicia de vuestros
ojos, el anhelo de vuestras almas ;
y vuestros hijos e hijas que habéis
dejado caerán a espada. . Y habéis
de hacer como yo he hecho : no os
cubriréis el bigote ni comeréis pan
de duelo '; 3 y" llevaréis vuestro tur-
bante sobre la cabeza y mantendréis
vuestro calzado en los pies ; no os
lamentaréis ni lloraréis, sino que os
iréis consumiendo por vuestras ini-
quidades y gemiréis los unos con los
otros. * Y Ezequiel será para vos-
otros un símbolo : exactamente co-
mo él ha obrado habéis de obrar
cuando esto suceda, y sabréis que
sov vo el Señor b, Yahveh.
26 En cuanto a ti, ¡ oh hijo del hom-
bre!, el día en que yo les quite su
baluarte, su magnífica alegría, la de-
licia de sus ojos, el anhelo de su al
ma v k sus hijos e hijas, f ese día
llegará a ti el fugitivo para comuni-
car la nueva a tus oídos '. 21 Aquel
día se abrirá tu boca hablando con
el fugitivo, v hablarás y no enmu-
decerás ya "más y les servirás de
símbolo. Y sabrán que yo sov Yah-
veh.»
Oráculo contra los ammonitas, Moab, Idumea y los
filisteos
e\r 1 Y me fué dirigida la palabra
de Yahveh, diciendo : ■ «Hijo
del hombre, dirige tu rostro hacia
los hijos de Ammón y profetiza con-
tra ellos. 3 Dirás, pues, a los ammo-
nitas : Escuchad la palabra del Señor,
Yahveh. Así habla el Señor a, Yah-
veh : Por cuanto exclamaste «¡Muy
bien !» contra mi santuarjo cuando
fué 'profanado, y contra el territorio
de Israel cuando fué devastado, y
contra la casa de Judá cuando par-
tió al destierro, 1 por eso he aquí que
yo te entrego en posesión a los hi-
jos del este, quienes asentarán sus
campamentos nómadas en ti y em-
plazarán en ti sus tiendas, ellos mis-
mos comerán tus frutos y beberán tu
leche. 6 Y convertiré a Rabbá en pas-
tizal de camellos y a los hijos de
Ammón en sesteadero de rebaños ;
y conoceréis que yo soy Yahveh .
6 Pues así afirma el Señor a, Yahveh :
Por cuanto aplaudiste con tus ma-
nos, y golpeaste con tus pies, y te
regocijaste con todo el desprecio de
que tu alma era capaz sobre la tie-
rra de Israel, 7 por tanto, mira, vo
extiendo mi mano contra ti, y te en-
trego como presa a las gentes, y te
" L« delicia DE ru> ujus : así llama Yahveh a la mujer de Ezequiel.
" No ie cubkas el bigote o la barba (según otros) en señal de duelo, como solía
hacerse. || Pan de duelo: o bien, manjares de personas en duelo.
" Habéis dejado : e. d., en Jerusalén.
3 ¡Mvjy bien! : o |Ah ! ¡Bravo!
4 Los hijos del este: e. d., los caldeos. Otros, «hijos del desiertoi.
• Con todo el despkecio de que tu alma era capaz : o con todo desprecio de cora-
zón, con todo sadismo, con pasión de alma.
25 *-26 5
EZEQUIKI,
25 14 -26 í>
extermino de entre los pueblos, y te
destruiré de entre las tierras. Y h te
extinpo, para que reconozcas que yo
sov Yahveh.»
4 Así habla el Señor", Yahveh:
«Por haber dicho Moab y Seir : ¡ He
aquí que la casa de Judá es cual to-
dos* los pueblos ! , * por eso, mira :
abriré la falda de la montaña de
Moab y sus ciudades ' hasta la últi-
ma, la prez del país, Bet-Yesimot,
Baal-Meón v Quiryatáyim ; 10 a los
hijos del este daréla.á en posesión,
además de los ammonitas, a fin de
que no sean más recordados e los hi-
jos de Ammón entre las gentes e.
11 También en Moab haré justicia, y
sabrán que yo soy Yahveh.»
12 Así había el Señor a, Yahveh :
«Por el comportamiento de Edom, al
tomarse venganza de la casa de Ju-
dá, y haberse hecho reos de delito,
y haberse vengado en ella, 13 por es-
to, así afirma el Señor a, Yahveh :
Extenderé mi mano contra Edom v
aniquilaré de ella hombres y bestias
y la ^ convertiré en desierto ; desde
Teman a Dedán caerán a espada. " Y
pondré mi venganza sobre Edom, la
entregaré en mano de mi pueblo Is-
rael, que obrará en Edom con arre-
glo a mi cólera y mi furor ; y así
conocerán mi venganza, declara el
Señor a, Yahveh.»
a Así dice el Señor a, Yahveh : «Por
haberse (portado los filisteos vengati-
vamente, pues tornaron vengan/a con
desprecio en el alma, aniquilando lle-
vados de enemistad implacable, "' por
esto, así habla el Señor a, Yahveh :
He aquí que yo extenderé mi mano
sobre los filisteos, y extirparé a los
cretenses, y haré perecer al resto de
los del litoral. " Y ejecutaré en ellos
grandes actos de venganza, castigán-
doles con saña, y sabrán que yo soy
Yahveh al llevar yo a efecto mi ven-
ganza en ellos.»
Vaticinio contra Tiro
<y¿ 1 Ahora bien, en el año undé- I bra de Yahveh, diciendo: 1 (Hijo del
cimo, el primero deil mes, su- hombre, por cuanto que Tiro ha di-
cedió que me fué dirigida la pala- 1 cha acerca de Jerusalén :
«¡Muy bien! ¡Han sido quebrantados!
los batientes [de la puerta] de los pueblos,
se han vuellto hacia mí! | ¡Me enriqueceré! ¡Ella está devastada!»,
\*>r esto, así habla el Señor •', Yahveh :
Heme aquí contra ti, ¡oh Tiro!, | y levantaré contra ti
gentes numerosas | como el mar levanta sus olas ;
1 y derruirán las murallas de Tiro, | y demolerán sus torres,
y barreré de ella hasta el ipolvo, | y la dejaré cual roca desnuda.
5 Tendedero de redes | será en medio del mar,
• La casa de J. ks cual todos : o bien, a la casa de J. le sucede ionio...
• Abriré la falda de la montaña de Moab : o el flanco de Moab, esto es, la fron-
tera ile Moab por donde entraran los enemigos cinco años después de la toma de Je-
msalén. || Hasta la última: o bien, en su totalidad.
a Desierto: o desolación, ruinas. || Desde Teman a Dedán: e. d., desde el norte
al sur de Idumea.
" Pondré mi venganza : se cumplió esta profecía en tiempo de Juan Hireano, ciento
veintiocho años antes de Jesu-Ciisto.
" Ejecutaré en ellos: lo hizo cuando devastaron los caldeos este territorio.
o¿» 1 El año undécimo : el año u de la deportación de Joaquim fué el 5S1. a. cJ
"O en que Jerusalén fué tomada. || El primero del mes : no se consigna cuál
- Tiro : se trata de la Tiro marítima o insular, tomada por los caldeos. II I.os
BATIENTES: otros corrigen H «Muy bien (o ¡Bravo! o ¡Ah!) destrozada está la
¡>itcrlu de los pueblos.» || Se han vuelto hacia mí : e. d., se me ahre o franquea la
— 1534 —
BZEQUIEL
26 fi18
pues yo he hablado, declara el Señor a, Yahveh, y se convertirá en botín
Be las naciones.
' V sus hijas que se hallan en el campo I serán aniquiladas a espada
y conocerán que yo soy Yahveh.»
: Pues así habla el Señor a, Yah- ( sor, rey de Babilonia, rey de reyes,
veh : «He aquí que yo traeré sobre con caballos, carros y jinetes y una
Tiro, 'desde el norte, a Nabucodono- ! multitud de muchos pueblos.
■ Tus hijas que están en el campo, | a cuchillo pasará,
y pondrá contra ti terraplén de asedio, ]
v amontonará contra ti un murallón, | y alzará contra ti paveses.
" V el golpear de sus máquinas de guerra dará en tus murallas,
y tus torreones demolerá con sus segures.
" í'or la multitud de sus caballos | te cubrirá su polvareda ;
al estrépito de sus jinetes, | ruedas y carros,
se estremecerán tus murallas | cuando ól entre por tus .puertas
como se .penetra en ciudad expugnada.
" Con las pezuñas de sus caballos | hollará todas tus calles ;
a tu pueblo pasará a cuchillo
y tus poderosas masscbás | derribará b por tierra.
IJ V expoliarán tus riquezas, | y saquearán tus mercancías,
y derruirán tus muros, | y demolerán tus casas más suntuosas ;
y tus piedras, maderamen y escombro | echarán en medio del mar c.
" Y haré cesar el rumor de tus canciones, |
y el son de tus cítaras no se oirá más ;
'■ y te trocaré en desnuda roca, | secadero de redes vendrás a ser ;
no serás reconstruida ya, | pues yo, Yahveh, he hablado, ]
afirma el Señor a, Yahveh.»
15 Así habla el Señor a, Yahveh, a
Tiro : «Al estruendo de tu derrum-
bamiento, al gemir de tus heridos de
muerte, cuando se realice la mortan-
dad en medio de ti, ¿no temblarán
acaso sin interrupción las islas ? 16 Y
descenderán de sus tronos todos los
príncipes del mar, se quitarán sus
mantos y de sus vestiduras recama-
das se despojarán, de temores se ves-
tirán, sentaránse sobre la tierra y
temblarán a cada momento y estarán
atónitos por ti. ,T Y entonarán sobre
ti una elegía y dirán te :
¡ Cómo has perecido, tú que has sido destruida d de los mares, ]
la ciudad que era tan celebrada,
la que era poderosa en el mar, | ella y sus moradores,
los que infundían su terror | a cuantos la habitaban e !
18 Ahora se espantarán Jas islas f | el día de tu ruina,
aterraránse las islas que hay en el mar al ver tu fin.»
e (cf 8) Sus hijas que sf. hallan en el campo : o bien, tus villas anejas campesi-
nas o que se hallan en campo abierto; otros entienden: tus ciudades anejas del
continente o tierra firme (así Bibl. Bonn).
' Rey de reyes : e. d., rey por excelencia.
'Payeses: o bien, un techo de escudos (o tortuga ?i.
" Tus poderosas massebás : o bie n, tus orgullosas columnas, cipos o estelas ido-
Kricas.
u Síi serás reconstruida : dice San Jerónimo que estas palabras significan sólo
que no volverá Tiro a ser independiente ni saldrá del estado de desolación en que
ahora se halla, a pesar de que en su tiempo era aún rica y floreciente.
Al estruendo de ru derrumbamiento : o bien, a consecuencia de tu estrepitosa
calda.
* Ai VER TU fin: más lit., a consecuencia de tu salida (desenlace?).
— 1535 —
26 i»— 27 io
EZEQUIEL
26 2i-27 w
" Pues, así afirma el Señor a, Yah-
veh : «Cuando te haya convertido en
ciudad devastada, como las ciudades
que no están ya habitadas ; cuando
haya' hecho subir sobre ti el océano
y te cubran numerosas aguas, 20 te
haré descender con los que han baja-
do a la fosa, hacia la gente de anta-
ño, y te haré habitar en las profun-
didades de la tierra, en * ruinas per-
petuas, con los bajados a la fosa, a
fin de que no seas ya habitada, en
tanto que concederé la gloria a la
tierra de los vivientes. 21 Te conver-
tiré en horrible ruina y no existirás
más ; serás buscada y no serás ya
hallada jamás», declara el Señor »,
Yahveh.
Segundo vaticinio contra Tiro
eyn 1 Y se me dirigió la palla bra de Yahveh, diciendo : 2 «Y tú, hijo del
^ ' hombre, entona una elegía contra Tiro, 8 y di a Tiro :
¡ Oh tú, la asentada a la entrada del mar a, |
que traficas con los pueblos hacia muchas islas ! ,
así habla el Señor b, Yahveh :
Tiro, tú has dicho : | Yo soy de perfecta belleza'.
* En el corazón de los mares están tus confines ; |
quienes te edificaron hicieron perfecta tu hermosura ;
5 con cipreses de Senir te construyeron | todas las planchas ;
un cedro cogieron del Líbano | para alzar en ti el mástil ;
" de encinas del Basán | hicieron tus remos.
Tu cubierta fabricaron de marfil [incrustrado] en boj c |
de las islas Kittim.
7 Lino finísimo con recamado procedente de Egipto | era tu vela
para servirte de enseña ;
púrpura viefleta y escarlata de las islas de Elisá | era tu toldo.
8 Los habitantes de Sidón y Arvad | eran tus remeros ;
los más expertos, ¡oh Tiro!, que había en ti, | eran tus timoneles.
* Los ancianos de Guebal y sus doctos |
actuaban en ti como carpinteros navales.
Todas las naves del mar y sus marineros |
hallábanse en ti para cambiar tus mercancías.
10 De Persia, Lidia y Put | servían en tu ejército como mercenarios tuyos ;
suspendían en ti escudo y yelmo ; | ellos te dieron prestigio.
*> Los que han bajado a la posa : e. d-.-, los muertos. || En las profundidades de la
tierra : o en el país subterráneo. || Concederé la gloria a la tierra de los vivientes :
o bien, pondré a la gloria (hermosura o magnificencia, e. d., a Jerusalétl y el país del
pueblo escogido) en la tierra de los vivos
tyrr 5 Senir : cumbre del Hermón que remata por el norte la cordillera del Anti-
líbano. || Todas las planchas: e. d., las de ambas bandas de la nave.
6 Basán : región del norte de la Trasjordania, famosa por. sus encinares y su gana-
dería. || Islas Kittim : o isla de Chipre, antigua colonia fenicia, y, en sentido amplio,
las islas y costas mediterráneas. V traduce «y las cámaras de popa (de materias] de las
islas de Italia».
'Lino finísimo: otros, «byssus, damasco...». || Islas de Elisá : ¿el archipiélago
griego? || Toldo: otros, «techo del camarote».
8 Arvad : ciudad fenicia que se identifica con la actual Ruad. || Los más exper-
tos, ¡oh Tiro! : algs. corrigen «los sabios (o consejeros) de Sémer (o Simirra)».
9 Guebal : es la Biblos de los griegos, a una treintena de kilómetros de Beirut.
w Lidia : hebr. Lud; sería aquí región del norte de Africa, o la Lidia del Asia
Menor, como otros quieren. || Put : los Setenta traducen Libia ; para los egiptólogos,
Ja costa abisinia a lo largo del mar Rojo.
— 1536 —
u
27 n-26
EZEQUIEL
27 18- 2f,
" Los hijos de Arvad y de Jeiek
hallábanse sobre tus murallas todo
en torno, y los Gammadim en tus to-
rres : pendían sus escudos alrededor
de tus muros ; ellos completaban tu
hermosura. 1S Tarsis comerciaba con-
tigo por la abundancia de toda tu d
riqueza : plata e, hierro, estaño y
plomo daban por 1 tus mercaderías.
™ Yaván, Túbal y Mésele traficaban
contigo : esclavos* y objetos de bron-
ce entregaban por b tus mercancías.
M De la casa de Togarma entregaban
por 1 tus mercaderías caballos, corce-
les y mulos. 15 Los hijos de Dedán '
comerciaban contigo ; muchas islas
eran aquellas con quienes mantenías
lucrativo negocio : dábante en paso
co'.millos de marfil y ébano. 16 Edom k
comerciaba contigo por la multitud
:de tus productos : rubíes l, púrpura
roja, recamados, lino fino, corales y
carbunclos daban por tus mercade-
rías. 17 Judá v la tierra de Israel tra-
ficaban también contigo : m trigo de
Minnit m, perfumes, miel, óleo v bál-
samo daban por h tus mercancías.
■ Damasco comerciaba contigo, tro
cando la multitud de tus productos,
la muchedumbre de toda tu rique-
za °, por vino de Jelbón y lana de
Sájar.
19 0 Vedán, Yaván, desde Uzal °, por
tus mercaderías daban hierro elabo-
rado ; canela y caña aromática ha-
bía en tu mercado. 20 Dedán traficaba
contigo en sillas de montar. a Ara-
bia y todos los príncipes de Quedar
ejercían el comercio contigo, trafi-
cando en corderos, carneros y ma-
chos cabríos. 22 Los mercaderes de
Sebá y Ramá comerciaban contigo ;
el más delicado » bálsamo y toda n
clase de piedras preciosas y oro da-
ban por h tus mercaderías.' 23 Jarán.
Kanné y Edén comerciaban contigo,
así como los mercaderes de Sebá,
Assur y Kilmad ; 24 traficaban conti-
go, negociando en vestidos elegan-
tes, mantos de púrpura azul y bor-
dados abigarrados, tapices multico-
lores, maromas trenzadas y fuertes.
25 Las naves de Tarsis te transpor-
taban tus mercancías de cambio.
E hicístete así rica y opulenta en extremo | en el corazón de los mares.
26 Por medio de las vastas aguas | te condujeron tus remeros ;
el viento de levante te ha destrozado | en el corazón de los mares.
( ¡ton
et c-c'K
ciuda
islas del Egeo. I
(les del mar Nee
I cado».
* Too
t han identificado con Cilicia. Otros prefieren traducir «tu ejér-
corrigen H y leen «en tu ejército», «y el ejército de ellos»,
: V «Pigmeos» ; se identificarían con los kumidas, pueblo de
nía fenicia identificada con la Tartessos de nuestra Andalucía
íás bien toda España, tan famosa por sus metales. Danse otras
griegos ; propiamente es la Grecia jónica o del Asia Menor e
ai. y Méskk : parecen designar pueblos de las costas meridiona.
Por tus mercancías: e. d., a cambio; otros vierten «a tu mer-
créese indica la Armenia, famosa por sus caballos. Hoy designa
)ed.án : habitaban los dedanitas Arabia del sur hasta el golfo Pér-
isi.as : e. d., las costas adyacentes de Eritrea y Arabia.
I prb. o granado ; V «piedras preciosas» ; otros, «malaquitas», «car-
amados : bordados, o vestiduras multicolores. || Lino fino : byssus
arbunclos : prb. cierta especie de carb., como el rubí ; GV «jaspe»,
según la tradic
|Medini; otros,
» Sillas pk
de varones libi
S.íjar : de ignoto em-
Dan? (cf. V), ¿Waddán, entre Medina y la Meca?... II Ya-
ia ; para otros, un punto de Arabia meridional. || Uzal :
sería la actual capital de Yemen ; otros, punto no lejos de
> guarniciones de cabalgadura ; otros entienden «vestiduras
íadas ismaelitas del desierto siro-arábigo.
costa sur de la península arábiga.
lorte de Mesopotamia. || Kanné o Calné : en Siria septentrio-
is del Eufrates superior.
de gran tonelaje, para las largas travesías.
1537
49
27 27-28 »
EZEQülEL
27 27-28
" Tus riquezas y tus mercancías, tus mercaderías, |
tus marineros, tus pilotos,
los reparadores de tus averías, los compradores de tus mercancías, |
y todos tus guerreros
que hay en ti y toda r tu comunidad | que existe en medio de ti
caerán en el corazón de los mares | ©1 día de tu ruina.
a A los recios gritos de tus timoneles | se estremecerán las costas ;
'* y desembarcarán de sus navios ¡ todos cuantos manejan remo ;
los marineros y todos los pilotos del mar | pisarán tierra,
10 y dejarán oír sobre ti su grito | y clamarán amargamente ;
lanzarán polvo sobre sus cabezas, | en la ceniza se revolcarán
" y se decalvarán por tu causa, | se ceñirán de saco
y plañirán por ti con amargor de espíritu | acerba lamentación.
32 En su lamento entonarán sobre ti una elegía | y endecharán sobre ti :
«¿Quién era semejante a Tiro | en medio del mar?»
88 Cuando salían tus mercaderías del mar | saciabas a pueblos numerosos ;
con la abundancia de tus riquezas y mercancías |
enriquecías a los monarcas de la tierra.
w Ahora s has naufragado en la mar | en las profundidades de las aguas ;
tus mercancías y toda tu comunidad | se hundieron en medio de ti.
m Todos los habitantes de las islas | han quedado asombrados de tu caso,
y sus monarcas han concebido terrible pavor, |
háseles demudado el rostro.
w Los mercaderes de los demás pueblos silban sobre ti, ¡
[pues] te has convertido en horrible ruina
y ya no existirás jamás.
Tercer oráculo contra Tiro: sobre su príncipe
f>o 1 Y dirigióseme la palabra de Yahveh, diciendo : 2 «Hijo del hom-
^° bre, di al príncipe de Tiro : Así habla el Señor a, Yahveh :
«Por cuanto se ha enorgullecido tu corazón | y has dicho : «Un dios soy,
morada digna de dioses ] habito en medio del mam,
siendo tú un mortal y no un dios, |
y has equiparado tu corazón al corazón de un Dios
' (ve ahí que tú eres más sabio que Daniel, | ningún misterio se te oculta ;
* con tu sabiduría y tu inteligencia | te has proporcionado riquezas
y has acumulado oro y plata | en tus tesoros ;
'por la magnitud de tu sabiduría y con tu comercio |
has acrecido tu poderío,
y se ha engreído tu corazón con tu riqueza) ;
* por esto así afirma el Señor a, Yahveh :
Porque has equiparado tu corazón | al de un Dios,
' por eso he aquí que atraeré sobre ti |
extranjeros, los más violentos entre los pueblos,
que desenvainarán sus espadas contra el bienestar logrado por tu sa-
y profanarán tu esplendor ; [biduría |
' te harán bajar a la fosa y morirás, |
como los muertos violentamente, en el corazón de los mares.
" Reparadores de tus averías o de vias de agua : o bien, tus carpinteros navales. ||
Que hay en ti : e. d., en ese magno navio que simboliza a Tiro.
33 Salían tus merc. del mar : o bien, se desembarcaban de los navios.
OQ 3 Ivüs sabio que Daniel : es ironía. || Ningún misterio se te oculta: otros
i c Orütz : ttodos ¡05 sabios no tt igualarou> (Bibl. Bonn).
' El bienestar (o felicidad) logrado por tu sabiduría : lit., la hermosura de tu
sabiduría || Tu esplendor: e. d., tu hermosa prosperidad.
- 1538 —
28 s-21
EZEQUIEL
28 *-'¿í
* ¿Acaso continuarás diciendo: «Soy un dios», | dílante de tus matadores b,
6¡endo tú un hombre y no un dios | en mano de quienes te traspasan ?
'• De la muerte de los incircuncisos morirás, | en manos de extranjeros ;
pues yo he hablado», declara el Se-
ñor a, 'Yahveh :
15 Y se me dirigió la palabra de
Yahveh, diciendo : u «Hijo del hom-
bre, entona una elegía sobre el prín-
cipe de Tiro, y dile : Así habla el
Señor a, Yahveh :
Tú eres el sello de 0 la perfección, |
lleno de sabiduría y de acabada belleza ;
u En el Edén, huerto de Dios, habitabas ; |
toda suerte de piedras preciosas eran tu vestido :
sardónices, topacios y jaspes, | crisólitos, ónices y berilos,
zafiros, carbunclos y' esmeraldas | y oro, obra de' tu hermosura á ;
y tus joyas e | fueron preparadas el día en que fuiste creado.
I Tú eres un querubín que extiende las alas |
protector, y 1 [así] yo te había colocado
en la santa montaña de Dios | y caminaste por medio de piedras de fuego
,s fú has sido perfecto en tu proceder | desde el día de tu creación
hasta que fué descubierta en ti la iniquidad.
" Por la magnitud de tu tráfico henchiste * tu interior |
de rapiñas y pecaste,
y te he arrojado de la montaña de Dios |
y te he destruido, ¡oh querubín protector!, •
de en medio de las piedras de fuego.
I Se engrió tu corazón por tu belleza, |
echaste a perder tu sabiduría por tu esplendor,
por tierra te he derribado, | ante los reyes te he colocado
para ver cómo se gozaban en ti.
18 Por la muchedumbre de tus iniquidades, en la injusticia de tu comercio, I
has profanado tus santuarios,
y he hecho brotar fuego de en medio de ti, | que te ha devorado,
y te he reducido a ceniza sobre la tierra ¡
a los ojos de cuantos te contemplan.
" Todos los que te conocían entre los pueblos |
han quedado asombrados de ti,
haste hecho cúmulo de terrores*
y ya no existirás jamás.»
s0 Y fuéme dirigida la palabra de Yahveh : 21 «Hijo del hombre, vuelve
15 El sello ul la perfección : e d., la perfección suma, más acabada.
u En el Edén : e. d., que las riquezas le proporcionaban lujo y toda clase de pla-
ceres. || Sardónices: o carneólas: Saadia, G y otros, «rubíes». || Crisólitos: lit., tar-
sis o piedra de Tarsis. || Onices : lit., piedra Sóham. || Y oro obra de tu hermosura ;
Y tus joyas... : el pasaje es muy discutido y pvopónense muchas enmiendas y solu-
ciones. Hemos seguido en parte a V, sin decidirnos a otras correcciones más am-
plias (cf. Kit). || Tus jo vas : lit., cierta obra de orfebrería ejecutada perforando o
agujereando.
" Tú eres un querubín cue extiende las alas protector : lit., querubín de la ex-
pansión que protege o cubre, o, según otros, querubín de la unción, e. d., destinado
por Dios a proteger a Tiro. Otros vierten de modo diverso o corrigen ampliamen-
te H (cf. Kit). El pasaje todo resulta bastante enigmático. || De Dios : otros, ide
los dioses».
" Para ver cómo se gozaban en ti : o bien, para que les sirvieras de espectáculo,
para que se apacentaran (o gozaran) en ti.
u En la injusticia de tu comercio : o bien, con la iniquidad (o falta de honradez!
de tu mercantilismo (o de tu obrar).
19 Hasie hecho cúmulo de terrores : o bien, tpues te has convertido en ruina ho-
rrible lo en mortal horror)».
a Hacia Sidón : la amenaza contra Sidón e¡> corta por depender en aqiitlln éi*xa
de Tiro.
— 1*39 —
28 22-29 8
EZEQUIEL
28 22-29 9
tu rostro hacia Sidón y profetiza de ella, 22 diciendo : Así habla el Señor ■',
Yahveh :
Heme aquí contra ti, Sidón, | pues voy a glorificarme en medio de ti ¡
y sabrán que yo soy Yahveh, cuando ejecute en ella mis juicios, y yo me
santificaré en ella.
a Y enviaré contra ella la peste | y sangre en sus calles,
y yacerán heridos de muerte en medio de ella ]
por la espada que le sobrevendrá por todas partes ;
y sabrán que yo soy Yahveh. M Y ya
no habrá más para la casa de Israel
aguijón punzante ni espina dolorosa
entre todos sus circunvecinos que la
menosprecian ; y sabrán que yo soy
el Señor a, Yahveh.»
:' Así afirma el Señor», Yahveh :
«Cuando yo haya juntado a la casa
de Israel de los pueblos por los cua-
les está dispersa, me glorificaré en
ellos a los ojos de las naciones y ha-
bitarán sobre su tierra, que yo diera
a mi siervo Jacob, M y morarán en
ella con seguridad, y construirán ca-
sas, y plantarán viñedos, y vivirán
seguros, cuando yo haya ejecutado
mis juicios contra todos los que les
desprecian de entre sus circunveci-
nos ; y sabrán que yo, Yahveh, soy
su Dios.»
Oráculos primero y segundo contra Egipto
f)Q 1 El año décimo, a doce del dé-
cimo mes, se me dirigió la pa-
labra de Yahveh, diciendo : 2 «Hijo
del hombre, vuelve tu rostro contra
Faraón, rey' de Egipto, y vaticina
contra él y contra Egipto entero.
3 Habla y di : Así afirma el Señor a,
Yahveh :
Heme aquí contra ti, Faraón, | rey de Egipto,
cocodrilo enorme recostado | en medio de sus ríos,
que has dicho : «Mi río b es mío | y yo me lo 0 he hecho.»
4 Yo te pondré aros férreos con cadena en las quijadas,
y pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de
tus ríos, así como a todos los peces de tus ríos adheridos a tus escamas.
s Y te arrojaré al desierto, | a ti y a todos los peces de tus ríos ;
sobre la superficie del campo caerás ; | no serás recogido ni sepultado ;
a las bestias de la tierra y a las aves del cielo |
te entregaré como pasto,
0 para que sepan todos los habitante» de Egipto
que yo soy Yahveh.
Por cuanto tú has sido d báculo de caña
para la casa de Israel :
cuando te cogían en la mano, te quebrabas
y heríasles todo el costado ;
y cuando se apoyaban sobre ti, te hacías pedazos
y dejábasles enfermas 6 todas sus caderas.
8 Por esto, así habla el Señor », i bres y bestias, ' y la tierra de Egipto
Yahveh : He aquí que atraeré sobre quedará asolada y desierta, y sabrán
ti la espada y exterminaré de ti hom- | que yo soy Yahveh. Por haber tú
)Q 1 Contra Faraón : e. d., el rey Joírá, a quien el profeta no nombra por ser la
¿& profecía contra todo el Egipto.
■•Aros férreos con cadena: o bien ganchos. || Pegaré los peces: estos representan
los habitantes de Egipto, y, según otros comentadores, a los aliados de los egipcios.
' Cuando te cogían en la mano : cuando querían los judíos valerse de ti.
— 1540 —
29 10-30 5
EZEQUIEI.
29 17-30 5
afirmado '.- «El río s es mío y yo lo
he hecho» ; 10 por eso heme aquí con-
tra ti y contra tus ríos, y convertiré
el país de Egipto en lugares devas-
tados, desolación y soledad, desde
Migdol a Sevené y hasta la frontera
de Etiopía. 11 No transitará por ella
pie de hombre, ni pie de bestia pa-
sará por ella, ni será habitada duran-
te cuarenta años. 12 Y trocaré la tie-
rra de Egipto en desolada entre las
tierras desoladas, y sus ciudades en-
tre to las las ciudades desiertas se-
rán una desolación durante cuarenta
años ; y dispersaré a los egipcios en-
tre las naciones y les diseminaré por
los países.»
" Pues así habla el Señor a, Yah-
veh : «Al cabo de los cuarenta años
habré reunido a los egipcios de en
medio de los pueblos donde hayan
estado dispersos, 14 y haré regresar
a los cautivos egipcios y los volveré
a la tierra de Patrós, a su país de
origen, donde constituirán un reino
modesto. " Será más modesto que los
[otros] reinos y no se ensalzará más
por cima de las naciones, y le haré
poco numeroso para que no dominen
más entre las gentes. 16 Y no cons-
tituirán más la confianza de la casa
de Israel, rememorando la culpa de
ésta ai volverse detrás de aquéllos ;
y conocerán que yo soy el Señor a
Yah veh.»
" Y sucedió que el año veintisie
te, en el primer mes, a primero del
mismo, fuéme dirigida la palabra de
Yahveh, diciendo : 18 «Hijo del hom-
bre, Nabucodonosor, rey de Babilo-
nia, ha forzado a su ejército a un
importante servicio contra Tiro : to-
da cabeza ha quedado calva y toda
espalda desollada ; y no ha obtenido
de Tiro para él ni para su hueste
la paga del servicio que realizó con-
tra ella. 19 Por tanto, así habla el
Señor a, Yahveh : He aquí que en-
trego a Nabucodonosor, rey de Babi-
lonia, el país de Egipto ; y él se lle-
vará sus riquezas, apresará su pre-
sa y saqueará su botín, y así habrá
paga para su ejército. Como solda-
da suya por la cual ha servido, le he
dado efl país de Egipto, pues ha la-
borado a mi favor, declara el Se-
ñor a, Yahveh. 51 En aquel día haré
brotar un cuerno a la casa de Israel
y te permitiré abrir libremente la
boca en medio de ellos, y sabrán que
yo soy Yahveh.»
Oráculos tercero, cuarto y quinto contra Egipto
Of\ 1 V me fué dirigida la palabra de Yahveh, diciendo : 1 «Hijo del
uv/ hombre, profetiza y di : Así habla el Señor a, Yahveh :
¡ Lamentaos ! ¡ A y del día aquel ! | 3 Pues está próximo el día,
está cercano el día de Yahveh : |
día de nubarrones, el tiempo de las naciones será.
4 Descargará la espada sobre Egipto ¡ y agitación sobre Etiupía,
cuando caigan en Egipto heridos de muerte, |
y se apoderen de sus riquezas, | y sean destruidos sus cimientos.
6 Los de Etiopía, Libia y Lidia, toda la mezcolanza de pueblos, y los
«> Miodoi. : cuidad del norte de Egipto, entre Sile y Pelusium ; V <da torre de-
svene». || SEVENÉ : hoy Aswán, en el extremo límite meridional de Egipto, a la orilla
occidental del Nilo y junto a la primera catarata.
12 Desolada entre las tierras desoladas: e. d., desolada entre todas.
" Tierra de I'atrós o Paturi : e. d., el Egipto super
Como soldada suya : dice San Jerónimo a este pr<
las buenas obras hasta de los mismos infieles.
21 Un cuerno : símbolo del poder y del mando.
QA > El día de Yahveh : en que Dios manifestará su gloria castigando a los impíos.
. v " ^ oda la mezcolanza de pueblos : o bien, todos los elementos extranjeros ; otros
lit., el país de la alianía; algunos
— 1541 —
30 «-i»
EZEQUIEl
30 6-W
de Kub b, y los hijo» de los países aliados, caerán con ellos a espada.
"Así afirma Yahveh :
Caerán los sostenes del Egipto, |
y se derrumbará el orgullo de su
de Migdol a Serené, | dice el Señor
potencia
, Yahveh,
• Y quedara asolado 0 entre todas
las tierras asoladas, y sus ciudades
figurarán entre todas las ciudades
desiertas ; s y sabrán que yo soy Yah-
veh, cuando prenda yo fuego a Egip-
to y sean destrozados todos su va-
ledores.
' En aquel día saldrán de mi par-
te mensajeros en navios para aterrar
a Etiopía, confiada, y sobrevendrá
temblor entre éstos cuando sea el día
de Egipto ; pues he aquí que llega.
1U Así afirma el Señor *, Yahveh : | Y haré cesar el estrépito de Egiptc
por mano de Nabucodonosor,-rey de Babilonia.
11 El y con él su pueblo, las más feroces de las naciones, 1
serán conducidos a asolar el país,
y desenvainarán sus espadas contra Egipto |
v llenarán la tierra de víctimas.
1! Y dejaré secos los ríos, | y venderé el país en mano de malvados,
y devastaré la tierra y cuanto contiene |
por mano de extranjeros ; | yo. Yahveh, he hablado.
13 Así afirma Yahveh :
Aniquilaré los ídolos | y pondré fin a los simulacros d de Nof,
para que ya no existan príncipes | de f la tierra de Egipto ;
y provocaré el terror | en él país egipcio ;
" y asolaré a Patrós, | y pegaré fuego a Soan,
y haré justicia de No,
" y desfogaré mi furor sobre Sin, | baluarte de Egipto, |
y exterminaré a la muchedumbre de No
prenderé fuego a Egipto; Sevén s I 17 Los jóvenes de On b y de Pi-Bé-
retorcerá de dolor, No será ex- | set caerán a espada, y ellos partiráu
pugnada, y Nof, presa
diurnos
enemigos en cautiverio.
Y en Tejafnejés se oscurecerá el día |
cuando yo haga allí pedazos ¡os cetros 1 de Egipto
y acabe en ella su orgulloso esplendor. | Una nube la cubrirá
y sus hijas partirán al cautiverio.
Así haré justicia a Egipto, | y sabrán que yo soy Yahveh.»
3 bien, la muchedumbre (c£. \
inmundicias, abominaciones,
del culto a Apis y a Ptah, o
, Tanis, en el bajo Egipto. |
or su templo a Anión. Es la ¡
:n el día de E:
is riquezas.
: e. d., Mentís
.Se rf.ioiuiim i>k dolor : o bie
S cada día» ; otros modifican el t
" On : e. d., Heliópolis, a unos
mplo al Sol. || Pl-BÉSEi: e. d., E
ipcia, a la que estaba consagrad*
18 Tejafnfjés : e. d., Tnfnis ¡ cf.
sus ídolos, sus
.» (cf. Kit).
capital religiosa
>to y su Uaye.
;a. |l Nof, presa de ene.
V <y en Menfis congo-
)s al NE. de El Cairo, famosa por su
;u santuario a la diosa Rast, la Diana
d , sus villas anejas
30 20-31 u
EgggUIEL
30 24-31 »
"Y el año undécimo, a siete del
primer mes, se me dirigió la pala-
bra de Yahveh, diciendo: 21 «Hijo del
hombre, he quebrado el brazo del
Faraón, rey de Egipto, y he aquí que
no ha sido vendado para proporcio-
narle curación, poniendo una venda
para fajarle, a fin de vigorizarle pa-
ra que pueda de nuevo empuñar la
espada. * Por esto, así dice el Se-
ñor a, Yahveh : Heme aquí contra
el Faraón, rey de Egipto, y voy a
quebrarle sus dos brazos : el sano
y el fracturado, y haré caer la espa-
da de su mano, 23 y desparramaré a
los egipcios entre las naciones y los
esparciré por los países. w Y robus-
teceré los brazos del rey de Babilo-
nia y le pondré mi espada en su ma-
no mientras quebraré los brazos del
Faraón, quien gemirá ante él con
gemidos de un herido de muerte.
* Robusteceré, pues, los brazos del
rey de Babilonia, y los brazos del Fa-
raón caerán. Y reconocerán que yo
soy Yahveh cuando ponga mi espada
en mano del monarca babilónico y la
esgrima sobre la tierra de Egipto.
x Y desparramaré a los egipcios en-
tre las naciones y los esparciré por
los países, y sabrán que yo soy Yah-
veh.»
Quinto vaticinio: el cedro simbólico
OI 1 Y el año undécimo, el día pri- I Yahveh, diciendo : : «Hijo del hom-
mero del tercer mes, sucedió bre, di al Faraón, rey de Egipto, y a
que me fué dirigida la palabra de ! su multitud :
¿ A quién te asemejaste en tu grandeza ? |
* Mira, Assur era un cedro del Líbano,
de hermoso ramaje, espesa fronda | y elevada altura,
y entre las nubes ¡ erguíase su copa.
4 Las aguas le hicieron crecer, | el océano primitivo le encumbró,
y condujo a sus ríos ¡ en torno al lugar donde se hallaba plantado,
e hizo pasar sus acequias | por todos los árboles del campo.
De esta suerte creció su altura ] más que todos los árboles campestre»,
y multiplicáronse sus ramas ] y dilatóse su ramaje
por el agua abundante en su alargar.
* En sus ramas anidaron | todas las aves del cielo,
y bajo su fronda parieron | todas las bestias del campo,
y a su 6ombra vivió | una congregación b de pueblos numerosos.
' Hermoso era por su magnitud, | por la longitud de su ramaje,
porque tenía sus raíces | junto a agua copiosa.
s No había cedros que lo oscureciesen | en el huerto de Dios ;
los cipreses no se le igualaban | por su ramaje,
y los plátanos no emulaban | su fronda :
ningún árbol del huerto de Dios ¡ era equiparable a él en belleza.
* Hermoso habíale yo hecho | por la abundancia de su ramaje,
y envidiábanlo todos los árboles del Edén, |
que había en el jardín de Dios.
O-J 3 Assur : interpretamos según V y la mayoría de los traductores ; pero nos
parece tentadora la corrección de H (cf. Kit) leyendo asvek 'yo te equiparo'.
Los exegetas se dividen, creyendo unos que el cedro simboliza el imperio asirio, cuya
ruina sería figura de la de Egipto, y opinando otros que en el oráculo de Ezequiel
no entra para nada Asiria y sí sólo el Faraón y Egipto. Así parece deducirse de va-
rios vv. del capítulo. | ¡ Espesa fronda : otros, cy un umbroso bosquei ; otros lo
corrigen o lo suprimen.
* En el huerto de Dios : parece significar que ni aun los árboles del paraíso
igualaban en belleza a este cedro.
- 1543 -
31 10-32 i
EZEQUIEL
31 !2-32 2
10 Por esto, así habla el Señor a,
Yahveh : Por cuanto se lia engreí-
do c en su altura y ha alzado su
copa hasta entre las nubes y se ha
ensoberbecido su corazón por su ele-
vación, 11 3o he entregado en manos
de un poderoso entre los pueblos,
que proceda con él a su talante ; con
arreglo a su infamia lo he expulsa-
Sobre su tronco caído hanse
y en su ramaje han estada
posado
| todas
14 A fin de que no se hiciera al-
to en su crecimiento ningún árbol
[plantado junto al] agua, ni eleve su |
do. 12 Y le han talado extranjeros,
las más feroces naciones, y lo han
derribado ; sobre los montes y por
todos los valles han caído sus ramas,
y su fronda yace hecha pedazos por
todas las barrancadas de la tierra ;
y todos los pueblos de la tierra se
han apartado de su sombra y le han
desamparado.
| todas las aves del cielo,
las bestias del campo.
copa por entre las nubes, ni confíen
J en sí '', en su altura, cuantos beben
pues todos ellos están destinados a la muerte, |
a las profundidades de la tierra,
entre los hijos del hombre, | a los que bajan a ln
fo<a.
18 Así habla el Señor a, Yahveh :
El día que él bajó al scol, mandé ha-
cer duelo 6 por él al abismo ; contu-
ve sus ríos y paráronse las caudalo-
sas aguas ; y contristé por él al Lí-
bano, y todos los árboles del campo
por él languidecieron. 16 Al estrépito
de su ruina hice temblar las nacio-
nes ; al precipitarle yo en el seol con
quienes descienden a la fosa, conso-
láronse en las moradas subterráneas
todos los árboles del Edén, lo más
escogido y bello f del Líbano, todos
los que se abrevaban. 11 También és-
tos bajaron con él al scol junto a las
víctimas de la espada, los que cons-
tituían su brazo y moraban a su som-
bra en medio de las naciones. 18 ¿ A
quién te semejas s en majestad y
grandeza entre los árboles del Edén ?
Mas serás precipitado con los árbo-
les del Edén a las profundidades de
la tierra ; entre incircuncisos yacerás
con las víctimas de la espada. ¡ Tal
será el Earaón y toda su multitud !»,
declara el Señor a, Yahveh.
Oráculos sexto y séptimo
oo ' El año duodécimo a, en el i veh, diciendo : * «Hijo del hombre.
duodécimo mes, a uno del mes, entona una elegía sobre el Faraón,
fuétne dirigida la palabra de Yah- | rey de Egipto, y dile :
por su fuerza y a no confiar sino en sus
confíen... : otros interpretaban «y para que s
agua, no, estuvieran a su altura» (así Bibl.
tivos por su altura todos los bebedores de
15 Bajó al seol : o cayó el imperio asirio
ríos. 1 1 Las caudalosas aguas : o sea faltare
teriales.
" Los QUE CONSTITUÍAN... : pasaje dudoso
que crecían a su sombra, perecieron en mee
18 A quien te semejas...? : ¿comprendes,
32
) : iy sus vastagos,
¡a» (así Bibl. Bonn),
i a parecerte ?
or. Kit presunta si
MENTE EN 'IUS KÍOS :
ventanas de tus na-
vecinos y destruyes
— 1544 —
32 3-n
EZEQUIEL
32 3-18
¡ León de las naciones has parecido !
Eras tú como el cocodrilo en los mares, |
y movíaste ruidosamente en tus ríos,
y enturbiabas las aguas con tus patas, | y agitabas sus corrientes.
Así habla el Señor *. Yahveh :
Tenderé sobre ti mi red b mediante una multitud de pueblos nume-
y te sacaré c con mi esparavel; [rosos
y te derribaré por tierra, ¡ sobre la superficie del campo te arrojaré,
v haré posar sobre ti todas las aves del cielo, |
y hartaré de ti a todas las bestias d de la tierra.
Expondré tu carne por las montañas |
y llenaré los valles de tu carroña.
Y regaré el país con la efusión de tu sangre por cima de e los montes
y los cauces de los torrentes se llenarán de ti.
Cuando te extingas, cubriré el cielo | y oscureceré sus estrellas ;
al sol lo cubriré de nubes | v la luna ño hará brillar 6u luz.
Todos los astros que brillan en el cielo | oscureceré por ti,
y cubriré de tinieblas tu tierra,
declara el Señor b, Yahveh.
• Y contristaré ei corazón de nu-
merosos pueblos cuando yo conduzca
a tus cautivos f entre las naciones
a tierras que no conocías. 10 Por ti
asustaré a numerosos pueblos, y sus
reyes se estremecerán por ti de es-
panto cuando yo blanda mi espada
ante ellos, y temblarán incesante-
mente cada uno por su vida el día
de tu ruina. 11 Pues así ha dicho el
Señor b, Yahveh : La espada del rev
de Babilonia te alcanzará.
'- Haré caer a tu multitud por las espadas de guerreros valientes, |
todos ellos los más tiránicos de los pueblos ;
destruirán el orgullo de Egipto | y será aniquilada su muchedumbre.
" Y haré perecer todos sus animales | de junto a las aguas abundantes
y no ha de enturbiarlas más el pie del hombre |
ni la pezuña e de las bestias las enturbiará.
" Entonces haré se posen sus aguas, |
y sus ríos como aceite haré correr,
declara el Señor b, Yahveh.
15 Cuando yo reduzca la tierra de Egipto a desierto |
y el país sea despojado b de cuanto contiene,
cuando haya yo herido a todos los que habitan en él, [
sabrán que yo soy Yahveh.
* Elegía es ésta y la cantarán, la
ra litarán las hijas de las naciones,
la cantarán sobre Egipto y sobre to-
da su muchedumbre», declara el Se-
ñor b, Yahveh.
" En el año duodécimo, a quince
poderosos en las profundidades de
con quienes bajan a la fosa.
del mes, fuéme dirigida la palabra
ie Yahveh, diciendo : 18 «Hijo del
hombre, laméntate sobre la multi-
tud de Egipto y precipítala a ella
v las hijas de pueblos
■ Tu carroña : H montón de cadáveres: Kit «1. c. GSV« tu putrefacción (gusanos) ;
V ctu sangre corrompida» ; G itu sangro.
1 Cubriré el cielo : como para anunciar catástrofes, según creencia antigua.
" Los más tiránicos de los pueblos : e. d., los caldeos.
14 Haré se posen : o aclaren. Anuncia Dios que devolverá su favor a Egipto, no
haciéndole recobrar su influencia política, sino estableciendo la ley cristiana, que
contará allí numerosos adeptos.
n A quince del mes : no dice cuál ; G dice «primero».
18 Y precipítala... : otros corrigen H : tpues yo entre numerosos pueblos la haga
descender al scolt (así Bibl. Bonn; y cf Kit). || Las profundidades de la tierra:
e d., el seol o ultratumba.
32 í9-x
EZEQUÍEL
52
19 ¿ A cuál [pueblo] aventajas en atractivo ? Baja j
y acuéstate entre incircuncisos.
30 En medio de muertos a espada
aerán ellos. La espada 1 ha sido en-
tregada i : han arrancado la vida a
aquélla y a toda su muchedumbre.
" [Entonces] los más nobles de lo?
héroes le dirán de en medio del scol,
así como a sus ayudadores : «Han
descendido, yacen los incircuncisos
víctimas de la espada.» m Allí está
Assur con toda su multitud en torno
a su sepulcro k : todos heridos de
muerte a espada, caídos a ella; n cu-
yos sepulcros están situados en las
profundidades de la fosa <y toda
su multitud se halla en torno a su
sepulcro : todos heridos de muerte
y caídos a espada> quienes habían
in fundido el terror en la tierra de
los vivos. 24 Allí está Blam y toda
su muchedumbre alrededor de su se-
pultura : todos heridos y caídos a
espada, quienes cayeron, incircunci-
sos, en las profundidades de la tie-
rra, ellos que habían infundido su
terror en la tierra de los vivos y
[ahora] han tenido que sobrellevar
su ignominia con los bajados a la
fosa. " <En medio de los matados
colocaron lecho para ella y para m to-
lla su multitud alrededor de su sepul-
cro11: todos ellos incircuncisos, he-
ridos de muerte a espada ; porque
habían infundido su terror en la tie-
rra de los vivos y [ahora] han teni-
do que soportar su ignominia con los
bajados a la fosa>n, entre los muer-
tos a espada yacen °.
26 Allí están Mések, Tubal y toda
su muchedumbre alrededor de su se-
pultura k; todos ellos incircuncisos
víctimas de la espada, porque infun-
dieron su terror en la tierra de los
vivos. * No yacen con los guerreros
valientes, caídos desde hace mucho
tiempo*, que descendieron al seol
con sus armas de guerra, y cuyas es-
padas fueron colocadas bajo sus ca-
bezas y cuyo pavés <» hállase sobre
sus huesos. Sin embargo, fueron el
terror de los guerreros valientes en
la tierra de los vivos. 28 También tú
serás destruido entre Jos incircunci-
sos y yacerás con las víctimas de la
espada.
" Allí está Edom con sus reyes y
todos sus príncipes, quienes, a pesar
de su heroicidad, han sido colocados
con los muertos a espada ; también
ellos yacen con los* incircuncisos y
con los descendidos a la fosa.
80 Allí están todos los soberanos
del norte y todos los sidonios, que
descendieron con los muertos ; no
obstante el terror que infundía su
heroísmo, han sido confundidos, y
yacen, incircuncisos, entre las vícti-
mas de la espada, y han tenido que
soportar su ignominia con los baja-
dos a la fosa.
81 El Faraón los verá y se consola-
rá de toda su muchedumbre. Muer-
tos a espada están el Faraón y toda
su hueste, declara el Señor b, Yah-
veh. *- Porque yo había infundido su
terror en la tierra de los vivos, y ha-
rásele yacer en medio de los incir-
cuncisos con las víctimas de la es-
pada : Faraón y toda su multitud»,
afirma el Señor b Yahveh.
19 A cuál pueblo... : o bien, «¿que cuál pueblo eres más amable?!. || Baja y acués-
tate : desciende de tu dignidad y muere.
20 I.a espada ha sido entregada : hemos preferido seguir a HV, pero prpn. múltiples
enmiendas (cf. Kit y G) : «caen y acuéstate con él (con el Faraón, en la tumba) toda
la multitud del mismo» ; o bien : «caen a espada y prepárase un lecho con ellos a
toda la multitud de ellos».
24 Ei.am : pueblo guerrero del este del Tigris, entre Asiria y el golfo Pérsico.
80 Los soberanos del norte: e. d., los tirios y sirios. || No obstante el terror uve
infundía su nEROísMO : o que con su bravura infundían ; o bien, «por haber esparcido
el terror mediante sus hazañas heroicas». Otros prefieren corregir H (cf. Kit). V «des-
pavoridos y confundidos en medio de su valentía».
— 154$ - -
EZKQU1EJ.
33 11-1*
Vaticinio de restauración: ei profeta e invitación al
arrepentimiento
O O 1 Y dirigióseme la palabra de
Vahveh, diciendo : 2 «Hijo del
hombre, habla a los hijos de tu pue-
blo y diles : Cuando yo atrajere so-
bre un paí< !a espada y la gente de'
país tomare un hombre de su totali-
dad y lo constituyere centinela suyo.
* y ésta viere venir la espada sobn
el país y tocare la trompeta y previ-
niere al" pueblo, 1 si uno, oyendo per-
fectamente el sonido de la trompe
ta, no se dejare apercibir y llegan,
la espada y lo cogiere, la sangre dei
mismo será sobre su cabeza ; 1 0};ó
el sonido de la trompeta y no se dió
por advertido, su sangre [recaiga]
en él ; mas aquél ha amonestado [y]
salvado su alma. e En cambio, si la
centinela ve llegar la espada y no
toca la trompeta y el pueblo no es
prevenido, y sobreviene la espada \
coge de entre ellos a alguna perso
na, ésta ha sido cogida por su culpa,
y su sangre de manos de la centine
ía la exigiré.
7 En. cuanto a ti, hijo del hombre,
te he constituido centinela de la ca-
sa de Israel. Cuando oigas de mi bo-
ca alguna palabra, les prevendrás de
mi parte. s Si yo dijere al impío : a
«Morirás sin remedio», y tú no ha-
blares al impío, amonestándole que
se guarde de su perverso camino, él,
como impío, morirá por su culpa,
mas he de reclamar su sangre de tu
mano. 8 Pero si tú previnieres al im-
pío acerca de su camino, él morirá
por su culpa, mas tú has salvado tu
alma
10 Tú, pues, hijo del hombre, di a
la casa de Israel : Así habéis anda-
do diciendo : (¡Ciertamente nuestras
prevaricaciones y nuestros pecados
[pesan] sobre nosotros, y por elloí-
perecemos poco a poco en la mise-
ria, ¿cómo, pues, podríamos vivir?»
!l Diles : «Vivo yo, afirma el Señor b.
Yahveh, que no me complazco en la
muerte del impío, sino en que el
impío se convierta de su camino y
viva. Convertios, convertios de vues-
tros perversos caminos
qué queréis morir, oh
pues ¿ por
isa de Is-
12 Y tú, hijo del hombre, di a los
'lijos de tu pueblo : La justicia dei
justo no le salvará en el día de su
prevaricad'
por la impiedad
ael implo caerá éste el día en que se
convierta^ de su impiedad, ni el jus-
to logrará vivir por su justicia el dia
que peque. 13 Cuando yo digo al jus-
to : «Vivirás 0 ciertamente», si él, fia-
do de su justicia, comete alguna
iniquidad, nada de su justicia ha de
ser recordado y .por la iniquidad que
ha cometido morirá. 14 Y al decirle
al impío : «Ciertamente morirás», si
| él se convierte de su pecado y reali-
za el derecho y la justicia, 16 devuel-
ve el impío la prenda, restituye el
hurto y camina con arreglo a los
preceptos de vida, de suerte que no
comete maldad, vivirá de cierto, no
ha de morir. 16 Todos los pecados
que había cometido no le serán ya
recordados ; ha practicado el dere-
cho y la justicia : vivirá de seguro.
" Pero ios hijos de tu pueblo afir-
man : «No es recto el proceder del
Señor d», y es el proceder de ellos e!
que no es recto. 18 Pues si el justo se
aparta de la justicia v comete mal-
dades, morirá por ellas ; " y si el
impío se convierte de su impiedad y
practica el derecho y la justicia, en
OO 1 I * sangre i a. \\\*\:o será socre su cabeza i o sea, él será responsable del <Je-
i ramamitnto de su sangre, de su propia muerte.
5 Mas aquél ha amonestado : e. d., mas el centinela (o profeta) ha apercibido (asi
parece ha de leerse c. Kit : le previno) y salvado así su responsabilidad (lit., su
alma o vida). El texto actual de H puede interpretarse (cf. V, etc.) : tsi se hubiera
dejado apercibir (o precavido), habría salvado su alma».
« Cf. 3, I7-I9-
11 No mf. comw.azii) : los teólogos y comentaristas entienden este pasaje de la vo-
luntad primera y antecedente de Dios, por la cual quiere salvar a todos los hombrea
y traerlos al conocimiento de la verdad.
1&-20 pÜES si el justo : vuelve Dios a afirmar que obra justamente, lo mismo con
pecadores que con convertidos, y juzga a cada cual setrún sus obras.
1547
33 20-34 3
F.ZEOUIET.
33 28-34 5
gracia de ellos él vivirá. 20 ¡ Y de-
cís : «No es recto el proceder del Se-
ñor d» ! Yo os juzgaré a cada uno
según vuestro proceder, ¡ oh casa de
Israel !
21 Y sucedió que el ano duodécimo
de nuestro cautiverio, a cinco del
décimo mes, llegó a mí un fugitivo
de Jerusalén, diciendo : « ¡ Ha sido
expugnada la ciudad !» 22 Mas la tar-
de antes de llegar el fugitivo había-
se posado sobre mí .la mano de Yah-
veh y había abierto mi boca antes
de que él llegara a la mañana si-
guiente, y, abierta mi boca, no estu-
ve mudo más. 23 Y dirigióseme la pa-
labra de Yahveh, diciendo : 24 «Hijo
del hombre, los habitantes de aque-
llas ruinas sobre el suelo de Israel
andan diciendo: «Uno solo era Abra-
ham y poseyó la tierra en herencia,
mientras que nosotros somos nume-
rosos : a nosotros nos ha sido dada
la tierra en posesión.» 25 Por esto di-
les : Así afirma el Señor b, Yahveh :
"Coméis con la sangre, y alzáis vues-
tros ojos hacia vuestros ídolos, y
sangre derramáis, ¿y vais a poseer
la tierra ? 26 Confiáis en vuestra es-
pada e, habéis cometido abominación
y cada uno ha deshonrado a la mu-
jer de su prójimo, ¿y vais a poseer
la tierra ?» 27 Así habrás de decirles :
Tal ha dicho el Señor b, Yahveh :
«Vivo yo, que quienes se hallan en
las ruinas a espada caerán, y los que
sobre la superficie del campo los en-
tregaré a las fieras como pasto, y
quien está en las cúspides montaño-
sas y en las cuevas morirá de peste
28 Y dejaré al país yermo y desierto,
y cesará el orgullo de su potencia,
y serán asoladas las montañas de Is-
rael, sin que haya [más] quien [por
allí] pase. a Así conocerán que yo
soy Yahveh cuando hava convertido
al país en desierto v soledad por to-
das las abominaciones que han per-
petrado.
80 En cuanto a ti, hijo del hombre,
'.os hijos de tu pueblo charlan de ti
junto a los muros y en los portales
de las casas y háblanse unos a otros,
diciendo: «Venid y escuchad cuál e^
la palabra que lia salido de Yahveh. u
:' Y llésanse a ti como en asamblea
popular, y se sientan ante ti como si
fueran mi pueblo, y escuchan tus pa-
labras, mas no las practican, pues
de boca hacen ellos amabilidades,
mas f tras la ganancia injusta mar-
cha su corazón. 32 He aquí que ere-
para ellos como cantor s de amores
de bella voz y que pulsa magistral-
mente los instrumentos de cuerda.
Ellos escuchan tus palabras, pero no
las practican. 33 Mas cuando la cosa
llegue — ¡ he aquí que viene ! — , sa-
brán que un orofeta había en medio
de ellos.»
Anuncio de restauración mesiánica: alegoría
del buen pastor
O A 1 Y me fué dirigida la palabra
de Yahveh, diciendo : 2 «Hijo
del hombre, profetiza contra los pas-
tores de Israel, vaticina y diles a los
pastores : Así habla el Señor a, Yah-
veh : ¡ Ay de los pastores de Israel
que se han apacentado a sí mismos !
¿No es al rebaño al que deben apa-
centar los pastores? 3 Os tomab.ii.-
¡a leche b y os vestíais de la lana,
degollabais los cebados, pero el re-
baño no apacentabais. 4 No habéis
robustecido la res flaca, ni curado a
la enferma, ni vendado a la herida,
ni devuelto a la descarriada, ni bus-
cado a la perdida, sino que las ha-
béis avasallado con violencia y cruel-
dad. 6 Así se han dispersado faltas
de pastor v han venido a ser pasto
.le todas las fieras del campo. Dis-
M Uno soi.o era Abraham : como si dijera : Si con ser solo recibió Abraham en
promesa la posesión de la tierra de Canaán, Dios no privará de esa posesión a los
numerosos hijos que hoy tiene Abraham.
o¿l - Pastores de Israel : e. d., los sacerdotes, reyes y demás rectores de la nación.
• Sino ohe las habéis avasallado... : otros corriuen H : «mas a la vigorosa habéis
hollado con crueldad» (o sólo acón violencia»).
- 1548 -
34 6-16
EZEOUIEL
34 i'-2i
persáronse, pues, * y c ha errado mi
ganado por todas las montañas y
por toda alta colina ; por toda la
superficie del país se ha dispersado
mi grey, sin que hubiere quien se
cuidase' de ella ni quien la buscase.
' Por tanto, escuchad, pastores, la
palabra de Yahveh : 8 Vivo yo, de-
clara el Señor a, Yahveh, que por
cuanto mi rebaño se ha convertido
en objeto de presa, y mis ovejas han
venido a ser pasto de todas las fie-
ras del campo, por mengua de pas-
tor, pues mis pastores no se han
cuidado de mi ganado, sino que los
pastores se han apacentado a sí mis-
mos y no a mi grey, 8 por eso, es-
cuchad, pastores, la palabra de Yah-
veh. 10 Así habla el Señor a, Yahveh :
Heme aquí contra los pastores, y re-
clamaré de su mano mi rebaño, y los
privaré de pastorear ya mi ú ganado,
y no se apacentarán .más los pasto-
res a sí mismos, y les arrebataré mi
ganado de su boca y no les servirán
ya de pasto. 11 Pues así afirma el Se-
'ñor a, Yahveh : He aquí que yo mis
mo cuidaré de mi ganado y lo visi-
taré. 12 Como un pastor pasa revista
a su ganado el día que se halla en
medio de su grey_ dispersa, así yo
pasaré revista a mis ovejas y las li-
braré de todos los lugares por donde
se dispersaron en día de nubarrones
y oscuridad tormentosa. 15 Y los sa-
caré de entre los pueblos, los reuniré
ide los países, los introduciré en su
tierra y los pastorearé sobre las mon-
tañas de Israel, en los valles y en
todos los lugares habitados del país.
I En pastizales buenos los pastorea
ré y en las montañas altas de Israel
estará su majada ; allí descansarán
en cómodo redil y pacerán pingües
pastos sobre las montañas de Israel.
u Allí apacentaré a mi rebaño y yo
los haré sestear, declara el Señor a,
Yahveh. 19 Buscaré la res perdida, y
haré volver la descarriada, y venda-
ré la herida, y robusteceré la flaca,
y la gorda y la robusta la guardaré"
y [las] apacentaré como es debido.
17 En cuanto a vosotros, ganado
mío, así habla el Señor a, Yahveh .
He aquí que yo juzgaré entre oveja
y oveja, entre carneros y machos ca-
bríos. 18 ¿ Acaso parecíaos poco pas-
Relieve de Zencirlí del primer
milenio
tar en buenos pastizales, que piso-
teabais con vuestros pies el relieve
de vuestro pasto, y [poco] el beber
el agua más límpida, que enturbiáis
'.a sobrante con vuestros pies ? 10 Y
mi ganado había de pastar lo holla-
do por vuestros pies y Deber lo en-
turbiado por ellos. 20 Por tanto, así les
dice el Señor a, Yahveh : He aquí
que yo juzgaré entre la oveja gorda
v la oveja flaca ; 21 pues de costado
y de espalda rechazáis, y con vues-
tros cuernos agredís a todas las más
débiles hasta que las habéis echado
* Por todas las montañas : alusión a la idolatría.
10 Los privaré de pasiorear : les quitaré a los sacerdotes y escribas toda su su-
premacía y la conferiré a Cristo y a los apóstoles de la Iglesia.
11 Lo visitaré : o lo iré a ver ; o bien, como otros prefieren, me haré cargo de él.
Y lo mismo en v. 12.
13 En su tierra : la Iglesia, dice Maldonado, es designada a menudo con el nombre
de tierra de Judá e Israel.
a Enturbiáis la sobrante : es tal su avidez, que prefieren destruir lo que no puede
servirles a dejárselo a sus desgraciados hermanos ; lo que echó en cara jesu-Cristo a
los malos ricos (Mt. 25, 42).
— 1549 —
34 »-35 io
EZEQUIEL
34 23-35 M»
fuera. " Pero yo salvaré mi grey, y
no servirán más de presa, y juzgaré
entre oveja y oveja. aa Yo suscitaré
sobre ellos un solo pastor que las
apaciente, mi siervo David ; él las
apacentará y les servirá de pastor.
M Y yo, Yariveh, seré su Dios, y mi
siervo David será príncipe en medio
de ellas ; vo, Yahveh, he hablado.
3 Y pactaré con ellas una alianza de
paz y exterminaré de la tierra las
bestias feroces, y habitarán con toda
seguridad en el desierto y dormirán
en los bosques. MY haré de ellos y
de los alrededores d< mi colina una
bendición ; y haré caer la lluvia a
pu tiempo, lluvias de bendición se-
rán. " Y dará el árbol del campo su
fruto y la t:erra dará sus productos,
y habitarán su suelo confiadamente.
Y sabrán que yo soy Yahveh cuando
haya hecho pedazos los travesaños
de su yugo y les haya librado de la.
mano de quienes los esclavizan. 58 Ya
no serán más una presa para las
naciones ni las fieras de la tierra
los devorarán, pues habitarán en se-
guridad sin que haya quien los es-
pante. ÍB Y suscitaré para ellos un
plantel de renombre, y ya no serán
más consumidos por el" hambre en
el país ni soportarán más el ultraje
de las naciones. so Y conocerán que
yo, Yahveh, su Dios, estoy con ellos,
v que ellos, la casa de Israel, son
mi pueblo, declara el Señor a, Yah-
veh. 31 Y vosotras, ovejas mías, ove-
jas de mi pastizal ' sois vosotras ;
y s yo soy vuestro Dios, afirma el
Señor », Yahveh.»
Vaticinio de la destrucción de la Idumea
2C 1 Y se me dirigió la palabra de i montaña de Seir y profetiza contra
°° Yahveh, diciendo : 1 «Hijo del ella. ' Y dirásle : Así habla el Se-
hombre, vuelve tu rostro hacia la | ñor a, Yahveh :
Heme aquí contra ti, montaña de Seir, | y extenderé contra ti mi mano
y te convertiré en desolación y región devastada. ]
4 Y b tus ciudades trocaré en ruinas,
r tú vendrás a ser desolación, | y conocerás que yo soy Yahvesh.
• Por cuanto has tenido un odio
secular y entregaste a los hijos de
Israel en poder de la espada en tiem-
po de su infortunio, al tiempo de la
culpa final, * por eso, vivo yo, de-
clara el Señor a, Yahveh, te trocaré
en sangre y sangre te perseguirá ;
ciertamente 0 por sangre has incurri-
do en culpa «, y sangre te persegui-
rá. * Y convertiré la montaña de Seir
en desolación y unu región devasta-
da y extirparé de ella todo el que va
y viene ; y henchiré sus montañas
de víctimas : tus collados, tus valles
y todos tus torrentes, caerán en ellos
los mortalmente heridos a espada.
• A desolación eterna te reduciré, | y tus ciudades no serán habitadas,
y sabréis que yo soy Yahveh.
n Por cuanto has dicho : «Las dos naciones | y los dos países^ serán míos,
■ Salvaré : o bien, voy a auxiliar.
" Mi siervo David : por David hay que entender — y hasta los judíos lo confie-
san—el verdadero Mesías, Jesu-Cristo
*• Un plantel de renombre : otros 1. «plantel de salvación», «plantel perfecto» ;
G «planta de paz»... Esa planta noble e ilustre es el Mesías.
QK ■ MONTAÑA de -Seir : indica aquí la región montañosa que se extiende desde el
OO sur del mar Muerto al golfo Elanítico.
s Odio secular : dicha hostilidad se manifestó ya entre Jacob y Esaú, padres de
ambos pueblos israelita e idumeo, desde el vientre materno. || La culpa final: o bien,
al tiempo en que la culpa acarrea el fin ; o c. V : «la extrema iniquidad» o calamidad.
' Extirparé de ella todo lo que va y viene : cf. G : «destruiré los hombres y bes-
tias de ella».
10 Las dos naciones : otro motivo para condenar a Edom fué su drs^o de apode-
rarse de la tierra israelita.
— 15.50 —
5 "-36 *
EZEQUIEL
35 12-36 9
los poseeremos d en herencia, estan-
do Yahveh allí» ; " por tanto, vivo
yo, afirma el Señor a, Yahveh, te
trataré con arreglo a tu ira y confor-
me a la pasión que, llevado de tu
odio, ejercitaste en ellos, y me daré
a conocer a ti 6 cuando te juzgue.
12 Y conocerás que yo, Yahveh, he
oído todas tus expresiones menos-
preciadoras de Dios que has pronun-
ciado,
contra las montañas de Israel, al exclamar : |
c¡ Están devastadas, nos han sido dadas como presa!
"Y os habéis ensoberbecido^ contra
mí con vuestras bocas y habéis mul-
tiplicado en contra mía vuestras pa-
labras ; yo mismo las he oído. " Asi
dice el Señor * Yahveh : Mientras
se alegra toda la tierra, yo haré de
ti una desolación. 15 Como tú te al-
borozaste con la heredad de la casa
de Israel porque era asolada, así te
trataré a ti :
desolación vendrás a ser, montaña de Seir, |
y toda la Idumea entera.
Y conocerán que yo soy Yahveh.
Regreso de Israel a su país y santificación de éste
Ofi 1 «Ahora, pues, hijo del hom-
W¡& bre, profetiza sobre las monta-
ñas de Israel y di : Montañas de
Israel, escuchad la palabra de Yah-
veh: " Así habla el Señor a, Yahveh:
Por cuanto el enemigo ha dicho acer-
ca de vosotras : '¡ Bien ! ¡ Las cimas b
eternas han constituido nuestra he-
rencia!', 3 por eso vaticina y di: Así
habla el Señor a, Yahveh : Porque ha-
béis sido devastadas y se os ha co
diciado por todas partes, viniendo a
6er posesión del resto de las nacio-
nes, y os habéis convertido en la fá-
bula de todos y difamación del pue-
blo, 4 por eso, escuchad, montañas de
Israel, la palabra del Señor a, Yah-
veh. Así habla el Señor a, Yahveh, a
las montañas y las colinas, a los to-
rrentes y los valles, a las ruinas de-
vastadas y las ciudades abandonadas,
que han sido botín y objeto de ludi-
brio del resto de naciones que os
rodean 8 Por esto, así habla el Se-
ñor a, Yahveh : Sí, en el fuego de
mi celo he hablado contra el residu»
de las naciones y contra la Idumea
entera,- quienes han convertido a mi
tierra en posesión suya con pleno
alborozo de corazón y desprecio de
alma, a fin de vaciarla y expoliarla.
" Por eso, profetiza sobre el país de
Israel y di a las montañas y los co-
llados, a Jos torrentes y los valles :
Así habla el Señor a, Yahveh : He
aquí que en mi celo y mi furor he
hablado, pues habéis soportado el ul-
traje de las naciones ; ' por tanto,
así dice el Señor a, Yahveh : Yo he
alzado mi mano, jurando que las na-
ciones que os rodean soportarán tam-
bién ellos su oprobio
8 Mas vosotras, montañas de Israel,
producid vuestras ramas, dad vues-
tros frutos para mi pueblo Israel ;
pues están próximos a venir. 8 Por-
u Cuando te juzgue : o bien, juzgándote como te corresponde, como a ti es debido.
u Os habéis ensoberbecido : llegó el orgullo de Edom hasta despreciar a Dios y
burlarse de sus amenazas y hacerle de menos en el concepto público.
'* .Mientras se alegra... : otros corrigen H : tcomo te alegraste sobre mi país de que
estuviera asolado, así te haré a ti» (así Bibl. Bonn, Tubinga, Leipzig, etc.).
OCi ' Porque habéis sido devastadas: seguimos H a la luz de V; pero prps. aJ
v. múltiples correcciones, traduciendo algs. : iporque y en tanto que os des-
preciaron los que vivían alrededor...! (cf. Bibl. Bonn, Tubinga, etc.). || Os habéu
convertido en la fábula de iodos : lit., iet asceudistis super labium linguae», e d.,
habéis andado en lengua de todos. Otros, diversamente o corrigen H.
8 En u fuego de mi celo : o bien, en el ardor de mi furor, como traduc* G |l Va-
ciarla : o bien, de expulsar de ella o arrebatarle Iras habitante*
- I5SI —
36 10-22
EZEQUIEL
36 23-34
que he aquí que me acerco a vosotras
y a vosotras me vuelvo, y seréis la-
bradas y sembradas. 10 Multiplicaré
en vosotras los hombres, toda la casa
de Israel entera, y serán habitadas
las ciudades y los lugares en ruinas
reconstruidos. u Y multiplicaré asi-
mismo sobre vosotras hombres y bes-
tias, que crecerán y fructificarán, v
os poblaré como en vuestros anti-
guos tiempos y os mejoraré con res-
pecto a vuestros comienzos, y cono-
ceréis que yo soy Yahveh. 12 Y con-
duciré sobre vosotros a gente, a mi
pueblo Israel, que os c poseerá en
heredad y seréis 0 su herencia y no
volveréis 0 ya a privarle de sus hijos.
18 Así habla el Señor a, Yahveh :
Por cuanto te ° andan diciendo: Eres
devoradora de hombres y has arre-
batado sus hijos a tu nación, 14 por
eso ya no devorarás a nadie y a tu
nación privarás de hijos, declara ej <
Señor a, Yahveh ; 10 ni consentiré se
oiga más contra ti el ultraje de las
naciones, ni el oprobio de los pue-
blos soportarás más, ni a tu nación
dejarás más sin hijos, declara el Se-
ñor a, Yahveh.»
18 Y dirigióseme la palabra de Yah-
veh diciendo : " «Hijo del hombre,
cuando la casa de Israel habitaba so-
bre su territorio la contaminaron con
su proceder y sus acciones ; como la
impureza de la menstruante era su
proceder ante mí. " Derramé, pues,
mi furor sobre ellos por la sangre que
habían vertido sobre el país y por
sus ídolos con que lo habían conta-
minado, y 19 los desparramé entre las
gentes y fueron dispersados por las
tierras ; con arreglo a su proceder >
a sus acciones los juzgué. 20 Penetra-
ron en los pueblos adonde llegaron
y profanaron mi santo nombre, al
decirse de ello» tEl pueblo de Yah-
veh son éstos, pero de su país han
emigrado.» 21 Y me pesó por mi san-
to nombre, al cual había profanado
la casa de Israel en las naciones en
donde penetrara.
22 Por tanto, di a la casa de Israel :
Así habla el Señor a, Yahveh : No lo
hago por consideración a vosotros,
casa de Israel, sino por mi santo;
nombre, al cual profanasteis entre las
naciones adonde llegasteis. a Y san-
tificaré mi gran nombre, profanado
entre las naciones, al cual deshon-
rasteis en medio de ellas ; y conoce-
rán las naciones que yo soy Yahveh
— declara Yahveh, Señor a — cuando
me glorifique yo en vosotros a vista
suya. 24 Pues os tomaré de entre las
naciones y os reuniré de todos los
países y os conduciré a vuestra tie-
rra. 26 Y rociaré sobre vosotros agua
pura, y os purificaréis de todas vues-
tras inmundicias, y de todos vues-;
tros ídolos os limpiaré ; -ü y os daré
un corazón nuevo, y un espíritu re-
novado infundiré en vuestro interior,
y quitaré de vuestra carne el cora-
zón de piedra y os daré un corazón
de carne. 21 E infundiré mi espíritu
en vuestro interior y haré que cami-
néis en mis preceptos y guardéis y
practiquéis mis dictámenes. 28 Y ha-
bitaréis en la tierra que di a vues-
tros padres, y constituiréis mi pue-
blo, y yo seré vuestro Dios. 29 Y os|
libraré de todas vuestras inmundi-
cias ; y llamaré al trigo y lo multi-
plicaré y no os impondré más el
hambre. 30 Y multiplicaré el fruto de
los árboles y los productos del cam-
po, a fin de que no recibáis más el
oprobio del hambre entre las nacio-
nes. 31 Y recordaréis vuestros perver-
sos caminos y vuestras acciones que
no eran buenas y sentiréis tedio de
vosotros mismos por vuestras iniqui-
dades y abominaciones. 32 No lo ha-
go en gracia a vosotros, declara ell
Señor a, Yahveh ; sabedlo bien ; aver-
gonzaos y abochornaos de vuestro
proceder, ¡ oh casa de Israel !
" Así afirma el Señor a, Yahveh .
El día en que os purifique de„ todas
vuestras iniquidades, y pueble las
ciudades, y reconstruya las ruinas,}
84 y sea cultivada la tierra asolada,
donde antes no se ofrecía sino deso-
lación a los ojos de todo pasajero,
20 Profanaron mi santo nombre : Porque, viendo al pueblo de Israel deportado y
disperso, pensaron las naciones que había Dios faltado a sus promesas y carecía de
poder para librarle.
21 Y me pesó por : o bien, me compadecí (o perdoné) en gracia de...
26 Agua pura : esta frast trae a la memoria la ablución de agua y espíritu con
que renace el hombre a la vida cristiana (Jn. 3, 5),,
27 Infundiré mi espíritu : e. d., el espíritu de Dios.
28 Os librare : quiere decir que librará a su pueblo de los crímenes eme las idola-
trías les han hecho cometer y de las desgracias consiguientes. || Llamaré : u ordenaré.
— 1552 —
36 s¡-37 9
EZEQUIEL
36 37-37 "
39 exclamarán : «Aquella tierra devas-
tada se ha convertido como en ni.
jardín del Edén, y las ciudades arrui-
nadas, asoladas y destruidas, están
bien fortificadas '[y] habitadas.» * \
sabrán las naciones que queden a
vuestro alrededor que yo, Yahveh,
he reedificado las cosas destruidas y
replantado lo asolado ; yo, Yahveh,
lo he dicho y lo realizo.
37 Así habla el Señor a, Yahveh .
Me dejaré aplacar por la casa de Is-
rael, haciéndolos [así] : los multipli-
caré en hombres como un rebaño ;
re a modo de ovejas de sacrificio, co-
mo los rebaños de Jerusalén en las
fiestas solemnes, así serán las ciu-
dades arruinadas, llenas de rebaño>
humanos, y conocerán que yo soy
Yahveh.»
Símbolos de la resurrección nacional y de los dos reinos
OH ' Posóse sobre mí la mano de
a * Yahveh, y el Señor me trasla-
dó en ^suj espíritu y me dejó en
medio de la vega, la cual se hallaba
llena de huesos. 2 Hízome pasar jun-
to a ellos todo alrededor, y he aquí
que había muchísimos sobre la su-
perficie de la llanura y hallábanse
muy resecados. 3 Y díjome : «Hijo del
hombre, ¿ podrán revivir estos hue-
sos?! Y contesté: «Señor*, Yahveh,
tú lo sabes.» 4 Y respondióme : «Pro-
fetiza sobre estos huesos y diles :
¡ Huesos secos, escuchad la palabra
de Yahveh ! 5 Así dice el Señor a,
Yahveh, a estos huesos : He aquí
que yo haré penetre en vosotros^ es-
píritu y viviréis. 6 Y os recubriré de
nervios, y haré crecer sobre vosotros
carne, y encima de vosotros exten-
deré piel, y os infundiré espíritu, v
viviréis, y sabréis que yo soy Yah-
veh.» 7 Profeticé, pues, como se me
había ordenado, y he aquí que, a!
vaticinar yo, oyóse un estrépito y se
acercaron los huesos unos a otros.
s Miré, y he aquí que cubríanlos ten-
dones y crecía carne y extendíase
sobre ellos por cima piel, pero ca-
recían de espíritu. 8 Entonces me in-
dicó : «Profetiza al espíritu, profeti-
za, hijo del hombre ; y di a! espíritu :
Así habla el Señor a, Yahveh. ¡ Lle-
ga, oh espíritu, de los cuatro vientos
y sopla sobre estos muertos para que
revivan!» 10 Vaticiné, pues, como se
me ordenara, y penetró en ellos el
espíritu y se reanimaron, y púsose
en pie un ejército grandísimo. 11 Y
díjome : «Hijo del hombre, estos hue-
sos son toda la casa de Israel. He
aquí que van diciendo : ¡Se han se-
cado nuestros huesos, b se ha desva-
necido nuestra esperanza, se acabó
con nosotros ! 12 Por tanto, profetiza
V diles : Así habla el Señor a, Yah-
veh : He aquí que yo abriré vuestras
tumbas, y os haré subir de vuestros
sepulcros, pueblo mío c, y os intro-
duciré en la tierra de Israel. 13 Y co-
noceréis que yo soy Yahveh cuando
abra vuestras tumbas y de vuestros
sepulcros os haga subir, pueblo mío.
14 E infundiré en vosotros mi espíri-
tu y reviviréis, y os estableceré so-
bre vuestro suelo, y conoceréis que
vo, Yahveh, digo v hago», declara
Vahveh.
a Y fuéme dirigida la palabra de
Valiveh, diciendo : 18 «Y tú, hijo del
hombre, toma una vara de madera
y escribe sobre ella : «Judá y los hi-
los de Israel, sus aliados» ; y toma
otra vara y escribe sobre ella: «José,
la vara de Efraím y toda la casa de
Israel, sus aliados.»' 17 Junta luego la
una a la otra, de suerte que formen
una sola vara y sean una sola cosa
verter
ihasta en los puntos
OfT 3 c Podráx revivir...? : los más de los Santos Padres se han servido de»este lu-
" ' gar para establecer la resurrección de los muertos.
* Profetiza sobre estos huesos : habíales bajo la inspiración de Dios.
6 Espíritu : o aliento vital.
0 Y sabréis : como si dijera : esta resurrección probará mejor que otros milagros
la divinidad del Señor, como la liberación de Israel y la constitución de la Iglesia
probarán su poder.
15 Yo abriré vuestras tumbas : yo pondré fin a vuestro destierro y devolveréos a
vuestra patria.
- 1553 -
37 i«— 38 «
37 24r-38 6
en tu ruano. 18 Y cuando los hijos de
tu pueblo te pregunten diciendo :
«; No nos explicarás qué te propones
con esto?», 10 les contestarás: Así
dice el Señor a, Yahveh : He aquí
que yo tomaré la vara de José que
está en mano de Efraím, y las tri-
bus de Israel, sus aliadas, y la d uni-
ré con la vara de Judá y haré con
ellas una sola vara, y formarán una
sola cosa en mi mano. M Y las varas
sobre las cuales hayas escrito las
tendrás en tu mano y a sus ojos ; 21 y
les dirás: Así habla el Señor a, Yah-
veh : He aquí que yo tomaré a los
hijos de Israel de entre las naciones
adonde emigraron, y los congregaré
de todo alrededor, y los introduciré
en su territorio. Y haré de ellos
una sola nación en mi 0 tierra y ' en
las montañas de Israel,, y un solo
rey tendrán todos ellos y ya no
constituirán dos naciones ni se divi-
dirán en dos reinos h. a No se con-
taminarán más con sus ídolos y sus
abominaciones ni con ninguna de sus i
apostasías, y los salvaré de todas sus
residencias en las cuales pecaron, y
las purificaré, y constituirán mi pue-
blo y yo seré su Dios. 24 Mi siervo
David será rey sobre ellos, y un solo
pastor tendrán todos ellos, y cami-
narán con arreglo a mis preceptos, y
mis estatutos observarán y los prac-
ticarán. 25 Y habitarán sobre la tie-
rra que di a mi siervo Jacob, donde
moraron sus 1 padres, y habitarán so-
bre ella ellos, sus hijos y los hijo»
de sus hijos por siempre, y David,
mi siervo, sera su príncipe perpetua-
mente. 26 Y pnctaré con ellos una
alianza de paz, alianza eterna con '
ellos será. Y los estableceré y mul-
tiplicaré y colocaré mi santuario en
medio de ellos para siempre. 27 So-
bre ellos estará mi morada, y cons-
tituiré su Dios y ellos serán mi pue-
blo, y conocerán las naciones que
yo, Yahveh, soy quien santifico a
Israel, cuando mi santuario esté en
i medio de ellos por siempre.»
Destrucción de los enemigos de Yahveh:
la invasión de Gog
DQ 1 Y dirigióseme la palabra de
Yahveh, diciendo : 2 «Hijo del
hombre, dirige tu rostro hacia Gog
en a la tierra de Magog, el gran prín-
cipe de Mések y Tubal, y profetiza
contra él. * Y dirás : Así habla el Se-
ñor b, Yahveh : Heme contra ti, Gog,
gran príncipe de Mések y Tubal ;
*y te haré volver y pondré aros y
quijadas, y te sacaré
tu ejército, caballos y
perfectamente equipa-
hueste con 0 broqueles
ios ellos, manejadores
Persia, Etiopía y Put
i, todos con ° escudo y
lmo. * Gómer y todas sus huestes,
casa de Togarma, los confines del
cadena <
a ti y a
jinetes,
dos, una
y escud
de espa
los acón
18 ¿ Qué te propones con esto? : o qué quieres significar; pero Kit juz?a que tal
vez haya de corregirse H leyendo como en 24, 19 : «¿ qué tienen que ver estas cosas
con nosotros», qué significan para nosotros.
radas : otros modifican
(cf. G), etc.
;ste reinado del
H : ctrnnsBTesIones, apostasías, rebe-
rey David es el reinado de Jesu-Cristo,
z : el Nuevo Testamento, en que Nuestro Señor lo h:
por nosotros su sangre en la cruz.
: bajo la nueva ley es cuando habitara realmente Dios
38
los últimos combates de la Iglesia, descritos en
ipsis (20, 7-10).
;og : Gog, 'tinieblas' en idioma sumerio, es como el nombre de su
¡erra de Gog' (¿la Scitia?), un nombre simbólico que designa el mun-
rblo de Dios.
s'tf. tuuirADOS : o, con V y otros, provistos o «vestidos de cora-
,es o paveses : V «lanzan».
d., el pueblo de los ciroario», on la Capádmela
— I*S4 "
38 T"15
EZEQUIKL
38 ie-26
norte con todas sus huestes, pueblos
numerosos te acompañan. 1 Disponte
y prepárate, tú y toda la muchedum-
bre que se congrega junto a ti, y sír-
Al
de mt
veles de guardi
chos días recibirás orden ; al tin de
los años vendrás a la tierra escapada
de la espada, congregada de nume-
rosos pueblos sobre las montañas de
Israel, que se hallaban permanente-
mente desérticas. Ella ha sido sa-
cada de entre las naciones y todos
ellos habitarán en seguridad. 1 Subi-
rás, vendrás como una tormenta, cual
un nubarrón que cubrirá la tierra se-
rás, tú con todas las huestes y pue-
blos numerosos que te acompañan.
10 Así afirma el Señor b, Yahveh :
verso, " y dirás : Subiré contra un
país abierto caeré sobre las gentes
tranquilas, que viven seguras,' todas
moradoras en puntos desprovistos de
muralla y desguarnecidas de cerro-
jos y puertas', " para hacer presa y
coger botín, para extender tu mano
sobre unas ruinas repobladas y so-
bre un pueblo recogido de entre las
naciones, aue está reponiendo gana-
dos y hacienda y qi
ombligo de la tierra.
V los mercaderes de
sus leones te dirán : ¡
so a hacer presa? ¿N
tu multitud para cog<
llevarte plata y oro, i
te de ganados v hacie
presa copiosa ? " Por t
hijo del hombre, y di i
bla el Señor b, Yahveh
to ? Aquel día, cuando mi pueblo Is-
rael habite en seguridad, partirás A:
a v vendrás desde tus moradas, de
¡e habita en el
" Sebá v Dedán
los confines del norte, tú y contigo
pueblos numerosos, todos ellos mon-
tados a caballo, una gran muchedum-
bre y un ejército numeroso ; " y su-
birás contra mi pueblo Israel como
un nublado para cubrir el país. Será
*1 final de los días cuando yo te
" Así afirma el Señor »>, Yahveh :
! Tú eres aquel de quien yo hablé en
días pasados por medio de mis ser-
vidores los profetas de Israel, los
cuales profetizaron por aquellos días,
durante años e. que yo te traería con-
tra ellos ! " Aquel día, el día que
llegue Gog a la tierra de Israel— de-
clara el Señor b. Yahveh—, reventará
mi furor y mi ira f. " Y en mi celo, ■
v en el fuego de mi ardor, hablo :
En verdad aquel día habrá un gran
terremoto en el país de Israel 30 y
temblarán ante mí los peces del mar,
las aves del cielo y las bestias del
campo, y todos los reptiles que se
arrastran sobre el suelo, y todos los
hombres que existen sobre la super-
ficie de la tierra ; y serán destruidas
las montañas, y se derrumbarán las
escarpas rocosas, y todos los muros
le la tierra se desplomarán. 21 Y con-
vocaré contra él por todas mis mon-
tañas a la espada, declara el Señor »,
Yahveh; la espada de cada uno será
oontra el otro. " Y haré de él justi-
cia con peste y sangre ; y haré llo-
ver sobre él, sobre sus huestes y so-
bre los pueblos numerosos que le
acompañan, lluvia anegadora, grani-
zo, fuego v azufre. * Y me manifes-
taré grande y santo y me daré a co-
nocer a los ojos de numerosas na-
ciones, y sabrán que yo soy Yahveh.
* Sírveles de guardián ¡ prps. 1. c. G '. «sírveme de guardián» o «estáfe a mi dis-
posición», testátevie presto».
» Escapada de la espada : otros prefieren 1. «que se ha restablecido de la devasta
cfdn».
" País abierto : o «un país de aldea? en el campo» ; esa tierra sin murallas parece
ser la Iglesia, sin muros ni puertas, porque las armas del cristiano, dice San Pablo,
no son carnales (2 Cor. 10, 4).
" El ombligo de la tierra : e. d., Palestina, considerada centro de la tierra ha-
bitada.
u Los mercaderes de Tarpis y todos sus leones : otros corrigen H (así prb., anota
Kitl : «sus mercaderes, Taráis y todos sus comerciantes*.
" Tú eres aquél : se refiere probablemente a tradiciones orales que se han perdido.
M Temblarán ante mí : detallada descripción del terror que se apoderaría de las cria-
turas al acercarse el juicio de Dios. || Escarpas rocosas: o paredes rocosas, elevacio-
nes, cuestas o pendientes.
— K*S —
39 i-io
EZEQUIEL
39
Derrota
9Q ' »Y tú, hijo del hombre, pro-
fetiza contra Gog y di: Así ha-
bla el Señor a, Yahveh : Heme aquí
contra ti, Gog, gran príncipe sobe-
rano de Mések y Tubal. 2 Yo te haré
volver, y te haré errar b, y te subiré
desde los confines del norte, y te
conduciré sobre las montañas de Is-
rael. 3 Y golpearé tu arco de tu ma-
no izquierda y haré caer de tu mano
derecha tus saetas. 4 Sobre las mon-
tañas de Israel caerás tú, así como
todas tus huestes y los pueblos que
te acompañan ; las aves de rapiña,
toda suerte de pájaros alados, y las
fieras del campo te he entregado co-
mo pasto. 0 Caerás sobre la superfi-
cie del campo, pues yo he hablado,
declara el Señor a, Yahveh. • Y en-
viaré fuego sobre Magog y sobre los
que moran seguros en las costas ; y
conocerán que yo soy Yahveh. ' Y
daré a conocer mi santo nombre en
medio de mi pueblo Israel y no de-
jaré más profanar mi nombre santo,
v sabrán las naciones que yo soy
Yaihveh, el Santo de Israel. 8 He aquí
que viene y se cumplirá, afirma el
Señor a, Yahveh ; éste es el día de
que hablé. 'Y saldrán los habitan-
tes de las ciudades de Israel y que-
marán y prenderán fuego al aparato
bélico, escudos v lanzas °, arcos ^ y
6aetas, mazas y lanzas, y prenderán
fuego con ellas durante siete años.
10 No acarrearán leña del campo ni
cortarán la de los bosques, pues ha-
rán fuego de los pertrechos de gue
rra ; y harán presa de sus depreda-
de Gog
dores y saquearán a sus expoliado-
res, declara el Señor a, Yahveh.
n Y en aquel día daré a Gog un
lugar renombrado por sepultura en
Israel, el valle de los Pasajeros, al
este del mar, que obstruirá el paso ;
y allí enterrarán a Gog y toda su
multitud, y lo llamarán valle de la
Multitud de Gog. 12 Los enterrará la
casa de Israel, a fin de purificar la
tierra durante seis meses, y 13 los en-
terrará toda la población del país,
y será por ellos renombrado el día
en que me glorificaré, declara el Se-
ñor a, Yahveh. " Se escogerán hom-
bres con encargo permanente de re-
correr el país, enterrando d a los que
hayan quedado sobre la haz del país,
para purificarla; al cabo de siete me-
ses comenzarán a explorar. 13 Reco-
rrerán, pues, tales pasajeros el país,
v cuando uno vea un hueso huma-
no, erigirá junto al mismo una se-
ñal hasta que lo entierren los sepul-
tureros en el valle de la Multitud de
Goít. 16 Y también el nombre de la
ciudad será Hamoná (Multitud). Así
purificarán el país.
17 En cuanto a ti, hijo del hombre,
así habla el Señor a, Yahveh : Di a
los pájaros, toda clase de alados, y
a todas las fieras del campo : Reunios
y congregaos de todo alrededor jun-
to a mi sacrificio, que yo voy a ofre-
cer por vosotros, un sacrificio gran-
de sobre las montañas de Israel, ~y
comeréis carne y beberéis sangre.
™ Carne de guerreros valientes co-
meréis y sangre de príncipes de la
OQ Cf. 38, 2-4. Dice este capítulo que el juicio de Dios no se concretará a Gog
y los pueblos en torno de él reunidos, sino que se extenderá al país de Magog
e islas lejanas.
' Daré a conocer : dice que no tolerará que su nombre sea blasfemado más tiempo
por los enemigos de su pueblo Israel, quienes, viéndole humillado, negaban el poder
y divinidad de Yahveh. Lo mismo sucederá en los tiempos del anticristo (Mt. 24, 24).
8 Maza (o ¿clava, pica...?) : lit., bastón de mano.
11 El valle de los Pasajeros : Kit cree que quizá haya de 1. con la versión copta
ccl valle de Abarimt, denominación de ciertas montañas al oriente del mar Muerto.
Lo que se afirma aquí acerca de la sepultura de Gog ha de entenderse, dice Maldo-
nado, místicamente. El anticristo v sus partidarios morirán a manos de la Iglesia
y en medio de ella serán enterrados, de tal modo que desaparezca su memoria. || Obs-
truirá el paso : así interpretan unos ; lit., conducirá del cabestro ; V «pasmará»,
G «cerrarán la boca del valle» o «tapará la boca», e. d., «obligará por su olor a taparse
las narices a los pasajeros» o transeúntes.
12 Población del país : otros, «pueblo profano».
" Dr i a Multitud : así también V; otros, «de la tumultuosa multitud», «montón de
— 1556 —
39 !9-24
EZEQUIEI.
39 25-29
tierra beberéis : carneros, corderos,
machos cabríos, terneros, cebones de!
Basán. 19 Comeréis asimismo grasa a
saciedad y beberéis sangre hasta em-
briagaros, del sacrificio que he in-
molado por vosotros. 20 Os hartaréis
.sobre mi mesa de corceles y caballos
de tiro, de valientes y toda clase de
sus crímenes los he tratado, y he
ocultado de ellos mi rostro.
25 Por esto, así afirma el Señor »,
Yahveh : Ahora haré regresar a los
cautivos de Jacob, y me compadece-
ré de toda la casa de Israel, y me
manifestaré celoso de mi santo nom-
bre. 26 Y soportarán su ignominia y
guerreros, declara el Señor a, Yah-
veh 21 Y estableceré mi gloria en las
naciones, y todas ellas contemplarán
la justicia que yo haga y mi mano
que en ellas he de poner. 22 Y sabrá
la casa de Israel que yo, Yahveh,
soy su Dios, desde aquel día en ade-
lante. 3 Y conocerán las naciones
que, debido a su iniquidad, fué de-
portada la casa de Israel, por cuanto
habían prevaricado contra mí, y yo
había ocultado mi rostro de ellos y
entregádoles en manos de sus ene-
migos, y caído todos ellos a espada.
M A medida de su inmundicia v de
toda su prevaricación que han come-
tido contra mí, cuando habiten so-
bre su territorio en seguridad, sin
que nadie los atemorice. " Y cuando
vo los haga volver de entre los pue-
blos y los recoja de las tierras de sus
enemigos y me santificare en ellos,
a los ojos de numerosas naciones.
a sabrán que yo, Yahveh, soy su
Dios, tanto cuando los llevé al cauti-
verio entre los pueblos como cuando
'.os reúno sobre su suelo, sin deiar
allí ya ninguno. 23 Y no ocultaré^ más
mi rostro de ellos, pues habré de-
rramado mi espíritu sobre la casa de
Israel», declara el Señor a. Yahveh.
20 Caballos de uro : otros (cf. GJ, cjinetes» ; V «equite fortl».
* Que vo, Yaiivkh, sov su Dios, tanto... : o también, que yo, Yahveh, su Dios, los
llevé cautivos... y los recojo...
— 1557 —
40
40 7-16
Profecía sobre la restauración teocrática:
ei nuevo templo de Jerusalén
Af\ J El año veinticinco de nues-
tro cautiverio, por año nuevo,
a diez del mes, catorce años después
que fué expugnada la ciudad, aquel
mismo día posóse sobre mí la mano
de Yahveh y condújome allá. a En
visión divina me trasladó a la tierra
de Israel y me colocó sobre una mon-
taña muy alta, encima de la cual ha-
bía como la edificación de una ciu-
dad por la parte del mediodía. * E
;ntrodújome allá, y he aquí que ha-
bía un personaje de aspecto seme-
jante al bronce, con una cuerda de
lino en su mano y una vara de me-
dir, y hallábase él de pie en la puer-
ta. 1 Y hablóme el hombre : «Hijo
del hombre, contempla por tus pro-
pios ojos y por tus mismos oídos es-
cucha y para mientes en todo lo que
yo te voy a mostrar; pues tú has si-
do conducido acá a fin de que yo te
lo haga ver. Anuncia cuanto veas a
la casa de Israel.» 5 He aquí que un
muro exterior rodeaba el templo to-
do en torno y el hombre tenía en la
mano una vara de medir de seis co-
dos : [cada uno] de un codo [co-
rriente] y un palmo ; y midió el an-
cho de la construcción : una vara ;
y la altura : una vara. * Y vino a la
puerta cuya fachada da al oriente y
subió sus gradas y midió el umbral
de la puerta : una vara de ancho a.
' Y el nicho, una vara de largo poi
una vara de ancho, y el contra] no-
te b entre los nichos era de cinco
codos ; y el umbral de la puerta,
por el lado del vestíbulo de la puer-
ta en la parte interior, una vara. 8 Y
midió el vestíbulo de la puerta c :
0 ocho codos ; y sus contrafuertes :
dos codos. Y sus contrafuertes eran
de dos codos. 10 Y los nichos de la
puerta que mira hacia oriente eran
tres de un lado y tres del otro, los
tres de una misma medida, como era
idéntica la medida de los contrafuer-
tes de uno y otro lado. u Midió «si-
mismo la anchura de la entrada de
la puerta : diez codos ; y la longitud
de la puerta : trece codos. 12 Había
ante los nichos un enrejado, quedan-
do un codo a uno y otro lado del
mi^mo d, y cada nicho tenía seis co-
dos por un lado y seis por el otro.
" Midió también la puerta desde el
tejado de un nicho a su opuesto, re-
sultando la anchura de veinticinco co-
dos, de puerta a puerta. " E hizo los
contrafuertes de sesenta codos, y en
los contrafuertes comenzaba el atrio
une rodeaba la puerta todo en torno.
15 Desde la fachada de la puerta ex-
terior (?) hasta6 la parte anterior
del vestíbulo de la puerta hacia aden-
tro había cincuenta codos. "En 1<>-
nichos v en los contrafuertes abrían
icilísima de entender. Su fin — dice
Maldonado — es oscuro, como o¡ principio.
J Por la parte del MEDIODÍA : muchos corrigen «frente a mí».
• Un personaje : lit., un hombre. Este personaje sobrenatural es o el ángel del
Señor o c! Señor mismo, arquitecto divino de la Iglesia, que pone ante los ojos del
profeta la gloria de su futura construcción. || SEMEJANTE al bronce: en lo brillante o
resplandeciente.
* Y vino: «me llevo., rorrigen muchos.
trafuertt
Es térm
e sí por con-
i!, V afrous».
res, pilastras... || Entre
ího : una vara de largo
icho : una vara de largo
os» ; otros lo suprimen
¿t. Kit).
14 Enrejadas o con cele
«con marco». || El atrio
saliente*.
da pared posterior».
e oscuro, al que se prpn. múltiples correcciones
icia adentro. Asf interpretamos H c. G.
prb. : otros, «sesgadas» (cf. V : «oblicuas») ; otros,
ano por el espacio libre entre los contrafuertes o
.558 --
40 17-28
EZEQUIEL
40 28"36
se ventanas enrejadas hacia el inte-
rior en la puerta, todo alrededor ;
igualmente, el atrio ' tenía todo al-
rededor hacia adentro ventanas y so-
bre los contrafuertes s había palmas
<j uno y otro lado h.
11 Luego trasladóme al atrio exte-
rior, y he aquí que allí había estan-
cias y un pavimento construido todo
alrededor del atrio ; treinta estan-
cias había a lo largo del pavimento
■ El pavimento [se extendía] al cos-
tado de las puertas, correspondiendo
b la longitud de las puertas ; esto
el enlosado inferior. " Y midió la
profundidad del atrio desde la facha-
da de la puerta inferior hasta la par-
te anterior del atrio interior fuera :
cien codos hacia el oriente y hacia
el norte. 20 Después midió la puerta
cuya fachada daba al norte, en el
atrio exterior, tanto en longitud co-
mo en anchura. a Sus nichos, tres
de un lado y tres de otro ; sus con-
trafuertes y sus vestíbulos eran de
medida correspondiente a la puerta
primeramente citada : cincuenta co-
dos de longitud y veinticinco de an-
chura. 22 Sus ventanas, [las de ?] su
vestíbulo y sus palmeras tenían la
misma dimensión que la puerta cu-
ya fachada miraba el este. Subíase
allá por siete gradas, ante las cua-
les había un vestíbulo. 23 Existía una
puerta hacia el atrio interior frente
a la puerta del norte y como en la
pueita del este y midió de puerta
a puerta : cien codos. 24 Y me con-
dujo camino del sur, y he aquí la
puerta que miraba al mediodía. Mi-
dió [sus nichos y] sus contrafuertes
y su vestíbulo, resultando como la?
medidas citadas. 24 Y tenía, así como
su vestíbulo, todo en torno, ventana?
semejantes a las antedichas : c.in-
cuenta codos de longitud y veinticin-
co de anchura. 20 Subíase por siete
gradas, y su vestíbulo estaba /facía
la parte interior 1 y tenía palmeras
a una y otra parte sobre sus contra-
fuertes. 21 Había nna puerta hacia el
atrio interior en dirección al medio-
día, y midió de puerta a puerta, ha-
cia el sur, cien codos.
28 Introdújome después al atrio in-
terno por la puerta del mediodía, y
midió la puerta meridional, resultan-
do las medidas antedichas. "Sus ni-
chos, sus contrafuertes y sus atrios
tenían aquellas mismas dimensiones,
v todo alrededor tenía ventanas, así
como en torno al atrio ; la longitud
era de cincuenta codos y la anchura
de veinticinco. 30 k Todo alrededor ha-
bía vestíbulos de veinticinco codos de
longitud y cinco de anchura. 31 Su
vestíbulo fc dába al atrio exterior y
tenía palmeras en sus contrafuertes
y ascendíase a él por ocho gradas.
Puerta exterior oriental
32 Luego me llevó a la puerta que mi-
ra 1 hacia el esté, y midió la puerta,
resultando las mismas dimensiones
citadas. 33 Sus nichos, sus contrafuer-
tes y su vestíbulo tenían aquellas
mismas medidas, y tenía alrededor
sus ventanas y su vestíbulo todo en
torno ; la longitud era de cincuenta
codos y la anchura de veinticinco.
31 Su vestíbulo daba al atrio exterior
y tenía palmeras en sus contrafuer-
tes a uno y otro lado, subiéndose a
él por ocho gradas. 35 Y me trasladó
a la puerta del norte, y midió de
acuerdo con aquellas medidas. 36 Sus
nichos, sus contrafuertes y su ves-
n'bulo, así como sus ventanas, cir-
cuían todo su alrededor : cincuenta
codos de longitud por veinticinco de
anchura. 37 Su vestíbulo estaba hacia
el atrio exterior y había palmeras en
«us contrafuertes a uno y otro lado,
formando su subida ocho gradas.
33 Había también una cámara cuya
entrada se hallaba en los contrafuer-
M Prof. del atrio : prps. añadir del atrio con G. || Hacia el oriente y hacia h.
norte: prps. 1. Y me llevó hacia el norte (cf. G).
* Aun las cuales haiía un vestíbulo ¡ corrígese c. G (cí. Kit), y su vestíbulo es-
taba hacia adentro.
* En lm Contrafuertes »* lai PUERTAS : cree** prb. ! en el atrio de la puirt:
— I.MQ
4U ¿a— 41 J
EZEQUIEL
40 45-41
tes de las puertas, donde se lavaban
los holocaustos. 39 Y en el vestíbulo
de la puerta había dos mesas de un
lado y dos del otro, para degollai
sobre ellas m los holocaustos y m las
víctimas por el pecado y por el deli-
to. 40 En el lado exterior, en el pasa-
dizo de la puerta hacia el norte, ha-
bía dos mesas [para el holocausto],
y otras dos mesas al otro lado del
vestíbulo del pórtico. 41 Había, pues,
al costado de la puerta, cuatro me-
cas de un lado y cuatro del otro :
ocho mesas, sobre las cuales se in-
molaba. 43 En cuanto a las cuatro
mesas para el holocausto, eran de
piedra tallada, de codo y medio de
longitud y codo y medio de anchura
y un codo de altura ; sobre ellas se
colocaban los instrumentos con que
fie inmolaban el holocausto y los de-
más sacrificios. 43 Y un reborde de
un palmo había colocado interior-
mente todo alrededor ; y sobre las
mesas colocábase n la carne que era
ofrecida. 44 Fuera de la puerta inte-
rior estaban en el atrio interno las
cámaras de los cantores : una al cos-
tado de la puerta del norte, y cuya
fachada miraba al mediodía ; la otra
al costado de la puerta del sur », y
cuya fachada miraba al norte. * Y
me dijo : «Esta cámara cuya fachada
mira al mediodía es para los sacer-
dotes que desempeñan el servicio del
templo,; 40 y la cámara cuya fachada
mira hacia el norte, para los sacer-
dotes encargados del servicio del al-
tar. Son los hijos de Sadoq, los que
de entre los levitas pueden acercarse
a Yahveh para servirlo.» 47 Y midió
el atrio, resultando cien codos de
longitud y cien de anchura, un cua-
drado. Y el altar hallábase frente al
templo.
_ 48 Introdújome entonces en el ves-
tíbulo del templo, y midió los con-
trafuertes del vestíbulo: cinco codo?,
de un lado y cinco de otro; también
la anchura de la puerta : catorce co-
dos; y las paredes laterales de la
puerta P; tres codos de un lado y
tres de otro. 48 La longitud del ves-
tíbulo era de veinte codos y la pro-
fundidad doce codos, y subíase a él
por diez i gradas ; y en los contra-
fuertes había columnas, una a cada
lado.
El santísimo y construcciones anejas. Objetos
del santuario
á~\ ' E introdújome en el santua-
no y midió los contrafuertes :
seis codos de anchura de un lado y
seis del otro : tal es la anchura de
los contrafuertes*. 2 Y la amplitud
de la entrada era de diez codos, y
la de las paredes laterales de la en-
trada, cinco codos a una parte y cin-
co a la otra. Y midió su longitud :
cuarenta codos, y su anchura : vein-
te codos. 3 Y penetró en el interior
y midió los contrafuertes de la en-
trada : dos codos ; la entrada misma :
seis codos; y las parecedes laterales 0
de la puerta : siete codos de un lado
y siete del otro*. * Midió asimismo
su longitud : veinte codos, y su an-
chura : veinte codos en la fachada
del santuario ; y díjome : «Ese es el
santísimo.»
5 Y midió el muro del templo: seis
■odos; y la anchura del edificio late-
ral : cuatro codos todo alrededor del
templo. 6 Los cuartos laterales eran
"' En el pasadizo de la puerta hacia el norte : otros vierten «al norte de quien
u Y ios demás sacrificios: o el sacrificio de degüello; muchos prpn. suprimirlo.
43 Y un reborde... : pasaje de interpretación dudosa. || La carne que era ofrecida :
o de la ofrenda. Otros leen, en cambio, c. G : «sobre las mesas, por encima, había
tejados de protección (de la carne del sacrificio) contra lluvia y calor.n
** FUERA de la puerta interior : otros leen, en cambio, c. G : «y me hizo entrar
en el atrio interior, y de aquí que había dos cámaras en el atrio interno: una...».
A -j 1 El santuario : o cámara del templo.
^J- * Treinta el uno sobre el otro : o sea treinta celdas en cada uno de los tres
pisos. || Salientes: asi (o lit., «entrantes», según el punto de vista que se adopte! R,
Kit 1. c. G (cf. i Re. 6, 6) disminuciones. Otros, «vigas de apoyo».
— I5<5o —
41 7-14
EZEQUIEL
41 15-19
d treinta el uno sobre el otro tres1*
veces. En el muro del templo había
salientes todo alrededor para estri-
bar los cuartos laterales, para .que
no tocaran en la pared del templo.
1 La anchura de los cuartos iba cre-
nendo más y más todo en torno a
medida que se subía, pues el corre-
dor del templo iba creciendo gra-
dualmente todo alrededor del edifi-
cio ; por esto, la anchura del templo
era mayor hacia arriba ; y así as-
cendíase del piso inferior al medio
V luego al superior e. 6 Y observé
que el templo [parecía descansarj
ootttc una altura todo alrededor ;
los fundamentos de los aposentos la-
terales medían una vara entera de
seis codos en medida de lado. 9 La
anchura del muro deledificio lateral
hacia afuera era de cinco codos, co-
mo igualmente la del espacio libre
dejado entre ' los aposentos latera-
les del templo. 10 Y entre las celdas
había una anchura de veinte codos
todo alrededor del templo. 11 Las en-
tradas b del edificio lateral estaban
hacia el espacio libre : una puerta
estaba hacia el norte y la otra hacia
el mediodía ; y la anchura del espa-
cio libre era de cinco codos todo en
torno. n Y la construcción que se ha-
liaba en el frente del espacio cerca-
do mirando hacia poniente tenía se-
tenta codos de anchura ; y el muro
del edificio, todo alrededor, tenía un
espesor de cinco codos, y su longi-
tud era de noventa codos.
■ Después midió el templo, resul-
tando una longitud total de cien co-
dos ; y el espacio cercado y la cons.
trucción con sus muros : cien codos
de longitud ; " y la anchura de la
fachada del templo y de su espacio
cercado que mira a oriente : cien co
dos. "Y midió la longitud
ficio frente al espacio cerc;
había detrás y sus galerías
otro lado : cien codos.
El santuario [así como el
rior y los vestíbulos del atrio, *" ios
umbrales, . las ventanas enrejadas y
las galerías que circuían aquellas
tres partes, empezando por cada um-
bral, hallábanse revestidos de made-
el edi-
io que
uno y
'] inte-
Secclón transversal del templo
ra todo alrededor. Del pavimento a
las ventanas — las cuales estaban cu-
biertas— ¡"í y hasta la parte supe-
rior de la puerta 17 y hasta el templo
interior y por todo el muro en tor-
no, tanto interior como exteriormen-
te, había paños 1S con representacio-
nes de querubines y palmeras. Entre
querubín y querubín había una pal-
mera, y cada querubín tenía dos ros-
tros : 19 el rostro de un hombre vuel-
to hacia la palmera de un lado y e'.
rostro de un león vuelto hacia la
palmera del otro lado, representado--
' Era mayor hacia arriba : otros, como Galling, corrigen «había huecos de subi-
da...», e interpretan de diferentes modos este difícil versículo.
8 V orservé... : así ales., pero el v. suele corregirse bastante : «e hízose visibli
un empedrado elevado tu torno al templo». || En medida de lado o lateral : debe ser
expresión técnica referente a una medida angular.
9 Como igualmente: e. d., cinco codos (cf. Si Otros traducen diversamente.
12 Cercado : o que cerraba, separado.
16 Galerías : o pasadizo cubierto; otros corrigen muros.
16 Enrejadas : o bien, «sesgadas», «de marco», según otros. || Y las galerías..
Galling y otros corrigen ampliamente: «y los fnarcos de puerta, en su triplicidad,
hallábanse..,». Otros, de manera distinta. Esa triplicidad se referiría para algunos al
trío que forman jambas y dintel. || Estaban cubiertas: otros, «llevaban cortinas»;
otros suprimen la¡, cuales (lit., y las ventanas!. Todo este pasaje es sumamente discu-
tible y lia dado lugar a interpretaciones muy dispares.
o Templo interior: e. d., el santísimo. II Interior como exieriormente : e. d., el
muro del santísimo y el del santuario. || Paños: es dudoso si el revestimiento orna-
mental a que el texto se refiere consistía en paños o en frescos con representaciones
de querubines y palmeras.
- 1561 -
11 20-42 »
EZEQU1KL
41 26-42 12
por todo alrededor del templo. 50 Des-
de el suelo hasta la parte superior
de la puerta había representados en
el muro querubines y palmeras del
santuario. 21 La puerta del h santua-
rio tenía un jambaje cuadrangular,
y delante del santísimo había un a
modo de 22 altar de madera, de tres
codos de altura por dos de longitud
y dos de ancho '; y sus ángulos y
su basa, así como sus paredes, eroii
de madera. Y díjome : «Esta es la
mesa que está delante de Yahveh.»
23 Una puerta de dos batientes tenía
el santuario, y el santísimo 2< poseía
igualmente una puerta con batientes
dobles. Cada uno de ellos llevaba dos
hojas giratorias : dos para un ba-
tiente y dos para el otro. 25 Sobre
ellos, i sobre los batientes del santua-
rio j, estaban esculpidos querubines
y palmeras, como los representados
en los muros ; y un tejaroz ( ?) de
madera había sobre la fachada del
vestíbulo, al exterior. 20 Ventanas en-
rejadas y palmeras había a cada la-
do de los muros laterales del vestí-
bulo, como también las alas laterales
del templo estaban provistas de te-
jaroz ( ?).
Los aposentos de los sacerdotes. Medidas
generales del templo
¿, *j 1 Y sacóme al atrio exterior d
hacia b el norte e introdújome
en la cámara que había enfrente del
espacio cercado y de la construcción
que miraba al norte. 2 La longitud c
era de cien codos en la puerta del
norte, y la anchura cincuenta co-
dos. ' Frente a los veinte [codos ?]
hacia el atrio interior y frente al em-
pedrado hacia el atrio exterior, había
galería ante galería en tres planos.
4 En la parte anterior de las cáma-
ras había un corredor de diez codos
de ancho hacia el interior y cien co-
dos de longitud d, y sus puertas da-
ban al norte. e Las cámaras superio-
res eran más angostas que las infe-
riores y medianas del edificio, pues
las galerías absorbían parte de ellas;
■ porque se hallaban dispuestas en
tres planos y no tenían columnas co-
mo las columnas de los atrios ; pues
[a las superiores] habiaseles quitado
terreno en comparación con las infe-
riores y las medianas e. 7 Y el muro
exterior, en correspondencia con las
cámaras por el lado del atrio exter-
no, en la parte anterior de las cá-
maras, medía cincuenta codos de lon-
gitud ; 8 porque la profundidad de
las cámaras que daban al atrio ex-
terior era de cincuenta codos ; en
cambio, del lado de la fachada de!
santuario era de 'cien codos. * Por
bajo de estas cámaras estaba la en-
trada, del lado de oriente, para quie-
nes penetraban a ellas desde el atrio
exterior. IU A lo ancho del muro del
atrio f, por la parte del mediodía «.
delante del espacio cercado y delan-
te del edificio había también cáma-
ros; 11 ante ellas existía un corredor,
y su aspecto era como el de las cá-
maras de la parte septentrional; tr-
nian la misma longitud y anchura y
exactamente iguales salidas y dispo-
siciones que ellas ; y conforme a las
entradas de éstas, í2 eran las entra-
das de las cámaras que había en la
parte sur : una entrada al principio
del corredor, a lo largo del muro pa-
ralelo para quienes entraban proce-
M Hojas giratorias: para Galling, «listones transversales! (charnelas?).
¿(O 2 En la puerta del norte : texto dudoso, al que se proponen correcciones : ten
la 'parte norte»..., o bien se suprime.
3 Frente a los veinte : para algs., quizá olas veinte cámaras». Todo el texto e-
oscuro y apenas inteligible, por lo que las explicaciones divergen notablemente. || Ga-
lería : otros, «escarpa, declive...», dispuesta en tres terrazas.
10 A lo ancho del muro del atrio : otros, como Galling, modifican H así : «A lo
ancho del atrio interior se encontraba un muro para el camino del este. Y delante
del espacio cerrado había cámaras en la fiarte sur.*
a Eran las entradas... : ales, suprimen todo el y. Otros corrigen y traducen «y las
entradas ' He las cámaras (o salas) del sur eran como las entradas de la primera eá-
mará, y ante ellas había un muro y un espacio en dirección al ««te»
42 !*-43 7
f rj.crn:
42 is-43 15
dentes de la parte del este. u Y dí-
jonie : «Las cámaras del norte y b las
del mediodía que hay -enfrente de',
espacio cercado son las cámaras san-
tas, donde han de comer los sacer-
dotes que se acercan a Yahveh las
cosas sacrosantas ; allí depositarán
las cosas santísimas : las oblaciones
y los sacrificios por el pecado y por
el delito, pues es lugar santo. " Y
cuando los sacerdotes hayan entrado
allí, no saldrán del lugar santo al
patio exterior, sino que dejarán allí
sus vestiduras con que hayan ejerci-
do el ministerio, pues son santas ; y
se vestirán otras ropas y entonces s"<
acercarán al sitio destinado al pue-
blo.»
" Y cuando hubo acabado de medir
'.a parte interior del templo, 6acóm«
hacia la puerta que miraba a orien-
te, y midió todo en torno. ** Midió
el lado oriental con la vara de me-
dir : quinientas varas de la vara de
medir. »' Y se volvió y ' midió por la
parte septentrional quinientas varas
de medir. Luego se volvió 18 ¿ v mi-
dió la parte meridional : quinientas
varas de la vara de medir. 18 Volvió-
se a la parte de poniente y k midió
quinientas varas de la vara de medir.
"u Por los cuatro vientos midió, y el
muro que lo ceñía todo alrededor te-
nía quinientas [varas] de longitud
por quinientas de ancno, separando
el lugar sagrado del profano.
Retorno a! templo de la gloria de Yahveh
43
V trasladóme a la puerta » cu
ya fachada b da hacia oriente,
c y he aquí que la gloria del Dios de
Israel venía por la vía oriental. Su
ruido semejaba al fragor de pode-
rosas aguas, y la tierra resplandecía
de su gloria. * 0 El aspecto de la ima-
gen que yo vi c era como la imagen
que había visto cuando vino El d a
destruir la ciudad; y como la visión 0
que había yo contemplado junto al
río Kebar. Y caí de bruces. 4 Y la
gloria de Yahveh penetró en el tem-
plo por la 1 puerta que miraba hacia
oriente. s Y alzóme el espíritu y me
introdujo en el atrio interior, j he
aquí que la gloria de Yahveh "hen-
chía el templo. * Y oí a alguien que
me habíate desde el templo, mien-
tras aquel personaje permanecía en
pie junto a mí ; " y me dijo : «Hijo
del hombre, éste es el lugar de mi
trono y el lugar de las plantas de
mis pies, donde yo he de habitar en
medio de los hijos de Israel para
siempre. La casa de Israel no piola-
nará más mi santo nombre, ni ellos
ni sus reyes, con su fornicación ni
con los cadáveres de sus reyes, con
sus alturas sagradas, 8 poniendo su
umbral con mi umbral y sus jambas
junto a mi jambaje, con solo un mu-
ro entre mí y ellos, y profanando mi
santo nombre con las abominaciones
que ellos cometieron, de modo que
yo los aniquilé en mi cólera. ■ Aho-
ra, pítes e, han de alejar de mí su
fornicación y los cadáveres de sus
reyes y moraré en medio de ellos por
siempre. 10 Y " tú, hijo del hombre,
describe a la casa de Israel este tem-
plo, para que queden confundidos de
sus iniquidades. Y tomarán medida
del diseño. a Y si se avergüenzan de
cuanto han hecho, dales a conocer
la imagen del templo, su estructura,
sus salidas y entradas, toda su dis-
posición y todos sus ritos 1 y leyes ;
y escríbelo
guarden toi
estatutos v
la ley del'l
de la mont
tera, todo z
a vista de
s, para que
torma v todos sus
cumplan'. a Esta es
o : sobre la cumbre
su demarcación en-
dor, será santísima.
Ele aquí cuál es la ley del templo.
UU1NILM
entiéndase 500 codos.
A O - Por i.» vía oriental : e. d., por el este, por donde habla salido (10, 19).
t:0 « oí a alguien : al Señor mismo, en opinión de Maldonado y otros comentaristas.
* Ni ellos ni sus reyes : según los rabinos, parece tratarse aquí de los cadáveres
de Manases y Aminón, inhumados en un huerto próximo al templo.
w Y tomaran hedida del di*-eño o modelo : ales, corriien ty (descríbele», 1 sus mo
didas y su modele».
43
F.ZKQUIEL
43 19-2'
13 Y éstas son las medidas del al-
tar en codos de codo y palmo : i su
seno era de un codo i ñor uno de an-
chura, y su cerco sobre su borde k
era de un palmo todo alrededor. Tal
era la altura del altar : " del seno
sobre el suelo hasta el rellano infe-
rior había dos codos v un codo de
anchura, y desde el rellano pequeño
F.l modelo del altar
hasta el rellano grande había cuatro
codos por uno de anchura. 15 El ariel 1
era de cuatro codos y de él emergían
los cuatro cuernos. 10 El ariel tenía
doce codos de largo por doce codos
de anchura, constituyendo un cua-
drado con los cuatro lados iguales.
17 En cambio, el rellano [mayor] era
de catorce codos de largo por cator-
ce de ancho, en los cuatro lados, con
una cornisa alrededor, de medio co-
do, y una hondonada de un codo to-
do en torno, y sus aradas estaban
dirigidas a oriente.
18 Y me dijo : Hijo del hombre, asi
afirma el Señor m, Yahveh : Estas
son las le3-es del altar para el día
que sea construido, a fin de que so-
bre él se ofrezcan holocaustos y se
rocíe con sangre. 10 Y darás a los
sacerdotes levitas pertenecientes a la
estirpe de Sadoq, que pueden acei-
tarse a mí a servirme, declara el Se-
ñor m, Y'ahveh, un novillo joven en
sacrificio por el pecado. M Y tomarás
de su sangre y la pondrás sobre los
cuatro cuernos del altar y sobre los
cuatro ángulos del rellano y la cor-
nisa de todo alrededor : así ofrece-
rás sacrificio expiatorio por ello y
harás por ello expiación. 21 Luego to-
marás el novillo del sacrificio por el
pecado y lo quemarás en el lugai
del templo destinado al efecto, fuera
del santuario. 22 Al día siguiente ofre-
cerás un macho cabrío sin lacha en
sacrificio por el pecado, y ofrecerán
la expiación por el altar, según lo
hicieron con el novillo. :'3 Cuando ha-
yas concluido de ofrecer la expiación,
presentarás un novillo joven sin ta-
cha, y un carnero del ganado menor
sin mácula. 24 Y los ofrecerás ante
Yahveh, y los sacerdotes arrojarán
sobre ellos sal y los ofrendarán como
holocausto a Yahveh. 25 Durante sie-
te días ofrecerás diariamente un ma-
cho cabrío en sacrificio por el peca-
do, y se sacrificará un novillo joven
y un carnero del ganado menor 26 por
espacio de siete días. Y harán la ex-
piación n del altar y lo purificarán
y consagrarán. 27 Pasados esos días,
desde el día octavo en adelante, los
sacerdotes inmolarán sobre el altar
vuestros holocaustos y vuestros sa-
crificios pacíficos, y os seré propi-
cio», declara el Señor m, Yahveh.
13 Codos de codo y palmo : e. d., codos equivalentes a un codo corriente y un
palmo. || Sexo : parece ser aquí o una cavidad abierta en el pavimento que rodeaba
al ara, en la cual se vertía la sangre de las víctimas, o cierta basa que sostenía el ara.
15 Ariel : e. d.,, 'ara de Dios', era el plano superior del altar u hogar de sacrificios.
17 Y os seré propicio : guiados por la Epístola de San Pablo a los Hebreos (S, 9, io),
debemos reconocer en esta visión el símbolo de la purificación de la Iglesia por la
sangre de Cristo, victima y sacerdote.
— 1564 -
44 1-9
EZEQUIEL
44 10-19
Culto y sacerdocio nuevos: los ministros de Yahveh
a a ' Después me hizo volver ca-
^* mino de la puerta exterior del
Nantuario que mira a levante, la cuaj
estaba cerrada. 1 Y díjome Yahveh »:
«Esta puerta permanecerá cerrada ,
no se abrirá y nadie ha de penetral
por ella, porque Yahveh, Dios de Is-
rael, por ella entró, y cerrada ha de
permanecer. 3 En cuanto al princi-
pe b, él se sentará en ella a comer
delante de Yahveh ; entrará por ei
vestíbulo de la puerta y por ese mis-
mo camino saldrá.»
4 Y me introdujo por la puerta sep-
tentrional delante del templo. Y mi-
ré, y he aquí que la gloria de Yah-
veh henchía la casa de Yahveh, y caí
de bruces. 6 Y díjome Yahveh : «Hijo
del hombre, considera y mira con tu»
ojos y escucha con tus oídos cuanto
yo te 0 diga acerca de todos los es-
tatutos de la casa de Yahveh y de
todas sus leyes, y para mientes en
cómo se entra en el templo por to-
das las salidas del santuario. 8 Y di-
rás a los rebeldes, a la casa de Is-
rael : Así habla el Señor d, Yahveh :
Ya son demasiadas vuestras abomi-
naciones, ¡ oh casa de Israel ! ; ' de
haber introducido extranjeros, incn-
cuncisos de corazón e incircuncisos
de cuerpo, para que estuviesen en mi
santuario profanando mi casa e mien-
tras me presentabais mi pan, grasa
v sangre, y habéis quebrantado ' así
mi alianza' con todas vuestras abo-
minaciones. 8 Y no habéis guardado
las observancias de mi santuario, si-
no que habéis puesto a aquéllos co-
mo ministros del culto en mi santua-
rio, * en lugar vuestro. 9 Así ha dicho
el Señor d, Yahveh : Ningún extran-
jero, incircunciso de corazón e incir-
cunciso de carne, entrará en mi san-
tuario : ninguno de los extranjeros
que viven en medio de los hijos de
Israel. 10 Antes bien, los levitas que
se alejaron de mí cuando Israel se
desvió, descarriándose de junto a mí
tras sus ídolos, soportarán su propia
iniquidad, 11 y servirán a mi santua-
rio como centinelas de ias puertas
del templo y servidores del templo
.nisino; ellos degollarán los holocaus-
tos y las víctimas para el pueblo y
estarán a su disposición para servir-
lo. u Por cuanto que ellos sirvieron b
ante sus ídolos y fueron para la casa
de Israel como seducción ; por eso
he alzado mi mano contra ellos, de-
clara el Señor d, Yahveh; y ellos so-
portarán su iniquidad, " y no se acer-
carán a mí para ejercer conmigo las
funciones sacerdotales ni a tocar nin-
guna de mis cosas santas ni 1 el san-
tísimo, sino que soportarán su igno-
minia y las abominaciones que han
cometido. " Y los he reducido a des-
empeñar el cuidado del templo para
todo su servicio y para cuanto en él
-.e haga.
16 Pero los sacerdotes levitas hijos
le Sadoq, que cuidaron del servicio
de mi santuario cuando los israelitas
se extraviaron lejos de mí, ellos son
quienes se aproximarán a mí para
servirme y estarán a mi disposición
oara ofrecerme la grasa y la sangre,
declara el Señor d, Yahveh. " Ellos
penetrarán en mi santuario y ellos
se acercarán a mi mesa para mi mi-
nisterio y desempeñarán mi servicio.
1T Cuando entren por las puertas del
atrio interior, vestirán vestiduras de
lino, y no llevarán sobre sí lana cuan-
do oficien en las puertas del atrio
interior y dentro del templo. 18 Tur-
bantes de lino llevarán en la cabeza
f zaragüelles de lino n sus riñone:<.
y no se ceñirán nada que provoque
el sudor. 10 Cuando salgan i al atrio
exterior al pueblo, se despojarán
A A - ESTA I'Uerta : este texto es aplicado por los Santos Padres y la Iglesia a la
Virgen Santísima y a su purísima virginidad, no porque la puerta oriental de
que aquí se habla sea símbolo de la Virgen, sino porque la regla de reverencia reli-
giosa a ella aplicada tiene valor también para María.
5 En cómo se extra : así lit. ; algs. corrigen «en todos los que son introducidos en
el templo y en todos los que son sacados del santuario».
• Son demasiadas ; como si dijera : Tiempo es ya de que dejéis vuestras prácticas
13 No se acercarán a mí : de aquí viene — dice Maldonado — la costumbre eclesiástica
de que los clérigos que han pecado sean rechazados por los concilios a los grados
inferiores. || El Santísimo : o bien, «santísimas».
- 1565 -
44 *>~<Í5 ¡>
KZEQU1EL
44 ^-45 »
de las vestiduras con que havan ofi-
ciado y las dejarán en los aposentos
del santuario, y se vestirán con otras
ropas, para no santificar al pueblo
con sus vestiduras. 20 No se raparán
la cabeza y se dejarán crecer el ca-
bello; se corlarán debidamente la ca-
bellera. 21 Ningúfa sacerdote beberá
vino cuando hava de entrar en el
atrio interior. " Ni a viuda ni repu-
diada tomarán para sí por esposa,
sino doncella de la estirpe k de Is-
rael ; mas podrán tomar a quien sea
viuda de sacerdote. 25 Enseñarán a
mi pueblo a discernir entre lo sonto
y lo profano y le darán a conocer la
diferencia entre lo inmundo y lo pu-
ro. u En los pleitos, ellos se presen-
tarán a juzgar y según mis derechos
lo decidirán ; observarán mi ley y
mis estatutos en todas mis fiestas y
santificarán mis sábados. 26 Y a ca-
dáver humano no se llegarán 1 para
contaminarse ; sin embargo, podrán
contaminarse por el padre y la ma-
dre, por un hijo o una hija, por un
hermano o una hermana aún no ca-
sada. 26 Y después de haberse purifi-
cado, se le contarán siete días, 21 y
en el día en que entre en el santua-
rio, en el atrio interno paja ejercer
el ministerio en el santuario, ofrece-
rá su sacrificio por el pecado, decla-
ra el Señor d, Yahveli.
28 Y no tendrán heredad m : yo soy
su heredad ; ni les daréis posesión
en Israel : yo soy su posesión. 28 Las
oblaciones, las víctimas por el peca-
Jo y por el delito han de comer ellos;
y suyo será cuanto sea consagrado a
exterminio en Israel. su Las primi-
cias de todos los primeros frutos de
cualquier clase, y todas las ofrendas
Je cualquier especie de entre todas
vuestras ofrendas alzadas, correspon-
derán a los sacerdotes ; y daréis al
sacerdote las primicias de vuestras
pastas, para que descanse la bendi-
ción sobre vuestras casas °. 21 Nada
de muerto o despedazado, así de aves
como de bestias, han de comer los
sacerdotes.
Posesiones de sacerdotes y levitas y del príncipe.
Festividades anuales
AC 1 »Y cuando os repartáis poi
sorteo la tierra en concepto de
heredad, ofreceréis como oblación a
Yahveh una porción santa de la tie-
rra, de una longitud de veinticinco
mil codos y una anchura de veinte a
mil ; será sonta en todo su término
alrededor. 2 De ella serán para el san-
tuario quinientos codos por quinien-
tos en cuadro todo alrededor ; y en
torno a ella habrá una zona libre de
cincuenta codos. 1 Y de tal extensión,
medirás veinticinco mil codos de lon-
gitud por diez mil de anchura, y en
ella estará el santuario, en calidad
de santísimo. * Esta porción santa de
la tierra será para los sacerdotes mi-
nistros del santuario, que se acercan
para servir a Yahveh ; les servirá de
emplazamiento para las casas y es-
pacio libre b para el santuario 6 Vein-
ticinco mil [codos] de longitud por
diez mil de anchura serán para los
levitas que ejercen el ministerio en
el templo, en concepto de posesión
¡>ara ciudades en que habitar". *A
posesión de la ciudad dedicaréis cin-
co mil codos de anchura por veinti-
cinco mil de longitud, conforme a la
ofrenda sagrada.; para tocia la casa
de Israel será. ' Keservaréis para el
príncipe a un lado y otro de la ofren-
da sagrada y de la posesión de la
ciudad, a lo largo de la ofrenda sa-
grada y de la posesión de la ciu-
dad, por el lado del mar, hacia oc-
cidente, y en dirección oriental, ha-
cia oriente, en longitud correspon-
diente a cada una de las partes [de
las tribus], desde la frontera por oc-
cidente d hasta la frontera por orien-
te 8 del país e. Esta será su posesión
" Derechos : o también, dictámenes.
«° Vuestras pastas : o masas, o también, harina gruesa, cebada mondada.
AK 1 Desde este capítulo fija Ezequiel la nueva repartición de la tierra de Israel
entre las tribus repatriadas, empezando por el templo.
* Conforme a la ofrenda sagrada : c. d., a la porción de nue habló el v. i. G
iconf. a la declinada al traipln»
45 9-17
EZrTQUIBL
45
en Israel, y mis príncipes no opri-
mirán mas a mi pueblo ; mas deja-
rán ' la tierra a la casa de Israel con
arreglo a sus tribus.
9 Así habla el Señor «, Yahveh :
| Ya tenéis bástanle, príncipes de Is-
rael! Apartad la injusticia y la rapi-
ña, practicad el derecho y la justicia,
quitad de sobre mi pueblo vuestras
confiscaciones, declara el Señor s,
Yahveh. 10 Tened balanzas justas, efá
justo y bat justo. 11 El efá y el bat se-
rán de una misma medida, de suerte
que el bat contenga un décimo del
jómer, y un décimo del jómer el efá;
su medida será según el jómer. " El
siclo será de veinte guerás. h Cinco
siclos [moneda] serán cinco 6¡clos
[de peso], y diez siclos, diez, y cin-
cuenta b siclos constituirán entre vos-
otros una mina.
a Esta será la ofrenda que habéis
de ofrecer : un 6exto de efá por cada
jómer de trigo y un sexto de efá por
cada jómer de cebada. " Norma para
el aceite, para el bat de aceite : un
décimo de bat por cada coro, 'o sea
un jómer de diez batos pues diez
batos hacen un coro 15 Y un?, cabe-
za de ganado menor por cada dos-
cientas de la región bien regada de
Israel, para oblaciones, holocaustos
y sacrificios pacíficos, como propi-
ciación para ellos, declara el Señor s.
Yahveh. ™ Toda la gente del país es-
tará obligada a presentar tal ofren-
da al príncipe de Israel. " Mas al
príncipe incumbirán los holocaustos,
oblaciones y libaciones en las fies-
tas, les novilunios y los sábados y k
en todas las solemnidades. El pro-
veerá al sacrificio por el pecado, las
oblaciones, los holocaustos y los sa-
crificios pacíficos, a fin de ofrecer la
expiación por la casa de Israel.
ltrAsí habla el Señor *, Yahveh: El
día uno del primer mes tomarás un
novillo sin tacha y harás la consa-
gración expiatoria del santuario. 10 El
sacerdote tomará de la sangre del
sacrificio por el pecado y la pondrá
sobre las jambas del templo, sobre
los cuatro ángulos del rellano de de-
lante del altar y sobre el jambaje de
la puerta del atrio interior. 20 E igual-
mente harás en el mes séptimo para
quien peque por error y por igno-
rancia, y ofreceréis expiación por el
templo. M El día catorce del primer
mes celebraréis la Pascua, fiesta que
durará una semana ; se comerá pan
sin levadura^ 22 En aquel día el prín-
cipe ofrecerá por él y por todo el
pueblo de la tierra un novillo en sa-
crificio por el pecado ; 18 y durante
los siete días de la fiesta celebrará
holocausto a Yahveh, consistente en
■íiete novillos y siete carneros, sin de-
fecto cada uno de los siete, además
de un macho cabrío diario en sacri-
ficio por el pecado. 24 Y en concepto
le oblación ofrecerá un efá por no-
villo, y un efá por carnero, y un hin
de aceite por efá. 25 El séptimo mes,
n quince del mismo, hará por la fies-
ta como durante esos siete días, tan-
to en lo referente a los sacrificios
por el pecado como en lo que hace
a los holocaustos, las oblaciones y el
aceite.
bastante habéis oprimido al pueblo con exacciones ; observad
stros actos.
11 Su medida o su graduación será... : e. d., su patrón será el jómer.
15 Cinco siclos serán cinco siclos : e. d., el valor nominal y el valor real coincidí-
14 Coro... : sobre estas medidas cf. i Re. 4, 11, nota.
15 La región bien regada : muchos corrigen c. G : c [corno ofrenda] de las estirpes» ,
otros, «del ganado».
20 En el mes séptimo : ,lit., en el séptimo del mes ; cf. G : «el día primero del
séptimo mes» ; vide Lev. 23, 27 ss.
IH-r»rá una semana : se trata del Pentecostés judío.
46 Vt2
EZEQUIEL
46 13-21
Sábados y novilunios. Distintos ritos del templo
A «c 1 «Así afirma el Señor a, Yah-
veh : La puerta del atrio inter-
no que mira a oriente permanecerá
cerrada durante los seis días labora-
bles ; mas el día del sábado se abrü
rá y lo mismo el día del novilunio.
2 Eí príncipe entrará desde fuera por
el vestíbulo de la puerta y se que-
dará junto a las jambas de ésta,
mientras los sacerdotes ofrecerán su
holocausto y sus sacrificios pacíficos.
El se prosternará en oración sobre
el umbral de la puerta y saldrá, y la
puerta no se cerrará hasta la tarde.
3 Y el pueblo del país se prosternará
ante Yahveh, a la entrada de esa
puerta, los sábados y los novilunios.
4 El holocausto que ofrecerá el prín-
cipe a Yahveh el día del sábado con-
sistirá en seis corderos sin defecto
v un carnero sin tacha ; 8 y como
oblación, un cfá por el carnero, y
por los corderos, como oblación, el
presente que pueda, y un hin por
cada cfá. " Y el día del novilunio, un
novillo sin tacha, seis corderos y un
carnero sin defecto ; ' y ofrecerá co-
rno oblación un efá por el novillo y
un cfá por el carnero ; y por los cor-
deros, en la medida que sea capa/
de da> , y un hin de aceite por cada
efá.
8 Cuando el príncipe haya de en-
trar, entrará por el vestíbulo de la
puerta y por ese mismo camino sal-
drá. * Mas cuando penetre la gente
del pueblo ante Yahveh en las so-
lemnidades, quien entre a adorar pol-
la puerta del norte saldrá por la del
mediodía, y quien entre por la puer-
ta meridional saldrá por la septen-
trional ; no ha de volver por la mis-
ma puerta por donde entró, sino que
saldrá por la de enfrente. 10 Y el
príncipe penetrará en medio de ellos
cuando entren, y saldrá cuando sal-
gan ellos. 11 En las fiestas y solem-
nidades, la oblación será de un cfá
por novillo y un efá por carnero, y
por los corderos el presente que pue
da, y un hin de aceite por cada cfá.
12 Cuando el príncipe ofrezca un.
don voluntario, holocausto o sacrifi-
cio pacífico, como presente espontá-
neo a Yahveh, se abrirá para él la
puerta que mira a oriente, y hará su
ho'.ocausto y su sacrificio" pacífico
como hace en el día del sábado ; y
una vez salga, se cerrará la puerta
tras haber él salido.
13 Cada día ofrecerás b como holo-
causto a Yahveh un cordero añal sin
tacha ; cada mañana lo has de ofre-
cer. 11 Además de ello, ofrecerás b co-
mo oblación cada mañana un sexto
de efá y un tercio de hin de aceite
para rociar la flor de harina, como
oblación a Yahveh. Es éste un esta-
tuto 0 eterno y para siempre. ls Y se
ofrecerá el cordero, la oblación y el
aceite cada mañana como holocausto
perpetuo.
w Así habla el Señor a, Yahveh :
Cuando el príncipe haga de su here-
dad d un regalo a alguno de sus hi-
jos, a sus hijos pertenecerá, será
posesión suya en concepto de heren-
cia. " En cambio, cuando de su he-
redad haga un regalo a uno de sus
subditos, será de éste hasta el año
jubilar, volviendo entonces al prín-
cipe ; sólo la heredad de 6 sus hijo»
a éstos pertenecerá. 18 Asimismo, el
príncipe no podrá tomar nada de la
heredad del pueblo, despojándole de
su posesión ; de su propia posesión
podrá transmitir en herencia a sus
hijos, a fin de que mi pueblo no sea
desplazado de la posesión que a cada
uno corresponde.»
18 Luego condújome por la entrada
que se halla al costado de la puerta
a las habitaciones del santuario des-
tinadas a ' los sacerdotes, las cuales
miraban al norte ; mas he aquí que
allí había un lugar en el fondo que
daba a poniente. 20 Y díjome : «Este
es el sitio donde los sacerdotes han
de guisar las víctimas por el delito
v por el pecado y cocer las oblacio-
nes, a fin de que no lo saquen al
atrio exterior, santificando así al pue-
blo.» n Luego me sacó al atrio exte-
rior y me hizo pasar junto a las cua-
A f* 1 El presente uue pueda : lo que tenga a mano y quiera dar.
rrO io y el príncipe : la costumbre de asistir el rey a las solemnidades en medio
de su pueblo existió antes del cautiverio, y a ella se refiere David en el salmo 4i4„, 5
m Habitaciones del santuario : o bien, celdas santas.
- 1568 -
46 22-47 9
EZRQUIEL
46 24-47 18
tro esquinas del atrio, v he aquí que
había un patio en cada uno de ios
ángulos del atrio. " En las cuatro
esquinas del atrio había unos pane-
cillos e de cuarenta codos de longitud
por treinta de ancho ; una» misma»
dimensiones tenían los cuatro. a Un
amurallamiento circundaba a los cua-
tr» atrios todo alrededor, y bajo el
muro había todo en torno construí-
dos fogones. 21 Y me dijo : «Este es
el departamento de los fogones, don-
de los ministros del templo guisarán
los sacrificios del pueblo.»
Nueva distribución del país israelita. El agua que brotará
del nuevo templo. Renovación de fronteras
47
Luego hízome volver a la puei-
ta del templo, y he aquí que
por debajo del umbral del mismo,
en dirección este, brotaba agua; pues
la fachada de aquélla daba a orientt,
v las aguas descendían de debajo de
la pared lateral derecha del templo,
al sur del altar. 2 Y sacóme por la
puerta septentrional e hízome dai la
vuelta, por fuera, hasta la puerta ex-
terior que mira camino del este, y
he aquí que las aguas fluían por la
pared lateral sur. 3 Al salir el indivi-
duo hacia oriente, llevaba en su ma-
no un cordel, y midió mil codos e
hízome atravesar el agua, que llega-
ba hasta los tobillos. 1 Y midió otro»
mil codos y me hizo atravesar las
aguas con el agua hasta las rodillas,
y midió mil mas y me hizo atravesar
con el agua hasta la cintura. 5 Y mi-
dió otros mil : era un río que no
pude atravesar, pues las aguas ha-
bían crecido y tenían que pasarse a
nado ; era un río que no podía atra-
vesarse. 8 Y me dijo: «¡ Ya has visto,
oh hijo del hombre!» E hízome vol-
ver a la orilla del río. 7 Cuando re-
gresé, observé a orillas del río una
arboleda copiosísima a una y otra
margen. 8 Y díjome : «Estas aguas
brotan en la región oriental, bajan
al Arabá y desembocan en el mar,
en el agua a fétida b, y las aguas que-
dan saneadas. 9 Y todo ser viviente
que se agita en el agua, allá donde
llegue el río c, vivirá, y los peces se-
rán muy abundantes, pues habrán
llegado allá estas aguas y quedarán
saneadas, d y habrá vida doquiera De
gue el río d. 10 Y acaecerá que se pa-
rarán a sus orillas los pescadores ;
desde En-gaddí hasta En-egláyim se-
rá e uni tendedero de redes. Y por
sus variadas especies, sus peces se
rán abundantísimos como los peces
del mar grande. 11 Sus pantanos y
lagunas no se sanearán; serán deja-
dos como salinas. " Junto al río cre-
cerán, a una y otra orilla, toda suer-
te de árboles frutales, cuyo follaje no
se marchitará y cuyo fruto no se ago-
I tará. Todos los meses traerán fruto»
I nuevos, pues sus aguas brotan del
santuario. Y sus frutos servirán de
alimento y sus hojas de medicina.
u Así ha dicho el Señor ', Yah-
veh : Estas e serán las frontera» de
la tierra que recibiréis en herencia
las doce tribus de Israel (José una
parte doble h) ; 14 lo heredaréis cada
uno en igual proporción que su her-
mano, de lo que yo, alzando la ma-
no, juré dar a vuestros padres ; y
esta tierra os tocará en concepto de
heredad. 11 Esta será, pues, la de-
marcación del país : por el lado sep-
tentrional, desde el mar grande, ca-
mino de 1 Jetlón, hasta por donde se
entra a Jamat ¡, hacia Sedad; w Ja-
mat k, Berota, Sibráyim, entre el te-
rritorio de Damasco y de Jamat ; Ja-
ser-E/ió» l, situado en la frontera de
Haurán. " Así, pues, la frontera co-
rrerá desde el mar hasta Jaser-Enón,
de suerte que el territorio de Damas-
co quede al norte m, n al lado del te-
rritorio de Jamat n. Tal será el lado
septentrional. 13 En cuanto«al costado
oriental, entre Haurán, Damasco, Ga-
AiJ 8 Araba : e. d., la región baja o depresión profunda que abarca el valle d
Jordán y el mar Muerto y la tierra al sur de éste; ef. Dt. i, i.
10 En-gaddí v En-egláyim : en la marsen occidental del mar Muerto. || Ma
grande : e. d., el ¡Mediterráneo.
" Estas serán : después de la descripción del templo y lo a él concerniente vien
lo que respecta a la organización civil y política del país.
" Mar oriental : e. d., el mar Muerto.
rs<59-
9
laad y la tierra de Israel, será la
frontera 0 el Jordán, hacia » el mar
oriental hasta Tamar*; tal será el
flanco del este. " El lado del 6ur, al
mediodía, será desde Tamar hasta
las aguas de Meribaf-Oadés, en la
dirección del torrente hasta el mar
grande ; éste será el lado sur, por el
mediodía. 20 Y el flanco occidental
será el mar grande, que constituye
la frontera 0 hasta enfrente de la en-
trada de Jamat. Tal será el lado oc-
cidental.
M Y os repartiréis esta tierra según
las tribus de Israel ; " y echaréis
suertes sobre ella para poseerla co-
mo heredad entre vosotros y los ex-
tranjeros inmigrados en medio de
vosotros que hayan engendrado hijos
en medio vuestro, pues serán para
vosotros como nacidos entre los is-
raelitas ; con vosotros echarán suer-
tes para poseerla como propiedad en
medio de las tribus de Israel. a En
cualquier tribu en que el extranjero
more, allí le darán su heredad», de-
clara el Señor ', Yahveh.
Distribución del territorio
aq 1 «Y éstos son los nombres de
las tribus : por el extremo sep-
tentrional, camino de Jetlón hasta la
entrada de Jamat, hasta Jaser-Enón
— de forma que a el territorio de Da-
masco queda al norte—, al lado de
Jamat, tendrá b Dan una parte here-
ditaria, desde el lado oriental hasta
el costado occidental °. 2 Y limitan-
do con Dan, desde el lado oriental
hasta el lado occidental, Aser, una
parte. * Y fronterizo con Aser, desde
el lado oriental hasta el occidental,
Neftalí, una parte. 4 Y junto al te-
rritorio Neftalí, desde el lado orien-
tal hasta el occidental, Manasés, una
parte. ' Y fronterizo con Manasés,
desde el lado oriental hasta el occi-
dental, Efraím, una parte. 6 Y limi-
tando con Efraím, desde el lado
oriental hasta el occidental, Rubén,
una parte. ' Y junto al territorio de
Rubén, desde el lado oriental hasta
el occidental, Judá, una parte. 8 Y
limitando con Judá, desde el lado
oriental hasta el occidental, estará
la porción sagrada que habéis de re-
servar como ofrenda, de veinticinco
mil [codos] de anchura y de larga
como una de las partes, desde el
flanco oriental hasta el occidental. Y
en medio de ella estará el santuario.
* La porción sagrada que ofrece-
réis a Yahveh será de veinticinco mi!
[codos] de longitud por veinte a mil
de ancho. lu Y la parte sagrada re-
servada a los sacerdotes comprende-
rá lo siguiente : al norte, veinticin-
co mil [codos] de longitud ; al oeste,
diez mil de anchura ; al este, diez
mil de anchura, y al sur, veinticinco
mil de longitud ; y el santuario de
Yahveh quedará en el medio. " Per-
tenecerá a los sacerdotes, los consa-
grados, de entre los hijos de Sadoq,
quienes desempeñaron mi servicio y
no se descarriaron al descarriarse los
israelitas, como se descarriaron los
levitas. " Y les corresponderá [aque-
lla porción] de la ofrenda del país
como cosa santísima, junto al terri-
torio de los levitas.
" Y los levitas tendrán e, en co-
rrespondencia con el territorio de los
sacerdotes, veinticinco mil [codos]
de longitud por diez mil de anchu-
ra; la totalidad ' tendrá una longitud
de veinticinco mil codos y una an-
chura de veinte d mil. " Y no 6e po-
drá vender nada ni permutar, ni tras-
pasar las primicias de la tierra; pues
son cosas consagradas a Yahveh.
18 Los cinco mil [codos] que res-
tan en anchura en el lado de los
veinticinco mil constituirán terreno
profano para la ciudad, para las mo-
radas y para el ejido. La ciudad es-
i tará en el medio. 16 Y éstas serán sus
Aguas de Meribat-Qadés : o bien, las aguas de la reyerta, en Qadés.
22 Los exiranjfros inmigrados : se les permite en adelante tomar parte en la
posesión territorial, a condición, empero, de que i>ermanezcan en la tierra de modo
estable.
Fjir>o : o espacio libre
- 1570 -
48
48
dimensiones : lado del norte, cuatro
mil quinientos [codos] ; lado del sur,
cuatro mil quinientos ; lado del este,
cuatro mil quinientos, y lado del oes-
te, cuatro mil quinientos.
" Y la ciudad tendrá un ejido de
doscientos cincuenta [codos] al nor-
te, doscientos cincuenta por el sur,
doscientos cincuenta por el este y
doscientos cincuenta por el oeste. 18 Y
a lo largo, e paralelamente a la por-
ción sagrada e, quedarán diez mil co-
dos a oriente y diez mil a poniente,
paralelamente a la porción sagrada ;
y sus productos se destinarán a la
manutención de los trabajadores de
la ciudad. 19 Y los trabajadores de la
ciudad trabajarán en ella procedentes
de todas las tribus de Israel. " Toda
la porción reservada será de vein-
ticinco mil [codos] por veinticinco
mil ; en cuadro tomaréis la ofrenda
santa con inclusión de la posesión de
la ciudad.
" El resto pertenecerá al príncipe .
a uno y otro lado de la zona sagrada
y de la posesión de la ciudad, a lo
largo de los veinticinco mil [codos]
de la zona sagrada [al este] hasta la
frontera oriental ; y al oeste, a lo
largo de los veinticinco mil codos
hasta h la frontera occidental, en co-
rrespondencia con las demás porcio-
nes, será propiedad del príncipe. Y
la porción sagrada y el santuario del
templo estarán en medio. " Y la po-
sesión 1 de los levitas y la de la ciu-
dad estarán en medio de la corres-
pondiente al príncipe ; lo que hay
entre el territorio de Judá y el te-
rritorio de Benjamín será del prín-
cipe.
13 En cuanto al resto de las tribus,
desde el lado oriental hasta el occi-
dental, Benjamín tendrá una parte.
M Y lindando con Benjamín, desde el
lado oriental hasta el occidental, Si-
meón, una parte. M Y fronteriza con
Simeón, desde el lado oriental hasta
el occidental, Isacar, una parte. !6 Y
lindando con Isacar, desde el lado
del oriente hasta el occidental, Za-
bulón, una parte. " Y fronteriza con
Zabulón, desde el lado oriental has-
ta el de occidente, Gad, una parte.
* Y limitando con Gad, desde el la-
do meridional, por el sur, la fronte-
ra correrá desde Tamar hasta ¡ las
aguas del Meribat-Qadés, siguiendo
el torrente hasta el mar grande.
28 Tal es la tierra que sortearéis en
concepto de posesión hereditaria en-
tre las tribus de Israel, y tales serán
sus divisiones, declara el Señor k,
Yahveh.
*° Y éstas serán las salidas de la
ciudad: por el lado norte, cuatro mil
quinientos [codos] de medida. 81 Y
las puertas de la ciudad se denomi-
narán según los nombres de las tri-
bus de Israel, y habrá tres puertas
<al norte> una puerta de Rubén,
una puerta de Juda, una puerta de
Leví. " Por el lado oriental, cuatro
mil quinientos [codos] y tres puer-
tas : la puerta de José, una ; la puer-
ta de Benjamín, una ; la puerta de
Dan, una. M Por el lado sur, cuatro
mil quinientos [codos] de medida y
tres puertas : una puerta de Simeón,
una puerta de Isacar, una puerta de
Zabulón. ** Y m por el lado occiden-
tal, cuatro mil quinientos [codos] y
tres puertas : la puerta de Gad, una ;
¡a puerta de Aser, una ; la puerta de
Neftalí, una. " El perímetro, dieci-
ocho mil [codos], y el nombre de la
ciudad será a partir de aquel día
«Yahveh está allí».
■ Yahveh está allí : la promesa hecha por Dios a su pueblo de que habitaría
con El ha sido representada por la entrada de la gloria divina en el tabernáculo y en
el templo. Se cumplirá por la Encarnación. Emmanuel, Dios con nosotros, es la
realización de lo predicho por Ezequiel : «Yahveh está alll.i
- 1571 -
NOTAS CRITICAS A EZEQUIEL
aaadd, según Kit (cf G)] bH sus rostros y sus alas; pero cf GL (Kit)] c cf Kit
y y 9 23] d asi Kit c GLAr; H y semejanza de] e lit salía; así c V (cf Kit)] f t cf Kit]
6 lit y miedo para ellos, texto que ha de corregirse (las miréT, y miré y lie üquí
que?, cf Kit)] b H añade por dittogr allá el Espíritu a marchar (cf Kit)] i lit del ser
animado leí Kit)] J así Kit c pe mss vers ; H sing] k H añade por dittogr y cada uno
tema dos Que les cubrían; lo om c umss GAr (cf Kit).
CAP. 2
a así Kit c V etc ; Ha tí] b *g¡ ins Kit c 321113a edd GS
CAP. 3
a así c GLSV; H háblales con mis palabras] b así c Kit; GSV y sí; H si no] c di,
anota Kit (cf)] d así c Kit; H (—V) bendita (lit bendito, e. d., la gloria, mase.] » asi
Kit c V etc; Haíi] 1 así c Kit ; Ha mí] e así c Kit ; H a tí.
CAP. 4
a así c Kit; H pondrás] b así Kit c G ; H (cf V) trescientos] c add, anota Kit]
d di, anota Kit] • H y; leemos c Kit en c 3mss ed Tmstv.
CAP. 5
a a Kit 1 c G y dirás] b Kit lo suprime c Gb...] c así c Kit y otros críticos] d así H
(o «rasuraré o esquilaré, disminuiré»); otros 1 c SymTV Quebrantaré, cortaré; Kit 1
c GLS rechazaré] • Kit 1 vosotros.
CAP. 6 ,
a Kit di c Gb] b asi c Kit (cf ASymThTV) ; H luí Quebrantado] e así « Kit (af) ;
H Diblá.
CAP. 7
a así quizá c 2mss (G)TV (cf v 6)] b di c Gb anota Kit] cH afiade aquí se ha des-
pertado; di c GT, anota Kit] d"d di c G, anota Kit] e-e di c Gb, anota Kit] ('t Kit 1
*que aun continúe vivo (se afirmará)»] e s di, anota KH] b"ta Kit lo suprime c GbL]
i así Kit c GLiiSV ; H trocó] J así ins Kit c ca 2omss ed TV.
CAP. 8
a Kit di c GbLd] b así Kit c GbLd ; H luego] c así Kit c GSTV ; H plur.
CAP. 9
a a así Kit c G ; H sing] b di c GLd, anota Kit] c di c GbLd, anota Kit.
CAP. 10
a as! c G ; H sing ; prp el carro como en 9 3] b así c GVAr cf 9 3; H sobre]
t G manos; así Kit] d prps toro cf 1 10] e e así prb (cf Kit) ; H cuando ellos salieron
y las ruedas] f así c GS ; H sing.
CAP. II
a di anota Kit c mss GbLd] b así c mlt mss edd vers ; H saqué] c di anota Kit
c ms Gb y Ld] d Kit cree prb 1 c smss S(T) nuevo (cf 18 31) ; 36 26 G otro.
CAP. 15
a así Kit c GLdST ; H sáca [lo] ; V «te sacarán»] b prb 1 azada (cf Kit)] casi c vers;
H saqué] d di anota Kit c mss..] o asi c Kit ; H ellos] 'asi GSTwV ; H y saldrá]
e Ki1 ' c GS il horadará] b H su ayuda, pero cf Kit] i así c Kit; H hacia (a)] J Kit
di c Gb...
— 1572 —
E¿EQUIEL
CAP. 13
» <11 c ms Gb... anota Kit] b Kit 1 c vers la brecha] casi Kit (videntes) c G(T) ;
H vieron] d así Kit c G(V) ; H adivinación] e así Kit c G; H (=V) será] t así (lit
«daré») c ms GV ; otros suprimen (y leen y caerán) cf Kit] s así Kit c G; H man-
darás irrumpir]h-h así H (=V), Kit cree prb 1 c S, ¿<l<5«iie... y dónde... f] i así
c LdSTV; H «tie... allí] i así c V (cf Kit).
cap. 14
a di c Gbl_d anota Kit] b así Kit c T ; K con ella, Q vino (o viniente)] casi Kit
e vers; H dejaré atónito] d así c GV ; H proverbios] e GSSymV saauen (cf Kit).
cap. 15
» di c GbLd, anota Kit.
CAP. 16
a di c GLd, anota Kit] b así c Kit, cf v 45 ; H el amorreo] c Kit suprime esta pa-
labra c smss GLdS] d así Kit c Ga(b)S ; H creció (o se multiplicó)] e así c GLdSV ;
H pechos] 'así c Kit ; Ha ti] e así c GSymSV ; H desprecia (se burla)] b así c mlt
mss edd GTlV ; H como] 1 así añadimos c 3mss GSV] J así c GTV ; cautiverio] k asi
c Kit; H y no] 1 así Kit jmssken cf 3" ; H íu maldad] m así Kit c mlt mss edd S ;
H Aram] n así c Kit ¡ H tú recibas.
CAP. 17
a di c Gl.d, anota Kit] b así c GSV; H una] c para esta puntuación (c V y frentr
a H) cf Kit) i Kit 1 la selección, la flor; cf ST c mlt mss] e Kit 1 rama(s).
cap. 18
a di c msken GbLd... anota Kit (cf)] b cf Kit] c así c GV ; cf Kit] d así Kit
c GaLdrS etc; H será muerto] e así c GLdV ; H y vió] t así Kit c G, cf 8; H del
afligido] g así (hurto) c Kit, cf 7.12. 16 ; H hurto [al] hermano] b así ins c 2omss]
1 Kit 1 c algs mss Yahveh] i así Kit c GLd cf 25 ; H plur] k así c mlt mss
edd STV; H sing] 1 así Kit c 2mssken G, cf Jer 33 8 ; H con ellos.
•ap. 19
a así Kit c GLd; H a los Príncipes] b asi c G ; H uno] casi c V (H conoció las
viudas de él); texto errp ; unos corrigen «conoció (otros: devastó) los palacios,
(cf Th), «rugía en su atrevimiento», etc (cf Kit)] d así Kit c GV ; H lo metieron en
lo más intrincado de los 7nontes] « H añade en tu sangre, lección discutida : 2mss 1
de tu viña; Kit cprb 1 c T semejaba] » «prb 1 una rama fuerte cf GbLbAr et 12.14»
anota Kit] g Kit 1 c G cetro] b así Kit c algs mssken ; H sobre] i así Kit, cf 31 3 ;
H ramas.
cap. 20
a di Kit c diversos mss en cada caso ; GLd etc] b asi ins c 4mss GSV] c así ins
c mss GLdSV etc (cf Kit)] d-d di c GbLd, anota Kit] e"e así H c V ; Kit borra c G
como dittogr de la alianza y cree prb 1 antes c GLd en número (cf iPar 928)] 'así
C algs mss Eb22 vers; H sing] K así c Kit; H en.
cap. 21
a así c Kit; H los sant.] b di anota Kit (c GbLd...)] el Yahveh anota Kit]
d"d H errp; nos limitamos a interpretarlo según V (lit «nos alegraremos, la vara — o tri-
bu— de mi hijo desprecia todo árbol»)] e así 1 c V ; H la dió (Yahveh? ; otros «dióse-
la»)] f aquí añade H otro vocablo que c Kit suprimimos como dittogr c ms GLdv ;
otros lo modifican, así como la primera palabra del v, leyendo : ivuelve hacia atrás,
a la derecha, hacia adelante, a la izquierda»] e Kit corrige H «un indicador en la
cabecera del camino, un indicador en la cabecera del 25 camino pondrás...»] h así
c Kit (GS y sobre); H en] i así Kit c G; H en fortificación?; V «la muy fortificada»]
ri Kit lo juzga add de vocablos posteriores del v] k así c Kit; H a ti.
cap. 22
a di anota Kit (c LdGb)] b así c ¿tnss or GSTV ; H hasta] cfrt 1 de tu vergüenza,
cf; T, anota Kit] d Kit 1 c GS su linaje] e así prb ins c GST] f prb 1 soplaré, anota
Kit] icomo Kit, '■•.íele 1 c G aue no recibió lluvia] b así c Kit] i así Kit c G ;
H la conjura de sus prontas.
— 1573 —
EZEQUIEL
CAP. 23
a así c Kit ; II a ella] b así c Kit ; H añoraste] <= asi c Kit ; H tu] <i así c Kit (cf
3 8) ; H lucieron (lit en e¡ kace»-,) tus] «así c Kit c :mss, GSV en E£-¡¿;ro] í así c Kit;
H a /¡n de] e di anota Kit (c Gb, ras Goiss, Ld...)] li para esta puntuación remite Kit
a GSV] i así c Kit ; H sing] j Kit 1, en vez de y desolación del v 33, y que
espanta] k*k di anota Kit, y con arreglo a esto corrige el resto del cap.] 11 crrp,
anota Kit] m-ni di a Oholá y en v 44, anota Kit conforme a lo antes anotado]
n así Kit c S; H harán reverter (lit. pondrán).
CAP. 24
a-a cf SV y vide Kit] b di c Gb(Ld...), anota Kit] casi Kit, dio; H los huesOf}
1 así Kit c ímssken ; H sus hervores (o borbollones?); V «lo que se cocía en ella»|
e Kit 1 1 ucee] í Kit anota «frt colocó ti/a»] e~s lit «sucedió e hice» ; algunos corrigen H
(cf Kit)] basl c vers (cf Kit); H juzgarán] i así c Kit (cf TV); H hombres] I así
c Kit] 'así ins c Kit] i" cf Kit basado en GS.
cap. 25
a di c GbLd..., anota Kit] b asi ins c SVAr ; «vel di» anota Kit] "así c Kit; H desde
las ciudades desde sus ciudades] d así c GS ; H y daréla] e*e quizá baya de 1 sólo,
< Kit, entre los pueblos.
a di, anota Kit, apoyado en diversos
prb c GST ; H las anuas] d así c GLdAr
continente cree prb 1 Kit] fV las naves]
mss] b así Kit c GST; H caerá ella] casi
(cf Kit) ; H poblada (habitada) ?] e u todo el
g así Kit c algs mssken etc ; H romo.
«en el acceso al mar»), c GS ; H entradas de mar] b Kit c diversos mss lo
así Kit c T; H la hija de los asirios; V «de marfil índico»] d así ins Kit
27] e así c Kit ; H en plata] t así ins Kit c ¿mss TAr cf vv 16, 19] s asi
le hombre) c Kit ; H con alma...] b así ins Kit] i así ins Kit, cf 16] ¿Kit
m ( = isla de Rodas)] k así Kit c ca 25mss AS, cf G ; H Aram] 1 así c Kit;
les] ta-m lit por trigo de Minnit, texto incierto : 'con el trigo más puro' ( ?),
lento primo» ; Kit 1 «frt» trigo, aceite] n así Kit c G] 0-0 texto crrp; 1 des-
Meuzal; vide nota v 19] P así (lit «la cabeza» o «lo principal de») c Kit;
así c Kit; H con toda] r así c ralt mss edd GSTAr ; H y con] s así c vers;
to «despedazada por las olas» ; Kit cree prb 1 c G ten los mares».
ios mss] b así c mlt m:
V ; 11 tus adufes] e H
GSV ; H afir
iss] b G «los rios», SV «el río» ; cf
«yo lo»] dasí c GSV ; H ellos son]
ó él] í cf v 3.
CAP. 30 %
a Kit lo suprime con diversos mss] o parece ha de 1 Lub 'Libia'] casi Kit c G ; II
qued. asolados] dG «los grandes árboles» de culto idólatra; así prb 1 según Kit]
S en: así prb 1 según Kit] t prb 1 Nof c G, según Kit] g así (o Syene) c Kit ; lí Sin]
b así c GV ; H Aven] i así c GV.
a así Kit c G ; H marchaba.— La letra a de los vv 10, 15 y 18 tiene la misma
anotación que en los caps 28, 29, 30 etc] b así c V, cf 22 3 ; H todos] «así c SV ;
H te has engreído] d~d VAr lo suprimen (cf Kit)] eH añade cubrí; di c Gm» anota
Kit] f Kit di c G y bello] B H añade así ; di c ms^en v ; otros «frt» en fuerza (el Kjt).
a así II (=V); Kit 1 c i3mss G»S undécimo] b Kit lo suprime (cf sus apoyos)]
i- -isi c GV ' H subirán] d así Kit c 4mss G""ssS ; H las bestias de toda] e así C Kit ; H
hacia] 'as! Kit c G; II «(atraiga) tu ruina»] e así c GLV ; H plur] b. así c vers]
' Kit anota • «di c GL-SAr»] i víase antes nota 20] k así c Kit, cf V 23 ; en tomo a él
,..,an) sus sepulcros] 1 Kit anota: «di, dittogr - 22»] m así c Kit (cf) B en] "Kit lo
5uprim( como dittogr de v 24] o o han sido Puestos; H ailtgl P asi Kit c GLdAr;
11 di entre los incircuncisos] q así C Kit; H ci<y« culpa
- I.S74
EZEQÜIEL
cap. M
a II afiade impío que c Kit «di c ais GLdS» cf 14 ; 3 18] b Kit lo suprime é algs
tnss] c así créese prb 1 c GaLdsbAr cf v 14 ; H vivirás] d Kit 1 c mlt mss T Yahveh ]
"Kit 1 «'os habéis colocado sobre) vuestras ruinas»] 'así añadimos p GSV] t así prb
c Kil ; H canción.
CAP. 34 .
a Kit lo suprime c varios mss] b así c GV (prb, Kit) ; H la grasa] o así ins Kit c Si
¿así ins Kit c GS] e así c GSV ; H destruiré] 1 H afiade hombre(s) ; di c GLhAr, anota
Kit] c así ins prb c ms GS, anota Kit.
cap. 35
* Kit lo suprime c diversos mss] b así ins c GLbS] TU así c G (cf Kit) ; H si no
sangre odiaste] d «frt 1 c vers poseeré, anota Kit] e así Kit c G ; H ellos.
c»p. 36
1 Kit lo suprime c varios mss] b muchos 1 c G soledades (desolación, desiertos)]
o así Kit c GS ; H te... serás... volverás... os.
cap. 37
a Kit lo suprime c varios mss] b H añade y que Kit di c algs mss GLT (cf)]
o Kit anota «di c S»] d así c G (cf Kit)] e así Kit c G ; H la] t así ins Kit c bl e H
añade tpara (o como) rey» ; di c mss GS (cf Kit)] b II añade todavía; di c CSV}
' así Kit c GS ; H vuestros] ¡ asi c algs mss GST ; H a.
cap. 38
a así prb señala Kit] b Kit lo suprime
c G; H (=V) sabrás] e Kit cree ha de !
«por aquellos días», borrando «durante año
birá a mis nar., V «ascendet indignatio 1
cap. 39
isi ins Kit c S] dasi Kit
primeros» o simplemente
H en iiiis narices (lit. su-
••» Kit lo suprime c varios mss] b Kit 1 c T induciré a error (engañaré)] o así Kit c
GSV; II paveses (broqueles)] iH add a los pasajeros; di c GS, anota Kit; V «qui
sepeliant ct requirant» ; otros conservan H, Interpretando : «buscarán a los pasajeros» :
0 modifican H de otra forma: ttratando de divisar [] a los que aun queden...».
cap. 40
aH añade y un umbral: 1010 vara de ancho: di c G dittogr anota Kit] b así ins
Kit c G (cf Ti] c H añade de la parte de la casa: una vara, » y midió el vestíbulo de
la casa; di c mlt mss edd GSV, anota Kit] d así Kit c GS(V)) " así Kit c amss V (cf) ,
H sobre] i así Kit c G (cf V)] 8 así c Kit, cf GV] b así ins c G] i así Kit c G ; II del
este] i así Kit c G ; H ante ellos] Kit lo suprime como dittogr] 1 así Kit c G:
H el atrio interior] m-m prps di] n así ins Kit c G] o así Kit c G ; H del este] P asi
ins Kit c G] Q así Kit c G ; H que.
CAP. 4T
a así Kit; H la tienda] b así Kit c G ; H la anchura] «así ins Kit c G] «ri asi Kit
(Cf GT)] > así Kit (cf ST)] 'así Kit c G ; casa de] laif Kit c G ; H sing] b así ins
c Kit] i así ins Kit c G] J"J add, anota Kit.
CAP. 42
a 1 interior c G, anota Kit] b H por el camino hacia, pero cf Kit c S] c así Kit c G ;
H hacia ¡a fachada de longitud] d así Kit c GS ; H camino de un codo] e H añade
desde el suelo; di c Kit] í según Kit ha de 1 prb tai comienzo del muro del atrio-
y unir tales palabras al v 9; cf nota 10] e así Kit c G; H este] b así ins c versl
lasl Kit c G; H alrededor] i 18 post 19 c msken G, anota Kit] k así ins c Kit.
cap. 43
a H repite puerta; di c GSV (Kit)] b así 1 Kit c ms^en ; H «que mira»] <m Kit 1 t
G sólo «y el aspecto» (cf V)] d así Kit c 6mss ThV ; H vine yo >e. d., Ezequiel)] e asi
Kit c S] 'así ins Kit c 6mssken] g así ins c algs mss GV"] h así ins c 2gmss GSV]
1 II añade y toda su figura; di c algs mss G, anota Kit] i~i así c SV y prb add c G
de altura (cf Kit)] k así c Kit] 1 así Kit c smss (cf GSV) ; H arel] ra lit di el Señor
c algs mss] n así Kit c Kor mlt mss GS ; H Por espacio de siete días harán la ex-
piación.
— 1575 —
EZEQUIEL
CAP. 44
a Kit anota ha de borrarse este vocablo o 1 he aquí que] b repetido el vocablo en
H (cf Kit)] c Kit 1 contigo] i di c algs niss (Kit)] o H ¡profanándolo a mi casa» ; pero
cf Kit] 1 así prb c GSV ; H han quebrantado] g Kit 1 por eso c G y lo trsp al comienzo
de v 9] b así c Kit ; H futuro] i así (lit y a) Kit c msken G] M repetido en H, cf Kit]
k H añade de la casa: di c GS anota Kit] 1 así c GSV ; H sing] " así prb c V (cf Kit) ;
H y tendrán como heredad] n así Kit c GS ; H a tu casa.
CAP. 45
a así Kit c G ; H diez] b así c Kit ; H sitio sagrado o lugar santo ; otros leen
«ejido para el ganado*] casi Kit c G; H veinte cámaras] d así c G] e así puntuamos
c Kit a base de G] f así Kit; H distribuirán] s Kit lo suprime c algs mss] b-h asi
Kit c Gba ; H «veinte... veinticinco... quince»] 11 Kit lo suprime c G] j así Kit c V ;
H jómer] k así ins c 4imss edd vers.
cap. 46
a di anota Kit] b GV se ofrecerá (cf S y algs mss)] o así c algs mss vers; H plur]
d así Kit c G ; H su heredad] e así Kit c GS ; H su heredad] 'así c Kit (cf GST) ;
H hacia] e así c GV ; H atrios cerrados.
CAP. 47
ansí Kit c GSAr ; H hacia el mar] b asi quizá c S (cf Kit), otros salobres c GQ ;
H que salen] casi c vers; H los dos ríos; cf Kit] d-d di c S, anota Kit] «así c
GSV; H plur] fdl, anota Kit] 8 así (lit este) c GTV] b así c TV (cf Kit)] i así c Kit
(cf) ; H el camino] i así ins Kit c G ; 48 1] k «prb di» anota Kit] 1 así Kit c v 17 (cf) ;
H ha-Tikón] m así c Kit; H y (el) norte] n-n cf Kit] o así Kit c GS(V) ; H desde la
frontera] P así c Kit; H sobre (junto a)] Q así Kit c S etc (cf) ; H mediréis] r así
Kit c algs mss STV ; H Meribot.
CAP. 48
a así (lit «y») ins Kit c S) b así Kit c G; H serán para él] casi Kit (cf G y
3 ss)] d así c Kit (cf 45 1) ; H diez] e así c GV (cf Kit)] f así c Kit] ere prb di
(dittogr), anota Kit] b así c algs mss GTV; H sobre o por] i así c Kit; H de la po-
sesión] i así ins c 2mss SV] k di anota Kit c algs mss] 1 créese add o trps al 30 b]
"i así ins c algs mss vers.
— IS76 —
INTRODUCCION
A
DANIEL
EL profeta. — Daniel, de la tribu de Judá, fué trasladado con otros jóve-
nes nobles a Babilonia por Kabucodonosor el año tercero de Joa-
quim (606). Previamente instruido en la lengua caldea y en la escri-
tura cuneiforme, alcanzó gran favor en la corte de los reyes babilonios,
que conservó durante los primeros años de la dominación medo-persa.
Diósele el nombre de Baltasar (en babilonio Balata-su-uzur, distinto de
Bel-sar-uzur, que llevó el rey Baltasar). Su última visión data del año
tercero de Ciro (536).
Contenido y lengua del libro. — Tras una introducción histórica (1),
el libro consta de dos partes principales, seguidas de dos apéndices.
La primera parte contiene cinco narraciones :
El sueño de ¡a estatua vista por Nabucodonosor (2);
Los tres jóvenes que se niegan a adorar la estatua de oro (3);
El sueño del árbol cortado (4);
El convite del rey Baltasar (5);
Daniel en el lago de los leones (6).
La segunda parte comprende cuatro visiones:
Las cuatro bestias, el Anciano de días y el Hijo del hombre (7);
El carnero vencido por el cabrón (8);
Las 70 semanas (g) ;
Luchas de los reinos futuros (10-12).
Los dos apéndices son: la historia de Susana (13), la destrucción del
(dolo de Bel, seguida de la muerte del dragón (14).
El libro está escrito parle en hebreo, parte en árame o, parte en griego.
En hebreo: 1, 1-2, 4a y 8-12; en arameo: 2, 4b-j, 28; en griego: 3, 24-00
y 13-14-
Composición literaria. — Toda hipótesis sobre la composición literaria
de Daniel debe dejar a salvo estas dos verdades fundamentales : 1) la
canonicidad integral del libro, incluso de las partes deuterocanónicas ;
2) el origen daniélico de las cuatro visiones que integran la segunda par-
te (7-12): así lo exige el testimonio del divino Maestro: «Cuando viereis
la abominación del asolamiento, anunciada por el profeta Daniel (g, 27;
■11, 31; 12, 11), estar en el lugar santo...» (Mt. 24, 15', cf. 26, 64 =
Dan. 7, 13).
A tres se reducen las hipótesis sobre el origen y composición del libro
de Daniel. Según la hipótesis racionalista, todo el libro es una ficción
literaria, compuesta en la época de los Macabeos hacia el año 165. Se-
mejante hipótesis, fuera de que no respeta las dos verdades básicas, aun
DANIEL
desde el punto de vista crítico debe rechazarse de plano, pues deja sin
explicar la dificultad. Tan inverosímil es la composición de un libro tri-
lingüe a mediados del siglo 11 como a mediados del siglo VI. Según la
hipótesis tradicional, aun hoy día mantenida por Ditstcrwald, Knaben-
bauer, Kaulen-Hoberg, Comely-Merk, el libro entero fué redactado por
Daniel, si se exceptúan unas pocas adiciones o retoques posteriores. Con-
tra esta hipótesis se han acumulado numerosas objeciones, que no son de
carácter apodíctico y encuentran razonable solución; no pocas de ellas
han sido modificadas o abandonadas precisamente a consecuencia de es-
tudios modernos más esmerados, v. gr., sobre los vocablos persas y grie-
gOS que se etitremezclan en la narración hebrea o aramca, sobre la dife-
rencia de dialectos árameos del Asia occidental y oriental, etc. Entre
ambas hipótesis extremas se han formulado numerosas hipótesis inter-
medias, que, salvando, o pretendiendo salvar, las dos verdades fundamen-
tales, admiten un autor, refundidor o recopilador (inspirado), posterior
a Daniel, pero anterior a los Macabeos. Conforme a semejante hipótesis,
el origen y composición del libro podría explicarse de esta o parecida
manera: a) las cuatro visiones (7-12) fueron escritas en hebreo por el
mismo Daniel; b) las cinco narraciones precedentes (2-6), redactadas se-
paradamente por Daniel o por alguno de los contemporáneos, fueron es-
critas en aramco (o bien, escritas en hebreo y traducidas al arameo);
c) recogidas las narraciones y acopladas a las visiones, fueron precedidas
por la introducción histórica, con lo cual quedaba co)nplcto el actual
canon hebreo; d) por fin, restituido el primer fragmento griego (3, 24-go),
jue no se sabe cómo había sido eliminado de la colección anterior, y
adicionados los apéndices (13-14), traducidos del hebreo o del arameo, se
formó la recopilación definitiva. Sobre tales hipótesis nada lia dicho to-
tovía el Magisterio eclesiástico.
Historicidad. — Aquí también hay que presuponer dos verdades fun-
damentales e intangibles: 1) la absoluta verdad histórica de todas las
narraciones bíblicas según la mente del hagiógrafo ; 2) las narraciones
que se presentan como históricas deben considerarse como tales siempre
que no se interpongan argumentos sólidos que demuestren lo contrario.
Ahora bien, 110 cabe duda de que las narraciones de Daniel se presentan
como históricas. Todo el problema está, por tanto, en saber si existen
esos argumentos sólidos que desvanezcan esta apariencia de historicidad.
Los argumentos aducidos contra la historicidad de Daniel se basan
en las pretendidas contradicciones entre el texto bíblico y la historia
piofana. Pero antes de examinar particularmente las principales de esas
contradicciones conviene tener presente que las contradicciones, para que
tengan valor contra la historicidad, deberían hallarse entre un texto bí-
blico seguro y un hecho histórico enteramente cierto. Y no es tal el caso
de este libro, ya que se trata de un texto bíblico sospechoso de altera-
ción en algunos pormenores que pudieran ser decisivos, cuales son los
uombres propios, y, por otra parte, con frecuencia se han aducido como
¡techos históricamente ciertos los que no lo son, más aún, que más re-
cientemente han sido demostrados ser falsos.
Las principales contradicciones que se han señalado entre Daniel y
la historia profana se refieren a la demencia o licantropía de Nabucodo-
iiosor, al rey Baltasar y a Darío Medo. Para demostrar el acuerdo posi-
tivo y concreto de los dos extremos contrapuestos no se poseen todavía
los datos suficientes; pero el desconocimiento del acuerdo positivo no
debe científicamente llevarnos a afirmar una contradicción, ni siquiera
r- 1.S/8 --
DANIEL
a proponerla como más probable, ni aun como probable simplemente,
mientras intervengan datos tan firmes, como en el caso de Daniel, a
favor de la historicidad general del libro.
Sobre la demencia de Nabucodonosor se han propuesto varias solu-
ciones, insuficientes tal vez para determinar la realidad histórica del
hecho, pero suficientes para desvirtuar la contradicción. Algunos, supo-
niendo auténtico el nombre de Nabucodonosor, tratan de señalar en su
historia algún hecho relacionado con la demencia de que se habla en
Daniel. Otros creen que el texto está alterado y en vez de Nabucodonoso)
debe leerse Nabonid, con cuya índole cuadra mejor, según ellos, el re-
lato bíblico.
La principal dificultad basada en el rey Baltasar ha caído ya por los
suelos. Escribe el P. Lagrange: «.La exegesis conservadora nota con ra-
zón '.os indicios de antigüedad contenidos en el libro [de Daniel']. Nos
decía, cosa que nadie sabía hasta estos últimos tiempos, que Baltasar
había sido el último rey de Babilonia, y se le acusaba de error, hasta
¡■i día en que las inscripciones cuneiformes han dado a conocer sit nom-
bre, y revelado en ig¿4 que, en efecto, Baltasar había sido nombrado rey
de Babilonia por su padre, Nabonid. Semejantes hechos aconsejan la re-
señar, (Le Judaisme avant Jésus Christ, París, IQ31, pág. 62).
Sobre Darío Medo se han propuesto varias hipótesis, más o menos
probables. Algunos suponen tratarse de una errata o equivocación del co-
pista, que imaginó se trataba de Darío I. Otros creen que el llamado
Darío Medo es Ugbaru (o Gubaru o Gobrías), «el tránsfuga babilonio
que puso sus servicios a disposición del rey persa» (J. Prado, Sefarad,
3 L'943], 4¡5>- Otros señalan a Cambises, el hijo de Ciro. Otros¡ con mayor
probabilidad, al último rey medo, Astiages.
Quedan, sin duda, oscuridades, incertidumbres, como en tantos otros
puntos de la historia; mas éstas no nos autorizan a aventurar hipótesis,
que no respetan los datos fundamentales y ciertos del problema. El evi-
dente color babilónico de los relatos daniélicos ha hecho retroceder a
muchos críticos demasiado avanzados, mostrándoles que no todo en Da-
niel es macabaico. Y el caso de Baltasar debería inspirar más prudente
cautela. Y es una confirmación de lo que escribe Pío XII en su encícli-
Cfl Divino afilante Spiritu : «Algunas disputas que en. los tiempos ante-
riores' se tenían sin solución y en suspenso, por fin en nuestra edad, con
el progreso de los estudios, se han resuelto felizmente. Por lo cual tene-
mos esperanza de que aun aquellas que ahora parezcan sumamente enma-
rañadas y arduas, lleguen, por fin, con el constante esfuerzo, a quedar pa-
tentes en plena luz» (n. 24). Esperar, aguardar, es científicamente más
prudente que arriesgarse a hipótesis prematuras.
— 1579 —
D
ANIEL
Introducción. Daniel en la corte de Nabucodonosor
"i 1 El año tercero del reinado de
x Joaqu'im, rey de Judá, llegó a Je-
rusalén Nabucodonosor, rey de Ba-
bilonia, y la sitió. 2 El Señor entregó
en su mano a Joaquim, rey de Judá,
V muchos de los vasos de la casa de
Dios, los cuales trajo [Nabucodono-
sor] a la tierra de Sinar, al templo
ríe su divinidad, y metió los vasos
en la tesorería de su dios.
3 Ahora bien, el monarca mandó a
Aspenaz, jefe de sus eunucos, que
trajese de los israelitas, de estirpe
real y de los nobles, 4 unos mucha-
chos en que no hubiera tacha algu-
na, de buen parecer, instruidos en
toda suerte de sabiduría, dotados de
saber y entendidos en conocimiento
v capacitados para estar [de servi-
cio] en el palacio real y para que se
Ies instruyese en la escritura e idio-
ma de los caldeos. 6 El rey les asig-
nó una ración diaria de los manjares
del monarca y del vino que él be-
bía, y debíaseles educar durante tres
años, al cabo de los cuales se queda-
rían al servicio del rev. 8 Figuraron
entre ellos, de los hijos de Judá,
Daniel, Ananías, Misael v Azarías, 1 a
quienes el jefe de los eunucos puso
[otros] nombres, llamando a Daniel,
Baltasar ; a Ananías, Sadrak ; a Mi-
sael, Mesak, y a Azarías, Abed-Negó.
s Daniel se propuso no contaminar-
le con los manjares del rey ni con
el vino de su bebida y pidió'permiso
al jefe de los eunucos para no con-
taminarse. 9 Otorgó Dios a Daniel
gracia y benevolencia ante el jefe de
los eunucos, lu quien dijo a Daniel :
'([Unicamente] temo que mi señor,
el rey, que ha asignado vuestra comi-
da y vuestra bebida, venga a obser-
var que vuestros rostros están má>
macilentos que los de los muchacho?
de vuestra edad, y hagáis así mi ca-
beza culpable ante el monarca.»
11 Dijo entonces Daniel al inspector
que el jefe de los eunucos pusiera al
trente de Daniel, Ananías, Misael y
Azarías : 12 «Por favor, haz la prue-
ba con tus siervos diez días y dennos
legumbres por comida y agua a be-
ber. " Pasados aquéllos, sean inspec-
cionados ante ti nuestro aspecto y el
nspecto de los muchachos que comen
-J - Entregó en su mano : Dios se sirve de Babilonia para castigar a Jcrusalén ; pero
ese castigo será pasajero ; el cuc recibirá luego Babilonia, definitivo.
3 Eunucos : u oficiales de la corte
« De los hijos de Judá : c. d., de la tribu de Judá.
" Al INSPECTOR : liebr. «al melsart, título oficial en la corte babilonia, que, por el
contexto, quizá deba interpretarse «guardián, inspector, vigilante» ; otros, «maestre-
sala...» ThVS lo traducen como nombre propio, ron diversas grafías.
— l58o —
1 14^2 5
DANIEL
1 18-2 9
los manjares del rey, y entonces haz
con tus servidores según lo que ob-
serves.» " Aceptóles él tal propuesta
y los probó durante diez días. " Al
cabo de la década presentaban mejor
aspecto y hallábanse más metidos en
carnes que todos los muchachos que
comían los manjares del rey. w Así,
pues, el inspector llevábase los man-
jares y el vino que habían de beber
y dábales legumbres.
" Dios concedió a aquellos cuatro
muchachos saber e inteligencia en to-
da escritura y sabiduría, y Daniel en-
tendía toda suerte de visiones y sue-
ños. " Al cabo del tiempo que el mo-
narca había indicado para que se los
presentaran, el jefe de los eunucos
condújoios ante Nabucodonosor. 10 El
rey habló con ellos y no encontró en-
tre todos ninguno como Daniel, Ana-
nías, Misael y Azarías, quedando por
ello al servicio del monarca. 20 En
cuantas cosas de sabiduría e a inte-
ligencia los interrogó el rey, hallólos
diez veces superiores a todos los ma-
gos y adivinos que había en su reino
entero. u Y [así] estuvo Daniel has-
ta el año primero del rey Ciro.
Sueño de Nabucodonosor : confusión de lo* sabios del país
e interpretación de Daniel
n 1 El año segundo del reinado de
^ Nabucodonosor soñó éste un sue-
ño y se turbó su espíritu de forma
que vino a no poder dormir. s El
rey ordenó llamar a los magos, los
adivinos, los hechiceros y los caldeos
para que explicaran al rey su sueño.
Vinieron, pues, y se presentaron an-
te el monarca. a Y díjoles el rey :
— He tenido un ensueño y mi espí-
ritu está agitado hasta lograr com-
prenderlo.
4 Y hablaron los caldeos al monar-
ca en arameo :
— ¡Oh rey, vive por los siglos! ;
di el sueño a tus servidores y te ma-
nifestaremos su interpretación.
5 Respondió el monarca y dijo a
los caldeos :
— | Es asunto que tengo decidido !
Si no me dais a conocer el sueño y
su interpretación, seréis cortados en
trozos y vuestras casas serán reduci-
das a un montón de estiércol ; ° mas
si me indicáis el sueño y su inter-
pretación, recibiréis de mí regalos,
obsequios y mucho honor. Así, pues,
indicadme el sueño y su interpreta-
ción.
1 Contestaron ellos por segunda vez
y dijeron :
— Diga el rey el sueño a sus sier-
vos e indicaremos su interpretación.
8 Replicó el monarca y dijo :
— Yo bien comprendo que vosotros
tratáis de ganar tiempo precisamen-
te porque habéis visto que es asunto
que tengo decidido. 9 Por tanto, si
no me dais a conocer el suefio, una
misma será vuestra sentencia ; y os
habéis concertado para decir ante mí
palabras mendaces y falsas en tanto
mudan los tiempos ; así, pues, de-
cidme el sueño y conoceré que me
podéis indicar su interpretación.
" Toda escritura : e. d., como en v. 4, arte de leer y escribir letras, o sea, todo
género de Letras. || Visiones y sueños: lo que recibe Daniel es un don profético.
50 Magos : hebr. jartummim; eran, en la corte egipcia y la babilónica, varones muy
doctos y peritos en artes secretas, a quienes se consultaba en casos arduos ; proba-
blemente tescribas», dice Zorell ; V «eoniectores, malefici, arioli» ; encantadores, as-
trólogos..., suele verterse. •
*y * Caldeos : así llamaban, «ex gentis», a los astrólogos o los magos.
«" 4 En arameo : o siríaco, como traducen GV, aunque ambos idiomas, una lengua
en su origen, se diversifican luego bastante. En arameo serla una indicación sobre el
idioma que el texto emplea a continuación y no el lenguaje que usarían los caldeos
en su conversación con el monarca.
s ¡Es asunto que tengo decidido ! : o también: «¡Sea la cosa manifestada por
ml!«, como diciendo : ¡Que yo os haya de referir el caso I ; o bien : i Una cosa tengo
que advertiros! Pero cf. GV, que interpretan : « ¡Se me fué la co»a!i !| Montón dí
estiércol : o bien, a escombros.
- 1581 -
2 10-27
DANIEL
10 Respondieron los caldeos ante el
rey y dijeron :
— No hay hombre en la tierra que
pueda manifestar lo que el rey exi-
ge; asimismo, jamás ningún monar-
ca, por grande y poderoso que fuese,
demandó cosa como ésta a ningún
mago, adivino ni caldeo. 11 Lo que
el rey demanda es difícil y no existe
otro alguno que pueda manifestarlo
ante el monarca sino los dioses, cu-
ya morada no es entre los hombres.
u Ante esto, el rey se encolerizó y
enfureció sobremanera y mandó ma-
tar a todos los sabios de Babilonia.
13 Promulgado el decreto real de que
los sabios fuesen ejecutados, tam-
bién Daniel y sus compañeros ha-
bían de ser muertos.
" Entonces Daniel objetó sabia e
inteligentemente a Aryok, jefe de la
guardia del monarca, el cual había
salido para matar a los sabios de Ba-
bilonia. 15 Tomó la palabra v dijo a
Aryok, prefecto del rev : «¿ Por qué
un decreto tan tajante de parte del
monarca?» Entonces Aryok explicó
el asunto a Daniel, 10 y Daniel entró
y pidió al rey que le concediera tiem-
po y le indicaría la interpretación al
monarca. " Luego fuese Daniel a su
casa y refirió el caso a Ananías, Mi-
sael y Azarías, sus compañeros, 18 pa-
ra que implorasen el favor del Dios
del cielo acerca de aquel enigma, de
| suerte que Daniel y sus compañeros
no fuesen muertos con el resto de
los sabios de Babilonia.
™ Entonces revelósele el enigma a
Daniel en visión nocturna, y D.miel
I bendijo al Dios del cielo. 20 Tomó,
pues, la palabra y dijo :
«El nombré de Dios sea bendito | de eternidad en eternidad,
pues la sabiduría y el poder a El pertenecen.
° El es quien hace cambiar tiempos y horas, |
depone a los reyes y los entroniza,
da sabiduría a los sabios | y conocimiento a los inteligentes
22 El revela las cosas profundas y ocultas, |
conoce lo que se halla en las tinieblas,
y la !uz habita en El.
a A ti, ¡oh Dios de mis padres !, loo y ensalzo yo,
porque sabiduría y fuerza me habéis concedido,
y me has dado a conocer ahora lo que de ti pidiéramos, |
pues nos has revelado el enigma del rey.»
M Acto seguido, Daniel entró a don-
de Aryok, a quien el rey encomen-
dara el exterminio de los sabios de
Babilonia, y díjole así : «¡No hagas
perecer a los sabios de Babilonia !
Introdúceme ante el monarca e indi-
caré al rey la interpretación.» 26 En-
tonces Aryok introdujo apresurada-
mente a Daniel a presencia del mo-
narca, a quien dijo así :
— He hallndo un hombre entre los
deportados de Judá, que va a indicar
al rey la interpretación.
29 Respondió el monarca y dijo a
Daniel, a quien llamaban Baltasar :
— Eres capaz de manifestarme el
sueño que he tenido y su interpre-
tación ?
27 Contestó Daniel ante el rey y
dijo :
— El misterio que el rey ha de-
mandado, ni los sabios, ni los adi-
vinos, ni los magos, ni los astrólogos
pueden revelarlo al soberano. 26 Pero
existe un Dios en el cielo que des-
cubre los misterios y se ha dignado
dar a conocer al rey Nabucodonosor
aquello que ha de suceder en los pos-
treros día*. b Tu sueño y las visiones
de tu imaginación en "el lecho son
las siguientes b :
29 Hallándote tú, ¡oh rey!, en el
lecho, alzáronse tus cavilaciones so-
bre qué es lo que habrá de acaecer
en lo porvenir, y quien revela los
misterios a conocer te ha dado lo
que ha de suceder. 30 En cuanto a mí,
no me ha sido descubierto este mis-
terio porque vo posea sabiduría su-
perior a la de todos los vivientes,
12 A todos los sabios : incluso a Daniel y sus amigos, por formar parte del mismo
gremio.
" Luego fuése Daniel : por brevedad, sin duda, omite el texto decirnos que accedió
el rey a su petición.
28 Existe un Dios : con estas palabras manifiesta Daniel la impotencia de los falsos
dioses y la de sus sacerdotes y sabios para conocer los misterios.
*° Las cavilaciones de tu mente (lit., corazón) respecto de tu porvenir y de tu reino.
— 1582 —
2 31 -41 DAN
sino con objeto de que se diera a
conocer al monarca la interpretación
y comprendieras las cavilaciones de
tu mente.
Tú, ¡oh rey!, estabas mirando,
v hete aquí una gran estatua. 0 Tal
estatua era enorme y su brillo extra-
ordinario ; erguíase frente a ti y su
aspecto era temible. 32 La cabeza de
tal estatua era de oro fino ; su pecho
y sus brazos, de plata ; su vientre y
sus lomos, de bronce ; ** sus muslo->,
de hierro, y sus pies, parte de hie-
rro y parte de arcilla. ** Estábasla
mirando, hasta que se desgajó una
piedra sin que interviniera mano al-
guna e hirió la estatua en sus pies
de hierro y arcilla y los pulverizó.
85 Entonces pulverizáronse a una el
hierro, la arcilla, el bronce, la plata
y el oro, y vinieron a ser como el
tamo de la era en verano, que fue-
ron arrebatados por el viento sin que
rastro alguno se encontrara ya de
ellos ; pero la piedra que hiriera la
estatua se convirtió en una gran
montaña que llenó toda la tierra.
M Este es el sueño, cuya interpre-
tación expondremos [ahora] ante el
monarca.
* Tú, oh rey, rey de reyes, a quien
el Dios del cielo ha dado el imperio,
la fuerza, el poder y la majestad,
y en cuvas manos ha entregado to-
dos los sitios donde habitan los hi-
jos del hombre, las bestias del campt
y los pájaros del cielo, y al que h;i
hecho soberano sobre todos ellos, tú
eres la cabeza de oro. " Y después
de ti se alzará otro imperio inferió^
al tuyo, y luego un tercer imperio
de bronce, que dominará en toda la
tierra; 40 luego un cuarto imperio,
fuerte como el hierro ; pues como e!
hierro todo lo pulveriza y aniquila
pulverizará y destruirá todas las co-
sas. "Y lo que viste, que sus pies i
6 y sus dedos e eran en parte de ar- 1
2 42-49
cilla de alfarero y en parte de hie-
rro, indica que su reino será dividi-
do, mas tendrá en sí la consistencia
del hierro, por cuanto viste el hierro
mezclado con la arcilla de alfarero.
*' Y como los dedos de los pies eran
en parte de hierro y en parte de ar-
cilla, una porción del imperio será
fuerte y parte de él será quebradizo.
41 El que vieses el hierro mezclado
con el barro arcilloso [indica que] se
mezclarán entre sí por vía de simien-
te humana, pero no se adherirán el
uno al otro, de igual suerte que el
hierro no se puede amalgamar con
la arcilla. 44 Y en los días de estos re-
ves suscitará el Dios del cielo un rei-
no que jamás será destruido ni será
entregado a otro pueblo, pulverizará
v suprimirá todos estos reinos y él
subsistirá perpetuamente. 40 Confor-
me viste que de la montaña se des-
gajó una piedra sin intervenir mano
alguna y pulverizó el hierro, el bron-
ce, la arcilla, la plata y el oro, el
Dios grande ha dado a conocer al
monarca lo que ocurrirá en lo futu-
ro. El sueño es verdadero, y su in-
terpretación, fiel.
*' Entonces el rey Nabucodonosor
cavó sobre su rostro y se prosternó
reverente en tierra ante Daniel y
mandó ofrecerle oblaciones y perfu-
mes. 47 Y habló el monarca a Daniel
y dijo : «Ciertamente, vuestro Dios
es Dios de dioses, y Señor de los re-
yes, y revelador de misterios, pues
has podido descifrar este enigma.»
" Entonces el rey engrandeció a Da-
niel y otorgóle numerosos e impor-
tantes regalos y le hizo señor de toda
la provincia de Babilonia y jefe su-
premo de todos los sabios de ésta.
" Además, Daniel suplicó al rey y és-
te instituyó sobre la administración
de la provincia de Babilonia a Sa-
■ drak, Mesak y Abed-Negó; y Dani-
I permaneció en la corte real.
m Otro imperio iníerior al tuyo : e. d., el medo-persa. || Y luego un tercer im
perio : e d., el griego, con Alejandro Magno.
40 Cuarto imperio : e. d., el romano, semejante al hierro, que todo lo doma.
48 Se mezclarán entre si : alude a la alianza hecha entre las casas reinantes.
* Se desgajó una piedra : e. d., el Mesías, que acabó con aqueLlas monarquías y
fundó la suya espiritual y eterna.
31-9
DANIEL
3 10-17
La estatua de Nabucodonosor. Orden de adorarla; nega-
tiva de los tres compañeros de Daniel, que, arrojados a
un horno, sálvanse milagrosamente
0 ' El rey Nabucodonosor fabrico
" una estatua de oro cuya altura
era de sesenta codos y su anchura de
seis. Erigióla en la llanura de Dura,
en la provincia de Babilonia. 2 Lue-
go el rey Nabucodonosor convocó a
junta a los sátrapas, prefectos, go-
bernadores, consejeros, tesoreros, ju-
risperitos, magistrados y todas las au-
toridades provinciales para que acu-
dieran a la inauguración de la esta-
tua que el rey Nabucodonosor había
erigido. 3 Entonces los sátrapas, pre-
fectos, gobernadores, consejeros, te-
soreros, jurisperitos, magistrados y
todos las autoridades provinciales re-
uniéronse para la inauguración de la
estatua que el rey Nabucodonosor
erigiera y se estuvieron ante la es-
tatua que el rey Nabucodonosor ha-
bía erigido. 4 Y el pregonero gritó
con fuerza: «A vosotros, pueblos, na-
ciones y lenguas se os hace saber :
1 En el momento en que oigáis el so-
nido del cuerno, del pífano, de la
cítara, de la sambuca, del salterio,
de la zampona y de toda clase de
instrumentos de música, os proster-
naréis y adoraréis la estatua de oro
que ha erigido el rey Nabucodono-
sor. * Y aquel que no se prosterne y
ndore, sera inmediatamente arrojado
dentro de ardiente horno de fuego.»
' Con tal motivo, tan pronto como
todo el pueblo oyó el sonido del cuei-
no, del pífano, de la cítara, de la
sambuca, del salterio, de la zampo-
ña y de todo género de instrumentos
músicos, todos los pueblos, naciones
y lenguas cayeron de rodillas y año-
raron la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor erigiera.
8 Por consiguiente, en aquel momen-
to, unos hombres caldeos se acerca-
ron y malsinaron a los judíos. 'To-
maron la palabra y dijeron al rey
Nabucodonosor: «¡Oh rey, vivas por
siglos! 10 Tú, ¡oh rey!, has decreta-
do que todo hombre que oiga el so-
nido del cuerno, del pífano, de la
cítara, de la sambuca, del salterio,
de la zampoña y de toda suerte de
instrumentos músicos caiga de rodi-
llas y adore la estatua de oro ; 11 y
aquel que no cayere y adorare será
arrojado dentro del horno de fuego
ardiente. 12 [Ahora bien] hay unos
hombres judíos a quienes constituís-
te al frente de la administración de
la provincia de Babilonia : Sadrak,
Mesak y Abed-Negó.; estos hombres
no te guardan, ¡oh rey!, ninguna
consideración, ni a tu dios veneran,
ni la estatua de oro que erigiste ado-
ran.»
13 Entonces Nabucodonosor, con co-
lera y furor, mandó traer a Sa-
drak, Mesak y Abed-Negó, los cuales
fueron conducidos ante el monarca.
11 Nabucodonosor tomó la palabra y
díjoles :
— ¿ Es cierto, Sadrak, Mesak y
Abed-Negó, que no veneráis a mis
dioses y la estatua de oro que he eri-
gido no adoráis ? 15 Ahora, pues, si
estáis prestos, cuando oigáis el soni-
do del cuerno, del pífano, de la cí-
tara, de la sambuca, del salterio, de
la zampoña y de toda clase de ins-
trumentos músicos, caeréis de rodi-
llas y adoraréis la estatua que he
fabricado ; y si no la adoráis, al mo-
mento seréis lanzados en el horno
de fuego ardiente; y ¿qué dios ha-
bría que os librase de mis manos ?
18 Respondieron Sadrak, Mesak y
Abed-Negó y dijeron al rey Nabuco-
donosor :
— No necesitamos responderte sobre
este asunto. 11 Si está que nuestro
3 - Consejeros : según E. Meyer, el adargazar era un título militar : general, etc.
Otros traducen senadores, jueces... || Jurisperitos: o bien, jueces. || Magistrados:
así algunos ; otros, «jueces», iprefectos de policía» ; realmente es dignidad cortesana
no determinada con certeza.
6 Zampona : otros, gaita.
" Dentro de ardiente horno : pena atroz, pero que vemos ya empleada varias
veces en el A. T., v. gr., en Gén., 38, 24.
" .Vi está que nuestro Dios... : e. d., si entra en los planes de Dios el librarlos,
puede hacer un milagro a su favor.
- 1584 -
3 18-21
DANIEL
3 22-25
Dios, a quien nosotros veneramos,
ha de librarnos, del horno del fuego
abrasador y de tus manos, ¡oh rev!,
nos librará. 18 Y si no, has de saber,
¡oh rey!, que a tu dios no servimos
sus túnicas, sus gorros y sus vesti-
dos, y los echaron dentro del horno
del fuego abrasador. 22 Como quiera
que la orden del rey era apremiante
v el horno estaba niuv encendido, a
ni la estatua de oro que has erigido
hemos de adorar.
* Entonces Nabucodonosor, lleno
de furor y demudada la expresión
de su rostro contra Sadrak, Mesak y
Abed-Negó, tomó la palabra y orde-
nó encender el horno siete veces más
fuerte de lo que se acostumbraba a
encenderle. 2U Y mandó a algunos de
los hombres más fornidos de su ejér-
cito que ataran a Sadrak, Mesak y
Abed-Negó para arrojarlos al horno
del fuego ardiente. a Entonces estos
varones fueron atados con sus capas,
iquellos hombres que habían subido
i Sadrak, Mesak y Abed-Negó cau-
cáronles la muerte las llamas del fue-
go. a Y estos varones Sadrak, Me-
sak y Abed-Negó cayeron atados den-
tro del horno del fuego abrasador V
Oración de Azarías
[M Y andaban en medio de las lla-
mas cantando a Dios y bendiciendo
al Señor. 23 Y Azarías, poniéndose a
orar así y abriendo su boca en me-
dio del fuego, dijo :
21 Capas : así probab!. ; el sarbal es cierta parte de la indumentaria no bien de-
terminada. || Túnicas: sentido incierto; no se sabe qué parte de la indumentaria
fuera el péta¡ch.
3 26-3»
DANIEL
3 40-51
Bendito eres, Señor, Dios de nues-
tros r
glorií
hicSt
res, y digno de alabanza, y
lo tu nombre por los siglos.
justo eres en todo lo que
y verdaderas son todas las
obras tuyas, y rectos tus caminos, y
todos tus juicios verdad. K Y juicios
de verdad hiciste según todo lo que
atrajiste sobre nosotros y sobre la
ciudad santa de nuestros padres, Je-
isalén ; porque en verdad y juicio
atrajiste todas estas cosas por causa
de nuestros pecados. 29 Puesto que pe-
bramos inicuamente, apos-
ti, y delinquimos en todo;
eceptos no escuchamos ni
is, ni obramos según nos
para que nos fuese bien.
;uanto enviaste sobre nos-
do cuanto hiciste con nos-
juicio verdadero lo hiciste,
tregaste en manos de ene-
uos y pésimos apóstatas y
ajusto, el más perverso de
erra. " Y ahora no pode-
nuestra boca : vergüenza
ha caído sobre tus siervos
te adoran. M No nos des-
ara siempre por causa de,
, y no desbarates tu alian-
o apartes de nosotros tu
ia por amor de Abrahán,
y de Isaac, tu siervo, y
tu am
de Isr
diste ;
su lim
v comí
del m
pequet
ciones
la tier
tros p
:1, tu santo ; 40 a los cuales
labra de que multiplicarías
; como las estrellas del cielo
la arena que está en la playa
. " Porque, Señor, nos em-
cimos más que todas las na-
y estamos abatidos en toda
hoy clía por causa de nuég-
ados. 88 Y no existe en estc-
jríncipe, profeta ni caudillo,
austo, ni sacrificio, ni ofren-
miama, ni lugar donde pre-
os frutos ante ti y hallar
rdia. so Mas con ánimo con-
trito y espíritu de humildad seamos
acogidos. 40 Como en holocaustos de
carneros y toros y en miríadas de
corderos pingües, así sea nuestro sa-
| crificio en tu acatamiento hoy, de
suerte que te sea acepto ; pues no
hay sonrojo para los que confían en
ti. 41 Y ahora te seguimos de todo co-
razón y te tememos y buscamos tu
rostro. a No nos confundas, antes haz
con nosotros según tu mansedumbre
y según la muchedumbre de tu mi-
sericordia,; 43 y líbranos conforme a
tus maravillas y da gloria a tu nom-
bre, Señor ; 44 y queden corridos los
que ocasionan males a tus siervos,
y sean derrocados ignominiosamen-
te de toda su potencia, y su fuerza
sea triturada ; 46 y conozcan que tú
eres el Señor, Dios único y glorioso
sobre toda la tierra.
El ángel en el horno
** Y los satélites del rey, que los
habían echado, no cesaban de atizar
el fuego del horno con nafta, pez, es-
topa y sarmientos. 47 Y se extendía
la llama por encima del horno hasta
cuarenta y nueve codos, 48 y se lanzó
y abrasó a Iqs que halló de los cal-
deos alrededor del horno. 49 Y el án-
gel del Señor, habiendo descendido
al horno, estaba con Azadas y sus
compañeros, y sacudió la llama del
fuego del horno. 60 e hizo que en me-
dio del horno soplase como un vien-
to de rocío ; y el fuego no los tocó
absolutamente ni los dañó ni mo-
lestó.
Cántico de los tres jóvenes
n Entonces los tres, como con una
sola boca, alababan y glorificaban y
bendecían a Dios dentro del horno,
diciendo :
los gentiles, por cuanto abandonaron el monoteísmo pri-
:ipe, que gobierne tu pueblo ; n
ni caudillo, que salve a Israel,
palabras se las ha apropiado la I
profeta, que cumpla normal-
n la celebración del
ya Israel no reinci-
dió
de e
casti
en medio
Como
del incendio d
CON UNA SOLA
s, siraultAneai
de Jerusalén (587 antes de Cristo) ya Isra<
as veces anteriormente. Es éste un hecho providencial
). Desde el año 70 de la era cristiana, Israel ha sido
manentemente que antes, y no por sus idolatrías. Otro
Israel. Y otro pecado no puede señalarse que el haber
er crucificado a Jesús de Nazaret.
3 una expresiva imagen de cómo Dios asiste a los suyos
tribulaciones o de las tentaciones.
puede explicarse de varias maneras. Pudo ser que los
inspirados por Dio», prorrumpiesen cu un mismo canti-
3 62-90
DANIEL
3 32-W
" Bendito eres, Señor, Dios de nuestios padres,
y loable y sobreensalzado por los siglos ;
y bendito el nombre santo de tu gloria
v sobreloable y sobreensalzado por todos los siglo*
M Bendito eres en el templo de tu santa gloria
y sobreloable y sobreensalzado por los siglos.
w Bendito eres tú, que con tu mirada penetras los abismos,
sentado sobre querubines,
y loable y sobreensalzado por los siglos.
M Bendito eres sobre el trono de tu realeza,
y sobreloable y sobreensalzado por los siglo*.
" Bendito eres en el firmamento del cielo,
y loable y glorificado por los siglos.
51 Bendecid, todas las obras del Señor, al Señor,
cantad y sobreensalzadle por los siglos.
68 Bendecid, ángeles del Señor, al Señor,
cantad y sobreensalzadle por los siglos.
w Bendecid, cielos, al Señor...
'" Bendecid, aguas y todo cuanto está sobre los cielos, al Señor...
" Bendiga todo el ejército al Señor...
" Bendecid, sol y luna, al Señor...
** Bendecid, estrellas del cielo, al Señor...
M Bendiga toda lluvia y rocío al Señor...
"Bendecid, todos los vientos, al Señor.
n Bendecid, fuego y calor, al Señor...
"Bendecid, frío y calor, al Señor...
70 Bendecid, heladas y nieves, al Señor...
"Bendecid, noches y días, al Señor...
" Bendecid, luz y oscuridad, al Señor...
"Bendecid, relámpagos y nubes, al Señor..
" Bendiga la tierra al Señor...
"Bendecid, montes v collados, al Señor...
"Bendecid, todo lo que germina en la tierra, al Señor..
"Bendecid, las fuentes, al Señor...
78 Bendecid, mares y ríos, al Señor...
"Bendecid, cetáceos y todo lo que se mueve en las aguas, al Señor
60 Bendecid, todas las aves del cielo, al Señor...
a Bendecid, todas las fieras y bestias, al Señor...
a Bendecid, hijos de los hombres, al Señor..
"Bendecid, Israel, al Señor...
M Bendecid, sacerdotes, al Señor...
Bendecid, siervos, al Señor...
" Bendecid, espíritus y almas de los justos, al Señor..
87 Bendecid, santos v humildes de corazón, al Señor...
B Bendecid, Ananias, Azar fas, Misael, al Señor,
cantad y sobreensalzadle por los siglos ;
porque nos sacó del infierno y nos salvó de manos de la muerte,
y nos libró del medio del horno ardiente en llamas
y del medio del fuego nos libró.
" Confesad al Señor,
porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
m Bendec:d, todos los que adoráis al Señor, al Dios de los dioses ;
cantadle himnos y confesadle,
oorque es eterna su misericordia.]
co. Pudo también ser nue Azarías cantase el primer hemistiquio, al cual responderían
los otros dos con el secundo a modo de estribillo. Pudo, por fin, ser que el cántico
no se compusiese entonces, sino que fuese más anticuo y que los tres lo recitasen
juntamente. La repetición del estribillo tal vez sea indicio de su uso litúrcico.
*•"" La numeración de los versículos es la de la Vulgata, en lo cual los w. 69-70
preceden a los vv. 71-72. Se intercalan, además, en ella los vv 67 ('... frío v calor. .)
y 68 (... rocíos y escarcha. J.
— 1587 —
3 «1-4 4
DANIEL
3 95-4 7
m2i Entonces el rey Nabucodonosor
se asombró y levantóse apresurada-
mente, tomó la palabra y dijo a sus
ministros :
— ¿No han sido tres los hombres
que hemos hecho arrojar atados den-
tro del fuego ?
Contestaron y dijeron al monarca :
— ¡Sin duda, oh rey!
OT25 Respondió el soberano y dijo :
— He aquí que yo veo cuatro hom-
bres absolutamente libres que cami-
nan por medio del fuego sin padecer
daño alguno, y el aspecto del cuar-
to semeja a un ángel.
\ Entonces acercóse Nabucodono-
sor a la boca del horno del fuego
ardiente, tomó la palabra y dijo :
«¡Sadrak, Mesak y Abed-Negó, sier-
vos del Dios Altísimo, salid y ve-
nid !» Entonces salieron Sadrak, Me-
sak y Abed-Negó del medio del fue-
go. M2Í Y congregados los sátrapas,
prefectos, gobernadores y ministros
del monarca, observaron a aquellos
hombres, comprobando que el fuego
no había tenido ningún poder sobre
su cuerpo y los cabellos de su cabe-
za no estaban chamuscados, sus man-
tos no se habían alterado y ni el olor
del fuego había llegado a ellos.
"a, Nabucodonosor tomó la palabra
y dijo: «¡ Bendito sea el Dios de Sa-
drak, Mesak y Abed-Negó, el cual
ha enviado a su ángel v librado a
sus siervos, que confiaron en El, y
conculcaron el mandato del rey y en-
tregaron sus cuerpos por no servir
ni adorar a ningún otro dios fuera
del Dios suyo! M29 Y yo publico este
edicto: que cualquier pueblo, nación
o lengua que profiera blasfemias b
contra el Dios de Sadrak, Mesak v
Abed-Negó, será descuartizado y su
casa convertida en montón de estiér-
col, pues no existe otro Dios que
pueda salvar como éste.»
OT30 Entonces el monarca hizo que
prosperasen Sadrak, Mesak y Abed-
Negó en la provincia de Babilonia.
^si c «El rey Nabucodonosor, a to-
dos los pueblos, naciones y lenguas
que habitan en toda la tierra; lia
paz se os aumente ! m22 Pláceme da-
ros a conocer los prodigios y mila-
gros que me ha hecho el Dios Altí-
simo.
1003, ¡ Cuán grandes son sus prodigios, |
cuán poderosos sus milagros !
Su reinado es reinado eterno |
y su dominio persiste en una y otra generación.
Comunicación de Nabucodonosor sobre su sueño del
árbol, que sólo Daniel acierta a interpretar
A 1 «Yo, Nabucodonosor, estaba
^ tranquilo en mi casa, viviendo en
floreciente prosperidad en mi pala-
cio. 2 Tuve un sueño que me aterró
y las cavilaciones que tuve en mi le-
cho y las visiones de mi cerebro me
aterrorizaron. 3 Entonces promulgué
un edicto para que se presentaran
ante mí todos los sabios de Babilo-
nia a fin de que me dieran a conocer
la interpretación del sueño. ' Llega-
ron, pues, los magos, los adivinos,
los caldeos y los astrólogos, y expu-
se ante ellos el sueño, mas no su-
pieron indicarme su interpretación.
5 Finalmente, vino a mi presencia
Daniel, a quien se llama Baltasar,
con arreglo al nombre de mi dios, y
en quien mora el espíritu de los san-
tos dioses, v le expuse el sueño :
* «¡Oh Baltasar, jefe de los magos!,
pues yo mismo he tenido conocimien-
to de que en ti mora el espíritu de
los santos dioses y ningún misterio
ofrece para ti dificultad : [he aquí]
las visiones del ensueño que he te-
nido, dime ahora su interpretación.
' Fueron, pues, las visiones de mi ce-
rebro hallándome sobre mi lecho :
Miré,
Un ángel : lit., un hijo de Dios (o de los dioses).
w30 Hizo que PROSPERASEN : C «les dió honores y juzaó dignos de mandar a todos
los judfn.s de su reino».
- i588-
4 8-16
DANIEL
4 S-20
y he aquí que había en medio de la tierra un árbol, |
cuya altura era enorme.
* El árbol creció e hízose corpulento, | llegando su altura hasta el- cielo
y su extensión a todos los confines de la tierra.
* Su ramaje era hermoso, y su fruto, abundaante, |
y había en él comida para todos.
Bajo él buscaban sombra las bestias del campo, I
en sus ramas moraban los pájaros del cielo
y de él se alimentaba todo animal.
'" Veía yo esto en las visiones de mi mente sobre mi lecho, y he aquí
que un ángel y santo desciende del cielo, " grita con brío y dice así :
i Talad el árbol, desmochad sus ramas, |
despojad su follaje y desparramad sus frutos !
Huyan los animales de debajo de él | y los pájaros de sus ramas.
u Mas dejad en tierra | el tocón con sus raíces,
y [sea atado] con ligaduras de hierro y bronce [
entre el verde del campo,
y con el rocío del cielo sea bañado, |
y con las bestias comparta el herbaje de la tierra.
" Su corazón de hombre séale mudado, | y corazón de bestia désele,
y transcurran sobre él siete años.
" El mensaje [se basa] en decisión de los ángeles |
v orden de los santos es la cosa,
a fin de que reconozcan los vivien-
tes que el Altísimo tiene dominio so-
bre el imperio humano y a quien
quiere lo otorga, y eleva a él al más
baio de los hombres.
15 Este es el sueño que he tenido
yo, el rey Nabucodonosor ; y tú, Bal-
tasar, declárame la interpretación,
por cuanto que ninguno de los sabios
de mi reino ha sido capaz de indi-
carme la interpretación, pero tú lo
puedes, porque en ti mora el espíri-
tu de los santos dioses.»
" Entonces Daniel, a quien se de-
nomina Baltasar, quedó aturdido un
rato, y los pensamientos que tenía
lo consternaban. El monarca tomó la
palabra y dijo :
— Baltasar, no te asusten ni el sue-
ño ni la interpretación.
| ["] Baltasar respondió diciendo :
¡ «¡Señor mío, [sea] el sueño para los
I que te odian, y su interpretación pa-
I ra tus adversarios ! 17 El árbol que
has visto grande y fuerte, cuya al-
tura llegaba al cielo y su extensión
a toda la tierra, 18 cuyo ramaje era
hermoso y su fruto abundante, en el
cual había comida para todos y bajo
el que moraban las bestias del cam-
po, en cuyas ramas habitaban los pá-
jaros del cielo, 18 eres tú, ¡oh rey!,
que os habéis engrandecido y forta-
lecido, y tu grandeza ha crecido y
I ha alcanzado el cielo, y tu imperio a
| los confines de la tierra. 20 En cuan-
to a lo que ha visto el monarca, un
I ángel y santo que descendía del cie-
¡ lo y dijo : Talad el árbol y destruíd-
í '.o, mas dejad en tierra el tocón con
4* En medio de la tierra : esta posición central del árbol indica la grandeza del
imperio babilónico.
8 y " Su extensión : ensrnche, dilatación. Así parece deducirse del contexto (cf. Ge-
senius-Buhl), aunque la interpretación corriente es : su vista, e. d., divisábase desde
todos los confines...
9 Todo animal : lit., «toda carne», que aquí parece tener ese sentido, más bien que
el de «toda criatura» o «todos los hombres», como otros vierten.
10 Un ángel : otros, «un vigilante» o velador. Sin duda, cierta clase de ángeles, vi-
gilantes del cielo.
B Mas dejad en tierra : el árbol con sus raices designa a Nabucodonosor, que,
aunque pierde el poder algún tiempo, guardará la vida y recobrará el imperio.
° Corazón : e. d., cerebro, inteligencia. El orgullo de Nabucodonosor le había per-
suadido que era él más que la humanidad ; por eso le rebajará al nivel de las bestias.
- 1589 -
4 21-34
DANIEL
4 28-34
sus raíces, y sea atado con ligaduras
de hierro y bronce entre las hierbas
del campo* con el rocío del cielo sea
bañado y con las bestias del campo
tendrá parte hasta que pasen sobre
él siete años' : 21 ésta es la interpre-
tación, ¡oh rey!, y es el decreto del
Altísimo que ha sobrevenido a mi se-
ñor, el rey : 22 Te arrojarán de entre
los hombres y tendrás tu morada con
las bestias del campo, hierba como
a las reses vacunas te darán a comer
y con rocío del cielo te bañarán, y
pasarán sobre ti siete años hasta que
reconozcas que el Altísimo tiene do-
minio sobre el imperio humano y a
quien quiere lo otorga. 23 Y el ha-
berse rnandado dejar el tocón con
«us raíces indica que tu imperio se
te conservará una vez hayas recono-
cido que el cielo es quien domina.
M Por tanto, ¡oh rey!, plázcate mi
consejo: redime tus pecados median-
te limosnas y tus iniquidadaes con
misericordia hacia los desdichados ;
quizá así pueda dilatarse tu tranqui-
lidad.»
28 Todo esto sobrevino al rey Na-
bucodonosor. M Al cabo de doce me-
ses, hallábase paseando por su pala-
cio real de Babilonia, * y tomó el
monarca la palabra y dijo : «¿No es
ésta la gran Babilonia que yo he edi-
ficado para residencia real 'en virtud
de mi poder y para la gloria de mi
majestad ?» 28 Aun tenía el monarca
'.a palabra en sus labios, cuando una
voz descendió del cielo: «¡A ti se
anuncia, oh rey Nabucodonosor ; el
imperio se ha ido de ti ! w Te arro-
jarán de entre los hombres y con las
bestias del campo será tu morada ;
heno como a las reses vacunas te
darán a comer y siete años pasarán
sobre ti hasta que reconozcas que e!
Mtísimo es el soberano en el impe-
rio de los hombres y lo otorga a
quien quiere.» *En aquel momento
la palabra se cumplió en Nabucodo-
nosor, que fué arrojado de entre \o>
liombres, y comía hierba como las
reses vacunas, y bañábase su cuerpo
del rocío del cielo, hasta que sus ca-
bellos llegaron a crecerle como [la-
plumas] al águila y las uñas como
a las aves.
31 Al cabo de aquel tiempo, yo, Na-
bucodonosor, alcé mis ojos al cielo,
v mi razón tornó a mí, y bendije al
Altísimo y alabé y glorifiqué al que
vive eternamente,
aquel cuyo imperio es un imperio eterno |
y cuyo reino perdura de generación en generación.
Todos los moradores de la tierra son reputados por nada |
y a m albedrío procede con el ejército del cielo
a y los moradores de la tierra a ;
y nadie existe que detenga su mano | y le diga : «¿Qué haces?»
" En aquel momento mi razón vol-
vió a mí, tornándome también, para
honor de mi imperio, mi majestad y
mi esplendor, y mis consejeros y mis
magnates me buscaron, y se me res-
tableció en mi reino y fuéme otorga-
da una grandeza aún mavor. M Aho-
ra, pues, yo, Nabucodonosor, alabo,
ensalzo y glorifico al Rey del cielo,
cuyas obras todas son verdad y sus
caminos derechos, y que puede hu-
millar a quienes proceden altanera-'
mente »
ao La palabra se cumplió: contrayendo Nabucodonosor una enfermedad denominada
licantropia, o sea un delirio en el cual se figura quien lo padece que es una bestia.
La de él debió de ser boantropía, pues se imaginó ser un toro. Dice el sagrado texto
que perdió el uso de la razón algún tiempo, y en su mentecatez parecían plumas de
ave sus cabellos, y sus uñas, uñas de pájaro, y semejaba un salvaje.
Por nada : otros, t<x>mo no dignos de tenerse en cuenta».
— 1590 —
5 I"» DANIEL 5 «W8
Festín y muerte de Baltasar
51 El rey Baltasar celebró un gran
banquete en honor de sus mil
magnates y bebió vino en presencia
Je esos mil. 2 Cuando hubo gustado
el vino, Baltasar ordenó traer los va.
.-os de oro y plata que su antepasado
Nabucodonbsor había sacado del tem-
plo de Jerusalén para que bebieran
ta ellos el rey y sus magnates, sus
esposas y sus concubinas. s Inmedia-
tamente se trajeron los vasos de oro
y plata a que sacaran [un día) de',
templo, de la casa de Dios b existen-
te en Jerusalén, y bebieron en ellos
ci monarca y sus magnates, sus es-
posas y concubinas. ' Bebieron vino
y alabaron a sus dioses de oro y pla-
ta, de bronce, hierro, madera v pie-
dra.
' En aquel momento aparecieron
los dedos de una mano de hombre
v escribieron delante del candelabro
sobre la cal de la pared del palacio
real, y el monarca vió la palma de
la mano que escribía. 6 Entonces e!
rey demudó el color del semblante,
v conturbáronle sus pensamientos, y
las articulaciones de sus caderas se
le relajaron, y las rodillas comenza-
ron a golpearse la una contra la otra.
' El rey gritó fuertemente para que
hiciesen entrar a los encantadores
los caldeos y los astrólogos. El mo-
narca tomó la palabra y dijo a los
sabios de Babilonia : «Cualquier hom-
bre que leyere este escrito y me de-
clare su interpretación, será vestido
de púrpura con collar de oro a su
cuello y será el tercero en autoridad
en el reino.»
1 Entonces entraron todos los sa-
bios de! rey, mas no lograron leer la
escritura ni manifestar al monarca
su interpretación. e Así, pues, el rey
Baltasar se conturbó en extremo y se
le demudó el color del rostro, y sus
magnates quedaron desconcertados.
!0 La reina, ante las palabras del mo-
narca y de los magnates, penetró
en la sala del festín. Tomó la reina
la palabra y dijo: «¡Oh rey, eterna-
mente vivas ! ; no se turben tus pen-
samientos ni se demuden los colores
de tu semblante. 11 Hay un hombre
en vuestro reino en quien reside el
¡ espíritu de los santos dioses y en los
' días de tu padre se halló en él una
luz, una inteligencia y una sabiduría
semejante a la sabiduría de los dio-
ses, y el rey Nabucodonosor, vues-
tro antepasado, le nombró jefe de los
magos, los adivinos, los caldeos y
ios astrólogos, 0 vuestro propio an-
tepasado el rey c ; 12 por cuanto que
en él, en Daniel, a quien el monarca
puso por nombre Baltasar, se des-
cubrió un espíritu extraordinario, co-
nocimiento e inteligencia para des-
cifrar sueños, explicar enigmas y re-
solver dificultades. Llamad, pues, a
Daniel, y dará la interpretación.»
13 Fué introducido Daniel inmedia-
tamente a la presencia del monarca,
el cual tomó la palabra y dijo a Da-
niel :
— ¿ Eres tú Daniel, uno de aquellos
judíos deportados que el rey mi pa-
dre trajo de Judea ? " He oído decir
de ti que en ti mora el espíritu de
los dioses y que se han hallado en
ti luces, inteligencia y sabiduría ex-
traordinaria. 15 Ahora bien, han sido
! introducidos a mi presencia los sa-
¡ bios y los encantadores para que le-
K 1 El rey Baltasar : así interpretan ThGV el hebr. Belsassar; según la opinión que
se estima más probable, trátase del Bel-Sarrusur de los documentos cuneiformes,
.lijo de Nabunaid o Nabonides. Este usurpador del imperio se asoció en el gobierno a
su hijo, encomendándole la defensa de Babilonia cuando él mismo fué derrotado y he-
cho prisionero por Ciro. |j Bebió vino : este licor derrochábase copiosamente en aque-
llas fantásticas orgías orientales, tal como nos lo muestran los monumentos de la
época, que siempre representan a los comensales bebiendo.
' Cuando hubo gustado ei. vino : e. d., cuando se hallaba en medio de la liba-
ción ; otros, «bajo el influjo del vino». || Ordenó traer los vasos: como para insultai
al Eios de los hebreos a presencia de los dioses de él.
• Las articulaciones de sus caderas : o bien, la columna vertebral inferior.
" La reina : debió de ser la reina madre, puesto que las mujeres del rey estaban
ya en el banquete. || Las palabras: otros, «el suceso» o acontecimiento.
" Antepasado : lit., padre, como en otros vv. anteriore» ; pero sólo el santido dc-
abuelo o antepn»edo puede tener en ello» 1» palabra nb.
DANIEL
5*2-6 3
verán este escrito y me comunicaran
su interpretación, y no han sido ca-
paces de descifrar el asunto. 16 Mas
yo he oído decir de ti que tú puedes,
ofrecer interpretaciones y resolvei
dificultades. Ahora, pues, si lograr*
leer el escrito y me haces saber su
explicación, serás vestido de púrpu-
ra con un collar de oro al cuello y
serás el tercero en autoridad en e"l
reino.
" Entonces respondió Daniel y di-
jo delante del monarca :
—Queden para ti tus regalos y da
tus obsequios a otro ; sin embargo,
leeré el escrito al rey y le daré a co-
nocer su interpretación. 18 ¡Oh rey!,
el Dios Altísimo otorgó a Nabucodo-
nosor, tu padre, el imperio, la gran- j
deza, la gloria y la majestad ; 18 y
ante el poder que le otorgara, todos
los pueblos, naciones y lenguas tem-
blaban y temían a su presencia ; a
quien quería mataba y al que desea- 1
ba dejaba vivir, a quien quería exal-
taba y al que deseaba humillábalo.
m Mas' tan pronto como se ensober-
beció su corazón y su espíritu se
obstinó en hacerse insolente, fué de-
puesto de su real trono y su gloria
ruéle quitada. 21 Y fué arrojado de
entre los hombres v hecho su cora-
zón semejante al de las bestias, y
convivió con los onagros ; hierba co-
mo a las reses vacunas le dieron a
comer, y su cuerpo se bañó del rocío
del cielo, hasta que reconoció que el
Dios Altísimo es el soberano en el
imperio de los hombres y exalta a
él a quien quiere. 22 Y tú", ¡ oh Bal-
tasar!, su hijo, no has humillado tu
corazón a pesar de haber sabido to-
do esto , ™ mas te has alzado contra
.'1 Rey del cielo, y te han traído de-
cante los vasos del templo, y tú y
tus magnates, tus esposas y tus con-
cubinas habéis bebido vino en ellos
v has ensalzado a unos dioses de pla-
ta y oro, de bronce, hierro, madera
v piedra, que ni ven, ni oyen, ni en-
tienden, y no honrado al Dios en cu-
yas manos está tu aliento v dueño de
todos sus caminos. 21 Por eso de su
presencia fué enviada la mano que
trazó este escrito. 25 Esta es, pues, la
escritura que ha trazado: Mené, Me-
né ¡>, Tekel Ufarsín c. 26 Y ésta es
ia interpretación de tales palabras :
Mené : Dios ha contado [los días]
de tu reinado y le ha puesto fin.
27 Tekel : has sido pesado en la ba-
lanza y hallado falto de peso. 28 Pe-
res : tu imperio ha sido desbarrado
v dado a los medos y persas.
28 Baltasar ordenó inmediatamente
que se le pusiera a Daniel uu vesti-
do de púrpura y un collar de oro al
cuello y proclamaron que quedaba
constituido el tercero por su autori-
dad en el reino. M Aquella misma no-
che fué muerto Baltasar, rey de los
caldeos.
Darío el medo recibió el remo
cuando contaba unos sesenta y dos
años
En la corte de Darío. Daniel en el foso de los leones
z: ': Plugo a Darío establecer sobre
el reino ciento veinte sátrapas
que se distribuyesen por todo el rei-
no, 22 y al frente de ellos tres prefec-
tos— uno de ellos Daniel — , a quienes
los sátrapas rindieran cuentas, con
lo que el monarca no padeciera daño
alguno, 'i Pero nuestro Daniel sobre-
salía entre los prefectos y sátrapas
por estar dotado de un espíritu ex-
18 Ofrecer interpretaciones : lit., interpretar (o explicar) explicaciones, interpreta-
ciones ; V «interpretan obscura», y así también, con Vars, Kit.
a Su corazón : o bien, su inteligencia.
■« y rú, ¡oh Baltasar! : quiere decirle Daniel que su orgullo es más culpable que
el de Nabucodonosor.
" La mano : lit., la palma de la mano.
»j Darío : unos creen era lugarteniente de Ciro, quien lo constituiría como virrey
o gobernador de Babilonia al ser conquistada ésta. Identifícanle con el Ugbaru de las
inscripciones cuneiformes y el Gobyras de Herodoto. Otros prefieren hacerle idéntico
a Ciaxares, hijo de Astiages, último rey de Media. Cf. Introducción.
Q Bt Ntrr.srRO Danibl : lit., éate íel tal) Daniel l— v. •,,
— I5Q2 —
6 4-12
DANIEL
6 13-1(5
traordinario, y el monarca proyecta-
ba constituirlo sobre todo el reino.
*s Entonces los prefectos y los sátra-
pas trataron de hallar motivo de cen-
sura contra Daniel en lo tocante a
[la administración d]el reino ; pero
no lograban encontrar ningún moti-
vo de queja ni acto reprensible, por-
que él era leal, y no se halló en él
negligencia alguna ni acción vitupe-
rable. s6 Entonces dijéronse aquellos
hombres : «No encontraremos con-
tra nuestro Daniel ningún motivo de
acusación fuera de la que contra él
hallemos en lo concerniente a la lev
de su Dios.»
% Así, pues, aquellos prefectos y
sátrapas acudieron alborotados ante
el monarca y le dijeron de esta suer-
te : «¡Rey Darío, vive eternamente!
\, Todos los ministros del reino, pre-
fectos y sátrapas, consejeros de es-
tado y gobernadores han deliberado
y concluido que debe promulgarse un
edicto real y poner en vigor una pro-
hibición que cualquiera que hasta pa-
rados treinta días formule una plega-
ria a cualquier dios u hombre, fuera
de a ti, ¡oh rey!, sea arrojado a la
fosa de los leones. \ Ahora, pues, ¡ oh
rey !, promulgad la prohibición y fir-
,mad el documento para que no sea
modificable, conforme a la ley de los
medos y los persas, que es irrevoca-
ble.» *,„ Ante esto, el rey Darío fir-
mó el documento con la "prohibición.
"\, En cuanto Daniel se enteró de
que había sido firmado el documen-
to, se entró en su casa, la cual tenía
ventanas abiertas en su parte supe-
rior, en dirección a Jerusalén, y en
tres momentos del día caía de rodi-
llas y oraba y daba gracias ante su
Diosj de igual modo que solía orar
anteriormente. UJS Entonces aquellos
hombres acudieron alborotados y en-
contraron a Daniel orando y rogando
ante su Dios. 1313 Inmediatamente se
acercaron al monarca y le hablaron
acerca de la prohibición real :
—¿No firmaste una prohibición
[declarando] que todo el que dirigie-
ra en el plazo de treinta días unii
plegaria a cualquier dios u hombre,
a excepción de ti, ¡oh rey!, seria
arrojado a la fosa de los leones <
Respondió el monarca y dijo :
— ¡ Palabra firme según la ley de
los medos y los persas, que no puede
ser abolida !
13,4 Entonces ellos contestaron al
rey diciendo :
— Daniel, uno de los deportados de
Judá, no guarda consideración a ti,
Relieve de basalto con leones
y dogos de BctSeán
l oh rey ! , ni a la prohibición que fir-
maste," y tres veces al día formula
su plegaria.
1415 Entonces el monarca, en cuan-
to oyó lo dicho, se disgustó mucho
por ello, y se propuso librar a Daniel,
y hasta la puesta del sol se esfor-
zó por salvarlo. 15)r, Inmediatamente
aquellos hombres acudieron alboro-
tados al monarca y dijeron al rey :
«Sabe, ¡oh rey!, que es ley de me-
dos y persas que ninguna prohibi-
ción ni edicto que el rey ha confir-
mado puede modificarse.»
16„ El monarca dió órdenes en se-
guida, y llevaron a Daniel y lo arro-
6, A la ley de su Dios : e. d., a la religión hebrea.
Aquellos sái rapas : no ;on todos los oficiales y magistrados del reino, sino los
enemigos de Daniel. || Acudieron' alborotados: o apresurada y tumultuosamenh ;
V «surripuerunt» y en v. 12 «curiosius inquirentes».
*, Consejeros de estado: otros, «legisladores, ministros...». || Un edicto real: su
gerido probablemente por una antigua costumbre religiosa de los medos.
*•„ Se propuso : lit., puso en el corazón.
"1T Con tal persevi:rancia : otros, como Kautzsch : celoso, solicito ferviente.
— 1593 —
6 "-7 i
jaron en la fosa de los leones. El
rey tomó la palabra y dijo a Daniel :
'Él Dios a quien tú adoras con tal
perseverancia, El te librará.» "„ Y
llevóse una piedra y fué colocada 60-
bre la boca de la fosa, y el rey la
selló con su anillo y con el anillo de
sus magnates para que no se muda-
se la suerte de Daniel.
Entonces el monarca marchó a
su palacio y pasó la noche en ayuno,
sin que se le ofrecieran distracciones,
y el sueño huyó de él. "w Al ama-
necer, se levantó el rey apenas rayó
el alba, y marchó precipitadamente
a la fosa de los leones. » Cuando se
hubo acercado a la fosa, gritó a Da-
niel con voz lastimera ; tomó la pa-
labra el rey y dijo a Daniel :
—Daniel, siervo del Dios vivo ; tu
Dios, a quien tú reverencias con per-
severancia, ¿ha logrado librarte de
los leones ?
Entonces Daniel habló con el
rey :
■■¡ ( )h rey, vive eternamente ! ,253 Mi
Dios ha enviado a su ángel y ha ce-
rrado la boca de los leones y no me
han causado mal alguno, por cuanto
he sido hallado inocente ante El, y
tampoco ante ti, | oh rev!, he come-
tido maldad alguna. "M El monarca
entonces se alegró extraordinaria-
mente de ello y ordenó extrajeran a
Daniel de la fosa, sin que se le en-
contrara^ lesión alguna, pues confió
en su Dios. u¡¡ Y el rey mandó que
trajeran a aquellos hombres que ha-
bían calumniado a Daniel v que fue-
sen arrojados a la fosa de fos leones,
así ellos como sus hijos y mujeres ;
y aun no habían llegado al suelo de
la fosa, cuando ya los leones se ha-
bían lanzado sobre ellos y les tritu-
raron todos sus huesos.
"aEn seguida, el rey Darío escri-
bió a todos los pueblos, naciones y
lenguas que habitaban en toda la tie-
rra: i| Vuestra paz crezca ! De mi
parte se decreta que en todos los do-
minios de mi reino se tiemble y te-
ma ante el Dios de Daniel,
pues El ts Dios vivo | y perdurable por ios siglos ;
y su reinado no será jamás destruido, |
y su imperio durará hasta el fin.
"a El que libra y salva | y obra prodigios y maravillas |
en el cielo y la tierra";
el que ha librado | a Daniel de las garras de los leones.»
"s? Y nuestro Daniel prosperó en el reinado de Darío y en e! reinado
de Ciro el persa.
Visiones de Daniel: el sueño de las cuatro bestias
n ' El año primero de Baltasar, rey i cho. Inmediatamente escribió el sue--
* de Babilonia, Daniel tuvo un sue- ño, consignando la sustancia de le-
ño y pasaron por su cerebro unas vi- hechos. 2 Tomó Daniel la palabra y
sioríes mientras se hallaba en el le- 1 dijo : «Veía yo en mi visión noctur-
181(1 Distracciones : o solaz. La voz aramia dejaván es ele sentido incierto y divci
saínente interpretada : S «manjares» ; los exegetas hebreos, «instrumenta pulsatilia» ;
Hertholdt y otros, «BeiscliHifirinncn» ¡ ThV «cibi».
Ma Como sus hijos y mujeres : que habían ríe morir con los padres, según bárbaros
usos" no sólo de Persia, sino del antiKiio Oriente y otros pueblos. I.a ley mosaica
icf. Dt. 24, 16) lo prohibía expresamente.
Mn De mi i-arte se decreta : no se crea por eso que Darío renuncia al culto de los
(dolos. Equipara a ellos solamente el Dios de los hebreos, sin abandonar el punto
de vista del politeísmo.
7' Tuvo UN sueño : como en los más de los capítulos, habla Daniel en tercera
persona.
5 Agitaban el mar : otros prefieren «hacían desencadenarse» ; asi Bevan traduce
«pusieron el mar Grande en movimiento». || El mar Grande: parece indicar aquí,
más que el Mediterráneo, como frecuentemente, el inmenso océano o la humanidml
|a abitada muchedumbre de naciones gentiles, cual explican algunos
- T504 —
7 3-15
7 7-16
na, y he aquí que los cuut.ro vientos
del cielo agitaban el mar Grande. ' Y
cuatro bestias enormes, diversas una
de otra, salían del mar. 4 La primera
era como un león y tenía alas de
águila. Yo la estuve mirando, hasta
que le arrancaron las alas, y fué le-
vantada de la tierra y puesta de pie
sobre las patas como un hombre, y
se le dió corazón humano. 6 Luego
he aquí otra segunda bestia, seme-
jante a un oso, y que se alzaba de
un costado con tres costillas. en las
fauces entre sus dientes ; y le decían
así: «| Levántate y devora mucha
carne !» ' Después de esto seguí vien-
do, y he aquí otra bestia " como un
leopardo con cuatro alas de ave so-
bre su dorso. Además, la bestia po-
seía cuatro cabezas y le fué dado
dominio. 1 Tras esto continué viendo
en mi visión nocturna, y hete aquí
una cuarta bestia, espantable, terri-
ble y extraordinariamente fuerte ; te-
nía grandes dientes de hierro, comía
y trituraba, y lo sobrante lo hollaba
con sus patas ; además era diferente
de todas las bestias que la habían
precedido y poseía diez cuernos. 8 Es-
taba yo contemplando los cuernos,
cuando he aquí que despuntó enjxe
ellos otro cuerno pequeño y tres de
los primeros le fueron arrancados a
presencia de aquél ; y hete aquí que
había en aquel cuerno unos ojos, a
modo de ojos humanos, y una boca
que parlaba grandes cosas.
* Continué mirando,
hasta que se pusieron unos tronos | y un anciano se sentó ;
su vestidura era blanca como la nieve, |
y el cabello de su cabeza como lana limpia ;
su trono eran llamas de fuego ; |
las ruedas del mismo, fuego ardiente.
* Un río de fuego corría | y salía de él
miles de millares le servían |
y miríadas de miríadas se alzaban a su presencia.
El tribunal tomó asiento, | y los libros fueron abiertos.
" Yo miraba entonces a causa del
ruido de las grandes palabras que el
cuerno profería ; estuve mirando, has-
ta que la bestia fué muerta y su
.uierpo destrozado y arrojado a las
llamas del fuego. " A las bestias res-
tantes fuéles quitado el dominio y se
les otorgó una prolongación de vida
hasta un tiempo y hora [determi-
nados].
° Proseguí viendo en la visión noc-
turna,
y he aquí que en las nubes del cielo | venía como un hombre,
y llegó hasta el anciano | y fué llevado ante El.
" Y concediósele señorío, gloria e imperio,
y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron ;
su señorío es un señorío eterno que no pasa,
v su imperio | [un imperio] que no es destruido.
"En cuanto a mí, Daniel, fui tur- 1 jaron asustado. " Acerquéme a uno
bado en mi espíritu, dentro de mí ; de los que estaban allí de pie y le
y las visiones de mi cerebro me de- ' rogué me informara de la verdad
3 Cuatro bestias enormes : representan cuatro imperios, y son comparados a bes-
tias porque casi siempre fueron gobernados tiránicamente.
4 La primera : el león representa el imperio babilónico con alas de águila, que
simbolizan la rapidez de sus conquistas.
s Otra segunda : el oso es símbolo del imperio medo, que se alzaba de un costado
para lanzarse al asalto.
• He aüuí otra bestia : el leopardo es imagen del imperio persa con sus cuatro ala-
de pájaro, que figuran la agilidad de sus movimientos.
1 Hete aquí : esta bestia cuarta, sin nombre, es el imperio de Alejandro, diferente
de los otros por su poder extraordinario, representado en los diez cuernos.
8 Otro cuerno : este cuerno pequeño parece ser Antíoco Epifanes, tremendo per-
seguidor de los judíos.
9 Un anciano : lit., viejo de días, e. d., Dios representado en un anciano venerable
u Un hombre : lit., un hijo de hombre. Es un hombre o personaje colectivo que
representa a los santos o fieles del Señor.
Uno de ios que esiaran ahí de tit: o de lo* a»i«tent*s al trono de Dios, e. d., nno
de los ángeles a que aludió en v. ro
7 »-8 *
DANIEL
7 2U-g 3
acerca de todo aquello, y rne respon-
dió e hízome saber la interpretación
de lo visto. 17 Estas cuatro bestias
enormes son cuatro reyes que se al-
zarán sobre la tierra ; u mas los san-
tos del Altísimo recibirán el reino y
tomarán posesión del mismo hasta
la eternidad y por los siglos de los
siglos.
'* Entonces quise adquirir certeza
sobre la bestia cuarta, que era dife-
rente de todas las demás, extraordi-
nariamente terrible, con dientes de
hierro y uñas de bronce, que devo-
raba, trituraba y lo sobrante hollaba
con sus patas, 20 y sobre los diez
cuernos que había en su cabeza, y el
otro que saliera, y los tres que ha-
bían caído, y aquel cuerno dotado de
oíos y boca que parlaba cosas gran-
des y cuyo aspecto era mayor que
sus compañeros. 21 Yo estuve miran-
do, y ese cuerno hacía guerra a los
santos y los vencía, 22 hasta que vino
el anciano y se dió satisfacción a los
santos del Altísimo ; y llegó el tiem-
po en que los santos entraron en po-
sesión del reino.
a Dijo así : La cuarta bestia es
un cuarto reino que habrá en la tierra, |
que será distinto de todos los reinos
y devorará toda la tierra, | la hollará y la triturará.
M Y los diez cuernos son
diez reyes que surgirán de aquel imperio |
y otro se alzará después de ellos,
y él será diverso de los precedentes | y derribará a tres reyes.
25 Y pronunciará palabras contra el Altísimo |
y a los santos del Altísimo aniquilará.
Y proyectará cambiar las festividades y la ley
y serán entregados en su poder | por un año, dos años y medio año.
M Mas el tribunal se sentará y quitaránle el imperio, |
exterminándolo y aniquilándolo definitivamente. [cielo existen
27 Y el imperio, el señorío y la grandeza de los reinos que bajo todo el
serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo ;
su imperio es impeno eterno |
y todos los señoríos le han de venerar v prestar obediencia.»
28 Hasta aquí, fin del informe. En i mente y se me demudó el color del
cuanto a mí, Daniel, mis pensamien- rostro, pero conservé la cosa en mi
tos conturbáronme extraordinaria- 1 corazón.
La visión del carnero y el macho cabrío
81 El año tercero del reinado del
rey Baltasar tuve una visión yo,
Daniel, después de la que se me apa-
reciera al comienzo : 2 Se me repre-
sentó en visión, y en mi contem-
plación hallábame yo en la acrópolis
de Susa, situada en la provincia de
Elam, a y vi en visión a que estaba
yo a la orilla del río Ulay. * Alcé los
ojos, miré, y he aquí que un carnero
se hallaba delante del río y tenía dos
cuernos altos b, pero el uno más alto
* Las festividades: lit., los tiempos, e. d., los días de fiesta. || Por un año, dos
años v medio año : e. d., hasta pasados tres años y medio; lit., tiempos, que, aunque
algunos creen se trata de un lapso de tiempo indefinido, generalmente se hace equi.
valer a año (cf. Ap. is, 14...).
m El tribunal se sentará : o bien, se celebrará el juicio y hará justicia.
81 Aquí comienza otra parte en hebreo hasta el fin del libro.
3 Era el úlwmo en crecer : lit., »ubía en último lugar. V «... iba creciendo.
Después...».
— 159° —
S 4-4*
DANIEL
8 i*-2"1
que el otro, y el más elevado era el
último en crecer. * Vi al carnero aco-
metiendo contra el occidente, el nor-
te y el mediodía, y ninguna bestia
podía resistir trente a él ni salvarse
de su poder. Obraba a su albedrío y
.-e engrandecía.
s Me lijé, y he aquí que un macho
i-abrío venia de poniente recorriendo
toda la superficie de la tierra sin to-
car el suelo; y tenía el macho cabrío-
un cuerno bien visible entre los ojos.
' Y llegó hasta el carnero de dos
cuernos que yo había visto colocado
delante del río, y corrió hacia él con
su fuerte furor. ' Vile acercarse al
carnero, y se manifestó encolerizado
contra él, y embistió al carnero y le
quebró los dos cuernos ; al carnero
faltáronle fuerzas para hacerle fren-
te, y así le arrojó a tierra y lo piso-
teó, y no hubo quien librara al car-
nerode sus garras. ■ El macho cabrío
creció extraordinariamente ; mas en
la cúspide de su poder, aquel gran
cuerno se quebró y en su lugar salie-
ron cuatro bien visibles c a los cuatro
vientos del cielo.
* De uno de ellos salió, además,
otro d cuerno pequeño, que creció ha-
cia el mediodía, hacia el levante y
hacia la Hermosura» 10 Y creció has-
ta el ejército celeste, derribando por
tierra parte del mismo y de las es-
trellas, a las que holló. 11 Y creció
hasta B el mismo jefe del ejército y
fué por él suprimido el sacrificio
perpetuo y derribado el lugar de su
santuario '. 12 Y un ejército fué en-
tregado a la destrucción por preva-
ricación contra el sacrificio perpetuo,
y fué abJt ida e por tierra la verdad ;
y obró y logró éxito. " Luego oí a
un santo que hablaba, y dijo un san-
to al que estaba hablando : «¿Hasta
cuándo [durará lo anunciado en] la
visión del sacrificio perpetuo, la pre-
varicación desoladora h y el santuario
y el ejército hollados ?» " Y contes-
tó/e '.- «Hasta dos mil trescientas
lardes y mañanas ; luego será puri-
ficado el santuario.»
a Y sucedió que mientras yo, Da-
niel, contemplaba esta visión y tra-
taba de comprenderla, he aquí que
-e coloca ante mí como una figura
de varón, " y oí una voz de hombre
sobre el Ulay, que gritó y dijo : «Ga-
briel, explícale a éste la visión.» " Y
llegóse donde yo estaba, y al llegar
quedé espantado y caí de bruces, y
aíjorne : «Entiéndelo, ¡ oh hijo de
hombre !, porque la visión es para el
tiempo final.» * Y al hablar conmigo
quedé sin sentido con el rostro en
tierra, mas él me tocó e hízome po-
ner de pie. 18 Y dijo : «He aquí que
yo te haré saber lo que ha de acae-
cer al final de la cólera, pues [la vi-
sión] va a parar al tiempo final. 20 El
carnero dotado de dos cuernos que
[has visto representa a] los reyes 1
de Media y Persia ; a y el macho ca-
brío es el rey de Grecia, y el gran
cuerno que había entre sus ojos es el
primer monarca. * Y el que, quebra-
do aquél, salieran cuatro en su lu-
gar, [indica] cuatro reinos que sal-
arán de su k nación, mas no con su
misma potencia.
" Y al final de sus reinados |
cuando hayan llegado a su término las prevaricaciones,
«urgirá un rey insolente | y experto en astucias.
" Y su potencia es vigorosa, 1 mas no por su propia fuerza 1 ; |
verificará destrucciones prodigiosas, | prosperará y obrará,
4 Vi ai. carnero acomeiiendo : describe las conciuistas de Persia.
s Bien visible: así o agrande» quizá; «1. c. G «no?», pregunta Kit. Este macho
cabrío significa el imperio griego, cuyo cuerno es Alejandro.
* Del río : así generalmente se interpreta hoy ; pero, como escribe Zorell, sobre
la palabra ubal 'puerta', «a fluvio Ulai urbem praeterfluente porta vocari putuu 'porta
Ulai' (cf. Rheintor)».
B Otro cuerno pequeño : c. d., Antíoco Epifanes. || Hacia la Hermosura o la gloria
(hebr. ha-sébi): e. d., hacia el país de la Hermosura o de la Gloria, o sea Tierra
Santa ; ef. IX, 16. 41 (y vide Jer. 3, 19 ; Ez. 20, 6. 15). G lee norte (salón); Th la
luerza, y V fortitudirtem (ha-sabá).
11 Fuá por él suprimido : o también (cf. K) «quitó de él» o le privó de...
12 Un ejército fué entregado a la destrucción o la muerte : así H ; otros, tél des-
plegó con delito un ejército contra el sacr. prep.»... ; V «y le fué dada fuerza contra
el sacrificio perpetuo». Este v. hace referencia a los violentos medios que empleó
Antíoco para acabar con el culto judío.
" Tardes y mañanas : e. d., días. || Sera purificado : o bien, logrará sus derechos,
*e le hará justicia
— 1597 —
8 25— 9 fc
DANIEL
g 25-^9 15
y exterminará a los fuertes | y al pueblo de los santos.
45 Con su ingenio | liará que logre éxito el fraude en sus manos
y se ensoberbecerá en su corazón |
y sin que se advierta aniquilará a muchos ;
también contra el Príncipe de los príncipes se alzará, |
pero se'rá destruido sin intervenir mano alguna.
w Y la visión referente a la tarde y la mañana |
de que se ha dicho es verdad ;
mas tú mantén secreta la visión, | pues se refiere a días lejanos.»
"1 Y yo, Daniel, desfallecí y estuve . monarca j pero estaba consternado
enfermo algunos días. Luego me le- de la visión y no había quien la ex-
vanté y me ocupé en los asuntos del | plicara.
Oración de Daniel y profecía de las setenta semanas
Q ' El año primero de Darío, hijo
de Asuero, de la estirpe de los
medos, que fué entronizado rey so-
bre el imperio de los caldeos, 2 el
año primero de su reinado, yo, Da-
niel, púseme a estudiar en los libros
sobre el número de los años de que
Yahveh hablara al profeta ■ Jeremías
para cumplirse la ruina de Jerusa-
lén : setenta semanas. 8 Y dirigí mi
rostro hacia el Señor Dios, buscán-
dolo con oraciones y súplicas, en
ayuno, saco y ceniza.
4 Rogué a Yahveh, mi Dios, e hice
mi confesión y dije: «¡Ay, Señor,
Dios grande y terrible, que guarda
el pacto y la benevolencia a quienes
le aman y observan sus mandamien-
tos!, 6 hemos pecado y prevaricado,
nos hemos entregado al mal y nos
hemos rebelado y apartado de tus
preceptos y de tus dictámenes ; 6 no
hemos escuchado a vuestros siervos
los profetas que hablaron en tu nom-
bre a nuestros reyes, a nuestros prín-
cipes, a nuestros padres y a todo el
pueblo del país. 'A ti, ¡oh Señor!,
la justicia ; mas a nosotros la confu-
sión dei rostro, como en este día a
los hombres de Judá y a los habitan-
tes de Jerusalén y a todo Israel, los
próximos y los lejanos, en todas las
tierras adonde los expulsaste por las
prevaricaciones que contra ti come-
tieron. 8 Señor, a nosotros la confu-
sión del rostro, a nuestros reyes, a
nuestros príncipes y a nuestros pa-
I dres, pues hemos pecado contra ti.
j " Al Señor y Dios nuestro correspon-
I den las misericordias y los perdo-
nes, porque nos hemos rebelado con-
tra El.; 10 y no escuchamos la voz de
Yahveh, nuestro Dios, para caminar
por sus leyes, que puso ante nos-
otros mediante sus siervos, los pro-
fetas. 11 Y todo Israel ha transgredi-
do tu ley y se ha desviado sin obe-
decer tu voz, y hanse derramado so-
bre nosotros la maldición y el jura-
mento que se hallan escritos en la
ley de Moisés, siervo de Dios, por
cuanto hemos pecado contra El. u Y
ha cumplido las palabras que pro-
nunció contra nosotros y contra nues-
tros jueces que nos han gobernado,
atrayendo sobre nosotros tan gran
desgracia, que bajo todo el cielo no se
ha verificado otra cual la verificada
en Jerusalén. 13 Conforme está escri-
to en la ley de Moisés, sobrevínonos
toda esta desgracia, y, sin embargo,
no hemos aplacado a Yahveh, nues-
tro Dios, convirtiéndonos de nuestra
iniquidad y reconociendo tu verdad.
II Y, atento Yahveh a esta calami-
dad, la ha atraído sobre nosotros,
pues justo es Yahveh, nuestro Dios,
en todas las obras que hace, mas no
hemos escuchado su voz. 16 Ahora,
pues, oh Señor, Dios nuestro, que
sacaste a tu pueblo de la tierra de
Egipto con mano fuerte y te creaste
un nombre como al presente ocurre,
hemos pecado, hemos obrado inicua-
í.ik'Dlíi. astm ki
■:,;iríni
voluntad», y une estas palabras
r598 _
9 16-26
DANIEL
9 zi-rn
mente. " Señor, con arreglo a to-
das tus manifestaciones de compasi-
va justicia, apártense, por favor, tu
ira y tu furor de tu ciudad de Jeru-
6alén, tu santa montaña ; pues por
nuestros pecados y por las iniquida-
des de nuestros padres, Jerusalén y
tu pueblo constituyen el oprobio de
todos nuestros circundantes. " Aho-
ra, pues, escucha, oh Dios nuestro, .
la plegaria de tu siervo y sus súpli-
cas, y haz brillar tu rostro sobre tu i
desolado santuario, por amor de ti
mismo ». 18 Inclina, Dios mío, tus
oídos y escucha ¡ abre tus ojos y ve j
nuestras desolaciones y la ciudad so-
bre la cual se invoca tn nombre ; |
pues no vertemos nuestras súplicas
ante ti basados en nuestras acciones
jnstas, sino en tus grandes miser:- !
cordias. " ¡ Señor, escucha ! ¡ Señor,
perdona! ¡Señor, atiende y obra ! ¡
)No tardes, en gracia a ti, oh Dios
mío ! ; pues tu nombre es invocado
sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.»
" Aun estaba hablando, rogando y
confesando mis pecados y los peca-
dos de mi pueblo Israel, v presenta-
ba mi súplica ante Yahveh, mi Dios,
por su- santa montaña, a y todavía
yo me hallaba formulando mi plega-
ria, cuando aquel hombre, Gabriel,
qne yo viera en visión al comienzo,
b volando raudo b, llegó a mí hacia
el momento de la oblación de la tar-
de. " Vino, pues °, y me habló y di-
jo : tDaniel, he partido ahora gara
.lustrar tu inteligencia. " Al comen-
Persas de Pcrsépoils
zar tus súplicas se profirió una pa-
labra y he venido a anunciártela,
pues eres varón 8 carísimo ; presta,
pues, atención a la palabra y entien-
de la visión.
'■' ' Setenta semanas han sido decretadas |
sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa,
para poner fin a la prevaricación, | para cancelar los pecados
para expiar la iniquidad,
para traer la justicia eterna, |
para poner el sello a visión y profet» 1
y para ungir al Santo de los Santos.
" Sábelo, pues, y entiéndelo bien:
desde la salida de la orden de volver a edificar a Jerusalén
hasta el Mesías príncipe habrá siete semanas
y sesenta y dos semanas | y serán reedificados plaza y foso
bajo la presión de los tiempos.
MY después de las sesenta y dos semanas |
** Para ilustrar tu inteligencia : o bien, para proporcionarte comprensión plena,
explicándote el sentido de la visión.
» Varón carísimo a Dios : otros, varón de excelencia o excelente ; V tvarón de
deseos».
* El Mesías príncipe : Lit., un Ungido de príncipe o principe ungido. || Habrá siets
semanas .. : estas setenta semanas de años con siete años cada semana equivalen a
cuatrocientos noventa años, que precederán a la venida de Cristo. Esta profecía es
considerada como mesiánica por todoá los católicos. A las fechas y "hechos del texto
sólo las fechas y hechos de Jesu-Cristo corresponden exactamente. Debemos añadir,
sin embargo, que, si bien reina unanimidad sobre la explicación general de la pro-
fecía, existe gran división acerca del sentido de las frases particulares y de la
computación del tiempo.
" Y nada le ouedarA : lit., cy no (hay, habrá1 para él», o inada tendrá (o tiene)»,
o «no será suyo». Falta algo en H. Prps. 1. «no habrá ningún derecho para él» o «aun-
que no tenga culpa» Icf. Kitl... V «y no le pertenecerá iserá suyo) el pueblo que
le niegue».
- i.sgo —
9 «-rio 6
DANIEL
9 27-1Q l2
será muerto el Mesías y nada le quedará,
y destruirá e la ciudad y el santuario el pueblo de un príncipe que ha
mas su fin será por una inundación I [ha de venir ;
y hasta el final de la guerra h están decretadas desolaciones h.
" Y afirmará alianza con muchos durante una semana,
y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación,
y luego sobre las alas de las abominaciones [vendrá] el devastador y
[durará?] hasta que la consumación decretada se derrame sobre el deso-
lador.»
Nueva aparición prodigiosa y desmayo de Daniel.
Explicación del ángel
ia 1 El año tercero de Ciro, rey
de Persia, fué revelada la pa-
labra a Daniel, llamado por sobre-
nombre Baltasar, y la palabra es ver-
dad y gran esfuerzo. Y comprendió
la palabra y alcanzó inteligencia en
la visión.
2 En aquellos días, yo, Daniel, es-
tuve de duelo durante tres semanas.
' No comí manjar grato, ni carne n>
vino entraron en mi boca, ni me un-
gí con ningún perfume hasta cum-
plirse tres semanas de días. " Y el
día veinticuatro del mes primero es-
taba yo a la orilla del río grande, es-
to es, el Tigris, 0 y alcé los ojos,
miré, y he aquí un hombre vestido
de lino y ceñidos sus lomos de oro
de Ufaz. 6 Su cuerpo era como de
Tarsis ; su rostro, como fulgor de
relámpago.; sus ojos, cual dos an-
torchas encendidas ; sus brazos y sus
pies, como bronce bruñido, y el ru-
mor de sus palabras, como el ruido
de una multitud. 7 Yo solo, Daniel,
i contemplé la visión, pues los hom-
bres que estaban conmigo no la vie-
ron, sino que un gran terror cayó
sobre ellos y huyeron a esconderse.
8 Quédeme, .pues, solo y contemplé
¡esta gran visión, pero me quedé sin
i fuerzas, demudóseme terriblemente
] el color del semblante y faltáronme
i arrestos. 9 Y oí el rumor de sus pala-
bras, y, al percibirlo, caí de bruces
desmayado, rostro en tierra. 10 Mas
he aquí que una mano me tocó y,
sacudiéndome, hizo me enderezara
sobre mis rodillas y las palmas de
mis manos, 11 y díjome : «Daniel, va-
rón carísimo, presta atención a las
palabras que te dirijo y ponte dere-
cho, pues ahora he sido enviado a
ti.» Y al hablarme tales palabras me
alcé temblando. u Luego me dijo :
«No temas, Daniel, pues desde el
primer día que prestaste atención a
comprender y a humillarte en la pre-
X. T. por la muerte de
Hará cesar el sacrifick
c uando el Mesías con si
tierra la eterna justicia,
a las cometidas en el t<
i-alén en cuanto ciudad
Sobre las alas di
íplo, profanado pe
residencia divina.
10
rERZO : otros interpreta
Bibl. Bonn).
as : se ve por el texto
dé>r cautivada ' * &
habían querido aprc
anuncia la confirmación del
dos los intérpretes católicos.
0 como débil y sin provecho
1 perdón de los pecados y a la
aciones : refiérese, sobre todo,
. || La consumación : de Jeru-
Babilonia para ayu-
ue ya habían salido
luchos israelitas no
¡u patria.
edra de Tarsis, que suele in
Daniel solo la visión, porqu
lifestarse a una sola persotli
(cf. Cant. 5, ti. Véase
-isólito, topacio»...
n los ándeles cuerpo yl
— robo —
10 13-H *
DANIEL
10 18-11 7
sencia de tu Dios, tus palabras fue-
ron escuchadas, y yo he venido por
causa de ellas. 13 'El príncipe del rei-
no de Persia se me ha enfrentado
veintiún días, y he aquí que Miguel,
uno de los jefes principales, ha ve-
nido en mi ayuda ; y lo he dejado a
allí junto al 'rey b de Persia. 11 Y he
venido a darte a conocer lo que acae-
cerá a tu pueblo al final de los tiem-
pos, pues a la visión quédanle aún
días [para cumplirse].»
15 Al hablarme estas palabras, bajé
los ojos al suelo y enmudecí. 16 Y
he aquí que algo con figura huma-
na me tocó los labios, y abrí la boca
y hablé, y üije al que estaba frente
a mí : «Señor mío, con la aparición
me invaden los dolores y quédome
sin fuerzas. "Y ¿cómo podría este
siervo de mi Señor hablar con este
señor mío ? Ya desde ahora no me
quedan fuerzas y ni aun aliento me
resta.» 18 Entonces aquel que tenía
apariencia de hombre tornó a tocar-
me y me reanimó. 10 Dijo también :
«¡No temas, hombre carísimo, la paz
sea contigo ; confórtate y ten áni-
mo °/» Y conforme me hablaba me
sentí confortado, y dije : «Hable mi
señor, pues me has fortalecido.»
20 Y dijo : ¿ Sabes por qué he ve-
nido a ti ? Y ahora me volveré a
combatir con el príncipe de Persia,
y_ cuando yo parta, hete aquí al prín-
cipe de Grecia. 21 Pero yo te comu-
nicaré lo que está consignado en el
libro de la verdad, y nadie hay que
se mantenga firme a mi lado contra
ésos, sino Migue', vuestro príncipe.
Luchas entre seléucidas y tolomeos
ii 1 Y yo, en el año primero de
Darío el medo a, a.sí'sí/able para
confortarle c y ayudarle c.
1 Ahora, pues, "te anunciaré la ver-
dad d. He aquí que se erigirán toda-
vía en Persia tres reyes, y el cuarto
alcanzará mucha mayor riqueza que
todos los demás, y cuando se haga
poderoso con su fortuna, concitará a
todos contra el reino de Grecia. 3 En-
tonces surgirá un rey fuerte y ejer-
cerá un gran dominio y actuará a su
albedrío. 4 Mas apenas establecido,
su imperio será destrozado y dividi-
do a los cuatro vientos del cielo,
pero no entre su posteridad ni con
el dominio que él ejerció, pues su
imperio será extirpado y pasará a
otros distintos de estos.
8 Y el re}' del mediodía se robus-
tecerá ; e pero uno de sus príncipes
se hará más fuerte que él y adquiri-
rá el mando, siendo su dominio un
dominio enorme. ' Al cabo de años
pactarán alianza y la hija del rey del
mediodía llegará al rey del norte pa-
ra celebrar convenios", mas ella no
contendrá la fuerza del brazo ni sub-
sistirá su semilla f, y será entregada
ella, quienes la conducen, aquel que
la ha engendrado e y quienes en otros
tiempos la sostenían.
7 Mas un vástago h de sus raíces
se alzará por él, y vendrá con un
13 El príncipe del reino : no es ni Ciro ni nadie de su familia o corte, sino el
ángel guardián del reino de Persia. Su lucha con otro ser de naturaleza semejante
a la suya parece pasase en regiones sobrehumanas.
,J" El príncipe de Grecia : el ángel tutelar de Grecia. Eos particulares hechos de
esta lucha de espíritus en defensa de Israel se dicen en el capítulo II.
31 El. libro o escrito de la verdad es el cine contiene los decretos de la divina
Providencia (cf. Ex. 32, 32 ; Sal. 138,,,, 16).
-I -J ' Te anunciaré la verdad : empieza el ángel a revelar el destino del imperio
persa.
5 El rey del Mediodía: probablemente el egiiK-io Tolomeo Lagos. || Príncipes:
o jefes, generales ; suele identificarse a este príncipe o jefe con el general del
referido Tolomeo, Seleuco Nicator, fundador de la dinastía de los seléucidas. || AD-
QUIRIRA el mando... : otros prefieren «dominará con un dominio mayor que el dominio
Je aquél», modificando ligeramente H ; así prb., anota Kit.
■ PACTARÁN alianza : los reyes de Egipto y Siria probablemente, mas no será dura-
dera. || QUIÉNES en otros tiempos la sostenían: otros, «su raptador (= su marido)»,
«su protector (= su padre)», «el que se unió a ella»... ; otros corrigen, cf. Kit.
1 La fortaleza del rey del norte : la plaza principal del reino (de Seleuco).
— 1601 —
11 8-15
DANIEL
11 16-23
ejército y penetrará en la fortaleza
del rey del norte, y los tratará a su
gusto y vencerá. 8 Además se llevará
cautivos a Egipto a sus dioses con
sus simulacros fundidos y sus vasos
preciosos, plata y oro ; y durante
unos años prevalecerá sobre el rey
del norte. 8 Y penetrará en el reino
del rey del mediodía, mas se volverá
a su país.
10 Y sus hijos 1 prepararán la gue-
rra y reunirán numerosas huestes, y
él irrumpirá e inundará, y pasará y
se volverá, y hará la guerra a la for-
taleza. 11 Y el rey del mediodía se
mostrará irritado y saldrá y peleará
con él, con el rey del norte, el cual
movilizará una gran muchedumbre,
mas tal multitud será puesta en ma-
nos de aquél. 12 Y será aniquilada
esa hueste, y el corazón del mismo
se ensoberbecerá y derribará a mi-
ríadas, pero no triunfará. 13 El rey
del norte volverá a movilizar una
muchedumbre más numerosa que la
primera, y al cabo de cierto numero
de años irrumpirá con un gran ejér-
cito y con abundantes medios. " Y
por aquellos tiempos se alzarán mu-
chos contra el rey del mediodía, e
hijos violentos de tu pueblo se rebe-
larán para que se cumpla la visión,
mas caerán. 15 Y llegará el monarca
del septentrión, levantará terraplén
i de asedio y tomará ciudad de [mu-
I chas] fortificaciones, y los brazos del
mediodía no resistirán ni los más
selectos del pueblo, pues no habrá
fuerza para resistir. 16 El que llegue
contra él obrará a su albedrío, sin
que haya quien le haga frente, y se
consolidará en el país de la Hermo-
sura, llevando en su mano la des-
trucción J. " Asimismo, dirigirá sus
miras a apoderarse de todo su reino,
pero hará las paces con él y le dará
una mujer para perderlo, mas ello no
se cumplirá ni se le logrará. 18 Luego
se dirigirá hacia las islas y se apo-
derará de muchas, pero un capitán
pondrá fin al oprobio que él inten-
tara, y aun hará se torne contra é¡
su ignominia. 10 Entonces él se vol-
verá a las fortalezas de su propio
país, y tropezará, caerá y no se le
hallará más.
20 En su lugar se alzará quien ha
de enviar un exactor de la gloria del
reino, mas en algunos días será des-
trozado sin actos de -cólera y sin lu-
cha. 21 Y surgirá en su puesto un
hombre despreciable a quien no se
conferirá la dignidad real, y vendrá
de improviso y se apoderará del rei-
no con intrigas. 22 Y los ejércitos de
la inundación serán anegados ante
él y destrozados, así como también el
príncipe de la alianza. 23 Y desde el
9 Del rey del mediodía : V tel rey del med.».
10 (y ") Irrumpirá : o bien, partirá rápidamente ; es dudoso el matiz que tiene
aquí H : ovenir vendrá» o «ir irá».
11 El rey del mediodía : Tolomeo IV Filopator. Se habla de la batalla de Rafia,
que él perdió (año 217).
18 El rey del norte : e. d., Antíoco III el Grande (223-187). || Volverá a movilizar :
para reparar su derrota.
14 Hijos de tu pueblo : judíos que en tiempo del general egipcio Scopas abando-
naron la fe de sus antepasados.
15 Los brazos: e. d., el ejército (= vv. 22, 31).
16 El país de la Hermosura : e. d., Palestina (cf. 8, 9, nota), caída desde el año 197
en poder sirio.
11 Una mujer : lit., una hija de las mujeres. || Para perderlo : lit., «para el corrom-
per o perder de ella a él», e. d., de la hija de Antíoco, Cleopatra, con la cual pretendía
el monarca sirio ganarse al de Egipto ; «o para perder a ella* (e. d., al reino egip-
cio— fem. en hebreo — , citado anteriormente). V «ut evertat illud». || Mas ello no se
cumplirá : o sea, «más ello (esos proyectos) no tendrá efecto ni se verificará a su
favor». Quizá pudiera entenderse con otros exegetas : «mas ella no perseverará (en
esos designios, o no los favorecerá) ni se le mostrará favorable (a su padre Antíoco)».
18 Se dirigirá hacia las islas : habla de las islas próximas a Asia Menor, sometidas
por Antíoco. || Un capitán : trátase del cónsul romano L. Cornelio Escipión Asiático. II
Hará se torne conira él : o bien : le dará el pago de su oprobioso comportamiento,
aludiendo a la derrota de Magnesia que el 190 infligió dicho cónsul a Antíoco.
w Y no se le hallará más : se refiere al desastroso final de Antíoco, asesinado por
la enfurecida multitud.
" ÜUIEN HA DE ENVIAR UN EXACTOR DE LA GLORIA DEL REINO ! alude a SeleuCO IV Fi-
lopator (187-175), que, tras haber vanamente intentado apoderarse del tesoro del
ttmplo de Jerusalén (cf. 2 Mac. 3), fué asesinado por su ministro de Hacienda He-
liodoro.
21 Un hombre despreciable : Antíoco IV Epifanes (175-163), a quien hacen referencia
los vv. siguientes.
— 1602 —
11 24-32
DANIEL
11 33-41
momento de su coalición con él, usa-
rá de fraude y subirá y se fortalecerá
con poca gente. 24 De improviso k pe-
netrará en los lugares más pingües
de una provincia y hará lo que no
hicieron sus padres ni los padres de
sus padres : distribuirá a los suyos
botín, despojos y riqueza, y maqui-
nará sus tramas contra las fortalezas,
v ello hasta cierto tiempo.
26 Y concitará su fuerza y su cora-
zón contra el rey del mediodía con
un gran ejército, y el rey del medio-
día se dispondrá a la guerra con un
ejército en extremo grande y podero-
so, mas no podrá resistirle, pues ur-
dirán contra él tramas. 26 Sus [pro-
pios] comensales lo destrozarán, y su
ejército será asolado y caerán mu-
chas víctimas de la espada. 27 En
cuanto a ambos reyes, su corazón [no
pensará sino] en causar daño, y, sen-
tados a una misma mesa, hablarán
dolosamente, mas ello no prospera-
rá, pues [falta] todavía el final del
plazo fijado. 28 Y el [rey del norte]
regresará a su país con cuantiosa
fortuna, [dirigido] su corazón contra
el pacto santo, y obrará y tornará a
su tierra.
29 Al plazo fijado volverá a invadir
el mediodía, pero no serán iguales
la primera vez y la última ; 3U pues
vendrán contra él las naves de Kit-
tim, y, aterrado de miedo, se volve-
rá y se indignará contra el pacto san-
to y pondrá en ejecución sus planes,
y, volviendo, se entenderá con los
desertores de la santa alianza. n Y
de él surgirán tropas, que profana-
rán el santuario, la fortaleza, y abo-
lirán el sacrificio perpetuo y esta-
blecerán la abominación desoladora.
M Y los violadores del pacto manci-
llarán m con halagos ; mas el pueblo,
conocedor de su "Dios, se mantendrá
firme y obrará en consecuencia. 33 Los
más doctos del pueblo adoctrinarán
a muchos, y caerán a espada, por
fuego, por cautiverio y por saqueo,
durante algún tiempo. "Y al ser
abatidos serán socorridos de una ayu-
da pequeña, y muchos se les junta-
rán dolosamente. 35 También algunos
de dichos sabios caerán para acriso-
larlos, para purificarlos y blanquear-
los hasta el tiempo determinado ;
pues [falta] todavía para el plazo
fijado.
56 Y el rey obrará a su albedrío, se
alzará altanero y se crecerá sobre to-
do dios, y proferirá cosas maravillo-
sas contra el Dios de los dioses, y
prosperará hasta que la cólera se ha-
ya agotado, pues lo providencialmen-
te decretado se cumplirá. 81 Y no
prestará "atención al dios de sus pa-
dres, ni a la delicia de las mujeres,
ni se cuidará de ningún dios, pues
se magnificará sobre todos. 34 Y ve-
nerará en su lugar al dios de las
fortalezas y honrará con oro, plata,
piedras preciosas y objetos valiosos
al dios que sus padres no conocie-
ron. 39 Y construirá plazas fuertes con
un n dios extraño ; a los que [le] ha-
yan reconocido los colmará de hono-
res y los hará dominar sobre mu-
chos, y les repartirá la tierra como
recompensa.
40 Al tiempo final peleará con él el
rey del mediodía, mas el monarca
del norte se lanzará contra él como
una tempestad, con carros y jinetes
y con numerosos navios, e invadirá
las tierras y atravesará todo como
una inundación. u Y llegará al país
de la Hermosura y caerán a miría-
26 Lo destrozarán : sus familiares contribuirán a su ruina.
27 Ambos reyes : Antíoco IV y Tolomeo VI Filometor, rey de Egipto o mediodía.
28 Contra el pacto santo : se trata de Antíoco Epifanes, que va ahora a dirigir sus
esfuerzos contra el pueblo de Israel, sirviéndose de los desertores Simeón, Jasón,
Menelao y otros.
90 Las naves de Kittim : o una flota romana enviada a Egipto para impedir a An-
tíoco que se apoderara de este país.
a Los violadores del pacto mancillarán : e. d., procurarán contaminar a los israe-
litas seduciéndolos hacia la apostasía... ; otros leen H : ta los violadores del pacto
contaminará él...».
M Serán socorridos : indica el modo milagroso con que vendrá Dios en socorro
de su pueblo.
M Algunos de dichos sabios : padecerán hasta morir por la constancia de su fe.
** Se alzará altanero : los más de los intérpretes creen que todo esto se refiere
a Antíoco Epifanes y su muerte, y le consideran muchos como tipo del anticristo.
»' La delicia de las mujeres : e. d., el ídolo que ellas adoraban, probablemente el
dios Tammuz.
88 Dios de las fortalezas : V «dios Maozím».
*° Airavesará... : lit., inundará y pasará.
— 1603 —
11 42-12 7
DANIEL
11 44-12 10
das °, pero se salvarán de sus manos
los siguientes : Edom, Moab y la par-
le principal de los ammonitas. 42 Y
extenderá su mano a otros territo-
rios, y el país de Egipto no escapará
libre. 43 Y se apoderará de los tesoros
de oro y plata y todas las preciosi-
dades de Egipto ; y los libios y los
etíopes le seguirán. 44 Pero noticias
venidas del oriente y del norte lo
conturbarán, y partirá con gran sa-
ña, dispuesto a asolar y exterminar
a muchos. 45 Y plantara las tiendan-
de su palacio entre los mares y la
santa monttña de hermosura, y lle-
gará a su fin \ nadie le ayudará.
El plazo prefijado para el cumplimiento del vaticinio
i o 1 Y en aquel tiempo surgirá | Miguel, el gran príncipe,
-L^1 constituido defensor de los hijos de tu pueblo,]
y será época de angustia,
cual no ha habido desde que las naciones existen hasta aquel momento ;
y en aquel tiempo será librado tu pueblo : |
cuantos se hallen inscritos en el libro.
1 Y muchos de los que duermen | en el polvo de la tierra se despertarán,
éstos para la vida eterna', |
aquéllos ipara oprobio, para eterna ignominia.
■ Y los sabios brillarán como el resplandor del firmamento,
y quienes enseñaron a muchos la justicia, |
como las estrellas por siempre, eternamente.
4 Mas tú, Daniel, mantén secretas es-
tas palabras y sella el libro hasta el
tiempo prefijado ; muchos lo reco-
rrerán y se aumentará el conoci-
miento.
6 Y yo, Daniel, miré, y he aquí vi
a otros dos de pie, el uno de esta
orilla del río y el otro de la otra
orilla del mismo. 0 Y dije a al varón
vestido de lino que se hallaba sobre
las aguas del río : «¿Cuándo será el
cumplimiento de estas maravillas ?»
' Y oí al hombre vestido de lino que
estaba sobre las aguas del río, que
alzó su diestra y 6U izquierda al cie-
lo y juró por el que vive eternamen-
te que esto sería dentro de un tiem-
po, [dos] tiempos y la mitad de un
tiempo, y que al acabar de quebran-
tarse la fuerza del b pueblo santo, se
cumplirían todas estas cosas. 8 Y yo
oí, mas no comprendí ; y dije : «Mi
Señor, ¿ cuál será el final de esto ?»
6 Y contestó : Anda, Daniel ; pues
estas palabras han de permanecer
cerradas y selladas hasta el tiempo
final. lu Muchos serán purificados,
blanqueados y acrisolados ; pero los
impíos continuarán cometiendo mal-
dades y ninguno de los impíos ha de
45 Y nadie le ayudará : unos comentadores refieren estas palabras a Antíoco ; otros,
al anticristo. Es lo cierto que esta localización cerca de la montaña del Templo, de la
destrucción del rey enemigo y de su ejército concuerda con otras profecías del
A. T. que colocan la destrucción final de los poderes del mundo en las montañas
«le Israel (Ez. 39, 4) o en el valle de Josafat, cerca de Jerusalén (Joel 4, 2, 12 y ss.,
y Zac. 14, 2).
^2 1 En aquel iilmpo: cuando haya la divina justicia destruido al impío persegui-
- Muchos de i.os que duermen : muchos comentaristas católicos y aun protestantes
piensan que se anuncia en este texto la resurrección final y general de los muertos.
La mención de penas y recompensas eternas sería incomprensible si sólo se refiriese
al pueblo israelita.
4 Lo recorrerán : otros interpretan «vagarán».
6 Sobre las aguas : ¿ aguas arriba ?
* Dentro de un tiempo... : cf. 7, 25. Los tres años y medio de que se trata han de
9 Cerradas y selladas: quiere decir que el libro que encierra estas predicciones
se conservará con fidelidad y nada de su contenido desaparecerá, lo cual serviría
a Daniel de consuelo.
— 1604 —
12 n-13 M
DANIEL
12 12-13 26
entender ; en cambio, los sabios com-
prenderán. " Y desde el tiempo en
que sea abolido el sacrificio perpetuo
v se establezca la abominación deso-
ladora [pasarán] mil doscientos no-
venta días. 12 ¡ Dichoso el que tenga
esperanza y llegue a mil trescientos
treinta y cinco días ! 13 Mas tú, ve 0
v descansa, v te levantarás al fin de
los días para [recibir] tu suerte.
Susana
rio 'Y había un varón que habi-
L-*-*' taba en Babilonia, y su nom-
bre Joaquim. " Y tomó mujer, cuyo
nombre era Susana, hija de Quel-
cías, hermosa en extremo y temero-
sa del Señor. 3 Y sus padres eran
justos, e instruveron a su hija según
la ley de Moisés. 4 Y era Joaquim
rico sobremanera, y tenía un huerto
contiguo a su casa ; y acudían a él
los judíos por ser entre todos el más
tenido en consideración.
6 Y fueron designados jueces aquel
año dos ancianos del pueblo, de quie-
nes habló el Señor que la iniquidad
había salido de Babilonia de los an-
cianos jueces, los cuales parecían go-
bernar al pueblo. 0 Estos eran asi-
duos en la casa de Joaquim, y venían
a ellos todos los que tenían algún
litigio. ' Y sucedió que, cuandó se
marchaba la gente hacia el mediodía,
entraba Susana y se paseaba en el
huerto de su marido. s Y la contem-
plaban los dos ancianos cuando en-
traba y se paseaba, y vinieron en
codicia de ella. 9 Y pervirtieron su
mente y desviaron sus ojos para que
no mirasen al cielo ni se acordasen
de sus justos juicios. ,0 Y andaban
ambos malheridos de pasión por ella,
y no manifestaron el uno al otro su
propia cuita ; 11 porque tenían ver-
güenza de descubrir su pasión y de-
seos de estarse con ella. 12 Y espia-
ban con afán cada día la ocasión de
verla. 13 Y se dijeron el uno al otro :
Yámonos a casa, que es hora de co-
mer. Y una vez fuera, se separaron el
uno del otro. 14 Y volviéndose atrás,
se encontraron en el mismo punto,
y preguntándose recíprocamente
motivo, declararon su pasión. Y en-
tonces de común acuerdo se convi-
nieron acerca del tiempo en que po-
drían hallarla sola. 15 Y fué así qutr,
mientras ellos acechaban el día opor-
tuno, entró una vez, como ayer y
anteayer, con solas dos doncellas, y
deseó' bañarse en el huerto, pues ha-
cía calor. 16 Y no había allí nadie,
fuera de los dos viejos, que 'estaban
escondidos y la acechaban. 17 Y dijo
a las doncellas : Traedme aceite y
jabón y cerrad las puertas del huer-
to, para que pueda yo bañarme. 18 E
hicieron como dijo, y cerraron las
puertas del huerto y salieron por la
puerta lateral para traer lo que se
les había ordenado. Y no sabían que
los viejos estaban escondidos. 19 Y
sucedió que, como se hubiesen ido
las doncellas, se levantaron los dos
viejos y corrieron hacia ella, " y di-
jeron :"Mira, las puertas del huerto
están cerradas, y nadie nos ve, y es-
tamos con deseos de ti ; consiente,
pues, con nosotros, y haz lo que te
decimos. 21 Si no, testificaremos con-
tra ti que estaba contigo un joven y
que por esto despachaste a las don-
cellas. 05 Y gimió Susana y dijo : En
aprieto estoy por ambos lados : por-
que si eso hiciere, muerte me aguar-
da; y si no lo hiciere, no escaparé de
vuestras manos. 23 Preferible es para
mí, no haciéndolo, caer en vuestras
manos que pecar ante el Señor. " Y
gritó Susana con voz fuerte, y grita-
ron también los dos viejos contra
ella. 25 Y corriendo el uno de ellos
' abrió las puertas del huerto. 28 Y así
11 Y desde EL tiempo : se le han dado a este v. diferentes explicaciones. San Ireneo,
San Jerónimo y Teodoreto y varios intérpretes modernos opinan que la destrucción
del culto figura la abolición del sacrificio de la misa por el anticristo, que suprimirá
ludo culto público.
13
1"w Este capitulo debería colocarse inmediatamente después del primero
: Susana : en la etimología y en la significación equivale a Azucena.
6 Jueces : los judíos en la cautividad se regían por sus propias leyes.
21 Magnífico ejemplo de fidelidad conyugal, aun con peligro de la vida.
— 1605 —
13 27-36
DANIEL
13 37-47
que oyeron el grito en el huerto los
de la casa, se lanzaron por la puerta
lateral para ver lo acaecido a ella.
27 Mas cuando dijeron los viejos sus
razones, se avergonzaron en gran ma-
nera los siervos, pues jamás se había
dicho cosa semejante de Susana. ^ Al
día siguiente, como concurriese el
pueblo a casa de su marido Joaquim,
muchachas, y cerró las puertas del
huerto y despidió a las muchachas.
m Y vino a ella un joven, que estaba
escondido, y se holgó con ella. 88 Nos-
otros, que estábamos en el ángulo
del huerto, al ver la iniquidad co-
rrimos hacia ellos. 30 Y habiéndoles
sorprendido en flagrante delito, a él
no pudimos atraparlo, porque tenía
vinieron los dos viejos, llenos de
inicuos pensamientos contra Susana,
con el propósito de procurarle la
muerte. Y dijeron en presencia del
pueblo : 29 Mandad llamar a Susana
hija de Quelcías, la mujer de Joa-
quim. Ellos la mandaron llamar. 80 Y
vino ella, y sus padres, y sus hijos,
y todos sus parientes. " Era Susana
delicada en extremo y hermosa de
ver. " Los malvados la mandaron qui-
tarse el velo, pues andaba velada, pa-
ra hartarse de su hermosura. ** Llo-
raban todos los suyos y todos cuanto=
la vieron. ai Levantándose los dos
viejos en medio del pueblo, pusieron
sus manos sobre la cabeza de Susa-
na. M Ella, llorando, alzó sus ojos al
cielo, porque estaba su corazón con-
fiado en el Señor. ,a Dijeron los vie-
jos : Estando nosotros paseándonos
en el huerto solos, entró ésta con dos
más fuerzas que nosotros, y_ habien-
do abierto la puerta se largó ; 4" pero
a ésta, habiéndola apresado, le pre-
guntábamos quién era el joven, " y
ella no quiso descubrírnoslo. De es-
to damos testimonio. Y les dió cré-
dito la asamblea como a ancianos del
pueblo y jueces. Y la condenaron a
muerte. ° Y clamó con gran voz Su-
sana y dijo : Dios eterno, conocedor
de lo oculto, que sabes todas las co-
sas antes que existan, ° tú sabes que
dieron testimonio falso contra mí.
Y he aquí que muero sin haber he-
cho nada de lo que éstos han forja-
do inicuamente contra mí.
14 Y el Señor escuchó su voz. " Y
mientras era llevada a la muerte,
suscitó Dios el espíritu 'santo de un
joven muchacho por nombre Daniel.
" Y gritó a grandes voces : Inocente
soy yo de esta sangre. " Volvióse to-
— 1606 —
13 **-14 3
DANIEL
13 57-14 5
do el pueblo hacia él y dijeron : ¿ Qué
significa esto que has hablado ? 48 El,
de pie en medio de ello?, dijo: ¿Tan
necios sois los hijos de Israel? ¿Sin
haber examinado el asunto y sin ha-
ber puesto en claro la verdad, con-
denasteis a una hija de Israel ? 49 Vol-
ved al lugar del juicio, porque es fal-
so el testimonio que éstos han dado
contra ella. 6U Y volvió todo el pue-
blo a toda prisa. Y le dijeron los
ancianos : Siéntate acá en medio de
nosotros y decláranos lo que pien-
sas, ya que Dios te ha dado la ma-
durez de la ancianidad. 51 Y les dijo
Daniel : Separadlos lejos uno del otro
y los examinaré. 52 Como hubieron
sido separados el uno del otro, lla-
mó a uno de ellos y le dijo : Enve-
jecido en años criminales, ahora te
llegan los delitos que cometiste an-
tes, 68 cuando dabas sentencias injus-
tas, condenando a los inocentes y
absolviendo a los culpables, siendo
así que dice el Señor : «Al inocente
y justo no matarás.» M Ahora, pues,
ya que a ésta viste, di : ¿Bajo cuál
árbol los viste tratar entre sí? El
dijo : Debajo de un lentisco. 55 Dijo
Daniel : Exactamente, has mentido
contra tu cabeza. Porque un ángel de
Dios tiene ya recibida de Dios la or-
den ele partirte por el medio. 50 Y,
haciéndole retirar, mandó traer al
otro. Y le dijo : Raza de Canaán y
no de Judá, la hermosura te sedujo
v la concupiscencia trastornó tu co-
razón. 67 Tal hacíais con las hijas de
Israel, y ellas temerosas admitían
vuestro trato; pero una hija de Judá
no aguantó vuestra iniquidad. 68 Aho-
ra, pues, dime : ¿Bajo cuál árbol los
sorprendisteis tratando entre sí ? El
dijo : Debajo de una coscoja. " Dí-
jole Daniel : Exactamente, has men-
tido tú también contra tu cabeza.
Porque está aguardando el ángel de
Dios espada en mano para sajarte
por el medio y así exterminaros.
60 Y clamó toda la asamblea a gran-
des voces y bendijo a Dios, que sal-
va a los que esperan en El. 61 Y se le-
vantaron contra los dos viejos, pues-
to que los había convencido Daniel
por su propia boca de falsos testigos ;
e hicieron con ellos de la manera
que ellos habían tramado perversa-
mente contra el prójimo, 82 para dar
cumplimiento a la ley de Moisés ; y
los mataron. Y se salvó la sangre
inocente en aquel día. " Y Quelcías y
su mujer alabaron a Dios con moti-
vo de su hija juntamente con Joa-
quim, su marido, y todos sus parien-
tes, por no haberse hallado en ella
cosa indecorosa.
84 Y Daniel vino a ser grande a los
ojos del pueblo desde aquel día y en
adelante.
Bel y el dragón
"i A 1 Y el rey Astiages fué agrega-
do a sus padres, y recibió su
reino Ciro el persa. 2 Era Daniel con-
fidente del rey y encumbrado sobre
todos sus amigos. 3 Tenían los babi-
lonios un ídolo por nombre Bel, y se
gastaban con él cada día doce arta-
lxis de harina, cuarenta ovejas y seis
metretas de vino. 4 Y el rey le vene-
raba, e iba diariamente a adorarle ;
pero Daniel adoraba a su Dios. Y le
Jijo el rey : ¿Por qué no adoras a
Bel ? 6 El dijo : Porque no venero
ídolos hechos por manos de hombres,
sino al Dios viviente, el que creó el
cielo y la tierra y tiene señorío sobre
íu Los ancianos : no son los viejos impúdicos, sino los ancianos del pueblo.
63 Ex. ¿i, y.
61-55 Lentisco... partirte: en los correspondientes términos griegos skinon y skisei
hay un sangriento juego de vocablos.
65 Exactamente : tal vez mejor podría traducirse dcrccliamcntc, en el sentido de
«tu mentira va derechamente contra tu cabeza». Lo mismo en el v. 59.
Coscoja... sajarte : igual juego de palabras en los vocablos griegos priuün
y prisal.
'■- La ley de Moisés : Lt. 19, 1S-19.
1 4 1 ' U^ agregado : murió. La muerte de Astiages, en 550, señala el principio
nominal del reinado de Ciro, que realmente comenzó ocho años antes, en 558.
8 La artaba de los persas contenía unos 55 litros ; la metreta, cerca de 40.
— 1607 —
14 6-21
DANIEL
14 22-38
toda carne. 8 Y le dijo el rey : ¿No
te parece que Bel es un dios vivo ?
¿ No ves cuánto come y bebe cada
día ? ' Y dijo Daniel riendo : No te
engañes, ¡ oh rey ! ; porque éste por
dentro es barro y por fuera bronce,
y no 'ha comido jamás. 8 Y enojado
el rey, llamó a sus sacerdotes y les
dijo : Como no me digáis quién es
el que se come eso que se gasta, mo-
riréis ; 9 pero si probáis que se lo
come Bel, morirá Daniel por haber
blasfemado contra Bel. Y dijo Daniel
al rey : Hágase según tu palabra.
10 Eran los sacerdotes de Bel seten-
ta, sin contar mujeres e hijos. Y vi-
no el rey con Daniel al templo de
Bel. " Y dijeron los sacerdotes de
Bel : Mira, nosotros nos vamos co-
rriendo afuera, y tú, ¡oh rey!, de-
posita los manjares y pon el vino ya
preparado, cierra la* puerta y séllala
con tu anillo. 12 Y viniendo de maña-
nita, si no hallares que todo ha sido
comido por Bel, moriremos ; o Daniel
miente contra nosotros. 13 Ellos pre-
sumían así, porque habían hecho de-
bajo de la mesa una entrada secre-
ta, y por ella entraban siempre y se
lo comían. " Y sucedió que, salidos
ellos, el rey depositó las viandas de-
lante de Bel. Y mandó Daniel a sus
muchachos que trajeran ceniza, y ta-
mizándola cubrió con ella todo el
templo en presencia del rey solo. Y
saliéndose cerraron la puerta y la se-
llaron con el anillo del rey, y se fue-
ron. 15 Y los sacerdotes vinieron du-
rante la noche, según su costumbre,
y también sus mujeres e hijos, y se
lo comieron y bebieron todo. 16 Ma-
drugó el rey muy de mañana, y Da-
niel con él. 17 Y dijo : ¿Están intac-
tos los sellos, Daniel ? El dijo : In-
tactos, ¡ oh rey ! 18 Y sucedió que al
abrirse las puertas, mirando el rey a
la mesa, gritó en altn voz : Grande
eres, ¡ oh Bel !, y no hay en ti engaño
alguno. 19 Rióse Daniel y detuvo al
rey que no entrase dentro, y dijo :
Mira bien el pavimento y conoce de
quién son estas huellas. 20 Y dijo el
rey : Veo las huellas de varones, de
mujeres y de niños. 21 Y encolerizado
el rey, cogió a los sacerdotes y a sus
mujeres e hijos, y le mostraron la
puerta secreta por la cual entraban
y consumían lo que había sobre la
mesa. 23 Y los mató el rey, y entregó
a Bel en manos de Daniel, el cual
destruyó a él y a su templo.
23 Y había un dragón grande, y lo
veneraban los babilonios. 24 Y dijo el
rey a Daniel : No podrás decir que
éste no es un dios viviente. Adórale,
pues. 26 Y dijo Daniel : Al Señor mi
Dios adoraré, porque El es Dios vi-
viente. 28 Y tú, ¡oh rey!, dame li-
cencia, y mataré al dragón sin espa-
da ni vara. Y dijo el rey : Te la doy.
27 Y tomó Daniel pez, grasa y pelos ;
lo coció juntamente e hizo unas bo-
las y las dió a la boca del dragón.
Y habiéndolas tragado, el dragón re-
ventó. Y dijo : Mirad lo que adoráis.
28 Como esto oyeron los babilonios,
se irritaron y revolvieron a una con-
tra el rey, y dijeron : El rey se ha
hecho judío : destruyó a Bel, mató al
dragón y pasó a cuchillo a los sacer-
tes. 29 Y viniendo al rey dijeron : En-
tréganos a Daniel ; si no, te matare-
mos a ti y a toda tu casa. 30 Y vió el
rey que le apremiaban perentoria-
mente, y, forzado, les entregó a Da-
niel. 01 Ellos le echaron en el foso de
los leones. Y estuvo allí seis días.
32 Había en el foso siete leones, y
les daban cada día dos cuerpos hu-
manos y dos ovejas ; pero entonces
no se los dieron, para que devorasen
a Daniel. 33 Estaba Habacuc el profe-
ta en la Judea, y había preparado un
cocido y desmenuzado los panes en
un cazo, y marchaba al campo para
llevarlo a los segadores. 34 Y dijo el
ángel del Señor a Habacuc : Lleva
la comida que tienes a Babilonia pa-
ra Daniel, al foso de los leones. 86 Y
dijo Habacuc : Señor, a Babilonia no
la he visto, y el foso no lo conozco.
3" Tomóle el ángel del Señor por la
parte superior, y llevándole cogido
por los cabellos de la cabeza, le puso
en Babilonia encima del foso, con la
vehemencia de su espíritu. 67 Y gritó
Habacuc diciendo : Daniel, Daniel,
toma la comida que te envió Dios.
38 Y dijo Daniel : Te acordaste de
mí, ¡oh Dios!, y no desamparaste a
11 Preparado : literalmente, mezclado.
32 Se hace más comprensible esta destrucción de un dios babilonio si se recuerda
que Ciro era persa y que los persas eran monoteístas.
23 Vn dragón : una serpiente. En Ap. 12, 9, Satanás es llamado juntamente dragón
y serpiente.
33 HABACUC : es distinto de su homónimo, el octavo de los profetas menores.
— 1608 —
14 39-41
DANIEL
14 42
los que te aman. 119 Y levantándose
Daniel comió. Y el ángel de Dios
restituyó a Habacuc al instante a su
lugar. * El rey vino el día séptimo
para llorar a Daniel. Llegó al foso
y miró, y he aquí que Daniel se es-
taba sentado. 41 Y clamando en voz
alta dijo : Grande eres, Señor, Dios
de Daniel, y no hay otro fuera de ti.
42 Y le mandó sacar. Mas a los res-
ponsables de su ruina echólos en el
roso, y fueron devorados al momento
en presencia de él.]
*> Sentado : la Yulgata añade «en medio de los leones».
,*2 La Yulgata añade este final : «Entonces el rey dijo : Teman todos los habitantes
en toda la tierra al Dios de Daniel ; porque él es Salvador, obrador de señales y ma-
ravillas en la tierra ; el cual libró a Daniel del lago de los leones.»
NOTAS CRITICAS A DANIEL
CAP. I
a asi Kit c GTh.
CAP. 2
a H expresa dos veces esta idea : entró donde Aryok... llegó; prps di uno de los
dos e algún ms GThSymVSAr (cf Kit)] b"b falta en G, prps di o trsp post 30 a, así
como tiénese por add el v 29 (cf Kit)] c Kit 1 c G «una estatua, grande...»] d H añade
y como el hierro Que destruye, add según Kit c GThV] e"e G lo omite y Kit lo juzga
add (cf 33).
CAP. 3
a aquí GThV introducen la oración de Azarías y el cántico de los tres jóvenes]
basí (o injuria, denuesto) K c Perles ; otros alguna cosa, Q negligencia, error...]
0 9%i a I003j constituyen la introducción al edicto y faltan en alg ms G y G Beatty ;
de aquí a 4 34 G ofrece texto muy diferente.
cap. 4
a"a add, anoía Kit.
cap. s
a así ins prb c TbV, cf 2] b"b v lo omite y prps add ; STh otn la casa de]
e-odl c ThS, anota Kit] i TliGV Josefo (Ant. x, 11, 3) una sola vez (cf Kit)] 1 ThGV
Josefo jares; 1 prb perés añade Kit.
cap. 7
a así ins c GTh(?)S.
cap. 8
a-a Kit lo juzra add ; algún ms G, como el Ch. Beatty, lo suprime ; lo mismo Th]
b H «y los dos cuernos (eran) altos» ; pero cf G (Beatty etc) VTh] c TbV no dicen
abien visibles», G otros, «add ?» pregunta Kit] d lit un; cf 7 8] o H ofrece crrp v 11
y s; cf enmiendas prps en Kit] f Kit se inclina a 1 «Y su santuario 15 fué asolado...»
(cf G)] e así Kit c 2mss vers ; H abatió] h H es muy inseguro en este punto y en
general en todo el v ; prps diversas enmiendas (cf Kitl] i así c GTbS ; H a mi] i GThV
el rey] k así añaden GThV] 1-1 add cf 22, nota Kit basado en G (Beatty) Th.
cap. 9
a así prb c Th (cf VS) ; H el Señor] basí interpretando H a la luz de V, para otras
interpretaciones antiguas cf Kit, ¿add (dittogr) ? pregunta Kit] o así Kit c GS; ThV
me instruyó] i así ins c jmss vers] e así ins c ThVS] ' 24-27 texto inc anota Kit]
B prps 1 (cf Kit) tscrán destruidos la ciudad y el sant. con un príncipe (o caudillo)
y vendrá el /in...»] b-b texto dudoso.
cap. 10
a así Kit c Th ; H Quedé] b asi c GVSA ; H a los reyes] c asi c pe mss (cf vers) ;
H y confórtate.
CAP. 11
a add, anota Kit] basí (lit estaba) c Kit cf S ; H mi estar] c Kit 1 c imskenS a mi
por a él] i-i add, cf 10 21, anota Kit] e para esta puntuación, cf Kit] f así prb c ThV
anota Kit; II y su brazo] B así H; SV adolescentes eius; Kit (cf) 1 su hijo] b cf G
y Kit] ¡así c QThV; Kit c KG sing] i GTUVSym «quedando toda ella en su mano»]
k cf leve corrección de II en Kit] 1 así (lit «será inundado» o desaparecerá como por
una inundación) ; H inundará] m así prps c GThV ; H sing] n algs 1 «dotará a las
plazas fuertes de gente de un dios...» (cf Kit)] o así Kit c Sym ; H muchos.
CAP. 13 ' ,
a así prps c GThV (cf Kit) ; II «Jijo uno»)] b Kit 1 c G «al acabar la mano (o la
fuerza) que quebranta al...»] <¡H añade al fin; di c GTh (Kit).
— t6to —
INTRODUCCION A OSEAS
Oseas ( =Yahveh socorre), hijo de Beerí, era quizá benjaminita,
o al menos del reino del norte, según prueban algunas resonancias
árameos de su lenguaje, para algunos características del habla de
aquella región, y sobre todo el especial conocimiento de la política y la
historia de dicho reino, al que gusta dar el nombre de Efraím. La elevada
forma poética de sus oráculos y su profundidad de contenido revelan que
Oseas no procedía de las capas sociales del pueblo. Junto a esto, muchas
de las imágenes que emplea están tomadas de la Naturaleza y la vida agrí-
cola, como si el profeta hubiera pasado su juventud en un medio cam-
pesino.
Profetizó en el citado reino norteño a partir del año 750 aproxima-
damente, durante el reinado de Jeroboam. II (ca. 7S6-746) y luego bajo
los reinados de Mena jan-, Peqajyá y Oseas (ca. 732-754) de Israel. Sin-
gularmente preparado para las ideas religiosas, hallábase muy maduro
para recibir la palabra de Dios, escribe J. Lip¡pl (Bonn, 1957), quien pone
de relieve la singular identificación del yo divino y el yo profc'tico en
Oseas más que en ninguno de los profetas.
Su profecía consta de dos partes. En la primera (1-3) simboliza el
amor y la misericordia de Dios para con Israel bajo ¡a imagen del ma-
trimonio del mismo profeta con dos mujeres meretrices, desleales a la
fidelidad conyugal. En la segunda (4-14) reprende los pecados de Israel,
a quien exhorta a la penitencia y promete finalmente la salud. Ciérrase
coh un epílogo de fecha posterior. Sobre el matrimonio del profeta no
están de acuerdo los intérpretes si se trata de hechos reales o bien de
visiones imaginarias o simbólicas. Tampoco es cierto si son dos las
mujeres o es una misma dos veces.
Se ha llamado a Oseas el profeta filósofo de la Historia, pues gusta de
profundizar en el pasado histórico, sacando muchas de sus imágenes de
los antiguos tiempos. Su estilo es muy original, con un lenguaje cortado
y sentencioso, lleno de impresionantes imágenes. Gusta de paronomasias
y juegos de palabras. Influyó notablemente en la profecía posterior, es-
pecialmente en Jeremías, tanto en la expresión como en su concepción
teológica. Su ideología se aproxima de extraordinaria manera a la neo-
testamentaria; de ahí que el N. T. lo cite frecuentemente. San Pedio
(1 Pe. 2, 10) y San Pablo (Rom. g, 25-26) recordarán la emocionante
promesa de la misericordia divina, anunciada por Oseas (1, 10; 2, ig-24).
— 1611 —
o s
E A S
La ramera y los hijos de Oseas, símbolos de Israel
1 1 Palabra de Yahveh que fué di- 1 guías, reyes de Judá, y en los días
rígida a Oseas, hijo de Beerí, en de Jeroboam, hijo de Joás, rey de
tiempos de Üzías, Joatán, Ajaz, Éze- I Israel.
2 Comienzo de lo que habló Yahveh por Osea?.
Dijo a Oseas Yahveh :
«Ve y cógete una mujer prostituta
y engendra hijos de prostitución,
porque el país se prostituye completamente,
alejándose de Yahveh.»
3 Fué, pues, y tomó a Gómer, hija de Dibláyim, la cual concibió y le
parió un hijo.
4 Díjole Yahveh :
«Ponle ipor nombre Izreel,
pues dentro de poco
tomaré venganza de la sangre de Izreel
sobre la casa de Yehú
v haré cesar el reino en la casa de Israel.
6 Y sucederá aquel día que quebraré el arco de Israel
en el valle de Izreel.»
c Y concibió ella de nuevo y dió a luz una hija. Y díjole Yahveh »;
«Ponle por nombre Lo-rujama,
pues no (lo) volveré ya
-i 2 Comienzo de lo que habló : no quiere decir que Oseas hava sido el primer pro-
feta. Lo fueron antes Jonás, Joel y Amos. Quiere decir que es la primera profecía
que pronunció. .Oseas.
6 Aquel día : el tiempo en que sucederá la destrucción del reino.
6 I.o-kujama : e. d., no compadecida ; o también, no amada (así G) ; V tsin cle-
mencia». || Que los tolere: o los trate benignamente, les sea indulgente; Kit cree
prb. la lectura «porque los he de odiar» (cf. G).
— IÓI2 —
17-2 5
OSEAS
1 '-2 5
a compadecerme (arajetn) de la casa de Israel,
de suerte que los tolere.
7 En cambio, tendré compasión de la casa de Judá,
y la salvaré por medio de Yahveh, su Dios ;
no los salvaré
mediante arco, espada o lanza,
mediante corceles o jinetes b.»
' Cuando destetó a Lo-rujama, concibió [de nuevo] v dió a luz un hijo,
' r dijo El :
«Llámalo Lo-ámmi,.
pues vosotros no sois mi pueblo (lo ammt)
ni yo soy [más] vuestro [Dios].»
0 Y acaecerá que el número I de los hijos de Israel 1
será cual la arena del mar,
que no se puede medir | ni contar.
Y acaecerá que en vez I de decírseles : «No -ois mi pueblo»,
diráseles : | «Hijos del Dios vivo.»
u¡ Y se congregarán los hijos de Judá
y los hijos de Israel a una
y nombrarán sobre sí | un solo jefe
y subirán del país, ¡ pues grande es el día de Izreel d.
Invectiva de Yahveh contra su pueblo idólatra.
Restablecimiento de Israel y promesas redentoras
o '3 Decid a vuestro hermano*: «Ammí» (Mi pueblo),
^ y a vuestra hermana*: «Rujama» (Compadecida) :
-', Pleitead con vuestra madre, pleitead,
porque ella no es mi mujer
ni yo soy su marido.
Aparte sus signos de fornicación de su rostro
y sus señales de adulterio de entre sus pechos,
3s no sea que la despoje, dejándola desnuda,
y la ponga como el día en que nació,
ía deje como el desierto,
la reduzca a tierra árida
y la haga morir de sed.
46 Y no tendré 'piedad de sus hijos,
porque son hijos de prostitución ,
6T pues su madre se prostituyó,
' TENDRÉ compasión : porque he encontrado en Judá menos apego a la idolatría
Que en Israel. || Lanza: asi i>rb. o 'telum bclirum' (/.orell) ; V «bello», y así mucho-..
ca ; en los israelitas se hallan aqui figurados todos los judíos y paganos que se
convertirán a Jesu-Cristo y entrarán en la Iglesia.
cy ■¡ PLEITEAD : o contended, reñid. || Vuestra madre : la nación, esposa de Dios, fi.
™ guiada en el anterior capítulo por Gómer. || No es mi mujer : estas palabras in-
dican la ruptura de la alianza con la nación y la acción de desecharla. || Signos de
fornicación... : lit., fornicaciones..., adulterios, refiriéndose al velo (cf. Gén. 38, 141,
amuletos obscenos, etc.
35 Dejándola desnuda : privada de los bienes de que la había colmado.
\ No tendré piedad ¡ o no amaré a sus hijos, por su irresistible inclinación a la
idolatría.
— 1613 —
2 6-18
OSEAS
2 6-18
deshonróse la que los parió,
porque se dijo : «Me iré | tras de mis amantes,
que me dan mi pan y mi agua, | mi lana y mi lino, |
mi aceite y mis bebidas.»
"8 b Por eso he aquí que yo voy a vallar
su 0 camino con espinos
y la cercaré de tapial,
para que no halle más senderos.
'» Y ella perseguirá a sus amontes,
mas no los alcanzará ;
los buscará, pero no los hallará.
Entonces dirá : «Iré y me volveré a mi. primer marido,
pues entonces me iba mejor que ahora.»
8,0 Mas ella no reconoció que yo fui quien le diera
el grano, el mosto y el aceite,
d y quien prodigara la plata y el oro
con que fabricaron a Baal d."
"i, Por eso recobraré | mi grano a su tiempo
y mi mosto a su sazón
y recuperaré mi lana y mi lino,
que les diera e para cubrir su desnudez ;
10,2 y ahora descubriré sus vergüenzas | a los ojos de sus amantes,
y nadie la salvará de mi mano.
u13 Haré cesar todo su regocijo,
sus fiestas, novilunios v sábados
y todas sus solemnidades.
1J„ Y devastaré su viñedo y su higuera,
de las que decía : «Constituyen para mí el salario de prostitución
que me han dado mis amantes»,
y las trocaré en jaral y las comerán las bestias del campo,
"is Y castigaré en ella los días consagrados a los Baales,
a quienes quemaba incienso,
cuando se ataviaba de sus arillos y collares,
y andaba tras sus amantes,
y me olvidaba a mí — dice Yahveh d.
1416 Por tanto, he aquí que yo la atraeré
y la conduciré al desierto,
y la hablaré al corazón,
™i7 y daréle desde allí mismo sus viñas
y el propio valle de Akor, como puerta de esperanza ;
y cantará allí f como en los días de su juventud
y como el día en que subió del país de Egipto.
"«Y sucederá en aquel día, d dice Yahveh d,
que ella me llamará Isí (marido mío)
y no me denominará más baalí (dueño mío).
",9 Retiraré de su boca los nombres de los Baales,
de suerte que no se mencione más su nombre,
"¡¡o En aquel día pactaré a favor de ellos alianza
con las bestias del campo, las aves del cielo y los reptiles de la
y quebraré de la tierra arco, espada y lanza, [tierra,
y haré que reposen tranquilos.
6g Por eso : por esa obstinación en olvidarse de Dios.
8,0 Con que fabricaron : o bien, «que consagraron a B.».
141€ Yo la atraeré : conforme al uso profético, suceden bruscamente las promesas a
las amenazas.
Valle de Akor : o valle de la turbación, primer campamento de los israelitas
pasado el Jordán (cf. Jos. 7, 25). || Cantará: otros, ame escuchará, será dócil u obe-
diente».
"„ Baalí : porque este nombre recordaría el odioso Baal pagano.
tt,0 Lanza: creemos que miljamá tiene aquí la misma significación que en Os. I, 7. |j
Tranquilos : o en seguridad.
— 16 14 —
2 19—3 3
OSEAS
2 19—3 5
"a Y te desposaré conmigo para siempre ;
sí, te desposaré conmigo con vínculos de justicia y derecho,
de benignidad y clemencia.
•*„ Te desposaré conmigo con fidelidad
y reconocerás a Yahveh.
a:, Y acaecerá que aquel día
yo te escucharé — dice Yahveh — ,
escucharé a los cielos,
y ellos escucharán a la tierra ;
**u y la tierra escuchará
al grano, el mosto y el aceite,
y ellos escucharán a Izreel.
*í5 Y lo* sembraré para mí en la tierra.
y tendré compasión de _Lo-rujama
y diré a Lo-ammí : «Tú eres mi pueblo»,
y él exclamará : «¡Dios mío!»
Nueva intimación de Yahveh a Oseas
1 Y díjome Yahveh :
«Ve de nuevo y ama a una mujer
que ama el mal a y comete adulterio,
como ama Yahveh a los hijos de Israel.
aunque ellos se vuelvan a otros dioses
y gustan de las tortas de uvas pasas.»
1 Cómpremela, pues, por quince sicíos de plata,
y un jómer y un létek de cebada,
3 y díjele : «Quédate aguardándome muchos días,
no te prostituyas ni te entregues a ningún hombre.
y b tampoco yo me llegare' b a ti.»
* Porque los hijos de Israel permanecerán muchos días
sin rey ni príncipe,
sin sacrificio ni massebá,
sin cfod ni terafim.
8 Después los israelitas volverán a buscar a Yahveh, su Dios c,
y a David, su rey,
y acudirán temerosos a Yahveh
y su bondad al cabo de los días.
19„1 Te desposaré : volverá Dios a tratar a Israel como esposa.
* Escucharé : e. d., atenderé y daré respuesta favorable a tu súplica. || Escu-
charé a los cielos : proporcionándole la lluvia fertilizante y el sol fecundador, que los
cielos distribuirán a la tierra, dando ésta, a su vez, en su fecundidad, cosechas abun-
dantes, que colmen los deseos de Izreel, símbolo aquí de Israel.
aa Lo sembraré : e. d., sembraré a Izreel, símbolo del Israel nuevo, y cuyo nom-
bre significa Dios siembra. Para Lo-rujama y Lo-ammí, véanse, respectivamente, vv. 6
y 8 y sus notas.
O 1 Ama a una mujer : se lo dice Dios porque su mujer ha adulterado. El manda-
<-* miento divino tiene carácter, pues, meramente simbólico. |¡ Tortas de uvas pasas:
comíanse en los banquetes que acompañaban a las fiestas en honor de Baal. V vierte
tvinacia uvarum».
2 Jómer : contenía 369,2 litros. || Létek : e. d., medio jómer; un jómer y un Utek
es, pues, lo mismo que jómer y medio.
4 Massebá: cf. Gén. 28, 18. V vierte «altar». '| Efod : cf. 1 Sam. 23, 9. || Terafim:
cf. Gén. 31, 19. En este v. está la explicación de la alegoría precedente. El reino que-
dará destruido : sin reyes ni grandes, porque serán deportadas a Asiria las diez tribus.
• Después los israelitas : quedan atenuadas otra vez las amenazas con la promesa
de mejores días.
4 1-12
OSEAS
41-12
Intimación del profeta a Israel en vista de su
atroz corrupción moral
A 1 Escuchad la palabra de Yahveh, ¡ oh hijos de Israel ! ,
pues Yahveh sostiene una querella con los habitantes del país,
porque no existe ni fidelidad ni amor
ni conocimiento de Dios en el país.
! Se perjura, se miente, se asesina, se roba,
se comete adulterio ; ábrense brechas y se' toca sangre con sangre.
3 Por eso e:l país está de luto ;
desfallecen cuantos en él habitan,
juntamente con las bestias del campo y las aves del cielo,
y hasta los peces del mar perecen.
* Sin embargo, nadie se querelle y ninguno reproche,
porque tu pueblo es como los que contienden con el sacerdote a.
6 Mas caerás en pleno día, ¡oh sacerdote! b,
y contigo caerá asimismo el profeta de noche.
Además destruiré a tu madre.
0 Ha perecido mi pueblo por falta de conocimiento ;
pues que tú has rechazado el saber,
yo te desecharé de mi sacerdocio ;
pues has olvidado la ley de tu Dios,
de tus hijos me olvidaré también vo.
' Con arreglo a su multitud, así han pecado contra mí ;
yo trocaré su gloria en ignominia.
" Los pecados de mi pueblo constituyen su alimento
y hacia la iniquidad del mismo tiende su 0 anhelo.
9 Pero la suerte del sacerdote será cual la del pueblo ;
le castigaré por su conducta
y según sus acciones le retribuiré.
lu Comerán y no se saciarán,
fornicarán y no se propagarán,
porque dejaron de atender a Yahveh.
" Fornicación, vino y mosto quitan el seso.
12 Mi pueblo a sus leños consulta
y su bastón le hace revelación ;
A 1 Ni conocimiento de Dios : este conocimiento no se reduce a la ciencia de su
naturaleza y voluntad, sino que se extiende a su amor y nace de la experiencia
- Se toca sangre con sangre : e. d., se derrama ésta de continuo, un delito de
sangre sucede a otro.
4 Sin embargo : son los pecados de Israel tan inveterados, que el que da la voz
de aviso pierde el tiempo.
5 Además destruiré a tu madre : así lit. ; pero tradúcese muy diversamente : V tde
noche hice callar a tu madre» ; otros, ala noche será semejanza de tu día», «destruiré
a tu casta», «contigo es destruido mi pueblo», etc. Algunos corrigen : «y cesarán tus
tummim y tus urhni (cf. Kit).
8 Has rechazado el saber : de la ley.
7 Con arreglo a... : o bien, cuanto más se multiplicaban, más pecaron contra mí.
" Constituyen su alimento : consintiendo en sus delitos y hasta alabándolos.
" La suerte del sacerdote : puede significar también que tan poco como el pueblo
vale el sacerdote entonces.
w Comerán: e. d., la carne de los sacrificios. || Fornicarán y no se propagarán:
BibL Bonn: «Harán fornicar, mas no se enriquecerán [con ello]», refiriéndolo a la
prostitución idolátrica. || Dejaron de atender a Yahveh : otros, «dejaron la observan-
cia de Yahveh» (Bibl. Bonn) ; otros, «porque abandonaron a Yahveh para entre-
garse12 a la prostitución» (cf. Kit).
"Seso: lit., corazón, sede de la inteligencia.
4 13-5 2
OSEAS
4 13-5 2
pues ti espíritu de fornicación le descarna
v se entrega a la lujuria, abandonando a su Dios.
u Sobre las cimas de los montes ofrecen sacrificio
y sobre las colinas queman incienso,
bajo la encina, el álamo
y el terebinto, porque es grata su sombra.
í'or eso se prostituyen vuestras hijas
y vuestras nueras cometen adulterio.
14 Xo castigaré a vuestras hijas porque se prostituyan
ni a vuestras nueras porque cometan adulterio,
por cuanto ellos mismos se apartan con las rameras
y con las hieróduflas ofrecen sacrificio ;
y el pueblo, que no entiende, se prepara la ruina.
11 Si tú, Israel, te prostituyes,
al menos no se haga culpable Judá.
Xo entréis en Guilgal
ni subáis a Bet-aven,
y no juréis [diciendo] : «¡Vive Yahveh!»
" Ciertamente como novilla cerrera se descarrió Israel ;
ahora ya los apacentará Yahveh como a un cordero en campo ancho.
,: Efraim se ha adherido a los ídolos ; déjale.
,s Acabóse su embriaguez,
se entregaron a la fornicación ;
sus príncipes rt han amado la ignominia.
" El viento ligólo en sus alas,
y ellos se avergonzarán de sus sacrificios.
Envilecimiento de sacerdotes y príncipes. Prosigue
la amonestación al pueblo
' ¡ Escuchad esto, oh sacerdotes,
1 y atended, oh casa de Israel !
j Oh casa real, prestad oído,
porque a vosotros afecta esta sentencia !
Pues habéis constituido un lazo para Mispá
y una red extendida sobre el Tabor,
2 mientras los de Sittim a una fosa profunda excavaron,
mas yo castigaré a todos ellos.
13 Queman incienso : o bien, sacrificios, según otros.
11 Xo castigaré : porque los padres y los suegros han sido más criminales todavía.
u No entréis en Guilgal : no vayáis en peregrinación al templo idolátrico que hay
en Guilgal o Gálgala.
" Efraím se ha adherido : designa aquí el reino de las diez tribus o de Israel.
* Acabóse su embriaguez : cf. V : «El tiene su convite aparto».
19 I'rocuramos ceñirnos a H, del que no está lejos V ; pero adviértase que, tanto
en este como en los vv. anteriores, la crítica propone múltiples correcciones al texto
hebreo y las versiones son muy dispares. || Ligólo : o envolviólo. || El viento ligólo
i n sus ai as para dispersarle mejor por Asiria.
pr 1 Escuchad esto : se dirige el profeta, sobre todo, a sacerdotes y grandes, porque,
** aquéllos por avaricia y éstos por corrupción, descuidan el culto del Dios verda-
dero. |¡ Esta sentencia: o bien, el juicio; otros, «cosa vuestra es el derecho». |( Un
nzo para Mispá : la localidad de Galaad, probablemente.
- Mientras los de Srtim... : tradúcese H de los modos más diversos : V «y las
víctimas hicisteis caer a lo profundo, y yo los he instruido a todos ellos» ; Valera :
«y en e! degüello los apóstatas se abismaron»... ; otros, «los perseguidores llevaron
la perversidad hasta el extremo», «la hoya de Sittim haced profunda...» (Bibl. Tub.) ;
«han profundizado la hoya de la apostasla y ninguno corrige a todos ellos»
(Bibl. Bonn).
— TfiT- —
5 3-15
OSEAS
5 3-15
* Yo conozco a Efraírn
e Israel no se me oculta ;
pues ahora te has prostituido, Efraím ;
se ha contaminado Israel.
' Sus acciones no les consienten
volver a su Dios ;
pues un espíritu de fornicación reside en su interior
y no conocen a Yahveh.
6 Mas la gloria de Israel da contra él testimonio,
e Israel y Efraím caerán por su culpa
y también Judá caerá con ellos.
0 Con su ganado menor y sus vacadas irán
a buscar a Yahveh, y no lo hallarán ;
retiróse de ellos.
1 Traicionaron a Yahveh
porque engendraron hijos espúreos ;
ahora los devorará la nueva luna con cuanto poseen.
8 ¡ Tocad el cuerno en Guibá, | la trompeta en Ramá !
¡Sonad alarma en Bet-aven, | tras de ti b, Benjamín!
9 Efraím será trocado en desolación | el día del castigo ;
en las tribus de Israel | hago saber noticia cierta.
10 Los príncipes de Judá se han vuelto |
como quienes remueven los linderos ;
sobre ellos derramaré | como agua mi enojo.
a Efraím está oprimido, | conculcado el derecho °,
porque se resolvió | a seguir su estatuto d.
a Y yo seré como polilla para Efraím
y cual carcoma para la casa de Judá.
13 Cuando Efraím observó su enfermedad
y Judá su llaga,
Efraím dirigióse a Asiria
y envió embajadores al rey magno »;
mas éil no podrá sanaros
ni os curará la llaga
M Porque yo soy como un león para Efraím
y cual leoncillo para la casa de Judá ;
yo, yo mismo hago presa y me voy,.
ía llevo y no hay quien la salve.
18 Me voy y regreso a mi lugar
hasta que experimenten el castigo
y busquen mi rostro.
6 La gloria de Israel: e. d., Dios (cf. 7, 10). Otros prefieren da altivez le Bale
al rostro», le acusa o delata, interpretación que también admite el hebreo.
' Hijos espúreos : e. d., que han participado de la idolatría de sus padres.
8 Hago saber noticia cierta : amostré fidelidad», vierte V.
10 Como quienes remueven : violan las leyes divinas, quitando por fuerza o fraude
los bienes de sus conciudadanos.
u Su estaiuto : la ley que él mismo se dió.
12 Como polilla : dice Ribera en su comentario que se sirve Dios de esta compara-
ción para dar a entender cuan despacio procede en sus castigos.
16 Regreso a mi lugar : como vuelve el león a su antro después de acabar con su
presa, así se retirará Dios después de castigar a Israel. || Experimenten el castigo:
o expíen su culpa ; V «desfallezcáis».
— 1618 —
61-71
OSEAS
61-71
Conversión a Yahveh y nueva reconvención
de éste a su pueblo
61 a En su angustia me buscarán a [diciendo] :
Venid, volvamos a Yahveh ;
pues El dilaceró, mas nos curará;
hirió, pero nos vendará.
' En un par de días nos dará la vida
y al día tercero nos levantará
y viviremos en su presencia.
8 Reconozcamos, apresurémonos a conocer a Yahveh,
pues presta como la aurora está su salida,
y vendrá a nosotros cual la lluvia invernal,
como la lluvia tardía regará la tierra.
*¿Qué te haré, oh Efraím ?
¿Qué te haré, oh Judá ?
Vuestra piedad es cual nubecilla matinal
y como el rocío, temprano desaparece.
8 Por eso [os] adoctriné por medio de los profetas,
05 instruí b con las palabras de mi boca,
y su juicio 0 saldrá como la luz.
' Pues quiero misericordia y no sacrificios,
el conocimiento de Dios más que los holocaustos.
1 Mas ellos, lo mismo que Adán, transgredieron la alianza,
prevaricaron allí contra mí.
8 Galaad es ciudad de malhechores,
llena está de huellas de sangre.
' Como acechan a un hombre los ladrones,
la banda de sacerdotes
asesina camino de Sikem,
en verdad han cometido atentados.
10 En la casa de Israel he visto cosas horrendas :
d allí tiene lugar la prostitución de Efraím, se contaminó Israel d.
u También tú, Judá, | prepara mies para ti,
cuando yo alce | el cautiverio de mi pueblo.
Prosigue denunciando la iniquidad del pueblo y sus jefes
n 1 Cuando yo quería sanar a Israel,
* descubrióse la iniquidad de Efraím
y la maldad de Samaría ;
61 En su angustia : los israelitas no serán acogidos por Dios sino cuando lo soli-
citen ansiosos.
a En un par de días : muchos Padres y comentaristas ven en estas palabras un
anuncio de la resurrección de Cristo al tercer día (San Jerónimo, San Agustín,
San Gregorio, etc.).
* Cual nlblulla matinal : el amor que Israel y Judá prometen a Dios pasa ligero
como nube mañanera en cielo de Palestina, pues la disipa pronto el sol. II El rocío,
tcmpra.no desaparece : o quizá, «el rocío mañanero desaparece», con el paralelismo.
* Lo mismo que Adán : cf. V ; otros prefieren : «como la humanidad toda».
9 Sikem : ciudad de refugio y sacerdotal (cf. Jos. 20, 7, etc.).
u Prepara mies para ti : o también : prepárate para la siega, o «también para ti,
Judá, está preparada una cosecha». Hemos preferido atenernos a H, guiados por V ;
otros siguen muy diversos caminos. Por siega entienden San Jerónimo y muchos co-
mentaristas el juicio que se le seguirá también por su infidelidad.
7 2-12
OSEAS
7 2-12
pues practican falsía,
y el ladrón penetra en la casa a,
j la banda de salteadores despoja fuera.
- Y no reflexionan en su corazón
que toda su maldad tengo en memoria ;
al presente rodéanlos sus obras,
ante mi rostro están patentes.
3 Regocijan al rey con su malicia
y con sus mentiras a los príncipes.
1 Todos ellos son adúlteros,
b como horno encendido
por el hornero b ; éste cesa de atizar el fuego
desde el amasado de la masa
hasta su fermentación.
6 En el día de nuestro rey, pusiéronse enfermos 0
los príncipes con el ardor defl vino ;
él tendió la mano a los que retozaban en la embriaguez.
6 En verdad ardió á como un horno su corazón en sus intrigas ;
toda la noche duerme su cólera c,
a la mañana arde como fuego de llama.
' Todos ellos arden como horno
v devoran a sus jueces.
Todos sus reyes caen,
no hay entre ellos quien clame a mí.
b Efraím con los pueblos ¡ se mezcla,
Efraím se ha trocado en torta ] a que no se dió vuelta.
tt Los extraños han devorado su vigor,
sin que él se diera cuenta ;
incluso se ha llenado de canas
v él no lo ha percibido.
1,1 f La gloria de Israel da contra él testimonio,
pero no se han convertido a Yahveh, su Dios,
y, con todo esto, no lo han buscado.
" Mas Efraím se ha tornado cual paloma estúpida sin juicio ;
invocan a Egipto, | dirígense a Asiria.
1" Mientras ellos vayan extenderé | mis redes sobre ellos,
IT - Están latentes : o bien, han tenido lugar, ifactae sunt», como vierte V.
*_ a Regocijan ai. rey : otros, «invitan al rey a alearía festiva» (así Bibl. Bonn). Re-
sidan considera Os. cansa de las sangrientas turbulencias que padecía la monarquía
israelita. Aquí pudiera tratarse, según algs., de ia conspiración para derribar a uno
de los últimos reyes de Israel, bien Zacarías (747), bien Pekajyá (737-35).
* Este cesa de atizar el fuego : cf. V : «cesó un poco la ciudad de la mezcla de le.
vadura». El v. suele modificarse y verterse muy diferentemente, y su texto parece
referirse, bajo esa comparación del panadero, a la simulada actuación de los conspi-
radores antes de cometer su atentado.
5 El día de nuestro rey : e. d., en su fiesta onomástica o la de su exaltación al
trono. || Tendió la mano: el rey, perdido todo sentimiento de dignidad y de su pro-
pio peligro, alterna bajamente con los partícipes del desenfrenado festín.
" Verso oscurísimo, que se quiere corregir de muy diversas maneras. V traduce :
«Porque aplicaron su corazón como horno, mientras él los acechaba : toda la noche
durmió el que los cuece, a la mañana él mismo arde como fuego de llama.» Kit lee :
«Pues se acercaron en su astucia, como un horno su corazón toda la noche», etc. || Ar-
dió su corazón : c. d., el de los conspiradores, que, tras haber ocultado sus intentos
siniestros toda la noche, a la mañana, presentada la ocasión de ponerlos por obra, se
precipitan sobre el monarca a quien pretenden derribar y sobre sus príncipes, ven-
cidos del vino.
7 Su.S reyes caen : alude a la muerte violenta de tantos reyes israelitas (cf. 2 Re.
15). || Quien clame a mí: e. d., quien se vuelva a Yahveh.
8 A oue no se dió vuelta : dejándola así quemarse al ser cocida en el rescoldo.
10 La gloria de Israel : cf. 5, 5.
r- Los castigaré según... asambleas : así c. V y otras vers. ; otros, como Kit, pre-
fieren modificar II : «los barro de allí debido a su maldad» (Dibl. Bonn) ; otros, «los
encierro...», etc.
7 13-8 3
OSEAS
7 13-g 3
cual ave del cielo harélos caer ;
los castigaré según ha sido anunciado en sus asambleas.
15 ¡ Ay de ellos, porque se han apartado de mí !
Serán asolados, pues contra mí se han rebelado.
¡ Habré vo de redimirlos, cuando ellos han proferido mentiras con-
" Y no clamaron a mí en su corazón, [tra mí !
mas ululan junto a sus altarcse;
por [lograr] el grano y el mosto ¡tácense incisiones a,
se rebela)i 1 contra mí.
" Yo le eduqué ', fortifiqué sus brazos,
mas ellos maquinan contra mí males.
M Vuélvense como el perverso k,
son como arco engañoso ;
caerán a espada sus príncipes
por la ira de su lengua.
Esto será irrisión de ellos en el país de Egipto.
Relieve asirio del Musco del Hermitagc,
de Lcningrado (época de Assurna-
strapli II)
Anuncio de inminente castigo de la idolatría
y cisma de Israel
1 ¡ Emboca la trompeta !
Un águila a [se cierne] sobre la casa de Yahveh,
por cuanto han violado mi pacto
y mi ley han transgredido.
* A mí clamarán :
«¡Dios mío, te hemos conocido los de Israel!»
3 Israel rechazó el bien ;
el enemigo lo perseguirá.
M Como arco engañoso : cuya cuerda se rompe ; o, como dice San Jerónimo, que
hiere a quien lo maneja.
8 4-14
OSEAS
8 4-14
4 Ellos han establecido reyes sin mi intervención ;
se han nombrado príncipes sin yo saberlo ;
con su plata y su oro fabricáronse ídolos
destinados a ser eliminados.
6 Yo rechazo b tu becerro, ¡ oh Samaría !
Mi ira se ha encendido contra ellos.
¿ Hasta cuándo no lograrán purificarse ?
8 c Pues el tal procede de Israel c,
un artífice lo fabricó y no es Dios ;
ciertamente a astillas será reducido el becerro de Samaría.
7 Pues siembran viento y siegan tempestad ;
[la sementera] no logrará mies,
lo germinado no formará harina,
y si quizá la diese, extraños la devorarán.
8 Israel ha sido devorado ;
ahora se ha convertido entre las naciones
como en vaso de que no se hace aprecio.
9 Porque ellos subieron a Asiría,
la cual es como onagro solitario.
Efraím procuró con dones amadores.
J0 Aunque hubieren alquilado a las naciones,
ahora los he de hacer pedazos d,
para que cesen por un poco de tiempo
de ungir reyes y príncipes e.
" En verdad Efraím ha multiplicado los altares para pecar ;
[sólo] para pecar le sirvieron los altares.
" Yo habíale prescrito mis leyes a miríadas,
[mas] fueron reputadas como extrañas.
" En cuanto a los sacrificios a mí presentados, sacrifican carne y la
• Yahveh no se complace en ellos. [comen.
Ahora se acordará El de su iniquidad
y castigará su pecado,
y ellos volverán a Egipto.
M Pues Israel olvidó a su Hacedor
y edificó palacios ;
Judá multiplicó las ciudades fortificadas,
pero yo prenderé fuego a sus ciudades,
y devorará sus castillos.
Q 4 Sin mi intervención : se refiere a Jeroboam I.
O 5 Rechazo tu becerko, ¡oh Samaría! : el becerro de oro no estaba en Samaría,
sino en Dan y Bet-El, pero se nombra a Samaría como a capital del reino.
1 Siembran viento : quiere decir que su falso culto no era sólo inútil, sino perju-
dicial. || (La sementera] no logrará mies o cosecha en pie : o también, modificando
algo H : «el tallo no tiene fruto, no produce harina».
0 Interpretamos H con ayuda de V. El texto es oscuro y prps. varias correcciones
(cf. Kit). || Subieron a Asiría en busca de socorro y procuróse con regalos granjearse
el favor de los pueblos extranjeros. Según algs. exegetas — que modifican el estado
actual de H— , el profeta asemeja a Israel a una prostituta que pretende ganarse con
sus artes a un amante. Así llama con ironía al pago de tributos a Asiría «regalos
amorosos». Sabido es que el vasallaje político en el Oriente antiguo implicaba a la
vez sumisión religiosa.
10 Hubieren alquilado : así quizá c. V, etc. ; otros, «aunque los alquilen entre las
naciones»; otros corrigen «anduvieren errantes». || Los he de hacer pedazos: el opri-
mir, dispersar, etc. ; V «entonces los congregaré» (cf. H). || Por un poco de tiempo :
otros, «pronto» ; cf. V : «y descansarán un poquito de la carga del rey y de los
príncipes».
11 Altares para pecar: cada sacrificio ofrecido en altares ilegítimos era nuevo pecado.
12 Extrañas : o de un extraño.
u Volverán a Egipto : serán de nuevo entregados a la servidumbre de que yo los
libré sacándolos de Egipto.
M Palacios : o también, templos, que otros prefieren.
g 1-10
OSEAS
Ql-n
El castigo de Israel
9' No te alegres, Israel ;
no jubiles como los gentiles ;
pues te has prostituido abandonando a tu Dios ;
amaste el salario de prostitución
sobre todas las eras de grano.
! La era y el trujal no los sustentarán
y el mosto les a fallará.
8 No permanecerán en la tierra de Yahveh,
mas Efraím regresará a Egipto,
y en Asiría comerán manjares impuros.
* No harán a Yahveh más libaciones de vino
ni le serán gratos los sacrificios de ellos ;
como pan de enlutados será su pan b;
todos cuantos lo coman se contaminarán.
Pues su pan será [sólo] para ellos mismos,
no entrará en la casa de Yahveh.
6 ¿Qué haréis en el día de la solemnidad
y en el día de la fiesta de Yahveh ?
5 Pues he aquí que se han marchado de la desolación 0
el Egipto I06 recogerá,
Menfis los sepultará ;
sus objetos más preciosos de plata la ortiga los heredará ;
cardos [crecerán] en sus tiendas.
T Llegaron los días del castigo,
llegaron los días de la paga ; lo conocerá Israel :
un necio es el profeta, un loco el varón inspirado ;
a causa de la magnitud de tu culpa
y lo grande de la animosidad.
8 El vigía de Efraím con mi Dios, el profeta,
lazo de pajarero [es] en todos sus caminos
animosidad en la casa de su Dios.
9 Profundamente se corrompieron
como en los días de Guiba ;
d [Yahveh] recordará su culpabilidad,
castigará sus pecados d.
" Como uvas en el desierto | hallé a Israel,
cual breva en higuera | e que empieza a madurar 8 |
contemplé a vuestros padres ;
pero ellos se llegaron a Baal-peor,
se consagraron a la ignominia f
e hiciéronse abominables como aquello que amaban
91 Como los gentiles : imitando las ceremonias que observan los paganos en sus
fiestas religiosas.
2 La era y el trujal: quiere decir que el hambre acabará con sus alegrías. P
Sustentarán : lit., apacentarán ; algs. 1. c. G : iconocerán».
* Le serán gratos: algs. corrigen «le prepararán». || Enlutados: o bien, gente
en duelo o de luto. || Será [sóloI para ellos mismos: o también, servirá [sólo] Para
su hambre.
« Se han marchado de la desolación : e. d., de su desolada patria han partido al
destierro ; pero cf. nota crítica c.
1 Lo conocerá Israel : así quizá H ; V «sabe Israel». Otros corrigen «Israel grita*
(Bibl. Bonn), «mal le va a Israel» (Bibl. Tub.), etc.
8 El vigía : todo que viene de Dios le es sospechoso ; desconfía de El y acepta
ciegamente los mentirosos oráculos de los falsos profetas.. || Con mi Dios: muchos
leen pueblo de mi Dios. || Es: cf . V ; otros «halla». || Animosidad: V «locura».
10 Como uvas en el desierto alegran por lo raras, así se alegraba Dios con el pueblo
que empezaba a formarse.
— 1623 —
OSEAS
9 n-10 5
u Efraím es como un ave, vase volando su gloria.
sin nacimientos, embarazos ni concepciones.
a Aun si criaren a sus hijos,
los dejará sin ellos, .privándolos de hombres ;
mas j ay también de ellos cuando de ellos me aparte !
13 Efraím, según vi, era otra Tiro plantada en lugar de pastos ;
pero Efraím sacará a sus. hijos al asesino.
14 Dales, ¡oh Yahveh!..., ¿qué les darás?
Dales matriz infecunda | y senos enjutos.
J" Toda su protervia está en Guilgal ;
ciertamente allí les cobré odio.
Por la maldad de sus acciones,
de mi casa los arrojaré,
no volveré a amarlos :
todos sus jefes son rebeldes.
10 Herido ha sido Efraim ; su raíz está seca, no dará ya fruto ;
aunque parieren, | haré morir a sus hijos.
" Mi Dios los rechazará,
porque no le han escuchado,
y andarán errantes entre las naciones.
10
Más particularidades del castigo
Vid frondosa es Israel,
daba su fruto adecuado ;
cuanto más abundaba en fruto,
más multiplicaba los altares ;
a la medida de la belleza de su .país,
hacía más hermosas las massebás.
2 Su corazón es blando y falaz,
ahora lo pagarán ;
él derruirá sus altares,
asolará sus massebás.
5 Ciertamente, ahora dirán : «¡No tenemos rey,
por cuanto no hemos temido a Yahveh ;
y el rey, ¿ qué haría por nosotros ?»
' Pronuncian palabras, juran en falso, | pactan alianza,
mas el castigo germinará como planta venenosa
en los surcos del campo.
D Los moradores de Samaría | temen por el becerro a de Bet-aven ;
en verdad el pueblo hace duelo por ello
y por ello sus sacerdotes se lamentan b,
por su gloria, que le ha sido arrebatada.
13 Era otra Tiro... asesino : seguimos el texto de H y a V. Hoy prefiérese susti-
tuirlo por G : «tiene sus hijos condenados a ser presa». Cf. las correcciones que Kit
prp. — Dice que era otra Tiro Efraím por la multitud de sus hijos y la prosperidad de
sus riquezas.
15 Guilgal : era la metrópoli del culto idolátrico del norte de Palestina.
10 Sus hijos : lit. , los objetos queridos de sus entrañas o delicias de su vientre.
" Los rechazará de la tierra de la promesa y mandará al destierro.
1 Daba su fruto adecuado : o, con otros, «a la que le prosperó el fruto» o «que
producía mucho fruto». || Más multiplicaba: según crecía la prosperidad de Israel,
umentaba su gusto a la idolatría, atribuyendo a los ídolos semejante prosperi-
1 1 Massebás : cf. Gén. 28, 18.
Blando y falaz : lit., liso.
Castigo : o el juicio de Dios ; otros, «el derecho».
Le ha sino arrebatada o substraída; o bien, como V, emigró de él.
10
— 1624 — *
10 6-11 2
OSEAS
10 6-11 2
• También él mismo será deportado a Asiria
como presente para el rey magno
la vergüenza se apoderará de Efraím
y eubriráse Israel de confusión por sus designios.
: Aniquilados serán Samaría y á su rey,
cual espuma sobre la superficie del agua.
8 Y serán devastadas las alturas de [Bet-J'Aven, pecado de Israel ;
espinas y abrojos crecerán sobre sus altares
y dirán a los montes : «¡Cubridnos!»,
v a los collados : « ¡ Caed sobre nosotros ! »
• Desde los días de Guibá has pecado, Israel.
Allí han permanecido. ¿No los alcanzará
en Guibá la lucha contra los hijos de la iniquidad ?
10 Cuando me plazca, yo los castigaré,
y se congregarán contra ellos pueblos
cuando sean castigados por su doble culpa.
u Efraím es una novilla domesticada
que gusta de la trilla,
y yo hice pasar el yugo e sobre su hermoso cuello ;
^ ún'cí a Efraím, aró Judá, | Jacob rastrilló para sí.
° Haced vuestra sementera con rectitud,
segad conforme a misericordia,
roturad vuestro barbecho,
pues es tiempo de buscar a Yahveh
hasta que venga y os enseñe la justicia.
13 Arasteis f impiedad, ¡ iniquidad segasteis,
comisteis fruto de mentira.
Por cuanto confiaste en tus carros s,
en la muchedumbre de tus guerreros,
14 alzaráse alboroto en tu población
y todas tus fortalezas serán destruidas,
a la manera que Salmán asoió a Bet-arbel
el día de la batalla, cuando la madre fué estrellada a una con sus
16 Así os haré, ¡oh casa de Israel h.', [hijos.
por vuestra perversa maldad.
'„ Al alba habráse acabado por completo el rey israelita
Amor de Dios a Israel. Ingratitud de éste y su castigo.
Promesa de ulterior misericordia
11
Cuando Israel era niño, yo le amé
y de Egipto llamé a mi hijo.
" Cuanto más los llamé a, tanto más se alejaron ellos de mi presen-
a los Baales sacrificaban víctimas [cia b,
6 El. rev magno : el rey que vendrá de Asiria a castigar al pueblo de Israel.
7 CTJ4L espuma : o también, cual viruta o astilla.
0 Los días de Guibá: que fueron tiempos de gran corrupción. |l Allí han perma-
necido: cf. V. Otros modifican el verso notablemente.
w Cuando me plazca : habla Dios de modo antropológico, diciendo que se vengará
cuando la ocasión se presente.
12 Con rectitud: o justicia. |] Segad conforme a misericordia: o cosechad con amor.
M Destruídas : o bien, saqueadas. | Salmán Malnianasar, rey de Asiria, que venció
a Oseas, rey de Israel. Muchos críticos juzgan probable hava que leer Sat-lum;
cf. 2 Re. 15, 13-15.
Al alba : e. d., que la aurora que seguirá al día del desastre encontrará acabada
del todo la obra del castigo. Otros corrigen la palabra diversamente.
11 1 Era niño : e. d., estaba formándose.
— 1625 —
113-12
OSEAS
11 3-12
y a los ídolos ofrecían incienso.
* Yo enseñé a andar a Efraím,
c tómele en mis brazos °,
mas ellos no reconocieron que vo de ellos cuidaba.
4 Con cuerdas humanas los atraía,
con lazos de amor ;
fui para ellos como quien alzara el yugo de sobre su cuello
e inclinando a ellos <* [la comida] les diera de comer.
* No volverá [Israel] a la tierra de Egipto,
y el asirio será su rey,
porque han rehusado convertirse.
* Y arremeterá la espada contra sus ciudades
y consumirá sus cerrojos,
y los devorará por sus malvadas intenciones.
' Y mi pueblo se une a los que apostataron de mí,
y cuando lo llaman a lo alto,
ninguno tiene elevadas miras.
' ¿ Cómo te he de dar yo, oh Efraím ?
¿ Te he de entregar, oh Israel ?
¿ Cómo habré de ponerte cual a Admá ?
¿ A dejarte semejante a Seboyim ?
Se ha vuelto contra mí mi corazón,
a una han ardido mis entrañas °.
•No llevaré a efecto el ardor de mi cólera,
no volveré a aniquilar a Efraím,
pues soy Dios y no un hombre,
soy un Santo en medio de ti
y no entraré en la ciudad f.
ln ¿ Tras Yahveh caminarán e,
como león rugiendo,
s ipues él rugirá y se acercarán alegres
los hijos desde occidente g.
11 Acudirán presurosos como pájaro desde Egipto
y cual paloma desde el país de Asiría,
y haréles habitar en sus casas — dice Yahveh.
Insiste en la culpa y el castigo de Israel.
Promesa esperanzadora
i ey '-, Efraím me circundó de mentira
y de fraude la casa de Israel,
i Humanas : o bien, de bondad. || E inclinando a ellos la comida : o bien, e incli-
néme hacia él, conservando H. El texto aludiría al mantenimiento del pueblo israe-
lita en el desierto.
6 No volverá : prps. suprimir No (ef. Kit), y asi parece también pedirlo el sentido
11 Cf. V : «Comenzó la esp. en sus ciud. y cons. a sus escogidos, y dev. las cabezas
de ellos.» || Cerrojos: c. d., sus puertas. Otros lo suprimen, o corrigen «sus niños».
I Procuramos verter II con arreglo a los más modernos diccionarios y gramáticos ;
pero el v. es muy diversamente traducido, y Kit prp. distintas correcciones al texto.
Cf. V : «V mi pueblo estará suspenso esperando que yo vuelva ; pero a la vez im-
pondrésele yugo, que no será quitado.» G también diferentemente.
8 Han ardido mis entrañas : cu el momento de pronunciar la sentencia, la mise-
íicordia hace vacilar al juez.
II Acudirán presurosos : e. d., los desterrados, al llamamiento divino.
-t r> l:, Mas Judá continúa rebelde : damos una de las versiones que cabe ofrecer
-W de H, de texto muy inseguro y muy divergentemente corregido y vertido.
Cf. V : «ludas autem testis desccudit cum Ueo, et cum sanctis fidelis.»
12 i-"
OSEAS
12 1-14
mas Judá continúa rebelde a Dios,
y al Santo fiel.
Efraím se apacienta del viento y persigue el solano continúa-
mentiras y destrucción multiplica ; [mente ;
pacta alianza con Asiría
y aceite lleva a a Egipto,
'i Querella sostiene Yahveh con Judá
y castigará a Jacob a la medida de su conducta,
conforme a sus acciones le retribuirá.
'4 En el seno materno agarró del calcañar a su hermano
y en su pleno vigor luchó con Dios ;
peleó con el ángel y pudo más,
lloró v le imploró gracia.
En Bét-El lo halló
y allí habló con nosotros b.
\ Sí, Yahveh es el Dios de los ejércitos,
Yahveh es su renombre c.
"; Tú, pues, conviértete a tu Dios,
observa amor y justicia
y espera en tu Dios siempre.
'8 Canaán tiene en su mano balanza fraudulenta,
es amigo de vejar.
\ Y dijo Efraím : Ciertamente me he enriquecido,
heme encontrado riquezas.
Con todas mis ganancias no se me hallara
culpa que yo haya cometido d.
",o Pues yo soy Yahveh, tu Dios, desde el país de Egipto ;
de nuevo te haré morar en las tiendas como en los días de la
Y he hablado por medio de los profetas [reunión.
y yo multipliqué las visiones,
y "mediante los profetas propondré parábolas.
Si los galaaditas son impíos, serán reducidos a la nada,
en Guilgal, en donde inmolan toros ;
además, sus altares se convertirán en montones de escombros
sobre los surcos de los campos.
'-',3 Y huyó Jacob a la tierra de Aram,
y sirvió Israel por una mujer
y por una mujer guardó rebaños.
Mediante un profeta subió Yahveh a Israel de Egipto
v mediante un profeta fué guardado.
Mu [Me] ha irritado Efraím amargamente,
y su Señor dejará sobre él la sangre por él vertida
y le devolverá su agravio.
•„ Se apacienta dei. viento : e. d., busca la prosperidad por medio del culto de los
Idolos y alianzas extranjeras.
-3 Querella sostiene : reprende la conducta de Judá, que se deja corromper con
los malos ejemplos de Israel. || Con Judá : prps. 1. ron Israel.
34 Su pleno vigor : lit., su vigor viril, en su virilidad.
*, Canaán : llama así a Israel -apóstata. Kit anota ha de 1. tcomo C.» o borrar
Canadá.
810 De i.a reunión : e. d., de la reunión (o audiencia) de Dios y el pueblo junto
al monte Sinaf.
Si los galaaditas son impíos... : así puede entenderse H ; otros corrigen : tEn
Galaad han cometido fraude, cosa vana; en Guilgal han sacrificado a los toros»
lasí, v. gr., Bibl. Bonn). Cf. V : «Si en Galaad hay ídolo, luego en vano hay quien
sacrificase a los bueyes en Galgal».
12„ Huyó : cf. Gén. 27, 43...
**„ Dejará: e. d., dejará sin condonar; otros, «derramará». || Le devolverá su agrá,
vio : destruyendo el reino y mandando al destierro a sus habitantes.
— 1627 —
13 1-13
OSEAS
13 1-13
Nuevo anuncio de ruina y castigo y promesa de remedio
'Cuando hablaba ■Efraím, invadía el terror,
alzóse él en Israel :
pero cuando se hizo culpable con Baal, pereció.
2 Y ahora continúan pecando
y se han fabricado imágenes fundidas
con su plata, según la figura de a los ídolos,
obra de artífices todo ello,
y a ellas dirigen la paílahra.
¡ Sacri.ficadores humanos besan reverentes a becerros !
3 Por eso serán cual nubecilla matinal
y como el rocío que mañanero desaparece,
cual el tamo, que es por eil viento de la era arrebatado,
y como el humo que sale del humero.
4 Sin emhargo, yo, Yahveh, soy tu Dios
desde la tierra de Egipto,
y otro Dios no conoces fuera de mí
ni otro salvador sino yo.
5 Yo te conocí en el desierto,
en el país de la sequedad.
B Cuando estaban en sus pastos, hartáronse,
saciáronse y se engrió su corazón ;
por eso me olvidaron.
7 Seré, pues, para ellos cual león,
como leopardo en el camino acecharé.
8 Los asaltaré como osa privada de sus cachorros
y desgarraré su pecho,
y los devoraré b allí como león ;
las fieras del campo los despedazarán.
9 0 He resuelto aniquilarte , Israel,
¿quién0 será en tu socorro?
1,1 ¿ Dónde está tu rey, para que pueda salvarte
en todas tus ciudades ; y tus jueces,
de quienes decías : «¡Dame
rey y príncipes !» ?
u Yo te doy reyes en mi cólera
y quítotelos en mi furor.
a Encerrada en saco está la iniquidad de Efraím ;
bien guardado está su pecado.
13 Dolores de parturienta le sobrevendrán ;
él, hijo insipiente,
no se presenta a su debido tiempo d
en el cuello del útero.
-| O 1 Invadía ei. terror : cf. V. Otros modifican H ampliamente. Asi, v. gr.,
Bibl. Bonn : .cuando Efr. llamó a la sublevación fué elevado en Israel».
1 Sacrificadores humanos... : otras versiones, diversamente.
« Cf. 6, 4-
6 Conocí : otros, c. GS, apacenté.
» Pecho : lit., el cierre o cubierta de su corazón.
10 En todas tus ciudades; y tus jueces: así c. H (cf. V) ; pero prps. corregir : iy
todos tus príncipes para que te hagan justicia» (véase Kit).
12 Encerrada en saco : o también atada.
13 Hijo insipiente : puesto que rechaza al rey celestial y pide a los ídolos ayuda
que no le pueden dar. |j El cuello del útero : lit., la rompiente de los hijos; matriz.
— 1628 —
13 14-14 s
OSEAS
13 14~14 8
" ¿ Los rescataré de las puertas del seol t
¿ Los redimiré de la muerte ?
¿ Dónde están tus epidemias, oh muerte ?
¿Dónde tu peste, oh seol?
La compasión está oculta a mis ojos.
■ Ciertamente es fecunda entre sus hermanos,
mas llegará el solano, el viento de Yahveh ;
del desierto saldrá,
y secará e su hontanar
y agotará su manantial.
saqueará el tesoro,
todo objeto precioso.
Promesa esperanzadora si Israel se arrepiente
1 Será castigada Samaría porque se rebeló contra su Dios :
a espada caerá,
sus párvulos serán estrellados
y 6us embarazadas serán hendidas.
* ¡Conviértete, Israel, a Yahveh, tu Dios,
pues has sucumbido por tu culpa !
3 ¡ Tomad con vosotros palabras
y volveos a Yahveh !
Decidle : «Quita totalmente a la iniquidad
y recibe b los bienes, y pagaremos
con el fruto de c nuestros labios.
4 Asiria no "nos salvará ;
sobre caballo no montaremos
ni diremos más «dios nuestro»
a la obra de nuestras manos ;
ll pues en ti halla compasión el huérfano
5 Sanaré su rebeldía,
los amaré generosamente,
pues mi ira se ha apartado de ellos.
B Seré como el rocío para Israel,
florecerá él como el lirio
y echará sus raíces cual el Líbano.
7 Sus ramas tiernas se extenderán,
y su florecimiento será cual el del olivo,
y su fragancia como la del Líbano.
s Quienes habitan a su sombra
volverán a cultivar trigo e,
u LAS puertas: o el poder. || ¿Dónde están...?: cf. Y: «Yo seré tu muerte, oh
muerte; seré tu mordedura, oh infierno...» ¡| La compasión está oculta: e. d., la
desconocen.
13 Ciertamente: el v. es corregido amplia y diversamente (cf. Kit). || Llegará el
SOLANO . figura para denotar la impetuosidad del enemigo, que llegará sin que pueda
nada detenerle. || Secará su hontanar : desaparecerán la fuerza y la prosperidad.
-J A 1 Será castigada : o habrá de expiar.
.L^r 3 tomad con vosotros palabras : tributad a Dios homenajes de oraciones y pro-
mesas
5 Generosamente: o también, gustoso, voluntariamente. || De ellos: cf. V; H de
ti, que prps. suprimir como anotación marginal.
• Cual el Líbano : algs. corrigen cual el álamo.
■ Quienes habitan... : corrígese el v. ampliamente. Cf. nota crítica e.
— 1629 —
14 9-10
OSEAS
14 9-10
y florecerán como la viña ; su renombre
será cual el del vino del Líbano.
0 Efraíni..., ¿qué tengo vo 1 con los ídolos?
* Yo le atenderé y le observaré e,
yo que soy cual ciprés siempre verde ;
de mí tu fruto procederá.
10 ¿ Quién es el sabio que comprenda estas cosas ?
¿ Y el inteligente que las conozca?
Porque los caminos de Yahveh son rectos
y los justos caminarán por ellos,
mas los impíos en ellos sucumbirán.
* De mí tu fruto procederá : de mí recibirás bienandanza.
10 i Quién es el sabio... ? : como si dijera : Si uno es sabio, comprenderá estas
cosas... || Sucumbirán: los abandonarán pronto.
NOTAS CRITICAS A OSEAS
CAP. I
a así ins c S ; cf Kit] b anota este v como add] c considéranse los vv 10 y n,
(algs también is) traspuestos de otro lugar (cf Kit). Algunos los ponen c el v 7 tras
el v 25 del cap. 2] d Kit cree prob la lectura «el día de Yahveh», pasando Izreel al v 3.
CAP. 2
a así c w. ; H plur ; Kit corrige el v y 1 : «Izreel, di a tu herm...», etc] b Kit anota
que los vv 68 y 7, post v I416 trsp] c así Kit c GS ; H tu] d-J Kit lo juzga add] e asi
ins Kit c S] f Kit de allí por el metro] e así c Kit ; H la.
cap. 3
a así Kit c GS ; otros: Que ama a otro o a un amante; H amada de su amigo]
b así ins Kit] c Kit considera como add el resto del v.
cap. 4.
a así H ; prps muchas enmiendas: imi pueblo es cual su ministro religioso, mi
hijo cual su sacerdotet, etc (ef Kit)] b así ins frt anota Kit] casi (su de ellos) c ca
2omss ; H su (de él)] d Kit y otros corrigen más Que su gloria u orgullo.
cap. 5
a así c Kit; H los apóstatas (?)] b Kit 1 yo te aterraré (cf G), otros, intimidad]
c Kit cree 1 frt c G oprime Efr. a su contendiente, conculca el derecho (la justicia/]
il así II, pero se cree yerro gráfico por vanidad (ídolos vanos), enemigo (así Kit)... ;
cf V «sordes. (las inmundicias)] e así prb (cf Kit); H rey litigioso (V «rex ultor»).
CAP. 6
a-a H ofrece estas palabras resucitando el cap 5, y Kit pone tras ellas las prece-
dentes : «y buscarán mi rostro» ; todo ello indica una alteración en el orden primi-
tivo] b así prb (cf Kit) ; H los mate; algs corrigen te he matado] casi c Kit (cf GST),
que además liga este v c 3b; H tus juicios; otros 1 mi juicio] d add según Kit (cf 53b;.
cap. 7
a así ins Kit (cf G)] b-b Kit 1 «son como horno ardiendo; césase...»] c cf Kit, que
modifica H] d así frt c algs críticos; H errp ; cf nota 6] e así Kit (cf TS) ; su cocine-
ro?] f Kit considera el v como add] e así prps; H sobre sus lechos, trátase de las
vociferaciones de los adoradores de Baal] b así Kit c ca 2omss (cf G) ; H timore se
excitant, sibi timent (V «ruminabant»)] i así c Kit ; H se apartan] i Kit di c G este
vocablo) kl beliyyáal 'perverso, inútil...' c Kit (otros a Baal); H no altura (¿lo al
por no ol 'sin yugo, indómito'?). .
cap. 8
a H como águila, cf Kit] b así c Kit ; H rechazó él] c Kit 1 la casa (o 'los hijos')
de Israel, y lo une a 5b] d así prps (cf Kit) ; H congregaré] e así Kit c G ; cf nota 10.
cap. 9
a así Kit c algs mss GST; H la] b así c Kit; H para ellos] c Kit 1 se marchan
(o han de marchar) a Assur] d-<] Kit júzgalo add ex 8 13) c-e Kit «di c S» ; V «in ca-
cumine eius») t Kit 1 a Baal o a Astartc] e Kit 1 como el amor de Ejraím (tomando
éste de lo que sigue).
CAP. 10
a así Kit (cf GS) ; H (cf V) a las becerras] b así prb (cf Kit); H exultan] casi
c Kit ; cf 5 13 y su nota] d así ins c Kit (cf) ; V «Sam. hizo que desapareciera
.-u rey»] e así c Kit; H ¿>«st!] í Kit c G *¿por Qué arasteis...?»] & así Kit c G (cf) ;
H caminos] h así Kit c G ; II hará Bet-El (V «os hizo Bethel»)] 1 15 c figura en V
al comienzo de 11 1.
CAP. 11
a así Kit c G; H llamaron] b así Kit c G ; H de la presencia de ellos] casi Kit
c TS (cf G) ; H tomó... sus brazos] d así c S (cf Kit) ; H a él] casi prb (o mi compa-
sión); H mis consuelos] t en vez de en la ciudad, Kit «1 prb abrasaré»] e~e glosa se-
gún Kit.
- 1631 -
OSEAS
CAP. 12
a así c Kit (cf V) ¡ H es llevado) b así H (cf V) ¡ Kit 1 fon él] o Kit considera el
v como (llosa) ti Kit 1 (cf G) : todas sus ganancias no bastarán para la culpa [que ha
cometido] .
a asi Kit c G (cf V) ; H sc¿r»H su inteligencia] b Kit 1 c G los devorarán] c-c así
Kit (cf GS) ; H como V ; : iEs tu perdición, Israel ; sólo en mí está tu socorro»] d así
c Kit; H porque tiempo] casi frt c GV ; H se avergonzará.
*¿1 «decide todos vosotros»? pregunta Kit] b Kit 1 y cogeremos] casi Kit c GS ;
H (cf V) los becerros] <l-d add según Kit] e cf GV : «se alimentarán de trigo»] 'prps
tiene i'l] e~e texto dudoso ; prps variadas correcciones.
caí*. 14
i
— 1632 -
I X TRODUCCION A J O E L
Toel ( = Yahu es Dios), hijo de Petuel, profetizó a los sacerdotes y al
I pueblo de Judá y Jerusalén quizá en el reino del sur, hacia el cual
/ dirige sus preocupaciones y actividades. No debió de vivir lejos de
dicha capital.
Como no se menciona a ningún rey ni dcefo alguno cronológico, no se
sabe con seguridad en qué época profetizó, pues mientras algunos lo pre-
sentan a la cabeza de los profetas de Judá, otros opinan que vivió después
del regreso del cautiverio babilónico. Joh. Theis (Bonn, 1937) aduce que,
dependiendo Joel de Abdías, la fecha limite superior está determinada por
la época de éste, hacia el 843. La inferior nos la señala la posición de
nuestro escritor dentro del libro de los profetas menores. Tanto la or-
denación masorétiea como la alejandrina colocan a Joel entre los que
vaticinaron antes de la ruina dcñ reino del norte (h. 722). Joel escribiría ,
por tanto, después del $43 y antes del 765, pues que de él pende Amós.
No hay, por otra parte, en su profecía indicios lingüísticos más tardíos.
Su profecía — «Revelaciones de Dios», segiín su encabezamiento — se
divide en dos partes. En la primera exhorta a la penitencia a los judíos,
vejados con graves calamidades, preludio de mayores castigos. En la se-
gunda promete bienes, si hicieron penitencia ; bienes temporales y espiri-
tuales, el castigo de los enemigos y la salud mesiánica. Entre estos bie-
nes espirituales se menciona la efusión del Espíritu Santo (2, 28-2Q).
cuya promesa vió cumplida San Pedro el día de Pentecostés (Ac. 2, 17-1$).
Por la pureza de su lenguaje y el vigor y sublimidad de su estilo se
le ha llamado «el poeta entre los profetas». Son notables el realismo con
que describe la invasión de las langostas y la viveza con que anuncia el
día del Señor.
- 1633 -
52
o
Devastación del país por la langosta. Exhortación
al arrepentimiento
1 1 Palabra de Yahveh que fué dirigida a Joel, hijo de Petuel.
2 ¡ Oíd esto, oh ancianos ;
prestad oído, habitantes del país !
¿ Acaeció esto en vuestros días
o en los días de vuestros padres ?
B Referídselo a vuestros hijos,
y vuestros hijos a los suyos,
y sus hijos a la otra generación.
* Lo que dejó el gazam lo devoró el arbé,
el residuo del arbé devorólo el yéleq,
y el relieve del yéleq lo devoró el jasil.
6 ¡Despertad, ebrios, y llorad!
¡ Ululad, bebedores todos de vino,
por el mosto, pues se os ha quitado de la boca !
6 Pues ha invadido mi país un pueblo
fuerte e innumerable :
sus dientes son dientes de león
y tiene muelas de leona.
7 Ha devastado mi viñedo
y hendido mis higueras,
1' 2 Oíd esio : esta invasión de langostas de que habla el profeta es para unos sim-
• bóliea (San Efrén, San Cirilo Alejandrino, etc.). Para otros, literal. «Tal vez — escri-
be Vigouroux— podrían concillarse ambas soluciones en una opinión intermedia,
admitiendo, como parece verosímil, que Joel en la segunda parte considera la invasión
de que ha hablado en la primera como tipo del juicio de Dios próximo.»
4 Gazam... arbé... yéleq... jasil : son cuatro denominaciones de la langosta, que quizá
indican diversas especies de este insecto o bien cuatro fases sucesivas de su evolución.
6 Despertad, ebrios : son comparados los hebreos a hombres rendidos de sueño
por la embriaguez de sus vicios.
6 Un pueblo fuerte e innumerable : la langosta probablemente, cuyo poder de des-
trucción conocen todos.
' Tornándose blancos : sea por haber la langosta comido su corteza, sea por
haberlos dejado secos.
— 1634 —
1 8-20
JÜEL
1 8-20
lo ha pelado por completo y lo ha derribado,
tornándose blancos sus sarmientos.
■ ¡ Laméntate como una doncella ceñida de saco
por el esposo de su juventud !
■ Oblación y libación han sido eliminados | de la casa de Yahveh ;
los sacerdotes, los ministros de Yahveh, hacen duelo.
10 Devastado ha sido el campo,
el suelo guarda luto,
porque el grano ha sido destruido,
el mosto ha faltado por la sequía,
hase agotado el aceite.
u Avergonzados están los campesinos,
laméntanse los viñadores
por el trigo y la cebada,
pues se ha perdido la cosecha del campo.
12 El viñedo se ha secado,
la higuera ha languidecido ;
el granado, y asimismo la palmera y el manzano,
todos los árboles del campo están secos.
La alegría ha desaparecido de entre los hombres.
13 Ceñios de saco y plañid, ¡oh sacerdotes! ;
ululad, ministros del altar ;
venid, pasad la noche en sacos,
¡ oh ministros de mi Dios ! ;
pues han sido alejadas de la casa de vuestro Dios
la oblación y la libación.
" Promulgad un ayuno santo,
convocad una asamblea,
congregad a los ancianos,
a todos los habitantes del país,
en la casa de Yahveh, vuestro Dios,
y clamad a Yahveh.
* ¡ Ay, ay, ay a, del día !
Pues el día de Yahveh está próximo,
y viene como devastación del Omnipotente.
16 ¿ Acaso no ha sido arrebatada la comida a nuestros propios ojos,
y de la casa de nuestro Dios la alegría y el júbilo ?
" Echase a perder la semilla bajo los terrones,
se hallan devastados los alfolíes,
los graneros derruidos,
porque el grano ha faltado.
18 ¡ Cómo gime el ganado I
Vagan perplejos los hatos de reses vacunas
porque no tienen pasto ;
también los rebaños de ganado menor perecen.
19 A ti, ¡oh Yahveh!, clamo,
porque el fuego ha devorado los pastizales del desierto,
y la llama ha abrasado todos los árboles del campo.
20 Incluso las bestias del campo vuélvense ansiosas hacia ti,
porque se han secado los raudales de agua
y el fuego ha devorado las dehesas de la majada.
8 Ceñida de saco : haciendo duelo.
14 Promulgad : o inaugurad un ayuno.
" Echase a perder... los terrones : prps. varias modificaciones a H, que es diver-
samente interpretado. Cf. V : ilas bestias se consumen en sus establos».
19 Pastizales : o también, las moradas.
— 1635 —
21-9 JOEL 2^9
El día terrible de Yahveh. Exhortación a penitencia.
Respuesta clemente de Yahveh al arrepentimiento del
pueblo
1 ¡ Tocad la trompeta en Sión !
¡Y tocad a rebato sobre mi monte santo!
Tiemblen todos los moradores del país,
pues viene el día de Yahveh ;
en verdad está próximo.
2 Día de tiniebla y oscuridad,
día ile nubes y densa niebla.
Como la aurora se extiende sobre los montes,
un pueblo numeroso y fuerte ;
semejante a él no ha existido jamás
ni después de él se dará en los años eternos.
3 Ante él devora el fuego
y tras él abrasa la llama ;
cual un huerto de Edén era el país antes de él ;
mas después del mismo es un desierto desolado,
ni aun existe quien de él escape.
4 Como aspecto de corceles es su aspecto
y cual jinetes así corren.
6 Como con estrépito de carros,
[zumbando] sobre las cumbres de los montes saltan ;
cual crepitar de llama de fuego
que devora un rastrojo,
como pueblo potente
dispuesto en orden de batalla.
" A su presencia se empavorecen los pueblos,
todos los rostros se sonrojan.
7 Como valientes corren,
cual hombres de guerra escalan las murallas ;
cada uno sigue derecho su camino
y no desvían sus derroteros.
5 Nadie embaraza a su hermano ;
cada uno marcha por su calzada ;
por medio de los dardos se precipitan,
no cejan.
" Asaltan la ciudad,
corren por la muralla,
suben a las casas,
por las ventanas penetran cual ladrones.
ty 1 Sobre mi monte santo de Sión, asi llamado por estar el santuario del Señor en la
^ cima del monte Moriá. || Todos LOS MORADORES DEL país: de Jndea. || El día DE
Yahveh : de su venganza.
-' Día de tiniebi.a : de desgracia, de la que es imagen la tiniebla. || 1TN pueblo
numeroso y fufrte : el de las langostas. || No ha existido jamás: no se vió jamas
0 Ante él devora ei. fuego : antes de que lleguen las langostas habrá gran se-
quía. ¡| Tras él abrasa la llama: después que se vayan habrá la sequía de acabar
con lo que quedó. || Ni aun existe: nadie se librará del azote.
11 Estrépito de cauros : quiere decir los antiguos carros de guerra.
" Se sonrojan : lit., juntan (acumulan) el brillo o lo sonrosado de las mejillas.
Muchos traducen «palidecen».
* Nadie f;mbaraza a su hermano : sigue hablando de las langostas. || No cejan :
o bien, no interrumpen lia carrera) ; otros, «no rompen las filas». Cf. V : «y aun
caerán por las ventanas y no se lastimarán».
— 16^6 —
2 10-21
JOEL
2 10-21 •
" Ante ellos tiembla la tierra,
se conmueven los cielos ;
el sol y la luna se oscurecen
y las estrellas retraen su resplandor.
11 V Yahveh emite su voz delante de su ejército,
pues su campamento es enorme,
porque es poderoso el ejecutor de su palabra.
Ciertamente grande es el día de Yahveh,
v muy terrible ; ¿ quién, pues, podrá aguantarlo ?
12 Mas aun ahora, dice Yahveh,
convertios a mí de todo corazón
y en ayunos, llantos y lamentos.
13 Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos
y volveos a Yahveh, vuestro Dios,
pues es clemente y misericordioso,
lento a la ira y abundoso en benignidad,
y siente conmiseración por el daño [que ha de infligir].
" ¿Quién sabe si se volverá, y perdonará compasivo,
y dejará tras sí bendición,
oblación y libación
para Yahveh, vuestro Dios ?
a ¡ Tocad la trompeta en Sión,
proclamad ayuno santo, convocad asamblea !
"; ¡ Congregad al pueblo, promulgad santa congregación !
i Reunid a los ancianos, juntad a los párvulos
y a los niños de pecho! Salga el esposo de su alcoba
y la esposa de su tálamo.
" Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh,
y digan : «Perdona, Yahveh, a tu pueblo
v no entregues tu heredad al oprobio,
al dicterio de las gentes contra ellos.
¿ Por qué se ha de decir entre los pueblos : «¿ Dónde está su Dios ?»
1S Celoso Yahveh por su tierra, perdonó a su pueblo
,,J y respondió a su pueblo diciendo :
«Ye ahí que os enviaré
grano, mosto y aceite, | y os saciaré de ello,
y no os expondré más | al ludibrio entre los gentiles.
-° Y al adversario norteño | alejaré de vosotros,
v lo expulsaré a una tierra | árida y desolada :
su vanguardia hacia el mar oriental,
y hacia mar occidental su retaguardia,
y subirá su hedor | y ascenderá su fetidez,
porque obró altivamente.»
" ¡ No temas, oh suelo ;
exulta y alégrate,
pues Yahveh ha hecho grandes cosas !
1,1 Las estrellas reiraen : las nubes de langostas impiden que llegue la luz a la
tierra.
11 Su voz : e. d., el trueno (cf. Sal. i;ls, 14 y 45^, 7). || Su ejército : e. d., el de
langostas de que habló en los vv,
13 Lento a la ira : e. d., paciente. || Siente conmiseración : o bien, se arrepiente
de la calamidad o el mal.
16-aa Proclamas ayuno santo: o inaugurad (lit., consagrad! un ayuno. ¡I PROMUL-
GAD sania congregación: lit., consagrad una reunión; otros, (santificad la coniuni-
daój (Bibl. Bonn). || Tálamo : también «aposento».
■ Al adversario norteño : e. d., el pueblo asirio. || Mar oriental... mar occiden-
tal : e. d., el unir Muerto y el Mediterráneo, respectivamente. || Porque obró altiva-
mente : iit., hizo cosas grandes al obrar, e. d., traspasó los límites que Dios le seña,
lara. Kit cree la expresión add., <iue ha de borrarse como duplicación del V. «.
- 1637 _
2 22-32
JOEL
2 22-32
" ¡ No temáis, bestias del campo,
porque reverdecen los pastizales del desierto,
porque los árboles traen su fruto,
la higuera y la vid dan su fecundidad !
18 Y vosotros, hijos de Sión, exultad |
y alegraos en Yahveh, vuestro Dios,
porque os concede la lluvia oportuna con precisión,
y hará caer para vosotros la lluvia
otoñal y la de primavera como al a principio.
" Y llenaránse las eras de grano
y los trujales rebosarán de mosto y aceite,
^ y os compensaré de los años
en que devoraron [todo] el avbé, el yéleq,
el jasü y el gazam, mi gran ejército
que he enviado contra vosotros.
Y comeréis abundantemente hasta saciaros
y alabaréis el nombre de Yahveh, vuestro Dios,
que ha obrado con vosotros prodigiosamente ;
y mi pueblo no será confundido jamás.
" Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo,
y yo, Yahveh, soy vuestro Dios y no hay otro,
y mi pueblo no sufrirá bochorno jamás.
["O"!28, Y después de esto infundiré mi espíritu en toda carne
L ° A y profetizarán vuestros hijos e hijas ¡
vuestros ancianos fraguarán sueños,
vuestros jóvenes verán visiones.
292 E incluso sobre mis siervos y mis siervas
por aquellos días infundiré mi espíritu.
w, Y haré prodigios en el cielo y en la tierra : sangre, fuego y colum-
"t El sol se trocará en tinieblas y la luna en sangre [ñas de humo.
antes de que venga el grande y terrible día de Yahveh.
"'"o Mas acaecerá que todo el que invocare el nombre de Yahveh
será salvo ; pues en el monte de Sión y en Jerusalén
se guarecerá el residuo salvado, conforme dijo Yahveh,
y entre los evadidos, aquellos a quienes Yahveh llamare.
32 Su fecundidad : sus bienes, su producto, su fuerza : «ubertas».
23 La lluvia oportuna con precisión, o en medida ajustada, con justicia. Así viér-
tese hoy generalmente. Las versiones antiguas suelen traducir (cf. V) : el maestro
(o doctor) de justicia, significación también posible de H. Kit pregunta si para jus-
ticia (con precisión, en medida justa) no será add. Dejaría, pues, sólo moré tlluvia
oportuna o primeriza» del mes de noviembre.
24 Arbé... : cf. r, 4.
28 Y después de esto : y sobre todo, en tiempo del Mesías. ]| Y profetizarán : aun-
que no faltaron profetas en la Antigua Ley, sin embargo, en tiempos de la Nueva
abundará más la revelación de los misterios de fe.
mt E incluso : se trata de los hijos de Dios, que la redención ha hecho libres
y capaces de conocer la verdad.
*°. Haré prodigios : da a conocer el Señor las señales del juicio final. || Sangre,
fuego : las guerras exteriores y civiles que deben aterrar los últimos días de la
humanidad.
326 En el monte de Sión : en la Iglesia católica. _|| El residuo salvado : los judíos,
que al fin del mundo se convertirán a Jesu-Cristo ; los llamados por Yahveh.
- 1638 -
31-u
JOEL
31-11
Castigo de los enemigos de Judá y seguridad de éste
al amparo de Yahveh
3' Pues he aquí que en aquellos días | y en aquel tiempo
¿t en que yo repatríe a los cautivos de Judá y Jerusalén,
™ : congregaré a todas las gentes
y les haré bajar al valle de Josafat,
y entraré allí en juicio con ellos
por mi pueblo y mi heredad, Israel,
a quien dispersaron entre los gentiles,
además de repartirse mi tierra ;
3 y sobre mi pueblo echaron suertes,
y entregaron al muchacho a la prostituta,
y a la muchacha vendieron por vino para beber.
* Asimismo, ¿ qué tenéis que ver
vosotras conmigo, Tiro y Sidón y re-
giones todas de Filistea ? ¿ Tratáis
acaso de hacerme pagar una acción o
hacerme expiar algo ? Ligera y pron-
tamente revertiré yo vuestros actos
sobre vuestra cabeza", 6 pues os apo-
derasteis de mi plata y mi oro y os
llevasteis a vuestros templos sus más
bellas joyas, *y a los hijos de Judá
y los hijos de Jerusalén vendisteis a
los griegos, de suerte que los alejas-
teis de su territorio. 7 Mirad, yo los
levantaré del sitio para donde los
vendisteis y revertiré vuestra acción
sobre vuestra cabeza, 8 vendiendo a
vuestros hijos y vuestras hijas por
medio de los hijos de Judá, para que
los vendan al lejano pueblo de los
sábeos, pues así lo ha dispuesto Yah-
veh.
* ¡ Proclamad esto entre las gentes 1
¡ Consagrad la guerra,
despertad a los valientes !
¡ Lléguense, suban todos los hombres de guerra !
10 Forjad vuestras azadas como espadas
y vuestras podaderas cual lanzas.
Diga el débil : «¡Soy un héroe!»
11 Venid en socorro a y llegaos,
gentes todas circundantes,
congregaos ; allá
haz descender, ¡oh Yahveh!, a tus valientes.
O 1 En aüuellos días : parece referirse al día del Señor, después que todos los eue-
migos de Dios queden aniquilados.
2 Congregaré a todas las gentes enemigas de los judíos, o al género humano en-
tero. || Valle dl Josafat: o tdel juicio de Yahvehj ; es imaginaria creación del pro-
feta para designar el lugar donde Yahveh juzga a las gentes, conforme significa su
nombre. Fué mas tarde cuando se dio éste al valle de Cedrón. Tal es la opinión de
-San Jerónimo, Ca-tro, Dom Calmet y otros ; pero no falta tampoco quien piense que
es nombre propio. || Por mi pueblo : los perseguidores de la Iglesia antes y después
de Jesu-Cristo. || Por mi pueblo : quiere mostrar el profeta el poco caso que los ven-
cedores hacen de los prisioneros judíos, y nombra en el siguiente versículo a los que
maltrataron a su pueblo.
• Los Griegos : lit., los hijos de Yaván.
" Revertiré vuestra acción : os castigaré como merecéis.
R Los sábeos : eran un pueblo comerciante de Arabia.
0 Proclamad esto : llama a la guerra a los enemigos de Israel como quien no la
teme, puesto que Dios ha de destruirlos. || Consagrad la guerra: e. d., inauguradla
con las ceremonias acostumbradas.
1,1 AZADAS : o bien, rejas de arado, como vierten otros. Es un apero de labranza de
hierro y cortante, j Cuál ?
— 1639 —
3 12-21
JOEL
3 12-21
l: Alcense y suban los gentiles al valle de Josafat,
pues allí me sentaré a juzgar
a todos los pueblos gentiles de alrededor.
13 Meted la hoz, pues la mies está madura ;
venid y pisad,
que el trujal está lleno,
rebosan los lagares,
pues la maldad de ellos es muy grande.
11 ¡ 'Multitudes y más multitudes en el valle del Fallo ! ;
porque está próximo el día de Yahveh b en el valle del Fallo b.
16 El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas recogen su resplandor.
16 Y Yahveh ruge desde Sion
y desde Jerusalén emite su voz,
0 y el cielo y la tierra se conmueven c ;
mas Yahveh es un refugio para su pueblo
y una fortaleza para los hijos de Israel.
11 Y sabréis que yo, Yahveh, d soy vuestro Dios d,
que mora en Sión, mi santo monte ;
y Jerusalén será santa,
y bárbaros no pasarán ya por ella.
18 Y en aquel día sucederá que los montes destilarán mosto,
y las colinas fluirán leche,
y todos los ríos de Judá llevarán agua,
y de la casa de Judá brotará una fuente
que regará el valle de Sittim.
19 Egipto se trocará en una desolación
y Edom resultará un desierto desolado,
por la violencia causada a los hijos de Judá
y haber esparcido sangre inocente en su país.
10 Pero Judá permanecerá por siempre habitada,
y Jerusalén, de generación en generación ;
"y1 vengaré su sangre que aun no había yo vengado e,
y Yahveh morará en Sión.
° Suban los gentiles : no sólo los enemigos de Israel, sino todas las naciones de
la tierra que hayan estado en relación con el reino de Dios.
18 Meted la hoz : es representado aquí el juicio en forma de siega o cosecha, y de
igual imagen se sirvió Nuestro Señor (Mt. 13, 39).
11 Valle del Fallo o Veredicto judicial ; lit . . del Corte o decisión ; es otro nombre
simbólico del valle de Josafat. Otros interpretan «valle de la Trituración o del Trillo».
16 Ruge desde Sión : el Señor rugirá como león que se echa sobre la presa.
57 Y sabréis : la destrucción de los enemigos de Dios y la protección concedida a
Israel probarán al pueblo que Yahveh es el Dios verdadero. || Será santa : o bien,
un santuario. || No pasarán va por ella : o los extraños no la atravesarán más. La
Jerusalén de que aquí se habla no es la capital de Palestina, sino la ciudad santifi-
cada de Dios vivo, en la que estará el Señor unido eternamente a su Iglesia, que El
ha rescatado con su sangre.
™ En aquel día : después de la destrucción de los enemigos y la restauración de
Jerusalén. La prosperidad de que aquí se habla no ha de entenderse en sentido lite-
ral, sino espiritual. || Valle de Sittim : e. d., valle de las Acacias, quizá Wadi es-sant,
según algunos.
M Egipto se trocará : en Egipto y Edom están figurados los enemigos de Israel
y de Dios.
20 Pero Judá permanecerá por siempre habitada : o bien, subsistirá eternamente. Es
imagen de la perpetuidad de la Iglesia.
01 Y vengaré su sangre : las injurias hechas a sus santos, o, como dice San Jeró-
nimo, la sangre de todos los pecadores que antes no había limpiado. || Y Yahveh
morará en Sión : en la Sión celestial, en donde eternamente reinará Cristo con sus
escogidos.
— 1640 —
NOTAS CRITICAS A J O E L
■ asi ins c r,v (cf Kit).
a Kit 1 despertad] b-b<H (= v a) anota Kit] « Kit lo suprime c C....] <1"J Kit lo
suprime fundado en el metro] e-e así Kit c GS ; H (cf V) limpiare... había limpiad».
— 1641 —
INTRODUCCION A AMOS
Amos es, según algunos, el más antiguo de los profetas cuyos escritos
han llegado liasta nosotros. Sin previa preparación, fué llamado
por Dios al ministerio profético de entre los pastores de Teqoa
(a ocho kms. de Belén), como un día su paisano David a la realeza, de
detrás del rebaño. Criador también de sicómoros (j, ¡j), podemos suponer
que no fué sólo guardián de ganados, sino dueño de ellos. Por sus decla-
raciones sabemos que estaba familiarizado con la cultura de su tiempo
y al tanto de problemas públicos nacionales y extranjeros. Obediente a la
voz de Dios, encaminóse hacia el reino del norte. En Samaría observa ¡a
vida en palacio y las mansiones de los nobles, la injusticia de los jueces,
la dureza de los ricos para con los pobres y !a falta de honradez en el
comercio, especialmente la usura de los comerciantes de grano. Parece
actuó en Samaría, y luego visitó Guilgal, Jericó, Dan... Mas su principal
actividad la desplegó en Bet-El.
Eran los días de Jcroboam II (ca. JS6--46), probablemente hacia el
año jóo ó el 765, cuando, como escribe Theis, el especial estado de fe-
licidad producido por las victorias bélicas sobre árameos y moabitas
despertaron una falsa confianza y la entrega de los ricos al lujo y la
molicie, acompañados de gran desarreglo social y jurídico... Pero aun era
más grave mal el sincretismo religioso introducido por Jeroboam I me-
diante la idolatría a los becerros de Bet-El y Dan, la mezcla de yahvehis-
tno y paganismo, que produjeron la relajación moral de todas las clases
populares, atrayendo la ira divina. En tales circunstancias Inicia su mi-
nisterio Amos, como su 'contemporáneo más joven Oseas.
Su profecía se divide en tres partes. La primera anuncia el juicio de
Dios contra todos los pueblos prevaricadores. La segunda amenaza a Is-
rael con la inminente ruina. La tercera contiene cinco visiones y concluye
con la promesa mesiánica.
Es curioso que, si por una parte se han señalado en su rico vocabula-
rio peculiaridades del habla pastoril de los aledaños de Belén, por olra,
con esa su primera ocupación contrastan tanto la elevación moral y reli-
giosa de sus vaticinios contó la admirable perfección poética de su len-
guaje oratorio, de noble sencillez y rico en imágenes y parábolas, aquéllas
tomadas a la Naturaleza y éstas a la vida pastoril y agrícola. Amós ofrece
un estilo vigoroso, claro, impetuoso y emocionante y presenta con Abdías
notables coincidencias ideológicas y lingüísticas. Todos destacan sus frases,
regulares y rítmicas; sus discursos, métricamente concebidos...
— 1642 —
AMOS
Pecado e inminente castigo de varios pueblos vecinos de
Israel: sirios, filisteos, tirios, idumeos y ammonitas
I1 Palabras de Amos, que forma- rey de Judá, y en los de Jeroboam,
ba parte de los pastores de Te- hijo de Joás, rey de Israel, dos años
qoa, de lo que vió proféticamente antes del terremoto. 2 Dijo, pues :
acerca de Israel en los días de Ozías,
Yahveh ruge desde Sión
y de Jerusalén emite su voz,
de luto están los ¡pastizales de los pastores
y está seca la cumbre del Carmelo.
• Así habla Yahveh :
«Por tres crímenes de Damasco | y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo] ; |
por haber devastado con trillos de hierro | a Galaad,
* enviaré fuego sobre la casa de Jazael,
para que devore los palacios de Ben-Hadad ;
6 y quebrantaré el cerrojo de Damasco,
y aniquilaré de Biqat-Aven a los habitantes
1- Y\hveh ruge... : cf. Joel 2, ii. || Pastizales '. o también, chozos... || Y ESTÁ seca
la cumbre del Carmelo, abundante, por lo general, en fértiles pastos.
* Por tres crímenes.. . por cuatro... : giro hebraico para expresar un gradual e in-
definido repetirse o multiplicarse de una acción ; aquí los crímenes, transgresiones
o delitos de Damasco ; equivale, pues, a : tPor cuanto Damasco ha cometido crimen
tras crimen...»
4 Ben-Hadad : cf. i Re. 15, 18.
5 Quebrantaré el cerrojo: la entregaré a sus enemigos. || Biqat-Aven: e. d., el
valle de la Vanidad (maldad, falsedad, etc.). Es nombre profético de una ciudad
o una región siríacas. Cf. V : tal habitante del valle del ídolo». Para algs., Amos alu-
diría aquí al culto del Sol, que tenía lugar en Heliópolis. En vez de a los habitantes,
otros interpretan: cal que se sienta (sobre el trono]». Lo mismo en el v. 8.
— 1643 —
16-2 3
AMOS *
16-2 3
y de Bet-Eden a quien empuña cetro ;
y el pueblo de Siria será deportado a Quir» — dice Yahveh.
6 Así dice Yahveh :
«Por tres crímenes de Gaza | y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo] ; |
por haber llevado cautiva a la ¡población íntegra |
.para entregarla a Edom,
' enviaré fuego sobre los muros de Gaza,
ipara que devore sus palacios ;
s y aniquilaré de Asdod a los habitantes
y de Asquelón a quien empuña el cetro ;
y volveré mi mano contra Eqrón
y perecerá el resto de los filisteos» — dice el Señor, Yahveh.
9 Así dice Yahveh :
«Por tres crímenes de Tiro | y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo] ;
ipor haber a un pueblo entero entregado cautivo a Edom
y que no se acordaron de la alianza fraterna,
"enviaré fuego sobre (los muros de Tiro,
ipara que devore sus palacios.»
11 Así dice Yahveh :
«Por tres crímenes de Edom | y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo] ;
pues persiguió a espada a su hermano,
y sofocó la compasión que le debía,
y conservó a su ira para siempre
y su saña guardó perpetuamente,
12 enviaré fuego sobre Temán,
para que devore los palacios de Bosrá.»
13 Así habla Yahveh :
«Por tres crímenes de los ammonitas | y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo] ; »-
por abrir en canal a las mujeres encinta de Galaad,
a fin de ensanchar sus fronteras,
14 pegaré fuego a los muros de Rafobá,
para que devore sus (palacios
entre el griterío de un día de hatada,
en medio de la tormenta de un día de huracán ;
15 y marchará su rey al destierro,
él y sus ¡príncipes juntamente» — dice Yahveh
Pesado e inminente castigo de Moab, Judá e Israel
c\ 1 Así habla Yahveh :
^ «Por tres crímenes de Moab | y aun (por cuatro
no revocaré [mi fallo] ;
por haber quemado los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos,
= enviaré fuego sobre Moab,
para que devore los palacios de Ouerivvot,
y morirá Moab con estruendo
en medio de alaridos de guerra | y resonar de trompeta ;
' y exterminaré al juez de en medio de él
y a todos sus príncipes mataré con él» — dice Yahveh.
9 No se acordaron de i.A ai.ianza : hecha en tiempo de David y renovada iná
tarde por Salomón.
<* Sobre Teman : era, según San Jerónimo y Eu.sebio, la pai te meridional de Idumea
— 1644 —
AMOS
2 4-16
1 Así dice Vahveh :
«Por tres crímenes de Juila | y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo],
porque menospreciaron la ley de Vahveh
y no guardaron sus estatutos,
y los descarriaron sus mentiras,
tras las cuales anduvieran sus padres,
5 enviaré fuego sobre Judá,
para que devore los palacios de Jerusaién.»
r' Así habla Vahveh :
«Por tres crímenes de Israel ¡ y aun por cuatro
no revocaré [mi fallo] ;
por haber vendido al justo por dinero
y al pobre a causa de un par de sandalias ;
; (pie pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los humildes
y estorban efl camino de los míseros,
y se llegan un individuo y su padre a la misma muchacha,
profanando de esta suerte mi santo nombre ;
1 " y se echan junto a cualquier altar sobre ropas prendadas a,
y beben en la casa de su Dios el vino de penados.
9 u Yo, empero, aniquilé al amorreo ante vosotros °,
cuya altura era cual la altura de los cedros
y robusto como las encinas,
y destruí su fruto por arriba
y sus raíces por abajo.
10 Alas yo os subí del país de Egipto
y os conduje por el desierto durante cuarenta años
para conquistar la tierra de'l amorreo.
11 Y suscité entre vosotros profetas
y entre vuestros hijos nazareos.
¿Acaso no es realmente así, oh israelitas?» — dice Yahveh.
Pero vosotros habéis dado a beber a los nazareos vino ''
y a los profetas habéis dado orden diciendo : «No profeticéis.»
13 He aquí que yo haré crujir [el suelo] bajo vosotros,
como lo hace crujir el carro lleno de gavillas.
" Y el ágil perderá la facultad de huir,
y el fuerte no consolidará sus fuerzas,
y el valiente no salvará su propia vida ;
15 el que maneja el tfrco no resistirá,
y el ligero de pies no logrará escapar,
y el montado a caballo no podrá salvarse ;
'* el de más esforzado corazón entre los héroes
desnudo huirá 6 aquel día» 0 — dice Yaihvefi.
p 1 se- «(Milus : c. d., si
* A causa de : acuií equi
dalias, por un par de zapati
7 Estorban : o tuercen, 1
peñada
NADOS :
a fuer;
oponían a que los profetas les recordasen
— 16-15 —
31-15
AMÓS
3 1-15
Reproches y amenazas a los israelitas
o 1 Escuchad esta pallabra
" que Yahveh ha pronunciado sobre vosotros, ¡oh israelitas!,
sobre toda la estinpe que hice subir | de tierra de Egipto <di-
[ciendo> a :
2 Sólo a vosotros he conocido | entre todas las estirpes de la tierra ;
por eso os' he de castigar | todas vuestras iniquidades.
* ¿ Acaso caminarán dos juntos | si antes no se han concertado ?
* ¿ Rugirá el león en la selva ] sin tener presa ?
¿Emitirá el leoncillo su rugido b desde su cubil b | si no ha hecho
[presa ?
e Caería el pájaro c en la red c sobre la tierra | si no tuviese puesto
[lazo ?
¿ Acaso se levantaría la red del sueílo | si no hubiese cogido nada ?
* ¿ Se toca acaso la trompeta en una ciudad | sin que se estremezca
[el pueblo ?
¿ Sucederá una desgracia en una ciudad | sin que Yahveh la haya
7 En verdad no hace Yahveh, | el Señor, cosa alguna [causado ?
sin reveilar su iplan | a sus siervos los profetas.
8 Si ruge el león, | ¿ quién no temerá ?
Si Yahveh el Señor ha hablado, | ¿quién no profetizará?
8 Pregonadlo por los palacios de Asiría d
y ¡por los palacios del país e de Egipto,
y decid : «Congregaos sobre los montes de Samaría
y contemplad la gran corrupción moral que hay en medio de ella
[y las vejaciones de su interior.»
10 No 1 saben hacer lo justo, dice Yahveh ;
amontonan en sus palacios frutos de rapiña y saqueo.
11 Por eso, así dice Yahveh, el Señor B :
«El enemigo cercará efl país,
y será abatida h de ti tu fuerza,
y serán saqueados tus palacios.»
u Así dice Yahveh :
«Como el pastor rescata de las fauces del león
dos patitas o un lóbulo de una oreja,
así serán librados los hijos de Israel •
que están sentados en Samaría, ya en el ángulo de un diván,
ya en cojines de Damasco de una cama.
13 Escuchad y testificad contra la casa de Jacob,
dice él Señor, Yahveh, Dios de los ejércitos.
M Porque el día en que castigue sobre Israel sus crímenes
a castigaré asimismo los altares de Bet-El a,
y serán derruidos los cuernos del altar
y caerán a tierra.
IB Y demoleré los palacios de invierno con los palacios estivales,
y perecerán los palacios de marfil,
y desaparecerán muchas casas» — 'dice Yahveh.
3 2 He conocido : he escogido y favorecido.
6 i La haya causado ? : permitido.
7 Cosa alguna : de las que va a hacer en la tierra.
" El enemigo cercarA... : lit., enemigo (o angustia...) y alrededor del pafs ; cf. V :
«Tribulabitur et circuietur térra».
12 Que están sentados: o bien, con otros (cf. V), «habitan». || Cojines de Damasco :
o bien, almohada, colcha, etc., cierto paño del lecho quizá procedente o a estilo de
Damasco ; cf. V : «que moran en Samaría en el rincón de un lecho, o en la cama
de Damasco». Ehrlich interpreta : «los israelitas se salvaran trayendo consigo ya la
colcha de un lecho...». || Una cama : o sofA, diván...
« Castigue : lit., visite.
15 Pat.acios : lit., casas.
— 164Ó —
41-12
AMÓS
41-12
Apóstrofo a las damas samaritanas. Obstinación de Israel
a ' Escuchad e.sta palabra, ¡ oh vacas del Basan que estáis en la mon-
[taña de Samaría!,
!as que oprimís a los pobres, | las que vejáis a los indigentes,
las que decís a vuestros señores : «¡ Traed para que bebamos !»
- Yahveh, el Señor, ha jurado por su santidad que os sobrevendrán
en que se os arrastre con arpones [días
y a vuestra posteridad con anzuelos de pescar ;
3 y por las brechas [abiertas en la muralla] saldréis una a una
y seréis arrojadas a al Harmón b — dice Yahveh.
4 ¡ Llegad a Bet-Bl y delinquid,
a Guilgal y proseguid delinquiendo.
Traed a la mañana vuestros sacrificios
y cada tres días vuestros diezmos.
6 Ofreced 0 como oblación de gracias harina fermentada.
Pregonad ofrendas voluntarias, proclamadlas,
pues que así lo deseáis, ¡ oh hijos de Israel ! — dice Yahveh, el Señor.
8 Yo por mi iparte, os he dejado con los dientes vacíos en todas
y faltos de pan en todos vuestros lugares ; [vuestras ciudades
pero no os habéis convertido a mí — dice Yahveh.
' Además, yo os rehusé la lluvia cuando aun faltaban tres meses para
[la recolección ;
hice llover ' sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no lloví ;
un campo alcanzó lluvia, y otro campo, sobre el cual no hice llo-
[yer s, se secó ;
" y dos y tres ciudades vagaron inquietas hasta otra ciudad para beber
[agua, mas no se saciaron ;
pero 110 os habéis convertido a mí — dice Yaliveh.
0 Os herí con tizón y con añublo
<la multitud de> h vuestros huertos y viñedos ;
vuestras higueras y vuestros olivos devoró la langosta ;
mas no os habéis convertido a mí — dice Yahveh.
10 Envié contra vosotros una ¡peste semejante a la de > Egipto,
maté a espada a vuestra juventud,
¡ con cautiverio de vuestros corceles j ;
e hice subir el hedor de 'vuestro campamento hasta vuestras narices ;
pero no os habéis convertido a mí — dice Yahveh.
" Os destruí como cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra,
y quedasteis como tizón sacado de un incendio ;
mas no os habéis convertido a mí — dice Yahveh.
'2 Por eso haré así contigo, Israel ;
1 Vacas dei Basan : llama así a las grandes clamas de Samaría, rollizas y sensuales
2 Con arpones : o ganchos, e. d., seréis sacados de vuestras Ciudades como los
• Os he dejado con los dientes vacíos: e. d., sin comida ; más lit., 03 he dado
cuidad de dientes, e. d., hambre.
8 Vagaron inquietas : o peregrinaron, tambaleáronse, oscilaron.
«Huertos: o jardines. || La langosta: lit., el nazam (ef. Jocl, 1,4!; V «oruga».
12 Disponte : prepárate a comparecer ante tu juez.
4 13-5 12
AMÓS
4 13-5 1?
k por cuanto así he Je tratarte k,
disponte para salir al encuentro de tu Dios, ¡ oh Israel ! 1
" Pues he ahí que es quien ha formado los montes y creado el viento,
y quien manifiesta al hombre su ^pensamiento,
el que hace la aurora y m las tinieblas
y camina sobre las cumbres de la tierra ;
k Yahveh, Dios de los ejércitos, es su nombre k.
Nuevos reproches y amenazas
r 1 Escuchad esta palabra que yo elevo sobre vosotros a modo de
[lamentación, ¡oh casa de Israel! *
2 «Cayó, no tornará a levantarse la doncella de Israel ;
yace tendida sobre su suelo, | no hay quien la levante.»
3 Porque así dice Yahveh, el Señor, á la casa de Israel b;
«La ciudad que salía a campaña con mil, | quedará con cien,
y la que salía con cien, | quedó con diez.»
4 Pues así dice Yahveh a la casa de Israel :
«¡ Buscadme y viviréis !
3 No busquéis a Bet-El,
ni entréis en Guilgal,
ni a Bersabee paséis ;
pues Guilgal irá ciertamente en cautiverio
y Bet-El será reducido a .la nada.
" Buscad a Yahveh y viviréis,
no sea que invada como fuego a c la casa de José
y devore, sin que haya quien lo apague, a la casa de Israel A;
I ¡os que convierten el juicio en ajenjo
y echan por tierra la justicia.
8 6 Al que ha creado las Pléyadás y Orion,
al que trueca en mañana las tinieblas
y el día en noche convierte,
el que llama las aguas del mar
y las vierte sobre la haz de la tierra :
Yahveh es su nombre.
9 El que desencadena impensadamente perdición sobre el fuerte,
y el pillaje viene sobre la fortaleza.
Odian a quien en la puerta declaraba el derecho
y ail que ha'bla sinceramente aborrecen.
II Por eso, por cuanto pisoteáis al pobre
y tomáis de él tributo de grano,
casas de sillares hábéis edificado,
pero no habitaréis en ellas ;
viñas deliciosas habéis plantado,
mas no beberéis su vino.
" Porque conozco vuestros muchos crímenes
y vuestros enormes pecados ;
vejáis al justo, aceptáis soborno
y a los indigentes atropelláis en la puerta.
5- I.n doncella de Israel : el pueblo de Israel. || Su SUELO : ottos, asu país».
r' No busquéis a Bet-Kl : renunciad a los ídolos.
' El juicio en ajenjo : trocando lo justo por lo injusto.
"Perdición: o devastación, ruina.
13 Atropelláis en la PUERTA : e. d., causáis entuerto en el juicio.
— 1648 —
5 13-27
AMOS
5 13-27
" Entre tanto, ante eso, el prudente calla,
pues es época desdichada.
" Bascad efl bien y no el mal ; asi viviréis,
y sea de esa suerte Yahveh, Dios de los ejércitos, con vosotros,
conforme afirmáis.
™ odiad el mal y amad el bien,
y haced imperar la justicia en la puerta ;
"quizá Yahveh, Dios de los ejércitos,
tenga piedad de los residuos de José.
" Por eso, así dice Yahveh,
Dios de los ejércitos, el Señor ' :
«Kn todas las plazas habrá lamentos
y en todas las calles dirán ; ¡ Ay, ay !
Se convocará a los agricultores a duelo
v a lamentación a los que saben plañir.
* Y en todas las viñas habrá lamento
cuando pase vo por medio de ti» — dice Yahveh.
18 ¡ Ay de quienes ansian el día de Yahveh!
El "día de Yahveh, ¿de qué os servirá?
¡ Será tinieblas y no luz !
" Como si uno huye ante un león y topa un oso,
o entra en casa y, apoyando su mano en la pared, lo muerde una
[Así], ¿no es acaso tinieblas el día de Yahveh y no luz, [culebra.
y densa oscuridad carente de resplandor ?
:l Yo aborrezco, rechazo con desprecio vuestras fiestas
y no me complazco en el olor de vuestras asambleas.
B Pues si me ofrecéis holocaustos
y oblaciones, no gustaré de ellos,
y la ofrenda pacífica de vuestros novillos cebados no miraré.
M ¡ Aparta de mí el estrépito de tus cantares
y no oiga yo la música de tu lira !
'•' Mas discurra como el agua la justicia
y la rectitud cual arroyo perenne.
"5 ¡ Seguramente me habéis ofrecido sacrificios y oblaciones1
en el desierto durante cuarenta años, oh casa de Israel !
* g Mas llevasteis a Sikkut, vuestro rey, y a Kcvan h, vuestros ídolos,
• estrella de vuestro Dios 1 que os habíais fabricado,
y yo os deportaré desterrados más allá de Damasco,
dice Yahveh, ' cuyo nombre es Dios de los ejércitos '.
15 La justicia : o también, el derecho.
M El día de Yahveu : el en que creían los judíos que Dios los vengaría de sus
enemigos.
°» Llevasteis a Sikkct, vuestro rey (o de rey vuestro) : Sikkut es el nombre del
rey asirio Adar-Malck -Saturno, otros leen sukkat 'el tabernáculo' (de vuestro rey
y dios), y otros, Sakkut, dios babilónico equivalente probablemente a Ninurta, y vier-
ten : «llevasteis [en procesión] a Sakkut, vuestro rev (o bien : [dios] de vuestro rey
[asirio]).; otros dan otras interpretaciones. Kit cree prb. 1. tabernáculo de y di. vues-
tro rey. || Keván...: nombre acadio de Saturno; algunos vierten «estatua, pedestal...».
Traducimos lit., pero H parece alterado ; algunos traducen «y Keván, vuestro dios
estelar, ídolos que...».
— 1649 —
7 6-17
AMOS
7 6-1?
0 Yahveh compadecióse por esto.
«Tampoco esto será» — dijo el Señor, Yahveh.
' Yahveh, el Señor", mostróme lo siguiente :
He aquí que el Señor li estaba sobre un muro ' con la plomada en
[la mano.
8 V Yahveh me dijo : «¿Qué ves tú, Amos?»,
y respondí : «Una plomada.» Y dijo el Señor :
«Ye ahí que yo pongo la plomada
en medio de mi ipueoio Israell ;
no quiero perdonarle ipor más tiempo.
:' Serán asolados los lugares altos de Isaac
y los santuarios de Israel serán destruidos,
y me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboam.»
'"Millonees Amasyá, sacerdote de I casa de Israel; la tierra no puede
Bet-El, envió recado a Jeroboam, rey tolerar todas sus palabras. " I'ues así
de Israel, diciendo : «Amos se ha | ha dicho Amos :
conjurado conira ti en medio de la ¡
A espada morirá | Jeroboam, e Israel
será de cierto deportado | lejos de su suelo».
ijo Amasya
ete, huyete
allí tu pan
ero en Bet-
Amós : «Vi-
país de Judá,
! allí profeti-
1 no volverás
mas a profetizar
tuario del rey y i
M Entonces Amó
Amasvá :
«Yo no soy iprofeta ni soy discípulo de profeta,
sino que soy vaquerizo y cultivo los sicómoros ;
mas Yahveh me tomó de tras el rebaño
y díjome Yahveh :
'Ye, profetiza contra mi pueblo Israel'.
Ahora, pues, escucha la palabra de Yahveh :
Tú dices : «No profetices contra Israel
ni vaticines contra la casa de Isaac.»
Por eso, así dice Yahveh :
'Tu mujer se prostituirá en plena ciudad,
tus hijos e hijas caerán a espada,
tu tierra será repartida a cordel,
y tú mismo morirás en territorio impuro,
irque es un sa
emplo naciona
mu:
mentó tlestructi
caementaria».
9 Lugares ai
11 Come allí
" Vaquerizo :
" En territü
vierten la
rto instru-
Hi «trulla
?n tierra exlranji i
— 1652 —
81-12
AMOS
gl-12
Visión de la canasta de frutas maduras
o 1 Yahveh, el Señor, mostróme lo siguiente :
*-* He aquí que era una canasta de frutas maduras.
: Y dijo Yahveh a : «¿ Qué ves tú, Amos ?»
Contesté : «Una canasta de frutas maduras.»
Y díjome Yahveh : «Ha llegado el fin a mi pueblo Israel ;
no quiero perdonarte por más tiempo.» [dice el Señor, Yahveh ;
3 En aquel día se trocarán en lamentaciones los cantos b del templo —
• muclios cadáveres [habrá], por doquier se los arroja en silencio.
4 Escuchad esto los que aplastáis al pobre
y aniquiláis a los desgraciados del país,
0 mientras decís : «¿Cuándo pasará el novilunio,
rpara eme podamos vender grano,
y el sábado, para que podamos despachar cereal,
achicar el efa, aumentar el siclo,
y ladear balanzas fraudulentas,
' comprar por dinero a los míseros
y al pobre por causa de un par de sandalias,
0 y vender hasta las ahechaduras del grano c ?»
" Yahveh lo ha jurado por el orgullo de Jacob :
¡ No me olvidaré jamás de todas vuestras obras !
8 ¿Acaso no se estremecerá. la tierra por esto,
y hará duelo todo el que mora en ella,
y subirá toda ella como el Nilo d
0 y menguará como el Nüo de Egipto ?
*Y en aquel día acaecerá, dice el Señor, Yahveh,
que haré ponerse el sol al mediodía
v entenebreceré la tierra en pleno día.
in Trocaré vuestras fiestas en duelo
y todas vuestras canciones en endecha ;
cubriré todos vuestros lomos de saco
y toda cabeza de calvez.
La pondré como en duelo por hijo tínico,
y su final cual día amargo.
11 Ye ahí que vienen días, f dice el Señor, Yahveh ',
en que enviaré el hambre al país,
no hambre de pan, ni sed de agua,
sino de oír la palabra de s Yahveh.
B Entonces vagarán de mar a mar
y de septentrión a oriente ; andarán errantes
O - PER donarle : lit., a pasárselo.
O 3 Se trocarán- ex lamentaciones : más lit., «ulularán». || Del iemplo : otros, «<lc los
palacios». ¡| Ex silencio: otros, «se le arroja: ¡Silencio!»
3 DESPACHAR : lit., abrir, e. d., poner en venta; otros, «abrir los «raneros». || Efá :
ef. Ex. 16, 36, etc. || Ladear: o torcer, usándolas con fraude; o también «falsear
engañosamente la balanza».
8 Cf. 2, 6, «prb di», anota Kit.
7 El. orgullo DE Jacob : o quizá mejor ín gloria de Jacob, en el sentido de
os. 5, 5, y 7. io-
■ II»rk ponerse el sol al mediodía : e. d., que, como el sol es detenido súbitamente
a mediodía, la nación será destruida repentinamente en medio de su aparente pros-
peridad.
10 Endecha : o lamento fúnebre.
u De oír la palabra de Yahveh : e. d., que Dios 110 hablará ya a su pueblo por me.
dio de sus profetas.
— 1653 —
8 is-g 7
AMOS
8 13-9 7
buscando la palabra de Yahveh y no la hallarán.
13 En aquel día se anublará, a causa de la sed,
la vista de las hermosas doncellas y los jóvenes,
14 quienes juran por la causa del delito de Samaría
y dicen : «¡Vive tu dios, oh Dan!»
y «¡Vive el camino de Bersabee!»
V caerán para no alzarse más.
Visión de la ruina del santuario y el aniquilamiento de
los adoradores. Epílogo
Q 1 Vi al Señor J colocado de pie sobre el altar, | y dijo :
J «Bate el capitel [de las columnas] y bamboléense a los umbrales,
y des/trózalas sobre la cabeza de todos ellos,
y a los que resten los mataré vo a espada.
Nadie logrará huir
ni se salvará de ellos evadido alguno.
2 Aunque se oculten en el seol,
de allí los cogerá mi mano ;
y aunque suban al cielo,
de allí los ¡precipitaré.
8 Aunque se escondieren en la cumbre deü Carmelo,
los rebuscaré y los sacaré de allí ;
aunque se ocultaren b de mi vista b en el fondo del mar,
allí 0 ordenaré a la serpiente que los muerda.
4 Aunque marchen en cautiverio ante sus enemigos,
allí c mandaré a la espada que los mate.
Yo clavaré mis ojos sobre ellos
para su desgracia y no para bien.
5 ú [Yo], el Señor, Yahveh de los ejércitos d,
el que toca la tierra y ella fluctúa como una ola
y ihacen duelo cuantos en ella habitan.
Crece toda ella como el Nillo
y mengua cual el Nilo de Egipto.
' El que edifica en el cielo su solio excelso
y asentó sobre la tierra la bóveda celeste ;
el que llama a las aguas del mar
y Jas vierte sobre la haz de la tierra,
Yahveh es su nombre.
1 ¿ No sois acaso para mí como los hijos de los etíopes,
oh israelitas?, c dice Yaihveh6.
u Se anublará la vista : o se consumirán los ojos. || De las hermosas doncellas:
los rabinos ven aquí designados las sinagogas e interpretes de la ley, explicación ya
común en los días de San Jerónimo.
* La causa del delito : es metonimia para indicar el becerro de oro. || El CAMINO
de B. : e. d., las peregrinaciones, o bien, el culto ; pero el texto es inseguro :
algs. corrigen: «¡Por tu amigo, oh Bersabee!», «¡Tan cierto como vive tu amado,
oh B. .'»; Kit frt. «¡Vive el Temor de B. !» (ef. Gén. 31, 42. 53).
0 1 CAPITEL-: V «quicio». || Bamboléense los umbrales: o bien, estremézcanse las
: llena de cavernas, donde podrían esconderse.
— 1654 —
9 8-15
AMÓS
9 8-15
¿ No hice subir a Israel del país de Egipto,
como a los filisteos de Kaftor | y a los sirios de Quir ?
* He aquí que los ojos del Señor, Yahveh,
[están clavados] en el reino pecador,
y lo exterminaré de sobre la haz de la tierra ;
salvo que no he de aniquilar por completo a la casa de Jacob — dice
[Yahveh.
' Pues he aquí que yo daré orden
y zarandearé por todas las naciones a la casa de Israel,
como se zarandea [el trigo] en el harnero,
y ni una chinita caerá en tierra.
" A espada perecerán todos los pecadores de mi pueblo,
los que dicen : «¡No nos alcanzará ni sorprenderá la desventura {»
" En aquel día levantaré la cabana de David, que habrá caído,
y repararé los portillos de sus muros |
y sus edificios destruidos alzaré,
y la reconstruiré como en los tiempos antiguos,
12 a fin de que tornen a poseer el resto de Edom
y todas las naciones sobre las cuales se ha invocado mi nombre ;
afírmalo Yahveh, que tal hace.
13 He aquí que llegan días, dice Yahveh,
en que quien ara seguirá inmediatamente al segador,
y el que pisa la uva, a quien esparce con extendida mano i;i semilla;
y cuando las montañas destilarán mosto
y todas las colinas se derretirán.
14 Y repatriaré a mi pueblo Israel,
y reconstruirán las ciudades derruidas y las habitarán,
y plantarán viñas y beberán su vino,
harán huertos y comerán sus frutos.
15 Y los plantaré en su tierra
y ya no serán arrancados de su territorio,
que yo les he dado,
dice Yahveh, tu Dios.
■ Zarandearé : o haré yagan
u La cabana de David : dice la cabana para denotar el estado de decadencia a que
habla llegado la casa real de David. || Co.vo EN los tiempos antiguos: los de David,
y eso ¡o hará espiritnalmente el Mesías.
u Quien ara seguirá inmediatamente: o tocará al segador; e. d., apenas se haya
segado, se sembrará de nuevo. || Se derretirán : o también, levantarán olas i>or sus
copiosas mieses.
14 Repatriaré : cf . V : «-levantaré el cautiverio de». El cumplimiento de estas pro-
mesas no hay que buscarlo en tiempo de Zorobabtl ; entonces Israel fué solamente
replantado, y no para siempre. Sólo en los tiempos del Mesías y la Iglesia se cum-
plirá la profecía en toda su plenitud.
NOTAS CRITICAS A AMOS
CAP. I
a usí Kit c GV; H se desató, también lección aceptable.
CAP. 2
Kit di sobre, interpretando: «extienden... ropas prendadas»] •> v 9 post v 10
trsp, anota Kit] <¡ así c Kit (cf ) ; H ellos) ll e hidromel (o sidra) ins Kit] e-edl,
anota Kit.
a di, anota Kit] b-bdl, anota Kit atento a la métrica] c di Kit e G] d así e G ;
H Asdod] 8 Kit prp di o oíos palacios de» o «país de»] < II y no; Kit di y por razones
métricas] g Kit di c S] h así Kit (cf V) ; H abatirá.
cap. 4
a así Kit c GV ; H arrojaréis] b sentido incierto; Kit cree prb 1 c G (I.) al monte
Rimmón] ^ así Kit; H y quema] 'así c Kit; H y haré llover] g así c Kit; H ella
liará llover o tú harás llover] h prb di en razón del metro, anota Kit ; prps devasté
(o sequé)] 1 así c Kit ; H en el camino de (cf V)J H add, anota Kit ; otros corrigen
«juntamente con el esplendor de vuestros corceles»] k-k di, anota Kit] 1 di por razón
métrica, anota Kit] m así ins c Kit.
a en V «la casa de Isr.» es el sujeto del verbo cayó del v 2, y la «done, de Isr.», del
verbo siguiente] b en H al fin del v 3] c en vez de invada como fuego a prp 1 o
invada la llama de fuego a o envié fuego a o prenda fuego a] d así Kit c G ; H
(cf. V) cí Bet-Bl] e Kit anota «prb v 8 sq post v 10 trsp» y «v 9 prb trsp ante V 8»;
otros los pasan tras 4 13] í di c G, anota Kit] g Kit cree «v 26 prb post v 27 trsp»]
h así c Kit; H Kiyyún] H Kit lo juzga add.
cap. 6
a así c Kit; H su territorio... el vuestro] i> b Kit di c G] c as¡ Kit c G ; II huesos]
d así c Kit; H reses vacunas.
cap. 7
a-a glosa según Kit] b así añade Kit c G] o así ins Kit c y 1 y V 4] J Kit 1 c Ga
un hombre] e así c Kit; cf nota 7] í-í Kit lo juzea add.
CAP. 8
a así ins Kit c S] b prps «(se lamentarán, ulularán] las princesas (otros: las can-
toras)»; cf V: «rechinarán los quicios»] c Kit anota «di (var ad V 5 a)»] d así Kit
c mlt mss GST(V) y 95 ; H como luz (?)] >H añade: y se precipitará (en el mar] ;
Kit di c G] f-fKit cree ha de 1 sólo el Señor o sólo Yahveh (cf Gl] S así c GSV ;
II las palabras de.
cap. 9
a Kit 1 bate él el capitel y se bambolearon) b b Kit lo cree add] c lit. de allí, «di»
anota Kitl d-d «di, cf v 6b», anota Kit] ere Kit lo suprime atendiendo a la niétrku
y a mss de G.
INTRODUCCION A A B D I A S
udías (siervo de Yah) — en hebreo Obadyá (venerador de Yah) —
ofrece en su «Visión» el escrito más breve del Antiguo Testamento :
solos 21 versos, de perfecta factura y vivo lenguaje, sobre Iq^ ruma
de Edom, como merecido castigo por la malvada conducta de los ¡Súmeos
contra su pueblo hermano Judd.
Carecemos de noticias sobre la vida del profeta. Frz. Delitzsch sospecha
que fuese aquel letrado y piadoso príncipe Abdías, que según 2 Par. 17, 7,
viajó por el país en el tercer año de Josafat como miembro de la comisión
que el monarca envió para levantar la cultura del pueblo; participó en la
victoriosa campaña de Joram contra Edom y, más tarde, preseyieió la afren-
tosa suerte de Jerusalén, donde los edomitas, haciendo causa comiín con
los saqueadores de Jerusalén, llevaron a cabo las más viles y espantables
atrocidades.
No consta con certeza el tiempo en que Abdías profetizó. Theis y otros
opinan que ¡¡acia los últimos años del reinado de Joram de Judá (ca. £49-
S42); algunos creen que despue's de la destrucción de Jerusalén.
Se ha señalado que su vaticinio ofrece sorprendentes puntos de contac-
to, así en palabras y expresiones como en ideas, con otros escritos profés-
eos: de modo especial con Jeremías y Joel, que dependen de nuestro pro-
feta, y, en menor escala, Amfc, Ezequiel y los Salmos.
A B
DIAS
Visión- sobre Edom: su culpa y castigo. Triunfo de Judá
1 Visión de Abdías.
Así dice el Señor, Yahveh, acerca de Edorn :
Hemos oído un mensaje procedente de Yahveh,
y un heraldo ha sido enviado a las gentes :
¡ Levantaos y alcémonos contra él en son de guerra !
5 He aquí que te he hecho pequeñuelo entre las naciones,
muy despreciado eres.
8 La soberbia de tu corazón te ha engañado,
¡oh habitador de las cavernas de la roca!,
que pones en alto* tu morada,
y dices en tu corazón :
«¿Quién me hará bajar a la tierra?
' Aunque colocaras en alto tu nido b como el águila,
y lo pusieras c entre las estrellas,
de allí te haré bajar, dice Yahveh.
8 Si hubieran venido a ti ladrones
í1 o salteadores en la noche
(¡Cómo eres arruinado!) d,
¿ no roban lo que les basta ?
Si vienen a ti vendimiadores,
¿ no te dejarán rebusco ?
' ¡Cómo ha sido registrado0 Esaú,
escudriñados sus tesoros ocultos !
7 Hasta la frontera te arrojan
todos tus aliados ; te aturden,
te vencen tus amigos.
Tus propios comensales f han tendido lazos debajo de tí,
* No hay en él cordura e.
h Ciertamente, en aquel día, dice Yahveh,
exterminaré de Edom a los sabios
y de la montaña de Esaú la inteligencia,
* y se aterrarán tus guerreros, ¡ oh Temán ! ,
de suerte que todo varón será aniquilado de la montaña de Esaú.
io h por ia mortandad h, por la injusticia contra tu hermano Jacob,
te cubrirá la vergüenza 5' serás extirpado para siempre.
1 Contra él : e. d., contra Edorn.
3 Cavernas de la roca : o «amantas rocosas, ciudadelas rocosas.
■ ¡Cómo eres arruinado! : rf. V: t¿c6mo hubieras callado?» Otros, de muy
diversos modos.
' Lazos: lit., cosa en (o con) c 110 se cae; GSV «insidias», T «trampa»; Kit corri-
ge red (cf. Job 19, 6). || No lia y en él cordura : o como otros prefieren : «sin que
tú tengas comprensión de ello» ; cf. nota crítica g-g.
8 A los sabios : los edomitas tenían fama de sagaces y prudentes.
- 1658 -
1 11-21
ABDÍAS
1 11-21
11 En el día en que te colocaste enfrente,
en el día en que los extranjeros llevaban cautivo su ejército
y los extraños penetraban por sus puertas
y sobre- Jerusalen echaban suertes,
también tú fuiste como uno de ellos.
a No recrees tu vista en el día de tu hermano,
ni te alegres de los hijos de Judá
ni profieras altanerías con tu boca
u no entres por la puerta de mi pueblo
no mires tampoco tú su desgracia
no alargues la mano 1 a su hacienda
14 no te emplaces en la encrucijada
para exterminar a sus fugitivos,
ni entregues a sus evadidos en el día de angustia.
15 Pues el día de Yahveh está próximo para todas las gentes;
conforme hiciste te hará ;
tus acciones revertirán en tu cabeza.
u Ciertamente, como bebisteis [mi copa] sobre mi santo monte,
así [la] beberán siempre todas las naciones,
[la] beberán y lamerán con la lengua y serán cual si jamás hubiesen
,: Pero en el monte de Sión habrá restos salvados, [sido.
y [el monte] será sagrado,
y la casa de Jacob recuperará sus posesiones
" Y 6erá la casa de Jacob fuego,
y la casa de José llama,
y la casa de Esaú como paja
que abrasarán y consumirán ;
y no quedará superviviente a la casa de Esaú,
pues Yahveh ha hablado.
19 Los del mediodía se apoderarán del monte de Esaú,
y los de la llanura, del país de los filisteos ;
y ocuparán la campiña de Efraím y el campo de Samaría,
y Benjamín, a Galaad. [los cauaneos hasta Sarefat
20 Y los desterrados de este ejército de los hijos de Israel que [había desde]
y los desterrados de Jerusalén que están en Sefarad ocuparán las ciu-
21 Y subirán salvadores al monte Sión [dades del mediodía,
para juzgar a la montaña de Esaú,
y a Yahveh pertenecerá la realeza.
11 Llevaban cautivo su ejército : o bien, como otros prefieren, «se llevaban sus ri-
quezas!.
" No recrees tu vista : lit., no observes, e. d., con mirada curiosa, indiferente
o maliciosa.
" En la encrucijada : o bien, la brecha, el punto de paso o salida.
14 Como bebisteis: e. d., la copa del. dolor o de la aflicción (cf. Is. 41, 17. 22, etc.).
" La casa de Jacob : por la casa de Judá, que entonces representaba al pueblo de
Dios y había de ser fuego que consumiría a sus enemigos.
19 Procuramos traducir H lo más de cerca posible, guiados también por V. Otros,
como Kit, ven en H continuas adds. y glosas. A. yo- „„u..ui.*.<:r vierte: «ocuparán
el mediodía— es decir, la montaña de Esaú (add. para Kit)— y la región baja — es decir,
los filisteos (glosa para Kit)— ; y ocuparán Efraím— es decir, la plana de Samaría
Iglosa para Kit)— y la región transjordánica — es decir, Galaad».
30 El pasaje ha sido diversamente interpretado : ejército : otros, «arx»... || Que
[había desde] los cananeos hasta Sarefat : otros, «que están en tierra de los cananeos
hasta Sarefat», «que equivalen a los cananeos, hasta S.»... Cf. V : «todos los lugares
de los cananeos hasta Sarepta» ; y Ferrara : «y captiuerio del fonsado este a hijos de
Ysrael que mercaderes hasta Francia». Y más modernamente : «que están en llalah
poseerán la Fenicia hasta Sareftah». En cuanto a Sarefat, según la exegesis judía
Francia, créese designa a una ciudad fenicia sita entre Tiro y bidón. [| Uue Lsián
en Sefarad : este nombre lo ha interpretado la tradición judía a través de los siglos
como indicador de España, relacionándolo Arias Montano con Sperida-Hespérida-
Hesperia Hoy se piensa más bien que representa un punto del Asia Menor, discutién-
dose si el Bósforo (cf. V1, Sardes, Esparta o Sparda, como creen muchos.
en el día de su desventura ;
en el día de su ruina ;
en el día de angustia ;
en el día de su infortunio,
en el día de su infortunio,
en el día de su infortunio,
- i659 —
NOTAS CRITICAS A ABDTAS
— 1660 —
INTRODUCCION A JOÑA S
Jonás, liijo de AtnUlay, de Gad ha&Jéfer (a 5 kms. de Nazaret), ha sido
identificado por muchos con el profeta del mismo nombre mencionado
en 3 Re. /./, 25. Si así es, como es probable, vivió en tiempo de Jero-
boam II (JS6-J46), cuyos éxitos contra los árameos vaticinó. Al parecer, jo-
ñas se trasladó a Nínive para anunciar a sus moradores la cólera divina y
su pronto castigo. El profeta quiere escapar y se embarca en Jope o Jafa
camino de Tarsis, en España. La narración de Jonás nos cuenta el fracaso
de aquel intentado viaje...
El argumento del libro es la doble misión del profeta: la primera, des-
obedecida, muy a su costa; la segunda, obedecida, y bien lograda con la
conversión de Nínive. Mezclado el vaticinio sobre Nínive con la narración
de la historia del profeta por fines didácticos, esto hace que el libro sea
a la vez profético e histórico.
Domina la obra un pensamiento universalista : todos los hombres son
hijos de Dios y dignos de su misericordia, si se arrepienten. El mérito de
la obrita es grande, por las magistrales pinceladas psicológicas y por des-
cripciones como la de la tempestad. Sus arameísmos hacen dudosa la data
de su composición.
La historicidad y la significación tipológica del hecho constan por las
palabras del divino Maestro (Mi. 12, 39-41 ) :
«Una generación perversa y adúltera reclanha una señal,
y otra señal no se le dará sino la señal de Jonás el profeta. [noches,
Pues como Jonás estuvo en el vientre de la bestia marina tres días y tres
así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres
Los ninivitas se alzarán en el juicio [noches,
contra esta generación y la condenarán,
porque hicieron penitencia a la predicación de Jonás;
y mirad, hay algo más que Jonás aquí.»
— 1661 —
JOÑAS
Orden de Dios y desobediencia del profeta.
La borrasca en alta mar
"1 1 La palabra de Yahveh fué diri-
x gida a Jonás, hijo de Amittay,
diciendo : 2 «Levántate, vete a Níni-
ve, la gran ciudad, y predica contra
ella, pues su maldad ha subido has-
ta mi presencia.»
3 Mas Jonás se dispuso a huir a
Tarsis de la presencia de Yahveh y
bajó a Jope, donde halló un navio
que se dirigía a Tarsis, y, pagado el
pasaje del barco, embarcó en él para
marchar con ellos a Tarsis, huyendo
de la presencia de Yahveh.
4 Yahveh, empero, desencadenó un
viento recio sobre el mar y hubo en
éste tan gran tempestad, que el na-
vio se vió en peligro de quebrarse.
6 Los marineros cobraron miedo, y
clamaron cada uno a su dios y lan-
zaron al mar el bagaje que había en
la nave, a fin de aligeraría de su car-
ga. Jonás, en tanto, había descen-
dido al fondo de la nave, habíase
acostado y dormía profundamente.
8 Y se acercó a él el capitán y le di-
jo : «¿ Qué haces tú durmiendo ? ¡ Le-
vántate, invoca a tu Dios ! Quizá se
cuide de nosotros y no perezcamos.»
7 Luego dijéronse unos a otros : «¡ Ea,
echemos suertes y sepamos por quién
nos ha venido este mal!» Echaron,
pues, a suerte, y la suerte cayó en
Jonás.
8 Entonces le dijeron :
—Decláranos, por favor, a ¿ por
quién nos ha acaecido esta desgra-
cia? a ¿ Cuál es tu ocupación ? ¿ De
dónde vienes ? ¿ Cuál es tu país ? ¿ De
qué pueblo eres ?
8 Y contestóles :
— Soy hebreo, y adoro a Yahveh b,
Dios del cielo, que hizo el mar y la
tierra firme.
10 Entonces aquellos hombres con-
cibieron grande temor y le dijeron :
«¿ Qué has hecho ahí ?» Pues ellos
habían sabido que huía de la presen-
cia de Yahveh, porque Jonás se lo
había dicho.
11 Y le dijeron :
-J 1 I.a palabra : orden que el Señor le da.
2 Su maldad : o iel grito de su malician, como interpreta G.
■ Se dispuso a huir : creyendo tal vez que la presencia de Dios se concretaba
a Palestina. || Tarsis: e. d., Tartessos, en el mediodía español, según la opinión más
corriente. || Embarcó en él: término exacto para quien del interior de Palestina se
dirige al mar.
8 i Por quién nos ha acaecido? : la violencia de la tempestad y quizá lo inesperado
de ella les hace sospechar que es debida a causa sobreñal mal.
11 Se nos aplaque : o se calme y nos deje en paz.
— 1662 —
1 12—2 11
JONÁS
1 14-2 3
— ¿ Qué debemos hacer contigo pa-
ra que la mar se nos aplaque ?
Pues el mar iba agitándose cada
vez más. 12 Y respondióles :
— Coged me y arrojadme al mar, y
éste se aplacará de contra vosotros,
pues yo sé que por mi causa os ha
sobrevenido esta gran borrasca.
33 Los hombres remaron, tratando
de volver a tierra, mas no pudie-
ron, porque el mar iba encrespándo-
se cada vez más contra ellos. 14 En-
tonces clamaron a Yahveh y dijeron :
«¡Oh Yahveh, no nos hagas perecer
por la vida de este hombre ni nos
imputes sangre inocente, pues tú,
Yahveh, has obrado como has que-
rido!» 15 Y cogieron a Jonás y lo
arrojaron al mar, el cual se calmó en
su furia. 16 Y aquellos hombres co-
braron gran temor a Yahveh y le
ofrecieron sacrificio e hicieron votos.
Jonás tragado por la ballena
2 1 Yahveh destinó a un gran pez . tres días y tres noches. 2 Y Jonás
para que se tragase a Jonás, oró a Yahveh desde el vientre de
quien estuvo en el vientre del pez | aquél, ' y exclamó :
«Clamé en mi angustia | a Yahveh y me atendió ;
del vientre del seol pedí socorro, | escuchaste mi voz.
1 Me arrojaste a en el abismo a, | en el corazón del mar,
y las olas me rodearon ;
todo tu oleaje y tus ondas | sobre mí pasaron.
6 Y yo me dije : «He sido expulsado | de delante de tus ojos,
¿cómo b podré volver a contemplar | tu santo templo?»
1 Habíanme rodeado las aguas hasta el alma,
el abismo me había cercado,
las algas habíanse enredado a mi cabeza
7 en las raíces de los montes. Descendí
al país cuyos cerrojos [se echaron] sobre mí para siempre,
mas tú sacaste de la fosa mi vida, Yahveh, Dios mío.
s Cuando desfallecía en mi alma, [ a Yahveh recordé,
y mi plegaria llegó a ti, | a tu santo templo.
'Los que adoran los ídolos vanos, | su propia Misericordia abandonan;
10 mas yo con clamor de gratitud | quiero ofrecerte sacrificios,
los votos que hice cumpliré. | A Yahveh la salvación corresponde.»
" Y Yahveh dió orden al pez, el cual vomitó a Jonás en tierra.
13 Arrojadme al mar : pronuncia su sentencia no por inspiración profética, 6¡no
«orno puede hacerlo un israelita creyente.
a Tratando de volver a tierra : sin duda, para dejar allí a Jonás sin causar su
muerte.
14 Has obrado como has querido o como te ha placido : e. d., has hecho que esto
sucediera.
16 Y LE ofrecieron sacrificio : o prometieron hacerle sacrificios en cuanto pudiesen.
Tres días y tres noches : contados según uso de los
fué echado el tercer día después de tragado. Que fué
milagro permanecer en el vientre del animal con vida tanto tiempo, se lo dijo a los
judíos Jesu-Cristo (Mt. 12, 39).
6 He sido expulsado : he sido privado de tu protección.
* Hasta el alma : así también V ; otros, ahasta la garganta! ; otros, «estuvieron a
punto de quitarme la vida».
' Descendí : el v. es diversamente traducido. Así, Bibl. Bonn vierte : «Hundíme
hacia los cerrojos de la tierra, hacia las puertas del mundo». También puede tradu-
cirse : «Hasta las raíces de los montes descendí ; la tierra [echó] sus cerrojos sobre
mí para siempre.»
» Idolos vanos: lit., vanidades de nada, e. d., absoluta vanidad. || Su propia Mi-
sericordia : llámase a Dios misericordia o benevolencia de los hombres, y equivale
la frase a : son privados de los socorros que concede la divina Misericordia a los que
le sirven. Otros entienden : «entréganles (a los ídolos) su felicidad».
10 Clamor de GRATITUD : e. d., grandes voces de alabanza y acción de gracias.
-1663-
JONÁS
Predicación de Jonás en Nínive y penitencia
de los ninivitas
3' Por skgunda vez : en Jerusalén probablemente, adonde iría para cumplir su
promesa.
'' El mensaje : o la noticia, la predicación.
3 Inmensamente: más lit., divinamente. || De un recorrido de tres días: porque,
lo mismo gue Babilonia, encerraba vastos campos dentro de sus muros.
— 1664 —
3 4-4 5
JONÁS
38-49
inmensamente grande, de un reco-
rrido de tres días. * Y Jonás comen-
zó a penetrar en la ciudad un día
de camino, y predicaba y decía i
«■Dentro de cuarenta días Nínive se-
rá destruida.»
5 Las gentes de Xínive creyeron en
Dios, proclamaron un ayuno y se vis-
tieron de sacos, desde el mayor de
entre ellos hasta el más pequeño. ' Y
como llegase la noticia al rey de Ñí-
nive, se alzó de su trono, se quitó
de encima el manto, cubrióse de sa-
co y se sentó en la ceniza. 7_E hízose
pregonar y anunciar en Nínive por
orden del "rey y de sus magnates co-
mo sigue : «Hombres y bestias, ga-
nado mayor y menor no probarán
bocado, no pastarán ni beberán agua.
• Cúbranse de sacos » los hombres y
las bestias » y clamen a Dios con
fuerza, v conviértase cada uno de su
mal camino y de la injusticia que
hay en sus manos. " ¡ Quién sabe si
Dios se volverá y arrepentirá y se
apartará del ardor de 6u cólera y
no pereceremos !»
10 Cuando vió Dios las obras de ellos
v cómo se convertían de su perverso
proceder, compadecióse Dios del mal
que había indicado iba a hacerles y
no lo llevó a cabo.
Despecho del profeta, que es reprendido por Dios
a 1 Mas [ello] causó a Jonás pro-
™ fundo disgusto y se enojó. * Y
oró a Yahveh, diciendo : «¡Oh Yah-
veh !, ¿ no era esto lo que yo me de-
cía cuando estaba aún en mi tierra ?
Por eso me anticipé a huir a Tar-
sis, porque sabía que tú eres un Dios
compasivo y misericordioso, tardo a
la ira, de gran benignidad, y que te
compadeces del mal. * Ahora, pues,
¡oh Yahveh!, quítame la vida, por
favor ; pues mejor me es la muerte
que la vida.»
4 Y respondió Yahveh : «¿ Estás jus-
tamente encolerizado?» 5 Ahora bien,
Jonás había salido de la ciudad y se
había establecido al oriente de la
misma. Allí habíase hecho una caba-
ña, bajo la cual habíase sentado, a la
sombra, hasta ver qué acaecía en la
ciudad. * Y Yahveh, Dios, dispuso
un ricino, que creció por cima de
Jonás para producir sombra sobre su
cabeza, a fin de librarle de su des-
pecho. Jonás concibió por aquel ri-
cino gran contento. T Mas, al rayar
del alba al día siguiente, dispuso
Dios un gusano que picó el ricino, y
se secó. 8 Sucedió, pues, que, salido
el sol, Dios dispuso un viento del
este sofocante, e hirió el sol sobre
la cabeza de Jonás, de modo que se
desvaneció sin sentido y pidió para
sí la muerte, exclamando : «¡Mejor
me es morir que vivir!»
* Entonces dijo Dios a Jonás ¡
— ¿Crees estar justamente airado
por el ricino ?
* Dentro de cuarenta días : no se da la destrucción de Nínive como inevitable,
sino como hipotética.
7 Ganado mayor y menor : hicieron ayunar a los animales no porque el profeta lo
hubiese mandado, sino porque era costumbre oriental en semejantes casos.
A - ¿ No era esto... ? : como si dijese : ya preveía yo que Dios no destruiría a Nínive.
^* 4 i Estás justamente encolerizado ? : o sea, ¿ te has airado con razón ? Otros vierten
diversamente ; cf. V : «¿crees que tienes razón para enojarte?» ; Arragel : «cómo, { por
el bien te pesa?» ; Reina : «¿tanto te enojas?», etc. También cabe interpretarlo como
exclamación afirmativa. Aun dicho en forma interrogativa, parece irónico.
* Ricino: o mata de ricino; otros, «una coloquintida» ; Arragel, «yedra». || A fin
dk librarle de su despecho: lit., de su mal; cf. V: «laboraverat enim», pues estaba
muy fatigado.
' Un gusano que picó el ricino : el gusano que suele formarse por aquella tierra
en días calurosos si cae un poco de agua.
* Sofocante : cálido y a la vez totalmente tranquilo. I.os cambios de tiempo suelen
ser muy rápidos en aquel país. || Se desvaneció sin SENTIDO : o quedó exhausto o
desmayado.
- 1665 -
53
JONÁS
Y replicó :
— 'Estoy justamente airado hasta la
muerte.
10 Y Yahveh le dijo :
— Te da compasión el ricino, por el
cual no te has tomado fatiga alguna
ni lo has hecho crecer, que en una
noche surgió y en una noche pere-
ció, 11 ¿ y no habré yo de tener com-
pasión de Nínive, la gran ciudad, en
la que hay más de ciento veinte mil
personas que no saben discernir en-
tre su diestra y su izquierda, y tanta
cantidad de animales ?»
11 Ciento veinte mil : lit., doce miríadas. Le hace Dios ver a Jonás la contradicción
en que incurre compadeciéndose de un arbustillo y murmurando de que se haya Dios
compadecido de tantos miles de almas y de animales.
— IÓ66 —
NOTAS CRITICAS A JOÑAS
CAP.
a a Kit di C G (cf).
CAP. 2
a a glosa, anota Kit] b asi Kit c Th ; H ciertamente.
cap. ,3
a-a «prob add (cf , ¡as bestias!)* anota Kit.
,ík~ v .
~ 1667 —
INTRODUCCION A MIOUEAS
i nombre del profeta, en hebr. Miká, en V Michaeas, es abreviatura
de Mikayahu, Mikayehu o Mikaya, cuyo sentido es '¿quién como Yah-
vehf En el Antiguo Testamento se hallan varios homónimos de nues-
tro profeta. En el siglo IX hállase un Miqucas, hijo de Yimlá o Imlá
(i Re. 22, 8 s., y 2 Par. 1S, 7 s.), vaticinador del fracaso que Josafat de
Judá y Ajab de Israel habían de padecer en su guerra contra Ramot de
tialaad. Para evitar la confusión del vidente del siglo IX con el profeta
menor, el libro de éste menciona su patria (1, 1): Moréset, cerca de Eleu-
terópolis, dato que ratificó luego Jeremías en 26, 18.
Actuó en los días de los reyes de Judá Jotán, Ajaz y Ezcquías. Contem-
poráneo de Isaías, a diferencia de éste, perteneciente a los círculos más
selectos de Jerusalén, Miqucas era un hombre del campo, desconociéndose
■ ■i momento exacto en que comienza a profetizar. Lamenta con dolorosos
árenlos la ruina de Israel y de Judá, y como Isaías, fustiga la conducta
antisocial de las clases ricas, a los malos sacerdotes y a los falsos profe-
tas; mas, tras el castigo de los asirios, el Mesías traerá la salud.
Parece que Miqucas mismo puso por escrito sus profecías y tas ordenó
cronológicamente, aunque luego su texto sufriese alteraciones y hoy ofrezca
no escasas dificultades.
La más conocida de sus profecías es la que señala a Belén como cuna
del Mesías.
Como Oseas, gusta de reminiscencias históricas.
- 166S —
M I Q U E A S
Apostrofe sobre los reinos deí Norte y el Sur
"i 1 Palabra de Yahveh que fué dirigida a Miqueas, el morastita^ en los
días de Jotán, Ajaz y Exequias, reyes de Judá ; lo que vió sobre
Samaria y Jerusalén.
- Oíd, pueblos todos ;
escucha, tierra, y cuanto la hinche,
y sea a Yahveh contra vosotros acusador,
el Señor desde su santo templo.
3 Pues he aquí que Yahveh sale de su lugar
y desciende b sobre las alturas de la tierra.
1 Y se derriten los montes bajo él
y los valles se hienden,
como la cera ante el fuego,
cual aguas que 6e precipitan por una. pendiente.
6 Por la prevaricación de Jacob es todo esto,
por los pecados de la casa de Israel c.
¿ Cuál es la prevaricación de Jacob ?
¿ Acaso no es Samaria ?
Y ¿ cuál es el pecado d de Judá ?
¿ No es acaso Jerusalén ?
" Convertiré a Samaria en montón de ruinas del campo e,
en plantaciones de viñedo,
y arrojaré en el valle sus piedras
y sus cimientos pondré al descubierto.
7 Y todos sus ídolos serán destrozados,
-t 1 El morastita : e. d., de Moréset Gat o 'heredad de Gat', ciudad próxima a Eleu-
terópolis.
- Su santo templo : e. d., el cielo.
' Y se derriten : fúndase la descripción de esta venida en la idea de una terrible
tempestad y un temblor de tierra.
6 ¿ Acaso no es Samaría ? : sí lo es, porque la capital del reino de Israel adoró el.
becerro de oro, y desde ella se extendió el culto por todo el país. Por igual razón,
aunque no siempre ni con la misma intensidad, Jerusalén.
— 1669 —
1 8-16
MIQUEAS
1 8-16
' y todos sus salarios de prostitución quemados a fuego ',
y todas sus imágenes trocaré en desolación ;
porque del lucro de ramera se lian recogido e
y en paga de ramera se tornarán.
■ Por eso me lamentaré y quejaré a grito herido,
andaré descalzo y desnudo,
prorrumpiré en llanto ululante como los chacales,
y lamento como los avestruces.
'•' Porque fatal es su azote h, pues penetró
hasta Judá,
llegó hasta la puerta de mi pueblo,
hasta Jerusaién.
10 En Gat no lo refiráis ;
no lloréis en modo alguno ' ;
en Bet-le-Afrá
revuélvete en el polvo.
"Pasad adelante, ¡oh población de Safir!,
en desnudez vergonzosa. No han osado salir más
los habitantes de Saanán. | Queja [resuena] en Ber.-ha-.Esel,
se os retira el apoyo.
11 Ciertamente la población de Marot
siéntese débil para el bien,
porque el mal enviado por Yahveh ha descendido
a las puertas de Jerusalén.
13 Uncid al carro los corceles,
habitantes de Lakís.
Es el comienzo del castigo
para la hija de Sión,
pues en ti se han hallado
las prevaricaciones de Israel
" Por eso has de dar regalo de despedida
a Moréset-Gat.
La estirpe de Akzib
ha resultado torrente falaz
para los reyes de Israel.
™ Aun te traeré un nuevo poseedor,
¡ oh (población de Maresá !
Hasta Addul-lam llegará la flor de Israel.
" Decálvate y ráete,
• por los hijos de tus deleites ;
ensancha tu calva como el buitre,
pues fueron deportados lejos de ti.
■CHACALES: hebr. tannim 'ballenas, dragones, serpientes marinas..'; Ferrara,
«culebras». || Como los avestruces: conocido es el lúgubre grito del avestruz.
8 Fatal es su azote : como si dijera : su mal es incurable.
10 En Gat no lo refiráis : por el odio inveterado de esta ciudad filistea a los
judíos. || Bet-le-Afrá: e. d., la casa del polvo.
11 Traducimos lit. H, que ofrece un texto difícil y oscuro. Versiones y críticos di-
vergen notablemente en sus interpretaciones y correcciones. V dice : «Et transite \o-
bis, habitatio pulchra, confusa ignominia : non est egressa quae habitat in exitu ;
planctum domus vicina accipiet ex vobis, quae stetit sibimet.» Hoonacker : «Os han
traicionado, población de Safir (?), las ciudades de la vergüenza. Los habitantes de
Sidón no se han puesto en campaña. Ha hecho defección la casa vecina; os retira
.su apoyo.» Bibl. Bonn : tiSe te sopla el cuerno (otros, «soplad la trompeta»), población
de Safir. De su ciudad no sale la población de Saanán...» Cf. otras correcciones en Kit.
13 Uncid al carro los corceles: para huir más aprisa. || Es el comienzo del cas-
rifio : olios interpretan H : «Tú has sido el origen de los pecados (o de la desgracia)
de la hija de S...». Lo dice porque fué la primera de Judá en aceptar el culto idolá-
trico de las diez tribus.
M Has DE dar regalo de despedida: e. d., has de renunciar. || Torrente falaz:
cosa engañosa, hebr. akzab, juego de palabras con Akzib. Viene a decir que los reyes
de Judá habrán de ceder a los enemigos dicha plaza.
ro Llegará : e. d., llegará en su huida.
M Decálvate... : e. d., reviste las señales de duelo por tus caros y deleitosos hijos.
— 1670 —
MIQUEAS
El rico opresor
cy 1 ¡ A y de quienes maquinan iniquidad
*■ y fraguan la maldad en sus lechos,
llevándolo a cabo al alborear la mañana,
porque tienen en sus manos la fuerza.
: Codician campos, y los roban ;
casas, y las toman ;
y tiranizan al varón y su casa,
al hombre y su propiedad.
' Por eso, así | dice Yahveh :
«He aquí que yo maquino contra esta estirpe un mal,
del cual no podréis substraer vuestros cuellos,
y no caminaréis ya altaneramente, pues será tiempo adverso.»
' En aquel día | se pronunciará sobre vosotros
un proverbio | y se cantará una lamentación,
diciendo :
« ¡ Hemos sido destruidos por completo !
La porción de mi pueblo se ha trocado a.
¡ Cómo es arrebatada de mí !
Entre los apóstatas nuestros campos son repartidos b.
6 Por eso no tendrás c quien adjudique los lotes mediante la cuerda
en la comunidad de Yahveh.
6 ¡ No vaticinéis !
¡ No vaticinen a éstos á !
No cesarán las palabras de vilipendio.
' Dice la casa de Jacob :
«¿ Acaso se muestra colérico Yahveh
o son éstas sus acciones ?
21 Al alborear : sin perder tiempo.
3 He aquí... un mal : parece que éstas sólo son las palabras del Señor, que habla
a la estirpe o familia en tercera persona, mientras el profeta, como se ve en lo que
sigue, hácelo en segunda.
* Procuramos— aquí como en todo el capítulo — traducir H lo más lit. posible ; pero
el texto — aquí y en todo él — está muy mal conservado y es oscuro. Recientemente, Her-
mann M. Weil ha intentado explicar el capítulo a la luz de i Re. 20-22, que trataría
de los mismos sucesos. Miq. 2, 6-13, sería un trozo oratorio que seguiría a 1 Re. 22, 28;
luego los discursos del rey Ajab y del profeta Miqueas ben Imlá se desgajarían de
allí, colocándolos en un escrito particular de un profeta Miqueas. Cf. V, que vierte
la última parte del v. : «¿cómo se retirará de mí, puesto que vuelve quien ha de re-
partir nuestros campos?» Kit modifica ampliamente H, y algunos (cf. Bibl. Bonn,
v. gr.) prpn. leer la canción así.
La porción de mi pueblo fué medida a cordel,
y no hay Quien lo devuelva;
a nuestros cautivadores nuestros campos se han repartido;
hemos sido destruidos por completo.
El significado de este versículo es que servirá su desgracia de tema para los pro-
verbios y canciones elegiacas. || Destruidos: o expoliados. || Se ha trocado... : otros,
«mi pueblo cambia una parte. ¿ Cómo puede escapárseme ?»
° Quien «adjudique : lit., quien eche la cuerda en suerte.
6 No vaticinéis: o prediquéis; lit., «ne vaticinemini ! vaticinantur» ¡ es iro-
nía. || A éstos: e. d., los ricos que oprimen al pobre; pero muchos corrigen cosas
tales iKit), acerca de maldición iBibl. Bonn). II No cesarán: cf. V : «no los alcanzará
la confusión», otros corrigen H ; cf. Kit. Weil une la frase con el v. siguiente. «No
cederá vergonzosamente el que es llamado clan (o linaje) de Jacob.»
' Dice: así c. V; otros corrigen H diversamente; cf. Kit. !| SE muestra colérico:
o impaciente ; fit., se acortó el espíritu (o respiración) de Y.
— 1671 —
2 8-31
MIQUEAS
2 8-31
¿No son sus e palabras buenas
con quien anda en rectitud ?
8 Pero hace mucho tiempo f mi pueblo se levantó como enemigo ;
encima del vestido arrebatáis el manto
de los que pasan confiados,
vueltos B de la guerra.
!' A ¿as mujeres de mi pueblo expulsáis
de las casas que constituyen sus h delicias ;
de sobre sus b hijos quitáis
mi esplendor para siempre.
10 Levantaos y andad, pues
no es éste lugar de reposo ;
por causa de la inmundicia,
que produce destrucción,
y en verdad destrucción horrrible.
11 Si yo fuera un hombre
que corriese tras el viento y mintiera falsedades,
yo te predicaría de vino e hidromel,
y ése sería el profeta adecuado para tal pueblo :
a «¡Yo te reuniré sin falta, oh Jacob, todo entero!
¡ Congregaré en verdad el residuo de Israel !
Los reuniré como rebaño en aprisco,
cual hato en medio del pastizal ;
producirán gran estruendo por la multitud de gente.
13 El que les abre camino subirá ante ellos ;
irrumpirán y pasarán la puerta
y saldrán por ella ;
su rey marchará al frente de ellos,
y Yahveh a su cabeza.»
Invectiva contra los altos magistrados y los falsos
profetas. Ruina de Israel
5 1 Y dije :
-* «Escuchad, por favor, ¡ oh jefes de Jacob !,
y vosotros, jueces de la casa de Israel.
¿ Acaso no os compete conocer el derecho ?
8 Vueltos de la guerra : parece querer decir : cual si fuesen prisioneros de gue-
rra.— Weil interpreta el v. : «La víspera, mi pueblo ha privado al enemigo del ves-
tido de pelo — haríais atacar de suerte que no entrarían en seguridad, tornarían a la
guerra.» Otros corrigen notablemente H.
9 A las mujeres : Weil cree es plur. de excelencia para indicar la primera mujer
de. mi pueblo, e. d., la reina. || Quitáis mi esplendor: el honor concedido por Dios:
la libertad, la comodidad, hasta la ropa.
10 Levantaos y andad : los que habéis privado a los otros de sus bienes id ahora al
destierro. || Por causa de la inmundicia... : prps. múltiples correcciones. «Por una
pequenez tomáis prenda cruel» (o muy dolorosa). Weil traduce «Pues que ella ha
mancillado (el país), padecerá, — y el tormento será doloroso.»
J1 Que corriese tras el viento : otros, «que procediese con viento», «que caminase
en viento», «del espíritu que circula». || Mintiera falsedades: o «engañase con men-
tiras». || Y ése sería el profeta o predicador adecuado para tal pueblo o turba. Weil
traduce : «y esa turba predicaría».
» .v 1S Parece contienen las palabras del pseudoprofeta aludido antes. Otros crítico^
las juzgaron adición de la época del destierro o tiempo posterior.
12 El residuo : o los otros hijos. || En aprisco : otros prefieren «como ovejas de
Uosrát, o ten Bosrá», versiones que también admite H. || Producirán: cf. V; otros
corrigen H (cf. K5t).
a El que les abre camino : el Mesías, a quien luego llama Rey. || Pasarán la puer-
ta : no hallarán serio obstáculo.
— 1672 —
MIQUKAS
3 2-12
* ¡ Oh aborrecedores del bien y amadores del mal,
que les arrancáis la piel de encima a [los pobres]
y la carne de sobre sus huesos !
3 Los que han devorado la carne de mi pueblo, le han desollado su
[piel y han quebrantado sus huesos ;
le han hecho pedazos como vianda a en la olla
y cual carne en medio de la caldera.
4 Entonces clamarán a Yahveh,
mas no les responderá ;
pues ocultará su rostro de ellos b en aquel tiempo b,
por cuanto obraron perversamente.
c Así habla Yahveh acerca de los profetas
que extravían a mi pueblo,
que muerden con sus dientes,
mientran gritan: «¡Paz!»,
y a quien no les pone algo en la boca
le declaran la guerra santa.
8 Por eso tendréis vosotros noche en vez de visión
y tinieblas en lugar de adivinación ;
y se pondrá el sol sobre tales profetas
y se oscurecerá en torno a ellos el día.
' y quedarán avergonzados los videntes
y confundidos los adivinos,
y se cubrirán el bigote todos ellos,
porque no habrá respuesta de Dios.
1 Pero yo estoy lleno de fuerza,
del espíritu de Yahveh c, y de juicio, y de fortaleza,
para revelar a Jacob su prevaricación
y a Israel su pecado.
"Escuchad, pues, esto ¡oh jefes de la casa de Jacob!,
y vosotros, jueces de lg casa de Israel,
que abomináis el derecho
y todo lo recto torcéis,
"' que edificáis d a Sión con sangre
y a Jerusalén con iniquidad.
" Sus jefes juzgan por soborno,
y sus sacerdotes enseñan por lucro,
y sus profetas adivinan por dinero
y sobre Yahveh se apoyan, diciendo :
«¿ Acaso no está Yahveh en medio de nosotros ?
¡No nos ha de sobrevenir desgracia alguna!»
B Por eso, por vuestra causa, Sión
será arada como un campo,
y Jerusalén se convertirá en. ruinas,
y el monte del templo en altura 6 de bosque.
3 4 En aquel tiempo : el de la calamidad arriba anunciada (cap. 2, 3).
6 Ln declaran . . . : o bien inician contra él la guerra con religiosos ritos.
" Noche en vez de visión o «sin visión..., sin adivinación» ; no habrá para los fal-
sos profetas sino tinieblas. [| Se pondrá el sol de la salvación y prosperidad.
* Se cubrirán el bigote : o su barba ; lit., «su labio», e. d., se embozarán en señal
de duelo y angustia.
8 Estoy lleno de fuerza : es Miqueas quien habla, jl De juicio : o bien, de justicia
o derecho.
14 Con sangre : con crueles extorsiones.
12 Arada como r/N campo : la parte de la ciudad donde estaba el palacio real. || Al-
tura : loma o recinto sagrado, lugar alto.
— TÓ71 —
4 1-9
MIQUEAS
Dominio universal de Yahveh y promesa
de restauración nacional
1 Y acaecerá al cabo de los últimos tiempos
que el monte de la casa de Yahveh
estará asentado en la cumbre de los montes,
y se alzará sobre las colinas, v
y afluirán a él los pueblos,
- y llegarán numerosas naciones y dirán :
«Venid y subamos ail monte de Yahveh
y a la casa del Dios de Jacob,
y nos enseñará sus caminos,
y andaremos sus senderos,
pues de Sión saldrá la ley
y la palabra de Dios de Jerusalén.
3 Y juzgará entre muchos pueblos,
y administrará justicia a poderosas naciones, a hasta lo más lejos 1 ;
y trocarán sus espadas en azadones
y sus lanzas en podaderas ;
no alzará espada pueblo contra pueblo
ni 6e adiestrarán más en la guerra,
4 y se sentará cada uno bajo su parra
y al pie de su higuera, sin que haya quien aterrorice,
ipues la boca de Yahveh de los ejércitos lo afirmó.
6 Porque todos los pueblos marchan
cada uno en nom'bre de su dios,
mas nosotros caminaremos en nombre de Yahveh,
nuestro Dios, por siemipre jamás.
6 En aquel día — palabra de Yahveh —
reuniré a la [oveja] coja
y congregaré a la extraviada
y a la que yo había dañado.
7 Y convertiré a la coja en resto
y a la alejada en pueblo fuerte,
y reinará Yahveh sobre ellos en el monte Sión
desde ahora y para siempre.
8 Y tú, torre del rebaño,
colina de la hija de Sión,
hasta ti vendrá
y llegará el dominio primero,
la monarquía de la hija de Jerusalén.
"Ahora, ¿por qué das tales gritos?
¿ Acaso no hay rey en ti
4'-" Coinciden con Is. 2, 2-4, ignorándose cuál de los dos textos tiene la prioridad
o si ambos autores se inspiraron en un tercero.
1 Ai. cabo de los últimos tiempos : o en los últimos días, es fórmula consagrada
para la época mesiánica.
2 La ley : la Torá : ley, doctrina o enseñanza.
B Administrará justicia: o dictará derecho, corregirá... || Azadones: o azadas;
otros, «rejas de arado» : un apero de labranza de hierro y cortante.
c En nombre de su dios : apoyado en la fuerza de su dios.
• La [oveja] coja : a los pobres israelitas probados en el cautiverio.
7 Resto o reliquia es aquí término de sentido escatológico-mesiánico, estudiado por
Vaux. || Alejada o rechazada; otros, «cansados, fatigados», pues el hebr. ofrece
un partía fem. sing. con valor de colectivo neutro. Muchos críticos corrigen H : «la
agobiada» o atribulada.
8 Torre del rebaño: Migdal-Éder, como apelativo de Jerusalén. || El. dominio
primero : su antiguo poderío del tiempo de David y .Salomón.
— 1674 —
4 10-53
MIQUEAS
4 w-5 3
o pereció tu consejero,
que se ha apoderado de ti el dolor como a una parturienta ?
10 Retuércete y estremécete,! hija de Sión, cual parturienta;
pues ahora saldrás de la ciudad | y morarás en el campo,
b e irás hasta Babilonia : ¡ allí serás salvada b,
allí te librará Yahveh c ¡ de la mano de tus enemigos.
" Mas ahora se han juntado contra ti | numerosas naciones
que dicen : «Sea profanada para que contemple ¡
a Sión nuestra vista d.»
B Pero ellos ignoran | los pensamientos de Yahveh
v no comprenden su designio, |
pues los ha reunido cua'l gavillas en la era.
13 Levántate y trilla, hija de Sión,
porque yo haré tu cuerno de hierro
y tus pezuñas de bronce,
y tributarás a muchos pueblos,
y consagrarás 8 a exterminio en honor de Yahveh sus despojos
y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
El Mesías, rey pacífico. Otros oráculos
r ',« Ahora juntaos por escuadrones, ¡ oh soldados ! ;
<-* un terraplén lian erigido a contra nosotros,
con vara herirán en la mejilla
al juez de Israel.
Mas tú, Belén Efratá,
la más pequeña entre las regiones de Judá,
de ti me saldrá
quien ha de ser dominador en Israel,
cuyos orígenes vienen de antiguo,
des le los días de la eternidad.
'2 Por eso los entregará [El en mano enemiga] hasta el momento
en que dé a luz la que a luz ha de dar ;
luego el resto de sus hermanos regresará
a los hijos de Israel.
10 HoonacVcer considera todo e
al aire libre hasta llegar al lugí
yacer sobre el campo.
11 Contemple a Sión: e. d., se ¡
a Levántate y trilla : aplasta,
rónimo en sentido espiritual a 1
K \, Hamos ros bscc
V terpretada. Así V ti
con cerradura, la hija...
to), e. d., oh asediada» ; otros,
nacker corrige H : «rodéate (c
lee — en vez de «hija del escuad
anterior: «reunir reúnete por
vara (sebet) y juez (sofet).
paciente en Su
i oh Jerusalén !
ion soldados! : es expresi
destruida, hija de ladrón» ;
S «desgárrate (o rasgil
até), oh hija del ataqué 'o asal-
>presión (u opresora)», etc. Hoo-
de un muro, Bet-Gader» ; Kit
[milites» — el infinitivo del verbo
opell». Desde luego, el hebreo
.¡mu '-, um cuino
lit.
figurar (cf. K
rell)
ego entre
: (cf. Zo-
el futuro
del liber-
eterna se
iel verso.
Yahveh*.
distinguido». || Sus hermanos: e. d., los del Mesías.
— 1675 —
5 4-15
MIQÜEAS
5
3 Y permanecerá firme y pastoreará revestido de la fortaleza de
y con la majestad del nombre de Yahveh, su Dios, [Yahveh,
y ellos morarán tranquilos, porque entonces él será grande
hasta los confines de la tierra.
'« Y éste será la paz,
y cuando invadiere el asirio nuestro país
y ponga el pie en nuestros palacios b,
suscitaremos contra él siete pastores
y ocho príncipes del pueblo,
% los cuales pastorearán el país de Asiria con la espada
y la tierra de Nimrod con el acero c.
Y él [nos] librará del asirio
cuando venga a nuestro país
y ponga el pie en nuestro término.
"e Y será el resto de Jacob
en medio de numerosos pueblos
como rocío procedente de Yahveh,
cual lluvia sobre la hierba,
que no espera a los hombres,
ni aguarda a ios hijos del hombre.
Y será el resto de Jacob entre las naciones,
en medio de pueblos numerosos,
como león entre las bestias de la selva,
cual el cachorro de león entre los hatos de ganado menor,
que si pasa, y pisotea,
y dilacera, no hay quien salve.
*s Se alzará tu maño sobre tus adversarios,
y todos tus enemigos serán exterminados.
'% Y sucederá en aquel día — oráculo de Yahveh —
que exterminaré tus caballos de en medio de ti
y destruiré tus carros ;
"io y exterminaré las ciudadelas de tu país
y arrasaré todas tus fortalezas ;
"ji y exterminaré de tu mano las hechicerías
y no tendrás ya adivinos ;
"i¡ y exterminaré tus estatuas
y tus massebás de en medio de ti
y no te prosternarás más
ante la obra de tus manos.
Mu Y yo arrancaré tus aserás de en medio de ti
y aniquilaré tus ciudades d.
"„ Y ejecutaré con ira y furor
venganza de las gentes que no escucharon.
,. PERMANECERA FIRME
apacienta en la fuerza d
rarán tranquilos en su p
6 Será la taz : traerá
cuando las naciones cn<
otros, «principes hermar
y quizá mejor, dice Zor
lar a Israel. O también : «Se pre.-enla y
án tranquilos: lit., morarán, e. d., mo-
a existe. || Cuando invadiere el \mrw:
cblo de Dios. || Príncipes del pueblo :
de un pueblo extraño bajo algún rey,
cito, adalides o caudillos.
a todos tus enemigos,
lades [fuertes].
escucharon :
- 1676 —
MIQUEAS
6 i-is
Querella de Yahveh contra Israel y Jerusalén
1 Escucha, por favor,
lo que a Yahveh dice
¡ Levántate y pleitea con las montañas
y oigan las colinas tu voz !
: ¡ Escuchad, oh montes, la querella de Yahveh,
y prestad oído h, fundamentos de la tierra !
Pues Yahveh tiene querella con su pueblo
y con Israel va a juicio.
3 Pueblo mío, ¿ qué te he hecho
o en qué te he molestado.? Respóndeme.
1 En verdad yo te saqué de tierra de Egipto,
y de la casa de esclavitud te rescaté,
y envié a tu frente a Moisés, Aarón y María.
5 Pueblo mío, recuerda, por favor, lo que tramaba
Balaq, rey de Moab,
y lo que le contestó
Balam, hijo de Beor,
0 ... desde Sittim a Guilgal,
a fin de que reconozcas las acciones misericordiosas de Yahveh.
6 ¿ Con qué me presentaré a Yahveh
y me encorvaré ante el Dios del cielo ?
¿ Me presentaré acaso con holocaustos,
con terneros añales ?
7 ¿Acaso se complacerá Yahveh en miles de carneros,
en miríadas de ríos de aceite ?
¿ .Le entregaré mi primogénito por mi prevaricación ?
¿ El fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma ?
"El te ha indicado d, ¡oh hombre!, lo que es bueno,
lo que Yahveh reclama de ti :
no otra cosa sino hacer justicia,
amar la misericordia
y caminar humildemente con tu Dios.
5 Oigo a Yahveh, que llama a la ciudad
— y es cordura temer tu nombre — e.
Escuchad, tribu y congregación de la ciudad ',
a quien lo determinó.
'"¿Puedo soportar^ la casa del impío, los tesoros de iniquidad,
y un cfá escaso, digno de la ira divina ?
" ¿Acaso daré por justa h la balanza inicua
y la bolsa de pesas fraudulentas ?
15 Pues los ricos de esta ciudad se llenaron de violencia,
y sus habitantes hablan mentira,
y su lengua es engañosa en su boca.
13 Y así yo también he comenzado i a herirte
y asolarte por tus pecados.
1 Pleitea con las montañas : no quiere decir que sean las montañas objeto de acu-
sación ; acude a ellas como a testigos.
" ¿Con qué me presentaré...? : es Israel quien habla ahora.
s La misericordia : o la bondad, el amor, la caridad.
■ Oigo a: lit., «¡La voz de Yahveh...!», e. d., «¡Escucha, Yahveh llama!...», u «Oigo
a...». || Escuchad, tribu y congregación de la ciudad : cf. nota crítica /. Otros, como
V, traducen: «Oíd, tribus, mas ¿quién lo aprobará?», o «Escuchad, tribu, y quien
lo convoca», o «escuchad (atended) a la vara de castigo y a quien lo determino (o lo
ha de aplicar)»...
10 Tesoros de iniquidad: c. d., los bienes ilegal, inicuamente adquiridos. || Digno
de la ira DIVINA : o de maldición. Otros, «consumido, tísico».
— 1677 —
6
6 4
MIQUEAS
6 14-7 i
M Comerás y no te hartarás,
y el hambre te devorará interiormente ;
tratarás de guardar aparte [tus bienes] y no los salvarás,
y lo que salves lo entregaré a la espada.
16 Tú sembrarás, y no segarás ;
tú pisarás la aceituna, y no te ungirás de óleo ;
y el mosto, y no beberás vino.
le Obsai'asle ' las estatuas de Omrí
y todas las prácticas de la casa de Ajab,
y anduviste según sus depravadas intenciones,
de suerte que yo te abandonase a la devastación y a tus moradores
y soportaréis el oprobio de los pueblos k. [al escarnio,
Lamentación de Israel. El retorno de los desterrados
y súplica a Yahveh
n ' ¡ A y de mí!, que he venido a ser cual frutos recogidos en otoño*,
* como rebusco tras la vendimia :
no hay un racimo para comer ; un higo precoz
ansia mi alma.
2 Ha desaparecido de la tierra e'l hombre piadoso,
no existe un recto en la humanidad ;
todos acechan la sangre,
unos a otros se tienden la red.
3 Sus manos están prontas a hacer el mal
a la perfección ; el príncipe reclama,
y el juez [falla] por cohecho,
el grande manifiesta la codicia de su alma,
y así la torcieron.
4 El mejor de ellos es como zarza
que surge recta del seto.
El día [anunciado por] tus centinelas, eí de su b castigo, llega ;
ahora será su turbación.
14 Hambre : asi quizá por el contexto ; G «obtenebratio», S «dysenteria», V «humi-
liatio» ; otros, (abatimiento», etc. Las vers. modernas varían mucho, modificando
diversamente H ; v. gr. : o Y lo que está en medio de ti puedes suprimir, no lo salva-
rás» (Bibl. Bonn), «Y aunque en ti hay fortaleza, tienes que retroceder y no puedes
salvar» (Bibl. Tub.), etc.
la Observaste las estatuas de Omrí : nos dice la Escritura en 2 Re. 16, 25, que este
rey fué peor que los predecesores, y siguiendo a tal modelo, cayó Israel en la más
abominable idolatría. || Sus dltravadas intenciones : o su manera de sentir, sus
consejos.
71 Cual frutos recogidos en otoño : quiere decir que quedan en la nación pocos
hombres de bien. Es ella la que habla por boca del profeta. || Un higo precoz:
o higos tempranos, albacoras.
3 Sus manos están prontas : o son diestras. Quizá pudiera interpretarse también :
apara obrar (u obrando) el mal con sus manos en vez de hacer el bien, el príncipe
exige lo indebido, el juez...». Cf. V : «el mal que sus manos ejecutan lo llaman bien :
el príncipe...». Otros prefieren modificar H, que parece no se ha conservado correcta-
mente. |¡ El príncipe: o bien, el funcionario exige pago (otros, cosa grande) etc. II
La torcieron : así, o «entretejieron», lit. ; V vierte «y la llenaron de turbación» ;
otros, «lo urden», e. d., así urden sus tramas codiciosas. Desde luego, los yv. 3 y 4
aparecen hoy poco diáfanos y se proponen múltiples correcciones (cf. Kit).
4 Que surge recta del seto : otros, c. V, «el recto, como espino de cerca». Otros,
como Hoonacker, corrigen H : «Han comprimido (enmendando la última palabra
del v. 3) a los buenos cual se haría con una rama de zarza...» ; Bibl. Bonn : «El más
probo entre ellos se asemeja al seto de zarzas. ¡Ay!,su castigo se acerca...» ; Bibl. Tub.:
«mas quemarán * su bien como zarzas», etc.
— 1678 —
MIQUEAS
7 5-16
'No creáis en el compañero,
no confiéis en el amigo ;
de la que se acuesta en tu seno
guarda las confidencias de tu boca.
6 Porque el hijo insulta al padre,
ls hija se alza contra su madre,
la nuera contra su suegra ;
enemigos del hombre son sus propios familiares.
7 Mas yo en Yahveh clavaré mi vista,
esperaré en el Dios de mi salvación
v me escuchará mi Dios.
8 No te alegres de mi suerte, ¡ oh enemiga mía ! ;
pues si caí, me levantaré,
porque si moro en tinieblas,
Yahveh será mi luz.
" Soportaré el enojo de Yahveh,
ya que he pecado contra El,
hasta que juzgue mi causa
y me haga justicia ;
me saque a la luz
v su justicia yo contemple.
10 Cuando lo vea mi enemiga,
la cubrirá la confusión,
ella, que me decía :
«¿Dónde está Yahveh, tu Dios?»
Mis ojos se apacentarán en ella
cuando sea pisoteada como el fango de las calles.
" Llegará el día de la reconstrucción de tus muros ;
en aquel día tu frontera c estará más distante.
a Aquel día llegarán d hasta ti
desde Asiria hasta e Egipto
y desde Egipto hasta el río,
de mar a mar y de montaña a montaña,
° Y el país será reducido a desalación,
así como sus habitantes, debido a sus acciones.
u Apacienta a tu pueblo con tu cayado,
el rebaño de tu herencia,
que habita solitario en el bosque
en medio de un campo feraz,
paciendo en Basán y Galaad cual en los días antiguos.
15 Como en los días de tu salida de Egipto,
le haré ver prodigios.
" Yeránlo las gentes y se avergonzarán
con todo su poderío ;
pondrán la mano sobre la boca,
sus oídos quedarán sordos ;
5 Guarda las confidencias: o para mientes en las puertas (así lit.l.
■ Familiares : o los miembros de su casa.
' Clavaré mi vista : o voy a poner la mirada en Yahveh.
» No te alegres de mi suerte : dice Israel a su enemiga Asiria.
' Juzgue : o lleve El mi pleito.
10 Cuando lo vea mi enemiga : sigue hablando Israel : Cuando vea mi enemiga que
no ha podido destruirme por completo.
a Frontera : las vers. antiguas prefieren otros sentidos del vocablo hebreo ; así
V clex». El sentido del v. parece ser que Jerusalén cobrará nuevo esplendor.
u Miqueas vaticina aquí la vuelta del destierro, acompañada de la conversión de
los pueblos enemigos al Dios de Israel. || Hasta el río: e. d., el Eufrates.
a Y el país : a continuación de las anteriores promesas vuelve el profeta a ame-
nazar con castigos. Ahora dice que por los pecados del pueblo padecerá éste de nuevo
una invasión extranjera. || Así como: o también, a causa de sus habitantes.
14 Apacienta : oración del profeta al Señor.
16 Como en los días : responde Dios a la oración de Miqueas.
— IÓ7Q —
MTOUF \ S
7 17-20
" lamerán el polvo cual la serpiente ;
como los reptiles de la tierra,
saldrán espantados de sus escondrijos ;
volverán temblando f a Yahveh, nuestro Dios ',
y tendrán miedo de ti.
18 ¿Qué Dios hay como tú, que quite la iniquidad
y pase por alto la prevaricación 'al resto de su herencia'?
No mantendrá por siempre su cólera,
porque gusta de la compasión.
lu Volverá a compadecerse de nosotros,
hollará nuestras iniquidades
y arrojará * en las profundidades del mar
todos nuestros pecados.
30 Dispensarás fideflidad a Jacob,
misericordia a Abraham,
como juraste a nuestros padres
desde tiempos remotos.
10 i Uuf Dios hay como tú?: expresa el profeta su alearía por haberle el Señor oído.
NOTAS CRITICAS
A MIQ U E A S
. CAI'. I
a II añade aquí Adonay, el Señor; di c Ga Q (cf Kit)] b añade y pisa o camina;
di C GV (cf Kit)] "prb 1 Judá anota Kit; cf V 5b] d H las alturas; Kit 1 c G el
pecado de la casa de] c Kit 1 en bosque del campo o en campo] ti Kit anota «add»]
gasí c TSV; H la juntó] h así c GS ; H plur] i Kit prp en Kabbún en vez de en
modo alguno; Hoonacker y otros en Akko; otros en Baka...
CAP. 2
a Kit y otros 1 c G midió a cordel (por se ha trocado)] b así c G (cf Kit) ; H re-
partió] i prps tendeáis, Kit tendremos] <1 Kit 1 talt's cosas (por a éstosjl «así c G;
H mis empresas?)] ¡prps diversas correcciones en este y otros puntos del v (cf Kitll
c así H prps cual cautivos de leí Kit) ; V econvertistis in bellum»] b así (de ellos)
c Kit ; H su (de ella).
CAP. 3
a así c GS ; H como] b-b Kit lo suprime por el metro] c Kit anota ha de supri-
mirse o de tuerza o del esp. de Yah.] J así c GTSV ; H sing] «asi c Ü; H plur.
CAP. 4
a-a di anota Kit] b Kit anota : «add»] c Kit agrega c G Í11 Dios] d 1 nuestro ojo
c 4inss STV ; H nuestros ojos] e asi c GSV ; H consagraré.
cap. 5
a así c STV; H Jm puesto] b Kit 1 c GS nuestro suelo] casi c Kit (cf) ; H sus ma-
chetes (otros «cuchillos»...; V «lanzas»)] >' Hoonacker corrige tus árboles; Kit tus liaales
O tUS idOlOS.
CAP. 6
a Kit 1 c G la palabra que] b así c Kit; H ¡os irfítJo^] o falta algo: «reconoce (o
recuerda) tu paso», o algo semejante]' iV «indicaré», G «fué indicado»] o V (cf G)
«y tendrán salud los que temen tu n.» ; Kit anota : «prb di»] t así Kit (cf GT) ; cf
nota 9] gasí (o «puedo olvidar» o perder de vista) c Kit; H iit (cf V) aun (está) el
fuego] b así c V (cf Kit) ; H seré puro] i así Kit c GaThSV ; H hice enfermar] i así
Kit c ThGSV, H se observan\ k así Kit c G ; H mi pueblo.
CAP. 7
a así H; pero muchos 1 c GSV «cual quien recoge frutos en otoño» ; Kit 1 cosecha
de otoño] b así prb; II tu] casi c Kit; H la frontera] d así c Kit; H siug] e así
c Kit ; H v ciudades de] '-i add según Kit] gasí prb c V y G (cf Kit) ; H arrojarás.
— tc;rt —
INTRODUCCION A NAHUM
ahum Elqosí fué así apellidado por ser natural de Elqós, que ¡oíos
(como San Jerónimo) localizan en Galilea, otros (como el Pseudo
^ Epifanio) en Jitdea, otros (recogiendo tradición medieval mesopotá-
mica) en Babilonia. Los que ven en Judea la patria del profeta parecen
presentar hoy mayores probabilidades de acierto. Otros datos sobre Nahum
no se poseen, salvo los indicios que sobre su carácter y espíritu nos ofrece
su propio escrito.
El contenido de éste no es otro que el inminente hundimiento del im<-
perio asirlo y la ruina de su capital, Nínive. El libro1 fué compuesto des-
pués de la conquista de Tebas (o No-Ammón) por Assurbanipal (cf. 3, 8),
que Nahum describe vivamente, y antes de la destrucción de Nínive, que
él vaticina como cosa futura; es decir, entre 663 (otros, 661) y 612.
Su profecía consta de tres bellísimos poemas, notables por el dramatismo
de sus descripciones, en que habla Nahum, como heraldo de una justicia
divina castigadora de todo poder tiránico de la humanidad.
N A H' U M
La ira vengadora de Yahveh contra Níníve
-i 1 Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de Elqós.
^ - Dios celoso y vengador es Yahveh, |
vengador es Yahveh e iracundo,
vengador es Yahveh de sus adversarios |
y se enfurece contra sus enemigos.
(» ?) a .1 Yahveh es paciente y de gran potencia, |
mas dejar no deja a nadie impune.
"2 Yahveh a en el huracán y la tempestad tiene su ruta, \
y las nubes son el polvo de sus pies.
3 4 Contiene el mar y lo deja enjuto | y todos los ríos seca ;
"*| languidecen el Basan y el Carmelo |
y las flores del Líbano se marchitan.
~ 5 Los montes tiemblan ante El |
y las colinas se estremecen de miedo ;
1 y clama la tierra a su presencia |
y el orbe y cuantos en él habitan.
T 6 b Ante su ira, ¿ quién puede mantenerse ? b ]
Y ¿ quién resistirá cuando se inflama su cólera ?
-i - ss. Los versos forman una poesía en acróstico alfabético, aunque imperfecta-
-*- mente conservada, especialmente a partir de la letra lámcd. Los críticos trasladan
los v'v. de un punto a otro del capítulo y aun fuera de él con gran facilidad. Hemos
optado por seguir el orden de H y V. |¡ Vengador es Yahveh : si espera para casti-
gar, es para hacerlo más severamente, pues no olvida las injurias que de sus enemigos
recibe.
a Mas dejar no deja... : e. d., no deja impune en modo alguno al culpable.
4 Conviene : e. d., le prohibe se oponga o dañe al hombre. Otros, «increpa», que
también significa el hebreo.
5 Se estremecen de miedo : se conmueven o tiemblan ; otros, «se derriten». Cf. V :
«fueron desolados». |¡ Clama : eleva (su voz) ; otros, «se alza», «se levanta en tumulto» ;
V «contremuit» ; Kit corrige H.
- 1683 -
17-15
NA II UM
17-15
n Su furor se derrama como fuego
y las rocas se hienden ante El.
E3 ' Bueno es Ya h veri ¡ como protección en el día de angustia :
1 Yahvch conoce c a quienes se acogen a El. |
8 Mas con inundación impetuosa
r causará exterminio en aüs adversarios d |
y a sus enemigos lanzará en las tinieblas.
ü * ¿ Que tramáis contra Yahveh ? |
El va a producir completo estrago,
^ no se levantará dos veces la tribulación. |
" Pues, aunque sean como espinos enmarañados
y estén empapados en su embriaguez,
serán devorados por completo cual paja seca.
" De ti ha salido quien maquina el mal contra Yahveh
y fraguaba perversidades.
" Así dice Yahveh :
Aunque estén intactos y sean tan numerosos,
aun así serán cortados y pasará.
Te he humillado, mas no te humillaré de nuevo.
13 Y ahora quebraré su yugo de sobre ti
y tus cadenas romperé.
" Yahveh ha decretado contra ti :
«No se propagará más tu nombre ;
exterminaré de la casa de tus dioses
imagen esculpida e ídolo fundido,
y haré [de aquella casa] tu tumba, porque eres vil.»
"i ¡Mirad sobre los montes las pisadas 0 del portador de albricias de
Celebra, ¡oh Judá!, tus fiestas, [quien proclama la paz8,
cumple tus votos ;
pues no tornará ya a pasar por ti el perverso,
ha sido exterminado por completo.
1 Como proteccii
en día de angustia
" Lanzará ex LA!
modificar H ; cf. i>
gos, El los protege,
trabados...» La trad¡
" Verso también
tiples correcciones :
'Tiranos son aguas
«que domina en las
14 No SE PROPAGA!
nombre, e. d., no t<
varios modos : «voy
» Mirad 'sabré i
o malvado, el desti
Igs. leí
los que
dblas : otro- (cf. Vi, «perseguirán t
jnsuma la ruina de aquellos que le
quiere el profeta infundir eonfiai
íes asirías. II No sk levantará... : (
lie
protección lo refugio)
eblas». Otros prefieren
veces sus adversarios»,
rrerciones y versiones
ios están intimamente
n ¡ mili, ido» IHibl.
va Dios a mandar contra Ni-
hecho ajudá. || El. plrvers'j :
— 1684 --
2 i-i<»
Caída y ruina de Nínive
21, * Sube contra ti el asolado! ;
guarda atentamente la fortificación,
vigila el camino, cíñete los lomos,
reconcentra con denuedo tus fuerzas.
!3 Pues Yahveh restablecerá la gloria de Jacob,
así como la gloria de Israel,
porque devastadores habíanla devastado
y destruido sus sarmientos.
s4 E1 escudo de sus guerreros es rojo,
sus soldados [visten] de escarlata ;
como fuego de antorchas b son los carros de guerra
en él día en que él se apresta a la campaña,
v blándense los abetos [de las lanzas] c.
. *¡¡ Corren furiosamente por las calles los carros,
preciipítanse por las plazas ;
semejan antorchas encendidas,
pasan corriendo como relámpagos.
\ Se acordará de sus héroes,
que caen en su marcha ;
corren apresuradamente a la muralla,
dispónese el mantelete ;
% las compuertas de los ríos se abren
y el palacio tiembla aterrado ;
7S v es conducida (la ciudad) descubierta y sacada fuera,
y sus criadas gimen imitando el arrullo de las palomas
y golpean sus pechos.
Y Nínive es como alberca de aguas,
cuyas aguas se ~can d.
«¡Deteneos, deteneos!», [les gritan e] ;
mas nadie se vuelve.
'k, ¡Saquead la plata, saquead el oro!
El ajuar no tiene fin,
el cúmulo de riquezas en toda suerte de objetos preciosos,
u Hay vacío, ciudad expoliada, devastación,
corazones derretidos de pavor y temblor de rodillas
y estremecimiento en todos los lomos,
y los rostros de todos los habitantes muéstranse rojos de excitación.
ry '2 Contra ti: e. d., contra Nínive. ¡| Cíñete los lomos: irónicamente aconseja
^ a los asirios que se defiendan bien.
\ La gloria : e. d., la prosperidad.
s. El escudo : describe el profeta el aspecto del ejército que avanza contra Níni-
ve. || Los abetos o cipreses de las lanzas y otras armas arrojadizas son blandidos
(Ferrara: «atosigadas» o envenenadas). Cf. crítica.
5C Se acordará de sus héroes : e. d., el enemigo. Parece significar que tratará
en vano de rechazar el ataque. Prps. diversas correcciones al texto : espolea a, son
convocados sus héroes, etc. (cf. Kit).
Las compuertas de los ríos : e. d., la riada de tropas enemigas irrumpen.
San Jerónimo lo interpreta como «la multitud de habitante-; de Nínive». || El pa-
lacio : e. d., sus habitantes son presa del pánico, de la descomposición.
Ts Es conducida... : así prb. c. Kit. La palabra es dudosa. Unos han traducido «la
espléndida», o como nombre propio (Huzzab...) de la reina de Babilonia, o la diosa
Zib, etc. Cf. V : «Y el soldado fué llevado cautivo». Muchos corrigen H : «Y la (o su)
soberana o sacada, llevada al cautiverio (o ha de ir al destierro).»
"„ CUTAS aguas se van : e. d., así huyen de ella sus habitantes.
30n MUÉSTRANSE rojos: otros, por el contrario, vierten «palidecen de terror».
- 1685 -
2 11—3 10
NAHUM
2 n-3 10
UM ¿ Dónde está [ahora] la guarida de los leones
y el cubil s de los leoncillos,
adonde iba el león a recogerse «
y el cachorro de león, sin que nadie le inquietase?
,;n El león dilaceraba la presa en la medida que sus cachorros reque-
y la estrangulaba para sus leonas, [rían,
y henchía de botín sus escondrijos
y sus cubiles de rapiñas.
nH Heme aquí contra ti, dice Yahveh de los ejércitos ;
quemaré reduciendo a humo tus carros h,
y la espada devorará a tus leoncillos,
y arrancaré de la tierra tus presas,
y no se oirá más la voz de tus embajadores.
Inminencia de la ruina de Nínive por sus crímenes
'-i ' ¡ Ay de la ciudad sanguinaria, | toda ella mentira, «
" llena de violencia ! | ¡ No cesará la rapiña de ella » !
2 Oyese el chasquido del látigo, | estrépito de ruedas, |
galopar de caballos, r
saltar de carros, |
[3] la carga de la caballería,
3 el lampo de las espadas y el fulgor de las lanzas,
la multitud de víctimas y la muchedumbre de muertos,
la infinidad de cadáveres, | en los que se tropieza al andar.
4 A causa [todo ello] de multitud de fornicaciones de una ramera I
de hermosa gracia, maestra en hechizos,
que embaucaba a las naciones con sus idolatrías |
y a los pueblos con sus hechizos.
6 Heme aquí contra ti, dice Yahveh de los ejércitos ;
yo alzaré tus faldas hasta sobre tu cara
y mostraré a las gentes tu desnudez
y a los reinos tu vergüenza ;
" y arrojaré sobre ti inmundicias,
te afrentaré ; y te haré servir de espectáculo.
7 Y acaecerá que todo el que viere huirá de ti y dirá :
¡Ha sido asolada Nínive! ¿Quién se condolerá de ella? '
¿Dónde hallaré para ella b consoladores?
8 ¿Eres tú mejor que No-Amón,
asentada entre los canales del Nilo,
circuida de aguas, cuyo baluarte era el mar,
las aguas 0 su muralla ?
" Etiopía, como Egipto, era su fuerza sin límites ;
Put y los libios eran sus d auxiliares.
10 Mas también ella al destierro marchó prisionera ;
también sus niños fueron estrellados
Mj. Heme aquí : es Dios mismo quien dirige la destrucción de Nínive; El, a quien
obedecen los ángeles y lo.s astros y a quien nada le importa del poderío asirio.
3' Recuerda el profeta los enormes crímenes de los asirios y les anuncia el castigo.
- Saltar pe carros : o sea, carros a la carrera. |l I.a carga de i.a caballería : otros,
los cadáveres
de ellos (cf. Kit).
4 De multitud de fornicaciones : refiérese aquí probablemente, más que a los
idolátricos cultos ya antiguos en Nínive, a las malas artes de que se valía esta nación
para seducir y enlazar los pequeños estados próximos. || Idolatrías : lit., fornicaciones.
8 No-Amon : o No de Anión ; es la famosa Tebas, cuyo patrono era el dios Anión.
— i686 —
11-19
NAHUM
3 n-1''
en las esquinas de todas las calles ;
y echaron suertes,
y todos sus magnates fueron aherrojados con cadenas.
u También tú seras embriagada, quedarás desmayada ;
también tú buscarás | un refugio frente al enemigo.
" Todas tus fortalezas son cual higueras | con brevas :
si las sacuden, | caen en la boca de quien las ha de comer.
13 He aquí que tu pueblo es en medio de ti [como] mujeres ;
e el fuego devora tus cerrojos e ;
ábrense de par en par a tus enemigos | las puertas de tu país.
14 Sácate agua para el asedio,
refuerza tus fortificaciones,
métete en el barro y pisa la arcilla,
y toma el molde de hacer ladrillos.
15 Allí te consumirá el fuego,
te tajará la espada,
te devorará como el yéleq ;
multiplícate como el yéleq,
multiplícate cual el arbeh.
" Multiplica '> tus mercaderes | más que las estrellas del cielo ; |
s el yéleq mudó la piel y voló g.
17 Tus guardianes son como el arbeh,
y tus tifsares como las langostas,
que se posan sobre las cercas en día frío ;
sale el sol y levantan el vuelo,
sin que se sepa el lugar donde han ido.
18 Se han dormido tus pastores, ¡ oh rey de Asiria ! ;
tus héroes yacen muertos,
tu pueblo está disperso por los montes
y no hay quien lo reúna.
19 No hay alivio para tu daño, | es grave tu herida ;
todos cuantos oigan hablar de ti [ batirán palmas por tu causa ;
pues ¿ sobre quién no descargó | tu maldad en todo tiempo ?
a [Como] mujeres : quiere decir que serán infructuosos cuantos esfuerzos hagan
los asirios para salvarse.
15 Yéleq... arbeh : cf. Joel i, 4, nota.
18 El *yéleo' mudó la piel... : o bien, extendió sus alas: otros, «se extendió» (cf. V) ;
otros interpretan : idesaparecerá como el yéleq, que despliega sus alas y vuela» ;
otros lo suprimen.
17 Guardianes o custodios : así c. V ; Arragel «mayorales» ; G «personajes consa-
grados». Era título de diversos cargos en Babilonia. J| Tifsares : voz sumeria con que
se designaba entre los asirios ciertos cargos de ord%n civil y militar de diversa gra-
duación.
m Se han dormido tus pastores : estos tus príncipes y grandes hombres han des-
aparecido muertos en guerra.
18 Batirán palmas : aplaudirán la destrucción de la ciudad que oprimió al mundo
entero.
NOTAS CRITICAS A N A H U M
a-.'-adil, anota Kitj b Kit 1 su ira ¿quién mantendrá ante Elt] c así c Kit ; H y
que conoce] í así c Kit ; H el lunar de ella (Nínive)] e-e Kit 1 sólo del portador de paz.
Kit anota «v 2 post v 3 trsp», otros tras 1 13} b así c Kit ; H en fuego de aceros
(o bien, con refulgente acero — aparecen — ) ; cf V «las riendas de sus carros de fuego» I
c Kit 1 c GS los caballos (se estremecen temblorosos ; otros «están adornados») ; otros
«y los jinetes se lanzan corriendo locamente» (Bibl. Bonn)] á así prb c Kit (cf G y Vi ;
H de los días de ella, y ellos huyen (?)] o dicen, ins Kit] t así prb; H el pastizal]
«así Kit c GSV ; H leona] h así H; prps tu espesura o matorral (cf Kit), etc.
cap. 3
a así ins Kit por razones métricas] b así Kit c G ; II para ti (cf V : «se condolerá
de ti, ¿de dónde te buscaré consoladortn] e así c Kit (cf V); H de mar] i así Kit
c GS ; H tus] e-e en H al fin del V 13 (cf Kit)] I asi c Kit ; II multiplicaste] K"8 prb
add, anota Kit.
I N T R O D U C C I O N A HAB-ACU C
abaclt {hebreo Jabaqquq), distinto del Habacuc que llevó la comida
a Daniel, encerrado en el lago de los leones (Dan. 14, 32-38), profe-
tizó antes de la muerte de Josías (6og ó 60S), o como escribe H. Jun-
ker (10.38), «poco antes o poco después del año 600 a. C». Algidos le lian
supuesto levita, sin suficiente fundamento ; otros, como Peiser, y con no
mayores razones, un príncipe de Judá cautivo en Ninive.
Su libro, de estructura perfectamente unitaria, ofrece características
muy diversas a los escritos de los demás profetas. Habacuc, más que df
presentarnos en sus discursos una serie de amenazas y reprimendas con-
tra los pecadores, cuida de la cuestión de la justicia divina respecto a
aquellos. Su profecía es un doble anuncio de castigos y una teofanía. La-
mentase el profeta de los pecados del pueblo; responde Dios que le cas-
tigará por medio de los caldeos (1). Pregunta el profeta por qué el impío
es instrumento de los castigos divinos; en visión responde Dios que tam-
bién el impío será castigado (2). Sigue el magnífico cántico en que se ce-
lebra la majestad, ¡a justicia y la misericordia de Dios Salvador (3).
Lo acabado de fondo y forma califica a este profeta como uno de los
maestros de la literatura hebraica, y su vaticinio ha sido calificado por
Junkcr como «teodicea profética».
Tres veces recuerda San Pablo un texto de Habacuc: El justo vivirá por
la fe (Hab. 3, 2; Rom. 1, 77; Gál. 3, 11; Hebr. 10, 37-38), para confirmar
su tesis fundamental de la justificación por la fe en Cristo Jesús.
— i68q —
H A B A C U C
Dios escoge a los caldeos para ejecutar a Judá. El oráculo
1 Oráculo que tuvo en visión el profeta Habacuc.
■a ¿Hasta cuándo, ¡oh Yabveh!, he de estar gritando, v no oirás;
clamaré a ti : «¡Injusticia!», y no salvarás?
8 ¿Por qué me muestras la iniquidad
y contemplas indiferente la fatiga ? ;
pues la violencia y la injusticia se hallan ante mí,
y nace la querella, y la discordia surge.
4 Por eso se entumece la ley
y la justicia no sale más a plaza ;
pues el impío cerca al justo,
por eso sale conculcado el derecho.
6 Mirad a las gentes y observad,
y quedaréis maravillados y asombrados ;
porque está para realizarse en vuestros días una obra
que no creeríais, si se os refiriera.
" Pues mirad : yo voy a suscitar a los caldeos,
ese pueblo cruel v veloz
que recorre la amplitud de la tierra
!>era apoderarse de moradas que no le pertenecen.
7 Es espantoso y temible ;
de él emanan su derecho y su eminencia.
8 Más ligeros que leopardos son sus caballos,
más crueles que lobos de noche ;
y sus caballos llegan al galope
y sus jinetes vienen de lejos,
vuelan como águila que se precipita sobre la presa.
-I 2 He de estar gritando, v no oirAs : lo dice por los pecados de Judá.
4 Se entumece la i.ey : al no ser observada ni en la vida religiosa, ni en la política,
ni en la doméstica. || La justicia : o el derecho.
B Una obra : el castigo que prepara Dios a su pueblo.
7 De él emanan... : o bien : de él emana su derecho (o juicio) y su eminencia (en-
greimiento...) sale, que muchos interpretan : «no tiene más ley que su orgullosa
voluntad» o su ambición. Prps. correcciones diversas a H ; Kit cree «prb di» «y su
eminencia», el sentido del v. sería similar.
■ Cruei.es: GV «veloces». || Sobre la presa : lit., para comer o devorar.
— 1690 —
19-2 2
HABACUC
19-2 2
' Cada uno llega para entregarse a la violencia,
todos sus rostros [vueltos] hacia el este,
v recogen cautivos como arena.
10 El se mofa de los reyes
y búrlase de los príncipes ;
ríese él de toda fortaleza,
V amontona tierra y la toma.
11 Llega y pasa como el huracán,
v habrá de expiar quien hace de su fuer/a su dios.
a ; No eres tú desde antiguo, ¡oh Yahveh!,
b mi Dios, mi Santo b ?
¡ Na morirás c!
¡Oh Yahveh!, para justicia lo has establecido [a este pueblo]
y para castigar, ¡oh Roca!, lo destinaste.
13 Eres de ojos muy puros para mirar el mal
y no puedes contemplar [indiferente] la iniquidad.
¡ Por qué miras a esos pérfidos
v callas cuando devora el impío al más justo que él ?
" Y ¿ [por qué] haces a los hombres como los peces del mar,
[o] cual los reptiles, que no tienen caudillo ?
16 A todos ellos sacó con el anzuelo,
los atrajo con el esparvel
y recogiólos con su red barredera,
«legre y jubiloso de ello.
,B I'or eso ofrece sacrificios a su esparavel
y quema incienso a su barredera ;
porque gracias a ellos su porción es pingüe
y su comida suculenta.
17 Debido a eso vaciará su esparavel,
y matará de continuo a los pueblos sin compasión.
Manifestaciones de Dios sobre el triunfo momentáneo de
la injusticia
o 1 Sobre mi puesto de guardia me colocaré,
* y estaré en pie sobre la fortaleza,
y me mantendré alerta para ver qué me dice El
y qué responderá 1 a mi querella.
* Y contestóme Yahveh, y dijo :
«Escribe la visión
"Todos sus rostros hacia el este: e. d., ¿al adelantamiento de su raza? La in-
terpretación del paso es dudosa : «la tendencia de sus rostros es hacia el estén
iBibl. Tub.l, «el resoplar de su rostro es como t'i.'iilo del este [abrasador]», Bibl. Bonn»;
cf. V : «la cara de ellos viento abrasador».
,u Amontona tierra v la toma : alza terraplenes hasta lo alto de los muros y se
apodera de ellos.
11 Llega... : cf . V : «Entonces se mudará su corazón y pasará...» Otros, muy di-
versamente. Kit 1. el último estico : «y hace de su fuerza su dios».
12 ¡Oh Roca! : otros (cf. V), «fuerte» (lo fundaste).
14 Como los peces, que nadie protege y se comen unos a otros.
* A Tonos ellos : estas imágenes recuerdan los medios empleados por los caldeos
para subyugar a las naciones, apoderándose de todo sin escrúpulo.
16 A su esparavel : quiere decir que atribuyen los caldeos sus éxitos a los medie»
que emplean.
o 1 Sobre la fortaleza : e. d., mi fortaleza. Tómese en sentido figurado. Habla el
*■ profeta de su preparación espiritual a oír interiormente la voz de Dios.
- V\r\ QUI pueda ... : lit., para que corra quien la lea.
-róoi -
2 3-12
HABACUC
2 3-12
y grábala sobre tablas,
para que pueda leerse de corrido ,
8 pues es todavía visión a largo plazo,
mas corre al cumplimiento y no fallará ;
si tarda, espérala,
porque ciertamente ha de acontecer, no faltará.»
4 He aquí que el insolente no tiene el alma rectamente dispuesta,
mas el justo, en su fidelidad vivirá.
6 En verdad, el vino es traidor :
[así] el varón jactancioso que no consigue [sus deseos],
el cual ensancha como el seol sus fauces
y es como la muerte, que no se sacia ;
juntaría en torno a sí a todas las gentes,
congregaría a su alrededor a todos los pueblos.
"¿Acaso todos éstos no le han de hacer objeto de proverbio,
y logrará sátiras y burlas enigmáticas ?
k Y se dirá b :
¡ Ay de quien multiplica lo que no es suyo
(¿Hasta cuándo será?)
y acumula sobre sí prendas !
' ¿No se alzarán acaso de súbito quienes te han de morder
y se despertarán los que te han de vejar fuertemente,
y serás de ellos presa ?
0 Por cuanto tú has expoliado a muchas gentes,
te despojarán todo el resto de los pueblos,
por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país,
a la ciudad y a cuantos en ella habitan.
• I Ay de quienes adquieren ilícita ganancia, en perjuicio para Sil casa,
tratando de poner su nido en alto
para librarse de la garra del mal!
111 Has tramado lo que ha de ser ignominioso para tu casa,
has aniquilado a muchos pueblos
y tu alma ha pecado ;
u pues la piedra clamará desde el muro
y la viga desde el maderamen le responderá.
11 ¡ Ay de quien edifica una villa en la sangre
y funda una ciudad con el crimen!
0 No fallará : e. <1., se cumplirá y verificará, aunque tarde ; mas no ha de ol-
vidarse.
* El insolente: engreído, osado...; V «incrédulo», C, «indolente»; créese que H
ofrécese aquí crrp. ; cf. corrección en Kit. Bibl. Bonn corrige e interpreta : tsc ha
desvanecido aquel' cuya alma íntima no era sincera (recta)»; Bibl. Tub. : iquicn
obra argucia, su alma no permanece en él». || Mas el justo, sinceramente justo, será
salvo.
6 Kl vino es traidor : promete risas y causa miseria. V «y como engaña el vino
al bebedor, así será el hombre soberbio, y no alcanzará honra». En general, los crí-
ticos prefieren modificar H a su gusto (cf. Kit). Bibl. Bonn : «ciertamente, habién-
dose portado como un pérfido, el hombre soberbio no se quedará [a morar]»;
Bibl. Tub. : «con mayor razón no quedará con vida el pérfido, el hombre desvergon-
zado no tiene persistencia»...
■ Acaso todos éstos : la destrucción del pueblo caldeo se empieza aquí a anunciar
en forma de canto compuesto de amenazas. || Burlas enigmáticas : o sea, burlas con
encubiertas palabras a modo de enigma. || Prendas: V «lodo espeso».
1 Quienes te han de morder : e. d., con su lengua. Otros, «tus acreedores».
ü Poner su nido en alto : como el águila, asegurando y fortificando su poder con
robos y saqueos.
lu Tu alma ha pecado : así V; otros prefieren corregir H: «pecas contra ti mis-
mo», etc. (cf. Kit).
11 La piedra clamará : hasta los seres inanimados clamarán venganza. || Le RES*
ponderá : o le hará coro.
12 Funda una ciudad: V «asienta sus muros». || Con el crimen: o con injusticia
o iniquidad.
— 1692 —
ia-3 2
HABACUC
2 13-3 2
u b ¿ Acaso no pende esto de Yahveh de los ejércitos ?b ;
que se fatiguen las gentes por lograr el fuego suficiente,
y los pueblos trabajen por nada ;
" c pues la tierra habrá de henchirse de conocimiento de la gloria de
como las aguas cubren la mar c. [Yahveh,
18 ¡ Ay del que da a beber a su prójimo
y añade su d ira y, además, lo embriaga
para contemplar sus desnudeces !
" Estás saciado de ignominia más que de gloria.
Bebe también tú y muestra tu prepucio.
Volcaráse sobre ti el cáliz de la diestra de Yahveh
y el oprobio [será] sobre tu honor.
': Pues la violencia del Líbano te cubrirá
y la opresión de los animales te e aterrará
por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país,
a la ciudad y a cuantos en ella habitan.
,s ¿ De qué sirve a una escultura que entalló su artífice,
a una imagen de fundición o a un oráculo falaz
el que su creador f confíe en ella
fabricando ídolos mudos ?
,g 8 ¡ Ay de quien dice al leño : «¡ Despierta I» ;
a la piedra muda : «¡Desvélate!»
11 ¿Podrá enseñar ella? h
He aquí que está cubierta de oro y plata,
pero no existe el menor soplo de vida en su interior.
-" ¡ Mas Yahveh está en su santo templo ;
palle a su presencia toda la tierra!
Plegaria y salmo del profeta
' Plegaria del profeta Habacuc. A! modo de las poesías apasionadas
' «¡Oh Yahveh!, he oído tu noticia,
[y] he temido, Yahveh, tu obra.
Llámala a la existencia en medio de los años,
en medio de los años dala a conocer ;
en la ira acuérdate de tener compasión.»
14 Habrá de henchirse de conocimiento de... : o bien, experimentará en toda su ex-
tensión.
15 Y añade (o mezcla) so ira : las versiones divergen bastante ; procuramos seguir
a H, guiados a la vez por V. Cf. Arragel : «el barril de la ponzoña y fiel hasta le
< mbriagar».
M Muestra... : e. d., muestra que eres incircunciso ; V «adormécete» ; Ferrara,
«y serás descubierto» ; otros, «envenénate...».
■ La violencia del Líbano : el daño causado al templo de Jerusalén. || Por la san-
ore..., etc. : cf. 8 c.
" ¡Av de quien dice... ! : dice a los caldeos que no esperen su salvación de los Ídolos.
O 1 Al modo... : lit., sobre las sigyonot 'poesías apasionadas o de éxtasis*. Cf. Sal.
7, i. La significación exacta del vocablo no es conocida. Según Minocchi, «plegaria
de quien está en dolor» ; otros, «endechas o canciones de lamentación» ; otros, de di-
xersas maneras, V traduce «por las ignorancias».
2 Tu noticia : la palabra que me has dirigido. Otros «la noticia de ti». || Llámala
a la existencia: dale vida, e. d., ejecútala. |] K.n medio de los años: o bien, eu
tiempo asequible.
— 1693 —
3 3-14
HABACUC
3 3-14
' Dios viene de Temán,
y el Santo, del monte de Parán. Sélah.
Cubre los cielos su gloria
y la tierra está llena de su loor.
1 Su resplandor a es cual la misma luz,
rayos hay en torno a él
y allí oculta su potencia.
8 Ante él camina la peste
y la epidemia sigue sus pasos.
8 Paróse, e hizo vacilar b la tierra ;
miró, e hizo saltar de terror a las gente» ,
se hendieron las montañas perdurables,
abatiéronse los collados eternos,
caminando por senderos antiquísimos.
1 [Gimiendo] bajo la calamidad contemplé las tiendas de Kusán ;
estremécense los pabellones del país de Madián.
* ¿ Acaso se ha airado Yahveh contra los ríos ?
¿ Es contra los ríos tu cólera
o contra el mar tu enojo,
para que cabalgues sobre tus caballos
y tus carros, vehículo de victoria ?
" Tu arco has desnudado de la envoltura °,
los juramento* d de las vergas de castigo de la palabra divina. Sélah.
Tú hiendes la tierra y salen de ella ríos.
10 Vente los montes y tiemblan,
un diluvio de agua se desencadena,
el océano deja oír su voz,
hacia la altura sus manos eleva.
" El sol y la luna permanecen en su excelsa morada ■,
desaparecen a la luz de tus saetas,
al brillar de tu lanza fulgurante.
12 Tú recorres la tierra en tu furor,
con ira trillas a las gentes.
" Sales para salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido.
Tvi destrozas y arruinas el tejado de la casa del impío
y pones a descubierto el cimiento hasta la roca e. Sélah.
M Traspasas con tus f dardos la « cabeza
de sus caudillos, que se lanzan impetuosamente
para dispersarme, siendo su algazara
como si devorasen al pobre en [su] escondrijo.
8 Viene de Temán : quiere decir que, como vino Dios en otro tiempo a hacer alian-
za con su pueblo en el desierto, vendrá algún día en majestad para castigar a los
malos que oprimen a los buenos. || Temán : cf. Jer. 49, 7 ; Am. i, 11-12 ; Ab. v. 9. || Pa-
rán : monte del desierto de igual nombre, próximo al Sinaf, como Temán. Cf. Dt. 33,
2; Jue. 5, 4. || Sélah : aparece en el cántico tres veces; cf. Sal. 3, 2.
* Cual i.a misma luz : e. d., brillantísima ; otros vierten «cual procedente del sol»
(asi Bibl. Bonn), o corrigen : «Un resplandor como de luz hay bajo éU (así
Bibl. Tub. ; cf. Kit). || En torno a él : o a su lado. || Y allí... : cf. Sal. i03,„„ 2.
6 Ante El camina la peste : como la aparición de Dios para el juicio sea natural-
mente terrible, natural es que todos los azotes vengan haciéndole cortejo y esperando
sus órdenes. || Epidemia : ardor febril, peste... ; V «el diablo» ; cf. Arragel : «y sal-
drán los diablos ante los sus pies».
8 Paróse : o presentóse. || Los collados eternos : o colinas antiquísimas. || Sen-
deros antiquísimos : cf. Am. 4, 13 ; Miq. 1, 3.
1 Kusán : e. d., Etiopía : tribus nómadas prob. en Arabia y no lejos del Sinaí,
donde, como Madián, sienten pronto los terribles efectos de la manifestación divina.
w Los montes... : cf. Sal. 76,,, 17-20. || El océano : o el abismo o mar primitivo.
a Permanecen en su excelsa morada: e. d., oscurecidos. || Desaparecen: Bibl. Bonn:
«Como luz marchan tus saetas y como resplandor luminoso el centelleo de tu lanza.»
■ Tu ungido : e. d., el mismo pueblo o su rey ; cf. Sal. 83i4, 10. Para unos, este
ungido es Josías ; para otros, Ciro.
M Siendo su algazara como al devorar... (cf. V) ; otros, «los que asieron a los po-
bres para devorarlos» (así Bibl. Bonn).
— 1694 —
3 ís-19
HABACUC
3 15-19
16 Penetras en el mar con tus h caballos
a través de! oleaje de copiosas aguas.
" He oído, y mis entrañas se conmueven ;
a tu voz tiemblan mis labios ;
penetra la caries en mis huesos
y bajo mí se estremecen mis pasos 1 ;
mas yo aguardo tranquilo el día de la angustia,
cuando suba contra el pueblo que nos asalta como bandido
'7 Pues la higuera no rebrotará
ni habrá frutos en las viñas,
defraudará las esperanzas el producto de los olivos,
los campos no producirán alimento,
desaparecerá del aprisco el ganado menor
y no habrá reses vacunas en los establos.
,s Mas yo en Yahveh me regocijaré,
exultaré en el Dios de mi salvación.
19 Yahveh, el Señor, es mi fortaleza :
El hace mis pies ágiles cual los de las cien-as
y sobre mis alturas me hace caminar.
Al maestro de coro con acompañamiento de instrumentos de cuerda '.
16 Penetra la caries : o podredumbre, e. d., la angustia ; o bien, corroyéronse mis
miembros. || Ei. pueblo oue nos asalta o saquea: e. d., el caldeo.
"-»* Cf. Sal. 5, 12; 31,,, 11; 3233, 1.
a Cf. Sal. i7JS, 32-33 ;*72„, 26; 17,,, 34; Dt. 32, 13; 33, 29. || Sobre mis alturas:
Dios le pondrá al abrigo, como los ciervos se refugian en las alturas. || Maestro pe
loro o capilla, chantre (cf. Sal. 4, 1). Otros (vide Bibl. Bonn) : tPara tocar [canciones
de victoria] con mi música de cuerda.»
— 1^95 —
NOTAS CRITICAS A HABACUC
c*r. i
a algs críticos trasponen vv 2-4 post v 17] b-b Kit 1 Dios de mi santidad o mi santo
Diosl o así 1 c Kit ; H moriremos] <* así H (y V) ¡ Kit c GS al justo.
CAr. 2
a así Kit; H responderé] b"t> add, anota Kit] e-c add cf Is 11 9, anota Kit] <1 otros
corrigen de la copa de su; cf V : «mittens fel suuin» ; H añades (o mezclas) tu; prps
otras correcciones a 15b (cf Kit)] o así Kit c GS ; H los] 'v 18 post 19 trsp c Kit]
e glosa según Kit] >>~h así c Kit.
CAP. 3
a así Kit c GSV ; H y resplandor] b Kit 1 c G detiene] c así frt , Kit 1 desnudar has
desnudado] d así H ; Kit corrige thas henchido de saetas ta carcajt; V tíos juramen-
tos que hablaste a las tribusi] e así c Kit; H el cuello] f así c Kit; H sus; cf V :
omaldijiste sus cetros»] e Kit 1 su cabeza ; luego sugiere otras correcciones al v] h así
H ; Kit sus] > así quizá (cf Kit) ; H y bajo mí yo me estremezco de que; V iet subter
me scateat»] i así c Kit.
INTRODUCCION A SOFONIAS
Palabra de Yahveh, dirigida a Sofonías, hijo de Kusí, hijo de Gue-
dalyá Godolías, hijo de Amaryá, hijo de Ezequías, en los días de
josías, hijo de Anión, rey de Jodá.» Con este preámbulo comienza el li-
bro de Sofonías — en hebreo Sefanyá 'Yahveh ha ocultado' o protegido — ,
descendiente, según algunos, del rey Ezequías. Dicho encabezamiento si-
túa la actuación del profeta en el reinado de Josías (ca. 640 ó 638 a 6og
Ó 608), de cuyo reinado constituye el hecho fundamental la célebre refor-
ma del culto.
Dado que Sofonías censura como uno de los pecados del pueblo
la idolatría, muchos suponen que la aparición de nuestro profeta sería
anterior a dicha reforma. Otros autores creen que Sofonías, en su ame-
naza contra Judá, alude a la invasión de los escitas, que, según Herodo-
to (l, tojrioó), dominaron en el Asia Menor durante veintiocho años, lle-
gando en sus campañas hasta la frontera egipcia. Esto llevaría a fechar
el vaticinio de nuestro profeta antes del 625.
El tema de su profecía es el día del Señor: el juicio divino y los cas-
tigos contra el mundo entero, contra los gentiles y contra Jerusalén. Al
fin — y cu harmonía con su carácter escatológico — anuncia la universal res-
tauración mesiánica: los gentiles invocarán el nombre de Yahveh, Israel
será purificado y glorificado.
Sin alcanzar la sublimidad de Isaías o el dramatismo de Nahum, no
carece Sofonías de dotes artísticas.
— 1697 —
54
S O F O
NIAS
Amenaza del juicio de Dios
"i 1 Palabra de Yahveh que se dirigió a Sofonías, hijo de Kusí, hijo de
x Guedalyá, hijo de Amaryá, hijo de Ezequías, en los días de Josías,
hijo de Amón, rey de Judá.
2 Yo borraré por completo todas las cosas | de sobre la haz de la tierra,
dice Yahveh.
• Suprimiré hombres y bestias,
aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar
a y los motivos de tropiezo con los impíos,
y exterminaré a los hombres de sobre la haz de la tierra,
dice Yahveh a.
4 Y alargaré mi mano contra Judá
y contra todos los moradores de Jerusalén
y aniquilaré b en tal lugar b los restos de Baal,
y c el nombre de los ministros idolátricos con los sacerdotes [de Yahveh] ;
• y a quienes se prosternan sobre los terrados
ante el ejército del cielo ;
y a los que se postran jurando d ante Yahveh
y juran por Milkom e;
' y a quienes desertan de en pos de Yahveh
y no buscan al Señor b ni inquieren por El h.
1 Silencio ante el Señor, Yahveh,
pues está próximo su día,
porque Yahveh ha dispuesto un sacrificio,
ha santificado a» sus invitados.
• Y en el día del sacrificio de Yahveh
castigaré a todos 1 los príncipes, | y a los hijos del rey,
y a todos los que visten vestidura extranjera ;
-l • Motivos de tropiezo...: o escándalo, incitaciones al pecado; V «et ruinae im-
-*- piorum erunta.
* Ministros idolátricos : sacrificadores o sacerdotes ilegales.
6 Y juran por Milkom : por Baal.
7 Su día : el del castigo. || Ha dispuesto un sacrificio : el juicio de Dios con el
castigo, que es su consecuencia, es considerado como un sacrificio. || Ha santificado :
esos invitados de que habla el texto son los países llamados a hacer guerra a Israel.
— 1698 —
19-18
SOFONÍAS
1 9-18
• y castigaré también a en aquel día a a cuantos saltan sobre el umbral,
los que llenan la casa de su Señor de violencia y fraude.
10 Y en aquel día, dice Yahveh,
surgirá un griterío de la puerta del Pescado,
un lamento desde la ciudad nueva
y un gran quebranto desde las colinas.
" \ Lamentaos, habitantes de la Pelota!,
pues toda el pueblo de los mercaderes ha perecido,
han sido aniquilados todos los que pesan plata.
" Y sucederá en aquel tiempo
que yo escudriñaré a Jerusalén con linternas
y castigaré a los hombres que, espesados por sus heces,
dicen en su corazón : «Yahveh ni beneficia ni perjudica.»
" Su riqueza servirá de botín,
y sus casas, reducidas a desolación ;
habrán construido casas, mas no las habitarán,
y plantado viñas, mas no beberán su vino.
,J Próximo está el gran día de Yahveh,
próximo, y viene muy rápidamente ;
óyese ya el ruido del día de Yahveh ;
amargamente gritará entonces el valiente.
;í Día de ira el día aquel,
día de angustia y aprieto,
día de desolación y devastación,
día de tinieblas v oscuridad,
día de nubes y .densos nubarrones,
" día de trompetas y alarido
contra las ciudades fortificadas
y contra los elevados torreones.
" Y angustiaré a los hombres, que andarán como ciegos,
a porque pecaron contra Yahveh a,
v su sangre será derramada como polvo
v sus intestinos [arrojados] como excremento.
" Ni su plata ni su oro
podrá salvarlos
en el día de la ira de Yahveh,
y en el fuego de su celo
será devorada toda la tierra ;
oues un exterminio ciertamente repentino
causará a todos los habitantes de la tierra.
* Saltan sobre el umbral : no se sabe si alude a una práctica supersticiosa, exten-
dida sobre todo entre los poderosos, que eludían el pisar el umbral de sus palacios
por creerlo morada de demonios y espíritus. Puede también referirse el profeta a los
cortesanos oue ocupaban la entrada del palacio real y abusaban de los que venían
a pedir justicia contra sus amos (otros, a los cortesanos obsequiosos, que a la menor
señal del rey se lanzan puertas adentro a servirle). || De su señor : V «Domini Dei» ;
otros, «la casa real».
10 Puerta dei. Pescado : cf. 2 Par. 33, 13 y 14 ; Ne. 3, 3, y 12, 39.
11 Pelota : hebr. Maktés, V «Pila» ; otros, «Valle», «Mortero» ; era denominación
<le cierta parte de Jerusalén situada, secún se cree, hacia el N., en el sector más
bajo entre el templo y el foso opuesto hacia el O.
a Espesados por (lit., sobre) sus heces : compárase a los alocados habitantes de
Jerusalén, todavía no tocados por Dios ; al mal vino mezclado con heces, y picado
por no habérsele separado de ellas.
13 Habrán construido... : cf. Ara. 5, 11.
15 ss. Aquí se inspiró la célebre composición Dies irac, de Tomás da Celano. || Deso-
lación y devastación : o también, «derrumbamiento y destrozo», V «calamitatis et
miseriae».
M De trompetas : e. d., de tañido de cuerno o trompetas.
" Intestinos : GS «carne», V «cuerpo». Cf. Job. 20, 23.
18 Un exterminio ciertamente repentino : o bien, «una destrucción, en verdad algo
subitáneo» (otros, «un estar aterrorizado»). Kit y otros prefieren modificar H.
— IÓQQ —
2 1-13
SOFONÍAS
2 1-13
Exhortación y predicción de castigos
9 ' Reunios y juntaos, pueblo impúdico,
^ 2 antes que el decreto divino produzca el día | como tamo que pasa,
antes que venga sobre vosotros el furor de la cólera de Yahveh,
antes que os sobrevenga el día de la ira del Señor.
3 Buscad a Yahveh, humildes todos de la tierra,
que habéis puesto en práctica su dictamen.
Buscad la justicia, buscad la humildad ;
quizá podáis quedar ocultos el día de la cólera de Yahveh.
4 Pues Gaza será desamparada y Asquelón asolada.;
a Asdod la desterrarán al Mediodía y Eqrón será' destruida de raíz.
6 1 Ay de los moradores del litoral, del pueblo de los keretíes!
¡ La palabra de Yahveh está contra vosotros,
oh Canaán, tierra de los filisteos!
Y te destruiré de suerte que no quede habitante,
'y serás reducida* a pastizales de b pastores y apriscos de ganado
7 c y será el litoral para el resto de la casa de Judá : [menor ;
allí apacentarán ;
en las casas de Asquelón por le tarde se echarán a dormir ;
pues Yahveh, su Dios, los visitará [benévolamente]
V levantará su cautiverio.
8 He oído la afrenta de Moab
y los ultrajes con que los hijos de Ammón
afrentaron a mi pueblo,
y se ensoberbecieron contra su territorio d.
• Por eso, por mi vida, dice Yahveh de los ejércitos,
Dios de Israel,
ciertamente Moab será como Sodoma,
y los hijos de Ammón como Gomorra :
espinar, mina de sal y desolación eterna.
El resto de mi pueblo los saqueará
y el residuo de mi nación los heredará.
10 Esto les acaecerá por su soberbia,
porque han insultado y tratado altivamente
al pueblo de Yahveh de los ejércitos.
11 Terrible será Yahveh contra ellos,
pues hará perecer6 a todos los dioses de la tierra,
y se prosternarán ante El,
cada cual desde su lugar, todas las islas de las gentes
12 También vosotros, etíopes,
seréis muertos por mi espada.
18 Luego extenderá [Yahveh] su mano contra el Norte,
y destruirá a Asiría,
y convertirá a Nínive en una desolación,
un lugar árido cual el desierto.
O 1 Reuníos : cf. V ; otros prefieren corregir H : «santifícaos», «abochornaos», etc.
^ Bibl. Bonn traduce : «Recoged para vosotros sólo rastrojos (e. d., las riquezas) y
mostraos obstinados.» || Impúdico: V «no amable», GS «indisciplinado».
3 Antes oue el decreto : procuramos ajustamos a H a la luz de V. G «antes que
os volváis cual flor que pasa en un día». Muchos modifican H y traducen «antes que
no os pulverice como el tamo la cólera (o como el tamo que pasa; cf. Kit)...» Otros,
«antes de que seáis arrebatados...*.
! Dictamen : o también, derecho, mandato... || Podáis quedar ocultos : e. d., guar-
dados y puestos a cubierta.
• Pastizales: otros (cf. V), «chozos».
• Para el resto o residuo : para los que vuelvan del destierro de Babilonia.
• Espinar : o bien, desgarro de espinos; otros, «heredad de espinos».
— 1700 —
2i±-37
SOFONÍAS
2i±-3 7
" Y se echarán en medio de ella los hatos
de toda suerte de animales de las eentes ;
también el pelícano, incluso el erizo.
pernoctarán entre sus capiteles.
Voz canta en las ventanas,
el cuervo 1 en los umbrales,
pues el entablado de cedro se ha arrancado.
15 Esta es la ciudad rebosante de alegría
que habitaba en seguridad,
la que decía en su corazón :
«¡Yo y no hay más que yo!»
¡ Cómo ha sido asolada !
¡ Una guarida de fieras!
Todo el que pase junto a ella
silbará y agitará su mano.
Los pecados de Jerusalén. Promesa de restauración
0 1 ¡ A y de la rebelde y mancillada,
** la ciudad opresora!
2 No ha escuchado voz,
no aceptó corrección,
en Yaliveh no ha confiado,
a su Dios no se acercó.
' Sus príncipes, en medio de ella,
son leones rugientes ;
sus jueces, lobos nocturnos
que nada tienen para roer a la mañana siguiente.
4 Sus profetas son fanfarrones, hombres pérfidos ;
sus sacerdotes han profanado el santuario,
han violado la ley.
6 Yahveh, que es justo en medio de ella,
no comete iniquidad ;
todas las mañanas pondrá su juicio
a luz, no falta ;
a mas el malvado no conoce vergüenza a.
* He aniquilado naciones,
han sido derruidos sus baluartes,
he devastado sus calles, | sin que haya quien transite.;
han sido asoladas sus ciudades, vacías de gente, | sin que nadie
7 Dije : ¡ Ciertamente me has de temer ! [more.
Aceptarás la corrección
y [ya] no ha de desaparecer de sus ojos b
14 Animales de las gentes: otro?, «del paísi ; otros, «[que viven] en manadasi. II
Pelícano: otros, ave acuática; V «onocrótalo». || Voz canta: otros, «fuertemente gri-
ta» ; prps. mel buho grita». || Pues el entablado... : texto errp. ; V «porque debilitaré
la fuerza de ella».
15 Esta es la ciudad : Nínive parecía tan fuerte, que sus habitantes no abrigaban
temor alguno.
31 Y mancillada [de crímenes]... opresora: V «et redempta civitas, columba».
1 No ha escuchado voz : la de Dios por sus profetas. || A su Dios no se acerco :
o bien, no quiso saber nada de su Dios.
3 Leones rugientes: por su crueldad. || Nocturnos: lit. . de la tarde; cf. Hab. i,
8. || Nada tienen para roer o quebrantar, e. d., que todo lo devoran; GV «nada de-
jaroni, S «no esperaron».
* Fanfarrones : u osados, ligeros.
1 Con el mayor ardor : o también, desde la primera hora pervirtieron todo su
obrar.
3 8-17
SOFONÍAS
3 8-17
cuanto decreté sobre ella ;
pero ellos con el mayor ardor han hecho mal todas sus obras.
8 Por eso, espérame c, dice Yahveh,
en el día en que me levantaré como un testimonio ;
pues mi resolución es reunir a las gentes,
congregar los reinos,
para derramar sobre ellos mi ira,
todo el furor de mi cólera,
porque con el fuego de mi celo será devorada
toda la tierra.
9 Ciertamente, entonces devolveré a los pueblos un labio puro,
para que invoquen todos ellos el nombre de Yahveh
y que le sirvan con un solo hombro.
10 Desde allende los ríos de Etiopia,
mis adoradores, mis hijos dispersos,
me traerán sus presentes.
u d En aquel día d
no serás ya confundido por todas las acciones
con que prevaricaste contra mí ;
norque entonces apartaré de en medio de ti
tus orgullosos fanfarrones
y no volverás ya a engreírte
por causa de mi santo monte.
" Y dejaré en medio de ti un pueblo
humilde y pobre,
que buscará refugio en el nombre de Yahveh.
a El resto de Israel no cometerá iniquidad,
ni hablará mentira,
ni se encontrará en su boca
lengua engañosa ;
pues ellos se apacentarán y se echarán,
sin que haya quien los aterrorice.
14 Jubila, hija de Sión ;
da gritos de alegría, ¡oh Israel! ;
alégrate y regocíjate de todo corazón,
¡ oh hija de jerusalén!
a Yahveh ha suprimido a tus jueces e,
ha expulsado a tus enemigos ;
el Rev de Israel, Yahveh, está en medio de ti,
no temas ya mal alguno.
M En aquel día se dirá a Jerusalén :
No temas, Sión,
no desmayen tus manos.
" Yahveh, tu Dios, está en medio de ti,
poderoso salva ;
se gozará sobre ti con alegría,
te renovará su amor f,
exultará sobre ti con júbilo.
8 Et día en que... : o bien, hasta que por fin me alce como acusador o testigo
de reprensión, según algs. modifican
0 Un labio puro : la palabra divina que enviará a los paganos por sus apóstoles
y servidores. || Con un solo hombro: e. d., de común acuerdo, unánimemente.
IU Mis hijos dispersos: lit., la hija de mis dispersos (cf. la hija de mi pueblo) ;
e. d., la colectividad de los judíos establecidos en el extranjero. Así H = mis suplican-
tes (o adoradores) de la dispersión.
u Tus orgullosos fanfakuunes : por la prosperidad temporal que gozan. || Mi
santo monte : mi templo.
12 Huscará refugio : o bien, pondrá su confianza.
13 Sin que haya quien los aterrorice : e. d., imperturbables, seguros.
— 1702 —
3 18-20
SOFONÍAS
3 18-20
1S A los abatid9S sin esperanzas
elimino de ti,
pues se han convertido en oprobiosa carga.
10 He aquí que en aquel tiempo
haré exterminio b de todos tus opresores ;
y salvaré a la res coja,
a la extraviada recogeré,
y los pondré como objeto de gloria y renombre
en todos los países donde vivieron en confusión.
" En aquel tiempo os traeré,
y en la época en que os congregue
os haré renombrados y loados
entre todos los pueblos de la tierra,
cuando yo haga volver ante vuestros ojos
a vuestros cautivos, dice Yahveh.
18 Texto mal conservado ; procuramos ceñirnos, en lo posible, a H, prescindiendo de
las muchas correcciones propuestas. V tyo recogeré a los vanos que se habían apartado
de la ley, porque tuyos eran, para que no padezcas más oprobio por su causa».
u Salvase a la res coja : cf. Miq. 4, 5. Otros prefieren cal cojo y al extraviado».
— A70J —
NOTAS CRITICAS A SOFONIAS
CAP. I
a-a add, anota Kit] b"b Kit di por razones métricas] <¡ ins c GSV] i di, anota Kit]
e así Kit c GSV ; H Malkam] f así ins Kit por razones métricas.
CAP. 2
a así c Kit ; H será reducida (la costa del mar, o país marítimo, que Kit di c G)]
t>H añade Kcrot, que suprimimos c V (cf Kit)] c respetamos H y lo interpretamos
a la luz de V ; prps múltiples correcciones y supresiones en el v (cf Kit)] d sobre
mi frontera, Kit c G] e Kit 1 c G se manifestó] t así Kit c GV ; otros el ave «otis
tarda» ; H desolación.
cap. 3
a-a Kit di (cf)] b así Kit c GS ; otros tu morada; H su morada] casi Kit c GV ;
H esperadme] d-d Kit di por razones métricas] e así (o tiranos) c Kit ; H sentencias
(o juicios)] f así c Kit (cf G) ; H callará por su amor] e así ins c Kit prb.
INTRODUCCION A A G E O
a profecía de Ageo (en hebreo Jaggay) contiene cuatro oráculos, fe-
chados todos ellos en Jerusale'n el segundo año de Darío I (520).
Eran los días en que los regresados del cautiverio por virtud del
decreto de Ciro, tropezaban con serias dificultades, nacidas de las intri-
gas desarrolladas cerca de las autoridades persas, en contra de los de
Judá por haberles éstos negado derecho a participar en la reconstrucción
de! templo. A tales agobios vinieron a sumarse toda una serie de años
de mala cosecha, que crearon un ambiente de desaliento y una situación
angustiosa y triste. En tales circunstancias surgen las figuras de Zaca-
rías y Ageo.
El primero de los oráculos es una exhortación a la reconstrucción men-
cionada. El segundo es una exaltación del nuevo templo, que será glori-
ficado con la presencia del Mesías. El tercero es una promesa de bendi-
ciones para los constructores del templo. El cuarto va dirigido personal-
mente a Zorobabel, el caudillo de la casa real de David, el ascendiente
y tipo del Mesías, el elegido y siervo de Yahveh, sello del anillo en su
mano derecha. Así, pues, una sola meta aparece en todo el escrito de
Ageo, de acuerdo con las necesidades del momento: la edificación del
templo.
El cítilo de Ageo se caracteriza por la vehemencia y el tono polémico.
— i/CS —
A G E O
Primer oráculo: al gobernador Zorobabel y a Yehosúa,
sumo sacerdote
J_ 1 En el año segundo del rey Da-
río, en el mes sexto, en el día
primero del mes, hubo palabra de
Yahveh por medio de Ageo, el pro-
feta, a Zorobabel, hijo de Sealtiel,
gobernador de Judá, y a Yehosúa,
hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote,
diciendo : 2 Así habla Yahveh de los
ejércitos en sus propios términos :
«Este pueblo dice : No ha llegado
aún a el momento de que la casa de
Yahveh sea reconstruida.»
3 Hubo, pues, palabra de Yahveh
por medio del profeta Ageo, diciendo:
4 «¿Para vosotros es momento opor-
tuno de habitar en vuestras casas,
que se hallan artesonadas, mientras
aquella casa yace arruinada ?» 5 Aho-
ra bien, así habla Yahveh de los ejér-
citos : «Parad mientes en vuestro
proceder. 6 Sembrasteis mucho y ha-
béis recogido poco, comisteis y no
os habéis hartado, bebisteis y no os
habéis sentido saturados, os vestís-
teis y no habéis tenido calor, y el
asalariado ha echado el jornal en
bolsa agujereada.»
1 Así habla Yahveh de los ejérci-
tos : «Parad mientes en vuestro pro-
ceder. 8 Subid al monte, traed made-
ra y reconstruid la casa, y me com-
placeré en ella y seré así honrado,
dice Yahveh. 9 Esperasteis mucho, y
he aquí que resulta poco ; y cuando
lo metisteis en casa, lo disipé de un
soplo. ¿A causa de qué?, dice Yah-
veh de los ejércitos. Porque mi casa
está en ruinas y vosotros os apresu-
ráis cada uno por vuestra propia ca-
sa. 10 Por eso los cielos os negaron
su rocío b y la tierra rehusó sus pro-
ductos. 11 Y llamé a la aridez sobre
la tierra, y sobre las montañas, y
sobre los cereales, y sobre el mosto,
y sobre el aceite, y sobre lo que el
suelo produce, y sobre el hombre, y
sobre las bestias, y sobre todo tra-
bajo manual.»
12 Zorobabel, hijo de Sealtiel ; Yeho-
súa, hijo de Yehosadaq, sumo sacer-
dote, y todo el resto del pueblo es-
cucharon la voz de Yahveh, su Dios,
y las palabras de A.^eo el profeta, tal
como Yahveh, Dios de ellos, había-
I1 Yehosúa : e. d., Josué, V Jesús. Cf. Esd. Ne. : Ycsúa.
* Aquella casa : e. d., el templo de Jerusalén.
0 Sembrasteis mucho : quiere decirles el profeta que, por no haber pensado en K\
antes que en sus intereses, sus esfuerzos han sido infructuosos. || En bolsa agujerea-
da : como si dijéramos, en saco roto.
8 Subid al monte : no habla el profeta de ningún monte particular, sino de uno
donde haya madera buena y abundante para la construcción del templo.
38 Temió a Yahveh : obedeció a Dios, que le hablaba por su profeta, y continuó tra-
bajando en la reconstrucción del templo.
-1706-
1 13—2 8
AGEO
2 1-15
le enviado a decir, y el pueblo temió
n Yahveh. 13 Y Ageo, emisario de
Yahveh, habló en función de legado
del Señor al pueblo, diciendo : «Yo
soy con vosotros, dice Yahveh.»
u Despertó Yahveh el espíritu de
Zorobabel, hijo de Sealtiel, goberna-
dor de Judá, y el espíritu de Yeho-
súa, hijo de Yehosadaq, sumo sacer-
dote, y el espíritu de todo el resto
del pueblo, y vinieron y acometieron
la obra en la casa de Yahveh de los
ejércitos, su Dios, \5 el día veinti-
cuatro del mes sexto, en el año se-
gundo del rey Darío.
Segundo, tercero y cuarto oráculos
o a. En el séptimo mes, a veinti-
^ uno del mismo, hubo palabra de
Yahveh por medio del profeta Ageo,
diciendo: 3: «Di a Zorobabel, hijo de
Sealtiel, gobernador de Judá, y a
Yehosúa, hijo de Yehosadaq, sumo
sacerdote, y al resto del pueblo, lo
siguiente : 43 ¿ Quiénes son entre vos-
otros los supervivientes que hayan
visto esta casa en su esplendor pri-
mero ? Y i cómo la veis ahora ? ¿ No
son ella y nada en vuestros ojos
una misma cosa ? 54 Ahora bien, co-
bra ánimo, Zorobabel, dice Yahveh ;
ánimo, Yehosúa, hijode Yehosadaq,
sumo sacerdote, y ánimo, pueblo to-
do de la tierra, dice Yahveh ; y tra-
bajad, pues yo soy con vosotros, de-
clara Yahveh de los ejércitos. 65Esta
es la palabra que con vosotros con-
certé a vuestra salida de Egipto ; y
mi esipíritu permanece entre vos-
otros, no temáis ; \ pues así habla
Yahveh Sebaot : Dentro de un poco
yo haré estremecerse- los cielos y la
tierra y el mar y el continente seco;
8, y conmoveré a todos los pueblos,
y vendrá el Deseado de todas las
gentes, y henchiré de gloria esta ca-
sa, dice Yahveh de los ejércitos.
"s Mía es la plata, mío el oro, dice
Yahveh de los ejércitos. 109 Mayor se-
rá la gloria postrera de esta casa
que la primera, dice YTahveh Sebaot,
y en este lugar daré la paz, declara
Y'ahveh de los ejércitos.»
"io En veinticuatro del noveno mes,
segundo año de Darío, hubo palabra
de Y'ahveh por medio del profeta
Ageo, diciendo : «Así habla Yah-
veh de los ejércitos : Demanda a los
sacerdotes enseñanza en estos térmi-
nos : 13u Si un hombre llevare carne
consagrada en el halda de su vestido
y tocare su halda el pan( el guiso,
el vino, el aceite o cualquier alimen-
to, ¿acaso quedaría santificado?» Y
respondieron los sacerdotes y dije-
ron : «No.»
"i3 Luego preguntó Ageo : «Si to-
care alguna de estas cosas un impu-
ro por contacto de cadáver, ¿acaso
quedaría inmunda ?» Y respondieron
los sacerdotes y dijeron : «Quedaría
inmunda.»
*M Entonces contestó Ageo y dijo :
«Así es este pueblo, así esta gente
ante mí, declara Yahveh, y así toda
la obra de sus manos ; y lo que ofre-
cen allí es impuro.
13 En función de legado del Señor : o bien, al servicio del Señor,
•j, En V, estas palabras que siguen constituyen el v. i del cap. 2.
n 2, Séptimo : V «sexto».
7 Y vendrá el Deseado de todas las oentes : lit., y vendrá(n) el objeto del deseo
(e. d., la preciosidad, «res pretiosae» ; G «lo máa escogido»). Kit 1. «y vendrá(n) ja-
mudotr,, e. d., la bondad por la cual algo o alguien se estima y ama grandemente.
Acerca de este Objeto del deseo de todas las gentes o Bondad sumamente estimada
de todos los pueblos, véase San Pablo, Heb. 12, 26.
]09 La gloria postrera de esta casa : asi más bien que «la gloria de esta postrera
casa», explica Joüon. Esta gloria sería la que le dió la venida de Nuestro Señor al
segundo templo reconstruido por Herodes.
",2 ¿ Quedaría santificado?: e. d., ¿consagrado a Dios? || Y dijeron: «No»:
porque, aunque el vestido hubiéralo sido por el contacto con la víctima (Lev. 6, 2),
no transmitía esa consagración a los objetos que tocaba.
M13 Quedaría inmunda : porque, según Núm. 19, n, el manchado por un cadáver
hace impuro todo lo que toca.
— J707 —
2 16-20
AGEO
2 21-24
M15 a Y ahora parad mientes, por
favor, desde este día en adelante.
Antes de que se pusiera piedra so-
bre piedra en el templo de Yahveh,
"16 ¿ qué os pasaba f b Llegábase uno
a un montón de grano [que aparen-
taba] veinte medidas, y resultaban
diez ; llegaba al lagar para extraer
cincuenta medidas, y había veinte.
isi7 0 Os herí con tizón, con añublo y
con granizo toda la obra de vuestras
manos, mas no os volvisteis a mí, di-
ce Yahveh. W1S Prestad atención des-
de este día d en adelante, a partir del
día veinticuatro del noveno mes ú,
desde el día que se echaron los ci-
mientos en el templo de Yahveh.
6]Paiad mientes ! e X1V ¡ Ciertamen-
te, la semilla está aún en el grane-
ro ; todavía la vid, la higuera, el
granado y el olivo no han dado fru-
to ! Desde este día los bendeciré.»
^20 Y hubo palabra de Yahveh por
segunda vez a Ageo, en el veinti-
cuatro del mes, en estos términos :
«Habla a Zorobabel, gobo .iddor
de Judá, diciendo : Yo haré que se
estremezcan los cielos y la tierra.
trastornaré el trono de los reinos,
y aniquilaré la fuerza del imperio de
"las gentes, y arruinaré el carro de
guerra y los que montan en él ; cae-
rán los caballos y sus jinetes, cada
uno por la espalda de su compañero ;
-423 en aquel día, palabra de Yahveh
de los ejércitos, te tomaré, Zoroba-
bel, hijo de Sealtiel, siervo mío, dice
Yahveh, y te pondré como un anillo
de sello, pues a ti escogí, declara
Yahveh Sebaot.»
— 1708 —
NOTAS CRITICAS A AGEO
CAP. 1
a así Kit c GSV ; H el tiempo de venir] •> así c Kit, otros lluvia; H del rocío.
CAP. 2
a Kit trsp v 15-19 de H post 1 15] b asi Kit c G ; H desde el ser (o estar de ellos)]
c Kit considera el v como add ( = Am 4 9)] d^d add, anota Kit] e-e Kit (cf GS) lo
une c v 19.
INTRODUCCION A ZACARIAS
acarías (hebr. Zekaryá), hijo de Bcrckyá, hijo de Iddó. de linaje
sacerdotal, fué llamado al ministerio profetico el mes octavo del
año segundo de Darío I (520). A pesar de la identidad del nombre,
no parece haber sido el que fué muerto por los judíos entre el tem-plo y
el altar (Mt. 23, 25; Le. 11, 51).
Aunque, como Ageo, su contemporáneo, trabajó por espolear el celo
del pueblo en la reconstrucción del templo, sirviéndose sobre todo de la
esperanza escatológica de salvación, su profecía es de índole muy dife-
rente. Puede dividirse en tres partes. Previa una exhortación a la peni-
tencia, la primera es una serie de nueve visiones nocturnas:
1. Visión de los jinetes.
2. De los cuatro cuernos y cuatro operarios.
3. De la restauración de Jerusalén.
4. De la purificación e investidura del sumo sacerdote.
5. Del candelabro y de los dos olivos.
6. Del volumen que volaba.
7. Del ánfora trasladada a Babilonia.
8. De las cuatro carrozas.
9. De la coronación del sumo sacerdote Jesús.
La segunda parte, intercalar, es un discurso sobre el ayuno.
La tercera comprende seis vaticinios:
1. Advenimiento del Rey justo y salvador.
2. Liberación de Judá y de Israel.
3. Alegoría del buen pastor.
4. Victoria y purificación de Israel.
5. Herida del pastor y dispersión de las ovejas.
6. Ultima tribulación de Jerusalén y consumación de la salud me-
Aunque de difícil interpretación para el lector actual, los vaticinios
de Zacarías se distinguen por la elevación del pensamiento y gran riqueza
de imágenes.
siánica.
— 1710 —
iifljiyisysLji
ZACARIAS
Prólogo y exhortación a la penitencia. Las dos
primeras visiones
"I 1 En el mes octavo, el año se-
gundo de Darío, hubo palabra de
Yahveh al profeta Zacarías, hijo de
Berekyá, hijo de Iddó, diciendo :
- «Yahveh ha concebido gran enojo
contra vuestros padres. 3 Tú, pues,
les has de decir : Así habla Yahveh
de los ejércitos : Volveos a mí, a di-
ce Yahveh Sebaot a, y yo me vol-
veré a vosotros, a declara Yahveh de
los ejércitos a. 1 No seáis como vues-
tros padres, a quienes clamaron los
primeros profetas diciendo : «Así ha-
bla Yahveh de los ejércitos : Volveos,
por favor, de vuestros malos cami-
nos y vuestras perversas acciones.»
Mas no escucharon ni me atendie-
ron, dice Yahveh. 5 Vuestros padres,
¿dónde están? Y los profetas, ¿vi-
ven acaso eternamente ? 6 Sin* embar-
go, mis palabras y preceptos, que or-
dené transmitir a mis siervos los pro-
fetas, ¿ no llegaron a vuestros pa-
dres b ? Y se convirtieron y dijeron :
Como pensó Yahveh de los ejérci-
tos hacer con nosotros de acuerdo
con nuestro proceder y con arreglo
a nuestras acciones, así ha hecho con
nosotros.»
7 En el día veinticuatro del undéci-
mo mes, o sea el mes de Sebat, del
segundo año de Darío, fué la pala-
bra de Yahveh al profeta Zacarías,
hijo de Berekyá, hijo de Iddó, di-
ciendo : 8 «Tuve durante la noche
una visión, y he aquí que un hombre
cabalgaba sobre un caballo overo, y
hallábase entre los mirtos que había
en una hondonada ; y detrás de él
bahía caballos overos, alazanes y
blancos.
"Y pregunté : «¿Qué son éstos, señor mío?»
Contestóme el ángel que hablaba conmigo :
«Yo te mostraré qué son éstos.»
" Y respondió el hombre que estaba parado entre los mirtos,
y dijo :
«Estos son los que Yahveh ha enviado a recorrer la tierra.»
" Y contestaron al ángel de Yahveh que estaba parado entre los mirtos,
y dijeron :
«Hemos recorrido la tierra, y he aquí que toda ella está pacíficamente
[habitada.»
1S Overo... overos : lit., rojo o rubio ; por tanto, poco diverso de los alazanes in-
mediatos.
9 ss. Conmigo: lit., «en mí» (cf. V ain me»); algs. interpretan «por medio de mi»
(asi nibl. Bonn).
11 Está pacíficamente habitada : o bien, permanece firme y tranquila.
112-2 5
ZACARÍAS
112-2 5
" Entonces c el ángel de Yahveh 0 I no te apiadarás de Jerusalén y de
tomó la palabra y dijo : «¡Oh Yah- las ciudades de Judá, con las cuales
veh de los ejércitos!, ¿hasta cuándo | estás airado hace ya setenta años?»
13 Y contestó Yahveh al ángel que hablaba conmigo palabras satisfactorias,
palabras consoladoras.
H Y díjome el ángel que conmigo hablaba :
«¡Clama, diciendo : Así dice Yahveh de los ejércitos :
He demostrado gran celo por Jerusalén y por Sión,
1S y un gran enojo experimento yo contra las naciones gentiles seguras de
[sí mismas,
que cuando yo estuve un poco irritado [contra mi pueblo], ellas coope-
raron a [su] desgracia.
16 Por eso así dice Yahveh : «Me
he vuelto a Jerusalén con compa-
sión ; mi casa será reconstruida en
ella, afirma Yahveh de los ejércitos,
y la cuerda será tendida [de nuevo]
sobre Jerusalén. " Clama aún dicien-
do : «Así habla Yahveh de los ejér-
citos : Todavía rebosarán mis ciu-
dades de bienes y Yahveh consolará
aún a Sión y elegirá todavía a Je-
rusalén.»
U! Y alcé mis ojos, miré y vi cua-
tro cuernos. 192 y dije al ángel que
hablaba conmigo : «¿ Qué son éstos ?»
Y me contestó ¡ «Estos son los cuer-
nos que han dispersado a Judá, Is-
rael y Jerusalén.» Ms Yahveh me mos-
tró asimismo cuatro artesanos. D4 Pre-
gunté : «¿ Qué vienen a hacer éstos ?»
Y respondió diciendo : «Estos son los
cuernos que han dispersado a Judá,
de manera que nadie ha levantado
ya cabeza ; y han venido éstos para
aterrarlos y' para derribar los cuer-
nos de las gentes que han alzado eS
cuerno contra la tierra de Judá a
fin de dispersarla.»
Tercera visión: el misterioso medidor de Jerusalén
J6 Y levanté mis ojos y miré, y he aquí que era' un hombre
que tenía en la mano una cuerda de medir.
\ Y díje/ea: «¿Adonde vas?» Contestóme : «A medir
a Jerusalén para ver cuánta sea su anchura y cuánta su longitud.»
6, Y he aquí que salía el ángel que hablaba conmigo y otro ángel salía
4¡¡ Y díjole : «Corre, habla a quel joven y dile : [a su encuentro.
«Jerusalén será habitada cual una ciudad abierta, a causa de la
[multitud de hombres y bestias que habrá en su interior.
% Y yo le seré, dice Yahveh, muro de fuego en derredor b, y en me-
[dio de ella su gloria.
18 Seguras : o sin cuidados ; otros, «presuntuosas» ; V «opulentas».
16 La cuerda : la que en sus mediciones usaban los constructores ; cf. Job 38, 5.
I8, Vi cuatro cuernos : símbolo de las potencias hostiles a Judá que la han per-
seguido, o, como opina San Jerónimo, seguido de varios comentadores antiguos y ni»
demos, los cuatro imperios de Daniel.
™, Han dispersado : en realidad dispersarán, pero da ya por realizada la acción.
Cuatro artesanos : es probable que sean Nabucodonosor, destructor de Asiria ;
Ciro, vencedor de Babilonia ; Cambises, conquistador de Egipto, y Alejandro Magno,
destructor del imperio persa.
n 2, A medir a Jerusalén : equivale a indicar las dimensiones que tendrá la ciudad
en lo porvenir.
48 Cual una ciudad abierta : semejará a un país abierto cubierto de ciudades y al-
deas muradas. O también, dejará de estar protegida por murallas sobre todo, porque
disfrutará de más elevada protección.
— 1712 —
2 6-3 3
ZACARÍAS
2«-3 5
¡ Hala, hala ! Huid del país del Norte — dice Yahveh— ;
pues a c los cuatro vientos del cielo
os dispersaré — d declara Yahveh d
'„ ¡ Hala, Sión, ponte a salvo,
tú que moras en Babel !
8,2 Pues así dice Yahveh Sebaot
— tras [su] gloria me ha enviado a
las naciones gentiles que os expolia-
ron— : Ciertamente quien os toca,
toca la niña de mis ojos. 913 Porque
he aquí que yo agito mi mano con-
tra ellos y serán presa de quienes
eran sus siervos, y reconoceréis que
Yahveh Sebaot me ha enviado.
**M Regocíjate y alégrate, hija de
Sión, porque he aquí que yo estoy
para llegar y habitaré en medio de
ti, dice Yahveh. "„ Y en aquel día
se unirán muchas gentes a Yahveh, y
constituirán e mi pueblo, y habitaré e
en medio de ti y reconocerás que
Yahveh Sebaot a ti me ha enviado,
"a Y Yahveh poseerá [de nuevo] a
Judá como su propia porción sobre
la tierra sagrada, y escogerá todavía
a Jerusalén.
"„ Calle todo ser vivo delante de
Yahveh, porque se ha despertado y
sale de su santa morada.
Cuarta visión: acusación y defensa del sumo
sacerdote Yehosúa
o 1 Y mostróme [el Señor] a Ye-
" hosúa, el sumo sacerdote, que es-
taba en pie ante el ángel de Yah-
veh, hallándose Satán a su diestra
para acusarle. 3 Dijo, pues, el ángel
de a Yahveh a Satán : « ¡ Conténgate
Yahveh, oh Satán, conténgate Yah-
veh, el que ha escogido [de nuevo]
a Jerusalén ! ¿ No es éste tizón saca-
do del fuego ?»
s Yehosúa estaba vestido con ves-
tiduras sucias y hallábase en pie an-
I te el ángel, 4 el cual tomó la palabra
y habló a los que estaban delante de
él en estos términos : «Quitadle de
encima las vestiduras manchadas» ;
y a él le dijo : «Mira, he quitado de
sobre ti tu culpa y te he hecho ves-
tir b vestidos de fiesta.» 6 c Dispuso,
pues c : «Póngase un turbante lim-
pio sobre su cabeza.» Y colocaron
sobre su cabeza el turbante limpio y
le vistieron vestiduras limpias4. eY
el ángel de Yahveh estaba [allí] en
"10 Del país del norte : de Babilonia.
Tras [su] gloria : así quizá en el sentido de : con ella o acompañándola.
O también : después de la gloria, e. d., de la gloria restaurada de Jerusalén (cf. V).
Oíros interpretan : por causa de la gloria que ha prometido el Señor a su pueblo,
o para desplegar la gloria de Dios sobre los pueblos paganos. Algs., como Hoonacker,
tdespués de sufrimiento!. Otros corrigen diversamente H (cf. Kit). También la pun-
tuación del v. aparece dudosa.
1JI5 Se unirán muchas gentes : se convertirán al Señor las naciones.
'-Je La tierra sagrada : e. d., Palestina. |¡ Escogerá : como ciudad predilecta de
su morada.
■H Todo ser vivo : lit., toda carne.
3' Acusarle : otros, «oponérsele, serle adversario», «lo a toreen (Arragel). Los más
de los comentadores ven en este cuadro una escena judiciaria. Las acusaciones
de Satán son justas, puesto que Yehosúa o Josué y Zorobabel toleraron la apatía del
pueblo respecto a la reconstrucción del templo.
2 Conténgate : o prohíbate, védete. Tal parece ser aquí el matiz. Otros, «reprén-
date, incrépete»... || Este: e. d., este hombre.
3 Con vestiduras sucias : que representan el pecado.
s Turbante : otros prefieren «tiara».
— 1713 —
3 6-4 7
ZACARÍAS
3 9-4 10
pie e. 6 Y el ángel de Yahveh previ- I
no a Josué diciendo : 7 Así habla Yah-
veh Sebaot : Si por mis caminos
marchas, si mis prescripciones guar-
das, gobernarás bien mi casa y, ade-
más, guardarás mis atrios, y te daré
libre acceso a estos que están pre-
sentes. s Escucha, por favor, ¡ oh Ye-
hosúa !_, sumo sacerdote, tú y tus
companeros, los que se sientan en tu
presencia, pues son varones que sim-
I bolizan lo por venir ; porque he aquí
que yo voy a traer a mi siervo, el
Brote. a Pues he ahí la piedra que
puse delante de Yehosúa : sobre esta
única piedra hay siete ojos ; he aquí
que yo esculpiré su grabadura, dice
Yahveh Sebaot, y quitaré la culpa de
esta tierra en un día. lu En aquel día,
declara Yahveh Sebaot, os convoca-
réis unos a otros debajo de la vid
y la higuera.
Quinta visión : el candelabro áureo y los dos olivos
A 3 Y volvióse el ángel que hablaba conmigo v me despertó como a
^ hombre a quien se despierta del sueño.
2 Y díjome : «¿Qué ves?» RespondiZe a:
«He mirado y he aquí 'que he visto un candelabro todo él de oro
[con un recipiente b en su remate,
y sobre aquél siete lámparas ^ y siete bocas para las lámparas que
[hay encima del mismo.
' Junto a él hay dos olivos : uno a la diestra del recipiente y otro a
[la izquierda.»
4 Y tomé la palabra y pregunté a'l ángel que hablaba conmigo, dicien-
do : «¿ Qué es esto, señor mío ?»
6 Y contestó el ángel que hablaba conmigo y me J dijo : «No sabes
[acaso qué es esto ?»
Y respondí : «No, mi señor.» 0 Y contestó y díjome así :
«Esta es la palabra que Yahveh
dirigió a Zorobabel, diciendo : No
con poderío ni con fuerza, sino con
mi espíritu, dice Yahveh Sebaot.
' ¿ Quién eres tú, oh gran monte ?
Delante de Zorobabel serás reducido
a llanura, y él extraerá ila piedra de
remate entre aclamaciones de ¡qué
hermosa es ! »
8 Y se me dirigió la palabra de
Yahveh, diciendo : 0 «Las manos de
Zorobabel fundaron esta casa y sus
manos la rematarán, y conocerás que
Yahveh Sebaot me envía a vosotros.
10 Pues quienes despreciaron el día
de los modestos comienzos, se ale-
grarán y verán la plomada en las
manos de Zorobabel.
b Varones que simbolizan o anuncian lo por venir, hombres de presagio : como
tipos del futuro Mesías. I| El Brote: o renuevo, vastago, germen...; V aOriente».
9 Hay siete ojos : pueden significar o la Providencia de Dios, que todo lo abraza,
o los siete dones del Espíritu de Dios, por los cuales la piedra es preparada para su
glorioso destino. || Esculpiré su grabadura: la adornaré de modo que resulte más
hermosa. || En un día : e. d., en un día determinado. Casi todos los comentaristas
ven aquí una alusión al sacrificio del Gólgota.
4 2 Un candelabro... siete lámparas : el candelabro del tabernáculo, con sus siete lám-
paras encendidas cada noche, representa la luz espiritual que debe ser conservada
y distribuida por el pueblo de Dios.
1 ¿Quién eres tú, oh gran monte? : este elevado monte es imagen de los obstácu-
los que los enemigos de los judíos han de poner para la reedificación del templo. || La
piedra de remate entre aclamaciones de ¡qué hermosa es! : cf. V: ala piedra prima-
ria, e igualará su gracia a la gracia de aquél».
10 El día de los modestos comienzos: de reconstrucción del templo; lit., de las pe-
queneces, designando, al parecer, tales palabras, los trabajos frecuentemente interrum-
pidos que contempla el pueblo con tristeza.
— 1714 —
4 n-5 ?
ZACARÍAS
4 n-5 7
• Estos son los siete ojos de Yahveh e,
que recorren toda la tierra.»
" Y tomando la palabra, le dije :
«¿Qué significan esos dos olivos a derecha e izquierda del can-
12 Y por segunda vez tomé la palabra y díjele : [delabro ?»
«¿ Qué significan las dos ramas de olivo
que por medio de los dos tubos de oro vierten de sí el dorado aceite ?»
* Y me contestó diciendo : «¿No sabes qué simbolizan tales cosas?»
Y respondí : «No, mi señor.»
" Dijo él entonces : «Esos son los dos «-hijos del aceite»
que están al servicio del Señor de toda la tierra.»
Visiones sexta y séptima: el rollo de las maldiciones
y el «efá»
1 Y torné a alzar los ojos, miré, y he aquí que era un rollo que volaba.
'Y preguntóme: «¿Qué ve^ ?» Contesté: «Yo veo
un rollo que vuela, de veinte codos de largo y diez codos de an-
chura.»
* Díjome entonces : «Esta es la maldición que se expande sobre la
[haz de toda la tierra ;
pues todo ladrón será, conforme a ella, lanzado de aquí,
y todo el perjuro será, con arreglo a ella, de aquí arrojado.
4 Y ¡a sacaré a, dice Yahveh de los ejércitos,
v entrará en la casa del ladrón y en la de quien jura mi nombre en
[falso,
y permanecerá en medio de tal casa y la destruirá, así como a su
[maderamen y sus piedras.»
8 Y salió el ángel que hablaba conmigo y me dijo : «¡ Alza, por favor,
y mira qué es eso que surge!» [tus ojos
'Respondí: «¿Qué es?»
Contestó : «Eso es "un efá que aparece.»
Dijo asimismo : «Tal es la iniquidad h de ellos en todo el país.»
'Y ve ahí que fué alzada una tapa de plomo
y [apareció] una mujer sentada dentro del efá.
M Los dos hijos del aceite : muchos entienden «los dos ungidos», e. d., Josué y
Zorobabel. Sin embargo, representando el candelabro a Yahveh mismo, ven otros en
esos ramos de olivo la imagen de los dos ángeles superiores que tutelan los poderes
real y sacerdotal o espiritual y profano, que eran en el A. T. los dos medios prin-
cipales por donde concedía Dios la gracia a su pueblo. La línea general de la
visión es la interpretación simbólica de la Providencia divina, que actúa en la tierra
por medio de los ángeles, que son los siete ojos de Yahveh. La denominación /lijos
del aceite (G «hijos de la grasa») tendría aquí el sentido de «abundante en aceite» y
caracteriza a los dos olivos como los dos medios de provisión de aceite del candelabro.
51 Un-rollo : tal fué el formato habitual del libro en la antigüedad hasta que,
por lo menos desde la primera mitad del siglo II, el rollo de papiro comenzó
a ser sustituido por el códice de esa materia, entre los cristianos principalmente.
3 Será conforme a ella lanzado de aquí : otros interpretan «es aniquilado a medida
de su contenido, y todo el perjuro es aniquilado a medida de su contenido» (así
Bibl. Tub.), o corrigen «/ia de Quedar impune con arreglo a este lado, y todo el per-
juro ha de nuedar impune con arreglo al otro lado» (Bibl. Bonn).
4 La sacaré : e. d., desencadenaré la maldición.
• Efá : cf. Ex. 16, 36. Designa aquí una medida en general, y quizá un vaso cual-
quiera, como traduce la Vulgata.
— I7IS —
5 8-6 w
ZACARÍAS
5»-6 10
8 Y dijo él : «Esta simboliza la Maldad», y arrojóla al interior del efá,
y echó la tapa de plomo sobre la boca de éste.
9 Luego levanté mis ojos, miré,
y he aquí que surgían dos mujeres y el viento soplaba en sus alas,
pues tenían dos alas semejantes a las de la cigüeña,
y alzaron el efá entre la tierra y el cielo.
10 Dije yo al ángel que hablaba conmigo :
«¿Adonde llevan el efá?»
31 Y me contestó : «A edificarle una casa
en el país de Sinar,
y para establecerla y colocarla0 allí sobre su asiento.»
Octava visión: los cuatro carros. Acto simbólico
/r 1 Y volví a levantar los ojos, miré, y he aquí cuatro carros
" que salían de entre dos montes; y los montes eran montes de bronce.
2 El primer carro llevaba caballos overos ;
el segundo carro, caballos morcillos ;
3 en el tercer carro, caballos blancos,
y en el cuarto carro, caballos tordos y vigorosos.
4 Y, tomando la palabra, dije al ángel que hablaba conmigo :
(Lj Qué son éstos, señor mío ?»
6 Y respondió el ángel y me dijo :
«Estos son los cuatro vientos del cielo,
que salen de presentarse al Señor de toda la tierra.
6 Él en que estaban los caballos morcillos dirígese hacia el país del
los blancos parten hacia oriente a [norte,
y los tordos hacia el país meridional b.
7 Los más vigorosos salieron y trataron de marchar a recorrer la
[tierra ;
y [el ángel] les dijo : «Id a recorrer la tierra» ; y recorrieron el globo.
8 Luego me llamó y me habló en estos términos : «Ve, los que parten
hacia el país del norte aplacarán el espíritu de Yahveh c en el país
[septentrional.»
*Y vino a mi la palabra de Yah- I triada, de Jelday, Tobías y Yedayá,
veh en estos términos : 10 «Acepta | y llégate tú en aquel día y eptra en
[presentes] de la comunidad repa- casa de Josías, hijo de Sofonías, que
8 Y echó LA tapa... : para que la impiedad y maldad de Israel no pudiera levantar
cabeza.
• Surgían dos mujeres : estas dos mujeres representan, a juicio de muchos co-
mentaristas, a los asirios y babilonios, que deportaron al pueblo hebreo.
» El país de Sinar : no parece significar lugar ninguno determinado. Es una afir-
mación de que la impiedad, alejada de la esfera del pueblo de Dios, residirá en ade-
lante dentro de la esfera de los poderes enemigos de Dios.
6 4 Conmigo : o, con otros, por medio de mi.
6 Los caballos morcillos : simbolizan el hambre y se dirigen a la región del
Eufrates y Tigris para castigar la hostilidad pagana contra el pueblo de Dios. Los
blancos indican que el juicio irá seguido de completa victoria sobre dicha región,
y los tordos representan el juicio de destrucción, que se cumplirá por la espada,
la peste y el hambre contra el Egipto, que figura otra potencia del mundo.
' Los más vigorosos : o los fuertes (G alos de varios colores») ; el cuarto carro tiene
que recorrer toda la tierra, y se confía esa misión a los más fuertes, para indicar
que el juicio anunciado por éstos se extenderá al mundo entero.
10 Y llégate tú en aquel día : el texto suele corregirse e interpretarse distintamen-
te : «Yedayá, que en este día han venido de Babel» (Bibl. Bonn), etc.
-1716-
6 ii-7 6
ZACARÍAS
6 14-7 "
vinieron de Babilonia. 11 Tomarás,
pues, la plata y el oro y fabricarás
una corona d y la pondrás en la ca-
beza del sumo sacerdote Yehosúa,
hijo de Yehosadaq. 12 Y le dirás :
«Así dice Yahveh de los ejércitos e :
He aquí un hombre cuyo nombre es
Brote, y debajo de él brotará, y cons-
truirá el templo de Yahveh. 13 El re-
construirá el templo de Yahveh, al-
canzará gloria y se sentará y domi-
nará sobre su trono f ; [Yehosúa] será
sacerdote sobre su solio y consejo de
paz habrá entre ambos. " Y la coro-
na d ha de quedar en el templo de
Yahveh como recuerdo para Jehiay *,
Tobías, Yedayá y Jen, hijo de Sofo-
nías. 15 Los que están lejos vendrán
asimismo a reconstruir e3 templo de
Yahveh ; y sabréis que Yahveh de
los ejércitos rne ha enviado a vos-
otros. Mas [esto?] acaecerá si escu-
chareis atentamente la voz de Yah-
veh, vuestro Dios.
Oráculo sobre los ayunos
n 1 Y ocurrió que el año cuarto del
* rey Darío hubo palabra de Yah-
veh a Zacarías, a cuatro del mes no-
veno, a en Kisleu a. - Y envió Bet-El-
Sar-éser a b Réguen-Mélek y su gen-
te para aplacar a Yahveh 5 y decir
a los sacerdotes de la casa de Yah-
veh de los ejércitos y a los profetas
lo siguiente : «¿ Deberé llorar en el
quinto mes? ¿Guardaré abstinencia,
como he hecho durante tantos años ?»
' c Y dirigióseme la palabra de Yah-
veh de los ejércitos diciendo : 6 «Ha-
bla a todo el pueblo de la tierra y
a los sacerdotes en estos términos :
Cuando habéis ayunado y plañido en
el quinto y el séptimo mes durante
estos setenta años, ¿acaso ayunasteis
propiamente para mí d ? "Y cuando
[de nuevo] coméis y bebéis, ¿ no sois
vosotros los que coméis y bebéis [pa-
ra vosotros mismos] ? 1 ¿ No son ésas
las palabras que proclamó Yahveh
por medio de los primeros profetas
cuando estaba Jerusalén habitada y
tranquila con sus ciudades en torno
a ella v el Négueb y la Llanura es-
taban habitados ?»
8 Y tuvo lugar la palabra de Yah-
veh a Zacarías, diciendo : * «Así ha-
bla Yahveh de los ejércitos 8 : Lle-
vad a cabo un juicio ajustado a la
verdad y tened compasión y miseri-
cordia cada uno con vuestro herma-
no ; 10 a la viuda, al huérfano, al ex-
tranjero y al pobre no maltrataréis ;
ni meditéis el uno del otro el mal
en vuestro corazón. " Pero rehusaron
escuchar y presentaron hombro res-
pingante e hicieron sordos sus oídos
11 Fabricarás una corona : termínanse las visiones con un acto simbólico, cual es
el de poner ante los ojos la figura del Mediador de la salvación como un sumo
sacerdote coronado, o un sacerdote rey, que debe levantar al reino de Dios y esta-
blecer su dominación sobre todos los reinos de este mundo ; acción que tiene por fin
consolar y esforzar al pueblo mostrándole en lontananza al Mesías.
1= Brote: cf. 3, 8. || De debajo de él brotará: otros, brotará en el mismo lugar
donde tiene las raíces; V «(Oriens nomen eius) : et subter eum orietur...».
71 Kisleu : corresponde en parte a noviembre y en parte a diciembre.
2 Bet-El-Sar-íser : créese hoy sea nombre propio de varón, aunque ha sido punto
muy discutido y diversamente interpretado. || Régüen-Mélek : algs. vierten cel
Kab-mag del rey, (asi Bibl. Bonn). Otros corrigen más ampliamente H; así Sellin
en Bibl. Leipzig : «envió la casa de Israel a Elsarezer, funcionario supremo del rey,
y su gente...i.
' Dereré llorar en el quinto mes : recuérdese que ese ayuno y ese luto se guar-
daban en recuerdo del incendio del templo y de la ciudad.
• El quinto y el séptimo mes : cf. 2 Re. 25, 8, y Jer. 41, 1 ss. II Setenta años : es
la cifra redonda del cautiverio nacional (586-518). II ¿Acaso ayunasteis... ? : el Señor
no se lo había mandado, y de ello no sacaba ninguna honra.
• Y cuando... coméis : les da el Señor en rostro con ello porque, sobre hacerlo
por propia voluntad, ningún deseo tenían de agradarle.
T Las palabras: o bien, los mandamientos. || El Négueb y la Llanura: o sea
el Mediodía y la Plana ; cf. Núm. 13, 17 ; Gén. 13, 10...
10 Maltrataréis : oprimáis, hagáis injusticia...
— 1717 —
7 12-8 8
ZACARÍAS
7 14-8 13
para la obediencia. 12 Además endu-
recieron su corazón como el diaman-
te para no oír la ley y las palabras
que Yahveh de los ejércitos habia
enviado a anunciar con su espíritu
por medio de los antiguos profetas ;
dando lugar a una gran indignación
por parte de Yahveh Sebaot. 13 Y con-
forme El llamó y no escucharon, así
llamarán ellos y yo no oiré, dice
Yahveh de los ejércitos. " Y los he
dispersado 1 por todas las naciones a
ellos desconocidas, de suerte que el
país ha quedado asolado tras ellos,
sin transeúnte ni quien regrese. Han
convertido así el delicioso país en
una desolación.»
Oráculo sobre el magnífico porvenir mesiánico
O 1 Y tuvo lugar la palabra de Yah-
" veh de los ejércitos en estos tér-
minos : 2 «Así dice Yahveh de los
ejércitos : 'He experimentado por
Sión un celo enorme y he concebido
por ella inmensa pasión.' 3 Así dice
Yahveh de los ejércitos : 'Me volve-
ré de nuevo a Sión y habitaré en
medio de Jerusalén, y Jerusalén será
llamada la ciudad fiel, y el monte de
Yahveh de los ejércitos, monte sa-
grado.' 4 Así dice Yahveh de los ejér-
citos : "Seguirán sentándose ancianos
y ancianas en las plazas de Jerusa-
lén, cada cual con su báculo en la
mano por la mucha edad. 6 Y las pla-
zas de la ciudad estarán llenas de
muchachos y muchachas que jugarán
en sus plazas.'
e Así dice Yahveh de los ejércitos :
'Aunque esto parezca extraordinario
para aquellos días a los ojos del res-
to de este pueblo, ¿ podrá parecerme
también a mí extraordinario?, dice
Yahveh Sebaot'. ■
7 Así dice Yahveh de los ejércitos :
'He aquí que yo salvaré a mi pueblo
de la tierra de Oriente y de la tierra
donde el sol se pone ; 8 y los condu-
ciré a que habiten en medio de Je-
rusalén, y constituirán mi pueblo y
yo seré para ellos su Dios en verdad
y en justicia.'
* Así dice Yahveh de los ejércitos :
'Vigorícense las manos de vosotros,
los que en estos días oís tales pala-
bras de boca de los profetas, a la
sazón en que se han puesto los ci-
mientos de la casa de Yahveh de los
ejércitos para que el templo sea re-
construido. 10 Pues antes de esos días
los hombres carecían de jornal y no
tenían paga las bestias, ni, por causa
del enemigo, existía seguridad algu-
na para quien salía o entraba, pues
había yo dado rienda suelta a todos
los hombres unos contra otros. 11 Mas
ahora no seré como los días pasados
para el resto de este pueblo, declara
Yahveh ; 12 porque su semilla [será
sembrada] en paz*: la vid dará su
fruto, la tierra su producto y los cie-
los su rocío, y otorgaré en .posesión
al resto de este pueblo todas estas
cosas. " Y resultará que así como ha-
béis sido maldición entre las gentes,
¡ oh casa de Judá y casa de Israel ! ,
de igual suerte os salvaré y seréis
14 Sin transeúnte ni quien regrese : o bien, sin que nadie vaya y venga por él ;
otros, tsin que nadie lo atraviese ni desande el camino».
8 a Inmensa pasión : e. d., eran cólera o indignación contra sus enemigos.
3 La Ciudad fiel: o bien, la Ciudad de la Verdad, como V traduce. || Monte
(agrado : o bien, de la Santidad, santo.
7 Salvaré a mi pueblo : esa liberación la llevará a cabo el Mesías, según se ve por
el siguiente versículo.
8 Los conduciré a que habiten : no puede tratarse aquí de la Jerusalén terrestre,
que mal hubiera i>odido contener a los judíos dispersos por toda la tierra, sino de la
Jerusalén celeste, figura del reino del Mesías.
10 Quien salía o entraba : e. d., para quien iba y venía, para el ejercicio de la
vida cuotidiana, para cualquier empresa. || Había yo dado rienda suelta: o impulsado;
o bien, había yo hecho que todos los hombres se cobraran enemistad.
12 Será sembrada en paz : o bien, será bien conservada.
M Seréis bendición : se servirán para bendecir de vuestro ejemplo y de vuestro
nombre. || Cobren vigor: o afírmense vuestras manos; o bien, obrad valientemente.
-1718-
8 14-9 4
ZACARÍAS
820-94
bendición. Xo temáis, cobren vigor
vuestras manos.'
14 Así dice Yahveh de los ejércitos :
'Así como me propuse dañaros cuan-
do me irritaron vuestros padres, de-
clara Yahveh Sebaot, y no me com-
padecí, 16 así, por el contrario, he
pensado en estos días favorecer a
Jerusalén y a la casa de Judá; no te-
máis. 16 Estas son las cosas que de-
béis hacer : Hablad verdad cada uno
con vuestro prójimo ; realizad en
vuestras puertas una justicia verda-
dera y pacífica. " No maquinéis los
unos el mal contra los otros en vues-
tro corazón, ni gustéis de hacer ju-
ramento falso, .porque aborrezco to-
do esto, declara Yahveh.'»
18 Y tuvo lugar la palabra de Yah-
veh Sebaot a mí, diciendo :
19 «Así dice Yahveh de los ejérci-
tos : 'El ayuno del cuarto, el ayuno
del quinto, el ayuno del séptimo y el
ayuno del décimo mes se trocarán
para la casa de Judá en regocijo y
alegría y en solemnidades gratas ;
mas amad la verdad y la paz.'
20 Así dice Yahveh de los ejércitos :
'Vendrán asimismo pueblos y los ha-
bitantes de grandes ciudades ; a y los
moradores marcharán de una a otra,
diciendo : ¡"Vamos, vayamos a apla-
car a Yahveh y a buscar a Yahveh
Sebaot. Yo también voy a ir ! 22 Y
vendrán muchos pueblos y naciones
poderosas a buscar a Yahveh de los
ejércitos en Jerusalén y rogar delan-
te de Yahveh.'
23 Así dice Yahveh de los ejércitos :
'En aquellos días sucederá que diez
hombres de todas las lenguas de las
gentes asirán fuertemente por la or-
la [del manto] a un judío, diciendo:
Queremos acompañaros, pues hemos
oído que Dios está con vosotros.'»
Oráculo sobre la destrucción de los pueblos enemigos.
Advenimiento del Mesías
q 1 Oráculo.
Palabra de Yahveh. El país de Jadrak y Damasco se han convertido
pues a Yahveh .pertenecen los ojos del hombre [en su morada ;
y todas las tribus de Israel.
'También Jamat estará comprendida. en ella
y a Tiro y Sidón, aunque sea tan sabia.
* Tiro se ha construido un terraplén
y ha amontonado plata cual si fuera polvo
y oro como lodo de las calles.
4 He aquí que el Señor se apoderará de ella,
aniquilará en el mar su riqueza
y ella será consumida en el fuego.
16 Realizad... una justicia verdadera y pacífica : o un juicio verd. y salutífero ;
liU, verdad y juicio de raz juzgad; Kit di. verdad. Cf. 7, 9.
" No maquinéis : cf. 7, 10.
19 El ayuno del cuarto..., etc. : todos esos ayunos conmemoraban fechas luctuosas
para el pueblo israelita : la toma de Jerusalén por los caldeos (2 Re. 25, 3), el incen-
dio del templo por Nebuzaradán (ib. 25, 8), asesinato de Guedalyá o Godolías y huida
de los judíos a Egipto (Jer. 25, 1) y comienzo del sitio de Jerusalén (2 Re. 25, 1), res-
pectivamente. || Verdad: o sinceridad, lealtad.
20 Vendrán asimismo... : o bien (cf. V) : «Hasta que vengan los pueblos y moren
en muchas ciudades.»
23 Queremos acompañaros : no querrán ¡os paganos solamente venir a Jerusalén,
sino que desearán unirse a los judíos para formar con ellos una sola nación.
91 Su morada : o sitio de reposo (de la palabra de Dios), donde Yahveh ha de
realizar algo. || A Yah. pertenecen los ojos del hombre : V «Domini est oculus ho-
minis». Kit cree prb. la lección Aram (Siria) en vez de Adam (hombre). Cf. Reina :
«a Yah. están vueltos los ojos de los hombres y de...» ; Hoonacker : «a Yah. pertene-
cen las ciudades de Arara».
— 1719 —
9 5-14
ZACARÍAS
9 6-14
• Cuando Asquelón lo vea, se espantará ;
también Gaza, que temblará grandemente,
y Eqrón, pues se ha marchitado 6U esperanza.
Y desaparecerá de Gaza el rey,
y Asquelón no será ya poblada.
* Se asentará en Asdod el extranjero advenedizo
y aniquilará el orgullo del filisteo b.
' Pero cuando yo haya alejado la sangre de la boca del mismo
y sus inmundicias de entre sus dientes,
también él quedará como reliquia para nuestro Dios,
y será como caudillo 0 en Judá,
y Eqrón será similar al yebuseo.
8 Luego acamparé como guarnición <* para mi casa frente a quien va
y ya no pasará sobre ellos tirano, [y viene,
porque ahora velo yo con mis ojos.
' ¡ Alégrate sobremanera, hija de Sión ;
grita jubilosa, oh hija de Jerusalén !
He aquí que tu rey llega a ti ;
es justo y victorioso,
humilde y montado sobre un asno,
sobre un pollino cría de asnas.
10 Aniquilará " los carros de Efraím
y la caballería de Jerusalén,
y haráse pedazos el arco guerrero,
y anunciará la paz a las naciones,
y su dominio se extenderá de mar a mar
y desde el río hasta los confines de la tierra.
"También tú, en razón de la sangre de tu alianza [conmigo],
yo soltaré a tus cautivos de Ja fosa sin agua.
12 Volveos a la fortaleza, cautivos esperanzados ;
también hoy te anuncio que te retribuiré el duplo.
38 Porque me he tensado a Judá,
como un arco he cargado [de flechas] a Efraím,
y excitaré a tus hijos, ¡oh Sión!,
contra los hijos tuyos, i oh Yaván!,
y te convertiré en espada de héroe.
M Yahveh aparecerá sobre ellos
y saldrá cual relámpago su flecha ;
» El extranjero advenedizo : o bien, un pueblo mixto. ¡| El orgullo del filis-
teo : las prerrogativas y cualidades en que se basaba su orgullo.
I La sangre de la boca : la sangre de que aquí parece tratarse no es la sangre
humana, sino la de los sacrificios, que solían beber los idólatras orientales, pero te-
nían prohibida los judíos. || Sus inmundicias : la carne de los sacrificios. Con ello
anuncia el Señor la abolición de la idolatría en general.
8 Acamparé... para mi casa : e. d., defenderá la tierra de Judá de tal suerte que ya
no la invadirá el enemigo. || Quien va y viene: el que se mueve a un lado y otro. II
No pasará sobre ellos : o bien, no los atacará, quiere decir, al pueblo de Yah-
veh. || Tirano : u opresor, quien imponga dura prestación personal. || Con mis ojos :
muchos corriwn «ahora he contemplado su miseria».
e He aquí que tu rey : cuantos esfuerzos se han hecho para aplicar este pasaje
a Zorobabel o a Nehemías han resultado infructuosos. Todos los comentaristas mo-
dernos merecedores de crédito convienen en que es mesiánico. || Sobre un pollino :
para darnos a entender que Jesús no busca el brillo del mundo.
10 Aniquilará los carros : quiere decir que el Mesías establecerá su reino por
medios pacíficos. || Haráse pedazos: o será suprimido. || Su dominio se extenderá...:
cf. Sal. 8.
II Tú : e. d., Sión. || Soltaré a tus cautivos: el perdón concedido a Israel no con-
sistirá sólo en que Dios envíe el rey prometido, sino en que libre a aquellos de su
pueblo que aun están en cautividad o afligidos.
18 Me ue tensado a Judá : anuncia el Señor con esta imagen la victoria de su pueblo
sobre los griegos, valiéndose de Judá y Efraím. || Yaván : e. d., Grecia.
9 15-10 5
ZACARÍAS
9 15-10 5
y el Señor, Yahveh, hará sonar la trompeta
y avanzará entre las tempestades del sur.
16 Yahveh de 'los ejércitos los protegerá,
y consumirán y subyugarán a sí las piedras de honda,
y beberán su sangre ' como si fuera vino,
se henchirán cual aspersorio,
como los ángulos del altar.
n Y Yahveh, su Dios, los salvará g en aquel día e
como a rebaño de su pueblo,
cuando como piedras de diadema
refulgirán sublimes sobre su país.
" En verdad, ¡ cuánta es su bondad y cuál su hermosura I
El grano hará florecer a los jóvenes
y el mosto a las doncellas.
Exhortación y amenaza contra los pastores
y los machos cabríos
' Pedid a Yahveh la lluvia en la estación primaveral ;
Yahveh formará nubes de tormenta,
y lluvia copiosa les dará,
y a cada uno yerba en el campo.
: Porque los tcrafim han hablado cosas engañosas,
y los adivinos han tenido falsas visiones,
y sueños vanos anuncian,
y vanamente consuelan.
Por eso [los israelitas] emigraron a como rebaño,
fueron humillados porque no tienen pastor.
3 Contra los pastores se ha encendido mi cólera
y a los machos cabríos castigaré,
pues Yahveh de los ejércitos ha visitado su grey,
b la casa de Judá b,
v ha hecho de ella como su magnífico corcel b en el combate b.
* De vosotros mismos [saldrá] la piedra angular, de vosotros la estaca
de vosotros el arco guerrero, [de la tienda ;
de vosotros saldrá todo capitán juntamente c.
6 Y serán d en el combate d como valientes
que pisotean el lodo de las calles,
y pelearán porque Yahveh está con ellos,
y serán confundidos quienes cabalgan caballos.
15 Las piedras de honda : como si fueran piedras para la honda, o despreciables,
aniquilarán y pisotearán a sus enemigos.
M Los salvará : auxiliará o dará la victoria.
17 Hará florecer : o tornará vigorosos. Otros vierten el v. de otro modo o lo corri-
gen. Cf. Zorell y versión V.
1 La estación primaveral : lit., en la época de la lluvia tardía, e. d., en abril. II
Nubes de tormenta : o aguacero, chaparrón.
- Los terafim : cf. sobre estos dioses penates Gén. 31, 19. || Emigraron como reba-
ño : por haber dado crédito a aduladores, fueron los hebreos arrojados de su tierra
como rebaño echado por delante para la venta.
' Contra los pastores : los principes y gobernadores paganos que oprimen al pue-
blo. ¡I Los machos cabríos : los jefes del pueblo. || Magnífico corcel : o caballo vigo-
roso ; otros, «cab. de honor» ; V «eab. de regaloi.
* De vos. saldrá la pifdra angular ¡ el príncipe, a quien el estado deberá toda
su fuerza. En esta y las siguientes frases ve Ribera una profecía mesiánica que
anuncia la conquista del mundo por los apóstoles.
6 Serán : e. d., los de la casa de Judá.
— 1721 —
10 «-11 5
ZACARÍAS
10 6-11 5
" Vigorizaré a la casa de Judá
y a la casa de José salvaré ;
"los haré regresar, porque tengo compasión de ellos,
y serán cual si nunca los hubiera desechado,
11 porque yo soy Yahveh, su Dios, y los escucharé d.
* Y serán como héroes los de Efraím ;
su corazón se alegrará como por vino,
y sus hijos lo verán y se regocijarán,
jubilará su corazón en Yahveb.
8 Los silbaré y los reuniré, b porque los he redimido b.
y se multiplicarán como antes se multiplicaron.
6 Yo habíales diseminado " entre los pueblos,
mas en los remotos parajes ' se acordarán de mí ;
y vivirán [allí] con sus hijos y luego regresarán.
10 Los haré volver del país de Egipto,
y de Asiria los recogeré ;
los traeré a ila tierra de Galaad y al Líbano
y no se hallará [sitio bastante] para ellos.
11 Y pasarán s por el mar de la angustia,
pero herirá en el mar las ondas,
y se secarán todas las (profundidades del río,
y será abatida la soberbia de Asiria,
y el cetro de Egipto cesará.
u Yo los confortaré [a los israelitas] en Yaihveh,
y en su nombre caminarán h — ll declara Yahveh d.
Castigo de los jefes culpables. Alegoría del profeta pastor
11 1 ¡ Abre, oh Líbano, tus puertas
y devore el fuego tus cedros !
2 "Laméntate, ¡oh ciprés!, que ha caído el cedro,
los [árboles] más majestuosos han sido destruidos.
Ululad, encinas del Basan,
porque la selva impenetrable ha sido abatida.
* ¡ Oyese el lamentar de los pastores,
porque ha sido destruida su magnificencia !
¡ Oyese el rugir de los leoncillos,
porque ha sido asolada la gloria del Jordán !
* Así dice Yahveh, mi Dios : «Apa- i compradores impunemente mientras
cienta las reses menores destinadas sus vendedores exclaman3': «¡Ben-
a la matanza, 5 las que matan sus ] dito sea Yahveh, pues me he enri-
' Los DE Efraím, vueltos del destierro, se conducirán como héroes. || Por vino :
8 Los silbaré : los llamaré silbando.
11 EL mar pe la angustia: el mar ¿ por cstrcoliez? Muchos corrigen este vocablo:
hacia Tiro (liibl. Bonn), el mar de Egipto (e. d., el mar Rojo). || El Río : e. d., el
Eufrates, o, scííún otros, el Nilo (así Bibl. Tub.). || La soberbia de Asiría... el cetro
de Egipto : parecen simbolizar estos nombres las tierras de esclavitud más que anun-
ciar la vuelta de estos países en tiempo de los Macabeos.
12 Caminarán : en la repatriación.
-| -1 1 Abre, oh Líbano : prosopopeya mandando al Líbano que reciba sin defenderse
■J--*- a los enemigos que vienen a devastar la tierra.
3 La gloria del Jordán : e. d., las frondosas espesuras de su valle.
* Las reses menores : parecen ser el pueblo de Israel, y los pastores, sus jefes.
— 1722 —
11 6-13
ZACARÍAS
11 14-15
querido!» ; y sus pastores no tienen
compasión de ellas. * Así, pues, no
me compadeceré más de los habitan-
tes de la tierra, dice Yahveh ; mas
he aquí que yo entregaré a los hom-
bres cada uno en mano de su próji-
mo b y en poder de su rey, quienes
devastarán la tierra, y no la libraré
de manos de ellos.»
7 Entonces páseme a apacentar las
reses menores destinadas a la ma-
tanza para los mercaderes c del ga-
nado menor y cogíme dos cayados ;
al uno llamé Néham (Benignidad) 3
al otro denominé Jobclim (Unión fra-
terna); y apacenté el ganado. 8 En un
mes aniquilé a tres pastores, y se
impacientó mi alma con ellos, y tam-
bién su alma se hastió de mí. 9 Y
dije : «No os (pastorearé más ; la que
debe morir, muérase ; y la que haya
de perecer, perezca ; y las que resten
devore cada una la carne de su com-
pañera.» 10 Y tomé mi cayado Benig-
nidad y lo rom.pí, deshaciendo así la
alianza que había yo pactado con to-
dos los pueblos. 11 Quedó, pues, anu-
lada en aquel día, y así los mercade-
res d de ganado menor que se fijaron
en mí comprendieron que era pala-
bra de Yahveh. 12 Mas díjeles : «Si
os parece bien, entregad mi salario,
y si no, dejadlo.» Y pesaron por mi
salario treinta siclos de plata. 13 Pefo
Yahveh me dijo : «Arrójalo al fun-
didor ese magnífico precio en que
fui evaluado por ellos.» Toméj pues,
las treinta monedas de plata y arro-
jélas en la casa de Yahveh al fundi-
La vuelta de la caza
dor. 14 Rompí asimismo mi otro bácu-
lo, Unión fraterna, para deshacer la
hermandad entre Judá e Israel.
16 Luego díjome Yahveh : «Cógete
* Yo entregaré : quiere decir que las naciones que han destruido al pueblo de Dios
serán a su vez castigadas, acabando ellas mismas por sus discordias intestinas.
1 Benignidad: para indicar un gobierno o mando suave y benigno. |l Unión fra-
terna : otros lo interpretan de otros modos : «ataduras, dañadores...». V llama al pri-
mero «Hermosura» y al segundo «Cuerda».
8 En un mes aniquilé o suprimí : sobre quiénes pueden ser estos pastores hay
muy distintas opiniones. Tal vez sea la mejor la que sostuvieron Teodoreto y San Ci-
rilo, quienes ven en esos tres pastores los tres órdenes por que era gobernado Israel,
o sea las autoridades civiles, los sacerdotes y los profetas. En cuanto al mes, quizá
sea un símbolo de la destrucción completa de dichos tres órdenes. || Se impacientó
mi ALMA : o bien, perdí la paciencia.
10 Deshaciendo así la alianza : no es la hecha con Noé. La de que aquí parece
tratarse es la hecha con los pueblos para que no destruyeran a Israel. Abrogada ella,
queda Israel entregado a las naciones para que le traten del modo indicado en el n. 5.
Pero eso no sucederá hasta que el segundo cayado quede roto y abandone el pastor
del todo su rebaño.
a Mas díjeles : Zacarías, que representa a Dios. || Sí os parece bien que continúe
siendo vuestro pastor. || Y si no, dejadlo : os dejaré obrar a vuestro antojo. || Y pe-
saron por mi salario treinta siclos : la ofrenda de semejante precio era un insulto
odioso. Todo esto, dice muy bien el P. Scío, parece no tanto profecía cuanto descrip-
ción de la infame venta que hizo Judas de jesu-Cristo.
13 Kundidor de bronce : otros, «tesorero», o corrigen «tesoro». V «statuarium», al-
farero (Scío...).
" Rompí asimismo mi otro báculo : indicando con ello que no apacentaría más a
aqnella nación ingrata.
10 El zurrón de un pastor necio : o «el equipo de un pastor, de uno impío (in-
sensato)».
— 1723 —
11 16-12 5
ZACARÍAS
11 «-12 8
aún el zurrón de un pastor necio, la quebrada, ni se cuidará de man-
pues he aquí que yo voy a suscitar tener la sana ; antes bien, la carne
un pastor en la tierra que no se de la cebada comerá y hasta sus pe-
preocupará por las reses que perecen, /.uñas arrancará.»
ni buscará la descarriada, ni curará
11 ¡ Ay del pastor inepto que abandona el rebaño !
Espada [descargará] sobre su brazo y sobre su ojo derecho ;
su brazo se secará por completo y su ojo derecho se embotará en-
[teramente.
Profecía contra Judá y Jerusalén. Promesa de esperanza
Palabra de Yahveh sobre Israel,
palabra de Yahveh, que extendió los cielos, y fundamentó la tierra,
y forma el espíritu del hombre en su interior.
2 He aquí que yo convertiré a Je-
rusalén en copa de vértigo para to-
dos los pueblos de alrededor ; pero
también contra Judá habrá angustia
en la opresión contra Jerusalén. 3 Y
ocurrirá en aquel día que yo pondré
a Jerusalén como piedra de levan-
tamiento para todos los pueblos, y
quienes pretendan alzarla se desga-
rrarán por completo, y se coligarán
contra ella todas las gentes de la
tierra. 4 En aquel día, dice Yahveh,
heriré de pasmo a todos los caballos
y a sus jinetes de locura, mas abriré
mis ojos sobre la casa de Judá
a todos los caballos de los pueblos
gentiles heriré de ceguera. 6 Y dirán
en su corazón los jefes de Judá :
«Son fuerza para mí los habitantes
de Jerusalén en Yahveh de los ejér-
citos, su Dios.» 6 En aquel día pon-
dré a los caudillos de Judá como
caldera de fuego en leña y cual en-
cendida antorcha en gavilla, y devo-
rarán a derecha e izquierda a todos
los pueblos circundantes, y Jerusalén
será habitada de nuevo en su empla-
zamiento jerosolimitano primitivo.
7 Y Yahveh salvará las tiendas de
Judá como en un principio, a fin de
que no se crezca la gloria de la casa
de David ni la gloria de los morado-
res de Jerusalén sobre Judá. 8 En
aquel día protegerá Yahveh a los ha-
bitantes de Jerusalén, y el más va-
cilante entre ellos llegará a ser a la
sazón como David, y la casa de Da-
vid será a la cabeza de ellos como
16 Voy a suscitar un pastor : en este pastor están designados todos los jefes malos
de Israel. || Mantener la sana: o abastecer, proporcionar alimento a la sana; otros,
«a lo que está en pie», «lo que ha enfermado», o corrigen «lo que está hambriento».
17 ¡Ay del pastor ! : este mal pastor será castigado, a su vez, en lo que más
aprecia : la privación del brazo y del ojo. Se cumplió en Sedecias al pie de la letra,
pues perdió el brazo, o sea el poder, y llevado a Babilonia, le sacaron los ojos. || Se
secará..., se embotará : o bien, seqúese (paralícese)..., embótese (apáguese, debilítese).
•i O 2 Copa de vértigo ; o. bien, «copa de tambaleo», G «atrio levantado...», V «super-
liminare crapulae». Aluden estas palabras a un ataque de las naciones contra
Jerusalén y Judá, el cual será fatal para los agresores.
8 Piedra de levantamiento : o piedra para probar la fuerza. || Todas las gentes
de la tierra : indican estas palabras la universalidad de la empresa intentada contra
el reino de Dios.
0 Son fuerza para mí los habitantes de Jerusalén : as! lit. H, que suele corregirse
de diversos modos : Fuerza es para mí Jerusalén en Yahveh (así Kit), Los habitantes
de Jer. tienen su fuerza en (v. gr., Zorell), etc. La Bibl. Bonn traduce «Auxilia a
los habitantes de Jer. en [el nombre de] Yahveh Sebaot.» La idea del v. es que los
de Judá reconocerán que su fuerza no viene de la ciudad, sino de Dios.
6 Pondré a los caudillos : porque confiarán en Dios, se servirá éste de ellos
para destruir a los enemigos. Estos son la madera, y los jefes, el fuego que la de-
vorará.
8 El más vacilante : o quien se tambalee.
— 1724 —
12 9-13 3
ZACARÍAS
12 "-13 6
Dios, cual un ángel de Yahveh. * Y
sucederá que en aquel día trataré
de aniquilar a todos los pueblos gen-
tiles que vengan contra Jerusalén.
10 Y derramaré sobre la casa de Da-
vid y sobre el habitante de Jerusalén
espíritu de favor y de plegarias, y me
contemplarán a mí, a quien traspa-
12 Y plañirá la tierra, cada famil
la familia de la casa de David ¡
la familia de la casa de Natán
13 La familia de la casa de Leví
la familia de Simí aparte, y sus
" todos los linajes restantes,
separado.
saron, y .plañirán por él cual suele
gemirse por el hijo único, y se hará
duelo amargo por él como suele ha-
cerse .por el primogénito.
" Y en aquel día será grande el la-
mento de Jerusalén, como el lamen-
to de Hadad-rimmón en el valle de
Meguiddó.
ia por separado :
aparte, y sus mujeres aparte ;
aparte," y sus mujeres aparte ;
aiparte, y sus mujeres aparte ;
mujeres aparte ;
linaje por linaje aparte, y sus mujeres por
La fuente que lava los pecados. Herida del pastor
y dispersión de las ovejas
1 o 1 En aquel tiempo habrá fuen-
te abierta para la casa de Da-
vid y los moradores de Jerusalén pa-
ra [lavar] el pecado y la impureza.
- Y sucederá en aquel día, dice Yah-
veh de los ejércitos, que yo extirpa-
ré del país los nombres de los ídolos
y no serán más recordados, y asimis-
mo quitaré de la tierra a los profe-
tas y el espíritu de impureza. 3 Y
cuando alguno profetice todavía, le
dirán su padre y su madre, los que
le engendraron : «No vivirás, porque
hablaste falsedad en nombre de Yah-
veh.» Y sus propios padre y su ma-
dre, que le engendraron, lo han de
traspasar cuando profetice. 4 Y en
aquel día ocurrirá que cuando profe-
ticen se avergonzarán los profetas,
cada uno de su visión, y no se vesti-
rán más manto de pelo para enga-
ñar. 6 Y dirá : «No soy profeta ; tra-
bajador del campo soy, pues la agri-
cultura es mi ocupación a desde mi
juventud.» 6 Diránle entonces :« ¿Qué
significan esas heridas en tus ma-
nos ?» «Porque fui herido en casa de
mis amigos», contestará.
" Trataré de aniquilar : imagen del cuidado que pondrá hasta el fin de los siglos
en la defensa de la Iglesia.
10 Y derramaré soKRE la casa de David : esto es, sobre mi Iglesia, como dice Ri-
bera, Espíritu Santo de gracia, para que me sea siempre agradable, haciendo lo que
debe. || Espíritu de favor... : e. d., un espíritu con el que agraden a Dios y sean
movidos a súplica o a orar. || Y me contemplarán a mí : los antiguos judíos veían en
estas palabras una lamentación relativa al Mesías. La tradición cristiana las aplica,
con razón, a los padecimientos de Cristo. San Juan, en el cap. 19, 37, de su Evangelio,
ve en estas palabras de Zacarías una predicción de la pasión del Señor. || Y plañirán
por él : comenzó a cumplirse la profecía apenas murió Jesu-Cristo, continuó cumplién-
dose con los esfuerzos de los apóstoles por convertir a Israel y se cumplirá del todo
cuando el resto de Israel vuelva al Salvador, a quien sus padres crucificaron.
11 El lamento de Hadad-rimmón : el que ocasionó la muerte de Josías en esta aldea
después de la derrota de Meguiddó.
12 Y sus mujeres aparte : entre los hebreos, los hombres y las mujeres estaban
separados en las públicas solemnidades.
-1 O 1 Habrá fuente abierta : Jesu-Cristo, cuya sangre santísima nos ha valido las
asnas del bautismo y todas las gracias concedidas a los fieles por los sa-
cramentos.
2 En aquel día : cuando haya el Señor derramado el Espíritu Santo sobre su pue-
blo. || De la tierra de Judá y aun del mundo entero. || Los profetas : falsos.
4 Manto de pelo : e. d., de penitencia.
6 Fui herido en casa de mis amigos : muchos intérpretes y la Liturgia católica
aplican estas palabras a Nuestro Señor, que fué tratado como falso profeta y clavado
en cruz por quienes hacían profesión de adorarle como Dios y esperarle como Mesías.
— 1725 —
13 7-14 3
ZACARÍAS
13 7-14 5
7 Espada, vela contra mi pastor
y contra el varón de mi intimidad,
dice Yahveh de los ejércitos ;
hiere al pastor y se desparramará el ganado menor,
y tornaré mi mano contra los pequeños.
8 Y sucederá que en toda la tierra — declara Yahveh —
serán exterminados y exipirarán las dos terceras partes,
y la tercera parte quedará en ella ;
9e introduciré la tercera parte en el fuego,
y .la acrisolaré como se acrisola la plata,
y la probaré como se prueba el oro.
El invocará mi nombre y yo le atenderé
y diré : «Tú eres mi pueblo» ;
y él dirá : «Yahveh es mi Dios.»
Anuncio apocalíptico de tiempos mesiánicos
-i A 1 He aquí que un día llegará
para Yahveh en que será re-
partido tu botín en medio de ti. 2 Yo
juntaré a todas las naciones contra
Jerusalén en son de guerra y será
tomada la ciudad ; serán robadas las
casas, y las mujeres, forzadas ; y
partirá la mitad de la ciudad al des-
tierro, pero el resto del pueblo no
desaparecerá de la ciudad. 8 Luego
saldrá Yahveh y peleará contra
aquellos (pueblos, como peleó en el
día de la batalla. 4 Y aquel día sus
pies pisarán el monte de las Olivas,
que está enfrente de Jerusalén, al
oriente, y hendiráse el monte de las
Olivas por la mitad, hacia levante y
poniente, en un valle muy grande ;
y se deslizará la mitad del monte
hacia el norte y la otra mitad al sur.
11 Y huiréis al valle de mis montes,
ipues el valle de las montañas llega-
rá hasta Asal, y huiréis como huís-
teis ante el terremoto en tiempos de
7 Espada, vei.a contra mi pastor : giro poético para decir que la ejecución de Jesús
sucederá cuando Dios lo determine. Porque ese pastor de Dios que debe matar la
espada no es otro que el Mesías. || El varón de mi intimidad o sociedad : e. d., mi
compañero. || Hiere ai. pastor... : ese ganado menor desparramado son los judíos,
desterrados de Jerusalén después de la muerte de Jesu-Cristo ; y también los discípu-
los, que se dispersaron al ser Jesús arrestado.
s Las dos terceras partes : según San Jerónimo y San Cirilo, se refiere el profeta
a los judíos que morirán en la toma de Jerusalén por los romanos. Según otros in-
térpretes, se trata de los apóstoles que abandonarán la Iglesia en tiempo del anticristo.
0 La tercera parte : los más de los comentaristas piensan que esto se refiere a los
fieles a Jesu-Cristo.
-j A 1 Todo este capítulo parece más figurativo que literal, pues que se advierten
-Lt: en él numerosos símbolos. Sólo en la Iglesia se han cumplido enteramente las
predicciones de Zacarías. || Un día... tara Yaitveh : los días escogidos por Dios para
la manifestación de su poder. || Tu botín : el cogido en Jerusalén por sus muchos
enemigos.
2 Y será tomada la ciudad, mas para que resulte Israel vencedor, al fin, de sus
enemigos.
3 Como peleó en el día de la batalla : lit., «como el día de su pelea en el día
del combate» contra Faraón y Egipto, según refiere Ex. 14.
4 Sus pies pisarán : quiere indicar el profeta de modo preciso los medios que
empicará el Señor para salvar a su pueblo. |l Hendiráse el monte : para que su pueblo
pueda huir con segundad. || Valle: o garganta.
c Huiréis ai. valle de mis montes : por el miedo del temblor de tierra que anunciará
la venida de Jesu-Cristo. Muchos corrigen H : «Y es llenado (o colmado) el valle de
mis m.» (así Bibl. Bonn), o de otros modos. || Pues: otros, taunque». || Asal: así
prob. aldea al extremo del monte de los Olivos. Otros, «hasta el lado,, thasta el lugar
en Que daré la salvación», etc. || Y huiréis como huísteis: Bibl. Bonn ase llenará
(o colmará) como se llenó por el terremoto...» || Y vendrá Yahveh : Ribera entiende
este pasaje como del juicio final ; otros lo refieren a la primera venida de Jesu-Cristo.
14 6-14
ZACARÍAS
14 15-21
Ozías, rey de Judá ; y vendrá Yah-
veh, mi Dios, acompañado de todos
los santos.
* Sucederá también que en ese día
no habrá luz, sino frío y helada.
7 Será un día que sólo es conocido
de Yahveh ; ni será día ni será no-
che, sino que ocurrirá que al tiempo
de la tarde habrá luz. 8 Y acaecerá
en aquel día que brotarán aguas vi-
vas de Jerusalén ; la mitad de ellas
fluirán hacia el mar oriental y la
otra mitad hacia el mar occidental,
tanto en el verano como en in-
vierno. 0 Y Yahveh hará de rey so-
bre toda la tierra, y en aquel día
será Yahveh único, y único su nom-
bre. 10 Y tornaráse todo el país en
estepa desde Gueba a Rimmón, al
sur de Jerusalén ; y se elevará y se-
rá habitada en su lugar desde la
puerta de Benjamín hasta el sitio de
la primitiva Puerta, hasta la puerta
de la esquina, y la torre de Jananel
hasta los lagares del rey. u Y habi-
tarán en ella y no habrá más anate-
ma, y será habitada Jerusalén con
seguridad.
f- Y ésta será la plaga con que he-
rirá Yahveh a todos los pueblos que
lucharon contra Jerusalén. Se co-
rromiperá su carne estando aún en
pie, y sus ojos se pudrirán en sus
cuencas, y su lengua se pudrirá en
su boca. 13 Y sucederá aquel día que
habrá en ellos enorme espanto so-
brenatural ; agarrará cada uno la
mano de su compañero y alzará su
mano contra la mano de su prójimo.
u Y también Judá peleará en Jeru-
salén ; serán reunidas las riquezas
de todos los pueblos de alrededor :
oro, plata y vestidos en gran abun-
dancia. 15 Y semejante a esta plaga
será la de los caballos, los mulos,
los camellos, los asnos y todas las
bestias que estuvieren en aquellos
campamentos.
16 Y cuantos queden de todas las
gentes venidas contra Jerusalén su-
birán de año en año para prosternar-
se ante el rey Yahveh de los ejérci-
tos para celebrar la fiesta de los ta-
bernáculos ; 17 y quienes entre los
pueblos de la tierra no subieren a
Jerusalén para prosternarse ante el
rey Yahveh de los ejércitos no ob-
tendrán sobre sí lluvia. 18 Y si la na-
ción de los egipcios no sube ni viene,
no caerá sobre ellos [lluvia] ; sufri-
rá la plaga con que Yahveh ha de
herir a las gentes que no suban a
celebrar la fiesta de los tabernáculos.
19 Esta será la expiación del pecado
de Egipto y el castigo de todos lo»,
pueblos que no subieren a celebrar
la fiesta de los tabernáculos.
20 En aquel día se verá sobre las
campanillas de los caballos [la ins-
cripción] «Santidad para Yahveh», y
las ollas en la casa de Yahveh serán
como los aspersorios delante del al-
tar de los sacrificios. 21 Y serán todas
las ollas en Jerusalén y Judá «Santi-
dad para Yahveh Sebaot», y ven-
drán todos los que inmolen y toma-
rán de ellas y en ellas cocerán, y no
habrá más cananeos en la casa de
Yahveh de los ejércitos en aquel
día.
• No habrá luz... : otros, «no hay [cambio de] luz y [de] frío y congelación»
(asi Bibl. Bonn).
7 Habrá luz : c. di, aclarará de nuevo.
8 Brotarán aguas vivas: bendiciones espirituales de todo género. || Mar oriental:
o Muerto. || Mar occidental: o Mediterráneo.
• Yahveh único : dice que no habrá variedad en el culto de Dios.
11 No habrá más anatema l los habitantes de la Jerusalén restaurada vivirán sin temor,
pacíficamente en la ciudad.
13 Espanto sobrenatural o extraordinario ; lit., espanto de Yahveh o de parte
de Yahveh.
18 No sube ni viene, no caerá sobre ellos : Kit corrige «no sube, no vendrá [lluvia] ,
y sobre ellos tendrá lugar la plaga...» Bibl. Bonn traduce: «no sube [el Nilol, no lo
inundará sin que le sobrevenga la plaga con la que Yahveh...».
30 Santidad para Yahveh : o «consagrado a Yahveh» ; cf. Ex. 28, 33-35.
21 Y serán todas las ollas : quiere el profeta decir que los vasos de dignidad infe-
rior serán entonces considerados tanto como los demás; que todo será sagrado. ||
Y no habrá más cananeos : parece querer decir que los impíos y profanos no entrarán
más en el templo.
— 1727 —
NOTAS CRITICAS A ZACARIAS
CAP. 1
a-a add, anota Kit) b Kit 1 a vosotros] c-c di, anota Kit.
CAP. a
a así ins Kit c G] b Kit di en derredor c S y por razones métricas] c así Kit c G
(cf V) ; H como] d-d Kit di por razones métricas] e-e Kit prefiere 1 c G su pueblo
y habitarán.
CAP. 3
a así ins Kit c S] b así quizá c V ; H haz vestir; Kit 1 e G «hazío vestir» y cree
prb trsp «y le dijo... culpa» post v 5] c-c Kit c G di y 1 luego y pongan] d así ins
c Kit] e-e Kit di.
CAP. 4
a así ins Kit por razones métricas] b así Kit c GS ; H 511 recipiente o vaso del
aceite] c así Kit cGS; H sus lámparas] d Kit di c G (cf)] e-e únase c v 6 a, anota Kit.
CAP. 5
a así Kit c G; H la saqué] b así Kit c GS ; H (cf V) el ojo (o su aspecto)] casi
c Kit lef GV) ; H y sea establecida y colocada.
cap. 6
a así c Kit (lit detrás del mar); H detrás de ellos] b-b Kit lo suprime como paral
a v 7 a] casi c Kit; H (=V) mi espíritu; G mi furor contra...] d así Kit c G ; H co-
ronas] eH añade diciendo; Kit lo suprime c G] f Kit 1 c G a su diestra] e así Kit
c S ; H (= V) Jélem.
cap. 7
a-a add, anota Kit] b así prb c Kit ; H y] c Kit trsp 7 4-8 17 tras 8 23] d texto
sospechoso, frt «ayuné yo también ?» (Joüon)] e H añade diciendo, que Kit di c G]
t así e Kit.
CAP. 8
a así 1 c Kit; H (= V) (existirá) la semilla de la paz.
cap. 9
a asi ins c Kit (= V), que suprime y Sidón] b así quizá con el contexto (cf Kit)]
c Kit 1 acornó mil»] d así prb, cf Kit; H frente a todo ejército (?)] e así Kit c G ;
H (= Vi destruiré] ¡asi Kit c G... H rugieron] e-e add, anota Kit.
cap. 10
a así H; Kit 1 huyeron o vagaron] b-b di, anota Kit] c Kit une este vocablo c el
comienzo del v 5] d^l Kit lo juzga add] e así prb c Kit ; H los sembraré] t Kit di o
entre los pueblos, mas o y en los remotos parajes] e así Kit c G; H (= V) pasará]
h Kit 1 alabarán (su nombre).
cap. 11
a H dice] b prps su pastor] c así c Kit ; H en verdad (o por eso) las más míseras]
d así c Kit ; H ¡05 pobres.
cap. 13
a así c Kit y muchos críticos; H un hombre me adquirió; G aun h. me engendró» ;
V «Adán fué mi modelo» ; Reina : «esto aprendí del hombre» ; Ferrara : «hombre me
avezó (ser pastor)».
INTRODUCCION A M ALAQUIAS
MUQUÍAS, el An.cjel o Mensajero de Yahve'h, es cronológicamente el
último de los profetas de Israel. Algunos, entre ellos San Jerónimo
" (reflejando la interpretación judía de su época recogida en el Tár-
guyn), creyeron que Malaquías no es sino un apelativo del autor, que no
es otro que Esdras. Lo cierto es que Malaquías, según la opinión más ve-
rosímil, vivió en tiempo de Esdras y Nehcmías, a mediados del siglo V
a. de C. Fué, a decir de los judíos, el sello de los profetas. Sus discursos,
aunque pronunciados aisladamente, ofrecen hoy innegable unidad. La pro-
fecía se divide en dos partes, precedidas por una introducción , en que
Dios manifiesta su predilección para con Israel. La primera denuncia ¡os
pecados de los sacerdotes y de todo el pueblo. La segunda anuncia el
juicio de Dios en la edad mesiánica. A diferencia de los otros dos pro-
fetas posteriores al destierro, Ageo y Zacarías, Malaquías no intenta con-
solar al pueblo mediante promesas de misericordia divina, sino que se
enfrenta con él con duras censuras y amenazas. Al decir de Junkcr, la
misión providencial del profeta consistió en mostrar y combatir los peli-
gros que encerraba la peculiar devoción de su tiempo, excesivamente ape-
gado a lo externo de la ley. El dialogismo, base de todo el desenvolvi-
miento dialéctico, da singular viveza a esta profecía.
Desde el punto de vista teológico, en la primera parte (2, 11) se anun-
cia el sacrificio universal de la Nueva Alianza, el sacrificio cucarístico. Hu
la segunda (3, 1) se anuncia el advenimiento del Mesías, cuyos caminos
ha de preparar un heraldo divino, que no sólo San Marcos (1, 2). sino
también el mismo divino Maestro (Mt. 11, 10; Le. 7, 27), identificó con
Juan Bautista.
— 1729 —
65
MALAQUIAS
Amor de Yahveh a su pueblo. El honor a Yahveh y el
sacrificio de la nueva ley
i 1 Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por medio de Malaquías.
-*- 3 Os he amado, dice Yahveh,
y vosotros habéis dicho : «¿En qué nos amaste?»
«¿Acaso no es Esaú hermano de Jacob?» — "dice Yahveh» — ;
sin embargo, he amado a Jacob,
3 y a Esaú he aborrecido,
y he convertido sus montes en desolación,
y [he dado} su heredad a los chacales del desierto.
4 Si Edom dijere : 'Hemos sido aniquilados,
pero b reedificaremos las ruinas',
así afirma Yahveh Sebaot :
Ellos edificarán, mas yo derruiré,
y los llamarán «Territorio de impiedad»
y «Pueblo contra el que Yahveh está eternamente airado».
* Vuestros ojos lo verán y vosotros
diréis : Grande es Yahveh sobre el territorio de Israel.
8 Un hijo honra al padre y el siervo a su señor ;
si, pues, padre soy yo, ¿dónde está la honra que me corresponde?
Y si soy señor, ¿ dónde el temor que me es debido ?,
dice Yahveh Sebaot
a vosotros, sacerdotes, menospreciadores de mi nombre.
Mas diréis : '¿En qué hemos menospreciado tu nombre?'
'Ofreciendo sobre mi altar comida mancillada.
Y diréis : «¿Cómo lo hemos mancillado °f»
Al pensar que la mesa de Yahveh es despreciable ; [mala ? » ;
8 Y cuando ofrecéis una res ciega para inmolarla, a ¿no es cosa
y cuando ofrecéis una res coja y enferma, ¿ no está mal ?
Ofrécelo, pues, a tu gobernador, [a ver] si le agradas o te acoge
dice Yahveh Sebaot. [benignamente,
1» Nos amaste : o nos has mostrarlo amor, nos quieres.
1 Ellos edificarán : equivale a decir que no recobrará Edom, como sucedió, su
antigua prosperidad.
' Comida mancillada : o bien, pan o alimento manchado, viciado, impuro.
" Si le agradas : si te es favorable o acoge amablemente.
19-2 3
MALAQUÍAS
19-2 3
• Ahora bien, aplacad, pues, a Dios para que se apiade de nosotros
d (pues de vuestra mano ha procedido esto) d ;
acaso os conceda su benevolencia,
■ dice Yahveh Sebaot a.
10 ¡Oh, quién, además, entre vosotros cerrara las puertas
para que no encendierais mi altar en vano !
No tengo en vosotros complacencia,
dice Yahveh Sebaot,
v la oblación no me agrada venida de vuestras manos.
11 Pues desde el levante del sol hasta su ocaso,
grande es mi nombre entre los pueblos,
y en todo lugar ha de sacrificarse, ha de ofrendarse
a mi nombre, y ha de ser una oblación pura ;
e pues grande es mi nombre -entre los pueblos,
dice Yahveh Sebaot e.
u Mas vosotros lo ' profanáis cuando decís :
La mesa de Adonay es inmunda
y e despreciable su comida.
a Y exclamáis: '¡Qué fatiga!'
y lo despreciáis, dice Yahveht Sebaot ;
y traéis la res robada, la coja y la enferma,
y presentáis la oblación :
"¿acaso la puedo yo aceptar complacido de vuestra mano,
dice Yahveh Sebaot h?
M Maldito el doloso, que, habiendo en su rebaño [robusto] macho,
haciendo un voto, inmola al Señor lo dañado ;
pues soy un rey magno,
dice Yahveh Sebaot,
y mi nombre es temible entre las gentes.
Conminaciones a los sacerdotes. El divorcio y el
matrimonio con mujeres idólatras
o 1 ¡ Ahora, pues, a vosotros se dirige este mandato, oh sacerdotes !
^ 2 Si no escucháis
ni tomáis a pechos el dar honra a mi nombre,
dice Yahveh Sebaot,
yo enviaré contra vosotros la maldición
y maldeciré vuestras bendiciones a ;
e incluso lo he maldecido
porque vosotros no lo tomáis en consideración.
* He aquí que yo os quebraré el brazo b
y os echaré estiércol al rostro,
8 Acaso os conceda benevolencia : o bien, como interrogación directa : ¿ Acaso ha
de avenirse El a alguno de vosotros ?
10 Xo tengo... complacencia : o bien, no me agradáis.
12 Es inmunda : o bien, puede estar manchada.
,4 Maldito el doloso : reprende el profeta que ofrezcan a Dios los judíos sacrifi-
cios malos por buenos, como si pudiesen engañar al Señor. Lo que Dios pide en este
y otros lugares es que se le obedezca perfectamente.
o 1 Mandato : equivale aquí a amenaza, aviso serio, exhortación.
" * Tomáis a pechos : e. d., en consideración ; lit., ponéis sobre el corazón. \\
Vuestras bendiciones : las que el pueblo espera de vosotros y os pide.
* Echaré... rostro : e. d., os arrojaré a la cara, os cubriré de vergüenza, igual a la
que pasaríais si os arrojara al rostro el excremento de las víctimas. || Se os arrastrara
con él : o llevará donde él ; o bien, os arrastrará consigo.
— 1731 —
2 4-16
MALAQUÍAS
2 4-!6
el e6tiércol de vuestras fiesta»,
y se os arrastrará con él.
4 Entonces reconoceréis que yo 0 he enviado contra vosotros
esta decisión,
para que mi alianza con Leví sea efectiva,
dice Yahveh Sebaot.
' Mi alianza con él fué la vida y la paz, y yo se la di ;
dile d temor, y él me temió y mi nombre temió él reverente.
" Enseñanza verdadera hubo en su boca
y perversidad no se halló en sus labios ;
en paz y rectitud marchó conmigo
y a muchos apartó de pecado.
' Pues los labios del sacerdote deben guardar la ciencia,
y la doctrina han de buscar de su boca ;
porque él es mensajero de Yahveh Sebaot.
' .Mas vosotros os habéis apartado del camino,
servido de tropiezo a muchos en la ley
y destruido la alianza de Leví, dice Yahveh Sebaot. (pueblo,
9 También yo os he trocado en despreciables y viles para todo el
de igual suerte que vosotros no habéis guardado mí camino
y habéis ido parciales a [aplicar] la ley.
"' ¿ Acaso no tenemos un mismo padre todos nosotros ?
¿No nos ha creado un mismo Dios?
¿Por qué nos obramos pérfidamente e unos a otros,
profanando el pacto de nuestros padres ?
" Judá ha obrado pérfidamente, y abominación
hase hecho f en Israel f y en Jerusalén ;
pues Judá ha profanado el santuario de Yahveh, a quien amaba,
y se ha desposado con la hija de un dios extraño.
12 Extermine Yahveh de las tiendas de Jacob a los hombres que tal
[hacen, al maestro y al discípulo
y a quien presenta oblación [por ellos?] a Yahveh Sebaot.
" Y aun hacéis esta segunda cosa : cubrís
de lágrimas el aftar de Yahveh — e de lloros y gemidos e — ¡
porque El no se vuelve ya hacia vuestra oblación
ni acepta complacido la ofrenda de vuestras manos.
"Y habéis dicho : «¿Por qué?» A causa de que Yahveh es testigo
entre ti y la esposa de tu juventud,
a la que has sido infiel, [cial.
aun siendo ella tu compañera y la mujer ligada a ti por pacto nup-
15 ¿No ¡a hizo h el que es uno y tiene superioridad de espíritu?
¿ Y qué busca aquel Uno sino raza de Dios ?
Guardad, pues, vuestro aliento vital ',
y a la esposa de tu ' juventud no seas desleal.
" Pues yo odio k el repudio, 1 dice Yahveh, Dios de Israel ',
' Dkben guardar la CIENCIA : deben aplicarse a conocer la ley y enseñarla con fi-
delidad.
* Servido de TROPIEZO : o hecho vacilar a la multitud en la ley, o también,
ix>r la enseñanza. || De Leví: o con el levita.
" Santuario : V «santidad».
12 Ai. maestro v ai. discípulo : así c. V ; pero la interpretación es insegura :
ST «hijo y nieto» ; corrientemente, «quien vela y quien responde», e. d., todo
viviente ; para otros sería expresión forense y jurídica «el que formula la protesta
(o se opone) y el que responde» ; Kit corrige y 1. «el testigo y el que responde».
V tiene superioridad de ESPÍRITU : este punto, como otros del v., es oscuro
y discutido. V traduce: «... ¿y no es ella una partícula de su espíritu í». || Kaza
de Dios : o un linaje de Dios, e. d.j gente u hombres de índole grata a Dios
y conforme a su espíritu. Otros dan al v sentido distinto.
10 Odio el repudio : otros vierten H (sin corregirlo) : «si alguno repudia por
aversión, se cubre...» ; «cum odio habueris, dimitte..., operiet autem...» (V). || Cu-
bre de violencia su VESTIDURA : otros, «cubre de injusticia a su esposa», o es cruel
con ella.
— 1732 —
2 "-3 7
MALAQUÍAS
2 17-3 7
y a quien cubre de violencia su vestidura, declara Yahveh Sebaot
"Guardad, pues, vuestro espíritu de vida y no seáis desleales.
Fatigáis a Yahveh con vuestras palabras
y decís : «¿En qué le molestamos?»
Cuando afirmáis : «Todo el que obra mal
es grato a los ojos de Yahveh,
y en ellos El se complace»,
o i¿ Dónde está el Dios de la justicia?».
inminencia del juicio, el pago del diezmo y el triunfo
final de los justos
1 He aquí que envío mi heraldo
para que prepare el camino delante de mí,
e inmediatamente vendrá a su templo
el Señor, a quien vosotros anheláis,
y el Angel de la alianza, a quien con tanto gusto yeríais,
he aquí que llega, dice Yahveh Sebaot.
1 Y ¿ quién podrá soportar el día de su venida ?
Y ¿ quién es el que podrá permanecer en pie cuando él aparezca ?
Pues El es cual fuego de fundidor
y como lejía de lavadores.
3 Se sentará para fundir y purificar a la plata
y purificará a a los hijos de Leví,
los acrisolará como el oro y la plata,
y luego podrán ofrecer a Yahveh oblaciones con justicia.
4 Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y Jerusálén,
como en los tiempos primeros
y cual en los años antiguos.
" Y me llegaré a vosotros para celebrar juicio
y seré testigo pronto
contra los hechiceros y los adúlteros.
y quienes juran en falso,
y contra quienes vejan b al jornalero,
la viuda o el huérfano, y echan a un lado al extranjero
y no temen, declara Yahveh Sebaot.
' Pues yo, Yahveh, no cambio,
y [por eso] vosotros, ¡oh hijos de Jacob!, no habéis fenecido.
' Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis pre-
y no habéis guardado mis ordenanzas c. [ceptos
Volveos a mí y yo me- volveré a vosotros,
O 1 Mi heraldo : o ¿mi ángel», hebr. malaki. coincidiendo con el nombre de Mala-
*-* c-uías. Este mensajero parece ser que es el enviado a la nación en la persona
de Juan Bautista inmediatamente antes de la venida de Jesu-Cristo, y se prueba te-
niendo en cuenta que ningún otro profeta apareció en Israel en el período que
separa a Malaquías de San Juan. 1 1 Para que prepare el caminó : apartará los
obstáculos que se oponen a la venida del Señor, cosa ya anunciada casi en iguales
términos por Isaías (40, 3) y recordada por San Mateo (3, 3). || El Señor a quien
anheláis : e. d., el Mesías.
-.Quién podrá soportar...?: con la venida del Mesías coincidirá el principio
del juicio, no de los paganos, sino de los miembros impíos de la nación israelita.
3 Purificará a los hijos de Leví : destruirá lo malo y corrompido que haya entre
los sacerdotes.
6 Echan a un lado : o bien, impiden conseguir su derecho o su bien.
6 No cambio : como creían muchos judíos por la lentitud de Dios en castigar a loa
impíos. A pesar de todas las culpas de Israel, le ha conservado la clemencia divina,
en atención a las antiguas promesas.
— 1/33 —
38-4i
MALAQUÍAS
3 8-4 1
dice Yahveh Sebaot.
Mas vosotros decís : «¿ En qué nos hemos de volver ?»
8 ¿ Acaso puede un hombre robar d a Dios ?
Pues vosotros me robáis.
Pero decís : «¿En qué te hemos robado?»
En los diezmos y los tributos sagrados.
8 Con maldición estáis malditos,
pues me defraudáis, la nación toda entera.
10 Llevad todo B el diezmo al depósito de provisiones,
para que haya víveres en mi casa ,
probadme, por favor, en esto,
dice Yahveh Sebaot ;
[veréis] si no os abro las esclusas del cielo
y vierto sobre vosotros una bendición,
de tal suerte que no se precise [tanta abundancia].
11 Os alejaré la voraz langosta
y no os destruirá el fruto del suelo
ni os será estéril la viña en el campo,
e declara Yahveh Sebaot e.
12 Os felicitarán todas las gentes,
pues seréis un país hermoso,
dice Yahveh Sebaot.
13 Abrumadoras se me han hecho vuestras palabras, dice Yahveh.
Si decís : «¿ Qué hemos hablado contra ti ?»
11 Dijisteis : «Vano es servir a Dios,
pues ¿ qué hemos ganado con guardar sus mandatos
y andar de duelo 6 ante Yahveh Sebaot 0 ?
16 ¡ Por eso, ahora nosotros llamamos dichosos a los soberbios !
; Y e también prosperan los hacedores de maldad !
¡También los que provocaron a Dios quedaron impunes!»
16 Entonces quienes temen a Dios hablaránse unos a otros,
y Yahveh puso atención y oyó,
y escribióse ante El un libro
memorial de quienes le temen y respetan su nombre
" En el día que yo preparo
constituirán mi posesión, dice Yaahveh Sebaot,
y los perdonaré como perdona un hombre
a su hijo, que le sirve.
Tornaréis, pues, a ver la diferencia que hay e del justo al impío e,
de quien sirve a Dios al que no le sirve.
El día del Señor. Elias, su heraldo
Pues he aquí que llegará el día abrasador como un horno,
y todos los soberbios y los autores todos de impiedad serán cual
y los abrasará aquel día por venir, [rastrojo,
dice Yahveh Sebaot,
a de suerte que no deje de ellos raíz ni rama.
1(1 Hablaránse unos a otros : esa conversación no está aquí reproducida, pero es
fácil suponer su asunto por el contexto. Los justos se fortifican en su fe, contrastan-
do con la masa que blasfema ; y Dios no solamente no olvida estas conversaciones,
sino que las hace estampar en un libro (costumbre que ya tenían también los persas)
para recordarlas en tiempo oportuno.
17 En el día que vo preparo : o en que yo actúe, e. d., el del juicio. || Sirve:
o es obediente.
4J18 El día abrasador : es comparado el día del juicio a un horno ardiente, porque
ese fuego arde con mayor viveza en un horno que al aire libre.
— 1734 —
MALAQUÍAS
4 2-6
*x Y brillará para vosotros, los que teméis mi nombre, el Sol de jus-
que llevará en sus alas la curación, [ticia,
y saldréis y brincareis como becerros [salidos] del establo '.
s2, Y hollaréis a los impíos | pues resultarán como ceniza
bajo la planta de vuestros pies,
el día que yo preparo,
dice Yahveh Sebaot.
422 Acordaos de la ley de Moisés, mi siervo
a quien yo prescribí en el Horeb
■para todo Israel leyes y preceptos.
!:, He aquí que yo os enviaré al profeta Elias
antes de que llegue el día grande y terrible de Yahveh,
pora que vuelva el corazón de los padres a los hijos
y el corazón de los hijos a sus padres,
no sea que venga yo y haya de consagrar la tierra al exterminio.
\ Ei. sol de justicia : la común opinión de los Padres desde San Justino es que
ese sol es Cristo, que traerá a la tierra equidad y salvación ; sino que unos aplican
esas palabras a la primera venida y otros a su segundo advenimiento.
*„, Que yo preparo : o en que yo actúe o actúo,
5„, Al profeta Eli'as : antigua tradición, esparcida entre los Padres y entre los
rabinos, admite que el profeta Elias, arrebatado al cielo, debe volver a aparecer
antes del día del juicio. De esta opinión son los Setenta Intérpretes, el autor del
Eclesiástico y los judíos contemporáneos de Jesu-Cristo (Mt. 17, 20; Jn. 1, 21). Otros
aplican estas palabras a San Juan Bautista, que, según el Salvador, es otro Elias
(Le. 1, 17I ; y San Jerónimo apoya esta segunda opinión, menos común que la primera.
*u No sea que venga Yo : como evitaron los judíos convertidos por San Juan el
anatema, esto es, el total exterminio de la Judea, así los judíos que convertirá Elias
a la Iglesia, al fin del mundo evitarán el eterno anatema en que incurrirán otros.
— !735 —
N O T AS CRITICAS
A MALAQUIAS
a-» Kit di por razones de métrica]
c G ; H con qué acto ilegal te hemos
t Kit 1 me] e H ins nibo («su product*
temptibile est cuni iffne, qui illud de
ciable todo él» (vide Kit)] h así ins c
íit por razones métricas] o asi Kit
ti di, anota Kit] e-c add, anota Kit]
, V (cf G) «quod suporponitur con-
)= corrigen H «su producto despre-
5n de métrica.
CAP. 2
a Kit 1 c G vuestra bendición) 1) asi Kit c G(S) ; V «echaré el brazo» (de la víc-
tima?) ; H increpo la semilla]: o así ins Kit c Gmss] d así ins (frt) Kit c£ GV] e nsí
prps; II se obra pérfidamente] «di, anota Kit] g-s glosa, sesún Kit] h c£ V y Kit;
H y uno hizo] i Kit 1 guarde, pues, su espíritu o aliento vital, vida] i Kit 1 c S íh]
k asi c Kit; H el que odia) H add, anota Klf] m kit 1 el .manchar (lit cubrir').
CAP. 3
a-a di anota Kit] t> así c Kit; H vejan el salario (V «defraudan el salario»)] casi
ins c Kit, cf v 14] ti Kit 1— aquí y sigs— engañar c G] e-e di, anota Kit] f así ins
Kit C C.
CAP. 4
a Kit ins c G y los devorará] bK.it añade dice Yahvch Sebaot.
INTRODUCCION A I M ACABEOS
Cuatro libros de los Macabeos so» reproducidos en algunas Biblias,
pero nosotros nos ocupamos únicamente de los dos primeros, los
únicos canónicos. Suelen agruparse ambos libros, aunque de diver-
sos autores y de distinta finalidad, porque mutuamente se completan al
narrar casi los mismos hechos.
El nombre Macabeo (del hebreo maqqab y arameo maqqaba) parece
significar martillo, y era el sobrenombre de Judas, tercer hijo del sacer-
dote Matatías, adquirido como premio a su valor en la lucha contra los
ejércitos de los scléucidas. Este nombre fué ampliándose a toda la fami-
lia, y aun designó después a todos los que lucharon por la religión y la
patria contra los ejércitos invasores.
En efecto, vuelto el pueblo de Israel de Babilonia, conservó en gran
parle su fidelidad a Dios y a las tradiciones religiosas; pero las poten-
cias vecinas no miraban con buen ojo la reconstrucción de las murallas
del templo y la independencia de Israel. Los libros de los Macabeos no
nos dan toda esta historia, pero sí un compendio de las luchas que hu-
bieron de sostener por sus principios religiosos y libertad política duran-
te más de treinta aíws (168-135 a- rfc C )•
Ayudará quizás a relacionar con la historia profana el siguiente esque-
ma de la genealogía de los scléucidas, a los cuales se hace continuamen-
Anu'oco III el Grande
Seleuco IV Filopátor Antíoco IV Epifanes
Demetrio I Soter Antíoco V Eupátor Alejandro Balas
Antíoco VII Demetrio II Antíoco VI Alejandro
Sidetes Nicátor Zebina
Autores. — Son judíos y grandes patriotas. El autor del segundo libro
se vos presenta llanamente como un mero compilador de la obra, en
cinco libros, de Jasón dó drene. En cuanto a la época de composición ,
por varios indicios sacados del primer libro, se asigna como feclia pro-
bable de su composición el tiempo que precedió a la muerte de Juan
1 arcano (106 a. C). El segundo libro pudo escribirse algo antes.
Historicidad. — El autor del primer libro no nos indica de dónde de-
duce sus noticias, que, por otra parte, podían quedar ailn vivísimas cuan-
do él escribió en testimonios oculares, y aun en ¡a propia memoria del
autor. Nos declara, además (ib, 23-2.]), que los hechos de Juan estaban
escritos oficialmente y bien conservados, lo que parece podría deducirse
— 1737 —
I MACABEOS
de los otros caudillos de Israel. Los documentos que se citan, la rigurosa
precisión topográfica, nos indican a las claras que estamos ante un libro
netamente histórico. A mayor abundamiento, la confrontación con la
historia profana confirma el valor histórico del libro. La fuente del se-
gundo libro son las obras de Jasón. No podemos apreciar el valor his-
tórico de este autor; pero sí que podemos afirmar que los hechos esco-
gidos por nuestro compilador son coherentes con la historia.
El texto del primer libro debió ser originalmente el hebreo. San Je-
rónimo nos dice: «Maccabacorum primum librum hebraicum reperi.» Pero
se perdió el texto original y hoy sólo conocemos la traducción de los
Setenta. En cambio, el segundo libro se escribió evidentemente en grie-
go, y San Jerónimo lo afirma categóricamente.
Canonicidad. — Son libros canónicos y, como tales, tenidos por toda la
Iglesia y los Santos Padres como inspirados y divinos. El que no se in-
cluyesen en la Biblia hebrea hace se los catalogue entre los deuteroca-
nónicos.
Las enseñanzas del libro son copiosísimas : se palpa la providencia de
Dios por su pueblo, la justicia de Dios con los pecadores, su misericor-
dia con los que acuden a El. Hay grandes ejemplos de virtudes morales,
sobre todo de fidelidad a los mandamientos de Dios, que les hacía arros-
trar todos los peligros, y aun la misma muerte, por conservar Í7itactas
las tradiciones religiosas.
— 1738 --
■-/vi
MACABEOS
formaban el Imperio
0 -Sometió a provin
confirmar estas aserc
que se iba a morir. 7 Llamando a sus
oficiales, nobles que con él se habían
criado desde la juventud, dividió en-
tre ellos aun en vida su reino. 8 Ha-
bía reinado Alejandro doce años y
murió. 8 Tomaron posesión del po-
der sus generales, cada uno en su
lugar respectivo, 10 y en cuanto él
murió, se ciñeron todos la diade-
ma, y sus hijos después de ellos du-
rante muchos años, multiplicándose
los males sobre la tierra.
Antíoco Epifanes
11 De ellos brotó aquella raíz pe-
cadora, Antíoco Epifanes, hijo del
rey Antíoco, que estuvo rehén en
Roma y se apoderó del reino el
: transcripción del hebreo Kittim, que, habiendo designado un
ite la isla de Chipre ÍGéu. io, 4 ; Is. 23, 1), sirvió después para
tas del Asia Menor y las de Europa oriental y meridional. Aquí
3nia. || Darío: se refiere a Darío III Codomano (336-331). || Rey
: los medos : desde la época de Ciro, estos dos pueblos reunidos
edo-persa ; así, son frecuentemente asociados en la Biblia,
is, naciones... : con la historia universal en la mano es fácil
Alejandro Magno
i ' Después que Alejandro mace-
donio, hijo de Filipo, partiendo
del país de Cétim, venció a Darío,
rey de los persas y de los medos,
y reinó en lugar suyo, después de
haberlo hecho primeramente sobre
Grecia, 2 combatió muchas guerras,
expugnó ciudades fuertes y dió muer-
te a algunos reyes de la tierra.
3 Atravesó la tierra hasta sus confi-
nes, se apoderó de los despojos de
muchas naciones, y enmudeció la tie-
rra ante él. Su corazón se engrió e
hinchó de orgullo. 1 Juntó poderosí-
simos ejércitos, 6 sometió a provin-
cias, naciones y soberanos, que se
le hicieron tributarios. 8 Después de
todo esto cavó en el lecho v entendió
8 Sus generales : en los vv. 9-10 da un resumen de la historia de los diadocos,
sucesores de Alejandro, hasta el advenimiento de Antíoco Epifanes.
10 Todos : no designa a todos los oficiales, sino a los cuatro que fundaron un
ino 'cf. v. 7) : Tolomeo en Egipto, Selcuco en Babilonia y Siria, Lisímaco en Tra-
a, Casandro en Grecia y Macedonia.
u Epifanes : equivale a ilustre: título que tomó Antíoco IV, a quien corresponde
apelativo de raíz pecadora (cf. Dan. 11, 21).
— 1/39 —
1 12-24
I MACABEOS
1 25-U
año ciento treinta y siete del impe-
rio de los griegos. 12 Salieron de Is-
rael por aquellos días hijos inicuos,
que persuadieron a muchos dicién-
dales : «Ea, hagamos alianza con las
naciones circunvecinas, pues desde
que nos separamos de ellas nos han
encontrado calamidades sin cuento» ;
13 y a muchos les pareció bueno este
consejo. M Algunos del pueblo se
ofrecieron a ir al rey, el cual les dió
facultad de vivir según las costum-
bres de los gentiles. 15 Levantaron,
pues, en Jerusalén un gimnasio con-
forme al estilo de los paganos, 16 se
restablecieron los prepucios, abando-
naron la alianza santa, se coligaron
con los gentiles y se vendieron para
obrar el mal.
Pillaje del templo de Jerusalén
17 Una vez que Antíoco consolidó
el reino, concibió el designio de do
minar Egipto, a fin de reinar sobre
las dos naciones. 38 Entró, pues, en
lígipto con un poderoso ejército, con
carros y elefantes, con caballería y
con una gran flota, 10 e hizo la gue-
rra a Tolomeo, rey de Egipto. Ate-
morizado Tolomeo del encuentro,
echó a huir, y muchos cayeron he-
ridos. 20 Los sirios se apoderaron de
las ciudades fuertes klel país de Egip-
to, y volvió Antíoco cargado de sus
despojos. 21 El año ciento cuarenta y
tres, después de haber subyugado a
Egipto, vino Antíocp contra Israel
22 y subió a Terusalén con podero-
so ejército. 23 Entró con insolencia
en el santuario, tomó el altar de
oro, el candelabro de la luz con to-
dos sus utensilios, la mesa de ¡os
panes de la proposición, las tazas,
las copas, los incensarios de oro,
la cortina, las coronas, y arrancó
todo el decorado de oro que cubría
la fachada del templo. 21 Tomó asi-
mismo la plata, oro y vasos pre-
ciosos, y se llevó los tesoros escon- i
didos que pudo hallar. Con todo se '
volvió a su tierra, 25 habiendo hecho
gran mortandad y proferido palabras
muy insolentes. 28 Un gran duelo so-
brevino a Israel en todos los hoga-
res : 27 se lamentaron los príncipes y
los ancianos ; las doncellas y los jó-
venes perdieron su vigor, y se alte-
ró la belleza de las mujeres. 28 To-
dos los novios entonaron lamenta-
ciones, y hacía duelo la novia sen-
tada en el lecho nupcial. M Se estre-
meció la tierra por la consternación
de sus moradores, y toda la casa de
Jacob quedó cubierta de confusión.
30 Dos años después envió el rey a
un comisario de los tributos a las
ciudades de Judá, quien llegó a Je-
rusalén con poderoso acompañamien-
to ; 31 y con falsía les dirigió pala-
bras pacíficas, en las que ellos cre-
yeron. 32 Pero de repente se arrojó
sobre la ciudad, causando en ella
gran destrozo y haciendo perecer a
muchos israelitas. 33 Saqueó la ciu-
dad, la entregó a las llamas y de-
rribó las casas y muros que la cer-
caban. 64 Llevaron cautivas a las mu-
jeres y a los niños y se apoderaron
de los ganados. 35 Edificaron en tor-
no a la ciudad de David un muro
grande y fuerte, y torres también
fuertes, con lo que hicieron de ella
una cindadela. 36 Colocaron allí gen-
te impía, hombres sin ley, que en
ella se hicieron fuertes. 37 La apro-
visionaron de armas y vituallas, y
reuniendo los despojos de Jerusalén,
los depositaron allí, viniendo a ser
para la ciudad un gran lazo. 38 Fué
esta cindadela una asechanza contra
el santuario, un adversario pernicio-
so y continuo para Israel. 30 Derra-
maron también sangre inocente en
torno del santuario y lo profanaron.
40 A causa de ellos huyeron los habi-
tantes de Jerusalén, que vino a ser
morada de extranjeros. Se hizo ex-
traña a su propia prole, y sus hi-
jos la abandonaron. " Su santuario
quedó desolado como un desierto ;
sus fiestas se convirtieron en duelo,
sus sábados en ultraje y en despre-
Alianza sania : borrar el signo sagrado de la circuncisión d>or medio de una
operación quirúrgica) era renunciar a la alianza con Dios, por ella simbolizada.
* TESOROS ESCONDIDOS : el tesoro del templo y los depósitos de plata de que ha-
bla 2 Mac. 3, 10-12. El botín del templo es calculado en i.Soo talentos (unos dos mi-
llones de francos) (cf. 2 Mac. 5, 21).
30 Dos años DESPUÉS : el griego y la Vulgata ponen años de dios, hebraísmo que
significa años completos. || ENVIÓ un comisario : pudo quizás Antíoco quererse ven-
gar en los judíos de la humillación por la que le hacían pasar los romanos al inti-
marle la orden formal de abandonar Egipto y cesar en su guerra contra Tolomeo.
— 1740 —
\ 42-55
I MACABEOS
156-2 1
ció su reputación. 42 Al igual de su
gloria creció su deshonra, y su gran-
deza se convirtió en duelo.
La persecución
45 El rey Antíoco publicó un edic-
to en todo su reino, de que todos
formasen un solo pueblo, abando-
nando cada uno sus peculiares leyes.
41 Todas las naciones se conformaron
a la orden del rey. 45 Muchos israe-
litas se amoldaron a su culto, sa-
crificando a los ídolos y profanando
el sábado. 46 Envió el rey órdenes es-
critas por medio de mensajeros a
Jerusalén y a las ciudades de Judá,
de que todos siguieran leyes extra-
ñas al país ; 47 que se prohibiesen
en el santuario los holocaustos, sa-
crificios y libaciones ; 48 que se pro-
fanasen los sábados y días festivos ;
49 que se contaminasen el santuario
y los santos ; 60 que se edificasen al-
tares y recintos sagrados e ídolos, y
se ofreciesen en sacrificio puercos y
otros animales impuros ; " que deja-
sen a sus hijos incircuncisos man-
charse con toda suerte de impurezas
v abominaciones, de forma que olvi-
dasen la ley y mudasen todas las
prescripciones ; 52 y que quien no
obrase conforme a este decreto del
rey, fuese condenado a morir.
53 A este tenor escribió a todo su
reino, instituyó inspectores sobre to-
do el pueblo 54 y ordenó a las ciu-
dades de Judá que sacrificasen en
cada ciudad. 55 Se les unieron a los
sirios muchos del pueblo judío, to-
dos los que abandonaron la ley ; hi-
cieron mucho mal en el país, M y
obligaron a los israelitas fieles a
ocultarse en "toda suerte de escon-
drijos.
57 El día quince del mes de Casleu
del año ciento cuarenta y cinco, edi-
ficaron sobre el altar la abomina-
ción de la desolación, y en las ciu-
dades circunvecinas de Judá edifica-
ron altares ; a quemaban incienso en
las puertas de las casas y en las pla-
zas ; 69 y los libros de la ley que ha-
llaban, los rasgaban y echaban al
fuego. 60 A quien se encontraba con
un libro de la alianza o mostraba
afecto a la ley, en virtud del decre-
to del rey, se le condenaba a morir.
61 Con tal violencia trataban a Is-
rael, a cuantos eran hallados en sus
ciudades, un mes y otro mes. 10 El
veinticinco del mes sacrificaron en el
ara erigida sobre el altar de los ho-
locaustos. 63 Las mujeres que habían
circuncidado a sus hijos eran muer-
tas, según el decreto, 61 y los niños,
suspendidos por el cuello. Saqueaban
sus casas y daban muerte a quienes
los habían circuncidado. 65 Muchos
en Israel se hicieron fuertes y man-
tuvieron la resolución de no comer
cosa impura, prefiriendo morir a
mancharse con los alimentos y pro-
fanar la santa alianza ; y murieron.
66 Muy grande fué la ira que descar-
gó sobre Israel.
Hazañas de Matatías
9 1 Por entonces se alzó Matatías,
hijo de Juan, hijo de Simeón,
sacerdote, de los hijos de Joarib, de
indios forzándolos a
32 Fuese condenad
Eleazar y sus herm;
m Casi.eu : noveno
seléucidas correspom
de Daniel (9, 27; 11,
pagano levantado en
ción o ruina del vci
60 Libro de la alian:
en sentido lato, cualqu
61 Con tai. violencia..
cada mes un inspector
El veinticinco dei
i Arominkiun \'\ LA dls
holocaustos. Esto convertí
Vulgata pa-
ípuros a los
la idolatría,
martirio ilc
i era de los
'rase tomada
a o un altar
lo en desola-
día s.
igar del de-
adero culto.
Z4 : el Pentateuco o parte de él ; con todo, pudiera significar,
selección de libros sagrados.
la frase es dura de construcción. El sentido parece ser que
¡taba las ciudades y ejecutaba a los culpables.
■:s : tardaron, pues, diez días los preparativos (v. 57). Este
consideró en adelante como el de
a ira : más bien la de Dios que
persecución, cayeron en la cuent
n.f.i
(2 Mac. 10, 51
Viéndose los judíos acosados
a irritado al Señor.
O "Matatías: en -hebreo, Mattatiyah = don
nombre Matías. No constan sus progeniton
actual Mcdiyeh, al E. de Lidda.
Yahvel
|| Moi)í>
2 2-17
I MACABEOS
2 18-26
Jerusalén, que vivía en Modín. 2 Te-
nía cinco hijos : Juan, apellidado
Gaddis; 3 Simón, llamado Tasi; 4 Ju-
das, apellidado Macabeo ; 6 Eleazar,
apellidado Avarán, y Jonatás, ape-
llidado Apfus. 6 Y viendo los ultra-
jes cometidos en Judá y en Jerusa-
lén, ' dijo :
«|Ay de mí! ¿Por qué nací yo,
para ver la ruina de mi pueblo y la
ruina de la ciudad santa, y para ha-
bitar aquí, cuando ella es entregada
en poder de los enemigos 8 y su san-
tuario en poder de extraños ? Su
templo fué tratado como la casa de
un infame ; 8 sus utensilios magnífi-
cos, llevados en botín ; sus niños,
muertos en las plazas, y sus jóvenes,
sucumbidos al filo de la espada ene-
miga. "¿Qué nación no ha hereda-
do de sw reino, se ha apoderado de
sus despojos ? " Todo su esplendor
le fué arrebatado, y de libre fué he-
cha esclava. 12 Y he aquí que nues-
tro santuario, que era nuestro brillo
y nuestra gloria, está desolado, pro-
fanado por las gentes. "¿Para qué
ya viviremos ?»
" Rasgaron Matatías y sus hijos
sus mantos, se cubrieron de sacos e
hicieron gran llanto. 16 Llegaron en-
tonces a la ciudad de Modín los ofi-
ciales del rey, encargados de forzar
a la apostasía, para organizar sacri-
ficios. 16 Muchos israelitas se unie-
ron a ellos, mientras Matatías y sus
hijos se mantuvieron firmes, apar-
tados de ellos. 17 Los enviados del
rey, dirigiéndose a Matatías, le di-
jeron : «Tú eres el primero e ilustre
y grande en esta ciudad, apoyado
por muchos hijos y parientes ; 18 acér-
cate, pues, el primero, y cumple el
decreto del rey, como lo han hecho
todas las naciones, los varones de
Judá y los que han quedado en Je-
rusalén. Y seréis tú y tus hijos de
los amigos del rey, y os enriquece-
réis, tú y tus hijos, de plata y oro y
muchos presentes.»
18 A lo que contestó Matatías, di-
ciendo en alta voz : «Aunque todas
las naciones que forman el imperio
del rey le obedezcan, abandonando
cada uno el culto de sus padres y
sometiéndose a sus mandatos, 20 yo y
mis hijos y mis hermanos seguire-
mos la alianza de nuestros padres.
a Líbrenos Dios de abandonar la ley
y sus preceptos. 22 No escucharemos
las palabras del rey para apartarnos
de nuestro culto, a la derecha o a la
izquierda.»
23 Apenas terminó de proferir es-
tas palabras, cuando se acercó en
presencia de todos un judío para sa-
crificar en el altar de Modín, según
el decreto del rey. 24 Al verlo Mata-
tías, se indignó, y sus entrañas se
estremecieron ; y dejándose condu-
cir de justa cólera, corrió y le dego-
lló sobre el altar. 20 En el mismo ins-
tante mató al comisario del rey, que
forzaba a sacrificar, y destrozó el al-
tar. 28 Mostró así celo por la ley, co-
mo lo había hecho Finees con Zam-
bri, hijo de Salom.
8 Cinco hijos : todos morirán sucesivamente por el bien de su patria, como se
narrará posteriormente. Se les da a cada uno un sobrenombre o apellido, tomado de
su carácter, valentía o proezas.
* Judas... Macabeo : es el más célebre de los hermanos y el que Matatías tomará
como sucesor. La palabra makkabaios, del aranieo maqqaba (= martillo), parece alu-
dir a su acción de martillear a los enemigos.
10 Qué nación : puede referirse Matatías o a los ejércitos sirios, que se componían
generalmente de mercenarios de naciones diversas, o bien a la larga serie de expo-
liaciones de que habían sido objeto los judíos en el curso de su historia.
14 Sacos o cilicios : vestidos de duelo consistentes en túnicas groseras.
36 Llegaron : la Vulgata parafrasea más que traduce.
" Tú eres el primero ¡ comprendían los enviados del rey la importancia de ga-
narse el ciudadano más ilustre de Modín, tanto más que su numerosa parentela le
daba un mayor influjo.
18 Amigos del rey : aquí, como en los clásicos, es un título oficial con que son
designados los primeros oficiales de 'la corte.
M Sus entrañas : literalmente, sus renes. Eran considerados los ríñones como sede
de la emoción y sensibilidad. Quiere, pues, indicar la frase una profundísima emo-
ción. || Justa cólera : Dt. 13, 9, exigía se matase al instante a quien quería sedu-
cir al pueblo con prácticas idolátricas.
30 Linees : su gloriosa hazaña es narrada en Núm. 25.
— 1742 —
2 27-40
I MACABEOS
2 41-51
La guerra santa
" Gritó entonces con voz potente
Matatías en la ciudad, y dijo : «Todo
el que sienta celo por la ley y man-
tenga la alianza, salga de la ciudad
en "pos de mí!» 28 Y huyeron él y
sus hijos a las montañas, abando-
nando cuanto poseían en la ciudad.
29 Entonces muchos que buscaban la
justicia y la ley, descendieron al de-
sierto, 30 para habitar allí, tanto ellos
como sus hijos, sus mujeres y sus
rebaños, pues los sufrimientos que
les acechaban llegaban al colmo. 81 Y
así que se anunció a los enviados
del rey y a las tropas que había en
Jerusalén, en la ciudad de David,
que algunos hombres, infringiendo
el mandato del rey, habían bajado
para esconderse en el desierto, en
seguida corrieron muchos tras ellos,
" y los alcanzaron ; y acampando
frente a ellos, se prepararon a ata-
carlos en día de sábado. 33 Y les di-
jeron : «Basta ya haber resistido has-
ta ahora. Salid y obrad según el de-
creto del rey, y viviréis.» 54 Ellos
contestaron : «No saldremos, ni ob-
servaremos el precepto del rey, vio-
lando el día de sábado.» 36 En se-
guida los sirios les presentaron_ com-
bate ; 86 y ellos no les respondieron,
ni les tiraron una piedra, ni tapa-
ron sus escondrijos, 31 diciendo : «Mu-
ramos todos en nuestra sencillez, y
el cielo y la tierra testificarán de
nosotros que injustamente nos ha-
céis perecer.» 88 Y habiendo entabla-
do combate los sirios en día de sá-
bado, murieron ellos, sus mujeres,
sus hijos y sus rebaños, hasta unas
mil personas. 80 Cuando Matatías y
sus amigos lo supieron, hicieron por
ellos un gran duelo, 40 pero se dije-
ron unos a otros : «Si todos obra-
mos como obraron nuestros herma-
nos, no combatiendo contra las na-
ciones por nuestra vida y por nues-
tras instituciones, pronto nos exter-
minarán de la tierra.» 41 Y decidie-
ron aquel día : «Quienquiera que sea
el hombre que en día de sábado ven-
ga a pelear contra nosotros, lucha-
remos nosotros contra él, para que
no muramos todos, como murieron
nuestros hermanos en sus escon-
drijos.»
42 Entonces se reunió con ellos un
grupo de asideos, hombres valientes
de Israel, todos adictos a la ley.
43 Cuantos querían escapar a los ma-
les se unían a ellos, y les servían
de refuerzo. 44 Habiendo formado así
un ejército, hirieron a los prevari-
cadores en su ira y a los impíos en
su indignación. Los restantes hu-
yeron a los gentiles para salvarse.
45 Recorrrieron Matatías y sus ami-
gos el país, destruyendo altares,
48 circuncidando a la fuerza a cuan-
tos niños incircuncisos hallaron en
territorio de Israel. 47 Perseguían a
los orgullosos, y la empresa prospe-
raba por su medio. 48 Vindicaban la
ley contra el poder de los gentiles
y los reyes, y no se doblegaban ante
los pecadores.
Muerte de Matatías
48 Al acercarse el tiempo de la
muerte de Matatías, dijo éste a sus
hijos : «Ahora domina el orgullo y
el castigo, es tiempo de ruina y de
ardiente cólera. 60 Ahora, hijos míos,
mostraos celadores de la ley y dad
vuestra vida por la alianza de nues-
tros padres. 61 Acordaos de las haza-
ñas que hicieron en sus tiempos los
antepasados, y alcanzaréis gran glo-
28 Las montañas : la región montañosa de Juda, que ofrecía terreno muy apto para
esconderse.
M Violando el día de sábado : combatiendo para defendernos.
40 Pronto nos exterminarán : pues si los sirios hubiesen reparado en que no 6e
resistirían los judíos en día de sábado, los hubiesen aniquilado con facilidad.
42 Asideos : transcripción greco-latina de la palabra hebrea hasidim, que quiere
decir piadosos. Así se llamaba a una agrupación de judíos que, ya anteriormente a
los Macabeos, se esforzaba, con su apego a la ley, en reaccionar contra las ideas
y costumbres helénicas. Algunos se suman a los Macabeos, manteniendo, con todo,
su organización (cf. 13, y 2 Mac. 14, 6).
44 Prevaricadores... impíos : son los judíos apóstatas los primeros contra quienes
se vuelven.
■ El castigo : de los buenos por los malos.
— 1743 —
2 52-67
I MACABEOS
2 68-3 9
ria y nombre sempiterno. 63 ¿No fué,
por ventura, Abraham hallado fiel
en la tentación, y le fué imputado
esto a justicia ? 53 Guardó }osé la ley
en el tiempo de su aflicción, y vino
a ser el señor de Egipto. 64 Finees,
nuestro padre, por su abrasado celo
recibió la promesa de un sacerdocio
eterno. 65 Josué, por haber cumplido
la palabra, llegó a ser juez de Is-
rael. 66 Caleb, por su testimonio ante
la asamblea, recibió la heredad de
la tierra. H David, por su piedad,
heredó el trono real para siempre.
68 Elias, por su abrasado celo de la
le}', fué ascendido al cielo. s* Ana-
nías, Azarías y Misael, por su fe, se
libraron de las llamas. 80 Daniel, por
su inocencia, fué libertado de la boca
de los leones ; 61 y de este modo ve-
réis de generación en generación que
todos los que confían en El no des-
caecen. 82 No temáis las amenazas de
un hombre pecador, porque su glo-
ria se trueca en basura y en gusa-
nos. 03 Hoy se ensalza, pero mañana
no será hallado, porque se habrá
vuelto al polvo, y sus pensamientos
se habrán desvanecido. 84 Hijos míos,
sed fuertes y combatid vigorosamen-
te por la ley, que por ella seréis
glorificados. 05 Ahí tenéis a Simón,
vuestro hermano ; yo sé que es hom-
bre de consejo ; escuchadle siem-
pre ; él será para vosotros un pa-
dre. 88 Que Judas Macabeo, esforza-
do y valiente desde su juventud, sea
vuestro capitán del ejército y quien
dirija la guerra contra los pueblos.
" Y vosotros, atraeos a todos los ob-
servantes de la ley y vengad seve-
ramente a vuestro pueblo. 85 Devol-
ved a los gentiles su merecido y ob-
servad los preceptos de la ley.»
89 Y bendiciéndolos, fué a reunir-
se con sus padres. 70 Murió el año
ciento cuarenta y seis, y fué sepul-
tadoen el sepulcro de sus padres en
Modín, y todo Israel le lloró amar-
gamente.
Judas Macabeo
o 1 Le sucedió en el mando su hijo
" Judas, apellidado Macabeo, 'a
quien apoyaron todos sus hermanos
y cuantos se habían unido a su pa-
dre, y peleaban con alegría los com-
bates de Israel. 3 Dilató la gloria de
su pueblo, revistióse como héroe la
coraza, se ciñó sus armas bélicas v
trabó batallas, protegiendo con su
espada el campamento. 4 En sus ac-
ciones se asemejó al león y al ca-
chorro que ruge sobre la presa. 8 Per-
siguió a los malvados en sus escon-
drijos y entregó a las llamas a los
perturbadores de su pueblo. 8 Los
malvados retrocedieron de miedo an-
te él, se estremecieron los obrado-
ra de la iniquidad ; y su mano
dirigió bien la liberación. 1 Dió en
qué entender a muchos reyes y ale-
gró a Jacob con sus hazañas. Por los
siglos su memoria será bendecida.
8 Recorrió las ciudades de Judá, ex-
terminó de ella a los impíos y apar-
tó de Israel la ira. 9 Se hizo célebre
su nombre hasta el cabo del mundo.
M Abrauam : para los hechos de Abraham a Daniel a que alude Matatías en 6us
recomendaciones, véase, de Abraham, Gén. 22, 1; de José, Gén. 39; de Finees,
Núra. 25, 13; de Josué, los. 1, 2-10; de Kaleb, Núm. 13, 30; de David, 2 Sam. 7, 13,
y con frecuencia en los Salmos; de Elias, 4 Re. 2; de Ananías, Dan. 3, 1 ; de Da-
niel, Dan. 6, 2-29, y 14, 27 ss.
87 Para siempre : aunque había desaparecido la dinastía de David, Matatías recor-
daba las profecías que anunciaban que el trono de David sería restaurado por el
Mesías, sin ser después derrocado.
w I.a guerra contra los pueblos : la Vulgata, al traducir «bellum populi», en sin-
gular, parece aludir a la guerra santa que el pueblo de Dios acababa de comenzai
contra Antíoco.
** Reunirse con sus padres : expresión hebrea para designar la muerte, ya que
entonces el alma se reunía en el seol con las de los antepasados.
™ AÑO ciento cuarenta Y seis : de los seléucidas, correspondiente al 166 a. de C.
Hacía un año que había comenzado la persecución sangrienta y tres de la profana-
ción del templo por Antíoco.
3' Dilató i a gloria : en tste pasaje (vv. 3-9) se cantan anticipadamente las glorias
de Judas Macabeo. Es un fragmento poético y abundante de imágenes vigorosas.
Es patente el ritmo y paralelismo.
6 ENTREGÓ a las llamas ; hay episodios (5, 5. 35. 44) que sugieren el sentido literal
de esta expresión (cf. 2 Mac. 8, 6; 10, 36), aunque bien pudiera ser una frase figu-
rada que designase Únicamente una destrucción completa.
3 10-20
I MACABEOS
3 21-30
y reunió a los que estaban a punto
ile perecer.
Primeras victorias de Judas
10 Apolonio reunió a las naciones,
y un gran ejército de Samaria, pa-
ra luchar contra Israel. " Informado
Judas, le salió al encuentro, le de-
rrotó y le mató : sucumbieron mu-
chos heridos y huyeron los restan-
tes. 12 Se apoderaron los judíos de
sus despojos, y Judas tomó la espa-
da de Apolonio, de la cual se sirvió
siempre al pelear.
u Cuando oyó Serón, jefe del ejér-
cito de Siria, que Judas había jun-
tado mucha gente y que un grupo
de judíos fieles combatían a su la-
do, " se dijo : «Me haré famoso y
adquiriré gloria en el reino, comba-
tiendo a Judas y a los suvos, que
no hacen caso del decreto del rey» ;
" y se preparó y subió con él un
poderoso refuerzo de impíos, para
apoyarle y vengarle de los hijos de
Israel. 18 Cuando se acercaba a la
subida de Betoron, le salió Judas al
encuentro con pocas tropas. n Estas,
viendo la armada que venía a su en-
cuentro, dijeron a Judas: «¿Cómo
podremos nosotros, tan pocos, pe-
lear contra tan poderosa muchedum-
bre, y menos estando extenuados
por el ayuno de hoy ?»
18 Pero Judas contestó : «Fácil es
que muchos sean entregados en ma-
nos de pocos ; ni ante el Dios del
cielo hay diferencia entre salvar con
muchos o con pocos ; 19 porque no
depende el triunfo bélico de la mu-
chedumbre del ejército, sino que del
cie'o viene la fortaleza. 20 Estos vie-
nen contra nosotros con una turba
orgullosa e impía, para perdernos a
nosotros, a nuestras mujeres e hi«
jos, y saquearnos ; 21 mientras que
nosotros combatimos por nuestras
vidas y nuestras leyes. 22 Dios los
aplastará ante nuestros ojos ; vos-
otros, pues, no los temáis.»
23 Así que acabó de hablar, se lan-
zó súbitamente a ellos, quedando de-
rrotado Serón y su ejército ante sus
ojos. 24 Judas lo persiguió por la ba-
jada de Betoron hasta la llanura,
quedando tendidos como unos ocho-
cientos hombres, y huyendo dos res-
tantes al país de los filisteos. 23 Con
esto comenzó a cundir el miedo a
Judas y a sus hermanos, y el terror
se apoderó de las naciones circun-
vecinas. 26 Su fama llegó hasta el
rey, y los pueblos todos hablaban
de los combates de Judas.
Lisias, encargado de luchar contra
los judíos
27 Cuando el rey Antíoco oyó es-
tas noticias, se inflamó en ira y
dió orden de reunir las tropas toda>
del reino, un ejército poderosísimo.
28 Abrió su erario y pagó a sus tro-
pas un año de soldada, ordenándo-
les que estuviesen apercibidos para
todo. 20 Mas viendo el rey que la
plata de sus tesoros se acababa y
que los tributos de la región eran
exiguos, a causa de las disensión^
y calamidades que él había ocasio-
nado en la región, al suprimir la*
leyes en uso desde tiempos anti-
guos, 30 temió no tener, como había
acaecido otras veces, para los gasto ;
y los donativos, que repartía antes
con larga mano y mayor prodigali-
dad que los reyes antecesores suyos.
10 Apolonio : se supone conocido de los lectores. Según Josefo, era gobernador de
Samaria y el que -el año precedente había ido a Jerusalén como comisario para la
exacción de tributos (cf. i, 30 ; 2 Mac. 4, 21; 5, 24). Dada la hostilidad ancestral entre
indios y samaritanos, es natural que un gruyo de éstos se asociasen a los sirios.
11 Le salió al encuentro : según 2 Mac. S, 1, tenía entonces, a lo más, seis mil
hombres.
"™ Los aplastará : aquí, como en varios lugares del libro de los Macabeos, se
omite, al parecer de propósito, el nombre de Dios. Omisión motivada, sin duda,
por el sentimiento de respeto que los rabinos talmudistas extendieron hasta poner
en lugar de Yahveh ael nombre» o «el cielo», y así no pronunciar el nombre inefable.
87 Estas noticias: en griego, como en la Yulgata, se pone: esta} palabras; pero
es un hebraísmo para indicar hechos, sucesos, noticias. •
38 Un año de soldada : pagando de antemano, esperaba tener Antíoco a sus tropas
más adictas.
30 Mwor prodigalidad: era uno de los defectos de Antíoco, según nos cuenta
Polibio. Hacía dádivas extravagantes. Así, por ejemplo, en Naucratis (Egipto! «lió
una pieza de oro a todos los habitantes griego-; de la ciudad (28, 17, 11 ; 2S, is, 3).
— t%5 —
3 31-41
I MACABEOS
3 42-48
81 Hallándose, pues, en grave aprie-
to, resolvió irse a Persia, para reco-
ger los tributos de las regiones y
juntar mucho dinero.
32 Dejó a Lisias, ¡hombre distingui-
do y de regio linaje, al frente de los
asuntos reales, desde el río Eufra-
tes hasta los confines de Egipto,
S3_ encargándole educar a su hijo An-
tíoco, hasta su vuelta. M Le confió
la mitad de las tropas y los elefan-
tes, encomendándole la ejecución de
lodos sus designios, particularmente
con respecto a los habitantes de Ju-
dea y Jerusalén : 36 enviar contra
ellos una armada para aplastar y
exterminar la potencia de Israel y
las reliquias de Jerusalén, hasta bo-
rrar del lugar su memoria, 36 y es-
tablecer extranjeros en todos 6us
confines, distribuyéndoles por suer-
te la tierra. 37 Llevó consigo el rey
la otra mitad de las tropas, y partió
de Antioquía, capital de su reino, el
año ciento cuarenta y siete, y atra-
vesando el río Eufrates, recorría las
regiones altas.
38 Escogió luego Lisias a Tolomeo,
hijo de Dorimeno ; a Nicanor y a
Gorgias, varones de gran valimien-
to entre los amigos del rey ; 30 y en-
vió con ellos cuarenta mil hombres
y siete mil de a caballo para invadir
el país de Judá y arrasarlo, según
la orden del rey. 40 Se pusieron en
marcha con todo su ejército y vi-
nieron a acampar cerca de Emaús,
en la llanura. 41 Cuando los merca-
deres de la región oyeron el anun-
cio de su llegada, tomaron consigo
gran cantidad de plata, oro y cria-
dos, y vinieron al campamento* de
los_ sirios para llevarse consigo los
hijos de Israel como esclavos. Tam-
bién se unieron a ellos tropas de
Siria y del país de los filisteos.
12 Viendo Judas y sus hermanos
que se aumentaban las calamidades
y que los ejércitos acampaban en
sus fronteras, y conociendo las ór-
denes del rey que decretaban exter-
minar y acabar con el pueblo, 43 se
dijeron unos a otros : «Levantemos
la ruina de nuestro pueblo y luche-
mos por nuestro pueblo y por el san-
tuario.» 44 Se reunió, pues, la asam-
blea para estar prontos a la batalla
y para rogar e implorar de Dios cle-
mencia y misericordia.
45 Hallábase Jerusalén despoblada
como un desierto ; ninguno de sus
naturales entraba o salía ; su san-
tuario, conculcado ; los extranjeros
moraban en la ciudadela, que era al-
bergue de los gentiles ; el gozo ha-
bía desaparecido de la casa de Ja-
cob, y la flauta y la cítara estaban
mudas.
46 Se reunieron y fueron a Masfa,
enfrente de Jerusalén, pues anterior-
mente había habido en Masfa un
lugar de oración para Israel ; 47 y
ayunaron aquel día, se vistieron de
cilicios y pusieron ceniza sobre sus
cabezas, rasgaron sus vestidos 48 y
extendieron el libro de la ley, bus-
31 Persia : el autor de los libros macabaicos emplea el nombre Persia en un sentido
amplio. Se designan todas las partes del territorio de los seléucidas situadas al otro
lado del Eufrates (ef. 6, i. 5. 56).
32 De regio linaje : en 2 Mac. 9, 1, Antíoeo llama a Lisias su pariente.
33 Su hijo Aniíoco : Antfoeo V Eupátor, que reinó después dos años, hasta que
fué muerto por su primo Demetrio I.
36 Las reliquias de Jerusalén : hebraísmo que designa los raros habitantes que se
mantenían fieles aún en la ciudad santa, a pesar de la matanza y huida de los más.
36 Establecer extranjeros : así lo habían hecho ya Salmanasar y Sargón sobre el
territorio de las diez tribus cismáticas.
81 AÑO CIENTO CUARENTA Y SIETE : 166-165 a. de
esta expedición. || Regiones altas: o montañi
lanura de Mesopotan:
41 Los mercaderes : este rasgo
rios. || Filisteos: así traducimos
ya que los Setenta
|| Recorría : en el cap. 6 se narrará
de Persia y Media, en oposición a
otro sentido :
si los gentile
látrlcas para
nuestra cuán seguros estaban del suceso de los asi-
la palabra griega allofylon,' en latín alicnigenarum,
es dan habitualmente este nombre.
ruina : la figura representa un edificio semiarruinado que se
ipil-bul
i'iite por las frases que
les de este nombre en <
al NO. de Jerusalén (c
tante oscuro. La Vulgati
Entraba o
L. ; pero se trata aquí
15, 38; 2 Par. 16, 6).
ce favorecer más bien
s con sus ídolos, como
írlar sus prácticas ido-
349-41
I MACABEOS
4 2-15
cando en él lo que los gentiles pre-
guntan a las imágenes de sus ídolos.
" Trajeron los ornamentos sacerdo-
tales y las primicias y diezmos, e
hicieron venir a los nazareos que
habían cumplido el tiempo de su vo-
to; 50 y a voces clamaron al cielo,
diciendo: «¿Qué haremos de éstos y
adonde vamos a llevarlos ? 51 Tu san-
tuario está hollado y profanado, tus
sacerdotes en duelo y abatimiento,
K y he aquí que las naciones se han
coligado contra nosotros para des-
truirnos. Tú sabes lo que planean
contra nosotros. 63 ¿ Cómo podremos
sostenernos frente a ellos, si tú no
nos ayudas ?» M Y tocaron las trom-
petas y clamaron a grandes voces.
65 Después de esto restableció Ju-
das jefes del pueblo, jefes de milla-
res, de centenas, de cincuentenas y
decenas ; 66 y a los que edificaban
casas, a los que acababan de casarse
y plantar viñas y a los tímidos les
dijo que se volviera cada uno a su
casa, según la prescripción de la
ley ; 51 y levantando el campo, vi-
nieron a acampar al sur de Emaús.
65 Dijo Judas a los suyos: «Ceñios,
portaos como valientes, estad pron-
tos a luchar mañana temprano con-
tra estas naciones que se han coli-
gado contra nosotros, para destruir-
nos a nosotros y a nuestro santua-
rio ; ra pues mejor es morir en el
combate que contemplar las calami-
dades de nuestra nación y del san-
tuario. 60 ¡ Sea la que fuere la volun-
tad del cielo, que ella se cumpla!»
Judas Macabeo vence a Gorgias
a 1 Tomó Gorgias consigo cinco mil
^ hombres de a pie y mil jinetes
escogidos, y levantó el campo du-
rante la noche, = para atacar al cam-
pamento judío y derrotarlo por sor-
presa. Tenía por guías hombres de
la ciudadela. 3 Tuvo aviso Judas, y
con sus valientes movió el campo
para atacar el ejército del rey que
estaba junto a Emaús, 4 en tanto
que andaba aún disperso, lejos del
campo, el grueso del ejército.
5 Llegó Gorgias de noche al cam-
pamento de judas y no halló a na-
die, por lo que los buscaba por los
montes, diciendo : «Estos huyen de
nosotros.» 6 Al amanecer se dejó ver
Judas en el llano con tres mil ; sólo
que éstos no tenían ni los broqueles
ni las espadas que deseaban, 7 mien-
tras veían el campamento de los
gentiles, fuerte, atrinojierado, rodea-
do de la caballería : todos diestros
en el combate. s Dijo entonces Judas
a los hombres que le acompañaban :
«No temáis su muchedumbre ni os
asustéis por su ímpetu. 8 Acordaos
cómo fueron salvados nuestros pa-
dres en el mar Rojo, cuando el Fa-
raón los perseguía con potencia ar-
mada. 10 Clamemos, pues, ahora al
cielo, que se compadezca de nos-
otros, y acordándose de la alianza
de nuestros padres, destroce hoy a
nuestra vista este campamento, 11 y
conocerán todas las naciones que hay
quien rescata y salva a Israel.»
a Alzando los extranjeros sus ojos,
vieron que venían marchando contra
ellos, 13 y salieron del campo para
el combate. Los de Judas entonces
dieron señal con las trompetas, 11 y
se trabó la lucha, siendo derrotados
los gentiles, que se dieron a la fuga
por el llano. 15 Los rezagados pere-
cieron todos al filo de la espada ;
y los judíos los persiguieron hasta
60 ¿ Adonde vamos a llevarlos ? : los sacerdotes ponen de relieve el estado de
desolación en que se encuentran preguntando al Señor cómo liarán cesar las obliga-
ciones de los nazareos, ya que no pueden conducirlos al templo.
66 Los que edificaban casas : muchos estaban naturalmente en este caso, pues que
habían abandonado sus casas (cf. 2, 27-30).
58 Cf.ñíos : locución figurada, que alude a la costumbre oriental de levantar su
larga túnica por medio de un ceñidor cuando se disponían al trabajo o a ir de viaje.
A - Hombres de la ciudadela (o hijos de la ciudadela, más literalmente, con he.
■*■ braísmo frecuente! : son los que habitan el akra o ciudadela. Según unos, pertene-
nrían a la guarnición siria del monte Sión (1, 35 s.), que con tal nombre es general-
mente designada ; pero otros suponen se trata de judíos apóstatas de una ciudadela
de Emaús, ya que personas de la localidad serían más aptas para servir de guías.
8 Tres mil : era el cuerpo formado de selección, mandado por Judas en persona.
La reserva tenía otros cuerpos, hasta 7.000 hombres (2 Mac. 7, 16. 22. 23).
18 Tres mil: parece ser el número de los muertos en la refriega. II Judea : así
leemos loudaias, en vez de ¡doumaias, como tienen los más de los copistas, al pa-
recer equivocadamente.
4 16-30
I MACABEOS
4 31-43
Guézer y hasta los llanos de Judea,
de Azoto y de Yamnia. Quedaron
en el suelo hasta tres mil de ellos.
16 Volviendo de perseguirlos Judas
con su ejército, dijo al pueblo : 17 «No
codiciéis los despojos, pues tenemos
delante el combate. 78 y Gorgias es-
tá con su ejército en el monte cer-
cano ; sino haced frente por ahora
a nuestros enemigos y combatidles ;
v después tomaréis los despojos con
seguridad.»
19 listaba aún Judas diciendo esto,
cuando se descubrió una división de
(¿orgias, saliendo del monte, 20 los
cuales, al ver cómo los suyos habían
vuelto las espaldas y cómo los ju-
díos habían quemado el campamen-
to, pues el humo que contemplaba
manifestaba \c¡ acaecido, 27 tuvieron
gran miedo ; y viendo, además, el
ejército de Judas en el llano, pronto
a la batalla, a huyeron todos hacia
la tierra de los filisteos. 23 Judas en-
tonces volvió para el botín del cam-
pamento, donde cogieron mucho oro
y plata, y ropas de color de jacinto
y púrpura marina, y grandes rique-
zas. 24 Al volver elevaban al cielo
himnos y alabanzas : «Porque el Se-
ñor es bueno, porque su misericor-
dia es eterna.» 25 Una gran liberación
fué obtenida por Israel aquel día.
Derrota de Lisias
" Cuantos extranjeros se salvaron
vinieron a anunciar a Lisias todo lo
sucedido, 27 y éste, al oírlo, quedó
consternado y abatido, porque las co-
sas no habían acaecido en Israel co-
mo él quería y se lo había mandado
el rey.
38 Al año siguiente reunió un ejér-
cito de sesenta mil hombres escogi-
dos y cinco mil de a caballo para
exterminar a los judíos. 20 Avanzó
hacia Judea y acamparon en Beto-
ron. Judas les hizo frente con diez
mil hombres, 3" y al ver tan poten-
te ejército, oró, diciendo : «Bendito
seas, ¡oh Salvador de Israel!, que
quebrantaste el ímpetu del gigante
por medio de tu siervo David y en-
tregaste el campo de los filisteos en
poder de Jonatás, hijo de Saúl, y de
su escudero. 31 Encierra este campa-
mento en manos de tu pueblo, Is-
rael, y queden avergonzados con su
ejército y su caballería. 32 Inspírales
miedo, abate la audaz presunción de
SU fortaleza, y avergüéncense de su
derrota. 33 Abátelos con Ja espada de
los que te aman, y alábente con him-
nos todos los que reconocen tu nom-
bre.» 31 Trabada entre ellos la bata-
lla, cayeron ante sí del ejército de
Lisias cinco mil hombres. * Al ver
Lisias la derrota de su ejército y
la intrepidez del de Judas, y cómo
estaban prontos a vivir o morir glo-
riosamente, volvió a Antioquía y re-
cinto mercenarios para volver contra
Judea, acrecentadas sus fuerzas.
Purificación del templo y reanu-
dación del culto
39 Judas y sus hermanos dijeron en-
tonces : «He aquí que nuestros ene-
migos quedan derrotados ; subamos,
pues, a purificar el templo y resta-
blecer el culto.» 37 Y reunido todo el
campamento, subieron al monte de
Sión. 38 Al ver el santuario desierto,
el altar profanado, las puertas que-
madas, las plantas crecidas en los
atrios, como en el bosque o en un
monte, y las habitaciones arruina-
das, 30 rasgaron sus vestiduras, llo-
raron con gran llanto, se echaron ce-
niza sobre la cabeza, 40 se postraron
rostro en tierra, tocaron las trompe-
tas para señales y clamaron al cielo.
11 Entonces ordenó Judas que algunos
tuviesen en jaque a los de la ciuda-
dela_, mientras se purificaba el san-
tuario. 42 Escogió sacerdotes irrepro-
chables, celantes de la ley, 43 quienes
purificaron el templo y echaron las
a Jacinto: púrpura <le color violeta. La púrpura marina, obtenida del Murex tmneu-
lus. que abunda en la costa fenicia, es estimadísima.
81 Al cielo : quizás el texto primitivo era Yahveh, en lugar de cielo, que se ikiu-
dría para evitar la pronunciación del nombre inefable. No es éste el único caso en
que encontramos esta sustitución.
Judea : así leemos (Ioudaias), aunque, como en el v. 15, los mejores códices
griegos tengan Idoumaias.
38 Plantas crecidas : nada tiene esto de extraño en país caluroso y después de cua-
tro años de desolación.
" Piedras contaminadas : las que habían servido para la construcción del altar pa-
gano (1, 57).
- 1748 -
4 •11-58
I MAC A BEOS
4 58-5 7
piedras contaminadas a un lugar in-
mundo. ■" Deliberaron <|ué habían de
hacer del altar profanado de los ho-
locaustos, " y se les ocurrió la feliz
idea de destruirlo para que no fuese
para sí como un oprobio, por cuan-
to los gentiles lo habían profanado.
" Destruyeron, pues, el altar y de-
positaron las piedras en el monte
del templo, en lugar a propósito,
hasta que viniese un profeta que de-
cidiese sobre ellas. ** Tomaron pie-
dras sin labrar, conforme a la ley.
y edificaron un altar nuevo sobre el
"modelo antiguo; "■ edificaron el san-
tuario y el interior del templo, san-
tificaron los atrios, " hicieron nue-
vos vasos sagrados e introdujeron
en el templo el candelabro, el altar
de los perfumes y la mesa. 60 Que-
maron incienso en el altar, encen-
dieron las lámparas del candelabro
y ellas lucieron en el templo. " Co-
locaron sobre la mesa los panes y
suspendieron las cortinas. Habiendo
puesto así fin a la obra comenzada,
se levantaron de madrugada 52 en la
mañana del día veinticinco del mes
noveno (que es el mes Casleu) del
año ciento cuarenta y ocho, 53 v ofre-
cieron el sacrificio según la ley so-
bre el nuevo altar de los holocaus-
tos que habían construido. " En el
mismo tiempo, mes y día, en el que
lo habían profanado los gentiles, fué
consagrado de nuevo con cánticos y
cítaras, con arpas y címbalos. 65 To-
do el pueblo se postró rostro en tie-
rra, adorando y bendiciendo al cielo,
que les había encaminado próspera-
mente. * Durante ocho días celebra-
ron la dedicación del altar, y ofre-
cieron con alegría los holocaustos,
e hicieron sacrificios de acción de
gracias y de alabanza. 57 Adornaron
también la fachada del templo con
enronas de oro v escuditos. y restau-
raron las entradas y las habitaciones
y les pusieron puertas. 58 Fué extra- I
ordinaria la alegría del pueblo por
haber sido sacudido el oprobio de
los gentiles. " Judas, de acuerdo con
sus hermanos y con toda la asam-
blea de Israel, estableció que se ce-
lebrasen los días de la dedicación
del altar a su tiempo cada año, por
espacio de ocho días, a partir del
veinticinco del mes Casleu, con gozo
y alegría. 00 Por aquel mismo tiempo
edificaron alrededor del monte Sión
muros altos y torres fuertes, a fin
de que no pudieran venir los genti-
les a hollarlo, como habían hecho
antes, 63 y puso Judas allí una guar-
nición que lo defendiera. Fortificó'
asimismo y protegió a Betsur, para
que el pueblo tuviese una fortaleza
por el lado de Idumea.
Luchas con los países vecinos
r ' Cuando las naciones circunve-
ciñas oyeron que había sido edi-
ficado el altar y renovado como an-
tes el santuario, se irritaron en gran
manera, 1 y resolvieron exterminar
a los de la raza de Jacob que mora-
ban en medio de ellos, comenzando
en el (pueblo a asesinar y extermi-
nar. 3 Entre tanto, Judas combatía en
Idumea contra los hijos de Esaú -
el país de Acrabatane, desde el cual
hostigaban a Israel. Les infligió una
gran derrota, humillándolos y to-
mando sus despojos. 4 Recordó la
malicia de los hijos de Beán, que
eran <para el pueblo un lazo y peli-
gro por las emboscadas que tendían
en los caminos. 5 Obligólos a ence-
rrarse en unas torres y los asedió ;
y habiéndolos anatematizado, puso
fuego a sus torres, que ardieron jun-
to con todos los que había dentro.
6 Pasó de allí a los hijos de Ammón,
y se encontró una fuerte armada y
un pueblo numeroso, y a Timoteo
por su jefe. 7 Tuvo contra ellos mu-
": En ti. MONTE del templo : literalmente, en el monte de la casa (de Dios) ; es a
saber, monte Moria o parte de la montaña de Sión en a.ue surgía el templo.
66 DEDICACIÓN : literalmente, renovación o la Knccnia del Evangelio de San Juan
lio, 22i. En 2 Mac. i, 9, es llamada Escenopegia.
88 Estableció que se celebrasen : esta fiesta, celebrada en los tiempos evansíll-
cos (Jn. 10, 2¿\, es llamada aún hoy Hannukah.
pr 3 Acit '.batane : estaba al SE., en la frontera qne separa la Judea de la Idumea.
" * Hijos de Beán : no tenemos otra alusión clara en la Biblia a estos hijos de Beán
o Bayán. Ni siquiera sabemos si es nombre propio de lugar o de persona. Se han
dado varias posibles identificaciones, pero muy inciertas.
6 Hijos de Ammón : pueblo belicoso al N. de Moab, en la ribera izquierda del
Jordán.
5 8"21
I MACABEOS
5 22-34
chos combates, hasta que fueron de-
rrotados en su presencia y los des-
hizo totalmente. s Tomó a Gazer y
las aldeas dependientes de ella, y se
volvió a Judea. " Mas los gentiles
que habitaban en Galaad, se reunie-
ron contra los israelitas que mora-
ban en su territorio, con el fin de
exterminarlos ; pero ellos huyeron a
la fortaleza de Datema 10 y enviaron
cartas a Judas y a sus hermanos,
diciéndoles : «Se han reunido con-
tra nosotros las naciones circunve-
cinas para exterminarnos ; 11 se pre-
paran a venir para apoderarse de la
fortaleza en que nos hemos refugia-
do ; Timoteo es el jefe de su arma-
da. 12 Ven, pues, ahora y líbranos
de sus manos, porque gran número
de los nuestros han ya caído, 13 y han
sido muertos todos nuestros herma-
nos que habitan en Tob, robadas sus
mujeres, hijos y bienes, pereciend*
allí como unos mil hombres.» ,
14 Se leían aún las cartas, cuando
he aquí que de Galilea llegaron, ras-
gadas las vestiduras, otros mensaje-
ros, 36 trayendo estas nuevas v di
ciendo: «Se han reunido contra ellos
los de Tolemaida y de Tiro y Sidón,
y los extranjeros de toda Galilea
para aniquilarnos.» 10 Cuando oyero-
Judas y el pueblo tales palabras, s
reunió una gran asamblea para deli-
berar sobre lo que habían de hacer
en favor de aquellos sus hermanos,
que estaban en angustia y eran com-
batidos por estos enemigos. " Dijo
Judas a Simón su hermano : «Escó-
gete algunos hombres v ve a librar
a tus hermanos que habitan en Gali-
lea ; yo v mi hermano Tonatás nos
iremos a Galaad.» 18 A José, hijo de
Zacarías, y a Azarías los dejó en
Judea ipara la defensa por jefes del
pueblo, con el resto del ejército, '* v
dióles esta orden : «Estad al frente
de este pueblo, pero no trabéis com-
bate contra los gentiles hasta que
nosotros volvamos.»
20 Se le asignaron a Simón tres
mil hombres para ir hacia Galilea,
y a Judas ocho mil para ir hacia Ga-
laad. 21 Marchó Simón a Galilea, y
después de pelear contra los genti-
les muchos combates, fueron derro-
tados los gentiles en su presencia,
y los persiguió hasta la puerta de
Tolemaida, a quedando en el campo
unos tres mil gentiles, de cuyos des-
pojos se apoderó. 23 Tomó luego a
los judíos que moraban en Galilea y
en Arbates con sus mujeres e hijos
y todo cuanto tenían, y los condujo
a Judea con grande regocijo.
21 Judas el Macabeo y su hermano
Jonatás atravesaron el Jordán y ca-
minaron tres días de marcha por el
desierto, M encontrándose con los na-
bato, que los recibieron pacífica-
mente y les contaron todo lo ocu-
rrido a sus hermanos en Galaad,
26 y que muchos de ellos habían sido
hechos prisioneros en Bosora y Bo-
sor, en Alema, Castor, Maqued y
Carnaim : ciudades todas éstas forti-
ficadas y grandes ; 21 que en las
otras ciudades de Galaad había tam-
bién prisioneros, y habían determi-
nado ¡os enemigos atacar e? día si-
guiente las fortalezas, apoderarse de
ellas y acabar con todos ellos en un
solo día.
28 Judas, con su ejército, torció la
marcha hacia el desierto, llegando
de improviso a Bosora ; tomó ia ciu-
dad, pasó al filo de la espada a to-
dos los varones, se apoderó de todos
sus despojos y la entregó a las lla-
mas. 20 Levantando de allí el cam-
po durante la noche, se dirigieron
hacia la fortaleza de Datema. 30 Al
amanecer alzaron los ojos y vieron
una muchedumbre innumerable que
llevaban consigo escaleras y máqui-
nas para atacar la fortaleza y los
combatían. 31 Al ver Judas que el
ataque comenzaba y que el griterío
de la ciudad subía al cielo con soni-
do de trompetas y grandes clamo-
res, 33 dijo a los de su ejército: «Pe-
lead hoy en favor de vuestros her-
manos.» M Y salió con tres colum-
nas detrás de ellos, mientras se to-
caban las trompetas y oraban en al-
ta voz. 34 Cuando la armada de Ti-
moteo cayó en la cuenta de que era
el Macabeo, huyeron de su presen-
cia. Les infligió una sangrienta de-
rrota, quedando de ellos tendidos en
el campo aquel día hasta ocho mil
11 TIMOTEO : parece ser distinto personaje del citado en el v. 6. Se deduce tal dis-
tinción de la comparación con los pasajes paralelos (2 Mac. 12, 17; 10, 24-28).
* Nabatkos : pueblo nómada de la Arabia Pétrea.
211 BOSORA... BOSOR... : no se nos ha conservado ni la exacta transcripción de todos
estos nombres propios ni su localización e identificación.
— I/50 —
5 35-45
I MACABEOS
5 46-59
hombres. 85 Luego se dirigió Judas
contra Masfa, la atacó, apoderándo-
se de ella, matando a todos sus va-
rones, tomando sus despojos y en-
tregándola a las llamas. 38 Marchan-
do de allí, tomó a Casfon, Maqued
y¡ Bosor, y las otras ciudades de Ga-
laad.
31 Después de estos sucesos reunió
Timoteo otro ejército y acampó en-
frente de Rafón, al otro lado del to-
rrente. 88 Envió Judas a explorar el
campamento y le trajeron este in-
forme : «Todas las naciones de nues-
tro alrededor se han juntado con él
(Timoteo) y forman un ejército muy
numeroso. 39 Han tomado también a
sueldo a los árabes como auxiliares
suyos, y acampan al otro lado del
torrente, prestos a venir al combate
contra ti.» 40 Judas salió entonces a
su encuentro ; pero Timoteo había
ordenado a los capitanes de su ejér-
cito : «Si al acercarse Judas y su
ejército al torrente de agua pasa el
primero hasta nosotros, no le podre-
mos resistir ; nos vencerá infalible-
mente ; 41 mas si teme y acampa al
otro lado del río, /pasaremos contra
él y prevaleceremos contra él.»
42 Cuando se acercó Judas a la co-
rriente de agua, detuvo a los escri-
bas del pueblo junto a la orilla y les
ordenó : «No dejéis que nadie acam-
pe, sino vayan todos al combate.»
43 Y marchando hacia los enemigos,
lo atravesó él primero, y en pos de
él todo el pueblo. Con su presencia
fueron derrotados todos los gentiles,
que tiraron sus armas y huyeron al
templo de Carnaim. 44 Pero los de
Judas tomaron la ciudad y abrasa-
ron el templo con todos los que en
él había. Así fué asolada Carnaim,
y ya no pudieron hacer frente a Ju-
das.
43 Reunió Judas a todos los israe-
litas de Galaad, desde el más peque-
ño hasta elrnás grande, a sus mu-
jeres, sus hijos y hacienda, una muy
grande muchedumbre, para condu-
cirlos a la tierra de Judá. 46 Al lle-
gar a .Efrón, ciudad grande y muy
fortificada en la embocadura del
país, no podían dejarla al lado, ni a
la derecha ni a la izquierda, sino que
habían de atravesarla por en medio.
47 Los habitantes se encerraron y obs-
truyeron las puertas con _ piedras.
Les" envió Judas un mensaje pacífi-
co, 48 diciendo : «Dejadnos atravesar
vuestro territorio para ir a nuestra
tierra ; nadie os hará daño ; sola-
mente pasaremos a pie.» Mas no
quisieron abrirle.
49 Entonces mandó Judas pregonar
por el campo que tomase posición
cada uno en el sitio en que estaba.
60 Los hombres de guerra tomaron
posiciones, y atacó a la ciudad todo
aquel día y toda la noche ; y la ciu-
dad se rindió en sus manos. 81 Pasó
al filo de la espada a todos los va-
rones, arrasó la ciudad y la saqueó,
pasando luego a través de la ciudad
por encima de los cadáveres. 82 Pa-
saron luego el Jordán, hacia la gran
llanura que está frente a Betsán.
03 Judas, que en la retaguardia re-
unía a los rezagados, iba exhortando
al pueblo durante todo el camino,
hasta llegar al país de Judá. " Su-
bieron al monte Sión con regocijo y
alegría y ofrecieron holocaustos, por-
que habían regresado felizmente, sin
haber caído ninguno de ellos.
Temeridad de José y Azarías
85 Mientras Judas y Jonatás esta-
ban en Galaad, y Simón, su herma-
no, en Galilea, frente a Tolemaida,
6,i oyó José, hijo de Zacarías, y Aza-
rías, jefes del ejército, las hazañas
y combates que habían realizado,
67 y se dijeron : «Hagámonos tam-
bién nosotros célebres yendo a pe-
lear contra las naciones de nuestro
alrededor.» 68 Y dieron orden a los
hombres de su armada de marchar
contra Yamnia. 88 Pero salió Gorgias
M Masfa : los Setenta tienen varias lecciones distintas.
,7 Rafón : quizás la Rafana, citada por Plinio como perteneciente a la Decápolis.
42 Escribas del pueblo : eran los oficiales encargados de la leva militar, y hacían
e! oficio de intendentes o ayudas de campo. Son ya mencionados desde la época de
Moisés (Dt. 20, 5 ss. ; 2 Par. 26, 11).
40 Templo de Carnaim : la palabra griega témenos, más que el edificio del tem-
plo, significa el recinto o bosque sagrado que acompañaba muchas veces el templo
pagano. Quizás querían recurrir al derecho de asilo.
■ BetsAn : actual Beisán, en la ribera derecha del Jordán, al E. de los montes Cel-
boé. En sus cercanías hay varios vados del río.
— T751 —
5 6C-61
I MACASEOS
6 2-11
de la ciudad con sus hombres y
avanzó a su encuentro para comba-
tirlos. 60 José y Azarías fueron bali-
dos y perseguidos hasta los confines
de Judea. Unos dos mil hombres del
pueblo de Israel sucumbieron aquel
día. 61 Acaeció al pueblo esta gran
derrota porque no obedecieron a Ju-
das y a sus hermanos, creyéndose
capaces de grandes hazañas. 62 Pero
ellos no eran de la raza de aquellos
varones en cuyas manos estuvo la
salvación de Israel. 63 El valiente
Judas y sus hermanos sí que alcan-
zaron gran gloria ante todo Israel y
ante todas las naciones en que su
nombre se pronunciaba. 61 Todos los
rodeaban para aclamarlos.
" Partió luego Judas y sus herma-
nos a luchar contra los hijos de
Esaú, en el país del mediodía, y se
apoderó de Hebrón y de sus aldeas
dependientes, destruyó sus fortale-
zas y quemó las torres de su recin-
to. 68 Alzando el campo, se dirigió
hacia la tierra de los filisteos, atra-
vesando Maresa. 67 Cayeron aquel día
en la batalla algunos sacerdotes,
que, queriendo ostentar su valentía,
inconsideradamente salieron al com-
bate. 68 Se dirigió luego Judas hacia
Azoto, territorio de los filisteos ; des-
truyó sus altares, echó al fuego los
simulacros de sus dioses y, después
de saquear las ciudades, se volvió a
la tierra de Judá.
Muerte de Antíoco Epifanes
¿r 1 Recorría el rey Antíoco las pro-
vincias superiores, cuando oyó
que había en Persia, en Elimaide,
una ciudad célebre por sus rique-
zas de plata y oro. 2 El templo
que había en ella era extraordinaria-
mente rico. Había. en él armadura,
de oro, corazas y armas, que había
dejado allí Alejandro, hijo de Filir
po; rey de Macedonia, que reinó el
primero entre los griegos. 3 Llegado
a ella, intentaba apoderarse de la
ciudad y saquearla ; pero no pudo,
porque, cuando fueron conocidos sus
propósitos por los habitantes de la
ciudad, * se le opusieron en combale
y tuvo que retirarse de allí, huyendo
con gran tristeza, para volverse a
Babilonia.
ü Vino a Persia un correo anun-
ciándole que las tropas encaminadas
a tierra de Judea habían sido derro-
tadas ; 0 que Lisias había ido con un
ejército fuerte como el que más y
había huido ante los judíos, que se
habían fortalecido mucho en armas
y soldados con los muchos despojos
tomados a los ejércitos vencidos ;
7 eme habían derrocado la abomina-
ción edificada por él sobre el altar
de Jerusalén y habían rodeado el
santuario de altas murallas, como
antes estaba, y asimismo Betsur, su
ciudad.
8 Cuando oyó el rey estas nuevas
quedó aterrado e intensamente tur-
bado, tanto que se echó en el lecho
y cayó enfermo por la tristeza, ya
que no había sucedido lo que él de-
seaba. 0 Estuvo allí muchos días,
porque se le renovaba incesantemen-
te la profunda melancolía ; 10 y cre-
yendo que se moría, hizo llamar a
todos sus amigos y les dijo : «Se ha
ahuyentado el sueño de mis ojos, y
mi "corazón desfallece por los pesa-
res, n y me digo dentro de mí : ¡A
qué grado de aflicción he llegado y
03 El valiente Judas : la Vulgata pone viri huía, en lugar de vir lujas. La expre-
sión o aner Ioudas es curiosa y pudiera dársele con cierto énfasis, como se hace a
Moisés en Núm. 12, 3.
Maresa : en el camino de Idumea al pafs de los filisteos. Muchos códices p;i le-
ños y la Vulgata ponen en su lugar Samaría, que parece más bien un error de co-
pista por transposición de letras. Basta echar una ojeada al mapa para convencerse tic
la falsa lectura.
61 Elimaide : la lección de otros muchos códices griegos con la Vulgata parecería
suponer que Elimaide es el nombre de la ciudad. Pero 110 parece existiese tal
ciudad y sí una provincia de este nombre (Dan. 8, 21.
' Su ciudad : el pronombre autou tiene un cierto énfasis, ya que la poseía desde
hacía mucho tiempo. Por esto resultaba una afrenta dolorosa.
8 Cavó enfermo : hay tres narraciones de esta enfermedad en los libros de los
Macabeos. Además de ésta, 2 Mac. 1, 10-17. y 9, 1-2?-. T-as contradicciones aparentes
entre las tres narraciones se resuelven sin gran dificultad.
» Allí : según San Jerónimo (Comm. in Dan. 11, 44-4S) y Polibio fji, ni, Antíoco
murió en Tabes, ciudad de Persia, entre Kcl-nlana y l'crsépolis.
— 1752 —
6 12-23
I MACASEOS
6 24-?7
en qué profundo abismo me hallo, yo
que era tan bueno y amado en mi
gobierno ! B Pero ahora recuerdo los
males que hice en Jerusalén, toman-
do todos los utensilios de plata y
oro que en ella había y enviando tí tí
ejercito a exterminar los habitantes
de Judea sin motivo. 13 Reconozco
que por esta causa me han sobreve-
nido estas calamidades, y he aquí
que muero con gran tristeza en tie-
rra extranjera.» 11 Y llamando a Fi-
lipo, uno de sus amigos, le estable-
ció sobre todo su reino, 15 entregán-
dole la diadema, su manto y el ani-
llo y encargándole la instrucción de
su hijo Antíoco y educarle para el
trono. 16 Murió allí el rey Antíoco en
el año ciento cuarenta y nueve. 17 Al
saber Lisias que el rey había muer-
to, entronizó en su lugar a Antíoco,
su hijo, a quien de joven había edu-
cado, v le dió el nombre de Eupá-
tor.
Antíoco Eupáíor, contra Judea
18 Entre tanto, los de la ciudadela
tenían asediado a Israel en los alre-
dedores del santuario, buscando mo-
lestarlos de continuo v siendo apo-
yo para los gentiles. 19 Judas resol-
vió exterminarlos y convocó a todo
el pueblo para sitiarlos. " Concen-
trados todos a una, le pusieron el
cerco el año ciento cincuenta y fa-
bricaron ballestas y máquinas. " Pe-
ro algunos salieron' del cerco y, jun-
tándoseles otros de los impíos de
Israel, se dirigieron al rey, dicien-
do : «¿ Hasta cuándo dejarás de ha-
cer justicia y de defender a nues-
tros hermanos ? " Nosotros nos so-
metimos voluntariamente a tu pa-
dre, obedeciendo sus palabras y si-
guiendo sus disposiciones ; ** por
causa de esto, los hijos de nuestro
pueblo han cercado la ciudad y se
han vuelto contra nosotros. ** Ade-
más, a cuantos de nosotros encuen-
tran los matan y saquean nuestras
herencias. a Y no sólo contra nos-
otros han extendido la mano, sino
contra todos sus pueblos limítrofes.
w He aquí que hoy mismo están
acampados contra la ciudadela de
Jerusalén, para apoderarse de ella,
y han fortificado el templo y la ciu-
dad de Betsur, 11 y si no los precedo
con rapidez, harán cosas mayores
que éstas y no podrás detenerlos.»
a El rey al oír esto se irritó y con-
vocó a todos sus amigos, capitanes
de su ejército y a los comandantes
de la caballería. 13 Le vinieron tam-
bién tropas mercenarias aun de otros
reinos y de las islas del mar. 80 El
número de sus fuerzas fué de cien
mil infantes, veinte mil jinetes y
treinta y dos elefantes adiestrados
para la guerra ; M éstos, llegando por
la Idumea, acamparon ante Betsur
y la combatieron por muchos días
con máquinas ; pero los sitiados sa-
lieron y, luchando valerosamente,
las incendiaron.
32 Entonces Judas abandonó la ciu
dadela y acampó junto a Betzacaría,
frente al campamento real. "Se le-
vantó el rey de madrugada y movió
el campamento a toda prisa, hacia
el camino de Betzacaría. Dispuestas
ya las tropas para el ataque, sona-
ron las trompetas. M Mostraron a los
elefantes zumo de uva v moras, para
excitarlos al combate, 88 y fueron dis-
tribuidos los animales por las falan-
ges, colocando junto a cada elefante
mil hombres, revestidos con cotas de
malla y con yelmos de bronce en la
cabeza'; y además, quinientos jine-
tes escogidos iban alineados junto
a cada animal; "éstos precedían a
la bestia dondequiera que estaba ; a
donde se dirigía ella se dirigían jun-
tamente, sin apartarse de ella. 81 So-
13 El anillo : era a la vez el sello regio, y por esto, nueva insignia de la realeza,
como la corona y la púrpura.
3 De los impíos de Israel : en toda esta época hubo renegados que se pusieron
de parte de los sirios. Entre ellos, según 2 Mac. 13, 3-8, estaba Menelao, que había
comprado el sumo sacerdocio.
32 Betzacaría : probablemente al N. de Belén.
31 Ccairo hombres : asi leemos, aunque el número del texto griego críticamente
más probable es 32. Pero es inverosímil, y quizás ha saltado a este versículo desde
el 30. Un elefante no puede llevar más que cuatro o cinco combatientes. Otros supo-
nen que ponía el texto griego dos o tres, que se mudó en dos y treinta. |l Indio
conductor : como generalmente en tiempo de los seléucidas provenían los elefantes
de la India, eran conducidos por indios ; de aquí que posteriormente se llamara indio
al que conduce el elefante, sin atender a su nacionalidad.
— 1753 —
6 38-19
I MACABEOS
6 50-63
bre cada uno de ellos iban montadas
fuertes torres de madera protegidas,
y ceñidas con cinchas al elefante, y
en cada una cuatro hombres valero-
sos, que combatían desde ellas, y su
indio conductor. 35 La caballería res-
tante la colocó a ambos lados, en
las dos alas del ejército, para exci-
tar a la lucha y proteger las falan-
ges.
s" En cuanto el sol brilló sobre los
escudos de oro y bronce, brillaron
las montañas con ellos, y resplande-
cían como lámparas de fuego. 40 Una
parte del ejército real 6e desplegó
en los altos montes, otra en los va-
lles, y avanzaban segura y ordenada-
mente. 41 Todos se espantaban al oír
los gritos de aquella muchedumbre,
el marchar de aquella masa y el
estruendo de sus armas, pues era
un ejército muy grande y poderoso.
12 Judas se acercó con su ejército pa-
ra dar batalla, y cayeron seiscientos
hombres del ejército real. 43 Eleazar,
apellidado Avarán, vió una de las
bestias protegida con corazas regias,
que sobresalía sobre todas las otras ;
e imaginándose que en ella iba el
rey, 44 se sacrificó a sí mismo pa-
ra salvar a su pueblo y hacerse un
nombre inmortal. 415 Corrió con arro-
jo por medio de la falange hacia
ella, matando a diestra y siniestra,
v todos se apartaban de él a ambos
lados. 48 Llegó a los pies del elefan-
te, se puso debajo de él y le mató.
Cayó por tierra el elefante encima
de él, y allí mismo murió Eleazar.
Asedio de Jemsalén
47 Viendo los judíos las fuerzas del
reino y el empuje de sus ejércitos,
se retiraron ante ellos. 48 Los del
ejército regio subieron a su encuen-
tro hacia Jerusalén, y el rey estable-
ció su campamento contra Judea y
contra el monte Sión. 49 Hizo la paz
con los de Betsur, quienes salieron
de la ciudad por no tener ya allí ví-
veres con que encerrarse en ella,
pues era año de reposo para la tie-
rra. 50 Se apoderó el rey de Betsur,
y dejó allí una guarnición para cus-
todiarla. 61 Por mucho tiempo estuvo
acampado contra el santuario, y pu-
so allí ballestas, máquinas y lanza-
llamas, catapultas, escorpiones para
lanzar flechas y hondas. 62 Constru-
yeron también los judíos máquinas
contra sus máquinas, y lucharon du-
rante muchos días ; 65 pero no había
víveres en los almacenes, por ser
el año séptimo, y porque los prófu-
gos de los gentiles refugiados en Ju-
dea habían consumido el resto de las
reservas ; 64 y como el hambre les
acosaba, quedaron en el santuario
unos pocos hombres, y los demás se
dispersaron cada uno hacia su ho-
gar.
55 Oyó Lisias que Filipo, a quien
el rey Antíoco aun en vida había
encomendado que educase a su hijo
Antíoco para el trono, M había vuel-
to de Persia y de Media, y con él
las tropas que habían acompañado
al rey, y que pretendía poner mano
en los asuntos del reino. 67 Se apre-
suró Lisias entonces y asintió a vol-
verse, diciendo al rey, a los jefes
de la armada y a las tropas : «Per-
demos de día en día, escasean las
provisiones, la plaza que asediamos
está fortificada, y debemos ocuparnos
de los asuntos del reino. 68 Así, pues,
tendamos la mano a estos hombres,
hagamos la paz con ellos y con toda
su nación, 6 y dejémosles vivir se-
gún sus leyes como antes, ya que
por causa de esas leyes, que hemos
querido abolir, se han irritado y he-
cho todo esto.» 80 Agradó la propo-
sición al rey y a los jefes ; y les
enviaron mensajeros de paz. Ellos
aceptaron. 61 Se lo prometieron con
juramento el rey y los jefes, y con
esto salieron de la fortaleza. 62 Pe-
netró el rey en el monte Sión, y vien-
do la fortificación del lugar, violó el
juramento que había hecho y man-
dó derribar el muro de alrededor.
83 Luego se partió apresuradamente,
y volviendo a Antioquía, encontró a
Filipo dueño de la ciudad, y le ata-
có, apoderándose de la ciudad por
la fuerza.
• Apellidado Avarán : la Vulgata pone, al parecer por error, «hijo de Saura» ; pero
la palabra hijo no está en el griego y ademas Eleazar era uno de los cuatro herma-
nos de Judas.
4U Año de reposo : año sabático o año séptimo (v. 53), en el que no se cultivaban
los campos, sino que se recogía únicamente lo que éstos daban espontáneamente.
— 1754 —
71-16
I MACASEOS
7 17-32
Báquides y Alcimo, en Judea
n 1 El año ciento cincuenta y uno
' salió de Roma Demetrio, hijo de
Seleuco, y desembarcó con unos po-
cos hombres en una ciudad maríti-
ma, donde comenzó a reinar. 2 Al en-
trar en el palacio real de 6us padres,
las tropas se apoderaron de Antío-
co y de Lisias para conducírselos.
3 Al" saber el hecho, dijo: «No me
mostréis sus rostros.» 4 Las tropas los
mataron, y se sentó Demetrio en su
trono real. 6 Luego vinieron a él to-
dos los inicuos e impíos de Israel,
conducidos por Alcimo, que preten-
día el sumo sacerdocio ; 4 y acusaron
al pueblo ante el rey, diciendo : «Ju-
das y sus hermanos han hecho pe-
recer a todos tus amigos, y a nos-
otros nos han expulsado de nuestra
tierra. ' Ahora, pues, envía una per-
sona de tu confianza, que vaya y
vea toda la ruina que nos han causa-
do a nosotros y en la región del rey,
v castigúelos a ellos y a cuantos les
ayudan.» 8 Eligió el rey a Báquides,
uno de los amigos del rey, que man-
daba la región del otro lado del río,
grande en'el reino y fiel al rey, 8 y
le envió con el impío Alcimo, a
quien dió el sumo sacerdocio, man-
dándole que tomase venganza de los
hijos de Israel. 10 Poniéndose en ca-
mino, marcharon con un gran ejér-
cito a la tierra de Judá, y enviaron
mensajeros a Judas y a sus herma-
nos con palabras pacíficas para en-
gañarles. 11 Pero ellos no dieron cré-
dito a sus palabras, porque veían
que venían con mucho ejército. 12 Un
grupo de escribas acudió a Alcimo
y a Báquides, reclamando justicia ;
ís y los asideos, tenidos por los pri-
meros entre los hijos de Israel, les
pedían la paz, 11 porque decían : «Un
sacerdote del linaje de Aarón ha ve-
nido con las tropas y no será injusto
contra nosotros.» 15 El les habló pa-
labras de paz, y les juró diciendo :
«No os haremos mal, ni a vosotros
ni a vuestros amigos.» 14 Y le cre-
yeron ; pero prendió a sesenta de
ellos y los hizo morir en un solo día,
según la palabra que está escrita :
* «Derramaron en torno a Jerusalén
las carnes de tus santos y su sangre,
y no había quien los enterrase.» ls El
miedo a ellos y el espanto invadió
a todo el pueblo, pues decían : «No
hay en ellos ni verdad ni justicia,
pues han violado el compromiso y
juramento que habían hecho.»
10 Báquides, partiendo de Jerusa-
lén, vino a acampar en Bezeta y en-
vió a prender a muchos de los que
habían abandonado su partido, y a
algunos del pueblo, y los mató, arro-
jándolos a la gran "cisterna. x Con-
fió la región a Alcimo, dejándole
tropas para auxiliarle. Luego se vol-
vió Báquides al rey. 21 Alcimo se es-
forzaba por asegurarse en el sumo
sacerdocio. 22 Juntáronse a él todos
los perturbadores de su pueblo, que
se apoderaron del país de Judá y
causaron a Israel una gran aflic-
ción. 23 Así que vió Judas el gran
daño que Alcimo y los suyos hacían
sobre los hijos de Israel, mayor que
el causado por los gentiles, M reco-
rrió en todos sentidos todo el terri-
torio de Judea, castigó a los apósta-
tas y les impidió andar por la re-
gión .
26 Viendo Alcimo que Judas y los
suyos se robustecían, y conociendo,
además, que no podía hacerles fren-
te, se volvió al rey, acusándolos de
delitos. 24 Envió el rey a Nicanor,
uno de 6us más ilustres jefes y ene-
migo declarado de Israel, ordenán-
dole exterminar el pueblo. 27 Llegó
Nicanor a Jerusalén con mucho ejer -
cito y envió con dolo a Judas y a
sus hermanos mensajes de paz, 28 di-
ciendo : «No haya lucha entre mí y
vosotros ; yo iré con poca gente pa-
ra veros amistosamente.» 20 Vino,
pues, a Judas, y se saludaron pací-
ficamente ; pero los enemigos esta-
ban dispuestos a arrebatar a Judas.
80 Mas informado Judas de que ve-
nía a él con dolo, se espantó y no
quiso ya volverlo a ver. 81 Nicanor,
cuando vió descubierto su proyecto,
salió a combatir contra Judas, junto
a Cafarsalama. 82 Cayeron de las tro-
pas de Nicanor como unos cinco mil
hombres, huyendo los demás a la
ciudad de David.
71 Demetrio : era hijo de Seleuco IV y nieto de Antíoco Epifanes. Tenía derecho
a la corona ; pero siendo retenido en Koina como rehén, y sabiendo que los sirios
no soportaban el yugo de Antíoco V Eupátor, se evadió para hacer valer sus derechos.
" Las carnes de tus santos : cita ad sensum y abreviada del salmo 78, 2-3.
n Cafarsalama : localidad no identificada, al S. de Jerusalén.
— 1755 —
7 33-46
I MACAEEOS
7 47-8 6
33 Después de estos sucesos subió
Nicanor al monte Sión y salieron
del templo algunos sacerdotes y an-
cianos del pueblo, para saludarle
amistosamente y mostrarle los ho-
locaustos que se ofrecían por el rey.
34 Pero él, mofándose de ellos y des-
preciándolos, los profanó, hablando
con altivez, 36 jurando con ira y di-
ciendo : «Si Judas y su ejército no se
entregan en mis manos ahora mis-
mo, cuando vuelva victorioso incen-
diaré este templo.» Y salió lleno de
cólera. 30 Salieron los sacerdotes y,
colocados de pie ante el altar y el
templo, clamaron diciendo : 87 «Tú,
Señor, has elegido esta casa para
que en ella sea invocado tu nombre
y sea casa de oración y súplica para
tu pueblo ; 35 toma venganza de este
hombre y de su ejército, y que pe-
rezcan por la espada. Acuérdate de
sus blasfemias y no permitas que
ellos subsistan.»*
39 Salió Nicanor de Jerusalén y
acampó en Betoron, donde se le jun-
tó un cuerpo de sirios. 40 Judas, en-
tre tanto, acampó en Adasa con
tres mil hombres y oró diciendo :
11 «Cuando los enviados del rey de
los asirios blasfemaron, tu ángel,
Señor, vino y mató a ciento ochenta
v cinco mil de ellos. 42 Extermina
hoy así a este ejército ante nosotros,
a fin de que reconozcan los demás
que ha tenido un lenguaje impío
contra tu santuario. Júzgale según
su maldad.»
43 Los ejércitos vinieron a las ma-
nos el día trece del mes de Adar,
quedando derrotado el ejército de
Nicanor y muriendo él mismo el
primero en el combate. 44 Cuando se
¿lió cuenta su ejército de que Nica-
nor había caído, lanzaron las armas
y huyeron. 45 Los persiguieron una
jornada de camino, desde Adasa
hasta llegar a Gazara, tocando de-
trás de ellos las trompetas de aviso.
" De todas las aldeas circunvecinas
de Judea salían para acosarlos ; y
luchando los sirios unos contra otros,
murieron todos al filo de la espada,
sin que quedase de ellos ni uno solo.
17 Cogieron los despojos y el botín,
y habiendo cortado a Nicanor la ca-
beza y su mano derecha, que había
alzado orgullosamente, la transpor-
taron y suspendieron a la vista de
Terusaíén. a El pueblo se alegró mu-
cho, y celebraron aquel día como
día de gran regocijo, * y decidieron
que se celebraría cada ano aquel día
el trece de Adar. 60 Durante un cor-
to tiempo estuvo tranquila la tierra
de Judá.
Alianza con Roma
O 1 Oyó Judas la fama de los ro-
° manos, de que eran poderosos
en fuerzas y que se mostraban be-
névolos con todos los que se les
allegaban, y que hacían alianza de
amistad con los que venían a ellos,
y que eran muy grande su poder.
; Se le contaron las guerras y haza-
ñas que habían realizado con los
gálatas, cómo los habían dominado
v sometido a tributo ; 3 lo que ha-
bían hecho en la región de España
para apoderarse de las minas de pla-
ta y oro que allí hay y para someter
todo el país con su prudencia y pa-
ciencia, 4 a pesar de estar ese país
muy alejado de ellos ; y cómo a los
reyes venidos contra ellos desde los
extremos de la tierra los habían de-
rrotado, infligiéndoles una gran de-
rrota, y los restantes les pagaban
tributo anual. 5 Y que habían venci-
do en la guerra y habían sometido
a Filipo y a Perséo, rey de Macedo-
nia, y a los demás que se habían
levantado contra ellos, 8 y que Antío-
co el Grande, rey de Asia, que ha-
bía ido a la guerra contra ellos, y
que tenía ciento veinte elefantes y
caballería y carros y un ejército muy
38 Holocaustos pou ei. rey : Jeremías (29, 7) había recomendado hacerlo, y se ve
que después del destierro habían introducido la costumbre de ofrecer holocaustos por
los reyes, aunque paganos.
40 Adasa : al NE. de Betoron.
41 Rey de los asirios : algún códice añade el nombre de Senaquerib.
45 Trompetas de aviso : literalmente, con las trompetas de señales; es decir, que
con ellas avisaban a todos los judíos que habitaban el país que se lanzasen contra
el enemigo en huida.
46 Ni uno solo : frase hiperbólica, frecuente en la Biblia.
50 Corto tiempo : según 9, 3, fué la segunda expedición de Báquides un mes des-
pués de la muerte de Nicanor.
— 1756 —
8 7-20
I MACABEOS
8 21-9 2
numeroso, había sido vencido por
ellos ; 7 y siendo cogido vivo, le ha-
bían impuesto un gran tributo a él y
a los que en el reino le sucedieron, y
dar rehenes y lo pactado ; es decir:
k la Jonia, la Misia y la Lidia, esto
t- >, sus mejores provincias, que ellos,
habiéndolas recibido de él, las ha-
bían cedido al rey Lúmenes. 0 Que
los griegos habían deliberado ir a
aniquilarlos ; pero en cuanto les fué
conocido el propósito, "enviaron
contra ellos un solo general. Les hi-
cieron la guerra y murieron de ellos
fías griegos) muchos ; llevaron cau-
tivos sus mujeres y sus hijos, los
saquearon, subyugaron el país ; des-
truyeron sus fortalezas y fueron re-
ducidos a servidumbre hasta el día
de hoy. 11 Que a los demás reinos
e islas, que alguna vez se les opu-
sieron, los habían sometido y escla-
vizado ; 12ipero que a sus amigos y
a los que en ellos confiaban les
guardaban fidelidad ; y así habían
logrado dominar los reyes vecinos y
los de lejos. Que cuantos oían su
nombre los temían ; 13 cuantos son
por ellos ayudados para reinar, rei-
nan ; y a los que no quieren, los
destituyen. Se han elevado a gran
poder. " A pesar de todo esto, nadie
entre ellos lleva diadema ni vis-
te púrpura para engreírse con ella.
*■ Se han formado un senado y cada
día deliberan los trescientos vein-
te consejeros, que constantemente
atienden al próspero gobierno del
pueblo. 18 Confían cada año el man-
do y el dominio de toda su tierra a
uno solo, y todos obedecen a este
solo ; ni hay entre ellos envidia o
celos.
B Escogió Judas a Eupólemo, hijo
de Juan, hijo de Acco, y a Jasón,
hijo de Éleazar, y los envió a Roma
para establecer con ellos amistad y
alianza 38 y ser librados así del yugo
de los griegos, ipues veían que el
reino de los griegos sometía a Israel
a servidumbre. 19 Se dirigieron a
Roma, y el viaje fué muy largo ;
entraron en el Senado y hablaron en
estos términos : 20 «Judas el Maca-
beo, sus hermanos y el pueblo judío
nos han enviado a vosotros para ha-
cer con vosotros alianza de paz y
para que seamos inscritos en el nú-
mero de vuestros aliados y amigos.»
-1 Estas palabras fueron acogidas fa-
vorablemente. - Esta es la copia de
la carta, que grabaron en tablas de
bronce y que enviaron a Jerusalén
para que les fuese monumento de
paz y alianza :
" ((Prosperidad a los romanos y al
pueblo judío, por mar y por tierra
para siempre, y lejos de ellos la es-
pada y el adversario. w Si sobrevie-
ne una guerra a los romanos prime-
ramente o a alguno de sus aliados
en todo su imperio, 25 el pueblo de
los judíos les prestará auxilio, se-
gún las circunstancias se lo permi-
tan, con plena lealtad. M A los com-
batientes no les darán ni suminis-
trarán trigo, .armas, plata ni naves.
Esto quieren los romanos, y los ju-
díos guardarán sus compromisos sin
compensación ninguna. * Asimismo,
si primero sobreviene una guerra a
la nación judía, los romanos les ayu-
darán lealmente en la lucha, según
las circunstancias se lo permitan,
sya las tropas auxiliares no les da-
rán ni trigo, ni armas, ni /plata, ni
naves. Esto quieren los romanos y
guardarán sus compromisos 6Ín do-
lo. 28 Según estas cláusulas se con-
ciertan los romanos con el pueblo
judío. 80 Si, después de estos acuer-
dos, unos y otros quisieran añadir
o quitar algo, podrán hacerlo a 6u
agrado, y lo añadido o quitado será
obligatorio. 31 En cuanto a los daños
que el rey Demetrio les ha hecho, ya
hemos escrito a éste diciendo : «¿ Por
qué haces sentir tu pesado yugo so-
bre nuestros amigos y aliados los
judíos? cSi vuelven a quejarse de
ti, sostendremos sus derechos com-
batiéndote por mar y por tierra.»
Muerte de Judas
q 1 Cuando Demetrio oyó que Ni-
canor y su ejército habían pere-
cido en la guerra, volvió a enviar
por segunda vez a Báquides y Alci-
mo a tierra de Judá, y con ellos el
ala derecha de su ejercito. 'Diri-
giéronse por el camino que conduce
a Gálgala y acamjjaron en Masalor
de Arbela, tomándola y matando a
muchos hombres.
Jonia y Misia : así leemos en lugar de India y Media, que parece
opista. Jonia y Misia son provincias del Asia Menor.
9 3-13
I MACA BEOS
9 14-27
3 En el primer mes del año ciento
cincuenta y dos acamparon enfrente
de Jerusalén ; * después levantaron el
campo y se dirigieron a Berea con
veinte mil hombres de infantería y
dos mil jinetes. 6 Judas entonces se-
guía acampado en Elasa con tres mil
hombres escogidos, 6 los cuales, vien-
do la muchedumbre de tropas, que
eran, numerosas, temieron sobrema-
nera ; huyeron muchos del campo y
no quedaron de ellos más que ocho-
cientos hombres.
7 Viendo Judas que eu tropa había
quedado desparramada y que la ba-
talla le era inminente, perdió el áni-
mo, iporque no tenía tiempo para
volverlos a juntar, 8 v. sintiendo que
desfallecía, dijo a los que le habían
quedado : «Levantémonos, marche-
mos contra nuestros enemigos para
ver si podemos luchar contra ellos.»
9 Procuraban disuadirle, diciendo :
«No podremos ; mejor será salvar
ahora nuestra vida y volver luego
con nuestros hermanos a combatir-
los, pues ahora somos pocos.» 10 Pe-
ro Juilas contestó : «Lejos de mí ha-
cer tal cosa y huir de ellos ; si ha
llegado nuestra hora, muramos va-
ronilmente por nuestros hermanos
y no empañemos nuestra fama.»
u El ejército sirio salió del campo
y vino a su encuentro. La caballe-
ría se dividió en dos partes : los
honderos y los arqueros marchaban
en la vanguardia del ejército ; los
más valientes, en primera línea.
u Estaba Báquides en el ala derecha,
y la falange avanzó dividida en dos
cuerpos al sonido de las cornetas.
13 Los de Judas dieron también ellos
la señal con las cornetas, y la tierra
se estremeció con el estruendo de
las tropas. La batalla se entabló y
duró desde la mañana hasta la caí-
da de la tarde. " Viendo Judas que
Báquides y sus mejores tropas esta-
ban en el ala derecha, juntó en tor-
no a sí a todos los más animosos,
10 derrotó su ala derecha y los per-
siguió hasta la montaña de Azoto.
16 Los del ala izquierda, viendo de-
rrotada el ala derecha, fueron por
la espalda en seguimiento de Judas
y de los suyos. " La lucha se agravó,
pereciendo muchos de una y otra
parte. 18 Pereció también Judas, y
los restantes huyeron. 18 Jonatás y
Simón tomaron a Judas, su herma-
no, y le dieron sepultura en la tum-
ba de sus padres en Modín. 20 Le
lloraron, y todo Israel hizo por él
grandes lamentos, y por muchos días
guardaron luto, diciendo: 21 «¡Cómo
es que ha perecido el campeón, el
que salvaba a Israel!»
22 Lo demás de la historia y gue-
rras de Judas, sus hazañas y su mag-
nanimidad, no han sido escritas,
pues son muy numerosas.
Primeros triunfos de Jonatás, su-
cesor de Judas
33 Después de la muerte de Judas
se manifestaron los impíos en todo
el territorio de Israel y levantaron
cabeza los que obraban la maldad.
14 Sobrevino por aquellos días un
hambre grandísima, y el suelo mis-
mo desertó con ellos. 26 Escogió Bá-
quides hombres impíos y los esta-
bleció por comandantes de la región.
* Buscaban éstos con pesquisas los
amigos de Judas, y los conducían a
Báquides, que los castigaba e insul-
taba. 27 Fué esto una gran tribula-
ción en Israel, cual no la hubo des-
9 3 Año cienio cincuenta v dos : de la era de los seléucidas (=160 a. de O. El mes
primero es Nisán (=marzo-abril).
* Berea : localidad cercana a Jerusalén, de identificación discutida. Quizas El-Bireh,
al N. de Jerusalén. Tampoco es segura la identificación de Elasa (texto griego) o
Laisa (Vulgata) del v. 5.
w Montaña de Azoto : la ciudad filistea de Azoto es bien conocida, pero está muy
distante del actual campo de batalla. Por esto han supuesto algunos una segunda
Azoto o un cambio en la lectura (Azor?). Otros creen se puede entender en un sen-
tido más amplio.
10 Modín : cf. 2, 1.
24 El suelo desertó : frase oscura, que otros comentan : los habitantes de Judea,
faltándoles víveres, se pasaron a los sirios, abandonando el partido ortodoxo. Nos-
otros preferimos la locución poética y figurada que ve un apóstata más en la mis-
ma tierra.
" Desde el tiempo en que no APARECIÓ va profeta : esto es, desde la aparición de
Malaquías, último de los profetas. Hacía, pues, más de doscientos años que estaban
- 1758 -
9 28-42
I MACABEOS
9 43-57
de el tiempo en que no apareció ya
entre ellos profeta. " Reuniéronse
todos los amigos de Judas y dijeron
a Jonatás : " «Desde que murió tu
hermano Judas no hay hombre se-
mejante a él en hacer frente a los
enemigos, a Báquides y a los que
odian nuestra nación. 30 Ahora, pues,
te escogemos hoy para que seas en
su lugar nuestro jefe y caudillo, que
nos guíes en nuestros combates.»
31 Recibió, 'pues, Jonatás en aquel
tiempo el mando y ocupó el puesto
de Judas su hermano. 82 Cuando Bá-
quides lo supo, le buscaba para ma-
tarle. 33 Mas enterándose Jonatás, su
hermano Simón y los que estaban
con él, huyeron al desierto de Tecua
y se establecieron junto a las aguas
de la cisterna de Asfar. 84 Súpolo
Báquides un día de sábado y marchó
él con todo su ejército al otro lado
del Jordán.
35 Envió Jonatás a su hermano Juan
por caudillo del pueblo a rogar a los
nabateos, sus amigos, que les per-
mitieran depositar su bagaje, que
era mucho. 30 Pero los hijos de Jam-
bri, saliendo de Mádaba, cogieron a
Juan y todo lo eme tenía y se mar-
charon con ello. " Algún tiempo
después les anunciaron a Jonatás y
a Simón, su hermano, que los hijos
de Jambri celebraban una boda so-
lemne y conducirían con gran pom-
pa desde Mádaba la novia, hija de
uno de los grandes príncipes de Ca-
naán. 88 Y acordándose entonces de
la sangre de su hermano Juan, su-
bieron y se ocultaron al abrigo de
un monte. 39 Alzando sus ojos, per-
cibieron un ruido y luego una nu-
merosa caravana. Él novio con sus
amigos y hermanos salían a su en-
cuentro con panderos, instrumentos
músicos y muchas armas. 40 Lanzá-
ronse contra ellos, saliendo de su
escondite, los de Jonatás para ma-
tarlos ; un gran número sucumbie-
ron, y huyeron los restantes al mon-
te, con lo que se apoderaron de to-
dos sus despojos. 41 La boda se con-
virtió en llanto, y el sonido de sus
instrumentos músicos, en lamenta-
ción ; 42 y habiendo tomado vengan-
za de la sangre de su hermano, se
volvieron a la ribera pantanosa del
Jordán.
43 Supo Báquides lo ocurrido y vi-
no en día de sábado con un nume-
roso ejército hasta las márgenes del
Jordán. 44 Dijo entonces Jonatás a
los suyos : «Levantémonos y luche-
mos por nuestras vidas. Pues no es
hoy como ayer y anteayer. 46 He
aquí que el combate nos acosa por
delante y por detrás ; las aguas del
Jordán, por todos los lados ; las
márgenes pantanosas y el bosque ;
no hay medio de escapar. 40 Clamad
ahora, pues, al cielo para que seáis
salvos de las manos de nuestros
enemigos.» Trabóse la batalla. "Le-
vantó la mano Jonatás para herir a
Báquides ; pero éste esquivó el gol-
pe, retirándose atrás. 4S Entonces,
Jonatás y los suyos se arrojaron al
Jordán y pasaron a nado a la ribera
opuesta, pero los enemigos no atra-
vesaron el Jordán -para seguirlos.
40 Aquel día perecieron unos mil
hombres de los de Báquides. Vuelto
éste a Jerusalén, 60 edificó plazas
fuertes en Judea, la fortaleza de Je-
ricó, la de Emaús, la de Betoron, la
de Betel, la de Tamnata, la de Fa-
ratón y la de Tefón, con altas mu-
rallas y puertas y cerrojos, 51 y puso
en ellas guarnición para hostilizar a
Israel. K Fortificó asimismo la ciu-
dad de Betsur y Guézer y el alcázar
de Jerusalén y puso en ellas guarni-
ciones y depósitos de víveres. 68 Co-
gió como rehenes a los hijos de los
principales del país y los retuvo co-
mo prisioneros en la ciudadela de
Jerusalén. 04 El año ciento cincuen-
ta y tres, el mes segundo, mandó
Alcimo derribar la muralla del atrio
interior del santuario, destruyendo
así la obra de los profetas, y co-
menzó la demolición ; Kipero enton-
ces mismo sobrevino a Alcimo una
apoplejía y quedaron suspendidos
sus proyectos. Se le cerró la boca,
quedando paralizada, de modo que
no pudo ya pronunciar palabra ni
dar órdenes en los asuntos de su
casa. M Murió Alcimo entonces con
grandes torturas. " Cuando Báquides
vió que había muerto Alcimo, se
volvió al rey, y la tierra de Judá
■ Jonatás : vivían entonces tres de los cinco hermanos Macabcos. Sería preferido
Jonatás por sus cualidades guerreras.
89 Armas : quizás para escoltar más solemnemente a los noveles esposos.
44 No es hoy como ayer : hebraísmo para indicar : no es hoy como en otros tiem-
pos ; esto es, nuestra situación ahora es más peligrosa que nunca.
— 1759 —
9 58-70
I MACARROS
9 71-10 8
gozó de tranquilidad por dos años.
M Entonces todos los judíos im-
píos tuvieron consejo, acordando es-
ta decisión : «He aquí que Jonatás
y los suyos viven tranquilos y con-
fiados ; hagamos, pues, venir ahora
n Báquides, y en una noche los pren-
derá a todos ellos.» ™ Y fuéronse a
proponerle este consejo. 60 Y, en
efecto, se puso Báquides en marcha
con mucha trapa y envió cartas se-
cretamente a todos sus partidarios
de Judea, para que prendieran a Jo-
natás y a los suyos, lo que no pu-
dieron hacer por haberse conocido
su designio. 61 Lejos de eso, cogie-
ron los partidarios de Jonatás pre-
sos a unos cincuenta hombres del
país, cabecillas de la conspiración,
y los mataron. * Luego Jonatás y
Simón, con los suyos, se retiraron a
Betbasi en el desierto ; repararon
sus. ruinas y la fortificaron. 03 Infor-
mado Báquides de esto, reunió a to-
das sus tropas y avisó a los partida-
rios de Judea. 64 Vino a acampar an-
te Betsabi, y durante muchos días
la atacó, haciendo construir máqui-
nas de guerra.
f'6 Jonatás dejó a su hermano Si-
món en la ciudad y 61 salió al cam-
po y volvió con una pequeña tropa
tú Derrotó a Odomera y a sus her-
manos v a los hijos de Easirón en
sus tiendas, y comenzaron a luchar
y a adelantar con sus tropas. 61 Si-
món y los suyos salieron de la ciu-
dad, quemaron las máquinas de gue-
rra 68 y atacaron a Báquides y lo
derrotaron, poniéndole en grande
aprieto, pues fracasaba su plan y su
expedición. 60 Enfurecido de cólera
contra los hombres impíos que le
habían aconsejado ir al país de Ju-
dea, hizo matar a muchos de ellos
y decidió volverse a su tierra. 70 Al
tener Jonatás noticia de ello le en-
vió embajadores para concertar con
él la paz y que les entregara los pri-
sioneros! 71 Asintió Báquides y acep-
tó sus proposiciones, jurándole no
hacer mal alguno todos los días de
su vida. 72 Le devolvió los prisione-
ros que antes había cogido en la
tierra de Judá y partió de vuelta
para su tierra, sin volver más a ve-
nir al territorio de los judíos. 73 Re-
posó la espada en Israel, y Jonatás
fijó su residencia en Macmas, don-
de comenzó a juzgar al pueblo e
hizo exterminar a los impíos de Is-
rael.
Se solicita la alianza de Jonatás
-j í\ 1 El año ciento sesenta, Ale-
íyj jandro Epifanes, hijo de An-
tíoco, se puso en marcha y tomó a
Tolemaida, siendo bien acogido ; v
empezó allí a reinar. 2 Tuvo noticia
de ello el rey Demetrio, y, reunien-
do muchas tropas, salió a su en-
cuentro para darle batalla. 3 Envió
también Demetrio a Jonatás cartas
amistosas con promesas de engran-
decimiento, 4 porque decía: «Apre-
surémonos a hacer la paz con él an-
tes que la haga con Alejandro con-
tra nosotros, 6 pues se acordará de
todos los males que le hicimos a él,
a sus hermanos y a su nación.» c Le
autorizó para juntar tropas, fabricar
armas y contarse entre sus aliados
y le prometió que le devolvería los
rehenes que tenía en la fortaleza de
Jcrusale'n.
7 Vino Jonatás a Jerusalén y leyó
las cartas ante todo el pueblo y ante
los que se hallaban en la ciudade-
la. 8 Fueron presa de un gran temor
cuando oyeron que el rey le autori-
10
in duda, del lado de Jericó. Identificación insegura.
i'EQUEÑA tropa: la Vulgata, cum numero, que traduce literalmente el
imo; es un hebraísmo (cf. Gén. 34, 30; Dt. 4, 27) que significa un
se ignora quién fuese este personaje, si oficial de Báquides o jefe di
uerrera. Las traducciones alteran la transmisión del nombre (Odaren,
el título de Epifanes (noble o ilustre) se lo da el bexl >
a Vulgata parece dárselo a Antíoco. Antiguas monedas
ilustran que también Alejandro llevó este sobrenombre.
Así solicitó el apoyo de Roma. Los :
presuntos derechos contra Demetrio.
— 1760 —
10 9-24
I MAC A BEOS
10 25-36
/aba para juntar tropas. 'Los de la
ciudadela devolvieron a Jonatás los
rehenes, que él entregó luego a sus
padres ; 10 y estableciendo Jonatás su
morada en Jerusalén, comenzó a re-
edificarla y renovar la ciudad. 11 Or-
denó a los obreros construir las mu-
rallas y rodear el monte Sión con
piedras sillares, como fortificación.
Y así lo hicieron. 12 Huyeron los ex-
tranjeros que había en las fortale-
zas edificadas por Báquides, 13 aban-
donando cada uno su puesto para
volverse a su país. 11 Quedaron sólo
algunos de los que habían abando-
nado la ley y los preceptos en Bet-
sur, que les sirvió de refugio.
16 Al saber el rey Alejandro los
ofrecimientos que Demetrio había
hecho a Jonatás, y al serle narradas
asimismo las guerras y las heroici-
dades que éste y sus hermanos ha-
bían realizado y los trabajos que ha-
bían soportado, 18 se dijo : ¿ Es 'po-
sible encontrar algún hombre como
éste ? Hagámoslo ahora amigo y alia-
do nuestro. " Y le escribió y le en-
vió una carta, cuyo tenor era el si-
guiente :
38 El rey Alejandro, a su herma-
no Jonatás, salud. 19 Hemos oído de ti
que eres hombre potente y muy dig-
no de ser nuestro amigo. í0 Así, pues,
hoy te constituímos sumo sacerdo-
te de tu, nación y te damos el título
de amigo del rey — y le envió al pro-
pio tiempo un vestido de púrpura y
una corona de oro — , para que mires
por nuestros intereses y conserves
nuestra amistad.»
21 Vistióse Jonatás los ornamentos
sagrados en el mes séptimo del año
ciento sesenta, en la fiesta de los ta-
bernáculos ; alistó tropas y fabricó
muchas armas.
22 Al saber Demetrio estos acon-
tecimientos, se entristeció y dijo :
23 «¿Qué hemos hecho, pues Alejan-
dro se nos ha levantado a contraer
amistad con los judíos para robus-
tecerse ? 21 Les escribiré también yo
con palabras persuasivas, ofrecién-
doles dignidades y presentes, para
que sean mis auxiliares.» 25 Y les es-
cribió en los términos siguientes :
«El rey Demetrio, a la nación judía,
salud. 26 Con gran alegría nos hemos
enterado de que habéis guardado
fielmente nuestra alianza, perseve-
rando en nuestra amistad, sin habe-
ros coligado con nuestros enemigos.
" Así, pues, continuad aún guardán-
donos fidelidad a nosotros v os re-
compensaremos con mercedes por lo
que hacéis en nuestro favor. 28 Os
perdonaremos muchas deudas y os
daremos regalos. 29 Ya desde ahora
yo os descargo y perdono a todos los
judíos los tributos y el impuesto de
la sal, y de las coronas. 80 A la ter-
cera parte de la cosecha y a Ja mitad
del producto de los árboles frutales,
que me corresponden percibir, re-
nuncio desde hoy ; no lo exigiré de
la tierra de Judá ni de los tres dis-
tritos de Samaría y de Galilea, a ella
anejos, desde el día de hoy y para
siempre. 31 Jerusalén será ciudad san-
ta y exenta, así gomo su territorio,
de diezmos y tributos. 32 Renuncio
asimismo a la autoridad sobre la ciu-
dadela de Jerusalén, la entrego a!
sumo sacerdote, que establecerá en
ella, para custodiarla, los hombres
que el mismo escogiere. 83 A todos
los judíos llevados cautivos de la
tierra de Judá a cualquier punto de
mi reino, les devuelvo gratuitamen-
te la libertad, y todos serán eximi-
| dos de tributos, aun de los de gana-
dos. 31 Todas las solemnidades, los
sábados, las neomenias, los días es-
tablecidos y los tres días antes y des-
pués de una solemnidad, serán todos
días de inmunidad y de franquicia
para todos los judíos residentes en
mi reino. 85 Durante estos días, na-
die tendrá derecho para intentar ac-
ción judicial ni molestar a alguno
de ellos por ningún motivo. * De
los judíos serán alistados en los ejér-
citos del rey hasta treinta mil hom-
bres, dándoseles el sueldo que co-
rresponde a todas las otras tropas
31 üe la sal : debía cons
Gobierno sirio.- || Las cor<
plazar los dones espontáneo
corona de oro con la oeasi
costumbre se reglamentó i
94 Las solemnidades : Pa
dios solían para ellas ir en
tres días antes y después
uidad era dispensa de tasa
administración.
a sal del mar Muerto un monopolio ejercido por el
era un impuesto pesado que había venido a reem-
idos al soberano. Se enviaba a veces a los reyes una
una victoria o de alcún fausto acontecimiento. La
) una suma fija anual.
•entecostés v la fiesta de los Tabernáculos. Los ju-
rinación a jerusalén. Por esto se les dejaban libres
s fiestas. || De inmunidad v franquicia : la inmu-
franquicia, exención de trabajos impuestos por la
10 37-50
I MACABEOS
10 51-66
del rey, 81 y algunos de ellos serán
colocados en las grandes fortalezas
dei rey, y asimismo designados pa-
ra los empleos del reino que requie-
ren confianza. Entre ellos mismos
se escogerán los jefes de sus ejérci-
tos y vivirán según sus leyes, como
lo ha ordenado el rey para la tierra
de Judá. 38 Y los tres distritos de la
región de Samaría , incorporados a
Judea, serán anejos a ésta y consi-
derados como formando una sola cir-
cunscripción, de suerte que no obe-
dezcan a otra autoridad más que a
la del sumo sacerdote. 39 Tolemaida
y su territorio lo entrego como ob-
sequio al templo de Jerusalén, para
los gastos necesarios del santuario.
40 Doy, además, cada año quince mil
sidos de plata, tomados del fisco
real en las localidades convenientes.
41 Todo lo sobrante que los emplea-
dos del fisco no hayan entregado,
como en los años precedentes, lo da-
rán de ahora en adelante para las
obras del templo. " Y, además, los
cinco mil siclos de plata que cada
año los oficiales percibían por cuen-
ta de los tributos del templo, tam-
bién éstos se condonan, pues que
pertenecen a los sacerdotes que ejer-
cen el culto. 43 Cuando se refugien
en el templo de Jerusalén y ^n cual-
quier parte de su recinto deudores
de impuestos reales o de cualquier
otra deuda, quedarán inmunes y con-
servarán cuanto posean en mi reino.
" El gasto para la edificación y obras
de la restauración del templo corre-
rá a cargo de la hacienda real. 46 El
gasto para la edificación de los mu-
ros de Jerusalén y las fortificacio-
nes de su recinto correrá por cuenta
del rey, y asimismo el levantar los
muros de Judea.»
40 Cuando Jonatás y el pueblo oye-
ron estas proposiciones, no las cre-
yeron ni aceptaron, acordándose de
los grandes males que había causa-
do en Israel y cuán duramente los
había atribulado, 47 y se decidieron
por Alejandro, pues había sido el
primero que les había hablado de
paz ; y fueron sus aliados constan-
temente.
48 Reunió el rey Alejandro grandes
tropas, y acampó frente a Demetrio.
Trabaron combate los dos reyes, y
huyó el ejército de Demetrio, perse-
guido por Alejandro, y los dominó.
150 El combate continuó muy encar-
nizado hasta la puesta del sol, pe-
reciendo en aquel día Demetrio.
51 Envió después Alejandro mensa-
jeros a Tolomeo, rey de Egipto, di-
ciéndole : B «He vuelto ya a mi rei-
no y me he sentado en el trono de
mis padres y recobrado el gobierno,
después de derrotar a Demetrio y
entrar en posesión de nuestra tierra.
03 Trabé batalla contra él y fué ven-
cido con su ejército por nosotros, y
nos hemos sentado sobre el trono de
su reino. 64 Establezcamos, pues, aho-
ra amistad entre nosotros ; dame
ahora tu hija por mujer, seré tu yer-
no, y a ti y a ella os daré regalos
dignos de ti.»
" El rey Tolomeo respondió dicien-
do : «Dichoso el día en que has vuel-
to al país de tus padres y te sen-
taste en el trono de su realeza. M Yo
estoy pronto a hacer lo que me has
escrito ; ipero ven a mi encuentro a
Tolemaida, para vernos mutuamente
y hacerte yerno mío, conforme de-
cías.»
e7 Salió de Egipto Tolomeo con su
hija Cleopatra y llegó a Tolemaida
el año ciento sesenta y dos. 68 El
rey Alejandro le salió al encuentro,
y Tolomeo le entregó su hija Cleo-
patra, y celebró la boda en Tolemai-
da con gran magnificencia, como
suelen los reyes. 60 El rey Alejandro
escribió también a Jonatás, invitán-
dole a que viniese a su encuentro.
00 Y vino Jonatás con pompa a Tole-
maida, visitó a los dos reyes y les
obsequió, así como a sus cortesanos,
con oro, plata y otros muchos rega-
los, conciliándose con ello su favor.
81 Entonces se unieron contra él hom-
bres perversos de Israel, para acu-
sarle ; pero el rey no les escuchó,
*2 sino que ordenó que le quitasen
a Jonatás sus vestidos y le vistiesen
de púrpura. Así lo hicieron, y luego
le sentó el rey a su lado, "3 y dijo
a los grandes de su corte : «Id con
él por medio de la ciudad, y prego-
nad que nadie se atreva a acusarle,
por cualquier cosa que sea, y que
nadie, bajo ningún pretexto, le mo-
leste.» 84 Y cuando vieron sus acusa-
dores la honra que por pregón se le
rendía y que iba vestido de púrpura,
huyeron todos. 1,5 Queriendo honrarle
el rey, le inscribió en el número de
sus principales amigos y le puso co-
mo general y gobernador de provin-
cia. 66 Y Jonatás volvió a Jerusalén
con paz y gozo.
1Q67-79
I MACARROS
10 80-11 3
Victoria de Jonatás sobre Apolonio
" El año ciento sesenta y cinco,
Demetrio, hijo de Demetrio, vino de
Creta al país de sus padres ; 68 y ha-
biéndolo sabido el rey Alejandro, tu-
vo gran ipena y se volvió a Antio-
quía. " Demetrio tomó por general
a Apolonio, gobernador de la Cele-
siria, quien juntó un gran ejército
y vino a acampar en Yamnia. Desde
allí envió a decir a Jonatás, sumo
sacerdote : 70 «Tú eres el único que
te levantas contra nosotros, y yo he
llegado a ser objeto de risa y de
oprobio por tu causa. ¿ Por qué osas
hacerte fuerte en los montes contra
nosotros ? 71 Ahora bien, si confías
en tus fuerzas, desciende hacia nos-
otros al llano y midamos allí nues-
tras fuerzas, pues conmigo están las
ciudades poderosas. 72 Infórmate y
sabrás quién soy yo y quiénes los
otros que me prestan auxilio. Ellos
afirman que no podréis manteneros
en pie ante nosotros, ya que por
dos veces fueron puestos en fuga tus
padres en su mismo país. 73 Ahora
no podrás contener el ímpetu de la
caballería y del gran ejército en el
llano, donde no hay piedras, ni ro-
cas, ni lugar donde refugiarse.»
74 Cuando Jonatás ovó las palabras
de Apolonio, se llenó de indigna-
ción ; y escogiendo diez mil hom-
bres, salió de Jerusalén, y su herma-
no Simón vino a unirse con él para
ayudarle. 76 Acampó junto a Jope ;
los ciudadanos les cerraron las puer-
tas, pues había en ella una guar-
nición de Apolonio. Pero la ataca-
ron, 76 y atemorizados los ciudadanos,
abrieron las puertas, apoderándose
Jonatás de Jope.
77 Así que Apolonio se informó, sa-
có del campamento tres mil jinetes
y numerosa tropa 78 y se encaminó a
Azoto, como fingiendo retirarse ; pe-
ro al propio tiempo avanzó hacia la
llanura, pues tenía numerosa caba-
llería, en la que confiaba. Jonatás
le siguió detrás del lado de Azoto,
y los dos ejércitos trabaron batalla.
19 Apolonio había dejado a espaldas
de los enemigos emboscados mil
caballos. M Supo Jonatás que tenía
preparada detrás de sí una asechan-
za, y aunque unos y otros rodearon
el campo y lanzaron flechas contra
el pueblo desde la mañana hasta la
tarde, 81 el pueblo se mantuvo firme,
como había ordenado Jonatás, hasta
que la caballería se cansó. 82 Luego
hizo adelantar Simón sus tropas, y
acometió a la falange, pues la caba-
llería estaba ya debilitada ; los sirios
fueron derrotados por él y puestos
en fuga. 83 La caballería se dispersó
por el llano, y, huyendo hacia Azo-
to, entraron en Bet-Dagón, el tem-
plo de su ídolo, para salvarse. M Jo-
natás puso fuego a Azoto y a las
ciudades citcunvecinas, después de
apoderarse de susi despojos, y dió a
las llamas el templo de Dagón coa
los que en él se habían refugiado.
** Y fueron los que perecieron por la
espada y el incendio unos ocho mil
hombres.
86 Levantó de allí el campamento
Jonatás y vino a acampar junto a
Ascalón, cuyos habitantes salieron a
su encuentro con grandes agasajos.
67 Jonatás se volvió después a Jeru-
salén con los suyos, cargados de rico
botín. 88 Cuando el rey Alejandro oyó
estos sucesos, concedió nuevos ho-
nores a Jonatás, 89 le envió la hebilla
de oro, que se acostumbra dar a los
parientes de los reyes, y le dió el
dominio de Acarón y de todo su te-
rritorio.
Muerte de Alejandro y Tolomeo
i i 1 El rey de Egipto juntó tropas
-LJ- innumerables como las arenas
de la orilla del mar, y muchas na-
ves ; e intentaba apoderarse por en-
gaño del reino de Alejandro y ane-
xionarlo a su propio reino. 2 Se en-
caminó a Siria, aparentando amis-
tad ; los habitantes de las ciudades
le abrían las puertas y salían a reci-
birle, pues había mandado el rev
Alejandro que le saliesen al encuen-
tro, pues que era su suegro. ' Así
que Tolomeo entraba en las ciuda-
des, ponía en cada una de ellas tro-
97 Demetrio, hijo de Demetrio : Demetrio II Nicátor, hijo de Demetrio I Soter,
que había sido depuesto por Balas.
88 Bet-Dagón : o casa de Dagón. Dagón era la divinidad nacional de los filisteos,
mencionada en Jue. 16, 23, y 1 Re. 5, 2. Su templo famoso estaba en Azoto.
88 Hebilla t>e oro : o fíbula ; servía para fijar sobre el pecho o espalda el manto
flotante.
- 1763 -
U4-18
T MACA HEOS
ti 19-32
pas de guarnición. 4 Al acercarse a
Azoto, le mostraron el templo de
Dagón incendiado, la ciudad y 6us
arrabales en ruinas, los cadáveres es-
parcidos y los restos de los que ha-
bían sido quemados en la guerra,
pues habían hecho montones de ellos
al borde del camino. r' Contáronle al
rey lo que había hecho Jonatás, para
hacérselo odioso ; mas el .rey calló.
* Vino Jonatás al encuentro del rey
a Jope con toda pompa, se saluda-
ron mutuamente y durmieron allí.
7 Jonatás fué luego con el rey hasta
el río llamado Eléutero ; después se
volvió a Jerusalén. 8 Mas el rey To-
lomeo se apoderó de las ciudades de
la costa hasta Seleucia marítima,
maquinando perversos planes con-
tra Alejandro. 0 Envió embajadores
al rey Demetrio, diciéndole : «Ven,
hagamos alianza entre nosotros, v
te daré mi hija, desposada con Ale-
jandro, y reinarás sobre el reino de
tu padre. 10 Me arrepiento de ha-
berle dado mi hija, pues ha buscado
matarme.» 11 Así lo infamaba, porque
tenia envidia de su reino. 12 Y ha-
biéndole quitado su hija, se la dió
a Demetrio, rompiendo con Alejan-
dro y haciéndose pública su enemis-
tad a Entró Tolomeo en Antioquía
y ciñó su cabeza con la diadema de
Asia, poniendo así sobre su cabeza
dos diademas : la de Egipto y la de
Asia.
- Hallábase por aquella sazón el
rey Alejandro en Cilicia, pues se
habían rebelado los habitantes de
aquel país. 16 Cuando supo Alejandro
lo ocurrido, marchó contra él pa-
ra combatirle. Tolomeo desplegó su
ejército y le fué al encuentro con
poderosas fuerzas, y le puso en hui-
da. 14 Huvó Alejandro a la Arabia a
buscar allí un refugio, mientras que
el rey Tolomeo triunfó. " El árabe
Xabdiel cortó la cabeza a Alejandro
y se la envió a Tolomeo. 18 Tres días
después murió el rey Tolomeo, y los
suyos (egipcios), que estaban en las
fortalezas, perecieron a manos de los
habitantes de las mismas. 10 Deme-
trio empezó a reinar el año ciento
sesenta y siete.
Jonatás y Demetrio
^Por aquellos días congregó Jo-
natás a los hombres de Judea, para
apoderarse de la ciudadela de Jeru-
salén, contra la cual levantó muchas
máquinas de guerra. a Pero algunos
hombres impíos, que odiaban' a su
propia nación, fueron al rey Deme-
trio y le informaron cómo Jonatás
asediaba la fortaleza. 22 Oído esto, se
ii'ritó ; y apenas oído, pasó al ins-
tante a Tolemaida y escribió a Jona-
tás que cesase en el cerco de la ciu-
dadela y viniera a su encuentro a
Tolemaida inmediatamente para con-
ferir con él. a Recibido el mensa-
je, Jonatás ordenó que continuase el
cerco, y escogiendo algunos ancianos
de Israel y sacerdotes, se expuso al
peligro. 21 Habiendo tomado plata,
oro, vestidos y otros muchos presen-
tes, partió a presentarse al rey en
Tolemaida, y recibió de él acogida
favorable, 20 a pesar de que algunos
imipíos de la nación le acusaban.
28 El rey hizo por él lo que habían
hecho sus antecesores, colmándole
de honores en presencia de todos sus
amigos ; w le confirmó en el sumo
sacerdocio y en cuantos honores te-
nía precedentemente, e hizo que fue-
se contado entre sus principales ami-
gos. 28 Jonatás suplicó al rey que li-
brase de tributos la Judea y las tres
toparquías de Samaría, prometiéndo-
le, en cambio, trescientos talentos.
28 Asintió el rey, y acerca de todas
estas cosas escribió a Jonatás cartas
de este tenor :
80 «El rey Demetrio a su herma-
no Jonatás y a la nación de los ju-
díos, salud. 81 Os enviamos copia de
la carta que hemos escrito a Láste-
nes, nuestro pariente, acerca de vos-
otros, para que la conozcáis. K El
-t -J 1 ElÉUKRO : actual Nahr-el-Kcbir, que desemboca al N. fie Trípoli.
J-X io jja bXjscado matarme : Josefo (Ant. 13, 5, 6) nos habla de este conato de ho-
micidio.
28 Las ra ES toparquías de Samaría ! así traducimos, aunque el texto erieíro y la
Vulgata ponen las tres toparquías y la Samaría. Esta última lección parece defecto
de copista, ya que mal se explica que Jonatás teiura interés por un país hostil a su
pueblo (cf. 10, 30).
a Lástenes, su padre ¡ padre, como pariente, del v. 31, parecen títulos puramente
honoríficos y equivalentes a niiiijji) o consejero íntimo. Se«ún Josefo (Ant. 13, 4, 5),
I.astenes era cretense y había ayudado con tropas mercenarias a Demetrio a recon-
quistar su trono. Siendo uobernador de Celesiria, Demetrio le diritre a él esta carta
en favor de los judíos.
— 1764 —
11 33-42
I MACABEOS
11 43-55
rey Demetrio, a Lástenes, su padre,
salad. 33 Hemos decidido favorecer al
pueblo de los judíos, que son nues-
tros amigos y observan lo que es
justo con nosotros ; a causa de la
?>enevolencia que nos han testimo-
niado, 34 les confirmamos en la po-
sesión de los territorios de la Judea
y de los tres distritos de Efraím,
Lidda y Ramataim, con todas sus de-
pedencias, que, desprendidos de Sa-
maría, se incorporar on a Judea. En
favor de todos los que van a ofrecer
sacrificios a Jerusalén hacemos esta
concesión: en lugar de los tributos
(pie el rey percibía antes de ellos ca-
da año, de los frutos de la tierra y
de los árboles. 35 En cuanto a los res-
tantes tributos que nos pertenecen,
diezmos, y tributos que nos pertene-
cen de las salinas, y los correspon-
dientes de las coronas, desde ahora
mismo 30 se los perdonamos todos 3r
no serán derogados estos favores des-
de ahora para siempre. 37 Así, pues,
cuidad de hacer una copia de este
decreto y entregádsela a Jonatás pa-
ra que la coloque en el monte santo
y en lugar visible.»
38 Viendo el rey Demetrio que el
país estaba tranquilo con su domi-
nio y que nada se le oponía, despa-
chó todas sus tropas, cada uno a sus
casas, excepto las tropas extranjeras
que había reclutado en las islas de
las naciones. Por esto se atrajo el
odio de cuantas tropas habían servi-
do a sus padres. 38 Trifón, que había
sido antes de los partidarios de Ale-
jandro, cuando vio que todas las tro-
pas murmuraban contra Demetrio, se
dirigió al árabe Emalcuel, que cria-
ba al niño Antíoco, hijo de Alejan-
dro, 40 instándole para que se lo en-
tregase, a fin de que ocupase el trono
de su padre. Contóle cuanto había
hecho Demetrio y cómo todo su ejér-
cito le aborrecía. Permaneció allí mu-
chos días.
41 Entretanto, envió a pedir Jona-
tás al rey Demetrio que retirase la
guarnición de la ciudadela de Jeru-
salén y de las otras fortalezas, por-
que hacían la guerra a Israel. 43 Res-
pondió Demetrio a Jonatás, dicién- 1
dolé : «No sólo esto te haré a ti y a
tu nación, sino que te elevaré a ma-
yor gloria a ti y a tu nación, cuando
encuentre circunstancias propician
■ Entretanto, harás bien enviándome
hombres a nji socorro, pues todo mi
ejército me ha abandonado.» 44 Jona-
tás envió a Antioquía tres mil hom-
bres de los más valerosos, y se diri-
gieron al rey, quien con su llegada
se alegró. 45 Amotináronse en medio
de la ciudad los habitantes en nú-
mero de ciento veinte mil hombres,
pretendiendo matar al rey. 46 Se re-
fugió el rey en su palacio, mientras
los ciudadanos ocuparon las calles
de la ciudad y comenzaron a comba-
tir.
47 Llamó entonces el rey en su au-
xilio a los judíos, que todos a una
se reunieron junto a él, se desparra-
maron por la ciudad, 4S mataron en
aquel día hasta cien mil, incendia-
ron la ciudad, cogieron rico botín
aquel día y salvaron al rey. 49 Cuan-
do vieron los habitantes que los ju-
díos eran dueños absolutos de la ciu-
dad, decayeron de ánimo, y, supli-
cantes, clamaron al rey, diciendo :
50 «Concédenos la paz y que cesen los
judíos de combatir contra nosotros y
contra la ciudad.» 51 Y depusieron las
armas e hicieron la paz. Con esto,
los judíos consiguieron grande glo-
ria ante el rey y ante todos los de
su reino, y volvieron a Jetusalén con
rico botín.
Otras victorias de Jonatás
52 Sentóse el rey Demetrio en el
trono de su reino, y el país estuvo
tranquilo ante él. " Pero faltó a todo
lo que había prometido, y se enajenó
a Jonatás, .porque no correspondió a
la benevolencia que le había teni-
do, y además le molestaba mucho.
54 Después de esto volvió Trifón, tra-
yendo consigo al joven niño Antío-
cc ; le proclamó rey y ciñóle la dia-
dema. 55 En torno suyo se reunieron
todas las tropas que Demetrio había
licenciado, y combatieron contra és-
te, que fué derrotado y obligado a
** Van a ofrecer sacrificios : todo el versículo es oscuro. Parece que se han per-
dido algunas palabras o que hay que suplir otras.
•* Trifón: personaje muy conocido en la historia profana. Su nombre era Diodoto;
pero por su ambición y crímenes fué llamado, después que llegó al Poder, Trifón
(=el disolutol. || Emalcuel: tomamos la transcripción de la Vulgata. En el texto
griego y en los autores profanos, el nombre se presenta con ortografía muy variada.
- 1765 ~
1 1 56-70
I MACARROS
11 71~12 io
huir. " Trifón se apoderó de los ele-
fantes y dominó Antioquía.
^ 67 Antfoco el joven escribió a Jona-
tás en estos términos : «Yo te con-
firmo en el sumo sacerdocio, v te
constituyo sobre los cuatro territo-
rios, y te concedo ser de los amigos
del rey.» 68 Y le envió vajilla de oro
y un servicio de mesa, otorgándole
el derecho de beber en vasos de oro,
de vestir púrpura y usar hebilla de
oro. M Y a Simón, eu hermano, le
estableció gobernador del país desde
la Escalera de Tiro hasta los confi-
nes de Egipto.
60 Salió luego Jonatás y recorrió el
país del otro lado del río Jordán,
como también las ciudades ; y se le
unieron para combatir con él todas
las tropas de Siria. Vino a Asca-
lón; cuyos habitantes le hicieron un
recibimiento muy honroso. 61 De allí
pasó a Gaza. Los habitantes de Gaza
le cerraron sus puertas, mas él la
asedió e incendió sus arrabales y los
saqueó. 62 Entonces los de Gaza su-
plicaron a Jonatás y éste los otorgó
la paz ; pero tomó en rehenes los
hijos de sus jefes y los envió a Je-
rusalén. Y recorrió así el país hasta
Damasco. 63 Tuvo entonces noticia Jo-
natás de que algunos generales de
Demetrio se hailaban en Cades de
Galilea con numerosa tropa, con la
intención de apartarle de su empre-
sa. M El les salió al paso, dejando
a su hermano Simón en la región.
85 Simón avanzó contra Betsur y la
combatía muchos días, teniéndola
cercada. 66 Le pidieron la paz, que
él les otorgó. Los arrojó de allí y,
apoderándose de la ciudad, puso en
ella una guarnición. 67 Jonatás, con
su ejército, acampó junto a las aguas
de Genesar, y al día siguiente se
puso en marcha de madrugada ha-
cia la llanura de Asor, 08 donde le
salió al encuentro en la llanura el
ejército extranjero, que había pues-
to contra él una emboscada en los
montes. Marcharon a su encuentro
de frente, 80 y los emboscados salie-
ron de sus puestos y trabaron com-
bate. 70 Los de Jonatás huyeron to-
dos, no quedando ni uno solo, a ex-
cepción de Matatías, hijo de Absa-
lón,- y Judas, hijo de Calfi, capitanes
de los ejércitos. 11 Jonatás entonces
rasgó sus vestidos, puso polvo sobre
su cabeza y oró. 72 Volvió luego con-
tra ellos al combate, los derrotó v
puso en fuga. 73 Viendo esto los su-
yos, que huían, se volvieron de nue-
vo a él, y juntos con él los persi-
guieron hasta Cades, donde estaba
su campamento, y aquí acamparon.
™ Perecieron aquel día de los extran-
jeros unos tres mil hombres. Jonatás
se volvió a Jerusalén.
Embajada de Jonatás a Roma y a
Esparta
"I O 1 Viendo Jonatás que las cir-
í£d cunstancias le eran favorables,
escogió algunos hombres y los envió
a Roma, para confirmar y renovar
la amistad con ellos. 2 Y a "los espar-
tanos y a otros pueblos envió tam-
bién cartas en el mismo sentido.
3 Partieron, pues, para Roma, y en-
trando en el Senado, dijeron : «Jo-
natás, el sumo sacerdote, y la nación
de los judíos nos han enviado para
renovar entre nosotros la amistad y
alianza que antes existieron.» 4 Y les
fueron dadas cartas para las auto-
ridades de cada lugar, para que pu-
dieran volver en paz al país de Judá.
6 Esta es la copia de las cartas que
Jonatás escribió a los espartanos :
" «Jonatás, sumo sacerdote ; el sena-
do de la nación, los sacerdotes y el
restante pueblo de los judíos, a los
hermanos de Esparta, salud. 7 Ya en
tiempos pasados fueron enviadas car-
tas a Onías, sumo sacerdote, de par-
te de Ario, que reinó entre vosotros,
en que se decía que sois nuestros
hermanos, como lo certifica la ad-
junta copia. 8 Recibió Onías con ho-
nor al hombre enviado v tomó las
cartas en las que se hablaba clara-
mente de alianza y amistad. • Aun-
que nosotros hada necesitamos de
estas cosas, teniendo como consola-
ción las escrituras santas que están
en nuestras manos, 10 todavía hemos
procurado enviaros quien renueve
con vosotros la fraternidad y amis-
tad para no hacernos extraños a
* Elefantes : asi traducimos el griego ta thería, pues tales eran los animales que
componían el ejército de Demetrio (cf. i, i.S ; 16, 30).
69 I.a Escalera de Tiro : según Josefo (Bell. 2, 10, 2), era asf llamada una alta
montaña que se alzaba al borde del inar, cien estadios al N\ de Tolemaida.
— 1766 —
12
I MACA BEOS
12 26-38
vosotros, pues muchos años han ya
transcurrido desde que nos envias-
teis una embajada. 11 Nosotros, pues,
en todo tiempo nos acordamos ince-
santemente de vosotros en las so-
lemnidades y en los restantes días
sagrados, en los sacrificios que ofre-
cemos y en las oraciones, como es
justo y conveniente acordarse de
sus hermanos. 12 Nos regocijamos de
vuestra gloriosa fama. 13 A nosotros
nos asedian muchas tribulaciones y
muchas guerras, ya que nos comba-
ten los reyes vecinos nuestros. M No
quisimos en estas guerras molesta-
ros a vosotros ni a los demás alia-
dos y amigos nuestros, 15 porque con-
tamos con el socorro del cielo, que
viene en nuestra ayuda ; por lo que
nos hemos librado de los enemigos,
y éstos fueron humillados. M Hemos
elegido, pues, a Numenio, hijo de
Antíoco, y a Antípatro, hijo de Ja-
són, y los enviamos a los romanos
para renovar con ellos la antigua
amistad y alianza, " y les hemos da-
do el encargo de ir a vosotros y sa-
ludaros y entregaros nuestras car-
las concernientes a la renovación de
nuestra fraternidad. 18 Y ahora nos
haréis un favor contestándonos so-
bre esto.»
79 Esta es la copia de las cartas
enviadas a Onías : 20 «Ario, rey de
los espartanos, a ünías, sumo sacer-
dote, salud : 21 Se ha encontrado en
un documento escrito sobre los es-
partanos y judíos que ambos son
hermanos y que son del linaje de
Abraham. 23 Ahora, desde que esto
sabemos, nos daréis gusto escribién-
donos si gozáis de paz. 23 Nosotros,
a la vez, os responderemos. Vuestro
ganado y vuestra hacienda son nues-
tros, y lo nuestro, vuestro es. Y es-
to es lo que les encargamos que os
digan.»
s Supo Jonatás que los generales
de Demetrio habían vuelto para ata-
carle con tropas mayores que antes,
25 y salió de Jerusalén a su encuen
tro a la región de Emat, porque no
quiso darles tiempo para invadir su
tierra. 26 Envió exploradores al cam-
pamento enemigo, quienes al volver
les anunciaron que tenían orden de
caer por sorpresa sobre ellos duran-
te la noche. 27 Así que se puso el
sol, Jonatás mandó a los suyos vigi-
lar y estar sobre las armas durante
la noche, preparados para la bata-
lla, y destacó centinelas avanzados
alrededor del campamento. 28 Pero
los enemigos, habiendo sabido que
Jonatás y los suyos estaban prepara-
dos para el combate, temieron, de-
cayeron de ánimo, encendieron ho-
gueras en su campamento y huye-
ron. 29 Jonatás y los suyos no 6e
apercibieron hasta la madrugada,
pues veían las hogueras encendidas.
30 Los persiguió Jonatás; pero no los
alcanzó, porque habían atravesado
el río Eleutero. 81 Entonces volvió
sus armas Jonatás contra los árabes
llamados zabadeos, los derrotó y to-
mó sus despojos. 62 Poniéndose de
nuevo en marcha, avanzó hacia Da-
masco, atravesando toda la región.
33 Simón, por su parte, se puso en
marcha y avanzó hasta Ascalón y
las próximas fortalezas ; luego se di-
rigió a Jope y la tomó, 54 porque ha-
bía sabido que los ciudadanos que-
rían entregar la fortaleza a los par-
tidarios de Demetrio, y puso allí
una guarnición para custodiarlo.
M Vuelto Jonatás, reunió a los an-
cianos del pueblo y decidió con ellos
edificar fortalezas en Judea, 66 alzar
las murallas de Jerusalén y levantar
un alto muro entre la ciudadela y
la ciudad, a fin de separar aquélla
de ésta y que quedase aislada, sin
que pudiesen comprar ni vender.
3' Habiéndose reunido los obreros
para construir la ciudad, se vino al
suelo un trozo del muro que da al
valle, hacia oriente, y se restauró la
parte llamada Cafenata. M Simón edi-
ficó también Adida, en la Sefela, y
la fortificó con puertas y cerrojos.
-j O * Emat : región sobre el Orantes. I.a ciudad de Emat daba el nombre a todo
el distrito.
M Encendieron hogueras : es una estratagema con que disimular la retirada y no
ser alcanzados en la huida. Las palabras «y huyeron» faltan en muchos códices grie-
gos y en la Vulgata ; pero están en otros códices, y por lo menos parece deben
sobreentenderse.
31 Zabadeos : no se halla otra mención de esta tribu árabe.
31 Se vino ai. suelo : escogemos esta lección del códice alejandrino y la Vulgata
como más coherente. Otros tienen eggiscn (=se acercó). Se pudiera también traducir
en pluscuamperfecto : habia caído, quizás desde el tiempo de Antíoco.
- 1/67 -
12 39-53
I MACABEOS
13 1-M
Muerte de Jonatás
m Trifón aspiraba a reinar sobre
Asia y ceñirse la diadema quitando
la vida al rey Antíoco. 40 Pero, te-
miendo que Jonatás no le dejase y
le declarase la guerra, buscaba el
medio de apoderarse de él y matar-
lo. Se puso en camino y marchó a
Retsán. "Salió a su encuentro Jona-
tás con cuarenta mil hombres, gue-
rreros escogidos, y marchó sobre Bet-
sán. 42 Cuando Trifón vió que Jona-
tás venía con tan numeroso ejército
temió poner sus manos sobre él, 43 le
recibió honrosamente, le introdujo
a todos sus amigos y le ofreció pre-
sentes, ordenando a sus amigos y a
sus tropas que le obedeciesen como
a él mismo. 44 Dijo luego a Jonatás :
«¿ Por qué has molestado a todo el
pueblo no habiendo guerra entre
nosotros ? 46 Despáchalos, pues, a sus
casas, escogiéndote unos pocos para
acompañarte, y ven conmigo a To-
lemaida. Te la entregaré, así como
las demás fortalezas, muchas tropas
y los oficiales reales. Luego me vol-
veré, pues sólo para esto he venido.»
48 Jonatás le creyó e hizo lo que
le decía, licenciando a sus tropas,
que se volvieron a la tierra de Judá.
4' Retuvo consigo tres mil hombres,
de los que envió dos mil a Galilea y
mil le acompañaron. 48 Apenas en-
tró Jonatás en Tolemaida, cuando
los habitantes cerraron las puertas,
le prendieron a él y a cuantos le
acompañaban y los pasaron por la
espada. 49 Luego Tritón envió fuer-
zas y caballería a la Galilea y a la
gran llanura para aniquilar a todos
los partidarios de. Jonatás. 60 Supie-
ron que había sido preso y muerto
Jonatás y los que le acompañaban,
y se animaron mutuamente, salien-
do en formación, prontos para com-
batir. " Viendo los que les perse-
guían que estaban decididos a de-
fender su vida, se volvieron.
" Así se fueron todos, sin ser in-
quietados, a la tierra de Judá, y llo-
raron a Jonatás y a sus compañeros!
Un, gran temor se apoderó de ellos,
y todo Israel hizo gran duelo. K En-
tonces todas las naciones circunve-
cinas buscaban aniquilarlos, pues de-
cían : «No tienen caudillo ni quien
los socorra ; luchemos, pues, ahora
contra ellos y borremos su memoria
de entre los hombres.»
Elevación de Simón
I O 1 Supo Simón que había con-
J-_ gregado Trifón un numeroso
ejército para atacar la tierra de Ju-
dá y asolarla ; 2 y viendo el pueblo
espantado y tímido, subió a Jerusa-
lén y convocó al pueblo. 8 Los exhor-
taba diciéndoles : «Vosotros mismos
sabéis lo que yo, mis hermanos y la
casa de mi padre hemos hecho en
favor de las leyes y el santuario,
las guerras y las apreturas que he-
mos soportado. 4 Por esta causa pe-
recieron todos mis hermanos en fa-
vor de Israel y he quedado yo solo.
5 Y ahora líbreme Dios de rehuir el
peligro de mi vida en algún tiempo
de tribulación, pues no valgo yo
más que mis hermanos; " antes bien,
quiero tomar la defensa de mi na-
ción y del santuario, de nuestras
mujeres e hijos, ahora que por odio
se han unido todas las naciones pa-
ra destruirnos.» ' Al oír estas pala-
bras se enardeció el espíritu de su
pueblo, 8 y a grandes voces respon-
dieron diciendo : «Tú eres nuestro
caudillo en lugar de Judas y de Jo-
natás, tu hermano. * Combate nues-
tras batallas y haremos cuanto nos
digas.»
lu Reunió Simón todos los hombres
guerreros ; se dió prisa a terminar
las murallas de Jerusaléu, que que-
dó fortificada en derredor. 11 Envió
a Jonatás, hijo de Absalón, con fuer-
zas considerables a Jope y, echando
de allí a los habitantes," moró en
ella. "Trifón salió de Tolemaida
con un numeroso ejército para in-
vadir el país de Judá, conduciendo
consigo a Jonatás prisionero. a Si-
món acampó en Adida, frente a la
llanura.
14 Cuando supo Trifón que había
tomado el mando Simón en lugar de
su hermano Jonatás y que se dispo-
nía a entablar batalla, le envió men-
sajeros "diciendo: «Hemos aprisio-
nado a tu hermano Jonatás por cau-
sa de la deuda que tenía con el te-
soro real en los cargos que desem-
13
"Considerables: literalmente , suficientes (Humen). La Vulaata traduce fuei-
zas nuevas, leyendo kaínen.
- l7éi —
13 !6-29
I MACABEOS
13 30-42
peñaba. 16 Envía, pues, cien talentos
de plata y a dos de sus hijos como
rehenes, no sea que al ser libertado
se vuelva contra nosotros, y lo de-
jaremos ir.» 17 Aunque comprendió
Simón que le hablaban dolosamen-
te, envió el dinero y los dos niños,
por no levantar contra sí una gran
enemistad del pueblo, que dirían :
1S «Porque no ha enviado el dinero
v los niños, por esto pereció Jona-
tás.v 19 Envió, pues, los niños y los
cien talentos ; pero Trifón faltó a la
palabra y no dejó libre a Jonatás.
20 Emprendió luego Trifón la mar-
cha para invadir la ciudad y devas-
tarla. Hizo un rodeo para ir a Ado-
ra ; pero Simón, con su tropa, se le
oponía a su paso dondequiera que
él caminaba. 21 Los de la ciudadela
de Jerusalén enviaron mensajeros a
Trifón, dándole prisa para que vi-
niese por el desierto y les trajese ví-
veres. " Dispuso Trifón toda su ca-
ballería para llegar aquella noche
a auxiliarlos, pero cayó mucha nie-
ve y no pudo llegar a causa de la
nieve. Partió y llegó a Galaad, 23 y
al acercarse a' Bascama dió muerte
a Jonatás, que fué enterrado allí.
Dió Trifón la vuelta y se marchó
a su país.
25 Mandó Simón recoger los restos
de su hermano Jonatás y le dió se-
pultura en Modín, la ciudad de sus
padres. 20 Todo Israel hizo por él un
tiran duelo y le lloró por muchos
días. 21 Construyó Simón sobre el se-
pulcro de sus padres y hermanos
un mausoleo alto, para ser visible
desde lejos, con piedras pulidas por
delante y por detrás. 28 Y levantó
siete pirámides, una enfrente de
otra, dedicadas a su padre, a su ma-
dre y a sus cuatro hermanos. 29 Y
les puso adornos, rodeándolas de
grandes columnas y colocando sobre
las columnas panoplias para eterno
recuerdo; y al lado de las panoplias,
navios esculpidos que pudieran ser
vistos por todos los que navegan por
el mar. °" Este es el sepulcro que le-
vantó en Modín y que subsiste has-
ta el día de hoy. " Trifón, proce-
diendo dolosamente con el joven rey
Antíoco, le mató ; 32 reinó en su lu-
gar y se ciñó la diadema del Asia,
causando así una gran calamidad
sobre el país.
Simón obtiene la libertad del
pueblo
33 Simón construyó las fortalezas
de Judea, rodeándolas de torres ele-
vadas y grandes muros, con puertas
y cerrojos, y proveyó a las fortalezas
de vituallas. 31 Escogió Simón algu-
nos hombrea y los envió al rey De-
metrio para que concediera al país
la remisión de los tributos, por
cuanto todos los actos de Trifón ha-
bían sido un latrocinio. 35 El rey De-
metrio le hizo responder en confor-
midad con estas palabras y le escri-
bió la carta siguiente : 36 tEl rey De-
metrio a Simón, sumo sacerdote y
amigo de los reyes, y a los ancia-
nos y a la nación de los judíos, sa-
lud. 37 Hemos recibido la corona de
oro y la palma que habéis enviado,
y estamos pronto a hacer con vos-
otros una paz completa y a escribir
a los intendentes reales que os per-
donen las deudas. 33 Todo cuanto he-
mos establecido respecto a vosotros
quede estable, y sean vuestras las
fortalezas que habéis construido.
39 Os perdonamos también los olvi-
dos y las ofensas cometidas hasta el
día de hoy y la corona que debéis,
y si algún otro tributo se cobraba
en Jerusalén, ya no se cobre. 40 Si
algunos de vosotros estáis dispues-
tos a alistaros entre los nuestros,
alístense y haya paz entre nosotros.»
41 El año ciento 6etenta se le le-
vantó a Israel el yugo de los genti-
les, 42 y comenzó el pueblo de Israel
a Bascama : lugar desconocido. No se menciona nunca más. || Fué enterrado: la
Vulgata, en vez de estas palabras, pone ty sus hijos». Pero en el v. 25 se Habla sólo
de los restos de Jonatás.
28 Siete pirámides : evidentemente hizo edificar para sí la séptima anticipadamente.
30 Hasta ei. día de hoy : los escritores antiguos (Josefo y Eusebiol hablan de este
sepulcro, que perduraba en su tiempo. Hoy se han hecho indagaciones arqueológicas
interesantes y muchos estudios sobre el tal sepulcro.
37 La PALMA : sin duda, de oro. Era símbolo de victoria, y más en el que llevaba
por sobrenombre Nicátor. La Vulgata pone la nalabra ininteligible bahem, que mu-
chos suponen una transcripción imperfecta del griego bain.
r: ASO primero : se comienza, pues, una nueva era. Se han conservado monedas
judias con números de años, que se creen relativos a esta era.
-1769-
13 43-54
I MACABEOS
14 1-12
a encabezar así las escrituras y con-
tratos : «Año primero de Simón,
gran -pontífice, capitán y caudillo de
los judíos.» 43 En aquellos días mar-
chó Simón contra Guézer, cercándo-
la con sus tropas ; construyó má-
quinas de asedio y las arrimó a la
ciudad, abriendo brecha y apoderán-
dose de una de ias torres. 44 Inva-
dieron la ciudad los que estaban en
la máquina de asedio, produciéndo-
se en la ciudad una gran conmoción.
45 Los habitantes subieron al muro
con sus mujeres e hijos, rasgadas
las vestiduras, y a grandes voces
clamaban a Simón pidiendo que hi-
ciese la paz con ellos, 49 y decían :
«No nos trates según nuestra mal-
dad, sino según tu misericordia.»
47 Simón se aplacó con ellos y no
los combatió más ; pero los expulsó
de la ciudad, purificó las casas en
que había ídolos, y así hizo su en-
trada en ella entre himnos y bendi-
ciones. 48 Echó de ella toda impure-
za, estableció en ella varones obser-
vantes de la ley, la fortificó y se
construyó en ella una habitación.
49 Los de la ciudadela de Jerusalén
no podían salir a la región para
comprar o vender y pasaban gran-
de escasez, -pereciendo de hambre
un número considerable de ellos.
6" Clamaron a Simón, pidiéndole la
capitulación, y él se la otorgó, echán-
dolos de allí y purificando la ciuda-
dela de inmundicias. " Entró en ella
el día veintitrés del mes segundo
del año ciento setenta y uno, con
cantos de alabanza, palmas y acom-
pañamiento de cítaras, címbalos y
arpas, con himnos y cánticos, por-
que había sido exterminado un gran
enemigo de Israel. 12 Estableció que
cada año se solemnizara este día.
13 Fortificó la montaña del santua-
rio, próxima a la ciudadela, y habi-
tó allí él con los suyos. " Viendo
Simón que Juan, su hijo, era hom-
bre valeroso, le puso como caudillo
de todas las tropas, con residencia
en Guézer.
El reinado de Simón
"l A 1 El año ciento setenta y dos
-"-^ reunió el rey Demetrio sus
tropas y pasó a la Media para reco-
ger socorros con que hacer la ^tu-
rra a Trifón. 2 Supo Arsaces, rev de
Persia y Media, que Demetrio ha-
bía entrado en sus territorios, y
mandó a uno de sus generales para
cogerle vivo. 3 Partió éste, y habien-
do derrotado el ejército de Deme-
trio, lo prendió y lo condujo a Arsa-
ces, quien le encarceló.
4 Disfrutó de tranquilidad la tie-
rra de Judá toda la vida de Simón y
se esforzó en obtener la prosperidad
de su nación ; fué grato su gobier-
no y gozó de fama todos sus días.
6 Y añadió a toda esta gloria la to-
ma de Jope como puerto que le
abriese la entrada a las islas del
mar. 6 Extendió los territorios de su
nación y dominó en el país. 'Reco-
gió muchos prisioneros, se adueñó
de Guézer, de Betsur y de la ciuda-
dela. Quitó de ella las impurezas y
no hubo quien se le opusiera. 8 Cada
uno cultivaba en paz su tierra, y la
tierra daba sus productos, v los ár-
boles del campo su fruto. 4 Los an-
cianos todos, sentados en las plazas,
hablaban de la prosperidad de su
tierra, y los jóvenes vestían como
adorno honroso el traje militar.
10 Distribuyó víveres por las ciuda-
des, y las proveyó de instrumentos
de defensa, hasta el punto de que
llegó la fama de su nombre glorioso
a los extremos de la tierra. 11 Consi-
guió la paz en toda la tierra y gozó
Israel de gran alegría. " Cada uno
se sentaba bajo su parra o su higue-
ra, y no había quien les inspirase
• GuÉZER : serias razones (cf. 14, 7. 34; 15, 28) aconsejan esta lección, contra el
texto griego, que pone Gaza. || Máquinas de asedio : en griego heWpolis; eran gran-
des torres rodadas de reciente invención.
BJ Se solemnizara esie día : las fiestas se establecían ordinariamente con ocasión
de aliíuna gran liberación. Esta fiesta debió de durar poco, pues en los documentos
posteriores no se menciona.
-i A - Arsaces : muchos reyes partos llevaron este nombre. Se trata aquí de Arsa-
J-^t ees VI.
4 Disfrutó : el elogio, bellísimo, que se hace de Simón es en gran parte rítmico.
Pero no es el paralelismo siempre tan claro en el elogio para que nos atrevamos
a darle tipográficamente forma poética.
B Islas del mar : esta frase significa en la Biblia los países oocideutalc-s.
14 13-26
I MACABEOS
14 27-M
temor. 13 Va no había en la tierra
quien les hiciese la guerra, y reyes
enemigos fueron exterminados en
aquellos días. " Sostuvo a todos los
desvalidos de su pueblo, se mostró
celoso de la ley e hizo desaparecer a
todos los impíos y malvados. 15 De-
volvió la gloria del santuario y mul-
tiplicó los vasos sagrados.
16 Cuando llegó a Roma y a Espar-
ta la noticia de la muerte de Jona-
tás, se dolieron mucho ; 17 pero al
saber que Simón, su hermano, era
el sumo sacerdote en su lugar y que
dominaba la región y sus ciudades,
15 le escribieron en tablas de bronce
para renovar con él la amistad y
alianza que antes habían hecho con
Judas y Jonatás, sus hermanos. 19 Las
cartas fueron leídas en la asamblea
del pueblo de Jerusalén. Esta es la
copia de las cartas que enviaron los
espartanos :
* «Los príncipes de los espartanos
y la ciudad a Simón, gran sacer-
dote ; a los ancianos, a los sacer-
dotes y al resto del pueblo de los
judíos, sus hermanos, salud. 21 Los
mensajeros enviados a nuestro pue
blo nos han hablado de vuestra glo-
ria y honor, y nos hemos alegrado
con su llegada. " Hemos consignado
por escrito en las deliberaciones del
pueblo lo que ellos nos han dicho,
a saber : Xumenio, hijo de Antíoco,
y Antípatro, hijo de Jasón, legados
de los judíos, han llegado a nos-
otros para renovar nuestra amistad.
23 -Agradó al pueblo recibir honrosa-
mente a los mensajeros y colocar
una copia de sus discursos entre los
registros públicos, para que el pue-
blo espartano lo conserve en la me-
moria. Y hemos hecho escribir esta
copia para Simón, sumo sacerdote.»
31 Después de estos sucesos envió
Simón a Numenio a Roma con un
escudo grande de oro de mil minas
de 'peso, para renovar la alianza con
ellos.
26 Cuando el pueblo escuchó tales
cosas, se dijeron : «¿ Cómo corre*
ponderemos con hacimiento de gra-
cias a Simón y a sus hijos? 26 Porque
han mostrado valor, y tanto él como
sue hermanos y toda la casa de su
padre han combatido y rechazado a
los enemigos de Israel y le han ase-
gurado la libertad.» Y grabaron es-
to en placas de bronce, que colgaron
a una columna del monte Sión. " Es-
ta es la copia de la escritura : «El
día dieciséis del mes de Elul del
año ciento setenta y dos, año tercero
del sumo pontificado de Simón, en
Saramel, 28 en la gran asamblea de
los sacerdotes y pueblo, de los prín-
cipes de la nación y ancianos de la
región, se nos hizo saber esto : En
los muchos combates que ha pre
senciado nuestra región, 23 Simón,
hijo de Matatías, de entre los des-
cendientes de Jarib, así como sus
hermanos, se expusieron al peligro
y han resistido a los enemigos de su
nación para que quedase en pie su
santuario y la ley ; y así adquirie-
ron grande gloria para su pueblo.
50 Jonatás congregó su nación y fué
sumo sacerdote hasta que se reunió
con los difuntos de su pueblo. 31 Qui-
sieron luego sus enemigos invadir
su tierra, devastarla y extender sus
manos contra el santuario ; 32 pero
entonces se levantó Simón y com-
batió por su nación, y con grandes
expensas propias armó a los hom-
bres valientes de su nación y les pa-
gó la soldada. 33 Fortificó las ciuda-
des de Judea y Betsur, situada en
la frontera de Judea, donde se en-
contraban antes las armas de los
enemigos. Puso allí guarnición de
tropas judías ; 31 fortificó a Jope,
situada junto al mar, y a- Guézer,
en los confines de Azoto, en la que
antes habitaban los enemigos, y es-
tableció allí judíos y los proveyó de
todo lo necesario para su defensa
35 Viendo el pueblo la conducta de
Simón y la gloria que pretendía dar
a su nación, le constituyeron su cau-
dillo y sumo sacerdote en premio de
haber realizado todo esto y por la
justicia v fidelidad que mantuvo con
su nación, buscando por todos los
medios ensalzar a su pueblo. 36 Du-
rante su -vida, todo prosperó en sus
manos y los gentiles fueron arroja-
dos del país que ocupaban, así como
los que ocupaban Jerusalén, la ciu-
31 Elül : es el sexto mes del año y corresponde próximamente a septiembre. II
En SARAMEL : significación y localización incierta. Por esto alsrunos, leyendo con la
Vuljíata Asaramel, que puede descomponerse en hatsar-am-tl : el atrio del pueblo
de Dios, dan un sentido local. Otros lo interpretan de un título: sar-am-cl: principe
del pueblo de Dios.
14 37-47
I MACABEOS
14 48—15 I»
dad de David, donde se habían he-
cho^ una ciudadela, desde la que
hacían salidas profanando los con-
tornos del santuario y ultrajando
grandemente su santidad. 37 Estable-
ció en ella judíos, la fortificó, para
seguridad de la región y de la ciu-
dad, y elevó más las murallas de
Jerusalén. 38 Por esto, el rey Deme-
trio le confirmó en el sumo sacer-
docio, 38 y le declaró del número de
sus amigos, y le otorgó los mayores
honores, 40 pues se supo que los ro-
manos habían llamado a los judíos
amigos, aliados y hermanos y que
habían acogido con honor los lega-
dos de Simón ; a que los judíos y
sace/dotes habían aprobado que Si-
món fuese caudillo y sumo sacer-
dote por siempre, hasta que apa-
reciera un profeta digno de fe, 43 y
que fuese su caudillo ; que tenga
cuidado del santuario ; que institu-
ya oficiales de obras públicas para
administración del país y cuidado
de las armas y de las fortalezas ;
43 que tenga cuidado de las cosas sa-
gradas ; que sea por todos obedeci-
do ; que se inscriban en su nombre
todos los documentos públicos del
país y que vista púrpura y la fíbula
de oro. 44 A nadie será permitido,
ora del pueblo, ora de los sacer-
dotes, rechazar alguna de estas dis-
posiciones, ni contradecir alguna or-
den dada por él, ni convocar en la
región asambleas sin su permiso, ni
vestir la púrpura, ni llevar fíbula de
oro. 40 El que obre contra estas dis-
posiciones o violare alguna de ellas
será reputado reo.
46 A todo el pueblo agradó confe-
rir a Simón el poder de obrar confor-
me a este decreto. 47 Aceptó Simón ;
mostró agrado de cumplir las fun-
ciones del sumo sacerdocio y de ser
su caudillo y etnarca de los judíos y
de los sacerdotes, ejerciendo la su-
prema autoridad.»
48 Decidieron que este documento
se escribiese en láminas de bronce,
y que éstas se pusiesen en el pórti-
co del templo en sitio visible, y que
se depositase una copia de ellas en
el gazofilacio, a disposición de Si-
món y sus hijos.
Alianza de Antíoco VII Sidetes con
Simón
i r 1 Antíoco, hijo del iey Déme-
trio, envió desde las islas del
mar cartas a Simón, sumo sacerdote
y etnarca de los judíos, y a toda la
nación. 2 Y eran las-cartas del tenor
siguiente: «El rey Antíoco a Simón,
sumo sacerdote y etnarca, y a la na-
ción de los judíos, salud.' 3 Puesto
que algunos malvados se han apo-
derado del reino de nuestros pa-
dres, quiero recobrar el reino para
restablecerlo tal y como estaba an-
tes. He reunido, pues, tropas nume-
rosas y he equipado naves de gue-
rra. 4 Quiero desembarcar en la re-
gión para perseguir a los que han
arruinado nuestro país y asolado
muchas ciudades de este reino. 6 Te
confirmo, pues, todas las exenciones
de tributos que te han hecho los re-
yes mis predecesores y todas las
otras donaciones que te han conce-
dido. e Te concedo acuñar moneda
propia para tu región ; 7 que Jerusa-
lén y el templo sean libres ; que
queden en tu poder todas las arma<
que has fabricado y las fortalezas
que has edificado y posees ; B que
toda la deuda al tesoro real, actual
o futura, te sea condonada desde
ahora y para siempre. 9 Y cuando en-
tremos en posesión de nuestro rei-
no, te honraremos a ti y a tu nación
y al templo con tanta magnificen-
cia, que vuestra gloria se manifes-
tará por toda la tierra.»
10 El año ciento setenta y cuatro,
« Profeta digno de fe : parece aludirse al Mesías, cuya venida hablan anunciado
como cercana varios profetas (Mal., Ean.). Con todo, la frase puede ser más general,
de cualquier profeta verdadero.
47 Etnarca : la etimología (= jefe de la nación! y el significado de esta palabra
se vino con el tiempo a restringir a los príncipes vasallos, como, v. gr., Arquelao.
" (íazofilacio : tesoro del templo, donde quedarían también archivados, como se
v*, los documentos importantes. Serviría, pues, a la vez de archivo.
-| pr 1 Antíoco : es Antíoco VII Sidetes, así llamado por la ciudad Side de Panfilia,
desde donde fué elevado al trono. Reinó de 139 a 128 a. de C. Parece que en
el v. 2 (no en el 1 de la Vulgata) se llama rey por anticipación, o porque se arrogó
en seguida funciones reales.
* Algunos malvados : parece aludir enérgicamente a Trifón.
— 1772 —
15 u-23
I MACABEOS
15 24-SÍ
Antíoco se puso en marcha hacia el
país de sus padres, y todas las tro-
pas se le unieron a él, de suerte que
pocas le quedaron a Trifón. 11 Per-
seguido éste por el rey Antíoco, vi-
no huyendo hasta Dora marítima.
Pues sabía que se le venían enci-
ma calamidades y que las tropas le
habían abandonado. 13 Acampó An-
tíoco delante de Dora con ciento
veinte mil combatientes y ocho mil
de caballería. H Puso sitio a la ciu-
dad, v algunas naves se le acerca-
ban desde el mar, con lo que estre-
chó la ciudad por tierra y por mar
v no 'permitió que nadie saliese o
entrase.
Los romanos, en favor de los judíos
18 Entonces llegó de Roma Nume-
nio v los que le acompañaban, tra-
yendo cartas para los reyes y re-
giones, escritas al tenor siguiente :
" «Lucio, cónsul de los romanos, al
rey Tolomeo, salud. " Han venido a
nosotros embajadores de los judíos
como amigos y aliados nuestros, en-
viados por Simón, sumo sacerdote,
v por el pueblo de los judíos, para
renovar la antigua amistad y alian-
za. 18 Han traído un escudo de oro
de mil minas. 18 Por esto nos pareció
bien escribir a los reves_ y regiones
que no les causen ningún daño, ni
¡os ataquen a ellos ni a sus ciuda-
des o su país, ni presten auxilio a
quienes les hagan la guerra. 20 Nos
pareció bien recibir de ellos el escu-
do. "Si, pues, algunos malvados, es-
capando del país de eHos, se refu-
giaren entre vosotros, entregadlos a
Simón, sumo sacerdote, para que los
castigue según su lev.» 22 Lo mismo
escribieron al rey Pemetrio, a Ata-
lo, a Ariarates, a Arsaces 23 v a to-
dos los países, a Lampsaco, a los
espartanos, a Délos y a Mindo, a Si-
ción, a Caria, a Santos, a Panfilia,
a Licia, a Halicarnaso, a Rodas, a
Fasélida, a Coo, a Side, a Arados, a
Gortina, a Gnido, a Chipre y a Ci-
rene. M Y escribieron una copia de
estas cartas para Simón, sumo sacer-
dote.
Lucha con Antíoco
26 El rey Antíoco, pues, acampó
enfrente de Dora y la estrechó, y
construyó por segunda vez más y
más maquinas de guerra, cercando
a Trifón de fotma que no podía en-
trar ni salir. 26 Simón le envió en su
ayuda dos mil hombres escogidos
v plata y oro y muchas alhajas.
* Pero él no quiso recibirlo ; antes
bien, revocó todo cuanto había pac-
tado antes con él y se le mostró ad-
verso. 28 Entonces le envió a Ateno-
bio, uno de sus amigos, para confe-
renciar con él y decirle : «Vosotros
ocupáis Jope, Guézer y la fortaleza
de Jerusalén, que son ciudades de
mi reino ; 28 habéis asolado sus al-
rededores y causado un gran daño
al país y os habéis adueñado de mu-
chos lugares de mi reino. '"Ahora,
pues, entregad las ciudades que ha-
béis tomado y los tributos de las lo-
calidades en que domináis, fuera de
los confines de la Judea ; 31 si no lo
hacéis, pagad en compensación qui-
nientos talentos de plata, y por los
estragos causados y por los tribu-
tos de las ciudades percibidos, otros
quinientos talentos ; de lo contrario,
iremos a haceros la guerra.»
32 Al llegar Atenobio, el amigo del
rey, a Jerusalén, vió el esplendor de
Simón, sus armarios de vajilla de
oro y plata y el gran aparato, y que-
dó sorprendido. Les anunció eí men-
saje del rey, 33 y respondióle Simón :
«Ni hemos tomado tierra ajena, ni
nos hemos apropiado bienes ajenos,
sino la herencia de nuestros padres,
que fué durante algún tiempo injus-
" Vino huyendo hasta Dora : la tiranía ríe Trifón le malquistó con sus soldad"-,
> se vió desampararlo. Un historiador antiguo nos ha contarlo que Trifón echaba pi< za-
de plata a lo largo del camino para retardar la marcha de los enemigos. || Don* .:
está a la orilla del Mediterráneo, entre Cesárea y el Carmelo.
28 El. rey Antíoco : como se ve, se reanuda la narración del sitio de Dora, después
del paréntesis ívv. 15-24) en que se nos copia el documento de los romanos en favor
de los judíos.
31 Quinientos talentos de PLATA : algo más de cuatro millones de francos si se
trata de talentos hebreos ; el talento griego valía sólo la mitad.
35 El esplendor : se ve que Simón había adoptado toda la pompa y magnificencia
característica de las cortes orientales.
— 1773 —
15 34-16 5
I MACABEOS
16 6-16
tamente poseída por nuestros enemi-
gos. ** Aprovechando la ocasión fa-
vorable, hemos recobrado la heren-
cia nuestra y de nuestros padres.
35 Reclamas a Jope y Guézer ; estas
ciudades hacían al pueblo y a nues-
tro país gran daño : por ellas os da-
remos cien talentos.» Atcnobio no
respondió ni palabra, 36 sino que se
volvió furioso al rey y le anunció
estas palabras de Simón, su magni-
ficencia y todo lo que había visto.
Enfadóse el rey con gran cólera.
87 Trifón, empero, subiendo a una
nave, huyó a Ortosias. 38 El rey nom-
bró a Cendebeo comandante del lito-
ral y le dió fuerzas de infantería y
caballería. 30 Le ordenó acampar en-
frente de Judea, edificar a Cedrón
y asegurar sus puertas y hostigar al
pueblo de Israel. El rey se fué per-
siguiendo a Trifón.
40 Cuando Cendebeo llegó a Yam-
nia, comenzó a irritar al pueblo e
invadir la Judea, haciendo prisione-
ros y matando. Edificó a Cedrón,
" y colocó allí caballería y tropas de
infantería para hacer incursiones por
los caminos de la Judea, como se lo
había ordenado el rey.
i r 1 Subió Juan de Guézer y anun-
ció a su padre Simón lo que
Cendebeo hacía. 2 Llamó entonces Si-
món a sus dos hijos mayores, Judas
y Juan, y les dijo : «Yo y mis her-
manos y la casa de mi padre hemos
combatido los enemigos de Israel
desde nuestra juventud hasta el día
de hoy, y con tal prosperidad actua-
mos, que obtuvimos varias veces la
liberación de Israel. 3 Ahora yo soy
viejo ; pero vosotros, por gracia de
Dios, estáis en edad conveniente ;
tomad mi puesto y el de mi hermano
y salid a luchar por nuestra nación ;
el auxilio del cielo os acompañe.
4 Escogió entonces en el país vein-
te mil combatientes y jinetes, que
partieron contra Cendebeo, pernoc-
tando en Modín. e Levantándose muy
de mañana, avanzaron hacia la lla-
nura, y he aquí que un numeroso
ejército de infantería y caballería
les salía al encuentro. Un torrente
había en medio de ellos. * Acampó
enfrente a ellos Juan con su pueblo;
y advirtiendo que el pueblo temía
atravesar el torrente, lo atravesó él
el primero ; y al verlo sus hombres,
lo atravesaron detrás de él.
' Dividió su pueblo en dos cuer-
pos; puso los jinetes en medio de los
infantes, pues la caballería de los
contrarios era numerosísima. 8 Reso-
naron las trompetas, y Cendebeo y
su ejército echaron a huir, cayendo
muchos de ellos heridos de muerte
y refugiándose los restantes en la
fortaleza. 0 Entonces fué herido Ju-
das, el hermano de Juan ; pero Juan
los persiguió hasta llegar a Cedrón,
que Cendebeo había fortificado, 10 y
huyeron hasta las torres del campo
de Azoto ; Juan la dió al fuego...
Sucumbieron de los enemigos hasta
tres mil hombres y volvió Juan fe-
lizmente a la Judea.
Muerte de Simón
11 Tolomeo, hijo de Abubos, gober
nador militar de la llanura de Jeri-
có, tenía mucha plata y oro, 12 pues
era yerno del sumo sacerdote. " Su
corazón se enorgulleció tanto, que
quiso dominar en la región, para lo
cual meditaba quitar a traición la
vida a Simón y a sus hijos. 14 Ins-
peccionaba Simón las ciudades del
territorio, para proveer a sus nece-
sidades, y bajó a Jericó con Matatías
y Judas, sus hijos, el año ciento se-
tenta y siete, en el mes undécimo,
que es el mes Sabat. 15 Los recibió
el hijo de Abubos con dolo en una
fortaleza pequeña llamada Doc, que
él había construido. Les dió un gran
festín, pero ocultó allí algunos hom-
bres. Cuando Simón y sus hijos
estuvieron bebidos, se levantó Tolo-
meo con sus hombres, y tomando
sus armas, se precipitaron sobre Si-
món en la sala del banquete, ma-
tándole a él, a sus hijos y a algunos
31 Oriosias : ciudad marítima de la costa fenicia, que debfa de estar entre Trípoli
y el río Eleutero.
1 R J KsT*IS EN edad conveniente : frase que omite la Vulnata, Literalmente, pone
-LO el ^rieco : tenéis bastantes años, es decir, para ser varoniles y poder luchar por
14 Sabat : enero-febrero.
» Doc : NO. de Jericó ; sus ruinas son objeto de estudio.
— 1774 —
16 17-21
I MACABEOS
16 22-24
de sus servidores : " cometiendo así
una gran traición, devolviendo mal
por bien.
18 Luego escribió Tolomeo al rey
Antíoco Sidetes esto y le pidió que
le enviase tropas en su auxilio, a
fin de entregarle el país y las ciu-
dades de los judíos. 19 Envió otros
mensajeros a Guézer para que se
apoderasen de Juan, y expidió car-
tas a los generales, convocándoles
junto a sí para darles plata, oro y
regalos. 20 Mandó otros que tomasen
Jerusalén y el monte del templo.
** Pero un mensajero 6e adelantó co-
rriendo a comunicar a Juan, en Gué-
zer, que había sido asesinado su pa-
dre y sus hermanos, y añadió : «Ha
mandado asesinos ipara matarte.»
* Quedó completamente fuera de sí
al oír esto ; y prendiendo a los hom-
bres que venían para hacerle pere-
cer, los mató, pues sabía que inten-
taban matarle.
53 Los demás sucesos de Juan, sus
guerras, las hazañas que realizó, la
construcción de muros que levantó
y sus obras todas, M he aquí que es-
tán escritas en el libro de los anales
de su pontificado, a partir del día
en que fué hecho sumo sacerdote
después de su padre.
18 Se apoderasen de Juan : para matarle. Este es el famoso Juan Hircano, padre
de Aristóbulo y Alejandro, que contendieron sobre el poder, que vino a caer al fin
en manos idumeas con la dinastía de Herodes.
II M A C A B E O S
Cartas de los judíos de Palestina
a sus correligionarios de Egipto
"i 1 «A los hermanos judíos que
moran en Egipto, los hermanos
judíos que moran en Jerusalén y en
la región de Judea, salud v paz bien-
hadada. 2 Bendígaos Dios, acordándo-
se de su alianza con Abraham, Isaac
y Jacob, sus fieles servidores. * Que a
todos os dé corazón para adorarle y
cumplir sus preceptos con gran co-
razón y de buen grado. J Que os abra
el corazón a su ley y sus preceptos
y os otorgue la paz ; 5 escuche vues-
tras peticiones, se reconcilie con
vosotros y no os abandone en tiem-
po de desgracia. * Esto es lo que
ahora pedimos por vosotros.
' Durante el reinado de Demetrio,
el año ciento sesenta y nueve, os
escribimos nosotros los judíos, cuan-
do nos hallábamos en la más grave
tribulación que nos sobrevino por
aquellos años, desde que Jasón y los
suyos apostataron de la tierra santa
y del reino. 8 Incendiaron la puerta
del templo y derramaron sangre ino-
cente. Pero suplicamos al Señor y
fuimos escuchados ; le ofrecimos sa-
crificios y flor de harina ; encendi-
mos las lámparas y presentamos los
panes. 9 Ahora os escribimos de nue-
vo para que vosotros celebréis los
días de la fiesta de los tabernácu-
los en el mes de Casleu. Dada el
año ciento ochenta y ocho.»
Segunda carta
19 «Los moradores de Jerusalén y de
la Judea, el senado y Judas, a Aris-
tóbulo, consejero del rey Tolomeo,
de la familia de los sacerdotes ungi-
dos, y a ilosi otros judíos de Egipto,
salud y prosperidad. 11 Salvados por
Dios de grandes peligros, le rendi-
mos solemnes acciones de gracias,
estando prontos a combatir en lo fu-
turo contra el rey. " Pues Dios mis-
mo ha lanzado fuera de Persia a los
que se alineaban contra la ciudad
santa. u En efecto, cuando el cau-
-J 1 A i.os hermanos : se ponen como documentos preliminares dos cartas que están
-L en íntima relación con la materia del libro. Se les llama delicadamente herma-
nos, como formando en Dios una sola familia. || Que moran en Egipto : había uni-
rnos residentes, principalmente en Alejandría, Leontópolis y otras ciudades del delta.
' Demetrio TI Nicátor : subió al trono de Siria después de la muerte de Alejandro
Halas, el año 167 de los seléucidas. || La mAs grave tribulación : la persecución de
Antíoco Epifanes.
w ArtstÓBVLO : filósofo peripatético de orinen judío que vivía en la corte de
Tolomeo V. Fué favorito y consejero del rey ; por eso se le llama en i'rietfo, en sen-
tido amplio, maestro de Tolomeo. Como se dice que es de la familia de los sacerdotes
ungidos, debía de pertenecer a la familia de Aarón (cf. Lev. 4, 3. 16K
» Nanea : la diosa Nanea era el numen patrio de los persas, según Estrabón. Pa-
rece idéntica a la Anat asiría. El templo de Nanea era inmensamente rico.
- 1776 -
1 14-22
II MACABROS
1 23-36
dillo enemigo llegó a Persia con su
ejército, que parecía invencible, en
el templo de Nanea fueron heridos,
gracias al engaño de los sacerdotes
de Nanea. 14 Antíoco, con sus ami-
gos, vino al lugar como para despo.
sarse con ella y tomar, en conse-
cuencia, a título de dote, sus muchos
tesoros. 15 Habiéndolos expuesto los
sacerdotes de Nanea, entró él con
poca gente dentro del recinto sagra-
do. Una vez entrado Antíoco, cerra-
ron el templo 16 v, abriendo luego
una puerta disimulada en el techo,
a pedradas aplastaron al caudillo y
a los que le acompañaban, los des-
cuartizaron, y cortándoles las cabe-
zas, Jas lanzaron a los que estaban
fuera. " Sea bendito por todo nues-
tro Dios, que así ha castigado a los
impíos. ^ Debiendo, pues, celebrar la
purificación del templo el veinticinco
del mes Casleu, hemos creído nues-
tro deber manifestároslo, para que
también vosotros celebréis la fiesta
Escenopegia y del fuego encendido
cuando Nehemías, edificado el tem-
plo y el altar, ofreció sacrificios.
16 Pues al ser conducidos nuestros
padres a Persia, los sacerdotes pia-
dosos de entonces tomaron oculta-
mente el fuego del altar y lo escon-
dieron en una cavidad, como de pozo
seco, con lo cual lo aseguraron tan-
to, que el sitio quedó ignorado de to-
dos. 20 Transcurridos bastantes años,
cuando plugo a Dios, Nehemías, en-
viado a Judea por el rey de Persia,
mandó a los descendientes de los
sacerdotes que lo habían ocultado a
buscar el fuego ; pero, según ellos
nos contaron, no hallaron fuego, si-
no agua espesa, 21 de la cual les
mandó que sacasen y se la trajesen.
Cuando estaba dispuesto sobre el al-
tar lo necesario para el sacrificio,
mandó Nehemías a los sacerdotes
que con el agua rociasen los leños y
lo que encima de ellos había. 22 He-
cho esto y pasado un poco de tiem-
po, brilló el sol, que antes estaba
nublado, y se encendió un gran fue-
go, de suerte que quedaron todos
maravillados. 23 Y mientras se consu-
mía el sacrificio, oraban los sacer-
dotes y con ellos los asistentes, em-
pezando Jonatás y uniéndose a su
voz los restantes, 24 incluso Nehe-
mías. La oración era ésta : Señor,
Señor Dios, Creador de todas las co-
sas, terrible y fuerte, justo y mise-
ricordioso, rey único y bondadoso,
25 único liberal, único justo, omni-
potente y eterno, que salvas a Israel
de todos los males, que elegiste a
nuestros padres y los santificaste :
23 acepta el sacrificio por todo tu
pueblo Israel, guarda tu heredad y
santifícala. 27 Congrega a los disper-
sos de los nuestros, devuelve la li-
bertad a los que son esclavos entre
las naciones, vuelve los ojos a los
despreciados y abominados, y conoz-
can las gentes que tú eres nuestro
Dios. 28 Aflige a los que nos oprimen
y ultrajan con insolencia. Tras-
planta tu pueblo a tu lugar santo,
como dijo Moisés.
30 Entretanto, los sacerdotes can-
taban himnos. 83 Cuando el sacrificio
se hubo consumido, mandó Nehe-
mías que derramasen el agua so-
brante sobre unas grandes piedras ;
52 hecho esto, se encendió una llama,
que fué absorbida por la luz que res-
plandeció sobre el altar.
33 Cuando el suceso se hizo públi-
co y contaron al rey de Persia que,
en el sitio en que los sacerdotes lle-
vados prisioneros habían escondido el
fuego sagrado, había aparecido agua,
con la cual los de Nehemías habían
santificado sacrificio, 84 hizo compro-
bar el hecho, cercar el lugar, y lo
declaró sagrado.; 35 y a los que qui-
so gratificar les tomaba y repartía
el rey ricos presentes. 30 Los compa-
ñeros de Nehemías llamaron aquel
lus:ar Neftar, que se interpreta pu-
rificación ; pero los más le llaman
Neftaí.
16 Aplastaron al caudillo : si, como parece, se trata aquí de la muerte de Antíoco
l-'.pifanes, hay que coordinar este pasaje con i Mac. 6 y 2 Mac. 9. La conciliación
difícil, tanto que hoy parece ya admitirse, casi generalmente, que el autor inspirado
de 2 Mac. coloca esta carta al principio de su obra, sin garantizar la veracidad de los
detalles, en lo cual nada hay contra la inspiración. Es la opinión que ya sostuvieron
Sa y Cornely. Precisamente el mismo autor nos dará luego una versión exacta, corri-
giendo las superfetaciones populares.
33 Ai. rey : Artajerjes Longímano, que habla protegido a Nehemías.
38 Xeftar : se ha buscado con poco éxito la raíz semítica de esta palabra ; más bien
parece ser de raíz persa o aria, y significa quizás el agua lustral.
— 1777 ~
2 1-13
II MACABEOS
2 14-26
O 1 Se halla en los archivos que el
profeta Jeremías ordenó a los de-
portados tomar del fuego sagrado,
como antes se dijo ; 2 y cómo les re-
comendó a los deportados el profeta,
entregándoles un ejemplar de la ley,
que no diesen al olvido los precep-
tos del Señor, ni se desviasen en
sus pensamientos a la vista de los
ídolos de oro y plata y el ornato de
que eran revestidos ; 3 y diciendo
otras muchas cosas como éstas, les
exhortaba a no apartar jamás la ley
de su corazón. J También está en los
documentos que el profeta, por re-
velación divina, mandó que le si-
guiesen el tabernáculo y el arca, y
salió entonces hasta el monte donde
subió Moisés para contemplar la he-
redad de Dios. 5 Llegado a él, Jere-
mías halló una habitación a manera
de cueva, en la cual depositó el ta-
bernáculo, el arca y el altar de los
perfumes, y cerró la entrada. 6 Ha-
biendo venido después algunos de los
que le acompañaban, para marcar con
señales el camino, no pudieron en-
contrarlo. 1 Cuando Jeremías lo supo,
los reprendió, diciéndoles : este lu-
gar debe quedar desconocido, hasta
que Dios reúna a su pueblo y use con
él de misericordia. 8 Entonces el Se-
ñor revelará estos objetos sagrados,
aparecerá la gloria del Señor, y tam-
bién la nube, como se manifestó en
tiempo de Moisés, y cuando Salomón
pidió que el lugar del templo fuese
gloriosamente santificado. 1 También
en aquellos documentos se cuenta
cómo Salomón, poseyendo la sabidu-
ría, ofreció el sacrificio de la dedi-
cación y termir^ición del templo; 10 y
que como, cuando Moisés oró al Se-
ñor, descendió fuego del cielo que
consumió el sacrificio, así también
oró Salomón al Señor, y descendien-
do el fuego, consumió el holocausto.
" Y dijo Moisés : Porque no ha sido
comida la víctima por el pecado, fué
ella consumida. " También Salomón
celebró la fiesta por ocho días.
18 Estas mismas cosas se refieren
en los documentos y memorias de
Nehemías ; y se dice, además, que
fundó una biblioteca y reunió en ella
los libros de los reyes, los de lo>
protetas y ios de David y las cartas
de los reyes de Persia sobre las ofren-
das. 14 De la misma manera, Judas re-
unió todos los libros dispersos duran-
te la guerra que hubimos de sufrir,
y se Hallan en nuestro poder. 15 Si
tuviereis, pues, necesidad de ellos,
mandadnos quienes os los lleven.
16 Estando nosotros a punto de ce-
lebrar la fiesta de la purificación, os
escribimos : Haréis bien en solemni-
zar estos días, como hacemos nos-
otros. " Dios, que ha salvado a todo
su pueblo, nos ha devuelto a todos
su heredad, el reino, el sacerdocio y
la santificación, 18 como lo anunció
en la ley. Esperamos, pues, de Dios,
que pronto se compadecerá de nos-
otros, y nos reunirá, de todas las
regiones que están bajo el cielo, en
el lugar santo, 19 pues nos ha arran-
cado de grandes males y ha purifi-
cado el lugar santo.i)
Prólogo del libro
" La historia de Judas el Macabeo
y de sus hermanos, la purificación
del gran templo y la dedicación del
altar, 21 así como las guerras soste-
nidas contra Antíoco Epifanes y su
hijo Eupátor, 32 las manifestaciones
celestes a los que combatían glorio-
samente por el judaismo, de suerte
que, aun siendo pocos, reconquista-
sen toda la tierra y pusieran en fuga
una multitud de bárbaros, 23 y reco-
brasen el templo, famoso en todo el
universo, y librasen la ciudad, y res-
tableciesen las leyes, que se preten-
día abolir, habiéndoles sido el Señor
propicio con toda benevolencia; 24 to-
da esta historia fué expuesta por
Jasón de Cirene en cinco libros, que
nosotros procuraremos compendiar
en uno solo. 23 Porque, considerando
la multitud de cifras í7¡u> contienen ,
y la dificultad que hallan, por la
abundancia de materia, los que quie-
ren seguir por menudo las narra-
ciones históricas, M hemos pretendi-
2 i:i I.iis i.icuos di; i.os REYES : este pasaje es muy importante para la historia del
31 Jasón df Cirene : es presentado como persona conocida a los lectores. Jasón es
la forma griega, entonces en uso, del nombre hebreo Josué. En i Mac. 8, 17, se
habla de un Jasón enviado a Roma l>or Judas Macabeo, que bien pudiera ser el
historiador aquí aludido.
- 1778 -
2 27-3 5
II MA CABEOS
3 6-ltí
ilo solazar el alma de los aficionados
a leer y dar a los estudiosos facili-
dad para aprender de memoria, y,
en fin, ser útiles a todos los que co
jan este libro. 31 Mas para nosotros,
que hemos emprendido el trabajo de
abreviar, no ha sido cosa fácil, sino
tarea de sudores y desvelos. 38 Como
el que prepara un banquete v, bus-
cando agradar a otros, tiene una ta-
rea pesada, así nosotros, para obte-
ner la gratitud de muchos, hemos
soportado con gusto esta tarea. 28 Re-
servando al escritor el narrar de-
talladamente cada cosa, nos hemos
esforzado por seguir las reglas del
resumen. s!l Porque, así como el ar-
quitecto de una casa nueva ha de
pensar en el conjunto de la cons-
trucción, mientras que el que se en-
carga de decorar y pintar figuras
tiene que preocuparse sólo de lo que
toca a la ornamentación, así creo yo
que pasa entre nosotros. 31 Profundi-
zar la materia, ordenar la narración,
examinarla en todos sus pormeno-
res : eso compete al que compone
una historia ; 33 perseguir, empero,
el compendio de la narración, sin
llegar a exposición completa de los
hechos, es !o que* compete al compi-
lador. 53 Y aquí, pues, comenzamos
va la narración, después de haber-
nos extendido tanto en los prelimi-
nares. Sería una locura mostrarse di-
fusos antes de narrar la historia, pa-
ra luego compendiar ésta.
Heliodoro en el templo de
Jerusalén
o 1 Hallándose la ciudad, santa en
*-* completa paz, observándose exac-
tísimamente las leyes por la piedad
del sumo sacerdote Onías, y s*u odio
al mal. 3 sucedía que hasta los mis-
mos reyes honraban el lugar santo
y adoraban el templo con magníficos
dones. 3 Así, Seleuco, rey de Asia,
proveyó de sus propias rentas todos
los gastos necesarios para la liturgia
de los sacrificios. 4 Pero un cierto Si-
món, de la tribu de Benjamín, cons-
tituido prefecto del templo, se enojó
con el sumo sacerdote por causa de
la fiscalización del mercado de la ciu-
dad 6 No pudiendo vencer a Onías,
se fué a encontrar a Apolonio, hijo
de Traseas, que por aquel tiempo
era gobernador militar de la Cele-
siria y Fenicia, 6 y le hizo saber que
el gazofilacio de Jerusalén estaba re-
pleto de enormes riquezas ; que la
cantidad de dinero era incalculable,
y que no se empleaba para los gas-
tos de los sacrificios ; por lo que era
posible hacerlo pasar todo a manos
del rey. 7 Apolonio, en conversación
con el* rev. le dió cuenta de los di-
chos tesoros. Este, eligiendo e He-
liodoro, su ministro de hacienda, le
envió con órdenes de apoderarse de
las mencionadas riquezas. 8 Heliodo-
ro se puso al instante en viaje, con
el pretexto de inspeccionar las ciu-
dades de Celesiria y Fenicia, pero en
realidad para ejecutar el designio del
rey. 0 Llegado a Jerusalén, fué recibi-
do amistosamente por el sumo sacer-
dote de la ciudad ; dióle luego cuenta
de lo que había sabido y del motivo
de su venida, preguntando si real-
mente las cosas eran así.
10 El sumo sacerdote le objetó que
se trataba de depósitos para auxilio
de viudas y huérfanos ; " que una
parte pertenecía a Hircano, hijo de
Tobías, hombre de mucha considera-
ción, contra lo que calumniosamen-
te había dicho el impío Simón ; y
que, en fin, la suma de todo era de
cuatrocientos talentos de plata y dos-
cientos de oro ; *! que era, pues, del
todo imposible cometer tal injusticia
contra los que habían confiado en la
santidad del lugar y en la majestad
inviolable de un templo honrado en
todo el universo. 13 Pero él, Helio-
doro, en virtud de las órdenes regia*
que tenía, contestó que aquellos te-
soros habían de ser absolutamente
entregados al tesoro real. 14 Habien-
do, pues, fijado un día, se preparó
a entrar para inspeccionar tales ri-
quezas, antes de disponer de ellas ;
esto produjo no pequeña perturba-
ción en toda la ciudad. "Los sacei-
dotes, vestidos de sus túnicas sacer-
dotales, se arrojaron ante el altar, y
clamaban al cielo, invocando a Aquel
que había puesto la lev sobre los de-
pósitos, que les fueran conservados
intactos a quienes los depositaron.
10 El que miraba el rostro del sumo
sacerdote quedaba traspasado hasta
lo más íntimo del alma, porque su
aspecto y el color demudado trans-
1 Onías : Onías III, que comenzó el sumo pontificado en 196
alabado en el libro por su piedad.
de C. Ks siempre
— 1779 —
3 17-30
II MACABEOS
3 31—4 l
parentaba la angustia de su alma. I
" Porque el temor se reflejaba en I
aquel varón y un temblor de su cuer-
po, por los que revelaba a quienes
le miraban la honda pena de su co-
razón. 18 Los habitantes salían en tro-
pel de sus casas a una pública ro-
gativa, porque el lugar santo estaba
a punto de ser entregado al oprobio.
19 Las mujeres, ceñidas bajo los pe-
chos de saco, llenaban las calles ; y
las doncellas que estaban encerra-
das, unas corrían a las puertas, otras
hacia los muros -x algunas miraban
recelosamente por las ventanas ; 20 to-
das, extendidas las manos al cielo,
dirigían plegarias. 21 Movía a com
pasión aquella confusa muchedum-
bre postrada en tierra, y la ansiedad
angustiosísima del sumo sacerdote.
~ Mientras ellos, pues, invocaban al
Dios omnipotente, para que los de-
pósitos fuesen con toda seguridad
conservados intactos a los que los
habían confiado, 23 Heliodoro, por su
parte, ejecutaba su designio. Estaba
ya con sus satélites junto al gazo-
íüacio, 24 cuando el Señor de los es-
píritus y Dueño del poder absoluto
hizo de él una gran manifestación,
de suerte que cuantos se habían atre-
vido a entrar con él, heridos por el
poder de Dios, quedaron yertos y des-
pavoridos. 25 Porque se les apareció
un caballo montado por un jinete
terrible, adornado de riquísimo ca-
parazón ; lanzándose impetuosamen-
te a Heliodoro, le acoceó con las pa-
tas delanteras. El que lo montaba
parecía tener armadura de oro. 26 Se
aparecieron también otros dos jóve-
nes, llenos de vigor, brillantes de
gloria, magníficamente vestidos ; los
cuales, colocándose uno a cada lado
de Heliodoro, le azotaban incesante-
mente, descargando sobre él conti-
nuos golpes. 21 Al instante, Heliodo-
ro, caído en el suelo y envuelto en
profunda oscuridad, fué recogido y
puesto en una litera. 28 El que poco
ha, con numeroso séquito y con se-
gura escolta, entraba en el mencio-
nado gazofilacio, era ahora llevado,
incapaz de auxiliarse a sí mismo, y
habiendo experimentado visiblemen-
te el poder de Dios. 29 El, por divina
virtud, yacía mudo, privado de toda
esperanza y socorro. 30 Los judíos,
por su parte, bendecían al Señor,
que había glorificado su lugar santo;
I v el templo, momentos antes lleno
ile terror y de turbación, rebosaba
| ahora de gozo y alegría, gracias a
la manifestación del Señor omnipo-
tente.
21 Rápidamente, algunos de los
compañeros de Heliodoro suplicaron
a Onías que invocase al Altísimo, pa-
ra que le hiciese la gracia de vivir
al que yacía reducido ya a los últi-
mos alientos. 82 El sumo sacerdote,
temiendo que el rey se imaginase
que los judíos habían cometido al-
gún atentado contra Heliodoro, ofre-
ció sacrificio por la salud de este
hombre. 23 Mientras ofrecía el sumo
sacerdote el sacrificio expiatorio, los
mismos jóvenes se aparecieron de
nuevo a Heliodoro, revestidos con los
mismos ornamentos, y estando de pie
junto a él, le dijeron : «Da muchas
gracias a Onías, el sumo sacerdote,
pues por él el Señor te concede el
beneficio de la vida. 84 Tú, pues, cas-
tigado por el cielo, confiesa ante to-
dos el gran poder de Dios.» Dicho
esto, desaparecieron.
35 Heliodoro, después de ofrecer un
sacrificio a Dios y de desear felices
augurios a quien le había concedido
la vida, se despidió amablemente de
Onías y regresó con sus tropas al
rey, 36 dando testimonio ante todos
de las obras del Dios Altísimo, que
había visto con sus ojos. 37 Interro-
gado Heliodoro por el rey, sobre
quién sería el más apto para enviar-
le de nuevo a Jerusalén, dijo : 38 «Si
tienes algún enemigo o adversario
de tu gobierno, mándalo allá, que
vendrá' desgarrado a azotes, si es
que salva la vida ; porque verdade-
ramente hay en aquel lugar una vir-
tud divina. 09 El mismo que tiene su
habitación en los cielos vela sobre
aquel lugar y lo protege, y hiere 3s
muerte a los que se acercan con mal
fin.» 40 Así acaecieron los sucesos re-
lativos a Heliodoro y a la preserva-
ción del gazofilacio.
Onías, asesinado
41 El antes mencionado Simón, de-
lator del tesoro y de la patria,
hablaba mal de Onías, como si fue-
se éste el que había herido a Helio-
Herido a Heliodoro : otros traducen excitado.
— 1780 —
4 2-12
II MACABEOS
4 13-22
doro, y el autor de toda la desgra-
cia. 2 Al bienhechor de la ciudad, al
defensor de sus connacionales, al ob-
servante fiel de sus leyes, osaba lla-
marlo traidor al Estado. 3 A tal ex-
tremo llegó la enemistad, que se
cometieron homicidios por parte de
algunos partidarios de Simón. 4 En-
tonces ünías, viendo lo peligroso de
esta rivalidad y que Apolonio, go-
bernador de laCelesiria y Fenicia,
estaba enfurecido y atizaba la mal-
dad de Simón, fué a encontrar al
rey, 5 no como acusador de los con-
ciudadanos, sino atendiendo al inte-
rés común y particular de toda la
multitud ; ó pues veía que, sin la in-
tervención regia, era imposible pa-
cificar la situación y contener a Si-
món en su locura.
7 Muerto Seleuco y habiéndose apo-
derado del reino Antíoco, por sobre-
nombre Epifanes, Jasón, hermano de
Onías, ambicionaba por malos me-
dios el sumo sacerdocio ; 8 y en una
conversación con el rey le prometió
trescientos sesenta talentos de plata
y ochenta talentos más de otras ren-
tas ; 0 además de esto, ofrecía com-
prometerse por escrito a otros ciento
cincuenta más, si se le concedía ins-
talar por su propia cuenta un gimna-
sio y una efebía, e inscribir a los de
Jerusalén como ciudadanos antioque-
nos. 10 Asintió el rey ; apenas Jasón
obtuvo el poder, se dió luego a in-
troducir las costumbres griegas en-
tre sus conciudadanos. " Abolió los
privilegios regios otorgados por be-
nevolencia a los judíos, gracias a la
gestión de Juan, padre de Eupole-
mo, el que fué enviado en la emba-
jada para lograr la amistad y alianza
con los romanos ; disolviendo insti-
tuciones legales, introducía costum-
bres perversas ; 12 porque quiso darse
el gusto de erigir el gimnasio bajo
la misma acrópolis, obligando a los
jóvenes de las más nobles familias
a educarse bajo el petaso.
13 A tan alto grado llegó el helenis-
mo y la introducción de costumbres
extranjeras, j>or la enorme perversi-
dad del impío, más que sumo sacer-
dote, Jasón, 14 que los sacerdotes ya
no mostraban celo por el servicio del
altar; antes, menospreciando el tem-
plo y descuidando los sacrificios, se
apresuraban a participar en el ejer-
cicio prohibido de la palestra, en
cuanto eran invitados a lanzar el dis-
co. 15 Teniendo en nada los honores
patrios, estimaban en mucho las dis-
tinciones griegas. 16 Por causa de es.
to les sobrevino una dura calamidad :
aquellos mismos cuya conducta en-
vidiaban y a quienes en todo querían
imitar, se volvieron contra ellos, co-
mo enemigos y opresores. " No se
violan impunemente las leyes divi-
nas ; esto es lo que demostrará el
tiempo venidero.
18 Mientras se celebraban en Tiro
los juegos quinquenales con asisten-
cia del rey, 13 el criminal Jasón envió
de Jerusalén espectadores, que eran
ciudadanos de Antioquía, portadores
de trescientas dracmas de plata pa-
ra el sacrificio de Hércules; pero los
mismos que las llevaban juzgaron
bien que no se empleasen en los sa-
crificios, porque no convenía ; sino
que se destinaron a otros gastos. 20 Y
así, las trescientas dracmas que iban
destinadas, según la voluntad del do-
nante, para el sacrificio de Hércules,
sirvieron, según deseo de los porta-
dores, a la construcción de trirremes.
Habiendo sido enviado a Egipto
Apolonio, hijo de Menesteo, para la
entronización del rey Toloineo Filo-
métor, vino a saber Antíoco que él
estaba mal dispuesto respecto a su
gobierno, y deliberó cómo asegurar-
se contra él. Llegado a Jope, pasó a
Terusalén, ~~ donde Jasón y la ciudad
le hicieron un magnífico recibimien-
to, entrando a la luz de las antor-
chas y con aclamaciones. De allí lle-
vó sus tropas a Fenicia.
* Efrbía : parte del gimnasio reservada a los jóvenes. Transcribimos la palabra
griega, por no encontrar traducción apropiada.
B Haj.) la acrópolis : era el monte Sión y, por tanto, el lugar más santo. || Petaso .
sombrero de anchas alas con que se protegían contra el sol y la lluvia los gimnastas.
Mercurio, protector de estos ejercicios, va a las veces cubierto de petaso. La Vulgata
ha traducido in lupanaribus, dando un sentido peyorativo ; aunque bien puede decirse
que en tales ejercicios podían encontrarse peligros contra la castidad.
M Disco : ejercicio favorito en la antigüedad. Se ponía a prueba la puntería y la
fuerza, lanzando lejos un disco de piedra o hierro.
21 APOLONIO : parece personaje distinto del homónimo citado en el capítulo an-
terior.
— 1781 —
4 23-34
II MACABEOS
4 35-16
lies anos después, envió Jasón
a Menelao, hermano del antes men-
cionado Simón, para llevar dinero al
rey y para gestionar derechos en
asuntos importantes ; 21 pero Mene-
lao se ganó al rey, le rindió honores,
dándose aire de hombre importante,
con lo que obtuvo para sí el sumo
sacerdocio, superando en trescientos
talentos de plata a lo ofrecido por
Jasón. * Habiendo recibido las ere-
aquel hombre que nada poseía digno
del sumo sacerdocio, sino que tenía
instintos de tirano cruel y el furor
de una ñera salvaje. 20 Y así Jasón,
que había engañado a su propio her-
mano, fué a su vez engañado por
otro v forzado a llegar huvendo al
país de los ammonitas. "Menelao
obtuvo el poder, pero no cumplía
nada relativo a la suma prometida
al rey. -s A pesar de las reclamacio-
nes de Sóstrates, comandante de la
acrópolis — pues a él pertenecía la
exacción de tributos — , ambos fue-
ron llamados con este motivo por el
rey. 20 Menelao dejó como sustituto
en el sumo sacerdocio a su hermano
Lisímaco, y Sóstrates dejó e>i $« lu-
gar a Grates, gobernador de Chipre.
30 Durante estos sucesos, los tar-
senses y malotas se revolucionaron
por haber sido dados en regalo a
sus digna
do ser ei
fa voralble,
tos objeto
Andrónicc
los en til
consiguió vendei
Onías supo est
rededor. ~HJu
con certeza, se lo reprochó después
de retirarse a un lugar de asilo jun-
to la ¡Dafne, oerca de Antioquía.
" Por esto Menelao, llamando priva
clámente a Andrónico, le azuzaba a
(pie matase a Onías. Andrónico fué
a ver a Onías y, haciendo juramento
y dándole la mano, le persuadió con
dolo (aunque le era sospechoso) a
que saliese de su asilo ; v al instan-
te le mató, sin consideración alguna
a la justicia. 35 Por este motivo no
sólo los judíos, sino también muchos
de las otras naciones, se indignaron
v llevaron a mal la injusta muerte
de tal varón. 30 Vuelto el rey de las
regiones de Cilicia. se le presenta-
ron los judíos de la ciudad de An-
tioquía v algunos griegos, enemigos
igualmente 'de la maldad, para 'ha-
blarle de la muerte inicua de Onías.
s: Se entristeció, pues, Antíoco hasta
el fondo del alma y, movido a com-
pasión, lloró recordando la modera-
ción y sabia conducta de Onías; 88 y,
encendido en cólera, al instante des-
pojó a Andrónico del manto de púr-
pura, desgarró los vestidos e hizo le
nasearan por toda la ciudad y^ que
tio mismo en que había impíamente
asesinado a Onías. El Señor le hirió
así con merecido castigo.
•'" Muchos fueron los robos sacri-
legos cometidos en la ciudad de Je-
rusale'n por Lisímaco, de acuerdo
con Menelao; tantos, que, difundida
fuera la fama, la masa se amotinó
contra Lisímaco ; pero ya muchos
objetos de oro estaban dispersos.
40 Excitada la multitud y encendida
de cólera, Lisímaco armó unos tres
mil hombres y comenzó a cometer
actos de violencia bajo el mando de
un cierto Tirano, avanzado en años,
pero más en crueldad. " Cuando se
dieron cuenta del ataque de Lisíma-
labia, confusamente
la arrojaDan contra los partidarios
de Lisímaco. 42 Con esta ocasión fue-
ron heridos muchos de ellos, algu-
nos derribados y todos puestos en
fuga, y al mismo sacrilego lo mata-
ron junto al gazofilacio.
• Sobre estos hechos se entabló
un juicio contra Menelao. 41 Cuando
el rey vino a Tiro, tres varones en-
viados por el Senado expusieron an-
te él la causa. * Menelao, ya perdi-
do, prometió mucho dinero a Tolo-
meo, hijo de Dorimenes, si le al-
canzaba el favor del rey. 46 Y, en
efecto, llevándole Tolomeo aparte
hacia un peristilo, como para tomar
el fresco, hizo cambiar al rey de pa-
■ Crates : siendo un personaje completamente desconocido, ya desde la antigüedad
fueron varias las lecturas sobre el nombre e hipótesis de esta frase ; véase, por ejem-
plo, la Vulírata.
30 TARSENSES v mai.oias : Tarso y Mallas son ciudades importantes de Cilicia.
40 Tirano : aquí es nombre propio. Otros códices tienen Aurano.
— I/82 —
4 47—5 8
II MACABEOS
5 9-20
recer, " y declaró inocente de lo que
se le acusaba a Menelao, causante
de toda maldad ; y condenó a muer-
te a aquellos desdichados, que, aun-
que hubieran tenido que defender su
causa ante los escitas, habrían sido
declarados inocentes. 48 Sin tardanza
sufrieron el injusto castigo los que
habían defendido la ciudad, el pue-
blo y los vasos sagrados. 40 Por esta
causa, hasta los tirios, indignados,
les hicieron magníficos funerales.
M Entre tanto, Menelao permanecía
en el poder, gracias a la avaricia de
los poderosos gobernantes, aumen-
tando en maldad y convertido en
perseguidor cruel de sus conciuda-
danos.
Persecución de Antíoco Epifanes
r ' Por este tiempo organizó An-
Uoco su segunda expedición con-
tra Egipto ; 2 y sucedió que, por es-
pacio de casi cuarenta días, por toda
la ciudad aparecieron en el aire ji-
netes corriendo con túnicas doradas,
armados de lanzas, a semejanza de
cohortes, 3 y escuadrones de caba-
llos alineados en orden de batalla,
ataques y cargas de una y otra par-
te, agitación de escudos, multitud de
lanzas, espadas desenvainadas, lan-
zamiento de dardos, resplandores de
armaduras de oro y corazas de todas
clases. 4 Por lo cual todos oraban
para que estas apariciones les fuesen
de buen augurio.
5 Difundido el falso rumor de que
Antíoco había muerto, tomó Jasón
no menos de mil hombres y vino a
atacar de improviso a la ciudad. Los
habitantes corrieron a los muros;
pero la ciudad acabó por ser toma-
da, y Menelao se refugió en la acró-
polis. 4 Jasón hizo sin piedad una
nyitanza de sus propios ciudadanos,
sin reflexionar en que una feliz jor-
nada contra sus compatriotas es la
más triste jornada, imaginándose,
en cambio, que alcanzaba trofeos de
los enemigos y no de los connacio-
nales. ' Pero ni logró, por una parte,
adueñarse del poder, y por otra re-
cibió al fin la confusión como pre-
mio de sus intrigas, teniendo que
marchar fugitivo de nuevo al país de
los ammonitas. 8 Le alcanzó, pues,
el fin de su perversa vida : acosado
por Aretes, rey de los árabes, huyen-
do de ciudad en ciudad, perseguido
por todos, detestado como apóstata
de las leyes, execrado como verdugo
de la patria y de los conciudadanos,
fué vergonzosamente lanzado hasta
Egipto ; "y el que a tantos había
desterrado de la patria murió en tie-
rra extranjera, huyendo a Lacede-
monia con la esperanza de alcanzar
un refugio en consideración a su pa-
rentesco ; 10 y el que a tantos dejó
sin sepultura, murió sin ser llorado
y privado de los últimos deberes : no
fué sepultado en el sepulcro de sus
padres.
11 Llegados a oídos del rey estos
sucesos, sospechó que la Jadea haría
defección ; y así, al volver de Egip-
to, furioso como una bestia, tomó la
ciudad a mano armada a y ordenó
a los soldados herir sin compasión a
los que cayesen en sus manos y de-
gollar a los que subiesen sobre los
tejados de las casas. 13 Así murieron
jóvenes y viejos, perecieron hombres
formados y mujeres y niños y fue-
ron degollados doncellas y niños de
pecho. 14 En tres días enteros pere-
cieron ochenta mil personas ; cua-
renta mil cayeron asesinadas y un
número no menor fueron vendidas
por esclavos. 15 No contento con esto,
se atrevió a entrar en el templo más
santo de todo el universo, teniendo
por guía a Menelao, el traidor a las
leyes y a la patria. 16 Tomando con
sus manchadas manos los vasos sa-
grados v arrebatando las ofrendas
entregadas por muchos reyes para
aumentar la gloria y dignidad del
lugar, las entregaba a manos profa-
nas.
" Hinchado su espíritu df orgullo,
Antíoco no veía que, por los pecados
de los habitantes de la ciudad, el
Señor se había por breve tiempo
irritado y que por esto desviaba su
mirada de aquel lugar. 18 Si no hu-
biese sido por ser ellos culpables de
tantos pecados, igual que Heliodoro,
el enviado por el rey Seleuco para
inspeccionar el gazofilacio, hubiera
éste sentido, apenas puesto el pie,
reprimida su audacia por los azotes.
18 Pero no escogió el Señor la nación
por causa del lugar, sino más bien
el lugar por causa de la nación ;
™ por lo cual, este lugar ha partici-
pado de las desgracias del pueblo,
así como después estuvo asociado .n
los beneficios ; y abandonado a la
cólera del Omnipotente, de nuevo ha
sido restaurado con todo esplendor
- 1783 -
5 ¿1-6 2
II MACABEoS
6 3-13
al reconciliarse con el altísimo Se-
ñor.
" Antíoco, pues, habiendo retirado
del templo mil ochocientos talentos,
precipitadamente se marchó a An-
tioquia, imaginándose en su inso-
lencia que podría hacer navegable
!a tierra y viable el mar ; tal era
la ebria exaltación de su espíritu.
" Todavía dejó prefectos que ator-
mentaron el pueblo : en Jerusalén, a
un tal Filipo, frigio de nación, más
bárbaro aún que el mismo que los
había establecido ; y en Garizim, a
Andrónico ; y además de éstos, a
Menelao, que superó a todos en mal-
dad contra sus conciudadanos, 23 y
alimentaba peores sentimientos de
odio hacia los ciudadanos.
"Además envió Antíoco al odiado
Apolonio como jefe de un ejército de
veintidós mil hombres, con orden de
degollar a todos los adultos y ven-
der a las mujeres y a los niños.
20 Llegó éste a Jerusalén, simulando
intenciones pacíficas, y se contuvo
hasta el día santo del sábado. Pero
cuando vió a los judíos celebrar su
fiesta, mandó a sus tropas tomar las
armas 28 y mató a todos cuantos sa-
lían para el espectáculo ; y reco-
rriendo luego la ciudad con las ar-
mas, dió muerte a una gran muche-
dumbre. " Pero Judas Macabeo, con
otros nueve, se retiró al desierto y
vivía en los montes con los suyos a
la manera de fieras, no comiendo
otro alimento que hierbas para no
tener parte en las profanaciones.
Se quiere Imponer la idolatría
£. 1 No mucho tiempo después man-
" dó el rey a un anciano atenien-
se para obligar a los judíos a aban-
donar las leyes de sus padres e im-
pedirles vivir según las leyes de
Dios ; 2 le mandó profanar el tem-
plo de Jerusalén y dedicarlo a Júpi-
ter Olímpico, y el de Garizim, con- ,
forme a! carácter de los habitantes
del lugar, a Júpiter Hospitalario
a La introducción de esta perversi-
dad fué grave e insoportable aun
para la masa, 4 porque el templo es-
taba repleto de libertinajes y orgías
por los gentiles disolutos y meretri-
ces ; en los mismos atrios sagrados
tenían comercio con las mujeres e
introducían cosas prohibidas. 8 El al-
tar mismo estaba lleno de víctimas
impuras, execradas por las leyes.
8 No se observaban los sábados, ni
se guardaban las fiestas patrias, ni
siquiera podía uno profesarse judío.
1 Por el contrario, con amarga vio-
lencia eran obligados a celebrar cada
mes con sacrificios el natalicio del
rey, y cuando se celebraba la fiesta
de Dionisio eran forzados a recorrer
las calles coronados de hiedra, en
honra de Dionisio. 8 Se publicó un
edicto en las ciudades griegas veci-
nas por instigación de los de Tole-
maida, para conducirse de igual mo-
do con los judíos, obligándoles a sa-
crificar, 9 con orden de matar a los
que rehusasen acomodarse a las cos-
tumbres griegas. Por todas partes se
veía la desolación. 10 Pues dos muje-
res fueron delatadas por haber cir-
cuncidado a sus hijos ; con los niños
suspendidos de sus pechos, fueron
paseadas públicamente por la ciudad,
y luego precipitadas desde las mu-
rallas. 11 Otros que se habían ido jun-
tos a unas cavernas cercanas, para
celebrar en secreto el* día séptimo,
fueron denunciados a Filipo y entre-
gados a las llamas, sin que pensasen
en defenderse, por el respeto a la
santidad del día.
12 Ruego, pues, a aquellos a cuyas
manos venga a parar este libro que
no se desconcierten por estas cala-
midades y que piensen que estas co-
sas sucedieron no para ruina, sino
para corrección de nuestro linaje.
a Porque no dejar mucho tiempo im-
punes a los pecadores, sino hacer caer
sobre ellos un pronto castigo, es señal
5 21 Navegable i.í tierra : De Jerjes y Calígula nos han conservado las memorias
que por ridicula vanidad querían hacer la tierra navegable y llegar a hacer tran-
sitable el mar, hasta poderse por él pasear a caballo.
36 Tomar i.as armas : quiza bajo pretexto de una parada militar, pues salen los
judíos a contemplarlos.
6' Cada mes : puede parecer a primera vista este rasgo del texto griego menos
propio ; pero varias inscripciones mencionan la celebración mensual de sacrifi-
< 109 en honor de los reyes de Asia y Egipto. || Fiesta de Dionisio: o bacanales,
telebradns con carácter bullanguero e inmoral por todos los países some tidos a Gre-
cia. Se llevaba hiedra, pues era la planta dedicada a Baco o Dionisio.
- 1784 -
6 14"24
II MACA BEOS
6 25--T i
de gran bondad. " ti Señor aguanta
con paciencia a las otras naciones,
para castigarlas cuando han colma-
do la medida de sus pecados ; 15 pero
no ha juzgado bien obrar así con
nosotros, que sólo cuando hayamos
colmado nuestros pecados ejerza su
venganza. " Por lo cual nunca apar-
ta su misericordia de nosotros ; y
■educando a su pueblo con la adver-
sidad, no le abandona. " Sólo para
recordarlo hemos hecho mención de
esto ; tras estas breves palabras, pro-
sigamos la narración.
Muerte de Eleazar
* Eleazar, uno de los primeros doc-
tores, varón ya de edad avanzada y
de una noble presencia, era obligado,
abierta violentamente la boca, a co-
mer carne de puerco. 19 Pero él, pre-
firiendo una muerte con gloria a una
vida con afrenta, iba voluntariamen-
te al tímpano ; 20 y escupía la carne,
como deben hacer los que tienen va-
lor para rechazar lo que no les es
lícito gustar por amor a la vida.
" Los que presidían este ilegal sa-
crificio, por la amistad que ya de
tiempo antiguo tenían con aquel va-
rón, tomándolo aparte, le exhorta-
ban a hacer traer carnes, cuyo uso
estuviese permitido, preparadas por
él, y a fingir que había comido las
carnes sacrificadas, según la orden
del rey ; n pues obrando así se libra-
ría de la muerte ; y por la antigua
amistad entre ellos hacían con él es-
ta prueba de humanidad. a Pero él,
haciendo sabias reflexiones, dignas
de su edad, de la prestancia de su
vejez, de su bien ganada y brillante
canicie y de la ejemplarísima vida
que desde niño había llevado, pero,
sobre todo, dignas de la santa le-
gislación establecida por Dios, res-
pondió en consecuencia, diciendo que
le enviasen cuanto antes al Ades ;
14 pues «es indigno de nuestra edad
fingir, no sea que muchos jóvenes
sospechen que Eleazar, a sus noven- 1
ta años, había abrazado las costum-
bres paganas. 35 Ellos mismos, por
mi simulación y por mi amor a una
corta y perecedera vida, serían in-
ducidos a errar por mí, y atraería
yo sobre mi vejez la afrenta y el
oprobio ; 26 pues aunque al presente
escapare el castigo humano, no evi-
taré caer en las manos del Omnipo-
tente, vivo o muerto. 27 Por lo cual,
varonilmente ahora entrego la vida,
y así apareceré digno de mi ancia-
nidad, *" dejando a los jóvenes el no-
ble ejemplo de morir voluntaria y
generosamente por nuestras venera-
bles y santas leyes.» Habiendo dicho
esto, se dirigió en seguida al supli-
cio. Los que le conducían, cambia-
ron en dureza la benevolencia que
poco antes habían mostrado con él,
pareciéndoles insensatas las palabras
proferidas. *° Estando a punto de mo-
rir por los azotes, exhaló un suspiro
y dijo : «El Señor, que tiene la san-
ta sabiduría, conoce bien que, pu-
diendo librarme de la muerte, sopor-
to en mi cuerpo los crueles dolores
de los azotes ; pero mi alma los su-
fre con alegría por el temor de Dios.»
n Así acabó él su vida, dejando con
su muerte, no sólo a los jóvenes, si-
no a todos los de su nación, un ejem-
plo de nobleza y un memorial de
virtud.
Los siete hermanos
i~t * Aconteció también que siete her-
* manos fueron presos con su ma-
dre, y el rey quería forzarlos, desga-
rrándolos a golpes de azotes y de
nervios de buey, a comer carnes de
Euerco prohibidas. J Uno de ellos,
ablando en nombre de todos, dijo :
«¿ Qué preguntas y qué quieres saber
de nosotros ? Estamos prontos a mo-
rir antes que traspasar las leyes de
nuestros padres.» 3 El rey, como fue-
ra de sí de cólera, mandó poner al
fuego sartenes y calderas. Apenas co-
menzaron a hervir, 4 mandó cortar la
lengua al que había hablado en nom-
"> Tímpano : instrumento de suplicio, sobre el cual el paciente era violentamente
extendido, para morir a. golpes de palo (cf. Hebr. ix, 35).
7 1 Siete hermanos : suelen llamarse los siete hermanos Macabeos, pero no porque
' conste que perteneciesen a la familia de Judas, sino más bien por 'a época en que
sufrieron el martirio. Esta narración viene completada en el apócrifo llamado cuarto
libro de los Macabeos.
7 5-lfi
II MACABEOS
7 17-27
bre de todos, arrancarle la piel de
la cabeza a la manera escita y cor-
tarle las extremidades, a la vista de
los otros hermanos y de su madre.
* Cuando estaba mutilado de todos
sus miembros, pero aun respiraba,
mandó el rey acercarlo al fuego y
freírlo en la sartén. Mientras el va-
por se difundía a lo lejos, los otros,
con la madre, se exhortaban a mo-
rir generosamente, fi diciendo : «El
Señor Dios nos mira y El tendrá ver-
daderamente compasión de nosotros,
como lo anunció Moisés en el cánti-
co de protesta contra Israel : «Ten-
drá piedad de sus servidores.»
' Muerto el primero de esta for-
ma, condujeron al suplicio al segun-
do. Y habiéndole arrancado la piel
de la cabeza con los cabellos, le pre-
guntaron si estaba dispuesto a co-
mer puerco antes que ser atormen-
tado en todos los miembros de su
cuerpo. 8 El respondió en la lengua
de sus padres : «¡No!» Por lo cual,
él sufrió el mismo suplicio que el
primero. 9 A punto de exhalar el pos-
trer aliento, dijo: «Tú, criminal, nos
quitas la vida presente ; pero el Rey
del universo nos resucitará a vida
eterna a los que morimos por sus le-
yes.»
" Después el tercero fué expuesto a
los tormentos ; a demanda del ver-
dugo, al [junto sacó la lengua, 11 y
extendió intrépidamente las manos,
diciendo generosamente : «Del cielo
tengo estos miembros ; por amor de
sus leyes los desdeño, esperando re-
cibirlos otra vez de El.» 12 El mismo
rey y los que con él estaban queda-
ron maravillados del valor del joven,
que en nada tenía los tormentos.
13 Muerto éste, se le hizo sufrir al
cuarto los mismos tormentos ; w y
poco antes de morir, dijo así : «Di-
choso el que muere a manos de los
hombres, esperando en Dios ser de
nuevo resucitado por El. Para ti, la
resurrección no será la vida.» 15 En
seguida trajeron al quinto, y le ator*
mentaban ; pero él, mirando al rey,
" le dijo : «Tú, aunque mortal, tie-
nes poder sobre los hombres y haces
lo que quieres ; pero no creas que
nuestra raza haya sido abandonada
de Dios. 17 Aguarda v contemplarás
su gran poder, cómo te atormentará
a ti y a tu descendencia.»
18 Después de él trajeron al sexto,
que, estando para morir, dijo : «No
te forjes ilusiones, pues nosotros por
nuestras culpas padecemos esto : por
haber pecado contra nuestro Dios
nos han sobrevenido tan maravillo-
sos castigos. 19 Pero tú no te creas
que vas a quedar impune después de
haber osado combatir contra Dios.»
^Admirable sobre toda pondera-
ción fué la madre y digna de ilustre
memoria, que, viendo morir en el
espacio de un solo día a sus sie-
te hijos, lo soportaba animosamente,
sostenida por la esperanza en el Se-
ñor. 21 Exhortaba a cada uno de ellos
en la lengua de sus padres, y, llena
de generosos sentimientos, juntaba
una fuerza varonil a su lenguaje tier-
no de mujer, 22 diciéndoles : «Yo no
sé cómo aparecisteis en mi seno ; no
os he dado yo el aliento y la vida
ni combiné yo los elementos de vues-
tro cuerpo. 28 Por esto el Creador del
mundo, el autor del mundo en su
nacimiento y hacedor de las cosas
todas, ése os devolverá, en su mise-
ricordia, el espíritu y la vida si aho-
ra os despreciáis a vosotros mismos
por amor de sus leyes.»
24 Antíoco se creyó insultado, y sos-
pechó un ultraje en estas palabras.
Aun quedaba con vida el más joven,
y el rey no sólo de palabra le exhor-
taba, sino que hasta con juramento
le prometía hacerle rico y dichoso,
tenerle por amigo y confiarle honro-
so empleo si abandonaba las leves
de los padres. 56 Mas como el joven
no le hiciese caso, llamó el rey a
la madre y la inducía a que die-
se al muchacho consejos saludables
20 Como insistiese él mucho, aceptó
el persuadir a su hijo ; 27 e inclinán-
dose hacia él y burlándose del cruel
tirano, en lengua de sus padres le
dijo así : «Hijo, ten compasión de
mí, que por nueve meses te llevé en
mi seno, que te amamanté por tres
« Tendrá piedad : Deut. 32, 16. Están estas frases en el famoso cántico en que
Moisés reprocha duramente al pueblo de Israel sus infidelidades con Dios.
" Te amamanté por tres años : en Oriente es costumbre no destetar a los niños
hasta los tres y aun los cuatro años. Véase, por ejemplo, Gén. 21, 8; Ex. 2, 9;
2 Par. 31, ib.
— 1786 —
7 -S-41
II MACA BEOS
7 42-g 10
años, que te crié, te eduqué y ali-
menté hasta esta edad. " Ruégote,
hijo mío, que mires al cielo y a la
tierra, y veas todo lo que contienen,
y entiendas que de la nada lo hizo
Dios, y todo el humano linaje ha
venido así a la existencia. " No te-
mas a este verdugo, antes sé digno
de tus hermanos, y recibe la muerte,
para que te vuelva a encontrar con
tus hermanos en el tiempo de la mi-
sericordia.»
30 Aun hablaba ella, cuando dijo el
joven : «¿ Qué esperáis ? No obedez-
co las órdenes del rey ; obedezco los
mandamientos de la ley dada a nues-
tros padres por Moisés. a Tú, autor
de todas las calamidades contra los
hebreos, no escaparás de las manos
de Dios. 32 Pues nosotros por nues-
tros pecados padecemos ; 35 y si el Se-
ñor, que es Dios vivo, se irrita por
un momento para nuestro castigo y
corrección, de nuevo se reconciliará
non sus servidores; 34 pero tú, ¡oh
impío y el más criminal de todos los
hombres!, no te engrías locamen-
te, entregándote a vanas esperanzas,
cuando levantas la mano contra los
siervos de Dios; 35 porque aun no has
escapado del juicio de Dios omnipo-
tente, que vela sobre todo. 36 Nues-
tros hermanos, después de haber so-
portado un pasajero tormento, han
entrado en la alianza de Dios para
una vida eterna ; tú, empero, paga-
rás en el juicio divino el justo casti-
go de tu soberbia. s1 Yo, como mis
hermanos, entrego mi cuerpo y mi
vida por las leyes de mis padres, su-
plicando a Dios que pronto se mues-
tre propicio a su pueblo, y que tú,
a fuerza de tormentos y azotes, lle-
gues a confesar que El es el solo
Dios. w En mí y en mis hermanos
se detendrá la cólera del Omnipo-
tente, justamente desencadenada so-
bre toda nuestra raza.»
38 El rev. fuera de sí por la cólera,
se ensañó contra éste más cruelmen-
te que contra los otros, llevando muy
a mal verse burlado. 40 Así murió és-
te, limpio de toda idolatría, entera-
mente confiado en el Señor. " La úl-
tima en morir fué la madre, después
de sus hijos. 42 Esto baste acerca de
los sacrificios y crueldades extraor-
dinarias de Antíoco.
Victorias de Judas Macabeo
O 1 Entre tanto, Judas Macabeo v
° los suyos, entrando ocultamente
en las aldeas, convocaban a sus pa-
rientes y a los que habían permane
eido fieles al judaismo, y se reunie-
ron hasta seis mil hombres, 2 e in-
vocaban al Señor, para que mirase
por su pueblo, por todos conculcado;
tuviese piedad del templo, profana-
do por hombres impíos ; 3 se compa-
deciese de la ciudad, devastada y a
punto casi de ser enteramente arra-
sada ; escuchase la voz de las san-
gres que a El clamaban ; 4 se acor-
dase de la inicua muerte de niñitos
inocentes, y de los ultrajes hechos
contra su nombre, y mostrase su
odio contra los malvados.
6 Puesto el Macabeo al frente de
sus tropas, se hizo invencible a las
naciones, pues el Señor había muda-
do su cólera en misericordia. 8 Lle-
gando de improviso a las ciudades
y aldeas, las incendiaba ; y ocupan-
do las posiciones más favorables, po-
nía en huida a no pocos de sus ad-
versarios. 7 Aprovechaba con prefe-
rencia la noche, como aliada para
tal£s incursiones. La fama de su va-
lor se esparcía por doquiera.
8 Viendo Filipo qué progresos ha-
cía aquel hombre en poco tiempo y
cómo iban en ascensión continua sus
éxitos, escribió a Tolomeo, goberna-
dor militar de la Celesiria y Fenicia,
para que viniese a ayudar en los
asuntos del rey. 9 Este, poniendo en
seguida manos a la obra, envió a
Nicanor, hijo de Patroclo, uno de los
principales favoritos, poniendo bajo
su mando no menos de veinte mil
hombres de todas las naciones, para
que exterminase todo el linaje de los
judíos. También se le añadió Gorgias,
general muy experimentado en las
cosas de la guerra. 10 Pretendía Ni-
canor procurar al rey, con la venta
de judíos cautivos, dos mil talento^
** Siervos de Dios : literalmente, siervos del cielo. Locución con que se evita pro-
nunciar el nombre de Dios.
O 8 Viendo Filipo : este pasaje (8-29) tiene su lugar paralelo en 1 Mac. 5-4. Nuestro
0 autor, como compilador, ha abreviado mucho. Se encuentra alguna aparente diver-
gencia entre ambas narraciones, pero no llegan a engendrar ninguna seria dificul-
tad. Filipo era el gobernador sirio de Jerusalén.
8 H-20
II MACA BEOS
8 21-30
que debía como tributo a los roma-
nos 11 y así envió al instante a las
ciudades marítimas una invitación
para que viniesen a comprar escla-
vos judíos, prometiendo darles no-
venta esclavos por un talento. No se
esperaba él la venganza del Omnipo-
tente, que iba a caer sobre él.
12 Cuando Judas se enteró de la
marcha de Nicanor, informó a los
suyos de la presencia de aquel ejér-
cito. 13 Unos, temerosos y sin fe en
la venganza divina, huyeron, yéndo-
se a otros lugares. 14 Otros vendían
cuanto les quedaba, y al propio tiem-
po rogaban al Señor los librase del
impío Nicanor, que los había vendi-
do antes de entablarse el combate,
16 si no por ellos, al menos por con-
sideración a las alianzas hechas con
sus padres y por su venerado y au-
gusto nombre, que ellos invocaban.
'* Juntando el Macabeo a los su-
yos, en número de seis mil, los ex-
hortaba a no temer ante el enemigo
ni turbarse por la muchedumbre de
los gentiles que injustamente venían
contra ellos, sino a combatir varonil-
mente, 11 teniendo ante los ojos el
ultraje inferido por aquéllos al lu-
gar santo, el dolor de la ciudad tor-
turada y la ruina de las instituciones
ancestrales. 18 «Ellos, dijo, confían en
sus armas y en su arrojo ; nosotros
ponemos la confianza en el Dios om-
nipotente, que puede con un «olo
gesto derribar a los que vienen a
atacarnos y al mundo entero.» 19 Y
les enumeró los ejemplos de ayudas
prestadas a sus antecesores : la de Se-
naquerib, en la que perecieron cien-
to ochenta y cinco mil hombres ; M y
!a batalla dada en Babilonia contra
los gálatas, en la que, entrando to-
dos en la lucha, ocho mil judíos y
cuatro mil macedonios, y hallándose
éstos en grave aprieto, los ocho mil
derrotaron a ciento veinte mil ene-
migos, gracias al auxilio que les vi- 1
no del cielo ; reportándose de esto
grandes ventajas.
21 Después de haberlos alentado con
estos recuerdos a estar prontos a
morir por las leyes y por la patria,
32 dividió su armada en cuatro cuer-
pos : puso al frente de cada cuerpo
a sus hermanos Simón, jo.sé y Jona-
lás, asignándole a cada uno mil qui-
nientos hombres. 23 Además mandó
a Eleazar leer el libro sagrado. Dióles
por santo y seña: «Auxilio de Dios».
Tomando Judas el mando del pri-
mer cuerpo, atacó a Nicanor. M Gra-
cias al Omnipotente, que les vino
en su ayuda, mataron más de nueve
mil enemigos, hirieron y mutilaron
la mayor parte del ejército de Ni-
canor y pusieron a todos en fuga.
a Tomaron, además, el dinero de los
que habían venido para comprar-
los. Después, habiéndolos perseguido
bastante lejos, 26 se volvieron, para-
dos por la hora, pues era víspera
del sábado ; y por esta causa no con-
tinuaron persiguiéndolos.
'■" Habiendo amontonado las armas
de los enemigos \ recogido los des-
pojos, celebraron el sábado, bendi-
ciendo y alabando al Señor por ha-
berlos salvado en aquel día y decidi-
do mostrarles las primicias de su mi-
sericordia. 28 Pasado el sábado, re-
partieron una parte del botín a los
que habían sufrido persecución, a
las viudas y los huérfanos ; el resto
se lo dividieron ellos y sus hijos.
* Hecho esto, todos en común hicie-
ron oración, pidiendo al Señor mi-
sericordioso se reconciliase comple-
tamente con sus servidores.
10 Mataron más de veinte mil de
las tropas que combatían con Timo-
teo y Báquides y se apoderaron con
gran valor de altas fortalezas. Se di-
vidieron el inmenso botín, repartién-
dolo por partes iguales : una para
sí y otra para los perseguidos, los
11 CIUDADES marítimas : especialmente en las costas de Fenicia había un gran
comercio de esclavos.
w Seis mil: la Vulgata pone siete mil. || A no temer : la Vulgata pone más Bien
fine los exhortaba a no entrar en componendas con los sirios.
14 Senaquerib : véase 4 Re. 19, 35.
Contra los gálatas : varios ataques hubo de hordas gíilatas contra los sirios :
una bajo Antíoco Soter y otra bajo Antíoco III. A esta última parece referirse.
M Santo y seña : la costumbre de poner tal señal entre los soldados es muy anti-
gua. Jenofonte alude varias veces a ella. La palabra synthema, que aquí se usa, es la
expresión técnica militar.
* Se reconciliase : la persecución siria era, en efecto, para ellos una señal de la
ira v descontento de Dios.
*° Timoteo y Bíuuides : dos generales de Lisias, enviados contra Nicanor.
— 1788 —
8 31~9 3
II MACABEOS
9 4-12
huérfanos, las viudas y los viejos.
!1 Recogieron las armas y las depo-
sitaron cuidadosamente en sitios con-
venientes ; y el resto del botín lo lle-
varon a Jerusalén. 32 A Filarco, que
acompañaba a Timoteo, le quitaron
la vida : era un hombre impiísimo,
que había afligido mucho a los ju-
díos.
53 Mientras celebraban ellos su vic-
toria en la capital de la patria, Calis-
tenes y otros, que habían incendiado
las puertas sagradas, se refugiaron
en una casita, a la que ellos pusieron
fuego, recibiendo así la justa paga
de su impiedad. "Y el tres veces
criminal Nicanor, que había hecho
venir a miles de mercaderes para la
venta de los judíos, 85 con el auxliio
de Dios quedó humillado por aque-
llos que él creía ser más débiles que
él ; y despojado de sus brillantes ves-
tiduras, marchando a través de .los
campos, como un fugitivo, llegó so-
lo a Antioquía, hondamente apenado
por la pérdida de su ejército. "Y el
que había prometido reunir de - la
venta de los jerosolimitanos el tribu-
to para los romanos, publicaba ahora
que los judíos tenían un Dios que
les defendía, y que por esto eran in-
vulnerables,' porque seguían las le-
yes prescritas por El.
Muerte de Antioco Epifanes
Q 1 Acaeció por aquel tiempo que
" Antioco hubo de retirarse igno-
miniosamente de las regiones de Per-
sia. 2 Pues había entrado en la ciu-
dad llamada Persépolis, con el pro-
pósito de saquear el templo y oprimir
la ciudad. Por esto, la muchedum-
bre, alborotada, recurrió a las armas ;
y puesto en fuga Antioco por los na-
turales, hubo de emprender una re-
tirada humillante. * Hallándose cerca
de Ecbatana, recibió noticia de lo
acaecido a Nicanor y al ejército de
Timoteo ¡ 1 y encendido en cólera,
pensaba vengar en los judíos la in-
juria de los que le habían obligado
a huir. Con esto, dió orden al con-
ductor de su carro de avanzar, sin
pararse, para acelerar, el viaje. Se
cernía sobre él el juicio del cielo,
pues orgullosamente había dicho :
«En cuanto llegue allí, haré de Je-
rusalén una tumba de judíos.»
6 Pero el Señor Dios de Israel, que
todo lo ve, le hirió con una llaga
incurable y terrible a la vista. Ape-
nas acababa de proferir estas pala-
bras, cuando se apoderó de él un
agudo dolor de entrañas, con crueles
tormentos interiores ; y era muy jus-
to, pues él había atormentado con
numerosas e inauditas torturas las
entrañas de otros. * Mas no por eso
desistió de su arrogancia ; lleno de
orgullo y respirando el fuego de su
cólera contra los judíos, dió orden
de acelerar la marcha. Pero cayó An-
tioco del coche, que corría furiosa-
mente. Su caída fué tan desgraciada,
que todos los miembros de su cuerpo
quedaron quebrantados. 7 El que con
jactancia sobrehumana creía domi-
nar las olas del mar y pensaba pe-
sar en una balanza la altura de los
montes, ahora postrado en tierra,
era transportado en una litera, po-
niendo de manifiesto ante todos el
poder de Dios. 8 Hasta el punto de
que salían gusanos del cuerpo del
impío, y que, vivo aún, entre atro-
ces dolores, se le caían las carnes
a pedazos, y el hedor de su podre-
dumbre apestaba a todo su ejército.
s Y al que poco antes se imaginaba
tocar los astros, nadie ahora le po-
día llevar, por la intolerable fetidez.
10 Herido entonces así, comenzó a
deponer su gran orgullo "ya en-
trar dentro de sí mismo, por el di-
vino castigo, que redoblaba conti-
nuamente sus dolores. 12 Como él
mismo no pudiese soportar su pro-
pio hedor, dijo : «Justo es someter-
■ Filarco : lo traducimos como nombre propio de algún capitán de la armada de
Timoteo, aunque otros, atendiendo al artículo que le precede, piensan más bien en
un nombre común : ¡ilarca = jefe de tribu.
Q 1 Acaeció : compárese este relato de la muerte de Antioco con el de i Mac. 6, 1-16.
f 6 Terrible a la vista : la traducción literal del griego con la Vulgata es invisible.
lo que parecería más bien aludir a una enfermedad interior (quizás la melancolía de
que habla i Mac. 6, 8). Pero el adjetivo aorato parece puede tener también el signi-
ficado que le adjudicamos.
a Justo es someterse : su arrepentimiento pudiera parecer sincero, pero no era
duradero. Como Faraón, sólo acudía a Dios cuando tenía sobre sí el azote.
-1789-
9 ís-as
II MACABEOS
9 24-lQ 4
se a Dios, y que el mortal no pre-
tenda insolentemente ser como Dios.»
13 Y suplicaba este malvado al Se-
ñor, de quien no alcanzaría mise-
ricordia, y decía M que la ciudad san-
ta, a la que antes iba a toda prisa
para arrasarla y convertirla en una
tumba, la reedificaría y declararía
libre ; 13 que a los judíos, a quienes
antes no juzgaba dignos de sepul-
tura, y cuyos párvulos había de arro-
jar en pastos a las aves y fieras, los
igualaría en todo a los atenienses ;
M que el templo santo, antes por él
saqueado, lo enriquecería de las más
piadosas ofrendas y devolvería mul-
tiplicados todos los utensilios sagra-
dos ; que suministraría los gastos re-
lativos a los sacrificios de sus pro-
pias rentas; "y además, que él mis-
mo se haría judío y recorrería todos
los lugares habitados para anunciar
el poder de Dios.
u Como no cesasen sus sufrimien-
tos, pues el justo juicio de Dios ha-
bía venido st bre él, desesperado de
su estado, escribió a los judíos la
carta aquí transcrita, en forma de
plegaria. Decía así : 19 «A los honra-
dos ciudadanos judíos, salud, bien-
estar y dicha perfecta, el rey y ge-
neral Antíoco. 20 Si gozáis de buena
salud, vosotros y vuestros hijos, y
todos vuestros negocios van según
vuestros deseos, doy gloria a Dios
y pongo mi esperanza en el cielo.
En cuanto a mí, sabed que estoy
postrado sin fuerzas en el lecho, re-
cordando con amor vuestras pruebas
de honor y benevolencia. 21 A mi re-
greso de las regiones de Persia, he
caído en una enfermedad muy mo-
lesta, y he juzgado por esto nece-
sario pensar en la seguridad común
de todos vosotros. 22 No es que des-
espere de mi estado ; antes al con-
trario confío mucho que saldré de
la enfermedad ; 23 pero considerando
que también mi padre, al partir en
campaña hacia ¡as altas regiones,
designó sucesor, * a fin de que, si
algo inesperado ocurría o llegaban
noticias desagradables, no se per-
turbasen los de su reino, sabiendo a
quién pertenecía el gobierno ; 26 pen-
sando, además, que los monarcas li-
mítrofes y vecinos del reino acechan
la ocasión, en espera de lo que pue-
da suceder, he designado por rey a
mi hijo Antíoco, a quien muchas ve-
ces ya, al recorrer las satrapías su-
periores, os confié y recomendé a los
más de vosotros. Le he escrito a él
la carta que va a continuación. 26 Así,
pues, yo os exhorto y ruego que os
acordéis de mis beneficios, tanto
generales como particulares, y que
conservéis vuestra lealtad hacia mí
y hacia mi hijo ; * pues estoy per-
suadido de que realizará con dulzura
y humanidad mis intenciones y se
mostrará condescendiente con vos-
otros.» 28 Así aquel homicida y blas-
femo, presa de horribles sufrimien-
tos, murió sobre los montes en tie-
rra extranjera, con una muerte des-
graciada, como la que él a tantos
había dado. 29 Trasladó su cuerpo Fi-
lipo, su hermano de leche, que, te-
niendo al hijo Antíoco, se retiró a
Egipto, a Tolomeo Filométor.
Purificación del templo
i r\ 1 El Macabeo y los suv'os, pro-
Lcgidos por el Señor, ocuparon
el templo y la ciudad. 2 Destruye-
ron los altares levantados por los
extranjeros en la plaza pública y los
santuarios de ídolos. 8 Después de
un intervalo de dos años, purifica-
do el templo, erigieron otro altar,
y, con fuego sagrado de pedernales,
ofrecieron sacrificios, el incienso y
lámparas, y pusieron sobre la viesa
los panes de la proposición. * He-
cho esto, rogaban al Señor, postra-
15 Los atenienses : es conocida de todos la constitución liberal de que este célebre
I>ueblo disfrutaba. Otros, con todo, han creído se trata de un error de copista por
antioquenos, y así se reproduciría el privilegio concedido a algunos habitantes de
Jerusalén (4, 9).
17 Se haría judío : prosélito, que pertenecía también al verdadero Israel de Dios.
■ A mi hijo Antíoco : Antíoco V Eupátor. |¡ La carta que va a continuación : el
autor-compilador no la transcribe. Se encontraría, sin duda, en la obra de Jasóu de
Cireue.
a Hermano de leche: o bien, en sentido más amplio, compañero de infancia o de
-JA 1 Ei. Macabeo : esta narración de la purificación del templo tiene la suya pa-
ralela en 1 Mac. 6, 30-54.
— 1790 —
10 5-13 n macabEOS 10 14"-:j
dos en tierra, que no volvieran a
caer en semejantes males, sino que,
si volvían a pecar alguna vez, El
mismo los castigase con benignidad
y no los entregase a los blasfemos
y bárbaros gentiles. 6 El mismo día |
en que el templo había sido profa-
nado por los extranjeros, el día vein-
ticinco del mes de Casleu, ese mis-
mo se hizo la purificación. 9 Con ale-
gría celebraron por ocho días una
Tiesta, al modo de la de los taber-
náculos, recordando cómo poco tiem-
po antes habían tenido que pasar la
fiesta de los tabernáculos en los
montes y en las cavernas, a la ma-
nera de bestias salvajes. ' Por lo
cual, llevando tirsos, ramos verdes y
palmas, cantaban himnos de acción
de gracias al que los había dirigido
bien hasta la purificación de su lu-
gar sagrado. 8 Y por común acuerdo
y decreto determinaron que toda la
nación judía celebraría cada año es-
tos mismos días.
Judas derrota a los generales
del rey
8 Tales fueron las^ circunstancias
de la muerte de Antíoco, apellidado
Epifanes. 10 Ahora expondremos los
sucesos de Antíoco Eupátor, hijo del
impío, compendiando los males cau-
sados por las guerras. 11 Porque así
que se hizo cargo del reino puso al
frente de los negocios a un cierto
Lisias, general en jefe de la Celesi-
ria y la Fenicia. 12 Tolomeo, llamado
Macrón, que se había distinguido
por observar la justicia en sus rela-
ciones con los judíos, procuraba re-
parar las injusticias que con ellos se
habían cometido, tratándolos pacífi-
camente. "Por esto fué denunciado
por los amigos del rey ante Eu-
pátor ; y como a cada instante se
' Tirsos : palabra griega que designa las varitas cubiertas de hojas de hiedra
y pámpanos. Aquí se toma más en general por ramas cubiertas de hojas.
10 Ahora expondremos : empieza a desarrollar otra parte de su historia, según el
plan que se prefijó al principio del libro (2, 21).
11 Un cierto Lisias : puede extrañar esta forma de hablar tratándose de una per-
sona conocidísima ; más bien parece tener un sentido despectivo por el mal que
causó a los judíos.
u Desempeñar con honra : el texto probablemente está alterado, y por esto las
interpretaciones en general y la nuestra en particular son algo hipotéticas.
15 LD TIMEOS : asi leemos con los códices griegos. La lección de la Vulgata (judíos)
es a todas luces imperfecta. Ya en otros lugares hemos aludido a la confusión de
estas dos palabras por su semejanza, principalmente en friego.
20 Setenta mu dracmas : la Vulgata duplica la cantidad. La dracma equivalía, pró-
ximamente, a un franco o peseta.
oía llamar traidor, porque habiendo
abandonado Chipre, que Filométor
le había encomendado, se había pa-
sado al bando de Antíoco Epifanes,
desesperado al ver que no podía des-
empeñar con honra su dignidad, se
dió la muerte envenenándose.
11 Por entonces, Gorgias, nombra-
do general de aquellas provincias,
mantenía tropas extranjeras y hos-
tigaba siempre que podía a los ju-
díos. 15 Al mismo tiempo que él, los
idumeos, dueños de excelentes for-
talezas, molestaban a los judíos y,
acogiendo a los huidos de Jerusalén,
buscaban ocasiones de alimentar la
guerra. 16 Las tropas del Macabeo,
después de orar y de pedir a Dios
que viniese en su auxilio, acometie-
ron las fortalezas de los idumeos ;
" y habiéndolas atacado con vigor,
se hicieron dueños de ellas, rechaza-
ron a cuantos combatían sobre los
muros, degollaron a los que caían en
sus manos y mataron a no menos de
veinte mil hombres.
18 Habiéndose refugiado nueve mil
al menos en dos torres muy fuertes
y abastecidas de todo lo necesario
para resistir un asedio, 19 el Macabeo
dejó para sostener el cerco a Simón,
a José y a Zaqueo con hombres en
número suficiente, y él se fué a lu-
char donde había más urgente ne-
cesidad. 20 Los de Simón, ávidos de
riquezas, se dejaron comprar a pre-
cio de plata por algunos de los que
estaban en las torres, y recibiendo
setenta m\\ dracmas les permitieron
a algunos escapar. 21 Informado el
Macabeo de lo sucedido, reunió a los
jefes del pueblo y los acusó de haber
vendido por dinero a sus hermanos,
dejando escapar a sus enemigos ;
20 los hizo matar como a traidores
y en seguida se apoderó de las dos
torres. 23 Qondujo a feliz término es-
ta empresa de armas matando en las
— i"9i —
10 24-33
II MACABEOS
10 34-H 4
dos fortalezas a más de veinte mil.
24 Timoteo, empero, que antes ha-
bía sido derrotado por los judíos,
juntó una gran multitud de tropas
extranjeras y, reunida una numero-
sa caballería de Asia, avanzó con el
propósito de conquistar a Judea por
las armas. 26 Al acercarse él, las tro-
pas del Macabeo se volvieron a rogar
a Dios ; y cubierta de polvo la cabe-
za y ceñida de saco la cintura, "* se
postraron al pie del altar, pidiendo
a Dios que les fuese propicio : que
fuese enemigo de sus enemigos y
adversario de sus adversarios, con-
forme a la promesa de la ley. 81 Ter-
minada la oración, empuñaron las
armas, salieron de la ciudad a una
distancia considerable, y cuando es-
tuvieron cerca de sus enemigos, se
detuvieron.
-s A los primeros resplandores de
la aurora, entablaron ambos batalla :
los unos tenían como prenda del éxi-
to y de victoria, aparte de su valor,
el recurso al Señor ; los otros no te-
nían otro guía en el combate que en
arrojo. 20 En lo más duro del comba-
te se les aparecieron desde el cie-
lo a los enemigos cinco varones res-
plandecientes, montados en caballos
con ;frenos de oro, que se pusieron
como capitanes de los judíos. 80 Dos
de ellos, poniendo en el medio al
Macabeo, le protegían con sus ar-
mas, le .guardaban incólume y lan-
zaban flechas y rayos contra los
enemigos, eme, heridos de cegue-
ra, sucumbían llenos de espanto.
31 Mataron veinte mil quinientos de
infantería y seiscientos jinetes. 82 El
mismo Timoteo huyó a una fortale-
za muy guarnecida llamada Guézer,
donde mandaba Quereas. 33 Las fuer-
zas del Macabeo, llenas de un ardor
optimista, atacaron durante cuatro
días la fortaleza. M Los de dentro,
confiados en la firmeza del lugar,
blasfemaban incesantemente y profe-
rían palabras impías. 80 Pero al ama-
necer el quinto día, veinte jóvenes
de la tropa del Macabeo, encendidos
de cólera por las blasfemias, se lan-
zaron valerosamente al muro, y con
bravura bestial mataban a cuantos
se les ponían delante. 86 Otros esca-
laron el muro igualmente en medio
de la turbación de los asediados, pu-
sieron fuego a las torres y encendie-
ron hogueras, en que quemaron vivos
a los blasfemos. 81 Otros franquearon
las puertas, con lo que penetró el
resto del ejército y se apoderaron de
la ciudad, dando muerte a Timoteo,
que se había ocultado en una cis-
terna, así como a su hermano Que-
reas y a Apolófanes. 88 Realizada es-
ta acción con himnos y cantos de
alabanza bendecían al Señor, que tan
grandes cosas había hecho por Is-
rael, concediéndoles la victoria.
Macabeo contra Lisias y paz con
los sirios
11
Muy poco tiempo después, Li-
ias, tutor y pariente del rey
y regente del reino, sintiendo mu-
cho pesar por lo sucedido, 2 juntó al-
rededor de ochenta mil hombres y
toda la caballería, y se puso en mar-
cha contra los judíos, pensando po-
blar de griegos la ciudad santa, 8 so-
meter el templo a tributos, como los
otros santuarios de las naciones, y
vender cada año la dignidad de su-
mo sacerdote, 4 sin tener para nada
en cuenta el poder de Dios, sino
confiando locamente en las miría-
das de sus infantes, en los millares
de jinetes y en sus ochenta elefan-
*• Timoteo..., que antes había sido derrotado: esta derrota se nos cuenta en 8, 30 ss.
30 Dos de ellos : adoptamos esta lectura de la Vulgata, aunque no carece de al-
guna dificultad, pues nada se dice de lo que hacen los otros tres ángeles.
»- Quereas : como se nos dirá en el v. 37, era hermano de Timoteo. Por lo demás,
nos es desconocido.
37 En una cisterna : la Vulgata pone tin quodam loco». Quizás pudo ser una con-
fusión de tacú y loco.
11 se1™"
est¡
— 1792 —
11 5-15
II MACABEOS
11 16-23
tes. • Entrando en Judea, se acercó
a Betsur, plaza fuerte de difícil ac-
ceso y distante de Jerusalén unos
cinco estadios, y la atacó con violen-
cia 6 Cuando supieron los del Ma-
cabeo que Lisias asediaba las forta-
lezas, rogaban junto con el pueblo
al Señor, entre gemidos y lágrimas,
que enviase un buen ángel para sal-
var a Israel. 7 El mismo Macabeo
tomó el primero las armas y exhor-
tó a los demás a exponerse con él
al peligro, para ir en socorro de sus
hermanos ; 8 y marcharon todos con
igual valor, llenos de generoso ardor.
Y estando todavía cerca de Jerusa-
lén, se les apareció en cabeza un ji-
nete vestido de blanco, blandiendo
su panoplia de oro. * Todos a una
bendijeron a Dios misericordioso, y
se enardeció su ánimo, sintiéndose
prontos, no sólo a atacar a los hom-
bres y a las fieras más salvajes, sino
a penetrar los muros de hierro.
" Avanzaban en orden de batalla,
teniendo un auxiliar del cielo y ex-
perimentando la misericordia del Se-
ñor hacia ellos, " y como leones se
lanzaron sobre los enemigos, derri-
bando a once mil infantes y mil seis-
cientos jinetes 12 y obligando a huir
a todos los demás. La mayor parte se
salvaron heridos y sin armas, y el
mismo Lisias se puso en salvo, hu-
yendo vergonzosamente. 18 Pero co-
mo no carecía de talento, se echaba
a sí mismo la culpa de su derrota,
y comprendiendo que los hebreos
eran invencibles, porque combatía
con ellos el Dios todopoderoso, les
envió mensajeros " a proponerles una
reconciliación en condiciones perfec-
tamente justas, comprometiéndose a
persuadir al rey de la necesidad de
hacerse su amigo. 18 Asintió el Ma-
cabeo a las proposiciones de Lisias,
mirando al interés público; y, en
efecto, concedió el rey todo cuanto
el Macabeo había propuesto por es-
crito a Lisias en favor de los judíos.
M La carta escrita por Lisias a los
judíos era del tenor siguiente : «Li-
sias, al pueblo judío, salud. " Juan
y Abesalom, vuestros mensajeros,
me han entregado una comunicación
firmada por vosotros, suplicando que
se cumplan los puntos en ella con-
tenidos. "Cuanto era, pues, preciso
Moneda de Antíoco VI
someter al rey, se lo notifiqué, y él
ha otorgado cuanto le pareció ad-
misible. "Si perseveráis, pues, vos-
otros en la misma benevolencia hacia
el reino, yo en adelante me esfor-
zaré en favorecer vuestra felicidad.
20 En cuanto a ciertos detalles, he
dado encargo a vuestros mensajeros
y a los míos de que os los comuni-
quen de palabra. 21 Pasadlo bien. Año
ciento cuarenta y ocho, a veinticua-
tro del mes de Dioscorinto.»
22 La carta del rey decía así :
«El rey Antíoco, a su hermano Li-
sias, salud. 28 Habiendo sido trasla-
dado a los dioses nuestro padre, y
queriendo nosotros que los subditos
de nuestro reino se entreguen sin
* Cinco estadios : el número está evidentemente equivocado, pues Betsur tenía que
distar más de 925 metros de Jerusalén. Además no concuerda esta medida con la que
dan Ensebio y San Jerónimo. Por esto, algunos códices dan otros números. Ante la
inseguridad de otras lecciones preferimos mantener la lección criticamente mejor,
aunque probablemente falsa.
12 Sin armas : literalmente, desnudos; pero se trata, al parecer, de las armas que
habían lanzado para huir más rápidamente.
u La caria : siguen ahora las cuatro cartas o documentos relativos a la paz.
11 Juan y Abesalom : el segundo no es mencionado en otra parte ; el primero podrí»
ser hermano de Judas (1 Mac. 2, 2).
21 Mes de Dioscorinto : literalmente, mes del Júpiter de Corinto; pero tal mes
nos es desconocido en todos los calendarios antiguos. Por esto se ha acudido a las
hipótesis. La Vulgata pone el mes de Dióscoro, ya que los cretenses daban este nom-
bre al tercer mes del año. Otros adoptan nuevas transcripciones. Así, Nácar-Colunga
lionen el mes de Xántico, sin duda por semejanza con la fecha de las otras cartas.
Nosotros preferimos mantener el texto, aunque oscuro.
a Trasladado a los dioses : expresión pagana para representar la apoteosis, muy
conforme a las ideas de Antíoco, que se atribuía el poder de Dios.
— 1793 —
9T
11 24-36
II MACAMEOS
11 37-12 7
turbación a sus propios intereses,
M hemos sabido que los judíos no
consienten adoptar las costumbres
griegas, como quería nuestro padre,
sino que prefieren conservar sus cos-
tumbres particulares, y por esto pi-
den que se les permita vivir según
sus leyes. 26 Deseando, pues, que tam-
bién esa nación viva tranquila, he-
mos decidido que su templo les sea
devuelto y que vivan según las cos-
tumbres de sus mayores. 26 Harás,
pues, bien en enviarles comisionados
y concertar con ellos la paz, para
que, conociendo nuestras intencio-
nes, tengan buen ánimo y atiendan
alegremente a sus propios intereses.»
La carta del rey al pueblo judío
es como sigue :
«El rey Antíoco, al senado de los
ludios y a los demás judíos, salud.
38 Si gozáis de salud, esto correspon-
de a nuestros deseos : también nos-
otros estamos bien. 29 Menelao nos
ha comunicado que deseáis volver
a estar juntos con los vuestros, B0 y
a los que se pongan en marcha has-
ta el treinta del mes de Xántico,
les concedemos la paz y seguridad.
"Los judíos -pueden usar de sus co-
midas y de sus leyes como antes,
y nadie será molestado en manera
alguna por las faltas cometidas por
ignorancia. *2 He mandado a Mene-
lao que os confirme en estas seguri-
dades. 53 Pasadlo bien. El año cien-
to cuarenta y ocho, el día quince del
mes de Xántico.»
M También los romanos les envia-
ron una carta, que decía así :
«Quinto Memmio y Tito Manlio,
legados de los romanos, al pueblo de
los judíos, salud. 35 Las cosas que Li-
sias, pariente del rey, os ha conce-
dido, nosotros también os las otor-
gamos. 86 Cuanto a lo que él ha creí-
do deber someter al rey, enviadnos
en seguida a alguien después de ha-
berlo examinado, a fin de que nos-
otros lo expongamos según vuestra
conveniencia ; porque nosotros nos
vamos a Antioquía. 31 Por tanto, daos
prisa y enviad a algunos para que
sepamos cuáles son vuestras inten-
ciones. 88 Pasadlo bien. Año ciento
cuarenta y ocho, el quince del mes
de Xántico.»
Luchas contra los pueblos vecino»
"i 9 1 Concluidos estos tratados, se
L¿* volvió Lisias al rey, y los ju-
díos se entregaron al cultivo del
campo. 2 Pero de los jefes que que-
daron en la región, Timoteo y Apo-
lonio, hijo de Genneo y Jerónimo y
Demofón, y a más de estos Nicanor,
gobernador de Chipre, no les deja-
ban vivir con piz y sosiego. 3 Por
otra parte, los de Jope cometieron
un crimen abominable. Invitaron a
los judíos que moraban entre ellos,
con sus mujeres e hijos, a subir en
unas barcas preparadas por ellos, co-
mo si no tuviesen contra ellos ene-
mistad alguna, J sino obrando con-
forme a una decisión tomada en co-
mún por la ciudad. Aceptaron ellos,
como deseosos de paz y sin sospe-
char nada malo ; pero, llegados a
alta mar, fueron echados al fondo no
menos de doscientos.
6 Cuando Judas se enteró de la
crueldad cometida contra sus conna-
cionales, dió órdenes a sus hombres ;
e invocando a Dios, justo juez, 8 mar-
chó contra los asesinos de sus her-
manos, y puso durante la noche fue-
go al puerto, incendió los navios y
mató a cuantos allí se habían refu-
giado. 7 Estando cerrada la plaza, se
retiró, pero con el propósito de vol-
ver otra vez v exterminar a toda la
* DF.SEANDl
paba, de hac
28 Menelao
quien se hab
tioqula
represi
pues : quiere cubrir con capa de generosidad la necesidad, que pal-
concesiones a los judíos.
la identidad del nombre ha hecho pensar en el sumo sacerdote, de
en los capítulos 4 y 5, que pudo después haberse refugiado en An-
aesta mucho imaginarse que los habitantes de Jerusalén se hiciesen
en situación tan delicada por un apóstata.
: sexto mes del calendario macedonio (ma
12
-abril),
íente durante el
¡taba entonces en poder de los sirios, que tenían
. Como se verá después, no fué un crimen particu-
población.
— 1794 —
12 s-1»
II MACASEOS
12 20-28
población de Jope. s Informado de
que los de Yamnia querían obrar de
forma semejante con los judíos allí
domiciliados, 9 cayó de noche sobre
los yamnitas, incendió el puerto con
las naves, de modo que los resplan-
dores del incendio se veían desde
Jerusalén, distante doscientos cua-
renta estadios.
10 Alejándose nueve estadios de allí,
en su marcha contra Timoteo, caye-
ron sobre él no menos de cinco mil
árabes y quinientos jinetes. " Em-
peñada una encarnizada lucha, los
Je Judas, con el auxilio de Dios, sa-
lieron vencedores ; y los nómadas,
vencidos, pidieron la paz a Judas,
comprometiéndose a darles ganado y
herles útiles en otras cosas. 12 Judas,
convencido de que podían prestarle
muchos servicios, hizo la paz con
ellos ; y dadas las manos, se retira-
ron a sus tiendas.
" Atacó después una ciudad fuer-
te, rodeada de foso con puentes le-
vadizos y altas murallas, poblada por
gentes de todas las naciones, que se
llamaba Caspín. 14 Los de dentro,
confiados en la firmeza de los muros
y en la provisión de víveres, se mos-
traban groseros con los de Judas,
insultándoles y profiriendo blasfe-
mias y palabras impías. 16 Los de Ju-
das, invocando al soberano Señor del
mundo, que, en tiempo de Josué, de-
rribó sin arietes ni máquinas de gue-
rra los muros de Jericó, asacaron con
fiereza la muralla. 16 Habiendo toma-
do la ciudad por la voluntad de Dios,
hicieron en ella una inmensa carni-
cería, hasta el punto de que el es-
tanque vecino, de dos estadios de
ancho, parecía como lleno de la san-
gre que a él había afluido.
17 Marchando de allí setecientos
cincuenta estadios, llegaron a Cara-
ca, a los judíos llamados tubianos.
18 No encontraron en este lugar a Ti.
moteo, porque, sin conseguir nada,
se había ido de aquella región, de-
iando en cierto lugar una muy fuerte
euarnición. 19 Pero los generales del
Macabeo, Dositeo y Sosípatro, mar-
inaron contra ella, y mataron a los
que Timoteo había dejado en guar-
nición, en número de más de diez
mil.
M El Macabeo organizó su ejército
por cohortes ; puso a aquellos dos al
frente de estos cuerpos, y avanzó
contra Timoteo, que tenía consigo
ciento veinte mil infantes y mil qui-
nientos jinetes. 21 Así que Timoteo
supo la llegada de Judas, envió las
mujeres y los niños y toda la impe-
dimenta a un lugar llamado Car-
nión; pues era un sitio inexpugnable
y de difícil acceso, a causa de lo que-
brado de todo el terreno.
" Al aparecer la primera cohorte
de Judas, el espanto se apoderó de
los enemigos. Porque la potencia del
que todo lo ve se manifestó de ma-
nera tan terrible, que todos se dieron
a la fuga, cada uno por su lado, de
suerte que muchas veces unos se he-
rían a otros y con las puntas de las
espadas se atravesaban. 23 Judas los
persiguió con encarnizamiento, hi-
riendo a aquellos criminales, y ma-
tando hasta treinta mil hombres. 24 El
mismo Timoteo, caído en manos de
los soldados de Dositeo y Sosípatro,
instaba con mucha astucia que le
dejasen libre, pues que tenía en 6u
poder a muchos de los padres y her-
manos de ellos, que no lo pasarían
bien si le mataban. 26 Asegurándoles
él con muchas palabras que los res-
tituiría incólumes, le soltaron, para
salvar a sus hermanos.
" Salió Judas contra Camión y con-
tra el santuario de Atargates, y dió
muerte a veinticinco mil hombres.
27 Después de esta derrota y matan-
za, dirigió Judas su armada hacia
Efrón, ciudad fuerte, donde moraba
Lisias y una muchedumbre de di-
versas naciones. Jóvenes robustos,
alineados ante los muros, luchaban
valerosamente, y dentro había gran
provisión de máquinas de guerra y
de provectiles. 28 Pero los judíos, in-
vocando al Omnipotente, que con su
13 Caspín : si es, como parece, lugar idéntico al Casfón de i Mac. 5, 26. 36, tendría-
mos en este lugar una descripción más amplia de la toma, que viene sólo afirmada
en 1 Mac.
11 Caraca : parece ser nombre propio, aunque el artículo griego pudiera hacerlo
pasar por nombre común (=campo fortificado). La localidad es desconocida y debía
de estar cerca de Camión (v. 21). || Tubianos : quizás de la región de Tob, al NO. de
Galaad.
21 Carnión : parece idéntico al Carnaím de 1 Mac. 5, 44.
x Aiargatis : diosa siria de la fecundidad ; tenía cabeza de mujer y cuerpo de
pez. Era adorada principalmente en Ascalón.
— 1795 —
12 2i)-3S
II MACABEOS
12 39-46
potencia aplasta las fuerzas enemi-
gas, se apoderaron de la ciudad y
lanzaron por tierra a veinticinco mil
de los que estaban dentro. 29 Par-
tiendo de allí, atacaron a Escitópo-
lis, distante de Jerusalén seiscientos
estadios. 3U Pero habiendo testimo-
niado los judíos, que allí moraban,
la benevolencia con que los escito-
politanos les habían tratado, y que
en los días de su infortunio les ha-
bían guardado muchas deferencias,
31 les dieron las gracias, exhortándo-
los a continuar siendo en lo sucesivo
benévolos con los de su linaje ; y se
volvieron a Jerusalén, próxima ya
la fiesta de las Semanas o Pente-
costés.
32 Después de la fiesta llamada
Pentecostés, marcharon contra Gor-
gias, general de los idumeos. 83 Este
salió con tres mil hombres de a pie
y trescientos de a caballo. 34 Se trabó
batalla y sucumbió un corto número
de judíos. 35 Un cierto Dositeo, jine-
te bravo del cuerpo de Bacenor, aga-
rró a Gorgias y, tirando fuertemente
de la clámide, quería coger vivo a
este hombre maldito ; pero vino so-
bre él un jinete tracio, que le cortó
el hombro, y así pudo Gorgias huir
a Maresa. 38 Los soldados de Esdrín,
que habían sostenido la lucha por
mucho tiempo, hallábanse extenua-
dos ; pero judas invocó al Señor,
para que pelease con ellos y fuese
su caudillo en el combate. 37 Entonó
en alta voz un canto de guerra en
lengua patria, y cayendo de impro-
viso sobre los de Gorgias, los puso
en fuga. ** Retrajo Judas su ejército
y lo condujo a la^ciudad de Odolam.
.Llegado el día séptimo, purificados
según la costumbre, celebraron allí
el sábado.
59 Al día siguiente, como la nece-
sidad lo requería, vinieron los de
Judas para levantar los cadáveres de
los caídos y con sus parientes depo-
sitarlos en los sepulcros de sus pa-
dres. 40 Entonces, bajo las túnicas de
cada uno de los caídos, encontraron
objetos sagrados de los dedicados a
los ídolos de Yamnia, que la ley pro-
hibía a los judíos. Fué entonces evi-
dente a todos que por esta cansa ha-
bían sucumbido. 41 Bendijeron, pues,
todos al Señor, justo juez, que había
manifestado las cosas ocultas ; " vol-
vieron a la oración, rogando que el
pecado cometido les fuese completa-
mente perdonado ; y el valiente Ju-
das exhortó al pueblo a conservarse
limpios de pecado, teniendo a la vis-
ta las consecuencias del pecado de
los que habían caído. ** Mandó en-
tonces hacer una colecta, en que re-
cogió hasta dos mil dracmas de pla-
ta, que envió a Jerusalén, para ofre-
cer un sacrificio expiatorio : obra
bella y noble, inspirada en el pensa-
miento de la resurrección ; H porque
si no hubiera creído que los caídos
en la batalla resucitarían, superfluo
y vano era orar por los muertos.
46 Además consideraba que a los que
mueren piadosamente les está reser-
vada una magnífica recompensa. 4° Y
esto es un pensamiento santo y pia-
doso. Por esto hizo el sacrificio ex-
piatorio por los muertos, para que
fuesen librados del pecado
ESCITÓPOLIS : literalmente, la ciudad de los escitas. Es Betsán, que recibió su
sobrenombre de Escitópolis por una colonia de escitas allí introducida. |[ Seiscientos
estadios : ciento once kilómetros aproximadamente, que corresponden exactamente a
!a distancia de Betsán a Jerusalén.
35 Un cierto Dositeo : no el oficial citado en el v. 19, sino un simple jinete de la
caballería judía mandada por Bacenor. || Cortó el hombro: de un golpe de sable
cortó el hombro y el brazo del jinete judío.
38 Odolam : es una antigua ciudad cananea, conocida ya en Gén. 38, 1. 12. Se ig-
nora su exacto emplazamiento. || Purificados: pues por el trato con paganos y el
contacto de cadáveres quedaban legalmente impuros.
40 Objetos sagrados: la Vulgata concreta bien estos objetos llamándolos donariis ,
esto es, exvotos de oro y plata, que existían en todos los templos paganos. Estos
habían sido cogidos en el reciente ataque a Yamnia. En el llevarlos consigo habría
siempre un sentido supersticioso o de amuleto.
45 Los que mueren : literalmente, los que duermen, metáfora paulina y litúrgica,
que está inspirada en la creencia de la resurrección. || Piadosamente: como lo ha
bfan hecho los soldados de Judas, que luchaban por sus principios religiosos. La falta
que cometieron, y que necesitaba expiación, no anulaba el mérito de la buena ac-
ción, y para la expiación de ella podían ser ayudados con las oraciones de los vivos.
** Pensamiento santo y imadoso : este fragmento afirma valientemente el dogma
de la resurrección, la existencia del purgatorio y la utilidad de las oraciones y su-
-1706-
13 i-"
II MACABEOS
13 i2-¡
Nueva invasión de Judea
"JO 1 El año ciento cuarenta v nue-
ve supieron los de Judas que
Antíoco Eupátor marchaba contra la
Judea con numerosas tropas, - y que
venía con él Lisias, su tutor v mi-
nistro del reino. Cada uno iba al
frente de un ejército griego de cien-
to diez mil infantes, cinco mil tres-
cientos jinetes, veintidós elefantes y
trescientos carros armados de hoces.
* Se había unido a ellos Menelao, que
con grande astucia animaba a la lu-
cha a Antíoco, no por la salud de
la patria, sino esperando ser resta-
blecido en su dignidad. ' Pero el Rey
de los reyes excitó la cólera de An-
tíoco contra aquel malvado : pues
como Lisias demostrase al rev que
aquél había sido la causa de todos
los males, ordenó fuese conducido a
Berea y muerto allí según el estilo
de aquel lugar. 6 Pues hav allí una
torre de cincuenta codos de alto, lle-
na de cenizas y coronada ñor una
máquina giratoria que de todos los
lados hace resbalar a la ceniza. " Con
ella precipitaba el pueblo, para dar
la muerte, al ladrón sacrilego o al
autor de algún otro crimen horren-
do. 1 Con tal muerte murió el impío
Menelao, sin conseguir el honor de
la sepultura. 8 Muy justo era que el
que cometió tantos pecados contra
el altar, cuyo fuego v ceniza son
puros, en la ceniza encontrase su
muerte.
* Marchaba el rey animado de sen-
timientos feroces, dispuesto a tratar
a los judíos con más crueldad que lo
había hecho su padre. ,0 Informado
de ello Judas, mandó al pueblo in-
vocar día v noche al Señor, para que
ahora, como en otras ocasiones, vi-
niese en auxilio de aquellos " que
estaban a punto de quedar sin lev,
sin patria y sin templo santo ; y que
no permitiese que el pueblo,' que
apenas había comenzado a respirar,
cayese sometido a naciones blasfe-
mas. 12 Cuando todos a una rogaron
así e imploraron al Señor misericor-
dioso con lágrimas y ayunos, y pos-
trados en tierra durante tres días
continuos, Judas los exhortó y man-
dó que se preparasen. 13 Después de
consultar aparte a los ancianos, re-
solvió emprender la marcha v resol-
verlo todo, con el auxilio de Dios,
antes de que el ejército del rey en-
trase en Judea y se hiciesen dueños
de la ciudad ; 14 encomendando la
suerte de la batalla al Creador del
mundo y exhortando a los suyos a lu-
char valerosamente hasta morir por
las leyes, por el templo, por la ciu-
dad, por la patria y sus institucio-
nes.
Condujo su ejército junto a Mo-
dín, 16 y dió a los suyos el santo y
seña : «A la victoria por Dios» ; y
con la flor de sus jóvenes acometió
durante la noche la tienda del rey,
mató en el campamento hasta dos
mil hombres y el mayor de los ele-
fantes con la tropa que llevaba en
la torre. 16 Al fin se retiraron victo-
riosos, dejando el campamento lleno
de espanto v turbación. 17 Cuando el
día comenzó a amanecer, todo estaba
acabado, gracias a la avuda con que
el Señor le protegía. 18 El rey, expe-
rimentada la audacia de los judíos,
intentaba apoderarse de las plazas
por astucia. 19 Marchó contra Betsur.
fuerte cindadela de los judíos ; pero
era rechazado y derrotado y se sen-
tía cada vez menos fuerte. 20 Judas
hacía llegar lo necesario a los de den-
tro. 21 Pero Rodoco, del ejército ju-
dío, descubrió a los enemigos los
secretos. Fué buscado, detenido y en-
carcelado. 22 Por segunda vez trató
el rey con los de Betsur, les tendió
la mano y la recibió de ellos, y se
retiró 23 Atacó a los de Judas, pero
fué vencido. Pero informado de que
Filipo, que había quedado con el go-
bierno de los negocios, se había re-
1 Q El ano ciento cuarenta y nueve : esta campaña, aunque enriquecida con de-
talles nuevos, es la misma que se narra en i Mac. 6, 18-47.
» Restablecido en su dignidad : ya que había sido destituido por Judas cuando lo»
judíos fieles recobraron su independencia.
4 Rev de los reyes: título que se daban a sí los revés orientales, pero que se
aplica aquí, como en el N. T. (Le. 17, 14; 1 Tim. 6, 5), al Dios verdadero. 1 1 Bfrea :
ciudad de .siria, situada entre Antioquía y Hierápolis, en la actual Alepo.
Maquina giratoria : se trata de una rueda sobre la que se colocaba al conde-
nado; al moverse aquélla, lanzaba al condenado en la masa de ceniza? ardientes,
con lo que el reo moría de asfixia.
" Quedó consternado : la sublevación de Filipo ponía en grande aprieto a Lisias
y fc-upator. Por esto convenía a toda costa el hacer la paz con los judíos.
— I7<?7 —
13 24-14 6
II MACABEOS
14 7-17
belado en Antioquía, quedó conster-
nado. Luego pidió la paz a los judíos
y juró todas sus justas peticiones.
Reconciliado ya con ellos, ofreció sa-
crificios, honró el templo v trató con
humanidad el lugar santo. 34 Al Ma-
cabeo le dió buena acogida, v le hizo
gobernador militar, desde Tolemaida
hasta la región de los Guerreinos.
K Pero al llegar a Tolemaida, los ha-
bitantes llevaron muy a mal tales
tratados, e indignados, no querían
cumplir lo estipulado. "Subió en-
tonces Lisias a la tribuna, defendió
lo mejor posible su causa; los per-
suadió, aplacó y dispuso favorable-
mente ; y luego se volvió a Antio-
quía. Así tuvo lugar la venida y
retirada del rey.
Alianza de Nicanor y Judas
"I A 1 Tres años después supieron
los de Judas que Demetrio, hi-
jo de Seleuco, había desembarcado
en el puerto de Trípoli con pode-
roso ejército y flota 5 y se había he-
cho dueño de la región, dando muer-
te a Antíoco y a Lisias, su tutor.
* Un cierto Alcimo, que había sido
antes sumo sacerdote y que en los
tiempos de la confusión se había con-
taminado, pensando que no tenía ya
modo alguno de salvación v de acce-
so al altar santo, * vino al rev De-
metrio el año ciento cincuenta y uno.
travéndole una corona de oro, una
palma y, además, algunos ramos de
olivo, como los que se ofrecían en
el templo. Por aquel día no hizo
nada más. 6 Pero encontró una oca-
sión propicia a su Perversidad ■ ha-
biendo sido llamado a conseio por
Demetrio, para preguntarle sobre las
disposiciones v designios de los lu-
dios, él respondió : L «Los judíos lla-
mados asideos, cuvo jefe es Judas
Macabeo, fomentan la guerra y las
sediciones y no dejan al reino vivir
en paz ; ' por lo cual yo, despojado
de los honores hereditarios (quiero
decir del sumo sacerdocio), he veni-
do ahora aquí, * mirando en primer
lugar con toda sinceridad por los in-
tereses del rey, y en segundo lugar,
para procurar también el bienestar
de mis conciudadanos ; pues, por la
temeridad de los anteriormente ci-
tados, toda nuestra nación sufre tan-
tos males. 6 Date cuenta, pues, tú,
I oh rey !, de todas estas cosas y mi-
ra por nuestro país v nuestra raza
abatida, con esa tu bondad que te
hace amable a todos. 10 Mientras Tu-
das subsista, es imposible que el Es-
tado encuentre la paz.»
" Dicho esto, los restantes amigos
del rey, que miraban con malos ojos
los asuntos de Judas, inflamaron más
el ánimo de Demetrio. " Este llamó
en seguida a Nicanor, comandante
anteriormente del cuerpo de elefan-
tes, v le nombró general de la ar-
mada de Judea, 13 y le hizo partir,
dándole orden de hacer perecer a
Tudas, dispersar a los suyos y esta-
blecer a Alcimo como sumo sacerdo-
te del augusto templo. 14 Los genti-
les, empero, que por temor de Judas
habían huido de la Tudea, se unieron
gregariamente a Nicanor, pensando
que el infortunio y desgracia de los
bidíos serviría a sus propios inte-
reses.
10 Cuando los judíos se enteraron
de la venida de Nicanor v del ata-
que de los gentiles, se cubrieron de
nolvo y oraban al que había estable-
cido a su 'pueblo para siempre v
nrotecido sin cesar, con signos ma-
nifiestos, su heredad. ™ A las órde-
nes de su caudillo, se pusieron des-
de allí luecro en marcha, y se vino
a dar la batalla junto a la aldea de
Desau. "Simón, hermano de Judas,
había entablado combate con Nica-
nor ; pero, turbado un momento por
M Guerreinos : el nombre varía en griesro ; parece tratarse de los habitantes de
la famosa ciudad de Gerar (Gén. 26, 1. 6), al SO. de Gaza.
-1 A 1 Trífoli : así llamada (=tres ciudades) porque se componía de tres colonia-*
iróximas una a otra. Era una ciudad fenicia antiquísima, al N. de Sidón.
* Ai.cimo : cf. 1 Mac. 7, 5. Como Jasón y Menelao, había causado grandes daños a
su pueblo con la apostasía y la adhesión a las costumbres pasranas.
* Ramos df olivo : éstos eran también de oro y simbolizaban la paz.
u Nicanor : quizas distinto de su homónimo, hijo de Patroclo, derrotado ya por
los judíos (8, 9 ss.j, pues en el v. 18 parece que oye hablar por vez primera del
valor de los de Judas.
■ Pfsau : no se ha identificado con certeza esta localidad, que es citada aquí
como única vez en la Biblia.
— 1798 —
1 4 18-29
II MACABEOS
14 30-3S
la repentina llegada de enemigos,
sufrió un ligero revés. "Con todo,
Nicanor, conociendo el valor de los
soldados de Judas y cuán animosa-
mente combatían por la patria, te-
mía resolver el asunto por la sangre.
18 Por eso envió a Posidonio, Teodo-
to y Matatías a proponer concertar
la paz. M Después de un largo exa-
men de las condiciones, el general
las comunicó a la muchedumbre, v
al convenir de común acuerdo, hi-
cieron conciertos de paz. 21 Señala-
ron el día en que los dos jefes se
reunirían para ello solos ; Judas se
presentó, y fueron colocadas dos si-
llas una frente a otra. M Judas, sin
embargo, había apostado hombres ar-
mados en lugares ventajosos, prepa-
rados a intervenir, no fuera que los
enemigos cometiesen alguna impre-
vista perfidia. Así tuvieron el con-
veniente coloquio.
a En adelante, Nicanor pasó algún
tiempo en Jerusalén sin hacer nada
injusto, y hasta disolvió las tropas
que gregariamente se le habían jun-
tado. " A Judas le tenía continua-
mente a su lado, pues sentía hacia
él una inclinación del afecto. 55 Le
exhortaba a que se casase y tuviese
hiios. Y, en efecto, se casó, vivió
felizmente y gozaba de la vida. x Pe-
ro Alcimo, al ver la mutua benevo-
lencia, tomó una copia de los pactos
concertados v se vino a Demetrio,
acusando a Nicanor de designios con-
trarios a los intereses del Estado
puesto que había dejado para reem-
plazarle a Judas, enemigo del reino.
" El rev salió de sí por el enojo, e
inducido por las calumnias de aquel
malvado, escribió a Nicanor, dicién-
dole que le habían desagradado loc
conciertos hechos v le ordenaba que
le enviase sin tardanza maniatado al
Macabeo a Antiomiía. 58 Al recibir
estas órdenes, Nicanor quedó cons-
ternado, y llevó muy a mal tener qn^
violar lo estipulado, sin que aquel
varón hubiese cometido nincuna in-
justicia. 9 Pero, como no podía opo-
nerse al rey, aguardaba una ocasión
propicia para ejecutarlo con alguna
estratagema.
*° Observando, por su parte, el Ma-
cabeo que Nicanor se conducía con
él más reservadamente y que sus re-
laciones habituales eran menos ami-
gables que de costumbre, pensó que
tal frialdad era un mal indicio ; v
así, reuniendo a muchos de los su-
yos, comenzó a guardarse de Nica-
nor. B Dándose éste (Nicanor) cuen-
ta de cuán hábilmente había sido
vencido por aquel varón (Judas), lle-
gó al augustísimo y santo templo,
mientras los sacerdotes ofrecían los
acostumbrados sacrificios, y les man-
ió que le entregaran a este hombre.
32 Como afirmasen ellos con jura-
mento que ignoraban dónde estaba
el hombre que buscaba, extendió su
diestra hacia el templo, 83 y juró así :
«Si no me entregáis maniatado a Ju-
das, derribaré a ras de tierra este
santuario de Dior, destruiré el altar
y elevaré aquí un templo magnífico
a Baco.» M Los sacerdotes, tendiendo
las manos al cielo e invocando al
que sin cesar había combatido por
nuestro pueblo, dijeron : 55 «Tú, Se-
ñor de todas las cosas, que de nada
necesitas, has tenido a bien que el
templo de tu morada esté en medio
de nosotros. 56 Conserva, pues, Se-
ñor santo de toda santidad, de aho-
ra para siempre limpia de toda man-
cha esta casa, que hace poco ha sido
purificada.»
Muerte hazañosa de Razias
37 Un cierto Razias, uno de los an-
cianos de Jerusalén, fué denunciado
n Nicanor. Era él amante de los ciu-
dadanos, conocido por su buena fa-
ma y llamado por su benevolencia
padre de los judíos. 34 En efecto, en
los tiempos pasados, al evitar el con-
tacto con los paganos, se había atraí-
do a sí 1a acusación de judaismo,
exponiendo con toda entereza por
a Se presentó : el texto en ésta y en la frase siguiente es muy incierto y oscuro.
56 Le exhortaba a que se casase : la paz se creía tan asegurada, que a Nicanor le
parecía tiempo muy apto para que Judas fundase un hogar y se diese a la vida fa-
miliar, en oposición a la guerrera.
* Para reemplazarle : en el pontificado.
a Llegó al templo : según i Mac. 7, 31, antes habían tenido un primer encuentro
con Judas en Cafarsalama.
■ A Baco : ya en tiempo de Antíoco Epifanes se había introducido este culto en
el templo de Jerusalén (6, 7).
— 179c, —
14 39-15 3
II MACABEOS
15 4-14
ello su cuerpo y su vida. " Desean-
do Nicanor dar una prueba de su
mala voluntad hacia los judíos, en-
vió más de quinientos soldados a
prenderle, " pues creía que el arres-
to de éste era un gran golpe a todos
los judíos. " Estando va la tropa a
punto de apoderarse de la torre, y
forzando la puerta de entrada, fué
dada la orden de prender fuego e
incendiar las puertas. Estando, pues,
Razias a punto de ser apresado, se
echó sobre su espada, 12 prefiriendo
morir noblemente antes que caer en
manos criminales y soportar ultrajes
indignos de su propia nobleza. 43 Pe-
ro como, a causa de la precipitación
d<: la lucha, no se hubiese herido
con herida mortal, y la tropa inva-
diera ya la casa, corrió resueltamen-
te sobre la muralla y se arrojó con
valentía sobre la tropa. 41 Se retira-
ron rápidamente al verle y se formó
un espacio libre, en medio del cual
cayó. 48 Pero, respiiando aún y enar-
decido su ánimo, se levantó mien-
tras le corría la sangre a torrentes ;
y a pesar de las graves heridas, atra-
vesó corriendo por entre la muche-
dumbre y se puso erguido sobre una
roca escarpada. 46 Allí, completamen-
te exangüe, se arrancó las entrañas,
las arrojó con ambas manos contra
la tropa, invocando al Señor de la
vida y del espíritu para que un día
se las devolviera de nuevo. Y de es-
ta manera murió.
Derrota de Nicanor
m
1 r * Informado Nicanor de que la*
tropas de Tudas andaban por
los lugares de Samaría, pensó ata-
carlas con toda seguridad en el día
de sábado. 2 Los judíos que le se-
guían a la fuerza, le dijeron : «No
los mates tan salvaje y bárbaramen-
te, sino honra el día que ha sido an-
tes honrado y declarado santo por el
que todo lo ve.» 3 A lo que aquel tres
veces malvado contestó si es que ha-
bía Soberano en el cielo que hubiera
mandado celebrar el día del sábado.
4 Y como ellos le respondiesen : «Sí,
el Señor, Dios vivo, Soberano del
cielo, es quien ha ordenado solemni-
zar el día séptimo» ; 6 «Pues vo, con-
testó él, soy soberano en la tierra,
y mando que se tomen las armas y
que se cumpla lo que conviene al
rey». Con todo, no pudo realizar su
malvado designio.
0 Mientras Nicanor soñaba, en su
insensato orgullo, levantar un trofeo
común con judas y los suyos, 7 el
Macabeo, puesta incesantemente su
plena confianza en el socorro que ob.
tendría del Señor, 8 exhortaba a los
suyos a no temer el ataque de los
paganos, sino antes bien, que, re-
cordando los auxilios venidos del
cielo en tiempos anteriores, espera-
sen también ahora que conseguirían
del Todopoderoso la victoria. * Y los
alentaba citándoles pasajes de la ley
y de los profetas ; y les recordaba,
además, los combates que habían
sostenido, infundiéndoles con esto
nuevo aliento. 10 Después de habei
reanimado su ardor, les puso a la
vista la perfidia de los gentiles y la
transgresión de sus juramentos, u ar-
mándoles a todos, no tanto con la
seguridad de sus escudos y lanzas
cuanto con la confianza de sus alen-
tadoras palabras. Principalmente ale-
gró a todos con la realización de un
sueño, absolutamente di^no de fe.
11 El sueño fué como sigue : El su-
mo sacerdote Onías, hombre bueno v
bondadoso, de venerable aspecto, de
suaves modales, de distinguido len-
guaje, que desde su niñez se había
dado a todas las prácticas de virtud,
tendía sus manos orando por toda la
comunidad de los judíos. " Después
se le apareció del mismo modo otro
varón, distinguido por la blancura
de sus cabellos y por su dignidad,
nimbado por una admirable y mag
nífica majestad. 14 Onías, tomando la
u Se echó sobre su espada : el acto, aunque en sí es condenable, por ser un sui-
cidio, tiene unos ráseos de nobleza que parecen obligarnos a salvar a lo menos la
bondad subjetiva de Razias. El escritor se pasma ante su arrojo y valentía, sin apro- *
bar el suicidio. Pudiera también concebirse una inspiración directa de Dios, como
la que tuvieron algunos mártires en ocasiones parecidas.
n Se arrancó las entrañas : sin duda, con la caída le había quedado el vientre
abierto.
-1 K " Jeremías : rozó siempre este profeta de Eran popularidad no sólo por el pa-
J-O pei importante que desempeñó en una época dolorosa de la Historia, sino por.
que en los tiempos evangélicos y en los posteriores del judaismo fué siempre una fi-
gura muy viva en la memoria de todos.
- r*o« —
15 !5"24
II MACABEOS
15 25-37
palabra, dijo: «Este es el amador de
sus hermanos, el que ora mucho por
el pueblo y la ciudad santa: Jere-
mías, el profeta de Dios.» 16 Y tendía
Jeremías su diestra, y entregaba a
Judas una espada de oro, y al en-
tregársela le decía: 18 «Toma" esta es-
pada santa, don de Dios, con la cual
destruirás a los enemigos.»
" Animados con estas tan hermo-
sas palabras de Judas, capaces de vi-
gorizar y elevar hasta el heroísmo las
almas jóvenes, resolvieron no atrin-
cherarse en el campo, sino lanzarse
valerosamente sobre el enemigo, y
luchando con todo valor decidir la
causa, puesto que peligraban la ciu-
dad, la religión y el templo ; 18 pues
la solicitud que tenían por las mu-
jeres, los hijos, los hermanos y pa-
rientes, era menor que la que sen-
tían por la más grande y primera de
todas las cosas : el tenmlo santo.
19 No era menor la inquietud de
los que habían quedado en la ciu-
dad, ansiosos por la lucha que se
iba a combatir fuera. 20 Cuando todos
aguardaban el próximo desenlace, los
enemigos se congregaban dispuestos
en orden de batalla ; los elefantes
estaban colocados en lugares conve-
nientes y la caballería en las alas ;
a al ver el Macabeo la inmensa mu-
chedumbre, el variado aparato de las
armas y la fiereza de los elefantes,
levantando las manos al cielo, invo-
có al Señor, hacedor de prodigios ;
pues sabía que la victoria no se al-
canza por la fuerza de las armas, si-
no que Dios la decide, otorgándola
a los que juzga dignos de ella. ■ La
invocación era como sigue : «Tú~ Se-
ñor, que enviaste tu ángel bajo Eze-
quías, rey de Judá, que mató del
ejército de Senaquerib a ciento ochen-
ta y cinco mil hombres. 53 envía aho-
ra también, Soberano de los cielos,
delante de nosotros un ángel bueno,
que infunda temor y espanto. M Por
la grandeza de tu brazo sean heridos I
los que llegan blasfemando contra tu
pueblo santo.» Y con esto terminó.
* Los de Nicanor avanzaban al son
de las cornetas y de los cantos gue-
rreros ; M en tanto que los de Judas
entablaron combate con los enemi-
gos entre oraciones y plegarias. 27 Y
mientras luchaban con las manos,
oraban a Dios en su corazón ; y asi
derribaron por tierra no menos de
treinta y cinco mil hombres ; y se
regocijaron grandemente con el au-
xilio manifiesto de Dios. 28 Acabada
la contienda y entregados a la ale-
gría, hallaron que entre los muertos
estaba Nicanor revestido de su ar-
madura. 29 En medio de un gran cla-
mor y alborozo, bendijeron al Señor
en la lengua patria. " Y el que en
cuerpo y alma estaba todo consagra-
do a la defensa de sus conciudada-
nos y había conservado para con sus
connacionales el afecto de la juven-
tud, ordenó cortar la cabeza a Nica-
nor, y su brazo hasta el hombro, y
llevarlos a Jerusalén. 81 Llegado allí,
convocó a los connacionales y sacer-
dotes ; y puesto en pie ante el altar,
mandó a llamar a los de la ciudacle-
la, 31 mostró a todos la cabeza del
impío Nicanor y la mano que este
blasfemo había extendido con tanta
insolencia contra la morada del To-
dopoderoso. 33 Hizo cortar en menu-
dos trozos la lengua de Nicanor y
echarlos a las aves, y suspender en-
frente del templo la mano y cabeza
como el precio de su insensatez. 84 Y
todos, levantando los ojos al cielo,
bendecían al glorioso Señor, dicien-
do : «Bendito el que ha conservado
pura su morada.» 86 La cabeza de Ni-
canor se colgó de la cindadela, pa-
tente a todos, como señal manifiesta
del auxilio del Señor ; 88 y por pú-
blico decreto determinaron todos no
dejar pasar este día sin solemnizar-
lo, 87 y que se celebrase el trece del
mes duodécimo — llamado Adar en
lengua siríaca — , un día antes del
día de Mardoqueo.
Auxilio manifiesto de Dios : la palabra griega epiíaneia parece aludir a alguna
aparición milagrosa que fuese vista por todo el ejército.
41 Mandó llamar a los de la ciudadela : la guarnición se componía de sirios y de
judíos apóstatas.
37 Lengua siríaca : o arameo. Es el dialecto que los judíos palestinenses hablaban
en esta época. || Día de Mardoqueo: o la fiesta de Purim, cuya institución se nos
narra ampliamente en el libro de Ester.
— 1801 —
15 38-39
II MA CABEOS
15 M
Epílogo
58 Así acaecieron los sucesos relati-
vos a Nicanor. Y como la ciudad des-
de aquellos días ha estado en pose-
sión de los hebreos, aquí pondré fin
a mi narración. 89 Si ésta está feliz-
mente concebida y ordenada, es lo
que deseaba yo ; pero si es imper-
fecta y mediocre, es todo lo que he
sabido hacer. 40 Como el beber vino
puro o sola agua no agrada, mien-
tras que el vino mezclado con agua
es suave y produce agradable delei-
te, así también la disposición agra-
dable del relato es lo que agrada a
los oídos del lector. Y con esto ter-
mino.
38 La ciudad ha estado en posesión de los hebreos : esta frase parece iudicar que
Jasón de Cirene escribía muy poco después de estos aconteciminetos y que nues-
tro autor-compendiador transcribió simplemente el epílogo de la obra. Pues según
i Mac. 9, después de morir Judas, aun fué ocupada Jerusalén por Báquides y Alcimo.
Relieve del Arco de Tito en Roma
Nuevo Testamento
DE LOS EVANGELIOS EN GENERAL
Ombre. — Evangelio primitivamente significó albricias ; luego pasó a
significar la misma buena nueva. En sentido cristiano significó la
Buena Nueva por antonomasia, «el mensaje de ¡a salud» humana
Triple fase del Evangelio. — La Buena Nueva de Cristo presentó tres
fases sucesivas : i) su realización histórica; 2) su anuncio o divulgación ;
3) su redacción escrita; es decir: 1) el Evangelio realizado; 2) el Evan-
gelio predicado; 3) el Evangelio escrito. Conviene determinar lo que fué
el Evangelio oral, que tiene por objeto el Evangelio realizado y es la base
del Evangelio escrito
El Evangelio oral. — La predicación apostólica hubo de ser, ajite todo
apologética : fiabían de probar que Jesiís de Nazaret era el Mesías e Hijo
de Dios. Los que creían en Jesu-Cristo, naturalmente concebían vivos de-
seos de conocer sus hechos y sus dichos, sus milagros y sus discursos.
Espontáneamente se harían eco de aquellas palabras del Maestro: «Dicho-
sos vuestros ojos, que vieron, y vuestros oídos, que oyeron» (Mt. 13, 16)
Tal fué el objeto de la catcquesis evangélica : suplir la visión y audición
personal. Para la realización de este ideal el hombre apropiado era Pedro
Aunque desprovisto de cultura refinada, era hombre inteligente y des-
pierto, que había observado atentamente cuanto Jesús había dicho y hecho
y lo conservaba grabado en su memoria. Dos cosas hubo de hacer Pedro:
seleccionar la materia y ordenarla. En cuanto a la selección, Pedro, hom-
bre perspicaz, pronto vió que lo que Jesús Itabía enseñado y obrado por su
propia iniciativa y conforme a un plan premeditado, se contenía princi-
palmente en su predicación galilaica; lo demás, liasta el último viaje a
Jerusalén, había sido más bien ocasional. Al ministerio galilaico se atuvo,
por tanto. El orden fué el que debía ser. La predicación de Galilea había
sido una serie de viajes y excursiones. Esta serie de viajes, ya de suyo
fácil de retener, la conservaba Pedro en su tenaz memoria. Con sólo se-
guir este orden itinerario se tenía el orden deseado, que era indirectamen-
te orden cronológico.
Esta predicación oral, iniciada en Jerusalén y dirigida a los judíos, al
ser trasladada más tarde a Antioquía y a Roma, hubo de adaptarse a la
mentalidad de los nuevos oyentes, griegos o latinos. De ahí las tres for-
mas o variedades del Evangelio oral: la jerosolimitana, la antioquena, la
romana. De ellas procedieron los Evangelios escritos.
(Ef. j, 13).
LOS EVANGELIOS
Los Evangelios escritos. — Fueron cuatro los admitidos por la Iglesia:
según Mateo, según Marcos, según Lucas y según Juan. La diferente per-
sonalidad de los autores y su relación respecto del Evangelio oral deter-
mina el carácter o rasgos diferenciales de los cuatro Evangelios escritos.
Para San Mateo, que era Apóstol y conocía personalmente cuanto Jesús
había dicho y hecho, el Evangelio oral fué simplemente una norma direc-
tiva, conforme a la cual él ordenó su propio Evangelio. Para San Marcos,
simple auxiliar de Pedro, la labor redaccional se redujo a poner por es-
crito el Evangelio oral de Pedro. Para San Lucas es su fuente de infor-
mación, la principal, sin duda, a base de la cual él ordena las múltiples
y variadas informaciones que va recogiendo. Para San Juan es algo pura-
mente extrínseco ; algo que él no quiere tocar, si ya no es, raras veces,
para completarlo, precisarlo o explicarlo.
El problema sinóptico. — El hecho de utilizar como fuente común el
Evangelio oral establece entre los tres primeros evangelistas notables afi-
nidades, en virtud de las cuales han sido denominados Sinópticos. Pero
la distinta manera de utilizarlo da origen a diferencias no menos notables.
¡•'.I conjunto de estas afinidades y diferencias constituye una concordia
discordante o una discordia concordante, que constituye el problema si-
nóptico. Las soluciones dadas a este problema se reducen a tres tipos
principales : la que busca la solución en la misma predicación oral, la que
apela a documentos escritos interpuestos y la que combina ambos elemen-
tos de solución. La primera solución, si se toma en cuenta el influjo de
Bernabé en los Evangelios escritos, explica satisfactoriamente el proble-
ma, así las afinidades como las discrepancias entre los Sinópticos.
Que explique las discrepancias no ofrece gran dificultad, supuestos los
rasgos característicos y diferenciales de los tres primeros Evangelios. Ni
es mucho mayor ¡a dificultad en explicar las afinidades. La principal
suelen hallarla en las expresiones, en esas interferencias verbales, tan
irregulares y caprichosas, que ocurren en los Sinópticos. Pero la que exis-
te entre San Lucas y San Marcos se explica por el común influjo de Ber-
nabé, cuyo pariente y auxiliar fué San Marcos y cuyo oyente había sido
en Antioquía San Lucas. Recuérdese que Bernabé fué quien trasladó a
Antioquía la forma helénica de la predicación jerosolimitana. Al reprodu-
cir San Marcos la forma jerosolimitana trasladada a Roma, no podía menos
de encontrarse muchas veces con San Lucas, que reproducía la misma
forma trasladada a Antioquía. Y las coincidencias verbales de la versión
griega de San Mateo con San Marcos y San Lucas son muy naturales si
se admite, como parece probable, que el autor de esta versión es el mismo
Bernabé, o, ii se quiere, Silas, que, sucesivamente compañero y auxiliar
de San Pablo y de San Pedro, al traducir a San Mateo empleaba espontá-
neamente las expresiones mismas de la catcquesis evangélica de los dos
grandes apóstoles, según le venían a la memoria.
Autenticidad, integridad, historicidad. — La autenticidad de los
Evangelios está garantida por una prueba documental, cual no puede pre-
sentarla a su favor, ni remotamente, ningún otro escrito de la antigüedad.
La integridad sustancial, exenta de notables alteraciones y especialmente
de interpolaciones, la han puesto en evidencia las numerosísimas y esme-
radísimas ediciones que hace más de cuatro siglos vienen haciéndose de
los Evangelios : ediciones hechas con los criterios más opuestos y rígidos,
todas, sin embargo, sustanciahncnte concordes. No es menos patente su
historicidad. Es tan manifiesto el tono de lealtad y sinceridad con que
liablan los evangelistas, y se muestran tan bien informados en aquello que
LOS EVANGELIOS
narran, que es imposible no darles entera fe. Además, la conformidad de
unos con otros y la exactitud reconocida de lodo cnanto ha podido com-
probarse por otras fuentes, corroboran su testimonio. Y esto que todos
generalmente admiten cuando se trata de hechos puramente naturales ,
rale igualmente cuando se trata de los milagros. Recusar entonces el tes-
timonio de los evangelistas no nace de principios de crítica histórica, sino
de puros prejuicios pseudofilosóficos, que lógicamente llevan al más cru-
do ateísmo.
Lengua y cronología. — A excepción de San Mateo, que escribió en ara-
meo, los demás evangelistas escribieron en griego. En cuanto al tiempo
de su composición, es enteramente cierto que los tres primeros Evangelios
se escribieron antes del año 63, y el cuarto, a fines del siglo I. Mayores
precisiones no pasan de ser probables. Es posible que San Mateo escri-
biese su Evangelio hacia el año 50, San Marcos hacia el año 55, San Lu-
cas hacia el año 60, San Juan hacia los anos 95-/00. La versión griega de
San Mateo, única que se conserva, debió de hacerse entre los años 60 y jo.
Comparación de los cuatro evangelistas. — Es interesante comparar los
rasgos comunes y los diferenciales de cada evangelista.
Ninguno de ellos hace literatura o escribe como literato; pero todos,
si no es Marcos, hacen obra literaria, tanto más apreciablc cuanto menos
resabiada de retórica académica. Ninguno de ellos escribe historia con
preocupaciones de arte o de ciencia; pero lodos han escrito verdadera
historia, narración verídica y fidedigna de hechos reales.
Desde el punto de vista propiamente literario, la obra de Marcos per-
tenece a la literatura oral o hablada; la de los demás, a la literatura es-
crita. La de Marcos podría calificarse de infraliteraria ; la de los otros
tres, de literaria, si no se prefiere calificarla, a lo menos la de Juan, de
sitpraüteraria.
Desde el punto de vista histórico, la obra de Marcos pertenece a la
historia popular; la de Mateo, a la historia erudita semítica; la de Lucas,
a la historia erudita helénica; la de Juan, a la historia filosófica o tras-
cendental.
El rasgo distintivo de Marcos es la viveza fresca y espontánea ; el de
Mateo, la coherencia y precisión algo esquemática; el de Lucas, la deli-
cadeza y suavidad penetrante ; el de Juan, la elevación y luminosidad.
Sobrepuestas las cuatro narraciones, Mateo da la línea, Marcos el co-
lorido, Lucas los matices, Juan la luz.
Marcos suministra el elemento humano, Mateo el elemento judaico,
laicas el elemento helénico, Juan el elemento divino.
De ahí resulta la imagen tínica en la historia: la del judío, que supera
el judaismo; la del hombre, que supera la humanidad: la del Hombre-
Dios, Jesús de Nazaret, el héroe y protagonista de la cuádruple narración,
que forma los cuatro libros del único Evangelio, que es el Evangelio de
Nuestro Señor Jesu-Cristo, el libro más hermoso que jamás se ha escrito.
INTRODUCCION
AL EVANGELIO DE SAN MATEO
l autor y su om.K.— Además de su doble nombre de Mateo y Lcví,
dos datos interesan especialmente : su apostolado y su anterior ofi-
ció de publicano. De ahí el doble sello personal que imprimió a su
obra. Como apóstol podía conocer el material evangélico tan bien como
Pedro o poco menos. Consiguientemente, primero en su Evangelio oral y
luego en su Evangelio escrito, pudo proceder con una libertad y seguridad
que no tenían ni Marcos ni Lucas. Si Mateo, por prudencia y por humil-
dad, mantuvo en sus líneas generales el plan prefijado por San Pedro, en
la ejecución pudo añadirle lo que en cada caso juzgase conveniente, sa-
cado del tesoro riquísimo de su experiencia y de su memoria. Pero ade-
más, por sus hábitos anteriores, era entre los apóstoles el hombre indicado
para redactar por escrito el Evangelio oral. Mientras que los principales
apóstoles, Pedro, Juan, Santiago, Andrés, habíati sido hombres de redes
y de anzuelos, San Mateo había sido hombre de pluma. Y el ejercicio de
la pluma en una oficina de aduanas había creado en él el espíritu de or-
den, claridad y precisión esquemática. Y éstas son precisamente las ca-
racterísticas de su Evangelio. Si a esto se añaden aquellas composiciones
suyas, históricas o doctrinales, y sobre todo aquella grandiosa visión ecle-
siológica, se comprenderá el grande aprecio que la antigüedad cristiana
hizo de la obra del apóstol y evangelista.
Destinatarios y objeto.— Los destinatarios del primer Evangelio fue-
ron los judíos de Palestina. En su Evangelio escrito, lo mismo que en su
Evangelio oral, San Mateo se dirige a los judíos creyentes, esto es, a los
que, previamente convencidos de la mesianidad de Jesús por el hecho de
la resurrección, habían abrazado la fe cristiana; mas no por esto pierde
de vista a los judíos incrédulos, con el fin de prevenir contra ellos y sus
falacias a los creyentes.
La tesis fundamental del primer Evangelio, la mesianidad y divinidad
de Jesús de Nazaret, es sustancialmente la misma que la de los otros
evangelistas. Tres rasgos, empero, caracterizan peculiarmente a San Ma-
teo: las frecuentes citas del Antiguo Testamento, la extensión y prepon-
derancia dada a los discursos de Jesús y la mención explícita de la Iglesia
y del primado de Pedro. Con estos elementos se precisa y concreta mara-
villosamente la divina mesiatiidad de Jesús, cuyo reino es el reino de los
cielos, que es la Iglesia.
SAN MATEO
Orden del primer Evangelio. — San Mateo no siempre mantiene el or-
den cronológico. Dónde se hallan estas inversiones aparece fácilmente
comparándole con San Marcos y San Lucas. Mientras en los capítu-
los 14-18 coincide con los paralelos de los otros dos sinópticos, en cambio,
en los precedentes capítulos 5-13 discrepa de ellos. En estos nueve ca-
pítulos, por tanto, hay que buscar las inversiones cronológicas.
Para hacerse cargo de lo que representan estas inversiones, conviene
analizar el contenido de esta parte sistemática de San Mateo. Comprende
estas siete secciones:
A (5-7) Sermón del monte.
B (8-g) Serie de milagros.
C (10) Instrucciones misionales.
D (11) Actitud reprobable de los judíos.
B (12, 1-21) Choque con los fariseos.
F (12, 22-50) Calumnias farisaicas.
G ( 13) Parábolas del reino de los cielos
Las secciones A D F G proceden rectilíneamente ; las transposiciones
sólo se hallan en las secciones B C E. La más llamativa es la sección B,
recopilación de hechos en gran parte ocasionales. La sección C, que debía
seguir a G, es una anticipación. La sección E, que debía preceder a A, es
un retraso motivado por la afinidad con F. A esto se reducen las inver-
siones de San Mateo: a una recopilación de hechos dispersos (B), una an-
ticipación (C) y un ligero retraso (E).
Plan.— El primer Evangelio se divide en tres partes desiguales: 1) la
infancia ; 2) la vida ipública ; 3) la consumación. Dentro de la vida pú-
blica pueden distinguirse estos cinco períodos :
1) Período de preparación : investidura del Mesías (3-4).
2) En Galilea: el Mesías mal acogido (5-13).
3) Al N. y al E. de Galilea: la Iglesia en perspectiva (14-18).
4) Camino de Jerusalén (ig-20).
5) En Jerusalén: entrada triunfal del Mesías (21-25).
-S-
1 1-13
SAN MATEO
1 1-13
EVANGELIO DE SAN MATEO
Genealogía de Cristo, i, 1-17 ( = Lc. 3, 23-38)
"i 1 Libro de la generación de Jesu-Cristo,
hijo de David, hijo de Abraham.
2 Abraham engendró a Isaac,
Isaac engendró a Jacob,
Jacob engendró a Judá y a sus hermanos,
* Judá engendró a Farés y a Zará de Tamar,
Farés engendró a Esrom,
Esrom engendró a Aram,
' Aram engendró a Aminadab,
Aminadab engendró a Naasón,
Naasón engendró a Salmón,
6 Salmón engendró a Booz de Rahab,
Booz engendró a Jobed de Rut,
Jobed engendró a Jesé,
* Jesé engendró a David el rey.
David engendró a Salomón de la que fué mujer de Urías,
* Salomón engendró a Roboam,
Roboam engendró a Abías,
Abías engendró a Asá,
* Asá engendró a Josafat,
Josafat engendró a Joram,
Joram engendró a Ozías,
"Ozías engendró a Joatam,
Joatam engendró a Acaz,
Acaz engendró a Ezequías,
10 Ezequías engendró a Manasés,
Manasés engendró a Amón,
Amón engendró a Josías,
u Josías engendró a Joaquim,
Joaquim engendró a Jeconías y sus hermanos
al tiempo de la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia,
Jeconías engendró a Salatiel,
Salatiel engendró a Zorobabel,
13 Zorobabel engendró a Abiud,.
-J 1 Libro de la generación es lo mismo que tabla genealógica. Su objeto es demos-
-*- trar la transmisión de la realeza mesiánica desde Abrahñn y David hasta Jesu-
cristo.
2 Engendró : 110 consta con certeza que el verbo «engendrarn tenga en toda la
lista genealógica el sentido de generación natural e inmediata.
u A Joaquim : esta adición, mencionada por San Ireneo y San Jerónimo y conser-
vada por varios códices importantes, parece exigida por el contexto.
1 14-20
SAN MATEO
1 21-22
Abiud engendró a Eliacim,
Eliacim engendró a Azor,
" Azor engendró a Sadoc,
Sadoc engendró a Aquim,
Aquim engendró a Eliud,
15 Eliud engendró a Eleazar
Eleazar engendró a Matan,
Matán engendró a Jacob,
10 Jacob engendró a José, el esposo de María,
de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
" Todas las generaciones, pues, desde Abraham hasta David,
son catorce generaciones ;
y desde David hasta la deportación a Babilonia,
catorce generaciones ;
y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo,
catorce generaciones.
Zozobras de San José sosegadas.
i, 18-25
a La generación de Cristo fué así.
Desposada su madre María con José,
antes de que cohabitasen se halló
que había concebido, [lo cual fué]
por obra del Espíritu Santo. 19 José,
su marido, como fuese justo y no
quisiese infamarla , resolvió repu-
diarla secretamente. 20 Estando él en
estos pensamientos, de pronto un án-
gel del Señor se le apareció en sue-
ños y le dijo : «José, hijo de David,
no temas recibir en tu casa a María,
tu mujer, pues lo que se engendró
en ella es del Espíritu Santo. 21 Da-
rá a luz un hijo, y le pondrás por
nombre Jesús, porque El salvará a
su pueblo de sus pecados.» 23 Todo
esto ha acaecido a fin de que se
cumpliese lo que dijo el Señor por
el profeta que dice (Is. 7, 14) :
18 La estructura de este versículo, cuya lección es enteramente segura, es diferente
de la de los versículos anteriores. José, por tanto, no fué padre natural de Jesús. Lo
fué, con todo, legal o jurídicamente. El matrimonio de José con María, si bien con-
traído, por la libre voluntad de ambos esposos, con la condición de no consumarse,
fué, con todo, verdadero matrimonio. En virtud de él podía José transmitir a Jesús
los derechos dinásticos recibidos de los patriarcas sus progenitores. Y tal es la mente
del evangelista.
a CATORCE generaciones : esta observación es un indicio del carácter sistemático
o artificioso de la tabla genealógica.
'* La generación de Cristo : explica el evangelista el misterio de la concepción vir-
ginal de Jesús. San Mateo y San Lucas, literariamente independientes, coinciden en
la declaración del gran misterio.
19 Su marido : en virtud de los esponsales, el esposo judío, en posesión ya de todos
los derechos conyugales, podía llamarse marido de la esposa. || Como... no quisiese
infamarla : tal fué la base de las deliberaciones de José : no comprometer la honra
de su esposa. En consecuencia, resolvió repudiarla secretamente : José, sin sospechar
de la inocencia de María, que le era bien conocida, quiso desentenderse de un negocio
que no entendía, dejándolo todo en manos de la divina Providencia. No menos que
la prudencia y moderación de José es de maravillar el humilde silencio de María,
que con una sola palabra hubiera podido disipar aquella tormenta. Pero creyó que
no era ella, sino Dios, quien había de revelar el misterio. Y Dios no faltó.
20 Recibir en tu casa: es lo mismo que celebrar la solemnidad de las bodas. || Es
DEL Espíritu Santo : la maternidad de María fué virginal, sin intervención de varón,
y sobrenaturaliuente divina, efecto de una acción del Espíritu Santo, que fuera" de
todas las leyes naturales dió por sí mismo fecundidad al seno virginal. Como miste-
rioso complemento de la paternidad de Dios Padre, como íntima cooperación con el
Espíritu Santo, como, principio de la vida humana del Hijo de Dios, la divina ma-
ternidad es un triple contacto con la divinidad, que consagra y santifica a María.
21 Ha de salvar a su pueblo de sus pecados : estas palabras son una declaración
de la significación del nombre de Jesús, en hebreo Yehoshuah (=Yahvé salva o Sa-
lud de Yalivc). Con ellas declara el ángel el carácter sotcriológico de la encarnación
y la espiritualidad de la obra mesiánica, tan ajena a las fantasías terrenas y nacio-
nalistas de los judíos.
M A fin de que se cumpliese : declara el evangelista que con la generación virginal
de María se cumplió la célebre profecía de Isaías. Tal declaración del hagiógrafo di-
— 10 —
1 23-2 1
SAN MATEO
13 He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo,
y llamarán su nombre Emmanuel,
que traducido quiere decir Dios con
nosotros. M Despertado José del sue-
ño, hizo como le ordenó el ángel del
Señor, y recibió consigo a su mu-
jer ; * ía cual, sin que él antes la
conociese, dio a luz un hijo, y él le
puso por nombre Jesús.
dos de las regiones orientales llega-
ron a Jerusalén, 2 diciendo :
— ¿ Dónde está el rey de los judíos
que nació? Pues vimos su estrella en
el oriente, y vinimos a adorarle.
3 Oído esto, el rey Herodes se tur-
bó y toda Jerusalén con él. 4 Y con-
vocados todos los jefes de los sacer-
dotes y los escribas del pueblo, se
informó de ellos sobre dónde había
de nacer el Mesías. 5 Y ellos le di-
jeron :
— En Belén de la Judea, pues asi
está escrito por el profeta (Miq. 5,
Adoración de ¡os Magos. 2, 1-12
21 Nacido Jesús en Belén de la
Judea en los días de Herodes el
rey, he aquí que unos Magos veni-
' Y tú, Belén, tierra de Judá,
de ningún modo eres la menor entre los príncipes de Judá ;
porque de ti saldrá un jefe,
que pastoreará a mi pueblo Israel.
' Entonces Herodes, habiendo lia- I del tiempo en que había aparecido la
mado secretamente a los magos, se estrella.; " y enviándolos a Belén, di-
informó exactamente de ellos acerca I jo :
yutamente inspirado es una garantía divina sobre el carácter mesiánico del vaticinio.
Lo que afirma el hagiógrafo lo afirma Dios.
n ' Herodes : Herodes I, llamado el Grande, padre de Herodes Antipas, que luego se
" menciona en la vida pública de Jesús. || Mago. En el antiguo Irán, país origina-
rio de los magos, la palabra «mago» significaba «partícipe del don». Este «don» era
la doctrina religiosa recibida de su maestro Zoroastro. En esta doctrina resaltaba el
anuncio de tres «auxiliadores», el último de los cuales ofrecía notables puntos de
semejanza con el Mesías de los judíos. Al entrar en contacto con los judíos en tiem-
po de Ciro, pudieron los magos recibir de ellos algún influjo que modificara sus pri-
mitivas doctrinas. Con esto estaban preparados para entender, con la luz de la divina
ilustración, la significación religiosa del Rey de los judíos, cuyo nacimiento iba a
anunciar una estrella. Sobre las regiones orientales de donde vinieron los magos,
dos son las opiniones más acreditadas. Según unos, los magos vienen de la Arabia ;
según otros, de Persia. La autoridad de los Padres más antiguos y la tradición ico-
nográfica, además de otras razones, dan mayor probabilidad a la segunda opinión.
A los datos históricos se fueron acumulando con el tiempo otros legendarios. A partir
del siglo VI se creyó que los magos eran reyes, llamados Melchor, Gaspar y Balta-
sar. El dato no evangélico más verosímil es que los magos fueron tres.
2 El Rey de los judíos era para los magos no un rey vulgar, sino el Mesías,
entonces umversalmente esperado. || Su estrella: parece haber sido un meteoro
luminoso extraordinario. La frase vimos su estrella en el oriente significa «vimos
los habitantes de las tierras orientales brillar su estrella en el cielo de aquellas
regiones».
3 Herodes se turbó : no es de maravillar que el intruso se turbara a la noticia
de haber nacido un peligroso competidor de su dinastía, no muy segura en el trono
de Israel. Creyera o no en las profecías mesiánicas, se propuso dar disimuladamente
un golpe certero que acabase de una vez con aquel competidor, real o imaginario.
Deseoso de conocer exactamente el lugar en que pudiera haber nacido, convocó a los
que mejor podían saberlo, los sacerdotes y los escribas.
e En Belén : reconocen los mismos judíos el carácter mesiánico de la profecía de
Miqueas.
• Entre el texto evangélico de ningún modo eres la menor y el texto hebreo, que
llama a Belén pequeña, se ha operado un cambio, debido probablemente a los mis-
mos escribas o a sus maestros. Sin intención de corregir al profeta o de enmendar
el texto, se quiso poner de relieve la grandeza moral de Belén (implícita en el texto
original) por ser la cuna del Mesías.
T Se informó de ellos exactamente : dato interesante para establecer la cronología
del nacimiento de Jesús, que fué entre los años 747 y»749 de Roma, probablemente
2 9-13
SAN MATEO
2 14-18
— Id y tomad exacta información
acerca del niño ; y cuando le hubie-
reis hallado, dadme aviso, para que
yo también vaya y le adore.
° Ellos, oído lo que les dijo el rey,
se pusieron en camino ; y de pronto
la estrella que vieron en el oriente,
iba delante de ellos, hasta que lle-
gando adonde estaba el niño se paró
encima. 10 En viendo la estrella, ellos
se alegraron con trozo sobremane-
ra grande. " Y entrando en la casa,
vieron al niño con María, su madre ;
y postrándose en tierra le adoraron,
y abriendo sus tesoros le ofrecieron
presentes, oro, incienso y mirra. 12 Y
avisados por Dios en sueños que no
volviesen a Herodes, por otro cami-
no se tornaron a su tierra.
Huida a Egipto. 2, 13-15
13 Así que se partieron, he aquí que
un ángel del Señor se aparece en
sueños a José, diciéndole : «Leván-
tate, toma contigo al niño y a su
madre y huye a Egipto, y estáte allí
hasta que yo te diga, porque Hero-
des va a buscar al niño para acabar
con él.» 14 El, levantándose, tomó
consigo al niño y a su madre, de no-
che, y se refugió en Egipto ; 15 y es-
tuvo allí hasta la muerte de Hero-
des, para que se cumpliese lo dicho
por el Señor por boca del profeta
(Os. 11, 1) : «De Egipto llamé a mi
hijo.»
Matanza de los Inocentes. 2, 16-18
" Entonces Herodes, viéndose bur-
lado por los magos, se enfureció en
extremo, y mandó matar a todos los
niños que había en Belén y en to-
dos sus contornos de dos años para
abajo, según el tiempo exacto que
había averiguado de los magos. "En-
tonces se cumplió lo dicho por boca
del profeta Jeremías (13, 15) :
18 Una voz se oyó en Ramá,
llanto y gran lamentación :
era Raquel que lloraba sus hijos,
v no quería ser consolada, pues ya no existen
el 748, unos seis años antes de la era vulgar. En todo este hecho brilla esplendorosa
la gran verdad consignada por San Pablo (Rom. 8, 28), que «Dios coordina toda su
acción al bien de los que le aman».
"La estrella... iba delante... se paró: semejantes expresiones difícilmente se ex-
plican sino en la hipótesis de que la estrella era un meteoro luminoso que se mo-
viera a poca distancia de la tierra.
11 En la casa : es verosímil que, una vez pasada la afluencia de gente, motivada
por el censo, buscase y hallase José una casa de Belén, adonde se trasladaría, de-
jada la cueva en que había nacido Jesús. || Oro, incienso y mirra : es común atribuir
a estos dones significación simbólica : el oro simboliza la realeza de Jesús ; el in-
cienso, su divinidad ; la mirra, su mortalidad.
12 En sueños : durante el sueño Dios les habló de manera que ellos entendieron
ser Dios quien les hablaba. || Por otro camino: entrando en el desierto que se
extiende al E. de Belén, en pocas horas pudieron llegar al mar Muerto y al Jordán ;
y desde allí se tornaron a su tierra.
u Luego que ellos se hubieron partido : los acontecimientos se desarrollan rApl-
damente. || Huye : esta partida fué una fuga. Comienza a cumplirse la profecía de
Simeón. |¡ Egipto era el ordinario refugio de todos los desterrados de Israel. La
numerosa colonia de judíos allí residentes podía prometer buena acogida. En todo
este hecho es admirable la fe y la obediencia de José : el hombre de la fidelidad más
abnegada, del trabajo oscuro y callado : digno consorte de la Madre de Dios.
u Se refugió en Egipto : no es muy antigua ni muy segura la tradición que- se-
ñala a Matarieh, no lejos de El Cairo, como refugio de la Sagrada Familia.
15 La muerte de Herodes ocurrió por marzo o abril del año 750 de Roma, cuatro
ñutes de la era cristiana. Como, por otros indicios, la muerte del tirano siguió de
cerca a la matanza de los Inocentes, no hubo de ser muy larga la permanencia de
la Sagrada Familia en Egipto.
16 Todos los niños... : difícilmente pasarían de medio centenar los niños menores
de dos años que habría entonces en Belén y en todos sus contornos. Pero ¡ironías
de la divina Providencia! El único niño que el tirano intentaba matar es el único
que escapa a la matanza.
v-a En Rama, a ocho kilómetros al N. de Jerusalén, se reunieron los judíos (de
las dos tribus de Judá y de Benjamín) que debían ser deportados a Babilonia. A la
2 19-23
SAN MATEO
31-6
Vuelta a Nazaret. 2, 19-23
" En habiendo muerto Herodes, he
aquí que un ángel del Señor se apa-
rece en sueños a José en Egipto,
"y le dice : «Levántate, y toma al
niño v a su madre, v marcha a tie-
rra de Israel, porque han muerto ya
los que atentaban la vida del niño.»
11 El, levantándose, tomó al niño y
a su madre, y entró en tierra de Is-
rael. P Mas habiendo oído que reina-
ba Arquelao en Judea en lugar de
Herodes, su padre, temió ir_ allá ;
pero, avisado por Dios en sueños, se
retiró a la región de Galilea ; a y
llegado allá, se estableció en una ciu-
dad llamada Nazaret, para que se
cumpliese lo dicho por los profetas,
que se llamaría Nazareo.
Juan Bautista en el Jordán. 3, 1-6
(=Mc. 1, 2-6 =Lc. 3) 3-6)
3' Por aquellos días se presenta
Juan el Bautista predicando en
el desierto de la Judea, 2 diciendo :
«Arrepentios, pues está cerca el rei-
no de los cielos.» 3 Pues éste es
el anunciado por el profeta Isaías,
cuando dice (40, 3) :
Voz de uno que clama en el desierto :
Aparejad el camino del Señor,
enderezad sus sendas.
1 Y él, Juan, tenía su vestido he-
cho de pelos de camello y un ceñi-
dor de cuero alrededor de sus lo-
mos ; y su mantenimiento era lan-
gostas y miel silvestre. 6 Entonces
salían a él Jerusalén y toda la Judea
y toda la comarca del Jordán, 8 y
eran por él bautizados en el río Jor-
dán, confesando sus pecados'.
vista de tan triste espectáculo, Jeremías introduce a Raquel, la madre de Benjamín,
cuyos lamentos se oyen en Ramá. Además, el sepulcro de Raquel, según una anti-
quísima tradición, estaba cerca de Belén. Con esto se hace poéticamente verosímil la
nueva intervención de Raquel, que, conmovida en su sepulcro, se hace eco del llanto
de otras madres que lloran la muerte de sus hijos, pues ya no existen.
19 En habiendo .muerto Herodes, he aquí que... : el sentido natural de la frase
indica que la orden de repatriación siguió inmediatamente a la muerte del tirano.
20 Han muerto : hablando de sólo Herodes, emplea el ángel el plural llamado de
categoría.
22 Arquelao reinaba : durante los primeros meses de su gobierno, Arquelao, hijo
de Herodes, tomó el título de rey, que poco después Augusto le obligó a trocar por
el más modesto de etnarca.
23 Por los profetas : el empleo del plural indica que San Mateo no cita algún
profeta determinado, sino más bien el contenido genérico de algunas profecía» me-
cánicas. || Nazareo : expresión algo enigmática, cuya interpretación más fundada
parece debe buscarse en el doble hecho del descrédito de Nazaret y de la denomina-
ción de Xazarco o Nazareno, con que era apellidado Jesús. Las glorias del nombre
de Jesús parecían quedar eclipsadas con el desprestigiado sobrenombre de Nazareno.
La cruz aun en el nombre.
O Antes de presentar al Mesías, el evangelista presenta a su Precursor : su per-
sosa y acción, su predicación, su primer encuentro con Jesús en el bautismo.
1-6 Contiene esta sección : 11 la presentación de Juan ; 2) el tema de su predica-
ción ¡ 3) el objeto de su misión ; 4) la austeridad de su vida ; 5) el concurso de
Eente ; 6) el resultado de su ministerio
* El desierto de la Judea : parece ser el valle del Jordán hacia el S. de Jericó.
2 Dos puntos principales comprendía la predicación del Bautista : el arrepenti-
miento y el anuncio del reino de Dios. || El reino de los cielos: expresión carac-
terística de San Mateo, en vez de la común reino de Dios. Con ella se designa el
origen y carácter celeste de este reino, contrapuesto al reino terreno fantaseado por
los judíos de entonces.
' Representa Isaías al Precursor bajo la imagen de un heraldo enviudo a preparar
en el desierto los caminos de un gran rey que va a venir. Esta preparación no era
otra cosa que las disposiciones morales con que Israel había de recibir a su esperad"
Mesías.
4 Ceñidor de cuero: con él se ceñía la túnica. || Langostas de tierra: aun hoy
día las comen los beduinos. || Miel silvestre: sustancia dulzona segregada por al-
gunos árboles y arbustos, como los tamarindos.
" Confesando sus pecados; algunos, por lo menos, que más agravasen la conciencia.
3 7-12
SAN MATEO
3 13-16
Predicación del Bautista. 3, 7-12
( = Mc. r, 6-8 =Lc. 3, 7-18)
' Y viendo a muchos de los fari-
seos y saduceos que venían a su bau-
tismo, les dijo : «Engendros de ví-
boras, ¿ quién os mostró el modo de
huir de la ira inminente ? 8 Haced,
pues, fruto digno que sea la peni-
tencia. 8 Y no se os ocurra decir den-
tro de vosotros : Padre nuestro es
Abrahán. Porque os digo que pode-
roso es Dios para hacer surgir de
estas piedras hijos a Abrahán. 10 Y ya
el hacha está puesta a la raíz de los
árboles. Todo árbol, pues, que no lle-
ve fruto bueno es cortado y echado
al fuego. 11 Yo os bautizo en agua
para penitencia ; mas el que viene
tras de mí es más fuerte que yo, cu-
yo calzado no soy digno de llevar en
mis manos ; él os bautizará en Es-
píritu Santo y fuego. 12 En su mano
tiene su bieldo, y limpiará su era, y
allegará su trigo en su granero; mas
la paja la quemará con fuego inex-
tinguible.»
Bautismo de Jesús. 3, 13-17 ( = Mc. 1,
9-11 =Lc. 3, 21-22 =Jn. 1,31-34)
" Entonces Jesús , llegado desde
Galilea al Jordán, se presenta a Juan
para ser bautizado por él. "Mas Juan
le ataja diciendo :
— Yo tengo necesidad de ser bau-
tizado por ti; ¿y tú vienes a mí ?
16 Respondiendo Jesús, le dijo :
— Déjame hacer ahora, pues así
nos cumple realizar plenamente toda
justicia.
Entonces le dejó hacer. " Así que
fué bautizado, Jesús subió luego del
agua. Y he aquí que se le abrieron
7-13 Este discurso consta de dos partes marcadamente distintas : la primera es una
exhortación a los que salían para ser bautizados ; la segunda, una respuesta a los
que sospechaban ser Juan el Mesías. Las múltiples afinidades entre la exhortación
y la respuesta permitieron a San Mateo acoplarlas en un solo discurso coherente.
' Fariseos y saduceos : San Mateo es el único entre los sinópticos que nota la
presencia de los jefes. El ánimo con c¡ue venían a su bautismo se deja entender por
las invectivas que contra ellos lanza el Bautista.
8 Fruio digno que sea la penitencia : es decir, habéis de llevar fruto, fruto digno
de Dios y de vosotros, correspondiente al momento providencial en que nos halla-
mos ; y este fruto no es otro que el arrepentimiento de vuestros pecados y la total
transformación de vuestro corazón.
6 Tenemos por padre a Abrahán : tal fué la gran aberración de los judíos : vincu-
lar a la raza lo que Dios tenía prometido a la posteridad espiritual de Abrahán. ||
Poderoso es Dios para hacer surgir de estas piedras hijos de Abrahán : predicción
velada de la vocación de la gentilidad.
10 El motivo para hacer penitencia es el juicio de Dios : el doble juicio de discer-
nimiento y de sanción. El juicio de discernimiento entre buenos y malos se hace
según que los hombres lleven o no fruto bueno. El juicio de sanción se representa
bajo la imagen de un árbol que es cortado y echado al fuego.
a En nada mostró; mejor el Bautista su grandeza que en la lealtad y humildad
con que rebaja su persona y su bautismo en razón de exaltar la persona y el bau-
tismo del Mesías. || Yo os bautizo en agua para penitencia: el bautismo de Juan no
producía la justificación de los pecados : sólo disponía el corazón al arrepentimiento ;
al contrarío del bautismo cristiano, que la produce ex opere operato. || El os au-
tizará en Espíritu S»nto : la acción y la donación del Espíritu Santo es el elemento
diferencial del bautismo cristiano. || La adición y fuego expresa metafóricamente la
eficacia del Espíritu Santo en borrar radicalmente los pecados y también la efer-
vescencia y potencia invasora de la nueva vida que infunde.
u Entonces : era probablemente hacia fines del año 26 o principio del 27 de
nuestra era.
M i Y tú vienes a mí ? Juan, que con noble altivez se encara con los fariseos y sa-
duceos y los increpa duramente, ante Jesús se abate y anonada.
a Toda justicia : todo lo que es justo a los ojos de Dios. El bautismo entraba en
los consejos de Dios como acto inicial de las actividades del Mesías, y en este sen-
tido, como cumplimiento de la divina voluntad, entraba en la categoría de justicia.
M El Espíritu de Dios : aunque Jesús, desde su misma concepción, poseía la ple-
nitud del Espíritu Santo, el descendimiento del Espíritu de Dios en el bautismo no
(ué de mero aparato. Al iniciar Jesús su carrera mesiánica, iniciaba igualmente el
Espíritu Santo su acción mesiánica, es decir, sus ilustraciones y mociones actuales,
dirigidas a guiar e impulsar la actividad del Mesías. Además, con esta señal divin»
recibía Juan la señal oficial v auténtica, que le habilitaba para dar testimonio del
Mesías.
— 14 —
3 "-4 2
SAN MATEO
los cielos, y vió el Espíritu de Dios
descender ¿ manera de paloma y ve-
nir sobre El. " Y he aquí una voz
venida de los cielos que decía : «Es-
te es mi Hijo amado, en quien me
agradé.»
Ayuno y tentaciones de Cristo. 4, 1-11
( = Mc. 1, 12-13 =Lc. 4, 1-13)
a 1 Entonces Jesús fué movido por
^ el Espíritu a subir al desierto
para que fuese tentado por el dia-
blo. : Y habiendo ayunado cuarenta
días y cuarenta noches, después sin-
tió hambre. 3 Y llegándose el tenta-
dor, le dijo :
—Si eres Hijo de Dios, di que es-
tas piedras se conviertan en panes.
* El, respondiendo, dijo :
— Escrito está : «No de sólo pan
vivirá el hombre, sino de toda pala-
bra que sale de la boca de Dios»
(Dt. 8, 3).
5 Entonces, tomándole el diablo, le
lleva a la santa ciudad, y le puso so-
bre el alero del templo, 6 y le dice :
— Si eres Hijo de Dios, échate de
aquí abajo ; porque escrito está (Sal.
90, 11-12) que
a sus ángeles ordenará acerca de ti,
y en las manos te tomarán,
no sea que tropieces con tu pie en alguna piedra.
" Este es mi Hijo amado : más literalmente, Este es el Hijo mío, el amado. La
significación de amado, casi equivalente de único, unida al doble artículo y a la so-
lemnidad de la proclamación divina, muestra claramente que Jesús no es uno de
tantos hijos adoptivos, sino con toda propiedad el Hijo Unigénito de Dios.— En vir-
tud de las señales divinas que lo acompañaron, el bautismo de Jesús puede llamarse
su investidura mesiánica, por cuanto fué una proclamación pública que dió estado
oficial a su realeza mesiánica. El bautismo es una epifanía de Cristo Mesías. Es
también un anuncio anticipado de la obra mesiánica. Si Cristo se presenta en él
como segundo Adán, solidario de nuestros pecados, con el mismo carácter recibe,
solidariamente con la humanidad, las divinas señales. La gracia del Espíritu Santo,
la filiación divina adoptiva, la herencia de la celeste bienaventuranza, fruto de la
obra mesiánica, se anuncian y prometen en el bautismo del Redentor. Por esto, el
mismo rito bautismal que simbólicamente unge y consagra a Cristo es el que real-
mente unge y consagra a los cristianos. Por esto también el bautismo cristiano se
administra en nombre de la Trinidad santísima, que se reveló en el bautismo de
Cristo.
A 1 Por el Espíritu : comienza el Espíritu Santo a gobernar los pasos del Mesías.
■* || Al desierto: probablemente la región montañosa, solitaria, hórrida y salvaje que
se levanta al O. de Jericó. || Por el diablo: por Satanás en persona.— Esta tentación
no es un episodio accidental : es una gran batalla, decisiva en el orden ideológico,
entre los dos jefes antagónicos : el del reino de Dios y el del reino de este mundo.
La táctica del enemigo era certera : valerse de las falsas concepciones mesiánicas,
corrientes entre los judíos, para desnaturalizar en su mismo origen la acción del
Mesías y la idea del reino de Dios. Y las tres sentencias escriturísticas, con que
Jesús rebate la tentación, son la síntesis de su programa mesiánico.
*-* Primera tentación : es un sondeo disimulado y una incitación a algo malo.
Por una parte, quería Satanás salir de las dudas, que ,le torturaban, sobre si aquel
hombre era o no verdadero Hijo de Dios. Por otra parte, incitaba a Jesús a que su-
peditase sus poderes mesiánicos a la satisfacción de una necesidad personal y ma-
terial. Con esto se materializaba el mesianismo. Un reino de Dios así materializado
y desnaturalizado, ya no inspira temores a Satanás. — A la sugerencia del tentador
opone Jesús un texto de la Escritura (Dt. 8, 3) en el cual se dice que no hace falta
el pan, cuando Dios tiene en su mano otros medios con que sustentar al hombre,
como sustentó a los israelitas con el maná en el desierto. Satanás ha fracasado ro-
tundamente. Ni ha logrado sonsacar a Jesús el secreto de su personalidad ni ha
conseguido que accediese a sus pérfidas instigaciones.
M La segunda tentación nace de la primera. Vencido con la confianza en Dios
y con un texto de la Escritura, Satanás parte de la confianza en Dios y de un
texto bíblico para tentar nuevamente a Jesús.
s Tomándole el diablo: no imaginaria, sino realmente. || El alero: alguna de
las cornisas que caían sobre los atrios del templo.
• Imaginando Satanás que Jesús sería tal vez asequible a un mesianismo apoca-
líptico, le sugiere una exhibición espectacular, que Dios, sin duda, acreditaría en-
viando sus ángeles.
4 7-11
SAN MATEO
4 12-21
7 Díjole Jesús : aquí que se llegaron le
— También está escrito (Dt. 6, 16) :
«No tentarás al Señor tu Dios.»
* De nuevo le toma el diablo y le
lleva a un monte sobremanera ele-
vado y le muestra todos los reinos
del mundo y la gloria de ellos, u y
le dijo :
— Todo esto te daré si postrándote
me adorares.
10 Entonces dícele Jesús :
— Vete de aquí, Satanás ; porque
escrito está (Dt. 6, 13) : «Al Señot
tu Dios adorarás, v a él sólo darás
culto.»
11 Entonces le deja el diablo ; y he
" Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, allende el Jordán,
Galilea de los gentiles :
" el pueblo sentado en las tinieblas
vió una gran luz,
y a los sentados en región y sombra de muerte
íes amaneció una lnz.
ángeles
Jesús en Galilea. 4, 12-17 ( = Mc. 1,
14-15 =Lc. 4, 14-15)
" Habiendo oído que Juan había
sido entregado, se retiró a Galilea.
1S Y dejando a Nazaret, se fué a ha-
bitar a Cafarnaúm la marítima, en
los confines de Zabulón y Neftalí,
11 para que se cumpliese lo anuncia-
do por el profeta Isaías cuando di-
ce (8, 23-9, 1) :
" Desde entonces comenzó Jesús a
predicar y decir : «Arrepentios, por-
que está cerca el reino de los cielos.»
Los primeros discípulos. 4, 18-22
( = Mc. i, 16-20 =Lc, 5, 1-11)
15 Y caminando por la ribera del
mar de Galilea, vió dos hermanos,
Simón, llamado Pedro, y Andrés, su
hermano, que echaban la red en el
mar, pues eran pescadores. 19 Y les
dice : «Venid en pos de mí, y os
haré pescadores de hombres.» 20 Y
ellos luego, dejadas las redes, le si-
guieron. 'n Y siguiendo de allí ade-
lante vió otros dos hermanos, San-
tiago, el hijo del Zebedeo, y Juan,
1 También fstá escrito : a un texto bíblico siniestramente interpretado opone Jesús
otio texto bíblico interpretado derechamente. No basta provocar a la Escritura : tam-
bién la herejía apela a ella. Tero a la falsa interpretación herética sale al paso la
auténtica interpretación católica. Tres medios existen para acertar en la recta in-
terpretación de la Escritura : el uso de los principios hermenéuticos, la tradición
patrística y el magisterio de la Iglesia, a la cual ha confiado Dios la custodia y ¡a
interpretación de las Escrituras. || No tentarás al Señor: a las fantasías de golpes
teatrales opone Jesús la humilde sensatez en no querer trastornar temerariamente 1
orden de las cosas, sabiamente establecido por la divina Providencia. I.a confianza
en Dios no ha de degenerar en loca presunción.
La tercera tentación es descarada. Desesperado y fuera de sí, el tentador su-
biere a Jesús la apostasfa. En vez de un agente de Dios, quiere hacer de él un
agente de Satanás ; en vez de Cristo, un anticristo.
8 A un monte : probablemente el monte mismo de la Cuarentena, donde Jesús
había pasado los cuarenta días.
' Todo esto te daré ! todo esto vale, aun a juicio de Satanás, la fidelidad del
hombre a Dios.
10 Vete de aquí, Satanás : al disimilo precedente sigue ahora la voz de imperio.
Conocer al tentador, lanzarlo de sí resueltamente : tal es la doble lección que no§
da el Maestro para vencer la tentación.
u Le deja ei. diablo : en espera de otra ocasión oportuna.
u En los confines de Zabulón y Neftalí : de las regiones antiguamente habitadas
por estas dos tribus.
17 Arrepentios ... : la predicación inicial del Mesías coincide con la primera pre-
dicación de su Precursor. Inicia Jesús su táctica prudente en revelar lenta y gra-
dualmente el misterio del reino de Dios.
M Pescadores de hombres : era frecuente en Jesús acomodar sus palabras a la si-
tuación presente.
a> Le siguieron : ya anteriormente Pedro y Andrés, probablemente también San-
Haeo y Juan, habían seguido a Jesús como discípulos (Jn. 1, ¡5-42; 2, 1-22); pero el
— 16 —
4 22-21
SAN MATEO
4 25-5 5
su hermano, que estaban en la nave
con Zebedeo, su padre, recomponien-
do sus redes, y los llamó. a Y ellos
luego, dejando la barca y a su pro-
pio padre, le siguieron.
Jesús enseña y obra milagros. 4, 23-25
(=Mc. 1, 39 ; 3, 7-8 =Lc. 4, 44 ;
6, 17-19)
73 Y discurría Jesús por toda la Ga-
lilea, enseñando en las sinagogas de
ellos, y predicando el Evangelio del
reino, "y curando toda enfermedad y
toda dolencia en el pueblo. M Y su
renombre se estendió por toda la Si-
ria ; y le presentaron todos los que
se hallaban mal, aquejados de dife-
rentes enfermedades y recios dolo-
res, endemoniados, lunáticos y para-
líticos, y los curó. 23 Y le siguieron
numerosas muchedumbres de Gali-
lea, de la Decápolis, de Jerusalén, de
Judea y de allende el Jordán.
Las bienaventuranzas. 5, 1-12
( = Lc. 6, 20-26)
r 1 V al ver las muchedumbres,
" subióse a la montaña ; y como
se hubo sentado, se le llegaron sus
discípulos. 2 Y desplegando sus la-
bios, les enseñaba, diciendo :
* Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
6 Bienaventurados los que están afligidos,
porque ellos serán consolados.
seguimiento, que era de afición espontánea, se convierte en profesión constante y
de por vida.
3 El Evangelio del reino : expresión feliz, que declara la sustancia y el carácter
de la predicación de Jesús.
* La Decápolis era la confederación de diez ciudades libres, que, si bien depen-
dientes del legado romano de Siria, gozaban de cierta autonomía.
FT 1 Este vers. es como el marco en que está encuadrado el sermón de la Montaña.
*» No es muy seguro que la Montaña sea el llamado Monte de las Bienaventuranzas
lüurn Hattin) : podía ser alguna de las colinas próximas a Cafarnaúm. ¡I Se le lle-
garon sus discípulos : antes del sermón, Jesús eligió los doce Apóstoles. Los oyentes
fueron no sólo los discípulo? habituales, sino también otros ocasionales, a los cualee
se fueron agregando otros muchos de la turba.
2 Les enseñaba : la reproducción del evangelista es sólo un compendio. Este com-
pendio no es un esquema o sinopsis, sino una selección de las principales sentencia*
del Maestro, literalmente reproducidas. — El tema fundamental del sermón es la
justicia del reino de Dios, propuesta bajo tres aspectos diferentes. Tras un prólo-
go (s, 3-16I, que termina con el enunciado del tema (5, 17-20), se declaran las tres
propiedades de la jtisticia mesiánica: su integridad objetiva y subjetiva (5, 21-48) ;
la rectitud de intención con que debe practicarse (6, i-i8> ; su intensidad absorben-
te (6, 10-34). Siguen, a modo de epílogo, varios avisos más prácticos (7, 1-27).
*~a Hay que tener presente el carácter mesiánico de las bienaventuranzas, que son
como un programa del reino de Dios. En cada una de ellas resaltan dos elementos :
una disposición moral o situación aflictiva y una recompensa celeste. Las situaciones
aflictivas no deben entenderse en sentido puramente material ni tampoco exclusiva-
mente espiritual. La sola pobreza efectiva carece de suyo de valor moral, y la sola
pobreza espiritual fácilmente es ilusoria. A pesar de su énfasis y relieve, las bien-
aventuranzas no son sentencias paradójicas aisladas, sino que tienen sus precedentes
en el Antiguo Testamento y sus derivaciones en los escritos apostólicos.
3 La plenitud de esta bienaventuranza recae sobre los que son a la vez pobres
cti la realidad y también en el espíritu. Tal fué la pobreza de Cristo.
4 La mansedumbre evangélica rebasa la mansedumbre filosófica. Son mansos no
sólo los que reprimen la ira, sino también los que sufren la adversidad con resigna-
ción. || rosEER.ÍN en herencia la tierra : alusión a la Tierra de promisión, figura de
la verdadera tierra de los vivientes.
8 Los que están afligidos o los que lloran son los que, padeciendo alguna tribula-
ción, la sufren con paciencia y, en medio de las lágrimas, confían en Dios. || Serán
consolados : con la, doble consolación de la esperanza, bálsamo de la tristeza pre-
sente y perspectiva de goces eternos.
— 17 —
5 6-17
SAN MATEO
5
6 Bienaventurados los que tienen hambre j sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
1 Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
" Bienaventurados los que hacen obra de paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por razón de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
u Bienaventurados sois cuando os ultrajaren y persiguieren
y dijeren todo mal contra vosotros por mi causa ;
12 gózaos y alborozaos,
pues vuestra recompensa es grande en los cielos.
Que así persiguieron a los profetas que os precedieron.
Sal de la tierra y luz del mundo. 5, 13-16
13 Vosotros sois la sal de la tierra.
Mas si la sal se volviere sosa, ¿ con qué se la salará ?
Para nada vale ya sino para ser tirada fuera
y ser hollada de los hombres.
" Vosotros sois la luz del mundo.
No puede esconderse una ciudad puesta sobre la cima de un monte.
15 Ni encienden una lámpara y la colocan debajo del celemín,
sino encima del candelero,
y alumbra a todos los que están en la casa.
18 Que alumbre así vuestra luz delante de los hombres,
de suerte que vean vuestras obras buenas.
y den gloria a vuestro Padre, que está en los cielos.
Crislo y la Ley: principio fundamental. 5, 17-20
" No penséis que vine a destruir la Ley o los profetas :
no vine a destruir, sino a dar cumplimiento.
• Hambre y sed de justicia : es el deseo ardiente de la justicia y santidad propia
del reino de los cielos. Es probable que el Maestro enunciase esta bienaventuranza
más espiritual en función de otra más realista, la falta de sustento corporal. || Serán
saciados : es frecuente en el Evangelio representar la bienaventuranza celeste bajo
la imagen de un convite.
' Consoladora promesa, que el Señor cumplirá con regia esplendidez el día del
juicio, haciendo misericordia con los que en esta yida hubieren sido misericordiosos.
8 Esta sentencia del Maestro es de enorme alcance. A los diferentes modos o gra-
dos de limpieza de corazón responden los diferentes modos o grados de ver a Dios,
así en este mundo como en el otro.
9 Es ésta la bienaventuranza mesiánica por antonomasia, propia no de los simple-
mente pacíficos, sino de los pacificadores.
10 La persecución padecida por la justicia es título que otorga a los justos injusta-
mente perseguidos el derecho de ciudadanía en el reino mesiánico.
Tal es el ideal del justo bienaventurado : ideal de la perfección cristiana. El que lo
realice suficientemente, será buen cristiano ; el que lo realice perfectamente será
perfecto cristiano, será santo. En este ideal tenemos la piedra de toque más fina
y más segura para apreciar y valorar los diferentes sistemas o escuelas de espiri-
tualidad.
u-w Tas dos imágenes de la sal y de la luz expresan el carácter social y la acción
benéfica de la justicia mesiánica.
17-20 Esta sección, verdadero nudo vital de todo el sermón, contiene no solamente
el tema o pensamiento fundamental, sino también su alcance, orientación o espíritu
dominante.
a No vine a destruir... : el objeto de su venida no fué negativo (destruir), sino
constructivo (dar a las cosas su debido cumplimiento).
— r8 —
5 18-26
SAN MATEO
5 18-26
18 Porque en verdad os digo : antes pasarán el cielo y la tierra
que pase una sola jota o una tilde de la Ley,
sin que todo se verifique.
19 Por tanto, el que quebrantare uno de estos mandamientos más pequeños,
y así enseñare a los hombres,
será considerado el más pequeño en el reino de los cielos ;
mas el ciue los obrare y enseñare,
éste sera considerado grande en el reino de los cielos.
30 Porque os certifico que si vuestra justicia no sobrepujare
a la de los escribas y fariseos,
do esperéis entrar en el reino de los cielos.
El homicidio y ¡a ira. 5, 21-26
a Oísteis que se dijo a los antiguos (Ex. 20. 13...) : «No matarás» ;
v quien matare, será sometido al juicio del tribunal.
53 Mas yo os digo que todo el que se encolerizare con su hermano,
será reo delante del tribunal ;
y quien dijere a su hermano «raca»,
será reo delante del Sanhedrín ;
y quien le dijere «insensato»,
será reo de la gehena del fuego.
23 Si, pues, estando tú presentando tu ofrenda junto al altar,
te acordares allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
M deja allí tu ofrenda delante del altar,
y vete primero a reconciliar con tu hermano,
y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
* Sé condescendiente al concertarte con tu contrincante, presto,
mientras vas con él en el camino,
no sea caso que el contrincante te entregue al juez,
v el juez al alguacil, y te echen en la cárcel ,
" en verdad te aseguro que no saldrás de allí
hasta que hayas pagado el último ochavo.
a Una jota o una tilde : el texto griego tiene : una yota o un cuernecillo; el ori-
ginal arameo tendría : una yod o un ápice. La yota era en el alfabeto griego la letra
más pequeña, como lo era en el alefato arameo la yod en tiempo de Jesu-Cristo. El
cuernecillo o ápice son aquellos trazos menudos que distinguen entre sí dos letras
parecidas.
18 Estos mandamientos más pequeños : son los perfiles de la Justicia, expresados
antes bajo la imagen de una yota o una tilde: las filigranas morales. || El más pe-
queño : una nulidad o un cero a la izquierda.
ai-» Comienza la primera parte del sermón, que es un contraste entre la antigua
y la nueva justicia.
51 A los antiguos: a los israelitas en el Sinaí. || Tribunal: es el tribunal local,
que constaba de veintitrés jueces.
" Mas yo os digo : se declara Jesús legislador, no como Moisés, mero transmisor
de disposiciones ajenas, sino como autor soberano de la ley : declaración categórica,
aunque implícita, de su divinidad. || Raca es lo mismo que /nitro, en el sentido de
cabeza huera o casquivano. || Sanhedrín era el tribunal supremo, al cual estaban re-
servadas las causas más atroces. ]| Insensato : traducción del hebreo nubil!, que sig-
nifica, además del trastorno mental, la depravación del sentido moral y la impie-
dad. || Gehena (=Ghe-Hinnom) : así se llamaba el valle que corre al S. de Jerusalén,
que, por el recuerdo de los sacrificios humanos ofrecidos allí al ídolo de Moloc, se
convirtió en lugar execrable, *al cual iban a parar todas las inmundicias. Las ho-
gueras que para eliminar esas inmundicias ardían allí continuamente eran símbolo
de los fuegos infernales
*JB El consejo del Maestro se resume en aquel prudente refrán : (Más vale mal
ajuste que buen pleito».
— 10 —
5 27-39
SAN MATEO
5 27-39
Adulterio y malos pensamientos. 5, 27-30
" Oísteis que se dijo (Ex. 20, 14) : «No cometerás adulterio.»
a Mas yo os digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla,
ya en su corazón cometió adulterio con ella.
"° Que si tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo,
arráncale y échalo lejos de ti,
porque más te conviene que perezca uno solo de tus miembros,
y que no sea echado todo tu cuerpo en la gehena.
3I> Y si tu mano derecha te sirve de tropiezo,
córtala y échala lejos de ti,
porque más te conviene que perezca uno solo de tus miembros,
y que no se vaya todo tu cuerpo a la gehena.
El divorcio. 5, 31-32
81 Se dijo también (Dt. 24, 1) : «Al que despidiere a su mujer,
déle libelo de repudio.»
32 Mas yo os digo que todo el que despidiere a su mujet,
excepto el caso de fornicación,
la hace cometer adulterio ;
y quien se case con una repudiada,
comete adulterio.
Perjurio y juramento. 5, 33-37
™ Asimismo oísteis que se dijo a los antiguos (Ex. 20, 7...) :
«No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos »
81 Mas yo os digo que no juréis en absoluto :
ni por el cielo, pues es trono de Dios ;
85 ni por la tierra, pues es escabel de sus pies ;
ni por Jerusalén, pues es la ciudad del «Gran Rey» ;
88 ni jures tampoco por tu cabeza,
pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello.
" Sino sea vuestro lenguaje : «Sí» por sí, «No» por no ;
y lo que de esto pasa proviene del malvado.
I.a ley del tallón. 5, 38-42 (Le. 6, 29-30)
m Oísteis que se dijo (Lev. 24, 19-20) : «Ojo por ojo y diente por diente.»
88 Mas yo os digo que no hagáis frente al malvado;
antes si uno te abofetea en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra ;
*'-30 El desenvolvimiento lógico es sencillo. Del adulterio de obra se pasa a la*
miradas adúlteras, que dan ocasión para prevenirnos contra los escándalos de los ojos
y de las manos.
*2 Dos cosas enseña el Maestro : 1) que no es lícito al marido despedir a la mujer,
fuera del caso de adulterio cometido por ella ; 2) que aun entonces no queda disuelto
el vínculo conyugal.
" «Sí» por sí, «No» por no: para afirmar basta decir «Sí»; para negar, «No». II
DBt malvado o del malo : es decir, del espíritu del mal, que es el malo por anto-
nomasia.
A la dura ley del talión ha de suceder en el reino de Dios la generosidad en
ceder de los propios derechos : ideal de mansedumbre cristiana.
«* No hagáis frente al malvado : pretende el Maestro curar ese prurito malsano de
hacer valer de malos modos el propio derecho, muchas veces imaginario o exagerado
— 20 —
5 40-6 3
SAN MATEO
5 «>-6 :i
40 y al que quiere ponerte pleito y quitarte la túnica,
entrégale también el manto;
41 y si uno te forzare a caminar una milla,
anda con él dos ;
° y a quien te pidiere, da ;
v a quien quisiere tomarte dinero prestado, no lo esquives.
El amor de los enemigos. 5, 43-48 ( = Lc. 6, 27-28; 31-36)
■ Oísteis que se dijo (Lev. 19, 18) :
«Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo.
44 Mas yo os digo : Amad a vuestros enemigos
y rogad por los que os persiguen ;
15 para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos ;
por cuanto hace salir su sol sobre malos y buenos
y llueve sobre justos e injustos.
* Porque si amareis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis ?
¿ Acaso no hacen eso mismo también los publícanos ?
47 Y si saludareis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéi* de más ?
¿ Acaso no hacen eso mismo también los gentiles ?
" Seréis, pues, vosotros perfectos,
romo vuestro Padre celestial es perfecto.
Rectitud de intención: principio general. 6, 1
/r 1 Mirad no obréis vuestra justicia delante de los hombres,
^ para ser vistos de ellos ;
de lo contrario no tenéis derecho a la paga
cerra de vuestro Padre que está en los cielos.
Rectitud de intención en la limosna. 6, 2-4
5 Por eso, cuando hicieres limosna,
no mandes tocar la trompeta delante de ti,
como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles,
para ser honrados de los hombres :
en verdad os digo, firman el recibo de su paga.
1 Mas cuando tú hagas limosna,
,e-12 Al principio general siguen cinco casos particulares de su aplicación. Si el
principio general pide discreción, mucho más la exigen las aplicaciones particula-
res. Aunque, por otra parte, no es justo atenuar indebidamente las enseñanzas del
Maestro.
Este pasaje, una de las páginas más bellas del Evangelio, es una apremiante
recomendación del amor a los enemigos, en que culmina el gran precepto de la
caridad fraterna, que es a su vez el cumplimiento de toda la ley. Habla el Maestro
de la abundancia del Corazón. Divídese esta sección en dos partes. En la prime-
ra (43-45K a la ley antigua se contrapone la ley nueva del amor, cuyo motivo fun-
damental es la imitación del Padre celestial. En la segunda (46-48) se proponen do*
razones complementarias, el interés y el pundonor espiritual, y termina con una in-
vitación a la suprema perfección moral: ¡sed perfectos, como Dios es perfecto!
/% í-is jjs la segunda parte del sermón, en que el Maestro enseña que las buena*
obras deben hacerse con recta intención. Propuesto el principio general, hácense
de él tres aplicaciones : a la limosna, a la oración, al ayuno.
1 Se asienta el principio fundamental, que contiene dos puntos : la ley y su
sanción.
*■* Díptico de dos cuadros contrapuestos : del limosnero fanfarrón y del limosnero
modesto. II RECIBEN tiene aquí el sentido técnico de firmar un treciboi de la paga
ya cobrada.
6 4-14
SAN MATEO
6 4-14
no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha,
1 para que tu limosna quede en secreto,
y tu Padre, que mira a lo secreto, te dará la paga.
Rectitud de intención en la oración. 6, 5-8
6 Y cuando oréis, no seréis como los hipócritas,
porque son amigos de hacer la oración puestos de plantón
en las sinagogas y en los cantones de las plazas,
para exhibirse delante de los hombres :
en verdad os digo, firman el recibo de su paga.
6 Mas tú, cuando ores, entra en tu recámara
y, echada la llave a tu puerta,
haz tu oración a tu Padre, que está en lo secreto;
y tu Padre, que mira a lo secreto, te dará la paga.
' Y al orar no charléis neciamente como los gentiles,
pues se imaginan que con su mucha palabrería serán escuchados.
* No os hagáis, pues, semejantes a ellos,
que bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad
antes de que se lo pidáis.
Oración dominical. 6, 9-i.s
9 Vosotros, pues, habéis de orar así:
«Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea el tu nombre,
50 venga el tu reino,
hágase tu voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
" El pan nuestro de cada día dánosle hoy,
12 y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores ;
" y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del malvado.»
14 Porque si perdonareis a los hombres sus ofensas,
8-16 A la recomendación de la rectitud de intención en la oración retirada (5-6)
se añade la de evitar la vana palabrería en las oraciones (7-8) y se propone la
oración dominical (9-13) glosada con la recomendación de perdonar las injurias (14-15).
No es lo mismo oración palabrera que oración vocal muchas veces repetida,
cual fué la del Señor en el huerto.
•Santificado: venerado o alabado como santo. || Nombre: es no solamente la
palabra tDios», sino también los atributos de Eterno, Omnipotente, Bueno, con que
le nombramos y honramos.
10 Reino : se traduciría más exactamente «reinado». Lo que se pide es la efectivi-
dad y extensión universal del reinado de Dios entre los hombres. || Tu voluntad:
tanto los preceptos de Dios legislador como las disposiciones de Dios providen-
te. || Así en la tierra como en el cielo : probablemente se refiere no sólo al cum-
plimiento de la divina voluntad, sino también a las dos primeras peticiones.
u De cada día: probablemente el original epiusion significa (el pan del día)
que viene, es decir, que comienza, que en el contexto viene a significar lo mismo
que cotidiano.
12 Nuestras deudas para con Dios son principalmente nuestros pecados. — La
partícula comparativa como, además de expresar semejanza o proporcionalidad, con-
nota los matices de causalidad, medida y condición. || Nuestros deudores son nues-
tros ofensores.
u No nos dejes caer (literalmente no nos pongas) en la tentación : no pedimos
vernos libres de toda tentación, sino no ser expuestos a tales tentaciones, que sean
para nosotros ocasión próxima de pecado. || Líbranos del malvado, es decir, del
diablo. lista interpretación es más probable que la corriente (líbranos de [todo] mal».
— 22 —
6 15-23
SAN MATEO
6 15-23
os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial :
15 mas si no perdonareis a los hombres sus otensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará las vuestras.
Rectitud de intención en el ayuno. 6, 16-18
18 Y cuando ayunéis, no os pongáis ceñudos como los hipócritas,
pues desfiguran sus rostros
para figurar ante los hombres como ayunadores.
En verdad os digo, firman el recibo de su paga.
17 Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu cara,
1S para que no parezcas a los hombres como quien ayuna,
sino a tu Padre, que está en lo escondido ;
y tu Padre, que mira a lo escondido, te dará la paga.
El tesoro celeste. 6. 19-21
18 No atesoréis tesoros sobre la tierra,
donde la polilla y el orín los hacen desaparecer
y donde los ladrones perforan las paredes y roban ,
" atesoraos más bien tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín los hacen desaparecer
y donde los ladrones no perforan las paredes y roban.
^ Porque donde está tu tesoro,
allí estará también tu corazón.
El ojo, lámpara del cuerpo. 6, 22-23
" La lámpara del cuerpo es el ojo.
Si, pues, tu ojo estuviere bueno,
todo tu cuerpo estará iluminado;
23 mas si tu ojo' estuviere malo,
todo tu cuerpo estará entenebrecido.
Si, pues, la luz que hay en ti es oscuridad,
¿ la oscuridad cuánta será ?
16 Desfiguran... para figurar : satírico juego de palabras.
1S-M Tercera parte del sermón. Consta de cuatro secciones : 1) el tesoro celeste ;
3) visión clara de la realidad ; 3) Dios y el Dinero ; 4) providencia paternal.
a Esta sentencia contiene toda una filosofía de valores. Tesoro es un eran valor.
La medida interna del valor es el aprecio de la inteligencia, y este aprecio es a
su vez la medida de la atracción que el valor ejerce sobre el corazón. Valor apre-
ciado como supremo posee la suprema potencia de atracción. De ahí el sentido de
la sentencia : «Lo que apreciáis como tesoro, eso será lo que atraerá vuestro co-
razón.» Y como el corazón ha de estar en el cielo, necesario es que se halle en el
cielo lo que apreciáis como tesoro. Sólo teniendo el tesoro en el cielo estará en el
cielo el corazón.
En estas palabras hay dos comparaciones sobrepuestas. Comparación básica :
los ojos corporales son como dos lamparitas que iluminan nuestros movimientos.
Comparación principal : a los ojos del cuerpo responden los del alma, nueva lam-
parilla espiritual, que ilumina todos los actos de la vida moral. Si esta luz o visión
es objetiva y exacta, distinguimos la realidad de las cosas ; de lo contrario, andamos
entre tinieblas.
— 23 —
Q 24-34
SAN MATEO
6 24--t
Servir a sólo Dios. 6, 24
M Nadie puede ser esclavo de dos señores,
porque o bien aborrecerá al uno v tendrá amor al otro,
o bien se adherirá al primero y despreciará al otro.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Confianza en la providencia de Dios. 6, 25-34
* Por esto os digo : no os preocupéis por vuestra vida,
qué comeréis o qué beberéis,
ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis.
¿ Por ventura la vida no vale más que el alimento,
y el cuerpo más que el vestido ?
26 Poned los ojos en las aves del cielo,
que ni siembran, ni siegan, ni recogen en graneros,
y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿ Acaso vosotros no valéis más que ellas ?
a ¿Y quién de vosotros a fuerza de preocupaciones
puede añadir un codo a la duración de su vida ?
38 Y por el vestido, ¿ a qué acongojaros ?
Considerad los lirios del campo cómo crecen :
no se fatigan ni hilan ;
" y yo os aseguro que ni Salomón, con toda su gloria,
se vistió como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo,
que hoy parece y mañana se echa al horno,
Dios así Ja viste,
¿ por ventura no mucho más a vosotros, hombres de poca fe ?
31 No os acongojéis, pues, diciendo : ¿ Qué comeremos ?,
o ¿qué beberemos?, o ¿con qué nos vestiremos?
32 Pues tras todas esas cosas andan solícitos los gentiles.
Que bien sabe vuestro Padre celestial
que tenéis necesidad de todas ellas.
33 Buscad primero el reino de Dios y su justicia,
v esas cosas todas se os darán por añadidura.
31 No os preocupéis, pues, por el día de mañana ;
que el día de mañana se preocupará de sí mismo:
bástale a cada día su propia malicia.
M Esta sección es una parábola, tan rápida como rica de sentido. I.os tres
primeros incisos desarrollan la imagen parabólica; el último expresa su moralidad.
El elemento Básico de la imanen es la imposibilidad moral de ser a un tiempo
esclavo de dos amos, Que se hacen incompatibles. De ahí el sentido de la mora-
lidad : Dios, el Señor del cielo, y el Dinero, amo del mundo, son dos señores rivales
e incompatibles, a los cuales es imposible servir a un tiempo. Quien es esclavo del
Dinero, necesariamente despreciará y aborrecerá a Dios.
aB-M Esta sección es a la vez delicioso poemita y acabado discurso. Comienza
enunciando el tema : No os preocupéis por vufstra vida. Sigue la doble demostra-
ción relativa al alimento y al vestido. Demostrada la tesis, se repite, por vía de con-
secuencia, apoyada por nuevas razones. Terminado el razonamiento, de un vuelo
se levanta el Maestro a las regiones más elevadas de la justicia del reino de Dios,
respecto de la cual las atenciones de la vida son algo accesorio, que no debe pre-
ocuparnos excesivamente.
*» Cada día tiene su propia malicia. Quien excesivamente se preocupa t>or el dt*
de mañana, acumula inútilmente en un solo día la malicia de dos.
— 24 —
7 1-11
SAN MATEO
71-11
Juicios temerarios. 7, 1-2 (=Lc. 6, 37-38)
n 1 No juzguéis, para que no seáis juzgados ;
' 2 pues con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados,
y con la medida con que medís, se os medirá a vosotros.
Corrección indiscreta. 7, 3-5 ( = Lc. 6, 41-42)
'¿Ya qué miras la brizna que está en el ojo de tu hermano,
y no adviertes la viga que está en tu propio ojo?
1 ¿ O cómo dirás a tu hermano :
«Deja que saque la brizna de tu ojo»,
y en tantcT la viga está en tu propio ojo ?
5 Farsante, saca primero la viga de tu propio ojo,
y entonces verás claro para sacar la brizna del ojo de tu hermano
Indiscreción en dar lo santo a los profanos. 7, 6
0 No deis lo santo a los perros,
ni echéis vuestras perlas delante de los puercos,
no sea que las pateen con sus pies
y revolviendo contra vosotros os hagan trizas.
Confianza en la oración. 7, 7-11
' Pedid, y se os dará ;
buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá :
* porque todo el que pide, recibe ;
V el que busca, halla ;
v al que llama, se le abrirá.
8 ¿ O quién habrá °ntre vosotros
a quien su hijo pidiere pan,...
¿ por ventura le dará una piedra ? ;
w o también le pidiere un pescado,
¿ por ventura le dará una serpiente ?
11 Si, pues, vosotros, con ser malos,
sabéis dar dádivas buenas a vuestros hijos,
¡ cuánto más vuestro Padre celestial
dará bienes a los que se los pidieren ?
ij Este capítulo es una serie de avisos particulares, en que cabe señalar dos gru-
* pos principales (1-6 y 12-23), separados entre sí por una exhortación a la con-
fianza en la oración y seguidos de una conclusión parabólica.
1-8 Este primer grupo compónenlo tres advertencias contra tres indiscreciones :
la de juzgar a los otros, la de empeñarse en corregir impertinentemente defectos
ajenos y la de entregar lo santo a los profanos.
'-- Ley del talión, no abrogada. Es una glosa de la quinta bienaventuranza.
M Caricatura de los que, topos para ver los propios defectos, son linces para ver
los ajenos.
• Dos sentencias afines, aunque no del todo idénticas.
W1 Eficacia de la oración. El tema es una invitación (pedid) y una promesa
(y se os darí). Razón : porque iodo bl que pide a Dios, que es Padre, recibe. Con-
firmase con el ejemplo de los padres humanos. Conclusión de menos a más.
— 25 —
7 12-21
SAN MATEO
7 12-21
Regla de oro de la caridad fraterna, 7, 12 ( = Lc. 6, 31)
,: Así, pues, todo cuanto quisiereis
que hagan los hombres con vosotros,
así también vosotros hacedlo con ellos.
Porque ésta es la Ley y los profetas.
Las dos puertas y los dos caminos. 7, 13-14
13 1 Entrad por la puerta angosta !
¡ Cuán ancha es la puerta
y espaciosa la senda
que lleva a la perdición !
¡ Y son muchos los que entran por ella !
" I Cuán angosta es la puerta
y estrecha la senda
que lleva a la vida !
| Y son pocos los que dan con ella !
Guardarse de los falsos profetas, y, 15-20 ( = Lc. 6, 43-44)
1S Guardaos de los falsos profetas,
que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas ;
mas de dentro son lobos rapaces.
19 Por sus frutos los reconoceréis.
¿ Por ventura se cosechan uvas de los espinos
o higos de los abrojos ?
17 Es así que todo árbol bueno produce frutos buenos,
mas todo árbol ruin produce frutos malos.
18 No puede el árbol bueno producir frutos malos,
ni el árbol ruin producir frutos buenos.
19 Todo árbol que no produce fruto bueno
es cortado y arrojado al fuego.
30 Así que por sus frutos los reconoceréis.
Obras, no palabras. 7, 21-23 ( = Lc. 6, 46)
21 No todo el que me dice : «Señor, Señor»,
entrará en el reino de los cielos ;
mas el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos,
12-& £i segundo grupo, encabezado por la Regla de oro, comprende tres amones-
taciones : contra la anchura en el vivir, contra los falsos profetas y contra el des-
cuido en el bien obrar.
12 A la doble medida del egoísmo — la ley del embudo — sustituye el Maestro la ley
única y uniforme de la caridad y también de la justicia.
u~w Estas sentencias, por su tono dolorido, por su ritmo entrecortado, son una
sentida elegía.
15-2U Este aviso es un toque de alarma contra los maestros del error. Para des-
enmascararlos bastará, mirarles a 'as manos, ver sus obras.
18 No dice el Maestro que el hombre bueno no pueda hacer alguna obra mala,
o viceversa ; sino que las obras externas, en conjunto, son manifestación inequívoca
de lo que hay en el corazón : de lo bueno, si son buenas ; de lo malo, si son malas
21-23 para entrar en el reino de los cielos no basta saber, creer, hablar, poseer
carismas ; es necesario obrar lo que Dios manda.
— 36-
7 22-29
SAN MATEO
éste entrará en el reino de los cielos.
" Muchos me dirán en aquel día : «Señor, Señor,
¿ acaso no profetizamos en tu nombre,
y en tu nombre lanzamos demonios,
y en tu nombre obramos muchos prodigios ?»
a Y entonces les declararé que «Nunca jamás os conocí ;
apartaos de mí los que obráis la iniquidad».
Conclusión : la casa sobre peña y la casa sobre arena. 7, 34-27 ( = Lc. 6, 47-49)
y Así, pues, todo el que escucha estas mis palabras
y las pone por obra,
se asemejará a un varón prudente
que edificó su casa sobre la peña;
25 y bajó la lluvia, y vinieron los ríos, y soplaron los vientos,
y se echaron sobre aquella casa, y no cayó,
porque estaba cimentada sobre la peña.
& Y todo el que escucha estas mis palabras,
y no las pone por obra,
se asemejará a un hombre necio
que edificó su casa sobre la arena ;
" y bajó la lluvia, y vinieron los ríos, y soplaron los vientos,
y rompieron contra aquella casa, y cayó,
y su derrumbamiento fué grande.
Impresión del sermón en las turbas.
7, 28-29
28 Y acaeció que, cuando Jesús dió
fin a estos razonamientos, se pas-
maban las turbas de su enseñanza,
29 porque les enseñaba como quien
tiene autoridad, y no como sus es-
cribas.
Curación de un leproso. 8, 1-4
( = Mc. 1, 40-45 =Lc. 5, 12-16)
o 1 Y habiendo El bajado de la
" montaña, le siguieron turbas nu-
merosas. 2 Y de pronto un ñeproso,
llegándose, le adoraba, diciendo :
— Señor, si quieres, puedes lim-
piarme.
*1-2' Conclusión del discurso, que es a la vez la inauguración del género parabó-
lico. La parábola consta de dos elementos : la imagen y la moralidad, que son
como los dos términos de una comparación desarrollada dramáticamente. En la
parábola de La casa sobre peña y la casa sobre arena la imagen es diáfana. Tam-
bién es clara la moralidad. Varón prudente es el que escucha las palabras del
Maestro con seriedad, tomándolas como norma de vida con el firme propósito de
cumplirlas. Hombre necio es el que las oye por oír, por pasatiempo, aunque sea
admirando la alteza de sus enseñanzas o recreándose estérilmente en sus encantos
estéticos.
2S-a' Esta observación del evangelista refleja la enorme impresión que el sermón
hizo en los oyentes. A diferencia de los escribas, cuya enseñanza era mera repetición
de dichos ajenos apoyados en autoridad ajena, el Maestro hablaba por propia auto-
ridad, expresando su pensamiento propio y personal.
Q M Los dos capítulos siguientes, en que se interrumpe la serie cronológica de los
O hechos, son una colección de milagros, entresacados de la primera mitad de la
vida pública del Salvador. El plan del evangelista es magnífico. Presentado Jesús
como Maestro en el sermón, se presentan ahora en estos milagros las credenciales
divinas que acreditan su mesianidad.
' Los leprosos, alejados por la ley de toda sociedad humana, si tal vez se en-
contraban con alguno, para que no se les acercase clamaban : tlmpuro, impuro.»
Este leproso pasó por encima de la ley.
— 37 —
8 3-11
SAN MATEO
8 12'17
* Y extendiendo su mano le tocó,
diciendo :
— Quiero, sé limpio.
Y al punto fué curada su lepra.
' Y le dice Jesús :
— Mira, no lo digas a nadie, sino
anda, muéstrate al sacerdote y ofre-
ce el don que ordenó Moisés, para
que les sirva de testimonio.
Sana al siervo del centurión. 8, 5-13
( = Lc. 7, i-id)
6 Y habiendo entrado en Cafar-
naúm, se llegó a él un centurión,
rogándole " y diciendo :
— Señor, mi muchacho yace en ca-
sa paralítico, presa de atroces tor-
turas.
' Y le dice Jesús :
— Allá voy, y le curaré.
8 Y respondiendo el centurión, dijo :
— Señor, no soy digno de que en-
tres debajo de mi techo ; mas or-
dénalo con una sola palabra, y que-
dará sano mi muchacho. 0 Que tam-
bién yo soy un simple subordinado,
que tengo soldados a mi mando, y
digo a éste : «Ve», y va ; ya otro :
«Ven», y viene ; y a mi esclavo :
«Haz esto», y lo hace.
10 Al. oír esto Jesús se maravilló,
y dijo a los que le seguían :
— En verdad os digo que en nadie
hallé tan grande fe en Israel. n Y os I
digo que vendrán muchos del orien-
te y del occidente y se recostarán a
la mesa con Abrahán, Isaac y Ja-
cob en el reino de los cielos ; 12 en
cambio, los hijos del reino serán
echados a las tinieblas de allá fue-
ra : allí será el llanto y el rechinar
de los dientes.
13 Y dijo Jesús al centurión :
— Anda; como creíste, hágase con-
tigo.
Y sanó el muchacho en aquella
hora.
Sana a la suegra de Pedio. 8, 14-15
( = Mc. 1, 29-31 =Lc. 4, 3-39)
" Y venido Jesús a la casa de Pe-
dro, vió a la suegra de éste postrada
en cama y calenturienta. 15 Y la to-
mó de la mano, y la dejó la calen-
tura ; y se levantó, y le servía.
Libra endemoniados y cura enfermos.
8, 16-17 ( = Mc. 32-34 =Lc. 4, 40-41)
" Y llegado el atardecer, le pre-
sentaron muchos endemoniados , y
lanzó los espíritus con su palabra,
v a todos los que se hallaban mal
los curó, " para que se cumpliese
lo anunciado por el profeta Isaías,
cuando dice (53, 4) :
4 Para que les sirva de testimonio : para que el reconocimiento oficial de tu
curación, base indispensable de las ofrendas y sacrificios prescritos, sirva a todos
de atestado auténtico de que estás curado de tu lepra.
0 Se llegó a él : la presentación del centurión puede entenderse de dos maneras :
o en sentido físico (él en persona) o en sentido moral (en la persona de los judíos
y de los amigos, que, según San Lucas, mandó él a Jesús). Salva, por tanto, la
veracidad de los evangelistas, pueden admitirse ambas hipótesis. Parece, con todo,
más probable la presentación moral. San Lucas, que tan minuciosamente precisa la
doble delegación de los judíos y de los amigos, no hubiera callado la presentación
personal del centurión, de haberse ésta efectuado realmente. En este supuesto, la
expresión de San Mateo significa simplemente que el centurión acudió a Jesús. Esto
era lo que le interesaba para su objeto, y esto quiso expresar, sin determinar el
modo de la presentación.
8 Señor, no soy digno : la Iglesia no ha hallado palabras más apropiadas que
las de este soldado gentil para disponer inmediatamente los fieles a la devota re-
cepción de los sacrosantos Misterios.
10 Se maravilló : 110 sólo manifestó admiración, sino que pudo sentirla. Toda la
ciencia sobrenatural no inhibía en Cristo el funcionamiento normal de la inteli-
gencia, combinada con la acción de la fantasía y de los sentidos, y su espontánea
repercusión en las facultades afectivas. Según esto, el fenómeno extraordinario de la
fe del centurión, al presentarse a los sentidos de Jesús, y por los sentidos a su
fantasía y a su inteligencia, provocó espontáneamente el sentimiento de la admi-
ración.
Este milagro es uno de los primeros obrados por Jesús.
" iAl atardecer» : con esto terminaba el reposo sabático.
— 28 —
8 18-27
SAN MATEO
8 28-9 2
El tomó nuestras flaquezas
y llevó nuestras enfermedades.
Dos vocaciones : condiciones para el
apostolado. S, 18-22 ( = Lc. 9, 57-62)
" Y viendo Jesús grandes muche-
dumbres en derredor suvo, mandó
partir a la ribera opuesta. 19 Y lle-
gándose un escriba, le dijo :
— Maestro, te seguiré adondequie-
ra que partas.
20 Y le dice Jesús :
— Las zorras tienen madrigueras,
3- las aves del cielo, nidos ; mas el
Hijo del hombre no tiene donde re-
clinar la cabeza.
23 Otro de los discípulos le dijo :
— Señor, permíteme que vaya pri-
mero y entierre a mi padre.
Si Mas Jesús le dice :
— Sigúeme, y deja a los muertos
enterrar sus muertos.
La tempestad, sosegada. 8, 23-27
( = Mc. 4, 35-40 =Lc. 8, 22-25)
23 Y habiendo El subido a la nave,
le siguieron sus discípulos. 11 De
pronto se produjo una gran agita-
ción en el mar, de suerte que las
olas cubrían la nave. El, en tanto,
dormía. 26 Y llegándose los discípu-
los, le despertaron, diciendo :
— Señor, ¡socorro!, nos perdemos.
M Y les dice :
— ¿ Por qué estáis acobardados,
hombres de poca fe ?
Entonces, levantándose, habló con
imperio a los vientos y al mar, y se
produjo grande bonanza. * Y los
hombres se maravillaron, diciendo :
— ¿ Quién es éste, que aun los vien-
tos y el mar le obedecen ?
Los dos endemoniados gadarenos.
8, 28-34 ( = Mc. 5, 1-20 =Lc. 8, 26-39.)
a Y llegado que hubo a la ribera
opuesta, a la región de los gadare-
nos, se encontraron con él dos en-
demoniados, que salían de los sepul-
cros, bravios por demás, hasta el
punto de no poder uno pasar por
aquel camino. 29 Y de pronto se pu-
sieron a gritar, diciendo :
— ¿Qué tenemos que ver nosotros
contigo, Hijo de Dios ? ¿ Viniste acá
antes de tiempo a atormentarnos ?
Había lejos de ellos una piara de
cerdos que pacía. 31 Y los demonios
le rogaban, diciendo :
— Si nos echas, mándanos a la pia-
ra de los cerdos.
32 Y les dijo :
—Id.
Y ellos en saliendo se fueron a los
cerdos, y he aquí que la piara entera
se lanzó despeñadero abajo al mar,
y murieron en las aguas. n Y los
pastores huyeron, y en llegando a la
ciudad dieron aviso de todo y de lo
ocurrido con los endemoniados. 84 Y
al punto la ciudad entera salió al en-
cuentro de Jesús, y, como le vieron,
le rogaron que se ausentase de sus
confines.
El paralítico de Cajarnaúm. 9, 1-8
(=Mc. 2, 1-12 =Lc. 5, 17-26)
q 1 Y subiendo en la nave, hizo la
travesía y vino a su ciudad.
' Y he ^qui que le traían un para-
lítico echado sobre una camilla. Y
a-21 DoT>le tempestad : en las olas, en el corazón de los discípulos. Con calma
divina, con poderío divino, se enfrenta Jesús con la doble tempestad : sosiega la
turbulencia de las olas y la turbación de los discípulos. Bonanza en el mar, fe en
los discípulos, asombrados.
26 La región de los gadarenos tomaba su nombre de la ciudad de Gadara, situa-
da ai SE. del lago.
*° Una piara : rebaño ilegal y nefando en tierra de Israel.
»2 La permisión de Jesús estaba justificada. Esa piara de 2.000 cerdos era un
desprecio de la ley de Moisés. Y la grosería que sus dueños cometieron luego con
Jesús delataba su bajo nivel moral.
Q 2 Perdonados te son tus pecados : esta declaración es un acto no sólo de bondad,
& sino tamuién de gallarda osadía. La presencia del paralítico creaba un problema : el
ite los poderes taumatúrgicos de Jesús. Jesús, lejos de arredrarse, se complace en
agudizar el problema, arrogándose otros poderes más divinos.
— 29 —
9 3-10
SAN MATEO
9 u"17
viendo Jesús la fe de ellos, dijo al
paralítico :
— Buen ánimo, hijo ; perdonados
te son tus pecados.
3 Y he aquí que algunos de los es-
cribas dijeron para sí :
— Este blasfema.
4 Y conociendo Jesús los pensa-
mientos de ellos, dijo :
— ¿ A qué revolvéis malos pensa-
mientos en vuestros corazones ? 5 Pues
¿ cuál es más fácil, decir «Perdona-
dos te son tus pecados» o decir «Le-
vántate y anda ?» 6 Pues para que
entendáis que el Hijo del hombre
tiene en la tierra potestad de perdo-
nar ,pecados, entonces dice al para-
lítico : Levántate, toma tu camilla y
marcha a tu casa.
* Y levantándose, marchó a su ca-
sa. 8 Y viéndolo las turbas, se espan-
taron y glorificaron a Dios, que ha-
bía dado tan grande potestad a los
hombres.
Vocación de Mateo, g, 9-13 ( = Mc. 2,
13-17 =Lc. 5, 27-32)
9 Y partiendo de allí, vió Jesús a
su paso un hombre, llamado Mateo,
sentado en su despacho de aduanas,
y le dice :
— Sigúeme.
Y levantándose le siguió. 10 Y acon-
teció que, estando él a la mesa en la
casa, he aquí que muchos publica-
nos y pecadores, que habían acudi-
do, estaban a la mesa con Jesús y
sus discípulos. 11 Y como le vieron
los fariseos, decían a sus discípulos :
— ¿ Cómo es que vuestro maestro
come con publícanos y pecadores ?
13 El, como lo oyó, dijo :
— No tienen los robustos necesi-
dad de médico, sino los que están
mal. 18 Andad y aprended qué quie-
re decir «Misericordia quiero, que no
sacrificio» (Os. 6, 6). Que no vine a
llamar justos, sino pecadores.
Cuestión sobre el ayuno. 9, 14-17
( = Mc. 2, 18-22 =Lc. 5, 33-39)
" Entonces se le acercan los dis-
cípulos de Juan, diciendo :
— ¿ Por qué nosotros y los fariseos
ayunamos frecuentemente y, en cam-
bio, tus discípulos no ayunan ?
15 Y les dijo Jesús :
— ¿Acaso pueden afligirse los hi-
jos de la sala nupcial en tanto que
está con ellos el esposo ? Días ven-
drán cuando les haya sido arrebata-
do el esposo, y entonces ayunarán.
" Nadie echa un remiendo de pa-
ño tieso sobre un vestido viejo, por-
que la pieza sobrepuesta lleva algo
del vestido y se hace un desgarrón
peor. " Ni echan vino nuevo en odres
3-1 A la declaración de Jesús siguió el escándalo de los escribas. Ante el doble
problema, la expectación fué enorme. Jesús debia dar satisfacción a la fe del pa-
ralítico y al escándalo de los escribas. ¿ Qué haría ?
M La solución fué magistral. Enlazando y acoplando los dos problemas, Jesús,
con un período desconocido por la retórica humana, corta de un tajo el nudo del
doble problema : el doctrinal en la prótasis, el práctico en la apódosis. Mudez en
los escribas, asombro en las turbas.
•Mateo: llamábase también Leví. || Sigúeme: voz de atracción y de imperio.
Es verosímil que ya de antes conociera Mateo a Jesús.
10 Publícanos y pecadores: los publícanos eran los compañeros de oficio; los po-
cadores, ¿ serán hombres de negocios, sospechosos de complicidades turbias con los
publícanos ?
12-u Con tres razones rebate Jesús la cobarde censura de los fariseos. La pri-
mera es una parábola en miniatura, tan transparente como intencionada. La segunda
es una contracensura, que tilda la ignorancia y dureza de entrañas de aquellos
farsantes. La tercera, finamente irónica, viene a decir : Como yo he venido a lla-
mar no a justos, sino a pecadores, natural es que vengan a mí esos pecadores,
y no vosotros los justos.
"Los discípulos de Juan: 1 coligados con los fariseos! || Ayunamos: es proba-
ble que aquél era para ellos día de ayuno.
Responde Jesús con tres diminutas parábolas. La primera es de altísimo
valor teológico. En ella declara Jesús su divinidad y su futura pasión : su divinidad,
al llamarse el esposo, que en los profetas no era otro que Yahvé ; su pasión, al
anunciar que el esposo les sería arrebatado. La segunda parábola declara incom-
patibles la vejez judaica y la novedad evangélica. La tercera, de sentido análogo,
declara que el vino nuevo del Evangelio no podía ponerse en los odres viejos del
fariseísmo.
— 30 —
9 18-26
SAN MATEO
9 27-34
viejos ; que si no, revientan los odres,
y el vino se derrama, y los odres
se echan a perder ; sino que echan
vino nuevo en odres nuevos, y en-
trambos se conservan.
Satia a la hemorroisa y resucita a la
hija de Jairo. 9, 18-26 ( = Mc. 5, 21-43
= Lc. 8, 40-56)
u Mientras El les estaba diciendo
estas cosas, de pronto un jefe, que
acababa de llegar, se postraba de-
lante de El, diciendo que
— Mi hija acaba de fallecer ; mas
ven, pon tu mano sobre ella y vivirá.
" Y levantándose Jesús, le siguió,
y con él sus discípulos.
20 Y en esto una mujer que pade-
cía flujo de sangre hacía doce años,
acercándosele por detrás, tocó la
franja de su manto. 21 Porque decía
para sí : «Como toque solamente su
manto cobraré salud.» 22 Mas Jesús,
volviéndose y viéndola, dijo :
— Buen ánimo, hija ; tu fe te ha
dado la salud.
Y cobró salud la mujer desde
aquel punto.
23 Y llegado Jesús a la casa del je-
fe y viendo los flautistas y la turba
alborotada, u decía :
— Retiraos, que no ha muerto la
niña, sino duerme.
Y se burlaban de El. a Y una vez
hubo sido despejada la turba, en-
trando, tomó a la niña de la mano,
y ella se levantó. M Y se extendió la
"fama del hecho por toda aquella tie-
rra.
Abre Jesús los ojos a dos ciegos.
9. 27-31
27 Al partir Jesús de allí, le siguie-
ron dos ciegos, que a gritos decían :
— Compadécete de nosotros, hijo
de David.
28 Cuando hubo llegado a la casa,
se le presentaron los ciegos, y les
dice Jesús :
— ¿Creéis vosotros que puedo ha-
cer eso ?
Dícenle :
—Sí, Señor.
29 Entonces les tocó los ojos, di-
ciendo :
— Según vuestra fe, hágase así con
vosotros.
30 Y se les abrieron los ojos. Y Je-
sús les dió órdenes terminantes, di-
ciendo :
— Mirad que nadie lo sepa.
83 Mas ellos, en saliendo de allí,
esparcieron su fama por toda aque-
lla tierra.
Sana Jesús a un mudo endemoniado.
9. 32-34
82 No bien habían salido los cie-
gos, cuando le presentaron un hom-
bre mudo endemoniado. 83 Y habien-
do sido lanzado el demonio, habló el
mudo. Y se maravillaron las turbas,
diciendo :
— Nunca jamás se vió tal en Is-
rael.
34 Pero los fariseos decían :
— Si lanza los demonios, es en vir-
tud del príncipe de los demonios.
u Un jefe : el arehisinagogo, llamado Jairo. Tenía fe, pero menguado.
*-a Un milagro insertado en la narración de otro.
" La franja : se refiere a las borlas que los israelitas llevaban en las extremi-
dades inferiores de los mantos.
31 Como toque... : expresión de una fe tan viva como imperfecta y aun supersticiosa.
" Tu fe... : atiende Jesús más a la sinceridad de la fe que a su imperfección.
23 Los flautistas y las plañideras asalariadas daban al luto de los judíos un ca-
lácter ruidoso y espectacular.
24 No ha muerto : la discreta reserva del Maestro, unida a la sobriedad de la
narración, es sello de autenticidad y de verdad.
36 Es verdaderamente divina la sencillez y naturalidad con que Jesús obra el
más estupendo de los milagros : !a resurrección de un muerto.
x La fe obra milagros... cuando interviene una potencia divina que los obra. La fe
no es la potencia que los obra, sino una condición que Dios suele exigir para obrarlos.
" Los fariseos han hallado la fórmula para explicar diabólicamente los enojosos
milagros da Jesús. Pero esa fórmula diabólica presupone la historicidad de los he-
chos. Precisamente esta historicidad es lo que a nosotros más nos interesa : la ver-
dad filosófica y teológica de los hechos podemos conocerla nosotros directamente.
SAN MATEO
10 1-11
Misión por Galilea: escasez de obre-
ros 9, 35-38 ( = Mc. 6, 6)
35 Y recorría Jesús las ciudades to-
das y las aldeas, enseñando en sus
sinagogas y predicando el Evange-
lio del reino y curando toda enfer-
medad y toda dolencia. Y viendo
¡as turbas se le enternecieron las en-
trañas para con ellas, pues andaban
deshechos y echados por los suelos,
como ovejas que no tenían pastor.
s: Entonces dice a sus discípulos :
— La mies es mucha, mas los obre-
ros pocos ; 38 rogad, pues, al señor
de la mies que despache obreros a
su mies.
Poderes otorgados a los doce após-
toles. 10, 1-4 ( = Mc. 6, 7 ; 3, 13-ig
= Lc. 6, 12-16)
1 n 'Y llamando a sí a sus doce
xv discípulos, les dió potestad so-
bre los espíritus impuros para lan-
zarlos y para curar toda enfermedad
y toda dolencia. 2 Y los nombres de
los doce apóstoles son éstos : pri-
mero Simón, llamado Pedro, y An-
drés, su hermano, y Santiago el del
Zebedeo, y Juan, su hermano; "Fe-
lipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el
publicano, Santiago el de AJfeo y
Tadeo, 4 Simón el Cananeo y Judas
el Iscariote, el que le entregó.
Misión de los Doce: instrucciones. 10, 5-15 ( = Mc. 6, 8-11 =Lc. 9, 3-5)
■ A estos doce envió Jesús, después de darles instrucciones, diciendo :
No vayáis camino de los gentiles
ni entréis en ciudad de samaritanos ;
6 id más bien a las ovejas descarriadas de la casa de Israel.
I Y durante vuestro camino predicad diciendo :
«Está cerca el reino de los cielos.»
" Curad enfermos, resucitad muertos,
limpiad leprosos, lanzad demonios ;
de balde lo recibisteis, de balde dadlo.
0 No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas,
,n ni zurrón para el camino, ni dos túnicas, ni zapatos, ni bastón ;
porque digno es el obrero de su mantenimiento.
II Y en la ciudad o aldea en que entréis,
averiguad quién haya en ella digno,
>=-3s Esta narración esquemática cíe la tercera misión de Jesús por Galilea pre-
para las instrucciones misionales que el Maestro va a dar a los apóstoles.
36 ¡Que contraste entre los malos pastores, que dejaban perecer las ovejas, y el
buen Pastor, que tan cordialniente se interesa por su bien!
37 La mies es mucha : palabras que han provocado tantos heroísmos y que cen-
suran tantas cobardías.
ss Rogad : a la oración están vinculadas las vocaciones misioneras y el fruto
de las misiones.
-JA1"4 Consignados los estupendos poderes otorgados a los apóstoles, se propone la
-*■" lista de los Doce, que consta de tres cuaternas, presididas, respectivamente, por
Pedro, Felipe y Santiago el Menor. La elección de los Doce había ocurrido inme-
diatamente antes del sermón de la Montaña.
5-15 Las instrucciones del Maestro abarcan estos siete puntos : campo de acción,
tema de la predicación, obras de beneficencia, total desinterés, pobreza y austeri-
dad, hospedaje, perspectivas de fracaso.
10 Ni bastón : esta prohibición parece contraria a la permisión consignada en
San Marcos (6, 8) : isino sólo bastón». A esta dificultad clásica se han dado varias
soluciones. Primera : el Maestro prohibe el palo (de defensa) y permite el bastón
(de apoyo). Segunda : ambas expresiones, fragmentarias, serían parte de una frase
más completa y matizada, en la cual se prohibiría el uso del bastón no absoluta,
mente. Tercera : se emplearía una frase aramea, popular e hiperbólica, que, al ser
traducida, pudo indiferentemente tomar la forma prohibitiva o permisiva, que ex-
presase igualmente lo que el Maestro deseaba inculcar, es decir, la pobreza en
el viajar.
— 32 —
10 12-23
SAN MATEO
10 í2-&
y quedaos allí hasta que partáis.
Y al entrar en la casa, saludadla ;
13 y si la casa fuere digna, venga vuestra paz sobre ella;
mas si no fuere digna, tórnese a vosotros vuestra paz.
14 Y si alguno no os recibiere ni escuchare vuestras palabras,
saliéndoos afuera de aquella casa o ciudad,
sacudid el polvo de vuestros pies.
" En verdad os digo, se usará menos rigor
con la tierra de Sodoma y Gomorra,
en el día del juicio, que con aquella ciudad.
/ nstntcciones para las misiones futuras, io, 16-23
16 Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos ;
sed, pues, prudentes como las serpientes
y sencillos como las palomas.
Í7 Recataos de los hombres,
porque os entregarán a los sanedrines
y en sus sinagogas os azotarán ;
is seréis llevados por mi causa a los gobernadores y reyes,
para que sirva de testimonio a ellos y a los gentiles.
,9 Y cuando os entregaren, no os preocupéis
de cómo o qué habéis de hablar,
porque os será dado en aquella hora lo que hayáis de hablar ;
30 que no seréis vosotros los que hablaréis,
sino el Espíritu de vuestro Padre quien hablará en vosotros.
m Entregará el hermano al hermano a la muerte, y el padre al hijo,
V se alzarán los hijos contra los padres y los harán morir.
32 Y seréis aborrecidos de todos a causa de mi nombre ;
mas el que permanezca firme hasta el fin, éste será salvo.
a Y cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra ;
y cuando también en esta otra os persigan, huid a otra ;
porque de verdad os digo, no acabaréis con las ciudades de Israel
hasta que venga el Hijo del hombre.
16- 2) Estas nuevas instrucciones, a diferencia de las anteriores, miran a un futuro
algo lejano. En las anteriores, el campo de acción es Israel, en éstas es también
la gentilidad.
17- 1» Serán perseguidos los apóstoles, no sólo por los judíos, sino también por
los gobernadores y reyes. Es de notar que estas persecuciones se verificaron ya
antes del año 70 y en tierra de Israel. Gobernadores fueron Félix y Porcio Festo ;
reyes, Agripa I y Agripa II.
a Testimonio : la palabra original martirio había de ser el término técnico que
expresase este testimonio de sangre.
a-a El Evangelio, abrazado por unos, rechazado por otros, será ocasión de dis-
cordias y persecuciones.
33 Hasta que venga el Hijo del hombre: esta venida es, según unos, la parusia
o advenimiento de Cristo al fin de los siglos ; según otros, la destrucción de Jeru-
salén y del templo ocurrida el año 70. Esta segunda solución, bien entendida, parece
preferible. E» de notar que la destrucción y la parusia no son dos hechos inco-
nexos. La destrucción, por una parte, se presenta como imagen simbólica de la
parusia ; por otra, es como la inauguración o primer acto del juicio de Dios sobre
los hombres. Por esta doble conexión, la destrucción y la parusia forman un todo
y como un bloque único, que constituye la venida del Hijo del hombre en toda
su integridad. La destrucción es la venida iniciada ; la parusia, la venida consu-
mada. Por lo demás, la frase precedente no acabaréis con las ciudades de Israel,
ya se tomen como ciudades de refugio, ya como campo de evangelización, ya más
probablemente en ambos sentidos a la vez, pudo tener su verificativo antes del
año 70, como antes se ha notado
— 33 —
N T. 2
10 24-38
SAN MATEO
10 24-38
Instrucciones para todo tiempo, io, 24-42; 11, 1
24 No es un discípulo más que el maestro,
ni un esclavo más que su amo;
25 bastante es para el discípulo ser como su maestro,
y para el esclavo ser como su amo.
Si al señor de casa llamaron Belzebú,
¿ cuánto más a los de su casa ?
28 Así que no les cobréis miedo,
pues no hay nada encubierto que no se descubra,
ni nada escondido que no se dé a conocer.
37 Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz del día ,
y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde las azoteas.
28 Y no temáis a los que matan el cuerpo,
pero al alma no la pueden matar ;
sino temed más bien al que puede arruinar alma y cuerpo en la gehena.
29 ¿No se venden acaso dos gorriones por un sueldo ?
Y ni uno de ellos caerá en tierra sin disposición de vuestro Padre.
80 Y de vosotros, hasta los cabellos de la cabeza están todos contados.
,l No temáis, pues; más que muchos gorriones valéis vosotros.
12 Todo aquel, pues, que se declare por mí ante los hombres,
también yo me declararé por él ante mi Padre, que está en los cielos ;
33 mas quien me niegue a mí ante los hombres,
también yo le negaré a él ante mi Padre, que está en los cielos.
34 No os imaginéis que vine a poner paz sobre la tierra ;
no viene a poner paz, sino espada.
35 Porque vine a separar al hombre contra su padre,
y a la hija contra su madre,
y a la nuera contra su suegra ;
30 y los enemigos del hombre serán los de su casa.
37 Quien ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí ;
y quien ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí ;
38 y quien no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
21-42 Estas ulteriores instrucciones, más generales, se reparten en tres grupos.
El primero gira en torno a las persecuciones (24-33) ; el segundo versa sobre los
conflictos provocados por el Evangelio y la necesidad de abrazarse con la cruz
(34-39) ¡ el tercero encarece el galardón destinado a los que reciben los enviados
de Cristo (40-42).
24 No es un discípulo más QUE el Maestro : esta sentencia proverbial significa
aquí que un discípulo no puede pretender mejor trato; que el dado a su maestro.
26 No hay nada encubierto que no se descubra : este dicho proverbial, aducido
otras veces contra la hipocresía, tiene aquí otro sentido : que el Evangelio, anun-
ciado ahora en secreto, 110 pretende disimularse entre sombras, antes apetece la luz
y la publicidad, para imponerse y triunfar ; la innata fuerza expansiva de la ver-
dad, rompiendo las trabas del secreto, se abrirá camino, sin que nada pueda detener
su paso arrollador.
31 MÁS que muchos gorriones valéis vosotros : frases como éstas, tan pintores-
cas como trascendentales, sólo el Maestro sabe forjarlas. Bastaban ellas para auten-
ticar el Evangelio.
82^33 En el fondo de esta intimación hay una revelación de la divinidad de
Cristo. La actitud que el hombre toma frente a Cristo es la misma que debe tomar
frente a Dios, hasta el punto que la disyuntiva ineludible de declararse por El o
negarle sea necesariamente la de su eterna salvación o condenación.
s* No vine A poner paz : declara el Maestro no su intento, sino el resultado de su
palabra, que, admitida por unos, rechazada por otros, provocaría conflictos y discor-
dias entre sus partidarios y sus adversarios.
*» Quien ama al padre... más que a mí, no es digno de mí: en caso de conflicto,
entre Cristo y el padre hay que optar por Cristo. Nueva declaración de su divini-
dad. Semejante exigencia sería exorbitante si Cristo no fuera Dios.
88 El que toma su cruz es el reo condenado a ser crucificado. Amar a Cristo so-
bre todo amor, tomar su cruz y seguirle, es la suma de la santidad cristiana.
— 34 —
10 39-11 7
SAN MATEO
10 39-11 7
M Quien halla su vida, la perderá;
y quien pierde su vida por mi causa, la hallará ;
40 Quien os recibe a vosotros, a mí me recibe ;
y quien me recibe a mí, recibe al que me envió.
■ Quien recibe a un profeta a título de profeta,
obtendrá recompensa de profeta ;
y quien recibe un justo a título de justo,
obtendrá recompensa de justo.
12 Y quien diere de beber un vaso tan sólo de agua fría
a uno de estos pequeñuelos a título de discípulo,
en verdad os digo que no perderá su recompensa.
-i i 1 Y aconteció que, cuando Jesús hubo acabado de dar instrucciones
-'■•*- a sus doce discípulos, pasó de allí a otra parte para enseñar y
predicar en las ciudades de ellos.
Mensaje de Juan a Jesús, n, 2-6 ( = Lc. 7, 18-23)
- Y Juan, habiendo en la prisión oído las obras de Cristo, enviándole
un recado ipor medio de sus discípulos, 3 le dijo :
—¿Eres tú el que ha de venir, o aguardamos a otro?
* Y respondiendo Jesús, les dijo :
— Id y anunciad a Juan lo que visteis y oísteis :
6 «Los ciegos ven, los cojos andan,
los leprosos son limpiados, los sordos oyen,
los muertos son resucitados, los pobres evangelizados.»
6 Y bienaventurado aquel que no se escandalizare en mí.
Elogio que Jesiís hace de Juan. 11, 7-15 ( = Lc. 7, 24-30)
: Y cuando éstos se iban, comenaó Jesús a decir a las turbas acerca
de Juan :
30 Formula el Maestro la gran paradoja que es la gran verdad cristiana sobre los
valores temporales y eternos. Lo que parece ganar es perder, lo que parece perder
es ganar. Es la gran ciencia de la vida y de la muerte.
40 Asienta el Maestro el principio fundamental del respeto y obediencia que se
debe a la autoridad : que emana de Dios y se ejerce en nombre de Dios.
""^ Enseña el Maestro, sin el tecnicismo que luego emplearían los teólogos, que
el valor y el mérito de los actos morales corresponde proporcional mente al motiv o
que los determina. El secreto de elevar a gran perfección los actos más vulgares
es el ejercitarlos por motivos perfectos.
■1 -| ** En esta sección y en las cuatro siguientes, que son su desenvolvimiento, de-
clara Jesús su mesianidad y censura la incomprensión de los judíos. Tal es el
pensamiento fundamental que da unidad a todo el capítulo 11.
1 ¿ Qué motivo indujo a Juan a hacer semtjante pregunta ? Es muy verosímil que
el fogoso Bautista, que tan lealmente había señalado a Jesús como Mesías, al obser-
var la reserva y lentitud de Jesús en sus declaraciones mesiánicas, se sintiese aJgo
impaciente y quisiese con la urgente disyuntiva ponerle en la precisión de hacer
declaraciones más explícitas.
*-* La respuesta de Jesús es de doble efecto : se remite a sus milagros citando
una profecía mesiánica (Is. 35, 5-6; 6i, 1-2). El milagro y la profecía, los dos gran-
des argumentos de la Apologética cristiana, atestiguan su mesianidad.
• Esta seria amonestación va dirigida contra algunos discípulos de Juan, envidio-
sos de la popularidad de Jesús, o, más generalmente, contra los judíos, cuyas
fantasías mesiánicas tropezaban en la humildad de Jesús.
,-ls En el fondo de estos elogios, tan magníficos como sinceros, que Jesús hace
de Juan, late un doble pensamiento : Juan es el Precursor del Mesías, y ésta es
su gloria ; Juan no ha sido comprendido por los judíos.
: ¿Una caña...? Elogio de la firmeza de Juan, censura de la veleidad de los judíos.
11 8-21
SAN MATEO
11 8-21
¿ Qué salisteis a ver en el desierto
¿ Una caña agitada por el viento ?
s ¿ Pues qué salisteis a ver ?
¿ Un hombre vestido de ropas muelles ?
Mirad que los que llevan las ropas muelles,
en los regios palacios están.
* ¿ Pues a qué salisteis ?
¿ A ver un profeta ?
Sí, os digo y más que profeta.
10 Este es de quien se ha escrito iMal. 3, 1) :
«Mira que yo envío mi mensajero delante de tu faz,
el cual aparejará tu camino delante de ti.»
11 En verdad os digo, no ha surgido entre los nacidos de mujeres
uno mayor que Juan el Bautista;
mas el menor en el reino de los cielos mayor es que él.
" Desde los días de Juan el Bautista hasta el presente,
el reino de los cielos padece fuerza,
y hombres esforzados arrebatan de él.
n Porque todos los profetas y la Ley hasta Juan profetizaron.
14 Y si queréis creerlo, él es Elias el que ha de venir.
" Quien tenga oídos, oiga.
Reprende Jesús a la generación actual, ir, 16-19 (Le. 7, 31-35)
18 ¿ A quién asemejaré esa generación ?
Es semejante a los niños sentados en las plazas,
los cuales, dando voces a los compañeros, " dicen :
«Os tocamos la flauta, y no danzasteis;
entonamos endechas, y no plañísteis.»
18 Porque vino Juan sin comer ni beber,
y dicen : «Demonio tiene.»
Í9 Vino el Hijo del hombre comiendo y bebiendo,
y dicen : «Ahí tenéis un hombre comilón y bebedor de vino,
amigo de publícanos y pecadores.»
Y quedó acreditada la sabiduría por sus propias obras.
Reproches a Corozaín, Betsaida y Cajarnaúm. 11, 20-24 ( = Lc. 10, 12-15)
20 Entonces comenzó a reprochar a las ciudades en que se habían obra-
do la mayor parte de sus prodigios, porque no habían hecho penitencia :
31 «¡ A y de ti, Corozaín ! | Ay de ti, Betsaida !
Que si en Tiro y Sidón se hubieran hecho
los prodigios obrados en vosotras,
u Ni al enaltecerle ni al rebajarle habla Jesús de la santidad de Juan, sino de su
ministerio profético : superior al de todos los profetas del Antiguo Testamento,
inferior a los del Nuevo.
" Más claro podría traducirse : El reino de los ciclos es invadido a viva fuerza,
y los esforzados lo conquistan; es decir, sólo los que con noble porfía pugnan por
entrar en él logran forzar su entrada.
H Elias : no en la persona, sino en el oficio.
ifl-10 j£n ja imagen parabólica se presentan dos grupos de niños, dispuestos a
jugar. Los primeros proponen a los segundos jugar a bodas; como éstos no admiten,
los primeros proponen jugar a funerales ; como tampoco éstos admiten, los prime-
ros les cantan los versos proverbiales : Os tocamos la klauta... La moralidad es una
censura de esa generación quisquillosa, que no accede ni a las invitaciones más
austeras de Juan ni a las más amables de Jesús.
i8-1" Con estos dos latiguillos picantes, con que rechazaron las invitaciones de
Juan y de Jesús, quedaron los judíos satisfechos de su imponderable sabiduría, que
Jesús ridiculiza con la punzante ironía de la sentencia final.
21 ¡Ay de ti, Corozaín! Sólo en este lugar y en el paralelo de San Lucas uo, 131
se menciona a Corozaín, con haber sido una de las ciudades en que se había obrado
-36-
11 22-12 1
SAN MATEO
tiempo habría que en cilicio y ceniza hicieran penitencia.
" Pues bien, os digo que con Tiro y Sidón
se usará menos rigor en el día del juicio que con vosotras.
a Y tú, Cafarnaúm, ¿ por ventura serás exaltada hasta el cielo ?
Hasta el infierno serás hundida.
Que si en Sodoma se hubieran hecho los prodigios obrados en ti,
subsistiría aún hasta el día de hoy.
M Pues bien, os digo que con la tierra de Sodoma
se usará menos rigor en el día del juicio que contigo.»
Júbilos del Corazón dé Jesits. u, 25-30 (=Lc. 10, 21-22)
* En aquella sazón, tomando Jesús la palabra, dijo :
Bendígote, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque encubriste esas cosas a los sabios y prudentes
y las descubriste a los pequeñuelos.
* Bien, Padre, que así pareció bien en tu acatamiento.
31 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre,
y ninguno conoce cabalmente al Hijo sino el Padre,
ni al Padre conoce alguno cabalmente sino el Hijo,
v aquel a quien quisiere el Hijo revelarlo.
* Venid a mí todos cuantos andáis fatigados y agobiados,
y yo os aliviaré.
" Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
pues soy manso y humilde de Corazón,
y hallaréis reposo para vuestras almas.
*° Porque mi yugo es suave, y mi carga, ligera.
Las espigas arrancadas en sábado.
12. 1-8 ( = Mc. 2, 23-2S =Lc. 6, 1-5)
"i 9 1 En aquella sazón, yendo Je-
í¿d sús de camino en día de sá-
bado, pasó por los sembrados. Sue
discípulos tuvieron hambre, y co-
menzaron a arrancar espigas y a co-
mer. 2 Los fariseos, en viéndolo, le
dijeron :
— Mira, tus discípulos hacen lo que
la mayor parte de los milagros de Jesús. Estos milagros de Corozaín son un correc-
tivo contra el injustificado prurito de identificar o minimizar los milagros evan-
gélicos. I! Tiempo habría que... hicieran penitencia: conocía Jesús lo que hubiera
acontecido, pero que en realidad no aconteció, es decir, los futuros contingentes con-
dicionados : objeto de la> llamada ciencia media.
:B-S0 En tres estrofas se divide este cántico de júbilo : la primera es una doxología
al Padre ; la segunda, una magnífica revelación ; la tercera, una invitación amorosa.
27 Cuatro afirmaciones, a cuál más estupenda, contiene esta revelación teológica :
la primera nos revela la potestad soberana y universal del Hijo ; la segunda y la
tercera encarecen el recíproco conocimiento del Padre y del Hijo, igualmente cabal
y comprensivo, igualmente divino ; la cuarta atribuye al Hijo la potestad, antes
atribuida al Padre, de descubrir o encubrir a los hombres las verdades divinas.
26-30 Invita Jesús a todos los fatigados y agobiados a ser discípulos de su Cora-
zón, manso Y humilde, si quieren hallar alivio y reposo para sus almas,
-j c\ '-«o El pensamiento dominante de todo el capítulo 12 es la hostilidad de los ju-
dios. La incomprensión señalada en el capítulo 11 se concentra en los jefes y se
conyierte en abierta hostilidad : incomprensión y hostilidad que motivarán en el ca-
pítulo 13 el uso de la parábola para anunciar los misterios del reino de Dios.
1 Reanuda San Mateo el orden cronológico, que en adelante apenas invertirá. —
Este episodio de las espigas arrancadas acaeció en primavera, cerca de la Pascua :
dato interesante para establecer la cronología interna de la vida pública de Jesús.
Esta Pascua no fué la mencionada por San Juan en 2, 13, ni tampoco la mencio-
nada en 6, 4. Y si a estas tres Pascuas añadimos la última, resultan cuatro Pas-
cuas diferentes, que encuadran los tres años de la vida pública.
2 Los fariseos acusaban a los discípulos de violar el sábado. Para ellos, arrancar
las espigas era segar ; frotarlas entre las manos, trillar : cosas ambas vedada»
en sábado.
— 37 —
12 3-10
SAN MATEO
12 n-21
no es permitido hacer en sábado.
8 El les dijo :
— ¿ No leísteis qué hizo David cuan-
do tuvo hambre él y los que con él
iban ? 4 ¿ Cómo entró en la casa de
Dios y comió los panes de la pro-
posición, lo que no le era permitido
comer, ni a él ni a los que con él
iban, sino a solos los sacerdotes ?
5 ¿ O no leísteis en la Ley que en día
de sábado los sacerdotes en el tem-
plo violan el sábado y son inculpa-
bles ? 8 Pues yo os digo que hay aquí
algo mayor que el templo. * Y si hu-
bierais entendido qué quiere decir
«Misericordia quiero, que no sacri-
ficio» (Os. 6, 6), no habríais conde-
nado a esos hombres sin culpa. 8 Por-
que señor es del sábado el Hijo del
nombre.
El hombre de la mano paralizada.
12, 9-13 ( = Mc. 3, 1-5 =Lc. 6, 6-10)
9 Y de allí se trasladó a la sinago-
ga de ellos. 10 Y se encontró allí con
un hombre que tenía seca la manó.
Y le interrogaron, diciendo :
— ¿Si es permitido en día de sá-
bado curar ?
Su intento era tener de qué acu-
sarle. 11 El les dijo :
— ¿ Qué hombre habrá entre vos-
otros que tenga una oveja, y si ésta
en día de sábado cayere en una hoya,
¿ por ventura no la cogerá y la le-
vantará ? 12 Pues ¡ qué diferencia va
de un hombre a una oveja ! Así que
es permitido en día de sábado ha-
cer bien.
" Entonces dice al hombre :
— Extiende tu mano.
Y la extendió, y quedó restableci-
da sana como la otra.
Cumplimiento de las profecías me-
siánicas. 12, 14-21 ( = Mc. 3, 6-12
= Lc. 6, 11-19)
14 En saliendo los fariseos, habido
consejo contra él, tomaron la reso-
lución de hacerle perecer.
" Jesús, como lo supo, se retiró de
allí, y le siguieron muchos, y los
curó a todos, 18 y les ordenó severa-
mente que no le pusiesen en descu-
bierto, " para que se cumpliese lo
anunciado por el profeta Isaías, que
dice (42, 1-4) :
18 He aquí mi siervo, a quien escogí ;
mi amado, en quien se complació mi alma ;
pondré mi Espíritu sobre él,
y proclamará justicia a las naciones.
" No porfiará, ni dará voces,
ni oirá alguno en las plazas su voz.
40 La caña cascada no la quebrantará,
Ír la mecha humeante no la apagará,
íasta que haga triunfar la justicia ;
" y en su nombre pondrán su esperanza las naciones.
** Con cuatro razones rebate Jesús la acusación farisaica : el ejemplo de David,
el de los sacerdotes, el valor de la misericordia, el señorío del Hijo del hombre
sobre el sábado.
•■m Un lisiado ante Jesús, en sábado. I-os taimados fariseos comprenden la situa-
ción y ven en ella para Jesús una tentación para violar el sábado. Con arte diabólico
suscitan un conflicto entre la ley del sábado y la compasión de Jesús. Pero sobre
el arte del diablo está el arte de Dios. Jesús, después de rebatir el miserable rigo-
rismo de los fariseos, sabe ejercitar su compasión sin dar pie a ser acusado de
haber quebrantado el reposo sabático : sana al lisiado sin curarle.
Entre los conflictos precedentes y siguientes, frente al espíritu pendenciero
de los fariseos, es un sedante esta imagen del Mesías bueno, trazada por Isaías.
-38-
12 22-23
SAN MATEO
12 24-35
El endemoniado ciego y mudo.
12, 22-23
'-■ Entonces le fué presentado un
endemoniado ciego y mudo, y lo cu-
ró, de suerte que el mudo hablaba
y veía. 23 Y estaban asombradas to-
das las turbas, y decían : «¿No es
tal vez éste el hijo de David ?»
Calumnia de los fariseos refutada.
12, 24-30 ( = Mc. 3, 22-27)
24 Mas los fariseos, al oírlo, dije-
ron :
— Este no lanza los demonios sino
en virtud de Belzebú, príncipe de los
demonios.
20 Conociendo sus pensamientos, les
dijo :
Todo reino dividido contra sí mismo es asolado,
y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie.
" Y si Satanás lanza a Satanás, se dividió contra sí mismo;
¿ cómo, pues, se mantendrá en pie su reino ?
" Y si yo lanzo los demonios en virtud de Belzebú,
¿ en virtud de quién los lanzan vuestros hijos ?
Por eso ellos serán vuestros jueces.
38 Y si en virtud del Espíritu de Dios yo lanzo los demonios,
señal es que ha llegado a vosotros el reino de Dios.
28 ¿ O cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y arrebatarle su ajuar,
si primero no atare al fuerte ?
Sólo entonces saqueará su casa.
*° Quien no está conmigo, contra mí está ;
Y quien no allega conmigo, desparrama.
Blasfemia contra el Espíritu Santo. 12, 31-32 ( = Mc. 3, 28-30)
" Por esto os digo :
todo otro pecado y blasfemia se perdonará a los hombres ;
mas la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
" Y quien dijere palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará;
mas quien la dijere contra el Espíritu Santo,
no se le perdonará, ni en este mundo ni en el venidero.
Los fariseos, condenados por sus propias obras. 12, 33-37
** Una de dos : o haced bueno el árbol, y bueno también su fruto,
o haced malo el árbol, y malo también su fruto,
porque del fruto se conoce el árbol.
" Engendros de víboras, ¿cómo podéis hablar cosas buena?,
siendo vosotros malos ?
Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
K El hombre bueno, del buen tesoro saca cosas buenas,
y el hombre malo, del mal tesoro saca cosas malas.
23 Este milagro es distinto del antes mencionado (9, 32-34) y también, probable-
mente, del referido por San Lucas en 11, 1^23.
*-aB De la derrota de Satanás deduce Jesús el advenimiento del reino de Dios.
*° Ante Jesús no hay neutrales : o con él o contra él.
M Blasfemia contra el Espíritu es aquí el pecado de atribuir de mala fe al es-
píritu malo las obras hechas por virtud del Espíritu Santo.
12 Ni en este mundo ni en el venidero : pueden, por tanto, algunos pecados ser
perdonados después de la muerte : afirmación implícita de la existencia del pur-
gatorio.
M Ea 7, 15-20, se decía que por los frutos podíamos reconocer a los falsos pro-
fetas ; aquí se añade que por los frutos seremos nosotros juzgados por Dios.
— 39 —
12 36-46
SAN MATEO
12 *7-48
* Os certifico que de toda palabra ociosa que hablaren los hombre*
darán razón en el día del juicio.
" Porque por tus palabras serás absuelto como justo
y por tus palabras serás condenado.
La señal de Jonás profeta. 12, 38-42 ( = Lc. n, 29-32)
™ Entonces tomaron la palabra algunos de los escribas y fariseos, di-
ciendo :
— Maestro, queremos ver de ti una señal.
** El, respondiendo, les dijo :
Una generación perversa y adúltera reclama una señal,
y otra señal no se le dará sino la señal de Jonás el profeta.
40 Porque, como Jonás estuvo en el vientre de la bestia marina
tres días y tres noches,
así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra
tres días y tres noches.
41 Los ninivitas se alzarán en el juicio
contra esa generación y la condenarán,
porque hicieron penitencia a la predicación de Jonás ;
y mirad, hay algo más que Jonás aquí.
42 La reina del Mediodía se alzará en el juicio
contra esa generación y la condenará,
porque vino de los últimos confines de la tierra
para oír la sabiduría de Salomón ;
y mirad, hay algo más que Salomón aquí.
Lo postrero, peor que lo primero. 12, 43-45 ( = Lc. 11, 24-26)
** Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre,
anda vagando por lugares áridos,
buscando reposo, y no le halla.
44 Entonces dice : «Me volveré a mi casa de donde salí.»
Y llegando la halla desocupada, barrida y aderezada.
48 Vase entonces y toma consigo otros siete espíritus peores que él,
y entrando se establecen allí,
y resultan las postrimerías de aquel hombre peores que los principios.
Así le acaecerá también a esa generación perversa.
La madre y los hemiarios de Jesús.
12, 46-50 ( = Mc. 3, 31-35
= Lc. 8, 19-21)
46 Estando aún El hablando a las
turbas, he aquí que su madre y sus
hermanos estaban fuera, buscando
cómo hablarle. " Díjole uno :
— Sabe que tu madre y tus herma-
nos están fuera, buscando cómo ha-
blarte.
48 El, respondiendo, dijo al que le
hablaba :
17 En 7, 21-23, se consideraban vanas las palabras desmentidas por las obras ;
aquí se consideran importantes, como expresión normal de nuestro sentir y querer.
•8-u Anuncia Jesns la gran señal de su resurrección y reprocha a los adversarios
de no creer ya desde ahora.
40 Tres días y tres noches significaba simplemente tres días (civiles), aun in-
completos.
I'ara entender este pasaje nótese que hay en él dos comparaciones sobre-
puestas : la de esa generación con un poseso y la del demonio expulsado con un
hombre que, arrojado violentamente de su casa, huye a parajes despoblados.
48 ¿Quién es mi madre? Habla Jesús como profeta: su dignidad de Hijo de Dios
— 40 —
12 45-13 1
SAN MATEO
12 49-13 10
—¿Quién es mi madre y quiénes "Y extendiendo su mano a sus
son mis hermanos ? j discípulos, dijo :
He aquí mi madre y mis hermanos.
M Porque quien hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos,
este es mi hermano y hermana y madre.
orilla del mar, 2 y se congregaron
junto a él grandes muchedumbres,
de suerte que, subiendo en una bar-
ca, se sentó, y toda la turba queda-
ba en la playa. 3 Y les habló muchas
cosas en parábolas, diciendo :
He aquí que salió el sembrador a sembrar.
4 Y al sembrar él, una parte cayó a la vera del camino,
y viniendo los pájaros se la comieron.
1 Otra parte cayó en los peñascales,
donde no tenía mucha tierra,
y luego brotó por no tener profundidad de terreno;
" y en saliendo el sol, se quemó,
y por no tener raigambre se secó.
5 Otra cayó entre espinos,
y subieron los espinos y la ahogaron.
' Mas otra cayó en la tierra buena, y daba fruto,
cuál de ciento, cuál de sesenta, cuál de treinta por uno.
* Quien tenga oídos para oír, oiga.
raraooia aei semoraaor. 13, 1-9
( = Mc. 4, 1-9 =Lc. 8, 4-8)
i o 1 En aquel día, habiendo Jesús
A" salido de la casa, se sentó a la
Por que Jesús habla en parábolas. 13, 10-17 ( = Mc. 4, 10-12 =Lc. 8, 9-10)'
10 Y llegándose los discípulos, le dijeron :
— ¿ Por qué les hablas en parábolas ?
y Redentor queda aún en la sombra. En la sombra debían quedar entre tanto tam-
bién las prerrogativas de María, Madre de Dios y Corredentora. Por lo demás, la
sentencia final, lejos de rebajar a María, la enaltece tácitamente sobre todos, ya
que mejor que todos, después de jesús, cumplió la voluntad del Padre celestial.
Jesús creyó llegado el tiempo de anunciar a los judíos los misterios del reino
de Dios; pero la indisposición de los oyentes le impedía anunciarlos con toda cla-
ridad. De ahí el recurso al género parabólico, que le permitía dosificar la claridad
de su enseñanza. Comienza a anunciar estos misterios en ocho parábolas, que pue-
den llamarse las parábolas del reino de Dios. Parábola es una comparación dramá-
ticamente desarrollada con que se declara una verdad referente al reino de Dios.
Consta de dos elementos esenciales : la imagen parabólica, que es una historia fin-
gida, verosímil, tomada de la vida humana, y la sentencia o moralidad, que es una
verdad moral o religiosa. Para apreciar la ecuación entre la imagen y la moralidad
hay que distinguir en la imagen tres suertes de elementos : el núcleo fundamental,
los rasgos integrantes y los pormenores accesorios o puramente ornamentales. La
significación hay que buscarla no sólo en el núcleo, sino también en los rasaos in-
tegrantes, pero no en los pormenores ornamentales. ,
*"* En la parábola del sembrador se distinguen cuatro porciones de semilla que
corren suerte muy diferente. La primera no germina, por la dureza del terreno ;
la segunda se agosta, por la falta de raigambre ; la tercera queda ahogada por los
espinos ¡ la cuarta fructifica, porque cavó en la tierra buena. Estos obstáculos
diferenciales de la fructificación son los rasgos integrantes de la imagen, en los
cuales habrá que buscar la significación o moralidad.
10 ¿ Por qué les hablas en parábolas ? El motivo de apelar al género parabólico
hay que buscarlo no tanto en la justicia, ni siquiera en la. misericordia, cuanto en
la discreción o pedagogía. La escasa disposición intelectual y moral de los oyentes
pedía que se les tamizase la luz en la revelación de los misterios del reino de Dios,
y para esto era aptísima la parábola.
13 n-23
SAN MATEO
13 u-23
u El, respondiendo, des dijo que
A vosotros se os ha dado conocer
los misterios del reino de los cielos,
mas a ellos no les ha sido dado.
12 Porque a quien tiene, se le dará,
y se le hará nadar en la abundancia;
mas a quien no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
u Por esto les hablo en parábolas,
porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
14 Y se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice (6, g-io) :
«Con el oído oiréis y no entenderéis ;
y mirando miraréis, y no veréis.
13 Porque se volvió craso el corazón de este pueblo,
Y con sus oídos oyeron torpemente,
y entornaron sus ojos ;
no sea caso que vean con los ojos,
y oigan con los oídos,
y entiendan con el corazón,
y se conviertan, y yo los sanaré.»
16 En cuanto a vosotros, dichosos vuestros ojos, porque ven,
y vuestros oídos, porque oyen.
" Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos
desearon ver lo que veis, y no lo vieron,
y oír lo que oís, y no lo oyeron.
IiUerpretación de la parábola del sembrador. 13, 18-23
( = Mc. 4, 13-20 =Lc. 8, 11-15)
u Vosotros, pues, oíd la parábola del sembrador:
19 Quienquiera que oye la palabra del reino y no la entiende,
viene el maligno y roba lo sembrado en su corazón :
éste es el sembrado a la vera del camino.
30 El sembrado en los peñascales,
éste es el que oye la palabra y luego la recibe con gozo ;
a mas no tiene en sí mismo raigambre, sino que es efímero,
y venida la tribulación o persecución
a causa de la palabra, luego se escandaliza.
22 El sembrado entre espinos,
éste es el que oye la palabra ;
y la solicitud del siglo y la seducción de la riqueza
ahogan a una la palabra, y resulta infructuoso.
3 Mas el sembrado en la tierra buena,
11 A vosotros se os ha dado... Dios a todos los judíos dió luz suficiente, mas
no todos la aprovecharon ; a los discípulos dió mayor luz, que ellos recibieron dó-
cilmente. Es el misterio de la gracia de Dios y de la cooperación humana ; pero
este hecho, anterior al empleo de la parábola, no explica directamente su motivación.
™ El sentido de esta paradoja es : a quien, además del capital recibido, tiene lo
que con él ha negociado, se le dará mucho más ; mas a quien no tiene nada adqui-
rido con su trabajo, aun lo que tiene recibido como capital le será quitado.
Las palabras de Jesús consignan un hecho, no expresan finalidad ; el texto
de Isaías expresa finalidad, pero esta finalidad es de los mismos judíos, que cierran
sus ojos para no ver. Y aun la expresión de esta finalidad es irónica.
18-B La moralidad de la parábola, cual la declara el Maestro, se extiende a las
cuatro porciones de semilla, aun en lo que tienen de diferenciales. De ahí el criterio
para interpretar las demás parábolas : la significación se extiende no sólo al núcleo
esencial, sino también a los rasgos integrantes. Y deberán considerarse como inte-
grantes (no puramente ornamentales) aquellos cuya capacidad significativa tenga
afinidad con la significación fundamental de la parábola, dentro de cuya órbiia
debe moverse.
— 42 —
13^-33
SAN MATEO
13 24-33
éste es el que oye la palabra y la entiende,
el cual ciertamente fructifica
y produce, cuál ciento, cuál sesenta, cuál treinta por uno.
Parábola de la cizaña. 13, 24-30
M Otra parábola les propuso, diciendo :
Se asemeja el reino de los cielos
a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
26 Y mientras dormían los hombres, vino su enemigo
y sembró encima cizaña en medio del trigo, y se fué.
" Y cuando brotó la hierba y produjo fruto,
entonces apareció también ía cizaña.
Y presentándose los siervos al padre de familia, le dijeron :
«Señor, ¿ no era buena la semilla que sembraste en tu campo ?
¿De dónde, pues, que tenga cizaña?»
" El les dijo : «Un hombre enemigo hizo esto.»
Dícenle los siervos : «¿ Quieres, pues, que vayamos y la recojamos ?»
29 El les dice : «No, no sea que, al recoger la cizaña,
arranquéis juntamente con ella el trigo.
*° Dejadlos crecer juntamente uno y otro hasta la siega,
y al tiempo de la siega diré a los segadores :
Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla,
pero el trigo recogedlo en mi granero.»
Farábola del granito de mostaza. 13, 31-32 ( = Mc. 4, 30-32 =Lc. 13, 18-19)
" Otra parábola les propuso, diciendo :
Semejante es el reino de los cielos a un granito de mostaza,
que tomándolo un hombre lo sembró en su campo ;
3- el cual es la más pequeña de todas las semillas,
mas cuando se ha desarrollado
es mayor que las hortalizas, y se hace un árbol,
de modo que vienen las aves del cielo y anidan en sus ramas.
Parábola del fermento. 13, 33 ( = Lc. 13, 20-21)
" Otra parábola les habló :
•Semejante es el reino de los cielos a la levadura,
que una mujer toma y mete en tres satos de harina,
con que viene a fermentar toda la masa.
M-30 Se propone solamente la imagen parabólica, cuya significación se dará luego.
El elemento esencial es la cizaña, que, como contraria al reino de Dios, deberá
representar el mal. En cuyo desenvolvimiento se distinguen cuatro momentos o
actos principales : 1) su origen ; 2) su manifestación ; 3) la explicación del hecho ;
41 los remedios prematuros y el remedio prudente para la extirpación del mal.
En este remedio se indican dos estadios consecutivos : el de la permisión provisional
del mal y el de su extirpación definitiva ; es decir, la promiscuidad y la separación
del bien y del mal.
Lo esencial de la imagen parabólica es la pequenez del granito de mostaza
y la grandeza del árbol, o, mejor, el origen humilde de la grandeza posterior. Tul
es el reino de Dios : «misterio» para los judíos, que se imaginaban que el reino de
Dios se inaugurarla de un modo espectacularmente grandioso.
■ El elemento esencial, y principalmente significativo, de la imagen es el fer-
mento con sus propiedades características : su fuerza transformadora, su acción si-
— 43 —
13 34
SAN MATEO
13 33-4S
Jesús enseña por parábolas. 13, 34-35
( = Mc. 4, 33-34)
14 Todas estas cosas habló Jesús en
parábolas a las turbas, y sin parábo-
la nada les hablaba, í5 para que se
cumpliese lo anunciado por el pro-
feta que dice (Sal. 77, 2) :
Abriré en parábolas mi boca,
proclamaré lo que estaba escondido desde la creación del mundo.
Declara Jesús, la parábola de la
cizaña. 13, 36-43
" Entonces, dejando a las turbas,
entró en casa. Y llegándose a él sus
discípulos, le decían :
— Decláranos la parábola de la ci-
zaña del campo.
" El, respondiendo, dijo :
El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre ;
88 el campo es el mundo ;
la buena semilla son los hijos del reino ;
la cizaña son los hijos del malvado,
*• y el enemigo que la siembra es el diablo ;
la siega es la consumación del mundo,
y los segadores son los ángeles.
40 Así, pues, como se recoge la cizaña
y se echa al fuego para que arda,
así será en la consumación del mundo.
41 Enviará el Hijo del hombre sus ángeles,
los cuales recogerán de su reino todos los escándalos
y todos los que obran la iniquidad,
42 y los arrojarán en el horno de fuego ;
allí será el llanto y el rechinar de los dientes.
43 Entonces los justos brillarán como el sol
en el reino de su Padre.
El que tenga oídos, que oiga.
Parábolas del tesoro escondido y de la perla. 13, 44-46
44 Semejante es el reino de los cielos
a un tesoro escondido en el campo,
que hallándolo un hombre lo ocultó,
y de gozo por el hallazgo va y vende todo cuanto tiene
y compra aquel campo.
48 Asimismo es semejante el reino de los cielos a un mercader
que anda en busca de perlas preciosas,
** y habiendo dado con una perla de gran valor,
se fué a vender todo cuanto tenía y la comipró.
lenciosa y su penetración profunda : «misterio» para los que esperaban un reino de
Dios de aparatosidades ruidosas. — El sato equivalía a poco más de doce litros.
**-n Se consigna y justifica el hecho de la predicación por parábolas.
*" Entró en casa : parece, por tanto, que la predicación parabólica del reino de
Dios duró varios días.
"-u En la interpretación de la parábola de la cizaña resuelve el Maestro el pro-
blema del nial en el mundo. Tres cosas enseña, que son la clave de la solución :
r) el origen del mal : que se ha de buscar en la perversidad de Satanás ; 2) la per-
misión del mal: justificada por altísimos fines de la divina Providencia; 3) el re-
mate del mal : que alnún día cesará definitivamente de atribular a los justos.
un cstas dos parábolas se inculcan dos verdades : 1) el valor inestimable de!
reino de Dios ; 2) la estima que de él hemos de hacer, dispuestos a perderlo todo
en razón de poseerlo : dos «misterios» para los judíos, que fantaseaban un reino de
Dios principalmente terreno, cuya posesión no les había de costar trabajo.
13 4""58
SAN MATEO
14 1-3
Parábola de la red. 13, 47-50
" Es también semejante el reino de los cielos a una gran red,
que, echada en el mar, recoge peces de todo género ;
" la cual, una vez repleta, la sacan a la orilla,
y allí sentados recogen los peces buenos en banastas
y arrojan afuera los malos.
■ Así será en la consumación del mundo:
saldrán los ángeles
y separarán los malos de en medio de los justos,
40 y los arrojarán en el horno de fuego ;
allí será el llanto y el rechinar de los dientes.
Conclusión de las parábolas : El estriba instruido. 13, 51-52
51 ¿ Habéis entendido todas estas Dícenle :
cosas ? -^Sí.
53 El les dijo :
Por eso todo escriba adoctrinado en el reino de los cielos
es semejante a un padre de familia
que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
En la sinagoga de Nazaret. 13, 53-58 1
( = Mc. 6, 1-6 =Lc. 4, 16-30)
M Y aconteció que, cuando hubo Je-
sús acabado estas parábolas, se par-
tió de allí. " Y venido a su patria, J
les enseñaba en su sinagoga, de mo-
do que se asombraban y decían : ¡
«¿De dónde a éste esa sabiduría y
esos milagros ? 63 ¿ No es éste el hijo
del carpintero ? ¿ No se llama su ma-
dre María, y sus hermanos Santia-
go, José, Simón y Judas? * ¿Y us
hermanas no están todas entre nos-
otros ? ¿De dónde, pues, a éste to-
das esas cosas ?» " Y se escandali-
zaban en él. Mas Jesús les dijo :
— No hay profeta desprestigiado, si
no es en su patria y en su casa.
58 Y no obró allí muchos milagros
a causa de su incredulidad.
Llega hasta Herodes la fama de Je-
sús. 14, 1-2 ( = Mc. 6, 14-16
= Lc. 9, 7-9)
"1 A 1 Por aquella ocasión oyó He-
rodes el tetrarca lo que se de-
cía de Jesús, 3 y dijo a sus criados :
— Este es Juan el Bautista ; él ha
resucitado de entre los muertos, y
por eso las potencias actúan en él
Martirio de Juan Bautista.
( = Mc. 6, 17-29 =Lc. 3,
14, 3-
19-20)
3 Y fué así que por entonces He-
rodes, habiendo prendido a Juan, le
había encadenado y echado en la pri-
sión con motivo de Herodías, la mu-
«,-"> Esta parábola, como la de la cizaña, revela el tmisterio» de la convivencia
temporal de buenos y malos en el mundo y en la Iglesia y su última y eterna
separación.
a El sentido de la parábola es que los apóstoles, instruidos en la escuela del reino
de los cielos, han de sacar del tesoro de su ciencia las verdades antiguas y las nuevas
arrendidas de su Maestro, que tan oportunamente ha sabido hermanar lo antiguo con
lo nuevo.
55 Sus hermanos: es decir, según el uso semítico, parientes próximos. Santiago.,
y Judas Tadeo son los mismos que figuran en la lista de los Doce. No es tan seguro
que Simón sea el apóstol Simón Cananeo.
58 I.a incredulidad humana ata en cierto modo las manos a Dios.
14 • I.» prisión : era la fortaleza de Maqueronte, situada al E. del mar Muerto.
— 45 —
14 4-15
SAN MATEO
14 16-2o
jer de Filipo, su hermano. 4 Porque
le decía Juan : «No te es lícito te-
nerla.» 6 Y aunque quería matarle,
tuvo miedo de la turba, puesto que
le tenían como profeta.
8 Y recurriendo el natalicio de He-
rodes, danzó la hija de Herodías a
la vista de todos, y agradó a Hero-
des ; 7 tanto, que con juramento le
protestó que le daría cuanto le pi-
diera. 8 Ella, aleccionada por su ma-
dre,
— Dame, dice, aquí sobre una ban-
deja la cabeza de Juan el Bautista.
" Y, aunque entristecido, el rey, a
causa de los juramentos y en aten-
ción a los comensales, ordenó" que
se le diera ; 10 y despachó quien de-
capitase a Juan en la prisión. " Y
fué traída su cabeza sobre una ban-
deja, y fué entregada a la mucha-
cha, y ella la llevó a su madre. n Y
acudiendo sus discípulos, se lleva-
ron su cadáver y lo sepultaron, y vi-
niendo a Jesús se lo notificaron.
Primera multiplicación de los pa-
nes. 14, 13-23 ( = Mc. 6, 30-46 =Lc. 9,
10-17 =Jn. 6, 1-15)
13 En oyéndolo Jesús, se retiró de
allí en una barca a un lugar de-
sierto a solas. Y habiéndose entera-
do las turbas, le siguieron a pie des-
de las ciudades. 14 Y al desembarcar
vió una gran muchedumbre y se le
enterneció con ellos el corazón, y
curó sus enfermos. 16 Venido el atar-
decer, llegáronse a él los discípulos,
diciendo :
—El lugar es solitario y la hora
ya pasada ; despide, pues, las tur-
bas, para que yendo a las aldeas se
compren algo de comer.
" Mas Jesús les dijo :
— No tienen necesidad de marchar-
se ; dadles vosotros de comer.
17 Ellos le dijeron :
— No tenemos aquí sino cinco pa-
nes v dos peces.
18 El dijo :
— Traédmelos acá.
19 Y después de ordenar que las
turbas se recostasen sobre la hierba,
habiendo tomado los cinco panes y
los dos peces, alzando los ojos al
cielo, recitó la bendición, y partien-
do los panes los dió a los discípu-
los, y los discípulos a las turbas.
20 Y comieron todos, y se saciaron ;
y recogieron lo sobrante de los pe-
dazos, doce canastos llenos. 23 Y los
que habían comido eran como cinco
mil hombres, sin contar mujeres y
niños. 22 E inmediatamente obligó a
los discípulos a subirse en la barca
y adelantársele con rumbo a la ri-
bera opuesta, en tanto que él des-
pidiera las turbas. 23 Y habiendo des-
pedido las turbas, subió al monte a
solas para orar. Y entrada la noche,
estaba solo allí.
Sobre las ondas del mar. 14, 24-34
( = Mc. 6, 47-53 =Jn. 6, 16-21)
24 La barca estaba ya en medio del
mar, azotada por las olas, porque el
viento era contrario. 25 Y a la cuarta
vigilia de la noche vino hacia ellos,
« La hija de Herodías : llamada Salomé y casada con su tío 1-ilipo, el tetrarca
de Iturea.
10 «El premio de una bailarina es el asesinato de un profeta., escribió San Am-
brosio.
13 A un lugar desierto : cerca de Betsaida Julias, al NE. del lago.
15 Venido el atardecer: parece que aquel día era jueves. || Despide... las turbas:
lo que menos se ocurrió a los discípulos fué la idea de un milagro. Eran más re-
fractarios a admitir los milagros reales que propensos a fingir milagros imaginarios :
dato importante para valorar la verdad histórica de los milagros evangélicos.
"Sobre la hierba verde: era la primavera. || Partiendo los panes...: los panes
y los peces, multiplicados en las manos de Jesús, se multiplicaron también en las de
los discípulos.
30 Doce canastos : parece fueron los Doce quienes, cada cual con su capazo, re-
cogieron los pedazos sobrantes.
23 Obligó a los discípulos : esta orden inesperada tiene su explicación en los in-
tempestivos entusiasmos de la turba, sobreexcitada por el milagro.
23 Para orar : necesitaba Jesús desahogar en la oración su Corazón, apenado por
la incomprensión de los hombres, aun de sus discípulos.
» A la cuarta vigilia : las vigilias nocturnas eran entonces cuatro : el atardecer,
la media noche, el canto del gallo y la alborada.
-46-
14 26-33
SAN MATEO
14 34—15 3
caminando sobre el mar. M Los dis-
cípulos, como le vieron caminando
sobre el mar, se alborotaron, y de-
cían que
— Es un fantasma.
Y de miedo comenzaron a gritar.
* Mas al punto les habló Jesús, di-
ciendo :
— Tened buen ánimo ; yo soy, nc
tengáis miedo.
58 Respondiéndole Pedro, dijo :
— Señor, si eres tú, mándame ir a
ti sobre las agus.
■ El le dijo :
—Ven
Y bajando de la barca, comenzó
Pedro a caminar sobre las aguas, y
se fué hacia Jesús. " Mas viendo el
viento recio, cobró miedo ; y co-
menzando a sumergirse, se puso a
gritar, diciendo :
—Señor, sálvame.
"Y al punto Jesús, extendiendo
la mano, asió de él, y le dice :
— Poca fe, ¿ por qué titubeaste ?
° Y en subiendo ellos a la barca,
amainó el viento. a Y los que se ha-
llaban en la barca se postraron de-
lante de él, diciendo :
— Verdaderamente, eres Hijo de
Dios.
31 Y habiendo hecho la travesía,
llegaron a tierra en Genesaret.
Sumerosos milagros. 14, 35-36
( = Mc. 6, 54-56)
15 Y habiéndole reconocido los hom-
bres de aquel lugar, mandaron re-
cado a toda aquella comarca, y le
trajeron todos los que se hallaban
mal, *" y le rogaban les permitiese
tocar siquiera la franja de su man-
to ; y cuantos tocaron, cobraron en-
tera salud.
Discusión con los escribas y fariseos.
15, 1-9 ( = Mc. 7, 1-13)
1 r 1 Entonces se acercan a Jesús,
J.O venidos ¿e Jerusalén, unos fa-
riseos y escribas, diciendo :
- — ¿ Por qué tus discípulos traspa-
san la tradición de los antepasados ?
Pues que no se lavan las manos al
comer su pan.
1 El, respondiendo, les dijo :
36 Es um fantasma : los apóstoles eran más propensos a tomar por fantasmas las
realidades que por realidades los fantasmas : más incrédulos que visionarios. De
aquellas cabezas no salieron los milagros del Evangelio.
30 Viendo el viento recio, cobró miedo: ¡extraña contradicción! Caminar sobre
US agcas sin hundirse y temer el viento. Si el agua no cedía bajo sus pies, ¿ qué
mal podría causarle el viento ?
13 Tres milagTQs obró Jesús : caminó él sobre las aguas, hizo que Pedro también
caminase, sosegó la tempestad.
53 Hijo de Dios : la impresión del triple milagro arrancó a los discípulos esta
magnífica profesión de fe en la divinidad de Jesús.
** Llegaron a tierra en Genesaret : combinando los datos de los evangelistas re-
sulta : que los discípulos se dirigían a la vez a Betsaida (Me. 6, 45) y a Cafar-
naúm (Jn. 6, 17) ; que llegaron a donde iban (Jn. 6, 21) ; que de hecho llegaron a la
llanura de Genesaret fMt. 14, 34; Me. 6, 53). Consecuencias: que, además de Bet-
saida Julias, existía otra Betsaida occidental ; que Betsaida no distaba mucho de
Cafarnaúm ; que Cafarnaúm y Betsaida se hallaban en la llanura de Genesaret.
A base de estos datos hay que localizar a Cafarnaúm. Khan Minyeh, mejor que Tell
Hum, verifica estas condiciones.
- La tradición : las enseñanzas orales recibidas de los rabinos anteriores. Debe
aquí consignarse un hecho, que no acredita las versiones protestantes de la Biblia.
En este pasaje y en otros, en que tradición se toma en sentido peyorativo, por tra-
tarse de tradiciones humanas opuestas a la palabra divina, todas las versiones pro-
testantes recalcan la palabra tradición, con el intento de desprestigiar la tradición
católica ; en cambio, en los pasajes de las Epístolas de San rabio (1 Cor. 11, 2 ;
2 Tes. 2, 15; 3, 6), en que se recomienda la tradición apostólica, las versiones pro-
testantes (castellanas, italianas, francesas, inglesas, alemanas) sustituyen la enojosa
palabra tradición por otras menos comprometedoras, como instrucción, doctrina o en-
señanza. Semejante infidelidad es más reprobable en los que no reconocen otra fuente
de la divina revelación más que la Biblia.
* En la respuesta de Jesús, la tradición se contrapone al mandamiento de Dios
(como después, y. 6, a la palabra de Dios). Semejante contraposición distingue esen-
cialmente la tradición rabínica de la tradición cristiana, que es precisamente la
transmisión de la palabra de Dios por el órgano instituido para ello por el mismo
— 47 —
15 4-;
SAN MATEO
15 6-19
— ¿Por qué también vosotros tras-
pasáis el mandamiento de Dios a
causa de vuestra tradición ? * Porque
Dios dijo : «Honra al padre y a la
madre» (Ex. 20, 12; Dt. 5, 16), y «El
que maldijere al padre o a la ma-
dre, muera sin remisión» (Ex. 21, 17).
5 Vosotros, empero, decís : «Quien
dijere al padre o a la madre: (Juncia
declarado ofrenda todo lo mío que
pudieras reclamar en tu provecho,
" no habrá ya de honrar a su padre
o a su madre.» ¡Y habéis rescindido
la palabra de Dios en gracia de vues-
tra tradición ! ' ¡ Farsantes ! Muy
bien profetizó de vosotros Isaías, di-
ciendo (39, 13) :
' Ese pueblo me honra con los labios,
mas su corazón anda muy 'lejos de mí ;
9 es vano el culto que me rinden
enseñando doctrinas, preceptos de hombres.
Parábola a la turba, su explicación a los discípulos. 15, 10-20 ( = Mc. 7, 14-23)
" Y llamando a sí la turba, les dijo :
Escuchad y entended.
11 No lo que entra en la boca contamina al hombre;
mas lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.
12 Entonces, llegándose los discípulos, le dicen :
— ¿Sabes que los fariseos al oír tales palabras se escandalizaron ?
u El, respondiendo, dijo :
1 Todo plantío que no plantó mi Padre celestial
será arrancado de raíz.
14 Dejadlos : son ciegos, guías de ciegos ;
y si un ciego guía un ciego,
ambos a dos caerán en la hoya.
" Tomando Pedro la palabra, dijo :
— Decláranos esta parábola.
El dijo :
¿A estas alturas, hasta vosotros tenéis tan poca comprensión ?
" ¿ No comprendéis que todo lo que entra en la boca
pasa al vientre y se expele en la letrina ?
16 Mas las cosas que salen de la boca, del corazón salen,
y éstas son las que contaminan al hombre.
19 Pues del corazón salen los malos pensamientos :
homicidios, adulterios, fornicaciones,
Dios. Es antievangélico equiparar a la tradición rabínica, reprobada por Cristo, la
tradición apostólica, creada por Cristo, recomendada por San Pablo y tomada como
norma de fe por todo el cristianismo primitivo.
•Ofrenda: la palabra original es korbán (—don). No faltaban hijos desnaturali-
zados, que, para eludir la obligación natural de socorrer a los padres indigentes, pro-
nunciaban la fatídica palabra korbán sobre los bienes que pudieran destinarse a este
socorro de la piedad filial. Con semejante voto declaraban que lo que pedían los pa.
dres quedaba irrevocablemente consagrado a Dios. ¡Esa consagración creaba la obli-
gación de 110 cumplir el cuarto mandamiento! Y los escribas daban por legítimo ese
voto sacrilego.
10 Jesús dice a la turba lo que en realidad iba dirigido contra los escribas.
« Se escandalizaron : entendieron muy bien la enigmática sentencia de Jesús, y
comprendieron que del principio sentado por El se deducía lógicamente la abolición
de toda distinción entre manjares puros e impuros, lo cual los escandalizó.
u Todo plantío... Toda empresa humana que no estribe en Dios está condenada
al fracaso.
-48-
15 20-28
SAN MATEO
15 29-30
hurtos, falsos testimonios, blasfemias.
■ Esas son las cosas que contaminan al hombre ;
que el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
La fe de la cantinea. 15, 21-2S
( = Mc. 7. 24-30)
■ Y saliendo de allí se retiró Je-
sús a la región de Tiro y de Sidón.
23 Y he aquí que una mujer cananea,
salida de aquellos confines, daba vo-
ces, diciendo :
—Apiádate de mí, Señor, Hijo de
David ; mi hija está malamente en-
demoniada.
3 Mas El no le respondió palabra.
Y llegándose sus discípulos, le ro-
gaban, diciendo :
— Despáchala, que viene gritando
detrás de nosotros.
M El, respondiendo, dijo :
— No fui enviado sino a las ovejas
descarriadas de la casa de Israel.
■ Mas ella, llegando, se postraba
delante de él, diciendo :
— Señor, socórreme.
x El, respondiendo, dijo :
— No está bien tomar el pan de los
hijos y echarlo a los perrillos.
■ Ella dijo :
— Sí, Señor ; que también los pe-
rrillos comen de las migajas que
caen de la mesa de sus amos.
^Entonces, respondiendo, díjole
Jesús :
— ¡Oh mujer, grande es tu fe!
Hágase contigo como quieres.
Y quedó sana su hija desde aque-
lla hora.
Suincrosas curaciones. 15, 29-31
( = Mc. 7, 31-37)
* Y marchando de allí Jesús, vino
a la ribera del mar de Galilea, y su-
biendo a la montaña, se sentó allí.
80 Y vinieron a él grandes muche-
dumbres llevando consigo cojos, cie-
gos, sordos, mancos y muchos otros,
y los dejaron echados a sus pies, y
los curó ; M de suerte que la muche-
dumbre se maravillaba al ver hablar
los mudos, sanos los mancos, cami-
nar los cojos, tener vista los ciegos ;
y glorificaban al Dios de Israel.
Segunda multiplicación de los pa-
nes. 15, 32-39 ( = Mc. 8, 1-10)
3- Llamando Jesús a sus discípu-
los, dijo :
— Siento compasión de la turba,
pues ha va tres días no se apartan
de mi lado, y no tienen qué comer ;
y despedirlos en ayunas, no quiero,
no sea que desfallezcan en el ca-
mino.
33 Y le dicen los discípulos :
— ¿ De dónde habremos en despo-
blado tantos panes como para har-
tar a tanta muchedumbre ?
** Y les dice Jesús :
— ¿ Cuántos panes tenéis ?
Ellos dijeron :
— Siete y unos pocos pescadillo.»
* Y habiendo ordenado a la mu-
chedumbre recostarse sobre el sue-
lo, M tomó los siete panes y los pe-
ces v, habiendo hecho gracias, par-
*> Maravillosa sentencia de alcance trascendental, aplicable a tantas manifestacio-
nes de la vida humana.
a Desde la (tercera) Pascua hasta la siguiente fiesta de los Tabernáculos, cas:
medio año, interrumpe Jesús su predicación para consagrarse más especialmente a la
Instrucción de sus discípulos, con vistas a la fundación de la Iglesia.
* Jesús, que leía en el corazón de aquella buena mujer, quiso con estas palabras
mortificantes provocar las manifestaciones de su fe y humildad, que habían de ser
una lección para sus discípulos y para todos.
" Es ya clásica esta retorsión dialéctica con que la cananea concluyó al Maestro,
más, empero, con su fe y su humildad que con su lógica.
u Grande es ni fe: no sin rubor oirían este elogio los discípulos, cuya poca fe
varias veces habla tildado el Maestro. || HAgase contigo: la omnipotencia de Dios
puesta a discreción del que ora con fe y humildad.
» Es sorprendente que los discípulos parecen haber olvidado el milagro de la pri-
mera multiplicación. No eran milagreros
— 49 —
15 37-16 12
SAN MATEO
16 i-i3
tiólos, y dábalos a los discípulos, y
los discípulos a las turbas. " Y co-
mieron todos y se saciaron, y de los
pedazos sobrantes retiraron siete es-
puertas llenas. 38 Y los que comieron
eran cuatro mil hombres, sin contar
mujeres y niños. 39 Y una vez des-
pedida la turba, subió a la barca y
vino a los términos de Magadán.
La señal del cielo. 16, 1-4
( = Mc. 8, 11-13)
1 ¿i 1 Y llegándose los fariseos y
xu saduceos con ánimo de tentar-
le, le demandaron les hiciese ver al-
guna señal procedente del cieüo. " El,
respondiendo, les dijo :
Al caer la tarde decís : «Habrá buen tiempo,
porque el cielo se arrebola» ;
3 y al amanecer : «Hoy tormenta,
porque el cielo se arrebola con aspecto sombrío.»
El semblante del cielo sabéis discernir,
l y las señales de los tiempos no podéis ?
4 Una generación perversa y adúltera reclama una señal,
y señal no se le dará sino la señal de Jonás.
Y dejándolos, se fué.
El fermento de los fariseos y sadu-
ceos. 16, 5-12 ( = Mc. 8, 14-21)
5 Al llegar los discípulos a la ri-
bera opuesta, resultó que se habían
olvidado de tomar panes. 6 Jesús les
dijo :
— Tened ojo y guardaos de la le-
vadura de los fariseos y saduceos.
1 Ellos discurrían entre sí, di-
ciendo :
— Es que no hemos tomado panes.
8 Advirtiéndolo Jesús, dijo :
¿ A qué viene el discurrir entre vosotros, menguados de fe,
sobre que no tenéis panes ?
9 ¿No caéis aún en la cuenta, ni recordáis
los cinco panes de los cinco mil,
y cuántos canastos recogisteis ?
í0 ¿ Ni los siete panes de los cuatro mil,
y cuántas espuertas recogisteis ?
11 ¿ Cómo no caéis en la cuenta de que no os hablé de panes ?
Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.
12 Entonces comprendieron que 110
les había dicho que se guardasen de
la levadura de los panes, sino de la
doctrina de los fariseos y saduceo*.
Confesión y primado de Pedro. 16,
13-20 ( = Mc. 8, 27-30 =Lc. 9, 18-21)
13 Como llegó Jesús a la región de
Cesárea de Filipo, preguntaba a sus
discípulos, diciendo :
3» Macarán : población que probablemente se hallaba al O. (o SO.l del lago.
-I f* - Habrá buen tiempo : cita Jesús algunos de los dichos casi proverbiales que sir-
ven al pueblo para pronosticar el tiempo.
' Las señales de los tiempos : son las señales precursoras de las grandes crisis de
la historia, que los espíritus perspicaces utilizan para prevenirse con tiempo.
* L.A señal de Jonás : es la resurrección de Jesús.
' Tres defectos muestran los discípulos : incomprensión, preocupación por el pan
material, poca fe. Semejantes hombres no crearon la espiritualidad del Evangelio.
i3-2o jja llegado el momento culminante de la vida pública de Jesús. Ya la fe
de los discípulos, a pesar de todos sus defectos, ha alcanzado la conveniente madurez.
T.a profesión de la fe apostólica y la institución del primado eclesiástico son la
sustancia de esta página del Evangelio.
— So —
16 i*-21
SAN MATEO
16 16-22
—¿Quién dicen Jas hombres que
es el Hijo del hombre ?
" Ellos dijeron :
— Unos que Juan el Bautista, otros
que Elias, otros diferentes que Je-
remías o uno de los profetas.
15 Díceles :
— Y vosotros , ¿ quién decís que
soy ?
16 Respondiendo Simón Pedro, dijo :
— Tú eres el Mesías, el Hijo del
Dios viviente.
17 Respondiendo Jesús, le dijo :
Bienaventurado eres, Simón Bar-Joná,
pues que no es la carne y sangre quien te lo reveló,
sino mi Padre, que está en los cielos.
18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro,
y sobre esa piedra edificaré mi Iglesia,
y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
19 Te daré las llaves del reino de los cielos,
y cuanto atares sobre la tierra, quedará atado en los cielos ;
y cuanto desatares sobre la tierra, quedará desatado en los cielos.
50 Entonces ordenó terminantemen-
te a los discípulos que a nadie dije-
sen que El era el Mesías.
Anuncia Jesiís su muerte y resurrec-
ción. 16, 21-23 (=Mc. 8, 31-33
= Lc. 1, 22)
* Desde entonces comenzó Jesús
Mesías a manifestar a sus discípulos
que El tenía que ir a Jerusalén y
padecer muchas cosas de parte de
los ancianos y sumos sacerdotes y
escribas y ser entregado a la muer-
te y al tercer día resucitar.
a Y" tomándole consigo Pedro, se
puso a reconvenirle, diciendo :
— ¡ No lo consienta Dios ! Señor,
de ninsrún modo te acaecerá tal cosa.
" Unos que Juan... : grandes nombres, pero inmensamente inferiores al nombre
de Mesías e Hijo de Dios, que va a pronunciar Pedro.
"-n ¿Y vosotros... ? Respondiendo Simón Pedro... Pregunta Jesús a todos, y res-
ponde uno solo. Pedro responde en nombre de todos ; pero él solo responde. La fe
es común, mas la profesión de esta fe es individual y personal. Pedro, hablando
en nombre de todos, se dispone para ser el jefe de todos.
" Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Dos prerrogativas confiesa Pedro
en Jesús : la mesianidad y la divina filiación. Con la mesianidad confiesa que se
cumplen en Jesús todas las profecías mesiánicas. Con la divina filiación, el pesca-
dor de Galilea, iluminado por la revelación del Padre celestial, se remonta por en-
cima de todo lo humano, para clavar su mirada en la gloria del Hijo de Dios.
w-» Es digno de notarse el énfasis con que Jesús se dirige a Pedro, y, entre todos
los presentes, a solo Pedro. Suponer, como los antiguos protestantes, que cuando
Jesús dice sobre esta piedra, virando en redondo, habla de sí mismo, es el colmo
de la arbitrariedad exegética y una tácita confesión de que cuanto sigue expresa
con demasiada evidencia el primado de autoridad sobre la Iglesia. Los modernos
protestantes, dando la razón a la exegesis católica, han excogitado otra solución,
mas desesperada todavía : la de suponer que todo este pasaje papal es una interpo-
lación tardía efectuada en Roma. Si el testimonio unánime de todos los códices y
versiones no desmintiesen esa supuesta interpolación, el subidísimo color semítico
del pasaje está clamando a voces por la autenticidad. En un problema de crítica
textual, comenzar por atropellar todos los cánones fundamentales de la crítica
es la condenación de las hipótesis basadas en semejantes atropellos.
Con tres metáforas expresa Jesús lo que Pedro es y representa en la Igle-
sia : la de la piedra fundamental, la de las llaves y la de atar y desatar. La piedra
fundamental es la que da estabilidad al edificio, que es la Iglesia. Ahora bien, la
Iglesia, como reino de Dios que es en la tierra, es una sociedad. Y el fundamento
de toda sociedad es la autoridad. Por su autoridad, pues, es Pedro el fundamento de
la Iglesia.— Análoga es la significación de las llaves. Quien por derecho propio
posee las llaves es Jesu-Cristo : cque tiene la llave de David : que abre, y nadie
cierra; que cierra, y nadie abre» (Ap. 3, 7). Al prometer ahora Jesús a Pedro que
le dará las llaves del reino, promete comunicarle su potestad soberana.— Con la
metáfora de atar y desatar designaban los judíos las soluciones doctrinales y las
decisiones legales. A Pedro, por tanto, se promete la autoridad de definir en los con-
flictos doctrinales y de sentenciar en los conflictos jurídicos.
a Anunciada la institución de la Iglesia, anuncia Jesús la redención de la misma
Iglesia, tque El hizo suya con su propia sangre» (Ac. 20, a8).
33 Pedro, que acaba de reconocer la mesianidad y divinidad de Jesús, ahora, ins-
16 23-17 3
SAN MATEO
1G 24-17 S
23 Mas El, volviéndose, dijo a Pe-
dro :
— Vete de ahí, quítateme de delan-
te, Satanás ; piedra de escándalo eres
para mí, pues tus miras no son las
de Dios, sino las de los hombres.
Necesidad de la abnegación. 16, 24-28
( = Mc. 8, 34-39 =Lc. 9, 23-29)
24 Entonces Jesús dijo a sus discí-
pulos :
Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo y tome a cuestas su cruz y sígame.
28 Pues quien quisiere poner a salvo su vida, la" perderá ;
mas quien perdiere su vida por causa de mí, la hallará.
* Pues ¿ qué provecho sacará un hombre
si ganare el mundo entero, pero malograre su alma ?
¿ O qué dará un hombre en cambio por recuperar su alma ?
" Porque ha de venir el Hijo del hombre en la gloria de su Padre,
acompañado de sus ángeles,
y entonces dará en pago a cada cual conforme a sus actos.
28 En verdad os digo que hay algunos de los aquí presentes
que no gustarán la muerte
sin que antes vean al Hijo del hombre viniendo en su realeza.
Transfiguración del Señor. 17, 1-9
( = Mc. 9, 1-8 =Lc. 9, 28-36)
1 7 1 Y seis días después toma Je-
í ' sús consigo a Pedro, a Santia-
go y a Juan, su hermano, y sube con
ellos a un monte elevado a solas.
■ Y se transfiguró en presencia de
ellos, y comenzó a relumbrar su faz
como el sol, y sus vestiduras se pa-
raron blancas como la luz. 8 Y de
pronto aparecieron a su vista Moi-
sés y Elias, conversando con E3.
* Tomando Pedro la palabra, dijo a
Jesús :
—Señor , linda cosa es estarnos
aquí; si quieres, haré aquí tres tien-
das : una para ti, una para Moisés
y una para Elias.
6 Estando aún él hablando, de
pronto una nube luminosa los cu-
brió. Y he aquí una voz salida de la
nube, que decía :
— Este es mi Hijo querido, en quien
me agradé ; escuchadle.
6 Y al oírlo, los discípulos cayeron
sobre su rostro y se atemorizaron
pirado por «la carne y sangre», habla como un judío vulgar, llena la cabeza de
quimeras mesiánicas.
ai-27 Formula el Maestro «la palabra de la cruz» (1 Cor. 1, 18), nudo vital de la
santidad cristiana, piedra de toque para valorar los quilates de los diferentes sis-
temas ascéticos.
27 Vendrá el dia de la verdad y de la justicia, en que cada cual aparecerá lo que
es y recibirá lo que merece.
58 Las últimas palabras se refieren probablemente a la transfiguración de Jesús,
que se narra a continuación.
-1 fj 1 A UN monte elevado ! el Tabor, graciosa colina aislada, que se eleva unos
-*- • 321 metros sobre el llano adyacente y unos 600 sobre el nivel del Mediterráneo. —
Atardecía ya cuando Jesús subía al monte para pasar la noche en oración. De noche
y en oración se transfiguró el Señor.
a Dos rasgos externos de la transfiguración consignan los evangelistas : los ful-
gores solares de su faz y la blancura luminosa de sus vestiduras. Estos efectos
nacían de dentro. El fuego que ardía en su Corazón, penetrando el velo de la sa-
grada carne, iluminó su faz y blanqueó sus vestiduras.
8 Moisés y Elias : eran «la ley y los profetas», que venían a rendir homenaje
al Hijo de Dios. || Conversando con El: de la muerte del Redentor (Le. 9, 31).
Hacia el Calvario se enfocaba la luz del Tabor.
4 Linda cosa es estarnos aquí : las palabras de Pedro son más intencionadas
de lo que pudiera creerse : son un retoño de su horror a la cruz.
5 Una nube luminosa: señal visible de la presencia de la divinidad. || Escu-
chadle : siempre, aun cuando hable de cruz.
— 52 —
17 í-a
SAN MATEO
17 10-23
sobremanera. J Y se acercó Jesús y,
tocándoles, dijo :
— Levantaos y no tengáis miedo.
8 Alzando sus" ojos, a nadie vieron
sino a El, a Jesús solamente. * Y
mientras bajaban del monte les or-
denó Jesús, diciendo :
— A nadie digáis la visión hasta
que el Hijo del hombre hubiere re-
sucitado de entre los muertos.
Sobre el advenimiento de Elias.
i;, 10-13 ( = Mc. 9, 9-12)
10 Y le interrogaron los discípulo»,
diciendo :
— ¿Por qué, pues, los escribas di-
cen que Elias tiene que venir pri-
mero ?
" El, respondiendo, dijo :
Elias ciertamente viene, y restaurará todas las cosas;
vi pero os digo que Elias ya vino y no le reconocieron,
antes hicieron con él cuanto quisieron.
Así también el Hijo del hombre ha de padecer a manos de ellos
13 Entonces comprendieron los dis-
cípulos que les había hablado de
luán el Bautista.
Curación del muchacho lunático. 17,
14-18 ( = Mc. 9, 13-26 = Lc. 9, 37-43)
" Y así que llegaron a la turba, se
le acercó un hombre, arrodillándo-
sele 15 y diciendo :
— Señor, compadécete de mi hijo,
porque está lunático y padece de
mala manera ; porque muchas veces
cae en el fuego y muchas en el agua.
" Y lo presenté a tus discípulos, y
no lo pudieron curar.
" Respondiendo Jesús, dijo :
— ¡Oh raza incrédula y perverti-
da!, ¿hasta cuándo estaré con vos-
otros ? ¿ Hasta cuándo os soportaré ?
Traédmele acá.
" Y le mandó Jesús terminante-
mente, y salió de él el demonio, y el
muchacho quedó curado desde aquel
momento.
Poder de la oración y del ayuno
17, 19-21 ( = Mc. 9, 27-28)
ie Entonces , llegándose los discí-
pulos a Jesús a solas, dijeron :
— ¿Por qué nosotros no pudimos
lanzarlo ?
20 El les dice :
— Por vuestra poca fe. Porque en
verdad os digo que si tuviereis fe
como un granito de mostaza, diréis
a este monte : «Trasládate de aquí
allá», y se trasladará, y nada os será
imposible. 21 Ese linaje de demonios
no sale si no es con oración y ayuno.
Segundo anuncio de la pasión. 17,
22-23 ( = Mc. 9, 29-31 =Lc. 9, 44-45)
" Mientras andaban por Galilea,
díjoles Jesús :
— El Hijo del hombre ha de ser
entregado en manos de los hombres,
0 y le darán la muerte, y al tercer
día resucitará.
Y se entristecieron sobremanera.
" Mientras bajaban : a la mañana siguiente.
M~a A la pregunta, deliberadamente ambigua, de los discípulos respondió el Maes-
tro : I) que era cierto que Elias había de venir ; 21 que Elias había ya venido en
la persona de Juan ; 3) que no fué reconocido, antes maltratado ; 4) que la mism»
suerte aguardaba al Hijo del hombre : que moriría, pero que luego resucitaría.
Con esto entendieron los discípulos lo que realmente deseaban saber : cómo el Hijo
del hombre resucitaría de entre los muertos.
a Lunático : así era llamado el epiléptico, por creerse vulgarmente que las crisis
de la epilepsia tenían relación con las fases de la luna. De hecho, el muchacho
estaba endemoniado.
a Este linaje de demonios : se dan casos de posesión en que a los exorcismos ri-
tuales hay que juntar la oración y el ayuno.
-53 -
17 24-26
SAN MATEO
17 27-18 9
El estáte} hallado en la boca del
pez. 17, 24-27
M Luego que llegaron a Cafarnaúm,
se presentaron a Pedro los que co-
braban las didracmas y dijeron :
— ¿ Vuestro Maestro no paga las
didracmas ?
25 Dice :
Sí.
Y cuando llegó a casa, se le ade-
lantó Jesús, diciendo :
— i Qué te parece, Simón ? Los re-
yes de la tierra, ¿de quiénes cobran
impuestos o tributo ? ¿ De sus pro-
pios hijos o de los extraños ?
26 Y habiendo dicho :
— De los extraños,
díjole Jesús :
— Luego exentos están los hijos.
27 Mas para que no les escandalice-
mos, vete al mar y echa el anzuelo,
y el primer pez que saques, tómalo,
y abriéndole la boca, hallarás un es-
tater; tómalo y entrégalo a ellos por
mí y por ti.
El mayor en el reino de los ciclos.
18, 1-6 ( = Mc. 9, 32-36, 41
= Lc. 9, 46-48)
"I O 1 En aquella sazón se llega-
ío ron los discípulos a Jesús, di-
ciendo :
— ¿ Quién, en fin, es mayor en el
reino de los cielos ?
2 Y llamando a sí a un niño, lo
puso en medio de ellos, 3 y dijo :
En verdad os digo, si no os tornareis e hiciereis como los niños,
no entraréis en el reino de los cielos.
4 Así, pues, el que se hiciere pequeño como este niño.
éste es el mayor en el reino de los cielos.
* Y quien recibiere a uno de tales niños en mi nombre,
a mí me recibe.
6 Y quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mi,
mejor fuera que le colgasen alrededor del cuello una muela de tahona
y le sumergiesen en alta mar.
El escándalo. 18, 7-1 1 ( = Mc. 9, 42-47)
' j Ay del mundo a causa de los escándalos !
Porque fuerza es que vengan los escándalos;
mas ¡ ay del hombre por quien viene el escándalo !
8 Si tu mano o tu pie te escandaliza,
córtalo y échalo lejos de ti;
mejor te vale entrar en la vida manco o cojo,
que con tus dos manos o tus dos pies ser arrojado al fuego eterno.
" Y si tu ojo te escandaliza,
sácalo y échalo lejos de ti ;
mejor te vale con sólo un ojo entrar en la vida,
que con tus dos ojos ser arrojado en la gehena del fuego.
21 Las didracmas: todos los israelitas varones pagaban una didracma (=dos drac-
mas) para el culto del templo. La draema correspondía a la peseta. Dos didracmas
equivalían al siclo hebreo o al estater griego. Para pagar las dos didracmas, por
Jesús y por Pedro, sirvió el estater sacado de la boca del pez.
* Impuestos : contribución indirecta ; tributo : contribución directa.
" Abriéndole la boca : este pormenor imposibilita toda explicación naturalista
del milagro.
1 Habían discutido los apóstoles sobre quién era el mayor ; no habiéndose pues-
to de acuerdo, apelaron a la solución del Maestro, aunque sin decirle palabra
sobre la discusión precedente. No necesitaba el Maestro que le confesaran su falta.
» Se enseña la necesidad de la infancia espiritual.
4 La esencia de la infancia espiritual es la humildad.
M Declaración de dos verdades que deben ser un acicate y un freno para los
educadores de la niñez.
Otra vez se inculca la necesidad de no dar escándalos y de no ceder a los
«lados por otros.
— 54 —
18 i»-21
SAN MATEO
lg 22-23
"Guardaos no menospreciéis a uno de estos pequeñuelos,
porque os digo que sus ángeles en los cielos
ven sin cesar el rostro de mi Padre, que está en los cielos.
" Porque el Hijo del hombre vino a salvar lo que había perecido.
Parábola de la oveja descarriada. 18, 12-14
■ ¿ Qué os parece ? Si un hombre tiene cien ovejas
y se le descarría una de ellas,
¿ por ventura no dejará las noventa y nueve en los montes
y se irá a buscar la descarriada ?
u Y si le aconteciere hallarla,
en verdad os digo que se goza por ella
más que por las noventa y nueve no descarriadas.
14 Así no es voluntad en él acatamiento de vuestro Padre, que está en los
de que perezca uno de esos pequeñuelos. [cielos,
Corrección fraterna, potestad apostólica, eficacia de la oración. 18, 15-20
15 Si pecare contra ti tu hermano,
ve y corrígele entre ti y él solo.
Si te escuchare, ganaste a tu hermano;
16 mas si no te escuchare, toma todavía contigo a uno o dos,
para que «Sobre el dicho de dos o tres testigos estribe toda causa» (Dt.
" y si no les diere oídos, dilo a la Iglesia ; [19, 15) ;
y si tampoco a la Iglesia diere oídos,
míralo como al gentil y al publicano.
a En verdad os digo, cuanto atareis sobre la tierra será atado en el cielo,
y cuanto desatareis sobre la tierra será desatado en el cielo.
i9 En verdad también os digo
que si dos de entre vosotros se concertaren sobre la tierra
acerca de cualquier cosa que pidan,
les será otorgado por mi Padre, que está en los cielos.
** Pues dondequiera que estén dos o tres reunidos en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos.
Perdón de las injurias: parábola del
siervo cruel. 18, 21-35
21 Entonces, llegándose Pedro, le
dijo :
— Señor, ¿ cuántas veces pecará mi
hermano contra mí y le perdonaré ?
¿Hasta siete veces?'
" Dícele Jesús :
— No te digo hasta siete veces,
sino hasta setenta veces siete.
23 Por esto se asemejó el reino de
los cielos a un rey que quiso ajustar
10 De estas palabras se colige que Dios ha confiado la custodia de cada hombre
ya desde su nacimiento a la vigilancia y custodia de los santos ángeles.
u Esta sentencia es a la vez conclusión de lo que precede y transición para
lo que sigue.
*-,T En el proceso de la corrección, tres pasos señala el Maestro : 1) la corrección
secreta ; 2) la privada ante testigos ; 3) la denunciación pública ante la autoridad.
* Dilo a la Iglesia : es decir, a la autoridad constituida en la Iglesia. Existe,
por tanto, en la Iglesia la potestad de juzgar. Y tal potestad sería irrisoria sin el
correspondiente poder de imponer sanciones.
18 Estas palabras, comparadas con las dichas anteriormente a Pedro (16, 19), son
como su extensión o comunicación. Pero con una diferencia esencial. Dichas a
Pedro en singular, expresaban una función soberana ; dichas a todos los apóstoles,
en plural y en general, no expresan una función soberana e independiente. Ni la
pueden expresar ; pues, de lo contrario, serían una anulación de la potestad sobe-
rana otorgada antes a solo Pedro
1*-a) La eficacia de la oración asociada estriba en la presencia de Cristo, que,
atraído por la caridad fraterna, refrenda la oración hecha en caridad.
18 24-35
SAN MATEU
19 i-i:
cuentas con sus siervos. ** Y como
comenzó a tomarlas, le fué presen-
tado uno deudor de diez mil talen-
tos. * No teniendo él con qué pagar,
mandó el señor se le vendiese a él,
a su mujer, a sus hijos y todo cuan-
to tenía, y con eso se le pagase.
" Postrándose, pues, eJl siervo aquel,
le suplicaba rendidamente, dicien-
do : «Ten paciencia conmigo, y to-
do te lo pagaré.» 27 Compadecido el
señor de aquel siervo, le dejó ir li-
bre y le perdonó la cantidad pres-
tada. 28 Así que salió aquel siervo se
encontró con uno de sus consiervos,
que le debía cien denarios ; y asien-
do de él le ahogaba, diciendo : «Pa-
ga todo lo que debes.» 28 Postrándo-
se, pues, su consiervo, le suplicaba,
diciendo : «Ten paciencia conmigo,
y te pagaré.» 30 Mas él no quería,
sino que fué y le echó en la cár-
cel, hasta que pagase lo que debía.
" Viendo, pues, sus consiervos lo que
pasaba, se afligieron sobremanera y
se fueron a enterar a su señor de
todo lo ocurrido . 32 Entonces , lla-
mándole su señor, le dice : «Siervo
malo, toda aquella deuda te perdo-
né porque me lo suplicaste. 33 ¿No
era justo que también tú te compa-
decieses de tu consiervo, lo mismo
que yo me compadecí de ti ?» 81 Y
encolerizado su señor, lo entregó a
los verdugos hasta que pagase todo
lo que debía.
35 Así también mi Padre celestial
hará con vosotros si no perdonareis
cada uno a vuestro hermano con to-
do vuestro corazón.
Matrimonio y virginidad. 19, 1-12
(=Mc. 10, 1-12)
i q 1 Aconteció que, cuando hubo
J--' Jesús concluido estos razona-
mientos, se partió de Galilea y vino
a los confines de la Judea allende el
Jordán, 2 y le siguieron grandes mu-
chedumbres, y los curó allí.
3 Y se le acercaron unos fariseos,
tentándole y diciendo :
— ¿Si es lícito repudiar a su mu-
jer por cualquier motivo?
4 El, respondiendo, dijo :
— ¿No leísteis tal vez que el que
los creó desde el principio los hizo
varón y hembra ? 6 Por esto dejará el
hombre al padre y a la madre y se
unirá a la mujer, y serán los^ dos
una sola carne (Gén. 2, 24). 6 Así que
ya no son dos, sino una carne. Lo
que Dios, pues, juntó, el hombre no
lo separe.
1 Dícenle :
— ¿Por qué, pues, Moisés prescri-
bió dar libelo de divorcio y repu-
diar? (Dt. 24, 1).
8 Díceles :
— Porque Moisés, en razón de vues-
tra dureza de corazón, os consintió
repudiar vuestras mujeres ; mas des-
de un principio no ha sido así. " Y
os digo que quien repudiare a su
mujer, no interviniendo fornicación,
y se casare con otra, adultera, y
quien se casare con la repudiada,
adultera.
10 Dícenle los discípulos :
—Si tal es la situación del hombre
respecto de la mujer, no vale la pe-
na de casarse.
" El les dijo :
*' El talento de plata equivalía próximamente a 5.000 iiesetas. Los diez mu. ta-
lentos importarían unos 50 millones.
38 El denario osciló entre los 78 y los 87 céntimos de peseta.
M No quiere decir que Dios retracte el perdón una vez otorgado de los pecados ;
pero da a entender la enorme gravedad del pecado de quien se obstina en no per-
donar, que en cierto modo equivale al cúmulo de los pecados antes cometidos y ya
perdonados.
1 Q " Dos puntos hay que distinguir en esta pregunta : lo que se presupone y lo que
-'-«' se pregunta. Se presupone la licitud del repudio ; se pregunta si el repudio
puede hacerse por cualquier motivo. El Maestro responde por partes.
*•* Respondiendo al primer punto, establece el Maestro la indisolubilidad del
matrimonio.
• Distingue el Maestro dos cosas esencialmente distintas : la disolubilidad del
vínculo conyugal y la separación material. La primera la niega en absoluto ; la
segunda la reprueba también, con una sola excepción : en el caso de adulterio.
11-12 xres géneros de eunucos distingue el Maestro. Los dos primeros, los forzo-
sos, o por naturaleza o por violencia, se han de entender en sentido natural o li-
teral. El tercer género se ha de entender en sentido metafórico o espiritual, y son
los célibes voluntarios, que escogen la continencia no por cualquier motivo, sino
POR RAZÓN DEL REINO DE LOS CIELOS.
-56-
19 i2-1^
SAN MATEO
19 Í9-28
— No todos son capaces de com-
prender esta palabra, sino aquellos a
quienes ha sido dado. "* Porque hay
eunucos que así nacieron desde el
seno de su madre, y hay eunucos que
!o son por obra de los hombres, y
hay eunucos que a sí mismos se hi-
cieron tales por razón del reino de
los cielos. Quien sea capaz de com-
prender, comprenda.
jesiís y los niños. 19, 13-15
( = Mc. 10, 13-6 = Lc. 18, 15-17)
™ Entonces le fueron presentados
unos niños, para que pusiese las ma-
nos sobre ellos y recitase una ora-
ción ¡ mas los discípulos los riñeron.
14 Pero Jesús dijo :
— Dejad en paz a los niños y no
les impidáis que vengan a mí, por-
que de los tales es el reino de los
cielos.
15 Y habiendo puesto las manos so-
bre ellos, se partió de allí.
El joven rico. 19, 16-22
( = Mc. 10, 17-22 =Lc. 18, 18-23)
18 Y he aquí que uno, llegándose-
le, dijo :
— Maestro, ¿ qué he de hacer de
bueno para obtener la vida eterna ?
" El le dijo :
— ¿ A qué me preguntas sobre lo
que es bueno? Uno sólo es bueno.
Mas si quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos.
" Dícele :
—¿Cuáles?
Jesús dijo :
— Lo de «No matarás, no adultera-
rás, no robarás, no dirás falso testi-
monio ; 19 honra al padre y a la ma-
dre», y «amarás a tu prójimo como a
ti mismo» (Ex. 20, 12-16 ; Lev. 19,
18 ¡ Dt. 5, 16-20).
30 Dícele el joven :
— Todo esto lo guardé. ¿ Qué má?
necesito ?
31 Díjole Jesús :
— Si quieres ser perfecto, ve, ven-
de cuanto posees y dalo a los pobres,
y tendrás un tesoro en el cielo ; y
vuelto acá, sigúeme.
- Como el joven oyó esta palabra,
se fué entristecido, porque era per-
sona que poseía muchos bienes.
Peligro de la riqueza, galardón de la
pobreza. 19, 23-30 ( = Mc. 10, 23-31
= Lc. 18, 24-30)
38 Jesús dijo a sus discípulos :
—En verdad os digo que un rico
difícilmente entrará en el reino de
los cielos. M De nuevo os digo : más
fácil es pasar un camello por el ojo
de una aguja que entrar un rico en
el reino de los cielos.
23 Al oír esto los discípulos, se asom-
braban sobremanera y decían :
— ¿ Quién, pues, podrá ser salvo ?
26 Fijando en ellos su mirada, díjo-
les Jesús :
— Para los hombres esto es impo-
sible ; mas para Dios todo es posible.
n Entonces, tomando Pedro la pa-
labra, le dijo :
— Mira, nosotros lo dejamos todo
y te seguimos : ¿ qué habrá, pues, pa-
ra nosotros?
58 Jesús les dijo :
a-n Es interesante la contraria manera como Jesús y los discípulos miraban a
los pequeñuelos : Jesús, como niños inocentes ; los discípulos, como chiquillos im-
portunos.
21 Si ocieres ser perfecto : sobre la observancia de los mandamientos está la
perfección evangélica, que no se impone a todos : es empresa de voluntarios.
- El desordenado apego a las riquezas agostó en flor un llamamiento de pre-
dilección a la santidad y al apostolado.
aM" Dos verdades proclama el Maestro : 1) son humanamente incompatibles el
apego a la riqueza y la entrada en el reino de Dios ; 2) es posible con la gracia
de Dios hermanar la santidad con la posesión de la riqueza.
* No reprueba el Maestro las miras interesadas de Pedro. El temor de Dios y
la esperanza, si no son lo más perfecto, son, con todo, buenos. Ni deben conde-
narse, sino superarse con el amor de Dios.
* Al tiempo de la regeneración : la restauración final será como una nueva genera-
ción del universo. || Os sentaréis...: como jueces asesores. || Las doce tribus de Israel:
expresión figurada de la universalidad de los hombres.
— 57 -
19 29-20 4
SAN MATEO
20
— En verdad os digo que vosotros,
que rae seguisteis, al tiempo de la
regeneración, cuando se sentare el
Hijo del hombre en el trono de su
gloria, os sentaréis también vosotros
sobre doce tronos para juzgar las do-
ce tribus de Israel. 20 Y todo aquel
que dejó casas, o hermanos o herma-
nas, o padre o madre, o hijos o cam-
pos, por causa de mi nombre, recibi-
rá el cien doblado y poseerá en he-
rencia la vida eterna. 80 Y muchos
primeros serán postreros, y muchos
postreros serán primeros.
Parábola de los obreros llamados a
trabajar en la viña. 20, 1-16
OQ 1 Porque es semejante el reino
v de los cielos a un hombre amo
de casa, que salió al amanecer a con-
tratar obreros para su viña. 2 Y ha-
biéndose concertado con dos obreros
en un denario ail día, les envió a su
viña. 3 Y habiendo salido hacia la ho-
ra tercia, vió a otros que estaban en
la pilaza parados, 4 y les dijo : «Id
también vosotros a la viña, y os daré
lo que fuere justo.» 6 Ellos fueron.
Habiendo salido otra vez hacia la
hora sexta y nona, hizo lo mismo.
"Cerca de la hora -undécima, habien-
do salido, halló a otros por allí, y les
dice : «¿Por qué os estáis ahí todo el
día sin trabajar ?» ' Dícenle : «Porque
nadie nos ha contratado.» Díceles :
«Id también vosotros a la viña.» 8 Ve-
nido el atardecer, dijo el amo de la
viña a su mayordomo : «Llama a los
obreros y págales el jornal, comen-
zando por los últimos hasta llegar a
los primeros.» 9 Y venidos los de la
hora undécima, cobraron cada uno su
denario. 10 Viniendo luego los prime-
ros, pensaron que cobrarían más, y
cobraron también ellos su correspon-
diente denario. 11 Mas habiéndolo re-
cibido, murmuraban contra el amo de
casa, "diciendo: «Estos últimos tra-
bajaron una hora sola, y los igualas-
te con nosotros, los que hemos so-
portado el peso del día y el calor.»
13 El, respondiendo a uno de ellos,
dijo : «Amigo, no te hago agravio.
¿No te concertaste conmigo por un
denario ? " Toma lo tuyo y vete. Y si
quiero a este último darle lo mismo
que a ti, 18 ¿ no me es permitido ha-
I cer de lo mío lo que quiero ? ¿ O ha
29 La promesa del ciendoblado, si se cumple principalmente en los bienes espi-
rituales, se extiende también a los bienes temporales conducentes a la vida efrna.
80 Esta sentencia tiene estrecha conexión con lo que precede. Dice el Maestro :
al tiempo de la regeneración no ocurrirá lo que se imaginan los judíos : que ellos
serán los triunfadores y los primeros, mientras que los gentiles serán los vencidos
y los últimos ; antes muchos de esos primeros pasarán a ser los últimos, y vice-
versa. Para recalcar esta sentencia propone la parábola que sigue, de la cual es
como la moraleja.
1-16 para orientarse en la interpretación de esta parábola hay que tener presente
que en ella lo sustancial es la inversión o trueque entre primeros y últimos. Se-
mejante inversión resalta principalmente cuando los obreros de última hora son
preferidos a los de las primeras horas en dos cosas : en que reciben antes el jor-
nal, en que la paga es proporcionalmente mayor. De esto precisamente se querellan
los que habían soportado el peso del día ; por lo cual presumían que, si a los de la
última hora se les había dado un denario, a ellos les correspondía más. La igualdad
de la paga les pareció una irritante desigualdad y un desconocimiento de la pri-
macía que se les debía. Con la parábola, el Maestro profetizaba la historia futura.
Que los gentiles fueran admitidos en la Iglesia, pero en un plano de inferioridad,
lo celebraban loa judíos ; pero que la gentilidad fuera equiparada a Israel, eso no
podían tolerarlo. De ahí la tragedia de los judíos incrédulos y de los judaizantes.
Y se verificó la sentencia de la parábola : que vinieron a ser los últimos primeros
Y LOS PRIMEROS ÚLTIMOS.
1 En un denario : era el salario que solía darse a los obreros por un día de
trabajo. Ni tiene otra razón de ser la mención del denario.
' Las horas se cuentan desde la salida del sol.
Se expresa la ley de la divina Providencia, que se desenvuelve en dos planos
diferentes : el de la justicia y el de la gracia. En el de la justicia, Dios da a todos
lo que les debe (en cuanto se puede hablar de deberes en Dios) ; pero en el de
la gracia, a unos da más, a otros menos, según su sabiduría y beneplácito.
-58-
20 16"30
SAN MATEO
20 «-30
de ser malo tu ojo porque yo soy
bueno ?» 18 Así serán los últimos pri-
meros, y los primeros últimos. Por-
que muchos son llamados, mas pocos
elegidos.
Tercer anuncio de la pasión. 20, 17-19
( = Mc. 10, 32-34 =Lc. 18, 31-34)
" Al tiempo que subía a Jerusalén,
tomó Jesús aparte a los doce discí-
pulos, y en el camino les dijo :
18 Mirad que subimos a Jerusalén,
y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas
y le condenarán a muerte,
18 y le entregarán a los gentiles
para que se mofen de él y le azoten y le crucifiquen.
Ambición de los hijos del Zeoedco.
20, 20-28 ( = Mc. 10, 35-45)
30 Entonces se llegó a El la madre
de los hijos de Zebedeo junto con
sus hijos, postrándose y en ademán
de pedirle algo. 21 El le dijo :
— ¿ Qué quieres ?
Dice le :
— Di que se sienten estos dos hi-
jos míos uno a tu diestra y uno a
tu izquierda en tu reino.
- Respondiendo Jesús, dijo :
— No sabéis qué pedís. ¿ Podéis be-
ber el cáliz que yo voy a beber ?
Dicen le :
— Podemos.
a Díceles :
— Mi cáliz ciertamente beberéis ,
mas el sentarse a mi derecha y a mi
izquierda, no me corresponde a mi
otorgarlo, sino que es para quienes
está reservado por mi Padre.
24 Y en cuanto oyeron esto los diez,
se enojaron con los dos hermanos.
25 Mas Jesús, llamándoles a sí, dijo :
Sabéis que los jefes de las naciones los tratan despóticamente
v los grandes abusan con ellos de su autoridad.
56 No ha de ser así entre vosotros ;
antes quien quisiere entre vosotros venir a ser grande,
será vuestro servidor ;
3 v quien quisiere entre vosotros ser primero,
será vuestro esclavo :
13 como el Hijo del hombre no vino a ser servido,
sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.
Los ciegos de Jericó. 20, 29-34
( = Mc. 10, 46-52 =Lc. 18, 35-43)
M Y al salir ellos de Jericó les si-
guió un gran gentío. "Y he aquí que
dos ciegos, sentados junto al cami-
no, en oyendo decir que Jesús pasa-
ba por allí, se pusieron a gritar, di-
ciendo :
— Señor, ten piedad de nosotros,
Hijo de David.
14 Dos sentencias enuncia el Maestro, cuya conexión parece debe explicarse en
que la secunda expresa explícitamente lo que la primera sugiere virtualmente. La
primera sólo expresa la inversión de primeros y últimos ; pero en la realidad la in-
versión debía convertirse en exclusión de los que de primeros pasaban a últimos.
20 La madre y los hijos proceden de común acuerdo.
" Los dos hermanos pretenden suplantar a Pedro.
í*-23 En la petición de los hermanos distingue el Señor dos cosas : una general,
que ellos daban por supuesta ; otra particular, que ahora pedían : la preeminencia.
Respecto de la primera les advierte que, para que la promesa de sentarse en los
tronos se haga efectiva, es menester que antes pasen por la pasión. Respecto de la
segunda les da a entender que semejantes preeminencias no se otorgan por in-
trigas ambiciosas.
25-38 Con ocasión de la poca humildad de los discípulos enseña el Maestro lo que
habrá de ser la autoridad en la Iglesia : no un despotismo abusivo, sino un cservicio».
28 A dar su vida como rescate por muchos ¡ breve síntesis del dogma de la
redención, en que se declara : 1) que los hombres eran esclavos y cautivos ; 2) que
20 31-21 12
SAN MATEO
21 1*13
" Pero la gente les increpaba, di-
ciéndoles que callasen. Mas ellos gri-
taron más, diciendo :
— Señor, ten piedad de nosotros,
Hijo de David.
" Y deteniéndose Jesús, llamólos y
dijo :
— ¿ Qué queréis haga yo con vos-
otros ?
a Dícenle :
— Señor, que se abran nuestros
ojos.
u Compadecido Jesús, tocó sus ojos.
Y al punto recobraron la vista y le
siguieron.
Entrada triunfal en Jerusalén. 21,
1-11 ( = Mc. 11, 1-11 =Lc. 19, 29-38»
oí 1 Y cuando llegaron cerca de
*iJ- Jerusalén y vinieron a Betfa-
ge, en el monte de los Olivos, en-
tonces Jesús envió dos discípulos,
2 diciéndoles :
— Id a la aldea que está frente a
vosotros, y luego hallaréis un asna
atada y un pollino con ella ; des-
atadla y traédmelos acá. * Y si al-
guno os dijere algo, le diréis que el
Señor tiene necesidad de ellos, mas
que luego los devolverá.
4 Esto se ha hecho para que se
cumpliese lo anunciado por el pro-
feta que dice (Zac. 9, 9) :
8 Decid a la hija de Sión :
Mira que tu Rey viene a ti
manso y montado sobre un asna
y sobre un pollino hijo de animal uncido al
u y o
' Habiendo ido los discípulos y he-
cho conforme les había ordenado Je-
sús, 7 trajeron el asna y el pollino y
echaron los mantos encima de ellos
y montó sobre ellos. 8 Los más de
entre la turba tendieron sus mantos
en el camino ; otros cortaban ramas
de los árboles y con ellas tapizaban
el camino. 8 Y las turbas que mar-
chaban por delante y las que se-
guían atrás daban voces, diciendo :
¡ Hosanna al Hijo de David !
¡ Bendito el que viene en el nombre del Señor
¡ Hosanna en las supremas alturas !
10 Y como entró en Jerusalén, se
removió toda la ciudad, diciendo :
— ¿ Quién es éste ?
11 Y las turbas decían :
— Este es el profeta Jesús, el de
Nazaret de Galilea.
erca-
19. 11
dían y compraban en el templo, «
volcó las mesas de los cambistas y
las sillas de los que vendían las pa-
lomas, 13 y les dice :
■ — Escrito está : «Mi casa será lla-
mada casa de oración» (Is. 56, 7) ;
mas vosotros la hacéis «cueva de la-
drones» (Jer. 7, 11).
" Y se llegaron a El los ciegos y
cojos en el templo, y los curó. 15 Pe-
ro viendo los sumos sacerdotes y los
escribas las maravillas que obró y
a los niños que gritaban en el tem-
plo y decían : «¡ Hosanna al Hijo de
Son echados del templo los
deres. 21, 12-17 ( = Mc. 11, 1
= Lc. 19, SS 45-46. 39-40)
12 Y entró Jesús en el templo de
Dios, y echó a todos los que ven-
de esta esclavitud y cautiverio los
fué su vida o su sangre ; 4) que
chtdumbro del género humano.
O-l 1 BtrrAGE : caserío situado en la vertiente oriental del monte de los Olivos.
7 Montó sobre ellos : es decir, sobre los mantos echados encima del pollino.—
El Señor, tan reservado en sus declaraciones mesiánicas, toma ahora la iniciativa en
los preparativos de la entrada triunfal. Con esta entrada regia, que había de irritar
a los sanhedritas, quiso señalar la causa de su muerte, que había de inscribirse
en la cruz : Rey de los judtns.
• Hosanna al Hijo de David equivalía a ¡Viva el Mesías!
UJ' Esta expulsión de los mercaderes ocurrió el día siguiente.
u-13 i'reteudían los sanhedritas que Jesús desmintiese las aclamaciones que I*
— 60 —
21 16-22
SAN MATEO
21 23-28
David !», lo llevaron a mal, " y le
dijeron :
— ¿ Oyes qué cosa dicen ésos ?
Mas Jesús les dice :
— Sí, ¿es que nunca leísteis que
«de la boca de los pequeñuelos y de
los que maman le aparejaste ala-
banza» ? (Sal. 8, 3).
" Y dejándolos, se salió fuera de
la ciudad en dirección a Betania, y
pernoctó allí.
Maldición de la higuera estéril.
2i, 18-22 ( = Me. 11, 12-14. 20-24)
M Al amanecer, volviendo a la ciu-
dad, sintió hambre. 18 Y viendo una
higuera en su camino, fué a ella, y
nada halló en ella sino hojas sola-
mente, y le dice : «¡No brote ya fru-
to de ti por siempre jamás!» Y se
secó de repente la higuera. 20 Y al
verlo los discípulos, se maravillaron
y decían :
— ¡Qué de repente se secó la hi-
guera !
21 Mas respondiendo Jesús, les dijo :
— En verdad os digo que si tuvie-
reis fe y no titubeareis, no sólo ha-
réis eso de la higuera, sino que aun
si dijereis a este monte : «Quítate de
ahí y échate al mar», se hará ; 22 y
todo cuanto pidiereis en la oración
con fe, lo recibiréis.
Los poderes de Jesús. 21, 23-27
( = Mc. 11, 27-33 =Lc. 20, 1-8)
23 Y habiendo El venido al templo,
se le acercaron, mientras estaba en-
señando, los sumos sacerdotes y los
ancianos del pueblo, diciendo :
— ¿ Con qué potestad haces esas
cosas ?, ¿ y quién te dió esa potes-
tad ?
24 Respondiendo Jesús, les dijo :
— Os preguntaré también yo una
cosa, la cual si me dijereis, también
yo os diré con qué potestad hago es-
tas cosas. 28 El bautismo de Juan,
¿ de dónde era ? ¿ Del cielo o de los
nombres ?
Ellos discurrían consigo, dicien-
do : «Si dijéremos : Del cielo, nos
dirá : ¿ Por qué, pues, no le creís-
teis?; 28 mas si dijéremos: De los
hombres, hemos de temer a la tur-
ba, porque todos tienen a Juan co-
mo profeta.» 27 Y respondiendo a Je-
sús, le dijeron :
— No lo sabemos.
Díjoles también El ;
—Tampoco yo os digo con qué po-
testad hago estas cosas.
Parábola de los dos hijos enviados a
la viña. 21, 28-32
28 ¿ Y qué os parece ? Un hombre
tenía dos hijos. Y acercándose al
declaraban Mesías ; El, al contrario, aplicándose las palabras del Salmo, no sólo rati-
fica su mesianidad, sino que deja entrever su divinidad.
18-30 La maldición de la higuera ocurrió el lunes ; la observación de los discípu
los, el martes— Esta maldición fué una acción simbólica. La parábola verbal de la
higuera estéril (Le. 13, 6-9) recibe su complemento en esta parábola en acción. Le
vantándose sobre las circunstancias de lugar y de tiempo, vió el Señor en aquella
higuera con hojas y sin fruto una imagen expresiva de la higuera parabólica, cuya
maldición definitiva había sido entonces aplazada. Cumplido ya el plazo concedido
es ya hora de sentenciar definitivamente y de amenazar con la inminente ejecución
de la sentencia. Con esta acción simbólica quiso expresar lo que poco después había
de decir a los judíos: «Os será quitado el reino de Dios y 'se dará a gente que
produzca sus frutosi (21, 24).
21 Este monte es el de Ijs Olivos; el mar es el mar Muerto.
a-y' Los sanhedritas pretendían dos cosas : desprestigiar a Jesús reduciéndole
al silencio y arrancarle por sorpresa alguna declaración comprometedora, que jus-
tificase la sentencia de muerte. Pero en lo uno y en lo otro fracasaron en toda
la linea.
33 Esta primera intimación no estaba mal elegida, y hubiera puesto entre la espa-
da y la pared a otro que no fuera Jesús.
24 Habló Jesús con tal seguridad y autoridad, que los sanhedritas tuvieron que
allanarse a sus exigencias.
as-2* La contrapregunta de Jesús entrañaba un terrible dilema, tan diáfano como
insoluble, que ellos mismos se encargaron de formular.
17 Conclusión bochornosa para aquellos maestros de Israel, forzados a decir que
ignoraban lo que todo el pueblo sabía. Nada les había valido ni su número, ni su
representación oficial, ni sus humos autoritarios, ni su astuta habilidad.
»* Esta parábola es un portento de habilidad : un lazo que los mismos judíos
se arman inconscientemente para ser prendidos en él. Y el colmo del arte está
-61 —
21 29-46
SAN MATEO
21 34—22 l
primero, dijo : «Hijo, ve hoy y tra-
baja en la viña.» 28 El, respondien-
do, dijo : «No quiero» ; mas luego,
arrepentido, fué. 30 Y acercándose al
segundo, le habló de la misma ma-
nera. Mas él, respondiendo, dijo
«Voy, señor» ; y no fué. "¿Quién
de los dos hizo la voluntad de su
padre ?
Dicen :
— .El primero.
Díceles Jesús :
— En verdad os digo que los ru-
blicanos y las rameras se os adelan-
tan en el reino de los cielos. 82 Por-
que vino Juan a vosotros enseñán-
doos el camino de la justicia, y no
le creísteis ; al paso que los publí-
canos y las rameras le creyeron ; y
vosotros, viéndolo, tampoco os arre-
pentisteis después, de modo que le
creyeseis.
Parábola de los pérfidos viñadores.
21, 33-46 ( = Mc. 12, I-I2
= Lc. 20, 9-19)
" — Escuchad otra parábola. Un
hombre había, amo de casa, que
«plantó una viña, y la cercó con un
vallado, y cavó en ella un lagar, y
edificó una torre» (Is. 5, 112), y la
arrendó a unos labradores, y se au-
sentó de aquel país. 84 Cuando se
acercó el tiempo de los frutos, en-
vió sus siervos a los labradores para
recoger sus frutos. 36 Y asiendo los
labradores a sus siervos, a cuál gol-
pearon, a cuál mataron, a cuál ape-
drearon. 36 De nuevo envió otros sier-
vos, más numerosos que los prime-
ros, e hicieron con ellos otro tanto.
37 Posteriormente envió a ellos su
propio hijo, diciendo : «Respetarán
a mi hijo.» 38 Mas los labradores, en
viendo al hijo, se dijeron entre sí :
«Este es el heredero ; venid, maté-
mosle y quedémonos con su heren-
cia.» *Y asiendo de él, le echa-
ron fuera de la viña y le mataron.
40 Cuando venga, pues, el dueño de
la viña, ¿qué hará con aquellos la-
bradores ?
41 Dícenle •
— A los malos los hará perecer ma-
lamente, y arrendará la viña a otros
labradores, que le pagarán los fru-
tos a sus tiempos.
42 Díceles Jesús :
¿No habéis leído nunca en las Escrituras (Sal. 117, 22-23) '•
La piedra que desecharon los constructores,
ésta vino a ser piedra angular ;
por obra del Señor se hizo esto,
y es maravilloso a nuestros ojos ?
** Por eso os digo que os será qui-
tado el reino de Dios y se dará a
gente que produzca sus frutos. 44 Y
el que cayere sobre esta piedra se
hará trizas, y sobre quien cayere le
triturará.
* Y cuando oyeron los sumos sacer-
dotes y los fariseos sus parábolas,
comprendieron que lo decía (por ellos ;
4* y por más que buscaban manera
de apoderarse de El, temieron a las
turbas, puesto que le tenían por pro-
feta.
Parábola de las bodas reales. 22,
00 1 Y tomando Jesús de nuevo la
palabra, les habló en
las, diciendo :
en que el Maestro les sonsaca una respuesta que es precisamente la que en el
incidente anterior temieron dar los sanhedritas. Y habida la fatal respuesta, el Maes-
tro, rápido y resuelto, rasga el velo de la parábola para ponerles ante los ojos la
tremenda realidad.
33-1*' Esta parábola es la más trágica de todo el Evangelio. El tema lo ofrece
una alegoría de Isaías : la realidad histórica, no tanto velada cuanto revelada en la
parábola, salta a los ojos.
»' Su propio hijo : el Mesías no es uno de los profetas : ellos son siervos, EX
es el Hijo.
89 Fuera de la viña : patético anuncio de la muerte de Jesús en el Calvario fuera
de las puertas de la ciudad.
,_M Esta parábola, análoga a la anterior, difiere de ella no sólo en la imagen, sino
en la mayor precisión de la moralidad. Su punto de partida es la concepción
tradicional del reino de Dios bajo la imagen de un banquete. En los invitados se se-
22 2-i4
SAN MATEO
22 i5"23
2 Se ha asemejado el reino de los
cielos a un rey que dispuso unas bo-
das para su hijo. a Y despachó 6us
esclavos para llamar a los que ha-
bían sido convidados a las bodas. Y
no quisieron venir. J De nuevo des-
pachó otros esclavos, diciendo : «De-
cid a los convidados : He aquí que
tengo preparado mi convite ; mis to-
ros y animales cebados han sido sa-
crificados, y todo está a punto ; ve-
nid a las bodas.» 6 Mas ellos, no ha-
ciendo caso, se marcharon, quién a
su granja, quién a su comercio; 8 los
demás, echando mano a sus esclavos,
los ultrajaron y mataron. 7 El rey se
encolerizó, y enviando sus ejércitos,
hizo perecer a aquellos homicidas e
incendió su ciudad. 8 Entonces dice
a sus esclavos : «Las bodas están a
punto, pero los convidados no eran
dignos ; 9 id, pues, a las encrucijadas
de los caminos, y a cuantos hallareis,
llamadlos a las bodas.» 10 Y habien-
do salido aquellos esclavos a los ca-
minos, reunieron a cuantos hallaron,
malos y buenos ; y se llenó de co-
mensales la sala de bodas. u Y en-
trando el rey a ver a los que esta-
ban a la mesa, vió allí un hombre
no vestido con traje de boda, 12 y le
I ' dice : «Compañero , ¿ cómo entraste
1 acá, no teniendo traje de boda?» El
no desplegó los labios. 13 Entonces el
rey dijo a los sirvientes : «Atadle de
pies y manos y arrojadle a las ti-
i nieblas de allá afuera ; allí será el
llanto y el rechinar de los dientes.»
14 Porque muchos son los llamados,
I mas pocos los elegidos.
Cuestión de los fariseos sobre ei
tributo. 22, 15-22 ( = Mc. 12, 12-17
= Lc. 20, 20-26)
15 Entonces, habiéndose retirado los
fariseos, tomaron consejo cómo le ar-
marían lazos para cogerle en ^ pala-
bras. 16 Y envían a El sus discípulos
junto con los herodianos, que dije-
sen :
— Maestro, sabemos que eres veraz
y enseñas el camino de Dios en ver-
dad y no te importa de nadie, por-
que no eres aceptador de personas ;
" dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Es
lícito dar tributo a César o no ?
18 Conociendo Jesús su bellaquería,
dijo :
— ¿ Por qué me tentáis, farsantes ?
19 Mostradme la moneda del tributo.
Ellos le presentaron un denario.
20 Y les dijo Jesús :
— ¿De quién es esa imagen e ins-
cripción ?
Dícenle :
—De César.
Díceles entonces :
— Pagad, pues, a César lo que es
de César, y a Dios lo que es de Dios.
22 Y oyendo esto se maravillaron, y
dejándole, se fueron.
Cuestión de los saduceos sobre la
resurrección. 22,23-33 ( = Mc. 12,18-27
= Lc. 20, 27, 40)
23 En aquel día se le acercaron unos
saduceos, que dicen no haber resu-
ñalan dos grupos : los primeros, que desdeñan la invitación, criminalmente, y los
últimos, que la aceptan, si bien no todos son definitivamente admitidos al banquete.
I Los primeros y los últimos son los judíos y los gentiles. Mas, no contento el Maes-
I tro con recalcar esta significación de la parábola anterior, añade : «Muchos son 11a-
j Diados, mas pocos elegidos.! En la interpretación de esta sentencia hay que guar-
darse de temerarias determinaciones numéricas, cuyo secreto Dios se ha reservado.
I No quiere el Señor decir que o todos los judíos sean reprobados o todos los genti-
I les, a excepción de uno solo, elegidos ; ni tampoco que sean más o que sean menos
los elegidos que los reprobados ; lo que desea recalcar es que no todos los Ua-
I mados son elegidos.
Los episodios que siguen son un pugilato de todos los primates judíos contra
I el joven Maestro. Inician la lucha los fariseos, confabulados con los herodianos. El
problema que le proponen no podía ser más comprometedor : el de los tributos.
Y lo proponen los que le dan soluciones contradictorias : dispuestos, por tanto, los
unos o los otros a impugnar ia solución afirmativa o negativa que diera Jesús. Lo
que sigue no necesita comentario ; sólo la sentencia final, síntesis maravillosa de
toda la política cristiana : Pagad a César lo que es de César, y a Dios lo que es
de Dios, pide serias reflexiones.
3-43 A los fariseos suceden los saduceos, que negaban la resurrección o, lo que
para ellos era lo mismo, la inmortalidad del alma. Sin más le proponen su gran
dificultad contra la resurrección, seguros de que Jesús no les daría una solución
adecuada, cuando nunca la habían sabido dar los fariseos. Pero Jesús se la dió,
luminosa y aplastante. Y fué doble : negativa, solventando la objeción ; positiva,
22 24-3S
SAN MATEO
22 34-M
rrección , y le interrogaron , 24 di-
ciendo :
— Maestro, Moisés dijo : aSi uno
muriere sin tener hijos, su herma-
no se casará con su cuñada la viu-
da, y suscitará prole a su herma-
no» (Dt. 25, 5-6). 25 Había entre
nosotros siete hermanos, y el prime-
ro, después de casado, murió, y, co-
mo no tenía prole, dejó su mujer
a su hermano ; 26 asimismo también
el segundo y el tercero, hasta les
siete. 21 Posteriormente a todos mu-
rióse la mujer. 29 En la resurrección,
pues, ¿de quién de los siete será
mujer ? Pues todos la tuvieron.
39 Respondiendo Jesús, díjoles :
— Errados andáis por no conocer
las Escrituras ni el poder de Dios.
,0 Pues en la resurrección no se ca-
sarán ellos ni ellas, sino que serán
como ángeles de Dios en el cielo.
81 Y acerca de la resurrección de los
muertos, ¿no leísteis lo que os fué
dicho por Dios, al hablar así : 32 «Yo
soy el Dios de Abrahán, y el Dios
de Isaac, y el Dios de Jacob» ? (Ex. 3,
6). No es Dios de muertos, sino de
vivos.
38 Y oyendo esto las turbas, se pal-
maban de su enseñanza.
Cuestión de un legista sobre el gran
mandamiento. 22, 34-40
( = Mc. 12, 28-34)
" Los fariseos, habiendo oído que
había hecho tascar el freno a los sa-
duceos, se juntaron en grupo, 35 v
preguntó uno de ellos, que era le-
gista, con ánimo de tentarle :
36 — Maestro, ¿cuál es el gran man-
damiento de la ley ?
37 El le dijo :
— «Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma y
con toda tu mente» (Dt. 6, 4-5).
38 Este es el gran mandamiento y el
primero. 39 El segundo es semejante
a él : «Amarás al prójimo como a ti
mismo» (Lev. 19, 18). 40 De estos dos
mandamientos penden la ley entera
y los profetas.
Cuestión de Jesús sobre la filiación
del Mesías. 22, 41-46 ( = Mc. 12,35-37
= Lc. 20, 41-44)
u Hallándose reunidos los fariseos,
interrogóles Jesús, 42 diciendo :
— ¿ Qué os parece del Mesías ? ¿ De
quién es hijo ?
Dícenle :
—De David.
43 Díceles :
— ¿Cómo, pues, David en espíritu
le llama Señor, cuando dice (Sal-
mo 109, 1) :
44 Dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga tus enemigos a mis pies» ?
demostrando por la Escritura la verdad contraria. Con razón aoyendo esto las turbas
se pasmaban de su enseñanza», tan sencilla como inaudita.
M-*> Nuevo ataque de los fariseos, que, no atreviéndose a medir las armas con
Jesús, delegan a un escriba. Este, que había admirado la respuesta de Jesús a los
saduceos, quiere ahora ponerle de nuevo a prueba. Propónele una cuestión de escuela.
Contaban los rabinos en la ley de Moisés 613 preceptos : 248 positivos, 365 negativos ;
entre los cuales establecían ciertas categorías de dignidad, lo cual daba pie a re-
ñidas controversias. Una de éstas era: ¿cuál es el principal mandamiento de la ley?
La respuesta de Jesús es tan obvia como genial. Con un sencillo gesto señala con el
dedo lo que todos veían y nadie advertía. La gran verdad de la vida moral y re-
ligiosa . el doble amor a Dios y al prójimo, sabíanla todos de memoria y repetíanla
diariamente, sin entender que allí estaba «el gran mandamiento de la ley». Jesús
con una palabra la saca del informe montón de los 613 preceptos, y todos ven en un
momento lo que durante tantos años no habían sabido ver.
4,-w Ahora es Jesús quien ataca. Su táctica es la de siempre : arrancarles una
declaración que entrañe una contradicción no prevista por ellos. Dos solas preguntas
les hace. La primera parece inofensiva • ¿ De quién es hijo el Mesías ? La respuesta
se impone : De David. Aquí les aguardaba Jesús ; y con otra pregunta les hace
ver que no se compagina su respuesta con lo que el mismo David, inspirado por
el Espíritu Santo, dice en el Salmo 109, llamando Señor al Mesías. No supieron qué
responder. Pero a un cristiano, no menos que la habilidad dialéctica de Jesús, in-
teresan las cuatro verdades que aquí enseña el Maestro : 1) la autenticidad davídica
del Salmo 109 ; 2) su carácter mesiánico ; 3) su divina inspiración ; 4) el señorío y
divinidad del Hijo de David.
-64-
22
SAN MATEO
23 1-20
" Si, pues, David le llama Señor,
¿ cómo puede ser hijo suyo ?
4*Y nadie podía responderle pala-
bra, ni osó nadie desde aquel día
interrogarle ya más.
Invectivas contra los escribas y fa-
riseos. 23, 1-39 ( = Mc. 12, 38-40
= Lc. 20, 45-47)
no ' Entonces Jesús habló a las
^ 0 turbas y a sus discípulos, - di-
ciendo :
Sobre la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y fariseos.
8 Así, pues, todas cuantas cosas os dijeren, hacedlas y guardadlas ;
mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen.
I Lían cargas pesadas e insoportables,
y las cargan sobre las espaldas de los hombres,
mas ellos ni con el dedo las quieren mover.
■ Todas sus obras hacen para hacerse ver de los hombres,
porque ensanchan sus filaclerias y agrandan las franjas de sus mantos ;
6 son amigos del primer puesto en las cenas
v de los primeros asientos en las sinagogas,
* y de ser saludados en las plazas,
y ser apellidados por lo¿ hombres Rabí.
" Mas vosotros no os hagáis llamar Rabí,
porque uno es vuestro maestro, mas todos vosotros sois hermanos ;
" y entre vosotros a nadie llaméis padre sobre la tierra,
porque uno es vuestro Padre, el celestial.
10 Ni hagáis que os llamen preceptores,
porque vuestro preceptor es uno, el Cristo.
" El mayor de vosotros será vuestro servidor.
° El que se exaltare, será humillado,
y el que se humillare, será exaltado.
13 Mas ¡ ay de vosotros, escribas y fariseos farsantes!,
porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres ;
que ni entráis vosotros, ni a los que entran dejáis entrar.
'"'-15 ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos farsantes !,
porque rodeáis el mar y la tierra en razón de hacer un prosélito,
y cuando ya lo es, lo hacéis hijo de la gehena, doble más que vosotros.
,c | Ay de vosotros, guías ciegos !, los que decís:
«Si uno jurare por el santuario, eso es nada ;
pero si uno jurare por el oro del santuario, queda obligado.»
17 ¡ Necios y ciegos ! Pues ¿ cuál es mayor ?
¿ El oro o el santuario, que santificó eí oro ?
ls Y «Si uno jurare por el altar, eso es nada ;
pero si uno jurare por la ofrenda que está sobre él, queda obligado.»
II ¡ Ciegos ! Pues ¿ qué es mayor ?
I La ofrenda o el altar que santifica la ofrenda ?
20 Así, pues, quien juró por el altar,
jura por él y por todo lo que hay sobre él ;
OO 1"3!> Todo este capítulo es una invectiva contra los escribas y fariseos, una pública
denuncia de sus vicios, sin una réplica de nadie: tal era la superioridad y yerdad
con que hablaba Jesús. En tres partes puede dividirse esta acta de acusación. En
la primera (1-12) habla de ellos en tercera persona, delatando su hipocresía, egoísmo,
vanidad y ambición. En la segunda (13-38) se encara con ellos y fulmina siete ayes,
que son como botones de fuego. La tercera (33-39) es una sangrienta conminación,
templada al fin con vislumbres de misericordia.
- La cátedra de Moisés debieran ocuparla los sacerdotes ; pero éstos, saduceos en
su mayoría, habían abandonado la instrucción del pueblo a los escribas y fariseos.
4 Cargas pesadas eran las prescripciones que, con el nombre de tradición, habían
sobrepuesto a la ley ; que ellos, empero, sabían eludir con sutiles argucias.
6 FlLACTERIAS : eran unas cápsulas con largas tiras de pergamino, en que estaban
escritos algunos pasajes del Pentateuco. Las cápsulas se fijaban en la frente ; las
tiras envolvían el brazo izquierdo. ¡| Franjas : eran unas borlas cosidas a los cuatro
ángulos o puntas del manto.
,3 El mayor obstáculo del cristianismo fué la oposición farisaica.
-65-
N. T. 3
23 21-37
SAN MATEO
23 21-37
y quien juró por el santuario,
jura por él y por el que en él puso su morada;
■■ y quien juró por el cielo,
jura por el trono de Dios y por el que está sentado sobre él.
a ¡ A y de vosotros, escribas y fariseos farsantes!,
porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino,
y dejasteis a un lado las cosas más graves de la Ley:
el justo juicio, la misericordia y la buena fe ;
éstas había que practicar, y aquéllas no descuidarlas.
" ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello I
85 ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos farsantes!,
porque limpiáis lo exterior de la copa y del plato,
y de dentro están rebosando de rapiña y de incontinencia.
56 Fariseo ciego, limpia primero lo interior de la copa,
para que también su exterior quede limpio.
•'' ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos farsantes!,
porque os semejáis a sepulcros encalados,
que de fuera parecen vistosos,
mas de dentro están repletos de huesos de muertos y de toda inmundicia
28 Así también vosotros por de fuera parecéis justos a los hombres,
mas de dentro estáis rep'.etos de hipocresía e iniquidad.
" ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos farsantes!,
porque edificáis los sepulcros de los profetas
y adornáis los monumentos de los justos,
50 y decís : «Si viviéramos en los días de nuestros padres,
no fuéramos cómplices de ellos en la sangre de los profetas.»
01 De modo que os dais testimonio a vosotros mismos
de que sois hijos de los que mataron a los profetas.
82 Así que vosotros colmad la medida de vuestros padres.
63 ¡ Serpientes, engendros de víboras !
¿ Cómo esperáis escapar de la condenación de la gehena ?
w Por eso, mirad, yo envío a vosotros profetas y sabios y letrados:
de ellos mataréis y crucificaréis,
y de ellos azotaréis en vuestras sinagogas
v perseguiréis de ciudad en ciudad,
fo para que recaiga sobre vosotros
toda la sangre justa derramada sobre la tierra,
desde la sangre de Abel el justo
hasta la sangre de Zacarías hijo de Baraquias,
a quien matasteis entre el santuario y el altar.
36 En verdad os digo, vendrán todas estas cosas sobre esta generación.
87 ¡ Jerusalén, Jerusalén, la que mata los profetas
y apedrea a los que le han sido enviados,
2S-M Los escribas y fariseos tenían verdadera manta por la limpieza ritual : no
por la limpieza higiénica o moral.
3:-u8 Esta acusación reviste la forma de parábola. Los sepulcros encalados eran
una imagen exacta de aquellos «sepulcros blanqueados».
2"-3-' La mención de los sepulcros da pie a este último ¡Ay!, el más irónico y san-
griento de lodos.
K Zacarías hijo de Haraquías : así se llamaba el profeta Zacarías ; pero no se
habla de él, sino de Zacarías hijo de Joyada. Parece, por tanto, que la expresión
es inexacta. Pero el error hay que achacarlo no a Jesús ni al evangelista, sino o bien
a! traductor griego del Evangelio o a los copistas.
86 Esta generación : tres sentidos puede tener esta discutida expresión : etnoló-
gico, cronológico, mixto. En el etnológico significaría la raza de los judíos ; en el
cronológico, el espacio de tiempo de una generación ; en el mixto, entrambas cosas
a la vez. Este tercer sentido es el único que conserva el valor de las palabras y se
ajusta al contexto. En los judíos de aquella generación se cumplieron efectivamente
las profecías de Jesús.
*' (Cuántas veces quise...! Esta declaración confirma la historicidad de las
anteriores idas de Jesús a Jerusalén, referidas por San Juan. || ¡Y no quisisteis!
La perdición del hombre es obra de su propia y libre voluntad.
— 66-
23 33-24 3
SAN MATEO
24 4-6
cuántas veces quise recoger a tus hijos
de la manera que la gallina recoge sus pollitos debajo de las alas,
y no quisisteis !
f He aquí que vuestra casa se os deja desamparada.
30 Porque os digo : no esperéis verme a partir de ahora
hasta que digáis :
Bendito el que viene en el nombre del Señor (Sal. 117, 20).
Apocalipsis sinóptica
Ocasión de la profecía. 24, 1-3
(Me. 13, 1-4 =Lc. 2i, 5-7)
94, 1 ^ saliendo Jesús del templo,
se iba, y se le acercaron sus
discípulos para mostrarle las cons-
trucciones del templo. : El, respon-
diendo, les dijo :
— ¿ No veis todo eso ? En verdad
os digo, no quedará ahí piedra so-
bre piedra que no sea demolida.
3 Estando él sentado en el monte
de los Olivos, se le acercaron los
discípulos en particular, diciendo: ^
— Dinos cuándo será esto y cuál
la señal de tu advenimiento y del
fin del mundo.
Señales precursoras de la destruc-
ción del teniplo y de la ciudad. 24,
4-14 ( = Mc. 13, 5-13 =Lc. 21, 8-igj
1 V respondiendo Jesús, les dijo :
Mirad que nadie os extravíe,
diciendo : «Yo soy el Mesías.»
5 Porque muchos vendrán en mi nombre,
diciendo: «Yo soy el Mesías»,
y a muchos extraviarán.
* Habréis de oír guerras y noticias de batallas ;
mirad no os alarméis, porque así tiene que suceder;
** Vuestra casa... : la que hasta ahora ha sido «casa de Dios», en adelante, des-
amparada de la divina presencia, se os deja a vosotros, será exclusivamente «vues-
tra casa».
39 Bendito el que viene... : es una profecía de la conversión final de los judíos,
anunciada también por San Pablo (Rom. ir, 25-32).
3 La pregunta de los discípulos se refiere a dos hechos: a la destrucción del tem-
plo y al fin del mundo ; pero lo que directamente preguntan es el cuándo y la
señal precursora de estos dos hechos. De ahí que el Señor, respondiendo (aunque
por orden inverso) a lo que directamente preguntan, divida su declaración en dos
partes : la primera, relativa a las señales; la segunda, relativa al tiempo. La dis-
tinción de los dos hechos se introduce como subdivisión de cada una de las dos
partes. El siguiente esquema podrá ayudar a la inteligencia de la Apocalipsis si-
nóptica :
I. Señales de los hechos:
1. De la ruina del templo (4-22) ;
2. De la parusía (23-31).
II. Tiempo de los dos hechos:
1. De la ruina del templo (32-35) ;
2. De la parusía (36-41).
1 Las construcciones : la construcción del templo, comenzada por los años 20-19
antes de Cristo, no se terminó hasta los años 62-64 de nuestra era.
* Sentado en el monte de los Olivos, ve Jesús erguirse frente a sí la grandiosa
mole del templo, iluminado con los rojizos rayos del sol poniente.
En esta sección pueden distinguirse seis puntos : 1) seducción de los falsos
mesías ; 2) calamidades públicas ; 3) persecución de los discípulos ; 4) seducción de
los falsos profetas ; 5) predicación universal del Evangelio ; 6) el fin. Todos estos
puntos parece deben interpretarse como señales precursoras de la ruina del templo.
Si los dos últimos se quieren referir a la parusía final, entonces habría de inter-
pretarse esta sección introductoria como una previa visión de conjunto.
-67-
24 7-28
SAN MATEO
24 7-2«
mas no es todavía el fin.
7 Porque se levantará raza contra raza y reino contra reino,
y habrá hambres y terremotos por diferentes lugares ;
* mas todo esto no es sino principio de los grandes dolores.
9 Entonces os entregarán a malos tratamientos y os matarán,
y seréis odiados de todas las gentes por causa de mi nombre.
10 Y entonces se escandalizarán muchos,
y unos a otros se entregarán, y se aborrecerán unos a otros.
11 Y surgirán muchos falsos profetas y extraviarán a muchos
11 Y por haberse multiplicado la iniquidad,
se resfriará la caridad de las multitudes.
13 Mas el que fuere constante hasta el fin, éste se salvará.
14 Y será predicado este Evangelio del reino en todo el orbe,
para que sirva de testimonio a todas las gentes.
Y entonces vendrá el fin.
Inminente ruina del templo y de ¡a ciudad. 24, 15-22
( = Mc. 13, 14-20 =Lc. 21, 20-24)
,r' Cuando viereis, pues, la abominación del asolamiento,
anunciada por el profeta Daniel (9, 27; 11, 31; 12, 11),
estar en el lugar santo — el que lee, entienda — ,
10 entonces los que estén en la Judea huyan a los montes;
" los que estén en la azotea, no bajen para tomar algo de su casa,
18 y el que esté en el campo, no torne atrás para tomar su manto.
19 ¡ Ay de las mujeres que estén encinta
y de las que críen en aquellos días !
20 Rogad que vuestra fuga no sea en invierno ni en sábado,
41 porque habrá entonces tribulación grande,
cual no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá.
Y si no se acortaran aquellos días,
no se salvara hombre viviente ;
mas en atención a los elegidos serán acortados aquellos días.
Señales precursoras del segundo advenimiento de Cristo. 24, 23-29
( = Mc. 13, 21-25 =Lc. 21, 25-26)
3 Entonces si alguno dijere :
«Mirad, aquí está el Mesías», o «allí», no lo creáis,
M porque se levantarán falsos mesía's y falsos profetas
y exhibirán grandes señales y portentos,
hasta el punto de ser seducidos, si posible fuera, aun los elegidos.
23 Mirad que os lo tengo predicho.
2,1 Si os dijeren, pues :
«Mirad, está en el desierto», no salgáis;
«Mirad, está en las recámaras», no lo creáis.
21 Pues como el relámpago parte del oriente y brilla hasta el occidente,
así será el advenimiento del Hijo del hombre.
28 Dondequiera que esté el cadáver, allá se juntarán las águilas.
15 La abominación del asolamiento : había de ser la abominable profanación del
templo, seguida de su total destrucción.
23~7S' Dos señales de la parusía se anuncian : la aparición de falsos mesías y pro-
fetas; los trastornos cósmicos.
28 Este proverbio es una comparación tácita, en que los términos comparados no
son el cadáver y Cristo, sino la rapidez con que los buitres se precipitan sobre los
cadáveres y la velocidad fulmínea con que los hombres volarán o se sentirán arras-
trados hacia Cristo.
— 68 —
24 29-37
SAN MATEO
24 29-37
29 Luego, después de la tribulación de aquellos días,
el sol se entenebrecerá, y la luna no dará su resplandor,
v las estrellas caerán del cielo,
V las fuerzas de los cielos se tambalearán.
Advenimiento del Hijo del hombre. 24, 30-31 ( = Mc. 13, 26-27 =Lc. 21, 27)
"° Entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo,
v entonces se herirán los pechos todas las tribus de la tierra,
y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo
con grande poderío y majestad.
31 Y enviará sus ángeles con sonora trompeta,
v congregarán sus elegidos de los cuatro vientos
desde un extremo del cielo hasta el otro extremo.
Tiempo de la ruina de Jerusalen. 24, 32-35 ( = Mc 13, 2S-31 =Lc. 21, 28-33)
32 De la higuera aprended la parábola.
Cuando ya" sus ramas se ponen tiernas y las hojas brotan,
conocéis que está cerca el verano :
■ así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas,
conoced que está cerca, a las puertas.
M En verdad os digo que no pasará esta generación
sin que todas estas cosas se hayan realizado.
" El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán.
Tiempo del segundo advenimiento. 24, 36-41 (=»Mc. 13, 32)
:fi Lo que toca a aquel día y hora nadie lo sabe,
ni los ángeles de los cielos', ni el Hijo, sino el Padre sólo.
;" Porque como los días de Noé,
29 Luego : no tiene en el lenguaje apocalíptico el sentido ordinario del lenguaje
vulgar. || Las señales cósmicas anunciadas son cuatro: tinieblas en el sol, oscuri-
dad en la luna, caída de las estrellas (cometas o meteoros), desquiciamiento de las
fuerzas o ejércitos de los cielos, es decir, del mundo sideral.
30-31 Con cinco rasgos se describe la parusía : i) la aparición de la señal del
Hijo del hombre en el cielo, no otra que «la señal de la santa cruz» ; 2) la ansie-
dad que sobrecogerá a todos los hombres; 3) la visión del Hijo del hombre, que
vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos ; 4) el sonido de la trompeta, con que
despertarán los que dormían el sueño de la muerte ; 5) la reunión de todos los
hombres ante el tribunal del Juez supremo. Los dos últimos se desarrollarán para-
lelamente a los primeros.
sus Después de responder a la pregunta de los discípulos sobre las señales de
los dos hechos anunciados, va a responder ahora sobre el tiempo. Las dos partes
de la respuesta sobre las seriales se corresponden paralelamente ; las dos sobre el
tiempo son diametralmente opuestas. En esta sección (32-35) afirma el Maestro que
el tiempo de la ruina del templo podrá preverse y que no pasará esta generación
sin que se cumpla; en la siguiente (36-+1), en cambio, asegura que el tiempo de
la parusía no sólo será repentino e imprevisto, sino que nadie absolutamente, fuera
ile Dios, lo conoce. Tal parece la interpretación más probable.
OT Nadie lo sabe..., ni el Hijo : Cristo, aun como hombre, conocía el día y la hora
de su advenimiento ; pero la conocía como juez, esto es, con secreto de oficio ; y
considerado como maestro, no sólo no había recibido la misión de revelarlo, sino
más bien el encargo de mantenerlo oculto. Podía, pues, y debía decir que ignoraba
aquel día, sin que tal declaración arguya en él ignorancia real.
-69-
24 3*-25 2 SAN MATEO 25^
así será el advenimiento del Hijo del hombre.
38 Porque como en los días que precedieron al diluvio
seguían comiendo y bebiendo, casándose v poniendo en casamiento,
hasta el día en que entró Noé en el arca',
y no se dieron cuenta hasta que sobrevino el diluvio
y los arrastró a todos,
así será también el advenimiento del Hijo del hombre.
40 Entonces serán dos en el campo :
uno es tomado y uno abandonado ;
41 dos, que molerán con la mueía :
una es tomada y una abandonada.
Necesidad de estar en vela. 24, 42-44 («Me. 13, 33 =Lc. ai, 34-361
r- Velad, pues, porque no sabéis
en qué día viene vuestro Señor.
43 Esto sabed, que si el amo de la casa supiera
a qué hora de 'la noche viene el ladrón,
velaría y no dejaría perforar su casa.
44 Por esto también vosotros estad prestos,
porque a la hora que no penséis viene el Hijo del hombre.
Parábola del siervo fiel y del infiel. 24, 45-51
15 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente,
a quien puso el señor al frente de su servidumbre,
para que les diese el mantenimiento a su tiempo?
* Dichoso el siervo aquel
a quien su señor, a su vuelta, hallare obrando así ;
*' en verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda.
"Mas si dijere aquel mal siervo en su corazón : «Se tarda mi señor».
49 y comenzare a golpear a sus consiervos,
y comiere y bebiere con los borrachos,
00 vendrá el señor de aquel siervo
en el día que no aguarda y a la hora que no conoce,
61 y le partirá ipor la mitad
y le deparará la misma suerte de los hipócritas :
allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Parábola de las diez vírgenes.
orr no de los cielos a diez vírgenes,
1 Entonces se asemejará el rei-
las cuales, tomadas sus lámparas, sa-
lieron ail encuentro del esposo. 2 Cin-
co de ellas eran necias y cinco pru-
dentes. * Porque las necias, tomadas
sus lámparas, no tomaron aceite con-
sigo ; 4 mas las prudentes tomaron
aceite en las alcuzas junto con sus
lámparas. ' Y como se tardase el es-
poso, se adormecieron todas y se
durmieron. * A la media noche le-
42 Velad, pues : desde este punto hasta la descripción del juicio universal (25,
31-46), todo es una exhortación a la vigilancia y buenas obras.
typr M» En los vv. 1-2 se enuncia esquemáticamente la parábola ; en 3-12 se desarrolla
la imagen parabólica, en que se distinguen tres momentos : el inicial, de tomar
o no aceite en las alcuzas (3-5) ; el crítico, de hallarse las vírgenes prevenidas o
desprevenidas a la llegada del esposo (6-9) ", el resolutivo, en que se recibe el premio
de la previsión o el castigo de la imprevisión (10-12). Sigue la moraleja (13), en que
25 T-19
SAN MATEO
25 so-*1
vantóse nn clamor : «He aquí el es-
poso, salid al encuentro.» ' Entonces
despertáronse todas aquellas vírge-
nes y aderezaron sus lámparas. 8 Las
necias dijeron a las prudentes : «Dad-
nos de vuestro aceite, pues nues-
tras lámparas se apagan.» " Respon-
dieron las prudentes, diciendo : «No
sea caso que no baste para nosotras
y para vosotras ; id más bien a los
que venden y comprad para vos-
otras.» ,0 Mas mientras ellas iban a
comprar, llegó el esposo, y las que
estaban prontas entraron con él a
las bodas, y cerróse la puerta. u Mas
tarde vienen también las demás vír-
genes, diciendo : «Señor, Señor, ábre-
nos.» 12 Mas El, respondiendo, dijo :
«En verdad os digo, no os conozco.»
13 Velad, pues, porque no sabéis el
día ni la hora.
Parábola de los talentos. 25, 14-30
" Porque es así como nn hombre
que, estando para emprender un via-
je, llamó a sus siervos y les entregó
sus bienes, 15 y a uno le dió cinco
talentos, a otro dos, a otro uno, a
cada cual según su propia capaci-
dad, y emprendió su viaje. En se-
guida a se fué el que había recibido
los cinco talentos, negoció con ellos
y ganó otros cinco. "Asimismo, tam-
bién el que había recibido los dos
ganó otros dos. 18 Mas el que recibió
uno se fué, cavó en la tierra y es-
condió el dinero de su señor. " Des-
pués de mucho tiempo llega el se-
ñor de aquellos siervos y ajusta cuen-
tas con ellos. 20 Y llegándose el que
había recibido los cinco talentos, pre-
sentó otros cinco talentos, diciendo :
«Señor, cinco talentos me entregas-
te ; mira, otros cinco talentos ga-
né.» 21 Díjole su señor: «Bien, siervo
bueno y fiel.; en cosas pocas fuiste
fieil, sobre muchas te pondré : en-
tra en efl gozo de tu señor.» 22 Y lle-
gándose también el que había reci-
bido los dos talentos, dijo : «Señor,
dos talentos me entregaste ; mira,
otros dos talentos gané.» 23 Díjole su
señor : «Bien, siervo bueno y fiel ;
en cosas pocas fuiste fiel, sobre mu-
chas te pondré : entra en el gozo de
tu señor.» 21 Y llegándose también
el que había recibido un talento, di-
jo : «Señor, conocí que eres hombre
duro, que cosechas donde no sem-
braste y allegas de donde no espar-
ciste ; 25 y, atemorizado, me fui y
escondí tu talento en la tierra : ahí
tienes lo tuyo.» " Y respondiendo su
señor, le dijo : «Siervo malo y ha-
ragán, ¿ sabía? que cosecho donde
no siembro y allego de donde no es-
parcí ? 27 Razón, pues, era que tú
consignaras mis dineros a los ban-
queros, y yo en llegando hubiera re-
cobrado lo mío con los intereses.»
28 Quitadle, pues, el talento y dadlo
al que tiene los diez talentos. 29 Por-
que a todo el que tiene se le dará y
andará sobrado ; mas al que no tie-
na, aun lo que tiene le será quita-
do. 30 Y a'l siervo desaprovechado
arrojadle a las tinieblas de allá fue-
ra : allí será el llanto y el rechina-
miento de los dientes.
El juicio final. 25, 31-46
" Y cuando viniere el Hijo del hombre en su gloria,
y todos los ángeles con él,
entonces se sentará en el trono de su gloria,
la palabra velad no significa no dormir, sino estar siempre apercibido. Tal es la
significación de esta parábola : poner de manifiesto el doble error, hijo de la ne-
cedad, de los que descuidan el prevenirse a tiempo y de los que tarde y precipita-
damente quieren remediar lo irremediable. Otras consideraciones serán buenas,
pero no son lecciones dadas aquí por el divino Maestro.
Esta parábola inculca la necesidad de no tener baldíos los dones de Dios,
para que el día postrero nos halle no sólo prevenidos, sino también llenos de buenas
obras. Tras una breve introducción (14-15), divídese la parábola en dos partes. La
primera (16-18) describe la industria con que dos de los siervos negocian con los
talentos, y la torpeza del otro, que entierra el talento. I.a segunda (19-30) es un
juicio, en que el señor galardona el trabajo de los dos siervos buenos y fieles y
castiga la pereza del siervo malo y haragáv. Este juicio prepara la descripción del
juicio universal.
s1-4" La distribución de este maravilloso cuadro no puede ser más sencilla y na-
— 71 —
25 32-46
SAN MATEO
25 32-46
32 v serán congregadas en su presencia todas las gentes,
y las separará unas de otras,
como el pastor separa las ovejas de los cabritos;
33 y colocará las ovejas a su derecha
y los cabritos a la izquierda.
34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha :
«Venid, vosotros los benditos de mi Padre,
entrad en posesión del reino
que os está preparado desde la creación del mundo ;
3 porque tuve hambre, y me disteis de comer ;
tuve sed, y me disteis de beber;
peregrino era, y me hospedasteis ;
" desnudo, y me vestísteis;
enfermé, y rae visitasteis;
en prisión estaba, y vinisteis a mí.»
31 Entonces le responderán los justos, diciendo:
«Señor, ¿ cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer,
o sediento y te dimos de beber ?
™ ¿Y cuándo te vimos peregrino y te hospedamos,
o desnudo y te vestimos ?
30 ¿Y cuándo te vimos enfermo o en prisión y fuimos a ti?»
4" Y respondiendo el Rey, les dirá :
«En verdad os digo, cuánto hicisteis
con uno de estos mis hermanos más pequeñuelos, conmigo lo hicisteis.»
a Entonces dirá también a los de la izquierda:
«Apartaos de mí, vosotros los malditos, al fuego eterno,
preparado para el diablo y para sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer;
tuve sed, y no me disteis de beber;
43 peregrino era, y no me hospedasteis ;
desnudo, y no me vestísteis ;
enfermo y en prisión, y no me visitasteis.»
44 Entonces responderán también ellos, diciendo:
«Señor, ¿ cuándo te vimos hambriento o sediento,
o peregrino o desnudo,
o enfermo o en prisión, y no te asistimos ?»
" Entonces les responderá diciendo:
«En verdad os digo, cuanto dejasteis de hacer
con uno de estos más pequeñuelos,
también conmigo lo dejasteis de hacer.»
48 E irán éstos al tormento eterno,
mas los justos, a la vida eterna.
tural. Tras una introducción, que es como su marco (31-33), sigue la doble sentencia :
a los justos (3.1-40) y a los injustos (41-45), que termina con la ejecución (46).
Este pasaje está lleno de enseñanzas. Primeramente llama la atención la ausencia
de terrorismo. Es el juicio, no una escena igualmente espantable a todos, sino un
acto de serena justicia, objeto no menos de esperanza que de temor. Y lo que se
premiará o castigará no serán las dotes personales o los cargos desempeñados, sino
las obras buenas o malas ; entre las cuales se dará singular relieve a las de mi-
sericordia y a sus contrarias. La sentencia del Juez eterno recaerá no sobre las razas
o los organismos sociales, sino sobre los individuos, que tendrán que dar cuenta di
sus actos personales. Además, todo el pasaje es una declaración de la divinidad del
Juez o del Rey, a quien se atribuye la función divina de juzgar a los hombres y
decidir de su suerte eterna. Es de notar también la declaración que hace el Juez
sobre la eternidad de la sanción, no sólo de la vida eterna, sino también del supli-
cio eterno. El carácter judicial de la declaración, en que no caben impropiedades di
lenguaje, y la contraposición entre el tormento eterno y la vida eterna obligan a
entender en sentido propio la eternidad de las penas del infierno.
26!-8
SAN MATE.)
26 9"17
Nuevo anuncio de la pasión. 26, 1-2
( = Mc. 14, 1 = 22, 1)
eyf- 1 Y fué así que, cuando hubo
Jesús acabado todos estos ra-
zonamientos, dijo a sus discípulos :
2 — Sabéis que de aquí a dos días
se celebra la Pascua, y el Hijo del
hombre va a ser entregado para ser
crucificado.
El sanhedrín decreta la muerte de
Jesús. 26, 3-5 ( = Mc. 14, 1-2
= Lc. 22, 1-2)
* Por entonces se reunieron los su-
mos sacerdotes y los ancianos del
pueblo en el palacio del sumo sacei-
dote, llamado Caifas, 4 y acordaron
prender a Jesús con engaño y darle
la muerte ; 6 pero decían : «Ño du-
rante la fiesta, no sea que se arme
alboroto en el pueblo.»
En Betania: María unge al Señor.
26, 6-13 (=Mc. 14. 3-9 =Jn- 12, 1-8)
6 Hallándose Jesús en Betania, en
casa de Simón el leproso, 1 llegóse a
El una mujer con un frasco de ala-
bastro lleno de perfume de subido
precio, y lo derramó sobre la cabeza
de Jesús, que estaba puesto a la me-
sa. 8 Como vieron esto los discípulos,
lo llevaron pesadamente, diciendo :
— ¿ A qué viene tal despilfarro ?
5 Porque podía esto haberse vendido
a mucho precio y darse a los pobres.
10 Adviniéndolo Jesús, les -dijo :
— ¿Por qué importunáis a esta mu-
jer? Pues obra buena es la que hizo
conmigo. 11 Porque siempre tenéis
pobres entre vosotros, mas a mí no
siempre me tenéis. 12 Que al echar
ella este perfume sobre mi cuerpo,
lo hi/o con el fin de embalsamarme.
13 En verdad os dia:o, dondequiera
que en todo el mundo fuere predica-
do este Evangelio, se hablará tam-
bién de lo que hizo ella, para memo-
ria suya.
Judas se ofrece a entregara su Maes-
tro. 26, 14-16 ( = Mc. 14, 10-11
= Lc. 22, 3-6)
" Entonces uno de los Doce, el
llamado Judas Iscariote, yendo a los
sumos sacerdotes, 15 dijo :
— ¿ Qué me queréis dar, y yo os le
entregaré ?
Ellos fijaron treinta siclos. " D=s-
de entonces andaba buscando buena
coyuntura para entregarlo.
Preparativos para la cena pascual.
26, 17-19 ( = Mc. 14, 12-16
= Lc. 22, 7-13)
" El primer día de los Azimos se
llegaron los discípulos a Jesús, di-
ciendo : •
p¿» - De aquí a dos días : entrada ya la noche y comenzado para los judíos el 13 de
Nisán, las palabras de Jesús son exactas.
** Por entonces: el martes por la tarde o la mañana siguiente. || Se reunieron :
la reunión no parece haber sido oficial. || Lo que acordaron fué apelar al engaño
para prender a Jesús. j| La observación No durante la fiesta supone alguna perple-
jidad en los sanhedritas. Las ofertas de Judas fueron posteriores a la reunión.
*-u Este hecho es el mismo referido por San Juan (12, i-S), según el cual tuvo
lugar tseis días antes de la Pascua». San Mateo lo retrasó por la conexión que tiene
con la traición de Judas.
7 Una mujer : era María la hermana de Lázaro. Su identificación con María Mag-
dalena es objeto de antiguas controversias. Parece, con todo, más verosímil la iden-
tidad. Prescindiendo de otras razones, es increíble que esta mujer, tan solícita en un-
gir al Señor, no se halle días más tarde entre las miróforas. Y entre ellas no puede
ser otra que María Magdalena.
8 Los discípulos : el primero en murmurar sería Judas, quien con su mal ejemplo
arrastró a algunos de los discípulos.
u La oferta de Judas movió a los sanhedritas a precipitar los acontecimientos.
15 Treinta siclos : San Mateo es el único que precisa esta cantidad.— El siclo equi-
valía próximamente a cuatro pesetas.
17 La fiesta de los Azimos era la misma Pascua, que duraba siete días, durante
los cuales estaba vedado comer panes fermentados. Por tanto, el primer día de los
Azimos era el 15 de Nisán, y comenzaba al anochecer del que, según nuestra cuenta,
— 73 —
26 18"23
SAN MATEO
26 s*-28
— ¿ Dónde quieres te preparemos
lo necesario para comer la Pascua ?
lb El dijo :
— Id a la ciudad a casa de Fulano
y decidle : «El Maestro dice : Mi
tiempo está cerca: en tu casa hago
la Pascua con mis discípulos.»
'■' E hicieron los discípulos como
les había ordenado Jesús, y prepara-
ron la Pascua.
Es descubierto el traidor. 26, 20-25
( = Mc. 14, 17-21 =Lc. 22, 14, 21-23
= Jn. 13, 18-30)
:o Venido el atardecer, se puso a
la mesa con los Doce. a Y estando
ellos comiendo, dijo :
— En verdad os digo que uno de
vosotros me entregará.
22 Y entristeciéndose sobremanera,
comenzaron a decirle cada uno :
— ¿ Qué ? ¿ Soy yo, Señor ?
23 El, respondiendo, dijo :
— El que metió conmigo la mano
en el plato, éste me entregará. 24 El
Hijo del hombre se va, según está
escrito de El ; mas ¡ ay de aquel
hombre por cuyas manos el Hijo del
hombre es entregado ! Mejor le fue-
ra a aquel hombre no haber nacido.
25 Respondiendo Judas, el que le
entregaba, dijo :
— ; Qué ? i Soy yo, Rabí ?
Dícele :
— Tú lo has dicho.
Institución de la Sagrada Eucaris-
tía. 26, 26-30 ( = Mc. 14, 22-26
= Lc. 22, 15-20)
" Estando ellos comiendo, toman-
do Jesús un pan, y habiendo pro-
nunciado la bendición, lo partió, y
dándolo a los discípulos, dijo : «To-
mad, comed : éste es mi cuerpo »
27 Y habiendo tomado un cáliz, y ha-
biendo dado gracias, se lo dió, di-
ciendo : «Bebed de él todos, 28 por-
que ésta es mi sangre de la alian-
sena el 14. Mas como durante el día 14 a media mañana debían desaparecer de las
casas los panes fermentados, por esto la denominación de primer día de los Azimos
se extendió a significar todo el día 14. Y este sentido extensivo tiene la expresión
en San ¡Mateo. Según él y los otros sinópticos, Jesús murió el 15 de Nisán, que era
viernes. La contraria indicación de San Juan, de que Jesús murió el sábado (supo-
niéndola fundada), se explicaría admitiendo oue Jesús, con los fariseos y la gene-
ralidad de los judíos, celebró la Pascua un día antes que los sumos sacerdotes, que
aquel año la retrasaron un día. El modo empírico de señalar el primer día del mes
(o la luna nueva) daba lugar a semejantes discrepancias, que constan históricamente.
18 A casa de Fulano : lo enigmático de la indicación tenía por objeto que Judas
no conociera previamente el lugar de la cena pascual. El dueño de la casa, que fué
luego el Cenáculo, era, al parecer, discípulo de Jesús y' probablemente el padre de
San MafCos.
■O"* Tres declaraciones sucesivas hace el Maestro para denunciar al traidor : la
primera, general ; la segunda, más particular, pero algo ambigua ; la tercera, indi-
vidual, pero secreta.
3 El plato a que se alude pudo ser que estuviese al alcance de tres o cuatro so-
lamente. Sería el que contenía la salsa o compota llamada Kharoseth, compuesta de
frutas secas cocidas en vinagre.
28 Estando ellos comiendo : cuando la cena pascual tocaba a su fin. — Este ES mi
CUERPO : más literalmente, Esto es el cuerpo mío. No dijo Jesús iAquí está mi cuer-
po» ; ni tampoco «Este Pan es mi cuerpo» ; sino tEsto es el cuerpo mío». No dijo,
l>or tanto, que en el pan estaba su cuerpo; ni que el mismo pan, ni sustancial ni
simbólicamente, era su cuerpo; sino que «esto», lo que entonces tenía en las manos
y todos miraban atentamente, era su propio cuerpo. Y como una misma cosa no
puede a un mismo tiempo ser pan y ser cuerpo humano, de ahí que «esto» que el
Señor mostraba, ya no era pan ; conservaba las propiedades sensibles o especies de
lian, mas no la sustancia de 'pan. Además, si «esto» antes era pan y ahora es el
cuerpo de Cristo, fuerza es que lo uno se haya transmutado en lo otro : transmuta-
ción sustancial, que con toda propiedad ha sido llamada t ransustanciación. En con-
secuencia, las dos verdades dogmáticas, la de la presencia real del cuerpo de Cristo
bajo las especies eucarísticas y la de la transustanciación, están claramente expre-
sadas con las palabras del divino Maestro.
'■" Como la consagración del cáliz siguió inmediatamente a la cena, el cáliz que
tomó el Señor seria la tercera copa de vino, que entonces habían de beber los co-
mensales, y .ie llamaba el «cáliz de la bendición».
-s ESTA es mi sangre : más litralmente, «Esto es la sangre mía» ; es decir, «esto»
que está en el cáliz, que antes era vino, es ahora mi propia sangre ; el vino se ha
- 74 -
26 29"36
SAN MATEO
26 32"38
za, que por muchos es derramada
para remisión de los pecados. 58 Y os
digo que a partir de ahora no bebe-
ré de este fruto de la vid hasta el
día aquel en que lo beba con vos-
otros nuevo en el reino de mi Pa-
dre. 30 Y cantados los himnos, salie-
ron al monte de los Olivos.
Anuncio del escándalo y negaciones.
26, 31-35 ( Me. 14, 27-31 =Lc. 22,
31-3.} =Jn. 13, 36-38)
31 Entonces díceles Jesús :
--'lodos vosotros padeceréis escan-
da!" en mí e-ta noche, porque es-
crito está : «Heriré al pastor y se
dispersarán las ovejas del rebaño»
(Zac. 13, 7) ; 32 mas después que hu-
biere sido resucitado, iré antes que
vosotros a Galilea.
33 Respondiendo Pedro, le dijo :
— Cuando todos se escandalicen en
ti, yo nunca jamás me escandalizaré.
**Díjole Jesús :
—En verdad te digo que en esta
noche, antes de cantar el gallo, me
negarás tres veces.
35 Dícele Pedro :
— Aunque me vea en el trance de
morir contigo, no será que yo te nie-
gue.
Otro tanto dijeron todos los discí-
pulos.
Pasión de Nuestro Señor Jesu Cristo
Llegada al huerlo. 26, 36-3S
( = Mc. 14. 52,34 =Lc. 22, 39-40)
*? Entonces llega Jesús con ellos a
ana granja llamada Getsemaní, y di-
ce a los discípulos : I
— Sentaos aquí mientras voy allá
para hacer oración.
31 Y llevando consigo a Pedro y a
los dos hijos de Zebedeo, comenzó
a ponerse triste y a sentir abatimien-
I to. 38 Entonces les dice :
mudado en mi sanare : nueva afirmación de la presencia real y de la transustan-
eiaeión. II Esia es mi sangre de ia alianza: estas palabras, reproducción deliberada
de aquellas de Moisés : «Esta es la sangre de la alianza que Yahvé ha concertado
con vosotros» (Ex. 2.|, 8), contienen dos afirmaciones : 1) que como aquella sangre
era la del sacrificio que acababa de ofrecerse, así ésta es la sangre del sacrificio de
la redención que va a consumarse ; 2) que como con aquélla se concertó la alianza
de Yahvé con Israel, así con ésta se concierta la alianza de Dios con todo el linaje
humano. |! Que por muchos es derramada: el presente «es» expresa la actualidad del
sacrificio : preciosa declaración de la sacrifiralidad inherente a la misma Eucaristía.
La expresión por muchos es de tendencia universal. II Para remisión de ios pecados:
al paso que corrobora el carácter sacrifical de la Eucaristía, pone de relieve su valor
propiciatorio y expiatorio.— Recogiendo las diferentes circunstancias y alusiones del
sacrificio eucarístico, descúbrese en él la triple relación con los grandes sacrificios
de Israel : el de la Pascua, el de la Alianza y el anual de la Expiación. El simbo-
lismo prefigurativo de los tres grandes sacrificios mosaicos, el de la liberación, el
de la alianza y el del perdón, se concentra y realiza en el único y definitivo sacrifi-
cio de la redención humana, místicamente incruento en el Cenáculo y en el altar,
dolorosamente cruento en el Calvario. II Por fin, la invitación «Comed, bebed» expre-
sa la sacramcnijHdad de la Eucaristía. Si sacramento es «signo sensible de la gracia»,
símbolo patente son el cuerpo y la sangre bajo las especies de pan y de vino ; y gra-
cia divina es la significada por este símbolo : la liberación espiritual, la alianza
concertada entre Dios y los hombres, la expiación y «remisión de los pecados».
*° Los himnos cantados fueron los Salmos que formaban la segunda parte del
Hal-lel 1113 bis-117).
»i-s5 ei Maestro anuncia la defección de los discípulos sin recriminaciones, sin ira,
sin amenazas : expresión, tan consoladora como instructiva, de la inefable bondad
de su Corazón.
36 Getsemaní : era un predio cercado, situado en el monte de los Olivos y separado
de Jerusalén por el torrente Cedrón. El nombre de Getsemaní supone haber allí un
molino de aceite. Hay que recordar que la Pascua coincidía con el plenilunio y que
entonces serían como las nueve de la noche.
a Triste... hasta la muerte : esta tristeza, real y verdadera, alcanzó no sólo la
sensibilidad inferior, sino también la voluntad racional de Jesús. Las causas que la
determinaron fueron tres principalmente : su pasión y muerte, los pecados del mun-
do, que sobre si había tomado ; la perdición de tantos hombres.
— 75 —
26 39-46
SAN MATEO
26 47"55
— Triste en gran manera está mi
alma hasta la muerte ; quedad aquí
v velad conmigo.
La oración. 26, 39-46 ( = Mc. 14,
35-42 =Lc. 22, 41, 46)
3" Y adelantándose un poco, cayó
sobre su rostro, y oraba diciendo :
— Padre mío, si es posible, pase de
mí este cáliz ; mas no como yo quie-
ro, sino como quieres tú.
w Y viene a los discípulos y los
halla durmiendo, y dice a Pedro :
— ¿ Así no pudisteis velar una hora
conmigo? 41 Velad y orad, para que
no entréis en tentación ; el espíritu,
sí, está animoso, mas la carne es
flaca.
42 De nuevo por segunda vez, ha-
biéndose apartado, se puso a orar,
diciendo :
— Padre mío, si no es posible que
pase este cáliz sin que yo le beba,
hágase tu voluntad.
45 Y viniendo otra vez, los halló
durmiendo, porque estaban sus ojos
cargados. *'Y habiéndolos dejado, re-
tirándose de nuevo, oró por tercera
vez, repitiendo de nuevo las mismas
palabras. i¿ Entonces viene a los dis-
cípulos y les dice :
— Ya por mí, dormid v descan-
sad... ¡ Ea ! Ha llegado la "hora, y el
Hijo del hombre es entregado en
manos de pecadores. "Levantaos, va-
mos ; mirad que está aquí cerca el
que me entrega.
Beso de traición. 26, 47-50 ( = Mc. 14,
43-46 =Lc. 22, 47-48 =Jn. 18, 2-9)
17 Y estando él hablando todavía,
he aquí que llegó Judas, uno de los
Doce, y con él una turba numerosa
con espadas y bastones, enviada por
los sumos sacerdotes y los ancianos
del pueblo. 48 Y el que le entregaba
les había dado la contraseña, dicien-
do : «A quien yo besare, El es : su-
jetadle.» 49 Y al punto, acercándose a
lesús, dijo :
— Salud, Maestro.
Y le dió rtn fuerte beso. 60 Mas Je-
sús le dijo :
— Amigo, ¡ a lo que has venido !
Entonces, acercándose, echaron las
manos sobre él y le sujetaron.
Valentías de Pedro y prendimiento
de Jesús. 26, 51-56 ( = Mc. 14, 47-52
=Lc, 22, 49-53 =Jn. 18, 10-12)
51 Y he aquí que uno de los que
estaban con Jesús, alargando la ma-
no, desenvainó su espada, e hirien-
do al siervo del sumo sacerdote, le
cortó la oreja. " Entonces dícele Je-
sús :
—Vuelve la espada a su lugar, por-
que todos los que empuñan espada,
por espada perecerán. 63 ¿O piensas
que no puedo rogar a mi Padre, y
pondrá ahora mismo a mi disposi-
ción más de doce legiones de ánge-
les? "¿Cómo, pues, se cumplirán las
Escrituras, que dicen ha de suceder
así ?
65 En aquella hora dijo Jesús a las
turbas :
m Si es posible : dentro de los designios de Dios ; pase de mí esie cáliz : expresión
de la repugnancia natural de la voluntad humana ; no como yo quiero... : aceptación
definitiva de la voluntad deliberada. Esta aceptación es la obediencia con que Cristo
repara la desobediencia de Adán, y es la oblación sacerdotal y saerifical con que el
Redentor acepta y ofrece al Padre la inmolación de la cruz.— Son sorprendentes las
afinidades entre esta oración y la oración dominical.
41 Para que no entréis en tentación : es decir, para que no seáis vencidos de la
tentación, cayendo incautamente en sus redes.
45 Ya por mí dormid : más literalmente, «Dormid lo que resta», desde ahora po-
déis dormiros ; palabras de grave y mansa ironía.
60 ¡A 1.0 que has venido! : expresión elíptica, irónicamente imperativa; como si
dijera: «Haz tu hecho.» || Le sujetaron: fué el primer conato o momento del pren-
dimiento.
62-M Con tres razones reprende Jesús la temeridad de Pedro. Primera : la ley divina
del talión. Segunda : la inutilidad de la defensa humana. Tercera : necesidad de que
se cumplieran las Escrituras.— La legión romana constaba de diez cohortes, cada una
de las cuales solía tener de 500 a 600" soldados.
Este razonamiento contiene una querella, un reproche de cobardía y una
advertencia.
_76-
26 56-« SAN MATEO 26 64-
— -j Como contra un salteador ha-
béis salido con espadas y bastones a
prenderme ! Cada día en el templo
me sentaba para enseñar, y no me
prendisteis. ■* Mas todo esto ha pa-
sado para que se cumplan las Escri-
turas de los profetas.
Entonces los discípulos todos, aban-
donándole, huyeron.
Auto Caifas : primer interrogatorio.
26, 57-66 ( = Mc. 14, 53-64 =Lc. 22,
54 =>. 18, 14)
" Los que habían prendido a Jesús
le llevaron a Caifás, el sumo sacer-
dote, donde se habían congregado los
?scribas y los ancianos. " Pedro te
labia ido' siguiendo desde lejos has-
:a el palacio del sumo sacerdote, y
entrando adentro, se sentó con los
■riados para ver el desenlace.
59 Los sumos sacerdotes y el sanhe-
Irín entero buscaban algún falso tes-
imonio contra Jesús con el objeto de
larle la muerte, 60 y no le hallaron,
j-on haberse presentado muchos fal-
os testigos. Posteriormente, compa-
eciendo dos, 61 dijeron :
— Este dijo : «Pueda derribar el
antuario de Dios y en tres días re-
ctificarlo.»
82 Y poniéndose de pie el sumo
ncerdote, le dijo :
— ¿ Nada respondes ? ¿ Qué es lo
ue éstos testifican contra ti?
63 Mas Jesús se mantenía callado.
' el sumo sacerdote le dijo :
— Te conjuro por el Dios vivo que
nos digas si tú eres el Mesías, el
Hijo de Dios.
64 Dícele Jesús :
— Tú lo dijiste ; empero, os digo
que a partir de ahora veréis al Hijo
del hombre sentado a la diestra del
Poder y viniendo sobre las nubes del
cielo.
** Entonces el sumo sacerdote ra*-
gó sus vestiduras, diciendo :
— Blasfemó ; ¿qué necesidad tene-
mos ya de testigos ? Ahora mismo
oísteis la blasfemia. m ¿ Qué os pa-
rece ?
Ellos, respondiendo, dijeron :
— Reo es de muerte.
Indignos ultrajes. 26, 67-68
( = Mc. 14, 65 =Lc. 22, 63-65)
67 Entonces escupieron en su ros-
tro y le dieron de puñadas, y otros
le abofetearon, 68 diciendo :
— Profetízanos, Mesías, ¿quién es
e! que te dió ?
Triple negación de Pedro. 26, 6g-75
( = Mc. 14, 66-72 =Lc. 22, 55-62
= Jn5 18, 25-27)
w Pedro estaba sentado fuera en
el atrio, y se le acercó una mucha-
cha diciendo :
— También tú estabas con Jesús el
Galileo.
s:-tt El lugar en que se tuvo el proceso no fué la sala ordinaria de sesiones, sino
. palacio del sumo SACERDOTE Caifás. La reunión del sanhedrín fué plenaria.
BMa Esta sesión nocturna, ilegal según el derecho procesal consignado en el Tal-
ud, parece tuvo por objeto encauzar el proceso. En su desenvolvimiento cabe se-
dar tres actos principales : la prueba testifical, la interpelación del juez, la sen-
ncia capital.
ISM1 La prueba testifical comienza con el soborno y acaba con el fracaso.
La interpelación de Caifás fué doble : la primera, para completar la prueba
stifical ; la segunda, para suplirla : ambas, inicuas e inhumanas. A la primera res-
•ndió Jesús con el silencio ; a la segunda, con una franca declaración de su mesia-
dad y divina filiación, consciente de que con ella firmaba la sentencia de su
uerte.
La, sentencia capital fué tan tumultuosa como injusta. Pero era nula : para
cerse efectiva debía someterse la causa al tribunal del procurador romano.
91 Los que escupieron a Jesús fueron algunos de los sanhedritas ; los otros, men-
mados a continuación, fueron los satélites o criados de los sumos sacerdotes.
Las negaciones de Pedro no fueron tres actos aislados, sino más bien tres
nipos, en cada uno de los cuales el discípulo, acosado por varias preguntas, repetía
a y otra vez la misma negación. Ponderadas todas las circunstancias, en la culpa
Pedro hubo más atolondramiento y fragilidad que malicia.
— 77 —
26 70-27 »
SAN MATEO
27 4-n
10 Pero él lo negó delante de to-
dos, diciendo :
— No sé qué dices.
" Como hubiese salido al portal,
viole otra, y dice a los que allí ha-
bía :
— Este andaba con Jesús el Naza-
reno.
" Y otra vez negó con juramento,
diciendo que
— No conozco tal hombre.
73 De allí a poco, acercándose los
que allí estaban, dijeron a Pedro :
— De verdad que también tú eres
de ellos, pues tu modo de hablar le
delata.
" Entonces comenzó a echar im-
Y al punto un gallo cantó.
75 Y acordóse Pedro de la palabra
de Jesús, que le había dicho que
«Antes que el gallo cante, me nega-
rás tres veces.» Y saliendo afuera,
lloró amargamente.
Segundo interrogatorio. 27, 1-2
( = Mc. 15, 1 =Lc. 22, 67-71 ; 23, 1
= Jn. 18-28)
27
1 Llegado el amanecer, toma-
ron consejo todos los sumos
sacerdotes y los ancianos del pueblo
contra Jesús ail efecto de darle muer-
te ; 2 y habiéndole atado, le llevaron
v entregaron a Poncio Pilato, el go-
bernador.
Desesperación de Judas. 27, .-5-6
( = Ac. i, 18-19)
* Entonces Judas, el que le entre-
gó, viendo que Jesús había sido sen-
tenciado a muerte, arrepentido, de-
volvió a los sumos sacerdotes y a
los ancianos los treinta siclos, 4 di-
ciendo :
— Pequé entregando sangre ino-
cente.
Pero ellos dijeron :
— i A nosotros qué ? Tú lo verás.
" Y arrojando en el santuario los
siclos, se retiró, y, marchándose de
allí, se ahorcó.
" Los sumos sacerdotes, tomando
los siclos, dijeron :
— No es lícito echarlos en el arca
de las ofrendas, pues es precio de
sangre.
El campo de sangre. 27, 7iio
( = Ac. i, 19)
7 Y habido consejo, compraron con
ellos el campo del alfarero para se-
pultura de los forasteros. 8 Por lo
cual aquel campo fué llamado hasta
el día de hoy Campo de Sangre. * En-
tonces se cumplió lo anunciado por
el profeta Jeremías, que dice : «Y
tomaron los treinta siclos, el precio
del apreciado, a quien apreciaron los
hi jos de Israel. " Y los destinaron
para el campo del alfarero, según lo
que me ordenó el Señor» (Jer. 32,
6-9 ; Zac. 11, 13).
Jesús ante Pilato. 27, 11-14 ( = Mc. 15
2-5 =Lc. 23, 2-5 =Jn. 18, 28-38)
" Y Jesús compareció delante del
gobernador, y le interrogó el gober-
nador diciendo :
— ¿Tú eres el Rey de los judíos?
Jesús le dijo :
— Tú lo dices.
cyj ' Esta secunda sesión se tuvo ya de día, para que no fuera ilegal.
* ' Poncio Pilato, oobkrnador de la Judea desde el año 26, residía entonces en
la llamada Torre Antonia, construida en el ángulo NO. de la explanada del templo.
El arrepentimiento de Judas no fué leal, como el de Pedro; por esto no fué
un principio de rehabilitación, sino un despecho abrumador que le hundió en el
abismo de la desesperación.
wo En esta cita profética, atribuida a Jeremías, se funden en uno dos textos . uno
de Jeremías (32, 6-q) y otro de Zacarías (11, 12-13). La atribución a Jeremías está Jus-
tificada, por corresponderá a él 1os principales ráseos de la cita y por ser él uno
de los profetas más queridos de Israel.
1'-'4 Esta primera presentación ante Pilato contiene dos actos, condensados en las
dos preguntas del juez. A la primera, hecha en secreto dentro del pretorio, contestó
Jesús con la afirmación ; a la segunda, hecha en público, con el silencio. Con esto
-78-
SAN MATEO
27 20:24
M Y en el acto de ser acusado por
los sumos sacerdotes y ancianos, na-
da respondió. " Entonces dícele Pi-
lato :
— ¿No oyes cuántas cosas testifi-
can contra ti ?
11 Y no le respondió ni a una sola
palabra, hasta el punto de maravi-
llarse el gobernador en extremo.
¿Jesi'ts o Barrabás? 27, 15-18
( = Mc. 15, 6-10 =Lc. 23, 13-17
=Jn. 18, 39)
"Cada año, por la fiesta, acostum-
braba el gobernador soltar en gracia
del pueblo un preso, el que querían.
* Tenían entonces un preso notable,
llamado Barrabás. " Reunidos, pues,
ellos, díjoles Pilato :
— ¿ A quién queréis que os suelte,
a Barrabás o a Jesús, llamado el Me-
sías ?
18 Porque sabía que le habían en-
tregado por envidia.
La mujer de Pilato. 27, 19
" Mientras estaba él sentado en el
tribunal, le mandó un recado su mu-
jer, diciendo :
— No te metas con ese justo, por-
que he sufrido mucho hoy en sueños
con motivo de él.
Jesús pospuesto a Barrabás. 27, 20-21
( = Mc. 15, 11 =Lc. 23, 18-19
= Jn. 18, 40)
" Los sumos sacerdotes y los an-
cianos persuadieron a Jas turbas que
iemandasen a Barrabás y que a Je-
sús le hiciesen perecer. a Tomando
la palabra el gobernador, les dijo :
— ¿ A quién de los dos queréis que
os suelte ?
Ellos dijeron :
— A Barrabás.
*¡Que sea crucificado!» 27, 22-23
( = Mc. 15, 12-14 =Lc. 23, 20-23)
- Díceles Pilato :
— ¿Qué haré, pues, de Jesús, el
llamado Mesías ?
Dicen todos :
— Que sea crucificado.
23 El dijo :
— Pues ¿ qué mal ha hecho ?
Mas ellos más y más gritaban, di-
ciendo :
— Que sea crucificado.
Sentencia de cruz y flagelación. 27,
24-26 (=Mc. 15, 15 =Lc. 23, 24-25
= Jn. 19, 1-16)
44 Viendo Pilato que nada aprove-
chaba, antes bien se promovía albo-
cl proceso propiamente dicho, en San Mateo, ha terminado ; lo que sigue, hasta la
sentencia, es un pugilato entre el juez, que desea librar a Jesús, y el pueblo, que
reclama su crucifixión.
1 15 Sobre el hecho de soltar un preso recoge el evangelista varios pormenores .
1) que se hacía cada año ; 2) en honor de la fiesta pascual ; 3I que se acostumbraba
hacerlo ; .4» que el cjue propiamente lo soltaba era el gobernador ; 5) que se hacía
i en gracia del pueblo ; 6) que el agraciado era el que ellos querían.
17 La designación de Barrabás provenía del pueblo ; la de Jesús proviene de Pilato,
que por este medio esperó poder librar a Jesús.
18 A la envidia de los jefes quiere oponer el favor popular. Fué para Jesús una
tremenda humillación ser equipáralo a un facineroso.
a Su mujer : según tradiciones nosteriores, se llamaba Procla o Prócula y estaba
I afiliada al judaismo. Los griegos la s-eneran como santa. || En sueños: no se deseu-
b bre en ellos ningún indicio de esp'ntu diabólico, antes varias señales de buen es-
:¡ píritu. El efecto del recado de su mujer parece no fué pequeño en el ánimo de Pilato.
ti a>-23 Tres preguntas hace Pilato, que, aunque extrajudiciales, decidieron la causa
de Jesús ante el tribunal humano y también la causa de los judíos ante el tribunal
divino. Por tres veces responde el pueblo judaico, azuzado por sus jefes, demandando
* la lioertad para un asesino y la muerte de cruz para su Mesías.
ji H-x Antes de pronunciarse la sentencia se presenta el problema de la responsabi-
lidad : el juez, hipócritamente, trata de esquivarla ; el pueblo, inhumanamente, la
la asume por entero. La sangre del Justo, Pilato no la quiere ver en sus manos ; los
si judíos piden que caiga sobre sus cabezas.
r
— 70 —
27 25-30
SAN MATEO
27 31-38
roto, tomando agua, se lavó las ima-
nos en presencia de la muchedum-
bre, diciendo :
— Soy inocente de esta sangre ; vos-
otros lo veréis.
* Y respondiendo todo el pueblo,
dijo :
— Sea su sangre sobre nosotros y
sobre nuestros hijos.
20 Entonces les soltó a Barrabás, y
a Jesús, después de azotarle, lo en-
tregó para que fuera crucificado.
Coronación de espinas. 27, 27-30
( = Mc. 15, 16-20 =Jn. 19, 2-3)
81 Entonces los soldados del go-
bernador, tomando a Jesús y con-
duciéndole al pretorio, reunieron en
torno de él toda la cohorte. 28 Y ha-
biéndole quitado sus vestidos, le en-
volvieron en una clámide de grana,
29 y trenzando una corona de espinas,
la pusieron sobre su cabeza, y una
caña en su mano derecha ; y do-
blando la rodilla delante de El, le
mofaban, diciendo :
— Salud, Rey de los judíos.
3° Y escupiendo en El, tomaron la
caña y le daban golpes en la cabeza.
En el Calvario: crucifixión. 27, 31-38
( = Mc. 15, 20-28 =Lc 23, 26-38 '
= Jn. 19, 16-24)
31 Y cuando le hubieron mofado, le
despojaron de la clámide y le vis-
tieron sus propios vestidos,' y le lle-
varon de allí a crucificar
32 Y cuando salían, encontraron un
hombre de Cirene, por nombre Si-
món ; a éste le requirieron para que
llevase a cuestas su cruz. 33 Y llega-
dos a un lugar llamado Gólgota, que
es decir Lugar del Cráneo, 34 le die-
ron a beber vino mezclado con hiél ;
y habiéndolo gustado, no quiso be-
berle. 35 Y una vez le hubieron cru-
cificado, repartieron entre sí sus ves-
tiduras echando suertes. M Y, senta-
dos, le guardaban allí. 37 Y por en-
cima de su cabeza pusieron escrita
su causa :
ÉSTE ES JESÚS,
EL REY DE LOS JUDÍOS
3S Entonces son crucificados con El
dos ladrones, uno a la derecha y uno
a la izquierda.
28 Se pronuncia la sentencia y se procede a su ejecución. — Con una sola palabra
menciona el evangelista el horrible suplicio de la flagelación. Bastaba esta palabra
para los contemporáneos, que conocían la ignominia y la crueldad de este tormento.
Conforme al uso romano, la flagelación hubo de ser pública.
2'-30 Esta lastimosa escena, previa una introducción, consta de dos partes : la im.
posición de las insignias reales, los homenajes de los soldados al Rey de los judíos.
27 Los soldados : ellos fueron Jos autores de este suplicio, aunque no sin conni-
vencia del juez. || Al pretorio : «dentro del atrio» del pretorio (Me. 15, 16).
" La CLÁMIDE militar era una pieza cuadrada de tela que se prendía al hombro
derecho. Su color era de grana : rojo más claro que el de la púrpura.
28 La corona era, probablemente, no un simple aro, sino un capacete. || Las es-
pinas parece fueron de azufaifo.
M El irrisorio homenaje comienza con un doble sarcasmo (acatamiento y salu-
tación) y acaba con una doble crueldad (de afrenta y de dolor).
tum ei orden con que se describe la crucifixión es, en parte a lo menos, más
bien lógico que histórico.
33 El Gólgota o Calvario parece era así llamado por ser una prominencia rocosa
que recordaba el cráneo.
31 El vino mezclado con hiél o tyino mirrado» (Me. 15, 23) (o aromatizado) solía
darse a los sentenciados a muerte como narcótico.
33 La forma de la cruz fué la llamada cruz latina («immissa»), que constaba de
un poste vertical y un travesano horizontal en la parte superior del poste. Solía tam-
bién ajiadirse hacia la mitad del poste 'un saliente o palo fijado, sobre1 el cual se
apoyaba el cuerpo.
37 El título de la cruz conservado por San Mateo, si no es la fórmula misma de
la inscripción, expresa los dos elementos esenciales de su contenido : el nombre del
reo y la causa de su condenación a muerte.
-80-
27 33-44
SAN MATEO
27 45-52
Agonía ultrajada. 27, 39-44 { = Mc. 15,
29-32 =Lc. 23, 35-43)
19 Y los que por allí pasaban le ul-
trajaban moviendo sus cabezas, 40 y
diciendo :
— Tú, el que destruye el santuario
y en tres días le reedifica, sálvate a
ti mismo, si es que eres Hijo de
Dios, y baja de la cruz.
41 De semejante manera también
los sumos sacerdotes, a una con los
escribas y ancianos, en son de burla
decían :
" — A otros salvó, a sí mismo no
puede salvarse ; Rey es de Israel :
baje ahora de la cruz, y nos com-
prometemos a creer en él. 43 Ha pues-
to en Dios su confianza: líbrele aho-
ra, si de verdad le quiere ; como que
dijo : «De Dios soy hijo.»
41 Otro tanto también los ladrones
que con él habían sido crucificados
le ultrajaban.
Desamparo y muerte del Redentoi.
27. 15-50 ( = Mc. 15, 33-37 =Lc. 23,
44-45 =j*. 19. 28-30)
45 Desde la hora sexta hubo tinie-
blas sobre toda la tierra hasta la
hora nona. 46 Y hacia la hora nona
clamó Jesús con gran voz, diciendo :
tEU, Elí, lemá sabakhthánh, esto es,
«Dios mío, Dios mío, ¿ por qué me
desamparaste?» (Sal. 21, 2). * Algu-
nos de los que allí estaban, al oírlo
decían : «A Elias llama éste.» tó Y
al punto, corriendo uno de ellos y
tomando una esponja y empapándo-
la en vinagre e introduciendo en ella
una caña, le daba de beber. " Mas
los demás decían :
— Deja, veamos si viene Elias a
salvarle.
60 Mas Jesús, habiendo clamado con
gran voz, exhaló el espíritu.
Honras fúnebres. 27, 51-56 ( = Mc. 15,
38-41 =Lc. 23, 45-49)
Y he aquí que el velo del santua-
rio se rasgó en dos de arriba abajo, y
la tierra tembló, y las peñas se hen-
dieron, 53 y los monumentos se abrie-
Tres géneros de personas ultrajaron la agonía de Jesús : los que pasaban
junto a la cruz, los sanhedritas y los ladrones. Las palabras de los sanhedritas, re-
producción de las que en los Salmos (21, 9) y en la Sabiduría (z, 13-1S) dirigen lo*
impíos contra el Justo, más que insultos, son el cumplimiento de una profecía me-
siánica.
44 tLos ladrones» parece plural de categoría. Aunque 110 imposible, no es verosí-
mil que el buen ladrón poco antes de confesar la inocencia y realeza de Jesús le
insultase.
45-60 Como antecedentes inmediatos de la muerte se mencionan las tinieblas y la
voz de Jesús con el episodio a que dió ocasión.
* Las tinieblas fueron probablemente un siroco de extraordinaria oscuridad o sim-
plemente una acumulación de nubes espesísimas, que entenebrecieron el horizon-
te. || La expresión toda la tierra parece debe entenderse en sentido restringido.
44 Las palabras de Jesús, tomadas del Salmo zi, son a la vez expresión de sus
sentimientos y cumplimiento de una profecía mesiánica. Quien habla no es precisa,
mente la humanidad, que se dirija al Verbo, sino la persona del Mesías, el Hijo de
Dios, que,*en cuanto hombre, se dirige al Padre celestial para manifestarle la desola-
ción y el desamparo de su Corazón.
*' Las palabras de Jesús Eli, Elí, mal entendidas, fueron ocasión de que algunos
supusieran que llamaba a Elias.
48 El motivo de ofrecer al Señor la esponja empapada en vinagre fué la palabra
cTengo sed» (Jn. 19, 281, que Jesús acababa de proferir.
50 Sin exclamaciones, sin lamentos, sin, censuras, sin contemplaciones teológicas,
consigna el evangelista la muerte del Redentor. ¡ Divina sencillez en referir el hecho
más trascendental de la historia humana ! Es el sello inconfundible de la verdad.
61 El velo del saniuario : había dos velos en el santuario de Jerusalén : uno que
separaba el vestíbulo del Lugar Santo, otro que separaba el Santo del Santísimo. La
opinión más común y más fundada es que el velo rasgado era el segundo, el más
importante y significativo.
52 La «pertura de los monumentos parece fué efecto del temblor de tierra, acaecido
inmediatamente después de la muerte del Señor. En cambio, la resurrección de los
muertos hubo de seguir a la resurrección del que es «Primogénito de entre los muer-
tos» (Col. 1, 18), y parece que fué, como la de Jesús, para una vida inmortal. Entre
los muchos que entonces resucitaron es verosímil se hallase San José.
— 8l —
27 53-59
SAN MATEO
27 60-66
ron, y muchos cuerpos de los santos
que descansaban resucitaron, 53 y sa-
liendo de los monumentos después
de la resurrección de Jesús entraron
en la santa ciudad y se aparecieron
a muchos.
M El centurión y los que con él
estaban guardando a Jesús, viendo el
temblor y las cosas que pasaban, se
amedrentaron terriblemente, y de-
cían :
— -Verdaderamente Hijo de Dios era
éste.
55 Estaban allí unas mujeres miran-
do desde lejos, las cuales habían se-
guido a Jesús desde Galilea sirvién-
dole ; 156 entre las cuales estaba María
la Magdalena y María la madre de
Santiago y de José y la madre de
los hijos de Zebedeo.
Sepultura 27, 57-61 ( = Mc. 15, 42-47
= Lc. 23, 50-56 =Jn. 19, 38-42)
51 Llegado el atardecer, vino un
hombre rico de Arimatea, por nom-
bre José, que también él había sido
discípulo de Jesús ; 68 éste presen-
tándose a Pilato demandó el cuerpo
de Jesús. Entonces Pilato dió orden
que se le entregase. 68 Y tomando el
cuerpo José lo envolvió en una sá-
bana limpia, '"y lo depositó en su
propio sepulcro, nuevo, que había
excavado en la peña, y habiendo
hecho rodar una gran losa hasta la
entrada del monumento, se retiró.
™ Estaban allí María la Magdalena y
la otra María sentadas frente al se-
pulcro.
Guardia en el sepulcro. 27, 62-66.
ea Al día siguiente, que es después
de la Parasceve, reunidos los sumos
sacerdotes y los fariseos, se presen-
taron a Pilato, 63 diciendo :
— Señor, hemos recordado que aquel
embaucador, viviendo aún, dijo : «Des-
pués de tres días resucito.» N Man-
da, pues, que quede asegurado el se-
pulcro hasta el día tercero, no suceda
que viniendo sus discípulos le hur-
ten y digan al pueblo : «Resucitó de
entre los muertos», y será el último
engaño peor que el primero.»
65 Díjoles Pilato :
— Ahí tenéis guardia ; id y asegu-
radle conforme sabéis.
66 Ellos fueron y aseguraron bien
el sepulcro, tras de sellar la losa, po-
niendo guardia.
w Esta confesión de los soldados es otro prodigio, de orden moral.
61 Llegado el atardecer : pero antes de comenzar el sábado. Podrían ser las cuatro
o cinco de la tarde.
68 La osadía que no tuvo José para declararse discípulo del gran taumaturgo, la
tuvo ahora para presentarse como partidario del Crucificado.
t*-*0 Cuatro actos indica el evangelista : el descendimiento de la cruz, la mortaja,
la sepultura, la colocación de la losa. El sepulcro distaba del lugar de la crucifixión
unos cuarenta metros. La losa era parecida a una rueda de molino, que tendría como
un metro de diámetro. Como la ranura en que se movía estaba en declive, con
poco esfuerzo pudo arrimarse a la entrada del sepulcro, haciéndola rodar.
M Las piadosas mujeres habían acompañado la fúnebre comitiva desde la cruz al
sepulcro. Una vez llegadas, después de ayudar tal vez a los varones en lo que pu-
dieron, se sentaron frente al sepulcro para contemplar la sepultura del adorado
Maestro. Entre ellas se hallaba, aunque no lo digan explícitamente los evangelistas,
la Madre de Jesús. La que tuyo ánimo para asistir a la agonía mortal del Hijo, no
pudo abandonarle antes de la sepultura.
Cuatro puntos señala el evangelista : a) la presentación de los sanhedritas al
gobernador ; b) la demanda razonada que le hacen ; c) la concesión de Pilato ; d) su
ejecución. La presentación fué el sábado, en que ellos probablemente celebraban la
Pascua. La demanda revela en los sanhedritas honda preocupación. La concesión
de Pilato está salpicada de fina ironía. En la ejecución se precisan las dos provi-
dencias que tomaron para asegurar el sepulcro : el sello de la losa y La guardia.
Esas precauciones, destinadas a prevenir el hurto del cadáver, habían de servir para
que la desaparición del cadáver no pudiera atribuirse a fraude o violencia. Aouel
sello había de sellar la verdad de la resurrección. Al testimonio de los discípulos,
que luego afirmaron el hecho de la resurrección, no pudieron oponer los judíos la
presentación del cadáver, que ellos mismos se habían encargado de custodiar con
todas las de la ley.
28 i-?
SAN MATEO
28 8-n
G 1 o r i f i
/;/ ángel mensajero de la resurrec-
ción. 28, i-8 ( = Mc. 16, 1-18 =Lc. 24,
1-11 =Jn. 20, 1-2)
eyo 1 Pasado el sábado, cuando al-
boreaba el primer día de la se-
mana, vino María de Magdalena y la
otra María a ver el sepulcro. * De
pronto se produjo un gran temblor
de tierra, pues un ángei del Señor,
bajando del cielo y acercándose, hizo
rodar de su sitio la losa, y se sentó
sobre ella. 3 Era su aspecto como re-
lámpago, y su vestidura blanca co-
mo la nieve. 4 Del miedo de él se
pusieron a temblar los guardias y
quedaron como muertos. 6 Tomando
la palabra el ángel, dijo a las mu-
jeres :
— Xo tengáis miedo vosotras, que
ya sé que buscáis a Jesús el cruci-
ficado ; 8 no está aquí ; resucitó, co-
mo dijo. Venid, ved el luajar donde
estuvo puesto. ' Y marchando a toda
prisa, decid a sus discípulos que re-
sucitó de entre los muertos, y he
aquí que se os adelanta en ir a Ga-
lilea : allí le veréis. Conque os lo
tengo dicho.
c a c i ó n
8 Y partiendo a toda prisa del mo-
numento, con temor y grande gozo
corrieron a dar la nueva a sus dis-
cípulos.
Aparición a ¡as piadosas mujeres.
28, 9-10
8 De pronto les salió Jesús al en-
cuentro, diciendo :
— ¡ Dios os guarde !
Ellas, llegándose, se abrazaron a
¿us pies y le adoraron. 10 Entonces
díceles Jesús :
— No temáis : id, anunciad a mis
hermanos que se vayan a Galilea, y
allí me verán.
La guardia del sepulcro, sobornada.
28, 11-15
11 Mientras las mujeres iban, he
aquí que algunos de la guardia, vi-
niendo a la ciudad, dieron aviso a
OO '-^ Este relato de la resurrección de Jesús comprende: el mensaje del ángel (1-8) ¡
la aparición privada a las mujeres (9-101 ; la aparición oficial a los Once (16-20I.
Entre las dos apariciones se intercala el soborno de los guardas (11-15). La notab'e
parsimonia de este relato es la más firme garantía de su verdad. Si la creencia en la
resurrección de Jesús hubiera sido fruto de alucinaciones o visiones fantásticas, en
yez de estas narraciones concretas y realistas tendríamos difusas especulaciones sobre
la persona del resucitado, objeto de semejantes visiones deslumbradoras o crepuscu-
lares. Por lo demás, la resurrección dentro de la vida del Salvador forma categoría
aparte. Los Apóstoles eran ante todo «testigos de la resurrección» de Jesús lAc. t, 22;
4. 2 ; 4. 33l : de aquí que ésta era la primera verdad cristiana que ellos anunciaban
y demostraban. Una vez admitida esta verdad, se procedía en la catequesis oral a
completar la instrucción de los neófitos con el relato de la vida de Jesús anterior
a la resurrección, no incluida, por tanto, en la tradición oral del Evangelio.
1 El primer día be la semana : el que muy pronto, por razón de la resurrección,
se llamó domingo o día del Señor.
6 No está aout : magnífica antítesis de los epitafios grabados en los sepulcros hu
manos : aquí yace.
• A Galilea : allí había de ser la aparición oficial, mejor que entre las zozobras
y alborotos de Jerusalén.
»"10 Se ha pretendido identificar esta narración con la de San Juan referente a la
aparición a María Magdalena. ¿Fundamentos? Dos: el prurito de evitar los dupli-
cados evangélicos y la aplicación del llamado plural de categoría. El primero supone
que se trata de hechos naturalmente conciliables ; el segundo está sujeto a ciertos
límites. Pero en el caso presente se trata de dos narraciones irreductibles, y los
numerosos plurales de la relación de San Mateo no sufren el tratamiento de cate-
goría. Sobre todo, el intento de identificación deja muy malparada la verdad de uno
de los dos evangelistas.
u-15 Explica San Mateo el origen del absurdo rumor que corrió entre los judíos
de que el cadáver de Jesús, desaparecido, había sido hurtado por los discípulos.
¡Testimonio de testigos dormidos! No son más verosímiles otras explicaciones na-
turales y científicas de la fe en la resurrección de Jesús. La resurrección de Jesús
es un hecho que la historia y la ciencia no pueden recusar. Y admitida la resurrec-
ción, lógicamente hay que admitir la verdad del cristianismo.
-83-
28 12-15
SAN MATEO
28 16-20
los sumos sacerdotes de todo lo ocu-
rrido. 12 Ellos, reunidos con los an-
cianos, y habido consejo, dieron una
buena suma de dinero a los solda-
dos, 13 diciéndoles :
— Decid que «vinieron sus discí-
pulos de noche y lo hurtaron, mien-
tras nosotros dormíamos». 14 Y si eso
llegare a oídos del procurador, nos-
otros le convenceremos, y haremos
que nadie os inquiete.
u Ellos, tomando los dineros, obra-
ron conforme a las instrucciones re-
cibidas. Y se esparció semejante ru-
mor entre los judíos hasta el día de
hoy.
Transmisión de poderes a los após-
toles. 28, 16-20 (=Mc. 16, 15-18
= Lc. 24, 44-49)
10 Los once discípulos se fueron a
Galilea, al monte donde Jesús les
había ordenado. 17 Y en viéndole, le
adoraron : ellos que antes habían du-
dado. 18 Y acercándose Jesús, les ha-
bló diciendo :
Me fué dada toda potestad en el cielo y sobre la tierra.
" Id, pues, y amaestrad a todas las gentes,
bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
'M enseñándoles a guardar todas cuantas cosas os ordené.
Y sabed que estoy con vosotros
todos los días hasta la consumación de los siglos.
16~M Lo esencial de este final del primer Evangelio es la comunicación de sus po-
deres soberanos y las últimas instrucciones que el Señor da a los Apóstoles.
n Ellos, que antes habían dudado : alusión a las primeras dudas que habían te-
nido los Apóstoles, disipadas luego por la evidencia de los hechos.
u Me fué dada toda potestad : reivindica para sí el Señor la potestad soberana
y universal, como fiase jurídica de la misión que va a confiar a sus «Enviados». Al
usar de esta potestad soberana, sustrae sus Enviados en el ejercicio de su misión
a toda autoridad terrena.
19 Id: es el imperativo y como la investidura de la misión. || Id, pues: la par-
tícula ilativa presenta la misión de los Apóstoles como derivada de la potestad
soberana de quien los envía. ¡| Amaestrad: otro imperativo, que constituye a los
Apóstoles maestros autorizados y los inviste de la función docente para enseñar la
verdad revelada; enseñanza que nadie puede impedir ni recusar. || Id, pues, y amaes-
trad : el acoplamiento de los dos imperativos postula como función normal y prin-
cipal de los Apóstoles 110 la enseñanza escrita, sino la personal y oral. Que no crea
el Señor un colegio de escritores, ni menos una sociedad bíblica, sino un cuerpo de
maestros que, recorriendo personalmente todo el mundo, han de enseñar de palabra
la verdad revelada. La economía normal de la enseñanza apostólica será el magiste-
rio oral, la tradición apostólica. || Bautizándolos: el bautismo en agua y Espíritu
Santo será el rito externo con que los hombres manifestaran su aceptación de la
enseñanza apostólica y serán incorporados a la Iglesia. || En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo : al prescribir la fórmula sacramental del bautismo,
condensa el Maestro la fe cristiana en el misterio de la augusta Trinidad. || EN El
nombre, en singular, expresa la unidad de naturaleza del Padre, del Hijo y del Es-
píritu Santo. Pero sin detrimento de la unidad son tres : tres personas, divinas,
distintas, iguales. Puestos los tres en una serie ternaria homogénea, de igual cate-
goría : si persona, y divina, y distinta, es el Padre, personas divinas y distintas son
igualmente el Hijo y el Espíritu Santo; y la uniformidad de la serie declara su más
perfecta igualdad. Y los tres son un solo principio de regeneración sobrenatural y de
vida divina.
20 Enseñándolos a guardar : no solamente las verdades que deben creer, sino
también los preceptos que deben observar. Con esto quedan los Apóstoles constituí-
dos maestros no sólo de la fe, sino también de la moral. || Todas cuantas cosas os
ordené : no solamente los misterios de la fe y los preceptos morales, sino también
la constitución jerárquica de la Iglesia, la celebración del sacrificio eucarístico, la
administración de los sacramentos, y generalmente todo cuanto atañe al buen régi-
men de la Iglesia ; todo lo cual, a,unque no consignado en la Escritura, se conservó
por medio de la tradición. 1 1 Estoy con vosotros : promete el Señor su asistencia
perenne en la Tglesia. Esta presencia es triple : jurídica, en la persona de sus
representantes jerárquicos ; sacramental, en la Eucaristía ; espiritual, con su divino
Espíritu. Y esta presencia será asistencia activa, con que los iluminará en la plena
inteligencia de la verdad, los guiará por el camino de la santidad y los protegerá
contra los asaltos de las puertas del infierno : presencia incesante, todos los días ;
presencia eterna, hasta la consumación de los siglos.
-84-
INTRODUCCION
A. L EVANGELIO DE SAN MARCOS
L autor. — Juan, apellidado Marcos (Ac. 12, 12; 12, 25; 75, 57/, o sim-
plemente Juan (Ac. 75, 5; 1 3, 75), era más generalmente designado
por el apellido romano de Marcos (Ac. 75, 39; Col. 4, 10; 2 Tim. 4,
1; Flm. 24; 1 Pe. 5, 13). Era primo de Bernabé (Col. 4, 10). Su madre
;e llamaba María, a cuya casa se dirigió San Pedro al ser liberado de la
-.árccl (Ac. 12, 12). Esta casa, según todas las probabilidades, era el
'cuácalo, donde se celebró la últi'ma Cena (Me. 14, 15; Le. 22, 12) y
idondc se recogieron los discípulos después de la Ascensión del Señor
'Ac. 1, 73; 2, 2), y fué contó la sede de la primitiva Iglesia de Jerusa-
én (Ac. 4, 23; 4, 37; 5, 42; 12, 12). •
Se cree, a lo que parece, con razón, que aquel joven «envuelto en una
úba>ia» (Me. 14, 57-52), que en Getsemaní fué asido por los satélites
f «desnudo se escapó de ellos», no era otro que el mismo Marcos, único
\uc refiere este episodio. Acompañó con Bernabé a Pablo en su primera
nisión (Ac. 13, ¡); mas pronto se retiró (Ac. 73, 73). En la segunda mi-
tón, Bernabé quería llevarle otra vez consigo; pero Pablo no lo consin-
ió. Entonces Bernabé, «lomando a Marcos» y separándose de Pablo, «se
•mbarcó para Chipre» (Ac. 75, 37-39). Más tarde se le halla con Pablo
Jurante su primera prisión romana (Col. 4, 10-11; Flm. 24), y>poco des-
pués con Pedro, que le llama cariñosamente «su hijo» (1 Pe. 5, 73). Sobre
H escribía Pablo durante su segunda prisión romana a Timoteo: «A Mar-
:os tómale y tráete contigo, pues me va a ser útil para el ministerio»
'2 Tim. 4, 11). Según la tradición, Marcos fué quien, enviado por Pedro,
'undó la Iglesia de Alejandría. La misma tradición le llama «intérprete
le Pedro».
Su obra. — La obra o labor literaria de San Marcos en ¡a composición
le su Evangelio fué mínima. Sería, sin duda, exagerado decir que el
egundo Evangelio es el disco fonográfico de la catcquesis evangélica de
■>an Pedro; pero tampoco puede negarse que ¡as actividades que princi-
palmente puso en juego el intérprete de Pedro fueron su memoria y su
Huma. En absoluto el segundo Evangelio pudo haberse obtenido con la
•scritura estenográfica ; como que en sustancia no es sino la transposi-
ción gráfica del Evangelio oral de San Pedro. Con todo, la labor de San
Tarcos no fué puramente mecánica ni ininteligente. Él, que, además de
yedro, había oído frecuentemente a Bernabé y a Pablo y se había ejer-
itado también en la predicación evangélica, se allanó modesta y abne-
'adamente a reproducir la predicación de Pedro en su forma romana.
-85-
SAN MARCOS
Esta humilde fidelidad, empero, no impidió que la catcquesis de Pedro
se matizase aquí y allá de ciertas reminiscencias paulinas.
Destinatarios y objeto. — San Marcos escribió su Evangelio movido
por las instancias de los fieles de Roma, en su mayoría gentiles, que vi-
vamente se lo rogaron, deseosos de conservar por escrito la predicación
oral de San Pedro. Los frecuentes latinismos, además de otros indicios,
confirman este origen romano del segundo Evangelio. Dirigido princi-
palmente a gentiles, pone de relieve, más que la mesianidad, la divina
filiación de Jesús. De ahí la cabida que en él se da a la narración de los
milagros, y singularmente a la expulsión de los demonios.
Plan. — Ya los antiguos advirtieron la sencillez del plan seguido por
San Marcos, ajeno enteramente a aquellas ordenaciones o composiciones
sistemáticas, que pusieron de su parte San Mateo y San Lucas. El plan
de San Marcos, como el de la predicación oral de San Pedro, es pura-
mente itinerario y, consiguientemente , cronológico. En esta fidelidad
cronológica consiste en gran parte el valor que para nosotros tiene el
segundo Evangelio. San Marcos, combinado con San Juan, ha de ser ta
base de la ordenación cronológica de los Evangelios.
Integridad. — Algunos críticos han dudado de la autenticidad del lla-
mado final de Marcos. La diferencia de estilo de los últimos versículos
(ib, Q-20), que ha dado pie a estas dudas, se explica perfectamente. Has-
ta ib, 8, Marcos reproduce la predicación de Pedro con su estilo popular,
vivo y dramático; desde ib, 9, escribe ya Marcos por su cuenta y cov.
su estilo propio, que no es el de Pedro. Como la predicación oral no
incluía el relato de la resurrección, San Marcos quiso añadirlo, para no
dejar mutilado su Evangelio.
-86-
11-14
SAN MARCOS
1 10-15
EVANGELIO DE SAN MARCOS
Período de preparación
Ministerio del Precursor, i, i-8 ( = Mt. 3, 1-12 =Lc. 3, 1-18)
1 Comienzo del Evangelio de Jesu-Cristo, Hijo de Dios. : Como está
escrito en el profeta Isaías :
Mira, envío mi mensajero delante de tu faz,
el cual aparejará tu camino (Mal. 3, 1).
* Voz de uno que clama en e' desierto :
preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas (Is. 40, 3) ;
* se presentó Juan el Bautista en
el desierto predicando bautismo de
penitencia para remisión de los pe-
cados. 5 Y salía a El toda la región
de la Judea y los jerosolimitanos
todos, y eran bautizados por él en
el río Jordán, confesando sus peca-
dos. * Y andaba Juan vestido de pe-
los de camello con una faja de cue-
ro en torno de sus lomos, y comía
langostas y miel silvestre. 7 Y pre-
dicaba diciendo : «Viene detrás de
mí el que es más fuerte que vo,
ante quien no soy digno de desatar
agachado la correa de sus zapatos.
6 Yo os bauticé con agua, mas El os
bautizará en Espíritu Santo.»
Bautismo de Jesús. 1, 9-11 ( = Mt. 3,
13-17 =Lc. 3, 21-22 =Jn. 1, 31-34)
' Y aconteció por aquellos días que
vino Jesús desde Nazaret de Galilea
v fué bautizado en el Jordán por
Juan. 10 Y al punto subiendo del
agua, vió rasgarse los cielos y venir
sobre El el Espíritu como paloma ;
u y una voz vino de los cielos : «Tú
eres mi Hijo amado, en Ti me
agradé.»
Ayuno y tentaciones. 1, 12-13
( = Mt. 4, i-n =Lc. 4, 1-13)
" Y al punto el Espíritu le impe-
le a irse al desierto. u Y estuvo en
el desierto durante cuarenta días, en
que fué tentado por Satanás ; y vi-
vía entre las fieras, y los ángeles le
servían. u
Vida pública
Jesús en Galilea. 1, 14-15 (=Mt. 4,
12-17 =Lc. 4, 14-15)
14 Y después que Juan hubo sido
entregado, vino Jesús a Galilea, y
allí predicaba el Evangelio de Dios,
15 y decía que «Se ha cumplido el
tiempo y está cerca el reino de Dios :
arrepentios y creed en el Evange-
lio».
-I 1 Evangelio : no significa aquí el libro escrito por San Marcos, sino la predica-
ción de la Buena Nueva.
ío-ii voz del Padre sobre el Hijo y venida de! Espíritu Santo : manifestación sen-
sible de la Trinidad, en cuyo nombre se había de administrar el bautismo cristiano.
1 16-28
SAN MARCOS
129-;
Los primeros discípulos, i, 1Ó-20
( = Mt. 4, 18-22 =Lc. 1-11)
K Y pasando por la ribera del mar
de Galilea, vió a Simón y a Andrés,
hermano de Simón, echando la red
en el mar, pues eran pescadores. " Y
díjoles Jesús : «Venid en pos de mí,
y os haré ser pescadores de hom-
bres.» 18 Y al punto, dejadas las re-
des, le siguieron. 19 Y siguiendo un
poco adelante, vió a. Santiago el del
Zebedeo y a Juan, su hermano, ellos
también en la nave recomponiendo
sus redes. 20 Y al punto los llamó ;
y dejando a su padre Zebedeo en la
nave con los jornaleros, se fueron
tras él.
El endemoniado de Cafarnaúm.
1, 21-28 ( = Lc. 4, 31-37) ~
21 Y entran en Cafarnaúm ; y lue-
go que fué sábado enseñaba en la
sinagoga. 22 Y se asombraban de su
enseñanza, porque les estaba ense-
ñando como quien tiene autoridad, y
no como los escribas. 23 Y, de pron-
to, había en su sinagoga un hombre
poseído de un espíritu inmundo, y
se puso a gritar, 21 diciendo :
— ¿Qué tenemos nosotros que ver
contigo, T»*ús Nazareno ? Viniste a
perdernos. Te conozco quién eres,
el Santo de Dios.
25 Y le ordenó Jesús resueltamente :
— Enmudece y sal de él.
M Y sacudiéndole violentamente v
dando alaridos, salió de é[ el espí-
ritu inmundo. 27 Y quedaron todos
pasmados, de suerte que se pregun-
taban unos a otros, diciendo :
— ¿ Qué es esto ? Un modo nuevo
de enseñar... con autoridad... Y a.
los espíritus inmundos los manda...
y le obedecen.
28 Y se extendió rápidamente su
renombre por todas partes a toda la
comarca de Galilea.
La suegra de Pedro. 1, 29-31
( = Mt. 8, 1-X5 =Lc. 4, 38-39)
20 Y luego, en saliendo de la sina-
goga, vinieron a la casa de Simón
y de Andrés juntamente con Santia-
go y Juan. 30 La suegra de Simón
yacía en cama con calentura, y al
momento le hablan de ella. 31 Y lle-
gándose la levantó, tomándola de la
mano ; y le dejó la fiebre, y ella les
servía.
Sana a muchos enfermos. i, 32-34
( = Mt. 8, 16-17 =Lc. 4, 40-41)
32 Ya tarde, cuando se puso el sol,
llevaban a El todos los que se ha-
llaban mal y los endemoniados ; 33 y
estaba toda la ciudad agolpada a la
puerta. 31 Y curó a muchos aqueja-
dos de diversas enfermedades, y lan-
zó muchos demonios, y no permitía
que dijesen los demonios que sabían
quién era.
Sale a un lugar solitario para orar,
h 35-39 (=Mt. 4, 23 =Lc. 4, 42-44)
35 Y al amanecer, muy oscuro to-
davía, levantándose, salió y se fué
a un lugar solitario, y allí hacía ora-
ción. 36 Y fué en su busca Simón v
los que con él estaban, 3T y le ha-
llaron, y le dicen que
— Todos andan buscándote.
38 Y díceles :
— Vamos a otra parte, a las pobla-
ciones inmediatas, para que también
allí pueda yo predicar; que para es-
to salí.
3" Y marchó, y anduvo predicando
en sus sinagogas por toda la Galilea
y lanzando los demonios.
22 Jesús habla con autoridad : los escribas se apoyaban en la autoridad ajena.
94 El choque de la santidad contra su propia impureza hacía presentir a los espí-
ritus inmundos la presencia del «Santo de Dios».
32 Cuando se ruso Et soi. : con lo cual terminaba el reposo del sábado.
— 88 —
140-2 7
SAN MARCOS
2 8-18
Curación de un leproso, i, 40-45
( = Mt. 8, 2-4 =Lc s, 12-16)
*° Y viene a El un leproso que, ro-
gándole y doblando las rodillas, le
decía que
—Si quisieres, puedes limpiarme.
41 Y profundamente compadecido,
extendiendo la mano le tocó y le
dice :
—Quiero, sé limpio.
43 Y al instante desapareció de él
la lepra, y quedó limpio. 43 Y toman-
do con él un tono de severidad, le
despidió luego de sí, 44 y dícele :
— Mira, no digas nada a nadie, si-
no anda, muéstrate al sacerdote, y
ofrece por tu purificación lo que
prescribió Moisés, para que les sir-
va de testimonio.
45 Mas él, así que marchó, comen-
zó a publicar sin rebozo y divulgar
la cosa, hasta el punto de no poder
Jesús entrar manifiestamente en ciu-
dad alguna, sino que se quedaba fue-
ra en parajes solitarios ; y venían a
El de todas partes.
El paralítico de Cafarnaúm. 2, 1-12
( = Mt. 9, 1-18 =Lc. 5, 17-26)
<y 1 Y habiendo entrado de nuevo
* en Cafarnaúm, al cabo de días
corrió la noticia de que estaba en
casa. 2 Y se aglomeraron muchos,
hasta el punto de que ya no se cabía
ni siquiera a la 'puerta, y les propo-
nía la palabra. 3 Y vienen conducien-
do a El un paralítico llevado por
cuatro. 4 Y como no ¡pudiesen llevar-
lo hasta El por ¡la afluencia de las
turbas, destecharon el techo del si-
tio donde se hallaba Jesús, y por el
boquete abierto descuelgan la cami-
lla en crue el paralítico estaba ten-
dido. 6 Y como vió Jesús la fe de
aquellos hombres, dice al paralítico:
— Hijo, perdonados son tus peca-
dos.
6 Estaban algunos de los escribas
allí sentados, y pensando en sus co-
razones :
1 — ¿ Cómo habla éste así ? Está blas-
femando. ¿Quién puede perdonar pe-
cados sino sólo Dios ?
8 Y al punto, conociendo Jesús en
su espíritu que así pensaban en su
interior, díceles :
— ¿Por qué pensáis eso en vues-
tros corazones ? * ¿ Qué es más ha-
cedero, decir al paralítico : «Perdo-
nados son tus pecados», o decir: «Le-
vanta, y toma a cuestas tu camilla,
v anda» ? 10 Mas para que sepáis que
tiene potestad el Hijo del hombre
de perdonar pecados sobre la tierra,
dice al paralítico : u Yo te lo digo :
Levanta, toma a cuestas tu camilla
y marcha a tu casa.
12 Y se levantó, y al punto, carga-
do con su camilla, salió en presen-
cia de todos, de suerte que estaban
todos fuera de sí y glorificaban a
Dios, diciendo que «Nunca tal vi-
mos».
Vocación de Mateo. 2, 13-17
( = Mt. 9, 9-13 =Lc. 5, 27-32)
13 Y salió otra vez a la ribera del
mar ; y toda la muchedumbre venía
a El, y les enseñaba. 14 Y pasando
vió a Leví el de Alfeo sentado en
su despacho de aduanas, y le dice :
— Sigúeme.
Y levantándose le siguió. 16 Y su-
cedió que estaba El a la mesa en
casa de Leví, y muchos publícanos
v pecadores estaban a la mesa jun-
to con Jesús y sus discípulos, pues
eran muchos, y le seguían. 19 Y los
escribas de los fariseos, al ver que
comía con los pecadores y publica-
nos, decían a sus discípulos :
— ¿Cómo es que come con los pu-
blícanos y pecadores ?
"Y habiéndolo oído Jesús, les dice :
— No tienen necesidad de médico
los robustos, sino los que se hallan
mal ; no vine a llamar justos, sino
pecadores.
Cuestión sobre el ayuno. 2, 18-22
( = Mt. 9, 14-17 =Lc. 5, 33-39)
* Y estaban los discípulos de Juan
y los fariseos ayunando. Y vienen y
le dicen :
2" Leví es el futuro apóstol y evangelista Mateo.
18 Los escribas de ios farisfos : es decir, los pertenecientes al partido de los
fariseos.
-89-
2 19-28
SAN MARCOS
31-11
— ¿Por qué los discípulos de Juan
y los discípulos de los fariseos ayu-
nan, y, en cambio, tus discípulos no
ayunan ?
" Y les dijo Jesús :
— ¿ Acaso pueden ayunar los hijos
de la sala nupcial en tanto que el
esposo está con ellos ? Cuanto tiem-
po tienen el esposo consigo, no pue-
den ayunar. 20 Vendrán días cuando
les sea arrebatado el esposo, y en-
tonces ayunarán en aquel día. ** Na-
die zurce un remiendo de paño tie-
so sobre un vestido viejo ; de lo con-
trario, la pieza sobrepuesta lleva al-
go de él, lo nuevo de lo viejo, y se
hace un desgarrón peor. 22 Y nadie
echa vino nuevo en odres viejos ;
de lo contrario, romperá el vino los
odres, y se pierde el vino y también
los odres ; sino que vino nuevo en
odres nuevos.
Las espigas arrancadas en sábado.
2, 23-28 (=Mt. 12, 1-8 =Lc. 6, 1-5)
23 Y aconteció que pasaba El en
día de sábado por los sembrados, y
sus discípulos comenzaron a cami-
nar arrancando las espigas. * Y los
fariseos le decían :
— Mira, ¿ cómo hacen en sábado lo
que no está permitido ?
*5 Y les dice :
— ¿Nunca leísteis qué hizo David
cuando tuvo necesidad y sintió ham-
bre y los que con él se hallaban ?
""¿Cómo entró en la casa de Dios
en tiempo de Abiatar, sumo sacer-
dote, y comió los panes de la pro-
posición, que no es lícito comer sino
a los sacerdotes, y los dió además a
los que con él estaban ?
OT Y les decía :
— El sábado por el hombre fué ins
tituído, y no el hombre por el sá-
bado. 28 Así que señor es el Hijo del
hombre también del sábado.
Sana la mano paralizada. 3, 1-6
( = Mt. 12, 9-14 =Lc. 6, 6-11)
o 1 Y entró de nuevo en la sinago-
*-* ga, y había allí un hombre que
tenía paralizada la mano. 2 Y le es-
taban acechando si en sábado le cu-
raría, con eí fin de acusarle. 8 Y dice
al hombre que tenía la mano rígida :
— Levántate y ponte en medio.
4 Y les dice :
— ¿ Es lícito en sábado hacer bien
o hacer mal? ¿Salvar un alma o ma-
tar?
Ellos se callaban. " Y echando en
torno una mirada sobre ellos con in-
dignación, entristeciéndose por el en-
canecimiento de su corazón, dice al
hombre :
— Extiende tu mano.
Y la extendió, y quedó restableci-
da su mano. ' Y saliendo los fari-
seos, habido luego consejo con los
heródianos, tomaron la determina-
ción de acabar con El.
Junto al mar de Galilea: numerosas
curaciones. 3, 7-12 ( = Mt. 4, 24-25 ;
12, 15-21 =Lc. 6, 17-19)
* Y Jesús, en compañía de sus dis-
cípulos, se retiró al mar;' y gran mu-
chedumbre, gente de Galilea, le si-
guió ; y de la Judea, 8 de Jerusalén,
de la ídumea, de allende el Jordán,
de los contornos de Tiro y de Si-
dón, grande muchedumbre, oyendo
decir cuanto El hacía, vinieron a El.
8 Y dijo a sus discípulos que estuvie-
se preparada a su disposición una
lancha a causa de la turba, para que
no le atropellasen ; "pues curó a mu-
chos, de suerte que se le "echaban
encima para tocarle cuantos pade-
cían el azote de la enfermedad. 11 Y
los espíritus inmundos, en cuanto le
veían, caían a sus pies y gritaban
10 Los hijos de la sal» nupcial : los jóvenes que formaban el cortejo del novio
en la fiesta de las bodas. Inicia Jesús el género parabólico, en que había de mos-
trarse maestro insuperable
20 Primer anuncio, velado, de la pasión y muerte.
2I-~ Dos lindas parábolas, tan diáfanas como intencionadas.
28 Amatar : en vez de Aquimelec (1 Sam. ai, 1-6) se menciona a su hijo Abiatar,
que se hallaba presente y había de sucederle en el oficio del sumo sacerdocio, y era
más conocido que su padre
28 El Hijo del HOMBRE : con esta expresión designaba Jesús su mesianidad (Dan. 7,
13), al mismo tiempo que la velaba discretamente.
— 90 —
3 12-24
SAN MARCOS
3 25-35
diciendo que «Tú eres el Hijo de
Dios». " Y les mandaba severamen-
te que no le diesen a conocer.
Elección de los Doce. 3, 13-19
( = Mt. 5, 1 ; io, 1-14 =Lc. 6, 12-16)
a Y sube a la montaña, y llama a
sí a los que El quiso, y se fueron
para El. " Y destinó a doce para que
anduviesen con El y para enviarles
a predicar 15 y que tuviesen potestad
de lanzar demonios. " Y estableció
los Doce ; e impuso a Simón por
nombre Pedro ; 11 y a Santiago el del
Zebedeo y a Juan el hermano de
Santiago, y les impuso por nombre
Boanergés, que es decir «hijos del
trueno» ; 18 y a Andrés, y Felipe, y
Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y San-
tiago el de Alfeo, y Tadeo, y Simón
el Cananeo, 19 y Judas Iscariote, el
mismo que le entregó.
Tentóres de los parientes de Jesús.
5, 20-21
" Y vuelve a casa, y concurre de
nuevo la turba, hasta no poder ellos
ni comer su pan. 21 Y como lo ove-
ron sus deudos, se fueron allá para
apoderarse de El, porque decían qut
«Está fuera de sí».
Calumnia de los escribas. 3, 32-27
( = Mat. 12, 31-32)
22 Y los escribas que habían baja-
do de Jerusalén decían que «Tiene a
Belzefcúj y que «en virtud del prín-
cipe de los demonios lanza los demo-
nios». 23 Y habiéndoles llamado, de.
cíales en parábolas :
" — ; Cómo puede ser que Satanás
lance a Satanás ? Y si un reino se
dividiere contra sí mismo, no puede
mantenerse el reino aquel.; * y si
una casa se dividiere contra sí mis-
ma, no podrá la casa aquella quedar
en pie ; 20 y si Satanás se alzó con-
tra sí mismo, se dividió y no puede
quedar en pie, sino que toca a su fin.
27 Ahora bien, nadie puede, entran-
do en la casa del fuerte, saquear su
ajuar si primero no atare al fuerte ;
y entonces saqueará su casa.
Pecado contra el Espíritu Santo.
3, 28-30 ( = Mt. 12, 31-32)
28 En verdad os digo que se les
iperdonarán a los hijos de los hom-
bres todos los pecados y las blasfe-
mias, cuanto quiera que blasfema-
ren ; 39 pero quien blasfemare conira
eQ Espíritu Santo, no tiene perdón
eternamente, sino que será reo de
pecado eterno.
30 Es que decían : «Tiene espíritu
inmundo.»
La madre y los hermanos de Jesús.
3. 3i-35 (=Mt. 12, 46-50 =Lc. 8,
19-21)
n Y vienen su madre y sus herma-
nos, y quedándose fuera le manda-
ron recado llamándole . 32 Y estaba
sentada en torno de El la turba, y
le dicen :
— Mira que tu madre y tus her-
manos y tus hermanas están fuera
y te buscan.
33 Y respondiendo, les dijo :
— ¿Quién es mi madre y mis her-
manos ?
34 Y dirigiendo en torno su mirada
a los que alrededor de El estaban
sentados en círculo, dice :
— Ahí tenéis mi madre y mis her-
manos. 55 Pues el que hiciere la vo-
luntad de Dios, éste es mi hermano
v hermana y madre.
3" Estableció los Doce : creó el Colegio apostólico. El número de los Apóstoles re-
cordaba el de los doce patriarcas de Israel.
B Sus deudos : algunos de su parentela, que todavía no creían en El (Jn. 7, 5).
29 Blasfemar contra el Espíritu Santo es atribuir por malicia al espíritu malo las
obras del Espíritu de Dios. Este y otros pecados no tienem perdón, porque con ellos
el pecador se hace moralmente incapaz de arrepentirse.
«s-35 Si el Señor debía entonces mostrarse desprendido de la ccarne y sangrei, no
dejó de enaltecer indirectamente la dignidad de su Madre, que cumplió como nadie
la voluntad de Dios.
— 91 —
4
SAN MARCOS
4 8-22
Parábola del sembrador. 4,
f = Mt.
-9 =Lc. 8, 4-8)
A 1 Y otra vez comenzó a enseñar a
^ orillas del mar. Y concurre a El
una turba numerosísima, tanto que
subiendo en una barca estaba El sen-
tado, mar adentro, y toda la turba
se estaba a la orilla en tierra. 2 Y les
enseñaba por parábolas muchas co-
sas, y decíales en su enseñanza :
* — Escuchad. He aquí que salió el
sembrador a sembrar. 4 Y sucedió
que, al sembrar, una parte cayó a la
vera del camino, y vinieron los pá-
jaros y se la comieron. 6 Y otra par-
te cayó en el peñascal, donde no te-
nía mucha tierra, y al punto brotó
por no tener profundidad de terre-
no, 0 y cuando salió el sol, se que-
mó,_ y por no tener raigambre se
secó ' Y otra cayó en los espinos,
y subieron los espinos v la
ron, y no dió fruto. • Y otras partes
cayeron en la tierra buena y daban
fruto que subía y crecía, y rendían
una treinta, v una sesenta, y una
ciento.
" Y decía :
— Quien tenga oídos para oír, es-
cuche.
Motivación de las parábolas. 4, 10-
12 ( = Mt. 13, 10-17 =Lc. 8, 9-10)
10 Y cuando se quedó a solas, los
que se hallaban con El junto con los
Doce le preguntaban las parábolas.
" Y les decía :
— A vosotros os ha sido comunica-
do el misterio del reino de Dios ;
mas a aquellos de fuera todo se les
presenta en parábolas,
a fin de que mirando miren, y no vean ;
y oyendo oigan, y no entiendan ;
no sea que se conviertan y se les perdone (Is. 6, 9-10).
Declaración de la parábola. 4, 13-20
( = Mt. 13, 18-23 =Lc. 8, 11-15)
13 Y les dice :
— ¿ No entendéis esta parábola ?
¿ Y cómo entederéis todas las demás
parábolas ? 14 Lo que el sembrador
siembra es la palabra. 15 Unos son
aquellos que están a la vera del ca-
mino donde es sembrada la pala-
bra ; y cuando la han oído, al pun~
to viene Satanás y quita la palabra
sembrada en ellos. 16 Y otros son
asimismo los que son sembrados en
los peñascales ; los cuales, así que
han oído la palabra, luego la reci-
ben con gozo, " y no tienen raigam-
bre en sí mismos, sino que son efí-
meros ; después, en sobreviniendo
tribulación o persecución por razón
de la palabra, al punto se escandali-
zan. 14 Y otros son los que son sem-
brados en los espinos : éstos son los
que oyeron la palabra ; " y las soli-
citudes del siglo, y la seducción de
la riqueza, y las codicias acerca de
las demás cosas, entrando, ahogan
la palabra, y ésta se hace infructuo-
sa. 20 Y otros son los que fueron
sembrados sobre la tierra buena, los
cuales oyen la palabra y la acogen,
y fructifican : uno treinta, urfo se-
senta y uno ciento.
Avisos saludables. 4, 21-25
( = Lc. 8, 16-18)
a Y les decía que :
— ¿ Por ventura es la lámpara pa-
ra ser colocada debajo del celemín
o debajo del lecho ? ¿ No para ser co-
locada encima del candelero ? a Por-
4 a Parábola es una comparación dramáticamente desarrollada. El género parabólico
era aptísimo para graduar convenientemente la luz de las enseñanzas sobre el
reino de Dios.
12 A fin de que : sólo fragmentariamente reproduce Sa*i Marcos las palabras <le
Isaías, en el cual la finalidad debe entenderse irónicamente.
n-20 Esta explicación auténtica del Maestro nos enseña que en la interpretación
de las parábolas hay que evitar dos extremos : el de coartar su significación a un
exiguo núcleo elemental y el de atribuir sentidos recónditos a los más insignifi-
cantes pormenores de la imagen parabólica.
4 23-32
SAN MARCOS
4 33-5 2
que no hay cosa escondida, antes
tiene que ser descubierta ; ni se hizo
secreta, antes tiene que salir al des-
cubierto. 23 Quien tenga oídos para
oír, escuche.
24 Y les decía :
— Mirad bien lo que oís. La medi-
da que empleéis para con los de-
más, ésa misma se empleará para
con vosotros, y con creces. 25 Porque
al que tiene, se le dará ; y al que no
tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Parábola de la semilla. 4, 26-29
24 Y decía :
— Así es el reino de Dios, como
cuando un hombre echa la semilla
en la tierra ; ^ y duerme y se levan-
ta, de noche y de día ; y la semilla
germina y va creciendo, sin que él
sepa cómo. * Por sí misma la tie-
rra fructifica, primero hierba, luego
espiga, luego grano lleno en la es-
piga. 28 Y cuando el fruto brinda
consigo, luego echa la hoz, porque
está a punto ¡a mies (Jl. 3, 13),
Parábola del granito de mostaza.
4, 30-32 (=Mt. 13, 31-32)
» Y decía : •
— ¿Cómo asemejaremos el reino
de Dios ? ¿ O en qué parábola lo en-
cerraremos ? a Es como un granito
de mostaza, que, cuando se ha sem-
brado en la tierra, es la más peque-
ña de las semillas de sobre la tie-
rra ; ■* y cuando se ha sembrado,
sube y se hace mayor que todas las
hortalizas, y echa grandes ramas,
hasta poder bajo su sombra anidar
las aves del ciclo (Dan. 4, g. 18 ;
Ez. 17, 23 ; 31, 6).
Enseñanza por parábolas. 4, 33-34
( = Mt. 13, 34-35)
38 Y con muchas parábolas seme-
jantes les hablaba la palabra, según
que eran capaces de entender ; 34 y
sin parábola no les hablaba ; pero
en particular a sus discípulos se lo
declaraba todo.
Tempestad sosegada. 4, 35-41
( = Mt. 8, 18. 23-27 =Lc. 8, 22-25)
35 Y díceles aquel mismo día, ve-
nido el atardecer :
— Pasemos a la otra banda.
36 Y habiendo dejado la turba, le
llevan consigo, cual se hallaba en la
barca ; y otras barcas había con El.
31 Y sobreviene una gran tempestad
de viento, y las olas se echaban den-
tro de la barca, hasta el punto de
inundarse ya la barca. 33 Y El esta-
ba en la popa sobre el cabezal dur-
miendo, y le despiertan y le dicen :
— Maestro, ¿ no se te da nada que
nos vayamos a pique ?
39 Y despertando se encaró con el
viento y dijo a la mar: «¡Calla!
¡Enmudece!» Y amainó el viento y
sobrevino gran bonanza . 40 Y les
dijo :
— ¿ Por qué sois tan cobardes ?
¿ Aun no tenéis fe ?
" Y quedaron sobrecogidos de gran
temor, v se decían unos a otros :
— ¿Quién, pues, será éste, que aun
el viento y la mar le obedecen ?
El endemoniado geraseno. 5, 1-30
(=Mt. 8, 28-34 =Lc. 8, 2-39)
r 1 Y abordaron a la otra banda del
" mar en la región de los gerase-
nos. 2 Y en saliendo El de la barca,
3 Al que no tiene, aun lo que tiene se le quitara : al que no rinde o produce
con el capital que se le ha confiado, aun el mismo capital se le quitará.
28-28 Bellísima parábola que expresa la fuerza innata, callada, progresiva, del
reino de Dios.
3°-3'- El reino de Dios había de inaugurarse no con la aparatosidad que fantasea-
ban los judíos, sino con la humildad, comparable a la pequeñez de un granito de
mostaza.
83 Según que eran capaces: esta capacidad o incapacidad, moral e intelectual, de
los judíos era la que motivaba el empleo discreto de las parábolas.
— 93 —
5 3-19
SAN MARCOS
5 20-33
luego se encontró con El un hombre
salido de los monumentos poseído
de espíritu inmundo, 3el cual tenía
su habitación en dos monumentos, y
ni con cadena podía ya nadie atarle ;
1 porque, si bien había sido muchas
veces sujetado con grillos y cadenas,
él había forzado las cadenas y he-
cho añicos los grillos, y nadie era
capaz de domeñarle ; B y continua-
mente, noche y día, 6e estaba en los
monumentos y en los montes, dan-
do gritos y cortándose con piedras.
" Y como vió a Jesús desde lejos, co-
rrió y se postró delante de El, 7 y a
grandes gritos dice :
— ¿ Qué tienes que ver conmigo, Je-
sús, hijo del Dios Altísimo? Te con-
juro por Dios, no me atormentes.
s Es que le decía :
— Sal, espíritu inmundo, de este
hombre.
9 Y le preguntaba :
— ¿ Cuál es tu nombre ?
Y le dice :
—«Legión» es mi nombre, porque
somos muchos.
10 Y le rogaban instantemente que
no los mandase fuera de aquella re-
gión. 11 Y había allí a la falda de)
monte una gran piara de cerdos que
pacía, 12 y le rogaron diciendo :
— Envíanos a los cerdos, para que
entremos en ellos.
13 Y se lo consintió. Y saliendo los
espíritus inmundos, entraron en los
cerdos, y se lanzó la piara despeña-
dero abajo al mar, como unos, dos
mil, y se ahogaron en el mar. 11 Y
los que los apacentaban huyeron y
dieron noticia del hecho en la ciu-
dad y por los campos ; y vinieron a
ver qué era lo ocurrido con eí en-
demoniado. " Y llegándose a Jesús,
contemplaban al endemoniado sen-
tado, vestido y en su sano juicio, el
que había tenido toda una legión, y
temieron. 19 Y los testigos les refe-
rían el suceso del endemoniado y
también lo de los cerdos. " Y se pu-
sieron a rogarle que so aumentase de
sus confines. " Y al subir El a la
barca le rogaba el que había sido en-
demoniado poder estarse con El. 10 Y
no se lo consintió, sino le dice :
— Ve a tu casa, a los tuyos, y en-
térales de cuanto el Señor ha hecho
contigo y cómo tuvo misericordia de
ti. 50 Y se fué y se puso a publicar
por 'la Decápolis cuanto Jesús había
hecho con él, y todos se maravilla-
ban.
Jairo ruega por su hija. 5, 21-24
( = Mt. 9, 18-19 =Lc. 8, 40-42)
"Y habiendo Jesús hecho la tra-
vesía en la barca de nuevo y llegado
h la ribera opuesta, concurrió a El
una muchedumbre numerosa, j El
estaba a orillas del mar. 22 Y viene
uno de los jefes de sinagoga, por
nombre Jairo, y en viéndole, cae a
sus pies 23 y le ruega instantemente,
diciendo que
— Mi hijita está al cabo; ten a bien
venir y poner las manos sobre ella,
para que se salve y viva.
M Y se fué con él. Y le seguía mu-
cho gentío, y le estrujaban.
La hemorroísa. 5, 25-34 ( = Mt. 9,
20-22 =Lc. 8, 42-48)
28 Y una mujer que andaba con flu-
jo de sangre hacía doce años, 26 y
había padecido mucho de parte de
muchos médicos y gastado todo lo
que tenía, sin mejoría alguna, antes
bien había empeorado, 27 como hu-
biese oído lo que decían de Jesús,
viniendo entre la turba tocó por de-
trás su manto ; 28 pues se decía que
«Como yo toque no más que sus ves-
tidos, cobraré salud». 20 Y al instan-
te se secó la fuente de su sangre, y
sintió en su cuerpo que estaba cu-
rada de su achaque. 80 Y al punto Je-
sús, conociendo en sí mismo la vir-
tud que de El había salido, volvién-
dose en medio del gentío, decía :
31 — ¿ Quién me tocó los vestidos ?
Y le decían sus discípulos :
— ¿ Ves el gentío que te está es-
trujando, y dices : Quién me tocó?
32 Y miraba en torno para ver la
que esto había hecho. Mas la mu-
jer, atemorizada y temblando, sa-
5"-' Antes el viento y la mar le obedecen ; ahora el indomable endemoniado se pos-
tra ante El, y toda una legión de demonios tiembla de espauto : ¿ quién, pues,
será éste ?
— 94 -
5 34-6 1
SAN MARCOS
6 2-13
hiendo lo que había pasado ron ella,
vino y se postró delante de El y le
declaró toda la verdad. 84 Pero El le
dijo :
— Hija, tu fe te ha salvado ; vete
en paz y queda sana de tu achaque.
Resurrección de la hija de Jairo.
5, 35-43 ( = Mt. 9, 23-26 =Lc. 8, 49-56)
85 Mientras El estaba todavía ha-
blando, vienen de casa del jefe de
sinagoga diciendo que
— Tu hija ha muerto; ¿para qué
molestar ya al Maestro ?
38 Pero Jesús, habiendo entreoído lo
que se hablaba, dice al jefe de sina-
goga :
—No temas ; cree tan solamente.
"Yno dejó que nadie siguiese con
El, sino Pedro, Santiago y Juan, el
hermano de Santiago. 88 Y llegan a
la casa del jefe de sinagoga, y ve el
alboroto y los que lloraban y daban
grandes alaridos; m. y entrando les
dice :
— ¿ Por qué os alborotáis y lloráis ?
La niña no murió, sino duerme.
40 Y se burlaban de El. Mas El,
echándolos a todos, toma consigo al
padre de la niña y a la madre y a
los que con El iban, y entra a don-
de estaba la niña. u Y tomando la
mano de la niña, le dice :
— Talithá kum(i), que, traducido,
significa : «Niña, te lo digo, leván-
tate.»
42 Y al instante se levantó la niña,
y caminaba, pues tenía doce' años.
43 Y de repente quedaron fuera de sí
con grande asombro. Y les mandó
encarecidamente que nadie lo supie-
se, y dijo que se la diese de comer.
En ¡a sinagoga de Nazaret. 6, 1-6
( = Mt. 13, 53-58 =Lc. 4, 16-30)
z: 1 Y salió de allí, y se va a su pa-
u tria, y le siguen'sus discípulos.
2 Y venido el sábado, comenzó a en-
señar en la sinagoga ; y los más, al
oírle, se asombraban, diciendo : «¿ De
dónde a éste estas cosas ? ¿ Y qué sa-
biduría es ésta que le ha sido dada?
¿ Y tales milagros, obrados por sus
manos? 3 ¿No es éste el carpintero,
el hijo de María y hermano de San-
tiago, de José, de Judas y de Simón ?
¿Y no se hallan sus hermanas aquí
entre nosotros ?» Y se escandaliza-
ban en El. 4 Y les decía Jesús que
— No hay profeta desprestigiado, si
no es en su patria y entre sus pa-
rientes y en su casa.
6 Y no podía allí obrar milagro al-
guno, salvo que a unos pocos enclen-
ques, imponiéndoles las manos, los
curó. 8 Y se maravillaba de su incre-
dulidad.
Y recorría las aldeas en torno en-
señando.
Misión de los apóstoles. 6, 7-13
( = Mt. 10, 1-15 =Lc. 9, 1-6)
' Y llama a sí a los Doce, y co-
menzó a enviarlos dos a dos, y les
laba potestad sobre los espíritus in-
mundos ; 8 y les ordenó que nada to-
masen para el camino sino un bas-
tón solamente, no pan, no alforja,
no calderilla en la faja ; ■ sino cal-
cados con sandalias, y que no vistie-
sen dos túnicas. 10 Y les decía :
— Dondequiera que entrareis en una
casa, quedaos allí hasta que salgáis
de aquel lugar. u Y si algún lugar
no os acogiere, y no os escucharen,
saliendo de allí sacudid el polvo de
debajo de vuestros pies como testi-
monio contra ellos.
12 Y saliendo, predicaron que hicie-
sen penitencia ; 18 y lanzaban mu-
chos demonios, y ungían con óleo a
muchos enfermos y los curaban.
88 La niña duerme: este velo de modestia, con que el Señor disimula sus por-
tentos, no sólo descubre la humildad de su Corazón, sino que es una garantía de
la verdad histórica de los milagros evangélicos.
41 Taliihá kum(i) : son las mismas palabras arameas que pronunció el Señor.
6 5 No podía : en virtud de la norma, que El mismo se había impuesto, de exigir
ordinariamente la fe como condición previa del milagro.
— 95 —
6 14-26
SAN MARCOS
6 27-38
Martirio del Bautista. 6, 14-29 I
(=Mt. 14, 1-12 =Lc. 9, 7-9; 3, 10-20)
" Y oyó hablar el rey Herodes,
porque su nombre se había hecho
notorio, y decían que «Juan el Bau-
tista ha resucitado de entre los muer-
tos, y por eso las potencias actúan
en él». 15 Pero otros decían que «Es
Elias» ; otros , empero , decían que
«Es profeta, como uno de los profe-
tas». " Y habiéndolo oído Herodes,
decía : «El que yo decapité, Juan,
éste ha resucitado.»
" En efecto, el mismo Herodes ha-
bía enviado a prender a Juan y le
había puesto en cadenas en la pri-
sión con motivo de Herodías, la mu-
jer de Filipo, su hermano, pues se
había casado con ella. 18 Porque de-
cía Juan a Herodes que «No te es
permitido tener la mujer de tu her-
mano». 19 Herodías se la guardaba y
quería matarle, y no podía ; 20 por-
que Herodes miraba con respeto a
Juan, sabiendo que era hombre jus-
to y santo, y le protegía, y con lo
que le oía andaba muy perplejo, y
le escuchaba con gusto. 21 Y llega-
do un día oportuno, cuando Herodes
con ocasión de su natalicio dió un
banquete a sus magnates y a los tri-
bunos y a los primates de Galilea,
" entró la hija de la misma Hero-
días, y danzó y agradó a Herodes y
a los comensales. Y el rey dijo a la
muchacha :
— Pídeme lo que quisieres, v te lo
daré.
23 Y le juró :
-^Cualquiera cosa que me pidie-
res, te la daré, hasta la mitad de mi
reino.
Y habiendo salido, dijo a su ma-
dre :
— i Qué debo pedir ?
— Ella dijo :
— La cabeza de Juan el Bautista.
25 Y entrando luego apresurada-
mente al rey, hizo su petición, di-
ciendo :
— Quiero que ahora mismo me des
sobre una bandeja la cabeza de Juan
el Bautista.
" Y, bien que muy contristado, el
rey, en atención a los juramentos y
a "los comensales, no quiso darle un
desaire. 27 Y al punto despachando
el rey un satélite, le mandó traer
su cabeza. Y habiendo ido, le deca-
pitó en la cárcel, 28 y trajo su cabe-
za sobre una bandeja y la dió a la
muchacha, y la muchacha la dió a
su madre. 29 Y habiéndolo oído sus
discípulos, vinieron y se llevaron su
cadáver y le dieron sepultura.
Primera multiplicación de los panes.
6, 30-46 ( = Mt. 14, 13-23 =Lc. 9, 10-
17 =Jn. 6, 1-15)
•° Y vienen los apóstoles a juntar-
se con Jesús, y le refirieron todo
cuanto habían hecho y cuanto ha-
bían enseñado. 31 Y les dice :
— Venid vosotros solos aparte a
un lugar solitario y tomad un poco
de reposo.
Porque eran muchos los que iban
y venían, y ni siquiera para comer
tenían tiempo desocupado. 32 Y se
fueron en la barca a un lugar reti-
rado a solas. 33 Y les vieron que se
iban y los reconocieron muchos, y
a pie, de todas las ciudades, concu-
rrieron allá y llegaron antes que
ellos. 34 Y al desembarcar vió Jesús
gran muchedumbre, y se compade-
ció entrañablemente de ellos, por-
que andaban como ovejas que no
tienen pastor, y se puso a enseñar-
les largamente.
35 Y siendo ya muy avanzada la
hora, llegándose a El sus discípulos
le decían que
— El lugar es solitario y la hora
ya muy avanzada ; 30 despídelos, pa-
ra que yendo a los cortijos y aldeas
del contorno puedan comprarse algo
que comer.
31 El, respondiendo, les dijo :
— Dadles vosotros de comer.
Y le dicen :
— ¿ Habremos de ir a comprar pa-
nes por doscientos denarios, y les
daremos de comer?
38 El les dice :
— ¿ Cuántos panes tenéis ?
" En u prisión : en la fortaleza-palacio de Maqueronte, al E. del mar Muerto.
En la fortaleza estaba preso Juan, en el palacio celebró Herodes el banquete.
»>-» «El premio de una bailarina es la muerte de un profeta», comenta terri-
blemente San Ambrosio.
-96-
6 39-52
SAN MARCOS
6 53—7 6
Y habiéndolo averiguado, le dicen :
— Cinco y dos peces.
30 Y mandó que los acomodasen a
todos repartidos en ranchos sobre la
verde hierba. 40 Y se recostaron dis-
tribuidos en cuadros por grupos de
ciento y de cincuenta.
41 Y habiendo tomado los cinco pa-
nes y los dos peces, alzados los ojos
al cielo, recitó la bendición, y par-
tió los panes y los iba dando a los
discípulos, para que se los sirvie-
sen ; también los dos peces los re-
partió a todos. 42 Y comieron todos
y se saciaron. 43 Y recogieron los
pedazos, que llenaban doce canas-
tos, y las sobras de los peces. 44 Y
eran los que habían comido los pa-
nes cinco mil hombres.
4o Y al punto ordenó apremiante-
mente a sus discípulos que se em-
barcasen y que se le adelantasen
con rumbo a la ribera opuesta hacia
Betsaida, en tanto que El disolvía
la turba. 46 Y habiéndose despedido
de ellos, se fué al monte para orar.
Sobre las oudas del mar. 6, 47-52
( = Mt. 14, 24-33 =Jn. 6, 16-21)
4' Y cuando hubo anochecido, es-
taba la barca en alta mar, v El solo
en tierra. tó Y como les viese que se
fatigaban en el empeño de avanza!,
orque el viento les era contrario,
acia la cuarta vigilia de la noche
viene a ellos caminando sobre el
mar, y les iba ya a pasar de largo.
Ellos, como le vieron que camina-
ba sobre el mar, creyeron que era
un fantasma, y se pusieron a gri-
tar ; 50 porque todos le vieron, v se
alborotaron. Mas El en seguida" ha-
bló con ellos, y les dice :
— -Tened buen ánimo, sov vo, no
tengáis miedo.
™ Y subió a la barca con ellos, v
amainó el viento. Y estaban des-
mesuradamente atónitos, mirándose
unos a otros ; 52 pues no se habían
dado cuenta cabal de lo acaecido con
los panes, sino que su corazón esta-
ba embotado.
Curaciones en Genesaret. 6, 53-56
(=Mt. 14, 34-36)
M Y habiendo hecho la travesía,
llegaron a tierra en Genesaret, y
atracaron. " Y apenas habían salido
de la barca, cuando algunos, reco-
nociendo luego a Jesús, " se fueron
a recorrer toda aquella comarca, y
comenzaron a trasladar en camillas
a todos los que se hallaban mal, a
donde oían que El estaba. M Y don-
dequiera que entraba, en las aldeas,
o en las ciudades, o en los cortijos,
ponían los enfermos en las plazas,
y le rogaban les dejase tocar siquie-
ra la franja de su manto ; y cuan-
tos le tocaron cobraban salud.
Hipocresía de los fariseos y escri-
bas. 7, 1-13 (=Mt. 15, 1-9)
n 1 Y se reúnen los fariseos y algu-
* nos de los escribas venidos de Je-
rusalén, y se ¡presentan a Jesús. 2 Y
viendo a algunos de sus discípulos
comer sus panes con manos profa-
nas, esto es, no lavadas — 3 porque
los fariseos y todos los judíos, si no
se lavan las" manos a fuerza de pu-
ños, no comen, aferrados a la tradi-
ción de los ancianos ; 4 y al volver
de la plaza, si primero no se bañan,
no comen ; y hay otras cosas cuya
observancia recibieron por tradición,
lavatorios de copas, jarros, vajilla
de cobre, lechos — , 5 y le preguntan
los fariseos y los escribas :
— ¿Por qué no caminan tus discí-
pulos conforme a la tradición de los
ancianos, sino que comen su pan con
manos profanas ?
0 El les dijo :
— Muy bien profetizó Isaías de vos-
otros, farsantes, según está escrito
que (Is. 29, 13)
45 Los discípulos, contagiados por los intempestivos entusiasmos de la turba, hu-
bieron de ser alejados bruscamente. No entendieron, como luego se dice (v. 52), la
significación del milagro.
48 Un fantasma : los discípulos eran más propensos a tomar por fantasma la rea
lidad que a tomar por realidad un fantasma. No existirían los milagros evangéli-
cos si hubieran tenido <iue ser fantaseados por los discípulos.
— 97 —
7 7-18
SAN MARCOS
7 19-27
Ese pueblo me honra con los labios,
mas su corazón anda muy lejos de mí;
1 es vano el culto que me rinden,
enseñando doctrinas, preceptos de hombres.
* Dejando a un lado el mandamien-
to de Dios, os aferráis a la tradi-
ción de los hombres.
° Y les decía :
— Donosamente rescindís el man-
damiento de Dios, para mantenei
vuestra tradición. 10 Porque Moisés
dijo : «Honra a tu padre y a tu ma-
dre» y «El que maldijere al padre o
a la madre, muera sin remisión»
(Ex. 20, 12; Dt. 5, 16; Ex. 21, 17).
11 Vosotros, empero, decís : «Si un
hombre dijere al padre o a la ma-
dre : Queda declarado horbáu, que
es decir : ofrenda, todo lo mío que
pudieras reclamar en tu provecho,
12 no le dejáis ya hacer nada por el
padre o por la madre, 13 anulando la
palabra de Dios con vuestra tradi-
ción que os transmitisteis de unos a
otros ; y semejantes a éstas en este
género 'hacéis muchas cosas.
Lo que contamina y lo que no.
7, 14-23 ( = Mt. 15, 10-20)
11 Y llamando de nuevo a sí la tur-
ba, les decía :
— Escuchadme todos y entended.
15 Ninguna cosa hay que de fuera del
hombre entre en él, que sea capaz
de contaminarle, sino que las que
del hombre salen son las que conta-
minan al hombre. 16 Quien tenga oí-
dos para oír, escuche.
" Y cuando entró en casa, dejada
la turba, le preguntaban los discí-
pulos esta parábola. 18 Y les dice :
— ¿ Así también vosotros estáis fal-
tos de inteligencia ? ¿ No compren-
déis que todo lo que de fuera entra
en el hombre no es capaz de conta-
minarle, "' pues que no entra en su
corazón, sino en su vientre, v de
allí va a parar a la letrina ?
Con esto declaraba puros todos los
alimentos. 20 Y decía que
— Lo que del hombre sale, esto
contamina al hombre. 23 Porque de
dentro, del corazón de los hombres,
salen los malos pensamientos : forni-
caciones, hurtos, homicidios, " adul-
terios, codicias, maldades, dolo, li-
bertinaje, mal ojo, maledicencia, so-
berbia, privación del sentido moral ;
23 todas esas cosas malas de dentro
salen y contaminan al hombre.
Fe de la cananca. 7, 24-30
( = Mt. 15, 21-28)
M Y levantándose, partió de allí a
los confines de Tiro y de Sidón.
Y entrando en una casa, no quería
que nadie lo supiese ; mas no logró
pasar inadvertido, 26 sino que en se-
guida una mujer, cuya pobre hija
tenía un espíritu inmundo, habien-
do oído de él, viniendo se postró a
sus pies. 26 Esa mujer era gentil, si-
rofenicia de raza ; y le rogaba que
lanzase el demonio de su hija. 27 Y
le decía :
— Deja que primero se sacien los
hijos ; que no está bien tomar el
pan de los hijos y echarlo a los pe-
rrillos.
7" Cuando un hijo desnaturalizado quería sacudir de sí la obligación de socorrer a
sus padres indigentes, apelaba al recurso, enseñado por los escribas, de pronun-
ciar sobre sus bienes la palabra Icorbán, con que quedaban noniinalmente consagra,
dos a Dios; consagración impía, que creaba el deber de no socorrer a los padres
necesitados, es decir, de quebrantar el cuarto mandamiento del Decálogo.
u Justamente condena el Señor la tradición humana opuesta a la ley divina .
pero no es meramente humana, ni opuesta a la verdad divina, la tradición cristia-
na, que no es sino la transmisión, divinamente garantizada, de la enseñanza oral
de los Apóstoles.
10 Declaraba puros todos los alimentos : esta observación, que en su predicación
oral intercalaba San Pedro a las palabras del Señor, la hacía el Apóstol recordando
la maravillosa visión de Jope (Ac. 10, 9-16).
a*-23 Entre la casuística grosera y arbitraria de los escribas y '.a moral elevada,
sensata, espiritual, de Jesús media un abismo.
-98-
7 28-8 i
SAN MARCOS
82-13
" Ella respondió y le dice :
— Sí, señor ; también los perrillos,
debajo de la mesa, comen de las mi-
gajas de los niños.
20 Y le dijo :
— Por eso que has dicho, anda, ha
salido de tu hija el demonio.
10 Y marchándose a su casa, halló
a la niña echada sobre la cama y
salido el demonio.
Jesús sana a un sordomudo. 7, 31-37
31 De nuevo saliendo de los confi-
nes de Tiro, se encaminó por Sidón
hacia el mar de Galilea, pasando por
medio de los términos de la Decá-
polis. 32 Y le presentan un sordo y
tartamudo y le ruegan que ponga
sobre él su mano. 33 Y tomándole
aparte lejos de la turba, introdujo
sus dedos en las orejas del sordo y
con su saliva tocó su lengua ; 34 y
levantando sus ojos al cielo suspiró,
v le dijo :
— Effatá (esto es, «Abrete»).
35 Y al punto se abrieron sus oí-
dos, y se soltó la atadura de su len-
gua, y hablaba correctamente. 38 Y
les ordenó que a nadie lo dijesen ;
pero cuanto más se lo ordenaba, tan-
to más y más ellos lo divulgaban.
81 Y se asombraban sobremanera, di-
ciendo :
— Todo lo ha hecho bien, y hace
oír a los sordos y hablar a los mu-
dos.
Segunda multiplicación de los pa-
nes. 8, 1-10 ( = Mt. 15, 32-39)
O 1 Por aquellos días, como de nue-
0 vo hubiese mucho gentío y no
tuviesen qué comer, llamando a sí a
los discípulos, díceles :
" Siento compasión de esta mu-
chedumbre, pues ya tres días per-
manecen conmigo y no tienen qué
comer ; 3 y si los despidiere ayunos
a sus casas, desfallecerán en el ca-
mino, y algunos de ellos han venido
de lejos.
4 Y le respondieron sus discípulos
que
— ¿ De dónde podrá uno aquí en la
soledad saciar a éstos de panes ?
6 Y les preguntaba :
— ¿ Cuántos panes tenéis ?
Ellos dijeron :
— Siete.
0 Y manda a la turba recostarse
en el suelo ; y tomando los siete pa-
nes, haciendo gracias, los partió, y
dábalos a sus discípulos para que se
los sirviesen ; y los sirvieron a la
turba. 7 Y tenían unos pocos pesca-
dillos, y Habiéndolos bendecido, di-
jo que también éstos los sirviesen.
8 Y comieron y se saciaron, y reco-
gieron las sobras de los pedazos,
siete espuertas. 9 Eran como unos
cuatro mil, y los despidió.
10 Y luego" subiendo en la barca
con sus discípulos, vino a la región
de Dalmanuta.
{.a señal del cielo. 8, 11-13
(=Mt. 16, 1-4)
11 Y salieron los fariseos y comen-
zaron a discutir con él, demandan-
do de El alguna señal procedente
del cielo, con ánimo de tentarle. 12 Y
gimiendo en su espíritu, dice :
— ¿ Para qué esa generación de-
manda una señal ? En verdad os di-
go, no se dará señal a esa genera-
ción.
" Y, dejados ellos, embarcando de
nuevo, se fué a la ribera opuesta.
25-29 jrs ya ciásica esta retorsión dialéctica de la cananea ; pero, más que i>or
la retorsión, el Señor se dejó concluin por la fe de la mujer.
S3-34 Esta especie de ceremonial parece tuvo por objeto inspirar la fe en e' sot-
domudo, que tal vez era gentil.
37 Todo lo hí hecho bien, o más literalmente, thermosamente lo ha hecho todo» :
hermosa síntesis de toda la vida de Jesús.
O 4 Es notable que a los discípulos, después de la primera multiplicación de los pa-
O nes, no se les ocurriera la posibilidad de repetirse el milagro. No eran milagreros.
Conclusión lógica es que no crearon ellos los milagros del Evangelio.
— 99 —
8 14-24
SAN MARCOS
8 25-32
El fermento de los fariseos. 8, 14-21
( = Mt. 16, 5-12)
M Y se olvidaron de tomar panes,
y no tenían consigo en la barca sino
un solo pan. 15 Y les prevenía di-
ciendo :
—Tened ojo y guardaos de la le-
vadura de los fariseos y de la leva-
dura de Herorles.
10 Y departían entre sí sobre que
no tenían panes. " Y advirtiéndolo
Jesús, les dice :
— ¿ A qué viene el departir entre
vosotros sobre que no tenéis panes ?
¿Todavía no reflexionáis ni enten-
déis ? ¿ Tenéis encallecido vuestro
corazón ? ls ¿ Teniendo ojos, no veis,
y teniendo oídos, no oís? ¿ Y no re-
cordáis, 18 cuando partí los cinco pa-
nes entre los cinco mil, cuántos ca-
nastos llenos de pedazos recogisteis?
Dícenle :
—Doce.
-" Y cuando los siete entre los cua-
tro mil, ¿ cuántas espuertas llenas de
pedazos recogisteis ?
Y dicen :
—Siete.
21 Y decíales :
— ¿No comprendéis todavía?
El ciego de Betsaida. 8, 22-26
" Y vienen a Betsaida. Y tráenle
un ciego, y le ruegan que le toque.
~~ Y tomando de la mano al ciego,
le sacó fuera de la aldea ; y habien-
do escupido en sus ojos, puestas sus
manos sobre él, le preguntaba :
— ¿ Yes algo ?
24 Y habiendo alzado los ojos, de-
cía :
— Veo los hombres... Me parecen
árboles... Los veo caminar.
25 Luego de nuevo puso las manos
sobre sus ojos, y distinguía los ob-
jetos, y quedó restablecido, y veía
de lejos claramente todas las cosas.
26 Y le despachó a su casa, diciendo:
— Que nó entres siquiera en el pue-
blo.
Confesión de Pedro. 8, 27-30
(=Mt. 16, 13-20 =Lc. 9, 18-21)
2Í Y salió Jesús y sus discípulos
hacia las aldeas de Cesárea de Fili-
po, v en el camino interrogaba a sus
discípulos, diciéndoles :
— ¿Quién dicen los hombres que
sov ?
* Ellos le contestaron diciendo que
— Juan el Bautista; y otros, Elias;
otros, que uno de los profetas.
29 Y El les preguntaba a ellos :
— Y vosotros, ¿quién decís que
soy ?
Respondiendo Pedro, le dice :
— Tú eres el Mesías.
30 Y les ordenó terminantemente
que a ninguno dijesen esto de El.
Primer anuncio de la pasión. 8, 31-
33 ( = Mt. 16, 21-23 =Lc. 9, 22)
" Y comenzó a enseñarles que el
Hijo del hombre tenía que padecer
muchas cosas y ser desechado por
los ancianos, y por los sumos sacer-
dotes, y por los escribas, y ser en-
tregado a la muerte, y a los tres días
resucitar. 82 Y les declaraba la cosa
abiertamente.
Y tomándole consigo Pedro, co-
15-n Merece reflexión el rudo contraste entre la espiritualidad del Maestro y la
materialidad, por no decir materialismo, de los discípulos. Tampoco el espiritualismo
del Evangelio pudo ser creación de esos pobres galileos.
23-25 Es gradual la curación, porque gradualmente se despertaba la fe en el ciego.
28 Para ir a su casa sin entrar en el pueblo, el ciego debía de tener su casa
fuera del pueblo.
27-40 Ha llegado el momento decisivo de manifestar abiertamente la mesianidad
de Jesús. Eos discípulos están ya preparados, y Pedro la proclama en nombre de
todos. San Marcos, mera transmisor de la predicación de Pedro, calla la promesa
del primado, porque Pedro modestamente la callaba.
81 Confesada la mesianidad de Jesús, era necesario despojar esta fe de las fanta-
sías mesiánicas que la desfiguraban. Para ello revela el Maestro a los atónitos dis-
cípulos el misterio de la cruz.
88 No concibe Pedro que tRey de los judíos» pueda ser el título de la cruz en
que muera el Mesías. Y tardará en comprenderlo.
— 100 —
8 33-9 6
SAN MARCOS
8 34-9 13
menzó a reconvenirle. 83 Mas El, vol-
viéndose y viendo a sus discípulos,
increpó a Pedro y dice :
— Vete de aquí, quítateme de de-
lante, Satanás, pues tus miras no son
las de Dios, sino las de. los hombres.
Necesidad de llevar la cruz. 8, 34-38 ;
9, 1 ( = Mt. 16, 2.1-28 =Lc. 9, 23-27)
31 Y llamando a sí la turba junto
con sus discípulos, (lijóles :
Si alguno quiere seguir en pos de mí,
niegúese a sí mismo y tome a cuestas su cruz, y sígame.
35 Porque quien quisiere poner a salvo su vida, la perderá ;
mas quien perdiere su vida por el Evangelio, la salvará.
3,5 Pues ¿qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero
y malograr su alma ?
37 Pues ¿ que podrá dar un hombre a cambio por recuperar su alma ?
3S Porque quien se avergonzare de mí y de mis palabras
en esa generación adúltera y pecadora,
también el Hijo del hombre se avergonzará de él
cuando viniere en la gloria de su Padre con los ángeles santos.
9' Y les decía :
— -En 'verdad os digo que hay all-
t;unos de los aquí presentes que no
gustarán la muerte sin que antes
vean el reino de Dios venido en po-
der.
Transfiguración de Jesús. 9, 2-13
( = Mt. 17, 1-13 =Lc. 9, 28-36)
3 Y seis días después toma consi-
go Jesús a Pedro y a Santiago y a
Juan, y sube con ellos solos aparte
a un monte elevado. Y se transfor-
mó delante de ellos ; 3 y sus vestidu-
ras se tornaron centelleantes, blan-
cas en extremo, cuales ningún ba-
tanero sobre la tierra es- capaz de
blanquearlas así. 4 Y aparecieron a
su vista Elias y Moisés, y estaban
conversando con Jesús. 6 Y tomando
Pedro la palabra, dice a Jesús :
— Rabí, linda cosa es estarnos aquí,
y vamos a hacer tres tiendas : una
para ti, una para Moisés y una para
Iílías.
" Porque no sabía qué decir, pues
quedaron fuera de sí por el espanto.
1 Y se formó una nube que los cu-
bría, y vino una voz de la nube :
— Este es mi Hijo querido ; escu-
chadle.
s Y súbitamente, echando una mi-
rada en derredor, a nadie ya vieron
sino a Jesús solo con ellos.
9 Y mientras bajaban del monte,
les previno Jesús que a nadie refi-
riesen las cosas que habían visto, si-
no cuando el Hijo del hombre hu-^
biera resucitado de entre los muer-
tos. 10 Y guardaron la cosa para sí.
Y se preguntaban qué era aquello de
resucitar de entre los muertos.
11 Y le preguntaban diciendo :
— ¿ Cómo dicen ¡os escribas que
Elias ha de venir primero ?
B El les dijo :
— Elias ciertamente, viniendo pri-
mero, restaurará todas las cosas; ¿y
cómo está escrito del Hijo del hom-
bre que ha de padecer muchas cosas
y ser menospreciado? 13 Pues, bien,
os digo que sí ha venido Elias y que
hicieron con él cuanto quisieron, se-
gún está escrito de él.
Propone el Maestro la «palabra de la cruz», síntesis de la auténtica espiritua-
lidad cristiana.
9> Estas palabras parecen un anuncio de la transfiguración.
M Linda cosa es estarnos aquí : Pedro no sabía lo que se decía, pero respiraba
por la llaga : le parecía más lindo gozar en el Tabor que padecer en el Calvario.
La voz del Padre : escuchadle, intima a Pedro, y a todos, que hay que escuchar
a Jesús no menos cuando habla de su cruz que cuando reyela su mesianidad.
10-13 En la cabeza de los discípulos había un enorme embrollo. Dos puntos espe-
cialmente les desconcertaban : la resurrección del Mesías y la venida previa de
Elias. El Maestro les dió a entender que Elias era Juan y que, como Juan, el Me-
sías también había de morir, pero que después resucitaría. La muerte del Mesías
era la clave de todo.
— 101 —
9 14-26
SAN MARCOS
9 27-37
/*.'/ niño lunático, 9, 14-29 ( = Mt. 17,
14-20 =Lc. 9, 37-43)
H Y en viniendo a los discípulos,
vió gran gentío en torno de ellos y
a unos escribas que discutían con
ellos. 15 Y al punto todo aquel gen-
tío, al verle, quedaron estupefactos,
y corriendo hacia El le saludaron.
" Y les preguntó :
— i Qué es lo que discutís con ellos ?
17 Y le respondió uno de entre la
turba :
— Maestro, traje a ti mi hijo, que
tiene un espíritu mudo, 18 y donde-
quiera que se apodera de él, le echa
por tierra, y echa espumarajos, y da
diente con diente, y se pone rígido ;
y dije a tus discípulos que lo lanza-
sen, y no pudieron.
19 El, respondiendo, les dijo :
— ¡Oh generación incrédula!, ¿has-
ta cuándo estaré con vosotros ? ¿ Has.
ta cuándo os soportaré ? Traédmele.
2U Y se lo trajeron. Y, cuando le
vió, al punto el espíritu le sacudió
violentamente, y cayendo en tierra
se revolcaba espumajeando. 21 Y pre-
guntó a su padre :
— ¿ Cuánto tiempo hace que comen,
.zó a estar así ?
* El le dijo :
— Desde la infancia ; 52 y muchas
veces le echó ya en el fuego, ya en
el agua, para hacerle perecer. Pero
si algo puedes, socórrenos, compade-
cido de nosotros.
23 Mas Jesús le dijo :
— ¿ Que «si puedes» ? Todo es po-
sible al que cree.
M Al punto el padre del niño a gri-
tos decía :
— Creo ; socorre a mi fe, aunque
sea poca.
31 Mas viendo Jesús que crecía el
concurso de la gente, habló con im-
perio al espíritu inmundo, dicién-
dole :
— Espíritu mudo y sordo, yo te lo
mando : sal de él, y no entres ya
más en él.
20 Y dando gritos y sacudiéndole
con extremada violencia, salió, y que-
dó el niño como muerto, de suerte
que los más decían que
— Ha muerto.
" Mas Jesús, tomándole de la ma-
no, lo levantó, y él se puso en pie.
" Y cuando hubo entrado en casa,
sus discípulos en particular le pre-
guntaban :
— ¿Cómo es que nosotros no pudi-
mos lanzarlo ?
28 Y les dijo :
— Ese linaje con nada puede salir,
si no es con oración y ayuno.
Segundo anuncio de la pasión. 9, 30-
32 ( = Mt. 17, 21-31 =Lc. 9, 44-45)
M Y saliendo de allí atravesaban
sin detenerse la Galilea, y no quería
que nadie lo supiese ; 31 porque ins-
truía a sus discípulos y les decía que
— El Hijo del hombre va a ser en-
tregado en manos de los hombres, y
le matarán ; y después de muerto, a
los tres días resucitará.
32 Ellos no entendían tales pala-
?.>ras, y tenían miedo de preguntarle.
Quién es el mayor. 9, 33-37
( = Mt. 18, 1-5 =Lc. 9, 46-48)
33 Y llegan a Cafarnaúm. Y una
vez en casa les preguntaba :
— ¿Sobre qué altercabais en el ca-
mino ?
34 Ellos callaban. Es que en el ca-
mino habían altercado unos con otros
sobre quién era el mayor. 33 Y ha-
biendo tomado asiento, llamó a los
Doce, y les dice :
— Si alguno quiere ser el primero,
ha de ser el último de todos y cria-
do de todos.
86 Y tomando un niño lo puso , en
medio de ellos, y habiéndole abra-
zado les dijo :
31 — Quien a uno de semejantes ni-
ños recibiere en mi nombre, a mí
me recibe ; y quien me recibe a mí,
no me recibe a mí, sino al que me
envió.
30 La exacta coincidencia de esta indicación con Jn. 7, 1, parece dar a entcndti
que el Señor se dirigía a Jerusalén para la fiesta de los Tabernáculos.
" Parece que el Señor vuelve de la fiesta de los Tabernáculos.
— 102 —
9 38-1Q3
SAN MARCOS
9 4«-10 12
El exorcista extraño, g, 38-41
( = Lc. g, 49-50)
2" Díjole Juan :
— Maestro, vimos a uno, que no
anda con nosotros, lanzar demonios
en tu nombre, y se lo estorbamos.
30 Mas Jesús dijo :
— No se lo estorbéis, pues no ha-
brá nadie que obre un milagro en
mi nombre, y puede en seguida ha-
blar mal de mí. 40 Pues quien no es-
tá contra nosotros, con nosotros es-
tá. " Y quien os diere de beber un
vaso de agua a título de ser vosotros
de Cristo, en verdad os digo que no
perderá su galardón.
Contra el escándalo. 9, 42-50 ( = Mt. 18, 6-9)
'- Y quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí,
más vale que le cuelguen al cuello una muela de tahona y lo echen al mar.
43 Y si te escandalizare tu mano, córtala :
más vale que entres manco en la vida
que con las dos manos irte a la gehena, al fuego inextinguible,
donde «su gusano no muere y su fuego no se extingue» (Is. 63, 24).
44 Y si tu pie te escandalizare, córtalo:
46 más vale que entres cojo en la vida,
que con los dos pies ser arrojado en la gehena,
donde «su gusano no muere y su fuego no se extingue» (Is. 63, 24).
" Y si tu ojo te escandalizare, sácalo:
17 más vale que con un ojo entres en el reino de Dios
que no con dos ojos ser arrojado a la gehena,
■ donde «su gusano no muere y su fuego no se extingue» (Is. 63, 24).
45 Porque todos serán salados con
el_ fuego, y toda víctima con sal se-
rá salada. 60 Buena ,es la sal ; mas
si la sal se desalare, ¿con qué la sa-
zonaréis ? Tened en vosotros sal, y
estad en paz unos con otros.
Indisolubilidad del matrimonio. 10,
1-12 ( = Mt. 19, 1-12)
"i f\ 1 Y levantándose de allí, se va
íyj a los confines de ila Judea y
allende el Jordán, y de nuevo se le
juntan muchedumbres en el cami-
no, y, como solía, de nuevo los en-
señaba.
1 Y acercándose unos fariseos, le
preguntaban con ánimo de tentarle :
— ¿Si es lícito al marido repudiar
a su mujer ?
'J El, respondiendo, les dijo :
— ¿ Qué os mandó Moisés ?
* Ellos dijeron :
— Moisés permitió escribir libelo de
divorcio y repudiar (Dt. 24, 1).
6 Mas Jesús les dijo :
— -En razón de vuestra dureza de
corazón os escribió este precepto .
6 Mas desde el principio de la crea-
ción «varón y hembra los hizo ; 1 por
causa de esto dejará el hombre su
padre y madre, 8 y se harán los dos
una sola carne» (Gén. 2, 24). Así que
ya no son dos, sino una carne. * Lo
que Dios, pues, juntó, el hombre no
lo separe.
10 Y en llegando a casa de nuevo,
los discípulos le interrogaban acer-
ca de esto. 11 Y les dice :
— Quien repudiare a su mujer y
se casare con otra, comete adulterio
contra la primera.; 12 y si la mujer
repudiare a su marido y se casare
con otro, comete adulterio.
La mayoría de los códices griegos, a una con la Vulgata, después de loa
43 y 45 añaden, y probablemente con razón, el texto de Isaías citado en el v. 48.
Con esto el ritmo de la frase resulta más impresionante
■J^Q 1 Saliendo de su retiro de Efrén, el Señor se dirige
Jerusalén para celebrar
— 103 —
10 13-23
SAN MARCOS
10 24-32
Jesús y los niños, io, 13-16 ( = Mt. 19,
13-15 =Lc. 18, 15-17)
13 Y le presentaban unos niños para
que los tocase ; pero los discípulos
reñían a los que los traían. " Vién-
dolo Jesús, se enojó y les dijo :
— Dejad a los niños que vengan a
mí, no se lo estorbéis ; pues de los
tales es el reino de Dios. 15 En ver-
dad os digo, quien no reciba el reino
de Dios como niño, no entrará en él.
18 Y después de abrazarlos los ben-
decía poniendo las manos sobre ellos.
El joven rico. 10, 17-22 ( = Mt. 19,
16-22 =Lc. 18, 18-23)
,: Y cuando salía para proseguir su
camino, corriendo uno hacia él y
arrodillándose, le preguntaba :
— Maestro bueno, ¿ qué he de ha-
cer para poseer la vida eterna ?
18 Jesús le dijo :
— ¿ A qué me llamas bueno ? Na-
die es bueno sino sólo Dios. 10 Cono-
ces los mandamientos : «No mates,
no adulteres, no robes, no des falso
testimonio, no defraudes, honra a tu
padre v a tu madre» (Ex. 20, 13-16 ;
Dt. 5, "17-20).
20 El, respondiendo, dijo :
— Maestro, todas estas cosas las
guardé desde mi juventud.
a Jesús, fijando en él la mirada, le
amó, y le dijo :
— Una cosa te falta : anda, vende
cuanto tienes y dalo a los pobres, y
poseerás un tesoro en el cielo, y
vuelto acá, sigúeme, cargando con
la cruz.
22 El, frunciendo el ceño a estas
palabras, se marchó malhumorado,
porque era persona que poseía mu-
chos bienes.
Peligros de la riqueza. 10, 23-27
( = Mt. 19, 23-26 =Lc. 18, 24-27)
ra y echando en torno una mirada,
dice Jesús a sus discípulos :
— ¡Cuán difícilmente los que po-
sean riquezas entrarán en el reino
de Dios !
24 Los discípulos se asombraban al
oír estas palabras. Mas Jesús, to-
mando de nuevo la palabra, les dice:
— Hijos, ¡ cuán difícil es que los
que tienen puesta su confianza en las
riquezas^ entren en el reino de Dios!
25 Más fácil es pasar un camello por
el ojo de la aguja que entrar un ri-
co en el reino de Dios.
26 Ellos más y más se pasmaban,
diciéndose entre sí :
— ¿ Y quién podrá salvarse ?
27 Fijando en ellos su mirada, dí-
celes Jesús :
— Para los hombres, imposible, mas
no para Dios : que todo es posible
para Dios.
Calardón de la pobreza. 10, 28-31
( = Mt. 19, 27-30 =Lc. 18, 28-30)
25 Pedro comenzó a decirle :
— Nosotros ya ves que hemos de-
jado todas las cosas y te hemos se-
guido a ti.
28 Dijo Jesús :
— En verdad os digo, nadie hay
que dejó casa, o hermanos, o herma-
nas, o madre, o padre, o hijos, o
campos por causa de mí y por causa
del Evangelio, 3U que no reciba el
cien doblado ahora en este tiempo,
casas, y hermanos, y hermanas, y
madres, e hijos, y campos, junto con
persecuciones, y en el siglo venide-
ro vida eterna. 31 Y muchos primeros
serán postreros, y los postreros pri-
meros.
S'itevo anuncio de la pasión. 10, 32-34
( = Mt. 20, 17-19 =Lc. 18, 31-34)
Iban su camino subiendo a Jeru-
salén, y Jesús marchaba delante de
ellos, y se asombraban, y ellos le se-
guían, pero tenían miedo. Y toman-
18 Jesús, poniéndose en el orden de ideas del que le interpela, rehusa la alabanza
de bueno, como hombre. Si semejante alabanza le corresponde como a Dios, aquí
ni lo afirma ni lo niesa ¡ en otras ocasiones lo dijo.
»*> Todo este pasaje es un comentario de aquella doble sentencia del misino
Maestro: tUienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios...; ¡Ay
de vosotros los ricos, porque os tenéis vuestra consolación!» (Le. 6, 20, 24).
— 104 —
10 33-41
SAN MARCOS
10 42"52
do consigo .le nuevo a los Doce,
comenzó a decirles lo que iba a su-
cederle :
33 — Porque mirad, subimos a Jeru-
salén, y el Hijo del hombre será en-
tregado a los sumos sacerdotes y a
losescribas, y le condenarán a muer-
te, y le entregarán a los gentiles,
34 y le escarnecerán, y le escupirán,
v le azotarán, y matarán, y tres días
después resucitará.
Ambición de Santiago y Juan, io, 35-
40 ( = Mt. 20, 20-23)
a Y se vienen a él Santiago y Juan,
los hijos de Zebedeo, y le dicen :
—Maestro, queremos que hagas con
nosotros lo que te pidiéremos.
36 El les dijo :
— ¿Qué queréis que haga yo con
vosotros í
31 Ellos le dijeron :
— Otórganos que, uno a tu diestra
y uno a tu izquierda, nos sentemos
en tu gloria.
38 Mas Jesús les dijo :
— No sabéis qué cosa pedís. ¿Po-
déis beber el cáliz que yo bebo o ser
bautizados con el bautismo con que
yo soy bautizado ?
33 Ellos le dijeron :
— Podemos.
Mas Jesús les dijo :
— El cáliz que yo bebo, beberéis,
y con el bautismo con que yo soy
bautizado seréis bautizados ; 40 mas
el sentarse a mi diestra o a mi iz-
quierda no es incumbencia mía otor-
garlo, sino que es para quienes está
preparado.
Indignación de los demás apóstoles.
10, 41-45 ( = Mt. 20, 24-28)
a Y como oyeron esto los diez, co-
menzaron a enojarse con Santiago y
Juan.
42 Y llamándolos a sí Jesús, les dice :
— Sabéis que los que figuran co-
mo jefes de las naciones los tratan
despóticamente, y los grandes entre
ellos abusan contra ellos de su au-
toridad. 43 No es así entre vosotros ;
antes el que quisiere hacerse gran-
de entre vosotros, será vuestro ser-
vidor ; 44 y el que quisiere entre vos-
otros ser primero, será esclavo de
todos, 45 puesto que el Hijo del hom-
bre no vino a ser servido, sino a
servir y a dar su vida como rescate
Dor muchos.
El ciego de Jericó. 10, 46-52
( = Mt. 20, 29-34 =Lc. 18, 35-43)
46 Y Hegan a Jericó. Y al salir de
Jericó él y sus discípulos y una tur-
ba considerable, el hijo de Timeo,
Bartimeo, un ciego mendigo, estaba
sentado a la vera del camino. 47 Y
cuando oyó decir que era Jesús el
Nazareno, comenzó a dar gritos y
decir :
— Hijo de David, ten compasión de
mí.
48 Y le increpaban muchos para que
ae callase. Pero él gritaba mucho
más :
— Hijo de David, ten compasión de
mí.
49 Y deteniéndose Jesús, dijo :
—Llamadle.
Y llaman al ciego, diciéndole :
— Buen ánimo, levántate, te llama.
w El, tirando de sí la capa, levan-
tándose de un salto, se vino a Je-
sús.
61 Y dirigiéndose a él, dijo Jesús :
— ¿ Qué quieres que haga contigo ?
El ciego le dijo :
— Rabbuní, que yo recobre la vista.
" Y Jesús le dijo :
— 'Anda, tu fe te ha salvado.
Y al instante recobró la vista, v
le seguía en el camino.
58-10 Después del patético anuncio de la pasión parece inconcebible la presunción
fie los dos chijos del trueno», que, no contentos con ser de los predilectos, no sufren
les sea antepuesto Pedro. Contra semejante ambición se revuelven los otros diez,
y no por sobra de humildad. Tales eran aún los discípulos, después de estar tres
años en la escuela del que era «manso y humilde de Corazón».
15 A dar su VIDA COMO rescate por [los] muchos: expresión significativa, que nos
revela el gran misterio de la redención humana.
— 105 —
11 1-15
SAN MARCOS
11 4-20
Entrada triunfal en Jerusalén. u, i-
ii (=Mt. 2i, i-ii ; 14-17 = Lc. ig,
29-40 =Jn. 12, 12.19)
i i 1 Y cuando llegan cerca de Je-
í A rusalén y de Betania, junto al
monte de los' Olivos, envía dos de
sus discípulos, 2 y les dice :
— Id a la aldea que está frente a
vosotros, y luego que entréis en ella
hallaréis un pollino atado, sobre el
cual ningún hombre jamás se sen-
tó ; desatadle y traedle. 3 Y si al-
guien os dijere : «¿ Por qué hacéis
eso?», decid: «El Señor tiene ne-
cesidad de él, y luego lo hace traer
de nuevo acá.»
4 Y fueron y hallaron un pollino
atado junto a la puerta, fuera en el
camino que daba la vuelta, y lo des-
atan. 6 Y algunos de los allí presen-
tes les decían :
— ¿Qué hacéis con desatar el po-
llino ?
6 Ellos les dijeron según que Je-
sús les había dicho, y les dejaron
hacer. ' Y traen el pollino a Jesús,
y le echan encima sus mantos, y
montó en él. 8 Y muchos tendieron
sus mantos en el camino, y otros fo-
llaje, cortado de los campos. 0 Y tan-
to los que precedían como los que
seguían clamaban :
¡ Hosanna !
¡ Bendito el que viene en el nombre del Señor !
10 ¡ Bendito el reino, que viene, de nuestro padre David
¡ Hosanna en las supremas alturas !
" Y entró en Jerusalén en el tem-
plo, y echando en torno una mirada
sobre todo, como fuese ya tardía la
hora, salió para Betania con los Doce.
La higncra maldita, u,
( = Mt. 21, 18-19)
J: Y al otro día, salidos de Beta-
nia, tuvo hambre. 13 Y viendo de le-
jos una higuera que tenía hojas, fué
allá por si acaso hallaba en ella al-
guna cosa ; y llegado a ella, nada
halló sino hojas, porque no era el
tiempo de higos. 14 Y tomando la pa-
labra le dijo : «¡No más para siem-
pre coma nadie fruto de ti !» Y lo
estaban oyendo sus discípulos.
Los mercaderes echados del templo.
11, 15-19 ( = Mt. 2i, 12-13 =Lc. 19,
45-48)
echar de allí a los que vendían y a
los que compraban en el templo y
volcó las mesas de los cambistas y
las sillas de los que vendían las pa-
lomas, 16 }' no consentía que nadie
trasladase objeto alguno pasando por
el templo; " y ensenaba y les decía :
— ¿Es que no está escrito que «Mi
casa será llamada casa de oración
para todas las gentes»? (Is. 56, 7).
Mas vosotros la habéis hecho «cue-
va de ladrones» (Jer. 7, 11).
18 Y lo oyeron los sumos sacerdo-
tes y los escribas, y buscaban ma-
nera como acabar con él ; porque le
tenían miedo, pues todo el pueblo
andaba asombrado de su enseñanza.
19 Y cuando se hizo tarde, se salía
fuera de la ciudad.
Eficacia de la je
( = Mt. 21, :
16 Y llegan a Jerusalén. Y hablen- M Y al pasar por allí, a la madru-
do entrado en el templo, comenzó a gada, vieron que la higuera se había
"1 "I 7-11 Jesús consiente, finalmente, en ser aclamado rey, cuando su realeza va a ser
*- la causa de su muerte y el título de su cruz. El Mesías había de reinar redi-
miendo a los hombres con la muerte de cruz. Su crucifixión debía ser su entronización.
La maldición de la higuera es una parábola en acción. En este sentido
es indiferente que el tiempo no fuese de higos. Lo sustancial era un árbol con hojas
prometedoras y sin fruto : imagen del judaismo, que en la higuera estéril era objeto
de maldición.
^J» I-as numerosas notas locales, cronológicas y personales en que está encuadrada
esta expulsión de los profanadores del templo hace imposible su identificación con
la narrada por San Juan (2, 13-12).
11 21-31
SAN" MARCOS
11 32-12 11
secado desde las raíces :l Y acordán-
dose Pedro, le dice :
— Rabí, mira ; la higuera que mal-
dijiste se ha secado.
= Y respondiendo Jesús, les dice :
—Tened fe de Dios. 13 En verdad
os digo que quien dijere a este mon-
te : «Quítate de ahí y échate en el
mar», y no titubeare en su corazón,
sino que tuviere fe de que lo que
dice se hace, lo alcanzará. •* Por es-
to os digo : Todo cuanto roeáis y
pedís, creed que lo habéis recibido,
y lo alcanzaréis.
Perdón de las ofensas, u, 25-26
■ Y cuando estáis en pie orando,
perdonad, si algo tenéis contra algu-
no, para que también vuestro Padre,
que está en los cielos, os perdone
vuestros pecados. " Pero si vosotros
no perdonáis, tampoco vuestro Pa-
dre, que está en los cielos, perdona-
rá vuestros pecados.
Los poderes de Jesús. 11, 27-33
(=Mt. 2i, 23-27 =Lc. 20, 1-8)
" Y llegan de nuevo a Jerusalén.
Y en el templo, estando él pasean-
do, vienen a él los sumos sacerdo-
tes y los escribas y los ancianos, a y
le decían :
— ¿ Con qué potestad haces esas co-
sas ? ¿ O quién te dió esa potestad de
hacerlas ?
38 Jesús les dijo :
— Os preguntare una cosa, y res-
pondedme, y os diré con qué potes-
tad hago estas cosas. " El bautismo
de Juan, ¿era del cielo o de los hom-
bres ? Respondedme.
51 Y discurrían consigo, diciendo :
«¿ Qué vamos a decir ? Si dijéremos :
Del cielo, dirá : ¿ Por qué. pues, no
le creísteis? "Pero... ¿vamos a de-
cir : De los hombres ?»
Tenían miedo al pueblo, porque
todos tenían a Juan como que real-
mente era profeta. 53 Y respondien-
do, dicen a Jesús :
— No lo sabemos.
Y Jesús les dice :
— Tampoco yo os digo con qué po-
testad hago estas cosas.
Parábola de los pérfidos viñadores.
12, 1-12 (=Mt. 2i, 33-46
= Lc. 20, 9-19)
-| 9 1 Y comenzó a hablarles en
J-¿< parábolas.
Una viña plantó un hombre, v la
rodeó con una cerca, y cavó un la-
gar, y edificó una torre (Is. 5, 1-2',
y la arrendó a unos labradores, y se
ausentó de aquel país. 2 Y envió a
los labradores a su tiempo un sier-
vo, para que recibiese de los labra-
dores su tanto de los frutos de la
viña ; 3 y cogiéndole le maltrataron
a golpes y le despidieron con las ma-
nos vacías. 4 Y de nuevo envió a ellos
otro siervo, y también a éste desca-
labraron y ultrajaron. 5 Y envió otro :
también a éste mataron. Y muchos
otros : de los cuales a unos golpean,
a otros matan. 6 Todavía uno tenía,
su hijo querido ; envióle el último a
ellos, diciendo : «Respetarán a mi
hijo.» 7 Mas aquellos labradores se
dijeron entre sí : «Este es el here-
dero ; venid, matémosle, y nuestra
será la herencia.» 8 Y asiendo de él
lo mataron y lo echaron fuera de la
viña. 8 ¿Qué hará, pues, el dueño de
la viña ? Yendrá y hará perecer n
los labradores y entregará su viña
a otros. 10 ¿Nunca leísteis esta escri-
tura (Sal. 117, 22-23) :
La piedra que reprobaron los constructores,
ésta vino a ser piedra angular.
" Por obra del Señor se hizo esto,
3' es maravilloso a nuestros ojos ?
-i O -i: Esta parábola es terriblemente diáfana. Sin que el Maestro la declarase, la
entendieron perfectamente los interesados. Su significación coincide sustancial-
mente con 1a de la higuera maldita, que es como su preludio.
— 107 —
12 12-!9
SAN MARCOS
12 20-32
" Y buscaban manera de apoderar-
se de él, y temieron a la turba, por-
que entendieron que por ellos había
dicho la parábola. Y dejándole, se
fueron.
El tributo del Cesar. 12, 13-17
(=Mt. 22, 15-22 =Lc. 20, 20-26)
" Y envían a él algunos de los fa-
riseos y de los herodianos con el fin
de cogerle en palabras. " Y vinien-
do le dicen :
— Maestro, sabemos que eres veraz
y no te importa de nadie ; porque
no eres aceptador de personas, sino
que enseñas el camino de Dios en
verdad.. ¿Es lícito dar tributo a Cé-
sar o no ? ¿ Lo damos o no lo da-
mos ?
" El, conociendo su bellaquería, les
dijo :
— ¿Por qué me tentáis? Traedme
un denario para que lo vea.
10 Ellos se lo trajeron. Y les dice :
— ¿ De quién es esta imagen o ins-
cripción ?
Ellos dijeron :
— De César.
" Jesús, respondiendo, les dijo :
— Lo eme es de César restituidlo a
César, y lo que es de Dios a Dios.
Y se maravillaban de él.
La resurrección. 12, 18-27 ( = Mt. 22,
23-23 =Lc. 20, 27-40)
u Y vienen a él unos saduceos, esos
que dicen no haber resurrección, y
le preguntaban diciendo :
19 Maestro, Moisés nos dejó escrito
que «Si el hermano de uno muriere
y dejare mujer sin dejar hijo, que
tome su hermano la mujer y suscite
prole a su hermano» (Dt. 2.5, 5-6).
10 Siete hermanos había : y el pri-
mero tomó mujer, y al morir no de-
jó descendencia ; 21 y el segundo la
tomó, y murió sin dejar descenden-
cia, y el tercero lo mismo ; 22 y loa
siete no dejaron descendencia. Pos-
teriormente a todos también la mu-
jer murió. 23 En la resurrección, cuan-
do resucitaren, ¿ de quién de ellos
será mujer ? Porque los siete la tu-
vieron por mujer.
24 Díjoles Jesús :
— ¿No andaréis errados, por no co-
nocer las Escrituras ni el poder de
Dios ? 25 Pues cuando resuciten de
entre los muertos, no se casan ni
ellos ni ellas, sino que son como án-
geles en los cielos. 26 Y acerca de
los muertos, de que resucitan, ¿ no
leísteis en el libro de Moisés en I.a
zarza, cómo le habló Dios, diciendo:
«Yo el Dios de Abraham, y el Dios de
Isaac, y el Dios de Jacob»? (Ex. 3,
6). 27 No es Dios de muertos, sino
de vivos. Muy errados andáis.
El gran mandamiento. 12, 28-34
(=Mt. 22, 34-40)
28 Y llegándose uno de los escribas,
que les había oído discutir, viendo
que les había contestado muy bien,
le preguntó :
— ¿Cuál es el mandamiento prime-
ro de todos ?
20 Respondió Jesús que
— El primero es : «Escucha, Israel ;
el Señor, nuestro Dios, es un solo
Señor, 50 y amarás ail Señor Dios tu-
yo con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente, v con
toda tu fuerza» (Dt. 6, 4-5). n Él se
gundo es éste : «Amarás a tu próji-
mo como a ti mismo» (Lev. ig, 18).
Mayor que éstos otro mandamiento
no le hay.
f2Y le" dijo el escriba :
— Muy bien, Maestro, con verdad
dijiste que «Uno es, y no hay otro
el axioma fundamenta) y
.'eos pretendían probar que
i que el Maestro les iba a
:ontrincantes los fariseos,
se habla de la zarza desde
" Esta maravillosa sentencia del divino Ma
principio fecundísimo de la política cristiana.
ls*-a Este era el argumento Aquiles, con que
no habría resurrección. No se esperaban los ai
dar una solución, cual nunca habían sabido dar
M La zarza es el título del pasaje del Exodo
la cual habló Dios a Moisés (3, 3-6).
— 108 —
12 33-13 2
SAN MARCOS
12 35-13 4
fuera de él» ; " y el «amarle con tok
do el corazón, y con toda la inteli-
gencia, y con toda la fuerza», y el
«amar al prójimo como a sí mismo»,
vale más que todos los holocaustos
v sacrificios.
m Y Jesús, viendo que había res-
pondido sensatamente, díjole :
—No andas lejos del reino de Dios.
Y nadie ya osaba interrogarle
El Hijo de David. 12, 35-37
( = Mt. 22, 41-46 =Lc. 20, 41-44)
33 Y tomando Jesús la mano, de-
cía, mientras estaba enseñando en el
templo :
— ; Cómo dicen los escribas que el
.Mesías es hijo de David ? 30 El mis
mo David dijo, movido del Espíritu
Santo (Sal. 109, 1) :
Dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga tus enemigos como escabel de tus pies.»
3; El mismo David le dice Señor,
l v de dónde es hijo suyo ?
Y la turba, que era numerosa, le
escuchaba con gusto.
invectiva contra los escribas. 12, 38-
40 (=Mt. 23, 1-7 =Lc. 20, 45-47)
" Y en su enseñanza decía :
— Guardaos de los escribas, que
gustan de pasearse con su amplio ro.
paje y de ser saludados en las pla-
zas, 3S y de los primeros asientos en
las sinagogas y de los primeros pues-
tos en las cenas ; 40 que devoran las
casas de las viudas, y por afectación
recitan largas oraciones : ésos reci-
birán rigoros.'. sentencia.
El cornadillo de la viuda. 12, 41-44
( = Lc. 2i, 1-4)
41 Y habiéndose sentado frente al
gazofilacio, miraba atentamente có-
mo la gente iba echando moneda-
de cobre en el gazofilacio ; y muchos
ricos echaban mucho ; ,J y llegando
una viuda pobre, echó dos ochavos,
que hacen un cuarto. ** Y llamando
a sí sus discípulos, les dijo :
— En verdad os digo que esa viu-
da pobre echó más que todos los que
echan en el gazofilacio ; 4J porque to-
dos los demás echaron de lo que les
sobraba, ella, empero, de su indi-
gencia echó cuanto tenía, todo el sus-
tento de su vida.
Apocalipsis sinóptica
Ocasión de la profecía. 13, 1-4
( = Mt. 24, 1-3 =Lc. 21, 5-7)
i o 1 Y cuando él salía del templo,
dícele uno de sus discípulos :
— Maestro, mira qué tales piedras
y qué tales construcciones.
* Y Jesús le dijo :
— ¿ Yes esas grandes construccio-
nes ? No va a quedar piedra sobre
piedra que no sea derruida.
3 Y como, llegado al monte de los
Olivos, se hubiera sentado frente a
frtnte del templo, le preguntaba en
particular Pedro, y con él Santiago,
Juan y Andrés :
4 — Dinos': ¿cuándo será eso, y
cuál la señal, cuando todas esas co-
sas estén para cumplirse ?
*• Hos verdades enseña aquí el Maestro : la inspiración divina de las Escrituras
y e¡ carácter mesiánico del salmo 109.
1 O 1-37 Pítra la inteligencia de este discurso, que había sido denominado Apocalipsis
sinóptica, hay que tener presente su doble tema y su singular estructura litera-
ria. El doble tema es la destrucción de Jerusalén y la parusía. Lo singular de la estruc-
tura es que desarrolla los dos temas alternativamente: primero, las señales pre-
cursoras y el hecho mismo Í5-20, 21-27) ; luego, el tiempo de cada uno de los dos
acontecimientos (28-31, 32-37).
— 109 —
13 5-22
SAN MARCOS
13 5-22
Señales de la destrucción del templo. 13, 5-13 ( = Mt. 24, 4-14 = Lc. 21,8-19)
b Jesús comenzó a decirles :
Mirad que nadie os seduzca.
" Muchos vendrán en mi nombre diciendo que «Yo soy»,
y a muchos seducirán.
5 Y cuando oyereis guerras y noticias de batallas, no os alarméis:
asi tiene que suceder, mas ño es todavía el fin.
* Porque se levantará raza contra raza y reino contra reino ;
habrá terremotos por diferentes lugares, habrá hambres:
principio de los grandes dolores serán estas cosas.
" ¡ Ojo con vosotros mismos ! Os entregarán a los sanhedrines,
y, llevados a las sinagogas, seréis azotados,
y compareceréis ante los gobernadores y reyes por causa de mí
para dar testimonio ante ellos.
'"Y primero tiene que ser predicado el Evangelio a todas las gentes.
u Y cuando os condujeren para entregaros, no andéis preocupados
pensando de antemano qué habréis de hablar;
sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad ;
cjue no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
Y entregará para la muerte el hermano al hermano y el padre al hijo,
y se levantarán hijos contra padres y les darán la muerte;
13 y seréis aborrecidos de todos a causa de mi nombre ;
nías el que fuera constante hasta el fin, éste se salvará.
Destrucción de ferusalén. 13, 14-20 (=Mt. 2}, 15-22 =Lc. 21, 20-24)
" Y cuando viereis la abominación del asolamiento (Dan. 9, : ¡ ; 12, 11)
estar donde no debía — el que lee, entienda — ,
entonces los que estén en la Judea huyan a los montes
13 v el que esté en la azotea no baje
ni entre para tomar algo de su casa,
" y el que hubiere ido al campo
no torne atrás para tomar su manto.
" ¡ A y deVas mujeres que estén encintas
" Rogad que no sea en invierno;
porque serán aquellos días tal tribulación
cual no ha habido semejante
desde el principio de la creación, que Dios creó,
hasta ahora, ni la habrá.
"Y si no acortara el Señor esos días,
110 se salvara hombre viviente ;
mas en atención a los elegidos, que se eligió, acortó esos días.
Señales del fin del mundo. 13, 21-25 ( = Mt. 24, 23-29 =Lc. 21, 25-26)
" Y entonces si alguno os dijere:
«Mira, aquí está el Mesías», o «allí está», no lo creáis.
22 Pues se levantarán falsos Mesías y falsos profetas,
y obrarán señales y portentos,
m La abominación de la desolación : parece referirse a las horrendas profanacio-
nes del templo en los últimos días de Jerusalén. || El que lee: es una advertencia
del Maestro al o,ue lea la profecía de Daniel n, 27; ra, it.
— IIO —
13 23-37
SAN MARCOS
13 23-37
en razón de seducir, si posible fuera, a los elegidos.
a Vosotros andad alerta: de antemano os lo he dicho todo.
" Mas en aquellos días, después de aquella tribulación,
el sol se entenebrecerá y la luna no dará su esplendor,
M y las estrellas irán cayendo del cielo,
y las fuerzas que están en los cielos se tambalearán.
El advenimiento del Hijo del hombre. 13, 26-27
( = Mt. 24, 30-31 =Lc. 2i, 27)
36 Y entonces verán al Hijo del hombre
viniendo en las nubes con gran poderío y gloria.
37 Y entonces enviará los ángeles,
y congregará los escogidos de los cuatro vientos
desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
Tiempo de la destrucción de Jerusale'n. 13, 28-31
(=Mt. 24, 32-35 =Lc. 2, 28-39)
38 De la higuera aprended esta parábola.
Cuando ya sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas,
conocéis que está cerca el verano :
29 así también vosotros, cuando viereis realizarse estas cosas,
conoced que está cerca, a las puertas.
30 En verdad os digo que no pasará esta generación
sin que todas estas cosas se hayan realizado.
81 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Tiempo del advenimiento de Cristo. 13, 32-37
( = Mt. 24, 36-51 =Lc. 2i, 34-36)
33 Lo que toca a aquel día y aquella hora nadie lo sabe,
ni los ángeles en el cielo ni el Hijo, si no es el Padre.
33 Estad alerta, velad ; pues no sabéis cuándo es el tiempo.
34 Es como un hombre que, emprendiendo un viaje, dejó su casa
y lo puso todo en manos de sus siervos,
señalando a cada cual su labor,
y al portero ordenó que velase.
3(5 Velad, pues, porque no sabéis cuándo va a venir el dueño de la casa,
si a primeras horas de la noche, o a la media noche,
o al canto del gallo, o a la madrugada;
38 no sea que, llegando de improviso, os halle durmiendo.
37 Y ¡lo que a vosotros digo, a todos lo digo : velad.
32 Cristo, aun como hombre, conocía aquel día, pero no podía revelarlo a los
hombres ; como un sacerdote, que, interrogado sobre algo que sólo conoce en secreto
de confesión, puede afirmar que lo ignora.
83-31 Todo este discurso, más que una satisfacción de la curiosidad, es una ex-
hortación a la vigilancia.
14 1-12
SAN MARCOS
14 4-16
El sanhedrín decreta la muerte de
Jesús. 14, 1-2 ( = Mt. 26, 3-5
= Lc. 22, 1-2)
"I A 1 Era la Pascua y los Azimos
x^ de allí a dos días. Y andaban
los sumos sacerdotes y los escribas
buscando manera cómo prenderle
con astucia para matarle. 2 Porque
decían : «No durante la fiesta, no
sea caso que se arme tumulto del
puebllo.»
María unge al Sefwr. 14, 3-9
( = Mt. 26, 6-13 =Jn. 12, 1-8)
Y estando él en Betania, en casa
de Simón el leproso, mientras estu-
,ba a la mesa, vino una mujer lle-
gando un frasco de alabastro lleno
de perfume de nardo legítimo de su-
,bido precio ; quebrando el alabastro,
lo derramó sobre su cabeza. ' Había
allí algunos que, llevándolo pesada-
mente, decían entre sí :
— ¿ A qué viene ese despilfarro del
perfume ? 3 Porque podía este períu-
me haberse vendido por más de tres
.cientos denarios y darse a los po-
bres.
Y trinaban contra ella. * Mas Je-
sús dijo :
Dejadla en paz; ¿por qué la molestáis?
Buena obra es la que ha hecho conmigo.
7 Pues a los pobres siempre los tenéis con vosotros,
y siempre que quisiereis les podéis hacer bien;
mas a mí no siempre me tenéis.
8 Lo que tuvo en su mano, hizo :
se adelantó a perfumar mi cuerpo para la sepultura.
" En verdad os digo,
dondequiera que fuere predicado el Evangelio por todo el mundo,
se hablará también de lo que ésta hizo, para memoria saya.
Judas se ofrece a entregar a Jesús.
14, ro-n (=Mt. 26, 14-16
= Lc. 22, 3-6)
10 Y Judas Iscariote, uno de los
Doce, se fué a los sumos sacerdotes
para entregárselo. u Ellos, como lo
oyeron, se alegraron, y le prometie-
ron darle dinero. Y andaba buscan-
do manera cómo entregarle en al-
guna buena coyuntura.
P re paral ¡eos de la cena pascual. 14,
12-16 ( = Mt. 26, 17-19 =Lc. 22, 7-13)
12 Y el día primero de los Azimos,
cuando sacrificaban la Pascua, dícen-
le sus discípulos :
— ¿ Adonde quieres que vayamos a
prepararte lo necesario para comer
la Pascua ?
13 Y envía dos de sus discípulos y
les dice :
— Id a la ciudad, y os saldrá al
encuentro un hombre llevando un
cántaro de agua ; id tras él ; "y don-
dequiera que entrare, decid al amo
de casa que «El Maestro dice : ¿ Dón-
de está mi estancia, en que coma la
Pascua con mis discípulos ?» 15 Y él
os mostrará una sala superior, gran-
de, provista de mesas y divanes, a
punto ya. Y allí preparadnos lo ne-
cesario.
16 Y salieron los discípulos y se
fueron a la ciudad, y lo hallaron
como él les había dicho, y prepa-
raron la Pascua.
■J A M Este hecho, acaecido unos días antes, se refiere en este lugar por haber dado
ocasión a la traición de Judas.
a Una mujer : María, la hermana de Marta y de Lázaro. Es muy probable que esta
mujer no sea otra que María Magdalena.
* El que inició la murmuración fué Judas.
"-15 Con este modo enigmático de hablar se proponía Jesús que Judas no cono-
ciese de antemano el lugar de la cena y lo denunciase a los sanhedritas.
14 17-26
SAN MARCOS
14 27-35
Ks descubierto el traidor. 14, 17-21
l = Mt. 26, 20-25 =Lc. 22, 14- 21-23
= Jn. 13, 18-30)
11 Y llegado el atardecer, viene con
los Doce^ 18 Y estando ellos a la me-
sa v comiendo, dijo Jesús :
—En verdad os digo que uno de
vosotros, el que come conmigo, me
entregará.
10 Y empezaron a entristecerse y a
decirle uno por uno :
— ¿ Por ventura soy yo ?
Y otro :
— ¿Por ventura vo?
» Mas El les dijo :
— .Uno de los Doce, el que moja su
bocado conmigo en el plato. 21 Por-
que el Hijo del hombre se va, se-
£Ún está escrito de*El ; mas ¡ ay de
aquel hombre por cuyas manos el
Hijo del hombre es entregado! Me-
jor le fuera a aquel hombre si no
hubiera nacido.
Institución de la Sagrada Eucaristía.
14, 22-26 ( = Mt. 26, 26-30 =Lc. 22,
15-20 =1 Cor. 11, 23-26)
** Y estando con ellos comiendo,
tomando un pan, y habiendo pro-
nunciado la bendición, lo partió y
se lo dió a ellos, y dijo : «Tomad ;
éste es mi cuerpo.» 23 Y habiendo
tomado un cáliz y dado gracias, se
lo dió, y bebieron de él todos. 24 Y
les dijo : «Esta es mi sangre de la
alianza, que es derramada por mu-
chos. 23 En verdad os digo que no
beberé ya más del fruto de la vid
hasta el día aquel en que le beba
nuevo en el reino de Dios.» " Y can-
tados los himnos, salieron al monte
de los Olivos.
Anuncio de escándalo y negaciones.
14, 27-31 ( = Mt. 26, 31-35 =Lc. 22,
31-34 =Jn. 13, 36-38)
27 Y les dice Jesús que
— Todos os escandalizaréis, porque
escrito está : «Heriré al pastor, y las
ovejas se dispersarán» (Zac. 13, 7) ;
28 mas después que hubiere sido re-
sucitado, iré antes que vosotros a
Galilea.
28 Mas Pedro le dijo :
— Aun cuando todos se escandali-
zaren, pero no yo.
30 Y le dice Jesús :
— En verdad te digo que tú hoy,
en esta noche, antes de cantar el ga-
llo dos veces, tres veces me negarás.
31 Mas El con excesiva porfía de-
cía :
— Aunque me viere en trance de
morir contigo, no seré yo quien te
niegue.
Y otro tanto decían también to-
dos los demás.
Llegada al huerto. 14, 32-34
( = Mt. 26, 36-38 =Lc. 22, 39-40)
32 Y llegan a una granja, cuyo
nombre es Getsemaní, y dice a sus
discípulos :
— Sentaos aquí mientras hago ora-
ción.
33 Y lleva consigo a Pedro y a San.
tiago y Juan, y comenzó a sentir
espanto y abatimiento ; 34 y les dice :
— Triste en gran manera está mi
alma hasta la muerte.; quedad aquí
y velad. •
La oración. 14, 35-42 ( = Mt. 26, 39-46
= Lc. 22, 41-46)
35 Y adelantándose un poco, caía
sobre la tierra, y rogaba que, a ser
31 Parece que Judas salió del Cenáculo antes de la institución de la Eucaristía.
22 Este es mi cuerpo : afirmación categórica de la presencia real de Cristo en
la Eucaristía y de la conversión del pan en. su cuerpo.
23 Y bebieron... : afirmación anticipada de lo que sólo aconteció después de pro-
nunciadas las palabras de la consagración del cáliz.
Jl Mi sangre de la Alianza : la Eucaristía no sólo es sacramento, sino también
verdadero sacrificio, sustancialmente idéntico al de la cruz.
M Los himnos eran los salmos que solían cantarse al fin de la cena pascual.
a Dos sentimientos, además de la tristeza, acongojaban el Corazón de Jesús : el
eskanto o terror y el abatimiento o caimiento de ánimo.
31 Triste hasta la muerte : con tristeza que me causa angustias mortales y me
pone en trance de muerte.
■ Caía sobre la tierra : el imperfecto «caía» es sumamente expresivo. Para orar,
el Señor no se arrodilló pausadamente, sino que cayó de rodillas ; y una vez arro-
— II? —
14 36-45
SAN MARCOS
14 46-54
posible, pasase de El aquella hora,
36 y decía ¡
— Abba, Padre, todas las cosas te
son posibles : traspasa de mí este
cáliz ; mas no lo que yo quiero, sino
lo que tú.
37 Y viene, y los halla durmiendo,
y dice a Pedro :
— ¡Simón! ¿Duermes? ¿No pudis-
te velar una hora ? 88 Velad y orad,
para que no entréis en tentación ;
el espíritu, sí, está pronto, mas la
carne es flaca.
3" Y de nuevo habiéndose retirado,
se puso a orar, repitiendo las mis-
mas palabras. 40 Y volviendo los ha-
lló otra vez durmiendo, porque es-
taban sus ojos cargados, y no sabían
qué responderle. 41 Y viene tercera
vez y les dice :
— Ya por mí, dormid y descan-
sad... Ya está: llegó la hora; he
aquí que es entregado el Hijo del
hombre en las manos de los pecado-
res. 4- Levantaos, vamos ; mirad, el
que me entrega está aquí cerca.
Beso de traición. 14, 43-46 ( = Mt. 26,
47-50 =Lc. 22, 47-48 =Jn. 18, 2-9)
43 Y luego, estando El hablando to-
davía, se presenta Judas, uno de los
Doce, y con él una turba con espa-
das y bastones, de parte de los su-
mos sacerdotes y de los escribas y
de los ancianos. 41 Había dado el que
le entregaba una contraseña, dicién-
doles : «A quien yo besare, El es ;
sujetádle y llevadle bien asegurado.»
* Y así que llegó, luego acercándose
dijo :
—Rabí.
Y le dió un fuerte beso.
" Ellos le echaron las manos y le
sujetai'on.
Valentías de Pedro y prendimiento
de Jesús. 14, 47-52 (=Mt. 26, 51-26
= Lc. 22, 49-53 =Jn. 18, 10-12)
" Un cierto sujeto de los presen-
tes, desenvainando la espada, hirió
al siervo del sumo sacerdote y le cor-
tó la oreja. 48 Y tomando la palabra
Jesús, les dijo :
—i Como contra un salteador ha-
béis salido con espadas y bastones a
prenderme! '"Cada día estaba yo con
vosotros en el templo enseñando, y
no me prendisteis ; pero tenían qu'e
cumplirse las Escrituras.
M Y abandonándole, huyeron todos.
61 Y un cierto ioven le seguía, en-
vuelto en una sábana sobre el cuer-
po desnudo, y le detienen ; ™ mas
él, soltando la sábana, desnudo, se
escapó.
Ante Caifas: primer interrogatorio.
M. 53-64 (=Mt. 26, 57-66 =Lc. 22,
54 =Jn. 18, 14)
53 Y de allí conducen a Jesús al
sumo sacerdote, y se juntan todos
los sumos sacerdotes y los ancianos
3' los escribas.
m y Pedro, desde lejos, le fué si-
guiendo hasta entrar dentro del atrio
del sumo sacerdote, y estaba senta-
do entré los criados, calentándose a
la lumbre.
dillado, el peso de la tristeza le¡ fué inclinando hacia la tierra, hasta que por fin
quedó postrado. Se ye. Q«e Pedro, de quien procede el relato de San Marcos, fué
siguiendo atentamente todos los pasos y movimientos de Jesús, hasta que se durmió.
80 Dos fuerzas contrarias luchaban en el Corazón de Cristo y lo torturaban : una
vehemente repugnancia a la pasión y la voluntad predominante de cumplir el be-
neplácito del Padre.
El tono irónico y familiar hace sumamente difícil la versión exacta de las
expresiones originales. Comienza el Señor irónicamente : Ya por mí, o más literal-
mente, «desde este momento», dormid cuanto queráis. Pero cambiando de tono,
dice seriamente : Ya está : frase familiar, con que se significa que una cosa, termi-
nados todos los preparativos o preliminares, está ya a punto.
4' Un cierto sujeto : San Pedro al referir este hecho, en los primeros tiempos
de la predicación evangélica, tenía suficientes motivos para no decir que era él el
autor de la hazaña.
61 1>n cierto joven : según todas las probabilidades es el mismo evangelista
San Marcos, en casa de cuyo padre parece haberse celebrado la última cena del
Señor. Así se explicaría su presencia *n el huerto.
14 55-65
SAN MARCOS
14 ««-15 1
56 Y los sumos sacerdotes y todo el
sanhedrín buscaban contra Jesús al-
gún falso testimonio para poder dar-
le la muerte, y no le hallaban; í6 por-
que muchos testificaban en falso con-
tra El, y los testimonios no eran
acordes. 61 Y algunos, levantándose,
testificaban en falso contra El, di-
ciendo M que «nosotros le oímos decir
que Yo derribaré este santuario he-
cho por mano de. hombre y en tres
días edificaré otro no hecho por ma-
nos humanas.» 60 Y ni aun así era
acorde su testimonio. 80 Y levantán-
dose el sumo sacerdote y adelantán-
dose al medio, interrogó a Jesús, di-
ciendo :
— ¿No respondes nada? ¿Qué es
lo que éstos testifican contra ti ?
01 Mas El se mantenía callado y no
respondía nada. De nuevo el sumo
sacerdote le interrogaba y le dice :
— ¿Tú eres el Mesías, el Hijo del
Bendito?
62 Jesús dijo :
— Yo soy, y veréis al Hijo del hom-
bre sentado a la diestra del Poder
y viniendo entre ¡as nubes del cielo
(Sal. 109, 1 ; Dan. 7, 13).
03 Y el sumo sacerdote, rasgando
sus túnicas, dice :
— ¿ Qué necesidad tenemos ya de
testigos? '"Oísteis la blasfemia. "¿ Qué
os parece ?
Todos ellos le condenaron, dicien-
do ser El reo de muerte.
Indignos ultrajes. 14, 65 ( = Mt. 20,
67-68 =Lc. 22, 63-65)
85 Y comenzaron algunos a escupir-
le, y a envolverle el rostro, y a dar-
le puñadas, y a decirle : «Profetiza)) ,
y los criados le recibieron a bofe-
tadas.
Triple negación de redro. 14, 66-72
( = Mt. 26, 69-75 =Lc. 22, 55-62
= Jn. 18, 15-18.; 25-27)
88 Y hallándose Pedro abajo en el
atrio, viene una de las muchachas
del sumo sacerdote, 07 y como vió a
Pedro calentándose, mirándole fija-
mente, le dice :
— También tú andabas con el Na-
zareno, ese Jesús.
08 El negó, diciendo :
— Ni sé ni entiendo qué es lo que
tú dices.
Y salió fuera al vestíbulo, y un
gallo cantó.
69 Y la muchacha, en viéndole, co-
menzó de nuevo a decir a los pre-
sentes que
—Este es de ellos.
70 Y él otra vez negaba. Y de alli
a poco de nuevo los presentes de-
cían a Pedro :
— Verdaderamente que eres de ellos,
porque eres galileo.
71 El comenzó a echar imprecacio-
nes y a jurar que
— No conozco a ese hombre que
decís.
72 Y al punto cantó un gallo por
segunda vez. Y recordó Pedro la pa-
labra como le había dicho Jesús, que
«Antes que el gallo cante dos veces,
tres veces me negarás». Y rompien-
do en llanto no cesaba de llorar.
Segundo interrogatorio. 15, 1
( = Mt. 27, 1-2 =Lc. 22, 67-71; 23, 1
=Jn. 18, 28)
"I C 1 Y luego al amanecer, des-
A" ¡pués de celebrar consejo, los
sumos sacerdotes con los ancianos
a Por un escrúpulo excesivo, los judíos evitaban el pronunciar el nombre fie
Dios, que sustituían con otras denominaciones equivalentes, cual era esta de el
Bendito.
62 Con noble intrepidez, el Salvador, que no había querido declarar abierta-
mente su mesianidad, cuando sin peligro pudiera hacerlo, la declara solemnemente
ahora, cuando con su declaración firma la sentencia de su muerte.
66 Algunos : éstos, distintos de los criados, que luego se mencionan, debieron
de ser de los mismos sanhedritas.
88-™ Para apreciar la culpabilidad de Pedro no hay que olvidar que, si el atolon-
drado discípulo echó imprecaciones sobre sí, contra el buen Maestro no dijo una sola
palabra ; sólo afirmó y juró que él no le conocía.
72 Rompiendo en llanto... : aunque perifrástica, tal parece ser la versión exacta de
Ih* dos palabras originales.
— 115 —
15 2-12
SAN MARCOS
15 13-23
y los escribas, es decir, todo el
sanhedrín, atando a Jesús, le lleva-
ron de allí y le entregaron a Pilato.
Jesús atde Pilato. 15, 2-5 ( = Mt. 27,
11-14 =Lc. 23, 2-5 =Jn. 18, 28-3S)
- Y le interrogó Pilato :
— ¿Tú eres el Rey de los judíos?
El, respondiendo, le dice :
— Tú lo dices.
3 Y le acusaban los sumos sacerdo-
tes de muchas cosas. 4 Pilato de nue-
vo le interrogaba, diciendo :
— ¿ No respondes nada ? Mira en
cuántas cosas te acusan.
5 Jesús no respondió ya nada más,
hasta el punto de maravillarse Pi-
lato.
Jesús, pospuesto a Barrabás. 15, 6-15
(=--Mt. 27, 15-26 =Lc. 23, 13-25
=Jn. 18, 39-40)
8 Cada año por la fiesta les solta-
ba un preso, el que ellos demanda-
sen. 7 Estaba en prisiones un tal lla-
mado Barrabás junto con los amoti-
nados, que en el motín habían per-
petrado un homicidio. s Y subiendo
ta turba, _ comenzó a demandar, se-
gún que él solía hacer con ellos. 9 Pi-
lato les respondió, diciendo :
— ¿Queréis que os suelte al Rey de
los judíos ?
10 Pues conocía que por envidia le
habían entregado los sumos sacerdo-
tes. u Mas los sumos sacerdotes con-
citaron a la turba para que más bien
les soltase a Barrabás. 12 Pilato de
nuevo respondiendo, les dijo :
— ¿Qué queréis que haga con este
que llamáis Rey de los judíos ?
13 Ellos de nuevo gritaron :
— Crucifícale.
" Mas Pilato les decía :
— Pues ¿ qué mal ha hecho ?
Ellos más y más gritaban :
— Crucifícale.
'" Pilato, queriendo dar satisfacción
a la turba, les soltó a Barrabás.
Flagelación y coronación de espinas.
r5, 15-19 ( = Mt. 27, 26-30 =Jn. 19, 1-3)
Y entregó a Jesús, después de azo-
tarle, para que fuese crucificado.
1C Los soldados se lo llevaron den-
tro del palacio, que es el pretorio,
y convocan a toda la cohorte, 17 y le
revisten de púrpura y le ciñen una
corona de espinas que habían tren-
zado. 18 Y comenzaron a saludarle :
— ¡Salud, Rey de los judíos!
19 Y le golpeaban la cabeza con una
caña, y le escupían, y doblando las
rodillas le hacían acatamiento.
Crucifixión. 15, 20-28 (=Mt. 27, 31-
38 =Lc. 22, 26-38 =Jn. 19, 16-24)
20 Y cuando le hubieron mofado, le
despojaron de la púrpura y le vistie-
ron sus propios vestidos. Y le sacan
para crucificarle.
11 Y a uno que por allí pasaba, ciei-
to Simón de Cirene, que venía del
campo, el padre de Alejandro y de
Rufo, requiérenle para que lleve a
cuestas su cruz. 85 Y llevan a Jesús
al lugar del Gólgota, que, traducido,
es «Lugar del Cráneo». 23 Y le da-
-J pr ' : El interrogatorio del v. 2 es secreto ; el de los vv. 3-5, público.
J-tJ 1:. Qon jos palabras, «azotar», «crucificar», a cual mas terrible para los contem-
poráneos, expresa el evangelista el suplicio del Señor.
10 El palacio era la Torre Antonia, que era el pretorio donde entonces se hallaba
el gobernador.
H-*> si la flagelación pudo considerarse como suplicio legal, la coronación oe
espinas fué un desahogo brutal de la soldadesca.
a Rufo parece ser el mencionado por San Pablo en su carta a los Roma-
nos (16, 13) : indicio del origen romano del segundo Evangelio. || Requiérenle: im-
posición autoritaria de un servicio personal.
23 Gólgota o Calvario equivale a Cráneo. Recibió probablemente tal denomina-
ción por ser una prominencia roqueña y pelada.
" El vino HX8RAD0 era un anestesiante, que Jesús no quiso aceptar. Su paciencia
sobrehumana no había de atribuirse al embotamiento de la sensibilidad.
— Il6 —
15 24 "33
SAN MARCOS
15 34-41
ban vino mirrado ; mas El no lo
aceptó. M Y le crucifican, y se repai-
ten sus vestiduras, echando suerte
sobre ellas, para decidir qué tocaba
a cada cual. 25 Era la hora tercia, y
le crucificaron. 28 Y estaba inscrita la
inscripción de su causa : El Rey dl
los jt'DÍos. 27 Y con El crucificaron
dos ladrones, uno a la derecha y uno
a la izquierda de El. 28 Y fué cum-
plida la Escritura que dice : «Y fué
contado entre los inicuos» (Is. 53, 12).
Agoitía ultrajada. 15, 29-32 ( = Mt. 27,
59-44 =Lc 23, 35-43)
29 Y los que por allí pasaban le ul-
trajaban moviendo sus cabezas y di-
ciendo :
— ¡ Ea ! El que destruye el san-
tuario y le reedifica en tres días,
3" sálvate a ti mismo bajando de la
cruz.
" De semejante manera también los
sumos sacerdotes, a una con los escri-
bas, en son de burla decían entre eí :
— A otros salvó, a sí mismo no
puede salvarse ; 32 el Mesías, el Rey
íle Israel, baje ahora de la cruz, pa-
ra que lo veamos y creamos.
También los que habían sido cru-
cificados con El le ultrajaban.
Desamparo y muerte del Redentot.
15. 33-37 -Mt. 27, 45-50 =Lc. 23,
44-45 =Jn. 19, 28-30)
33 Y llegada la hora sexta, se pro-
dujeron tinieblas sobre toda la tie-
rra hasta la hora nona. 31 Y a la hora
nona clamó Jesús con gran voz :
«Eloí, Eloí, lamá sabakhthani», que,
traducido, es : »Dios mío, Dios mío,
¿porqué me desamparaste? (Sal. 21,
2). 35 Y algunos de los presentes, al
oírlo, decían : «Mira, a Elias llama.»
x Corriendo uno y empapando en vi-
nagre una esponja, introduciendo en
ella una caña, le daba de beber, di-
ciendo :
— Dejad, veamos si viene Elias a
descolgarle.
3! Mas Jesús, lanzando una gran
%-oz, expiró.
Honras fúnebres. 15, 38-41 ( = Mt. 27,
51-56 =Lc. 23, 45-49)
58 Y el velo del santuario se rasgó
en dos de arriba abajo. 39 Y viendo
el centurión, que allí estaba de pie
frente a El, que de tal manera ha-
bía -expiroulo, dijo :
— Verdaderamente este hombre era
Hijo de Dios.
40 Había también unas mujeres mi-
rando desde lejos, entre las cuales
estaban también María la Magdale-
na y María la madre de Santiago el
menor y de José y Salomé, "las cua-
les, cuando estaba El en Galilea, le
seguían y le servían, y otras mucha;,
que habían subido con El a Jeru-
salén.
25 La hora tercia, el espacio comprendido entre las nueve y las doce, no había
terminado aún, aunque ya estaba cerca de su fin, cuando crucificaron a Jesús.
* Ei, Rey de los judíos : San Marcos reproduce solamente las palabras sustan-
ciales de la inscripción : palabras, únicas invariables en las varias redacciones de
los evangelistas. El Mesías en cruz: acoplamiento de ideas, que los judíos rechaza-
ban obstinadamente.
33 Los... crucificados : plural de categoría. De hecho, uno solo de los dos la-
drones le ultrajó; el otro reconoció su realeza.
83 Se produjeron tinieblas : no consta la naturaleza ni el origen de estas tinie-
blas. |¡ Toda la tlerra : en sentido limitado: toda Palestina, o todo el horizonte
visible.
M El Señor quiso expresar los sentimientos de su Corazón con las palabras del
salmo 21, que recitó en arameo ; y es de creer que no se limitaría a solas las pri-
meras palabras, reproducidas por San Mateo y San Marcos.
*> La afinidad o parecido de las palabras Eloí (o «Eli» i y «Elias» hicieron creer
(o fingir que se creía) que Jesús llamaba en su auxilio al gran profeta.
M Este hecho, que no tiene conexión alguna con la supuesta invocación de Elias,
sólo se explica por la palabra que, según San Juan (19, :8), pronunció el Salvador :
•Tengo sed.»
38 El velo : fué seguramente el segundo velo, que separaba el lugar Santo (o pri-
mera estancia) del lugar Santísimo (segunda estancia).
— 117 —
15 42-16 5
SAN MARCOS
15 «—16 ¡>
16
Sepultura. 15, 42-47 ( = Mt. 27, 57-61
= Le. 23, 50-56 =Jn. 19, 38-42)
a Y habiendo «tardecido, puesto
que era Parasceve, que es antesába-
do, " viniendo José el de Arimatea,
ilustre sanhedrita, que también él es-
taba esperando el reino de Dios, co-
brando osadía, entró a la presencia
de Pila t o y le demandó el cuerpo de
Jesús. " Püato se maravilló de que
va hubiera muerto; 45 y habiendo he-
cho llamar al centurión, otorgó el
cadáver a José. ** Y habiendo com-
prado una sábana, descolgándolo, lo
envolvió en la sábana y lo depositó
en un monumento, que había sido
excavado en la peña, e hizo rodar
una losa hasta la entrada del monu-
mento. ■" María la Magdalena y Ma-
ría la de José observaban dónde que-
daba colocado.
Glorificación
E! ángel mensajero de la resurrec-
ción. 16, 1-8 ( = Mt. 28, 1-8 = Lc. 24,
1-11 =Jn. 20, 1-2)
I A 1 Y pasado el sábado, María la
10 Magdalena y María la de San-
tiago y Salomé compraron perfumes
con ©1 fin de ir a ungirle. '* Y muy
de madrugada, el primer día de la
semana vienen al monumento, sali-
do ya el sol. 3 Y se decían unas a
otras :
— ¿ Quién nos correrá la losa de la
entrada del monumento ?
4 Y mirando atentamente, Obser-
van que la losa había sido corrida
a un lado ; porque era enormemente
grande. 5 Y entrando en el monu-
mento, vieron un joven sentado a
la derecha, vestido de un largo ro-
paje blanco, v quedaron espantadas
0 El les dice :
— No os espantéis. A Jesús buscáis
el Nazareno, el crucificado ; resuci
tó, no está aquí. Mirad el lugar don-
de le pusieron. 7 Pero id, decid a sus
discípulos, y a Pedro, que va delan-
te de vosotros a Galilea ; allí le ve-
réis, conforme os dijo.
8 Y saliendo, huyeron del monu-
mento, pues se había apoderado de
ellas temblor y estupor, y a nadie
dijeron nada, porque tenían miedo.
Varias apariciones, 16, 9-14
(=Lc. 24, 13-43 = Jn- 20, 11-18)
" Habiendo resucitado al amanecer
el primer día de la semana, se apa-
Paras
i n eme de
16 LA*
aracion, y se decía del
hado.
inarse el reposo sabático, pudieron hacerse las compras
madrugada, y llegan al sepulcro salido V»
os otros sepulcros se escribe : «Aquf yace» ,
. ule
ente
ficat
firm
que
prc
:nas de temrlí
a Galilea da a entender
Maestro para completa:
ir Y estupor, no era la
y visiones que algunos
jnces : más tarde, reco-
de alguna manera su Evangelio.
9 Ai. amanecer : parece indicar el momento de
— 118 —
16 W-15
SAN MARCOS
16 16-20
recio primeramente a María la Mag-
dalena, de la cual había lanzado sie-
te demonios. 10 Ella fué a dar la nue-
va a los que habían andado con él,
que estaban afligidos y lloraban. 11 Y
ellos, oyendo decir que vivía y que
había sido visto por ella, no lo cre-
veron.
12 Tras esto, a dos de ellos que
iban de camino se apareció en dife-
rente figura, mientras iban al cam-
po. 13 También ellos se fueron a dar
la nueva a los demás ; y ni a ellos
creyeron.
" Posteriormente, estando ellos a
la mesa, se apareció a los Once y
les echó en cara su incredulidad y
dureza de corazón, porque no habían
creído a los que le habían visto re-
sucitado de entre los muertos.
Misión de los apóstoles. 16, 15-18
( = Mt. 28, 16-20 =Lc. 24, 44-49)
,5 Y les dijo :
— Id al mundo entero y predicad
el Evangelio a toda la creación. 19 El
que creyere y fuere bautizado, se sal-
vará ; mas el que no creyere, será
condenado. 11 Y a los que hubieren
creído les acompañarán estas seña-
les : en mi nombre lanzarán demo-
nios, hablarán lenguas nuevas, 18 en
sus manos tomarán serpientes, y si
l>ebieren ponzoña mortífera, no les
dañará.; pondrán sus manos> sobre
los enfermos, y se hallarán bien.
Ascensión del Señor. 16, 19-20
( = Lc. 24, 50-53 =Ac. 1, r-11)
19 Con esto el Señor Jesús, después
de hablarles, fué elevado al cielo y
se sentó a la diestra de Dios. " Y
ellos, partiéndose de allí, predicaron
por todas partes, cooperando el Se-
ñor y confirmando la palabra con las
señales que la acompañaban.
antes de llegar las mujeres al sepulcro. || El primer día de la semana era el que
después se llamó domingo o día del Señor por haber tenido lugar en él la resu-
irección de Jesús. La aparición de Jesús a la Magdalena fué la primera de la serie
de las apariciones a los testigos de la resurrección ; fuera de esta serie y por encima
de ella está la visita del Hijo a la Madre. En la hipótesis probable de que María
la Magdalena sea la «pecadora» de que habla San Lucas ¡7, 37), no otra que la
hermana de Lázaro, la expulsión de los siete demonios podría entenderse meiafó-
ricamente.
11 No lo creyeron : incrédulos se muestran los discípulos, que no visionarios.
12 Ai campo : a Emaús.
M Esta aparición a los Once parece ser la del día mismo de la resurrección, más
extensamente relatada por San Lucas (24, 36-45) y por San Juan (20, 19-23).
15-18 Este discurso de despedida es el mismo referido con algunos pormenores di-
ferentes por San Mateo (28, 16-20). La frase inicial y les dito sugiere o supone un
intervalo entre los vv. 14 y 15.
15 Id al mundo entero : misión universal, misión autoritativa, encomendada por
aquel a quien «ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra» (Mt. 28, 18;,
misión, por consiguiente, que no puede ser estorbada por ninguna autoridad de la
tieira. Con estas palabras crea el Señor las Misiones católicas.
M El que creyere y fuere bautizado se salvará: a la fe y al bautismo está
■vinculada la salud eterna ; mas de diferente manera. La fe es insustituible ; el bau-
tismo de agua, en cambio, puede ser suplido por el voto del bautismo, es decir,
por el deseo del bautismo, nacido de la fe y acompañado de la contrición de los
pecados. Por esto añade el Señor : el que no creyere serA condenado. No dice : «el
que no creyere y no fuere bautizado».
" A los que hubieren creído : plural colectivo. Promete el Señor la potestad
de hacer milagros, cuando sea conveniente para acreditar o propagar la fe, a la
colectividad de los fieles, no precisamente a cada individuo en particular. El hablar
en lenguas nuevas es el carisma de la glosolalía, descrito por San Pablo (1 Cor. 14),
tan frecuente en la primitiva Iglesia.
10 La ascensión es el glorioso coronamiento de la vida terrestre del Salvador, y
su entronización es la inauguración de su vida celeste, donde como Señor y Rey
está sentado A la diestra de Dios Padre y desde donde ha de venir un día a juzgar
a los vivos y a los muertos.
30 Con la predicación universal del Evangelio, la Iglesia, una, santa y apostólica,
se hace católica. Comienza la era de las Misiones, que no se cerrará hasta el fin de
los siglos.
— 119 —
INTRODUCCION
AL EVANGELIO DE SAN LUCAS
l autor. — Un antiquísimo prólogo a los Evangelios escribe: ¿Lucas,
de nación siró, antioqueno, de profesión médico, discípulo de los
apóstoles, después siguió a Pablo.» En el libro de los Hechos, sin
nombrarse , habla repetidas veces de si usando el plural «nosotros». La
primera mención de este «nosotros* ocurre ya, probablemente (según el
llamado texto occidental), en Ac. 11, 27-28, por estas palabras: «Por
aquellos días bajaron de Jerusalén unos profetas a Antioquía, y había
grande alegría. Estando nosotros reunidos, levantándose uno de ellos por
nombre Agabo...* Esto acontecía liacia el año 40. Y si así es, San Lu-
cas pertenecía a la primera generación de los fieles antioquenos, amaes-
trados, si no conquistados, por Bernabé. En otras tres ocasiones habla de
sí el autor de los Hechos : en el viaje de Tróade a Filipos, d:irante la
segunda misión de San Pablo (Ac. 16, io-ij); en el viaje de Filipos a
Jerusalén al fin de la tercera misión (Ac. 20, 5-15; 21, 1-1S), y en el
viaje de Cesárea a Roma (Ac. 2j, 1-44; 28, 1-16). Durante su primera
prisión romana dos veces menciona San Pablo a San Lucas, llamándole
su colaborador y médico querido (Col. 4, 14; Flm. 24). Y en su última
prisión, en vísperas de su martirio, recuerda el Apóstol, agradecido, que
«sólo Lucas está con éh (2 Tim. 4, 11). Otras noticias sobre San Lucas
no son ya tan seguras.
Su obra. — El evangelista médico pudo haber hecho con Bernabé o
con Pablo, cuya predicación oral se proponía consignar por escrito, lo
que Marcos había hecho no mucho antes con San Pedro: reproducirla
simplemente. Mas su cultura helénica le inspiró otros pensamientos, hu-
manamente más altos.
Lucas no había visto al Señor: para conocer su obra y su doctrina
hubo de apelar a informaciones ajenas. Y lo hizo en grande escala. Si
con su investigación erudita no podía obtener la visión real y viviente
de la vida de Jestts, podía, en cambio, atesorar noticias no conocidas
aun por algunos de los que habían visto al Señor. Lo que uno ignoraba
o no recordaba, lo sabía o recordaba otro; de ahí que Lucas, interrogan-
do a unos y a otros, logró recoger tal cantidad de datos, que, aquilatados
y ordenados, justificaban la publicación de un tercer Evangelio. La base
o punto de referencia de todos estos datos recogidos era la catcquesis
oral de Bernabé y de Pablo, que era para Lucas la fuente principal de
sus informaciones. Tal es en Lucas la manera característica de enfocan
el Evangelio oral: no como obra ya hecha y acabada, sino como docu-
mento informativo o fuente de una obra más vasta.
— 121 —
SAN LUCAS
Ya cu este acopio de datos y uso de las fuentes se muestra Lucas
original. Adquiere nuevo relieve esta originalidad con la composición u
ordenación sistemática del material recogido, con las natas cronológicas,
que conectan la vida del Salvador con la historia universal, con la sobria
elegancia de su lengua y estilo, unida a la más escrupulosa fidelidad en
reproducir los documentos históricos.
Otras cualidades pudieran mencionarse, que caracterizan la obra de
Sun Lacas, entre las cuales no ocupa cl último lugar aquel espíritu de
suavidad y delicadeza, que le lia merecido el título de Scriba mansue-
tudinis Ghristi.
Destinatarios y objeto. — San Lucas dedica su Evangelio al «exce-
lentísimo Teófiloi) (i, ¡), hombre ilustre recién convertido al cristia-
nismo; pero en realidad se dirige a las Iglesias fundadas por San Pablo,
principalmente a los fieles venidos de la gentilidad, pero sin olvidar a
los judíos. El fin que se propone en la redacción de su Evangelio ex-
présalo él mismo en cl prólogo: «para que reconozcas la firmeza de las
enseñanzas que recibiste» (i, 4). Más generalmente , la tesis del tercer
Evangelio es la universalidad de la salud por Cristo; es el tema de la
Epístola de San Pablo a los Romanos : El Evangelio «es una fuerza de
Dios ordenada a la salud para todo el que creen (1, ib). Si el Evangelio
de San Mateo podría llamarse mesiánico ; el de San Marcos, taumatúr-
gico ; el de San Juan, teológico ; el de San Lucas es cl soteriológico por
antonomasia.
Orden. — Promete San Lucas escribir su Evangelio «por su orden»
(1, 3). Este «orden», acorde generalmente con el de San Marcos, es, sin
duda, cronológico ; mas no es esto precisamente lo que él quiere expre-
sar, sino más bien, como él mismo lo declara en el prólogo, «el trabaje
de coordinar [sistemáticamente] una narración» (1, 1). Semejante or-
denación lleva consigo algunas veces ciertas inversiones cronológicas.
/,a.s más características son ciertas anticipaciones en razón de concluir
o redondear un* materia antes de pasar a otra diferente. Ejemplo tipien
de este procedimiento de anticipación es la relación de la prisión de
Juan Bautista (3, ig-20) antes del relato del bautismo de Jesús (3, 21-22),
en que ya no se menciona a Juan.
La lengua. — El griego usado por San Lucas es más castizo y ele-
gante que cl de los otros evangelistas. Su prólogo es un período cuadri-
membre, harmónicamente construido, que recuerda cl de Dioscórides a
su obra médica. Pero más que por su relativa elegancia interesa la len-
gua de San Lucas en cuanto es sello de autenticidad y garantía de ver-
dad v escrupulosidad histórica. Su tecnicismo médico señala como autor
al «médico querido», compañero de San Pablo. Sus frecuentes términos
paulinos delatan al discípulo y colaborador del grande Apóstol. Razón,
pues, tiene la tradición cristiana cuando afirma que el autor del tercer
Evangelio es Lucas, el médico y discípulo de San Pablo. Más interesan-
tes son todavía los numerosos aramaísmos, que tan rudamente contras-
tan con el lenguaje que usa San Lucas cuando escribe por su cuenta.
Estos aramaísmos son efecto de su escrupulosa fidelidad en utilizar h>s
documentos o cu traducir las informaciones oídas en aramco. El tránsito
brusco del elegantísimo prólogo a los aramaísmos de los dos primeros
capítulos acreditan la verdad histórica del tercer Evangelio.
— 132 —
1 1-9
SAN LUCAS
13-17
EVANGELIO DE SAN LUCAS
Prólogo del evangelista, i, 1-4
-1 1 Puesto que muchos han em-
prendido el trabajo de coordinar
la narración de 'las cosas verificadas
entre nosotros, * según que nos las
transmitieron los que desde el prin-
cipio fueron testigos oculares y des-
pués ministros de la palabra, s he
resuelto yo también, después de ha-
berlas investigado todas escrupulo-
samente desde su origen, escribírte-
las por su orden, excelentísimo Teó-
filo, 4 para que reconozcas la verdad
incontrastable de las enseñanzas que
has recibido.
Evangelio de la infancia
Anuncia el ángel el nacimiento de
Juan Bautista, i, 5-25
6 Hubo en los días de Herodes, rey
de la Judea, un sacerdote por nom-
bre Zacarías, del turno de Abías, ca-
sado con una de las hijas de Aarón,
llamada Isabel. 6 Eran ambos justos
a los ojos de Dios, caminando irre-
prensibles en todos los mandamien-
tos y ordenanzas del Señor. 7 Y no
tenían hijo, por ser Isabel estéril y
ambos avanzados en sus días.
* Y aconteció que, ejerciendo ti su
ministerio sacerdotal por el orden
de su turno delante de Dios, le cupo
en suerte, 9 conforme a la costumbre
de los sacerdotes, entrar en el san-
tuario del Señor para ofrecer el in-
cienso ; 10 y toda la muchedumbre
del pueblo a la hora del incienso es-
taba fuera orando. 11 Y se le apareció
un ángel del Señor puesto de pie a
la derecha del altar del incienso. 12 Y
se turbó Zacarías en viéndole, y el
temor le sobrecogió. 13 Mas el ángel
le diio :
— No temas, Zacarías, pues ha sido
escuchada tu oración ; y tu mujer
Isabel te dará un hijo, a quien pon-
drás por nombre Juan ; 14 y será para
ti de gozo y alegría, y muchos se go-
zarán en su nacimiento. 15 Porque se-
rá grande a los ojos del Señor, y no
beberá vino ni sidra, y será lleno del
Espíritu Santo ya desde el seno de
su madre, 16 y convertirá a muchos
de los hijos de Israel al Señor Dios
de ellos ; " y él precederá delante
•1 1_» Aunque la base del tercer Evangelio es la catequesis evangélica de San Paolo,
San Lucas, empero, no se limita a reproducirla, como hizo San Marcos con la
lie San Pedro, sino la amplió notablemente con sus investigaciones personales. La
expresión por su orden no significa precisamente orden cronológico, que a las
veces se invierte en el tercer Evangelio, sino más bien orden de composición, que
puede en ocasiones ser simplemente lógico.
5 El turno de Abías era el octavo de los 24 grupos en que David había distri-
buido los sacerdotes para que semanalmente se turnasen en el servicio del templo
s-° El oficio de ofrecer el incienso, como más honroso, se asignaba por suerte
entre los sacerdotes. El altar del incienso *- hallaba en ex santuario, es decir, en
el Lugar Santo o primera lestaucia, separada por un velo de la segunda o Lugar
Santísimo.
11 A i.a derecha : parece debe entenderse respecto del mismo altar, que, por tanto,
quedaba a la izquierda del ángel.
13 Tu oración : lera la oración oficial del sacerdote, que en nombre del pueblo pe-
día a Dios el remedio de las tribulaciones que afligían a Israel.
a Sidra es aquí toda bebida fermentada distinta del vino.
" El texto integro de Malaquías, fragmentariamente citado por San Lucas, lo
mismo que por Eci. 4S, 10, habla de la recíproca reconciliación de padres e hijos,
la cual debe ir acompañada de la reconciliación de unos y otros con Dios.
— 123 —
1 18-24
SAN LUCAS
1 25-32
de él con el espíritu y fortaleza de
Elias, «para retornar los corazones de
los padres hacia los hijos» (Mal. 4,
5-6) y los rebeldes a la prudencia de
ios justos, para preparar al Señor un
pueblo perfectamente dispuesto.
" Dijo Zacarías al ángel :
— ¿ En qué conoceré eso ? Porque
yo soy viejo y mi mujer avanzada
en sus días.
10 Y respondiendo, díjole el ángel :
— Yo soy Gabriel, que asisto en la
presencia de Dios, y he sido enviado
a hablarte y darte estas buenas nue-
vas ; 20 y he aquí que estarás callado
y sin poder hablar hasta el día en
que se verifiquen estas cosas, por
cuanto no diste fe a mis palabras,
las cuales se cumplirán a su tiempo.
11 Y estaba el pueblo aguardando a
Zacarías y se maravillaban de que se
detuviese tanto tiempo en el santua-
rio. " Y cuando salió no podía ha-
blarles, y conocieron que había visto
una visión en el santuario. Y él les
hablaba por señas, y quedó mudo.
Y acaeció que, cuando se cumplie-
ron los días de su sagrado ministe-
rio, se marchó a su casa. M Y pasa-
dos estos días, concibió Isabel, su
mujer, y se mantuvo escondida du-
rante cinco meses, diciendo: "«Así
!o ha hecho el Señor conmigo en los
días en que puso sus ojos sobre mí
para quitar mi afrenta entre los hom-
bres.»
Gabriel anuncia a María el naci-
miento de Jesús. 1, 26-38
* En el sexto mes fué enviado el
ángel Gabriel de parte de Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una doncella desposada con un
varón llamado José, de la familia de
David, y el nombre de la doncella
era María.
28 Y habiendo entrado a ella, dijo :
— Dios te salve, llena de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú entre
las mujeres.
* Ella, al oír estas palabras, se tur-
bó, y discurría qué podría ser esta
salutación. 80 Y le dijo el ángel :
— No temas, María, pues hallaste
gracia a los ojos de Dios. 31 lie aquí
que concebirás en tu seno y darás a
luz un Hijo, a quien darás por nom-
bre Jesús. 82 Este será grande, y será
En las negociaciones en que se va a tratar y decidir el ¡jran negocio de los
siglos, da salud eterna de los hombres, intervienen un ángel y una mujer : él, re-
representante de Dios ; ella, representante de Israel y de toda la humanidad.
--7 Desposada : los desposorios, según la ley de Moisés, no er:
matrimonio futuro, sino verdadero matrimonio rato, si bien
seguir a la celebración de las bodas. iKl matrimonio de María con Jusc había <!i
ser como un velo o sombra, que, encubriendo discretamente la generación virginal
del Hijo de Dios, pusiese a salvo el honor de la Madre y del Hijo. La etimología
del nombre de María es muy controvertida. Entre las diversas etimologías científicas
que se han propuesto son las más probables las de Amada de Yahvé, Robusta y
Hermosa. Entre las etimologías populares, la más verosímil es la de llununadti ,
aunque no son improbables las de Señora y Excelsa.
38 La salutación del ángel, que habla en uombre de Dios, es verdaderamente
asombrosa e inaudita. Jamás un ángel de Dios había saludado tan honoríficamente
a hombre alguno. Consta la salutación de cuatro expresiones. Primera : Dios ti:
salve, o más literalmente, gózate. Trae el ángel un mensaje de gozo para María,
para todo Israel y para la humanidad entera. Segunda : lElvna de gracia, o más a la
letra, plenamente agraciada, es decir, favorecida por Dios con la plenitud de su
gracia, de su amor y de sus dones. Crece el valor significativo de esta expresión
al ser empleada como sustituto del nombre propio ; con que se da a entender que
tal plenitud de gracia es tan excelsa y tan peculiarniente propia de María, que jus-
tamente puede ser llamada «la llena de gracia». Tercera : el Señor es contigo : esto
es, Yahvé tiene puestos sobre ti sus ojos y su corazón, dispuesto a favorecerte, asis-
tirle y protegerte con el poder de su brazo. Cuarta : bendita tú entre las mujeres :
escogida entre todas y bienaventurada sobre todas ellas : la Mujer por excelencia.
28 Dos efectos produjeron las palabras del ángel en María : turbación y reflexión.
La turbación nacía de la humildad ; la reflexión, de la prudencia. No entendí. 1
María el objeto o razón de ser de aquellos elogios, tan impropios, según su enten-
der, «le su pequeñez y bajeza.
30 Hallaste gracia : el primer origen de la excelsa grandeza de María fué la bon-
dad con que Dios tuvo a bien poner sus ojos sobre ella.
31 Jesús o Yehoshuah es lo mismo que Salud de Yahvé (o Yahvé salva). El Hijo
de Dios hecho Hijo del hombre es esencialmente Salvador.
ss-'3 Cuatro prerrogativas del Hijo de María anuncia el ángel: 1) su incomparable
— 124 —
1 33-38
SAN LUCAS
1 39-43
llamado Hijo del Altísimo, y le dará
el Señor Dios el trono de David su
padre, 33 y reinará sobre la casa de
Jacob eternamente, y su reinado no
tendrá fin.
31 Dijo María al ángel :
— ¿Cómo será eso, pues, no conoz-
co varón ?
35 Y respondiendo el ángel, le dijo:
— El Espíritu Santo descenderá so-
bre ti, y el poder del Altísimo te co-
bijará ^ con su sombra ; por lo cual
también lo que nacerá será llamado
santo, Hijo de Dios. 56 Y he aquí que
Isabel, tu parienta, también ella ha
concebido un hijo en su vejez, y éste
es el sexto mes para ella, la que lla-
maban estéril, 31 porque no habrá pa-
ra Dios cosa imposible.
38 Dijo María :
— He aquí la esclava del Señor ;
hágase en mí según tu palabra.
Y se retiró de ella el ángel.
Visit ación de la Virgen María a Isa-
bel, i, 39-45
89 Por aquellos días, levantándose
María, se dirigió presurosa a la mon-
taña, a una ciudad de Judá, 4° y en-
tró en la casa de Zacarías y saludó
a Isabel. 41 Y aconteció que, al oír
Isabel la salutación de María, dió sal-
tos de gozo el niño en su seno, y fué
llena Isabel del Espíritu Santo, 42 y
levantó la voz con gran clamor y
dijo :
— Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre. " ¿ Y
grandeza ; 2) su filiación divina ; 3) su realeza raesiánica ; 41 la universalidad y
eternidad de su reinado. || La cas» de Jacob es el «Israel de Dios» (Gál. 6, 16), es
decir, la humanidad creyente o |la Iglesia.
34 ¿ Cómo sera eso ? Esta pregunta parece semejante a la que seis meses antes
liabfa dirigido Zacarías al mismo Gabriel: «¿En qué conoceré eso?» Pero aguda-
mente notó San Agustín que «semejante es la yoz, pero desemejante el corazóm
(ML 39, 131S). Zacarías preguntó pidiendo indiscretamente una señal ; María pregunta
deseando discretamente informarse sobre el modo de la concepción, a la que natu-
ralmente parece oponerse el (propósito y aun el voto que tenía hcho de guardar
virginidad ; pues éste es el único sentido posible de la expresión No conozco varón.
35 El poder del Altísimo es, por apropiación, el Espíritu Santo, como virtud o
energía (=podcr) de Dios Padre (= Altísimo) ; virtud a la vez santificadora y fecun-
dante del seno virginal ; la cual suplió sobrenaturalmente el concurso del varón y
unió hipostaticamente la naturaleza humana con la persona del Hijo de Dios. || Por
lo cual, esto es, por esta doble acción apropiada al Espíritu Santo como virtud de
Dios Padre, el fruto de la concepción será a la vez sanio e Hijo de Dios. Es tan
íntima la conexión entre la concepción virginal y la divina filiación, que frecuente-
mente afirman los Santos Padres que ni Dios podía nacer sino de Madre Virgen, ni
Madre Virgen podía engendrar sino a Dios.
** El ángel da a María una señal que ella no había pedido : la milagrosa mater-
nidad de Isabel. El parentesco de María, de la tribu de Judá, con Isabel, de la tribu
de Leví, sólo podía ser por parte de madre.
88 Con las palabras más humildes y rendidas da, finalmente, María su libre asen-
timiento : asentimiento solicitado por Dios y ansiosamente esperado por toda la hu-
manidad. Este asentimiento, término de las negociaciones con el ángel y dado en re-
presentación de todo el linaje humano, constituye a María Mediadora de la salud
eterna entre Dios y los hombres. Y también verdadera Corredentora. Desde el mo-
mento que el consentimiento virginal tenía por objeto no ya solamente la encarnación
del Hijo de Dios, sino también el cumplimiento de las profecías mesiánicas y la rea-
lización de los divinos consejos sobre la salud humana, el vincular y como condicionar
Dios esta realización al consentimiento virginal era solicitar para ella la cooperación
personal de María, la cual, al darlo, iniciaba y ponía en movimiento la economía
entera de la redención. A la acción de María se debió que los misericordiosos de-
signios de Dios se convirtiesen en venturosa realidad. Pudo haber sido de otra
manera ; mas Dios quiso que fuera así. Apenas pronunció María sus palabras, «el
Verbo se hizo carne» para salvar al hombre.
M A la montaña, o región montañosa, a una ciudad de Judá, que fundadamente
se cree fué Ain-Karim, situada a unos siete kilómetros al O. de Jerusalén.
41 Dió saltos de gozo : con la salutación de María, vehículo de la bendición de
Jesús, se cumplió la promesa del ángel a Zacarías, que el niño sería «lleno del Es-
píritu Santo ya desde el seno de su madre». Esta cumplida santificación y alborozo
del niño Juan anduvieron acompañados, según opinan muchos Padres y teólogos, del
uso anticipado de la razón, bien fuese momentáneo, bien permanente.
48 La misteriosa expresión mi Señor, eco del salmo 109, 1, y pronunciada por Isa-
bel «llena del Espíritu Santo», significa algo más que la simple mesianidad de Je-
sús (cfr. Mt. 22, 45 = Me. 12, 37 = Le. 20, 44). Esas vislumbres teológicas convierten
la frase Madre de mi Señor en una discreta profesión de fe en la maternidad divina
de María.
— 125 —
SAN LUCAS
1 45-48
de dónde a mí esto que venga la
madre de mi Señor a mí ? ** Porque
lie aquí que, como sonó la voz de tu
salutación en mis oídos, dió saltos
de alborozo el niño en mi seno. * Y
dichosa la que creyó que tendrán
cumplimiento las cosas que le han
í-ido dichas de parte del Señor.
Cántico de la Virgen, i, 46-55
Y dijo Mari
Eng
ece mi alma al Señor,
se regocijó mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque puso sus ojos en la bajeza de su esclava.
Dichosa la que creyó : melancólica alus:
tícado elogio de la fe de María. Contribuye a
de lia expresión i.a que creyó. lista contraposi
lidad de Zacarías determina el sentido expos
tendrán (y no porque tendrán) ; pues Zacarí;
le cumplieran las promesas que le habían si
cumplieron), sino porque no creyó en ellas
no sólo fué dichosa por el cumplimiento de 1
fe con que ella la recibió.
*3-65 La inteligencia de este maravilloso cán
tcnticiíiaJ. La atribución del cántico a Isab
está inspirada en motivos que nada tienen di
11 a la incredulidad de Zacarías y de-
sta delicadeza lo indirecto y universal
ión de la fo de María con la incredu-
ivo (no causal) de la frase creyó que
. no dejó de ser dichoso porque no se
o hechas (puesto que de hecho se le
desagradó a Dios. María, por tanto,
palabra de Dios, sino también por la
1) tiu-
que
pocos
■5 bíblicos. Las
está entretejido
) más profundo
la inspiración.
co. De ahí la división algo borrosa de
visión estrófica, incierta, no puede ser,
mpre más seguro tomar el cántico tal
:nto sentimental. El cántico, humilde
2 Isabel, comienza respondiendo punto
e*go del plano subjetivo al plano obje-
ufo lógico. La base del sentimiento es
salud humana. Desde este punto de
indcs estrofas : más personal la prime-
ra (46-50), más impersonal la segunda (51-55) ; cada una, a su vez, subdividida en dos
períodos.
<wo Pfimfr¡i parte. Consta de dos períodos, desiguales en extensión, pero per-
fectamente paralelos. Lo más característico de ellos, lógicamente, es la triple
partícula causal, de valor muy diferente, que los enlaza. El siguiente esquema abre-
viado podrá servir para apreciar su encadenamiento lógico :
las estrofas, que más bien se adivinan. La di
por tanto, principio de interpretación. Es su
cual se nos ha conservado. 4) Desenvohilmi
reacción del Corazón virginal a los elogios d
por punto a sus palabras, para remontarse li
tivo de ilos divinos consejos. 5) Desenvolvithit
la visión luminosa del plan divino sobre 1;
Engrandece mi alma
porque puso sus i
Pues me llamarán di
porque hizo en m
d Señor,
os en la bajeza de su esclava,
íosa todas las generaciones,
favor grandes cosas.
La lóg
ha puesti
Dios hizi
en virtud de la
apreciar la fuerz;
se prueba. La te:
la dignación de
tanto la felicitad
grandes cosas. /
dad, el desenvoi'
grandece al Seño
dignación son la
todos me llamar
mera parte son <
le cada período es diáfana. María engrandece a Dios, porque
su bajeza, y todos los hombres felicitarán a María porque
ir grandes cosas. Evidentemente, como se corresponden en-
íán dichosa, así también se corresponden porque puso sus
Puso sus ojos expresa leí afecto de la bondad divina ; hizo
os dos períodos están enlazados por la partícula causal pues,
el segundo es la razón o demostración del primero. Para
esta demostración hay que fijar la tesis y la razón con que
irincipalmente a lo menos, es porque puso sus ojos, es decir,
en mirar benignamentt a María. La razón aducida es no
! todas las generaciones cuanto el que Dios hizo en su favor
lando el movimiento poético del cántico a nuestra mentali-
nto lógico podría expresarse de esta manera. «Mi alma en-
r haberse dignado poner en mí sus ojos. Argumento de esta
indes cosas que en mi favor ha hecho, tales, que por ellas
idiosa.» La base, pues, y el pensamiento capital de la pri-
grandes cosas que Dios ha hecho en favor de María. Cuáles
— 126 —
1 49-57
SAN LUCAS
158-59
Pues he aquí que desde ahora
me llamarán dichosa todas las generaciones ;
** porque hizo en mi favor grandes cosas el Poderoso,
y cuyo nombre es «Santo» ;
50 y su misericordia por generaciones y generaciones
para con aquellos que le temen.
" Hizo ostentación de poder con su brazo :
desbarató a los soberbios en los proyectos de su corazón ;
í2 derrocó de su trono a los potentados
y enalteció a los humildes;
"3 llenó de bienes a los hambrientos
y despidió vacíos a los ricos.
M Tomó bajo su amparo a Israel, su siervo,
para acordarse de la misericordia,
55 como lo había anunciado a nuestros padres,
a favor de Abrahán y su linaje para siempre.
Nacimiento de Juan Bautista, i,
56-66
5" Permaneció María con ella como
ires meses, y volvió a su casa.
" A Isabel se le cumplió el tiempo
de su parto y dió a luz un hijo. K Y
se enteraron sus vecinos y parientes
de que el Señor había usado con ella
de gran misericordia, y le daban el
parabién. 69 Y acaeció que al octavo
día vinieron a circuncidar al niño, y
le llamaban con el nombre de su pa-
sean estas cosas se expresará en la segunda parte ; entre tanto se declaran por
los divinos atributos que en ellas intervienen : su potencia, su santidad, su mi-
sericordia.
t*-*6 Segunda parte. Consta de dos períodos. El primero, más general, pone de
relieve la intervención del poder y de la santidad de Dios en la inversión o true-
que de las suertes humanas (51-53) ; el segundo, más particular, enaltece la mise-
ricordia de Dios en el cumplimiento de la promesa hecha a Israel (54-55). Lo
esencial para la inteligencia del cántico es la correspondencia lógica y verbal
del v. 51 : Hizo ostentación de poder, con el v. 49 : hizo grandes cosas el Po-
deroso ; con lo cual toda la segunda parte resulta ser una explanación del pensa-
miento fundamental de la primera. Con esto queda formulado, y radicalmente
resuelto, el gran problema mariológico del cántico : ¿ en qué sentido esta osten-
tación del poder, de la santidad y de la misericordia de Dios, es decir, la obra
de la redención humana, pueda decirse hecha en favor de María ? Atenuar o pasar
por alto el dativus commodi «oniíií» (=en mi favor) sería un procedimiento más
expeditivo que científico; sobre todo, dado el énfasis intencionado del dativo, eco
de otro dativo análogo len el asentimiento de María : fiat mihi. Si se tratase ex-
clusivamente de la maternidad divina o de las prerrogativas personales a ella inhe-
rentes, no habría dificultad ; pero se trata de la obra redentora, la cual dice María
hecha en su favor. Tres circunstancias o particularidades de María podrán desci-
frar el misterio. Primeramente, María es la primera favorecida con el beneficio
de la redención. En segundo lugar, ella, por su bondad y caridad, más deseosa
de la salud eterna de los hombres que de su propia exaltación, mira como hecho
a sí el bien que a los hombres se hace. Por fin, principalmente, María habla
como quien lleva en sí la representación de Israel y de toda la humanidad. Tor
>.ste triple respecto se considera hecho a fayor de María lo que se hace a favor
de toda la humanidad.
54 Como tres meses : María, por tanto, permaneció con Isabel hasta poco antes
o poco después del nacimiento de Juan. En este supuesto se hace increíble que
María abandonase a Isabel pocos días antes de su alumbramiento, precisamente
cuando más oportunos habían de ser los buenos servicios de María. ¿ Y por qué
la había de abandonar entonces? Ni lo exigía su decoro o modestia ni lo consentía
la bondad de su Corazón. También ella era ya madre. El que San Lucas mencione
la vuelta de María antes de narrar el nacimiento de Juan es uno de los casos
en <jue el evangelista usa el sistema de anticipación, que tan frecuentemente re
aparece en todo su Evangelio.
— 137 —
1 60-65
SAN LUCAS
166-80
dre, Zacaría6. " Intervino su madre,
diciendo :
— No, sino que se llamará Juan.
61 Dijéronle :
— Nadie hay de tu familia que se
llame con ese nombre.
"2 Hacían ^ señas a su padre sobre
como quería que ee llamase. 68 El,
pidiendo una tablilla, escribió en es-
tos términos : «Juan es su nombre.»
V se maravillaron todos. M Abrióse
su boca de improviso, y su lengua
quedó expedita, y hablaba bendicien-
do a Dios. 66 Y se espantaron todos
los que vivían en su vecindad, y en
toda la montaña de la Judea se di-
vulgaban todas estas cosas, 68 y todos
los que las oían las guardaron en su
corazón, diciendo : «¿ Qué será, pues,
este niño?» Porque, a la verdad, la
mano del Señor estaba con él.
Cántico de Zacarías, i, 67-80
r'~ Y Zacarías, su padre, fué llenu
del Espíritu Santo, y profetizó di-
ciendo :
"s Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
perqué visitó y rescató a su pueblo,
y suscitó una fuerza de salud para nosotros
en la descendencia de David, su siervo,
'"' según lo había anunciado desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
;' salud que nos liberase de nuestros enemigos
y de manos de todos los que nos odian ;
" para hacer misericordia con nuestros padres
y acordarse de su alianza santa;
13 para cumplir su juramento,
que juró a Abrahán, nuestro padre :
de darnos 74 que sin temor,
liberados de mano de nuestros enemigos,
le sirvamos ra en santidad y justicia,
en su acatamiento, todos nuestros días.
K Y tú, ¡oh niño!, profeta del Altísimo serás llamado,
pues irás delante del Señor para preparar sus caminos :
" para dar a su pueblo el conocimiento de la salud
en la remisión de sus pecados,
" por las entrañas de misericordia de nuestro Dios,
por las cuales nos visitará un sol naciente desde lo alto,
para iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombra de muerte,
para enderezar nuestros pies por el camino de la paz.
80 Y el niño crecía y se fortalecía en el espíritu y vivía en los desiertos
hasta el día de su manifestación a Israel.
60 Isabel pudo conocer, aun naturalmente, lo que el ángel había dicho a Za-
carías sobre el nombre que debía llevar el niño.
w Hablaba bendiciendo a Dios : refiérese el evangelista al cántico de Zacarías,
que luego reproduce. La inserción proléptica de lo que a él siguió, contenido en
los vv. 65-66, responde al mismo sistema de anticipación antes señalado.
**-*» El cántico de Zacarías es el cántico de la ' salud mesiániea : a) anunciada
por los projetas (6&71) ; b) prometida con juramento a los patriarcas (72-75) ; c) pro
clamada y preparada por el Precursor (76-79). Es interesante que todo el Cántico
está inspirado en la significación etimológica de los nombres de Jesiis (=salud de
Yahvvh), Juan (=gracia o misericordia de Yahveh), Zacarías (=recuerdo de Yahveh),
Isabel (=juramento de Dios) ; la alusión al nombre de María, que parece no podía
faltar, se llalla probablemente en Sol naciente o para iiuminak.
""Siguiendo su sistema de anticipación, despacha San Lucas todo lo concerniente
a Juan, antes de pasar a narrar el nacimiento de Jesús.
-128-
21-7
SAN LUCAS
2 8-14
Nacimiento de Nuestro Señor Jesu-
cristo. 2, 1-7
ey 1 Aconteció que por aquellos días
" emanó un edicto de parte de Cé-
sar Augusto en que ordenaba que se
inscribiesen en el censo los habitan-
tes de todo el orbe. " Este primer
censo se hizo siendo Ouirinio pro-
pretor de la Siria. ' Y se ponían to-
dos en viaje para incribirse, cada
uno a su propia ciudad.
4 Subió también José desde la Ga-
lilea, de la ciudad de Nazaret, a la
Judea, a la ciudad de David que se
llama Belén, por ser él del linaje y
familia de David, 6 para inscribirse
en el censo juntamente con María su
esposa, que estaba encinta. 8 Y su-
cedió que estando ellos allí se le cum-
plieron a ella los días del parto, ' y
dió a luz su hijo primogénito, y le
envolvió en pañales y le recostó en
un pesebre, pues no había para ellos
lugar en el mesón.
Anuncio de los ángeles a los pasto-
res. 2, 8-14
* Y había unos pastores en aquella
misma comarca, que pernoctaban al
raso y velaban por turno para guar-
dar su ganado, 9 y un ángel del Se-
ñor se presentó ante ellos, y la glo-
ria del Señor los envolvió en sus ful-
gores, y se atemorizaron con gran
temor. 10 Y les dijo el ángel : «No
temáis, pues he aquí que os traigo
una buena nueva, que será de gran-
de alegría para todo el pueblo : " que
os ha nacido hoy en la ciudad de Da-
vid un Salvador, que es el Mesías,
el Señor. 12 Y esto os servirá de se-
ñal : hallaréis al niño envuelto en
pañales y recostado en un pesebre.»
a Y de improviso se juntó con el án-
gel gran muchedumbre del ejército
celestial, que alababan a Dios y de-
cían :
14 Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los hombres del [divino] agrado.
2 3 Este primer censo : llámase primero respecto de un segundo censo que unos
diez años más tarde hizo el mismo Quirinio. Otros traducen : cEste censo fué
anterior al que se hizo...i : versión tal vez posible gramaticalmente, pero violenta.
No dice San Lucas que el primer censo fué hecho por el mismo Quirinio, sino
siendo Quirinio propretor (o jefe militar). Lo cual pudo ser de una de tres ma-
neras : 1) o siendo Quirinio legado extraordinario de Augusto, como jefe militar de
la expedición contra los homonadenses ; 2) o siendo propretor de Siria por los
años 11-10 a. de C, antes de Cayo Sentio Saturnino ; 3) o desempeñando el mismo
cargo después de P. Quintilio Varo por los años 4-2 a. de C.
■ A su propia ciudad : el empadronamiento se hizo no en las poblaciones del
domicilio actual, según la costumbre romana, sino en el lugar de origen, conforme
a la usanza judaica.
4 La distancia de Nazaret a Belén era de unos 120 kilómetros.
' Primogénito : término técnico que se aplica al hijo en quien se han de cum
plir las leyes relativas a los primogénitos, respecto de las cuales es indiferente que
al primogénito sucedan, o no, otros hermanos. Jesús, legalmente primogénito, fué
realmente unigénito de María, lo mismo que de Dios Padre. El que María lp
envolvió en pañales v le recostó EN un pesebre por sí misma, es claro indicio de
que el sagrado parto se vió exento de los dolores anejos a los alumbramientos
ordinarios. El pesebre se hallaba en la gruta próxima a Belén, a la cual se
acogieron María y José por no hallar lugar conveniente y decoroso en el mesón
público o caravanera.
8 En aquella misma comarca : San Jerónimo localiza la aparición del ángel a los
pastor: * en Migdal-Eder o Torre del rebaño a unos dos kilómetros al E-N'E. de Belén.
10 T'na buena nueva : primicias del Evangelio.
11 Salvador, Mesías, Señor : tres nombres gloriosísimos. Salvador, título fun-
damenta' o sustantivo, anuncia ya el nombre de Jesús y declara su misión sal-
vadora ; Mesías o Ungido expresa su realeza mesiánica ; Señor, su señorío tras-
cendente y divino. El que nace es el Hijo del Altísimo, hecho Hijo de David, para
ser el Redentor de los hombres.
12 Señales extrañas para el sentido humano : el Salvador, niño ; el Mesías, en-
vuelto en pañales ; el Señor, recostado en un pesebre. Se anuncia la paradoja
de las bienaventuranzas.
"Se corresponden perfectamente los tres elementos de cada uno de los dos
hemistiquios : gloria y paz, Dios y los hombres, las alturas y la tierra. La gloria
a Dios y la paz o plenitud de bienes a los hombres (literalmente en o entre los
hombres) compendian los frutos de la redención. Los hombres del [divino] agrado
— 129 —
X. T. 5
2 15-21
SAN LUCAS
2 22-25
Adoración de los pastores. 2, 15-20
* Y acaeció que, al partirse de ellos
los ángeles al cielo, los pastores Se
decían unos a otros : «Ea, pasemos
hasta Belén, y veamos este aconteci-
miento que el Señor nos manifestó.»
18 Y se vinieron a toda prisa, y ha-
llaron a María y a José, y al niño
recostado en el pesebre. " Y habién-
dole visto, dieron a conocer la de-
claración que se les había hecho acer-
ca de este niño. 18 Y todos los que
les oyeron se maravillaron de las co-
sas que les habían dicho los pasto-
res. 19 Pero María guardaba todas es-
tas palabras confiriéndolas en su co-
razón. 20 Y se tornaron los pastores
glorificando y alabando a Dios por
todas las cosas que oyeron y vieron,
conforme les habían sido anunciadas.
Circuncisión de Jesús. 2, 21
a Y cuando se cumplieron los ocho
días en que debían circuncidarle, le
pusieron por nombre Jesús, como ha-
bía sido llamado por el ángel antes
de que fuese concebido en el seno
materno.
Purificación de María y presentación
de Jesús. 2, 22-24
22 Y cuando se les cumplieron los
días de la purificación según la ley
de Moisés (Lev. 12, 6), le subieron
a Jerusalén para presentarle al Se-
ñor, 23 según está escrito en la Ley
del Señor que «todo primogénito del
sexo masculino será consagrado al
Señor» (Ex. 13, 2; 12, 15), 24 y para
ofrecer como sacrificio, según lo que
se ordenaba en la Ley del Señor,
«un par de tórtolas o dos palominos»
(Lev. 12, 8 ; 5, 11).
El anciano Simeón. 2, 25-35
26 Y he aquí había un hombre en
Jerusalén por nombre Simeón. Y era
este hombre justo y temeroso de Dios,
son los israelitas, entendidos en el sentido de San Pablo : ni todos ni solos los
judíos ; no el Israel de la carne o de la ley, sino el Israel del espíritu o de la
promesa (Gál. 6, 16). Otros traducen : «a los hombres de buena voluntad».
19 Esta observación del evangelista es doblemente reveladora. Por una parte,
indica el espíritu atento y reflexivo de la Madre, que todo lo observaba, retenía
y confería, cotejando unas cosas con otras. Por otra parte, señala discretamente la
fuente de sus informaciones. «El eco más fiel de todas estas palabras, la penetra-
ción más íntima de todas estas cosas, estaban en el Corazón de María, adonde
convergían todos los designios de Diosi (Lagrange, L'ÉvanKilc de Jésus-Clirist, p. 35).
21 La circuncisión legalizaba la situación de Jesús bajo doble respecto : como
hijo de Abrahán y como Redentor. Como •Descendencia de Abrahán» por antono-
masia, que había de concentrar en sí y recapitular toda la posteridad del gran
patriarca y había de ser el depositario de la promesa, convenía llevase en su carne
la marca de la circuncisión, por la cual los judíos quedaban legalmente constituidos
hijos de Abrahán. Y como Redentor, que había de morir en virtud de 'la ley de
Moisés (Jn. 19, 7 ; Gál. 2, 19), debía recibir la circuncisión, por la cual el hombre
quedaba sometido a la ley de Moisés y a sus sanciones (Gál. 5, 3 ; 4, 4). Habilitado
legalmente por la circuncisión para el oficio de Salvador, recibió en ella el glorioso
nombre de Jesús.
22 Se les cumplieron los días de la purificación (literalmente... la purificación
de ellos) : aun cuando sola María debía ser purificada, el asunto de la purificación
concernía también a José, que, como jefe de la familia, debía cuidar del exacto
cumplimiento de la ley que la imponía. En cuanto a María, aunque no estaba
comprendida por la ley, convenía se sometiese a ella por dos motivos principales :
para que la Virgen Inmaculada apareciese a los ojos de los hombres exenta tam
bién de toda sombra de impureza legal y para que el cumplimiento de la ley fuese
un velo que encubriese discretamente el misterio de la concepción virginal. A la
ley de la purificación, que tocaba a la Madre, se juntaba la de la presentación y del
rescate del Primogénito, a la cual, por análogos motivos, quiso someterse el Hijo,
aun sin estar obligado a ello.
28 Simeón : no consta que fuera sacerdote, ni menos que fuese el Simeón hijo
de Hillel y padre de Gamaliel. || La consolación de Israel es la salud mesiánica.
— 130 —
2 26-36
SAN LUCAS
2 28-39
que aguardaba la consolación de Is-
rael, y el Espíritu Santo estaba so-
bre él ; M y le había sido revelado
por el Espíritu Santo que no vería
la muerte antes de ver al Ungido del
Señor. * Y vino al templo impulsado
por el Espíritu. Y cuando sus pa-
dres introducían al niño Jesús para
cumplir las prescripciones usuales
de la ley tocantes a El, 28 Simeón
le recibió en sus brazos y bendijo a
Dios diciendo :
29 Ahora dejas ir a tu siervo, Señor,
según tu palabra, en paz ;
30 pues ya vieron mis ojos tu salud,
51 que preparaste a la faz de todos los pueblos :
3: luz para iluminación de los gentiles,
y gloria de tu pueblo Israel.
33 Y el padre y la madre del ni-
ño estaban maravillados de las cosas
que se decían de él. 34 Y les bendijo
Simeón, y dijo a María, su madre :
«He aquí que éste está puesto para
caída y resurgimiento de muchos en
Israel, y como 6eñal a quien se con-
tradice— 35 y a ti misma una espada
te traspasará el alma — , para que
salgan a luz de muchos corazones los
pensamientos.»
Ana la profetisa. 2, 36-38
86 Había también una profetisa, Ana,
hija de Fanuel, de la tribu de Aser,
que era de edad muy avanzada. Ha-
biendo vivido con su marido siete
años desde que se casó, 31 y quedando
viuda, había llegado hasta los ochen,
ta y cuatro años. La cual no se apar-
taba del templo, sirviendo a Dios en
ayunos y oraciones noche y día. 38 Y
a la misma hora, sobreviniendo, ala-
baba también a Dios y hablaba de El
a todos los que esperaban la reden-
ción de Jerusalén.
Vuelta a Nazaret. 2, 39.
88 Y así que cumplieron todas las
cosas ordenadas en la Ley del Se-
ñor, se volvieron a Galilea, a su ciu-
dad de Nazaret.
M-27 Merece notarse la triple mención del Espíritu Santo, que favorecía a Simeón
con su inhabitación, sus revelaciones y sus divinas mociones.
2*-32 La salud mesiánica se presenta a los ojos de Simeón como universal y es-
piritual ; no como la imaginaban entonces la mayoría de los judíos : nacional y
carnal. •
33 Estaban maravillados : no de las cosas mismas que se decían, sino de que
inesperadamente las dijera aquel hombre desconocido.
34 A María : a ella personalmente se dirige Simeón, conocedor tal vez de su
maternidad virginal. Prevé el anciano que el Mesías sería ocasión de caída para
los que no le recibiesen y principio de resurgimiento para los que creyesen en
El ; para los primeros, por su propia culpa ; para los segundos, por la gracia de
Dios. Será también el Mesías una señal a quien se contradice; es decir, no sim-
plemente blanco de contradicción, sino una señal dada por Dios, la cual todos de-
bían reconocer, y convertirse, pero que muchos habían de recusar y aun atacar
impíamente.
35 Y a ti misma una espada te traspasará el alma : es notable el paralelismo entre
el Hijo y la Madre. Del Hijo se dice : He aquí que éste...; y de la Madre: Y a ti
misma.. Del Hijo: una señal a quien se contradice; de la Madre: una espada te
traspasará el alma. La espada anunciada a la Madre es la repercusión dolorosa de
las contradicciones del Hijo. tLa espada es la del dolor maternal compasivo. Jus-
tamente ha sido mirada la espada como símbolo del dolor de María en el momento
de la Pasión» (Lagrange, Évangile sclon Saint Luc, 2, 35). cComo Jesús salva al
mundo por sus padecimientos, María debe a la espada que traspasa su Corazón
el ser asociada a la obra redentora» (Prat, Jcsus-Christ, 1, 2, IV). Esta interpreta
ción es un eco fiel de la genuina tradición cristiana. Las últimas palabras para
que salgan a luz... empalman con el v. 34, y con ellas se expresa el motivo por
qué unos acogerán al Mesías y otros le repudiarán, según sean rectos o perversos
los pensamientos y sentimientos de sus corazones.
36-33 El desaliño de la frase en esta narración delata dos cosas : la utilización
de una fuente aramea, tal vez escrita, y la escrupulosidad con que San Lucas
reproduce sus fuentes.
39 Esta vuelta a Nazaret puede coincidir con la referida por San Mateo, termi-
nado el destierro de Egipto.
2 40-46
SAN LUCAS
2 47-3 1
Jesús entre los doctores. Vida oculta.
2, 40-52
40 El niño crecía y se robustecía,
llenándose de sabiduría, y la gracia
de Dios estaba sobre El.
41 Iban sus padres cada año a Je-
rusalén por la fiesta de la Pascua.
42 Y cuando fué de doce años, ha-
biendo ellos subido, según la costum-
bre de la fiesta, 43 y acabados los
días, al volverse ellos, quedóse el
niño Jesús en Jerusalén, sin que lo
advirtiesen sus padres. 44 Y creyendo
ellos que El andaría en la comitiva,
caminaron una jornada ; y le busca-
ban entre los parientes y conocidos ;
45 y no hallándole, se tornaron a Je-
rusalén para buscarle. 48 Y sucedió
que después de tres días le hallaron
en el templo, sentado en medio de
los maestros, escuchándoles y ha-
ciéndoles preguntas ; 47 y se pasma-
ban todos los que le oían de su in-
teligencia y de sus respuestas. 48 Y
sus padres, al verle, quedaron sor-
prendidos ; y le dijo su madre :
— Hijo, ¿ por qué lo hiciste así con
nosotros ? Mira que tu padre y yo,
llenos de aflicción, te andábamos bus-
cando.
48 Díjoles El :
— ¿ Pues por qué me buscabais ?
¿ No sabíais que había yo de estar
en casa de mi padre ?
80 Y ellos no comprendieron lo que
les dijo. 61 Y bajó en su compañía y
se fué a Nazaret, y vivía sometido a
ellos. Y su madre guardaba todas es-
tas cosas en su corazón.
" Y Jesús progresaba en sabiduría,
en estatura y en gracia delante de
Dios y de los hombres.
Vida pública
El Precursor. 3, 1-6 (=Mit. 3, i-tó =Mc. 1, 1-6)
31 En el año decimoquinto del im- I Poncio Pilato procurador de la Ju-
perio de Tiberio César, siendo | dea, y Herodes tetrarca de la Gali-
42 La prótas¡9 cuando fué de doce años tiene como apódosis quedóse en Jerusalén.
No se deduce, por tanto, de la narración de San Lucas que Jesús subiese entonces
por primera vez a Jerusalén para la Pascua.
44 Se supone fundadamente que el término de la primera jornada fué El-Bireh,
a 15 kilómetros al N. de Jerusalén.
«-48 después de tres días: al tercer día de haber perdido al Niño. || Le halla-
ron : no en un grupo de oyentes que escuchasen a un maestro, sino en medio de
los maestros, es decir, en un grupo de rabinos que discutían entre sí. Admitido el
Niño en la reunión, y sentado, comenzó escuchando las discusiones ; luego hizo al-
gunas preguntas, tan atinadas, que los rabinos, maravillados, le hicieron a su vez
otras preguntas, a las cuales respondió el Niño tan certeramente, que los dejó más
asombrados todavía. Con razón, pues, sus padres, al verle discutiendo así con aque-
llos rabinos, quedaron sorprendidos por la novedad del caso.
40 En casa de mi Padre : tal es la interpretación de los Santos Padres y la que me-
jor ata con el contexto. Sonriendo amablemente, diría el Niño a la Madre : ¿ por
qué me buscabais en otra parte, sabiendo que yo había de estar en mi casa ?
00 No es fácil determinar lo que María y José no comprendieron en las palabras
de Jesús. Que el templo era casa de Dios y que Jesús era Hijo de Dios, lo sabían
ellos perfectamente. Lo que tal vez no acabaron de comprender fué el motivo de
quedarse Jesús en Jerusalén sin su conocimiento, y con tanta pena suya, y terciar
luego en las discusiones de los rabinos, dando muestras de su sabiduría, cosas todas
tan opuestas a su habitual reserva.
62 El progreso de Jesús en sabiduría, si bien real, fué muy limitado. En cuanto
Dios, claro está que no podía progresar en sabiduría. Aun en cuanto hombre, dotado
de la visión intuitiva de Dios y del conocimiento infuso de todas las cosas, desde
el instante mismo de su concepción, tampoco progresó en esta múltiple sabiduría.
Pudo, empero, progresar, y progresó, en el conocimiento experimental y aun en el
conocimiento racional, que su inteligencia humana iba adquiriendo, con el progre-
sivo desenvolvimiento de sus facultades orgánicas y con los datos cada vez más ricos
de sus experiencias personales. De un modo análogo habrá que explicar el progreso
en gracia.
31 El año décimoquinto debe contarse tomando como punto de partida la asociación
de Tiberio al imperio, que tuvo lugar a principios del año 765 de Roma, que
coincide con el 12 de nuestra era ; y es, por tanto, el 779 de Roma o el 26 de la
era cristiana.
— 132 —
3 2-10
SAN LUCAS
3 3-35
lea, y Filipo, su hermano, tetrarca
de la Iturea y de la Traconítide, y
Lisanias tetrarca de la Abilina, 8 al
tiempo del sumo sacerdote Anás y
Caifas, vino la palabra de Dios sobre
Juan, efl hijo de Zacarías, en el de-
sierto. 8 Y recorrió toda la comarca
del Jordán predicando bautismo de
penitencia para remisión de los pe-
cados, 4 según está escrito en el li-
bro de los discursos del profeta
Isaías (40, 3-5) :
Voz de uno que clama en el desierto:
Aparejad el camino del Señor,
enderezad sus sendas;
5 todo barranco se rellenará
y todo monte y collado se rebajará ;
y lo tortuoso se hará recto,
y lo áspero, caminos llanos ;
• y verá toda carne la salud de Dios.
Exhortación a la penitencia, 3, 7-9
( = Mt. 3, 7-io)
' Decía, pues, a las turbas que sa-
lían para ser bautizadas por él : «En-
gendros de víboras, ¿ quién os mos-
tró el modo de huir de la ira inmi-
nente ? 8 Haced, pues, frutos dignos
de penitencia. Y no comencéis a de-
cir dentro de vosotros : Tenemos por
padre a Abrahán. Porque os digo
que poderoso es Dios para hacer sur-
gir de estas piedras hijos a Abraj
hán. 8 Y ya, además, el hacha está
puesta a la raíz de los árboles. Todo
árbol, pues, que no lleva fruto bue-
no es cortado y echado al fuego.»
Recomienda la caridad y la justicia.
3. 10-14
t0 Y le preguntaban las turbas, di-
ciendo :
— ¿ Qué haremos, pues ?
" Respondíales, diciendo :
— El que tenga dos túnicas, com-
parta con el que no tiene ; y el que
tenga provisiones haga lo mismo.
12 Vinieron también unos publica-
nos a ser bautizados y le dijeron :
— Maestro, ¿ qué hemos de hacer ?
u Y él les dijo :
— No exijáis nada sobre la tasa
que os ha sido fijada.
14 Le preguntaron también algunos
agentes armados diciendo :
— ¿Qué hemos de hacer también
nosotros ?
Y él les dijo :
— A nadie hagáis extorsión, ni de-
nunciéis injustamente, y contentaos
con vuestros estipendios.
Anuncia a Cristo. 3, 15-18
( = Mt. 3, 11-12 =Mc. 1, 6-8)
15 Estando el pueblo en expecta-
ción y discurriendo todos en sus co-
razones acerca de Juan, si por ven-
1 El sumo sacerdote era propiamente Caifás ; pero su suegro Anás, que lo habla
sido desde el año 6 hasta el 15, gozaba de extraordinario crédito y ejercía notable
influjo en toda la clase sacerdotal. De ahí la frase, a primera vista extraña, de
San Lucas.
* El bautismo predicado y administrado por Juan no producía, como el de Cris-
to, la remisión de los pecados : sólo era bautismo de penitencia, que disponía para
recibir de Cios el don de la justificación.
* Voz : en ser voz está toda la grandeza y también toda la pequeñez de Juan. E9
voz potente, que conmueve todo Israel ; pero es también soplo fugaz, comparado con
el que es la Palabra subsistente de Dios.
5 Con estas vivas imágenes se expresan las disposiciones morales con que debe
6er recibido el Mesías.
«Haced frutos dignos de penitencia: penitencia, la transformación total de vues-
tra mentalidad y sentir, es el fruto que Dios os pide. El gran obstáculo para la
humilde penitencia era para los judíos su orgullo de raza. Semejante presunción
había de perderles.
10-14 Con la dureza con que habló a los fariseos y saduceos contrasta la blandura
con que responde a las turbas en general y a los publícanos y soldados en particu-
lar. Preludia el Precursor el proceder del Mesías. Pero, aunque llanos y caseros, los
consejos del Bautista, lealmente aplicados, reformarían el mundo.
3 16-21
SAN LUCAS
3 22-32
tura no sería él el Mesías, " respon-
dió diciendo a todos Juan : «Yo os
bautizo en agua; viene el que es más
fuerte que yo, ante quien no soy dig-
no de desatar la correa de sus zapa-
tos ; El os bautizará en Espíritu San-
to y fuego. " En su mano tiene su
bieldo para limpiar su era y allegar
el trigo en su granero ; mas la paja
la quemará con fuego inextinguible.»
a Y así, con estas y con otras mu-
chas exhortaciones anunciaba al pue-
blo la Buena Nueva.
Es encarcelado. 3, 19-20 ( = Mt. 4, 12
=Mc. i, 14)
19 Mas Herodes el tetrarca, repren-
dido por él con motivo de Herodías,
la mujer de su hermano, y de todas
las maldades que Herodes había he-
cho, 20 añadió a todo lo demás tam-
bién esto : que encerró a Juan en la
prisión.
Bautismo de Jesús. 3, 21-22
( = Mt. 3, 13-17 =Mc. 1, 9-11)
" Y aconteció, al tiempo que todo
el pueblo era bautizado, que, habien-
do sido también Jesús bautizado y
estando en oración, se abrió el cie-
lo, 22 y descendió el Espíritu Santo
en figura corporal a manera de palo-
ma sobre El, y una voz vino del cie-
lo : «Tú eres mi Hijo amado, en ti
me agradé.»
Genealogía de Jesús. 3, 23-38
(=Mt. 1, 1-17)
23 Y era el mismo Jesús, al comen-
zar, como de treinta años, hijo, se-
jíún se creía, de José, que lo era de
Helí, el de Matat, 24 el de Leví, el
de Melquí, el de Jannái, el de José,
26 el de Matatías, el de Amós, el de
Nahum, el de Eslí, el de Naggái,
26 el de Maat, el de Matatías, el de
Semeín, el de Josec, el de Jodá, 27 el
de Joanán, el de Resá, el de Zoro-
babel, el -de Salatiel, el de Nerí, 28 el
de Melquí, el de Addí, el de Cosam,
el de Elmadam, el de Er, 29 el de Je-
sús, el de Eliezer, el de Jorim, el de
Matat, el de Leví, 80 el de Simeón,
el de Judá, el de José, el de Jonam,
el de Eliacim, "el de Meleá, el de
Mená, el de Matatá, el de Natán, el
de David, 32 el de Jesé, el de Jobed,
16 Es admirable la humildad con que Juan no sólo rechaza la tentación de alzarse
con ¡a dignidad de Mesías, que el pueblo se mostraba dispuesto a reconocerle, sino
rebaja su bautismo y su persona ante la persona y el bautismo de Jesús. La expre-
sión El los bautizará en Espíritu Santo y fuego no es una descripción del bautismo
cristiano con todos sus elementos, sino una contraposición que pone de relieve los
elementos característicos de los dos bautismos : el de Juan, de sola agua ; el de Cris-
to, de agua y Espíritu Santo. La adición Y fuego es una imagen expresiva de una
purificación total y radical. Gramaticalmente es una aposición exegética, que declara
el efecto producido por el Espíritu Santo.
10 Herodes Antipas, con doble crimen de adulterio y de incesto, había tomado por
mujer a Herodías, esposa de su hermano Filipo, distinto de Filipo el tetrarca de
Iturea ; hijos los tres, y nieta ella, de Herodes el Grande.
20 Siguiendo su sistema de anticipaciones, narra San Lucas la prisión de Juan
antes de referir el bautismo de Jesús, anterior al encarcelamiento.
El bautismo de Jesús es un misterio de humillación y de gloria : humillación
y gloria propias del Redentor. Como Redentor, que había tomado sobre sí los pe-
cados del mundo para expiarlos, quiso someterse al bautismo de penitencia, propio
de pecadores. Y como Redentor también, quiso prefigurar en sí los frutos de la re-
dención : la apertura del cielo, la efusión del Espíritu Santo, la filiación divina,
que se aplicarán por otro bautismo en agua y en Espíritu Santo. Por la humillación,
la gloria.
23 Al comenzar : se refiere San Lucas al comienzo de la vida pública de Jesús,
que era entonces como de treinta años. Dada la precisión habitual de San Lucas en
contar los años, no podía entonces Jesús tener ni menos de veintinueve años ni más
de treinta y uno. Como el Señor comenzó probablemente su predicación el año 780
de Roma (27 de nuestra era), su nacimiento habrá que colocarlo el año 749 ó 748 de
Roma.
La genealogía de San Lucas, lo mismo que la de San Mateo, es la de José.
La divergencia entre ambos evangelistas, en principio, es fácil de explicar. Uno de
los dos, si ya no los dos, a la generación natural juntan la legal, en virtud de la
ley del levirato, o tal vez también de la adopción. Lo que hasta ahora no se ha
explicado satisfactoriamente es, en concreto, cuál de los dos, y en qué forma, <w
refiere a la generación legal.
— 134 —
3 33 - 4 2
SAN LUCAS
4 3-11
el de Booz, el de Sala, el de Naasón,
** el de Aminadab, el de Admín, el
de Arní, el de Esrón, el de Fares, el
de Judá, "el de Jacob, el de Isaac,
el de Abrahán, el de Tara, el de Na-
cor, 56 el de Seruc, el de Ragáu, el de
Fálec, el de Eber, el de Saia, * el de
Cainam, el de Arfaxad, el de Sem,
el de Noé, el de Lámec, " el de Ma-
tusalá, el de Enoc, el de Járet, el de
Maleleel, el de Cainán, 38 el de Enós,
el de Set, el de Adán, el de Dios.
Ayuno y tentaciones de Jesús. 4, 1-13
(=Mt. 4, i-ii =Mc. 1, 12-13)
a 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo,
^ volvió del Jordán, y era con-
ducido por eil Espíritu al desierto,
2 donde estuvo cuarenta días, y era
tentado ipor el diablo. Y no comió
nada durante aquellos días, y aca-
bados ellos sintió hambre. * Di jóle
el diablo :
_ — Si eres Hijo de Dios, di a esta
piedra que se convierta en pan.
4 Y respondióle Jesús :
— Escrito está que «No de sólo pan
vivirá el hombre» (Dt. 8, 3).
5 Y habiéndole llevado a un sitio
alto, le mostró todos los reinos de
la tierra en un instante, " y díjole el
diablo :
— Te daré toda esta potencia y la
gloria de ellos, puesto que a mí me
ha sido entregada, y a quien quiero
la doy ; ' si, pues, tú te postrares
delante de mí, será tuya toda.
8 Y respondiendo Jesús, le dijo :
— Escrito está : «Adorarás al Se-
ñor tu Dios y a El sólo darás cul-
to» (Dt. 6, 13).
9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso
sobre el alero del templo y le dijo :
— Si eres Hijo de Dios, échate de
aquí abajo ; 10 porque escrito está
(Sal. 90, 11-12) :
11 y que
A sus ángeles ordenará acerca de ti
que te guarden;
en las manos te tomarán,
no sea que tropieces con tu pie en alguna piedra.
A 1 Llenó de Espíritu Santo : la plenitud del Espíritu Santo, que Jesús en cuanto
hombre poseía desde el instante de la concepción, menciónala aquí San Lucas para
señalar la nueva acción que el Espíritu Santo iba a ejercer desde ahora en la ac-
tuación mcsiánica de Jesús, toda ella dirigida por el Espíritu Santo. || El desierto
a que fué conducido Jesús parece haber sido el que más tarde se llamó el monte
de la Cuarentena, al O. de Jericó.
1 Era tentado : la estructura desaliñada de la frase (literalmente en el desierto
cuarenta días, siendo tentado) no permite concluir que se hable de tentaciones
diferentes de las que luego se refieren en particular. El que sintió hambre, acabados
los cuarenta días, parece indicar que no la sintió durante ellos : verdadero milagro,
que connaturalmente debe explicarse por la altísima contemplación en que estuvo
absorto el Salvador, y que le sustraía a las necesidades de la naturaleza.
J-'2 Las tres tentaciones coinciden sustancialmente con las referidas por San Ma-
teo, con la sola diferencia del orden, invertido probablemente por San Lucas. Son
tentaciones antimesiánicas, con que el diablo se propone desnaturalizar el programa
mesiánico de Jesús, a quien pretende inspirar un mesianismo terreno o espec-
tacular y aun convertirle en un antimesías.
3_J El arte del diablo es astuto y refinado. Disimulando sus intentos, se apro-
vecha de las circunstancias, halaga la vanidad y propone una cosa no mala : todo
para llevar a Jesús al mesianismo carnal de los judíos. Contra la astucia redomada,
el prudente disimulo. Con un texto de la Escritura deshace Jesús todos los trampan-
tojos de) diablo. Queda en pie su programa.
M Esta tentación, verdadero acto de desesperación, quiere trocar a Cristo en
un anticristo. Contra la temeraria desfachatez del tentador, la serena firmeza de
Jesús, expresada con otro texto bíblico.
*-'2 Esta tentación probablemente precede a la anterior, como en San Mateo.
Así lo persuaden : a) la actitud del tentador, que en esta tentación, como en la
primera, es de disimulo, mientras que en la segunda es de descaro; bl la conexión
o gradación de las tentaciones : la tercera toma pie de la confianza en Dios, con
que Jesús responde a la primera ; c) el desenlace de la segunda, que, según San Ma-
teo, es algo definitivo UVete de aquí, Satanás») ; d) el carácter mismo de las ten-
taciones : pseudo-mesiánicas la primera y la tercera ; antimesiánica la segunda.
4 12-21
SAN LUCAS
4 16-23
" Y respondiendo, díjole Jesús que
— Dicho está : «No tentarás al Se-
ñor tu Dios» (Dt. 6, 16).
a Y habiendo dado fin a toda ten-
tación, el diablo se retiró de El has-
ta otro tiempo oportuno.
Vuelta a Galilea. 4, 14-5
( = Mt. 4, 12-17 =Mc. 1, 14-15)
14 Y volvió Jesús con la fuerza del
Espíritu a Galilea, y su fama se ex-
tendió por toda la comarca. *Y El
enseñaba en sus sinagogas, y era
glorificado de todos.
En la sinagoga de Nazaret. 4, 16-30
( = Mt. 13, 53-58 =Mc. 6, 1-6)
" Y fué a Nazaret, donde se había
criado, y entró, según su costumbre,
el día de sábado en la sinagoga, y
se levantó a leer. " Y le fue entre-
gado el libro del profeta Isaías, y
abriendo el libro, halló el lugar en
que estaba escrito (61, 1-2 ; 58, 6) :
18 El Espíritu del Señor sobre mí,
por cuanto me ungió;
para evangelizar a los pobres me ha enviado,
para pregonar a los cautivos remisión,
y a los ciegos, vista ;
para enviar con libertad a los oprimidos,
" para pregonar un año de gracia del Señor.
M Y habiendo arrollado el volumen,
lo entregó al ministro y se sentó. Y
los ojos de todos en la sinagoga es-
taban clavados en El. 21 Y comenzó
a decirles que
— Hoy se ha cumplido esta escri-
tura que acabáis de oír.
22 Y todos daban testimonio a su
favor y se maravillaban de las pala-
bras de gracia que salían de sus la-
bios, y decían :
— ¿ Pues no es éste el hijo de José ?
23 Y les dijo :
— Indudablemente me aplicaréis es-
14-16 Mirada de conjunto sobre la vida pública de Jsús. Su campo de acción fué
Galilea, en particular las sinagogas ; el impulso que le movía y dirigía era la
fuerza del Espíritu Santo ; su actuación principal, la predicación : enseñaba ; su
FAMA SE EXTENDIÓ POR TODA LA COMARCA, Y ERA GLORIFICADO DE TODOS.
i«-*> Este episodio es el mismo narrado más compendiosamente por San Ma-
teo (3, 53-58) y por San Marcos (6, 1-6) , quienes lo colocan hacia el fin del segundo
año. San Lucas lo adelanta, probablemente por ver en él como un tipo o programa
de lo que fué la predicación del Salvador. En él se ve además cómo los judíos
pasaron gradualmente del entusiasmo inicial al repudio final.
18 Se levantó a leer : probablemente invitado por el jefe de la sinagoga.
17 Halló el lugar : el pasaje de Isaías que tocaba leer aquel sábado.
i»-» Este pasaje, estrictamente mesiánico, caracteriza admirablemente la obra
del Mesías.
20 El volumen o rollo se abría desenrollándolo y se cerraba volviéndolo a arro-
llar. || El ministro de la sinagoga, llamado khazzán, a los oficios de custodio y
sacristán añadía a las veces los de alguacil y maestro de primeras letras.
21 Hoy se ha cumplido : manera delicada de decir que él era el Mesías y que
entonces cumplía con ellos su oficio.
22 Las palabras de gracia: cjamás hombre habló así, como este hombre» (Jn. 7, 46).
23 Cuantas cosas hemos oído hechas en Cafarnaúm : estas cosas son los milagro
narrados posteriormente, que son, por tanto, anteriores a esta predicación en
Nazaret.
80 Habiendo pasado por en medio de ellos : milagro de orden moral, con que el
Señor les ató las manos, para que no ejecutasen sus criminales designios.
2°-30 Es instructivo notar cómo se desenvuelve y varía gradualmente el estado
de opinión de los nazaretanos respecto de Jesús. Al principio, los ojos de todos
estaban clavados en El : curiosa expectación. Oído el discurso, todos daban testi-
monio a su favor : aprobación general. Y se maravillaban . admiración, que de-
genera en vulgar extrañeza, motivada por el humilde origen de Jesús, i No ES
éste el hijo de José ? La extrañeza se conyierte en escándalo. Sigue la presuntuosa
demanda de milagros : ..Médico, cúrate a ti mismo. Ante la negativa de Jesús
se llf_varon de cólera todos, y concibieron proyectos homicidas. Es la trayectoria
que había de seguir la actitud del pueblo judío frente a Jesús.
-136-
4 24-34
SAN LUCAS
4 35-41
te proverbio : «Médico, cúrate a ti
mismo.» Cuantas cosas hemos oído
hechas en Cafarnaúm , hazlas tam-
bién aquí en tu patria.
* Dijo empero :
— En verdad os digo que ningún
profeta es acepto en su patria. 26 De
verdad os digo, muchas viudas ha-
bía por los días de Elias en Israel,
cuando se cerró el cielo por tres
años y seis meses, con que vino gran-
de hambre sobre toda la tierra, 28 y
a ninguna de ellas fué enviado Elias
sino a Sarepta, ciudad de Sidonia, a
una mujer viuda. 21 Y muchos lepro-
sos había en Israel al tiempo de Elí-
seo profeta, y ninguno de ellos fué
curado sino Naamán el siró.
28 Y se llenaron de cólera todos en
la sinagoga al oír estas cosas. 29 Y le-
vantándose le arrojaron fuera de la
ciudad y le llevaron hasta la cima
del monte sobre el cual estaba edifi-
fada su ciudad, con el intento de
despeñarle. 30 Mas El, habiendo pa-
sado por en medio de ellos, iba su
camino.
El endemoniado de Cafarnaúm.
4, 3!-37 ( = Mt. i, 21-28)
" Y bajó a Cafarnaúm, ciudad de
Galilea. Y les enseñaba el día de sá-
bado. 32 Y se asombraban de su en-
señanza, porque su palabra estaba re-
vestida de autoridad.
83 Y había en la sinagoga un hom-
bre que tenía un espíritu de demonio
inmundo y se puso a dar grandes
gritos :
34 — ¡ Ah ! ¿ Qué tienes que ver con
nosotros,. Jesús Nazareno ? ¿ Viniste
a perdernos ? Te conozco quién eres,
el Santo de Dios.
35 Y Jesús le ordenó resueltamente,
diciendo :
— Enmudece y sal de él.
Y habiéndole arrojado al suelo allí
en medio, el demonio salió de él sin
haberle hecho ningún daño. 38 Y so-
brecogió el espanto a todos, y ha-
blábanse unos a otros diciendo :
— ¿ Qué palabra es ésta ? Porque
con autoridad y poder manda a los
espíritus impuros y salen.
" Y se propagaba su renombre a
todo lugar de la comarca.
La suegra de Pedro. 4, 38-39
( = Mt. 8, 14-15 =Mc. 1, 29-31).
88 Levantándose y partiendo de la
sinagoga, entró en la casa de Simón.
Y la suegra de Simón estaba con
una gran fiebre, y le rogaron por
ella 39 Y viniendo cabe ella, mandó
resueltamente a la fiebre, y ésta la
dejó ; y ella, levantándose al instan-
te, les servía.
Curaciones numerosas. 4, 40-41
( = Mt. 8, 16-17 =Mc. 1, 32-34)
40 Y al ponerse el sol, todos cuan-
tos tenían enfermos de diferentes en-
fermedades los llevaron a El ; y El,
poniendo las manos sobre cada uno
de ellos, los curaba. 41 Y salían de
muchos los demonios gritando y di-
81-37 Jesús enseña y libra a un endemoniado. Desde el primer momento se ma-
nifiesta «poderoso en obra y en palabra» (24, 19). Al oírle los cafarnaftas, 6F
asombraban de su enseñanza ; al presenciar el milagro, sobrecogió el espanto a
iodos. La impresión es de algo nuevo, jamás visto ni oído. Es el principio de la
vida pública.
** Entró en la casa de Simón : invitado, sin duda, por él. Le acompañaban, ade-
más de Andrés, Santiago y Juan. Es de notar, para precisar la discutida localiza-
ción de Cafarnaúm, que Simón y Andrés, pescadores, tenían su casa en Cafar-
naúm, que, por tanto, había de ser ciudad «marítima» (Mt. 4, 13).
58 Les servía : deliciosa escena de familia, realzada por un milagro hecho en
familia.
40 Milagros a granel, pero hechos por pura bondad y sin exhibición espectacular.
Tales son los milagros de Jesús.
41 «Tú eres el Hijo de Dios» : no consta con certeza que el demonio conociera
la divina filiación de Jesús ni siquiera su mesianidad. No hay que olvidar que
la inteligencia del demonio, aunque naturalmente penetrante, padecía tremendas
ofuscaciones. Por lo demás, Jesús no admitía a su favor el testimonio del padre
de la mentira
— 1.37 —
4 42-5 3
SAN LUCAS
5 4-11
ciendo que «Tú eres el Hijo de Dios».
E increpándolos, no les permitía de-
cir que sabían que El era el Mesías.
Oración solitaria. 4, 42-44
( = Mt. i, 35-38)
41 Y cuando se hizo de día, salien-
do se fué a un lugar desierto ; y las
turbas le anclaban buscando, y die-
ron con El, y querían retenerle que
no se les fuese. 43 Mas El les dijo
que
—También a las otras ciudades ten-
go que anunciar el Evangelio del rei-
no de Dios, pues para esto fui en-
viado.
44 Y andaba predicando por las si-
nagogas de Galilea.
Pesca milagrosa. 5, 1-8
r 1 Y aconteció que, como la turba
J se agolpase sobre El y escuchase
la ipalabra de Dios, El estaba de pie
junto al lago de Genesaret. 2 Y vió
dos lanchas que estaban junto al la-
go ; los pescadores, que habían baja-
do de ellas, estaban lavando las re-
des. * Y subiendo en una de las bar-
cas, que era de Simón, le rogó que
bogase un poco apartándose de la
playa ; y sentado en la barca ense-
ñaba a las turbas. 4 Y en cuanto cesó
de hablar, dijo a Simón :
— Boga mar adentro y soltad vues-
tras redes para la pesca.
6 Y respondiendo Simón, dijo :
— Maestro, con haber estado bre-
gando toda la noche, nada cogimos ;
pero sobre tu palabra soltaré las re-
des.
* Y como esto hicieron, prendieron
gran cantidad de peces, y se rom-
pían sus redes. ' E hicieron señas a
los compañeros que estaban en la
otra barca, para que viniendo les
ayudasen. Y vinieron y llenaron am-
bas barcas, tanto que se hundían. 8 Y
viendo esto Simón Pedro, postróse a
los pies de Jesús, diciendo :
— Retírate de mí, porque soy hom-
bre pecador, Señor.
Vocación de los primeros discípulos.
5, 9-11 ( = Mt. 4, 18-22 =Mc. 1, 16-20)
* Era que el espanto le había in-
vadido, y no menos a todos los que
con él estaban, con motivo de la pes-
ca de los peces que habían cogido,
10 y lo mismo también a Santiago y
a Juan, hijos de Zebedeo, que for-
maban sociedad con Simón. Y dijo
a Simón Jesús :
— No temas ; de ahora en adelan-
te serán hombres los que pescarás.
11 Y habiendo sacado las barcas a
tierra, abandonándolo todo le siguie-
ron
**-*4 La enorme popularidad conquistada el día anterior en Cafarnaúm no fascinó
a Jesús. Apenas se hlzo de día, se fué a un lugar desierto para orar (Me. 1, 35)
y luego a otras ciudades para anunciar el Evangelio.
5» Sentado en la barca enseñaba : hermoso pulpito, apropiado a la predicación del
joven Maestro, cuya palabra era tan espontánea y natural como inefablemente
bella.
7 Los compañeros : eran el Zebedeo y sus dos hijos, que formaban compañía con
Simón y Andrés.
Esta vocación, según todas las probabilidades, es la misma referida por
San Mateo y San Marcos. Para conciliar las ligeras discrepancias redaccionales no
hay que olvidar que toda esta escena, enlazada con la pesca milagrosa, duró varias
horas, y que los evangelistas se refieren a distintos momentos de ella. San Lucas
habla de dos pescas : una nocturna, frustrada, y una matinal, bien lograda. Entre
las dos presenta a los pescadores lavando las redes. San Mateo y San Marcos ha-
blan de alguna pesca, sin más distinciones, y presentan a Simón y Andrés
echando las redes al mar, a Santiago y Juan recomponiendo sus redes. La acción
de Simón y Andrés puede referirse tanto a la primera pesca o a la secunda como
sintéticamente a entrambas a la vez. La acción de Santiago y Juan puede ser pos-
terior tanto a la pesca nocturna como a la matinal. No es imposible, por tanto,
la conciliación de los relatos evangélicos ; al contrario, la multiplicidad de las
combinaciones posibles nos deja inciertos sobre el modo concreto o histórico
con que realmente se desarrolló la acción. Para apreciar el sentido y los efectos
de este llamamiento conviene recordar que ya anteriormente las dos binas de
hermanos hablan seguido a Jesús como discípulos. Pero el anterior seguimiento
-138-
5 12-!7
SAN LUCAS
5 18-24
Curación de un leproso. 5, 12-16
( = Mt. 8, 2-4 =Mc. 1, 40-45)
" Y aconteció que, hallándose El
en cierta ciudad, se le presenta de
pronto un hombre todo lleno de le-
pra ; y al ver a Jesús, cayendo so-
bre su rostro, le rogó, diciendo :
— Señor, si quieres, me puedes lim-
piar.
13 Y extendiendo la mano, le tocó,
diciendo :
— Quiero, sé limpio.
Y al instante la lepra desapareció
de él. " Y El le ordenó no decirlo
a nadie, sino
— Anda, muéstrate al sacerdote y
ofrece por tu purificación según lo
que prescribió Moisés, para que ks
sirva de testimonio.
15 Pero se extendía cada vez más
su fama, y concurrían grandes mu-
chedumbres para oír y para ser cura-
dos de sus enfermedades ; 19 mas El
se retiraba a sitios solitarios y se
daba a la oración.
El paralítico de Cafarnaúm. 5, 17-26
(=Mt. g, 1-8 =Mc. 2. 1-12)
17 Y aconteció un día que El estaba
enseñando, y estaban sentados unos
fariseos y doctores de la Ley, que
habían venido de todas las aldeas de
Galilea, de Judea y de Jerusalén ; y
el poder del Señor estaba en El para
sanar. 18 Y he aquí unos hombres lle-
vando sobre una camilla un hombre
que estaba paralítico y buscaban ma-
nera de introducirle y ponerle delan-
te de El. 19 Y no hallando por dón-
de introducirle a causa de la muche-
dumbre, subidos a la terraza, por en-
tre las tejas le descolgaron junto con
su camilla hasta ponerle en medio
delante de Jesús. 20 Y viendo la fe
de ellos, dijo :
— Hombre, perdonados te son tus
pecados.
;J Y comenzaron a pensar los escri-
bas y los fariseos, diciendo :
— ¿ Quién es éste, que habla blas-
femias ? ¿ Quién puede perdonar pe-
cados sino sólo Dios ?
22 Conociendo Jesús sus pensamien-
tos, respondiendo les dijo :
— ¿Qué andáis pensando en vues-
tros corazones ? 23 ¿ Qué es más ha-
cedero, decir : «Perdonados te son tus
pecados», o decir : «Levántate y an-
da» ? 21 Mas para que sepáis que el
Hijo del hombre tiene potestad de
perdonar pecados sobre la tierra— di-
jo al paralizado — , yo te lo digo :
Levántate y, tomando a cuestas tu
camilla, anda a tu casa.
había sido espontáneo y ocasional ; el de ahora en adelante va a ser definitivo
y profesional. Los pescadores de peces van a ser pescadores de hombres.
12-" La oración del leproso, tan discreta. en la forma, es en el fondo apremiante
y comprometedora : va derecha al Corazón de Jesús, cuya bondad casi pone en tela
de juicio. Jesús no podía responder sino cQuieroj.
14 Le ordenó no decirlo a nadie : para no sobreexcitar intempestivamente los
entusiasmos populares.
16 Se complace San Lucas en recordar la frecuencia con que Jesús se daba a la
oración.
17 El I-Oder del Señor... : literalmente la virtud del Señor (=Yahvé) era (o
estaba |allí]) para sanar él; es decir, Jesús poseía el poder de Dios para sanar las
enfermedades. Es una observación del evangelista médico, que reconoce en Jesús
un poder de curar superior a toda medicina humana.
"-*> La presencia del paralítico, introducido de una manera tan insólita, puesto
allí en medio de todos, despertó una enorme expectación. Los ojos de todos estaban
clavados en Jesús. Para demostrar su mesianidad, Jesús, sin más, hubiera podido
sanar al paralítico. Pero no menos que demostrar su mesianidad interesaba a Jesús
afirmar su trascendencia divina y subrayar su índole espiritual : que era el Hijo
de Dios, venido no a restaurar reinos terrenos, sino a perdonar pecados. Por esto,
vuelto al paralítico, que le miraba suplicante, díjole : Perdonados te son rus pecados.
La expectación se convirtió en vivísima ansiedad.
"-^ La reacción de los fariseos y escribas fué la que era de esperar : censuras
acerbas, acusación de blasfemia. Pero ellos mismos, incautos, formulan el principio
del argumento con que Jesús va a demostrar sus poderes divinos : ¿ Quién puede
perdonar pecados sino sólo Dios? La réplica de Jesús es tan asombrosa como el
milagro que va a obrar : dos preguntas y un período de nuevo cuño. La primera
pregunta es un contraataque personal. La segunda es el planteamiento del doble
problema : de evidencia fulgurante. El período es mitad razonamiento, mitad im-
perio. El milagTo que sigue inmediatamente es el sello que acredita la verdad del
razonamiento y la divina potestad del imperio : argumento ineludible de la tesis
5 2ñ-29
SAN LUCAS
5 30-37
26 Y al instante, habiéndose levan-
tado a vista de ellos, tomando a
cuestas aquello sobre que había es-
tado tendido, se marchó a su casa
glorificando a Dios. 26 Y se apoderó
de todos e! estupor y glorificaban a
Dios y se llenaron de temor, con que
decían : «Hoy hemos visto cosas in-
creíbles.»
Vocación de Mateo. 5, 27-32
( = Mt. 9, 9-13 =Mc. 2, 13-17)
cano por nombre Leví sentado en su
despacho de aduanas, y le dijo :
—Sigúeme.
* Y abandonándolo todo, levantán-
dose le seguía.
** Y le hizo Leví un gran convite
en su casa, y había gran muchedum-
bre de publícanos y de otros que es-
taban con ellos a la mesa. *° Y mur-
muraban los fariseos y sus escribas,
diciendo a los discípulos de Jesús :
— ¿ Cómo es que coméis y bebéis
con los publícanos y pecadores ?
81 Y respondiendo Jesús, les dijo :
— No tienen necesidad de médico
los sanos, sino los que se hallan mal ;
32 no he venido a llamar justos, sino
pecadores a penitencia.
Cuestión sobre el ayuno. 5, 33-39
( = Mt. 9, 14-17 =Mc. 2, 18-22)
33 Ellos le dijeron :
— Los discípulos de Juan ayunan
frecuentemente y hacen oraciones,
asimismo también los de los fari-
seos ; los tuyos, en cambio, comen
y beben.
34 Mas Jesús les dijo :
¿Por ventura podéis hacer ayunar a los hijos de la sala nupcial
en tanto que el esposo está con ellos ?
16 Mas días vendrán, y cuando les sea arrebatado el esposo,
entonces ayunarán en aquellos días.
Y les decía también una parábola a ellos : que
Nadie echa sobre un vestido viejo un remiendo
cortándolo de un vestido nuevo ;
de lo contrario, fuera de que rasga el nuevo,
tampoco con el viejo dice bien el remiendo tomado del nuevo.
87 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos ;
latente : que Jesús, poderoso para perdonar pecados, es Dios. El efecto fué la
mudez de los fariseos y el estupor de todos y la glorificación de Dios.
a Vio : más exactamente, consideró o contempló. Parece, pues, que Jesús se de-
tuvo al pasar junto al despacho de Levi o Mateo y se puso a mirar amablemente
la faena del aduanero. Conclusión tal vez de otras palabras que se cruzaron fué el
llamamiento con que le invitó a dejar aquella odiosa ocupación y a seguirle como
discípulo. Mateo respondió al llamamiento con prontitud y gozo. Muestra de este
trozo fué el convite que luego hizo en obsequio al Maestro.
"Sus escribas: es decir, los escribas afiliados al partido de los fariseos. || Di-
ciendo a los discípulos : cobardes, atacan a los discípulos, temerosos de habérselas
con el Maestro.
n"aí La respuesta del Maestro, al paso que justifica su conducta, zahiere iróni-
camente a aquellos farsantes, que no se consideraban enfermos ni pecadores.
*'-*• A la nueva acusación de los fariseos responde el Maestro con cuatro lindas
parábolas. La primera y la tercera coinciden con las respectivas de San Mateo y
San Marcos, la segunda ofrece una divergencia redaccional, la cuarta es nueva.
En la segunda, en vez del remiendo de paño tieso pone San Lucas un remiendo
cortado de un vestido nuevo, que hace más expresiva la parábola. Pudo ser que
el Maestro emplease sucesivamente ambas expresiones, reproducidas luego par-
cialmente por cada uno de los evangelistas. La cuarta, comparando los fariseos a
los bebedores de vino añejo, con finísima ironía parece darles la razón en rechazar
la novedad del Evangelio ; como diciendo : no es de maravillar que vosotros, como
cuerdos bebedores, desechéis de plano el vino nuevo que yo os ofrezco, inferior,
sin duda, al añejo a que estáis habituados. A través de la ironía enseña el prudente
Maestro que, si es peligroso el hipo de novedades, puede ser no menos pernicioso
et apego irracional a las vetusteces.
— 140 —
538-65
SAN LUCAS
6 6-10
de lo contrario, romperá el vino nuevo los odres,
y él se derramará y los odres se echarán a perder ;
38 sino que vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
88 Y nadie después de beber añejo le quiere nuevo ;
porque dice : «Bueno es el añejo.»
Las espigas arrancadas en sábado.
6, 1-5 ( = Mt- 12, i-8 =Mc. 2, 23-28)
¿i 1 Y aconteció en el sábado segun-
0 do-iprimero pasar El por unos
sembrados, y arrancaban sus discí-
pulos .las espigas y las comían, fro-
tándolas con las manos.
* Y algunos de los fariseos dijeron :
— ¿Por qué hacéis lo que no está
permitido en día de sábado ?
' Y respondiendo Jesús, les dijo :
— ¿ Es que no leísteis siquiera lo
que hizo David cuando tuvo hambre
él y los que con él iban ? 4 ¿ Cómo
entró en la casa de Dios y tomó los
panes de la proposición y los comió
y los dió a los que con él iban, los
cuales no es permitido comer sino a
solos los sacerdotes ?
6 Y les decía que
— Señor es el Hijo'del hombre tam-
bién del sábado.
Curación de la mano paralizada.
6, 6-11 ( = Mt 12, 9-14 =Mc. 3, 1-6)
' Y aconteció en otro sábado en-
trar El en la sinagoga y enseñar. Y
había un hombre allí, y su mano de-
recha estaba rígida. 1 Y observaban
los escribas y los fariseos si en sá-
bado curaba, para hallar de qué acu-
sarle. 8 Pero El conocía sus pensa-
mientos, y dijo al hombre que te-
nía rígida la mano :
— Levántate y ponte de pie en
medio.
Y levantándose púsose de pie. * Dí-
joles Jesús :
— Os pregunto si es permitido en
sábado hacer bien o hacer mal, sal-
var un alma o perderla.
10 Y echando en torno una mirada
sobre todos ellos, le dijo :
— Extiende tu mano.
El lo hizo, y quedó restablecida su
61 El sábado segundo-primero parece ser el que seguía al día segundo de la se-
mana pascual o bien el que seguía al gran sábado que ocurría dentro de ella.
De todos modos, el episodio tuvo lugar entrada la primavera.
*-* Enseña el Maestro, humanamente, que la observancia de los días festivos no
debe degenerar en superstición, y, más generalmente, que la obligación de ciertas
leyes cesa si su observancia ha de ser perjudicial.
Hay que analizar este breve episodio para apreciar su fuerza dramática y
su profundo sentido. Situación inicial : es sábado ; un pobre lisiado frente al tau-
maturgo bueno : la desgracia suplicante frente a la bondad benéfica. Si más no
hubiera, la solución se imponía : Jesús hubiera curado al lisiado. Pero se complica
la situación. Allí están los escribas y fariseos observando los pasos de Jesús con
animo malévolo: la perversidad frente a la rectitud. ¿Qué hará Jesús/ Afronta
gallardamente a la vez las dos situaciones. Ve ante sí al lisiado y conoce los pen-
samientos de los adversarios. Y obra rápidamente. Primero : manda al lisiado que
salga al medio : subraya y agudiza la situación inicial. Segundo : se encara con
los adversarios. Ellos preguntaban: t¿ Es lícito curar en sábado?» El, remontán-
dose de un vuelo a un plano superior, les pregunta : t¿ Es lícito en sábado hacer
bien o hacer mal ?» Pregunta habilísima, que no admitía otra respuesta más que
un silencio bochornoso. Tercero : Jesús echa en torno una mirada sobre todos
ellos, con ira y tristeza a la vez (Me. 3, 5) : mirada de superioridad y de reto.
Cuarto : con solas dos palabras^ sin un solo acto que ni siquiera a aquellos legule-
yos pudiera semejar infracción del reposo sabático, sana al lisiado. Efectos : el li-
siado queda curado, los escribas y fariseos se llenaron de insensatez. Tal es este
maravilloso episodio, suficiente por sí solo para autenticar el Evangelio. Tales ma-
ravillas no podían inventarlas los evangelistas. Una enseñanza conviene recoger.
Para los escribas, entre la cura de un enfermo y la observancia del sábado existía
un conflicto insoluble, porque se movían en un plano de mezquindades humanas ;
para Jesús, que se eleva al plano de las generosidades divinas, el conflicto ni existe
siquiera. ¡Cuántos conflictos humanos se solucionarían, o, mejor, desaparecerían, si
los hombres supieran elevarse del plano humano al plano divino!
— 141 —
6 "-16
SAN LUCAS
6 17-23
mano. u Y ellos se llenaron de in-
sensatez, y hablaban unos con otros
sobre qué iban a hacer con Jesús.
Elección de los Doce. 6, i
:Mt. 5, i ; io, 1-4 =Mc. 3,
-16
13-19)
. " Y aconteció por aquellos días sa-
lir £1 al monte para orar, y pasaba
la noche en la oración de Dios. 13 Y
en cuanto se hizo de día, llamó a sí
sus discípulos, y escogió entre ellos
doce, a quienes dió el nombre de
apóstoles : 11 Simón, a quien dió el
nombre de Pedro, y Andrés, su her-
mano, y Santiago y Juan, y Felipe
y Bartolomé, 16 y Mateo y Tomás, y
Santiago de Alfeo y Simón el apelli-
dado Zelotes, 16 y Judas de Santiago
y Judas Iscariote, que fué traidor.
El sermón de la montaña: antece-
dentes. 6, 17-19 ( = Mt. 4, 24-25; 5, 1
= Mc. 3, 7-13)
" Y bajando con ellos, se detuvo
en un paraje llano, y con El turba
numerosa de sus discípulos y gran
muchedumbre del pueblo, venido de
toda la Judea y de Jerusalén y de la
marina de Tiro y de Sidón ; los cua-
les habían venido a oírle y a ser cu-
rados de sus enfermedades ; 18 y los
que eran vejados por espíritus in-
mundos eran curados ; 19 y toda la
turba procuraba tocarle, porque salía
de El una virtud y sanaba a todos.
Bienaventuranzas y desventuras.
6, 20-26 ( = Mt. 5, 2-12)
20 Y El, levantando sus ojos a sus
discípulos, decía :
Bienaventurados los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que tenéis hambre ajiora,
porque seréis saciados.
Bienaventurados los que lloráis ahora,
porque os reiréis.
a Bienaventurados sois cuando os aborrecieren los hombres
y cuando os arrojaren de sí y ultrajaren
y desecharen vuestro nombre como malo por causa del Hijo del
53 gózaos en aquel día y dad saltos de placer ;
pues sabed que vuestra recompensa es grande en el cielo ;
porque así fué como sus padres hacían con los profetas.
hombre
" Salir El al monte : esta expresión, combinada con la que sigue al sermón :
«entró en Cafarnaúm» (7, i), parece indicar que el monte de que se habla no
distaba mucho de Cafarnaúm. No era, pues, el llamado Monte de las Bienaventu-
ranzas (Qurn Hattin), demasiado lejano de la ciudad. Es instructivo considerar
que el Maestro, antes del sermón y de la elección de los apóstoles, pasó la noche
ENTERA EN LA ORACIÓN DE DlOS.
u-'9 Se comienza a dibujar la jerarquía de la Iglesia. De la masa de los judíos
que creían en El llama Jesús a algunos que le siguieran como discípulos ; entre los
discípulos se escoge ahora doce, a quienes llama apóstoles o enviados; entre los
apóstoles destacará más tarde a Pedro como su lugarteniente y jefe de toda la Igle-
sia. La institución de la Jerarquía implica un rompimiento con la sinagoga o el
judaismo oficial, que, latente ahora, no tardará en estallar.
17 El paraje llano hay que situarlo en el monte mismo adonde Jesús había salido.
Es uno mismo el sermón del llano, consignado por San Lucas, y el sermón del
monte, conservado por San Mateo. La turba numerosa, que va a escuchar el gran
sermón, fué, sin duda, la más abigarrada que jamás se reunió en torno al Maestro.
A los procedentes de Judea y de Fenicia, mencionados por San Lucas, hay que
agregar, además de los galileos, a los venidos de Siria, de la Decápolis, de la
Perea y de la Idumea, mencionados por San Mateo y San Marcos.
2o-M De las ocho bienaventuranzas consignadas por San Mateo, San Lucas sólo
conserva cuatro. El motivo de la selección no carece de osadía. De las ocho bien-
aventuranzas, cuatro se refieren a otras tantas situaciones aflictivas, cuatro a otras
tantas disposiciones morales. San Lucas consigna solamente las cuatro primeras,
precisamente las más estridentes a los oídos humanos. Y para recalcarlas les con-
trapone otras tantas malaventuranzas. La segunda persona, empleada por San Lu-
cas, en vez de la tercera, empleada generalmente por San Mateo, parece reproducir
más literalmente la palabra del divino Maestro.
— 142 —
6 24-38
SAN LUCAS
6 24-38
M Mas ¡ ay de vosotros los ricos,
porque os tenéis vuestra consolación !
a 1 Ay de vosotros los que estáis hartos ahora,
porque padeceréis hambre !
¡ Ay de los que reís ahora,
porque os afligiréis y lloraréis !
M ¡ Ay cuando dijeren bien de vosotros todos los hombres,
porque así fué como sus padres hacían con los falsos profetas l
Amor a los enemigos. 6, 27-36 ( = Mt. 5, 38-48)
* Mas a vosotros digo, los que escucháis :
amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen ;
s bendecid a los que os maldicen, rogad por los que os maltratan.
0 Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra ;
y al que te quite tu manto, no le impidas tomarte también la túnica.
20 A todo el que te pida, da ;
y a quien tome lo tuyo, no se lo reclames.
" Y como queréis que hagan con vosotros los hombres,
también vosotros haced con ellos de igual manera.
K Y si amáis a los que os aman, ¿qué gracia hallaréis?
Que también los pecadores aman a los que los aman.
33 Y si hiciereis bien a los que os hacen bien, ¿qué gracia hallaréis ?
También los pecadores hacen eso mismo.
34 Y si diereis prestado a aquellos de quienes esperáis cobrar,
¿qué gracia hallaréis?
También los pecadores dan prestado a los pecadores,
con la intención de recobrar lo equivalente.
36 Antes bien amad a vuestros enemigos,
y haced bien y dad prestado, sin esperar retorno ;
y será grande vuestra recompensa, y seréis hijos del Altísimo,
pues- El es bueno con los ingratos y perversos.
38 Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso.
Juicios temerarios. 6, 37-38 ( = Mt. 7, 1-2)
37 Y no juzguéis, y no seréis juzgados ;
y no condenéis, y no seréis condenados ;
absolved, y seréis absueltos ;
38 dad, y se os dará :
medida buena, apretada, remecida, desbordante
será la que os den en vuestro seno ;
porque la medida que empleareis para con los demás,
esa misma recíprocamente se empleará para con vosotros.
21-aa j)ej cuerpo del sermón de la montaña, dividido en tres partes en San Ma-
teo (5, 17-6, 34I, San Lucas sólo ha conservado en este lugar los dos últimos
de los seis puntos que integran la primera parte : la cesión de los propios derechos
y el amor a los enemigos, fundiéndolos en un solo razonamiento. Su disposición o
estructura es . sencilla. Se enuncian las dos tesis del amor a los enemigos (27-2S)
y de la cesión de los propios derechos (29-30), a los cuales se acopla la llamada
Regla de oro (31) ; tras la demostración conjunta de las dos tesis (32-34), se enuncian
y demuestran entrambas con nuevas razones (35) y se concluye con la sentencia :
Sed misekicordiosos, como vuestro Padre es misericordioso, que es una expresión
concreta o particular de la sentencia más universal de San Mateo.
sj-38 Acaba de decir el Maestro : tSed misericordiosos, como lo es Dios» ; ahora
añade : «Sed generosos, no juzgando, no condenando, absolviendo, dando, y Dios
lo será con vosotros.!
— 143 —
6 39-49
SAN LUCAS
7l-2
Dos sentencias. 6, 39-40
89 Díjoles también una parábola :
i Por ventura puede un ciego guiar un ciego ?
¿ No caerán acaso entrambos en la hoya ?
,0 No hay discípulo sobre el maestro ;
aunque una vez cumplidamente formado, cualquiera será como su maestro
Corrección indiscreta. 6, 41-42 ( = Mt. 7, 3-5)
" ¿ A qué miras la brizna que está en el ojo de tu hermano
y no adviertes la viga que está en tu propio ojo ?
42 ¿ O cómo puedes decir a tu hermano :
«Hermano, deja que saque la brizna que está en tu ojo»,
no viendo tú mismo la viga que está en tu ojo ?
Farsante, saca primero la viga de tu propio ojo,
y entonces verás claro para sacar la brizna
que está en el ojo de tu hermano.
Obras buenas. 6, 43-49 (7, 15-23)
43 Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo,
ni, al contrario, árbol malo que dé fruto bueno.
44 Pues cada árbol por su fruto se conoce ;
que ni de los espinos se cogen higos,
ni de la zarza se cosecha uva.
40 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno ;
y el malo, del malo saca lo malo ;
porque de la plenitud rebosante del corazón habla su boca.
46 ¿ A qué viene llamarme «¡Señor, Señor!»,
y no hacéis lo que yo digo ?
" Todo el que viene a mí y escu-
cha mis palabras y las pone por obra,
os voy a mostrar a quién es seme-
jante. 48 Es semejante a un hombre
que edifica una casa, el cual cavó y
ahondó y puso el fundamento sobre
la peña ; y sobreviniendo una inun.
dación, rompió el río contra aquella
casa, y no pudo conmoverla, por es-
tar ella tan bien edificada. 48 Pero
el que oyó y no puso por obra es
semejante a un hombre que edificó
una casa sobre la tierra, sin fun-
damento, contra la cual rompió el
río, y al instante se desplomó, y fué
grande el derrumbamiento de aque-
lla casa.
El siervo del centurión. 7, 1-10
( = Mt. 8, 1. 5-13)
1-1 1 Y cuando hubo acabado d'e ha-
• blar todas estas sus palabras a
los oídos del pueblo, entró en Ca-
farnaúm.
2 Había cierto centurión, cuyo sier-
vo, enfermo, estaba para morir, el
40 Dos partes tiene esta sentencia. La primera rebaja los humos de los discípulos
presuntuosos ; la segunda alienta a los discípulos modestos y laboriosos.
*'~tí Bajo la imagen del árbol, bueno o malo, enseña el Maestro que normal-
mente el hombre habla y obra como es: bien, si es bueno; mal, si es malo.
*7-40 El hombre resistirá victoriosamente el embate de la tentación si ha tomado
seriamenU como norma de vida moral la palabra del Maestro
7* Le era de mucha estima : en una época en que tan inhumanamente se trataba
a los esclavos es admirable en un soldado gentil este aprecio de un esclavo y la
solicitud que muestra por su salud y su vida.
— 144 —
7 3-11
SAN LUCAS
7 12-20
cual le era de mucha estima. * Y co-
mo hubiese oído hablar de Jesús, en-
vió a El algunos ancianos de los ju-
díos, rogándole que viniese a sacar
de peligro a su siervo. 4 Ellos, pre-
sentándose a Jesús, le rogaban en-
carecidamente, diciéndole que
— Es digno de que le otorgues es-
to, 6 pues ama nuestra raza, y la
sinagoga él nos la edificó.
" Jesús iba con ellos. Y cuando ya
El se hallaba no lejos de la casa,
envió unos amigos el centurión, di-
ciéndole :
— Señor, no te molestes, que no
soy digno de que entres debajo de
mi techo ; * por lo cual tampoco me
consideré digno de ir a ti ; mas or-
dénalo con una sola palabra, y quede
sano mi muchacho. 8 Que también yo,
simple subordinado a las órdenes de
la autoridad, que tengo soldados a
mi mando, digo a éste: «Ve», y va;
y a otro : «Ven», y viene ; y a mi
esclavo : «Haz esto», y lo hace.
8 Al oír esto Jesús, se maravilló de
él, y, vuelto a la turba que le seguía,
dijo :
— Os aseguro que ni siquiera en
Israel hallé fe tan grande.
10 Y vueltos a la casa los enviados,
hallaron el siervo con buena salud.
En Naím: resucita al hijo de una
viuda. 7, 11-17
" Y aconteció poco tiempo después
que marchó Jesús a una ciudad lla-
mada Naím, y caminaban con él sus
discípulos y gran tropel de gente.
12 Y como llegó cerca de la puerta
de la ciudad, he aquí que sacaban a
enterrar a un difunto, hijo único pa-
ra su madre — y ella era viuda — , y
estaba con ella mucha gente de la
ciudad. 13 En viéndola el Señor, sin-
tió que se le enternecía el corazón
con ella, y le dijo :
— No llores.
14 Y llegándose al féretro, lo tocó
— y los que lo llevaban se detuvie-
ron— , y dijo :
— Muchacho, te lo digo, levántate.
16 Y se incorporó el difunto y co-
menzó a hablar ; y se lo entregó a
su madre.
16 Sobrecogió un temor a todos, y
glorificaban a Dios, diciendo :
— Un gran profeta se ha levantado
en medio de nosotros.
Y añadían :
— Visitó Dios a su pueblo.
" Y 6e difundió esta voz acerca de
El por toda la Judea y por todos los
países comarcanos.
Mensaje del Bautista. 7, 18-23
( = Mt. n, 2-6)
16 E informaron a Juan sus discípu-
los de todas estas cosas. Y llaman-
do a sí dos de entre sus discípulos,
19 enviólos Juan al Señor, diciendo :
«¿ Eres tú el que ha de venir o aguar-
damos a otro ?» 20 Presentándose a
él los hombres, dijeron :
M Doble relación de este soldado con la Eucaristía : él fué quien edificó la si-
nagoga, en que' Jesús habla de anunciar el pan eucarístico ; y de él son las pala-
bras con que los fieles se disponen a la comunión : Señor, no soy digno.
7 Ordénalo : no carece de gracia este modo militar de concebir el poder de Jesú»
sobre las enfermedades, como el de un jefe sobre sus soldados.
u_" Esta maravillosa narración bastaba por si sola para motivar la fe en el
Evangelio y en Jesu-Cristo. Los variadísimos pormenores de lugar y de tiempo, de
personas y de costumbres, de acciones y de movimientos ; el tono de viviente rea-
lismo y de penetrante intimidad, la naturalidad y espontaneidad de cuanto se dice
y se hace, la sencillez y sobriedad del relato : todo este conjunto es un sello
irrecusable de verdad histórica. Semejantes narraciones no se inventan. Y, supuesta
la verdad de la narración, fuerza es admitir la verdad del portentoso milagro, clave
maestra, sin la cual todo el edificio se derrumba. Comparado, además, este relato
con el de las otras dos resurrecciones, la de la hija de Jairo y la de Lázaro, salta
luego a la vista su enorme diferencia, así en la estructura literaria como en la
tonalidad : no son tres narraciones fabricadas en serie. Nuevo sello de autenticidad
y de verdad histórica. La consecuencia se impone : o hay que cerrar los ojos a la
realidad o hay que reconocer la mesianidad y la divinidad del bondadoso taumaturgo.
M Informaron a Juan sus discípulos : no consta con qué ánimo le informaron
de los milagros de Jesús ; pero no es inverosímil que mirasen con malos ojos la
creciente popularidad del joven Maestro (Jn. 3, 25-26), que tanto contrastaba con la
desgracia del Bautista. Esta rivalidad de sus discípulos tal vez movió a Juan a
— 145 —
SAN LUCAS
7 22-32
—Juan el Bautista nos ha enviado de enfermedades, achaques corpora-
a ti diciendo : «¿ Eres tú el que ha les y espíritus malos, v a muchos
de venir o aguardamos a otro?» ciegos hizo merced de ver a Y res-
-' En aquella hora curó a muchos pondiendo, les dijo :
Id e informad a Juan de lo que visteis y oísteis :
«Los ciegos cobran vista, los cojos andan,
los leprosos son limpiados, los sordos oyen,
los muertos son resucitados, (los pobres, evangelizados.»
23 Y bienaventurado aquel que no se escandalizare en mí.
Elogio de Juan, 7, 24-30 ( = Mt. 11, 7-15)
M Partidos los mensajeros de Juan, comenzó a decir a las turbas acerca
de Juan :
¿Qué salisteis a ver en el desierto?
¿ Una caña agitada por el viento ?
M Pues ¿ qué salisteis a ver ?
¿ Un hombre vestido de ropas muelles ?
Mirad que los que andan con ropaje espléndido y entre regalo»,
en los regios alcázares están.
26 Pues ¿a qué salisteis? ¿ A ver un profeta f
Sí, os digo, y más que profeta.
" Este es de quien se ha escrito (Mal. 3, 1) :
«Mira que envío mi mensajero delante de tu faz,
el cual aparejará tu camino delante de ti.»
28 Porque os lo digo, mayor profeta que Juan
entre los nacidos de mujeres no le hay ;
mas el menor en el reino de Dios, mayor es que él.
29 Y todo el pueblo que le oyó y los publícanos
dieron a Dios la gloria de justo,
siendo bautizados con el bautismo de Juan ;
30 los fariseos, en cambio, y los legistas
desbarataron el consejo de Dios en orden de ellos,
no haciéndose bautizar por él.
Son censurados los judíos. 7, 31-35 ( = Mt. 11, 16-19)
81 ¿ A quién, pues, asemejaré los hombres de esa generación ?
¿Ya quién son semejantes?
32 Semejantes son a los niños sentados en la plaza
tomar la resolución de mandarlos a Jesús con la esperanza de obtener de él de-
claraciones mesiánicas, que quizás se conquistarían la adhesión de los envidiosos
discípulos.
ffl A las declaraciones verbales prefiere el prudente Maestro las pruebas reales,
menos ruidosas, pero más eficaces : el milagro, que es a un mismo tiempo el
cumplimiento de una profecía mesiánica (Is. 35, 5-6; 61, 1).
M"-30 Este movidísimo discurso, portento de elocuencia, es todo él un tejido de
vivísimos contrastes, matizados de sangrienta ironía : contraste entre la austeridad
de Juan y la molicie de Herodes ; contraste entre la firmeza de Juan y la veleidad
de los judíos ; contraste entre la rectitud de Juan y la presumida justicia de los
fariseos y legistas ; contraste entre el pueblo sencillo y los orgullosos jefes ; doble
contraste del ministerio de Juan, superior al de los antiguos profetas, pero incom-
parablemente inferior al de los mensajeros del reino de Dios.
»1-3S En esta intencionadísima parábola, la imagen o término de comparación
la forman dos grupos de niños dispuestos a jugar : el de los que invitan compla-
cientes y el de los que rehusan malhumorados. Los primeros representan a Juan
— 146 —
7 33-40
SAN LUCAS
7 41-17
y que se dan voces los unos a los otros, diciendo :
6s tocamos la flauta, y no danzasteis ;
entonamos endechas, y no llorasteis.
" Porque ha venido Juan el Bautista sin comer pan ni beber vino
y decís : «Demonio tiene.»
** Ha venido el Hijo del hombre comiendo y bebiendo,
y decís : «Ahí tenéis un hombre comilón y bebedor de vino,
amigo de publícanos y pecadores.»
35 Y quedó acreditada la sabiduría por todos sus hijos.
Una mujer pecadora unge los pies a
Jesús. 7, 36-50
" Rogó a Jesús uno de los fariseos
que comiese con él, y entrando en
la casa del fariseo, se recostó a la
mesa. 37 Y he aquí que se presenta
una mujer, que era conocida en la
ciudad como pecadora ; la cual, en-
terándose que comía en casa del fa-
riseo, tomó consigo un botecillo de
alabastro lleno de perfume, "y pues-
ta detrás junto a sus pies, llorando,
comenzó con sus lágrimas a bañarle
los pies, y con los cabellos de su
cabeza se los enjugaba, y le besaba
fuertemente los pies y se los ungía
con el perfume. s* Viendo esto el fa-
riseo que le había invitado, dijo para
sí : «Ese, si fuera profeta, conocería
quién y qué tal es la mujer que le
toca, cómo es una pecadora.»
40 Y respondiendo, díjole Jesús :
— Simón, tengo una cosa que de-
cirte.
El dijo :
— Maestro, di.
a —Un prestamista tenía dos deu-
dores : el uno le debía quinientos
denarios, el otro cincuenta. 42 No te-
niendo ellos con qué pagarle, les
perdonó a entrambos. ¿ Quién, pues,
de ellos le amará más ?
43 Respondiendo Simón, dijo :
— Supongo que aquel a quien más
perdonó.
El le dijo :
—Rectamente juzgaste.
44 Y vuelto a la mujer, dijo a Si-
món :
— ¿ Ves esta mujer ? Entré en tu
casa, no me diste agua a los pies ;
mas ésta bañó mis pies con sus lá-
grimas y los enjugó con sus cabe-
llos. 45 No me diste ósculo ; mas és-
ta, desde que entré, no cesó de besar
fuertemente mis pies. 46 No ungiste
con óleo mi cabeza ; mas ésta ungió
mis pies con perfume. 47 Por lo cual
te digo le son perdonados sus mu-
chos pecados, porque amó mucho ;
y a Jesús ; los segundos, a esa generación. La sentencia final es de una ironía
finísima. Quiere decir : vosotros, los hijos de la Sabiduría, con esos vuestros dichos
agudos habéis acreditado a vuestra Madre.
47 Le son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho : el sentido obvio
de esta declaración es que el amor a Jesu-Cristo es la causa del perdón de los pe-
cados. Verdad consoladora para el que ama a Jesu-Cristo. Y si es cierto que el
perdón obtenido por el amor no exime de la obligación de confesar los pecados, no
es menos cierto que quien, por cualquier causa, no pudiera luego confesarlos, no
por eso quedaba menos perdonado. Otros, violentando el sentido obvio, interpretan
la declaración de diferente manera. Suponen que el amor no es causa, sino muestra
o efecto del perdón previamente obtenido. Contra semejante interpretación se opone
el hecho de que la pecadora antes de la declaración de jesús y antes de las muestras
de amor no podía conocer el perdón de sus pecados. La razón que alegan, que en
la precedente parábola del prestamista y en la sentencia siguiente a quien poco se
perdona, poco ama, el amor es efecto del perdón previo, se basa en una confusión. Se
confunden dos relaciones muy diferentes : la relación entre el amor y el perdón
de la pecadora y la relación entre este amor y perdón con el amor y perdón de»
fariseo. La primera relación es de causalidad, como lo exige el sentido mani-
fiesto de las palabras ; la segunda relación es de comparación o contraposición
entre !o mucho que amó y se perdonó a la pecadora y lo Poco que se perdonó al
fariseo, poco agradecido por el perdón de lo poco. Si en esta segunda relación lo
esencial es la proporción de lo mucho y de lo poco, no la de causa o efecto ; en
la primera, en cambio, lo esencial es la causalidad, no la proporción cuantitativa.
Sin paralogismo, por tanto, pudo decir el Maestro que a la pecadora se hablan
perdonado muchos pecados porque amó mucho, y que el fariseo amaba poco porque,
a su juicio, se la hablan perdonado pocos pecado».
— 147 —
7 4&^8i
SAN LUCAS
§2-10
mas a quien poco se perdona, poco
ama.
44 Y dijo a ella :
— Quedan perdonados tus pecados.
49 Y empezaron a decir entre sí los
que con El estaban a la mesa :
— ¿ Quién es éste, que también per-
dona pecados ?
60 Y dijo a la mujer :
— Tu íe te ha salvado ; vete en paz.
Piadosas mujeres que sirven al Se-
ñor. 8, 1-3
O 1 Y aconteció luego de esto que
° recorrió El una tras otra las ciu-
dades y aldeas predicando y anun-
ciando la buena nueva del reino de
Dios ; y con El iban los Doce 1 y al-
gunas mujeres que habían sido cu-
radas de espíritus malos y enferme-
dades : María la llamada Magdalena,
de la cual habían salido siete demo-
nios, * y Juana la mujer de Cusa,
procurador de Herodes, y Susana, y
otras muchas, las cuales les servían
de sus haberes.
Parábola del sembrador, 8, 4-8
( = Mt. 13, 1-9 =Mc. 4, 1-9)
* Como concurriese gran muche-
dumbre y viniese a El gente de toda
ciudad, díjoles por vía de parábola :
5 Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Y al sembrar él, una parte cayó a lo largo del camino,
y fué pisoteada, y los pájaros del cielo se la comieron.
4 Y otra cayó sobre la peña,
y en naciendo, se secó por no tener humedad.
* Y otra cayó en medio de espinos,
y brotando juntamente los espinos, la ahogaron
* Y otra cayó en la tierra buena,
y una vez nacida, dió fruto centuplicado.
Esto diciendo, clamaba :
— Quien tenga oídos para oír, escuche.
Motivo de las parábolas. 8, 9-10 ( = Mt. 13, 10-7 =Mc. 4, 10-12;
• Preguntábanle sus discípulos qué cosa significase la parábola. 10 El
dijo :
A vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de Dios ;
pero a los demás, en parábolas,
para que «viendo no vean y oyendo no entiendan» (Is. 6, 9-10).
8 2 La mención de María en primer lugar, el sobrenombre singular de la Magda-
lena y la circunstancia de que habían salido de ella siete demonios, parecen una
discreta identificación de esta mujer con la pecadora de quien se acaba de hablar.
Las objeciones que se han hecho valer en contra no logran borrar la impresión de
identidad, confirmada por la liturgia.
4-8 De las muchas parábolas concernientes al reino de Dios que en esta ocasión
propuso el divino Maestro, San Lucas sólo conserva en este lugar la del sembrador.
Otras dos, las del granito de mostaza y del fermento, las reproduce en otro con-
texto (13, 18-21), tal vez porque entonces las repitió el Maestro a un auditorio
diferente.
10 Para que... : San Lucas abrevia notablemente las palabras de Jesús y las de
Isaías, que San Mateo reproduce más extensamente. A la luz de Isaías y de
San Mateo, la finalidad expresada hay que atribuirla, irónicamente además, a los
mismos judíos, que cierran los ojos para no ver.
— 148 —
8 11-20
SAN LUCAS
Declaración de la parábola del sembrador. 8, 11-15
( = Mt. 13, 18-23 =Mc. 4, 13-20)
u Y ésta es la significación de la parábola.
La semilla es la palabra de Dios.
a Los de a lo largo del camino
son los que la oyeron, mas luego viene el diablo
y quita la palabra de su corazón,
no sea que, creyendo, se salven.
18 Y los que sobre la peña,
son los que, cuando oyen, acogen con gozo la palabra ;
V éstos no tienen raigambre :
los que por un tiempo creen y en tiempo de tentación se retiran.
14 Lo que cayó sobre los espinos,
éstos son los que oyeron,
y andando, andando, son ahogados por las solicitudes
y la riqueza y los placeres de la vida,
y no llegan a dar fruto sazonado.
18 Y los que en la tierra buena,
éstos son los que, con corazón bueno y excelente,
habiendo oído la palabra, la retienen
y llevan fruto en virtud de la constancia.
Varias sentencias. 8, 16-18 ( = Mt. 4, 21-25)
" Nadie hay que, habiendo encendido una lámpara,
la cubra con una vasija o la ponga debajo del lecho,
sino que la pone sobre el candelero,
para que los que entren vean la luz.
" Porque no hay nada escondido gue no se haga manifiesto,
ni nada secreto que no sea conocido y venga a ser manifiesto.
,s Mirad, pues, como oís ;
'porque al que tiene, se le dará ;
y al que no tiene, aun lo que parece tener se le quitará.
La madre y los hermanos de Jesús.
8, 19-21 ( = Mt. 12, 46-50 =Mc. 3,
31-35)
a Vinieron a El su madre y sus
hermanos, y no podían llegar hasta
El a causa de la muchedumbre. 20 Y
ee le avisó que «Tu madre y tus her-
manos están allá fuera deseando ver-
te». a El, respondiendo, les dijo :
— Mi madre y mis hermanos son
los que oyen la palabra de Dios y
la ponen por obra.
La tempestad sosegada. 8, 22-25
( = Mt. 8, 23-27 =Mc. 4, 35-40)
22 Aconteció en cierto día que El
subió a la barca, y con El sus dis-
cípulos, y les dijo :
"-a Esta declaración del Maestro nos enseña el criterio para la interpretación de
las parábolas evangélicas : no empeñándose en descubrir sentidos en cualquier por-
menor puramente ornamental, ni tampoco reduciéndola a un exiguo núcleo elemental.
íe-is Tres sentencias. Primera (16) : la luz es para iluminar. Segunda (17) : fuerza
innata de la verdad, que pugna por la manifestación : que ni puede ser ahogada
por la persecución ni disimulada por la hipocresía. Tercera (18) : a quien se ha
confiado un capital, si rinde con él, se le dará más ; si lo tiene baldío, se le quitará.
Q-M Esta tempestad es símbolo de las que padece la Iglesia. Jesús por un tiempo
parece estar dormido. Mas, llegado el momento providencial, Jesús despierta y so-
siega la tempestad. Y lo que pasa a la Iglesia se reproduce en la vida Intima de las
almas.
— 149 —
8 23-31
SAN LUCAS
8 32-43
— Pasemos a la otra banda del lago.
Y se hicieron a la mar. 23 Y mien-
tras navegaban, se durmió. Y se pre-
cipitó sobre el lago una tempestad
de viento, y se inundaban y peligra-
ban. 24 Llegándose a El, le desper-
taron diciendo :
— Maestro, Maestro, nos vamos a
pique.
El, despertando, habló imperiosa-
mente al viento y al oleaje del agua
y se calmaron y se hizo bonanza.
Y les dijo :
— ¿ Dónde está vuestra fe ?
Y despavoridos se maravillaron, di-
ciéndose unos a otros :
— ¿Quién, pues, será éste, que aun
a los vientos manda y al agua, y le
obedecen ?
El endemoniado geraseno. 8, 26-39
( = Mt. 8, 28-34 =Mc. 5, 1-20)
" Y abordaron a la región de los
gerasenos, la cual está de frente a
Galilea. 21 Y en saliendo El a tierra,
se encontró con El un hombre salido
de la ciudad, que tenía demonios, y
por bastante tiempo no se puso ves-
tido, y no habitaba en casa, sino en
los monumentos. 28 Y viendo a Je-
sús, prorrumpiendo en gritos, se pos-
tró ante El y a grandes voces dijo :
— ¿ Qué tienes que ver conmigo, Je-
sús, Hijo del Dios Altísimo ? Te su-
plico que no me atormentes.
29 Es que mandaba al espíritu in-
mundo que saliese de aquel hombre ;
pues durante muchas temporadas le
había causado arrebatos, y era atado
con cadenas y grillos, custodiado al
mismo tiempo; y rompiendo las ata-
duras, era empujado por el demonio
hacia los desiertos. 30 Y le preguntó
Tesús diciendo :
— I Cuál es tu nombre ?
El dijo :
— «Legión».
Porque habían entrado muchos de-
monios en él. 81 Y le rogaban que no
les mandase marcharse al abismo.
22 Había por allí una piara de mu-
chos cerdos que pacían en el monte,
y le rogaban que les consintiese en-
trar en ellos; y se lo consintió. 33 Sa-
liendo los demonios del hombre, en-
traron en los cerdos, y se lanzó la
piara despeñadero abajo al lago, y
se ahogó.
34 Los que los apacentaban, viendo
lo acaecido, huyeron y dieron la no-
ticia del hecho en la ciudad y por
los campos. 18 Salieron a ver lo acae-
cido, y vinieron a Jesús, y hallaron
sentado al hombre, de quien habían
salido los demonios, vestido y en su
sano juicio, a los pies de Jesús, y les
entró miedo. 36 Y les contaron los
que lo habían visto cómo se vió sal-
vo el endemoniado. " Y le rogó toda
la muchedumbre de la comarca de
lo» gerasenos que se ausentase de
ellos, por el gran miedo de que es-
taban poseídos. Y El, subiendo en
la nave, se volvió. 38 Y le pedía el
hombre de quien habían salido los
demonios estarse con El ; pero le
despidió diciendo :
39 — Vuelve a tu casa y refiere cuan-
to ha hecho Dios contigo.
Y se fué, y publicaba por toda la ciu-
dad cuanto Jesús había hecho con él.
Enfermedad de la hija de Jairo. 8,
40-42 ( = Mt. 9, 18-19 =Mc. 5, 21-24)
40 Y aconteció que al volver Jesús
le acogió la muchedumbre, pues es-
taban todos aguardándole. 41 Y en
esto vino un hombre, por nombre
Jairo, que era jefe de la sinagoga,
y, postrándose a los pies de Jesús,
le rogaba que entrase en su casa,
42 pues tenía una hija única como de
doce años, y ésta se estaba murien-
do. Y mientras El iba, las turbas le
ahogaban.
La hemorroísa. 8, 43-48 ( = Mt. 9,
20-22 =Mc. 5, 24-34)
41 Y una mujer que andaba con flu-
jo de sangre desde hacía doce años,
26 Una misma región, que en San Mateo se llama «de los gadarcnos», es aquí
llamada de i.os gerasenos, probablemente con relación a la ciudad de Khersa o
Kursi, situada al E. del lago.
™» En todo este pasaje se manifiesta la furia y la impotencia del demonio,
sus instintos maléficos y sus ofuscaciones.
Lo ilegal de esa piara justifica plenamente la permisión de Jesús. Ni mereciah
consideraciones los que luego tan groseramente se portaron.
■ En médicos : rasgo interesante de imparcialidad en el evangelista médico.
— 150 —
8 14-49
SAN LUCAS
8 a>-3 4
la cual, habiendo gastado en médi-
cos toda su hacienda, por ninguno
había podido ser curada, 44 acercán-
dose por detrás tocó la franja de su
manto, y al instante se paró el flujo
de su sangre. 45 Y dijo Jesús :
— ¿Quién es el que me ha tocado?
Como todos lo negasen, dijo Pe-
dro y los que con él estaban :
— Maestro, las turbas te están opri-
miendo y estrujando.
46 Mas Jesús dijo :
— Alguien me tocó, pues yo me di
cuenta que una energía lía 6alido
de mí
47 Viendo la mujer que no había
pasado inadvertida, temblando vino
y, postrándose ante El, declaró de-
lante de todo el pueblo por qué mo-
tivo le había tocado y cómo instan-
táneamente quedó sana. 48 El la dijo:
— Hija, tu fe te ha salvado ; vete
en paz.
Resurrección de la hija de Jairo.
8, 49-56 ( = Mt. 9, 23-26 =Mc. 5, 35-43)
49 Mientras El estaba todavía ha-
blando, viene uno de casa del jefe
de la sinagoga, diciendo que
— Ha muerto tu hija ; no moleste*
ya al Maestro.
60 Jesús, habiéndolo oído, le res-
pondió :
— No temas, cree tan solamente, y
será salva.
" Y habiendo llegado a la casa, ne
dejó que nadie entrase con El, sino
Pedro y Juan y Santiago y el padre
de la niña y la madre. t2 Lloraban
todos y la plañían. Mas El dijo :
—No lloréis ; no murió, sino duerme.
"Y se burlaban de El, ciertos co-
mo estaban de que había muerto.
M El, tomándola de la mano, alzó la
voz, diciendo :
— Niña, levántate.
M Y tornó a ella su espíritu, y se
levantó al instante. Y mandó que se
le diera de comer. 69 Y quedaron fue-
ra de sí sus padres ; pero El les or-
denó que a nadie dijeran lo acae-
cido.
Misión de los Doce. 9, 1-6 (=Mt. 9,
35-38 ; io, 1-5 =Mc. 6, 7-13)
Q 1 Habiendo convocado los doce
apóstoles, les dió poder y auto-
ridad sobre todos los demonios y
para curar enfermedades. 2 Y los en-
vió a predicar el reino de Dios y sa-
I nar los enfermos. ' Y les dijo :
No toméis nada para el camino,
ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata ;
y que no tuviesen dos túnicas de recambio ;
4 y en la casa en que entrareis,
allí permaneced y de allí salid.
44 La franja : era una de las borlas cosidas en las extremidades del manto.
46 Una energía ha salido de mí : expresión popular y pintoresca, que presenta la
virtud de hacer milagros como si fuera un fluido que saliese del cuerpo de Jesús.
Es lo mismo que antes ha dicho el evangelista (5, 17) : que «el poder del Señor
estaba en él para sanar».
48 Tü fe te ha salvado : como siempre, Jesús mira más a la sinceridad de la fe
que a sus imperfecciones.
<»-«• Esta resurrección, comparada con la del hijo de la viuda o con la de Lázaro,
forma un tipo de narración marcadamente distinto, que desmiente las fantasías de
la Formgeschichte. En vez de la melancolía y las hondas emociones de Naím o de
los estremecimientos y lágrimas de Betania, la nota dominante en la actitud de
Jesús es aquí cierta amable jovialidad, que da a la narración un encanto idílico,
que «puiifica» la lobreguez del ambiente fúnebre. Hay que leer y releer reposada-
mente la deliciosa narración de San Lucas, cuya ingenua sencillez lleva impreso
el sello inconfundible de la verdad. Tales narraciones no las crea la fe exaltada
de una anónima colectividad.
Q s No toméis... y que no tuviesen : este cambio de segunda en tercera persona re-
*7 vela la manera como San Lucas acoplaba las diversas informaciones que recibía.
De ahí resultaban a las veces algunas incoherencias gramaticales, que el evange-
lista dejaba sin afinar, o por descuido literario o por escrupulosidad histórica.
9 5-12
SAN LUCAS
g 13-19
' Y cuando quiera que algunos no os acogieren,
saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies
para testimonio contra ellos.
* Y saliendo, recorrían aldea por
aldea, evangelizando y curando por
doquiera.
Desorientación de Herodes. 9, 7-9
(=Mt. 14, 1-2 =Mc. 6, 14-16)
' Oyó Herodes el tetrarca todo lo
que pasaba, y andaba desorientado,
ya que algunos decían que Juan ha-
bía resucitado de entre los muertos ;
* otros, que Elias había aparecido ;
otros, que había resucitado algún
profeta de los antiguos. 0 Dijo Hero-
des : «A Juan yo lo decapité ; ¿ quién
es éste, de quien oigo decir tales co-
sas ?» Y buscaba manera de verle.
Primera multiplicación de los panes.
9, 10-17 (=Mt. 14, 13-23 =Mc. 6, 30-46
= Jn. 6, 1-15)
14 Y habiendo vuelto los apóstoles,
le refirieron cuanto habían hecho ;
y tomándolos consigo, se retiró a so-
las con ellos hacia una ciudad lla-
mada Betsaida. 11 Y las turbas, al sa-
berlo, le siguieron. Y acogiéndolos,
les hablaba acerca del reino de Dios,
y a los que tenían necesidad de cu-
ración los sanaba. 12 El día comenzó
a declinar. Y llegándose los Doce, le
dijeron :
— Despide a la turba, para que yen- 1
do a las aldeas y cortijos del con-
torno se alberguen y hallen provisio-
nes, pues aquí estamos en un lugar
solitario.
13 Díjoles :
— Dadles de comer vosotros.
Ellos dijeron :
— No tenemos más que cinco pa-
nes y dos peces ; si ya no es que
vamos nosotros y compramos vitua-
llas para todo este pueblo.
"Porque eran como unos cinco mil
hombres. Y dijo a sus discípulos :
— Hacedlos recostar por ranchos así
como de cincuenta cada uno.
"Y lo hicieron así, y los hicieron
recostar a todos. M Y habiendo toma-
do los cinco panes y los dos peces,
alzando los ojos al cielo, los bendi-
jo y partió, y los iba dando a los dis-
cípulos para que los sirviesen a la
turba. "Y comieron y se saciaron to-
dos, y se recogió lo que les había
sobrado de los pedazos, doce canas-
tos.
Confesión de Pedro. 9, 18-20
( = Mt. 16, 13-19 =Mc. 8, 27-29)
18Y aconteció que, estando El oran-
do a solas, se hallaban con El los
discípulos, y les preguntó diciendo :
— ¿ Quién dicen las turbas que soy ?
10 Ellos, respondiendo, dijeron :
— Juan el Bautista ; otros, Elias ;
otros, que algún profeta de los an-
tiguos ha resucitado.
M Es repugnante la frivolidad del adúltero asesino, a quien mueye más la
curiosidad por ver a Jesús que los remordimientos por haber decapitado a Juan.
10-" La primera multiplicación de los panes es el único milagro narrado por todos
cuatro evangelistas. El cotejo de esta cuádruple narración es altamente instructivo.
La de Mateo es concisa, de trazos vigorosos ; la de Marcos, difusa y pintoresca ;
la de Juan, la más pormenorizada y dramática ; todas tres son de testigos presen-
ciales : ninguna depende de la otra. La de Lucas, en cambio, templada, culta, re-
dondeada, casi estilizada, presupone una larga transmisión oral hecha pot na-
rradores fieles (Pablo, Bernabé), pero que no fueron testigos del hecho. Con estas
discrepancias literarias contrasta la uniformidad histórica : absoluta identidad sus-
tancial con variedades accidentales. Los tres testigos directos, tan dispares entre sf,
y el investigador erudito coinciden plenamente en la afirmación del hecho, en la
consignación del milagro. Una particularidad merece subrayarse : desde el primer
estadio de la narración, representado por Marcos, hasta el último, representado por
Lucas, no se descubre la más mínima evolución en los rasgos o elementos milagrosos.
Bastaba este solo hecho, constantemente repetido en los Evangelios, para desmentir
todas las fantasías evolucionistas
a Es característico de San Lucas notar la oración de Jesús antes de los setos
mís trascendentales.
— 152 —
9 20-28
SAN" LUCAS
9 23-30
20 Díjoles :
— ¿ Y vosotros quién decís que soy ?
Pedro, respondiendo, dijo :
— El Mesías de Dios.
Primer anuncio de la Pasión, g, 21-22
( = Mt. 16, 20-23 =Mc. 8, 30-33)
n Y El, con órdenes terminantes,
les mandó que a nadie dijeran esto,
a diciendo :
— El Hijo del hombre tiene que
padecer muchas cosas y ser desecha-
do por los ancianos, y sumos sacer-
dotes, y escribas, y ser entregado a
la muerte y al tercer día resucitar.
Necesidad de la abnegación. 9, 23-27
( = Mt. 16, 24-28 =Mc. 8, 34-39)
23 Y decía a todos :
Si alguno quiere venir en pos de mí,
niegúese a sí mismo y tome a cuestas su cruz cada día y sígame.
** Porque quien quisiere poner a salvo su vida, la perderá ;
mas quien perdiere su vida por mí, éste la salvará.
26 Pues ¿ qué provecho saca el hombre ganando el mundo entero,
pero perdiéndose o perjudicándose a sí mismo ?
M Porque quien se avergonzare de mí y de mis palabras,
de él se avergonzará el Hijo del hombre
cuando viniere en su gloria y en la de su Padre y de los santos ángeles.
"Yos digo de verdad : hay algunos de los que aquí están
que no gustarán la muerte sin que antes vean el reino de Dios.
Transfiguración de Jesiís. 9, 28-36
( = Mt. 17, 1-13 = Mc. 9, 1-12)
* Y aconteció después de estos ra- |
zonamientos, como unos ocho días, 1
que, habiendo tomado consigo a Pe- i
dro y Juan y Santiago, subió al mon-
te para orar. a Y mientras estaba
orando, el aspecto de su rostro se
demudó y sus vestidos adquirieron
una blancura relampagueante. 30 Y he
aquí que dos varones hablaban con
El, los cuales eran Moisés y Elias,
*> El Mesías : sobre la mesianidad de Jesús recaía directamente la confesión de
Pedro. El silencio de San Lucas sobre la promesa del primado hecha a San Pedro
se explica sin dificultad, sin que este silencio comprometa en lo más mínimo la
historicidad del hecho. Primeramente, la terminante prohibición de Jesús, que sigue
inmediatamente, comprende también la promesa del primado, que no podía descu-
brirse sin revelar la mesianidad de Jesús. El conocimiento del hecho no salió, por
tanto, del círculo de los Doce. En segundo lugar, es muy natural que Pedro, por
modestia, al constituir la catequesis oral, callase lo que redundaba en propia ala-
banza. Según esto, San Lucas no pudo conocer el hecho de la promesa, ni por la
catequesis oral, que no la contenía, ni por otros informadores, que, fuera de los
Doce, tampoco la conocían. Por fin, cuando se escribió el tercer Evangelio, después
del año 60, hacía ya más de treinta años que Pedro actuaba como jefe supremo de
la Iglesia. Convencidos todos de que esta autoridad la había Pedro recibido del
Maestro, no se preocupaban por saber cómo y cuándo la había recibido. Es lo que
6iempre acaece en casos semejantes. Providencialmente, San Mateo, en consonancia
con el carácter eclesiológico de su Evangelio, reveló el hecho a la posteridad, a
quien tanto había de interesar.
a A la declaración de la mesianidad sigue el primer anuncio explícito de ta
pasión. El Ungido de Dios había de ser no solamente Rey y Maestro, sino también
Sacerdote y Redentor, que con su sangre había de rescatar y pacificar el reino
de Dios.
23 Cada día : pormenor interesante, conservado por San Lucas.
17 Esta declaración, al referirse, probablemente, a lo que sigue, caracteriza la
transfiguración como una manifestación del reino de Dios.
Esta narración de San Lucas es más completa y más profunda que las pa-
ralelas de San Mateo y San Marcos, a las cuales añade interesantes pormenores.
El tiempo, respecto de lo que precede, fué como unos ocho días después. La blan-
cura de los vestidos era relampagueante. De los discípulos se dice que, dormidos
primero, despertados después, vieron la gloria de Jesús. Según San Lucas, ss
— 153 —
9 31-39
SAN LUCAS
9 40-48
que , apareciendo circundados de
gloria, trataban del tránsito de Je-
sús, que El iba a realizar en Jerusa-
lén. s- Pedro y sus compañeros esta-
ban cargados de sueño ; mas desper-
tando a la mitad de su sueño, vie-
ron la gloria de Jesús y a los dos
varones que con El estaban. 83 Y acón,
teció que, al retirarse ellos de El,
dijo Pedro a Jesús :
—Maestro, linda cosa es estarnos
aquí, y vamos a hacer tres tiendas :
una para ti, una para Moisés y una
para Elias.
No sabiendo lo que se decía. 04 Y
habiendo él dicho esto, se formó una
nube y los cubría, v se llenaron de
miedo al entrar en la nube. "Y se
dejó oír una voz de la nube, que
decía :
—Este es mi Hijo, el elegido : es-
cuchadle.
86 Y al dejarse oír la voz se halló
Jesús solo. Y ellos se callaron, y a
nadie por aquellos días contaron na-
da de lo que habían visto.
El niño lunático, g, 37-43 ( = Mt. 17,
14-20 =Mc. 9, 13-28)
*' Y aconteció al día siguiente que,
habiendo ellos bajado del monte, vi-
no al encuentro de El gran muche-
dumbre. 88 Y de pronto un hombre
de entre la turba se puso a dar vo-
ces, diciendo :
— Maestro, te ruego que mires a
este hijo mío, porque es el único que
tengo, ** y mira, se apodera de él un
espíritu, y en seguida grita, y le re-
tuerce entre espumarajos, y a duras
penas se va de él, dejándole magu-
llado 40 Y rogué a tus discípulos que
lo echasen, y no pudieron.
" Respondiendo Jesús, dijo :
— ¡ Oh generación incrédula y per-
versa !, ¿ hasta cuándo estaré con vos.
otros y os soportaré? Trae acá tu
hijo.
* Y al tiempo mismo en que El se
acercaba, le estrelló el demonio con-
tra el suelo y le dió una violenta sa-
cudida ; mas Jesús habló imperiosa,
mente al espíritu inmundo, y sanó
f' 7nin° y se lo entregó a su padre.
Y todos quedaban atónitos ante la
grandeza de Dios.
Nuevo anuncio de la pasión. 9, 43-45
( = Mt. 17, 21-22 =Mc. 9, 29-31)
Y maravillándose todos por todas
las cosas que hacía, dijo a sus dis-
cípulos :
44 — Poned vosotros en vuestros oí-
dos estas palabras, porque el Hijo
del hombre va a ser entregado en
las manos de los hombres.
40 Y ellos no entendían esta pala-
bra, y estaba cubierta con un velo
para ellos, de suerte que no alcan-
zaban su sentido ; y tenían miedo
de preguntarle sobre esta palabra.
El mayor. 9, 46-48 ( = Mt. 18, 1-5
= Mc. 9, 32-36)
4* Y entró en ellos un pensamien-
to sobre quién de ellos sería el ma-
yor. 47 Mas Jesús, conociendo el pen-
samiento de su corazón, tomando por
la mano un niño, lo puso cabe sí,
48 y dijo a ellos :
llenaron de miedo al entrar en la nube ; según San Marcos, ya antes estaban
espantados ; según San Mateo, al oír la voz de la nube se atemorizaron sobremanera.
Pero los dos rasgos propios de San Lucas más importantes son la oración de
Jesús, dos veces mencionada, y el tránsito de Jesús, que El había de realizar en
Terusalén : oración transfigurante, transfiguración de gloria contrapuesta a otra
transfiguración de dolor.
81 Al día siguiente : este rasgo, unido a otros, da a entender que la transfigu-
ración fué durante la noche.
*8-u Esta narración, no obstante su brevedad, ha conservado dos rasgos profun-
damente humanos, muy característicos de San Lucas. Al principio el padre del niño
ruega por él, porque, dice, es el único que tengo. Al fin Jesús, después de sanarle,
BE LO ENTREGÓ A SU PADRE.
48-46 xres rasgos propios presenta en San Lucas este anuncio de la pasión : los
antecedentes de gloria (43), el toque de atención que lo prepara (44), la negrura
de tintas con que se pinta la inverosímil incomprensión de los discípulos (45).
*6"4" En los discípulos, tras la incomprensión, las rivalidades ambiciosas ; sobre
el fondo de esas mezquindades resalta en Jesús la divina alteza de sus pensa-
mientos y la inefable mansedumbre de su Corazón.
— T5-l —
9 49-34
SAN' LILAS
9 55-60
Quien recibiere a este niño en mi nombre, a mí me recibe ;
y quien a mí me recibiere, recibe al que me envió.
Porque el que es más pequeño entre vosotros, éste es grande.
El exorcista extraño, g, 49-50
( = Mc. 9, 37-4°)
* Tomando Juan la palabra, dijo :
— Maestro, vimos a uno lanzando
demonios en tu nombre y se lo es-
torbamos, pues no anda con nosotros.
60 Díjole Jesús :
— No se lo estorbéis, pues quien
no está con vosotros, por vosotros
está.
En Samaría: mala acogida de los
samaritanos. 9, 51-56
" Y aconteció que, cuando se cum-
plían los días de su partida de este
mundo, tomó Jesús la firme resolu-
ción de encaminarse a Jerusalén.^ 61 Y
envió mensajeros delante de sí. Y
puestos en camino, entraron en una
aldea de samaritanos para disponer-
le alojamiento. 65 Y no le acogieron,
porque su aspecto era de quien iba
a Jerusalén. M Viéndolo los discípu-
los Santiago y Juan, dijeron :
— Señor, ¿ quieres que digamos que
baje fuego del cielo y los consuma ?
66 Vuelto a ellos, les reprendió, di
ciendo :
— No sabéis a qué espíritu perte-
necéis ; 64 porque el Hijo del hom-
bre no vino a perder las almas de
los hombres, sino a salvarlas.
Y se marcharon a otra aldea.
Vocación de tres discípulos. 9, 57-62
(=Mt. 8, 18-22)
61 Y mientras iban de camino, dí-
jole uno :
— Te seguiré adondequiera que par-
tas.
68 Y le dijo Jesús :
— Las zorras tienen madrigueras,
y las aves del cielo mansiones ; mas
el Hijo del hombre no tiene donde
reclinar la cabeza.
59 Y dijo a otro :
— Sigúeme.
Mas él dijo :
— Señor, permíteme que primero
vaya yo a enterrar a mi padre.
60 Pero le dijo :
— Deja los muertos enterrar a sus
muertos ; pero tú marcha a anunciar
el reino de Dios.
«»-so Nuevo contraste entre la mezquindad de los discípulos y la amplitud de
miras del Maestro. Quien no estA contra vosotros, por vosotros está : esta sen-
tencia, confrontada con la otra : cQuien no está conmigo, contra mí está» (11, 23),
muestra que, según las circunstancias, para estar con alguno y declararse por él,
unas veces será necesario ponerse a su lado, otras bastará no situarse frente a él.
a Sv partida... : literalmente «su asunción», término equivalente a «tránsi-
to» (9, 31). || Tomó la firme resolución: literalmente «afirmó (=puso firme) su
rostro». Estas dos expresiones insólitas y solemnes indican que en los planes de
Jesús el largo viaje que emprende tiene algo de definitivo : va a morir.
62 Envió mensajeros : esta circunstancia y otras que siguen prueban que este
viaje no pudo ser el que hizo de incógnito a la fiesta de los Tabernáculos (Jn. 7, 10),
que además distaba mucho de la Pascua siguiente. Hubo de ser, por tanto, el que
hizo a la fiesta de las Encenias (Jn. 10, 22). Los tres meses que faltan aún para
la Pascua se llenan bien con los episodios narrados en los diez capítulos siguientes.
w üue baje fuego del cielo... : alusión al hecho de Elias (2 Re. 1, 1014). La
mayoría de los códices añaden : «Como también lo hizo Elias» ; pero semejante
adición suena a glosa.
No sabéis... : esta bellísima sentencia del Maestro omítenla generalmente los
críticos. Es cierto que la utilizó Marción para probar la antítesis entre el Antiguo
r el Nuevo Testamento ; pero es más verosímil que por esto la suprimiesen algunos
meticulosos que no que la inventase Marción descarada y tontamente, cuando tan
fácil era convencerle de superchería.
"-** Las dos primeras de estas vocaciones las sitúa San Mateo en otro contexto ;
ta tercera es propia de San Lucas. De ahí que su cronología es algo insegura. Pero
más que la cronología interesan las tres sentencias del Maestro, dignas de seria
reflexión para todos los que se sientan llamados a la vida apostólica.
— 155 —
9 61-62
SAN LUCAS
10 1-16
" Dijo también otro :
— Te seguiré, Señor ; mas prime-
ro permíteme irme a despedir de los
de mi casa.
" Pero le dijo Jesús :
— Nadie que ha puesto su mano en
el arado y mira hacia atrás es a pro-
pósito para el reino de Dios.
En la Perca: misión de los setenta
y dos discípulos, io, 1-12
1Q 1 Y tras esto designó el Señor
también a otros setenta y dos,
y Jos envió de dos en dos delante de
sí a toda ciudad y lugar a donde El
había de ir. 2 Y les decía :
La mies es mucha, y los obreros, pocos ;
rogad, pues, al Señor de la mies que mande obreros a su mies.
' Id ; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.
* No llevéis bolsa, ni alforja, ni zapatos,
y a nadie saludéis por el camino.
Y en la casa en que entrareis, primero decid : tPaz a esta casa.»
* Y si allí hubiere un hijo de paz,
reposará sobre él vuestra paz ;
si no, retornará sobre vosotros.
' Y en esa misma casa quedaos,
comiendo y bebiendo de lo que allí hubiere,
porque digno es el obrero de su salario.
No os paséis de una casa a otra.
8 Y en cualquiera ciudad en que entrareis y os recibieren,
comed lo que os presenten,
' curad a los enfermos que hubiere en ella,
y decidles : «Está ya cerca de vosotros el reino de Dios.»
ío Y en la ciudad en qne entrareis y no os recibieren,
saliendo a sus plazas, decid :
a «Hasta el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad a nuestros piet
lo sacudimos sobre vosotros ;
sabed, empero, que está cerca el reino de Dios.»
" Os aseguro que en aquel día
se usará menos rigor con Sodoma que con aquella ciudad.
Reproches a las ciudades incrédulas. 10, 13-16 ( = Mt. 11, 20-24)
u | Ay de ti, Corozaín ! j Ay de ti, Betsaida !
Que si en Tiro y Sidón hubieran sido hechos
los prodigios obrados en vosotras,
tiempo habría que en cilicio y ceniza,
sentados en el suelo, hubieran hecho penitencia.
" Pues bien, con Tiro y con Sidón
se usará menos rigor en el juicio que con vosotras.
"Y tu, Cafarnaúm, ¿por ventura serás exaltada hasta el ctelof
Hasta el infierno serás hundida (Is. 14, 13-15).
M El que a vosotros oye, a mí me oye ;
y el que a vosotros desecha, a mí me desecha :
pero el que a mí me desecha, desecha al que me envió.
-I A 1"12 Hace el Maestro a los setenta y dos discípulos sustancialmente las mismas
J.V recomendaciones hechas anteriormente a los doce apóstoles (9, 1-6). Debemos a
la diligencia de San Lucas este y tantos otros episodios, omitidos por San Mateo y
San Marcos por ser en gran parte una repetición hecha como de pasada de lo
mismo que de asiento habla hecho Jesús en Galilea.
No es del todo segura la cronología de estas querellas de Jesús, situada»
por San Mateo (n, 21-23) en otro contexto. Varios indicios, empero, parecen dar
mayor probabilidad a la cronología de San Mateo. Como el v. 16 lógicamente se
enlaza con el 12, resulta que los w. 13-15 son un paréntesis motivado por la men-
ción de Sodoma.
-156-
10 i7"26
SAN LUCAS
10 27-28
Vuelta de los discípulos, io, 17-20
" Volvieron los setenta y dos muy contentos, diciendo :
— Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
18 Díjoles :
Contemplaba yo a Satanás caer del cielo como un rayo.
" Ved que os he dado potestad de caminar sobre serpientes y escorpiones
y contra toda la potencia del enemigo, y nada podrá dañaros ;
" mas no os gocéis en eso, que los espíritus se os someten ;
sino gózaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Júbilos del Corazón de Jesús. 10, 21-24 ( = Mt. 11, 25-30 ; 13, 16-17)
* En aquella hora se estremeció de gozo en el Espíritu Santo y dijo :
Bendígote, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque encubriste esas cosas a los sabios y prudentes
y las descubriste a los pequeñuelos.
Bien, Padre, que así ha parecido bien en tu acatamiento.
22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre,
y ninguno conoce quién es el Hijo sino el Padre,
y quién es el Padre sino el Hijo
y aquel a quien quisiere el Hijo revelarlo.
■ Y vuelto a los discípulos en particular, les dijo :
Dichosos los ojos que ven lo que veis.
M Porque os digo que muchos profetas y reyes
quisieron ver lo que veis, y no lo vieron,
y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Junto a Jericó: parábola del buen
samaritano. 10, 25-37
* Y he aquí que un legista se le-
vantó, y con el fin de tentarle dijo :
— Maestro, ¿ qué haré para entrar
en posesión de la vida eterna ?
x El le dijo :
—En la Ley, ¿qué está escrito?
¿ Cómo lees ?
* El, respondiendo, dijo :
— «Amaras al Señor Dios tuyo de
todo tu corazón, y con toda tu alma,
y con toda tu fuerza, y con toda tu
mente», y «a tu prójimo como a ti
mismo» (Dt. 6, 5 ; Lev. 19, 18).
a Díjole :
18 Las palabras del Maestro no deben Interpretarse como un frenazo a la so-
berbia o vanagloria de los discípulos (que no asoma por ningún lado), sino una
revelación del sentido profundo encerrado en la sujeción de los demonios al nombre
de Jesús : la victoria de Cristo sobre Satanás.
ai-M De las tres estrofas de que constan estos Júbilos en San Mateo (11, 25-30},
San Lucas conserva las dos primeras : la doxología al Padre y la revelación de bu
propia divinidad ; la amorosa invitación, que forma la tercera estrofa, la omite.
Además de esta omisión, son propios de San Lucas el preludio (21), expresión del
gozo de Jesús en el Espíritu Santo, y el epilogo (23-24), declaración de la bienaven-
turanza de los que le ven y le oyen.
as-2» Este vivo diálogo está matizado de finísima ironía. El incauto legista queda
envuelto en la misma red en que él quería envolver al Maestro : él mismo hubo
de responder, y muy bien, a su inconsiderada pregunta. Para sincerarse de haber
preguntado inútilmente, sale con otra pregunta más ociosa todavía, pero que da
pie al Maestro para la maravillosa parábola del buen samaritano.
— 157 —
10 29-36
SAN LUCAS
10 37-12
— Muy bien respondiste : «Haz es-
to y vivirás» (Lev. i8, 5).
28 El, queriendo justificarse, dijo a
Jesús :
— Y ¿quién es mi prójimo?
80 Tomando la mano Jesús, dijo :
— Bajaba un hombre de Jerusalén
a Jericó y cayó en manos de saltea-
dores,^ los cuales le despojaron, y
después de cargarle de heridas se
marcharon, dejándole medio muer-
to. 31 Por casualidad, un sacerdote
bajaba por el mismo camino, y ha-
biéndole visto, dió un rodeo y pasó
de largo. 82De la misma manera tam-
bién un levita, habiendo venido por
aquel lugar y vístole, dió un rodeo
y pasó de largo. 83 Pero un samari-
tano que iba de viaje llegó cerca de
él, y así que le vió se le enterneció
el corazón, 34 y llegándose, le vendó
las heridas después de echar en ellas
aceite y vino ; y colocándole encima
de su propio jumento, le llevó a la
hospedería y le cuidó. 85 Y al día si-
guiente, sacando dos denarios, los
dió al hospedero, y le dijo : «Cuída-
le, y lo que gastares de más, a mi
vuelta yo te lo abonaré.» 30 ¿Quién
de_ estos tres te parece haber sido
prójimo del que cayó en manos de
los salteadores ?
37 El dijo :
—El que usó de misericordia con él.
Díjole Jesús :
—Anda y haz tú de la misma ma.
ñera.
En Betania: Marta y María, io, 38-41
38 Mientras iban de camino, entró
El en cierta aldea, y una mujer, por
nombre Marta, le dió hospedaje en
su casa. " Esta tenía una hermana
llamada María, la cual, sentada a los
pies del Señor, escuchaba sus pala-
bras. 40 Pero Marta andaba muy afa-
nada con los muchos quehaceres del
servicio. Y presentándose, dijo :
— Señor, ¿ nada te importa que mi
hermana me haya dejado sola con
todo el servicio ? Dile, pues, que ven-
ga a ayudarme.
"Y respondiendo, le dijo el Señor:
— Marta, Marta, te inquietas y te
azoras atendiendo a tantas cosas,
12 cuando una sola es necesaria ; con
razón María escogió para sí la me-
jor parte, la cual no le será quitada.
30 Jericó: la costumbre de Jesús de aludir en su enseñanza a las circunstancias
permite suponer fundadamente que el encuentro con el legista fué no lejos de Jericó.
Con esto la parábola resulta más real.
33 Un samaritano : nada tan humillante para un presumido legista como tener que
recibir lecciones de un aborrecido samaritano. Es el colmo de la humillación para
el legista, y el colmo de la habilidad en el Maestro.
86 Otra vez obliga el Maestro al legista a que él mismo responda a su atolon-
drada pregunta.
37 Et. que usó djí misericordia : con este rodeo tiene que confesar el legista que
uno cuyo nombre abominable no puede pronunciar es el que le ha enseñado lo que
é' no sabía o fingía no saber. Las últimas palabras del Maestro : «Haz lo que te
ha enseñado un samaritano», hubieran enfurecido al legista si la humillación no le
tuviera anonadado.
AVendido sólo su sentido obvio, ya la parábola resulta intencionadísima. ¿ Tuvo
además otra intención más honda? No hacía mucho, los judíos, creyendo denigrar
a Jesús con el ultraje más afrentoso, le llamaron samaritano (Jn. 8, 48). ¿Aludió
ahora Jesús a este ultraje? No es nada inverosímil. Y si así es, la parábola no
es ya solamente una lección de misericordia con el prójimo, sino también una
imagen de la inefable misericordia con que el Redentor dió a la humanidad, mor-
talmente herida, el remedio que los sacerdotes y levitas no habían sabido darle.
•> La aldea de que se habla es Betania, distante de Jerusalén unos dos kilóme-
tros. Con esta indicación es posible reconstruir el probable itinerario de Jesús.
Quiso pasar por Samaría ; pero, rechazado por los samaritanos, tomó el camino
de la Perea, pasó el río cerca de Jetlcó, y se halla ya a las puertas de Jerusalén.
SB-'2 Esta íntima escena de familia es un sedante de las inquietudes y azora-
mientos humanos. ¡Si los hombres cayesen finalmente en la cuenta de que db
una sola cosa hav necesidad, y que esta cosa necesaria es la mejor parte, y que
esta porción escogida no le será quitada al que una vez la alcanzare ! Es proverbial
entre los escritores ascéticos considerar a Marta como tipo de la vida activa y a
María como tipo de la vida contemplativa. La tan discutida identificación de María
la hermana de Marta con la Magdalena y la anónima pecadora no ofrece 6erias
dificultades, que no logran desvanecer la impresión de que con diferentes nombres
o sin nombre se habla de una misma persona fuertemente caracterizada.
ni
SAN LUCAS
11 213
En el monte de las Olivas: modo de
orar y eficacia de la oración, n, 1-13
i i 1 Y aconteció que estando El
■LJ- en cierto lugar orando, como
hubo acabado, le dijo uno de sus dis-
cípulos :
— Señor, enséñanos a orar, lo mis-
mo que Juan enseñó a sus discípulos.
2 Díjoles :
Cuando os pongáis a orar, decid :
«Padre, sea santificado tu nombre ;
venga tu reino ;
I el pan de nuestra subsistencia dánoslo cada día ;
4 y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe ;
y no nos metas en la tentación.»
• Y les dijo :
¿Quién habrá de vosotros que tenga un amigo,
V le viene éste a media noche y le dice :
«Amigo, préstame tres panes,
* porque un amigo mío llegó de viaje a mi casa
y no tengo que presentarle» ;
' y él, desde dentro respondiendo dice :
«No me des fastidio ; ya la puerta se ha cerrado,
y mis muchachos, lo mismo que yo, están en cama ;
no puedo levantarme para dártelos»...
8 Os digo que si no se levanta y se los da por ser su amigo,
a lo menos por su desvergüenza se levantará y le dará cuantos necesite.
" Y yo os digo : Pedid, y se os dará ;
buscad, y hallaréis ;
llamad a golpes, y se os abrirá ;
10 porque todo el que pide recibe,
y el que busca halla,
y al que llama a golpes, se le abre.
II Y ¿ a quién de vosotros, que sea padre,
le pedirá su hijo un pan...,
por ventura le dará una piedra ?
O también un pescado...,
¿por ventura en vez de pescado le dará una serpiente ?
11 O si le pide un huevo,
¿ por ventura le dará un escorpión ?
™ Si, pues, vosotros, malos como sois,
sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos,
¿ cuánto más vuestro Padre celestial dará desde el cielo
el Espíritu Santo a los que se lo pidieren ?
-J -J 1 En cierto lugar : la iglesia iPater noster», existente en el monte Olívete, se-
ñala el lugar tradicional en que Jesús, en esta ocasión, enseñó la oración domi-
nical. Jesús ha llegado a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Dedicación. || Uno
de los discípulos : debió de ser uno que no había oído el sermón del monte, en
que ya el Maestro había enseñado su oración.
La fórmula conservada por San Lucas es más breve que la transmitida por
San Mateo (6, 9-13). La mayor brevedad puede explicarse de dos maneras : o porque
el Maestro, sin atarse a una fórmula fija, la dió aquí más breve, o porque el evan-
gelista o el informador que se la comunicó quisieron dar la sustancia más bien que
la fórmula precisa.
^u La estructura de asta instrucción es muy original. Consta de dos parábolas,
seguidas de sus correspondientes moralejas. En la primera, la imagen parabólica
comienza por una interrogación inacabada (5-7), equivalente a una condicional, y
termina con una afirmación (8). En la segunda, la imagen se compone de una
serie de interrogaciones mixtas o heterogéneas (11-12), resumidas luego en una con-
dicional (13 a). La interrogación y la condicional, fundidas en la primera, se di-
socian en la segunda. Es notable también que ambas parábolas están concebidas en
segunda persona. La palabra del Maestro, popular, movida y pintoresca, sería, sin
11 14-27
SAN LUCAS
11 16-28
Lanza Jesús un demonio mudo:
calumnia de sus adversarios, n, 14-23
11 Y lanzaba un demonio y éste era
mudo. Y sucedió que, salido el de-
monio, habló el mudo ; y se mara-
villaron las turbas. " Mas algunos de
entre ellos dijeron :
— En virtud de Belzebú, príncipe
de los demonios, lanza los demonios.
16 Otros, con ánimo de tentarle, re»-
querían de El una señal procedente
del cielo.
"El, entendiéndoles los pensamien-
tos, les dijo :
Todo reino dividido contra sí mismo es devastado,
y cae casa sobre casa.
18 Y si también Satanás se dividió contra sí mismo,
¿ cómo se sostendrá su reino ?
Pues que decís que en virtud de Belzebú lanzo yo los demonios.
"Y si yo en virtud de Belzebú lanzo los demonios,
¿ vuestros hijos en virtud de quién los lanzan ?
Por esto ellos serán vuestros jueces,
M Mas si con el dedo de Dios lanzo los demonios,
luego llegó a vosotros el reino de Dios.
c Si el hombre valiente, bien armado, defiende el atrio de su casa,
seguro queda cuanto posee ;
2J mas cuando uno más fuerte que él sobreviene y le vence,
le quita toda su armadura en que confiaba y reparte sus despojos.
M Quien no está conmigo, contra mí está ;
y quien no allega conmigo, desparrama.
Lo postrero, peor que lo primero. 11, 24-26 ( = Mt. 12, 43-45)
24 Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre,
anda vagando por lugares áridos buscando reposo,
y no hallándolo, dice : «Me volveré a mi casa de donde salí.»
26 Y llegando la halla barrida y aderezada.
a Vase entonces y toma consigo otros siete espíritus peores que él,
y entrando se establecen allí,
y resultan las postrimerías de aquel hombre peores que los principios
Bienaventurada la madre de Jesús.
11, 27-28
" Aconteció que, diciendo El estas
cosas, levantando la voz una mujer
de entre la turba, le dijo :
— Bienaventurado el seno que te
llevó y los pechos que mamaste.
» El dijo :
—Bienaventurados más bien los que
escuchan la palabra de Dios y la
guardan.
duda, más diáfana en el original. Al traducirla al griego, o San Lucas o su infor-
mador, la enturbiaron algo.
14-2» Es incierta la "identidad o la distinción entre este relato y el correspondiente
de San Mateo (12, 22-30). A favor de la identidad puede alegarse la semejanza entre
ambos pasajes ; a favor de la distinción, la ceguera del endemoniado en San Mateo
y la diversidad del contexto. Pero ni unas ni otras razones son decisivas. Más fuerza
tiene, a favor de la distinción, la repetición de milagros semejantes obrados por Je-
sús. Y una vez supuesta la repetición del milagro, es natural que los fariseos repi-
tiesen su explicación diabólica y que el Maestro refutase la calumnia de manera
parecida.
z<~™ En esta singular parábola se sobreponen dos comparaciones muy diferentes :
se compara a «esta generación» (Mt. 12, 45) con un poseso reincidente, y se compara
al demonio que después de haber sido expulsado vuelve a poseerle con un hombre
expulsado violentamente de su casa y que luego logra volver a ella.
28 La sentencia del Maestro, más que correctivo del dicho de la buena mujer, es
un tácito encomio de su bendita Madre, que, mejor que nadie, escuchó y guardó
la palabra de Dios (1, 38; 2, 19; 2, 51).
— 160 —
11 29-37
SAN LUCAS
11 38-39
La señal de Jonás. n, 29-32 (=Mt. 12, 38-42)
" Y como las turbas se apiñasen, comenzó a decir :
Esta generación es generación perversa ;
busca una señal, y otra señal no se le dará
sino la señal de Jonás.
30 Porque como Jonás fué señal para los ninivitas,
así lo será también el Hijo del nombre para esta generación.
31 La reina del Mediodía se alzará en el juicio
contra los hombres de esta generación y los condenará ;
porque vino de los últimos confines de la tierra
para oír la sabiduría de Salomón ;
y mirad que hay algo más que Salomón aquí.
3- Los ninivitas se alzarán en el juicio
contra esa generación y la condenarán,
porque hicieron penitencia a la predicación de Jonás ;
y mirad que hay algo más que Jonás aquí.
El ojo, lámpara del cuerpo, ri, 33-36
83 Nadie que enciende la lámpara
la pone en sitio oculto o debajo de la medida,
sino sobre el candelero, para que los que entran vean la luz.
31 La lámpara del cuerpo es tu ojo.
Cuando tu ojo fuere bueno,
también todo tu cuerpo quedará iluminado ;
mas cuando fuere malo,
también tu cuerpo quedará en tinieblas.
35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea oscuridad.
3,! Si, pues, todo tu cuerpo está iluminado,
sin tener parte alguna oscura,
estará enteramente iluminado,
como cuando la lámpara te ilumina con su fulgor.
Convidado por un fariseo, reprende
a los fariseos y escribas. 11, 37-54
81 Mientras hablaba, le invita un
fariseo a comer en 6U casa. Y ha-
biendo entrado, se puso a la mesa.
* Mas el fariseo, viéndolo, se extra-
ñó de que antes de la comida hu-
biese omitido las abluciones. 89 Díjole
el Señor :
aw>2 Responde el Maestro a la demanda formulada anteriormente (16). || La
señal de Jonás : se declara a Joñas tipo o figura de la resurrección de Cristo. |j Algo
más que Salomón.., que Jonás: velada declaración de su mesianidad y divinidad.
83 Esta diminuta parábola, tan expresiva, la había enunciado ya el Maestro
dos veces : en el sermón del monte (Mt. 5, 15) y después de propuesta la parábola
del Sembrador (Me. 4, 21 = Le. 8, 16). Y es fácil que la repitiera en otras varias
ocasiones. Es muy importante entender que los dones de Dios son para iluminar
y no para lucirlos ni para tenerlos baldíos.
a*-36 El pensamiento es: si el ojo interior ve bien, si ve y aprecia las cosas
como son, toda la vida del hombre queda iluminada.
3M2 j£ste pasaje es sustancialmente idéntico a Mt. 23, 1-36. En el supuesto, ge-
neralmente admitido, de que en Mt. estas invectivas estén en su propio lugar, surge
la duda: ¿lanzó Jesús dos veces estas invectivas o bien San Lucas las anticipó'
En principio podría admitirse esta anticipación ; pero en San Lucas estas invectivas
están tan estrechamente ligadas con el contexto que antecede y que sigue, que
resulta demasiado violento considerarlas como palabras dichas en otra ocasión.
Sólo el prurito de evitar los «duplicados» puede aceptar semejante anticipación.— Estas
— IÓI —
N. T. 6
11 40-52
SAN LUCAS
11 40-52
Ahora, vosotros, fariseos, limpiáis lo exterior de la copa y del plato ;
mas vuestro interior está repleto de rapiña v perversidad.
10 Insensatos, quien hizo lo de fuera, ¿ no hizo también lo de dentro ?
41 Pero sí, de lo que hay dad limosna,
y sin más, todo queda limpio para vosotros.
12 }Ias ¡ ay de vosotros, fariseos, que dais el diezmo de la hierba buena,
de la ruda y de toda clase de hortalizas,
y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios !
Esto es lo que convenía hacer, y aquello no omitirlo.
¡J ¡Ay.de vosotros, fariseos, que ambicionáis el primer asiento en las
y las salutaciones en las plazas ! [sinagogas
" ¡ Ay de vosotros, porque sois como los sepulcros disimulados,
y los hombres pasan por encima sin saberlo !
4Z Tomando lia palabra uno de los legistas, le dice :
— Maestro, diciendo eso también a nosotros nos ultrajas.
4fi El dijo :
¡ Ay también de vosotros los legistas !,
que abrumáis a los hombres con cargas insoportables,
y vosotros ni con uno de vuestros dedos focáis las cargas.
',: ¡ Ay de vosotros !, que edificáis los sepulcros de los profetas,
y fueron vuestros padres quienes los mataron.
4S Conque testigos sois, y aprobáis las obras de vuestros padres,
porque ellos los mataron, y vosotros levantáis los edificios.
40 Por eso mismo dijo la Sabiduría de Dios :
«Enviaré a ellos profetas y apóstoles
y de ellos matarán y perseguirán,
" para que la sangre de todos los profetas
derramada desde la creación del mundo
sea demandada a esta generación :
51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías,
el que pereció entre. el altar de los holocaustos y el santuario.»
Sí, os lo digo, será demandada a esta generación.
w ¡ A y de vosotros los legistas,
porque os alzasteis con la llave de la ciencia ! ;
vosotros no entrasteis, y a los que entraban se lo estorbasteis.
invectivas se dividen en dos series. La primera (39-44I, tras una censura inicial, con-
tiene tres Ayes contra los fariseos. La segunda (46-52), provocada por la airada
intervención de un legista, contiene otros tres Aves contra los escribas. Esta dis-
tribución en dos series distingue estas invectivas de las contenidas en el pasaje
paralelo de San Mateo, globalmente dirigidas a escribas, y fariseos. Es éste otro
indicio de la repetición de estas invectivas.
43 Ha sido muy ponderada la dificultad de esta sentencia, que ha dado lugar a
muchas y muy diversas interpretaciones. Tal vez la interpretación, sustancialmentc
acorde, de Maldonado y de Toledo simplifique la dificultad y explique acertada-
mente la sentencia. Según ellos dice Jesús : a las rapiñas sustituya la limosna ; en
vez de robar lo ajeno dad de lo vuestro a los pobres ; semejante limosna purificará
vuestro interior, con lo cual todo quedará limpio para vosotros. Lo que luego dice
el Maestro (42), que los fariseos pasaban por alto la justicia y el amor de Dios,
da a entender que la limosna por él recomendada debe estar basada en la justicia
y movida por la caridad. Y es cierto que así entendida purifica el corazón. Esto es
precisamente lo que hará Zaqueo, y el Señor alabará en él (19, 8-9). Por lo demás,
esta sentencia o recomendación se repite frecuentemente en la Escritura (Tob. 4, 11;
ia, 19; Ece. 3, 15 ; 3, 33; 29, 15; Dan. 4, 24; Le. ib, 9; Ac. 10, 4).
49 Dijo la Sabiduría de Dios: Enviare...: el sentido inmediato o superficial, que
pudieron entender los escribas, parece ser : «Dios en su sabiduría concibió y expresó
el designio de enviar...» Pero el sentido es más hondo. Esta manifestación de los
designios de Dios no es otra que la palabra misma de Jesús, que ahora revela (y
tal vez ya antes había revelado) los designios de la sabiduría de Dios. Hay más.
La expresión correspondieñte en San Mateo (23, 34) es: «Yo envío a vosotros...»
Según esto, Cristo no sólo revela los designios de Dios, sino que El mismo es quien
ha concebido estos designios. Al fin El es por especial apropiación la «sabiduría
de Dios» (1 Cor. 1, 24).
— 162 — •
11 53-12 14
SAN LUCAS
12 i-M
■ Desde entonces, como El hubo
salido, comenzaron los escribas y fa-
riseos a urgirle implacablemente 61 y
tirarle de la lengua sobre muchos
puntos, tendiéndole lazos para coger
algo de sus labios.
La levadura de los fariseos h i póc li-
tas. 12, I-I2
i o' 3 En esto, como se hubiesen
aglomerado millares y más mi-
llares de gente, hasta el punto de
pisotearse unos a otros, comenzó a
decir a sus discípulos en primer lu-
gar :
Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
: Nada hay encubierto que no se descubra
ni nada oculto que no >e conozca.
3 Por lo cual, cuanto dijisteis en la oscuridad
será oído en la luz,
y lo que hablasteis al oído en las recámaras,
se pregonará desde lo alto de los terrados.
' Y a vosotros, mis amigos, os digo :
no tengáis miedo de los que matan el cuerpo
y tras eso no tienen poder para más.
: Os voy a mostrar a quién habéis de temer :
temed a aquel que después de matar
tiene poder para lanzar a los infiernos.
Sí, os digo, temed a éste.
,; ¿ Por ventura no se venden cinco gorriones por dos cuartos ?
Y ni uno de ellos está olvidado en el acatamiento de Dios.
7 Pero también los Cabellos de vuestra cabeza están to los contados.
No temáis : valéis más que muchos gorriones.
* Os digo además : todo aquel que se declarare por mí delante de los hombres,
también el Hijo del hombre se declarará por éL delante dé los ángeles Je
''pero el que me negare delante de los hombres, [Dios ;
será negado delante de los ángeles de Dios.
" Y todo el que hablare contra el Hijo del hombre, se le perdonará ;
:nas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
" Cuando os conduzcan a las sinagogas
y ante los magistrados y autoridades,
no os preocupéis cómo o con qué razones os defenderéis o qué diréis ;
u porque el Espíritu Santo os enseñará en aquella hora lo que hay que decir.
Guardarse dz la avaricia: parábola
del rico necio. 12, 13-21
13 Díjole uno de la turba :
— -Maestro, di a mi hermano que
reparta conmigo la herencia.
14 El le dijo :
— Hombre, ¿quién me ha consti-
tuido juez o repartidor sobre vos-
otros '.
15 Y dijo a ellos :
— Atended y guardaos de toda co-
di( ta ; porque aun cuando uno ande
sobrado, no depende su vida de os
bienes que posee.
16 Y les propuso una parábola, di-
ciendo :
Este razonamiento es un toque de alarma contra la hipocresía. La redacción
abreviada de -San Lucas, si no pone de relieve su cohesión interna, permite vis-
lumbrarla. Se divide en dos secciones (1-.;, 4-12). La primera previene contra la hipo-
cresía, señalando la impotencia de sus conatos por encubrir la verdad. La segunda
ts una serie de cinco avisos, más o menos directamente relacionados con el temor
dt Dios. Primero u-5) : no temer a los hombres. Segundo Í6-7I : providencia de Dios.
Tercero (^-9) : necesidad de declararse por Cristo. Estos tres avisos se hallan en
San Mateo seguidos por el mismo orden (10, 2S-35). Los dos últimos, más desligados,
tienen relación con el Espíritu Santo. El cuarto (10 = Mt. 12, 32) es una amenaza
contra la blasfemia. El quinto (n-12 = Mt. 10, 19-20! promete la asistencia del Es-
píritu Santo en las ocasiones críticas.
- 163 -
12 17-20
— Había un hombre rico, cuyos cam-
pos rindieron abundantes frutos. 17 Y
razonaba consigo mismo, diciendo :
«¿Qué haré, pues no tengo donde
recoger mis frutos ?» 18 Y dijo : «Es-
to haré : derribaré mis graneros, y
los edificaré mayores, y recogeré allí
todas mis cosechas y mis bienes ; 18 y
diré a mi alma : Alma mía, tienes
muchos bienes repuestos para mu-
chos años ; huelga, come, bebe, date
a la buena vida.» 20 Pero díjole Dios :
12 21-3$
«Insensato, esta misma noche te exi-
gen tu alma ; y lo que allegaste, ¿de
quién será ?» *; Así es el que atesora
para sí y no es rico para con Dios.
Desprendimiento de los bienes tem-
porales. 12, 22-34
22 Y dijo a sus discípulos :
Por esto os digo :
No os acongojéis por la vida, pensando qué comeréis,
ni por el cuerpo, con qué os vestiréis.
23 Porque la vida más es que el alimento,
y el cuerpo, más que el vestido.
-' Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan,
que no tienen despensa ni granero,
y" Dios los sustenta ;
¡ cuánto más valéis vosotros que las aves 1
20 ¿Y quién de vosotros con acongojarse
puede añadir un codo a la duración de su vida ?
M Pues si ni siquiera podéis lo mínimo,
¿ a qué apuraros por lo demás ?
a Considerad los lirios, cómo crecen ; no trabajan ni hilan ;
y os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
24 Y si la hierba, que hoy está en el campo y mañana se echa al horno,
Dios así la viste,
¿ cuánto más a vosotros, hombres de poca fe ?
" Tampoco andéis vosotros buscando qué comeréis o qué beberéis,
ni estéis con ansia ;
3" porque todas ésas son cosas tras las cuales andan las gentes del mundo,
y vuestro Padre sabe que necesitáis de ellas.
31 Sino buscad el reino de Dios,
y esas cosas se os darán por añadidura.
32 No temas, rebañito pequeño,
porque pflugo a vuestro Padre daros el reino.
33 Vended vuestras haciendas y dad limosna ;
haceos bolsas que no se envejezcan,
tesoro que no se agote en los cielos,
iG-21 jesús es el gran Maestro de la parábola. Con asombrosa habilidad, unas vecen
la emplea para insinuar discretamente la verdad, otras para ponerla en evidencia.
A este segundo género pertenece la parábola del rico necio, cuya imagen parabólica,
de vivísimo dramatismo, está encuadrada en la doble proposición de la moralidad,
que es la desventura de ila codicia.
¿1 Se declara quién es el rico insensato. Es el que atesora, el que amontona ávi-
damente riquezas sobre riquezas, para sí, para gozarlas él solo, sin acordarse de Dio;>
ni de los pobres, y no es rico para con Dios. «Ser rico para con Dios», según "a
fuerza de la expresión original, es mirar y tender hacia Dios como término o fin en
la adquisición y uso de las riquezas. Pero quien así mira a Dios, guardará la justi-
cia, practicará la beneficencia, tratará de merecer la vida eterna (i Tim. 6, 17-19).
23-31 Este bellísimo razonamiento corresponde a Mt. 6, 25-33. Algunas expresiones
peculiares de San Lucas parecen indicar que el Maestro, ante un auditorio diferente,
repitió lo que había dicho en el sermón del monte. La expresión ni estéis con an-
sia (29), más literalmente podría traducirse «ni andéis suspensos» entre el miedo
y la esperanza.
33 La confianza en el Padre celestial, que nos mantendrá y vestirá en esta vida,
sube de punto con la confianza en nuestro Padre, que nos quiere dar el reino de
los cielos.
— 164 —
12 34-12
SAN LUCAS
12 43-4G
donde no llega el ladrón ni estraga la polilla ;
I porque donde está vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón.
Parábola de los siervos vigilantes. 12, 35-40
u Estén ceñidos vuestros lomos
y encendidas vuestras lámparas,
56 y vosotros semejantes a hombres que aguardan a su señor,
cuando vuelva de las bodas,
para que, así que llegue y llame, le abran al punto.
" Bienaventurados aquellos siervos
a quienes en viniendo hallare el señor velando ;
en verdad os digo que se ceñirá y los hará poner a la mesa,
y pasando de uno a otro les servirá.
3S Y aunque viniere en la segunda vigilia, y aunque en la tercera
si los hallare así, bienaventurados son ellos.
89 Y sabed esto : que si supiese el amo de casa
a qué hora viene el ladrón,
vigilaría y no dejaría que se perforase su casa.
40 Vosotros también estad apercibidos,
porque a la hora que no penséis va a venir el Hijo del hombre.
Parábola del ad))ünistrador fiel y
del siervo infiel. 12, 41-48
" Dijo Pedro :
— Señor, ¿esa parábola nos la di-
riges a nosotros, o también a los de-
más ?
42 Dijo el Señor :
— ¿Quién es, pues, el administrador
fie1, y prudente, a quien dará el Ce-
rnir cargo sobre su servidumbre, pa-
ra que a su tiempo distribuya la ra-
ción de trigo ? "Bienaventurado aquel
siervo a quien su amo, al venir, ha-
llare obrando así. 44 En verdad o>
digo que le dará cargo sobre todos
sus bienes. 45 Mas si aquel siervo di-
jere en su corazón : «Mi amo tarda
en venir», y comenzare a golpear c
los muchachos y a las muchachas, y
a comer y beber y embriagarse, 44 ven-
drá el amo de aquel criado en el día
en que no aguarda y a la hora que
no sabe, y le partirá por medio, y
le deparará la misma suerte que a
**• Esta parábola tiene alguna semejanza con la de las diez vírgenes ; de la
cual, empero, se distingue radicalmente. Allí son doncellas (no esclavas) que aguar-
dan la venida del esposo para celebrar el banquete de bodas ; aquí son esclavos que
aguardan a su amo que vuelve de unas bodas a las cuales ha sido invitado. En
cuanto a la moralidad, allí se distinguen dos categorías contrarias ; aquí sólo se
habla de los siervos vigilantes, cuya bienaventuranza se proclama. En la imagen
parabólica existe un rasgo singular : la extraordinaria bondad y llaneza del amo,
que sirve por sí mismo a sus siervos, como si deseara hacer participantes a los
siervos de los relieves del convite. De todos modos, este rasgo ha sido introducido
en la imagen parabólica para que pueda reflejar menos deficientemente la soberana
realidad significada.
Se introduce una nueva parábola, totalmente distinta, cuya moralidad, empero,
refuerza o completa la de la parábola precedente.
*■ Esa parábola : parece referirse Pedro a la primera de las dos parábolas anterio-
res, dado el carácter adicional de la segunda. De hecho, en la respuesta del Maes-
tro sólo se haf>la de siervos. || A los demás: literalmente <a todos (los demás)». No
se ve claro si Pedro contrapone los apóstoles a los demás discípulos o bien todos
los discípulos a los demás oyentes. La respuesta del Maestro parece abarcar a todo.*-
los discípulos propiamente dichos, si bien se refiere especialmente a los apóstole-
y aun más en particular al mismo Pedro. Parece ser una respuesta graduada, en
que caben diferentes aplicaciones.
42-48 Propone el Maestro una parábola doble o compuesta (más bien que una pa-
rábola simple o dos parábolas distintas), cuya moralidad se ilustra con dos sentencia-
afines (47-48).
-165-
12 47-53
SAN LUCAS
12 54-13 i
lo^ infieles. ,; Aquel siervo que co-
nociere la voluntad de su amo y no
se dispusiere u obrare conforme a
su voluntad, recibirá muchos azotes;
a mas el que no la conociere, si hi-
ciere algo digno de a/.otes, recibirá
pocos. A todo aquel a quien mucho
se dió, muoho se le exigirá ; y a quien
mucho entregaron en depósito, más
le pedirán.
Varias sentencias. 12, 49-53
i,J — Fuego vine a echar sobre la
tierra, ¿y qué quiero, si ya prendió?
50 Con bautismo tengo que ser bau-
tizado, ¡ y qué angustias las mías
hasta que se cumpla !
61 — ¿ Pensáis que vine a traer paz
a la tierra ? No, os lo aseguro, sino
más bien división. '"- Porque a par-
tir de ahora serán cinco en una ca-
sa, divididos : tres contra dos y dos
contra tres. ™ Se dividirán el padre
contra el hijo, y el hijo contra el
padre,; la madre contra la hija, y ia
hija contra la madre ; la suegra con-
tra la nuera, y la nuera contra ia
suegra.
Señales de los tiempos. 12, 54-59
="' Decía también a las turbas :
— Cuando veis levantarse una nu-
be por el poniente, al punto decís :
«Viene aguacero», y asi sucede ; ■* y
cuando sopla el viento del sur, de-
cís : «Habrá bochorno», y se cum-
ple. 56 Hipócritas, sabéis reconocer el
semblante de la lierra y del cielo, ¿ y
el tiempo en que estamos, cómo no
lo reconocéis ? " ¿ Y cómo de vos-
otros mismos no discernís lo que es
justo ? 58 Porque mientras vas con tu
contrincante al magistrado, procura
por el camino librarte de él, no sea
que te arrastre ante el juez, y el juez
te entregará al alguacil, y el algua-
cil te echará en la cárcel. 511 Te lo
aseguro, no saldrás de allí hasta que
hayas pagado el último ochavo
En la Pcrea : necesidad de la peni-
tencia; parábola de la higuera esté-
ril. 13, 1-9
1 o 1 Se presentaron por este mis-
ano tiempo algunos que le re-
Estos dos versículos han sido objeto de encontradas interpretaciones. Forman
dos versos, en que los hemistiquios, así los impares como los pares, se correspon-
den entre sí. La expresión fuego, evidentemente metafórica, deberá interpretarse por
el contexto inmediato, dado que la conexión con el remoto es muy problemática.
Dos cosas dice Jesús de este fuego : que El mismo vino a echarlo sobre la lierra
y que es objeto de sus ardientes deseos. Ambas cosas se hallan en el Espíritu San-
to, mucho mejor que en cualquiera de las otras interpretaciones que se han pro-
puesto. Y en el supuesto, generalmente admitido, que bautismo designa la pasión
de Jesús (Me. 10, 38*39), la conexión entre fuego y bautismo, entre el Espíritu Santo
y la pasión, es la misma que poco antes había expresado el Maestro por San Juan
17, 39) : «Todavía no había Espíritu, porque Jesús todavía no había sido glorificado. »
r.1-53 ¡£Sios tres versículos corresponden a Mt. 10, 34-36. Esta identidad no es razón
suficiente para afirmar que uno de los dos evangelistas ha sacado de su propio lugar
este dicho del Maestro. Es más verosímil la repetición.
k4-50 Esta especie de parábola meteorológica no es la misma que la propuesta
en Mt. 16, 2-4. Allí los fenómenos indicadores eran los arreboles, aquí son las nubes
y el viento. Allí el tiempo pronosticado era buen tiempo o tormenta, aquí es agua-
cero o bochorno.
S7-68 Este pasaje suele interpretarse como una parábola, cuya moralidad sería la
necesidad de ponerse en regla con Dios durante esta vida antes del juicio. Pero
contra semejante interpretación militan razones muy serias. El uso del imperativo
i'KOCUKA (v. 58) imposibilita la forma propiamente parabólica : habría de ser una
alegoría, y entonces habría de señalarse la significación partieulat de cada uno de
lo» téiminos de que consta. ¿Cómo? Además, la moralidad que se le asigna ni se
expresa en el texto ni puede deducirse del contexto. Por fin, las mismas expresiones
del Maestro en Mt. 5, 25-26 son una exhortación a la amigable avenencia con el
contrincante : ¿ por qué no pueden serlo aquí, también ?
Dos hechos trágicos recientes : uno que le refieren, otro que él mismo recuer-
da, dan pie al Maestro para declararles que lasi víctimas de estas tragedias no
un más pecadores que los demás; que toda la nación es pecadora y que, si no hiciere
onta penitencia, perecerá. La inminencia del castigo divino se pinta con vivos
lores en la parábola de la higuera estéril.
13
13 2-H
SAN LUCAS
13 15-22
firieron el caso de los galileos, cuya
sangre había mezclado Filato con la
de "sus víctimas. 2 Y respondiendo
les dijo :
— ¿Pensáis que estos galileos, por
haber padecido esta desgracia, fue-
ron más pecadores que todos los de-
más galileos ? 3 No, os lo aseguro ;
antes si no hiciereis penitencia, to-
dos igualmente pereceréis. 1 O aque-
llos dieciocho sobre quienes se des-
plomó la torre de Siloé y los mató,
; pensáis que eran más culpables que
lodos los otros habitantes de Jeru-
salén ? 5 No, os lo aseguro ; antes si
no hiciereis penitencia, todos igual-
mente pereceréis.
0 Y proponía esta parábola :
— Un hombre tenía una higuera
plantada en su viña. Vino a buscar
fruto en ella y no lo halló. ' Y dijo
al viñador : «Ya van tres años desde
que vengo a buscar fruto en esta
higuera y no lo hallo. Córtala ; ¿ pa-
ra" qué, además, ha de esterilizar la
tierra ?» s El, respondiendo, le dice :
«Señor, déjala este año todavía, y
entre tanto cavaré en torno de ella
y echaré abono ; 9 y si diere fruto en
adelante..., que si no, la cortará».»
I.a mujer encorvada. 13, 10-17
,u Estaba enseñando en una sina-
goga un día de sábado. " Y he aquí
una mujer que tenía un espíritu de
enfermedad hacía dieciocho años, y
estaba encorvada y no podía abso-
lutamente levantar la cabeza. " En
viéndola Jesús, la llamó y la dijo :
— Mujer, estás libre de tu enfer-
medad.
13 Y puso sus manos sobre ella. Y
al instante se enderezó y glorificaba
a Dios. " Interviniendo el arquisina-
gogo, enojado de que Jesús hubiera
curado en sábado, decía a la turba :
— Hay seis días para trabajar : en
éstos, pues, venid y haceos curar,
pero no en día de sábado.
15 Respondióle el Señor y dijo :
— Hipócritas, cualquiera de vos-
otros en sábado, ¿ no desata a su buey
o su asno del pesebre y lo lleva a
abrevar? 16 Y a ésta, que es hija de
Abrahán, a quien ató Satanás hace
ya dieciocho anos, ¿ no era razón des-
atarla de esta cadena en día de sá-
bado ?
"Y diciendo El estas cosas, se aver-
gonzaban todos sus adversarios, y
toda la muchedumbre se gozaba de
todos los hechos gloriosos obrados
por El.
Parábola de la mostaza y de la leva-
dura. 13, 1S-21
1S Decía, pues :
— ¿A qué es semejante el reino de
Dios ? ¿ Y a qué lo compararé ? 19 Es
semejante a un granito de mostaza,
que tomándolo un hombre lo echó en
su huerta, y creció y se hizo árbol
grande, y las aves del cielo se co-
bijaron en sus ramas.
*° Y añadía :
— ¿Con qué compararé el reino de
Dios? a Es semejante a la levadura,
que una mujer tomó y metió en tres
satos de harina, con que toda la ma-
sa fermentó.
El número de los elegidos. 13, 22-30
" Y pasaba por ciudades y aldeas
enseñando y caminando hacia Jeru-
salén.
* En una sinagoga : es la última vez que se menciona la enseñanza de Jesús en
una sinagoga.
" La enfermedad era una parálisis agitante (o enfermedad de ParkinsonK La ex-
presión ESPÍRITU de enfermedad, comparada con lo que después (16) se dice, que a
esta mujer la ató Satanás, parece indicar que la enfermedad era efecto del influjo
maléfico del demonio, pero no que la mujer estuviera propiamente endemoniada.
12 Jesús, sin ser rogado, tomó la iniciativa en obrar el milagro.
19 La mostaza o brasska nigra alcanza en Palestina las proporciones de un árbol
chande de hasta tn> o cuatro metros de altura. || Las aves del cielo que más acu-
den a la mostaza son los jilgueros, golosos de su semilla. Los rasgos particulares de
la parábola en San Lucas favorecen la hipótesis de que el Maestro repitió esta linda
parábola, ya propuesta anteriormente. Lo mismo hay que decir de la parábola ge-
mela de la levadura (20-21).
* Este viaje a Jerusalén, distinto del mencionado antes (9, 51) y del que luego se men-
cionará 117, 11), no puede ser otro que el emprendido para resucitar a Lázaro [Jn. 11, f).
_ !67 —
13 23-30
SAN LUCAS
13 31-35
* Y le dijo tino :
— Señor, ¿ son pocos los que se
salvan ?
El les dijo :
24 — Procurad con empeño entrar
por la puerta estrecha, porque mu-
chos, os lo aseguro, tratarán de en-
trar, y no lo lograrán. 25 Una vez que
el amo de casa se levante y cierre
la puerta, si os quedáis afuera, por
más que os pongáis a golpear la
puerta, diciendo : «Señor, ábrenos»,
El os responderá diciendo : «No sé
de dónde sois vosotros.» 26 Entonces
comenzaréis a decir : «Comimos y
bebimos en tu presencia, y enseñas-
te en nuestras plazas.» 27 Y os dirá :
«No sé de dónde sois ; apartaos de
mí todos los que obráis la iniquidad»
(Sal. 6, 9). 28 Allí será el llanto y el
rechinar de los dientes, cuando vie-
reis a Abrahán, Isaac y Jacob y a
todos los profetas en el reino de Dios,
v que vosotros sois echados afuera.
29 Y vendrán del oriente y del po-
niente, del septentrión y del medio-
día, y serán admitidos al banquete
en el reino de Dios. 80 Y mirad que
hay últimos que serán primeros, y
hay primeros que serán últimos.
Junto a la Judea: amenazas de He-
rodes. ¡Jerusalén, Jerusalén!
13, 31-35
"En aquel mismo punto se le acer-
caron algunos fariseos, diciéndole :
— Retírate y marcha de aquí, por-
que Herodes te quiere matar.
32 Díjoles :
— Id y decid a ese zorro : «Mira,
lanzo demonios y llevo a cabo cu-
raciones hoy y mañana y al tercer
día se acaba conmigo. 83 Es menes-
ter, con todo, que hoy y mañana y
el día siguiente prosiga yo mi viaje,
porque no cabe que un profeta pe-
rezca fuera de Jerusalén.» 84 ¡ Jeru-
salén, Jerusalén, la que mata los pro-
fetas y apedrea a los que le han sido
enviados ! ¡ Cuántas veces quise re-
unir a tus hijos de la manera que la
clueca a su pollada debajo de las
alas, y no quisisteis ! 85 He aquí que
vuestra casa se os deja. Y os certi-
fico que no me veréis ya hasta que
venga el día en que digáis : «Ben-
dito el que viene en el nombre del
Señor» (Sal. 117, 26 j .
De todos modos, estas tres marchas no son, en la intención de Jesús, sino tres
etapas del que El consideraba como el viaje definitivo para consumar en Jerusalén
la obra de la redención. Además, no es del todo seguro que San Lucas en esta
parte de su Evangelio siga un orden cronológico riguroso. En ella principalmen-
te recoge y coordina las variadas informaciones que fué recibiendo de fuentes muy
diversas.
73 Le dijo uno : probablemente alguno de los rabinos, a quienes intrigaba el pro-
blema sobre el número de los elegidos. Dando por supuesto que los buenos judíos,
los escribas y los fariseos, erau los que se salvaban, su pregunta se refiere única-
mente al número.
*M0 El Maestro, sin responder a la impertinente curiosidad del rabino, le advierte
que no todos los judíos ni solos €1105 serán los que se salven. Le enseña, además,
el modo de salvarse : esfuerzo personal y diligencia, pues la puerta es estrecha
y llegará un momento en que se cerrará. Al fin se anuncia proféticamente la en-
trada de los gentiles y cierta primacía sobre la masa de los judíos (29-30). Aunque
recoge varios elementos dispersos en San Mateo, la respuesta de Jesús es un dis-
curso coherente.
a Retírate : no es difícil adivinar la intención de esos fariseos. Jesús se hallaba
en la Perea, pero no estaba lejos de Jerusalén, adonde se dirigía. Trataban, pues, de
disuadir a Jesús que fuese a Jerusalén, fingiendo designios homicidas de Herodes.
35 Decid a. ese zorro: la respuesta de Jesús a los benévolos consejos de los astu-
tos fariseos es la que debía ser : indirecta y enigmática. El zorro a quien han de
llevar la respuesta es no tanto Herodes cuanto el inventor de la patraña. || Hoy
y mañana : en el sentido indeterminado de un día y otro día. || Al tercer día : es
decir, terminado este plazo, que no será muy largo. || Se acaba conmigo: más lite-
ralmente, soy consumado: expresión enigmática de la muerte.
33 Irónicamente dice : He de seguir mi camino a Jerusalén, que tiene el privilegio
de matar a los profetas.
ai_35 Esta sentida querella se halla en San Mateo al fin de las invectivas dirigidas
a los fariseos y escribas (23, 37-39). Cuadra tan perfectamente en ambos contestos,
que eliminarla de uno de ellos resulta una vivisección. Es, por tanto, más vero-
símil que el Señor la repitiera en dos ocasiones distintas.
— 168 —
14 1-9
SAN LUCAS
14 10-16
¡cricó (?): en casa de un jefe de los
fariseos sana a un hidrópico. 14, 1-6
1 A 1 ^ aconteció que entrando El
en casa de uno de los jefes de
los fariseos en sábado a comer, ellos
le estaban observando. 2 Y he aquí
que un hombre hidrópico estaba de-
lante de El. 3 Y tomando Jesús la
palabra, dijo así a los legistas y fa-
riseos :
— ¿ Es permitido en sábado curar,
o no?
4 Ellos se callaron. Y tomándole
de la mano, le sanó y le despachó.
5 Y a ellos les dijo :
— ¿ A quién de vosotros se le cae
en un pozo el hijo o el buey y no
lo saca inmediatamente en día de
sábado ?
6 Y no sabían qué replicar a esto.
Recomienda la humildad y la cari-
dad. 14, 7-14
' Reparando cómo los convidados
se escogían los primeros asientos, les
proponía una parábola, diciéndoles :
8 —Cuando fueres por alguno con-
vidado a bodas, no te recuestes en
el primer asiento, no sea acaso que
haya sido invitado por él uno de más
consideración que tú, 9 y venga el
que a ti y a él convidó y te diga :
«Cede el lugar a éste», y comiences
entonces con gran confusión a ir ba-
jando hasta ocupar el último lugar.
10 Sino que, cuando fueres invitado,
ve y recuéstate en el último lugar,
para que, Cuando venga el que te
convidó, te diga : «Amigo, sube más
arriba.» Entonces te verás honrado
a los ojos de todos los comensales.
n Porque todo el que se ensalza se-
rá humillado, y el que se humilla
será ensalzado.
12 Decía también al que le había
convidado :
—Cuando des una comida o una
cena, no llames a tus amigos, ni a
tus hermanos, ni a tus parientes, ni
a los vecinos ricos, no sea que ellos
también a su vez te inviten y te sir-
va de recompensa. 13 Sino que, cuan-
do hagas un convite, llama a los po-
bres, mancos, cojos, ciegos, 14 y se-
rás dichoso, porque no tienen con
qué recompensarte, porque se te da-
rá la recompensa en la resurrección
de los justos.
Parábola de la gran cena. 14, 15-24
18 Como hubiese oído esto uno de
los comensales, le dijo :
. — Dichoso el que participará del
convite en el reino de Dios.
w El le dijo :
— Un hombre hizo una gran cena
1-6 La repetición de semejantes milagros en sábado va dirigida contra la supersti-
ción sabática de los escribas y fariseos. Pero el Maestro, que más. que mortificar
pretendía enseñar, justifica el milagro con dos preguntas, a las cuales nada pudie-
ron responder sus .adversarios.
' Les proponía una parábola : tal puede llamarse esta lección del Maestro, por
cuanto, en vez de ser una reprensión directa de los que en este convite se escogían
los primeros asientos, es un consejo de lo que deberían hacer en un convite de bodas
al cual .fuesen invitados. En esta historia fingida o imaginada brilla la moralidad
que al fin inculca el Maestro (11).
13-14 También esta lección puede llamarse parábola, por cuanto no se refiere direc-
tamente a la comida presente, sino a otra que se imagina.
Algunos exegetas, aun católicos, han querido identificar esta parábola de la
gran cena con la de las bodas regias propuesta por San Mateo (22, 1-14). Los moti-
vos alegados para la identificación son dos : la semejanza de las dos redacciones y
el principio unificativo o eliminativo de los supuestos duplicados. Pero la semejanza
no es unidad o identidad, y el principio referente a los duplicados es un postulado
apriorista, contrario a la realidad evangélica. Más serias y graves son las razones
que militan a favor de la distinción. Tales son, entre otras, el diferente contexto en
que están encuadradas las parábolas, el carácter mucho más trágico de la parábola
en San Mateo y las discrepancias irreductibles de las dos redacciones en los ele-
mentos esenciales de la parábola. La parábola es un género literario en que no es
menos esencial la imagen parabólica que la moralidad. En estas dos redacciones, aun
cuando la moralidad fuera idéntica— que no lo es—, bastaba la diversidad de la
1mam.11 parabólica para distinguir las parábolas. Y aunque se demostrase que las
dos redacciones coincidían plenamente, no quedaba con ello demostrado que el Maes-
tro no pudo repetir en dos ocasiones distintas una misma parábola. ,
-169-
14 17-27
SAN LUCAS
14 28-15 2
y convidó a muchos. " A la hora de
la cena mandó a su criado que dije-
se a los convidados : «Venid, que ya
está lodo a punto.» m. Y comenzaron
todos por igual a excusarse. El pri-
mero le dijo : «He comprado un cam-
po, y necesito ir a verlo ; te ruego
me tengas por excusado.» 10 Otro di-
jo : «He comprado cinco yuntas de
bueyes, y voy a probarlas ; te ruego
me des por excusado.» 20 Y otro dijo:
«He tomado mujer, y por esto no
puedo ir.» 21 Venido el criado, ente-
ró de esto a su señor. Entonces, eno-
jado el amo de casa, dijo a su cria-
do : «Sal presto a las plazas y ca-
lles de la ciudad, y a los pobres, y
mancos, y ciegos, y cojos hazlos en-
trar acá.» 22 Dijo el criado : «Señor,
se ha hecho lo que ordenaste y to-
davía queda sitio.» 23 Dijo el amo al
criado : «Sal a los caminos y valla-
dos y obliga a la gente a entrar, pa-
ra que se llene mi casa. 21 Porque os
digo que ninguno de aquellos que
habían sido convidados ha de pro-
bar mi cena.»
La abnegación : las dos parábolas de
la torre y del rey. 14, 25-33
a Caminaban con él grandes mu-
chedumbres, y, vuelto a ellas, les
dijo :
2<i — Si uno viene a mí y no abo-
rrece a su padre y _ a su madre, a
su mujer y a sus hijos, a sus her-
manos y hermanas y hasta su pro-
pia vida, no puede ser mi discípu-
lo. 27 Quien no carga con su cruz y
se viene en pos de mí, no puede ser I
mi discípulo. Porque ¿ quién de en-
tre vosotros, queriendo edificar una
torre, no se sienta primero y calcu-
la los gastos y mira si tiene para
acabarla ? 29 No sea caso que, habien-
do puesto los fundamentos y no pu-
diendo terminar, comiencen "todos los
que lo ven a hacer burla de él, 30 di-
ciendo : «Este hombre comenzó a
edificar y no pudo terminar.» 31 ¿ O
qué rey, si marcha para entrar en
guerra con otro rey, no se sienta pri-
mero a deliberar si tiene fuerzas pa-
ra hacer frente con diez mil al que
viene sobre él con veinte mil ? 32 De
lo contrario, mientras él está lejos
todavía, despacha una embajada pa-
ra negociar la paz. 33 Así, pues, todo
aquel de entre vosotros que no re-
nuncia a todos sus bienes, no pue-
de ser mi discípulo.
Parábola de la sal. 14, 34-35
34 Buena, pues, es la sal ; mas si
también la sal se vuelve sosa, ¿ con
qué se aderezará ? 83 Ni para la tie-
rra ni para el estercolero es a pro-
pósito ; afuera la echan. Quien tie-
ne oídos para oír, oiga.
Parábolas de la oveja descarriada y
de la dracma perdida. 15, 1-10
i r 3 Acercábanse a El todos los
-L,J publícanos y los pecadores pa-
ra oírle. 2 Y murmuraban ios fari-
seos y los escribas, diciendo :
25 Cambia el escepario. Jesús se va acercando a Jerusalén.
3>-'-7 listas exigencias, inauditas en un maestro humano, son una implícita declara-
ción de divinidad. Sólo Dios puede hablar así.
33 Es sorprendente e inesperada la moralidad de las dos parábolas precedentes.
Los recursos para acabar la torre o para hacer frente al enemigo no son otra cosa
que la total renuncia y abnegación.
** * I.a parábola de la sal, enunciada enigmáticamente, confirma la moralidad de
las dos parábolas precedentes : la necesidad de la abnegación. El discípulo que, des-
corazonado, volviese atrás, sería como la sal echada a perder : para nada ya ser-
viría.
-j jr '-- En este preámbulo se contienen dos antecedentes, esenciales para la inteligen-
-L'-' cía de las parábolas que se siguen : un hecho y una acusación. Por una parte,
ACERCÁBANSE A Jesús TODOS LOS PUBLICANOS Y LOS PECADORES ¡ por Otra, LOS FARISEOS
y los escribas murmuraban de El porque acogía A los pecadores y comía con ellos.
Del olvido de estos antecedentes históricos ha resultado falsear la interpretación de
estas maravillosas parábolas. En ellas se trata del mismo Jesús. La denominación de
parábolas de la misericordia divina no es del todo propia, a no ser que se entienda de
la divina misericordia del divino Salvador. Se ha censurado la actitud de Jesús con
15 3-12
SAN LUCAS
15 13-25
— Ese acoge a los pecadores y co-
me con ellos.
J Mas les propuso esta parábola di-
ciendo :
4 — ¿Qué hombre de vosotros, que
tenga cien ovejas, si pierde una de
ellas, no deja las noventa y nueve
en el desierto y se va a buscar la
Ltrdida, hasta que la halla ? • V en
hallándola, pónesela sobre los hom-
bros, 6 y llegado a su casa convoca
a los amigos y a los vecinos y les
dice : «Dadme el parabién, porque
hallé mi oveja perdida.» ' Os digo
que de igual manera habrá en el cie-
lo mayor gozo por un solo pecador
penitente que no por noventa y nue-
ve justos que no tienen necesidirl
de penitencia. k ¿ O qué mujer que
tenga diez dracmas, si pierde una
dracma, no enciende la lámpara y
barre la casa y la busca cuidadosa-
mente hasta que la halla ? 9 Y en
habiéndola hallado, convoca a las
amigas y vecinas y las dice : «Dad-
me el parabién, porque hallé la drac-
ma que había perdido.» 10 Así, os di-
go, es motivo de gozo para los án-
geles de Dios un solo pecador que
haga penitencia.
Parábola del hijo pródigo. 15, 11-3:2
11 Y dijo :
— Un hombre tenía dos hijos. 12 Y
dijo el menor de ellos a su padre .
«Padre, dame la parte de la hacien-
da que me corresponde.» El Jes re-
partió la hacienda. " De allí a no
muchos días, el hijo menor, habién-
dolo recogido todo, se partió a le-
janas tierras, y allí malbarató su
hacienda viviendo licenciosamente.
14 Mas cuando lo hubo gastado todo,
sobrevino en aquellas tierras grande
hambre, y él comenzó a sentir nece-
sidad. 15 Conque fué y se arrimó a
uno de los ciudadanos de aquella re-
gión, el cual le envió a sus campos
a apacentar puercos. 16 Y ansiaba lle-
nar su vientre de las algarrobas (pie
comían los puercos, y nadie se las
daba. 17 Y entrando en sí mismo, di-
jo : «¡Cuántos jornaleros de mi pa-
dre andan sobrados de pan, y yo
aquí perezco de hambre ! 4)1 Me le-
vantaré y me iré a mi padre, y le
diré : Padre, pequé contra el cielo y
ante ti ; 19 no soy digno de llamarme
hijo tuvo ; tómame como uno de tus
jornaleros.» 20 Y levantándose f-.iése
a su padre. Estando él muy lejos
todavía, viole su padre, y se le en-
terneció el corazón, y corriendo ha-
cia él echósele al cuello y se lo co-
mía a besos. 21 Díjole el hijo : «Pa-
dre, pequé contra el cielo y ante ti ;
no soy ya digno de llamarme hijo
tuyo.» 22 Dijo el padre a sus criados :
«Presto, sacad el mejor vestido y
vestídselo, y ponedle una sortija en
su mano y calzado en los pies ; 23 y
traed el novillo cebado y matadle, y
comamos y hagamos fiesta ; 31 poi-
que este mi hijo estaba muerto y re-
vivó, estaba perdido y fué hallado.»
Y dieron principio al festín. 26 Su hi.
los pecadores, y esta actitud es 1
en particular, intervienen tres
censores impertinentes. Estos p<
las parábolas.
3-10 En estas dos parábolas paralelas
las pecadores ; pero no es menos claro >
pide, son la antítesis o el reverso de los
v-3* La perla de las parábolas: tal es
literario cuanto de la inefable bondad y
tos corazones humanos ha conmovido y
de que «acoge a los pecadores y come c<
ción, responde Jesús: ¿Recibir yo- a lo
pasivamente a los pecadores, sino (pu-
yo con ellos i Tampoco es eso verdad :
preparo un banquete y los invito a come
hacéis mal en censurar mi conducta. 1)
expresión de bondad, no menos admirat
dre de la parábola no sólo acoge al hijo
puntilloso y descomedido, antes le invita
acoge a todos los publícanos y pecadores, si
razones a sus mismos censores, dispuesto a
la segunda parte es adicional o sobrepuesta
y mutilarla feamente.
on las parábolas quiere Jesús justificar. Más
Íes (o categorías) : Jesús, los pecadores, los
s habrán de aparecer de alguna manera en
n representa a Jesús, quién a
as y vecinos, cuyo parabién se
;cnsores de Jesús.
;a creación, no tanto del genio
del Corazón de Jesús, que tan-
rchabililado. Ha sido acusado
ak.n.,1.
holgarse y re
sino que trato
.•¡birlos tamb
. audi
TI ^ ibn
>ja con el hijo
Jesús no sólo
r con blandas
desconocer el sentido de la parábola
15 26-16 2
SAN LUCAS
16 3-12
jo mayor estaba en el campo ; y co-
mo al volver llegó cerca de la casa,
oyó la sinfonía y las danzas ; 26 y
llamando a sí a uno de los mucha-
chos, le preguntó qué era aquello.
27 El le dijo : «Ha vuelto tu herma-
no, y tu padre mató el novillo ce-
bado, porque le recobró sano.» aEno-
jóse y no quería entrar ; mas su pa-
dre, saliendo, le instaba. 29 El, res-
pondiendo, dijo a su padre : «Tan-
tos años como te sirvo, sin haber
jamás traspasado tu mandato, y ja-
más me diste un cabrito para hol-
garme con mis amigos ; 80 mas así
que vino ese tu hijo que ha consu-
mido tu hacienda con malas muje-
res, mataste para él el novillo ce-
bado.» 31 Mas él le dijo : «Hijo, tú
siempre estás conmigo, y todas mis
cosas son tuyas ; 32 mas era razón
holgarse y regocijarse, porque este
hermano tuyo estaba muerto y revi-
vió, estaba perdido y fué hallado.»
Parábola del mayordomo infiel.
i6, 1-13
"i ¿ 1 Decía también a los discípu-
-Lt' los :
— Era un hombre rico que tenía
un mayordomo, el cual fué acusado
ante él de que disipaba su hacien-
da. 2 Y habiéndole llamado, le dijo :
«¿Qué es eso que me cuentan de ti?
Ríndeme cuentas de tu administra-
ción, porque no podrás en adelante
seguir de mayordomo.» 3 Dijo para sí
el mayordomo : «¿Qué voy a hacer,
ya que mi amo me quita la mayor-
domía ? ¿ Cavar ? No puedo. ¿ Mendi-
gar? Me da vergüenza. 'Ya sé qué
haré para que, cuando sea destituido
de la mavordomía, me reciban en
mis casas.» 5 Y llamando a cada uno
de los deudores de su amo, decía
al primero : «¿Cuánto debes a mi
amo ?» 6 El dijo : «Cien batos de acei-
te.» El le dijo : «Toma tu factura,
v siéntate al punto y escribe : Cin-
cuenta.» ' Luego dijo a otro : «¿Y tú
cuánto debes ?» El dijo : «Cien co-
ros de trigo.» Dícele : «Toma tu fac-
tura y escribe : Ochenta.» 8 Y alabó
el amo al mayordomo infiel, porque
había obrado sagazmente ; porque
los hijos de este siglo son más sa-
gaces que los hijos de la luz en el
trato con sus semejantes. 9 Yo tam-
bién os digo : granjeaos amigos con
esa riqueza de iniquidad, para que,
cuando os venga a faltar, os reci-
ban en las moradas eternas.
10 — Quien es fiel en lo mínimo,
también en lo mucho es fiel ; y quien
en lo mínimo es infiel, también en
lo mucho es infiel. 11 Si, pues, en
las riquezas de iniquidad no fuisteis
fieles, ¿quién os confiará los verda-
deros bienes ? 12 Y si en lo ajeno no
-i f* M El valor o capacidad del bato fué variando con el tiempo. Antiguamente el
4-" bato contenía 36, 44 (ó 36,92) litros ; posteriormente, 39,55 (ó 40,05) litros. El
coro equivalía a 10 batos.
8 Alabó el amo : no es Jesús, sino el amo quien alaba ; y lo que alaba no es
el fraude, sino la sagacidad ; y esta alabanza no pudo ser muy cordial. La sagacidad
de los hijos de este siglo para el mal es un reproche de la indolencia o inepcia
de los hijos de la luz para el bien.
•Granjeaos amigos...: es la moralidad de la parábola, que se saca, directamente,
de la sagacidad del mayordomo infiel ; pero se alude también a su fraude, 1 ior
cuanto la riqueza se llama riqueza de iniquidad. Los amigos que se granjean son
los pobres socorridos, a quienes se atribuye la estupenda prerrogativa de recibir
en las moradas eternas a los ricos bienhechores. Como los ricos reciben de Dios los
bienes temporales no sólo para sí, sino también para los pobres, así los pobres
reciben los bienes eternos no sólo para sí, sino también para los ricos, a quienes,
por sus limosnas, hacen partícipes del galardón prometido a la pobreza.
10 La fidelidad en lo pequeño es la mejor disposición para la fidelidad en lo gran-
de. Y también, proporcionalmente, la infidelidad. Esta sentencia del Maestro ha
creado grandes santidades y ha prevenido grandes crímenes.
11 Consecuencia o aplicación de la sentencia precedente. Lo mínimo son las ri-
quezas ; 1.0 mucho son los verdaderos bienes, es decir, los espirituales, los propios
del reino de Dios.
12 Nueva expresión de la misma consecuencia. Lo temporal se llama ajeno o ex-
traño, por cuanto cae fuera de nosotros ; lo espiritual se llama vuestro, porque es
algo perteneciente a nuestra integridad o constitución personal. En absoluto, em-
pero, la expresión podría tener sentido o matiz diferente. Si en el manejo de
bienes extraños, en que el respeto a los derechos ajenos o el temor de la justicia
podría cohibir el despilfarro, fuisteis infieles, ¿ cómo se os va a permitir la libre
disposición de vuestros propios bienes ?
— 172 —
16 13-18
SAN LUCAS
16 19-28
fuisteis fieles, ¿lo vuestro quién os
lo dará?
u — Ningún criado puede servir a
dos amos ; porque o bien al uno abo-
rrecerá y al otro amará, o bien se
entregará al primero y tendrá en po-
co al segundo. No podéis servir a
Dios y al dinero.
Son reprendidos los fariseos por su
avaricia. 16, 14-18
14 Oían todas estas cosas los fari-
seos, que eran amigos del dinero, y
hacían mofa de él.
16 Y les dijo :
— Vosotros sois los que blasonáis
de justos delante de los hombres ;
mas Dios conoce vuestros corazones ;
porque lo encumbrado a juicio de
los hombres es abominación a los
ojos de Dios. 16 La Ley y los profe-
tas terminan en Juan ; desde enton.
ees es anunciada la buena nueva del
reino de Dios, y todos forcejean por
entrar en él. 17 Pero más fácil es que
pasen el cielo y la tierra que no que
caiga una sola tilde de la Ley. 18 To-
do el que repudia a su mujer y se
casa con otra, comete adulterio ; y
quien se casa con la que ha sido
repudiada por su marido, comete
adulterio.
Parábola del epulón y de Lázaro.
16, 19-31
" Era un hombre rico, que vestía
púrpura y lino fino y banqueteaba
cada día espléndidamente. * Por el
contrario, un pobre, por nombre Lá-
zaro, estaba tendido junto a su puer.
ta, cubierto de úlceras, 21 y desean-
do hartarse de lo que caía de la me-
sa del rico ; pero hasta los perros
venían y lamían sus úlceras. 22 Su-
cedió que murió el pobre v fué lle-
vado por los ángeles al seno de Abra,
hán. Murió también el rico y fué
sepultado. 22 Y estando en el infier-
no, en medio de tormentos, levanta
sus ojos y ve a Abrahán a lo le-
jos y a Lázaro en su seno. 24 Y le-
vantando la voz, dijo : «Padre Abra-
hán, compadécete de mí y manda a
Lázaro para que moje la punta de
su dedo en agua y refresque mi len-
gua, porque me abraso en estas lla-
mas.» 25 Dijo Abrahán : «Hijo, re-
cuerda que recibiste tus bienes en
tu vida, y Lázaro asimismo los ma-
les ; ahora, en cambio, él aquí es
consolado y tú eres atormentado.
26 Y a todo eso, entre nosotros y vos-
otros se interpone una sima infran-
queable, de suerte que los que quie-
ran pasar de aquí a vosotros no
puedan, ni tampoco de ahí pasan a
nosotros.» 27 Y dijo: «Te ruego, pues,
padre, que le envíes a casa de mi
padre — pues tengo cinco herma-
nos— , para que les dé testimonio de
13 El Dinero, contrapuesto a Dios, rival de Dios, se presenta como un Idolo a
quien se rinde culto sacrilego.
16-18 x0 se ve fácilmente el nexo lógico de estos cuatro versículos, que tanto
pueden ser fragmentos desligados de un discurso más largo como sentencias toma-
das de varios discursos pronunciados en aquella ocasión.
u Sentencia severísima, que descalifica tantas justicias orgullosas y tantos en-
cumbramientos humanos.
" La ley y los profetas son el Antiguo Testamento ; el Nuevo se inaugura con
la buena nueva del reino de Dios, esto es, el Evangelio. || Todos forcejean por
■OTRAS en él, menos vosotros los fariseos (Mt. 11, 12-19 ; 21, 3*-38).
>»-s> La complejidad de esta parábola ha desorientado a no pocos intérpretes.
En su concepto simplista y unitario de la parábola no encajaba esta riquísima
parábola, repleta de enseñanzas, y, no obstante, tan homogénea, coherente y na-
tural. Más razonable es amoldar las teorías a los hechos que no violentar los hechos
para que se adapten a las teorías. La parábola del epulón lleva el cuño incon-
fundible del gran Maestro del género parabólico, que ha sabido asociar y fundir
la riqueza y variedad doctrinal con la máxima sencillez dramática. Los antece-
dentes y circunstancias explican la complejidad doctrinal y también, a lo que pa-
rece, la selección de la imagen parabólica. Se ha mencionado poco antes (16, 14)
la avaricia de los fariseos, se ha insinuado su incredulidad, se ha hablado de la
ley y los profetas (16, 15-16) ; sobre esto, muy pronto va a ser resucitado un muerto
llamado precisamente Lázaro. Todas estas circunstancias toman cuerpo en la ma-
ravillosa parábola, que en virtud de ellas adquiere mayor realismo y significación.
Mucho se ha discutido si es ésta una parábola, o una historia, o una narración
— 173 —
16 29-17 4
SAN LUCAS
17 5-1 1
estas cosas, no sea que también ellos
vengan a este lugar de la tortura.»
-"' Dii-e Abrahán : «Tienen va a Moi-
sés y a los profetas ; escúchenlos.»
3" El dijo : «No, padre Abrahán, si-
no que, si fuere a ellos alguno de
los muertos, harán penitencia.» 31 Dí-
jole : «Si no escuchan a Moisés y
a los profetas, tampoco se dejarán
persuadir si alguno resucitare de en-
tre los muertos.»
Evitar los escándalos , perdonar loa,
ofensas. 17, 1-4
-1 1-1 1 Y dijo a sus discípulos :
-*- ' — Es imposible que los escán-
dalos no vengan ; mas ¡ ay de aquel
por quien vienen ! : Más le valiera
que le colgaran al cuello una rueda
de molino y le precipitaran en <?1
mar, antes que escandalizar a uno
de estos pequeñuelos. 3 Mirad por
vosotros.
— Si pecare tu hermano, reprénde-
le ; y si se arrepintiere, perdónale.
4 Y si siete veces al día pecare con-
tra ti y siete veces se volviere a ti,
diciendo : «Me arrepiento», le perdo-
narás.
Eficacia de la fe. «Siervos inúliles
somos». 17, 5-10
r' Dijeron los apóstoles al Señor :
—Auméntanos la fe.
0 Dijo el Señor :
— Si tuvierais fe como un granito
de mostaza, diríais a este moral :
■ Arráncate de raíz y plántate en el
mar», y os ol>edecería.
' — Si uno de vosotros tiene un es-
clavo ocupado en la labranza o en
el pastoreo, cuando llega a casa_ a
«Presto, ven acá, ponte a la mesa» ?
8 ¿No le dirá más bien : «Prepárame
de cenar y ciñéndote sírveme, has-
ta que yo coma y beba, y después
comerás y beberás tú» ? • ¿ Por ven-
tura queda reconocido al esclavo por-
que cumplió lo que le ha ordenado ?
"' Así también vosotros, cuando hu-
biereis hecho todo lo que se os ha
ordenado, decid : «Siervos somos sin
provecho ; lo que debíamos hacer,
eso hemos hecho.»
Camino de Jernsale'n : sana Jesús a
diez leprosos. 17, 11-19
" Acaeció que, al dirigirse El a Je-
rusalén, pasaba por entre los confi-
nes de Samaria y Galilea.
17
parte histórica, parir fingida. Hoy, generalmente, se cree que se trata <lc una
simple parábola; pero 110 es esto razón de mucho peso para quien tiene presentes
los capricho^ de la moda exegétiea. Si es parábola, pudo aludir a un hecho histó-
rico ; si es historia, no hay duda de que se describe con muchos rasgos metafó-
ricos. De todos modos, la elección del nombre de Lázaro, sea histórico, sea fingido,
es intencionada y preludia la resurrección de Lázaro de Betania. A la luz de esta
intención, la conclusión de la parábola adquiere visos trágicos y es una profecía
de la incredulidad de los judíos, que no creerán ni con la resurrección de Lázaro
ni con la del mismo Jesús. Esta sentencia, que suena a paradoja, encierra una
triste verdad, que la incredulidad moderna confirma diariamente.
dos instrucciones sobre los escándalos y el perdón de las ofensas pa-
ulas en el retiro de Efrén IJn. 11, 54) después de la resurrección de Láza-
ro, y coinciden con las propuestas en San Mateo (18, 6-7. 15, 21-221 por el mismo
tiempo, si ya no son su repetición reiterada.
Señor que se la acreciente. Esta fe no es precisamente la fe teologal, sino más
bien la llamada fe Je los milagros ; aunque, por otra parte, no hay que exagerar
la, distinción de esta doble fe. La fe teologal, si es plena y lógica, entraña en sí
la fe de los milagros, que espontáneamente se manifestará y actuará, siempre que
de la palabra de Jesús, que tomaba pie de las circunstancias actuales.
'-10 La moraleja de esta parábola casera se reduce a que la genuina humildad
es una verdad de sentido comúii. La expresión final Sirrvos somos sin PROVECHO
debe interpretarse por el contexto, y quiere decir que el cumplimiento del deber
no da derecho a gloriarse. Y tratándose del servicio a Dios, al cual definitivamente
se refiere la sentencia, las palabras son rigurosamente exactas, dado que nuestro
servicio no acarrea a Dios ningún provecho.
u A Jerusalén : es ya la última etapa del largo viaje.
— 174 —
17 12-22
SAN LUCAS
17 23-31
12 Y al entrar El en cierta aldea,
le salieron al encuentro diez hom-
bres leprosos, los cuales, mantenién-
dose a distancia, "levantaron la voz,
diciendo :
— Jesús, Maestro, compadécete de
nosotros.
" Luego que los vió, les dijo :
— Id y mostraos a los sacerdotes.
Y sucedió que mientras iban que-
daron limpios. 15 Uno de ellos, vien.
do que había sido curado, volvió
atrás, glorificando a Dios a grandes
voces, " v cayendo sobre su rostro a
los pies de Jesús, le dió gracias.^ Era
un samaritano. 17 Tomando Jesús la
palabra, dijo :
— ¿ No quedaron limpios los diez ?
Y los otros nueve, ¿ dónde están ?
18 ¿No se hallaron quienes volviesen
a dar gloria a Dios, sino ese extran-
jero ? 19 Y le dijo :
— Levántate y vete ; tu fe te ha
salvado.
Advenimiento dei reino de Dios.
50 Preguntado por los fariseos :
— ¿Cuándo viene el reino de Dios ?
Les respondió y dijo :
—No viene el reino de Dios con
aparato, 21 ni dirán : «Aquí está», o
«Allí» ; mirad que el reino de Dios
está dentro de vosotros.
* Y dijo a los discípulos :
— Vendrán días en que deseéis ver
uno de los días del Hijo del hom-
bre, y no lo veréis. 25 Y os dirán :
«Aquí está», «Allí está» ; no vayáis
ni andéis tras ello. 24 Porque como
el relámpago, al relampaguear, re-
corre con su brillo todo el cielo de
un extremo al otro, así será el Hijo
del hombre en su día. 35 Pero antes
es menester que El padezca mucho
y sea reprobado por esta generación.
26 Y como aconteció en los días de
Noé, así será también en los días
del Hijo del hombre
en
be.
que Xoé entró
luvio, que aca-
bó con todos. ■«Asi-ni
,teció en los días de Lot : comían, be-
bían, compraban, vendían ; planta-
ban, edificaban ; 20 mas el día que
salió Lot de Sodoma llovió fuego y
azufre del cielo, que acabó con to-
dos. 30 Esto mismo pasará el día en
que el Hijo del hombre aparezca.
31 En aquel día, si uno se hadla en ^1
terrado y tiene sus cosas dentro de
casa, no baje a tomarlas ; y asimis*
mo quien esté en el campo no vuel-
va atrás. 32 Acordaos de la mujer de
Lot. 23 Quien buscare poner en co-
bro su vida, la perderá ; y quien la
perdiere, la salvará. 31 Os aseguro
que en esa noche estarán dos en
una cama : el uno í
el
" Mostraos
curación de la
de llegar a Je
el leproso sa
LOS SACERDOTES : como la
?ra, Jesús promete implíe
alen. Ellos creyeron, y
taño se sometió a la ordt
¡.n.-or
presentarse
13 Uno de ellos... volvió atrás : parece que la eur:
muy pronto después de su encuentro con Jesús. Así s
de Jesús de que con el samaritano no hubieran vuelto
nueve.
19 Tu FE TE HA salvado : si la fe en la palabra de Jesús había sido principio de
cerdote exigía la previa
osos que curarían antes
is curioso que también
1 sacerdote judío,
de los leprosos ocurrió
explica mejor la extrañeza
darle las gracias los otros
su curación, la plena fe en su persona fué pn
21 Dentro de vosotros : es decir, en vuest:
es el sentido propio de la expresión original,
puesto a la aparatosidad exterior, el reino de :
tspiritjal e interior. Otros interpretan «en mee
los términos ni el contexto favorecen semejant
z*-* El sentido de este pasaje oscuro parece
ción en que deseéis volver a ver y vivir uno so
días en que el esposo os habrá sido arrebatad
como ahora, lo que tantos profetas y reyes des
tal día ya no lo veréis. Os dirán entonces : «Aq
e% relámpago, tal será en su día la venida del Hijo del hombre. Mas antes, muy
pronto, ha de padecer. Para entender la ilación de este razonamiento, en que se
pasa de la primera venida, silenciosa, a la segunda, fulgurante, hay que tenei
presente la estrecha conexión de estas dos venidas, que no son sino dos fases elel
advenimiento del Hijo del hombre o del único reino de Dios. Si es funesto con-
fundir las dos fases, también puede serlo desvincularlas.
32 Acordaos de la mujer df. Lot : como en los elías de Lot sobrevino inesperada-
mente el castigo del cielo, así sobrevendrá súbitamente el día del Hijo del hombre.
ipio de su salud espiritual,
interior, en vuestro corazón. Tal
así lo exige el contexto. Contra
ds no puede ser aquí sino el reino
de vosotrosi ; pero ni el valor de
interpretación.
er éste : Vendrán días de tribula-
DE LOS DÍAS DEL HlJO DEL HOMBRE ¡
(5i 35)i días en que ya no veréis,
ron ver, y no vieron (10, 24) ; pero
está : NO lo creáis. Porque, como
17 35 -18 8
SAN LUCAS
18 9"1G
otro será dejado. 38 Estarán dos mu-
jeres moliendo juntas : la una será
lomada y la otra será dejada.
36 Y tomando la palabra, le dicen :
— ¿ Dónde, Señor ?
31 El les dijo :
—Donde estuviere el cuerpo, alH
también se juntarán las águilas.
Parábola del juez inicuo y de la
viuda. 18, i-8
1 O 1 Les proponía una parábola
ío en orden a que es menester
siempre orar y no desfallecer, 3 di-
ciendo :
— Había un juez en cierta ciudad,
que ni temía a Dios ni respetaba a
hombre. 3 Había también en aquella
ciudad una viuda, que venía a él y
le decía: «Hazme justicia de mi con-
trario.» 4 Y por algún tiempo no que.
ría. Pero luego se dijo para sí : «Ver.
dad es que ni temo a Dios ni respe-
to a hombre ; 6 con todo, porque esa
viuda me importuna, le haré justi-
cia, no sea que al fin venga y me
abofetee.»
6 Y dijo el Señor :
— ( lid lo que dice el juez inicuo.
' ¿Y Dios no hará justicia a sus es-
cogidos, que claman a él día y no-
che, y se mostrará remiso en su cau-
sa ? 8 Os digo que les hará justicia
sin tardar. Pero el Hijo del nombre
al venir, ¿ por ventura hallará la fe
sobre la tierra ?
Parábola del fariseo y del publicano.
18, 9-14
"Propuso también esta parábola pa-
ra algunos que presumían de sí mis-
mos como de hombres justos y me-
nospreciaban a los demás :
10 — .Dos hombres subieron al tem-
plo a orar : el uno fariseo y el otro
publicano. n El fariseo, de pie, ora-
ba para sí de esta manera : « ¡ Oh
Dios!, gracias te doy porque no soy
como los demás hombres : ladrones,
injustos, adúlteros, o también como
ese publicano; "ayuno dos veces por
semana , pago el diezmo de todo
cuanto poseo.» 13 Mas el publicano,
manteniéndose a distancia, no osa-
ba siquiera alzar los ojos al cielo,
sino que golpeaba su pecho, dicien-
do : «¡Oh Dios, ten piedad de este
pecador !» 14 Os digo que éste bajó a
su casa justificado más bien que
aquél ; porque todo el que se ensal-
za será humillado, v el que se humi-
lla será ensalzado.
Jesús y los niños. 18, 15-17
( = Mt. 19, 13-15 =Mc. 10, 13-16)
" Y le presentaban también los
tiernos niños para que los tocase ;
pero viéndolo los discípulos, les re-
ñían. 38 Mas Jesús los llamó a sí, di-
ciendo :
— Dejad que los niños vengan a
Para que este tifa no os halle desprevenidos, estad preparados. La principal prepa-
ración ha de ser tener el corazón totalmente despegado de los bienes terrenos. De
lo contrario, el apego a esos bienes os hará volver la vista atrás, como a la mujer
de Lot, y, como la mujer de Lot, pereceréis. Tal es el recuerdo de la mujer de
I.ot que inculca el Maestro.
La moraleja de esta parábola realista se expresa al principio y al fin : que es
MENESTER SIEMPRE ORAR Y NO DESFALLECER (V. i); porque DlOS, SIN TARDAR, HARÁ
justicia A sus escogidos. Esto explica el sentido de la sentencia final. Por una parte,
la fuerza de la oración estriba en la fe ; por otra, el tiempo de la justicia divina
será el segundo advenimiento de Cristo. Pregunta, pues, el Maestro : cuando venga
el Hijo del hombre, que será el tiempo de hacer justicia, ¿serán muchos los que,
como la mujer de la parábola, clamen a Dios con fe pidiendo justicia contra sus
injustos opresores ?
a-14 También esta parábola está encuadrada por la doble expresión, inicial y final,
de la moraleja, que es, no precisamente la eficacia de la oración, sino el valor de
la humildad a los ojos de Dios. El díptico contrapuesto, del fariseo soberbio y del
publicano humilde, es bajo, todos aspectos, una maravilla. Es también esta pará-
bola, diáfana, una prueba palpable de la claridad que puede alcanzar el género
parabólico.
Es un idilio encantador, que, iluminado con la palabra del Maestro, reviste
Inmensa trascendencia de pensamiento y entraña enormes consecuencias, no ain
-176-
18 !7-25
SAN LUCAS
18 -6-35
mí, y no se lo estorbéis, pues de los
tales es el reino de Dios. 17 En vei-
dad os digo, quien no reciba el rei-
no de Dios como niño, no entrará
en él.
El ¡oven rico 18, 18-23 ( = Mt. ig,
16-22 =Mc. 10, 17-22)
"Y le preguntó cierta persona prin-
cipal :
— Maestro bueno, ¿ qué he de ha-
cer para poseer la vida eterna ?
" Díjole Jesús :
— ¿ A qué me llamas bueno ? Nadie
es bueno sino sólo Dios. 20 Conoces
los mandamientos: «No adulteres,
no mates, no robes, no des falso tes-
timonio, honra a tu padre y a tu ma-
dre» (Ex. 20, 12-16 ; Dt. 5, 16-20)
21 El dijo :
— Todas estas cosas guardé desde
mi juventud.
- Oyendo esto Jesús, le dijo :
— Una cosa te falta : vende todo
cuanto tienes y distribuyelo a los po.
bres, y tendrás un tesoro en los cie-
los ; y vuelto acá, sigúeme.
23 El, al oír esto, se jjuso muv tris-
te, porque era enormemente rico.
Veligro de la riqueza, galardón de
la pobreza. 18, 24-30 (=Mt. 19, 23-30
= Mc. io, 23-31)
24 Viéndole Jesús, dijo :
— ¡ Cuán difícilmente \o< que po-
seen riquezas entran en el reino de
Dios ! 25 Más fácil es entrar un ca-
mello por un ojo de aguja que en-
trar un rico en el reino de Dios.
26 Dijeron los que esto oyeron :
— ¿ Y quién podrá salvarse ?
21 El dijo :
— Lo imposible para los hombres,
posible es para Dios.
25 Dijo Pedro :
— Nosotros ya ves que, dejadas
nuestras cosas, te seguimos.
29 El les dijo :
— En verdad os digo, nadie hay
que dejó casa, o mujer, o hermanos,
o padres, o hijos ipor causa del rei-
no de Dios, 30 que no lo recobre mul-
tiplicado en el tiempo presente, y
en el siglo venidero la vida eterna.
Nuevo anuncio de la pasión. 18, 31-34
( = Mt. 20, 17-19 =Mc. 10, 32-34)
81 Tomando consigo a los Doce, les
dijo :
— Mirad, subimos a Jerusalén, y se
cumplirán para el Hijo del hombre
todas las cosas escritas por los pro-
fetas ; 32 porque será entregado a los
gentiles, y escarnecido, y ultrajado,
y escupido ; " y después de azotarle
íe matarán, y al tercer día resuci-
tará.
31 Y ellos nada de esto entendie-
ron, y era este lenguaje encubierto
para ellos, y no sabían lo que se les
decía.
El ciego de Jericó. 18, 35-43
( = Mt. 20, 29-34 =Mc. io, 46-52)
M Y aconteció que, al acercarse El
a Jericó, un ciego estaba sentado a
vislumbres trágicas. ¡Qué contraste entre el amor del Maestro a la inocencia infan-
til y el enojo de los discípulos por las impertinencias de los chiquillos ! En la pa-
labra del Maestro se halla expresada la doctrina de la infancia espiritual ; de ella
arrancan todas estas obras maravillosas a favor de la niñez, que son una de las más
puras glorias de los siglos cristianos ; y ella nos da la clave de la incredulidad de
muchos hombres, que, no resignándose a hacerse niños, se hacen incapaces de entrar
en el reino de Dios.
' 18-3! Esta escena, que comienza idílicamente, acaba trágicamente, por la negra
codicia de las riquezas, que tantas vocaciones apostólicas ha agostado en flor.
M-a Recalca el Maestro la significación moral del hecho precedente : la incom-
patibilidad entre la codicia de riquezas y la entrada en el reino de los cielos.
x~30 La interesada espontaneidad de Pedro provoca la generosa declaración del'
Maestro, que es un comentario de aquella sentencia : tBuscad el reino de Dios, y
esas cosas se os darán por añadidura» (12, 31).
»-»» Otra vez, con nuevos pormenores, anuncia el Maestro su .inminente pasión.
Con la clarividencia del Maestro contrasta la inverosímil incomprensión y cerrazón
de los discípulos.
" Al acercarse a Jericó : la discrepancia entre San Lucas y los otros dos sinóp-
ticos, que colocan el milagro a la salida de Jericó ¡Mt. 20, :q ; Me. io, 46), lia dado
18 36-19 3
SAN LUCAS
19 4-12
la vera del camino mendigando. x Y
oyendo la turba que por allí pasa-
ba, preguntaba qué era aquello. 37 Y
le enteraron de que pasaba Jesús el
de Nazaret. 3,1 Y se puso a gritar, di-
ciendo :
— Jesús, Hijo de David, ten com-
pasión de mí.
3J Y los que marchaban delante le
increpaban para que se callase. Pero
él gritaba mucho más :
— Hijo de David, ten compasión
de mí.
4" Deteniéndose Jesús, mandó que
se le trajeran. Y cuando se hubo
acercado, le preguntó :
41 — ¿Qué quieres has^a yo contigo?
El dijo :
— Señor, que recobre la vista.
42 Y Jesús le dijo :
— Recobra la vista; tu fe te ha sal-
vado.
43 Y al instante la recobró, y le se-
guía glorificando a Dios. Y todo el
pueblo, al verlo, dió alabanzas a
Dios.
¡■'.n Jcricó: es liospedado por Zaqueo.
10, 1-10
"JO ' ^ habiendo entrado en Jeri-
coy atravesaba la ciudad. 2 Y
he aquí que un hombre llamado por
nombre Zaqueo, que era jefe de pu-
blícanos y estaba rico, 3 buscaba co-
lino ver quién era Jesús, y no lo lo-
graba a causa del gentío, "porque era
pequeño de estatura. 4 Y echando a
correr hasta ponerse delante, se su-
bió a un sicómoro para verle, pues
debía ipasar por allí. 6 En llegando a
aquel sitio, Jesús, alzando la vista,
le dijo :
— Zaqueo, date prisa en bajar, por-
que hoy he de parar en tu casa.
a Bajó a toda prisa, y le recibió
gozoso. 1 Viendo esto, murmuraban
todos, diciendo :
— Entró a hospedarse en casa de
un hombre pecador.
s De pie Zaqueo, dijo al Señor :
— Mira, Señor : la mitad de mis
bienes doy a los pobres, y si algo
defraudé a alguno, le restituyo el
cuádruple.
" Di jóle Jesús :
— Hoy vino la salud a esta casa,
por cuanto también él es hijo de
Abrahán ; 1u porque vino el Hijo del
hombre a buscar y salvar lo que ha-
bía perecido.
Parábola de Ids minas. 19, 11-27
u Oyendo ellos esto, prosiguió pro-
poniéndoles una parábola con moti-
vo de estar El cerca de Jerusalén y
creer ellos que luego en seguida i e
había de manifestar el reino de Dio-,
12 Dijo, pues :
lucrar a
ticipacic
sículos
guíente;
19
is sencilla
«ferido en
n Jcricó;
■crerse. Sus propósitos de
r defraudado eran irreal i-
> mal adquiridas : indicie
ola y el motivo que tuvo
as o fantasías de los que
San Mateo (25, :
parábolas distinto
<le las minas es semejante a la de los talentos, que en
forma parte de la Apocalipsis sinóptica. Son, con todo, dos
bien su moralidad es parecida, la imagen parabólica es de-
19 !3-27
SAN LUCAS
— Cierto hombre de noble linaje se
partió para un país, lejano con el fin
de asegurarse la posesión ile un rei-
no y volver luego. u Y habiendo lla-
mado a diez siervo- suyos, les en
tiegó diez minas, y les dijo : «Ne-
gociad en 'tanto que vuelvo.» " Pero
sus ciudadanos le aborrecían y en-
viaron una embajada tras él, dicien-
do : «No queremos que éste reine
sobre nosotros.» " Y acaeció, al vbt-
ver él después de recibido el reino,
que ordenó fuesen llamados a su pre.
sencia aquellos siervos a quienes ha-
bía entregado el dinero, para sabet
cuánto habían granjeado cada uno.
" Se presentó el primero, diciendo ,
«Señor, tu mina ha producido diez
minas.» 1! Díjole : «Bien, siervo bue.
no ; puesto que en cosa muy peque-
ña has sido fiel, te doy autoridad so-
bre diez ciudades.» '* Yino el segun-
do, diciendo : «Tu mina, Señor, ha
rendido cinco minas.» Dijo tam-
bién a éste : «También tú gobierna
cinco ciudades.» a' Y el otro vino di-
ciendo : «Señor, ahí tienes tu mina,
que tenía guardada -en un sudario
21 porque tenía miedo de ti , pues
eres hombre exigente ; tomas lo que
no depositaste y siegas lo que ño
sembraste.» a Pícele : «De tu propia
boca te juzgo, siervo perverso. ¿ Sa-
bías que yo soy hombre exigente,
que tomo lo que no deposité y sie-
go lo que no sembré ? *¿ Y por qué
no pusiste mi dinero en el banco, y
yo, al venir, le hubiera cobrado con
los intereses ?» 24 Y dijo a los pre-
sentes : «Quitad a ése la mina v dad-
la al que tiene diez minas.» 25 Dijé-
ronle : «Señor, ya tiene diez minas.»
* Os digo que a todo el que tiene se
le dará, y al que no tiene, aun eso
que tiene le será quitado . 2T Y en
cuanto a aquellos enemigos míos,
que no quisieron que yo reinase •so-
bre ello--, traédmelos acá y degollad-
los en mi presencia.
Enirada triunfal en Jerusaléñ. ig,
28-40 (=Mt. 21, 1-9 =~Slc. 11, 1-10
= Jn. 12, 12-19)
-s Y dicho esto, caminaba delante,
subiendo a Jerusaléñ. " Y aconteció
que, al acercarse a Betfage v Beta-
nia, a la falda del monte llamado de
los Olivos, envió dos de los discípu-
los, 30 diciendo :
— Id a la aldea que está enfrente,
en la cual, así que entréis, hallaréis
un pollino atado, sobre el cual nin-
gún hombre jamás se sentó ; y des-
atándolo, traedlo acá. 31 Y si alguno
os preguntare : «¿ Por qué lo des-
atáis ?»; le diréis así : «Porque el Se-
ñor tiene necesidad de él.»
3- Habiendo ido los enviados, ha-
llaron como les había dicho. 33 Y
mientras ellos desataban el pollino,
les dijeron sus amos :
— ¿Por qué desatáis el pollino?
31 Iíllos dijeron :
. — Porque el Sentir tiene necesidad
de él.
" Y lo llevaron a Jesús, y echan-
do sus mantos encima del pollino,
hicieron montar a Jesús. M Y según
que iba avanzando, tendían sus man-
tos en el camino. 31 Y cuando El se
acercaba ya al descenso del monte
de los Olivos, toda la muchedumbre
de los discípulos comenz.aron gozo-
sos a alabar a Dios con grandes vo-
ces por todos los prodigios que ha-
bían visto, 38 diciendo :
¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! (Sal. 117, 26I.
¡ Paz en el cie'.o y gloria en las supremas alturas'
mas lado diferente para que se las -pueda confundir. Y sin ninguna necesidad. Dis-
tinto también es el marco histórico que las encuadra y, a lo que parece, el objeto
que con ellas se propuso Jesús.
IS Cierto hombre de noble linaje : este rasco y bastantes otros de la parábola
son alusiones al viaje de Arquelao a Roma y a las gestiones que allí hizo en razón
de asegurarse el reino heredado de su padre Hcrodes.
" Alusión a los enemigos de Arquelao.
-7 Nueva alusión a las atroces represalias de Arquelao contra sus enemigos po-
líticos.
** Al descenso del monte de los Olivos: el camino de Betania a Jerusaléñ sube
por la vertiente oriental del Olívete, para bajar luego por su vertiente occidental.
La proximidad de la santa ciudad, que iba a presentarse de repente ante su- ojos,
determinó esta explosión del entusiasmo popular.
— 179 —
19 39-46
SAN LUCAS
19 «-20 8
30 Y algunos de los fariseos de en-
tre» la turba le dijeron :
— Maestro, increpa a tus discípulos.
M Y respondiendo, dijo :
— Os digo que si éstos callaren,
las piedras clamarán.
Llora Jesús sobre Jerusalén. 19, 41-44
11 Y cuando estuvo cerca, viendo
la ciudad, lloró sobre ella, diciendo :
'~ — ¡Si conocieras también tú en
este día lo que lleva a la paz ! Mas
ahora se ocultó a tus ojos. ** Porque
vendrán días sobre ti en que levan-
tarán una valla tus enemigos contra
ti, y te cercarán y te estrecharán por
todas partes, 44 y te arrasarán y es-
trellarán a tus hijos en ti, y no de-
jarán en ti piedra sobre piedra, en
razón de no haber conocido el tiem-
po oportuno de tu visitación.
Los mercaderes, arrojados del tem-
plo. 19, 45-48 ( = Mt. 21, 12-13
= Mc. 11, 15-19
u Y habiendo entrado en el tem-
plo, comenzó a echar a los que ven-
dían, 48 diciéndoles :
— Escrito está : «Y será mi casa
casa de oración» (Is. 56, 7).; mas
vosotros la hicisteis «cueva de ladro-
nes» (Jer. 7, 11).
*' Y estábase cada día enseñando
en el templo ; y los sumos sacerdo-
tes y los escribas buscaban manera
de acabar con El, y también los pri-
mates del pueblo ; 48 y no acertaban
en lo que habían de hacer, pues el
pueblo todo, oyéndole, estaba pen-
diente de sus labios.
Los poderes de Jestís. 20, 1-8
(=Mt 2i, 23-27 =Mc. 11, 27-33)
OH 1 Y aconteció en uno de aque-
<iv/ líos días que, estando El en-
señando al pueblo en el templo y
anunciando Ja buena nueva, se pre-
sentaron de pronto los sumos sacer-
dotes y los escribas con los ancia-
nos, 2 y le hablaron, diciendo :
— Dinos con qué potestad haces
esas cosas o quién es el que te dió
esa potestad.
3 Respondiendo, les dijo :
— Os preguntaré también yo una
cosa, y decídmela. 4 ¿ El bautismo de
Juan era del cielo o de Jos hombres ?
6 Ellos discurrieron para sí, dicién-
dose : «Si dijéremos : Del cielo, di-
rá : ¿Por qué no lo creísteis? 6 Si,
en cambio, dijéremos : De los hom-
bres, el pueblo entero nos apedrea-
rá ; porque está en la persuasión de
que Juan era profeta.»
' Y respondieron no saber de dón-
de. 8 Y Jesús les dijo :
— Tampoco yo os digo con qué po-
testad hago estas cosas.
3"-,° Esta impertinente intervención de los fariseos es diferente de la de los
sumos sacerdotes y escribas, narrada por San Mateo (21, 15-16).
*> Viendo la ciudad lloró sobre ella la vista de Jerusalén, que había provocado
los entusiasmos de los discípulos, arranca lágrimas al Maestro. Son conmovedoras,
y reveladoras, estas lágrimas del triunfador en medio de las aclamaciones triun-
fales : reveladoras de la humildad y de la inefable misericordia del Corazón de
Jesús.
*^íl Elegía profética de la catástrofe de Jerusalén, que es, además, provechosa
lección de altísimas verdades. La perdición del hombre es efecto no de la arbitraria
prepotencia o de la iniciativa de Dios, sino de la culpable ceguedad del hombre,
que voluntariamente cierra los ojos para no conocer el camino de la paz y el
tiempo de la divina visitación.
«mi jesús actúa con autoridad, habla con dureza. El contraste entre la casa nr
oración y la cueva de ladrones era un bolón de fuego. Aunque exasperados, los
primates se sentían impotentes y andaban desorientados.
OA 1 En uno de aquellos días: era el martes 12 del mes de Nisán. Se inicia un ataque
™" general de todos los adversarios, empeñados en sonsacar a Jesús alguna palabra
comprometedora, que justifie-a.se ante el pueblo la sentencia de muerte que contra
El tenían ya decretada. Pero se las habían con un mal contrincante, que con pas-
mosa habilidad hizo fracasar todas sus martingalas. Es éste uno de los pasajes
más deliciosos de todo el Evangelio.
M Rompen el fuego los sanhedritas en peso. Su plan no estaba mal tramado;
pero una sencilla contrapregunta de Jesús lo desbarató completamente.
- 180 —
20 9-20
SAN LUCAS
20 13-25
Parábola de los pérfidos viñadores.
20,9-19 ( = Mt. 21,33-46 =Mc. 12, 1-12)
• Y comenzó a decir al pueblo esta
parábola :
—Un hombre plantó una viña, y
la arrendó a unos labradores, y se
ausentó de aquel país para bastante
tiempo. 10 Y a su tiempo envió a los
labradores un siervo, para que le
diesen del fruto de la viña ; mas los
labradores, después de maltratarle a
golpes, le despidieron con las ma-
nos vacías. u Y tornó a enviar otro
siervo ; mas ellos también a éste,
después de maltratarle a golpes y
ultrajarle, le despidieron con las ma-
nos vacías. 12 Y tornó a enviar otro
tercero ; mas ellos también a éste,
después de herirle, le echaron. " Di-
jo el amo de la viña : «¿Qué voy a
hacer ? Enviaré a mi hijo querido ;
tal vez a éste respetarán.» "En vién-
dole los labradores, razonaban unos
con otros, diciendo : «Este es el he-
redero ; matémosle, para que venga
a nuestras manos la herencia.» 15 Y
echándole fuera de la viña, le mata-
ron. ¿Qué hará, pues, con ellos el
dueño de la viña ? 16 Vendrá y hará
perecer a esos labradores y entrega-
rá su viña a otros.
Habiendo oído esto, dijeron :
— ¡No quiera Dios!
17 Mas El, mirándoles fijamente,
dijo :
— ¿Qué significa, pues, esto que
¡ está escrito (Sal. 117, 22-23) :
La piedra que desecharon los constructores,
ésta vino a ser piedra angular ?
18 Todo el que cayere sobre aque-
lla piedra, se hará trizas ; y sobre
quien cayere, le triturará.
" Y trataron los escribas y los su-
mos sacerdotes de echar las manos
en El en aquella misma hora, y te-
mieron al pueblo ; porque entendie-
ron que por ellos había dicho esta
parábola.
El tributo del César. 20, 20-26
(=Mt. 22, 15-22 =Mc. 12, 13-17)
" Y habiendo estado en acecho ,
enviaron unos espías que represen-
tasen el papel de hombres justos,
con el designio de cogerle en algu-
na palabra, a fin de poderle entregar
al poder y jurisdicción del goberna-
dor. a Y le preguntaron, diciendo :
— Maestro, sabemos que hablas y
enseñas con rectitud y que no eres
aceptador de personas, sino que en-
señas con verdad el camino de Dios.
- ¿ Nos es lícito dar tributo a César
o no ?
23 Echando de ver su bellaquería,
les dijo :
24 — Mostradme un denario. ¿De
quién es la imagen e inscripción que
lleva ?
Ellos dijeron :
— De César.
23 El les dijo :
— Así, pues, pagad a César lo que
es de César y a Dios lo que es de
Dios.
*-19 Es la más trágica, y tal vez la más hábil e intencionada, de todas las pa-
rábolas de Jesús. Partiendo de unas palabras de Isaías y acabando con otras de los
Salmos, sintetiza en ella el Maestro la historia pasada y la suerte futura de Israel.
En ella responde veladamente a la insidiosa pregunta formulada anteriormente por
los sanhedritas sobre los poderes con que obraba. Estos poderes son los del Hij«
de Dios, enviado por su Padre; confesión implícita de su mesianidad y divinidad.
El pueblo parece no haberla entendido ; pero bien la entendieron aquellos contra
quienes iba dirigida.
"o-2* Derrotados los sanhedritas, quieren probar fortuna otros adversarios, que,
según San Mateo (22, 15-16) y San Marcos (12, rj), eran los fariseos confabulados
con los herodianos, la extrema derecha con la extrema izquierda. Dejando el tono
autoritario que habían empleado los sanhedritas, apelan a la lisonja, y, envuelta
en zalamerías, formulan la pregunta más capciosa y comprometedora. Otro que Jesús
hubiera caído en la trampa, dando ocasión a tremendas acusaciones. Pero la astucia
humana es impotente ante la sabiduría de Dios. Con actitud imperativa, Jesús les
obliga a dar ellos mismos la respuesta. Lo que El hace es sublimar esta respuesta
vulgar, transformándola en una maravillosa sentencia, que había de ser la base y la
síntesis de toda la política cristiana. Con razón se maravillaron de ella los que la
oyeron.
-181-
20 2(5-45
SAN LUCAS
20 36-47
* Y no lograron cogerle en pala-
bra delante del pueblo, y, maravi-
llados de su respuesta, se callaron.
duceos, los que niegan haber resu-
rrección, le preguntaron, "diciendo:
— Maestro, Moisés nos dejó escri-
to : «Si el hermano de uno muriere
teniendo mujer y sin tener hijos,
que su hermano tome la mujer y
suscite prole a su hermano» (Dt. 25,
5-6). " Eranse, pues, siete hermanos.
Y el primero, habiendo tomado mu-
jer, murió sin hijos ; 3" 3- el segundo
31 y el tercero la tomaron, y asimis-
mo también los siete ; no dejaron
hijos y murieron. 3S Posteriormente
también la mujer se murió. 33 La
mujer, pues, en la resurrección, ¿de
cual de ellos viene a ser mujer ?
Porque los siete la tuvieron por mu-
jer.
31 Y les dijo Jesús :
— Los hijos de este siglo toman
mujer y toman marido ; 35 mas los
Dijo el Señor a 1
13 hasta que pong
Se
" David, ipues, le llama Señor, ¿
.•ómo es hijo suyo ?
Invectiva conlia los escribas. 20,45-47
( = Mt. 23, 1-36 «Me. 12, 38-40)
45 Y oyéndolo todo el pueblo, dijo
a los discípulos .
que fueren hallados dignos de tener
parte en aquel siglo y en la resu-
rrección de entre los muertos, ni to-
man mujer ni toman marido; "; pues
ni morir ya pueden, como que son
iguales a los ángeles, y son hijos
de Dios por ser hijos de la resurrec-
ción. 37 Y en cuanto a que resucitan
los muertos, también Moisés lo in-
dicó en el pasaje de la «zarza», en
que llama «al Señor el Dios de Abra-
hán y Dios de Isaac, y Dios de Ja-
cob» (Ex. 3, 6) ; 38 y ño es Dios de
muertos, sino de vivos, pues todos
viven para El.
w Y respondiendo algunos de los
escribas, dijeron :
— Maestro, dijiste muy bien.
40 Y fué así que ya no se atrevían
más a preguntarle nada.
El hijo de David.
( = Mt. 22, 41-46 =M<
" Y les dijo :
■ — ¿ Cómo dicen que el Mesías es
Hijo de David? " Pues el mismo
David dice en el libro de los Sal-
mos (109, i) :
¡iéntate a mi diestra,
js como escabel de tus pies».
w —Guardaos de los escribas, que
gustan de pasearse con su amplio
ropaje, y son amigos de los saludos
en las plazas, y de los primeros
asientos en las sinagogas, y de los
primeros puestos en las cenas ; JI que
devoran las casas de las viudas y
por afectación recitan largas oracio-
nes ; ésos recibirán más rigurosa
condenación.
5í-io Entran en escena i.os saduckos, esos materialistas y epicúreos que indigna
mente desempeñaban las funciones sacerdotales. Proixmen su argumento Aquilc-
contra la inmortalidad del alma, que ellos confundían con la resurrección de ln
no previeron la inesperada consecuencia que con evidencia fulgurante iba a sacar
Jesús : que el Mesías, el mismo Jesús, era alsio más que hijo de David. No es
La brevedad y relativa blandura de estas invectivas contrasta con la extensión
y dureza de las consignadas por San Mateo (23, t -.?(>). Parece que San Lucas, contento
con haber referido otras semejantes (11, y>-~2), no creyó necesario reproducirlas ahora
— 182 —
211-6
SAN LUCAS
214-15
El cornadillo de la viuda. 21, 1-4
( = Mc. 12-41-44)
o] 1 Alzando los ojos, vió los ri-
^ eos que echaban sus ofrendas
en el gazofilacio. 2 Y vió una viu-
da menesterosa que echaba allí dos
ochavos ; 3 y dijo :
— En verdad os digo que esta viu-
da pobre echó más que todos ; 1 pues
todos ésos echaron en las ofrendas
de Dios de lo que les sobraba ; ella,
empero, de su indigencia echó todo
lo que tenía para vivir.
Apocalipsis sinóptica
Ocasión de la profecía. 21, 5-7
( = Mt. 24, 1-3 =Mc. 13, 1-4)
' Y como algunos, hablando del
templo, dijesen que estaba adornado
con hermosas piedras y con ofrendas
votivas, dijo :
6 — De todo eso que contempláis,
días vendrán en que no quede pie-
dra sobre piedra , que no sea de -
rruída.
' Y le preguntaron diciendo :
— Maestro, ¿ cuándo, pues, será eso i
i Y cuál la señal cuando eso e.sté 1
punto de realizarse ?
la destrucción del templo,
i-ig ( = .Mt. 24, 4-14
-13)
Me
El dijo :
Mirad no seáis seducidos,
porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo :
«Yo soy», y «El tiempo ha llegado» ;
no vayáis tras ellos.
0 Y cuando oyereis hablar de guerras y de revolu. -iones, no os alarméis ;
pues estas cosas tienen que suceder primero,
pero no es que en seguida venga el fin.
"' Entonces les decía :
Se levantará raza contra raza y reino contra reino,
11 y habrá grandes terremotos,
y por diferentes lugares, hambres y pestilencias,
y fenómenos espantables, y grandes señales del cielo.
12 Mas antes de todo esto echarán las manos sobre vosotros
y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y prisiones,
llevándoos ante los reyes y gobernadores por causa de mi nombre ;
13 mas esto os proporcionará a vosotros ocasión de dar testimonio.
'-' Asentad, pues, en vuestros corazones
que no os ensayéis de antemano en el modo de defenderos ;
pues yo os daré lengua y sabiduría,
a la cual no podrán resistir o contradecir todos vuestros adversarios.
O-l 1 La reflexión del Muestro es una lección, humillante a la vez y alentadora, de
que Dios atiende al corazón más que a la materialidad de la obra. Se ha obser-
vado, no sin fundamento, el relieve que alcanza en San Lucas la bondad y la virtud
de las mujeres.
5 Dos cosas preguntan los discípulos : el tiempo y las señales de la destrucción
del templo, A las dos preguntas responde el Maestro, si bien por orden inverso,
ttesponde también a otra pregunta, omitida por San Lucas, pero conservada por
San Mateo (;.|, 51, sobre el fin del mundo. De hecho, la respuesta a esta pregunta
tiene en San Lucas menos relieve que en San Mateo y aun que en San Marcos.
*-19 Más que a satisfacer la curiosidad de los discípulo> atiende el Maestro a
enseñarles el modo de portarse en medio de los trastornos y persecuciones.
» El fin : el de Jerusalén o de la nación judaica.
21 16-27
SAN LUCAS
21 16-27
" Seréis entregados por los padres, y hermanos, y parientes, v amigos.
V matarán a algunos de entre vosotros,
7 y seréis aborrecidos por todos a causa de mi nombre ;
18 y no perecerá un cabello de vuestra cabeza.
" Con vuestra constancia adquiriréis la salud de vuestras almas-.
Destrucción de Jerusalén. 21, 20-24 ( = Mt. 24, 15-22 =Mc. 13, 14-30)
'-'0 Y cuando viereis cercada de ejércitos a Jerusalén,
entonces conoced que es llegado su asolamiento.
21 Entonces los que estén en la Judea huyan a los montes,
y los que estén en medio de Jerusalén aléjense de ella,
3? los que estén en los campos no entren en ella ;
- porque días de venganza son éstos,
para que se cumpla todo lo que está escrito.
23 ¡ Ay de las mujeres que estén encinta
y de las que críen en aquellos días I
Porque vendrá gran necesidad sobre el país
y cólera contra este pueblo ;
24 y caerán al filo de la espada,
y serán llevados cautivos a todas las naciones,
y Jerusalén será pisoteada por los gentiles,
hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Señales del fin del mundo. 21, 25-27 ( = Mt. 24, 23-29 =Mc. 13, 21-25)
* Y habrá señales en el sol, y la luna, y las estrellas,
y en la tierra angustia de las gentes,
desatinadas por el mugido del mar y del oleaje,
-c perdiendo los hombres el sentido
por el terror v la ansiedad de lo que va a sobrevenir al mundo,
porque los ejércitos de los cielos se bambolearán.
* Y entonces verán al Hijo del hombre
viniendo en una nube con gran poderío y gloria.
18 No perecerá un cabello... '. después de hablar de muertes (v. 16) parece extraña
esta afirmación. Pero la conciliación no es difícil. Con esa frase proverbial les ad-
vierte el Maestro que nada les acontecerá que no venga dispuesto y colado por la
divina Providencia, y que cuanto así les aconteciere no será en perjuicio suyo. Es
!o mismo que con otras palabras había enseñado anteriormente (12, 4-7 = Mt. io, 28-31).
Este pasaje, más claro y preciso que el de los paralelos de San Mateo y
San Marcos, ha de servir de criterio para su interpretación.
21 Este consejo del Maestro lo aprovecharon cuarenta años más tarde los cristianos
de Jerusalén, que, huyendo de la ciudad, se refugiaron en Pella.
24 Los tiempos de Los gentiles ! había dicho Jesús aquella misma mañana que
Dios daría «su viña a otros» (20, 16), y más claramente por San Mateo : iOs será
quitado el reino de Dios y se dará a gente que produzca sus frutos» (21, 43). Se
cumplirán, por tanto, o alcanzarán su plenitud o madurez los tiempos de los gen-
tiles cuando el Evangelio se haya predicado a toda la gentilidad y ésta haya
rendido o podido rendir sus frutos. Esta advertencia del Maestro señala una larga
época, que lleva ya casi veinte siglos de duración, entre la destrucción de Jeru-
salén y la parusía o fin del mundo. ¿ Cuándo se habrá alcanzado la plenitud de los
tiempos de la gentilidad ? Dios solo es el que sabrá apreciar esta madurez o sazón
pretendida y prevista.
t-w Más sobrio en la descripción de los trastornos cósmicos, San Lucas se ex-
tiende más en sus repercusiones humanas o psicológicas.
31 Nada dice San Lucas sobre los inmediatos preparativos del juicio universal,
al cual sólo una ligera alusión se hace después (v. 36).
— 184 —
21 28-3T
SAN LUCAS
21 38
Eí advenimiento del Hijo del hombre. 21, 28 ( = Mt. 24, 30-31 =Mc. 13, 26-27)
* Cuando estas cosas comenzaren a suceder,
erguios y alzad vuestras cabezas,
pues se llega vuestra liberación.
Tiempo de la destrucción de Jerusálén. 21, 29-33
( = Mt. 24, 32, 35 =Mc. 13, 28-31)
Y les dijo una parábola :
Ved la higuera y todos los árboles :
80 cuando echan brotes ya,
al verlo, por vosotros mismos conocéis
que ya está cerca el verano.
Así también vosotros, cuando viereis realizarse estas cosas,
cunoced que cerca está el reino de Dios.
81 En verdad os digo que no pasará esta generación
sin que antes todo se haya realizado.
M El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán.
Tiempo del advenimiento de Cristo. 21, 34-36
( = Mt. 24, 36-44 =Mc. 13, 32-33)
" Guardaos, no sea que se apesguen vuestros corazones
con la glotonería y la borrachera y las preocupaciones de la vida,
y os saltee repentino aquel día, 85 como lazo ;
porque sobrevendrá sobre todos
los que moran sobre la haz de toda la tierra.
x Velad en todo tiempo orando,
para que logréis escapar de todas estas cosas que van a suceder,
y manteneros en pie en presencia del Hijo del hombre.
Ministerio de los últimos días.
87 Se estaba los días en el templo
enseñando, y las noches, saliendo,
las pasaba en el monte llamado de
los Olivos . 88 Y todo el pueblo de
madrugada acudía a El en el tem-
plo para oírle.
29 No es fácil determinar si este versículo, exclusivo de San Lucas, es conclusión
de lo que precede o introducción de lo que sigue, es decir, si se refiere a la parusía
o bien a la destrucción de Jerusálén. La Indole de la Apocalipsis sinóptica y el
procedimiento reilaccional propio de San Lucas no permiten insistir mucho en la
conexión con el contexto.
'"'Se habla aquí claramente de la crisis judaica o destrucción de Jerusálén,
que podrá preverse con alguna antelación.
31 El reino de Dios no se consolidará definitivamente mientras con Jerusálén
subsista el poderío adverso de los judíos y el influjo funesto de los judaizantes.
32 Esta generación : no significa esta raza de los judíos, es decir, no tiene sen-
tido puramente etnológico, sino más bien cronológico.
s4-3"5 Esta exhortación se refiere al segundo advenimiento, principalmente a lo
menos, como lo prueba la expresión final (v. 36) y el paralelismo con los otro»
dos sinópticos.
87-38 Esta observación se refiere a la predicación de los días precedentes. Tarece
que Jesús ya no volvió a la ciudad «Ino para celebrar la última cena.
-185-
22 i-io
SAN LUCAS
22 u-is
Traición de Judas. 22, 1-6 (=Mt. 26,
1-5 ; 14-16 =Mc. 14, 1-2 ; 10-11)
99 1 Se acercaba la fiesta de los
Azimos, llamada Pascua. " Y
andaban los sumos sacerdotes y los
escribas buscando manera cómo ha-
cerle desaparecer ; porque temían al
pmeblo.
3 Y entró Satanás en Judas el lla-
mado Iscariote, que era del número
de los Doce ; ' y se fué a hablar con
los sumos sacerdotes v los jefes de
la policía sobre cómo se le entre-
garía. 5 Y se alegraron, y se concer-
taron en que le darían dinero. 6 Y
se comprometió. Y andaba buscan-
do buena coyuntura para entregárse-
le sin alboroto de la turba.
Preparación de la cena pascual. 22,
7-13 ( = Mt. 26, 17-19 =JIc. 14, 12-16)
1 Y llegó el día de los Azimos, en
que debía sacrificarse la Pascua ; 8 y
envió a Pedro y Juan, diciendo :
— Id a prepararnos la Pascua, pa-
ra que la comamos.
' Ellos le dijeron :
— ¿Dónde quieres que la prepare-
mos ?
10 El les dijo : ^
— Cuando entréis en la ciudad, ve-
téis que os sale al encuentro un hom-
bre llevando un cántaro de agua ; id
tras él hasta la casa en que entre ;
" y diréis al amo de la casa : «Te
dice el Maestro : ¿ Dónde está la es-
tancia donde coma la Pascua con mis
discípulos?» 12 Y él os mostrará una
sala superior, grande, provista de
mesas y divanes ; allí preparad lo
necesario.
u Y habiendo ido, lo hallaron co-
mo El les había dicho ; y prepara-
ron la Pascua.
Principio de la cena. 22, 14-18
( = Mt. 26, 20 =Mcl 14, 17)
14 Y cuando fué la hora, se puso a
la mesa, y los apóstoles con El. 15 Y
les dijo :
— Con deseo deseé comer esta Pas-
cua con vosotros antes de padecer.
1 Porque os digo que no la comeré
hasta que tenga su cumplimiento en
el reino de Dios.
" Y tomando un cáliz, habiendo
dado gracias, dijo :
— Tomadle y distribuidle entre vos-
otros. 1!i Porque os digo que a partir
de ahora no beberé del fruto de la
vid hasta que venga el reino de Dios.
22
en el día legal. Si los pontífices, como parece indicar San Juan (iS, 28), comieron
la Pascua el dia siguiente, ello fué un retraso o traslado deliberado <le la fiesta.
* PEDRO y Juan : es San Lucas epuien nos ha conservado los nombres de los dos
enviados a preparar la Pascua. Es interesante bajo muchos conceptos ver a Pedro
acompañado ordinariamente de Juan.
ln Se vale Jesús de esta designación indirecta y misteriosa para que Judas no
st enterase antes de hora del lugar de la cena.
" Te dice EL Maestro : esta expresión supone que Jesús se dirige a uno de los
discípulos domiciliados en Jcrusalén, conocido, sin duda, de Pedro y de Juan, pero
no identificado entonces por ellos. Este hombre era, según todas las probabilida-
des, el padre de Marcos ; y su casa, tí Cenáculo, fué la cuna de la primitiva Iglesia.
a Con deseo deseé : esta patética declaración, conservada por sólo San Lucas,
muestra los inmensos deseos que tenía el Maestro de celebrar esta última cena con
sus discípulos. El motivo de tan vehementes deseos fué la institución de la sagrada
Eucaristía, preludio y representación de la pasión y muerte, con que se establecerla
** Tomando un cáliz : fué probablemente la primera (o la segunda) de las cuatro
copas rituales que se bebían durante la cena pascual. De todos modos, no es el
táliz que se había de consagrar, del cual se habla después (v. 20).
— 186 —
22 1!)-24
SAN LUCAS
22 25"31
Institución de la Eucaristía. 22, 19-20
( = Mt. 26, 26-29 =Mc. 14, 22-25
1 Cor. 1 1, 23-26)
" Y tomando un pan, habiendo da-
do gracias, lo partió y se lo dió a
e líos, diciendo :
. — Este es mi cuerpo, que por vos-
otros es entregado ; haced esto en
M Y el cáliz asimismo después de
haber cenado, diciendo :
— Este cáliz es la nueva alianza en
mi sangré, el que por vosotros es
derramado.
Es denunciado el traidor. 22, 21-23
(=Mt. 26, 21-25 =Mc. 14, 18-21
= Jn. 13, 18-30)
31 — Pero he aquí que la mano del
que me entrega está conmigo sobre
la mesa. - Porque el Hijo del hom-
bre, según lo que está decretado, se
va ; mas j ay del hombre aquel por
cuyas manos es entregado !
23 Y ellos comenzaron a discutir
unos con otros sobre quién era de
ellos el que iba a hacer esto.
Contienda entre ios apóstoles.
Y se suscitó entre ellos una ri-
validad sobre quién de ellos era con-
siderado como el mayor. 25 Mas El
íes dijo :
— Los reyes de las naciones les
hacen sentir su dominación, y los
que ejercen el mando sobre ellas son
apellidados bienhechores. -Mía- vos-
otros no así ; antes bien, el mayor
entre vosotros hágase como el me-
nor, y el que manda como el que
sirve. 27 Pues ¿ quién es mayor : el
que está sentado a la mesa o el que
sirve ? ¿ No es verdad que el que es-
tá sentado a la mesa ? Mas yo en
medio de vosotros estoy como quien
sirve ; * y vosotros sois los que ha-
béis perseverado conmigo en mis
pruebas ; *• y yo dispongo -a favor
vuestro, como dispuso a mi favor mi
Padre, un reino, 3" para que comáis
y bebáis a mi mesa en mi reino, y
os sentaréis en tronos para juzgar a
las doce tribus de Israel.
Anuncio de defecciones y negaciones.
22, 31-38 ( = Mt. 26, 31-35 =Mc 14,
^7-3 1 =Jn. 33, 36-38)
31 — Simón, Simón, mira, Satanás os
reclamó para zarandearos como el tri-
go ; 82 pero yo rogué por ti, que no
desfallezca tu fe ; y tú un día, vuel-
to sobre ti, conforta a tus hermanos.
33 Pero él le dijo :
— Señor, contigo pronto estoy a ir
aun a la cárcel v a la muerte.
31 El dijo :
WWPrSon dfi notar los rasgos propios del relato de San Lucas : i) Que por vosotros
t» entregado : el pan eucaristico es el cuerpo de Jesús en cnanto entregado a la
muerte, es decir, sacrificado: nueva confirmación del carácter sacrifical de la Euca-
ristía. ») Haied esto : con el mandato confiere Jesús a los apóstoles La potestad. La
(evado1: 'era,1 por' tanto, Va tercera copa" ritual, el llamado «cali/- dé 1¡V bendición''
li Cor. 10, 16), que se servía inmediatamente después de terminada la comida del
cordero. 4) El que por vosotros es derramado : para justificar esta metonimia e*
menester que la sangre sea derramada precisamente cu cuanto está contenida en
el cáliz : otra confirmación, y más espléndida, de la sacrificalidad eucarística. La
consagración del cáliz es una efusión, mística en la forma, real en el fondo, de la
sangre redentora de Cristo.
31-23 Esta denuncia del traidor precedió, a lo que parece, a la institución de la
Eucaristía, Judas, por tanto, ni participó de los misterios eucarísticos ni recibió la
consagración sacerdotal.
3WW También esta contienda hubo de preceder a la institución de la Eucaristía.
Suscitada verosímilmente por la apetencia de los primeros puestos en la mesa, hubo
de ocurrir al principio de la cena. De hecho, el Maestro parece aludir al lavatorio
de los pies (v. 27). Pero más que la distribución cronológica interesa la blandura
con que el Maestro corrige las mezquindades de los discípulos y la enseñanza de
que la autoridad debe ser un servicio.
a La oración de Jesús para que no desfalleciera la fe de Pedro fué eficaz. En
este supuesto encarga el Maestro al discípulo que él a su vez confirme en la fe a
sus hermanos. De la firmeza de Pedro en la fe cuida el mismo Cristo ; de la fir-
meza de los demás ha de cuidar Pedro. Y esta prerrogativa se otorgó a Pedro, no
-187-
22 35-40
SAN LUCAS
22 37-44
— Dígote, Pedro, no cantará hoy el
gallo antes que tres veces hayas ne-
gado conocerme.
36 Y les dijo :
— Cuando os envié sin bolsa, alfor-
ja y sandalias, ¿ acaso os faltó algo ?
Kilos dijeron :
— Nada.
30 Di joles :
— Mas ahora quien tenga bolsa tó-
mela ; asimismo también alforja ; y
quien no tenga espada, venda su
manto y cómprese una. 37 Porque os
digo que tiene que cumplirse en mí
esto que está escrito : «Y fué con-
tado entre los delincuentes» (Is. 53,
12). Porque lo que a mí se refiere,
toca a su fin.
38 Ellos dijeron :
- — Señor, mira, hay dos espadas.
El les dijo :
— ¡ Basta ya !
Pasión de Nuestro Señor Jesu-Cristo
Llegada al huerto. 22, 39-40
( = Mt. 26, 36 =Mc. 14, 32)
** Y saliendo de allí, se dirigió, se-
gún costumbre, al monte de los Oli-
vos ; y le siguieron también los dis-
cípulos. 40 Y en llegando al lugar, dí-
joles :
— Orad, para que no entréis en ten-
tación.
Oración y agonía. 22, 41-46
( = Mt. 26, 37-46 =Mc. 14, 33-42)
" Y El, arrancándose de ellos, se
apartó a la distancia como de un tiro
de piedra, y puestas las rodillas, ora-
ba 42 diciendo :
— Padre, si quieres, traspasa de mí
este cáliz ; mas no se haga mi vo-
luntad, sino la tuya.
43 Y se le apareció un ángel venido
del cielo, que le confortaba. 44 Y ve-
en atención a su persona, sino por razón de su oficio. La misma prerrogativa, por
tanto, corresponde a los sucesores de Pedro, los Romanos Pontífices. De ahí la
infalibilidad pontificia. De ahí también en los obispos de Roma la obligación y el
derecho de fortalecer en la fe a los demás obispos y a todos los fieles.
* Las palabras de Jesús son metafóricas. Viene a decir : ahora cada cual tendrá
que mirar por sí.
38 Los discípulos, como de ordinario, entendieron a la letra, materialmente, las
palabras del Maestro. Como no era entonces hora de entrar en razones, Jesús les
responde: ¡Basta va I No se hable más de esto. O tal vez mejor, sonriendo triste-
mente, al ver su incomprensión, les dice : Para lo que se necesitan, bastan ya esas
dos espadas.
39 Según su costumbre : según esto, el ir al monte de los Olivos, y más concre-
tamente al huerto de Getsemaní, era entregarse en manos de sus enemigos, quienes,
como lo mostraron los hechos, allá irían a buscarle, guiados por Judas, que conocía
muy bien aquel lugar (Jn. 18, 2).
41 Arrancándose de ellos : expresión de la violencia que el Maestro tuvo que ha-
cerse para apartarse en aquellas circunstancias de sus queridos discípulos. || Puestas
las rodillas : así comenzó Jesús su oración, que luego, abrumado por la desolación,
prosiguió postrado, el rostro sobre el suelo.
42 Esta oración no es sino la misma que él había enseñado a sus discípulos. El
Padre nuestro ha de ser la oración de cada día y de cada hora, y también la oración
de las grandes crisis del alma. || No se haga mi voluntad, sino la tuya : de estas
palabras coligieron los Santos Padres la coexistencia de dos voluntades en Cristo,
correspondientes a su doble naturaleza, la humana y la diYina, en la unidad de
persona.
43 Como no distingue San Lucas los tres tiempos de la oración del huerto, no es
posible saber con entera certeza con cuál de ellos coincide la aparición del ángel.
Parece, con todo, más verosímil que fuese en el tercer tiempo. Muy grande debió
de ser la desolación de Jesús, cuando se vió en el trance de ser confortado por un
ángel. Pesaba entonces sobre su Corazón la carga inmensa de los pecados del mundo,
que Él se había dignado tomar sobre sí para satisfacer por ellos a la divina justicia.
44 Con la oración creció la agonía ; pero también a mayor agonía, más intensa
oración. Agonía significa tlucha», y en este caso es la vivísima angustia del Salva-
dor provocada por la exacerbación del terror y de la tristeza, que había invadido
su Corazón, y por la violenta reacción de su voluntad contra estos sentimientos. Esta
agonía determinó leí sudor de sangre. Recogiendo las indicaciones del evangelista
médico, parece ser que con el sudor copioso se mezcló gran cantidad de sangre,
— 188 —
22 45-53
SAN LUCAS
22 54-60
nido en agonía, oraba más intensa-
mente. Y se hizo su sudor como gru.
mos de sangre, que caían hasta el
suelo. 46 Y levantándose de la ora-
ción, vino a los discípulos y los halló
durmiendo por efecto de la tristeza.
16 Y les dijo :
— ¿ Cómo dormís ? Levantaos y
orad, para que no entréis en tenta-
ción.
Prendimiento de Jesús. Í2, 47-53
( = Mt. 26, 47-56 =Mc. 14, 43-49
= Jn. 18, 2-11)
" Estando El hablando todavía, he
aquí una turba, y el que se llamaba
Judas, uno de los Doce, iba delante
de ellos. Y se llegó a Jesús para be-
sarle. 48 Mas Jesús le dijo :
— ¡Judas! ¿Con un beso entregas
al Hijo del hombre ?
40 Y viendo los que estaban con El
lo que iba a pasaf, dijeron :
—Señor, ¿ qué ? ¿ Herimos con la
espada ?
t0 E hirió uno de ellos al siervo del
sumo sacerdote y le cortó la oreja
derecha. 51 Respondiendo Jesús, dijo :
— Dejadles, no haya más.
Y tocando la oreja, le sanó.
52 Y dijo Jesús a los que habían
venido contra El, sumos sacerdotes
y jefes de la policía del templo y
ancianos :
— ¡ Como contra un salteador sa-
listeis con espadas y bastones I "Es-
tando yo cada día entre vosotros en
el templo, no extendisteis las ma-
nos contra mí. Pero ésta es vuestra
hora y el poder de las tinieblas.
Negaciones de Pedro. 22, 54-62
( = Mt. 26, 57-58 ; 69-75 =Mc. 14,
53-54 ; 66-72 =Jn. 18, 15-18 ;
25-27)
64 Y como le hubieron prendido, le
llevaron y le introdujeron en la casa
del sumo sacerdote. Y Pedro le iba
siguiendo de lejos. 65 Y como hubie-
sen encendido fuego en medio del
atrio y se hubiesen sentado juntos,
sentóse Pedro entre ellos.
60 Viéndole una muchacha sentado
a la lumbre y mirándole fijamente,
dijo :
— También éste andaba con El.
57 Mas él le negó, diciendo :
— No le conozco, mujer.
. 68 Y tras breve espacio, otro, vién-
dole, dijo :
— También tú eres de ellos.
Mas Pedro dijo :
— Hombre, no lo soy.
68 Y habiendo pasado cosa de una
hora, otro de allí se afirmaba en ello,
diciendo :
— De veras que también éste anda-
ba con El, pues es galileo.
60 Dijo Pedro :
— Hombre, no sé lo que dices.
Y al instante, estando él hablan-
cuyas gotas, coaguladas al contacto del aire, caían hasta el suelo. Esta última cir-
cunstancia se explica mejor si se recuerda que el Señor oraba con el rostro pegado
a la tierra. Esta tremenda agonía, que parece haber empalmado con la desolación
o desamparo de la cruz, fué el más profundo abatimiento y anonadamiento a que
llegó el Hombre-Dios, y es el más oscuro misterio de su psicología. Pero es también
la lección más elocuente de lo que es la gravedad del pecado y la demostración más
conmovedora del amor de aquel Corazón «que tanto ha amado a los hombresi. La
comunión «con Cristo doloroso en la agonía de Getsemaní es donde culmina la
devoción al Corazón de Jesús.
il~la Son numerosos los rasgos característicos de San Lucas: a) "Judas, como capi-
tán de aquella tropa, iba delante de ellos, b) Las sentidas palabras de Jesús al trai-
dor (48). c) La pregunta de los discípulos, no contestada (49). d) La orden de Jesús :
Uejadi.es, no haya más; y la curación de la temeraria herida (51). e) La designación
de las personas a quienes se dirige la querella (52 1. f) La sentencia final: Esta es
vuestra hora y el í'oder de las tinieblas, es decir, de Satanás, que, como antes había
entrado en Judas (22, 3), así ahora azuzaba a los judíos contra el Salvador, sin saber
que con ello arruinaba su imperio de tinieblas. El conjunto de todos estos rasgos
o toques da singular interés al relato de San Lucas.
w San Lucas omite la sesión nocturna del sauhedrín, si bien la supone en el
lelato que luego hace de la sesión matinal.
l3 conciliación del relato de las negaciones de Pedro con los relatos de los
otros evangelistas no es difícil si se tiene en cuenta que las negaciones no fueron
tres actos o momentos aislados, sino más bien tres tiempos o escenas de alguna du-
ración, en que el discípulo, acosado por varios, tuvo qúe responder a unos y a otros.
-189-
22 G1-G7
SAN LUCAS
22 68-23 2
do todavía, cantó un gallo. 61 Y vol-
viéndose el Señor, miró a Pedro ;
y recordó Pedro la palabra del Se-
ñor, tal como le había dicho, que
«Antes que el gallo cante, hoy me
negarás tres veces». 6- Y saliéndose
afuera lloró amargamente.
Crueles ultrajes. 22, 63-65 ( = Mt. 26,
67-68 =Mc. 14, 65)
1,8 Y los hombres que le tenían apri-
sionado le escarnecían hiriéndole, 1,1 y
habiéndole envuelto con un velo, le
preguntaban diciendo :
— Profetiza : ¿ quién es el que te
iíó?
66 Y otras muchas cosas con que
le insultaban decían contra él.
El sanhedrín condena a Jesús.
22, 66-71 ( = Mt. 27, 1 =Mc. i's, 1)
66 V en cuanto se hizo de día, se
reunió en junta el senado del pue-
blo y sumos sacerdotes y escribas,
y le llevaron a su sanhedrín ; ™ y de-
cían :
— Si tú eres el Mesías, dínoslo.
Díjoles :
— Si os lo dijere, no me creeréis ;
w >' si, por otra parte, os interroga-
re, no me responderéis. No obs-
tante, a partir de ahora estará el
Hijo del nombre sentado a la dies-
tra del poder de Dios (Sal. loo. 1 ;
Dan. 7, 13).
''" Dijeron todos :
— ¿ Conque tú eres el Hijo de Dios ?
El les dijo :
— Vosotros decís que yo soy.
71 Ellos dijeron :
— ¿ A qué necesitamos ya de tes-
timonio? Pues nosotros mismos lo
oímos de su propia boca.
Jesús ante PHato. 23, 1-7 ( = Mt. 27,
2; 11-14 =^c. 15, í-5 = Jn. 18, 28-3SI
90 ' Y levantándose toda la mu-
chedumbre de ellos, le lleva-
ron a Pilaito.
'■ Y comenzaron a acusarle, di-
ciendo :
— A éste hemos hallado amotinan-
do nuestra gente, y prohibiendo dar
tributos al César, y diciendo que El
es el Mesías rey.
u Volviéndose el Señor miró a Pedro : no hay razón alguna para desvirtuar o
espiritualizar el sentido natural de estas palabras. Jesús, pues, volvió su rostro a
Ctnhcdrínty"!'alfUpasar por el paUoVtrca de donde 'estaba Pedro^ tuviera^astón de
tOéú que quien había tenido' osadía para entrar en el palacio del sumo sacerdote
y meterse entre sus criados, la tuviese ahora para llegarse al aposentillo donde el
Señor era ultrajado. De todos modos, el Maestro miró al discípulo, y esta mirada
le traspaso el corazón.
tt-44 Kstos ultrajes, los más humillantes tal vez que sufrió Jesús en el decurso
de su pasión, refiérelos San Lucas después de las negaciones de Pedro, a dife-
rencia de San Mateo y San Marcos, que los refieren antes. En realidad acaecieron
entre la primera y la tercera de las negaciones, es decir, entre la doble sesión
m En cuanto se Hizo DE día : lo más pronto que fué posible para que la sesión
fuera legal. La sesión precedente, nocturna, había sido ilegal.
*" Interrogan directamente al reo, prescindiendo de la prueba testifical, que no
nanía dado resultado. Fué inicuo e inhumano querer sonsacar al reo una confesión
^ «7-70 jesús pudiera haber callado, o responder con una ev asiva, o desconcertarles
ron una contrapregunta, como El sabía bien hacerlo ; pero «había llegado su hora».
cita de su mesianidad y divina filiación, ahora, cuando la declaración va a deter-
minar su muerte, se confiesa abiertamente Mesías e Hijo de Eios.
"¿A oué necesitamos ya de TESTIMONIO? Es una alusión a los falsos testimonios
tolicitados en la sesión nocturna.
no - Es San Lucas quien nos ha transmitido la triple acusación formulada contra
.Ksús en el tribunal de Pilato. El presidente, despreciando las dos primeras acu-
saciones, sólo toma en consideración la tercera.
— 190 —
23 3-12
SAN LUCAS
23 13-25
3 Pilato le interrogó, diciendo :
— ¿ Tú eres el Rey de los judíos ?
El, respondiendo, le dijo :
— Tú lo dices.
' Pilato dijo a los sumos sacerdo-
tes y a las turbas :
— Ningún delito hallo en este hom-
bre.
; Ellos insistían con fuer/.a, dicien-
do que
— Amotina el pueblo, enseñando
por toda la Judea, y habiendo co-
menzado por Galilea ha llegado has-
ta acá.
6 Pilato, como lo oyese, preguntó
si el hombre era galileo. 1 Y enten-
diendo que era de la jurisdicción
de Herodes, le remitió a Herodes,
que estaba también él en Jerusalén
por aquellos días.
Jesús ante Herodes. 23, 8-12
' Herodes, viendo a Jesús, se re-
gocijó en extremo ; porque desde ha-
cía mucho tiempo estaba deseoso de
verle, pues había oído decir muchas
cosas de El, y esperaba verle hacer
algún prodigio. 9 Y le hacía nume-
rosas preguntas. Mas El no respon-
dió nada. 10 Estaban allí los sumos
sacerdotes y los escribas acusándo-
le con ahinco. 11 Menosprecióle tam-
bién Herodes, juntamente con su
cuerpo de guardia, y haciendo bur-
la de El, le vistió un ropaje lucien-
te y le remitió a Pilato. u Hiciéron-
se amigos uno de otro, Herodes y
Pilato, aquel día, pues antes eran
enemigos entre sí.
Segunda presentación ante Pilato.
Le castigare y soltaré. 23, 13-16
" Pilato, habiendo convocado a los
sumos sacerdotes, a los jefes y al
pueblo, les dijo :
14 — Me presentasteis a ese hombre
como amotinador del pueblo, y he
aquí que yo, habiéndole interrogado
delante de vosotros, no hallé en es-
te hombre ninguno de los delitos de
que le acusáis. 55 Pero ni Herodes
tampoco, pues lo remitió a nosotros ;
v he aquí que nada digno de muer-
te se le ha probado. 18 Le castigaré,
pues, y le soltaré.
Jesús y Barrabás. 23, 17-25 (=Mt. 27,
15-26 =Mc. 15, 6-15 =Jn. 18, 39-40)
" Y tenía necesidad de soltarles un
preso cada año por la fiesta. 18 Le-
vantaron el grito, toda la muche-
dumbre a una, diciando :
— Quita de en medio a éste y suél-
tanos a Barrabás.
'* El cual, con motivo de un motín
acaecido en la ciudad y de un homi-
cidio, había sido echado en la cár-
cel. w De nuevo les habló Pilato, de-
seando soltar a Jesús. * Mas ellos
clamaron diciendo :
—Crucifica, crucificad .
~ El por tercera vez les dijo :
— ¿Pues qué mal ha hecho éste?
Ningún delito digno de muerte ha-
llé en él. Así que, después de ha-
berle castigado, le soltaré.
a Mas ellos instaban a grandes vo-
ces, exigiendo que fuera crucifica-
do, y sus voces se hacían más vio-
lentas. 11 Y Pilato dió orden de que
se efectuase su demanda : 15 soltó al
3 Por San Juan (iS, 33I sabemos que este interrogatorio fué secreto.
7 Es la primera evasiva a oue apela Pilato para salirse de aquel proceso, para
éi enojoso.
v12 Este episodio es exclusivo de San Lucas. Ante las numerosas preguntas del
frivolo tetrarca y las persistentes acusaciones de los enemigos es impresionante
el mutismo cerrado de Jesús.
11 Este ropaje luciente y principesco era en la intención de Herodes doblemente
burlesco : era un disfraz de carnaval, con que hacía chacota de Jesús y con que 6e
resarcía del pasatiempo que le había defraudado la rustiquez de aquel pobre loco.
Dice el juez: Considerando que en ese hombre no se halla delito alguno,
i.e castigaré. Nueva lógica y nueva justicia. Es el segundo expediente o evasiva.
17-25 ¡Jesús puesto en competencia con Barrabás y pospuesto a él ! Es el tercer
expedieme de una política de compromisos, que termina fatalmente en una co-
barde capitulación : en vez de sacar las tropas para reprimir los desmanes de aquel
populacho insolente.
* Lo entregó A su VOLUNTAD: toda la pasión es una serie de entregas: Judas
entrega a Jesús a los judíos ; los judíos lo entregan a Pilato ; Pilato lo entrega a
la voluntad de la turba y a los soldado* y verdugos para que lo azoten y cruci-
— 191 —
23 2«-32
SAN LUCAS
23 s3-39
que demandaban, al que por motín
y homicidio había sido echado en la
cárcel ; y a Jesús se lo entregó a su
voluntad!
Camino del Calvario. 23, 26-32
(=Mt. 27, 31-32 =Mc. 15, 20-21
= Jn. 19, 16-17)
'■'"Y como le hubieron sacado, echan-
do mano a un tal Simón de Cirent
que venía del campo, le pusieron en
hombros la cruz para que la llevase
detrás de Jesús. 27 Seguíale gran mu-
chedumbre de pueblo y de'mujeres,
las cuales le plañían y lamentaban.
28 Volviéndose Jesús a ellas, les dijo :
— Hijas de Jerusalén : no lloréis
sobre mí, sino llorad más bien so-
bre vosotras mismas y sobre vues-
tros hijos. 29 Porque, mirad, vendrán
días en que dirán : «Dichosas las es-
tériles, y los vientres que no engen-
draron, y los pechos que no cria-
ron.» 80 Entonces comenzarán a de-
cir a los montes : «Caed sobre nos-
otros», y a los collados : «Sepultad-
nos» (Os. io, 8). 81 Porque si en el
leño verde esto hacen, ¿en el seco
qué se hará ?
32 Eran también llevados otros dos,
que eran malhechores, para ser ajus-
ticiados con El.
Crucifixión. 23, 33-38 ( = Mt. 27,
33-44 =Mc. 15, 22-32 =Jn. 19, 16-24)
" Y cuando hubieron llegado al lu-
gar llamado «Cráneo», allí crucifica-
ron a El y a los malhechores, uno
a la derecha y otro a la izquierda.
84 Y Jesús decía :
— Padre, perdónalos, porque no sa-
ben lo que hacen.
Y al repartir sus vestidos, echaron
suertes (Sal. 21, 19). 85 Y estaba allí
el pueblo mirando ; y hacían befa
de El también los jefes, diciendo :
— A otros salvó ; sálvese a sí mis-
mo, si El es el Mesías de Dios, el
Elegido.
80 Burlábanse de El también los sol-
dados, acercándose, ofreciéndole vi-
nagre 81 v diciendo :
— -Si tú eres el Rey de los judíos,
sálvate a ti mismo.
88 Había también por encima de El
una inscripción escrita en letras grie-
gas, latinas y hebreas :
ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS
El buen ladrón. 23, 39-43
89 Uno de los malhechores que esta-
ban colgados le insultaba, diciendo :
— ¿ No eres tú el Mesías ? Sálvate
a ti mismo y a nosotros.
fiquen. Mas todas esas entregas hubieran sido ineficaces si antes el Padre no hu-
biera entregado a su propio Hijo por nosotros (Rom. 8, 32) o si el Hijo mismo
no se hubiera entregado por nosotros (Ef. 5, 2). Con razón, pues, San Pablo
condensa la pasión de Cristo en esta frase : tfué entregado por nuestros deli-
tos» (Rom. 4, 25).
Z7-31 Debemos a la diligencia de San Lucas el habernos conservado este intere-
sante episodio. Las palabras de Jesús son una sentida lamentación de la ruina
de Jerusalén, que era una espina clavada en su Corazón. Son también una apre-
miante invitación a la penitencia. Porque si tan terriblemente descargó la justicia
de Dios sobre Cristo por pecados ajenos, ¿ con cuánta severidad descargará sobre
nosotros si no hiciéremos penitencia de los pecados propios?
34 Padre, perdónalos : tal vez no haya en todo el Evangelio palabras más reve-
ladoras de la inefable misericordia del Corazón de Jesús. Presa de atrocísimos
tormentos en el cuerpo y de tremenda desolación en el alma, no piensa en si, no
pide misericordia para sí, sino piensa en otros, pide misericordia para otros, para
aquellos mismos que le aborrecen de muerte y le acaban de crucificar. Y no las
dijo una vez solamente, sino que las decía y repetía mientras le estaban clavando
en la cruz, mientras se estaban repartiendo sus vestidos, mientras ultrajaban su
agonía. Pero más significativa que la súplica misma es la excusa : porque no saben
qué es lo que hacen. ¡Qué consolador es pensar que nuestro juez será este Jesús,
tan amigo de perdonar, tan inclinado a excusar nuestros pecados! El nos había
enseñado a orar diciendo : tPadre..., perdónanos» ; mas, no con contento con esto,
cuando nosotros no oramos como debíamos, El mismo ruega por nosotros : Padre,
perdónalos. ¡Y qué lección y qué ejemplo para movernos, para forzarnos a perdonar
nosotros a nuestros enemigos!
8e-13 Otra de las joyas del tercer Evangelio. Sobre el negro fondo de las blas-
ra de la gracia divina, que en un instante sabe hacer de un ladrón 1111 confesor
intrépido de la fe. Entre los denuestos de los enemigos y el silencio de los amigo*,
— 192 —
23 40"48
SAN LUCAS
23
w Mas el otro, respondiendo, le re-
convenía, diciendo :
— ¿ Ni siquiera temes tú a Dios, es-
tando en el mismo suplicio ? ** Nos-
otros, a la verdad, lo estamos jus-
tamente, pues recibimos el justo pa-
go de lo que hicimos ; mas éste na-
da inconveniente ha hecho.
° Y decía a Jesús :
— Acuérdate de mí cuando vinie-
res en la gloria de tu realeza.
43 Díjole :
— En verdad te digo que hoy esta-
rás conmigo en el paraíso.
Muerte de Jesús. 23, 44-49 (=Mt. 27,
45-56 =Mc. 15, 33-41 =Jn. 19, 28-30)
11 Y era ya como la hora sexta, y
se produjeron tinieblas sobre toda la
tierra hasta la hora nona, 45 habiendo
faltado el sol ; y se rasgó por me-
dio el velo del santuat ;o. 46 Y cla-
mando con voz poderosa, Jesús dijo :
— Padre, en tus manos encomien-
do mi espíritu (Sal. 30, 6).
Y, dicho esto, expiró.
17 Viendo el centurión lo acaecido,
glorificó a Dios, diciendo :
— Realmente este hombre era ;usto.
18 Y todas las turbas allí reunidas
para este espectáculo, considerando
las cosas que habían acaecido, se
volvían golpeando los pechos.
,,J Estaban allí a bastante distancia
todos sus conocidos y las mujere9
que le habían acompañado desde Ga-
lilea, mirando estas cosas.
Sepultura del Señor. 23 50-56
( = Mt¡ 27, 57-61 =Mc. 15,42-47
= Jn- 19. 38-42)
50 Y en esto un hombre por nom-
bre José, que era sanhedrita y varón
bueno y justo 51 — éste no había dado
su asentimiento al consejo y al acto
de los judíos — , natural de Arimatea,
ciudad de los judíos, el cual espe-
raba el reino de Dios, 52 éste, presen-
tándose a Pilato, demandó el cuer-
po de Jesús. 53 Y habiéndolo descol-
gado, lo envolvió en una sábana y
le depositó en un monumento exea-
cavado en la peña, en donde nadie
todavía había sido puesto. 51 Era día
de Parasceve y r?yaba el sábado.
65 Y las mujeres que habían veni-
do ron El desde Galilea, habiendo
seguido de cerca, inspeccionaron el
monumento y cómo había sido colo-
cado su cuerpo. 66 Y habiéndose vuel-
¡qué dulcemente sonarían en los oídos y en el Corazón de Jesús aquelH aix>logía
y aquella humilde plegaria del buen ladrón ! No quedó confundida la confianza
del ladrón ni se desmintió la generosidad del Rey divino, quien, sin acordarse de
toda una vida de crímenes, tan espléndidamente galardona aquella momentánea
profesión de fe.
45 Habiendo faltado el sol : la expresión original, que pudiera significar eclipse,
no quiere decir sino que faltó la luz del sol a causa de las espesas tinieblas que
durante tres horas envolvieron la tierra. M Se rasgó por medio el velo interior del
santuario • San Lucas antepone a la muerte del Salvador este milagro, que San Ma-
teo y San Marcos refieren después de ella. Esta diferente colocación parece indicar
que el milagro coincidió con el momento de la muerte.
** Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu : parece, a nuestro modo de ha-
blar, que, consumada la obra de la redención, se disipan las tinieblas que habían
envuelto el Corazón del Redentor, y renace la serenidad. Satisfecha ya plenamente
la divina justicia, el Hijo ve ante sí a' Padre de su amor, y con filial confianza
deposita en sus manos su último aliento y su alma. De quién recogió el evan-
gelista estas postreras palabras del Salvador ? Al pie de la cruz estaba la Madre,
que 1as oyó y las conservó en su maternal Corazón. Y es sabido cuánto debe el
tercer Evangelio a la Madre de Jesús.
48 Todas las turbas... se volvían golpeando los pechos : San Lucas es el único
evangelista que habla de esta penitencia general. Entre las turbas no estaban ya
los jefes de los judíos, a quienes las espesas tinieblas habían alejado del Calvario.
** Todos sus conocidos : parece, pues, que también los apóstoles y otros discípu-
los se hallaron presentes a la muerte del Maestro.
51 Advierte explícitamente San Lucas lo que los otros evangelistas ya dejan en-
tender : que José de Arimatea no había dado su asentimiento al CONSEJO Y al acto
de los judíos, con ser miembro del sanhedrín.
w Rayaba el sábado : la aparición de las tres primeras estrellas señalaba al prin-
cipio del sábado judío.
56 Las mujeres..., habiendo seguido de cerca...: desde el Calvario, las piadosas
mujeres acompañaron el cadáver del Maestro hasta el sepulcro.
193
N. T, 7
24 M
SAN LUCAS
24 8-13
to, prepararon aromas y perfumes ;
y durante el sábado guardaron re-
poso conforme al precepto de la Ley.
Las piadosas mujeres en el sepul-
cro. 24, i-ii ( = Mt. 28, 1-8 = Me. 16,
1-8 =Jn. 20, 1-2)
<r/A 1 Mas el primer día de la se-
^* mana, apenas rayó el alba, se
vinieron al monumento llevando con-
sigo los aromas que habían prepa-
rado. 2 Y hallaron la losa corrida a
un lado del monumento ; 3 y habien-
do entrado, no hallaron el cuerpo
del Señor Jesús. 4 Y aconteció, es-
tando ellas desconcertadas sobre es-
to, de ipronto se les presentaron dos
varones con vestidura refulgente.
c Quedando ellas amedrentadas e in-
clinando sus rostros a la tierra, di-
jéronles :
— ¿ A qué buscáis al vivo entre los
muertos ? 0 No está aquí, sino que re-
sucitó. Recordad cómo os habló cuan-
do estaba aún en Galilea, ' diciendo
que el Hijo del hombre había de ser
entregado en manos de hombres pe-
cadores y ser crucificado y al tercer
día resucitar.
8 Y se acordaron de sus palabras.
9 Y vueltas del monumento, anuncia-
ron todas estas cosas a los Once y
a todos los demás. 10 Y eran María
la Magdalena, y Juana, y María la de
Santiago ; y las demás que iban con
ellas dijeron esto mismo a los após-
toles. " Y parecieron a sus ojos co-
mo delirio estas palabras, y no las
creyeron.
Pedro en el sepulcro. 24, 12
( = Jn. 20, 3-10)
" Y Pedro, levantándose, se fué
corriendo al monumento, y agachán-
dose ve los lienzos solos, y se volvió
a casa, admirándose de lo acaecido.
Aparición a los dos que iban a
Emaús. 24, 13-35 ( = Mc. 16, 12-13)
13 He aquí que aquel mismo día dos
de los discípulos iban de camino a
una aldea llamada Emaús, distante
OA ,_u Divídese este relato en tres partes : la ida de las mujeres al sepulcro (1-3), la
aparición de los ángeles (4-8), la vuelta y el mensaje a los Once (9-11). Es
clásica la dificultad de conciliar las narraciones divergentes de los evangelistas.
Pero esta dificultad es tan fácil de resolver apologéticamente como difícil de resolver
históricamente. Es decir, precisamente por ser muchos los modos de conciliación,
no sabemos cuál es de ellos el que corresponde a la realidad.
1-3 Van las mujeres al sepulcro con más amor que fe y esperanza. Es de notar
la sencillez y objetividad de la narración.
*-* Desconcertadas..., amedrentadas... : no son éstas las disposiciones de ánimo
más propicias para extasiarse en visiones o para alucinaciones colectivas. Las
hipótesis racionalistas para explicar naturalmente el fenómeno de la fe en la re-
surrección de Jesús no son resultado del análisis crítico de los documentos. ¿ Serán
una proyección de las alucinaciones subjetivas de ciertos críticos en el mundo
de las realidades históricas?
8 Se acordaron de sus palabras, que nunca habían acabado de entender, ni
querían oírlas, y se les habían olvidado. La fe en la resurrección no les nació de
dentro, sino les vino de fuera. No muestran las mujeres ilusiones de ver un re-
sucitado, sino obsesión de ungir un cadáver. Esto dicen los documentos, cuyo testi-
monio no es lícito suplantar con hipótesis aprioristas y arbitrarias.
10 A los nombres de las mujeres mencionadas por San Marcos añade San Lucas
el de Juana, «la mujer de Cusa, procurador de Herodesi Antipas (8, 3), y agrega
que estaban allí i.as demAs que iban con ellas.
11 Lejos de mostrarse crédulos o propensos a imaginar visiones, los apóstoles
tuvieron como delirio el relato de las mujeres. lExcelente disposición para pro-
12 Resume San Lucas lo que ampliamente refiere San Juan. Pedro quiso compro-
bar por sí el dicho de las mujeres. Vió que era verdad, pero no creyó todavía : ee
maravilló de lo acaecido, que él no atinaba a explicarse.
J*-*° E.-í uno de los más deliciosos relatos de San Lucas, recogido, sin duda, de
labios de uno de los dos favorecidos por la aparición de Jesús.
13 Iban de camino : hubieron de emprenderlo bastante de mañana, cuando los
discípulos no conocían todavía la aparición de Jesús a Magdalena. II Emaús: esta
localidad ha sido identificada principalmente con la antigua Emaús-Nicópolis, dis-
tante de Jerusalén unos 160 estadios (unos 29 kilómetros), y Kubeibeh, distante
— 194 —
24 "-22
SAN LUCAS
24 23-31
de Jerusalén ciento sesenta estadios.
M Iban conversando entre sí sobre
todos estos acontecimientos. 13 Y su-
cedió que mientras ellos conversaban
v discutían, el mismo Jesús se les
acercó y caminaba con ellos. M Pero
sus ojos, inhibidos, no estaban en
disposición de reconocerle. 37 Di joles :
— ¿Qué pláticas son esas que cam-
biáis entre vosotros mientras vais
caminando?
Y ellos se detuvieron entristecidos.
18 Y tomando la palabra uno de ellos,
llamado Cleofás, le dijo :
— ¿ Eres tú el único forastero en
Jerusa'.én que no te enteraste de las
cosas que estos días ocurrieron en
la ciudad ? _
El les dijo :
" — ¿ Cuáles ?
Ellos le dijeron :
— Las de Jesús de Nazaret, que fué
un profeta poderoso en obra y en
palabra delante de Dios y de todo
el pueblo ; 20 y cómo le entregaron
nuestros sumos sacerdotes y magis-
trados para que fuese condenado a
muerte, y le crucificaron. 21 Nosotros
esperábamos que El era el que ha-
bía de liberar a Israel. Pero, con to-
do esto, éste es ya el tercer día des-
de que estas cosas ocurrieron. 22 Ver-
dad es que algunas mujeres de las
que están con nosotros nos sobre-
saltaron ; las cuales estuvieron muy
de mañana en el monumento, 23 y
no habiendo hallado el cuerpo de Je-
sús, volvieron diciendo que hasta vi-
sión de ángeles habían visto, los cua-
les aseguran que El vive. 24 Y fueron
algunos de los nuestros al monumen-
to, y hallaron las cosas como las mu-
jeres habían dicho. Mas a El no le
vieron.
55 Y El les dijo :
— ¡ Oh insensatos y lerdos de co-
razón para creer en todo lo que di-
jeron los profetas ! 26 ¿ Por ventura
no era necesario que estas cosas pa-
deciese el Mesías y así entrase en su
gloria ?
21 Y comenzando por Moisés y si-
guiendo por todos los profetas, les
iba interpretando en todas las Es-
crituras lo que a El se refería. 28 Y
llegados cerca de la aldea adonde se
dirigían, El hizo ademán de seguir
adelante. MJIas ellos le hicieron fuer-
za, diciéndole :
— Quédate con nosotros, pues atar-
dece y el día ya declinó.
30 Y entró a quedarse con ellos. Y
acaeció que, puesto a la mesa con
ellos, tomando el pan, lo bendijo, y
después de partirlo se lo daba. 31 A
ellos se les abrieron los ojos y le re-
solos 6o estadios (unos n kilómetros). La tradición más antigua se declara a favor
de Nicópolis. Esta localización supone auténtica la variante ciento sesenta, que, si
bien menos extendida, está, con todo, representada por excelentes códices y se
recomienda por su misma dificultad. Esta dificultad, empero, se disminuye supo-
niendo que los dos caminantes siguieron el camino de atajos, que era de unos 144 es-
tadios (unos 26 kilómetros).
16 Sus ojos inhibidos : la venda que les impedía ver a Jesús no era otra que
la propia incredulidad.
17 Se detuvieron entristecidos : la intromisión de un desconocido detuvo natu-
ralmente sus pasos y removió la tristeza que llevaban en el fondo de su corazón.
19 ¡ Cuáles ? : amable disimulo del Maestro, que, antes de abrir los ojos a lo»
discípulos, quiere que abran y desahoguen su corazón. II Ellos le dijeron: no
habla ya sólo Cleofás, como antes, sino que ambos a porfía iban diciendo lo que
se les ofrecía sobre lo ocurrido aquellos días en la ciudad. Aunque San Lucas ha
fundido las declaraciones de ambos, no carece de fundamento atribuir a uno de
ellos las expresiones más pesimistas y al otro las más optimistas. De hecho, antes
discutían o altercaban entre sí, mostrando diferente sentir sobre los acontecimientos.
35 ¡Oh insensatos...!: dura reconvención, pero merecida.
28 Formula el Maestro el gran principio: Por la pasión a la gloria; que se ve-
rificó en el Redentor y se ha de verificar en los redimidos.
37 Sería interesantísimo conocer los pasajes bíblicos que el Maestro interpretó
como mesiánicos. Pero no pudieron ser otros que los que El mismo había inter-
pretado en este sentido durante su predicación y los que luego los apóstoles inter-
pretaron en el mismo sentido en su predicación y en sus escritos.
29 Atardece... : serían de las dos a las tres de la tarde. Si los discípulos salieron
de la ciudad hacia las ocho o las nueve de la mañana, tuvieron tiempo de sobra
para recorrer los 160 (o 144) estadios.
30 Tomando ei. pan...: algunos, siguiendo a San Agustín, han supuesto que se
trata del pan eucarístico ; pero ni el examen del texto ni la autoridad de lo»
Santos Padres imponen semejante interpretación, que, por otra parte, ofrece serias
dificultades.
— 195 —
24 33 S8
SAN LUCAS
24 39-46
conocieron ; mas El se les hizo in-
visible. K Dijeronse entonces el uno
al otro :
— ¿Por ventura nuestro corazón no
estaba que ardía dentro de nosotros
cuando El nos hablaba en el cami-
no, cuando nos abría el sentido de
las Escrituras? 33 Y levantándose, a
la misma hora se volvieron a Je-
rusalén, y hallaron reunidos a los
Once y a sus compañeros, 34 que de-
cían : «Realmente resucitó el Señor
y se apareció a Simón.» 35 Y ellos a
su vez referían lo acaecido en el
camino, y cómo le reconocieron en
la fracción del pan.
Aparición a ios discípulos cu el Ce-
náculo. 24, 36-45 ( = Mt. 16, 14
= Jn. 20, 19-23)
M Estando ellos diciendo estas co-
sas, El se presentó en medio de ellos
y les dice :
— Paz sea con vosotros.
31 Sobresaltados y despavoridos ,
creían ver un espíritu. 38 Y les dijo :
— ¿ Por qué estáis conturbados ? ¿ Y I
por qué se levanta ese vaivén de
pensamientos en vuestros corazones ?
33 Ved mis manos y mis pies, que yo
mismo soy; palpadme, y ved que un
espíritu no tiene carne y huesos, co-
mo veis que yo tengo. 40 Y esto di-
ciendo, les mostró las manos y los
pies. 41 Como todavía no acabasen de
creer de puro gozo ni saliesen de
su asombro, díjoles :
— ^¿ Tenéis aquí algo de comer?
43 Ellos le presentaron parte de un
pez asado ; 43 y tomándolo, en pre-
sencia de ellos lo comió
44 Y les dijo :
— Estas son las palabras que os u¿.
blé, estando aún con vosotros : que
tenían que cumplirse todas las cosas
escritas en la ley de Moisés y en
los profetas y Salmos acerca de mi.
13 Entonces les abrió la inteligen-
cia para que entendiesen las Escri-
turas.
Ultimas instrucciones. 24, 46-49
( = Ac. i, 4-8 )
Y les dijo que
— .Así está escrito : que el Mesías
había de padecer y resuci^r de en-
;)lcua concii ncia
. k i No ESTABA que ardía...?: es frecuente tardar en ad
de un sentimiento que embargaba secretamente nuestro corazón.
33 A la misma hora : la prontitud en emprender la vuelta y la mayor rapidez de
la marcha les permitieron llegar a Jerusalén entre las ocho y las nueve de la noche.
** REALMENTE resucitó... : merece notarse el crédito que clan al dicho de Simón los»
mismos que habían tomado como delirio el dicho de las mujeres. Y es de lamentar
que de la aparición de Jesús a Pedro no tengamos más noticia que esta referencia
y la de San Pablo en su primera a los Corintios (15, 5).
36-15 Ksta aparición, omitida por San Mateo y sólo indicada por San Marcos,
por no formar parte de la catcquesis oral, recogióla San Lucas de labios de alguno
de los
s : tales fueron los efectos de la aparición, no lo»
.."reían ver un espíritu : no un cuerpo resucitado.
sados y preparados con las apa-
s mujeres, a Simón, a los dos
ban previamente
aleña, a las piad
creer en la resurr
:ia de los hechos
,' los grados com<
is, les habla, Ies
heridas de los 1
los
el Maestro poco antes de su Ascei
pálmente, referentes a la misión y
y resurrección del Mesías, tenitenc
que habían de predicar : en su 1
NACIONES, COMENZANDO POR JERUSAIÍ
nde blandamente, les muestra
, les invita a que le toquen,
come. Son como frenazos de la sensatez
anifestaciones alucinantes.
3 (libros históricos y proféticos), LOS Salmos
ación tripartita se designaba toda la Es-
cía de Cristo.
cplicación externa y con la luz interna del
San Lucas a la> instrucciones dada* poi
d) carácter de su ministerio : ser
24 47 49
SAN LUCAS
24 50-52
tre los muertos al tercer día, "y
que se había de predicar en su nom-
bre penitencia y remisión de los pe-
cados a todas las naciones, comen-
zando por Jerusalén. c Y vosotros
sois testigos de estas cosas. "Y he
aquí que yo envío la Promesa de mi
Padre sobre vosotros ; y vosotros per-
maneced quietos en la ciudad, hasta
que seáis revestidos de fortaleza des-
de lo alto.
Ascensión. 24, 50-52 f=Mc. 16, 19-20
Ac. 1, g-12)
50 Y los sacó afuera hasta llegar
lunto a Betania, y alzando sus ma-
nos los bendijo. " Y aconteció que,
mientras los bendecía, se desprendió
de ellos, y era llevado en alto al cie-
lo. 53 Y ellos, habiéndole adorado, se
tornaron a Jerusalén con grande go-
zo, y estaban continuamente en el
templo bendiciendo a Dios.
ej la promesa del Padre, es decir, el Espíritu Santo, con ti cual hablan de ser
REVESTIDOS DE FORTALEZA.
5*-51 lireve descripción de la Ascensión, que el mismo San Lucas ampliara en el
libro de los Hechos (i, 9-12).
50 Los sacó afuera de jerusalén hasta llegar al monte de los Olivos, junto a
Bltania. Una iglesia edificada en la cumbre del monte el siglo IV perpetuó y con-
sagró el lugar de la Ascensión.
61 Tres rasgos de la Ascensión : bendición, separación, elevación.
K Conclusión del Evangelio : adoración del Maestro glorificado, grande gozo,
incesantes bendiciones a Dios. Con los discípulos estaba la Madre de Jesús, su-
pliendo ' consolando ¡a ausencia del Maestro
— 197 —
INTRODUCCION
AL EVANGELIO DE SAN JUAN
L autor. — San Juan, discípulo del Bautista, fué uno de los dos pri-
meros que entraron en contacto con Jesús. Meses más tarde fué uno
de los cuatro primeros llamados a seguir a Jesús como discípulos. Ele-
gido luego entre los Doce, mereció del Maestro especiales muestras de
confianza. Pero sus dos mayores privilegios fueron el haber reclinado su
cabeza sobre el Corazón de Jesús y el haber sido el representante y pro-
totipo de los espirituales hijos de María. Merece consignarse el hecho de
que durante la vida terrestre del Maestro y después de su Ascensión,
hasta la dispersión de los Doce, Juan y Pedro forman como una bina in-
separable. Habiendo asistido a la Madre de Jesús y Madre suya en su
tránsito, él fué quien reveló a los fieles la gloriosa Asunción de María
a los cielos. Después de la muerte de San Pablo se retiró a Efeso para
hacerse cargo de las Iglesias del Asia proconsular. Relegado por Domi-
ciano a la isla de Patmos, pudo poco después, en tiempo de Nerva, volver
a Efeso, donde murió ya muy anciano, después del año gS. En la primi-
tiva Iglesia era designado con el título de Juan el Presbítero, que luego
se trocó en el de Juan el Teólogo.
Su obra. — En un principio, Juan adoptaría el esquema de predicación
evangélica prefijado por Pedro. Mas pasaron los tiempos, y las herejías
nacientes hicieron necesario completar el Evangelio sinóptico. El cambio
sufrido por la predicación escrita de Pablo, desde las Epístolas a los
Tesalonicenses hasta la Epístola a los Efesios, hubo de operarse a su
modo en el Evangelio oral. Los que, como Juan, conocían personalmente
el material evangélico, no necesitaron, como Lucas, de instrucciones
complementarias, sino que, sacando del inagotable tesoro de su memoria,
pudieron incorporarlas a la predicación oral. Trasladado precisamente al
Asia proconsular, y concretamente a Efeso, en contacto con los destinata-
rios de las Epístolas a los Efesios y a los Colosenses, San Juan hubo de
adaptar su Evangelio oral a la mentalidad de sus nuevos oyentes. Los
hechos y dichos omitidos por los Sinópticos, señaladamente la predica-
ción del Señor en Jerusalén, parecieron a Juan responder admirablemente
a las necesidades o preocupaciones de aquellas Iglesias. De ahí la nueva
forma que tomó el Evangelio oral en el apóstol predilecto de Jesús. Más
tarde, ya fuera por propia iniciativa, ya por ruegos ajenos, se determinó
a poner por escrito su Evangelio oral. Y bien porque su predicación oral
se había ido desprendiendo gradualmente del material sinóptico, ya su-
— 199 —
SAN JUAN
ficientemente conocido, bien porque, publicados los Evangelios- sinópticos ,
no quiso repetir lo que en ellos estaba ya narrado, el hecho es que el
Evangelio escrito de San Juan se mantiene al margen de la tradición
sinóptica, que sólo incidentalmente toca para precisarla o completarla.
Carácter. — Habían pasado más de sesenta años desde la Ascensión del
adorado Maestro. Juan no era ya el joven impetuoso que a manera de
caño transmitía el agua de la fuente: el agua de la vida eterna se había
como embalsado en su corazón. Con la constante predicación evangélica
y más aún con la profunda contemplación, Juan había convertido en sus-
tancia propia el Evangelio del Maestro. La palabra de Jesús se había
encarnado en la palabra de Juan, y la fusión de ambas palabras dió origen
a la palabra personal, única, inimitable, del discípulo amado. Bajo el
influjo transformador del Maestro, los relámpagos del «.Hijo del trueno»
se fiabían trocado en plácida luz de mediodía. Los ancianos viven de re-
cuerdos, y Juan «.el Anciano» vivía enteramente de los recuerdos del
Maestro, sobre cuyo Corazón había reclinado en otro tiempo su juvenil
cabeza. Recuerdos de anciano, recuerdos de remotos días juveniles, te-
'dáérdós fijos, imborrables, precisos, pero envueltos en una atmósfera de
luz difusa y cálida: tales son los recuerdos de Juan consignados en su
Evangelio. Son recuerdos de hechos reales, más aún. realistas, de contor-
nos marcados, de aristas vivas; pero no de hechos brutos, sino rebosantes
de altísima significación, refulgentes de trascendencia: idealizados, no
por un idealismo advenedizo, creado por Juan, sino por la idealidad in-
nata, que posee Jesús. Realidad ideal, historia trascendente : tal es el
cuarto Evangelio, en que lo ideal, lejos de minar o menguar la realidad,
antes se basa en ella; en que la trascendencia del pensamiento, lejos de
enturbiar o eclipsar la historia, antes la ilumina y clarifica. Hechos que
son signos, hechos que son palabra: tales son los que caracterizan la na-
rración de San Juan, en que se dan la mano historicidad y simbolismo.
El dibujo de su narración no está formado de rasgos indecisos, borrosos
o difluentes, sino de trazos firmes, vigorosos y enérgicos. Si en el colo-
rido no iguala a Marcos, le supera en plasticidad y más aún en idealidad
diáfana y trascendente.
El estilo. — Lo primero que llama la atención en el estilo de San Juan
es la atomización del pensamiento. En vez del período clásico, que señala
la jerarquía de las frases y pone de relieve el pensamiento principal, nos
hallamos con una serie desligada y casi anárquica de incisos, en que lo
principal y lo secundario aparecen en un mismo plano. A esto se añade
que el evangelista, tan analítico al disolver en sus primeros elementos los
que podrían ser períodos normales, apenas separa ni distingue estos pe-
ríodos entre sí.
Mas, afortunadamente, todo ese embrollo no pasa de la corteza. Por
poco que se ahonde, pronto se encuentra el hilo conductor que nos guíe
en ese imaginado laberinto de incisos. Aquellas frases vibrantes, expre-
sión del pensamiento fundamental, repetidas, sabiamente distribuidas y
progresivamente desarrolladas, comunican tal luz a todo el conjunto y tal
relieve a sus parles, que, en virtud de este influjo poderoso, los diminu-
tos incisos parece se buscan y llannan unos a otros, y se traban y se
combinan jerárquicamente hasta construir períodos ideales, harmónicos,
luminosos.
Pero estas repeticiones no se limitan a reproducir una frase, un pen-
samiento más o menos fundamental; señalan, además, las fases de un
desenvolvimiento progresivo; son como los pasos del movimiento lógico
— 200 —
SAN JUAN
del discurso. Este sistema de repeticiones, en que a intervalos reaparece
el mismo pensamiento, cada vez enriquecido con elementos nuevos, cons-
tituye una manera original de síntesis, que, sabiamente combinada y
como fundida con el análisis, nos hace asistir simultáneamente a todo el
desarrollo del pensamiento.
Tal es la ley, tal el principio sintético que regula el estilo de San Juan:
es una especie de reproducción progresiva, una ondulación concéntrica
del pensamiento, que, sin perder su fisonomía original, crece y se agran-
da, más rico cada vez, más acabado y vigoroso. Colocados en el centro
mismo, obtenemos la presencia simultánea de toda la verdad y de todas
las fases de su desenvolvimiento en nuestro espíritu. La lógica se da la
mano con la estética.
Orden y plan. — El orden del cuarto Evangelio es estrictamente cro-
nológico. Habla explícitamente de tres pascuas, que encuadran la vida
pública de Jesús; y si la fiesta mencionada en 5, 1, no es otia pascua,
presupone una pascua intermedia entre 2, 15, y 6, 4. Suponer una inver-
sión de los capítulos $ y 6 es un recurso tan desesperado cómo indocu-
mentado.
El cuarto Evangelio es un choque entre la luz y las tinieblas. De ahí
¡a división en dos partes: lucha verbal- (1, 12), lucha sangrienta (13, 21)
La oposición de las tinieblas tío logra extinguir la luz. La luz triunfa de
las tinieblas con la difusión de sus claridades doctrinales y con la resu-
rrección a vida eterna.
— 201 —
SAN JUAN
EVANGELIO DE SAN JUAN
iEl Verbo de Dios hecho carne»
"i 1 En el principio existía el Verbo,
A y el Verbo estaba caibe Dios,
y el Verbo era Dios.
'Este estaba en el principio cabe Dios.
* Todas las cosas fueron hechas por El :
y sin El nada se hizo de cuanto ha sido hecho.
4 En El había vida,
y la vida era la luz de los hombres .
•y la luz, en las tinieblas, brilla,
y las tinieblas no la acogieron.
■i í-is El prólogo del cuarto Evangelio es la parte más personal del evangelista Su
-*- tema o pensamiento fundamental es la manifestación del Verbo. Esta manifesla-
ción se desenvuelve no por proceso rectilíneo, sino por círculos concéntricos, en cada
uno de los cuales reaparece el pensamiento fundamental, si bien cada vez con nuevos
rasgos y nuevas precisiones. Tres son estos ciclos, que por la elevación del in-nsa-
miento y por la diafanidad y tersura del lenguaje pueden llamarse estrofas.
1-4 Primer ciclo. — En él se declara: a) la eternidad y divinidad del Verbo (i-a) ;
b) su acción creadora (3) ; c) su manifestación en el mundo (4-5).
1-iEn el principio: cuando Dios creó el cielo y la tierra. || Existía: antes que
el mundo fuera hecho, eternamente, ya El existía. ¡| El Verbo: la Palabra y la
razón de Dios, expresión adecuada y como concreción viviente del pensar y del ser
de Dios. Todo cuanto sabe y piensa, todo cuanto es Dios, converge y se concentra en
el Verbo como en un nuevo foco de divinidad. Esta procedencia o dimanación por
vía de inteligencia o imagen es verdadera y propia generación. Por esto el Verbo
es el Hijo. || Estaba cabe Dios: según la fuerza de la expresión original, así estaba
en Dios, que estaba como vuelto hacia Dios o frente a frente de Dios. Es la inma-
nencia del Verbo en Dios y la relación o referencia del Hijo al Padre. || El Verbo
era Dios : declaración categórica de la divinidad del Verbo. Es de notar la diferen-
cia entre la expresión articulada el Dios, con que se designa al Padre, y la in-
articulada Dios, que se atribuye al Verbo. Esta diferencia, lógicamente, es la que
media entre el sujeto y el predicado ; oncológicamente, es la que va de persona a
esencia o naturaleza. La ausencia del artículo se encierra en el orden de la esen-
cia o naturaleza, pero no la atenúa o rebaja. La expresión inarticulada hombre
no designa una naturaleza humana inferior a la designada por la expresión nrticu-
lada el hombre, si bien ésta, además de la naturaleza, sugiere la personalidad.
a Todas las cosas creadas, distintas del Verbo increado, fueron hechas o sacadas
de la nada por El. El Verbo es como el mediador o agente intermedio entre Dios
Padre y el mundo creado, pero no propiamente instrumento ; es decir, interviene
sin las imperfecciones o deficiencias inherentes a la causa instrumental. El titulo
apropiado con que interviene el Verbo en la creación, en consonancia con su pro-
piedad personal de Palabra divina, es especialmente el de causa ejemplar.
*-* En El había vida para dar y comunicar, es decir, estaba la vida original, el
manantial de la vida, de donde había de proceder toda la vida del mundo, señala-
damente la vida sobrenatural, participación de la vida divina. || Y la vida era la
luz de los hombres : el que era el manantial de la vida era también el foco de la
luz. Era vida, en cuanto divinamente vivificaba el espíritu ; era luz, en cuanto ilu-
minaba la inteligencia : vida luminosa, que irradiaba luz vital. Aunque las expre-
siones de San Juan rebasan nuestros conceptos esquemáticos y términos abstractos,
no cabe duda de que la vida y la luz de que él habla son principalmente la vida de
la gracia santificante y la luz de la fe divina. || Y la luz, en las tinieblas, brilla:
«tinieblast son aquí no mera oscuridad, sino como espesas nieblas refractarias a la
luz ; pero en medio de tales tinieblas la luz no pierde su brillo ni su eficacia ilu-
minadora. || Y las tinieblas no la acogieron : entre los dos extremos de «no la re-
cibieron» (pasivamente) * y «no la sofocaron» (o extinguieron), es más probable el
sentido intermedio de «la rechazaron», desecharon o repelieron. La manifestación de
1 6-14
SAN JUAN
16-14
' Apareció un hombre,
enviado de parte de Dios :
su nombre era Juan.
: Este vino como testigo,
para dar testimonio de la luz,
a fin de que todos creyesen por él.
s No era él la luz,
sino quien había de dar testimonio de la luz.
"Existía la luz verdadera,
la que ilumina a todo hombre,
viniendo a este mundo.
10 En el mundo estaba,
y el mundo fué hecho por El,
y el mundo no le conoció.
u Vino a lo que era suyo,
y los suyos no le recibieron.
12 Mas a cuantos le recibieron,
a los que creen en su nombre,
les dió potestad de ser hijos de Dios ;
13 los cuales no de la sangre,
ni de la voluntad de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino de Dios nacieron.
11 Y el Verbo se hizo carne,
y habitó entre nosotros ;
!a luz, <le que se ha hablado en el primer ciclo, no es otra que la que más deter-
minada y concretamente se expresara en los ciclos siguientes.
o-13 Segutido ciclo.— Desarrolla dos pensamientos: a) Juan, testigo de la luz (6-8) ;
b- venida de la luz al mundo (0-13).
Apareció un hombre : la presentación de Juan se designa con una palabra, que
expresa el comienzo de su existencia en el tiempo, a diferencia del Verbo, que ante-
riormente a todo tiempo ya existía. || Enviado de parte de Dios... como testigo: carác-
ter de la divina misión de Juan : ser embajador acreditado de Dios y testigo oficial
del Mesías. || Para dar testimonio de la luz: misterioso objetivo del ministerio de
Juan. ¿ Es que necesita el sol quien dé testimonio de su presencia en el cielo ? Pero
vino la luz tan velada con la Humildad y estaban las inteligencias de los hombres
tan envueltas en densas tinieblas, que fué menester quien diese testimonio de su
aparición en el mundo. || A fin de. que todos creyesen por él: la fe, y fe univer-
sal, provocada por la palabra de Juan, era el blanco de su testimonio. II No era él
la luz : fué tal el brillo y el prestigio de Juan, que fué necesario advertir no ser él
la luz, sino simplemente quien había de dar testimonio de la luz.
Existía, otro era, la luz verdadera y original, la que ilumina a todo hom-
bre. || Viniendo a este mundo: el participio griego correspondiente al gerundio vi-
niendo puede referirse o al verbo principal existía (y entonces debería traducirse
y venía) o bien al verbo inmediato ilumina, que parece más probable y significa
«ilumina con su venida a este mundo». II En el mundo estaba : podía, por tanto, el
mundo conocerle ; y el mundo fué hecho por El : debía, por consiguiente, cono-
cerle como a su propio Hacedor ; sin embargo, el mundo, que podía y debía conocer-
le, de hecho no ie conoció. Desconocimiento culpable. II Vino a lo que era suyo : al
mundo, obra de sus manos ; a Israel, su heredad ; Y los suyos, los hombres en ge-
neral y los judíos en particular, no le recibieron : amaron las tinieblas y aborrecie-
ron la luz. Mas no todos fueron tan insensatos y descomedidos : no faltaron quienes
le recibieron. A todos éstos, a cuantos le recibieron, que son los que creen en su
nombre, los que le reconocieron como Mesías e Hijo de Dios (20, 31), a éstos les dió
potestad de ser hijos de Dios, les otorgó los derechos y la gloria de la divina filia-
ción. Los cuales nacieron, no de la sangre o de semilla material, Ni de la voluntad
instintiva de la carne, ni de la voluntad racional del hombre, sino de Dios nacie-
ron. La filiación divina adoptiva, si no es una generación como la del Unigénito, en
igualdad o más bien identidad de naturaleza, tampoco es una mera adopción externa
o jurídica, cual es la adopción humana. Entre una y otra está nuestra filiación adop-
tiva, que San Juan califica de nacimiento, «por cuanto el germen de Dios permanece
en nosotros» (r Jn. 3, 9). Este germen de Dios o semilla divina es la gracia santifi-
cante, por la cual de alguna manera somos «participantes de la divina naturaleza»
(2 Pedr. 1, 41.
m-ib Tercer ciclo.— Tres pensamientos dominantes : a) la gloria de la encarna-
— 203 —
1 15-18
SAN JUAN
1 15-18
y contemplamos su gloria.
gloria cual del Unigénito procedente del Padre :
lleno de gracia y de verdad.
u Juan da testimonio acerca de El,
y clama diciendo :
«Este era el que dije :
El que viene detrás de mí
ha sido puesto delante de mi,
porque era primero que yo.»
" Pues de su plenitud
nosotros todos recibimos,
y gracia por gracia.
" Porque la ley por mano de Moisés fué transmitida,
la gracia y la verdad por mano de Jesu-Cristo fué hecha.
u A Dios nadie le ha visto jamás :
el Unigénito Hijo,
el que está en el regazo del Padre mirándole cara a cara,
El es quien le dió a conocer.
ción (14I ; b) el testimonio de Juan (15) ; el la plenitud desbordante de gracia y de
verdad (16-18».
14 El Verbo sf. hizo carne: expresión audaz, que si no significa, como imaginaron
los monofisitas, que el Verbo se convirtió en carne o se mezcló o se fundió con la
carnea — absurdo mclafísico— , menos aún sufre la interpretación nestoriana, según la
cual el Verbo se hubiera unido al hombre con unidad puramente moral o accidental
tSe hizo» significa asumió c hizo suya en unidad de persona la naturaleza humana.
expresada con el nombre de acame». || Y habitó o fijó su tienda entre nosotros :
que, si no fué su mansión definitiva y eterna, tampoco fué fugaz o momentánea. I
Y contemplamos sosegada y fruitivamente su gloria : aquella su radiación luminosa
de divinidad ; gloria cual del Unigénito procedente del Padre, cual correspondía
al que era Hijo de Dios, lleno de gracia y de verdad. Es difícil declarar comprensi-
vamente todo el contenido real de esta plenitud de gracia y de verdad. El orden so-
brenatural, la elevación al consorcio de la vida divina, es una «gracia», por cuanto
es un don soberano, graciosamente dado, nacido del beneplácito y del amor de
Dios, cuyo efecto es hacernos agradables o agraciados a sus divinos ojos. Es también
la «verdad» : no un mundo de ensueños o ficciones, sino el mundo de laa realidades
divinas, el de las supremas realidades, ante las cuales son pura sombra las más sóli-
das realidades del mundo natural.
a Cuatro incisos comprende el testimonio de Juan : a) Este es el que dije : iden-
tificación personal del Mesías ; b) El que viene detrás de mí : el esperado Mesías,
de quien soy precursor ; c) ha sido PUESTO delante de mi : ocupa una posición, des-
empeña una función, superior a la mía ; d) porque era primero oue yo : ante» que
yo viniese a este mundo, El ya existía (8, 58).
i«-ia pUES de su plenitud nosotros todos recibimos : «lleno de gracia y de verdad»
estuvo el Verbo hecho carne : lleno para sí y lleno para nosotros : plenitud inma-
nente y plenitud desbordante ; pues cuanta gracia y verdad hemos recibido, de su
plenitud la hemos recibido. || Y gracia pok guacia: expresión difícil y controvertida,
cuya interpretación más probable parece ser : «gracia correspondiente a gracia»,
nuestra gracia derivada y hecha al talle de la gracia de Cristo; gracia cuya causa
ejemplar o prototipo sea la gracia del Verbo hecho carne. || Porque la ley por mano
he Moisés fué transmitida ; la gracia y la verdad por mano de Jesu-Cristo fué he-
cha. Triple contraste. Real: a la ley se contrapone la gracia y la verdad. Personal:
a Moisés se opone Jesu-Cristo. Funcional: a una acción meramente transmisora su-
cede una acción verdaderamente eficiente. El contraste real precisa el sentido de
«gracia» y de «verdad». I.a ley era un régimen de justicia y una economía figurativa
y umbrátil. Al antiguo régimen justiciero se contrapone la gracia, que es amor y
generosidad ; a la antigua economía de sombras y figuras se contrapone la verdad.
que es realidad consistente y maciza. A Dios cual es en sí, en su divina esencia,
nadie le ha visto jamás en este mundo, ni con los ojos del cuerpo ni siquiera con los
ojos del espíritu: el Unigénito Hijo si le ha visto, porque está eternamente en Ef.
regazo del Padrr como vuelto el rostro hacia El y mirándole cara a cara; por esto
El le dió a conocer, hablando de lo que sabía como testigo de vista. De ahí la di-
ferencia entre la revelación del Antiguo Testamento, transmitida por medio de sier-
vos, y la revelación del Nuevo Testamento, dada i>or el Hijo.
Lo más característico de este prólogo es la denominación de Logos o Verbo, con
que es designado el Hijo de Dios. En este sentido el término Verbo es, en todo el
Nuevo Testamento, exclusivo de San Juan (1, 1. 14 i 1 Jn. 1, 1 ; Ap. iq, 13). En lo cual
es digna de consideración una particularidad, que justamente ha sido apreciada corno
— 204 —
119-:
Legación del saiihedrin al Bautista:
testimonio de Juan, i, 19-28
** Y éste es el testimonio de Juan,
cuando enviaron a él los judíos des-
de Jerusalén algunos sacerdotes y le-
vitas, que le preguntasen :
— Tú, ¿ quién eres t
20 Y confesó la verdad y no la ne-
gó ; y confesó que
— Yo no soy el Mesías.
aY le preguntaron .
— ¿ Qué, pues ? ¿ Eres Elias tú ?
Y dice :
— No lo soy.
— ¿ Eres tú el profeta f
Y respondió :
—No.
" Dijéronle, pues :
— ¿Quién eres? Para que demos
respuesta a los que nos enviaron.
¿ Qué dices de ti ?
' 23 Dijo :
— Yo soy rvoz de quien clama en
el desierto : Enderezad el camino
del Señor», según dijo el profeta
Isaías (40, 3).
M Y los enviados eran fariseos.
26 Y le preguntaron y Je dijeron :
— ¿ Por qué, pues* bautizas, si tú
no eres el Mesías, ni Elias, ni el
profeta ?
M Respondióles Juan, diciendo :
— Yo bautizo en agua ; en medio
de vosotros está quien vosotros no
conocéis, 21 el que viene detrás de
mí, a quien no soy yo digno de des-
atar la correa de su calzado.
28 Estas cosas pasaron en Betania,
a la otra parte del Jordán, donde
Juan estaba bautizando.
Nuevo testimonio de Juan, r, 20-31
29 Al día siguiente ve a Jesús ve-
nir hacia él, y dice : «He aquí al
indicio de probidad y fidelidad histórica, y es que ni una sola vez. atribuye el evan-
gelista a Jesús el empleo de este término. Los rasgos característicos del Verbo (el
contenido real de su significación) son tres principalmente : la divinidad, la perso-
nalidad, la encarnación. Estos tres rasgos no son una novedad : se hallan también en
los Sinópticos y en San Pablo. La novedad es el empleo del término. Su sentido for-
mal es el de Palabra de Dios creadora y reveladora: «Todas las cosas fueron hechas
por El» (t, 3) ; «El es quien dió a conocer» a Dios (1, 18). Bajo este doble aspecto,
el uso del término tiene sus rafees o precedentes en el Antiguo Testamento. Su ori-
gen, por tanto, es bíblico. Otro origen no se ha probado. A lo más, pudo favorecer
su uso la tendencia rabínica a personificar la Palabra de Dios (Memra). Tampoco
es inverosímil cierto influjo, indirecto u ocasional, da la filosofía dominante (con-
cretamente, la alcjandrinai, en la cual era corriente el término Verbo (o Logos), qu¿
San Juan pudo adoptar por considerarlo apto para expresar la propiedad personal
y la doble función, creadora y reveladora, del Hijo de Dios. De todos modos, el
Verbo de San Juan nada tiene que ver con el Logos del alejandrino Filón, que o no
es Dios o carece de personalidad propia, y es además ajeno a toda idea de encarna-
ción. Las flotantes e indecisas personificaciones del Logos filoniano no llevan a la
personalidad del Verbo juanístieo hecho carne.
"Los iudíos : son frecuentemente en San Juan los jefes. || ¿ Quién eres? Por las
circunstancias y por la respuesta, el sentido de la pregunta era : ¿ Eres tú el Me-
sías ?
21 El Profeta : estaba anunciado en el Deuteronomio (18, 15) que vendría un pro-
feta extraordinario, de la categoría de Moisés, que, como él, había de inaugurar un
nuevo régimen en Israel. No tenían los judíos ideas claras sobre este misterioso
profeta, que parecen distinguir del Mesías.
23 Yo soy voz : Voz en la intención de Juan es una humillación ; como diciendo :
Soy un soplo que se disipa ; en la realidad es una gloria : Juan era la encarnación
o personificación de la profecía, era la profecía viviente ; en la mente del evangelis-
ta, Juan era un sonido fugaz, Jesús la palabra subsistente. || El. camino del Señor :
el Señor, que en la profecía es Yahveh, en el Evangelio es Jesús : testimonio in-
equívoco de su divinidad.
11 Y ios enviados eran de los fariseos : expresión doblemente ambigua. No se ve
claro si se habla de una nueva delegación o bien se recuerda la mencionada ante-
riormente (19) para notar la presencia de los fariseos. En esta segunda hipótesis,
que parece ser la verdadera, no es claro si los fariseos componían toda la delega-
ción o eran sólo parte de ella. Si es difícil la interpretación de totalidad, la de par-
cialidad es violenta.
Noble humildad la del Bautista. El que frente a los jefes judíos se yergue
altivamente, frente a Jesús se anonada.
* Esta Betania transjordárica, distinta de la aldea de Lázaro, no ha logrado to-
davía ser identificada o localizada con entera seguridad. La variante propuesta por
Orígenes Betábara no ha hecho fortuna.
"■"No son dos testimonios distintos de Juan, sino uno solo, presentado por e!
— 205 —
1 30-35
SAN JUAN
1 36-41
Cordero de Dios, que quita el peca-
do del mundo. 30 Este es aquel de
quien yo dije : Detrás de mí viene
un hombre, que ha sido puesto de-
lante de mí, porque era primero que
yo. a Y yo no le conocía ; mas pa-
ra que El sea mostrado a Israel, pa-
ra esto vine yo bautizando en agua.»
32 Y testificó Juan diciendo que «He
visto el Espíritu que descendía del
cielo como paloma, y se posó sobre
El. 33 Y yo no le conocía, mas el que
me había enviado a bautizar en agua,
El me dijo : 'Aquel sobre quien vie-
res descender el Espíritu y posarse
sobre El, éste es el que bautiza en
el Espíritu Santo'. M Y yo lo he vis-
to, y he dado testimonio de que éste
es el Hijo de Dios.»
Los primeros discípulos de Jesús.
i. 35-40
36 Al día siguiente, de nuevo esta-
ba Juan, y con él dos de sus discí-
pulos ; 38 y fijando los ojos en Jesús,
que caminaba, dice : «He aquí el
Cordero de Dios.» 31 Y le oyeron ha-
blar los dos discípulos, y se fueron
en pos de Jesús. 3S Vuelto Jesús y
viendo que le iban siguiendo, les
dice :
— ¿ Qué buscáis ?
Ellos le dijeron :
— Rabí (que traducid» quiere de-
cir «Maestro»), ¿dónde moras?
38 Díceles :
—Venid y lo veréis.
Vinieron, pues, y vieron dónde mo-
raba, y se quedaron con El aquel día.
Sería la hora décima. 40 Andrés, el
hermano de Simón Pedro, era uno
de los dos que oyeron las palabras
de Juan y siguieron a Jesús.
Primera entrevista de Pedro con
Jesús, i, 41-42
a Andrés halla primero a su her-
mano Simón, y le dice :
evangelista, según su estilo característico, en dos ciclos sucesivos, de los cuales
el segundo es declaración y complemento del primero.
a>-31 Primer ciclo.— Al día siguiente: después de la delegación de los judíos. II Ve
a Jesús: que había vuelto del desierto, donde había permanecido cuarenta días. || El
cordero de Dios : alusión a Is. 53, 7, como antes (v. 26) ha aludido a Is. 40, 3. El
sentido, pues, de cordero es sacrifical, como en Ac. 8, 32 ; 1 Pedr. 1, 19; Ap. 5, 6;
5, 12; 7. 14; 12, 11; 13, 8. Así lo entendió San Agustín: «Este es el Cordero de
Dios, porque con sola la sangre de este Cordero pudieron ser los hombres redimidos»
(ML 35, 1439). Y así también la generalidad de los Padres y de los intérpretes ca-
tólicos. Y se llama de Dios, porque fué enviado por Dios como víctima por los
pecados (Rom. 8, 3; Hebr. 10, 5-10). || Que quita el pecado del mundo: podría tam-
bién traducirse Que lleva (o toma sobre sí). El sentido real es tquita tomando sobre
sí» (cf. Is. 53, 4-6. 8. 11-12 ; 1 Pedr. 2, 24). Se dice, en singular, el pecado en sentido
colectivo o global. |] Este es aquel... : es el testimonio a que antes (v. 15) se ha alu-
dido prolépticamente. || Yo no le conocía: Juan reconoció a Jesús aun antes del
bautismo ; pero no se toma en cuenta esta corta anticipación del conocimiento per-
sonal al conocimiento oficial. Además, Juan no le conocía al tiempo en que se le
dió la señal para conocerle. Por qué Juan, sin conocer a Jesús, vino para mostrarle a
Israel y por qué vino bautizando en agua se explica a continuación en el segundo
ciclo.
33-31 Segundo ciclo.— Juan vino a bautizar en agua no sólo para disponer al pueblo
con la penitencia, sino también para que en el bautismo de Jesús, que debía ser
bautizado por Juan, recibiesen ambos las señales divinas que acreditasen su misión :
Jesús las de Mesías, Juan las de testigo oficial de su niesianidad. Es de notar en
todo este pasaje la equivalencia real da los términos «Cordero de Dios», «primero
que yo», «el que- bautiza en el Espíritu Santo», «el Hijo de Dios», que son cuatro
rasgos característicos del Mesías.
36 Dos de sus discípulos : Andrés y otro, que no puede ser sino el mismo evan-
gelista, que recuerda su primera entrevista con Jesns.
36 Fijando los ojoá... : mirada absorta, que atrae hacia Jesús las miradas de los
discípulos.
17 Los discípulos oyen a Juan y siguen a Jesús : humilde desinterés del Bautista,
dechado de predicadores evangélicos.
38 ¿ Qué buscáis?: delicada pregunta de quien sabe que no buscaban algo, sino
a alguien. Igual delicadeza en la respuesta: ¿Dónde moras? No les interesaba el
lugar, sino la persona.
** Venid y lo veréis : dulce invitación a iniciar con El trato de amistosa familia-
ridad. || Se quedaron con El: que era lo que buscaban. |¡ La hora décima: a con-
tar desde la salida del sol. No debió de ser corta la entrevista. Han pasado más de
sesenta años, y el discípulo recuerda todos sus pormenores.
** Halla primero a su hermano : esta observación parece indicar que también el
— 206 —
1 42-46
SAN JUAN
1 47-51
—Hemos hallado al Mesías (que
quiere decir «Cristo» o «Ungido»).
42 Llevóle a Jesús. Poniendo en él
los ojos, dijo Jesús :
— Tú eres Simón, el hijo de Juan ;
tú te llamarás Cefas (que significa
«Pedro» o «Piedra»).
Vocación de Felipe y Natanael.
i. 43"5*
43 Al día siguiente determinó Jesús
salir para Galilea, y halla a Felipe,
y le dice :
— Sigúeme.
44 Era Felipe de Betsaida, la ciu-
dad de Andrés y de Pedro.
46 Halla Felipe a Natanael , y le
dice :
— Aquel de quien escribió Moisés
en la ley, y los profetas igualmen-
te, le hemos hallado : Jesús, hijo de
José, el de Nazaret.
48 Y le dijo Natanael :
— ¿ De Nazaret puede salir algo
bueno >
Dícele Felipe :
— Ven y lo verás.
a Vió Jesús a Natanael venir hacia
sí y dice de él :
— Ahí tenéis verdaderamente un is-
raelita, en quien no hay dolo.
48 Dícele Natanael :
— ¿ De dónde me conoces ?
Respondió Jesús y le dijo :
— Antes de que Felipe te llamase,
cuando estabas debajo de la higuera,
yo te vi.
48 Respondióle Natanael :
— Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú
eres el Rey de Israel.
00 Respondió Jesús y le dijo :
— ¿ Porque te dije que te vi deba-
jo de Ja higuera, crees? Mayores co-
sas que éstas verás.
51 Y le dice :
— En verdad, en verdad os digo,
veréis el cielo abierto y a los ánge-
les del cielo que suben y bajan so-
bre el Hijo del hombre.
otro discípulo, Juan, halló después a su hermano Santiago. Es muy verosímil que,
como Simón acompañaba a Andrés, también Santiago acompañase a Juan y que lo»
cuatro amigos fueran juntos al Bautista, como más tarde pescaban juntos, y juntos
fueron llamados por Jesús. || Hemos hallado al Mesías : es la conclusión que Andrés
ha sacado de la entrevista con Jesús. La palabra griega heurékamen recuerda el
F.urcka de Arquímedes, no menos venturoso el del discípulo que el del matemático.
42 Jesús mira cariñosamente al recién llegado, le llama por su nombre y apellido,
le anuncia un nombre nuevo : rasgos todos de estima y delicadeza, que cautivaron
para siempre el corazón de Pedro.
45 Natanael parece ser el apóstol Bartolomé. Los motivos de esta identificación son :
a) los discípulos mencionados o aludidos precedentemente figuran luego en la lista
de los Doce : es, mies, natural que también Natanael, que tan gallardamente pro-
clama la realeza y divina filiación de Jesús (v. 47), sea contado en el número de los
apóstoles ; entre los cuales no puede ser otro que Bartolomé ; b) de hecho, más
tarde se halla Natanael en el grupo de apóstoles a quienes se aparece Jesús junto
a! mar de Tiberíades (21, 2) ; c) en las listas de los apóstoles, dada su particular
estructura, al lado de Felipe, que ocupa indefectiblemente el quinto lugar, habría
de aparecer Natanael ; ahora bien, este sexto lugar lo ocupa Bartolomé fMt. 10, 3 ;
Me. 3, 18 ; Le. 6, 14) ; d) Bartolomé (Bar-Tholmai) parece ser el apellido patroní-
mico del que por nombre propio se llamaba Natanael.
46 Es notable la precisión con que Felipe declara la noción de mesianidad y la
identificación personal del Mesías.
46 El descrédito de la que se creía ciudad natal de Jesús repercutió en el nombre
de tNazareno» (Mt. 2, 23).
48 Cuando estabas debajo de la higuera : se trata de algo íntimo y secreto, cuyo
conocimiento en Jesús no podía ser natural.
48 Tú eres el Hijo de Dios : no es justo rebajar el significado de esta exclama-
ción, más expresiva que la profesión de fe de Pedro (Mt. 16, 16). Pudo Natanael co-
nocer por Felipe la declaración del Bautista : cEste es el Hijo de Dios» (1, 34), ni
hay razón para que la entendiese de diferente manera de como la haíila entendido
Juan, es decir, de una filiación propia, no meramente adoptiva.
91 Este anuncio del Maestro, en sentido literal, se verificó en la resurrección y en
la ascensión; en sentido espiritual, más profundo, se verificó en toda su vida, en
la cual fué una realidad aquella comunicación del cielo con la tierra, que Jacob
vió en sueños bajo la imagen de la escala por la cual los ángeles subían y bajaban
(Gén. 28, 12).
21-8
SAN JUAN
2 9-12
Bodas de Cand. 2, 1-1
o 1 Y al día tercero se celebraron
unas bodas en Caná de Galilea,
y estaba allí la madre de Jesús.
2 Fueron también invitados a las bo-
das Jesús y sus discípulos. 3 Y como
faltase el vino, dice Jesús a su ma-
dre :
— No tienen vino.
4 Y le dice Jesús :
— ¿Qué tenemos que ver tú y yo,
mujer ? Todavía no ha llegado mi
hora.
5 Dice su madre a los que servían .
— Todo cuanto El os diga, hacedlo.
6 Había allí seis hidrias de piedra,
destinadas a la purificación de los
judíos, cada una de las cuales podía
contener de dos a tres metretas.
1 Díceles Jesús :
— Llenad de agua las hidrias.
Y las llenaron hasta arriba. 8 Y les
dice :
— Sacad ahora y llevadlo al maes.
tresala
Y lo llevaron. 0 Mas cuando gustó
I el maestresala el agua hecha vino — y
no sabía de dónde era, pero sabían-
lo los que servían, que habían sa-
cado el agua — , llama al esposo el
maestresala 19 y le dice :
— Todo hombre pone primero el
buen vino, y cuando están ya bebi-
dos, pone el peor ; tú has reservado
el vino bueno hasta ahora.
u Este primer milagro hízolo Je-
sús en Caná de Galilea, y manifestó
su gloria, y creyeron en El sus dis-
cípulos.
se traslada a Calarnaúm. 2, 12
a Después de esto bajó Jesús a Ca-
farnaúm, y con El su madre y sus
hermanos y sus discípulos, y perma-
necieron allí no muchos días
la actual Kcfr Kenna, a unos siete kilómetros al
lí, como invitada, la madre de Jesús : el motivo de la
2' Caná : es probablci
NE. de Nazaret. || Es
invitación pudo ser la amistad o tal vez el parentesco de las familias
s El motivo de ser invitados los discípulos pudo ser por atención a Jesús, a quien
acompañaban ; si ya no es que intervino la buena diligencia de Natanael, que era
natura! de Cana. Tal vez la presencia de estos nuevos convidados, con quienes no
se contaba, determinó la falta del vino.
3 No tienen vino : modelo de oración discreta y confiada. Muestra también la
perspicacia de María en advertir lo que otros no habían notado, y más aún la bondad
de su Corazón.
4 i Qué tenemos que ver tú y yo? Literalmente: ¿qué a mi y a tif Es la ex-
presión espontánea de cierta contrariedad o sorpresa, que por el tono de la voz
admite gran variedad de sentidos o matices, desde la queja o réplica cariñosa hasta
la áspera repulsa. El apelativo Mujer, lejos de ser despectivo, es más bien expre-
sión de respeto. || Todavía no ha llegado mi hora: la de manifestarme al mundo
por los milagros. Esta observación de Jesús descubre el sentido o la tendencia de
la oración de María. De hecho, a continuación María agencia un milagro.
0 Dice su Madre a los que servían : con esta gestión María da a entender que
Jesús o ha accedido ya a su demanda o que accederá. Por tanto, o el uvhji elisia
ha abreviado el diálogo, o la Madre, conocedora como nadie del Corazón del Hijo,
da por supuesto que Jesús no se resistirá a su demanda maternal. || Cuanto El os
diga, hacedlo : María ejerce el oficio de mediadora entre Jesús y los sirvientes. La
frreta dió el resultado apetecido. Dice San Cirilo de Alejandría que Jesús epor respeto
n la Madre hace lo que no quería hacer» (MG 73, 226). Más aún, María adelantó
la hora de Dios ; no porque Dios cambie sus determinaciones, sino porque, pre-
viendo eternamente la intervención de María, determinó hacer antes lo que sin ella
húbiera hecho después o nunca.
0 A la purificación de los judíos : es decir, a las purificaciones o lociones usuales
entre los judíos. La metreta (correspondiente al bato hebreo) contenía próximamen-
te unos 40 litros. Tomando el término medio entre dos y tres metretas, las seis
hidrias contendrían unos 600 litros.
8 El maestresala o arquitriclino solía ser un pariente o amigo a quien se con-
fiaba el cuidado de atender al buen orden del servicio.
11 Las circunstancias y efectos de este primer milagro realzan la eficacia y sig-
nificación de la mediación de María, que, si bien ejercida en un acto singular, tiene
vislumbres de universalidad. Con este milagro inaugural, Jesús no sólo manifestó su
gloria y consolidó la fe de sus discípulos, sino que preludió simbólicamente el vino
eucarístico, con que habían de regocijarse los desposorios y las mística lillas de
Cristo y de la Iglesia. La trascendencia del milagro repercute en la mediación que
la determinó.
" Cafarnaúm seré luego el centro de la predicación en Galilea. || Sus hermanos:
término hebreo con que se designan los parientes. || Sus discípulos: aunque no
— 208 —
2 Í3-21
SAN JUAN
2 22-3 2
Durante la Pascua, Jesús arroja del
templo a los compradores y vende-
dores. 2, 13-22
a Y estaba cerca la Pascua de los
judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
" Y halló en el templo a los que ven-
dían bueyes, y ovejas, y palomas, y
a los cambistas sentados ; 15 y ha-
biendo hecho un azote de cordeles,
echólos a todos del templo, y con
ellos las ovejas y los bueyes, y des-
parramó las monedas de los cambis-
tas y volcó sus mesas ; 16 y a los que
vendían las palomas dijo :
— Quitad eso de ahí ; no hagáis la
casa de mi Padre casa de tráfico.
" Recordaron sus discípulos que es-
tá escrito : «El celo por tu casa me
devora» (Sal. 68, 9). 18 Respondieron,
pues, los judíos y le dijeron :
— ¿Qué señal nos muestras que
acredite tu modo de obrar ?
10 Respondió Jesús y les dijo :
— Destruid este santuario, y en tres
días le levantaré.
M Dijeron, pues, los judíos :
— En cuarenta y seis años se ha
edificado este santuario, ¿y tú en
tres días lo 'evantarás ?
a El, empero, hablaba del santua-
rio de su cuerpo. 22 Cuando, pues, re-
sucitó de entre los muertos, recorda-
ron sus discípulos que había dicho
esto, y dieron fe a la Escritura y a
la palabra que había dicho Jesús.
Fe insegura de muchos judíos que
creen en Jesús. 2, 23-25
23 Mientras estuvo Jesús en Jerusa-
lén durante la fiesta de la Pascua,
muchos creyeron en su nombre, vien-
do los milagros que hacía ; 34 mas Je-
sús, por su parte, no se fiaba de ellos,
como quien conocía a todos, 25 y que
no tenía necesidad de que uno diese
testimonio acerca del hombre ; pues
El conocía lo que había en el hombre.
Entrevista de Nicodemo. 3, 1-21
o 1 Había un hombre de la secta
" de los fariseos, llamado Nicode-
mo, magistrado de los judíos. 2 Este
vino a Jesús de noche y le dijo :
— Rabí, sabemos que vienes de par-
te de Dios como maestro ; porque
nadie puede hacer esas señales que
definitiva o profesionalmente todavía, ya los discípulos acompañaban habitualmente
al Maestro. || No muchos días: aunque algo elástica, esta expr -sión supone que no
distaba mucho la Pascua.
14 Los pueves y ovejas Y palomas se vendían a los que necesitaban estas víctimas
para sus sacrificios. Los cambistas proporcionaban a los forasteros la moneda hebrea
a cambio de la griega o romana.
J6-10 jrt sorprendente que nadie, ni los traficantes ni los sacerdotes que autoriza-
ban su negocio, se resistiese a las severas órdenes de un desconocido ni protestase
contra ellas. Sólo después los jefes pidieron a Jesús alguna explicación de su hecho.
De milagro moral debe calificarse el terror de los judíos, que no basta a explicar
su mala conciencia. No era muy sensible o delicada la conciencia de los que tan
indignamente profanaban !a casa de Dios. || Al llamar el templo la casa de III Padre
se declira Jesús verdadero Hijo de Dios.
19 Este santuario : la palabra original naos se dice del templo propiamente dicho,
a diferencia de la palabra hierón, que comprende además todos los edificios y atrios
circunstantes.
20 En cuarenta y seis años : había iniciado la reconstrucción del templo actual
Herodes el Grande el año 734 de Roma. Esta fecha es importante para fijar la
cronología evangélica. Sumados estos cuarenta y seis años a los 734, llegamos aJ
año 780 de Roma, 27 de la era cristiana, que señala el comienzo de la vida pública
de Jesús.
23 En su nombre : este nombre, término u objeto de esta fe vacilante, no era
todavía el de Mesías o Hijo de Dios, sino meramente el de maestro o jefe de partido
o a lo más de profeta o enviado de Dios.
24 No se fiaba de ellos : es decir, no fiaba en su adhesión ni les otorgaba su
confianza.
3' Magistrado de los judíos : miembro del sarthedrín, del grupo o categoría de
los escribas.
2 Reconoce Nicodemo a Jesús como rabí o maestro, pero con una superioridad
sobre los demás rabinos : la de su divina misión, acreditada por los milagros. Tras
el saludo debió de entablar la conversación preguntando algo sobre el reino de Dios,
como se deduce de la respuesta de Jesús.
— 209 —
SAN JUAN
3 4-13
tú haces, si no es que Dios estuvie-
re con él.
* Respondió Jesús y le dijo :
— En verdad, en verdad te digo, si
uno no fuere engendrado de nuevo,
110 puede ver el reino de Dios.
4 Dícele Nicodemo :
— ¿Cómo puede un hombre nacer,
si ya es viejo ? ¿ Acaso puede entrar
segunda vez en el seno de su madre
y nacer ?
e Respondió Jesús :
En verdad, en verdad te digo,
quien no naciere de agua y Espíritu
no puede entrar en el reino de Dios.
* Lo que nace de la carne, carne es ;
V lo que nace del Espíritu, espíritu es.
f No te maravilles de que te haya dicho :
Es necesario que nazcáis de nuevo.
8 El aire sopla donde quiere, y oyes su voz,
y no sabes de dónde viene ni adonde va ;
así es todo el que ha nacido del Espíritu.
* Respondió Nicodemo y dijo :
— ¿ Cómo puede ser eso ?
10 Respondió Jesús y le dijo :
¿ Tú eres el maestro de Israel, y esto no sabes ?
" En verdad, en verdad te digo
que lo que sabemos, esto hablamos ;
y lo que hemos visto, esto testificamos ;
y nuestro testimonio no lo aceptáis.
12 Si cuando os he dicho cosas terrenas no me creéis,
¿ cómo me vais a creer si os dijere cosas celestiales ?
" Y nadie ha subido al cielo, si no es el que ha bajado del cielo,
el Hijo del hombre, que está en el cielo.
3 De nuevo : otros traducen «de arriba» o tde lo alto» : versión posible, pero que
no cuadra tan bien con el contexto. De todos modos, la regeneración de que habla
Jesús es a la vez nueva y celeste. || Ver : es aquí lo mismo que experimentar,
gozar, participar.
5 Procima Jesús la absoluta necesidad de la regeneración bautismal.
8 Ei. aire : otros traducen «el Espíritu». El sentido real no varía. Hay en las
palabras de Jesús una comparación latente entre el Espíritu y la brisa. Por esto,
si se traduce »airei, debe entenderse como símbolo del Espíritu ; y si se traduce
«Espíritu», debe entenderse como simbolizado por el aire. Diría tal vez Jesús :
«; Has advertido con qué libertad sopla el viento? Tú bien oyes su voz en lns hojas
de los árboles ; 'mas al fin ignoras su origen y su término. Pues tal es el Espíritu,
y tal también el que del Espíritu nace. Imitando al viento y al Espíritu, descubrirá
por sus obras un nuevo nacimiento, pero no sabrás de dónde ni cómo ha nacido.»
10 El maestro de Israel : la ironía de este elogio, contrapuesto a la ignorancia
crasa o afectada del rabino, no obliga a suponer que Nicodemo fuera considerado
como el maestro por excelencia. Bastan las circunstancias para explicar el uso del
artículo, que de suyo significa singularidad.
"Sabemos...: de muchas maneras se ha explicado este plural, que en el versículo
siguiente se convierte en singular. Parece ser una especie de plural de categoría o
de clase. Hablan solos Jesús y Nicodemo. Como éste ha comenzado hablando en
plural : «Sabemos...», y Jesús le dice, en plural también, «no ¡o aceptáis», como re-
presentante de los judíos incrédulos, así Jesús, asociándose a los que en nombre
de Dios han hablado a Israel, pudo decir, en plural, «Sabemos...». Pudo además
Jesús aludir a la respuesta dada por Juan a los fariseos delegados por el sanhedrín,
que Nicodemo, como fariseo y como sanhedrita, no podía ignorar. Y en esta res-
puesta Juan dió testimonio de lo que sabía y había visto.
12 Jesús habla ahora en nombre propio y exclusivo al anunciar la revelación de
cosas celestiales : la encarnación y la redención.
33-21 Algunos modernos, «nescio quo argumento ducti» (Toledo, In Jn. 3, 16, en-
not. 23), suponen que ya no es Jesús quien habla, sino el evangelista quien refle-
xiona por su cuenta. Semejante hipótesis es del todo inadmisible. De este cambio
no existe ningún indicio, si no son ciertos prejuicios minimistas. Existen, por el
contrario, indicios positivos de ser Jesús el que prosigue hablando. Por dos veces
se emplea la expresión «el Hijo del hombre», que siempre se pone en boca del
— 2IO —
3 14-23
SAN JUAN
3 24-27
14 Y como Moisés puso en alto la serpiente en el desierto,
así es necesario que sea puesto en alto el Hijo del hombre,
14 para que todo el que crea en El alcance la vida eterna.
" Porque así amó Dios al mundo,
que entregó a su Hijo Unigénito,
a fin de que todo el que crea en El no perezca,
sino alcance la vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por El.
a Quien cree en El, no es juzgado ;
quien no cree, ya está juzgado,
porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios.
18 Este es el juicio : que la luz ha venido al mundo,
y amaron los hombres más las tinieblas que la luz,
porque eran malas sus obras.
■ Porque todo el que obra el mal, aborrece la luz,
y no viene a la luz, para que no sean puestas en descubierto sus obras;
30 pero el que obra la verdad, viene a la luz,
para que se manifiesten sus obras como hechas en Dios.
Predicación de Jcsits en Judea.
tfltinw testimonio 'de Juan. 3, 22-30
= Después de esto vino Jesús, y
con El sus discípulos, a la región de
Judea ; y allí moraba con ellos y bau-
tizaba. 23 Juan también seguía bauti-
zando en Enón, cerca de Salim, por-
que había allí aguas abundantes ; y
acudía gente , y eran bautizados ;
:l porque todavía Juan no había sido
echado en la cárcel.
25 Se originó, pues, una contienda
de parte de los discípulos de Juan
con un judío acerca de la ablución.
28 Y vinieron a Juan y le dijeron :
— Rabí, aquel que estaba contigo a
la otra parte del Jordán, a favor de
quien tu diste testimonio, mira, El
bautiza y todos acuden a El.
27 Respondió Juan y dijo :
Salvador y que jamás, ni una sola vez, emplean los evangelistas hablando por su
propia cuenta. Además ha dicho Jesús que estaba dispuesto a revelar cosas celestia-
les : ahora bien, estas cosas celestiales son las que en estos versículos se declaran.
13 El sentido de este versículo es : tNingúu hombre ha subido al cielo para cono-
cer de vista las cosas celestes ; sólo las conoce el que ha bajado del cielo, es decir,
el que como Huo del hombre ha aparecido entre los hombres, el cual, empero,
como Dios sigue estando en el cielo».
14-15 No vió tal vez Nicodemo todo el alcance de este símil : sólo Cristo crucificado
podía descubrirnos su asombrosa exactitud. La serpiente, imagen de aquellos vent
nosos reptiles que tanta mortandad hicieron en los hijos de Israel, levantada sobre
un palo, fué, para cuantos la miraron, remedio único contra la muerte : tal Cristo
Jesús, tomando la figura abominable de pecador, fué levantado en la cruz, para li
brar del pecado y de la muerte eterna a los miserables hijos de Adán que con fe
y amor le mirasen.
u-n rjn misterio se explica por otro misterio : el misterio de la cruz por el mis
terio del amor de Dios a los hombres.
ís-a otro misterio : el del juicio del mundo : el de la incredulidad, que por amai
las tinieblas prejuzga su destino eterno.
22-23 j€SUS) salido de Jerusalén, se quedó en la región de Judea ; no precisa más
el evangelista, ni es posible determinarlo. Juan se trasladó más hacia el N. y se
estableció en Enón (Fuentes), entre la frontera septentrional de Samaría y la ciudad
de Escitópolis.
J7-3" Este último testimonio de Juan contiene dos partes : un contraste entre Jesús
y Juan (27-30), un espléndido elogio de Jesús (31-36).
I7-30 Primer contraste (27) : sentencia general, que se aplica tanto a Jesús, que
recibió lo que tiene, porque el cielo se lo ha dado, como a Juan, que no lo recibió,
porque el cielo no se lo dió. El don del cielo es la causa y la medida de la superio-
ridad de Jesús sobre Juan. Segundo contraste (28* : Jesús es el Mesías, Juan su pre
cursor. Es un argumento ai hominem. Tercer contraste (29) : Jesús es el Esposo de
Israel, Juan su paraninfo. Es una hermosa confesión de la divinidad de Jesús. El
Esposo de Israel no era otro que Yahyeh. Crfarto contraste (30) : Jesús, con ser tan
grande, ha de crecer más aún ; Juan, con ser tan pequeño en su comparación, to-
davía debe disminuir.
— 211 —
3 28-36
SAN JUAN
3 28-36
No puede un hombre recibir nada
si no le fuere dado del cielo.
28 Vosotros mismos me sois testigos que dije :
«No soy yo el Mesías», sino que «He sido enviado delante de El».
* Quien tiene la esposa, ése es el esposo ;
mas el amigo del esposo, el que asiste y oye su voz,
se goza en gran manera por la voz del esposo.
Así, pues, este gozo mío me ha sido cumplido.
30 El conviene que crezca, yo que disminuya.
31 El que viene de arriba está por encima de todos ;
el que es de la tierra, de la tierra es y de la tierra habla.
El que viene del cielo está por encima de todos ;
32 lo que ha visto y oído, esto testifica,
y su testimonio nadie lo acepta.
83 El que acepta su testimonio pone un sello a la veracidad de Dios.
M Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios,
porque no con medida da el Espíritu.
85 El Padre ama al Hijo,
y todas las cosas ha entregado en sus manos.
36 Quien cree en el Hijo posee vida eterna,
mas el que niega su fe al Hijo no gozará la vida,
sino que la ira de Dios pesa sobre él.
ai-36 También estos versículos atribuyanlos algunos modernos al evangelista, i Ra
zones ? Porque ya no se habla en primera persona..., porque los conceptos son de-
masiado elevados para ser dichos por el Bautista. Como si Juan hubiera de hablai
siempre en primera persona... Como si ya anteriormente él, el mayor de los profe-
tas (Le. 7, 28), no hubiera dicho equivalentemente (1, 20-34) lo que aquí declara.
31 El que es de la tierra, de la tierra es... : no hay tautología. El primer inciso
expresa el origen terreno, el segundo la calidad terrena. O bien, el primero expresa
el hecho, el segundo la razón de lo que sigue. El sentido es : Quien procede de Ib
tierra, no es extraño que, siendo terreno, hable de la tierra.
33 Su testimonio nadie lo acepta : los envidiosos discípulos habían dicho : «todos
acuden a El» ; al humilde y leal Bautista «todos» ésos le parecen tan pocos como si
«nadie» acudiese a Jesús.
33 Aceptar el testimonio de Jesús es reconocer y confesar la veracidad de Dios. D«
ahí el mérito de la fe: ser una glorificación de Dios (Kom. 4, 20).
34 No con medida da el Espíritu : el sujeto de la frase es «Dios». Así lo entiende
la generalidad de los intérpretes, y así también la casi unanimidad de los códices,
que intercalan «Deus» ; glosa probablemente, pero indicio de cómo se entendía la
frase en la antigüedad. Muchos entienden la sentencia como dicha particularmente
de Cristo ; pero esta interpretación ofrece dos inconvenientes : que añade lo que no
está en el texto y que no toma en cuenta el presente da, diferente del pretérito «ha
entregado» (literalmente ha dado) del versículo siguiente. Hay que entenderla, poi
tanto, como sentencia general, si bien dicha con vistas a Cristo, de quien se habla en
todo el contexto. La ilación lógica parece ser ésta: (33) el que acepta el testimonio del
Hijo, confiesa la veracidad de Dios ; (34) porque el Hijo, enviado por Dios, habla las
palabras de Dios ; Dios mismo habla por El ; como la misión de los profetas no es
como la misión del Hijo (Rom. 8, 3 ; Gal. 4, 4), así la palabra de los profetas no es
como la palabra del Hijo (Hebr. 1, 1-2), que es inmensamente más divina, más de
Dios; y esta superioridad de la palabra del Hijo es muy conforme al poder y gene
rosidad de Dios, que no tiene en la donación de su Espíritu medida fija y limitada,
antes puede dar y da sin medida su Espíritu ; y así lo ha hecho con el Hijo, aun
considerado como hombre ; en efecto, el Padre ama al Hijo, y todas las cosas, par-
ticularmente la plenitud de su Espíritu, ha entregado en sus manos».
36 Quien cree en el Hijo : es lo mismo que ha dicho antes : «el que acepta su tes-
timonio» (33). Este sencillo cotejo de textos demuestra que la fe cristiana es una
aceptación del testimonio divino, una adhesión de la inteligencia a la palabra de
Dios. Chocan contra este concepto evangélico de la fe las nociones protestante y mo-
dernista de una fe sentimental.
— 212 —
4 i-io
SAN JUAN
4 11-22
Vuelve jesús a Galilea. 4, i-¿
( = Mt. 4, 12 =Mc. i, 14 = Lc. 4, 14)
a 1 En cuanto, pues, se enteró el
" Señor hal>er llegado a oídos de
los fariseos que «Jesús hace más dis-
cípulos que Juan, y bautiza» 2 — bien
que Jesús mismo no bautizaba, sino
sus discípulos..., 3 abandonó la Ju-
dea y se fué de nuevo a Galilea.
Junto al pozo de Jacob: Jesús y la
samaritana. 4, 4-26
' Debía El pasar por la Samaría.
5 Llega, pues, a una ciudad de la Sa-
maría, llamada Sicar, cerca de la po-
sesión que dió Jacob a su hijo José.
c Estaba allí la fuente de Jacob. Je-
sús, pues, fatigado del camino, ««
sentó, sin más, junto a la fuente ;
sería como la hora sexta.
; Llega una mujer de la Samaria
a sacar agua. Dícele Jesús :
— Dame de beber.
8 Porque sus discípulos se habían
ido a la ciudad a comprar provisio-
nes.
"Dícele-, pues, la mujer samaritana :
— I Cómo tú, siendo judío, me pi-
des de beber a mí, que soy mujer
samaritana ?
En efecto, los judíos no tienen tra-
to con los samaritanos.
10 Respondió Jesús y le dijo :
— ¡Si conocieses el don de Dios y
quién es el que te dice «Dame de
beber», tú le hubieras pedido, y El
te hubiera dado agua viva !
11 Dícele la mujer :
— Señor, no tienes pozal, y el pozo
está hondo ; ¿ de dónde, pues, trenes
el agua viva ? 12 ¿ Acaso eres tú ma-
yor que nuestro padre Jacob, que nos
dió el pozo, y él mismo bebió de él
y sus hijos y sus ganados ?
u Respondió Jesús y le dijo :
— Todo el que bebiere de esa agua,
tendrá sed otra vez ; mas quien be-
biere del agua que yo le diere, no
tendrá sed eternamente, 14 sino que
el agua que yo le daré se hará en
él fuente de agua que salte para la
vida eterna.
13 Dícele la mujer :
— Señor, dame esa agua, para que
se me quite la sed y no tenga que
venir acá a sacarla.
19 Dícele Jesús :
— Ve, llama a tu marido y ven acá.
" Respondió la mujer y le dijo :
— No tengo marido.
Dícele Jesús :
— Bien dijiste : «No tengo mari-
do» ; 18 porque cinco maridos tuvis-
te, y ahora el que tienes no es ma-
rido tuyo ; en eso has dicho verdad.
18 Dícele la mujer :
— Señor, veo que tú eres profeta.
50 Nuestros padres adoraron a Dios
en este monte, y vosotros decís que
en Jerusalén está el lugar donde hay
que adorarle.
21 Dícele Jesús :
— Créeme, mujer, que viene la ho-
ra en que ni a ese monte ni a Jeru-
salén estará vinculada la adoración
al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que
41 Estas suspicacias de los fariseos, que motivan la retirada de Jesús, dan a enten-
der la parte que tuvieron las intrigas farisaicas en la prisión del Bautista, narrada
por los Sinópticos. De hecho, Jesús se suarda de los fariseos más que de Herodes, a
cuyo territorio precisamente se retira.
6 Sicar : recientes excavaciones confirman la indicación de San Jerónimo, que
identificaba a Sicar con la antigua Siquem, situada a la entrada del valle que corre
entre los montes Ebal al N. y Garizim al S., y que luego, trasladada más hacia
el O., recibió el nombre de Fiaría Xcápolis (hoy Nablusa). Junto a Sicar se halla el
sepulcro de José.
6 La fuente de Jacob : era un pozo, de unos 32 metros de profundidad, alimentado
por una fuente subterránea.
10 ¡Si conocieses... ! Dos cosas ignoraba la samaritana : el don de Dios y el Da-
dor. El don era el agua viva, símbolo del Espíritu Santo ; el Dador, el mismo Jesús.
^"Preciosas son las propiedades del agua prometida por el Salvador; 1) apaga
la sed para siempre ; 2) sacia Intimamente el alma ; 3) es como un manantial pe-
renne ; 4) y como un surtidor que salta caudaloso ; 5) que comunica vida eterna. .
20 En este monte : señalaría la samaritana el monte Garizim, donde los samanta-
nos tributaban a Yahveh un culto ilegítimo y cismático.
21 Ni Garizim ni Jerusalén serán en adelante el lugar único y exclusivo en que
se adorará a Dios.
— 213 —
4 23-27
SAN JUAN
4 28-38
no conocéis ; nosotros adoramos lo
que conocemos ; porque la salud vie-
ne de los judíos. 23 Pero llega la ho-
ra, y es ahora, en que los verdade-
ros adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad, porque el Pa-
dre tales quiere que sean los que le
adoren. 24 Espíritu es Dios; y los que
le adoran, en espíritu y verdad le
deben adorar.
25 Dícele la mujer :
— Sé que va a venir el Mesías, eí
que se llama Cristo ; cuando El vi-
niere, nos manifestará todas las co-
sas.
26 Dícele Jesús :
— Soy vo, el mismo que hablo con-
tigo.
Muchos samaritanos creen en Cristo.
4, 27-42
"Y en esto vinieron sus discípu-
los, y se maravillaban de que habla-
se con una mujer ; nadie, empero,
le dijo: «¿Qué preguntas?» o «¿Qué
hablas con ella ?»
28 Dejó, pues, su cántaro la mujer,
v se marchó a la ciudad ; y dice a
los hombres :
29 — Venid a ver un hombre que
me ha dicho todo cuanto he hecho.
I Acaso es éste el Mesías ?
so Salieron de la ciudad v venían
a El.
31 Entretanto le rogaban los discí-
pulos, diciendo :
— Rabí, come.
82 El les dijo :
— Yo tengo para comer un manjar
que vosotros no sabéis.
23 Decíanse , pues, los discípulos
unos a otros :
— ¿Acaso alguien le trajo de co-
mer ?
34 Díceles Jesús :
Mi manjar es hacer la voluntad del que me envió
y llevar al cabo su obra.
* ¿ No decís vosotros que «Cuatro meses aún, y llega la siega» ?
Mirad, os digo, alzad vuestros ojos y contemplad los campos,
que ya están blancos para la siega.
"El segador cobra su jornal
y recoge fruto para la vida eterna,
para que el sembrador y el segador se gocen juntamente
37 Porque en esto resulta verdadero aquel proverbio
que «Uno es el que siembra y otro ti que siega».
" Yo os envié a segar lo que vosotros no habéis labrado ;
otros labraron, y vosotros habéis entrado en su labor.
a3-24 En espíritu y en verdad : «Espíritu» se contrapone a materialidad o letra
muerta ; «verdad», a sombra o figura. Espíritu y verdad no es, por tanto, lo mismo
que culto puramente interno, contrapuesto a culto externo. Uno y otro son necesarios
para adorar a Dios en espíritu y verdad.
M Esta declaración de la samaritana demuestra cuán extendida estaba entonces en
el Oriente la expectación de la próxima venida del Mesías.
33 Esta conjetura, tan material y rastrera, de los discípulos muestra a las claras
que toda la espiritualidad del cristianismo es obra exclusiva de Jesús. Las fantasías
racionalistas que atribuyen a otro que a Jesús de Nazarct las maravillas de la es-
piritualidad cristiana chocan demasiado contra los documentos históricos.
34 Mi manjar... : muéstrase el Maestro dechado e ideal de la cuarta bienaventuran-
za : el hambre y sed de la justicia ; que no es otra cosa sino hacer la voluntad
de Dios.
35 «Cuatro meses aún...» : los discípulos, viendo el estado de las mieses, calculaban
que de allí a cuatro meses podrían segarse. Algunos, sin suficiente fundamento, ven
en estas palabras de los discípulos un proverbio corriente. Basta comparar este
versículo con el 37, en que se cita un proverbio popular, para ver la diferencia que
media entre uno y otro. || Ya están blancos para la siega: las mieses materiales, de
que hablaban los discípulos, dan pie al Maestro para hablar de la mies espiritual,
que son los samaritanos que a él vienen. Y en esta mies presente de los samarita-
nos contempla además el Maestro una imagen de la futura labor evangélica de los
discípulos.
38 Otros : son los profetas, Juan Bautista y el mismo Salvador.
— 214 —
4 39-46
SAN JUAN
4 47-5 2
" De aquella ciudad muchos de los
samaritanos creyeron en El por la
palabra de la mujer, que atestigua-
ba : «Me dijo todo cuanto hice.» 40 Así,
pues, como llegaron a El los sama-
ritanos, le rogaban se quedase con
ellos. Y se quedó allí dos días. 41 Y
muchos más creyeron por la palabra
de El, 42 y decían a la mujer que «Ya
no creemos por tu dicho, pues por
nosotros mismos hemos oído y sabe-
mos que El es verdaderamente el
Salvador del mundo».
Llega Jesús a Galilea. 4, 43-45
45 Pasados los dos días, salió de allí
para Galilea. 44 Porque Jesús mismo
había testificado que un profeta no
tiene estima en su propia patria.
■ Cuando llegó, pues, a Galilea, le
hicieron buena acogida los galileos,
como quienes habían visto todo cuan-
to El había hecho en Jerusalén du-
rante la fiesta ; pues también ellos
habían ido a la fiesta.
Sana Jesús al hijo de un oficial real.
4, 46-5-l
48 Llegó, pues, Jesús a Caná de Ga-
lilea, donde había convertido el agua
en vino. Y estaba allí un funciona-
rio real, cuyo hijo estaba enfermo
en Cafarnaúm. 47 Este, habiendo oído
que Jesús llegaba de Judea a Gali-
lea, se fué a El y le rogaba que ba-
jase y sanase a su hijo, porque es-
taba para morir.
48 Díjole, pues, Jesús ¡
— Si no viereis señales y prodigios,
no queréis creer.
48 Dícele el funcionario :
— ^Señor, baja antes que se muera
mi hijo.
50 Dícele Jesús :
— Anda, tu hijo vive.
Creyó el hombre a la palabra que le
había dicho Jesús, y se marchó. 61 Y
cuando él ya bajaba, le encontraron
sus criados, que le notificaron que
su hijo vivía. 52 Informóse, pues, de
ellos sobre la hora en que había sen-
tido la mejoría. Dijcronle, pues, que
— Ayer a las siete le dejó la ca-
lentura.
63 Conoció, pues, el padre que aqué-
lla fué la hora en que le dijo Jesús :
«Tu hijo vive.» Y creyó él y toda
su familia.
54 Este segundo milagro hízolo nue-
vamente Jesús a su vuelta de Judea
a Galilea.
Sana Jesús al paralitico de la pts-
cina. 5, 1-18
r 1 Después de esto se celebraba
" 'la fiesta de los judíos, y subió
Jesús a Jerusalén.
- Hay en Jerusalén. junto a la puer-
44 En su propia patria : habla Jesús de la Judea, en que estaba Belén, su ciudad
natal. *
* Un funcionario real: dignatario civil o militar de la corte de Herodes Antipas.
No han faltado quienes lo han identificado con Cusa, de cuya mujer Juana habla
San Lucas (3, 3; 24, 10!, o con Manahén, de quien se habla en los Hechos (13, 1).
51 Cuando él ya bajaba : cuando el camino, cerca de los Cuernos de Hattín, co-
mienza su descenso. La distancia de Caná a Cafarnaúm era de unos 30 kilómetros,
de seis a siete horas de camino.
42 Ayer a las siete : a las trece horas de nuestro reloj. La expresión ayer parece
suponer que el funcionario emprendió el viaje de vuelta al día siguiente de obrado
el milagro. En absoluto, empero, en la hipótesis de que se hubiera vuelto la misma
tarde, se habría encontrado con sus criados al día siguiente, según la cuenta de
los judíos, para quienes con la puesta del sol comenzaba el nuevo día.
53 Creyó : la fe de este funcionario fue creciendo por grados. Primero creía en
la potencia sobrenatural de Jesús. Luego creyó en su palabra. Finalmente creyó en
El, esto es, en su divina misión, reconociéndole como Mesías.
51 La fiesta : si se admite la autenticidad del artículo, la fiesta sería la Pascua ; de
lo contrario, se trataría de una fiesta innominada, difícil de determinar. Lo que
uo parece pueda admitirse es la hipótesis de algunos modernos que suponen o una
inversión textual entre los capítulos 5 y 6 (de la cuaJ no hay el menor indicio en
los códices) o una inversión cronológica (que sería única en todo el cuarto Evangelio).
2 Bethesda : significa icasa de misericordia!. No es del todo seguro este nombre.
Otros leen Bcthzatha, Bezatha, Bethsaida... || Cinco pórticos: recientemente se han
— 215 —
5 3-11
SAN JUAN
5 12-™
ta de las Ovejas, un estanque, por
sobrenombre en hebreo Bethesda, que
tiene cinco pórticos. 3 En éstos ya-
cía gran muchedumbre de enfermos,
ciegos, cojos, impedidos, que aguar-
daban la agitación del agua. 4 Por-
que, de tiempo en tiempo, un ángel
del Señor bajaba al estanque y re-
movía el agua. El primero, pues, que
después de la agitación del agua en-
traba en ella, quedaba sano de cual-
quiera enfermedad que le aquejase.
6 Estaba allí un hombre que lleva-
ba treinta y ocho años en su enfer-
medad. 6 A éste, como viese Jesús
tendido en el suelo y conociese que
llevaba ya mucho tiempo, le dice :
— ¿ (Juieres ponerte sano ?
7 Respondióle el enfermo :
— Señor, no tengo un hombre que,
cuando se remueva el agua, me eche
en el estanque, y en tanto que yo
llego, otro baja antes que yo.
8 Dícele Jesús :
— Levántate, toma tu camilla y
anda.
8 Y al instante quedó sano aquel
hombre, y tomó su camilla y anda-
ba. Era sábado aquel día. 10 Decían,
pues, los judíos al que había sido
curado :
— Es sábado, y no te es permitido
llevar la camilla.
" El les respondió :
19 En verdad, en verdad os digo,
no puede er Hijo hacer nada de sí
— El que me sanó, El me dijo :
«Toma tu camilla y anda.»
IS Le preguntaron :
— ¿Quién es el hombre que te di-
jo : «Toma y anda» ?
u El que había sido sanado no sa-
bía quién era, porque Jesús se ha-
bía retirado sin ser notado, gracias
a la mucha gente que había en aquel
sitio.
14 Tras esto le halla Jesús en el
temp'.o, y le dice :
— Mira, has sido curado ; no pe-
ques ya más, no sea que te acaezca
algo peor.
15 Se fué aquel hombre y manifes-
tó a los judíos que Jesús era el que
le había sanado. 18 Y por esto per-
seguían los judíos a Jesús, porque
hacía tales cosas en sábado. 17 Mas
Jesús les respondió :
— Mi Padre sigue hasta el presente
obrando, y yo también obro.
15 Por esto, pues, más aún preten-
dían los judíos matarle, porque no
sólo violaba el sábado, sino también
decía ser Dios Padre suyo, hacién-
dose a sí igual a Dios.
Discurso apologético de Jesús.
5. 19-47
Respondió, pues, Jesús y les dijo :
mismo
descubierto (junto a la iglesia de Santa Ana) los restos de este estanque, que no
es un pentágono, sino un rectángulo rodeado de pórticos con un quinto pórtico
transversal, que lo divide en dos.
3-4 Que aguardaban... : la autenticidad de esta frase y de todo el versículo 4 la
ponen en duda o la desechan algunos críticos modernos. Sin motivo suficiente. Omi-
ten este fragmento sólo unos pocos códices, excelentes, pero propensos a las omisio-
nes. Entre los Padres lo admiten Taciano, Tertuliano, Dídimo, San Cirilo de Ale-
jandría, San Ambrosio, San Crisóstomo, sin que uno sólo lo deseche. La crítica
interna exige la autenticidad. Los cuatro elementos que integran el fragmento (la
expectación de los enfermos, la agitación repentina del agua, la curación de sólo el
primero que entraba, la generalidad de las enfermedades curadas) se presuponen
en la narración que sigue, que sin ellos resultaría mutilada e inexplicable.
17 Dice Jesús : la prohibición de trabajos serviles en sábado nada tiene que ver
con la acción de' Dios Creador y conservador, que sigue hasta el presente obrando.
Ksto lo admitían los judíos ; lo que rechazaban era que la obra de Jesús perteneciese
a la categoría de la acción divina y no a la de los trabajos serviles. Jesús ha asen
tado un antecedente, la igualdad de su obra con la obra de Dios, del cual van n
sacar los judíos una consecuencia.
18 Haciéndose a sí igual a Dios: la consecuencia era perfectamente lógica; y es
para nosotros un argumento de que Jesús se presentaba realmente como igual a
Dios. Los judíos no admitían la verdad de la consecuencia, porque tampoco admi-
tían el antecedente asentado por Jesús. Hay que tener presente esta interpretación
de los judíos para entender la apología de Jesús, que ni retracta el principio ni
niega la consecuencia, antes ratifica lo uno y lo otro.
19-17 En este discurso se distinguen tres partes principales: ii afirma Jesús su
identidad de acción y su comunión de vida con Dios Padre, y su oficio de juez
universal de vivos y muertos; 2) con hábil preterición apoya sus afirmaciones en el
— 216 —
5 ¿0-30
SAN JUAN
5 20-30
si no lo viere hacer al Padre.
Porque cuanto aquél hace,
esto igualmente hace también el Hijo.
20 Porque el Padre ama al Hijo.
y le muestra todo cuanto El hace,
y le mostrará mayores obras que éstas,
para que vosotros os maravilléis.
a Porque como el Padre resucita a los muertos y los vivifica,
así también el Hijo a los que quiere vivifica.
- A la verdad, el Padre no juzga a nadie,
sino que todo el juicio lo ha entregado al Hijo,
3 a fin de que todos honren al Hijo
lo mismo que honran al Padre
El que no honra al Hijo
no honra al Padre, que le envió.
24 En verdad, en verdad os digo
que el que escucha mi palabra y cree al que me envió,
tiene vida eterna y no incurre en sentencia de condenación,
sino que ha pasado de la muerte a la vida.
23 En verdad, en verdad os digo
que se llega la hora, y es ahora,
cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios,
y los que la oyeren vivirán.
" Porque como el Padre tiene vida en sí mismo,
así también dió al Hijo tener vida en sí mismo ;
31 y le dió poder de ejercer juicio,
por cuanto es el Hijo del hombre.
28 No os maravilléis de esto,
pues llega la hora en que todos los que están en los sepulcros
oirán su voz, 29 y saldrán ;
los que hubieren obrado el bien, para resurrección de vida ;
los que hubieren obrado el mal, para resurrección de condenación.
50 No puedo yo hacer por mí mismo nada ;
según que oigo, doy sentencia.
cuádruple testimonio de Juan Bautista, de sus propias obras, del Padre y de las
Escrituras ; 31 señala el motivo de la incredulidad de los judíos, que es su am-
bición de gloria mundana. I.a conclusión es trágicamente irónica.
B.No puede... : no por impotencia física, sino por imposibilidad metafísica, por
cuanto, siendo una misma la acción de entrambos, nada puede hacer el Hijo que no
lo haga también el Padre. En esta acción común corresponde al Padre cierta prio-
ridad, no cronológica o natural, sino lógica o de origen. !| Si no lo viere... : no
quiere decir que el Hijo necesita ver primero lo que hace el Padre para hacerlo
El después — lo cual sería opuesto a la unidad de acción — , sino que el Hijo por la
misma generación recibe del Padre su pensamiento o sus ideas, míe. siendo unas
mismas en ambos, determinan la comunidad de acción. Esta prioridad de la visión
respecto de la acción prueba que la generación del Hijo se realiza intelectualmente
o por vía de inteligencia. I! Esio igualmente : es decir, lo mismo y de la misma
manera. Tan perfecta y divina es la acción del Hijo como la del Padre.
* Le muestra : le comunica su pensamiento, y con él la propia naturaleza y om
nipotencia.
a El honor debido a la divinidad no podría tributarse^AL Hijo 1.0 mismo que ai
Padre si el Hijo no fuera Dios como el Padre.
" La fe es principio y raíz de la vida eterna.
28 Habla Jesús de una resurrección presente y espiritual, tránsito de la muert*
del pecado a la vida de la gracia. II Tener vida en si mismo, no recibirla de fuera,
es propio de Dios ; el recibirla inmanentemente por la generación es propio del
Hijo. Por lo primero el Hijo se distingue de las creaturas ; por lo segundo, del Padre.
28_2* Aquí habla Jesús de la resurrección de la carne al fin de los siglos. Esta
resurrección, universal y simultánea, será doble: una de vida, otra de CONDENACIÓN.
Esta afirmación del divino Maestro desvanece la fantástica suposición de una previa
resurrección de los justos, anterior de mil años a la resurrección final, como imagi-
naron algunos milenaristas.
5 31-47
SAN JUAN
5 31-47
y mi sentencia es justa,
porque no busco yo mi voluntad,
sino la voluntad del que me envió.
" Si soy yo quien da testimonio de mí,
mi testimonio no es verídico ;
83 otro es el que da testimonio de mí,
y sé que es verídico el testimonio que da de mí.
33 Vosotros enviasteis una delegación a Juan,
y él dió testimonio a favor de la verdad ;
34 no que sea un hombre de quien yo recibo el testimonio,
sino digo esto para que vosotros seáis salvos.
35 El era la antorcha que ardía y brillaba,
y vosotros quisisteis por un instante regocijaros en su luz.
m El testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan ;
porque las obras que el Padre me dió llevar al cabo,
estas mismas obras que hago,
testifican acerca de mí que el Padre me ha enviado.
37 Y el Padre, que me envió,
El ha dado testimonio acerca de mí.
Ni su voz habéis oído jamás, ni visto su aspecto,
38 y su palabra no la tenéis permanente en vosotros,
porque a quien El envió, a éste vosotros no creéis.
39 Escudriñad las Escrituras,
ya que creéis vosotros poseer en ellas la vida eterna ;
ahora bien, ellas son las que dan testimonio de mí.
40 ¡ Y no queréis venir a mí para tener vida !
41 Gloria de los hombres yo no la recibo ;
42 pero os conozco, y sé que no tenéis en vosotros el amor de Dios.
43 Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís ;
si otro viniere en su propio nombre, a él recibiréis.
44 ¿ Cómo podéis vosotros creer
recibiendo como recibís gloria los unos de los otros,
y no buscáis la gloria que viene del único Dios ?
45 No penséis que os voy a acusar delante del Padre ;
hay quien os acusa, Moisés,
en quien vosotros tenéis puesta la confianza.
" Porque si creyerais a Moisés, me creyerais a mí,
ya que de mí escribió él.
47 Pero si no creéis a sus escritos,
¿ cómo vais a creer a mis palabras ?
83-30 Testimonio de Juan : suficiente, pero no el principal.
M Testimonio irrecusable de las obras divinas.
17 38 Testimonio del Padre, dado en el bautismo junto al Jordán.
"Testimonio de las Escrituras. || Escudriñad...: en vez del imperativo, admitido
casi unánimemente por los Santos Padres y por los expositores antiguos, los mo-
dernos prefieren generalmente el indicativo «escudriñáis». Con razón advierte Mal-
donado que precisamente en el imperativo está tía fuerza del testimonio y la
gracia del razonamiento». Si fuera indicativo, el pronombre vosotros debería co
locarse antes de él, como se hace poco antes en los versículos 33 y 35.
4e~" El testimonio del Maestro a favor de la autenticidad mosaica del Pentateuco
es claro y definitivo. ¿ Qué representan frente a él las negaciones de los racionalistas
o las vacilaciones o medias tintas de algunos críticos católicos?
— 218 —
61-n
SAN JUAN
6 12-20
Primera multiplicación de los panes.
6, 1-15 ( = Mt. 14, 13-23 =Mc. 6,30-46
= Lc. 9, 10-17)
z: 1 Tras esto se fué Jesús a la otra
0 banda del mar de Galilea o de
Tiberíades. - Seguíale gran muche-
dumbre, porque veían los prodigios
que obraba en los enfermos. 3 Subió
al monte Jesús, y allí se sentó con
sus discípulos. 4 Estaba cerca la Pas-
cua, la fiesta de los judíos. 5 Alzan-
do, pues, los ojos Jesús y viendo que
viene a El gran muchedumbre, dice
a Felipe :
— ¿ De dónde vamos a comprar pa-
nes para que coman éstos ?
* Esto decía para probarle, que bien
sabía El lo que iba a hacer. ' Res-
pondióle Felipe :
— Con doscientos denarios no tie-
nen suficientes panes para que cada
uno tome un bocado.
" Dícele uno de sus discípulos, An-
drés, el hermano de Simón Pedro :
9 — Hay un muchachuelo aquí que
tiene cinco panes de cebada y dos
pescadillos ; pero eso, ¿ qué es para
tantos ?
10 Dijo Jesús :
— Haced que los hombres se colo-
quen en el suelo.
Había mucha hierba en aquel lu-
gar. Se colocaron, pues, los varones,
en número como unos cinco mil. 11 To-
mó, pues, los panes Jesús, y, ha-
biendo dado gracias, los distribuyó
entre los que estaban recostados, y
asimismo de los pescadillos cuanto
querían. ,: Y cuando se hubieron sa-
ciado, dice a sus discípulos :
— Recoged los pedazos sobrantes,
para que nada se pierda.
13 Recogiéronlos, pues, y llenaron
doce canastos con los pedazos de los
cinco panes de cebada que sobraron
a los que habían comido.
14 Los hombres, pues, al ver el pro-
digio que había obrado, decían : que
— Este es verdaderamente el pro-
feta que ha de venir al mundo.
15 Jesús, pues, conociendo que iban
a venir y arrebatar de El para ha-
cerle rev, se retiró de nuevo al mon-
te El solo.
Camina Jesús sobre las agitas. 6, 16-21
(=Mt. 14, 24-33 =Mc. 6, 47-52)
16 Cuando se hizo tarde, bajaron sus
discípulos al mar, " y subiendo en
la barca, se iban a la otra banda del
mar hacia Cafarnaúm. Y se había
hecho ya oscuro, y todavía Jesús no
había venido a ellos ; 18 y la mar,
con el gran viento que soplaba, se
iba encrespando. 19 Y cuando hubie-
ron avanzado como unos veinticinco
o treinta estadios, ven a Jesús ca-
minando sobre el mar y acercándo-
se a la barca, y se asustaron. 50 Pero
El les dice :
61 A la otra banda : a la ribera nordeste, cerca de la desembocadura del Jordán en
el lago, no lejos de Betsaida Julias.
3 Subió al monte : a alguna de las colinas vecinas a la llanura El-Batiha.
6-13 Son dignas de notarse algunas circunstancias de esta narración. Su diafanidad
y viveza delatan la mano de un testigo de vista. Aunque tan diferente de las na-
rraciones paralelas de los Sinópticos, la harmonización con ellas es obvia y espon-
tánea. Pero lo más notable es que de todos los milagros narrados por los Sinópticos
sea éste el único reproducido por San Juan, 110 obstante su empeño en evitar
repeticiones. La razón de esta singularidad hay que buscarla en el simbolismo
eucarístico de esta multiplicación de los panes, que prepara el discurso eucarístico
que sigue poco después. Si este discurso se tuvo en sábado, como parece, la mul-
tiplicación de los panes, separada de él por un día intermedio, hubo de ser el
jueves por la tarde : como la institución de la Eucaristía.
1+15 Si consoló a Jesús el que aquella turba le reconociese como el profeta que
ha de venir al mundo, sus propósitos descabellados de arrebatar de él para hacerle
rey le dejaron profundamente desolado. Aquella pobre gente, fuera de sí por la
doble sobreexcitación del milagro y la fiesta nacional que iban a celebrar, concibió
la idea de inaugurar, con Jesús a la cabeza, el suspirado reino mesiánico de bienan-
danzas terrenas y materiales.
a El gran viento que soplaba : sería el N. o NO., que les era contrario (Mt 14 "4 :
Me. 6, 48).
"Veinticinco o treinta estadios: unos cinco kilómetros. La travesía directa era de
unos siete u ocho kilómetros ; pero desviados hacia el S. por el viento contrario, se
hallarían entonces literalmente «en medio del mari (Me. 6, 47). La distancia má-
xima de las riberas occidental y oriental, en la parte central, es de unos 11 kiló-
metros y medio.
— 219 —
6 21-32
SAN JUAN
6 24 35
— Soy yo, no tengáis miedo.
a Querían, pues, recogerle en la
barca, y en breve se halló la barca
junto a la tierra a la cual iban.
La muchedumbre vuelve a Cafar-
naúm en busca de Jesús. 6, 22-24
~ Al día siguiente, la muchedum-
bre que estaba al otro lado del mar
echó de ver que no había allí otra
lancha, sino una, y que Jesús no ha-
bía entrado en la barca junto con sus
discípulos, sino que los discípulos se
habían marchado solos. 23 Otras lan-
chas llegaron de Tiberíades cerca del
lugar donde habían comido el pan,
después- que hubo dado gracias el
Señor. 24 Cuando vió, pues, la turba
que ni Jesús ni sus discípulos esta-
ban allí, subieron ellos a las lanchas
y se dirigieron a Cafarnaúm en bus-
ca de Jesús.
El pan de Dios. 6, 25-33
a Habiéndole hallado al otro lado
del mar, le dijeron :
— Maestro, ¿cuándo has venido
acá ?
Respondióles Jesús y dijo :
En verdad, en verdad os digo : me buscáis
no porque visteis señales maravillosas,
sino porque comisteis de los panes y os hartasteis.
Trabajad no por el manjar que perece,
sino por el que dura hasta la vida eterna,
el que os da el Hijo del hombre ;
porque a éste, el Padre, Dios mismo, acreditó con su sello.
* Dijéronle, pues :
— ¿Qué hemos de hacer para obrar
las obras de Dios ?
Respondió Jesús y les dijo :
— Esta es la obra de Dios : que
creáis en aquel a quien El envió.
30 Le dijeron, pues ;
— ¿ Qué señal, pues, haces tú pa-
ra que lo veamos y creamos en ti ?
¿ Cuál es tu obra ? 31 Nuestros pa-
dres comieron el maná en el desier-
to, según que está escrito (Sal. 77,
24) : «Pan venido del cielo les dió
a comer.»
32 Dijoles, pues, Jesús :
— En verdad, en verdad os digo :
no fué Moisés quien os dió el pan
bajado del cielo, sino mi Padre es
quien os da el pan verdadero, que
viene del cielo ; 33 porque el pan de
Dios es el que desciende del cielo v
da vida al mundo.
«Yo soy el pan de la vida». 6, 34-47
"*' Dijéronle, pues :
—Señor, danos siempre ese pan.
33 Díceles, pues, Jesús :
--Al día siguiente: el viernes, que siguió a la multiplicación de los panes. || Ai.
OIRO lado del mar : en la llanura de El-I)atiha, donde se obró la multiplicación.
25 Habiéndole hallado : pudo ser el viernes por la tarde o el silbado por la mañana
antes de ir al oficio sabático de la sinagoga.
25-53 Este diálogo, preludio de la gran promesa eucarfstica, anuncia ya los dos
motivos fundamentales : Jesús, pan de Dios ; necesidad de la fe para recibir este pan.
30 i Qué señal...? Olvidados de sus entusiasmos por la multiplicación de los panes,
piden ahora, en vez del pan de cebada, pan del cielo, es decir, que se repita el
milagro del maná.
aa-33 rjos cosas responde Jesús : 1) que el maná no se lo dió Moisés, sino Dios ;
2) que el pan que ahora les ofrece Dios es incomparablemente superior a! maná.
J1-'7 Se precisa y desarrolla el doble tema fundamental anunciado anteriormente :
1) se ofrece, veladamente aún, el pan eucarístico ; 2) se recalca hasta tres veces, al
principio, al medio y al fin, la necesidad de la fe.
35 Yo soy el pan de la vida: antes de explanar este pensamiento fundamental, lo
encuadra Jesús en el marco de la providencia sobrenatural de Dios. Dios tiene su
plan, su VOLUNTAD : enviar a su Hijo y atraer a El todos los hombres, para que El,
que es pan de vida, les dé la vida eterna. Mas el hombre, por su parte, para al-
canzar la vida ha de creer en el Hijo y aceptar rendidamente sus palabras. Tal es
la conexión de la fe con la Eucaristía, que es el «misterio de la fe».
— 220 —
36-42
SAN JUAN
6 43-52
Yo soy el pan de la vida ;
el que viene a mí no padecerá hambre,
y el que cree en mí no padecerá sed jamás.
58 Pero ya os dije que me habéis visto, y no creéis.
"Todo lo que me da el Padre vendrá a mí,
y al que viniere a mí no le echaré fuera,
38 pues he bajado del cielo no para hacer mi propia voluntad,
sino la voluntad del que me envió.
39 Y ésta es la voluntad del que me envió :
que de todo lo que me dió no pierda nada,
sino que lo resucite en el último día.
40 Porque ésta es la voluntad de mi Padre :
que todo el que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna
y le resucite yo en el último día..
a Murmuraban, pues, los judíos de
El, porque había dicho : «Yo soy el
pan bajado del cielo», 42 y decían :
— ¿ No es éste Jesús, el hijo de Jo-
sé, cuyo padre y cuya madre nos-
otros conocemos ? ¿ Cómo dice aho-
ra : «He bajado del cielo» ?
43 Respondió Jesús y les dijo :
No murmuréis entre vosotros.
44 Nadie puede venir a mí si no le trajere el Padre, que me envió ;
v yo le resucitaré en el último día.
45 Está escrito en los profetas (Is. 54, 13 ; Jer. 31, 33-34! :
«Y serán todos enseñados por Dios.»
Todo el que oye al Padre y recibe sus enseñanzas, viene a mí.
46 No que al Padre le haya visto alguien ;
sólo el que viene de parte de Dios,
ése es el que ha visto al Padre.
41 En verdad, en verdad os digo : el que cree, tiene vida eterna.
Mi carne es verdadero manjar. 6, 48-59
48 Yo soy el pan de la vida.
40 Vuestros padres en el desierto comieron el maná, y murieron ;
50 éste es el pan que baja del cielo,
para que quien comiere de él no muera.
il Yo soy el pan viviente, el que del cielo ha bajado ;
83 quien comiere de este pan vivirá eternamente,
4*'59 Dos órdenes de consideraciones sugiere este pasaje capital : unas dogmática?,
otras ascético-místicas.
Desde el punto de vista dogmático, las declaraciones de Jesús sobre la presencia
real de su cuerpo y de su sangre en la Eucaristía no pueden ser más explícitas
y categóricas. Para apreciar toda la fuerza de estas declaraciones hay que notar
que se desenvuelven en dos ciclos, separados por las protestas de los judíos. En
el primer ciclo dice: Yo soy el pan de la vida... Quien comiere de este pan, vivirá
eternamente... El pan que yo daré es mi carnl. Las palabras son claras, y los judíos
las entienden como suenan, en sentido propio, sin metáforas ; y se escandalizan,
protestan. Ante semejante actitud protestante, ¿qué hace Jesús? ¿Atenúa sus pa-
labras ? ¿ Las explica en sentido metafórico ? Todo lo contrario. Al comer de la
carne agrega el beber de la sangre : El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna. Y para que todos entiendan que no habla de comida y bebida metafórica,
añade : Porque mi carne es verdadero manjar y mi sangre verdadera bebida. No
hay que olvidar el escándalo y las protestas que separan los dos ciclos de las de-
claraciones. Si en el primero hablara Jesús metafóricamente, el medio de deshacer
el escándalo era bien sencillo, era el único medio: explicar la metáfora o repetir
la misma enseñanza sin metáforas. Pero hace todo lo contrario. Más aún, al decir
verdadero manjar y verdadera bebida excluye positivamente la metáfora. Debieran
reflexionar los protestantes la tremenda consecuencia de su interpretación metafó-
rica. Si Jesús habla metafóricamente, y, sin embargo, deliberadamente y de propó-
sito habla de manera cue los judíos no puedan entender la metáfora, toda la respon-
sabilidad del escándalo y de la incredulidad de los judíos recaería sobre el divino
6 53-61
SAN JUAN
6 62-64
y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo.
w Se peleaban, pues, entre sí los judíos, diciendo :
— ¿ Cómo puede éste darnos a comer su carne ?
51 Díjoles, pues, Jesús :
En verdad, en verdad os digo :
si no comiereis la carne del Hijo del hombre y bebiereis su sangre,
no tenéis vida en vosotros.
M El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna,
y yo le resucitaré en el último día.
™ Porque mi carne es verdadero manjar,
v mi sangre es verdadera bebida.
s' El que come mi carne y bebe mi sangre,
en mí permanece y yo en él.
M Como es fuente de vida el Padre, que me envió, y yo vivo del Padre,
así quien me come a mí, también él vivirá de mí.
59 Este es el pan que bajó del cielo :
no como le comieron los padres, y murieron ;
el que come este pan vivirá eternamente.
Efectos del sermón cucarístico en
los oyentes. 6, 60-72
u0Esto dijo en Cafarnaúm, enseñan-
do en la sinagoga. 61 Muchos, pues,
de los discípulos, que lo oyeron, di.
jeron :
— Duro es este lenguaje. ¿Quién
sufre el oírlo ?
62 Sabiendo Jesús por sí mismo que
sus discípulos murmuraban de esto,
les dijo :
— ¿Esto os escandaliza? 63 ¿Qué si
viereis al Hijo del hombre subir a
donde estaba primero ? M El Espíritu
es el que vivifica ; la carne de nada
aprovecha. Las palabras que yo os
he hablado son Espíritu y son vida.
Maestro. ¡Como si el Hijo de Dios hubiera venido a perder las ovejas de la casa
de Israel !
Desde el punto de vista ascético-místieo, son regalados los frutos de la Eucaristía :
dos frutos mas generales, dos más particulares. Más generales son : la vida eterna,
iniciada con la gracia y consumada con la gloria, y la resurrección de la carne
en el último día. Más regalados son los frutos particulares, que sólo en la vida
mística hallan su pleno desenvolvimiento. El primero es : El que come mi carne y
bebe mi sangre, en mí PERMANECE Y yo en Él.. Es la mutua inmanencia del hombre
en Cristo y de Cristo en el hombre, análoga a la inmanencia o circumincesión de las
personas divinas en el seno de la augusta Trinidad. El segundo es: Como yo
vivo del Padre, así quien me come a mí, también él vivirá de mí. Que es decir : como
yo recibo y vivo la vida misma del Padre, así quien me come recibirá y vivirá mi
misma vida. Estos dos efectos particulares están en función de la unidad y de la
vida del cuerpo místico de Cristo, cuya unidad estrechan, cuya vida intensifican. La
Eucaristía es con singular propiedad el sacramento del cuerpo místico.
"2-04 ¿ Esto os escandaliza ? Dos parece que fueron los motivos de este escándalo :
1) el que anteriormente expresaron cuando dijeron: ¿Cómo dice ahora cHe bajado
del ciei.Oj ? ; 2) el que declararon después entre protestas : ¿ Cómo puede éste darnos
a comer su carne ? A los dos motivos de escándalo responde Jesús. Al primero,
cuando dice : ¿ Qué, si viereis al Hijo del hombre subir a donde estaba primero ?
El hecho de la ascensión a los cielos será una prueba convincente de la previa
descensión. Para entender la respuesta al segundo motivo de escándalo conviene tener
presentes las tres maneras como se han interpretado las palabras del Maestro :
i) metafóricamente, despojándolas de su propio sentido, como lo han hecho muchos
protestantes ; 2) real, pero espiritualmente, como lo hacen los católicos ; 3) real,
pero grosera y earnalmente, como lo hicieron los cafarnaítas, imaginándose que el
Señor iba a darles materialmente a comer sus carnes cuales ellos las veían con sus
ojos. A la interpretación protestante, irreal y desvaída, ya ha contestado Jesús.
Ahora contesta a la interpretación cafarnaíta, burdamente materialista, diciendo :
Ei. Espíritu es el que vivifica, la carne de nada aprovecha. Asegurada antes la in-
terpretación real, recalca ahora la interpretación espiritual. La carne sola, y ear-
nalmente comida, dice, de nada aprovecharía ; lo que aprovecha es el Espíritu que
con la carne os comunico. La divinidad de Cristo y el Espíritu Santo, cuya pleni-
tud El posee y comunica a los hombres, es lo que da eficacia vital y espiritual a
la carne eucarística. Ni sólo el Espíritu ni sola la carne, sino el Espíritu vincu'ado
a la caí ne, o la carne como vehículo del Espíritu. En este sentido prosigue : Las
— 222 —
6 65-72
SAN JUAN
• Pero es que hay algunos de entre
vosotros que no creen.
Porque sabía Jesús desde un prin-
cipio quiénes eran los que no crefan
y quién era el que le había de en-
tregar. w Y decía :
— Por esto os he dicho que nadie
puede venir a mí si no le fuere con-
cedido por mi Padre.
61 Desde este momento, muchos de
sus discípulos volvieron atrás, y no
andaban ya en su compañía. 65 Dijo,
pues, Jesús a los Doce :
— ¿Acaso también vosotros queréis
marcharos ?
*• Respondióle Simón Pedro :
— Señor, ¿ a quién iremos ? Tú tie-
nes palabras de vida eterna, ™ y nos-
otros hemos creído y conocido que
tú eres el Santo de Dios.
" Respondióles Jesús :
— ¿Por ventura no os he elegido
yo a los doce ? Sin embargo, de vos-
otros uno es diablo.
75 Hablaba de Judas, hijo de Simón
Iscariote, porque éste era quien le
había de entregar, con ser uno de
los Doce.
En ¡a fiesta de los Tabernáculos :
sube Jesús a Jerusalén. -, i-io
n 1 Y tras esto andaba Jesús por
' Galilea, pues no quería andar
por la Judea, puesto que le" busca-
ban los judíos para matarle.
2 Se aproximaba la solemnidad^ de
los judíos, la Escenopegia. 3 Así le
dijeron sus hermanos :
—Parte de aquí y dirígete a la Ju-
dea, para que también tus discípu-
los vean esas obras que haces. 4 Por-
que nadie hace las cosas ocultamen-
te si quiere adquirir publicidad. Ya
que esas cosas haces, manifiéstate al
mundo.
s El caso era que ni siquiera sus
hermanos creían en El. 6 Díceles,
pues, Jesús :
— MÍ tiempo todavía no ha llega-
do ; vuestro tiempo siempre está a
punto. 7 No puede el mundo aborre-
ceros, pero a mí me aborrece, por-
que doy testimonio de él que sus
obras son perversas. 8 Vosotros su-
bid a la fiesta ; yo no subo a esta
fiesta, porque mi tiempo todavía no
se ha cumplido.
" Habiéndoles dicho esto, se que-
PALABRAS QUE YO OS HE HABLADO SON ESPÍRITU Y SON VIDA. «Son Espíritu* no significa
■se han de entender en sentido místico o alegórico», sino más bien tcontienen en
sí una realidad superior a la realidad de la carne y de la materia». Para hacer más
creíble esta realidad espiritual de la Eucaristía preparó Jesús su primer anuncio
y promesa con dos milagros profundamente simbólicos : la multiplicación de los
panes y el caminar sobre las ondas del mar : doble ostentación de su dominio
soberano sobre las leyes del mundo material.
10 Hemos creído y conocido : magnífica expresión de la fe de Pedro, preludio de
la otra confesión de fe, que le merecerá el primado sobre toda la Iglesia. La yuxta-
posición de las dos palabras «creído \- conocido» nos enseña que la fe no es un
sentimiento ciego del corazón, sino un acto consciente de la inteligencia, como ha
enseñado la Iglesia contra el sentimentalismo protestante o modernista.
7* No quería andar por la Judea : este año Jesús no fué a Jerusalén para ce'e-
brar la Pascua. La hipótesis de algunos modernos que colocan en este lugar el
milagro de la piscina de Bethesda se basa en otra hipótesis : la inversión de los
capítulos 5 y b ; hipótesis destituida de todo fundamento documental, arbitraria-
mente creada y aceptada para poder reducir con menos inverosimilitud a dos años
la vida pública de Jesús. Es sintomática la facilidad con que ha cundido esa hi-
pótesis indocumentada.
- La Escenopegia : se llamaba también fiesta de los Tabernáculos, y duraba
ocho días, desde el 15 al 22 del séptimo mes (Tishrí = septiembre-octubre'. Durante
estos días habitaban los judíos en chozas de ramaje, para recordar y en cierta ma-
nera reproducir el modo como habían vivido sus padres bajo tiendas por espacio de
cuarenta años en el desierto.
2 Sus hermanos : algunos de sus parientes, que todavía no creían en El.
11 Mi tiempo todavía no ha llegado : el tiempo de entrar en Jerusalén con la os-
tentación que deseáis. Llegó este tiempo cuando el domingo de Ramos entró el
Señor como Rey en la ciudad, mas para morir en ella.
8 Yo no subo A esta fiesta : por varias razones pudo decir el Señor con toda
verdad que no subía a la fiesta, aunque después, de hecho, subió. Prescindiendo de
que no asistió a la solemnidad del primer día, quiso decir que no subía entonces
en compañía de ellos y del modo y con el fin que ellos le proponían. La otra
variante «yo todavía no subo», si no es auténtica, es una excelente glosa.
7 10-12
SAN JUAN
7 13-21
dó en Galilea. 10 Mas cuando hubie-
ron subido sus hermanos a la fiesta,
entonces también El subió, no ma-
nifiestamente, sino de incógnito.
Sube Jesús al templo, donde enseña.
7, "-29
11 Así que los judíos le buscaban
durante la fiesta y decían :
— ¿ Dónde está aquél ?
12 Y había sobre El mucho mur-
murio en las turbas. Unos decían :
— Es bueno.
Mas otros decían :
— No, sino que embauca a la mul-
titud.
u Nadie, empero, hablaba de El pú-
blicamente por miedo a los judíos.
" Cuando ya la fiesta estaba a la
mitad, subió Jesús al templo y en-
señaba. 15 Se maravillaban los judíos,
diciendo :
— i Cómo éste sabe de letras, sin
haberlas aprendido?
™ Respondióles , pues , Jesús , di-
ciendo :
Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
17 Quien quisiere cumplir su voluntad,
conocerá si mi doctrina es de Dios
o si yo hablo por mi propia cuenta.
18 El que habla por su cuenta, busca su propia gloria ;
mas quien busca la gloria del que le envió,
éste es veraz y no hay en él injusticia.
" ¿ Por ventura no tenéis la ley que os dió Moisés ?
Y nadie de vosotros cumple la ley.
20 ¿ Por qué tratáis de matarme ?
Respondió la turba :
— Endemoniado estás ; ¿ quién trata de matarte ?
* Respondió Jesús y les dijo :
10 No manifiestamente, sino de incógnito : estas declaraciones no pueden refe-
rirse al viaje de que habla San Lucas (9, 51-52). Consiguientemente, el viaje men-
cionado por San Lucas no puede ser el que ahora emprende Jesús a la fiesta de
los Tabernáculos, sino otro posterior, que no puede ser otro que el viaje a la
fiesta de la Dedicación. Sobre esta base hay que construir la harmonía evangélica
de este último período de la vida pública de Jesús.
13 Nadie... hablaba de El públicamente : ni en pro ni siquiera en contra, por no
contravenir a la conjura del silencio. II Los judíos: los jefes o diri"entes. Ks fre-
cuente en San Juan este sentido restrictivo y peyorativo de la palabra.
15 Era un enigma, para los escribas principalmente, la ciencia escriturística de
Jesús. Sabían ellos muy bien, como quienes se habían alzado con el monopolio rie-
la ciencia (Le. n, 52), que sin frecuentar sus escuelas nadie alcanzaba el conoci-
miento de las Escrituras. Y Jesús las conocía a fondo, y no las había aprendido en
sus escuelas. ¿ Cómo ? ¿ Dónde ?
16 Mi doctrina no es mía : esta respuesta va derecha al blanco. Como quien dice :
< Queréis saber de quién aprendí lo que sé ? No de ninguno de vuestros maestros,
sino de aquel que me envió, de Dios, como bien entendieron ellos.
17 Quien quisiere cumplir su voluntad, conocerá...: sentencia profundísima, pero
que hay que entender en su justo sentido. Dice Jesús que el sincero 'deseo de cum-
plir la divina voluntad es condición indispensable para conocer el origen divino de
su doctrina ; pero no que esta sinceridad subjetiva sea el principio de semejante
conocimiento. El principio o motivo de este conocimiento es objetivo y aseauible
directamente a la inteligencia : son principalmente los milagros obrados por Cristo
y las profecías cumplidas en Cristo ; sólo que, para que los rayos de la verdad ob-
jetiva lleguen a iluminar la inteligencia, es menester que las disposiciones subjeti-
vas o afectivas del hombre sean tales, que dejen libre el acceso de la luz, que no
se interpongan como niebla entre la verdad objetiva y la inteligencia humana.
18 El que habla por su propia cuenta y por propia iniciativa, busca su gloria :
la ciencia autónoma, el sabio que se imagina plenamente autor de su ciencia, no
puede buscar la gloria de Dios, li No hay en El injusticia: la falsedad, mas o me-
nos voluntariamente admitida y enseñada, es una injusticia : injusticia contra el
orden objetivo de la verdad ; injusticia contra Dios, verdad suprema ; injusticia con-
tra los hombres, que tienen derecho a que se les enseñe la verdad.
10 ¿ Por ventura no tenéis la lev... ? Este salto brusco es más aparente cue real.
Quiere decir que los judíos, no cumpliendo la ley de Moisés ni, por tanto, la divina
voluntad, no están dispuestos para conocer que la doctrina de Jesús es de origen
divino ; y que llega a tanto este desconocimiento, que aun desean matarle.
— 224 —
7 22-31
SAN JUAN
7 27-34
Una obra hice, y todos os maravilláis.
" Por eso Moisés os dió la circuncisión,
no que provenga de Moisés, sino de los patriarcas,
v en sábado circuncidáis a un hombre.
a Si la circuncisión recibe un hombre en sábado,
para que no pierda su vigor la ley de Moisés,
¿os encolerizáis conmigo porque en sábado sané a todo el hombre
No juzguéis por apariencias, sino juzgad juicio recto.
-5 Decían, pues, algunos de los de
Jerusalén :
— ¿ No es éste a quien tratan de
matar? :,!Piies ya veis si habla con
libertad, y nadie le dice nada. ¿Es
que por fin habrán conocido de ve-
ras los jefes que éste es el Mes>ías ?
* Pero éste sabemos de dónde es ;
mas el Mesías, cuando venga, nadie
sabe de dónde es.
25 Clamó, pues, Jesús en el tem-
plo mientras enseñaba, diciendo :
Conque me conocéis a mí y sabéis de dónde soy...
Pues no he venido de mí mismo,
sino que otro es real y verdadero, quien me envió,
a quien vosotros no conocéis.
" Yo le conozco, porque de El procede mi existencia y El me
Intentan los judíos apoderarse de
Jesús. 7, 30-36
*° A causa de esto buscaban cómo
apresarle ; mas nadie le echó mano,
pues todavía no había llegado su ho.
ra. " De la multitud, muchos creye-
ron en El, v decían :
— El Mesías, cuando venga, ¿aca-
so obrará más señales de las que és-
te obró?
3- Oyeron los fariseos a la turba
repetir por lo bajo esas cosas sobre
El, y despacharon los sumos sacer-
dotes y los fariseos alguaciles que le
prendiesen. 33 Dijo, pues, Jesús :
Un poco de tiempo todavía estoy con vosotros,
y me voy al que me envió.
31 Me buscaréis y no me hallaréis,
y a donde yo estoy, vosotros no podéis venir.
— Por eso... : este Por eso ha dado mucho que entender a los intérpretes. Algunos
10 suprimen, apoyados en la autoridad de S* (primera mano del Sinaítico) : endeble
apoyo para una solución tan radical y tan cómoda. Otros lo juntan con lo que pre-
cede : Os maravilláis por eso : solución demasiado fácil, y por lo mismo sospecho-
sa, además de trivial. Hay que admitir, pues, la autenticidad del por eso y juntarlo
con lo que sigue. Y no es tan difícil explicarlo si, mas que a la corteza de las
palabras, se atiende a su sentido y al desenvolvimiento del pensamiento. El punto
de partida es ti sentido peyorativo del verbo os maravilláis, que expresa una extra-
ñeza unida al escándalo y seguida de censura o condenación. Quiere, pues, decir
el Señor : cSané al paralitico en sábado, y por eso os escandalizáis y me condenáis
como transgresor del sábado. Pues bien, por eso, por la misma razón, os podría yo
acusar a vosotros como transgresores del sábado, dado que vosotros en sábado cir-
cuncidáis a un hombre.» Y continúa, formulando más tajantemente el argumento
<i fortiori: Si la circuncisión recibe un hombre en sábado, para que no pierda su
vigor la ley de Moisés, ¿ os encolerizáis conmigo poroue en sábado sané a iodo
11 hombre ? Con esta interpretación se conserva el sentido obvio y natural de por
eso; sólo que no afecta a la frase que sigue inmediatamente, meramente introducto-
ria, sino a todo el razonamiento siguiente.
17 Este sabemos de dónde es... : dos cosas afirman : 1) que ellos conocen el origen
de Jesús ; 2) que nadie conoce el origen del Mesías ; de donde concluyen que Jesú*
no puede ser el Mesías. Jesús, prescindiendo de la segunda afirmación, que tiene
un fondo de verdad, aunque desfigurada por el mesianismo apocalíptico, se limita
a rebatir la primera, mostrándoles que no saben de dónde viene El.
" Me buscaréis... : de suyo estas palabras, repetidas casi idénticamente a los dis-
cípulos (13, 33), no son una amenaza, ni tienen el sentido peyorativo que tendrán
poco después, por razón del contexto, al ser dichas de nuevo a los mismos ju-
díos (8, ;i>. En este lugar, dichas inmediatamente después de la orden de prisión,
— 225 —
7 35-40
SAN JUAN
7 37-44
* Al oír esto se dijeron los judíos
unos a otros :
— ¿Adonde se va a ir éste, que
nosotros no le hallaremos ? ¿ Por ven-
tura se va a ir a la dispersión de los
gentiles para enseñar a los genti-
les ? 86 ¿ Qué es esto que ha dicho :
«Me buscaréis y no me hallaréis y
a donde yo estov vosotros no podé
venir» ?
El último día de la fiesta. 7, 37-39
" El último día, el mayor de la
fiesta, estaba allí Jesús y daba vo-
ces, diciendo :
Quien tiene sed, venga a mí v beba.
"Quien cree en mí, como dijo la Escritura (Ls. 44, 3 ; S5 I : Ez
manarán de sus entrañas ríos de agua viva. " ' '
** Esto dijo del Espíritu que ha-
bían de recibir los que creyeran en
El. Porque todavía no había Espí-
ritu, puesto que Jesús no había sido
aún glorificado.
División en la turba por causa de
Jcsiís. 7, 40-44
M Algunos, pues, de la turba, oí-
das estas palabras, decían :
— Este es verdaderamente el pro-
feta.
41 Otros decían :
— Este es el Mesías.
Mas algunos decían :
— ¿Pues acaso el Mesías viene de
Galilea? 42 ¿No dijo la Escritura (2
Reg. 7, 12 ; Sal. 88, 3... Miq. 5, 2)
que «De la descendencia de David,
y de la aldea de Belén, donde esta-
ba David, viene el Mesías» ?
43 Se originó, pues, escisión en el
pueblo a causa de El. J' Y algunos
de entre ellos querían prenderle, mas
nadie echó las manos sobre El.
parecen querer decir : «Mientras estoy con vosotros, y cuando sea llegada mi hora,
podréis prenderme ; mas después, cuando me hubiere ido al que me envió, por más
que me busquéis, no me hallaréis ; porque a donde yo voy, vosotros no podéis
venir.»
" Quien tiene sed, venga a mí y beba : las palabras de Jesús eran frecuentemente
motivadas por las circunstancias de lugar y tiempo. Según esto, la declaración de
Jesús adquiere mayor relieve si se la considera relacionada con la significativa ce-
remonia que había tenido lugar durante los siete días precedentes de la festividad
de los Tabernáculos. Cada mañana un sacerdote, acompañado de una muchedumbre
regocijada, iba a la fuente de Siloé con una jarra de oro para sacar agua, que luego
vertía en el templo delante del altar. Mientras el sacerdote sacaba agua de la fuen-
te, cantaba el coro aquel verso de Isaías (12, 3) : «Sacaréis agua con gozo de las
fuentes de la salud.» Esta agua, símbolo de las bendiciones mesiánicas, era la que
prometía Jesús : El era la fuente de la salud mesiánica y divina.
« Manarán de sus entrañas ríos de agua viva : no tendrá que acudir fuera de st
liara hallar el agua que apague su sed ; dentro de sí hallará el agua ; del fondo de
6u corazón brotará la fuente, fuente bullidora, de donde manará a torrentes el agua
de la vida eterna.
Esto dijo del Espíritu : esta fuente de aguas vivas es el mismo Espíritu San-
to, que, recibido del Corazón de Cristo, morará de asiento en el corazón de los cre-
yentes. || Todavía no había espíritu: espíritu es aquí no la persona del Espíritu
Santo, eternamente existente, sino su plena comunicación concedida a los hombres.
Esta plena comunicación, la promesa mesiánica por antonomasia, estaba vinculada
a la glorificación del Mesías, es decir, a su pasión y muerte, a su resurrección y
gloriosa ascensión. Pentecostés había de ser el día de esta plenaria comunicación
del Espíritu Santo a los hombres.
*" El profeta : se refieren al anunciado por Moisés (Dt. 18, 15-18), que ellos supo-
nían distinto del Mesías.
42 De la descendencia de David : hablan los partidarios del mesianismo rabínico,
que, ignorando que Jesús era hijo de David y nacido en Belén, concluían errónea-
mente no poder Jesús ser el anunciado Mesías.
** Algunos de entre ellos : no eran los alguaciles, mandados por los sanhedritas,
como luego se verá, sino algunos espontáneos del pueblo.
— 226 —
7 45-50
SAN JUAN
7 5i-8 2
División en el sanhedrín por causa
de Jesús. 7, 45-53
45 Vinieron, pues, los alguaciles a
los sumos sacerdotes y fariseos, los
cuales les dijeron :
— ¿Por qué no le habéis traído?
40 Respondieron los alguaciles :
— Jamás hombre habló así, como
este hombre.
47 Respondiéronles, pues, los fari-
seos :
— ¿ Qué ? ¿ También vosotros ha-
béis sido embaucados? 48 ¿ Por ven-
tura alguno creyó en El entre los
jefes o entre los fariseos ? 49 Pero
esa turba, que no conoce la ley, son
unos malditos.
*° Díceles Nicodemo, el que antes
había venido a El, que era uno de
ellos :
" — ¿ Por ventura nuestra ley con-
dena al reo si primero no oye su
declaración y viene en conocimiento
de lo que hizo ?
M Respondieron y le dijeron :
— ¿ Acaso también tú eres de Ga-
lilea ? Investiga, y verás que de Ga-
lilea no surge ningún profeta.
53 Y se marchó cada uno a su casa.
Pasada la fiesta de los Tabernácu-
los : la mujer adúltera. 8, i-ii
O 1 Jesús se marchó al monte de
° los Olivos. - Al amanecer se pre-
sentó otra vez en el templo y todo
«Jamás hombre habló así: magnifica confesión del maravilloso poder de la pala-
bra que poseía el divino Maestro.
■ c Alguno creyó en El entre los jefes ? Ignoraban los que tal decían que en el
seno del mismo sanhedrín había algunos que creían en Jesús.
*" Esa turba que No conoce la ley : no se muestran muy demócratas esos legule-
yos infatuados.
"Nicodemo: sin declararse todavía partidario de Jesús, se atreve ya a salir en
su defensa.
a De Galilea no surge NINGÚN profeta : ignoraban los que tal dijeron que los
profetas Jonás y Nalium habían nacido en Galilea. Suponían ademas falsamente que
Jesús era nacido en Galilea.
83. *v" Los críticos acatólicos se declaran, generalmente, contrarios a la autentici-
dad de este pasaje. Ante todo, auténtico no es lo mismo que canónico o histórico.
La canonicidact, que suponerla divina inspiración, ha sido definida por la Iglesia
(Denz. 7S4). La historicidad no ofrece dificultad especial. Todo el problema versa
sobre la autenticidad, que ha sido negada o puesta en duda principalmente por la
omisión de este pasaje en muchos de los mejores códices y versiones más antiguas.
Pero la solución adecuada del problema exige que se tomen en cuenta todos los
hechos y que se expliquen de la manera más razonable. En absoluto, de tres ma-
neras puede explicarse el hecho de la omisión : 1) porque el pasaje, existente en el
original redactado por San Juan, fué suprimida en algunas o muchas de sus copias;
2) porque, no incluido en la primera redacción, fué posteriormente adicionado, bien
por el mismo San Juan, bien por alguno de sus discípulos con su aprobación ; j) por-
que la adición se hizo sin conocimiento de San Juan o después de su muerte. Ahora
bien, esta tercera hipótesis es inadmisible para un católico, dado que en ella queda
sin explicar la canonicidad del pasaje, que presupone la atestación de un apóstol :
atestación imposible en esta hipótesis. Y es de lamentar que algunos no hablen con
suficiente claridad y distinción en un punto tan delicado. Quedan las dos primeras
hipótesis, que explican igualmente el hecho de la omisión. Pero, además de este
hecho, hay que tomar en consideración otro, consignado por San Ambrosio (ML 14,
92Q) y por San Agustín (ML 40, 474) : el de que algunos, sobradamente meticulosos
o puritanos, suprimieron el pasaje, que juzgaban excesivamente indulgente con el
crimen de adulterio. Recuérdese el predominio que alcanzó el montañismo, precisa-
mente a fines del siglo 11, época a la cual se remontan los arquetipos de los códices
más antiguos que ahora poseemos. ¿ Es una hipótesis arbitraria suponer que Monta-
no o Tertuliano suprimiesen en sus códices el pasaje de la mujer adúltera, que pa-
recía justificar la indulgencia de los católicos en admitir a penitencia a los reos de
adulterio ? Otro hecho hay que tener presente, consignado por San Jerónimo (ML 23,
553) : Que en su tiempo este pasaje se leía ten muchos códices así griegos como la-
tinosi ; de donde se sigue que la autoridad de los más antiguos códices que ahora
existen queda contrapesada por otros tan antiguos o más, aunque no se hayan con-
servado. En suma, que al hecho de la omisión en muchos códices hay que contra-
poner otros tres hechos : la inclusión en otros muchos igualmente antiguos, la ca-
nonicidad del pasaje y la ojeriza de los montañistas contra él, precisamente en el
período de mayor libertad en la transcripción de los códices. Considerados en con-
junto todos estos luchos, resulta incomparablemente más verosímil la supresión del
pasaje que 110 su adición posterior.
— 227 —
SAN JUAN
8 10-12
el ipueblo venía a El. Y habiéndose
sentado, les enseñaba. 3 Traen los
escribas y fariseos una mujer sor-
prendida en adulterio, y habiéndola
puesto en medio, * le dicen :
— Maestro, esta mujer ha sido sor-
prendida en flagrante delito de adul-
terio. 5 En la ley, Moisés nos mandó
que a semejantes mujeres las ape-
dreásemos.; tú, pues, ¿qué dices?
" Esto decían tentándole, para te-
ner de qué acusarle. Pero Jesús, in-
clinándose hacia el suelo, escribía
con el dedo en la tierra. ' I\Ias como
ellos persistiesen preguntándole, se
irguió y les dijo :
— Quien de vosotros esté sin peca-
do, sea el primero en apedrearla.
" E inclinándose de nuevo hacia
abajo, escribía en la tierra. 8 Ellos,
como esto oyeron, se iban retirando
uno a uno, comenzando por los más
viejos ; y quedó solo Jesús, y la mu-
jer de pie en medio. 10 Alzando Je-
^ús la cabeza, la dijo :
— Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te
condeno ?
u Ella dijo :
— Nadie, Señor.
Dijo Jesús :
— Tampoco yo te condeno : anda,
y desde ahora no peques más.
En el gazojilacio del templo: testi-
monio que da Jesús de sí mismo.
8, 12-20
" De nuevo, pues, les habló Jesús,
diciendo :
3 Sorprendida ln adulterio: la vida de los judíos durante la fiesta de los Ta-
bernáculos, en que vivían casi al aire libre, era más expuesta a semejantes desma-
nes ; que era, por lo mismo, más fácil descubrir o sorprender. 1 1 En medio : en el
espacio libre entre Jesiis y la turba que le rodeaba.
6 Esto decían tentándole : presuponían, no sin fundamento, que el Maestro ab-
solvería a la pobre mujer, ya arrepentida de su pecado ; lo cual les daría pie para
acusarle de contrario a la ley de Moisés. Conocían aquellos taimados el punto flaco
de Jesús: su clemencia con los pecadores arrepentidos. || Escribía con el dedo en
la tierra : algunos códices añaden que Jesús escribía «los nombres y los pecados
de los acusadores» : explicación admitida por San Jerónimo |ML 23- 553) ; pero el
texto no favorece tal explicación, dado que Jesús repite esta acción dos veces, y des-
pués de la primera los judíos persisten en la demanda, cosa que no hubieran hecho
si hubiesen leído allí sus nombres y pecados ; además dice el texto que se retira-
ron los acusadores «habiendo oído» lo que Jesús les dijo, no «habiendo leído» lo que
escribió. El ¿esto del Salvador debe interpretarse como la actitud de uno que quiere
desentenderse de preguntas importunas. Tácitamente les decía : si esa mujer pecó,
ahí está el sanhedrín para juzgar de esos delitos : a él habéis de ir, no a mí, que
no soy juez.
'Sea el primero en apedrearla: así estaba prescrito en la ley (Dt. 13, 10; 17, 7).
"Se iban retirando...: los miserables quedaron prendidos en el lazo que habían
armado contra Jesús, cuyo divino ingenio, al servicio de su infinita clemencia, halló
medio de salvar a la pobre mujer sin contravenir a la ley de Moisés. Son verdade-
ramente sangrientos los rasgos trazados por el evangelista : se iban retirando, uno
a uno, comenzando por los más viejos, sin quedar uno solo de los acusadores, en
medio del asombro mudo de la turba, que presenciaba este singular juicio : hecho
revelador de la podredumbre moral y de la farsa repugnante de aquellos celadores
de la ley. || Quedó solo Jesús, y la mujer de pie en medio de la turba : «quedaron
dos : la miserable y la misericordia», comenta San Agustín (ML 35, 1650).
11 Tampoco yo te condeno : «pues ellos no te condenaron, no seré yo más cruel
que ellos», como glosa La Puente (Mcd. esp., 3, 27, 4, 2). || No peques más: Dios
perdona el pecado, pero exige la enmienda. Lo primero inspira confianza ; lo se-
cundo, saludable temor.
12 Yo soy la luz del mundo : pudo dar ocasión a esta declaración la grande ilu-
minación nocturna con que se solemnizaba la festividad de los Tabernáculos. Si son
exactas las referencias del Talmud, la primera noche de la festividad se colocaban
en el atrio de las mujeres, accesible a todos los israelitas, cuatro enormes cande-
labros de cieu codos (unos cincuenta metros), sobre los cuales ardían grandes lámpa-
ras, con cuya luz quedaba iluminada toda la ciudad. El lugar en que habla ahora
Jesús, el gazofilacio (o sala del tesoro), situado en el atrio de las mujeres, confirma
esta suposición. || Luz del mundo: es uno de los títulos metafóricos del Mesías.
Como declaración mesiánica entendieron los judíos las palabras de Jesús. Pero el
pensamiento de Jesús tenía mayores alcances. El Mesías era el Hijo de Dios. A la
verdad, sólo Dios puede ser en sentido plenario la luz del mundo, del mundo moral
y espiritual. |j Tendrá la luz de la vida: expresión pletórica de altísimo sentido,
imposible de aprisionar con nuestras fórmulas esquemáticas. Luz y vuio son en el
lenguaje de San Juan eco fiel del de Jesús, dos categorías supremas, cuya plena
- 228 -
813-25
SAN JUAN
8 "-25
—Yo soy la luz del mundo ; el que
me sigue no tema caminar en tinie-
blas, sino que tendrá la luz de la
vida.
" A esto le dijeron los fariseos :
—Tú das testimonio de ti mismo,
tu testimonio no es verídico.
11 Respondió Jesús, y les dijo :#
Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio es verídico,
porque se de dónde vine y adonde voy ;
mas vosotros no sabéis de dónde vengo ni adonde voy.
11 Vosotros juzgáis según la carne ; yo no juzgo a nadie.
10 Y aun cuando yo juzgue, mi juicio es conforme a verdad ;
porque no soy solo, sino yo y el Padre, que me envió.
" Y en vuestra ley está escrito
que el testimonio' de dos personas hace fe.
ls Yo soy quien doy testimonio de mí mismo,
y también da testimonio de mí el Padre, que me envió.
16 üícenle, pues :
— ¿ Dónde está tu Padre ?
Respondió Jesús :
Ni me conocéis a mí ni tampoco a mi Padre ; t
que si me conocierais a mí, también a mi Padre conoceríais.
20 Estas palabra.- habló en el gazo-
filacio, mientras enseñaba en el tem-
plo ; y nadie le prendió, porque to-
davía no había llegado su hora.
«.-1 donde yo coy, vosotros no podéis
venir». 8, 21-30
-1 Díjoles, pues, de nuevo :
Yo me voy, y me buscaréis,
y moriréis en vuestro pecado.
A donde yo voy, vosotros no podéis venir.
- Decían, pues, los judíos :
— ¿Por ventura se quitará la vida, pues dice : «A donde yo voy, vos-
otros no podéis venir» ?
■ Y les decía :
Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba ;
vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
34 Os dije, pues, que moriréis en vuestros pecados ;
porque si no creyereis que yo soy,
moriréis en vuestros pecados.
- Decíanle, pues :
— ¿ Tú quién eres ?
Díjoles Jesús :
realidad sólo se halla cu Dios. Luz es el esplendor radiante de la verdad divina en
la inteligencia humana. Vida es la vibración o palpitación dulce y amorosa del
-cr divino, que repercute en el corazón humano. Y la luz de la vida es la claridad
viviente y vital, que destierra las tinieblas y sombras de muerte, faro fulgente que
nos señala el puerto de la ciudad de Dios, donde eternamente florece la vida.
14 Mi testimonio es verídico: comenta hermosamente San Agustín: «La 'uz
muestra las otras cosas y también a sí misma... : ella misma se es testigo» (ML 35,
1659). Como Luz del mundo, Jesús puede dar testimonio de sí mismo.
11 Me buscaréis: en los días de la gran tribulación, de la gran catástrofe, que se-
ñalara la ruina de vuestra ciudad y de vuestro templo, buscaréis uu Mesías, uno
que sea lo que yo soy, y que vosotros no habéis creído ; y en pena de esa infide-
lidad, ni me hallaréis a mí ni hallaréis otro que os salve : v moriréis en vuestro
PECADO.
26 Pues ni más ni menos, eso mismo que os vengo diciendo : son muchaí y muy
variadas las versiones y las interpretaciones que se han dado de esta frase, dclibe-
— 229 —
8 26-33
SAN JUAN
8 26-33
Pues ni más ni menos, eso mismo que os vengo diciendo.
Muchas cosas tengo que hablar y juzgar acerca de vosotros ;
pero el que me envió es veraz,
y yo, lo que oí de El, esto hablo al mundo.
27 No entendieron que les hablaba del Padre. * Dijo, pues, Jesús :
Cuando levantareis en alto al Hijo del hombre,
entonces conoceréis que yo soy y que de mí mismo nada hago,
sino que, según me enseñó el Padre, eso hablo.
■° Y el que me envió está conmigo,
y no me dejó solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.
3" Al hablar El así, muchos creyeron en El.
Los judíos no son hijos de Abrahán o de Dios, sino del diablo. 8, 31-47
81 Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en El :
Si vosotros perseverareis en mi enseñanza,
sois verdaderamente discípulos míos,
** y conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres,
" Le respondieron :
— Somos linaje de Abrahán, y de nadie jamás hemos sido esclavos ;
¿ cómo dices tú : «Seréis libres» ?
íadameute enigmática, que para unos es una afirmación, para otros una contra-
pregunta. Muchas de estas versiones e interpretaciones, si bien diferentes gramati-
calmente, y aun lógicamente, coinciden, empero, en e' sentido real. En vez de
pues ni más ni menos, otros traducen : en suma (o en definitiva), absolutamente,
precisamente (o exactamente), desde luego, desde un principio. En vez de eso mismo
UUE, otros traducen : ¿por que? o ¿para quét Pero si la interrogación se entiende
como una afirmación implícita (=¿con Qué otro objeto os hablo sino para deciros lo
que soy?), la diferencia es más formal que real. Otra cosa sería si la interrogación
se entendiera como una exclamación melancólica de desaliento: Pero ¿es que debe-
ría yo siquiera hablaros? Todo considerado, la versión que proponemos parece ser
la más apropiada o aproximada.
3 Cuando levantareis en alto al Hijo del hombre : expresión enigmática entonces
para los judíos, pero diáfana y luminosa ahora para nosotros, para quienes Cristo
crucificado «s «fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (i Cor. i, 24). || Conoceréis que
yo SOY : puede entenderse en dos sentidos : mesiánico o divino. En sentido niesiá-
nico es una respuesta al interrogante que por entonces flotaba en el ambiente del
judaismo: «¿Será el Mesías Jesús de Nazaret ?» Dentro de este ambiente de univer-
sal expectación decir yo soy era una declaración inequívoca de mesianidad. En sen-
tido divino o trascendente era una declaración de divinidad, con que Jesús decía de
sí lo que Yahveh haTn'a dicho a Moisés : «Yo soy el que soy» (Ex. 3, 14). Lo que
poco después dirá J'esíts : «Antes que Abrahán viniese a ser, yo soy» (Jn. 8, 58),
favorece esta segunda interpretación.
'M Yo hago siempre lo QUE le agrada : síntesis maravillosa de toda la vida de
Cristo e ideal supremo de la vida cristiana.
31 La verdad OS hará libres : la verdad, harmonía del pensamiento con la reali-
dad, no esclaviza, antes libera y ennoblece la inteligencia. Es una alucinación del
orgullo imaginarse libre cuando se rompen los lazos que ligan la inteligencia a la
verdad... para dejarse esclavizar por el error.
31 Le RESPONDIERON : Somos linaje de Abrahán : los que esto dijeron no parecen
ser los «que habían creído en El» (v. 31), sino otros interlocutores, los eternos ad-
versarios de Jesús, siempre en acecho y siempre a punto para contradecirle y, si pu-
dieran, cogerle en palabras. En el decurso del diálogo, estos interlocutores tienen
expresiones propias de quien jamás ha creído en Jesús.
— 230 —
8 34-46
SAN JUAN
8 34-46
** Respondióles Jesús :
En verdad, en verdad os digo
que todo el que obra el pecado, esclavo es del pecado.
■ El esclavo no queda en la casa para siempre ;
el hijo queda para siempre.
3" Si, pues, el Hijo os diere libertad, seréis realmente libres.
37 Bien sé que sois linaje de .Vbrahán ;
l>ero tratáis de matarme, porque mi palabra no prende en vosotros.
■ Lo que yo vi cabe mi Padre, eso hablo ;
y vosotros, por vuestra parte, lo que oísteis de vuestro padre, eso hacéis.
30 Respondieron y le dijeron :
— Nuestro padre es Abraham.
Díceles Jesús :
Si hijos fuerais de Abrahán, haríais las obras de Abralián ;
40 mas ahora pretendéis matarme,
a mí que os he dicho la verdad, que oí de Dios ;
eso Abrahán no lo hizo.
41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.
Dijéronle :
— Nosotros no hemos nacido de fornicación ; un solo padre tenemos,
Dios.
*- Díjoles Jesús :
Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mí,
porque yo de Dios salí y he venido ;
pues no he venido de mí mismo, sino que El me envió.
43 ¿Por qué no reconocéis mi habla?
Porque no estáis en disposición de oír mis palabras.
41 Vosotros tenéis por padre al diablo,
y deseáis cumplir los deseos de vuestro padre.
El era homicida desde el principio
y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla la mentira, habla de su cosecha,
porque es mentiroso y padre de la mentira.
to Mas a mí, por lo mismo que os digo la verdad, no me creéis.
46 ¿Quién de vosotros me convence de pecado?
** El que obra el pecado, esclavo es del pecado : los pródigos, que, por amor a la
libertad, no soportan la amorosa autoridad del Padre, caen en la esclavitud de amos
sin entrañas.
86 Si el Hijo os diere libertad : expresión velada del rescate o redención, que
sólo el Hijo podía efectuar.
37 Mí palabra no prende en vosotros : la palabra de Cristo se representa como se-
milla, que no prende o cose ni echa raíces en los judíos por su mala disposición,
conforme a la parábola del sembrador.
38 Lo QUE oísteis de vuestro padre... '. es maravilloso el arte con que Jesús man-
tiene la suspensión de los judíos, que reclaman para si ya la paternidad de Abralián,
ya la de Dios : posiciones insostenibles, de las cuales El con implacable serenidad
les va desalojando.
«* i Por qué no RECONOCÉIS mi habla? Si fuerais, como decís, hijos de Dios, no se
os haría tan extraña el habla del Hijo de Dios : reconoceríais el acento de familia.
** No se mantuvo en la verdad : verdad en el Nuevo Testamento, especialmente
en San Juan, es frecuentemente la realidad, la situación objetiva de las cosas. Su-
puesta la creación de Dios, la situación real de la creatura frente al Creador es la
de absoluta dependencia. Al querer sacudir esta de-pendencia, el diablo desconoció
su situación real, no se mantuvo en la verdad. Hay, por tanto, en estas palabra.»
una alusión a la defección primordial del diablo. || Padre de la mentira : literal-
mente, «padre suyo». El pronombre suyo gramaticalmente puede referirse a uno de
los dos sustantivos precedentes : «mentira., «mentiroso». La mayoría de los intérpre-
tes lo refieren a «mentira».
— 231 —
8 47"59 SAN JUAN 8 «-59
Si digo verdad, ¿ por qué vosotros no me creéis ?
El que es de Dios, escucha las palabras de Dios ;
por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios
«Antes que Abrahán naciese, yo existo.» 8, 48-59
Respondieron los judíos y le dijeron :
-¿No decimos bien nosotros que eres tú samaritano v tienes demonio ?
Respondió Jesús : "
Yo no tengo demonio, sino que honro a mi Padre ;
y vosotros me deshonráis a mí.
w Yo no busco mi gloria ; hay quien la busca y juzqa
"En verdad, en verdad os digo,
si uno guardare mi palabra, no verá la muerte eternamente.
so eres tu mayor que nuestro padre
Abrahán, que murió? Y los profe-
tas también murieron. ¿ Quién pre-
sumes ser ?
" Respondió Jesús :
62 Dijéronle los judíos :
— Ahora sí hemos conocido que
tienes demonio. Abrahán murió, y
también los profetas ; ¡ y tú dices :
«Si uno guardare mi palabra, no
gustará la muerte jamás» ! M ¿ Aca-
Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria es nada ;
mi Padre es quien me glorifica,
el que vosotros decís ser vuestro Dios ;
65 y no le habéis conocido, mas yo le conozco.
Y si dijere que no le conozco, seré mentiroso como vosotros ;
pero le conozco y guardo su palabra.
D" Abrahán, vuestro padre, se regocijó con la esperanza de ver mi di
lo vió y se alegró.
61 Dijéronle, pues, los judíos :
— No tienes aún cincuenta años,
C8 Díjoles Jesús :
¿y has visto a Abraham ?
En verdad, en verdad os digo :
Antes que Abrahán viniese a ser, yo soy.
™ Tomaron, pues, piedras
ocultó y se salió del temple
para arrojarlas sobre El ; mas Jesús
te Mi día : la venida de aquel de su posteridad en quien se habían de cumplir
las promesas de Dios, es decir, la edad mesiánica. || Lo vió : esta visión de Abrahán
se ha interpretado de dos maneras : o 1.0 vió durante su vida o 1.0 vió después de
su muerte desde el limbo. La primera visión, en vida, no dice bien con el contexto.
Dos gozos de Abrahán se mencionan : uno anterior a la visión : se regocijó con la
esperanza de VER ; otro posterior a ella : lo vió, v se alegró. La visión, por tanto,
no puede ser simplemente la fe o alguna ilustración divina que precedió necesaria-
mente a! primer gozo. Podría ser alguna visión ulterior en que Dios mostrase a
Abrahán la feliz realización de la promesa ; pero semejante visión anticipada de lo
futuro, además de que no consta ni pareoe necesaria, no es fácil distinguirla de la
previa revelación que motivó el gozo primero. La visión, por tanto, motiyo del
segundo gozo habrá de ser la revelación hecha a los Padres del limbo de haber
llegado ya el cumplimiento de la promesa mesiánica.
"Cincuenta años: estos cálculos de los judíos en números redondos carecen de
valor para fijar la cronología de la vida de Cristo ; a lo más podrían indicar que
Jesús, por su madurez y superioridad, representaba mayor edad de la que realmente
tenía.
08 Yo soV : magnífica expresión de existencia eterna, eco de las palabras de
Yahveh a Moisés (Ex. 3, i.-]).
— 232 —
91-10
SAN JUAN
9 3-16
El ciego de nacimiento. o, 1-41
1 1 Pasando vió Jesús un hombre
ciego de nacimiento. 2 Y le pre-
guntaron sus discípulos, diciendo
— Maestro, ¿quién pecó: éste o su
padres, para que naciese ciego?
3 Respondió Jesús :
Ni Qecó éste ni sus padres,
sino que se habían de manifestar en él las obras de Dios.
' Es preciso que obre yo las obras del que me envió, mientras
viene la noche, en que nadie puede trabajar.
5 Mientras estoy en el mundo, luz soy del mundo.
de día ;
" Dicho esto, escupió en tierra e
hizo lodo con la saliva y le ungió
con el lodo los ojos, 7 y le dijo :
— 'Anda, lávate en la piscina de Si-
loé (que significa «Enviado»). ^
Fué, pues, y se lavó, y volvió con
vista.
8 Con esto los vecinos y los que
antes le veían mendigar decían :
— ¿No es éste acaso el que estaba
sentado y mendigaba ?
Unos decían :
— Este es.
• Otros decían :
— No, sino que es uno que se le
parece.
El decía :
— Soy yo.
10 Decíanle, pues :
— ¿Cómo, pues, te fueron abiertos
los ojos ?
11 El respondió :
— Aquel hombre que se llama Je-
sús hizo lodo, y me ungió los ojos,
y me dijo : «Ve a Siloé y lávate» ;
conque fui, y habiéndome lavado, re-
cobré la vista.
12 Y le dijeron :
— ¿ Dónde está El ?
Dice :
— No lo sé.
13 Llevan a los fariseos al que ha-
bía estado ciego. " Era sábado el día
que Jesús hizo lodo y le abrió los
ojos. a De nuevo, pues, le pregunta-
ban también los fariseos cómo ha-
bía recobrado la vista. El les dijo :
— Me puso barro sobre los ojos, y
me lavé, y veo.
1S Decían, pues, algunos de entre
los fariseos :
9 "i Esta deliciosa narración es un drama en miniatura, en que es fácil distinguir
los actos y hasta las escenas. Podría titularse Crítica dé Un milagro. E? interesan-
te ver cómo los judíos atacan la verdad del milagro por todos sus flancos : la realidad
del hecho, su sobrenaturalidad, su carácter de señal divina, es decir, la triple
verdad, histórica, filosófica y teológica, del milagro. Y es instructivo ver cómo
en este ataque obstinado van cambiando continuamente de táctica, abandonando una
posición para volver luego sobre ella, sin más lógica que la del prejuicio o la
desesperación. Si en las peripecias que se van sucediendo no faltan los rasgos
cómicos, el desenlace tiene vislumbres trágicas, destacadas por la sentencia final,
que es como la diánoia o pensamiento del drama. Esta crítica de un milagro es una
lección que deberían aprovechar los que se resisten a creer en los milagros del
Evangelio, porque ellos ahora no pueden comprobarlos críticamente. La crítica ya
está hecha, y por críticos sagaces, malévolos por añadidura.
2 i Quién pecó... ? Los discípulos, presuponiendo, sin razón, que todo mal físico
era efecto o castigo de algún pecado personal, preguntan sobre el pecado que aca-
ireó aquella ceguera congénita. La suposición de que el ciego pudo haber pecado
antes de nacer no prueba que ellos, o los judíos en general, creyesen en la pre-
existencia de las almas o en la rueternpsicosis, de lo cual no se descubre rastro
en todo el Nuevo Testamento. La pregunta parece más bien hija de la irreflexión.
» Ni pecó éste Ni sus padres : quiere decir el Maestro que ni los pecados del
ciego ni los de sus padres fueron la causa de la ceguera.
4 La variante yo, como más coherente, parece preferible a la rival nosotros, pre-
ferida de los críticos. ]| Mientras es de día: metafóricamente, por emientras dura
la vida». || Viene la noche... : comparación tácita : como llegada la noche cesa todo
trabajo (entonces de noche no se trabajaba!, así llegada la muerte... Es una senten-
cia general que Jesús aplica a su actuación visible en este mundo.
8-13 Primera comprobación crítica del milagro, espontánea y popular.
Comprobación científica del milagro.
11 Le preguntaban... cómo... r por ver si hallaban alguna explicación natural del
hecho. Atacan la verdad filosófica.
" No viene de Dios : apuntan contra la verdad teológica ; pero chocan contra la
dificultad de que pueda un hombre pecador obrar semejantes señales. Y se origina
— 233 —
9 17^24
SAN JUAN
9 25-34
— Este hombre no viene de Dios,
pues no guarda el sábado.
Mas otros decían :
— ¿ Cómo puede un hombre peca-
dor obrar semejantes señales?
V había escisión entre ellos. 11 Di-
cen, pues, al ciego otra vez :
— ¿Tú que dices de El cuanto a
que te abrió los ojos?
El dijo :
— Que es profeta.
18 No creyeron, pues, los judíos
acerca de él que era ciego y recobró
la vista hasta que llamaron a los
padres del mismo que había reco-
brado la vista, 10 y les preguntaron,
diciendo :
— ¿Es éste vuestro hijo, que vos-
otros decís que nació ciego ? ¿ Cómo,
pues, ve ahora ?
20 Respondieron sus padres y di-
jeron :
— Sabemos que éste es nuestro hi-
jo y que nació ciego ; 23 cómo ahora
ve,' no lo sabemos, o quién abrió sus
ojos, nosotros no lo sabemos ; pre-
guntadle a él, edad tiene ; él dirá
de sí.
*a Esto dijeron sus padres, porque
temían a los judíos ; pues ya se ha-
bían concertado los judíos en que,
si alguno le reconociera por Mesías,
fuese expulsado de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres : «Edad
tiene ; preguntadle a él.» " Llama-
ron, pues, por segunda vez al hom-
bre que había estado ciego, y le di-
jeron :
— Da gloria a Dios. Nosotros sa-
bemos que este hombre es pecador.
25 A esto respondió él :
— Si es pecador, no lo sé ; una co-
sa sé : que yo estaba ciego v aho-
ra veo.
20 Dijéronle, pues :
— ¿ Qué hizo contigo ? ¿ Cómo te
abrió los ojos ?
27 Respondióles :
—Os lo dije ya, y no me escuchas-
teis ; ¿ a qué lo queréis oír de nuevo ?
¿ Acaso también vosotros queréis ha-
ceros discípulos suyos ?
28 Le cargaron de denuestos y le
dijeron :
— Tú, discípulo suyo eres ; nos-
otros, de Moisés somos discípulos.
251 Nosotros sabemos que a Moisés le
ha hablado Dios ; mas ése no sabe-
mos de dónde es.
80 Respondió el hombre y les dijo :
—En esto precisamente está lo ex-
traño : que vosotros no sabéis de
dónde es, y, no obstante, me abrió
los ojos. 31 Sabemos que Dios no es-
cucha a los pecadores, sino que, si
uno honra a Dios y cumple su vo-
luntad, a éste escucha. 33 Nunca ja-
más se oyó decir que uno abriese los
ojos de un ciego de nacimiento. j" Si
éste no viniera de Dios, no pudiera
hacer nada.
" Respondieron y le dijeron :
— Empecatado naciste tú de pies a
cabeza, ¿ y tú nos das lecciones a
nosotros ?
Y le echaron afuera.
la escisión entre ellos. La respuesta del ciego acaba de desconcertarles. Tero no se
dan por vencidos.
La pregunta, de los fariseos tiene doble objetivo : averiguar la historicidad
del hecho, buscar manera de explicarlo naturalmente. La respuesta de los padres
comprueba la verdad del hecho y no tes suministra ningún dato que les permita
eliminar el milagro.
íh-m da gloria a Dios : con el sacrosanto nombre de Dios quieren intimidar al
ciego y sonsacarle alguna declaración que les saque del atolladero. Su posición dia-
léctica en este momento es : partiendo del postulado de que la obra no puede ser
de Dios, sigúese la disyuntiva : o el hecho será falso o tendrá su explicación natural.
En la respuesta del ciego habla la sensatez : «contra un hecho averiguado no hay
argumento que valga». Del olvido de esta verdad de sentido común se han origina-
do todas las aberraciones filosóficas.
28 ¿ Qué hizo contigo? No pudiendo ya negar el hecho y no muy seguros en el
fondo de su conciencia de su intangible postulado, se ven precisados a buscar ma-
nera de explicar naturalmente la curación.
""Es simpática la serenidad y gallardía con que responde el ciego, no sin ribe-
tes de ironía.
28 Le cargaron de denuestos : recurso socorrido : suplir con sobra de denuestos
la falta de argumentos.
Cerrando los ojos a toda ■evidencia, se obstinan en su primer postulado:
se hallan en el punto mismo de partida. La maravillosa respuesta del ciego pulveriza
ese postulado.
"Empecatado naciste tú... ¡Es la serena conclusión de una crítica objetiva e
impareiall i Son más serenas, objetivas e imparciales las modernas críticas racio-
nalistas de los milagros evangélicos?
— 211 —
9 35-39
SAN JUAN
9 4°-10 7
,s Oyó Jesús que le habían echado
afuera, y habiéndose encontrado con
él, le dijo :
— ¿Tú crees en el Hijo de Dios?
m Respondió él y dijo :
— ¿Y quién es, Señor, para que
crea en El ?
3: Díjole Jesús :
—Le has visto, v el que habla con-
tigo, El es.
M El dijo :
— Creo, Señor.
Y le adoró. 39 Y dijo Jesús :
— Para juicio vine yo a este mun-
do : para que los que no ven, vean ;
y los que ven, se vuelvan ciegos.
i0 Oyeron esto algunos de los fari-
seos que estaban con El, y le di-
jeron :
— ¿ Es que también nosotros esta-
mos ciegos ?
a Díjoles Jesús :
— Si fuerais ciegos, no tuvierais pe-
cado ; mas ahora decís ¡ «Vemos» ;
vuestro pecado subsiste.
«Yo soy la puerta», «Yo soy el buen pastor», io, 1-21
-1 f\l En verdad, en verdad os digo,
•*-^el que no entra ipor la puerta en el redil de las ovejas,
sino que salta por otra parte,
ése, ladrón es y salteador ;
■ mas el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
* A éste el portero le abre, y las ovejas oyen su voz,
y llama a sus ovejas a cada una por su nombre, y las saca afuera.
4 Cuando ha sacado afuera todas las suyas,
va delante de ellas,
y las ovejas le siguen, porque conocen su voz ;
5 mas al extraño no le seguirán, sino que huirán de él,
porque no conocen la voz de los extraños.
' Esta alegoría les propuso Je.^ús : mas ellos no entendieron qué era
lo que les hablaba.
7 Díjoles, pues, de nuevo Jesús :
*"*> Ha terminado el proceso humano y sigue el juicio divino. Es la ii&naia del
drama : la luz divina que abre los ojos a los ciegos humildes y ofusca y ciega la
clarividencia de los soberbios. | ¡ Para un juicio vine yo a este mundo : para que los
que no ven, vean, y los que ven, se vueivan ciegos. Ante la diafanidad de la sentencia
huelgan los comentarios.
'-21 Este pasaje se divide marcadamente en tres partes : 1) el verdadero pas-
tor (1-6); 2) la puerta del redil (7-10); 3) el buen pastor Í11-18). Sigue la conclu-
sión (19-21). La primera es una parábola enigmática, en que se expone solamente la
imagen parabólica sin ninguna indicación de su moralidad. Esta moralidad se ex-
pone en la segunda y en la tercera partes en forma de alegoría. Los dos puntos
más salientes de la imagen parabólica, la puerta y el pastor, en vez de aplicarse
a Jesús como suele hacerse en las parábolas comunes, se transforman en dos ale-
gorías, conexas por el sentido, pero literariamente independientes. De ahí el ca-
rácter singular de este pasaje, mitad parábola y mitad alegoría. La originalidad de
este género literario ha desorientado a algunos intérpretes, que no han sabido
apreciar su carácter y su valor estético. También ha sido objeto de controversias
la conexión lógica de este pasaje con el final del capítulo precedente. Lo más
probable parece que ni es una simple continuación ni tampoco un nuevo discurso
enteramente desligado, sino, en un sentido intermedio, et desarrollo de un tema
lógicamente nuevo, dentro de la misma situación y delante de los mismos oyentes.
1-4 El realismo y la belleza se dan la mano en esta imagen parabólica. San Juan
la llama paroimía, que podría traducirse por semejanza (o símil), parábola, enigma.
La versión adoptada tiene la ventaja de responder mejor al predominio de la ale-
goría en el pasaje y al uso alegórico que se hace de la puerta y el pastor.
T-10La inteligencia de este pasaje, bastante difícil, depende de la previa deter-
minación de su estructura. Se enuncia el tema : Yo soy la puerta de las ovejas (v. 71,
que se desenvuelve em dos ciclos paralelos (vv. 8-9, v. 10), cada uno de los cuales
es un contraste entre los ladrones y Cristo. Este contraste binario se anuncia ya
en la sección precedente (1-6) y a su modo se reproduce en la siguiente (11-18). Otra
— 235 —
10 8-17
SAN JUAN
1Q8-17
En verdad, en verdad os digo
que yo soy la puerta de las ovejas.
* Todos cuantos vinieron antes de raí, ladrones son y salteadores ;
mas no les escucharon las ovejas.
* Yo soy la puerta ; quien entrare por mí será salvo,
y entrará y saldrá, y hallará pasto.
10 El ladrón no viene sino para robar, y matar, y destruir ;
yo vine para que tengan vida y anden sobrados.
" Yo soy el buen pastor.
El buen pastor expone su vida por las ovejas ;
12 el que es asalariado y no pastor,
de quien no son propias las ovejas,
ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye,
y el lobo las arrebata y dispersa,
u porque es asalariado y no le importa de las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor,
y conozco las mías, y las mías me conocen,
15 como me conoce mi Padre y yo conozco a mi Padre ;
y doy mi vida por las ovejas.
" Y otras ovejas tengo que no son de este aprisco :
ésas también tengo yo que recoger, y oirán mi voz,
y vendrá a ser un solo rebaño, un solo pastor.
" Por esto me ama mi Padre,
iporque yo doy mi vida, para volverla a tomar.
18 Nadie me la quita, sino que yo por mí mismo la doy.
tercera categoría de personas, pastores subalternos legítimos, es ajena a la pará-
bola o alegoría, y contraria además a la unidad de pastor, tan enfáticamente pro-
clamada al fin (18). Por tanto, el sentido de la expresión temática puerta db las
ovejas no puede significar por donde se entra a las ovejas, pues semejante interpre-
tación introduciría una tercera categoría de personas, sino más bien por donde
entran y salen las ovejas. Este sentido habrá de ser la base de la interpretación
de todo el pasaje.
8 Cuantos vinieron : conforme al sentido casi técnico de la expresión E; auc ha
de venir, equivalente a «Mesías», esos que vinieron son los que se presentaron
como Mesías.
* Quien entrare... : la expresión metafórica se sustituye por la propia. Las
ovejas de que se habla son los hombres.
10 Anden sobrados : más bien que «tengan [la vida] abundante», como frecuente-
mente se traduce. Las dos expresiones tengan vida y anden sobrados, correspon-
dientes a las dos anteriores será salvo y hallará pasto, se contraponen a la doble
acción del ladrón, de matar y robar.
"-"Este pasaje, uno de los más bellos de todo el Evangelio, contiene la mora-
lidad de la parábola inicial bajo la imagen alegórica del Buen Pastor. Puede divi-
dirse en dos secciones : la primera comprende dos ciclos paralelos encabezados por
la expresión temática Yo soy el buen pastor; la segunda (16-18) contiene dos de-
claraciones : una sobre la universalidad del rebaño, otra sobre la muerte del Pastor.
" Yo soy el Buen Pastor : esta bellísima denominación, además de su significado
naiural e histórico, es un eco de dos series divergentes de textos bíblicos, en los
cuales se denomina «Pastor» ya al esperado «Mesías», ya al mismo Yahveh. En labios
de Jesús esta denominación, tan hábilmente preparada y tan enfáticamente reitera-
da, es una declaración inequívoca de su mesianidad y de su divinidad. || Expone
y da su vida : es la señal suprema del amor del Pastor a su grey. Se entrega a la
muerte, para que no perezcan sus ovejas.
El vigoroso contraste entre el Buen Pastor y el asalariado nos lleva derecha-
mente al Corazón del Pastor, a quien sí le importa de las ovejas.
«-« Conozco las ovejas mías : intimidad de vida entre el Pastor y la grey, com-
parable a la que existe entre el Hijo y el Padre.
"Otras ovejas: son los gentiles. II Este rebaño: es Israel, al cual será incor-
porada la gentilidad. || Recoger : el verbo original podría también traducirse traer
lal rebaño], conducir o guiar. || Un, solo rebaño, un solo pastor: declaración so-
lemne de la unidad y universalidad de la Iglesia y de la unidad de régimen su-
premo, que poco antes se ha prometido y poco después se conferirá a Pedro, el pri-
mero de los obispos de Roma.
17-is Dos particularidades nota Jesús en el hecho de dar su vida: la libertad con
que la da y la resurrección que coronará su sacrificio. Tal es, concluye, la dispo-
sición del Padre.
— 236 —
10 18-21
SAN Jl'AX
10 22-34
Poder tengo para darla
y poder tengo para tomarla otra
Esta orden recibí de mi Padre.
"Otra vez se originó escisión entre
los judíos con motivo de estas pa-
labras. 10 Y decían muchos de ellos :
— Demonio tiene y disparata. ¿Pa-
ra qué le escucháis ?
a Otros decían :
— Esas palabras no .-*on de ende-
moniado. ¿ Es que un demonio pue-
de abrir los ojos de los ciegos ?
vez.
En la fiesta de la Dedicación.
io, 22-42
23 Se celebraba por entonces en Je-
rusalén la fiesta de la Dedicación.
Era invierno, 23 y se paseaba Jesús
en el templo por" el pórtico de Salo-
món. M Le rodearon, pues, los ju-
díos y le decían :
— ¿Hasta cuándo tienes suspendo
miestro espíritu ? Si tú eres el Me-
sías, dínoslo abiertamente.
2Í¡ Respondióles Jesús :
Os lo dije, y no me creéis.
Las obras que yo hago en el nombre de mi Padre,
éstas dan testimonio de mí.
w Sin embargo, vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me signen,
* y yo les doy la vida eterna,
y no perecerán eternamente,
y no las arrebatará nadie de mi mano.
20 Mi Padre, que me las ha dado, mayor es que todo,
y nadie puede arrebatarlas de mano de mi Padre.
30 El Padre y yo somos una misma cosa.
31 Cogieron de nuevo piedras los
judíos para apedrearle. 32 Respondió-
les Jesús :
— Muchas obras buenas hice a fa-
vor vuestro de parte de mi Padre :
¿ por cuál de estas obras me ape-
dreáis ?
33 Respondiéronle los judíos :
— No te apedreamos por obra al-
guna buena, sino por blasfemia y
porque tú, siendo hombre, te haces
Dios-.
34 Respondióles Jesús :
— ¿ No está acaso escrito en vuestra
■**« Se nota la nueva escisión entre los judíos motivada por las palabras de Jesús.
12-23 Antecedentes históricos y composición de lugar. La fiesta de la Dedicación,
llamada también de las Enceuias, fué instituida por Judas Macabeo el año 164 a. d. C,
y se celebraba el 25 del mes de Kasleu (diciembre).
M No creéis, porque no sois de mis ovejas : el sentido es : ahora no creéis, porque
antes, cuando os di suficientes señales de quien yo era, no quisisteis creer y con ello
haceros del numero de mis ovejas ; no tenéis la fe propia de mis ovejas, porque no
tuvisteis antes la fe con que os hicierais de mis ovejas.
39 Existen dos variantes : a) Mi Padre oue me [las] ha dado../; b) Lo que hí
Padre me ha dado... La primera se rechaza por varios críticos por ser trivial ; la
secunda se acepta por ser difícil. Pero ni la primera es trivial ni la segunda simple-
mente difícil, sino incoherente. No es trivial la primera, sino elemento necesario
del raciocinio que hace Jesús para probar que no las arrebatará nadie de mi mano.
Es incoherente la segunda, tanto si por lo Que... se entienden las ovejas, cuanto si
se entiende la potencia Que el Padre ha dado al Hijo.
"Una cosa: el género neutro de la palabra original excluye la unidad de per-
dona, excluida también por el plural somos y por la distinción entre el Padre y yo.
Por otra parte, lo enfático de la expresión, el contexto, el sentido obvio entendido
por los mismos judíos y la aiiología que luego hace Jesús, todo coincide en probar
que no se trata de una unidad meramente moral o accidental : ha de ser, por tanto,
unidad de potencia y de naturaleza o esencia. Con razón, pues, vieron los Santo?
Padres, contra los arríanos, expresada en e«tas palabras la consustancialidad del
Hijo con el Padre.
*4-s* A la acusación de blasfemia opone Jesús el testimonio de la Escritura y el
de sus obras. Con el primero decide la cuestión nominal, con el segundo la cuestión
10 35-Hl
SAN JUAN
112-11
ley (Sal. Si, 6) que «Yo dije : Sois
dioses»? 35 Si llamó dioses a aque-
llos a quienes se dirigió la palabra
de Dios — y no puede fallar la Escri-
tura— , M ¿ a quien el Padre santificó
v envió al mundo decís vosotros :
«Blasfemas», porque dije: «Soy Hijo
de Dios» ? 87 Si no hago las obras de
mi Padre, no me creáis ; 38 mas si
las hago, ya que a mí no me creáis,
•creed a las obras, para que sepáis y
entendáis que mi Padre está en mí
y yo en mi Padre.
30 Buscaban, pues, de nuevo cómo
apoderarse de El, y se escapó de sus
manos.
40 Y se marchó otra vez al otro la.
do del Jordán, al lugar donde Juan
había estado primero bautizando, y
moraba allí. 41 Y venían muchos a
El, y decían :
—Juan no obró ningún milagro, y
todo cuanto dijo Juan de éste era
verdad.
Y muchos creyeron allí en El.
Lázaro enferma y initcrc. n, 1-16
i i 1 Había un enfermo, Lázaro de
LJ- Betania, 'la aldea de María y
Marta, su hermana. 4 Era María la
que había ungido con perfume al
Señor y enjugado sus pies con sus
propios cabellos, cuyo hermano lá-
zaro estaba ahora enfermo. 3 Envia-
ron, pues, las hermanas a El un re-
cado, diciendo :
— Señor, mira, el que amas está
enfermo.
* Oído esto, Jesús dijo :
— Esta enfermedad no es para
muerte, sino para gloria de Dios, a
fin de que por ella sea glorificado el
Hijo de Dios.
6 Estimaba Jesús a Marta y a sil
hermana y a Lázaro. 0 Como oyó,
pues, que estaba enfermo, por en-
tonces quedó aún dos días en el lu-
gar donde estaba ; ' luego tras esto
dice a los discípulos :
— Vamos a la Judea otra vez.
s Dícenle los discípulos :
—Maestro, ahora trataban de ape-
drearte los judíos, ¿v otra vez vas
allá?
9 Respondió Jesús :
— ¿No son doce las horas del día ?
Si uno camina de día, no tropieza,
porque ve la luz de este mundo ;
10 mas si uno camina de noche, tro-
pieza, porque le falta la luz.
11 Esto dijo, y tras eso les dice :
real. Con el primero les prueba que ellos no tendrían derecho a acusarle de blasfe-
mia, aun cuando él crudamente se hubiera aplicado el nombre de Dios. Con el
segundo les prueba que el nombre de Dios en El no es una pura denominación
destituida de realidad. Esta realidad divina la expresa con tres fórmulas : A quien
ei. Padre santificó, Soy Hijo de Dios, Mi Padre está en mí y yo en mi Padre,
análogas a la fórmula precedente Eí Padre y yo somos una cosa.
36 No puede fallar la Escritura : indcfectibilidad e infalibilidad de la Escritura,
aun en pormenores como éste de que se trata.
36 A quien el Padre santificó : triple santidad puede señalarse en Cristo : i) la
santidad de su naturaleza divina, recibida del Padre por la eterna generación ; 2) la
santidad sustancial de su naturaleza humana, derivada de su unión hipostática con
el Verbo ; 3) la santidad accidental de la misma naturaleza humana, efecto de la
plenaria infusión del Espíritu Santo. I.as palabras A quien kl Padre santificó pare-
cen expresar preferentemente la santidad sustancial de la naturaleza humana. Así
entendidas resultan más propias.
-J -J 1 Betania distaba de Jerusalén unos 15 estadios, es decir, de dos a tres kiló-
metros.
2 La que había ungido : parece una alusión a la unción de la mujer pecadora
de que habla San Lucas (7, 37-38) . Si así es, habrá de identificarse María de Betania
con la anónima pecadora. Otros traducen la que ungió, y creen que se alude pro-
lépticamente a la unció™ de que luego (¡2, 3) habla el mismo San Juan. Pero se-
mejantes aoristos prolépticos no se hallan en el cuarto Evangelio.
'Señor, mira, el que amas está enfermo: ejemplo del modo de orar que llaman
de insinuación (La Puente, NIed. esp., 3, 41. 1). cuya fuerza está en su delicadeza.
Es conocida la glosa de San Agustín : «Basta que lo sepas ; pues no sabes amar v
desamparar.»
6 Quedó aún dos días : dice San Agustín : «Dilató el sanar para poder resuci-
tar.» || En el lugar donde estara: «al otro lado del Jordán..., donde Juan había
estado primero bautizando» (10, 40!.
»-io Hay en estas palabras una doble comparación. Como son doce las iioras del
día, así están fijados los días de mi vida ; y como sí uno camina de día, no tromeza,
así puedo yo ahora ir sin peligro a la Judea.
-238-
Ü 12-26
SAN JUAN
11 27-38
— Lázaro, nuestro amigo, se ha dor-
mido, pero voy a despertarle.
M Dijéronle, pues, los discípulos :
— Señor, si duerme, sanará.
13 Jesús había hablado de su muer-
te, mas ellos pensaron que hablaba
del sueño natural. " Entonces, pues,
díjoles Jesús abiertamente :
— Lázaro murió, 13 y me alegro por
vosotros de no haber estado allí, pa-
ra que creáis. Pero vamos a él.
"Dijo, pues, Tomás, el llamado
Dídimo (o Mellizo), a los condiscí-
pulos :
— Vamos también nosotros para
morir con El.
EJ luto de Marta y María, u, 17-37
" Venido, pues, Jesús, le halló que
llevaba ya cuatro días en el sepul-
cro. 18 Estaba Betania cerca de Je-
rusalén, como a unos quince esta-
dios. 18 Muchos de los judíos habían
venido a Marta y María para darles
el pésame de su hermano. 20 Marta,
pues, así que oyó que Jesús llegaba,
le fué a ^encontrar ; María, en tanto,
quedaba en casa. * Dijo, pues, Mar.
ta a Jesús :
— Señor, si estuvieras aquí no se
hubiera muerto mi hermano ; * nc
obstante, ahora sé que cuanto pidie-
res a Dios, Dios te lo otorgará.
3 Dícela Jesús :
— Resucitará tu hermano.
54 Dícele Marta :
— Sé que resucitará cuando la re
surrección universal el último día.
* Díjola Jesús : .
— Yo soy la resurrección y la vi
da ; quien cree en mí, aun cuando
se muera, vivirá ; 26 y todo el que
vive y cree en mí, no morirá para
siempre. ¿Crees esto?
" Dícele :
— Sí, Señor ; yo creo que tú eres el
Mesías, el Hijo de Dios, que viene
al mundo.
* Y habiendo dicho esto, 6e fué y
llamó secretamente a María, su her.
mana, diciendo :
— El Maestro está aquí y te llama.
38 Ella, como lo oyó, se levanta al
instante y se va para El. 30 Todavía
Jesús no había llegado a la aldea*
sino que estaba aún en el sitio don-
de Marta le había encontrado. 81 Los
judíos, pues, que se hallaban con ella
en la casa y la consolaban, viendo
que María se levantó de presto y
salió, siguieron tras ella, pensando
que se iba al sepulcro para llorar
allí. 3: María, pues, como vino a don-
de estaba Jesús, en viéndole, se le
echó a los pies, diciéndole :
— Señor, si estuvieras aquí, no se
me hubiera muerto el hermano.
83 Jesús, pues, como la vió llorar,
y que lloraban también los judíos
que con ella habían venido, se estre-
meció en su espíritu y se conturbo,
* y dijo :
— ¿ Dónde le habéis puesto ?
Dicen le :
— Señor, ven y lo verás.
35 Lloró Jesús." 38 Decían, pues, los
judíos :
— Mira cómo le quería.
37 Mas algunos de ellos dijeron :
— ¿No podía éste, que abrió los
ojos del ciego, hacer que también
éste no muriese ?
38-46
38 Jesús, pues, estremeciéndose otra
vez en su interior, se dirige al se-
pulcro. Era éste una cueva, sobre la
15 Me alegro de no haber estado allí: confiesa el Señor su debilidad, que, de
estar allí, no hubiera resistido a las lágrimas de las dos hermanas del enfermo.
Con ello nos enseña el Maestro la diferencia entre la oración ausente y la oración
presente. I
* Yo soy la resurrección Y la vida : es la didnoia o significación trascendental
del milagro que va a obrar. No están reñidos historicidad y simbolismo.
" Yo creo : magnífica profesión de fe por razón del objeto, no tanto por su
firmeza, como pronto se mostrará.
» Te llama : sin duda que el Maestro había dado a Marta este encango, aun
cuando no lo exprese el evangelista.
a Se estremeció : la múltiple ciencia sobrenatural que poseía no impedía en el
Salvador que la sensibilidad se excitase normalmente en todo lo que no argüía
imperfección moral.
33 Las cuevas sepulcrales eran de dos maneras. Cuando la roca se levantaba, se
excavaban lateralmente; cuando el terreno rocoso era llano, se excavaban vertical-
- 2.3Q —
11 39-47
SAN
JUAN
11 48-56
cual había una losa puesta. " Dice
Jesús :
—Quitad la piedra.
Dicele Marta, la hermana del di-
funto :
— Señor, ya huele mal, que es niuei-
to de cuatro días.
40 Dícele Jesús :
— ¿No te dije que, si creyeres, ve-
rás la gloria de Dios ?
* 41 Quitaron, pues, la piedra. Jesús
alzó sus ojos al cielo, y dijo :
—Padre, gracias te doy porque me
oíste. 42 Yo ya sabía que siempre me
oyes ; mas lo dije por la muchedum-
bre que me rodea, a fin de que crean
que tú me enviaste.
43 Y dicho esto, con voz poderosa
clamó :
— Lázaro, ven afuera.
44 Y salió el difunto atado de pies
y manos con vendas, y su rostro es-
taba envuelto en un sudario. Díceles
Jesús :
— Desatadle y dejadle andar.
46 Muchos, pues, de los judíos, que
habían venido a casa de María, vien-
do lo que hizo creyeron en El. 40 Mas
algunos de entre ellos se fueron a
los fariseos y les contaron lo que
Jesús había hecho.
Determinan los judíos dar muerte
a Jesús, n, 47-53
47 Convocaron, pues, los sumos
sacerdotes y ilos fariseos el sanhe-
drín, y decían :
— ¿Qué hacemos?, pues ese hom-
bre obra muchas maravillas. 48 Si le
dejamos así, todos creerán en El, y
vendrán los romanos y arruinarán
nuestro templo y nuestra nación.
4UUrio de ellos, Caifás, que era aquel
año sumo sacerdote, les dijo :
— Vosotros no sabéis nada, 60 ni re-
flexionáis que os interesa que muera
un solo hombre por el pueblo y que
no perezca toda la nación.
61 Esto dijo no por su propio impul-
so, sino que, como era sumo sacer-
dote aquel año, profetizó que Jesús
había de morir por la nación, 62y no
por la nación solamente, sino para
que los hijos de Dios que estaban
dispersos los juntase en uno. 63 A par-
tir, pues, de aquel día, resolvieron
hacerle morir.
Jesús se retira a Efrén. íi, 54-56
61 Jesús, pues, no se presentaba ya
en público entre los judíos, sino que
se retiró de allí a la región vecina al
desierto, a la ciudad llamada Efrén,
y allí demoraba con sus discípulos.
65 Se aproximaba ya la Pascua de
los judíos, y subieron muchos del
país a Jerusalén antes de la Pascua
con el fin de purificarse. í<s Busca
ban, pues, a Jesús, y se decían unos
a otros estando en el templo :
— ¿ Qué os parece ? ¿ Que no ven-
drá a la fiesta ?
Los príncipes de los sacerdotes y
mente o hacia abajo. El sepulcro de Lázaro, probablemente de este segundo tipo,
sería una cavidad subterránea, sobre cuya entrada había una losa puesta.
12 Antes de obrar este milagro, el mayor de cuantos obró en su vida mortal, quiere
Tesús subrayar su valor apologético. La verdad histórica del milagro iba a ser
patente ; no menos patente sería su verdad filosófica ; lo que Jesús quiso recalcar
fué su verdad teológica : que era obra de Dios. Al presentar Jesús este milagro
como argumento decisivo de su mesianidad comprometía la verdad de Dios, que en
tales circunstancias no podía garantizar con el milagro las pretensiones de ui:
falso Mesías.
«-« es singular la lógica con que discurren los sanhedritas. Primeramente, si
Jesús obraLa muchos milagros en prueba de su divina misión, la lógica exigía que
creyesen en El, en vez de revolverse contra el taumaturgo. En segundo lugar, si
Jesús era el Mesías que iba a inaugurar el reino de Dios, ¿ qué podrían contra El
los romanos ni todos los poderes de la tierra ?
48 No tenía razón Caifás para llamar insolentemente ignorantes a los demás,
ruando no hace sino expresar brutalmente lo que ellos habían ya insinuado.
M Se invoca la razón de estado para atrepellar la justicia. Mas la justicia atro-
pellada arruina, al fin, a los estados.
M-62 Caifás dijo más que supo. Instrumento inconsciente de Dios, es decir, movido
por cierto instinto profético, no por el carisma de la verdadera profecía, como ad-
vierte Santo Tomás (2-2, q. 173, a. 4), profetizó que Jesús iiabía de morir por la
salud de los judíos y de todos los hombres.
64 Efrén o Efralm (llamada también Ofra, Efrón..., hoy Taycbeh) dista de Je-
rusalén, hacia el NE. 20 millas romanas (unos 30 kilómetros), a unos siete kilóme-
tros al NE. de Betel.
— 240 —
SAN JUAN
12 7-15
los fariseos habían dado órdenes de
que si alguno supiese dónde estaba
le denunciase, a fin de apoderarse
de Él.
María unge al Señor. íz, i-n
i o 1 Jesús, pues, seis días antes
de la Pascua vino a Betania,
donde se hallaba Lázaro, a quien Je-
sús había resucitado de entre los
muertos. 2 Dispusieron, pues, en su
obsequio una cena allí, y Marta ser-
vía, y Lázaro era uno de los que es-
taban a la mesa con El. 8 María,
pues, tomando una libra de perfume
de nardo legítimo de subido precio,
ungió los ipies de Jesús y los enjugó
con sus cabellos, y la casa se llenó
de la fragancia del perfume. 4 Dice,
pues, Judas Iscariote, uno de sus
discípulos, el que le iba a entregar ¡
5 — ¿Por qué no se vendió este per-
fume en trescientos denarios y se
dió a los pobres ?
a Dijo esto no porque le importase
de los pobres, sino porque era la-
drón, y como guardaba la bolsa,
hurtaba lo que en ella se echaba.
7 Dijo, pues, Jesús :
—Déjala que lo haya guardado pa-
ra el día de mi sepultura. s Porque
a los pobres siempre los tenéis con
vosotros, mas a mí no siempre me
tenéis.
0 Enteróse, pues, la turba numero-
sa de los judíos de que estaba allí,
y vinieron no por Jesús solamente,
sino también por ver a Lázaro, a
quien había resucitado de entre lo*
muertos. 10 Y resolvieron los sumos
sacerdotes matar también a Lázaro,
u pues muchos de los judíos, a cau-
sa de él, se les iban y creían en Je-
sús.
Entrada triunfal en Jerusalén.
12, 12-19
a Al día siguiente, la gran muche-
dumbre que había venido a la fies-
ta, al oír que venía Jesús a Jerusa-
lén, 13 tomaron palmas, y salieron a
su encuentro, y clamaban :
¡ Hosanna !
Bendito el que viene en el nombre del Señor,
y el Rey de Israel.
11 Hallando Jesús un asnillo, montó sobre éQ, según está escrito (Za-
carías, 9, 9I :
15 No temas, hija de Sión ;
mira, tu Rey viene
montado sobre un pollino de asna.
-j o 1 Seis días antes de i.a Pascua : probablemente el S de Nisán, que era viernes. La
■*« cena pudo ser al anochecer, comenzado ya el sábado judío, o más verosímil-
mente el día siguiente.
2 Por San Mateo (26, 6) y San Marcos (14, 3) sabemos que el que dió la cena
fué Simón el leproso. El hecho de que Marta servía supone cierta intimidad entre
Simón y la familia de Lázaro.
3 La libra romana equivalía a 327 gramos y medio. || El perfume de nardo, bi
era legítimo o auténtico, era el más apreciado de los perfumes.
4 Judas fué el que inició la murmuración, que contagió luego a otros discípulos.
5 El valor de trescientos denarios, fijado por un avaro despechado, parece algo
fantástico. San Mateo, más entendido en estas materias, no habla de esos trescientos
denarios.
'Para el día de mi sepultura: delicadamente espiritualiza Jesús esta unción al
considerarla no como un lujoso regalo convival, sino como un obsequio funera-
rio. I| María, tan solícita y generosa en ungir a Jesús, y que ademas oyó esta
alusión a la unción sepulcral, no podía menos de hallarse en el grupo de las mi-
róforas, tan solicitas y generosas en sus propósitos de ungir el cadáver del Maestro.
Y si era una de ellas, no podía ser otra que María Magdalena.
12 Al día siguiente: era el domingo io de Nisán. || La gran muchedumbre: eran
principalmente los forasteros que habían venido a la fiesta, entre los cuales pre-
dominarían los galileos. El motivo determinante de recibir a Jesús en palmas fué
la noticia de la resurrección de Lázaro. Esta muchedumbre venida de Jerusalén
se reunió con la que venía con Jesús desde Betania.
u El Rev de Israel : el Mesías. San Juan da mayor relieve al sentido de realeza
expresado eu las aclamaciones populares.
— 241 —
12 16-19
SAN JUAN
12 20-32
" Estas cosas no las conocieron sus
discípulos desde un principio, sino
que, cuando fué glorificado Jesús,
entonces recordaron que tales cosas
estaban escritas sobre El, y éstas
fueron las que con El hicieron. "Da-
ba, pues, testimonio la turba que
con El estaba cuando llamó a Láza-
ro del sepulcro y le resucitó de en-
tre los muertos. 18 Por esto también
le salió al encuentro la muchedum-
bre, por haber oído que El había
obrado este portento.
19 Los fariseos , pues , se dijeron
unos a otros :
— Veis que nada lográis ; he aquí
que el mundo se fué tras El.
Unos gentiles desean ver a Jesús
12, 20-36
;" Había unos griegos de los que
subían a honrar a Dios en la solem-
nidad. 23 Estos se acercaron a Feli-
pe, que era de Betsaida de Galilea,
y le rogaban diciendo :
- — Señor, deseamos ver a Jesús.
2a Viene Felipe y se lo dice a An-
drés ; vienen Andrés y Felipe y se
lo dicen a Jesús. -1 Jesús tes respon'
de diciendo :
Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.
11 En verdad, en verdad os digo,
si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo ;
mas si muere, lleva mucho fruto.
'''' Quien ama su vida, la pierde ;
y quien aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna.
'' Quien me sirve, sígame ;
v donde estoy yo, allí también estará mi servidor.
A. quien me sirviere, mi Padre le honrará.
°; Ahora mi alma se ha turbado ; y ¿qué diré?
Padre, sálvame de esta hora.
Mas para esto vine a esta hora.
a Padre, glorifica tu nombre.
Vino, pues; una voz del cielo : y lo oyó, decía que había sido un
— Le glorifiqué y de nuevo le glo- "trueno. Otros decían :
rificaré. ■ — Un ángel le ha hablado.
39 La turba, pues, que allí estaba 3" Respondió Jesús y dijo :
No por mí ha venido esta voz, sino por vosotros.
sl Ahora es el juicio de este mundo ;
ahora el príncipe de este mundo será arrojado fuera.
Y yo, cuando fuere levantado de la tierra,
a todos arrastraré hacia mí.
18 Advierte oportunamente el evangelista que el cumplimiento de la profecía no
fué estudiado, sino espontáneo e inconsciente.
"o-30 Esta sección se divide en tres partes : demanda de unos gentiles (20-28), la
voz del cielo (28-33), desorientación de los judíos (34-36).
31 Unos griegos: eran gentiles, que, sin ser prosélitos o estar afiliados al judais-
mo, adoraban al verdadero Dios y reconocían la superioridad de la religión judaica.
22 No dice el evangelista si Jesús ¿iccedió a la demanda de los griegos. Ni los
intérpretes están de acuerdo.
23-M Tres pensamientos resaltan en las palabras de Jesús, todos relacionados con
su próxima muerte : que será su glorificación y el principio de su eficacia sal-
vadora (23-24) ; ejemplo que todos deberán imitar para lograr la vida eterna (25-26) ;
que de presente le conturba (27-28).
3,-28 Preludio de las agonías de Getsemaní : la turbación, la petición condiciona-
da y la aceptación definitiva de la voluntad del Padre. Opinan algunos que la ora-
ción «sálvame...» es interrogativa. Semejante interpretación parece alambicada.
S1-32 Dos frutos de la muerte de Jesús : la victoria sobre -Satanás, EL PRÍNCIPE de
este mundo, y la atracción universal hacia Cristo crucificado.
— 2.12 —
12 33-45
SAX JUAN
12 35-49
M Esto decía significando con cuál te, y ¿ cómo dices tú que «Tiene que
muerte había de morir. 31 Respon- ser exaltado el Hijo del hombre» ?
dióle, pues, la turba : ¿ Quién es ese Hijo del hombre ?
— Nosotros hemos oído de la Ley " Díjoles, pues, Jesús :
que el Mesías permanece eternamen-
Todavía breve tiempo está la luz con vosotros.
Caminad mientras tenéis la luz, para que las tinieblas no os sorprendan
Y quien camina en las tinieblas no sabe dónde va.
* Mientras tenéis la luz, creed en la luz,
para que seáis hijos de la luz.
Esto habló Jesús, y retirándose se escondió de ellos.
Conclusión del ministerio público: la incredulidad de los judíos. 12, 37-50
37 Habiendo obrado tan grandes maravillas en* presencia de ellos, no
creían en El, 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, cuan-
do dijo (53, 1) :
Señor, ¿quién dió fe a nuestro mensaje?
¿Ya quién ha sido revelado el Brazo del Señor ?
39 Por esto eran incapaces de creer, porque también dijo Isaías (6, 9-10) :
w Cegó sus ojos y endureció su corazón,
para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón,
y se vuelvan a mí, y yo los sane.
41 Esto dijo Isaías, cuando vió su
gloria y habló de El.
0 Con todo, aun de los jefes mu-
chos creyeron en El ; mas por mie-
do a los fariseos no se declaraban,
para no ser expulsados de las sina-
gogas, 43 porque amaron la gloria de
los hombres más que la gloria de
Dios. 44 Mas Jesús levantó la voz y
dijo :
— Quien cree en mí no cree en mf,
sino en aquel que me envió. 46 Y
quien me ve, ve al que me envió.
16 Yo vine como luz al mundo, para
que todo el que crea en mí no quede
en las tinieblas. Y quien oyere mis
palabras y no las guardare, yo no le
juzgo, porque no vine para juzgar
al mundo, sino para salvar al mun-
do. ** Quien me desecha y no recibe
mis palabras, ya tiene quien le juz-
ga. La palabra que hablé, ésa le juz-
gará en el último día. 49 Que yo no
hablé por mi iniciativa, sino el Pa-
dre, que me envió, El me dió la or-
den de qué había de decir y qué ha-
rtadas de los j li-
es amonesta que
Sí-*i En vez de contestar directamente a las preguntas descoi
dios, a las cuales pronto los hechos darían cumplida respuesta
aprovechen el breve iie.\ipo que TODAVÍA está la luz con ellos.
38 P*ra que se cumpliese: expresa simple consecuencia, o bien la finalidad inhe-
rente a la conexión lógica de los hechos.
" Por esto eran incapaces de creer : es la incapacidad consecuente de la ceguera
de que habla Isaías.
40 Cfgó sus ojos... : la acción de Dios no intenta la ceguera del hombre ; pero (te
hecho la produce en los que la reciben culpablemente indispuestos.
" Cuando vió su gloria : la sublime visión del Rey divino, Yahvé de los ejérci-
tos (Is. 6, 5), es la visión de la gloria de Cristo : magnífico testimonio de su divi-
nidad. ' |J j
4i-«o contra el unánime sentir de todos los antiguos intérpretes, muchos modernos
consideran este íszonamiento como una síntesis compuesta por el evangelista. Se-
mejante hipótesis, que a primera vista parece plausible, miiada más de cerca resulta
innecesaria y ofrece serias dificultades. Ya la fórmula introductoria Mas Jfsvs levantó
la voz y dijo choca demasiado contra la hipótesis moderna. Por lo demás, entre las
dos indicaciones cionológicas del evangelista 12, 12 (=domingo), y 13, 1 (=jiuewes),
queda amplio margen en que colocar este razonamiento de Jesús.
— 243 —
12 50-13 io
SAN JUAN
13
bía de hablar. 60 Y sé que su manda-
miento es vida eterna. Lo que 3'o
hablo, pues, así lo hablo, conforme
me lo ha encargado el Padre.
Lava Jesiís los pies a sus discípulos.
i3. i-i7
"i o 1 Ell día antes de la fiesta de la
•*-" Pascua, sabiendo Jesús que era
llegada su hora de pasar de este mun-
do al Padre, como hubiese amado a'
los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo. 2 Y co-
menzada la cena, como ya el diablo
hubiese puesto en el corazón a Ju-
das, hijo de Simón, el Iscariote,
que le entregase, 3 sabiendo que to-
das las cosas las entregó el Padre
en sus manos y que de Dios salió y
a Dios vuelve, 1 levántase de la cena
y deja los vestidos, y tomando un
lienzo, ciñóse con él. 5 Luego echa
agua en un barreño y comenzó a la-
var los pies de los discípulos y en-
jugarlos con el lienzo con que esta-
ba ceñido. 6 Llega, pues, a Simón Pe-
dro. Y dícele éste :
— Señor, ¿tú a mí lavas los pies?
' Respondió Jesús y le dijo :
— Lo que yo hago tú no lo sabes
ahora, mas lo entenderás después.
8 Pedro le dice :
— No lavarás mis pies nunca jamás.
Respondióle Jesús :
— Si no te lavare, no tienes parte
conmigo.
0 Dícele Simón Pedro :
— Señor, no mis pies solamente,
sino también las manos y la cabeza.
10 Dícele Jesús :
— El que se ha bañado no necesita
lavarse sino los pies; antes bien, es-
tá limpio todo. Y vosotros limpios
estáis, aunque no todos.
" Pues conocía al que le entrega-
ba ; por esto dijo : «No todos estáis
limpios.» 12 Pues como les hubo la-
vado los pies, tomó sus vestiduras
y, puesto de nuevo a la mesa, les
dijo :
— ¿ Entendéis qué es lo que he he-
cho con vosotros ? 13 Vosotros me lla-
máis «el Maestro y el Señor», y de-
cís bien, pues lo soy. u Si, pues, os
lavé los pies, yo, el Señor y el Maes-
tro, también vosotros debéis unos
a otros lavaros los pies. 15 Porque
ejemplo os di, para que como yo hi-
ce con vosotros, así vosotros lo ha-
gáis. 10 En verdad, en verdad os di-
go : no es el siervo mayor que su
señor, ni el enviado mayor que el
que le envió. u Si esto sabéis, bien-
aventurados sois si lo hiciereis.
Denuncia al traidor. 13, 18-30
( = Mt. 26, 21-25 =M'c. 14, 18-21
= Lc. 22. 21-23)
15 No de todos vosotros lo digo :
yo sé a quiénes me escogí ; sino que
se había de cumplir la Escritura
(Sal. 40, 10) : «El que come mi pan,
levantó contra mí su calcañar.»
19 Desde ahora os lo digo, antes de
que suceda para que, cuando suce-
diere creáis que yo soy. 20 En ver-
dad, en verdad os digo : quien reci-
be al que yo envío, a mí me recibe ;
y quien a mí me recibe, recibe al
que me envió.
21 En diciendo esto, Jesús se con-
turbó en su espíritu y declaró y dijo :
— En verdad, en verdad os digo
que uno de vosotros me entregará.
22 Se miraban unos a otros los dis-
cípulos, perplejos por no saber de
quién lo decía. 23 Estaba recostado
en el seno de Jesús uno de sus dis-
-10 ' Kl día antes de la fiesta: partee que aquel año hubo discrepancia en la celebra-
-«-O tióu de la Pascua. La mayoría de los judíos la celebraron el jueves-viernes (Pas-
cua real) ; los sacerdotes, el viernes-sábado (Pascua oficial). San Juan, refiriéndose
a la Pascua oficial, llama día antes de la fiesta el que los Sinópticos llaman «primer
día de los Azimos» o de la Pascua real. || Hasta el extremo : hasta el colmo, hasia
lo sumo : expresión del amor de aquel Corazón que tanto ha amado a los hombres.
2 Comenzada la cena : entendiendo cena en sentido amplio, desde que se escan-
ciaba ta primera cofia de vino, el lavatorio de los pies pudo seguir inmediatamente
al de las manos, que precedía la comida del cordero.
* Sabiendo... : el Hijo de Dios se humilla a ejercer un oficio servil con plena
conciencia de su grandeza divina.
El Maestro da de palabra la eran lección de humildad y seryieialidad que
acaba de darles con el ejemplo.
3-26 En la cena pascual los comensales estaban recostados sobre lechos o divanes
Con qué orden, no lo sabemos, De lo que dice el evangelista deducimos que Juan
— 244 —
13 25-27
SAN JUAN
13 28-38
cípulos, a quien Jesús amaba. 24 Há- |
cele, pues, señas Simón Pedro :
— Di quién es aquel de quien ha-
bla.
25 El, dejándose caer confiadamen-
te sobre e.1 pecho de Jesús, le dice :
— Señor, ¿ quién es ?
M Responde, pues, Jesús :
— Aquel es a quien daré el bocado
que voy a mojar.
Mojando, pues, el bocado, lo toma
y da a Judas, hijo de Simón Isca-
riote. 27 Y tras el bocado, en el mis-
I mo instante entró en él Satanás. Dí-
cele, pues, Jesús :
— Lo que vas a hacer, date pri.-,a
en hacerlo.
28 Esto nadie de los que estaban a
la mesa entendió para qué se lo di-
jo ; 20 pues pensaban algunos que,
como Judas guardaba la bolsa, le
decía Jesús : «Compra las cosas de
que tenemos necesidad para la fies-
ta», o que diera algo a los pobres.
80 En habiendo, pues, tomado el bo-
cado, se salió él inmediatamente.
Era de noche.
Sermón de la Cena
Glorificación de Jesús, el nuevo mandamiento. 13, 31-35
31 Cuando hubo, pues, salido, dice Jesús :
Ahora ha sido glorificado el Hijo jdel hombre,
y Dios ha sido glorificado en El.
82 Si Dios ha sido glorificado en El,
Dios, a su vez, le glorificará en sí,
y pronto le glorificará.
33 Hijuelos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros.
Me buscaréis, y como dije a los judíos
que «a donde yo voy, vosotros no podéis venir»,
también a vosotros os lo digo ahora (Jn. 7, 33 ; 8, 21).
w Un nuevo mandamiento os doy : que os améis unos a otros ;
que como yo os he amado,
también vosotros os améis mutuamente.
26 En eso conocerán todos que sois discípulos míos,
si os tuviereis amor unos a otros.
Anuncia las negaciones de Pedio.
13, 36-38 ( = Mt. 26, 31-35 = Mc. 14,
27-31 =Lc 22, 31-38)
n Dícele Simón Pedro :
— Señor, ¿ adonde te vas ?
Respondió Jesús :
— A donde voy no puedes ahora se-
guirme, pero me seguirás más tarde.
37 Dícele Pedro :
-;-Señor, ¿ por qué no puedo se-
guirte ahora? Mi vida daré por ti.
88 Resiponde Jesús :
— ¿ Tú vida por mí darás ? En ver-
dad, en verdad te digo, no cantará
el gallo antes de que me hayas n -
gado tres veces.
estaba a la derecha o delante de Jesús. Pedro estaba en sitio desde donde podía
entenderse por señas con Juan. Judas no estaba muy lejos de Jesús, para poder
recibir el bocado que le ofreció. Lo demás son conjeturas más o menos plausibles
31-30 preludio del sermón, en que se desarrollan estos tres pensamientos : inmi-
nencia de la muerte, que es una glorificación (31-32), despedida (33), el nuevo man-
damiento del amor (34-35).
M El mandamiento del amor antes era : «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» ;
ahora es : «Os amaréis como yo os ue amado.» De ahí su novedad.
3MS La interpelación de Pedro motiva el anuncio de su triple negación, que CS
como un paréntesis entre el preludio y el cuerpo del sermón.
— 245 —
14 1-14
SAN JUAN
14 1-14
Palabras de consuelo: «Volveré». 14, 1-4
1 A 1 No se turbe vuestro corazón.
¿Creéis en Dios? También en mí creed.
2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas :
que si no, os lo hubiera dicho,
oues voy a prepararos lugar.
8 Y si me fuere y os preparare lugar,
otra ve/, vuelvo y os tomaré conmigo,
para que donde yo estoy, estéis también vosotros.
* Y a donde yo voy, ya sabéis el camino.
Interpelación de Tomás y de Felipe. 14, 5-11
6 Dícele Tomás :
— Señor, no sabemos a dónde vas, ¿ cómo podemos saber el camino ?
6 Dícele Jesús :
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
Nadie va al Padre sino por mí. '
7 Si me habéis conocido, también a mi Padre conoceréis ;
y ya desde ahora le conocéis y le habéis visto.
8 Dícele Felipe :
— Señor, muéstranos al Padre y nos basta.
9 Díceles Jesús :
Tanto tiempo estoy con vosotros,
¿y no me has conocido, Felipe?
Quien me ha visto, ha visto al Padre.
¿ Cómo dices t.ú : Muéstranos al Padre ?
,0 ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí?
Las palabras que yo os "hablo, de mí mismo no las hablo ;
mas el Padre, que mora en mí, El hace las obras.
u Creedme, que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí ;
y si no, por las obras mismas creedlo.
Frutos de la fe. 14, 12-T4
" En verdad, en verdad os digo : Quien cree en mí,
las obras que yo hago, también él las hará,
y mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre.
"Y cualquier cosa que ipidiéredes en mi "nombre, eso haré,
para que sea glorificado el Padre en efl Hiio.
14 Si algo me (pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
U1-31 Este capítulo es a su modo un discurso acabado, en que predominan las con-
solaciones: unas en función de la fe (1-14), otras en función de la caridad (15-24),
seguidas de un epílogo (25-31). En todo él las palabras parecen fluir del Corazón
del Maestro.
1-4 Primer motivo de consuelo : la separación no es definitiva ni será larga .
OTRA VEZ VUELVO Y OS TOMARÉ CONMIGO.
YO SOY EL CAMINO, porque NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ. Yo soy LA VERDAD,
porque si me habéis conocido, también a mi Padre conoceréis. Yo soy la vida, porque
«ésta es la vida eterna : que te conozcan a ti, el único verdadero Dios, y a quien
enviaste, Jesu-Cristo» (17, 3). Fuera de Cristo no hay sino descamino, mentira y
muerte.
12-14 Doble fruto de la fe : participación de las obras de Cristo, eficacia (Je la
oración.
— 246 —
14 15-26
SAN JUAN
14 15-26
Otro Consolador. 14, 15-17
•* Si me amareis, guardaréis mis mandamientos ;
14 y yo rogaré al Padre, y os dará otro Abogado,
para que esté con vosotros perpetuamente :
" el Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede recibir,
porque no le ve ni conoce ;
vosotros le conocéis, pues con vosotros mora y en vosotros estará.
«No os dejaré huérfanos». 14, 18-24
,J No os dejaré huérfanos ; vuelvo a vosotros.
* Todavía un poco, y el mundo ya más no me ve ;
pero vosotros me veis, porque yo vivo y vosotros viviréis.
" En aquel día conoceréis vosotros que estoy en mi Padre,
y vosotros en mí y yo en vosotros.
51 Quien tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama ;
y quien me ama, será amado de mi Padre,
y yo también le amaré y me manifestaré a él.
■ Dícele Judas, no el Iscariote :
— Señor, ¿y qué ha pasado, que vas a manifestarte a nosotros, y al
mundo no ?
* Respondió Jesús y díjale :
Si alguno me amare, guardará mi palabra, y mi Padre le amará,
y a El vendremos y en El haremos mansión.
:l Quien no me ama, no guarda mis palabras.
Y la palabra que oís no es míai
sino del Padre, que me ha enviado.
Nueva promesa del Paráclito: la paz de Cristo. 14, 25-31
26 Estas cosas os he hablado, mientras permanecía con vosotros ;
K mas el Paráclito, el Espíritu Santo,
que enviará el Padre en mi nombre,
1(1 Os dará oiro Abogado o Defensor : el Espíritu de. la verdad. El nombre dt
Abogado indica personalidad. Será otro : distinto del Padre y de Jesu-Cristo y de
igual categoría. Es, pues, el Espíritu Santo persona divina, distinta de las otras dos
personas e igual a ellas.
18 No os dejaré huérfanos : expresión regaladísima del amor paterno a la vez y
materno de Jesús a los discípulos.
Vuelvo a vosotros..., me veréis..., conoceréis que yo estoy en vosotros..., mi
manifestaré... : cumplimiento de estas promesas serán no sólo las apariciones des
pues de la resurrección, sino también, y principalmente, la perenne presencia >
asistencia de Jesús en los discípulos, la experiencia íntima y como sensación de esra
presencia espiritual, la comunión de vida con el Maestro.
Aunque algo indirectamente, responde Jesús a la pregunta de Judas Tadeo.
Me manifestaré, dice, a vosotros y no al mundo, porque vosotros me amáis y guar
dáis mi palabra, y el mundo no. || En él haremos mansión : esta promesa, unida a la
anterior, referente al Espíritu Santo, habla de la inhabitación de toda la adorable
Trinidad en el corazón del cristiano.
" El os enseñará todas las cosas : se anuncia la asistencia del Espíritu Santo,
garantía divina de infalibilidad, a los que han de ser los Maestros auténticos de
la verdad revelada. Respecto de los apóstoles, el Espíritu Santo completará la divina
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14 27-15 6 SAN JUAN 14 27-15
El os enseñará todas las cosas
y os recordará todas las cosas que os dije yo.
-' La paz os dejo, mi paz os doy ;
no como el mundo la da, yo os la doy.
No se conturbe vuestro corazón, ni se acobarde.
^ Oísteis que yo os dije : «Me voy y volveré a vosotros.»
Si me amaseis, os holgaríais de que voy al Padre,
porque el Padre es mayor que yo.
'-" Y ahora os lo he dicho antes de que suceda,
para que, cuando sucediere, creáis.
*" Ya no hablaré muchas cosas con vosotros,
porque viene el príncipe del mundo ;
mas contra mí no pued? nada ;
31 pero es menester conozca el mundo que amo al Padre,
y que, como me lo mandó el Padre, así lo hago.
Levantaos, vamos de aquí.
15
Alegoría de la vid y los sarmientos. 15, i-ii
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es eil labrador.
Todo sarmiento que en mí no lleva fruto, !o arranca ¡
y todo el que lleva fruto, lo poda,
para que lleve fruto más copioso.
5 Ya vosotros estáis limpios,
en virtud de la palabra que os he hablado.
1 Permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede llevar fruto de sí mismo
si no permaneciere en la cepa,
así tampoco vosotros si no permaneciereis en mi.
6 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
Quien permanece en mí y yo en él,
éste lleva fruto abundante,
porque fuera de mí nada podéis hacer.
0 Si alguno no permanece en mí,
es arrojado fuera como el sarmiento y se seca ;
revelación, hasta enseñarles todas las cosas; pero sobre todo les recordara todas
las cosas que ya Jesús les había enseñado, mas ellos no habían acabado de com-
prender.
28 El Padre es mayor que Jesu-Cristo en cuanto hombre : como se dice en el
Símbolo Atanasiano : Jesu-Cristo es ligual al Padre según la divinidad, menor que
el Padre según la humanidad» y también, por cuanto «se anonadó a sí mismo, to-
mando forma de esclavo...! (Fiip. 2, 7).
al Levantaos, vamos de aquí : estas palabras parecen dar por terminado el razona-
miento, que, sin embargo, se prosigue en los dos capítulos siguientes. ¿Qué son,
pues, los capítulos xv y xvi ? Para unos, la conversación de sobremesa, continuada
en el mismo Cenáculo ; /para otros, la conversación habida durante el camino, antes
de salir de la ciudad ; muchos protestantes suponen que estos dos capítulos están
luera de lugar ; algunos católicos modernos creen que son una segunda redacción
complementaria, en que o bien se consignan nuevos recuerdos referentes al mismo
discurso, o bien se recopilan otros discursos anteriores. La primera explicación es
la más sencilla y natural y la más conforme al texto evangélico, a no ser que las
palabras vamos de aquí se interpreten, contra la naturaleza de las cosas, como una
orden perentoria ejecutada fulminantemente.
-I pr Literariamente, este pasaje es una alegoría, si bien apuntan algunos elemen-
tos o rasgos parabólicos (vv. 4 y 6). Teológicamente, bajo la imagen de la cepa y
los sarmientos se expresa lo que con términos paulinos se llama el cuerpo místico de
Cristo, con sus dos elementos esenciales : la mutua inmanencia entre los hombres
y Cristo y el influjo capital de Cristo en los hombres. Dentro de esta concepción
mística, la riqueza teológica de esta bellísima alegoría es inagotable. En ella se
pone de relieve la doble necesidad : la de la erracia para toda obra meritoria y la
de la libre cooperación humana.
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35 7-24
SAN JUAN
15 7-24
y a ésos recógenlos y arrójanlos al fuego y arden.
' Si permaneciereis en rní, y mis palabras permanecieren en vosotros,
cuanto quisiereis pedidlo, y lo obtendréis.
5 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis fruto abundante ;
con esto seréis discípulos míos.
" Como me amó el Padre, también yo os amé ;
permaneced en mi amor ;
"'como yo he guardado Jos mandamientos de mi Padre,
y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he dicho para que mi gozo esté en vosotros
11 Este es el mandamiento mío :
que os améis unos a otros, así como os amé.
" Mayor amor que éste nadie le tiene :
que dar uno la vida por sus amigos.
" Vosotros sois mis amigos,
si hiciereis lo que yo os mando.
15 Ya no os llamo siervos,
pues el siervo no sabe qué hace su señor ;
mas a vosotros os he llamado amigos,
pues todas las cosas que de mi Padre oí os las di a conocer.
18 No me escogisteis vosotros a mí,
antes yo os escogí a vosotros,
y os destiné para que vayáis y llevéis fruto,
y vuestro fruto permanezca,
para que cuanto pidáis al Padre en nombre mío, os lo dé.
17 Esto os mando : que os améis los unos a los otros.
Odia del mundo contra los discípulos de Jesús. 15, 18-27 ; J6, 1-4
18 Si el mundo os aborrece,
sabed que a mí me ha aborrecido primero que a vosotros.
15 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que era suyo ;
mas pues no sois del mundo, sino que yo os entresaqué del mundo,
por eso os aborrece el mundo.
20 Acordaos de la palabra que os dije :
«No es el siervo mayor que su señor.»
Si a mí me persiguieron, también a vosotros os perseguirán ;
si mi palabra guardaron, también la vuestra guardarán.
21 Mas todas esas cosas harán con vosotros a causa de mi nombre,
porque no conocen al que me envió.
22 Si yo no viniera y les hablara, no tuvieran pecado ;
mas ahora no tienen excusa de su pecado.
" Quien a mí me aborrece, también aborrece a mi Padre.
24 Si yo no hubiera hecho entre ellos
12 El mandamiento mío : personal, peculiar y característico mío.
u Suprema señal de amor : dar la vida por aquellos a quienes amamos, aun cuan-
do no seamos amados de ellos. Tal fué el amor de Cristo.
34 Todas las cosas...; todo cuanto Dios quiso revelar a los hombres, lo comunicó
Cristo a los apóstoles. Las ulteriores revelaciones del Espíritu Santo (a los apósto-
les, no a otros) habían de ser simplemente complementarias : o declaración de lo
enseñado por Cristo o aplicación a hechos particulares.
u-™ El mundo odiará a ios discípulos como odió y porque odió al Maestro. Por
esto el odio del mundo ha de ser materia de gozo y de noble orgullo.
Mandamiento del amor fraterno. 15, 12-17
— 249 —
15 25-16 12
SAN JUAN
15 25-16 12
obras cuales ninguno otro hizo,
no tuvieran pecado ;
mas ahora si las han visto,
y han aborrecido lo mismo a mí que a mi Padre.
* Mas había de cumplirse la palabra escrita en su Ley :
que «me aborrecieron sin motivo» (Sal. 34, 19 ; 68, 5).
* Mas cuando viniere el Paráclito,
que yo os enviaré de cabe el Padre,
el Espíritu de la verdad, que procede del Padre,
El dará testimonio de mí.
-1 Y vosotros también podéis dar testimonio,
ya que desde el principio estáis conmigo.
"i /: 1 Estas cosas os he dicho por que no os escandalicéis.
^ 2 Os expulsarán de las sinagogas ;
más aún, llega hora en que todo aquel que os matare
piense rendir culto a Dios.
3 Y esto harán, porque no conocieron al Padre ni a mí.
J Pero estas cosas os he hablado
para que, cuando llegare su hora,
os acordéis de ellas que yo os las dije.
Y no os las dije desde un principio,
dado que estaba con vosotros.
Acción del Espíritu Santo. 16, 5-15
5 Mas ahora voy al que me envió,
y ya ninguno de vosotros me pregunta : ¿ Adonde vas ?
6 Antes, por haberos yo dicho estas cosas,
la tristeza ha llenado vuestro corazón.
7 Pero yo os digo la verdad :
os cumple que yo me vaya ;
porque, si no me fuere, el Paráclito no vendrá a vosotros;
mas si me fuere, os lo enviaré.
8 Y El, cuando viniere, convencerá al mundo
cuanto al pecado, cuanto a la justicia y cuanto al juicio.
8 Cuanto al pecado,
por razón de que no creen en mí ;
Cuanto a la justicia,
porque me voy al Padre y ya no me veis más,
" y cuanto al juicio,
porque el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
12 Todavía muchas cosas tengo que deciros,
1 fi 1-1 Al odio seguirá la persecución.
-LO i-si Vuelve Jesús a los dos temas fundamentales desarrollados en el capítu-
lo XIV : la presencia del Espíritu Santo y el retorno de Cristo.
' Os cumple que me vaya : la razón es porque, si no me fuere, el Paráclito no
vendrá A vosotros. La venida del Espíritu Santo estaba condicionada a la muerte y
a la resurrección de Cristo. Y este mundo ya no es la morada propia de un hombre
que ha muerto y cuyo estado glorioso pide la ascensión a las moradas celestes. So-
bre todo, Cristo desde la gloria del Padre y a una con el Padre había de enviar el
Espíritu Santo. En este sentido añade : mas si me fuere, os le enviaré. Esta misión
del Espíritu Santo de parte del 'Hijo prueba que el Espíritu Santo procede no sólo
del Padre, sino también del Hijo como de un solo principio.
El Espíritu Santo pondrá en evidencia tres hechos : a) el pecado del muudo
por no haber creído en, mí ; b) la verdad y justicia de mis reclamaciones como Me-
sías e Hijo de Dios ; c) la condenación fulminada contra Satanás y contra todos los
que le sigan.
«Mi Muchas cosas... : no son precisamente verdades nuevas, sino ulteriores decla-
raciones de las verdades ya enseñadas. Toda la historia evangélica señala cuáles eran
— 250 —
16 13-24
SAN JUAN
16 13"24
mas no las podéis sobrellevar ahora ;
13 mas cuando viniere El, el Espíritu de verdad,
os guiará en el camino de la verdad integral.
Pues no hablará de sí mismo,
sino lo que oyere, eso hablará,
y os anunciará lo por venir.
M El me glorificará,
porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
15 Todo cuanto tiene el Padre, mío es ;
por eso dije que recibe de lo mío y os lo anunciará.
tOtra vez me veréis». 16, 16-24
16 Un poquito, y ya no me veréis ;
y otro poquito, y me veréis.
" Dijeron, pues, entre si algunos
de sus discípulos :
— -¿ Qué será esto que nos dice :
«Un poquito, y no me veréis ; y otro
poquito y me veréis ?» y que «Me
voy al Padre» ?
Decían, pues :
18 ¿Qué será eso que dice : «Un po-
quito» ? No entendemos lo que dice.
19 Conoció Jesús que tenían ganas
de preguntarle, y les dijo :
Andáis averiguando unos con otros sobre esto que os dije :
«Un poquito, y no me veréis ; y otro poquito, y me veréis.»
20 En verdad, en verdad os digo
que vosotros lloraréis y os lamentaréis,
y el mundo se regocijará ;
vosotros os afligiréis,
pero vuestra aflicción se tornará en gozo.
a La mujer, cuando está de parto,
tiene congoja, pues llegó su hora ;
mas cuando ha dado a luz al niño,
ya no se acuerda del aprieto,
por el gozo de que nació un hombre al mundo.
" Pues así taiwbién vosotros, ahora cierto tenéis congoja ;
mas otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón,
y vuestro gozo nadie os lo quita.
33 Y en aquel día no rae preguntaréis cosa alguna.
En verdad, en verdad os digo :
si alguna cosa pidiereis al Padre,
os la concederá en nombre mío.
M Hasta ahora no habéis pedido cosa alguna en nombre mío.
Pedid y recibiréis, por que vuestro gozo sea cumplido.
estas verdades .principalmente : la espiritualidad del reino mesiánico y la «palabra
de la cruz», que los discípulos ahora no podían sobrellevar. Sólo la muerte del Maes-
tro, seguida de la resurrección, y la ilustración del Espíritu Santo habían de ca-
pacitar a los discípulos para sobrellevar estas verdades.
"-15 Recibe de lo mío... Todo cuanto tiene el Padre, mío es : con estas palabras
demostraron los Padres y teólogos contra los griegos que el Espíritu Santo procede
del Hijo lo mismo que del Padre.
" Este gracioso acertijo, que para los discípulos era un enigma, los hechos debían
descifrarlo bien pronto. Un poquito, de aquí a la muerte, V ya no me veis ; otro
poquito, de la muerte a la resurrección, y de nuevo me veréis.
— 251 —
16 25-17 3
SAN JUAN
16 25-17 S
Conclusión. 16, 25-33
" Estas cosas os he hablado en parábolas ;
llega hora en que ya no os hablaré en parábolas,
sino que declaradamente os daré nuevas acerca del Padre.
M En aquel día pediréis en mi nombre,
y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,
puesto que el Padre, El mismo, os ama,
porque vosotros me habéis amado
y habéis creído que yo de Dios salí.
* Salí del Padre y he venido al mundo ;
otra vez dejo el mundo y me voy al Padre.
" Dícenle sus discípulos :
— Ahora sí que hablas abiertamen-
te y no dices ninguna parábola.
í0 Ahora conocemos que lo sabes to-
do y no tienes necesidad de que na-
die te pregunte : en esto creemos que
saliste de Dios.
31 Respondióles Jesús :
¿ Ahora creéis ? 32 Mirad que llega hora — y ya ha llegado —
en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo.
Mas no estoy solo, pues el Padre está conmigo.
83 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis apretura ;
mas tened buen ánimo, yo he vencido al mundo.
Oración sacerdotal
Jesús ruega por sí. 17, 1-5
1 Estas cosas habló Jesús, y alzando sus ojos al cielo, dijo :
Padre, ha llegado la hora : glorifica a tu Hijo,
para que tu Hijo te glorifique a ti ;
- así como antes le diste el señorío sobre toda carne,
para que a todo lo que le has dado, a éstos dé vida eterna.
8 Y ésta es la vida eterna :
25 En parábolas : en lenguaje más o menos figurado. Esta declaración se refiere
a todo el sermón y aun a su modo a todo el Evangelio. || Llega hora: será esto
durante los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión.
28 Palabras diáfanas, que, sin embargo, esconden profundos misterios. Porque el
Hijo así salió del Padre, que no se apartó de El ; y vino al mundo, en el cual
ya estaba. Quiere decir que procedía del Padre y era enviado por el Padre, y que
visiblemente en cuanto hombre se manifestó en el mundo.
■i rr Esta oración sacerdotal es como el Memento del Sumo Sacerdote cuando está
• ya para consumar el sacrificio de la redención.
M Es necesario precisar el valor de los términos y su mutua conexión. El pen-
samiento fundamental es : Glorifica a tu Hijo, para que iu Hijo te glorifique a ti.
Se pide la glorificación del Hijo para la glorificación del Padre. La glorificación del
Hijo es 1.a extensión o comunicación de la gloria eterna de Cristo Dios a Cristo
hombre, que se iniciará con la resurrección y se consumará con la entronización
celeste. La razón y medida de esta glorificación comienza a expresarse en el ver-
sículo 2 : ASÍ COMO ANTES LE DISTE EL SEÑORÍO SOBRE TODA CARNE PARA QUE... DÉ VIDA
i tfrna ; es decir, conforme al poder universal de dar a los hombres la vida eterna,
consistente en el conocimiento de Dios y de su Enviado. Esta divina misión, que
es la obra de Dios, de parte de Cristo ya está consumada ; mas para que sea efec-
tiva, para que de hecho redunde en gloria de Dios, necesita ser refrendada con la
glorificación del Hijo, con la resurrección, que será el sello divino de su misión y
de su obra. Con esto, la glorificación del Hijo será la glorificación del Padre.
— 25? —
17 4-19
SAN JUAN
17 4"19
que te conozcan a ti, el único verdadero Dios,
y a quien enviaste, Jesu-Cristo.
' Yo te glorifiqué sobre la tierra,
consumando la obra que tú me has encomendado que hiciese ;
5 y ahora glorifícame tú, Padre, cabe ti mismo
con la gloria que cabe ti yo tenía antes que el mundo fuese.
Jesús ruega por sus discípulos. 17, 6-19
6 Manifesté tu nombre a los hombres que me diste del mundo ,
tuyos eran, y tú me los diste ;
v tu palabra han guardado.
T Ahora han conocido que todo cuanto me has dado de ti viene ;
8 pues las palabras que me confiaste,
yo las he comunicado a ellos,
y ellos las recibieron,
y conocieron verdaderamente que de ti salí,
y creyeron que tú me enviaste.
" Por ellos yo ruego : no ruego por el mundo,
sino por aquellos que me has encomendado, pues tuyos son ;
19 y mis cosas todas tuyas son, y las tuyas, mías ;
y he sido glorificado en ellos.
*" Y desde ahora no estoy en el mundo,
y éstos quedan en el mundo y yo voy a ti.
Padre santo, guárdalos en tu nombre, que tú me has dado,
rjara que sean uno como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos, yo los guardaba en tu nombre :
a los que me has dado, los guardé ;
y ninguno de ellos pereció, sino el hijo de la perdición,
para que la Escritura se cumpla.
13 Mas ahora voy a ti ;
y digo estas cosas estando en el mundo,
para que tengan mi gozo cumplido dentro de sf.
" Yo les he comunicado tu palabra,
y el mundo los aborreció,
porque no son del mundo, como ni yo soy del mundo.
16 No pido que los saques del mundo,
sino que los preserves del malo.
16 No son del mundo, como ni yo soy del mundo.
1T Conságralos en la verdad : tu palabra es verdad.
1S Como tú me enviaste al mundo,
yo también los envié al mundo.
19 Y por ellos me consagro a mí mismo,
para que ellos también sean consagrados en la verdad.
*~n E' Maestro recomienda a sus discípulos (6-8), y ruega por ellos (9-11), y pide
al Padre que los guarde y los preserve del malo (n-16) y los consagre en la vcr-
ilad (17-iQ).
Conságralos en la verdad: más literalmente, santifícalos en la verdad. San-
tificar es consagrar una cosa al servicio de Dios, disponiéndola para que entre dig-
namente en contacto o comunión con la divinidad. La santidad del Antiguo Testa-
mento era sombra y figura ; la del Nuevo Testamento es realidad y verdad. El
principio real de la santificación es el «Espíritu de la verdad». Con esta santificación
pide Jesús al Padre que santifique a los discípulos : consagrados en la verdad para
anunciar la palabra de Dios, que es verdad. || Y por ellos me consagro o santifico
a mí mismo : la santificación por excelencia es la inmolación de la víctima a Dios.
El Sumo Sacerdote, consagrado por la unión hipostática y con la plenitud del Es-
píritu Santo, se consagró con la inmolación para consagrar a sus enviados con la
cantidad de la verdad.
— 253 —
17 20-i8 i
SAN JUAN
18 2-3
Jesús ruega por la Iglesia futura. 17, 20-26
M No ruego por éstos solamente,
sino también por los que crean en mí por medio de su palabra ;
-' que todos sean uno ;
como tú, Padre, en mí y yo en ti,
para que sean uno como nosotros somos uno.
para que el mundo crea que tú me enviaste.
" Y yo les he comunicado la gloria que tú me has dado,
para qu sean uno como nosotros somos uno.
10 Yo en ellos y tú en mí,
para que sean consumados en la unidad ;
para que conozca el mundo que tú me enviaste
y les amaste a ellos como me amaste a mí.
M Padre, lo que has dado, quiero que, donde estoy yo,
también ellos estén conmigo,
para que contemplen mi gloria que me has dado,
porque me amaste antes de la creación del mundo.
Padre justo, y el mundo no te conoció, pero yo te conocí ;
y éstos también conocieron que tú me enviaste".
M Y yo les manifesté tu nombre, y se lo manifestaré,
para que el amor con que me amaste sea en ellos,
y yo también esté en ellos.
Pasión de Nuestro Señor Jesu-Cristo
Prendimiento en Gelsemaní. 18, 1-12
( = Mt. 26, 36-56 =Mc. 14, 32-52
= Lc. 22, 39-53)
i o 1 Dicho esto, salió Jesús, junto
ío con sus discípulos, a la otra
parte dél torrente Cedrón, donde ha-
bía un huerto, en el cual entró, y con
él .sus discípulos. - También Judas, él
que le entregaba, sabía aquel lugar,
puesto que muchas veces se había
reunido allí Jesús con sus discípu-
los. 3 Judas, pues, habiendo tomado
la cohorte y gendarmes proporcio-
nados por los sumos sacerdotes y pol-
los fariseos, llega allá con linternas,
antorchas y armas.
20-21 Oración por la unidad universal. Que iodos: sin distinción de raza, de na-
ción o de clase, absolutamente todos. Sean, no simplemente unidos, sino uno, redu-
cidos a la unidad : unidad que refleje o reproduzca la del Padre y del Hijo : COMO
rú, Padre, en mí y yo en ti. Fin y resultado de esta unidad, la fe del mundo.
22-23 Ye les he comunicado la gloria... : la gloria divina del Hijo se ha comunicado
a tos hombres, asociados a El, incorporados a El en la unidad de su cuerpo mís-
tico. || Yo en ellos y tú en mí : frase maravillosamente expresiva. En su forma es
terna, yo... en mí encierra y une a ellos y tú, como lazo de unión de los hombres
con Dios, como principio y término de la unidad. En su significado interno, Cristo
es el punto donde convergen Dios y los hombres, Mediador de la unidad, para que
SEAN CONSUMADOS EN LA UNIDAD. || LES AMASTE A ELLOS COMO ME AMASTE A MÍ ¡ porque los
hallas en mí, inefablemente identificados conmigo.
21 Oración fina1, por los presentes y por los venideros. En ella el Hijo pide al
Tadre que todos los suyos sean asociados a su gloria bienaventurada, término feliz
de la obra redentora.
ai-:» conclusión en que el Hijo representa al Padre lo que son los discípulos para
el Corazón del Maestro.
1 8 San Juan, suponiendo conocida la relación de los Sinópticos, quiso completar-
lo la. Su narración, diáfana y pormenorizada, delata la mano de un testigo presen
ciál. Entre los rasgos propios de San Juan hay que consignar la presencia de la co-
horte con su tribuno. La palabra «cohorte» (en griego, sprint) parece significa aquí
un manípulo o destacamento de unos 200 hombres.
— 254 —
18 4-n
SAN JUAN
18 12-15
4 Jesús, pues, sabiendo todo lo que
iba a sobrevenirle, salió a ellos v les
dice :
— ¿ A quién buscáis ?
5 Respondiéronle :
— A Jesús de Nazaret.
— Mete la espada en la vaina ; el
cáliz que me ha dado el Padre, ¿no
lo he de beber ?
12 La cohorte, pues, y el tribuno y
los satélites prendieron a Jesús y le
ataron.
Esquema topográfico de Getsemaní, según el padre H. Vincent, O. P.
Díceles Jesús :
— Yo soy.
Estaba también con ellos Judas,
que le entregaba. • Pues como les
dijo «Yo soy», retrocedieron y caye-
ron en tierra. 7 De nuevo, pues, les
preguntó :
— ¿ A quién buscáis ?
Ellos dijeron :
— A Jesús de Nazaret.
8 Respondió Jesús :
— Os dije que yo soy. Si, pues, me
buscáis a mí, dejad marchar a éstos.
* Para que se cumpliera la pala-
bra que había dicho : «De cuantos
me diste no he perdido a nadie.»
10 Simón Pedro, pues, como tuvie-
se una espada, tiró de ella, dió con
ella al siervo del sumo sacerdote y
le cortó la oreja derecha. El nombre
del siervo era Maleo. 11 Dijo, pues,
Tesús a Pedro :
Jesús ante Anás. 18, 13-14
" Y le llevaron primeramente ante
Anás, pues era suegro de Caifás, que
era pontífice aquel ano. 14 Era Caifás
quien había dado a los judíos aquel
consejo : que «Conviene que muera
un hombre solo por el pueblo».
Primera negación de Pedro. 18, 15-18
( = Mt. 26, 58-69 =Mc. 14, 54, 66-68
= Lc. 22, 55-57)
15 Seguían a Jesús Simón Pedro y
otro discípulo. El discípulo aquel
era conocido del sumo sacerdote, y
entró junto con Jesús en el atrio del
13-11 Entre estos dos versículos, algunos intercalan el versículo 24. Dentro de los
principios normales de la crítica textual son demasiado endebles los motivos de esta
inversión, que tiene por objeto el evitar innecesariamente una dificultad exegética.
14 Oiro discípulo : la especial intimidad de este discípulo con Pedro, la precisión
del relato y la manera misma de su designación anónima, han inducido general-
mente a los intérpretes a creer, no sin razón, que este misterioso discípulo no es
otro que el mismo evangelista. |l El atrio o patio del sumo sacerdote parece era
18 1«"24
SAN JUAN
18 25-32
sumo sacerdote ; 16 Pedro, en cam-
bio, se había quedado fuera a la
puerta. Salió, pues, el otro discípu-
lo, el conocido del sumo sacerdote,
y habló a la portera, e hizo entrar a
Pedro. " Dice, pues, a Pedro la mu-
chacha portera :
— ¿ Por ventura también tú eres de
los discípulos de ese hombre?
Dice él :
— No lo soy.
18 Estaban allí los siervos y los
gendarmes, que habían hecho fue-
go, porque hacía frío, y se calenta-
ban ; estábase también Pedro entre
ellos de pie y calentándose.
Jcsils ante el tribunal del pontífice.
J.8, 19-24
" El pontífice, pues, interrogó a
Tesús acerca de sus discípulos y de
su doctrina. 20 Respondióle Jesús :
— Yo he hablado públicamente al
mundo ; yo siempre enseñé en la si-
nagoga y en el templo, adonde con-
curren todos los judíos, y a escondi-
das no hablé nada. 21 ¿ Por qué me
interrogas a mí ? Interroga a los que
lian oído lo que les hablé ; mira,
ésos saben lo que dije yo.
22 En habiendo El dicho esto, uno
de los satélites allí presente dió una
bofetada a Jesús, diciendo :
— ¿ Así respondes al pontífice ?
23 Respondióle Jesús :
— Si hablé mal, da testimonio de
lo malo ; mas si bien, ¿por qué me
hieres ?
24 Anás, pues, le envió atado a Cai-
fas, el pontífice.
Segunda y tercera negación de Pe-
dro. 18, 25-27 ( = Mt. 26, 71-75
= Mc. 14, 69-72 =Lc. 22, 58-621
28 Estaba allí mismo Simón Pedro
de pie y calentándose. Dícenle, pues :
— ¿Qué? ¿También tú eres de sus
discípulos ?
Nególo él, y dijo :
— No lo soy.
M Dícele uno de los siervos del su-
mo sacerdote, pariente que era de
aquel a quien Pedro había cortado
la oreja :
— ¿ Pues no te vi yo en el huerto
con El ?
27 De nuevo, pues, lo negó Pedro,
y al instante un gallo cantó.
Primera presentación ante Pilato.
Evasivas. 18, 28-32
28 Llevan, pues, a Jesús desde Cai-
fás al pretorio. Era el amanecer.
Y ellos no entraron en el pretorio,
para no contraer contaminación que
les impidiese comer la Pascua. 29 Sa-
lió, pues, Pilato afuera a ellos, y
dice :
— ¿ Qué acusación traéis contra es-
te hombre ?
80 Respondieron y le dijeron :
— Si éste no fuera malhechor, no
te lo hubiéramos entregado.
21 Díjoles, pues, Pilato :
— Tomadle vosotros y juzgadle se-
gún vuestra ley.
Dijéronle, pues, los judíos :
■ — A nosotros no nos es permitido
dar muerte a nadie.
82 Para que se cumpliese la pala-
bra que había dicho Jesús, significan-
do de qué muerte había de morir.
común a los dos edificios o departamentos habitados por Anás y por Caifás. Asi se
explica que la primera negación de Pedro pudo ser en el atrio de Anás, como indica
San Juan, y en el de Caifás, como refieren los Sinópticos.
San Juan, en vez de referir el doble interrogatorio ante Caifás, conocido ya
por los otros evangelistas, prefirió consignar este interrogatorio previo ante Anás.
En consecuencia, hay que admitir que el versículo 24 no está dislocado, y que hay
que traducir ENVIÓ, y no había enviado, como algunos pretenden.
El tono de las negaciones, que en San Marcos alcanza su máxima crudeza,
se suav iza notablemente en San Juan.
28 El pretorio era la torre Antonia, construida en el ángulo NO. de la explanada
en cuya parte central se levantaba el templo. || Para no contraer contaminación,
entrando en la casa de un gentil, que les impidiese comer la Pascua, que ellos, los
sacerdotes, hablan de celebrar la larde de aquel día.
— 256 —
18 33-38
SAN JUAN
18 39-19 5
Interrogatorio secreto. 18, 33-38
(=Mt. 27, 11 =Mc. 15, 2 =Lc. 23, 3)
33 Entró, pues, Pilato otra vez en
el pretorio, y llamó a Jesús. Y le
i.lijo :
— ¿ Tú eres el rey de los judíos ?
" Respondió Jesús :
— ¿De ti mismo dices tú esto, o
bien otros te lo dijeron de mí ?
35 Respondióle Pilato :
— ¿Por ventura soy yo judío? Tu
nación y los pontífices te entregaron
a mí ; ¿ qué hiciste ?
Respondió Jesús :
— Mi reino no es de este mundo.
Si de este mundo fuera mi reino,
mis ministros lucharían para que yo
no fuera entregado a los judíos. Mas
ahora mi reino no es de aquí.
" Díjole, pues, Pilato :
— ¿ Luego rey eres tú ?
Respondió Jesús :
— Tú dices que yo soy rey. Yo pa-
ra esto he nacido y para esto he ve-
nido al mundo : para dar testimonio
a favor de la verdad. Todo el que
es de la verdad, oye mi voz.
38 Dícele Pilato :
— ¿ Qué es verdad ?
Ex faltado Barrabás. 18, 38-40
( = Mt. 27, 15-26 =Mc. 15, 6-15
= Lc. 23, 17-25)
Dicho esto, de nuevo salió a los
judíos, y les dice :
— Yo no hallo en El delito alguno.
M Es costumbre vuestra que yo os
suelte un preso por la Pascua : ¿ que-
réis, pues, que os suelte al rey de
los judíos ?
40 Gritaron , pues, de nuevo, di-
ciendo :
— No a ése, sino a Barrabás.
Era este Barrabás un salteador.
Flagelación y coronación de espinas.
•19, 1-3 ( = Mt. 27, 26-30 =Mc. 15,
16-19)
i q 1 Entonces, pues, tomó Pilato
a Jesús y le azotó.
2 Y los soldados, trenzando una co-
rona de espinas, se la pusieron so-
bre la cabeza, y le vistieron un maM-
to de púrpura ; ' y venían a El y
decían :
— ¡Salud, rey de los judíos!
Y le daban bofetadas.
Eccc Homo. 19, 4-7
4 Salió Pilato otra vez fuera, y les
dice :
— Yed, os le traigo afuera para que
conozcáis que no hallo en 1-21 delito
alguno.
0 Salió, pues, Jesús afuera, llevan,
do la corona de espinas y el manto
de púrpura. Y les dice :
— Yed aquí el hombre.
* Mi reino no es de este mondo : ni por su origen ni por su índole es terreno.
Esto, con todo, no quita que este reino, celestial y espiritual, tenga como subditos
los hombres que viven en este mundo. Este reino es la Iglesia.
37 Había preguntado Pilato: «¿Qué hiciste?» Responde Tesús : Dar testimonio r
hvor de i.a verdad : de la verdad de las profecías, de la verdad de las promesa»
divinas, de la verdad revelada. Todo el ijue es amigo y partidario de la verdad, todo
el que es hijo de la verdad, oye mi voz.
38 ¿ Qué es verdad? : expresión de un escepticismo utilitario, con que Pilato, con-
vencido de la inofensividad de aquel hombre, corta bruscamente el diálogo.
a*-39 Entre estos dos versículos, hay que colocar la presentación de Jesús ante He
rodes y la subida del pueblo para demandar al procurador romano la libertad o au~;
nistía de un preso.
1Q La flagelación fué una inútil condescendencia de Pilato con los judíos ; la co-
-*-«* ronación de espinas fué un desahogo brutal de la soldadesca, aunque no sin
connivencia de Pilato.
* Ved aquí el hombre : Pilato dijo más que supo. Aquel hombre no era Solamente
la víctima de la envidia judaica : era también el Hombre, jefe y representante di
toda la humanidad, cuyos pecados había tomado sobre sí, y por los cuales debía morir.
Pero hay que subir más arriba y penetrar más adentro. Hay que considerar con
qué ojos contemplaría el Padre celestial al Hijo de su amor en tanto abatimiento,
con qué asombro mirarían los ángeles al Rey de la gloria en tanta ignominia, y que
sentimientos embargarían el Corazón del Redentor.
— 257 —
19 6-12
SAN JUAN
19 13-18
" Cuando le vieron los pontífices y
los satélites, gritaban diciendo :
— Crucifícale, crucifícale.
Díceles Pilato :
— Tomadlo vosotros y crucificadle,
pues yo no hallo delito en El.
' Respondiéronle los judíos :
— Nosotros Ley tenemos, y según
la Ley debe morir, pues se hizo Hi-
jo de Dios.
¿Hijo de Dios? ig, 8-n
s Cuando oyó Pilato estas palabra»,
temió más. 0 Y entró de nuevo en el
pretorio, y dijo a Jesú» :
— ¿ De dónde eres tú ?
Jesús no le dió respuesta. 10 Díce-
le* pues, Pilato :
— ¿A mí no me hablas? ¿No sa-
bes que tengo potestad para soltarte
y tengo potestad para crucificarte ?
11 Respondióle Jesús :
— No tuvieras potestad alguna con-
tra mí si no te hubiera sido dada de
arriba. Por esto quien me entregó a
ti, mayor pecado tiene.
Ultimos esfuerzos de Pilato. ig, 12-15
12 A consecuencia de esto, preten-
día Pilato librarle. Pero los judíos
gritaban, diciendo :
— Si sueltas a éste, no eres amigo
del César, pues todo el que se hace
rey se declara contra el César.
13 Pilato, pues, oídas estas razones,
sacó afuera a Jesús, v se sentó en el
tribunal, en el lugar" llamado Litós-
tcoto (o «Embaldosado»), y en arameo
Gabbatha (o «Altura»). "Era la Pa-
rasceve (o «Preparación») de la Pas-
cua, la hora cerca de sexta, y dice a
los judíos :
— Ved ahí vuestro rey.
15 Gritaron, pues, ellos :
— Quita, quita ; crucifícale.
Díceles Pdato :
— ¿ A vuestro rey he de crucificar ?
Respondieron los pontífices :
— No tenemos rey, sino César.
Sentencia de cruz y crucifixión, ig,
16-18 ( = Mt. 27, 24-34 =Mc. 15, 15-25
= Lc. 23, 25-34)
M Entonces, pues, se le entregó pa-
ra que fuera crucificado.
Se apoderaron, pues, de Jesús, 17 y,
llevando a cuestas su cruz, salió ha-
cia el lugar llamado el Cráneo, que
en hebreo se dice Gólgota ; 18 en don-
de le crucificaron, y con El otros
dos, a una mano y a otra, y en me-
dio a Jesús.
* ¡ De dónde eres tú ? No pregunta Pilato sobre el origen terreno de Jesús, pue»
ya sabia que era galileo, sino sobre su presunto origen sobrehumano. Mas Jesús no
i.x dió respuesta : que el hombre gentil era incapaz de comprender.
11 Pou esto... : de muy diferentes maneras ha sido explicada esta consecuencia.
Parece que Jesús, refiriéndose no sólo a las palabras inmediatamente precedentes,
ciño también a las anteriores, quiso decir : «El pecado del injusto acusador que se
mueve por odio al reo es mayor que el del juez que muestra buena voluntad y se
esfuerza por salvar al inocente y sólo coaccionado por la presión y las amenazas
le condena.»
13 Recientes investigaciones han identificado el Lithostrotos en el ángulo NO. del
patio de la torre Antonia. El suntuoso fmbíiliioíinlo descubierto en el subsuelo del
convento de Nuestra Señora de Sión justifica plenamente el nombre de Lithostrotos.
que popularmente era llamado Gabbatha por hallarse emplazado en la punta meri-
dional de la colina Bezatha, la más alta de las colinas de Jerusalén. (Véase L.-H. Vin-
cent, O. P., Revue Biblique, 1933, 110-113.)
" No tenemos rey sino César : tremenda declaración, que equivalía a decir : No
queremos mesianismo, sino cesarismo. Cuarenta años más tarde, cuando de Jeru-
salén no quedó piedra sobre piedra, experimentaron lo que del César podían esperar.
w Se le entregó : con la sentencia de muerte, Pilato entregaba a Jesús al furor
de los judíos; mas no fueron éstos los que se entregaron de El, sino los ejecutores
de la sentencia, que eran los soldados.
-258-
19 19"27
SAN JUAN
19 22-2
El título de la cruz.
( = Mt. 27, 37 =Mc.
= Lc. 23, 38
9, 19-22
15, 26
" Escribió también un título Pila-
to y le puso sobre la cruz ; v estaba
escrito : JESUS EL NAZARENO EL
REY DE LOS JUDIOS. M Este tí-
tulo, pues, leyéronle muchos de los
judíos, pues estaba cerca de la ciu-
dad el lugar donde fué crucificado
Jesús, y estaba escrito en hebreo, en
latín y en griego. 51 Decían, pues, a
Pilato los sumos sacerdotes de los
judíos :
— Xo escribas «El rey de los ju-
díos», sino que «El dijo : Rey soy
de los judíos».
" Respondió Pilato :
— Lo que he escrito, escrito está.
Repartición de los vestidos. 19, 23-24
(=Mt. 27, 35-36 =Mc. 15, 24
= Lc. 23, 34)
23 Los soldados, pues, como hubie-
ron crucificado a Jesús, tomaron sus
vestidos, e hicieron cuatro partes,
una parte para cada soldado, y la
túnica. Era la túnica sin costura, te-
jida desde arriba toda ella. M Dije-
ron, pues, entre sí :
— No la rasguemos, sino echemos
suertes sobre ella, a ver de quién
será,.
Para que se cumpliese la Escritu-
ra (Ps. 21, 19), que dice :
Repartieron mis vestiduras entre sí
v sobre mi vestido echaron suerte.
Los soldados, pue*, esto hicieron.
Madre de Jesús y Madre nuestra.
19, 25-27
25 Estaban junto a la cruz de Jesús
su Madre y la hermana de su Ma-
dre, María de Cleofás, y María Mag-
dalena. w Jesús, pues, viendo a la
Madre, y junto a ella al discípulo a
quien amaba, dice a su Madre :
— Mujer, he ahí a tu hijo.
17 Luego dice al discípulo :
— He ahí a tu Madre.
Y desde aquella hora la tomó el
discípulo en su compañía.
Muerte del Redentor. 19, 28-30
( = Mt. 27, 45-50 =Mc. 15, 33-37
= Lc. 23, 44-46)
s Después de esto, sabiendo Jesús
que ya todas las cosas estaban cum.
plidas, para que se cumpliese la Es-
critura, dice •
— Tengo sed.
29 Había allí un vaso lleno de vi-
nagre ; tomando, pues, una esponja
empapada en el vinagre y clavándo-
| la en una cana de hisopo, se la acer-
1 caban a la boca.
18 El título era la tablilla en que se consignaba la causa criminal del ajusticiado.
I.a fórmula precisa del título parece ser la conservada por San Juan.
*> Los vestidos, además de la túnica, eran el manto, el ceñidor, las sandalias y
el velo de la cabeza. De ellos, rasgando sin duda el manto, hicieron cuatro partes,
equivalentes, pues eran cuatro los soldados verdugos, a quienes, según la ley, co-
rrespondían los vestidos del ajusticiado.
55 Mujer, he ahí tu hijo : Jesús encomienda su Madre desolada a la solicitud
filial del discípulo amado. Pero en esta recomendación familiar no queda agotado el
profundo sentido de estas palabras. La solemnidad de la ocasión, el contexto histó-
rico y literario, el simbolismo característico del cuarto Evangelio descubren en estas
palabras del Redentor moribundo más alta significación : la de la espiritual ma-
temidad de la Virgen Corredentora respecto de todos los discípulos de Cristo y
de todos los hombres llamados a serlo.
28 Para que se cumpliese la Escritura : el salmo 6S, 22 : En mi sed me dieron a
beber vinagre. |] Tengo sed : manifiesta el Salvador la sed que le abrasaba, uno
de los tormentos más terribles de la crucifixión, causado por la fiebre y la pérdida
de sangre. Pero el manifestar esta sed para que se cumpliese la Escritura muestra
en el Redentor moribundo otra sed más ardiente : la de cumplir en sus últimos
pormenores la voluntad del Padre, la de realizar plenamente la obra de la salud
de los hombres que le había encomendado.
«Vinagre: era el vinillo agrio y aguado que usaban los soldados. |i Hisopo
parece ser el orégano.
— 259 —
19 30-37
SAN JUAN
19 38-20 2
" Cuando, pues, hubo tomado el vi-
nagre, Jesús dijo :
— Consumado está.
E inclinando la cabeza entregó el
espíritu.
El costado abierto. íg, 31-37
31 Los judíos, pues, como era Pa-
rasceve, a fin de que no quedasen
los cuerpos el sábado en la cruz, pues
era grande el día de aquel sábado,
rogaron a Pilato que se les quebran-
tasen las piernas y fuesen quitados.
31 Vinieron, pues, los soldados, y al
primero quebrantaron las piernas y
luego al otro que había sido cruci-
ficado juntamente con El. 33 Mas a
Jesús, cuando vinieron, como le vie-
ron ya muerto, 110 le quebrantaron
las piernas, M sino que uno de los
soldados con una lanza le traspasó
el costado, y salió al punto sangre
y agua. 36 Y el que lo ha visto lo ha
testificado, y su testimonio es verí-
dico, y él sabe que dice verdad, para
que también vosotros creáis. " Pues
acontecieron estas cosas para que se
cumpliese la Escritura (Ex. 12, 46 ;
Núm. 9, 12) : «No le será quebranta-
do hueso alguno.» 37 Y asimismo otra
Escritura (Zac. 12, 10) dice : «Verán
al que traspasaron.»
Sepultura. 19, 38-42 ( = Mt. 27, 57-60
= Mc. 15, 42-46 =Lc. 23, 50-54)
35 Después de esto, José de Arima-
tea, que era discípulo de Jesús, si
bien oculto por miedo a los judíos,
rogó a Pilato le permitiese quitar el
cuerpo de Jesús. Y se lo permitió Pi.
lato. Vino, pues, y quitó su cuerpo.
30 Vino también Nicodemo, el que
la primera vez había venido a El de
noche, trayendo una mixtura de mi-
rra y áloe, como cien libras. ,u Toma-
ron, pues, el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron con lienzos junto con los
perfumes, según es costumbre entre
los judíos sepultar. 41 Había un huer-
to en el lugar donde fué crucificado,
y en el huerto un monumento nue-
vo, en el cual nadie todavía había
sido puesto. 42 Allí, pues, a causa de
la Parasceve de los judíos, puesto
que el monumento estaba cerca, pu-
sieron a Jesús.
María Magdalena en el sepulcro. 20,
1-2 ( = Mt. 28, 1-8 =Mc. 16, i-S
= Lc. 24, 1-11)
orj 1 Bl primer día de la semana,
al amanecer, estando oscuro
todavía, María la Magdalena viene
al monumento y ve la losa quitada
del monumento. 2 Corre, pues, y va
80 Consumado está : cumplidas las Escrituras, verificadas las profecías, realizado*
los consejos de Dios, terminada la redención humana, que es decir, consumada la
Obra que el Padre le había encomendado (17, 4). || E inclinando la cabeza, ENTREGÓ
BL espíritu : divina sencillez en consignar el hecho más trascendental de la historia
humana.
11 Le traspasó el costado, y también el Corazón, al cual apuntaba la lanza. Canta
la Iglesia :
Te vulneratum caritas
ictu patenti ■voluit,
amoris invisibilis
ut vencremur vulnera.
Y salió... sangre : como sello de la redención ya consumada y símbolo de la
Eucaristía. Y agua : símbolo del bautismo. En la sangre y el agua que manan del
Corazón del Redentor ven además muchos Santos Padres una viva imagen de la
Iglesia, que como nueva Eya sale del costado y del Corazón del segundo Adán.
M-42 Dos sanhedritas, José y Nicodemo, hasta ahora discípulos vergonzantes, cobran
inusitado valor y toman a su cargo las honras fúnebres del venerado Maestro. Las
prisas impuestas por lo avanzado de la hora no impidieron que cumpliesen con amor
y generosidad cuanto era costumbre en la sepultura de los judío».
nf\ 1 El primer día de la semana : el domingo.
¿"J J Se llevaron al Señor : esto es todo lo que se le ocurre a la Magdalena. ¿ Idra
de resurrección ? Ni por asomo.
— 260 —
20 3-12
SAN JUAN
20 13-19
a Simón Pedro y al otro discípulo a
quien quería Jesús, y les dice :
— Se llevaron al Señor del monu-
mento y no sabemos dónde lo pu-
sieron.
Pedio y Juan van al sepulcro.
20, 3-10 ( = Lc. 24, 12)
1 Salió, pues, Pedro y con él el otro
discípulo, y se dirigían al sepulcro.
1 Y corrían los dos a una ; mas el
otro discípulo, como corría más apri-
sa que Pedro, le pasó delante, y
llego primero al sepulcro ; 6 y ha-
biéndose agachado, ve los lienzos por
el suelo; con todo, no entró. 8 Llega,
pues, también Simón Pedro en pos
de él y entró en el sepulcro, y con-
templa los lienzos por el suelo, T y
además el sudario, que había estado
sobre su cabeza, no por el suelo con
los lienzos, sino plegado en un lugar
aparte. 8 Entonces, pues, entró tam-
bién el otro discípulo, que había lie.
ííado primero al sepulcro, y vió y
creyó ; * pues todavía no conocían la
Escritura, que debía resucitar de en-
tre los muertos». 10 Volviéronse, pues,
de nuevo los discípulos a donde po-
saban.
Aparición a María Magdalena.
20, 11-18 ( = Mc. 16, 9-11)
11 María estaba de pie junto al se-
pulcro, fuera, llorando. Y así lloran-
do, inclinóse para mirar dentro del
sepulcro, 12 y ve dos ángeles con ves- |
tiduras blancas, sentados uno a la
cabeza y otro a los pies del sitio don-
de había sido puesto el cuerpo de
Jesús. 13 Y dícenle ellos :
— Mujer, ¿ por qué lloras r
Díceles :
— Porque se llevaron a mi Señor
y no sé dónde lo pusieron.
14 Como hubo dicho esto, volvióse
atrás y ve a Jesús de pie, y no sa-
bía que era Jesús. 15 Dícele Jesús :
— Mujer, ¿ por qué lloras ? ¿ A quién
buscas ?
Ella, imaginando que era el hor-
telano, le dice :
— Señor, si tú te lo llevaste, dime
dónde lo pusiste, y yo lo tomaré.
M Dícele Jesús :
— ¡ María !
Ella, volviéndose a El, dícele en
hebreo :
— ¡ Rabbuní ! — que quiere decir :
¡ Maestro !
17 Dícele Jesús :
— Suéltame— que todavía no he su-
bido al Padre — , mas ve a mis her-
manos y diles : «Subo a mi Padre
y vuestro Padre, a mi Dios y vues-
tro Dios.»
18 Euése María Magdalena a dar la
nueva a los discípulos :
—He visto al Señor, y me ha di-
cho esto y esto.
Aparición a los discípulos, ausente
Tomás. 20, 19-23 ( = Mc. 16, 14
-Le. 24, 36-45;
** Siendo , pues , tarde aquel día ,
primero de la semana, y estando ce-
| rradas, por miedo a los judíos, las
1 El sudario... plegado : indicio de que el cuerpo 110 había sido hurtado.
8 Creyó : en la resurrección del Maestro. Esta fe es efecto de los hechos, no de
la interpretación del Antiguo Testamento ; pues todavía no CONOCÍAN la Escritura.
.San Juan consigna su propia fe ; de la de Pedro nada dice.
13 Se llevaron a mi Señor: persiste la obsesión por hallar un cadáver, nada de
fantasías visionarias.
15 Imaginando que era el hortelano : la que no reconoce al resucitado real que
tiene ante los ojos no se muestra muv propensa a fantasear resurrecciones irreales.
"Dícele JesOs: ¡María! La voz conocida del Maestro disipa la negra pesadilla
de la Magdalena. La intimidad de este diálogo recuerda invenciblemente la escena
de Betania (Le. 10, 3S-42).
17 Suéltame : el haToer querido motivar esta orden en la frase que sigue ininedia
tameute : €que todavía no he subido al Padre», ha dado origen a interpretaciones
retorcidas e inadmisibles. En cambio, si se relaciona esta orden con lo que sigue
después, es decir, con el pensamiento dominante, su explicación resuha llana. Quiere-
decir el Maestro: «Suéltame, y corre a decir a mis hermanos que Subo a mi Pa-
dre: pero que antes podrán verme, pues todavía no he subido..
— 261 —
20 2°-25
SAN JUAN
puertas de la casa donde estaban los
discípulos, vino Jesús y se presentó
en medio de ellos y les dice :
— Paz sea con vosotros.
20 Y en diciendo esto, les mostró
las manos y el costado. Se gozaron,
pues, los discípulos al ver al Señor.
Díjoles, pues, otra vez :
— Paz sea con vosotros. Como me
ha enviado el Padre, también yo os
envío a vosotros.
22 Esto dicho, sopló sobre ellos, y
les dice :
— Recibid el espíritu Santo. 23 A
quienes perdonareis los pecados, per.
donados les son ; a quienes los re-
tuviereis, retenidos quedan.
Aparición a ios apóstoles, estando
presente Tomás. 20, 24-29
24 Tomás, uno de los Doce, el lla-
mado Dídimo ( = Mellizo), no estaba
con ellos cuando vino Jesús. 25 Dijé-
ronle, pues, los otros discípulos :
—Hemos visto al Señor.
El les dijo :
— Si no viere en sus manos la
marca de los clavos, y no metiere
mi dedo en el lugar de los clavos,
y no metiere mi mano en su costa-
do, no lo creo.
26 Y ocho días después estaban allí
dentro otra vez sus discípulos, y To-
más entre ellos. Viene Jesús, cerra-
das las puertas, y ipuesto en medio
de ellos, les dijo :
— Paz con vosotros.
31 Luego dice a Tomás :
— Trae acá tu dedo, mira mis ma-
nos ; y trae tu mano y métela en
mi costado, y no seas incrédulo, si-
no creyente.
28 Respondió Tomás y le dijo :
— ¡ Señor mío y Dios mío !
29 Dícele Jesús :
— ¡Porque me has visto, has creí-
do ! Bienaventurados los que no vie-
ron y creyeron.
Primer epílogo del Evangelio de
San Juan. 20, 30-31
so ( >bró, además, Jesús en presen-
cia de sus discípulos otros muchos
milagros, que no han sido escritos
en este libro. 31 Y éstos han sido
escritos para que creáis que Jesús es
el Mesías, el Hijo de Dios, y para
que creyéndolo tengáis vida en nom-
bre suyo.
'■*> Les mostró las manos y el costado : con las señales de los clavos y de la lanza
señales de identidad personal y recuerdo amoroso de la inmolación redentora.
2- Sopló sobre ellos : símbolo expresivo del Espíritu Santo, que iba a comuni-
carles. |] Recibid el Espíritu Santo:' esta comunicación, ordenada a la potestad de
perdonar los pecados, no es todavía la plenaria efusión reservada para Pentecostés.
-3 Con estas palabras, según enseña el Concilio Tridentino, recogiendo la tra-
dición de los Santos Padres, «el Señor instituyó principalmente el sacramento de la
renitencia» (Denz. 894). Y como esta potestad no podía ejercerse arbitrariamente y
sin conocimiento de causa, y debía extenderse al perdón de los pecados más secre-
tos, de ahí la necesidad de la confesión sacramental.
a Ni los discípulos ni siquiera las mujeres creyeron de ligero la resurrección de
Jesús. Pero dispuso Dios, para cortar de raíz toda duda posible, el caso estridente
de la incredulidad obstinada y presuntuosa de Tomás. Y se allanó a las condiciones
señaladas por el temerario discípulo.
-1 Trae tu mano y métela en mi costado : blando castigo del incrédulo, que mu-
chos creyentes han envidiado. ¡Oh feliz culpa!
28 ¡Señor mío y Dios mío! : magnífica confesión de la divinidad de Cristo, con
que Tomás reparó cumplidamente su precedente incredulidad. A la obstinación de la
incredulidad siguió la explosión de la fe.
29 Bienaventurados los que no vieron y creyeron : seria advertencia, que nos
enseña que, sin ver, hay suficientes y sobrados motivos para creer, como haya buena
voluntad.
,t,-*1 Este epílego contiene dos observaciones. Primera : los milagros escritos en
ei Evangelio representan una pequeña parte solamente de los obrados por Jesús.
De ahí muchas consecuencias, apologéticas y también exegéticas. Segunda : que el
objeto del cuarto evangelio es la fe : fe en la mesianidad y en la divina filiación
de Jesús; fe principio de vida eterna. || Tras este epílogo, el capítulo siguiente es
complementario a modo de apéndice. Su autor es el mismo San Juan, como lo
prueba su presencia en todos los códices y versiones y lo confirma la unidad del
estilo.
-262-
21 1-7
SAN JUAN
21 8-15
En las riberas del mar de Tiberíades.
21, I-I4
f) "i 'Tras esto se manifestó Jesús
otra vez a los discípulos a ori-
llas del mar de Tiberíades. Y se ma-
nifestó así. 3 Estaban juntos Simón
Pedro y Tomás, e<l llamado Dídimo,
y Natañael de Caná de Galilea, y los
hijos del Zebedeo, y otros dos de
sus discípulos. 3 Y díceles Simón
Pedro :
—Voy a pescar.
Dícenle :
— Vamos también nosotros contigo.
Salieron y subieron a la barca. Y
en toda la noche no pescaron nada.
4 Y siendo ya de mañanita, se pre-
sentó Jesús en la ribera ; los discí-
pulos, empero, no conocieron que
era Jesús. 6 Díceles, pues, Jesús :
— Muchachos, ¿ tenéis algo de vian-
da ?
Respondiéronle :
—No.
6 El les dijo :
--Echad la red a la derecha de la
barca y hallaréis.
Echáronla, pues, y ya no podían
arrastrarla por la gran cantidad de
peces. 7 Dice, pues, aquel discípulo,
a quien amaba Jesús, a Pedro :
— Es el Señor.
Simón Pedro, pues, así que oyó ser
el Señor, ciñóse la ropa exterior, pues
otra ropa no llevaba, y echóse al
mar. 8 Los otros discípulos vinieron
con la barca — pues no estaban lejos
de tierra, sino que distaban unos
doscientos codos — , arrastrando la
red de los peces. 9 Cuando saltaron
a tierra, vieron brasas puestas y un
pescado sobre ellas, v pan. Díceles
Jesús :
10 —Traed acá de los pescados que
acabáis de coger.
11 Subió Simón Pedro y arrastró
hasta la playa la red llena de peces
grandes, que eran ciento cincuenta
y tres. Y con ser tantos, no se rom-
pió la red. 12 Díceles Jesús :
— Venid, almorzad.
Y nadie de los discípulos osaba
interrogarle: «¿Tú quién eres?», sa-
biendo como sabían que era el Se-
ñor. a Viene Jesús y toma el pan y
se lo reparte, y asimismo el pesca-
do. M Esta fué ya la tercera vez que
se manifestó Jesús a los discípulos
después de resucitar de entre los
muertos.
[esús confiere el primado a Pedro
21, 15-23
* Cuando, pues, hubieron almor-
¿ado, dice Jesús a Simón Pedro :
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas
más que éstos ?
* Vianda o companage : término de suyo genérico, pero que concretamente solía
entenderse del pescado.
' La ropa exterior : el término original designa una especie de bata o blusa sin
mangas, que solía ponerse sobre la túnica ; pero que era ahora la única ropa que
Pedro llevaba.
8 Doscientos codos : unos 100 metros.
'" Traed acá de los pe-scados : no para el almuerzo, que ya estaba preparado, sino
para comprobación del milagro.
13 El pan..., el pescado : poca cosa para siete pescadores después de un trabajo
prolongado y fatigoso. Es, por tanto, verosímil que Jesús renovase el milagro de la
multiplicación.
" Esta fué la tercera aparición a los discípulos juntos. No se cuentan las apari-
ciones a algunos en particular. || En este hecho suelen señalarse varios simbolis-
mos, no suficientemente fundados. El más aceptable es el de la misma pesca mila-
grosa, símbolo, como la primera, de la misión apostólica.
15-" Es impresionante el ritmo ternario de este diálogo : tres preguntas con sus
respuestas seguidas de tres encomiendas. Jesús había prometido a Pedro la autori-
dad suprema sobre su Iglesia ; pero Pedro con su triple negación había desmerecido
la dignidad prometida. Reparar la triple negación con una triple declaración de
amor ; ratificar y hacer efectiva la promesa : tal es el objeto y el contenido de
este inmortal dialogo. En él lo más importante, desde el punto de vista teológico,
es la triple encomienda: Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas (u ovejuelas),
apacienta mis ovejas. Jesús había dicho: .Un solo rebaño, un solo Pastor» (10, 161
E! rebaño, el único rebaño, son estos corderos, son estas ovejas (v ovejuelas/ que
ahora confia a Pedro. El Pastor, el único Pastor, es El, Jesús, que ahora, a punto
de subir al Padre, deja su rebaño en manos de Pedro, para que él haga lo que
Jesús hiciera por sí misino si no se ausentara, es decir, para que en su nombre
-263-
21 16-20
SAN JÜAN
21 21-25
Dícele :
—Sí, señor ; tú sabes que te quiero.
Dícele :
— .Apacienta mis corderos.
" 1 órnale a decir segunda vez :
— Simón, hijo de Juan, ¿ me amas ?
Dícele :
— Sí, Señor; tú sabes que te quiero.
Dícel'.e :
— Pastorea mis ovejas.
11 Dicelle por tercera vez :
— Simón, hijo de Juan, ¿me quie-
res ?
Entristecióse Pedro, porque le di-
jo por tercera vez : «¿Me quieres?»,
y le dijo :
— Señor, tú lo sabes todo ; tú bien
sabes que te quiero.
Dícele Jesús.
— Apacienta mis ovejas. 18 En ver-
dad, en verdad te digo : Cuando eras
más joven, tú mismo te ceñías y an-
dabas donde querías ; mas cuando
hubieres envejecido, extenderás tus
manos, y otro te ceñirá y te llevará
a donde" tú no quieras.
18 Esto dijo significando con qué
género de muerte había él de glori-
ficar a Dios. Y habiendo dicho esto,
le dice :
— Sigúeme.
20 Vuelto Pedro, ve que le seguía
el discípulo a quien amaba Jesús, el
mismo que en la cena se recostó en
su pecho, y dijo : «Señor, ¿ quién
es el que te entrega ?» 21 A éste, pues,
como hubiese visto Pedro, dice a Je-
sús :
— Señor, ¿ y éste, qué ?
Dícele Jesús :
~ — Si quisiere yo que éste quede
hasta que yo vuelva, ¿ a ti qué ? Tú
sigúeme.
23 Divulgóse, pues, entre los discí-
pulos esta voz : que «el discípulo
aquel no muere». Y no le dijo Je-
sús : «No muere», sino «Si quisiere
yo que éste quede hasta que yo vuel-
va, ¿ a ti qué ?»
Epílogo final, ai, 24-25
" Este es el discípulo que da tes-
timonio de estas cosas, y el que las
escribió ; y sabemos que su testimo-
nio es verídico.
25 Hay, además de éstas, otras mu-
chas cosas que hizo Jesús, las cua-
les, si se escribiesen una por una.
nien todo el mundo creo que ca-
brían los libros que se escribieran.
y en su hipar lo pastoree y apaciente, para que haga sus veces, para que sea el
Pastor Vicario del único y soberano Pastor. Bajo esta hermosa imagen Cristo coi»
fiere a Pedro la autoridad suprema sobre todo su rebaño, el primado de jurisdicción
sobre toda la Iglesia. Y como esta autoridad se confiere a Pedro no para su honor
personal, sino para el bien del rebaño, cuando Pedro muera, otro sucederá que
recoja su herencia primacial, que gobierne el rebaño de Cristo como Pastor sobe-
rano. Y el heredero de Pedro, por disposición de Cristo, es el obispo de Roma.
tó Extenderás tus manos : cuando esto escribía San Juan hacía ya más de treinta
años que Pedro había extendido sus manos en la cruz para glorificar a Dios con
una muerte parecida a la del Maestro. Con el cumplimiento entendió Juan e1 sen-
tido de la enigmática profecía.
50 Había dicho Jesús a Pedro : «A donde voy no puedes seguirme ahora ; pero me
seguirás más tarde» (13, 36). Pedro comprendió qué era «seguir» al Maestro, y re-
plicó animoso : «Señor, ¿ por qué no puedo seguirte ahora ? Mi vida daré por ti»
fij* 37)- Por esto cuando ahora le dice Jesús : Sígueme, entendió que el Maestro
le invitaba a seguirle en 'a muerte de cruz. Y para manifestar que aceptaba la
28 Tal vez escribió San Juan este capítulo adicional para desacreditar el rumor,
que no ha cesado hasta nuestros días, de que el discípulo amado no había de morir.
24 Sabemos... : supuesto el anónimo que mantiene el autor en todo el Evangelio,
este plural sabemos parece ser una figura de lenguaje, cuyo sentido sería : «tengo
yo conciencia, y todos saben, que mi testimonio es verídico». Si es algo difícil este
uso del plural, mucho más difícil resulta creer que los que hablan en este segundo
epílogo sean los presbíteros de Efeso, que, sin previo aviso y sin la menor indica-
ción, den testimonio de la autenticidad y de la veracidad del cuarto Evangelio.
20 Con una hipérbole ingenua se repite la observación hecha anteriormente (20, 3
sobre las otras muchas cosas que hizo Jesús : observación que no ha de olvidarse
cuando se trata de identificar dos hechos o dos discursos, dos milagros o dos pa-
rábolas del divino Maestro, que derrochó bondad y sabiduría durante su vida cntrt
los hombres.
— 264 —
INTRODUCCION A LOS
HECHOS DE LOS APOSTOLES
uienticidad. — El testimonio unánime y universal de los escritores
eclesiásticos de los tres primeros siglos a favor de la autenticidad
del libro de los Hechos como obra de San Lucas es una prueba do-
cumental cual no lo posee a su favor ningún escrito profano de la anti-
güedad, y que sólo puede compararse con la (¡ue acredita la autenticidad
de los Evangelios o de las Epístolas de San Pablo. Y si callase la prueba
testifical, bastaba la sola crítica interna para descubrir al verdadero autor
de los Hechos, que no es otro que el del tercer Evangelio, Lucas el mé-
dico, seguidor de San Pablo. Los prólogos gemelos de las dos obras, y no
menos la identidad de lenguaje, en la lexicografía, en la construcción, en
los modismos , en la tonalidad, están diciendo a voces que el autor de los
Hechos es el autor mismo del tercer Evangelio. Y los numerosos rasgos
paulinos delatan la mano del fiel discípulo de San Pablo, como los fre-
cuentes términos de medicina señalan a Lucas el médico.
Historicidad. — Los numerosísimos datos acumulados en la variadísima
y complejísima historia de los Hechos, el contacto constante con toda la
vida social, política y religiosa de tantos pueblos diferentes y aun contra-
rios, nos permiten hoy día comprobar la verdad y fidelidad de la narra-
ción. Pues bien, podemos decir que cuanto ha podido comprobarse, que
es poco menos que todo, ha resultado rigurosamente exacto. Y es inte-
resante, y a las veces cómico, que las dudas suscitadas contra algún por-
menor de la narración de los Hechos han stdo últimamente disipadas
por algún descubrimiento arqueológico. Un ejemplo significativo. Habla
San Lucas de Sergio Pablo procónsul de Chipre. Algunos críticos osaron
atacar la exactitud de la expresión, afirmando que Sergio Pablo no fue
procónsul, sino propretor. Pero las inscripciones recientemente descu-
biertas en Chipre hablan del procónsul Sergio Pablo. Y es tanto más ad-
mirable la exactitud de San Lucas, por cuanto la provincia de Chipre sólo
pot breve tiempo fué senatoria (o gobernada por un procónsul), habiendo
sido poco antes y poco después imperial (o regida por un propretor).
Y" esta exactitud es constante en San Lucas. Con igual precisión habla del
procónsul de Acaya, de los Asiarcas y del escriba de Efeso, de los preto-
res o estrategos de Filipos, de los ¡politarcas de Tesalónica, del Primero
de Malta. Y el largo viaje marítimo narrado en los dos i'dtimos capítulos
ha sido considerado por los técnicos como un portento de exactitud y prc-
— 265 —
HECHOS DE LOS APOSTOLES
cisión. Los mismos discursos, que algunos consideraron como ficciones
literarias, son fiel expresión del carácter y de la mentalidad de aquellos
a quienes se atribuyen.
Tiempo de su composición. — El ano en que se escribió el libro de tos
Hechos es la base o punto de referencia para conocer la cronología, de los
tres primeros Evangelios. De ahí su importancia. Terminan los Hechos
el bienio de la custodia libera en que estuvo San Pablo durante los
años 61-63 (ó 60-62), sin mencionar la sentencia judicial, que fué entonces
de absolución. Al fin, por tanto, de este bienio hubo de terminarse la
com>posición de los Hechos. Cómo los Hechos comienzan refiriéndose al
«.primer tratado» (1, 1), que es el tercer Evangelio, sígnese de ahí que
éste hubo de escribirse anteriormente, tal vez hacia el año 60. Por otra
parte, sabemos por la tradición que los Evangelios de San Mateo y
San Marcos son anteriores al de San Lucas. Fueron, por tanto, escritos
antes del año 60, verosímilmente hacia los años 50 y 55, respectivamente .
El texto. — Unos pocos códices, llamados occidentales, representan un
tipo de texto algo más largo que el de los códices orientales. Surge, pues,
el problema: ¿cuál de los dos textos es el primitivo y genuino? ¿Hay
interpolaciones en el texto occidental, o más bien Imy omisiones en el
oriental? No es posible dar una solución simple y tajante a un problema
tan complejo. Sólo en general puede decirse que, si algunas veces es el
texto oriental quien abrevia indebidamente el texto primitivo, las más de
las veces, empero, es el occidental quien lo interpola. Algunas de estas
interpolaciones, que en un principio pudieron ser glosas marginales, si
críticamente son secundarias, históricamente merecen consideración. Pa-
recen ser anotaciones hechas al texto de San Lucas por algunos que qui-
sieron enriquecerlo con noticias personales, que parecen fidedignas.
— aofi —
HECHOS DE LOS APOSTOLES
16-11
HECHOS DE LOS APOSTOLES
I. Orígenes
Prólogo, i, 1-3
i 1 Mi primer tratado lo hice, ¡ oh
Teófilo!, acerca de todas las co-
sas que Jesús desde un principio hizo
y enseñó, 2 hasta el día en que, des-
pués de dar sus instrucciones por el
Espíritu Santo a los Apóstoles que
El se había elegido, fué llevado a lo
alto ; 3 a los cuales también, después
de su pasión, se había presentado
vivo, con muchas pruebas evidentes,
dejándose ver de ellos dentro del
espacio de cuarenta días y habién-
doles de las cosas referentes al rei-
no de Dios.
Ultimas palabras y ascensión
del Señor. 1, 4-11
4 Y estando con ellos a la mesa, les
ordenó que no se ausentasen de Je-
rusalén, sino que aguardasen la pro-
mesa del Padre, «la cual oísteis de
mí ; 6 porque, como Juan bautizó en
agua, vosotros seréis bautizados en
de la Iglesia
Espíritu Santo de aquí a no muchos
días». 6 Los que se habían, pues, re-
unido le preguntaban diciendo : «Se-
ñor, ¿en esta sazón vas a restable-
cer el reino a Israel ?» 7 Díjoles :
«No os toca a vosotros conocer los
tiempos o momentos oportunos que
el Padre fijó con su propia potes-
tad; 8 mas recibiréis la fuerza del Es-
píritu Santo, que vendrá sobre vos-
otros, y seréis mis testigos así en
Jerusalén como en toda la Judea y
Samaría y hasta el último confín de
la tierra.»
' Y como esto hubo dicho, vién-
dolo ellos, fué llevado hacia lo alto,
y una nube, tomándolo sobre sí, lo
ocultó a sus ojos. 10 Y mientras es-
taban con los ojos clavados en el
cielo mirando cómo se iba, de pron-
to se les presentaron dos varones
con vestiduras blancas, 11 los cuales
además dijeron : «Varones galileos,
¿qué hacéis ahí plantados mirando
fijamente al cielo? Este mismo Je-
sús, que ha sido quitado de entre
vosotros para ser elevado al cielo,
así vendrá, de la manera que le ha-
béis contemplado irse al cielo.»
•* 1 Mi primer tratado : es el tereer Evangelio.
-'Teófilo: cristiano distinguido, que sólo conocemos por la mención que de él
hace San Lucas aquí y en el proemio de su Evangelio (1, 3).
4 La promesa del Padre por antonomasia es el Espíritu Santo.
6 Ni con la muerte del Salvador se habían disipado en las cabezas de algunos
discípulos las fantasías de un mesianismo terreno.
8 Características del apostolado: 1) su fuerza es la del ESPÍRITU Santo; 2) su ca-
rácter es ser enviados y testigos de Cristo ; 3) su campo de acción es todo el mundo,
comenzando por Jerusalén ¡Le. 24, 47I.
10 Dos varones : dos ángeles en forma humana.
11 Así vendrí : con esta misma gloria y majestad, para juzgar a los vivos y a los
muertos.
— 267 —
1 12-18
HECHOS DE LOS APOSTOLES
1 19-26
Vueltos los Apóstoles, perseveran en
la oración, i, 12-14
Entonces se tornaron a Jerusa-
lén desde el monte llamado Olivar,
tiue está cerca de Jerusalén, distan-
te el camino de sábado.
13 Y así que entraron, se subieron
a ja habitación superior, donde te-
nían su alojamiento, Pedro 3' Juan,
v Santiago y Andrés, Felipe y To-
más, Bartolomé y Mateo, Santiago
el de Alfeo y Simón el Zelador,' y
judas el de Santiago. " Estos todos
perseveraban unánimemente en la
oración juntamente con las mujeres
v con María, la Madre de Jesús, y
con sus hermanos.
Elección de Matías. 1, 15-26
" Durante estos días, levantándo-
se Pedro en medio de los hermano?
— y era la muchedumbre de personas
allí reunidas como de ciento vein-
te— , dijo : 18 «Varones hermanos, te-
nía que cumplirse la Escritura, que
el Espíritu Santo había anunciado
de antemano por boca de David acer-
ca de Judas, que se hizo guía de los
que .prendieron a Jesús ; 17 por cuan-
to era contado como uno de nos-
otros, y le cupo en suerte este mi-
nisterio. 18 Este, pues, adquirió un
campo con el salario de la iniquidad,
y habiendo caído de cabeza, reven-
tó por medio y se le salieron todas
sus entrañas. 19 Y se hizo notorio a
todos los habitantes de Jerusalén, de
suerte que aquel campo fué llamado
en su propia lengua Hakeldamakh,
esto es, Campo de sanare. m Porque
escrito está en el libro de los Sal-
mos (Sal. 68, 26 ; 108, 8) :
Hágase desierta su majada,
V no haya quien habite en ella;
y
su intendencia tómela otro.
M Urge, pues, que de los varones
que anduvieron con nosotros duran-
te todo el tiempo en que entró y sa-
lió entre nosotros el Señor Jesús,
-2 a partir del bautismo de Juan has-
ta el día en que nos fué quitado y
llevado allá arriba, que uno de és-
tos se asocie a nosotros como testi-
go de su resurrección.)!
33 Y presentaron dos : José llama-
do Barsabás, que fué apellidado Jus-
to.^ y Matías. 21 Y orando dijeron .
«Tú, Señor, conocedor de los cora-
zones de todos, muestra a cuál de
éstos te escogiste, uno de los dos,
3 para ocupar el puesto de este mi-
nisterio v apostolado, del cual pre-
varicó Judas para irse por las su-
yas.» Y les repartieron suertes, y
recayó la suerte sobre Matías, y fué
declarado apóstol y asociado a los
Once.
15 Ei. camino de sábado: era la distancia máxima que se permitía a los judíos re-
correr en día de sábado, algo más de un kilómetro.
13 Esta habitación superior u estancia alta de la casa cu que aquellos días se alo-
jaban los Apóstoles es, según todas las probabilidades, el mismo Cenáculo, en que el
Señor instituyó la Eucaristía ; y es asimismo «la casa de María» la madre de Marcos,
de que se habla más adelante (12, 12).
u Con María : es muy significativa y providencial la presencia y la oración de
i.a Madre de Jesús
lu La Escritura : son los salmos 68 y 108, que lueiío se citan, y acaso también el
salmo 54, 13-16.
"Por cuanto... : explica el motivo de referirse a Judas «la Escritura» citada.
21 Entró y salió : modismo hebreo, equivalente a «anduvo» o «vivió» entre nos-
otros.
22 Para que el testimonio apostólico tuviera mayor fuerza era conveniente que el
Apóstol hubiera viyido con Jesús desde el principio de su vida pública hasta su As-
censión. Merece notarse la necesidad, que supone San Pedro, de completar el miníe-
lo de l'is Doce : necesidad,^ de ^orden^ simbólico, de que fueran doce los patriarcas del
M No explica San Lucas el procedimiento empleado en el sorteo, el cual no debe
confundirse con un vulgar sortilegio. Tres circunstancias principalmente legitimaban
el recurso a las suertes : 1) que se hizo por especial inspiración de Dios y con gran
fe en su divina providencia ; 2) que fué precedido de sincera y ferviente oración ;
3) q«e se trataba de una designación que a sólo Dios competía, por cuanto una sim-
ple votación humana no podía sustituir a la elección divina con que habían sido de-
signados los Once, y sin la cual Matías no podía obtener la plenitud del apostolado.
- 268-
HECHOS DE LOS APOSTOLES
*2 10-21
Venida del Espíritu Sanio. 2, r-13
o 1 V al cumplirse el día de Penrte-
~ costés, estaban todos juntos en el
misino lugar. 2 Y se produjo de sú-
bito desde el cielo un estruendo co-
mo de viento que soplaba vehemen-
te, y llenó toda la casa donde se ha-
llaban sentados. 3 Y vieron aparecet
lenguas como de fuego, que, repar-
tiéndose, se posaban sobre cada uno
de ellos. 4 Y se llenaron todos del
Espíritu Santo, y comenzaron a ha-
blar en lenguas diferentes, según
que el Espíritu Santo les movía a ex-
presarse. s Hallábanse en Jerusalén
judíos allí domiciliados, hombres re-
ligiosos de toda nación de las que es-
tán debajo del cielo ; 6 y al oírse es-
te estruendo, concurrió la multitud
y quedó desconcertada, por cuanto
les oían hablar cada uno en la pro-
pia lengua. ' Y se pasmaban todos y
maravillaban, diciendo: «Mira, ¿que
no son galileos todos esos que ha-
blan ? 8 ¿ Y cómo nosotros oímos ha-
blar cada uno en nuestra propia len-
gua en que nacimos * — partos, me-
llos y elamitas, y los pertenecientes
a la Mesopotamia, a la Judea y a
Capadocia, al Ponto y al Asia, 10 a
Frigia y a Panfilia, a Egipto y a las
ipartes de la Libia junto a Cirene,
y los romanos aquí residentes, 11 así
judíos como prosélitos, cretenses y
árabes — , cómo les oímos hablar en
nuestras lenguas las magnificencias
de Dios ?» 12 Y se pasmaban todos y
no sabían qué pensar, diciéndose el
uno al otro : «¿ Qué querrá ser es-
to?» "Mas otros, haciendo chacota,
decían : «De mosto están llenos.»
Discurso de Pedro. 2, 14-36
14 Puesto de pie Pedro, acompaña-
do de los Once, alzó su voz y les ha-
bló en estos términos :
«Varones judíos y moradores to-
dos de Jerusalén : tened esto enten-
dido, y prestad atento oído a mi>
palabras. 15 No es así, como vosotros
presumís, que estén ésjros embriaga*
dos, pues no es sino la hora tercia
del día ; 16 sino que esto es lo dicho
I por el profeta ]oel (2, 28-32) ;
" Y acaecerá en los día» postreros, dice Dios,
que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne ;
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas,
y vuestros jóvenes verán_ visiones,
y vuestros ancianos soñarán ensueños ;
iS y aun sobre mis siervos y sobre mis siervas
en los días aquellos derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
* Y obraré portentos en el cielo arriba
y señales sobre la tierra abajo :
sangre y fuego y exhalación de humo.
w El sol se tornará tinieblas, y la luna sangre,
antes que llegue el día del Señor, día grande y deslumbrador.
=1 Y será así que todo el que invocare el nombre del Señor, se salvará
O M Es clásica la interpretación simbólica de los dos signos sensibles, el VIENTO
~ uhemexte y las lenguas de fuego, con que se manifestó la presencia y la acción
1 Estas lenguas DIFERENTES, que providencialmente coincidían con las de los nu-
merosos judíos allí presentes, no tenían por objeto facilitar la predicación evangélica
a todo el mundo : eran más bien fenómenos sobrenaturales pasajeros, destinados a
llamar la atención y provocar el asombro de los oyentes.
a Hablar las magnificencias de Dios, o, como dice San Pablo, (¡bendecir a Dios
con el espíritu» (1 Cor. 1, 16) : tal era el objeto principal del don de lenguas.
n-m ei discurso de Pedro consta de tres partes : 1) advenimiento de los tiempos
mecánicos ; 2) mesianidad de Jesús, comprobada por sus milagros, por su resurrec-
ción y por la Escritura ; 3) exaltación del Mesías, seguida de la efusión del Espíritu
Santo. La elevación y profundidad, la solidez y el vigor de su razonamiento, sólo se
explica por la acción del Espíritu de Dios. Se inaugura brillantemente la Apologética
cristiana, que ya en su primera aparición emplea los dos grandes argumentos, el
milagro y la profecía, que minea envejecerán.
— 269 —
2 22-39*
HECHOS DE LOS APOSTOLES
2 24-43
** Varones israelitas, escuchad es-
tas palabras : a Jesús el Nazareno,
varón acreditado de parte de Dios
ante vosotros con milagros, prodi-
gios y señales, que Dios obró por
El en medio de vosotros, según que
vosotros mismos sabéis, 33 a este vos-
otros, dentro del plan prefijado y
de la previsión de Dios, habiéndo-
le entregado, enclavándole por ma-
no de hombres inicuos, le disteis la
muerte; " al cual Dios resucitó, suel-
tas las dolorosas prisiones de la
muerte, por cuanto no era posible
que El quedase bajo el dominio de
ella. 15 Porque David dice respecto
de El (Sal. 15, S-11) :
Miraba yo al Señor delante de mí constantemente,
porque a m¿ derecha está, para que no sea vo sacudido.
26 Por esto se regocijó mi corazón
y se alborozó mi lengua,
y hasta mi carne reposará sobre la esperanza
31 de que no abandonarás mi alma en los infiernos,
ni consentirás que tu Santo experimente corrupción.
n Me mostraste los caminos de la vida,
me henchirás de gozo con la vista de tu faz.
a Varones hermanos, se puede de-
cir sin reparo alguno ante vosotros
acerca del patriarca David, que mu-
rió y fué sepultado, y que su sepul-
cro subsiste entre nosotros hasta el
día de hoy. 30 Profeta, pues, como
era, y sabiendo que Dios le había
jurado solemnemente que asentaría
sobre su trono a uno de sus descen-
dientes (Sal. 88, 4-5 : 131, 11), 31 con
visión profética habló de la resu-
rrección del Ungido, que ni sería
abandonado en los infiernos ni su
carne experimentaría corrupción. 32 A
éste, que no es otro que Jesús, resu-
citó Dios, de lo cual todos nosotros
somos testigos. 53 Exaltado, pues,
por la diestra de Dios y habiendo
recibido del Padre la promesa del
Espíritu Santo, le ha derramado,
que es esto que vosotros veis y oís.
34 Que no fué David quien subió a
los cielos ; antes él mismo dice
(Sal. 109, 1) :
Dijo el Señor a mi Señor : Siéntate a mi diestra,
■ hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies.
" Con toda seguridad, pues, co-
nozca todo Israel que Dios le cons-
tituyó Señor y Mesías a este mismo
Jesús a quien vosotros crucificas-
teis.»
Tres mil hombres reciben el
bautismo. 1, 37-41
" Al oír esto, sintieron traspasado
de dolor su corazón y dijeron a Pe-
dro y a los demás Apóstoles: «¿Qué
tenemos que hacer, varones herma-
nos ?» 88 Pedro a ellos : «Arrepen-
tios, dice, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesu-Cris-
to para remisión de vuestros peca-
dos, y recibiréis el don del Espíritu
Santo. 38 Pues para vosotros es la
promesa, y también para vuestros
hijos y para todos los que están le-
jos, cuantos quiera que llamare a sí
el Señor Dios nuestro.» 40 Y con
otras muchas razones dió su testi-
monio, y los exhortaba diciendo :
«Salvaos de esa generación perver-
sa.» 41 Ellos, pues, acogiendo su pa-
labra, fueron bautizados ; y fueron
agregados en aquel día como unas
tres mil almas.
Vida de los primeros fieles. 2, 42-47
41 Y perseveraban asiduamente en
la doctrina de los Apóstoles y en la
comunión, en la fracción del pan y
en las oraciones.
43 Y nacía de aquí temor en toda
v Doctrina de los Apóstoles : así se designa la enseñanza cristiana o predicación
oral de los Apóstoles, que, transmitida a los sucesores, recibió el nombre de tradi-
cióu. Con estos términos de Doctrina, Enseñanza, Predicación, Tradición, se intitu-
— 270 —
2 44-3 5
HECHOS DE LOS APOSTOLES
3 6-13
alma ; y se obraban muchos prodi-
gios y señales por medio de los
Apóstoles en Jerusalén ; y un gran
temor sobrecogía a todos. 41 Y todos
los que habían abrazado la fe vivían
unidos, y tenían todas las cosas en
común ; 44 y vendían las posesiones
y los bienes^ y lo repartían entre to-
dos, según que cada cual tenía ne-
cesidad. 46 Y día por día, asiduos en
asistir unánimemente al templo >
partiendo el pan en sus casas, to-
maban el sustento con regocijo y
sencillez de corazón, 41 alabando a
Dios y hallando favor cabe todo el
pueblo. Y el Señor iba diariamente
agregando y reuniendo los que se
salvaban.
Curación del cojo de nacimiento.
3, i-"
q ' Pedro y Juan subían al templo
" a la hora nona, hora de oración.
- Y había un hombre, cojo desde e!
seno de su madre, al cual llevaban
y ponían cada día junto a la puerta
del templo llamada Hermosa, para
pedir limosna a los que entraban en
el templo. 3 El cual, viendo a Pedro
v a Juan que iban a entrar en el
templo, pedía le diesen limosna.
4 Mirándole fijamente Pedro a una
con Juan, le dijo : «Míranos.» s El
estaba atento a ellos, aguardando
recibir algo de ellos. 6 Mas dijo Pe-
dro : «Plata y oro no tengo ; mas lo
que tengo, esto te doy ¡ en el nom-
bre de Jesu-Cristo Nazareno, ponte
a andar.» ; Y cogiéndole de la mano
derecha, lo levantó ; y en el mismo
instante se le consolidaron las plan-
tas de los pies y los tobillos ; 8 y de
un salto se puso en pie, y echó a an-
dar, y entró con ellos en el templo,
andando y saltando y alabando a
Dios. ' Y viole todo el pueblo an-
dando y alabando a Dios. 10 Y le re-
conocían, que él era el que para pe-
dir limosna estaba sentado junto a
la puerta Hermosa del templo ; y
se llenaron de pasmo y asombro por
lo que le¡ había acaecido. 11 Y como
él no soltase a Pedro y a Juan, todo
el pueblo, lleno de estupor, corrió
hacia ellos al pórtico llamado de Sa-
lomón.
Discurso de Pedro al pueblo.
3, 12-26
Al verlo Pedro, tomando la pa-
labra, dijo al pueblo : «Yarones is-
raelitas, ¿qué os maravilláis de es-
to, o por qué ponéis los ojos en
nosotros, como si por nuestro pro-
pio poder o piedad hubiéramos he-
cho que éste pudiese andar ? 13 El
laron varios libros de la primitiva literatura cristiana : claro indicio de que en la
economía de la revelación cristiana ocupa el primer lugar la tradición más bien que
la Escritura. || Comunión es la solidaridad espiritual de los fieles, comúnmente lla-
mada comunión de los santos. \\ La fracción del pan es la cena eucarística. || Las
oraciones parecen ser las plegarias que acompañaban la celebración de la cena del
Señor. Apenas constituida la Iglesia, aparecen ya los gérmenes de la sagrada litur-
gia, que tan gloriosamente debían desarrollarse en los siglos siguientes.
** Esta comunidad de bienes nada tiene que ver con el comunismo revolucionario,
del cual difiere radicalmente por estas circunstancias : 1) que era libre, no impuesta,
y menos por la violencia ; 2) que se basaba no en la negación del derecho de pro-
piedad, sino en el libre uso de los bienes legítimamente poseídos ; 3) que nacía no
del excesivo aprecio de los bienes terrenos, sino más bien de su menosprecio ; 4) que
aspiraba no a participar de los bienes ajenos, sino a comunicar los propios a los
demás. Aun así, no prosperó este generoso ensayo, como lo demostró poco después
la extrema pobreza a que llegaron los fieles de Jerusalén. Sólo más tarde en las
comunidades monásticas cuajó esta cristiana aspiración a la comunidad de bienes.
31 A la hora nona : las tres de la tarde, en que se ofrecía en el templo el sacri-
ficio vespertino.
2 Puerta Hermosa : era la que conducía desde el atrio de los cintiles al de las
mujeres.
u Pórtico de Salomón : era el del lado oriental, hacia el cual caía la puerta
Hermosa.
i»-» Divídese, el discurso en dos partes principales. La primera, apologética (12-18),
explica el milagro por la fe en Jesús, crucificado y resucitado. La segunda, parenéti-
ca (19-26), es una exhortación al arrepentimiento y a la fe en Jesús Mesías, para
participar de las bendiciones mesiánicas.
— 271 —
3 w-m
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
3 e5-4 7
Dios de Abrahán y el Dios de Isaac
y el Dios de Jacob, el Dios de nues-
tros padres, orlorificó a su Hijo Je-
sús, a quien vosotros entregasteis y
negasteis ante la faz de Piíato, cuan-
do él estaba resuelto a ponerle en
libertad ; " mas vosotros negasteis
al Santo y al Justo, y demandasteis
que se os hiciese gracia de un hom-
bre homicida, 15 mientras que al Cau-
dillo de la vida le disteis la muerte,
a quien Dios resucitó de entre los
muertos ; de lo cual nosotros somos
testigos. 10 Y por la fe de su nom-
bre, a léste, que estáis mirando y co-
nocéis, le consolidó su nombre ; y
la fe, que por él se nos da, le dió
esta integridad de sus miembros en
presencia de todos vosotros. " Y aho-
ra, hermanos, bien sé que obrasteis
por ignorancia, como también vues-
tros jefes. 18 Mas Dios, lo que por
boca de todos los profetas había
anunciado de antemano, que su Uu-
;;iilo había de padecer, lo cumplió
de esta manera. " Arrepentios, pues,
v convertios para que sean borrados
vuestros pecados, * para cuando vi-
nieren los tiempos de refrigerio de
ante la faz de'l Señor, y El enviare
el Mesías que os ha sido predesti-
nado, Jesús, 21 a quien es necesario
que el cielo reciba, basta que lle-
guen los tiempos de la universal
restauración, de los cuales (habló
Dios por boca de sus santos profe-
tas que desde la más remota an-
tigüedad vistieron. M Moisés dijo
(Dt. 18, 15-19 ; Lev. 23, 29) : un
profeta os suscitará el Scfwr vues-
tro Dios de entre vuestros herma-
nos, tal como yo: a él escucharéis
en todas cuantas cosas os hablare.
* Y será así que toda alma que no
escuchare a este tal profeta, será
exterminada del pueblo. 2i Y todos
los profetas, a partir de Samuel, y
los^ que por su orden vinieron des-
pués, cuantos hablaron, anunciaron
también estos días. 25 Vosotros sois
los hijos de los profetas y de la
alianza que concertó Dios con vues-
tros padres, diciendo a Abrahán
(Gén. 12, 3 ; 22, 18) : y en tu pos-
teridad serán bendecidas todas las
familias de la tierra. 2Í A vosotros
primero Dios, habiendo suscitado a
su Hijo, le envió, portador de ben-
dición, con que os apartéis cada
cual de vuestras maldades.»
Primera persecución de la Iglesia.
4, i-"
A 1 Estando ellos hablando al pue-
blo, se les presentaron los sacer-
dotes, el jefe de la policía del tem-
plo y los saduceos, ' molestados de
que ellos enseñasen al pueblo y de
que en la persona de Jesús anun-
ciasen la resurrección de entre los
muertos ; 1 y les echaron las manos
y los pusieron en prisión hasta el
día siguiente, pues era ya tarde. 4 Y
muchos de los que oyeron el razo-
namiento, creyeron ; y vino a «er el
número de los varones como cinco
millares.
° Y sucedió, al día siguiente, que
se congregaron sus jefes, los ancia-
nos y los escribas de Jerusalén,
"entre ellos Anás, el sumo sacei-
dotc ; Caifás, Juan y Alejandro y
cuantos eran del linaje archisacer-
dotal ; 7 y habiéndoles hecho poner
en medio, les interrogaban: «¿Con
¡ cuáles poderes o en nombre de quién
hicisteis esto vosotros ?j>
Tanto o mas que en el milagro se apoya San Pedro en las profecías mesiá-
*> ENVIARE EL Mlsías : habla San Pedro del segundo advenimiento de Cristo.
Tal como yo : ea decir, no ha de ser un profeta ordinario, sino que, como Moi-
sés concertó con I'ios la antigua alianza e inició un régimen, así Cristo había de
25 Los hijos di la ALIANZA : al abrazar la fe cristiana, los israelitas siguen per-
teneciendo a Israel, «al Israel de Dios» (Gál. 5, 16), al paso que los gentiles, al ha-
cerse cristianos, dejan de pertenecer a la gentilidad, para incorporarse al Israel de
^ 7 f; Con i l'Áu s i-i ii >i ui s .' Ni aquí ni en todo ln qiu -iguc ponen los sanludrií.i--
Y esto nos basta a nosotros para poder ver por nosotros mismos la verdad filosó-
fica y la verdad teológica del milagro, no menos patentes c innegables.
— 272 —
4 8-16
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
4 17-2(5
Discurso de Pedro en el Sanhedrin.
4, 8-12
• Entonces Pedro, lleno del Espí-
ritu Santo, les dijo: «Jefes del pue-
blo y ancianos de Israel, 8 ya que
nosotros hoy somos examinados
acerca de la buena obra hecha a un
hombre enfermo, en virtud de qué
o de quién éste haya sido 6anado,
"' sea notorio a todos vosotros y a to-
do el pueblo de Israel, que en el
nombre de Jesu-Cristo Nazareno, a
quien vosotros crucificasteis, a quien
Dios resucitó de entre los muertos,
en este nombre, está ése aquí delan-
te de vosotros sano. 11 El es la pie-
dra desechada por vosotros los cons-
tructores, la que ha venido a ser
piedra angular (Sal. 117, 22). M Y no
se da en otro ninguno la salud,
pt.esto que no existe debajo del cie-
lo otro nombre, dado a los hom-
bres, en el cual hayamos de ser sal-
vos.»
Los sanhedritas amenazan a los
apóstoles y los suelean. 4, 13-22
u Considerando el ningún empa-
cho de Pedro y de Juan en hablar,
v enterados de que eran hombres
sin letras y gente vulgar, se mara-
villaban, y los reconocían que eran
los que andaban con Jesús ; M y co-
mo veían que estaba con ellos el
hombre que había sido curado, no
tenían nada que oponer. 15 Y man-
dándolos retirarse fuera del Sanhe-
drin, conferían entre sí, 16 diciendo :
t¿ Qué vamos a hacer con esos hom-
bres ? Pues el hecho de que un mi-
lagro patente ha sido obrado por
ellos es notorio a todos los habitan-
tes de Jerusalén, y no nos es posi-
ble negarlo ; " mas a fin de que no
se propague cada vez más entre el
pueblo, amenacémosles severamen-
te que no hablen ya más en ese nom-
bre a ninguno de los hombres.» ™ Y
habiéndolos llamado, les intimaron
que en absoluto uo hablasen palabra
ni enseñasen en el nombre de Je-
sús. 18 Mas Pedro y Juan, respon-
diendo, les dijeron : «Si es razón
delante de Dios escucharos a vos-
otros antes que a Dios, juzgadlo
vosotros mismos ; 20 que nosotros no
podemos dejar de hablar lo que vi-
mos y oímos.» 21 Mas ellos, profi-
riendo nuevas amenazas, los solta-
ron, no hallando manera de casti-
garlos a causa del pueblo, puesto
que todos glorificaban a Dios con
motivo de lo acaecido. 22 Porque era
de más de cuarenta años el hombre
en quien se había verificado este
milagro de la curación
Oración de la Iglesia. ¡, 23-31
23 Puestos en libertad, se fueron a
los suyos y les refirieron cuanto los
Mimos sacerdotes y los ancianos les
habían dicho. 24 Ellos, como lo oye-
ron, movidos de un mismo senti-
miento, elevaron la voz hacia Dio^
v dijeron : «Señor, tú eres el Dios
que hizo el cielo, la tierra y la mar
y todo cuanto existe en ellos (Ex. 20,
11 ; Sal. 145, 6 ; Is. 37, ió ; Jer. 23,
17), 25 el que por el Espíritu Santo,
por boca de nuestro padre David,
tu siervo, dijo (Sal. 2, 1-2) :
¿ Por qué se embravecieron las naciones
y los pueblos tramaron vanidades ?
20 Acudieron los reyes de la tierra,
y los jefes juntáronse en un haz,
en contra del Señor y en contra de su Ungido.
8 Lleno del Espíritu Santo : sólo la acción del Espíritu de Dios explica el con-
traste entre aquel Pedro, que, sin peligro, tiembla a la voz de una mozuela, y este
Pedro, que, con peligro- real de correr la misma suerte de su Maestro, se encara in-
trépido con los sanhedritas para echarles en cara su crimen y decirles que el único
Salvador es el mismo Jesús, a quien ellos crucificaron.
u No nos es posible negarlo : ante la evidencia del milasro, ¿ qué debían haber
hecho ? Creer en Jesús. ¿ Qué hicieron ? Cerrar obstinadamente los ojos a la verdad
y pretender echar tierra encima. No son los prejuicios o los sentimientos los que
crean el milagro, sino los que se empeñan en negarlo.
Dos verdades importantes se hallan consignadas en esta espontánea expresión
de la primitiva fe cristiana : 1! la divina inspiración de la Sagrada Escritura; 2l la
significación del salmo z.
— 273 —
4 27-36
HECHOS DE LOS APOSTOLES
4 37^5 9
21 Porque en verdad se coligaron
en esta ciudad contra tu santo Hijo
Jesús, a quien ungiste, Herodes y
Poncio Pilato, a una con los genti-
les y los pueblos de Israel, 24 para
reallizar cuanto tu mano y designio
habían decidido de antemano que se
hiciese. 29 Y ahora, Señor, mira sus
amenazas, y da a tus siervos firme-
za para hablar con toda libertad tu
palabra, 'M ayudando tú con exten-
der tu mano para curar y para que
se obren señales y prodigios por el
nombre de tu santo Hijo Jesús.»
31 Y como hubieron acabado su ora-
ción, retembló el lugar en que se
hallaban reunidos, y quedaron todos
llenos del Espíritu Santo, y habla-
ban la palabra de Dios con osada
libertad.
mUfi solo corazón y una sola alma»
4. 32-37
SJ La multitud de los que creyeron
tenía un solo corazón y una sola
alma, y ninguno decía ser propia su-
ya cosa alguna de las que poseía,
sino que para ellos todo era común.
53 Y con gran fortaleza daban los
Apóstoles el testimonio que se les
había confiado^ acerca de la resu-
rrección del Señor Jesús. Y gozaban
todos ellos de gran favor. 34 Porque
tampoco había entre ellos meneste-
roso alguno ; pues cuantos había
ropietarios de campos o casas, ven-
iéndolo, traían el producto de lo
vendido 35 y lo ponían a los pies de
los Apóstoles y se repartía, dando
a cada cual según que uno tenía
necesidad.
86 Y José el apellidado por los
Apóstoles Bernabé, que traducido es
lo mismo que Hijo de la consola-
ción, levita, ciprio de linaje, 37 como
poseyese un campo, habiéndolo ven-
dido, trajo el dinero y lo puso a los
pies de los Apóstoles.
Castigo de la mentira de A turnias
y Safira. 5, 1-11
r 1 Y cierto hombre por nombre
^ Ananías, de acuerdo con Safira,
su mujer, vendió una propiedad, 2 y
fraudulentamente reservó para sí
parte del precio, con la complicidad
de su mujer, y trayendo una parle
la puso a los pies de los Apóstoles.
3 Y dijo Pedro : «Ananías, ¡ cómo es
que Satanás se posesionó de tu co-
razón, para que quisieses engañar
a'l Espíritu Santo y te quedases con
parte del precio del campo ? 4 ¿ Es
que, de no venderse, dejaba de ser
tuyo, y una vez vendido, no queda-
ba el precio en tu poder ? ¿ Cómo es
que pusiste en tu corazón este enre-
do ? No mentiste a los hombres, si-
no a Dios.» 6 En oyendo Ananías
estas palabras, desplomándose ex-
piró. Y se produjo gran temor en
todos los que lo oían contar. 6 Le-
vantándose los más jóvenes, le en-
volvieron, y sacándole lo sepultaron.
' Hubo un intervalo como de tres
horas, y su mujer, ignorando lo
acaecido, entró. 8 Dirigiéndose a ella
dijo Pedro : «Dime, ¿es verdad que
disteis el campo a tal precio ?» Ella
dijo : «Sí, a este precio.» 9 Pedro se
encara con ella : «¿Qué es eso que
os concertasteis para tentar el Es-
píritu del Señor? Pues mira, a la
puerta están los pies de los que se-
-* Los planes y manejos de la impiedad nunca lograran substraerse a la direc-
ción y acción de la divina Providencia, antes se convierten en instrumentos suyos,
inconscientes e involuntarios.
•J Un solo corazón : hermosa expresión de la comunión de los santos. Y, más
que cutre sí mismos, forman los fieles con Cristo aun solo corazón». Y este cora
zón, uno mismo de todos, no es otro que el Corazón de Jesús.
m Al mencionar a liernabé no dice San Lucas que fuese reciente su conversión
a la fe. Secón una antigua tradición, conservada por Clemente de Alejandría y
Ensebio, fué uno de los setenta y dos discípulos del Señor. Y si así fué, no puede
dudarse que sería uno de los 120 reunidos en el Cenáculo en vísperas de Pente-
costés. Precisamente el Cenáculo parece haber sido la estancia superior de la casa
de María, con quien Bernabé tenía estrecho parentesco. La expresión aramea Hijo
de LA consolación, trasladada al lenguaje moderno, equivaldría a «Hombre de pa
labra dulce y persuasiva».
5"-4 Engañar al Espíritu Santo... No mentiste a hombres, sino a Dios : el cotejo
de estas dos expresiones es un claro testimonio de la divinidad del Espíritu Santo
— 274 —
5 w-21
HECHOS DE LOS APOSTOLES
5 22-30
pultaron a tu marido, y ellos te sa-
carán.» 10 Desplomóse al mismo ins-
tante a sus pies v expiró. Y entran-
do los jóvenes la hallaron muerta,
v sacándola la sepultaron junto a
su marido. 11 Y se produjo .erran te-
mor en toda la Iglesia v en todos
los que oían contar tales cosas.
Progreso de ¡a Iglesia. ¡,
a Y por las manos de los Apósto-
les se obraban en el pueblo muchas
señales y prodigios ; y se reunían
unánimemente todos en el pórtico
de Salomón. a De los demás, nadie
osaba juntarse a ellos ; no obstante,
el pueblo los enaltecía. 14 Y se iban
agregando más y más creyentes al
Señor, muchedumbres de hombres >
de mujeres ; 13 y llegó la cosa a tal
punto que sacaban los enfermos a
las plazas y los ponían sobre cami-
llas y angarillas, para que, al pasar
Pedro, su sombra siquiera sombrea-
se a alguno de ellos. 16 Concurría
también la muchedumbre de las ciu-
dades circunvecinas a Jerusalén,
trayendo enfermos y vejados por es-
píritus inmundos, y eran curados
todos.
Sueva persecución.
7-26
17 Alzándose el sumo sacerdote y
todos los que con él estaban — que
era la secta de los saduceos — , se
llenaron de envidia, 19 y echaron las
manos sobre los Apóstoles v los pu-
sieron en la cárcel pública. 1S Mas
un ángel del Señor durante la no-
che abrió las puertas de la cárcel,
y sacándolos dijo : *> «Marchad, v
al llegar al templo hablad allí al
pueblo todas las palabras de esta
vida.» 21 Oído esto, entraban en el
templo al alborear el día, y ense-
ñaban.
Llegado el sumo sacerdote y los
que con él estaban, convocaron el
Sanhedrín y todo el senado de los
hijos de Israel, y enviaron emisa-
rios a la prisión' para que los tra-
jesen. 22 Los alguaciles que allá lle-
| garon no los hallaron en la cárcel,
| v, habiendo vuelto, dieron cuenta
23 diciendo : que «la prisión la ha-
llamos cerrada con toda seguridad
y los guardas de pie decante de las
puertas ; y habiendo abierto, dentro
no hallamos a nadie» . 14 Como oye-
ron estas palabras, así el jefe de la
policía del templo, como los sumos
sacerdotes, estaban desconcertados
respecto de ellos, sin atinar qué po-
dría ser aquello. 25 Mas presentán-
dose uno les notificó que : «Mirad,
los hombres que metisteis en la cár-
cel se están allí en el templo v si-
guen enseñando al pueblo». 26 En-
tonces, marchando allá el jefe de la
policía acompañado de los alguaci-
les, los condujo, no por vías de
fuerza, porque temían al pueblo, no
fuera que los apedreasen.
Los Apóstoles, de nuevo ante el
Sanhedrín. 5, 27-28
■ Habiéndolos conducido, los pre-
sentaron en el Sanhedrín. Y los in-
terrogó el sumo sacerdote, 2S dicien-
do : «¿ Por ventura no os intimamos
severamente que no enseñaseis en
ese nombre ? Y he aquí que habéis
llenado a Jerusalén con vuestra en-
señanza, y queréis hacer recaer so-
bre nosotros la sangre de ese hom-
bre.»
so de San Pedro.
* Respondiendo Pedro y los Após-
toles dijeron :
«Menester es obedecer a Dios an-
tes que a los hombres. " El Dios de
"-'* Ese derroche de milagros, si no lo atestiguasen los documentos primitivos,
habríamos de suponerlo nosotros, para explicar razonablemente los rápidos pro-
gresos del cristianismo.
M Vida : es una de las varias expresiones con que se designaba el contenido doc-
trinal y moral del Evangelio. Tales eran también Doctrina, Palabra, Camino.
En este caso, como en todos los anteriores, es siempre Pedro quien habla
entre todos los Apóstoles. Actúa como Primado de la Iglesia.
5 31-39
HECHOS DE LOS APOSTOLES
5 40-6 6
nuestros padres resucitó a Jesús, a]
uien vosotros matasteis colgándole
e un madero. 31 Y a éste, como a
Caudillo y Salvador, exaltó Dios con
su diestra con el fin de otorgar a
Israel penitencia y remisión de los
pecados. 33 Y nosotros somos testi-
gos de estas cosas, como lo es el
Espíritu Santo, que Dios dió a los
que acatan sus mandatos.»
Intervención de Ga-maliel. 5, 33-73?
** Ellos, como esto oyeron, se par-
tían de rabia, y trataban de acabai
con ellos. w Mas levantándose en el
Sanhedrín cierto fariseo, por nom-
bre Gamaliel, doctor de la ley, hon-
rado de todo el pueblo, ordenó eme
,por unos instantes sacasen afuera a
aquellos hombres ; 35 y les dijo :
«Varones israelitas, mirad bien lo
que vais a hacer con esos hombres.
" Porque estos días pasados se alzó
Teudas, diciendo de sí que era al-
guien, al cual se adhirió un núme-
ro como de cuatrocientos hombres ;
el cual fué muerto, y todos cuantos
obedecían sus órdenes fueron dis-
persados y vinieron a parar en na-
da. " Tras éste, en los días del em-
padronamiento, se alzó Judas el Ga-
lileo y arrastró en pos de sí gente
del pueblo: pereció él, v todos cuan-
tos obedecían sus órdenes fueron
desbaratados. 38 Y cuanto a lo de
ahora, desistid de meteros con esos
hombres, y dejadlos ; porque si pro-
viene de hombres esa empresa o esa
obra, se disolverá ; 39 mas si provie-
ne de Dios, no podréis disolverla ;
y guardaos de aparecer como gente
que pelea contra Dios.» Y se alle-
garon a su parecer.
¡.os Apóstoles, puestos de nuevo en
libertad. 5, 40-42
" Y habiendo llamado a los Após-
toles, después de azotarlos, les in-
timaron que no hablasen en el nom-
bre de Jesús y los soltaron. "Ellos
se iban de la presencia del Sanhe-
drín gozosos por haber sido halla-
dos dignos de ser afrentados por
causa de tal nombre. a Y los días
enteros, en el templo y por las ca-
sas, no cesaban de enseñar y de
Mnunciar la buena nueva del Mesías
Jesús.
Elección de los siete diáconos, fi, 1-7
¿: 1 Por estos días, como se multi-
pitease efl mimero de los discípu-
los, se produjo un murmullo de los
helenistas contra los hebreos, sobre
que eran desatendidas sus viudas en
el suministro cotidiano. 2 Habiendo
los Doce convocado la multitud de
los discípulos, dijeron : «No parece
bien que nosotros, dejando a un la-
do la palabra de Dios, nos emplee-
mos en servir a las mesas. 3 Poned,
pues, los ojos, hermanos, en siete
varones de entre vosotros, bien repu-
tados, llenos de Espíritu y de sabi-
duría, a quienes pondremos al frente
de este servicio ; 4 nosotros, por
nuestra parte, perseveraremos dedi-
cados a la oración y al ministerio
de la palabra.» 5 Y pareció bien lo
propuesto a los ojos de la multitud,
V escogieron a Esteban, hombre lle-
no de fe y de Espíritu Santo ; a Fe-
lipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pár-
menas y Nicolao, prosélito antioque-
no ; " a los cuales presentaron ante
** Gamaliel, doctor de la ley, maestro de San Pablo, y acaso también de nenia-
l)t-, era el representante más ilustre y autorizado de la escuela de Hillel. Según
antiguas tradiciones, se convirtió al cristianismo. De hecho, su nombre se lee en
el Martirologio y en el Breviario Romano.
37 Este empadronamiento, distinto del mencionado en el tercer Evangelio (2, 1-5I,
tuvo lugar hacia los años 6-7 de nuestra era.
61 Helbnistas : así eran denominados los judíos de raza (o también los prosélitos
o agregados al judaismo) que, nacidos fuera de Palestina, hablaban el griego.
• NICOLAO, PROSELITO antioquexo : era gentil de origen, pero incorporado al ju-
daismo con la circuncisión. No es cierto Que fuese el fundador de la secta de los
nicolaíslas, de que habla San Juan en el Apocalipsis.
0 Conforme a las instrucciones recibidas del Señor, los Apóstoles crearon los
siete primeros diáconos, no principal ni exclusivamente para servir a las mesas,
sino, más generalmente, para que fueran ministros suyo?, que les asistiesen en la
~ 276 -
6 7-15
HECHOS DE LOS APOSTOLES
Jos Apóstoles, y, haciendo oración,
les impusieron las manos.
f Y la palabra de Dios iba cre-
ciendo, y se multiplicaba asombro-
samente el número de los discípulos
en Jerusalén, y gran muchedumbre
de sacerdotes se sometía a la fe.
Esteban en el Sanhcdrín. 6, 8-ií
" Esteban, lleno de gracia y reves-
tido de poder, obraba grandes pro-
digios y señales entre el pueblo.
' Pero se levantaron algunos de los
que pertenecían a la sinagoga lla-
mada de los Libertinos, de los Ci-
renenses y de los Alejandrinos y de
]os de Cilicia y Asia, que discutían
con Esteban, 10 y no podían resistir
a la sabiduría v al Espíritu con que
hablaba. 11 Entonces indujeron bajo
mano a unos hombres que dijesen :
i Hemos oído a éste proferir pala-
liras de blasfemia contra Moisés v
contra Dios »
u Y azuzaron al pueblo y a los an-
cianos y a los escribas, y cavendo
sobre él le arrebataron y conduje-
ron al Sanhedrín ; " y presentaron
i esticos falsos, que decían : «Este
hombre no cesa de proferir palabras
contra este santo lugar y contra la
ley ; 14 porque le hemos oído decir
que ese Jesús Nazareno destruirá
este lugar y cambiará los usos tra-
dicionales que nos dió Moisés.» 16 Y
mirándole fijamente todos los que
estaban sentados en el Sanhedrín.
vieron su faz como la faz de un án-
gel.
Discurso de Esteban. -, 1-53
n 'Dijo el sumo sacerdote : «¿Es
1 esto así?» 2 El dijo: «Varones
hermanos y padres, escuchad. El
Dios de la gloria se mostró a nuestro
padre Abrahán estando en la Meso-
potamia, antes de que se establecie-
se en Carrán, * y díjolc : Sal de tu
tierra y de tu parentela, y ven a la
tierra que yo te mostraré (Gén. 1,
21). 4 Entonces, saliendo de la tierra
de los caldeos, habitó en Carrán. Y
de allí, una vez muerto su padre,
le hizo trasladar su morada a esta
tierra, en que vosotros ahora habi-
táis ; 5 y no le dió herencia en ella,
ni siquiera lo que pisa un pie ; mas
prometió dársela en posesión a él y
a su descendencia después de él,
cuando aun no tenía hijo. c Y habló
así Dios : que su posteridad sería
advenediza en tierra extraña, y la
esclavizarían v vejarían durante cua-
trocientos años (Gén. 15, 13-14 ;
Ex. 22, 2) ; ' mas a la nación cuyos
esclavos serían, la juzgaré yo, dijo
Dios, y tras esto saldrán y me ado-
rarán en este lugar (Ex. 12, 40 ; 13,
12). *Y le dió la alianza de la cir-
cuncisión ; y así engendró a Isaac
v le circuncidó el día octavo, e Isaac
a Jacob, y Jacob a los doce patriar-
cas. ■ Y los patriarcas, envidiosos de
José, le vendieron para Egipto ; pe-
ro estaba Dios con él, 10 y le sacó de
todas sus tribulaciones, y le dió gra-
cia y sabiduría delante de Faraón,
rey de Egipto, y le constituyó go-
bernador sobre Egiptq y sobre toda
su casa. 11 Y sobrevino hambre en
todo Egipto y Canaán y grainh-
celebración de los divinos misterios y fuesen sus auxiliares en la predicación del
Evangelio. El rito de la ordenación fué la oración y la imposición de las manos,
con que los nuevos ministros recibían el Espíritu Santo.
• I.a versión o calco verbal de esta frase discutida sería : c. algunos de los de la
sinagoga la llamada de Libertos y de Cirenenses y de Alejandrinos y de los de
Cilicia y de Asia». Según otra variante probable, habría que traducir : «... de la
sinagoga de los llamados Libertos...» ¿Habla San Lucas de una sola sinagoga, de
dos, de tres, de cinco? Por de pronto consta que existía en Jerusalén una sinagoga
llamada de los Libertos (romanos.. En este supuesto caben cuatro hipótesis más
o menos probables: 11 que a la sinagoga de los Libertos se agregasen los cuatro
grupos nacionales mencionados, formando todos una sola sinagoga ; 2) que a los
Libertos sólo se agregasen los de Cirene y Alejandría, formando sinagoga aparte
los de Cilicia y Asia, con lo cual resultaban dos sinagogas ; que también los de
Cirene y Alejandría formasen sinagoga propia, de donde resultarían tres sinagogas ;
«i que cada uno de los grupos nacionales mencionados tuviese sinagoga distinta,
con lo cual tendríamos chico sinagogas. No existen argumentos decisivos a favor de
ninguna de estas hipótesis.
Y Respondiendo sólo indirectamente a las acusaciones contra él formuladas,
1 convierte Esteban la defensa en ataque. Bajo la apariencia de un recuento sumario
de la historia de Israel, principalmente de sus dos primeras épocas, patriarcal V
~ 277 —
IIHCHOS DE LOS APOSTOLES
aprieto ; y no hallaban víveres nues-
tros padres . 12 Y oyendo decir Jacob
¡que había provisiones en Egipto,
mandó allá a nuestros padres una
primera vez ; " y en la segunda se
dió a conocer José a sus hermanos,
¡y vino a conocimiento de Faraón el
"linaje de José. " Y mandó José avi-
so que viniese a él Jacob, su padre,
y toda la parentela, en total setenta
y cinco almas. 15 Y bajó Jacob a
Egipto, y murió él, y también nues-
tros padres, 1(1 y fueron trasladados
a Siquem y colocados en la sepultu-
ra que había comprado Abrahán a
(precio de plata a los hijos de Emor
en Siquem.
11 Y a medida que se acercaba el
tiempo de la promesa que Dios ha-
bía formulado a Abrahán, creció el
pueblo y se multiplicó en Egipto,
ls hasta que se alzó sobre Egipto
otro rey que no tenía conocimiento
de José. 19 Este, empleando malas
artes contra nuestro linaje, vejó a
nuestros padres para forzarlos a ex-
poner sus niños, con el fin de que
ninguno quedase con vida. 20 En es-
ta sazón nació Moisés, y era lindo a
los ojos de Dios ; el cual fué criado
durante tres meses en la casa de su
padre; 21 mas habiendo sido expues-
to, lo recogió la hija del Faraón, \
se lo hizo criar como hijo. 22 Y fué
educado Moisés en (oda la sabiduría
de los egipcios, y era poderoso en
sus palabras y obras
23 Mas cuando se le cumplía la
edad de cuarenta años, nació en su
corazón el deseo de visitar a sus
hermanos los> hijos de Israel. 24 Y
viendo a uno padecer agravio, acu-
dió a su defensa y vengó al agra-
viado hiriendo al efiocio. 23 Pensaba
él que sus hermanos entenderían que
por su mano los iba Dios a salvar ;
mas ellos no lo entendieron. 36 Al
día siguiente presentóseles mientras
se estaban peleando, v trataba de
«venirlos en paz, diciendo : «Hom-
bres, sois hermanos ; ¿ por qué os
hacéis agravio uno a otro ?» 21 Mas
el que hacía el agravio a su prójimo
lo echó de sí diciendo : «¿ Quién te
constituyó jefe y juez sobre nos-
otros ? 28 ¿ Acaso quieres tú matar-
me, lo mismo que mataste ayer al
egipcio ?» 20 Huvó Moisés al oír ta-
les palabras, y vivió como advene-
dizo en la tierra de Madián, donde
engendró dos hijos. 30 Y transcurri-
dos cuarenta años se le apareció en
el desierto del monte Sinaí un án-
gel en la llama del fuego de una
zarza. 31 Moisés, al verlo, se mara-
villó de la visión ; y, como se llega-
se para ver lo que era, sonó la voz
del Señor : 33 Yo soy el Dios de tus
padres, el Dios de Abrahán, de Isaac
y de Jacob (Ex. 3, 6). Sobrecogido
de temblor, Moisés no osaba mirar.
fa Díjole el Señor: «Suelta el calzado
de tus pies, porque el lugar en que
estás, tierra santa es. 31 Con mis
ojos vi la vejación de mi pueblo,
que está en Egipto; oí su gemido,
y bajé a librarlos; y ahora ven acá,
que quiero enviarte a Egipto» (Ex. 3,
5- 7-io).
™ A este Moisés, a quien habían
desechado, diciendo : «¿ Quién te
constituyó jefe y juez?», a éste ha
enviado Dios como jefe y como li-
bertador por mano del ángel que se
le mostró en la zarza. 36 Este los sa-
có haciendo prodigios y señales en
la tierra de Egipto, y en el mar Ro-
jo, y en el desierto durante cuaren-
ta años.
" Este es Moisés, el que dijo a los
hijos de Israel : Un profeta os sus-
citará Dios de entre vuestros her-
manos, tal como yo (Dt. 18, 15).
38 Este es el que en la asamblea,
allá en el desierto, estuvo con el án-
gel, que le hablaba en el monte Si-
naí, y con nuestros padres ; el cual
recibió palabras vivientes para trans-
mitirlas a nosotros ; 30 a quien no
quisieron ser obedientes nuestros pa-
dres, sino que le rechazaron, y en
sus corazones se tornaron a Egipto,
mosaica, recalca Esteban con énfasis progresivo la rebeldía de Israel, para terminar
ion una tremenda invectiva, que pone furiosos a los sanhedritas y determina su
muerte. La tesis latente del discurso es que Israel se ha rebelado constantemente
contra los salvadores enviados por Dios, o bien, que Dios ha enviado como salva-
" s< di time Estillan especialmente en la historia de Moisés, tipo de Cristo
Salvador y Redentor y profeta suyo, por haber sido repudiado por los israelitas
antes (25-3.51 y después (39-40) de ser enviado por Dios a libertar a Israel.
38 Con el Angel... y con nuestros padres : en calidad de mediador de la antigua
alianza entre Dios e Israel.
-S78-
7 40-53
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
7 42-57
" diciendo a Aarón : tHaznos dioses
que vayan delante de nosotros ; poi-
que ese Moisés, que nos sacó de ¡a
tierra de Egipto, no sabemos qué
ha sido de é'h (Ex. 32, 1-3). 41 Y fa-
bricaron por aquellos días un bece-
rro, v ofrecieron sacrificio al ídolo, I
y se regocijaban en las obras de sus
ruanos. 42 Y les volvió Dios las es-
paldas y los abandonó para que ado-
rasen al ejército del cielo, según es-
tá escrito en el libro de los profetas
(Am. 5, 25-27) :
¿ Acaso víctimas y sacrificios me ofrecisteis
por cuarenta años en el desierto, casa de Israel ?
43 Tomasteis con vosotros el tabernáculo de Moloc
v la estrella del dios Retan,
las figuras que os hicisteis para adorarlas ,
pues yo os transportaré más allá de Babilonia.
44 El tabernáculo del testimonio te-
níanlo nuestros padres en el desier-
to, tal como había ordenado el que
hablaba a Moisés, diciéndole que lo
hiciera conforme al modelo que ha-
bía visto ; 43 "el cual también, trans-
mitido de padres a hijos, introdujé-
ronlo nuestros padres con Jesús al
ocupar la tierra de los gentiles, los
cuales Dios expulsó de la presencia
de nuestros padres, hasta los días
de David. 46 El cual halló gracia en
el acatamiento de Dios, y pidió se
le concediese hallar morada para el
Dios de Jacob. 41 Pero fué Salomón
quien edificó casa para él. 45 Mas no
habita el Altísimo en obra hecha de
manos, según que el profeta dice
(ts. 66, 1-2) :
" El cielo es mi trono,
y la tierra, escabel de mis pies ;
¿qué casa me edificasteis?, dice el Señor ;
¿ o cuál el lugar de mi reposo ?
50 ¿ No es mi mano quien hi/o todo esto ?
" | Duros de cerviz e incircuncisos
de corazones y de oídos ! Vosotros
siempre chocáis contra el Espíritu
Santo ; como vuestros padres, tam-
bién vosotros. 52 ¿Qué profeta hubo
a quien no persiguiesen vuestros
padres ? Y mataron a los que de an-
temano anunciaron el advenimiento
del Justo, del cual ahora vosotros
os hicisteis traidores y asesinos ;
M vosotros, que recibisteis la ley co-
mo ordenanzas de ángeles, y no la
guardasteis.»
El protoinártir de Cristo.
7, 54-60 ; S, 1
w Oyendo estas cosas se partían de
rabia sus corazones y rechinaban
sus dientes contra él.' M Mas como
estuviese lleno del Espíritu Santo,
clavando los ojos en el cielo, vió la
gloria de Dios y a Jesús de pie a la
diestra de Dios, M y dijo : «He aquí
que contemplo los cielos abiertos y
el Hijo del hombre de pie a la dies-
tra de Dios.» 57 Y gritando a gran-
0 El ejército del cielo : el sol, la luna y las estrellas.
«Moloc: dios de los amonitas. || La estrella del dios Refán : el planeta Saturno.
RETÍN (en los LXX Raiján) parece una deformación de Kaiván (en asirio Ka-ai-va-nui,
conservado entre los árabes como nombre de Saturno. Las otras variantes de los
códices: Remfam, Romfá, Romfán, desfiguran más aún el nombre primitivo.
15 Jesús : es>Josué. Jesús y Josué son dos transcripciones de un mismo nombre
hebreo.
81-53 Aunque fulminante o inesperada, esta peroración es el resultado, lógico y
psicológico, de todo el discurso. ¿ Cómo la oiría Saulo de Tarso, allí presente ?
81 Los que ante las invectivas de Esteban, dirigidas personalmente contra ellos,
sólo se habían contentado con manifestar su rabia, llegan a vías de hecho al oír
la gloria del Hijo del hombre. Más les enfurece el nombre de Cristo que los ultrajes
personales. Y esta psicología de odio era la de Saulo de Tarso : dato importantísimo
para apreciar la sobrenaturalidad de su radical conversión. El cambio del odio
furibundo al amor entrañable no se explica por las leyes de la psicología humana.
7 58~gS
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
8 2-12
des voces, se taparon los oídos, y se
'precipitaron todos con un mismo
furor contra él ; 5S y habiéndole sa-
cado a empellones fuera de la ciu-
dad, le apedreaban. Y los testigos
depusieron sus mantos a los pies de
un joven llamado Saulo. 89 Y se-
guían apedreando a Esteban, que
rogaba y decía : «Señor Jesús, reci-
be 'mi espíritu.» 60 E hincando las
rodillas, clamó con grande voz: «Se-
ñor, no les demandes este pecado.»
Y esto dicho, descansó en paz.
q 1 Y Saulo estaba dando su asen-
timiento a su muerte.
Persecución y dispersión de la
Iglesia. 8, 1-3
Se levantó aquel día gran perse-
cución contra la Iglesia en Jerusa-
lén ; y todos se dispersaron por las
reglones de la Judea y Samaría, a
excepción de los Apóstoles. ■ Y lle-
varon a enterrar a Esteban hombres
piadosos, e hicieron gran duelo so-
bre él. * Y Saulo hacia estragos en
la Iglesia, entrándose por las casas,
y arrastrando hombres y mujeres
los entregaba para ser encarcelados.
II. Expansión de la Iglesia en la gentilidad
Predicación de Fell[>c en Samaría.
8, 4-8
4 Así, pues, los que habían sido"
dispersados fueron de una parte a
otra evangelizando la Palabra. 6 Fe-
lipe, bajando a la ciudad de la Sa-
maría, les predicaba a Cristo. 0 Pres-
taban atención las turbas unánime-
mente a lo que Felipe decía, por
cuanto oían y veían los milagros que
obraba. ' Porque muchos de los que
tenían espíritus impuros — éstos, gri-
tando a grandes voces, se salían ,
y muchos cojos y paralíticos fueron
curados. 8 Y hubo de ello grande
yozo en aquella ciudad.
Simón el Mago. 8, g-13
8 Cierto hombre, por nombre Si-
món, ya de antes se hallaba en la
ciudad practicando la magia y asom-
brando a la gente de la Samaría, di-
ciendo de sí ser alguien grande ;
10 al cual prestaban todos atención,
desde el menor hasta el mayor, di-
ciendo : «Este es la potencia de Dios
llamada Grande.» " Y le prestaban
atención, pues por bastante tiempo
les había sorbida los sesos con sus
trapacerías de magia. 12 Mas cuan-
do creyeron a Felipe, que evangeli-
zaba acerca del reino de Dios y del
nombre de Jesu-Cristo, bautizában-
se-*0 I.as dos últimas palabras de Esteban recuerdan, respectivamente, la séptima
y la primera de las pronunciadas por el Redentor desde la cruz, ambas conserva-
das por el mismo San Lucas en su Evangelio.
81 Saulo aprobaba la muerte de Esteban y guardaba los vestidos de los que le
apedreaban; pero su sensibilidad moral le retrajo del oficio de verdugo. || La gran
persecución que se levantó contra la Iglesia sirvió en manos de la divina Provi-
dencia para extender y acelerar la propagación del Evangelio. No sólo se disper-
saron por las regiones de la Judea v Samaría, sino que, como más adelante se re-
fiere, algunos «pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía», donde «hablaban tam-
bién a los griegos» o gentiles. Pero el fruto más preciado de la persecución había
de ser la conversión del más obstinado perseguidor, Saulo.
6 Felipe es el segundo en la lista de los siete diáconos. La expresión la ciudad
de la Samaría puede entenderse «la ciudad de Sumaria», o bien «KT capital de la
(región de) Samaría». Pero como esta capital no era otra que- la ciudad misma de
Samaría, el sentido real de entrambas interpretaciones es uno mismo. Herodes el
Grande había dado a la ciudad de Samaría el nombre de Scbastc (=Augusta). || La
buena acogida que los samaritanos hacen a Felipe recuerda la que no muchos años
antes habían hecho a Jesús.
*-24 Ei episodio de Simón Mago representa el primer encuentro del cristianismo
con la superchería. No es la menor gloria de la religión cristiana el haberse opuesto
constantemente a t>.a> manifestaciones morbosas de una religiosidad extraviada, ati-
zada y explotada por la truhanería humana y la malicia diabólica.
— 280 —
813-20
HECHOS DE LOS APOSTOLES
8 21-30
se así los hombres como las muje-
res. " Y Simón, también él creyó,
v una vez bautizado no se apartaba
del lado de Felipe ; y contemplando
las señales y grandes portentos que
se obraban, salía fuera de sí.
Reciben los samaritanos el Espíritu
Santo. 8, 14-17
" Como oyesen los Apóstoles, que
estaban en 'jerusalén, que la Sama-
ría había recibido la palabra de Dios,
enviáronles a Pedro y a Juan, 15 los
cuales, bajando allá, oraron por ellos
para que recibiesen el Espíritu San-
to. " Pues todavía no había descen-
dido sobre ninguno de ellos, sino
que sólo estaban bautizados en el
nombre del Señor Jesús. 11 Entonces
imponían las manos sobre ellos y
recibían el Espíritu Santo.
Condenación de la simonía. 8, 18-25
" Al ver Simón que por la impo-
sición de las manos de los Apósto-
les 6e daba el Espíritu Santo, les
ofreció dineros, " diciendo : «Dad-
me a mí también ese poder, que a
quien yo impusiere las manos reciba
el Espíritu Santo.» " Mas Pedro le
dijo : «Tu dinero váyase contigo a
la perdición, pues te imaginaste po-
der adquirir con dinero el don de
Dios. No hay para ti parte ni he-
rencia en este negocio, pues tu co-
razón no anda a las derechas delan-
te de Dios. - Arrepiéntete, pues, de
esa tu maldad, y ruega al Señor,
por si tal vez te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón. a Por-
que en hiél de amargura y en lazo
de iniquidad (Dt. 29, 18 ; Is. 58, 6>
veo que has incurrido.» 24 Respon-
diendo Simón, dijo : «Rogad vos-
otros por mí al Señor para que nada
me sobrevenga de lo que habéis di-
cho.»
s Ellos, pues, habiendo dado tes-
timonio y anunciado la palabra del
Señor, se volvían a Jerusalén v
evangelizaban muchas aldeas de los
samaritanos.
Es bautizado por Felipe el eunuco
de Etiopía. 8, 26-40
■ Un ángel del Señor habló a Fe-
lipe, diciendo : «Levántate y diríge-
te hacia el mediodía al camino que
baja de Jerusalén a Gaza. Este está
solitario.» 11 Y levantándose se puso
en camino. Y he aquí un varón etío-
pe, eunuco, ministro de Candace,
reina de los etíopes, que tenía a su
cargo todo su tesoro real, el cual
había venido a Jerusalén para ado-
rar a Dios, 3 y ahora estaba de
vuelta sentado én su coche, y leía
el profeta Isaías. 59 Y dijo el Espí-
ritu a Felipe : «Acércate y arrímate
a este coche.» *° Corriendo allá Fe-
0 Simón, también él creyó : no fué verdadera la fe de Simón, que no vela en el
cristianismo sino una magia superior a la suya y cuyos secretos deseaba conocer.
14 Los Apóstoles enviaron a Pedro v a Juan : quiere decir que el colegio apos-
tólico, presidido por Pedro, habida deliberación, resolvió que Pedro y Juan fuesen
a Samaría.
13-17 Oraron... imponían las manos: la oración y la imposición de manos, incluida
en la unción, son los elementos esenciales del rito de la confirmación.
"En el nombre de Jescs no es la fórmula del bautismo administrado en la pri-
mitiva Iglesia, sino una expresión entonces usual para diferenciar el bautismo cris-
tiano del bautismo de Juan
Aquí descubre Simón el falso concepto que tenía del cristianismo y la fal-
sedad de su fe.
10 Las palabras de San Pedro no son una maldición o imprecación, sino más bien
una severa intimación del peligro de condenación eterna en que se ha puesto el
mago, padre de la simonía.
21 Por si tal vez te sea perdonado : no duda Pedro de la misericordia divina en
perdonar al pecador arrepentido, sino de la disposición necesaria en Simón para ser
l>erdonado.
M Para que nada me sobrevenga...: palabras nacidas de un temor groseramente"
servil del castigo. La historia ulterior de Simón Mago anda mezclada con la leyenda.
Parece ser que, apostatando de la fe cristiana, se hizo jefe de una de las primeras
sectas pnósticas, que recibió su nombre.
- 281 -
8 31-40
HECHOS DE LOS APOSTOLES
8 32-9 8
lipe, oyó que leía a Isaías el pro-
feta, y dijo : «¿Por ventura entien-
des lo que lees ?» " El dijo ; «Pues
¿ cómo voy a poder, si no hay uno
que me guíe?» E instó a Felipe
que, subiendo, se sentara con él.
3Í El pasaje de la Escritura que leía
era éste (Is. 53, 7-8) :
Como oveja fué llevado al matadero ;
V como cordero delante del que lo trasquila, mudo,
así no abre su boca.
" En la humillación fué su causa atropellada ;
¿su generación quién la describirá?,
pues que su vida fué arrancada de la tierra.
34 Tomando el eunuco la palabra,
dijo a Felipe : «Ruego me digas de
quién dice esto el profeta : ¿de sí
mismo o de otra persona ?» 85 Des-
plegando Felipe sus labios y prin-
cipiando por esta escritura, le evan-
gelizó a Jesús. 36 Y como siguiesen
su camino, llegaron a un sitio de
agua, y dice el eunuco : «Aquí hay
agua : ¿ qué impide que yo sea bau-
tizado ?» 37 Dijo Felipe : «Si crees de
todo corazón, es posible.» Respon-
diendo él dijo : «Creo que Jesu-Cris-
to es Hijo de Dios.» 38 Y mandó se
parase el coche, y bajaron entram-
bos al agua, Felipe y el eunuco, y
le bautizó. 39 Y así que subieron del
agua, el Espíritu del Señor arrebató
a Felipe, y no le vió ya más el eu-
nuco ; porque proseguía gozoso el
camino. 40 Mas Felipe compareció en
Azoto, y partiendo de allí, a su paso
evangelizaba todas las ciudades, has-
ta llegar a Cesárea.
Conversión de Sanio. 9. 1-19
q 1 Saulo, respirando todavía ame-
naza y matanza contra los discí-
pulos del Señor, presentándose al
sumo sacerdote, 2 le pidió cartas para
Damasco, dirigidas a las sinagogas,
con el objeto de que, si hallaba al-
gunos que siguiesen ese Camino, así
hombres como mujeres, atados los
condujese a Jerusalén. 3 Y como an-
duviese su camino, sucedió que. al
llegar cerca de Damasco, de súbito
le cercó fulgurante una luz venida
del cielo ; * y cayendo por tierra,
oyó una voz que le decía : «Saúl,
Saúl, ¿por qué me persigues?» 6 Di-
jo : «¿ Quién eres, Señor ?» Y El :
«Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
0 Pero levántate y entra en la ciu-
dad, y se te dirá lo que debes ha-
cer.» 1 Y los hombres que con él
caminaban se habían detenido, mu-
dos de espanto, oyendo la voz, pero
sin ver a nadie. 8 Se levantó Saulo
81 La Sagrada Escritura, erizada de grandes dificultades, no es, ni podía ser, el
medio normal y universal para llegar al conocimiento de la verdad revelada por
Dios para la salud eterna de los hombres. Este midió es el magisterio de la Iglesia.
33-33 Este pasaje profético se refiere a la pasión del Mesías.
31 Aunque omitido en muchas ediciones críticas, parece auténtico este versículo,
mencionado ya por San Ireneo y San Cipriano y atestiguado por excelentes códices.
91-w Tres relaciones de la conversión de Saulo nos ha conservado el libro de los
Hebreos: la primera, escrita por San Lucas; las otras dos (22, 3-16; 26, 9-18), puestas
en boca del mismo Pablo.
4'6 i Por qué me persigues?... V'o soy Jesús, a quien tú persigues: estas misterio-
sas palabras fueron para Saulo la primera revelación de la inefable compenetración
e identificación de Cristo con la Iglesia : base de la maravillosa concepción paulina
del Cristo místico, que es el rasgo más saliente de su Teología.
"Pero..: en vez de esta conjunción, la Vulgata Clemeutina lee: iDuro es para
li cocear contra el aguijón. Y tembloroso y estupefacto dijo: Señor, ¿qué quieres
que yo haga? Y el Señor a él: Levántate...» Aunque esta interpolación no es
auténtica, los elementos que la integran se hallan sustancialmente en las otras
7 Oyendo la voz : esta afirmación parece contraria a lo que se dice en la se-
gunda relación (22, 9). La solución de esta aparente antinomia nos la da la cons-
trucción gramatical, diferente en ambos pasajes. Aquí afirma San Lucas que oyeron
la voz, allí dice San Pablo que no la entendieron: es decir, que oyeron la voz, pero
sin entender lo que decía.
— 282 —
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
9 17-22
del suelo, y, abiertos los ojos, nada
veía ; y llevándole de la mano, le
introdujeron en Damasco. 9 Y estu-
vo tres días sin ver, y no comió ni
10 Había en Damasco cierto discí-
pulo por nombre Ananías, y díjole
en visión el Señor : «Ananías.» El
dijo : «Heme aquí, Señor.» 11 Y el
Señor a él : «Levántate; y dirígete
a la calle llamada Recta, y busca en
casa de Judas a uno que se llama
Saulo de Tarso, pues he aquí que
está orando» ; " y vió en visión un
hombre por nombre Ananías que
entraba y ponía sobre él las manos
para que recobrase la vista. 15 Res-
pondió Ananías : «Señor, oí de mu-
chos acerca de ese hombre, cuántos
males causó a tus santos en Jerusa-
lén. " Y aquí está con poderes de
parte de los sumos sacerdotes para
aprisionar a todos los que invocan
tu nombre.» 15 Díjole el Señor: «An-
da, porque vaso de elección es éste
para mí, destinado a llevar mi nom-
bre delante de las naciones y los
reyes y de los hijos de Israel. 16 Por-
que yo le mostraré cuánto habrá de
padecer por causa de mi nombre.»
" Marchó Ananías y entró en la ca-
«a, y poniendo sobre él las manos
'lijo : «Saúl, hermano, me ha envia-
do el Señor, Jesús, que se te apa-
reció en el camino en que venías,
para que recobres la vista y seas
lleno del Espíritu Santo.» 18 Y al
TJHnto se desprendieron de sus ojos
unas como escamas, y volvió a ver ;
v levantándose, fué bautizado. * Y
habiendo tomado alimento, cobró
fuerzas.
Comienza Saulo a predicar a Jesús.
9, 19-25
Y estuvo con los discípulos que
había en Damasco algunos días. 20 Y
en seguida en las sinagogas predi-
caba a Jesús, que «Este es el Hijo
de Dios». 21 Y se asombraban todos
los que le oían, y decían : «¿No es
éste el que en Jerusalén hizo estra-
gos en los que invocan este nombre,
v aquí precisamente había venido
para llevarlos atados a los sumos
sacerdotes ?» 22 Y Saulo más y más
12 El Señor manifiesta a Ananías que Saulo, con la visión recibida, está dispuesto
para su visita. En absoluto, puede ser una nota insertada por el mismo San Lucas,
y así parece entenderlo la Vulgata Clementina, al incluir el versículo entre pa-
réntesis.
15 Vaso de elección: modismo hebreo, que significa instrumento escogido.
Llevar mi nombre... padecer : tal es el doble destino de Saulo y de todos los
apóstoles de Cristo.
1M0 La combinación más probable de los datos suministrados aquí por San Lu-
cas, referentes a los primeros años que siguieron a la conversión de Saulo, con los
esparcidos en las Epístolas del Apóstol, parece ser ésta :
a) Ac. 9, 19-23 = Gál. 1, 17 : «(De Damasco) me retiré a la Arabia, desde donde
volví otra vez a Damasco.» Esta doble estancia en Damasco la insinúa San Lucas.
De la primera dice : «Estuvo en Damasco... algunos díasi (v. 19). De la segunda :
«Cuando hubieron transcurrido bastantes días» (v. 23). La ida a la Arabia habrá
que colocarla entre los vv. 21 y 22.
b) Ac. 9, 23-25 = 2 Cor. ii, 32-33 : «En Damasco, el jefe regional puesto por ei
rey Aretas tenía distribuidas guardias en la ciudad de los damascenos con el objeto
de prenderme, y por una ventanilla fui descolgado muro abajo en una espuerta, y
escapé de sus manos.»
c) Ac. 9, 26. 28 = Gál. 1, 18. 22-24 : «Pasados tres años, subía a Jerusalén... Era
yo personalmente desconocido de las Iglesias de Judea...»
d) Ac. 9, 27 = Gál. 1, 18 : «Subí a Jerusalén para ver y hablar a Pedro, con quien
permanecí quince días. A otro de los demás Apóstoles no vi, a no ser a Santiago,
el hermano del Señor.» Del cotejo de ambos pasajes resulta que, si bien Bernabé
quiso presentar a Saulo «a los Apóstoles», pero como Pablo no tenía interés sino en
«ver y hablar a Pedro», de hecho no vió sino a éste y, accidentalmente, a Santiago
el Menor.
e) Ac. 9, 29-30 = Gál. 1, 21 : «Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia.»
A acelerar esta salida de Jerusalén contribuyó la visión que el mismo Pablo refiere
más adelante, cuando narra su conversión a todo el pueblo de Jerusalén (22, 17-21).
M En seguida predicaba : el verdadero celo no conoce la inacción. No había de ser
menos ferviente el Apóstol que el perseguidor.
30--- Este es el Hijo de Dios... Este es el Mesías : tal es la doble tesis fundamental
del cristianismo. Jesús es el Mesías anunciado por los profetas; pero el investido
de la realeza mesiánica no es un puro hombre : es el Hijo de Dios.
-283-
O 23-30
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
9 31-38
se fortalecía, y confundía a los ju-
díos que habitaban en Damasco, de-
mostrando que «Este es el Mesías».
*■ Cuando hubieron transcurrido
bastantes días, tramaron los judíos
el plan de matarle ; M mas llegó a
conocimiento de Saulo su plan de
asechanzas. Y vigilaban día y no-
che, las puertas de la ciudad espe-
cialmente, con el designio de matar-
le. 25 Mas tomándole los discípulos
durante la noche, le descolgaron mu-
ro abajo en una espuerta.
Es presentado Saulo por Bernabé
a los Apóstoles, g, 26-30
x Y habiendo llegado a Jerusalén,
trataba de juntarse a los discípulos;
mas todos se temían de él, no cre-
yendo que fuera discípulo. w Berna-
bé, tomándole consigo, le llevó a los
Apóstoles, y les declaró cómo en el
camino había "visto al Señor, y le
había hablado, y cómo en Damasco
se había despachado bien en el nom-
bre de Jesús. Y andaba con ellos
en Jerusalén entrando y saliendo,
hablando con franca libertad en el
nombre del Señor ; M y hablaba y
discutía con los helenistas ; mas ellos
intentaban matarle. 30 Pero enten-
diéndolo los hermanos, le conduje-
ron a Cesárea y desde allí le envia-
ron a Tarso.
Pedro sana a Eneas, g, 31-35
La Iglesia, pues, gozaba de paz
por toda la Judea y Galilea y Sama-
ría, edificándose y caminando en el
temor del Señor,' y con el aliento
que infundía el Espíritu Santo se
iba multiplicando.
3S Y sucedió qué Pedro, discurrien-
do por todas partes, bajó también
a los santos que moraban en Lida.
33 Y halló allí a un hombre por nom-
bre Eneas; tendido en una camilla
desde hacia ocho años, que estaba
paralítico. " Y díjole Pedro : «Jesús
el Mesías te da la salud : levántate
y componte la cama.» Y al punto se
puso en pie. 35 Y viéronle todos los
que moraban en Lida y en el Sarón,
los cuales se convirtieron ni Señor.
Pedro resucita a Tabita. g, 36-43
" Y en Jope había una discípula
por nombre Tabita, que, traducido,
se dice Doreas o Gacela. Esta esta-
ba llena de buenas obras y de limos-
nas que hacía. 37 Y sucedió por aque-
llos días que, habiendo enfermado,
se murió. Y después de lavada la
pusieron en la estancia superior. "Y
como Lida estaba cerca de Jope, los
discípulos, en oyendo que Pedro es-
taba allí, despacharon a él dos hom-
a3-;a No piulicndo responder a los argumentos de Saulo, los judíos apelan al cri-
men. Ésta sera en adelante la táctica de los judíos : cobarde confesión de su derro-
ta doctrinal y de su obstinación en el errot.
" Esta intervención de Bernabé supone no sólo su crédito y autoridad con los
Apóstoles, sino además su antigua amistad con Saulo. Créese comúnmente que ambos
habían sido a un mismo tiempo discípulos de Gamaliel ; ni es inverosímil que ya
antes se hubieran conocido en Tarso. Ee todos modos es gloria de Bernabé el haber
sido, entre los principales personajes de la primitiva Iglesia, el primero que adivinó
lo que Saulo prometía.
a2l.ir>A: ciudad situada en el valle de Sarón (v. 35I, a unos 15 kilómetros del
Mediterráneo en el cruce de los caminos de Siria a Egipto (de N. a S.) y de Jeru-
salén a Jope (de E a O.).
33-31 La ingenuidad encantadora de este milagro es la mejor garantía de su verdad.
mJopií: hoy Jafa, puerto del Mediterráneo a unos 18 kilómetros al NO. de Lida.
!¡ La frase realista estaba llena de buenas obras y de limosnas expresa maravillosa-
mente toda la bondad de «Gacela», tipo de las señoras cristianas consagradas a las
obras de caridad.
■■"-12 La narración de la resurrección de Tabita, que puede compararse ventajosa-
mente con las más bellas de los poemas homéricos, es un fenómeno literario que
merece reflexión. Ni las dotes estéticas del autor ni menos el ambiente literario de
la época explican suficientemente esta belleza, exquisita a la vez y candorosa, tan
hondamente humana y tan altamente divina, expresión viviente de la verdad : sólo
la verdad y la vida del cristianismo naciente explican el fenómeno literario, que, por
lo mismo, se convierte en argumento apologético. Sólo al amanecer el día brilla la
— 384 —
9 39-10 6
HECHOS DK LOS APÓSTOLES
10 7-18
bres, suplicándole : «No tardes en
llegarte a nosotros.» 39 Levantándose
Pedro, se fué con ellos ; al cual, así
que llegó, le subieron a la estancia
superior, y se le presentaron todas
las viudas" llorando y mostrando sus
túnicas y mantos, que, mientras es-
taba con ellas, les labraba Dorcas.
"' Pedro, habiendo hecho salir a to-
dos e hincando las rodillas, hizo ora-
ción y, vuelto hacia el cadáver, di-
jo : «Tabita, levántate.» Ella abrió
sus ojos, y viendo a redro, se incor-
poró. u Y dándole la mano, la le-
vantó. Y llamando a los santos y a
las viudas, se la presentó viva. ta Y
se hizo público por toda Jope, y cre-
yeron muchos en el Señor. • Tras
esto permaneció bastantes días en
jope, en casa de cierto Simón cur-
tidor.
Cornelio el centurión y sus buenas
obras, io, i-S
i rv 1 Cierto varón en Cesárea, por
nombre Cornelio, centurión de
La cohorte llamada Itálica, 2 religioso
y temeroso de Dios con toda su casa,
que hacía copiosas limosnas al pue-
blo y oraba a Dios continuamente,
3 vió en visión claramente, como ha-
cia la hora nona del día, un ángel de
Dios que entró a él y le dijo : «Cor-
nelio.» 4 El, mirándole fijamente y
amedrentado, dijo : «¿Qué hay, Se-
ñor ?» Díjole : «Tus oraciones y tus
limosnas subieron como memorial
en el acatamiento de Dios. 6 Y aho-
ra despacha hombres a Jope y haz
venir a un tal Simón que se apellida
Pedro. ' Este se hospeda en casa de
un tal Simón, curtidor, que tiene su
casa a la orilla del mar.» 7 Así que
se partió el ángel que le hablaba,
llamando a dos de sus criados y a
un soldado piadoso de los que esta-
ban constantemente a sus órdenes,
8 y habiéndoselo referido todo, los
despachó a Jope.
Extraña visión de Pedro, io, 9-23
' Al día siguiente, mientras ellos
iban su camino, y cuando se acer-
caban ya a la ciudad, subió Pedro a
la azotea para orar hacia la hora
sexta. Le entró hambre, y quería
tomar algo ; mas, mientras se lo
preparaban, le sobrevino un éxtasis.
" Y contempla el cielo abierto y una
especie de recipiente que bajaba, a
manera de un lienzo grande, y, co-
gido por los cuatro cabos, se descol-
gaba hacia la tierra ; 12 en el cual
había toda suerte de cuadrúpedos,
reptiles de la tierra y volátiles del
cielo. 13 Y sonó una voz a él : «Le-
vántate, Pedro ; sacrifica y come.»
" Mas Pedro dijo : «De ninguna ma-
nera, Señor, pues jamás comí cosa
profana e impura.» 15 Y una voz des-
de el cielo por segunda vez a él :
«Lo que Dios purificó, tú no lo ha-
gas profano.» 16 Esto se verificó has-
ta tres veces, y luego el recipiente
fué elevado hacia el cielo.
" Y mientras Pedro andaba pen-
sando, sin acertar qué podría signi-
ficar la visión que vió, de pronto los
hombres enviados por Cornelio, tras
de haber andado preguntando por la
casa de Simón, se presentaron a la
puerta ; IS y habiendo llamado a vo-
-| (\ 'Es interesante que el primer gentil solemnemente admitido en la Iglesia fué
-L" un soldado. (Cfr. Los soldados, primicias de ta gentilidad cristiana.)
" Haz venir a Pfdro : bien pudiera el ángel instruir por sí mismo a Cornelio ;
pero le remite a Pedro, para mostrar que el Evangelio no había de comunicarse
a los hombres por la acción directa de Dios, sino por medio de sus Enviados, los
.Apóstoles, y luego por sus sucesores o representantes, es decir, por el magisterio
auténtico de la Iglesia.
1M6 1^ significación de esta exhibición simbólica resulta transparente por lo que
antecede y por lo que se sigue. Quiere Dios enseñar a Pedro, y en él a todos, que
desde este momento queda descalificada la aprensión judaica de mirar como impuros
a los gentiles. La sentencia divina Lo que Dios purificó, tú no lo Hagas profano,
más literalmente suena : «... tú no lo profanes», es decir, no lo mires y trates como
profano, o, mejor, no lo contamines con tus falsas aprensiones como con manos
inmundas.
¡Contraste palpitante entre el embebecimiento indeciso de Pedro y la actitud
resuelta de los mensajeros de Cornelio y la decisión tajante del Espíritu Santo!
Otro fenómeno literario de grandioso dramatismo, que es al mismo tiempo de enorme
valor apologético.
1C 19-27
HECHOS DE LOS APOSTOLES
10 28-36
ees, preguntaban si Simón el ape-
llidado Pedro se hos<pedaba allí. ™ Y
estando Pedro embebido en el .pen-
samiento de la visión, díjole el Es-
píritu : «Ahí están tres hombres que
te buscan ; -" pero... levántate, baja
y marcha con ellos, dejando toda
vacilación, pues yo los he enviado.»
" Bajando Pedro a los hombres, di-
jo : «Ahí me tenéis, yo soy el que
buscáis. ¿Cuál es la causa por que
habéis venido?» 22 Ellos dijeron :
«Cornelio centurión, varón justo 3
que teme a Dios, acreditado además
por él testimonio de toda la nación
de los judíos, recibió aviso de Dios,
comunicado por un ángel santo, de
que te hiciese venir a su casa y es-
cuchase lo que tú le dijeses.» a In-
vitándoles, pues, a entrar, los hos-
pedó.
Pedro va a Cornelio. 10, 23-33
Al día siguiente, levantándose, par-
tió con ellos, y algunos de los her-
manos de Jope fueron con él. 24 Y al
siguiente día entró en Cesárea. Cor-
nelio estaba aguardándoles, habien-
do convocado a sus parientes y a los
amigos íntimos. 20 Y en el momento
en que entraba Pedro, saliendo a su
encuentro Cornelio, cayendo a sus
pies le adoró. 26 Mas Pedro le levan-
tó, diciendo : «Levántate ; también
yo mismo soy hombre.» 21 Y conver-
sando con él, entró, y se encuentra
con los que habían concurrido, que
eran muchos ; 28 y les dijo : «Vos-
otros sabéis cómo es abominación pa-
ra un hombre judío juntarse o acer-
carse a un extranjero ; pero a mí me
enseñó Dios a no llamar profano o
impuro a ningún hombre. 29 Por lo
cual sin replicar palabra vine al ser
llamado. Pregunto, pues, ¿ por qué
motivo me mandasteis llamar ?» *" Y
Cornelio dijo : «Hace cuatro días aho-
ra estaba yo a la hora nona haciendo
oración en mi casa, cuando de pron-
to se presentó delante de mí un va-
rón con vestidura refulgente ; n y
dice : Cornelio, fué escuchada tu ora-
ción, y tus limosnas fueron recor-
dadas en el acatamiento de Dios.
32 Manda, pues, recado a Jope y haz
llamar a Simón, que se apellida Pe-
dro. Este se hospeda en casa de Si-
món curtidor, a la orilla del mar.
83 Al ipunto, pues, te mandé recado,
y tú hiciste bien en venir acá. Así
"que ahora todos nosotros, en la pre-
sencia de Dios, estamos aquí dis-
puestos a escuchar todo lo que te ha
sido ordenado por el Señor.»
Discurso de Pedro. 10, 34-43
* Y desplegando Pedro sus labios,
dijo :
«A la verdad entiendo ahora que
no es Dios aceptador de personas,
35 sino que en toda nación el que le
teme y obra justicia le es acepto.
30 La palabra que envió a los hijos
de Israel, anunciando la buena nue-
28 Esta simpática humildad de Pedro, ademas de su valor moral, es de grande
alcance apologético. Mientras que Simón Mago, en su estúpida soberbia, iba «diciendo
de sí ser alguien grande», la «gran Potencia de Dios» (8, 9-10), Simón Pedro se reco-
noce humildemente hombre mortal y rechaza el honor que espontáneamente se le
hace. Este desinterés de la gloria mundana, como también de los bienes terrenos
(8, 20), da una fuerza incontrastable al testimonio de los Apóstoles, que es testimonio
de la verdad.
28 Pedro ha entendido la lección de Dios, y está resuelto a obrar conforme a ella.
El judío ha superado sus preocupaciones judaicas.
30-33 Estas repeticiones dan un sabor primitivo y popular a toda la narración.
33 Preparado con la convicción producida por los motivos de credibilidad, está dis-
puesto Cornelio al acto definitivo de la fe.
í6-«s La versión reproduce exactamente, en lo posible, el original griego, conser-
vando su estructura irregular. Por lo demás, el pensamiento es suficientemente claro.
V es claro también que este discurso no es una ficción literaria de San Lucas, que
algo más correctamente escribía por su cuenta, sino una reproducción exacta del
resumen oral que del discurso le hizo alguno de los que lo habían oído.
3C-'a En este breve compendio del discurso de San Pedro se traslucen tres ele-
mentos, que, aunque mezclados, no se confunden : a) histórico: un resumen del
Evangelio de San Marcos; b) doctrinal: fragmentos dispersos del Símbolo de los
Apóstoles: Dios; Jcsu-Cristo, Señor, crucificado, muerto, resucitado de entre los muer-
tos; el Espíritu Santo, la remisión de los pecados; c) apologético: el testimonio apos-
tólico de la mesianidad de Cristo, confirmado por el milagro y la profecía.
— 286 —
10 37-48
HECHOS DE LOS APOSTOLES
11 1-13
va de la paz por medio de Jesu-Cns-
to — éste es el Señor universal — ... ;
" vosotros conocéis la palabra espar-
cida por toda la Judea, comenzando
por la Galilea, después del bautis-
mo que Juan predicó : 38 a Jesús el
de Nazaret cómo le ungió Dios con
Espíritu Santo y poder ; el cual dis-
currió por todas partes derramando
bienes y sanando a todos los tirani-
zados por el diablo, puesto que Dios
estaba con El. 39 Y nosotros somos
testigos de todo cuanto obró tanto
en el país de los judíos como en Je-
rusalén ; a quien llegaron a matar,
colgándole de un madero. 40 A éste
Dios resucitó al tercer día, e hizo la
gracia de que se manifestase visible-
mente, 41 no a todo el pueblo, sino
a los testigos de antemano elegidos
por Dios, a nosotros, que con El co-
mimos v bebimos después de haber
El resucitado de entre los muertos ;
4- y nos ordenó predicar al pueblo v
testificar que El es el constituido
por Dios juez de vivos y muertos.
" \ éste rinden testimonio todos los
profetas, anunciando que por su nom-
bre recibe remisión de los pecados
todo el que cree en El.»
Ordena Pedro el bautismo de
Cometió, io, 44-48
** Estando aún Pedro hablando es-
tas palabras, cayó el Espíritu Santo
sobre todos los que oían la palabra.
45 Y se asombraron los fieles de la
circuncisión, cuantos habían venido
con Pedro, de que aun sobre los gen-
tiles hubiera sido derramado el don
del Espíritu Santo ; 46 porque les oían
hablar en lenguas y engrandecer a
Dios. Entonces intervino Pedro, di-
ciendo : ™ «¿Tiene acaso alguno de-
recho de impedir el acceso al agua
para que no sean bautizados éstos,
que recibieron el Espíritu Santo lo
mismo que nosotros ?» 48 Y dió orden
que fueran bautizados en el nombre
de Jesu-Cristo. Entonces le rogaron
que se quedase allí algunos días.
Da Pedro razón de haber bautizado
a gentiles. 11, 1-18
Tj "i 1 Oyeron los Apóstoles y los
hermanos que estaban por la
Judea que también los gentiles ha-
bían recibido la palabra de Dios. 2 Y
cuando subió Pedro a Jerusalén, dis-
cutían con él los de la circuncisión,
3 diciendo que había entrado en casa
de hombres incircuncisos y comido
con ellos. 4 Mas* Pedro comenzó a
exjponer la cosa por su orden, di-
ciendo :
6 «Yo estaba en la ciudad de Jope
orando, y vi en éxtasis una visión :
que bajaba una especie de recipien-
te, a manera de lienzo grande, que,
cogido por los cuatro cabos, se des-
colgaba desde el cielo, y llegó hasta
mí. 6 Fijos en él los ojos, estaba ob-
servando, y vi los cuadrúpedos de
la tierra, y las fieras, y los reptiles,
y los volátiles del cielo. 1 Y oí, ade-
más, una i\ oz que me decía : Leván-
tate, Pedro ; sacrifica y come. 8 Y di-
je : De ninguna manera, Señor, por-
que cosa profana o impura jamás en-
tró en mi boca. 0 Mas respondió la
voz por segunda vez desde el cielo :
Lo que Dios purificó, tú no lo hagas
profano. 10 Y esto se repitió por tres
veces ; y fué arrebatado de nuevo
todo hacia el cielo. 11 Y he aquí que
en el mismo instante tres hombres
se presentaron en la casa que yo es-
taba, enviados a mí desde Cesárea.
12 Y díjome el Espíritu que fuese vo
:on ellos, dejada toda vacilación. Vi-
nieron también conmigo estos seis
hermanos, y entramos en la casa del
hombre. " Y nos refirió cómo había
visto en su casa al ángel, que, estan-
do de pie; le decía : Manda recado
a Jope y haz venir a Simón que se
4*-'s Interviene el Espíritu Santo, los judíos se asombran, Pedro toma una resolu-
ción decisiva, y los gentiles son admitidos definitivamente en la Iglesia de Cristo.
ni-10 pue necesaria toda la autoridad, y toda la razón, y toda la prudencia de Pedro
para calmar el enorme revuelo producido en algunos de la circuncisión por la
admisión de los gentiles en la Iglesia. Sólo con las razones apodícticas de Pedro se
quietaron Y glorificaron A Dios, si bien más asombrados que convencidos. Gran
parte de Israel, más que un medio, es un obstáculo a la libre difusión del Evangelio.
Pablo será la víctima.
-287-
HECHOS DE LOS APOSTOLES
11 20-28
apellida Pedro, 11 el cual te hablará
palabras con las cuales serás salvo
tú y toda tu casa. " Y al comenzar
yo a hablar cayó sobre ellos el Es-
píritu Santo, lo mismo que sobre
nosotros en el principio. 18 Y recor-
dé el dicho del Señor, de cuando de-
cía : Juan bautizó en agua, mas vos-
otros seréis bautizados en Espíritu
Santo. " Si, pues, el mismo don otor-
gó Dios a ellos que a nosotros, por
haber creído en el Señor Jesu-Cris-
to, ¿ yo quién era para poner vetos
a Dios ?»
18 En oyendo esto, se quietaron, y
glorificaron a Dios diciendo: «¡Con-
que también a los gentiles otorgó
Dios la penitencia para alcanzar la
vida !»
Origen de la Iglesia de Antioquía.
ii, 19-30
10 Aquellos, pues, que habían sido
dispersados por la tribulación acae-
cida con motivo de Esteban pasaron
hasta Fenicia, Chipre y Antioquía,
no hablando a nadie la palabra sino
a los judíos. M Eran algunos de en-
tre ellos ciprios y cirenenses, los
cuales, venidos a Antioquía, habla-
ban también a los griegos, anuncian-
do al Señor Jesús. 21 Y andaba con
ellos la mano del Señor, y crecido
número, que recibió la fe, se convir-
tió al Señor. ~ Llegó a los oídos de
la Iglesia establecida en Jerusalén la
noticia tocante a ellos, y enviaron a
Bernabé con destino a Antioquía ;
23 el cual, como llegó y vió la grada
de Dios, se gozó, y animaba a todos
a perseverar en ei_ propósito del co-
razón fieles al Señor ; ™ porque era
hombre de bien y lleno del Espíritu
Santo y de fe. Y se agregó crecida
muchedumbre al Señor.
35 Y salió para Tarso con el objeto
de buscar a Saulo ; 28 y habiéndole
hallado, le condujo a Antioquía. Y
fué así que durante un año entero
estuvieron ellos juntos en la Iglesia
y enseñaron a notable muchedum-
bre, y en Antioquía por vez prime-
ra fueron los discípulos denomina-
dos cristianos.
21 Por estos mismos días bajaron de
Terusalén algunos profetas a Antio-
quía. 28 Y levantándose uno de ellos,
por nombre Agabo, movido por el Es-
MJcrusalén iba a dejar de ser el centro de la propagación del Evangelio para
ceder su puesto a Antioquía, y luego a Roma. La causa de este desplazamiento fué
la actitud irreductible de gran parte de los judíos : la de los_ judíos incrédulos, que,
al perseguir a la Iglesia, dispersaron los predicadores evangélicos, que llegaron a
Antioquía ; la de los judíos creyentes, que no se decidían a entrar en contacto co»
la gentilidad. Los odres viejos no sufrían el vino nuevo.
-1 A pesar de que los primeros predicadores evangélicos de Antioquía eran unos
espontáneos indocumentados, fué notable el efecto de su palabra, porque andaba
CON ELLOS LA MANO DEL SEÑOR.
22 Para normalizar y legalizar la situación de Antioquía mandan los Apóstoles
un hombre de su confianza : liernabé, que viene a ser, si no precisamente el funda-
dor, sí el primer apóstol y jefe de la Iglesia antioquena. Esta misión delicada,
confiada por los Apóstoles, es reveladora para apreciar la historia anterior y pos
terior de Bernabé. Un caso concreto, i Por qué Bernabé, con ser helenista, no fue
elegido como uno de les siete primeros diáconos? La razón parece ser que ya enton-
ces Bernabé ocupaba en la Iglesia de Jerusalén una posición y ejercía un minis-
terio superior a la posición y al ministerio de los diáconos.
23-24 Bernabé, como «Hijo de la consolación», como «hombre de palabra dulce t
insinuante», animaba a todos. El secreto del poder de su palabra estaba en que era
hombre de bien y lleno del Espíritu Santo Y de fe, en lo cual está incluido el ca-
risma de la profecía y de la doctrina, que más adelante se le atribuye explícita-
* Bernabé, que había presentado y recomendado a Saulo a los Apóstoles, ahora le
introduce definitivamente en la carrera del apostolado.
28 Probablemente fué el pueblo gentil de Antioquía el que comenzó a designai
con el apelativo de cristianos a los discípulos de Cristo.
2,1 La profecía de Agabo y la muerte de Herodes Agripa I, que poco después se
narra, sirven de puntos de referencia para la cronología de esta parte de los Hechos.
La profecía de Agabo precedió al imperio de Claudio, que comenzó el 25 de enero
del año 41, y la muerte de Agripa acaeció el 6 de agosto del 44. Entre estas dos
fechas hay que colocar, el martirio de Santiago el Mayor, probablemente antes de
la Pascua del 42, y la prisión v liberación de Pedro. Con ésta anda enlazada cro-
nológicamente la' misión de Bernabé y de Saulo a Jerusalén y su vuelta a Antioquía.
En este viaje de Saido a Jerusalén parece hay que colocar su extraordinaria visión.
— 288 -
11 29-12 4
HECHOS DE LOS APOSTOLES
12 5 10
píritu Santo, significó que una gran-
de hambre vendría sobre toda la tie-
rra, que en efecto sobrevino en el
imperio de Claudio. ■ lx>s discípu-
los, a la medida de los propios re-
cursos, determinaron, cada uno de
su parte, enviar un subsidio a los
hermanos que moraban en la Jadea,
" lo cual efectuaron, enviándolo a
los presbíteros por mano de Berna-
bé v de Sanio
Muerte de Santiago y prisión
de Pedro. 12. 1-10
i o 1 Por aquel mismo tiempo, He-
rodes el rey puso manos en el
provecto de vejar a algunos miem-
bros de la Iglesia. ; Quitó la vida con
la espada a Santiago el hermano de
Juan. 3 Y entendiendo ser grato a
los judíos, siguió adelante, prendien-
do también a Pedro. — Eran los días
de los ázimos. — * Al cua'l, habiendo
detenido, le puso en la cárcel, en-
tregándole para su custodia a cuatro
piquetes de a cuatro soldados, con
el propósito de presentarle ante e!
pueblo una vez pasada la Pascua.
' Pedro, pues, era custodiado en la
cárcel ; mas por él se hacía instan-
temente oración a Dios por la Igle-
sia. 6 Pero cuando iba Herodes a pre-
sentarle, aquella noche estaba Pedro
durmiendo entre dos soldados, ata-
do con dos cadenas ; y había guar-
das delante de la puerta que custo-
diaban la cárcel. 7 De pronto se pre-
sentó un ántrel del Señor, y una luz
fulgurante llenó la estancia ; y dan-
do un golpe a Pedro en el costa-
do, le despertó, diciendo : «Levánta-
te aprisa.» Y cayeron de sus manos
las cadenas. 8 Díjole el ángel : «Cí-
ñete, y cálzate las sandalias.» Y asi
lo hizo. Y le dice : «Envuélvete tu
manto, y sigúeme.» *Y saliendo le
seguía. Y no sabía que era una rea-
lidad la intervención del ángel, mas
se figuraba ver una visión. 10 Y ha-
biendo atravesado la primera guar-
dia y la segunda, llegaron a la puer-
ta de hierro que llevaba a la ciu-
dad, la cual automáticamente se les
abrió ; y una vez salidos, anduvie-
ron adelante una calle, y luego al
punto se ausentó de él el ángel.
en que «fué arrebatado hasta el tercer ciclo» (2 Cor. 12, 2\ que el Apóstol hacia
el año 56 ó 57, en que escribió su segunda cana a los Corintios, dice haberle acaecido
«catorce años antes, libíd.i ; lo cual nos lleva al año 42 ó 43. En cuanto a los
hechos anteriores a estas fechas, el «año entero» que Saulo y Bernabé trabajaron
«juntos en la Iglesia» de Antioquia parece termina con su misión a Jerusalén, más
bien que con la llegada de Agabo a Antioquia. En ambas hipótesis, como no puede
precisarse la fecha de la misión ni tampoco la llegada de Agabo a Antioquia, queda
algo indecisa la fecha de la ida de Saulo a esta ciudad, que debió de ser el
año 39 o el 40. Y en el supuesto probable que la conversión de Saulo ocurrió hacia
el año 32 (o 33), su retiro en Tarso, que fué tres años más tarde (el 35 ó 36), duraría
unos cuatro (o cinco» años, tiempo precioso de preparación espiritual para su grande
apostolado.
-1 O 1 HERODES EL rev : Herodes Agripa I, hijo de Aristóbulo y nieto de Herodes el
Grande, recibió de Calígula, su amigo, el titulo de rey, a diferencia de su tío
Herodes Antipas, que sólo obtuvo el titulo de tetrarca. Fueron hijos de Agripa I
Agripa II, Berenice y Prusila, de quienes se habla más adelante.
-' Con la espada : con el suplicio de la decapitación.
* Extendiendo ser grato a los judíos : política detestable, tantas veces repetida
en la Historia.
* A cuatro i'ioftrts de A cuatro soldados : más literalmente «a cuatro cuaternas
de soldados».
5 Primer ejemplo de la oración de la Iglesia Pro Pontífice.
Es sumamente pintoresca esta escena, en que el ángel va dando una tras
otra sus órdenes, que Pedro, medio dormido aún, va cumpliendo maquinalmeme.
Puesta la narración en primera persona, reproduce a la letra las palabras mismas
con que la oiría San Lucas de labios de San Pedro.
* Muestra San Pedro la misma disposición de ánimo que aparece en los Evan-
gelios : más inclinado a tomar por fantasías las realidades sobrenaturales que a
tomar por realidades las fantasías. Fenómeno psicológico que debían haber tomado
en cuenta los que pretenden explicar los milagros como simples objetivaciones o
proyecciones exteriores de la fantasía de los Apóstoles. La fantasía de Pedro actúa
en sentido diametralmente opuesto a esas hipótesis fantásticas.
10 Todo el pasaje es de un subidísimo realismo y de una verdad psicológica, con
sus ribetes cómicos, deliciosísimos, que excluyen toda ficción literaria. Otra vez, la
belleza literaria es garantía de verdad histórica.
— 2S9 —
N. T 10
12 "-18
HECHOS DE LOS APOSTOLES
12 19"25
Pedro marcha «a otro lugar*.
12, n-19
11 Y Pedro, vuelto en sí, dijo : «A Ho-
ra sé realmente que el Señor envió
su ángel y me sacó de las manos de
Herodes y de toda la expectación del
pueblo de los judíos.» 12 Y después
de reflexionar, se dirigió a la casa
<le María la madre de Juan, apellida-
do Marcos, donde se hallaban no po-
cos reunidos y orando. 13 Y habiendo
golpeado a la puerta de la entrada,
se acercó para escuchar una mucha-
cha por nombre Rodé ; " y recono-
ciendo la voz de Pedro, de "pura ale-
gría, se olvidó de abrir la puerta, v
echando a correr hacia dentro, dio
la noticia de que Pedro estaba a la
puerta. 15 Ellos le dijeron : «Estás
loca.» Mas ella persistía en afirmar
que así era. Ellos decían : «Será su
ángel.» 10 Y Pedro seguía golpean-
do. Y habiendo abierto, le vieron, y
quedaron fuera de sí. 17 Mas él, ha-
ciéndoles señas con la mano que ca-
llasen, les enteró de cómo el Señor
le había sacado de la cárcel ; y di-
jo : «Dad noticia de esto a Santia-
go y a los hermanos.» Y partiéndose
de allí se fué a otro lugar:
En cuanto se hizo de día, ha-
bía no pequeño alboroto entre los
soldados sobre qué se había hecho
de Pedro. 19 Mas Herodes, habiéndo-
le hecho buscar, como no le halló,
instruido proceso, mandó fuesen eje-
cutados los guardias. V bajando de
la Judea a Cesárea, se detuvo allí.
Es Herodes herido [>or mi ángel.
12, 20-25
" Tenía por entonces violentas con-
tiendas con los tirios y sidonios ; los
cuales de común acuerdo se presen-
taron a él, y habiendo logrado ga-
narse a Blasto, el maestre de cáma-
ra del rey, solicitaban la paz, a cau-
sa de que su país era abastecido por
el del rey. a Y en el día señalado,
Herodes, revestido de regia vestidu-
ra, tomando asiento en la tribuna,
les dirigía una arenga. a Y el pue-
blo aclamaba : «i Voz de un dios y
no de un hombre !» 23 Luego al pun-
to le hirió un ángel del Señor, por
cuanto no había dado gloria a Dios,
y, roído de los gusanos, expiró.
24 Y la palabra de Dios iba en au-
mento y se multiplicaba.
25 Bernabé y Saulo volvieron de Je-
rusalén, una ve/ cumplido su minis-
terio, tomando consigo a Juan ape-
llidado Marcos.
17 Se fué a otro lugar : a Roma. Como siempre, la persecución ha sido fecunda
en bienes. Gracias a la intentona de Agripa, Pedro, el año 42, inaugura su Cátedra
en Roma : veinticinco años de pontificado romano, coronados con el martirio el
año 67.
19 A Cesárea : alguien ha supuesto que el «otro lugar» adonde se dirigió Pedro desde
Jerusalén fué Cesárea. Aunque así hubiera sido, pronto habría tenido que buscar
«otro lugar» diferente fuera de los dominios de Agripa, que entonces dominaba en
toda la Palestina. Ni pudo tampoco este «otro lugar» ser Antioquía, adonde vuelve
la narración de los Hechos, que no mencionan a Pedro entre los principales perso-
najes de aquella Iglesia (13, 1).
20 El motivo de las contiendas de Agripa con los fenicios parece insinuarse en
el que éstos tuvieron para solicitar una avenencia con el rey, es a saber, qüe stj
país era abastecido por el del rey. Habría puesto Agripa restricciones a la exportación
del trigo de Palestina a Fenicia, probablemente como represalias contra semejantes
restricciones impuestas por los fenicios, naturalmente comerciantes, contra Palestina.
iLos intereses comerciales origen de las contiendas y de las guerras más sangrientas!
a Así acaban los perseguidores de la Iglesia.
26 Esta mención de la vuelta de Bernabé y Saulo en este punto no significa nece-
sariajnente, dentro del sistema habitual de San Lucas, que fuese posterior a la
muerte de Herodes : es más bien una hábil transición, para llevarnos de nuevo a
Antioquía. || Juan apellidado Marcos no es otro que Marcos el evangelista.
— 290 —
13 i-3
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
13 '
III. Propagación de la
1. Primera expedición apostólica
de Pablo
Sanio v Bernabé, escogidos para la
Predicación. 13, 1-3
"i o 1 Había en Antioquía, en la
Iglesia allí establecida, profe-
tas y doctores : Bernabé, Simeón
llamado Negro y Lucio el cirenense,
Manahén, colactáneo de Herodes el
tetrarca, y Saulo. 2 Y estando ellos
celebrando el oficio en honor del Se-
ñor y ayunando, dijo el Espíritu
Santo : «Separadme a Bernabé y a
Saulo para la obra para la cual los
he llamado.» 3 Entonces, después de
haber ayunado y orado y habiéndo-
les impuesto las manos, los despi-
dieron .
Iglesia entre los gentiles
En la isla de Chipre. 13, 4-13
1 Ellos, pues, enviados por el Es-
píritu Santo, bajaron a Seleucia, y
Uesde allí se hicieron a la vela ha-
cia Chipre ; ° y llegados a Salami-
nn, anunciaban la palabra de Dios
en las sinagogas de los judíos. Y te-
nían a Juan como auxiliar. 6 Y ha-
biendo atravesado toda la isla hasta
Pafos, encontraron a cierto hom-
bre mago pseudo-profeta judío, cu-
yo nombre era Barjesús, 7 que esta-
ba con el procónsul Sergio Paulo,
hombre prudente. Este, haciéndose
llamar a Bernabé y a Saulo, mostró
deseos de oír la palabra de Dios ;
1 pero les hacía oposición Elimas, el
Mago — pues así se interpreta su nom-
bre— , empeñándose en desviar al
-J o 1 Pkoieias v doctores : favorecidos con los carismas de profecía (don de hablar
-*-0 palabras de edificación, exhortación y consolación! y de enseñanza (=don de
enseñar la doctrina cristiana). Cinco de estos profetas y doctores se nombran, repar-
tidos en dos grupos : uno de tres y otro de dos. No es enteramente seguro que los
tres primeros sean precisamente profetas y los dos últimos doctores. De todos ellos
ocupa el primer lugar Bernabé, que venía a ser como el vicario o administrador
apostólico de aquella Iglesia (n, 22). Saulo, recién venido, ocupa el último lugar.
" Se discute si la imposición de manos, de que aquí se habla, fué la consa-
gración episcopal de Bernabé y de Saulo. Suárez opina que fué una imposición sim-
plemente deprecativa (De Sacr., disp. 34, sect. 1, n. 7). Y con razón, parece; porque
tanto Bernabé como Saulo, poseyendo ya el carácter episcopal, no tenían que ser
consagrados obispos. Bernabé era obispo, por lo menos desde que fué oficialmente
enviado por los Apóstoles para organizar y regir en su nombre la Iglesia de Antio-
quía. Saulo lo era por ser apóstol (Gál. 1, 1) en sentido estricto, y en el apostolado
se contiene eminentemente el carácter y la potestad episcopal. Además, en la hipótesis
de que Bernabé, el jefe de la Iglesia, no fuera obispo, menos lo serían los demás
profetas y doctores aquí nombrados, que, por consiguiente, carecían de poder para
consagrar obispos. Pero si parece insuficiente una imposición de manos meramente
deprecativa, puede explicarse de otra manera, sin apelar a la consagración sacra-
mental. Recuérdese que el verdadero obispo de Antioquía era San Pedro, el cual,,
habiendo constituido su sede como centro de irradiación evangélica, habría dejado
orden de cómo, en ausencia suya, se enviasen a otras ciudades predicadores del
Evangelio. En cumplimiento de estas órdenes, y obedeciendo al mandato del Espíritu
Santo, el colegio episcopal de Antioquía, que, con Bernabé a la cabeza, gobernaba
aquella Iglesia, impuso las manos sobre los nuevos expedicionarios, enviándoles en
nombre de Pedro a la eyangelización de los gentiles y como consagrando oficial-
mente su misión.
* Seleucia : era como el puerto de Antioquía, que distaba del mar unos 25 kiló-
metros.
s-6 Salamina, situada en la costa NE., distaba de Pafos, en la costa SO., unos
1S0 kilómetros.
"Las provincias romanas, unas eran senatoriales, gobernadas por un procónsul:
otras imperiales, gobernadas por un propretor. La provincia de Chipre, que había 6¡do
antes y fué después imperial, era en el tiempo de Sergio Paulo senatorial. La preci-
sión con que habla San Lucas del «procónsul Sergio Paulo» es uno de tantos indicio-
de su exactitud histórica.
■ ELIMAS era el nombre propio, que, helenizado, convirtióse en el Mago. Bar-
jtsrs era su nombre patronímico, que San Pablo, por reverencia al santo nombre de
Jesús, sustituyó por el de «hijo del diablo» (v. 10).
— 291 —
13 9-15
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
13 16-25
procónsul de la fe. 9 Mas Saulo, o
sea Pablo, lleno del Espíritu Santo,
mirándole fijamente, 10 le dijo: «¡Oh
lleno de todo fraude y de toda em-
bustería, hijo del diablo, enemigo
de toda justicia!, ¿no acabarás de
torcer los caminos derechos del Se-
ñor ? 11 Y ahora he aquí la mano del
Señor sobre ti, y quedarás ciego, sin
ver el sol hasta el tiempo señalado.»
Y luego al punto cayó sobre él nie-
bla y oscuridad, y dando vueltas,
andaba buscando quienes, tomándo-
le la mano, le guiasen. 12 Entonces,
viendo el procónsul lo acaecido, cre-
yó, asombrándose de la doctrina del
Señor.
En Antioquía de Písidia. 13, 13-15
13 Y habiendo zarpado de Pafos,
Pablo y los que con él iban arriba-
ron a Perge de Panfilia. Tero Juan,
retirándose de ellos, se volvió a Je-
rusalén. " Mas ellos, pasando ade-
lante, desde Perge llegaron a Antio-
quía la de Pisidia, y entrando en la
sinagoga el día del sábado, tomaron
asiento. 16 Terminada la lectura de la
ley y de los profetas, mandáronles
recado los arquisinagogos, diciendo :
«Varones hermanos, si tenéis algu-
na palabra de exhortación para el
pueblo, hablad.»
Discurso de Pablo. 13, 10-44
" Levantándose Pablo y haciendo
señal con la mano, dijo :
«Varones israelitas y los que te-
méis a Dios, escuchad." 17 El Dios de
este pueblo de Israel se escogió a
nuestros [padres, y exaltó al pueblo
cuando eran advenedizos en la tie-
rra de Egipto, y con el brazo en al-
to los sacó de ella ; 18 y por el tiem-
po de unos cuarenta años, como al
niño la madre que le cría,, los lle-
vó en el desierto; 10 y exterminando
siete naciones en la tierra de Ca-
naán, les dió en herencia sus tie-
rras : 20 todo ello en el espacio de
unos cuatrocientos cincuenta años.
Y tras esto les dió jueces hasta Sa-
muel profeta. 21 Y desde entonces de-
mandaron un rey, y Dios les dió a
Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu
de Benjamín, por cuarenta años. 52 Y
habiéndole depuesto, les suscitó por
rey a David, en cuvo favor dió tes-
timonio diciendo : '«Hallé a David,
el hijo.de Isaí, varón según mi co-
razón, que cumplirá todas mis vo-
luntades» (Sal. 88, 20-21 ; 1 Sam. 13,
14). 23 De la descendencia de éste,
Dios, según la promesa, envió a Is-
rael un Salivador, Jesús, 24 cuyo adve-
nimiento había precedido Juan, pre-
dicando bautismo de penitencia a to-
do el pueblo de Israel. 25 Y cuando
cumplía Juan su carrera, decía : «Lo
que sospecháis que soy, no lo soy
yo, sino, ved, que viene en pos de
s SAULO, O si * Pablo : desde este momento el Apóstol deja el nombre hebreo
de Sanio por el latino de Paulo. E! motivo del cambio pudo ser el deseo de hacerse
• lodo para todos» (1 Cor. 9, 22). Al entrar en contacto con el mundo latino, quiso
<iue latino también fuera su nombre. ¿ Contribuyó también a este cambio el 'nombre
del procónsul Sergio Paulo f No es inverosímil.
13 Pablo y los que con él iban : desde este momento Pablo aparece como jefe de
la expedición. || Panfilia: región meridional y costera del Asia Menor, al O. de
Cilicia.
"Pisidia: región central del Asia Menor, al X. de Panfilia. Perge distaba de
Antioquía unos 160 kilómetros.
i«~u ¡¿i discurso de Pablo puede dividirse en tres partes principales : 1) preparación
histórica de la mesianidad de Jesús y su atestación por parte del Bautista (16-22) ;
2) demostración de la mesianidad por el hecho de la resurrección de Jesús, confir-
mado por las Escrituras (23-37); 3' exhortación a reconocer esta mesianidad (38-411.
1S Como ai. niño la madre ijue le cría, (los) llevó : toda esta larga perífrasis es la
traducción del verbo original, que unos códices leen etropophóresen, y otros ¿tro-
phophóresen, que probablemente son un mismo verbo, con la única diferencia, me-
ramente fonética, que etropophóresen atenúa la primera labial, que etrophophóresen
conserva aspirada. Los que consideran etropophóresen como verbo diferente, tradu-
n con la Válgala «.mores sustinuiti, que 110 cuadra con el contexto.
" Sieie naciones : son los héteos, gergeseos, amorreos, canancos, ferezeos, neveos
y jebuseos (Dt. 7, 1).
23 Segi'n la promesa: hecha principalmente a Abrahán y a David.
— 292 —
13 26-44
HECHOS DE LOS APOSTOLES
13 30-47
mí otro, de quien no soy digno de
desatar el calzado de los pies.»
38 Varones hermanos, hijos del li-
naje de Abrahán, y los que entre
vosotros temen a Dios : a nosotros
fné enviada la palabra de esta sa-
lud. "Porque los habitantes de Je-
rusalén y sus jefes, desconociendo a
éste y también las voces de los pro-
fetas" que cada sábado se leen, al
condenarle a El cumplieron éstas ;
w v con no hallar en El causa algu-
na" de muerte, demandaron a Pilato
que le hiciera matar. ;9 Y cuando
hubieron cumplido todo lo que de El
estaba escrito, bajándole del made-
ro, le pusieron en el sepulcro. *° Mas
Dios le resucitó de entre los muer-
tos ; 31 el cual durante muchos días
fué visto por los que con El habían
subido de Galilea a Jerusailén, los
cuales ahora son testigos de El ante
el pueblo. K Y nosotros os anuncia-
mos la buena nueva de que la pro-
mesa hecha a los padres, 33 ésta Dios
la ha cumplido con sus hijos, que
somos nosotros, resucitando a Jesús,
como ya en el salmo segundo (Sal. 2,
i) está escrito :
Hijo mío eres tú, yo hoy te engendré.
**Y que le resucitó de entre los I David, que no fallarán. 35 Puesto que
muertos para nunca ya volver a la también en otro lugar (Sal. 15, 10)
corrupción, así lo tiene dicho (Is. 55, dice :
3) : que os daré los bienes santos de ■
No permitirás que tu Santo conozca corrupción.
** Porque David, después de haber
servido en su edad a los consejos de
Dios, murió y fué agregado a sus pa-
dres, y conoció la corrupción ; 31 pe-
ro aqiiel a quien Dios resucitó, no
conoció la corrupción.
38 Tened, pues, entendido, varones
hermanos, que por medio de éste se
os anuncia la remisión de los peca-
dos ; y de todo aquello de que en la
lev de Moisés no pudisteis ser jus-
tificados, 39 en éste todo el que cree,
es justificado.
40 Guardaos, pues, no sobrevenga
lo dicho en los profetas (Hab. 1, 5) :
■ Mirad, despreciadores, y asombraos y morios de espanto,
pues una obra voy yo a hacer en vuestros días,
una obra que no creeréis si alguno os la contare.»
tí Y al salir ellos, rogaban que en
el próximo sábado se les hablase so-
bre estas mismas cosas. 43 Y una vez
disuelta la reunión de la sinagoga,
muchos de los judíos y de los pro-
sélitos adoradores de Dios siguieron
a Pablo y a Bernabé, los cuales, ha-
blando con ellos, les persuadían a
que perseverasen fieles a la gracia
de Dios. * Y al sábado siguiente ca-
si toda la ciudad se reunió para oír
la palabra del Señor.
Pablo y Bernabé se dirigen a los
gentiles. 13, 45-52
45 Viendo los judíos aquellas mu-
chedumbres, se llenaron de envidia,
y contradecían a lo que Pablo de-
cía, ultrajándole. 46 Con franca osa-
día, entonces Pablo y Bernabé dije-
ron : «A vosotros antes que a los
demás era necesario se anunciase la
palabra de Dios ; mas, puesto que la
repeléis y no os juzgáis dignos de la
vida eterna, sabed que nos volvernos
hacia los gentiles. 41 Porque así nos
lo ha ordenado el Señor (Is. 49, 6) :
a-x De los tres textos bíblicos aquí citado?, el primero se refiere a la persona
divina del Mesías; el sesrundo, a los bienes niesiánicos prometidos a David; el ter-
<M ro, a la resurrección del Mesías ; tres textos mecánicos, cada uno bajo un aspec-
to diferente, que, juntos, demuestran la tesis de San Pablo en toda su integridad.
Aquí los hechos resuelven prácticamente el pavoroso problema de la reproba-
ción de los judíos, que especulativamente trata San Pablo en su Epístola a los Ro-
manos (9-11).
— 293 —
13 «-14 ^
HECHOS DE LOS APOSTOLES
14 8-M
Te he puesto como luz de las naciones,
a fin de que seas para salud hasta el extremo de la tierra.
** Oyendo esto los gentiles, se ale-
graban y glorificaban la palabra del
Señor ; y creyeron cuantos estaban
destinados para la vida eterna. 48 Y
6e esparcía la palabra del Señor por
toda la región.
60 Mas los judíos incitaron a las
mujeres distinguidas, que adoraban
a Dios, y a los primates de la ciu-
dad, y levantaron persecución contra
Pablo y Bernabé, y los arrojaron de
su territorio. 51 Y éstos, habiendo sa-
cudido el polvo de los pies contra
ellos, se fueron a Iconio ; 62 y los dis-
cípulos se llenaban de gozo y de Es-
píritu Santo.
En las ciudades de Lii
Listra y Derbe.
14, 1 ^ aconteció en Iconio, según
su proceder habitual, entrar
ellos en la sinagoga de los judíos y
hablar de tal manera que creyó gran
multitud, así de judíos como de grie-
gos. 2 Mas los judíos contumaces ex-
citaron y malearon los ánimos de los
gentiles contra los hermanos. 3 De-
tuviéronse, pues, allí bastante tiem-
po, actuando animosa v confiada-
mente en el Señor, que con su tes-
timonio acreditaba la palabra de su
gracia, otorgando que por manos de
ellos se obrasen señales y prodigios.
4 Y se dividió en bandos" la muche-
dumbre de la ciudad, y unos estaban
por los judíos, otros por los Apósto-
les. 6 Y como se produjeran conatos
de violencia tanto de los gentiles
como de los judíos, que, a una con
sus jefes, intentaban ultrajarlos y
a,pedrearlos, a ellos, dándose cuenta
de la situación, se refugiaron con la
huida en las ciudades de Licaonia,
Listra y Derbe y su comarca. ' Y allí
iban anunciando la Buena Nueva.
Las turbas quieren ofrecer sacrificios
a Pablo y Bernabé. 14, S-18
5 Había en Listra un hombre im-
pedido de los pies, sin moverse de
su asiento ; cojo desde el seno de su
madre, jamás había andado. " Este
escuchaba a Pablo mientras habla-
ba : el cual, fijando en él la vista
y viendo que tenía fe de obtener
la_ salud, 10 dijo con voz fuerte : «Le-
vántate sobre tus pies derecho.» Y
dió un salto y se puso a andar. 0 Y
las turbas, al ver lo que Pablo ha-
bía hecho, levantaron la voz, dicien-
do en licaonio : «Los dioses, toman-
do figura de hombres, bajaron a nos-
otros.» 12 Y llamaban a Bernabé Zeus
y a Pablo Hermes, por ser éste quien
llevaba la dirección de la palabra.
13 Y el sacerdote del Zeus que esta-
ba delante de la ciudad, habiendo
traído toros y coronas a las puer-
tas, juntamente con las turbas que-
ría ofrecer sacrificio. " Al enterarse
de esto, los Apóstoles Bernabé y Pa-
blo, rasgando sus vestiduras, se lan-
zaron en medio de la turba, gritan-
do ¿3 y diciendo: «Hombres, ¿qué es
eso que hacéis ? También nosotros
somos hombres de igual condición
que vosotros, que os predicamos que,
dejadas esas cosas vanas, os volváis
al Dios viviente, el que hizo el cie-
lo, la tierra y e¡l mar y todo cuanto
existe en ellos. 10 El cual en las pa-
sadas edades dejó a todas las gen-
tes andar cada cual por su camino,
11 si bien no dejó de dar testimo-
nio de sí mismo, derramando bienes,
dándoos desde el cielo lluvias y es-
taciones fructíferas, llenando de sus-
tento y de alegría vuestros corazo-
nes.» " Y diciendo esto, a duras
penas lograron que ñas turbas desis-
tiesen de ofrecerles sacrificios.
<¡i Iconio, antiguamente ciudad de la Frigia, reunida posteriormente al distrito
administrativo de Licaonia, pertenecía a la provincia romana de Galacia.
U6 Listra y Derbe, pertenecientes a la Licaonia propiamente dicha, se hallaban
al S. y al SE., respectivamente, de Iconio.
13 Acaso la buena presencia de Bernabé contribuyó a que lo identificasen con
Zeus o Júpiter.
u Coronas : propiamente las *intas para entretejer las guirnaldas con que se co-
ronaban las victimas y los sacerdotes.
— 204 —
14 15-26
HECHOS DE LOS APOSTOLES
14 27 -J 5 5
Lapidación de Pablo, i.j, 19-20
19 Pero sobrevinieron de Antioquía
y de Iconio unos judíos, y, habiendo
persuadido a las turbas, apedrearon
a Pablo y le arrastraron a las afue-
ras de la ciudad, dándole ya por
muerto. 20 Islas., habiéndole rodeado
los discípulos, levantándose entró en
la ciudad. Y al día siguiente salió
con Bernabé para Derlje.
Regreso a Antioquía. 14, 21-28
a Y habiendo evangelizado aquella
ciudad y hecho numerosos discípu-
los, se tornaron a Listra, a Iconio
y a Antioquía, a confortando las al-
mas de los discípulos, animándoles
a perseverar en la fe, y que «por
muchas tribulaciones hemos de en-
trar en el reino de Dios». 23 Y ha-
biéndoles puesto de su mano presbí-
teros en cada Iglesia, hecha oración
acompañada de ayunos, los encomen-
daron al Señor, en quien habían creí-
do. 24 Y atravesando la Pisidia, lle-
garon a Panfilia ; 25 y habiendo ha-
blado en Perge la palabra, bajaron
a Atalía. 20 Y de allí se embarcaron
para Antioquía, desde donde habían
sido entregados a la gracia de Dios
para la obra a que habían dado re-
mate. " Y habiendo llegado y con-
gregado la Iglesia, referían cuanto
Dios había hecho con ellos, y que
había abierto a los gentiles la puer-
ta de la fe. 28 Y demoraron no poco
tiempo con los discípulos.
Concilio de Jerusalén: ocasión.
15, 1-6
i f ' Y bajando algunos de la Ju-
dea, enseñaban a los hermanos
que «Si no os circuncidareis confor-
me al uso de Moisés, no podéis ser
salvos». 2 Y habiéndose producido un
altercado y no leve discusión de Pa-
blo y Bernabé con ellos, se determi-
nó que Pablo y Bernabé y algunos
otros de entre ellos subieran a Jeru-
salén a los Apóstoles y presbíteros
para tratar de esta cuestión. 3 Ellos,
pues, despedidos por la Iglesia, atra-
vesaban la Fenicia y la Samaría re-
firiendo la conversación de los gen-
tiles, y daban materia de gran gozo
a todos los hermanos.
4 Llegados a Jerusalén, fueron bien
acogidos por la Iglesia y por los
Apóstoles y los presbíteros, y refi-
rieron cuanto Dios había hecho con
ellos. 0 Pero se levantaron algunos
de los procedentes de la secta de los
fariseos, que habían creído, dicien-
do que «Hay que circuncidarlos y
19 ¡Azares de la vida apostólica! Ayer, aclamados como dioses; hoy, apedreados
y arrastrados. Esta lapidación recuerda San Pablo en su segunda a los Corin-
30 Derbe distaba de Listra unos 27 kilómetros en la dirección ESE. Parece que
m Derbe dejaron predicar en paz a los Apóstoles. A lo menos, al mencionar más
tarde San Pablo las persecuciones padecidas «en Antioquía, Iconio y Listra» (2 Tim.
3, 11), nada dice de Derbe.
a-2i Recorren en sentido inverso el mismo itinerario. Su objeto era consolidar su
obra y organizar las Iglesias.
a El verbo griego kheirotonésantes (^habiendo puesto de su mano), que poste-
riormente vino a ser el término para sijuiificar la ordenación sagrada, significa aquí
consagrar y colocar al frente, es decir, dar la doble potestad de orden y de jurisdic-
ción. Loó aquí llamados PRESBÍTEROS bien pudieron ser obispos, a lo menos en las
ciudades principales.
38 Predican ahora el Evangelio en la ciudad de Perge, en que antes sólo habían
estado de paso. Atalía era el puerto de Panfilia. Los códices D 614 3S3 2147 257 syh*
dicen que Pablo y Bernabé también en Atalía predicaron el Evangelio.
•K Dios había abifrto a los gentiles la puerta de la fe : ésta es la significación
y la trascendencia del primer viaje apostólico de Pablo y Bernabé : la admisión de
la gentilidad en el cristianismo sin pasar por la circuncisión : trascendencia enorme,
que no se les pasó por alto a los judíos y que fué origen de las controversias narra-
das en el capítulo siguiente.
-* C 1 La tesis de esos judaizantes era radical. Exigían la circuncisión no ya para ser
-*-*■» perfectos cristianos, sino para obtener la salud eterna. Aunque venían de Jeru-
salén, no llevaban comisión alguna ni menos representaban el Sentir de los Apósto-
les, sino el de los fariseos, de cuya secta procedían.
— 205 —
15 6-21
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
1511-22
ordenarles guardar la ley de Moisés» .
* Reuniéronse entonces ios Apósto-
les y los presbíteros para entender
en este asunto.
' Habiéndose producido una larga
y viva discusión, levantándose Pe-
dro les dijo :
«Varones hermanos, vosotros sa-
béis que desde antiguos días Dios
me escogió en medio de vosotros
para que por mi boca ovesen los
gentiles la palabra del Evangelio y
creyesen. 8 Y el conocedor de los co-
razones, Dios, dió testimonio a fa-
vor de ellos, dándoles el Espíritu
Santo, lo mismo que a nosotros, 0 y
ninguna diferencia hizo entre nos-
otros y ellos, purificando con la fe
sus corazones. 10 Ahora, pues,, ¿por
qué tentáis a Dios con imponer so-
bre el cuello de Jos discípulos un
yugo que ni nuestros padres ni nos-
otros pudimos sobrellevar? 11 Mas
por la gracia del Señor Jesús cree-
mos ser salvos <le la misma manera
que ellos.
u Calló toda la multitud, v escu-
chaban a Bernabé y a Pablo, que
referían cuantas señales y prodigios
había Dios hecho entre los gentiles
por medio de ellos.
Discurso de Santiago. 15,
" Después que ellos hubieron ca-
llado, tomó la palabra. Santiago, di-
ciendo :
«Varones hermanos, escuchadme.
" Simeón refirió cómo Dios por vez
primera se dignó intervenir para es-
coger de entre los gentiles un pue-
blo para su nombre. 15 Con esto con-
cuerdan las palabras de los profetas,
según que está escrito (Am. 9, 11-
12, LXX ; Jer. 12. 15 ¡ Is. 45, 21) :
16 Después de esto volveré
y reconstruiré la tienda de David, que estaba caída,
y lo que de ella estaba derruido lo reconstruiré,
y la tornaré a levantar,
"ipara que busquen al Señor los demás hombres
y todas las naciones sobre las cuales ha sido invocado mi nombre,
dice el Señor, que obra e>tas cosa*,
" determinadas desde la eternidad.
" Por lo cual yo juzgo que no se
perturbe innecesariamente a los que
venidos de la gentilidad se convier-
ten a Dios ; 30 mas se les escriba que
se abstengan de las contaminaciones
de los ídolos, de la fornicación, de
animales estrangulados y de la san-
gre. 21 Porque Moisés desde edades
antiguas tiene en cada ciudad quie-
nes le predican, aíí ser cada sábado
leído en las sinagogas.»
Resolución y decretal del concilio.
I5i 22-35
a Entonces resolvieron los Apósto-
les y los presbíteros, con toda la
Iglesia, escoger algunos de entre
ellos para enviarlos a Antioquía con
Pablo y Bernabé, que fueron juda>,
llamado Barsabás, y Si-las, personas
de autoridad entre los hermanos,
7 Dksde antiguos días: se refiere San Pedro a la conversión de Cornelio, acaecida
más de diez años antes, y de la cual se vale para demostrar la inutilidad de la ley
mosaica en orden a la justificación.
ra-31 Santiago concuerda enteramente con San Pedro en la tesis fundamental del
cristianismo : la total abolición de la ley mosaica. Pero, por bien de paz, sugiere
cuatro concesiones que los cristianos gentiles deberían hacer a los judíos cristianos
El motivo que para ellos propone es que, conociéndose umversalmente los libros
de Moisés, convendría respetar algunas de sus prescripciones, cuya violación chocaría
demasiado violentamente contra los sentimientos más arraigados de los judíos. Estas
cuatro concesiones las aceptan los Apóstoles iy las consignan en su decreto.
a°-29 El decreto conciliar presenta varias dificultades. La primera se refiere al texto
mismo del decreto. Existen de él dos redacciones diferentes : la llamada oriental.
que es la admitida generalmente por los críticos, y la denominada occidental, cuyo
testigo más antiguo es San Ireneo : «l'ti abstineant a vanitatibus idolorum et a for-
— 296 —
15 23-29
HECHOS DE LOS APOSTOLES
15 30-36
escribiendo por conducto de ellos :
«Los Apóstoles y los presbíteros
hermanos a los hermanos venidos
de la gentilidad que están en An-
tioquía, Siria y Cilicia : salud.
-' I'or cuanto hemos oído que al-
gunos salidos de entre nosotros, a
quienes ninguna misión habíamos
encomendado, os perturbaron con sus
palabras, trastornando vuestras al-
mas, 56 no* ha parecido, de común
acuerdo, enviar a vosotros algunos,
para ello escogidos, que acompañen
a Bernabé y a Pablo, " hombres que
han entregado sus vidas por el nom-
bre de nuestro Señor Jesu-Cristo.
■ ( )s liemos, pues, enviado a Judas
y a Silas, los cuales por sí mismos
de palabra os enterarán de lo mis-
mo. 35 Porque pareció al Espíritu San-
to y a nosotros no imponeros otra
carga alguna, a excepción de estas
cosas indispensables : " que os abs-
tengáis de lo sacrificado a los ído-
los, de la sangre, de los animales
estrangulados y de la fornicación.
De lo cual si os guardareis, obraréis
bien. Salud.»
*' Ellos, pues, habiendo sido des-
pedidos, bajaron a Antioquía, y con-
gregando la muchedumbre, entrega-
ron la carta. M Y habiéndola leído, se
gozaron con esta palabra de alien-
to. *- V Judas y Silas, profetas tam-
bién como eran, hablando largamente
alentaron a los hermanos y los con-
fortaron. ** Pasado allí algún tiem-
■po, fueron despedidos en paz por los
hermanos para volver a los que les
habían enviado. w A Silas, empero,
le pareció mejor quedarse allí. 85 Pa-
blo y Bernabé se detuvieron en An-
tioquía, enseñando y evangelizando,
con otros muchos también, la pala-
bra del Señor.
2. Segunda expedición apostólica
de Pablo
Bernabé se separa de Pablo
15. 36"4i
* Al cabo de algunos días dijo Pa-
blo a Bernabé : «Demos una vuelta
nicatione et a sanguine ; et quaecumque nolunt sibi fieri, aliis ne faciant... l't absti-
neatis ab idolothytis et sanguine et fornicatione ; et quaecumque non vultis fieri
votñs, alii ne faciatis» {Ad.ii. hacr., 3, 12, 14. MG 7, 90SK Lo característico de esta
redacción occidental no esta precisamente en la omisión tde los animales estrangu-
lados», sustituida por la adición de U. llamada Regla de oro, sino principalmente en
el carácter moral que da al decreto, en vez del carácter de conveniencia social que
preferentemente presenta la redacción oriental. Cuál de estas dos redacciones sea la
origina! c auténtica, criticamente no ofrece duda razonable. No sólo la atestación
casi unánime de los documentos está a favor de la oriental, sino que esta sola res-
ponde al problema discutido y está en harmonía con el contexto del discurso de
Sartia^o. Otra dificultad del decreto se refiere* al sentido exacto y a la razón de ser
de cada una de 'as cuatro prohibiciones. La abstención de las idolotitos es clara ;
su motivación es doble : el peligro de idolatría y la edificación. De ella trata am-
pliamente San Pablo, desde el punto de vista así especulativo como práctico, en su
primera a los Corintios 1S-101. La doble abstención ide la sangre» y «de los animales
estrangulados» se funda en el .horror instintivo de los judíos y de otros pueblos a
comer la sangre, sea cuajada en la carne, sea separada. Ya Dios la había prescrito
n Xoé íGén. 9, 4), «.La fornicación» que se prohibe es interpretada diferentemente :
o en el sentido de matrimonio entre parientes próximos o, más probablemente, en el
sentido de pecado carnal. En este segundo sentido, único inteligible por los genti-
les, el motivo de su prohibición explícita era la enorme laxitud de criterio que en
esta materia reinaba entre los paganos. Por fin, por lo que toca al valor jurídico del
decreto, hay que reconocer que era simple disposición ¡oeal (v. 23I y transitoria. De
hecho, algunas de sus disposiciones han caducado ; sólo subsiste lo que es de derecho
natural o positivo eclesiástico.
P*J Después del versículo 33, la Válgate Clementina añade : tVisum est autem
Silae ibi remanere : ludas autem solus abiit Ierusalem.» La segunda parte de este
versículo, endeblemente documentada, parece una interpolación motivada por la pri-
mera, cuya documentación es seria. Y desde el punto de vista de la crítica interna,
de suyo tan posible es su interpolación, para explicar lo que luego sigue, como su
Supresión, por parecer contradecir a lo que precede. Con todo, parece más probable
su autenticidad. Más fácilmente se conciben los escrúpulos de contradicción con lo
que precede que el deseo de preparar lo que sigue. Pero, en realidad, la resolución
de Silas de quedarse en Antioquía puede muy bien compaginarse con la despedida
del versículo 33, en la hipótesis, por ejemplo, de qne, antes de ponerse en viaje,
Pablo le invitase a quedarse, con el objtto de que luego le acompañase en su sé-
tunda expedición apostólica, como en efecto lo hizo.
■ Ai. cabo j>e algunos días : dentro de este espacio de tiempo hay que colocar el
— 297 —
15 37-16 i
HECHOS DE LOS APOSTOLES
16 2-a
y visitemos a los hermanos por to-
das las ciudades en que anunciamos
la palabra del Señor, a ver cómo
andan. 31 Bernabé quería resuelta-
mente tomar consigo también a Juan
llamado Marcos ; 38 Pablo, empero,
estimaba que a quien se había se-
parado de ellos desde Panfilia y no
había ido con ellos al trabajo, a éste
no debían tomarle consigo. 39 Y se
produjo un agudo conflicto, hasta el
punto que se separaron el uno del
otro, yi Bernabé, tomando a Marcos,
se embarcó para Chipre ; 40 mas Pa-
blo, habiéndose escogido a Silas por
compañero, se partió, entregado a la
gracia de Dios por los hermanos ;
41 y recorrió la Siria y la Ci'licia, con-
solidando las Iglesias.
Timoteo, compañero de Pablo.
16, 1-5
n 'Y siguió adelante hasta llegar
a Derbe y a Listra. Y se en-
contró allí con un discípulo por nom-
bre Timoteo, hijo de una mujer judía
creyente, pero de padre gentil, = que
tenía a su favor el testimonio de los
hermanos que había en Listra v en
Iconio. ' Este quiso Pablo que vinie-
se con él; y tomándole, lo circuncidó
a causa de los judíos que había en
aquellos lugares, pues sabían todos
que su padre era gentil. 4 Y como
iban pasando por ias ciudades, les
entregaban, para que las observa-
sen, las decisiones decretadas por
los Apóstoles y presbíteros que es-
taban en Jerusalén. 5 Y las Iglesias
se robustecían en la fe y crecían en
número de día en día.
Con una visión es llamado Pablo a
Maeedonia. 16, 6-io
* Y atravesaron la Frigia y la re-
gión de Galacia, impedidos' por el
veto del Espíritu Santo de anunciar
la palabra en el Asia. 7 Y como lle-
garon cerca de la Misia, intentaban
dirigirse a la Bitinia, y no se lo con-
sintió el Espíritu de Jesús ; s y de-
jando a un lado la Misia, bajaron a
llamado incidente Je Antioquía, de que habla San Pablo en su carta a los Gala-
tas (2, 11-21).
w Esta compañía de Bernabé y Marcos deja entender el profundo influjo que Ber-
nabé ejerció en el futuro redactor del -segundo Evangelio. Por^otra parte, la base del
tercer Evangelio es la predicación oral de Antioquía, obra principalmente del mismo
Bernabé. Por fin, su nuevo viaje a Chipre, de donde era natural, hace verosímil el
hecho, sólidamente documentado, de que en tiempo del emperador Zenón fué allí
descubierto el sepulcro de Bernabé con el Evangelio de San Mateo, traducido al
griego por el mismo Bernabé. El sencillo cotejo de estos hechos explica natural-
mente, mejor que cualquiera hipótesis documental, los curiosos fenómenos del pro-
blema sinóptico, principalmente las irregulares interferencias verbales de los tres
primeros Evangelios. De donde resulta ser Bernabé la clave del problema sinóptico
40 Silas o Silvano fué uno de los auxiliares más inteligentes y fieles de San Pa-
blo, y también de San Pedro, como que él fué quien como secretario redactó la pri-
mera carta del Príncipe de los Apóstoles (i Pedr. 5, 12).
41 Este segundo viaje comenzó por tierra, no por mar, como el anterioi.
1 íí "La Frigia y la rkgión de Galacia: esta expresión ha dado lugar a vivas contro-
versias, importantes por su repercusión en la interpretación de la Epístola a los
Gálatas. El punto principal del problema es : ¿ La región de Galacia es la Galacia
propiamente dicha (septentrional), o bien la provincia romana de Galacia? La opi-
nión hoy más común, y más probable, es que la Galacia debe aquí entenderse en
sentido etnográfico y no en sentido político. Prescindiendo de otros argumentos, la
expresión misma de «la región de Galacia» favorece esta opinión. En este supuesto,
el itinerario de San Pablo parece debe reconstruirse de esta manera : una vez reco-
rridas las ciudades antes evangelizadas (Derbe, Listra, Iconio y Antioquía de Pisi-
dia), se proponía seguir adelante en dirección O., hacia Efeso, capital del Asia pro-
consular; pero el veto del Espíritu Santo les obliga a modificar sus planes, y piensan
en Bitinia ; tomando la dirección N. y NO., atravesaron la Frigia y la región de
Galacia, sin intención de evangelizar estas regiones; pero una enfermedad obliga a
I'aT>lo a detenerse, detención que él aprovecha para evangelizar a los Gálatas (Gal. 4.
13) ; una vez restablecido, retrocede hacia el O., y al llegar a la frontera de Misia
o cerca, otro veto del Espíritu Santo les impide entrar en Bitinia ; entonces, si-
guiendo adelante Y dejando a un lado l\ Misia (o atravesándola por su parte sep-
tentrional), BAJARON A TRÓADE.
-298-
HECHOS DE LOS APOSTOLES
16 «-i»
Tróade. 9 Y una visión durante la
noche se le mostró a Pablo: un hom-
bre macedonio estaba allí de pie, ro-
gándote y diciendo : «Pasa a Mace-
donia y socórrenos.» ,0 En cuanto
hubo visto esta visión, al punto tra-
tamos de salir para Macedonia, coli-
giendo que Dios nos había llamado
a evangelizarles.
Fundación de la Iglesia de Filipos.
i6, 11-15
0 Dándonos, pues, a la vela, des-
de Tróade nos fuimos con rumbo di-
recto a Samotracia, y al día siguien-
te a la Ciudad Nuera, 12 y de allí a
Filipos, que es la primera ciudad
del distrito de Macedonia, colonia
romana. Y nos detuvimos en esta
ciudad durante algunos días. 13 Y al
llegar el día del sábado, salimos fue-
ra de la ciudad a la orilla de una
corriente, donde pensábamos habría
un lugar de oración, y sentándonos
hablábamos a las mujeres que ha-
bían concurrido. M Y cierta mujer
por nombre Lidia, vendedora de púr-
pura, de la ciudad de Tiatira, que
adoraba a Dios, estaba escuchando ;
cuyo corazón abrió Dios para que
prestase atención a lo que Pablo de-
cía. u Y así que fué bautizada, lo
mismo que su familia, nos instó di-
ciendo : «Si habéis juzgado que ten-
go de veras fe en el Señor, entrad
en mi casa y posad en ella.» Y nos
forzó a ello.
Pablo lanza de una muchacha un
espíritu pitón. 16, 16-18
16 Y aconteció que, yendo nosotros
al lugar de oración, vino a nuestro
encuentro una muchacha que tenía
un espíritu pitón, la cual, ejercien-
do la adivinación, proporcionaba a
sus amos mucha ganancia. " Esta,
siguiendo tras Pablo y tras de nos-
otros, gritaba diciendo : «Estos hom-
bres son siervos del Dios Altísimo,
los cuales os anuncian el camino de
la salud.» " Y esto hacía durante
muchos días. Incomodado, por fin,
Pablo y vuelto al espíritu, dijo : «Te
intimo en eil nombre de Jesu-Cristo
que salgas de ella.» Y salió en el
mismo instante.
•Otra nueva intervención del cielo señala a San Pablo el campo de su predicación
evangélica en este segundo viaje.
10 Tratamos : es la primera vez que el autor de los Hechos habla en primera per-
sona, como testigo ocular de los hechos que refiere. Aunque, según el códice D y
otros documentos occidentales, ya ante?, en n, 28, emplea San Lucas la primera
persona. San Agustín |ML 34, 1:195) transcribe así este pasaje : «In illis autem diebus
dcscenderunt ab Ierosolymis prophetae Antiochiam, eratque magna exsultatio. Con-
gregatis autem nobis, surgens unus ex illis nomine Agabus...» (11, 27-28). Si Lucas,
«el médico querido» (Col. 4, 14), se asoció a Pablo por primera vez en Tróade o le
había acompañado desde Antioquía, no consta con certeza. Pablo, pues, cuenta con
tres excelentes auxiliares : Silas (o Silvano), Timoteo y Lucas. Otros se le irán
agregando.
"Tróade: ciudad edificada a 18 kilómetros al S. de la Troya homérica. || Samo
trocía : pequeña isla en el N. del mar Egeo, casi a medio camino entre Tróade y la
Ciudad Nueva. |[ Ciudad Nueva (Nca Polis): puerto al N. del Egeo, hoy Kavala.
12 FiLrPos : a unos 12 kilómetros al NO. de Nea Polis. La expresión la primera
cruDAD del distrito de Macedonia (literalmente «la primera de la parte de Mace-
donia») es interpretada de diferentes maneras. La más sencilla seria que para quien
entraba en Macedonia ]K>r Nca Polis (que por entonces pertenecía a la Tracia), la
primera ciudad que se encontraba era Filipos. Otros, en vez de «la primera ciudad
del distrito», leen «ciudad del primero de los (cuatro) distritos» en que estaba divi-
dida Macedonia : interpretación enteramente satisfactoria si no careciese de base
documental. || Colonia romana : a consecuencia de la victoria de Filipos (42 a. de C),
el vencedor Octavio (Augusto) elevó la ciudad a la categoría de colonia, donde esta-
bleció a numerosos veteranos de sus tropas, con todos los privilegios del lus ita-
13 Lugar de oración : sinagoga, o que hacía sus veces.
" Tiatira : ciudad del Asia proconsular, una de las siete a las cuales van dirigidas
¡a.s Cartas preliminares del Apocalipsis. lj Adoraba a Dios: adherida al monoteísmo
de Israel.
* Pitón : así se llamó al dragón fabuloso (muerto por Apoioi cuya piel recubría
el trípode en -que se sentaba la adivina (pitonisa) de Delfos para pronunciar los
oráculos. Pe ahí vino a significar espíritu de adivinación.
— 299 —
16 19-29
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
16 30-40
Pablo y Silas son encarcelados.
16, 19-24
" Al ver sus amos que se les ha-
bía ido la esperanza de su ganancia,
asiendo r. Pabio y a Silas, los arras-
traron al foro anie los magistrados ;
M y presentándolos a los pretores,
dijeron : «Estos hombres revuelven
nuestra ciudad, judíos como son, ny
predican usanzas que no nos es lí-
cito aceptar ni practicar, romanos
como somos.» " Y se amotinó la tur-
ba contra ellos ; y los pretores, ha-
biéndoles arrancado las vestiduras,
dieron orden de apalearlos ; " y des-
pués de haberles cargado de golpes,
los echaron en la cárcel, ordenando
al carcelero los guardase bien ase-
gurados ; M el cual, recibida seme-
jante orden, los metió en el cala-
bozo interior y sujetó sus pies me-
tiéndolos en el cepo.
Es bautizado el carcelero. 16, 25-34
26 Mas hacia la media noche, Pa-
blo y Silas, haciendo oración, can-
taban himnos a Dios, y los escucha-
ban los presos. 26 De improviso vino
un gran terremoto, tal que se con-
movieron los cimientos de la cárcel ;
y abriéronse en un instante todas
las puertas, y las prisiones de todos
se soltaron. -1 Despertado el carce-
lero y viendo abiertas las puertas de
la cárcel, tirando de la espada, iba
ya a matarse, imaginándose que se
habían fugado los presos. * Gritó
Pablo a grandes voces, diciendo :
«No te hagas mal alguno, que todos
estamos aquí.» 29 Y habiendo pedido
luz, entró de un salto, y todo tem-
blando se echó a los pies de Pablo
y de Sillas; 80 Y sacándolos afuera
dijo : «Señores, ¿ qué tengo que ha-
cer para ser salvo ?» 31 Ellos dije-
ron : «Cree en el Señor Jesús, y se-
rás salvo tú y tu casa.» 3- Y le ha-
blaron la palabra del Señor, y con
él a todos los de su casa. 33 Y to-
mándolos consigo en aquella misma
hora de la noche, lavó sus heridas,
y fué bautizado él y todos los su-
yos inmediatamente. 31 Y habiéndo-
los hecho subir a su casa, les puso
la mesa, y se regocijó con toda su
familia de haber creído en Dios.
Pablo y Silas salen de la cárcel y de
la ciudad. 16, 35-40
86 Y cuando se hizo de día, envia-
ron los pretores a los lictores, di-
ciendo : «Pon en libertad a aquellos
hambres.» * Comunicó el carcelero
estas órdenes a Pablo : que «Han
enviado a decir los pretores que se
os ponga en libertad. Ahora, pues,
salid e idos en paz.» 37 Mas Pablo
les dijo : «Después de azotarnos pú-
blicamente, sin sentencia judicial,
con ser hombres romanos, nos echa-
ron en la cárcel, y ahora ¿ secreta-
mente nos echan fuera? No tal, sino
vengan ellos mismos y sáquennos.»
" Refirieron los lictores a los preto-
res estas palabras. Y temieron al oír
que eran romanos. 38 Y viniendo, les
dieron satisfacción, y habiéndolos sa-
cado, les rogaban que se partiesen
ile la ciudad. En saliendo de la
cárcel entraron en casa de Lidia, y
viniendo a los hermanos los anima-
ron y salieron.
*" Pretores : literalmente estrategos o generales: así se llamaban, a lo menos
en el lenguaje corriente, los dmmviros o supremos magistrados de las colonias.
* Cantaban himnos: era para sorprender y asombrar el que dos presos, en el ca-
labozo, a media noche, en vez de echar imprecaciones, prorrumpiesen en dulces
himnos, que, en el profundo silencio de las sombras, parecerían ecos de otro mundo.
Desde los primeros días del cristianismo se manifestó en la Iglesia el cansina
divino de los himnos sagrados, de los cuales quedan varios vestigios y fragmentos
en las Epístolas de San Pablo.
33 Lavóles de sus heridas : probablemente en el aljibe que habría en el atrio de
la cárcel ; y en esta agua, teñida realmente con la sangre de Pablo y de Silas, y
kimbólicamente con la sangre de Cristo, fué bautizado el carcelero.
04 Este convite, previas las explicaciones de Pablo, se convirtió en ágape coa la
40 Salieron : Pablo y Silas. Las otros dos compañeros, Timoteo y Lucas, pareoe
quedaron todavía algún tiempo en FilipOS.
— 30O —
17 i-io
HECHOS DE LOS APOSTOLES
17 ii-i'
El Evangelio en Tesalónica. 17, 1-10
-1 - 1 Habiendo hecho el viaje pa-
' sandopor Anfípolis y Apolonia,
llegaron a Tesa Iónica, donde había
sinagoga de judíos. 2 Y, según su
costumbre, Pablo se entró en su re-
unión, y por tres sábados discutió
con ellos a base de las Escrituras,
1 declarándolas y poniendo de mani-
fiesto que el Mesías había de padecer
v resucitar de entre los muertos, y
que «tal es el Mesías, Jesús, a quien
yo os anuncio». 4 Y algunos de en-
tre ellos quedaron convencidos, y se
pusieron en manos de Pablo y de
Silas ; y de los griegos adoradores
de Dios, gran multitud ; y de las
mujeres principales, no pocas. 6 Lle-
nos de envidia los judíos y echando
mano de algunos hombres malean-
tes, gente del arroyo, y armando
motines, alborotaron la ciudad ; y
presentándose en la casa de Jasón,
los buscaban para llevarlos ante el
pueblo ; ' y no habiéndolos hallado,
arrastraron a Jasón y a algunos her-
manos ante los politarcas, vocife-
rando que «Esos que han trastorna-
do todo el mundo, también acá _se
han presentado, 7 a los cuales Jasón
ha acogido ; y todos éstos obran
contra los edictos del César, dicien-
do que hay otro rey, Jesús». s Y al-
borotaron al vulgo y a los politarcas,
que esto oían ; 8 y habiendo re-
cibido fianza de Jasón y de los de-
más, los soltaron. 10 Los hermanos
inmediatamente, de noche, hicieron
salir a Pablo y a Silas para Berea.
Pablo en Boca. 17, 10-15
Ellos, en llegando, se fueron a la
sinagoga de los judíos. 11 Estos eran
de más buen natural que los de Te-
salónica, y así acogieron las pala-
bras con toda prontitud de ánimo,
escudriñando diariamente las Escri-
turas, a ver si esto era así. u Mu-
chos, pues, de entre ellos creyeron,
v de las mujeres griegas distingui-
das y también de los hombres no
pocos. 13 Mas en cuanto supieron los
judíos de Tesalónica que también en
Berea había sido anunciada por Pa-
blo la palabra de Dios, fueron tam-
bién allá, y agitaron y alborotaron
las turbas. 11 Al punto entonces lo-
hermanos hicieron salir a Pablo, pa-
ra que se fuese hasta el mar ; y se
quedaron allí Si'fas y Timoteo. 15 Los
que conducían a .Pablo le llevaron
hasta Atenas, y habiendo recibido
para Sillas y Timoteo orden de que
cuanto antes se viniesen a él, se par-
tieron.
Pablo en Atenas. 17, 10-21
"Ya en Atenas, mientras los aguar-
daba, se irritaba el espíritu de Pa-
blo en su interior, viendo cómo
estaba llena de ídolos la ciudad.
11 Discutía, pues, por una parte, en la
sinagoga con los judíos y con los ado-
radores de Dios, y en el ágora cada
día con los que allí se encontraban.
18 Por otra parte, algunos también
de los filósofos epicúreos y estoicos
trababan conversación con él; y uno»
■17 1 AnpIpolís (en el golfo de Estrimón, hoy Orfanil distaba de Filióos a» kilómc-
J-* tros. || Apolonia (al N. de la península Catódica) distaba de Anfípolis jó kilóme-
tios y medio. |! Tesalónica, hoy Salónica (en el golfo del misino nombre) distaba
de Apolonia 57 kilómetros.
6 Jasón: hospedador de rabio y Silas. Xo parece hay motivo suficiente para iden-
tificarlo con el Jasón de que se habla en Rom. 16, 21.
•Politarcas: así se denominaban los supremos magistrados de Tesalónica, como
ha podido comprobarse por las inscripciones : nuevo indicio de la escrupulosa exac-
titud de San Lucas.
11 Timoteo había vuelto entre tanto de Filipos, dejando allí solo a Lucas.
>»-» Nos da aquí San Lucas una pintura, maravillosamente exacta, de la Atena?
de entonces bajo su aspecto religioso, filosófico y social.
"Se imaginaron los atenienses que la Klsurrixcióx de que hablaba Pablo seria
una nueva divinidad por ellos desconocida. X¡ es inverosímil que los atenienses, tan
ligeros como supersticiosos, entendieran tan disparatadamente las palabras del Após-
tol. || La palabra BUFON responde al griego spemiologps, que no significa sembrador
de palabras, como traduce la Vulgata, sino recogedor tic semillas o granos, y se
decía de los holgazanes, que para vivir sin trabajar se iban por los mercados para
recoger lo que se caía por los suelos ; y se aplicaba a los parásitos, plagiario.-, char-
latanes sabidillos y otra gente de semejante ralea.
— 301 —
17 19-24
HECHOS DE LOS APOSTOLES
17 25-30
decían : «¿Qué querrá decir ese bu-
fón ?» ; mas otros : «Parece ser anun-
ciador de divinidades extranjeras.»
Porque les anunciaba a Jesús y la
resurrección. 1UY asiendo de él le lle-
varon al Areópago, diciendo : «¿Po-
dríamos saber cuál es esa nueva doc-
trina que tú enseñas ? 20 Porque nos
metes por los oídos ciertas cosas ex-
trañas. Deseamos, por tanto, sabei
qué quieren ser esas cosas.» 21 Los
atenienses todos y los forasteros do>-
miciliados en ninguna otra cosa se
ocupaban sino en decir o en oír la
última novedad.
Discurso de Pablo en el Areópago.
17, 22-34
" De pie Pablo en medio del Areó-
pago, dijo :
«Varones atenienses, en todas co-
sas os veo respetuosos, como nadie,
de lo divino. a Porque, pasando y
considerando atentamente vuestros
monumentos sagrados, me encontré
también con un ara en la cual se leía
esta inscripción : al dios descono-
cido. Lo que, pues, sin conocerlo,
veneráis, esto os anuncio yo. 24 Bl
Dios que hizo el mundo y todo cuan-
to hay en él, éste, que es el Señor
de cielo y tierra, no tiene su habi-
tación en templos fabricados, 25 ni es
servido de manos humanas, como si
de algo necesitara, El que a todos
da vida, respiración y todas las co-
sas ; M e hizo, procedentes de uno
solo, toda raza de hombres, desti-
nados a habitar sobre toda la haz
de la tierra — habiendo establecido
fijamente los tiempos v los linde-
ros de su habitación— ,"27 con el fin
de que buscasen a Dios — si es que
por ventura le buscaban a tientas y
le hallaban — , por más que no se
halla lejos de cada uno de nosotros.
" Porque en El vivimos, nos move-
mos y existimos, como alguno-, tam-
bién de vuestros propios poetae lo
han dicho :
Pues de El también linaje somos.
=l> Siendo, pues, como somos, lina-
je de Dios, no hemos de pensar que
lo divino sea algo .semejante a oro
o plata o piedra, escultura labrada
por el arte y la fantasía de un hom-
bre. 30 Dios, pues, habiendo disimu-
lado los tiempos de la ignorancia,
ahora intima a los hombres que to-
dos en todo lugar se arrepientan,
>'■' El Areó-pago o Collado de Marte era una colina, situada al O. de Atenas, en
ciue antiguamente se reunía el tribunal supremo, que fué también denominado
Areópago. Se discute si San Lucas entiende por Areópago la colina o el tribunal.
Lo segundo parece más probable. Ni obsta el que no se entable contra Pablo pro-
ceso criminal ; pues ipudo muy bien ser que, como Atenas habla perdido su inde-
pendencia polític-a, también su tribunal supremo hubiera perdido su carácter pri-
0-31 Este discurso es un portento de inteligencia y de fina habilidad. Tomando
pie, en t-l exordio, de la proverbial religiosidad de los atenienses y del ara AL
DIOS DESCONOCIDO, establece la proposición : tEste Dios desconocido es el que yo
vengo a anunciaros.» Dos partes tiene, o había de tener, el discurso, truncado por
la frivola incomprensión de aquellos epicúreos y estoicos. La primera es una síntesis
de la Teodicea cristiana, antiepicúrea y antiestoica. En ella no tanto se propone de-
mostrar la existencia de Dios, ya admitida por sus oyentes, cuanto su unidad, perso-
nalidad y espiritualidad, su acción creadora y su providencia. La segunda parte había
de ser una amplia declaración de la revelación cristiana, que no quisieron oír aque-
llos filósofos.
31 Los riEMros : son, según unos, las edades y épocas do la historia humana ; según
otros, los períodos de las estaciones anuales. La primera interpretación cuadra mejor
con el contexto. || Los mnderos : las fronteras naturales de las naciones.
" De los tres incisos de este versículo, el primero expresa el fin de Dios ; el se-
gundo, la duda de que los hombres respondieran a este fin ; el tercero, corrección
del segundo, la facilidad de hallar a Dios cuando sinceramente se le busca.
28 Dos citas de poetas griegos hay en este versículo : una implícita y otra ex-
plícita. La primera es una reproducción casi literal de este hexámetro de Epiménides
en su poema Minos:
'Kv 3o't fáp C<i){uv y.'j'. xtveá|>eo6a zcc. sfuiv
La segunda cita es el final de otro hexámetro de los Fenómenos, de Arato.
•"Los tiempos... en todo lugar: estos dos elementos, cronológico y topográfico,
corresponden a los dos análogos señalados en el versículo 26.
- 302 —
17 31-18 6
HECHOS DE LOS APOSTOLES
18 7-"
a por cuanto ha señalado el día en
que va a juzgar al mundo según jus-
ticia, por medio de un hombre a
quien ha destinado, poniendo al al-
cance de todos la fe con el hecho
de haberle resucitado de entre los
muertos.»
3- En cuanto oyeron resurrección
de muertos, unos se burlaban, otros
dijeron : «Te oiremos hablar de es-
to todavía otra vez.» 33 Con esto
Pablo salió de en medio de ellos.
M Algunos hombres, empero, adhi-
riéndose a él, creyeron, entre los
cualles también Dionisio, el Areopa-
gita, y una mujer jxjr nombre Dá-
maris, y otros con ellos.
Pablo en Corinto. i8. i-n
i o 1 Tras esto, partiendo de Ate-
ñas, llegó a Corinto. a Y ha-
biéndose encontrado con cierto judío,
por nombre Aquilas, póntico de ori-
gen, recientemente venido de Italia,
y con Priscila su mujer — con motivo
de haber Claudio ordenado que todos
los judíos abandonasen a Roma — ,
se allegó a ellos ; 3 y por ser del
mismo oficio, se quedó con ellos, y
trabajaba ; porque eran de oficio fa-
bricantes de tiendas de campaña.
* Discutía cada sábado en la sinago-
ga, y se esforzaba por persuadir a
judíos y a griegos. s Mas luego que
bajaron de Macedonia Silas y Timo-
teo, Pablo andaba todo ocupado en
la predicación de la palabra, testi-
ficando a los judíos que el Mesías
era Jesús. 6 Mas, como ellos le hi-
ciesen oposición y respondiesen con
ultrajes, él, sacudiendo sus vestidos,
les dijo : «Vuestra sangre recaiga so-
bre vuestra cabeza ; yo, inocente de
esa sangre, desde este momento me
dirigiré a los gentiles.» 7 Y trasla-
dándose de allí, entró en la casa de
uno por nombre Tito Justo, que ado-
raba a Dios, cuya casa estaba -con-
tigua a la sinagoga. s Crispo el ar-
quisinagogo creyó en el Señor con
toda su casa ; y muchos de los co-
rintios, al oír la palabra, creían y
eran bautizados.
9 Y dijo el Señor durante la no-
che por visión a Pablo : «No temas,
sino continúa hablando y no te ca-
lles ; 10 pues yo estoy contigo, y na-
die pondrá en ti sus manos para ha-
certe mal, pues es mucho el pueblo
que tengo en esta ciudad.» u Y per-
maneció de asiento un año y seis
meses, enseñando entre ellos la pa-
labra de Dio*.
Pablo ante el tribunal de Gallón.
18. 12-17
" Siendo Galión procónsul de Aca-
ya, los judíos, con una misma fu-
ria, se echaron encima de Pablo y
le condujeron ante el tribunal, 13 di-
ciendo que «éste persuade a los hom-
bres a dar a Dios un culto que está
fuera de la ley». 14 Mas cuando Pa-
blo iba a abrir su boca, dijo Galión
a los judíos : «Si se tratara de al-
gún .acto contra justicia o de algu-
na mala fechoría, con razón, ¡ oh
judíos!, os escucharía yo con cafl-
31 Doloroso contratiempo fué para Pablo no haber podido siquiera pronunciar
el nombre de Jesús, que (tenía a flor de labios ; tremenda desilusión, al ver fracasa-
das su filosofía, su erudición literaria, su hábil diplomacia. Mas no sin fruto. Esta
decepción acabará de afianzar en su espíritu aquella verdad, trágicamente lumino-
sa : «¿ Por ventura no entonteció Dios la sabiduría de este mundo ? Que, pues, en
la sabiduría de Dios no conoció el mundo a Dios por el camino de la sabiduría,
plugo a Dios salvar a los creyentes por la necedad de la predicación! (1 Cor. 1, 20-21).
" Te oiremos otra vez : fórmula irónica de cortesía, con que significaban a Pablo
que ya tenían bastante con lo dicho.
** Areopagita : miembro del tribunal del Arcópago.
-j O - 1'ontico : natural del Ponto. || Según Orosio, los judíos fueron expulsados de
-■-O Roma el año noveno de Claudio (25 de enero del 49 al 25 de enero del 50). Pablo
llegaría a Corinto el año 50 ó el 51.
3 Fabricantes de tiendas : las fabricaban con telas de pelos de cabra. Esta tela
llamaba cilicio por fabricarse en Cilicia, patria de Pablo.
" Tito Justo : aunque gentil, adoraba al verdadero Dios y frecuentaba la sina-
tfoea de los judíos.
* Crisi-o fué uno de los pocos bautizados personalmente por Pablo (1 Cor. 1, 14).
12 Lucio Junio Anneo Galión era cordobés, como su hermano Lucio Anneo Séneca.
Fué procónsul DE Acaya desde abril del 51 hasta abril del 52.
— 3°3 — v
18 !5-23
HECHOS DE LOS APOSTOLES
18 24-19 ?
ma ; 15 ]>ero si son dimes y diretes
•«obre palabras, sobre nombres y so-
bre vuestra propia ley, allá lo ve-
réis vosotros ; juez yo de esas co-
sas no quiero serlo.» 16 Y les orde-
nó despejar el tribunal. 11 Cogiendo
entonces todos a Sostenes el arqui-
sinagogo, le golpeaban delante del
tribunal. Y nada le importaba de
esto a Galión.
Regreso de Pablo a Antioquia.
iS, lS-22
1S Pablo, habiendo permanecido allí
bastantes días aun, despidiéndose de
los hermanos, se embarcó para la
Siria, y con él Priscila y Aquilas,
que en Cencreas se había hecho ra-
par la cabeza, porque tenía un voto.
" Y aportaron en Efeso, y a ellos
dejólos allí ; y él, entrando en la
sinagoga, se puso a hablar a los ju-
díos. 50 Y aun cuando ellos le roga-
ban que se detuviese allí más tiempo,
él no accedió, 31 sino que, despi-
diéndose y diciendo : «Otra vez vol-
veré a vosotros, si Dios quisiere»,
^e hizo a la vela desde Efeso ; 22 y
habiendo desembarcado en Cesárea,
después de subir y saludar a la Igle-
sia, bajó a Antioquia.
3. Tercera expedición apostólica
de Pablo
Principios del viaje. 18, 23
:'3 Y habiendo pasado allí algún
tiempo, se partió, y recorría sucesi-
vamente la región de Galacia y la
Frigia, fortaleciendo a todos los dis-
cípulos.
Primera predicación de Apolo.
18, 24-28
^Cierto judío por nombre Apolo,
alejandrino de origen, hombre elo-
cuente, que dominaba las Escrituras,
arribó^ a Efeso. 26 Este había sido
instruido en el camino del Señor, v
con el hervor de espíritu que le mo-
vía, hablaba y enseñaba con singu-
lar esmero lo tocante a [esús,' si
bien no conocía otro bautismo sino
el de Juan. 30 Y éste comenzó a ex-
hibirse gallardamente en la sinago-
ga. Mas cuando le oyeron Priscila y
Aquilas, le tomaron por su cuenta,
v con mavor exactitud le expusieron
el Camino de Dios. -; Y resolvién-
dose 61 pasar a la Acava, animán-
dole a ello los hermanos; escribieron
a los discípulos que le acogieran. El
cual, llegado que fué, contribuyó mu-
provecho de los que habían creído.
* Porque con gran vigor rebatía en
público a los judíos, demostrando
ipor las Escrituras que el Mesías no
era otro que Jesús.
Paulo en Efeso bautiza a unos
discípulos de Juan, iq, 1-7
"I Q ' ^' aconteció que, mientras
J--' Apolo andaba en Corinlo, Pa-
blo, recorriendo las regiones supe-
riores, bajó a Efeso y halló algunos
discípulos. - Y les dijo :
17 St'xn'NKS ti. aruuisinagogo : no se sabe si fué sucesor o colega <lc Crispo o bien
Jefe o uno de los jefes de otra sinagoga.
18 Se embarcó : por otoño del 51, || Cencreas: puerto oriental de Corinlo, «la de
dos mares». || Se había ntoio rapar la cabeza : esta acción señalaba el cumplimiento
del tiempo para el cual se había hecho el voto. El voto de que se habla sería el
nazircato o algún voto semejante. El texto aleo ambiguo de San Lucas ño permite
resolver con entera seguridad si el voto lo hizo Aquila o Pablo.
2- A la Iglesia : muchos suponen que se habla de la Iglesia madre de Jcrusalcn.
No es claro.
23 Sf. partió: era el año 52. || Galacia: literalmente «la región galática», que debe
tomarse en sentido etnológico. || Frigia : al O. de (".alacia.
25 El Camino del Señor : ahora se diría id Doctrina cristiana. Es singular el
conocimiento que del cristianismo tenía Apolo : aunque no inexacto, muy incom-
pleto ; pues ignoraba un elemento tan esencial como es el bautismo cristiano.
19 1 Las regiones superiores : las más elevadas o montañosas del Asia Menor.
— 304 —
HECHOS DE LOS APOSTOLES
19 n-V)
— ¿ Recibiste'.?, al creer, el Espí-
ritu Santo?
Ellos a él :
— Es que ni siquiera nos entera-
mos de que haya Espíritu Santo.
• El dijo :
— ¿Con qué bautismo, pues, fuis-
teis bautizados ?
Ellos dijeron :
— Con el bautismo de Juan.
4 Dijo Pablo :
—Juan bautizó con bautismo de
penitencia, diciendo al pueblo que
creyesen en el que había de venir
tras él, es decir, en Jesús.
' Oído esto, fueron bautizados en
el nombre del Señor Jesús. 6 Y ha-
biéndoles Pablo impuesto las manos,
vino el Espíritu Santo sobre ellos
v hablaban en lenguas y profetiza-
ban. ' Eran entre todos como unos
doce hombres.
Dejados los judíos, dirígese a los
gentiles, ig. S-io
• Y entrando en la sinagoga, ha-
b'aba con entera libertad por espa-
cio de tres meses, discutiendo y per-
suadiendo en lo tocante al reino de
Dios. * Mas como algunos se endu-
reciesen y no se rindiesen, diciendo
mal del Camino en presencia de la
muchedumbre, apartándose de ellos
tormo grupo aparte con los discípu-
los, y razonaba diariamente en la es-
cuela de Tirano. 10 Y esto continuó
por espacio de dos años, de suerte
que todos los que habitaban el Asia,
tanto judíos como gentiles, pudie-
ron oír la palabra del Señor.
Milagros obrados por Pablo, iq. 11-12
" Y obraba Dios por las manos de
Pablo milagros no vulgares, B hasta
el punto de que, tomando los pa-
ñuelos o delantales que llevaba en-
cima para aplicarlos a los enfermos,
eran ahuyentadas de ellos las en-
fermedades v salían los malos espí-
ritus.
Los exorcistas judíos. 19, 13-20
,s Intentaron algunos de los mis-
mos exorcistas judíos ambulantes in-
vocar sobre los que tenían los malos
espíritus el nombre del Señor Je-
sús, diciendo : «Os conjuro por Je-
sús, el que Pablo predica.» " Y eran
siete hijos de cierto Escevas, sumo
sacerdote judío, los que esto hacían.
15 Mas respondiendo el espíritu ma-
lo, les dijo : «A Jesús le conozco, y
Pablo sé quién es ; pero vosotros
¿quiénes sois?» 16 Y echándose de
un salto sobre ellos el hombre en
quien estaba el espíritu malo, do-
minando al uno y al otro, pudo con-
tra ellos, hasta obligarles a escapar
de aquella casa desnudos y heridos.
,: Y esto llegó a conocimiento de to-
dos los habitantes de Efeso, así ju-
díos como griegos, y cundió el te-
mor en todos ellos, y era engrande-
cido el nombre del Señor Jesús. 18 Y
muchos de los que habían creído ve-
nían confesando y declarando sus
prácticas de magia. 15 Y bastantes de
los que habían practicado las artes
mágicas, amontonando los libros que
habían traído, los quemaban a vis-
ta de todos. Y habiendo calculado
sus precios, hallaron ser de cincuen-
3 Kstos discípulos estarían en el mismo caso que Apolo.
» Tirano : sería un retórico que cedía su escuela a Pablo, no sabemos con que
condiciones. El texto occidental añade que Pablo enseñaba desde la hora quinta a
la décima Idesde las once hasta las dieciséis*. Probablemente desde el amanecer has-
ta las once, Pablo trabajaba en su oficio para ganar el sustento (:o, 34-35).
19 Estos dos AÑOS, sumados a los tres meses de que antes se habla (v. S) y a!
TitMPo de que se habla luego (v. 2a), completan el trienio (20, 31) que San Pablo
estuvo en Efeso (del 53 al 56). Durante este tiempo, probablemente hacia la Pascua
del 56, se escribió la primera a los Corintios.
15 Delantales : serian los que usaba San Pablo en su trabajo manual.
a La declaración del divino Maestro a los fariseos (Mt. 12, ; Le. 11, 19) da a
entender que los exorcismos de los judíos podían alguna vez ser eficaces.
14 Ignoramos en qué sentido era sumo sacerdote este Escevas. ¿ Sería simplemente
de una de las familias archisacerdotales ?
"Los libros de magia serian rollos de pergamino que contendrían fórmulas de
encantamiento, exorcismos, palabras mágicas... || Las monedas de plata eran dracma*.
La dracma griega correspondía al denario romano.
— 305 —
19 20-27
HECHOS DE LOS APOSTOLES
19 28-39
ta mil monedas de plata. 20 Así con
tal pujanza se extendía y robuste-
cía la palabra del Señor.
Planes de viajes, iq, 21-22
a Una vez realizadas estas cosas,
determinó Pablo en su espíritu ir a
Jerusalén pasando por Macedonia y
Acaya, diciendo : «Después de haber
estado allí, tengo que ver también
a Roma.» 25 Y habiendo despachado
para Macedonia a dos de sus auxi-
liares, Timoteo y Erasto, él se de-
tuvo un tiempo en el Asia.
Motín de los efesios contra Pablo.
19, 23-40
a Ocurrió por aquella sazón un tu-
multo no pequeño con motivo del
Camino. 84 Porque un tal Demetrio
de nombre, platero, labrando en pla-
ta templos de Artemis, proporciona-
ba a los artífices no exigua ganan-
* cia ; 26 a los cuales, habiéndolos re-
unido, y con ellos a los operarios de
semejante ramo, dijo : «Varones, sa-
béis que de este oficio nos proviene
la abundancia de recursos ; 20 y es-
táis viendo y ovendo decir que no
solamente en Efeso, sino en casi
toda eil Asia, ese Pablo con sus per-
suasiones ha seducido mucha gente,
diciendo que no son dioses los que
con manos son labrados. 27 Y no sólo
se corre el peligro de que, con per-
juicio nuestro, se hunda en el des-
crédito este ramo de la industria,
sino también de que el templo de
la gran diosa Artemis sea tenido en
nada ; y se va a derrumbar la ma-
jestad de aquella a quien toda el
Asia y el mundo entero venera.»
28 Como esto oyeron, llenos de furor
gritaban, diciendo : «¡Grande es la
Artemis de los efesios !» 28 Y se llenó
la ciudad de confusión, y se lanza-
ron furiosos todos a una hacia el
teatro, arrastrando consigo a Gayo
v Aristarco, macedonios, compañe-
ros de viaje de Pablo. 30 Y querien-
do Pablo entrar y presentarse al pue-
blo, no se lo consentían los discí-
pulos. 31 Y algunos también de los
asiarcas, que eran amigos sayos,
mandáronle recado exhortándole a
que no se presentase en el teatro.
32 Unos, pues, gritaban una cosa,
otros otra ; porque la asamblea an-
daba toda revuelta, y los más no sa-
bían ñor qué razón se habían reuní-
do. 33 Mas de entre la turba salió
Alejandro, a quien, previamente ins-
truido, habían empujado hacia ade-
lante los judíos ; v el tal Alejan-
dro, habiendo hecho señas con la
mano quería hacer su defensa ante
él pueblo. " Pero, en cuanto reco-
nocieron que era judío, resonó una
voz general de todos, que durante
unas dos horas estuvieron vociferan-
do ; «¡Grande es la Artemis de los
efesios!» 36 Mas, calmado que hubo
a la turba, el letrado dice : «Varones
efesios, ¿ quién hav de los hombres
que no sepa que la ciudad de los
efesios es la guardiana de la grande
Artemis y de la estatua caída del
cielo ? 30 Siendo, por tanto, esto in-
discutible; es conveniente que os
mantengáis sosegados y que nada
hagáis precipitadamente. 37 Pues ha-
béis traído acá estos hombres que ni
son sacrilegos ni blasfemadores de
nuestra diosa. 33 Si, pues, Demetrio
v los artífices sus compañeros tie-
nen querella contra alguno, audien-
cias forenses se celebran y procón-
sules hay : presenten acusación unos
I contra otros. 39 Y si tenéis alguna
21 PASANDO por Macedonia y ACATA : para recocer la limosna destinada a los pobre*
de Jerusalén (1 Cor. 16, 1--, ; 2 Cor. 8-9) y para poner orden en la Iglesia de Corinto.
■ Este Erasto, compañero do San Pablo, os distinto dol Erasto cuestor de Co-
rinto (Rom. 16, 23). || En el Asia: evangelizando otras ciudades. (Cf. iq, 26; 20, 18.)
* Templos de Artemis : serían miniaturas "del famoso templo de Efeso.
" Asurcas : así eran llamados los diez magistrados que presidian la asamblea
ptovincial del Asia.
83 Probablemente Alejandro se proponía convencer a los efesios de que los indios
rio tenían parte alguna en la propaganda de Pablo contra Artemis y su templo.
35 El letrado era el magistrado con funciones de secretario, que dirigía, si no
ptesidía, las asambleas populares. || La estatua de Artemis so suponía caída del
cielo. Era un bloque informe, que bien podría ser un aerolito.
34 Procónsules : plural de categoría.
"F.N LA asambifa legal : presidida por el magistrado romano.
-306-
19 *<>-20 '
HECHOS DE LOS APOSTOLES
20 s"16
ulterior demanda que hacer, se pro-
veerá en la asamblea general. 40 Pues
corremos peligro de ser acusados de
sedición, por esta de hoy, no exis-
tiendo motivo alguno ; sobre lo cual,
no .podremos dar razón que justifique
este concurso tumultuoso.» Y dicho
esto, despidió la asamblea.
•
Viaje a Macedonia, Grecia
y Tróade. 20, 1-6
orv 1 Luego que se hubo apacigua-
^ do el tumulto, Pablo, habiendo
hecho llamar a los discípulos, los
animó ; y despidiéndose de ellos, sa-
lió para ir a Macedonia. "Habiendo
recorrido aquellas regiones y exhor-
tado a los de allí con largos razona-
mientos, llegó a la Grecia ; 3 y pasa-
dos allí tres meses, como los judíos
ie hubiesen armado asechanzas, es-
tando ya a punto de embarcarse pa-
ra Siria, tomó la decisión de volver-
se por Macedonia. 4 Acompañábale
hasta el Asia Sópatro el de Pirro de
Berea, y de los tesalonicenses, Aris-
tarco y Segundo ; además, Gayo de
Derbe y Timoteo ; y del Asia, Tíqui-
co y Trófimo. 6 Estos, habiéndosenos
adelantado, nos aguardaban en Tróa-
de ; * nosotros, después de pasados
los días de los Azimos, nos hicimos
a la vela desde Filipos, y al cabo de
cinco días los alcanzamos en Tróade,
donde no^ entretuvimos siete días.
En Tróade Pablo resucita
a Eutico. 20, 7-12
* El primer día de la semana, es-
tando nosotros reunidos para partir
el pan, Pablo, que iba a marchar el
día siguiente, conversaba con ellos
y prolongó su plática hasta la media
noche. 5 Había lámparas en abun-
dancia en la estancia superior, don-
de estábamos reunidos. 8 Estaba sen-
tado al borde de la vfentana un joven
por nombre Eutico, que iba sumer-
giéndose en profundo sueño, a me-
dida que Pablo iba alargando su dis-
curso, hasta que, derribado por el
sueño, cayó desde el piso tercero
abajo, y fué levantado ya cadáver.
'"Bajando Pablo, se echó sobre él,
v cogiéndole entre sus brazos, dijo :
«No os turbéis, porque su alma está
en él.» u Vuelto arriba, y habiendo
partido el pan y comido, y después
de platicar por largo tiempo hasta
el alba, con esto se partió. 12 Traje-
ron vivo al muchacho y se consola-
ron en extremo.
/i/<j a Mileto. 20, 13-16
■ Nosotros, habiéndonos adelanta-
do para tomar la nave, zarpamos
con rumbo a Aso, desde donde ha-
bíamos de recoger a Pablo, pues así
lo había él ordenado, que quería re-
correr este trecho a pie. 14 Y como
nos alcanzase en Aso, le tomamos a
bordo y arribamos a Mitilene. 15 Y
de allí, hechos a la vela, llegamos
al día siguiente frente a Quío ; y al
otro día costeamos en la dirección
de Samo? ; y habiendo hecho escala
en Trogilio, al siguiente día arriba-
mos a Mileto. 16 Porque había resuel-
to Pablo pasar de largo a Efeso, pa-
ra no verse en la precisión de gastar
tiempo en Asia, porque tenía prisa
en hallarse, si ie fuese posible, en
Terusalén para el día de Pentecostés.
*?n ' v's'to 'as Islesias de I-"iMpo.«, Tesalónica y Berea. Desde Macedonia escribió la
seprunda a los Corintios. Meses después, desde Corinto, escribió la Epístola a los
Romanos. Es probable también que por este mismo tiempo escribiese la Epístola
a los Gálatas.
5 Estos : no se ve claro si son solos Tíquico y Trófimo, o los siete mencionados,
los que se adelantaron.
6 Nosotros : rabio y Lucas, o solos o acompañados de los cinco primeros antes
nombrados.
'• El primer día de la semana es el domingo. || Pariir el pan : celebrar el mis-
terio eucarístico.
' Ya cadáver : este atestado de defunción, firmado* por Lucas el médico, garanti-
za el eran milagro de una resurrección obrado por Pablo.
B-M Aso : puerto al S. de Tróade. || Mitilene : capital de la isla de Lesbos.
Ovio : al O. del golfo de Esmirna. || Sanios: al SO. de Efeso. || Trogilio : pro-
montorio frente a Samos. || Mileto: al S. de Efeso. -|| Itinerario: lunes: a pie, de
Tróade a Aso; por mar, de Aso a Mitilene; martes: desde Mitilene hasta frente a
Guío; miércoles: de Quío a Trogilio; jueves: de Trogilio a Mileto.
— 307 —
20 HW
Discurso de Pablo a los
Presbíteros. 20, 17-38
" Desde Mileto, mandando recado
u Efeso, convocó a los presbíteros
de la Iglesia. * V como hubieron lle-
gado a él, les dijo :
«Vosotros sabéis, desde el primer
día en que puse pie en el Asia, cómo
procedí con vosotros todo este tiem-
o, 19 sirviendo al Señor con toda
umildad y con lágrimas y en me'
dio de las pruebas que me sobrevi-
nieron por las asechanzas de los ju-
díos ; 20 cómo en nada de cuanto os
pudiera aprovechar me retraje de
anunciaros y enseñaros, en público
y por las casas, 21 testificando, tanto
a judíos como a griegos, la necesi-
dad de la penitencia para con Dios
y de la fe en el Señor nuestro Je-
sús. 23 Y ahora he aquí que, atado
yo de pies y manos por el Espíritu,
me dirijo a Jerusalén, sin saber lo
que en ella va a sobrevenirme, 23 si
no es que el Espíritu Santo en cada
ciudad me testifica diciendo que me
aguardan prisiones y tribulaciones.
u Pero en nada tengo mi vida ni la
miro como cosa estimable, en razón
de consumar mi carrera y el minis-
terio que recibí del Señor Jesús, de
dar testimonio del Evangelio de la
gracia de Dios. 26 Y ahora he aquí
que yo sé que ya no veréis más mi
rostro vosotros todos, entre quienes
anduve predicando el Reino. 26 Por-
que yo os testifico en el día de hoy
ue soy inocente de la sangre de to-
os, 2; pues no me retraje de anun-
ciaros todo el designio de Dios. 28 Mi-
rad por vosotros mismos y por toda
la grey, en medio de la cual el Es-
píritu Santo os puso por obispos pa-
ra pastorear la Iglesia de Dios, que
El hizo suya con su propia sangre.
20 2r> 21 -
=* Yo sé que después de mi partida
se introducirán entre vosotros lobos
bravios, que no perdonarán la grey ;
í0 y de entre vosotros mismos sur-
girán hombres que enseñarán cosas
perversas para arrastrar a los discí-
pulos en pos de sí. 51 Por lo cual
vigilad, recordando que durante un
trienio, noche y día, no cesé de amo-
nestar con lágrimas a cada'uno en
particular. 32 Y ahora yo os dejo en
manos de Dios y de la palabra de
su gracia, que es poderosa para edi-
ficar y para dar la herencia entre
lodos los que han sido santificados.
" Plata, oro o vestido, de nadie lo
codicié. 34 Vosotros mismos bien sa-
béis que a mis necesidades y a las
de los que andan conmigo han pro-
veído estas manos. 35 En todas cosas
os mostré que así, trabajando, llan-
que socorrer a los débiles, y acor-
darse de las palabras del Señor Je-
sús, por cuanto él dijo : «Mayor fe-
licidad es dar que recibir.»
* Dicho esto, doblando sus rodi-
llas, oró con todos ellos. 37 Y hube
trran llanto de todos, (¡ue, echándose
sobre el cuello de Pablo, le besaban
con ardor, doliéndose sobre todo
por la palabra que había dicho, que
va no habían de contemplar más su
rostro. Y fueron con él acompañán-
dole hasta la nave.
Viaje a Jerusalén: llegada
a Cesárea. 21, 1-9
ni 1 Habiéndonos hecho a la vela,
" L una vez arancados de ellos, na-
vegando con rumbo directo llegamos
a Cos, y al siguiente día a Rodas, y
de allí a Pátara. 2 Y colno hallamos
una nave que hacía la travesía a Fe-
HECHOS DÉ LOS APOSTOLES
17 Presbíteros : eran los obispos de Efeso y de las ciudades vecinas.
W-M Este discurso se divide en dos partes principales. Primera parte, referente a
Pablo : recuerdos y temores (18-24). Transición (25-27). Secunda parte, referente a los
obispos : exhortación a la vigilancia y desinterés (28-36).
a Obispos : en el sentido que hoy se da a la palabra. (Cf. Teología de San Pa-
blo, p. 534-559.) Tal es ei sentido que se da constantemente a este texto en los
documentos del magisterio eclesiástico. || I.A Iglesia de Dios, que El hizo suva
cok su propia sangre : testimonio de la divinidad de Jesu-Cristo. Estas palabras re-
cuerdan aquellas oirás de San Pablo: «... del gran Dios y Salvador nuestro Jesu-
cristo, quien se entregó a sí mismo por nosotros» (Tit. 2, 13-14).
'■"> Enseñarán cosas perversas : estas perversas doctrinas tuvo que refutarlas luego
San Pablo en las Epístolas a los Colosenses y Efesios y en las Pastorales.
* Dicho de Jesús no conservado en los Evangelios.
O-J 'Cos: isla del mar Egco, entre Patmos (al N.) y Guido (al S.). || Rodas: isla
al SO. de Caria. || Pátara: puerto de la Licia.
-308-
HECHOS DE LOS APOSTOLES
21 10-3C
nicia, a Ixmlo de ella nos hicimos a
la mar. 3 Después ile avistar a Chipre
v dejarla a la izquierda, prosegui-
mos la navegación con rumbo a Si-
ria, y arribamos a Tiro, pues allí la
nave tenía que descargar su carga-
mento. 4 Habiendo hallado a los her-
manos, nos detuvimos allí siete días;
ellos, movidos del Espíritu, decían
a Pablo que no pusiese pie en Jeru-
salén. * Y cuando hubimos pasado
aquellos días, saliendo de alh\ íba-
mos nuestro camino, acompañándo-
nos todos con mujeres e hijos hasta
las afueras de la ciudad, y puestos
de rodillas en la playa, después de
hacer oración, e nos despedimos los
unos de los otros y subimos a la
nave ; ellos se tornaron a sus casas.
* Mas nosotros, acabando la navega-
ción, de Tiro arribamos a Tolemai-
da, v habiendo saludado a los her-
manos, nos detuvimos un día con
ellos. s Al día siguiente, partidos de
allí, llegamos a Cesárea, y entrando
en casa' de Felipe el evangelista, que
era uno de los Siete, nos hospeda-
mos en ella. 9 Este tenía cuatro hijas
vírgenes, que profetizaban.
A gabo anuncia prisiones
a Pablo. 2i, 10-14
10 Como nos detuviésemos allí bas-
tantes días, bajó de la Judea un pro-
feta por nombre Agabo ; " y habien-
do venido a nosotros, y tomado la
faja de Pablo, atando sus pies y sus
manos, dijo : «Esto dice el Espíritu
Santo : Al hombre cuya es esta faja,
así le atarán en Jerusalén los judíos
y le entregarán en manos de los gen-
tilles.» 12 Como esto oímos, le instá-
bamos, tanto nosotros como los de
aquel lugar, que no subiese a Jeru-
salén. 13 Entonces respondió Pablo y
dijo : «¿ Qué hacéis llorando y des-
trozándome el corazón ? Que yo rio
sólo para ser encadenado, sino tam-
bién para morir en Jerusalén estoy
dispuesto por el nombre del Señor
Jesús.» 14 Y como él no se dejase
persuadir, dejamos de insistir, di-
ciendo : «Hágase la voluntad del Se-
ñor.»
IV. Pablo, prisionero y testigo de Jesu Cristo
Pablo en Jerusalén. 21,
" Al cabo de estos días, hechos
nuestros preparativos de viaje, su-
bíamos a Jerusalén. 1C Vinieron tam-
bién con nosotros de Cesárea algu-
nos de los discípulos que nos con-
dujesen a la persona en cuya casa
r.os habíamos de alojar, un tal Mna-
són de Chipre, antiguo discípulo.
" Llegados nosotros a Jerusalén, nos
recibieron los hermanos con gozo.
Pablo sigue el consejo de judíos
cristianos. 21, 18-26
15 Al siguiente día entraba Pablo
con nosotros en casa de Santiago, y
acudieron todos los presbíteros. " Y
después de saludarles, refería una
por una las cosas que por su minis-
terio había Dios obrado entre los
gentiles. 10 Ellos, como lo oyeron,
glorificaban a Dios, y le dijeron :
«Yes, hermano, cuántas son entre
los judíos las miríadas de los que
han abrazado la fe, y todos son cela-
: En Tolsmaida acabaron la navegación ; fie allí
5 Evanoelisu : predicador (ambulante) del Evangeli
UNO dk tos Siete : diáconos.
* Que profetizaban : que, dotadas del carisma de la profecía, contribuirían a la
difusión y consolidación del Evangelio entre las mujeres. Es uno de los numeroso»
casos de acción católica femenina, consignados en la Escritura.
10 Agabo : parece ser el mismo de que se ha hablado en ti, 28.
"' En CUYA cas* nos habíamos de alojar : no se ve claro si en alguna parada de»
viaje (de 102 kilómetros* o bien en Jerusalén. || Anticuo discípulo : tal vez de los
convertidos el día de Pentecostés.
— 309 —
21 21-28
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
21 29-39
dores de la ley ; a y han sido infor-
mados acerca de ti que enseñas la
apostasía de Moisés a todos los ju-
díos diseminados entre los gentiles,
diciendo que no circunciden a sus
hijos ni observen los usos tradicio-
nales. 22 ¿Qué hay, pues, que hacer?
Inevitablemente oirán que has veni-
do. 23 Haz, pues, esto que te deci-
mos. Tenemos aquí cuatro hombres
que tienen un voto que cumplir ;
" tomando a éstos contigo, purifíca-
te con ellos, y hazles tú la costa para
que rapen sus cabezas, y conocerán
todos que de estas cosas de que han
sido informados acerca de ti no hay
nada, sino que procedes tú también
guardando la ley. 25 Y en cuanto a
los gentiles que han abrazado la fe,
nosotros les escribimos la resolución
que tomamos de que se abstuviesen
de lo inmolado a los ídolos, de la
sangre, de lo estrangulado y de la
fornicación.» 26 Entonces Pablo, to-
mando consigo a los hombres, al si-
guiente día, purificado con ellos, en-
traba en el templo, para declarar el
cumplimiento de los días de la pu-
rificación, a contar desde entonces
hasta que se ofreciera por cada uno
de ellos la ofrenda.
Motín de los judíos contra
Pablo. 21, 27-30
■ Cuando estaban ya para cum-
plirse los siete días, los judíos veni-
dos del Asia, habiéndole visto en el
templo, revolvían toda la turba y
echaron las manos sobre él, 28 voci-
ferando : «Varones israelitas, venid
■a nuestro socorro : éste es eil hom-
bre que contra el pueblo, contra la
ley y contra este lugar anda por
todas partes enseñando a todos ; y
además hasta unos gentiles ha in-
troducido en el templo y profanado
este santo lugar.» 28 Era que habían
visto anteriormente con él en la ciu-
dad a Trófimo el de Efeso, a quien
pensaban haber Pablo introducido en
el templo. 30 Y se alborotó la ciudad
entera, y hubo corridas y aglomera-
ción del pueblo, y trabando de Pablo,
le arrastraban fuera del templo, e
inmediatamente fueron cerradas las
puertas.
Pablo, en prisiones, ¿i, 31-40
31 Y mientras ellos trataban de ma-
tarle, subió denuncia al tribuno de la
cohorte de que toda Jerusalén estaba
revuelta ; 32 el cual al instante, to-
mando consigo soldados y centurio-
nes, se bajó corriendo a ellos. Ellos,
en viendo al tribuno y a los soldados,
cesaron de golpear a Pablo. 33 En-
tonces, llegándose el tribuno, asió de
él, y mandó le atasen con dos ca-
denas, y preguntaba qué hombre era
aquél y qué había hecho. 31 Y en la
turba, todos gritando, unos decían
una cosa, otros otra. El, no pudien-
ílo sacar en limpio la verdad a causa
del tumulto, mandó le llevasen al
cuartel. 33 Y cuando alcanzó las gra-
das, llegó la cosa a tal punto, que
tin o que ser llevado en peso por los
soldados a causa de la violencia de la
turba. 30 Porque le seguía la muche-
dumbre del pueblo gritando: «¡Quí-
tale de en medio!»
" Y cuando iba ya a ser introducido
en el cuartel, Pablo dice al tribuno :
«¿Se me permite tal vez decirte aí-
go?» El dijo : «¿Conoces el griego?
™ ¿No eres tú, por tanto, el egipcio
que estos días pasados amotinó y sa-
có al despoblado a aquellos cuatro
mil hombres de los sicarios?» 38 Dijo
Pablo : «Yo soy judío, tarsense, ciu-
a Tienen sobre sí un voto : parece era el del nazircato.
M Purifícate con ellos : conságrate con ellos. No parece verosímil que San rabio
hiciera el mismo voto. Para que pudiera decirse purificado o consagrado bastaba que
se asociase o solidarizase con los que tenían el voto, haciéndoles las costas o tal
vez además absteniéndose él libremente aquellos días de toda bebida fermentada.
a El cumplimiento de los días... : es decir, el plazo en que terminaba la obliga-
ción del voto, que, por lo que a continuación se dice, parece eran siete días.
"Venidos del Asia: para celebrar la fiesta de Pentecostés. El hecho de que
reconocieron a Trófimo prueba que algunos de ellos eran de Efeso.
n El tribuno con la cohorte residía en la torre Antonia, que tenía comunicación
con el recinto del templo.
" El egipcio : revolucionario exaltado, que poco tiempo antes habla soñado con
apoderarse de Jerusalén, y fué fácilmente batido por las tropas.
— 310 —
21 w-22 10
HECHOS DE LOS APOSTOLES
22 n-2i
dadano de una ciudad no oscura de
Cilicia. Ruégote me permitas hablar
al pueblo.» 40 Y habiéndole dado li-
cencia, Pablo, de pie sobre las gra-
das, hizo señas con la mano al pue-
blo. Hecho gran silencio, les dirigió
la palabra "en lengua hebrea, di-
ciendo :
Disanto de Pablo al pueblo.
22. 1-21
fjo 1 «Varones hermanos y padres,
escuchad mi presente defensa
ante vosotros.» — ~ Así que oyeron que
les hablaba en lengua hebrea, presta-
ron mayor atención y silencio. Y di-
ce : — ' «Yo soy un hombre judío, na-
cido en Tarso de Cilicia, pero criado
en esta misma ciudad, instruido a
los pies de Gamaliel en todo el rigor
de la ley de nuestros padres, celador
de Dios, como todos vosotros lo sois
el día de hoy ; 1 que perseguí de
muerte este Camino, aprisionando y
entregando en las cárceles así hom-
bres como mujeres, c de lo cual me
es testigo el mismo sumo sacerdote
v todo el consejo de los ancianos ;
de quienes además habiendo recibi-
do cartas para los hermanos, iba yo
a Damasco para traer encadenados
a Jerusalén a los que allí también
había, a fin de que fueran castiga-
dos. 6 Mas me acaeció que, yendo mi
camino y llegando ya cerca de Da-
masco, hacia el mediodía, de súbito
una gran luz venida del cielo brilló
en torno de mí, envolviéndome en
sus fulgores; 'y caí en el suelo y
oí una voz que me decía : «Saúl,
Saúl, ¿por qué me persigues?» 8 Yo
respondí : «¿Quién eres, Señor?» Y
me dijo : «Yo soy Jesús Nazareno,
a quien tú persigues.» 9 Los que con-
migo estaban, vieron sí la luz, mas
la voz del que me hablaba no la en-
tendieron. 10 Y dije: «¿Qué he de
hacer, Señor ?» Y el Señor me düo :
«Levántate y sigue hasta Damasco,
v allí se te dirá todo cuanto te está
ordenado que hagas.» 11 Mas como yo
no veía, deslumhrado por el resplan-
dor de aquella luz, llevado de la ma-
no por los que conmigo andaban,
entre en Damasco. 12 Y cierto Ana-
nías, hombre piadoso según la ley,
recomendado por el testimonio de
todos los judíos que allí habitaban,
"viniendo a mí y puesto a mi lado,
díjome : «Saúl, hermano, recobra tu
vista.» Y yo en el mismo instante,
recobrada la vista, miré hacia él.
" Y él dijo : «El Dios de nuestros
padres te eligió para que conocieras
su voluntad y vieras al Justo y oye-
ras la voz de su boca, 15 pues le se-
rás testigo ante todos los hombres
de lo que has visto y de lo que oíste.
10 Y ahora ¿qué te detienes? Leván-
tate, bautízate y lava tus pecados,
invocando su nombre.» " Y me acon-
teció, vuelto ya a Jerusalén, que,
estando en oración en el templo, fui
arrebatado en éxtasis, 18 y le vi a
El, que me decía : «Date prisa y sal
inmediatamente de Jerusalén, pues
no recibirán tu testimonio acerca de
mí.» 19 Y yo dije : «Señor, ellos sa-
ben que yo andaba por las sinago-
gas encarcelando y azotando a los
que creían en ti ; 20 y cuando se de-
rramaba la sangre de Esteban tu
testigo, yo mismo estaba allí presen-
te, asintiendo y guardando los ves-
tidos de los que le mataban.» a Y
díjome : «Anda, que yo te enviaré a
leianas naciones.»
Los judíos se enfurecen con las
palabras de Pablo. 22, 22-74
" Habían estado escuchándole has-
ta llegar a esta palabra ; mas al oír-
la, levantaron la voz diciendo : «Haz
desaparecer de la tierra a ese hom-
bre, que fuera razón que no viviese.»
23 Y como ellos siguiesen vociferan-
do y agitasen sus vestidos y arroja-
sen polvo al aire, * mandó el tribuno
que le llevasen dentro del cuartel,
diciendo que le sometiesen a tor-
"' En LENGUA hebrea : en arameo.
pp 9 Se precisa lo que se dice en 9, 7. Allí no vieron a nadie, aquí vieron la luí ;
allí oyeron la voz, aquí no la entendieron.
'• Vuelto ya a Jerusalén : parece referirse al viaje narrado en 9, 26.
M Hasta lleoar a esta palabra : los que hasta entonces habían escuchado paciente-
mente, al oír hablar de la misión a la gentilidad se enfurecieron.
— 3" —
22 25—23 1
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
23 2"10
memo de azotes, a fin de averiguar
por qué motivo gritaban así con-
tra él
Apela Pablo a su ciudadanía
romana. 22, 25-30
* Mas cuando le hubieron estira-
do p;tra los azotes, dijo Pablo al
centurión allí presente : «¿ Es que a
un hombre romano y sin previa sen-
tencia judicial os es a vosotros per-
mitido azotarle ?» " Esto que oyó el
centurión, presentándose al tribuno,
se lo avisó, diciendo: «¿Qué vas a
hacer ? Porque ese hombre es roma-
no.» " Acudiendo el tribuno, le dijo:
«Di me : ¿tú eres romano?» El dijo:
«Sí.» 28 Respondió el tribuno : «Yo
por una fuerte suma obtuve esta ciu-
dadanía.» Pablo dijo : «Pues yo me
nací con ella.» 88 Al punto, pues, se
retiraron de él los que iban a ator-
mentarle ; y el tribuno temió cuando
entendió que era romano y que él
le halbía encadenado.
*° Al día siguiente, queriendo re-
sueltamente averiguar a punto fijo
de qué era acusado por los judíos,
le hizo desatar, y mandó que se re-
uniesen los sumos sacerdotes y todo
el Sanhedrín, y bajando a Pablo le
presentó ante ellos.
Discurso de Pablo en el Sanhedrín.
23, 1-10
<rjo 1 Pablo, fijos los ojos en el
— '-' Sanhedrín, dijo ;
«Varones hermanos, yo con toda
buena conciencia he procedido ante
Dios hasta este día.»
: El sumo sacerdote Ananías dió
orden a los que estaban a su lado
de que le hiriesen en la boca. 1 En-
tonces Pablo le dijo :
«¡A ti te va a herir Dios, muro
blanqueado! Y tú estás sentado juz-
gándome según la ley, ¿y traspasan-
do la ley me mandas herir ?»
4 Los que estaban allí presentes di-
jeron : «¿ Al sumo sacerdote de Dios
ultrajas ?» '- Y dijo Pablo :
«No sabía, hermanos, que es el su-
mo sacerdote ; puesto que está es-
crito (Ex. 22, 28) : Del jefe de tu
Pueblo no hablarás mal.»
8 Mas sabiendo Pablo que la una
parte era de saduceos y la otra de
fariseos, gritó en el Sanhedrín :
«Varones hermanos, yo fariseo soy,
hijo de fariseos : por la esperanza y
la resurrección de los muertos soy
yo juzgado.»
' En diciendo él esto, se promovió
un altercado entre los fariseos y los
caduceos, y se produjo escisión en
la asamblea. 8 Porque los saduceos
dicen no haber resurrección, ni ángel
111 espíritu ; mas los fariseos confie-
san lo uno y lo otro. 3 Y se levantó
una gran gritería, y poniéndose en
pie algunos de los escribas," del par-
tido de los fariseos, pugnaban, di-
ciendo : «Nada malo hallamos en es-
te hombre : ¿ le habrá hablado tal
vez un espíritu ó un ángel ?» 10 Y co-
mo se armase grande alboroto, te-
miendo el tribuno no fuese Pablo
despedazado por ellos, ordenó que
bajase la tropa y le arrebatase de en
medio de ellos y le condujese al
cuartel.
* ESTIRADO para los azotes : literalmente extendido para (o con) las correas. El
articulo (antes de correas) parece exigir el sentido de para.
80 Bajando a Pablo : desde la torre Antonia hasta el lugar donde se reunía el
Sanhedrín.
OQ Comienza Pablo su declaración con seriedad y modestia (v. 1! ; herido por or-
~W ,]in de Ananías, se yergue y apela a la invectiva (2-3) ; excusa su ultraje (¿ iró-
nicamente?) (4-5) ; con gran habilidad da a la acusación un giro nuevo, que obtiene
el resultado apetecido.
8 No sabía : puede explicarse esta ignorancia por la falta de vista de Pablo, o
porque realmente no suj>o de quién había partido la orden de golpearle, o tal vez
mejor irónicamente : o aludiendo a la ilegitimidad del sumo sacerdocio de Ananías,
o bien diciendo : no creía yo que pudiera ser el sumo sacerdote quién dió orden
tan injusta.
" Por LA esperanza... : hendíadis, en vez de «por la esperanza de la resurrección».
(Cf. .'4, IS-)
* Lo uno : resurrección ; LO otro : ángel y espíritu.
— 3" —
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
23 21-30
El Señor esfuerza a Pablo. 23, 11
" A la noche siguiente, presentán-
dosele el Señor, le dijo : aTen buen
ánimo ; pues como diste testimonio
en Jerusalén de lo que a mí se re-
fiere, así es menester que lo des
también en Roma.»
Conjuración de los judíos. 23, 12-22
'" En llegando el día, confabulán-
dose los judíos, se comprometieron,
echando sobre sí imprecaciones, a no
comer ni beber hasta que hubiesen
matado a Pablo. " Eran más de cua-
renta los que hicieron esta conjura-
ción, 14 los cuales, presentándose a
los sumos sacerdotes y a los ancla-
nos, dijeron : «Echando imprecacio-
nes sobre nosotros nos comprometi-
mos a no gustar cosa alguna hasta
que hayamos matado a Pablo. 15 Aho-
ra, por tanto, vosotros con el Sanhe-
drín sugerid al tribuno que le haga
bajar a vosotros, so color de que vais
a examinar con más exactitud lo re-
ferente a él ; y nosotros, antes de
que él se acerque, estamos preveni-
dos para hacerle desaparecer.»
" Enterado de esta emboscada el
hijo de la hermana de Pablo, pre-
sentándose y entrando en el cuartel, 1
dió aviso a Pablo. " Haciendo lla-
mar Pablo a uno de los centuriones,
dijo : «A este joven llévalo al tri-
buno, porque tiene algo que mani-
festarle.). " Con esto él, tomándole
consigo, llevólo al tribuno, y dice :
«El preso Pablo, habiéndome hecho
llamar, me rogó que te trajese este
muchacho, que tiene algo que ha-
blarte.» 18 Tomándole de la mano el
tribuno y retirándose aparte, le pre-
guntaba : «¿Qué es lo que tienes que
manifestarme ?» '■" Dijo : «Los judíos
Se han concertado para rogarte que .
mañana hagas Viajar a Pablo al San- I
hedrín, con el pretexto de querer
informarse más exactamente de al-
go acerca de él. 21 Tú, pues, no ac-
cedas a su demanda, porque le tie-
nen preparada una emboscada más
de cuarenta hombres de entre ellos,
los cuales se comprometieron echán-
dose imprecaciones a no comer ni
beber hasta que le hayan matado ;
y ahora están apercibidos, aguardan-
do la promesa de tu parte.» B El
tribuno, pues, despidió al muchacho,
después de ordenarle que a nadie
manifestase «que has denunciado es-
las cosas».
Pablo es conducido a Cesárea.
23 Y haciendo llamar a dos deter-
minados centuriones, dijo : «Prepa-
rad para la tercera hora de la noche
doscientos soldados para que vayan
hasta Cesárea, y setenta de caballe-
ría y doscientos lanceros», 24 que ade-
más tuviesen prontas cabalgaduras,
para que, haciendo montar a Pablo,
le librasen del peligro conduciéndo-
le al procurador Félix ; " escribien-
do una c^rta del tenor siguiente :
•'c «Claudio Lisias al egregio procu-
rador Félix, salud. 21 A este hombre,
que había sido cogido por los judíos
v a punto ya de ser matado por
tilos, acudiendo yo con la tropa, se
!o quité de las manos,^ al enterarme
de que era romano ; 25 v queriendo
conocer el crimen de que le acusa-
ban, le hice bajar a su Sanhedrín ;
28 y hallé que le acusaban de cues-
tiones de su lev, pero sin que le hi-
ciesen cargo de cosa alguna digna
de muerte o de prisión. 30 Mas ha-
biendo llegado a mí la denuncia de
las asechanzas que se fraguaban con-
tra este hombre de parte de ellos,
'o remito a ti, notificando además a
los acusadores que formulen sus que-
rellas contra él ante ti. Buena sa-
11 Ex Roma : esta orden del Señor confirmó a Pablo en sus antiguos deseos de
llegar hasta Roma, y contribuyó quizás más tarde a su decisión de apelar al César.
16 De este sobrino de San Pablo no se sabe sino lo que aquí se dice.
3ü itiuiua hora de la noche: tres horas después de puesto el sol. II Doscientos
soldados : de armadura pesada. || Y setenta de caballería... : también éstos debían
ir hasta Osarla. Después (v. 32), empero, creyóse que para el objeto propuesto no
era necesario que los cuatrocientos de infantería llegasen hasta allá.
24 Félix : de este liberto escribió Tácito : «Per omnem saevitiam ac libidinem ius
regium servil i ingenio exercuit» (Hist. 5, 9).
* Egregio : podría traducirse también «excelentísimo».
— 313 —
23 31-24 s
HECHOS DE LOS APOSTOLES
24 9-19
u Los soldados, pues, conforme a
como se les había ordenado, toman-
do a Pablo, lo condujeron de noche
a Antípatris ; 3: y a la mañana si-
guiente, dejando "que los de caballe-
ría se fuesen con él, se tornaron al
cuartel. 33 Aquéllos, entrando en Ce-
sárea y entregada la carta al procu-
rador, le presentaron también a Pa-
blo. 34 Habiéndola leído, le preguntó
de qué provincia era ; y hallando
que de Cilicia, 35 «Te oiré, dijo, cuan-
do tus acusadores se presenten». Y
mandó que fuese custodiado en el
pretorio de Herodes.
Pablo, acusado ante Félix por'los
judíos. 24, i-q
a¿l 1 Cinco días después bajó el
sumo sacerdote Ananías con al-
gunos ancianos y un cierto Tértulo
orador, los cuales presentaron ante
el procurador acusación contra Pa-
blo. 2 Citado éste, dió principio Tér-
tulo a su acusación, diciendo :
«La mucha paz de que por ti go-
zamos y las mejoras que se hacen en
beneficio de esta nación, gracias a
tus acertadas providencias, ' en to-
das cosas y en todo lugar, las aco-
demos, excelentísimo Félix, con todo
nacimiento de gracias. 1 Mas para no
fatigarte ya mas tiempo, ruego que
uos escuches compendiosamente se-
gún tu clemencia. 5 Porque habien-
do hallado que ese hombre es una
peste, que promueve alborotos con-
tra todos los judíos que existen por
todo el orbe de la tierra, que es ade-
más jefe principal de la secta de los
nazarenos, 6 que aun el templo ten-
tó de profanar, al cual justamente
apresamos : s de cuyas declaraciones
podrás tú mismo, interrogándole, ve-
nir en entero conocimiento de todas
las cosas de que nosotros le acusa-
mos.»
• Dieron a una su conformidad tam-
bién los judíos, diciendo v repitien-
do ser estas cosas así.
Defensa de Pablo. 24, 10-21
10 Y Pablo, habiéndole sido conce-
dida la palabra por el procurador,
respondió :
«Sabiendo que de muchos años a
esta parte eres juez de esta nación,
confiadamente voy a exponer en mi
defensa lo que a mí mismo se refie-
re ; " pndiendo tú comprobar que no
hace más de doce días que subí a
Terusalén para adorar a Dios, " y ni
en el templo me hallaron discutiendo
con nadie, ni ocasionando concurso
de la turba, ni tampoco en las sina-
gogas ni por la ciudad ; 13 ni pueden
presentarte pruebas de las cosas de
que ahora me acusan. " Pero esto te
confieso que según el Camino, que
ellos llaman secta, de esta manera
rindo culto al Dios de nuestros pa-
dres, creyendo todo cuanto es con-
forme a la ley y cuanto está escrito
en los profetas ; 13 teniendo en Dios
la esperanza, que también ellos mis-
mos aguardan, de que ha de haber
resurrección, tanto de justos como de
injustos. 10 Siendo esto así, también
yo me esfuerzo por conservar sin
tropiezo la conciencia para con Dios
y para con los hombres constante-
mente. 17 Al cabo de muchos años vi-
ne para hacer limosnas a los de la
nación, y también ofrendas ; 1S en me-
dio de las cuales me hallaron puri-
ficado en el templo, no con tropel
de gente ni con alíx>roto ; 19 y los
que me hallaron eran ciertos judíos
venidos de'l Asia, los cuales razón
fuera que compareciesen ante ti y
3J Aniípatris : ciudad saniaritana al NE. de Jope, casi a medio camino entre Je-
rtisalén y Cesárea.
35 El pretorio de Herodes r el palacio de Herodes, que servia de pretorio y era
la residencia habitual de los procuradores romanos en la Judea.
<yA 1 TÉKrfi.o : era probablemente romano o griego. || Orador: abogado de oficio.
¿rt a-i pjeza oratoria modelo de retórica hueca e insulsa.
6 Nazareno : término despectivo con que los judíos solían designar a los cristianos.
" El versículo 7 no se halla en el original griego.
jo-a pespués de un discreto exordio (10-11) refuta Pablo los tres cargos que le
hizo Tértulo : el de alborotador (12-13), el de sectario (14-16) y el de profanador del
templo (17-18) ; al fin nota oportunamente la ausencia de los que debieran »w
testigos (19) y que los judíos mismos en el sanhedrín no habían hallado en él crimen
alguno (20-21).
— 314 —
HECHOS DE EOS APOSTOLES
25 I""
denunciasen si algo tenían contra mí.
"O si no, estos mismos digan que
crimen hallaron en mí, cuando yo
comparecí ante el Sanhedrín, a si ya
no es por esta sola voz que yo lancé
a gritos estando en medio de ellos :
Por la resurrección de los muertos
soy yo juzgado hoy ante vosotros.»
Dilación de ¡a causa. 24, 22-23
22 Félix, como conociese con bas-
tante exactitud lo referente al Cami-
no, les dió largas, diciendo : «Cuan-
do el tribuno Lisias bajare, resolveré
vuestro asunto.» 23 Y dió orden al
centurión de que le custodiase, que
le permitiese cierta libertad y que
no estorbase a ninguno de los suyos
el asistirle.
Dos años de prisión en Cesárea.
24, 24-27
* De allí a algunos días, presen-
tándose Félix con Drusila, su espo-
sa, que era judía, envió a llamar a
Pablo, y le oyó acerca de la fe en
el Mesías Jesús. " Y al hablar él so-
bre la justicia, la continencia y el
juicio venidero, aterrorizado Félix,
respondió : «Por ahora puedes irte ;
así que logre alguna buena ocasión,
te haré llamar» ; 26 esperando tam-
bién al mismo tiempo recibir dinero
de Pablo ; por lo cual con relativa
frecuencia, enviándole a buscar, con-
versaba con él. 21 Cumplido un bie-
nio, Félix recibió por sucesor a Por-
cio Festo ; y deseando con este favor
hecho a los judíos asegurarse su be-
nevolencia, Félix dejó a Pablo en
prisiones.
Nueva acusación ante Festo. 25, 1-8
or 1 Festo, pues, una vez llegado a
la provincia, de allí a tres días
subió desde Cesárea a Jerusalén ; 2 y
los sumos sacerdotes y los primates
de los judíos le presentaron acusación
contra Pablo, y le instaban, 3 deman-
dando favor contra él, que le hiciese
venir a Jerusalén, mientras prepa-
raban una emboscada para matarle
en el camino. 4 Festo, pues, contestó
que Pablo se hallaba custodiado en
Cesárea, y que él mismo iba a par-
tir en breve. 5 «Los de más autori-
dad, pues, entre vosotros — dice — ,
bajándose conmigo, si hay algo irre-
gular en este hombre, que le acu-
sen.» e Y habiéndose detenido entre
ellos no más allá de ocho o diez
días, bajó a Cesárea ; y al día si-
guiente, sentado en el tribunal, dió
orden de que fuese traído Pablo.
' Una vez él llegado, le rodearon los
judíos que habían bajado de Jeru-
salén, presentando contra él muchos
y graves cargos, que no podían pro-
bar ; 8 alegando Pablo en su defen-
sa que «Ni contra la ley de los ju-
díos, ni contra el templo, ni contra
César, he pecado en cosa alguna».
Apelación de Pablo al Cesar.
25, 9-12
• Festo, deseando interesadamente
prestar un favor a los judíos, con-
testando a Pablo, dijo : «¿Quieres
subir a Jerusalén para ser juzgado
allí de estas cosas en mi tribunal?»
10 Dijo Pablo : «Ante el tribunal del
César estoy, que es donde tengo que
ser juzgado. A los judíos ningún
agravio hice, como tú mismo mejor
sabes. u Si, pues, soy reo de crimen
y he cometido algo digno de muer-
— Como conociese... : procurador desde el año 52, tuvo ocasión de conocer el cris-
tianismo. En Cesárea existía una Iglesia cristiana ; y en el mismo pretorio se con-
servaría el recuerdo del centurión Cornelio. || Dió largas: Félix, lo mismo que
Pilato, conoció la inocencia del reo, mas por consideraciones con los acusadores no
se atrevió a soltarle.
M Drusila : hija de Herodcs Agripa I, era la tercera esposa reina que tenía Félix,
el anticuo esclavo.
25 Se deja entender el terror que se apoderaría de Félix, «ladrón y adúltero», al
oír hablar a Pablo sobre la justicia y la continencia.
ns s Los tres capítulos de la defensa de Pablo dan a entender que las acusaciones
irán ahora las mismas del proceso anterior.
— 315 —
HECHOS DE LOS APOSTOLES
25 23 -26 I
te, no rehuso el morir ; pero si na-
da hay de 1o que éstos me acusan,
nadie puede entregarme a ellos, pa-
ra hacerles merced. A César apelo.»
i: Entonces Festo, tras deliberación
con el consejo, respondió : «A Cé-
sar has apelado, a César irás.»
Festo habla de Pablo a Agripa.
25, 13-22
"Pasados algunos días, el rey Agri-
pa y Bernice llegaron a Cesárea pa-
ra saludar a Fésto. 11 Y como se en-
tretuviesen allí bastantes días, tes-
to informó al rey sobre el asunto
de Pablo, diciendo : «Hay aquí cier-
to hombre dejado en prisiones por
Félix, 15 acerca del cual, cuando fui
a Jerusalén, presentaron acusación
los sumos sacerdotes y los ancianos
de los judíos, demandando contra él
.sentencia de condenación ; 1B a los
cuales contesté que no es costumbre
entre 'los romanos de entregar por
vía de merced a hombre alguno, sin
que antes el acusado tenga frente a
sí a los acusadores y se le otorgue
lugar a defenderse del delito que se
!e inculpa. 11 Llegados, pues, juntos
acá, suprimiendo toda dilación, al si-
guiente día, sentado en el tribu-
nal, mandé fuera traído el hombre ;
18 acerca del cual los acusadores, ha-
biendo comparecido, no presentaban
ninguna acusación de las maldades
que yo me sospechaba ; " sólo eran
ciertas discusiones que con él tenían
acerca de la propia religión y de un
tal Jesús, muerto, que Pablo se em-
peñaba en que vivía. 20 Estando yo
perplejo cuanto al modo de inquirir
sobre esas cosas, proponíale si que-
ría ir a Jerusalén y ser allí juzgado
de ellas. 21 Mas como Pablo apeló,
reclamando que se le reservase para
la decisión del Augusto, mandé que
se le custodiase hasta que yo le re-
mita a César.» " Agripa a Festo :
«Quisiera también yo oír a ese hom-
bre.» «Mañana — dice— le oirás.»
Hace Fcsto relació
Pablo. 2 =
de la causa de
23-27
■" Así que al día siguiente, veni-
dos Agripa y Bernice con gran fas-
tuosidad, y entrando en la sala de
la audiencia, junto con los tribunos
y los personajes de más relieve de la
ciudad, tras la orden dada por Pes-
io fué traído Pablo. -4 Y dice Festo :
«Rey Agripa y varones todos aquí
presentes con nosotros : veis aquí a
éste, acerca del cual la multitud en-
tera de los judíos me interpeló, tan-
to en Jerusalén como aquí, diciendo
a voces que no debía ya vivir más.
Tero yo comprendí que nada digno
de muerte había él cometido ; mas
habiendo él apelado al Augusto, de-
cidí enviarlo. " Sobre el cual no ten-
go cosa cierta que escribir al Señor ;
por le
111,
:ual .
>rroe
■-i/llW
fin de que, hecha la ce
averiguación, tenga ye
Pues me parece eos;
zón que, enviando yo
signifique juntamente
nes formuladas contra él.
ante vosotros,
rey Agripa, a
rrespondiente
qué escribir.
1 fuera de ra-
un preso, no
las acusacio-
Discitvso de Pablo a Agripa. 26, 1-23
-Se te
nton.
mano, pro-
o/r ' Agripa dijo a Pable
permite hablar por ti
ees Pablo, extendida 1
nunciaba esta defensa
2 «Me considero feliz, rey Agripa,
al tener hoy que defenderme ante ti
de todos, los delitos de que soy acu-
sado por los judíos, 3 mayormente
siendo tú conocedor de todo lo re-
ferente a los judíos, así usos como
cuestiones ; por lo cual te ruego me
escuches pacientemente.
'-Con ei. consejo: con los asesores consejeros.
13 Agüita : Marco Julia Agripa II, hijo de Herodes Agripa I. || Bernice: hermana
do Agripa, famosa no menos por sus escándalos que por su belleza.
' Con oran fastuosidad : como a un espectáculo.
:c Tenga yo que escribir : se traía de las letras dimisorias que debían remitirse
a aquel a quien se apelaba.
p/» 2-38 Tras un hábil exordio (2-3) divídese el discurso en tres partes: Pablo fariseo
+1™ y perseguidor (3-11 ) ; conversión y misión apostólica (12-1S) ; historia de su apos-
tolado (19-23).
-316 —
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
26 19-a0
1 .Mi vitla, pues, a partir Je la ju-
ventud, cual la pasé desde el prin-
cipio en mi nación y en Jerusaléi.,
la saben todos los judíos, 6 que ya
de antes y muy de atrás me cono-
cen, y saben, si quisieren dar tes-
timonio, que conforme a la secta más
estricta de nuestra religión viví co»
mo fariseo. 6 Y ahora por la espe-
ranza de la promesa hecha por Dios
a nuestros padres estoy aquí proce-
sado ; 7 la cual promesa nuestro pue-
blo de las doce tribus espera alcan-
zar dando asiduamente culto a Dios
noche y día. Pues por esta esperan-
za soy acusado por los judíos, ¡ oh
rey ! 8 ¿ Por qué entre vosotros se
juzga increíble el que Dios resucite
los muertos ?
a Yo, pues, había creído que con-
tra el nombre de Jesús Nazareno de-
bía oponerme con redoblados actos
de hostilidad; "'y esto -fué lo que
hice en Jerusaléii, y a muchos de
los santos yo los encerré en prisio-
nes, con autoridad recibida de los
f unio;. sacerdotes; y cuando eran
¿¡justiciados, yo contribuí con mi vo-
to ; " y recorriendo todas las sina-
gogas, repetidas veces, ensañándome
en ellos, les forzaba a blasfemar ; y
enfureciéndome más y más, les per-
seguía aun hasta en las ciudades ex-
tranjeras. 13 En este empeño, cami-
r.ando hacia Damasco, con autoridad
y comisión de los sumos sacerdotes,
13 al mediodía, yendo yo mi camino,
vi, ¡ oh rey!, venida del cielo, más
fulgurante que la del sol, una luz
que con sus fulgores nos envolvía
a mí y a los que conmigo iban. 14 Y
habiendo caído por tierra todos nos-
otros, oí una voz que me decía en
lengua hebrea : «Saúl, Saúl, ¿por
qué me persigues ? Duro es para ti
cocear contra el aguijón.» 15 Yo dije:
t¿ Quién eres, Señor?» El Señor di-
jo : «Yo soy Jesús, a quien tú per-
sigues. 16 Mas levántate y tente so-
bre tus pies ; pues para esto me ma-
nifesté a ti, para constituirte minis-
tro y testigo, así de las cosas que de
mí viste como de las que de mí ve-
rás ; n sacándote de tu pueblo y de
Jos gentiles, a los cuales yo te en-
vío, 38 para abrirles los ojos, a fin de
que se conviertan de las tinieblas a
Ja luz y del poder de Satanás a Dios,
a fin de que reciban la remisión de
los pecados y la herencia entre los
santificados por la fe en mí.» u Por
donde, rey Agripa, no fui desobe-
diente a la celeste visión, 80 sino que
a los de Damasco primeramente y
a los de Jerusalén, por todo el país
de la Judea y a los gentiles anuncié
que se arrepintiesen y convirtiesen a
Dios, haciendo obras correspondien-
tes al arrepentimiento. 31 Por causa
de estas cosas, los judíos, habiéndo-
me prendido, mientras estaba yo en
el templo, trataban de matarme.
" Favorecido, pues, con el auxilio de
Dios, hasta este día, me mantengo
en pie, dando testimonio al peque-
ño como al grande, ninguna cosa di-
ciendo fuera de las que los profetas
y Moisés mismo dijeron que iban a
sobrevenir : a sobre que el Mesías
estaría sujeto a padecimientos ; so-
bre que, resucitado el primero de
entre los muertos, había de anunciar
la 'luz, así al pueblo como a los gen-
tiles.»
Intervención de Fcsto y de Agripa.
26, 24-32
31 Mientras estaba él diciendo esto
en su defensa, Eesto, a grandes vo-
ces, dice : «Estás loco, Pablo ; las
muchas letras te trastornan hasta
dar en locura.» 36 Y Pablo : «No es-
toy loco — dice — , excelentísimo Ees-
to, antes profiero palabras de ver-
dad y de sano juicio. 36 Que bien en-
tiende de estas cosas el rey, ante
quien puedo hablar con franca osa-
día ; pues no me persuado de que
nada de esto se le oculte, dado que
no se ha realizado esto en algún
rincón. 27 ¿ Crees, rey Agripa, a los
profetas ? Ya sé que crees.» 34 Y Agri-
pa a Pablo : «ror poco me persua-
des a que me haga cristiano.» 30 Y
Pablo : ¡ «Pluguiera a Dios que, sea
por poco, sea por mucho, no sólo tú,
sino también todos cuantos me escu-
chan hoy, viniesen a ser tales cual
}'o mismo soy, a excepción de estas
cadenas !»
30 Levantáronse el rey y el procu-
rador, Bernice y los que con ellos es-
M-20 En este interesante diálogo, con la vulgaridad de Festo y la frivolidad de
AfTipa contrasta la alteza de pensamientos, la convicción, la sensatez de Pablo, y no
menos su habilidad y cortesía. El rasgo final es de una exquisita delicadeza.
— 317 —
26 31—27 8
HECHOS DE LOS APOSTOLES
27 hi-
taban sentados ; 31 y habiéndose re-
tirado hablaban unos con otros, di-
ciendo : «Nada absolutamente come-
te ese hombre digno de muerte o de
prisiones.» 32 Agripa dijo a Festo :
«Podía ese hombre haber sido pues-
to en libertad, a no haber apelado
a César.»
Camino de Roma: escala en Creta.
27, i-8
tyn 'Cuando se huibo decidido que
^ ' emprendiésemos la navegación
para Itallia, encomendaron la custo-
dia, así de Pablo como de algunos
otros presos, a un centurión por
nombre Julio, de la cohorte augusta.
2 Y subidos a una nave adramitena,
que iba a emprender el viaje hacia
los lugares costeros del Asia, nos hi-
cimos a la vela, estando con nosotros
Aristarco, maeedonio de Tesalónica ;
3 y afl otro día arribamos a Sidón ; y
Julio, tratando humanamente a Pa-
blo, íe permitió que, dirigiéndose a
sus amigos, fuese atendido por ellos.
4 Y de allí, llevadas anclas, navega-
mos al abrigo de Chipre, por ser con-
trarios los vientos ; 6 y hecha la tra-
vesía por alta mar, a lo largo de Ci-
licia y Panfilia, llegamos a Mira de
Licia. 6 Y allí, habiendo encontrado
el centurión una nave alejandrina
que se dirigía a Italia, nos hizo en-
trar en ella. 7 Y como durante bas-
tantes días navegásemos lentamen-
te y a duras penas llegásemos fren-
te a Gnido, no siéndonos propicio
el viento, navegamos al abrigo de
Creta por la parte de Salmone ; 8 y
con dificultad, costeándola, llegamos
a cierto lugar llamado Puertos Her-
mosos, cerca del cual estaba la ciu-
dad de Lasea
E)i busca de otro puerto. 27, 9-13
'J Habiendo transcurrido bastante
tiempo y siendo ya insegura la na-
vegación, por haber pasado ya el día
mismo del ayuno, les advertía Pa-
blo, 10 diciéndoles : «Hombres, veo
que la navegación va a ser con atro-
pello y mucho daño, no sólo del car-
gamento y de la nave, sino también
de nuestras personas.» u Mas el cen-
turión daba mayor crédito al piloto
y al patrón de la nave que no a lo
que Pablo decía. a Y como el puer-
to no era acomodado para invernar,
los más fueron de parecer que se
zarpase de- allí, por si acaso logra-
ban, para invernar, alcanzar a Feni-
ce, puerto de Creta que mira al
ábrego y al cauro. 13 Y como se hu-
biese levantado una brisa del sur,
creyéndose dueños de realizar su
proyecto, levando anclas, fueron cos-
teando más de cerca a Creta.
Furiosa tempestad. 27, 14-20
" Mas de allí a poco se desenca-
denó contra ella un viento huraca-
nado, el llamado euroaquilón. a Y
siendo la nave arrastrada y no pu-
diendo hacer frente al viento, deja-
da toda resistencia, íbamos a la de-
riva. 16 Y corriendo a sotavento de
una isleta llamada Clauda, pudimos
con mucha dificultad hacernos due-
ños del bote ; " y una vez subido
27
Augusta : título honorífico que se otorgaba a algunas cohortes.
Adramitena : de Adraniitio*' puerto de la Misia, al pie del monte Ida.
4 Al abrico de Chipre : entre la isla de Chipre (al S.) y la costa de Cilicia y
Panfilia (al N.).
'Gnido: ciudad marítima de la Caria, al NO. de la isla de Rodas. || Salmona :
promontorio oriental de Creta. .
"Puertos Hermosos: en la costa meridional de Creta. || Lasea: ciudad al K. de
Puertos Hermosos.
9 El día dkl ayuno : la gran solemnidad de la Expiación, ro del mes Tishri (sep-
tiembre-octubre), que era día de ayuno.
"Fenice- en la costa meridional de Creta al O. de Tuertos Hermosos. || Abrj.oo
o garbino: viento SO. || Cauro o regañón: viento NO. Parece decir San Lucas que
la disposición del puerto defendía contra estos vientos.
" Euroaquilón o gregal : viento NE.
>« Clauda : islote al S. de Creta.
« Sirte (bajío de arena) : se trata de la Gran Sirtr de la costa africana, cerca
de la Cirenaica.
-318-
7 1S-27
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
27 28-39
é>te a bordo, se valían de cables de
refuerzo para ceñir el casco de la
nave ; y temiendo no ir a dar con-
tra la Sirte, soltando el áncora flo-
tante, de esta manera iban a la de-
riva. 18 Y como el temporal seguía
sacudiéndonos reciamente, al día si-
guiente fueron alijando ; " y al ter-
cer día con sus propias manos echa-
ron al mar el aparejo de la nave.
a' Y como ni sol ni estrellas se de-
jasen ver por muchos días, y pesa-
se sobre nosotros una tempestad no
ligera, ya se desvanecía toda espe-
ranza de llegar a salvamento.
Pablo infunde alientos a los
navegantes. 27, 21-26
a Y como hiciese mucho tiempo
que no habían comido, entonces Pa-
blo, puesto de pie en medio de
ellos, dijo : «Razón fuera ciertamen-
te, ¡oh hombres!, que, escuchando
mi consejo, no os lanzarais al mar
desde Creta, y os ahorrarais esta ve-
jación y perjuicio. 22 Y ahora os re-
comiendo que tengáis buen ánimo,
pues no habrá de entre vosotros pér-
dida alguna personal, sino sólo de
la nave. 33 Porque se me presentó
esta noche un ángel de Dios, de
quien soy, a quien además adoro,
diciendo : «No temas, Pablo : ante
César tienes que comparecer ; y mi-
ra, Dios te ha hecho gracia de to-
dos los que navegan contigo.» " Por
lo cual tened buen ánimo, nombres ;
porque tengo fe en Dios de que así
será, exactamente como se me ha
dicho. 28 Y hemos de ir a dar en una
isla.»
Se comprueba la proximidad de
tierra. 27, 27-32
* Al llegar la decimocuarta noche
que éramos llevados sin rumbo fijo
por el Adriático, hacia la media no-
che sospecharon los marineros que
alguna tierra se les avecinaba. a Y
habiendo sondeado, hallaron veinte
brazas; a corta distancia de allí, son-
deando de nuevo, hallaron quince
brazas. 33 Y temiendo no fuésemos
tal vez a dar entre escollos, habien-
do echado desde popa cuatro ánco-
ras, estaban en ansias por que se
hiciese de día. 3" Y como los mari-
neros tratasen de escapar de la na-
ve y hubiesen ya arriado el bote al
agua, con el pretexto de que iban a
tender desde proa los cables de las
áncoras, 31 dijo Pablo al centurión y
a los soldados : «Si éstos no se que-
dan en la nave, vosotros no podéis
salvaros.» 33 Entonces cortaron los
soldados las cuerdas del bote v lo
dejaron caer.
Pablo exhorta a los compañeros que
coman. 27, 33-38
" Y mientras estaba para hacerse
de día, exhortaba Pablo a todos que
tomasen alimento, diciendo : «El de-
cimocuarto día es hoy que, en con-
tinua expectación, os pasáis en ayu-
nas, sin haber tomado nada. 34 Por
lo cual os aconsejo que toméis ali-
mento, porque esto importa para que
lleguéis a salvo ; que de ninguno de
vosotros perecerá un cabello de la
cabeza.» 33 Dicho esto, y tomando
pan, hizo gracias a Dios a vista de
todos, y partiéndolo comenzó a co-
mer. 88 Cobrando todos buen áni-
mo, también ellos tomaron alimento.
37 Eramos entre todos en la nave dos-
cientas setenta y seis personas. 38 Una
vez hubieron comido a satisfacción,
fueron alijando la nave, echando el
trigo al mar.
Náufragos, alcanzan la isla de Malta.
27. 39-44
39 Cuando ya se hizo de día, la tie-
rra que veían no la reconocían : sólo
n No habían comido : 5t entiende de las comidas ordinarias y regulares. Literal-
mente, «siendo mucha la abstinencia (o inapetencia)».
* Te ha hecho gracia : la concesión de esta gracia supone que San Pablo había
rogado a Dios por el salvamento de los pasajeros.
27 Adriático : con este nombre se designaba el Mediterráneo central, compren-
dido entre Sicilia, Grecia y Africa.
83 Sin haber tomado nada : hipérbole análoga a la usada entre nosotros, cuando
a uno que come poco se le dice que no come nada.
— 319 —
27 40-28 3
HECHOS DE LOS APOSTOLES
28
divisaban una ensenada con su pla-
ya, hacia la cual se proponían, co-
mo pudiesen, empujar la nave. 40 Y
habiendo soltado las áncoras, las de-
jaban caer en el mar, aflojando al
mismo tiempo las ataduras de los
timones ; y una vez izada la vela de
artimón, iban con rumbo a la playa.
" Mas topando con un saliente, ba-
ñado por el mar por ambos lados,
encallaron la nave ; y la proa, hin-
cándose, quedó inmoble, mientras la
popa se desvencijaba por la violen-
cia de las olas.
42 Los soldados tuvieron el desig-
nio de matar a los presos, no fuera
que alguno, salvándose a nado, se
encapase ; 43 pero el centurión, que-
riendo salvar a Pablo, les impidió la
ejecución de su plan, y dio orden
de que los que supiesen nadar se
echasen los primeros al agua y sa-
liesen a tierra, 41 y que los demás se
valiesen unos de tablas, otros de al-
guna pieza de la nave. Y con esto
se logró que todos llegasen salvos a
tierra.
Son acogidos humanamente por Io¡
molieses. 28, 1-2
00 1 Y puestos en salvo, supina
"° entonces que la isla se llamaba
Malta. 2 Y los bárbaros nos mostra-
ban una humanidad no común ; por-
que habiendo encendido una hogue-
ra, a causa de la lluvia que caía y
del frío, nos acogieron a todos.
Pablo, mordido por una víbora sin
recibir daño. 28, 3-6
3 Como hubiese Pablo recogido una
cantidad de ramas secas y las hubie-
se echado en la hoguera, una víbo-
ra, que salió huyendo del calor, se
le asió de la mano. 4 Cuando vieron
los bárbaros la bestia colgando de
su mano, se decían unos a otros :
«Seguramente homicida es este hom-
bre, a quien, salido a 6alvo del mar,
la Justicia no le consintió vivir.»
5 Mas él, habiendo sacudido la bes-
tia en el fuego, no padeció daño al-
guno. "Ellos estaban aguardando que
se hincharía o que se caería muer-
to de repente. Pero como estuviesen
largo rato aguardando, y viesen que
nada anormal le pasaba, cambian-
do de parecer, decían de él que era
un dios.
Pablo a muchos enfermos.
28, 7-10
' En los contornos de aquel lugar
tenía unas posesiones el Primero de
la isla, por nombre Publio, el cual,
habiéndonos acogido, nos hospedó
tres días amablemente. 8 Y coincidió
hallarse en cama, aquejado de fie-
bres y de disentería, el padre de Pu-
blio ; al cual Pablo, habiendo entra-
do a_ verle, haciendo oración e im-
poniéndole las manos, le sanó. * Es-
to ocurrido, también los demás, que
en la isla tenían enfermedades, acu-
dían y eran curados ; 10 los cuales
guardaron con nosotros toda suerte
de consideraciones, y, al hacernos a
la vela, nos proveyeron de todo lo
Camino de Roma. :S,
11 Transcurridos tres meses, nos
hicimos a la vela en una nave, que
había invernado en la isla, de Ale-
jandría, la cual llevaba por enseña
40 Artimón : mástil y vela de proa.
OO - Bárbaros : lo eran por razón de la lengua, no por falta de cultura. I os mal-
¿iO teses, de origen fenicio, hablarían el púnico.
4 La justicia vengadora : personificada o divinizada. La reflexión de estos ibár-
baros» es un testimonio espontáneo de la razón natural a favor de la divina Pro-
videncia.
I El. Primero : tal era el título del que gobernaba la isla como delegado de!
pretor de Sicilia.
M La curación del padre de Publio fué milagrosa. De todas las demás curaciones
110 puede afirmarse lo mismo con igual seguridad.
II Dioscuros : Cástor y Pólux.
— 320 —
HECHOS DE LOS APOSTOLES
28 19"27
los Dioscuros. '■ Y habiendo apor-
rado a Siracusa, permanecimos allí
I res días ; " desde donde, costean-
lío, arribamos a Regio. Y un día
llespués habiéndose levantado viento
Uur, al segundo día llegamos a Pu-
lid.; "donde, habiendo encontrado
algunos hermanos, nos rogaron que
nos quedásemos con ellos siete días.
Y con esto nos dirigimos a Roma.
15 Y desde allí los hermanos, al te-
ner noticias de nosotros, vinieron a
nuestro encuentro hasta el Foro de
Apio y las Tres Tabernas ; en vién-
dolos," Pablo, haciendo gracias a Dios,
cobró ánimo.
En Roma. Pablo convoca a ¡os
judíos. 28, 16-22
14 Cuando hubimos entrado en Ro-
ma, se permitió a Pablo vivir en ca-
sa particular con un soldado que le
custodiase.
" Y sucedió, tres días después, que
él convocó a los que eran principa-
les entre los judíos ; y una vez re-
unidos, les decía : «Yo, varones her-
manos, sin haber hecho nada con-
tra el pueblo ni 'contra los usos tra-
dicionales de nuestros padres, preso
desde Jerusalén fui entregado en
manos de los romanos ; 1!> los cua-
les, habiéndome interrogado, querían
ponerme en libertad, por no hallar-
se en mí causa alguna de muerte ;
14 mas, contradiciéndolo los judíos,
me vi forzado a apelar a César, no
como que yo tuviese alguna cosa de
que acusar a los de mi nación. 20 Por
esta causa, pues, os rogué poder ve-
ros y hablaros, pues por la esperan-
za de Israel estoy rodeado de esta
cadena.» a Ellos le dijeron : «Nos-
otros ni cartas acerca de ti hemos
recibido de la Judea, ni nadie de los
hermanos, que haya venido, nos ha
referido o hablado' de ti nada malo.
a Todavía deseamos oír de ti lo que
piensas ; pues acerca de esa secta
nos es conocido que en todas partes
se la contradice.»
Pablo anuncia el Evangelio a los
pldtos. 28, 23-28
a Habiéndole fijado día, vinieron a
él a su alojamiento en mayor nú-
mero, a los cuales exponía el reino
de Dios, dando testimonio y esfor-
zándose por persuadirles acerca de
Jesús así por la ley de Moisés como
por los profetas, y esto desde el ama-
necer hasta el atardecer. -* Y unos se
convencían de la verdad de lo que
decía, otros permanecían incrédulos.
26 Y estando desacordes unos de otros,
se retiraban, no sin decirles Pablo
una palabra : «Con razón el Espíri-
tu Santo habló por boca del profeta
Isaías (6, 9-10) a vuestros padres,
diciendo :
54 Ve a este pueblo, y diles :
Con el oído oiréis, y no entenderéis ,
y mirando, miraréis y no veréis.
•: Porque se embotó el corazón de este pueblo,
y con los oídos pesadamente oyeron,
v sus ojos cerraron :
no sea que vean con sus ojos,
13 Regio : ciudad de la Italia meridional junto al estrecho de Mcsina. |! Ptjzol :
ciudad vecina a Nápoles.
11 FÓRO de Apio : a 65 kilómetro» de Roma. 1 TRES TABERNAS : a ^9 kilómetros
de Roma.
M Con un soldado qvf le custodiase: era la llamada custodia libera o militaris..
Ex todas partes se LA CONTRADICE : los judíos i>or las noticias recibidas de otros
judíos no saben del cristianismo sino <|Ue se le contradice ; !a contradicción era, en
efecto, la disposición general del judaismo respecto del cristianismo.
•3 I'ablo demostraba a los judíos por las profecías inesiánicas la mesianidad de
Jesús.
26 La aplicación de! texto de Isaías supone que el número de los judíos incrédulos
fué notablemente mayor que el de los creyentes.
Aplica ahora San Pablo a los judíos el mismo texto aplicado antes por el
rliyino Maestro (Mt. 13, 14-15; Me. 4, 12-13) V luego por San Juan (12, 40).
— 321 —
N. T. U
28 28-31
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
28 28"31
y con sus oídos oigan,
y con su corazón entiendan,
y se conviertan, — y yo los sane.
" Tened, 'pues, entendido que a los gentiles fué enviada esta Salud de
Dios : ellos sí oirán.» {*•]
Bienio de prisión y de predicación. 28, 30-31
"Y permaneció un bienio entero en 6U casa, que se había alquilado,
y recibía a todos los que acudían a él, M predicando el reino de Dios y
'enseñando lo tocante al Señor Jesu-Cristo, con franca libertad, sin que
nadie se lo estorbase.
38 Vocación de la gentilidad afirmada por el Apóstol de los gentiles.
[201 La Vulgata latina añade : «Y como esto hubo dicho, salieron de él los judíos,
teniendo entre sf mucha discusión.»
30 Termina, el T>ienio de la custodia libera, y con él la historia de los Hechos:
indicio de que entonces, el año 63 (ó 62), acabó San Lucas de redactar su libro.
(Cf. Decreto de la Comisión Bíblica de 12 de junio de 1913, n. IV. Denz. 2169.)
— 322 —
INTRODUCCION GENERAL
A LAS EPISTOLAS DE SAN PABLO
I. La persona del Apóstol
rimeros años. — Pablo nació en Tarso de Cilicia, en los primeros años
de la era cristiana, de una familia judia oriunda probablemente de
Galilea. Por su nacimiento y por su educación Pablo era judío de
raza y de corazón: ^circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de
la tribu de Benjamín, hebreo hijo de hebreos, fariseo' según la lef», como
él mismo escribía tnós tarde a los Filipcnses (3, 5). En la circuncisión
recibió el nombre de Saulo (Shaúl), que más adelante cambió por el nom-
bre romano de Pablo, con ocasión quizás de sus primeras relaciones con
el procónsul Sergio Paulo. Después de su primera educación en la casa
paterna o en alguna de las sinagogas de Tarso, hacia los catorce años
de edad se trasladó a Jerusalén, en donde «.a los pies de Gamalieh com-
pletó su formación científica y religiosa. El joven escriba no imitó la
prudente moderación de su célebre maestro. «.Celador de la ley y de las
tradiciones paternas» (Ac. 22, 3), «se aventajaba en el judaismo sobre
muchos de los jóvenes de su edad» (Gál. 1, 14). Afiliado a la secta de
los fariseos, «perseguía enconadamente y devastaba la Iglesia de Dios»
(Gál. 1, 13). Mas, por fin, plugo a Dios, que le había escogido desde el
seno de su madre, llamarle por su gracia y revelarle a su Hijo para que
fuese su apóstol entre los gentiles. Después de asistir a la muerte de
Esteban, mientras caminaba a Damasco con la misión oficial de prender
a los cristianos, se le apareció aquel jesús, a quien él perseguía. La gra-
cia de Cristo rindió al perseguidor e hizo de él su más fervoroso apóstol.
EL Prepxración para el apostolado —La conversión de Saulo acaeció
entre los años 34 y 36 de nuestra era, a los treinta, más o menos, de su
edad. Bautizado en Damasco por Atianías, de allí a pocos días se retiró
a la Arabia, probablemente al Sinaí, donde permaneció un año por lo
menos, y quizás dos. Vuelto a Damasco, se consagró a la predicación del
Evangelio, hasta que, perseguido por los judíos, tuvo que huir hacia los
años 37 ó 35. Subió entonces a jerusalén para ver y hablar a Pedro; mas
a los quince días tuvo que escaparse de nuevo. Desde aquella fecha hasta
el año 42 ó 43 vivió, según parece, retirado en Tarso. Invitado; por Ber-
— 323 —
SAN PABLO
nabé, se trasladó a Antioquía de Siria, donde trabajó un año entero en
aquella naciente Iglesia, la primera de los gentiles. Hacia el año 43 ó 44
fué enviado con Bernabé a Jerusaléu para llevar a los fieles pobres de
aquella Iglesia las limosnas de sus hermanos de Antioquía. Eran aquéllos
dias de prueba para la Iglesia madre; para Sanio fueron, en cambio, días
de gracia: entonces fué citando tuvo aquella sublime visión en que fué
arrebatado hasta el tercer cielo. Vuelto a Antioquía, continuó su predi-
cación, hasta que por especial vocación del Espíritu Santo fué destinado
a la evangelización de la gentilidad.
III. Las tres grandes misiones apostólicas. — Al prolongado retiro y
primeros ensayos de apostolado siguió el período de mayor y más vasta
actividad apostólica, el de las tres grandes expediciones, en que Saulo,
llamado desde entonces Pauto o Pablo, después de recorrer repetidas veces
el Asia Menor, lleva el Evangelio hasta Europa. No conocemos con en-
tera seguridad los límites extremos de este período. La primera misión
comenzó hacia el año 45, y la tercera terminó con la prisión del Apóstol
hacia el año 57 ó ¡S.
A) Primera misión. — Con Bernabé y Marcos se embarcó el Apóstol
con rumbo a Chipre, en donde convirtió a la fe al procónsul Sergio Paulo.
Desde Chipre, Pablo y Bernabé navegaron a las costas del Asia Menor.
Internándose en la provincia romana de (¿alacia, evangelizaron las re-
giones de Panfilia, Pisidia y Licaonia. Vueltos a Antioquía, referían a los
Heles de aquella Iglesia cómo Dios «había abierto a ¡os gentiles la puerta
dt la fe» (Ac. 14, 27). «1' se detuvo no poco tiempo con los discípulos»
(Ibíd., 28). Eo vago de esta nota final de San Lucas nos hace imposible
conocer exactamente el tiempo que duró esta primera misión. Y crece
esta ¡ncertidumbre por no poder fijar precisamente el año en que se tuvo
el llamado Concilio de Jerusaléu.
Entre la primera y la segunda expedición , hacia el año 50; no antes
del 4Q ni después del 5;, tuvo lugar el primer concilio de Jerusalén, en
que los apóstoles, habiendo oído a Pablo y Bernabé y después de madura
deliberación, dieron un decreto im portatilísimo, en virtud del cual los
cristianos venidos de la gentilidad quedaban eximidos de la circuncisión
y de oirás observancias de la ley mosaica: decreto trascendental, que
abría de par en par las puertas de la fe a los gentiles.
I!) Segunda misión. — En la segunda expedición, que comenzó el año
jo ó 5/ y terminó el año 53 ó 54, llegó San Pablo a Europa. Acompañado
de Sitas o Silvano, y luego también de Timoteo, recorrió ¡as provincias
antes evangelizadas y llegó hasta el extremo opuesto del Asia Menor, a
Tróade, don-de se le juntó Lucas. Amonestado por una visión del cielo,
resolvió Pablo pasar a Europa. Habiendo desembarcado en Macedonia,
fundó, en medio de continuas persecuciones, las Iglesias de Eilipos, Te-
salónica y Berea. De Macedonia bajó a Acaya, donde, después de visitar
Atenas, se estableció en Corinto. El encuentro de Pablo con el procónsul,
el cordobés Gallón, que, según los lillimos descubrimientos, debió de ser
hacia el año ¡2, ayuda a fijar algo la cronología de esta segunda misión.
E andada con muchos sudores la cristiandad de Corinto, Pablo se embarcó
de nuevo; y, después de hacer escala en Efeso, desembarcó en Cesárea;
y se retiró a Antioquía.
C) Tercera misión. — Después de breve intervalo, emprendió Pablo su
leí cera expedición , que duró desde el año 53 ó 54 hasta el 57 ó 58, cuyo
principUl resallado fué la fundación de la Iglesia de Efeso. Pasando por
la Galacia v la Frigia, se encaminó el Apóstol hacia el Asia proconsular,
— 324 —
SAN PABLO
en cuya capital, Efeso, se detuvo caca de tres aíios. Obligado a huii
por un motín popular, visitó las Iglesias de Macedonia y Acaya; y pa-
sando de nuevo por el Asia occidental, se despidió en Mileto de los pres-
bíteros-obispos de Efeso y de las ciudades vecinas. Tristes presagias
anunciaban a Pablo cárceles y tribulaciones en Jerusaléu; mas el intré-
pido Apóstol no se amedrentó. Fué a Jerusalén, y en efecto le sobrevinie-
ron las tribulaciones anunciadas.
IV. Ültimos años.- — Después de muchas peripecias ocurridas en Je-
rusalén, fué Pablo conducido a Cesárea, donde estuvo en prisiones -dos
años enteros: desde 57 a 50 ó desde 58 a 60. Habiendo apelado al César,
fué trasladado a Roma. Medio año duró aquel viaje Heno de azares: desde
el otoño del ¿o (ó 6o) hasta la primavera del 60 (ó 61). En Roma perma-
neció arrestado otros dos años: 60-62 (ó 61-63). -4' /'»• absuelto y puesto
en libertad, emprendió una nueva expedición apostólica a España, donde
predicó el Evangelio por los años 63 y 64. De España volvió al Oriente
para visitar las Iglesias fundadas y consolidar su obra apostólica. Efeso,
Macedonia, Tróade, Mileto, Corinto, Creta, vieron sucesivamente al an-
ciano Apóstol. Aprisionado en Roma juntamente con San Pedro, fué mar-
tirizado, imperando Serón, a jg de junio del año 67, el mismo día, aunque
en distinto lugar y con diferente suplicio, que el Príncipe de los Apóstoles.
II. Las Epístolas de San Pablo
I. Forma EXTERNA. — La disposición o estructura de las Epístolas de
San Pablo es bastante uniforme. Tres partes se distinguen en ellas: ¡a
introducción , el cuerpo de la Epístola y la conclusión. La introducción,
además de los nombres del remitente y de los destinatarios y de la
salutación, como se observaba geni raímente en las cartas de los griegos
\ latinos, suele contener una bendición, en la cual se dan gracias a Dios
por los favores otorgados a los destinatarios. El cuerpo de la Epístola,
en que se desenvuelve el lema o argumento, consta ordinariamente de
dos parles: una dogmática o didáttica, otra moral o par enética. Frecuen-
temente las exhortaciones morales son una deducción o aplicación de las
verdades establecidas en la primera parte; otras veces son más indepen-
dientes y responden más bien a las necesidades espirituales de los desti-
natarios. A las exhortaciones propiamente dichas se añaden a veces algu-
nas avisos particulares. La conclusión comprende, junto con las noticias
persoriales que algunas veces se dan, los saludos a las personas y la
bendición final.
II. Distribución cronológica e histórica. — Las Epístolas de San
Pablo no fueron escritas por el mismo orden con que se leen actualmente
en nuestras Biblias. En cuatro grupos pueden distribuirse, atendido su
orden cronológico y su origen histórico.
El primer grupo comprende las dos Epístolas a los Tesalonicenses,
escritas durante la segunda expedición apostólica, probablemente poco
después de la llegada del Apóstol a Corinto, hacia el año 57. Son las
Epístolas escatológicas por excelencia.
El segundo grupo abarca las cuatro grandes cartas, que actualmente
encabezan la colección, y fueron escritas durante la tercera expedición
— 325 —
SAN PABLO
apostólica. La primera a los Corintios fué escrita desde Efeso cerca de
la Pascua el año 56 (ó 57); la segunda a los Corintios, desde Macedonia
a fines del mismo año o principios del siguiente; la Epístola a Ips Ro-
manos, desde Corinto pocos meses más tarde. No puede establecerse con
la misma seguridad la cronología de la Epístola a los Gálatas. Es pro-
bable que se escribiese poco antes que la Epístola a los Romanos. Las
dos a los Corintios son en gran parte apologéticas y disciplinares ; las
otras dos exponen el dogma de la justificación.
El tercer grupo comprende las llamadas Epístolas de la cautividad,
escritas desde Roma durante la primera prisión de San Pablo, entre los
años 60-62 (ó 61-62). Son cuatro: las dos Epístolas gemelas a los Colo-
senses y a los Efesios, el billete a Filemón, que las acompañó, y la Epís-
tola a los Filipenses. En estas Epístolas desarrolló San Pablo más am-
pliamente su maravillosa crislología. A este grupo se agrega la Epístola
a los Hebreos, crist alógica y sacerdotal, que parece se escribió desde
Italia poco después de la primera cautividad romana hacia el año 62
(é 63).
El cuarto grupo es el de las llamadas Epístolas pastorales, escritas,
a lo que parece, por este orden: Primera a Timoteo y Epístola a Tito,
por los años de 65 ó 66; segunda a Timoteo, durante su última prisión
en Roma, a fines del año 66 o principios del 67.
III. Lengua y estilo.— San Pablo escribió todas sus Epístolas en
griego. Su lengua no es el griego clásico de Platón o Jenofonte ni el de
los aticistas de su tiempo, sino el común o helenista, que usaban por
entonces generalmente las personas cultas.
El estilo de San Pablo merece muy distinta apreciación, según sea el
punto de vista desde el cual se considera. Si se atiende a la estructura
de la frase, es extremadamente irregular, incorrecto, escabroso. Inver-
siones violentas, elipsis tenebrosas, paréntesis desconcertantes, transicio-
nes bruscas, períodos desarticulados, anacolutos formidables, oraciones sin
verbo m sujeto, verdaderos montones de complementos indirectos: estas
y otras escabrosidades del lenguaje hacen sumamente desapacible y di-
fícil la lectura de San Pablo. Su palabra es además austera: inútil buscar
en ella frescura y colorido. Y, sin embargo, a pesar de esas deficiencias,
el estilo de San Pablo es personal, expresivo, viviente, rico, matizado.
Que a las veces sea enérgico, vigoroso, fulminante, aplastante, no es tanto
de maravillar. Lo que verdaderamente maravilla es encontrarse a cada
paso con rasgos de una delicadeza exquisitamente suave, que blandamente
se insinúa. Y las mismas asperezas que poco antes señalábamos no tanto
son efecto de impericia o desaliño cuanto de la noble seriedad con que
el Apóstol, apasionado y obsesionado por la verdad, desdeñaba todo ar-
tificio literario: lo cual, en definitiva, contribuye al valor estético de su
estilo, ajeno a todo convencionalismo y refinamiento retórico. Y, sobre
todo, quien tras largos afanes y sudores logre romper la ruda corteza de
su palabra y entrar en comunicación directa con su elevado pensamiento
y noble corazón, verá brotar por todas partes raudales de luz cálida que
ilumina horizontes vastísimos de verdad y de gracia y hace sentir in-
ti lisamente la vida palpitante de un nuevo mundo antes no imaginado,
el mundo de las realidades divinas.
IV. La teología de San Paulo. — Las Epístolas del Apóstol son un ar-
senal riquísimo y un venero inagotable para la Teología. Apenas se ha-
llará una sola de las verdades fundamentales del cristianismo que no haya
- 326 -
SAN PABLO
sido enseñada, afirmada y explicada por San Pablo. El misterio de la
Trinidad, la encarnación del Hijo de Dios, la divinidad de Jesu-Cristo, la
redención de los hombres, la economía de la gracia, la importancia de la
fe, d¿ la esperanza y de la caridad; la eficacia de los sacramentos, el
sacrificio eucarístico, la unidad de la Iglesia, la autoridad suprema de
redro: estas y otras verdades centrales de la revelación cristiatia hallan
su más espléndida confirmación y su más firme apoyo en la enseñanza
de San Pablo.
Aunque, por otra parte, si la doctrina de San Pablo coincide con la
enseñanza de los demás Apóstoles, no puede negarse que el Apóstol, en
conformidad con la misión especial que el cielo le confió, tiene su Teo-
logía propia y personal. El punto céntrico y como la síntesis de su ma-
ravillosa Teología es el «misterio de Cristo». Este misterio es la inefable
unión y comunión de los hombres «por la fe» «en Cristo jesús». Fruto
de esta unión es la Iglesia, cuerpo místico cuya cabeza es el mismo Jesu-
cristo, de quien recibe su ser sobrenatural y su vida divina. La justicia
de Cristo por la fe de Cristo; la persona divina de Cristo. Dios y hombre,
y su obra redentora; ¡a participación mística de la muerte y de la vida
de Cristo en un organismo que es el cuerpo místico de Cristo: tales*son
los tres elementos principales que integran la Teología, o, mejor, la Cris-
tología o Soteriología de San Pablo.
V. Autenticidad de las Epístolas de San Pablo. — Hoy día no puede
ya ponerse seriamente en duda la autenticidad de las Epístolas de
San Pablo. Sólo el testimonio de Ensebio, quien a principios del siglo iv
aseguraba que las 14 FZpístolas eran umversalmente reconocidas como
auténticas, bastaba para desvanecer la menor sombra de duda. Por lo
demás, las afirmaciones generales o las citas particulares de los Padres
anteriores, aun de los Padres apostólicos, principalmente el catálogo del
Fragmento de Muratori combinado con las numerosas citas de San Ire-
neo, comprueban plenamente la verdad del testimonio de Ensebio. Con
los testimonios históricos de la crítica externa coincide el análisis de la
crítica interna. Quien conozca el estilo tan personal y característico de
San Pablo no puede dudar un solo momento de que todas las cartas que
llevan su nombre son obra suya. Sólo la Epístola a los Hebreos, escrita
no por un simple amanuense como las otras, sino por un secretario o re-
dactor, presenta ciertas variedades estilísticas que la distinguen de las
demás Epístolas Pero esta circunstancia ya fué notada por la tradición
patrística. Y si se comparan las pocas epístolas apócrifas atribuidas al
Apóstol, crece la convicción de que las canónicas, tan radicalmente dife-
rentes de las apócrifas y tan parecidas entre sí, son genuinamente pau-
linas. Ni deja de ser significativo el que la misma crítica heterodoxa, que
a mediados del siglo pasado sólo admitía como auténticas las cuatro
grandes cartas a los Romanos , Corintios y Calatas, haya ido paso por
paso volviendo a la tradición antigua.
- 327 ~
INTRODUCCION
A. LA EPISTOLA A LOS ROMANOS
a IGLESIA de Roma. — Los orígenes cíe la Iglesia romana quedan en-
vueltos en cierta oscuridad, en razón de su misma antigüedad. Es
muy probable que «los forasteros romanos, así judíos como proséli-
tos» (Ac. i, io-jj), que oyeron el primer discurso de Pedro el día de
Pentecostés y se convirtieron a la fe, llevaron a Roma la primera semilla
del Evangelio. Hacia el año q2, el Príncipe de los Apóstoles, libertado
milagrosamente por un ángel de la cárcel, en que le había encerrado
Ilcrodcs Agripa I, partió de Jerusalén «a otro país», según los Hechos
I12, i~); a Roma, según la tradición cristiana, conservada por San Irenco,
Clemente de Alejandría, Ensebio, San Jerónimo y Orosio. El apostolado
de Pedro en Roma se ejerció especialmente entre los judíos y prosélitos,
de modo que el primer núcleo de la Iglesia romana se compuso princi-
palmente de judío-crist ¡anos. El decreto del emperador Claudio, que hacia
e! año 49 expulsó a los judíos de Roma, comprendió sin duda a muchos
cristianos venidos del judaismo. Desde entonces los gentiles comenzaron
a predominar en la Iglesia de Roma, que en pocos años alcanzó un con-
solador florecimiento. Cuando en el invierno del año 56 (ó 57) les escribía
San Pablo desde Corinto, la fe de los romanos era ya conocida en todo
el mundo (Rom. 1, 8). Sin duda que a la muerte de Claudio el año 54,
muchos de los ludios o judio-cristianos desterrados cinco años antes vol-
vieron a Roma; pero aun así, los cristianos venidos de la gentilidad pre-
dominaban hasta formar la masa y casi la totalidad de la Iglesia romana.
Esta ausencia de los judíos durante los años del mayor desarrollo de la
Iglesia romana fué providencial, pues preservó a los fieles de Roma d.
aquel fermento judaizante, que tanto trastornó las Iglesias de Galacia
y de Corinto.
Ocasión de LA Epístola. — ¡Ir a Roma! Aun cuando él no lo dijera
(Ac. iq, 21), era evidente que San Pablo deseaba visitar a Roma. El
año 56, al fin de su tercera misión apostólica , dejaba evangelizadas las
más importantes ciudades de Asia y Grecia: Efeso, Atenas, Corinto. Des-
de Jerusalén hasta el llírico se había anunciado ya la buena nueva: tocaba
ahora su lugar al Occidente. España, en ¡os últimos confines del mundo
occidental, atrajo hacia sí los ojos -y el corazón de Pablo. De paso para
España, Pablo quería detenerse en Roma. Sin duda que la Iglesia de
Roma estaba va sólidamente fundada y floreciente; pero él, el Apóstol
de la gentilidad, deseaba confirmarlos en la fe, adelantarlos en el cono-
-328-
ROMANOS
cimiento del Evangelio y comunicarles algún aumento de gracia espiri-
tual. Para preparar, pues, su visita, escribió el Apóstol esta carta, que
le ponía en relación directa con los fieles de Roma, y les declaraba lo
más fundamental de su Evangelio.
Tima y plan.— Pocas veces ha precisado el Apóstol el tema de su carta
con tanta claridad como en la Epístola a los Roma-ios. Va a exponer su
(Evangelio*. El Evangelio de Pablo no es aquí la exposición de los pri-
meros clem Mitos de la fe cristiana, cual se proponía a ¡os que se deseaba
convertir a Cristo o instruir para el bautismo ; ni es tampoco la más
sublime Teología del cuerpo místico de Cristo, cual se declara en las
lípístolas de la cautividad ; entre ambos extremos es aquí el Evangelio
de Pablo el Evangelio de la salud universal ofrecida graciosamente por
Dios a todos los hombres, judíos y gentiles, que por medio de la fe, en
virtud de la sangre redentora de Cristo, alcanzan la justicia de Dios. La
justicia y la salud, que buscaban los judíos; la virtud y la felicidad que
soñaban los gentiles, eran aspiraciones irrealizables, utópicas. La filo-
sofía y la política de Grecia y Roma, la Ley y los ritos de Israel, habían
fiacasado. Dios, en su misericordia, ofrecía ahora el medio único y eficaz
en el Evangelio, que es. según su enérgica expresión, «una fuerza de
Dios, ordenada a la salud y puesta a disposición de todo el que creyere;
pues en él se revela la justicia de Dios que parte de la fe» (Rom. i, i6-ij).
Sin contar el prólogo ti, 1-17 ) y el epílogo {15. 14-16, 27), se divide
la carta en dos parces claramente deslindadas : una más especulativa o
dogmática (1. 1S-11) y otra más práctica o moral (12-15. 13).
— 329 -
11-6
ROMANOS
1 K
EPISTOLA A LOS ROMANOS
Prólogo
Salutación epistolar. Síntesis del Evangelio de San Pablo, i, 1-7
i 1 Pablo, esclavo de Jesu-Cristo,
1 llamado [a ser] apóstol,
escogido para el Evangelio de Dios,
'- que de antemano había [El] prometido
por medio de sus profetas
en las Escrituras santas
3 acerca de su Hijo,
EL QUE NACIÓ DE LA ESTIRPE DE DAVID
SEGÚN LA CARNE,
* EL QUE FUÉ CONSTITUÍDO HlJO DE DlOS
CON [ostentación de] poder
según íl Espíritu de santidad
desde [su] resurrección de [entre] los muertos,
Jesu-Cristo, Señor nuestro;
6 por quien recibimos la gracia y el apostolado
para obediencia de la fe *
entre todas las gentes
en el nombre de El,
"entre las cuales os contáis también vosotros,
llamados de Jesu-Cristo :
-I 1-7 La fórmula de la salutación epistolar pudiera haber sido : Pablo, Apóstol de
Jesu-Cristo, a los fieles de Koma : gracia a vosotros v paz. Pero dentro de la fór-
mula ordinaria ha querido San Pablo introducir y condensar la sustancia de su
Evangelio. Tres puntos señala en él especialmente : i) su objeto principal, Cristo,
que ocupa el centro de la salutación ; 2) su promesa en las Escrituras proféticas,
y 3) su propagación entre los gentiles por obra de los apóstoles.
3-4 Cristo, antecedentemente a toda manifestación temporal, independientemente de
todo mérito adquirido, es el Hijo de Dios. Este Hijo de Dios, preexistente desde
toda la eternidad, se hace hombre en la encarnación, y, hecho hombre, es entroni-
zado en calidad de Hijo de Dios en su resurrección. La misteriosa frase según el
Espíritu de santidad parece significar que, si la raíz primera de esta glorificación
externa es la filiación divina de Cristo, su principio inmediato y medida fué la ple-
nitud de santidad y carismas que el Espíritu Santo atesoró sin medida en su natu-
raleza humana.
6 Magnífica definición del oficio apostólico. Su origen es la elección divina : es
una gracia, recibida por mediación de Cristo. Su misión es representar a Cristo y
hablar en el nombre de El. Su campo de acción, entre todas las gentes, el mundo
entero. Su objeto, rendir todas las inteligencias para OBEDIENCIA de la fe.
— 330 —
1 7-13
ROMANOS
1 14-17
' a todos los que están en Roma,
llamados [a ser] santos :
racia a vosotros y paz
e parte de Dios, l'adre nuestro,
y del Señor Jesu-Cristo.
Acción de fiadas y deseos de ii a
Roma, t, 8-13
8 Primeramente hago gracias a mi
Dios, por mediación de Jesu-Cristo,
acerca de todos vosotros, de que
vuestra fe es celebrada en el mun-
do entero. 9 Pues testigo me es Dios,
a quien sirvo en mi espíritu en la
predicación del Evangelio de su Hi-
jo, cómo sin cesar hago memoria de
vosotros 10 continuamente en mis ora-
ciones, rogando si por ventura alsjún
día por fin tuviere yo la fortuna,
con la voluntad de Dios, de ir a
vosotros. u Porque ansio veros, a fin
de comunicaros alguna gracia espi-
ritual con que seáis corroborados,
12 quiero decir que estando entre vos-
otros seamos juntamente consolados
con la fe, los unos con la de los
otros, la vuestra y la mía. * Pues
no quiero que ignoréis, hermanos,
que muchas veces me propuse ir a
vosotros — y hasta el presente me sa-
lió al paso algún obstáculo — , a fin
de lograr algún fruto también entre
vosotros, lo mismo que entre los de-
más gentiles.
lema de ¡a Epístola. 1, 14-17
11 Tanto a griegos como a bárba-
ros, tanto a sabios como a simples,
soy deudor ; 15 así. cuanto de mí de-
pende, hay ánimo pronto para anun-
ciar el Evangelio también a vosotros
los que habitáis en Roma. 16 Porque
no me avergüenzo del Evangelio.
Pues es una fuerza de Dios, ordena-
da a la salud, para todo el que cree,
así para el judío, primeramente, co-
mo para el gentil. 17 Porque la jus-
ticia de Dios en El se revela de fe
en fe ; según está escrito ; «Mas el
justo vivirá por la fe» (Hab. 2, 4).
* Ya entonces era celebrada en todo el mundo cristiano la fe de Roma, que, a di-
ferencia de la fe de otras iglesias particulares, aun apostólicas, nunca había de
desfallecer, por ser la fe de Pedro (Le. 22, 32) y de sus sucesores en el primado.
16 El Evangelio que Pablo desea anunciar a los Romanos no es la primera catc-
quesis cristiana, sino un conocimiento más profundo de la persona y de la obra
de Jesu-Cristo. A continuación da el Apóstol una definición del Evangelio, cuyos
elementos conviene notar. Es el Evangelio una fuerza, una energía, un instrumento
poderoso ; de Dios, que es su autor ; su objeto es la salud o felicidad suprema de
los hombres ; su destino o extensión es universal, con cierta primacía o prioridad de
los judíos ; condición esencial de su eficacia salvadora es la fe.
,T Ha dicho San Pablo que por el Evangelio la fe alcanza la salud. Pero la cone-
xión entre la fe y la salud no es inmediata : entre ellas media la justicia de Dios,
la justicia con que Dios hace justos a los hombres. || De fe en fe. Esta expresión
significa que la justicia de Dios brota de la fe y recae en la fe ; tiene en la fe su
raíz y su principio, y es otorgada por Dios a la fe del hombre creyente. La conexión
de estos tres elementos : fe, justicia, vida, la halla San Pablo admirablemente ex-
presada en aquellas palabras, que él cita, de Habaeuc (2, 4) : «El justo vivirá por la
fe» ; la justicia, nacida de la fe y arraigada en la fe, alcanzará la vida eterna.
En estos dos versículos queda propuesto el tema de la parte dogmática de la
Epístola y se enuncia el argumento de las tres secciones en que se subdivide. «La
justicia de Dios, revelada en el Evangelio, por la fe» ; es el argumento de la pri-
mera sección (1, 1&-4) ; «el Evangelio como fuerza de Dios en orden a la salud» :
es la materia de la segunda (5-8) ; «la participación de los judíos en la salud» :
es el tema de la tercera (9-11I. En la primera se demuestra el hecho de la jus-
ticia por la fe, justicia que no pudieron realizar la ley natural y la ley mosaica ;
en la segunda se expone con maravillosa amplitud la fecunda vitalidad de la jus-
ticia cristiana; en la tercera, por.-*ía de objeción que se solventa, se trata el
pavoroso problema de la reprobación de Israel. — Sección primera : Su tesis fun-
damental de la justicia de Dios por la fe la demuestra San Pablo por dos vías :
una más indirecta y negativa, otra más directa y positiva. Indirectamente muestra
que ni en los gentiles ni en los judíos, ni en la razón natural ni en la ley mosaica,
existe la justicia. Directamente prueba cómo en el Evangelio por la fe se alcanza
— 331 —
1 18-20
ROMANOS
1 21-33
Parte primera: Dogmática
Sección I: La justicia por la fe
1. LOS GENTILES, PRIVADOS DE
JUSTICIA
" Se revela, en efecto, la cólera
de Dios desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres
que oprimen la verdad con la injus-
ticia.
'idad conocida.
™ Pues lo que se conoce de Dios
se halla claro en ellos, ya que Dios
se lo manifestó. 20 Porque los atri-
butos invisibles de Dios resultan vi-
sibles por la creación del mundo, al
ser percibidos por la inteligencia en
sus hechuras : tanto su eterna po-
tencia como su divinidad ; de suerte
que son inexcusables.
rdad oprimida por la impiedad.
í, 21-23
-1 Por cuanto, habiendo conocido a
Dios, no le glorificaron como a Dios,
ni le hicieron gracias, antes se des-
vanecieron en sus pensamientos v
se entenebreció su insensato corazón.
" Alardeando de sabios, se embru-
tecieron ; 28 y trocaron la gloria del
Dios inmortal por un simulacro de
imagen de hombre corruptible, v de
volátiles, y de cuadrúpedos, y de
reptiles.
la justicia de Di
estriba en ella.
18 La conexión de este vet
vez de la justicia salvadora,
»-» Merece notarse la tral
pléndida confirmación de la
OPRIMEN LA VKRDAD CON LA li
de la verdad. Porque lo que
nocimiento no sólo es posibk
cimiento dudoso o indeciso,
ciencia. ¡Y de dónde nos coi
Dios se" lo manifestó : tambic
isticia que, lejos de anular
e contraste. En
?ngadora.
San Pablo, es-
que los impíos
el conocimiento
ellos. Este co-
no es un cono-
sto
lllu.ll
\A QUE
i natural
modo y
S DE DIOS RESULTAN
isible se hace visible
^cto'a'íá^causa.'ne'c'a
oí,
este
onocimieuto
eneia creado
su injusticia ahogan la voz de la verdad conocida ><m inkxccsari.es.
M-M Ha demostrado San Pablo que los gentiles conocieron la verdad ; ahora va a
declarar cómo oprimieron esta verdad conocida. Su pecado capital fué la impiedad,
con que negaron a Dios el doble tributo que le debían : de glorificación por ser
Dios quien es y de nacimiento de gracias por los bienes de El recibidos. A esta
depravación
abismo de
i) la vanidad
nieblas que el
corazón ; 4) la
la voluntad siguió la aberración de la inteligencia hasta llegar al
legradación. Cuatro grados señala San Pablo en esta degradación :
3 tontería de sus pensamientos ; 2) el entenebrecimiento o espesa
volvieron su inteligencia ;
idolatría más vil y repulsiví
estupidez o embrutecimiento de su
— 332 —
1 21-32
ROMANOS
21-12
La ley del talión: la corrupción,
castigo de la impiedad, i, 24-3.2
21 Por lo cual los entregó Dios en
manos de las concupiscencias de sus
corazones, dejándolos ir tras la tor-
peza hasta afrentar entre sí sus pro-
pios cuerpos ; 13 a ellos, que troca-
ron la verdad de Dios por la menti-
ra y adoraron y rindieron culto a la
criatura antes que al Criador, el cual
es bendito por los siglos. Amén.
M Por esto los entregó Dios a pa-
siones afrentosas. Pues, por una par-
te, sus hembras trocaron el uso na-
tural por , otro contra naturaleza
:T Igualmente, por otra, también los
varones, abandonando el uso natu-
ral de la hembra, se abrasaron con
sus impuros deseos, unos de otros,
ejecutando varones con varones la
infamia y recibiendo en sí mismos
el pago de su extravío.
* Y como ellos no tuvieron a bien
tener de Dios cabal conocimiento,
entrególos Dios en manos de una
mentalidad reproba, de manera que
hiciesen lo que no cumplía: ^reple-
tos de toda injusticia, perversidad,
codicia, maldad ; henchidos de en-
vidia, homicidio, contienda, dolo,
mala entraña ; chismosos, 30 detrac-
tores, abominadores de Dios, insolen-
tes, altaneros, fanfarrones, invento-
res de maldades, desobedientes a lo?
padres, 31 desatinados, desleales, des-
amorados, despiadados ; 3" quienes,
conociendo el justo decreto de Dios,
que los que tales cosas hacen son
dignos de muerte, no solamente las
hacen ellos, mas aun dan plácemes
a los que las hacen.
2. LXJS JUDÍOS, TAMBIÉN PRIVADOS DE
JUSTICIA
El judio, lo misino que el gentil,
juzgado según sus obras. 2, 1-11
O 1 Por lo cual eres inexcusable, ¡oh
hombre!, quienquiera que seas
tú que juzgas ; pues en 'o que juz-
gas ail otro, a ti mismo te condenas,
ya que haces lo mismo tú que juzgas.
; Ahora bien, sabemos <iue el juicio
de Dios es conforme a verdad- sobre
los que tales cosas hacen. 3¿V te
figuras eso, oh hombre que juz-
gas a los que tales cosas hacen, y
tú mismo las haces, que tú esca-
parás del juicio de Dios? 4 ¿O es
que menosprecias las riquezas de su
benignidad, de su paciencia y de su
longanimidad, desconociendo que la
benignidad de Dios te lleva al arre-
pentimiento? 6 Pues según tu dureza
e impenitente corazón atesoras para
ti ira para en el día de la ira y de la
manifestación del justo juicio de
Dios, 6 el cual dará a cada uno el pa-
go conforme a sus obras : ' a los
que con la perseverancia del bien
obrar buscan gloria y honor e in-
mortalidad, vida eterna ; 8 mas para
los amigos de porfía y que, rebel-
des a la verdad, se rinden a la in-
justicia, ira e indignación. "Tribu-
lación y angustia sobre toda alma
humana que obra el mal, así judío,
primeramente, como gentil ; 10 gloria,
en cambio, honor y paz para todo el
que obra el bien, así judío, primera-
mente, como gentil. " Que 110 hay
aceptación de personas para Dios
¡.os gentiles tienen ley. según la
cual serán juzgados. 2, 12-16
a Pues cuantos sin ley pecaron, sin
ley también perecerán, y cuantos con
ley pecaron, por la ley serán juzga-
J1~a' l'or tres veces (vv. .'4, -'6, 2?) dice San Pablo que Dios entregó a los impíos
en manos de sus instintos bastíales : es la ley del talión. Los que no quisieron aflo-
rar a Dios, caen : primero, en torpezas infames ; luego en los vicios más nefandos
contra la naturaleza ; por fin, en una perversión total del sentido moral.
3S El. justo decreto de Dios es la sanción eterna contra el pecado grave : sanción
conocida por los prevaricadores. Lo que aquí insinúa San Pablo sobre la ley natural,
lo declara y completa poco después (2, 14-16).
Q 1 San Pablo, imaginando tener delante de sí a un judío, que aplaude sus invecti-
* vas contra la inmoralidad pagana, se vuelve bruscamente contra él. .
12 Sin lev : la ley mosaica no comprendía a los gentiles.
— 333 —
2 13-22
ROMANOS
2 23-29
dos. 13 Que no los oidores de la ley
son justos ante Dios ; mas los obra-
dores de la ley serán justificados.
M Pues cuando los gentiles, que no
tienen ley, guiados por la naturaleza
obran los dictámenes de la ley, és-
tos, sin tener ley, para sí mismos
son ley ; 15 como quienes muestran
tener la obra de la ley escrita en sus
corazones, por cuanto su conciencia
da juntamente testimonio, y sus pen-
samientos, 'litigando unos con otros,
ora acusan, ora también defienden,
16 cual se descubrirá en el día en aue
juzgará Dios los secretos de los hom-
bres, según mi Evangelio, por Jesu-
cristo.
~Mnyor culpa la de los judíos, que
violan la ley. 2, 17-24
17 Que si tú te apellidas judío, y
descansas satisfecho en la ley, y té
ufanas en Dios, 18 y conoces su vo-
luntad, y sabes aquilatar lo mejor,
siendo adoctrinado por la ley, 19 y
presumes de ti ser guía de ciegos,
luz de los que andan en tinieblas,
™ educador de necios, maestro de ni-
ños, como quien posees la expresión
de la ciencia y de la verdad plasma-
das en la ley : 21 tú, pues, que a otro
enseñas, ¿ a ti mismo no te enseñas ?
Tú, que predicas no hurtar, ¿hur-
tas ? 22 Tú, que prohibes adulterar,
i adulteras ? Tú, que abominas de los
ídolos, ¿ saqueas los templos ? 28 ¡ Tú,
que te ufanas en la ley, por la trans-
gresión de la ley afrentas a Dios!
24 Porque «el nombre de Dios por
causa de vosotros es blasfemado en-
tre las gentes», según está escrito
(Is. 52, 5, i.xx ; Ez. 36, 20).
La verdadera circuncisión es la del
corazón. 2, 25-29
28 Porque la circunc isión, cierto,
aprovecha, como observes la ley ;
mas si fueres transgresor de la ley,
tu circuncisión se ha trocado en in-
circuncisión. 26 Si, pues, la incircun-
cisión guardare los justos dictáme-
nes de la ley, ¿ por ventura no será
su incircuncisión computada como
circuncisión ? 27 Y juzgará la que por
naturaleza es incircuncisión, si cum-
pliere la ley, a ti, que con letra y
circuncisión eres transgresor de la
ley. 28 Que no el que se parece de
fuera es judío ni la que se parece
de fuera en la carne es circuncisión,
29 sino más bien el judío que es tal
en lo escondido, y la circuncisión
del corazón, en espíritu, no en le-
tra ; cuya es la alabanza, no de los
hombres, sino de Dios.
14 Para sí mismos son ley : con estas palabras, después de haber mencionado tre>
veces la ley positiva de Moisés, testifica San Pablo la existencia de la ley natural :
ley interna, ley innata, ley identificada con la misma naturaleza racional del hom-
bre ; ley, empero, cuyo autor no es el mismo hombre, sino Dios. El hombre es sub-
dito, no legislador, de la ley natural : no es autónomo. San Pablo no era kantiano
Tampoco era pelagiano. I.a expresión por la naturaleza, que precede, contrapuesta
no a gracia, sino a ley positiva, no significa que las prescripciones de la ley natural
puedan cumplirse sin gracia divina, sino sin ley positiva.
16 Análisis delicado de la ley natural y de sus manifestaciones. En vez de lev
simplemente, dice el Apóstol la obra de la ley ; esto es, no la fórmula, sino el con-
tenido ; no la rígida prescripción, sino la bondad o justicia prescrita. Y esta obra di
la ley está escrita, no en tablas de piedra como las de Moisés, ni sólo en la inteli-
gencia, mostrando lo justo, sino en el corazón, inclinándolo a lo bueno. Es a la vez
una ordenación y un impulso. Sus manifestaciones son ora más espontáneas por e4
testimonio de la conciencia, ora más reflexivas por los pensamientos, que, acaso tras
reñido debate, muestran la malicia o bondad de las obras, ya acusando, ya defen-
diendo.
16 Según mi Evangelio : llama Evangelio suyo San Pablo no a un Evangelio dife-
rente del que predicaban los demás Apóstoles, sino a la forma especial que él daba,
por razón de las circunstancias, a la predicación del único Evangelio, en la cual,
a' anunciarse el juicio universal, se ponían de relieve dos puntos : que la materia
del juicio comprendía singularmente los secretos de los corazones y que su juez
había de ser el mismo Jesu-Cristo.
28 Alabanza : alusión a la significación etimológica del nombre de judío, derivado
de Judá (en hebreo, Yehudá), que significa alabanza.
— 334 —
3l-8
ROMANOS
3 3-19
Prerrogativas y prevaricaciones
de Israel. 3, 1-8
o 1 ¿Cuál es, pues, la ventaja del
■* judío ? ¿ ü cuál el provecho de
la circuncisión ?
' — Mucho de todas maneras. Pri-
meramente, porque les fueron con-
fiados los oráculos de Dios...
3 — Pues ¿ qué, si algunos de ellos
fueron incrédulos ? ¿ Por ventura su
infidelidad anulará la fidelidad de
Dios ?
* — ¡Eso, no!, antes quede senta-
do que Dios es veraz ; mas todo hom-
bre, mentiroso ; según está escrito
(Sal. 50, 6) :
Para que seas reconocido justo en tus palabras,
y venzas, si alguien osare juzgarte.
* — Pero si nuestra injusticia real-
za la justicia de Dios, ¿ qué dire-
mos ? ¿Que será tal vez injusto Dios
al descargar su cólera ? Hablo según
el criterio humano.
* — ¡ Eso, no ! Pues de otro modo,
¿ cómo va Dios a juzgar el mundo ?
7 — ... Quiero decir que si la ver-
dad de Dios redunda con mi mentira
en mayor gloria suya, ¿ por qué to-
davía yo mismo he de ser juzgado
como pecador ?
8 — ¿ Y por qué no, como se nos
calumnia, y como dicen algunos que
nosotros enseñamos, «Hagamos el
mal para que resulte el bien» ? Cu-
ya condenación es justa.
Todos, judíos y gentiles, reos ante
Dios. 3, g-20
9 — ¿En definitiva, qué? ¿Llevamos
ventaja ?
— No del todo. Porque dejamos ya
probado que judíos y gentiles, todos,
están bajo pecado ; 10 según está es-
crito : que
No hay quien sea justo, ni siquiera uno solo ;
" no hay quien tenga seso, no hay quien busque a Dios ;
'"' todos se extraviaron, a una se echaron a perder ;
no hay quien haga bondad, no hay siquiera uno (Sal. 13, 1-3).
13 Sepulcro abierto es su garganta",
con sus lenguas urden engaños (Sal. 5, 11),
" ponzoña de áspides bajo sus labios (Sal. 139, 4),
15 cuya boca revienta maldición y amargura (Sal. 10, 7).
" Agiles 6on sus pies para derramar sangre ;
11 quebranto y desventura en sus caminos ;
,s y el camino de la paz no lo conocieron (Is. 59, 7-8).
19 Ño hay temor de Dios ante sus ojos (Sal. 35, 2).
3'-* Este pasaje es, literariamente, uno (le los más embrollados de San Pablo. La
raíz de la dificultad está en su doble carácter, de panegírico a la vez y de diatriba.
Ve ahí la constante oscilación del pensamiento entre las prerrogativas de Israel y sus
prevaricaciones. Efecto de esta oscilación es la forma dialogada que adopta, pero
a medias nada más. En general, los versos impares expresan las objeciones de un
interlocutor imaginario; los pares contienen las soluciones del Apóstol. Pero entre
las dificultades y las soluciones apenas existe línea divisoria que las deslinde. La
materia es al principio la fidelidad y verdad de Dios, luego su justicia, al fin otra
vez la verdad. Sobre esto, la tendencia de las- dificultades varía radicalmente, por
cuanto el interlocutor unas veces toma la defensa de Dios, y otras parece dirigir
contra El sus ataques. Por fin, como si todo eso no bastara, interviene un tercer
interlocutor plural, no se sabe si para urgir la dificultad o para ayudar a solventarla.
8 La máxima, que calumniosamente atribuían a San Pablo, y que él justamente
condena : cHagamos el mal para que resulte el bien», coincide con aquella otra, no
menos reprobable, que luego han achacado, no menos calumniosamente, a otros : «El
fin justifica los medios.»
» A una misma pregunta del interlocutor judío respondía antes (y. 1) : «Mucho de
todas maneras», y ahora responde : «No del todo.» Es que primero miraba solamente
a los privilegios de Israel, y ahora mira además a sus prevaricaciones.
10-18 Con este tejido de pasajes bíblicos demuestra San Pablo la universalidad del
pecado
3 20-22
ROMANOS
Ahora bien, sabemos que cuanto
dice la ley, con aquellos habla que
están dentro de la ley : para que
toda boca se cierre y el mundo to-
do se reconozca reo ante la justicia
de Dios ; 30 dado que en virtud de
las obras de la ley «no será mortal
alguno justificado en su presencia»
(Sal. 142, 2) ; pues por la ley no se
alcanza sino el conocimiento del pe-
cado.
3. La justicia dé Dios se alcanza
l'OK LA FIÍ
La justicia por la fe, mediante la
redención de Cristo. 3, 21-26
M Ahora, empero, independiente-
mente de la ley, la justicia de Dios
se ha manifestado, abonada por el
testimonio de la ley y de los profe-
tas ; - pero una justicia de Dios me-
diante la fe de Jesu-Cristo, para to-
llos y sobre todos los que creen ;
pues no hay distinción. 33 Porque to-
dos pecaron, y se hallan privados de
la gloria de Dios, 11 justificados co- ¡
rao son gratuitamente por su gra-
cia, mediante la redención que se
da en Cristo Jesús, 28 al cual exhibió
Dios como monumento expiatorio,
mediante la fe, en su sangre, para
demostración de su justicia, a causa
de la tolerancia con los pecados pre-
cedentes " en el tiempo de la pa-
ciencia de Dios ; para la demostra-
ción de su justicia en el tiempo pre-
sente, con el fin de mostrar ser El
justo y quien justifica al que radica
en la fe en Jesús.
La ley de tas obras sustituida por ¡a
ley de la fe. 3, 27-31
21 ¿Dónde, pues, está el orgullo?
Quedó eliminado. ¿ Por cuál ley ? ¿ La
de las obras ? No, sino por la ley
de la fe. * Pues razonamos ser por
la fe justificado el hombre indepen-
dientemente de las obras de la ley.
"¿O es que Dios lo es de los judíos
solamente ? ¿No lo es también de los
Antes (2, 13) lia dicho San rabio que «los obradores de la ley serán justifica-
dos» ; ahora, en cambio, afirma que POR LAS obras de la ley no será mortal ALGUNO
justificado. I.a contradicción, con todo, no es más que aparente. Allí, contraponiendo
el cumplimiento de la ley a su mero conocimiento, enseña que no el que conoce la
ley, sino el que la cumple, es justo delante de Dios ; aquí, en cambio, partiendo del
as ha
quebrantado
km!.
su ulte
euni-
ítado.
idea
Dio:
hombre
TODOS I
esto es
den violado por el pecado ; es, finalmente, la jus
al pecador. Pero esta justicia envuelve una gracia
o no la merecían, sino que positivamente la desn
todos, consiguientemente, se hallaban privados de lí
:1 reflejo de divinidad que, con la justicia original, la inmortalidad
brillaba cu el hombre antes del pecado. Es a la vez justicia y gra-
a especie de paradoja, que los hombres sean justificados gratuita-
acia de Dios La solución de esta paradoja se halla en la redención
Kiora que
•nhechora
uanto los
; PORQUE
DE Dios,
es gracia :
10 poseía de
a sangre de
a el pecado.
al hombre,
meanzas en
judío que se jactaba de s
ponde resueltamente : Qu:
diatriba. Esta eliminación
realidad un Tjeneficio. En
I.F.Y DE LAS OBRAS ? No, COH
saludablemente, otra es la
1 aquella «formidable
humillante para un
336-
3 30-4 10
ROMANOS
4 2-11
gentiles ? Sí, también de los genti-
les ; 30 puesto que uno mismo es el
Dios que justificará la circuncisión
en virtud de la fe, y la incircunci-
sión por medio de la fe. 31 ¡ Anula-
mos con esto la le}- por medio de la
fe ? ¡ Eso, no ! Antes bien afianza-
mos la lev.
¡. La justicia de Dios, abonada pok
LA LEY
Abrahán, justificado por Ja fe.
4, i-8
A 1 ¿ Qué diremos, pues, haber ha-
* liado Abrahán, progenitor nues-
tro según la carne ? -Porque si Abra-
hán fué en virtud de las obras justi-
ficado, tendrá de que ufanarse, pero
no ante Dios. ' ¿Qué dice, en efecto,
la Escritura ? «Creyó Abrahán a Dios,
y le fué abonado a cuenta de justi-
cia» (Gen. 15, 6). J Ahora bien, al
que trabaja no se le abona t
| como favor, sino como deuc
cambio, a! que no trabaja, 11
en aquel que justifica al iv
le abona su fe a cuenta de j
' como también David expreí
rabien del hombre a quien D
na la justicia sin contar co
(Sal. 31, 1-2) :
jornal
: Bienaventurados aquellos a quienes fueron perdonadas las iniquidades,
y a quienes fueron encubiertos los pecados ;
s bienaventurado el hombre a quien el Señor no le toma a cuenta el pecado.
La circuncisión, señal de la justicia
por la fe. 4, 9-12
•Pues bien, ¿este parabién recae
sólo sobre la circuncisión o también
sobre la incircuncisión ? Decimos, en
efecto, que «a Abrahán se le abonó
la fe a cuenta de justicia». "¿Có-
mo, pues, se le abonó ? ¿ En estado
de circuncisión o bien de incircunci-
sión? No de circuncisión, sino de
incircuncisión. u Y tomó la señal
de la circuncisión como sello de la
justicia de la fe obtenida en el es-
tado de incircuncisión ; a fin de que
fuese él padre de todos los que cre-
vesen en el estado de incircuncisión,
30 Matiza San Pablo diferentemente la ;
judíos y en la de los gentiles. Los judíos
rente a las promesas mesiánicas ; los genti
por un remedio venido de fuera.
31 Afianzamos la ley, dándole su verdadera signific
y abonar la justicia de la fe.
lar, preparar
Todos estos razonamientos provocaban
.leí
■* justicia no
dificultad saca
raciocinio, hay
«obras», «circuí
que Abrahán a
cisión, como tí
Después de est
de la fe, con 1e
demos tributar por mee
3 La expresión abona
nifica abonar, anotar e
ción, significa que Dio>
M.rah.i
tiene ya la ley ? De esta
is. Para mejor seguir su
los judíos eran términos casi equivalente-
ajo estos tres aspectgs demuestra San Pablo
irtud de sus obras, ni menos por la circun-
por la ley el cumplimiento de la promesa,
leclara positivamente la eficacia maravillosa
a Dios : gloria que también nosotros le i>o-
habla
un término de contaduría comercial que sig-
que, aplicado metafóricamente a la justifica-
de Abrahán la fe, aceptándola como cquiva-
atención al valor de la sangre redentora de
ablo de la «justicia imputada» o ficticia que
lo toda la Teología de San Pablo no protestase contra esas
disiparía completamente el v. 4, en que el mismo término se
lo al jornalero ; y no menos el v. S, en que el verbo (tomar
¡bjeto el pecado. Si la justicia «abonada a cuenta» fuese pura-
habría de ser igualmente el pecado ; consecuencia que 110
lente de la justicia q
Cristo. Evidentemente
imaginó Lutero. Cuan
fantasías luteranas, la-
aplica al jornal abona
a cuenta» tiene como
mente ficticia, ficticic
admitirán los protestantes.
u-u En la justificación de Abrahán intervienen tanto la incircuncisión como la
circuncisión : la primera, porque en ella recibió la justicia ; la segunda, porque se
tomó como señal de la justicia recibida. ¿Y esto por qué? Porque Abrahán había de
ser padre de todos los creyentes, así incircuncisos o gentiles como circuncisos o judíos.
— 337 —
4 12-17
ROMANOS
4 18-25
para que también a ellos se les abo-
nase la justicia ; 12 y padre de la
circuncisión para... no solamente los
que están circuncidados, sino tam-
bién para los que siguen las huellas
de la fe que en el estado de incir-
cuncisión tenía nuestro padre Abra-
hán
La promesa cumplida, no por la ley,
sino por la fe. 4, 13-22
13 En efecto, no por la ley le fué
hecha a Abrahán y a su posteridad
la promesa de ser él heredero del
mundo, sino por la justicia de la fe.
14 Porque si los hijos de la ley son
herederos, anulada queda la fe y abo-
lida la promesa, 15 pues la ley pro-
duce cólera ; que donde no hay ley,
tampoco transgresión. 1U Por esto es
en virtud de la fe, para que sea por
gracia, a fin de que sea firme la pro-
mesa a toda la posteridad, no sola-
mente a la que radica en la ley, sino
también a la que procede de la fe de
Abrahán, que es padre de todos nos-
otros, 17 según está escrito, que «pa-
dre de muchas naciones te he cons-
tituido» (Gén. 17, 5), ante el acata-
miento de aquel a quien creyó, de |
Dios, que da vida a los muertos y
llama a las cosas que no son como
si fueran. 18 El cual, fuera de toda
esperanza, estribando en la esperan-
za, creyó que sería padre de nume-
rosas naciones, según lo que está
dicho : «Así será tu descendencia»
(Gén. 15, 5). J° Y sin desmayar en
la fe, consideró estar su cuerpo ya
amortecido, siendo casi centenario,
y el amortecimiento del seno de Sa-
ra ; 20 mas ante la promesa de Dios
no titubeó con la incredulidad, an-
tes cobró vigor con la fe, dando glo-
ria a Dios, 21 y plenamente persuadi-
do de que lo que ha prometido, po-
deroso es también para cumplirlo.
22 Por lo cual también le fué abona-
do a cuenta de justicia.
Conclusión: nuestra justificación por
la fe. 4, 23-25
23 Y no se escribió por él solamen-
te que «se le abonó», a sino también
por nosotros, a quienes se ha de abo-
nar, a los que creemos en aquel eme
resucitó a Jesús, Señor nuestro, de
entre los muertos ; 26 el cual fué en-
tregado por nuestros delitos y fué
resucitado por nuestra justificación.
13-17 Contra la confusión de judíos y judaizantes, que vinculaban a la ley el cum-
plimiento de la promesa, establece el Apóstol la distinción, capital en su Teología,
entre la promesa y la ley ; y afirma que las bendiciones prometidas a Abrahán no
estaban vinculadas a la ley, sino a la justicia de la fe.
Se complace el Apóstol en ponderar la fe de Abrahán, cuya eficacia pone,
empero, no en su heroísmo personal, sino en que su fe incomparable fué la suprema
glorificación de Dios, poderoso para dar vida a los muertos.
a-M Con penetrante sagacidad muestra San Pablo en la fe de los cristianos una
reproducción de la fe de Abrahán. Por esta fe y por la gloria que con ella tributan
a Dios, son ellos justificados, como lo fué Abrahán.
a En pocas palabras nos da aquí San Pablo otra síntesis de su Soteriología. Dos
actos señala en la obra redentora de Cristo : su muerte y su resurrección ; y dos
aspectos también en su objeto : la expiación de nuestros delitos y nuestra justifica-
ción. Al atribuir la expiación a la muerte y la justificación a la resurrección, no
habla el Apóstol en sentido exclusivo, pues muerte y resurrección forman un todo
inseparable, al cual se han de atribuir ¡11 solidum tanto la expiación como la justi-
ficación, que no son sino dos aspectos, negativo y positivo, de una misma realidad.
La justificación de que habla el Apóstol es la justificación por la fe, y la fe que
justifica es la fe en la resurrección de Cristo. Es aquí, pues, la fe lazo de unión
entre la resurrección de Jesu-Cristo y nuestra justificación.
En los cuatro capítulos que siguen expone San Pablo la vitalidad fecunda de la
justicia cristiana, enumerando los frutos de vida que brotan de la justicia por la fe.
Cuatro son en particular estos frutos : la comunión de justicia con Jesu-Cristo, la
vida integral, la potencia moral de la gracia, el espíritu de filiación ; o, bajo otra
imagen, son una cuádruple liberación o victoria contra cuatro tiranos que nos es-
clavizaban : el pecado, la muerte, la ley, la carne. Mas, antes de entrar en materia
y como por vía de transición, entre el hecho de la justificación y la consumación de
la vida pone San Pablo el gozo de la esperanza.
- 338 -
51-5
ROMANOS
5 6-13
Sección II: Vitalidad de la justicia
cristiana
Introducción ; la paz con Dios y la
esperanza por la fe y la sangre
de Cristo
Tesis: la esperanza no engaña.
5, i-5
r 1 Justificados, pues, en virtud de
*^ la fe, mantengamos la paz con
Dios por mediación de nuestro Señor
Jesu-Cristo, 2 por quien hemos obte-
nido con la fe el acceso también a
esta gracia en la cual nos mantene-
mos, y nos gozamos estribando en
la esperanza de la gloria de Dios.
* Y no sólo esto, sino que también
nos gozamos en las tribulaciones, sa-
biendo que la tribulación engendra
constancia ; 4 la constancia, aquila-
tamiento ; el aquilatamiento, espe-
ranza, 6 y la esperanza a nadie deja
corrido.
El amor de Dios, prenda de nuestra
esperanza. 5, 5.-11
Porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fué dado.
• Pues, i para qué Cristo, siendo to-
davía nosotros impotentes, a su tiem-
po murió por unos impíos ? 7 Porque
a duras penas morirá uno por un
justo, pues por el bueno tal vez uno
se anime a morir. 8 Mas acredita Dios
su amor para con nosotros en que,
siendo nosotros todavía pecadores,
Cristo murió por nosotros. 9 Con mu-
cha más razón, pues, justificados
ahora en su sangre, seremos por El
salvados de la cólera. 10 Porque, si,
siendo enemigos, fuimos reconcilia-
dos con Dios por la muerte de su
Hijo, con mucha más razón, una vez
reconciliados, seremos salvos en su
vida. 11 Y no sólo esto, sino que aun
nos gozamos en Dios por nuestro
Señor Jesu-Cristo, por quien ahora
obtuvimos la reconciliación.
1. La justicia del hombre pok la
comunión con Jesu-Cristo
Paralelismo iniciado entre Adán
y Cristo. 5, 12-14
a Por esto, como por un solo hom-
bre el pecado entró en el mundo, y
por el pecado la muerte, y así a to-
dos los hombres alcanzó la muerte,
por cuanto todos pecaron ; 13 porque
5 1-11 Esta introducción es a su modo un discurso acabado, en que el Apóstol asienta
como tesis la infalibilidad de la esperanza, la cual demuestra, primero generalmen-
te, por el amor de Dios, y luego más particularmente, por el hecho de la muerte de
Cristo.
2 Gloria de Dios es aquí la ostentación que Dios hace de su poder en beneficio
del hombre : es la irradiación benéfica del ser divino.
5 El amor dl Dios es aquí una expresión compleja que comprende a la vez tanto
el amor con que Dios nos ama como el amor con que nosotros amamos a Dios. El
primer sentido lo exige el contexto, como se ve por el v. 8. Este amor con que Dios
nos ama es el que presenta aquí San Pablo como fundamento de nuestra esperanza.
Mas, por otra parte, el texto mismo : ha sido derramado en nuestros corazones,
exige evidentemente el segundo sentido : la virtud «infusa» de la caridad.
<s~u He aquí la ilación de este razonamiento : v. 5 : el amor de Dios, principio
y fundamento de todo el raciocinio ; vv. 6-7 : el hecho, o sea, la muerte de Cristo
por los impíos ; v. 8 : repetición del principio combinado con el hecho ; v. 9 : conse-
cuencia de lo pasado a lo futuro ; v. 10 : demostración de esta consecuencia : si Dios
hizo lo más por los enemigos, mejor hará lo menos por los amigos; v. 11 : júbilos
de la esperanza, para la cual Dios, antes objeto de terror, es ahora objeto de íntimo
gozo.
13-3 Condición previa para entender este pasaje es conocer su estructura irregular.
El pensamiento es de suyo sencillo: Jesu-Cristo es para los hombres principio de
justicia y de vida. Para darle mayor relieve, establece San Pablo un paralelismo en-
tre Adán y Jesu-Cristo. Pero este paralelismo, si por una parte declaraba bien su
pensamiento, por otra le pareció casi ofensivo a la dignidad incomparable de Cristo.
Por efecto de este escrúpulo, el paralelismo se convierte en contraste vigoroso. Qui-
tado el escrúpulo, reanuda el paralelismo. Por fin, en la conclusión el paralelismo
se combina con el contraste. Pero en medio de este razonamiento tormentoso ful-
guran dos grandes verdades : la existencia y naturaleza del pecado original, la mara-
villosa concepción o figura del segundo Adán, contrapuesto al primero.
— 339 —
5 I*""
ROMANOS
5 18-20
anteriormente a la ley había pecado
en el mundo ; mas el pecado no se
imputa donde no hav lev ; " sin era-
banjo, reinó la muerte desde Adán
a Moisés, aun sobre los que no ha-
bían peea_do a imitación de Adán, el
cual es figura del venidero...
Doble contraste entre Adán y Cristo.
5, 15-17
'" .Alas no cual fué el delito, así
también fué el don ; pues si por el
delito de uno solo los que eran mu-
chos murieron, mucho más .la gracia
de Dios y la dádiva de la gracia de
un solo nombre, Jesu-Cristo, se des-
bordó sobre los que eran muchos.
" Y no como por uno que pecó
así fué el don ; porque la sentencia,
arrancando de uno solo, remata en
condenación ; mas el don, partiendo
de muchas ofensas, se resuelve en
justificación. 17 Pues si por el delito
de uno solo reinó la muerte por cul-
pa de este solo, mucho más los que
reciben la sobreabundancia de la
gracia y del don de la justicia reina-
rán en la vida por uno solo, Jesu-
Cristo.
Paralelismo reanudado v concluido.
5, 18-21
a Así, pues, como por el delito de
uno solo para todos los hombres to-
lo remata en condenación, así tam-
bién por el acto de justicia de uno
solo para todos los hombres todo
acaba en justificación de vida. 18 Pues
como por la desobediencia de un so-
lo hombre fueron constituidos pe-
cadores los que eran muchos, así
también por la obediencia de uno so-
lo serán constituidos justos los que
son muchos. w Mas la ley se atrave-
só para que aumentase el delito ;
mas donde aumentó el delito, sobre-
ls-™ En estos tres versículos enuncia San Pablo
tra la existencia del pecado original (Cfr. Trid., sess. 5, nn. 2 y 4. Penz. 7R0. ron.
En el v. 12 propone la mayor del silogismo : «Todos murieron, porque todos peca-
ron.» K11 los dos versículos siguientes prueba la menor implícita : «Este pecado
«Antes de' la ley de Moisés no existí^ley que 'castigase* con ^muerte' el pecado
personal.» Segunda prueba : «Han existido muchos que no cometieron pecados per-
sonales, y, no obstante, murieron.» Conclusión : luego el pecado origen de la muerte
es el primer pecado, que fué a la vez pecado de Adán y pecado de toda su descen-
dencia : que es lo que se llama pecado original.
11 Queda sin acabar el paralelismo iniciado en el v. 12. La conclusión normal
hubiera sido : «... Así por un solo hombre la justicia entró en el mundo, y por la
justicia, la vida ; y así la vida alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos fueron
justificados», radical o virtualmente, en Cristo. Esta conclusión está implícita en la
frase anacolútica el cuai. es figura dei. venidero, esto es, Adán es figura o tipo
de Cristo.
15 El paralelismo iniciado se convierte en antítesis : doble contraste, personal
y real, entre el primero y el segundo Adán.
}.-\ doble contraste insinuado en el versículo anterior entre el pecado y la
gracia, entre Adán y Cristo, se reproduce en estos dos versículos. Una circunstancia
que pone de relieve la eficacia de la gracia es que la gracia de Cristo fué tanto mayor
que el delito de Adán, cuanto que tuyo que contrarrestar y reparar no sólo el pecado
original, sino también los pecados actuales, cometidos después por todos los hom-
bre--. Cuantitativamente la gracia tuvo que ser inmensamente mayor que el pecado
de Adán. Este exceso de la gracia sobre el pecado fué efecto de la inmensa ventaja
que Cristo tuvo sobre Adán.
33 Este versículo explica y demuestra el anterior. Por el pecado de uno son todos
condenados, porque el pecado de este uno es también pecado de todos; y por la
justicia de uno sou todos justificados, porque la justicia de este uno se hace también
justicia de lodos. T.a razón de esto es la misteriosa solidaridad e inefable identidad
de todos con uno : con Adán para el pecado, con Jesu-Cristo para la justicia.
^ Conclusión : paralelismo matizado de contraste. La ley es la ley de Moisés,
no tanto en sí misma cuanto según la ftdsa idea que de ella se habían forjado mu-
chos judíos. Para que la ofensa creciese: esta finalidad de la ley, lo mismo que su
personificación, es una figura de lenguaje. La expresión final indica que el nuevo
Adán, precisamente en calidad de tal, es el Mediador de la Nueva Alianza, el Me-
diador de la gracia, rroporcionalmente, María, como segunda Eva, umversalmente
asociada al segundo Adán, es, en calidad de tal, la Medianera universal de la gracia.
— 340 —
5 21-6 8
ROMANOS
69-16
rrebosó la gracia, a a fin de que,
como reinó el pecado en la muerte,
así también reinase la gracia por la
justicia para vida eterna por Jesu-
cristo, Señor nuestro.
2. Por la muerte a la vida
lisiamos muertos al pecado. 6, 1-14
1 ¿Qu¿ diremos, pues? ¿Perma-
nezcamos en el pecado, para que
la gracia aumente ? ■ ¡Eso, no! Los
que morimos al pecado, ¿cómo to-
davía viviremos en él ?
* ¿ O es que ignoráis que cuantos
fuimos bautizados en Cristo Jesús, en
su muerte fuimos bautizados ? 4 Con-
sepultados, pues, fuimos con El por
el bautismo en orden a la muerte,
para que como fué Cristo resucitado
de entre los muertos por la gloria
del Padre, así también nosotros en
novedad de vida caminemos. 6 Porque
si hemos sido hechos una cosa con
El por lo que es simulacro de su
muerte, pero también lo seremos por
lo que lo es de su resurrección ;
6 sabiendo esto, que nuestro hom-
bre viejo fué con El crucificado, pa-
ra que sea eliminado el cuerpo del
pecado, a fin de que en adelante
no seamos ya esclavos del pecado :
: pues quien murió, absuelto queda
del pecado. s Y si morimos con Cris-
to, creemos que también viviremos
con El ;
9 Sabiendo que Cristo, resucitado de
entre los muertos, no muere ya mas,
la muerte sobre El no tiene* ya se-
ñorío. 10 Porque eso que murió, al
pecado murió de una vez para siem-
pre ; mas eso que vive, vive para
Dios. a Así, también vosotros haceos
cuenta que estáis muertos para el
pecado, pero vivos para Dios en Cris-
to Jesús.
u Xo reine, pues, el pecado en vues-
tro cuerpo mortal, de suerte que obe-
dezcáis a sus concupiscencias ; 13 ni
presentéis vuestros miembros como
armas de iniquidad al servicio del
pecado, antes presentaos a vosotros
mismos a Dios como muertos retor-
nados a la vida, y vuestros miem-
bros como armas de justicia al ser-
vicio de Dios. 11 Porque el pecado no
ha de dominar sobre vosotros, pues
no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia.
Muertos al pecado, hemos de servir
a la justicia. 6, 15-23
a Pues ¿qué? ¿Pequemos, ya que
no estamos bajo la ley, sino bajo la
gracia ? ¡ Eso, no ! 15 ¿ Xo sabéis que
cuando os entregáis a uno como es-
clavos para obediencia, esclavos sois
de aquel a quien obedecéis, ya sea
del pecado para muerte, ya de la
£* P La expresión bautizados, al recibir la significación específicamente cristiana, no
" se desi>ojó de -u significación etimológica de sumergirse. Por el bautismo queda el
creyente como sumergido en Cristo y en su muerte : místicamente compenetrado con
Cristo y muerto con Cristo.
* La inmersión bautismal sugiere al Apóstol la idea de sepultura, la cual, comple-
tando la idea de muerte, sirve además, como en Cristo, de punto de partida de la
resurrección. || La gloria del Padre es la ostentación esplendorosa de su poder. || La
novedad de vida es aquí la vida santa. Para entender el razonamiento de San Pablo
hay que recordar que en todo este pasaje habla, según un procedimiento muy carac-
terístico suyo, de la vida integral, que comprende así la vida habitual de la gracia
santificante y el ejercicio de la vida santa como la vida eterna de la gloria y la
resurrección de la carne a nueva vida. Estas cuatro manifestaciones forman un todo
indivisible, que San Pablo denomina simplemente vida. Por esto en su razonamiento
pasa el Apóstol insensiblemente df un matiz a otro, sin que eso sea un paralogismo.
* Hombre viejo y cuerpo del pecado son dos expresiones equivalentes, que expre-
san la herencia recibida del viejo Adán : el uceado original con todas sus funestas
consecuencias.
7 La frase es una comparación latente de la muerte mística, que justifica al hom-
bre de sus pecados, con la muerte natural, que corta de una vez todos los víncu'os
que le ligaban en esta vida.
10 Cristo murió al pecado. Cristo, por su inefable donación, antes de su muerte
estaba en cierto modo sometido al pecado : no a pecado alguno personal, pues era
la misma inocencia, sino tal pecado del mundo», que sobre sí había tomado y por
el cual, muriendo, había de satisfacer a la justicia divina.
— 341 —
6 17-7 i
ROMANOS
obediencia para justicia ? 17 Pero gra-
cias a Dios de que, habiendo sido
esclavos del pecado, obedecisteis de
corazón a aquella forma de doctrina,
a la cual fuisteis entregados ; 18 y li-
berados del pecado, fuisteis esclavi-
zados a la justicia. 19 Cosa humana
digo a causa de la flaqueza de vues-
tra carne. En efecto, como entregas-
teis vuestros miembros como escla-
vos a la impureza y a la iniquidad
para la iniquidad, así ahora entre-
gad vuestros miembros como escla-
vos a la justicia para la santidad.
20 Pues cuando erais esclavos del pe-
cado, erais libres «respecto de la jus-
ticia. " ¿Qué fruto, pues, lograbais
entonces ? Cosas son de que ahora
os ruborizáis, ya que el paradero de
ellas es muerte. 22 Mas ahora, liljera-
dos del pecado y esclavizados a Dios,
tenéis vuestro fruto en la santidad,
y el paradero, la vida eterna. 23 Por-
que el sueldo del pecado es muerte ;
mas la dádiva de Dios, vida eterna
en Cristo Jesús, Señor nuestro.
3. De la ley a la gracia
[.os cristianos . muertos a ta ley de
IMoisés. 7. 1-6
n '¿O es que ignoráis, hermanos
' — pues hablo a quienes saben lo
que es ley — , que la ley mantiene su
dominio sobre el hombre por todo él
tiempo que vive ? 2 En efecto, la mu-
jer casada está atada por la ley al
marido mientras éste vive ; mas una
vez muerto el marido, queda des-
ligada de la ley del marido. 3 Así
ue, mientras vive el marido, será
eclarada adúltera si se junta a otro
hombre ; mas, una vez muerto el
marido, queda libre de la ley, de
suerte que no es adúltera si se junta
a otro hombre. 4 Así es que, herma-
nos míos, también vosotros quedáis
muertos a la ley por el cuerpo de
Cristo, a fin de que pertenezcáis a
otro, a aquel que fué resucitado de
entre los muertos, con el fin de que
llevemos fruto para Dios. 6 Porque
cuando estábamos en la carne, las
pasiones de los pecados, atizadas por
la ley, obraban en nuestros miem-
bros para llevar fruto en pro de la
muerte ; 8 mas ahora nos desenten-
dimos de la ley, habiendo muerto a
aquello que nos tenía apresados, de
modo que sirvamos en novedad de
espíritu y no en veiez de letra.
La ley, ocasión de pecado. 7, 7-12
' ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es
pecado ? ¡ Eso, no ! Sin embargo, el
pecado no lo conocí sino por la ley.
Porque ni la concupiscencia conocie-
17 La palabra doctrina, Didakhé, vino a ser como técnica para expresar el come-
nido doctrinal de la revelación cristiana. Aauí San Pablo, personificándola, la pre-
senta como maestra a quien son entregados los cristianos para su instrucción re-
ligiosa.
23 El pecado se representa como un general que da como sueldo a los que le si-
guen la muerte. A este general se contrapone Dios, que da a los que le sirven la
vida eterna, no como simple sueldo, sino como dádiva, en que a la justicia se suma
la liberalidad. Hay aquí una alusión a los donativos aue hacían los emperadores ro-
manos a los soldados.
7 1-1 El razonamiento de San Pablo es: la ley pierde todo su dominio sobre los
muertos ; vosotros habéis muerto jurídica y místicamente : luego la ley de Moisés
ha perdido todo su dominio sobre vosotros.
En estos dos versículos condensa el Apóstol cuanto va a exponer en este ca-
pítulo y el siguiente. Aparecen ya aquí los principales factores fisiológicos, psicoló-
gicos, morales y espirituales de la palpitante tragedia de la justificación. Por una
parte, el pecado, el original principalmente ; la carne, en que se encastilla el pe-
cado ; la ley. Por otra parte, el espíritu : espíritu de justicia y de vida, luz y fuerza
del hombre : que destruye el pecado, castifica la carne, frena las pasiones, elimina
la muerte, completa o sustituye la ley.
7-n Tres términos, relacionados entre sí, predominan en todo este pasaje : iley»,
«yo», (pecado». La «ley» es la ley de Moisés. En efecto, el precepto de la ley que
cita San Pablo : No codiciarás, está tomado de la ley de Moisés. Este sentido de la
ley determina el sentido del «yo». Aun cuando hable en primera persona, habla en
nombre de la humanidad sometida a la ley antes mencionada. El «pecado» es, prin-
cipalmente, el original ; si bien nq sólo en cuanto es privación de la justicia origi-
nal, sino además en cuanto es principio de depravación.
— 342 —
7 8-14
ROMANOS
7 15-23
ra si la ley no dijera : «No codicia-
rás» (Ex. 20, 17). 8 Mas tomando oca-
sión el pecado por medio del man-
damiento, obró en mí toda concu-
piscencia. Porque sin ley el pecado
estuviera muerto. 9 Y yo vivía sin
ley un tiempo ; mas, venido el man-
damiento, el pecado revivió, 10 y yo
morí ; y me resultó que el manda-
miento dado para vida, éste fué pa-
ra muerte. " Porque el pecado, to-
mando ocasión, por medio del man-
damiento me sedujo, y por él me
mató. u Así que la ley es santa, y
el mandamiento es santo, y justo, y
bueno...
La concupiscencia, verdadera causa
del pecado. 7, 13-23
a ¿ Luego lo bueno vino a ser para
mí muerte ? ¡ Eso, no ! Mas el peca-
do, para mostrarse pecado, por me-
dio de una cosa buena me acarreó la
muerte, a fin dé que viniese a ser el
pecado desmesuradamente pecador
por medio del mandamiento. M Por-
que sabemos que la ley es espiritual.
mas yo soy carnal, vendido por es-
clavo al pecado.
" Porque lo que hago no me lo
explico, pues no lo que quiero es lo
que obro ; antes lo que aborrezco,
eso es lo que hago. 16 Y si lo que no
quiero eso es lo que hago, convengo
con la ley en que es buena. 17 Mas
ahora ya no soy yo quien lo hago,
sino el pecado que habita en mí.
18 Porque sé que no habita en mí,
quiero decir en mi carne, cosa bue-
na, pues el querer a la mano lo ten-
go ; mas el poner por obra lo bueno,
no. 19 Porque no es el bien que quie-
ro lo que hago ; antes el mal que no
quiero es lo que obro. 20 Y si lo que
no quiero vo eso hago, ya no soy yo
quien lo obro, sino el pecado que ha-
bita en mí.
21 Hallo, pues, esta ley, que al que-
rer yo hacer el bien, me encuentro
con el mal en las manos ; ~ pues me
complazco en la ley de Dios según
el hombre interior ; 23 mas veo otra
ley en mis miembros, que guerrea
contra la ley de mi razón y me tiene
aprisionado como cautivo en la ley
del pecado, que está en mis miem-
bros.
13-3 Para facilitar la inteligencia de este pasaje ayudarán dos observaciones. Pri-
mciamente, habla aquí San Pablo como judío sujeto a la ley. De ahí la ausencia de
la palabra «espíritu» en todo el pasaje. En segundo lugar, hay que precisar la es-
tructura y desenvolvimiento lógico del razonamiento. En los vv. 13-14 se propone el
enigma de la ley ocasión de pecado y se enuncia la clave de la solución, que es la
esclayitud de la carne al pecado. Sigue la explicación, propuesta en forma paradójica
y repartida en tres ciclos, de esta esclavitud de la carne. En los dos primeros ci-
clos, w. 15-17 y 18-20, idénticos más que paralelos, se pinta vivamente la anomalía de
quien quiere el bien y obra el mal. En el tercero, vv. 21-23, se recogen las observa-
ciones precedentes y se formula la psicología moral del hombre caído, dejado a sus
propias fuerzas.
Tres cosas principales dice aquí San Pablo, que parecen una contradicción :
que él obra el mal, que lo obra contra su voluntad y que no es él quien propia-
mente lo obra. La solución, en principio, es obvia. La responsabilidad del hombre
depende esencialmente de su libre consentimiento. Ahora bien, puede haber consen.
timitnto plenamente deliberado, perfectamente compatible con dos cosas : con volun-
tad ineficaz o complacencia contraria y con la ausencia de propia iniciativa. Y éste
es el caso que presenta San Pablo : de uno que se complace en la ley de Dios
según el hombre interior, de uno que siente en sí un estímulo en cierta manera
extrínseco que le impulsa al pecado, pero que al fin consiente libremente en el
pecado.
a-*> Cinco veces menciona San Pablo la ley, en tres sentidos diferentes : 1) Hallo,
pues, esta ley : es ésta una ley de experiencia interna, es la constatación de un fe-
nómeno psicológico desconcertante ; 2) me complazco en la ley de Dios, la ley de mi
razón : es ésta la ley eterna de Dios y su derivación o repercusión en la razón
humana, que se llama ley natural; 3) veo otra ley en mis miembros, que... me tiene
aprisionado. .. en la ley del pecado : es la concupiscencia, que reside en la carne y de
hecho es una derivación del pecado original. Las dos expresiones, sustancialmente
equivalentes : uo.mbre interior y razón, no hay que confundirlas con el espíritu.
Mientras la razón representa las luces y energías puramente naturales de la porción
superior del hombre, el espíritu comprende las luces y energías sobrenaturales que
el hombre recibe del Espíritu de Dios. En este cap. 7 la lucha es entre la carne y la
razón ; en el cap. 8 intervendrá otro factor : el Espíritu, que, iluminando y corro-
borando la razón y contrarrestando las inclinaciones de la carne con otras tenden-
cias más nobles, dará a la razón ía victoria sobre la carne.
— 343 —
7 24-8 3
ROMANOS
Conclusión. 7, 24-25
* ¡Desventurado de mí! ¿Quién
nie librará del cuerpo de esta muer-
te ? * Gracias sean dadas a Dios por
Jesu-Cristo, Señor nuestro.
Así que yo por mí mismo con la
razón sirvo, a la ley de Dios, mas
con la carne a la ley del pecado.
4. Dr. LA CARNE AL ESPÍRITU : d) ES-
PÍRITU DE SANTIDAD, DE FUERZA Y
DE VIDA
La justicia de la ley asequible po¡
el Espíritu. 8, 1-4
O 1 Ninguna condenación, pues, pe-
0 sa ahora sobre los que están en
Cristo Jesús. 2 Porque la ley del Es-
píritu de la vida en Cristo Jesús me
liberó de 'la /ley del pecado y de la
muerte. 3Pues lo que era imposible a
la Jey, por cuanto estaba reducida a
la ¡impotencia ipor la carne, — Dios,
habiendo enviado a su propio Hijo
en semejanza de carne de pecado y
como víctima por el pecado, condenó
al pecado en la carne, 1 para que el
ideal de justicia de la ley se realiza-
se plenamente en nosotros, los que
caminamos no según la carne, sino
según el Espíritu. '
Tendencias opuestas de la carne y
del Espíritu. 8, 5-8
5 Porque los que son según la car-
ne aspiran a las cosas de la carne ■
mas los que son según el Espíritu,
a las del Espíritu. ü Porque la aspi-
ración de la carne es muerte ; mas
la aspiración del Espíritu, vida v
paz. 1 Por cuanto la aspiración de la
carne es enemistad con Dios, puesto
que no se somete a la lev de Dio*,
como que ni siquiera puede. s Y los
que están en la carne no pueden
agradar a Dios
El Espíritu vivificante. 8, o-n
0 Mas vosotros no estáis en la car-
ne, sino en el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios habita en vosotros.
36 I.a variante occidental, conservada en la Yulgata : tLa gracia de Dios...», si
criticamente es secundaria, es, con todo, una excelente explicación de la variante
auténtica
O 1 La condenación de que habla aquí San I>al>lo es la triste impotencia moral, dra-
0 máticamente descrita en el cap. 7.
- Contrapone San Pablo dos leyes : la del espíritu y la de la carne. La frase
completa sería: «Porque la ley del Espíritu, que lo is de la justicia y de la vida
en Cristo Jesús, me libertó de la ley de la carne, que lo es del pecado y de la
situación Dios quiso
undo para que destruy>
fortaleza domíc estaba encastillado :' en la carne. Y allí 1.0 condenó, lo derrocó, lo
redujo a la impotencia. Libertada la carne de la esclavitud del pecado, quedaba a su
vez la ley libre de los obstáculos que la carne oponía a la realización de sus ideales
de justicia.
6-3 Las expresiones originales «phroneín» y «phronema», que traducimos ASPIRAR
y aspiración, tienen sentido complejo y expresan a la vez lo que los psicólogos de-
nominan sentimientos y tendearlas, \o< gustos y propensiones y aun los juicios
cias. — La antítesis entre la carne y el espíritu e^ muy compleja. En su análisis
señala San Pablo cuatro grados en cada uno de los dos extremos de la antítesis :
estar en la carne o en el espíritu, ser según la carne..., aspirar a las cosas de la
carne..., caminar según la carne...
o-i' Estos tres versículos contienen muchos elementos de la Pnenmatología de
San Pablo. El Espíritu Santo es a la vez Espíritu de Dios Padre y Espíritu de
Cristo ; y como es Espíritu del Padre, porque procede del Padre, asi también
— 344 —
8 10-13
ROMANOS
8 i*-"
Que si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, ese tal no es de El. ,0 Y si
Cristo está en vosotros, el cuerpo,
ciertamente, está muerto a causa del
pecado ; mas el Espíritu es vida a
causa de la justicia. "Y si^ el Espí-
ritu del que resucitó a Jesús de en-
tre los muertos habita en vosotros,
el que resucitó a Cristo Jesús de en-
tre los muertos vivificará también
vuestros cuerpos mortales por obra
de su Espíritu, que habita en vos-
otros.
b) Espíritu de filiación y prenda
DE VIDA ETERNA
Transición parenc'tica : vivir segun
el Espíritu. S, 12-13
'•' Asi, pues, hermanos, deudores
somos no a la carne : de vivir se-
gún la carne. 13 Porque si según la
carne vivís, habréis de morir ; mas
si con el Espíritu hacéis morir las
fechorías del cuerpo, viviréis.
Viviréis, como hijos de Dios y here-
deros de Dios, por el Espíritu de
Dios. 8, 14-17
" Pues cuantos son llevados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de
Dios. 10 Porque no recibisteis espíri-
tu de esclavitud para reincidir de
üuevo en el temor ; antes recibisteis
Espíritu de filiación adoptiva, con
el cual clamamos : ¡ Abba ! ¡ Padre !
El Espíritu mismo testifica a una
con nuestro espíritu que somos hi-
jos de Dios. 17 Y si hijos, también
herederos : herederos de Dios, cohe-
rederos de Cristo ; si es que junta-
mente padecemos, para ser junta-
mente glorificados.
O Espíritu de esperanza
Expectación de la creación
inanimada. 8, 18-22
" Porque entiendo que los pade-
cimientos del tiempo presente no
guardan proporción con la gloria que
ib Espíritu Je Cristo, porque procede de Cristo en cuanto Dios. De este Espíritu
tres veces dice San Pablo que habita ex nosotros. Efecto de esta inhabitación es la
justicia, y por la justicia la vida : la vida inicial de la gracia y santidad y la vida
consumada de la gloria, y de un modo especial la resurrección final de la carne.
Es además el Espíritu Santo el principio de cohesión y de actividad del cuerpo
místico de Cristo. Son de notar 'as tres fórmulas, sustancialmente equivalentes, con
que el Apóstol expresa las relaciones de los hombres con Cristo, dentro de la unidad
de su cuerpo místico ; «nosotros en Cristo», «Cristo en nosotros», «nosotros (miem-
bros o parte) de Cristo».
La última palabra, viviréis, es la tesis que va a demostrar en los párrafos
siguientes.
Estos versículos contienen un silogismo. La mayor es un principio jurídico :
«Los hijos son herederos.» La menor es un hecho : «Nosotros somos hijos de Dios.»
La conclusión es evidente : «Luego nosotros somos herederos de Dios» ; conclusión
equivalente a la tesis : Viviréis eternamente. El nervio de la demostración está eu
que el Espíritu Santo es Espíritu de filiación, que nos hace hijos adoptivos de
Dios. En lo cual hay profundas y misteriosas harmonías. Procedente del Padre y
del Hijo como aspiración amorosa de entrambos, es, consiguientemente, en Dios
Padre Espíritu de amor paterno hacia nosotros, y en nosotros Espíritu de amor
filial para con Dios. Por esto despierta en nuestros corazones sentimientos filiales,
que son un testimonio de nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. A este
testimonio íntimo de nuestro propio espíritu dice San Pablo que une su testimonio
el Espíritu Santo ; si bien no dice que cada uno de los fieles perciba experimen-
talmente este testimonio del Espíritu Santo, como pretendían los protestantes; su-
posición que justamente condenó el concilio Tridentino.
San Pablo, insensible, al parecer, a los encantos de la naturaleza, se muestra
aquí sensibilísimo a las ansias y gemidos de la creación visible, que, violentada
por el hombre y sujeta al servicio del pecado, forcejea por sacudir esta degradante
esclavitud. Dios, autor de la naturaleza, ha señalado un término a ese estado de
violencia y ha vinculado la rehabilitación de la naturaleza a la gloria que se ha
DE MANIFESTAR y A LA LIBERTAD DE LA GLORIA DE LOS HIJOS DE DlOS. Por eStO para el
Apóstol la expectación ansiosa de la creación es un motivo de esperanza y una
prenda de nuestra futura glorificación. La personificación de la naturaleza, contenida
en el v. 19 y completada en el v. 22, es de una "fuerza trágica palpitante, trazada
con rasgos fulgurantes.
— 345 —
8 19-25
ROMANOS
8 26-30
se ha de manifestar en orden a nos-
otros. 19 Pues la expectación ansiosa
de la creación está aguardando la re-
velación de los hijos de Dios. M Por-
que la creación fué sometida a la
vanidad no de grado, sino en aten-
ción al que la sometió, con esperan-
za 21 de que también la creación mis-
ma será liberada de la servidumbre
de la corrupción, pasando a la liber-
tad de la gloria de los hijos de Dios.
B Porque sabemos que la creación
entera lanza un gemido universal y
anda toda ella con dolores de parto
hasta el momento presente.
Nuestros propios gemidos
y expectación. 8, 23-25
M Y no sólo ella, sino también nos-
otros mismos, que poseemos las pri-
micias del Espíritu, nosotros mis-
mos también gemimos dentro de
nosotros mismos, anhelando la adop-
ción filial, el rescate de nuestro cuer-
po. 24 Porque en esperanza es como
liemos sido salvados ; ahora bien :
la esperanza que se tiene al ojo no
es esperanza ; pues lo que uno ve,
¿ a qué viene el esperarlo ? 25 Mas si
lo que no vemos lo esperamos, por
la paciencia lo aguardamos.
Inefables gemidos del Espíritu
Santo. 8, 26-27
M Y, asimismo, también el Espíri-
tu acude en socorro de nuestra fla-
queza. Pues qué hemos de orar, se-
gún conviene, no lo sabemos ; mas
el Espíritu mismo interviene a fa-
vor nuestro con gemidos inefables.
27 Y el que sondea los corazones sa-
be cuál es la aspiración del Espíri-
tu, por cuanto según Dios interviene
a favor de los santos.
Desenvolvimiento de los planes
divinos. 8, 28-30
a Y sabemos que Dios coordena
toda su acción al bien de los que le
aman, de los que según su designio
son llamados. Porque a los que de
antemano conoció, también los pre-
destinó a ser conformes con la ima-
gen de su Hijo, en orden a que fue-
se El primogénito entre muchos
hermanos. 30 Y a los que predestinó,
a ésos también llamó ; y a ios que
llamó, a éstos también justificó ; y
a los que justificó, a éstos también
glorificó.
* i-As primicias dll Espíritu : el Espíritu o su actual efusióu sobre los fieles
es como las primicias de la efusión integral y eterna de la gloria. || La adopción-
filial no es aquí la misma filiación adoptiva, sino su consumación en la gloria,
como lo declara el mismo Apóstol al añadir por el rescate de nuestro cuerpo en
la resurrección de la carne.
24 La expresión en esperanza es ambigua o deficiente. Por esperanza se entiende
aquí toda la realidad compleja de la economía de la redención. Dentro de esta mag-
nífica realidad, y conforme a su gradual realización, es como se ha verificado
nuestra salud. Esta realidad se llama esperanza, porque su mejor parte está todavía
en perspectiva, porque su consumación está reservada al porvenir. Según esto, el
pensamiento del Apóstol se traduciría más exactamente : cEn perspectiva» o ccon
vistas al porvenir es como liemos sido salvados».
25 La palabra paciencia suele expresar en San Pablo el aspecto subjetivo de la
esperanza, en cuanto es una espera sufrida y constante.
a*-* En estos versículos abre San Pablo horizontes dilatadísimos, en que entran
los más elevados estadios de la mística. Los gemidos inefables se atribuyen al Es-
píritu Santo, no porque se producen en El, sino porque El los produce en nuestro
espíritu. De semejante manera hay que entender la «intervención» o interpelación
del Espíritu Santo, el cual no ora por nosotros, sino que pone la oración en nues-
tros corazones y en nuestros labios.
28 Esta acción comprende los cinco actos que se enumeran en los w. 29-30. Los
que según su designio son llamados son los mismos que le aman. Ambas frases
tienen la misma amplitud o extensión: no es la segunda una limitación de la primera.
a°-30 Cinco actos comprende la acción salvadora de Dios : la presciencia, la pre-
destinación, la vocación, la justificación, la glorificación. La presciencia, si no se
quiere violentar la significación de los términos, es un acto de la inteligencia, si
bien connota el beneplácito divino. — La predestinación tiene como término la filia-
ción adoptiva. Mas, como poco antes ha dicho San Pablo que nosotros ahora anhe-
lamos la adopción filial, esto es, su gloriosa manifestación, que sólo tendrá lugar
— 346 —
8 31-38
ROMANOS
8 35-39
d) Himno triunfal del amor
Cristo, Redentor y Mediador, pren-
da de esperanza. 8, 31-34
■ ¿ Qué diremos, pues, a estas co-
sas ? Si Dios esta por nosotros,
¿ quién contra nosotros ? ■ Quien a
su propio Hijo no perdonó, antes
uor nosotros todos le entregó, ¿ có-
mo no juntamente con El nos dará
de gracia todas las cosas ? 53 ¿ Quién
presentará acusación contra los es-
cogidos ile Dios ? Dios es quien jus-
tifica ; 34 ¿ quién será el que conde-
. ne ? Cristo Jesús, el que murió— o
más bien el que resucitó — , es quien
j asimismo está a la diestra de Dios
[ v quien además intercede por nos-
otros.
El amor, más fuerte que ¡a muerte
8, 35-30
e¿ Quién nos apartará del amor de
Cristo? ¿Tribulación?, ¿angustia?,
¿persecución?, ¿hambre?, ¿desnu-
dez?, ¿peligro?, ¿espada? "Según
está escrito (Sal. 43, 22) : que
por tu causa somos matados todo el día,
fuimos contados como ovejas destinadas al degüello.
r Mas en todas estas cosas sobera- | futuras, ni poderíos, " ni altura ni
ñámente vencemos por obra de aque' profundidad, ni otra alguna criatu-
que nos amó. 55 Porque seguro estoy ra será capaz de apartarnos del amor
que ni muerte ni vida, ni ángeles de Dios que está en Cristo Jesús,
ni principados, ni cosas presentes ni Señor nuestro
en la vida eterna, de ahí que también la gloria es aquí término de la predestina-
ción. Habla, por tanto, San Pablo en primer término de la predestinación a la
gracia, y en segundo término de la predestinación a la gloria. — La vocación a la fe
y la justificación son actos temporales (terminativo, a diferencia de la presciencia
y de la predestinación, que son actos eternos.— La glorificación la presenta San Pablo
como acto pretérito : glorificó ; indicando con ello que para los que aman a Dios
la glorificación es ya un hecho. Y esto por tres motivos. Primero, porque la gracia
es la raíz de la gloria, o la gloria en germen o en flor. Segundo, porque la gracia
da derecho a la gloria : es un ius ad rem. Tercero, porque la esperanza es ya una
posesión anticipada de la gloria.
M La estructura lógica de la última frase ofrece cierta dificultad. Los cuatro
verbos que la integran pueden considerarse de tres maneras : o todos como parte
del sujeto, o todos como predicado, o los dos primeros como parte del sujeto y los
dos últimos como predicado. La tercera hipótesis es la adoptada ; y su sentido es :
«Cristo Jesús, el que murió, es también nuestro abogado.» Dos razones recomiendan
esta interpretación. Primera : el mismo San Pablo establece diferencia entre los
dos primeros verbos murió, resucitó, que en el original son dos participios de
aoristo precedidos de artículo, y los dos últimos está, intercede, que son dos verbos
finitos de presente precedidos del relativo. Segunda : los dos primeros forman
un todo, aislado de los dos últimos, que forman también un todo homogéneo, ('ité-
rente del primero. En efecto, el segundo verbo, resuciió, se presenta como una
simple corrección del primero, murió. Y el tercero, está a la diestra de Dios, es
como la composición de lugar del cuarto, intercede por nosotros ; y entrambos
nos presentan a Cristo en función de abogado nuestro en el acatamiento del Padre.
35-w Es curioso e instructivo notar la sustitución de frases, que San Pablo evi-
dentemente emplea como equivalentes. En el v. 35 habla del amor de Cristo ; en
el v. 39, del amor de Dios que está en Cristo. Es que el amor de Cristo es amor
de Dios, y el amor de Dios no se halla sino en Cristo Jesús. Lo que no es claro
es si este amor es el de Dios para con nosotros o el nuestro para con Dios. Con
todo, un poco de reflexión disipa las dudas. Por una parte, en el v. 37 habla de
aquel que nos amó, que es Dios o Cristo. Por otra, en el v. 28 habla de los que aman
a Dios, que son los mismos en nombre de los cuales habla aquí el Apóstol. Por
consiguiente, el amor de Dios de que aquí se habla es el amor recíproco con que
Dios ama a los hombres y los hombres aman a Dios. San Pablo emplea aquí su
procedimiento característico de hablar de las cosas complejas, no en sentido pre-
cisivo o formal, sino eu sentido integral y global.
— 347 —
9 1-5
Sección III: Participación de los
judíos en el Evangelio
Introducción : tristeza del Apóstol.
9. i-5
q 1 Verdad digo en Cristo, no mien-
lo, como que testifica conmigo mi
propia conciencia en el Espíritu San-
to, 1 que es grande mi tristeza e in-
cesante el dolor de mi corazón. 3 Pues
desearía ser yo mismo anatema por
parte de Cristo en bien de mis her-
manos según la carne ; 4 quienes son
israelitas, de quienes es la adopción
filial, y la gloria, y las alianzas, y
la legislación, y el culto, y las pro-
mesas ; 5 cuyos son los patriarcas, -v
de quienes desciende el Mesías se-
gún la carne, quien es sobre todas
las cosas Dios bendito por los siglos.
Dios, fiel y justo en sus dones,
QUE DA GRACIOSAMENTE
Fidelidad de Dios, tj, 6-13
* No tal, que ande por los suelos
la palabra de Dios. Que no todos los
descendientes de Israel, ésos son Is-
rael ; 7 ni porque son descendencia
de .Abrahán, son todos hijos ; sino
que «en Isaac será llamada tu des-
cendencia» (Gén. 21, 12). s Esto es,
no los hijos de la carne ésos son hi-
jos de Dios, sino los hijos de la pro-
cargando sobre sí sus pecados para pagar por ellos y así salvar
Enumera San rabio nueve prerrogativas o privilegios de los
i.HAS : es el nombre glorioso, que aun hoy día prefieren los judío
FILIAL : que recae sobre Israel colectivamente, j) La gloria : es
Dios en medio de Israel, visiblemente manifestada en ocasiones s
niebla que envolvía el tabernáculo o el templo. 4) Las alianzas : s
hizo Dios con Israel en la persona de Abrahán o de Moisés. 5) L
la constitución teocrática, que hizo de Israel pueblo de Dios. 6) E
instituciones religiosas dadas por el mismo Dios. 7) I.as promesas
sas mesiánicas hechas a Abrahán y a David. 8) Los
las mayores glorias de Israel. 9) El Mesías : que es 1
expresión final : El Mesías segí
BENDITO POR LOS SIGLOS, es UllO <'
sus hermano».
udíos. I) ISRAK-
2) La adopción
a presencia de
los pactos que
legislación : es
culto : son las
son las prome-
\ i r URCAS : que son una de
San
se hallan
desvirtuar el valor de
Mesías según la carne
siglos» ; o bien : ,...<
(sea) benditc
Tero
duc
contexto. Uue no mei
rué provoca las doxo
actual incredulidad d
0 Comienza a trata
lín tres partes se di
Dios no es responsab
dclidad ni su justicia
recae sobre los misnw
zado la fe. En la ter
mostrando que la repi
CARNE, QUIEN ES
sobre todas las cosas Dios
s testimonios más
explícitos y categóricos que
1 Nuevo Testamci
puntuando la fr¡
re todas las cosas
Dios, (sea) bendito por los
la carne, que es
•ras de dividir la :
stan para rechaza
s en San Pablo, en frases
antítesis, cuyo se
-rundo extremo es, según los
es, la antítesis iniciada con
bruscamente tru
icada. Además, la doxología
ía normal de las doxologías.
(a Cor. r, 3 ; Ef.
1, 3...), ni menos dice con el
> los privilegios d
Israel con espíritu jubiloso
0 amargo contras
e entre los privilegios y la
ablema,
li perpel
apítulo-
descendencia carnal.
- 348 -
9 9"15
ROMANOS
9 16--.il
mesa son contados como descenden-
cia. 0 Que tal fué la palabra de la
promesa : «Hacia este tiempo ven-
dré, y tendrá Sara un hijo» (Gén. i8,
io. 14). 10 Ni sólo esto, sino que tam-
bién Rebeca, habiendo concebido de
uno solo, de Isaac nuestro padre
— " pues cuando todavía no habían
nacido ni hecho cosa buena o mala
(para que el designio de Dios, he-
cho por libre elección, se mantuvie-
se, 1" no en virtud de obras, sino por
gracia del que llama) — , le fué di-
cho a ella que «el mayor servirá al
menor» (Gén. 25, 23) ; 13 según está
escrito : «Amé a Jacob v odié a
Esaú» (Mal. 1, 2-3).
No hay injusticia en Dios. 9, 14^18
M i Qué diremos, pues ? ¿ Por ven-
tura hay injusticia en Dios? ¡liso,
no ! 15 Porque a Moisés dice : «Me
compadeceré de quien me compa-
dezca y me apiadaré de quien me
apiade» (Ex. 33, 19). '"Así, pues, no
está en que uno quiera ni en que
uno corra, sino en que se compadez-
ca Dios. "Porque dice la Escritura
a Faraón : «Para esto precisamente
te enaltecí, para ostentar en ti mi
poder y para que sea celebrado mi
nombre en toda la tierra» (Ex. o,
16). 18 Así, pues, de quien quiere ne
compadece y a quien quiere endu-
rece.
Objeción absurda. 9, 19-23
10 Me dirás, pues ; ¿ a qué, pues,
se querella todavía ? Pues a su re-
solución, ¿quién se opuso? 20 — Hom-
bre, hombre, ¡vamos! ¿Tú quién
eres, que le plantas cara a Dios ?
¿ Tor ventura dirá la pieza de barro
al que la modela : ¿ Por qué me hi-
ciste así ? 21 ¿ O es que no tiene el
alfarero dominio sobre el barro para
de una misma masa hacer tal vaso
para honor y tal otro para vileza ?
11V13 ¡jos Cosas, además de su extremada complejidad, oscurecen este pasaje : su
construcción ánacolútica y el doblado paréntesis intercalado. El esqueleto lógico esta
en estas frases : Rebeca, habiendo concebido..., le fué picho a ella que... El paréntesis
consta de dos oraciones : una temporal y otra final, ambas independientes entre si
y directamente ligadas con la apódosis le fué dicho... El último inciso del paréntesis
no en virtud DE obras... declara o determina lo que precede, no lo que sigue...
Por fin, el inciso final, según estA escrito..., no esta ligado lógicamente con el
período que precede, sino que es una confirmación independiente. Las últimas
palabras : Amé a Jacob..., están tomadas- de Malaquías (1, 2), que habla de los dos
pueblos hermanos en una situación histórica muy posterior. En la situación anterior,
antes de nacer los dos gemelos, Dios concedió libremente a Jacob los privilegios que,
sin hacerle ningún agravio, negó a Esaú. En la situación posterior, de que habla
Malaquías, cuando ambos pueblos hermanos habían pecado, Dios, que pudo casti-
gar igualmente a entrambos, perdonó misericordiosamente a Jacob y castigó justa-
mente a Esaú. Por tanto, si los beneficios de Dios son efecto de su libre elección,
en cambio, los castigos van precedidos de los pecados de los hombres. Por lo demás,
no hay que olvidar que San Pablo no habla de la reprobación eterna de Esaú, sino
de los castigos temporales y terrenos, y éstos no individuales, sino sociales.
"'• Dios da sus dones de pura gracia, sin que la voluntad ni la industria humana
18 A quien quiere endurece : Dios a nadie endurece positivamente y de propósito ;
sólo permite el endurecimiento del hombre que por su mala voluntad abusa para
su mal de los favores divinos. Precisamente la historia de Faraón, a que alude el
Apóstol, lo prueba evidentemente. Repetidas veces nota la Escritura que Faraón
se endurecía con. los mismos castigos que Dios le enviaba para ablandarle. _No era
la acción de Dios por sí misma, sino su propia indisposición, la que endurecía a
Faraón.
19--' Responde San Pablo a la objeción rechazándola como absurda y tapando la
boca al que la propone. La comparación del alfarero sólo tiende a declarar que,
como él dispone del barro según su voluntad, así Dios dispone de sus dones según
su libre beneplácito. Por lo demás. Dios nada hace por su propia iniciativa para
el mal del hombre.
— 349 —
9 22-33
ROMANOS
9 22-áo
■ ¿ Y si Dios, aun queriendo ostentar su ira v manifestar su poder
soportó con mucha longanimidad
los vasos de ira
dispuestos para la perdición ;
23 y [si], para manifestar las riquezas de su gloria,
[quiso usar de misericordia]
sobre los vasos de misericordia,
que El de antemano se preparó para la gloria...?
Misericordia de Dios sobre los gentiles y sobre las reliquias de Israel.
9» 24-29
34 A los cuales llamó también no sólo de entre los judíos, sino también
de entre los gentiles. 25 Como también en Oseas (2, 23-24 ; i, 10) dice :
Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mió ;
y a la no amada, amada.
* Y será así que en el lugar donde les fué dicho :
No sois pueblo mío vosotros ;
allí serán llamados hijos del Dios viviente.
27 Isaías, por su parte, clama so- dúo será salvo ; 28 porque sin me-
bre Israel (10, 22-23) : «Cuando fue- noscabo y sin tardanza ejecutará el
re el número de los hijos de Israel Señor su palabra sobre la tierra.»
como la arena del mar, sólo el resi- 29 Y según ha predicho Isaías (1, g) :
Si el Señor de los ejércitos no nos dejara semilla,
quedáramos como Sodoma y nos asemejáramos a Gomorra.
2. Responsabilidad humana
Los judíos buscan por mal camino
la justicia. 9, 30-33
"¿Qué diremos, pues? Que los
gentiles, los que no andaban tras la
justicia, alcanzaron la justicia ; pe-
ro la justicia que nace de la fe ;
31 Israel, empero, que andaba tras
una ley de justicia, no acertó con
esa ley. 32 ¿ Por qué ? Porque no que-
ría justicia nacida de la fe, sino co-
mo si fuera fruto de las obras. Tro-
pezaron en la piedra de tropiezo,
33 según que está escrito (Is. 8, 14) :
Mirad, pongo en Sión piedra de tropiezo y peña de escándalo,
y quien creyere en El no quedará confundido.
,M' En este mutilado período falta no sólo la apódosis, sino también la oración
principal del segundo miembro de la prótasis. Una ligera reflexión muestra la
enorme diferencia entre la actitud de Dios con los vasos de ira y su proceder con
los vasos de misericordia. Respecto de los primeros, Dios no tiene la iniciativa, y
aun su justicia la templa con la longanimidad. En cambio, respecto de los se-
gundos es El quien toma la iniciativa, v derrama sus misericordias con divina pro-
digalidad.
M-a> En estos versículos, que son la apódosis lógica del período precedente, se
declara que muchos gentiles han sido preparados por Dios como vasos de miserl-
cordiá ; al paso que muchos judíos se han convertido por su propia culpa en vasos
de ira. La misericordia brota de las entrañas mismas de Dios ; la ira es provocada
por los pecados del hombre.
»• Apunta San Pablo la íazón de la reprobación de Israel : el orgullo en querer
labrar ellos mismos su propia justicia con sus propias obras. Mayor obstáculo ofreció
a las misericordias divinas el orgullo judaico que la más abyecta corrupción de la
gentilidad. <
— 350 —
10 1-8
ROMANOS
10 9-15
Quieren hacer valer su propia jus-
ticia, io, 1-4
1 f\ 1 Hermanos, la inclinación de
mi corazón y mi oración a Dios
es a favor de ellos para .;u salvación.
'- Porque doy fe de ellos de que tie-
nen celo de Dios, mas no según
ciencia ; 3 por cuanto desconociendo
la justicia de Dios, y empeñándose
en mantener los fueros de su propia
justicia, no se rindieron a la justicia
de Dios. 4 Porque el fin de la ley es
Cristo, principio de justicia para to-
do creyente.
La justicia de ¡a ley y la justicia de
la fe. 10, 5-13
' Porque Moisés escribe de la jus-
ticia que proviene de la ley que «el
hombre que estas cosas practicare,
vivirá» por ella (Lev. 18, 5-6). 6 Mas
la justicia que nace de la fe habla
así : No digas en tu corazón : «¿ Quién
subirá al cielo?» (Dt. 30, 12), esto
es, para hacer bajar a Cristo ; ' o
«¿Quién bajará al abismo?» (Dt. 30,
13), esto es, para hacer subir a Cris-
to de entre los muertos. 8 Mas ¿ qué
dice? «Cerca de ti está la palabra,
en tu boca y en tu corazón» (Dt. 30,
14). Tal es "la palabra de la fe que
predicamos. 9 Porque si confesares
con tu boca a Jesús por Señor y cre-
yeres en tu corazón que Dios le re-
sucitó de entre los muertos, será?
salvo. 10 Porque con el corazón se
cree para justicia y con la boca se
confiesa la fe para salud. " Pues di-
ce la Escritura : «Todo el que cre-
yere en él, no se verá confundido»
"(Is. 28, 16). 12 Que no hay distinción
entre judío y gentil, dado que uno
mismo es el Señor de todos, esplén-
dido para con todos los que le invo-
can. 13 Porque «todo el que invocare
el nombre del Señor, será salvo»
(Jl. 2, 32).
Los judíos oyen la predicación, ma*
no creen. 10, 14-21
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel
en quien no creyeron ? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no ove-
ron? ¿Y cómo oirán sin haber quien
predique ? 15 ¿ Y cómo predicarán si
no fueren enviados ? Según que está
escrito: «¡ Cuán- lindos los pies de
-| A 3 Esta es la razón profunda de la reprobación de los judíos: que, por su soberbia,
no se resignaron a recibir la justicia de manos de Dios. Obstinados en mantener
los fueros de su personalidad autónoma, empeñados en conquistar a punta de lanza
la justicia, que a nadie querían deber sino a sus propias fuerzas, repudiaron el don
de la justicia que Dios liberalmente les ofrecía.
4 Fin es, según unos, remate o conclusión ; según otros, blanco o meta : según
otros, más probablemente, ambas cosas a la vez : término hacia el cual tiende la ley
y que, una vez alcanzado, determina su anulación o cesación.
, e-30 La profundidad del pensamiento, la sutileza del raciocinio y, más que nada,
la atrevida acomodación de las palabras mismas de la ley, oscurecen notablemente
el sentido de todo este pasaje. He ahí el desenvolvimiento de los conceptos.
En el v. 5, con las palabras mismas de Moisés, establece la condición esencial
para que la ley pueda ser principio de vida, que es su perfecto cumplimiento. Calla
aquí el Apóstol, pero lo supone, que en la antigua economía a la ley acompañaba
la gracia interna, que hacía posible su cumplimiento. Mas en la nueva economía
no queda ya de ella más que la letra estéril, desprovista de la gracia interna, sin
la cual es imposible el perfecto cumplimiento de la ley. Por esto es ahora una obs-
tinación temeraria aspirar a la justicia que proviene de la ley. En cambio, la
justicia que nace de la fe está ahora al alcance de todo hombre de buena voluntad.
Para demostrarlo, San Pablo apela a las mismas expresiones empleadas por Moisés
para convencer a los israelitas de cuán fácil les era la observancia de la ley. Aque-
llas preguntas: i Quién subirá al cielo? ¿Quién bajará al abismo?, ligeramente mo-
dificadas, las aplica felizmente a los misterios de la Encarnación y Resurrección,
en los cuales, mediante una fe sincera, halla el hombre resuelto el problema de su
justificación. Porque a la fe sigue lógicamente la invocación de Dios; y Dios, de-
rramando las riquezas de su gracia sobre todos los que le invocan, hace asequible
la justicia.
n-21 por una serie de interrogaciones dispuestas en forma de climax, y seguida.'
de un rudo contraste entre la gentilidad e Israel, pone de relieve el Apóstol la
responsabilidad de los judíos en cerrar los ojos a la fe.
— 351 —
10 16-11 2
ROMANOS
10 17-11 10
los que anuncian bienes!» (Is. 52, audición?» 17 Luego la fe viene de la
7). "Pero no todos prestaron oído al audición ; v la audición, por la pa-
Evangeho. Porque Isaías dice (53 labra de Cristo. 18 Mas digo : ¿ Es que
1) : «Señor, ¿quién dió fe a nuestr» no oyeron? Antes bien (Sal. 18, 5) :
Por toda la tierra se difundió su voz,
y hasta los confines del mundo sus palabras.
M Mas digo : ¿ Acaso Israel no entendió ? Moisés es el primero en de-
cir (Dt. 32, 21) :
Yo os meteré celos de una que no es nación,
y con una nación estúpida os enfureceré.
30 Isaías a su vez cobra osadía y dice (65, 1-2) :
Fui hallado entre los que no me buscaban,
y me manifesté entre los que no me preguntaban.
23 Mas cuanto a Israel dice (65, 2)
«Todo el día extendí mis manos a
un pueblo rebelde y contumaz.»
v La reprobación dp. los judíos
NO ES UNIVERSAL, NI ABSOLUTA,
NI PERPETUA
No es universal. 11, 1-12
i i 1 Digo, (pues: ¿por ventura re-
A pudió Dios a su pueblo ? ¡ Eso,
no ! Que también yo israelita soy, del
linaje de Aibrahán, de la tribu de Ben-
jamín. 2 No repudió Dios a su pue-
blo, en quien de antemano puso los
ojos. ¿ O no sabéis qué dice en «Elias»
la Escritura, cómo interpela a Dios
contra Israel ? 3 «Señor, a tus profe-
tas mataron, tus altares socavaron ;
y quedé yo solo, y acechan a mi vi-
da» (3 Re. 19, 10). 'Mas ¿qué le
dice el oráculo ? «Me reservé sie-
te mil hombres, quienes no doblaron
la rodilla ante la imagen de Baal»
(3 Re. 19, 18). c Pues así también en
el tiempo presente ha quedado un
residuo según la selección de la gra-
cia. 0 Ahora bien, si es por gra-
cia, va no es por obras ; que si no,
la gracia ya no resulta gracia. * ¿Lue-
go qué? Que lo que busca Israel,
eso no lo alcanzó, mientras que la
selección lo alcanzó : cuanto a los
demás, se endurecieron ; s según que
está escrito (Is. 29. 10) :
Dióles Dios espíritu de embotamiento,
ojos de no ver y orejas de no oír,
hasta el día de hoy.
• Y David dice (Sal. 68, 23-24) :
Tórneseles su mesa en lazo, y en red,
. y en ocasión de tropiezo, y en justo pago ;
10 entenebrézcanse sus ojos para no ver
y su espalda doblégala continuamente.
" Este versículo, con los que le preceden y siguen, demuestra que el conducto
normal de la fe no es, como quieren los protestantes, la palabra de Dios escrita,
sino la palabra viviente, predicada y oída.
■1-1 2 En quien de antemano ruso los ojos : más a la letra, «a quien conoció de antc-
-L-L mano». No es posible dar a esta expresión, sin violentarla, el sentido de «pie-
destinar». aConocer» es acto de la inteligencia ; y «conocer de antemano» es tener
la prioridad en el conocimiento. Con todo, este conocimiento previo de Dios no es
pasivo, sino activo, y equivale a «poner tos ojos», lo cual en Dios connota o sugiere
el beneplácito.
— 352 —
11 11-30
ROMANOS
11
" Digo, pues : ¿ acaso tropezaron
para caer ? | Eso, no ! Mas por su
caída ha venido la salud a los gen-
tiles para meterles celos. " Pues va,
si su caída es riqueza del mundo, y
su mengua, riqueza de los gentiles,
, cuánto más lo será su plenitud ?
Ni es absoluta, n, 13-24
" A vosotros lo digo, los gentiles.
En tanto, pues, que yo soy apóstol
de los gentiles acredito mi ministe-
rio, 14 por si de algún modo meto
celos a los de mi sangre y salvo a
algunos de entre ellos. 15 Porque si
su repudio es reconciliación del mun-
do, ¿qué será su acogimiento sino
un retornar de muerte a vida ? 18 Y
si las primicias son santas, también
la masa ; y si la raíz es santa, tam-
bién las ramas. " Que si algunas dt
las ramas, quebradas, se desgajaron,
v tú, siendo de acebuche, fuiste in-
jertado entre ellas, y entraste a par-
ticipar con ellas de la raíz y de la
grosura del olivo, 18 no te enorgu-
llezcas contra las ramas ; que si te
enorgulleces, no eres tú quien sos-
tiene la raíz, sino la raíz a ti. 19 Di-
rás, pues : Fueron quebradas las
ramas para que yo fuese injertado.
20 Muy bien : por la incredulidad se
desgajaron, y tú por la fe te man-
tienes... No seas altanero, antes te-
me. 23 Pues si a las ramas naturales
Dios no perdonó, no sea que tampo-
co te perdone a ti. 22 Considera, pues
la bondad y la severidad de Dios .-
con los que cayeron, la severidad ;
contigo, la bondad de Dios, con tal
de que te mantengas^ en la bondad ;
que si no, también tú serás cortado.
■ Y ellos a su vez, si no persistieren
en la incredulidad, serán injertados.
Que poderoso es Dios para de nuevo
injertarlos. M Porque si tú fuiste cor-
tado del que naturalmente era ace-
buche, v fuera de tu natural fuiste
injertado en el olivo bueno, ¿ cuánto
más ellos, los naturales, serán in-
jertados en el propio olivo ?
Ni tampoco perpetua. 11, 25-33
M Porque no quiero que ignoréis,
hermanos, este misterio — para que
no seáis prudentes a vuestros ojos—,
que el encanecimiento ha sobreve-
nido parcialmente a Israel, hasta que
la totalidad de las naciones haya
entrado ; " y así, todo Israel será
salvo, según que está escrito :
Vendrá de Sión el Libertador,
removerá de Jacob las impiedades (Is. 59, 20).
n Y ésta será con ellos la alianza de parte mía,
cuando hubiere quitado sus pecados ijer. 31, 31-34)
58 Respecto del Evangelio, son ene-
migos en atención a vosotros ; mas
por lo que toca a la selección, son
amados en atención a sus padres ;
20 pues son sin arrepentimiento los
dones y la vocación de Dios. 30 Por-
que como vosotros fuisteis un tiem-
po rebeldes a Dios, mas ahora fuis-
teis objeto de misericordia con oca-
sión de la rebeldía de ellos, 81 así
también ellos ahora fueron rebeldes
con ocasión de la misericordia hecha
a vosotros, para que también ellos
ahora sean objeto de misericordia.
32 Porque a todos igualmente ence-
rró Dios dentro de la rebeldía, para
usar de misericordia con todos.
Estos dos versículos se completan e ilustran mutuamente. Por un parte, la
caída de Israel fué ocasión de que se acelerase la conversión de la gentilidad. Por
otra parte, la conversión de los gentiles despierta los celos de Israel. Israel, con-
vertido a su vez, consuma y universaliza la conversión de la gentilidad.
Anuncia claramente San Pablo la conversión futura de Israel. Esta conversión
será universal, moralmente a lo menos; y vendrá después que la universalidad de
las naciones haya aceptado el Evangelio.
30 La elección de Dios, cuando es incondicional, es irrevocable.
*3 Razón profundísima, que nos permite vislumbrar el misterio «le la providencia
divina. Dios, en sus altísimos designios, permitió la defección, de la gentilidad pri-
mero, luego de Israel, para que todos indistintamente, reconociéndose reos ante la
divina justicia, se acogiesen humildemente a su misericordia.
— 353 —
11 33-12 2
ROMANOS
12 3-6
Conclusión : profundidad de los juicios de Dios, u, 33-36
™{ Oh profundidad de lia riqueza y de la sabiduría y ciencia de Dio-!
¡ Cuán insondables son sus juicios e irrastreables sus caminos ! s' Pues
¿quién conoció el pensamiento del Señor?
¿O quién se hizo consejero suyo? (Is. 40, 13).
* ¿O quién le dió primero, y se le pagará en retorno? (Jb. 41, 3).
* Porque de El, y por El, y para El, son todas las cosas : a El la gloria
por los siglos. Amén.
Segunda parte: Moral
Sección I: Justicia y caridad
social
Compendio de la vida cristiana.
13, 1-2
i o 1 Os recomiendo, pues, herma-
i-f1 nos, por Jas misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuer-
pos como víctima viviente, santa,
agradable a Dios, que ha de ser el
culto vuestro espiritual. "Y no os
configuréis a semejanza de este mun-
do, antes transformaos con la reno-
vación de vuestra mente para que
sepáis aquilatar cuál sea la voluntad
de Dios, que es lo bueno y agrada-
ble y perfecto.
Cada uno obre conforme al don
recibido. 12, 3-8
3 Pues digo, en virtud de la gracia
que me fué dada, a todos v cada uno
de vosotros ¡ no sentir de sí más al-
tamente de lo que conviene sentir,
sino sentir aspirando a un sobrio
sentir, según que a cada cual repar-
tió^ Dios la medida de la fe. 1 Porque
así como en un solo cuerpo tenemos
muchos miembros, y no todos los
miembros tienen una misma fun-
ción, 8 así los que somos muchos so-
mos un solo cuerpo en Cristo ; \
por lo que mira a cada uno. miem-
bros los unos de los otros. 6 Pues te-
niendo dones, que, según la gracia
a nosotros dada, son diferentes, si
33 Tres atributos de Dios enaltece San Pablo : la riqueza de la divina misericor-
dia, i.a sabiduría o prudencia con que Dios gobierna el mundo, la ciencia o conoci-
miento perfectísimo que suministra los datos, por así decir, a su prudencia. Los
juicios de Dios son aquí sus consejos eternos de prodigar sobre todos la riqueza de
su misericordia ; sus caminos son los medios que Dios conoce por su ciencia y escoge
por su sabiduría para la realización de sus designios misericordiosos.
'■*> Todas las cosas proceden de Dios Creador, subsisten por Dios Conservador, miran
-| O 1-2 Estos dos versículos son un programa de vida espiritual. En lo exterior, la
vida de los sentidos ha de ser una inmolación viviente, santa, agradable a Dios,
un culto espiritual incomparablemente superior a los ritos externos de un culto
material. En lo interior, el hombre se ha de transformar en otro ser mediante la
renovación de la mente por el Espíritu Santo, cuyo fruto ha de ser el fino dis-
cernimiento y cumplimiento constante de la divina voluntad, en cuyo objeto señala
tres grados : lo bueno que Dios manda, lo agradable que aconseja, lo perfecto que
propone como supremo ideal de santidad.
3 Hay en el original un juego de palabras imposible de traducir. Bárbaramente
calcado sería uno sobresentir (de sí) más de lo que conviene sentir, sino sentir
hasta sanamente sentir». Por fe suelen entenderse los carismas espirituales. Más bien
se designa el estado psicológico de convicción y efervescencia espiritual que pro-
ducían los carismas.
°-s Enumera San Pablo, por vía de ejemplo, siete cansinas ; para cuya inteligencia
nótese : 1) en cuanto a la construcción, que cada uno de los miembros de la enu-
— 354 —
12 7-13 i
ROMANOS
12 13-13 3
es profecía, sea guardando propor-
ción con la fe ; : si ministerio, en el
ministerio ; el que enseña, en la en-
señanza ; "el que exhorta, en la ex-
hortación ; el que reparte de lo suyo,
con liberalidad ; el que preside, con
solicitud ; el que hace misericordia,
con jovialidad
Caridad con los fieles y con lodos.
12. 0-21
• La caridad, sin fingimiento : abo-
minando lo malo, apegándoos a lo
bueno ; 10 en el amor fraterno, tier-
namente cariñosos los unos con los
otros ; en el honor, dándoos mutua-
mente la ventaja; "en la solicitud,
no haraganes ; en el espíritu, hir-
vientes ; al Señor, servidle ; 12 con
la esperanza, gózaos ; en la tribula-
ción, perseverad constantes ; a la
oración, aplicaos asiduamente; 13 en
las necesidades de los santos, entrad
a la parte aliviándolas ; la hospita-
lidad, buscad ejercitarla. 11 Bendecid
a los que os persiguen : bendecid, y
no maldigáis. '"' Gozarse con los que
gozan, liorar con los que lloran.
10 Tened los mismos sentimientos
unos para con otros ; no fomentan-
do sentimientos de altivez, antes de-
jándoos arrastrar <por lo humilde.
«No os hagáis sabios a vuestros pro-
pios ojos» (Prv. 3, 7). "A nadie vol-
váis mal por mal : «próvidos en pro-
curar lo bueno a los ojos de todos
los hombres» (Prv. 3, 4); "en lo
posible, de vuestra parte, mantened
la paz con todos los hombres. 19 No
os toméis la venganza por vuestras
manos, amados ; antes bien, dad lu-
gar a ia ira de Dios ; porque escrito
está : «Para mí, la venganza : yo
daré el pago merecido, dice el Se-
ñor» (Lev. 19, 18). 20 Antes (Prv. 2í,
I 21) :
Si tuviere hambre tu enemigo, dale de comer ;
si tuviere sed, dale de beber ;
porque esto haciendo, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
a No dejes vencerte por el mal ;
antes vence el mal a fuerza de bien.
Sumisión a las autoridades
13
'Toda alma se someta a las au-
hay autoridad que no sea instituida
por Dios; y las que existen, por Dio»
han sido ordenadas. - Así que el que
se insubordina contra la autoridad
se opone a la ordenación de Dios, y
los que se oponen, su propia conde-
nación recibirán. 3 Porque los ma-
gistrados no son objeto de temor
toridades supriores. Porque no | para la buena acción, sino para la
meración es una oración lógicamente completa, con sus prótasis (en que se espe-
cifica el carisma) y su apódosis, gramaticalmente elíptica (en que se prescribe el
modo de su uso) ; 2) la significación de cada uno de los carismas parece ser ésta :
la profecía es el don de hablar palabras de edificación, exhortación, consolación,
bajo la actual moción del Espíritu Santo ; el ministerio es el trabajo personal en
servicio de la Iglesia; el que diseña es el maestro de la doctrina crisñana; el que
exhorta es el predicador que posee el carisma de la elocuencia sagrada ; el que
reparte de lo suyo es el que se consagra a las obras de beneficencia ; el que preside
es el que posee el don de dirigir a los demás en servicio de la Iglesia ; o, más pro-
bablemente, traduciendo «el que asiste», es el que a manera de patrono defiende
a los desvalidos; por fin, el que hace misericordia es el que se consagra universal-
mente a las obras de misericordia.
o-3 Catálogo maravilloso de las virtudes cristianas, que San Pablo desea, no en un
grupo privilegiado, sino en todo9 los fieles.
*> Ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza : estas palabras, tomadas de
Prv. 25, 21-22, se han de tomar en sentido favorable : no son uua venganza, sino
un amontonamiento de beneficios que obliguen al enemigo a dolerse de sus malas
obras. Dádivas quebrantan peñas.
21 Vencer el mal con el mal es aumentar el mal. Según San Pablo, fiel intérprete
del pensamiento de Cristo, el mal se ha de vencer a fuerza de bien.
-JO 1 I.a autoridad, en abstracto, es de origen divino ; y, en concreto, los que ac-
tualmtntc la»poseen la han recibido de Dios.
'■>-* Es digno de consideración este optimismo de San Pablo respecto de la auto-
ridad, cuando imperaba Nerón. Las excepciones de esta ley general, introducidas
— 355 —
13 4-10
ROMANOS
13 n-14 3
mala. ¿Quieres no temer a la au-
toridad? Obra el bien, y obtendrá?
de ella elogio ; 4 porque de Dios es
ministro respecto de ti para bien.
Mas si obrares el mal, teme ; que ni
en vano lleva la espada ; porque de
Dios es ministro, vengador para cas-
tigo del que obra el mal. 5 l'or lo
cual fuerza es someterse, no ya sólo
por el castigo, sino también por la
conciencia. Que por eso también
pagáis tributos, ya que funcionarios
son de Dios, asiduamente aplicados
a eso mismo. ' Pagad a todos las
deudas : a quien contribución, con-
tribución ; a quien impuesto, im-
puesto ; a quien respeto, respeto ; a
quien honor, honor.
La ley, recapitulada en el amor.
13, 8-io
8 A nadie quedéis debiendo nada,
si no es el amaros los unos a los
otros ; porque él que ama al otro ha
cumplido plenamente la ley. 'Por-
que aquello de «No adulterarás, no
mataras, no hurtarás, no codicia-
rás», y si algún otro mandamiento
hay, en esta palabra se recapitula
es ti saiber : «Amarás a tu prójimo
como a ti mismo» (Ex. 20, 13-17 ;
Jxv. 19, 18). 10 La caridad no hace
mal al prójimo. Plenitud, pues, át
la ley es la caridad.
Las obras de la ¡it~. 13, 71-14
"Y esto tanto más, sabiendo el
tiempo en que estamos ; que hora eb
ya que despertéis del sueño ; puesto
que ahora más cerca está de nos-
otros la salud que cuando abraza-
mos la fe. " La noche está avanza-
da, el día se avecina. Lancemos,
pues, de nosotros las obras de las
tinieblas y revistámonos las armas
de la luz. " Como eu pleno día, an-
demos decorosamente, no en comi-
lonas v borracheras, no en fornica-
ciones y desenfrenos, no en rivali-
dad y envidia ; "sino revestios del
Señor Jesu-Cristo ; y no os toméis
solicitud por la carne para dar pá-
bulo a sus concupiscencias.
Sección II: Deberes mutuos entre
los fuertes y los débiles en la fe
Fuertes y débiles: no juzgar a otro
ni menospreciarle. 14, 1-12
-ia 1 Al que es débil en la fe hace.l-
le buena acogida, sin meteros
a dar fallos sobre modos de pensar.
2 Hay quien cree poder comer de to-
do; mas el que es débil come verdu-
ras. *E1 que come, al que no coma no
por la malicia humana, no lian de cambiar el criterio cristiano sobre la sumisión
debida a las autoridades.
; Las dos clases de tributos mencionados corresponden a los que más técnicamente
se llaman directos e indirectos.
* Es delicado el pensamiento de San Pablo. Pagad, dice, todas las deudas, sin que
ouedéis debiendo nada a nadie, si no es en la deuda del amor, que nunca acabaréis
de .pagar.
"-10 La caridad es una «anacefaleosisi o síntesis de toda ¡a ley y es también su
PLENITUD ; esto es, 110 sólo su pleno cumplimiento, sino también la sustancia que
llena sus huecos y completa sus deficiencias, el espíritu que informa la letra, !a
energía que da eficacia a sus preceptos.
J1 Cada hora que pasa nos acerca a la salud definitiva, así de la resurrección
universal como de la vida eterna esencial que ha de seguir a la muerte de cada
uno, momentos ambos cuya proximidad ignoramos. Deducir de esta declaración que
San Pablo creyese inminente el segundo advenimiento de Cristo es, además de ar-
bitrario, contrario a las declaraciones que otras veces hace el mismo Apóstol.
- A las obras de LAS tinieblas opone San Pablo no simplemente las obras. 6¡no
las armas DE i.a luz : correspondientes al carácter militante de la vida cristiana.
M Revestí Os .DE Jesu-Cristo es una expresión favorita de San Pablo, que expresa
la transformación, compenetración y mística identificación de los fieles con Jesu-
cristo, esto es, la asimilación de su pensamiento y de sus sentimientos, la imita-
ción de sus virtudes, la comunión de su misma vida. Revestirse de Cristo es re-
vestirse de las «armas de la luzi.
M- Knlre los fieles de Roma existían peligrosas discrepan<?ias sobre la obliga-
ción de celebrar las fiestas religiosas de los judíos y de abstenerse de las carnes
y del vino que se vendían públicamente. Los espíritus tdébilesi se creían obligado'
- 356-
14 4-12
ROMANOS
14 13-23
le menosprecie ; y el que no come,
al que coma no 'Je juzgue, ipues Dios
le acogió. 4 ¿ Tú quién eres, que juz-
gas al criado ajeno ? Para SVL propio
Señor es para quien está en pie o
cae ; mas será sostenido en pie, pues
poderoso es el Señor para sostener-
le. 6 Hay quien da preferencia a un
día sobre otro día, hay quien da la
misma preferencia a todo día : cada
cual en su propio sentir tenga con-
ciencia segura. 6 El que 6¡ente pro-
pensión a tal día, para el Señor la
siente ; y el que come, para el Se-
ñor come, pues da gracias a Dios ;
y el que deja de comer, para el Se-
ñor deja de comer, y da gracias a
Dios. ' Porque nadie de nosotros vi-
ve para sí, y nadie muere para sí.
5 Pues ya sea que vivamos, para el
Señor vivimos ; ya sea que mura-
mos, para el Señor morimos. Tanto,
pues, si vivimos como si morimos,
del Señor somos. 9 Pues para esto
Cristo murió y retornó a la vida, pa-
ra que así de los muertos como de
los vivos tenga señorío. ,0 Y tú, ¿por
qué juzgas a tu hermano ? O tú tam-
bién, ¿ por qué menosprecias a tu
hermano ? Pues que todos hemos de
comparecer ante el tribunal de Dios.
" Porque escrito está (Is. 43, 24) :
Vivo yo, dice el Señor,
que ante mí se doblará toda rodilla,
y toda lengua alabará a Dios.
12 Así .que cada cual de nosotros da-
rá cuenta de sí mismo a Dios.
No escandalizar a los débiles en- el
uso de la libertad. 14, 13-23
™ En adelante, pues, no nos iuz-
guemos los unos a los otros ; antes
juzgad esto más bien, que no debéis
poner a vuestro hermano tropiezo o
escándalo. " Sé, y estoy persuadido
en el Señor Jesús, que nada de suyo
hay impuro; sino que para quien es-
tima ser impura una cosa, para él
es impura. 15 Y cierto, si por un
manjar se contrista tu hermano, no
andas ya conforme a la caridad. No
hagas que por tu comida se pierda
aquel por quien Cristo murió. 16 No
hagáis, pues, que sea objeto de cri-
ticas lo que es vuestro bien. " Que
no es el reino de Dios comida ni
bebida, sino justicia y paz y gozo en
el Espíritu Santo ; 15 pues quien en
esto sirve a Cristo, es grato a Dios
y acepto a los hombres. " Así, pues,
sigamos lo que fomenta la paz y la
edificación de unos para con otros.
x No arruines por causa de un man-
jar la obra de Dios. Todo, sin duda,
es puro ; pero es malo para el hom-
bre que come inducido por el escán-
dalo. a Bueno es no comer carne ni
beber vino, ni hacer cosa en que tu
hermano tropiece, o se escandalice,
o pierda la firmeza. 22 ¿ Tú tienes fe ?
Guárdala para ti delante de Dios.
Bienaventurado aquel que no tiene
que condenarse a sí mismo en las
resoluciones que toma. 23 Mas el que
no sale de dudas, si come, queda
condenado, porque no se rige por
fe. Ahora bien, todo lo que no pro-
cede de fe es pecado.
a celebrar aquellas fiestas, por respeto a la ley de Moisés, y a abstenerse de la carne
y del vino, probablemente contaminados por actos idolátricos. Los espíritus «fuer-
tes», por el contrario, se creían desobligados de lo uno y de lo o+ro. Especulativa-
mente, estos últimos tenían razón. Pero prácticamente esas discrepancias traían
consigo graves peligros. Por una parte, los «débiles» juzgaban temerariamente de
los «fuertes» ; por otra, los «fuertes» despreciaban a los «débiles» y, lo que era
peor, a las veces eran para ellos piedra de escándalo, por cuanto con su ejemplo
los inducían a que, sin deponer su juicio erróneo, comiesen de las carnes que ellos
se imaginaban contaminadas. Como el conflicto nacía no de prejuicios doctrinales,
sino más bien de escrúpulos, la solución de San Pablo es indulgente y conciliadora.
Este es uno de los frecuentes testimonios que da San Pablo sobre la divinidad
de Jesu-Cristo, a quien presenta como señor de la vida y de la muerte y como
supremo fin de nuestras acciones, prerrogativas ambas de la divinidad.
16 El bien de los cristianos es la serenidad de criterio que mira todas las cria-
turas como obra de Dios y buenas en sí, capaces, consiguientemente, de ser orde-
nadas a la glorificación de Dios (1 Tim. 4, 3-5). Este bien quiere San Pablo que,
por la indiscreción de algunos, no sea expuesto a los reproches y vituperios de
los «débiles»^
n-a Enseña San Pablo que no es lícito obrar con conciencia prácticamente dudosa,
y que lo que se hace contra el dictamen de la propia conciencia, aun cuando sea
errónea, es pecado. Fe es aquí la persuasión de la conciencia.
— 357 —
15 i-"
ROMANOS
15 6-H
Tolerancia mutua a ejemplo de
Cristo. 15, 1-6
i r 1 Debemos nosotros los fuertes
sobrellevar las flaquezas de los
débiles y no complacernos a nosotros
mismos. -'Cada uno Je nosotros trate
de complacer al prójimo para lo bue-
no mirando a la edificación ; 3 pues-
to que Cristo no trató de complacer-
le a sí mismo, sino que, como está
escrito, «Los ultrajes de los que te
ultrajaron recayeron sobre mi» (Sal.
68, 10). 4 Porque cuantas cosas fue-
ron antes escritas, para nuestra en-
señanza se escribieron, a fin de que
por la paciencia y la consolación de
las Escrituras mantengamos la es-
peranza. 6 Y el Dios de la paciencia
y de la consolación os dé tener un
mismo sentir de unos ipara con otros
según Cristo Jesús ; 6 para que uná-
nimemente, a una voz, glorifiquéis
al Dios y Padre de nuestro Señor
Jesu-Cristo.
Cristo acoge a todos para gloria de
Dios. 15, 7-13
' Por lo cual acogeos los unos a
los otros, como Cristo por su parle
os acogió a vosotros para gloria de
Dios. 8 Digo, en efecto, que Cristo
ha sido hecho ministro de la cir-
cuncisión a favor de la veracidad de
Dios, ipara hacer firmes las prome-
sas hechas a los patriarcas ; -y que
a su vez los gentiles glorifiquen a
Dios por razón de su misericordia,
según que está escrito (2 Sam. 22,
50) :
Por eso te bendeciré entre los gentiles,
y cantaré tu nombre.
10 Y otra vez dice (Dt. 32, 43) :
.Regocijaos, naciones, juntamente con su pueblo ;
" y de nuevo (Sal. 116, 1) :
-Alabad, naciones todas, al Señor,
y ensálcenle todos los pueblos ;
12 y otra vez dice Isaías (11, 1-10) :
Aparecerá la raíz de Jesé,
y el que -se levanta para imperar en las naciones :
en El las naciones esperarán.
15 Y el Dios de la esperanza os col- 1 esperanza por la virtud del Espíritu
me de todo gozo y paz en el creer, Santo,
para que abundéis" más y más en le I
Epílogo
Excusas por haber escrito. 15, 14-21.
" Persuadido estoy, hermanos míos,
también yo mismo acerca de vos-
otros, de que ya vosotros mismos es-
táis colmados de bondad, henchidos
de toda ciencia, capaces también de
amonestaros los unos a los otros.
-| K * Tres frutos de las divinas Escrituras : nuestra enseñanza, nuestra paciencia
J- " y nuestra consolación.
5 Llama San Pablo a Dios el Dios de i.a PACIENCIA Y DE i.a consolación, como des-
pués (v. 13) «el Dios de la esperanza» : sólo el cristianismo descubre en Dios estos
atributos tan dulces para el corazón humano.
*-» Dos judíos debeif su salvación a la veracidad o fidelidad de Dios; los genti
les, a la misericordia.
- 358 -
15 15-28
ROMANOS
15 19-16 1
15 Todavía, con algún atrevimiento,
os escribí, hermanos, en parte a lo
menos, como quien os trae a la me-
moria lo que ya sabéis, en virtud de
la gracia que me fué dada por Dios
'" de ser agente de Cristo Jesús ante
los gentiles, ejerciendo la función
sagrada del Evangelio de Dios, a fin
de que la oblación de los gentiles
sea acepta, santificada en el Espíri-
tu Santo. " Tengo, pues, de qué glo-
riarme en Cristo Jesús por lo que
mira a Dios ; IS pues no me atreveré
a hablar de cosa que no haya obra-
do Cristo por mí en orden a la obe-
diencia de los gentiles, por palabra
y por obra, 19 por la virtud de seña-
les y portentos, por la virtud del Es-
píritu Santo ; tanto que desde Je-
rusalén, y en todas direcciones, has-
ta el Ilírico lo he llenado todo del
Evangelio de Cristo ; 20 imponiéndo-
me, empero, como punto de honra
la norma de no predicar el Evan-
gelio sino donde Cristo no había si-
do nombrado, para no edificar sobre
fundamento ajeno, 21 antes bien, se-
gún está escrito (Is. 52, 15) :
.Los que ninguna nueva recibieron de El, le verán ;
y los que nada han oído, alcanzarán inteligencia.
Proyectos de viaje a Jerusalén y a
España. 15, 22-29
- Por esto mismo me veía impe-
dido las más de las veces de ir a
vosotros ; 23 mas ahora, no tenien-
do ya campo de acción en estas re-
giones, y teniendo vivos deseos de
ir a vosotros desde hace bastantes
años, 31 cuando me dirigiere a Espa-
ña, — porque espero a mi paso veros
y ser por vosotros encaminado para
allá, después que primero, en par-
te, hubiere disfrutado de vosotros a
mi satisfacción. 25 Por ahora, empe-
ro, voy a ir a Jerusalén, atendiendo
al servicio de los santos. 28 Pues tu-
vieron a bien Macedonia y Acaya
disponer cierta colecta a favor de
los pobres que hay entre los santos
de Jerusalén. 2: Sí, lo tuvieron a bien
}• les son deudores de ello ; pues
que, si de sus bienes espirituales
han participado los gentiles, deben
éstos a su vez consagrar a su servi-
cio los propios bienes temporales.
24 Así, pues, que hubiere concluido
este negocio y consignado en sus
manos el fruto de esta colecta, me
partiré de allí, pasando por vosotros,
ipara Esipaña. 28 Y sé que en llegan-
do a vosotros, llegaré con la pleni-
tud da la bendición de Cristo.
Pide oraciones. 15, 30-33
" Os recomiendo, hermanos, por
nuestro Señor Jesu-Cristo y por la
caridad del Espíritu, que luchéis a
mi lado con vuestras oraciones a
Dios por mí, 31 para que escape de
los rebeldes que hay en la Judea, y
que el ministerio que se me ha con-
fiado para Jerusalén sea bien reci-
bido de los santos, 32 a fin de que,
llegado con gozo a vosotros por vo-
luntad de Dios, me huelgue en com-
pañía de vosotros. 33 Y el Dios de la
paz sea con todos vosotros. Amén.
Recomendaciones y saludos. 16, 1-16
-1 1 Os recomiendo a Febe, nues-
tra hermana, que es, además,
diaconisa de la Iglesia de Cencreas,
■ Kl ministerio evangélico es para San Pablo un oficio litúrgico, un acto sagrado
cuyo fruto es una oblación acepta a Dios y santificada por el Espíritu Santo. Ape-
nas se podía declarar con mayor relieve la santidad de tan excelso ministerio.
19 La expresión original «llenar el Evangelio» parece significar «llenarlo todo del
Evangelio».
31 El proyecto de San Pablo de venir a España se realizó después de su primera
cautividad romana. A este deseo de venir a España, pasando por Roma, se debe
el que San Pablo escribiera su carta a los Romanos.
1C 1 Pebe tenía los carismas del ministerio y de la asistencia; que fuese verdadera
diaconisa, en el sentido técnico que más tarde se dió a esta palabra, no consta.
Cénenos era el puerto de Corinto en el mar Egeo.
— 359 —
16 2-15
ROMANOS
16 16-21
I ipara que la recibáis en el Señor de
una manera digna de los santos y la
asistáis en cualquiera cosa en que
necesitare de vosotros ; puesto que
ella también ha sido favorecedora
de muchos, y de mí en particular.
8 Saludad a Prisca y Aquila, mis co-
laboradores en Cristo Jesús, 4 — quie-
nes por mi vida expusieron su ca-
beza ; a los cuales no sólo yo doy
gracias, sino también todas las Igle-
sias de los gentiles — , 6 y a la Igle-
sia que se congrega en su casa. Sa-
ludad a Epéneto, mi amado, que es
primicias del Asia para Cristo. • Sa-
ludad a María, la cual se tomó mu-
chos afanes por vosotros. 1 Saludad
a Andrónico y a Junias, mis parien-
tes y mis compañeros de prisión, los
cuales gozan de gran consideración
entre los apóstoles, y que aun antes
que yo han sido en Cristo. 8 Saludad
a Ampliato, mi querido en el Señor.
"Saludad a Urbano, mi colaborador
en Cristo y a Estaquis, mi amado.
10 Saludad a Apeles, que ha dado
buenas ipruebas de sí en Cristo. Sa-
ludad a los de casa de Aristóbulo.
II Saludad a Herodión, mi pariente.
Saludad a los de casa de Narciso,
que son en el Señor. 12 Saludad a
Trifena y a Trifosa, las cuales tra-
bajan con afán en el Señor. Sa-
ludad a Pérside, la amada, que mu-
chos afanes se tomó en el Señor.
" Saludad a Rufo, el escogido en el
Señor, y a su madre, que también
lo es mía. 14 Saludad a Asíncrko, a
Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a
Hermas y a los hermanos que con
ellos están. 13 Saludad a Filólogo y
a Julias, a Nereo y a su hermana,
y a Olimpias y a todos los santos
que con ellos están. "Saludaos los
unos a los otros con el ósculo yan-
to. Os saludan las Iglesias todas de
Cristo.
Exhortación a que se aparten de
los que promueven disensiones.
16, 17-20
" Os recomiendo, hermanos, que
estéis alerta sobre los que promue-
,ven las disensiones y los escánda-
los apartándose de la doctrina que
yosotros aprendisteis, y desviaos de
ellos ; 18 porque esos tales no sirven
a Cristo, Señor nuestro, sino a 6u
propio vientre ; y con blandas pa-
labras y lisonjas seducen los cora-
zones de los inocentes. " Pues vues-
tra sumisión a la fe ha llegado a co-
nocimiento de todos ; me gozo, pues,
en vosotros ; mas quiero que seáis
listos para lo bueno y Cándidos pa-
ra lo malo. aY el Dios de la paz
aplastará en breve a Satanás debajo
de vuestros pies.
La gracia! de nuestro Señor Jesu-
cristo sea con vosotros.
Saludos de los que están con Pablo.
16, 21-24
M Os saluda Timoteo, mi colabora-
dor, y Lucio y Jasón y Sosípatro,
De Prisca (o Priscila) y Aquila se habla frecuentemente en los Hechos y en
Sun Pablo. En qué ocasión expusieron su vida para salvar la del Apóstol, no nos
consta.
8 Epéneto fué el primero del Asia proconsular que se convirtió a la fe.
' Andrónico y Junias (nombre de varón) parecen haber sido, lo mismo que He-
rodión (v. 11), de la tribu de Benjamín, y en este sentido parientes de San Pablo.
10-11 Aristóbulo era nieto de Herodes el Grande ; Narciso fué liberto favorito de'
emperador Claudio. San Pablo saluda a los siervos que habían formado parte de la
familia de estos dos personajes, que por entonces habían ya muerto, por lo menos
Narciso. Herodión había sido uno de los siervos de Aristóbulo.
13 Este Rufo parece ser uno de los hijos de Simón el de Cirene. Las antiguas y
amistosas relaciones con esta buena familia son causa de que San Pablo llama
madre suya a la madre de Rufo, de quien parece haber recibido atenciones mater-
nales durante su primera juventud en Jerusalén.
,T-°° Estos agitadores, contra los cuales previene San Pablo a los Romanos, son
los judaizantes.
10 La «docilidad» u obediencia de los Romanos, reconocida en todo el mundo, es
su fe. Ordenó Dios en su providencia que ya desde los principios fuese inmaculada,
y dechado para todo el mundo, la fe de Roma.— Sabiduría "para lo bueno, sencillez
para lo malo : son dos virtudes que con otras palabras recomienda San Pablo a
los Corintios (1 Cor. r4, 20).
21 Lucio, Jasón y Sosípatro eran judíos de la tribu de Benjamín. Jasón parece
— 360 —
16 22-27
ROMANOS
16 22-27
mis parientes. 22 Os saludo yo, Ter- I mío y de toda la Iglesia. Os saluda
(.io, que escribí la carta, en el Se- Erasto, el cuestor de la ciudad, y
ñor. * Os saluda Gayo, hospedador | Cuarto el hermano. [24.]
Doxologta final. 16, 25-27
" Al que puede consolidaros
en orden a mi Evangelio y a la predicación de Jesu-Cristo,
en orden a la revelación del Misterio,
por tiempos eternos mantenido secreto,
* mas ahora manifestado,
y por las Escrituras proféticas,
según la ordenación del eterno Dios,
para obediencia de la fe
a todos los gentiles notificado,
27 al solo sabio, Dios, por Jesu-Cristo —
a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
haber sido el hospedador de San Pablo en Tesalónica (Ac. 17, 5-9). Sosípatro parece
era el mismo Sópatro (forma contracta) de Berea (Ac. 20, 4).
* Este Cayo es el mismo que fué bautizado por San Pablo (1 Cor. i, 14). Erasto
no parece ser el compañero del Apóstol de quien se habla en Ac. 19, 22.
26-27 Este pasaje es uno de los que expresan sintéticamente el pensamiento fun-
damental de la Teología de San Pablo. Mi Evangelio llama el Apóstol no un Evan-
gelio diferente, sino su manera particular de enfocar el único Evangelio, en conso-
nancia con su misión especial de Apóstol de los gentiles. Este Evangelio no es otra
cosa que la predicación de Jesu-Cristo, cuyo objeto es Jesu-Cristo. Ni es invención
de Pablo, sino en orden a la revelación del misterio. Este misterio por antono-
masia es la salud universal de los hombres ten Cristo Jesús» mediante la fe. Este
MISTERIO pasó por tres estadios o fases. Primero, fué por tiempos eternos mantenido
secreto. Ahora, con el advenimiento y la redención, de Jesu-Cristo, ha sido mani-
festado. Por fin, ha sido notificado o divulgado umversalmente. En esta divulga-
ción señala San Pablo cuatro elementos. Su principio es la ordenación del ^eterno
Dios; su medio o instrumento son las Escrituras proféticas; sus destinatarios son
todos los gentiles; su objeto es la obediencia de la fe, esto es, que todos se rindan
a la fe.
-361-
INTRODUCCION
A LA I EPISTOLA A LOS CORINTIOS
\ Iglesia de CORINTO.-C0nn.to, aquella «lumbrera de toda la Cre-
cían que, como decía Cicerón, habían extinguido los romanos, bri-
llaba ya de nuevo. Floreciente por el comercio, por el arte, la
elocuencia y la filosofía, era aún más famosa por la espantosa corrupción
de las costumbres. Su cultura y su ventajosa posición geográfica hacían
de Corilibo «la de los dos mares», como la llamaba Horacio, un centro
de primer orden para la predicación del Evangelio. Estas ventajas atm-
jeron las miradas y el celo de Pablo, quien llegaba a Corinto hacia el
año 51 de nuestra era, durante su segunda misión apostólica.
Casi dos años empleó el Apóstol en evangelizar a Corinto y fundar su
Iglesia. Y no fué sin fruto. Ni la corrupción de las costumbres, ni siquie-
ra la ruda oposición que hicieron los judíos, fueron obstáculo para que
surgiese vigorosa, floreciente , ta Iglesia de Corinto. No fueron, con todo,
los ricos comerciantes, los oradores o los filósofos, los que abrazaron el
Evangelio ; tampoco fueron ¡os judíos los que formaron el núcleo de la
nueva comunidad cristiana; gentiles y pobres fueron en su mayoría los
que Dios escogió como primicias de la fe en Grecia.
Eos primeros años fueron prósperos. Pero pronto surgieron dificultades
más peligrosas que la inmoralidad pagana o la perfidia judaica. Discor-
dias internas, abusos lamentables , ponían en peligro la prosperidad y aun
la existencia misma de aquella Iglesia. Pablo estaba entonces en Efcso.
Desde allí había ya escrito una primera carta, que por desgracia se ha
perdido, y mandó luego allá a su discípulo Timoteo, para que pusiese
remedio á aquellos viales. Entre tanto llegaron de Corinto tres cristianos,
Estjífanas, Fortunato y Acaico, con cartas de la Iglesia al Apóstol, en las
cuales le hacían, varias consullas. Aprovechando esta oportunidad, Pablo
escribió una segunda carta, que es nuestra nprimera Epístola a los Co-
riulios». Era probablemente la Pascua del aíio 56.
La Epístola. — Si no iguala en amplitud dogmática a ¡a Epístola a ¡os
Romanos, es, en cambio, ¡a primera a los Corintios la más interesante
desde el punto de vista histórico. Un atento lector lee en ella, mejor que
en otra parte, el estado de las primitivas Iglesias, con sus luces y som-
bras, sus virtudes y sus defectos, sus fervores y sus peligros, su vida
intima y su culto, y, sobre todas las deficiencias humanas, ¡as maravi-
llosas comunicaciones del Espíritu divino.
- 362 -
1 1-10
I CORINTIOS
1 5-11
En medio de la variedad de puntos que toea San Pablo y de la apa-
rente irregularidad con que los va exponiendo unos tras otros, se divide
claramente la Epístola en dos partes: los abusos y las consultas. Los
varios abusos, que por diferentes conductos habían llegado a oídos de
Pablo, llenan los seis primeros capítulos; los diez restantes responden
a las múltiples consultas que los Corintios propusieron al Apóstol.
EPISTOLA I A LOS CORINTIOS
Introducción
Salutación epistolar, i, 1-3
i 1 Pablo, llamado a ser apóstol
de Cristo Jesús, ]xn- voluntad de
Dios, y Sostenes el hermano, 2 a la
Iglesia de Dios que está en Corinto,
a Jos santificados en Cristo Jesús,
llamados a ser santos, con todos los
que invocan el nombre de nuestro
Señor Jesu-Cristo en todo lugar, de
ellos y también nuestro : B gracia a
vosotros y paz de parte de Dios, Pa-
dre nuestro, y del Señor Jesu-Cristo.
Acción de gracias. 1, 4-9
' Gracias hago a mi Dios sin cesar
acerca de vosotros por la gracia de
Dios que os fué dada en Cristo Je-
sús, • pues en todo fuisteis enrique-
cidos en El, en toda palabra y en
todo conocimiento, 6 conforme a co-
mo el testimonio de Cristo se afian-
zó en vosotros ; 7 hasta el punto de
no quedaros vosotros atrás en nin-
gún cansina, en tanto que aguar-
dáis la revelación de nuestro Señor
Jesu-Cristo ; 8 el cual también os
mantendrá firmes hasta el fin, ha-
llados sin culpa en el día de nuestro
Señor Jesu-Cristo. 0 Fiel es Dios,
por quien fuisteis llamados a la co-
munión de su Hijo, Jesu-Cristo, Se-
ñor nuestro.
Primera parte: abusos que necesitan reforma
L Primer abuso: discordias y I que digáis todos una misma cosa y
partidos ¡ que no haya entre vosotros escisio-
nes, sino que seáis consumados en
Lo que debía ser y lo que es. 1, 10-12 tener un mismo pensamiento y un
mismo sentir. 11 Pues se me hizo en-
"'Os ruego, hermanos, por el nom- tender aceñ a de vosotros, hermanos
bre de nuestro Señor Jesu-Cristo, I míos, por los de Cloe, que hay con-
-J 1 Sostenes : Es probablemente- el archisinairogo de que se habla en Ac. iS, 17.
z De ellos y también .nuestro : son las Iglesias de la Acaya, que San l'ablo llama
suyas por haberlas é! fundado.
e Palabra... conocimiento : los cansinas de la palabra y de la inteligencia, que
sustituyen con ventaja las glorias literarias y filosóficas, de que tanto se precia-
ban los Corintios.
0 L« COMUNIÓN de su Hijo es la inefable comunicación de la vida divina con
Cristo y en Cristo.
11 Cloe parece ser una señora cristiana de Corinto.
- 363 -
1 12-24
I CORINTIOS
1 17-27
tiendas entre vosotros. " Quiero de-
cir, que cada cual de vosoTros dice :
«Yo sov de Pablo» ; «Yo, de Apo-
lo» ; «Yo, de Cefas» ; «Yo, de Cristo».
¡ta del Apóstol contra el
ritu de partido, i, 13-17
18 ¿ Está dividido Cristo ? ¿ Por ven-
tura fué Pablo crucificado por vos-
otros ? i O en el nombre de Pablo
fuisteis bautizados ? M Doy gracias a
Dios de que a ninguno de Vosotros
bauticé, si 110 es a" Crispo y Gayo ;
lj para que nadie diga que en mi
nombre fuisteis bautizados. ,u Bauti-
cé también a la familia de Estéfa-
nas ; fuera de esto no sé si bauticé
a algún otro.
11 Que no me envió Cristo a bauti-
zar, smo a evangelizar ; no con sa-
biduría de palabra, para que no se
desvirtúe la cruz de Cristo.
A) La enseñanza de Pablo
La cruz, fuerza de Dios y sabiduría
de Dios. 1, 18-25
18 Pues la palabra de la cruz, para
los que perecen es una insensatez ;
mas para los que se salvan, para
nosotros, es una fuerza de Dios.
19 Porque escrito está (Is. 19, H-14) :
Arruinaré la sabiduría de los sabios,
y la inteligencia de los inteligentes anularé.
i0 ¿ Dónde está el sabio ? ¿ Dónde el escriba ?
¿ Dónde el disputador de este mundo ?
¿Por ventura no atontó Dios la
sabiduría de este mundo? 21 Que,
pues en la sabiduría de Dios no co-
noció di mundo a Dios por el cami-
no de la sabiduría, tuvo a bien Dios
por la necedad de la predicación
.salvar a los creyentes. 22 Puesto que
los judíos por su parte demandan
señales, y los griegos por la suya
buscan sabiduría ; 23 mas nosotros
predicamos un Cristo crucificado :
para los judíos, escándalo ; para los
gentiles, necedad ; 2-1 mas para los
mismos que han sido llamados, así
judíos como griegos, un Cristo fuer-
za de Dios y sabiduría de Dios.
" Pues lo necio de Dios es más sa-
bio que los hombres ; y lo flaco de
Dios, más fuerte que los hombres.
La grandeza del mundo, reprobada
por Dios. 1, 26-31
26 Porque mirad, hermanos, quié-
nes habéis sido llamados. Que no
hay entre vosotros muchos sabios
según la carne, no muchos podero-
sos, no muchos nobles ; 27 antes lo
necio del mundo se escogió Dios,
Corinto : 1) el de Pablo, su primer predicador ;
luchos con su palabra brillante ; ?) el de Cefas o
por los judaizantes ; 4) el de Cristo : nuevo bando,
afiliarse a ningún bando.
¡volverse contra el espíritu de bandería, calla el
de Cefas, reservando todas sus invectivas para des-
u propio nombre.
ESCRIBA significa los legisperitos judíos; DISPUTADOS
" Cuatro bandos
el de Apolo, que
Apóstol los nombres de Apolo y
calificar el partido que llevaba
20 Sabio es término líenérieo ;
»e refiere a los filósofos o sofistas griegos.
21 Por el camino de la SABIDURÍA : esto es, pues el mundo por su propia sabi
durfa no entendió la sabiduría de Dios, manifestada en las maravillas de la rebe-
lación y de la creación, Dios, para salvar al mundo, optó por el medio contrario,
o por la necedad DE LA PREDICACIÓN, por la cruz, que no busca ciencia inflada,
sino fe humilde.
Cristo es la encarnación viviente de Dios
que ceñirse al aspecto hipostático : hay que
FUERZA DE DIOS Y SABIDURÍA DE DlOS
a*-as A los sabios, poderosos y nobles opone San Pablo lo necio, lo débil y lo vil
o lo que no es. Al paso que rebaja los humos de los infatuados Corintios, ños des-
cubre el Apóstol los misterios de la divina elección.
— 364 —
las en cata encarnación no hay
templar encarnada en Cristo la
1 28 -2 4 I CORINTIOS 2 5
para confundir a los sabios ; y lo
débil del mundo se escogió Dios, pa-
ra confundir lo fuerie ; * y lo vil
del mundo y lo tenido en nada se
escogió Dios, lo que no es, para
anular lo que es ; * a fin de que no
se gloríe mortal alguno en el acata-
miento de Dios. * De él os viene
lo que vosotros sois en Cristo Je-
sús, el cual fué hecho por Dios pa-
ra nosotros sabiduría, como también
justicia, santificación y redención,
51 para que, según está escrito, «el
que se gloría, gloríese en el Señor»
(Jer. b, 23*.
o 1 Y yo, venido a vosotros, her-
T manos, vine no con superemi-
nencia de .palabra o de sabiduría al
anunciaros el misterio de Dios. aPor-
que resolví no saber cosa ertre vos-
otros sino a Jesu-Cristo, v éste cru-
cificado. 3 Y yo me presenté anie
vosotros con sensación de impoten-
cia, y con miedo, y con mucho tem-
blor ; * y mi (palabra y mi predica-
ción no fué con persuasivas palabra»
de sabiduría, sino con demostración
de Espíritu y de fuerza ; 5 para que
vuestra fe no estribe en sabiduría de
hombres, sino en la fuerza de Dios.
La sabiduría cristiane
' Sabiduría, sí, hablamos entre los
perfectos; sabiduría, empero, no de
este mundo ni de los jefes de este
mundo, condenados a perecer; ; sino
que hablamos sabiduría de Dios, en-
cerrada en el misterio, la escondida,
la que predestinó Dios antes de los
siglos para gloria nuestra ; s la cual
ninguno de los jefes de este mundo
conoció, que, si la conocieran, ja-
más al Señor de la gloria crucifica-
ran ; * sino que, como está escrito
(Is. 64, 3),
Lo que ojo no vió, ni oído oyó,
ni a corazón de hombre se antojó,
tal preparó Dios a los que le aman.
10 Porque a nosotros 1
Dios por medio del Es
el Espíritu todo lo son
profundidades de Dios. 11 A la ver-
dad, ¿quién conoce de los hombre-
lo reveló
tu ; pues
aun las
13 En este versículo se expresa el axioma fundamental de la economía de la graci
de la ascética cristiana : Dios quiere dar su gracia y el hombre debe recibir!
; tul modo que toda la gloria sea para solo Dios.
poco dt
variante misterio, probablemente' la verdadera, preludia lo que
J) se anuncia acerca del «misterio» por antonomasia, que es el
■'ios sobre la salud humana en Cristo Jesús.
éste crucificado es el contenido en cierta manera integral del
- JESU-Cuisro,
misterio de Dios.
6 A la decadente filosofía y retórica de su tiempo contrapone San Pablo la sabi
duría de Dios.
* El misterio es el modo inefable de la redención por la unión o conipenetració;
con Cristo, por la incorporación y vida divina en Cristo.
• 1.a expresión Señor Dt U gloria, I
ción del nombre inefable de «Yahvch», c
cación de la «gloria de Yahveln, que ser
rae! (Ex. 40, 34 ; 1 Re. 8, 11...), es ui
San Pablo a favor de la divinidad de J
CRUCIFICARAN, es acaso el texto bíblico 1
la llamada comunicación de idiomas en 1
10-1; j£n cstos tres versículos nos re
Pueumatologia cristiana : la divinidad
ación de Señor, reproduc-
nto DE
nente se manifestaba en medio de Is-
los testimonios más inequívocos de
risto. Y la frase entera, con el verbo
más explícito y más eficaz para demostrar
la persona del Verbo encarnado,
la San Pablo las principales verdades de la
el Espíritu Santo, su
el Padre, su personalidad y su origen. Su divinidad se despi
miento privativamente divino ; pues el Espíritu todo lo sondea
DADES DE DIOS, y LAS COSAS DE DIOS NADIE LAS CONOCE SINO EL
Conocimiento exclusivo de Dios supone ser o naturaleza de Dii
lidad con el Padre resulta clara de la comparación entre el espír
Espíritu de Dios. Como el espíritu del hombre es consustancia
Espíritu de Dios es consustancial a Dios. Su personalidad di
Apóstol al decir que Dios nos reveló sus consejos eternos por
V al añadir que nosotros recibimoí
sión nos descubre también la proc
lu del hombre y el
al hombre, así el
itinta la afirma el
.iedio del Espíritu
- 365 -
2 13-3 3
I CORINTIOS
3 4-12
lo íntimo del hombre, sino el espí-
ritu del hombre que está en él ? Así
también las cosas de Dios nadie las
conoce sino el Espíritu de Dios.
a Mas nosotros recibimos no el es-
píritu del mundo, sino el Espíritu
que viene de Dios, para que conoz-
camos las cosas que Dios graciosa-
mente nos dió, B las cuales asimis-
mo hablamos no con aprendidas pa-
labras de sabiduría humana, sino con
las aprendidas del Espíritu, adap-
tando lo espiritual a lo espiritual.
31 Mas el hombre animal no coge las
cosas del Espíritu de Dios, pues son
necedad para él ; ni es capaz de en-
tenderlas, como que sólo espiritual-
mente se disciernen. 15 En cambio,
el espiritual todo lo discierne, mas
él de nadie es discernido. 16 Porque
«¿ quién conoció el pensamiento del
Señor, de modo que pueda instruir-
le ?» (Is. 40, 13). Mas nosotros po-
seemos el pensamiento de Cristo.
Ni/ñez espiritual de los Corintios.
O 'Y yo, hermanos, no pude habla-
0 ros como a espirituales, sino co-
mo a 'carnales, como a niños en Cris-
to. 2 Leche os di a beber, no manjar
sólido, pues todavía no erais capaces.
Pero ni aun ahora lo sois, 3 porque
todavía sois carnales. Porque mien-
tras haya en vosotros emulación y
contienda, ¿no sois por ventura car-
nales y procedéis conforme a crite-
rio humano ? 1 Porque cuando uno
dice: «Yo soy de Pablo», y el otro:
«Yo, de Apolo», ¿acaso no sois
hombres ?
B) K\. MJMSTKRIO DE P.VBl.O
l'ablo, colaborador de Dios. 3, 5-9
"¿Qué es, pues, Apolo? ¿Y qué
Pablo ? Ministros por cuyo medio
creísteis, y cada uno según el Señor
le dió. 6 Yo planté, Apolo regó ; mas
Dios obró el crecimiento. 7 De ma-
nera que ni el que planta es algo,
ni el que riega, sino el que obra el
crecimiento, que es Dios. 8 Y el que
¡llanta y el que riega, una cosa son,
si bien cada cual recibirá su propia
paga según su propio trabajo. 0 Pues
de Dios somos colaboradores : de
Dios sois labranza ; de Dios, edi-
ficio.
Constructores evangélicos. 3, 10-13
10 Según la gracia de Dios que me
fué dada, yo, cual sabio arquitecto,
puse el fundamento, y otro sobre-
edifica. Cada cual, em]>ero, mire có-
mo sobreedifica. 11 Pues fundamen-
to, nadie puede poner otro fuera del
ya puesto, que es Jesu-Cristo. 12 Mas
si uno edifica sobre este fundamen-
13 Adatando 1.0 espiritual a 1.0 espiritual. Si se atiende al contexto antecedente,
<ine es el verdadero, el sentido será : (Acomodando las palabras espirituales a las
" Como que sólo éspirixualmente se disciernen : sólo por Quien posea el Espíritu
de Dios pueden percibirse distintamente las cosas del Espíritu de Dios.
a El pensamiento de Dios. Al sustituir a continuación esta expresión por la otra,
EL pensamiento de Cristo, como equivalente, atribuye San Pablo a Cristo la divinidad
y la consustancialidad con el Padre, que antes ha atribuido al Espíritu Santo.
O 6-7 Tres razones apunta San Pablo, suficientes para cortar de raíz toda presunción
en los ministros evangélicos : 1) que son puro instrumento de Dios; 2) que eso
mismo es un favor recibido de Dios ; 3) que su acción es puramente externa, que
sería completamente estéril si Dios no la fecundase con su acción interna.
11 La imagen metafórica de fundamento, idéntica en la significación, varía en la
aplicación según el contexto. Aquí se aplica a Jesu-Cristo exclusivamente. En JIt. 16,
18, se aplica por comunicación exclusivamente también, aun entre los Apóstoles, a
Tedro. En Ap. 21, 14, se aplica por extensión atenuada a los doce apóstoles.
>- La construcción de que habla San Pablo es la predicación del Evangelio. Quien
predica el genuino Evangelio, construye con materiales preciosos ; quien predica un
Evangelio más o menos desnaturalizado, construye con materiales deleznables, tai-
propios del edificio que se ha de levantar.
-366-
S 13-19
I CORINTIOS
3 20-4 5
to oro, plata, piedras preciosas, ma-
dera, heno, paja, 13 la obra de cada
cual se pondrá de manifiesto ; por-
que el día lo descubrirá, por cuanto
en fuego se ha de revelar ; y la obra
de cada uno, qué tal sea, el fuego
mismo lo aquilatará. 14 Si la obra de
uno, que él sobreedificó, subsistiere,
recibirá recompensa ; M si la obra
de uno quedare abrasada, sufrirá de-
trimento ; él sí se salvará, aunque
así como a través del fuego.
Los
destructores del templo de
Dios. 3, 16-17
16 ¿ No sabéis que sois templo de
Dios, y el Espíritu de Dios habita
en vosotros ? 17 Si alguno destruye
el templo de Dios, Dios lo destruirá
a él ; porque santo es el templo de
Dios, que sois vosotros
Sabiduría mundana y parcialidadt
injustificadas. 3, 18-23
18 Nadie a sí mismo se engañe. Si
alguno entre vosotros piensa ser sa-
bio en este mundo, hágase necio
para que se haga sabio. 19 Porque la
sabiduría de este mundo necedad
es a los ojos de Dios. Que escrito
está : «Prende a los sabios en su
propia astucias (Jb. 5, 13). 20 Y otra
vez : «El Señor conoce los pensa-
mientos de los sabios cuán vanos
son» (Sal. 93, 11). 21 Así que nadie
ponga su gloria en hombres, pues
todas las cosas vuestras son : a ya
sea Pablo, ya Apolo, ya Cefas, ya
sea el mundo, ya la "vida, ya la
muerte, ya las cosas presentes, ya
las venideras, todo es vuestro ; 23 mas
vosotros de Cristo, y Cristo, de Dios.
Ministros de Cristo. 4,
A 1 Asi nos considere todo hombre,
* como a servidores de Cristo y
administradores de los misterios de
Dios. - En tal supuesto, lo que, en
resumidas cuentas, buscáis en los
administradores es que a uno se le
halle fiel. 3 Aunque a mí lo que me-
nos me importa es el ser juzgado
por vosotros o por algún tribunal
humano. Pero tampoco yo mismo
me juzgo ; 4 porque aun cuando de
nada tenga conciencia, mas no por
esto quedo justificado, sino que quien
me juzga es el Señor. 6 Así que no
os hagáis antes de tiempo jueces_ de
nada hasta que viniere el Señor,
33 El día por antonomasia es el del juicio universal. Dos veces en este versículo
se menciona el fuego. En la primera frase : por cuanto (el día) en fuego se ha de
revelar, fuego es la misma conflagración ; en la segunda : el fuego mismo lo aqui-
etará, el fuego se presenta como instrumento de la divina justicia, que, si no es el
mismo juicio, es su manifestación y ejecución.
15 Como a través del fuego : aquí fuego es el fuego ordinario, tomado en sentido
propio, como término de una comparación. De todo este pasaje toman los teólogos ca-
tólicos un argumento a favor del purgatorio. Al afirmar el Apóstol el castigo, tem-
poral a la vez y escatológico, de pecados leves no perdonados previamente, supone
un principio o ley general : que todo pecado leve no perdonado es castigado tempo-
ralmente después de esta vida. Y no dice otra cosa el dogma católico sobre la exis-
tencia del purgatorio.
" Templo de Dios se ha de entender del cuerpo social de la Iglesia, si bien, por
i xtensión, puede aplicarse a cada uno de los fieles. La razón de ser la Iglesia templo
de Dios es que el Espíritu de Dios habita en vosotros : argumento
la divinidad del Espíritu Santo.
B A los incautos constructores del edificio evangélico opone aquí ;
rriminales destructores del templo de Dios.
**** Los Corintios decían : «Yo soy de Pablo...» Pablo replica : 110 SO
Pablo ; antes bien, Pablo y los demás ministros evangélicos son yuestr
la Iglesia para los ministros, sino éstos para la Iglesia. Y aun todas 1
das, añade, son vuestras, dado que todas las ordena Dios íara vuestro
cuenta 110 entra Cristo. Si no habéis de decir que sois de Pablo, sí h¡
que sois de Cristo. Y Cristo (es) de Dios. Habla aquí San Pablo de Cri
hombre, que, como tal, depende de Dios.
A 1 Misterios de Dios : son las enseñanzas e instituciones que integran la economía
de la redención ; el depósito de la revelación divina bajo todos sus aspectos, así
doctrinal como práctico.
ifiesto de
Jtros de
e no es
is crca-
En esta
le decir
cuanto
- 367 -
4 6-12
I CORINTIOS
4 13-5 3
el cual sí sacará a luz los secretos
de las tinieblas y pondrá al descu-
bierto los designios de los corazo-
nes, y entonces le vendrá a cada
uno la alabanza de parte de Dios.
Sin figuras. 4, 6-7
6 Estas cosas, hermanos, las he
trasladado figuradamente a mí y a
Apolo a causa de vosotros, para que
en nosotros aprendáis aquello de
«No traspasar los límites de lo que
está escrito», a fin de que no os in-
fléis uno a favor del uno contra el
otro. * Pues ¿ quién reconoce en ti
ventaja que te distinga de los de-
más ? ¿Y qué tienes q>»e no hayas
recibido ? Y si es así que lo recibis-
te, 1 a qué gloriarte, cual si no lo
hubieras recibido ?
Ironías y contrastes. 4, 8-16
* Ya estáis hartos, ya os enrique-
cisteis; sin nosotros llegasteis a rei-
nar... ¡Y ojalá que reinaseis, para
que también nosotros reinásemos con
vosotros ! * Porque pienso que Dios
u nosotros los apóstoles nos exhibió
como los . últimos, cual condenados
a muerte, pues fuimos puestos como
espectáculo al mundo, tanto a los
ángeles como a los hombres. 10 Nos-
otros, necios por causa de Cristo ;
vosotros, sensatos en Cristo ; nos-
otros, débiles ; vosotros, fuertes ;
vosotros, en gloria ; nosotros, sin
honor. 11 Hasta la hora presente pa-
samos hambre, y padecemos sed, y
andamos desnudos, y somos abofe-
teados, y en ninguna parte hallamos
seguridad ; 12 y nos fatigamos tra-
bajando con nuestras propias ma-
nos. Ultrajados, respondemos con
bendiciones ; perseguidos, aguanta-
mos ■ " difamados, rogamos ; como
basuras del mundo hemos venido a
ser desperdicio de todos hasta ahora.
" No os escribo esto para sonro-
jaros, sino que como a hijos míos
queridos os amonesto. 16 Pues aun
cuando diez mil pedagogos tuvierais
en Cristo, no, empero, muchos pa-
dres ; porque en Cristo Jesús, por
medio del Evangelio, yo os engen-
dré. 16 Os lo suplico, pues ; sed imi-
tadores míos.
Medios prácticos. 4, 17-21
" Por esto mismo os envié a Ti-
moteo, que es mi hijo querido y fiel
en el Señor, el cual os recordará mis
normas de conducta que sigo en
Cristo Jesús, según que enseño don-
dequiera en toda Iglesia. u Como si
no hubiera yo de ir a vosotros, se
inflaron algunos. M Pues iré presto á
vosotros, sí el Señor quisiere ; y co-
noceré no la palabrería de esos in-
flados, sino la eficiencia ; 20 que no
está en la palabrería el reino de
Dios, sino en la eficiencia. 23 ¿Qué
queréis ? ¿ Que vaya yo a vosotro-.
con vara o bien con amor y espíritu
de mansedumbre ?
U. Segundo abuso: un escándalo
tolerado
Excomunión del escandaloso. 5, 1-8
r 'Resueltamente se oye decir que
" hay en vosotros fornicación, y tal
fornicación, cual ni siquiera entre
gentiles, hasta el punto de tener uno
la mujer de su padre. 2 ¿Y vosotros
andáis inflados, y no más bien oí
pusisteis de luto, para que sea qui-
tado de en medio de vosotros quien
tal acción cometió? 'Pues yo, por
' No traspasar i.os LÍMITES. . . : expresión proverbial con que San Pablo recomienda
la moderación en los sentimientos de la propia estimación.
1 Satiriza San Pablo la tonta vanidad en pavonearse de glorias ajenas. Aunque no
se habla anuí de la gracia de Dios claro está que a ella se aplican, > con mayor
razón todavía, los principios de humildad recomendados por el Apóstol.
pr 1 MUJER de su PADRE : la propia madrastra.
fj 3-6 sjc reproduce en la versión el orden de los incisos cual se halla en el original,
a pesar de su desaliño. Kn ki. NOMBRE... significa autoridad : tal cual hoy poseo la
jerarquía eclesiástica ; con EL poder significa potencia física, que es aquí la potestad
- 368-
5 4-12
I CORINTIOS
513-6 8
mi parte, ausente con el cuerpo,
mas presente con el espíritu, ya he
resuelto, como si presente me halla-
se, al que así tal obró, 1 en el nom-
bre del Señor nuestro Jesu-Cristo
— congregados vosotros y mi espíri-
tu—, con el poder del Señor nuestro
Jesús 4 entregar a ese tal a Satanás
para perdición de la carne, a fin de
ijue el espíritu sea salvo en el día
del Señor Jesús.
" No es tan bueno eso de que bla-
sonáis. ¿No sabéis que poca leva-
Jura fermenta toda la masa ? ' Ex-
purgad la vieja levadura, para que
seáis una masa nueva, así como sois
í/imos. Puesto que nuestro Cordero
pascual fué inmolado, que es Cris-
to. * Así que hagamos fiesta, no con
levadura vieja, ni con levadura de
malicia y perversidad, sino con ázi-
mos de pureza y de verdad.
Una mala inteligencia. 5, 9-13
* Os escribí en la carta que no os
mezclaseis con fornicarios : lu no ab-
solutamente con los fornicarios de
este mundo o con los codiciosos y
ladrones o idólatras, pues entonces
os rveríais forzados a salir de este
mundo. u Ahora, pues, lo que os es-
cribí fué que no os mezclaseis con
quien, llamándose hermano, fuese
fornicario, o codicioso, o idólatra, o
ultrajador, o borracho, o ladrón : con
ese tal, ni comer. 13 Pues ¿qué me
va a mí en juzgar a los de fuera ?
¿Acaso no es a los de dentro a los
que vosotros juzgáis ? 13 A los de
fuera ya Dios los' juzgará. Expeled
al malvado de entre vosotros
III. Tercer abuso: pleitos cris-
tianos en tribunales paganos
Procesos escandalosos. 6, 1-8
£L 1 ¿Se atreve alguno de vosotros,
u si tiene pleito con el otro, a de-
mandar justicia ante los injustos y
no ante los santos? 2 ¿O no sabéis
que 'los santos juzgarán al mundo ? Y
si por vosotros va a ser juzgado el
mundo, ¿seréis indignos de senta-
ros en tribunales ínfimos ? * ¿No sa-
béis que a los ángeles juzgaremos ?
¡ Pues no los asuntos cotidianos !
' Si tuviereis, pues, tribunales para
asuntos cotidianos, a los que nada
representan en la Iglesia, a ésos po-
ned por jueces. 5 Para sonrojo vues-
tro os lo digo. ¿ Conque no hay en-
ere vosotros uno siquiera sabio, que
iea capaz de mediar como arbitro
entre sus hermanos ? 6 ¡ Sino que
hermano con hermano litiga, y eso
inte infieles ! 1 Ya por cierto, pues,
2S de todo punto mengua para vos-
otros el que entre vosotros tengáis
pleitos. ¿Por qué no os dejáis más
bien atropellar ? ¿Por qué no os de-
jáis más bien despojar ? ■ Antes vos-
otros sois los que atropelláis y des-
pojáis, y eso a hermanos.
carismálica de entregar el culpado a Satanás. Es de notar : 1) que la pena de que
habla San Pablo es algo más grave que la simple excomunión : es la excomunión
con el agravante de entregar al incestuoso en manos de Satanás ; 21 que semejante
sentencia San Pablo no la había fulminado definitivamente, sino sólo había resuelta
fulminarla, caso que los Corintios no excomulgasen al reo ; 3) que la pena medicinal
iba ordenada a la salud eterna del pecador. De todo este pasaje se colige la potestad
que posee la Iglesia jerárquica de excomulgar a los que por sus delitos se han hecho
indignos de la comunión eclesiástica.
" Expeled al malvado : conclusión de todo lo dicho : que los Corintios excomul-
guen al incestuoso.
fi 1 Injustos : nombre dado a los infelices para [>oner de relieve el absurdo de pedir
u justicia a los injustos.
*"* Los sanios juzgarán al mundo... A los ángei es : juez con autoridad propia, su-
prema y definitiva lo será Cristo exclusivamente. Xo obstante, Cristo, como cabeza
de los santos, así como habrá asociado todos sus miembros a su muerte, a su vida,
a su divina filiación, a su sacerdocio y realeza, así también los asociará a su potes-
tad judicial.
4 A los que nada representen... poned por jueifs: antes que llevar vuestros pleitos
a tribunales infieles, tomad como jueces a los últimos de los fieles. La frase es iró-
nica ; quiere decir el Apóstol que busquen entre los fieles jueces árbitros de su":
litigios.
— 369 —
I CORINTIOS
6 14— 7 4
Castigo de tos injustos. 6, g-n
■ ¿O no sabéis que los injustos no
heredarán el reino de Dios ? No os
forjéis ilusiones. Ni fornicarios, ni
idólatras, ni adúlteros, ni afemina-
dos, ni sodomitas, 10 ni ladrones, ni
codiciosos, ni borrachos, ni ultraja-
dores, ni salteadores heredarán el
reino de Dios. " Y eso erais algu-
nos; pero fuisteis lavados, pero fuis-
teis santificados, pero fuisteis justi-
ficados en el nombre de nuestro Se-
ñor Jesu-Cristo y en el Espíritu de
nuestro Dios.
La pureza cristiana, o. 12-20
'- — «Todo me es lícito...»
— Pero no todo es conveniente.
— «Todo me es lícito...»
— Pero no me dejaré yo dominar
por nada.
13 — «Los manjares para el vien-
tre, y el vientre para los manjares...»
— Pero Dios a éste y a aquéllos los
exterminará. «Y el cuerpo» no «pa-
ra la fornicación», sino para el Se-
ñor, y el Señor, «para el cuerpo».
14 Y Dios, como resucitó al Señor,
también a nosotros nos resucitará
con su poder. 15 ¿ No sabéis que vues-
tros cuenpos son miembros de Cris-
to ? ¿ Tomando, pues, los miembros
de Cristo, los voy a hacer miem-
bros de una ramera ? ¡ Eso no ! 10 ¡ O
no sabéis que quien se ayunta a la
ramera es un cuerpo con ella ? Por-
que «serán — dice — los dos una car-
ne» (Gén. 2, 24). 37 Mas quien se
adhiere al Señor, un espíritu es con
El. 18 Huid la fornicación. Todo otro
pecado que hiciere un hombre, fue-
ra del cuerpo queda; mas quien for-
nica, contra el propio cuerpo peca.
19 ¿ O no sabéis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo, que
está en vosotros, el cual tenéis re-
cibido de Dios, y no sois vuestros ?
10 Porque fuisteis comprados a costa
de precio ; pues glorificad a Dios
en vuestro cuerpo.
Segunda parte: consultas de los Corintios
I. Primera consulta: matrimonio
y continencia
Relaciones conyugales. 7, 1-7
n 'Acerca de las cosas que escribis-
* teis, bien le está al hombre no
tocar mujer ; 2 con todo, por razón de
las fornicaciones, cada uno conserve
su propia mujer, y cada una con-
serve su propio marido. 3 El marido
a la mujer páguele lo que le es de-
bido, e igualmente también la mu-
jer al marido. 4 La mujer no es due-
11 Lavados: por el bautismo; santificados: con la gracia interna, que hace al
hombre digno de allegarse a Dios y le consagra a su servicio ; justificados : con jus-
ticia real, que borra los pecados. Estas tres expresiones son una condenación de la
justicia meramente imputada y forense de los protestantes. || En el nombre : por la
acción moral ; en El Espíritu : por la acción física del Espíritu Santo.
12-13 j-jyy aqtl¡ un dialocismo, en que San Pablo replica a ciertos dichos de algu-
nos Corintios despreocupados, que miraban la fornicación como cosa indiferente. 1.a
frase ros manjares para ei. vientre... es el primer miembro de una comparación cuyo
segundo miembro calla el Apóstol por delicadeza o por indignación, pero que se
trasluce en la réplica vehemente . Y el cuerpo no para la fornicación...
14-1» j¿ste pasaje es una apremiante recomendación de la pureza. Cinco motivos
principales propone San Pablo : 1) nuestra futura resurrección, que ha de espirituali-
zar nuestra carne ; 2) el ser nosotros miembros del cuerpo místico de Cristo ; 3) el
respeto debido a nuestros propios cuerpos ; 4) el ser nuestros cuerpos templos del
Espíritu Santo ; 5) el ser nosotros propiedad de Cristo, que nos compró con su san-
gre. La impureza, por el contrario, es un materialismo grosero, un sacrilegio que
deshonra los miembros de Cristo, una degradación del propio cuerpo, una profana-
ción que viola el templo del Espíritu Santo, una injusticia que desconoce los dere-
chos de Cristo sobre nosotros.
T Por razón de las fornicaciones : para evitar el peligro de la incontinencia.
7 5-11
I CORINTIOS
7 12-21
ña (k su propio cuerpo, sino el ma-
rido ; e igualmente tampoco el ma-
rido es dueño de su propio cuerpo,
sino la mujer. 6 No os defraudéis el
uno al otro, a no ser de común
acuerdo por un tiempo, con el fin
de vacar a la oración, y luego tor-
nar a juntaros, no sea que os tiente
Satanás a causa de vuestra inconti-
nencia. ' Esto, empero, lo digo ha-
ciéndome cargo de la situación, no
imponiendo precepto. ; Mi voluntad
sería que lodos los hombres fueran
como yo soy ; mas cada cual tiene
de Dios su propio don : quién de
una manera, quién de otra.
Matrimonio menos perfecto, pero
indisoluble. 8-n
8 Y digo a los solteros y a las viu-
das : bien les está, si se quedan lo
mismo que yo ; 9 pero si no pueden
guardar continencia, que se casen ;
(pie mejor es casarse que abrasarse.
10 Mas a los ya casados ordeno no
yo, sino el Señor, que la mujer no
se separe del marido, 11 — y caso que
llegare a separarse, que no piense
en otro casamiento o que haga las
paces con su marido — , y el marido
no despida a la mujer.
Privilegio paulino. 12-34
13 Pero a los demás digo yo, no el
Señor : Si algún hermano está ca-
sado con mujer no cristiana, y ella
se contenta de vivir con él, no la
despida ; 13 y la mujer, si alguna es-
tá casada con marido no cristiano,
y él se contenta de vivir con ella,
no despida al marido. M Pues santi-
ficado queda el marido no cristiano
en la mujer, y santificada queda la
mujer no cristiana en el hermano ;
pues entonces vuestros hijos fueran
inmundos, mientras que ahora son
santos. 15 Mas si el no cristiano se
separa, que se separe ; no está es-
clavizado el hermano o la hermana
en semejantes casos ; antes a vivir
en paz nos ha llamado Dios. 16 Pues
¿ qué sabes , mujer , si salvarás al
marido ? ¿ O qué sabes, marido, si
salvarás a la mujer ? 17 Sólo que se-
gún que a cada uno repartió el Se-
ñor, según que a cada uno llamó
Dios, así proceda. Y así lo ordeno
en todas las Iglesias. "¿Fué uno
llamado estando circuncidado? No
disimule su circuncisión. ¿Ha sido
uno llamado siendo incircunciso ? No
se circuncide. 10 La circuncisión na-
da es, y la incircuncisión nada es,
sino la guarda de los preceptos de
Dios. 20 Cada cual, en la vocación
con que fué llamado, en ésta fperma-
nezca. 21 ¡ Fuiste llamado siendo es-
clavo? No te dé cuidado ; antes bien,
aun cuando puedas obtener la liber-
6 Si sk uutDAX... : esto es,
;,'óriea afirmación desvanece
Tablo.
12 Digo yo, no el Señor :
diatamente divina, como lo
apostólica. Pero si la ordena
autoridad con que los apóstol
lidad extrínseca, que comiei:
facili
aue, si el cónyuge infiel
sin contumelia del Cread<
bertad para contraer segu
mer matrimonio (can. 1.1
19 Los buenos deseos c
continuar en el primer m
11 Desea el Apóstol que
social en que antes de él
» MÁS BIEN APROVECHAD
trarios. Los antiguos y n:
estado de esclavitud para
es : «aprovéchate de la oc
tán a favor de la interpn
que a continuación ordena no es ordenación Hijue-
la indisolubilidad del matrimonio, sino ordenación
D misma no emana de Dios, de Dios se deriva la
flieron semejantes ordenaciones.
e con la gracia santificante, pero sí con cierta san-
a sustraerle al imperio de Satanás, por cuanto le
itienc el llamado Privilegio paulino. Consiste éste en
ira o no quiere cohabitar con el fiel (pacificamente,
J. Iur. Can., 1.120-1.121), el cónyuge fiel queda en li-
upcias, con las cuales se disuelve el vínculo del pri-
nr al cónyuge no son razón suficiente para querer
•les^ no pretendan con el bautismo cambiar el estado
expresión ha sido interpretada en dos sentidos con-
modernos creen que el sentido es : «aprovéchate del
a Dios». Bastantes modernos creen que el sentido
para recobrar la libertad». El texto y el contexto es-
tradicional.
— 3/1 —
7 22-30
I CORINTIOS
7 31-38
lad, más bien aprovéchate. " Por-
que el que fué llamado en el Señor
siendo esclavo, liberto es del Señor ;
asimismo, el que fué llamado siendo
libre, esclavo es de Cristo. 23 A pre-
cio fuisteis comprados : no os ha-
gáis esclavos de hombres. " Cada
cual en el estado en que fué llama-
do, hermanos, en este permanezca
ante Dios.
Excelencia de la virginidad sobre el
matrimonio. 7, 25-38
* Acerca de las vírgenes no tengo
precepto del Señor ; pero doy con-
cejo como quien misericordiosamen-
te ha alcanzado del Señor el ser
fiel. 25 Entiendo, pues, ser esto bue-
no a causa de la urgente necesidad ;
a saber : que es bueno al hombre el
estarse así. ¿ Estás ligado a la mu-
jer ? No busques ser desligado. ¿ Es-
tás desligado de mujer? No bus-
ques mujer. 28 Pero si ya te hubieres
casado, no pecaste ; y si se hubiere
casado la doncella, no pecó ; tribu-
lación, empero, en la carne tendrán
estos tales ; mas yo os la ahorro.
Esto, pues, digo, hermanos : el
tiempo es limitado. Por lo demás,
que aun los que tienen mujeres se
hayan como si no las tuviesen ; **y I
los que lloran, como si no llorasen ;
y los que se gozan, como si no se
gozasen ; y los que compran, como
si no poseyesen ; 31 y los que usan
leí mundo, como quien no abusa.
Porque pasa la configuración de es-
te mundo. Y quiero que viváis sin
preocupaciones. El soltero se pre-
ocupa por las cosas del Señor ¡ có-
mo agradará al Señor. 33 Mas el ca-
sado se preocupa por las cosas del
mundo : cómo agradará a la mu-
jer ¡ y anda dividido. " También la
mujer soltera y la virgen se preocu-
pa por las cosas del Señor : cómo
ser santa en el cuerpo y en el es-
píritu. Mas la casada se preocupa
por las cosas del mundo : cómo
agradará al marido. 35 Y esto dígolo
por vuestro propio interés, no para
armaros un lazo, sino mirando a lo
que os cumple y facilita el trato fa-
miliar con el Señor sin distraimien-
to. 30 Mas si alguno piensa ser mal
visto a causa de su hija doncella,
si pasa ya de la edad nubil, y es pre-
ciso que así se haga, ejecute su de-
signio ; no peca : cásense. 3T Mas el
que se mantiene firme en su cora-
zón, no viéndose forzado, sino que
es dueño de hacer su voluntad, \
esto ha resuelto en su corazón :
guardar su hija doncella, hará bien.
,is De suerte que el que casa su hija
doncella, hace bien, y el que no la
casa, hará mejor.
lesión se significan las
impedir el libre servicie
¡dad.
)ién la duración
•cedad poner en
abstengan de la
f El peasi
mejor es la <
claridad no t
dera Iglesia <
dado a la vir
cía que de al
la virginidad.
1 nación ite casar o no casar a la doncella parece dejarse en
tor, se presupone justamente que nada se hace sin el libre
contra la inclinación de la misma interesada. Habla San Pa-
os, que no querrán, por satisfacer caprichos despóticos, labrar
e San Pablo es bien claro : bueno es el matrimonio, pero
. Todos los sofismas de los protestantes para oscurecer esta
1 efecto que convertir la virginidad en una nota de la verda-
Y como sola la Iglesia católica es la que constantemente ha
ido el honor que le tributa la Escritura divina, la consecuen-
rende no es menos clara que la doctrina de San Pablo sobre
- 372 -
7 39— g 5
I CORINTIOS
8 6-13
liudez y segundas nupcias, y, 39-401 quienes son llamados dioses, sea en
el cielo, sea en la tierra— cuales hay
~u~s dioses y muchos señores — ,
30 La mujer está sujeta al vínculo 6 1
todo el tiempo que viva su marido; D
nías si el marido muriere, queda li- ta
bre para casarse con quien quiera, | d<
sólo que sea en el Señor. " Será,
con todo, más dichosa si permane-
ciere así, siguiendo mi consejo. Que
también yo pienso tener Espíritu
de Dios.
II. Segunda consulta: uso de las
carnes inmoladas a los ídolos
Introducción digresiva: ciencia
v caridad. S, 1-3
O ' Acerca de las víctimas sacrifica-
" das a los ídolos sabemos... (porque
todos tenemos ciencia. La ciencia
infla, mas la caridad cría robustez
maciza. 2 Si alguno se figura saber
algo, todavía no ha sabido como
conviene saber. 3 Mas si uno ama a
Dios, éste es conocido por El.
Los principios y los hechos. 8; 4-
' Acerca, pues, del con
timas sacrificadas a los
bemos que nada es un
mundo y que no hay nuL ~
uno solo. Puesto que, si bien ha_\
:n el
que
destinados hacia
ñor, Jesu-Cristo,
das las cosas, y n.
El. 7 Pero no "en
ciencia ; antes a
del hábito, pers
del ídolo, comen
rrificada al ídok
débil como
nay sino un
¡en proceden
tros estamos
un solo Se-
uien son to-
también por
se halla esa
, por efecto
aún ahora,
ne como sa-
se
cándalo. 8, S-i
* Tal o cual manjar no nos hará
recomendables a Dios. Ni, si no co-
memos, somos menos ; ni, si come-
mos, somos más. 8 Mas mirad que
esa libertad que os tomáis no ven-
ga a ser tropiezo para los débiles.
" Porque si alguno te viere a ti, que
tienes ciencia," en un templo idolá-
trico tomando parte en el banque-
te, ¿su conciencia, débil como es él,
no será inducida a comer de las car-
nes sacrificadas al ídolo ? u ¡ Y se
pierde el débil por tu ciencia, el
Hermano por quien Cristo murió !
11 Y pecando así contra los herma-
nos, y sacudiendo a golpes su con-
ciencia, que es débil, contra Cristo
pecáis. u Por lo cual, si tal o cual
manjar escandaliza a mi hermano,
no comeré carne nunca jamás, para
ño escandalizar a mi hermano.
59 En el Señor : es decir, si quiere de nuevo casarse, ha de ser necesariamente
con un cristiano.
Q 1 -Sabemos... : aquí se corta bruscamente la frase, que se reanuda en el v. 4. T.o
Que Sigue : porque iodos TENEMOS ciENtiA, es una fina ironía contra !a presunción de
ciencia, de que adolecían no pocos Corintios, ciencia que aplicaban mal en el uso
de las carnes inmoladas a los ídolos.
s Conocido : Dios le conoce o reconoce por suyo, pone sus ojos en él, le mira
complacido.
4-* A los llamados dioses, así los olímpicos como los imperiales, unos y otros lla-
mados también señores, contrapone el Apóstol el único verdadero Dios y el único
\trdadtro Señor. En virtud de esta contraposición, el término Señor no es menos
idiviilOi que el mismo término Dios, como que ambos responden igualmente, pov
vía de contraste, a los que indiferente o equivalentemente son apellidados dioses
o señores. La atribución .leí término Dios al Padre no es exclusiva, como no lo es
la del termino Señor a Jc-su-Cristo.
Tres cosas enseña aquí San Pablo : 1) que los manjares son de suyo moral-
mente indiferentes; 21 que lo que es de suyo indiferente puede convertirse en malo,
siempre que sea ocasión de escándalo; s) que los pecados de escándalo no sólo per-
judican a nuestros hermanos, sino que ofenden a Cristo.
— 373 —
9 1-14
I CORINTIOS
9 15-21
El ejemplo de Pablo, q, 1-2?,
Q ' c No soy yo libre ? ¿ No soy após-
-* lol ? ¿ Es que no he visto a Jesús,
Señor nuestro ? ¿ No sois vosotros
obra mía en el Señor ? 1 Si para
otros no soy apóstol, para vosotros
sí lo soy. Porque el sello de mi apos-
tolado vosotros sois en el Señor.
8 Tal es mi defensa para los que me
discuten. ''¿Acaso no tenemos de-
recho a comer y beber? c ¿Acaso no
tenemos derecho a traer con nos-
otros una mujer hermana, lo mismo
que los demás apóstoles y los her-
manos del Señor, y Cefas ? 6 ¿ O sólo
yo y Bernabé no tenemos derecho a
no trabajar ? 7 ¿ Quién milita jamás
a su propia costa? ¿Quién planta
una viña y no come su fruto ? ¿ Quién
apacienta un rebaño y no se alimen-
ta de la leche del rebaño ? 8 ¿ Acaso
hablo así con criterio humano, y no
dice esto también la ley ? ° Porque
en la ley de Moisés está escrito :
«No pondrás bozal al buey que tri-
lla» (Dr. 25, 4). ¿ F.s que íe importa
a Dios de los bueyes? 10 ¿O lo dice,
ni más ni menos, por nosotros? Sí
que por nosotros se escribió que de-
be con esperanza arar el que ara ;
y el que trilla, con esperanza de te-
ner su parte. 11 Si nosotros sembra-
mos en vosotros bienes espirituales,
¿ será mucho que nosotros cose-
dhemos vuestros bienes materiales?
r- Si otros se toman este derecho
sobre vosotros, ¿ no con más ra-
zón nosotros ? Con todo, no hici-
mos uso de semejante derecho ; an-
tes bien, todo lo sobrellevamos por
no crear obstáculo alguno al Evan-
gelio de Cristo. 13 ¿ No sabéis que
los que ejercen funciones sagradas,
del sagrado lugar sacan su susten-
to? ¿Que los que al altar asisten,
con el altar entran a la parte ? 11 Así 1
también ordenó el Señor a los que
anuncian el Evangelio vivir del
Evangelio. 15 Mas yo no me he apro-
vechado de nada de eso. Y no os
escribí esto con el intento de que
así se haga conmigo; que mejor me
fuera antes morir que... — mi gloria
nadie la anulará — . "Porque, si pre-
dico el Evangelio, no es para mí glo-
ria ninguna ; coacción es la que pe-
•sa sobre mí ; pues ¡ av de mí si no
predicare el Evangelio ! " Pues si
por mi propia iniciativa hiciera es-
to, recibiría mi salario ; mas si por
imposición ajena, eso es puro des-
empeño de un carero que me ha sido
confiado. ls ¿ Cuál es, pues, mi sala-
rio ? Que al predicar el Evangelio
lo ponga de balde, para no hacer
valer mi estricto derecho en la pre-
dicación del Evangelio. VJ Porque,
siendo yo libre de todos, a todos me
esclavicé, para ganar a los más. 20 Y
me hice con los judíos como judío,
para ganar a los judíos ; con los
que están bajo ley, como quien está
bajo ley, no estando yo bajo lev. lia-
ra ganar a los que están bajo ley ;
21 con los que están sin ley, como
quien está sin ley, no estando sin
ley de Dios, sino con la ley de Cris-
to, para ganar a los que están sin
ley ; 22 me hice con los débiles dé-
bil, para ganar a los débiles ; me he
hecho todo a todos, para de todos
modos salvar a algunos. 23 Y todo
esto lo hago por causa del Evange-
lio, para tener también yo alguna
parte en él.
Ejemplo tomado de los certámenes
ístmicos, g, 24-27
M¿No sabéis que los que corren
en el estadio, todos, sin duda, co-
rren, mas uno solo recibe 'el pre-
9'-= Elocuentísimo alegato, en que San Pablo pone <le relieve sus derechos de
apóstol para decir luego que a todos ellos ha renunciado en bien de sus hermano-.
Lo mismo deben hacer los Corintios «ilustrados» renunciando a la libertad de comer
cualquiera clase de manjares para no escandalizar a los DÉBILES.
10-17 Bajo esas apariencias serviles muestra San Pablo la nobilísima generosidad de
su corazón. Si se mira como un esclavo que, sin derecho ninguno a la retribución,
debe de antemano todos sus servicios y su vida misma a su Señor, el mismo con-
siderarse como esclavo es efecto de aquella absoluta sujeción con que se ha entre-
gado irrevocablemente a Jcsu-Cristo. Siente que pesa sobre él una coacción que le
subyuga ; mas esta misma coacción es la fuerza irresistible que sobre su corazón
ejerce el amor de Jesu-Cristo.
20 Lev : la ley de Moisés.
21 Los que están sin ley : los gentiles, no sujetos a la ley mosaica.
M-21 Todo este pasaje está entretejido de términos técnicos propios de los certáme-
nes gímnicos. Para los Corintios, espectadores entusiastas de esos certámenes en el
— 374 —
9 25-10 2
I CORINTIOS
10 3-10
mió? De tal modo corred, que lo
alcancéis. 26 Y todo el que toma par-
te en el certamen, de todo se abs-
tiene ; y ellos, al fin, lo hacen por
obtener una corona que se marchi-
ta ; mas nosotros, una que no se
marchita. m Yo, pues, así corro, no
como a la aventura ; así lucho en el
pugilato, no como quien da en el
aire ; j; sino que abofeteo mi cuer-
po y lo reduzco a esclavitud, no sea
que, después de pregonar el premio
para otros, quede yo descalificado.
Peligro de idolatría. io, r-13
i rv 1 Pues no quiero que ignoréis,
hermanos, que nuestros padres
todos estuvieron debajo de la nube,
y todos atravesaron el mar, = y to-
dos fueron bautizados en Moisés en
la nube y en el mar, 3 y todos co-
mieron un mismo manjar espiri-
tual, 4 y todos bebieron una 111 i
ma bebida espiritual, puesto que
bebían de una piedra espiritual que
les seguía ; y la piedra era Cristo.
6 Sin embargo, en la mayor parte
de ellos no se agradó Dios, pues
quedaron tendidos en el desierto.
6 Estas cosas fueron figuras referen-
tes a nosotros, a fin de que 110 fué-
ramos codiciadores de lo malo, co-
mo ellos lo codiciaron. 7 Ni os ha-
gáis idólatras, como alguno de ellos,
según que está escrito : «Sentóse el
pueblo a comer y beber, y levan-
tóse a divertirse» (Ex. 32, 6). 8 Ni
forniquemos, como algunos de ellos
fornicaron, y caveron en un solo día
veintitrés millares. 6 Ni tentemos al
Señor, como algunos de ellos le ten-
taron, y perecieron mordidos por
las serpientes. 10 Ni murmuréis, co-
mo murmuraron algunos de ellos,
estadio del Istmo, junto al cual se hallaba Corinto, tenían semejantes términos un
colorido y un realismo que para nosotros han perdido.
1 O W" * 'os ,llot'VOs anteriormente expuestos añade San Pablo otro más apremian-
■W te : el propio peligro ; peligro que él les pone ante los ojos recordándoles la his-
toria de los israelitas, a quienes los favores divinos no inmunizaron contra la tenta-
ción y la caída.
1 Nuestros padres : los hijos de Israel. La Iglesia, como ael Israel de Dios»
(Gál. 6, 16), si nada tiene que ver con la ley de Moisés, sí tiene que ver con la
«promesa» hecha a los patriarcas, cuyos hijos y herederos son oen Cristo Jesús»
todos los cristianos. || La nube: era aquella nube que en forma de columna guiaba
a los israelitas por el desierto.
* El doble hecho de estar bajo la nube y atravesar el mar es para San Pablo
una doble figura del bautismo cristiano.
3-4 Manjar espiritual : el maná ; bebida espiritual : el agua que dos veces brotó
de la peña, herida con la vara de Moisés : doble figura de la Eucaristía. || Piedra
espiritual que les seguía : la roca material, que suministró abundante bebida a los
hijos de Israel, era imagen de otra cPeña» viviente, como le llama frecuentemente
la Escritura : Yahveh, defensa inexpugnable de Israel y" fuente de todo bien ; Peña,
110 inmóvil, como las rocas del monte Horeb, sino que les acompañaba en su ca-
mino por el desierto. Y la piedra era Crisio, añade solemnemente el Apóstol ; esta
Peña, Yahveh, sostén, guía y sustento de Israel, era el mismo Cristo. Así entendido,
como debe entenderse, este misterioso pasaje, es una de las más gloriosas confesio-
nes de la divinidad de Jesu-Cristo.
6 De los seiscientos tres mil israelitas varones que dos años después del éxodo
habían cumplido los veinte de edad, sólo dos, Josué y Caleb, entraron en la tierra
prometida.
9 Figuras o tipos : aquí enseña San Pablo el carácter figurativo o típico del An-
tiguo Testamento. || Codiciadores de lo malo: como los israelitas, que codiciaron
las carnes y pescados de Egipto : concupiscencia, que Dios castigó, euviándoles las
codornices ; con cuyas carnes aun entre los dientes fueron heridos por la cólera
divina (Núni. 11, 4-34).
7 Idólatras: son los que adoraron el becerro de oro (Ex. 32, 1-6). || Comer.
completaron la idolatría comiendo las carnes de las víctimas inmoladas al becerro.
DIVERTIRSE : después del banquete cantaron y danzaron en toruo al ídolo.
8 Fornicaron : con las hijas de Moab, y se iniciaron en los impuros ritos de
Ilcelfcg.ir, el ídolo de la torpeza. || Cxyeron : castigados por los jueces de Israel
íXi'im. 25, 1-9).
■ Le tentaron : cuando hablaron contra Moisés, porque los había sacado de Egip-
to, y contra Dios, porque no les daba otra comida que el maná (Núm. 21, 4-91.
1U Como murmuraron algunos : como Coré, Datan y Abirón, quienes en castigo
de su sedición fueron tragados vivos por la tierra juntamente con sus familias, sus
bienes y sus partidarios; o como la muchedumbre de los hijos de Israel, quienes
— 37.S —
10
I CORINTIOS
10 16-21
y perecieron a manos del Exter-
-minador. 11 Y estas cosas todas Jes
acaecían figurativamente, y fueron
escritas como amonestación para
nosotros, que hemos alcanzado las
postrimerías de los siglos. a Así que
quien piense estar en pie, mire no
caiga. 18 No os ha sobrevenido ten-
tación que no sea humana ; mas fiel
es Dios, quien no permitirá que
seáis tentados más de lo que po-
déis ; antes hará que con la tenta-
ción tengáis el buen suceso de po-
derla sobrellevar
Huid de la idolatría, io, 14-22
11 Por lo cua'l, queridos míos, huid
de la idolatría. 15 Como a pruden-
tes hablo ; juzgad vosotros mismos
lo que digo.
M El cáliz de la bendición que
bendecimos, ¿no es acaso comunión
con la sangre de Cristo ? El pan que
partimos, ¿no es acaso comunión
con el cuerpo de Cristo ? 11 Puesto
que uno es el pan, un cuerpo so-
mos la muchedumbre ; pues todos
de un solo pan participamos. 15 Mi-
rad al Israel según la carne : ¿por
ventura los que comen de las víc-
timas no entran en comunión con
el altar ?
10 ¿ Qué digo, pues ? ¿ Que lo in-
molado a los ídolos es algo ? ¿ O que
el ídolo es algo ? 20 Pero es que lo
que inmolan los gentiles, a los de-
monios, y no a Dios, lo inmolan.
Y no quiero que vosotros entréis en
comunión con los demonios. 21 No
furiosos por este castigo de los rebeldes, se amotinaron contra Moisés y Aarón, y
perecieron más de catorce mil de ellos en manos del ángel exterminador.
11 Hemos alcanzado las postrimerías de los siglos : versión algo libre de la frase
original «a quienes han venido al encuentro los fines de los siglos», esto es, a cuyo
encuentro han llegado los últimos siglos, o sea la plenitud de los tiempos me-
BÍánicos.
13 Humana : esto es, proporcionada a las fuerzas humanas con el socorro ordinario
de la gracia divina.
14-2: Quiere el Apóstol persuadir a los Corintios que el comer de las victimas
inmoladas a los ídolos no sólo entraña el peligro de la idolatría, sino que es en si
mismo idolatría formal. Y lo prueba por el principio general, que el comer las
carnes de la víctima es asociarse al sacrificio y entrar en comunión con la divi-
nidad, verdadera o falsa, a quien ha sido inmolada la víctima. Este principio general
lo presenta San Pablo en dos casos concretos : el sacrificio eucarístico y los sa-
crificios de Israel. A la objeción de que en los sacrificios gentílicos no existe obje-
tivamente divinidad alguna con la cual se pueda entrar en comunión, responde el
Apóstol que esos sacrificios en realidad se ofrecen a los demonios, con los cuales
por medio de ellos se entra en verdadera comunión.
10 El cáliz de la bendición : así se llama el cáliz eucarístico, o simplemente pot
razón de las preces que acompañan la consagración, o, mejor, por haber consa.
grado el Señor en la última cena la copa de vino denominada por los judíos tel
cáliz de la bendición».
El principal interés de este versículo está en lo que enseña el Apóstol sobre el
sacrificio eucarístico. La cena del Señor, la participación del pan y del cáliz de la
bendición, ¡u comunión del cuerpo y de la sangre de Cristo, supone e incluye un
verdadero sacrificio. Si esto no fuera así, el razonamiento del Apóstol sería un
paralogismo. En efecto, San Pablo establece una paridad perfecta entre el banquete
eucarístico y el banquete idolátrico, para probar que como el primero es una co-
munión con Cristo, así el segundo es una comunión con los demonios. Y ¿ por qué
el banquete idolátrico pone al que de ¿1 participa en comunicación con los de-
monios? Porque es una extensión del sacrificio idolátrico, ofrecido a los demonios.
Por medio de las carnes inmoladas entra el que las come en comunión con la vícti
ma, con el altar, con el sacrificio y con la divinidad, en cuyo honor se ha ofrecido.
Ahora bien, para que sea exacta la paridad establecida entre el banquete eucarístico
y el idolátrico, ambos igualmente vínculos de unión con la divinidad, verdadera o
falsa, es menester que también la carne y la sangre de Cristo sean la víctima
inmolada de otro sacrificio, por medio del cual el que de ellas participa entre en
comunión con Cristo. La paridad recibe nueva luz y confirmación decisiva con
la comparación entre el banquete eucarístico y los banquetes sacrifícales de Israel.
«Los que comen de las víctimas — dice San Pablo—, comunican con el altar» y con
el sacrificio, lo cual supone que la carne y la sangre eucarística son igualmente
" Aquí presenta San Pablo la comunión con Cristo como vínculo de la comunión
de los santos, los cuales, al participar de un mismo pan, al entrar en comunión to-
dos ellos con el mismo Cristo, quedan por el mismo caso estrechamente unidos
entre sí.
-37<5-
10 22-30
I CORINTIOS
10 31-11 6
podéis beber el cáliz del Señor y el
cáliz de los demonios ; no podéis
participar de la mesa del Señor y
de la mesa de los demonios. 8¿Ües
que pretendemos meter celos al Se-
ñor ? i Por ventura somos más fuer-
tes que El ?
Solución práctica, io, 23-33 ; 11 » 1
" «Todo es lícito...» Pero no todo
es conveniente. «Todo es lícito...»
Pero no todo edifica. 24 Nadie bus-
que su propio interés, sino el ajeno.
115 Todo cuanto se vende en la car-
nicería, comedio, sin más averigua-
ciones motivadas por la conciencia.
26 Que «del Señor es la tierra y todo
cuanto la llena» (Sal. 23, 1).
" Si alguno de los infieles os in-
vita a comer, y queréis ir, comed
todo lo que se os presente, sin más
averiguaciones motivadas por la con-
ciencia.
28 Mas si alguno os dijere ; «Esto
fué inmolado a los ídolos», no co-
máis de ello, por causa del que hizo
la indicación y por la conciencia.
-a Conciencia, digo, no la propia, si-
no la ajena. Pues ¿por qué mi li-
bertad ha de ser juzgada por ajena
conciencia ? so Si yo participo con ac-
ción de gracias, ¿ por qué soy cen-
surado por lo que tomo con haci-
mieJito de gracias ?
M Ora, pues, comáis, ora bebáis,
ora hagáis cualquier otra cosa, ha-
cedlo todo a gloria de Dios. 12 No
deis ocasión de tropiezo a judíos ni
a gentiles ni a la Iglesia de Dios ;
83 como yo también en todo com-
plazco a todos, no buscando mi pro-
pia utilidad, sino la de los demás,
a fin de que sean salvos.
1 1 1 Haceos imitadores míos, co-
mo yo lo soy de Cristo.
III. Tercera consulta: reuniones
litúrgicas
El velo de las mujeres. 11, 2-16
1 Os alabo, porque en todo os acor-
dáis de mí y mantenéis las tradicio-
nes tales cuales yo os las transmití.
3 Mas quiero que sepáis que de todo
varón la cabeza es Cristo, y que la
cabeza de la mujer es el varón, y la
cabeza de Cristo es Dios. * Todo va-
rón que ora o profetiza con la cabeza
cubierta, afrenta su cabeza. 6 Mas to-
da mujer que ora o profetiza con la
cabeza descubierta, afrenta su cabe-
za ; pues es una misma cosa con la
mujer rapada. * Pues si la mujer no
se cubre la cabeza, que se haga tam-
bién trasquilar. Mas si es afrento-
so para una mujer ser trasquilada o
as-M Aquí, finalmente, San Pablo da la solución práctica al problema propuesto
distinguiendo tres casos : i) respecto de las carnes que se venden públicamente, per.
mite que las coman libremente, sin preocuparse de su procedencia; 2) en el caso
de ser invitados, si -nada se dice de la procedencia de las carnes, coman también sin
más averiguaciones ; 3) mas si en el convite se indicase que las carnes son de vic-
timas sacrificadas a los ídolos, absténganse en absoluto.
2B-30 Distinguiendo entre el acto externo y la conciencia interna, recomienda
San Pablo que en la conducta externa nos acomodemos a la conciencia ajena, siem-
pre que así lo exija la caridad ; pero añade que esa acomodación en lo exterior no
implica una abdicación o una condenación de la'propia conciencia, siempre que sea
recta, como en el caso presente.
-J -t Al prescribir San Pablo que las mujeres asistan a las reuniones litúrgicas con
-LA ve]D en )a cabeza, razona su prescripción de esta manera : por una parte, la mu-
jer, sometida al varón por ordenación divina, debe mostrar siempre esta sumisión; por
otra parte, el cubrir la cabeza con velo era considerado cuino señal de la potestad
del varón sobre la mujer, tanto que el velo mismo recibió el nombre de «potestad».
A esta razón fundamental añade otras dos : 1) el respeto debido a los Angeles, cela-
dores de la subordinación jerárquica establecida por Dios entre el varón y la mu-
jer; 2) el hecho mismo que la naturaleza ha poblado la cabeza de la mujer con más
abundante cabellera ; a lo cual agrega el motivo estético-moral : que la larga cabe-
llera al varón le afemina ; a la mujer, en cambio, la hermosea y ennoblece.
* De una manera la mujer tiene por cabeza al varón, y de otra, el varón tiene
por cabeza a Cristo. La mujer tiene por cabeza al varón, por cuanto reconoce en él
superioridad y autoridad sobre sf ; el varón, en cambio, tiene por cabeza a Cristo,
por cuanto de El recibe la potestad que ejerce sobre la mujer.
— 377 —
11 7-18
I CORINTIOS
11 19-28
rapada, cúbrase. ' El varón no debe
ciertamente cubrir la cabeza, siendo
como es imagen y gloria de Dios ;
mas la mujer es gloria del varón.
6 Porque no procede el varón de la
mujer, sino la mujer del varón.
0 Pues que no fué creado el varón
por causa de la mujer, sino la mu-
jer por causa del varón. 10 Por esto
debe llevar la mujer sobre su ca-
beza la potestad por causa de los
ángeles. u Sin embargo, ni la mu-
jer sin el varón, ni el varón sin la
mujer, en el Señor. 12 Porque como
la mujer procede del varón, así tam-
bién el varón por medio de la mu-
jer ; y todas las cosas, de Dios.
13 Juzgad por vosotros mismos. ¿ Es
decente que la mujer ore a Dios
descubierta? "¿Y no os enseña la
naturaleza misma que si el varón
deja crecer la cabellera, es un des-
honor para él ; 15 mas si la mujer
la deja crecer, es un honor para
ella ? Porque la cabellera le ha sido
ilada a guisa de velo. 16 Si, con todo
eso, hay alguno amigo de porfiar,
nosotros no tenemos tal costumbre,
ni las Iglesias de Dios.
Agape y Eucaristía, ir, 17-34
" Y esto prescribo, no alabando
el que os reunís, no para lo me-
jor, sino para lo peor. 18 Porque pri-
meramente oigo decir que. cuando
os reunís en la Iglesia, existen en-
tre vosotros escisiones, y en parte
lo creo. 19 Porque es fuerza que aun
bandos haya entre vosotros, para
ue también se pongan de mani-
esto entre vosotros los que son de
temple acrisolado. 20 Cuando os re-
unís, pues, en común, ya no es eso
comer la cena del Señor. 21 Porque
cada cual, al comer, se adelanta a
tomar su propia cena, y uno pasa
hambre y otro se embriaga. 22 ¿Pues
qué? ¿Ño tenéis casas para comer
y beber ? ¡O es que menospreciáis
la Iglesia de Dios y avergonzáis a
los que no tienen ? ¿ Qué os diré ?
¿ Os alabaré ? En esto no os alabo.
23 Pues yo recibí del Señor lo mis-
mo que os transmití a vosotros :
que el Señor Jesús, la noche que
era entregado, tomó pan, 24 v ha-
biendo dado gracias, lo partió v di-
jo : «Este es mi cuerpo, que se da
por vosotros ; haced esto en memo-
ria de mí.» 25 Asimismo el cáliz,
después de haber cenado, diciendo :
«Este cáliz es el Nuevo Testamen-
to en mi sangre ; haced esto, cuan-
tas veces bebiereis, en memoria de
mí.» 26 Porque cuantas veces coméis
este pan y bebéis el cáliz, anunciáis
la muerte del Señor, hasta que ven-
ga. 27 De suerte que quien comiere
el pan o bebiere el cáliz del Señor
indignamente, reo será del cuerpo
v de la sangre del Señor. 28 Prué-
bese el hombre a sí mismo, y así
11 En el plan divino, el varón y la mujer se complementan mutuamente no sólo
en el orden natural, sino también en el social.
17-ii Tenemos en este pasaje un testimonio de la existencia y legalidad de los
llamados ágapes en la primitiva Iglesia. Era el ágape una cena fraternal y sobria,
que, como la última cena del Señor, precedía inmediatamente a la celebración de lo-
saurados misterios. Suministraban los manjares los fieles más ricos ; todos, empero,
participaban igualmente. Y los manjares no se tomaban separadamente, sino que se
aguardaban unos a otros. Era, pues, una cena litúrgica : era «la cena del Señor». En
Corinto se introdujeron dos abusos : que algunos, 6Ín aguardar a sus hermanos, se
adelantaban a comer lo que habían traído, y que no guardaban la debida moderación.
Tres cosas principalmente contiene esta instrucción acerca de la Eucaristía :
la historia de la institución, el misterio de la presencia real y su carácter de sacri-
ficio. En cuanto a la historia, a la narración de los Sinópticos añade San Pablo
aquel rasgo patético de que el Señor instituyó la Eucaristía la noche que era entre-
hado. El misterio de la presencia real del cuerpo y sangre de Cristo bajo las espe-
cies de pan y vino lo expresa el Apóstol con tanta claridad como los Sinópticos ; en
términos tan precisos y categóricos, que deshacen todas las argucias protestantes-.
Y este sentido reconoció en estas expresiones unánimemente la tradición cristiana,
solemnemente confirmada por el concilio Tridentino (Sess. 13, cap. 1, can. r). El ca-
rácter de sacrificio lo enseña San Pablo con mayor relieve que los evangelistas. Pues
aquellas palabras Haced esto en memoria de mí, en las cuales, como definió el mismo
Tridentino (Sess. 22, cap. 1, can. 2), fueron instituidos el sacerdocio cristiano y el
sacrificio eucarístico, las repite dos veces el Apóstol, mientras que San Lucas las
inserta una sola vez, y San Mateo y San Marcos las omiten. Y esta reiterada orde-
nación del Señor Haced esto en memoria de mí adquiere mayor relieve con la de-
claración que a continuación hace el Apóstol : Cuantas veces coméis este pan- y be-
- 378 -
11 29-12 2
I CORINTIOS
12 3-10
coma del pan y 1)eba del cáliz.
" Porque quien come y bebe, su pro-
pia condenación come y bebe, si no
discierne el cuerpo del Señor. 30 Por
esto hay entre vosotros muchos en-
fermos v achacosos, y mueren bas-
tantes. 31 Que si nos "examinásemos
bien a nosotros mismos, no seria-
mos juzgados. *~ Mas al ser juzga-
dos, somos corregidos por el Señor,
a fin de que no seamos condenados
con el mundo.
M Así que, hermanos míos, cuan-
do os juntéis para comer, aguar-
daos mutuamente. ** Si alguno tie-
ne hambre, coma en su casa, a fin
de que no os juntéis para condena-
ción. Lo demás, cuando vaya, lo
arreglaré.
IV. Cuarta consulta: los caris-
mas espirituales
Criterio. 12, 1-3
in 'Lo que toca a los carismas es-
*•* pirituales no quiero, hermanos,
que lo ignoréis. 2 Sabéis que, cuando
erais gentiles, erais arrastrados, se-
gún que os impelían, a los ídolos
mudos. 3 Por eso os hago saber que
nadie, hablando con Espíritu de
Dios, dice : «Anatema Jesús» ; y na-
die puede decir : «Señor Jesús», si-
no por el Espíritu Santo.
Distribución, objeto y origen ¡le los
carismas. 12, 4-11
4 Distribuciones hay de carisma.-,
pero un mismo Espíritu ; 0 y distri-
buciones hay de ministerios, pero
un mismo Señor ; " y distribuciones
hay de operaciones, pero un mismo
Dios, quien obra todas las cosas en
todos. 7 A cada cual se da la mani-
festación del Espíritu para el pro-
vecho común. 8 Porque a uno se le
da lenguaje de sabiduría por el Es-
píritu ; a otro, lenguaje de cien-
cia según el mismo Espíritu ; 9 al
otro, fe en virtud del mismo Espí-
ritu ; a otro, carismas de curaciones
en un mismo Espíritu ; 10 a otro,
operaciones de milagros ; a otro, pro-
fecía ; a otro, discernimientos de es-
píritus ; al otro, variedades de len-
bíis ÉL cáliz, anunciáis la muerte del Señor : anuncio que no es mero recuerdo
histórico, sino una viva reproducción del sacrificio mismo de la cruz.
-J 9 1 Carismas espirituales son las gracias que Dios concede al hombre para dispo-
■M* nerle a que coopere en la santificación de los demás. Más brevemente podría
decirse que son gracias sociales.
J El criterio positivo para discernir el Espíritu de Dios es la confesión de la di-
vina soberanía de Jesu-Crísto ; que eso significa la fórmula Señor Jesús. Ha habido
en las diversas épocas del cristianismo distintas fórmulas" de fe, que, en virtud de
las circunstancias, eran como el «santo y seña» de la ortodoxia. Como la «consustan-
cialidad» del Verbo a principios del siglo IV, o la «infalibilidad pontificia» o también
ta «historicidad de la fe» en nuestros días, así el «señorío soberano de Jesús» com-
pendiaba en tiempo de San Pablo toda la fe cristiana.
Las comunicaciones carismáticas se distribuyen en tres grupos : carismas, mi-
nisterios, operaciones. Los carismas se atribuyen por especial apropiación al Espíritu
Santo ; los ministerios son como servicios que se prestan a las órdenes del que es
neñor, Jesu-Cristo ; las operaciones u obras del poder divino corresponden por apro-
piación a Dios Padre, primer origen del ser y del poder.
No hay que desperdiciar este testimonio (leí Apóstol sobre la Trinidad de las di-
vinas Personas. Como el Padre es principio de las operaciones carismáticas, así Cristo
lo es de los ministerios espirituales, y el Espíritu Santo, de los carismas sobrenatu-
rales : los tres por igual autores de efectos análogos ; los tres, por tanto, iguales en
la acción y, consiguientemente, también en el ser. Por otra parte, como Dios Padre
y Cristo son dos personas distintas, otra tercera persona es el Espíritu Santo, por
cuanto se presenta en un mismo orden con ellos y con una actividad análoga. En
buma : tres personas igualmente divinas y distintas entre sí.
*-10 Combinando este catálogo de carismas con el que sigue poco después (12,
2S-30) y con los que se hallan en las Epístolas a los Romanos (12, 6-S) y a los Efe-
sios U, 11), se obtiene una lista más completa de los carismas. Distribuidos por los
tres grupos antes indicados, resulta la división siguiente: 1) Carismas: el don de
lenguas, la interpretación de estas lenguas y la inspiración de los cánticos espiri-
tuales. 21 Ministerios : el apostolado, el carisma de los evangelistas o propagandistas
del Evangelio, la profecía, la enseñanza, el ministerio pastoral, el don de gobierno
— 379 —
12 ^-21
I CORINTIOS
12 22-29
guas ; a otro, interpretación de len-
guas. " Mas todas estas cosas obra
un mismo y solo Espíritu, repar-
tiendo en particular a cada uno se-
gún quiere.
Variedad de miembros en la unidad
del cuerpo. 12, 12-26
12 Pues a la manera que el cuer-
po es uno y tiene muchos miem-
bros, y todos los miembros del cuer-
po, con ser muchos, constituyen un
solo cuerpo, así también Cristo.
B Porque" en un mismo Espíritu to-
dos nosotros fuimos bautizados, ya
'udíos, ya griegos, ya esclavos, ya
ibres, en razón de formar un solo
Cuerpo. Y a todos se nos dió a be-
ber un mismo Espíritu. 14 Porque el
cuerpo no es un solo miembro, sino
muchos. " Si dijere el pie : «Pues-
to que no soy mano, no soy del
cuerpo», no por eso deja de ser del
cuerpo. J" Y si dijere el oído : «Pues-
to que no soy ojot no soy del cuer-
po», no por eso deja de ser del cuer-
po. " Si todo el cuerpo fuera ojo,
¿ dónde estaría el oído ? Y si todo
oído, ¿ dónde el olfato? 18 Mas ahora
Dios dispuso los miembros, cada uno
de ellos en el cuerpo, como quiso.
" Que si fueran todos ellos un solo
miembro, ¿ dónde estaría el cuerpo ?
!0 Mas ahora muchos son los miem-
bros, uno, empero, el cuerpo. 23 Ni
puede el ojo decir a la mano : 1N0
tengo necesidad de ti» ; ni tampo-
co la cabeza a los pies : «No tengo
necesidad de vosotros». 22 Antes mu-
cho más los miembros del cuerpo
que parecen ser más débiles, son
necesarios ; 23 y los que pensamos
ser menos honrosos del cuerpo, a
ésos los cercamos de mayor honor ;
y los indecorosos en nosotros son
tratados con mayor decoro. 24 Que
los decorosos en nosotros no lo ne-
cesitan. Mas Dios concertó el cuer-
po, dando mayor honor a lo que
más lo necesitaba, 26 a fin de que
no haya escisión en el cuerpo, sino
que los miembros tengan la misma
solicitud los unos de los otros. 28 Y si
padece un miembro, juntamente pa-
decen todos los miembros ; y si se
goza un miembro) juntamente se go-
zan todos los miembros.
El cuerpo místico de Cristo.
12, 27-31
*' Y vosotros sois cuerpo de Cris-
to y miembros cada uno por su par-
te. 28 Y a unos puso Dios en la Igle-
sia primeramente apóstoles ; en se-
gundo lugar, profetas ; en tercero,
doctores ; luego, poderes de mila-
gros ; luego, carismas de curacio-
nes, asistencias, gobiernos, varieda-
des de lenguas. "¿Por ventura son
todos apóstoles ? ¿ Por ventura todos
profetas ? ¿ Por ventura todos docto-
res ? 1 Por ventura todos obran mi-
y presidencia, el de los servicios subalternos y el carisma de la beneficencia, asf
personal como económica e intelectual o técnica. De estos ministerios, los más fre-
cuentemente mencionados por San Pablo son la profecía y la enseñanza. A la pro-
fecía están subordinados los carismas del discernimiento de espíritus, la palabra de
sabiduría y de exhortación o elocuencia sagrada. A la enseñanza, carisma propio de
los doctores, esta subordinada la palabra de ciencia. 3) Operaciones : el don de obrar
milagros, el de curaciones y la fe, que es aquí la llamada fe de los milagros.
11 A la divinidad y distinción de las tres Personas añade aquí San Pablo la mutua
consustancialidad. Porque los carismas atribuidos antes al Padre y al Hijo se atri-
buyen aquí al Espíritu Santo, lo cual supone en todos tres una misma acción y, con-
siguientemente, un mismo principio de acción, que es la misma naturaleza. La ex-
presión según .quiere pone de relieve la personalidad del Espíritu Santo.
12 Para declarar la organización del cuerpo místico de Cristo, toma como término
de comparación el organismo humano. Asi también Cristo : el Cristo místico, o sea,
la muchedumbre organizada de los fieles en un solo cuerpo, que es la Iglesia, cuya
cabeza es el Cristo personal.
13 Hos acciones se atribuyen aquí al Espíritu Santo : la primera, en el bautismo,
cuyo efecto es incorporarnos a Cristo, en el cual todos los fieles forman un BOXG
iueri'o; la segunda, en la confirmación, en la cual se comunica profusamente el
Espíritu, fuente de todos los carismas.
M-a Con frase pintoresca y dramática expone San Pablo las propiedades del orga.
nismo humano : la variedad necesaria de los miembros, la necesidad que unos tie-
nen de otros y la mutua concordia que entre elios reina.
1— 380 —
12 30-13 5
i corintios
13 6-13
lagros ? M ¿ Por ventura todos poseen
carismas de curaciones ? ¿ Por ventu-
ra todos hablan lenguas? ¿ Por ven-
tura todos interpretan? 31 Codiciad,
empero, los carismas más excelen-
tes.
Necesidad de la caridad. 12, 32 ;
13, i-3
3- Y todavía os muestro un cami-
no sobre toda ponderación.
i o 1 Si hablare las lenguas de los
hombres y de los ángeles, mas
no tuviere icaridad, no soy sino un
bronce resonante o un címbalo es-
truendoso. 2 Y si poseyere la profe-
cía y conociere todos los misterios
y toda la ciencia, y si tuviere toda la
fe hasta trasladar "montañas, mas no
tuviere caridad, nada soy. * Y si re-
partiere todos mis haberes, y si en-
tregare mi cuerpo para ser abrasa-
do, mas no tuviere caridad, ningún
provecho saco.
Imagen de la caridad. 13, 4-7
4 La caridad es sufrida, es benig-
na ; la caridad no tiene celos, no se
pavonea, no se infla, * no traspasa
el decoro, no busca lo suyo, no se
exaspera, no toma a cuenta el mal.
6 No se goza de la injusticia, antes
se goza con la verdad. "' Todo lo disi-
mula, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo tolera.
Soberanía eterna de la caridad.
13, 8-iJ
* La caridad jamás decae. Que si
profecías, se desvanecerán ; que si
lenguas, cesarán ; que si ciencia, se
desvanecerá. " Porque parcialmente
conocemos y parcialmente profeti-
zamos ; 10 mas cuando viniere 'lo in-
tegral, lo parcial se desvanecerá.
" Cuando era yo niño, hablaba co-
mo niño, sentía como niño, razona-
ba como niño ; cuando me he hecho
hombre, me he despojado de las ni-
ñerías. 12 Porque ahora vemos por
medio de espejo en enigma; mas en-
tonces, cara a cara. Ahora 'conozco
parcialmente, entonces conoceré ple-
namente, al modo que yo mismo fui
conocido. 13 Ahora subsisten fe, es-
peranza, caridad, esas tres ; mas la
mayor de ellas es la caridad.
-j q 1-13 Este capítulo es una digresión, destinada a mostrar el altísimo valor de la
-MJ caridad, superior a todos los carismas. Por su inspiración bien pudiera apellidar-
se himno en loor de la caridad. En tres partes se divide. En la primera afirma que
carismas sin caridad nada son. En la segunda, que caridad sin carismas lo es todo.
En la tercera, cotejando los carismas y la caridad, enaltece la supremacía eterna de
la caridad.
l-* Ni las lenguas con sus asombrosas exhibiciones, ni la profecía con sus esplen-
dores de inteligencia, ni la fe de los milagros con todas sus estupendas energías, ni
las obras de beneficencia con todos sus heroísmos, son nada si no van acompañada-
de la caridad.
■•-'"Quince propiedades de la caridad, distribuidas en esta forma: dos propiedades
más generales, expuestas en forma positiva (v. 4) ; siete cualidades más particulares,
presentadas en forma negativa (yv. 4-5) ; una antitesis que pone de relieve la rela-
ción de la caridad con la justicia y la verdad (v. 6) ; por fin, cuatro manifestaciones
de su eficacia universal.
13 Dos veces contrapone San Pablo el conocimiento que de Dios poseemos ahora
en la vida presente al que poseeremos entonces en la vida futura. El conocimiento
de ahora es por medio de espejo, por cuanto las criaturas sirven de espejo en que
se reflejan los atributos divinos ; es, además, en enigma, por razón de su oscuridad ;
a ese conocimiento contrapone San Pablo el de entonces, que será cara a cara, esto
es, intuitivo. Lo que ha dicho por imágenes lo repite en términos propios. Al cono-
J miento presente, que es parcial o imperfecto, contrapone el conocimiento futuro,
que será pleno o perfecto ; tanto, que conoceremos a Dios a la manera que nosotros
somos conocidos por El : conocimiento inmediato y directo, aunque no, de parte
nuestra, comprehensivo.
■ Tres verdades contiene este versículo : 1) fe, esperanza y caridad, esas tres
forman un grupo aparte entre las virtudes y superior a todas ellas ; 2) que estas
<res ahora subsisten, esto es, que son hábitos permanentes y no impulsos pasajeros ;
3> que dentro del grupo ternario de las virtudes teologales la mayor de ellas es la
caridad, tanto por su excelencia intrínseca cuanto por su duración eterna.
-381-
14 1-9
I CORINTIOS
14 10-19
Profecía y don de lenguas. 14, 1-12
i a 'Id iras la caridad ; codiciad, no
í^> obstante, Jos carismas espiri-
tuailes ; pero preferentemente eí pro-
fetizar. - Porque el que aabla en len-
guas, no habla a hombres, sino a
Dios ; pues nadie entiende, sino que
en Espíritu habla misterios. 3 Mas
el que profetiza, a hombres habla
edificación, exhortación, consolación.
1 PjI que habla en lenguas, a sí mis-
mo ,se edifica ; mas el que profetiza,
a la Iglesia edifica. 5 Deseo que to-
dos vosotros habléis en lenguas, pe-
ro más todavía que profeticéis. Ma-
yor es el que profetiza que el que
habla en lenguas, a no ser que in-
terprete, a fin de que la Iglesia re-
ciba edificación.
' Y ahora, hermanos, si fuere yo a
vosotros hablando en lenguas, ¿ qué
provecho os traeré, como no os hi-
ble o con revelación, o con ciencia,
o con profecía o enseñanza ? 7 Con
todo eso, las cosas inanimadas que
dan un sonido, sea flauta, sea cita-
tara, si no dan distinción a los so-
nido: , ¿ cómo se conocerá lo que con
la flauta o la cítara se toca ? ' Y a
la verdad, si una trompeta diere un
sonido indefinido, ¿quién se apres-
tará para la batalla ? " Así también
vosotros con la lengua, si no profe-
rís un lenguaje que tenga buen sen-
tido, ¿ cómo se va a entender lo que
se habla ? Porque estaréis hablando
al aire. 10 Son tantos, si a mano vie-
ne, los linajes de lenguas en el mun-
do, ni hay quien no tenga su len-
gua. "Si yo, pues, desconociere la
significación del sonido, seré para
el que me habla un bárbaro, v el
que me habla, un bárbaro para raí.
12 Así también vosotros, ya que es-
táis ávidos de espíritus, procurad,
para edificación de la Iglesia, aven-
tajaros en ellos.
Deficiencias del don de lenguas.
14, 13-25
" Por tanto, el que habla de lengua
pida el don de interpretar. " Por-
que si orare en lengua, mi espíritu
ora, pero mi mente se queda sin
fruto. 15 En suma, ¿qué? Oraré con
el espíritu, mas oraré también con
la mente; cantaré con el espirita,
mas cantaré también con la mente.
" Pues de otro modo, si bendices a
Dios con el espíritu, el que está en
situación de simple particular, ¿ có-
mo dirá el Amén a tu nacimiento
de gracias ? Pues no entiende qué
dices. " Porque tú, sin duda, linda-
mente haces gracias a Dios, mas el
otro no se edifica. "Gracias doy a
Dios, que hablo en lengua más que
todos vosotros ; la pero en la Iglesia
más quiero hablar cinco palabras con
1 4. I"M Volviendo a los carismas y dejando todos Jos demás, se fija en solos dos: el
-*- * don de lenguas, por ser el preferido de los Corintios, y el don de profecía, por
ser el más importante a los ojos del Apóstol. En qué consiste el don de lenguas o glu-
solalía, se deja entender por los rasgos esparcidos por todo este capítulo, y se redu-
cen a estos cinco : su principio es el Espíritu, es decir, cierta efervescencia espiritual
que hace prorrumpir en expresiones prodigiosas ; su término es Dios, no los hom-
bres, que nada entienden ; su instrumento es una lengua extraña, desconocida asi
del que habla como de los que oyen ; su materia son los misterios divinos ; el fruto
es más bien personal que social o colectivo. Muy diverso es el cansina de la pro-
tciía. Su principio es también el Espíritu, pero más reposado ; su término es la
Iglesia ; su Instrumento, la lengua común ; su materia, las verdades de la fe, nece-
sarias para la salud eterna ; su fruto es, en general, la edificación de la Iglesia,
más en particular su exhortación y consolación. Esta profecía no se ha de confun-
dir con la de los profetas del Antiguo Testamento, mensajeros autorizados que ha-
blaban en nombre de Dios, ni tampoco con la inspiración bíblica de los hagiógral'os
del Nuevo Testamento.
11 No es fácil determinar qué diferencia exista aquí entre espíritu y mente. Se^ún
algunos, mente es la inteligencia ; espíritu, el sentimiento. Más exacto parece decir
aue ambos significan la misma inteligencia según dos tendencias radicalmente di-
versas. Mente es la inteligencia en cuanto forma conceptos precisos y determinados ;
espíritu, en cuanto aprehende con vislumbres imprecisas. I.os conceptos de la mente
ion como los trazos firmes de un dibujo ; los del espíritu podrían compararse a las
indecisas imágenes musicales. En la esfera de la mente se desenvuelve la ascética ;
la región del espíritu está reservada a la mística.
— 382 —
14 20-33
I CORINTIOS
14 21-15 2
ini seso, en razón de instruir tara- en las mientes ; antes en la malicia
bién a otros, que no diez mil pala- sed niños, pero en las mientes, nom-
bras en lengua. bres maduros. 21 En la ley escrito
* Hermanos, no os hagáis niños está (Is. 28, 11) que
Por gentes de otras lenguas y por labios de extraños
hablaré a este pueblo,
y ni aun así me escucharán, dice el Señor.
* De modo que las lenguas sirven
de señal, no para los creyentes, si-
no para los incrédulos ; mas la pro-
fecía, no para los incrédulos, sino
para los creyentes. 23 Si, pues, se
congrega la Iglesia entera en asam-
blea, y todos hablan en lenguas, y
entran hombres profanos o infieles,
¿no dirán que estáis locos? " Si, en
cambio, todos profetizan, y entra al-
gún infiel o profano, es convencido
por todos, es sondeado por todos ;
" los secretos de su corazón se ha-
cen patentes, y así, cayendo sobre su
rostro, adorará a Dios, proclamando
que verdaderamente está Dios entre
vosotros.
Reglas prácticas. 14, 26-36
"En suma, ¿qué, hermanos? Ca-
da vez que os reunís, cada cual trae
un salmo, trae una enseñanza, trae
una revelación, trae lengua, trae in-
terpretación : hágase todo para edi-
ficación. 57 Si alguien habla en len-
gua, sean cada vez dos o a lo más
tres, y por turno, y uno intérprete.
"Que si no hubiere intérprete, calle
en la Iglesia, mas hable para sí y
para Dios. 30 En cuanto a los profe-
tas, hablen dos o tres, y los demás
dictaminen. "Y si a otro que esté
Sentado le fuere revelado algo, el
primero calle. " Pues podéis todos
uno por uno profetizar, a fin de que
todos aprendan y todos cobren alien-
tos. 32 Y los espíritus de los profe-
tas se sujetan a los profetas. 33 Pues
no es amigo Dios de trastorno, sino
de paz.
Como en todas las iglesias de los
santos, 31 las mujeres en las igle-
sias callen, pues no les es permiti-
do hablar ; antes muestren sujeción,
como también 'la ley lo dice (Gén.
16). 35 Que si algo desean aprender,
pregunten en casa a sus propios ma-
ridos, porque es indecoroso a la mu-
jer hablar en la iglesia. 3" ¿O es que
salió de vosotros la palabra de Dios
o a vosotros solos llegó ?
Conclusión. 14, 37-40
" Si alguno piensa ser profeta o es-
piritual, reconozca que lo que os es-
cribo es ordenanza del Señor. 35 Mas
si lo desconoce, que lo desconozca.
* Así que, hermanos míos, codiciad
el profetizar ; y cuanto al hablar en
lenguas, no lo estorbéis. 40 Todo, em-
pero, se haga decorosamente y con
orden.
V. Quinta consulta: la resurrec-
ción de los muertos
Cristo resucitó. 15, 1-11
-1 r 'Os notifico, hermanos, el Evan-
geflio que os evangelicé, el que
también recibisteis, en el que asimis-
mo perseveráis, 2 por el cual también
10 Distingue San Pablo dos infancias diametraimente opuestas : la infancia en ia
malicia y la infancia en la discreción.
a En Isaías, los judíos remedaban balbuceando las palabras de los profetas ; Dios
con justa ironía les responde que también les hablará por labios balbucientes, por
los asirios, que invadirán su tierra. Con esa lengua de los asirios compara tácita-
mente San Pablo el don de lenguas.
22 Señal... paka los incrédulos : tal fué el don de lenguas, infundido por el Es-
píritu Santo a los apóstoles el día de Pentecostés : despertó la atención de los in-
crédulos, los cuales, empero, no se convirtieron sino por la exhortación de San Pedro.
- 383 -
15 3-12
I CORINTIOS
15 13-23
6ois salvos : em qué forma os lo evan-
gelicé, si es que lo retenéis, a no ser
que hayáis creído en vano. 8 Porque
os transmití en primer lugar lo que
a mi vez recibí : que Cristo murió
por nuestros pecados, según las Es-
crituras, * y que fué sepultado, y que
ha resucitado al tercer día, según
las Escrituras, 5 y que fué visto por
Cefas, luego por los Doce. * Después
fué visto por más de quinientos her-
manos de una vez, de los cuales lo?
más quedan aún ahora, algunos ya
murieron. * Después fué visto por
Santiago, luego por todos los após-
toles ; 8 últimamente, después de to-
dos, siendo como soy el abortivo, fué
visto también por mí. 8 Porque yo
soy el menor de los apóstoles, que
no soy digno de ser apellidado após-
tol, pues que perseguí la Iglesia de
Dios. 10 Mas por gracia de Dios soy
eso que soy, y su gracia, que recayó
en mí, no resultó vana ; antes me
afané más que todos ellos ; bien que
no yo, sino la gracia de Dios que
está conmigo. 11 Sea, pues, yo, sean
ellos, así lo predicamos, y así lo
creísteis.
Conexión entre la resurrección de
Cristo y ta nuestra. 15, 12-ig
" Ahora, pues, si de Cristo se pre-
dica que ha resucitado de entre los
muertos, ¿ cómo dicen algunos entre
vosotros que no hay resurrección de
muertos ? u Mas si no hay resurrec-
ción de muertos, tampoco Cristo ha
resucitado. 14 Y si Cristo no ha re-
sucitado, vana es, por tanto, nues-
tra predicación, vana también vues-
tra fe ; 15 y somos hallados, además,
falsos testigos de Dios, pues testi-
ficamos contra Dios que resucitó a
Cristo, a quien no resucitó, si es
verdad que los muertos no resuci-
tan. " Porque si los muertos no re-
sucitan, tampoco Cristo ha resuci-
tado. " Y si Cristo no ha resucitado,
baldía es vuestra fe : aun estáis en
vuestros pecados. 18 Por donde tam-
bién los que ya reposaron en Cris-
to, perecieron. 19 Si en esta vida so-
lamente tenemos puesta en Cristo
nuestra esperanza, somos los más
dignos de lástima de todos los hom-
bres.
Cristo, primicias de la resurrección.
15, 20-23
*° Mas ahora Cristo ha resucitado
de entre los muertos, primicias de
los que ya reposan. 21 Pues ya que
por un hombre vino la muerte, por
un hombre también la resurrección
de los muertos. 82 Porque como en
Adán mueren todos, asi también en
Cristo serán todos vivificados. 23 Ca-
da uno en su propio rango : las pri-
micias, Cristo ; después los de Cris-
ta, en su advenimiento.
1C H E^te testimonio sobre el hecho de la resurrección de Cristo, en su redacción,
dista del hecho sólo veinticinco años ; mas indirectamente, como este testimonio
es una simiile reproducción del que más de veinte años atrás recibió ti mismo Pablo
al convertirse a la fe, resulta que acerca de la resurrección del Salvador poseemos
una prueba testifical contemporánea al hecho mismo; prueba, además, que subsistía
al escribirse esta Epístola, por cuanto vivían aún muchos de los que habían visto al
Señor resucitado. Contra este testimonio se ha estrellado siempre, y siempre se es-
trellará, la crítica racionalista.
13-19 I-a conexión que existe entre la resurrección de Cristo y la nuestra se debe
a la unidad del cuerpo místico de Cristo, cuya cabeza e3 el mismo Salvador, euyoe
miembros son todos los fieles ; y sería alt'o monstruoso cabeza viva de un eiu rpo
muerto.
30-23 Bajo la imagen de primicias y recolección presenta San rabio la resurrección
de Cristo como las primicias, y la de todos los fieles como la recolección al fin de
(os siglos. Pero, además de esta sucesión cronológica, muestra una conexión mas
íntima entre las primicias y las restantes mieses. Esta conexión la declara apelando
al contraste entre Adán y Cristo. La. fase más externa de este contraste está en que,
como Adán fué instrumento de muerte, así Cristo es instrumento de vida (v. 21). La
razón íntima de este doble hecho es la misteriosa solidaridad de todos los hombres :
primero en Adán para la muerte, luego en Cristo para la vida (v. 22).
f1 Aquí apunta San rabio un argumento solidísimo a favor de la resurrección nn
ticipuda y asunción corporal de la Virgen María n los cielos. En efecto, María, como
segunda Eva, estrechamente asociada al segundo Adán, pertenece, como éste, al 01-
den de las PRIMICIAS. Anticipada fué, por tanto, su resurrección, como lo fué la de
Cristo.
-384-
15
I CORINTIOS
15
El fin. 15, 24-28
-' Luego, el fin : cuando hará en-
trega de su reino al Dios y Padre,
cuando habrá destruido todo princi-
pado y toda potestad y fuerza. 25 Por-
que es menester que El reine, hasta
que haya puesto todos sus enemigos
debajo de sus pies. x El último ene-
migo que será destruido es la muer-
te. 27 Porque «todas las cosas some-
tió debajo de sus pies» (Sal. 8, 8).
Y al decir que todas las cosas le
han sido sometidas, claro es que
excepto aquel que sometió a El to-
das las cosas. a Y cuando le hubie-
ren sido sometidas todas las cosas,
entonces también el Hijo mismo se
someterá al que todas las cosas le
cometió, para que sea Dios todas las
cosas en todos.
Nuevas confirmaciones de la resu-
rrección final. 15, 29-34
29 Pues si no, ¿ qué lograrán los que
se bautizan por los difuntos ? Si de-
finitivamente los muertos no resu-
citan, ¿ a qué viene el bautizarse por
ellos ? :" ¿ Y por qué nosotros anda-
mos entre peligros a todas horas ?
31 Cada día vengo a trance de muer-
te : a fe, hermanos, por la gloria
que en vosotros tengo en Cristo Je-
sús, Señor nuestro. 32 Si por miras
humanas luché con fieras en Efeso,
¿qué provecho saco yo de eso? Si
los muertos no resucitan, «Comamos
y bebamos, que mañana nos mori-
mos» (Is. 22, 13). 53 No os dejéis en-
gañar :
Malas compañías estragan costumbres buenas.
zi Despertad, como es razón, de esa
modorra, y dejad de pecar ; pues ig-
norancia de Dios es lo que algunos
tienen. Para confusión vuestra lo
digo.
Modo de la resurrección. 15, 35-49
* Mas dirá alguno : ¿ Cómo resu-
citan los muertos ? ¿ Y con qué li-
naje de cuerpo se presentan ? " Ne-
cio, lo que tu siembras no cobra vi-
da si primero no muere. " Y lo que
siembras no es el cuerpo que ha de
ser, sino un simple grano, pongo
por caso, de trigo o de alguna de las
otras semillas. 3S Y Dios le da un
cuerpo como quiso, y a cada una de
las semillas su propio cuerpo. 19 No
toda carne es una misma carne, si-
no que una es la carne de los hom-
bres, otra la carne de las bestias,
otra la carne de las aves y otra la
de los peces. w Hay también cuer-
pos celestes y cuerpos terrestres ;
pero diferente es el esplendor de
los celestes y diferente el de los te-
rrestres. 41 Üno es el esplendor del
J' Har.í entrega de su reino... Esta expresión, que luego se repite en el v. 2^,
parece una dificultad contra la eternidad de la realeza de Cristo. Esta dificultad sr
desvanece distinguiendo en el reino de Cristo dos aspectos : su potestad real y su
gobierno militante. Su reída potestad será eterna; mas su gobierno militante cesar*
al fin de los siglos. Una vez acabado este mundo temporal, ¿qué extraño es que
acabe también con él el gobierno que en él ejerce Cristo ?
36 Afirma aquí San Pablo que el reinado de Cristo (en el sentido expuesto) tei-
minará «cuando haya rendido a todos sus enemigos» ; no ata con esto la suposición
milenarista, que el reinado de Cristo sobre la tierra comenzará precisamente en el
momento en que haya rendido a sus enemigos.
39 Los que se bautizan por los difuntos : el hecho mencionado por San Pablo, sin
reprobarlo ni aprobarlo, parece haber consistido en que, cuando moría un catecúmeno
sin haber recibido el bautismo, otro suplía en sí las ceremonias del bautismo con
el fin de testificar delante de la Iglesia con esta acción simbólica que el catecúmeno
Había muerto en la fe de Cristo.
32 Luché con fieras: estas luchas hay que entenderlas metafóricamente de sus
contiendas con algunos fieros adversarios de su apostolado.
33 Verso, ya proverbial, de la comedia Tais, de Menandro.
el~fi El modo de la resurrección sugiere dos problemas : cómo se concibe la resu-
rrección y cuáles serán las cualidades del cuerpo resucitado. Ambos resuelve San Pa.
blo por la analogía de la resurrección con la germinación de las plantas.
-385-
15 *!-51
I CORINTIOS 15 42-5S
sol, y otro el esplendor de la luna, I diferencia de esplendor * \sí será
v otro el esplendor de las estrellas, también la resurrección de los muer-
Porque entre estrella v estrella hav | tos
Siémbrase en corrupción, surge en incorruptibilidad ■
siémbrase en vileza, surge en gloria ;
siémbrase en debilidad, surge en vigor';
44 siémbrase cuerpo animal, surge cuerpo espiritual.
Si hay cuerpo animal, le hav tam-
bién espiritual. "5 Así también está
escrito : «Fué hecho el primer hom-
bre, Adán, alma viviente» (Gén. 2, 7) ;
el ipostrero, Adán, espíritu vivifi-
cante. 48 Ahora que no es primero
lo espiritual, sino lo animal ; luego,
lo espiritual. 47 El primer hombre,
de la tierra, terrestre ; el segundo
hombre, del cielo. 48 Cual el terres-
tre, tales también los terrestres ; y
cual el celeste, tales también los ce-
lestes. 49 Y como llevamos la ima-
gen del terrestre, llevaremos tam-
bién la imagen del celeste.
Transformación gloriosa en la
resurrección . 15, 50-58
60 Esto digo, hermanos : que la car-
ne y sangre no puede heredar el rei-
no de Dios ni la corrupción hereda la
incorruptibilidad. 51 Mirad, un mis-
terio os digo. Todos no moriremos,
pero todos seremos transmutados ;
en un instante, en un pestañear
de ojos, al son de la última trompe-
ta ; pues sonará la trompeta, y los
muertos resucitarán incorruptibles,
y nosotros seremos transmutados.
" Porque es necesario que esto co-
nuptible se revista de incorruptibi-
lidad y que esto mortal se revista
de inmortalidad. w Y cuando esto
corruptible se revistiere de incorrup-
tibilidad y esto mortal se revistie-
re de inmortalidad, entonces se rea-
lizará la palabra que está escrita :
«Sumióse la muerte en la vitoria»
(Is. 25, 8). 55 «¿Dónde está, ¡oh muer-
te!, tu victoria? ¿Dónde, ¡oh muer-
te!, tu aguijón?» (Os. 13, 14). 66 El
aguijón de la muerte es el pecado, y
la fuerza del pecado, la ley. 67 Pero a
Dios gracias, que nos dió la victoria
por nuestro Señor Jesucristo. 68 Así
que, hermanos míos amados, pro-
curad estar firmes, inconmovibles,
aventajándoos en la obra del Señor
continuamente, sabiendo que vues-
tra fatiga no es vana en el Señor.
Cuatro cualidades atribuye aquí San Pablo a los cuerpos glorificados. La fu»
damental es la espiritualidad o sutileza, opuesta a la grosería o animalidad presente.
A esta espiritualidad simún las otras tres propiedades : una, en cierto modo, nega-
tiva, la incorruptibilidad, impasibilidad o inmortalidad ; y otras dos positivas : la
claridad radiante de la hermosura y la energía vigorosa en la acción y el movimiento.
4,1 Cuerpo... espiritual : atrevida paradoja, con que se expresa el dominio prepo
tente del espíritu en el cuerpo glorificado, sustraído con ello a las leyes más di pri-
mentes de la materia.
* Alma viviente..., espíritu vivificante : doble superioridad de Cristo sobre Adán.
Alma y espíritu, si sustaneialmente son una misma cosa, la expresan, empero, bajo
dos conceptos diferentes. Es alma, en cuanto informa la materia ; es espíritu, ya er¡
cuanto por sus energías de inteligencia y libertad se levanta incomparablemente so-
bre la materia, ya principalmente en cuanto recibe en sí el influjo del Espíritu
divino. Vivificante supera a «viviente», por cuanto no sólo posee la vida, sino que
también la comunica a otros.
H En este pasaje habla el Apóstol de solos los fieles, los cuales divide en do»
grupos : el de los anteriormente muertos, que resucitarán gloriosos, y el de los so-
brevivientes, que, sin pasar por la muerte, se transformarán gloriosamente.
82 Nosotros : el uso de la primera persona del plural no implica que San Pablo
esperase vivir hasta el día de la parusía; es una simple figura de lenguaje, por la
cual el Apóstol, trasladándose con la imaginación a la época ignorada del segundo
advenimiento de Cristo, habla en representación de los que entonces vivirán.
62-53 Esto es el sujeto permanente y común a entrambos estados de mortalidad
y de inmortalidad. I.a permanencia de un mismo sujeto en ambo» estados arguye
manifiestamente la identidad entre el cuerpo mortal y el cuerpo resucitado.
-386-
16 1-10
I CORINTIOS
16 11-30
Epíl
Colecta para los fieles de Jerusalén.
16, 1-4
"i z: 1 Acerca de la colecta para los
santos, como lo ordené a las
Iglesias de Galacia, así también ha-
cedlo vosotros. 2 Cada primer día de
la semana, cada uno de vosotros re-
serve en su poder y vaya atesorando
lo que lograre ahorrar, no sea que
cuando llegue yo se hayan de hacer
entonces las colectas. 3 Y cuando yo
llegare, los que vosotros tuviereis
por bien, a ésos enviaré yo con car-
tas para que lleven vuestra gene-
rosidad a Jerusalén. * Y si valiere la
]>ena de que también yo vaya, irán
conmigo.
Planes de viaje. 16, 5-0
s Iré a vosotros después de pasar
por Macedonia. Pues por Macedonia
séflo pienso pasar. 6 Mas con vosotros
tal vez me detendré y aun pasaré
el invierno, para que vosotros pre-
paréis mi viaje a donde tenga que
ir. : Pues no quiero ahora veros de
paso, porque espero permanecer al-
gún tiempo con vosotros, si el Se-
ñor lo concediere. 8 Quedaré en Efe-
_so hasta Pentecostés. 0 Pues se me
ha abierto una puerta grande y efi-
ciente, y los que se oponen son mu-
chos.
Timoteo y Apolo. 16, 10-12
10 Si fuere Timoteo, mirad que es-
té con vosotros sin temor, dado que
o g O
en la obra del Señor trabaja lo mis-
mo que yo. " Que nadie, pues, le
menosprecie. Y preparadle el viaje
en paz, para que se venga a mí, pues
le estoy aguardando con los herma-
nos. 12 En cuanto a Apolo el herma-
no, mucho le insté para que vaya a
vosotros junto con los hermanos, y
decididamente no había voluntad de
ir ahora ; irá cuando tuviere buena
oportunidad.
Ultimas recomendaciones. 16, 13-18
" Vigilad, manteneos en la fe, te-
ned ánimo varonil, confortaos. 14 To-
das vuestras cosas se hagan en cari-
dad. Os recomiendo, hermanos — co.
nocéis la casa de Estéfanas, que es
primicias de la Acaya, y se consa-
graron al servicio de los santos — ,
10 que también vosotros os mostréis
sumisos a los tales y a todo el que
trabaja con ellos y "se fatiga. 17 Me
gozo con la llegada de Estéfanas, y
de Fortunato, y de Acaico, puesto
que lo que de vuestra parte me fal-
taba, ellos lo suplieron plenamente,
a porque aquietaron mi espíritu y el
vuestro. Reconoced, pues, a los que
son tales.
Saludos finales y bendición apostó-
lica. 16, ig-2.|
" Os saludan las Iglesias dél Asia.
Os envían muchos saludos en el Se-
ñor Aquilas y Prisca junto con la
Iglesia que está en su casa. 30 Os
saludan los hermanos todos. Salu-
daos unos a otros en el ósculo santo.
-| f» - I'kimer DÍA de LA semana ! el domingo o «día del Señor», el cual ya desde los
tiempos apostólicos había sustituido al sábado judaico.
" Estos HERMANOS x>n Estéfanas y sus compañeros, de que después se habla.
l"~M Estéfanas, acompañado de Fortunato y Acaico, eran los mensajeros enviados
a San Pablo por los Corintios. |l Lo suplieron plenamente: como si dijera: ausente
de vosotros, sentía yo soledad ; ellos, al venir en representación vuestra, llenaron el
vacío que vuestra ausencia dejaba en mi corazón.
ls AQUILAS y Trisca, su mujer, habían hospedado a Pablo la primera vez que fut
a Corinto, y de allí le acompañaron a Kfeso.
- 387 -
16 21-22
I CORINTIOS
16 23-24
a La salutación ya de mi propia
mano : Pablo. a Si alguno no ama
al Señor, sea anatema. Morana tha.
I * La gracia del Señor Jesús sea con
vosotros. -4 Mi caridad con todos vos-
I otros en Cristo Jesús.
=- Maraña tha : expresión aramaica, que significa «Señor nuestro, ven», análoga
a la que termina e'. Apocalipsis : «Ven, Señor Jesús» (22, 20). Esta venida que se desea
es ti secundo advenimiento del Señor.
M La caridad de Pablo es dechado de la caridad cristiana, que ha de ser universa»
y en Ckisio Jesís.
-388-
I N T R O D ü C C.ION
A LA TI EPISTOLA A LOS CORINTIOS
NTECEDENTES HisiÓRicos. — La segunda Epístola a los Corintios es
la más personal de las cartas de San Pablo: por eso cxigv, más que
ninguna otra, fijar con la mayor exactitud posible sus antecedentes
históricos.
Según la probable cronología adoptada, San Pablo escribía su primera
Epístola a los Corintios hacia la Pascua del año 56. Estaba en Efeso,
donde pensaba permanecer hasta Pentecostés. Desde Efeso, algunas ser
manas después de Pascua, mandó a Tito a Corinto para que se enterase
del efecto que había producido cu aquellos neófitos la carta que acababa
de escribirles ; él poco después partiría por tierra hacia Tróade, donde
le aguardaría para recibir noticias y determinar lo que conviniera Itacer.
El hombre propone y Dios dispone. Pablo tuvo que salir de Efeso preci-
pitadamente antes de lo que había determinado. Los plateros de Efeso,
furiosos de ver las quiebras de su industria en objetos idolátricos, oca-
sionadas por la difusión del Evangelio, promovieron en la ciudad un
terrible motín, que quitó por entonces a Pablo la posibilidad de predicar
libremente , y aun amenazaba su seguridad personal. Adelantó, pues, su
viaje; así fué que, cuando llegó a Tróade, no halló aún a Tito. Preocu-
pado por los Corintios, no pudo reposar en Tróade, y partió para Mace-
donia, donde, finalmente, encontró a Tito. Las noticias que éste le trajo,
sin dejar de ser consoladoras, tío eran del todo satisfactorias. La mayoría
de la Iglesia, sin duda, había recibido con sumisión la carta de su Apóstol
y su padre, cuyo amor reconocían y cuyas disposiciones acataban y po-
nían en ejecución. Lo pasado, pues, quedaba en gran parte remediado ;
pero había aparecido un nuevo peligro, un fermento de rebeldía y oposi-
ción, más temible que los desórdenes anteriores. Un grupo de judaizantes,
adversarios descarados de Pablo, con el objeto de arruinar su obra, ata-
caban descubiertamente su persona y sus títulos de Apóstol.
Pablo, en tales condiciones, no podía presentarse en Corinto con el
espíritu de blandura paternal y franca confianza que deseaba. Para poner,
pues, las cosas en orden y preparar su viaje a Corinto, escribió esta nueva
carta, la segunda de las canónicas, pero en realidad la tercera de las que
escribió a los Corintios.
La carta. — Para conseguir su objeto principal, dos cosas había de ha-
cer San Pablo: disipar las prevenciones que contra él luibían concebido
- 389 -
11-6
II CORINTIOS
17-11
algunos Corintios, y desacreditar a sus desleales adversarios. De ahí el
doble carácter, apologético y polémico, de la Epístola. Pero no podía
olvidar el Apóstol lo que ya había recomendado en la Epístola anterior,
a saber, la gran colecta que se estaba organizando en beneficio de los
cristianos pobres de Palestina. Esta exhortación a la limosna, casi a
modo de digresión, la intercala San Pablo entre la apología que hace
de sm conducta apostólica y la polémica con que ataca a sus adversarios.
De ahí la división de la Epístola en tres partes principales, que, com-
prendidos el prólogo y el epilogo, se distribuyen de esta manera: i) apo-
logética: r-7 ; 2) parenética : S-o; $) polémica: 10-13.
EPISTOLA II A LOS CORINTIOS
Salutación
Inscripción. 1, 1-2
1 1 Pablo, Apóstol de Cristo Jesús
■*• por voluntad de Dios, y Timoteo
el hermano, o la iglesia de Dios que
está en Corinto, y juntamente a to-
dos los santos que residen en toda
la Acaya ; 2 gracia a vosotros y paz
de parte de Dios, Padre nuestro, y
del Señor Jesu-Cristo.
Acción de gracias. 1, 3-11
3 Bendito di Dios y Padre de nues-
tro Señor Jesu-Cristo, el Padre de las
misericordias y Dios de toda consola-
ción, 4 que nos consuela en toda tri-
bulación nuestra, hasta el punto de
poder nosotros consolar a los que
están en toda tribulación, con la
consolación con que somos nosotros
mismos consolados por Dios. 6 Por-
que según que rebosan sobre nos-
otros los padecimientos de Cristo,
así por mediación de Cristo rebosa
también nuestra consolación. ' Pero
ora seamos atribulados, es por vues-
epistolar
tra consolación y salud ; ora seamos
consolados, es por vuestra consola-
ción, la cual muestra su eficacia en
el sufrimiento de los mismos padeci-
mientos, que también nosotros pa-
decemos ; '' y nuestra esperanza es
firme acerca de vosotros, sabiendo
que así como sois compañeros de
los padecimientos, así también de la
consolación. 8 Porque no queremos
que ignoréis vosotros, hermanos, ta
tribulación que nos sobrevino en
Asia, pues sobre toda ponderación
más de lo que sufrían nuestras fuer-
ais nos vimos abrumados, hasta tal
punto que aun de la vida desespe-
ramos. * Antes bien nosotros dentro
de nosotros mismos sentimos la sen-
tencia de muerte, para que no ten-
gamos puesta la confianza en nos-
otros mismos, sino en Dios, que re-
sucita los muertos, lu el cual de tan
grande muerte nos libró, y nos li-
brará ; en el cual tenemos esperan-
za que también en adelante nos li-
brará, 11 coadyuvando también vos-
otros a favor nuestro con la oración,
a fin de que de parle de muchos la
gracia otorgada a nosotros por me-
dio de muchos sea regraciada en
nombre nuestro.
-J 1 Santos : equivalente <le fieles, en cuanto santificados por sil unión con Cristo
-l- en el Espíritu Santo.
■ Nuestra comunión con Cristo paciente es condición esencial de nuestra comunión
con Cristo glorioso.
• Parece aludir a la revuelta promovida en Efeso por Demetrio, que le obligó
a salir d* la ciudad (Ac. 19, 23-20, 1).
— 390 —
12-19
II CORINTIOS
120—2*
Primera parte: Apología del ministerio apostólico
de Pablo
I. Singularidad y verdad del
Apóstol
Testimonio de la conciencia, i, 12-14
Porque ésta es nuestra gloria,
el testimonio de nuestra conciencia:
que con santidad y sinceridad de
Dios, y no con sabiduría carnal, si-
no con el favor de Dios, hemos pro-
cedido en este mundo, y mucho más
con vosotros. 13 Porque no os escri-
bimos otra cosa que lo que leéis,
que es lo mismo que entendéis ; y
espero que del todo conoceréis, 14 co-
mo ya nos conocisteis en parte, que
poínos gloria vuestra, lo mismo que
vosotros nuestra, en el día del Se-
ñor nuestro Jesús.
Cambio de itinerario. 1, 15-22
11 Y en esta persuasión, quería pri-
mero ir a vosotros, a fin de que tu-
vierais una segunda gracia, 19 y pa-
.-ando por vosotros ir a Macecíonia,
y <le nuevo desde Macedonia volver
.i vosotros, y que vosotros tomaseis
a vuestro cuidado mi viaje a la Ju-
•<lea. "Al querer, pues, esto, ¿por
ventura usé de ligereza? ¿ O lo que
yo determino, según la carne lo de-
termino, de suerte que se encuen-
tren en mí el Sí y el No ? 18 Mas
fiel es Dios, que nuestra palabra
propuesta a vosotros no es Sí y No.
'' Porque el Hijo de Dios, Jesu-Cris-
to, el que entre vo-otros fué por
nosotros predicado, por mí, por Sil-
vano y por Timoteo, no resultó Sí
y A'o, antes Sí en él se ha verifica-
do. 20 Porque cuantas promesas hay
de Dios, en El son el Sí; por lo cual
también por mediación de El se re-
torna el Amén a Dios para gloria
por medio de nosotros. 21 Mas el que
nos conforta, juntamente con vos-
otros, en orden a Cristo, y el que
nos ungió, Dios es ; - el cual ade-
más nos marcó con su sello y nos
dió las arras del Espíritu en nues-
tros corazones.
Ra:ón del cambio de itinerario.
1, 23-24; 2, 1-4
23 Yo invoco a Dios por testigo so
bre mi a'lma, que por miramiento a
vosotros todavía no fui a Corinto ;
24 no porque seamos déspotas de
vuestra fe, sino que somos coope-
radores de vuestro gozo, pues en
cuanto a la fe os mantenéis firmes.
f) 1 Porque me impuse esta deter-
^ minación : que mi ida a vosotros
no fuera de nuevo objeto Je tristeza.
: Porque si yo os entristezco a vos-
otros, ¿ y quién será el que me alegre
a mí, sino el que recibe tristeza de
mí ? 8 Y os escribí esto mismo, no
sea que, yendo a vosotros, reciba
tristeza de parte de aquellos de quie-
nes me había de gozar, confiando
de todos vosotros que mi gozo lo es
de todos vosotros. 4 Porque a impul-
SEGUNDA gracia : quiere decir la gracia de la doble visita apostólica, la una de
p;¡so para Macedón ia, la otra al volver de allí a Corinto.
El Si. Jesu-Cristo es el sí absoluto y universal : el' sí de las promesas divi-
nas, el sí de las aspiraciones humanas, el sí de los oráculos proféticos, de las espe-
ranzas de Israel, de los suspiros de todas las naciones. No hay en Jesu-Cristo un no
desesperante ; en El todo es sf.
20 Amén : al sí de Cristo responde la Iglesia con el Amén, que es profesión de fe,
crilo triunfal de la esperanza, expansión del amor.
Unción, sello y arras son tres imáKenes metafóricas de la vocación al apos-
tolado con todas las gracias que la acompañan. V en esta vocación toman parte las
tres divinas Personas.
— 391 —
2 5-14
II CORINTIOS
2 15-3 *
so de una gran congoja y apretura
de corazón os escribí con abundan-
tes lágrimas, no para que os entris-
tezcáis, sino para que conozcáis el
amor que os tengo, a vosotros más
que a otro*;.
El perdón del incestuoso. 2, 5-11
5 Que si alguno contristó, no me
contristó a mí, sino — en parte, para
no exagerar — a todos vosotros. 8 Bás-
tale a este tal esta_ corrección, he-
cha por los más ; ' de suerte que,
al contrario, antes bien le perdo-
néis y consoléis, no sea que por la
excesiva tristeza sea devorado este
tal. 8 Por esto os exhorto a que otor-
guéis para con él vuestra caridad.
9 Pues para esto mismo os escribo,
para conocer vuestros quilates, a ver
si ipara todo sois obedientes. 10 A
quien algo perdonáis, yo también ;
puesto caso que lo que yo he perdo-
nado, si algo he perdonado, por vos-
otros ha sido, en persona de Cristo ;
u no sea que nos veamos envueltos
por la astucia de Satanás, pues no
desconocemos sus designios.
Ansiedades y consuelos: de Tróade
a Macedonia. 2, 12-17
u Y venido a Tróade para el Evan-
gelio de Cristo, y habiéndoseme
abierto puerta en el Señor, 12 no ha-
llé sosiego para mi espíritu, por no
haber encontrado yo a Tito, mi her-
mano, sino que, despidiéndome de
ellos, salí para Macedonia. 14 Pero a
Dios gracias, que continuamente no<
hace triunfar en Cristo y descubre
la fragancia de su conocimiento por
medio de nosotros en todo lugar ;
15 porque somos buen olor de Cristo
para Dios, entre los que se salvan
y entre los que se pierden ; 18 para
los unos, olor de muerte para muer-
te ; para los otros, olor de vida pa-
ra vida. 11 Y para esto, ¿quién es
idóneo ? Porque no somos como los
muchos que desnaturalizan la pala-
bra de Dios, sino que cual de pecho
sincero, sino que cual de parte de
Dios, en presencia de Dios, habla-
mos en Cristo.
II. Altísima dignidad drt minis-
terio apostólico
Ims cartas de recomendación de
Pablo. 3, 1-6
o '¿Comenzamos otra vez a recó-
mendarnos a nosotros mismos ?
¿O por ventura necesitamos, como
algunos, de cartas de recomendación
para con vosotros o de vosotros ?
= NüeStra carta vosotros sois, escri-
ta en nuestros corazones, conocida y
leída por todos los hombres ; 5 co-
mo que es manifiesto que sois car-
ta de Cristo, escrita por ministerio
nuestro, y escrita no con tinta, sino
con Espíritu de Dios vivo ; 110 en
tablas de piedra, sino en tablas que
¡■ion corazones de carne. 1 Y esta tal
confianza la tenemos por Cristo pa-
ra con Dios. 0 No que por nosotros
mismos seamos capaces de discurrir
algo como de nosotros mismos, sino
que nuestra capacidad nos viene de
2S Alude San. Pablo al incestuoso (cf. 1 Cor. 5, 1-13).
a Tróade : ciudad de la Misia, en la costa NO. del Asia Menor, no lejos de la
antigua Troya, célebre por la Ilíada. || Puerta: ocasión favorable para la predica-
ción del Evangelio
*» Triunfar : se comparan las expediciones apostólicas a las carreras triunfales
de los antiguos vencedores.
1T Desnaturalizan : metáfora tomada de los taberneros que falsifican el vino.
3'-= Cartas de recomendación : caso típico de la libertad con que San Pablo varía
una misma imagen. Cuatro veces recurre en estos tres versos la imagen de rarfa.
La primera se toma en sentido propio ; la segunda es metafóricamente la Iglesia
de Corinto, grabada espirilualmente en el corazón de Pablo ; la tercera es la Iglesia
en sí misma ; la cuarta es el Evangelio escrito en los corazones de los Corintios.
*-* Es digno de notarse el énfasis con que enseña San Pablo que la eficacia de;
ministerio apostólico proviene totalmente de Dios. El hombre ha de poner todo
su trabajo ; pero el resultado se ha de atribuir exclusivamente a Dios. Y esto se
aplica umversalmente a toda la vida sobrenatural.
— 392 —
3 6-W
II CORINTIOS
313-42
Dios, * quien asimismo nos capaci-
tó para ser ministros de una nueva
alianza, no de letra, sino de Espí-
ritu ; porque la letra mata, mas el
Espíritu vivifica.
El ministerio evangélico, superior al
' de Moisés. 3, 7-1 1
7 (Jue si el ministerio de la muer-
te, grabado con letras en piedras, re-
sultó glorioso, hasta el punto de no
poder los hijos de Israel fijar su
vista en el rostro de Moisés a cau-
sa de 'la gloria de su rostro, si bien
evanescente, 8 ¿cómo no con más ra-
zón será glorioso el ministerio del
Espíritu ? " Porque si para el minis-
terio de la condenación hubo gloria,
mucho más rebosa de gloria el mi
nisterio de la justicia. ," Porque lo
glorificado no fué glorificado en es-
te respecto, a causa de la sobrepu-
jante gloria. u Porque si lo perece-
dero tuvo su momento de gloria,
mucho más lo permanente cercado
está de gloria.
Manifestación, (ranea y sin velos,
del Evangelio. 3, 12-1S
,: Teniendo, pues, semejante es-
peranza, usamos en el hablar de mu-
cha claridad ; 13 y no a la manera
que Moisés ponía un velo sobre su
rostro, para que no fijasen su vis-
ta los hijos de Israel en el remate
ie lo que se desvanecía. M Mas se
embotaron sus inteligencias. Porque
hasta el día de hoy en la lectura
de: Antiguo Testamento perdura el
mismo velo, sin removerse, porque
sólo en Cristo desaparece. 15 Mas has-
ta hoy siempre que es leído Moisés,
un velo está puesto sobre el cora-
zón de ellos. 10 «Mas cuando se vuel-
va al Señor, es quitado el velo»
(Ex. 34, 34). "Y el Señor es el Es-
píritu' Y donde está el Espíritu del
Señor hay libertad. 18 Mas nosotros
todos, con el rostro descubierto re-
verberando como espejos la gloria
del Señor, nos vamos transfiguran-
do en la misma imagen de gloria
en gloria, conforme a como obra el
Espíritu del Señor.
Aliento que inspira a los apóstoles
su ministerio. 4, 1-6
a 'Por esto, teniendo este ministe-
* rio, según la misericordia con
que fuimos favorecidos, no desfalle-
cemos ; " antes bien, desechamos los
tapujos de la ruindad, no procedien-
do con astucia ni falsificando la pa-
1 La letra de la ley mosaica daba preceptos, pero no fuerzas para cumplirlas :
con eso era ocasión de pecado", mas el Espíritu del Evangelio juntamente con el
precepto da fuerzas.
,J El ministerio de Moisés era, en la intención de Dios, ministerio de salud ;
pero, ror la mala disposición de los israelitas, se convirtió en ministerio de con-
denación.
,a Al hecho de cubrirse Moisés la cara con el velo para no deslumhrar los ojos
de los hijos de Israel, San Pablo, viendo en eso el carácter transitorio del régimen
del Sinaí, le da una interpretación inesperada, presentando este velo como destinado
110 tanto para ocultar aquella irradiación fulgurante, cuanto para impedir que se
diesen cuenta de que aquel resplandor se iba desvaneciendo.
13-is otro caso de la variabilidad de las imágenes en San Pablo. El velo que co-
mienza tapando la cara de Moisés pasa a cubrir el Antiguo Testamento y acaba
envolviendo el corazón de los judíos.
18 La Escritura dice de Moisés que, «cuando volvía a la montaña para hablar
ion el Señor, se quitaba el velo» ; San Pablo, aplicándole a los judíos, dice que,
cuando se conviertan al Señor, se verán libres del velo que envolvía su corazón.
'■ No quiere decir San Pablo que el Señor, es decir, Cristo, sea la persona del
Espíritu Santo. Espíritu significa aquí la plenitud del Espíritu Santo, que Cristo
poseía y nos comunicó a nosotros. || Libertad : es la verdadera libertad del Espí-
ritu, redimido de los terrores y de las prácticas estériles de la ley mosaica. Esta
libertad evangélica no es la libertad pseudo-evangélie-a de los protestantes.
)S ¡Grandiosa concepción del ministerio apostólico! Cristo es la luz increada, el
Espíritu es la irradiación de esta luz en los hombres. Pero esta luz no desciende
directamente sobre sus corazones: Dios ha dispuesto que los apóstoles, a modo de
espejos, recojan los rayos de la luz divina y la difundan por toda la tierra. Y en
«-ta iluminación evangélica, los apóstoles, revestidos de la luz divina, crecen de
esplendor en esplendor hasta transformarse en la misma imagen del Señor.
— 393 —
4 3-10
II CORINTIOS
4 11-18
labra de Dios, sino con la manifes-
tación de la verdad, recomendándo-
nos a nosotros mismos ante toda
conciencia de hombres en el acata-
miento de Dios. 3 Que si todavía
queda velado nuestro Evangelio, pa-
ra los que perecen está velado, 4 pa-
ra los incrédulos, cuyas inteligencias
cegó el dios de este siglo, para que
no columbrasen la esplendorosa irra-
diación del Evangelio de la gloria
de Cristo, que es imagen de Dios.
6 Porque no nos predicamos a nos-
otros mismos, sino a Jesu-Cristo Se-
ñor ; que a nosotros mismos nos
consideramos como esclavos vues-
tros por causa de Jesús. 0 Porque
Dios, que dijo : «Del seno de las ti-
nieblas fulgurará la luz», es quien
la hizo fulgurar en nuestros corazo-
nes, para que irradiásemos el cono-
cimiento de la gloria de Dios, que
reverbera en la faz de Cristo Jesús.
III. El proceder del Apóstol: sus
fines y sus móviles
El tesoro divino en vasos de barro.
' Mas tenemos este tesoro en va-
sos terrizos ,para que la sobre/pu-
janza de 'la fuerza se muestre ser de
Dios, que no de nosotros. 5 En to-
do atribulados, mas no reducidos al
último extremo ; perplejos, mas no
desconcertados ; 0 perseguidos, mas
no abandonados ; derribados, mas no
rematados ; 10 siempre llevando por
doquiera en nuestro cuerpo el esta-
do de muerte de Jesús, a fin de que
también la vida de Jesús se mani-
fieste en nuestro cuerpo. 11 Porque
siempre nosotros los que vivimos
somos entregados a la muerte por
causa de Jesús, a fin de que tam-
bién la vida de Jesús se manifieste
en nuestra carne mortal. 12 De suer-
te que la muerte obra en nosotros
y la vida en vosotros.
La fe de la resurrección, móvil de
los predicadores evangélicos. 4, 13-15
13 Mas teniendo nosotros el mismo
espíritu de la fe, según aquello que
está escrito : «Creí, y por esto ha-
blé», también nosotros creemos, \
por esto también hablamos ; 14 sa-
biendo que el que resucitó al Señor
Jesús, también a nosotros con Jesús
nos resucitará y pondrá a su lado
juntamente con vosotros. 15 Porque
todo es para bien de vosotros, a fin
de que la gracia, habiéndose acre-
centado, por boca de los más pro-
duzca más abundante el nacimiento
de gracias para la gloria de Dios.
Esperanza de gloria en las mansio-
}ies celestes. 4, 16-18 ; 5, 1-5
" Por lo cual no desfallecemos, an-
tes bien, aun cuando nuestro hom-
bre exterior se desmorone, empero,
nuestro hombre interior se renueva
día tras día. 11 Porque eso momen-
táneo, ligero, de nuestra tribulación
nos produce, con exceso incalcu-
lable siempre creciente, un eterno
caudal de gloria ; 18 y en esto no po-
nemos nosotros la mira en las cosas
A La imagen de la iluminación evangélica, antes esbozada, recibe aquí su perfeo
* ción. La gloria esplendorosa de Dios era inaccesible a los ojos mortales ; pero,
reverberando en' el rostro de Cristo, tuzóse accesible. Estos divinos fulgores los con-
centró el Señor en el corazón de los apóstoles, como en foco que irradiase aquella
luz soberana. || Imagen de Dios: Jesu-Cristo es imagen de Dios Padre, como Dios
y como hombre. Como Dios, es imagen adecuada ; como hombre, es imagen visi-
ble ; y estas dos propiedades, adecuación, visibilidad, hacen, que Jesu-Cristo sea la
única imagen perfecta de Dios.
iK-12 ei ministerio apostólico se declara con relación a la muerte de Cristo. Como
esta muerte es el principio de nuestra vida divina, aȒ los ministros del Evangelio
han de reproducir en sí la muerte de Cristo para reproducir en los hombres la
vida de Cristo.
13 Cita -San Pablo el salmo ir^, 1, según la versión Alejandrina, porque esta ver-
sión era la usada entre los judíos helenistas.
"Caudal (literalmente «peso») significa aquí el capital con sus intereses; esto
es, la gloria inmensa del cielo, que nos producen las tribulaciones de e>tn vida
— 394 —
5i-io
II CORINTIOS
5 11-16
que se ven, sino en las que no se
ven. Porque las que se ven son pa-
sajeras ; mas las que no se ven,
eternas.
C 1 Porque sabemos que si nuestra
" t asa terrena, en que vivimos co-
mo en tienda, se viniere abajo, edifi-
cio tenemos de Dios, casa no hecha
de manos, eterna, en los cielos. 2 Por-
que estando en ella gemimos, anhe-
lando sobrevestirnos de nuestra mo-
rada celeste, 3 con tal de que sea-
mos hallados vestidos, no desnudos.
' Porque los que estamos en esta
tienda gemimos agobiados, por cuan-
to no queremos ser despojados, sino
más bien sobrevestidos, a fin de que
eso mortal quede absorbido por la
vida. 5 Y quien nos dispuso para
esto mismo es Dios, el cual nos dió
las arras del Espíritu.
Gnsto, objeto de ansias ardientes
y de santo temor, 5, 6-10
' Confiados, pues, osadamente en
todo tiempo y sabiendo que mien-
tras estamos domiciliados en el cuer-
po andamos ausentes lejos del Se-
ñor, 7 — como quiera que por fe ca-
minamos, no por vista — , 8 confia-
mos, pues, y vemos con agrado más
Ijien ausentarnos lejos del cuerpo y
estar domiciliados cabe el Señor.
* Por lo cual tomamos como punto
de honra, ora sea estando domicilia-
dos, ora sea estando ausentes," ser
aceptos a El. 10 Porque todos nos-
otros hemos de aparecer de mani-
fiesto delante de Cristo, para que
reciba cada cual el pago de lo he-
cho viviendo en el cuerpo, en pro-
porción a lo que obró, ya sea bue-
no, ya sea malo.
La caridad, resorte del apostolado.
.s. "-15
11 Sabiendo, pues, lo que es el te-
mor del Señor, tratamos de since-
rarnos ante los hombres, que a Dios
patentes le estamos ; y espero que
también en vuestras conciencias es-
tamos patentes. 12 No es que de nue-
vo nos recomendemos a vosotros,
sino que os damos ocasión de glo-
riaros en nosotros, a fin de que ten-
gáis que responder a los que se glo-
rían en la faz y no en el corazón.
13 Porque si perdimos el tino, fué con
miras a Dios ; si nos moderamos, es
en atención a vosotros. ™ Porque el
amor de Crieto nos apremia, al pen-
sar esto : que uno murió por todos ;
luego todos murieron ; 15 y por todos
murió, para que los que viven no
vivan ya para sí mismos, sino para
aquel que por ellos murió y resucitó.
La nueva creación. 5, 16-17
16 De suerte que nosotros desde
ahora a nadie conocemos según lo
carne. Aun cuando hemos conocido
según la carne a Cristo, ahora, em-
K 1-1 Para los antiguos orientales, la ¡masen de una tienda de lona y 'a de un ves-
" tirio, que para ellos era una amplia árnica o una capa, no eran tan diferentes
como i>ura nosotros. Así no es tan extraño que La gloria se represente con la fusión
de las dos imágenes de la casa y del vestido. || Supone San Pablo que algunos de
los líeles de la última generación no morirán. Si no fuera así, no hablaría de la
posibilidad de ser sobrevestidos de la nueva vida sin ser antes despojados de este
cuerpo mortal.
• Presenta San Pablo el Espíritu Santo como principio de nuestra resurrección,
como lo fue de la de Cristo. Siendo el alma del cuerpo místico de Jesu-Cristo, como
determino la resurrección de la Cabeza, así determinará la resurrección de los
miembros.
Según el Apóstol, la muerte de Cristo tiene doble eficacia : mística y moral.
Mística, en cuanto, muriendo Cristo, morimos en El y con El todos los hombres ;
moral, en cuanto que, habiendo muerto Cristo por nosotros, nosotros en retorno
hemos de morir por El. || Resucitó por ellos: es uno de los puntos más interesan-
tes de la Teología de San Pablo la eficacia redentora de la resurrección de Cristo,
principalmente porque a ella estaba vinculada la efusión del Espíritu Santo, de la
cual depende ahora nuestra resurrección espiritual y después la resurrección corporal.
" No qukre decir San Pablo que antes hubiera conocido personalmente a Jesús,
sino que la idea que tenía del Mesías, la de la escuela rabínica, era según la carne.
— 395 —
5 17-6 2
H CORINTIOS
¡►ero, ya no lo conocemos así. 11 Por
manera que si uno está en Cristo,
es una nueva creación. Lo viejo pa-
só : mirad, se ha hecho nuevo.
La embajada de reconciliación.
5, 18-21
u Y todo procede de Dios, quien
nos reconcilió consigo por mediación
de Cristo, y a nosotros nos dió el
ministerio de la reconciliación ; " co-
mo que Dios en Cristo estaba recon-
ciliando el mundo consigo, no to-
mándoles a cuenta sus delitos, y
puso en nosotros el mensaje de la re-
conciliación. 80 En nombre, pues, de
Cristo somos embajadores, como que
os exhorta Dios por medio de nos-
otros. Os rogamos en nombre de
Cristo : Reconciliaos con Dios. -' Al
que no conoció pecado, por nosotros
le hizo pecado, a fin de que nos-
otros viniésemos a ser justicia de
Dios en El.
Azares apostólicos sostenidos por ta
caridad. 6, 1-10
z: 1 Secundando la obra de Dios, os
" exhortamos (por nuestra parte
que no hayáis recibido en vano la
gracia de Dios. 2 Porque dice :
En tiempo favorable te escuché
y en día de salud te socorrí.
Mirad, ahora es tiempo favorable ;
mirad, ahora es día de salud. 'Por
nuestra parte, nosotros trabajamos
no dando en nada ocasión alguna de
tropiezo, para que no sea mofado el
ministerio, * antes bien acreditándo-
nos en todo como ministros de Dios,
con mucha paciencia, en tribulacio-
nes, en necesidades, en apreturas,
5 en golpes, en prisiones, en moti-
nes, en fatigas, en noches sin dor-
mir, en días sin comer, "en pure-
za, en ciencia, en longanimidad, en
amabilidad, en Espíritu Santo, en
caridad sin fingimiento ; 7 con pala-
bra de verdad, con fuerza de Dios ;
manejando las armas de la justicia,
las de la diestra y las de la sinies-
tra ; * por gloria y por afrenta, por
crédito y por descrédito ; como se-
ductores, aunque veraces ; como des.
conocidos, aunque bien conocidos ;
9 como quienes se están muriendo, y
ya veis que vivimos ; como castiga-
dos, aunque no ajusticiados; 10 co-
mo contristados, aunque siempre re-
gocijados ; como pobres, pero que a
muchos enriquecen ; como quienes
nada tienen, aunque todo lo poseen.
IV. Conclusión de la apología
Amor con amor se paga. 6, 11-13
u Nuestro lenguaje ha sido con
vosotros abierto, corintios ; nuestro
corazón se ha dilatado ; 12 no estáis
apretados dentro de nosotros, sino
estáis apretados en vuestras entra-
os! uno 1^1
meramente jurí
una verdadera <
cuanto forma p¡
es una modalidad de ordeu
ablemeute superior, efecto á<
la recibe el hombre sino en
hombres, misericordiosa inu
toles.
'£í Señala San l*ablo aquí
dáridad y mística identific;
dores ; Jesu-Cristo, la pura
dos, pareció hundirle en es
tidad de Cristo fué más ih>
mató <-l pecado. Y su luSt
Dios, rede
nofundo d
5n : la soli-
ramos peca-
estros peca-
rinscca san-
sa muerte
JUSTICIA TIF.
6* Las DE LA diestra y las de la SINIESTRA : es lo mismo que ofensivas y defensivas.
San Pablo usa como términos equivalentes no sólo corazón y entrañas, sino
también nosotros : para indicar que en el corazón está concentrada toda la persona
moral y psicológica del hombre. Luego con inuchu razón adoramos en el Corazón
de Jesús toda su persona Añade San Pablo que tenia a todos los Corintios dentro
— 396 —
613—7 7
II CORINTIOS
6 13-7 12
ñas ; 13 recíprocamente, en pago, to-
mo a hijos hablo ; dilataos también
vosotros.
Santidad incontaminada.
6, 14-18 ; 7, 1
" No os juntéis bajo un mismo yu-
go con los infieles, que os son tan
desiguales. Pues ¿qué participación
entre la justicia y la iniquidad? ¿O
qué comunicación, de la luz con las
tinieblas ? 13 ¿ Y qué armonía de Cris,
qué comunicación de la luz con las
con el infiel ? " ¿ Y qué acuerdo en-
tre el templo de Dios y los ídolos ?
Sí que nosotros somos templo de
Dios vivo, según que dijo Dios :
Moraré entre ellos, y en medio de ellos andaré,
y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
" Por lo cual, salid de en medio de ellos
y apartaos, dice el Señor ;
y cosa impura no la toquéis,
v yo os acogeré ;
u y seré para vosotros Padre,
y vosotros seréis para mí hijos e hijas,
dice el Señor Todopoderoso.
•n 1 Teniendo, pues, estas /prome-
* sas, queridos míos, purifiquémo-
nos de toda suciedad Je carne y de
espíritu, realizando el ideal de san-
tidad en el temor de Dios.
Consolación sobre consolación. 7, 2-7
* Dadnos cabida en vuestro cora-
zón : a nadie hicimos agravio, a na-
die ocasionamos ruina, a nadie son-
sacamos nada. 3 No digo esto para
condenación ; que ya antes tengo
dicho que estáis en nuestros corazo-
nes para juntos morir y juntos vi-
vir. * Mucha es la confianza que uso
con vosotros ; henchido estoy de
consolación, estoy que reboso de go-
zo en medio de toda esta tribulación
nuestra. ' Porque, llegados nosotros
a Macedonia, no ha tenido ningún
reposo nuestra carne, antes en todo
atribulados : de fuera, luchas ; de
dentro, miedos. 6 Mas el que con-
suela a los humildes, Dios, nos con-
soló con la venida de Tito ; 7 ni sólo
con su venida, sino también con la
consolación con que él se consoló
por causa de vosotros..., refiriéndo-
nos vuestra añoranza, vuestro llan-
to, vuestro celo por mí, de suerte
que más me alegré.
Tristeza convertida en gozo, j, S-13
8 Porque si bien os contristé con
la carta, no me pesa ; y aun cuan-
do me pesaba, viendo que aquella
carta, si bien por breve tiempo, os
contristó, 9 ahora me gozo no de que
os contristasteis, sino de que os
contristasteis para penitencia ; por-
que os contristasteis según Dios, de
suerte que en nada recibieseis per-
juicio de parte nuestra. 10 Porque la
tristeza según Dios obra arrepenti-
miento para salud, en que no cabe
pesar ; mas la tristeza del mundo
engendra muerte. 11 Porque ved, eso
mismo de haberos contristado se-
gún Dios, ¡ cuánta solicitud obró en
vosotros! ; ni esto sólo, sino since-
ramiento, sino indignación, sino te-
mor, sino añoranza, sino celo, sino
vindicta. En todo os acreditasteis
estar exentos de culpa en este nego-
cio. 12 De manera que, si bien os es-
cribí, no fué por razón del que hizo
de su corazón. Mucho más dentro del Corazón de Jesús tiene ancha cabida toda la
humanidad.
ij ' .\iirma San Pablo que tiene a los Corintios tan adentro en su corazón, que de él
' y de ellos es una misma la muerte y una misma la vida. ¡Con cuánta más razón
se dirá esto de Jesu-Cristo y de su Corazón, cuya muerte es nuestra muerte y cuya
vida es nuestra vida !
— 397 —
7 13-8 7
II CORINTIOS
7 "-~8 "
el agravio ni por ra/ón del que lo
recibió, sino a fin de que se hiciese
patente vuestra solicitud, la que a
favor de nosotros existe entre vos-
otros en el acatamiento de Dios.
u Por esto nos hemos consolado.
Nueva consolación por el acogimien-
to hecho a Tito, 7, 14-16
Y sobre nuestra consolación exce
sivamente más nos gozamos por el
gozo de Tito, por cuanto su espíritu
ha quedado refocilado por parte de
todos vosotros. M Porque si de algo
me glorié con él respecto de vos-
otros, no quedé avergonzado, sino
que, así como en todo os hemos ha-
blado con verdad, así también Ico
encomios que de vosotros hicimos
delante de Tito resultaron verdad.
" Y su corazón se le va más y más
hacia vosotros al recordar la obe
diencia de todos vosotros, cómo con
temor y temblor le recibisteis. ,s Me
gozo de que en todo puedo contar
confiadamente con vosotros.
Segunda parte: Colecta a favor de los cristianos pobres
de Jerusalén
La liberalidad de los Tésalo nicen>
ses, motivo de emulación. 8, 1-15
8'Os hacemos saber, hermanos, la
gracia de Dios otorgada a las
Iglesias de Macedonia, ! porque en
ía gran tribulación con que han sido
acrisolados sobreabunda sn gozo, y
su pobreza desde su fondo se des-
bordó en las riquezas de su genero-
sidad. a Porque según su posibili-
dad, yo doy fe, y más allá de su
posibilidad, de su propia iniciativa,
' rogándonos con mucha instancia
la gracia de tomar parte en este so-
corro destinado a los santos, 6 die-
ron, y no según que habíamos es-
perado, sino que a sí mismos se die-
ron, primero al Señor y luego a nos-
otros por voluntad de Dios ; 6 así es
que recomendamos a Tito que, co-
mo antes la había iniciado, así tam-
bién lleve hasta el cabo entre vos-
otros esta misma obra de caridad.
7 Mas, como en todo os aventajáis,
en la fe, y en la palabra, v en la
ciencia, y en toda solicitud, y en
vuestro amor para con nosotros,
aventajaos también en esta obra de
caridad. 'No digo esto en son de
mando, sino que, valiéndome de la
solicitud de otros, pongo a prueba
también lo hidalgo de vuestra cari-
dad. "Que ya conocéis la gracia de
nuestro Señor Jesu-Cristo, por cuan-
to por vosotros, siendo rico, se em-
pobreció ; para que vosotros con su
pobreza os enriquecieseis. 10 Y en
esto os doy consejo, porque eso os
cumple a vosotros, como quienes no
sólo en el poner manos a la obra,
sino también en el querer, fuisteis
los primeros en tomar la iniciativa
desde el año anterior ; " y ahora la
misma ejecución llevadla al cabo ;
de suerte que, según fué la pronti-
tud del querer, así sea también el
llevarlo al cabo, conforme al propio
ttiaber. " Porque, como exista la
pronta voluntad, es bien acogida, en
razón de lo que uno tiene, no en ra-
zón de lo que no se tiene. 13 No que
haya de haber para otros holgura,
para vosotros estrechez, sino por
igual ; 14 que en la presente ocasión
vuestra sobra remedie la falta que
ellos tienen, para que, a su vez. su
O 1 Ks digno <]c consideración que en todo este pasaje no aparece ni una sola vez
& la palabra «dinero», ni siquiera «limosna» o «colecta», sustituidas por los términos
más espirituales de «bendición», «ministerio», «liturgia» y «gracia de Dios».
* Jesu-Crislo, que como Dios era infinitamente rico y como hombre era Señor de
todas las riquezas de la tierra, cuando vino a este mundo despojóse, en lo posible,
de las riquezas divinas y renunció completamente a las riquezas terrenales : doble
pobreza, a la cnal voluntariamente se sometió para comunicarnos sus riquezas celes-
tiales y para darnos ejemplo de generosidad
-39S-
S 15-9 2
II CORINTIOS
9 3-12
so'ora pueda remediar la falta que
vosotros tenéis, de donde resulte
igualdad, " según está escrito : «El
que mucho, no tuvo más, y el que
poco, no tuvo menos.»
Recomendación de Tito y de sus
compañeros. 8, 16-24
" Y gracias a Dios, que inspira en
el corazón de Tito la misma solici-
tud por vosotros, " ¡porque _ no sólo
recibió bien la recomendación, sino
que, teniendo él mayor solicitud, de
su propia voluntad partió para vos-
otros. IS Y enviamos con él al her-
mano cuyo renombre por la predi-
cación del Evangelio se extiende por
todas las Iglesias ; 19 y no sólo esto,
.-ino que fué además designado por
sufragio de las Iglesias compañero
de nuestro viaje en esta obra de ca-
ridad administrada por nosotros a
gloria del mismo Señor y en prue-
ba de nuestra prontitud de ánimo,
" evitando esto : que nadie nos pue-
da poner tacha con motivo de esta
importante suma que pasa por nues-
tras manos ; a porque atendemos a
hacer lo que es bueno no sólo a los
ojos del Señor, sino también a los
ojos de los hombres. " Y enviamos
con ellos a nuestro hermano, a quien
en muchas cosas y muchas veces
hemos hallado por experiencia ser
solícito, y ahora mucho más solíci-
to por la mucha confianza que tiene
en vosotros a Que si se trata de
Tito, compañero mío es y colabora-
dor para con vosotros ; y si de nues-
tros hermanos, delegados son de las
Iglesias, gloria de Cristo. "4 Haced
demostración ante ellos de vuestra
caridad y acreditad los encomios que
de vosotros hicimos a la faz de las
Iglesias.
Pundonor lastimado, o, 1-5
Q 1 Poique acerca de este ministerio
™ a favor de los santos, por demás
es que yo os escriba ; : porque conoz-
co vuestra prontitud de ánimo, por
razón de la cual me glorío de vos-
otros delante de los macedonios, que
la Acaya está apercibida desde el
año anterior, y vuestro celo estimu-
ló a la mayor parte. 8 Envié, empe-
ro, a los hermanos para que nues-
tro encomio acerca de vosotros no
resulte fallido en este punto, para
que, como decía, estéis apercibidos,
' no sea que, si vinieren conmigo
macedonios y os hallaren desaperci-
bidos, quedemos nosotros, para no
decir vosotros, avergonzados en este
asunto. 6 Juzgué, por tanto, necesa-
rio recomendar a los hermanos que
se fuesen por delante a vosotros v
de antemano preparasen esta lar-
gueza vuestra anteriormente prome-
tida, de suerte que esté a punto y
sea como una largueza y no como
una tacañería.
Frutos de la limosna. 9, 6-15
6 Esto digo : quien siembra mezqui-
namente, mezquinamente también
cosechará ; y quien siembra con lar-
guezas, con larguezas también cose-
chará. ' Cada uno, según^ que tiene
determinado en su corazón : no de
mala gana ni por fuerza, que «al
dador jovial ama Dios». 8 Y pode-
roso es Dios para acumular sobre
vosotros toda gracia, a fin de que,
teniendo en todas las cosas en todo
tiempo toda suficiencia, tengáis pa-
ra derramar en toda obra buena,
" según que está escrito :
Desparramó, dió a los pobres ;
su justicia subsiste eternamente.
10 Y el que suministra «la semilla
al que siembra y pan para comer»,
suministrará y multiplicará vuestra
sementera y acrecentará los frutos
de vuestra "justicia ; 11 ricos en todo
para toda largueza, la cual, pasando
por nuestras manos, produce naci-
miento de gracias a Dios. u Por-
que la prestación de este servicia
sagrado no sólo remedia colmada-
I mente las privaciones de los santos,
' El Kxoilo (10, 1S1 habla de los israelitas que recogían el mana, los cuales, re-
cogieran mucho 0 i>oco, todos por igual tenían suficiente. La igualdad que de eso
resultaba es para el Apóstol figura de la doble igualdad, material y espiritual, que
resalla de la limosna. Material, por cuanto lo que a los unos sobra pasa a reme-
diar la falta de los otros; espiritual, por cuanto las riquezas sobrenaturales de lo*
pobres socorridos se comunican a los ricos limosneros.
9 12-10 7
II CORINTIOS
9 »-10 14
sino también se desborda en múlti-
ples hacimientos de gracias a Dios ;
" por cuanto, vistos por experiencia
los quilates de esa obra de caridad,
glorifican a Dios a causa de la ¿su-
misión de la fe que profesáis al
Evangelio de Cristo, y por la lar-
gueza con que comunicáis lo vues-
tro a ellos y a todos ; " y correspon-
den con su oración por vosotros, co-
mo que os aman entrañablemente
por la sobrepujante gracia de Dios
sobre vosotros. ™ ¡ Gracias a Dios
por su inenarrable dádiva !
Tercera parte: Polémica del Apóstol contra
sus adversarios
I. Potestad apostólica de Pablo
Ruegos y amenazas, io, i-6
-| f\ ' Yo mismo, Pablo, os ruego por
Ay la mansedumbre y blandura de
Cristo ; yo, que en ¡presencia soy hu-
milde entre vosotros, pero qué au-
sente me atrevo con vosotros, 2 os
ruego, pues, que en presencia no
tenga yo que atreverme, con aque-
lla osadía con que pienso obrar re-
sueltamente, contra algunos que nos
consideran como hombres que ca-
minan según la carne. 3 Porque, si
bien caminamos en carne, no mili-
tamos según la carne ; * pues las ar-
mas de nuestra milicia no son car-
nales, sino poderosas por virtud de
Dios para allanamiento de fortale-
zas ; con ellas desbaratamos sofis-
mas 6 y toda altivez que se yergue
contra la ciencia de Dios, y escla-
vizamos toda inteligencia bajo la
obediencia de Cristo, 6 y estamos
dispuestos a vengar toda desobe-
diencia, una vez que fuere completa
vuestra obediencia.
Las amenazas pueden convertirse
en hechos, io, 7-11
: No miráis sino la sobrehaz. Si
alguno presume de sí ser de Cristo,
piense esto a su vez consigo mis-
mo : que como él es de Cristo, así
también nosotros. 8 Pues, aun cuan-
do me gloriare algo más todavía de
nuestra potestad, la cual dió el Se-
ñor para edificación y no para des-
trucción vuestra, no quedaré corri-
do. 8 Para que nadie se imagine co-
mo si quisiera yo intimidaros con
las cartas — 10 porque «Las cartas,
hay quien dice, son graves y fuer-
tes ; pero la presencia del cuerpo es
poca cosa, y la palabra no vale na-
da»— , u piense ese tal que cuales
somos con la palabra por cartas en
ausencia, tales seremos también en
presencia con la obra.
Su potestad no es una usurpación.
10, 12-18
a Porque no osamos equipararnos
o compararnos con algunos de aque-
llos que se recomiendan a sí mis-
mos ; mas ellos, al medirse a sí mis-
mos por sí mismos y compararse a
sí mismos consigo mismos, han per-
dido el juicio. 13 Nosotros, empero, no
nos gloriaremos traspasando la me-
dida, sino conforme a la medida del
límite — medida que Dios nos seña-
ló— , dentro de la cual cabía llega*
también hasta vosotros. 11 Porque no
traspasamos nuestros propios lími-
tes, cual si no llegáramos hasta vos-
otros, pues hasta vosotros también
9" La idea dominante es que los fieles de Jerusalén glorificarán a Dios por la
limosna de los Corintios. El motivo de la glorificación es doble : la fe de los Co-
rintios y su generosidad.
10 3-3 No es Io n,ismo «caminar en carne« que ceaminar según la carne». «En car-
ne» quiere decir vivir la vida natural ; •según la carne», vivir una vida natu-
ralista.
u-10 Es singularmente oscuro este pasaje, por razón del estilo, y por la aplica-
ción minuciosa de una imagen tomada de la agrimensura. El pensamiento es éste :
— 400 —
10 15-11*
II CORINTIOS
11 5-1*
arribamos en la predicación del
Evangelio de Cristo ; 15 no traspa-
sando la medida al gloriarnos en
ajenos trabajos, antes abrigando la
esperanza de que, como se acrecien-
te vuestra fe, seremos engrandeci-
dos entre vosotros, siempre confor-
me a nuestra norma, rebasando los
límites actuales ; 16 esperanza de lle-
var el Evangelio más allá de vos-
otros, que no será gloriarnos dentro
de territorio ajeno, entrando en cam-
pos ya labrados. 17 «El que se glo-
ría, gloríese en el Señor» ; ls que no
el que a sí mismo se recomienda,
ése queda abonado, sino aquel a
quien el Señor recomienda.
II. Superioridad de Pablo sobre
sus adversarios
Excusas previas, n, i-6
-i "i 1 ¡Ojalá me sufrierais un po-
quillo de desatino! Pero, ¡ea!,
sufridme. ' Porque celoso estoy de
vosotros con celos de Dios, pues os
desposé con un solo varón, para pre-
sentaros como casta virgen a Cristo.
3 Pero me temo no sea que, como la
serpiente sedujo a Eva con su astu-
cia, sean estragadas vuestras inteli-
gencias, perdida la lealtad y santi-
dad que debéis a Cristo. 1 Porque si
ése que viene predica otro Jesús que
nosotros no hayamos predicado, o
recibís un espíritu diferente que no
hayáis recibido, o un Evangelio di-
ferente que no hayáis abrazado,
bien hacéis en sufrirlo. 0 Pues pien-
so que en nada les voy en zaga a
esos supereminentes apóstoles. 0 Que
si bien inculto en la palabra, mas no
en la ciencia ; pero... bastante nos
hemos dado a conocer a vosotros de
todas maneras y en todas las cosas.
Desinterés del Apóstol. li, 7-15
7 ¿ O es que cometí pecado reba-
jándome a mí mismo para que vos-
otros fuerais enaltecidos, por haber
de balde anunciado el Evangelio de
Dios ? 8 A otras Iglesias despoje, re-
cibiendo socorros para vuestro ser-
vicio, y hallándome entre vosotros
y reducido a la necesidad, a nadie
fui gravoso ; 0 porque mi necesidad la
remediaron cumplidamente los her-
manos venidos de Macedón ia, y en
todo me conservé, y me conservaré,
sin seros cargoso. 10 Por la verdad
de Cristo, que está en mí, os asegu-
ro que esta gloria no se me truncará
por impedimento alguno en las re-
giones de Acaya. 11 ¿Por qué? ¿Por-
qué no os amo? Dios bien lo sabe.
u Mas lo que hago lo seguiré hacien-
do, para cortar de raíz todo pre-
texto a los que buscan pretextos,
con el objeto de aparecer iguales a
nosotros en aquello de que blaso-
nan. 13 Porque esos tales son pseu-
doapóstoles, obreros tramposos, que
se transfiguran en apóstoles de Cris-
to. M Y no es maravilla, ya que el
mismo Satanás se transfigura en án-
el apostolado se puede comparar a un campo aparcelado, que el amo ha distribuido
a diversos trabajadores, para que cada uno cultive una determinada porción de
terreno, dentro de cuyos términos debe mantenerse. Los adversarios de Pablo le
acusaban de extralimitarse traspasando los límites a él señalados. Rechaza él esta
acusación, afirmando que no se sale del terreno que Dios le había marcado. Y ase-
gura que no sólo los territorios de los Corintios le corresponden, sino además otras
regiones más allá, a las cuales tiene él intención de extender su apostolado.
-1 -J 1 Alabarse a si mismo Miele ser indicio de poco seso. San Pablo, forzado a ala-
■L-L barse por la frialdad de los Corintios en defenderle, dice irónicamente que se ve
precisado a mostrar poco seso.
» Celos de Dios : Dios, como esposo que es de la Iglesia, tiene celos de su es-
nosa ; San Pablo, intermediario entre el esposo v la esposa, participa de los celos
de Dios. || Un SOLO varón: en todo el Antiguo Testamento, el esposo único de Is-
rael es el Señor. En el Nuevo estos desposorios no sólo duran, sino que toman
mas realce. La esposa, que es el Israel de Dios, la Iglesia, no podía ser entregada
por Dios a otro esposo. Ahora bien, este esposo en el Nuevo Testamento es siemprr
/esu-Cristo : señal manifiesta que Jesu-Cristo es el mismo Dios.
* Supereminentes apóstoles : esta expresión tiene sus ribetes de ironía, la cual
tío recae, sin embargo, sobre estos supereminentes apóstoles, sino sobre los misinos
adversarios de San Pablo, que abusaban de ella para deprimirle a él.
— 401 —
11 15-25
II CORINTIOS
1J 26-12 3
gel de luz. 10 No es mucho, pues,
que también sus ministros 6e trans.
liguren cual ministros de la justi-
cia, cuyo remate será conforme a
sus obras.
Nuevas excusas, n, 16-21
" Otra vez lo diré : que nadie me
tome por hombre sin juicio ; pero
S1 no, aunque sea como a hombre
sin juicio, atendedme, para que tam-
bién yo pueda jactarme un poquillo.
17 Lo que yo hable, no lo hablo se-
gún el Señor, sino como perdido el
juicio en este punto de la jactancia.
IS Pues que muchos se glorían se-
gún la carne, también yo me gloria-
ré. " Porque con gusto soportáis a
los necios, por lo mismo que sois
cuerdos. Porque soportáis si uno
OS esclaviza, si uno os devora la ha-
cienda, si uno os defrauda, si uno
se engríe, si uno os hiere en el ros-
tro. 21 Para sonrojo lo digo : como
que nosotros hemos sido apocados.
En lo que alguien se atreva, desati-
nando lo digo, me atrevo también yo.
Osadías y tribulaciones, n, 22-33
22 ¿ Hebreos son ? También yo. ¿ Is-
raelitas son? También yo. ¿Lina-
je son de Abrahán ? También yo.
** ¿Ministros de Cristo son? (Deli-
rando hablo.) Más yo : en trabajos,
más ; en cárceles, más ; en golpes,
mucho más ; en peligros de muerte,
muchas veces. 24 Cinco veces recibí
de los judíos cuarenta golpes me-
nos uno ; 25 tres veces fui apaleado,
una vez apedreado, tres veces nau-
fragué, un día y una noche pasé ho-
bre el abismo del mar ; M caminos
hechos a pie, muchas veces ; peli-
gros de ríos, peligros de salteado-
res, peligros de los de mi raza, pe-
ligros de los gentiles, peligros en la
ciudad, peligros en despoblado, pe-
ligros en el mar, peligros entre fal-
sos hermanos ; * en trabajo y fati-
ga, en noches sin dormir, muchas
veces ; en hambre y sed, en días
sin comer, muchas veces ; en frío y
sin abrigo ; 28 fuera de otras cosas,
las atenciones de cada día que rne
asaltan, la ansiosa solicitud por to-
das las Iglesias. 20 ¿ Quién desfalle-
ce, que yo no desfallezca ? ¿ Quién
padece escándalo, que yo no me
abrase ? 30 Si es fuerza gloriarse, en
lo que es de mi flaqueza me gloria-
ré. " El Dios y Padre del Señor Je-
sús, que es digno de bendición por
todos los siglos, sabe que no mien-
to. 32 En Damasco, el jefe regional
puesto por el rey Aretas tenía dis-
tribuidas guardias en la ciudad de
los damascenos con el objeto de
prenderme, 33 y por una ventanilla
fui descolgado muro abajo en una
espuerta, y escapé de sus manos.
¡iones divinos y flaquezas humanas.
12, 1-10
t o 1 ¿ Fuerza es gloriarse ? — cosa, a
la verdad, no conveniente — ;
vendré a las visiones y revelaciones
del Señor. "Sé de un hombre en Cris-
to que catorce años atrás — si en el
cuerpo, no lo sé ; si fuera del cuerpo,
no lo sé : Dios lo sabe — fué arrebata-
do este tal hasta el tercer cielo. 3 Y sé
del tal hombre— si en el cuerpo o si
a~'" IX' muchos de estos trabajos y tribulaciones no nos queda mas noticia que
*° Insinúa aquí San rabio el pensamiento que después desarrolla : que la intima
omvuvión <le la propia debilidad es la mejor disposición del hombre para la acción
de Dius. Asi puede decir San Pablo que nunca es más fuerte que cuando se siente
-JO - CATORCE años airas : parece que este rapto tuvo luyar hacia el iño 44, cuando
Pablo, en c-ompañía de Bernabé, llevó a Jerusalén la limosna enviada i>or los
fieles de Antioquía. ¡| Arrebatado : este rapto es el que Santa Teresa llama «vuelo de]
espíritu», descrito en las Sextas moradas, capítulo 5. || Tercer tino : muchos rabinos
distinguían tres cielos : el atmosférico o del aire, el astral o del éter, el espiritual
o el empíreo.
3-1 Parece que San Pablo habla de la misma visión de que se traía en el versículo
precedente. En esta suposición, paraíso y «tercer cieloi son una misma cosa.
— 402 —
12
II CORINTIOS
12 15-13
separadamente del cuerpo, no lo sé :
Dios lo sabe — 1 que fué arrebatado
al paraíso, y oyó palabras inefables
que no es concedido al hombre ha-
blar. 5 Por lo que toca a este tal,
me gloriaré ; mas por lo que toca a
mi mismo, no me gloriaré sino en
las flaquezas. 0 Porque si quisiere
-loriarme, no seré necio, pues que
diré verdad ; pero me abstengo, no
sea que alguien forme de mí un jui-
cio superior a lo que ve en mí u
oye de mi boca. 7 Y a causa de la
sublimidad de las revelaciones, por
esto, para que no me levante sobre
mí, se me dió una espina en mi car-
ne, emisario de Satanás, para que
me apuñee, a fin de que no me le-
vante sobre mí. * Sobre esto tres ve-
ces rogué al Señor que se alejase de
mí. • Y me ha dicho : «Te basta mi
gracia, porque la fuerza culmina en
ía flaqueza.» Con sumo gusto, pues,
me gloriaré más bien en mis flaque-
zas, para que fije en mí su morada
la fuerza de Cristo. 30 Por lo cual
me agrado en las flaquezas, en las
afrentas, en las necesidades, en las
jiersecuciones, en los aprietos, por
el nombre de Cristo. Porque cuando
flaqueo, entonces soy* fuerte.
Las señales de su apostolado, uni-
das a su amor y desinterés. 12, n-18
" He estado desatinado : vosotros
me forzasteis. Que yo debía ser por
vosotros recomendado. Porque en
nada les fui en zaga a esos super-
eminentes apóstoles, si bien nada
soy. Las señales del apóstol se ve-
rificaron entre vosotros con una
constancia a toda prueba, con seña-
les y portentos y milagros. 13 Pues
l qué cosa hay en que fuisteis infe-
riores respecto de las demás Igle-
sias, como no sea que yo personal-
mente no os he sido cargoso ? Per-
donadme este agravio. 14 Mirad : por
tercera vez estoy ahora a punto pa-
ra ir a vosotros, y no os seré cargo-
so ; que no busco lo vuestro, sino a
vosotros. Porque no deben los hijos
atesorar para los padres, sino los
padres para los hijos. 15 Y vo con
sumo gusto gastaré y me desgasta-
ré a mí mismo en bien de vuestras
almas ; aunque... amándoos yo más
a vosotros, soy menos amado. 18 Sea,
pues ; yo no os fui gravoso ; mas,
astuto como soy, con dolo os cogí.
17 ¿ Acaso valiéndome de alguno de
los que os he enviado os sonsaqué ?
18 Rogué a Tito, y con éi mandé al
hermano. ¿ Qué ? ¿ Os sonsacó algo
Tito ? ¿ Por ventura no procedimo;
con un mismo Espíritu ? ¿ No por
las mismas pisadas ?
Temores del Apóstol. 12, 10-21
19 Hace rato estaréis pensando que
hacemos nuestra apología delante
de vosotros. Hablamos en presencia
de Dios en Cristo, y todo, queridos,
por vuestra edificación. '-"Porque me
temo no sea que,, en llegando, os
halle a vosotros no cuales quiero,
y vosotros me halléis a mí cual no
queréis ; no sea que halle contien-
da, emulación, enojos, riñas, male-
dicencias, chismerías, engreimien-
tos, alborotos ; a no sea que, en lle-
gando otra vez, me humille mi Dios
ante vosotros y tenga yo que llorar
a muchos de los que habían antes
pecado y no hicieron penitencia de
la impureza y fornicación y disolu-
ción a que se entregaron.
Amenazas de severidad. 13, 1-6
i 9 1 Por tercera vez ahora voy a
vosotros: «Sobre la declaración
de dos o de tres testigos se resolverá
en firme todo asunto.» 'A He dicho an-
• San Pablo distingue en sí mismo dos hombres : el hombre en cuanto recibe
de fuero los dones espirituales y el hombre en cuanto de si mismo no tiene otra
cosa que flaquezas. No hay que confundir esta distinción, puramente moral, con la
doble personalidad de la psicología experimental moferna.
* Espina en mi carne : no significa, cerno dicer. muchos escritores ascéticos, los
estímulos de la concupiscencia. Probablemente se trata de alguna enfermedad, que
él creía serle obstáculo para su apostolado. Jinchos piensan que era una oftalmía
purulenta. Llámala emisario de Satanás, en cuanto el mal espíritu se aprovecha
rte las miserias humanas para hacernos caer en el pesimismo.
— 403 —
13 3-12
II CORINTIOS
1S 7-14
les y digo de antemano — como pre-
sente la segunda vez, también aho-
ra ausente — a los que habían antes
pecado y a todos los demás que si
voy otra vez no guardaré miramien-
tos ; 3 ya que buscáis una compro-
bación de ser Cristo quien habla en
mí, el cual no es débil en orden a
vosotros, sino poderoso en vosotros.
' A la verdad, fué crucificado a cau-
sa de la flaqueza, mas vive en vir-
tud del poder de Dios. A la verdad,
nosotros somos flacos en El, mas
viviremos con El en virtud del po-
der de Dios para con vosotros. 5 Ha-
ced experiencia de vosotros mismos
si estáis en la fe, contrastaos a vos-
otros mismos. ¿O no reconocéis en
vosotros mismos que Cristo Jesús
está en vosotros ? A no ser que es-
téis descalificados. 6 Y espero que
conoceréis que nosotros no somos
descalificados.
La blandura es preferible a la
severidad. 13, 7-1 1
' Y rogamos a Dios que no hagáis
vosotros mal alguno, no para que
nosotros aparezcamos calificados, si-
no que vosotros obréis el bien v
nosotros seamos, si se quiere, des-
calificados. 8 Porque no pódeme» na-
da contra la verdad, sino a favor
de la verdad. 9 Porque nos gozamos
cuando nosotros somos flacos ; vos-
otros, empero, fuertes. 10 Esto mis-
mo pedimos a Dios : vuestra cabal
perfección. 11 Por eso estas cosas es-
cribo en ausencia, a fin de que en
presencia no tenga que usar de se-
veridad, según la potestad que me
dió el Señor, para edificación y no
para destrucción.
Conclusión
Ultimas recomendaciones y saludos.
n Por lo demás, hermanos, gózaos,
trabajad en vuestra perfección, con-
solaos, tened un mismo sentir, con-
servad la paz, y el Dios de la cari-
dad y de la paz estará con vosotros.
13 Saludaos los unos a los otros con
el ósculo santo. Os saludan a vos-
otros todos los santos.
" La gracia del Señor Jesu-Cristo,
y la caridad de Dios, y la comuni-
cación del Espíritu Santo sean ion
todos vosotros.
-I O San Pablo, como ministro de Cristo, se compara al mismo Cristo; porque asi
-LO como Cristo fué crucificado por la flaqueza humana, pero, una vez resucitado,
vive por la fuerza de Dios, así también su ministro en medio de sus flaquezas posee
la fuerza de Cristo.
M Contrastaos : metáfora tomada del «contraste» que se hace de los metales.
Quiere decir que, si hacen ellos la prueba de sí mismos, espera que hallarán ser
cristianos de «buena ley» ; como, inversamente, no le hallarán a él apóstol de
mala ley.
6 No dice San Pablo que no «quiere», sino que no «puede» nada contra la verdad.
Es el «Non possumus» tantas veces repetido por la Santa Sede. A este «Non possu-
mus» del Papa respondió Enrique VIII de Inglaterra con la rebelión de que nació
la Iglesia anglicana.
13 Son estas palabras un luminoso resumen de la doctrina revelada sobre la unidad
y Trinidad de Dios. Coloca San Pablo en una misma linca a Jesu-Cristo y al Espíritu
Ssnto con Dios Padre, y presenta a los tres por igual como principio de la gracia.
Esta igualdad lleva consigo la unidad de la divina esencia y la distinción de las
personas. La distinción entre la persona de Dios Padre y la de Jesu-Cristo es evidente.
I.a persona del Espíritu Santo no podría ser la tercera de la misma serie si no fuera
distinta de la primera y de la segunda. Es digna de consideración la parte que,
por apropiación, atribuye a cada una de las divinas personas en la obra de nuestra
salud : a Dios Padre apropia la caridad, primer origen de la reparación humana ; a
Jesu-Cristo, la gracia, síntesis de toda la economía sobrenatural ; al Espíritu Santo,
la comunicación, última ejecución de la salud.
— 404 —
I N TRODUCCI O N
A LA EPISTOLA A LOS CALATAS
os GAlatas. — Hacia el año 2S0 antes de la era cristiana, varias tribus
celtas, procedentes de la Galia, invadieron la Iliria, la Grecia y la
Tracia, y pasando el Helcsponto — los Dardanelos — se establecieron
en el Asia Menor, ocupando parte de la Frigia, la Capadocia y ¡a Paf'.a-
gonia, que de ellos tomó el nombre de Galacia. Dos siglos jnás tarde, su
jete, Deyótaro, conocido por la oración de Cicerón, obtuvo de Pompeyo,
ccm^el título de rey, el dominio de nuevas regiones. Atilintas, sucesor
de Deyótaro, recibió de Augusto la Pisidia, la Licaonia y la Pan filia,
situadas al sur de la primitiva Galacia. A la muerte de A minias, el
23 antes de Cristo, el dilatado reino de Galacia quedó reducido a provin-
cia rom-ana, dependiente del emperador y gobernada en su nombre por
un legado proprctor, que residía en Ancira. Dos sentidos, pu-cs, tenía la
denominación de Galacia: uno etnológico, que comprendía la Galacia
primitiva, al norte, y otro político-administrativo, que se extendía además
a las regiones meridionales. Se pregunta, pues: ¿quiénes eran los desti-
natarios de la Epístola a los Gálatas? ¿Los habitantes de la primitiva
Galacia septentrional o bien los de las regiones meridionales, sobre todo
de Pisidia, Licaonia y Panfilia, comprendidas en la provincia romana de
Galacia ?
Mucho se lia discutido sobre este problema; hoy día la mayoría de los
críticos se inclinan a la hipótesis de la Galacia septentrional. Y con ra-
zón, a lo que parece. Primeramente, los nombres de Galacia y Gálatas,
tanto en el uso oficial como en el lenguaje ordinario, se aplicaban ex-
clusivamente a la región septentrional y a sus habitantes. En segundo
lugar, lo que escribe el mismo Apóstol en la Epístola (4, /j): «Ya sabéis
que a causa de ¡a debilidad o enfermedad de la carne os anuncié el ¡Evan-
gelio la primera vez»; no puede aplicarse a las cuatro ciudades de la
región meridional, que él evangelizó no por una ocasión imprevista, sino
muy de propósito y conforme a un plan preconcebido. Por lo demás, la
solución de este problema no afecta grandemente a la interpretación,
principalmente doctrinal, de la Epístola, con tal que se admita que la
Iglesia de Galacia estaba integrada en su casi totalidad por gentiles o
prosélitos.
Los adversarios oe Pablo. — Un fenómeno extraño dió mucho que pen-
sar y que padecer al Apóstol. Mientras los gentiles y aun los judíos
piosélitos recibían el Evangelio, por el contrario, los judíos de raza, no
contentos con rechazarle, perseguían encarnizadamente a su celoso pre-
— 405 —
CALATAS
dicador. Esta constitución de las Iglesias de (¡alacia, formadas casi ex-
clusivamente de gentiles y prosélitos, en una palabra, de incircuncisos,
levantó contra Pablo otros adversarios más temibles que los mismos ju-
díos rebeldes.
¿Quiénes eran? ¿Cuántos? ¿De dónde venían ? Una sola cosa sabemos,
y es que eran cristianos judíos, y más judíos que cristianos. Al ver que
Pablo admitía a los gentiles en la Iglesia sin obligarles a la circuncisión
ni negarles una sola de las prerrogativas de los cristianos judíos, com-
prendieron, y con razón, que la conducta del Apóstol era la negación
práctica de los privilegios de Israel, era la destrucción misma de la ley.
Su celo farisaico se convirtió en furor contra Pablo. ¿Cómo lo conse-
guirían ?
La Epístola a los Gálatas nos ha conservado los manejos a que ape-
laron los adversarios del Apóstol para arruinar su obra. A través de la
briosa refutación de Pablo se oyen todavía las calumnias, las insinua-
ciones maliciosas, los razonamientos envenenados de aquellos judaizan
tes. Verdaderamente, su arte era diabólico. Ante todo, atacaban la auto-
ridad apostólica de Pablo. «¿Quién era esc intruso sin vocación divina,
que nanea había visto ni oído al Señor, para oponerse a los Doce, a los
A póstales, que habían recibido directamente del Señor la enseñanza v la
misión? ¿Quién era ese perseguidor de ayer para oponerse a las colum-
nas de la Iglesia, a Pedro, a Juan, a Santiago ?» Minada así su autoridad
de apóstol, atacaban abiertamente su doctrina. «Pues su Evangelio, lo
que él llama su Evangelio, es una impiedad. Contra la ley de Dios,
contra las promesas y alianzas divinas, contra todo el Testamento Anti-
guo, se atreve a blasfemar este apóstata. El Evangelio que niega la ley
no es Evangelio.» Y na contentos con atacar en su principio mismo el
Evangelio de Pablo, sacaban de él las más desaforadas consecuencias.
«Lo peor es — añadían — que su enseñanza es inmoral y escandalosa . Sin
ley que oponga una barrera a los perversos instintos del hombre, ¿ qué
resta sino una libertad desenfrenada, que se lance sin obstáculos a los
mayores crímenes? Sin ley que lo condene, el pecado queda justificado.»
La Epístola. — La oposición daba alientos a San Pablo. A los cargos
que le achacaban sus adversarios respondió con una caria admirable . cu
que reveló todo el temple de su espíritu, toda la fogosidad de su alma,
toda la ternura de <u corazón, toda la alteza de sus pensamientos. Sin
descender a mezquindades personales, indignas de su noble cárdela,
concreta su apología a tres puntos principales. Primeramente defiende
su, autoridad apostólica y el origen divino de su Evangelio. En segundo
lugar demuestra la tesis fundamental de su Evangelio, esto es, la justifi-
cación por la fe viva en Cristo, independientemente de la ley mosaica.
Por fin. hace ver que su Evangelio, lejos de dar libertad a la carne, la
condena y refrena con dos principios poderosos y altísimos de santidad :
la caridad y el Espíritu.
De ahí tres partes en la Epístola: i) apologética ; 1-2; 2) dogmáti-
ca ■ 3'4'> 3) moral: 5-6.
— 406 —
1 1-11
GÁIATAS
1 7-13
EPISTOLA A LOS GALATAS
Salutación epistolar, i, 1-5
-i 1 Pablo, apóstol, no de parte de
» hombres ni por mediación de
ningún hombre, sino por Jesu-Cristo
y por Dios Padre, que le resucitó de
entre los muertos, ' y todos los her-
manos que están conmigo :
A las Iglesias de Galacia.
3 Gracia a vosotros y paz de par-
te de Dios Padre y del Señor nues-
tro Jesu-Cristo, 4 quien, según la vo-
luntad de Dios y Padre nuestro, se
entregó a sí mismo por nuestros pe-
cados, a fin de arrancarnos de este
presente siglo perverso. ¿ A Dios la
gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
Exordio ex abrupto. 1, 6-10
'■ Me maravillo de que tan de re-
líente os paséis del que os llamó
por la gracia de Cristo a un Evan-
gelio diferente; :que... no es otro
Evangelio, sino que hay algunos que
os alborotan y pretenden desquiciar
el Evangelio de Cristo. 5 Pero, aun
cuando nosotros o un ángel bajado
del cielo os anuncie un Evangelio
fuera del que os hemos anunciado,
sea anatema. ' Como antes lo tene-
mos dicho, ahora también lo digo
de nuevo : si alguno os anuncia un
Evangelio diferente del que recibis-
teis, sea anatema.
1U Pues ahora, ¿trato de concillar-
me el favor de los hombres ? ¿O
más bien de Dios? ¿O busco com-
placer a hombres ? Si todavía trata-
se de complacer a hombres., no se-
ría siervo de Cristo.
I. El Evangelio de Pablo es el Evangelio de Jesu-Cristo
Evangelio divino. 1, 11-24 I 110 es conforme al gusto de los hom-
I bres ; 12 pues yo no lo recibí ni lo
" Porque os hago saber, hermanos, aprendí de hombre alguno, sino por
que el Evangelio predicado por mí 1 revelación de Jesu-Cristo. " Porque
-| w Insinúa San Pablo los tres cargos que le oponían los judaizantes y que de-
™ terminan las tres partes en que se divide la Epístola. Atacaban la legitimidad de
mi misión apostólica, la verdad de su Evangelio, la moralidad de su enseñanza. A la
primera acusación responde que su misión apostólica no se deriva de ningún hom-
bre, sino de Dios Padre y de Jesu-Cristo. A la segunda contesta proponiendo la sín-
tesis de su Evangelio: la muerte redentora y la resurrección de Jesu-Cristo, que,
|X>r voluntad de Dios Padre, es el instrumento de nuestra justificación. A la tercera
• pon< que este Evangelio, lejos de inducirnos a la libertad de la carne, nos arranca
dé este siglo perverso y de todas sus concupiscencias.
*■* Establece el Apóstol como norma de toda enseñanza ulterior su predicación
01 al. Consta, pues, por la misma Escritura la legitimidad de la tradición oral.
10 Como si dijese: ¿Qué os parece? ¿Este lenguaje mío es de uno que desea con-
graciarse con los hombres, como andan diciendo mis adversarios?
El contraste tantas veces repetido entre los hombres y Jesu-Cristo es uno de
los muchos indicios que, además de los testimonios más solemnes, delatan a cada
paso el pensamiento del Apóstol sobre la divinidad de Jesu-Cristo.
— 407 —
1 14-24
CALATAS
habréis oído mi vida un tiempo en
el judaismo : con cuánto exceso per-
seguía yo la Iglesia de Dios y la
asolaba ; M y me aventajaba en el
judaismo sobre muchos de mi edad
en mi linaje, siendo excesivamente
celador de las tradiciones de mis
padres.
a Mas cuando plugo a Dios, que
me reservó para sí desde el seno de
mi madre y me llamó por su gra-
cia, "revelar en mí a su Hijo, para
que le predicase entre los gentiles,
17 desde luego no me aconsejé de
hombre mortal ni subí a Jerusalén
para ver a los que me precedieron
en el apostolado, sino que me retiré
a la Arabia, desde donde volví otra
vez a Damasco.
IS Luego, pasados tres años, subí
a Jerusalén para ver y hablar a Ce-
fas, con quien permanecí quince
días. 18 A otro de los demás apósto-
les no vi, a no ser a Santiago, el
hermano del Señor. 20 Y lo que os
escribo, os certifico delante de Dios
que no miento.
a Después fui a las regiones de
Siria y de Cilicia. 83 Y era yo perso-
nalmente desconocido de las Iglesias
de Judea, congregadas en Cristo.
■ Solamente oían decir que «el que
nos perseguía en otro tiempo, aho-
ra predica la fe que antes destruía».
* Y glorificaban a Dios en mí.
En el concilio de Jerusalén. 2, 1-10
n ' Después, transcurridos catorce
^ años, subí de nuevo a Jerusalén
en compañía de Rernabé, llevando
también a Tito. ■'Subí conforme a
una revelación. Y les expuse el Evan-
gelio que predico entre los gentiles,
y en particular a los que figuraban,
para que me dijesen si yo corría o
había corrido en vano. 3 Mas ni si-
quiera Tito, mi compañero, con ser
gentil, fué forzado a circuncidarse.
' Por más que, a causa de los falsos
hermanos intrusos, que solapada-
mente se habían introducido para
espiar miestra liljertad, que tenemos
en Cristo Jesús, con el intento de
esclavizarnos... " A los cuales ni por
un instante cedimos dejándonos sub-
yugar, a fin de que la verdad del
Evangelio se sostenga en orden a
6 Mas de parte de los que repre-
sentaban algo... — cuál fuera al fin
su situación, a mí nada me interesa;
no es Dios con el hombre aceptador
de personas — , ' pues los que figu-
raban nada me impusieron ; antes al
contrario, viendo que me ha sido
confiado el Evangelio de la incir-
cuncisión, como a Pedro el de la
circuncisión, s — pues el que infundió
fuer/a a Pedro para el apostolado
Ver v hablar : es decir, visitar y t-ntrevistar.sc- con Pedro. Este interés d< ver
sólo a Pedro revela la posición eminente del Príncipe de !os Apóstoles ; tanto más,
rpie de los demás apóstoles no tenía intención de ver a ninguno ; y si se encontró
con Santiago, sólo fué incidentalnientc.
23 Predica la fe : poco antes (1, 16) ha dicho «predicar a Jesu-Cristo». La equiva-
lencia objetiva de ambas expresiones muestra que Jesu-Cristo es el objeto central
de la fe.
O 1-2 La ocasión de subir a Jerusalén se refiere en los Hechos (15, 1-:?). A la ocasión
~* exterior se añadió una revelación de Dios. La reunión a que dió lugar esta contro-
versia suele denominarse concilio de Jerusalén.
3 A los que figuraban : son Pedro, Santiago el Menor y Juan. Emplea San r.iblo
una frase inventada por sus adversarios. Este procedimiento característico nos hace
comprender qué sentido hay que dar a la ironía : que recae no sobre los apóstoles,
sino sobre los mismos adversarios, que se valían de esa expresión con el intento de
rebajar a San Pablo.
* Tenemos aquí un anacoluto, una prótesis sin apódosis. Pero si la gramática no
conserva toda su regularidad, la lógica, en cambio, nunca la pierde en San Pablo.
Kl versículo siguiente nos da, bajo una forma gramatical independiente, la apódosis
lógica de la frase.
6 La partícula adversativa «mas» con que comienza el período se convierte des-
pués del paréntesis en la causal tPUES». Es que mientras tanto, perdido el hilo de
lo que iba diciendo, viénele a la mente la tesis fundamental de la verdad de su
Evangelio, en orden a la cual aquello mismo que quería decir sírvele de confirmación.
1 Esta distribución entre los judíos y los gentiles, entre San Pedro y San Pablo,
no se refiere a la suprema autoridad, cual si estuviera repartida entre ambos, sino
Eeñala el cami» de operación en que preferentemente han de desplegar su actividad
evangélica.
Este pasaje nos ofrece una prueba del primado de San Pedro sobre toda la Igle-
sia. En primer lugar, se deduce este primado por lo que toca a los judíos ; pues
— 408 —
2913
GALATAS
2
de la circuncisión, me la infundió
también a mí para el de los genti-
les— , 9 y reconociendo la gracia que
me ha sido dada, Santiago, Cefas y
Juan, los que eran considerados co-
mo columnas, nos dieron las dies-
tras en prenda de comunión a mí y
a Bernabé, de suerte que nosotros
nos dirigiésemos a los gentiles y
ellos a la circuncisión ; 10 solamente
que nos acordásemos de los pobres,
lo cual por mi parte me esmeré en
hacerlo.
El incidente de Ant ioquía.
" Mas cuando vino Cefas a Antio-
quía, abiertamente me le opuse, por-
que era culpable. u Pues antes que
viniesen ciertos hombres de parte
de Santiago, comía con los genti-
les ; mas cuando vinieron, se retraía
y recataba de ellos, temiendo a los
de la circuncisión. 13 Y le imitaron
en esta simulación también los de-
más judíos, tanto que el mismo Ber-
nabé se vió arrastrado por esta si-
mulación. M Mas cuando yo vi que
no andaban a las derechas confor-
me a la verdad del Evangelio, dije
a Cefas en presencia de todos :
El discurso de Pablo.
Si tú, judío como eres, vives a lo
gentil y no a lo judío, ¿ cómo fuer-
zas a los gentiles a judaizar ? 15 Nos-
otros..., judíos de nacimiento, y no
pecadores venidos de la gentili-
dad..., 16 entendiendo, empero, que
no es justificado un hombre por las
obras de la ley, sino ipor la fe de
Cristo Jesús, también nosotros creí-
mos en Cristo Jesús, para ser justi-
ficados por la fe de Cristo, que no
s obras de la 1<
las obras de la ley nc
cado mortal alguno.
11 Y si al buscar se
en Cristo nos hemos
bién nosotros pecador*
Cristo es agente de pe
y ; pues por
será justifi-
justificados
íallado tam-
s, ¿será que
a do ? Jamás,
ninguna manera. Poique
San P;i
solo ni
judíos.
se
ulr*
ilc la circuiuiMi
pr<
puede referirse al
e la Iglesia de los
ñe a los gentiles ;
ipostolado, recono,
nsultarle. Primado
obre la Iglesia.
«Ira..
de una falta
actitud que
'.,1,1o
por
Y<iro
do,
Ixnrdici
tomaba.
No dice aquí
él, ni menos aún que fueran enviados con el objeto de d
comiera con los gentiles.
13 Otra prueba concluyentc de la suprema autoridad de .'
su ejemplo, puramente negativo y determinado por el m
mente a tomar la misma actitud aun al mismo Bernabé.
11 El no andar a las derechas conforme a la verdad di
error en la doctrina, sino inconsecuencia en la práctica. |l
mentó : la inconsecuencia práctica de Pedro.
1D-16 S:: precisa la tesis del discurso, intercalada en el segundo argumento. I.a tesis
es : N'O ES JUSTIFICADO UN" HOMBRE POR LAS OBRAS DE LA LEY, SINO POR LA FE DE JESU-
CRISTO. Tiene dos partes : una negativa y otra positiva. En la primera no excluye
la necesidad de las buenas obras, las cuales recomienda encarecidamente; sólo afir-
ma que, por más que el hombre multiplique las prácticas de la ley mosaica, nunca
pasará del estado de pecador al estado de justo. En la segunda no expresa todo el
proceso de la justificación, sino solamente su principio y raíz, el cual exige como
complemento normal el sacramento del Bautismo.
Por lo que toca al argumento, hay que leerlo reproduciendo mentalmente las va-
riadas inflexiones de voz. con que el Apóstol ¡ría pronunciando los diferentes incisos
de este i>eríodo, medio irónico y medio patético.
La última frase de este verso es una confirmación escriturística de la tesis.
*M* Este nuevo argumento pone de relieve la contradicción de los Gálatas en vol-
ver a las prácticas de la ley. Díceles San Pablo : vosotros, considerando la ley como
ineficaz, para justificar al hombre, la abandonasteis y os acogisteis a Cristo, atraídos
por El. Cristo, pues, fué la causa de que abandonaseis la ley. Ahora, al volver
a aquellas prácticas, consideráis un crimen el haberlas dejado. ¿No veis, pues, que
— 409 —
2 19—3 3
GÁLATAS
2 21-3 r>
que antes derribé, eso lo edifico de
nuevo, me declaro transgresor.
Porque yo por medio de la ley
morí a la ley, para vivir a Dios.
Con Cristo estoy crucificado, 20 pero
vivo... no ya yo, sino que Cristo vi-
ve en mí. Y eso que ahora vivo en
II. El
Introducción: Evidencia de los he-
chos. 3, i-6
o 1 ¡ Oh insensatos Gálatas ! ¿ Quién
" os fascinó a vosotros, ante cu-
yos ojos fué presentada la figura de
Jesu-Cristo clavado en cruz ? a Esto
sólo quiero saber de vosotros : ¿ re-
cibisteis el Espíritu en virtud de las
obras de la lev o bien por la fe que
habéis oído? "¿Hasta tal extremo
carne, lo vivo en la fe de Dios y dé
Cristo, que me amó y se entregó
por mí.
-n No repudio como nula la gracia
canzase la justicia, entonces Cristo
hubiera muerto en vano.
llega vuestra insensatez ? Tras la
iniciación por el Espíritu, ¿buscáis
ahora la consumación por la carne ?
1 ¿ Habréis padecido en vano tanta-
cosas ? Si es que se puede decir en
vano. 5 El que os suministra, pues,
el Espíritu y obra prodigios entre
vosotros, ¿ hace eso en virtud de las
/prácticas de la ley o bien por la fe
que halléis oído ? " Así fué como
«Abrahán creyó a Dios y le fué to-
mado a cuenta de justicia».
Evangelio, cumplimiento de la promesa hecha
a Abrahán
con eso hacéis recaer este crimen sobre el mismo Cristo ? Señal cjuc entonces
lucisteis bien en repudiar aquellas prácticas y ahora hacéis mal en querer volver
a ellas.
3*-?0 La idea fundamental de este argumento teológico se reduce a que, habiendo
nosotros muerto a la ley, estamos ya totalmente desligados de ella. Pero San Pablo
en sus argumentaciones suele ir más allá de lo que exige la estricta demostración de
la tesis. Tres cosas añade aquí. La primera es que, si hemos muerto a la ley, es
precisamente en virtud de la misma ley. Eu efecto, la ley fué violada por el pecado.
Esta violación debía ser reparada, y, en todo rigor de justicia, no podía serlo sino
por la muerte del Hombre-Dios. Ahora bien, la muerte del Redentor éralo juntamen-
te de todos los hombres, místicamente incorporados e identificados con El. Por
tanto, la misma ley, que determinó la muerte de Cristo, por el mismo caso determinó
la muerte de todos los hombres. La segunda es que esta muerte no acaba en muerte,
sino en vida. Es notable el énfasis con que San Pablo, hasta tres veces, nos pone
ante los ojos este tránsito de muerte a vida. La tercera es que esta muerte no es do
carácter físico, sino místico. Subsisten la vida y la personalidad física, que no han
de ser, empero, independientes de Jcsu-Cristo, sino se han de desarrollar dentro
de su fe.
■ Tres veces expresa San Pablo la idea de que el amor de Cristo fué el principio
determinante de su pasión. Aquí dice : Me amó y se entregó por mí. A los Efesios
escribe : «Nos amó y se entregó por nosotros» (5, 2) ; «Amó a la Iglesia y se entregó
por ella» (5, 25). Con eso nos da a entender que el amor de Cristo a los hombres fué,
al mismo tiempo, singular y universal, individual y colectivo : amor que, por tanto,
reclama de todos y cada uno de nosotros un reconocimiento amoroso, lo mismo que
si hubiera muerto por cada uno en particular.
31 Ultimo argumento con que el Apóstol prueba su tesis. Quiere decir que si la ley
nos justificase, sería inútil la muerte de Cristo. Por tanto, buscar en la ley la jus-
tificación es repudiar como inútil la gracia que Dios nos hizo dándonos a su Hijo
para que muriera por nosotros.
31 «Fascinar» : quiere decir trastornar el juicio con encantamientos. Se maravilla
San Pablo de que la viva imagen de Jesús crucificado, que les había puesto delante
de los ojos, no hubiera bastado, cual divino talismán, para contrarrestar la fascina-
ción de las prácticas mosaicas.
6 La justicia que por la fe alcanzó Abrahán, lo mismo que nuestra justicia por la
fe en Jesu-Cristo, no es meramente ficticia o imputada, como quieren los protestan-
tes, sino una verdadera justicia que Dios concede en atención a la fe. La expresión
«tomar a cuenta» pertenece al lenguaje comercial, en el cual no tiene nada de
ficticio.
— 410 —
I. La ley y la fe, la ley y la
promesa
l'or la fe hijos de Abrahán, bende-
cidos en Abrahán. 3, 7-9
: Entended, pues, que los que vi-
ven de la fe, éstos hijos son de
Abrahán. 8 Además, previendo la Es-
critura que por la fe justifica Dios
a los gentiles, dió de antemano a
Abrahán la feliz nueva de que «Ben-
decidas serán en ti todas las gen-
tes». "De modo que los que viven
de la fe son bendecidos con el fiel
Abrahán.
La ley es régimen de maldición, de
la cual nos libertó Cristo. 3, 10-14
Pues cuantos quieren vivir por
las obras de la ley, caen bajo la
maldición ; porque escrito está : que
«Maldito todo el que no persevera
constante en todas las cosas escri-
tas en el libro de la ley, de modo
que las cumpla».
a Y que en virtud de la ley nadie
se justifica en el acatamiento de
Dios es cosa manifiesta, porque «el
justo por la fe vivirá». " Ahora
bien, la ley no procede por vía de
fe, sino que «el que hiciere estas
cosas vivirá por ellas».
13 Cristo nos rescató de la maldi-
ción de la ley, hecho por nosotros
objeto de maldición ; porque escrito
i'^tá : «Maldito todo el eme está col-
gado de un palo» ; 14 todo, para que
¡a bendición de Abrahán alcanzase
a los gentiles en Cristo Jesús, a fin
de que recibiésemos la promesa del
Espíritu por medio de la fe.
La ley y la promesa. 3, 15-18
15 Hermanos, hablo según las le-
yes humanas. Aun tratándose de un
hombre, un testamento legítima-
mente otorgado nadie puede anu-
larlo ni añadirle nuevas cláusulas.
" Ahora bien, a Abrahán le fueron
hechas las promesas, y en él a su
Descendencia. No dice : «Y a las
Descendencias», como hablándose de
muchos, sino de uno solo : «Y a tu
I descendencia » , la cual es Cristo .
,: Digo, pues, esto: el testamento ya
válidamente otorgado por Dios no
puede ser anulado por la ley, que
vino cuatrocientos treinta años más
tarde, de suerte que la promesa que-
dase anulada. 15 Porque si de la ley
dependiera la herencia, ya no pro-
cedería de la promesa. Y es así que
a Abrahán hízole Dios merced de
la herencia por medio de una pro-
mesa.
Transición : el problema de la ley.
3» 19-22
" Pues ¿ y la ley, qué ? En razón
de las transgresiones fué adiciona-
da a la promesa hasta que viniese
■ lie la Escritura deduce el Apóstol que no es la circuncisión, como querían lo,
judaizantes, sino la fe, la que constituye verdaderos hijos de Abrahán.
•*-»? I.os elementos esenciales de esta sutil argumentación se reducen a dos : qui-
la ley es ocasión de ideado, pero que en si misma, para levantar al hombre del
pecado, no ofrece ningún recurso.
a-lt La maldición de la ley se trocó por la fe en bendición. La clave de este mis-
terio nos la da Jesu-Cristo crucificado, que reducido por nuestros pecados, de los
cuales quiso hacerse responsable, a ser objeto de la maldición divina, muriendo y dan-
do satisfacción a la justicia de Dios, trocó la maldición en bendición : bendición
prometida antes al gran patriarca y ahora realizada por la efusión del Espíritu Santo.
'*"" En el Antiguo Testamento ve San Pablo dos cosas radicalmente distintas : la
promesa y la ley. La promesa es un elemento esencial, que, lejos de anularse-, halla
su plena realización en el Evangelio. La ley, en cambio, es un régimen provisional,
que, al llegar el Evangelio, perdía toda su razón de existir.
'» En razón de las transgresiones : la dureza de esta frase desaparece teniendo
en cuenta : i» que en el lenguaje de la Escritura tales frases no tienen precisamente
el sentido de finalidad, sino el de consecuencia o resultado ; ;\ aquí la ley no es
sólo el código moral, sino la institución político-religiosa inaugurada en el Sinai,
régimen de terror; 3) San Pablo tiene presente no precisamente la ley en sí misma.
>ino tal como la concebían los escribas : absurda personificación, objeto exclusivo de
su ciencia y casi de su culto.
— 411 —
3 20-24
GÁLATAS
325-44
la Descendencia, a quien fué hecha
la promesa, promulgada por minis-
terio de ángeles por intervención de
un mediador. -'° Ahora bien, el me-
diador no lo es de uno solo, y Dios
es uno solo.
23 ¿ La ley, pues, será contraria a
las promesas de Dios ? De ninguna
manera. Porque si hubiera sido dada
una ley capaz de vivificar, enton-
ces realmente de la ley procedería
la justicia. BSino que la Escritura lo
encerró todo bajo el dominio del pe-
cado, para que la bendición de la
promesa se otorgara a los creventes
en virtud de la fe de Cristo.
2. La ley en el plan de Dios
La ley, pedagogo que nos lleva a
Cristo. Hijos de Dios por la fe, cu
Cristo Jesús. 3, 23-29
* Mas antes de venir la fe está-
bamos bajo la custodia de la ley,
encerrados con vistas a la fe que
debía ser revelada. M De manera
que la ley ha sido pedagogo nues-
tro con vistas a Cristo, para que por
la fe seamos justificados ; a mas,
venida la fe, ya no estamos someti-
dos al pedagogo. 26 Porque todos
sois hijos de Dios, por la fe, en
Cristo Jesús. " Pues cuantos en Cris-
to fuisteis bautizados, de Cristo fuis-
teis revestidos. 28 No hay ya judío
ni gentil, no hay esclavo ni libre,
no hay varón ni hembra, pues to-
dos vosotros uno sois en Cristo Je-
sús. 39 Y si vosotros sois de Cristo,
descendencia sois, por tanto, de
Abrahán, herederos conforme a Ja
promesa.
La menor y ¡a mayor edad del
heredero. 4, 1-7
a 1 Digo, pues : todo el tiempo que
^ el heredero es niño, en nada se
diferencia del esclavo, con ser dueño
de todo, 2 sino que está sometido a
tutores y administradores hasta el
tiempo prefijado por el padre. 3 Así
también nosotros, cuando éramos ni-
ños, esclavizados estábamos bajo los
elementos del mundo.
4 Mas, cuando vino la plenitud del
Dios es uno solo : con esto indica San Pablo que, además de Dios, era nece-
saria otra parte contratante, que es aquí Israel. El mediador entre ambas partes fué
Moisés. De ahí la distinción entre la promesa y la ley : la promesa, unilateral y ab-
soluta ; la ley, bilateral y condicionada.
" San Pablo propone aquí como una dificultad la oposición entre la ley y la pro-
mesa. La solución que da es : en la hipótesis de que la ley justificara, realmente
sería contraria a la promesa, pues la dejaría sin objeto. En cambio, no hay oposi-
ción si la ley en nada toca la promesa.
— Do encerró todo bajo el pominio DLL pecado : es decir, testifica que todos eran
reos de pecado.
'a~zi La ley tenía doble objeto. Por una parte, hacía que los hombres se sintiesen
pecadores ; por otra, los disponía a la fe. Este secundo aspecto lo expresa San Pablo
con la doble metáfora do «prisión» y de «pedagogo». Pedagogo era el esclavo que
acompañaba el niño a la escuela.
25 Continuando la misma metáfora, la fe representa la mayor edad, al llegar a la
cual el joven romano quedaba libre de la tutela del pedagogo.
28 La idea fundamental es : sois hijos de Dios, ya no esclavos. Tal filiación di-
vina es, en los designios de Dios, universal : iodos sois hijos. Mas Dios exige, como
condición indispensable de esta filiación, la fe. Mas la fe es sólo un medio por el
cual los hombres, incorporados en Cristo Jesús, quedan hechos hijos de Dios.
Bautizados : tómase aquí en el sentido etimológico de «sumergir». El hombre
en el bautismo es sumergido no sólo en el agua, sino también en Cristo. La realidad
expresada bajo esta imagen es la mística incorporación del hombre en Cristo.
a Todas las diferencias puramente humanas, de raza, de condición social, de na-
turaleza, son superadas por la unidad del cristianismo.
20 Aquí San Pablo saca la última consecuencia de su argumentación : si Cristo es
la Descendencia de Abrahán, lodos los que están en Cristo son hijos de Abrahán
y herederos de la promesa.
41 Habla San Pablo según el Derecho romano. La metáfora de la prisión, pasando
por la del pedagogo, ha venido a parar en la de la menor edad.
3 Elementos del mundo : son los primeros rudimentos de la educación religiosa.
*•* Cuatro cosas enseña San Pablo sobre la encarnación del Hijo de Dios : 1) El
tiempo (Ir su venida: el mundo estaba ya en disposición de recibir al Salvador: eso
— 412 —
4 5-12
G.4 LATAS
4 13-22
tiempo, envió Dios depile el cielo de
cabe sí a su propio Hijo, hecho hijo
de Mujer, sometido a la sanción de
la ley, 6ipara rescatar a los que es-
taban sometidos a la sanción de la
ley, a fin de que recobrásemos la
filiación adoptiva.
6 Y pues sois hijos, envió Dios
desde el cielo de cabe sí a nuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama : ¡ Abba ! ¡ Padre ! 7 De
manera que ya no eres esclavo, sino
hijo ; y si hijo, también heredero
por intervención de Dios.
No es razón volver a los rudimentos.
4, «-ir
■ Mas entonces, no conociendo a
Dios, servísteis a los que por natura-
leza no son dioses; 9 mas ahora, des-
pués de conocer a Dios, o más bien,
habiendo sido conocidos por Dios,
¿ cómo os tornáis de nuevo a los ru-
dimentos impotentes y miserables,
a los cuales de nuevo queréis otra
vez servir como esclavos ? 10 ¡ An-
dáis observando los días, los meses,
las estaciones, los años ! 11 Temo de
vosotros, no sea que inútilmente me
haya afanado con vosotros.
Desahogos paternales. 4, 1.2-20
Haceos como yo, pues también
yo me hice como vosotros, herma-
nos ; os lo suplico. Ningún agravio
me hicisteis. * Ya sabéis que a cau-
sa de la debilidad de la carne os
anuncié el Evangelio la primera vez ;
14 y lo que era tentación para vos-
otros en mi carne, no lo menospre-
ciasteis ni escupisteis, antes como a
un ángel de Dios me acogisteis, co-
mo a Cristo Jesús. « ¿ Dónde están,
pues, aquellos parabienes que os da-
bais ? Porque testigo os soy de que,
a ser posible, los ojos os arrancarais
y me los dierais a mí. In ¿ De modo
que me he hecho enemigo vuestro
por tratar verdad con vosotros ? 17 No
son buenos los celos que tienen de
vosotros, sino os quieren aislar pa-
ra que los queráis con celos. 18 Bue-
no es ser querido con celos, en cosa
buena, siempre, y no sólo mientras
me hallo entre vosotros, 19 hijuelos
míos, por quienes siento de nuevo
los dolores del parto, hasta que se
forme Cristo en vosotros. M Y qui-
siera hallarme entre vosotros ahora
y matizar las inflexiones de mi voz,
pues no sé qué hacerme con vos-
otros.
Agar y Sara: Esclavitud y libertad.
4, 21-31
-l Decidme vosotros, los que de-
seáis estar bajo la ley, ¿no habéis
oído leer la ley ? 22 Pues escrito es-
tá que Abrahán tuvo dos hijos : uno
de la esclava y otro de la libre.
significa la PLENITUD del tiempo. 2) El hecho de la venida: el Hijo de Dios, cuantío
fué enviado, existía ya en el ciclo cabe Dios : preexistencia eterna, propia del que
era, no i<n hijo adoptivo, sino el Hijo, único y natural, de Dios Padre. 3) Doble
condición de la -ceñida: hecho hijo de mujer y sometido a la sanción de la lev. Es-
tas dos condiciones indican la doble solidaridad de Cristo : con todo el linaje hu-
mano, con el linaje de Israel. 4I El jin de la venida: es también doble y corresponde
inversamente a las dos condiciones sobredichas.
6 Para significar la misión del Espíritu Santo empica San Pablo la misma palabra
que empleó al hablar del Hijo, palabra que expresa su preexistencia divina. Además,
el Espíritu Santo, enviado por el Padre, es llamado Espíkiiu de su Hijo, lo cual
supone que el Espíritu Santo procede no sólo del Padre, sino también del Hijo.
Abba es palabra aramaica que significa Padre.
■ De nuevo : los Calatas antes de la conversión eran gentiles. Al decirles San Pa-
blo que ahora quieren volver a los rudimentos, equipara las prácticas mosaicas a las
prácticas gentílicas; pues unas y otras convienen en representar un estadio rudi-
mentario de la religión.
10 Estas cuatro palabras se refieren a las principales fiestas judaicas. Días son los
sábados ; meses, las neomenias ; estaciones, las fiestas de Pascua, Pentecostés y Ta-
bernáculos; años, cada siete, el sabático; cada cincuenta, el jubilar.
a Debilidad: es decir^ enfermedad (2 Cor. 12, 7). Esta enfermedad fué la ocasión
de que San Pablo predicara en Galacia.
Lo que era tentación : la misma enfermedad.
17 Anota Santo Tomás : «Tienen celos de vosotros, pero malamente, porque no
rrctenden vuestro bien ; y eso se manifiesta en cuanto quieren que os mantengáis
— 413 —
4 23-5 7
GÁ LATAS
4 25-5
■ Mas el de la esclava nacido es se-
gún la carne ; pero el de la libre,
mediante la promesa. M Estas cosas
están dichas alegóricamente, pues
esas mujeres son dos alianzas : la
una desde el monte Sinaí, que en-
gendra para la esclavitud, la cual es
Agar. * Y, en efecto, el Sinaí es un
monte en la Arabia ; y corresponde
a la presente Jerusalén, pues es es-
clava lo mismo que sus hijas. " Mas
la Jerusalén de arriba es libre, la
cual es madre nuestra. _'T Porque es-
crito está :
Regocíjate, estéril, tú que no engendras ;
prorrumpe y da voces, tú que no conoces los dolores del parto ;
pues muchos terán los hijos de la que está en soledad,
más que los de la que tiene marido.
a Y vosotros, hermanos, a seme-
janza de Isaac, sois hijos de la pro-
mesa. 28 Mas como entonces el que
nació según la carne perseguía al
que nació según el espíritu, así tam-
bién ahora. 80 Pero ¿ qué dice la Es-
critura ? Echa fuera a la esclava v
a su hijo, pues no heredará el hijo
de la esclava con el hijo de la libre.
" Así que, hermanos, no somos hi-
jos de la esclava, sino de la libre.
III. Consecuencias morales
La libertad cristiana. 5, i-ia
r 1 Para la libertad nos libertó Cris-
" to ; manteneos, pues, firmes, y
no os sometáis de nuevo al vugo de
la esclavitud.
2 Mirad : yo, Pablo, os digo que,
si os circuncidáis, Cristo de nada os
aprovechará. 3 Y testifico de nuevo
a todo hombre que se circuncida que
queda obligado a practicar toda la
ley. 4 Rompisteis con Cristo cuan-
tos os justificáis dentro de la ley ;
caísteis desgajados de la gracia.
6 Que nosotros por el Espíritu, en
virtud de la fe, aguardamos la es-
peranza de la justicia. u Porque en
Cristo Jesús ni la circuncisión tiene
eficacia alguna ni la incircuncisión,
r-ino la fe que actúa por la caridad.
1 Lindamente corríais : ¿ quién os
atajó los pasos para no obedecer a
la verdad ? * Tal persuasión no vie-
ne del que os llama. 9 Poca levadu-
ra fermenta toda la masa. 10 Yo con-
fío de vosotros en el Señor que no
otra cosa pensaréis ; y ese que os al-
borota llevará su condenación, quien-
quiera que sea. u Y en cuanto a mí,
hermanos, si predico todavía la cir-
cuncisión , ¿ por qué soy todavía
perseguido? ¡Conque se ha anulado
el escándalo de la cruz ! u ¡ Ojalá
que acaben por mutilarse esos que
os revuelven !
Los dos frenos de la libertad, ¡a
caridad y el espíritu. 5, 13-26
a Pues vosotros fuisteis llamados
a la libertad, hermanos ; sólo que
apartados de mí, a fin de que los queráis a ellos celosamente, es decir, que 110 ad-
mitáis a nadie lucia de ellos..
En el paralelismo que establece entre Asar y Sara, Acal representa la ley de
esclavitud, dada en el Sinaí. San Pablo refuerza esta significación notando que el
Sinaí está en la Arabia, donde viven los hijos de Aear.
5" Predico todavía la circuncisión : tal era la calumnia de los judaizantes, porque
había circuncidado a Timoteo. Circuncidó a Timoteo, mas no consintió en que fue-
se circuncidado Tito. En el primer caso se trataba de una inofensiva condescenden-
cia ; en el secundo íK-licraba el principio mismo. || Se ha anulado el escándalo DE
LA CRUZ : acerba ironía con que San Pablo, colocándose en la absurda hipótesis de sus
adversarios, parece conceder que, si la justicia procede de la circuncisión, es ya in-
útil la cruz, objeto de escándalo para los judíos.
a Con sangriento sarcasmo les dice que si tanto aprecian la circuncisión, mutila-
ción parcial, bien podrían llegar a la mutilación total.
— 414 —
g 14-26
GALA TAS
6 1-12
no toméis esa libertad como pre-
texto para solfcir las riendas a la
carne, sino que por la caridad ha-
ceos esclavos los unos de los otros.
" Porque Ta ley entera condensa su
plenitud en una sola palabra, en
aquello de «Amarás a tu prójimo
como a ti mismo». " Mas si los unos
a los otros os mordéis y devoráis,
mirad no os aniquiléis los unos a
los otros.
16 Digo, pues : caminad en espíri-
tu, y no daréis satisfacción a la
concupiscencia de la carne. " Pues
la carne codicia contra el espíritu,
y el espíritu contra la carne ; como
que esas cosas son entre sí contra-
rias ; de manera que no hagáis lo
que queréis. )s Y si os dejáis llevar |
del Espíritu, no estáis bajo la pre-
sión de la ley. 18 Y son patentes las
obras de la carne ; cuales son : forni-
cación, impureza, libertinaje, 30 ido-
latría, hechicería, enemistades, con-
tiendas, emulaciones, furores, pro-
vocaciones, banderías, sectas, 21 en-
vidias, homicidios, borracheras, co-
milonas y cosas semejantes a éstas ;
sobre las cuales os prevengo, como
ya os previne, que los que tales
obras hacen no heredarán el reino
de Dios. 22 Mas la fructificación del
Espíritu es: caridad, gozo, paz, lon-
ganimidad, benignidad, bondad, le,
23 mansedumbre, continencia ; frente
a tales cosas no tiene objeto la ley.
* Mas los que son de Cristo Jesús
crucificaron la carne con las pasio-
nes y las concupiscencias. 25 Si en
espíritu vivimos, en espíritu tam-
bién caminemos. 24 No nos hagamos
vanidosos, provocándonos unos a
otros, envidiándonos unos a otros.
Aplicaciones particulares, b, i-io
zr 1 Hermanos, si acaso fuere un
hombre sorprendido en algún
desliz, vosotros los espirituales en-
derezad a ese tal con espíritu de man-
sedumbre, considerándote a ti mismo,
no sea que tú también seas tentado.
2 .Llevad los unos las cargas de los
otros, y así cumplid plenamente la
ley de Cristo. -; Porque, si alguno
piensa ser algo, siendo nada, se en-
gaña a sí mismo. 4 Que cada uno exa-
mine sus propios actos, v entonces el
motivo que tenga de gloriarse lo ten-
drá con relación sólo a sí mismo, v
no con relación a otro ; D pues cada
cual llevará su propia carga. s Y el
que es instruido en la palabra llame
a la parte en todos sus bienes al
que le instruye. 7 No os engañéis :
de Dios nadie se burla. s Pues lo que
siembre uno, eso mismo cosechará.
Porque el que siembra en su propia
carne, de la carne cosechará corrup-
ción ; y el que siembra en el Espí-
ritu, del Espíritu cosechará vida
eterna. * Y en el obrar el bien no
desmayemos, porque a su tiempo co-
secharemos sin desfallecer. 10 Así,
pues, según tengamos oportunidad,
obremos el bien para con todos, ma-
yormente con los hermanos en la fe.
Conclusión. 6, 11-18
u Mirad con qué tamañas letras
escribo de mi propia mano. 12 Cuan-
tos quieren parecer bien en la car-
ne, ésos os fuerzan a circuncidaros,
con el único objeto de no ser ellos
perseguidos por la cruz de Cristo.
,: De manera que no hagáis lo uue queréis : la frase admite dos sentidos posi-
bles : consecutivo o final. En el consecutivo es una reflexión, con la cual nos ad-
vierte que nuestros primeros impulsos hacia el bien o el mal se deben comúnmente
a la sugerencia o del Espíritu o de la carne. En el sentido final, indica el objeto
que se proponen estos dos asientes antagonistas : el Espíritu, que no hagamos lo que
a nuestra voluntad sugiere la carne ; la carne, que no hagamos lo que a nuestra
voluntad sugiere el Espíritu. Ambas interpretaciones cuentan a su favor con autori.
dades respetables ; con todo, parece más aceptable la segunda interpretación.
18 Bajo la presión be la LEV : los que se dejan gobernar por el Espíritu no se
sienten agobiados bajo el peso de la ley.
36 El Espíritu es no sólo el primer principio de la vida divina en nosotros, sino
también principio inmediato de nuestra actividad sobrenatural.
f* 6 Antes ha dicho que lleven los unos las cargas de los oíros : aquí dice que cada
" CUAL llevará su PROPIA carga. Allí habla de las cargas externas, que la caridad
hace comunes ; aquí, de la responsabilidad de la propia conciencia.
'- Parrer bien en la car-ne : congraciarse con los hombres.
— 415 —
6 13-15
CALATAS
6 16-18
"Pues ni aun los mismos que se
circuncidan guardan la ley, sino
que pretenden que seáis vosotros
circuncidados para gloriarse en vues-
tra carne. " Pero a mí jamás me
acaezca gloriarme en otra cosa sino
en la cruz de nuestro Señor Jesu-
cristo, por la cual el mundo está
crucificado para mí y yo para el
mundo. " Porque ni la circuncisión
es nada ni la iucircuncisión, sino la
nueva creación. 1-5 Y» cuantos cami-
naren siguiendo esta norma, paz y
misericordia sobre ellos ^ sobre el
Israel de (Dios.
17 De hoy más, que nadie me im-
portune ; pues yo llevo en mi cuer-
po las marcas de Jesús. 18 La gracia
de nuestro Señor Jesu-Cristo sea con
vuestro espíritu, hermanos. Amén.
» Nueva creación : es la nueva existencia sobrenatural, es la elevación del hombre
por la incorporación en Cristo.
10 El Israel de Dios, contrapuesto al Israel según la carne, es la Iglesia de Jesu-
cristo;
17 Nadie me importune : déjense de decir si predico o no predico la circuncisión ;
DE HOY MÁS SEPAN TODOS QUE SOY ESCLAVO DE CRISTO, PUES LLEVO IMPRESAS EN MI CUERPO
ns marcas de Jesús, como los esclavos las marcas de sus amos. Los esclavos esconden
estas marcas ; yo las llevo patentes como trofeos de victoria.
- 410 —
INTROD U C C I O N
A LA EPISTOLA A LOS E FES IOS
estin ata ríos de la Ehístola. — So están acordes los críticos sobre
quienes sean los destinatarios de ta llamada Epístola a los Efesios
"^^^ Tres soluciones principales se han dado a este problema: la tra-
dicional, según la eual la carta se escribió a la Iglesia de E/eso; la que
supone liabcr sido dirigida a la Iglesia de I.aodicca, y la que considera la
Epístola como una carta circular o encíclica, enviada a todas las Iglesias
del Asia proconsular. cuya metrópoli era Efeso. En vez de discutir en
particular las razone* aducidas en pro y en contra de cada una de estas
tres hipótesis, será más breve y eficaz presentar los hechos, para adoptar
en definitiva la hipótesis que mejor los explique todos. Estos hechos se
distribuyen naturalmente en tres grupos: los antecedentes históricos,
los datos de la misma carta, los testimonios históricos posteriores.
Entre los antecedentes históricos hay que tener presente las relaciones
singularmente íntimas de San Pablo con la Iglesia de Efeso. Tres años
enteros empleó San Pablo en fundar y evangelizar esta Iglesia. Por
otra parte, su acción apostólica, o personal o ejercida por medio de sus
discípulos, se extendió a toda el Asia proconsular. como consta por los
Hechos < iq, io; 2o, 25;. So mucho después, al fin de la tercera misión,
al dirigirse a Jerusalén, convocó San Pablo en Milclo a los presbíteros-
obispos de Efeso y de las ciudades vecinas para despedirse de ellos y pre-
venirlos contra los peligros doctrinales que amenazaban a sus Iglesias
(Ac. 20, 25-31,). Otro hecho también hay que recordar, y es que algunas de
las Epístolas de San Pablo son en realidad cartas circulares: tales son la
primera a ¡os Corintios {1, 2), la segunda a los Corintios (1. í), la escrita
a las «Iglesias de Galacia» (1. 2) y a los Colosenses 14, 161.
En la misma Epístola a los Efesios llaman ¡a atención tres hechos
muy significativos : t) el tono exclusivamente didáctico, enteramente des-
provisto de aquellos rasgos afectuosos tan característicos de San Pablo:
¿) la ausencia total de salutaciones personales, que tanto abundan en
otras cartas; 3) ciertas frases que parecen suponer que San Pablo no
conocía de vista o personalmente a los destinatarios, ni ellos a él (1. J5 ;
j. 2). Además, para apreciar el valor de la hipótesis que supone que la
llamada Epístola a los Efesios fué en realidad escrita a los fieles de teodi-
cea, hay que tener en cuenta lo que sobre los Laodícenses dice el Apóstol
en su Epístola a los Colosenses .- «Quiero que sepáis cuán grajide lucha
sostengo por vosotros, y por los de Laodicea, y por cuantos no han visto
mi rostro en carne» {2. 1); «.Le soy testigo [a Epafras] de que se toma
mucho trabajo por vosotros, y por los de Laodicea... Saludad a los her-
manos de Ijjodieea y a Ninfas y a la Iglesia que se congrega en su casa.
— -ti? —
N L\M
EFESIOS
5 cuando hubiere sido leída entre vosotros esta carta, haced que también
en la Iglesia de los Laodicenses sea leída; y la que recibiereis de Lao-
dicea, que también vosotros la leáis» (4, 13-16).
Entre los testimonios posteriores, todos los códices griegos (a excep-
ción de B* S* 7739 42ic; y todas las versiones leen ua los santos y fieles
en Cristo Jesiís que están en Efeso» (í, j); y aun los mismos códices
exceptuados tienen al principio el título «A los Efesios», que reproducen
al fin. No es menos unánime a favor de Efeso la tradición patrística a par-
tir de .San ¡renco. Solamente Orígenes y San Basilio desconocieron o pu-
sieron en lela de juicio la autenticidad de la frase ten Efeso». Marción
fué el único que en vez de tEfeso* leyó uLaodicca». Confirma la univer-
salidad de la tradición respecto de Efeso la ficción de la Epístola (o epís-
tolas) a los Laodicenses : no se concibe una, epístola apócrifa dirigida a
éstos, si se hubiera considerado como tal la actual Epístola a los Efesios.
Aplicados todos estos dalos a las tres hipótesis antes mencionadas
sobre los destinatarios de la Epístola, resulta: 1) que éstos no pueden'
ser exclusivamente los Efesios; 2) que tampoco pueden ser otros con
exclusión de los Efesios; 3) consiguientemente , que fueron los fieles de
Efeso y juntamente los de otras Iglesias: con lo cual la Epístola puede
muy bien denominarse carta circular. Y ésta parece ser la que menciona
San Pablo escribiendo a los Colosenses, donde no dice que fuera diri-
gida precisamente a los Laodicenses, sino que la «recibirían de Laodi-
cea», adonde ¡legaría antes que a Colosas.
Ocasión de la Epístola. — ¡a ocasión parece haber sido la triste reali-
zación de aquel anuncio profético, que San Pablo no mucho antes había
hecho en Mileto a los presbíteros-obispos de Efeso y ciudades vecinas:
«Yo sé que han de entrar después de mi partida lobos crueles entre vos-
otros, que no perdonen al rebaño; y de entre vosotros mismos se han de
levantar hombres que hablen cosas perversas, para arrastrar en pos de
sí a los discípulos» (Ac. 20, 29-30). Se introdujeron, en efecto, en el re-
baño de Cristo los lobos rapaces.- espíritus extravagantes, última gene-
ración de judaizantes cristianos y primeros representantes del naciente
gnosticismo, los cuales, amalgamando ciertas prácticas judaicas con es-
peculaciones teosóficas, desquiciaban la revelación cristiana, rebajando
la divina persona de Jesu-Cristo y desfigurando su obra redentora. A esos
desvarios respondió San Pablo con la Epístola a los Efcsiós, exponiendo
su maravillosa concepción sobre el Cristo místico o el misterio de Cristo.
La Epístola. — En un cuadro de divina belleza, aunque a veces algo
rudo en la ejecución, presenta San Pablo el misterio por excelencia de los
consejos divinos, el plan magnífico de la redención , el designio miseri-
cordioso que Dios acaricia desde toda la eternidad, y luego realiza en la
plenitud de los tiempos, y revela a toda la creación. El designio miste-
rioso de Dios era pacificar toda la creación y reunir, fundir la humanidad
entera, y por extensión los ángeles mismos, «.en Cristo jesús». Es ver-
daderamente sublime contemplar a Cristo-Jesús, hombre y Dios a la vez,
como centro adonde todo converge, lazo que todo lo une, cabeza mística
de este organismo viviente, donde se asocian en un cuerpo, en una vida,
en un amor, judíos y gentiles, hómbres y ángeles, las crcaturas y el
Creador.
Plan de la EPÍSTOLA.— Se divide en dos partes sensiblemente iguales,
una más especulativa, sobre el misterio mismo de Cristo (1-3), otra más
práctica, sobre la vida cristiana como prolongación del misterio (4-6).
— 418 —
11-4
EFESIOS
EPISTOLA A LOS EFESIOS
Salutación epistolar, i, 1-2
I1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús I tán en Efeso : 1 gracia a vosotros y
por la voluntad de Dios, a los paz de parte de Dios, Padre nues-
santos v fieles en Cristo Jesús que es- | tro, y del Señor Jesu-Cristo.
Primera parte: Dogmática. El misterio de Cristo
1. El misterio de los designios eternos de Dios
Bendición y elección, filiación y predestinación. 1, 3-6
' Bendito sea el Dios y Padre del Señor nuestro Jesu-Cristo,
quien nos bendijo con 'toda bendición espiritual en los cielos en Cristo,
' según que nos escogió en El antes de la fundación del mundo,
para ser santos e inmaculados en su presencia, a impulsos del amor,
I3-" Esta introducción, por la elevación del pensamiento y por el aliento lírico que
la informa, bien puede llamarse himno. Comprende tres estrofas iguales, subdivi-
•lidas en dos períodos, también sensiblemente iguales.
Ks riquísimo el contenido dogmático de este maravilloso himno. Kl pensamiento
dominante es la economía de la redención, el plan divino sobre la salud eterna de
■os hombres. Este plan se atribuye bajo diferentes aspectos a cada una de las Per-
:.onas divinas. Al Padre corresponde la iniciativa, la concepción y disposición eterna.
M Hijo, su realización en el tiempo. Al Espíritu Santo, su última consumación. La
fórmula que sintetiza toda la economía es aquella tan típica de San Pablo en Cristo
Jesús, que, equivalentemente, reaparece hasta diez veces en este breve pasaje. Todo
lo que el Apóstol llama su Evangelio se halla aquí condensado. Y en este Evangelio
*eñala como dos estadios : el más elemental, que es la redención de nuestros pecados
por la sangre de Cristo, y el suiK.rior o místico, que él llama el MISTERIO, que es la
recapitulación de todas las cosas en Cristo.
• Nos bendijo con toda bendición : la junta del complemento bendk ion al verbo
rlndijo, la adición del adjetivo toda y la significación misma de bendición, que sig-
nifica también largueza (2 Cor. 9, 5), son una triple expresión de la plenitud con que
L'ios nos ha bendecido.
*-« Nos bendijo... en Cristo, según que nos escogió en El: la bendición realizada
en el tiempo tuvo como razón y medida la elección eterna : una y otra, en Cristo.
*■* Nos escogió... predestinándonos : la predestinación se presenta como una de-
terminación de la elección eterna de Dios. En la realidad ambas coinciden, si bien
con diferentes matices : en la elección sobresalen los matices de favor y selección
o predilección, al paso que en la predestinación predominan los matices de voluntad
firme, de previa resolución y de ordinación o destinación a un fin determinado.
— 419 —
1 5-12
EFESIOS
\ .VIL*
6 predestinándonos a la adopción de hijos suyos por Jesu-Cristo,
según el beneplácito de su volnntad,
0 para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos agració en el Amado.
Redención por Cristo, recapitulación en Cristo, i, 7-10
' En el cual tenemos la redención por su sangre, la remisión de los pecado-,
según la riqueza de su gracia,
s que hizo desbordar sobre nosotros,
en toda sabiduría e inteligencia,
* notificándonos el misterio de su voluntad,
,-egún su beneplácito, que se propuso en El,
10 en orden a su realización en la plenitud de ios tiempos,
de recapitular en Cristo todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra.
Judíos y gentiles, constituidos herederos. 1 n-i]
11 En El, en el cual fuimos además constituidos herederos,
ipredestinados según la disposición
de quien obra todas las cosas según el consejo de su voluntad,
'• para que seamos encomio de su gloria,
nosotros los que ya antes habíamos esperado en Cristo ;
0 Adopción de hijos o filiación adoptiva 110 parece aquí ni la sola gracia santi-
ficante ni tampoco la gracia y la gloria, ambas por igual y en primer término, sino
la gracia directamente y en primer término y la gloria virtualmente y en segundo
término. || Según el beneplácito de su voluntad: el beneplácito divino es, a nuestro
modo de entender, el primer momento de la predestinación, y significa la bondad
o benevolencia de Dios, que se complace en hacer bien, y en orden a hacerlo fija
amorosamente sus ojos en el hombre.
6 Para alabanza de la gloria de su guacia : Gloria aquí tiene sentido objetivo
y significa la ostentación, o irradiación esplendorosa de las perfeceioues divinas. ||
En el Amado : nombre exquisitamente delicado que designa a Jesu-Cristo y equi-
vale al «Hijo de su amor» (Col. 1, 13). El amor del Padre al Hijo amado, al exten-
derse a los que se hallan incorporados en Cristo, es el origen de la gracia que se
derrama sobre ellos.
Este período habla de la redención, de la cual dice San Pablo que la tenemos
en Cristo ; que se efectuó por su sangre ; que con tila obtenemos la remisión de los
pecados ; que todo esto tiene como causa y medida la riqueza o espléndida largueza
de la gracia divina.
*"10 Este período, el más sublime de toda la introducción, presenta, en cuatro in-
cisos gradualmente dispuestos, los rasgos característicos del misterio, que es la
recapitulación de todas las cosas en Cristo. Primero : es el misterio de su voluntad,
oculto a toda criatura. Segundo : el origen lógico del misterio es el divino beneplá-
cito. Tercero : este beneplácito y propósito eterno estaba ordenado a su realización
en la plenitud de los tiempos. Estos tiempos son las edades que precedieron a la
realización, que, como vacías en un principio, fueron llenándose progresivamente,
hasta llegar a su plenitud y madurez. Cuarto : la sustancia del misterio es la reca-
pitulación de todas las cosas en Cristo ; recapitulación misteriosa, eme presenta dos
fases : una, radical, por cuanto en la persona de Cristo, Dios y hombre, están re-
unidos y compendiados el espíritu y la materia, Dios y el mundo ; otra, universal,
por cuanto todos los seres del universo convergen hacia Cristo, se abrazan y harmo-
nizan en Cristo, que es su principio de cohesión y unidad, su centro a la vez y su
cabeza : prolongación del Cristo místico, que no sólo comprende la humanidad in-
corporada a Cristo, sino todo cuanto existe, inefablemente también adherido a Cristo.
U_,J Este periodo presenta la economía del misterio desde el punto de vista ju
daico.
— 420 —
1 13-?0
1 21-2 i
a en el cual también vosotros, habiendo oído la palabra de la verdad,
el Evangelio de vuestra salud,
en el cual habiendo también creído,
fuisteis sellados con el Santo Espíritu de la promesa,
" que es arras de nuestra herencia,
para la recuperación de su patrimonio,
para alabanza de su gloria.
El misterio, realizado en la
Iglesia
El misterio, iniciado cu Cristo.
i, 15-23
* Por esto también yo, habiendo
oído hablar de vuestra fe en el Se-
ñor Jesús y de vuestra caridad para
con todos los santos, 16 no ceso de
dar gracias por vosotros, haciendo
memoria de vosotros en mis oracio-
nes, " para que el Dios de nuestro
Señor Jesu-Cristo, el Padre de la glo-
ria, os conceda espíritu de sabidu-
ría y de revelación con pleno cono-
cimiento de El, 18 iluminados los
ojos de vuestro corazón, para que
conozcáis cuál sea la esperanza de
su vocadión, cuáles las riquezas de
la gloria de su herencia en los san-
tos 19 y cuál la sobrepujante grande-
za de su poder para con nosotros
los creyentes, según la energía de
la potencia de su fuerza, 50 que des-
plegó en Cristo, resucitándole de
entre los muertos y sentándole a su
diestra en los cielos, a por encima
de todo principado, y potestad, y
virtud, y dominación, y de todo tí-
tulo de honor reconocido no sólo en
este siglo, sino también en el veni-
dero. 25 Y todas las cosas rindió de-
bajo de sus pies, y a El le consti-
tuyó por encima de todo cabeza de
la Iglesia, a la cual es el cuerpo
suyo, la plenitud del que recibe de
ella su complemento total v univer-
sal.
Los liombrcs, asociados al misterto
de Cristo. 2, 1-10
n 1 V a vosotros, que estabais muer-
^ tos por vuestros delitos y peca-
dos, s en los cuales un tiempo cami-
nasteis conforme a la corriente de es-
te mundo, conforme al príncipe de la
Dotencia del aire, el espíritu que
ejerce ahora su acción en los hijos
de la rebeldía, 'entre los cuales
Economía del misterio aplicada a los gentiles. He aquí los pasos por donde
llegan los gentiles a la participación del misterio : primero, oyen el Evangelio, que
es la palabra de la verdad y el mensaje de la salud ; segundo, creen en el Evange-
lio ; tercero, son mareados con el Espíritu Santo, que es el Espíritu de la promesa ;
cuarto, este Espíritu es arras de la herencia de la vida eterna. Este derecho a la
herencia celeste lo expresa a continuación el Apóstol con una frase familiar en el
lenguaje bíblico : para la recuperación de su patrimonio, que nos presenta a Dios
.'orno Pastor, que marca a las ovejas de su grey i>ara reunirías a su tiempo en sus
apriscos eternos y haberlas definitivamente suyas.
*~a I-a fe en el Señor Jesús, la caridad para con todos los santos..., la esperanza
de su vocación. Se complace San Pablo en mencionar juntas las tres virtudes teolo-
gales, y con frecuencia por este mismo orden : fe, caridad y esperanza. Esperanza
significa aquí el objeto de la esperanza.
" El. Dios de Nuestro Señor Jesu-Cristo significa el Dios que Jesu-Cristo nos ha
revelado.
""^ Las maravillas que el poder de Dios obró en Cristo, modelo de las que habla
de obrar a favor nuestro, se reducen a seis : 1) la resurrección ; 2) la entronización
a su diestra ; 3) la eminencia soberana sobre toda la creación ; 4) el señorío univer-
sal ; 5) la dignidad (le cabeza suprema de la Iglesia ; b) el misterioso complemento
que de la Iglesia recibe.
O Estos versículos forman un amplio período, tan maravilloso en la doctrina como
irregular en la estructura. Su prótasis, 1-3, pone de relieve nuestra muerte por el
pecado ; su apódosis, nuestra espiritual resurrección y glorificación en Cristo.
• Eramos huos de ira. objeto de la ira divina, pecadores; por naturaleza: no
por petados personales precisamente, sino por la generación misma que nos inoculó
— 421 —
2 4-10
EFESIOS
2 n-16
también nosotros todos nos hallamos
en otro tiempo, en manos de las
concupiscencias de nuestra carne,
cumpliendo las voluntades de la car-
ne y de los pensamientos, y éramos
por naturaleza hijos de ira, lo mis-
mo que los demás ; 4 mas Dios, rico
como es en misericordia, por el ex-
tremado amor con que nos amó,
' aun cuando estábamos nosotros
muertos por los pecados, nos vivi-
ficó con la vida de Cristo — que por
la gracia habéis sido salvados — , 6 y
con él nos resucitó y juntamente
nos sentó en los cielos en Cristo Je-
sús, 1 para ostentar en los siglos que
habían de venir las soberanas ri-
quezas de su gracia a impulsos de
su bondad para con nosotros en
Cristo Jesús. 8 Sí que por la gracia
habéis sido salvados mediante la fe ;
y esto no de vosotros, que de Dios
es el don ; " no en virtud de obras,
para que nadie se gloríe. 10 Porque
de El somos hechura, creados en
Cristo Jesús a base de obras buenas,
que de antemano dispuso Dios para
que nos ejercitásemos en ellas.
l.os gentiles, incorporados a Israel
en Cristo Jesús. 2, 11-22
u Por lo cual recordad que un tiem-
po vosotros, los gentiles según la
carne, los llamados incircuncisión
por la que se llama circuncisión — en
la carne, hecha por mano de hom-
bre— , M que estabais en aquel tiem-
po desconectados de Cristo, excluí-
aos^ de la ciudadanía de Israel y ex-
traños a las alianzas, sin esperanza
de la promesa, sin Dios en el mun-
do ; " mas ahora en Cristo Jesús
vosotros, los que un tiempo estabais
lejos, habéis sido aproximados por
la sangre de Cristo. 14 Porque El es
nuestra paz ¡ el que de los dos hizo
uno y derribó el muro interpuesto
de la valla, la enemistad, anulando
en su carne 16 la ley de los manda-
mientos formulados como edictos,
para hacer en sí mismo de los dos
un solo hombre nuevo, haciendo
paz, " y reconciliar a entrambos en
un solo cuerpo con Dios por medio
de la cruz, matando en ella la ene-
el pecado de Adán ; LO mismo que ios demás : expresa universalidad. Estos tres rasgos
juntos son un testimonio inequívoco de la existencia y universalidad del pecado
origina'..
Los tres verbos del original : CONVIVIFICÓ, conkesucitó, conentronizó, tan extra-
ños en el griego como en el castellano, sirven maravillosamente para expresar la
inefable- «comunión» o consorcio de los hombres con Cristo.
*-* Por la gracia habéis sido salvados medíame la fe : con admirable precisión,
San Pablo presenta la salud eterna como producto de dos factores : la gracia de Dios,
romo agente principal, y la fe del hombre, como agente instrumental. Mas, i>ara
que nadie creyese que la fe, contrapuesta a la gracia, era obra propia del hombre,
añade el Apóstol : no en virtud de obras que vosotros hubierais hecho : no por
vuestras fuerzas, industrias o merecimientos.
10 Somos HEcnüRA o creación de Píos : magnifica expresión que presenta la justi-
ficación y la salvación como «obra de arte» o, según la palabra original «poema», de
la sabiduría, de la bondad y del poder de Dios. Mas si las buenas obras no tienen
la virtud de justificar al pecador, no por eso quedan excluidas de la vida cristiana,
como pretendió Lutero ", antes al contrario, como a continuación enseña el Apóstol,
fuimos crudos EN Cristo Jesús a base de obras buenas, oue de antemano dispuso
Dios para uue nos ejercitásemos en ellas.
u-— En esta sección se expone la admisión de los gentiles a las promesas y alian-
zas de Israel, con el cual forman un solo pueblo, un solo hombre nuevo, que por
Cristo en el Espíritu Santo se llega al Padre.
B Con cinco rasgos pinta San Pablo la degradación de los gentiles : privados de
Cristo, extraños a la ciudadanía de Israel, ajenos a las alianzas concertadas por Dios
con Abrahán y Moisés, sin esperanza, sin Dios. A estas calamidades pasadas se con-
traponen las bendiciones presentes.
u Ahora en Cristo Jesús... A la primera desgracia de los gentiles, la privación
de Cristo, ha sucedido ahora la primera bendición, que es la inefable comunión en
Cristo Jesús. Lo que sigue, que en virtud de la sangre de Cristo se han suprimido
las distancias, es como la tesis de la demostración desarrollada en los tres versículos
siguientes.
M-i» Porque El es nuestra paz ; y lo es, porque El es el que de los dos hizo uno
solo ; y para hacerlo, derribó el muro interpuesto de la valla, la enemistad. Este
muro de separación, esta enemistad, era la ley de Moisés : por esto Cristo concertó
la amistad entre judíos y gentiles, anulando la ley de los mandamientos con sus
prescripciones. El doble objeto de anular la ley fué reconciliar a judíos y gentiles
entre sí y reconciliar a entrambos, unidos, con Dios.
— 422 —
2 17-3 2
EFESIOS
3 3-11
mistad ; " y, venido, anunció paz a
vosotros, que estabais lejos, y paz a
los que estaban cerca ; a pues poi
El tenemos abierta la entrada en-
trambos en un mismo Espíritu al
Padre. 19 Así, pues, ya no sois ex-
tranjeros ni forasteros, sino que sois
conciudadanos de los santos y miem-
bros de la familia de Dios, " edifi-
cados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la pie-
dra angular el mismo Cristo Jesús,
n en ell cual todo el edificio, harmó-
nicamente trabado, se alza hasta ser
templo santo en el Señor ; - en el
cual también vosotros sois junta-
mente edificados para ser morada
de Dios en el Espíritu.
3. El misterio, anunciado por
Pablo
Misión del Apóstol. 3, 1-13
o 1 Por causa de esto, yo, Pablo, el
" prisionero de Cristo Jesús por
vosotros los gentiles, ... 2 si es que
habéis oído la economía de la gracia
de Dios que me fué dada en orden
a vosotros, * y es que por revelación
se me dió a conocer el misterio, se-
gún os lo acabo de escribir en pocas
palabras, * conforme a lo cual, le-
yéndolo, ipodéis conocer mi inteli-
gencia en el misterio de Cristo; 6 el
cual en otras generaciones no fué
dado a conocer a los hijos de los
hombres, cual ahora fué revelado a
sus santos apóstoles y profetas por
el Espíritu ; 6 a saber, que los gen-
tiles son coherederos y miembros de
un mismo cuerpo y juntamente par-
tícipes de la promesa en Cristo Je-
sús por medio del Evangelio, ' del
cual fui constituido ministro según
el don de la gracia de Dios, que me
fué dada según la energía de su po-
der. 8 A mí, menor que el más pe-
queño de todos los santos, me fué
otorgada esta gracia, la de anunciar
a los gentiles las riquezas de Cris-
to, imposibles de rastrear, 9 y de ilu-
minar a todos, dando a conocer cuál
sea la economía del misterio, escon-
dido desde el origen de los siglos
en Dios, que creó todas las cosas,
10 a fin de que se dé a conocer ahora
a los principados y a las potestades
en los cielos, por medio de la Igle-
sia, la multiforme sabiduría de Dios,
" según el designio eterno que se
había propuesto en Cristo Jesús, Se-
Nueva proposición de la tesis y nueva demostración. Proposición : Y, venido,
anunció faz a vosotros, que estabais lejos, y paz a los que estaba?? cerca. Demostra-
ción : Pues pok El tenemos abierta la entrada entrambos en un mismo Espíritu al
Padre. La mutua concordia y la reconciliación con Dios se declara en función de la
Trinidad. El Mediador de esta doble unión es Jesu-Cristo : su agente íntimo es el
Espíritu Santo ; su término es Dios Padre.
Conclusión : Así, pues, ya no sois extranjkros ... Y apelando a una compara-
ción favorita, empleada también por el mismo Cristo (Mt. 16, 16) y por San Pedro
fi Pe. 2, 5), añade : porque sois edificados... Concretando la imagen de edificio en
la de templo, prosigue : en el cual (Cristo)... Los fieles son templo de Dios a la vez
en Cristo y en el Espíritu Santo. En Cristo, porque es la piedra angular y funda-
mental ; en el Espíritu Santo, porque es el principio íntimo de harmonía y solidez :
como en la imagen del cuerpo místico, los fieles forman este cuerpo en Cristo a la
vez y en el Espíritu Santo. En Cristo, porque es su Cabeza ; en el Espíritu Santo,
porque es su alma. Templo de Dios Padre en Cristo y en el Espíritu Santo : otra
vez se encarece la dignidad de la Iglesia en función de la Trinidad.
31 El hilo del razonamiento, iniciado en este versículo, se rompe bruscamente, para
reanudarse en el v. 14.
*-» Estos versículos son como un inmenso paréntesis, que en dos ciclos parale-
los. ;-7 y 8-13, describe las maravillas del misterio de Crisio.
3-7 Primera descripción del misterio. Dos géneros de rasgos integran la descrip-
ción : unos extrínsecos, como son el desconocimiento del misterio en el tiempo pa-
sado y su revelación en el presente, la inteligencia que de él alcanzó San Pablo
y su particular vocación para anunciarlo ; los intrínsecos están admirablemente con-
densados en el v. 6. Organizando con más orden estos elementos, puede desenvolverse
así la descripción : los gentiles son equiparados a los judíos en tres cosas : en el
presente, forman con ellos un mismo cuerpo ; mirando a lo pasado, participan por
igual de la promesa hecha a Israel ; mirando a lo por venir, están destinados a po-
seer una misma herencia.
*-u Segunda descripción del misterio. Más que el misterio mismo, se describe la
ICONOMÍA DEL MISTERIO.
— 423 —
3 13-4 -
EFESIOS
3 18-4 <5
ñor nuestro, 12 en quien tenemos la
franca seguridad y libre entrada con
confianza por medio de la fe en El.
13 Por lo cual pido que no caigáis de
ánimo con motivo de las tribulacio-
nes que por vosotros padezco, como
que son gloria vuestra.
Oración del Apóstol del misterio.
3, 14-19
11 Por causa de esto doblo mis ro-
dillas ante el acatamiento del Pa-
dre, " de quien toma su nombre to-
da familia en los cielos y sobre la
tierra, 16 para que os conceda, según
las riquezas de' su gloria, que seáis
firmemente corroborados por la ac-
ción de su Espíritu en el hombre
interior, " que habite Cristo por la
fe en vuestros corazones, enraizados
y cimentados en la caridad, 18 a fin
de que seáis capaces de compren-
der, con todos los santos, qué cosa
sea la anchura y longitud y alteza
y profundidad, á y de conocer, cosa
que sobrepuja todo conocimiento, la
caridad de Cristo, para que seáis
colmados de toda plenitud, cuyo
blanco sea la plenitud de Dios.
Doxología solemne. 3, 20-31
20 Al que es poderoso para hacer
sobre toda medida con incompara-
ble exceso más de lo que pedimos o
pensamos, según la potencia que
despliega en nosotros su energía,
a El la gloria en la Iglesia y en
Cristo Jesús por todas las generacio-
nes del siglo de los siglos. Amen.
Segunda parte: Moral. — La vida cristiana, prolongación
del misterio
1. Unidad en la variedad
Múltiples la¿os de la unidad
cristiana. 4, 1-6
A 1 Os ruego, pues, yo, el prisione-
^ ro del Señor, que procedáis cual
conviene a la vocación con que fuis-
teis llamados, 2 con toda humildad
y mansedumbre, con longanimidad,
sufriéndoos los unos a los otros coit
caridad, ' mostrándoos solícitos por
mantener la unidad del espíritu con
el v ínculo de la paz. 4 Un solo cuer-
po y un solo Espíritu, como tam-
bién fuisteis llamados con una mis-
ma esperanza de vuestra vocación.
" Un solo Señor, una sola fe, un solo
bautismo. 6 Un solo Dios y Padre de
todos, que está sobre todos, que ac-
túa por medio de todos, que habita
en todos.
Reanudando el razonamiento interrumpido, San Pablo formula su oración por
los Efesios, en la cual son dignos de consideración los altísimos ideales de santidad
que desea ver realizados en la vida cristiana.
1^14 ei padre, de quien toma su nombre toda familia. Como los hijos de Aarón, por
ejemplo, juntamente con el ser recibían el nombre de su progenitor y formaban la
familia de Aarón, así los ángeles y los hombres, al ser llamados a la participación
sobrenatural del ser divino, reciben el glorioso nombre de familia de Dios.
m-ib ygis gracias <fesea el Apóstol a los fieles. Las tres primeras son : robustez
del hombre interior por el Espíritu Santo ; la habitación de Cristo en nuestjos cora-
zones por medio de la fe ; el estar arraigados y cimentados en la caridad, como los
Árboles arraigan en la tierra, como los edificios se fundan en los cimientos. Las tres
últimas, de orden más elevado, son : vigor mental para abarcar las inmensas di-
mensiones del misterio ; conocer el amor de Cristo, superior a todo conocimiento ;
una colmada plenitud espiritual, cuyo límite sea la plenitud misma de Dios.
41_e Esta sección es a la vez un panegírico de la unidad esencial y espiritual que
existe en la Iglesia y una exhortación a la unidad moral que los fieles deben fo-
mentar con su propia colaboración. Para que los fieles no frustren con sus discor-
dias la unidad del Espíritu, les propone San Pablo los múltiples principios de unidad,
distribuidos en tres series. Primera serie, en función del Espíritu Santo : Un solo
— 424 —
4 7-12
EFESiaS
4 13-14
Í.OS diferentes dones ordenados a la formación del cuerpo místico de
Cristo. 4, 7-1 6
' A cada uno de nosotros le fué dada la gracia según la medida con que
la da Cristo. Por lo cual dice :
Subiendo a lo alto, llevó consigo cautiva la cautividad ;
repartió dádivas a los hombres.
*Y eso de que asubió», ¿por (luc-
es sino porque descendió primero a
las partes más bajas de la tierra ?
" El que descendió es el mismo que
también subió por encima de todos
los cielos, para llenarlo todo. 11 Y El
dió a unos ser apóstoles ; a otros,
profetas ; a otros, evangelistas ; a
otros, pastores y doctores, u en or-
den a la perfección consumada de
los santas para la obra del ministe-
rio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, hasta que lleguemos
todos juntos a encontrarnos en la
unidad de la fe y del pleno conoci-
miento del Hijo de Dios, a la ma-
durez del varón perfecto, a un des-
arrollo orgánico proporcionado a la
plenitud de Cristo, 14 para que no
seamos ya niños, fluctuando de acá
para allá, dando vueltas a todo vien-
to de doctrina, por la trampería de
•los hombres, por la truhanería que
hace caer en las añagazas de la se-
cuerpo v un solo Espíritu... una misma esperanza : existe de parte <le Dios, y ha de
subsistir de parte nuestra, este triple lazo de unidad, cuyo principio es el Espíritu
Santo, alma del cuerpo místico de la Iglesia y prenda de la vida eterna que espera-
mos. Segunda serie, en función de Jcsu-Cristo : Un solo Señor, una sola ee, un solo
MUTISMO. Esta orden categórica y terminante : una sola fe, condena de antemano h
todos los herejes, y singularmente al protestantismo, que ni respecto de la gran Igle-
sia ni dentro de sí mismo conserva una sola fe. Tercera serie, en función de Dios
Padre : Un solo Dios v Padre de iodos, oue está sobre todos, que actúa por medio
DE todos, oue habita en todos. Magnífica declaración de la trascendencia de Dios
y de su doble inmanencia, de presencia y de acción.
* El sentido es : no se recibe otra gracia que la que Cristo da.
*"*_Se aplica a Cristo un verso del Salmo (6-, io), estrictamente teológica: confe-
sión implícita de su divinidad. La razón de la cita se halla en el segundo hemisti-
quio ; el primero, que San Pablo entiende de la Ascensión, da lugar a un breve
paréntesis, en que se presenta la Ascensión como recompensa del descendimiento
a las partes MÁS bajas de la tierra. Estas partes no son simplemente la tierra con-
trapuesta al cielo, sino los infiernos. Así lo persuade el sentido obvio de la expresión
y la antítesis del versículo siguiente.
" Para llenarlo iodo : con la largueza de sus dádivas.
" Cuatro géneros de ministerios se enumeran : i) los apóstoles, que son los Doce,
y algunos otros que los imitaron en la fundación de las Iglesias, como Pablo y Ber-
nabé ; 2) los profetas o maestros carisniáticos, que hablaban inspirados por Dios ;
3) los evangelistas o misioneros ambulantes, que predicaban el Evangelio ; 4) los
pastores y doctores, que son los obispos residentes en sede fija, cuya principal misión
es gobernar y enseñar.
12 El primer inciso expresa un fin inmediato, ordenado, a su vez, a los otros dos
fines expresados en los dos incisos siguientes. La palabra sanios es una designación
genérica de los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y doctores, mencionados
anteriormente. Todo el inciso significa que Cristo repartió los varios carismas para
que los santos en sus miembros más distinguidos se hallen dispuestos para los dos
fines expresados en los incisos siguientes; es a saber: en general, para realizar la
obra propia de cada ministerio, y en particular, para llevar adelante la edificación
de la Iglesia, cuerpo místico de Jesu-Cristo. La palabra edificación está tomada de la
arquitectura paia ser aplicada al desenvolvimiento biológico del organismo humano.
Hasta uue lleguemos iodos juntos \ ENCONTRARNOS : quiere decir que todos los
fieles converjamos, nos reunamos, en la unidad de la fe. Esta uni.lad de la fe no se
ha de tomar en sentido negativo, en cuanto excluya simplemente las disensiones ;
sino que ha de ser concordia absoluta y universal en la fe, y tal fe, que, ilustrada
por el pleno conocimiento de Jesu-Cristo, abarque íntegramente toda la verdad reve-
.ada acerca del Hijo de Dios bajo todos sus aspectos. Con tal unidad de la fe, lógica-
mente vivida, todos juntos venimos a ser un varón perfecto, esto es, que, salidos de
la mflez espiritual, alcanzamos la madurez varonil.
—425 —
4 15-23
EFESIOS
4 24 -32
ducción ; 15 sino que, andando en
verdad, por la caridad crezcamos en
todos sentidos para ser como El,
que es la cabeza, Cristo, " por quien
todo el cuerpo, bien concertado ^
trabado, gracias al íntimo contacto
que suministra el alimento al orga-
nismo, según la actividad corres-
pondiente a cada miembro, va obran-
do su propio crecimiento en orden
a su plena formación en virtud de
la caridad.
2. Altos ideales de la moral
cristiana
No imitar a los gentiles. 4, 17-21
" Esto, pues, diijo y testifico en
el Señor : que no andéis ya como an-
dan los gentiles, en la vanidad de
su mente, "que tienen entenebreci-
do el entendimiento, ajenos eom-
Í defámente a la vida de Dios, por
a ignorancia en que se hallan, por
el encallecimiento de su corazón ;
13 los cuales, perdida toda sensibi-
lidad moral, se entregaron a la di-
solución para obrar toda impureza
a impulsos de la concupiscencia.
"Mas vosotros no así aprendisteis
a Cristo, n si es que oísteis de El
y en El fuisteis adoctrinados, según
es la verdad que está en Jesús, 22 a
despojaros, respecto de vuestra vida
anterior, del hombre viejo, que se
corrompe siguiendo las concupiscen-
cias de la seducción, * y a renova-
ros en el espíritu de vuestra men-
te " y revestiros del hombre nuevo,
creado según el ideal de Dios en la
justicia y santidad de la verdad.
Evitar la mentira, la ira, el hurto,
las palabras malas. 4, 25-30
35 Por lo cual, desechada toda men-
tira, hablad verdad cada uno con
su prójimo, ya que somos los unos
miembros de los otros. M «Enojaos
y no pequéis» : no se ponga el sol
y caiga la noche sobre vuestra ira,
n ni deis lugar al diablo. El que
hurtaba, ya no hurte ; antes trabaje,
obrando con sus manos el bien, para
tener que compartir con el que pa-
dece necesidad. " No salga de vues-
tra boca palabra alguna dañada, si-
no la que sea buena para la oportu-
na edificación, para que comunique
gracia a los que la oyen. 50 Y no con-
tristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis marcados para
el día del rescate.
Indiligencia como la de Dios, amor
como el de Cristo. 4, 31-32 ; 5, 1-2
31 Toda amargura, cólera, ira, gri-
tería, maledicencia, destiérrense le-
jos de vosotros con todo género de
malicia. 12 Sed más bien los uno-- con
los otros benignos, entrañablemen-
"-M El sentido de estos dos versículos es : viviendo sin ficciones ni inconsecuen-
cias la vida verdadera de la caridad, crezcamos en todos los órdenes, teniendo como
meta e ideal a aquel que es la Cabeza, por cuyo influjo todo el cuerpo, harmónica-
mente organizado y sólidamente trabado, por medio de todos los contactos y ligamen-
tos que mantienen la cohesión y suministran la nutrición, conforme a la actividad
Dropia de cada una de las partes, va obrando su propio desenvolvimiento vital hasta
llegar a la madurez varonil, todo en virtud de la caridad. El sentido real, envuelto
en las imágenes, que parecen tomadas de la biología moderna, es que todo el orden
jurídico y toda la vida espiritual de la Iglesia proceden de Jesu-Cristo, externamente
por medio de la Jerarquía y de los Sacramentes, internamente por la acción del
Espíritu Santo; orden y vida que no pueden alcanzar su pleno desenvolvimiento,
tanto individual como social, sin el concurso de la caridad, que en el cuerpo místico
<ie la Iglesia es el principio de cohesión y actividad.
Hace San Pablo una pintura pavorosa de la perversión moral de los gentiles.
a°-11 A la perversión pacana opone San Pablo como síntesis de la moral cristiana
■ Jesu-Cristo. Cristo es toda la moral.
"■"Es interesantísima la doctrina de San Pablo sobre el hombre viejo y el hom-
bre nuevo. El hombre viejo es la perversión moral que proviene del pecado origina!
y lleva al pecado actual. El hombre nuevo es la renovación espiritual del hombre,
que, partiendo de la justificación de los pecados, le inclina a las obras de justicia
y santidad.
— 426 —
51-9 EFESIOS 510-21
te compasivos, perdonándoos recí-
procamente, así como Dios en Cris-
to os perdonó a vosotros.
¡- 1 Haceos, >pues, imitadores de
Dios, como hijos queridos, 2 y
caminad en el amor, así como Cris-
to os amó, y se entregó a sí mismo
por nosotros como ofrenda y vícti-
ma a Dios en fragancia de suavidad.
Huir de toda impureza. 5, 3-7
' Mas la fornicación y toda impu-
reza o codicia ni se nombren entre
vosotros, cual cumple a santos ; 4 lo
mismo que la torpeza y las conver-
saciones tontas y la chocarrería, co-
sas éstas que no estarían bien, sino
antes bien hacimiento de gracias.
• Porque sabed y entended que todo
fornicario, o impuro, o codicioso, que
equivale a idólatra, no tiene parte
en la herencia del reino de Cristo y
de Dio» ' Que nadie os seduzca con
fútiles razonamientos ; que por esas
cosas viene la ira de Dios sobre los
hijos de la rebeldía. * No entréis a
la parte con ellos.
Hijos de ¡a luz. 5, 8-14
' Porque erais un tiempo tinieblas ;
mas ahora, luz en el Señor. Cami-
nad como hijos de la luz — 9 porque
el ÍTuto de la" luz consiste en toda
bondad y justicia y verdad—, 10 aqui-
latando qué cosa sea agradable al
Señor ; " y guardaos de tener parte
en las obras infructuosas de las ti-
nieblas, antes bien desenmascaradlas
y reprochadlas ; 12 pues las cosas que
ellos ocultamente hacen, vergüenza
es aun el decirlas. " Y todas esas
cosas, al ser desenmascaradas, son
manifestadas por la luz ; que todo lo
que se manifiesta, luz es. M Por lo
cual dice :
Despierta, tú que duermes,
y levántale de entre los muertos,
y te iluminará Cristo.
Prudencia y fervor espiritual. 5, 15-21
• T ^'ra<lj pues, con gran circunspec-
ción cómo andáis, no como necios,
sino como sabios, 16 rescatando el
tiempo, porque los días son malos.
" Por eso no os hagáis insensatos,
sino entended cuál sea la voluntad
del Señor. w Y no os embriaguéis
con vino, que lleva al desenfreno,
sino llenaos del Espíritu, J9 habién-
doos los unos a los otros con salmos
e himnos y cánticos espirituales,
cantando y tañendo en vuestro cora-
zón al Señor, 10 haciendo gracias con-
tinuamente por todo al que es Dios
y Padre en el nombre de nuestro
Señor Jesu-Cristo, 3 sometiéndoos
los unos a los otros en el temor de
Cristo.
K > Habla el Apóstol del sacrificio de la cruz, en el cual Cristo fué a la vez la víeti-
nía y el sacerdote.
•■* Dos series ternarias de vicios enumera San Pablo ; pero las califica diferente-
mente. Con ello prácticamente distingue dos géneros de pecados : unos graves, otros
leves.
•"• ¡Hermoso ideal de la santidad cristiana, que es una irradiación esplendorosa
de verdad, bondad y justicia !
u Despierta... Estas palabras parecen ser un fragmento de un himno cristiano
primitivo.
M Los días malos son representados como poseedores avaros del tiempo, que no lo
venden sino a precio de trabajo. El rescatar el tiempo es, por tanto, trabajar por
aprovecharlo.
Insinúa aquí San Pablo el carisma de la inspiración sagrada, poética o mu-
sical. La diferencia entre salmos, himnos y cánticos espirituales puede entenderse por
la aplicación de estas denominaciones a las diferentes composiciones poéticas del
Oficio Alvino. Salmos son los de David ; himnos, los de San Ambrosio, Venancio
Fortunato... ; cánticos, los de la Virgen, Zacarías...
20 En EL nombre de nuestro Señor Jesu-Cristo : al Padre celestial le hemos de
glorificar principalmente en nombre de Jesu-Cristo. Jesu-Cristo, al incorporarnos con-
sigo, se ha dignado apropiarse nuestras acciones. Consiguientemente, hemos de pre-
sentarlas al Padre en cuanto son acciones de su divino Hijo.
— 427 —
5 22-31
EFESIOS
5 32- 6 8
3. Moral social: la familia
cristiana
Obligaciones de his mujeres casada*.
5. 22-24
58 Las mujeres sométanse a sus
propios maridos, como al Señor ;
a pues el varón es cabeza de la mu-
jer, como también Cristo es cabeza
de la Iglesia, cuerpo suyo, del cual
El es Salvador. 24 Mas así como la
Iglesia se sujeta a Cristo, así tam-
bién las mujeres a sus maridos en
todo.
Obligaciones de los maridos. 5, 25-33
26 Los varones amad a vuestras es-
posas, como también Cristo amó a
la Iglesia y se entregó a sí mismo
por ella, 56 para santificarla, purifi-
cándola con el baño del agua por la
palabra, 2T a fin de hacer parecer
ante sí gloriosa a la Iglesia, sin que
tenga mancha ni arruga ni cosa pa-
recida, sino que sea .santa e inmacu-
lada. ** Así deben también los varo-
nes amar a sus esposas como a sus
propios cuerpos. Quien ama a su es-
posa, a sí mismo se ama. 20 Porque
nadie jamás aborreció su propia
carne, antes la mantiene y regala,
como también Cristo a la Iglesia,
*° puesto que somos miembros de su
cuerpo. " «En razón de esto abando-
nará el hombre al padre y a la ma-
dre, y se adherirá a su esposa, v se-
rán los dos una sola carne.» " Este
misterio es grande, mas yo lo decla-
ro de Cristo y de la Iglesia. n Mas
fuera de esto, vosotros también, ca-
da uno en particular así ame a su
esposa como a sí mismo ; la mujer,
a su vez, que reverencie al marido.
Obligaciones de los hijos y de los
padres. 6, 1-4
¿ 1 Los hijos obedeced a vuestros
" padres en el Señor, pues esto es
justo. 2 Honra a tu padre y a tu ma-
dre»— que es el primer mandamien-
to en la promesa — , 3 «para que todo
te suceda bien y vivas largo tiempo
sobre la tierra». 4 Y los padres no
exacerbéis a vuestros hijos, sino
educadlos en la disciplina y en la
instrucción del Señor.
Obligaciones de los esclavos y de
los amos. 6, 5-9
5 Los siervos obedeced a vuestros
amos temporales con temor y tem-
blor, con sencillez de vuestro cora-
zón, como a Cristo, 8 no con servicio
al ojo, como quienes buscan agradar
a hombres, sino como siervos de
Cristo, haciendo la voluntad de Dios
con toda el alma, : sirviendo con
buena voluntad, como al Señor, y
no a hombres ; 8 sabiendo que cada
" Aquí asienta San Pablo el principio fundamental del cual se deriva toda la
excelencia sobrenatural del matrimonio cristiano : que es, y ha de ser, un trasunto
de la unión de Cristo con la Iglesia.
31-33 En este pasaje expone San Pable s,i altísima concepción sobre el matrimonio
cristiano, cuyo carácter sacramental declara en función de los místicos desposorios de
Cristo con la Iglesia. Como Cristo se unió con la Iglesia, tomando como ejemplar el
matrimonio natural, así a su vez el matrimonio cristiano se ha de modelar conform*
al ideal de los desposorios de Cristo con la Iglesia. El amor con que el marido ha
de amar a su mujer ha de ser una realización del altísimo sentido que Cristo ha dado
al matrimonio cristiano. Ahora bien, la unión de Cristo con la Iglesia es por la
gracia. Por consiguiente, las mutuas relaciones de los esposos cristianos no son sino
el desenvolvimiento de la gracia inicial que entraña en su mismo origen el matri-
monio cristiano. Esta gracia inicial, vinculada al matrimonio cristiano y que es tftulo
de las gracias actuales y particulares necesarias para la vida conyugal, ha^e de él
verdadero sacramento de la Nueva Ley.
* Baño del agua por la palabra : es la definición clásica del bautismo.
6 - En la promesa : indica San Pablo la división del Decálogo en dos series de man-
damientos. La segunda, que comienza en el cuarto, se llama la promesa, por las
promesas vinculadas al cumplimiento de los preceptos en ella contenidos.
— 428 —
6 9-22
EFESIOS
6 13-24
cual, según lo bueno que hiciere,
eso recibirá del Señor, que sea es-
clavo, que sea libre. " Y los amos
haced otro lauto con ellos, no recu-
rriendo tanto a la amena/a, sabien-
do que el Señor, tanto de ellos co-
mo vuestro, está en los cielos, y que
no hay en Kl aceptación de perso-
Ascética militante
l.a armadura del cristiano. 6,
10 Por lo demás, confortaos en el
Señor y en el poder de su fuer/a.
11 Revestios de La armadura de Dios
para que podáis sosteneros ante las
asechanzas del diablo. i: Que no es
nuestra lucha contra carne y sangre,
sino contra los principados, contra
las potestades, contra los poderes
mundanales de las tinieblas de este
siglo, contra las huestes espirituales I
de la maldad que andan en las re- 1
giones aéreas. 13 Por esto, tomad la
armadura de Dios para que podáis
oponer resistencia en el día malo v,
prevenidos con todos los aprestos,
sosteneros. " Manteneos, pues, fir-
mes, ceñidos vuestros lomos con la
verdad, y revestidos con la coraza
de la justicia, 15 y calzados los pies
con la preparación pronta para el
Evangelio de la paz, "embrazando
en todas ocasiones el escudo de la
fe, con que podáis apagar todos
los dardos encendidos deí malvado.
" Tomad también el yelmo de la sa-
lud y la espada del espíritu, que es
la palabra de Dios ; s* orando con
toda oración y súplica en todo tiem-
po en espíritu, y para ello velando
con toda perseverancia y súplica por
todos los santos 18 y por mí, para
que al hablar se me pongan pala-
bras en la boca con que anuncias
con franca osadía el misterio del
Evangelio, 10 del cual soy mensaje-
ro, en cadenas, a fin de que halle
vo en él fuerzas para anunciarlo con
libre entereza, como es razón que yo
hable.
Conclusión
Nuevas personales, b, 21-22
a Mas para que sepáis también
vosotros mi situación, qué es lo que
hago, todo os lo hará saber Tíqui-
co, el hermano querido y fiel minis-
tro en el Señor, ■ a quien envié a
vosotros para esto mismo, a fin de
que estéis al cabo de nuestras cosas,
y que conhorte vuestros corazones.
Maldición final, o, 23-24
23 Paz a los hermanos y candad
acompañada de la fe de parte de
Dios Padre y del Señor Jesu-Cristo.
-1 La gracia sea con todos los que
aman a nuestro Señor Jesu-Cristo
con inmortalidad.
14-17 Describe San Pablo la «panoplia de Dios». Las piezas son : ti cinto, que es la
verdad; la coraza, que es la justicia; el calzado, que es la prontitud para predicar
el Evangelio; el escudo, que es la fe; el yelmo, que es la esperanza de la salud ,
la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
19 El misterio dfx Evangelio es el misterio de Cristo anunciado en el Evangelio
34 El sentido más probable de toda la frase parece ser : Sea con todos los qn<
.unan a nuestro Señor Jesu-Cristo la gracia que se consuma en la inmortalidad
INTRODUCCION
A LA EPISTOLA A LOS FILI PENSES
La Iglesia de Filipos. — La ¿glesia de Filipos fue la primera que
fundó San Pablo en Europa. Esta circunstancia, y el carácter noble,
sincero, afectuoso de aquella colonia romana, explica la predilec-
ción del Apóstol a los Filipcnscs. San Lucas, en una de las páginas más
admirables de los Hechos apostólicos, refiere la ocasión, el motivo, las
peripecias de esta fundación. Era hacia el año 51 cuando San Pablo,
durante su segunda misión evangélica, movido por una visión celeste,
determinó pasar de Tróade a Maccdonia ; y habiendo desembarcado cu
Neápolis (hoy Cávala), se fué directamente a Filipos. Allí, después de
numerosas conversiones y de maravillosos prodigios, un motín popular,
provocado por unos farsantes, le obligó a retirarse de la ciudad, después
de padecer los azotes y la cárcel. Pero dejaba allí fundada una cristian-
dad, adicta como ninguna al Apóstol, usu gozo y su coronan, como él la
llama. En otras varias ocasiones visitó San Pablo a los Filipcnscs.
Ocasión y objeto de la carta. — Unos diez años más tarde, hacia el ói,
los Filipcnscs , enterados de que el Apóstol estaba prisionero cu Roma,
le enviaron a Epafrodilo con una buena limosna para socorrer a sus ne-
cesidades. Epafrodito, después de cumplir su. misión, se quedó con
San Pablo para ayudarle en su ministerio apostólico. Pero cayó enfermo
de peligro este «colaborador y compañero de armas», como le llama el
Apóstol; y después de restablecido, en la convalecencia sintió la nostalgia.
Pablo, para consolar a Epafrodito, y para calmar a los Füipenses, pre-
ocupados con su enfermedad , le envió a su ciudad natal, confiándole al
mismo tiempo la presente carta.
Su objeto es dar gracias a los Filipcnscs por su caridad, manifestar-
les la ternura de su afecto paternal y exhortarlos juntamente a perseve-
rar en el camino comenzado. Las advertencias que les hace contra los
judaizantes y contra ciertos epicúreos prácticos parecen más bien pre-
ventivas. Lo que principalmente les recomienda es la concordia y la ca-
ridad acompañada de humildad .
División de la carta. — La Epístola a los Filipcnscs en nada se pa-
rece a un tratado doctrinal : es una expansión afectuosa de confianza, de
gozo, de cariño, envuelto en consejos paternales. Además de la intro-
ducción y de la conclusión, en el cuerpo de la Epístola se pueden distin-
guir dos partes, cada una de las cuales contiene noticias personales se-
guidas de exhortaciones.
— 430 —
1 1-12
FILIPENSES
18-14
EPISTOLA A LOS FILIPENSES
Introducción
Salutación epistolar, i, 1-2
I1 Pablo y Timoteo, esclavos de
Cristo Jesús, a todos los santos
en Cristo Jesús que se hallan en Fi-
lióos con los obispos y diáconos.
a Gracia a vosotros y paz de parte de
Dios, padre nuestro, y del Señor Je-
su-Cristo.
Acción de gracias, cariñosos elogios,
oraciones. 1, 3-11
s Hago gracias a mi Dios todas las
veces que me acuerdo de vosotros,
' siempre, en toda oración mía por
todos vosotros, haciendo con gozo
mi oración, 5 por la parte que habéis
tomado en el Evangelio desde el
primer día hasta ahora, 6 con la se-
gura confianza de que quien comen-
zó en vosotros obra buena la llevará
al cabo hasta el día de Cristo Jesús,
7 según es justicia para mí sentir
eso de todos vosotros, por cuanto os
tengo en mi corazón, a vosotros, que
tanto en mis cadenas como en la
defensa y consolidación del Evange-
lio sois todos partícipes de mi gra-
cia. 8 Porque testigo me es Dios de
cuánta soledad siento de todos vos-
otros en las entrañas de Cristo Je-
sús. • Y esto pido en mi oración :
que vuestra caridad rebose todavía
más y más en cabal conocimiento y
en todo discernimiento, 10 para que
sepáis aquilatar lo mejor, a fin de
que os mantengáis sin tacha v sin
tropiezo hasta el día de Cristo, 11 col-
mados del fruto de justicia que .se
logra por Jesu-Cristo, a gloria v ala-
banza de Dios.
I. Noticias
Difusión del Evangelio en Roma. I avance del _ Evangelio, 13 de suerte
j i->.-50 I que mis prisiones se han hecho en
Cristo notorias en todo ti pretorio \
a todos los demás, u y los más de
12 Mas quiero que sepáis, herma- | tos hermanos, alentados en el Señor
nos, flne las cosas que me han so- con mis prisiones, se atreven más y
brevenido han servido más para el i más a anunciar intrépidamente la
■j 1 Obispos : en las Kpístolas de San Pablo se denominan indiferentemente obispos
y presbíteros todos los sacerdotes, ya sean del arado inferior, ya del superior. En
I'ilipos, ia pluralidad de OBISPOS se verifica con la existencia de un colegio presbite-
rial presidido por un obispo.
5 Desde et. primer día : la Iglesia de Filipos fué la primera fundada por San Pa-
blo en Europa.
Os tengo en mi corazón, en las ENTRAÑAS de Cuisto Jesvs. Estas dos frases en-
señan tres cosas: 1) la identidad de significación entre CORAZÓN y ENTRAÑAS; 2) si
— 431 —
1 15-30
FILIPENSES
121 ¿J
palabra del Señor: 15 Algunos cierta-
mente por pura envidia y rivalidad,
mas otros también por benevolencia
predican a Cristo ; P los unos por
amor, sabiendo que estoy puesto pa-
ra la defensa del Evangelio, " mas
los otros por emulación' anuncian a
Cristo, no limpiamente, imaginando
suscitar aflicción a mis prisiones.
18 Pues ¿qué? Que en todo caso, de
todas maneras, sea por pretexto, sea
con verdad, Cristo es anunciado, \
de ello me gozo ; más aún, me go-
zaré siempre ; 19 porque sé que esto
resultará en beneficio de mi salud,
gracias a vuestra oración y a la su-
ministración del Espíritu de Jesu-
cristo, 20 según mi expectación y
esperanza de que en nada quedaré
confundido, sino que, con toda segu-
ridad, ahora lo mismo que siempre,
será Cristo engrandecido en mi cuer-
po, ya sea por vida, ya sea por
muerte.
Esperanzas de una próxima
liberación, i, _»i-26
21 Pues para mí el vivir es Cristo
y el morir, ganancia. 22 Por otro la-
do, si hay que vivir en carne, esto
será para mí rendir fruto con mi
trabajo ; y qué haya de escoger, no
lo sé. aY me siento estrechado di-
ambos lados : teniendo el deseo de
ser desatado y estar con Cristo (co-
sa, en verdad, mucho más preferi-
ble), M mas el quedarme en la carne
es más necesario en atención a vos-
otros. 25 Y esto sé con seguridad :
que me quedaré y permaneceré con
todos vostros para vuestro adelanta-
miento y gozo íle la fe, 20 a fin de
que tengáis en mí mayor motivo de
gloriaros en Cristo Jesús por mi pre-
sencia de nuevo en vosotros.
II. Exhortaciones
Constancia en el combate por la fe
* Solamente comportaos de una
manera digna del Evangelio de Cris-
to, para que, o de vista, si voy, o de
oídas, si no voy, sepa en todo caso
de vosotros que os mantenéis firmes
en un mismo espíritu, luchando jun-
tos con una sola alma por la fe del
Evangelio, 24 y no dejándoos ame-
drentar en nada por los adversarios,
lo cual es para ellos señal de perdi-
ción, mas para vosotros de salud,
y esto por obra de Dios ; 23 ya que I
a vosotros se os concedió graciosa- j
mente que j>or Cristo... no solamen-
te que creyeseis en El, sino también
que por El padecieseis, "'teniendo
el misino _ combate cual el que vis-
teis en mí y ahora oís que tiene lu-
gar en mí.
Caridad humilde y desintt.
j, 1-4
n 1 Si hay, pues, alguna consola-
* ción en Cristo, si algún solaz de
caridad, si alguna comunión de espí-
ritu, si algunas entrañas y ternuras
de misericordia, 2 colmad mi gozo, de
suerte que sintáis una misma cosa,
teniendo una misma caridad, siendo
una sola alma, aspirando a una sola
cosa ; 3 nada por rivalidad ni por
vanagloria, antes bien por la humil-
dad, estimando los unos a los otro=
todos los Filípenses caben en él corazón de San Pablo, mucho más cabrán todos los
hombres en el Corazón de Cristo ; 3) es muy íntima la compenetración de corazones
I>ara que el Apóstol pueda decir <iuc ama con el Corazón de Jesús.
a Para mí el vivir es Cristo : esto es, el pensar, el sentir, el amar, el querer ;
toda mi vida, intelectual y sensible, racional y afectiva, moral y social, es siempre
Cristo y sólo Cristo. Ahora bien, como la vida es inmanente, el que la vida de
Pablo sea Cristo supone que Cristo se ha hecho inmanente en Pablo, que se ha
identificado místicamente con Pablo.
a Ser desatado : es una imagen tomada de la navegación, en la cual !a nave,
sueltas las amarras, se lanza a alta mar.
2 4-Hl
FILIPENSES
2 12 2S
como superiores a sí, 1 mirando ca-
da cual no por sus propias ventajas,
sino también por las de los otros.
Humillación y exaltación de disto.
5~XI
' Tened en vosotros estos senti-
mientos, los mismos que en Cristo
Jesús, ' el cual, subsistiendo en la
forma de Dios, no consideró como
una presa arrebatada el ser al igual
de Dios, 7 antes se anonadó a sí
mismo, tomando forma de esclavo,
hecho a semejanza de los hombres ;
y en su condición exterior, presen-
tándose como hombre, "se abatió a
sí mismo, hecho obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. * Por lo
cual a su vez Dios soberanamente
le exaltó, y le dió el nombre que es
sobre todo nombre, 10 para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodi-
lla de los seres celestes, y de los te-
rrenales, y de los infernales, 11 y to-
da lengua confiese que Jesu-Cristo
es Señor, encumbrado a la gloria de
Dios Padre.
i Cooperación a la gracia en la obra
de la salud. 2, 12-18
a Así que, amados míos, según
que siempre obedecisteis, no como
en mi presencia solamente, sino aho-
ra mucho más en mi ausencia, con
temor y temblor obrad vuestra pro-
pia salud ; " porque Dios es el que
obra en vosotros así el querer como
el obrar, en virtud de su benepláci-
to. 11 Hacedlo todo sin murmuracio-
nes ni discusiones, 15 para que seáis
irreprochables y sencillos, hijos de
Dios sin tacha en medio de una ge-
neración aviesa y pervertida, entre
los cuales brilláis como antorchas en
el mundo, 10 exhibiendo la palabra
de vida, .lo cual será para gloria mía
en el día de Cristo, de que no corrí
en vano ni en vano me afané. 17 Y
más, aun cuando se derrame mi san-
gre como libación sobre el sacrifi-
cio y sagrado ministerio de vuestra
fe, me gozo y congratulo con todos
vosotros; 18 recíprocamente, también
vosotros gózaos y congratulaos con-
migo.
III. Nuevas noticias
Próximo viaje de Timoteo a Filipos.
2. 19-24
!* Confío en el Señor Jesús envia-
ros dentro de poco a Timoteo, para
que yo también cobre buen ánimo al
saber nuevas de vosotros. 20 Pues no
tengo otro de iguales sentimientos
que hidalgamente se preocupe por
vuestras cosas. * Porque todos bus-
can sus propios intereses, no los de
Jesu-Cristo. 22 Mas lo acendrado de
su bondad ya lo conocéis, como que
cual hijo con su padre ha trabajado
conmigo en servicio del Evangelio.
3 A. éste, pues, espero enviar, así
que barrunte el desenlace de mi si-
2*-a Este pasaje es uno de los testimonios más espléndidos de la divinidad de Jesu-
Cristo. La expresión subsistiendo ex la forma de Dios, antitéticamente paralela
a esta otra : tomando forma de esclavo, no puede tener otro sentido que el de que
Cristo poseía antes de su encarnación la naturaleza divina. Que si forma de esclavo
es la naturaleza humana, form\ de Dios no puede ser sino la naturaleza divina. E!
que Cristo, al hacerse hombre, se anonadó, no quiere decir que se desposeyese de la
forma de Dios, sino que escondió la «loria externa de la forma de Dios. || El nom-
bre oue es sobre iodo nombre es el de Señor en su significación trascendente. Este
nombre y la exaltación soberana a él correspondiente se la dió el Padre a Jesu-
Cristo. Aquellas expresiones se doble ioda rodilla, toda lengua confiese, si se
comparan con Isaías '.15, 24), son un testimonio irrecusable de la divinidad de Cristo.
Las últimas palabras: Jesu-Cristo es Señor en la gloria de l íos Padre, significan
que Cristo es el Yahyeh del Antiguo Testamento, que entra en la posesión de la
grloria divina al igual que Dios Padre.
•T Con imágenes litúrgicas se presenta la fe de los Filipenses, acompañada de la
.-aridad \ buenas obras, como un sacrificio ofrecido a Dios.
2 24— 3 8
FILIPENSES
2 27-3 is
litación, sin demora ; -4 si bien con-
fío en el Señor que yo mismo pron-
to iré a vosotros.
Enfermedad y restablecimiento de
Epafrodito. 2, 25-30
-6 Entre tanto, estimé necesario en-
viaros a Epafrodito, el hermano y
colaborador y compañero mío de ar-
mas, y, de parte de vosotros, dele-
gado y empleado en atender .1 mi
necesidad ; 28 pues estaba con año-
ranza de todos vosotros y en angus-
tias, por cuanto os habíais enterado
de que estuvo enfermo. Y así fué,
que estuvo enfermo a punto de muer-
te ; mas Dios tuvo piedad de él, y
no sólo de él, sino también de mí,
para que no tuviese yo tristeza so-
bre tristeza. 28 Con tanta más pre-
mura, pues, os le envío, a fin de
que, al verle, de nuevo os gocéis -\
yo quede con menos tristeza. 28 Re-
cibidle, pues, en el Señor con toda
alegría, y a tales hombres raostrad-
Jes toda estima, s0 ya que por la obra
de Cristo llegó a punto de muerte,
habiendo puesto a riesgo su vida,
en razón de suplir por vosotros,
prestándome los servicios que vos-
otros no podíais.
IV. Nuevas exhortaciones
Prevenirse contra los judaizantes.
3, 1-16
31 Por lo demás, hermanos míos,
gózaos en el Señor. Escribiros
las mismas cosas a mí no me es eno-
joso.; a vosotros os puede dar segu-
ridad.
x ¡ Ojo con los perros, ojo con los
malos obreros, ojo con la mutila-
ción ! s Que nosotros somos la cir-
cuncisión, los que, en el Espíritu de
Dios, le damos culto, y nos gloria-
mos en Cristo Jesús, y no ponemos
nuestra confianza en la carne ; 4 si
bien yo podría tener confianza tam-
bién en la carne. Si otro alguno se
cree poder confiar en la carne, yo
más; ' circunciso del octavo día, del
linaje de Israel, de la tribu de Ben-
jamín, hebreo de hebreos ; por lo
que mira a la ley, fariseo ; 6 en
cuanto a celo, perseguidor de la Igle-
sia ; en cuanto a la justicia que pue-
da darse en la ley, hombre sin ta-
cha. : A pesar de todo, cuantas co-
sas eran para mí ganancias, ésas
por Cristo las he reputado pérdida.
''Que sí, que aun todas las cosas es-
timo ser una pérdida, comparadas
con la eminencia del conocimiento
de Cristo Jesús, mi Señor, por quien
di al traste con todas, y las tengo
por basuras, a fin de ganarme a
Cristo 9 y ser hallado en El, no po-
seyendo una justicia propia, aquella
que viene de la ley, sino la que vie-
ne por la fe de Cristo, la justicia
que procede de Dios, fundada sobre
la fe ; 10 a fin de conocerle a El 1
sentir en mí el (poder de su resu-
rrección y la comunicación de sus
padecimientos, configurándome con-
forme a su muerte, " por si llego a
encontrarme con la resurrección de
entre los muertos. a No que ya lo
haya obtenido o que ya sea yo per-
fecto ; mas sigo adelante, por si lo-
gro apresarlo, va que yo a mi vez
fui apresado por Cristo Jesús. 13 Her-
manos, yo no me hago cuenta toda-
vía de haberlo yo mismo apresado ;
una cosa hago, empero : olvidando
lo que dejo atrás y lanzándome a lo
que me queda por delante, 14 pues-
tos los ojos en la meta, sigo corrien-
do hacia el premio de la soberapa
vocación de Dios en Cristo Jesús.
Cuantos, pues, somos perfectos,
3>°-M En estos versículos pasa San Pablo insensiblemente del orden especulativo al
orden efectivo. .
ia-M El pensamiento de San Pablo, expresado con imágenes tomadas do la ca-
rrera, es éste: Pablo corría tras la justicia; Cristo corrió tras él, le dio un alcance
v le derribó, v siguió corriendo; Pablo se levanta, y corre tros Cristo, no ya para
derribarle, sino para alcanzar la justicia de la fe y la corona de la vida eterna en
Cristo Jesús.
— 434 —
3 16—4 i»
FILIPENSES
4 2-4 12
tendamos estos sentimientos ; y si
sobre algo sentís de diferente ma-
nera, también sobre eso Dios os ilus-
trará. 16 Fuera de esto, desde el pun-
to adonde hemos llegado, sigamos
adelante por los mismos pasos.
Ejemplo de Pablo, los enemigos de
la cruz, la ciudadanía celeste. 3, 17-21
i;Sed, hermanos, todos a una imi-
tadores míos, y observad a los que
así proceden según el dechado que
tenéis en nosotros. 15 Porque muchos
andan por ahí, de quienes a menu-
do os decía — y ahora aun con lágri-
mas lo digo^-los enemigos de la
cruz de Cristo, 10 cuyo paradero es
perdición, cuyo Dios es el vientre v
cuya gloria está en su vergüenza :
esos que tienen puesto el corazón en
las cosas terrenas. 20 Porque nuestra
ciudadanía en los cielos está, desde
donde también aguardamos un Sal-
vador, el Señor Jesu-Cristo, 21 el cual
transfigurará nuestro cuerpo de ba-
jeza, hecho según la forma de su
cuerpo de gloria, según su poderosa
acción, capaz aun de subyugar a sí
todas las cosas.
Concordia. 4, 1-3
4 5 Así que, hermanos míos queri-
dos y entrañablemente deseados,
gozo y corona mía, manteneos así fir-
mes en el Señor, queridos míos.
* Recomiendo a Evodia y recomien-
do a Síntique que tengan un mismo
sentir en el Señor. 3 ¡Ea!, a ti tam-
bién te ruego, mi leal compañero,
que les prestes tu ayuda, ya que
ellas lucharon a mi lado en pro del
Evangelio a una con Clemente y
los demás colaboradores míos, cuyos
nombres están en el libro de la vida.
Gozo espiritual. 4, 4-7
' Gózaos en el Señor en todo tiem-
po; otra vez lo diré: Gózaos. 6 Vues-
tra moderación dése a conocer a to-
dos los hombres. El Señor está cer-
ca. De nada os acongojéis, 9 sino que
en toda coyuntura sean presentadas
vuestras demandas en el acatamien-
to de Dios por la oración y plegaria,
acompañada de nacimiento de gra-
cias. 7 Y la paz de Dios, la que so-
brepuja toda inteligencia, guardará
vuestros corazones y vuestros pen-
samientos en Cristo Jesús.
9 Por lo demás, hermanos, cuantas
cosas haya verdaderas, cuantas de-
corosas, cuantas justas, cuantas pu-
ras, cuantas amables, cuantas bien
reputadas, si alguna virtud hay, si
cosa digna de alabanza, tales cosas
pensad : 3 lo que aprendisteis, y re-
cibisteis, y oísteis, y visteis en mí_
eso haced ; y el Dios de la paz será
con vosotros
onclusion
Sentimientos de Pablo por
quio de los Filipenscs. <
-f obsL
10-20
* Me gocé en el Señor grande-
mente de que ya por fin retoñó <
ínteres que por mi sentís, como que
ya lo sentíais, sino que os faltaba
oportunidad de mostrarlo. 11 No es
que lo diga yo por mi indigencia,
pues yo aprendí a bastarme con lo
que tengo. 12 Bien sé vivir con estre-
4 2 Evodia y Síntique eran dos señoras entre las cuales había ciertas di
' Leal compañero: ignoramos quién sea este personaje. || Clemente parece ser el
que después fué Papa.
i».» t0{j0 este pasaje es de una delicadeza íntima y exquisita, que lleca a su
colmo cuando se recuerdan las cuentas del haber v debe (v. 15) y los intereses del
capital 'v. 17).
— 435 —
4 13-18
FIUPENSES
4 19-23
cha/, y sé también nadar en la abun-
dancia ; en todo caso y en todas co-
sas he aprendido el secreto lo mis-
mo de estar harto que de andar
hambriento, lo mismo de estar so-
brado que ile andar escaso. 13 Para
todo siento tuerzas en aquel que me
conforta. " Por más que hicisteis
bien entrando a la parte conmigo
en mi tribulación.
M Y sabéis también vosotros, Fi-
lipenses, que en los comienzos del
Evangelio, cuando salí de Macedo-
nia, ninguna Iglesia abrió conmigo
cuentas, de haber y debe, sino vos-
otros solos ; 16 pues ya en Tesalóni-
ca una vez y dos veces me envias-
teis con que atender a mis necesi-
dades. " No es que yo busque el
don ; lo que busco es que el interés
vaya multiplicándose a cuenta vues-
tra. 18 Lo recibí todo, y ando sobra-
do ; quedo repleto, después de re-
cibir de Epafrodito lo que de parte
vuestra venía, fragancia de suavi-
dad, sacrificio acepto, agradable
Dios. 1S Mi Dios, por su parte, pro-
veerá colmadamente a todas vues-
tras necesidades según su esplendi-
dez, con gloria en Cristo Jesús. 30 Al
Dios y Padre nuestro sea la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
Saludos v bendición. 4, 2i-2¿
:l Saludad a todos los santos en
Cristo Jesús. Os saludan los herma-
nos que están conmigo. 58 Os salu-
dan todos los santos, singularmente
los de la casa del César.
La gracia del Señor Jesu-Cristo
sea con vuestro espíritu. Amén.
" En el palacio mismo de Nerón había r^netrado el Evangelio.
-4J6-
I N T R O D U C C I C) N
A LA EPISTOLA A LOS COLOSENSES
a IGLESIA de Colosas. — Colosas, ciudad de la Frigia, situada junto
al río Uco, luida el extremo oriental del Asia proconsular. fué,
según el testimonio de Herodoto y Jenofonte, grande y opulenta,
i'.u tiempo de San Pablo había perdido su esplendor y preponderancia.
Las ruinas que se conservan junio a Chonas señalan el lugar que anti-
guamente ocupó.
I.a Iglesia de Colosas no fué fundada por San Pablo, sino por su dis~
cipulo Kpafras. natural de aquella ciudad, convertido por el Apóstol en
Efeso. Prisionefo San Pablo en Roma, fué visitado por Epafras, con el
objeto de informarle sobre el estado peligroso en que se hallaba su Iglesia.
Ocasión de la Epístola. — La ocasión de escribir la Epístola fué el
peligro que amenazaba a la Iglesia de Colosas, invadida por las propa-
gandas malsanas de los primeros representantes o precursores del gnos-
ticismo. Esos extravagantes hci ejes son los mismos adversarios comba-
tidos por San Pablo en la Epístola a los Efesios.
Los herejes de Colosas. — A un cristianismo más o menos desfigurado
añadían esos espíritus noveleros varios elementos exóticos: unos prácti-
cos. i>l ros especulativos. Los elementos prácticos, eran, por una parte, un
culto exagerado y supersticioso de los ángeles, y, por otra, un rigorismo
ascético que proscribía el uso de ciertos manjares e imponía la observan-
cia del sábado y de otras festividades judaicas y acaso también de la
circuncisión. Los especulativos, que ellos denominaban pomposamente
«filosofía», no eran otra cosa que fantasías de visionarios , análogas a las
que poco después habían de forjar los gnósticos. Lo más irritante de
esas novelerías fantásticas eran las deficiencias que suponían en la per-
sona y en la obra de Cristo: deficiencias que pretendían llenar con esos
elementos exóticos. A semejantes desvarios opone San Pablo su maravi-
llosa Epístola a los Colosenses.
Plan de la Epístola. — Además de la introducción y de la conclusión,
que son bastante extensas, se divide la Epístola en dos partes una es-
peculativa, en que se expone el «misterio de Cristo», esto es, la tras-
cendencia divina de su persona y la eficacia de su obra redentora, en con-
traposición a las vanas filosofías de aquellos visionarios; otra práctica,
en que se desenvuelve la idea, tan hermosa como fecunda, de la «vida
nueva en Cristo*.
— 437 —
11-7
COLOSENSES
EPISTOLA A LOS COLOSENSES
Introducción
Salutación epistolar, i, 1-4
i 1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús
-*■ por voluntad de Dios, y Timoteo,
el hermano, - a los santos de Colosas
y fieles hermanos en Cristo : gracia
a vosotros y paz de parte de Diot
nuestro Padre.
Acción de gracias por lo pasado
1, 3-8
' Hacemos gracias al Dios Padre
de nuestro Señor Jesu-Cristo, ro-
gando en todo tiempo por vosotros,
4 habiendo oído vuestra fe en Cristi,
Jesús y la caridad que tenéis con
todos los santos, 0 por la esperanza
que os está reservada en los cielos,
la cual oísteis antes en la palabra
de verdad del Evangelio, 6 que ha
llegado a vosotros, como también
está fructificando y progresando en
todo el mundo, lo mismo que entre
vosotros, desde el día que oísteis \
conocisteis la gracia de Dios en la
verdad, 7 según aprendisteis de Epa-
fras, nuestro amado consiervo, que
es fiel ministro de Cristo para con
vosotros, * el cual también nos ma-
nifestó vuestro amor en el Espíritu.
Oración por lo futuro. 1, 9-14
* Por esto también nosotros, des-
de el día que esto oímos, no cesa-
mos de rogar por vosotros y pedir
que alcancéis el pleno conocimiento
de su voluntad en toda sabiduría e
inteligencia espiritual, 10 a fin de que
sigáis una conducta digna del Se-
ñor, puesta la mira en agradarle
enteramente, fructificando en toda
obra buena v creciendo en el cono-
cimiento de Dios, 11 fortalecidos con
toda fortaleza según el poder de su
gloria en orden a adquirir toda pa-
ciencia y longanimidad con gozo ;
12 haciendo gracias al Padre, que os
hizo capaces de entrar a la parte en
la herencia de los santos en la luz,
13 el cual nos libertó de la potestad
de las tinieblas y nos trasladó al
reino del Hijo de su amor, " en
quien tenemos la redención, la re-
misión de los pecados.
1" Las tres virtudes teologales no se presentan coordinadas, sino en cierto modo
subordinadas : la fe y la caridad por la espt-ranza.
u Es inefablemente bella la designación de Cristo como el Hijo DEL amor.
- 438 -
1 15-17
COLOSENSES
1 18-20
Primera parte: Dogmática. El ( Misterio de Cristo »
y los rudimentos del mundo
1. Principios: Cristo, su persona j
y su obra
Cristo e)i la creación, i, 15-17
a El cual es imagen del Dios invi-
sible, primogénito de toda la crea-
ción ; m como que en él fueron crea-
das todas las cosas en los cielos %
sobre la tierra, tanto las visibles co-
mo las invisibles, ya sean los tro-
nos, ya las dominaciones, ya los
principados, ya las potestades ; to-
das las cosas han sido creadas por
medio de El y para El. 11 Y El es
antes que todas las cosas, y todas
tienen en El su consistencia.
cristo en la Iglesia. 1, 18-20
18 El es la cabeza del cuerpo, de la
Iglesia, como quien es principio, pri-
mogénito de entre los muertos; pa-
ra que en todas las cosas obtenga
El la primacía, 59 porque en El tuvo
a bien Dios que morase toda la ple-
nitud, 30 y por medio de El reconci-
liar todas las cosas consigo, hacien-
do las paces mediante la sangre de
su cruz ; por medio de El, así las
que están sobre la tierra como las
que hay en los cielos.
Es éste uno de los pasajes cristológicos más importantes de San Pablo. En él
se enumeran en dos series los excelsos atributos de Cristo : como Dios, en la crea-
ción (15-17) ; como hombre, eñ la Iglesia (18-20).
* Imagen del Dios invisible. En cuanto Dios, Cristo es imanen adecuada, pero in-
visible, del Padre ; y ésta es precisamente su propiedad personal. Pero San Pablo
habla de Cristo como imagen visible, por cuanto en su misma humanidad resplan-
decían sus perfecciones divinas. ¡| Primogénito de toda la creación : es decir. Pri-
mogénito a Mayorazgo respecto de toda la creación, o de todas las criaturas, que
junto con el Primogénito, y a inmensa distancia de El, forman la casa y familia
de Dios.
" En El fueron creadas todas las cosas : a semejanza de la fórmula EN Crisio
Jesús, significa que toda la creación, como prolongación del cuerpo místico de Cristo,
forma como un inmenso organismo, cuya cabeza es Jesu-Cristo. También es probable
la significación de causalidad ejemplar, por cuanto todas las criaturas fueron como
vaciados y moldeadas en Cristo. ¡| Todas las cosas fueron creadas por El o por
medio de El. Esta acción de Cristo en la creación no implica dependencia instru-
mental, sino, según nuestra imperfecta manera de concebir, cierta posición inter-
media entre Dios Padre y el mundo. || Todas las cosas han sido creadas... para El :
esto es, orientadas hacia El, que es el centro adonde todas tienden y convergen, el fin
adonde están ordenadas. || Estas tres relaciones del mundo con Cristo, expresadas
con las fórmulas en El, por El, para El, son otro testimonio de la divinidad de
Cristo (cf. Rom. 11, 36).
11 El es antes que todas las cosas : así por su eterna preexistencia como por su
eminente dignidad. I| Todas las cosas tienen en El su consistencia: en E4 tienen su
cohesión, estabilidad y harmonía ; El es la base de sustentación, el vinculo de uni-
dad y el principio de orden del universo entero, que por El es un sistema coherente
y harmónico y no un montón de seres desligados y caedizos.
™ El es la cabeza : tres prerrogativas señala Santo Tomás en la cabeza : 1) su
posición elevada o eminente dignidad ; 2) su influjo vital sobre los demás miem-
bros; 31 el ser la sede de los principales sentidos, en ella concentrados. || Es prin-
cipio: de él derivan su ser y sus perfecciones todas las criaturas. || Para que en
ro:n~ las cosas obtenga El la primacía : esto es, el primer lugar y la soberanía.
■ Porque en El tuvo a bien Dios que morase toda la plenitud : toda la plenitud
de las perfecciones divinas y humanas en el sentido más amplio, la plenitud de la
deidad y de la gracia, la plenitud de la inteligencia y de la fuerza, la plenitud de
la soberanía y de la santidad y del amor, halló sus complacencias en fijar su mo-
rada-estable y eterna en Jesu-Cristo.
30 Y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo : Jesu-Cristo es el Me-
diador de la reconciliación de todas las cosas con Dios, restableciendo el orden pri-
mordial, puesto por Dios creador y trastornado por el pecado. Es asombrosa la
amplitud que atribuye el Apóstol a la redención obrada por la sangre de Jesu-Cristo
Las guerras encendidas en los cielos por la rebelión de los ángeles prevaricadores
— 439 —
1 21-27
COLOSTENSES
128~2
La rédate
"Ya vosotros, que erais un tiem-
po completamente extraños y ene-
migos en vuestro pensamiento por
las malas obras, ° ahora, con todo,
os ha reconciliado en el cuerpo de
su carne por medio de la muerte,
para presentaros santos e inmacu-
lados e irreprochables en su acata-
miento, a con tal que permanezcáis
cimentados y estables en la fe e in-
conmovibles de la esperanza del
Evangelio que oísteis, que ha sido
predicado en toda la creación que
está debajo del cielo, del cual yo
Pablo fui Constituido ministro.
Pablo, mensajero del
"misterio"
La obra de Pablo
24 Ahora me gozo en mis padeci-
mientos sufridos por vosotros y cum-
plo, por mi parte, lo que faltaba de
las fatigas de Cristo en mi carne
por el bien de su cuerpo, que es la
Iglesia. 35 De la cual raí yo hecho
ministro por la disposición de Dios,
que me fué dada en orden a vos-
otros, de anunciar cumplidamente la
palabra de Dios, 28 el misterio, que
ha estado escondido desde el origen
de los siglos y generaciones, mas
ahora fué manifestado a sus santos,
" a los cuales quiso Dios dar a co-
nocer cuál sea la riqueza de la glo-
ria de este misterio en los gentiles,
| que es Cristo en vosotros, la espe-
ranza de la gloria. 28 Al cual nos-
otros anunciamos, amonestando a
todo hombre y enseñando a todo
hombre en toda sabiduría, para pre-
sentar a todo hombre perfecto en
Cristo. 28 Para lo cual me fatigo tam-
bién, luchando según la eficacia de
su acción, que actúa en mí podero-
samente.
Solicitud, para los Colosenses. 2, 1--,
9 1 Pues quiero eme sepáis cuán
^ grande lucha sostengo por vos-
otros y por los de Laodicea, y por
cuantos no han visto mi rostro en
carne, 2 para que sean consolados sus
corazones, estrechamente unidos por
la caridad, y en orden a alcanzar to-
da la riqueza de la plena convicción
de la inteligencia, hasta llegar a un
pleno conocimiento del misterio de
Dios, Cristo, 3 en el cual se hallan
todos los" tesoros de la sabiduría \
de la ciencia escondidos.
Aplicación de los principios a
los rudimentos del mundo
rienda preliminar. 2, 4-
' Esto digo para que nadie os se-
luzca con falsas razones propues-
as con persuasiva elocuencia. 6 Por-
. que, si bien con el cuerpo estov au-
I senté, mas con el espíritu estov con
la lu
host
las suscitadas en la tierra por la insubordinad
geles santos contra los hombres prevaricadores
sible violentada por el pecado : todas esas guci
del Redentor, que reconcilió entre sí y con Di<
M CUMrLO POR MI PARTE I.O QUK FALTABA DE U
habla aquí San Pablo de los padecipiientos co
en los cuales no hubo deficiencia ; sino de los
dicación del Evangelio, los cuales habían de si
'•^■^ Descripción del misterio. Cristo en el h
tiles llamados a esta mutua inmanencia y comunión con Cristo, comunión que s<
desarrolla hasta la madurez varonil : tales son los elementos esenciales del misterio
expuestos aquí por San Pablo.
lidad de los un-
tad de la naturaleza insen-
ilidades apaciguó la sangre
->e Cristo en mi carne. No
ito redimió a los hombres,
ue tomó en orden a la prc-
dos por los apóstoles,
hombre en Cristo, los gen-
la
i- de
El
de Dios,
exacto de esta fórmula
directamente los tesor
Dios Padre en la con.
— 440 —
9 6-12
COLOSENSES
vosotros, gozándome y viendo el
buen orden con que procedéis y la
solidez de vuestra fe en Cristo.
La vana filosofía de los rudimentos
y Cristo. 2, 6-12
• Así, pues, como recibisteis a Cris-
to Jesús, el Señor, caminad en El,
: arraigados en El, y edificándoos
sobre El, y fortaleciéndoos en la fe,
según fuisteis enseñados, rebosando
en hacimiento de gracias. 6 Mirad
no haya quien os coja como presa
]x>r medio de la filosofía y vana fa-
lacia, conforme a la tradición de los
hombres, según los rudimentos del
mundo y no según Cristo. " Porque
en El habita toda la plenitud de la
deidad corporalmente, 10 y vosotros
en El estáis cumplidamente llenos,
el cual es la cabeza de todo princi-
pado y potestad ; 11 en el cual tam-
bién fuisteis circuncidados con cir-
cuncisión no hecha por mano de
hombre, con la eliminación del cuer-
po de la carne, con la circuncisión
de Cristo ; ° sepultados con El en
el bautismo, en el cual fuisteis tam-
bién juntamente resucitados median-
te la fe en la poderosa acción de
Dios, que le resucitó a El de entre
los muertos.
Abolición de los rudimentos. 2, 13-15
■ Y a vosotros, como estuvieseis
muertos por los delitos y por la in-
circuncisión de vuestra* carne, os
vivificó con El, perdonándoos todos
los delitos, 14 cancelando el acta es-
crita contra nosotros con sus pres-
cripciones, que nos era contraria, y
la quitó de en medio clavándola en
la cruz ; 13 habiendo despojado a los
principados y a las potestades, los
exhibió a la vista del mundo con
osada gallardía, triunfando de ellos
por la cruz.
Abandonar los vanos ¡ udimcntos,
2, 16-19
" Que nadie, pues, os juzgue en
cuanto al comer y beber o en mate-
ria de fiestas o neomenias o sába-
dos, 17 que no son sino sombra de
las cosas que habían de venir, mas
ser el cuerpo es exclusivo de Cristo.
" Kecibi>tki> a Cristo Jesús, el Skñor : el contenido predominante del Evangelio
es Jesu-Cristo, como Mesías y como Señor.
1 Cristo es representado como el suelo en que arraigan y como el cimiento sobre
que se fundan los fieles, a manera de árboles o de edificios.
s La doctrina de los adversarios la califica San Pablo de filosofía y vana falacia,
conforme a la tradición de los hombres (opuesta a la tradición divina o apostólica)
y conforme a los ELEMENTOS del mundo, esto es, a los primeros rudimentos religiosos
contenidos en el mosaísmo o en el culto gentílico.
* En El 11 abita, tiene su morada fija, toda la plenitud de la deidad, no simple-
mente la divinidad (derivada del adjetivo divino), sino la deidad (derivada del sus-
tantivo Dios), más aún, toda la plenitud de la deidad. Y habita CORPORALMENTE ! no
en sombra y figura, sino en realidad y verdad.
Kl bautismo es una circuncisión espiritual ; una ex]>oliación del cuerpo de
la carne, esto es, del hombre viejo ; una comunión o participación de la muerte
y sepultura de Cristo para resucitar a una con El.
u-,s Pintura viva y atrevida de la redención. Estando nosotros muertos, Dios nos
vivificó con Cristo, condonándonos nuestros pecados. Ksta condonación se hizo can-
celando la escritura que nos condenaba, que era la ley de Moisés. Para ello, Dios
canceló el documento que nos era contrario y lo clavó en la cruz. Lo que sigue sobre
los principados y potestades, algunos lo han interpretado de los espíritus infernales ;
pero San rabio habla de los ángeles, que, por haber sido los mediadores de la ley
mosaica (Gal. 3, 19I, eran venerados por los Colosenses con culto supersticioso. De
ellos, pues, dice que Dios los expuso en público espectáculo, dándolos u Cristo como
escolta de su carroza triunfal.
>«-'« En estos versículos se precisa la doctrina de los adversarios, cuyas observan-
cias judaicas y cuyo culto ilegítimo de los ángeles los delata como judaizantes a la
vez y gnósticos
M Las prácticas judaicas aquí mencionadas son : la abstención de ciertos manja-
res y bebidas y las fiestas, que San Pablo distingue en tres grupos : las grandes
fiestas anuales, las mensuales y las semanales.
" Cuerpo, contrapuesto a sombra, significa realidad y verdad : como corporal-
mente en el v. 9. Con estos términos caracteriza San Pablo las dos alianzas : umbrá-
til la antigua, sólida y consistente la nueva.
— 44* —
2 18—3 4
COLOSEN SES
2*1-3
" Que ninguno os defraude de vues-
tro galardón, haciendo alarde de hu-
mildad y culto de los ángeles, en-
tregado a sus visiones, vanamente
hinchado por la mente de su carne,
" y no estando adherido a la cabeza,
de la cual todo el cuerpo, alimenta-
do y trabado por medio de las co-
yunturas y ligamentos, crece con
crecimiento de Dios.
t oncluslón : no dejarse imponer ¡as
leyes perniciosas. 2, 20-23
" Si moristeis con Cristo desligán-
doos de los rudimentos del mundo,
¿por qué, cual si vivieseis en el
mundo, os dejáis imponer leyes ?
" «No tomes, no gustes, no toques»
38 — cosas todas destinadas a la co-
rrupción con el uso — , conforme a
los preceptos y enseñanzas de los
hombres. a Las cuales cosas tienen
ciertamente color de sabiduría por
su afectada piedad y humildad y se-
veridad con el cuerpo ; mas no Bon
de ninguna estima : sólo sirven pa-
ra la hartura de la carne.
Segunda parte: Moral. La vida nueva en Cristo
1. Recomendaciones generales
Principio fundamental. 3, 1-4
<> 1 Así, pues, si resucitasteis con
Cristo, buscad las cosas de arri-
ba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios ; a aspirad a las cosas
de arriba, no a las que están sobre la
tierra. 3 Porque moristeis, y vuestra
vida está escondida con Cristo en
Dios. * Cuando Cristo se manifesta-
re, que es vuestra vida, entonces
también vosotros seréis con El ma-
nifestados en gloria.
Vicios que deben evitarse. 3, 5-11
6 Mortificad, pues, los miembros
terrenos : fornicación, impureza, pa-
sión, concupiscencia mala y la co-
dicia, que es una idolatría ; ■ por las
cuales cosas viene la ira de Dios so-
bre los hijos de la rebeldía ; 7 en las
cuales también vosotros anduvisteis
un tiempo, cuando vivíais en ellas.
•Mas ahora deponed también vos-
otros todo eso : ira, cólera, malicia,
maledicencia, palabras torpes, lejos
de vuestra boca. "No mintáis los
unos a los otros, va que os habéis
despojado del hombre viejo, con sus
fechorías, 10 y revestido del nuevo,
que se va renovando en orden al
pleno conocimiento, conforme a la
imagen del que lo creó, 11 donde no
M Reprueba aquí San Pablo el culto ilc los ángeles como intermediarios que si.
interponen entre Cristo y nosotros y eclipsan la persona y la obra del que en todo
rigor es el único Mediador. No es así como la Iglesia considera la mediación de los
santos y singularmente la mediación universal de la Virgen María. La mente de la
carne es la mente carnalizada o hundida en las concupiscencias carnales.
ava Nueva declaración de los ELEMENTOS del mundo, entre los cuales se comprenden
ciertas abstinencias, de las cuales dice San Pablo que, a pesar de sus apariencias <k
austeridad y piedad, son cosas en sí perecederas y cuyo efecto es adelgazar el cuerpo
y engrosar la carne : desprovistas, por tanto, de todo valor moral.
O «-1 Como Cristo, resucitado y viviente, queda oculto a las miradas de los hombres,
así nuestra vida queda en tanto oculta cox Ciusro en Dios ; mas, cuando se mani-
festare Cristo, también se manifestará gloriosamente nuestra vida.
5 La codicia parece ser aquí, por razón del contexto, la avidez insaciable de la sen-
sualidad.
6 Todas las diferencias etnológicas, nacionales, sociales, quedan absorbidas en la
unidad predominante de Cristo, que en todos lo es todo.
— 442 —
3 12~4 3
3 18~4 *
hay griego ni judío, circuncisión e
incircuncisión, bárbaro, escita, es-
clavo, libre, sino todas las cosas, y
en todos. Cristo.
que deben ejerciten
3. 12-17
1 Revestios, pues, como elegidos
de Dios, santos y amados, de entra-
s de misericordia, de benignidad,
humildad , mansedumbre , longani-
midad, " sobrellevándoos los unos a
los otros y perdonándoos reciproca-
mente siempre que alguno tuviere
alguna querella contra otro. Comd
de su parte Cristo os perdonó a vos-
otros, así también vosotros. 14 Y so-
bre todas estas cosas revestios de la
caridad, que es el vínculo de la per-
fección. " Y la paz de Cristo sea
quien dé la ley en vuestros corazones,
para la cual fuisteis también llama-
dos en un solo cuerpo. Y mostraos
agradecidos. " La palabra de Cristo
more en vosotros opulentamente, en
toda sabiduría, enseñándoos y amo-
nestándoos unos a otros con sal-
mos, himnos, cánticos espirituales,
antando con nacimiento de gracias
en vuestros corazones a Dios. " Y
todo cuanto hiciereis, de palabra o
de obra, hacedlo todo en el nombre
del Señor Jesús, haciendo gracias a
Dios Padre por mediación de El.
2. Recomendaciones particulares
Esposos. 3, 18-19
18 Las mujeres, someteos a los ma-
ridos, como convendría en el Señor.
:" Los maridos, amad a vuestras es-
posas y no mostréis amargura con
Hijos y padi
3, 20-21
" Los hijos, obedeced a vuestros
padres en todo, porque esto es cosa
que agrada en el Señor. " Los pa-
dres no exacerbéis a vuestros hijos,
para que no se tornen pusilánimes.
Esclavos y amos. 3, 22-25 ! 4. 1
22 Los esclavos obedeced en todo
a vuestros amos según la carne, no
con servicios al ojo, como quienes
buscan agradar a hombres, sino con
sencillez de corazón, temiendo al Se-
ñor. 23 Cuanto hiciereis, hacedlo de
corazón, como obsequio del Señor y
no de hombres, 24 sabiendo que del
Señor recibiréis la debida recom-
pensa de la herencia. Servid al Se-
ñor Cristo. 25 Pues quien hace injus-
ticia recibirá según la injusticia que
obró, y no hay aceptación de per-
sonas.
a 1 Los amos dad a los siervos lo
^ justo y equitativo, sabiendo que
también vosotros tenéis Señor en el
cielo.
Conclusión
Oración y prudencia. 4, 2-6
Perseverad constantemente en la
oración, velando en ella con naci-
miento de gracias, 1 rogando al mis-
mo tiempo también por nosotros, a
fin de que Dios nos abra la puerta
de la palabra para anunciar el mis-
terio de Cristo, por lo cual estov
también en prisiones, 4 para que lo
'- Kevesiios : por este pasaje se ve que la palabra
mente cubrirse por de fuera, sino compenetrarse íntii
M La caridad, como norma suprema, ES EL vínculo
principio vital que da unidad, cohesión y vigor, en qi
del organismo.
41 Los amos han de dar no sólo lo justo, sinc
sobre los amos de la tierra está el Amo del
ibién lo equitativo, sabiendo que
— 443 —
4 5-11
COLOSENSES
4 12-18
dé a conocer como es razón que yo
hable. 6 Proceded prudentemente con
los de fuera, rescatando el tiempo.
• Vuestra palabra sea siempre con
buena gracia, sazonada con sal, de
modo que sepáis cómo conviene res-
ponder a cada uno.
Misión de Tíqnico y Onésvmo. 4, 7-9
' En cuanto a mis cosas, de todas
os informará Tíquico, el hermano
querido y ministro fiel y consiervo
en el Señor, s a quien envié a vos-
otros con este mismo objeto, para
que conozcáis nuestra situación v
consuele vuestros corazones ; 0 jun-
tamente con Onésimo, el hermano
fiel y querido, que es de vosotros ;
de todo lo de por acá ellos os ente-
rarán.
Saludos. 4, 10-17
" Os saluda Aristarco, 1111 compa-
ñero de prisión, y Marcos, el primo
de Bernabé, acerca del cual recibis-
teis algunos encargos ; si fuere a
vosotros, hacedle buena acogida ; 11 v
Jesús, el apellidado Justo. Entre los
que son de la circuncisión, éstos son
los únicos colaboradores míos en la
propagación del reino de Dios, los
cuales han sido para mí de consue-
lo. r- Os saluda Epafras el vuestro,
siervo de Cristo Jesús, que no cesa
de luchar por vosotros en sus ora-
ciones, para que os mantengáis per-
fectos y firmemente decididos a cum-
plir todo lo que es voluntad de Dios.
13 Pues yo le soy testigo de que se
toma mucho trabajo por vosotros, v
por los de Laodicea, v por los de
Hierápolis. 14 Os saluda Lucas, el
médico querido, y Demás. 56 Saludad
a los hermanos de Laodicea v a Nin-
fas y a la Iglesia que se congrega
en su casa. 16 Y cuando hubiere sido
leída entre vosotros esta carta, ha-
ced que también en la Iglesia de los
Laodicenses sea leída ; y la que re-
cibiréis de Laodicea, que también
vosotros la leáis. Y decid a Arqui-
po : " considera el ministerio que
recibiste en el Señor, para que lo
llenes cumplidamente.
Salutación final. 4, iS
18 El saludo va de mi propia ma-
no : Pablo. Acordaos de mis cade-
nas. La gracia sea con vosotros.
10 La presencia de San Marcos y de San Lucas (v. 14) en compañía de San Pablo
es muy importante para la historia de la composición de los Evangelios.
1§ La (carta que os será remitida) de Laodicea : no es la carta apócrifa que corrió
con este título, sino, a lo que parece, la dirigida a los Efesios, que de Efeso serla
mandada a Laodicea y de aquí a Colosas.
- 444 —
I X T RODUCCIO N
A LA I EPISTOLA A LOS TESALONICENSKS
a Iglesia de Tesalónica. — Tesalónica, hoy Salónica, puerto del mar
Egeo y una de las principales ciudades de Macedonia, que en ri-
quezas y corrupción competía con Corinto, fué la segunda ciudad
de Europa que en su segunda expedición apostólica, hacia el año 51,
evangelizó San Pablo. Sus habitantes eran en su mayoría gentiles, grie-
gos y romanos; no faltaban, empero, los judíos, atraídos por el flore-
ciente comercio de Tesalónica y por el espíritu de proselitisnio. Tres se-
manas escasas pudo el Apóstol permanecer cu Tesalónica. Comenzó a
predicar, según su costumbre, a los judíos en su sinagoga, probándoles
por las Escrituras que Jesús era el Mesías. Tres sábados consecutivos
había empleado el Apóstol en evangelizar a los judíos; mas el fruto no
respondió a sus trabajos. Entre tanto no se había descuidado Pablo de
predicar el Evangelio a los gentiles y prosélitos de los judíos, y fué tanta
¡a muchedumbre de los que se convirtieron a Cristo, que, envidiosos y
furiosos, los judíos no lo pudieron sufrir. Secundados por unos cuantos
hombres perdidos, asalariados, armaron un motín, que forzó a San Pablo
a abandonar la ciudad.
La Epístola. — Pablo, arrojado de Tesalónica, y, poco después, de
Berea también, se dirigió a Atenas. Desde aquí, algo preocupado por el
peligro de los neófitos Tcsaloniccnscs, expuestos a los embates de tan
ruda persecución, les envió a su discípulo Timoteo. Entre tanto, el Após-
tol, no hallando en Atenas el campo preparado para la palabra evangéli-
ca, partió para Corinto, donde le encontró Timoteo a su vuelta de Te-
salónica. Las noticias que éste le dio fueron en extremo consoladoras:
los neófitos, en medio de la persecución se mantenían firmes en la verdad
del Evangelio. Quedaban, empero, algunas nubecillas. La precipitada
salida de San Pablo había impedido que la instrucción religiosa de los
Tcsaloniccnscs fuera completa. De ahí la infundada preocupación de
aquellos neófitos por la suerte de los ya difuntos, que ellos consideraban
inferior a la de los vivos en el segundo advenimiento de Jesu-Cristo .
Para desvanecer este error, y de paso corregir algunos defectos, reliquias
de su antigua vida gentílica, les escribe el Apóstol esta carta, una de las
más afectuosas que salieron de su pluma.
División de la carta.— En dos partes se divide la Epístola: la prime-
ra ( 1-3) es un himno de acción de gracias, en que andan envueltos mil
dulces recuerdos y delicados elogios con algo también de propia apología;
¡a segunda (4-5) es una exhortación, parte dogmática y parte moral.
— 445 —
-ESALOXICEXSES
EPISTOLA I A LOS TESALONICENSES
.Salutación epistolar, i, i
1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la Igilesia de los Tesalonicenses en Dios
Padre y en el Señor Jesu-Cristo ; gracia a vosotros y paz.
Primera parte: Acción de gracias
Acción de gracias por la conversión y
perseverancia de los Tesalonicenses.
i, 2-io
- Damos gracias a Dios en todo
tiempo por todos vosotros, haciendo
memoria de vosotros en nuestras
oraciones sin cesar, 3 recordando la
actividad de vuestra fe, y el trabajo
de vuestra caridad, y ¿1 tesón de
vuestra esperanza en nuestro Señor
Jesu-Cristo, en presencia de Dios v
Padre nuestro ; 4 sabiendo, hermanos
amados de Dios, vuestra elección ;
6 porque nuestro Evangelio no fué
de palabra solamente, sino también
con fuerza y Espíritu Santo y plena
convicción, según que sabéis cómo
nos hubimos en medio de vosotros
por vosotros. 6 Y vosotros os hicis--
teis imitadores de nosotros y del Se-
ñor, acogiendo la palabra en medio
de mucha tribulación con gozo del
Espíritu Santo, ' hasta llegar a ser
vosotros dechado para todos los que
creen en Macedonia y en Acaya.
s Así es que, partiendo de vosotros,
ha resonado la palabra del Señor no
sólo en Macedonia y en Acaya, sino
que en todo lugar se ha extendido
la fama de vuestra fe para con Dios,
hasta el punto de no tener nosotros
necesidad de hablar palabra. 'Pues
1» Fe..., caridad..., esperanza. : las cualidades que reconoce San Pablo en las vir-
tudes de sus neófitos son a la vez un elogio y una exhortación. Es instructivo re-
cordar que la primera vez que habla de la fe recomienda en ella la eficacia obradora,
como para desmentir de antemano a cuantos habían de falsear el pensamiento del
Apóstol, atribuyéndole una fe sin obras. San Pablo, lo mismo que Santiago, creía
y enseñaba que «la fe sin obras es una fe muertai (Sant. 2, 26).
4 Vuestra elección : es característico en San Pablo dar sentido complejo a ciertas
palabras que aparecen empleadas bajo un solo aspecto. Así, la palabra elección no es
solamente el acto con que Dios elige a los Tesalonicenses, sino que incluye además
la acción ministerial del Apóstol y la correspondencia de los Tesalonicenses.
"-10 Tenemos aquí un resumen o un eco de la primitiva catequesis de San Pa-
blo. Comprende dos partes : una teológica, antipagana, y otra cristológica, antiju-
daica. Los elementos estrictamente teológicos se mueven entre dos extremos opues-
tos : los ídolos, dioses falsos y muertos, y el Dios vivo y verdadero. Los elementos
cristológicos son cuatro : la divina filiación de Jesu-Cristo, su muerte redentora,
su resurrección de entre los muertos y su segundo advenimiento para juzgar a
los hombres. Juntando estos elementos a los insinuados en los versículos precedentes,
obtenemos los puntos esenciales del Símbolo Apostólico, formado ya, por tanto,
cuando hacia el año 51 se escribió esta carta.
— 446 —
110-2 8
I TESALONICENSES
o 9-16
ellos mismos andan refiriendo de
nosotros cuál fué la entrada que tu-
vimos con vosotros y cómo os con-
vertisteis de los ídolos a Dios para
servir al Dios vivo y verdadero, lu \
aguardar de los cielos a su Hijo, a
quien resucitó de entre los muertos,
Jesús, el cual nos salva de la ira
venidera.
Nueva acción de gracias por la fe ■
la constancia de ¡os Tesalonlcevscs.
2, i-io
21 Vosotros mismos, en efecto, sa-
béis, hermanos, que nuestra en-
trada a vosotros no ha sido estéril,
= sino que maltratados y ultrajados,
como sabéis, en Filipos, osamos, con-
fiados en nuestro Dio*, anunciaros a
vosotros el Evangelio de Dios en
medio de mucha contradicción. * Por-
que nuestra exhortac ión no procede
cíe error, ni de torpe concupiscen-
cia, ni con dolo, 4 sino, según hemos
sido juzgados dignos por Dios de
que se nos confiase el Evangelio,
así hablamos no como deseosos de
complacer a hombres, sino a Dios,
que sondea nuestros corazones. 6 Por-
que jamás fuimos en hablar lison-
jas : como sabéis ; ni con pensamien-
tos solapados de codicia : Dios es
te-tigo ; 6 ni pretendiendo gloria de
los hombres, ni de vosotros, ni de
otros ; — 7 bien que pudiendo presen-
tarnos con autoridad, como apósto-
les de Cristo — ; antes nos hicimos
pequeñuelos en medio de vosotros,
como cuando una madre que cría,
calienta en su regazo a sus propios
hijos; 8 así, prendados de vosotros,
nos complacíamos en entregaros no
sólo el Evangelio de Dios, sino tam-
bién nuestras propias vidas, puesto
que nos habíais ganado el corazón.
* Y si no, recordad, hermanos, nues-
tro trabajo y fatiga : trabajando no-
che y día, para no ser gravosos a
alguno de vosotros, os predicamos
el Evangelio de Dios. 10 Vosotros sois
testigos, y Dios también, de cuán
santa, justa e intachablemente pro-
cedimos con vosotros los que creéis ;
" según sabéis, cómo a cada uno de
vosotros, lo mismo que un padre a
sus hijos, u os alentábamos y con-
solábamos y os conjurábamos a que
caminaseis de una manera digna de
Dios, que os llama a su reino y glo-
ria.
13 Por esto también nosotros hace-
mos gracias a Dios incesantemente
de que, habiendo vosotros recibido
la palabra de Dios, que de nosotros
oísteis, la abrazasteis no como pa-
labra de hombre, sino tal cual es
verdaderamente, como palabra de
Dios, la cual ejerce su eficacia en
vosotros los creyentes. 14 Pues que
vosotros, hermanos, os hicisteis imi-
tadores de las Iglesias de Dios que
están en la Judea en Cristo Jesús,
por cuanto las mismas cosas pade-
cisteis también vosotros de parte de
vuestros compatriotas que ellos mis-
mos de parte de los judíos, 15 los
cuales, no contentos con matar al
Señor Jesús y a los profetas, tam-
bién a nosotros nos persiguieron ;
que no agradan a Dios y son contra-
rios a todos los hombres ; K que nos
estorban a nosotros al predicar a
los gentiles para que se salven, obs-
tinados siempre en colmar la medi-
da de sus pecados ; pero está para
descargar sobre ellos la ira hasta el
colmo.
2 • Pfqueñuelos : existen dos variantes: vrr¡z <,i (pequeñuelos) y jjIKoi (mansos o
blandos). I-a mayoría de los críticos modernos da la preferencia a la segunda va-
riante. Con todo, la prueba documental parece decisiva a favor de la primera va-
riante. 1-a razón por la cual esta variante de tan firme apoyo documental ha sido
repudiada por tantos críticos es la incoherencia que existe entre pequeñuelos y
madre que cría. Pero esa incoherencia de imágenes, lejos de ser una dificultad contra
fi-queñuelos, es más bien un argumento positivo a su favor ; y esto por dos razones.
Primera : precisamente por esta incoherencia, pequeñuelos es una variante ardua o
difícil, y, como tal, preferible. En efecto, en el supuesto que el original tuviera
«blandos», a nadie se hubiera ocurrido cambiarlo en pequeñuelos ; en cambio, era
obvio cambiar pequeñuelos en «blandos» para evitar la incoherencia en las imágenes.
Segunda : esta incoherencia de imágenes, tan frecuente en San Pablo y tan carac-
terística de su estilo, es como un sello de autenticidad, que acredita el origen paulino
de la variante pequeñuelos.
" La ira : amenaza enigmática, que anuncia proféticamente la próxima ruina de
Jeiusalcn
— 447 —
2 17— 4 1
I TESALONICENSES
Buenas nuevas traídas por Timoteo.
2, 17-20 ; 3, 1-13
11 En cuanto a nosotros, herma-
nos, lejos como huérfanos de vos-
otros por breves momentos, con el
cuerpo, no con el corazón, tanto más
nos dimos prisa por veros cara a
cara a impulsos de un ardiente de-
seo. 18 Porque tuvimos intento de ir
a vosotros, yo, Pablo, en particular,
una vez y otra vez ; pero nos atajó
Satanás. 19 Pues ¿cuál es nuestra es-
peranza, o gozo, o corona de gloria
— ¿acaso no vosotros también? — en
la presencia de nuestro Señor Jesús
en su advenimiento ? 20 Sí que vos-
otros sois nuestra gloria y gozo.
o ' Por lo cual, no sufriendo ya más,
*-* preferimos quedar en Atenas so-
los, 2 y enviamos a Timoteo, ese her-
mano nuestro y ministro de Dios en
el Evangelio de Cristo, para conso-
lidaros y alentaros en orden a vues-
tra fe, 3 a fin de que ninguno titu-
bease en esas tribulaciones. Pues
vosotros mismos sabéis que a eso es-
tamos destinados. 4 Puesto que cuan-
do estábamos con vosotros ya os
predecíamos que hemos de ser atri-
bulados, como así aconteció, y bien
lo sabéis. 6 Por eso yo también, no
sufriendo ya más, envié quien se in-
formase de vuestra fe, no fuera que
os hubiese tentado el tentador y hu-
biese resultado estéril nuestro tra-
bajo.
B Mas ahora, venido Timoteo a
nosotros de vosotros y habiéndonos
traído buenas nuevas de vuestra fe
y caridad, y que conserváis buena
memoria de nosotros en todo tiem-
po, deseando vivamente vernos — co-
mo también nosotros a vosotros — ,
' con eso nos hemos consolado, her-
manos, en vosotros, en medio de to-
dos nuestros aprietos y tribulacio-
nes, gracias a vuestra fe; 8 puesto
que ahora vivimos, si vosotros os
mantenéis firmes en el Señor. a Pues
i qué nacimiento de gracias pode-
mos en retorno pagar a Dios res-
pecto de vosotros por todo el gozo
con que nos gozamos a causa de
vosotros en el acatamiento de nues-
tro Dios, 1U pidiendo noche y día con
la mayor instancia veros cara a cara
y completar las deficiencias de vues-
tra fe ? 11 Mas el mismo Dios y Pa-
dre nuestro y el Señor nuestro Jesús
enderece nuestro camino hacia vos-
otros. a Y a vosotros, que os haga
el Señor crecer y aventajar en la
caridad de unos para con otros v
para con todos — cual es la nuestra
para con vosotros — , 13 en orden a
fortalecer vuestros corazones, irre-
prochables en santidad en el acata-
miento del Dios y Padre nuestro, en
el advenimiento" de nuestro Señor
Jesús con todos sus santos.
Segunda parte: Exhortación
Primer grupo de exhortaciones.
Santidad y pureza. 4, 1-8
A 1 Por lo demás, pues, hermanos,
^ os rogamos y exhortamos en él
Señor Jesús a que, según la enseñan-
za que recibisteis de nosotros, de qué
manera habéis de proceder y agra-
dar a Dios — como procedéis ya — ,
que os (aventajéis más y más. 5 Por-
que sabéis qué preceptos os dimos
al anunciaros al Señor Jesús. 3 Por-
que ésta es la voluntad de Dios,
vuestra santificación : que os abs-
tengáis de la fornicación, 4 que sepa
3,u Deficiencias de vuestra fk c lo que todavía falta para una instrucción más cabal
acerca de las verdades de la fe.
A » Santificación : en el sentido particular y concreto de «pureza».
* Esfosa : la palabra original azaü'it significa «vaso, instrumento», que en este
pasaje unos interpretan «el propio cuerpo», otros «la propia esposa». En la frase,
aisladamente considerada, ambas interpretaciones son igualmente posibles ; pero el
contexto hace mucho mas probable la interpretación de ESPOSA.
-448-
4 5-12
I TESALONICENSES
4 13-5 1
cada uno de vosotros poseer su pro-
pia esposa en santificación y honor,
no con pasión de concupiscencia,
como esos gentiles que no conocen
a Dios ; * que en este punto mngu
no, con violencia o con engaño, ¡na
ga injuria a su hermano, puesto qut
vengador justiciero de todas esa:-
cosas es el Señor, como ya antes o-
dijimos y conjuramos. 1 Que no nos
llamó Dios para la impureza, sini
para vivir en santidad. * Así que
quien esto reprueba no reprueba a
un hombre, sino a Dios, el cual os
dió también su santo Espíritu, en-
viándolo a vosotros.
Caridad y laboriosidad. 4, 9-12
* En lo que toca a la caridad fra-
terna no tenéis necesidad de que se
os escriba, puesto que vosotros mis-
mos sois amaestrados de Dios a
amaros los unos a los otros. *• Y, en
efecto, eso hacéis con todos los her-
manos en toda la Macedonia. Sin
embargo, os exhortamos, hermanos
a que os aventajéis más y más, u y
que, pundonorosos, os esmeréis en
vivir sosegados, y en ocuparos en lo
vuestro, y en trabajar con vuestras
propias manos, como os encarga-
mos, 15 a fin de que procedáis deco-
rosamente a vista de los de fuera, v
de nadie tengáis necesidad.
Segundo grupo. Ventajas de los ya
dijuntos en el advenimiento de
Cristo. 4, 13-18
" No queremos que estéis en la
ignorancia, hermanos, acerca de los
que duermen, a fin de que no os
entristezcáis, como esos otros que
no tienen esperanza. " Porque si
creemos que Jesús murió y resucitó,
así también Dio> a los que durmie-
ron por Jesús los llevará consigo.
13 I'orque esto os afirmamos conior-
me a la palabra del Señor : que nos-
otros, los vivos, los supervivientes
hasta el advenimiento del Señor, 110
nos adelantaremos a los que dur-
mieron. 18 I'orque el mismo Señor,
con voz de mando, a la voz del ar-
cángel y al son de la trompeta de
Dios, bajará del cielo, y los muertos
en Cristo resucitarán primero; 11 lue-
^o nosotros, los vivos, lo> supervi-
vientes, juntamente con ellos sere-
mos arrebatados sobre nubes al aire
hacia el encuentro del Señor ; y así
siempre estaremos con el Señor.
m Así que con>olaos mutuamente con
estas palabras.
Idvenimiento repentino del Señor.
5, i""
r 1 Por lo que toca a los tiempos y
" a las circunstancias, hermanos,
*-* Acumula aquí San Pablo los motivos más apremiantes para conservar la
pureza. Además de otros motivos más humanos, insinúa otros más altos : el precepto
de Jesu-Cristo, la voluntad de Dios Padre y la presencia del Espíritu Santo.
Trabajar : algunos de aquellos neófitos, imaginando inminente el seüundo ad-
venimiento del Señor, suspendieron como inútil todo trabajo humano.
Estaban los Tesalonicenses preocupados por la suerte de los ya difuntos,
suponiendo que no tendrían la dicha de presenciar la gloria del segundo adveni-
miento. Respóndeles -san l'ablo que la >ueric >it !■•> mi dilunto!- stn¡. in;<.- ¡...11a-
¡ada, por cuanto a la glorificación de los supervivientes precederá la resurrección
gloriosa de los muertos en el Señor.
14 Por Jesús afecta al verbo llevara en el sentido obvio de tpor mediación de
Jesusi o tpor los merecimientos de Jesúsi.
"Los vivos, los supervivientes: aquí, como en a Cor. 5, 2-4, se traslada con la
imaginación al tiempo del segundo advenimiento, como si fuera uno de los que
entonces vivirán. O, acaso mejor, la frase dos veces repetida expresa no el pensa-
miento del mismo Pablo, sino el de los Tesalonicenses, de cuyos labios toma el la
frasccilla no sin cierto asomo de ironía. ,
10 Voz DE mando : es la \oz del Hijo de Dios que oirán todos los muertos, como
dice el mismo Señor por San Juan (5, 28). I| Son de la trompeta de Dios: de esta
trompeta habla el Salvador en la Apocalipsis sinóptica (Mt. 24, 31), y más enfática-
mente el mismo San Pablo en 1 Cor. 15, 52. || Voz del arcángel: no es fácil de-
terminar si esta voz y el son de la trompeta son dos realidades distintas o más bien
dos imágenes de una misma realidad.
La mención de los vivos después de recordar la resurrección de los muertos
da a entender que los fieles supervivientes de la última ceneración no morirán.
— 449 —
N. T. 15
5 2-12
I TESALON1CENSES
5 13-28
no tenéis necesidad de que se os es-
criba, '-' pues vosotros mismos sabéis
perfectamente que el día del Señor,
como ladrón por la noche, así ven-
drá. 3 Así que digan : «Paz y segu-
ridad», entonces de improviso se les
echa encima el exterminio, como los
dolores del parto a la que se halla
encinta, y no escaparán. 4 Mas vos-
otros, hermanos, no estáis en tinie-
blas para que ese día como ladrón
os sorprenda. 6 Que todos vosotros
sois hijos de la luz e hijos del día.
No somos de la noche ni de las ti-
nieblas. 8 Así que no durmamos co-
mo los otros, sino velemos v sea-
mos sobrios. 'Pues los que duer-
men, de noche duermen, y los que
se embriagan, de noche se embria-
an ; 8 mas nosotros, que somos del
ía, seamos sobrios, revestidos de
la coraza de la fe y la caridad, y
como yelmo, la esperanza de la sa-
lud, 9 puesto que no nos destinó el
Señor para la cólera, sino para la
adquisición de la salud por nuestro
Señor Jesu-Cristo, 10 que murió por
nosotros para que, ya velemos, ya
durmamos, vivamos juntamente con
El. 11 Por lo cual animaos recípro-
camente y edifícaos el uno al otro,
como ya lo hacéis.
Tercer grupo. Recomendaciones
diversas. 5, 12-22
"Os rogamos, hermanos, que re-
conozcáis a los que trabajan entre
vosotros y os gobiernan en el Señor
y os instruyen, 18 y que los estiméis
en el más alto grado con amor a
causa de su obra. Vivid en paz en-
tre vosotros. " Os exhortamos asi-
mismo, hermanos, que amonestéis
a los revoltosos, que alentéis a los
pusilánimes, que sostengáis a los
débiles, que tengáis longanimidad
con todos. 16 Mirad que ninguno
vuelva a otro mal por mal, sino an-
dad siempre tras lo bueno, así en-
tre vosotros como entre todos. 14 Gó-
zaos siempre, 17 orad sin cesar, 18 en
todas las cosas dad gracias, pues és-
ta es la voluntad de Dios en Cristo
Jesús respecto de vosotros. 19 El es-
píritu no le apaguéis, 20 las profecías
no las menospreciéis. 21 Probadlo to-
do, quedaos con lo bueno. 22 Abste-
neos de toda apariencia de mal.
Conclusión. 5, 23-28
33 Y el Dios de la paz El mismo os
santifique íntegros, y que todo ente-
ro vuestro espíritu, y vuestra alma,
y vuestro cuerpo se conserven irre-
prensiblemente para el advenimiento
de nuestro Señor Jesu-Cristo. 24 Fiel
es el que os llama, el cual así lo
hará.
20 Hermanos, rogad también por
nosotros.
28 Saludad a los hermanos todos
con el ósculo santo. 27 Os conjuro
por el Señor que sea leída esta car-
ta a todos los hermanos santos.
28 La gracia de nuestro Señor Jesu-
Cristo sea con vosotros. Amén.
5 - Manifiesta aquí San Pablo su ignorancia, y la de todos, acerca del tiempo de
la paiusía; manifestación que alude evidentemente a las declaraciones del mismo
Señor sobre la incertidumbre del último día (Mt. 24, 36 = Me. 13, 32 = Le. 17, 26),
y que desvanece las fantasías de los que atribuyen al Apóstol la creencia sobre la
inminente proximidad de la parusía.
8 De la panoplia o armadura del soldado cristiano, que mas por menudo describe
en Ef. 6, 14-17, menciona aquí San Pablo solas dos piezas : la coraza, cuyas dos
partes son la fe y la caridad, y kl yelmo, que es la esperanza.
" Kspíritu es aquí la acción carismatica del Espíritu Santo.
"Profecías: es el carisma que tanto se enaltece en 1 Cor. 14.
31 Probadlo todo : no quiere decir que se lancen curiosa y temerariamente a pro-
bar cualquier cosa, sino que cautamente examinen " lo que se les presente antes
de admitirlo.
20 Vuestro espíritu, y vuestra m \ia, y vuestro cuerpo : espíritu y alma no son
dos partes distintas del compuesto humano, como lo son cuerpo y alma, sino dos
actividades de la misma alma : la actividad intelectual, sometida al influjo del
Espíritu Santo, y la actividad sensitiva ly vegetativa). Querer ver en los tres tér-
minos empleados por San Pablo una derivación de la tricotomía platónica es des-
conocer el dualismo antropológico de San Pablo y de toda la Escritura.
— 450 —
INTRODUCCION
A LA II EPISTOLA A LOS TESALONICENSES
casión de la Epístola. — Tranquilizados ya los Tesalonicenses de sus
temores infundados acerca de la suerte, que ellos habían creído
desventajosa, de los fieles ya 1 difuntos, en el advenimiento de
Cristo, en cambio se alborotaron más con la aprensión exaltada de que
el día del Señor iba a venir de un momento a otro. Y llegó a tanto esa
fascinación apocalíptica, que habían ya abandonado el cuidado de aten-
der, como cosa superfina, a las más imprescindibles necesidades de la
vida. De ahí que, entregados a la ociosidad, pasaban el día vagando de
casa en casa y hablando sin duda de la tremenda catástrofe que iba a
sobrevenir. Temeroso el Apóstol de que esas extravagancias diesen al
traste con la fe y la moralidad de sus impresionables neófitos, les escribe
una segunda carta, en que les declara que el día del Señor no es tan
inminente como ellos se imaginaban antes han de sobrevenir dos gran-
des crisis, la apostasía universal y la aparición del anticristo.
División de la Epístola. — La Epístola se divide en tres partes, co-
rrespondientes exactamente a sus tres capítulos. En la primera, intro-
ductoria, después de dar gracias a Dios por la fe, la caridad y la cons-
tancia de los Tesalonicenses, les recuerda el justo juicio de Dios, que
dará a cada uno su merecido. Este recuerdo del juicio divino prepara la
segunda parte, dogmática, sobre el advenimiento del Señor, precedido
por la aparición del anticristo. La tercera parte, moral, contiene diver-
sas recomendaciones, derivadas más o menos directamente de la doctri-
na antes establecida.
— 451 —
II TESALONICENSES
1 3-11
EPISTOLA II A LOS TESALONICENSES
Salutación epistolar
Inscripción, i, 1-2
"i 1 Pablo, Silvano y Timoteo a la
Iglesia de los Tesalonicenses en
Dios, Padre nuestro, y en el Señor
Jesu-Cristo : 2 gracia a vosotros y paz
de parte de Dios Padre y del Señor
(esu-Cristo.
Acción de gracias. 1, 3-4
* Gracias debemos dar a Dios en
todo tiempo acerca de vosotros, her-
manos, como es razón, porque se
acrecienta más y más vuestra fe y
aumenta la mutua caridad de cada
uno de vosotros, 4 hasta tal punto
que nosotros mismos nos gloriamos
de vosotros en las Iglesias de Dios
por- vuestra constancia y fe en me-
dio de todas vuestras persecuciones
y de las tribulaciones que toleráis.
Primera parte: El justo juicio de Dios
El juicio de Dios en el advenimiento
de Cristo. 1, 5-10
" Eso es demostración del justo
juicio de Dios, de que vosotros se-
réis juzgados dignos del reino de
Dios, por el cual y bien que pade-
céis : 8 si es que es justo a los ojos
de Dios dar en retorno tribulación
a los que os atribulan, ' v a vos-
otros, los que sois atribulados, hol-
gura juntamente con nosotros, en la
revelación del Señor Jesús, cuando
vendrá desde el cielo con los ánde-
les de su poder 8 en fuego llamean-
te, v tomará venganza de los que
no conocen a Dios y no dan oídos
al Evangelio del Señor nuestro Je-
sús ; * los cuales pagarán la pena
con perdición eterna ante la presen-
cia del Señor y ante la gloria de su
fuerza, 10 cuando viniere, en el día
aquel, a ser glorificado en sus san-
tos y mostrarse admirable en todos
los que creyeron — pues que creído
fué nuestro testimonio ante vos-
otros.
Oración del Apóstol. 1, 11-12
11 En orden a lo cual oramos asi-
mismo en todo tiempo por vosotros,
■1 ' Demostración : el hecho de que los justos sean atribulados, mientras que los
impíos triunfan, no imede ser duradero y definitivo, si es que hay justicia en
Dios, quien no puede menos de dar a enda cual su merecido, trocando las suertes
e invirtiendo los valores de este siglo perverso.
" Dignos de la vocación : esto es, que llevéis una vida santa, cual corresponde
a la vocación con que Dios os favoreció.
— 452 -
1 12-2 3
II TESALONTCENSES
que nuestro Dios os haga dignos de
la vocación y realice plenamente
con poder toda complacencia en la
bondad y toda obra de fe, 12 de suer-
te que sea el nombre del Señor
nuestro Jesús glorificado en vosotros
y vosotros en El, según la gracia
de nuestro Dios y del Señor Jesu-
cristo.
Segunda parte: Las señales del advenimiento de Cristo
Xo es inminente el advenimiento de
Cristo. 2, 1-2
21 Os rogamos, hermanos, por lo
que atañe al advenimiento de
nuestro Señor Jesu-Cristo y a nues-
tra reunión con El, 2 que no os dejéis
tan pronto impresionar, abandonan-
do vuestro sentir, ni os alarméis, ni
por espíritu, ni por dicho, ni po
carta, cual si fuera de nosotros, co
mo que esté inminente el día del
Señor.
La apostasía general y el anticristo,
precursores del último día. 2, 3-7
' Que nadie os engañe de ninguna
manera ; porque si primero no vi-
niere la apostasía y se manifestare
el hombre del pecado, el hijo de la
perdición, 4 el que hace frente y se
levanta contra todo el que se llama
Dios o tiene carácter religioso, has-
ta llegar a invadir el santuario de
Dios y poner en él su trono, osten-
tándose a sí mismo como quien es
Dios... 6 ¿No recordáis que, estando
todavía con vosotros, os decía yo
esto ? 6 Y ahora ya sabéis lo que le
detiene, con el objeto de que no se
manifieste sino a su tiempo. ' Por-
que el misterio de la iniquidad está
va en acción ; sólo falta que el que
lo detiene ahora, desaparezca de en
medio.
Manifestación y destrucción del
anticristo. 2, 8-12
' Y entonces se manifestará el im-
pío, a quien el Señor Jesús destrui-
rá con el soplo de su boca y aniqui*
2 2 Espíritu..., dicho..., carta : tres causas de donde pudo originarse el rumor sobre
la proximidad de la parasía. || Espíritu : sería una profecía referente a la paru-
sía. || Como que esté inminente... : nueva declaración del Apóstol, que demuestra que
no sólo no creía ser inminente la parusía, sino todo lo contrario.
3-12 La historia del anticristo, en su relación con el segundo advenimiento de
Cristo, seguirá estos pasos : 1) existe ya y actúa el, germen de la apostasía, que
San Pablo llama misterio de la iniquidad ; 2) existe también', en sentido contrario,
algo o alguien que detiene o estorba la aparición del anticristo ; 3) vendrá día en
que desaparecerá este obstáculo, y entonces surgirá el anticristo en medio de la
apostasía universal ; 4) entonces será cuando sobrevendrá el día del Señor, y el
Señor Jesús aniquilará al anticristo con el esplendor de su advenimiento.
3 El hombre del pecado... : calificaciones del anticristo. Será el anticristo, según
el común sentir de los Santos Padres y teólogos, una persona, no una colectividad
o tendencia personificada ; aunque claro está que la persona del anticristo concen-
trará en sí y representará una tendencia y una colectividad. Esta tendencia parece
será un sindiosismo militante y comunista, más radical y exacerbado que cuanto
hasta ahora se ha conocido, encarnado además en una personalidad irresistiblemente
fascinadora y avasalladora y satánicamente orgullosa.
* La frase, no acabada, es una simple prútasis, cuya apódosis, no obstante, .se
adivina, y sería : mo vendrá el día del Señori.
5 Lástima que San Pablo, en Yez de remitirse a lo que de palabra les había
dicho, no lo repitiese aquí en la carta. Efecto de esta preterición es la oscuridad
que envuelve todo este pasaje.
Lo que le detiene..., el que lo detiene ¡ estas expresiones, claras para los Te-
salonicenses, son para nosotros enigmáticas. Entre las numerosas interpretaciones
que se han propuesto sigue siendo la más aceptable, «i bien convenientemente ma
tirada, la que generalmente adoptaron los Santos Padres, los cuales creyeron que lo
— 453 —
2 9-3*
II TESALONICENSES
2 14- 3 6
lará con el esplendor de su adveni-
miento ; ' este impío, cuyo adveni-
miento será, por la enérgica acción
de Satanás, en toda suerte de obras
maravillosas y portentos y prodigios
de mentira, 10 y en toda seducción
de iniquidad en daño de los que pe-
recen, en pago de no haber abierto
su corazón al amor de la verdad
para ser salvos. 11 Y por esto envía-
les Dios eficiencia de seducción, pa-
ra que den fe a la mentira, " a fin
de que sean juzgados todos aque-
llos que no dieron fe a la verdad,
antes se complacieron en la iniqui-
dad.
Exhortación a perseverar en la je
del Evangelio. 2, 13-17
a En cuanto a nosotros, debemos
hacer gracias a Dios en todo tiempo
acerca de vosotros, hermanos ama-
Jos del Señor, por cuanto os esco-
gió Dios como primicias para la sa-
lud mediante la santificación del
Espíritu y la fe en la verdad, " pa-
ra lo cual os llamó también por me-
dio de nuestro Evangelio, a fin de
que fueseis adquisición gloriosa del
Señor nuestro Jesu -Cristo. a Así,
pues, hermanos, sed constantes y
mantened firmemente las tradicio-
nes en que fuisteis adoctrinados, ya
sea de viva voz, ya sea por carta
nuestra. " Y el mismo Señor nues-
tro Jesu-Cristo y Dios, Padre nues-
tro, que nos amó y dió consolación
eterna y esperanza buena por su
gracia, " consuele vuestros corazo-
nes y los afiance en toda obra y pa-
labra buena.
Tercera parte: Recomendaciones diversas
Pablo pide oraciones y expresa sus
sentimientos de confianza. 3, 1-5
O 1 Por lo demás, rogad, hermanos,
^ por nosotros, para que la palabra
del Señor se propague rápidamente
y sea acogida con honor, como lo
fué entre vosotros, 2 y para que nos
veamos libres de esos hombres ab-
surdos y malvados, que no de todos
es la fe. ' Más fiel es el Señor, el
cual os fortalecerá y os preservará
del malvado. * Y confiamos de vos-
otros en el Señor, que lo que os en-
comendamos ya lo hacéis y lo ha-
réis. 0 Y el Señor enderece vuestros
corazones hacia el amor de Dios y
la firme esperanza en Cristo.
Exhortación al trabajo y al orden.
3, 6-iS
' Os encomendamos, hermanos, en
el nombre de nuestro Señor Jesu-
Cristo, que os retraigáis de todo
hermano que anda desconcertada-
que detenía la aparición del anticristo era el Imperio romano, y el que lo detenía, el
emperador : no en su concreta realidad histórica, sino más bien lo que con ello
se representaba, que es el principio de autoridad normal y legítima, en cuanto
mantiene con mano firme el orden social y político.
"Tradiciones: es triste el fenómeno que acuí y un poco más abajo (3, 61
ofrecen las versiones protestantes, la9 cuales, mientras traducen indefectiblemente
tradición siempre que se trata de tradiciones reprobables, cuales eran las tradi-
ciones farisaicas, esquivan, en cambio, la enojosa palabra cuando, como aquí, se
trata de tradiciones recomendadas, cuales eran las tradiciones apostólicas. Con este
procedimiento, no muy leal, las versiones protestantes del Nuevo Testamento dan
¡a falsa impresión de que la tradición es cosa reprobada en la Sagrada Escritu-
ra. j| De viva voz..., por carta: dice San Juan Crisóstomo sobre estas palabras: tDe
aquí resulta claro que no todas las cosas nos las transmitieron (los apóstolesl por
carta, sino muchas cosas también oralmente, y tanto éstas como aquéllas son igual-
mente fidedignas. Así que también la tradición de la Iglesia hemos de mirarla
i-omo fidedigna, i Es tradición ? No busques más.i
3 * Osl malvado : de Satanás, príncipe del mal. Otros traducen tde (todo) mal».
— 454 —
3 7"12
II TESALONICENSES
3 13-18
mente y no según la tradición que
recibieron de nosotros. ' Porque vos-
otros mismos sabéis cómo nos ha-
béis de imitar, por cuanto no pro-
cedimos desconcertadamente entre
vosotros, 8 ni de balde comimos el
pan, recibiéndolo de nadie, sino con
fatiga y cansancio, trabajando no-
che y día para no ser cargosos a nin-
guno de vosotros ¡ * no que no ten-
gamos derecho, sino para darnos a
vosotros como dechado que podáis
imitar. 10 Y, cierto, cuando estába-
mos con vosotros esto os encomen-
dábamos : que quien no quiera tra-
bajar, tampoco coma. 11 Porque oímos
decir que algunos de vosotros an-
dan desconcertadamente, no ocu-
pados en ningún trabajo, sino ocu-
pados en mariposear. 12 Pues a esos
tales recomendamos y exhortamos
en el Señor Jesu-Cristo que, traba-
jando con sosiego, coman su propio
pan. a Y vosotros, hermanos, no re-
moloneéis en obrar el bien. 14 Mas
si alguno no obedece a nuestra pa-
'abra transmitida por esta carta, a
éste señaladle para no juntaros con
él, a fin de que quede corrido ; u y
no le miréis como enemigo, sino
amonestadle como hermano.
Salutaciones y bendiciones finales.
3, 16-18
" Y el Señor de la ,paz os conce-
da El mismo la paz en todo tiempo,
bajo todo aspecto. El Señor sea con
todos vosotros.
™ La salutación va de mi propia
mano ; Pablo ; lo cual es contrase-
ña en toda carta mía, así escribo.
15 La gracia de nuestro Señor Je-
su-Cristo sea con todos vosotros.
11 No ocupados... : en el original griego hay un lindo juego de palabras intra-
ducibie en nuestra lengua.
" El objeto de esta contraseña parece ser el evitar que nadie con cartas apócrifas
pueda alborotar a los Tesalonicenses.
— 455 —
INTRODUCCION
A LA I EPISTOLA A TIMOTEO
pistolas pastorales.— Con este nombre, insinuado ya por Santo To-
más y empicado por la Pontificia Comisión Bíblica, se designan
comúnmente desde mediados del siglo XVUI las dos Epístolas a
Tiirtotco y la dirigida a Tito. Son, en efecto, instrucciones dadas por el
Apóstol a sus dos discípulos para el buen gobierno de las Iglesias a ellos
confiadas o para el ejercicio de su ministerio pastoral.
Autenticidad. — La crítica racionalista, que, una tras otra, ha ido re-
conociendo la autenticidad de las demás Epístolas de San Pablo, se re-
siste todavía a reconocer el origen paulino de las pastorales. Mas sin
razón. Los testimonios históricos a favor de las pastorales no son menos
antiguos y constantes que a favor de las otras cartas de San Pablo. Por
este lado es inexpugnable la autenticidad de las pastorales. De otro orden
son los motivos aducidos contra ella. Tres son los principales ; la índole
de los falsos doctores en ellas combatidos, el estado de la jerarquía ecle-
siástica que ellas suponen, y su lengua y estilo, diferente del de las Epís-
tolas paulinas. Pero esos motivos de negación o de duda, bien conside-
rados, lejos de oponerse a la autenticidad, antes la corroboran. El estado
de la jerarquía, en vías todavía de formación, dista radicalmente del que
a principios del siglo JI suponen las Epístolas de San Ignacio Mártir.
Los falsos doctores, combatidos en las pastorales, nada tienen que ver
con los gnósticos del siglo II, como suponen esos críticos. Por fin, las
ponderadas diferencias de lenguaje se reducen casi exclusivamente a los
terminas o vocablos nuevos, no empleados en las otras Epístolas; fe-
nómeno muy natural, al tratarse de materias no tratadas en las cartas
anteriores. En cambio, lo que hay de más personal y característico en el
lenguaje, que es la sintaxis, el desenvolvimiento dialéctico del pensa-
miento, ciertas imágenes o frases favoritas, delata la mano de San Pablo.
Los falsos doctores. — Eran judíos y judaizantes, aunque no aquellos
judaizantes taimados y obstinados, desenmascarados y combatidos en las
Epístolas a los Romanos, Corintios y Gálatas, sino más bien unos insul-
sos charlatanes, que perdían el tiempo y desvirtuaban el Evangelio con
disputas acerca de la ley, con fábulas o cuentos de viejas, con genealo-
gías interminables, con prescripciones arbitrarias referentes al uso o
abstención de ciertos alimentos y a la purificación legal; cuestiones todas
ellas hijas de una curiosidad malsana y más tontas que falsas. El daño
— 456 —
I TIMOTEO
principal de ese charlatanismo quimérico era hacer perder el gusto a la
sana doctrina del Evangelio y preparar el camino a otros maestros más
perversos, a otras propagandas propiamente heréticas, que. San Pablo
anuncia para lo porvenir.
Timoteo. — Nacido en Listra de Licaonia de padre gentil y de madre
judía, fué convertido a la fe por San Pablo durante su primera expedi-
ción apostólica. A partir de la segunda expedición le tomó el Apóstol
como compañero, y desde entonces fué uno de sus más fieles y fervoro-
sos colaboradores en la predicación del Evangelio. Libre de la primera
prisión de Roma, Pablo se dirigió al Oriente con Timoteo, a quien dejó
en Efeso para que en su nombre gobernase aquella Iglesia. Desde allí le
llamó el Apóstol a Roma durante su segunda prisión, ya próximo a sellar
con su sangre el Evangelio de Cristo.
Ocasión y objeto de la Epístola. — La ocasión de la Epístola fueron
las propagandas malsanas antes mencionadas y otras dificultades que Ti-
moteo había de encontrar en el fiel desempeño de su ministerio pastoral.
Su objeto era, no sólo darle instrucciones, que sin duda poco antes le
había dado de palabra, sino además poner en su mano un documento
autorizado, que Timoteo pudiera utilizar oportunamente para vencer más
eficazmente las resistencias que se le opusieran.
División. — Puede la Epístola dividirse en dos partes: una más didác-
tica, otra más parenctica.
— 457 —
1 2-10
EPISTOLA I A TIMOTEO
Introducción
Inscripción epistolar, i, 1-2
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús,
según la ordenación de Dios,
nuestro Salvador, y de Cristo Jesús,
esperanza nuestra, 2 a Timoteo, ge-
nuino hijo en la fe : gracia, miseri-
cordia, paz de parte de Dios Padre y
de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Primera parte
Cortar la propaganda de doctrinas
malsanas. 1, 3-7
* Conforme te encargué que per-
manecieses en Efeso, mientras yo
partía para Macedonia, para que in-
timases a ciertos hombres que no
enseñasen otras doctrinas 4 ni pres-
tasen atención a fábulas y a genea-
logías interminables, cosas esas más
a propósito para promover dispu-
tas que no para realizar los desig-
nios de Dios, que se apoyan en la
fe, hazlo como lo dije. 5 Mas el fin
de esta intimación es la caridad,
nacida de un corazón puro, y de una
conciencia buena, y de una fe sin-
cera ; * de las cuales cosas algunos
habiéndose desviado, se perdieron
en vana palabrería, 7 pretendiendo
ser doctores de la ley, cuando no
entienden ni lo que dicen ni qué es
lo que tan categóricamente aseve-
ran.
Uso legítimo de la ley. 1, 8-
8 Sabemos, sí, que la ley es bue-
na, con tal que uno use de ella le-
gítimamente ; 9 sabiendo esto, que
no se ha puesto la ley para el jus-
to, sino para los prevaricadores y
rebeldes, impíos y pecadores, irre-
ligiosos y profanos, parricidas y ma-
tricidas, homicidas, fornicarios, in-
fames, secuestradores, mentirosos,
I4 Genealogías interminables : referentes a los personajes bíblicos ; a no ser que
preludien las syzygías de los eones.
6 Esta intimación : es la que San Pablo encarga a Timoteo que haga a los de
Efeso en el versículo 3.
8 No dice el Apóstol que la ley no obligue a los justos, sino que no ha sido es-
tablecida y acompañada de su correspondiente sanción en atención a los justos, que
ya sin la coacción de la ley obran el bien
10 Sana doctrina: abundan en las Epístolas pastorales expresiones tomadas de la
Medicina.
- 458 -
111-19
I TIMOTEO
1 20—2 9
perjuros, y si hay otra cosa que se
oponga a la sana doctrina, " como
lo enseña el Evangelio de la gloria
del Dios bienaventurado, que me fué
confiado.
\
Pablo, pecador, hecho apóstol por
la misericordia de Cristo, i, 12-17
'•' Doy gracias al que me dió fuer-
zas, a Cristo Jesús, Señor nuestro,
porque me consideró digno de su
confianza, poniéndome en el minis-
terio, 15 a mí que primero fui blasfe-
mo y perseguidor insolente ; mas
hallé misericordia porque obré por
ignorancia en mi infidelidad ; " so-
breabundó, empero, la gracia de
nuestro Señor con la fe y caridad
que está en Cristo Jesús. ,5 Palabra
es digna de fe v de toda aceptación :
que Cristo Jesús vino al mundo pa-
ra salvar a los pecadores, de los
cuales el primero soy yo. 16 Mas por
esto alcancé misericordia, para que
en mí primero mostrare Cristo Jesús
toda su longanimidad, para ejem-
plo viviente de los que habían dt
creer en El para la vida eterna.
" Al Rey de los siglos, inmortal, in-
visible, único Dios, honor y gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
El buen combate por la fe. 1, 18-20
" Este mandato te confío, hijo mío
Timoteo, conforme a las profecía*
hechas precedentemente sobre ti,
para que milites conforme a ellas la
noble milicia, 19 conservando la fe
y la buena conciencia, la cual ha-
biendo algunos desechado naufraga-
ron acerca de la fe ; 50 de los cuales
es Himeneo y también Alejandro,
a quienes entregué en manos de Sa-
tanás para que aprendan a no blas-
femar.
Orar por todos para que todos se
salven. 2, 1-7
o 1 Recomiendo, pues, lo primero
~ de todo, que se hagan plegarias,
oraciones, intercesiones, acciones de
gracias por todos los hombres, ~ por
los revés y por todos los que ocu-
pan altos puestos, a fin de que pa-
semos una vida tranquila y sosega-
da con toda piedad y dignidad. 'És-
to es bueno y acepto a los ojos de
Dios nuestro Salvador, * el cual quie-
re que todos los hombres sean sal-
vos y vengan al pleno conocimiento
de la verdad. 3 Porque uno es Dios,
uno también el Mediador de Dios y
de los hombres, un hombre, Cristo
Jesús, 6 que se dió a sí mismo como
precio de rescate por todos ; divino
testimonio dado en el tiempo opor-
tuno, * para cuya promulgación fui
yo constituido heraldo y apóstol (di-
go la verdad, no miento!, maestro
de los gentiles en la fe y la verdad.
Oración del raid», modestia y su-
misión de la mujer. 2, 8-1.5
8 Quiero, pues, que los varones
oren en todo lugar, alzando puras
las manos, sin ira y sin altercados.
9 Asimismo que las mujeres se pre-
11 El sentido exacto parece ser : conforme al Evangelio o Buena Nueva, que es
muestra de la gloria de Dios, esto es, manifestación esplendorosa de su sabiduría,
bondad y poder.
u Profecías no son precisamente vaticinios, sino declaraciones hechas sobre Ti-
moteo por alguno que poseía el carisma de la profecía.
10 Himeneo y Alejandro : personajes desconocidos. Del primero se habla también
en 2 Tim. 2, 17-18.
p 5 Uno también el Mediador de Dios : sólo Jesu-Cristo, por derecho propio, por
™ representación propia, por méritos propios, es el Mediador entre Dios y los hom-
bres ; los santos, y singularmente la Virgen María, lo son en cuanto son asociados
a la mediación única de Jesu-Cristo.
* Testimonio dado en el tiempo oportüno : la venida y la redención de Cristo son
un testimonio que Dios quiso dar de sí en la plenitud de los tiempos. Cristo es por
antonomasia el testigo de Dios y de la verdad.
»-15 Con estas enseñanzas de San Pablo quedan condenadas las aberraciones fe-
ministas.
— 459 —
2 io~3 7
I TIMOTEO
3 8-16
senten con traje decoroso ; que se
atavíen con pudor y moderación, qut-
no con trenzas y oro o perlas o ver-
tido suntuoso, 10 sino, cual cumple
a mujeres que profesan piedad, con
obras buenas. 11 La mujer, oyendo
en silencio, aprenda con toda sumi-
sión ; 12 a la mujer no le consiento
enseñar ni arrogarse autoridad so-
bre el varón, sino que ha de estarse
tranquila en su casa 13 Porque Adán
fué formado el primero, luego Eva.
"Y Adán no fué engañado, sino la
mujer fué quien, seducida, se hizo
culpable de transgresión ; 15 será,
empero, salva por la maternidad,
con tal que perseveren en la fe,
en la candad, y en la santidad, uni-
das a la moderación.
Cualidades del obispo. 3, 1-7
o ' Digna de fe es esta palabra. Si
" uno aspira al episcopado, exce-
lente función desea. 2 Es, pues, ne-
cesario que el obispo sea irreprensi-
ble, marido de una sola mujer, due-
ño de sí, sensato, digno en su por-
te, hospitalario, idóneo para enseñar,
3 no dado al vino, no amigo del palo,
sino indulgente ; enemigo de pen-
dencias, desinteresado ; 4 que rija
bien su propia casa, que mantenga
a sus hijos en sumisión con toda ho-
nestidad ; 6 que si uno no sabe regir
su propia casa, ¿cómo va a cuidai
de la Iglesia de Dios ? * No neófito,
no sea que, infatuado, caiga en la
condenación del diablo. 7 Y es me-
nester que goce de buena reputación
de parte de los de fuera, no sea que
caiga en el descrédito y en el lazo
del diablo.
Cualidades del diácono. 3, 8-13
8 Que los diáconos, asimismo, sean
respetables, no doblados en sus pa-
labras, no aficionados a mucho vi-
no, no dados a sórdidas ganancias ;
9 que guarden el misterio de la fe
con una conciencia pura. 10 Y éstos
sean probados primero ; luego ejer-
zan las funciones del diaconado, si
fueren hallados irreprensibles. 11 Las
mujeres, asimismo, sean respeta-
bles, no murmuradoras, circunspec-
tas, fieles en todo. 12 Los diáconos
sean maridos de una sola mujer,
que rijan bien a sus hijos y sus pro-
pias casas. " Porque los que hubie-
ren ejercido bien el oficio de diácono
adquieren para sí un puesto honro-
so y mucha confianza en la fe que
es en Cristo Jesús.
La «.casa de Dios» y el «misterio de
la piedadn. 3, 14-16
14 Estas cosas te escribo, si bien
espero ir a ti bastante pronto; "mas,
por si tardare, para que sepas cómo
hay que portarse en la casa de Dios,
que es la Iglesia del Dios viviente,
columna y sostén de la verdad. 16 Y,
31 No dice San Pablo que es bueno desear el obispado, sino que es muy excelente
y elevado este oficio, al cual, por tanto, no todos pueden aspirar.
2 No manda San Pab'o que el obispo tenga mujer, sino en el caso, entonces or-
dinario, de que esté casado, no tenga sino una sola mujer.
" EL misterio de la fe es la economía de la redención humana, objeto de nuestra
fe. Este misterio o bien es el objeto de la predicación evangélica, confiada secunda-
riamente a los diáconos, o bien, muy probablemente, el misterio eucarístico, cuya
distribución estaba también confiada a los diáconos. Parece que aquella frase paren-
tética de la consagración del cáliz «Mysterium fidei», que primitivamente declan en
alta voz los diáconos, está tomada de este pasaje de San Pablo.
11 Las mujeres de que aquí se habla son las esposas de los diáconos.
13 Un puesto honroso : el diaconado bien ejercido es una disposición y recomen-
dación para los grados superiores de presbítero y obispo.
16 Columna y base de la verdad : parece que se representa San Pablo la verdad
como una estatua (opuesta a la falsa divinidad de Artemis de Efeso), levantada sobre
una columna apoyada sobre una firme basa.
18 El misterio de la piedad: es el mismo misterio de la fe, objeto de nuestra
veneración y que se cifra en la persona de Cristo, que es el sujeto tácito de los seis
Incisos siguientes. Estos incisos parecen una estrofa de un himno cristiano, compues-
to bajo la inspiración carismática. || Fué manifestado en la carne: es lo mismo que
tel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria» (Jn. i, 14). ||
— 460 —
4 í-io
I TIMOTEO
4 2-14
reconocidamente, grande es el mis-
terio de la piedad, el cual
fué manifestado en la carne,
justificado por el Espíritu;
mostrado a los ángeles,
predicado entre \us gentiles ;
creído en el mundo,
enaltecido en gloria.
Futuras herejías diabólicas. 4, 1-5
a 1 Mas el Espíritu abiertamente
Q dice que en tiempos posteriores
apostatarán algunos de la fe, dando
oídos a espíritus seductores y a doc-
trinas de demonios, 1 inducidos por
la hipocresía de algunos impostores,
que llevan marcado con fue<*o en su
conciencia- el estigma de su ignomi-
nia, 3 que proscribirán el matrimo-
nio y el uso de manjares, que Dios
crió para que los tomasen con naci-
miento de gracias los fieles, que son
los que han conocido plenamente la
verdad. ' Porque toda criatura de
Dios es buena, y nada hay que me-
rezca repudiarse, como se tome con
nacimiento de gracias, 5 pues san-
tifícase por la palabra de Dios y por
la oración.
Segunda parte
Oponerse a las malas doctrinas con
la je y la piedad. 4, 6-10
* Si estas cesas sugieres a los her-
manos serás excelente ministro de
Cristo Jesús, nutriéndote con la pa-
labra de la fe y de la buena doctri-
na que has seguido. 1 En cambio,
esas fábulas profanas y propias de
viejas, evítalas. Ejercítate a ti mis-
mo en orden a la piedad. 8 Porque
el ejercicio corporal para poco es
provechoso ; mas la piedad para to-
das las cosas es provechosa, ya que
tiene vinculada promesa relativa a
la vida presente y a la venidera.
* Digna de fe y de toda aceptación
es esta palabra. 10 Pues para esto
nos fatigamos y luchamos, pues te-
nemos puesta la esperanza en el
Dios viviente, que es Salvador de
todos los hombres, mayormente de
los fieles
«Atiende a ti y a la enseñanza».
4, 11-16
11 Intima estas cosas y enséñalas.
12 Que nadie te menosprecie por tu
juventud ; antes bien, hazte decha-
do de los fieles en la palabra, en el
comportamiento, en la caridad, en
la fe, en la pureza. 13 En tanto que
llego, aplícate a la lectura, a la ex-
hortación, a la enseñanza. " No mi-
res con negligencia la gracia que hay
I-'ué justificado por el Espíritu : por cuanto el Espíritu Santo testificó la justicia,
verdad y santidad de Jesu-Cristo : lo cual hizo ya en la resurrección, atribuida al
Espíritu Santo (Rom. i, 4 ; 8, n...), ya el día de Pentecostés, ya en las variadas
manifestaciones carismaticas. || Mostrado a los ángeles como Hijo de Dios (Hcbr. 1,
O! Ef. 3, 10).
41 El Espíritu Santo : lo dice por medio de los que poseen el carisma profético.
5 La palabra de Dios que santifica los alimentos es la que enseña la verdadera
naturaleza de los alimentos, obra de Dios, y prescribe su recto uso para la c'oria de
Dios.
' Ejercítate : la palabra original significa gimnasia, aplicada aquí metafórica-
mente al ejercicio espiritual. Con esto condena San Pablo la pasividad erigida en
sistema exclusivo de vida espiritual.
U_I6 Excelentes consejos sobre la doctrina y la vida de los ministros evangélicos.
14 La gracia QUE haz en ti : se expresan aquí los dos elementos más esenciales
del sacramento del Orden : 1) el rito exterior, que es la imposición de las manos del
colegio presbiteral, en el cual el jefe por lo menos era obispo; 2) la gracia per-
manente producida instrumentalmente por el rito exterior. || Las profecías son las-
que señalaban a Timoteo como candidato del episcopado.
-461-
4 15-5 9
I TIMOTEO
5 10-21
en ti, la cual te fué dada a causa de
las profecías con la imposición de
las manos del colegio presbiteral.
13 Medita estas cosas, anda metido
en ellas para que tu adelantamiento
sea patente a todos. " Atiende a ti
mismo y a la enseñanza, insiste en
estas cosas ; pues eso haciendo, sal-
varás tanto a ti mismo como a los
que te escuchan.
Modo de haberse con los ancianos
V jóvenes. Situación de las viudas.
5, i-8
r 1 Al anciano no le increpes con
" dureza, sino exhórtale como a
padre ; a los jóvenes, como herma-
nos; - a las ancianas, como madres;
a las jóvenes, como hermanas, con
toda pureza. 3 A las viudas hónralas,
como sean verdaderas viudas. 4 Que
si una viuda tiene hijos o nietos,
aprendan éstos primero el cariñoso
respeto que deben a su propia fa-
milia y el reconocimiento con que
deben recompensar a sus progenito-
res, porque esto es acepto a los ojos
de Dios. 6 Mas la que es verdadera-
mente viuda y ha quedado sola, tie-
ne puesta su esperanza en Dios y
persevera en las plegarias y oracio-
nes noche y día. 6 En cambio, la
que se da a los placeres, viviendo
está muerta. 7 Intímales estas cosas,
a fin de que sean irreprensibles.
8 Que si uno no se interesa por los
suyos, y particularmente por los de
su' casa, ha renegado de la fe y es
peor que un infiel.
Viudas: ancianas, jóvenes, con
familia. 5, 9-16
' Una viuda, para que sea inscrita
en la lista, no ha de tener menos de
sesenta años, mujer que haya sido
de un solo marido, 10 acreditada por
sus buenas obras : si crió bien a sus
hijos, si ejercitó la hospitalidad, si
lavó los pies de los santos, si soco-
rrió a los atribulados, si anduvo so-
lícita tras toda obra buena. 11 Mas a
las viudas jóvenes descártalas ; por-
que si una vez los estímulos de la
sensualidad les ponen hastío de Cris-
to, quieren casarse, 12 incurriendo en
condenación por haber quebrantado
su primera fe, " y al mismo tiempo,
ociosas también, aprender a ir de
casa en casa ; ni sólo ociosas, sino
además chocarreras y entrometidas,
hablando lo que no conviene. " De-
seo, pues, que las jóvenes se casen,
que críen hijos, que sean amas de
casa, que no den al adversario nin-
guna ocasión de hablar mal ; 15 que
ya algunas se han extraviado yéndo-
se en pos de Satanás. 18 Si alguna
mujer fiel tiene viudas allegadas,
socórralas de lo suyo y no sea gra-
vada la Iglesia, a fin de que se pue-
da socorrer a las que verdaderamen-
te son viudas.
Modo de proceder con los
presbíteros. 5, 17-25
11 Los presbíteros que gobiernan
bien, sean considerados dignos de
doblado honor, mayormente los que
se afanan en la palabra y en la en-
señanza. 1S Pues dice la Escritura :
«Al buey que trilla no le pondrás
bozal» y «Digno es el trabajador de
su jornal». 10 Contra un presbítero
no admitas acusación, a no ser so-
bre el testimonio de dos o tres. 20 A
los que pecaren repréndelos en pre-
sencia de todos, para que también
los demás cobren temor. a Te con-
juro en presencia de Dios y de Cris-
to Jesús y de los ángeles escogido^
5 4 Aprendan : este consejo mira a los hijos o nietos respecto de sus madres o abue-
las viudas.
*-10 Enumera San Pablo las condiciones que ha de reunir una viuda para ser
inscrita como tal en el registro de la Iglesia. Las viudas así inscritas eran susten-
tadas por la Iglesia, a la cual ayudaban contribuyendo a la catequesis de las jóve-
nes. Las demás viudas eran también socorridas por la Iglesia, si carecían de otro
medio de sustentación.
11 Razón por la cual no deben ser inscritas las viudas jóvenes : para que no que-
branten el propósito de guardar continencia, lo cual sería afrentar a Cristo.
" El doblado honor se refiere a los subsidios u «honorarios!, más copiosos. La
razón que se da de este honor en el versículo siguiente exige esta interpretación
— 462 —
5 22-6 3
I TIMOTEO
6 4-13
a que observes estas cosas, depues-
to todo prejuicio, no haciendo nada
por inclinación a una de las partes.
■ A nadie impongas las manos de
ligero ni te hagas cómplice de los
pecados ajenos ; a ti mismo consér-
vate puro. 3 En adelante no bebas
más agua sola, sino toma un poco
de vino a causa de tu estómago y
de tus frecuentes achaques. ** En
ciertos hombres, los pecados son del
todo notorios aun antes de ser lle-
vados a juicio ; los de otros, en
cambio, sólo por el juicio se descu-
bren. 3 Asimismo, las obras buenas
son a las veces del todo notorias, y
las que no lo fueren no pueden en-
cubrirse.
Deberes de los esclavos. 6, 1-2
61 Cuantos están bajo yugo como
esclavos miren a sus propios
amos como dignos de todo honor,
para que el nombre de Dios y la doc-
trina no sean blasfemados. : Mas los
que tienen amos fieles no los ten-
gan en menos por ser hermanos :
antes bien, sírvanlos con mayor su-
misión, por cuanto son fieles y ama-
dos los que reciben sus buenos ser-
vicios.
Doctrinas y codicias contrarias a la
piedad. 6, 2-10
Esto es lo que has de enseñar v
recomendar. ' Si alguno enseña otra
doctrina y no se allega a las pala-
bras de salud, las de nuestro Señor
Jesucristo, y a la doctrina que es
conforme a la piedad, 4 está infatua-
do, siendo así que nada sabe ; antes
bien, padece el prurito morboso de
promover cuestiones y contiendas de
palabras, de las cuales resultan en-
vidia, riña, insultos, sospechas ma-
lignas, 5 interminables disputas, pro-
pias de hombres corrompidos en su
mente y privados de la verdad, que
piensan ser la verdad una granje-
ria. * Es, sí, grande granjeria la pie-
dad, contenta con lo que basta ;
* pues nada hemos traído al mundo,
como tampoco podemos llevarnos
cosa de él ; 8 y como tengamos ali-
mentos y abrigos, con eso nos con-
tentaremos. " Mas los que pretenden
ser ricos caen en la tentación y en
el lazo y en muchas codicias insen-
satas y perniciosas, las cuales hun-
den a los hombres en el abismo de
la ruina y de la perdición. 10 Porque
raíz es de todos los males el amor
al dinero, tras el cual afanados al-
gunos se descarriaron de la fe y se
envolvieron a sí mismos en muchos
dolores punzantes.
Exhortación a Timoteo: santidad di-
vida, lucha por la fe, fidelidad <in
tacha. 6, 11-16
"Mas tú, ¡oh hombre de Dios!,
huye de esas cosas ; anda más bien
tras la justicia, la piedad, la fe, la
caridad, la paciencia, la mansedum-
bre. 12 Lucha el noble certamen d«
la fe, conquista la vida eterna, para
la cual fuiste llamado e hiciste aque-
lla noble profesión de fe en presen-
cia de numerosos testigos. " Ordeno
en presencia de Dios, que vivifica
teconómica». Los ministerios sagrados no se venden; mas los que los desempeñan
tienen derecho a su dee-oroso sustento.
Estos dos versículos son una declaración del versículo 22. El sentido es :
hay algunos cuya dignidad o indignidad para el sacerdocio es manifiesta, sin ne-
cesidad de nuevas informaciones ; de otros, en cambio, no consta claramente : antes
de ordenar a éstos son necesarias previas informaciones.
f* 11 Hombre de Dios : así eran apellidados en el Antiguo Testamento los profetas
" que por vocación estaban consagrados al servicio divino. || Paciencia es aquí la fir-
meza de la esperanza ; por eso sigue inmediatamente a la fe y la caridad.
12 Habla aquí San Pablo de las realidades espirituales bajo las imágenes, tan
frecuentes en sus Epístolas, tomadas de los certámenes gímnicos.
a-u La noble confesión de fe hecha por Timoteo al ser consagrado obispo es
comparada con la nobi f CONFESIÓN que de su realeza mesiánica y filiación divina
hizo Jesús ante Pilato.
- 46> -
6 14-20
I TTMOTEO
6 17-21
todas las cosas, y de Cristo Jesús,
que dió testimonio de la verdad an-
te Poncio Pilato con tan noble con-
fesión, 14 que conserves el mandato
inmaculado, irreprensible hasta la
manifestación de nuestro Señor Jesu.
Cristo, 15 la cual en sus tiempos mos-
trará el bienaventurado y único so-
berano, el Rey de los que reinan y
Señor de los que dominan, 16 el úni-
co que posee la inmortalidad, que
mora en luz inaccesible, a quien nn
vió ninguno de los hombres ni pue-
de ver, a quien sea honor y poderío
sempiterno. Amén.
Advertencia a los ricos. 6,
17-19
" A los que son ricos en este pre-
sente si^lo recomiéndales que m>
nutran sentimientos de altanería ni
tengan puesta su esperanza en la ri-
queza, tan insegura, sino en Dios,
que nos provee de todo espléndida-
mente para que disfrutemos de ello ;
18 que se den a la beneficencia, que
=ean ricos en buenas obras, lardos
en repartir, amigos de comunicar
=us bienes, 18 atesorando para sí un
excelente fondo para lo por venir, a
fin de alcanzar aquella que verdade-
ramente es vida.
Epílogo
iGuarda el depósito de la fe».
6, 20-21
*° ¡Oh Timoteo!, guarda el depó-
sito, dando de mano a las profanas
palabrerías y contradicciones de la
mal llamada ciencia, 21 de la cual
algunos haciendo alarde, erraron en
'a fe.
La gracia sea con vosotros.
es como el código de las instrucciones episcopales que en esta
carta da Pablo a Timoteo.
'+-'« La elevación y tono poético de estos versículos permite suponer que sus
expresiones están tomadas de algún himno cristiano primitivo.
19 Fondo : la palabra original, que significa fundamento, designa aquí los fon-
dos atesorados con las buenas obras ^ara la vida eterna.
20 Guarda el dei-ósito : como si dijera : lo que enseñas, lo que mandas, no es
tuyo ; es un depósito sagrado que te ha sido confiado ; cual lo has recibido, tal lo
has de transmitir : íntegro, intacto. Tal ha sido siempre la voz de la Iglesia
ante las novedades profanas que han atentado contra la sagrada integridad del
depósito divino. Tal es también la divisa de la tradición católica.
INTRODUCCION
A LA II EPISTOLA A TIMOTEO
casión de la Epístola. — Pablo está de nuevo en Roma, encarcelado
y encadenado por Cristo. Su muerte es inminente. Se halla ade-
más casi solo: a excepción de Lucas, que permanece constante a
su lado, los demás o han partido a otras regiones o le han abandonado
cobardemente. Pero lo que más le llega al alma son los peligros a que se
ve expuesta la Iglesia: no principalmente los peligros de persecución
sangrienta, sino los de doctrinas perversas o de propagandas malsanas. Es
el Getscmaní del Apóstol en vísperas de su Calvario. Las angustias, los
temores, la soledad invaden su alma. Mas esos sentimientos penosos no
le abaten ni acobardan. A imitación de Cristo, su corazón reacciona; la
fe, la esperanza, el amor, el celo apostólico se sobreponen. A impulso de
estos encontrados sentimientos escribe Pablo esta Epístola, que es como
su testamento apostólico.
Objeto. — til parte, pero antes de partir quiere legar y como transfun-
dir su espíritu apostólico a su querido discípulo, a su hijo Timoteo: a la
manera que Elias dejó a Elíseo su doblado espíritu profetico. Para esto
le llama a Roma, para tenerlo a su lado cuando derrame su sangre como
libación a honor de su Señor Jesu-Cristo. Mas, por si se frustran esos
deseos, traslada a esta carta todos los sentimientos de su corazón de
padre y de apóstol. La nota dominante es la de constancia e intrepidez
en luchar por el Evangelio y la firmeza en desenmascarar y combatir el
error: Lo uno y lo otro, guardando fielmente la tradición y custodiando
intacto el depósito de la verdad revelada.
División. — Entre la introducción (i, 1-5), notable por la intimidad del
sentimiento, y la conclusión (4, g-22), en que los encargos y nuevas per-
sonales se mezclan cun los saludos, el cuerpo de la Epístola puede divi-
dirse en dos partes, no bien deslindadas por razón de sus múltiples afi-
nidades. En la primera, de carácter más general, exhorta San Pablo a
su discípulo a la constancia e intrepidez en su ministerio pastoral (1, 6-2,
¡3). En la segunda, más concreta, le instruye sobre el modo de proceder
contra la propaganda de doctrinas malsa>u2S (2, 14-4, 8).
— 465 —
1 1-6
II TIMOTEO
14-á
EPISTOLA II A TIMOTEO
Introducción
Inscripción epistolar, i, 1-2
"i 1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús
por la voluntad de Dios para
anunciar la promesa de la vida, que
se halla en Cristo Jesús, 2 a Timoteo,
mi querido hijo : gracia, misericor-
dia, paz, de parte de Dios Padre y
de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Recuerdos personales. 6, 3-5
* Hago gracias a Dios, a quien sir-
vo, siguiendo la tradición de mis
progenitores, con pura conciencia,
por cuanto conservo sin cesar el re-
cuerdo de ti en mis oraciones noche
y día, 4 suspirando por verte, al
acordarme de tus lágrimas, para
sentirme colmado de gozo, B habien-
do recibido nuevas que me han re-
cordado la fe no fingida que hay en
ti, la cual arraigó primero en tu
abuela Loide y en tu madre, Euni-
ce, y estoy seguro de que también
en ti.
Primera parte
Intrepidez sacerdotal en la predica-
ción del Evangelio a ejemplo de
Pablo. 1, 6-14
* Por esta causa te amonesto que
reavives la gracia de Dios, que está
en ti por la imposición de mis ma-
nos. ' Que no nos dió Dios un es-
píritu de timidez, sino de fortaleza,
y de caridad, y de templanza. 8 No
te avergüences, pues, del testimo-
nio que debes dar a nuestro Señor,
ni de mí, su prisionero ; antes bien,
I1 En pocas palabras define San Pablo su apostolado : 1) es una misión y re-
presentación de Jesu-Cristo ; 2) su origen es la voluntad de Dios Padre, no la
elección humana ; 3) su objeto característico es anunciar a los hombres la promesa
de la vida eterna ; 4) su obra es la «edificación del cuerpo de Cristo» (Ef. 4, 12),
expresada por la fórmula en Cristo Jesús. Estas declaraciones del Apóstol son una
condenación de la herejía liberal, que pretende someter la Iglesia a la potestad
civil. La potestad apostólica, ejercida en nombre de Jesu-Cristo, instituida por vo-
luntad expresa de Dios Padre, destinada a fines incomparablemente superiores a los
de toda sociedad humana, en ninguna manera puede estar sometida a la potestad
civil. La Iglesia es, por derecho divino, independiente de toda autoridad humana,
y con esta total independencia debe desempeñar su divina misión.
*-* Estos recuerdos y sentimientos de Pablo, próximo ya a su martirio, son de
una ternura conmovedora y arrancarían lágrimas a Timoteo.
Como en 1 Tim. 5, 19, nos da aquí San Pablo la definición del sacramento
del Orden. Lo que de nuevo añade es la determinación de la gracia sacramental,
que es espíritu... de fortaleza..., de caridad y de templanza, o moderación.
8 La predicación del Evangelio es un testimonio sobre Jesu-Cristo, testimonio que,
en virtud de la palabra original, puede ser un «martirio».
•-"Este es uno de los pasajes en que San Pablo expone sintéticamente lo que
él llama su Evangelio.
— 466 —
i 9-15
II TIMOTEO
116-2 5
comparte mis padecimientos por la
causa del Evangelio, estribando en
la fuer/a de Dios, 0 el cual nos salvó
y nos llamó con vocación santa, no
según nuestras obras, sino según su
propia determinación y según la gra-
cia dada a nosotros en Cristo Jesús
antes de los tiempos eternos, 10 y
que se manifestó ahora por la apa-
rición de nuestro Salvador, Cristo
Jesús, que destruyó la muerte e irra-
dió luz de vida y de inmortalidad
por medio del Evangelio. u Para
cuya predicación fui yo constituido
heraldo y apóstol y maestro de los
gentiles. a Y por esta causa también
padezco estas cosas ; mas no me
avergüenzo, porque sé a quién he
creído y estoy firmemente persuadi-
do de que es' poderoso para guardar
mi depósito hasta aquel día. u Con-
serva sin deformarlo el tipo de las
palabras sanas que de mí oíste, con
la fe y la caridad que está en Cristo
Jesús. " Guarda el precioso depósi-
to por el Espíritu Santo, que habita
en nosotros.
Los cobardes y los leales, i, 15-18
" Sabes ya que me han vuelto las
espaldas todos los que hay en el
Asia, entre los cuales está Figelo v
también Hermógenes. 19 Conceda el
Señor misericordia a la familia de
Onesíforo, por cuanto muchas veces
me alivió y no se avergonzó de mi
cadena, 1? antes bien, llegado a Ro-
ma, solícitamente me Uuscó y halló.
a Concédale el Señor que alcance
misericordia de manos del Señor en
aquel día. Y cuantos buenos servi-
vios prestó en Efeso, mejor tú lo
sabes.
Buscar colaboradores, luchar y Ira-
bajar con la esperanza del fruto.
2, 1-7
o, 1 Tú, pues, hijo mío, confórtate
^ en la gracia que se halla en Cris-
to Jesús ; 2 y lo que oíste de mí, ga-
rantido por muchos testigos, esto
confíalo a hombres fieles, quienes
sean idóneos para enseñar a su vez a
otros. ' Entra denodadamente a com-
partir las fatigas, como bizarro sol-
dado de Cristo Jesús. 4 Nadie que
se dedica a la milicia se deja enre-
dar en los negocios de la hacienda,
a fin de contentar al que lo alistó
en el ejército. 6 Y también, si uno
13 Mi depósito : son las buenas obras, aquí especialmente los trabajos apostólicos,
con la recompensa merecida, que Pablo deposita confiado en la fidelidad y poder
de Dios.
a-u Recomienda aquí San Pablo la fidelidad a la tradición apostólica. Su punto
de partida son las PALABRAS sanas que de mí oíste : la enseñanza oral de los após-
toles ; estas palabras sanas son el precioso depósito que hay que custodiar y trans-
mitir fielmente ; son también el modelo, la norma de la enseñanza episcopal ; su
conservación y transmisión incorrupta está garantida, de parte de Dios, por el Es
píritu Sanio, que habita en nosotros ; de parte del hombre, con la fe y la caridad.
Decir, como dicen los protestantes, que sola la Escritura es regla de fe, es diame-
tralmente opuesto a lo que aquí enseña San Pablo.
15 Figelo y... Hermógenes: personajes desconocidos.
18-is De Onesíforo sólo sabemos lo que aquí dice San Pablo en su elogio
18 Con su ejemplo enseña el Apóstol a orar por los difuntos.
O • Garantido por muchos tfsiigos : para acreditar la verdad de su palabra.
™ San Pablo apelaba al testimonio de los que habían visto y oído al Salvador, prin-
cipalmente después dé su resurrección (1 Cor. 15, 5-7). Aquí describe el proceso de
la tradición, en el cual, como cadena no interrumpida, señala hasta cinco anillos :
1) los testigos de vista que vieron a Cristo resucitado ; 2) el mismo Pablo, que de
ellos lo había oído, fuera de que también él lo había visto glorioso ; 3) Timoteo,
que lo oye de Pablo ; 4) los hombres fieles, a quienes Timoteo confía el testimonio ;
5) los otros, que lo reciben de los hombres fieles. Y claro está que éstos a su vez
han de transmitir a otros lo que ellos recibieron. ¿ A qué esta constante transmisión
del testimonio apostólico, si bastaban como norma de fe las Escrituras ? En vez de
testigos, San Pablo hubiera buscado escribientes ; en vez de instruir hombres, se
hubiera ocupado de hacer copiar y divulgar libros ; en vez de crear iglesias, hubie-
ra fundado editoriales.
*-* Todo apóstol, y más generalmente todo cristiano, ha de ser un bizarro soldado
de Cristo Jesús. Es muy conforme a esta concepción paulina el carácter militante
de la vida cristiana.
— 467 —
1
2 6-16
II TIMOTEO
2 9-21
lucha como atleta, no es coronado
si no lucha conforme a ley. 6 El la-
brador que se fatiga, razón es que
sea el primero en participar de los
frutos. 7 Piensa lo que di°;o, porque
te dará el Señor inteligencia en
todo.
Sufrir como Pablo a ejemplo de
Cristo para reinar con Cristo. 2, 8-13
8 Pon delante de tus ojos a Jesu-
cristo, resucitado de entre los muer-
tos, del linaje de David, conforme
a mi Evangelio ; 0 por cuva predi-
cación padezco trabajos hasta ser
encadenado como malhechor ; mas
la palabra de Dios no está encade-
nada. 10 Por esto todo lo sufro por
los escogidos, para que también
ellos alcancen la salud que se halla
en Cristo Jesús con la gloria eterna.
11 Digna es de fe esta palabra. Pues
si con El morimos, también con El
viviremos ; 12 si constantemente su-
frimos, también con El reinaremos ;
si le negáremos, también El nos ne-
gará ; 13 si somos infieles, El per-
manece fiel, puesto que no puede
desmentirse a sí mismo.
Segunda parte
Enseñar la verdad y huir de vanas
palabrerías que degeneran en im-
piedad. 2, 14-21
" Jrae a la memoria e=tas cosas,
conjurándolos en presencia de Dios
a no perderse en logomaquias — cosa
que para nada aprovecha — , para el
completo trastorno de los oyentes.
15 Procura diligentemente presentar-
te tal ante Dios, que merezcas su
aprobación, obrero que no tiene de
qué ruborizarse, que reparte recta-
mente la palabra de la verdad. 36 A
las profanas palabrerías húrtales el
cuerpo, porque los que se dan a
ellas irán avanzando con creciente
aumento de impiedad, " y su pala-
bra como gangrena se cebará ; de
los cuales es Himeneo lo mismo que
Fileto, 18 los cuales se desviaron de
la verdad diciendo que la resurrec-
ción ya se ha efectuado, y trastor-
nan la fe de algunos. 19 Mas en ver-
dad, el sólido fundamento de Dios
^e mantiene firme teniendo este se-
llo : «Conoció el Señor a los que son
suyos» y «Aléjese de la iniquidad
todo el que nombre el nombre del
Señor» (Núm. 16, 5). 20 Mas en una
casa grande no hay solamente ob-
jetos de oro y de plata, sino tam-
bién de madera y de barro, y de ellos
unos son para usos honrosos ; otros,
para usos viles. a Así, pues, si uno
0 Sentencia algo enigmática, cuyo sentido más natural es que el predicador
evangélico ha de ser el primero en participar de los frutos espirituales del Evangelio.
8 La resurrección de Cristo y su origen davídico eran elementos importantísimos
de lo que San Pablo llamaba mi Evangelio
13-12 1 ey fundamental de la vida cristiana : padecer con Cristo para vivir y reinar
con Cristo.
15 Que reparte rectamente : la palabra original, que significa cortar recto—como
el labrador, que corta rectos los surcos—, se aplica al predicador que, evitando rodeos
superfinos, va derecho a la instrucción y fruto espiritual de los oyentes.
17 De Himeneo se habla también en 1 Tim. 1, 20; de Fileto no se tienen más
noticias
i*-'9 Cuál sea el sólido fundamento de Dios, se entiende por lo que precede.
Himeneo y Fileto, como errando el tiro, se desvian de la verdad ; otros, seducidos
por ellos, fallan en la fe. Al desacierto de los primeros y a la inestabilidad de los
segundos se contrapone la sólida firmeza de la verdad de Dios. Esta verdad la
expresa San Pablo con la metáfora del fundamento de un edificio.
z»-23 La inteligencia de este pasaje difícil depende del contexto. El problema
principal está en si la doble categoría de objetos : unos de oro o de plata ; otros de
madera o de barro ; unos para honor, otros para ignominia, expresa simple gra-
dación de mejor o menos bueno o bien oposición entre bueno y malo. Lo que
sigue y lo que antecede demuestra que en la mente de San Pablo la doble cate-
goría es de oposición. Ni se opone a esta interpretación el que en la vida real los
llamados vasos de ignominia presten su utilidad, pues no enfoca San Pablo la
— 468 —
2 22-3 5
II TIMOTEO
3 6-16
se purificare de esas cosas, será ob-
jeto destinado a usos honrosos, san-
tificado y útil a su dueño, aparejado
para toda obra buena.
Mansedumbre pastoral. 2, 22-26
a De los caprichos juveniles hu-
ye ; sigue más bien tras la justicia,
la fe, la caridad, la paz con los que
invocan al Señor con limpio cora-
zón. 3 Las discusiones tontas e in-
doctas rehuyelas, sabiendo que en-
gendran peleas ; "y el siervo del
Señor no debe pelearse, sino ser
manso para con todos, atento- a en-
señar, sufrido, 26 que con manse-
dumbre instruya a los adversarios,
por si acaso les inspira Dios arre-
pentimiento que los lleve al pleno
conocimiento de la verdad 24 y vuel-
ven sobre sí, escapando al lazo del
diablo, el cual los tenía prendidos y
rendidos a su voluntad.
Desbordamiento futuro de corrup-
ción so capa de piedad. 3, i-q
0 1 Y has de saber eso, que en
" los postreros días se presentarán
tiempos difíciles ; 3 porque serán los
hombres amadores de sí mismos,
amigos de', dinero, fanfarrones, so-
berbios, difamadores, desot^dientes
a sus padres, ingratos, irreligiosos,
• desamorados, desleales, calumnia-
dores, incontinentes, despiadados,
enemigos de todo lo bueno, 4 trai-
dores, arrojados, infatuados, amigos
del placer más que amisros de Dios,
1 que tendrán cierta compostura de
piedad, mas que habrán renegado de
su verdad y eficacia ; a éstos tam-
bién rehuyelos. 6 Porque de ésos son
los que se cuelan por las casas y se
llevan cautivas a mujercillas carga-
das de pecados, traídas y llevadas
de toda suerte de concupiscencias,
' que siempre están aprendiendo y
nunca pueden llegar al pleno cono-
cimiento de la verdad. * De la ma-
nera que Yannés y Yambrés se opu-
sieron a Moisés, así también ésos se
oponen a la verdad, hombres co-
rrompidos en su mente, descalifica-
dos en materia de fe. " Mas no lo-
grarán nuevos avances, puesto que
su demencia se hará patente a to-
dos, como también la de aquéllos lo
fué.
La tradición y la Escritura ei
ministerio pastoral, a ejemplo
Pablo. 3, 10-17
M Tú, empero, me has seguido asi-
duamente en la doctrina, en el mo-
do de vivir, en los planes, en la fe,
en la longanimidad, en la caridad,
en la paciencia, 11 en las persecu-
ciones, en los padecimientos, cuales
los que me acaecieron en Antioquía,
en Iconio, en Listras ; cuales fueron
las persecuciones que padecí, y de
todas me libró el Señor. u Y tam-
bién todos los que quieren vivir pia-
dosamente en Cristo Jesús, serán
nerseguidos. 13 Mas los hombres mal-
vados y embaucadores adelantarán
de mal en peor, seductores a la vez
v seducidos. " Tú, en cambio, per-
manece constante en lo que apren-
diste y acogiste como verdadero, sa-
biendo de quiénes lo aprendiste, Jí y
que desde niño conoces las sagra-
las letras, las cuales pueden hacer-
te sabio en orden a la salud por
medio de la fe que se halla en Cris-
to Jesús. 16 Toda la Escritura, divi-
imagen o comparación desde este punto de vista. Pero hay que advertir que el
ser objeto de honor, si radical y principalmente depende de la gracia de Dios,
también depende secundariamente de la libre cooperación del hombre, como lo
expresa el Apóstol claramente en el versículo 21.
3' Los nombres de Yannés y Yamdrés, magos de Faraón, no constan en la Es-
critura ; San Pablo los conoció por la tradición de los judíos.
10 El verbo me has seguido asiduamente varia de matiz con los diferentes com-
plementos que rige : has imitado mi fe. ., has estado a mi lado en las persecuciones...
M-» Enumera San Pablo las dos fuentes de la verdad revelada : la tradición y la
sagrada Escritura.
16 La frase puede construirse de dos maneras : 1) Toda la Escritura es divina-
mente inspirada y útil...; 2) toda la Escritura, divinamente inspirada (como' es),
— 469 —
3 "-4 w
II TIMOTEO
4 3-18
ñámente inspirada, es también pro-
vechosa para 'la enseñanza, para la
reprensión, para la corrección, para
la educación en la justicia, " para
que sea cabal el hombre de Dios,
dispuesto y a punto para toda obra
buena.
Santa obstinación en volver por lo¡>
fueros de la verdad con la esperan-
za de la corona. 4, 1-8
41 Te conjuro en la presencia de
Dios y de Cristo Jesús, que ha de
juzgar a vivos y muertos, y por 6u
advenimiento y por su reino : 2 pre-
dica la palabra, insta a tiempo y a
destiempo, reprende, exhorta, incre
pa con toda longanimidad y no ce-
jando en la enseñanza. a Porque ven-
drá tiempo cuando no soportarán la
sana doctrina, antes a medida de
sus concupiscencias tomarán para sí
maestros sobre maestros, con la co-
mezón de oídos que sentirán, * y por
un lado desviaran sus oídos de la
verdad y por otro se volverán hacia
las fábulas. 6 Mas tú anda sobre ti en
todo, arrostra los trabajos, haz obra
de evangelista, desempeña cumpli-
damente tu ministerio. 6 Pues yo voy
a ser derramado como libación 3^ el
momento de mi partida es inminen-
te. ' He luchado la noble lucha, he
finalizado la carrera, he mantenido
la fe ; 8 por lo demás, reservada me
está la corona de la justicia, con la
cual me galardonará en aquel día el
Señor, el justo Juez ; y no sólo a mí,
sino también a todos los que ha-
brán aguardado con amor su adve-
nimiento.
Conclusión
Encargos varios y nuevas persona-
les. 4, 9-18
* Procura venir a mí pronto, 10 pues
Demás me abandonó por amor a es-
te siglo y se marchó a Tesalónica ;
Crescente, a la Galia ; Tito, a Dal-
macia ; 11 Lucas solo queda conmi-
go. A. Marcos tómale y tráele con-
tigo, pues me va a ser útil para el
ministerio. 12 A Tíquico le mandé a
Efeso. " El abrigo que me dejé en
Tróade, en casa de Carpo, cuando
vengas, tráelo, y también los libros,
mayormente los pergaminos. 14 Ale-
jandro el metalúrgico me ocasionó
muchos males : el Señor le dará el
pago según sus obras ; 15 del cual
guárdate tú también, pues ha hecho
obstinada oposición a nuestras pala-
bras. M En mi primera defensa na-
die me patrocinó, antes me desam-
pararon : que no se les tome en
cuenta ; 17 mas el Señor me asistió
y me confortó, para que por mi me-
dio sea cumplidamente anunciada la
predicación y la oigan los gentiles ;
y fui librado de la boca del león.
" El Señor me librará de toda obra
mala y me salvará, llevándome a su
reino "celeste ; a quien sea la gloria
I por los siglos de los siglos. Amén.
es útil... La segunda construcción es más probable. Pero en ambas el adjetivo theo-
pncustos es pasivo (divinamente inspirada) y tiene extensión universal, por cuanto
se refiere a toda la Escritura.
4" Declara el Apóstol su próxima muerte con dos imágenes expresivas : la de la
libación y la de la nave que, sueltas las amarras, sale del puerto.
J0 Demás, primero fiel compañero de Pablo (Col. 4, 14 ¡ Film, 24), al fin le aban
donó cobardemente. || Galia: otra variante lee Galacia.
»No consta la identidad entre este Alejandro y el mencionado en 1 Tim. 1, ~o.
" En mi primera defensa delante del tribunal del César, nadie me patrocinó de
los que vo presentaba como testigos
11 De la boca del león : metáfora usada o frase hecha para designar un inmi-
nente peligro de la vida. Aunque desamparado de los hombres, Pablo fué ampa-
rado por Dios en su primera defensa.
— 470 —
4 19-20
II TIMOTEO
4 21-22
Saludos y bendición. 4, 19-22
" Saluda a Prisca y a Aquila y a
la familia de Onesíforo. M Erasto se
quedó en Corinto, a Trófimo le dejé
en Mileto enfermo. u Procura venir
antes del invierno. Te saluda Eubu-
lo, y también Pudente, y Lino, y
Claudia, y los hermanos todos.
a El Señor Jesu-Cristo sea con tu
espíritu. La gracia sea con vosotros.
" Este Erasio es probablemente el mencionado junto con Timoteo en Ac. 19, 22,
mi\s bien que el mencionado en Rom. 16, 23. Sobre Trófimo cfr. Ac. 20, 4; 21, 29.
21 Pudente y Lino : personajes bien conocidos en la primitiva Iglesia romana.
— 471 —
INTRODUCCION
A LA EPISTOLA A TITO
'ITO. — Nació Tito de padres gentiles, acaso en Antioquía. Aparece
por vez primera asociado a San Pablo en su viaje al Concilio de
Jerusalén, donde los judaizantes intentaron en vano circuncidarle.
Durante la tercera expedición del Apóstol fué enviado por éste dos veces
a Corinto ; una desde Efeso, otra desde Macedonia. Años más tarde, a
su vuelta de España, San Pablo evangelizó rápidamente a Creta, donde
dejó a Tito para que completase su obra. De allí le llamó San Pablo a
Nicópolis, en el Epiro. Más tarde le hallamos en Dalmacia. Según una
tradición, conservada por Eusebio, murió en Creta. Fué Tito el hombre
de confianza de San Pablo.
Ocasión y objeto de la carta. — La Epístola a Tifo guarda estrecha
afinidad con la primera a Timoteo. Salvo las diferencias de lugares y
personas, ambas Epístolas fueron escritas con ocasión parecida y con
idéntico objeto resistir a la propaganda de doctrinas malsanas, organi-
zar definitivamente las Iglesias, custodiar intacto el depósito de la fe.
División. — Después de la introducción, más solemne que de ordina-
rio (i, 1-4), el cuerpo de la Epístola consta de dos partes principales.
En la primera se proponen las cualidades de los presbíteros (1, 5-16).
En la segunda se inculcan los deberes propios de cada estado (2, 1-15),
los generales a todos los fieles (3, 1-8) y los particulares del pastor (3,
8-11). Cierran la carta algunas recomendaciones, seguidas de saludos y de
la bendición (3, 12-15).
TITO
13-7
EPISTOLA A TITO
ntroducción
Inscripción epistolar, i, 1-4
i . 1 Pablo, siervo de Dios y apóstol
*■ de Jesu-Cristo en orden a la fe de
los escogidos de Dios y al pleno co-
nocimiento de la verdad que es con-
forme a la piedad, ' con la esperan-
za de la vida eterna, que prometió
el Dios, que no miente, antes de
tiempos eternos, s y manifestó en su
lleuipo su palabra por la predica-
ción que me tué confiada por la or-
denación de Dios nue.-tro Salvador :
'a lito, hijo genuino según la fe
común a entrambos, gracia y paz de
parte de Dios Padre y de Cristo Je-
sús, nuestro Salvador.
Primera parte
Cualidades de los presbíteros-
obispos. 1, 5-9
• Con este objeto te dejé en Cre-
ta, para que acabases de poner en
regla lo que faltaba y establecieses
en cada ciudad presbíteros, según
vo te ordené : " si uno es inculpa-
ble, mando de una sola mujer, que
tenga sus hijos fieles, no tachados
de libertinaje ni insumisos. : l'ur-
1~ Apusiol Dt Jtsu-»_Risio... . magnifica concepción del apostolado relacionado con
la fe y con la esperanza. II En orden a la fe: para anunciarla a unios los hombres,
de modo que la abracen los escogidos de Dios. Esta fe lleva consigo el pleno cono-
cimiento de la verdad, pues no es la fe un ciego sentimiento del corazón, sino
un acto de la inteligencia que conoce la verdad ; si bien no una verdad profana,
sino la verdad yUt ta iu.\tuKME A la piedad, que somete y juma el uoiubit a ¿.i^s. 1
Con la esperanza, o más literalmente, u base de la esperanza, Esta esperanza de
la vida eterna, si no es motivo de la fe, es si un estimulo poderoso y normalmente
necesario para abrazarla de todo corazón. En pocas palabras propone San Pablo
el objeto y el motivo de la esperanza. El objeto es la vida eterna, es decir, Dios,
en cuanto es nuestro sumo bien. El motivo es la fidelidad de Dios en cumplir sus
promesas. La expresión uue no miente, tratándose de esperanza y de promesa, equi-
vale a que no falta a su palabra. || Antes de iiempos eternos : expresión hiperbólica,
para significar la más remota antigüedad.
*■* Por la ordenación Dt Dios : el apostolado presupone la elección, la vocación
y la misión recibida de Dios, sin la cual carecería de toda autoridad Por lalla de
esta misión divina, de esta apóstol icidad, carece de base el protestantismo.
• Establecieses en cada uüi ai. PKtsBirtKOs tal era \u pruviiu n .11 Pablo:
no dejar libros, sino formar hombres ; no confiar el porvenir de la Iglesia a la lec-
tura de la Biblia, sino a la enseñanza oral de macsLrus autorizados. El camino pri-
mario y principal para hacer llegar a los hombres la palabra revelada por Dios no
es la Escritura, sino la tradición.
1 El obispo : la lógica obliga aquí a identificar estos obispos con los presbíteros
mencionados anteriormente. Un mismo nombre se aplicaba indiferentemente por
entonces a los dos grados del sacerdocio cristiano, que posteriormente recibieron los
nombres diferentes de obispos y presbíteros.
— 473 -
1&-2 3
TITO
112-2 6
que es menester que el obispo sea
inculpable, como administrador de la
casa de Dios ; no arrogante, no co-
lérico, no dado al vino, no amigo
del palo, no codicioso de sórdidas
ganancias, 8 sino hospitalario, ami-
go de lo bueno, moderado, justo,
santo, dueño de sí, ' que muestre
adhesión a la palabra fiel que es con-
forme a la doctrina recibida, para
que sea capaz aun de exhortar con-
forme a la sana doctrina y de re-
batir a los que contradicen.
Judaizantes charlatanes, propagan,
distas de doctrinas malsanas.
r, 10-16
10 Porque hay muchos insubordi-
nados, vanos charlatanes y seducto-
res, mayormente los de la circun-
cisión, u a quienes es preciso tapar
la boca ; hombres que revuelven ca-
sas enteras, enseñando lo que no se
ha de enseñar, por codicia de sór-
dida ganancia. 12 Dijo uno de los de
su tierra, estimado por ellos como
profeta suyo :
Cretenses, siempre embusteros,
malas bestias, panzas holgazanas.
u Este testimonio es verdadero.
Por esta causa repréndelos severa-
mente, para que se conserven sanos
en la fe, " no dando oídos a las fá-
bulas judaicas y a preceptos de hom-
bres que vuelven sus espaldas a la
verdad. 15 Todo es limpio para los
limpios ; mas ' para los contamina-
dos e infieles nada hay limpio, antes
están contaminados tanto su mente
como su conciencia. 16 Hacen profe-
sión de conocer a Dios ; mas con los
hechos reniegan de El, hombres al
fin abominables y rebeldes y desca-
lificados para toda obra buena.
Segunda parte
Lo que hay que enseñar a los an-
cianos y jóvenes y a los esclavos.
2, 1-10
p 1 Mas tú habla lo que dice bien
^ con la sana doctrina. 2 Que los
ancianos sean sobrios, graves, mode-
rados, sanos en la fe, en la caridad,
en la paciencia. 3 Que las ancianas,
asimismo, muestren en su porte de-
cencia religiosa ; que no sean mur-
muradoras, no esclavizadas por el
excesivo vino, maestras de toda bon-
dad, 4 de modo que inspiren a las
jóvenes seriedad de sentimientos,
enseñándolas a amar a sus maridos,
a amar a sus hijos, 5 a ser modera-
das, castas, dadas a los quehaceres
domésticos, bondadosas, sumisas a
sus maridos, para que la palabra de
Dios no sea calumniada. 6 A los jó-
9 La adhesión... a la doctrina recibida, a la tradición apostólica, es la cualidad
del obispo que más encarece San Pablo. Los obispos son los maestros, instituidos
por Cristo, de la palabra divina ; en otros términos, los anillos principales de la
tradición cristiana.
"Cretenses...: hexámetro del poeta cretense Epiménides (s. 6 a. Cr.), que se
hizo proverbial. Llama San Pablo profeta a Epiménides por la afinidad remota
entre la inspiración profética y la poética.
16 Todo es limpio para los limpios : maravillosa sentencia, pero que, mal enten-
dida y peor practicada, ha dado origen a errores groserísimos.
16 Este versículo pudiera considerarse como un comentario de aquella sentencia
de Santiago: «la fe sin obras está muertai (2, 26). Lo cual prueba que para San Pa.
blo, lo mismo que para Santiago, la fe que justifica, no es una fe puramente inte-
lectual, sino una fe plenaria y lógicamente coherente, que, partiendo de la inte-
ligencia, penetra y avasalla todo et hombre.
2 2 Fe..., caridad..., paciencia : es la triada de las virtudes teologales, que tantas
veces enuncia San Pablo, y por este mismo orden.
4 Es digno de notarse este consejo del Apóstol. Mientras encarga a Tito que a los
ancianos, a las ancianas y a los jóvenes les instruya por sí mismo, en cambio a las
jóvenes quiere que las instruyan las ancianas.
— 474 —
2 7-10
TITO
2 i!-"
venes, asimismo, exhórtalos a que
estén sobre sí, 1 en todo mostrándo-
te a ti mismo dechado de buenas
obras : integridad incorruptible en
la doctrina, gravedad, 8 palabra sa-
na, intachable, a fin de que el de la
parte contraria quede confundido,
no teniendo que decir de nosotros
! nada malo. 8 Que los siervos sean
, sumisos a sus amos, que en todo
se muestren complacientes, que no
contradigan, "que no sisen ; antes
bien, muestren toda buena fe, para
que acrediten en todo la doctrina de
Dios nuestro Salvador.
La santidad, fruto de la gracia y
disposición de la gloria. 2, n-15
a Porque se manifestó la gracia
salvadora de Dios a todos los hom-
bres, u enseñándonos que, dando de
mano a la impiedad y a las concu-
piscencias mundanas,' vivamos mo-
derada, justa y piadosamente en e!
presente siglo,'13 aguardando la bien-
aventurada esperanza y manifesta-
ción de la gloria del gran Dios y Sal-
vador nuestro, Jesu-Cristo, " quien
se entregó a si mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad
y purificar para sí un pueblo que
Es éste uno de los pasajes en que San Pablo sintetiza los principales elemen-
tos de su Teología. Su carácter distintivo podría expresarse con este título : La
doble Epifanía: la de la gracia y la de lo gloria. El versículo 11 contiene la primera
Epifanía ; el 12, las enseñanzas morales de esta primera Epifanía ; el 13 nos presenta
la segunda Epifanía ; el 14 retrocede a la primera Epifanía, cuyo aspecto dogmático
completa y cuyo aspecto moral establece : lógicamente se intercala entre el 11
y el 12.
11 Cada palabra merece consideración. Se manifestó : como una Epifanía luminosa,
con palabras y con hechos. || La gracia: es decir, el amor benéfico, o el beneficio
nacido del amor. || Salvadora: cuyo objeto es la salvación humana. || De Dios:
primer origen de la gracia, de la salud y de la manifestación. || A iodos los hom-
bres : universalidad de la salud humana.
u Enseñándonos : toda la obra de la salud humana es una enseñanza moral. I.a
santidad no es algo accesorio a la manifestación de la gracia divina : es algo esen-
cia!, que está en su misma entraña.
u La bienaventurada esperanza se toma aquí objetivamente : es el bien esperado,
cuya posesión nos ha de hacer bienaventurados.
La expresión el gran Dios y Salvador se refiere íntegra a Jesu-Cristo. Semejante
interpretación (o puntuación) se apoya en estas razones : 1) en el original griego,
exactamente reproducido en la versión castellana, el artículo inicial afecta y da
unidad a toda la frase ; si gran Dios no apelase a Jesu-Cristo, San Pablo hu-
biera escrito : tdel gran Dios y del Sal%-ador...i ; 2) ambos títulos, Dios y Salvador,
eran aplicados indiferentemente en tiempo de San Pablo a las divinidades gentílicas,
y ambos también a las divinidades imperiales : formaban, por tanto, un título doble
o compuesto de la divinidad ; 3) el mismo San Pablo une frecuentemente ambos tí-
tulos, refiriéndolos a una sola persona (2, 10; 3, 4...); 4) la manifestación que pre-
cede inmediatamente a gran Dios, la atribuye San Pablo constantemente a Jesu-
Cristo (2 Tes. 2, 8 ; 1 Tim. 6, 14 ; 2 Tim. 1, 10; 4, 1, 4, 8) ; a Cristo igualmente,
y nunca a Dios Padre, atribuye el mismo Apóstol el segundo advenimiento o Carli-
sta; 5) la hipótesis contraria introduciría en la frase una escisión e incoherencia
lógica, impropia de San Pablo : en su primera parte, ascendente, hasta gran Dios,
st referiría a Dios Padre, y en su segunda parte, descendente, desde Salvador, se re-
feriría ya exclusivamente a Jesu-Cristo. Y sabido es que San Pablo, cuanto es más
irregular en la construcción gramatical, tanto es más coherente y lógico en el razo-
namiento. Así entendida, como debe absolutamente entenderse, nos da esta frase uno
de los testimonios más elocuentes de la divinidad de Cristo.
" Este versículo es un resumen de la Soteriología de San Pablo. Se entregó a sí
mismo: dió su sangre y su vida, como precio de nuestro rescate. II Por nosotros,
cautivos del pecado: tomando sobre sí nuestros pecados y la pena debida i>or ellos. ||
Redimirnos : rescatarnos de la esclavitud a precio de su sangre. || De toda iniqui
dad r que era el tirano que nos tenía esclavizados. || Purificar : es el aspecto moral
Positivo de la redención. || Para si : la redención es un nuevo título del señorío de
Cristo sobre nosotros. || Un pueblo : fruto social de la redención : crear el nuevo
pueblo de Dios, la Iglesia. || Que fuese suyo : propiedad o peculio de Cristo, como
el pueblo de Israel era peculio de Yahveh. Estos últimos rasgos son una nueva com-
probación de la divinidad de Cristo. Si el reino de Dios en su estadio imperfecto era
peculio de Yahveh, el mismo reino de Dios en su estadio definitivo no había de ser
peculio de un puro hombre. |l Celador de obras buenas: fruto moral de la reden-
ción : buenas obras, que no sólo fe, como imaginaron los protestantes.
— 475 —
2 15-3 s
TITO
36-ll
fuese suyo, celador de obras bue-
nas.
15 Habla tales cosas y exhorta y
reprende con toda autoridad. Que
nadie te menosprecie.
Deberé ^ de los cristianos, regenera-
dos por Cristo. 3, 1-7
o 1 Recuérdales que se sometan a
" los príncipes, a las autoridades ;
que les obedezcan, que estén prontos
para toda obra buena, s que no ultra-
jen a nadie, que sean pacíficos, con-
descendientes, mostrando toda man-
sedumbre con todos los hombres.
" Porque éramos un tiempo tam-
bién nosotros insensatos, rebeldes,
descarriados, esclavizados por con-
cupiscencias y placeres de toda suer-
te, odiando los unos a los otros.
' Mas cuando se manifestó la bon-
dad y amor a los hombres de Dios,
nuestro Salvador, 5 no por obras he-
chas en justicia que nosotros hubié-
ramos practicado, sino según su mi-
sericordia, nos salvó por el baño de
la regeneración y de la renovación
del Espíritu Santo, * que derramó
sobre nosotros opulentamente por Je-
su-Cristo, nuestro Salvador, 7 para
que, justificados por su gracia, sea-
mos constituidos, conforme a la es-
peranza, herederos de la vida eterna.
Obras buenas y doctrina sana. 3, 8-1 1
" Digna de fe es esta palabra ; y
acerca de ello quiero que te pongas
firme, para que anden solícitos en
aventajarse en las obras buenas los
que han creído en Dios. Tales co-
sas son nobles y provechosas a los
hombres. ' En cambio, cuestiones
tontas y genealogías y contiendas y
disputas relativas a la ley evítalas,
pues son inútiles y vanas. "Al hom-
bre que introduce escisiones, tras
la primera y la segunda amonesta-
ción, rehuyele, u sabiendo que está
ese tal enteramente pervertido y pe-
ca, condenado por su propia sen-
tencia.
31 A los príncipes, A las autoridades : en el supuesto de la distinción entre los
dos términos, parece habla San Pablo de las autoridades supremas y de las subal-
^ Otra síntesis de la Soteriología de San Pablo. La base es el hecho de nuestra
salvación, expresado por el verbo principal de todo el pasaje : nos salvó. El princi-
pio de nuestra salud es Dios, las tres divinas personas. A Dios Padre corresponde-
la primera iniciativa, Jesu-Cristo es el Mediador, el Espíritu Santo es el agente in-
mediato y físico. Dios Padre manifiesta su «Bondad» o blanda benignidad y su amor
a los hombres (según el original, su filantropía), nos salva según su misericordia
y por su gracia ; por esto se le apellida nuestro Salvador. La obra propia de Jesu-
cristo es la de Mediador entre el Padre y los hombres : por esta mediación se le
llama también, lo mismo que al Padre, el Salvador nuestro. El Espíritu Santo es
el agente de nuestra salud, la cual obra derrainándose sobre nosotros y dentro de
nosotros. Para realzar esta acción libérrima y gratuita de Dios, declara el Apóstol
que fuimos hechos salvos no por obras hechas en justicia que nosotros hubiésemos
practicado. El hecho mismo, la salud, es justificación de nuestros pecados : justifi-
cados por su gracia. Pero esta justificación no es, como imaginaron los protestantes,
meramente putativa o ficticia ; ni siquiera es de orden puramente moral : antes lleva
consigo una verdadera regeneración interna y espiritual, una renovación de todo el
hombre interior, causada por el Espíritu Santo. A esta justificación sigue el ser
constituidos herederos de la vida eterna : lo cual supone nuestra filiación divina
adoptiva. El medio de que Dioa se vale para nuestra justificación y salud es el baño
de la regeneración : hermosa definición del bautismo, que expresa sus tres elemen-
tos principales: 1) la materia próxima, que es el baño; 2) el agente, que es el Es-
píritu Santo; 3) el efecto, que es la regeneración y renovación espiritual.
8 I-a fe y las buenas obras, sólo apuntadas eu el anterior pasaje teológico, reciben
aquí el conveniente relieve.
— 476 —
3 12-13
TITO
3 1M*
Epílogo
Encargos, saludos y bendición.
3. 12-15
■ Cuando te haya enviado a Arte-
mas o Tíquico, date prisa en venir
a mí a Nicópolis, porque allí he re-
suelto pasar el invierno. 13 A Zenas
el jurisconsulto y a Apolo provéelos
solícitamente de' lo necesario para
el viaje, de manera que nada les
falte. " Y aprendan también los
nuestros a tener iniciativas en las
obras buenas, atendiendo a las ne-
cesidades apremiantes, para que no
*ean gente inútil.
16 Te saludan todos los que están
conmigo. Saluda a los que nos aman
en la fe.
La gracia sea con todos vosotros.
Amén.
13 De Ariemas no tenemos más noticias. Sobre Tíquico cfr. Ac. 20, 4 ; Ef. 6, 21 ;
2 Tim. 4, 12. || Nicópolis : ciudad del Epiro.
13 Sobre Zenas no nos quedan noticias.
14 En medio de sus altas especulaciones teológicas y de sus vastas empresas apos-
tólicas no descuidaba San Pablo las menudencias de la vida ordinaria. Quería que
los suyos fueran hombres prácticos y de recursos.
16 Nos aman en la fe : hermosa fórmula de la genuina caridad.
— 477 -
INTRODUCCION
A LA EPISTOLA A F I L E M O N
casión de la Epístola. — La ocasión de la carta es un asunto de fa-
milia. Onésimo, esclavo de Filemón, se había escapado de casa
de su amo después de haberle robado. Llegado a Roma, tuvo la
fortuna de encontrarse con San Pablo, a quien probablemente había visto
en Efeso, o de quien por lo menos había oído hablar en Colosas, donde
vivía Filemón. San Pablo, prisionero entonces de Jesu-Cristo, acogió al
fugitivo, y, después de convertirle a la fe y bautizarle, se encargó de re-
cabarle el perdón de su amo, justamente irritado. Escribió para ello
una cartita, que él mismo había de llevar a su amo.
La Carta.— Contiene, como las demás Epístolas de San Pablo, su in-
troducción, su parte principal y central y su epílogo. En la introducción,
después de un afectuoso saludo, explaya San Pablo su corazón, bendi-
ciendo a Dios por la fe, la caridad, la generosidad de Filemón, a quien
elogia con noble delicadeza. Viniendo a su objeto, le pide sin ambages
que acoja al esclavo fugitivo como a él mismo. Se lo pide Pablo, an-
ciano ya y ahora prisionero de Jesu-Cristo. Podría muy bien mandárse-
lo, pero prefiere rogárselo, apelando para ello a los más nobles motivos
de la generosidad, del interés temporal y eterno, de la justicia, de la
caridad cristiana, seguro de que Filemón hará aún más de lo que le pide.
Concluye la carta pidiéndole que le prepare hospedaje, y, después de
transmitirle los saludos de sus compañeros, le da su bendición.
-47«~
11-7
FILEMÓN
18-14
EPISTOLA A FILEMON
Inscripción epistolar. 1-3
1 Pablo, prisionero de Cristo Jesús,
y Timoteo, el hermano, a Filemón,
el amigo querido y colaborador nues-
tro, 'y a Apia, la hermana, y a Ar-
quipo, nuestro compañero de armas,
y a la Iglesia que se reúne en tu
casa : * gracia a vosotros y paz de
parte de Dios, Padre nuestro, y del
Señor Jesu-Cristo.
Delicados elogios de Filemón. 4-7
* Hago gracias a mi Dios, hacien-
do continua memoria de ti en mis
oraciones, 5 al oír tu caridad y la fe
que tienes para con el Señor Jesús
y en beneficio de todos los santos,
• para que la generosidad de tu fe
se haga eficaz en el conocimiento
de todo lo bueno que hay en vosotros
con miras a Cristo. 1 Y es así que
tuve grande gozo y consolación con
motivo de tu caridad, por cuanto las
entrañas de los santos han hallado
alivio por ti, hermano.
Apremiante intercesión a favor del
esclavo fugitivo. 8-20
• Por lo cual, aun cuando tengo en
Cristo entera franqueza para orde-
narte lo que convenga, 9 te ruego
más bien a título de amor, en aten-
ción a quien yo soy, como Pablo,
anciano, y ahora, además, prisione-
ro de Cristo Jesús, 10 te ruego por
mi hijo, a quien engendré en las
prisiones, Onésimo, " el que un
tiempo te fué desaprovechado, mas
ahora tanto a ti como a mí nos es
bien provechoso, 12 el cual te remi-
to, a él, es decir, a mis propias en-
trañas. 13 Al cual yo quisiera retener
a mi lado, para que en tu lugar me
sirviese en estas prisiones del Evan-
gelio ; 14 mas sin tu asentimiento
nada quise hacer, para que tu bene-
'-2 Es probable que Apia sea la esposa de Filemón, y Arquipo sea su hijo. Pa-
rece también que Arquipo presidía las reuniones de los fieles de Colosas en casa
de Filemón (Col. 4, 17).
' La interpretación más sencilla v natural es : tAL oír tu caridad y tu fe,
caridad y fe que tiene puesta la mira en el Señor Jesús, caridad y fe que se ejerce
y redunda en bereficio de iodos los santosi.
• Todo el versículo es una oración final, dependiente del verbo rogar, implícito
en el versículo 4. Su sentido exacto parece ser éste : «para que la generosa comu-
nicación o beneficencia, nacida de tu fe, contribuya eficazmente a dar a conocer
umversalmente todo el bien que existe en la Iglesia, de modo que este conocimiento
atraiga los hombres a Cristo». Así entendido, este versículo es una explicación
y una ampliación del precedente.
*-a Difícilmente se hallará en ninguna literatura ejemplo de genuina delicadeza
comparable con este billete de San Pablo. ¡Y qué fuerza persuasiva la de esta
delicadeza, tan sentida e insinuante y, al mismo tiempo, tan sobria y recatada !
10 Onésimo, esclavo de Filemón, pero ladrón y fugitivo, llegado a Roma, se había
acogido a Pablo, quien le convirtió a la fe, y trata ahora de reconciliarle con su amo.
11 Provechoso : delicado juego de palabras, fundado en el significado de la palabra
griega onisimós, que significa útil o provechoso.
— 479 —
1 15-20
FILEMÓN
1 21-25
ficio no fuera como por fuerza, sino
de grado. 15 Que quizás por esto se
escapó por un tiempo, para que lo
recobres para siempre, " no ya co-
mo esclavo, sino, más que esclavo,
como hermano querido, singular-
mente para mí, pero ¡cuánto más
para ti, tanto en la carne como en
el Señor! "Si, pues, me consideras
como una cosa contigo, acódele a
él como a mí. 18 Que si en algo te
perjudicó o alijo te debe, eso ponió
a mi cuenta. s* «Yo, Pablo, lo firmo
de mi puño y letra, yo lo pagaré» .
por no decirte que aun a ti mismo
te me debes. M Sí, hermano ; reciba
yo de ti pozo en el Señor ; alivia
mis entrañas en Cristo.
Encargos, saludos, bendición. 21-25
* Seguro de tu obediencia, te es-
cribo esto, sabiendo que harás aún
más de lo que te digo. a Y al mismo
tiempo prepárame hospedaje, ya que
ospero que, gracias a vuestras ora-
ciones, seré regalado a vosotros.
23 Te saludan Epafras, mi compa-
ñero de prisión en Cristo Jesús ;
M Marcos, Aristarco, Demás, Lucas,
mis colaboradores.
18 La gracia de nuestro Señor Je-
<u-Cnsto sea con vuestro espíritu.
\mén.
16 Tanto en LA carne como en el Señor : es decir, tanto desde el pnuto de vista
natura! como desde el punto de vista sobrenatural. Subiere Pablo a Filemón que,
en vez de castigar a Onésimo, le otorgue la libertad.
" Como a mí : a mi, viene a decir el Apóstol, ni me castigarlas ni siquiera me
considerarías como esclavo.
18 Esta fórmula de pagaré, tan fría y prosaica ordinariamente, adquiere aquí ma-
tices de exquisita delicadeza, a través de la cual se vislumbran pensamientos profun-
dísimos. Lo que Pablo se propone hacer por Onésimo, eso mismo, y mucho más,
es lo que hizo Cristo por otros esclavos, condenados a más terribles suplicios. II Por
no DECIRTE... : esta osada inversión o trueque de papeles, si fuese obra del ingenio
de Pablo, delataría una diplomacia finísima ; pero más que obra del ingenio es una
reacción de la caridad, capaz de avasallar el corazón de Filemón, que recibirá a
Onésimo no con azotes, sino con el acta de manumisión.
M Llega aquí a su colmo la delicadísima osadía de esta carta. La frase reciba yo
de ti gozo, según el valor etimológico del verbo original onaimen, viene a decir a
Filemón : «sé tú mi Onésimo» ; como si dijera : «proporcióname tú a mí el gozo
y el provecho que yo te prometo hallarás en Onésimo si le acoges amorosamente y
le concedes la libertad».
21 Harás aún más : más de lo que mando harás por mi respeto y por tu propio
interés espiritual. Este más incluye la manumisión, si es que no estaba ya expresada
anteriormente.
23 Sobre Epafras cfr. Col. r, 7 ; 4, 12.
* De Aristarco se habla en Ae. 19, 29 ; 20, 4 ; 27, 2. Col. 4, 10. Sobre Demás cfr.
Col. 4, 14 ; 2 Tim. 4, 10.
— 480 —
INTRODUCCION
A LA EPISTOLA A LOS HEBREOS
Antecedentes hi.stüricos. — El estado de ánimo de los Hebreos pa-
lestinenses era verdaderamente excepcional. No se trataba de un
peligro ordinario, como las disensiones de los Corintios o las pre-
ocupaciones escatológicas de los Tesaloniccnses ; se trataba de una crisis
gravísima . decisiva, de la Iglesia de Palestina. En un esfuerzo supremo,
presagio de la última catástrofe , el judaismo se empeñó en restaurar su
nacionalidad y esplendor religioso. Terminado ya, o a "punto de terminar-
se, el templo de ¡erusalén, comenzado más de ochenta años antes por
Herodes el Grande, el culto divino podía ostentar toda su magnificencia.
Los judíos cristianos, que no habían roto aún definitivamente con el ju-
daísmo oficial, no podían quedar impasibles ante este aparente resurgi-
miento; y cuando cotejaban la pompa del culto levítico con la sencillez
y pobreza de la naciente liturgia cristiana, se apoderaba de ellos una nos-
talgia religiosa que comprometía su fe. Y no sólo echaban menos la es-
plendidez del culto mosaico, sino también las purificaciones rituales y
observancias tradicionales , en que una ascética desorientada hacía consis-
tir principalmente la santidad. A todo esto se añadía el temor de los odios
y persecuciones, con que sus antiguos correligionarios, en aquellos mo-
mentos de exacerbación nacionalista, habían de responder a su defección
del judaismo. En suma: sentían un gran vacío moral y religioso, aumen-
tado por el terror de la persecución.
Argumento de la Epístola. — Puestos los Hebreos al borde del abismo,
que les atraía irresistiblemente . necesitaban de una mano amiga y fuerte
que los detuviese : Pablo, que había deseado ser anatema de Cristo por sus
llámanos según la carne, voló en su socorro. Valiéndose del anónfyno y
velándose con el incógnito, si bien más aparente que real, les escribió
una carta, o, mejor, lo que en lenguaje moderno llamaríamos un mensaje
de aliento, para desvanecer sus preocupaciones y sus temores. La tesis
del escrito es eminentemente práctica, y consta de dos afirmaciones ínti-
mamente relacionadas entre sí. La primera y principal establece la virtud
santificadora de la nueva religión: virtud más poderosa de una santidad
más perfecta; la segunda, consecuencia de la primera, infunde valor para
tío desmayar anle las persecuciones. Al anhelo de perfección, aunque algo
extraviado, de los Hebreos, responde San Pablo, no refrenando esos ím-
petus del corazón religioso, antes bien dando al espíritu mayores vuelos
— 481 —
N. T. 16
HEBREOS
y levantándole a alturas jamás imaginadas, donde la luz es más radiante
y el aire más diáfano.
Para presentar en toda su dignidad y eficacia la santidad cristiana,
inmensamente superior a la santidad mosaica, establece un parangón, que
fácilmente se convierte en antítesis, entre la antigua y la nueva alianza.
Esta comparación entre las dos alianzas, presente siempre a los ojos del
autor, es la base y la síntesis de toda su demostración : la antigua alian-
za, pasajera, preparatoria, imperfecta; la nueva alianza, eterna, definitiva,
perfectísima. Pero este cotejo o contraste apenas sale, diríamos, a la su-
perficie; no quiere Pablo herir demasiado en lo vivo los sentimientos de
los judíos; lo que aparece radiante en primer término es la persona ama-
ble de Cristo, Autor y consumador de la fe. En la antigua alianza, Dios
se comunicó al pueblo por medio de los ángeles y Moisés, siervo de Dios;
en la nueva habla a los hombres por Cristo, hijo de Dios, inmensamente
superior a los ángeles y a Moisés. En la antigua alianza los hombres se
comunicaban con Dios por medio del sacerdocio de Aarón, ineficaz y tran-
sitorio; en la nueva alianza se comunica por medio de Cristo, sacer-
'dote único y eterno según el orden de Melquisedec. En la antigua alianza
los ministerios de mensajero y pontífice estaban repartidos ; en la nueva.
Cristo los asume todos en sí, Apóstol y pontífice de nuestra fe. Pero llega
más alto el vigor sintético y elevación teológica del autor. Si Cristo re-
une en su persona, toda la grandeza religiosa de la nueva alianza, su
sacrificio en la cruz condensa a su vez toda la obra de Cristo. El sacrificio
del Pontífice eterno, punto central de toda la demostración y de toda la
Epístola, es juntamente la clave de los dos problemas que en ella se des-
envuelven: Cristo crucificado es la fuente primera de toda santidad y el
supremo modelo de paciencia en la tribulación.
Autor, lengua, tiempo y lugar. — Que el autor de la Epístola a los
Hebreos sea San Pablo, no admite duda; no es, con todo, improbable que
a las órdenes del Apóstol, bajo su dirección y responsabilidad, colabo-
rase un redactor, cuyo nombre no ha llegado hasta nosotros. La lengua
original en que se escribió la Epístola no es la hebrea o la aramca, como
alguno imaginó, sino la griega, más pura aquí que en otros escritos del
Nuevo Testamento. Escribióse la Epístola, según todas las probabilidades ,
después de haber sido martirizado Santiago el Menor, obispo de Jerusalén,
a cuya muerte se alude en 75, 7, y después también de la primera cautivi-
dad romana de San Pablo, inmediatamente antes o después de su viaje
a España. La frase final «Os saludan los de Italiay, (13, 24) parece indicar
haberse escrito la carta desde alguna ciudad de Italia, acaso desde Roma.
División. — El cuerpo de la Epístola consta de dos partes. La primera,
dogmática, presenta a Jesu-Cristo como Dios, sacerdote y víctima (1,
5-10, 18); la segunda, parenética, contiene exhortaciones a la perseveran-
cia en la fe y a la constancia en la tribulación . seguidas de recomendacio-
nes particulares (10, 19-13, 17).
— 482 —
11
HEBREOS
12-3
EPISTOLA A LOS HEBREOS
Introducción
Atribuios divinos del Hijo, i, 1-4
"i 1 Dios, que en los tiempos pasa-
*■ dos muy fragmentaria y varia-
damente había hablado a los padres
por medio de los profetas, 2 al fin
de estos días nos habló a nosotros
en la persona del Hijo, a quien
constituyó heredero de todas las co-
sas, por quien hizo también los
mundos; 3 el cual, siendo irradia-
-| 1 En la revelación divina del Antiguo Testamento nota el Apóstol tres circuns-
tancias que la hacen inferior a la del Nuevo : que fué fragmentaria y como por
entregas ; que fué de maneras muy diferentes, por visiones, sueños, símbolos y fi-
guras ; que fué por mediación de los profetas, simples siervos de Dios. La del Nuevo
Testamento, en cambio, fué plenaria, con palabras claras, por mediación del Hijo.
2 A cuitN CONSTITUYÓ HEREDERO : el Hijo, en cuanto hombre, ha sido constituido
por Dios heredero, esto es, dueño soberano de todas las cosas. La universalidad de
la creación, la visible y la invisible, la natural y la sobrenatural, ha sido puesta
debajo de sus pies. Todo cuanto tiene, ti Padre lo ha entregado en manos del Hijo. ||
Por QUIEN hizo TAMBIÉN i.os mundos : toda la universalidad de la creación es obra
juntamente del Hijo y de Dios Padre, si bien cada uno de los dos interviene con-
forme a su propiedad personal : el Padre como primera fuente de todo ser y de toda
acción, el Hijo como agente que recibe del Padre su actividad, lo mismo que su ser.
3 Irradiación de su gloria : la gloria de Dios es aquí la majestad radiante de
la divinidad. De esta esplendorosa gloria es el Hijo una irradiación, un destello: es
«Luz de luz». La consustancialidad del Hijo con el Padre, la eternidad y necesidad
de su inefable generación, no podían expresarse más felizmente. La luz divina, eter-
na y necesariamente brilla e irradia. Y Dios eterna y necesariamente no irradia sino
divinidad ; por eso la generación del Hijo es comunicación de la misma divinidad del
Padre. || Sello de su sustancia: la palabra original «hypóstasis» no tienen aquí el
sentido técnico que tuvo más tarde de subsistencia o «persona», sino simplemente
de «sustancia» o de «ser». De este ser divino es el Hijo como un sello o marca,
esto es, tiene impresa en su misma sustancia la forma del ser divino ; es imagen
perfecta y adecuada de Dios. Si la irradiación expresaba la consustancialidad del
Hijo con el Padre, el sello y la imagen expresan la distinción personal : el Hijo
es una persona en quien se imprime la figura de otro distinto, Dios Padre. || Sus-
tentando todas las cosas... : aquí ya no es el Padre quien sustenta el mundo por
medio del Hijo, sino el mismo Hijo quien sustenta el mundo con su palabra. Y lo
conserva en su ser no con esfuerzo fatigoso y con puntales extraños, sino con la
palabra de su poder, con el imperio de su voluntad omnipotente. || Después df rea-
lizar la purificación de los pecados : estábamos hundidos en el cieno de nuestros
crímenes y necesitábamos purificación : el Hijo con su sangre preciosísima nos pu-
rificó de nuestros pecados. El que redime el mundo como hombre es el mismo que
como Dios sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Atribuir a uno mis-
ino obras humanas y obras divinas es confesar su doble naturaleza en la unidad de
su divina persona. || A la diestra de la Grandeza : como Señor soberano y univer-
sal, el Hijo está sentado en las alturas de los cielos a la diestra de Dios. Junto al
Padre, por encima de todas las jerarquías angélicas, tiene su trono el Hijo : trono
incomparable, que, además de merecerlo por la dignidad de su persona divina, ha
conquistado con las hazañas de su obra redentora.
Estas ocho expresiones del Apóstol contienen otros tantos títulos o excelencias
del Hijo, que se distribuyen cómodamente en cuatro grupos binarios. Dos expre-
- 483 -
HEBREOS
14-7
ción esplendorosa de su gloria v se-
llo de su sustancia, sustentando to-
das las cosas con la palabra de su
poder, después de realizar por sí
mismo la purificación de los peca-
dos se sentó a la diestra de la Gran-
deza en las alturas ; 1 hecho tanto
más excelente que los ángeles, cuan-
to con preferencia a ellos ha here-
dado un nombre más aventajado.
Primera parte: Dogmática. Jesu-Cristo, Dios, sacerdote
y víctima
I. Jesu-Cristo, Dios
El Hijo, inmensamente superior a ¡os ángeles, i, 5-14
6 Porque ¿a quién de los ángeles dijo alguna vez (Sal. 2, 7) :
Hijo mío eres tú, yo hoy te he engendrado ;
o también (2 Sam. 7, 14) :
Yo para El seré Padre, y El para mí será Hijo ?
6 V de nuevo, al introducir al Primogénito en el mundo, dice (Sal. 96, 7) :
Y adórenle los ángeles de Dios.
7 Y cierto, respecto de los ángeles dice (Sal. 103, 4) :
El hace a sus ángeles vientos,
y a sus ministros llama de fuego.
siones nos revelan la naturaleza misma del Hijo : irradiación de su gloria y sello
de su sustancia ; otras dos nos señalan su acción creadora y conservadora en el
mundo : por quien hizo los mundos, sustentando todas las cosas con la palabra de
su poder ; otras dos se refieren a su obra redentora : nos ha hablado por medio
del Huo, después de realizar la purificación de los pecados ; otras dos, finalmente,
ponen de relieve la glorificación de Cristo hombre : a quien constituyó heredero
DE TODAS LAS COSAS, SE SENTÓ A LA DIESTRA DE LA GRANDEZA EN LAS ALTURAS.
1 Este versículo, conclusión de lo que precede, es la tesis que se demuestra en
los que siguen. Un nombre más aventajado : Cristo es inmensamente superior a los
ángeles, y la medida de esta superioridad es el nombre mismo de Hijo, de Señor,
de Dios eterno e inmutable, que por derecho de nacimiento posee. Estos títulos divi-
nos va a declarar San Pablo, aplicando a Cristo numerosos pasajes del Antiguo
Testamento.
5 De los dos testimonios citados, el segundo, menos importante, se refiere en
sentido literal a Salomón, y en sentido típico, al Hijo de David por antonomasia, el
Mesías. El primer testimonio, mucho más glorioso, se refiere al Mesías en sentido
literal, y declara no sólo la filiación propia y natural de Cristo, sino también la
complacencia fruitiva con que el Padre le llama Hijo suyo y la misteriosa actualidad
de la generación eterna, siempre de hoy, sin ayer ni mañana, sin antes ni después.
"De nuevo: simple transición, que no expresa tiempo. || Ai. introducir: por la
encarnación. || Primogénito : heredero o mayorazgo, que se ha dignado asociar a si
ionio hermanos a los hijos adoptivos de Dios. || Adórenle: por lo que en sí sig-
nifican y por su contexto y atribución a Yahveh, estas palabras comprueban la divi-
nidad de Cristo.
7 El texto del salmo está tomado directamente de la versión alejandrina. Aun
concediendo al texto el sentido meteorológico, la argumentación del Apóstol es le-
gítima, fundada en la identidad de nombre y de oficio entre los ángeles y los vientos
y los rayos, puesto que tanto unos como otros son ángeles o mensajeros y ministros
Ue Dios.
-484-
18-2 3
HEBREOS
6 En cambio, respecto del Hijo (Sal. 44, 7-8) :
Tu trono, ¡oh Dios !, por los siglos de los siglos,
y la vara de la rectitud, vara de tu realeza.
* Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad ;
por esto te ungió, ¡oh Dios!, tu Dios con óleo de alegría
con preferencia sobre tus compañeros.
" Y también (Sal. 101, 26-28) :
Tú, al principio, Señor, pusiste los cimientos de la tierra,
y obras de tus manos son los cielos.
11 Ellos se disolverán, mas tú subsistes,
y todos, como un manto, se envejecerán ;
12 y como un vestido los arrollarás,
como un manto, y serán cambiados.
Mas tú eres el mismo, y tus años no fenecerán.
Y a quién de los ángeles ha dicho jamás (Sal. 109, 1) :
Siéntate a mi diestra,
(hasta que ponga tus enemigos como escabel de tus pies ?
M ¿ Acaso no son todos ellos espíri-
tus ministrantes, enviados para ser-
vicio a favor de aquellos que han
de alcanzar la herencia de la salud ?
Conclusión parenética: perseveran-
cia en la fe. 2, 1-4
o 1 Por esto es menester que pres-
^ temos mayor atención a las cosas
oídas, no sea que seamos arrastrados
a la deriva. : Porque si la palabra !
transmitida por ministerio de los án-
geles obtuvo fuerza de ley, y toda
prevaricación y desobediencia reci-
bió su justa retribución, 3 ¿ cómo
nosotros escaparemos del castigo si
menospreciáremos tan grande sa-
lud ? La cual, anunciada inicialmen-
te por el Señor, llegó hasta nosotros
refrendada por los que la habían
oído, * acreditándola a su vez Dios
con señales y portentos, y variedad
de milagros,' y repartición de dones
del Espíritu Santo, a medida de su
voluntad.
La nueva economía, sometida a
Cristo. 2, 5-9
6 Porque no a los ángeles sometió
Dios el mundo que había de venir,
del cual estamos hablando. 6 Allá
uno testificó diciendo (Sal. 8, 5-7) :
8 Magnífico testimonio no sólo de la mesianidad, sino también de la divinidad
de Jesu-Cristo, a quien se da el nombre de Dios y cuya realeza eterna se reconoce,
simbolizada en el trono y en el cetro de justicia.
9 Al testimonio de la divinidad de Jesu-Cristo, nuevamente confesada, se añade
el de su personalidad distinta de la personalidad del Padre, que le ha ungido como
a hombre con el Espíritu Santo. La fórmula dogmática de Nicea tDios de Diosi se
halla aquí expresada poéticamente.
la~1:! Señor, Creador de cielos y tierra, inmutable y eterno: tales son los atributos
verdaderamente divinos de Jesu-Cristo, atributos que en el salmo se cantan de
Yahveh y que San Pablo aplica al Salvador.
M El Hijo, sentado a la diestra de Dios ; los ángeles, enviados a una y otra
parte como criados. No quiere decir el Apóstol que ni el Hijo fué enviado al mundo
para la salud de los hombres ni que los ángeles no gocen del reposo de la gloria ;
pero afirma que ni la misión del Hijo fué puramente ministerial, como la de los
ángeles, ni éstos alcanzan en los cielos la gloria de la divinidad.
21 Seamos arrastrados a la deriva : como la nave arrebatada por la corriente.
; Et. mundo que había de venir : la nueva economía de la gracia, anunciada como
futura en el Antiguo Testamento.
El salmo 8 se refiere a Cristo, no propiamente en sentido literal o típico, ni
tampoco en sentido meramente acomodaticio, sino en un sentido intermedio, que
-485-
2 7-15
HEBREOS
2 10-17
¿ Quién es el hombre que te acuerdas de El,
o el hijo del hombre, que miras por El?
' Le rebajaste un poquito respecto de los ángeles,
de gloria y honor le coronaste ;
8 todas las cosas sometiste debajo de sus pies.
Pues al someter a El todas las co-
sas, nada dejó no sometido a El.
Ahora, empero, todavía no vemos
todas las cosas sometidas a El. 9 Mas
al que fut rebajado un poquito res-
pecto de los ángeles, Jesús, vemos,
por causa de la muerte padecida,
coronado de gloria y de honor, a fin
de que, por gracia de Dios, gustase
la muerte en bien de todos.
Humanidad del Salvador. 2, 10-13
10 Pues le estaba bien a aquel pa-
ra quien es todo y por quien es todo
que, al paso que llevaba muchos
hijos a la gloria, consumase por me-
dio de los padecimientos al autor de
su salud. 11 Pues tanto el que santi-
fica como los que son santificados
de uno vienen todos ; por cuya cau-
sa no se avergüenza de llamarlos
I hermanos, diciendo (Sal. 21, 23) :
12 Anunciaré tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea cantaré tus loores.
* Y además (Is. 8, 17-18) :
Yo pondré mi confianza en El.
Y de nuevo (Is. 8, 17-18) :
Heme aquí a mí y a los hijos que Dios me dió.
Pontífice compasivo. 2, 14-18
" Por tanto, pues, los hijos parti-
cipaban de la sangre y -de la carne,
también El igualmente participó de
las mismas, para destruir por me-
dio de la muerte al que tenía el se-
ñorío de la muerte, esto es, al dia-
blo, 16 y libertar a todos aquellos que
con el miedo de la muerte estaban
durante toda su vida sujetos a la
esclavitud. 16 Porque, en fin, no son
los ángeles a quienes alarga la ma-
no, sino el linaje de Abrahán es a
quien alarga la mano. 17 Por donde
debió ser en todo asemejado a sus
hermanos, para ser compasivo y fiel
pontífice en las cosas que miran a
Dios, a fin de expiar los pecados
los intérpretes llaman consecuente, puesto que procede por vía de consecuencia. En
efecto, eJ salmo 8 celebra la gloria de Dios en la creación y la glorificación del
hombre sobre todas las obras de las manos de Dios. Prescindiendo de la gloria di-
vina de Cristo, la glorificación del hombre no se realiza plenamente sino en el
homire por excelencia, Cristo, único que domina en el mundo de la naturaleza y en
el mundo de la gracia.
10 Este versículo no carece de misterio. El sentido general es que Dios Padre, pri-
mer principio y último fin, se propuso dos fines en los padecimientos de Cristo :
salvar a los hombres y consumar al Salvador. Así, en los planes de Dios, los pade-
cimientos de Cristo no son medio solamente de la salud ajena, sino también con-
sumación del misma Cristo. Por estos padecimientos, Cristo queda constituido y con-
sagrado como víctima consumada, capaz de expiar los pecados, aplacar a Dios y
santificar a los hombres. Así consumado, Cristo es autor, es decir, según la fuerza
de la palabra original, principio y guía de la salud humana.
u De uno : de un mismo Dios y de un mismo padre, Adán.
13 Quien habla es Isaías ; con todo, como el pasaje es mesiánieo y el profeta in-
terviene como señal en Israel, está justificada la aplicación que de él hace San Pa-
blo al Mesías. Dos rasgos de Isaías aplica a Cristo : su confianza en Dios y la so
lidaridad con sus hijos. La confianza de Isaías figura la que tiene Cristo en su
glorificación y en el buen suceso de su obra. Da solidaridad del profeta con sus
hijos es figura de la de Cristo con los hombres.
— 486 —
HEBREOS
3 4-15
del pueblo. 18 Pues por cuanto E¿
mismo fué probado con lo que pade-
ció , puede socorrer a los que son
probados.
Ventaja de Cristo sobre Moisés.
3, 1-6
o 1 Por donde, hermanos santos,
partícipes del llamamiento celes-
tial, considerad al apóstol y pontífice
de la fe que profesamos, Jesús, 2 fiel
al que le hizo, como también lo fué
Moisés en toda su casa. 3 Porque de
mayor gloria ha sido El juzgado
digno en comparación de Moisés,
cuanto tiene mayor honra que la ca-
sa el que la fabricó. 4 Pues toda casa
es fabricada por alguno, y quien to-
das las cosas fabricó es Dios. • Y
Moisés, cierto, fué fiel en toda la
casa de Dios, como criado, para dar
testimonio de las cosas que se ha-
bían de decir ; • mas Cristo, como
Hijo sobre su propia casa ; cuya ca-
sa somos nosotros, como mantenga-
mos firme hasta el fin la confianza
y orgullo de la esperanza.
íNo endurezcáis vuestros corazones».
3. 7-11
' Por esto, como dice el Espíritu
Santo (Sal. 94, 7-11) :
Hoy, si oyereis su voz, ,
8 no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación,
como en el día de la tentación en el desierto,
'donde me tentaron vuestros padres sometiéndome a prueba ;
y esto que vieron mis obras 10 durante cuarenta años.
Por lo cual me irrité contra esa raza,
y dije : Siempre andan extraviados en su corazón ;
y ellos no conocieron mis caminos.
u Y así juré en mi indignación :
¡ Si van a entrar en mi reposo !
Guardaos de la incredulidad. 3, 12-ry
a Mirad, hermanos, no se halla en
alguno de vosotros un corazón per-
verso de incredulidad, que os haga
apostatar del Dios viviente, 13 antes
bien alentaos los unos a los otros
cada día, mientras se verifica aquel
«hoy», a fin de que no se endurezca
nadie entre vosotros con la seduc-
ción del pecado. " Pues hemos sido
hechos partícipes de Cristo, con tal
de que mantengamos firme hasta el
fin la segura confianza del princi-
pio, 16 mientras se dice (Sal. 04, 8) :
Hoy, si oyereis su voz,
no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
O 1 Los diferentes oficios que en la antigua alianza estuvieron repartidos entre los
** ángeles, Moisés y Aarón, están ahora concentrados en la persona del Hijo. Cristo
es a la vez Apóstol, o enviado de Dios a los hombres, y Pontífice o sacerdote de
los hombres ante Dios : misión y sacerdocio que integran la Mediación de Jesu-
cristo.
1 Al que le hizo o constituyó, en cuanto hombre, apóstol y pontífice.
** La comparación iniciada de Cristo con Moisés se convierte en antítesis. Cristo,
a diferencia de Moisés, ha edificado la casa de Dios : prueba manifiesta de su divi-
nidad. Cristo, además, en esta casa de Dios es el Hijo, donde Moisés es un criado.
• Casa : del sentido de edificio pasa al de familia.
■ Provocación, Tentación : son nombres propios, traducidos de las palabras he-
breas Mcriba y Massa, que se dieron al lugar donde los hijos de Israel provocaron
y tentaron a Dios, como se narra en el Exodo, 17, 1-7.
13 Tres son los conceptos que en la aplicación del salmo desenvuelve el Apóstol :
el reposo de la eterna bienaventuranza ; la fe, como condición para entrar en el
reposo, y el tiempo de hoy, el de la presente vida, concedido para caminar por la
fe al eterno reposo. De la ki; habla en lo que resta del capítulo ; del reposo y de
hoy, en el capítulo siguiente.
-487 -
3 16-4 5
HEBREOS
4 6-14
w Pues ¿quiénes fueron los que,
habiendo oido, provocaron ? Pero
¿es que no fueron todos los que sa-
lieron de Egipto por mano de Moi-
sés ? 17 ¿ Y contra quiénes se irritó
durante cuarenta años? ¿No fué
contra los que pecaron, cuyos miem-
bros quedaron tendidos en el desier-
to ? 18 ¿ Y a quiénes juró que no en-
trarían en su reposo sino a los con-
tumaces ? " Y vemos que no pudie-
ron entrar a causa de su incredu-
lidad.
La entrada por la fe, hoy, en el
reposo de Dios. 4, 1-10
a 1 Temamos, pues, no sea que,
^ subsistiendo la promesa de en-
trar en su reposo, parezca alguno de
vosotros haberse quedado rezagado.
* Pues a nosotros se nos ha dado la
buena nueva, lo mismo que a ellos ;
mas a aquéllos no Jes aprovechó la
palabra de la predicación, por no ir
acompañada de la fe por parte de
los que oyeron. 3 Porque entramos
en el reposo los que creímos, según
que tiene dicho :
Y así juré en mi indignación ;
¡ Si van a entrar en mi reposo !
Y por cierto que desde la funda-
ción del mundo estaban acabadas
las obras. 4 Porque en un lugar tie-
ne dicho así, hablando del día sép-
timo : «Y reposó Dios en el día sép-
timo de todas sus obras» (Gén. 2, 2).
6 Y en este sitio, de nuevo :
i Si van a entrar en mi reposo !
0 Ya que está, pues, reservado a
algunos el entrar en El, y aque-
llos a quienes primero se dió la
buena nueva no entraron a causa de
su contumacia, 7 de nuevo determi-
na un día, «hoy», diciendo por Da-
vid al cabo de tanto tiempo, según
antes queda dicho (Sal. 94, 7-8) :
Hoy, si oyereis su voz.
no endurezcáis vuestros corazones.
8 Porque si Josué les hubiera pro-
porcionado el reposo, no hablaría
tras esto de otro día. 0 Queda, pues,
reservado un reposo sabático al pue-
blo de Dios. 10 Porque el que ha en-
trado en su reposo, también él re-
posa de sus trabajos, lo mismo que
Dios de los suyos.
Epílogo: eficacia de la palabra de
Dios. 4, 11-16
" Trabajemos, pues, por entrar en
aquel reposo, a fin de que nadie, a
ejemplo de ellos, caiga en la misma
contumacia. 12 Porque viviente es la
Palabra de Dios, y obradora, y más
tajante que espada alguna de dos
filos, y que penetra hasta la divi-
sión del alma y del espíritu, y de
las coyunturas y de las medulas, y
discierne los sentimientos y pensa-
mientos del corazón ; 13 y no hay
creatura invisible en su presencia,
antes todo está desnudo y descubier-
to a sus ojos, delante de quien ha-
bremos de dar cuenta. 14 Teniendo,
" Véase Ex. 17, 1-7.
11 Véase Núm. 14, 29-32.
18 Véase Núm. 14, 22-23.
A *-m El razonamiento del Apóstol se reduce a estos puntos principales : Dios des-
tinó al hombre a participar de su eterno reposo. La entrada de Israel en la tierra
de promisión no era la entrada en este reposo, sino sólo su fisura profética ; pero
aun de ese reposo figurativo fueron excluidos los israelitas incrédulos. De suerte que
antes de Cristo nadie entró de hecho en el reposo de Dios : unos porque fueron in-
crédulos, otros porque sólo entraron como en sombra y figura ; la verdadera entrada
estaba reservada para ahora, en este hoy de los días mesiánicos, al nue%'0 pueblo de
Dios. El reposo divino está preparado desde la creación del mundo, pero su entrada
es de hoy.
"Viva personificación de la palabra divina, con la cual quiere significar el Após-
tol que Dios, que todo lo ve, nos ha de juzgar conforme a su palabra. || La división
del alma y del espíritu : no significa distinción sustancial, sino oixisieión de dos
tendencias, inferiores y superiores, animales y espirituales. || Descubierto: es digna
de notarse la gallardía con que el Apóstol expresa en la lengua original el hecho
de estar todas las cosas patentes a Dios, diciendo que están con el cuello erguido
y la cabeza echada hacia atrás, como para mostrar el pecho y descubrir el corazón.
— 488 —
4 15-5 M
HEBREOS
5 2-12
pues, un Pontífice grande, que ha
penetrado los cielos, Jesús, el Hijo
de Dios, mantengamos firme la fe
que profesamos. " Pues no tenemos
un Pontífice incapaz de compade-
cerse de nuestras flaquezas, antes
bien probado en todo a semejanza
nuestra, excluido el pecado. 16 Lle-
guémonos, pues, con segura con-
fianza al trono de la gracia, para
que alcancemos misericordia y ha-
llemos gracia en orden a ser soco-
rridos en el tiempo oportuno.
II. Jesu -Cristo, sacerdote
Propiedades del sacerdote. 5, 1-4
1 Porque todo pontífice escogido
de entre los hombres es consti-
Hijo mío eres tú, yo hoy te h<
tuído en pro de los hombres, cuanto
a las cosas que miran a Dios, para
ofrecer dones y sacrificios por los pe-
cados, 2 capaz de ser indulgente con
los ignorantes y extraviados, dado
que también él está cercado de fla-
queza ; 3 razón por la cual debe, por
sí mismo no menos que por el pue-
blo, ofrecer sacrificios por los peca-
dos. 4 Y nadie se apropia este honoi
sino cuando es llamado por Dios,
como lo fué Aarón.
Cristo, Pontífice soberano. 5, 5-10
5 Así tambiéji Cristo no se glorifi-
có a sí mismo en hacerse Pontífice,
sino el que le habló (Sal. 2, 7) :
e engendrado.
" Como también en otro lugar dice : (Sal. 109, 4) :
Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
' El cual en los días de su carne,
habiendo ofrecido plegarias y súpli-
cas con poderoso clamor y lágrimas
al que le podía salvar de la muerte,
y habiendo sido escuchado por ra-
zón de su reverencia, 5 aun con ser
Hijo, aprendió de las cosas que pa-
deció lo que era obediencia ; 0 y con-
sumado, vino a ser para todos los
que le obedecen causa de salud eter-
na, 10 proclamado por Dios sumo
sacerdote según el orden de Mel-
quisedec.
Mala disposición de los Hebreos.
5, "-14
11 Acerca de lo cual es mucho lo
que tenemos que decir, y no fácil
de declarar, ya_ que os habéis torna-
do torpes de oído. 12 Porque debien-
do, en razón del tiempo, ser maes-
tros, de nuevo tenéis necesidad de
que os enseñen los primeros rudi-
mentos de los oráculos de Dios, y
habéis llegado a tener necesidad de
51 En esta definición del sacerdote, cuatro propiedades señala San Pablo : 1) la elec-
ción divina; 2) la índole y representación humana del sacerdote, tomado de entre
los hombres y representante suyo ; 3) las cosas en que se ejerce su ministerio, que
son las que miran a Dios ; 4) su función esencial y característica, que es la oblación
de dones (incruentos) y de sacrificios (cruentos).
5 La vocación de Cristo al sacerdocio incluye dos actos divinos : la generación y
la investidura. La filiación divina es como una vocación natural que dispone a Cristo
al sacerdocio ; el decreto jurado e irrevocable es como la consagración que le con-
fiere el oficio sacerdotal.
7 En los días de su, carne : alude San Pablo a la oración de Cristo en la cruz, y
también a la oración del huerto, en la cual el Señor, además de sudar sangre, cla-
maría y lloraría. || Habiendo sido escuchado : el Señor fué escuchado, por cuanto
se le mostró un ángel, venido del ciclo, el cual le confortaba (Le. 22, 43). II Por
razón de su reverencia : en atención a la sumisión incondicional con que oraba.
8 Aprendió obediencia: conoció práctica y experimentalmente lo que cía obe-
decer, lo que cuesta la perfecta obediencia hasta la muerte, y muerte de cruz.
» Consumado : Cristo, al ser inmolado, alcanzó la consumación de su condición
de víctima : consumación que fué para El principio de su glorificación, y para nos-
otros CAUSA DE SALUD ETERNA.
11 No fácil de declarar : por vuestra escasa disposición.
— 489 —
5 13-6 5
HEBREOS
6
leche y no de manjar sólido. 13 Pues
todo el que está a leche es inexper-
to para la doctrina de la justicia,
como niño que es. M Mas de los
hombres maduros' es el manjar sóli-
do, de aquellos que por el hábito
tienen los sentidos ejercitados para
el discernimiento del bien y del mal.
*T cu-da utos a la perfección». 6, i-8
¿l 1 Por lo cual, dejada la enseñanza
" eQe mental acerca de Cristo, ten-
damos a lo perfecto, no echando de
nuevo el fundamento, es decir, la
penitencia de las obras muertas, y
la fe en Dios, 2 las abluciones de la
doctrina, y la imposición de las ma-
nos, y la resurrección de los muer-
tos, y el juicio eterno. 3 Y esto va-
mos a hacer, si lo permitiere Dios.
* Porque a los que una vez fueron
iluminados, y gustaron el don ce-
leste, y fueron hechos partícipes del
Espíritu Santo, 6 y gustaron la her-
mosa palabra de Dios y las maravi-
llas del poder propias de la edad
venidera, 6 y recayeron, es imposi-
ble renovarlos segunda vez, convir-
tiéndolos a penitencia, cuando ellos,
cuanto es de su parte, crucifican de
nuevo al Hijo de Dios y le exponen
a pública ignominia. 7 Porque la tie-
rra que bebe la lluvia que frecuen-
temente cae sobre ella, si produce
plantas provechosas a aquellos poi
quienes es además labrada, participa
de la bendición de parte de Dios ;
8 mas la que lleva espinas y abrojos
es reprobada y cerca está de ser
maldecida, cuyo paradero es ir a las
llamas.
Palabras de aliento. 6, g-12
* Mas respecto de vosotros, carí-
simos, pensamos resueltamente co-
sas mejores y allegadas a la salud,
por más que hablemos así. 10 Que no
es injusto Dios para echar en olvido
vuestra labor y el amor que mos-
trasteis para con su nombre, con los
servicios que habéis prestado a los
santos y continuáis prestando. 11 Mas
6J-2 Estos seis puntos de la doctrina elemental son de sumo interés histórico, puesto
que nos revelan el principal contenido de la primitiva catequesis apostólica. En tres
grupos binarios se distribuyen claramente. Los dos primeros, dogmático-morales, so»
la penitencia de los pecados y la FE en Dios : los mismos que comprendía ya la
primera predicación del Salvador y aun la del Bautista : «Haced penitencia y creed
en el Evangelio» (Me. 1, 15). Los dos siguientes, rituales, son el bautismo y la
imposición de las manos propia de la confirmación. Se habla en plural de las ablu-
ciones, i>orque se alude a su rito de trina inmersión. Los dos últimos puntos 6on
escatológicos : la resurrección de los muertos y el juicio universal, llamado eterno
por su sentencia definitiva.
3 Y esto: dar la enseñanza superlot.
4-6 Si es irracional dar a las palabras del Apóstol el sentido de los montañistas
y novacianos, que cerraban a los cristianos caídos en pecado la puerta de la peni-
tencia, tampoco es justo atenuarlas excesivamente. No habla San Pablo de cualquier
pecado, sino de la apostasía plenamente deliberada. El apóstata, salido del únio»
camino de salvación, que es la fe, y obstinado en no volver a él, no tiene human»
remedio. Ni puede apelar a la mediación del Redentor. Cuanto es de su parte, ha
renovado el crimen de los judíos crucificando de nuevo al Hijo de Dios. De mod»
que los medios ordinarios de salud los ha inutilizado él con su abuso, y el reeurs»
supremo de una gracia extraordinaria lo tiene desmerecido con su crimen y 1«
rechaza con su soberbia.
4 Iluminados : con la luz del Evangelio y con el bautismo. || El don celeste:
es, principalmente a lo menos, la Eucaristía. || Partícipes del Espíritu Santo: por
la confirmación, acompañada frecuentemente en la primitiva Iglesia de los carismas
extraordinarios.
5 Palabra de Dios: el Evangelio. || Las maravillas del poder divino propias dü
la edad venidera o de la era mesiánica, anunciada como futura en los vaticinios del
Antiguo Testamento. || Crucifican al Hijo de Dios: señala el Apóstol dos circuns-
tancias que agravan el pecado del cristiano.
m Doctrina altamente consoladora, con que nos enseña San Pablo que los mere-
cimientos pretéritos y las obras de misericordia presentes no los echa Dios en olvido
cuando el hombre peca por fragilidad.
Combinando todos los rasgos aquí apuntados se obtiene esta noción de la
esperanza : es como un eco afectivo de la fe intelectual ; una firme persuasión, cuya
propiedad característica es la constancia o longanimidad, cuyo objeto es la herencia
prometida por Dios.
— 490 —
6 12-20
HEBREOS
7l-8
deseamos que cada cual de vosotros
muestre ese mismo empeño en or-
den a la plena firmeza de la espe-
ranza hasta el fin ; 12 de suerte que
no os volváis indolentes, antes bien
seáis imitadores de aquellos que por
la fe y la longanimidad llegan a la
herencia de las promesas.
Firmeza de la esperanza. 6, 13-20
a Porque al formular Dios sus pro-
mesas a Abrahán, como no hubiese
nadie superior por quien jurase, ju-
ró por sí mismo, M diciendo : «¡Por
mi fe, a manos llenas te bendeciré
v con innumerable prole te multi-
plicaré!» (Gén. 22, 16-17). "Y as*'
aguardando con longanimidad, al-
canzó la promesa. 10 Porque los hom-
bres juran por uno superior, y para
ellos es el juramento término de to-
do litigio como garantía. 17 En lo
cual, queriendo Dios mostrar más
cumplidamente a los herederos de la
promesa lo inmutable de su resolu-
ción, interpuso el juramento, 18 con
el fin de que, por medio de dos co-
sas inmutables, tengamos vehemen-
te consolación los que hemos busca-
do nuestro salvamento en asirnos
de la esperanza puesta delante de
nosotros ; 19 a la cual nos cogemos
como áncora del alma, segura y fir-
me, y que penetra hasta lo interior
del velo, " adonde como precursor
entró por nosotros Jesús, hecho, se-
gún el orden de Melquisedec, sumo
sacerdote para siempre.
Melquisedec, figura de Cristo
sacerdote. 7, 1-3
i-i 1 Porque este Melquisedec, rey de
* Salén, sacerdote del Dios Altísi-
mo ; el que salió al encuentro de
Abrahán cuando volvía de la derrota
de los reyes, y le bendijo; ! a quien,
además, repartió Abrahán el diez-
mo de todo ; que es primeramente,
según la interpretación de su nom-
bre, rej* de justicia, y luego, ade-
más, rey de Salén, que es rey de
paz ; 3 sin padre, sin madre, sin ge-
nealogía ; que ni tiene principio de
días ni fin de vida ; hecho semejan-
te al Hijo de Dios, permanece sacer-
dote perennemente.
Ventajas de Melquisedec sobre
Lcví. 7, 4-10
* Y considerad cuáu grande es és-
te, a quien, además, Abrahán, el
patriarca, dió diezmo de lo más rico
de los despojos. 5 Y cierto, los que
de entre los hijos de Leví reciben el
sacerdocio tienen orden, según la
Ley, de cobrar el diezmo del pue-
blo, esto es, de sus hermanos, bien
que procedentes de la estirpe de
Abrahán ; 6 mas el que no deriva de
ellos su genealogía percibió diezmo
de Abrahán, y al que tenía las pro-
mesas le bendijo. 1 Ahora bien, fue-
ra de toda controversia, lo que es
inferior es bendecido por lo que es
superior. 8 Y aquí, por cierto, reci-
19 Como áncora...: con esta comparación, algo incoherente en su forma literaria,
significa San Pablo que la esperanza penetra hasta lo interior del velo, hasta el
Sánela Samtorum de la gloria celeste, a manera de áncora, que se clava en la
arena o en la roca.
7' Melqtjisedec : etimológicamente es rey de justicia. Reproduce San Pablo com-
pendiosamente la narración del Génesis, 14, 18-20. || Salem : parece ser Jerusalén.
II Reyes : los cuatro reyes de que habla el Génesis 14, 1-17 ; uno de los cuales, Amra-
fel, parece ser el famoso Hammurabi, cuyo admirable código ha sido descubierto y
publicado recientemente
2 El diezmo de todo el botín cogido a los reyes.
* Sin padre : no quiere decir San Pablo que Melquisedec no tuvo padre, o que
no nació ni murió, mas quiere significar que el silencio de la Escritura sobre la
generación de Melquisedec hace a éste más apto para simbolizar a Cristo, verdadero
Rey de la justicia y de la paz y sacerdote eterno, sin principio de días en cuanto
Dios y sin fin en la gloria de su realeza y sacerdocio.
*-10 Demuestra el Apóstol la superioridad de Melquisedec sobre Leví por tres
ventajas que le hace : porque recibió de él diezmos en la persona de su padre
Abrahán, porque le bendijo y porque eternamente vive.
8 Aqüí : en la ley de Moisés, en el sacerdocio de Leví ; allí : en la narración del
Génesis, en el sacerdocio de Melquisedec.
— 491 —
7 9-18
HEBREOS
7 19-26
ben diezmo hombres que mueren ;
mas allí uno de quien testifica que
vive. 9 Y, por así decir, por medio
de Abrahán también Leví, el que
percibe los diezmos, fué diezmado ;
10 pues estaba, todavía en germen,
en su padre, cuando fué a su en-
cuentro Melquisedec.
El sacerdocio, transferido de Aarón
a Melquisedec. y, ii-iq
11 Si, pues, se hubiera realizado
la perfección mediante el sacerdocio
levítico, ya que a base de él ha re-
cibido el pueblo la legislación, ¿ qué
necesidad había de que surgiese otro
sacerdote según el orden de Melqui-
sedec y no se denominase según el
orden de Aarón ? 12 Porque, transfe-
rido el sacerdocio, fuerza es que se
produzca también la transferencia
de la ley. u Pues aquel de quien se
dicen esas cosas a otra tribu perte-
necía, de la cual nadie se ha llegado
al altar; 14 porque es cosa manifies-
ta que el Señor nuestro es retoño
de Judá, a cuya tribu para nada se
refirió Moisés al hablar de sacer-
dotes. 16 Y esto es mucho más evi-
dente todavía si, a semejanza de
Melquisedec, surge un sacerdote di-
ferente, 10 que ha sido creado no se-
gún la ley de disposición carnal,
sino según la pujanza de una vida
indestructible. " Que tal es el tes-
timonio : «Tú eres sacerdote para
siempre según el orden de Melqui-
sedec» (Sal. iog, 4)- 18 Y es así que
la derogación de la prescripción
precedente se produce a causa de
su ineficacia e inutilidad ; lu pues
nada llevó la ley a la perfección, si-
no que fué introducción a una esipe-
ranza mejor, por medio de da cual
nos acercamos a Dios.
Sacerdocio de Cristo, único y eterno,
confirmado con juramento, y, 20-25
M Y por cuanto no fué sin jura-
mento— pues aquéllos sin juramen-
to fueron hechos sacerdotes, 21 mas
éste con juramento, por boca del
que dijo (Sal iog, 4) ;
Turó el Señor, y no se arrepentirá ;
tú eres sacerdote para siempre — ,
"en la misma proporción Jesús se
ha hecho fiador también de una
alianza mejor. 23 Además, entre ellos
son muchos los sacerdotes que se
han sucedido, por cuanto la muer-
te iles impedía perdurar ; 24 mas El, a
causa de subsistir perpetuamente,
posee el sacerdocio intransferible ;
25 por donde puede también salvar
perennemente a los que por El se
llegan a Dios, siempre viviente pa-
ra interceder a favor de ellos.
Cristo, sacerdote santo y consumado.
7. 26-2S
x Porque tal Pontífice nos conve-
nía, sin duda, a nosotros : santo,
inocente, incontaminado, separado
La institución del sacerdocio según el orden de Melquisedec entrañaba dos
consecuencias : la abrogación del sacerdocio levítico y la abolición de la ley de
Moisés, que se basaba en él. Prueba evidente de la traslación del sacerdocio es el
hecho de que el nuevo sacerdote, Jesu-Cristo, no pertenecía a la tribu de Leví
Tero la razón fundamental de la traslación es la impotencia del sacerdocio levítico
para dar la consumación de la santidad, que sólo podría comunicar un sacerdote eter-
no, en virtud de su vida imperecedera.
" Un* esperanza mejor : una alianza nueva, por la cual nos llegamos confiada-
mente a Dios. ¡Magnífica concepción! La antigua alianza es una ley': un yugo
moral impuesto al pueblo de Israel ; la nueva alianza es una esperanza: una prima-
vera espiritual que promete frutos abundantes de vida eterna, una aurora esplendo-
rosa de un día sin fin.
22 Alianza mejor : la nueva alianza aventaja tanto a la antigua cuanto el sacer-
docio de Cristo aventaja al de Aarón.
a Cristo, en cuanto hombre, es no sólo nuestro Redentor, sino también nuestro
Abogado Ambos conceptos, de Redentor y de Abogado, se resumen en el de Mediador.
28 Separado de los pecadores : por razón de su santidad inmaculada ; si bien por
su inefable dignación quiso tomar sobre sí nuestros pecados.
HEBREOS
84-10
de los pecadores y encumbrado por
encima de los cielos ; "7 que no tie-
ne necesidad de ofrecer víctimas día
tras día, como los pontífices, pri-
mero por los pecados propios, luego
por los del pueblo ; porque esto
hizo de una vez para siempre, ofre-
ciéndose a sí mismo. 31 Es que la
ley constituye sacerdotes a hombres
sujetos a fragilidad ; mas la pala-
bra del juramento, que vino después
de la ley, a] Hijo consumado para
siempre.
El santuario celeste del nuevo
Sacerdote. 8, 1-5
o ' El punto capital sobre lo que
" vamos diciendo es que tenemos
un Pontífice tal, que se sentó a la
diestra del trono de la Majestad en
los cielos, 5 ministro del santuario y
del tabernáculo verdadero, que erigió
el Señor, no..e'l hombre. 3 Porque to-
do pontífice es constituido para ofre-
cer dones y víctimas ; por donde era
necesario que también éste tuviera
algo que ofreciese. * Si estuviera,
pues, sobre la tierra, ni siquiera se-
ría sacerdote, como quiera que ha-
bía quienes según la ley ofrecen do.
nes ; 6 los cuales practican un culto
que es trasunto y sombra del ideal
celeste, según fué dicho a Moisés por
el oráculo divino cuando estaba pa-
ra emprender la construcción del ta-
bernáculo. Porque «Mira, dice, harás
todas las cosas conforme al modelo
que te fué mostrado en ed monte»
(Ex. 25, 40). /
Superioridad de la nueva alianza.
8, 6-13
* Mas ahora posee un ministerio
sagrado tanto más excelente, por
cuanto es mediador de una alianza
también mejor, como que ha sido
establecida a base de promesas me-
jores. ' A la verdad, si aquella pri-
mera fuera irreprochable, no se bus-
cara lugar para una segunda. 8 Y es
así que en son de reproche dice
(Jer. 31, 31-34) :
Mirad, días vendrán, dice el Señor,
en que concluiré una alianza nueva
con la casa de Israel y con la casa de Judá,
:' no conforme á la alianza que concerté con sus padres
el día que los tomé de la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto ;
porque ellos no permanecieron fieles a mi alianza,
y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
10 Porque esta es la alianza que concertaré con la casa de Israel,
después de aquellos días, dice el Señor :
■ De una vez para siempre : en la nueva alianza no existe propiamente sino un
solo sacrificio, el de Jesu-Cristo en la cruz ; mas este único sacrificio se renueva
y reproduce cada día incruentamente en la Santa Misa, en la cual el mismo Jesu-
Cristo por ministerio de hombres inmola y ofrece la misma víctima, su cuerpo y su
sangre, como lo enseña el Concilio Tridentino (Denz. 93S, 9.18) en conformidad con
la Sagrada Escritura y con toda la tradición cristiana, recibida de los apóstoles.
8 3-1 En las palabras de San Pablo hay que dar no pequeña parte a la metáfora.
Como serfa ridículo afirmar que existe en el cielo un tabernáculo verdadero que
hirviera de modelo al construido por Moisés, así sería irracional pretender deducir
de las palabras del Apóstol que Jesu-Cristo solamente en el cielo consumó su sacri-
ficio. Lo que inculca San Pablo es que el sacerdocio y el sacrificio de Jesu-Cristo no
son terrenos, a la manera de los levíticos, y que además se perpetúan de alguna
manera en los cielos, no porque en ellos consume el sacrificio, consumado ya en la
cruz, sino porque allí Cristo, Sacerdote eterno, con la aplicación de los frutos de la
cruz y con la continuada renovación del sacrificio eucarístico, da cierta perpetuidad
moral al sacrificio del Calvario.
8 En 6, 19, habla San Pablo de una esperanza mejor ; en 6, 22. de una alianza
mejor : aquí, relacionando ambos conceptos, habla de una alianza mejor basada en
promesas meiores. Esta doble identidad de esperanza con alianza y con promesas, al
paso que expresa el aspecto objetivo de esperanza, insinúa su objeto, que son los
bienes prometidos por Dios y su motivo que es (parcialmente* la fidelidad divina.
— 493 —
8 11-9*
HEBREOS
Pondré mis leyes en su mente
y sobre sus corazones las inscribiré,
y yo seré su Dios
y ellos serán mi pueblo.
11 Y no habrá de instruir cada cual a su conciudadano,
ni cada cual a su hermano,
diciendo : Conoce al Señor ;
porque todos me conocerán,
desde el menor hasta el mayor de ellos.
Porque seré propicio con sus iniquidades,
y de sus pecados no me acordaré más.
13 Al decir «nueva» ha anticuado
la primera ; y lo que se vuelve an-
tiguo y envejece, cerca está de la
desaparición.
III. Jesu-Cristo, víctima
El santuario y los ritos del Antiguo
Testamento, g, i-io
q 1 Tenía, pues, también la primera
prescripciones relativas ail culto
y su santuario terrestre. 2 Porque se
construyó un tabernáculo, cuya pri-
mera estancia, en la cual estaba el
candelabro y la mesa y la exposi-
ción de los panes, era llamada «Lu-
gar santo» ; 3 y detrás del segundo
velo, otra estancia, que era llamada
«Lugar' santísimo», * la cual tenía
un altar de oro para el incienso y
el arca de la alianza recubierta de
oro por todos lados, en la cual es-
taban una urna de oro con el ma-
ná dentro, y la vara de Aaróu que
retoñó, y las tablas de la alianza ;
6 y por encima de ella los querubi-
nes de la gloria, que cobijan con su
sombra el propiciatorio ; acerca de
lo cual no hay para qué hablar aho-
ra en particular. 6 Dispuestas así es-
tas cosas , en la primera estancia
del tabernáculo entran continuamen-
te los sacerdotes al desempeñar las
funciones del culto ; T mas en la se-
gunda una sola vez al año sólo el
sumo sacerdote, no sin sangre, la
cual ofrece por sí y por los pecados
del pueblo ; 8 significando con ello
el Espíritu Santo que todavía no
está abierto el camino para el Lugar
santo, mientras subsiste aún la pri-
mera estancia del tabernáculo, " la
cual es figura que se refiere al tiem-
u No habrá de insiruir... : estas palabras no se han de tomar materialmente
a la letra como lo han hecho muchos protestantes, con el empeño de suprimir el
magisterio eclesiástico. Despojados de su hipérbole oriental, significan que en la
nueva economía el conocimiento de Dios había de ser más universal y más com-
pleto que en la antigua alianza. Si excluyeran todo magisterio externo, ¿qué signi-
ficarían las palabras de Jesu-Cristo a los apóstoles : Id y amaestrad a todas las
naciones 7 (Mt. 28, 19-20). ¿Y qué razón de ser tendría esta misma carta de San Pa
blo a los Hebreos?
9 2 El tabernáculo comprendía dos estancias principales, separadas entre sí poi
un velo y precedidas de un vestíbulo. En la primera estancia, separada del vestíbulo
por un primer velo, se hallaba el candelabro de oro a la izquierda, y la mesa, sobre
la cual se ponían los panes de la proposición, a la derecha.
4 El altar de oro, aunque moralmente pertenecía al Lugar santísimo, estaba,
con todo, colocado delante del segundo velo, para que los simples sacerdotes, que
no podían pasar del Lugar santo, pudiesen ofrecer el incienso sobre este altar.
6 El propiciatorio era una plancha de oro puro con que se cubría el arca de la
alianza. Sobre el propiciatorio se rociaba la sangre de las víctimas ofrecidas por los
pecados de los sacerdotes y de todo el pueblo el día solemne de ¡a Expiación :
función privativa del sumo sacerdote, sólo el cual y sólo en aquel día podía entrat
en el Sanct'a Sanctorum
7 No sin sangre : de los novillos y machos cabríos que se inmolaban en la gran
solemnidad de la Expiación.
** El Lugar santo, separado del Lugar santísimo por un velo impenetrable,
aparece a los ojos de San Pablo como símbolo del culto levítico, que, incapaz de
santificar interiormente al hombre, en vez de acercarle a Dios, es una barrera que
le cierra el paso. Era menester que este velo se rasgase, como de hecho se rasgó,
con la muerte de Cristo.
— 594 —
10-15
HERREOS
9 16-25
po présenle, conforme a la cual se I
ofrecen dones v víctimas impoten-
tes para dar la consumada perfec-
ción en lo que toca a la conciencia
al que practica ese culto, 10 consis-
tiendo únicamente en manjares y
bebidas v diferentes abluciones, ob-
servancias, en fin, de una justicia
carnal, impuestas hasta el tiempo
de la reformación.
El santuario celeste y eficacia del
sacrificio de Cristo, g, 11-14
u Mas Cristo, habiéndose presen-
tado como Pontífice de los bienes
venideros, penetrando en el taber-
náculo más amplio y más perfecto,
no hecho de manos, esto es, no de
esta creación, 11 v no mediante san-
gre de machos 'cabríos y de bece-
rros, sino mediante su propia san-
gre, entró de una vez para siempre
en el santuario, consiguiendo una
redención eterna. u Porque si la san-
gre de machos cabríos y de toros y
la ceniza de la becerra santifican
con su aspersión a los contaminados
en orden a la purificación de la car-
ne, 14 ¡ cuánto más la sangre de Cris-
to, que por el Espíritu Eterno se
ofreció a sí mismo inmaculado a
Dios, purificará vuestra conciencia
de obras muertas, para que rindáis
culto al Dios viviente !
La sangre de Cristo, sello del Nuevo
Testamento. 9, 15-22
,s Y por esto es mediador de un
Nuevo Testamento, a fin de que, ha-
biendo intervenido muerte para res-
cate de las transgresiones ocurridas
durante la primera alianza, reciban
los que han sido llamados la pro-
mesa de la herencia eterna. " Pues
donde hay testamento, menester es
que conste la muerte del testador ;
" pues un testamento es válido en
caso de defunción, como quiera que
nunca tiene valor mientras el testa-
dor vive. 18 Por donde tamjpoco el pri-
mero se inauguró sin sangre. 19 Por-
que Moisés, después de recitar todos
los mandatos a tenor de la ley a oídos
de todo el pueblo, habiendo tomado
la sangre de los becerros y machos
cabríos con agua y lana teñida en
grana e hisopo, roció así el libro co-
mo a todo el pueblo, 20 diciendo : «Es-
ta es da sangre de la alianza que pa-
ra vosotros dispuso Dios» (Ex. 24, 8) .
21 De semejante manera roció tam-
bién con la sangre eil tabernáculo y
todos los objetos del culto. 22 Y casi
todo según la ley se purifica con
sangre, y sin efusión de sangre no
se obtiene remisión.
Excelencia y eficacia eterna del sa-
crificio tínico de Cristo, o, 23-28
3 Era, pues, necesario que las que
eran figuras de lo que existe en los
cielos, con estas cosas se purifica-
sen, mas las cosas mismas celestia-
les con víctimas más excelentes que
no éstas. M Pues no entró Cristo en
un santuario hecho de mano, ima-
gen del verdadero, sino en el cielo
mismo, para presentarse ahora en
el acatamiento de Dios a favor nues-
tro ; 28 y no con el fin de ofrecerse
a sí mismo repetidas veces, a la
manera que el sumo sacerdote entra
en el santuario año tras año con
11 Los biínes venideros son las bendiciones mesiánieas.
u El santuario del versículo 12 es el mismo tabernáculo mencionado en el ver-
sículo 11. El llamar al cielo tabernáculo o santuario es una metáfora que no hay
que extremar.
"El Espíriiu Eterno es el Espíritu Santo. || Obras muertas son los pecados.
"-"La doble significación de la palabra griega diathéke (alianza y testamento)
permite a San Pablo pasar insensiblemente de la una a la otra, dado que la nueva
alianza es un verdadero testamento, que recibe su validez con la muerte de Cristo.
1B La sangre con agua y lana teñida en grana e hisopo : esto es, la sangre mez-
clada con agua y recogida en la lana que envolvía la caña del hisopo. El hisopo
liobablemente era el orégano.
23 Las mismas cosas celestiales con víctimas más excelentes que no éstas se habían
de purificar : bastaba esta sola frase para convencer de que cuanto dice San Pablo
.•obre el santuario celeste hay que entenderlo metafóricamente ; de lo contrario, habría
de admitirse que en el cielo mismo había manchas que era menester lavar con la
sangre de Cristo.
— 495 —
9 26-lQ §
HEBREOS
10 2"10
sangre ajena ¡ ** puesto que hubiera
sido necesario que él padeciera mu-
chas veces desde la fundación del
inundo ; mas ahora de una sola vez
en la consumación de los siglos se
ha manifestado para la abolición del
pecado mediante su propia inmola-
ción. 27 Y así como está reservado a
los hombres morir una sola vez, y
tras esto, juicio, 28 así también Cris-
to, después de haberse ofrecido una
sola vez para tomar sobre sí los pe-
cados de la muchedumbre, por se-
gunda vez, sin intervención de pe-
cado, se manifestará a los que le
esperan para su salud.
Esterilidad de la expiación anual
io, 1-4
1 f\ 1 Pues conteniendo la lev una
sombra de los bienes que ha-
bían de venir, no la expresión real
de las cosas, no puede jamás, con los
mismos sacrificios que sin cesar ofre-
ce año tras año, dar cumplida per-
fección a los que se llegan ; - de lo
contrario, ¿ no hubieran cesado de
ofrecerse, por no tener ya ninguna
conciencia de pecados los que ren-
dían este culto, una vez purifica-
dos ? 3 Al contrario, con ellos se re-
nueva el recuerdo de los pecados
año tras año. 1 Porque es imposible
que la sangre de toros y machos
cabríos quite los pecados.
Obediencia y oblación del Mesías.
10. s-10
5 Por lo cual al entrar en el mun-
do dice (Sal. 39, 7-9) :
Sacrificio y ofrenda no quisiste,
pero me diste un cuerpo a propósito ;
" holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron ;
1 entonces dije : Heme aquí presente.
En el pomo del libro está escrito de mí ;
quiero hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad.
8 Diciendo más arriba: «Sacrificios
y ofrendas» y «holocaustos y sacrifi-
cios por el pecado no los quisiste ni
te agradaron», los que según la ley
se ofrecen, ' «entonces» ha dicho :
«Heme aquí que vengo a hacer ta
voluntad.» Suprime lo primero para
establecer lo segundo. 1,1 En virtud
t ¡cu lar.
sión, que da a entender que se habla
muerte es aquí la muerte individual de
es igualmente el juicio que sigue a la
énfasis con que habla el Apóstol, as
de la única vez que
Por tanto, asi como
ición huni
tratando de Cristo
como algo dec
la obra de la
que decide de-
que no es otn
juicio no llev¡
y de tanto reí
;>leada aquí
En efecto.
ando
la palabr
1 conexión de suce-
de dos términos análogos. Ahora bien, la
cada hombre. Luego el juicio que la sigue
Tiucrte de cada uno. Es, además, de notar
tratando de los hombres en general como
se muere, considerando una y otra muerte
1 muerte de Cristo concluye definitivamente
ana, así la muerte de cada hombre es algo definitivo
1 : decisión que supone algún juicio de parte de Dios,
particular. Ni carece de importancia el que la palabra
bía de llevarlo si designase un hecho tan determinado
uicio universal. Finalmente, la misma palabra original
1 Pablo para expresar juicio, parece excluir el juicio
habla del juicio universal, nunca lo llama crisis; y
sis, nunca habla del juicio universal.
mido de la palabra
-J f\ ' Kxi'Ki sion real o realización, verificación: tal es el sentido
imagen, empleada aquí por San Pablo en oposición a sombró.
5 Ai. entrar en ei. mundo : en el momento de la encarnación. En el seno de la
Virgen Madre, el primer sentimiento del Corazón de Jesu-Cristo es la oblación de su
vida por la redención de los hombres : oblación que, consumada en la cruz, se
perpetúa de alguna manera con su actual e incesante ratificación en su vida celeste.
7 El. pomo Di:i. 1.1RR0 parece ser el pomo o esfera que remataba la parte superior
de la vara cilindrica, en torno de la cual se arrollaba el volumen.
30 Santificados... de una vez para siempre: no quiere decir el Apóstol que la
muerte del Redentor, sin más, santificó personalmente a cada uno de los hombres.
— 496 —
10 11 -20
HEBREOS
10 i2-2i
de la cual «voluntad» hemos sido
santificados mediante la «oblación
del cuerpo» de Jesu-Cristo de una
ve/ para siempre.
Ineficacia de los sacrificios diarios
contrapuesta a ta eficacia del sacri-
ficio único de Cristo, io, ii-iS
11 Y cierto, todo sacerdote está día
tras día desempeñando sus funcio-
nes y ofreciendo muchas veces unos
mismos sacrificios, que no , pueden
jamás hacer desaparecer los peca
dos ; ]- mas éste, habiendo ofrecido
por los pecados un solo sacrificio de
eficacia eterna, se sentó a la diestra
de Dios, 13 aguardando, por lo de-
más, a que sus enemigos sean pues-
tos como escabel de sus pies. " Por-
que con una sola oblación ha con-
sumado para siempre a los que son
santificados. 15 Y nos lo testifica
también el Espíritu Santo. Pues des-
pués de haber dicho (Jer. 31, 33) :
w Esta es la alianza que concertaré con ellos,
después de aquellos días, dice el Señor,
pondré mis leyes sobre sus corazones,
y sobre su mente las inscribiré,
"añade : «Y de sus pecados y del hay remisión de esas cosas no hay
sus iniquidades no me acordaré más» va más oblación por el pecado.
(Jer. 31, 34). " Ahora bien, donde '
Segunda parte: Parenética
I. Exhortación general: Perseve-
rancia en la fe
Primer motivo de perseverancia: la
mediación de Cristo. 10, 10-25
" Teniendo, pues, hermanos, se-
gura confianza de entrar en el san-
tuario en virtud de la sangre de Je-
sús, 20 entrada que él inauguró para
nosotros como camino nuevo y vi-
viente a través del velo, esto es, de
su propia carne, M y teniendo un
sacerdote grande sobre la casa de
Dios, 22 lleguémonos con sincero co-
razón con plena convicción de fe,
purificados los corazones de con-
ciencia mala y lavados los cuerpos
con agua pura. 23 Mantengamos in-
conmovible la confesión de la espe-
ranza, pues fiel es quien hizo la pro-
mesa ; 21 y considerémonos los unos
a los otros, para estímulo de la ca-
Lo que quiere decir es que su muerte redentora es el principio único de la santi-
ficación de todos los hombres.
14 Los que son santificados significa los que con el tiempo van siendo santificados
individualmente.
*• No hay ya más oblación por EL pecado : después del sacrificio de la cruz no es
menester ya otro sacrificio distinto para expiar los pecados de los hombres. Se
reproducirá cada día en nuestros altares el mismo sacrificio, para aplicarnos sus
frutos ; mas no se ofrecerá ya otro sacrificio diferente.
i»-2» Las alusiones y atrevidas metáforas de este pasaje reclaman alguna declara-
ción. Ante todo hay una alusión al segundo velo del templo, a través del cual
penetraba el Pontífice con la sangre de las víctimas en el Lugar santísimo. Otra
segunda alusión recuerda el velo del templo, que se rasgó de alto a bajo al morir el
Redentor. Luego, una osada metáfora presenta la carne del Salvador, rasgada con
los clavos y con la lanza, como el velo rasgado, a través del cual entramos en el
santuario celeste. Pero, además, las palabras del Apóstol sugieren una aplicación a
la abertura del sagrado costado, que nos brinda franca" entrada al santuario de su
Santísimo Corazón.
- Lavados los cuerpos con agua pura : por el santo bautismo.
M Para estímulo de la caridad : lo que puede estimular la caridad de unos con
otros es, bajo distintos aspectos, los buenos ejemplos y las necesidades que se padecen.
— 497 —
10 25-30
HEBREOS
10 31-H 1
ridad y de las buenas obras ; 25 no
desamparando vuestra común re-
unión, según es costumbre de algu-
nos, antes bien alentándoos, y tanto
más cuanto veis que se acerca el dia.
Segundo motivo: castigos de la
apostasía. io, 26-31
26 Porque si deliberadamente peca-
mos, después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, no queda
ya sacrificio por los pecados, 27 an-
tes una pavorosa expectación del
juicio y el ardor vengativo del fue-
go dispuesto a devorar a los ene-
migos. ffl En atrepellando uno la Cey
de Moisés, sin compasión es llevado
a la muerte sobre el dicho de dos o
tres testigos : * ¿ de cuánto peor
castigo pensáis será juzgado digno
el que pisoteó al Hijo de Dios, y
consideró como profana la sangre
de la alianza con que fué santifica-
do, y ultrajó al Espíritu de la gra-
cia ? M Pues conocemos al que dijo :
«A mí me corresponde la venganza,
vo daré a cada uno su merecido» ; v
otra vez : «Juzgará el Señor a su
pueblo» (Dt. 32, 35-36). "Horrenda
cosa es caer en las manos del Dios
viviente.
Tercer motivo: recuerdos y espe-
ranzas. 10, 32-39
32 Acordaos de los días pasados, en
que, habiendo sido iluminados, so-
portasteis recio combate de padeci-
mientos ; 33 hechos, por una parte,
blanco de ludibrios y tribulaciones
como en público espectáculo, y por
otra, hechos solidarios de los que
se hallaban en semejante situación.
31 Porque compartisteis los padeci-
mientos de los encarcelados, y reci-
bisteis con gozo el robo de vuestros
bienes, sabiendo que poseéis una ha-
cienda mejor y permanente. 35 No
perdáis, pues, vuestra confianza, a
la cual está vinculada una gran re-
compensa. 30 Porque tenéis necesi-
dad de paciencia ; a fin de que,
habiendo cumplido la voluntad de
Dios, alcancéis la promesa. 31 Por-
que (Hab. 2, 3-4)
Todavía un poquito, tantico tantico,
v el que ha de venir vendrá, y no tardará ;
58 y mi justo por la fe vivirá ;
y si se acobardare, no se agradará mi alma en él.
** Mas nosotros no somos hombres
de cobardía para perdición, sino de
fe para salvamento del alma.
Cuarto motivo: ejemplos de fe de
los antiguos: Abel, Enoc, Noé.
11. 1-7
1 Es la fe una convicción de la*
cosas que se esperan, argumen-
11
20 El día del juicio de Dios. Ignoraban los hebreos cristianos, deslumhrados por
el esplendor de la liturgia levítica, que aquel templo dentro de pocos años iba a
ser pasto de las llamas, y con él todos los ritos de la ley. La destrucción de Jerus«-
lén y del templo es para el Apóstol imagen y, a la vez, inauguración del último
juicio de Dios.
26 No queda ya sacrificio... : no el de Cristo, voluntariamente rechazado ; no lofc
de la ley, ineficaces para borrar los pecados. Tal es el sentido de estas palabras,
no el de que el pecador no pueda ya obtener perdón para sus pecados.
29 Tres circunstancias señala San Patio en el pecado de apostasía, que revelan
toda su gravedad ; circunstancias que proporcionalmente se hallan en todo pecado
mortal.
32 Iluminados : cf. 6, 4.
n1 La fe. de que habla aquí el Apóstol es la actual, es decir, el acto de fe. De dos
maneras la define. Es, primeramente, una convicción de las cosas que se espe-
ran, esto es, una persuasión racional que nos hace mirar como real y subsistente el
mundo sobrenatural; o, en términos más teológicos, un asentimiento de la inteligencia
a la palabra de Dios, que nos ha revelado la economía de la salud humana. Es además
un argumento de las cosas que no se ven, es decir, tiene la eficacia de la demos-
tración más convincente, por cuanto comunica por sí misma al espíritu la certidumbre
-498-
11 2-13
HEBREOS
11 8-15
to de las que no se ven. : Pues por
ella merecieron testimonio favorable
los antepasados. 3 Por la fe entende-
mos haber sido los mundos apareja-
dos por la palabra de Dios, de suerte
que no de cosas que estuvieran a la
vista ha sido producido eso que se
ve. 4 Por la fe ofreció Abel a Dios
un sacrificio superior al de Cuín, en
razón del cual mereció testimonio
de que era justo, dando Dios testi-
monio favorable sobre sus ofrendas ;
y por ella, muerto ya, habla toda-
vía. 5 Por la fe fué Énoc trasladado
para que no viese la muerte ; y «no
compareció, puesto que Dios le ha-
bía trasladado» ÍC>én. 5, 24I. Porque
anteriormente al traslado había me-
recido testimonio de haber sido gra-
to a Dios. * Ahora bien, sin fe es
imposible ser grato, pues es nece-
sario que quien se llega a Dios crea
que existe y que es remunerador
para los que le buscan. ' Por la fe,
Noé, avisado por Dios de cosas que
todavía no se veían, inspirado por
un religioso temor construyó un ar-
ca para salvación de su casa; fe por
la cual condenó al mundo y fué
constituido heredero de la justicia
que es según la fe.
Abrahán y Sara, ti, 8-19
8 Por la fe, Abrahán, al ser llama-
do, obedeció saliendo para el lugar
que había de recibir en herencia, y
salió sin saber a dónde iba. ° Por la
fe emigró a la tierra de la promesa,
como a tierra extraña, habitando en
tiendas de campaña, lo mismo que
Isaac y Jacob, los coherederos de la
.misma promesa ; '" porque aguarda-
ba aquella ciudad asentada sobre los
fundamentos, cuyo artífice y cons-
tructor es Dios. 11 Por la fe también
la misma Sara cobró vigor para la
fundación de un linaje, aun fuera
de la sazón de la edad, pues tuvo
por fiel al que había hecho la pro-
mesa. 12 Por lo cual también de uno
solo, y éste amortecido, procedie-
ron (Gén. 22, 17)
como las estrellas del cielo en muchedumbre,
y como la arena que está en la ribera del mar, innumerable.
" En la fe murieron todos éstos
sin haber ellos logrado las prome-
sas, sólo de lejos viéndolas y salu-
dándolas, y confesando que eran ex-
traños y forasteros sobre la tierra.
u Pues los que tal dicen, dan bien
a entender que andan en busca de
una patria. 15 Y si se refirieran a
que normalmente producen los argumentos. No es, por tanto, la fe, como pretendían
los antiguos protestantes, una ciega confianza de la voluntad, ni tampoco, como
pretenden los protestantes liberales, un sentimiento del corazón.
3 Por ei.la merecieron testimonio...: por semejante fe los antiguos santos del
pueblo de Dios obtuvieron testimonio de que eran justos y gratos al Señor.
3 Los mundos : literalmente los siglos, esto es, el universo entero, sujeto a las
vicisitudes de los siglos. || Aparejados : artificiosamente dispuestos y ordenados.
En el primer hemistiquio de este versículo habla San Pablo, principalmente, de la
segunda creación, esto es, de la obra sucesiva de los seis días. En cambio, en el
segundo habla de la primera creación : donde la expresión no de cosas que estuvie-
ran a la vista quiere decir no de materia preexistente. Es la creación ex nihilo.
* Habla todavía : el clamor de su sangre, que pedía venganza, pronto cesó ; mas
no ha cesado, ni cesará jamás, el clamor de su fe y de su justicia.
s Que Enoc no murió, lo afirma San Pablo. Adonde fué trasladado, no lo sa-
bemos. Que volverá al fin del mundo, juntamente con Elias, como precursor de
Cristo Juez, es tradición antiquísima y respetable.
' La fe, condición y raíz de la justificación, es necesaria para la salvación. Pues
es necesario que quien se llega a Dios con el espíritu, con la oración, con el culto,
crea dos cosas : que existe, y que es remunerador para los que le buscan. Porque
quien no cree en la existencia de Dios, ¿ cómo pensará en llegarse a El ? Y quien
no cree en un Dios remunerador, ¿con qué alientos emprenderá el arduo camino
de la justicia?
T Las cosas que todavía no se veían : esto es, el diluvio que había de sobrevenir
ciento veinte años más tarde. || Condenó al mundo : la fe de Noé, contrastando con
la incredulidad universal, puso de manifiesto la perversidad del mundo.
10 Aquella ciudad : la celeste y eterna, en la cual tenía Abrahán puestos los ojos
de su fe, mientras moraba en tiendas portátiles.
a-,< Señala San Pablo la espiritualidad de la fe de aquellos primitivos patriarcas.
— 49Q —
11 16-23
HEBREOS
11 2Í-34
aquella de la cual habían salido,
ocasión tuvieran de retornar ; 18 mas
ahora suspiran por una mejor, esto
es, celestial. Por lo cual Dios no se
avergüenza de ellos ni tiene a me-
nos el ser apellidado Dios suyo :
como que les había preparado una
ciudad. 17 Por la fe, Abrahán, pues-
to a prueba, oireció a Isaac ; y el
que había recibido las promesas ofre-
cía al unigénito, 18 respecto del cual
le fué dicho que «En Isaac tendrás
una posteridad que llevará tu nom-
bre» (Gén. 22, 1-10) ; 19 pensando pa-
ra sí qué poderoso es Dios aun para
resucitar de entre los muertos : por
donde le recobró también en figura.
La fe de Isaac, Jacob y José,
ti, 20-22
M Por la fe bendijo Isaac a Jacob
y a Esaú aun acerca de cosas por
venir. 21 Por la fe, Jacob, al morir,
bendijo a cada uno de los hijos de
José y adoró apoyado sobre la ex-
tremidad de su vara. 22 Por la fe,
José, a punto de morir, recordó el
éxodo de los hijos de Israel y dió
disposiciones acerca de sus restos.
La fe de Moisés, ti, 23-2CJ
23 Por la fe, Moisés, así que nació,
fué tenido oculto durante tres me-
ses por sus padres, como vieron lin-
do al niño, y no temieron el edicto
del rey. M Por la fe, Moisés, hecho
mayor, repudió el ser llamado hijo
de la hija de Faraón, 26 eligiendo
antes ser maltratado con el pueblo
de Dios que tener el goce pasajero
del pecado, M reputando por riqueza
mayor el oprobio de Cristo que no
los tesoros de Egipto ; dado que te-
nía puesta la mira en el galardón.
* Por la fe abandonó el Egipto, sin
temer la cólera del rev, pues, como
si viera al invisible, cobró esfuerzo.
38 Por la fe celebró la Pascua y la
aspersión de la sangre, a fin de que
el exterminador no tocase sus pri-
mogénitos. 28 Por la fe pasaron el
mar Rojo como por tierra enjuta,
en el cual, habiéndose aventurado,
los egipcios fueron tragados.
Otras ejemplos de fe. 11, 30-4U
30 Por la fe se derrumbaron los mu-
ros de Jericó, después de dar vuel-
tas en torno de ellos por siete días.
31 Por la fe, Rahab la ramera no pe-
reció con los rebeldes, por haber
acogido en paz a los exploradores.
32 Y ¿a qué seguir diciendo ? Por-
que me faltará el tiempo si me pon-
go a discurrir acerca de Gedeón,
Barac, Sansón, Jefté, David y Sa-
muel y los profetas, 53 los cuales
por la fe conquistaron reinos, obra-
ron justicia, alcanzaron promesas,
taparon bocas de leones, 31 extin-
n En figura : la preservación de Isaac se convirtió en tipo de la resurrección de
Jesu-Cristo ; como también el sacrificio del unigénito, espiritualmente consumado en
el corazón del padre y místicamente realizado en la inmolación del carnero, figuró
el sacrificio sangriento del Redentor.
21 Adoró... : esta expresión ambigua, literalmente traducida, suena : adoró in-
clinado sobre (o hacia) la extremidad de su vara. El sentido más obvio es : (Jacob)
inclinado adoró (a Dios) (aloyándose) sobre la extremidad de su (propio) báculo.
28 El oprobio de Cristo : prefigurado en las persecuciones de que era objeto el
pueblo de Israel. || El tener puesta la mira en el galardón divino en ninguna ma-
nera se opone a la perfección del amor de Dios ; de lo contrario, no lo contara
San Pablo entre los méritos de Moisés. La esperanza y la caridad hermanas son,
que no rivales.
27 Ab\ndonó el Egipto : sacando de allí el pueblo de Israel.
31 Por la fe, Rahab... : Santiago en su Epístola atribuye la justificación de Rahab
a sus obras, mientras que San Pablo atribuye a su fe su salvación. Ambas afirma-
ciones, lejos de contradecirse, se completan y suponen mutuamente. Pues las obras,
que ensalza Santiago, nacían de la fe ; y la fe, que enaltece San Pablo, se traducía
en obras.
33 Conquistaron reinos: como los jueces y David. || Obraron justicia: como
Samuel y David. || Alcanzaron promesas : como el mismo David la de un trono
eterno. || Taparon bocas de leones: como Daniel en el lago de Babilonia.
M Extinguieron la violencia del fuego : como los tres jóvenes hebreos de Ba-
bilonia. || Escaparon al filo de la espada : como David, que escapó de las mano;
de Saúl; Elias, de las iras de Jezabel ; Eliseo, de la espada de Jorán. || Convale-
cieron : como el piadoso rey Ezequías. || Fuertes en la guerra : como los jueces
— 5°0 —
11 35-40
HEBREOS
12 1-5
guieron la violencia del fuego, es-
caparon al filo de la espada, conva-
lecieron de la enfermedad, se hicie-
ron fuertes en la guerra, abatieron
campamentos de extranjeros. 38 Re-
cobraron algunas mujeres a sus di-
funtos, gracias a una resurrección.
Mas otros fueron estirados en el po-
tro, no admitiendo la liberación por
rescate, a fin de alcanzar más aven-
tajada resurrección. 30 Otros experi-
mentaron ludibrios y azotes y además
cadenas y cárcel. 37 Fueron apedrea-
dos, sometidos a prueba, aserrados,
murieron al filo de la espada, andu-
vieron errantes, cubiertos de zama-
rras, de pieles de cabras, faltos de
todo, atribulados, vejados : 33 de los
cuales no era digno el mundo ; ex-
traviados por despoblados y montes
y cuevas y cavernas de la tierra. 39 Y
todos éstos, si bien recomendados
con tales testimonios por razón de
su fe, no vieron cumplida en sí mis-
mos Ja promesa ; ** disponiendo Dios
con su providencia algo mejor acer-
ca de nosotros, a fin de que no lle-
gasen sin nosotros a la consumación.
II. Exhortación especial: Cons-
tancia en las tribulaciones
El ejemplo de Cristo. 12, 1-3
1 9 ' Por tanto, también nosotros,
teniendo tantos testigos que a
manera de nube nos rodean, sacu-
diendo toda carga y el pecado que
apretadamente nos asedia, corramos
por medio de la paciencia la carrera
que tenemos delante, 1 fijos los ojos
en el jefe iniciador y consumador ¿e
la fe, Jesús ; el cual, en vez del gozo
que se le ponía delante, sobrellevó
la cruz, sin tener cuenta de la con-
fusión, y está sentado a la diestra
del trono de Dios. 3 Porque recapa-
citad mirando al que tal contradic-
ción sostuvo contra sí de parte de
los pecadores, a fin de que no des-
fallezcáis, aflojada la resistencia de
vuestras almas.
Las tribulaciones, muestra del amor
paternal de Dios. 12, 4-13
1 Todavía no habéis resistido hasta
derramar sangre luchando contra el
pecado ; 6 y os habéis olvidado de
la exhortación, que habla con vos-
otros como con hijos (Prov. 3, 11-12) :
y David. || Abatieron campamentos de extranjeros: como principalmente los Ma-
cabeos.
36 Algunas mujeres : como la viuda de Sarepta y la Sunamitis, cuyos hijos fueron
resucitados por los profetas Elias y Elíseo. I| Estirados en el potro : como el in
tegérrimo anciano Eleázaro.
M Experimentaron ludibrios: como Eliseo, Job, Tobías. || Azotes: como los hijos
de Israel en Egipto. || Cadenas y cárcel : como Miqueas y Jeremías.
37 Apedreados: como Nabot jezraelita y Zacarías, hijo de Joiadas. || Sometidos a
prueba : como el paciente Job. || Aserrados : como Isaías, según la tradición || Al
filo de la espa,da : como tantos profetas bajo el reinado del impío Acab. II Anduvie-
ron errantes : como Dayid y Elias. || Cubiertos de zamarras... : como Elias y Eli-
seo. |) Faltos de todo... : como David, Elias y muchos fieles israelitas en tiempos
de los Macabeos.
31 Extraviados... como David, perseguido por Saúl, y Matatías con sus hijos.
*» No vieron... la promesa: no lograron ver con sus ojos al Mesías prometido.
40 Disponiendo Dios... : que ellos aguardasen la realización de la promesa, para
dar tiempo a la» generaciones de justos que habían de venir, a fin de que todos
juntos llegasen a la consumación de la vida eterna por la universal resurrección.
-1 o 1 Testigos: son los héroes de la fe, que el Apóstol acaba de celebrar; los cuales,
como los espectadores en las gradas del circo, a manera de nube, nos cercan,
contemplando nuestro esfuerzo en la lucha. Todo este pasaje está lleno de alusiones
a los certámenes gímnicos. || Toda carga : que nos pueda embarazar en la carrera.
'Jesús es jefe iniciador o caudillo y conductor de la fe, por cuanto con su palaDra
y con su ejemplo nos guía y vigoriza para correr la carrera de la fe, que El mismo
ha inaugurado y recorrido hasta alcanzar la meta. Es también consumador de la fe,
por cuanto con su sangre ha comunicado a nuestra fe la capacidad de merecer la
corona de la vida eterna. Estas dos expresiones corresponden a las empleadas an-
teriormente (3, 1) por el mismo Apóstol, al llamar a Jesu-Cristo Apóstol y Pontífice
de nuestra fe.
* De la imagen de la carrera pasa San Fablo a la de la lucha o pugilato.
• Otro cambio de imágenes : de los certámenes gímnicos a la educación paterna.
— 50T —
12 6-14
HEBREOS
12 15
Hijo mío, no tengas en poco la corrección del Señor,
ni caigas de ánimo al ser reprendido por él ;
* porque a quien ama corrígele el Señor,
y azota a todo hijo que por suyo reconoce.
' A vuestra corrección va encami-
nado cuanto sufrís : como con hijos
se ha Dios con vosotros ; porque,
¿ qué hijo hay a quien no corrige
su padre ? 8 Y si os quedáis sin co-
rrección, de la cual han participado
todos, será que sois bastardos y no
hijos. 0 Además, a nuestros padres
según la carne los teníamos como
correctores y los reverenciábamos :
¿ no nos sujetaremos con mucha más
razón al Padre de los espíritus, y
viviremos ? 10 Porque ellos educaban
para pocos días, según su propio ar-
bitrio ; mas él con miras a lo pro-
vechoso para participar de su san-
tidad. 11 Toda educación, mirando a
lo presente, no parece ser cosa de
gozOj antes de pena ; pero más tar-
de rinde fruto apacible de justicia
a los ejercitados en ella. n Por lo
cual, «enderezad las manos relajadas
y las rodillas aflojadas» (Is. 35, 3),
13 y «no deis pisadas torcidas con
vuestros pies» (Prv. 4, 26, lxx), a
fin de que lo cojo no se esguince,
sino más bien se cure.
Necesidad de la paz y la santidad.
12, 14-17
14 Procurad con empeño la paz con
todos y la santidad, sin la cual na-
die verá al Señor, "estando a la
mira, 110 sea que alguno, por andar
rezagado, se quede sin la gracia de
Dios ; no sea que alguna raíz de
amargura retoñe y cause turbación
y sean por ella inficionados muchí-
simos ; 16 no sea que se halle algún
fornicario o irreligioso como Esaú,
que por una vianda entregó su ma-
yorazgo. " Pues ya sabéis que más
tarde, por más que quiso heredar la
bendición, fué reprobado ; y no ob-
tuvo el arrepentimiento, por mucho
que aun con lágrimas lo buscó.
Ventajas y obligaciones de la mteia
alianza. 12, 18-29
M Porque no os habéis llegado a
un fuego y niebla y lobreguez y
tempestad, en que todo ardía y se
andaba a tientas, 19 y a un son de
trompeta y voz de palabras, la cual
los que la oyeron demandaron que
no se les añadiese palabra ; 20 por-
que no podían soportar lo que se les
ordenaba : «Aun si una bestia toca-
re el monte, será apedreada» (Ex. ig,
12-13) ; ay — ¡tan espantoso era el
espectáculo ! — Moisés dijo : «Espan-
Es lindo el comentario del P. Alonso Rodríguez : iComo vemos acá, que cuando
un padre halla a su hijo haciendo alguna travesura, luego le reprende y castiga,
porque es su hijo y le ama como a hijo, y desea que sea bueno y virtuoso ; pero al
que no es su hijo, aunque le vea hacer alguna cosa mal hecha, déjale y no le dice
nada ni hace caso de él, porque no es su hijo : allá su padre mire por él y le doc-
trine bien, que a mí no me toca» (Ejercicio de perfección y virtudes cristianas,
p. in, tr. 8, c. 1).
9 NUESTROS padres según la carne : más a la letra «los padres de nuestra carne».
La expresión correlativa : Padre de los espíritus, indica que el alma humana no
procede de los padres carnales por vía de generación, sino inmediatamente de Dios
por vía de creación.
10 Doble contraste entre la educación de los padres carnales y la del Padre ce-
lestial. Los padres carnales proceden a las veces en sus castigos por capricho; el
Padre celestial modera los castigos con su infinita sabiduría y bondad. Además,
el fruto de la educación humana no se extiende más allá de esta vida ; los provechos
de la corrección divina alcanzan la eternidad.
11 Deberían tener presente esta sentencia de San Pablo los que se empeñan en
suprimir de la educación toda penalidad. Si es loable el suavizarla, es temerario el
querer reducirla a puro juego. Mas si la raíz es amarga, los frutos son regaladísimos.
" El arrepentimiento de que se habla no es el de Esaú, sino el de Isaac, quien,
a pesar de las lágrimas de Esaú, no retractó la bendición dada a Jacob, no se
arrepintió de ella.
m-ai pintura magnífica de las circunstancias terroríficas que acompañaron la pri-
mera alianza del Sinaí.
— 502 —
2 22-28
HEBREOS
12 28-13 6
ado estoy» y estremecido ; a sino
me os habéis llegado al monte Sión
• a la ciudad del Dios viviente, la
íerusalén celeste, a miríadas de án-
deles, a la festiva asamblea 3 y a la
[glesia de los primogénitos inscri-
tos en el censo de los cielos, y al
Juez, Dios de todos, y a los espíri-
tus de los justos llegados a la con-
; stimación, M y al Mediador de la
Nueva Alianza, Jesús, y a la sangre
de la aspersión, que "habla mejor
que la de Abel. 35 Mirad no recuséis
ü que habla ; porque si aquéllos no
escaparon, por haber recusado al que
en nombre de Dios hablaba sobre la
tierra, mucho más nosotros los que
rechacemos al que habla desde los
cielos ; 35 cuya voz entonces conmo-
vió la tierra, y ahora ha prometido
diciendo : «Una vez más yo sacudiré
no solamente la tierra, sino también
el cielo» (Ag. 2, 6-7). " Y eso de
«una vez más» declara el cambio de
las cosas que son conmovidas, como
hechas que son, a fin de que sub-
sistan las que no son conmovidas.
58 Por lo cual, recibiendo un reino
inconmovible, mostremos reconoci-
miento, por el cual demos a Dios
cuito agradable, con reverencia y te-
mor. 39 Porque nuestro Dios es "fue-
go devorador.
m. Recomendaciones particulares
Caridad, pureza, desinterés. 13, 1-6
-1 o 1 Consérvese la caridad frater-
ío na. - De la hospitalidad no os
olvidéis ; pues por ella algunos, sin
saberlo, hospedaron ángeles. * Acor-
daos de los prisioneros, como com-
pañeros de sus prisiones ; de los que
sufren vejaciones, como que también
vosotros arrastráis ese cuerpo. 1 Sea
para todos el matrimonio cosa digna
de honor, y el trato conyugal sea
inmaculado ; porque a fornicarios y
adúlteros los juzgará Dios. 6 Sea
vuestro proceder exento de avaricia,
contentándoos con lo que de presen-
te tenéis ; puesto que El ha dicho :
«No, no te dejaré ni te abandona-
ré» (Dt. 31, 6-8) ; 6 de suerte que
con osada confianza podamos de-
cir (Sal. 117, 6) :
¿ qué me podrá hacer el hombre ?
El Señor es mi auxiliador ; no temeré ;
Pintura no menos espléndida de la nueva alianza, que, sin ser un régimen de
terrorismo, como la antigua, no ha de inspirar menos reverencia.
= Sión' : como símbolo de la nueva alianza, contrapuesto al Sinaí, símbolo de la
antigua ; contraste análogo al de Jerusalén y Sinaí en la Epístola a los Gálatas
14, 21-31 1. ¡i La ciudad del Dios viviente o la Jerusalén celeste es la Iglesia en toda
su integridad. :; A miríadas de ángeles, a la festiva asamblea... : estas frases pueden
puntuarse e interpretarse de tres diferentes maneras : a) A miríadas de ángeles eu
festiva asamblea... ; bi A miríadas, a la festiva asamblea de los ángeles... ; c) la pun-
tuación adoptada en el texto, que parece preferible.
3 Primogénitos : todos los fieles en la ciudad y casa de Dios tienen la dignidad
y derechos de primogénitos. !| Inscritos en el C£.nso de los cielos : como ciudadanos,
a par de los ángeles. || Al Juez, Dios de iodos : tal es el orden de las palabras en
el texto origina], y tal parece ser también su puntuación más obvia y natural. Y si
así es, el Juez parece ser Jesu-Cristo, quien es, consiguientemente. Dios de todos, o,
como dice el mismo Apóstol a los Romanos (9, 5), tDios sobre todas las cosas». || Los
| espíritus de los justos : las almas de los fieles que descansan en el Señor ; llega-
dos a la consumación : de la bienaventuranza esencial antes de la resurrección de
los muertos.
M Completa este cuadro la amable figura del Mediador de la nueva alianza, Jesu-
Cristo, cuya sangre habla mejor que la de Abel : no clamando venganza, sino pi-
diendo misericordia y clemencia.
" Como hechas que son : es decir, hechas de tal condición, que su misma muta-
bilidad sea principio de su desaparición
39 Fuego devorador : expresión metafórica, que pinta al vivo lo terrible de la
justicia de Dios.
-j O ; Hospedaron ángeles : como Abrahán y Lot.
■*-0 5 La caridad y la propia posibilidad son dos vínculos que nos asocian a las pe-
nalidades de nuestros hermanos.
*-« Es digno de notarse el valor moral de la pobreza de espíritu, que aquí señala
e'. Apóstol : que dispone al hombre a poner toda su confianza en Dios. Los ricos
confian en sus riquezas ; los pobres confían en el Señor.
— 503 —
HEBREOS
13 12-17
Sumisión a los maestros en la fe y
fidelidad a sus enseñanzas. 13, 7-17
' Acordaos de vuestros guías, los
cuales os hablaron la palabra de
Dios ; de quienes considerando el re-
mate de su vida, imitad la fe. "Jesu-
cristo ayer, y el mismo es hoy, y
también por todos los siglos. 0 Por
doctrinas abigarradas y peregrinas
no os dejéis arrastrar ; porque bue-
no es que se corrobore el corazón
con la gracia, no con manjares, de
los cuales ningún provecho sacaron
los que siguieron ese camino. 10 Te-
nemos un altar, del cual no tienen
derecho a comer los que se em-
plean en el misterio del tabernáculo.
" Porque los cuerpos de aquellos ani-
males, cuya sangre derramada por
el pecado es introducida en el san-
tuario por medio del sumo sacerdote,
son quemados fuera del campamen-
to. " Por lo cual también Jesús, a
fin de santificar al pueblo por me-
dio de su sangre, padeció fuera de
la puerta. 13 Salgamos, pues, a El
fuera del campamento, llevando su
oprobio ; " pues no tenemos aquí
ciudad permanente, sino que anda-
mos en busca de la venidera. 15 Por
medio, pues, de El ofrezcamos a
Dios perennemente sacrificio de ala-
banza, esto es, fruto de labios que
bendicen su nombre. 16 De la bene-
ficencia y mutuo socorro no os olvi-
déis, pues en semejantes víctimas se
complace Dios. 17 Obedeced a vues-
tros guías y mostradles sumisión,
pues ellos se desvelan por el bien
de vuestras almas, como quienes han
de dar razón, a fin de que hagan
eso con alegría y no gimiendo ; por-
que esto a vosotros no os trae cuenta.
7 Vuestros guías : es decir, vuestros jefes o superiores espirituales : tales como
Esteban, Santiago el hijo del Zebedeo y el otro Santiago hermano del Señor, los
cuales os hablaron la palabra de Dios y sellaron con su sangre la palabra que pre-
dicaron.
J°-16 A los hebreos, que echaban menos los sacrificios levíticos, propone San Pablo
otros sacrificios cristianos más nobles y agradables a Dios : el de la Eucaristía,
representación y renovación del sacrificio de la cruz ; el de las alabanzas divinas
y el de la beneficencia.
10 Tenemos un aliar : el del sacrificio eucarístico. Que tal sea el pensamiento del
Apóstol, se prueba por dos razones : 1) habla San Pablo de una comida litúrgica,
que proviene de un altar. Ahora bien, no hay en el cristianismo otra comida litúr-
gica que la eucarística : luego la comida eucarística proviene de un altar y de un
sacrificio; existe, por tanto, el sacrificio eucarístico. 2) Habla el Apóstol de un altar
que tenemos de presente, de un sacrificio actual, capaz de contrapesar los sacrificios
actuales levíticos, capaz, por tanto, de dar plena satisfacción a las aspiraciones re-
ligiosas y litúrgicas de los hebreos. Ahora bien, el sacrificio de la cruz era un sa-
crificio pretérito. Luego de otro sacrificio habla, que no es otro que el sacrificio
eucarístico. || Del cual no tienen derecho a comer los que se emplean en va. minis-
ierio del tabernáculo levítico, por ser comparable al sacrificio solemne de la Ex-
piación, de cuyas carnes no podían comer los sacerdotes, como lo prueba el Apóstol
en el versículo 11.
13 En el hecho de morir Cristo fuera de la ciudad descubre San Pablo una repre-
sentación figurativa del carácter expiatorio de su sacrificio. El Calvario, que hoy cae
dentro de los muros de Jerusalén, estaba en tiempo de Jesu-Cristo fuera de la ciudad.
a Aplicación moral de las ceremonias que acompañaban el sacrificio de la Expia-
ción : hay que salir de Jerusalén, esto es, hay que abandonar el culto levítico. |i
Llevando su oprobio : alusión a los oprobios de que era objeto el cabrón emisario el
mismo día de la Expiación. Es de gran consolación para todo cristiano saber que
los oprobios padecidos por el nombre de Cristo son una participación en los oprobios
mismos de Cristo.
18 Las obras de caridad y misericordia, elevadas a la condición de sacrificios ofre-
cidos a Dios, adquieren subidísimos quilates de valor moral.
17 Recomienda San Pablo la obediencia y sujeción a los Pastores de la Iglesia por
tres razones eficaces, que con su habitual maestría desenvuelve el P. Alonso Rodrí-
guez (Ejercicio de perfección..., p. ni, tr. 5, c. 10).
— 504 —
13 18-21
HKBREOS
13 22-25
o g O
Pide y o/rece oraciones
t3, IO-2I
u Rogad por nosotros ; porque es-
tamos seguros de que tenemos bue-
na conciencia, con voluntad de pro-
ceder en todo rectamente. 18 Y con
mayor insistencia os. exhorto que
hagáis eso, en razón de que más
presto sea yo restituido a vosotros.
20 Y el Dios de la paz, el que levan-
tó de entre los muertos en virtud
de la sangre de una alianza eterna
al gran Pastor de las ovejas, el Se-
ñor nuestro Jesús, 22 os dé cabal per-
fección en todo bien, para que cum-
pláis su voluntad, obrando él en
nosotros lo que es agradable a 6us
ojos por mediación de Jesu-Cristo,
a quien sea la gloria por los siglos
de los siglos. Amén.
Excusas, nuevas y saludos. 13, 22-25
22 Os ruego, hermanos, llevéis bien
esta palabra de exhortación, pues a
la verdad os he escrito compendio-
samente.
23 Sabed que nuestro hermano Ti -
moteo ha sido puesto en libertad ;
con el cual, si viniere presto, os iré
a ver.
24 Saludad a todos vuestros guías
y a todos los santos. Os saludan los
de Italia.
25 Sea la gracia con todos vosotros.
Amén.
50 Dios... levantó de entre i.os muertos en virtud de la sangre de una alianza
eterna al gran Pastor de las ovejas. ¡Misterios de la sangre de Jesu-Cristo! Es la
sangre de la alianza definitiva y eterna entre Dios y los hombres. En virtud de esta
sangre, pagado ya el precio de nuestro rescate, Jesu-Cristo se levanta de entre los
muertos para tomar posesión, en nombre suyo y nuestro, de la vida eternamente
bienaventurada. En virtud de esta misma sangre, Cristo es, por nuevo título, Pastor
supremo de las ovejas que con ella se conquistó (Ac. 20, 28).
a Este hermoso versículo es una síntesis de la ascética cristiana. El ejercicio y
materia de la virtud es todo bien ; su ideal es una cabal perfección ; su norma direc-
tiva, la voluntad de Dios ; su fin y objeto, el divino beneplácito. Todo acto virtuoso
es a la vez obra nuestra y obra de Dios, que con su gracia nos dispone y coopera
con nosotros. Mas todo ha de ser por mediación de Jesu-Cristo, por quien Dios nos
otorga su gracia y por quien nosotros agradamos a Dios. Digno es, por tanto, nues-
tro divino Mediador de la solemne doxología con que termina el Apóstol.
"Palabra de exhortación o de conhorte: expresión que caracteriza admirable-
mente la Epístola a los Hebreos.
23 Ninguna otra noticia poseemos de la prisión de Timoteo a que alude aquí
San Pablo.
" Los de Italia : los fieles de Italia, desde donde se escribió esta carta.
— SOS —
INTRODUCCION
A LAS EPISTOLAS CATOLICAS
o.mbre. — Las siete Epístolas apostólicas, distintas de las de San Pa-
blo, recibieron en la antigüedad diferentes denomitiaciones. Se las
~ llamó canónicas, por estar incluidas en el Canon de las Sagradas
Escrituras, y más comúnmente católicas, aunque no siempre en el mismo
sentido. Prevaleció el de universales, porque las más de ellas iban dirigi-
das no a una sola Iglesia, sino a muchas, a manera de circulares o encí-
' clicas. En nuestras Biblias se leen por este orden: la de Santiago el Me-
nor, dos de San Pedro, tres de San Juan y la de San Judas Tadeo.
Canonicidad y autenticidad. — Tratándose de Epístolas apostólicas, que
en tanto se recibían como Escritura inspirada en cuanto se reconocían
' como obra del apóstol a quien se atribuían, la canonicidad arguye auten-
ticidad. Dada la índole de estos breves escritos, era natural que su cono-
cimiento no llegase a todas las Iglesias con ¡a misma rapidez que los
Evangelios , por ejemplo. De ahí que su atestación no sea en todas tan
I universal como la de otros libros inspirados. Es, con todo, más que su-
ficiente para garantizar su autenticidad.
Los testimonios de la antigüedad que la acreditan pueden distribuirse
i en dos series: unos, que las comprenden a todas juntas; otros, que se
refieren a algmia o algunas en particular.
Entre los testimonios comunes a todas, los más importantes son los
dogmáticos o provenientes del magisterio eclesiástico. Tales son los de los
Romanos Pontífices San Dámaso, San- Gelasio, San Hormisdas, San Ino-
cencio I, Nicolás I e Hilaro y los de los Concilios Laodiceno (de 360),
I Hiponense (de 393), Cartaginense (de 397 y de 419), Romano (de 3S2),
Trulano (de 697), Florentino, Tridentino y Vaticano. A los dogmáticos se
asocian los históricos. Mencionan las siete Católicas Clemente Alejandri-
no, Orígenes, Hipólito, Dionisio Alejandrino, Teófilo Antioqucno, San Je-
rónimo, San Agustín, San Atanasio, San Cirilo Alejandrino, San Basilio...
Fuera de estos testimonios, la Primera de San Pedro y la Primera de
San Juan eran umversalmente admitidas. La de Santiago cítanla San Cle-
mente Romano, San Ignacio Mártir, San Policarpo, la Epístola a Diog-
neto, el Pastor de Hermas, San Ireneo, Tertuliano... ; la Segunda de
San Pedro, San Clemente Romano, la Epístola de Bernabé, el Pastor de
Hermas, San Justino, San Ireneo...; la Segunda de San Juan, San ¡renco,
el Canon de Muratori, Tertuliano, San Efrcn...; la Tercera de San Juan
y la de San Judas, el Canon de Muratori y Terttdiano.
— SO? —
A LA
INTRODUCCION
EPISTOLA DE SANTIAGO
El autor. — En el Nuevo Testamento, además de Santiago el hijo de
Zebedeo, se habla del apóstol Santiago el de Alfeo (Mt. 10, 3;
Me. 3, 18; Le. 6, 15; Ac. 1, 13) y de Santiago el hermano del Se-
ñor (Mt. 13, 55; Me. 6, 3; Ac. 12, 77; 75, 13; 21, 28; Gál. 1, iq...). Admí-
tese generalmente que el autor de la Epístola es Santiago el llamado her-
mano, es decir, pariente, del Señor. Pero se pyegunta: ¿este Santiago es
el apóstol Santiago , el de Alfeo? Hay que admitir la identidad, de la cual
depende la apostolicidad, y consiguientemente la canonicidad de la Epís-
tola.
San Pablo afirma la identidad. Escribiendo a los Gálatas, después de
decir que a raíz de su conversión 110 subió a Jcrusalén para ver a los
apóstoles que lo fueron antes que él (1, 17), añade a continuación : «Lue-
go, pasados tres años, subí a Jerusalén para entrevistarme con Pedro, con
quien pemanecí quince días. A otro de los apóstoles no vi, a no ser a
Santiago el hermano del Señor» (1, 18-10). Esta última expresión no tiene
sentido apto si Santiago no es uno de los apóstoles. Traducir, como al-
guno ha intentado : «mas vi a Santiago...», además de ser una incoheren-
cia o salida de tono, cs[ enteramente Contrario al contexto, en que San Pa-
blo está hablando de sus primeros contactos precisamente con los após-
toles.
Prescindiendo de otras razones exegéticas, hay otras más graves, de
carácter dogmático, que fuerzan a admitir la identidad o la apostolicidad
del hermano del Señor. En el canon bíblico contenido en el decreto Dá-
maso-Gclasiano (Denz. 84, 162) y en el Concilio Tridentino (Denz. 784,
qoS, Qio, Q26, Q28), al nombre de Santiago, autor de la Epístola, se añade
el calificativo de apóstol. El misma calificativo le dan el Concilio Carta-
ginense de 418 (Denz. 107) y los Papas Inocencio I, Inocencio IV y Eu-
genio IV (Denz. qq, 3042, 700). Más grave es todavía la afirmación del
Tridentino al fundar la sacramentalidad de la Extremaunción en la pro-
mulgación de Santiago Apóstol (Denz. go8, 926), que seríai nula si el que
la promulgó no fuera uno de los apóstoles. Y la misma canonicidad de
la Epístola sería absolutamente imposible de verificar sin la apostolicidad
de su autor.
Destinatarios. — El autor de la Epístola los declara al escribir: «.4 la:,
doce tribus que viven en la dispersión» (1, 1). Escribe, por tanto, a los
judíos que viven dispersos fuera de Palestina o entre la gentilidad. Dar
a sus palabras sentido metafórico es enteramente arbitrario. Por otra
parte, el tenor de la carta deja entender claramente que se dirige a los
judíos que habían abrazado el cristianismo.
— 508 —
SANTIAGO
Ocasión.— Mucho se ha discutido sobre la. oposición entre Santiago y
San Pablo, por no liaberse enfocado con exactitud el punto de vista de
los dos apóstoles. San Pablo, sin duda, habla de la justificación por la fe
independientemente de las obras de la ley (Gál. 2, jó; Rom. 3, 28...).
mientras que Santiago afirma que tía fe sin abras está muerta» (2, 26);
pero San Pablo se refiere a la circuncisión y niega su eficacia para salir
del pecado, mientras que Santiago habla de las obras o actos morales
y dice que son efecto y señal de la vida de la fe. Por otra parte, San Pa-
blo, no menos que Santiago, recomienda instantemente las buenas obras
radicadas en la fe. y Santiago en toda la Epístola no dice una palabra
sobre la circuncisión.
Muy diferente es el problema de la relación de dependencia que pueda
haber entre la Epístola de Santiago y las de San Pablo. Pero la solución
de este problema está en función de la cronología de las Epístolas. Si
Santiago hubiera escrito después de publicarse las grandes Epístolas de
San Pablo, podría admitirse que Santiago aludía a ellas; mas si fué San~
tiago quien escribió antes. las referencias liabrán de entenderse en sen-
tido inverso.
Tiempo de la composición. — Dos son las opiniones principales. Según
unos, Santiago escribió poco antes de su muerte (61-62), cuando ya se
habían apaciguado las controversias judaizantes ; según otros, al con-
trario, antes del año 50, cuando estas controversias aun no se habían
suscitado. Si ambas opiniones pueden admitirse como probables, la se-
gunda tiene a su favor algunas razones de consideración, que en defi-
nitiva parecen hacerla preferible. Primeramente, los cristianos judíos
de la dispersión, a quienes se escribe la Epístola, parecen conservar res-
pecto de la Iglesia madre de Jerusalén una dependencia o posición que
no tuvieron después del año 60. Además, nada se dice sobre la convi-
vencia con los gentiles cristianos, cual si éstos no existiesen en la Igle-
sia. Y a pesar de que se reprende el hipo de hacerse maestro, no apun-
ta en loda la Epístola el menor indicio de peligros doctrinales, cuales
se previenen hacia el año 60 en las Epístolas de San Pablo, de San Pedro
y de San Judas. Por fin, la teología de la Epístola es sumamente ele-
mental y, por así decir, arcaica, ajena a la vasta concepción sotcriológi-
ca de San Pablo, que tan poderoso influjo había de ejercer en la men-
talidad cristiana.
Carácter. — La Epístola de Santiago es profundamente israelita. Más
que en ningún otro libro del Nuevo Testamento se perciben en ella cons-
tantes reminiscencias del Antiguo Testamento, mayormente de los li-
aros sapienciales. Por otra parte, es como un eco de la predicación gali-
laica de Jesús, y especialmente del sermón de la montaña. Diríase que
gran parte de la Epístola es una homilía de las bienaventuranzas. El len-
guaje es sentencioso. Sin un plan prefijado, las sentencias fluyen espon~
táneamente, como van ofreciéndose a la memoria. Su estilo es vivo, ex-
presivo, pintoresco, a las veces cáustico y con sus puntas cómicas, ani-
mado de imágenes variadísimas, singularmente agrícolas. En suma, la
Epístola tiene ciertos dejos sabrosos, que recuerdan la palabra insupe-
rable del divino Maestro. El hermano del Señor conservaba el acento
de familia.
— 509 —
1 1-5
1 6-10
EPISTOLA DE SANTIAGO
Inscripción.
1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesu-Cristo,
que viven en Ja dispersión : salud.
las doce tribus
Introducción: Palabras de consuelo
Gozo en las t ribulaciom
2-4
- Considerad, hermanos míos, co-
mo dicha colmada cuando os viereis
cercados de diferentes tribulaciones,
3 entendiendo que lo acendrado de
vuestra fe engendra constancia. 4 Mas
la constancia ha de tener obra per-
fecta, para que seáis perfectos y ca-
bales, no faltos en cosa alguna.
/i/ don de la sabiduría, i, 5-8
6 Que si alguno de vosotros se ve
falto de sabiduría, pídala a Dios, qué
da a todos generosamente y no za-
hiere, y le será otorgada ; 8 mas pí-
dala con fe, sin titubear en lo más
mínimo; pues el que titubea se ase-
meja al oleaje del mar, levantado
por el viento y llevado acá y allá.
1 Pues no piense ese hombre que re-
cibirá nada del Señor : 8 hombre de
ánimo doblado, inestable en todos
sus caminos.
Exaltación de
Ilación de
humildes, humi-
ricos. 1, 9-11
Gloríese el hermano de condición
humilde en su exaltación, 10 mas el
rico en su humillación, pues como
• >-, judíos de la
o Eispersión, es decir, residentes
'■•Tribulaciones: literalmente, tentaciones o pruebas. Esta dicha colmada es un
eco de la bienaventuranza «Bienaventurados los perseguidos...! (Mt. 5, 9-12).
3-1 Las pruebas acrisolan la fe ; la fe acrisolada vigoriza la constancia o firmeza
<le la esperanza ; mas la constancia ha de ser tal, que tenga cumplida eficacia en
el bien obrar. Se apunta ya la tesis fundamental de la Epist-Xa : la fe obradora.
0 Pídala a Dios : no la busque en los maestros intrusos.
6 Pídala con fe: la fe nc es la confianza, pero la excita y sostiene; se insinúa
otra eficacia de la fe.
9 Gloríese, es decir, tengase por dichoso : expresión de la primera bienaventu-
ranza (Mt. s, 3). I| El de condición humilde, contrapuesto a rico, equivale a pobre. ||
En su exaltación : en su ennoblecimiento y riquezas eternas, por cuanto «escogió
Dios a los pobres de este mundo para que fuesen ricos en la fe y herederos del
reino» de los cielos (2, 5).
10 En su humillación : depreciadas y desestimadas las riquezas, ya el rico no
puede gloriarse en ellas, sino en esta misma depreciación y desestima, que es un
saludable desengaño.
— 510 —
1 11-20
SANTIAGO
1 15-21
flor de heno pasará. 11 Porque salió
el sol con sus ardores y «secó el he-
no, y su flor se cayó» (Is. 40, 6-7), y
la hermosura de su semblante pere-
ció ; así también el rico en sus em-
presas se marchitará.
Corona de la tribulación. 1, 12-16
"Bienaventurado el hombre que so-
brelleva la tentación, porque, aqui-
latado con ella, recibirá la corona de
la vida, que Dios prometió a los que
le aman. 13 Nadie, cuando es tentado,
diga que «Por Dios soy tentado» ;
porque Dios no es tentador de cosa
mala. El a nadie tienta, "sino que
cada cual es tentado al ser arrastra.
do y encebado por la propia concu-
piscencia; 13 luego la concupiscencia,
después que ha concebido, pare pe-
cado ; y el pecado, una vez consu-
mado, engendra muerte. m No os en-
gañéis, hermanos míos queridos.
Dios, fuente de toda dádiva. 1, 17-18
17 Toda dádiva buena y todo don
perfecto de arriba desciende, del Pa-
dre de las luces, en el cual no existe
vaivén ni oscurecimiento, efecto de
la variación. 1S De su voluntad nos
engendró con la palabra de la ver-
dad, para que fuéramos como pri-
I micias de sus criaturas.
I. La palabra de Dios
Palabra que hay que recibir. 1, 19-21
10 Ya lo sabéis, hermanos míos que-
ridos. Sea todo hombre pronto para
oír, tardo para hablar, tardo para la
ira ; " porque la ira del varón no
obra justicia de Dios. 21 Por lo cual,
lanzando lejos de vosotros toda in-
mundicia y redundancia de malicia,
acoged con mansedumbre la palabra
sembrada en vosotros, que es pode-
rosa para salvar vuestras almas.
13 Bienaventurado : otra bienaventuranza. || Sobrelleva: la tentación es a la vez
molesta v atractiva ; sobrellevarla es soportar sus molestias sin ceder a su atracción.
Así es como acrisola. Como principio de resistencia se insinúan aquí las tres grandes
virtudes : fe, esperanza y caridad.
a No es tentador : otros, para evitar la aparente tautología con el inciso siguiente,
traducen : «no es tentado» ; versión extraña y que no cuadra con el contexto. Con
un simple cambio de puntuación se evita toda sombra de tautología y se da nuevo
vigor a la frase. || El a nadie tienta : en el sentido ordinario o vulgar de la ten-
tación, que suele entenderse como incitación al mal. Mas en el sentido de probar
Dios í filió a Abrahán (Gén. 22, 1 ; Hebr. 11, 17).
14 Concupiscencia es aquí, generalmente, la innata inclinación al mal. Esta con-
cupiscencia, ya violenta, ya halagadora, es la que da eficacia a la tentación.
15 Bajo la imagen alegórica de la generación se describe el proceso psicológico del
pecado, que, iniciado por la concupiscencia, remata en la muerte espiritual del alma.
11 Lo que antes (5) se dice de la sabiduría, dícese ahora de toda dádiva buena :
que en Dios tiene su origen. || Padre de las luces: hermosa imagen de Dios, re-
presentado como foco de luz o sol que irradia bienes. 1 1 No existe vaivén : alterna-
tivas o vicisitudes, cuales son las salidas y puestas del sol. || Ni oscurecimiento
(efecto] de la variación : más literalmente «ni ensombrecimiento de vuelta, giro o
rotación», que parece aludir a los menguantes de la luna.
18 De su voluntad : por su beneplácito y amor. ] | Nos engendró : la adopción de
hijos de Dios no es meramente extrínseca o jurídica, como la adopción humana. || La
PALABRA de la verdad: el Evangelio (Ef. r, 13), que es como el germen de la gene-
ración espiritual. || Primicias : la selección, la flor y nata de la creación, o, en
sentido litúrgico, la oblación y consagración de sus criaturas.
•sva preludia las varias exhortaciones que luego se desarrollarán.
31 La palabra : la que poco antes (18) ha llamado «palabra de la verdad», que es
como semilla sembrada en los corazones.
— 511 —
1 22—2 2
SANTIAGO
2 3-1'
Palabra que hay que poner por obra.
I, 22-25
22 Pero sed obradores de la palabra,
y no oidores solamente, engañándoos
a vosotros mismos. 23 Porque si uno
es oidor de la palabra y no obrador,
este tal es semejante a un hombre
que mira su rostro natural en el es-
pejo ; 24 porque miróse y fuése, y al
punto se olvidó de cómo era. 25 Mas
el que se para a considerar la ley
perfecta, ley de libertad, y en ello
persevera, hecho no oidor olvidadi-
zo, sino obrador ejecutivo, este tal
sera bienaventurado en su obra.
Religión verdadera, r, 26-27
26 Si alguno piensa ser hombre re-
ligioso, no frenando su lengua, sino
engañando su corazón, vana es la re-
ligión de éste. 27 Religión pura e in-
maculada a los ojos del que es Dios
y Padre, ésta es : asistir a los huér-
fanos y viudas en su tribulación, con-
servarse a sí mismo incontaminado
del mundo.
Fe sin acepción de personas. 2, 1-4
o 1 Hermanos míos, no juntéis con
^ acepciones de 'personas la fe de
nuestro Señor Jesu-Cristo, Señor de
la gloria. 2 Porque si entrare en vues-
tra reunión un personaje con sortija
de oro y vestido flamante, y entrare
también un pobre con vestido mu-
griento, 3 y atendiereis al que lleva
el vestido flamante y le dijereis : «Tú
siéntate aquí honrosamente», y al po-
bre dijereis : «Tú quédate allí de pie
o siéntate en el suelo junto a mi es-
trado», 4 ¿no es verdad que hacéis
distinciones dentro de vosotros mis- |
mos y os convertís en jueces anima-
dos de pensamientos perversos?
Criterio cristiano sobre pobres
y ricos. 2, 5-7
6 Oíd, hermanos míos queridos.
¿ Por ventura no se escogió Dios a
los pobres del mundo para que fue-
sen ricos en la fe y herederos del rei-
no que prometió a los que le aman ?
6 Vosotros, empero, habéis afrentado
al pobre. ¿No son los ricos los que
os tratan despóticamente y los que
os arrastran a los tribunales? 7 ¿No
son ellos los que blasfeman el her-
moso nombre con que sois apellida-
dos ?
La ley y el juicio de Dios. 2, 8-13
8 Cierto, si cumplís la regia ley con-
forme a la Escritura : «Amarás a tu
prójimo como a ti mismo» (Lev. 19,
18), muy bien hacéis; 9 pero si acep-
táis personas, obráis pecado, conven-
cidos por la ley como transgresores.
10 Pues quienquiera que guarda los
22-25 Sin nombrar la fe, anuncia lo que después dirá sobre la fe obradora.
20 La que antes se ha llamado «palabra de la verdad» (18) es ahora la ley, prin-
cipio y norma de la acción. Esta ley evangélica es perfecta, por cuanto lleva a la
perfección moral. Es también ley de libertad : notable coincidencia de Santiago
con San Pablo (Gál. 5, 131-14).. Y es digno de notarse, para entender la mente de
Santiago, que, al recordarse la ley, para nada se menciona la circuncisión ni las
prácticas mosaicas.
2U-2; ge determinan las obras buenas, de que es raíz la fe.
O 'No juntéis...: más literalmente, uno tengáis (o pongáis) la fe en.,.». || StSoR
^ de la gloria : expresión paulina (1 Cor. 2, 8), doblemente expresiva de la divinidad
de Jesu-Cristo.
2-1 Se expresa gráficamente en qué está la acepción de personas.
6 Pobres : cf. 1 Cor. 1, 26-28. || Ricos en la fe : cf. 1 Cor. 1, 5-8.
7 El hermoso nombre : es el título de cristiano, derivado del nombre de Cristo.
8 Como en San Pablo (Rom. 13, 8-10; Gál. 5, 14), la ley se presenta como reca-
pitulada en la caridad.
10 Reo de todos : la ley es como un sistema solidario, un bloque compacto. Quien
quebranta un mandamiento, repudia la autoridad del legislador. Con esto, traspa-
sando lo formal de la ley, equivalentemente se traspasan todos sus precepto».
— 512 —
2 n-3 i
SANTIAGO
219-3 3
demás preceptos de la ley, pero tro-
pieza en uno solo, se ha hecho rec
de todos. " Porque el mismo que di-
jo : «No adulteres» (Ex. 20, 14), dije
también : «No mates» (Ex. 20, 13) ;
y si tú no adulteras, pero matas, te
íias hecho transgresor de la ley. " As
hablad y así obrad, como quienes han
de ser juzgados por la ley de la li-
bertad. 13 Porque el juicio será sin
misericordia para quien no hizo mi-
sericordia ; la misericordia blasona
frente al juicio.
Fe y obras. 2, 14-19
¿Qué aprovecha, hermanos míos,
que uno diga que tiene fe, pero que
no tenga obras ? ¿ Puede -acaso la fe
alvarle ? M Si un hermano o una her-
mana andan desabrigados y despro-
istos del sustento cotidiano, 16 y uno
de vosotros les dijere : «Id en paz,
calentaos y saciaos», mas no les die-
reis lo necesario para el cuerpo, ¿ qué
aprovecha ? " Así también la fe, si
no tuviere obras, muerta está por sí
misma. 18 Aun podrá uno cualquie-
ra decir : «Tú tienes fe y yo tengo
obras ; muéstrame esa tu fe despro-
vista de obras, y yo te mostraré por
mis obras la fe.» " ¿ Tú crees que
Dios es uno? Haces muy bien i tam.
iién los demonios creen y se estre-
mecen.
Fe de Abrahán y de Rahab. 2, 20-26
20 ¿ Quieres conocer, ¡ oh hombre va-
rio!, que la fe desconectada de las
>bras es estéril? 21 Abrahán, nuestro
padre, ¿ no fué justificado por las
obras, ofreciendo a Isaac su hijo so-
ire el altar? (Gén. 22, 9). 22 Ves có-
mo la fe contribuía eficazmente a sus
obras, y que por las obras alcanzó la
fe su perfección ; 23 y se cumplió la
iscritura que dice : «Creyó Abrahán
1 Dios, y le fué tomado a cuenta
le justicia» (Gén. 15, 6) y fué lláma-
lo «amigo de Dios» (2 Par. 20, 7 ;
Is. 41, 8). 24 Veis cómo por las obras
es justificado el hombre y no por la
fe solamente. 25 De semejante mane-
a también Rahab la ramera, ¿no
fué por las obras justificada, dando
acogida a los mensajeros y hacién-
doles salir por otro camino ? 2" Por-
que así como el cuerpo sin espíritu
está muerto, así también la fe sin
obras está muerta.
II. Contra la ambición de ser maestros
Prurito de ser maestro: malicia de
la lengua. 3, 1-12
o 'No queráis muchos haceros
maestros, hermanos míos, sa-
biendo que nos está reservado más
severo juicio. 2 Porque en muchas co-
sas tropezamos todos : si uno no tro-
pieza en ila pailabra, ese tal es perfec-
to varón, capaz de regir con el freno
también todo el cuerpo. 3 Si a los ca-
Es profuuda-
'- L'uk la ley de la liberiad : que manila caridad y miseri<
mente paulina esta conexión de la ley, la libertad y la caridad
13 La misericordia busona trente al juicio : ante el tribunal del Juez supremo la
misericordia alza impávida la cabeza, segura de alcanzar misericordia (Mt. 5, 7 ,
7. i; 25. 34-35Í Le. 6, 3<>?3«).
14 Se formula, finalmente, la tesis fundamenta! de toda la Epístola: la de la ra
fecunda en obras buenas. Obras son el cumplimiento de la ley de Dios y especial-
mente las obras de misericordia. Siguen los argumentos con que se prueba la tesis.
Primer argumento : comparación expresiva.
" Muerta : como la actividad es señal de vida, la inercia es indicio de muerte.
Fe que no da señales de vida con la actividad, muerta está.
18 Segundo argumento. A esos encomiadores de la fe cualquiera les puede replicar
«Tú tienes fe, yo tengo obras ; pero con una diferencia : que yo con mis obras mues-
tro mi fe, tú- sin obras no puedes mostrar esa tu fe.»
Tercer argumento : paridad entre la fe sin obras con la fe de los demonios.
ao-3' Cuarto argumento : ejemplos de Abraban y de Kahab.
O Peligros de la ambición de ser maestro, nacidos de los peligros de la lengua,
** que se encarecen con pintorescas comparaciones. Es una invectiva contra los vicios
de la lengua.
— 513 -
N T. 17
3 4-14
SANTIAGO
3 15-4 6
I tallos les ponemos el freno en la bo-
ta para que nos obedezcan, también
todo el cuerpo llevamos y traemos.
' Mirad, también las naves, tan gran-
des como son, empujadas además por
recios vientos, son gobernadas por
un timón pequeñísimo adonde quie-
re el impulso del que la dirige; ° así
también la lengua es un miembro
pequeño y se ufana de cosas gran-
des. Mirad qué fuego tan pequeño
qué selva tan grande incendia. " Y
la lengua fuego es, todo un mundo
de iniquidad ; la lengua está puesta
como uno de nuestros miembros, ella
que contamina todo el cuerpo e in-
flama desde el nacer la carrera de
la vida y es inflamada por el fuego
infernal. ' Porque toda naturaleza de
fieras y de aves, de reptiles y de
bestias marinas, puede domarse, y ha
#ido domada por la naturaleza huma-
na ; 8 pero la lengua ninguno de los
hombres es capaz de domarla : mal
turbulento, rebosante de veneno mor-
tífero. 9 Con ella bendecimos al que
es Señor y Padre y con ella maldeci-
mos a los hombres, a los que han sido
hechos a semejanza de Dios ; 10 de
una misma boca sale la bendición y
la maldición. No está bien, herma-
nos míos, que eso sea así. 11 ¿ Por
ventura la fuente brota de un mismo
agujero agua dulce y agua amarga ?
12 ¿Acaso puede, hermanos míos, pro-
ducir olivas la higuera o higos la
vid ? Ni manantial salado puede dar
agua dulce.
Contiendas entre maestros. 3, 13-18
13 ¿Quién hay sabio y docto entre
vosotros ? Muestre por su buen pro-
ceder sus obras hechas eíi manse-
dumbre de sabiduría. 11 Pero si te-
néis en vuestro corazón celos amar-
gos y espíritu de contienda, no os
jactéis ni mintáis contra la verdad.
15 No es esa sabiduría tal que des-
cienda de arriba, sino terrena, ani-
mal, endemoniada ; 10 pues donde hay
celos y contienda, allí hay turbulen-
cia y^ toda obra ruin. " Mas la sa-
biduría que viene de arriba prime-
ramente es casta, luego pacífica, con.
descendiente, que se allana a razo-
nes, llena de misericordia y de fru-
tos buenos, no amiga de criticar, no
solapada. 18 Y el fruto de la justicia
se siembra en paz para los que obran
paz.
Origen de las contiendas. 4, 1-3
A 1 ¿ De dónde esas guerras y de
^ dónde esas contiendas entre vos-
otros ? ¿ No provienen acaso de vues-
tras codicias, que militan en vuestros
miembros ? 2 Codiciáis, y no tenéis ;
matáis y envidiáis, y no lográis al-
canzar ; lucháis y guerreáis, y no
tenéis, porque no pedís ; 8 pedís y no
recibís, porque pedís mal, para gas-
tarlo en vuestras codicias.
Amor del mundo y amor de Dios.
4, 4-10
4 ¡Esposas adúlteras!, ¿no sabéis
que el amor para con el mundo es
enemistad para con Dios ? El que,
por tanto, quiera ser amigo del mun-
do, se constituye enemigo de Dios.
5 ¿O pensáis que vanamente dice la
Escritura : Hasta con celos se afi-
ciona el Espíritu que en nosotros
puso su morada ? 6 Pero mayor es la
j3~is St. aplica a la sabiduría lo que antes se ha dicho de la fe : que por las obra*
se muestra la genuina sabiduría.
15 La sabiduría de esos intrusos maestros es terrena, no celeste ; animal, no espiri-
tual ; endemoniada, no cristiana; viene del mundo, de la carne, del demonio, no del
Padre celestial, no del Espíritu Santo, no de Cristo.
u La justicia es eruto que se siembra en paz para que lo gocen los que obran paz.
4M La raíz amarga de esas contiendas entre maestros y de todas las contiendas
humanas es la triple codicia de dineros, de honores, de placeres. Esa codicia es el
amor del mundo, de jue se habla a continuación.
*■? El mundo es el rival de Uios, como la codicia es la antítesis de la caridad.
Por esto el alma, esposa de Dios, si ama y codicia al mundo, se hace enemiga de
Dios y suscita los celos de Dios. (Cf. Ex. 20, 3-5 ; Gal. 5, 17.)
6 Mayor es la gracia con que Dios ama y favorece que el celo y el enojo con
que castiga. Como haya humildad, Dios es más propenso a la gracia que al castigo.
— 514 —
4 ^-5 i
SANTIAGO
4 n-5 6
gracia que da ; por lo cual dice :
«Dios se opone a los soberbios, mas
a los humildes otorga su gracia»
(Prv. 3, 34, lxx). 'Someteos, pues,
a Dios; resistid al diablo, y huirá
de vosotros. 8 Allegaos a Dios, y se
allegará a vosotros. Limpiad las ma-
nos, pecadores, y purificad los cora-
zones, hombres de ánimo doblado.
Reconoced que sois unos miserables,
y afligios y llorad ; 9 trueqúese vues.
Ira risa en duelo, y vuestra alegría
en caimiento de rostro. 10 Humillaos
en el acatamiento del Señor, y os
exaltará.
La detracción, efecto de la soberbia.
4. "-i*
11 No digáis mal unos de otros, her-
manos. El que dice mal de su her-
mano o juzga a su hermano, dice
mal de la ley y juzga la ley. Y si
juzgas la ley, no eres cumplidor de
la íey, sino juez. 12 Uno es el legis-
lador y juez, el que puede salvar y
hacer perecer. Pero tú, ¿quién eres,
que juzgas al prójimo ?
III. Varios avisos
Vana presunción. 4, 13-17
IS Ahora, pues, los que decís : «Hoy
o mañana iremos a tal ciudad, y pa-
saremos allí un año, y comerciare-
mos y ganaremos» ; 14 vosotros que
no sabéis lo del día de mañana. Pues
¿ qué cosa es vuestra vida ? Porque
sois una emanación vaporosa que por
un instante parece y luego desapa-
rece. 15 En lugar de decir : «Si el
Señor quisiere, viviremos y haremos
esto o aquello.» 11 Mas ahora os jac-
táis con vuestras fanfarronerías. To-
da jactancia semejante es mala. " El
que sabe, pues, obrar lo bueno, y no
lo obra, es reo de pecado.
Desventura de los ricos de este
mundo. 5, 1-6
:r 1 Ahora, pues, vosotros los ricos,
•* llorad dando alaridos por las des-
venturas que están para sobrevenir.
- Vuestra riqueza se ha podrido y
vuestros vestidos se han apolillado ;
3 vuestro oro y vuestra plata se ha
enmohecido, y su moho servirá de
testimonio contra vosotros y devora-
rá vuestras carnes como fuego. Ate-
sorasteis para los días postrimeros.
' He aquí que el jornal de los tra-
bajadores que segaron vuestros cam-
pos , defraudado por vosotros , está
clamando, y las voces de los que se-
garon han llegado a los oídos del Se-
ñor de los ejércitos. 5 Regaladamen-
te vivisteis sobre la tierra y os dis-
teis a placeres, cebasteis vuestros co-
razones para el día de la matanza.
8 Condenasteis, matasteis al justo :
no os resiste.
'-'"Se recomienda la humildad en el sentido amplio y profundo que tiene cu
San Ignacio cuando habla de las tres maneras de humildad [164-16S]. Es de conside-
rar esta recomendación de la humildad y sujeción cuando se habla del amor entre
Dios y el hombre, que nunca puede ser de igual a igual.
u Dice mal de la ley, censurando o descalificando prácticamente sus prescripciones
j3-i« ESta presunción es una nueva forma o manifestación de la soberbia que acaba
de reprenderse.
" Esta excelente definición del pecado es como un epifoncma que se refiere a
todo lo precedente y va directamente contra los que, blasonando de sabiduría, no
obran justicia.
51-6 Tremenda invectiva contra los ricos del mundo, en los cuales se denuncian cua-
tro delitos : insensata avaricia (2-3I, inicuos latrocinios (4), torpe voluptuosidad (¿1,
..ránenes de sangre (6).
3 Atesorasteis, no tanto riquezas para esta vida, cuanto ira de Dios (Rom. 2, 5)
PARA LOS DÍAS POSTRIMEROS.
— 515 —
5 7-12
SANTIAGO
5 13-18
Bienaventuranza de la paciencia.
5, 7-n
' Tened, pues, longanimidad, her-
manos, hasta el advenimiento del
Señor. Mirad, el labrador espera el
fruto precioso de la tierra, puestos
en él los ojos con longanimidad, en
tanto que recibe la lluvia temprana
y la seronda. c Tened también vos-
otros longanimidad, esforzad vues-
tros corazones, porque el advenimien-
to del Señor está cercano. * No des-
ahoguéis, hermanos, vuestros resen-
timientos los unos contra los otros,
para que no seáis juzgados. Mirad
que el juez está a las puertas. 10 To-
mad, hermanos, como dechado de la
vida trabajosa y de la longanimidad
a los profetas, los cuales hablaron
en el nombre del Señor. 11 He aquí
que llamamos bienaventurados a los
que fueron pacientes ; oísteis la pa-
ciencia de Job y visteis el desenla-
ce que le dió el Señor, porque entra-
ñablemente compasivo es el Señor y
misericordioso.
No jurar. 5, 12
" Pero ante todo, hermanos míos,
no juréis, ni por el cielo ni por la
tierra, ni otro juramento alguno ;
sino sea en vosotros el sí sí y el no
no, para que no incurráis en con-
denación
Extremaunción. 5, 13-16
a ¿Está atribulado alguno entre
vosotros ? Ore. ¿ Está de buen áni-
mo ? Cante. "¿Está alguno enfer-
mo entre vosotros ? Mande llamar a
los presbíteros de la Iglesia, y ellos
oren sobre él, ungiéndole con óleo
en el nombre del Señor. 16 Y la ora-
ción d<- la fe salvará al doliente, y
le reanimará el Señor ; y si hubie
re cometido pecados, le serán per-
donados. 16 Confesad, Dues, los peca-
dos los unos a los otros y orad unos
por otros, para que alcancéis la sa-
lud. Mucha fuerza tiene .a plegaria
del justo hecha con fervor.
Poder de la oración. 5, 17-18
" Elias hombre era de igual con-
dición que nosotros, y oró instante-
mente que no lloviese, y no llovió
Jurante tres años y seis meses ; 18 y
otra vez oró, y el cielo dió lluvia y
la tierra germinó su fruto.
A la codicia de riquezas se contrapone la longanimidad de la esperanza de
los bienes eternos.
7 Lluvia temprana : la de otoño ; seronda o tardía : la de primavtra.
8 Está cercano : para cada individuo, por la proximidad de la muerte ; para todo
el mundo, por la vertiginosa rapidez con que pasa la figura de este mundo (1 Cor. 7,
31) ; en particular para los judíos, por la inminencia de la ruina de Jerusalén.
10 Hablaron en el nombre del Señor : los profetas, enviados e inspirados por Dios,
hablaron palabras de Dios en nombre y representación de Dios. Tal es la noción
de la piofecía y la misión de los profetas.
ls Es una referencia al sermón de la montaña (Mt. 5, 35-37). El Sí sí v el No no :
podría traducirse también «Sí por sí y No por no».
"Cante: cánticos espirituales (Ef. 5, 19; Col. 3, 16).
Como lo definió el Concilio Tridentino (Denz. 90S, 926), el apóstol Santiago
promulga aquí el sacramento de la Extremaunción. La doctrina del apóstol y del
Concilio se reduce a estos puntos principales : 1) la Extremaunción es verdadero
sacramento instituido por Cristo ; 21 el sujeto que lo recibe es el enfermo grave ;
3) el ministro es el sacerdote ; 4) la materia remota es el óleo, la próxima la unción ;
5) la forma es la oración de la fe, que se ha concretado en la fórmula ritual pres-
crita por la Iglesia; 6) sus efectos son tres: a) la salud corporal, si conviene; b) el
alivio, esfuerzo y consuelo espiritual ; c) el perdón de los pecados y de sus reliquias.
w Confesad los pecados : no se trata aquí de la confesión sacramental, sino de la
humildad en reconocer las propias faltas y declararlas ante los demás, en ve; dr
excusarlas inpertinentemente o de achacarlas a otros injustamente
"-"Cf. 3 Re. 17-18.
- .SI6 -
SANTIAGO
Epílogo
Conversión de los extraviados.
5, 19-20
■ Hermanos míos, si alguno entre
vosotros se hubiere extraviado de la
verdad y alguno le convirtiere, " en-
tienda que el que convierte un pe-
cador del extravío de su camino sal-
vará su alma de la muerte y cubri-
rá la muchedumbre de lo* pecados.
"Salvará su alma: la del pecador a quien se convirtiere. || (La) MUCHEDUMBRE :>e
(los) pecados : expresión genérica e indeterminada, que tanto puede entenderse de',
pecador convertido como del que lo convierte, como también de entrambos a la vez.
— 517 —
INTRODUCCION
A LA I EPISTOLA DE SAN PEDRO
UTOR. — Desde Roma, hacia el año 6j (o 64), escribió San Pedro a
las Iglesias del Asia Menor. Le daba título para dirigirse autorita.
tivamente a estas Iglesias, fundadas y evangelizadas por San Pablo,
su autoridad suprema sobre toda la Iglesia de Cristo. No es improbable
que para redactarla se valiese de Sitas o Silvano, antiguo colaborador de
San Pablo, que ahora estaba con Pedro.
Destinatarios. — Los nombres de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia (pro-
consular) y Bitinia parecen indicar las regiones (en sentido etnográfico)
más bien que las provincias romanas (en sentido político-administrativo).
De todos modos comprenden casi toda el Asia Menor (o Anatolia), a ex-
cepción de Cilicio, relacionada más bien con la Siria y la Fenicia. No
es seguro, como insinuó Orígenes, que San Pedro evangelizase personal-
mente estas regiones.
Ocasión v fin. — Ciertas tribulaciones, señaladamente las calumnias
de los gentiles y los primeros chispazos de persecución, podían poner en
peligro la fe de aquellas jóvenes Iglesias. San Pedro, deseoso de preve-
nir el mal, los exhorta a la constancia en la fe y la esperanza, les re-
comienda que deshagan las absurdas calumnias con la ejcmplaridad de
SU vida y les recuerda que padecer como cristiano es una gloria. El mo-
tivo de haber escrito San Pedro pudo haber sido la ausencia de San Pa-
blo, que por entonces se hallaba en España.
El paulinismo de San Pedro.— Si San Pedro era el Apóstol Pontífice
supremo, San Pablo era el Apóstol Teólogo. Si el pescador del mar de Ga-
lilea había sido constituido Pastor soberano de toda la grey de Cristo, el
antiguo discípulo de Gamaliel había sido favorecido con la misión y la
«.gracia de anunciar a los gentiles las riquezas de Cristo, imposibles de
rastrear» (Ef. 3, S). Por la palabra y por los escritos, Pablo irradió sobre
toda la Iglesia la luz recibida de lo alto. Y esta luz alcanzó también
a los mismos apóstoles, gozosos de ver cómo la luz de Pablo revelaba
toda la profundidad de las enseñanzas que ellos habían recibido del
Maestro. San Pedro singularmente, que había tenido frecuente comuni-
cación con San Pablo y ahora tenía en su compañía a dos de sus dis-
cípulos y colaboradores, Silvano y Marcos, conocía también las Epístolas
del grande Apóstol (2 Pe. 3, 16) y admiraba su «sabiduría» (Ib. 3, 15).
Con todo esto se explica el origen' de los frecuentes rasgos paulinos que
matizan el pensamiento del Príncipe de los Apóstoles. Mas, como era de
suponer, las fulguraciones de San Pablo se truecan en claridades más
templadas, que elevan y ennoblecen las enseñanzas cristológicas y so-
teriológicas contenidas en la primera Ep'istola de San Pedro.
-518-
11-5
I SAN PEDRO
1 6-11
EPISTOLA I DE SAN PEDRO
E x o
Salutación epistolar. 1,-2
-i 1 Pedro, apóstol de Jesu-Cristo, a
los elegidos extranjeros de ia
dispersión en el Ponto, Galacia, Ca-
padocia, Asia y Bitinia, 2 escogidos
según la presciencia de Dios Padre,
en 'la santificación del Espíritu, para
la obediencia y la aspersión de la
sangre de Jesu-Cristo: gracia a vos-
otros y paz, multiplicada.
La economía de la salud, r, 3-5
s Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesu-Cristo, que, se-
gún su gran misericordia, nos reen-
gendró para una esperanza viviente
mediante la resurrección de Jesu-
Cristo de entre los muertos, 4 para
una herencia incorruptible, inconta-
minable e inmarcesible, reservada
en los cielos para vosotros, 6 los que
por la virtud de Dios sois custodia-
dos mediante ta fe para la salud que
está dispuesta para ser manifestada
en el último tiempo.
r d i o
Valor soteriológico de la tribulación.
1, 6-9
6 En lo cual os regocijáis, bien que
ahora por breve tiempo, si es me-
nester, afligidos con diferentes prue-
bas, 1 para que los quilates de vues-
tra fe, mucho más preciosos que los
del oro perecedero, pero que es aqui-
latado por el fuego, sean hallados
dignos de alabanza, gloria y honor
en la revelación de Jesu-Cristo ; 8 al
cual, sin haberle visto, amáis ; en el
cual ahora, sin verle, pero creyen-
do, os regocijáis con gozo inenarra-
ble y rebosante de gloria, ' alcan-
zando la meta de vuestra fe, la sa-
lud de las almas.
Nueva exposición de la economía de
la salud. 1, 10-12
10 Acerca de la cual salud indaga-
ron y escudriñaron los profetas, que
profetizaron acerca de la gracia a
vosotros destinada , " escudriñando
para qué tiempo y sazón les indica-
I1 Extranjeros : peregrinos en este mundo. (Cf. 2, 11.) || Dispersión o Diáspora •
la gentilidad en la cual estAn dispersos. || Ponto, Galacia... : ya se tomen como
regiones, ya como provincias romanas, comprenden casi toda el Asia Menor
-Triple principio de la salud: LA PRESCIENCIA y predestinación, atribuida a Dios
Padre ; la santificación, apropiada al Espíritu Santo ; la aspersión de la sangre
redentora, vinculada a Jesu-Cristo. De parte del hombre, la obediencia al divino lla-
mamiento por la fe.
3-4 Nueva descripción de la salud : cuyo primer principio es la gran misericordia
de Dios, cuyo principio inmediato es la resurrección de Jesu-Cristo, cuyo estadio
inicial es la regeneración, cuyo estadio final es una esperanza viviente, una heren-
cia en los cielos.
*-° Se enaltecen la fe, la esperanza y la caridad, las cuales, relacionadas ron
Jesu-Cristo, se acrisolan con la tribulación (Rom. 5, 3-5; Sant. 1, 3-4).
Jo-» Como en 3-5 se subraya la acción de Dios Padre, en 6-9 la de Jesu-Cristo, así
dhora la del Espíritu Santo. El fué quien reveló a los profetas lo que testificaron
y revistió de su virtud a los apóstoles para que lo anunciasen.
— 519 —
1 12-21
I SAN PEDRO
122—2 2
ba el Espíritu de Cristo que en ellos
estaba testificando anticipadamente
los padecimientos reservados a Cris-
to y la glorificación que a ellos ha-
bía de seguir ; 12 a los cuales fué re-
velado que no para sí mismos, sino
para vosotros administraban estas
cosas, que ahora os fueron anuncia-
das por los que os predicaron el
Evangelio en virtud del Espíritu
Santo, enviado desde el cielo ; las
cuales con avidez los ánge'.es con-
templan.
I. Avisos generales
Santidad de vida, i, 13-21
" Por lo cual, ceñidos los lomos
de vuestra mente, señores de vues-
tros sentimientos, poned totalmen-
te vuestra esperanza en la gracia
que os será traída en la revelación
de Jesu-Cristo, 14 como hijos de obe-
diencia, no amoldándoos a los ape-
titos de antes en el tiempo de vues-
tra ignorancia, 15 sino conforme al
que os llamó, que es santo; también
vosotros sed santos en toda vuestra
conducta, 18 por cuanto escrito está:
«Seréis santos, pues yo soy santo»
(Lev. ii, 44...). "Y si apellidáis Pa-
dre al que sin acepción de personas
juzga según la obra de cada cual,
vivid en temor durante el tiempo
de vuestra peregrinación, 18 sabiendo
que no con cosas corruptibles, con
plata o con oro, fuisteis rescatados
de vuestra vana manera de vivir,
recibida por tradición de vuestros
padres, 10 sino con la preciosa san-
gre de Cristo, como de cordero sin
tacha ni mancilla, 20 predestinado
antes de la creación del mundo y
manifestado al final de los tiempos
en gracia de vosotros, 21 los que por
El sois creyentes en Dios, que le
resucitó de entre los muertos y le
glorificó, de suerte que vuestra fe
v vuestra esperanza se dirigiesen a
Dios.
Santidad de amor. 1, 22-25
22 Habiendo purificado vuestras al-
mas con la obediencia a la verdad
para un amor fraternal no fingido,
amaos de corazón intensamente los
unos a los otros. 23 como quienes han
sido reengendrados de simiente, no
corruptible, sino incorruptible, por
la palabra de Dios viviente y dura-
dera. " Por cuanto
Toda carne es como heno,
y toda su gloria como flor de heno:
secóse el heno, y la flor cayó :
a mas la palabra del Señor subsiste
[eternamente (Is. 40, 6-8),
Y ésta es la palabra que os fué
anunciada por el Evangelio.
Infancia espiritual. 2, 1-3
9 1 Depuesta, pues, toda malicia y
" toda falsía, y fingimientos, v en-
vidias, y toda suerte de maledicen-
cias, 'como niños recién nacidos ape-
12 Los ángeles contemplan el insondable misterio de la redención, como lo declaró
también San Pablo (Ef. 3, 10).
°ra Por tres motivos se recomienda la santidad de la vida, que son : la santidad
de Dios, la rectitud del Padre celestial, la redención de Cristo.
"Guacia: es el beneficio de la vida eterna. I! Revelación: es la parusla.
19 Se i>resenta la muerte de Cristo como sacrificio y como rescate.
20 Ai. final de los tiempos : en la edad mesiánica.
21 Cristo resucitado es Mediador de nuestra fe y esperanza para con Dios : 1) Por-
que su resurrección es el objeto característico de nuestra fe ; 21 porque es el motivo
determinante de credibilidad ; 3) porque es prenda de la verdad y fidelidad de Dios.
22 La obediencia a la verdad del Evangelio purificando el alma la dispone para
la caridad fraterna.
23 Reengendrados... por la palabra de Dios, que es como la semilla de la regene-
ración espiritual. (Cf. Le. 8, 11; Sant. 1, 18; 1, 21 ; 1 Jn. 3, q.)
2 2 Como niños : recomienda San Pedro la infancia espiritual, como la habían re-
comendado el divino Maestro (Mt. 18, 3-4; iq, 14; Me. 10, 14-15; Le- 18, ib-17) y
San Pablo (1 Cor. 14, 20). |] La leche espiritual es el Evangelio (1 Cor. 3, 1-2). || No
— 520 —
2 3-11
I SAN PEDRO
2 5-12
teeed la leche espiritual no falsifica-
da, para que con ella crezcáis en or-
den a vuestra salud, ' si es que «gus-
tasteis lo suave que es el Señor»
(Sal. 33, 9).
Templo santo espiritual. 2, 4-10
4 Y vosotros, llegándoos a El, pie-
dra viviente desechada por los hom-
los cuales tropiezan por no recibir
sumisos la palabra, para lo cual ha-
bían sido ya destinados ; ■ mas vos-
otros sois «linaje escogido» (Is. 43,
20-21), «real sacerdocio, nación san-
ta» (Ex. 19, 6), «pueblo de su patri-
monio» (Ex. 23, 22 LXX), para que
«proclaméis las grandezas» (Is. 43,
bres, mas a los ojos de Dios escogi-
da, preciosa, * ofreceos de vuestra
parte como piedras vivientes con que
se edifique una casa espiritual pa-
ra un sacerdocio santo, para ofrecer
víctimas espirituales aceptas a Dios
por mediación de Jesu-Cristo. 8 Por
lo cual se contiene en la Escritura
(Is. 28, 16) :
21 LXX) de aquel que de las tinie-
blas os llamó a su admirable luz ;
10 los que un tiempo «no erais pue-
blo», mas ahora sois «pueblo de
Dios» ; los que erais «mirados sin mi-
sericordia», mas ahora fuisteis «mi-
rados con misericordia» (Os. 2, 44).
Mirad que pongo en Sión una piedra angular, escogida, preciosa ;
y quien en ella cree, no será confundido.
' A vosotros, pues, los que creéis, el honor ; mas a los que no cree
la piedra que desecharon los constructores,
ésta vino a ser piedra angular (Sal. 117, 22),
' y piedra de tropiezo, y roca de escándalo (Is. 8, 14) ;
II. Avisos especiales
Vida ejemplar. 2, 11-12
u Amados míos, os exhorto a que,
como forasteros y extranjeros, os
abstengáis de las concupiscencias de
la carne, que hacen guerra contra el
alma ; u conservando vuestra con-
ducta ejemplar entre los gentiles,
para que en aquello en que os ca-
lumnian como a malhechores, ob-
servando vuestras buenas obras, glo-
rifiquen por ellas a Dios en el día
de la visitación.
falsificada : desgraciadamente, no todo lo que se presenta como Evangelio es el
auténtico Evangelio de Jesu-Cristo (2 Cor. 2, 17 ; IT, 13-15 ; Gál. 1, 6-9).
a El Señor : en el Salmo es Yahyeh, aquí es Cristo : argumento de su divinidad.
*-«Cf. Ef. 2, 19-22.
■ Tropiezan por no recibir : dos cosas se afirman : el hecho de tropezar y bu
causa, que es la indocilidad en no recibir. I.o que a continuación se añade : el haber
sido destinados a ello, se refiere no a la indocilidad, sino al tropiezo. En la divina
predestinación no hay ninguna iniciativa para cosa mala ; si se da alguna predes-
tinación para algo malo, siempre es presupuesta la malicia humana. (Cf. Kom. o,
31-33 ; 10, 1-4.)
» Real sacerdocio : todos los fieles participan a su modo del sacerdocio de Cristo.
Cristo es sacerdote como Cabeza en representación de todo su Cuerpo místico (Heb. 5,
1) ; y los sacerdotes ministeriales son vicarios de Cristo y actúan en representación
de toda la Iglesia.
10 Cf. Rom. 9, 24-26.
12 Os calumnian : conocidas son las calumnias propaladas contra el naciente cris-
tianismo. || En el día de la VISITACIÓN : en que Dios con su gracia abra los ojos
a los gentiles y los convierta a la fe.
— 521 —
2 13-3 i
I SAN PEDRO
218-3 6
Sumisión a las autoridades. 2, 13-17
13 Mostrad sumisión a toda institu-
ción humana por respeto al Señor,
ya sea al emperador, como a sobe-
rano ; "ya sea a los gobernadores,,
como mandados por él para castigo
de los que obran el mal y para ala-
banza de los que obran el bien ;
15 pues tal es la voluntad de Dios,
que obrando el bien hagáis enmu-
decer la ignorancia de los insensa-
tos ; 16 como libres, y no como quie-
nes toman la libertad como velo que
encubra la malicia, sino como sier-
vos de Dios. " Honrad a todos, amad
a los hermanos, «temed a Dios, hon-
rad al rey» (Prv. 24, 21).
Comportamiento de los esclavos
2, 18-20
u Los siervos someteos con todo
respeto a los amos, no sólo a los bue-
nos y afables, sino también a los de
2¡enio áspero. " Pues esto es lo que
halla gracia [a los ojos de Dios],
cuando por conciencia que mira a
Dios sufre uno las vejaciones que
injustamente padece. * Pues ¿qué
gloria es si, golpeados por vuestros
pecados, lo sufrís? Mas si, padecien-
do por obrar el bien, lo sufrís, esto
halla gracia a los ojos de Dios.
Ejrmplo.de Cristo. 2, 21-25
aPues para esto fuisteis llamados;
por cuanto también Cristo padeció
por vosotros, dejándoos ejemplo, pa-
ra que sigáis sus pisadas ;
22 el cual no hizo pecado,
ni se halló engaño en su boca (Is. 53, 9) ;
23 que, siendo ultrajado, no respon-
día con otros ultrajes ; siendo mal-
tratado, no prorrumpía en amenazas,
sino que ponía su causa en manos
del que juzga justamente; 24 que lle-
vó nuestros pecados en su propio
cuerpo sobre el madero, para que,
muertos a los pecados, vivamos pa-
ra la justicia ; con cuyas «heridas
fuisteis _ sanados» (Is. 53, .s). 25 Por-
que erais «como ovejas descarriadas»
(Is. 53, 6), mas ahora retornasteis al
pastor y vigilante de vuestras almas.
Consejos a las mujeres. 3, 1-6
1 Asimismo, las mujeres estén su-
jetas a sus maridos, para que si
algunos no se rinden a la palabra, sin
palabra sean ganados por el com-
portamiento de las mujeres, 2 al ob-
servar vuestro comportamiento cas-
to, lleno de respeto. 3 Cuyo atavío ha
de ser, no el exterior, de trenzas de
cabellos y aderezos de oro o gala de
vestidos, 'sino el hombre interior del
corazón, ataviado con la incorrup-
ción de un espíritu apacible y sose-
gado, que es de mucho precio a los
ojos de Dios. 5 Porque así en otro
tiempo se ataviaban también las san-
tas mujeres que esperaban en Dios,
estando sujetas a sus maridos, 8 co-
mo Sara obedeció a Abrahán, lla-
mándole señor (Gén. 18, 22 ; Prv. 3,
25) ; de la cual vinisteis a ser hijas,
haciendo el bien y no temiendo es-
panto alguno.
13 Institución (literalmente creación): forma de autoridad civil o régimen político
establecido. Es digno de considerarse que esto se escribía en tiempo de Nerón.
14 Los cobernadores o magistrados de las provincias romanas eran los procónsules,
propretores y procuradores.
>"Cf. Gál. 5, IJ.
ifr-20 Es la octava bienaventuranza, de aplicación bien práctica.
vo En manos del que juzga justamente : es decir, Dios.
-1 Cristo llevó sobre sí nuestros pecados por el inefable amor con que quiso salir
responsable de ellos. En virtud de la estrecha solidaridad con que nos asoció a sí,
él murió por nuestros pecados, y nosotros fuimos sanados con sus heridas.
26 Ai. Pastor : a Cristo. Ha comenzado a cumplirse el deseo del Buen Pastor.
(Cf. Jn. 10, 16.) || Vigilante: más a la letra, obispo, que etimológicamente significa
inspector o visitador.
3 "No temiendo...: sin temer cosa que os pudiera arredrar de hacer el bien.
— 522 —
3 7-16
I SAN PEDRO
3 8-21
Consejos a los varones. 3, 7
7 Los varones igualmente, tratad a
conciencia con la mujer, como con
un ser más endeble, dándoles el de-
bido honor, como a coherederas tam-
bién de la gracia de la vida, para
que no hallen estorbo vuestras ora-
ciones.
Consejos generales. 3, 8-12
8 En fin, sed todos de un mismo
sentir, compasivos, amantes de vues-
tros hermanos, de blandas entrañas,
de humildes sentimientos, 9 no de-
volviendo mal por mal ni afrenta
por afrenta ; antes al contrario, ben-
diciendo, ya que para esto fuisteis
llamados, para ser herederos de la
bendición.
M Pues quien desea gozar la vida
y ver días felices,
refrene su lengua del mal
y sus labios de palabras engañosas ;
u desvíese del mal y obre el bien,
busque la paz y corra tras ella ;
n porque los ojos del Señor están sobre los justos.
y sus oídos, atentos a su plegaria ;
mas el rostro del Señor contra los que obran e¡ mal (Sal. 33, 13-17).
Obrar el bien sin temor. 3, 13-1Ó
,s ¿ Y quién será el que os dañe si
fuereis celadores de lo bueno ? " Pe-
ro si todavía padeciereis por causa
de la justicia, dichosos vosotros. No
os acobardéis ante sus fieros, ni os
conturbéis, 15 sino «santificad al Se-
ñor» Cristo (Is. 8, 12-13) en vues-
tros corazones , dispuestos siempre
para la defensa de la esperanza que
abrigáis, respondiendo a todo el que
os pida razón acerca de ella, M pe-
ro con mansedumbre y miramiento,
conservando buena conciencia, para
que en aquello en que hablan mal
de vosotros queden confundidos los
que maltratan vuestra manera bue-
na de vivir en Cristo.
Poner los ojos en Cristo. 3, 17-22
" Que mejor es, si así lo dispu-
siere la voluntad de Dios, padecer
obrando bien que obrando mal. ,sPues
también Cristo una vez murió por
los pecados, el justo por los injus-
tos, para llevarnos a Dios : muerto
en la carne, pero vivificado en el es-
píritu ; 19 en el cual también a los
espíritus que estaban en prisión, ido
allá, predicó ; 20 a los que un tiem-
po fueron rebeldes, cuando, en los
días de Noé, la longanimidad de
Dios estaba aguardando, mientras se
construía el arca ; entrando en la
cual pocos, esto es, ocho almas, se
salvaron por medio del agua. 21 Cuyo
antitipo, el bautismo, también a vos-
: Dos consejos se dan a los maridos sobre el modo de tratar a sus mujeres. Pri-
mero : tratarlas con miramiento, por ser la mujer un ser (literalmente un vaso)
más endeble. Secundo : darles el debido honor, por ser ellas coherederas de la
gracia. De lo contrario, hallarán estorbo sus oraciones. Ni ellos estarán dispuestos
para orar como conviene, ni Dios los escuchará.
•Imitando a San Pablo (Rom. 12, 17; 1 Tes. 5, 15), renueva San Pedro el gran
precepto del Maestro (Mt. 5, 39) de no devolver mal por mal.
1(>-12Se cita el Salmo 33, 13-17, según la versión de los Setenta.
u Otra vez la octava bienaventuranza.
"Santificad al Señor : palabras tomadas de Isaías (8, 13), que significan «Temed
y reverenciad [como santo] a Yahveh», y, aplicadas a Cristo, son un claro testimonio
de su divinidad. || Dispuestos siempre para la defensa (literalmente para la apolo-
gía): lo cual supone conocimientos religiosos no escasos para saber dar razón de los
misterios de la fe.
19 Vivificado en el espíritu : conservado vivo en cuanto al alma.
u>-20 Cristo, descendido a los infiernos (al seno de Abrahán o limbo de los Pa-
dres), anunció la redención y la salud a las almas allí encerradas, entre las cuales
se hallaban las de muchos contemporáneos de Noé, que, incrédulos tn un principio,
hicieron luego penitencia al ver cumplidas las divinas amenazas.
a Más literalmente: tLa cual [agua), (como] antitipo [o realidad prefigurada
por el agua del diluvio], también a vosotros ahora os salva; (esta agua es] el bau-
— 523 —
3 22--4B
I SAN PEDRO
4 7-
otros os salva ahora, que es, no eli-
minación de inmundicia de la car-
ne, sino prenda de buena concien-
cia para con Dios, mediante la re-
surrección de Jesu-Cristo, 22 que es.
tá a la diestra de Dios, después que
se fué al cielo y se le sometieron los
ángeles, las potestades y las virtu-
des.
Romper con el pecado. 4, 1-6
A 1 Habiendo, pues, Cristo padeci-
^ do en la carne, armaos también
vosotros del mismo pensamiento, que
quien padeció en la carne ha roto
ya con el pecado, 8 para vivir el
tiempo que le resta de vivir en car-
ne, no ya para las concupiscencias
de los hombres, sino para la volun-
tad de Dios. 3 Que basta el tiempo
pasado para haber ejecutado la vo-
luntad de los gentiles, cuando an-
dabais en lascivias, concupiscencias,
borracheras, orgías, bebidas v ne-
fandas idolatrías. 4 Sobre lo cual se
extrañan de que no concurráis vos-
otros al mismo desbordamiento de
libertinaje, desatándose en vitupe-
rios ; ° los cuales rendirán cuentas
al que está preparado para juzgar a
los vivos y a los muertos. 8 Pues pa-
ra esto también a los muertos fué
anunciado el Evangelio, para que
sean juzgados según los hombres en
la carne, pero vivan según Dios en
el espíritu.
Ideal de vida santa. 4, 7-11
* El fin de todo está cerca. Sed,
pues, sensatos y guardad sobriedad
para poder daros a la oración. * An-
te todas cosas mantened tensa la ca-
ridad unos con otros, porque «la ca-
ridad cubre la muchedumbre de los
pecados» (Prv. io, 12) ; 9 ejerced amo-
rosa hospitalidad los unos con los
otros, sin murmuración ; 10 cada cual,
conforme al don que recibió, servid
con él a los demás, como buenos ad-
ministradores de la multiforme gra-
cia de Dios ; 11 si uno habla, sean
como palabras de Dios ; si uno sir-
ve, sea como en virtud de la capa-
cidad que Dios suministra, para que
en todas cosas sea Dios glorificado
por mediación de Jesu-Cristo, a quien
es la gloria y el poderío por los si-
glos de los siglos. Amén.
Padecer por Cristo y con Cristo.
4, 12-19
12 Amados míos, no os extrañéis de
ese incendio que arde en medio de
tismo... II Prenda de buena conciencia para con Dios, o prenda para con Dios de
buena conciencia. La palabra original (eperotema), correspondiente a prenda, es de
significación dudosa y controvertida, si bien más en el matiz que en la sustancia.
Dos son los sentidos principales que se le dan en este pasaje : a) el de petición
(demanda o pedimento) ; b) el de estipulación (transacción o compromiso). Mas por
razón del contexto y por la naturaleza de las cosas, cualquiera de estos dos sentidos
presupone o connota el otro, y ambos coinciden en expresar firmeza, seguridad,
eficacia. De ahf que el sentido real pueda expresarse por prenda. II Mediantf. u
rfsuruección... Sobre el influjo de la resurrección de Cristo en nuestra justifica-
ción cf. Rom. 4, 25; 6, 3-1 1 .
23 .Se le sometieron: Ef. 1, 20-21; Filp. 2, 10.
4' Quien padeció en la carne : Rom. 6, 7.
8 lis bastante oscuro el sentido exacto de este pasaje. Probablemente, refiriéndose
ni descendimiento de Cristo a los infiernos (3, 19-20), dice San Pedro que también
a estos muertos, y a todos los que como ellos hicieron penitencia, les fué dada la
buena nueva de la redención, en razón de que, como antes fueron castigados con
lti muerte temporal, asf ahora gocen la vida eterna.
' El fin de todo está cerca : llegada ya la edad mesiánica, última edad del
mundo, el desenlace de los consejos divinos sobre el mundo se avecina. (Cf. Sant. 5,8.'
8 La caridad ctiiire la muchedumbre de los pecados : el sentido de esta senten-
cia en los Prov. es : «la caridad cubre (como con un discreto velo o disimulo) los
pecados ajenos». San Pedro, recordando la sentencia del Maestro : «Pe.donad, y se-
réis perdonados» (Le. 6, 37), supera el sentido de los Prov. extendiéndolo a los peca-
dos propios. Tal vez se haya de dar idéntico sentido a la misma sentencia en
Sant. 5, 20, si bien allí el contexto no es tan decisivo.
Es notable la afinidad de esta enseñanza sobre el uso de los carismas con
la de San Pablo en Rom. 12, 4-9.
" Ese incendio : es decir, las tribulaciones y persecuciones
— 534 —
4 13—5 5
I SAN PEDRO
4 "-5 9
vosotros, ordenado a vuestra prue-
ba, como si os aconteciese cosa ex-
traña ; " antes bien, a la medida que
compartís los padecimientos de Cris-
to, gózaos, para que también en la
revelación de su gloria os gocéis al-
borozados. "Si sois ultrajados en
nombre de Cristo, dichosos vosotros,
porque el Espíritu de la gloria, que
es el Espíritu de Dios, reposa sobre
vosotros. '5 Porque ninguno de vos-
otros ha de padecer como homicida,
o ladrón, o malhechor, o como en-
trometido en lo ajeno ; M pero si pa-
dece como cristiano, no se avergüen-
ce, antes glorifique a Dios con este
nombre. " Porque tiempo es de que
comience el juicio por la casa de
Dios. Y si el comienzo es por nos-
otros, ¿ cuál será el fin de los que
son rebeldes al Evangelio de Dios ?
1S Y si «el justo a duras penas se sal-
va, el impío y pecador, ¿ dónde pa-
recerá ?» (Prv. ii, 31). 13 Así que aun
'.os que padecen según la voluntad
de Dios pongan sus almas en ma-
nos de su fiel Creador, sin dejar de
obrar el bien.
íí¡. Avisos particulares
Pastores y fieles. 5, 1-5
r 1 A los presbíteros, pues, de en-
** tre vosotros exiiorio yo, pret-oi-
tero también y testigo de los padeci-
mientos de Cristo, participante, ade-
más, de la gloria que va a manifes-
tarse : 2 Apacentad la grey de Dios
que está en vosotros, gobernando 110
por fuerza, sino de grado según Dios ;
y no por torpe lucro, sino por incli-
nación del corazón ; ' ni como do-
minando despóticamente en las que
son porciones de la heredad [de
Dios], sino haciéndoos modelos de la
grey ; 4 y cuando apareciere el su-
premo Pastor, obtendréis la inmar-
cesible corona de la gloria. 5 Asimis-
mo, los más jóvenes, sujetaos a los
presbíteros. Y todos revestios de sen-
timientos de humildad, como escla-
vos los unos de' los otros ; por-
que «Dios resiste a los soberbios,
mas da su gracia a los humildes»
(Prv. 3, 34).
Varios consejos. 5, 6-11
* Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Dios, para que a su tiem-
po os exalte, 7 «arrojando en El to-
da vuestra solicitud» (Sal. 54, 23),
que El cuida de vosotros. 8 Sed so-
brios, vigilad ; vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda en
torno buscando a quién devorar ; * al
M El Espíritu de la gloria : el Espíritu Santo es el agente de la gloriosa resu-
rrección de los muertos [Kom. 8, 11 ; 1 Cor. 15, 43; Ef. 1, : 3-14 ; 4, 30. ..1.
11 Por la casa de Dios : por nosotros, que somos «casa espiritual» (2, 5).
15 El texto de Prov. según los Setenta es : «Mirad, el justo en la tierra (la] paga ;
icuánto más el impío y pecador!» Con esta sentencia proverbial nos avisa San Pe-
dro que a la gloria celeste no se llega sino por las tribulaciones (Ac. 14, 21). No
hay que olvidar que en Prov. se habla de los castigos temporales de los justos, no
de su eterna salud. No es lícito, pues, deducir de aquí que apenas los justos alcan-
zan la salud eterna : suposición injuriosa a la misericordia y aun a la justicia de
Dios.
K 1 Los presbíteros so:i los superiores eclesiásticos, principalmente los obispos.
*J 2 Apacentad la grev : eco de las palabras de Jesús a Pedro (Jn. 21, 15-17!. II
(jOberxando : literalmente, inspeccionando o visitando como obispos.
• Los más jóvenes : probablemente los diáconos u otros ministros eclesiásticos in-
teriores. |! Revestios... como esclavos: el verbo original se deriva del sustantivo
cncómboma, vestido corto y sin mangas, que usaban lo*, esclavos a manera de de-
lantal. Como si dijera : «Ceñios el delantal de la humildad.»
• Conforme a esta sentencia del Apóstol, enseña Santo Tomás que la humildad
cristiana entraña en sí sujeción s reverencia a Dios ; sujeción y reverencia que 1 -
raíz y principio de la humildad (2-2. q. roí, a. ;, ad 5; a. 2, ad 3; a. 3, c; a. 6, c).
• La firmeza en la fe es la iírau arma contra todas las tentaciones. (Cf. 1 Jn. 5,
4 ; Ef. 6, 16. 1
— 525 —
5 ío-n
1 SAN PEDRO
5 12-14
cual resistid firmes en la fe, sabien-
do que los mismos padecimientos que
a vosotros alcanzan a vuestros her-
manos esparcidos por el mundo. 10 Y
el Dios de toda gracia, el que os lla-
mó a su eterna gloria en Cristo, des-
pués que hayáis padecido breve tiem-
po, El os perfeccionará, consolidará,
esforzará, dará estabilidad. 11 A El la
gloria y el poderío por los siglos de
los siglos. Amén.
Epílogo. 5, 12-14
" Por medio de Silvano, el herma-
no fiel, que como a tal le tengo, os
he escrito en pocas palabras, exhor-
tando y sobre ello testificando ser
ésta la verdadera gracia de Dios, en
la cual permaneced firmes. 13 Os sa-
luda la Iglesia de Babilonia, elesrida
igualmente que vosotros, y Marcos,
mi hijo. " Saludaos unos a otros con
el ósculo de la caridad.
La paz sea con vosotros todos los
que estáis en Cristo.
12-14 Lo que sisue escríbelo Pedro de su propia mano.
13 Por medio de Silvano : Silvano o Silas. compañero que fué de San Pablo, no
fué simple amanuense, sino más bien secretario o redactor literario, como el que
probablemente redactó la Epístola de San Pablo a los Hebreos. Con todo, San Pedro
no se asocia a Silvano, como se lo asocia San Pablo en las dos Epístolas a los Te-
salonicenses
13 Babilonia : es Roma, la Roma imperial pagana, considerada como sucesora o
representante de la anticua Babilonia, la antagonista del pueblo de Dios. II Maucos,
mi hijo : asi llamado, probablemente, por haber sido bautizado por el mismo Pedro.
- 520 -
INTRODUCCION
A LA II EPISTOLA DE SAN PEDRO
utor. — El autor de esta Epístola es el mismo San Pedro. Las dife-
rencias de lenguaje y estilo entre esta Epístola y la anterior, que
ya llamó la atención en la antigüedad, puede explicarse, como ya
indicó San Jerónimo, con la diferencia de redactor. Si la redacción de
la primera se debe en gran parte a Silvano, la de la segunda pudo se>
exclusivamente del mismo San Pedro o de otro colaborador distinto,
Marcos, por ejemplo.
Destinatarios. — La indicación de que ésta es la segunda carta din-
gida a los mismos (3, 1) permite concluir probablemente que los destt-
notarios da la segunda son los mismos de la primera: los fieles del Pon-
to, Galacia, Capadocia, Asia ( proconsular) y Bitinia, venidos en su ma-
yor parte de la gentilidad. Los falsos doctores, contra quienes se escri-
be, confirman esta suposición:
Ocasión y fin. — Se había cumplido la predicción de San Pablo: lobos
rapaces invadieron la grey del Señor (Ac. 20, 2g). Esos precursores del
gnosticismo, desconociendo el señorío soberano de Jesu-Cristo y negando
su segundo advenimiento, blasfemaban de los ángeles y se entregaban a
todos los desenfrenos. Contra los manejos de tales hombres, San Pedro
previene a los fieles, exhortándoles a la constancia en la fe y a la prác-
tica de las virtudes cristianas.
Tiempo y lugar. — Como se indica en la misma carta (1, ¡4-15), escri-
bióla el apóstol cuando tenía ya el presentimiento de una muerte cerca-
na, probablemente entre los años 64 y 67. Es posible que la escribiese
desde Roma.
— 527 —
11-4
II SAN PEDRO
EPISTOLA II DE SAN PEDRO
Salutación epistolar, i, 1-2
-1 1 Simeón Pedro, esclavo y após-
-1- tol de Jesu-Cristo, a cuantos ha
cabido en suerte una fe igualmente
preciosa que a nosotros por la justi-
cia de nuestro Dios y Salvador Jesu-
Cristo : 2 gracia y paz sea con vos-
otros multiplicada por el conocimien-
to de Dios y de Jesús, Señor nuestro.
I. Dones de Dios y fe del hombre
Dones de Dios y virtudes del hom-
bre. 1, 3-11
3 Como quiera que su divino poder
nos ha dado graciosamente todas la?
cosas conducentes a la vida y a la
piedad mediante el conocimiento del
que noy llamó por su propia gloria
y virtud, 4 por las cuales graciosa-
mente nos ha dado los preciosos \
sumos bienes prometidos, para que
por éstos os hagáis participantes de
la divina naturaleza, una vez esca-
pados de la corrupción que reina en
el mundo, nacida de la concupiscen-
cia : 5 a este mismo modo también
vosotros, poniendo de vuestra parte
toda diligencia, mostrad en vuestra
fe la energía, en la energía la cien-
cia, 6 en la ciencia la templanza, en
la templanza la paciencia, en la pa-
-t 1 Una fe... : la misma te que a nosotros, tan preciosa para ellos como lo es para
nosotros. |¡ FE parece ser aquf la gracia de la fe, es decir, el Evangelio con la gra-
cia interna para creer en él. || Nuestro Dios y Salvador : literalmente, el Dios nues-
tro y Salvador... El único articulo para los dos sustantivos indica que entrambos se
refieren igualmente a Jesu-Cristo : magnífico testimonio de su divinidad. (Cf. v. 11.)
en este supuesto, i.a justicia de... Dios es la justicia de Jesu-Cristo, es decir, el
mérito de su redención.
s"1 Período complicado, cuya prótasis (3-.1) expresa la acción de Dios en la obra
de la gracia, y cuya apódosis (5-7) señala la correspondencia o cooperación del hom-
bre a la acción de Dios.
wIa obra de la gracia comprende: 1) los dones de Dios, graciosamente dados,
que son los preciosos y sumos bienes prometidos, todas las cosas conducentes a la
vida y a la piedad ; 2) el principio de estos dones, que es divino poder, su propia
gloria Y virtud ; el medio, que es el conocimiento del i>ue nos llamó ; 4) el tér-
mino, que es hacernos participantes de la divina naturaleza. Esta última expresión, de
subidísimos quilates teológicos, presenta la gracia santificante como una participación
del ser divino cual es en sí, como una sobrenatural elevación a la condición divina,
como una inefable comunión con la vida íntima de la augusta Trinidad.
En este climax de virtudes aparecen, algo veladas, las tres virtudes teologa-
les : fe, paciencia (=esperanza) y caridad ; y las cuatro virtudes cardinales : ciencia
^prudencia), justicia (=piedad), energía (-fortaleza) y templanza. En la concate-
nación, el enlace de unas virtudes con otras está en que la precedente es raíz de la
siguiente, o bien en que la siguiente es condición o limitación de la precedente. La
fe es la primera y la base de todas ; la caridad, la última y la corona ; las inter-
medias son las disposiciones morales para que «la fe actúe por la caridad» (Gál. 5, 6).
- S28 -
1^-21
II SAN PEDRO
116-2 1
ciencia la piedad, 1 en la piedad el
amor fraterno, en el amor fraterno
la caridad. 8 Pues tales cosas, si se
hallan en vosotros y van en aumen-
to, no os dejan inactivos e infruc-
tuosos en orden al conocimiento de
nuestro Señor Jesu - Cristo; 8 pues
quien estas cosas no tiene, ciego es
tá y corto de vista, habiendo dado
al olvido la purificación de sus an-
tiguos pecados. 10 Por lo cual más
bien, hermanos, procurad ahincada-
mente asegurar vuestra vocación \
elección ; porque esto haciendo, no
tropezaréis jamás. u Pues así se os
facilitará espléndidamente la entra-
da en el reino eterno de nuestro Se-
ñor y Salvador Jesu-Cristo.
Motivos de escribir Ja carta, i, 12-15
" Por lo cual habré siempre de
traeros a la memoria estas cosas, si
bien ya las sabéis y estáis afianza-
dos en la verdad que de presen-
te conocéis. 13 Creo justo, empero,
mientras permanezco en esta tienda
terrena, despertaros con mi recuer-
do, M sabiendo que muy en breve se
va a deshacer mi tienda, según que
el mismo Señor nuestro, Jesu-Cris-
to, me lo manifestó. " Pero pondré
empeño en que aun después de mi
partida tengáis siempre cómo reno-
var el recuerdo de estas cosas.
La transfiguración de Jesu-Ciislo.
prenda de su advenimiento. 1, i6-:i
la Pues os dimos a conocer el pode-
río y advenimiento de nuestro Señor
Jesu-Cristo, no siguiendo mitos ar-
tificiosamente combinados, sino he-
chos testigos oculares de su majes-
tad. 17 Pues al recibir de Dios Padre
honor y gloria, cuando desde aque-
lla magnífica gloria se le hizo llegar
esta voz : «Este es mi Hijo querido,
en quien me agradé», 18 esta misma
voz la oímos nosotros enviada desde
el cielo, estando con El en el santo
monte. 10 Y tenemos por más firme
la palabra profética, a la cual hacéis
bien en prestar vuestra atención, co-
no a lámpara que brilla en lugar te-
nebroso, hasta que alboree el día v
el lucero de la mañana despunte en
vuestros corazones ; 20 sabiendo esto
inte todo : que toda profecía de la
Escritura no es obra de la propia
iniciativa ; 21 que no por voluntad de
hombre fué traída la profecía, sino
que, llevados del Espíritu Santo, ha-
blaron los hombres de parte de Dios
II. Contra las malas doctrinas
Vendrán falsos doctores. 2, 1-3
1 Hubo también falsos profetas
en el pueblo, como también entre
vosotros habrá falsos maestros, que
disimuladamente introducirán sectas
de perdición, y, negando al Señor,
que los rescató, atraerán sobre sí una
,u Asegurar : la adición de la Vulgata, apoyada por numerosos .códices griegos,
«por medio de buenas obras», es una excelente glosa.
15 Pondré empeño... : no especifica la manera de realizar este empeño. Podría ser
haciendo que lleguen a ellos sus dos cartas (cf. 3, 1-2) o también el Evangelio de
San Marcos, c;ue sustancialmente es obra de San Pedro.
" El poderío v advenimiento ! hendíadis, por «el advenimiento en poderíoi, con
que se expresa la parusía o segundo advenimiento de Cristo.
1T-16 presenta la transfiguración como imagen y prenda de la parusía. La frase
es algo irregular y desaliñada.
*• Tenemos por más firme la palabra profética : significa que la profecía se hace
más firme con el cumplimiento, con que se comprueba su verdad.
30 La propia iniciativa (más literalmente, solución, explicación) no se refiere, di-
recta y principalmente a lo menos, a nuestra interpretación o execesis. sino más
bien a la declaración o explicación que de sus propios pensamientos hacen los pro-
fetas. Así lo exige el contexto. || Llevados del Espíritu Santo : tales son los pro-
fetas : los que impulsados por el Espíritu Santo hablan palabras de Dios en nombre
y representación de Dios.
2 '-3 Previene a los fieles contra los falsos maestros, cuyo pronto castigo denuncia.
— S2Q —
2 2-12
II SAN PEDRO
2 13-22
pronta perdición. ' Y muchos se irán
tras sus lascivias, por causa de los
cuales el camino de la verdad será
blasfemado ; 3 y movidos de codicia,
con artificiosas palabras traficarán
con vosotros ; contra los cuales la
condenación ya de antiguo no anda
ociosa, y su perdición no dormita.
Castigo de los falsos doctores. 2, 4-22
4 Forque si Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, antes hundién-
dolos en el tártaro los entregó en
cavernas de tinieblas, reservándolos
para el juicio ; 6 y si no perdonó al
mundo antiguo — si bien a Noé, pre-
gonero de la justicia, le preservó con
otros siete — , desencadenando el di-
luvio sobre el mundo de los impíos ;
0 y si a las ciudades de Sodoma y
Comorra, reduciéndolas a cenizas,
las condenó a total destrucción, pues-
tas como ejemplar de los impíos ve-
nideros ; 7 y si libró al justo Lot,
atormentado por la desenfrenada con-
ducta de aquellos libertinos, — 8 pues
por lo que veía y oía, el varón pisto
día tras día sentía el alma justa tor-
turada con las inicuas obras de aque-
llos entre quienes habitaba — ; 8 sabe
el Señor sacar incólumes de la prue-
ba a los piadosos, a los injustos, em-
pero, al paso que los castiga, reser-
varlos para el día del juicio, 10 ma-
yormente a los que se van tras la
inmundicia de la carne, estimula-
dos por la concupiscencia, y menos-
precian el señorío. Osados, satisfe-
chos de sí, no tiemblan de blasfe-
mar las glorias ; 11 donde los ánge-
les, con ser superiores en fuerza y
poder, no pronuncian contra ellas en
presencia del Señor sentencia con-
tumeliosa. 12 Mas éstos, como brutos
animales, nacidos naturalmente pa-
ra presa y corrupción, blasfemando
de lo que ignoran, se corromperán
con la misma corrupción de aqué-
llos, 13 sufriendo como castigo lo que
será el pago de su injusticia : ellos,
que consideran como una dicha el go-
ce de un día ; manchas y tachas, que
se deleitan en sus engaños, mientras
alegremente banquetean con vos-
otros ; M que tienen los ojos llenos
de la mujer adúltera e insaciables de
pecado ; que enceban las almas po-
co firmes ; que tienen el corazón cur-
tido en la codicia, hijos de maldi-
ción. 15 Abandonando el camino rec-
to, se extraviaron, siguiendo el ca-
mino de Balaán, el hijo de Bosor,
que amó el salario de la injusticia ;
18 pero halló la reprensión de su pro-
pia transgresión : un jumento mu-
do, hablando con voz de hombre, im-
pidió la insensatez del profeta. " Es-
tos son fuentes sin agua y nieblas
empujadas por el torbellino, a los
cuales está reservada la lobreguez
de las tinieblas. 18 Porque voceando
pomposidades hueras, ceban con las-
civias, atizando las concupiscencias
de la carne, a los que apenas esca-
pan de los que pasan la vida en el
error, 19 prometiéndoles la libertad,
ellos que son esclavos de la corrup-
ción ; porque de quien es uno ven-
cido, a éste queda esclavizado. 20 Por-
que si, después de haber escapado
de las inmundicias áel mundo por
el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesu-Cristo, envueltos nue-
vamente en ellas son vencidos, re-
sultan para ellos las postrimerías
peores que los principios. a Que me-
jor les fuera no haber conocido el
camino de la justicia que, después
de haberle conocido, volverse atrás
de la ley santa a ellos enseñada. 32 Y
les ha acontecido aquello del prover-
bio verdadero : «Perro que vuelve a
su propio vómito» (Prv. 16, 11) y
«Puerca lavada, al revolcadero del
cieno».
*~10 Período desaliñado, cuya prótasis recuerda los castigos divinos mencionados
en la Escritura, y cuya apódosis (lógica) hace la aplicación a los falsos maestros.
10 El señorío : es la soberanía divina, de la cual es reflejo la legítima autoridad
humana. || Las glorias: parecen ser los ángeles. Kn qué sentido esos maestros blas-
femaban de los ángeles, no se especifica ; tal vez porque les achacaban sus propios
vicios y desórdenes.
uCf. Jds. 9; Zac. 3, 3-
u En sus engaños : en sus fraudes y seducciones. Otros leen «en sus ágapes» :
lección más fácil y harnionística con Jds. 12.
ic-10 Cf Núm. 22-24.
22 El primer proverbio es bíblico (Prov. 26, 11); el segundo es un refrán popular.
Estos dos animales son precisamente los mencionados por el divino Maestro en
Mt. 7, 6.
3 i"15
II SAN PEDRO
38-lB
Negación opuesta a la tradición.
3, i-7
o 1 Esta es ya, queridos míos, la se-
" gunda epístola que os escribo, en
la cual, lo mismo que en la anterior,
despierto con mi recuerdo vuestra
sincera inteligencia, 2 para que os
acordéis de las palabras anteriormen-
te dichas por los santos protetas y
del mandamiento del Señor y Salva-
dor, comunicado por vuestros apósto-
les; 3 esto entendiendo ante todo que
vendrán en los últimos días burla-
dores con burlerías, dados a vivir
conforme a sus propias concupiscen-
cias, * y diciendo : «¿Dónde está la
promesa de su advenimiento ? Por-
que desde que los padres murieron,
todo continúa de la misma manera,
lo mismo que desde el principio de
la creación.» 5 Porque esto se les ocul-
ta deliberadamente : que existieron
originariamente cielos y tierra, que,
salida del agua y sujeta a la acción
del agua, adquirió su consistencia por
la palabra de Dios, 6 por las cuales
cosas el mundo de entonces pereció
inundado por el agua ; 7 y los cielos y
la tierra de ahora quedan en reserva
por la misma palabra, guardados pa.
ra el fuego para el día del juicio y
del exterminio de los hombres im-
píos.
Vendrá el día del Señor. 3, 8-13
8 Esto solo no se os esconda, ama-
dos míos, que un día es para el Se-
ñor como mil años, y mil años co-
mo un día (Sal. 89, 4). "No anda el
Señor remiso en la promesa, al mo-
do que algunos califican de remi-
sión su proceder, sino que usa de
longanimidad con vosotros, no que-
riendo que algunos perezcan, sino
que todos vengan a penitencia. 10 Pe-
ro vendrá el día del Señor como la-
drón, día en que los cielos estrepi-
tosamente pasarán, y ios elementos
abrasados se disolverán, y la tierra,
con cuantas obras hay en ella, será
alcanzada por el fuego. 11 Pues que
todas esas cosas así se han de disol-
ver, ¿ cuáles conviene que seáis en
santas costumbres y obras de pie-
dad, 12 aguardando y apresurando el
advenimiento del día de Dios, por
el cual los cielos, abrasados, se di-
solverán, y los elementos, ardiendo,
se derretirán ? 13 «Nuevos cielos, em-
pero, y nueva tierra» (Is. 65, 17 ;
66, 22) aguardamos, según su pro-
mesa, en los cuales habita la jus-
ticia.
Epílogo
Exhortación final. 3, 14-18
M Por lo cual, amados míos, mien-
tras aguardáis estas cosas, procurad
con empeño, conservándoos inmacu-
lados e intachables, ser hallados por
él en paz, "y la longanimidad de
nuestro Señor consideradla como sal-
vación, como también nuestro ama-
do hermano Pablo, según la sabidu-
ría que le fué dada, os escribió ;
" como asimismo lo hace en todas
las epístolas, hablando de esto ; en
las cuales hay algunas cosas difíci-
les de entender, las cuales los indoc-
tos y poco asentados tuercen, lo mis-
mo que las demás Escrituras, para
3* Pou las cuales (cosas) : la palabra de Dios (principalmente) y el agua (ínstru-
mentalmente) causaron la catástrofe del diluvio.
8 La sensación de lentitud relativa con que el hombre aprecia el curso de los
acontecimientos no coincide con la apreciación del Dios eterno.
9Cf. Rom. 2, 4; 9, 22-23; Ef. 4, 30; 5, 5-6.
54 En paz : con Dios, es decir, en su gracia. .
w Difíciles : porque, dificultosas de entender, pueden dar pie a torcidas inteli-
gencias. De hecho, la torcida inteligencia de algunas expresiones de San Pablo dió
origen al protestantismo. 'II Como las demás Escrituras: con esta declaración, con
que son equiparadas a los demás libros divinamente inspirados, San Pedro canoniza,.
por así decir, las Epístolas de San Pablo.
-531 —
3"
II SAN PEDRO
su propia perdición. l: Vosotros, pues, I
amados míos, conociéndolo de ante- |
mano, guardaos, no sea que, arras- I
trados por el extravío de hombres
sin ley, decaigáis de vuestra firme- 1
za ; 18 antes bien creced en la gracia
v conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesu-Cristo. A El la gloria,
ahora y hasta el día de la eternidad.
Amén.
,s Nuestro Señor y Salvador : es la cuarta vez que aparece esta expresión (cf. i,
ti ; 2, ao ; %, que, así por lo que significa como por la gracia que le precede y por
la doxologfa que le sigue, es un nuevo testimonio de la divinidad de Jesu-Cristo.
INTRODUCCION
A LA I EPISTOLA DE SAN JUAN
L autor. — El autor de la Epístola no es otro que el autor de! cuarto
Evangelio. Aun cuando la tradición no lo afirmara, bastaba la cri-
M— ' tica interna para convencerse plenamente. La identidad dé pensa-
miento y de estilo — y se trata del pensamiento y del estilo de San Juan,
inimitables — delatan la mano del autor. Es Juan, acl Presbítero» , el An-
ciano por antonomasia, el único apóstol superviviente, el discípulo predi-
lecto del Señor, que ha agrupado en torno suyo a todos ¡os fieles del Asia
Menor, que creen escuchar en su palabra la voz misma del adorado Maes-
tro y la reciben con igual reverencia y amor.
Ocasión y objeto. — Pero de entre los discípulos de Cristo habían co-
menzado a surgir los anticristos. El principal de ellos era Cerinto, que
rebajaba torpemente la persona del Salvador. Imaginando que el Cristo
era un ser superior, un eón, enseñaba que se unió a él en el bautismo
de Juan, pero que le desamparó en la cruz; admitía que Cristo había
venido en agua, pero no en sangre. Contra esas novelerías blasfemas alza
su voz el apóstol para afirmar que «éste es el que vino por agua y san-
gre, Jesús Mesías: no en el agua solamente, sino en el agua y en la
sangre» (5, 6): Mesías en el bautismo y Mesías en la cruz. Y también
Hijo de Dios. Naturalmente, a la heterodoxia de la doctrina seguía el
desarreglo de las costumbres. Por esto el apóstol, además de volver por
los fueros do la verdad y de la tradición apostólica (2. 24; 11), inculca
el apartamiento del mundo y la observancia de los mandamientos, sin-
gularmente del gran mandamiento, antiguo y nuevo, del amor.
Carácter.— La Epístola, que apenas tiene la forma de carta ordina-
ria, es más bien un mensaje y un testimonio : mensaje apostólico y men-
saje divino, que es testimonio de agua y sangre, testimonio del Espíritu,
testimonio de Dios. Y al transmitir este mensaje. Juan se remonta a Jas
mpremas categorías de la verdad, de la vida y del amor. No menos que
la verdad, el amor es luz. Dios es luz, y luz también su revelación y sus
mandamientos ; y quien los observa está en la luz* y caimina en la luz.
A la alteza trascendente del pensamiento responde la luminosa diafani-
dad de la palabra. Reaparecen en la Epístola aquellas repeticiones rítmi-
cas y orientadoras del Evangelio y aquellas ondulaciones concéntricas
y ¡¡armónicas. Y todo esto en un lenguaje sereno, plácido, sugestivo, ma-
ravilla literaria, só¡o superada por la palabra del Maestro.
- 533 -
1 1-4
I SAN JUAN
11-4
EPISTOLA I DE SAN JUAN
Prólogo
Mensaje apostólico sobre la manifestación de la vida, i, 1-4
1 1 Lo que era desde el principio,
lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos,
lo que contemplamos y nuestras manos tocaron,
acerca del Verbo de la vida
2 — y la vida se manifestó,
y la hemos visto, y damos testimonio,
y os anunciamos la vida eterna,
la que estaba cabe el Padre, y se manifestó a nosotros — ,
3 lo que hemos visto y oído,
os lo anunciamos también a vosotros,
para que también vosotros tengáis comunión con nosotros
Y nuestra comunión es con el Padre
y con su Hijo Jesu-Cristo.
* Y estas cosas escribimos nosotros,
para que nuestro gozo sea cumplido.
-J >~3 Es notable la afinidad de este prólogo con el del cuarto Evangelio. En
-*• cuanto a su estructura, el versículo 3 empalma con el versículo 1, pasando por
encima del 2, que es un paréntesis.
1 Lo que era desde el principio : es lo mismo me en el Evangelio «En el prin-
cipio existía el Verbo» (r, 1). || Lo que hemos oído... : los apóstoles se presentan
como testigos, no sólo de oídas, sino también de vista y aun de manos. De ahí el
valor incomparable de su testimonio. || El Verbo de i.» vida : tres sentidos posibles :
1) intencional: el Verbo es la palabra o revelación de Dios; 2) personal: es la per-
sona del Hijo de Dios, como en el Evangelio (i, i ; 1, 14) y en el Apocalipsis (19, i¡) ;
j) compuesto o combinado : es el Verbo hecho carne, como expresión o concreción
viviente de la divina revelación ; o es la divina revelación, en cuanto cifrada o com-
pendiada en la persona misma del Verbo, en su acción y en su palabra. Este tercer
sentido es preferible.
2 La vida se manifestó : fórmula abreviada, que inmediatamente se desarrolla :
«la virla eterna, la que é*staba cabe el Padre, y $t- manifestó a nosotros». Esta fór-
mula es la síntesis de toda la Teología de San Juan. En ella se distinguen dos
elementos: 1) la vida con su múltiple acción vivificante; 2) su manifestación va-
riada y graduada. Esta fórmula responde a esta otra del Evangelio (1, 41 : «La
Vida era la luz de los hombres.» Manifestación es iluminación (Ef. 5, 13).
'Comunión: es, a base de la recíproca inmanencia, la íntima comunicación, pat-
ticipación, consorcio o solidaridad de vida. El termino de esta comunión es el PTdre
y el Hijo. Se dice también comunión con nosotros, por cuanto de ella participan
(o están llamados a participar) a una todos los fieles. Así entendida, esta comunión
es como la prolongación o sublimación de la unión en Cristo Jesús, preconizada por
San Pablo. El decir para que ieng.íis comunión supone que esta comunión se des-
— 534 -
1 5-10
I SAN JUAN
1 5-10
I. Dios es Luz
Caminemos en la luz. i, 5-7
* Y éste es el mensaje que hemos oído de El,
y os anunciamos a vosotros :
que Dios es luz,
v tiniebla en él no hay ninguna.
' Si dijéremos que tenemos comunión con El
y camináremos en las tinieblas,
mentimos y no obramos la verdad ;
7 mas si camináremos en la luz,
como El está en la luz,
tenemos comunión recíproca con El,
y la sangre de Jesu-Cristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado.
Confesión de nuestros pecados. 1, S-10
* Si dijéremos que no tenemos pecado,
a nosotros mismos nos engañamos,
y la verdad no está en nosotros.
*Si confesáremos nuestros pecados,
fiel es y justo,
para perdonarnos los pecados
y purificarnos de toda iniquidad.
" Si dijéremos que no tenemos pecado,
le hacemos mentiroso,
y su palabra no está en nosotros.
envuelve gradualmente. Si sustancialmente ya existe, todavía puede y debe anudarse
más estrechamente hasta alcanzar su plenitud o consumación.
6 Dios es luz : es la luz primordial y original, el foco de la luz. De esta luz
fontal emana la luz que ilumina (objetivamente) el mundo de la gracia y la luz
que alumbra (subjetivamente) los ojos del espíritu humano. Con esta luz tiene eu
.San Juan estrecha conexión la verdad. La luz original es Dios, verdad primera ;
la luz que brilla en el mundo es la verdad de la palabra divina ; la luz que esclarece
la inteligencia humana es la verdad del conocimiento. En otros términos : la luz
increada es el resplandor de la verdad divina ; la luz irradiada en el mundo sobre-
natural es la verdad esplendorosa del Evangelio ; la luz de los ojos humanos es
la verdad luminosa de la fe. Hay que tener presentes estas equivalencias o corres-
pondencias para entender la terminología característica de San Juan. A esta luz
6e oponen las tinieblas. En Dios no las hay ; mas las hay en el mundo y puede
haberlas en el hombre. Además, la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, se
hallan no sólo en la inteligencia, sino también en el corazón ; no sólo en la con-
templación, sino también en la acción. Para San Juan, la rectitud moral es verdad,
como el pecado es mentira.
6 Si dijéremos...: esta expresión inicial, tres veces repetida (vv. 6, 8, 10), señala
el principio de otros tantos ciclos o períodos en que se desenvuelven pensamientos
análogos. || Mentimos y no obramos la verdad: verdad es conformidad con la
realidad ; por esto, como no hay verdad en el conocimiento que no es conforme con
la realidad objetiva, tampoco la hay en el acto que no es conforme con el orden
objetivo de la bondad y justicia. Y tanto en lo uno como en lo otro, la privación di
verdad es y se llama mentira. Para San Juan, la verdad no sólo se conoce, sino tam-
bién se obra ; y el no obrarla es mentir.
' Tenemos comunión... : fruto de la luz y de la verdad es la comunión con
Dios. I| Contra lo que algunos han supuesto, la soteriología de San Juan está teñida
con LA sangre DE Jesu-Crisio, no menos que la soteriología de San Pablo.
»-io parece una paradoja que, siendo el pecado la antítesis de la verdad, no obs-
tante, el reconocimiento del propio pecado es como la entrada que nos introduce
en el reino de la verdad. La humildad es la verdad.
•Fiel es Dios en el perdón de los pecados, porque cumple lo prometido; Y justo
también, porque este perdón lo mereció Jesu-Cristo con su sangre.
— 535 —
2 U7 I SAN JUAN 2 !"7
Jesu-Cristo, abogado de los pecadores. 2, 1-2
o 1 Hijuelos míos, esto os escribo para que no pequéis
^ si todavía alguno pecare,
abogado tenemos ante el Padre a Jesu-Cristo, justo.
s Y él es propiciación por nuestros pecados,
y no por nuestros pecados solamente,
sino también por los de todo el mundo.
Guardemos sus mandamientos. 2, 3-6
• Y en esto sabemos que le hemos conocido :
si guardáremos sus mandamientos.
4 Quien dice : «Le he conocido»,
y no guarda sus mandamientos,
mentiroso es, y en él no está la verdad ;
5 mas quien guardare su palabra,
de verdad en éste la caridad de Dios está consumada :
en esto conocemos que estamos en El.
6 Quien dice que permanece en El,
debe, como El caminó, también él caminar así.
El mandamiento antiguo y nuevo. 2, 7-11
' Carísimos, no os escribo un mandamiento nuevo,
sino un mandamiento antiguo,
que tenéis desde un principio :
el mandamiento antiguo es la palabra que oísteis.
2i Es altamente consoladora la enseñanza de San Jua.i sobre el pecado. Por un»
parte nos exhorta a que no pequemos ; mas por otra nos advierte que ni el pecado
pretérito ni tampoco el que eventualmente pueda sobrevenir, como se reconozca
humildemente, es un obstáculo insuperable para la salud eterna. Si no:/>tros no me-
recemos el perdón de nuestros pecados, abogado tenemos ante el Paduf aue nos lo
mereció, como Redentor, y ahora nos lo alcanza, como Intercesor.
2 El es propiciación... : todo Jesu-Cristo es no sólo propiciador o propiciatorio, sino
propiciación. Es de notar la conexión que sugiere San Juan entre la intercesión celeste
de Cristo Abogado y la propiciación terrestre de Cristo Redentor. (Cf. Rom. 8, 34 ;
Ilebr. 6, 19-20 ; 7, 24-25. 1 Como en la Virgen María la mediación actual tiene sus
raíces en la corredención.
*-* El conocimiento de Jesu-Cristo, la caridad de Dios y la observancia de sus
mandamientos, si en sentido precisivo son cosas distintas, en sentido pleuario y pro-
fundo son para San Juan una misma realidad ; y esta triple realidad es el criterio
y la manifestación de nuestra comunión con Dios. Por esto puede afirmar San Jiiañ
que en esto sabemos que le hemos conocido, si guardáremos sus mandamientos. Es
que no habla de un conocimiento abstracto, frío y superficial, sino de un ■conoci-
miento interno», cálido y penetrante, de una verdadera comunión vital de nuestra
inteligencia con la mente y la verdad de Dios. Siempre será verdadera la sentencia
del Maestro : «Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón» (Mt. 6, 21 ; Le. 12, 34).
Que es decir : lo que se conoce y estima como tesoro, lleva tras sí el corazón.
'-" Este trozo es un bellísimo poemita, dividido en dos partes. En la primera
(7-8) se enuncia un mandamiento antiguo a la vez y nuevo. En la segunda (9-11) se
enaltece el amor fraterno contrapuesto al odio.
1 En el mandamiento antiguo, que es la caridad, se recapitula no sólo toda la ley
(Rom. 13, 8-10; Gál. 5, 14), sino también todo el Evangelio que ES la palabra qup
oísteis. Con esta expresión se remite San Juan no al Evangelio escrito, sino al
Evangelio predicado, a la enseñanza oral de los apóstoles, a la tradición apostólica.
-536-
2 8-15
I SAN JUAN
2 8-15
* Todavía también os escribo un mandamiento nuevo,
10 cual se verifica en El y en vosotros ;
porque las tinieblas pasan,
v la luz verdadera ya brilla.
5 Quien dice estar en la luz
y aborrece a su hermano,
está en las tinieblas hasta ahora.
M El que ama a su hermano,
permanece en la luz
v no hay tropiezo en él.
11 Mas quien aborrece a su hermano,
en las tinieblas está, y en las tinieblas anda,
y no sabe adonde va,
pues las tinieblas cegaron sus ojos.
Declaración y aplicaciones. 2, 12-14
13 Os escribo a vosotros, hijuelos,
que os son perdonados los pecados por su nombre.
" Os escribo a vosotros, padres.
que habéis conocido al que es desde el principio.
Os escribo a vosotros, adolescentes,
que habéis vencido al malo.
14 Os escribo a vosotros, niños,
que habéis conocido al Padre.
Os escribo a vosotros, padres,
que habéis conocido al que es desde el principio.
Os escribo a vosotros, adolescentes,
que sois fuertes,
y la palabra de Dios permanece en vosotros,
y habéis vencido al malo.
No hay que amar al mundo. 2, 15-17
■ No améis al mundo,
ni las cosas que hay en el mundo.
Si alguno amare al mundo,
• Lo «.UAL : d anteccdent* lógico de este .dativo es la novfduJ del mandamiento
nuevo. Ksta novedad, es decir, el que el mandamiento sea algo nueyo, se VERIFICA
en él Y en vosotros. Y da la razón algo enigmáticamente : porque las tinieblas pasan
y la luz verdadera ya brilla. Quiere decir : este mandamiento es nuevo, por parte
de Criszo, porque es una irradiación de la luz nueva rué brilla después de las
viejas tinieblas. Y es también nuevo, por parte de vosotros, porque es nuevo para
vosotros el vivir en la luz después de haber permanecido en las tinieblas.
Hay aquf una curiosa antítesis ternaria, muy del gusto de San Juan, en que,
por así decir, los extremos se tocan : aborrece-ama-aborrece ; tinikbi.as-luz-tinieblas.
°"M La principal dificultad de este pasaje, dividido en dos ciclos enteramente
paralelos, está en la triple denominación de hijuelos (o niños), adolescentes y pa-
dres. ¿Designan tres categorías distintas o bien cada una de las tres denominaciones
representa la totalidad de los fieles ? Una explicación intermedia parece preferible :
hijuelos (y niños) son denominaciones comunes que comprenden a todos los fieles;
ADOLESCENTES y padres distinguen dos categorías de fieles conforme a su edad. Kl
motivo de semejante interpretación es que las dos denominaciones de hijuelos y
niños el anciano Juan las emplea constantemente en sentido metafórico refiriéndose
a todos los fieles (2, 1; 2, 18; 2, 28; 3, 7 ", 5, iS ; 4, 4 ; 5, 21); y, por otra parte, lo
que a ellos dice no es propio y peculiar de los niños, sino común a todos los fieles.
Inversamente, las denominaciones de adolescentes o padres nunca las emplea
San Juan refiriéndose a todos los fieles ; y, por otra parte, lo que a ellos dice está
en consonancia con la diferencia de edad.
» Cf. Rom. 8, b-7 ; Sant. 4, 4-5.
— 537 —
2 16-22
I SAN JUAN
216-22
no está en él la caridad del Padre ;
pues todo lo que hay en el mundo
— la concupiscencia de la carne,
y la concupiscencia de los ojos,
y la jactancia de los bienes terrenos —
no procede del Padre,
sino que procede del mundo.
" Y el mundo se pasa y su concupiscencia ;
mas el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Im última hora y el anticristo. 2, 18-25
Hijuelos, es la última hora,
y, según oísteis que el anticristo viene,
ahora, pues, han aparecido muchos anticristos,
de donde conocemos que es la última hora.
14 De nosotros salieron, mas no eran de nosotros ;
pues si de nosotros fueran,
hubieran permanecido con nosotros ;»
pero acontece así para que se ponga de manifiesto
que no todos son de nosotros.
Ju Y vosotros tenéis la unción del que es Santo,
y lo sabéis todo
-' No os escribí porque no sepáis la verdad,
sino porque la sabéis
y porque toda mentira no viene de la verdad.
•'- ¿ Quién es el mentiroso
sino el que niega que Jesús sea el Mesías ?
liste es el anticristo,
el que niega al Padre y al Hijo.
* Todo el que niega al Hijo,
tampoco admite al Padre ;
16 La concupiscencia de los ojos se refiere a los espectáculos mundanos y diversio-
nes inmorales o carnavalescas. || La jactancia de los bienes [terrenos] o arrogancia
de la opulencia es el orgullo que la riqueza cría y ceba.
18 La última hora: la última edad del mundo. |l El anticristo... muchos anti-
cristos : la denominación de anticristo se usa en diferentes sentidos. En sentido
propio es el gran rival o antagonista de Cristo, ael hombre del pecado, el hij'o de la
perdición» (2 Tes. 2, 3), cuya aparición precederá inmediatamente el segundo adve-
nimiento de Cristo. En sentido derivado o menos propio es la colectividad o tenden
cias satánicas, que encarnará en sí el anticristo personal o también algunos indi
viduos de singular perversidad y prepotencia que en el curso de la historia humana
van preludiando la acción del anticristo por antonomasia.
10 No eran de nosotros: son los que, como Simón Mago (Ac. 8, 18-24), abrazaron
el cristianismo con ánimo fingido y torcido y luego apostatan.
20 Tenéis la unción del que es Santo : la unción es consagración o santificación ,
por esto el Ungido es el Santo. Esta correspondencia se expresa en la misma signi-
ficación etimológica : unción es chrisma. Ungido es Christo. En sentido real, la
unción representa el Espíritu Santo, por el cual Cristo fué ungido y constituido
Mesías (Sal. 2, 2 ; 44, 8; Le. 4, 18; Ac. 2, 36; 4, 27; 10, 38). Los fieles, en Cristo,
participan de esta unción o chrisma del Espíritu Santo, uno de cuyos efectos es la
ilustración de la inteligencia. Por esto continúa San Juan : Y lo sabéis todo, es
decir, todo lo que os interesa conocer para vuestra salud eterna, sin que tengáis
oue mendigarlo de los maestros del error, de los anticristos, cuya doctrina es una
-"-Alude San Juan a los cerintianos, que fantaseaban que sobre el hombre Jesús
en el bautismo descendió el Eón Cristo, y que se retiró de él en la pasión. Con esto,
si se admitía cierta mesianidad de Jesús, se negaba la identidad personal entre
Jesús y Cristo. San Juan, no contento con afirmar esta identiadd personal, añade
que Jesús era no sólo Mesías, sino también Hijo de Dios.
a El que niega al Hijo, tampoco admite al Padre : tomando los términos Hijo
y Padre en sentido formal, dice con razón que quien niega al Hijo de Dios no puede
- 538-
2 23-3 i
I SAN JUAN
2 23-3 1
quien reconoce al Hijo,
también al Padre admite.
M Vosotros — lo que oísteis desde el principio,
que se mantenga entre vosotros.
Si se mantuviere entre vosotros
lo que oísteis desde el principio,
también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
* Y ésta es la promesa que El nos ha prometido :
la vida eterna.
Unción del espíritu. 2, 26-29
Estas cosas os escribí acerca de los que os seducen.
'•' Y vosotros — la unción que recibisteis de El
permanece en vosotros
y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe ;
sino, como su unción os enseña sobre todas las cosas,
así es verdad y no hay mentira ;
v según que os enseñó, permaneced en El.
™ Y ahora, hijuelos, permaneced en El,
para que, cuando se manifestare, tengamos confianza
v no seamos avergonzados por El en su advenimiento.
to Si conocéis que es justo,
sabed también que todo el que obra la justicia,
de El ha nacido.
II. Dios es Padre; nosotros, hijos de Dios
Hijos de Dios. 3, 1-3
o 1 Mirad qué tal amor nos ha dado el Padre,
" que seamos llamados hijos de Dios, y lo somos
Por eso el mundo no nos conoce a nosotros,
porque no le conoció a El.
lógicamente admitir la paternidad natural de Dios. Aunque admita a Dios, no ad-
mite al Padre.
M Nueva recomendación de la tradición oral, vehículo y criterio de la doctrina
apostólica.
■ No tenéis necesidad de que nadie os enseñe l quiere decir : no tenéis necesidad
de que venga uno de esos maestros indocumentados y privados de la unción del
Espíritu Santo a enseñaros, como a ignorantes, a vosotros, que ya conocéis la verdad,
internamente ilustrados por la unción del Espíritu y externamente amaestrados por
la enseñanza apostólica. No enseña, por tanto, San Juan la inutilidad del magisterio
eclesiástico. La razón es clara. Porque : i) al excluir la enseñanza ajena se refiere a
la doctrina de los anticristos ; 2) porque varias veces recomiendá la adhesión a la
tradición apostólica ; j) porque él mismo, con la carta que escribe, ejerce y acredita
el magisterio eclesiástico externo ; 4) ad hominetn, contra los protestantes, que in-
terpretan torcidamente estas palabras de San Juan, porque también ellos, no con-
tentos con la secreta acción del Espíritu Santo, difunden sus biblias y predican sti
Evangelio.
'M Transición de la primera a la segunda parte.
O 1 No nos conoce: no conoce lo que somos, es decir, hijos de Dios; y no pue.k
O conocernos como a tales, puesto c¡ue desconoce a Dios como Padre. Es, inversa-
mente, la misma razón antes propuesta (2, 23).
— 539 —
3 2"10
I SAN JUAN
3 2-10
- Carísimos, desde ahora somos hijos de Dios,
y todavía no se mostró qué seremos ;
sabemos que, cuando se mostrare,
seremos semejantes a El,
porque le veremos tal como es.
" Y todo el que tiene esta esperanza en El,
se purifica a sí mismo, como El es puro.
Los hijos de Dios no obran el pecado. 3, 4-10
4 Todo el que obra el pecado, hace también lo que es contra ley,
y el pecado es el quebrantamiento de la ley.
' Y sabéis que El se manifestó
para quitar de en medio nuestros pecados,
v en El no existe pecado.
JTodo el que permanece en El, no peca ;
todo el que peca, no le ha visto ni le ha conocido.
' Hijuelos, nadie os engañe :
quien obra la justicia es justo,
como El es justo ;
8 quien obra el pecado, del diablo procede,
porque el diablo peca desde el principio.
Para esto se manifestó el Hijo de Dios,
para destruir las obras del diablo.
s Todo el que ha nacido de Dios no obra pecado,
porque el germen de Dios permanece en él,
y no puede pecar,
porque ha nacido de Dios.
10 En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo :
todo el que no obra justicia no es de Dios,
y tampoco el que no ama a su hermano.
2 No se mostró qué seremos : nuestra divina filiación, recogida y escondida en el
interior, no ha ostentado todavía toda su magnificencia y gloria. |l Seremos seme-
jantes a El : la gracia y la gloria son una elevación sobrenatural al orden divino,
una semejanza fle Dios cual es en sí, una participación «de la divina naturaleza»
(2 Pe. 1, 4). || Porque le veremos tal como es: se promete la visión intuitiva de
Dios cual es en sí, cara a cara (1 Cor. 13, 12; 2 Cor. 5, 7-8). Semejante visión facial
de Dios se aduce no precisamente como la razón formal de la semejanza con Dios,
sino como señal o prenda de ella.
4-9 Este pasaje consta de dos ciclos paralelos (4-6 = 7-9), que mutuamente se
explican. En cada uno de ellos predominan estos tres pensamientos : naturaleza del
pecado, fin de la \enida del Hijo de Dios, ausencia de pecado en los hijos de Dios
4 El pecado es el quebrantamiento de la ley : exacta definición del pecado. En
el versículo paralelo (S) se añade que «quien obra el pecado, del diablo procede»,
es decir, es hijo del diablo (10).
6 Se manifestó para quitar he en medio nuestros pecados : supuesta la relación
del pecado con el diablo, esta afirmación coincide con la del versículo paralelo (8) :
«para destruir las obras del diablo».
8 Todo el que permanece en El, no peca : en el versículo paraltlo (91 se afirma no
sólo la ausencia de pecado, sino la impotencia de pecar ; y se da como razón «porque
el germen de Dios permanece en él». Esta impotencia no es física, sino puramente
moral ; y consiste en que la gracia, que es germen de Dios, cuando prende en ei
alma y arraiga firmemente en ella y se desenvuelve normalmente y sin obstáculos
que la neutralicen, de tal manera la corrobora y estabiliza en el bien, que la hace
superior a todas las violencias o seducciones del mal. Los hechos confirman esta
afirmación de San Juan y la explican. I.os santos, después que se entregaron ple-
namente a Dios, ya no pecaron mortalmente. Este hecho, tan frecuente y constante,
no se explica sin una imposibilidad interna de pecar. Mas no por esto pierden la
libertad en el obrar el bien. Incomparablemente mayor era la imposibilidad de pecado
en Jesu-Cristo y en su divina Madre, los cuales, no obstante, conservaron toda su
libertad en el bien obrar.
10 Conclusión de lo que precede y transición que prepara lo que sigue.
— 540 —
3 11-22
1 SAN JUAN
311-22
Los hijos de Dios aman a sus hermanos. 3, 11-18
" Porque éste es el mensaje que oísteis desde el principio :
que nos amemos los unos a los otros ;
u no como Caín era de la raza del malo
y asesinó a su hermano.
¿ Y por qué razón le asesinó ?
Porque sus obras eran perversas,
y las de su hermano, justas.
a No os maravilléis, hermanos, si os aborrece el mundo.
14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida,
porque amamos a los hermanos ;
quien no ama, permanece en la muerte.
,s Todo el que aborrece a su hermano es homicida,
y sabéis que todo homicida
no tiene vida eterna permanente en sí mismo.
10 En esto hemos conocido la caridad,
en que El dió su vida por nosotros ;
también nosotros debemos dar las vidas por los hermanos.
" Pues quien poseyere los bienes del mundo,
y viere a su hermano tener necesidad,
y cerrare sus entrañas, desviándose de él,
¿ cómo la caridad de Dios mora en él ?
u Hijuelos míos, no amemos de palabra y con la lengua,
sino con obra y de verdad
Confianza en Dios. 3, 19-32
M Y en esto conoceremos que somos de la verdad,
y delante de él aquietaremos nuestros corazones ;
•Aporque si nos condenare el corazón...,
pues mayor es Dios que nuestro corazón,
y conoce todas las cosas.
a Carísimos, si el corazón no condena,
confianza tenemos con Dios,
25 y cuanto le pidiéremos lo recibimos de El,
pues observamos sus mandamientos
y hacemos lo que es grato a sus ojos.
w En esto hemos conocido la caridad : es decir, qué cosa es amar, hasta dónde
se extiende la caridad. || En üUE El... : es frecuente en toda la Epístola designar
a Cristo por el simple pronombre tEl». Estaba el discípulo ainado tan Heno de Cristo,
c.ue pensaba que con decir «El» ya todos entenderían de quién hablaba.
11 ¿Cómo la caridad de Dios mora en ÉL? : con esta consecuencia encarece San Juan
el carácter o temple teológico de la caridad fraterna.
^ Doble antítesis : entre palabra y obra, entre lengua y verdad : ¡como si la len-
gua fuese instrumento de mentira!
"En esto: en que amamos a nuestros hermanos «con obra y de verdad». || Que
somos de la verdad: del bando de la verdad, como hijos de la verdad. || Auuieta-
kemos nuestros corazones : hallaremos la paz de la conciencia.
>,Ma\or es Dios...: si despreciáremos las acusaciones de la propia conciencia,
no podremos despreciar los reproches de Dios.
3 Fruto de la buena conciencia es la confianza en Dios.
— 541 -
3 4 6
I SAN JUAN
3 23-4
Transición. 3, 23-24
23 V éste es su mandamiento,
que creamos en el nombre de su Hijo Jésn-Crislo
y nos amemos los unos a los otros,
según que nos dió mandamiento de ello.
24 Y el que observa sus mandamientos,
tu E] permanece, y El en él ;
y en esto conocemos que permanece en nosotros,
por el Espíritu que nos dió.
Espíritu de verdad y espíritu de 'error. 4, 1-6
a 1 Carísimos, no creáis a todo espíritu,
antes contrastad los espíritus si son de Dios,
porque muchos falsos profetas salieron al mundo.
- En eso conoced el espíritu de Dios :
todo espíritu que confiesa a Jesús
como Cristo venido en carne,
es de Dios ;
5 y todo espíritu que rompe la unidad de Jesús,
no es de Dios ;
y éste es el espíritu del anticristo,
el cual habéis oído que viene,
y ahora está ya en el mundo.
1 Vosotros sois de Dios, hijuelos,
y los habéis vencido ;
porque mayor es el que en vosotros está
que el que está en el mundo.
5 Ellos del mundo son :
por eso hablan inspirados por el mundo,
V el mundo los escucha.
6 Nosotros somos de Dios :
el que conoce a Dios, nos escucha ;
el que no es de Dios, no nos escucha.
De esto conocemos el espíritu de la verdad
y el espíritu de la seducción.
a-li En estos dos versículos se recapitulan las principales enseñanzas de la Epís-
tola : la fe en Jesu-Cristo, la caridad fraterna, la observancia de los mandamientos,
la recíproca comunión con Dios, el don del Espíritu Santo.
4' Acaba de decir que conocemos nuestra comunión con Dios apor el Espíritu qui
nos dió» ; mas el Espíritu puede contrahacerse o simularse : ¿ cuál será, pues, el
criterio o contraseña para conocer el genuino Espíritu de Dios? Responde: la fe
en la unidad personal de Jesu-Cristo. II Contrastad los espíritus: cf. 1 Cor. 2, 12-15;
2 Cor 11, 3; 11, 13-14; Ef. 4, 14; Col. 2, 8 ; 1 Tes. 5, 21...
3 Rompe la unidad de... : más literalmente, desata o disticlve. Tal parece ser la
genuina lección conservada por los Padres más anükuos : San Ireneo, Clemente
Alejandrino, Orígenes, Tertuliano..., en vez de la vulgar tno confiesa a...». Alude
San Juan al error de los cerintianos (2, 22) y previene el de los nestorianos. || Este
es el lespíritu] del anticristo : podría también traducirse y entenderse oEsto es lo
[propio o característico] del...». II Y ahora ya está en el mundo: cf. 2, 18.
4 Porque mayor es el que en vosotros está : es la razón de todas las victorias
del espíritu cristiano : la presencia y asistencia del Omnipotente.
4 Del mundo son : es instructiva la conexión o identidad que establece San Juan
entre el anticristo, el espíritu del error, el mundo y el diablo.
— 542 —
4 7-16
I SAN JUAN
4 7-16
III.
Dios es amor
El amo,
nace de Dios 4, 7-
[O
7 Carísimos, arriémonos los unos a los otros,
porque el amor procede de Dios ;
y todo el que ama, de Dios ha nacido,
v conoce a Dios.
' Quien no ama no conoció a Dios,
porque Dios es amor.
"En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros,
en que al Hijo suyo unigénito envióle Dios ai mundo,
para que vivamos por El.
En esto está el amor :
no que nosotros hubiéramos amado a Dios,
sino que El nos amó a nosotros
y envió al Hijo suyo,
propiciación por nuestros pecados.
El amor de Dios pide amor a los hermanos. 4, 11-21
11 Carísimos, si Dios nos amó así a nosotros,
también nosotros debemos amarnos unos a otros.
u A Dios nadie jamás le ha visto :
si nos amáremos unos a otros,
Dios permanece en nosotros,
y su amor ha llegado en nosotros a su perfección.
13 Encesto conocemos
que permanecemos en El y El en nosotros,
en que nos ha dado de su Espíritu.
" Y nosotros hemos visto, y testificamos,
que el Padre envió su Hijo
como Salvador del mundo.
* Quien confesare que Jesús es el Hijo de Dios,
Dios permanece en él, y él en Dios.
16 Y nosotros hemos conocido y creído
el amor que Dios tiene con nosotros.
I Conocer a Dios, amar a Dios, ser nacido de Dios, estar en comunión con Dios :
todo esto en San Juan son diferentes aspectos de una misma realidad.
• Quien no ama no conoció a Dios : hay verdades que no se conocen si no se
sienten. Tal, por ejemplo, la belleza literaria ; tal también la bondad moral. || Dios
es amor : jamás la filosofía formuló tal definición de Dios.
*"M En dos como ciclos concéntricos, según su estilo característico, desenvuelve
San Juan el mismo pensamiento : la manifestación (u ostentación) y la iniciativa
del Dios amor.
Su amor ha llegado... A su perfección: el amor fraterno es la perfección o
consumación del amor a Dios, no por razón de su término, sino por razón de su
principio, que es el mismo Dios. Quiere decir que el amor a Dios alcanza su per-
fección cuando es tan intenso y poderoso, que se extiende a todo lo que es de Dios, y
particularmente a los hijos de Dios, que son hermanos nuestros. De ahí la alteza
de la caridad fraterna, que es no una simple consecuencia extrínseca, sino una pro-
longación o desenvolvimiento intrínseco del amor a Dios, precisamente cuando este
amor lleca a su plenitud y consumación. ¡Cuántas enseñanzas teológicas y ascéticas
en esta afirmación del discípulo amado!
10 Hf.mos conocido v creído el amor...: dos enseñanzas en estas palabras. Trí-
mera : la conjunción de conocido y creído, tan frecuente en todo el Nuevo Testa-
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4 17-5 2
I SAN JUAN
4 "-5 2
Dios es amor,
y quien permanece en el amor,
en Dios permanece, y Dios en él.
11 En esto ha llegado a su colmo el amor para con nosotros,
en que tengamos segura confianza en el día del juicio ;
porque cual es El,
tales somos también nosotros en este mundo.
18 Temor no le hay en el amor ;
antes el perfecto amor lanza afuera el temor,
pues el temor mira al castigo,
v quien teme no ha alcanzado la perfección en el amor.
Nosotros amemos,
porque El primero nos amó.
2uSi uno dijere : «Arao a Dios»,
y aborrece a su hermano,
mentiroso es ;
pues quien no ama a su hermano, a quien ha visto,
a Dios, a quien no ha visto, no le puede amar.
21 Y este mandamiento tenemos de él :
que quien ama a Dios ame también a su hermano
Fe y obras unidas al amor. 5, 1-5
C 1 Todo el que cree que Jesús es el Mesías,
de Dios ha nacido ;
y todo el que ama al que engendró,
ama también al que ha nacido de él.
2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios,
cuando amáremos a Dios
mentó, señala el carácter intelectual de la fe, que es una adhesión de la inteligencia
a la verdad revelada por Dios. Segunda : que hay que tener le en el amor de Dios. II
Quien permanece en el amor... : parece como que San Juan hasta ahora ha estado
haciendo diferentes tanteos en busca de esta fórmula maravillosa, hasta que por lin
ha dado con ella. La comunión de amor es la expresión más alta de la inefable
comunión con Dios. El amor es no sólo el nudo más estrecho, sino la consumación
de la comunión.
17 Fruto regalado del amor es la segura confianza. Y da la razón : porque cual es
él, tales somos también nosotros : es decir, semejantes a Dios, como hijos a su Pa-
dre ; que amamos a Dios, como Dios nos ama a nosotros. Y esto se verifica aun
estando en este mundo, sin esperar el abrazo de la bienaventuranza celeste.
38 Temor no le hay en el amor : es decir, temor servil. Hay tres clases de "temoi
de Dios : temor servilmente servil, que sólo mira al castigo ; temor simplemente
servil, que se ayuda del miedo al castigo para sostener el amor ; temor filial, que
nace del mismo amor. El servilmente servil es incompatible con el amor; el sim-
plemente servil es sólo compatible con el amor imperfecto; el filial no sólo es com-
patible con el más perfecto amor, sino esencial a él. Nadie teme más ofender a Dios
que quien perfectamente le ama. '
El amor de Dios a nosotros no sólo tiene la iniciativa, sino que es el principio
y el motivo de nuestro amor a El.
20 Quien no ama a su hermano, a quien ha visto... : aunque toda la razón de amar
al hermano es el amor de Dios, esta razón, con todo, al sensibilizarse en el hombre
visible, suele mover más eficazmente. Por esto mismo, el amor invisible de Cris'o.
al presentarse bajo el símbolo del Corazón visible, atrae a s( más poderosamente los
corazones humanos. Ojos que no ven, corazón que no llora.
21 Este mandamiento...: no contento Dicj con la fuerza innata del amor de Dios
para provocar o determinar la caridad fraterna, quiso, con todo, para asegurarla n
todo trance, ordenarla con mandamiento formal.
51 Ha nacido... engendró : nuestra filiación divina es algo más que una pura
adopción jurídica.
' En 4, 20, se dice que la caridad fraterna es señal del amor de Dios ; aquí, in-
versamente, que el amor de Dios es señal de la caridad fraterna. No hay contra-
dicción. Allí se habla del hecho, aquí del principio o del derecho.
— 544 —
5 3-13
I SAN JUAN
5 3-13
v pusiéremos por obra sus mandamientos.
• Porque éste es el amor de Dios :
que guardemos sus mandamientos,
y sus mandamientos no son pesados.
4 Pues todo el que ha nacido de Dios, vence el mundo ;
y ésta es la victoria que venció el mundo : nuestra fe.
6 ¿ Y quién es el que vence el mundo
sino quien cree que Jesús es el Hijo de Dios ?
' Este es el que vino por agua y sangre, Jesús Mesías :
no en el agua solamente,
Y el Espíritu es quien testifica,
porque el Espíritu es la verdad.
7 Pues tres son los que testifican :
8 el Espíritu, el agua y la sangre,
y los tres coinciden en uno.
6 Si aceptamos el testimonio de los hombres,
mayor es el testimonio de Dios ;
porque éste es el testimonio de Dios,
por cuanto testificó acerca de su Hijo.
10 Quien cree en el Hijo de Dios,
tiene el testimonio en sí.
Quien no cree a Dios,
por mentiroso le tiene,
por cuanto no ha creído en el testimonio
que Dios ha testificado acerca de su Hijo.
11 Y éste es el testimonio :
que Dio« nos dió vida eterna,
y esta vida está en su Hijo.
-- Quien tiene al Hijo, tiene la vida ;
quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida
13 Estas cosas os escribí
para que sepáis que tenéis vida eterna,
a vosotros los que creéis en el nombre del Hijo de Dios.
8-12 En dos ciclos se divide esta sección. En el primero (6-8) se mencionan los
tres testigos : Espíritu, agua y sangre. En el segundo (9-12) se declara el valor
divino y el objeto de su testimonio.
•Jesu-Cristo vino por agua, por cuanto el bautismo de Juan fué como la señal
oficial de su mesianidad ; y vino por sangre, por cuanto su muerte redentora esta-
bleció el reino mesiánico. || Ei. Espíritu... testifica : no sólo en el bautismo de Juan
y en Pentecostés, sino también constantemente en el corazón de los fieles (3, 24 ;
4, 2; 4, 6; 4, 13).
La adición de la Vulgata Clementina sobre los tres testigos celestes, el Padre,
el Verbo y el Espíritu Santo, no se halla en los códices griegos, y, entre los latinos,
sólo se lee en algunos códices españoles. Es probable que su origen sea africano
(Cf. Denz. 2198.)
•Mayor es...: más digno de fe.
10 Tiene el testimonio de Dios en sí: lo admite como verídico y idemás lo posee
como prenda de salud eterna.
J Creéis en el nombre... : el nombre, título o dignidad de Hijo de Dios es aquí
el objeto de la fe.
El testimonio de Dios sobre el Hijo. 5, 6-12
Epílogo
Confianza. 5, 13-15
— 545 —
N. T 18
514-21
I SAN JÜAN
5 14"21
14 Y ésta es la segura confianza que tenemos con El :
que si alguna cosa pidiéremos,
según su voluntad, nos escucha.
18 Y si sabemos que nos escucha en cuanto le pidiéremos,
sabemos que alcanzamos las peticiones que le hemos pedido.
Pecado de muerte y pecado no de muerte. 5, 16-17
18 Si uno viere a su hermano
cometiendo un pecado no de muerte,
pedirá, — y Dios le dará vida,
a los que pecan no para muerte.
Hay pecado para muerte ;
no digo que se ruegue por él.
" Toda injusticia es pecado,
y hay pecado que no es para muerte.
Los hijos de Dios, preservados del malo. 5, 18-19
IS Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca,
mas el que nació de Dios se guarda a si mismo,
y el malo no le toca.
" Sabemos que somos de Dios,
y el mundo todo estriba en el malo.
Jesu-Cristo, «cí verdadero Dios». 5, 20-21
-° Sabemos que el Hijo de Dios ha venido
y nos ha dado inteligencia
para que conozcamos al Verdadero,
y estamos en el Verdadero,
en su Hijo Jesu-Cristo.
Este es el verdadero Dios y vida eterna.
21 Hijuelos, guardaos de los ídolos.
14 Según su voluntad : según su beneplácito o inclinación a escucharnos.
tt-H Pecado taua muerte no es todo pecado mortal, sino algún pecado más atroz, en
que el pecador deliberadamente se obstina, con lo cual se cierra el camino de la
penitencia. Tal podría ser la apostasía o el odio mortal e irreconciliable contra su
14 El que ha nacido de Dios no peca : cf. 3, 6 ; 3, 9.
10 El mundo todo estriba en el malo : el demonio es la base, el sostén y el ins-
pirador de los criterios y de los goces mundanos.
20 Este es el verdadero... : el pronombre éste se refiere a Jesu-C_isto. Las razones
de esta significación o atribución cristológica son : i) la denominaciói. el Verdadero
(precedido de artículo) la emplea San Juan como propia y personal del Hijo (Ap. 3, 7;
19, 11) ; 2) la denominación vida (o vida eterna), predicada por identidad y como
sustantivamente, resérvala igualmente a sólo el Hijo (Jn. 11, 25; 14, 16; 1 Jn. 1, 2;
5, 11-12...) ; 3) el pronombre «ésten se refiere al nombre inmediatamente precedente,
cuando no se refiere al sujeto lógico de toda la frase ; y aquí Jesu-Cristo es el sus-
tantivo precedente y el sujeto predominante de toda la frase ; 4) tal es la interpreta-
ción general de los Santos Padres, entre los cuales pueden citarse San Atanoslo,
San Iiasilio, Dídimo Alejandrino, San Cirilo Alejandrino, San Ambrosio, San Agus-
tín, San Jerónimo, San Hilario y otros muchos. En este supuesto, probablemente
la frase entera parece debe interpretarse y puntuarse así : iEste, Jesu-Cristo, es el
Vlrdadero, es Dios y vida eterna». Y si así es, tenemos uno de los testimonios más
espléndidos de la divinidad de Cristo. Y este testimonio es tanto más significativo
y asombroso, en cuanto procede de un judío, irreductiblemente monoteísta y que a
continuación exhorta a los fieles que se guarden de los ídolos.
— 546 —
INTRODUCCION
A LA II EPISTOLA DE SAN JUAN
Destinatarios. — La «.señora elegida» y asus hijos» a quienes se dirige
la carta debe de ser una de las Iglesias o comunidades cristianas
del Asia Menor. No nos es posible precisar más.
Ocasión y fin. — Las recomendaciones que en la carta se hacen su-
ponen la presencia de los mismos adversarios o anticristos y de ¡os mis-
mos peligros doctrinales y morales que en la primera Epístola, escrita
por el mismo tiempo. En razón de su misma brevedad adquiere mayor
relieve la apremiante recomendación de mantenerse dentro de los lími-
tes de la tradición cristiana y apostólica. Las expresiones son hasta du-
ras. Al *quc va más allá y no se mantiene en la doctrina de Cristo», dice,
a este tal *no le recibáis en casa ni le digáis ;Salud!» (g-io).
Carácter. — La segunda Epístola es un precioso resumen, en que el
amplio mensaje se compendia en una breve carta. Y puede servir de in-
troducción para leer más fructuosamente la primera Epístola.
11-4
II SAN JUAN
EPISTOLA II DE SAN JUAN
Salutación epistolar. 1-3
1 El presbítero a la Señora elegi-
da y a sus hijos, a los cuales yo amo
en verdad, y no yo sólo, sino tam-
bién todos los que han conocido la
verdad, 2 por causa de la verdad,
que en nosotros permanece y con
nosotros estará eternamente. s Sea
con vosotros gracia, misericordia,
paz, de parte de Dios Padre y de
Jesu-Cristo, el Hijo del Padre, en
verdad y caridad.
El mandamiento de la caridad. 4-6
4 Me gocé en extremo porque he
hallado entre tus hijos quienes ca-
minan en verdad, según que recibi-
mos mandamiento de parte del Pa-
dre. ■ Y ahora te ruego, Señora, no
como quien te escribo mandamiento
nuevo, sino el que tuvimos desde el
principio : que nos amemos los unos
a los otros. * Y éste es el amor : que
caminemos según sus mandamien-
tos.; éste es el mandamiento : que,
como oísteis desde el principio, ca-
minéis en el amor.
Los falsos maestros. 7-11
' Porque muchos seductores han sa-
lido al mundo: los que no confiesan
a Jesús como Mesías venido en car-
ne. Esa. gente es el seductor y el an.
ticristo. " Mirad por vosotros, no sea
que perdáis lo que trabajasteis, an-
tes bien recibáis pleno galardón. "To.
1 El presbítero : Juan en sus últimos años, como único apóstol superviviente,
era el presbítero por antonomasia. || A la Señora elegida: el sentido real es claro:
se trata de alguna Iglesia determinada, que no sabemos cuál sea. El sentido formal
o verbal no es tan cierto. El sustantivo Señora puede ser común o propio. Si es
propio, sería, según el original, Kyria o Ciria. De todos modos, sería un nombre
simbólico. || En verdad : podría tamDién traducirse, tal yez más exactamente, «en
la verdad». La verdad es la realidad de la economía de la salud cristiana, o, lo que
es lo mismo, la revelación divina objetivamente considerada. Dentro de esta verdad
y conforme a ella dice San Juan que ama a la Iglesia a quien escribe.
3 En verdad v caridad : que son los dos temas fundamentales de la Epístola.
4 Caminan en [la] verdad : proceden o viven dentro de la verdad y en consonancia
con ella.
°Cf. 1 Jn. 2, 7.
6 Amar es guardar los mandamientos, porque el mandamiento por antonomasia
y que los recapitula todos es el del amor.
7 Alude a los cerintianos, que separaban o desgarraban la unidad personal de
Jcsu-Crtsto. (Ct. 1 Jn. 4, 1-3; 2, 1R-23.1
8 No sea que perdáis : hay que tener presente esta declaración para entender la
mente de San Juan cuando dice que tel que ha nacido de Dios... no puede pecan
(1 Jn., J, 9). ,. , , ,
0 El que va más allá : es el que enseña como Evangelio algo no sólo contrario,
sino aun simplemente distinto de la doctrina de Cristo. || El que se mantiene en
la doctrina: es decir, en la tradición apostólica. || Tiene al Padre y al Hijo: 110
sólo confesándolos con la fe, sino también poseyéndolos con la esperanza y el amor.
-548-
1 10-11
II SAN JUAN
1 12-13
do el que va más allá y no se man-
tiene en la doctrina de Cristo, no
tiene a Dios ; el que se mantiene en
la doctrina, éste tiene al Padre y
también al Hijo. 10 Si alguno viene
a vosotros y no trae esta doctrina,
no le recibáis en casa ni le digáis :
«¡Salud!»; "el que le dice: «¡Sa-
lud!», entra en comunión con sus
malas obras.
Conclusión. 12-13
13 Bien que tengo muchas cosas que
escribirte, no quise hacerlo por pa-
pel y tinta, sino que espero ir a vos-
otros y habí ir boca a boca, para que
nuestro gozo sea colmado. u Te sa-
ludan los hijos de tu hermana la ele-
gida.
10-» Dos cosas prohibe San Juan con el que no trae esta doctrina : hospedarle con
la intimidad de los hospedajes antiguos y saludarle con las efusiones de los saludos
orientales. Y da la razón : porque con semejantes saludos se entra en comunión con
sus malas obras. Esta intransigencia del Discípulo amado justifica y acredita la
intransigencia de la Iglesia Católica con el erTor.
u Los hijos de tu hermana la elegida son los fieles de la Iglesia desde la cual
escribe, probablemente la de Efeso.
— 549 —
INTRODUCCION
A LA III EPISTOLA DE SAN JUAN
estinatario. — La carta va dirigida a Gayo. Junto a él se mencionan
otros dos personajes : Diótrefes, a quien se vitupera, y Demetrio, a
quien se elogia. Es probable que Diótrefes sea el obispo de la Igle-
sia a la cual va dirigida la segunda Epístola. Y parece que este obispo,
contagiado por las perversas doctrinas de Cerinto, no sufría que San Juan
mandase misioneros a su Iglesia, y así no los recibía ni consentía que
nadie los recibiese' Muchos, con todo, se mantenían fieles al apóstol, en-
tre ellos Gayo, cristiano influyente de aquella Iglesia.
Ocasión y fin. — Según esto, San Juan escribe a Gayo recomendándo-
le que, sin atender al perverso Diótrefes, dé acogida a los predicadores
que él envíe, especialmente ahora a Demetrio, que parece ser el portador
de la carta y tal vez también el jefe de una expedición evangélica en-
viada por el apóstol.
— 550 -
11-6
III SAN JUAN
17-10
EPISTOLA III DE SAN JUAN
Salutación epistolar, i
1 El presbítero a Gayo el amado,
a quien yo amo en verdad.
Afectuosos elogios. 2-8
J Amado mío, en todas cosas te
deseo prosperidad y salud, a la me-
dida de la prosperidad que tiene tu
alma. * Porque me gocé en extremo
cuando vinieron algunos hermanos
y dieron testimonio de tu verdad,
conforme al modo con que tú andas
en verdad. 4 Mayor gozo no tengo
que el de oír que mis hijos caminan
en la verdad. 6 Amado mío, obras en
consonancia con la fe en cuanto ha-
ces con los hermanos, mayormente
con los extranjeros, 8 los cuales die-
ron testimoaio de tu caridad en pre-
sencia de la Iglesia, a los cuales ha-
rás bien en proveer para su viaje de
una manera digna de Dios, 7 pues
por su nombre salieron, sin recibir
nada de los gentiles. 8 Nosotros,
pues, debemos acoger a los tales,
para hacernos cooperadores de la
verdad.
Diótrefes y Demetrio. 9-12
' Escribí algo a la Iglesia ; pero
el que es amigo de tener el primer
puesto entre ellos, Diótrefes, no nos
admite. 10 Por esto, si voy allá, le
haré presentes las obras que hace,
cuando con perversas palabras dice
tonterías de nosotros, y, no contento
con esto, ni él admite a los herma-
1 El presbítero : cf. 2 Jn. 1. || Gayo : sobre este personaje y sobre los otros dos
mencionados en la carta, a falta de noticias ciertas, sólo caben conjeturas más o
menos fundadas.
- Salud: es probable que Gayo estuviera enfermo o enfermizo. || A la medida
de... : te deseo en lo temporal el mismo buen estado que tienes en lo espiritual.
w Andís en" [la] verdad : es lo mismo que obras en consonancia con la fe, haces
obras nacidas de la fe y son dignas de la fe que profesas. P Los extranjeros a
quienes se refiere son los misioneros o predicadores ambulantes del Evangelio en-
viados por el apóstol a diferentes ciudades. Gayo se distinguía en la caridad con
que hospedaba generosamente a estos misioneros.
8 Para hacernos cooperadores de la verdad : auxiliar en lo temporal a los mi-
sioneros es cooperar personalmente a la difusión del Evangelio. Tal es el principio
de la obra de la Propagación de la Fe.
* Escribí algo a la Iglesia : esta carta parece se ha perdido, pues difícilmente
puede ser la Epístola anterior, j] Diótrefes: probablemente era el obispo de aquella
Iglesia, que, lejos de gobernar como había mandado el Maestro (Mt. 20, 2Ü-2S ;
Me. io, 43-45; Le. 22, 26-27; Jn- 13» 12-17), ambicionaba tener el primer puesto y tra-
taba despóticamente a los fieles. || No nos admite: primer chispazo de espíritu
cismático contra la autoridad apostólica.
10 Ni él admite a los hermanos: al contrario de Gayo, Diótrefes ni daba hospedaje
a los misioneros forasteros ni consentía que otros se lo diesen ; más aún : los echaba
de la Iglesia, es decir, los excomulgaba. Temería, sin duda, Diótrefes que los enviados
por el apóstol mermasen su autoridad personal.
1 11-12
III SAN JUAN
1 13-15
nos ni consiente que los que quieren
los admitan, y los echa de la Igle-
sia. 11 Amado mío, no imites lo ma-
lo, sino lo bueno. El que obra el
bien, es de Dios ; el que obra el
mal, no ha visto a Dios. 12 A Deme-
trio le abona el testimonio de todos
y el de la misma verdad, y nosotros
también damos testimonio, y sabes
que nuestro testimonio es veraz.
Conclusión. 13-15
11 Muchas cosas tenía que escribir-
te, mas no quiero escribirte con tin-
ta y pluma ; " mas espero verte pron-
to, y boca a boca hablaremos. u La
paz sea contigo. Te saludan los ami-
gos. Saluda a los amigos en par-
ticular
11 Es de Dios... no ha visto a Dios: dos expresiones yerbalmente diferentes, real-
mente idénticas para San Juan.
" l Era Demetrio uno de los fieles más influyentes de la Iglesia a quien se es-
cribe, o bien uno de los misioneros ambulantes acogidos por Gayo, tal vez el portador
de la carta ? Simples conjeturas.'
15 Los amigos : la fraternidad cristiana es la más pura y la más íntima de las
amistades. || En particular: tal vez porque echados, él y ellos, de» las reuniones
eclesiásticas por Diótrefes, no tendría oportunidad de saludarlos en común.
INTRODUCCION
A LA EPISTOLA DE SAN IUDAS
utor. — El autor es «Judas... hermano de Santiago* (i) el obispo de
Jerusalén. Es apóstol. En el catálogo de ¡os Doce se menciona a
*■ «Judas el [hermano] de Santiago* (Le. 6, ib; Ac. i, 13). En el
canon tridentino de los libros inspirados se le llama «Judas Apóstol»
(Denz. JS4). Sin esta apostolicidad ni se explica la autoridad con que
escribe ni la canonicidad de la Epístola. De una indicación do San Pa-
blo (1 Cor. q, 5) parece deducirse que San Judas acompañó a San Pedro
en sus expediciones apostólicas fuera de Palestina.
Destinatarios. — Probablemente son judíos cristianos, que habían es-
tado bajo el influjo de Santiago el obispo de Jerusalén. Podrían ser es-
pecialmente los de la Iglesia de Antioquía.
Ocasión y fin. — Dieron ocasión a esta carta los mismos herejes liber-
tinos que motivaron la segunda de San Pedro. Podría ser que, como
San Pedro, para oponerse a los manejos de esos falsos profetas, escribió
a los fieles del Asia Menor, escribiese San Judas con análogo objeto a
los fieles de las regiones más vecinas de Jerusalén, no mucho después
de la muerte de Santiago.
San Judas y San Pedro. — £5 innegable la afinidad, aun verbal, entre
esta Epístola y la segunda de San Pedro. Hay dependencia literaria. Ge-
neralmente se cree que fué San Pedro quien utilizó el escrito de su cole-
ga. Las expresiones más duras y difíciles de San Judas delatan priori-
dad. Literariamente, la de San Judas es superior a la de San Pedro. Era
«hermano* del Señor.
-553 -
SAN JUDAS
15-8
EPISTOLA DE SAN JUDAS
Salutación epistolar. 1-2
'Judas, esclavo de Jesu- Cristo y
hermano de Santiago, a los llama-
dos, amados en Dios Padre y con-
servados para Jesu-Cristo : 2 miseri-
cordia, paz y caridad sean con vos-
otros multiplicadas.
Aparición de falsos maestros. 3-4
* Amados míos, poniendo yo toda
mi diligencia en escribiros acerca de
nuestra común salud, sentí la nece-
sidad de dirigiros esta carta para ex-
hortaros a combatir por la fe, trans-
mitida a los santos de una vez para
siempre. 4 Porque se han filtrado cier-
tos hombres, ya de antiguo señala-
dos en la Escritura como destinados
a esta condenación, impíos, que true-
can en libertinaje la gracia de nues-
tro Dios y niegan al solo Dominador
y Señor nuestro, Jesu-Cristo.
Sus precursores en el Antiguo Tes-
tamento. 5-7
8 Mas quiero recordaros, bien que
sepáis todas estas cosas una vez
aprendidas, que Jesús, después de ha-
ber salvado al pueblo sacándole de
la tierra de Egipto, luego exterminó
a los que no creyeron ; 8 y a los án-
geles que no mantuvieron su prin-
cipado, antes abandonaron su propia
morada, los reservó atados con ca-
denas eternas en el fondo de las ti-
nieblas para el juicio del gran día ;
' como también Sodoma y Gomorra
y las ciudades a ellas circunvecinas,
habiéndose entregado a todos los ex-
cesos de la fornicación lo mismo que
éstos, y corrido tras carne ajena, que-
dan ahí como ejemplar, sometidas
al castigo de fuego eterno
Perversidad de esos hombres. 8-13
8 Con todo esto, de semejante ma-
nera también éstos, en su loco des-
varío, manchan la carne, no recono-
1 De Santiago : el llamado hermano (=pariente) del Señor. Ambo?, Santiago y
Judas Tadeo, eran apóstoles. || Amados en Dios Padre: a quienes Dios ama y tiene
dentro de su corazón. || Conservados: por la gracia de Dios, que los sostiene. ||
I'ara Jesu-Cristo : cuyo patrimonio y propiedad han de ser.
3 La fe, transmitida... de una vez para siempre: la revelación cristiana, transmi-
tida a la Iglesia por los apóstoles, es inmutable e invariable : no sufre adiciones,
ni menguas, ni alteraciones.
4 Que truecan en libertinaje la gracia de la redención, que es una liberación del
pecado y de la ley mosaica : que esto es la libertad cristiana. (Cf. Gál. 5, 13 ; 1 Pe. 2,
16; 2 Pe. 2, 19.) || Al solo Dominador: testimonio de la universal soberanía del que
es «el solo Señor», Jesu-Cristo (1 Cor. 8, 6).
6 Jesús : testimonio de la preexistencia divina de Jesu-Cristo.
* Su principado : su rango de príncipes de la creación.
' Tras carne ajena : designación de los vicios nefandos.
8 Las glorias: los ángeles (2 Pe. 2, 10).
19-16
SAN JUDAS
1 17-25
cen señorío, blasfeman de las glo-
rias. • El arcángel Miguel, cuando,
altercando con el diablo, le disputa-
ba el cuerpo de Moisés, no osó pro-
nunciar sentencia contumeliosa, si-
no dijo : «Mándete callar el Señor.»
10 Estos, empero, blasfeman de lo que
ignoran, y lo que naturalmente sa-
ben, como los brutos animales, en
eso se corrompen. 11 ¡ Ay de ellos!,
porque anduvieron por el camino de
Caín, y por esperanza de lucro se
precipitaron en los extravíos de Ba-
laán, y perecieron con la sublevación
de Co'ré. a Estos son los que man-
cillan vuestros ágapes, cuando con
vosotros banquetean sin recato, hom-
bres que se apacientan a 6Í mismos,
nubes sin agua que los vientos se
llevan, árboles de otoño que fene-
ce, desprovistos de fruto, dos veces
muertos, arrancados de raíz ; " olas
bravias del mar, que echan las es-
pumas de sus torpezas ; astros erran-
tes, a los cuales está reservada la
lobreguez de las tinieblas eterna-
mente.
Profecía de Enoc. 14-16
" Profetizó también de éstos Enoc,
el séptimo a partir de Adán, dicien-
do: «He aquí que el Señor vino con
sus miríadas santas 15 para entablar
juicio contra todos, y convencer a
todos los impíos de todas sus obras
de impiedad que impíamente come-
tieron y de todas las palabras inso-
lentes :jue, pecadores impíos, habla-
ron contra El» (Enoc, 1, 9). 16 Estos
son murmuradores, descontentos de
su suerte, que viven conforme a sus
concupiscencias y cuya boca habla
pomposidades, que se hacen admi-
radores de las personas con miras a
su interés.
Recomendaciones a los fieles. 17-23
" Mas vosotros, amados míos, acor-
daos de las palabras anteriormente
dichas por los apóstoles de nuestro
Señor Jesu-Cristo, 18 en que os de-
cían : En el último tiempo habrá bur-
ladores que vivirán según sus pro-
pias concupiscencias, atizadas por su
impiedad. 19 Estos son los que intro-
ducen divisiones, animales, privados
del Espíritu Santo. 10 Mas vosotros,
amados míos, edificándoos sobre el ci-
miento de vuestra santísima fe. oran-
do en el Espíritu Santo, u conservaos
en la caridad de Dios, aguardando la
misericordia de nuestro Señor Jesu-
Cristo, que os llevará a la vida eter-
na. 22 A unos, los que vacilan, con-
vencedlos ; 23 a otros salvadlos arran-
cándolos del fuego ; con otros tened
misericordia, mas con temor, aborre-
ciendo aun la túnica manchada por
la carne.
Conclusión. 24-25
* Al que es poderoso para guarda-
ros de tropiezo y haceros parecer in-
maculados en presencia de su gloria
con regocijo, 10 al solo Dios, Salva-
dor nuestro, por mediación de Jesu-
Cristo, Señor nuestro, sea la gloria,
la majestad, el imperio y el poderío
antes de todo siglo y ahora y por
todos los siglos. Amén.
•Este altercado, conocido por la tradición oral, se narraba probablemente en el
libro apócrifo Asunción de Moisés,
30 Se corrompen : con corrupción moral y con ruina eterna.
"Dos veces muertos: con la muerte moral o espiritual y con la muerte eterna.
(Cf. Apoc. 20, 6 ; 30, 14 ; 31, 8.)
"Profetizó...: cita San Judas el apócrifo de Enoc, como San Pablo cita los
Oráculos de Epiniénides (Tit. 1, 12), a quien llama también profeta. Ni el uno ni el
otro consideraban esos escritos como Escritura divinamente inspirada. Pudo, con
todo, San Judas considerar como verdadera profecía las palabras de Enoc, en cuanto
dichas por el patriarca, no en cuanto accidentalmente conservadas en un libro apó-
crifo.
17 Se remite San Judas a la tradición oral apostólica.
y>-a En la mención de las tres divinas personas se halla implícita la hermosa
fórmula trinitaria de San Pablo : cLa gracia del Señor Jesu-Cristo y la caridad de
Dios [Padre] y la comunión del Espíritu Santo» (3 Cor. 13, 13).
*-a Se designan probablemente tres categorías de pecadores : 1) los vacilantes en
la fe o en la vida cristiana; 3) los puestos en gravísimo peligro moral; 3) los total-
mente corrompidos y contagiosos.
i*-JS Es notable la afinidad de esta conclusión con la de la Epístola a los Roma-
nos (16, 35-37).
— 555 —
INTRODUCCION AL APOCALIPSIS
Datos históricos. — A fines del imperio de Domiciano (Si-g6), San Juan
Evangelista fué relegado «a la isla de Patmos por la palabra di-
Dios y el testimonio de Jesús» (i-g). Allí vio las visiones consig-
nadas en el Apocalipsis, destinado a las Iglesias del Asia proconsnlar (i, 4).
Significación. — Revelación de Jesu-Cristo: tal es el título con que
San Juan designa su Apocalipsis. Jesu-Cristo es, en efecto, no sólo el
autor, sino también el objeto primario y central de la revelación. Si siem-
pre se hubiera leído el Apocalipsis puesta la mira en Jesu-Cristo, de
muy diferente manera se hubiera interpretado. Pero más de una vez se
ha querido ver en el Apocalipsis lo que no era: un descomunal rompeca-
bezas a lo divino o una historia eclesiástica en logogrifos. En cambio,
leído el Apocalipsis sensatamente, será, sin duda, oscuro y misterioso ;
pero la oscuridad y el misterio, lejos de robar el sol a nuestra vista, le
cercarán para liacerle más visible: en el centro brillará radiante Jesu-
Cristo, victorioso y triunfador. Esta es la visión divina que flota sobre
todas las nieblas del Apocalipsis. Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.
Simbolismo. — Otro principio, tan sencillo como necesario, nos preser-
vará de fatales equivocaciones : hay que dar a los símbolos del Apocalip-
sis el sentido que tienen. No olvidemos que el Apocalipsis es obra de un
escritor oriental, de fantasía exuberante ; de un profeta, que vislumbra
los destinos humanos en un horizonte de eternidad ; de un vidente apo-
calíptico, que presencia las últimas convulsiones de un mundo que pe-
rece, el choque supremo de las dos fuerzas antagónicas del bien y de!
mal; y reduciremos sus itnágenes simbólicas a sus términos naturales.
Nunca se insistirá bastante en la enorme alteración que sufren los hechos
al ser traducidos en símbolos. Del símbolo hay que extraer la idea, que
suele ser muy simple. Hay que tomar en cuenta la variabilidad de los
símbolos, su elasticidad, su inconsistencia e incoherencia: un símbolo
para dos ideas distintas, dos símbolos para una misma idea. Hay tam-
bién fusión de símbolos diferentes y símbolos de segundo grado. En cam-
bio, en la idea significada hay gran fijeza.
Sería además error gravísimo y principio de otros lamentables erro
res interpretar plásticamente las fugaces y difluentes visiones del pro-
ieta. Dar precisión y fijeza de contornos a esas imágenes indecisas sería
como querer traducir plásticamente en bloques de piedra las melodías
infinitas de Wágncr. Pintar, como hizo don Juan de Jáuregui. en el Co-
— 557 —
APOCALIPSIS
meutario del padre Luis de Alcázar, el Hijo del hombre con una espada
qim sale de la boca, es confundir las esferas del arte y de la naturaleza,
es convertir una imagen grandiosa, dentro del gusto oriental, en una
ridicula caricatura. Las visiones de San Juan tienen contornos flotantes
e inconsistentes: es vano empeño desojarse por distinguir líneas que
no existen. Más prudente es clavar la mirada en la idea luminosa que
informa todos los símbolos: Cristo vencedor. Ni es esto un asilo de la
ignorancia: es una medida de la discreción, es reconocer los linderos
de las diferentes manifestaciones estéticas y psicológicas , que tan acer-
tadamente señaló Lessing en su Laocoonte.
Simbolismo de los números. — No fué San Juan quien creó el simbo-
lismo de los números, pero si lo utilizó como lenguaje usual en el género
apocalíptico. El valor simbólico de los números no es proporcional a su
valor real o matemático. Así, el 7 es símbolo de plenitud o totalidad,
mientras que el 10 lo es de limitación. El 6 ( = ~ — 1) representa el
conato frustrado por alcanzar la plenitud. El 12 significa una cantidad
normal; el 1.000, una multitud inde finida. Esta significación pasa a los
múltiplos de estos números. Así, 144.000 es 12 x 12 x 1.000.
Realidad de las visiones. — Las visiones referidas en el Apocalipsis
no son una ficción literaria, como lo son en otras obras no inspiradas
del mismo género, sino que presuponen visiones sobrenaturales real-
mente tenidas por San Juan. Sobre las imágenes simbólicas con que se
describen las visiones cabe controversia. Distinguiendo entre visión (o
revelación) e inspiración, las imágenes simbólicas pueden concebirse de
dos maneras sustancialmente distintas: objetivamente , como expresión
imaginaria de la previa revelación de Dios, a subjetivamente, como imá-
genes previamente poseídas por el vidente, pero movidas o suscitadas por
la acción de la inspiración divina. Esta segunda hipótesis parece proba-
ble, siempre que se trata de imágenes corrientes en el género apoca-
líptico.
Ciclos o sistema de la recapitulación. — La serie de ¡as visiones
apocalípticas no se ha de concebir corno rectilínea, sino como cíclica;
no es, por así decir, una sola película seguida o continua, sino más bien
una sucesión o recambio de varias películas, en cada u>ia de las cuales se
desarrollan integramente unos mismos acontecimientos : con imágenes
más esquemáticas en las primeras, con rasgos más realistas y completos
en las últimas. Es una repetición cíclica de la misma historia, con fre-
cuentes anticipaciones y retrocesos dentro de cada película. Distinción
en la presentación, unidad o identidad en lo representado. Un Apocalip-
sis concebido en línea recta, única, más que un enigma indescifrable, re-
sultaría un absurdo incoherente. Sobreponiendo, en cambio, las diferen-
tes películas, se obtiene una imagen coherente y grandiosa de la historia
humana contemplada desde el punto de vista divino.
Audición y visión. — Es importantísimo para la ajustada interpreta-
ción del Apocalipsis el hecho de que San Juan desdobla las representa-
ciones en dos fases sucesivas: una acústica y otra óptica. Primero oye
lo que luego ve. La natural incoherencia entre las imágenes acústicas 3'
las ópticas puede desorientar, y no pocas veces ha desorientado, haciendo
tomar como exhibiciones objetivamente diversas lo que no es sino una
doble presentación, primero acústica y luego óptica, de una misma rea-
lidad. Así, los ¡44.000 marcados de 7, i-S, son la misma turba celeste
de 7, 9-17.
- 558 -
APOCALIPSIS
Otros procedimientos literarios. — Además de los indicados, convie-
e tener presentes otros procedimientos literarios familiares a San Juan,
a antítesis o contraste es constante en el Apocalipsis, con algunas par-
cularidades singulares, como es su aparición regular en los sextos mo-
mentos del desenvolvimiento cíclico. Son también /recuentes los anuncios
rolépticos de lo que ha de venir y los retrocesos cronológicos, ya antes
¡endonados. Son también orientadores los coros celestes, que suelen
xpresar el pensamiento o dianoia de las visiones. Y así de otros procedi-
mientos análogos.
Vértigo apocalíptico. — Para no desorientarse es menester también
ener presente la rapidez vertiginosa con que se presenta la historia hu-
tana, presenciada desde el punto de vista divino, sub specie aeternitatis.
'recipítanse los acontecimientos como carrera loca, como impetuosa cas-
ada, con celeridad fulmínea. Es pálido el ipraeterit figura huius mundi»
e San Pablo o el «pauta reh del otro filósofo. En el Apocalipsis el mun-
o corre, huye, se disipa, desaparece. Semejante velocidad arrebatada no
'crmite señalar con demasiada fijeza etapas distintas o sucesivas en el
'esenvolvimicnto histórico de los hechos, ni menos determinar fechas.
sn el Apocalipsis , más que en otra parte algufia, mil años son para
)íos como el día de ayer que ya pasó: un abrir y cerrar de ojos. Contra-
puesta a esa fugacidad atropellada de la tragedia humana aparece la
tema inmovilidad , la inperturbable serenidad celeste, dentro de la cual
Jios todo lo ve, todo lo controla, todo lo encauza, todo lo dirige y em-
puja al fin que se ha propuesto. Contra esta roca de la providencia divina
e estrellan y fracasan todos los conatos de la rebeldía humana o diabó-
ica. Este enfoque divino de los acontecimientos humanos es una apre-
niante exhortación a que, contemplando la tierra desde el cielo, lejos de
lejarnos arrastrar por el torbellino humano-; «ibi nostra fixa sint corda,
ibi vera sunt gaudian.
Fe, esperanza y caridad.— Leído así el Apocalipsis, lejos de despeña)
m locas aberraciones, ilumina el espíritu y vigoriza el corazón, y des-
pierta en el alma la fe, la esperanza y el amor: la profesión de fe, que
se declara impertérrita ante los cobardes adoradores de la bestia ; los
suspiros de la esperanza, que no desmaya en medio de la «gran tribu-
lación^; las expansiones del amor, que atraído hacia Cristo, el Esposo
divino, desdeña y abomina las seducciones de Babilotiia la grande. C'is-
to vencedor, garantía de la fe, sostén de la esperanza, centro del amor.
— 559 —
11-4
APOCALIPSIS
114
APOCALIPSIS DE SAN JUAN
Prólogo
Título del libro, i, 1-3
•1 1 Revelación de Jesu-Cristo,
que Dios le confió
para manifestar a sus siervos
lo que ha de sobrevenir en breve,
y El significó
por mediación de un ángel sujo que envió
a su siervo Juan,
2 el cual testificó la palabra de Dios
y el testimonio de Jesu-Cristo,
que es cuanto vió.
5 Bienaventurado el que lee y los que oyen
las palabras de la profecía
y guardan las cosas escritas en ella,
porque el tiempo está cerca.
Salutación. 1, 4-6
4 Juan
a las siete Iglesias que están en el Asia :
gracia a vosotras y paz
de parte del que es, y que era, y que viene,
y de parte de los siete Espíritus
que están en la presencia de su trono,
-I 1 Revelación (=Apocalipsis) de Jesu-Cristo : título del libro, que es uua revelación
divina, cuyo autor y cuyo objeto es Jesu-Cristo. »
2 El sentido es : Juan testificó (por medio del libro que escribe) todo cuanto vió
y oyó, todo lo cual es palabra de Dios y testimonio dado por Jesu-Cristo.
3 El Apocalipsis es profecía, no sólo como vaticinio de lo por venir, sino también
como exhortación y consolación (1 Cor. 14, 3). || El tiempo está cerca: los aconteci-
mientos están ya en marcha, y su desenlace, contemplado desde el punto de vista
divino, se avecina rápidamente.
4 A las siete Iglesias : son las que luego se mencionarán. El número simbólico de
siete representa todas las Iglesias del Asia Menor y aun la Iglesia universal. Siete
es el símbolo de la totalidad o universalidad. || El que es: traducción del nombre
divino de Yahveh (=*Esi), con que Dios mismo se designó (Ex. 3, 14) para expresar
la plenitud de su Ser, en cuya comparación todo otro ser es como si no fuese. || Qus
era : desdoblamiento del mismo nombre de Yahveh, para expresar la eternidad del
Ser divino. II Que viene (o va a venir): referencia al tema fundamental del Apocalip-
sis, que es la venida o advenimiento de Dios en la persona de Jesu-Cristo (1, 7; 22,
7; 22, 12; 22, 20...). || Los siete Espíritus: es la persona del Espíritu scptiforme
(4, 5¡ 5» 6; cfr. Is. 11, 2-3), que luego hablará a las siete Iglesias (2, 7. 11. 17. 29;
3, 6. 13. 22).
15-9
APOCALIPSIS
1 10- a
* y de parte de Jesu-Cristo,
el testigo fiel,
el primogénito de los muertos
y el príncipe de los reyes de la tierra.
Al que nos ama
y nos rescató de nuestros pecados con su sangre,
* e hizo de nosotros un reino,
sacerdotes para el Dios y Padre suyo,
a El la gloria y el poderío
por los siglos de los siglos. Amén.
Lema y aprobación divina, i, 7-8
1 He aquí que viene entre las nubes,
y le verá todo ojo,
y los. mismos que le traspasaron,
y plañirán sobre El
todas las tribus de la tierra.
Sí. Amén.
• Yo soy el Alfa y la Omega,
dice el Señor Dios,
el que es, y que era, y que viene,
el Omnipotente.
I. Cartas a las siete Iglesias del Asia
Visión inaugural. 1, 9-20
* Yo Juan, vuestro hermano y com-
pañero en la tribulación, y en el rei-
no, y en la firme esperanza en Jesús,
estuve en la isla llamada Patmos por
causa de la palabra de Dios y del
testimonio de Jesús. 10 Fui arrebata-
do en espíritu el día del Señor, y ol
detrás de mí una gran voz como de
trompeta, u que decía : «Lo que ves
s El testigo fiel : lo fué, en su vida mortal, de la palabra de Dios, y lo es ahora
de los misterios revelados en el Apocalipsis. |l El primogénito de entre los muer-
ios : cfr. 1 Cor. 15, 20. || El príncipe de los reyes: la suprema soberanía es uno de
los aspectos de Cristo predominantes en el Apocalipsis. || Al que nos ama : la mención
del amor de Cristo, en este contexto, es un toque delicado que delata la mano de1
Discípulo a quien amaba Jesús. Este amor, antiguo y presente, de Jesús fué el prin-
cipio de la redención (Gál. 2, 20; Ef. 5, 2 ; 5, 25), cuyos efectos se señalan a conti-
nuación. || UM reino : es decir, no solamente vasallos del reino de Dios, sino parti-
cipes de su realeza (5, 10). || Sacerdotes : como partícipes del sacerdocio de Cristo
(1 Pe. 2, 5). |¡ A El la gloria: es muy significativo que, habiéndose mencionado las
tres divinas personas, a solo Cristo se dirija esta doxología, profesión de fe en su
divinidad. Otras doxologías semejantes se repetirán después 15, 9; 5, 12-14; 7, 10).
7 Esta solemne declaración, fusión de dos textos de Daniel (7, 13) y de Zacarías
(12, 10-12), operada ya por el mismo Salvador Mt. 24, 30 ; cfr. 26, 64 ; Me. 14, 62), es
el lema o tema fundamental del Apocalipsis, puesto como en la misma portada del
libro. || Sí (en griego Sai). Amén: doble expresión, griega y hebrea, de afirmación,
como garantía de verdad y seguridad.
• Esiuve en la isla... : San Juan fué deportado a Patmos y condenado al trabajo
de minas hacia el año 94 ó 95 por orden de Domiciano. Patmos es un islote peñascoso
del mar Egeo, casi frente a la desembocadura del río Meandro.
10 El día del Señor: el domingo, que sustituyó al sábado judaico. II Oí: es el
primer momento o fase de las manifestaciones sobrenaturales del Apocalipsis. A la
audición seguirá luego la visión, que es la segunda fase.
u El orden de las siete Iglesias corresponde exactamente al de la vía postal, que,
partiendo de Efeso, se dirige hacia el N. a Esmirna y Pérgamo ; de allí, doblando
hacia el E., va a Tiatira, desde donde, volviéndose hacia el S., llega a Sardis, Fi
LADEIFIA y LAOD1CEA.
1 12-18
APOCALIPSIS
1 19— O 2
escríbelo en un libro y mándalo a las
siete Iglesias : a Efeso, a Esmirna, a
Pérgarno, a Tiatira, a Sardis, a Fila-
delfia y a Laodicea.» 12 Y me volví a
ver qué voz era aquella que hablaba
conmigo; y vuelto, vi siete candela-
bros de oro, 13 y en medio de los can-
delabros uno como Hijo de Hombre,
vestido de túnica talar y ceñido por
junto a los pechos con cinto de oro;
14 y su cabeza y sus cabellos blancos
como 'la lana, tan blanca como nieve ;
y sus ojos como llama de fuego, 15 y
sus pies semejantes a oriámbar, co-
mo si ardieran en la fragua ; y su
voz como voz de muchas aguas ; 16 y
tenía en la mano derecha siete es-
trellas, y de su boca talía una espa-
da de dos filos aguda, y su semblan-
te como el sol cuando resplandece
con toda su fuerza. " Y como le vi,
caí a sus pies como muerto ; y puso
su diestra sobre mí, diciendo : «No
temas ; yo soy el primero y el últi-
mo, 15 y el Viviente ; y estuve muer-
to, y he aquí que estoy vivo por los
siglos de los siglos ; y tengo las lla-
ves de la muerte y del infierno. 18 Es-
cribe, pues, lo que viste, y lo que e;>,
y ilo que ha de ser después de esto.
M El misterio de las siete estrellas
que viste sobre mi diestra, y los sie-
te candelabros de oro... : las siete
estrellas son los ángeles de las siete
Iglesias, y los siete candelabros son
las siete Iglesias.
i.a A la Iglesia de Efeso. 2, 1-7
9 1 Al ángel de la Iglesia que está
^ en Efeso escribe :
Esto dice el que tiene cogidas en
su diestra las siete estrellas, el que
camina en medio de los siete can-
delabros de oro :
2 Sé tus obras, y tu trabajo, y tu
paciencia, y que no puedes soportar
"Como Hijo de hombre: alusión a Dan. 7, 13. ¡| Vestido de túnica talar: como
sacerdote ; ceñido... con cinto de oro : como rey.
14 Sus cabellos... i a los rasgos del Hijo del hombre se asocian los del Anciano de
días, Dios (Dan. 7, 9). || Blancos como la lana, tan blanca como nieve: son notables
en el Apocalipsis estas comparaciones, por así decir, de segundo grado.
15 Oriámbar : el término original khalco-líbano (bronce-incienso) parece indicar una
aleación desconocida de oro con otras sustancias.
16 Tenía en la mano derecha siete estrellas : no precisa San Juan de qué manera
las tenía, y es inútil conjeturarlo. Es de notar la imprecisión, frecuentemente, de las
imágenes apocalípticas. Lo que quiere significar es que las tenía en su poder.
11 El primero y el último: primer principio y último fin (i, 8; 22, 13).
38 Tengo las llaves: la potestad soberana (3, 7; cfr. Is. 22, 22; Mt. 16, 19).
a Se insinúa la división del Apocalipsis en tres partes desiguales. Lo que viste
se refiere a la precedente visión ; lo que es, a las siete cartas que reflejan el estado
presente de las Iglesias ; LO que ha de ser, a lo que sigue desde el capítulo 4.
20 Los Angeles : son los obispos en cuanto gobiernan y representan las Iglesias.
Muchas de las cosas que en las cartas siguientes se dicen de ellos no pueden apli-
carse a los ángeles. Es de notar la complejidad del simbolismo apocalíptico. Las es-
trellas simbolizan los ángeles (9, 1; 12, 4 [=12, 9]); los ángeles designan metafóri-
camente los obispos ; los obispos representan toda la Iglesia.
2 1-7 En esta carta (lo mismo que en las siguientes, todas homogéneas en la estruc-
tura) se distinguen tres partes: i) tiiulos de Jesu-Cristo, que habla; 2) cuerpo de la
carta, que comprende tres puntos : a) examen de conciencia ; b) recomendaciones o
exhortaciones; c) sanción o amenazas; 3) conclusión doble: voz del Espíritu y pro-
mesas (o viceversa). En todas ellas es notable el realismo, no sólo por la pintura
exacta de su estado moral, sino también por sus numerosas alusiones históricas, to-
pográficas, políticas, sociales y religiosas : indicio manifiesto de autenticidad.
1 Efeso era la ciudad más importante del Asia Menor y como la metrópoli ecle-
siástica. Si Pérgamo era la sede oficial del procónsul romano, Efeso era de hecho la
capital. Sus varios desplazamientos, motivados por los aluviones del rio Caístro, la
caracterizaban como ciudad de la movilidad o instabilidad. A todo esto se alude lue-
go en la carta. |] Las siete estrellas : símbolo de la soberanía de Cristo, en relación
con la capitalidad de Efeso. 1 1 En medio de los siete candelabros : símbolo de la
presencia espiritual de Cristo en la Iglesia. Con esto se prepara la amenaza del des-
plazamiento moral de la capitalidad eclesiástica de Efeso.
2-1 El estado moral de Efeso es cierta tibieza iniciada, un integTismo inconse-
cuente : ortodoxia en la fe, relajación en la moral ; intransigencia en el Credo, laxi-
tud en los Mandamientos. || Los que se dicen apóstoles: predicadores ambulantes
de doctrinas no apostólicas. || Tu primera caridad: los fervores de la Iglesia en los
primeros días de su conversión (Ac. 19, 17-20; Ef. 1, 15).
— 562 —
APOCALIPSIS
2 9-13
los malos, y probaste a los que se
dicen apóstoles y no lo son, y los-
hallaste mentirosos ; 3 y tienes pa-
ciencia, y sufriste por mi nombre, \
no te has rendido; 4 pero tengo con-
tra ti, que dejaste tu primera cari-
dad. 5 Recuerda, pues, de dónde has
caído, y arrepiéntete y haz las obras
primeras ; que si no, vengo a ti pres-
to y removeré tu candelabro de su
lugar, como no te arrepintieres. 'Es-
to tienes, empero, que aborreces las
obras de los nicolaítas, que yo tam-
bién aborrezco.
" Quien tenga oído, oiga qué dice
el Espíritu a las Iglesias. Al que ven-
ciere le daré a comer del árbol de la
vida, que está en el paraíso de mi
Dios.
2.-' A la Iglesia de Esmirna. 2, 8-11
8 Y al ángel de la Iglesia que está
en Esmirna escribe :
Esto dice el primero y el último,
el que estuvo muerto y revivió :
*Sé tu tribulación y tu pobreza,
bien que eres rico, y la blasfemia de
los que se dicen ser judíos y no lo
son, antes son sinagoga de Satanás.
10 Nada temas de lo que tienes que
padecer. Mirad que va el diablo a
meter en prisión a alguno de vos-
otros, para que seáis probados, y ten-
dréis tribulación de diez días. Per-
manece fiel hasta la muerte, y te
daré la corona de la vida.
11 Quien tenga oído, oiga qué dice
el Espíritu a- las Iglesias. El que
venciere será exento de la muerte
segunda.
3.a A la Iglesia de Pérgamo. 2, 12-17
12 Y al ángel de la Iglesia que está
en Pérgamo escribe :
Esto dice el que tiene la espada
de dos filos aguda :
13 Sé dónde habitas : donde está el
trono de Satanás ; y mantienes mi
nombre, y no negaste mi fe aun en
5 Removeré tu candelabro : se alude a los desplazamientos y desaparición de la
ciudad, y se le amenaza con la pérdida de su primacía religiosa como metrópoli ecle-
siástica. Hoy apenas existe Efrso : no queda de ella sino la villa de Ayasoluk (co
rrupción del nombre Hdgics T ¡teólogos, con que los griegos designaban a San Juan
Evangelista, que se cree sepultado allíl.
* Los nicolaítas parecen ser los mismos falsos apóstoles de que se ha hablado an-
tes (v. 2), y los que en otras cartas «mantienen la doctrina de Balaán» (2, 14-15) y si-
guen a la falsa profetisa Jezabel (2, 20-24). Por lo que toca al nombre de nicolaítas,
nada cierto se sabe. Algunos supusieron que eran seguidores de Nicolao, uno de los
primeros siete diáconos (Ac. b, 5) ; otros, que eran unos falsarios que abusaban del
nombre del diácono ; otros piensan que se trata de otro Nicolao, discípulo tal vez de
Simón Mago ; ni faltan quienes supongan que «Nicolao» es un nombre simbólico,
traducción del nombre hebreo «Balaán».
7 Del árbol de la vida : probable alusión al árbol sagrado que en las monedas de
Efeso se ve junto a Artemis, la gran diosa de Efeso. En cuanto a la significación
real, el Arbol de la vida, que está en el paraíso celeste, es símbolo de la eterna bien-
aventuranza y tal vez también de la Eucaristía.
s El ángel u obispo de esta Iglesia era tal vez ya San Policarpo, que poco des-
pués del año 107 escribía su carta a los Filipenses y murió muy anciano en 156. M
Esmirna era llamada la «joya» o «ídolo del Asia» por su belleza, y la «fiel» o «leal»
por su constante fidelidad a Roma. Destruida el siglo vi a. de C, resucitaba poco
después, para ser una de las ciudades más florecientes de Asia. II El que estcto
«tuerto Y revivió : probable alusión a la reconstrucción o resurrección de Esmirna.
• Los judíos fueron medio siglo más tarde los que azuzaron al pueblo para que
pidiese la muerte de San Policarpo.
10 Diez días : es decir, pocos : que se podrán contar con los dedos de !a mnno
Fiel: delicada alusión al título de «Esmirna la leal», otorgado por Roma. || La co-
rona : doble alusión : a los certámenes gímnicos y a la famosa «corona de edificios»,
que literalmente coronaba la herniosa ciudad. I! Vida, contrapuesta a muerte, es la
nota dominante de la carta. Esmirna era la ciudad de la vida y del fervor espiritual
en niedi» de la pobreza y de las persecuciones.
11 La muerte segunda es la eterna condenación (20, 6; 20, 14; 21, 8).
12 Pérgamo : antigua capital del reino de los Attálidas, actualmente sede del pro
cónsul de la provincia senatorial del Asia, era, políticamente, la ciudad regia, la
ciudad de la autoridad ; moralmente, la ciudad de las componendas o de la conni-
vencia. |] La espada : contrapuesta a los «fasces» o al «ius gladii» del procónsul
romano.
13 El trono de Satanás : lo era por ser centro del paganismo, en que se daba culto
a los «muchos dioses y muchos señores, los del cielo y los de la tierra» (1 Cor. 8, 5) :
- 563 -
2 14-18
APOCALIPSIS
2 19-:<5
los días en que Antipas, testigo mío
y fiel a mí, fué muerto entre vos-
otros, ahí donde habita Satanás. 14 Pe-
ro tengo algo contra ti, que tienes
ahí quienes mantienen la doctrina de
Balaán, que enseñaba a Balac a po-
ner escándalo delante de los hijos de
Israel, para que comiesen lo inmo-
lado a los ídolos y fornicasen. 15 Así
tienes también tú quienes mantienen
la doctrina de los nicolaítas de igual
manera. 16 Arrepiéntete, pues ; que si
no, vengo a ti presto, y pelearé con
ellos con la espada de mi boca.
17 Quien tenga oído, oiga qué di-
ce el Espíritu a las Iglesias. Al que
venciere le daré del maná escondido,
y le daré una piedrecilla blanca, y
sobre la piedrecilla escrito un nom-
bre nuevo, que nadie sabe sino el
que lo recibe.
4.a A la Iglesia de Tiatira. 2, 18-29
18 Y al ángel de la Iglesia que está
en Tiatira escribe :
Esto dice el Hijo de Dios, el que
tiene los ojos como llama de fuego,
y sus pies son semejantes al oriám-
bar :
19 Sé tus obras, y tu caridad, y tu
fe, y tu servicio, 'y tu paciencia, y
tus obras postreras, superiores a las
primeras. 20 Pero tengo contra ti que
dejas hacer a tu mujer Jezabel, la
que se dice profetisa, y enseña y se-
duce a mis siervos, haciéndoles for-
nicar y comer lo inmolado a los ído-
los; 21 y le di tiempo de arrepentirse,
y no quiere arrepentirse de su for-
nicación. 22 Mirad que a ella la echo
en la cama ; y a los que con ella
adulteran, en grande tribulación, co-
mo no se arrepientan de las obras
aprendidas de ella ; 23 y a sus hijos
los haré perecer de muerte ; y cono-
cerán todas las Iglesias que yo soy
el que escudriño los riñones y los
corazones, y os daré a cada uno con-
forme a vuestras obras. 24 Mas a vos-
otros digo, los demás que están en
Tiatira, cuantos no tienen esa doc-
trina, los que no conocieron las pro-
fundidades de Satanás, como dicen :
no echo sobre vosotros otra carga ;
a sólo que, lo que tenéis, mantened-
'.o, hasta que yo viniere.
a Zeus, a Esculapio, a Dioniso, a Roma, al Augusto. Y a los cultos oficiales o po-
pulares se asociaban los más abominables misterios, con sus ribetes proféticos. || An-
tipas : en Pérgamo se iniciaron las persecuciones contra los cristianos del Asia.
14 Esos discípulos de Balaán contemporizaban con los cultos nefandos de Esculapio
y de Dioniso, tomando parte en los banquetes idolátricos y en las fornicaciones
rituales.
a Los discípulos de Balaán se identifican con los nicolaítas, cuya doctrina era un
sincretismo religioso con pretensiones de profetismo.
" Maná escondido : contrapuesto a los banquetes sagrados de los iniciados en los
misterios paganos. || Piedrecilla blanca... nombre nuevo: alusiones a las prácticas
rituales de los misterios. En Pérgamo, Elio Aristides (s. n) dice haber recibido de
Esculapio el nombre nuevo de Teodoro y un emblema u objeto simbólico.
18 Tiatira : ciudad fronteriza de la Lidia, débil por su posición natural, pero con-
vertida en fortaleza militar. Es, moralmente, la debilidad convertida en fuerza, la
ciudad del progreso espiritual, aunque con una minoría relajada, con la cual se usa
excesiva indulgencia. Florecían en Tiatira numerosas industrias, entre ellas la fun-
dición de metales. Es posible se fabricase en ella el oriámbar (khalco-líbano), con
cuyo brillo se comparan los pie» del Hijo de Dios.
18 Tres veces se encarecen las buenas obras, relacionadas con la caridad, la fe
y la paciencia (^esperanza). Como en San Pablo (1 Tes. 1, 3). Se elogia singularmen-
te el constante progreso en estas buenas obras.
20 Dejas hacer a tu mujer : la autenticidad del pronombre tu se recomienda por
su documentación y por su misma dificultad. El sentido puede ser : Como Acab
condescendía con su mujer Jszabel (3 Re. 16, 31 ; 21, 5-7), así tú dejas hacer a esa
mujer, que viene a ser tu Jezabel. Esta explicación no supone que esa falsa profetisa
fuese la mujer del obispo; aunque tampoco es imposible que lo fuera. II Se dice
profetisa : tal vez esa nueva Jezaftel quería remedar a la Sibila oriental del Sam-
batheion, santuario pagano de Tiatira. Las doctrinas y las prácticas de esa profetisa
coincidían con las de los nicolaítas.
a El que escudriño: guarda conexión con los lojos como llama de fuego» (v. iS).
34 Las profundidadf,s de Satanás : este calificativo de la doctrina de Jezabel parece
dado por los fieles contrarios a ella. II Otra carga: esta expresión parece un eco de
la empleada en el decreto apostólico de! concilio de Jerusaléa (Ac. 15, 28), en que se
halló San Juan (Gál. í, 9).
— 564 —
2 26-3 5
APOCALIPSIS
36-H
su nombre del libro de la vida, y
acreditaré su nombre en presencia de
mi Padre y en presencia de sus án-
geles. * Quien tenga oído, oiga qué
dice el Espíritu a las Iglesias.
6.a A la Iglesia de Filadelfia.
3, 7-13
1 Y al ángel de la Iglesia que está
en Filadelfia escribe :
Esto dice el Santo, el Verdadero,
el que tiene la llave de David, el que
abre, y nadie cerrará, y que cierra,
y nadie abrirá :
8 Sé tus obras : he aquí que he pues-
to delante de ti una puerta abierta,
que nadie puede cerrar ; que tienes
escasas fuerzas, y guardaste mi pa-
labra, y no negaste mi nombre. 0 He
aquí que entrego parte de la sina-
goga de Satanás, de los que se dicen
ser judíos, y no lo son, sino que
mienten ; he aquí que haré que ellos
vengan y se postren delante de tus
pies, y conozcan que yo te amé. 10 Por
cuanto guardaste la' palabra de mi
paciencia, también yo te guardaré
de la hora de la prueba que va a
venir sobre el orbe entero, para pro-
bar a los habitantes de la tierra.
" Vengo presto ; mantén lo que tie-
28 La estrella de la mañana: es el mismo Jesu-Cristo (22, 16), que en el crepúsculo
matinal de esta vida se nos da en la Eucaristía y en el pleno día de la eternidad se
nos dará en la visión y fruición de su divinidad.
29 La voz del EsrÍRiiu, que en las tres cartas anteriores precedía a la promesa,
en ésta y en las tres siguientes se le pospone.
3' Sardis : anticua capital de la Lidia, venida a menos. Edificada sobre una colina
abrupta, se creía fortaleza inexpugnable. Fué, con todo, asaltada dos veces, por
sorpresas nocturnas, primero por Ciro y luego por Antíoco el Grande. Era, bajo todos
aspectos, la ciudad de la falsa seguridad y de la muerte bajo apariencias de vida.
* Vendré como ladrón : como Ciro o Antíoco vinieron sobre ti.
* Nombres : es lo mismo que «personas». II Ropas BLANCAS: la blancura es en el
Apocalipsis símbolo de pureza, de fiesta y de felicidad. Esta blancura contrasta con
la negrura fúnebre del estado moral de la Iglesia.
* Filadelfia : ciudad de la Lidia, fundada por Attalo II Filadelfo, rey de Pérgamo.
El año 17 sufrió un horrible terremoto. Por entonces trocó su nombre en el de
S'eocesarca, al cual añadió más tarde el de Flavia. Moralmcnte es la ciudad del fer-
vor y de la expansión misional. Filadelfia y Esmirna son las únicas que no merecen
reproches. Esmirna era pobre I:, 9) ; Filadelfia, de «escasas fuerzas» naturales. II El
Santo, el Verdadero : atributus de divinidad. || La llave de David : símbolo de so-
beranía.
•Puerta abierta: expresión idéntica a la empleada por San Pablo (1 Cor. 16, 9;
2 Cor. 2, 12; Col. 4, 3) para significar la expansión misional.
* Los judíos, que tantas persecuciones movían contra los cristianos, se humillaran
ante los fieles de Filadelfia.
10 Mi paciencia: expresión equivalente a «paciencia (—firme esperanza! en Je-
sús» (1, 9). || La hora de la prueba: probable alusión al terremoto del año 17. || Los
habitantes de la tierra : son, en el lenguaje del Apocalipsis, los del bando de la
bestia.
■ Y al que venciere y guardare has-
ta el fin mis obras, le daré potestad
sobre las gentes, 27 y los regirá con
vara de hierro, de la manera que se
quebrantan los vasos de barro, 28 cual
yo también la he recibido de mi Pa-
dre ; y le daré la estrella de la ma-
ñana. 29 Quien tenga oído, oiga qué
dice el Espíritu a las Iglesias.
5* A la Iglesia de Sardis. 3, 1-6
o 1 Y al ángel de la Iglesia que
" e*tá en Sardis escribe :
Esto dice el que tiene los siete es-
píritus de Dios y las siete estrellas :
Sé tus obras : que tienes nombre
de que vives, y estás muerto. 2 Anda
vigilante y consolida los restos, que
estaban para morir, pues no he ha-
llado tus obras cumplidas delante de
mi Dios. 3 Recuerda, pues, qué cosas
has recibido y oíste, y guárdalas y
arrepiéntete. Si, pues, no vigilares,
vendré como ladrón, y no sabrás a
qué hora vendré a ti. * Tienes, em-
pero, unos pocos hombres en Sardis
que no mancillaron sus vestiduras, y
andarán conmigo vestidos de ropas
blancas, pues que son dignos.
6 El que venciere, éste se vestirá
de vestiduras blancas, v no borraré
-565-
312-41
APOCALIPSIS
3 17-4 2
nes, para que nadie se apropie tu
corona.
12 Al que venciere le pondré como
columna en el templo de mi Dios, y
no saldrá ya más afuera, y escribiré
sobre él el nombre de mi Dios y el
nombre de la ciudad de mi Dios, la
nueva Jerusalén, la que desciende del
rielo de cabe mi Dios, y el nombre
mío nuevo. 13 Quien tenga oído, oiga
qué dice el Espíritu a las Iglesias.
;.a A la Iglesia de Laodicea.
3, 14-22
M Y al ángel de la Iglesia que esta
en Laodicea escribe :
Esto dice el Amén, el Testigo fie'
y veraz, el principio de la creación
de Dios :
18 Sé tus obras, que ni eres frío ni
caliente. ¡ Ojalá fueras frío o calien-
te ! 10 Así, puesto que eres tibio, y
ni caliente ni frío, estoy para vomi-
tarte de mi boca. " Pues dices que
«Soy rico y me he enriquecido y de
nada tengo necesidad», y no sabes
que tú eres el desventurado y el mi-
serable, y pobre, y ciego, y desnudo.
18 Te aconsejo que compres de mí oro
acrisolado por el fuego, para que te
enriquezcas ; y vestidos blancos, con
que te cubras, y no se parezca la
vergüenza de tu desnudez ; y coli-
rio, con que ungir tus ojos para que
cobres vista. 10 Yo a cuantos amo re-
prendo y corrijo; despliega, pues, tu
celo y arrepiéntete. 20 Mira que estoy
a la puerta y doy aldabadas : si uno
oyere mi voz y abriere la puerta, yo
entraré a él y cenaré con él y él con-
migo.
'a Al que venciere le daré que se
diente conmigo en mi trono, como yo
también vencí y me senté con mi
Padre en su trono. a Quien tenga oí-
Jo, oiga qué dice el Espíritu a las
Iglesias.
II. El libro de los siete sellos
Visión preliminar : Dios en el cielo.
A 1 Tras esto vi, y he aquí una
" puerta en el cielo, y la voz pri-
mera que oí, como de trompeta que
hablaba conmigo, decía : «Sube acá, y
te mostraré lo que ha de ser después
de esto.» 2 Al punto fui arrebatado en
espíritu, y he aquí que un trono es-
" Columna en el templo de Dios : firme y constante dentro de él, sin tener que
salir de él, como tuvieron que escapar de la ciudad los moradores de Filadelfia al
6obrevenir el terremoto. II El nombke mío nuevo : suele buscarse algún nombre de
Cristo que pueda llamarse nuevo, como el de Kyrios (Señor) o Logos (Verbo) ; tal
vez más sencillamente el nombre es mío, porque yo lo impondré ; y nuevo, poroue
lo será para Filadelfia, como lo fueron los de Neoccsarca o Xcoccsarea Flavia. Es
curioso que tres veces se menciona el nombre, como fueron tres los nombres que su-
cesivamente llevó la ciudad.
14 Laodicea : ciudad de la Frigia, junto al rio Lico. Destruida por un terremoto
el año 66, se reconstruyó con sus propios recursos, sin mendigar los de Roma. Era
ciudad rica por su industria y su banca. Fabricación suya especial eran ciertos pa-
ños de lana, muy negros y lustrosos. Era también famosa por su escuela de medi-
cina, por sus médicos, oculistas especialmente ; por sus aguas termales y por su co-
lirio. Tanta prosperidad material creaba un espíritu de» autosuficiencia y despre-
ocupación religiosa en aquella rica burguesía. Este estado social y moral despunta
en toda esta maravillosa carta. |l El Amén: cfr. Is. 65, 16; 2 Cor. 1, 18-30. || El
PRINCIPIO DE LA CREACIÓN : Jn. I, 3 \ Col. I, IS ¡ I, l8.
18 Erfs tibio : alusión a sus aguas termales, que pronto se entibiaban, y censura
de su tibieza espiritual.
17 De nada tengo necesidad : recuerdo del orgullo con que quiso reedificarse con
sus propios recursos.
«Oro: más acrisolado oue el de tus bancos. II Vestidos blancos: más preciosos
que tus paños negros. M Colirio: para curar la ceguera del alma.
50 Expresiones de exquisita ternura, que recuerdan la parábola del hijo pródigo
y que en la Eucaristía tienen su más cumplida realización.
a Que se siente conmigo en mi trono : que participe de mi realeza.
-566-
13-51
APOCALIPSIS
48-52
taba puesto en el cielo, y sobre el
:rono uno sentado, * y el que estaba
mentado era semejante a una visión
le color piedra jaspe y cornalina, y
un arco iris cercando el trono, seme-
jante a una visión esmeraldina. 4 Y
en derredor del trono veinticuatro
tronos, y sobre los tronos veinticua-
tro ancianos sentados, vestidos ae ro-
pajes blancos, y sobre sus cabezas
coronas de oro. 6 Y del trono salen
relámpagos, y voces, y truenos ; y
delante del trono arden siete lámpa-
ras de fuego, que son los siete espí-
ritus de Dios ; 6 delante del trono y
rodeando el trono, cuatro seres vi-
vientes llenos de ojos por delante y
por detrás. ' Y el ser viviente pri-
mero era semejante a león ; 3- el se-
gundo ser viviente, semejante a no-
villo ; y el tercer ser viviente tenía
el semblante como de hombre ; y el
cuarto ser viviente, semejante a un
águila volando. 8 Y los cuatro seres
vivientes, cada uno de los cuales te-
nía seis alas, en torno y por dentro
están llenos de ojos, y no descansan
día y noche, diciendo :
Santo, santo, santo,
Señor Dios Omnipotente,
el que era, y es, y ha de venir.
• Y siempre que los seres vivientes
dieren gloria y honor y acción de
gracias al que está sentado sobre el
trono, al que vive por los siglos de
los siglos, 10 se postrarán los veinti-
cuatro ancianos en el acatamiento del
que está sentado sobre «1 trono, y
adorarán al que vive por los siglos
de los siglos, y arrojarán sus coro-
nas delante del trono, diciendo :
n Digno eres, Señor y Dios nuestro, Santo,
de recibir la gloria y el honor y la potencia,
porque tú creaste todas las cosas,
y por tu voluntad existieron, y fueron creadas.
El cordero y el libro sellado. 5, 1-14 j escrito por dentro y por el reverso,
I sellado con siete sellos. 2 Y vi un án-
r 1 Y vi sobre la diestra del que es- gel fuerte que pregonaba con voz po-
" taba sentado en el trono un libro | derosa : «¿ Quién hay digno de abrir
A 3 Visión simbólica de Dios, de luces y colores. San Juan se muestra un gran co-
lorista.
* Ex derredor: a derecha e izquierda, en semicírculo. I| Veinticuatro ancianos:
son como el senado celeste, con atributos regios y funciones sacerdotales. Sobre ti
origen y la significación precisa de los ancianos se han propuesto las más disparea
hipótesis. ¿ Tendrán su origen en las veinticuatro clases o turnos sacerdotales del
sacerdocio levítico r No son propiamente una idealización simbólica de los doce pa-
triarcas y los doce apóstoles, pero sí podrían ser una transposición celeste o angélica
de lo que son las funciones patriarcales y apostólicas en la economía del reino de
Dios en la tierra. Serían un reflejo de las jerarquías terrestres en las celestes.
6 Siete lámparas de fuego: representación simbólica del Espíritu septiforme (1, 4).
*-* El origen literario de los cuatro seres vivientes hay que buscarlo en los que-
rubines y ruedas de Ezequiel (1, 4-25) y en los serafines de Isaías (6, 2-6). Su signi-
ficación no es segura. ¿ Simbolizan los cuatro evangelistas o el Evangelio anunciado
a los cuatro vientos ? ¿ Representarán más bien las fuerzas de la creación o las ener-
gías de la naturaleza viviente, como personificadas en cuatro ángeles, simbolizados
a su vez por estos cuatro seres vivientes ? Tampoco es clara su posición delante del
trono y rodeando el trono. San Juan no dice que sostengan el trono de Dios ; y el
que lo rodeen puede entenderse en sentido horizontal o en sentido vertical, como el
arco iris (v. 3). En la hipótesis insegura de que sostengan el trono, pueden colocarse
(si la base es rectangular) en los cuatro ángulos o (si es circular) en los extremos
de dos diámetros perpendiculares : uno delante, otro detrás y los otros dos a los
lados. En la hipótesis, también insegura, del sentido vertical, podrían colocarse el
hombre delante, el león y el novillo a los lados, el águila en la parte superior,
volando, a manera de dosel.
8-11 Liturgia celeste: el trisagio de los cuatro seres vivientes y la postración,
adoración y doxología de los veinticuatro ancianos. Son como el coro y los sacer-
dotes. Es de notar el número triplemente ternario del trisagio y de la doxología,
dirigidos a la augusta Trinidad.
5» Un libro: en forma de volumen o rollo. || Por dentro y por el reverso: por
ambas caras. || Sellado.. : imagen simbólica de los consejos secretísimos de la di-
— 567 —
5 3-13
APOCALIPSIS
57-3
el libro y desatar sus sellos ?» 3 Y na-
die podía, ni en el cielo, ni 6obre la
tierra, ni debajo de la tierra abrir
el libro ni verle. 4 Y yo lloraba mu-
cho, porque nadie se halló digno de
abrir el libro ni de verle. 6 Y uno de
los ancianos me dice : «No llores ;
mira que venció el León de la tribu
de Judá, la kaíz de David, en abrir
el libro y sus siete sellos.»
6 Y vi en medio delante del trono
y de los cuatro seres vivientes, y en
medio de los ancianos, un Cordero
de pie, como degollado, que tenía sie-
te cuernos y siete ojos, que 6on los
siete Espíritus de Dios, enviados por
toda la tierra. 7 Y vino y tomó [el
libro] de la diestra del que estaba
sentado sobre el trono. 8 Y cuando
tomó el libro, los cuatro seres vi-
vientes y los veinticuatro ancianos
se postraron delante del Cordero, te-
niendo cada uno de ellos una cíta-
ra y copas de oro llenas de perfu-
mes, que son las oraciones de los
santos. 9 Y cantan un cantar nuevo,
diciendo :
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos,
•pues fuiste degollado y nos rescataste para Dios en tu sangre
de toda tribu, y lengua, y pueblo, y nación,
10 y los hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.
u Y vi, y oí como voz de muchos I y era su número miríadas de mi-
ángeles en derredor del trono y de riadas y millares de millares, 12 que
los seres vivientes y de los ancianos ; | decían con voz potente :
Digno es el Cordero, que fué degollado,
de recibir la potencia, y riqueza, y sabiduría,
y fuerza, y honor, y gloria, y bendición.
a Y toda criatura que está en el I cuantas cosas hay en ellos, oí que
cielo, y sobre la tierra, y debajo de decían :
la tierra, y sobre el mar, y todas |
vina Providencia sobre la Iglesia y sobre la historia humana : es «el sacramento
(o misterio) de su voluntad» soberana (Ef. 1, q).
3 Sin Cristo, los planes de la actual Providencia divina serían un enigma indesci-
frable. || Ni verle: es decir, ver su contenido, leerle.
6 Venció... en abrir : era una verdadera victoria abrir el libro ; o bien, en virtud
de su victoria sobre los agentes del mal, logró abrirle. || La raíz de David : hay aquí
cierta inversión. Propiamente, David (o Jesé) es raíz de Cristo. Pero si en lo natural
Cristo es el retoño de la raíz de Jesé (Is. 11, 1), en lo sobrenatural toda la gloria de
David radica en Cristo. O bien, Raíz de David es una expresión compendiada, que
equivale a «aquel en quien se verifica lo de la Raíz de David, es decir, que de ella
había de brotar el Mesías» (cfr. Rom. 15, 12).
* Y vi : tras la audición, la visión de la misma realidad, si bien con imágenes di-
ferentes : oyó hablar de un León, y ve un Cordero. No hay que olvidar estos proce-
dimientos literarios para no desorientarse. || En medio : en el espacio comprendido
por el semicírculo de los ancianos. || Un Cordero: es «el Cordero de Dios» (Jn. 1,
29; 1, 36; 19, 36), a la vez degollado (=inmolado) y de pie (resucitado), que después
de la resurrección conserva las señales de, su inmolación (Le. 24, 39-40 ; Jn. 20,
25-27). || Siete cuernos: plenitud de la fortaleza; siete ojos: plenitud de la sabidu-
ría ; los siete Espíritus : la plenitud del Espíritu septiforme, que procede del Cor-
dero ; enviados por toda la tierra : «de su plenitud nosotros todos recibimos» (Jn. 1,.
16 ; Col. 2, 10...).
Liturgia celeste en honor del Cordero, más solemne aún que la trinitaria del
capítulo anterior. A la liturgia de los seres vivientes y de los ancianos se asocian,
encuadrándose en ella, las doxologías de los ángeles y de la creación entera.
• Digno eres... pues fuiste degollado : la muerte de Cristo es la clave de toda la
actual providencia de Dios. || De toda tribu...: de entre toda la humanidad, bajo
los cuatro aspectos : racial (tribu), lingüístico (lengua), político (pueblo), etnológico
(nación).
11 Una miríada de miríada» son cien millones; por tanto, el plural miríadas db.
miríadas equivale a cicnmillonadas.
u Es de notar el número septenario de los atributos del Cordero celebrados en'
esta doxología, la más solemne de todas.
a Con los cuatro órdenes de seres creados, que se enumeran, guarda consonancia
la doxología igualmente cuaternaria.
- 568-
514-6*
APOCALIPSIS
Al que está sentado sobre el trono y al Cordero
la bendición, y el honor, y Ja gloria, y el poderío
por los siglos de los siglos.
M Y los cuatro seres vivientes de-
cían : «Amén», y los ancianos se pos-
traron y rindieron adoración.
1. Ciclo de los siete sellos
El caballo blanco. 6,
1 Y vi cuando abrió el Cordero el
" primero de los siete sellos, y oí
al primero de los cuatro seres vivien-
tes, que con voz de trueno decía :
«Ven.» * Y vi, y he aquí un caballo
blanco, y el que' montaba sobre él te-
nía un arco, y le fué dada una co-
rona, y salió vencedor y para vencer.
El caballo rojo. 6, 3-4
* Y cuando abrió el segundo sello,
oí al segundo de los seres vivientes,
que decía : «Ven.» * Y salió otro ca-
ballo, rojo, y al que montaba sobre
él le fué dada orden de quitar la
paz de la tierra, y que unos hombres
a otros se degüellen, y le fué dada
una gran espada.
3.° El caballo negro. 6, 5-6
* Y cuando abrió el tercer sello, oí
al tercero de los seres vivientes, que
decía : «Ven.» Y vi, y he aquí un
caballo negro, y el que montaba so-
bre él tenía una balanza en su ma-
no. ' Y oí como una voz en medio de
'.os cuatro seres vivientes, que de-
cía : «Un cuarto de celemín de tri-
go por un denario, y tres cuartos
de celemín de cebada por un dena-
rio ; pero el aceite y el vino no los
dañes.»
4.e El caballo amarillento. 6, 7-8
' Y cuando abrió el cuarto sello, of
una voz del cuarto de los seres vi-
vientes, que decía : «Ven.» 8 Y vi, y
he aquí un caballo amarillento, y el
que montaba sobre él tenía por nom-
bre «Peste», y con él iba en pos el
infierno, y les fué dado poder so-
bre la cuarta parte de la tierra, pa-
ra matar con espada, y con hambre,
y con peste, y con las fieras de la
tierra.
6 El libro de los siete sellos es uno de los grandes cielos septenarios del Apocalipsis,
cada uno de los cuales representa el plan integral de la diyina Providencia acerca
del hombre. El de los siete sellos es el más esquemático.
1-4 Los cuatro primeros sellos forman grupo aparte, si bien no del todo homogéneo.
El origen literario de los cuatro caballos hay que buscarlo en Zac. 1, 8-10 ; 6, 1-8.
1 La orden Ven se dirige al caballo que luego aparece.
a Este primer sello expresa el pensamiento fundamental de todo el Apocalipsis :
la victoria de Dios, o Cristo vencedor, o, si se quiere, el Evangelio personificado en
Cristo, que va de victoria en victoria. Eí color del caballo, el título de vencedor
y su destino de vencer, todo clama victoria. E! arco expresa los avances progresivos
de estas victorias del principio del bien contra todos los obstáculos del mal.
*"8 Estos tres sellos señalan los agentes de la justicia o de la providencia de Dios :
son como las arraai con «ue vence. Contienen, por orden inverso, las tres calamida-
des de que pedimos nos libre Dios : ta peste, fame et bello». En los cuatro primeros
sellos no se descubre orden cronológico.
• Un cuarto de celemín, en griego klwinix (1.080 litros, o, según otros, 1.228), con-
tenía la cantidad de trigo que se consideraba necesaria para el sustento diario do
una persona. El denario (correspondiente a la peseta) era el jornal ordinario de un
obrero. En tiempo normal, por un denario podían adquirirse doce quenices de trigo.
«Amarillento: o gris verdoso. I! Peste: literalmente, Mufrte. La Muerte, perso-
nificada, además de sus armas propias (peste y fieras), tiene a sus órdenes la espada
y el bambre. Sigúela, a guisa de lacayo, el Infierno, dispuesto a tragar todas sus
victimas.
-560-
6 9-14
APOCALIPSIS
615-7 3
5° Los clamores de los mártires.
6, g-n
9 Y cuando abrió el quinto sello, vi
al pie del altar las almas de los que
habían sido degollados por causa de
la palabra de Dios y por el testi-
monio que mantenían. lu Y clamaron
a grandes voces, diciendo : «¿Hasta
cuándo, ¡ oh Señor!, tú el Santo y
Verdadero, no haces justicia y ven-
gas nuestra sangre de los que habi-
tan sobre la tierra ?» 11 Y les fué da-
da a cada uno una vestidura blan-
cj, y les fué dicho que se aquietasen
por un poco de tiempo todavía, has-
ta que cumpliesen también el suyo
sus consiervos y sus hermanos, que
habían de ser muertos lo mismo que
ellos.
6.° El gran día de la ira de Dios.
6, 12-17
12 Y vi cuando abrió el sexto sello,
y sobrevino un gran terremoto, y el
sol se tornó negro como saco tejido
de crin, y la luna entera se tornó co-
mo sangre, 13 y las estrellas del cielo
cayeron en la tierra, como la hi-
guera deja caer sus brevas sacudidas
por un fuerte viento ; 11 y el cielo fué
retirado como un libro que se arro-
lla, y todo monte e isla fueron re-
movidos de sus sitios. 15 Y los reyes
de la tierra, y los magnates, y los
tribunos militares, y los ricos, y los
poderosos, y todo siervo y libre se
escondieron en las cavernas y en las
peñas de los montes ; 16 y dicen a los
montes y a las peñas : «Caed sobre
nosotros y escondednos de la faz del
que está sentado sobre el trono y de
la_ cólera del Cordero ; " porque lle-
iló el gran día de su cólera, y ¿ quién
puede sostenerse ?»
Doble intermedio
Los 144.000 marcados de Israel.
7, 1-8
n 1 Tras esto vi cuatro ángeles de
* pie sobre los cuatro ángulos de la
tierra, que frenaban los cuatro vien-
tos de la tierra, para que no soplase
viento sobre la tierra, ni sobre el
mar, ni sobre árbol alguno. 2 Y vi
otro ángel que subía del sol naciente
teniendo el sello del Dios viviente, y
clamó con voz poderosa a los cuatro
ángeles, a quienes fué dado dañar la
tierra y el mar, * diciendo : «No da-
ñéis la tierra, ni el mar, ni los ár-
El quinto sello, que podría titularse tLos clamores de los mártires», expresa
la prudente y segura lentitud de la Providencia divina, contrapuestas a las prisas de
los justos. Dios da de contado a los justos la recompensa sustancial (un* vestidura
blanca, símbolo de la bienaventuranza) y les promete para un plazo breve (desde el
punto de vista divino) el galardón íntegro. A los impíos les tiene reservado el cas-
tigo, pero aguarda : todo está prevenido de antemano.
8 Al nx del altar (literalmente, debajo del altar) de los holocaustos se derramaba
la sangre de las víctimas, en la cual está la vida (Lev. 17, 10-14).
u Hasta que cumpliesen [su tiempo] : otros leen y traducen «hasta que se comple-
ten», es decir, se complete el número de...
El. sexto sello nos traslada al fin : llegó el gran día de la cólera de Dios
y del Cordero. Así considerado, este sello derrama mucha luz sobre la estructura
y la significación de todo el Apocalipsis.
13-15 Es de notar la doble serie septenaria: una de trastornos cósmicos (13-14), otra
de personas (15).
"¿Quién puede sostenerse? : a esta pregunta se contesta inmediatamente.
71-" Entre el sexto sello y el séptimo se intercalan dos intermedios, íntimamente
relacionados : la marca de los 144.000 elegidos de Israel y la innumerable turba ce-
leste. El primero señala un retroceso; el segundo, una anticipación. Los 144.000 son
la misma turba celeste.
i-3 Los sellos anteriores (2, 3, 4, 6) anuncian calamidades. Ocurre preguntar : ¿ al-
canzarán también a los justos estas calamidades? A esto responde el primer inter-
medio. Las calamidades pueden considerarse o como un exterminio o como una prue-
ba. Como exterminio, no tocarán a los que lleven la marca divina ; como prueba, loa
podrán alcanzar, para su purificación y para su mérito. El galardón de estas prue-
bas, de esta «gran tribulación» (7, 14), se pinta en el segundo intermedio.
— 570 —
7 4-11
APOCALIPSIS
7 12-15
boles, hasta que hayamos marcado] mero de los marcados: ciento cua-
con el sello en su frente a los sier- renta v cuatro millares marcados de
vos de nuestro Dios.» * Y oí el nú- 1 toda tribu de los hijos de Israel :
' de la tribu de Judá, doce millares marcados ;
de la tribu de Rubén, doce millares ;
de la tribu de Gad, doce millares ;
1 de la tribu de Aser, doce millares ;
de la tribu de Neftalí, doce millares ;
de la tribu de Manases, doce millares ;
7 de la tribu de Simeón, doce millares ;
de la tribu de Leví, doce millares ;
de la tribu de Isacar, doce millares ;
8 de la tribu de Zabulón, doce millares ;
de la tribu de José, doce millares ;
de la tribu de Benjamín, doce millares marcados.
La innumerable turba celeste, y, 9-17
' * Tras esto, vi, y he aquí una gran
muchedumbre, la cual nadie podía
contar, de todas las naciones, y tri-
bus, y pueblos, y lenguas, de pie de-
lante* del trono y delante del Corde-
ro, vestidos de ropas blancas, y pal-
mas en sus manos ; 10 y clamaban con
voz poderosa, diciendo : «La salud a
nuestro Dios, que está sentado en el
trono, y al Cordero.» u Y todos los
ánge'.es* estaban en derredor del tro-
no y de los ancianos y de los cuatro
seres vivientes, y cayeron sobre sus
rostros en presencia del trono y ado-
raron a Dios, u diciendo : «Amén. La
bendición, y la gloria, y la sabidu-
ría, y la acción de gracias, y el ho-
jor, y el poderío, y la fuerza a nues-
tro Dios por los siglos de los siglos.
Amén.»
a Y tomó la palabra uno de los an-
cianos, diciéndome : «Estos que an.
dan vestidos de ropas blancas, ¿quié-
nes son y de dónde vinieron ?» " Y
le dije : «Señor mío, tú lo sabes.» Y
me dijo : «Estos son los que vienen
de la gran tribulación, y lavaron sus
vestiduras y las blanquearon con la
sangre del "Cordero. 15 Por esto están
delante del trono de Dios, y le rin-
den culto día y noche en su templo,
4 Ciento cuarenta y cuatro millares : los ancianos eran 12+12 ; los marcados aho-
ra son 12x12x1.000. Estos números son simbólicos : representan a los 12 patriarcas de
Israel multiplicados en sus hijos, innumerables como la arena del mar. II De los
hijos de Israel : no es el Israel de la carne, sino el ilsrael de Dios» (Gál. 6, 16.
Cfr. Rom. 4, 11-12 ; 9, 6-13; Gál. 3, 29; Ef. 2, 11-22...). Las razones de esta interpre-
tación, capital para la recta interpretación del Apocalipsis, son muchas : 11 se trata
de marcar con el sello de Dios a los siervos de nuestro Dios : a todns, por tanto.
2) Aquí se dice : «Y oí el número» ; luego (v. 9) se dice : Vi... una gran muchedum-
bre. Es la doble presentación, normal en el Apocalipsis, primero acústica, luego óp-
tica. Y es natural que el número de tan gran muchedumbre pueda precisarse por
quien la conoce y no pueda contarse (v. 9) por quien la ve por primera vez toda
junta. 3) De los fieles no israelitas se ha dicho antes (2, 12) : «Escribiré sobre él
«'I nombre de mi Dios y el nombre de la... nueva Jerusalén.t En cambio, de los ju
dios carnales se dice que no son judíos, sino tsinacoga de Satanás» (2, 9; 3, o).
4) Más adelante (9, 4), «los hombres que no tienen marcado el sello de Dios> no son
precisamente los no israelitas, sino los impíos. Otras razones de esta significación
simbólica y extensión universal de estos israelitas se señalarán oportunamente.
M En esta lista tiene la preferencia Judá, porque de ella nació Cristo. Se ha
conservado el desdoblamiento de la tribu de José, cuyo nombre sustituye al de
Efraím. Admitido este desdoblamiento y mantenido el nombre de Leví, para con-
servar el número tradicional de doce ha tenido que suprimirse una tribu, que es la
de Dan. Muchos han supuesto que con ello quiso San Juan indicar que de Dan
saldría el anticristo. Pudo influir en la omisión el hecho de que esta tribu habla
quedado casi completamente extinguida.
Esta bellísima descripción de la gloria celeste es como el esbozo de la más
amplia que coronará todo el Apocalipsis (21, 1-27; 22, 1-5). Consta de dos ciclos. El
primero es una visión y audición directa. El segundo es una explicación que da al
vidente uno de los ancianos. Se ha llegado al término de los consejos de Dios y de
la historia humana. ¿Qué puede ya traer de nuevo el séptimo sello?
— 571 —
7 i«-8»
APOCALIPSIS
8 6-10
y el que está sentado sobre el trono
tenderá su tienda sobre ellos. 16 No
tendrán ya más hambre ni más sed,
ni caerá sobre ellos el sol ni ardor
alguno, " porque el Cordero que es-
tá en medio ante el trono los pasto-
reará y los guiará a las fuentes de
las aguas de la vida ; y enjugará Dios
toda lágrima de sus ojos.»
y.° Silencio en el cielo. 8, i
O 1 Y cuando abrió el séptimo se-
^ lio, se hizo silencio en el cielo
como media hora.
2. Ciclo de las siete trompetas
Visión preparatoria. 8, 2-6
2 Y vi los siete ángeles que están
en la presencia de Dios, y les fue-
ron dadas siete trompetas.
3 Y otro ángel vino y se detuvo
junto al altar, teniendo un incensa-
rio de oro, y le fueron dados mu-
chos perfumes, para que hiciese su
ofrenda con las oraciones de todos
los santos sobre el altar de oro que
está eri presencia del trono. * Y su-
bió el humo de los perfumes con las
oraciones de los santos de mano del
ángel en el acatamiento de Dios. 6 Y
tomó el ángel el incensario, y lo lle-
nó del fuego del altar, y lo arrojó
a la tierra ; y se produjeron true-
nos, y voces, y relámpagos, y tem-
blor de tierra.
6 Y los siete ángeles que tenían las
siete trompetas se aprestaron para
tocarlas.
i.a En la tierra: granizo y fuego.
8. 7
7 Y el primero tocó la trompeta, y
se produjo granizo y fuego mezcla-
dos con sangre, y ello fué lanzado a
la tierra ; y la tercera parte de la
tierra se abrasó, y la tercera parte
de los árboles se abrasó, y toda la
hierba verde se abrasó.
2.a En el mar: sangre y naufragios.
8, 8-Q
* Y el segundo ángel tocó la trom-
peta, y uno como monte grande ar-
diendo en fuego fué lanzado al mar,
y la tercera parte del mar se convir-
tió en sangre, * y murió la tercera
parte de las criaturas que hay en el
mar, las que tienen almas, y la ter-
cera parte de las naves perecieron.
3.a En los ríos y fuentes: ajenjo.
8, Ió-ii
10 Y el tercer ángel tocó la tron*
peta, y cayó del cielo una estrellí
grande, ardiente como lámpara, y ca-
81 El silencio en el cielo como media hora es silencio de expectativa : es el prelu-
dio de las siete trompetas. El último cuadro de la primera película, la de los sellos,
es un anuncio de la siguiente. El séptimo sello comprende, por tanto, el ciclo entero
de las trompetas. Así lo exige la solemnidad con que se introduce la abertura del
libro de los siete sellos, cuyo remate no puede ser un silencio de media hora, en
que nada se ve ni oye, si no es el ciclo de las trompetas. Además, el librito que se
mencionará en el capítulo io comprende todo lo que sigue al capítulo n. Luego lo
contenido hasta el fin de este capítulo n es el contenido del libro de los siete sellos.
3 Los siete ángeles... : en el libro de Tobit dice el ángel : tYo soy Rafael, uno
de los siete ángeles santos que asisten... en la presencia de la gloria del Santo» (12,
15) . || Siete trompetas : en el Nuevo Testamento el son de la trompeta es la señal de
la parusía, de la resurrección de la carne y del juicio universal (Mt, 24, 31 ; 1 Tes. 4,
16) . San Pablo precisa que será el son de la túltima trompeta» (1 Cor. 15, 53).
3 Además del altar de los holocaustos, mencionado antes incidentalmente (6, 9),
se habla del ai.t»r de oro o del incienso : altares simbólicos, que recuerdan los del
templo ele Jerusalén.
1-12 Las cuatro primeras trompetas forman grupo aparte, lo mismo que los cuatro
primeros sellos. Pero mientras los sellos contienen amenazas, las trompetas señalan
castigos, que además son más terribles. Con todo, en las cuatro primeras trompetas
los castigos sólo indirectamente afectan a los hombres.
— 572 —
8 n-9 1
APOCALIPSIS
Q2-12
yó sobre la tercera parte de los río.»
y sobre las fuentes de las aguas ; " y
el nombre de la estrella se llama «el
Ajenjo», y se convirtió la tercera
parte de las aguas en ajenjo, y mu-
chos de los hombres murieron a con-
secuencia de las aguas, pues 6e ha-
bían vuelto amargas.
4.a En el sol, luna y estrellas: ti-
nieblas. 8, 12
UY el cuarto ángel tocó la trom-
peta, y repercutió en la tercera par-
te del sol, y en la tercera parte de
la luna, y en la tercera parte de la?
estrellas, con que se oscureció su ter
cera parte, y el día no brilló en si1
tercera parte", y la noche igualmente.
Intermedio : anuncio de los tres
aycs. 8, 13
u Y vi y oí un águila volando en
el cénit, que decía a grandes voces ■
«¡Ay, ay, ay de los que habitan so-
bre la tierra, a causa de los restan-
tes toques de la trompeta de los tres
ángeles, que están para tocar!»
5.a Se abre el abismo: el Extermi-
nador. g, 1-12
q 1 Y el quinto ángel tocó la trom-
peta, y vi un astro caído del cielo
en la tierra, y le fué entregada la llave
del pozo del abismo. 5 Y abrió el po-
zo del abismo, y subió humo del po-
zo, como humo de un grande horno,
y se entenebreció el sol y el aire con
el humo del pozo. 3 Y del humo sal-
taron langostas a la tierra, y se les
dió poder, como tienen poder los es-
corpiones de la tierra. 4 Y les fué di-
cho que no dañasen a la hierba de
la tierra, ni a cosa verde, ni a árbol
alguno, sino a los hombres que no
tienen marcado el sello de Dios so-
bre sus frentes. 5 Y les fué dado que
no los matasen, sino que fuesen ator-
mentados durante cinco meses ; y el
tormento de ellos es como tormento
de escorpión cuando pica al hombre.
6 Y en los días aquellos buscarán los
hombres la muerte, y no la hallarán ;
y ansiarán morir, y huye de ellos la
muerte. 1 Y esas especies de langos-
tas son semejantes a caballos apare-
jados para la guerra, y sobre sus ca-
bezas unas como coronas que aseme-
jaban ser de oro, y sus rostros como
rostros de hombres, 8 y llevaban ca-
bellos como cabellos de mujer, y sus
dientes eran como de leones, " y te-
nían lorigas como lorigas de hierro,
v el sonido de sus alas como sonido
de carros de muchos caballos que co-
rren a la r>elea. 10 Y tienen rolas pa-
recidas a escorpiones y aguijones, y
en sus colas está el poder de dañar
a los hombres por cinco meses. 11 Y
tienen sobre sí como rey al ángel del
abismo, cuyo nombre es en hebreo
«Abaddón», y en griego tiene por
nombre «Apollyon».
12 El «ay» primero pasó ; he aquí
que tras éí vienen todavía dos «aves».
a Estos tres ayes, tan diferentes de las cuatro primeras trompetas, forman un
grupo que, como lo indica la común denominación de ¡ay!, deberá ser suficiente-
mente homogéneo. Ahora bien, el tercer ¡ay! nos lleva al fin. Los dos primeros,
por tanto, deberán tener especia! conexión con la catástrofe final. Por esto, si las
cuatro primeras trompetas pueden llamarse históricas y la séptima es ya francamente
escatológica, la quinta y la sexta podrían denominarse subescatológicas. Su contenido
justificará esta denominación.
91-2 El astro caído es. un ángel malo, a quien se entrega la llave del pozo del
abismo para que abra y dé salida a los espíritus infernales. Bajo estas imágenes se
anuncia la soltura o libertad de Satanás de que más tarde se hablará (20, 7). Esta
identificación orienta extraordinariamente en la difícil interpretación del Apocalipsis.
La libertad de Satanás es el principio del fin y señala el comienzo de la época sub-
escatológica.
Esta descripción de las langostas infernales, presididas por Abaddón (Satanás),
cuanto más extraña es para nuestro gusto literario, tanto es más oiientadora, pues
prueba la parsimonia con que deben aplicarse o interpretarse las imágenes simbóli-
cas del Apocalipsis. Con la de las langostas quiere significarse la acción maléfica de
los espíritus infernales, una vez sueltos, en el espíritu de los hombres que no lleven
el sello de Dios, torturando terriblemente sus conciencias. Esta acción diabólica
durará cinco meses, es decir, un tiempo muy limitado (que se podrá contar con los
dedos de una ruano).
— 573 —
9 13-21
APOCALIPSIS
10 i-io
6.a Los cuatro ángeles del Eufra-
tes: el ejercito ecuestre, c¡, 13-21
" Y el sexto ángel tocó la trompe-
ta, y oí salir de los cuatro cuernos
del altar de oro, que está delante de
Dios, una voz, " que decía al sexto
ángel, que tenía la trompeta : «Suel-
ta los cuatro ángeles que están ata-
dos junto al río grande Eufrates.»
15 Y fueron soltados los cuatro ánge-
les, que estaban preparados para la
hora, el día, el mes y el año, para
matar la tercera parte de los hom-
bres. 18 Y el número de los ejércitos
de la caballería se contaba por cen-
tenares de millones : oí su número.
11 Y así vi los caballos en la visión,
y a los que montaban en ellos, que
tenían corazas ígneas, y jacintinas,
y sulfúreas ; y las cabezas de los ca-
ballos eran como cabezas de leones,
y de su boca sale fuego, humo v azu-
fre ; a y por efecto de estas tres pla-
gas fueron muertos la tercera parte
de los hombres, por efecto dei fue-
go, del humo y del azufre, que salía
de sus bocas. " Porque e! poder de
los caballos está en su boca y en sus
colas ; pues sus colas son semejan-
tes a serpientes, por tener cabezas,
y con ellas dañan. 20 Y los restan-
tes de los hombres, que no fueron
muertos con estas plagas, no se arre-
pintieron de las obras de sus manos,
dejando de adorar los demonios y
los ídolos de oro, de plata, de bron-
ce, de piedra y de madera, los cua-
les no pueden ni ver, ni oír, ni ca-
minar ; 21 y no se arrepintieron de
sus homicidios, ni de sus hechice-
rías, ni de su fornicación, ni de sus
robos.
Doble intermedio
El librito abierto. 10, 1-11
10 1 Y V1 otro ángel fuerte, que ba-
±yj jaba del cielo, envuelto en una
nube, y el arco iris por encima de su
cabeza, y su semblante como el sol,
y sus piernas como columnas de fue-
go, 2 y tenía en su mano un librito
abierto ; y puso su pie derecho so-
bre el mar, y el izquierdo sobre la
tierra, * y clamó con voz potente, co-
mo cuando ruge el león. Y cuando
clamó, hablaron sus voces los siete
rueños. 4 Y cuando hablaron los sie-
te truenos, iba yo a escribir, v oí
"na voz del cielo que decía : «Sella
lo que hablaron los siete truenos v
no lo escribas.» 8 Y el ángel que vi
estar de pie sobre el mar y sobre la
tierra, levantó al cielo su mano de-
recha, 6 y juró por el que vive por
los siglos de los siglos, que creó el
cielo y cuanto hay en él, y la tierra
v cuanto hay en ella, y el mar y
cuanto hay en él, que no habrá va
más tiempo, ' sino que en los días
de la trompeta del séptimo ángel,
cuando vaya a tocar, se consumó ya
el misterio de Dios, sesjún la buena
nueva que él había dado a sus sier-
vos los profetas. 8 Y la voz que ha-
bía yo oído del cielo, otra vez habla-
ba conmigo y decía : «Ve. toma el
libro que está abierto en la mano del
ángel que está de pie sobre el mar
v sobre la tierra.» * Y fui al ángel,
v le dije que me diera el librito. Y
me dice : «Toma, y devóralo, y te
amargará las entrañas, bien que en
tu boca será dulce como miel.» 10 Y
33-21 Bajo estas imágenes terroríficas se significa la libertad permitida a la poten-
cia diabólica para afligir a la humanidad con trastornos sociales. Efecto de la acción
diabólica son las invasiones de unos pueblos en otros, con las consiguientes guerras
y exterminios. Nótese que este ejército infernal no es todavía el ejército que habrá
de luchar contra los santos. Este segundo «¡ay!» cronológicamente puede coexistir
con el primero. Por lo menos no se expresa claramente la sucesión cronológica.
■1 A 1-3 Es impresionante la magnífica descripción de este ángel.
* No LO escribas ¡ porque hablaron los siete truenos, San Juan entendió mu-
chas cosas que se dispuso a poner en escrito ; pero recibió orden de mantenerlas
secretas. San Juan, por tanto, en el Apocalipsis se calla mucho de lo que sabe, tal
vez porque el mundo no tenía oídos para oír semejantes estampidos.
*-' No habrá ya más tiempo. . . se consumó ya el misterio de Dios : declaraciones
preciosas para entender que en la séptima trompeta se llega ya al fin.
•-"Este librito (o, más literalmente, librctillo) es como el codicilo anexo al libro
de los siete sellos. Su objeto es determinar por menor muchas cosas sólo %'agamente
insinuadas en el gran libro. Es una profecía posterior, pero no son posteriores los
hechos en él narrados a los contenidos en el libro de los siete sellos.
— 574 —
10 11-11 5
APOCALIPSIS
11 6-11
tomé el librito de la mano del án-
gel y lo devoré, y era en mi boca
como miel dulce ; y cuando le hube
devorado, se amargaron mis entra-
ñas. 11 Y me dicen : aEs menester
que de nuevo profetices sobre mu-
chos pueblos, y naciones, y lenguas,
y reyes.»
Los dos testigos, n, 1-14
nl Y me fué dada una caña seme-
jante a unatvara, diciendo : «Le-
vántate y mide él templo de Dios, y
el altar, y los que adoran en él. 2 Y
él atrio de fuera del templo, déjalo
allá fuera, y no lo midas; porque ha
sido entregado a las gentes, y holla-
rán la santa ciudad cuarenta y dos
meses. * Y daré orden a mis dos tes-
tigos, v profetizarán vestidos de sa-
co mil doscientos sesenta días.» 4 Es-
tos son los dos olivos y los dos can-
delabros que están en la presencia
del Señor de la tierra. 6 Y si algu-
no les quiere hacer mal, saldrá fue-
go de su boca y devorará a sus ene-
migos. Y si alguno les quisiese ha-
cer mal, así él será muerto sin re-
medio. 0 Estos tienen la potestad de
cerrar el cielo para que no llueva
durante los días de su profecía, y
tienen potestad sobre las aguas para
convertirlas en sangre, y para herir
la tierra con todo linaje de plagas,
siempre y cuando que quisieren. 1 Y
una vez que hubieren terminado su
testimonio, la bestia que sube del
abismo hará guerra contra ellos, y
los vencerá y los matará. 8 Y su ca-
dáver quedará en la plaza de la gran
ciudad, llamada espiritualmente So-
doma y Egipto, donde también el
Señor de ellos fué crucificado. * Y
muchos de los pueblos, y tribus, v
lenguas, y naciones verán su cadá-
ver durante tres días y medio, y no
dejarán que sus cadáveres sean pues-
tos en sepulcro. 10 Y los que habitan
sobre la tierra se gozarán sobre ellos
v andarán alegres y se enviarán pre-
sentes unos a otros,; puesto que es-
tos dos profetas habían atormentado
a los que habitan sobre la tierra.
11 Y al cabo de los tres días y medio,
un espíritu de vida enviado por Dio*
entró en ellos, y se levantaron sobre
n1 El templo de Dios... : imagen simbólica de la Iglesia, sobre la cual Dios tiene
tomadas sus medidas ; es decir, que tiene providencia de ella.
* El atrio de fuera... : imagen tomada del atrio de los gentiles del templo de
Jerusalén, símbolo de la humanidad anticristiana. || Déjalo allá fuera : no te pre-
ocupes, déjalo correr. || Cuarenta y dos meses : tres años y medio, o sea mil doscien-
tos sesenta días : es la mitad de siete años o de la plenitud. De este modo se indica
que las persecuciones de los impíos contra la Iglesia no llenarán tedo el tiempo de
su historia, sino que alternarán con períodos de calma.
2-9 Los dos testigos, los predicadores del Evangelio, vestidos de saco, es decir, de
vida austera y penitente, profetizarán o anunciarán la palabra de Dios, mil doscienios
sesenta días, aun en las épocas en que los impíos perseguirán a la Iglesia. ¿ Quiénes
son estos dos testigos? Los rasgos con que los describe San Juan no lo expresan, pues
son simbólicos. Los dos olivos... se refieren a Zorobabel y a Jesús hijo de Josedez (Zac. 4,
2-14); el fuego y la potestad de cerrar el cielo se refieren a Elias (4 Re. 1, 10.
3 Re. 17, 1) ; la sangre y las plagas se refieren a Moisés 'Ex. 7, 17-19). Si se tomasen
en sentido propio serían cuatro, no dos. Además, el tiempo de su predicación no es
sola la época subescatológica, que será breve (relativamente), sino todo lo largo de
la historia de la Iglesia. Este intermedio, por tanto, no se refiere exclusivamente
a sola la sexta trompeta. Por otra parte, existe una antigua y respetable tradición
según la cual Elias y Enoc aparecerán de nuevo para preparar el segundo adveni-
miento de Cristo. Lo que dice San Juan no excluye la verdad de esta tradición ; nni>
aún, aun cuando no hable concretamente de Elias y Enoc, parece haber presentado
a los dos testigos a imagen y semejanza de los dos testigos finales.
T Primera mención, proléptica, de la bestia, que es la potencia política atea, la que
perseguirá a la Iglesia en el curso de su historia. Vencerá a los dos testigos y los
matará ; pero sólo cuando hubieren terminado su testimonio. Dios permitirá que sean
testigos de sangre, mártires, pero no que sea impedido o truncado su testimonio.
8 Mención enigmática de Jerusalén; pero esta «santa ciudad» (v. 2), hollada por
los gentiles o impíos, es a su vez símbolo de la ciudad anticristiana.
8 Tres días y medio : si el conjunto de las persecuciones dura tres años y medio
(media semana de años), el triunfo y regocijo de los impíos después de cada perse-
cución no dura sino tres días vmedio (media semana de días), tiempo brevísimo.
Y la Iglesia reaparece, vigorizada por la precedente persecución.
— 575 —
11 12-19
APOCALIPSIS
11 14-19
sus pies, y cayó gran temor sobre los
que los estaban mirando. 12 Y oí una
gran voz venida del cielo, que les
decía : «Subid acá.» Y subieron al
cielo en la nube, y sus enemigos los
contemplaron. 13 Y en aquella hora
sobrevino un gran terremoto, y la
décima parte de la ciudad se cayó,
y perecieron en el terremoto siete
millares de personas humanas, y los
restantes quedaron despavoridos y
dieron gloria al Dios del cielo. M
14 El «ay» segundo pasó ; he aquí
que el «ay» tercero viene pronto.
7.» La consumación. 11, 15-ig
u Y el séptimo ángel tocó la trom-
peta, y sonaron grandes voces en el
cielo, que decían :
Se estableció el reinado sobre el mundo
del Señor nuestro y de su Cristo,
y reinará por los siglos de los siglos.
" Y los veinticuatro ancianos, que 1 sus rostros y adoraron a Dios, " di-
están en la presencia de Dios sen- | ciendo :
tados en sus tronos, cayeron sobre .
Gracias te damos, Señor, Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido tu gran poder,
y comenzaste a reinar ;
u y se encolerizaron las gentes,
y llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
10 Y se abrió el templo de Dios, I produjeron relámpagos, y voces, y
que está en el cielo, y fué vista el truenos, y temblor de tierra, y fuer-
arca de la alianza en el templo, y se ! te granizada.
13-13 La gloria de los mártires y los castigos de Dios inspiran sentimientos de pe-
nitencia a los antiguos perseguidores, que al fin dan gloria a Dios.
u Se estarleció el reinado pleno y definitivo de Dios. A este establecimiento se
sigue ya el reinado eterno : y reinará por los siglos de los siglos.
h-18 Este cantar de los veinticuatro ancianos es como la diánoia o el pensamiento
de todo el drama apocalíptico.
17 El que eres y el que eras: ya no se añade, como antes u, 4; 1, 8 ; 4, 8), cy el
que viene» : nuevo indicio de que llegó el fin.
18 Estos incisos son como el índice de las narraciones más extensas que seguirán
luego. Se encolerizaron las gentes : 16, 12-16 ; 19, 19-21 : es el ejército del mal que
presume destronar a Dios y a Cristo. || Llegó tu cólera : 14, 8-20; ib, 17-21... : es el
día de la ira de Dios. || De que sean juzgados los muertos: 20, 11-15 : es el juicio
universal. || De dar el galardón...: 21, 1-27; 22, 1-5: es la bienaventuranza celes-
te. || De arruinar...: 17, 1-18 ; 18, 1-24; 19, 1-4; 19, 11-21 ; 20, 1-10 : es el exterminio
de Babilonia, de las dos bestias y del dragón.
" Este versículo puede interpretarse de dos maneras : o como conclusión de lo
que precede, y entonces sería un anuncio proléptico de los capítulos 21 y 22, o bien,
más probablemente, como una preparación de la* visión que sigue a continuación.
Esta diferencia no influye en la interpretación general del libro.
-576-
12 M
APOCALIPSIS
12 M«
El librito abierto
Visión preliminar
'fíales cu e¡
él dragón.
-i cf 'Y una gran señal fué vista en
el cielo :' una Mujer vestida del
sol, y la luna debajo de sus pies, y
sobre su cabeza una corona de doce
estrellas, 2 la cual llevaba un Hijo en
mi seno, y clamaba con los dolores
del parto y con la tortura de dar
a Juz.
■ Y otra señal fué vista en el cie-
lo, y he aquí un dragón grande rojo,
que tenía siete cabezas y diez cuer-
nos, y sobre sus cabezas siete dia-
demas ; 4 y sú cola arrastra la ter-
cera parte de las estrellas del cielo
y las precipitó a la tierra. Y el dra-
gón se ha colocado frente a la Mu-
jer, que está a punto de dar a luz,
para poder, en cuanto dé a luz, de-
corar a su Hijo. ' Y dió a luz un
Hijo varón, destinado a regir todas
las gentes con vara de hierro ; y
fué arrebatado su Hijo, llevado a
Dios y a su trono. * Y la Mujer huyó
al desierto, donde tiene lugar prepa-
rado por Dios, para que allí la sus-
tenten mil doscientos sesenta días,
'Y se trabó una batalla en el cie-
lo : Miguel y sus ángeles iniciaron
mtra el dragón, " Y el
,mb
el
dragón peleó y con él sus ángeles,
y no pudieron resistir, y no se ha-
lló ya para ellos lugar en el cielo.
" Y fué precipitado el dragón gran-
de, la serpiente antigua, que se lla-
ma diablo y Satanás, el que seduce
todo el mundo ; fué precipitado a
la tierra, y sus ángeles fueron con
él precipitados.
10 Y oí una gran voz en el cielo,
que decía :
12
1 Como el
aeró, asi t
sell<
del Cor-
lltr
real
n fúndame
ra dos corrientes o se-
otros que expresan la
is dos series de textos,
tas <le la gran batalla: de la Mujer con su Hijo por uní
bestias por otra ; cuva presentación se hace en los caí
esta Mujer, Madre del Mesías, no puede ser ni la i
margen de la promesa mesiánica, ni tampoco la lides
ni Mesías y que en el Apocalipsis se presenta como e;
son a o colectividad a la cual en la Escritura se atril
generación del Mesías. En este sentido hallamos en la
ríes de textos : unos que hablan de la generación Pat
generación virginal. Como sería arbitrario descartar una
habrá que decir que la Mujer será o la colectividad patriarca
centrándose en María, o bien María en cuanto recose y sintetiz
patriarcal, es decir, al Israel de la promesa. Cotejados todos
sus rasgos así reales como verbales, la conclusión es que la Mu.
lleva la representación de Israel. Además, el contraste entre '
eserpiente antie.ua» (y. 9), es una realización de las hostilida
Génesis (3, 15), donde la Mujer es María. Hay que notar, empe
de María es aquí, como lo fué en la realidad, no la pura gei:
maternidad total del Redentor. Esto, con todo, no impide que <
la Mujer pueda ser también de alguna manera la Iglesia, por
eión de Israel. || Vfsiida del sol: es la gloria de la divina r
debajo PE sus fiF.s : símbolo del señorío soberano o realeza d<
doce ESTRELLAS : es la doria de los doce patriarcas de Israel,
sentada en María.
1 Los DOLORES DEL PARTO no son los de la generación física, exenta de ellos, sino
los. de la maternidad del Redentor crucificado (I.c. .55; Jn. 19, 25-27).
4 Arrastra... las estrellas: alusión a la defección de los ángeles rebeldes en el
ciclo. i¡ Devorar su Hijo: anularle como Mesías iMt. 1, 1-10 ; I-c. 4, i-i.v. 22, :> ;
53 Win. 13. 3)- ' '
•Fué ARREBATADO SD BCO : » derrota del dragón, cuyos planes quedan frustrados
• I-A Mujfr HUYÓ al DESlTRIOi.. ¡ puesta a salvo de los asaltos del dragón. Perso-
nalmente María estuvo exent;. de todo influjo diabólico, y representativamente es !n
Iglesia, perennemente protegioa por Dios.
' Y se trabo una BATALLA : se habla de Irt* batallas fundidas c-n una : las batallas
contra Dios, contra el Mesías y contra la Iglesia. Son tre= episodios o aspectos de ta
eterna guerra de Satanás contra Cristo. A>¡ se explie-a que en 7-0 se describa la ba-
María. || Corona de
recapitulada y repre-
12 n-17
APOCALIPSIS
12 is-13 4
Ahora se estableció la salud, y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo ;
porque fué precipitado el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche,
11 y ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero,
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
" Por esto estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
¡ Ay de la tierra y del mar ! ,
porque bajó a vosotros el diablo con gran coraje,
sabiendo que cuenta con poco' tiempo.
u Y como vió el dragón que ha-
bía 6Ído precipitado a la tierra, se
dió a perseguir a la Mujer que ha-
bía dado a luz al varón. 14 Y le fue-
ron dadas a la Mujer las dos alas
de la grande águila, para que vola-
se al desierto a su lugar, en donde
es sustentada un tiempo y dos tiem-
pos y medio tiempo lejos de la pre-
sencia de la serpiente. 16 Y lanzó la
serpiente de su boca tras la Mujer
agua como río, para hacer que Iue-
ra arrastrada por el río. " Y soco-
rrió la tierra a la Mujer, y abrió la
tierra su boca, y sorbió el río que el
dragón había lanzado de su boca.
" Y se encolerizó el dragón contra
la Mujer, y se fué a hacer guerra
con los demás de su descendencia,
los que guardan los mandamientos
de Dios y mantienen el testimonio
de Jesús.
Las dos bestias: la del mar y la d*
la tierra. 12, 18 ; 13, 1-18
" Y me puse en la arena del mar.
i o 1 Y vi subir del mar una bestia
A" que tenía diez cuernos y 6Íete
cabezas, y sobre sus cuernos diez dia-
demas, y sobre sus cabezas un nom-
bre de blasfemia. 2 Y la bestia que vi
era semejante a un leopardo, y sus
pies como de oso, y su boca como
boca de león. Y le entregó el dragón
su poder y su trono y gran potestad.
* Y [vi] una de sus cabezas como
herida mortalmente, y su herida de
muerte había sido curada. Y admi-
rada toda la tierra se fué tras la
bestia, 4 y adoraron al dragón, , por-
que había dado la potestad a la bes-
talla celeste y que en 10-11, en el epinicio de la victoria, se aluda al triunfo de la
Iglesia. Tal es el estilo del Apocalipsis.
12 Cuenta con poco tiempo : con la muerte de Cristo perdió Satanás el imperio del
mundo (Jn. 12, 31 ; 15, 30). Esta derrota es la prisión que se presupone en 9, 1-2,
y que se refiere en 20, 1-3. Con estas imágenes simbólicas se quiere expresar que
Dios cohibe la acción de Satanás o frustra sus efectos. En virtud de todas estas
trabas, cuenta con poco tiempo para hacer su hecho. Por esto también busca sus agen-
tes humanos, que se describirán en el capítulo 13.
14 Las dos alas de la grande Aguila : tal vez hay una alusión a Dt. 32, 11. || Un
tiempo y dos tiempos y mfdio tiempo : expresión tomada de Daniel, equivalente a
«un año, más dos años, más medio año», es decir, tres años y medio, que son los
mil doscientos sesenta días del versículo 6.
" Con los demás de su descendencia : declaración implícita de la maternidad es-
piritual de María respecto de los fieles.
18 Y me puse: otros leen tY se puso [el dragónji.
-J O 1-2 Esta bestia del mar, la bestia por antonomasia, símbolo del anticristo, repre-
senta las fuerzas políticas o la potencia estatal contra Dios o contra Cristo y sn
Iglesia. Sube del mar, o viene del occidente, porque entonces estaba representada [>oi
la Roma imperial anticristiana. Su aspecto de leopardo, oso' y león es una fusión
de las cuatro bestias descritas por Daniel (7, 2-8). Más adelante (17, 7-13) se darán
nuevas precisiones. || Y le entregó el dragón su poder... : esta entrega incluye dos
cosas : la retirada o prisión relativa del dragón y la transmisión de poderes a la
bestia, constituida como agente de Satanás en la tierra.
8 Su herida de muerte : al revés del Cordero, que con su herida simbólica (5, 6)
vive eternamente (1, 18), la bestia lleva en sí una herida mortal, que, sobresanada
superficialmente, siempre subsiste.
- 578-
13 5-14
APOCALIPSIS
13 1&-14 1
tia, y adoraron a la bestia, dicien-
do : «¿Quién es semejante a la bes-
tia y quién es capaz de pelear con
ella ?» ' Y le fué dada boca que ha-
blase grandes cosas y blasfemias, y
le fué dada potestad' de actuar du-
rante cuarenta y dos meses. ' Y abrió
su boca para lanzar blasfemias con-
tra Dios, para blasfemar de su nom-
bre y de su tabernáculo, de los que
tienen su morada en el cielo. 7 Y le
fué dado hacer guerra contra los
santos, y vencerlos ; y le fué dada
potestad sobre toda tribu, y pueblo,
y lengua, y nación. 8 Y la adorarán
todos los que habitan sobre la tie-
rra, cuyo nombre no está escrito,
desde la creación del mundo, en el
libro de la vida del Cordero degolla-
do. * Quien tenga oído, oiga. 10 Quien
lleva al cautiverio, al cautiverio irá ;
quien a espada matare, a espada tam-
bién-se le matará irremisiblemente.
Aquí está la paciencia y la fe de los
santos.
11 Y vi otra bestia que subía de la
tierra, y tenía dos cuernos semejan-
tes a los de cordero, y hablaba co-
mo dragón. u Y la potestad de la
primera bestia la ejecuta toda en su
presencia. Y hace que la tierra y los
que habitan en ella adoren a la bes-
tia primera, cuya herida de muerte
había sido curada. " Y hace gran-
des prodigios, de modo que aun fue-
go hace bajar del cielo a la tierra a
vista de los hombres. " Y seduce a
los que habitan sobre la tierra a cau-
sa de los prodigios que le ha sido
dado obrar en presencia de la bes-
tia, diciendo a los que habitan so-
bre la tierra que hicieran una ima-
gen a la bestia, que lleva la herida
de la espada y revivió. 15 Y le fué
dado dar espíritu a la imagen de la
bestia, de suerte que aun hablase la
imagen de la bestia y que hiciese
que" cuantos no adorasen la imagen
de la bestia fueran muertos. " Y ha-
ce que a todos, los pequeños y los
grandes, los ricos y los pobres, los
libres y los siervos, se les ponga una
marca sobre su mano derecha o so-
bre su frente, " y que nadie pueda
comprar o vender, sino quien lleve
la marca, que es el nombre de la
bestia o el número de su nombre.
18 Aquí de la sabiduría. Quien ten-
ga inteligencia calcule el número de
la bestia, pues es número humano
Y su número es seiscientos sesenta
y seis.
1. Ciclo de las siete señales
i.* El Cordero en Sión: los 144.000
vírgenes. 14, i-5
14, 1 Y vi, y he aquí el Cordero que
estaba sobre el monte Sión, y
con él ciento cuarenta y cuatro mi-
llares, que llevaban su nombre y el
*-M Advertencia que señala la ley divina del talión como objeto de temor para
los adversarios y de esperanza para los leales.
n~M Si la bestia del mar representa a los falsos cristos, la bestia de la tierra sim-
boliza los falsos profetas (Mt. 24, 24; Me. 13, 22], es decir, la intelectualidad irreli-
giosa o seudorretigiosa.
"Propone San Juan un enigma a la sagacidad de los lectores: ¿cuál será el
nombre de la bestia ? Y le da estos datos : las letras de este nombre, consideradas
como cifras numéricas, sumarán 666. De todas las soluciones propuestas, la que ma-
yor aceptación ha logrado es la de César Xerón, que, escrito en letras hebreas, da
la suma deseada. Aun aceptada esta solución, sólo quiere decir San Juan que Nerón
era una imagen en pequeño de lo que habrá de ser el auténtico anticristo. Prescin-
diendo de esta identificación personal, el número 666 es como un triple conato deses-
perado de llegar a la plenitud del número septenario. Es curioso, y lo hicieron
resaltar los antiguos, que las letras griegas del nombre de Jesús suman SSS, que es
superación de plenitud.
•i A Esta apacible visión es como la kátharsis de la penosa impresión producida por
la visión de las dos bestias. En su contenido es una fusión de las dos visiones del
capítulo 7. Por ura parte, los 144.000 y el monte Sión recuerdan los €144.000 marcados
de toda tribu de los hijos de Israel» (7, 1-8) ; por otra, los diferentes rasgos celestes
recuerdan la muchedumbre innumerable de los bienaventurados (7, 0-17). Son, por
tanto, la universalidad de los elegidos, representados simbólicamente. El nombre
que se les da los rescatados de la tierra, corrobora esta universalidad. Ni se opone
la denominación de vírgenes, que debe entenderse metafóricamente. Si se tomase en
sentido propio, resultaría el contrasentido que de este coro virginal quedarían ex-
cluidas ¡as vírgenes, dado que en todo el pasaje se emplea el género masculino.
14 2-n
APOCALIPSIS
14 5-14
nombre ele su Padre escrito sobre sus
frentes - Y oí una voz venida del
cielo, como voz de muchas aguas y
como voz de un gran trueno, y la voz
que oí era como de citaristas que ta-
ñían sus cítaras. 3 Y cantan como un
cantar nuevo en presencia del tro-
no y en presencia de los cuatro se-
res vivientes y de los ancianos ; y
nadie podía aprender el cantar, sino
los ciento cuarenta y cuatro milla-
res, los rescatados de la tierra. 1 Es-
tos son los que no se mancharon
con mujeres, como vírgenes que son.
Estos son los que siguen al Corde-
ro dondequiera que va. Estos fue-
ron _ rescatados de los hombres, pri-
micias para Dios y para el Corde-
ro ; 5 y en su boca no se halló men-
tira : son irreprochables.
El ángel del Evangelio
14. 6-7
° Yi otro ángel volando en el cé-
nit, que tenía el Evangelio eterno
para evangelizar a los que estaban
sentados sobre la tierra, y a toda
nación, tribu, lengua y pueblo, " di-
ciendo con voz potente :
Temed a Dios y dadle gloria,
mes llegó la hora de su juicio ;
adorad al que hizo el cielo y la tierra,
1 mar v las fuentes de las aguas.»
«Cayó Babilonia». i\, 8.
" Y otro segundo le siguió, dicien-
do : «Cayó, cayó Babilonia la gran-
de, la que con el vino del furor de
su fornicación ha abrevado todas las
naciones.»
1 menaza* divinas, i
■ Y otro tercer ángel k>S siguió, di-
ciendo a grandes voces : «Si algu-
no adora la bestia y su imagen y
recibe su marca sobre su frente o
sobre su mano, 10 también éste be-
berá del vino de la cólera de Dios,
vino puro escanciado en la copa de
su ira, y serán atormentados con
fuego y azufre en presencia de los
ángeles santos y en presencia del
Cordero. " Y el humo de su tor-
mento sube por siglos de siglos, y
no tienen reposo ni de día ni da
noche los que adoran la bestia y su
imagen, y si alguno recibe la mar-
ca de su nombre. u Aquí está la pa-
ciencia de los santos, los que guar-
dan los mandamientos de Dios y la
fe de Jesús.,
5." «Bienaventurados los muertos
cu el Señor». 14, 13
18 Y oi una voz venida del cielo
que decía : «Escribe : ¡ Bienaventu
rados los muertos que mueren en e
Señor, ya desde ahora ! Sí, dice e
Espíritu, que descansen de sus tra-
bajos, porque sus obras los acom-
pañan. »
Y vi, y lie aquí una nube blan-
y sobre la nube sentado uno co-
tí i
leí homb
qut
lema so-
o-' Este ángel tiene estrecha conexión con el jinete del primer sello (6, a). Su
significación simbólica se realiza históricamente en los pregoneros del Evangelio,
r-no de éstos fué San Vicente l'errer, a quien suele aplicarse este símbolo profético.
s Primer anuncio, proléptico, de la caída de Babilonia, que luego se describirá
profusamente.
Aunque rápida, es impresionante esta descripción de los tormentos infernales.
Además de la pena de sentido y de la eternidad de sjj TORMENTO, se recuerda la pena
de daño. En presencia de i.os ángeles sanios y del Cordero, sin ver lo que pudiera
recrear su vista, se sentirán vistos. Tremenda humillación y vergüenza.
"Preciosa declaración de que va desde ahora, antes del juicio universal, son
sustancialmente menaveniurados i.os muertos que muerfn en- EL Señor. Es éste un
dato importante para interpretar el reino de los mil años.
M-" Bajo la tradicional imagen de la siega lis. iS, 5; Jer. 51, .-,3; Os. b, 11 ; Mt. 3,
12; 9, .17-3*; t$. 30 1 13, ."Q--12 ', 1-c 3, 17; 10, =1 Jn. 4, 35-3&1 se representa el juicio
. ' . — ,8o —
14 15-15 6
APOCALIPSIS
14 2o-15 «
bre su Cabeza corona de oro y en
su mano una hoz afilada. 16 Y otro
ángel salió del templo, gritando a
grandes voces al que estaba sentado
sobre la nube : «Echa tu hoz y sie-
ga, pues llegó la hora de segar, por
estar ya madura la mies de la tie-
rra.» "' V el que estaba sentado so-
bre la nube echó su hoz sobre la
tierra, y fué segada la tierra.
El juicio bajo la imagen de ven-
dimia. 14, 17-20
" V otro ángel salió del templo
que está en e! cielo, llevando él tam-
bién una hoz afilada. ,s Y salió del
altar otro ángel, que tenía potestad
sobre el fuego, y clamó con voz po-
derosa al que llevaba la hoz afilada,
diciendo : «Echa tu hoz afilada y
vendimia los racimos de la viña de
!a tierra, pues llegaron a sazón sus
uvas.» ** Y echó el ángel su hoz en
la tierra, y vendimió la viña de la
tierra, y lo echó en el gran lagar
de la cólera de Dios. " Y fué pisa-
do el lagar fuera de la ciudad, y sa-
lió sangre del lagar hasta los frenos
de los caballos, en una extensión de
mil seiscientos estadio-.
2. Ciclo de las siete copas
Visión preparatoria. t<¡, i-S ; 16, 1
ir 1 Y vi en el cielo otra señal,
grande y maravillosa: siete án-
geles, que tenían siete plagas, las úl-
timas, pues en ellas se consumó la
cólera de Dios. 2 Y vi como un mar
de vidrio, mezclado de fuego, y a los
que salieron vencedores de la bestia
y de su imagen y del número de su
nombre, de pie sobre el mar de vi-
drio, teniendo cítaras de Dios. * Y
cantan el cantar de Moisés, el siervo
de Dios, y el cantar del Cordero, di-
ciendo :
Grandes y maravillosas son tus obra«,
Señor, Dios omnipotente ;
justos y verdaderos tus caminos,
¡ oh Rey de los siglos !
4 ¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque sólo tú eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
' Y tras esto vi, y se abrió el san- I tuario los siete ángeles que tenían
tuarió del tabernáculo del testimo- las siete plaga>, vestidos de lino ní-
nio en el cielo, ' y salieron del san- | tido, brillante, y ceñidos en torno a
<lc Dios. I.os rasgos de la ncbf. blanca y la corona di; oro y la intervención perr-onal
del Hijo df.¡. hombre parecen indicar que se trata especialmente del juicio en que
han de ser galardonados los buenos.
"-20 Ei. lagar de la cólera de Dios y la SANGRE que de él sale indican que bajo
la imagen de vendimia (Jl. 3, 13; Is. 63, 3) se simboliza el juu ¡o de los impíos. || Mil
sfisctfntos estadios son unos 288 kilómetros.
-I K ' Estás PLAGAS son L\> ÚLTIMAS, PUES EN 1.1 l.\s SÉ CONSUMÓ LA CÓLERA DE ClOS. El
exterminio de los adversarios, antes sólo indicado, -e va a describir circunstan-
ciadamente.
3 A ios que sai leron vencedores : visión proléptica del triunfo ante* de narrarse
la batalla.
■ EL cantar de Moisés : alusión al cántico de los israelitas después de pasar el
mar kojo (Ex. 15, 1-18). Tal vez esta alusión al mar Rojo explique por qué el imar
de vidrio» esté «mezelad > de fuego» Iv. Este cantar de Moisés no es otro que el
cantar DF.I. CokDFRo, el único que sigue inmediatamente. Como siempre en el Apo-
calipsis, Israel es símbolo de todos los elegido?.
-581-
15 7-16 5
APOCALIPSIS
16 6-12
los pechos de cintos de oro. 7 Y uno
de los cuatro seres vivientes dió a
los siete ángeles siete copas rebo-
santes de la cólera de Dios, que vive
por los siglos de los siglos. 8 Y se
llenó el santuario de humo produci-
do por la gloria de Dios y por su
potencia, y nadie podía entrar en el
santuario hasta que se consumasen
las siete plagas de los siete ángeles.
i ¿: 1 Y oí una gran voz venida del
santuario, que decía a los siete
ángeles : «Id y derramad las 6Íete co-
pas de la colera de Dios sobre la
tierra.»
i.* En la tierra: úlceras malignas.
16, 2
a Y fué el primero y derramó su
copa sobre la tierra, y aparecieron
úlceras malignas y enconadas en los
hombres que llevaban la marca de
la bestia y adoraban su imagen.
2.a En el mar: sangre. 16, 3
* Y el segundo derramó su copa
sobre el mar, y se convirtió en san-
gre como de muerto, y murieron to-
dos los seres animados de vida,
cuantos había en el mar.
3.* En los ríos y fuentes: sangre.
16, 4-7
* Y el tercero derramó su copa so-
bre los ríos y sobre las fuentes de
las aguas, y se convirtieron en san-
gre. 6 Y oí al ángel de las aguas
que decía : «Justo eres tú, el que
eres y el que eras, el santo, en ha-
ber hecho tal justicia ; 8 que pues
sangre de santos y profetas derra-
maron, sangre también a ellos les
diste a beber : dignos son.» 1 Y oí
que una voz del altar decía : «Sí, Se-
ñor, Dios omnipotente, verdaderos y
justos son tus juicios.»
4. " En el sol: ardores de fuego.
16, 8-9
* El cuarto derramó su copa sobre
el sol, y le fué dado abrasar a los
hombres en fuego. ' Y se abrasaron
los hombres en grandes ardores, y
blasfemaron el nombre de Dios, que
tiene la potestad sobre estas plagas,
e impenitentes, no quisieron darle
gloria
5. " Sobre el trono de la bestia:
tinieblas y desesperación. 16, 10-n
30 Y el quinto derramó su copa so-
bre el trono de la bestia, y quedó
su reino en tinieblas, y se despeda-
zaban los hombres las lenguas por
la furia del dolor, 11 y blasfemaron
contra el Dios del cielo por causa
de sus dolores y de sus úlceras, y
no se arrepintieron de sus obras.
6." .Sobre el Eufrates: se va a dar
la gran batalla. 16, 12-16
a Y el sexto derramó su copa so-
bre el gran río Eufrates, y quedó
en seco, para que se aparejase el ca-
mino de los reyes procedentes del
* Dió a los ángeles siete copas : por tanto, las expresiones anteriores tque tenían
[las] siete plagas» (vv. 1 y 6) significan solamente que estaban destinados a derra-
marlas.
1 (i 2 9 Las CUil'ro Primeras copas forman grupo aparte y responden una por una a
-LO las cuatro primeras trompetas. Se diferencian de ellas en que afectan más di-
rectamente a los hombres. La omisión del inciso «y el que viene» (cfr. 11, 17) parece
indicar ti carácter subescatológico de estas plagas.
líwl La quinta copa guarda estrecha afinidad con la quinta trompeta.
%í? La mención del Eufrates sc-hala la correspondencia de la sexta copa con la
sexta trompeta (9, 14). Con una diferencia esencial, empero: allí «fueron soltados los
cuatro ángeles... para matar la tercera parte de los hombres» (9, 15) ; aquí se apareja
- 582 -
16 13-21
APOCALIPSIS
17 1-5
sol naciente. a Y vi salir de la boca
del dragón, y de la boca de la bes-
tia, y de la boca del falso profeta
tres espíritus inmundos a modo de
ranas ; " pues son espíritus de de-
monios obradores de prodigios, que
se dirigen a los reyes del mundo
entero, con el fin de congregarlos
para la batalla del gran día del Dios
omnipotente. a «He aquí que vengo
como ladrón ; dichoso el que está
en vela y conserva sus vestidos, pa-
ra no andar desnudo y dejar ver su
vergüenza.» w Y los congregó en el
lugar llamado en hebreo «Harmage-
dón».
7." Sobre el aire: la consumación.
16, 17-21
" Y el séptimo derramó su copa
en el aire, y de dentro del santua-
rio salió una gran voz, procedente
del trono, que decía : «Es tin he-
cho.» 3S Y se produjeron relámpagos,
y voces, y truenos, y sobrevino un
gran temblor de tierra, cual no le
hubo desde que existieron hombres
sobre la tierra, semejante temblor
igualmente grande. 19 Y la gran ciu-
dad se hizo en tres partes, y las ciu-
dades de las gentes se desplomaron.
Y Babilonia la grande se presentó a
la memoria de Dios, para darle la
copa del vino del furor de su ira.
" Y toda isla huyó, y los montes
desaparecieron. 21 Y un gran pedris-
co, de piedras como de a quintal,
cayó del cielo sobre los hombres, y
blasfemaron los hombres de Dios por
la plaga del pedrisco, porque es
grande su plaga en extremo.
3. Exterminio de los enemigos
A) Caída de Babilonia
Presentación de Babilonia, 17, 1-18
-1 n 1 Y vino uno de los siete ánge-
* les que tenían las siete copas, y
habló conmigo, diciendo : «Ven, te
mostraré el juicio de la gran ramera
que está sentada sobre muchas aguas,
2 con la cual fornicaron los reyes de
la tierra y se embriagaron los habi-
tantes de la tierra con el vino de su
fornicación.» ' Y me llevó en espíri-
tu a un desierto. Y vi una mujer
sentada sobre una bestia roja escar-
lata, henchida de nombres de blas-
femia, que tenía siete cabezas y diez
cuernos. 4 Y la mujer andaba vestida
de púrpura y escarlata y ricamente
engalanada con oro y piedras pre-
ciosas y perlas, y llevaba en su ma-
no una copa rebosante de abomina-
ciones y de las inmundicias de su
fornicación, e y sobre su frente un
nombre escrito : ¡ Misterio ! : Babi-
lonia LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RA-
MERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA
EL CAMINO DE LOS REYES... CON EL FIN DE CONGREGARLOS PARA LA BATALLA DEL GRAN DÍA
del Dios omnipotente. Dos cosas merecen notarse. Primera : la singularidad o deter-
minación individual de esta batalla, expresada por la acumulación de artículos y por
la mención del gran día. Segunda : la acción conjunta del dragón con las dos bes-
tias en la preparación de esta batalla. La consecuencia lógica de estas observaciones
es capital para la interpretación del Apocalipsis. Esta única batalla, aquí anunciada,
se describirá luego dos veces (19, 19-21 ; 30, 7-10) desde distinto punto de vista. Pero
si la descripción es doble, la batalla descrita es una misma. El lugar de la gran
batalla será, simbólicamente, Harmagedón (en el llano de Esdrelón), el campo de las
grandes batallas catastróficas.
La séptima copa responde a la séptima trompeta. Tanto allí como aquí se ha
llegado al fin : Es un hecho. Allí se da un índice de los últimos acontecimien-
tos [a, 17-18) ; aquí estos acontecimientos van a narrarse particularmente. La men-
ción de Babilonia (v. 19) es el anuncio proléptico de los dos capítulos siguientes.
■1 fj 3 Vi una mujer sentada sobre una bestia : interesa conocer la conexión y. la opo-
• sición entre la mujer y la bestia. La mujer, Babilonia (denominación simbólica),
representa el estado burgués, las monarquías, las aristocracias, las plutocracias, en que
predominan la nobleza, el capitalismo, el lujo. La bestia, en cambio, representa sim-
plemente la potencia estatal anticristiana, que en un principio se encarna en el es-
tado burgués, pero que progresivamente se va democratizando hasta llegar a la
democracia más radical. Cuando haya llegado a este término de su desenvolvimiento,
la misma bestia, que había llevado sobre sí a la mujer, se revolverá contra ella. La
historia de veinte siglos ha demostrado la exactitud y profundidad de esta profecía.
- 583 -
17 6-30
APOCALIPSIS
17
tierra. " Y vi la mujer ebria de la
sangre de los santos y de la sangre
<le los mártires de Jesús. Y me ma-
ravillé, al verla, con gran maravilla.
7 Y díjome el ángel : «¿Por qué te
maravillaste ? Yo te explicaré el mis-
terio de la mujer y de la bestia que
la lleva, que tiene siete cabezas y
diez cuernos. s La bestia que viste,
era y no es, y va a subir del abis-
mo é ir a la perdición ; y se mara-
villarán los que habitan sobre la tie-
rra, cuyo nombre no está escrito en
el iibro de la vida desde la creación
del mundo, mirando la bestia, que
era y no es y aparecerá. ' Aquí de
la inteligencia que tenga sabiduría.
Las siete cabezas son siete montes,
sobre los cuales está asentada la mu-
jer. Y son siete reyes : 10 los cinco
cayeron ; el uno es, el otro todavía
no vino, y cuando viniere, tiene que
durar poco. " Y la bestia, que era
y no es, ella también es el octavo,
y es uno de los siete, y va a la per-
dición. Y los diez cuernos que vis-
te diez reyes son, los cuales toda-
vía no recibieron el reino ; mas re-
cibirán potestad como reyes por una
hora junto con la bestia. * Ellos tie-
nen un mismo designio, y su poten-
cia y potestad se la entregan a la
bestia. M Estos harán la guerra al
Cordero, y el Cordero los vencerá,
porque es Señor de señores y Rey
de reyes, y los que con El están,
llamados, elegidos y fieles.» * Y me
dice : «Las aguas que viste, donde
está asentada la ramera, son pue-
blos, y muchedumbre, y naciones, y
lenguas. K Y los diez cuernos que
viste y la bestia, éstos aborrecerán
a la ramera, y la dejarán devastada
y despojada, y devorarán sus car-
Es tam-
K ERA V no rs : podría escribirse como si fuese un solo nombro :
Este nombre es ía antítesis del nombre de Yahveh : ti yuc i'
bien una expresión gráfica de la «herida de tnuertei (13, j] de la bestia.
8 Aquí df U intei.igench : se trata de descifrar un enigma. || Son siete montes:
alusión transparente a las siete colinas sobre que estaba edificada Roma. Pero la
Roma de Nerón y de Pomiciano, si en un momento dado fue la concreción histórica
de la bestia (y también de la mujer), no agola, empero, toda su significación tras-
,U iit.
Y S(
caln .
simboliza a 1.'
>le de lo incierto, parece que el sexto de estos siete reyes
10 tiempo escribió San Juan el Apocalipsis ; el séptimo
;nte a Domiciano fueron diez los emperadores romanos,
.os cinco que CAYERON, señalados por San Juan, lo igno-
entran en la cuenta lns tres efímeros emperadores Galba,
edieron a Nerón. Es posible que se prescindiera de ellos
>, o como dos, o como tres. En la primera hipótesis, los
41), Claudio (41-54)1 yerón (54-6.'), Vespasiano (60-79) V
1 se comenzaría por Claudio; en la tercera, por St rón:
"iavo, V ES uno Dr. ios siete ! esta expresión, a primera vista enigmática,
id la clave para la interpretación de los símbolos apocalípticos. La bestia
sto. Pero, como el anticristo, se toma en sentidos diferentes. Es por an-
I anticristo personal, que precederá inmediatamente a la parusía. Es
colectividad o sucesión de los personajes histórk
(1 preludiarán al «hombre del pecado» (2 Tes. 2,
ristiana, que se encarnará en esos personajes, y cada ui
uienes se manifestará esa tendencia. Así, la bestia es la
es o emperadores ; es singularmente uno de ellos, Nerói
a anticristiana ; y es el OCTAVO; porque esa tendencia, n<:
irá hasta concentrar todo su virus en el anticristo final.
ves son : son los reyes o jefes de las naciones que, a
;s de los bárbaros, coexistirán por un tiempo con el Imperio romano,
-abarán con él y le sucederán.
ítad se la entregan a i.a bestia : los jefes de las naciones no serán sino
pur su potencia
también la ten-
no de esos indi-
j colectividad de
n, en quien eul-
> agotada en los
gentes o
del pueblo soberant
** Harán i.a guerr;
fibifá en 10, 10-21.
16 Aborrecerán a i.
ués. Comienzo e imagen de <
s bárbaros ; seguirán la
lías han sido numerosas ; y ;
s de la bestia, es decir, de los
en cuyas manos irán a parar t<
M. CORDERO : es la zuerra anuí
¡:\\u r. \
por
la desap
-ta desaparición definit
caídas de imperios y
pesar de los parciales
>>.ijo<
Los !
el avance proseguirá hasta llegar a la total
ehos acreditan la verdad de la profecía.
¡istemas políticos y filosóficos
Hada en 16, 14, y que se des-
irición del imperialismo but-
va será el incendio de Roma
monarquías, que en nuestros
retrocesos, de sus altos y sus
kmocratizarión internacional.
- m -
17 «-18 &
APOCALIPSIS
18
nes, y la abracarán con fuego ; " por-
que Dios puso en sus corazones el
que ejecutasen su designio, y que
ejecutasen un mismo designio, y en-
tregasen su reino a la bestia, hasta
que se cumpliesen las palabras de
Dios. ,s Y la. mujer que viste es la
ciudad grande, la que ejerce reale-
za sobre los reyes de la tierra.»
«t'i¡vi> Babilonia». iS, i-S
-i o 1 Iras esto vi bajar del cielo
otro ángel, que tenía gran po-
testad, y la tierra se iluminó con su
gloria. " Y clamó con voz poderosa :
«Cayó, cayó Babilonia la grande, y
ha quedado hecha morada de demo-
nios, y guarida de todo espíritu in-
mundo, y guarida de todo pájaro in-
mundo y detestado ; 1 por cuanto del
vino del furor de su fornicación han
libido todas las naciones, y los re-
yes de ;a tierra fornicaron con ella,
y los mercaderes se enriquecieron
con la pujanza de su lujo.»
4 Y oí otra voz venida del cielo,
que decía : «Salid de ella, pueblo
mío, para que no os hagáis cómpli-
ces de sus pecados y no participéis
de sus plagas ; 6 pues sus pecados
llegan a tocar el cielo, y se acordó
Dios de sus iniquidades. ' Pagadle
como ella misma pagó, y dobladle
al doble a la medida de sus obras ;
en la copa en que escanció, escan-
ciadle doblado ; ' cnanto ella se dió
al placer y al lujo, dadle' otro tanto
de tormento y duelo. Por cuanto di-
ce en su corazón : Sentada estoy co-
mo reina, y viuda no soy, y el due-
lo jamás lo veré : 11 por esto en un
solo día vendrán sus plagas : muer-
te, duelo y hambre, y será abrasa-
da en fuego, porque fuerte es el Dios
que la juzgó.»
Lamentaciones sobic Babilonia.
is, fto
" V llorarán y plañirán sobre ella
los reyes de la tierra, que con ella
fornicaron y se entregaron al lujo,
cuando vieren el humo de su incen-
dio, lu quedándose lejos por el temor
de su tormento, diciendo: «¡Ay!,
¡ay!, la ciudad grande, Babilonia,
la ciudad poderosa, porque en una
sola hora ha venido tu juicio.»
11 Y los mercaderes de la tierra llo-
ran y se lamentan sobre ella, por-
que su cargamento nadie lo compra
ya : cargamento de oro, y de pla-
ta, y de piedras preciosas, y de per-
las, de lino finísimo, y de púrpura,
y de seda, y de escarlata, y toda
madera de tuya, y toda obra de mar-
fil, y toda obra de las maderas más
preciosas, y de bronce, y de hierro,
y de mármol, " y cinamomo y amo-
nio, y especies aromáticas, y perfu-
me e incienso, vino y aceite, y flor
de harina y trigo, bestias de carga
y ovejas, de caballos, y de coches,
y de cuerpos, y almas de hombres.
" Y aquellos frutos en sazón que co«
diciaba tu alma se alejaron de ti,
y todo lo opulento y espléndido pe-
reció para ti, y nunca jamás volve-
rá. 15 Los mercaderes de estas cosas,
que a costa de ellas se enriquecieron,
se estarán lejos por el temor de su
tormento, llorando y lamentándose,
"'diciendo: «¡Ay!, ¡ay!, la ciudad
grande, vestida de lino finísimo y
púrpura y escarlata, y engalanada
con oro y piedras preciosas y perlas,
17 pues en una sola hora fué devasta-
da tanta riqueza.»
Y todo piloto, y todo el que na-
vega haciendo escala en cada puer-
to, y los marineros, y cuantos fati-
gan la mar, se mantuvieron lejos
18 y gritaron al ver el humo de su
incendio, diciendo: «¿Quién había
semejante a la gran ciudad?» "Y
echaron polvo sobre sus cabezas, y
gritaban llorando y lamentándose,
diciendo: «¡Ay!, ¡ay!, la ciudad
■ La eiDDAD GRANDE « la Komn imperial anticristiana, por lo que es y mas aun
por lo que representa.
1 O 7 Se señalan los pecados de Babilonio que más provocan la ira de Dios: el
-LCÍ placer, el tojo y el orgullo.
•••Efeta triple lamentación <.« una imitación de los vaticinios de Isaías y de
Kzequiel <zi>-:~' contra Tiro.
lg 20-22
APOCALIPSIS
18 23-19 8
grande, en la cual se enriquecieron
los que tenían naves en el mar, por
lo elevado de sus precios, porque en
una sola hora fué devastada.
20 Alégrate sobre ella, ¡oh cielo!,
y vosotros, los santos, y los após-
toles, y los profetas, porque ha fa-
llado en juicio Dios a favor vuestro,
tomando venganza de ella.
Expresión simbólica y profecía de
la caída de Babilonia. 18, 21-24
n Y un ángel potente tomó en al-
to una piedra, grande como rueda
de molino, y la lanzó al mar, di-
ciendo : «Así, de golpe, será arro-
jada Babilonia, la ciudad grande, y
no se la verá ya más. 22 Y voz de
citaristas, y de músicos, y de flau-
tistas, y de trompetas no se oirá ya
más en ti.; ni artífice alguno de nin-
gún arte se hallará más en ti ; ni
voz de rueda de molino se oirá ya
más en ti ; a ni luz de lámpara res.
plandecerá ya más en ti ; ni yoz de
desposado y desposada se oirá ya
más en ti, porque tas mercaderes
eran los magnates de la tierra, por-
que con tus hechicerías fueron em-
baucadas todas las gentes: 14 y en
ella fué hallada la sangre de los san-
tos y profetas y de todos los que
han sido degollados sobre la tierra.»
Aleluya celeste. 19, 1-10
i q 1 Tras esto oí en el cielo como
una gran voz de muchedumbre
numerosa que decía :
1 Aleluya !
La salud, y la gloria, y el poder son de nuestro Dios.
2 porque verdaderos y justos son sus juicios,
pues ha juzgado a la gran ramera,
la que corrompía la tierra con su fornicación,
y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.
* Y 6egunda vez dijeron: «¡Ale-
luya !» Y el humo de ella va subien-
do por los siglos de los siglos. * Y
se postraron los veinticuatro ancia-
nos, y los cuatro seres vivientes, y
adoraron a Dios sentado en el tro-
no, diciendo : «Amén. ¡ Aleluya !»
8 Y una voz salió del trono, di-
ciendo :
Alabad a nuestro Dios todos sus siervos,
y los que le temen, los pequeños y los grandes.
1 Y oí como una voz de turba nu- j y como voz de fuertes truenos, que
merosa, y como voz de muchas aguas, | decían :
¡ Aleluya! Porque estableció su reinado el Señor,
el que es Dios nuestro, el Todopoderoso.
7 Gocémonos y regocijémonos,
y démosle la gloria ;
porque llegaron las bodas del Cordero.
y su esposa se atavió,
s y le fué dado vestirse
de finísimo lino, reluciente, nítido.
20 La caída de los imperios mundanos no ha de ser motivo de tristeza para los
fieles (cf. Sant. 2, 6).
E! sibaritismo refinado y la sangre de los santos determinaron la catástrofe
de todas las Babilonias. v
-j Q J-J Este triplicado ¡Aleluya! envuelto en el humo del incendio de Babilonia
4-«7 es, aun artísticamente, de una sublimidad y dramatismo que difícilmente tie-
nen rival en ninguna literatura.
"-"Otro contraste maravilloso: a Babilonia la ramera se contrapone la virgen
esposa del Cordero.
- 586 -
19 9-™
APOCALIPSIS
19 "-21
Porque el lino son las obras jus-
tas de los santos.
" Y me dice : «Escribe : Bienaven-
turados los que lian sido invitados al
banquete de las bodas del Cordero.»
Y me dice : «Estas son las palabras
verídicas de Dios.» 10 Y caí a sus
pies para postrarme delante de él.
Y me dice : «Mira, no hagas eso ;
consiervo tuyo soy, como también
de tus hermanos, los que mantienen
el testimonio de Jesús. A. Dios ado-
ra.» Porque el testimonio de Jesús
es el espíritu de profecía.
B) Exterminio de las dos bestias
El ejército celeste. ig, ii-ió
" Y vi abierto el cielo, y he aquí
un caballo blanco, y el que sobre él
montaba era llamado Fiel y Verda-
dero, y con justicia juzga y hace
guerra. 12 Eran sus ojos como llama
de fuego, y sobre su cabeza llevaba
muchas diademas y tenía un nom-
bre escrito, que nadie sabe sino él ;
a e iba envuelto en un manto sal-
picado de sangre, y es llamado por
nombre el Verbo de Dios. 11 Y las
huestes que hay en el cielo le se-
guían montados en caballos blancos
y vestidos de finísimo lino blanco,
nítido. 15 Y de su boca de él sale
una espada aguda con que herir a
las gentes, y él las regirá con vara
de hierro, y él pisa el lagar del vino
del furor de la cólera del Dios om-
nipotente. 10 Y sobre su manto y so-
bre su muslo lleva escrito un nom-
bre : Rey de reyes y Señor de se-
ñores.
El desenlace previsto, ig, 17-18
" Y vi un ángel puesto de pie en
el sol, y gritó con voz potente, di-
ciendo a todas las aves que volaban
en lo alto del cielo : «Venid, con-
gregaos para la gran cena de Dios,
18 en que comáis carnes de reyes, y
carnes de tribunos militares, y car-
nes de poderosos, y carnes de ca-
ballos y de los que montan en ellos,
y carnes de todos, de libres y de
siervos, de pequeños y de grandes.»
Derrota de las bestias, ig, 19-21
" Y vi a la bestia y a los reyes de
la tierra con sus huestes, reunidos
para dar la batalla al que iba mon-
tado en el caballo y a 6u hueste.
20 Y fué agarrada la bestia, y con
ella el falso profeta, que había he-
cho los prodigios, en presencia de
ella, con los cuales había embau-
cado a los que recibieron la marca
de la bestia y a los que adoraban su
imagen : vivos fueron ambos arro-
jados al lago de fuego, que arde con
azufre. 21 Y los demás fueron muer-
tos con la espada del que iba mon-
tado sobre el caballo, la que salía
de su boca.; y todas las aves se har.
taron de las carnes de ellos.
" El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía : es decir, el Espíritu qne os
mueve a dar testimonio de Jesús (i Cor. 12, 3) es el mismo que inspira a los profe-
tas ; sois, por tanto, iguales a mí, que hablo con espíritu de profecía. Consiervo
tuyo soy : no tienes que adorarme. A solo Dios adora.
11 El caballo blanco es el mismo del primer sello (6, 2).
bUn nombre... que nadie sabe: no se trata de la materialidad del nombre (tel
Verbo de Dios»), que luego se declara, sino de su plena inteligencia o compren-
sión (Mt. 11, 27; Le. 10, 22).
a-a Esta voz del ángel es una reminiscencia de la profecía de Ezequiel contra
Gog y Magog (39, 4; 17-20). Ya el Salvador apuntó esta imagen en la Apocalipsis
sinóptica (Mt. 24, 28).
1»-:a Esta derrota de las dos bestias, anunciada antes (14, 20; 16, 16; 17, 13-14), es
la derrota de todas las fuerzas anticristianas, que culmina en la del anticristo per-
sonal, ta quien el Señor Jesús destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con d
esplendor de su advenimiento» (2 Tes. 2, 8).
20 M
U'OCALIPSIS
20 4-6
C.) Dkkko'I \ DE] DRAGÓN
/•;/ dragón atildo. 2n, 1-3
90 ' ^ v' ',a.iar cie¡o uo ángel,
que tenía la llave del abismo y
una gran cadena en .su mano. ' Y co-
¿\ó al dragón, la serpiente antigua,
que es el diablo y Satanás, y la ató
para mil años ; ;' y lo lanzó al abismo,
y cerró, y puso el sello por encima
de él, para que no seduzca ya más
las naciones, hasta que se hayan
cumplido Iros mil años ; pasados és-
tos, tiene que ser desatado por breve
tiempo.
El reino de los mil años. 2<i, 4-6
* Y vi unos tronos, y se .mentaron
en ellos, y les fué otorgada potes-
tad de juzgar ; y vi las almas de los
que habían sido decapitados con la
segur por el testimonio de Jesús y
por la palabra de Dios, y los que
no habían adorado la bestia ni su
imagen ni recibido su marca sobre
su frente o sobre su mano ; v vi-
vieron y reinaron con Cristo duran-
te mil años. 1 Y los restantes de los
muertos no vivieron, hasta que se
hubieron cumplido los mil años. Es-
ta es la resurrección primera. ' Bien.
i aventurado y santo el que tenga par.
20
ias veces insinuada anteriormente (9, 1-2 ; 9,
o expulsión del príncipe de este mundo, anun-
expresada por estas imágenes son los límites
tx-n, inhiben o esterilizan la maléfica acción
Mil,
yidar la
palabra <
>asaje ha dado lugar a jos múltiples y variados sistemas del milenaris-
ie semejante interpretación müenarista o milenista tuviera algún viso dé-
se requerían dos cosas : 1) que este pasaje sucediese cronológicamente
de las bestias; 2) que la RESURRECCIÓN PRIMERA debiera interpretarse li-
?omo resurrección corporal. Ahora bien, ninguna de estas hipótesis es
'niñeramente, el desenvolvimiento del Apocalipsis no es rectilíneo, sino
> además de anticipaciones y retrocesos. En segundo lugar, la resurrec-
*, contrapuesta a la segunda muerte, es del mismo ordeno carácter que
Tiien, esta secunda muerte no es muerte física, sino la condenación eter-
-'o, 14; 2i, 8). Carece, por tanto, de base exegética todo milenarismo.
es positivas lo excluyen completamente. En las trompetas quinta y
> ; g, 14-15) y en la copa sexta (16, 12-14) se habla ya de la suelta de
• aquí se menciona después I20, 7; ; y en la misma sexta copa actúan
Satanás y las dos bestias (16, 12-14), J ciertamente para los preparativos
batalla, la única batalla, que allí preparan conjuntamente los tres ene-
ego se desdobla en la batalla contra las bestias (19, 19) y contra el dra-
l'ero ts un desdoblamiento redaccional, que no supone duplicidad real,
légti se dice, que las huestes del dragón «cercaron... la ciudad amada»,
ya en la trompeta sexta (11, 3). Ni hay que olvidar que la batalle del
■ la cólera de Dios es una misma batalla, que, si comprende sintélica-
i las batallas entre las huestes del bien y las del mal, culmina singular-
a definitiva batalla entre Cristo y el anticTi-to. lujando
ístante actitud del magisterio eclesiástico, que nunc '-■
jbación o de benevolencia con e¡ mite
:s reprobaciones, algunas de ellas muy
os grandes maestros de la teología. S
«Cessct ergo mille annorum fábula» 1
1 eclesiástico, en Estudios Htblicos, 193
le los mil años, el mismo San Juan lo
este reinado : el juicio previo, la
s muchas
lícito ol-
enido una sola
fulminado con-
1 sido diferente
ste la tajante sentencia de
C5, 534. Cf. El milcnarism<
12). Lo que hay de realidad
lara abiertamente. Tres ras-
primera y el sacerdocio
,m!.i
en el quinto sello
de alguna manera
inado de los santos
ha mencionado y¡
.'ular. La resurrecc
la bienaventuranza ese:
111 y en la quinta señal
1 la primera señal (14,
ha hablado como de co
7. i-.ll. Los santos todos
el quinto sello (6,
primera, que, como
bl finen
sacerdocio y del
veces (1, 6; 1, 9
ion Cristo en si
«1 cielo sobre la
en este sentido. ¿ V qué reinado comparable con
en medio del trastorno y desquiciamiento universal, proclam,
los eternos principios de la justicia y de la fraternidad humana i
y, proba-
fin, del
ite varias
reinaron
désele
a terrena, reinan ahora más ploriosamente en el cielo y desde
a. Todo el oficio de la fiesta de Tolos los Santos está concebido
la Igl<
católic-u, cuando,
la faz del mundo
APOCALIPSIS
20 13 21 a
be en esta resurrección primera : so-
bre éstos no tiene poder la segunda
muerte, sino que serán sacerdotes
de Diós y de Cristo y reinarán con
El durante mil años.
dragón suelto y denotado
' Y cuando -e hubieren cumplido
los mil años, será Satanás soltado
de su prisión, s y saldrá a seducir a
las gentes que están en los cuatro
ángulos de la tierra, a Gog y a M'a-
^Ogi con el fin de reunirlos para la
batalla, cuyo número es como la are-
na del mar. * Y subieron a la an-
chura de la tierra, y cercaron el
campamento de los santos y la ciu-
dad amada ; y bajó fuego del cielo
v los devoró. "' Y el diablo, que los
seducía, fué arrojado al estanque de
fuego y de azufre, donde están tam-
bién la bestia y el falso profeta, y
serán atormentados día y noche por
los siglos de los siglos.
-I. El juicio universal
i\esiurección y juicio. 20, n-15
" Y vi un gran trono blanco y al
que sobre él estaba sentado, de cava
faz huyó la tierra y el cielo, y no
.-e halló lugar para ellos. " Y vi los
muertos, los grandes y los peque-1
ños, que estaban de pie delante del
trono ; y se abrieron los libros ; y
otro libro se abrió, que es el de la
vida ; y fueron juzgados los muer-
tos por lo que estaba escrito en los
Ubros, conforme a sus obras. " Y el
mar dió los muertos que en él ha-
bía, y la muerte y el infierno die-
ron los muertos que en ellos había,
v fueron juzgados cada uno según
sus obras. " Y la muerte y el infier-
no fueron arrojados al estanque del
fuego. Esta es la muerte segunda :
el estanque del fuego. '"' Y quien no
fué hallado escrito en el libro de la
vida, fué arrojado al estanque del
fuego.
5. La Jerusálén celeste
tfúevo ciclo v nueva tierra. 21, i-S-
p-| ' V vi un nuevo cielo y una
4*- nueva tierra, pues el primer
cielo y la primera tierra habían des-
aparecido ; y el mar no existe ya.
• Y la santa ciudad, la nueva Jerusá-
lén, la vi cómo descendía del cielo de
cabe Dios, preparada como desasa-
da que se ha engalanado para su to-
poso. 3 Y oí una gran voz venida del
trono, que decía : «He aquí la tien-
da, mansión de Dios con los hombre.-,
y fijará su tienda entre ellos, y ellos
I serán pueblo suyo, y el mismo Dios
Germinara
1 SCStológica.
»Goo y Magos: e± presión simbólica de la gentilidad anticristiana, tomada de
Kzcquiel (38-59). |i I-A batalla, singular, es la misma de las dos bestias (19, 191. || Cuyo
■HÜMKRO ES COMO LA ARENA DES mar : son ¡dos reyes del mundo entero» congregados
«para a batalla del gran día del Dios omnipotente» 116, 14; ef. 19, 19). No han re
Bexionado lo- milenistas de dónde -alen ahora esas ceníes que están en los cuatro
wcvios DE LA TIERRA, CUYO NÚMERO ES COMO LA ARENA OKI. M \R, después de extermina-
«los lodo- «¡o- reyes de la tierra con sus huestes» 119, 19). ¡Donoso reinado el de lo-
samos -obre la tierra, -i, comenzando ron el total exterminio de enemigos, termi-
nase con el universal levantamiento de :<>.- hombres contra «la ciudad amada»!
; Magnífico resultado de mil años d< reinado glorioso!
"Vi los muertos : todos lo- hombres resucita» juntamente (Mt. ¿4, 29-31 ; Me. : ;.
-I-:;; Ju. 5, 28-29; t Cor. 15, 51-53; 1 Tes. 1, 1---17. .1. ti. a resurrección primera», de
que antes se ha hablado (20, 5-ftl, es puramente espiritual.
v El MAR DIÓ SUS MUE!
resucitados han sido ya ju:
cede rectilíneamente.
o-j 1 Nuevo cielo,., : el reino celeste será algo totalmente nuevo, jamas visto ni s>-
^-L ñado ií-. I 1, .-, ; 1 Cor. 2, o).
8 I.* VI cómo PESCBNBÍA : es visión de deseciw», OO un dt-een-o real : como si el
.ido descendiese a la tierra. || Como desposad» : la Iglesia -erá eternamente la vir-
gen esposa d* Cristo, y eterno será el amor de desposados) apasionado y tierno, cu-
21 4-9
APOCALIPSIS
21 10-16
estará con ellos como Dios suyo, * y
enjugará toda lágrima de sus ojos,
y la muerte no existirá ya más, ni
habrá ya más duelo, ni grito, ni tra-
bajo ; lo primero pasó.» 6 Y dijo el
que estaba sentado en el trono : «He
aquí que hago nuevas todas las co-
sas.» Y me dice : «Escribe que és-
tas 6on las palabras fieles y verídi-
cas.» * Y me dijo : «Son un hecho.
Yo soy el Alfa y la Omega, el prin-
cipio y el fin. Yo al que tuviere sed
le daré de balde a beber de la fuen-
te del agua de la vida. * El que ven-
ciere poseerá en herencia estas co-
sas, y yo para él seré Dios, y él
para mí será hijo. 8 Mas para los
cobardes, e infieles, y execrables, y
homicidas, y fornicarios, y hechice-
ros, e idólatras, y para todos los em.
busteros, su herencia será en el es-
tanque que arde con fuego y azu-
fre, que es la segunda muerte.»
(.iloria de la ciudad celeste. 21, 9-14
• Y vino uno de los siete ángeles
que tenían las siete copas henchidas
con las siete plagas postreras, y ha.
bló conmigo diciendo: «Ven, te mos-
traré la desposada, la esposa del
Cordero.» w Y me llevó en espíritu
a un monte grande y alto, y me
mostró la ciudad santa, Jerusalén,
que bajaba del cielo de cabe Dios,
11 radiante con la gloria de Dios : sn
lumbrera era semejante a una pie-
dra preciosísima, tal como piedra
jaspe " de transparencia cristalina.
12 Tenía un muro grande y alto, con
doce puertas, y sobre las puertas
doce ángeles y nombres inscritos,
que son los de las doce tribus de
los hijos de Israel. 13 Del lado de
oriente tres puertas, del lado de sep-
tentrión tres puertas, del lado de
mediodía tres puertas, del lado de
poniente tres puertas. 11 Y el muro
de la ciudad tenía doce fundamen-
tos, y sobre ellos doce nombres, los
de los doce apóstoles del Cordero.
Descripción. 21, 15-27
a Y el que hablaba conmigo tenía
una medida, una caña de oro, para
medir la ciudad y sus puertas y sn
muro. 16 Y la ciudad se asienta so-
bre base cuadrangular, y su longi-
tud es tanta cuanta es su anchura.
6 Palabras fieles y verídicas : la promesa del reino celeste no es un sueño o fan-
tasía, es la suprema realidad.
• Yo soy el Alfa y la Omega... : habla Dios como Dios, reclamando para sí los
atributos divinos de ser el principio y el fin (i, 8). Ahora bien, estas mismas pa
labras s-e ponen luego, y más encarecidamente aún, en labios de Cristo : declaración
inequívoca de su divinidad. || Le daré a beber : sólo Dios puede apagar la sed in-
mensa de felicidad que atormenta al corazón humano. También estas palabras se
atribuyen a Cristo (21, 17. Cf. Jn. 4, 13-14; 7, 38). Y esta agua es el Espíritu San-
to (Jn. 7, 39). Por esto, del Corazón alanceado del Redentor «salió sangre y
agua» (Jn. 19, 34). Manantial de aguas vivas, fuente del Espíritu Santo, venero de
eterna felicidad es para el hombre el Corazón abierto del Salvador.
10 Un monte grande y alto: hay que retener este rasgo para entender la des-
cripción que sigue de la celeste Jerusalén, tciudad puesta sobre el montei (Mt. 5, 14).
12 Doce ángeles: como custodios de la santa ciudad (Gén. 3, 24). || Las doce tri-
bus de los hijos de Israel : es decir, la universalidad del Israel de Dios. Como
siempre en el Apocalipsis, Israel simboliza la Iglesia universal.
14 Doce fundamentos : doce enormes bloques, que después se dirá que son doce
piedras preciosas, correspondientes a las doce puertas. Construcción ultracicló-
pea. || Los doce Apóstoles del Cordero : apostolicidad de la Iglesia. En la celeste
Jerusalén se perpetúan las cuatro notas de la Iglesia de Cristo: la unidad: es una
ciudad, una esposa (ai, 2; 21, 9-10) ; santidad (21, 8; ai, 10 ; ai, 27...); catolicidad
(ai, 12 ; 21, 24-27...) ; apostolicidad (21, 14).
M Midió la ciudad : después de especificar la longitud y la anchura, la ciudad
parece ser el perímetro, no uno de los lados. En este supuesto, más probable, co-
rresponden a cada lado 3.000 estadios, es decir, 1.000 a cada una de las doce puertas
y a cada una de las doce piedras fundamentales. Dando ai estadio el valor medio
de 200 metros, cada uno de los cuatro lados de la ciudad tendría unos boo kilóme-
tros, algo más que la distancia de Madrid a Barcelona ; y la superficie de la ciudad
sería algo mayor que la cuarta parte de España. II Su longitud, su anchura y su
altura son iguales : la altura igual a la longitud (que es de 3.000 estadios) no
puede ser la del muro (que sólo es de 144 estadios). No es, por tanto, cúbica la ciu-
dad, como algunos han imaginado. San Juan no era cubista. Esta igualdad de la
altura de la ciudad, puesta sobre un monte (ai, 10), no puede ser otra que la de la
distancia que media entre la cima y la base, que será igualmente de 600 kilóme-
— 590 —
21 17-24
APOCALIPSIS
21 25-22 5
Y midió la ciudad con la caña, y
halló que eran doce mil estadios :
su longitud, su anchura y su altu-
ra son iguales. " Y midió su muro,
que era de ciento cuarenta y cuatro
codos, medida de hombre, emplea-
da por el ángel. w Y el material de
construcción del muro era jaspe, y
la ciudad oro puro, semejante a vi-
drio transparente. " Los fundamen-
tos del muro de la ciudad estaban
hermosamente labrados de toda cla-
se de piedras preciosas : el funda-
mento primero era de jaspe ; el se-
gundo, de zafiro ; el tercero, de cal-
cedonia ; el cuarto, de esmeralda ;
" el quinto, de ónice ; el sexto, de
cornalina ; el séptimo, de crisólito ;
el octavo, de berilo ; el nono, de to-
pacio ; el décimo, de ágata ; el un-
décimo, de jacinto ; el duodécimo,
de amatista. 21 Y las doce puertas
eran doce perlas : cada una de las
puertas era de una sola perla. Y las
calles de la ciudad, oro puro, como
vidrio transparente. 22 Y templo no
vi en ella, pues el Señor Dios om-
nipotente es su templo, como tam-
bién el Cordero. aY la ciudad no
tiene necesidad de sol ni de luna,
para que alumbren en ella ; porque
la gloria de Dios la ilumina y su
antorcha es el Cordero.
24 Y caminarán las gentes guiadas
por su luz, y los reyes de la tierra
llevan a ella su gloria ; 26 y sus puer-
tas no se cerrarán de día : que no-
che no habrá allí ; * y llevarán a
ella la gloria y el honor de las na-
ciones. 21 Y no entrará en ella. nada
profano, ni quien obre abominación
y mentira, mas solos los escritos en
el libro de la vida del Cordero.
El río y el- árbol de ¡a vida. 22, 1-5
syey 1 Y me mostró un río de agua
de vida, luciente como cristal,
que salía del trono de Dios y del
Cordero. 2 En medio de sus calles, a
una y otra mano del río, árboles de
vida, que dan fruto doce veces al
año, como que mes tras mes cada
uno' de ellos rinde 6U fruto; y las ho-
jas de los árboles son para medicina
de las gentes. * Y nada habrá allí que
sea objeto de maldición. Y estará
en ella el trono de Dios y del Cor-
dero, y sus siervos le adorarán ; 4 y
verán su rostro, y el nombre de El
se verá en sus frentes. 5 Y no ha-
brá allí noche, y no tienen necesi-
dad de luz de antorcha ni de luz de
sol, porque el Señor Dios irradiará
luz sobre ellos, y reinarán por los
siglos de los siglos.
tros. Uc todos modos, la fisura piramidal de la ciudad, lo mismo que los números
que la determinan, son puramente simbólicos.
" Ciento cuarenta y cuatro codos : es número simbólico = 12 x 12, equivalente
a 72 metros.
18 Oro puro... : se funden las dos imágenes : la del brillo del oro y la de la
transparencia del vidrio.
J*-2uil El jaspe: probablemente es el jaspe transparente con matices verdes; 2) el
zafiro : es el zafiro antiguo, o sea el lapislázuli, de color azul ; 3) la calcedonia : es
la turquesa, marfil impregnado de sales de cobre, de color verde con cambiantes
azulados ; 4) la esmeralda : de color verde transparente ¡ 5) el ónice : de color ro-
sado ; 6) la cornalina : de color rojo sangre, algo transparente ; 7) el crisólito (eti-
mológicamente piedra de oto): es el topacio actual o berilo amarillo, de color ama-
rillo oro ; 8) el berilo : es el aguamar o aguamarina, verde transparente, más claro
que el de la esmeralda ; 9) el topacio : es el topacio antiguo, de color verde dorado ,
10) el Agata : llámase también crisopacio o crisoprasa, de color gris o amarillento,
más pálido que el berilo; 11) el jacinto: es el jacinto antiguo, el zafiro actual, de
color azul o violáceo claro ; 12I la amatista : es de color violeta.
'a Las doce puertas o portadas eran cada una de una sola perla.
M Y caminarán las gentes... ¡ estas expresiones y otras semejantes (tomadas de
Isaías 60, j-ii...), referentes más bien a la Iglesia militante, muestran la unidad de
la Iglesia, la de la tierra y la del cielo.
22 1 UN RÍO de agüa de vida: símbolo probablemente del Espíritu Santo (cf. re, 6).
II Del trono de Dios y del Cordero : uno es el trono, como una es la majestad
y realeza, como una es la divinidad, de Dios Padre y de Cristo. El salir el río de
este trono único simboliza el origen o procedencia del Espíritu Santo del Padre
y del Hijo como de un solo principio.
* Arboles de vida : literalmente «árbol de vida», tomado «árbol» en sentido colec-
tivo. Carece, por tanto, de fundamento sólido la consideración de que un solo árbol
(símbolo de Cristo) se halle a la vez a entrambas orillas del río. || Su fruto: sn
fructificación o cosecha.
4 Verán su rostro : se afirma la visión intuitiva de Dios.
— 591 —
22 6~13
APOCALIPSIS
22 u-'n
Epílogo
Triple garantía que acredita el libro.
22, 6-g
,; Y me dijo : «Estas palabras son
fieles y verídicas, y el Señor Dios
de los espíritus de los profetas en-
vió su ángel para manifestar a sus
siervos lo que ha de suceder en
breve.»
7 «Y he aquí que vengo' presto. Di-
choso el que observa la-- palabras
de la profecía de este libro.»
8 Y yo, Juan, el que veía y oía es.
ta-s cosas. Y como las hube oído y
visto, caí para postrarme ante los
pies del ángel que me las mostraba.
:i Y me dice : «Mira, no liabas eso :
consiervo tuyo soy, como también
de tus hermanos los profetas y de
los que observan las palabras de este
libro ; a Dios has de adorar.»
Palabras de Cristo y respuesta de ¡a
Iglesia. 22, 10-17
'" Y me dice : «No selles lás_ pa-
labras de la profecía de este libro,
porque el tiempo está próximo. " El
que agravia, agravie todavía, y el
sucio ensucíese todavía, y el justo
obre justicia todavía, y el santo san-
tifíquese todavía. 11 He aquí que ven-
go presto, y conmigo está mi re-
compensa, para pagar a cada uno,
segárj fueren sus obras. " Yo so}' el
Alfa y la Omega, el primero y el
último, el principio y el fin. " Di-
chosos los que lavan sus vestidura-
para que les pertenezca el derecho
sobre el árbol de la vida v puedan
1 entrar por las puertas en la ciudad.
" ¡ Afuera los perros, y los hechice-
ros, v los fornicarios, v los homici-
das, y los idólatras, y todo el que
ama y obra mentira ! " Yo, Jesús,
envié mi ángel para testificaros es-
tas cosas en las Iglesias. Yo soy la
raíz y el linaje de David, la reful-
gente estrella matutina.»
" Y el Espíritu y la desposada di-
cen : «Vén.» Y el que oye, diga :
«Yen.» Y el que tenga sed, venga ;
V el que quiera, lome de balde agua
de vida.
Conehi.sión del autor. 22, 1S-21
1S Testifico yo a todo el que oiga
las palabras de la profecía de este
libro : Si alguno añadiere algo a
ellas, Dios añadirá sobre él las pla-
gas escritas en este libro ; 1B y si al-
guno quitare algo de las palabras de!
libro de esta profecía, Dios quitará
su parte del árbol de la vida y de
la ciudad santa, que han sido des-
critas en este libro.
M Dice el que da fe de estas cosas :
«Sí, vengo presto.»
| Amén. Yen, Señor Jesús.
| '-' La gracia de! Señor Jesús sea
| con todos.
En el vir-xulo
>roduecn sus
palabras ;
»Cf. i
'» Hafc
■ « líe 1
la justiei
y la inn
> incisos, el tercero se contrapone ni primero como se contraponen
íravio ; el cuarto se oi>one al segundo como se oponen la santidad
Los dos primeros incisos son permisivos; los dos últimos, exihor
lo de la permisión y de la exhortación, dentro del contexto, parece
unos en injusticia e inmoralidad, que pronto les llegará el castitro ;
en justicia y santidad, que no tardará su recompensa,
ición de la divinidad de Cristo (cf. 21, 6).
íf. Ei. ÍRB0L DE la vida : la bienaventuranza celeste, si radicalmente
dádiva de Dios (Rom. 6. 23!, formalmente es «corona de jilsti-
16 La raíz... de David : cf. 5, 5. || La... estrella
Jesús : es la aspiración espontánea del que con í
oro», el ansia del corazón cristiano, que desea vi
libertado de ala gran tribulnci6n> (7, 14) partí estar
i;''. Ven, Señor Jesús.
la la Revelación. II Ven, SeSok
ha leído «la profecía de este li-
el fin de tanta iujusticia y ser
con el Señor '1 Tc«. 4,
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