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Full text of "Sagrada Biblia : version critica sobre los textos Hebreo y Griego"

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BOVERS.I- CANORA 


TOMO  II 


SEP  12  1949 


Sagrada  biblia 

VERSION  CRITICA 
SOBRE  LOS  TEXTOS  HEBREO  Y  GRIEGO 


BIBLIOTECA 

b  e 

AUTORES  CRISTIANOS* 

BAJO  LOS  AUSPICIOS  Y  ALTA  DIRECCIÓN  DE 
LA  PONTIFICIA  UNIVERSIDAD  DE  SALAMANCA 


LA  COMISIÓN  DE  DICHA  PONTIFICIA 
UNIVERSIDAD  ENCARGADA  DE  LA 
INMEDIATA  RELACIÓN  CON  LA  B.  A.  C. 
ESTÁ  INTEGRADA  EN  EL  ANO  1947 
POR   LOS   S  E  Ñ  O  R  E  S   SIGUIENTES  : 

Presidente  : 

Excmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Dr.  Fr.  Francisco  Barbado  Vie- 
jo, p.  P.,  Obispo  de  Salamanca  y  Gran  Canciller  de  la 
Pontificia  Universidad. 

Vicepresidente  :  limo.  Sr.  Dr.  Lorenzo  Miguélez  Do- 
mínguez, Rector  Magnífico. 

Vocales  :  Sr.  Decano  de  la  Facultad  de  Sagradas  Escri- 
turas, M.  R.  P.  Alberto  Colunga,  O.  P.  ;  Sr.  Decano 
de  la  Facultad  de  Teología,  M.  I.  Sr.  Dr.  Gregorio  i 
Alastruey  ;  Sr.  Decano  de  la  Facultad  de  Derecho, 
M.  I.  Sr.  Dr.  Laureano  Pérez  Mier  ;  Sr.  Decano  de  la 
Facultad  de  Historia,  R.  P.  Dr.  RICARDO  GARCÍA  Vi- 
lloslada,  S.  I. 

Secretario:  M.  I.  Sr.  Dr.  Lorenzo  Turrado,  Profesor. 


LA  EDITORIAL  CATÓLICA,  S.  A.  —  Apartado  466 

MADRID,  MCMXLVII 


SAGRADA  BIBLIA 

VERSION  CRITICA 
SOBRE  LOS  TEXTOS  HEBREO  Y 

EP  12194$ 

JOSE    MARIA  BOVE^ 

CONSULTOR  DE  LA  PONTIFICIA  COMISIÓN  BÍBL] 
PROFESOR  DE  SAGRADA  ESCRITURA  EN  LA.  FACULTAD.  , 
TEOLÓGICA  DEL  COLEGIO  MÁXIMO   DE  SAN  IGNACIO 
(BARCF.LONA-SARRIÁ) 

Y 

FRANCISCO    CANTERA  BURGOS 

CATEDRÁTICO  DE  HEBREO  EN  LA  UNIVERSIDAD  CEN- 
TRAL Y  DIRECTOR  DEL  INSTITUTO  ARIAS  MONTA- 
NO  DE  ESTUDIOS   HEBRAICOS   Y  ORIENTE  PRÓXIMO 

TOMO  II 

ECLESIASTICO  A  APOCALIPSIS 


BIBLIOTECA   DE  AUTORES  CRISTIANOS 

MADRID,  MCMXLVII 


NIHH.  OBSTAT  : 
Dr.  Andrés  dk  Lucas, 
Censor. 


IWRIMI  POTES??  : 

P.  CÁNDIDO  MAZÓN,  S.  I 

•  Prep.  Prov.  Arag. 


TMPKIMATPR 
f  Casimiro, 
05.  aux.  y  Vic.  gral. 
Madrid,  16  septiembre  1947. 


LA  EDITORIAL  CATOLICA,  S.  A. — Alfonso  XI,  4.— MADRID 


INTRODUCCION    AL  ECLESIASTICO 


El  Eclesiástico,  así  denominado  entre  los  latinos  por  leerse  frecuente- 
mente en  las  iglesias  para  instrucción  de  los  catecúmenos  y  neófitos, 
era  llamado  con  mayor  propiedad  entre  los  griegos  Sabiduría  de  Je- 
sús, hijo  de  Sirac.  Escrito  en  hebreo,  vertiólo  al  griego  un  nieto  del  autor. 
Aunque  algunos  fragmentos  del  original  hebreo  eran  conocidos  por  el 
Talmud,  que  lo  cita  como  Escritura  canónica,  el  libro  sólo  se  conservaba 
en  las  versiones  griega,  siríaca  y  latina  principalmente,  hasta  que  entre 
i8q6  y  iqji  se  han  descubierto  casi  unos  dos  tercios  del  texto  hebraico. 
El  traductor  griego,  en  el  prólogo  que  le  antepuso,  nos  informa  de  que 
su  abuelo,  Jesús,  hijo  de  Sirac  o  Sirá',  habiéndose  consagrado  al  estudio  de 
las  Escrituras  divinas,  quiso,  para  utilidad  de  todos,  componer  este  libro, 
dando  a  conocer  el  fruto  de  su  trabajo.  La  fecha  de  su  composición  debe 
colocarse  entre  el  año  200  y  el  170;  y  la  de  la  versión,  hacia  el  año 
130  a.  de  C. 

El  libro  consta  de  dos  partes  principales :  la.  primera — de  gran  seme- 
janza con  los  Proverbios — canta  las  excelencias  de  la  sabiduría  y  nos 
blinda  normas  de  conducta  en  forma  de  sentencias ;  la  segunda — de  ma- 
yor afinidad  con  el  libro  de  la  Sabiduría — ,  después  de  celebrar  las  glorias 
de  Dios  en  la  creación,  hace  el  panegírico  de  los  más  ilustres  personajes 
de  la  historia  israelita  a  quienes  rigió  la  sabiduría,  y  concluye  con  cá- 
lidos elogios  del  sumo  sacerdote  contemporáneo,  Simeón  o  Simón  II,  hijo 
de  Onías. 

Las  características  que  distinguen  el  Eclesiástico,  comparado  con  los 
Proverbios,  las  formula  así  Vaccari:  1)  resalta  más  frecuente  y  podero- 
samente el  elemento  lírico  ;  2)  también  el  elemento  estrictamente  religio- 
so 'aparece  más  continua  y  profundamente ;  3)  en  el  mismo  elemento  di- 
dáctico se  observa  mayor  orden,  y  el  mismo  argumento  se  amplía  más 
extensamente ;  4)  el  lenguaje  es  de  ordinario  exhortatorio,  y  los  consejos 
se  enderezan  más  en  particular  a  la  prácticu;  5)  por"  fin,  el  ámbito  más 
amplio  de  la  sociedad  humana  y  las  múltiples  relaciones,  a  quienes  se 
acomodan  los  consejoz,  ofrecen  más  copiosa  y  variada  materia. 


La  versión  española,  como  hemos  dicho  anteriormente,  primera  que 
sí  hace  entre  nosotros  sobre  los  textos  hebraicos  hallados  entre  i8qb 
y  ¡Q31,  está  basada  fundamentalmente  en  las  ediciones  de  Israel  Lévi: 
L'Ecclésiastique  ou  La  Sagesse  de  Jésus,  fils  de  Sira...  (1*  parte,  Pa- 
rís, i8q8;  2.a  parte,  París,  1001)  y  Un  nouveau  fragment  de  Ben  Sira  («Re- 
vue  des  Eludes  Juives»,  t.  92,  París,  19.32,  págs.  136-145),  aunque  tenien- 
do en  cuenta  los  otros  estudios  que  tales  hallazgos  suscitaron. 

Tales  manuscritos  hebreos  contienen  las  tres  quintas  partes  del  origi- 
nal, 40  capítulos,  de  los  5;  de  la  obra;  y  concretamente  los  siguientes  pa- 
sajes : 

-  1185  - 


as 


ECLESIÁSTICO 


Ms.  A:  cap.  3,6-16,26  (aparte  de  algunas  inserciones  esporádicas, 
como  2~¡,y6,  insertos  en  6,22). 

Ms.  B:  cap.  30,  11  -  33,  3;  55,  11  -  38,  27;  39,  15  -  51,  30. 

Ms.  C:  una  selección  de  los  caps.  4  a  7;  18  a  20  y  25,  26  y  27. 

Ms.  D:  cap.  36,  29  -38,  1. 

Ms.  E  :  cap.  32,  16  -  33,  32  y  34,  1. 

Para  la  parte  conservada  en  griego  y  de  que  falta  el  texto  hebraico  se 
han  tenido  en  cuenta  las  ediciones  de  Vigouroux  en  su  Biblia  Poliglota 
y,  especialmente,  la  de  A.  Rahlfs;  Septuaginta,  id  est  Vetus  Testamen- 
tum  graece  juxta  LXX  interpretes  (Stuttgart,  1935,). 

La  numeración,  como  en  otros  libros,  sigue  la  de  V,  aunque  recogien- 
do al  pie  la  de  H  o  G.  Se  recogen  en  la  anotación  crítica  las  variantes 
más  notables  de  G  con  respecto  al  texto  de  H,  así  como  las  más  extra- 
ordinarias de  V  (o  L)  y  algunas  veces  las  de  S. 


Notas  sobre  los  signos  empleados  en  la  versión  de  Eci.  : 

j.  Numeración  de  capítulos  y  versículos:  por  ser  hasta  hoy  las  más 
usuales,  seguimos  preferentemente  las  de  I'  y  G  cu  edic.  Vigouroux.  Si 
varía  con  respecto  a  ellas,  pónese  al  pie  la  de  H,  y  cuando  éste  falta, 
la  de  G  edic.  Rahlfs.  Si  el  comienzo  del  v.  en  H  y  G  Rahlfs  no  coincide 
en  la  misma  palabra  de  VGVig,  va  entre  [  ]  en  el  sitio  correspondiente. 

2.  Las  modificaciones  a  H  seguidas  de  letra  de  anotación  van  en 
cu  rsiva. 

3.  <  >  indica  pasaje  cuya  supresión  suele  proponerse. 

4.  [  ]  indica  adiciones  breves  complementarias  del  sentido  del  texto. 
[  ]  con  texto  interior  en  cursiva  indica  texto  que  no  se  halla  en 

H  actual. 

[  ]  con  texto  interior  de  letra  más  pequeña  indica  texto  que  no 
se  halla  ni  en  H  actual  ni  en  G  edic.  Rahlfs,  y  está  tomado 
va  de  códices  griegos  ( el  alejandrino,  etc.),  ya  de  V  (otros  L)... 

5.  Los  pasajes  entre  *  **  siguen  G  por  no  haber  sido  hallado  aún  H. 


~  1186- 


ECLESIASTICO 


Prólogo  del  traductor  griego 

[En  la  Ley,  los  Profetas  y  los  que  tras  ellos  lian  venido,  muclias  cosas 
grandísimas  y  muy  sabias  pueden  verse  que  hacen  a  Israel  digno  de  elo- 
gio por  su  doctrina  y  sabiduría,  puesto  que  no  sólo  han  debido  de  ser  los 
autores  de  esos  tratados  personas  ilustradísimas,  sino  que  hasta  los  cx- 
ttanjeros  pueden  leyéndolos  llegar  a  ser  en  hablar  y  escribir  sumamente 
peritos.  Así  es  como  Jesús,  mi  abuelo,  tras  de  darse  con  sumo  cuidado 
a  ¡a  lectura  de  la  Ley,  de  los  Profetas  y  de  los  demás  libros  que  nuestros 
padres  nos  legaron,  lia  querido  escribir  sobre  temas  de  doctrina  y  sabi- 
duría para  que  aquellas  personas  que  deseen  aprender,  instruidas  por  este 
libro,  se  apliquen  más  y  más  a  la  consideración  de  sus  deberes  y  se 
afirmen  en  tina  vida  que  sea  conforme  a  la  ley  de  Dios. 

Os  exhorto,  pues,  a  los  que  quisiereis  leer  este  libro,  a  que  lo  hagáis 
con  favorable  disposición  y  atención  particular,  perdonándonos  si,  deseo- 
sos de  expresar  tocia  la  belleza  y  brío  del  original,  no  damos  con  palabras 
que  expresen  su  total  sentido.  Pues  los  térmitws  hebreos  no  tienen  igual 
fuerza  traducidos  a  lenguas  extranjeras ;  y  eso  no  sucede  solamente  en 
este  libro,  sino  que  la  Ley  misma,  los  Profetas  y  demás  libros  son  dife- 
rentísimos en  su  versión  de  aquello  que  son  en  su  propia  lengua. 

Venido,  pues,  a  Egipto  el  año  treinta  y  ocho,  reinando  en  él  Tolomeo 
Evergcles,  y  habiendo  permanecido  largo  tiempo  en  aquella  tierra,  topé 
con  estos  escritos,  que  habían  sido  allí  dejados  y  encerraban  excelente 
doctrina.  Por  lo  que  me  pareció  sería  útil  y  hasta  necesario  dedicarme 
a  traducirlos.  Ocupado  bastante  tiempo  en  esta  traducción  a  costa  de 
vigilias  y  de  cuidados,  la  he  concluido  por  fin  y  puesto  el  libro  en  con- 
diciones de  poderse  publicar,  para  utilidad  de  quienes  deseen  aplicarse 
y  aprender  de  qué  modo  se  han  de  conducir  <  n  los  propósitos  que  hu- 
bieren formado  tocante  a  las  costumbres  de  conformidad  con  la  Ley.} 


11-24 


ECLESIÁSTICO 


1  1-24 


Origen,  dignidad  y  precio  de  la  sabiduría 


*  1  Toda  sabiduría  viene  de  Dios 
y  con  El  está  para  siempre. 
i  La  arena  de  los  mares,  y  gotas  de  la  lluvia, 
y  los  días  del  tiempo',  ¿auién  contará? 

*  La  altura  del  cielo  y  extensión  de  la  tierra, 

[la  profundidad  d]el  abismo  <y  la  sabiduría>,  ¿quién  ras- 
'  Lo  primero  de  todo  fué  creada  la  sabiduría,  [treará  ? 

y  el  conocimiento  de  la  prudencia,  desde  la  eternidad. 
8  [El  manantial  de  la  sabiduría  es  la  palabra  de  Dios  en  las  alturas, 

y  los  caminos  de  ella  mandamientos  eternos.] 

6  La  raíz  de  la  sabiduría,  ¿  a  quién  fué  revelada  ?  ; 

y  ios  artificios  de  ella,  ¿quién  conoció? 

*  |La  ciencia  de  la  sabiduría,  ¿a  quién  fué  manifestada?; 

y  la  gran  experiencia  de  ella,  ¿quién  comprendió?) 

*  Un  solo  sabio  existe,  temible  sobremanera, 

el  sentado  en  su  trono  ; 

*  es  el  Señor,  que  la  creó, 

la  vió  y  contó 

10  y  derramóla  sobre  todas  sus  obras, 
[101  entre  toda  carne,  según  don  suyo, 

y  proveyó  de  ella  a  los  que  le  aman. 

11  El  temor  del  Señor  es  honra  y  razón  de  gloriarse 

y  alegría  y  corona  de  júbilo. 

12  El  temor  del  Señor  alegrará  el  corazón 

y  dará  regocijo  y  gozo  y  larga  vida. 
"  A  quien  teme  al  Señor  le  irá  bien  a  lo  último, 

y  en  el  día  de  su  muerte  hallará  gracia. 
"  [El  amor  del  Señor  es  gloriosa  sabiduría. 

15  Aquellos  a  quienes  aparece  les  da  por  su  vista  parte  en  ella.] 

"w  El  principio  de  la  sabiduría  es  temer  a  Dios, 

17   y  para  los  fieles  fué  creada  en  el  seno  de  la  madre, 

1S15  y  entre  los  hombres  puso  fundamento  eterno, 

™   y  será  confiada  a  la  semilla  de  los  hombres. 

La  plenitud  de  la  sabiduría  está  en  temer  a  Dios, 

y  los  embriaga  con  sus  frutos. 
Toda  la  casa  de  ellos  habrá  de  llenar  de  cosas  deseables, 

y  los  graneros  de  sus  frutos. 
"18  La  corona  de  la  sabiduría  es  el  temor  del  Señor, 

haciendo  florecer  la  paz  y  la  plena  salud. 

29    Y  vióla  y  enumeróla  [y  ambas  cosas  son  presentes  de  Dios) . 
M„  Hace  llover  la  ciencia  y  conocimiento  de  la  prudencia 
y  exalta  la  gloria  de  los  que  la  poseen. 


-J    1  Toda  sabiduría  :  esta  palabra  equivale  o  a  Dios  mismo,  sabiduría  increada,  o  a 
la  participación  de  la  sabiduría  por  la  criatura. 

4  El  conocimiento  o  luz  de  r.A  prudencia  :  o  bien,  la  inteligencia  prudente. 
6  Tomado  del  códice  alejandrino,  como  los  vv.  7,  14,  15  y  27. 

*  El  Señor  :  otros  pasan  estas  palabras  al  v.  S,  del  que  serían  complemento  ne- 
cesario. Luego  siguen  :  El  la  creó...  ||  Y  contó  :  con  esta  palabra  se  expresa  el  múl- 
tiple conocimiento  de  Dios. 

13  Hallará  gracia  :   otros,  será  bendito  o  alabado. 

11  En  el  seno  de  la  madre  :  como  es  la  religión  temor  de  Dios,  hállase  principal- 
mente en  el  pueblo  escogido,  que  ya  la  lleva  en  el  seno  materno. 
«»,  La  faz  :   o  la  felicidad. 

»*u  La  versión  siríaca  dice  :  Ella  es  un  sólido  bastón,  un  glorioso  apoyo,  un  ho- 
nor eterno  para  los  que  se  la  apropian. 


—  1188  — 


12^2» 


ECLESIÁSTICO 


"a  La  raíz  de  la  sabiduría  es  temer  al  Señor, 
y  las  ramas  de  ella  longevidad. 

[En  los  tesoros  de  la  sabiduría  existen  entendimiento  y  ciencia  religiosa  ; 
pero  la  sabiduría  es  execración  a  los  pecadores.) 
21    (El  temor  del  Señor  rechaza  los  pecados, 

y  quien  no  teme  no  podrá  justificarse  ] 

"a  No  podrá  el  ánimo  injusto  justificarse, 

porque  el  peso  de  su  cólera  le  lleva  a  la  ruina. 
™M  Por  algún  tiempo  tolerará  el  longánimo, 

y  después  se  le  repartirá  alegría. 
"m  Por  algún  tiempo  esconderá  sus  palabras, 

y  los  labios  de  los  fieles  contarán  circunstancialmente  su  pru- 
":5  En  los  tesoros  de  la  sabiduría  está  la  máxima  sabia.  [dencia. 
3-'..5  Objeto  de  horror  para  el  pecador  es  el  culto  divino. 
"M  ¿  Deseaste  sabiduría  ?  Guarda  los  mandamientos 

y  el  Señor  te  la  suministrará. 
51      Porque  sabiduría  e  instrucción  es  el  temor  del  Señor, 

y  su  beneplácito,  fe  y  mansedumbre. 
xa  No  dejes  de  creer  en  el  temor  del  Señor, 

y  no  te  acerques  a  El  con  dividido  corazón, 
"a.  No  finjas  con  la  boca  ante  los  hombres 

v  a  tus  labios  atiende. 
"jo  No  te  ensalces  a  ti  mismo,  no  sea  que  caigas 

y  acarrees  a  tu  alma  deshonra. 
wjo  V  revele  el  Señor  lo  oculto  tuyo 

y  en  mitad  de  la  asamblea  te  derribe  ; 
"jo  porque  no  te  has  acercado  con  temor  al  Señor 

y  está  lleno  tu  corazón  de  dolo. 


Fidelidad  a  Dios 


'  Hijo,  si  te  acercares  a  servir  al  Señor  Dios, 

nrepara  tu  alma  a  la  tentación. 
-  Gobierna  tu  corazón  y  muéstrate  firme 

y  no  te  apresures  en  tiempo  de  invasión. 
3  Pégate  a  El  y  no  te  alejes, 

para  que  crezcas  en  tus  últimos  momentos. 
*  Todo  cuanto  te  aconteciere  recibe, 

v  en  las  vicisitudes  de  tu  humillación  ten  paciencia. 
5  Porque  en  fuego  se  prueba  el  oro, 

y  los  hombres  aceptos,  en  el  horno  de  la  humillación. 
,;  Confía  en  El  y  te  recibirá  en  cambio, 

dirige  tus  caminos  y  ten  esperanza  en  El. 
'  Los  que  al  Señor  teméis  esperad  pacientemente  su  misericordia, 

y  no  os  desviéis,  no  sea  que  caigáis. 
8  Los  que  teméis  al  Señor  confiad  en  El, 

y  no  se  perderá  vuestro  galardón. 


M  Rechaza  los  pecados  :  pocas  o  ninguna  vez  sucede— escribe  San  Agustín— que 
se  haga  uno  cristiano  de  buena  «ana.  si  antes  no  se  halla  herido  del  temor  de  Dios. 

"a,  No  dejes  de  creer  :  otros,  no  seas  rebelde  o  desobediente  a.  H  Dividido  :  o 
doble. 

Y  A  tus  labios  atiende  :  para  que  no  te  sean  causa  de  ruina. 
O  1  De  invasión  :  de  la  provocación  o  seducción. 

*  *  En  íL-s  últimos  MOMENTOS  :  para  que  tu  suerte  final  sea  dichosa  tras  la  prueba. 


—  II«Q  — 


2  8-3  6 


ECLESIÁSTICO 


2  9-3  6 


°  Los  que  teméis  al  Señor  esperad  en  sus  bienes 

y  en  la  alegría  eterna  y  la  misericordia. 
'10    [Los  que  teméis  al  Señor  amadle, 

y  serán  iluminados  vuestros  corazones.] 
"10  Echad  la  vista  sobre  las  antiguas  generaciones  y  ved, 

¿  quién  confió  en  el  Señor  y  fue  deshonrado  ? 
"iu  i  O  quién  permaneció  en  temor  de  El  y  fué  abandonado  ? 

¿O  quien  le  invocó  y  fué  de  El  despreciado? 
"„  Porque  compasivo  y  misericordioso  es  el  Señor, 

y  remite  los  pecados  y  salva  en  tiempo  de  opresión. 
14,;  |  A  y  de  los  corazones  débiles,  y  de  las  manos  negligentes, 

y  del  pecador  que  anda  por  dos  senderos  ! 
%t  ¡  Ay  del  corazón  cobarde  !  Porque  no  tiene  fe, 

por  ello  no  será  protegido, 
"u  |  Ay  de  vosotros  los  que  habéis  perdido  la  paciencia  ! 
17    ¿Y  qué  haréis  cuando  el  Señor  gire  visita? 

Los  que  temen  al  Señor  no  dejarán  de  creer  en  su  palabra, 

y  los  que  le  aman  guardarán  sus  caminos. 
"¡r,  Los  que  temen  al  Señor  buscarán  su  benevolencia, 

y  los  que  le  aman  serán  llenos  de  su  ley. 
"n  Los  que  temen  al  Señor  dispondrán  sus  corazones 

y  en  presencia  de  El  humillarán  sus  almas  de  ellos  : 
"t,  «Caeremos  en  manos  del  Señor  y  no  en  manos  de  los  hombres. 
23    Pues  como  la  grandeza  de  El  es  también  su  misericordia.» 


Deberes  filiales.  La  humildad 


1     |Los  hijos  de  la  sabiduría  son  congregación  de  justos, 

y  la  nación  de  ellos,  obediencia  y  amor.] 
',  A  mí,  vuestro  padre,  escuchad,  ¡oh  hijos!, 

y  así  obrad  para  que  seáis  salvos. 
*2  Por  cuanto  el  Señor  ha  honrado  en  los  hijos  al  padre 

y  afirmó  el  derecho  de  la  madre  sobre  los  hijos. 
\  Quien  honrare  a  su  padre,  purificado  será  de  pecado, 
5,  y  como  quien  atesora  es  quien  honra  a  su  madre. 
°0  Quien  respeta  a  su  padre  se  alegrará  por  sus  hijos 

y  en  el  día  de  su  oración  será  escuchado. 


u  Esperad  en  sus  bienes  :  adviértase  cómo,  siendo  el  temor  de  Dios  cimiento  de 
todas  las  virtudes,  a  la  fe  hace  suceder  la  certeza  en  la  recompensa,  a  la  esperanza 
la  alegría  y  a  la  caridad  la  luz,  no  del  espíritu,  sino  del  corazón,  porque  hace  amar 
a  Dios  y  practicar  la  verdad. 

lu  Sólo  en  V. 

"12  Por  dos  senderos  :  pensando  que  puede  servir  a  dos  señores. 
,;13  Corazón  cobarde  :  la  fe  hace  a  los  hombres  animosos,  y  la  desconfianza,  co- 
bardes. 

21-23  y  dice  :  «Los  que  temen  al  Señor  guardan  sus  mandamientos  y  tendrán  pa- 
ciencia hasta  la  vista  de  El.  Diciendo  :  Si  no  hiciéremos  penitencia,  caeremos  en 
las  manos...»,  etc.  Para  esta  última  idea  cf.  2  Saín.  24,  14. 

3 '1  Vuestro  padre:  otros  interpretan:  «[sobre  el  derecho]  del  padre». 
1  Ha  honrado  al  padre  :  mandando  a  los  hijos  que  le  honren,  extendiendo  a  la 
madre  el  poder  de  mandar  y  corregir. 

64  Quien  honra  a  su  madre  :  con  esto  quedan  expresadas  las  dos  ventajas  de  hon- 
rar a  los  padres  :  expiar  los  pecados  y  acaudalar  méritos. 


—  IIQO  — 


3  7-22 


ECLESIÁSTICO 


3  7-2': 


'„  Quien  honrare  a  su  padre  vivirá  largo  tiempo, 
"6  y  quien  oyere  al  Señor  **  aliviará  a  su  madre. 
1    (Quien  teme  al  Señor  honrará  a  su  padre  a 

y  como  a  amos  sirve  a  quienes  le  engendraron.] 
\  Hijo,  en  palabra  y  obra  honra  a  tu  padre, 
"'«  a  fin  de  que  te  alcancen  todas  las  bendiciones. 
"„  Pues  la  bendición  del  padre  b  sostiene  las  casas  de  los  hijos, 

mientras  la  imprecación  de  la  madre  arranca  de  raiz  los  ci- 
",n  No  te  gloríes  de  la  deshonra  de  tu  padre,  [micntos  b. 

porque  no  es  una  honra  para  ti  c. 
'*„  Honor  es  para  un  hombre  la  honra  de  su  padre, 

y  peca  grandemente  quien  humilla  a  su  madre. 
Hijo,  persevera  en  las  consideraciones  a  tu  padre. 

y  no  le  apesares  d  en  todos  los  días  de  su  vida. 
Y  aun  cuando  disminuyan  sus  facultades,  sé  indulgente  con  él 

y  no  le  desprecies  por  estar  tú  en  toda  tu  fuerza  e; 
[,<]  pues  la  piedad  [tenida  al]  padre  no  será  borrada, 
K   y  en  lugar  del  pecado  "  se  implantará  ella. 
[,5]  En  el  día  de  la  tribulación  sera  recordada  a  tu  favor, 

para  hacer  desaparecer  tus  pecados  como  [hace]  el  calor  con 

[la  escarcha. 

'*,c  Ciertamente,  como  blasfemador  '  es  quien  humilla  a  su  padre, 
e  irrita  a  su  Creador  quien  maldice  a  su  madre. 

Hijo,  en  tu  actuación  ?  pórtate  con  humildad 

y  serás  amado  más  que  el  dador  de  presentes. 
"„  Hazte  más  pequeño  cuanto  más  grande  eres, 

y  ante  Dios  hallarás  gracia  ; 
**n  pues  grandes  son  las  misericordias  de  Dios 
y  a  los  humildes  descubre  sus  secretos. 
Lo  que  es  harto  maravilloso  para  ti  no  lo  indagues, 
v  lo  que  te  e^tá  oculto  no  investigues. 


ȟ  Cf     Ex.    20,  12. 

'„  Aliviará  :  o  dará  reposo,  o  bien  dará  satisfacción,  hará  feliz,  que  también  sig- 
nifica. H  [y  obedece  a  Dios]  el  Que  honra  a  su  madre.  Con  estas  palabras  comienza 
el  ms.  hebreo  (H»l,  terminando  en  16,  26. 

1  Y  como  A  amos  :  ha  de  entenderse  prob.  tcomo  a  su  Señor»,  habiendo  com- 
prendido mal  G  el  plur.  de  majestad  hebreo.  El  pensamiento — dice  Lévi — sería  más 
conforme  al  v.  precedente,  interpretándole  asi  :  iV  quien  sirve  a  sus  padres  sirve 
a  su  Dios.» 

'«""a  ^*  *^-n  ODra  y  palabra  honra  a  tu  padre,  para  que  a  ti  venga  ¡a  bendición 
suya.»  Esta  lección  concuerda  mejor  con  el  comienzo  del  v.  siguiente ;  pero  S 
como  H. 

Sostiene  las  casas  :  reserva  Dios  la  prosperidad  de  la  casa  a  la  bendición  del 
padre  y  no  de  la  madre,  que  por  su  ternura  está  siempre  dispuesta  a  bendecir 

"n  Y  peca...  :  así  HS  'pero  H  «quien  maldice*)  ;  G  y  afrenta  para  los  hijos  es 
madre  sin  honra. 

Persevera  en  las  consideraciones  :  G  sostén  en  la  vejez  (V  «acoge»,  ampara». 
"n  Disminuyan  sus  facultades  :  o  chocheare. 

"  Se  implantará  ella  :  o  bien,  se  te  tendrá  en  cuenta  ;  G  (cf.  la  imagen  del 
V.  11J  se  te  añadirán  nuevas  construcciones  lo  «será  construida»),  expresión  he- 
braica para  significar  la  prosperidad. 

•„  Humilla:  G  abandona.  ||  E  irrita...:  G  (cf.  SI  y  maldito  del  Señor  el  que 
irrita  a  su  m. 

MÁS  que  el  dador  de  presentes:  así  HS ;  G  por  el  hombre  agradable  [a  Dios]. 

a,9  G  es  diverso  :  «Grande  es  el  poder  del  Señor,  y  por  los  humildes  es  glori- 
ficado» ;  y  otros  mss.  añaden  :  «Muchos  son  elevados  e  ilustres,  mas  a  los  humildes 
son  revelados  sus  secretos»,  variante  del  texto  de  H.  S  es  en  a  como  H. 

'**..„  GS  difieren  :  «Lo  que  es  sobrado  difícil  para  ti,  no  lo  busques,  y  lo  que  es 
demasiado  fuerte  para  ti,  no  lo  escudriñes.» 


—  IIQI  — 


3  23-4  3 


ECLESIÁSTICO 


3  23-4  3 


alt  Piensa  [sólo]  en  lo  que  se  te  ha  mandado  h 

y  no  te  preocupes  por  cosas  ocultas. 
M22  En  cosas  que  rebasan  tus  fuerzas  no  te  obstines  ; 
*   pues  se  te  ha  revelado  más  de  lo  que  puedes  [abarcar]. 
M23  Ciertamente,  a  muchos  ha  engañado  su  pensamiento  ' 

y  las  malas  cavilaciones  engañan, 
"s.  Un  corazón  obstinado  tendrá  mal  fin, 

y  quien  ama  el  peligro  sucumbirá  en  él  K 

28     [El  corazón  que  penetra  en  dos  caminos  no  tendrá  éxito, 

y  el  corazón  depravado  tropezará  en  ellosl  k. 
MM  A  un  corazón  obstinado  se  le  multiplicarán  las  penas, 

y  el  pecador  añade  pecado  a  pecados. 

<Sin  niñeta,  falta  la  luz, 

v  sin  inteligencia  no  hay  sabiduría. >  1 
*°2Í  m  No  hay  curación  para  el  mal  del  soberbio, 

porque  de  mala  planta  procede  su  planta. 
n37  El  corazón  inteligente  comprende  las  máximas  de  los  sabios, 

y  el  oído  atento  a  la  sabiduría  se  llena  de  gozo. 

'*■.«  Fuego  ardiente  apaga  el  agua 

y  la  caridad  expía  el  pecado. 
B29  Quien  corresponde  a  los  beneficios  se  acordará  en  lo  venidero  n 

v  en  tiempo  de  vacilación  hallará  sostén. 


La  caridad.  Ventajas  de  la  sabiduría.  Verdadera 
y  falsa  vergüenza 


1  Hijo,  no  te  burles  de  la  condición  del  pobre 
ni  causes  desmayo  al  alma  del  mísero  a. 

'  El  alma  hambrienta  no  entristezcas, 

ni  te  ocultes  de  los  de  espíritu  afligido. 

*  No  conturbes  las  entrañas  de  un  desgraciado 
y  no  rehuses  la  limosna  al  mezquino  °. 


s„t  Piensa.  .  :  o  bien  examina  aquello  sobre  lo  que  se  te  ha  autorizado  o  dade 
poder.  ||  Te  preocupes:  o  bien  tienes,  necesidad  (así  G)  o  confianza  (S). 

"jj  Tus  fuerzas:  G  «tus  acciones».  II  Te  obstines  o  canses:  «no  hagas  más  de  1< 

*  Más  de  LO  que  refiérese  a  los  misterios  que  Dios  ha  querido  revelarnos 
que  son  una  honra  para  nuestra  razón,  ya  que  íes  mejor,  dice  San  Buenaventura 
saber  un  poquito  de  Dios  que  tener  noticia  de  lo  celeste  y  terrestre.  G  «más  que  1¡ 
inteligencia  del  hombre   (puede  comprender]». 

^  Su  pensamiento  :  otros,  su  indiscreción,  su  presunción  o  temeridad...  ||  Engí 
ñan  :  G  han  hecho  resbalar  sus  pensamientos. 

=%  Un  corazón  obstinado  :  la  inteligencia  insensible  a  las  divinas  enseñanzas,  qu 
no  teme  a  Dios  ni  a  los  hombres.  |l  El.  pecador  :  H  más  bien  «el  que  se  atormenta 
De  mala  planta...:  G  </  fallo  de  la  maldad  echó  en  él  raíces. 

Mj,  Cf.  G  :  «El  corazón  de  un  sabio  medita  (otros,  «pronuncia,  concibe»)  sentei 
c  ias,  y  un  oído  atento  es  el  deseo  del  sabio.» 

41  No  te  buri.es  de  la  condición  del  p.  :  así  HS  ;  G  «no  prives  de  la  vida  al  p.» 
Ni  causes  desmayo...  :   G  «y  no  dejes  languidecer  los  ojos  del  indigente»  (o  bi< 
«defectuosos»), 

:  Entristezcas  o  aflijas  ;  otros,  c.  H,  irrites,  inquietes  o  hagas  languidecer. 
N*  te  ocultes...  :  <;  «ni  exasperes  al  hombre  en  su  pobreza». 

3  I.as  entrañas  de  un  desgraciado  :  G  «un  corazón  irritado»,  V  «cor  inopis». 
Rehuses  :  G  «retrases». 

—  IIQ2  — 


4  4-18,  19 


ECLESIÁSTICO 


4  4-18,  19 


'    No  desprecies  las  súplicas  del  débil 

[y  no  apartes  tu  rostro  del  pobre. 
'    Del  menesteroso  no  apartes  los  ojos] 

y  no  des  lugar  a  que  te  maldiga. 
"    [PuesJ  gritaría  el  de  amargado  espíritu  en  el  sufrimiento  de 

y  su  Creador  J  oiría  la  voz  de  su  queja.  [su  alma 

:    Hazte  amar  de  la  comunidad 

y  humilla  la  cabeza  ante  la  autoridad  de  la  ciudad 
s   Inclina  al  pobre  tu  oído 

y  devuélvele  el  saludo  con  modestia. 
*    Arranca  al  oprimido  de  sus  opresores 

y  no  seas  pusilánime  en  juzgar. 
10   Sé  para  los  huérfanos  como  un  padre, 

y  reemplaza  al  marido  para  con  la*  viudas. 
Y  Dios  te  llamará  [su]  hijo 

y  te  será  clemente  y  librará  de  la  destrucción. 

B„  La  sabiduría  instruye  a  sus  hijos 

y  fortifica  a  cuantos  la  estudian. 
13ia  Los  que  la  aman,  aman  la  vida, 

v  quienes  la  buscan  obtendrán  el  beneplácito  de  Yahveh. 
Los  que  se  adueñen  de  ella  hallarán  la  gloria  por  parte  de 

v  habitarán  cubiertos  de  la  bendición  de  Yahveh.      L  Yahveh, 
Los  que  la  sirven  son  servidores  del  Santo, 

y  a  quienes  la  aman  ama  el  Señor  *-. 
%  Quien  me  escucha  juzgará  con  veracidad, 

y  el  que  me  presta  oídos  en  seguridad  habitará  *. 
"„  [El  que  tuviere  confianza  [me]  tendrá  en  herencia, 

y  en  posesión  [mía]  serán  tus  descendientes.] 
"n„  h  Pues  camino  con  él  de  través 

y  al  principio  [le  pongo  a  prueba  con  mi  disciplina] 

y  atraigo  sobre  él  miedo  y  espanto 

hasta  que  su  corazón  me  sea  fiel 

y  le  haya'  probado  con  [mis]  tentaciones  h. 

*  No  desprecies...  :  G  «no  rechaces  al  suplicante  afligido»,  S  «no  dejes  (o  aban- 
dones)», jl  Y  no  apartes  tu  rostro...:  o  bien,  no  opongas  una  negativa  al  desgra- 
ciado (ct  Tobit  4,  7). 

6  G  «porque  si  te  maldice  (y  así  S)  .en  la  amargura  de  su  alma  (S  'con  toda  su 
alma')...»  ¡|  La  voz  de  su  queja  :  G  «oirá  (oye)  su  ruego  (u  oración)». 

'  La  comunidad  :   «de  los  pobres»  añade  V  para  ligar  la  frase  al  contexto. 

1  Devuélvele...  :  G  lit.  :  «respóndele  cosas  pacíficas  (o  palabras  de  paz)  con  man- 
sedumbre o  afabilidad». 

*  Seas  pusilánime  en  juzgar  o  cuando  juzgues  (defendiendo  al  oprimido,  etc.)  : 
así  G  ;  H  lit.  sienta  repugnancia  tu  espíritu  lo  te  disgustes)  en  corregir  el  derecha. 

lü  Reemplaza...  :  G  «como  marido  para  la  madre  de  ellost. 

Dios  te  llamará  Hijo  :  GS  «serás  cual  hijo  del  Altísimo».  ||  Te  será  clemen- 
te... :  G  «te  querrá  (=S;  V  «miserabitur»)  más  que  tu  madre»  (esto  falta  en  S,  y 
en  todas  las  versiones  :  «y  librará  de  la  destrucción»). 

aa  Instruye  :  G  «exalta»,  V  «inspirat».  -San  Clemente  Alejandrino  traduce  «ins- 
pira a  sus  hijos»,  e.  d.,  la  vida  sobrenatural.  ||  V  FORTIFICA...  o  sostiene,  protege  : 
G  «se  apodera  (coge  o  acoge;  otros,  «se  deja  coger» i  de  los  que  la  buscan». 

!V*J¿  01  Prov-  3-  l8>  y  cf-  ibíd-  8>  35- 

u12  Quienes  la  buscan...  :  G  «los  que  por  ella  madrugan  serán  llenos  de  alegría». 

"„  Hallarán  la  gloria  por  parte  de  Y.  :  G  «heredará  la  gloria»  u  honor.  ||  Ha- 
buarán...  :   G  «y  allí  donde  entrare  (o  dondequiera  vaya).,  [les]  bendecirá  el  Señor». 

u14  Servidores  del  Santo  :  o  serán  sus  ministros  sagrados  ;  otros  interpretan  «son 
servidores  santos». 

w15  Quien  me  escucha...  :  así  también  S,  suponiendo  habla  la  Sabiduría  ¡  G  «quien 
la  oye  juzga  a  las  gentes,  y  el  que  viene  a  ella...». 

nM  Tuviere  confianza:  «en  ella»,  suponen  unos;  «en  mí»,  otros,  según  sea  el 
sentido  dado  a  i6J5. 

u-  l9I7  De  través  :  o  dificultosamente,  o  por  senderos  tortuosos.  Dios  comienza  pro- 
bando a  su  discípulo,  llevándole  por  senderos  difíciles. 


—  "93  — 


4  20-5  2 


ECLESIÁSTICO 


420-52 


30,8  [Entonces]  le  vuelvo  por  el  recto  camino 

21,„  y  le  revelo  mis  arcanos. 

"1B  Mas  si  se  aparta  de  mí,  lo  abandono 
y  le  inflijo  castigos  ; 
si  se  aparta  de  mí,  lo  rechazo 
y  lo  entrego  en  manos  de  saqueadores. 

" ••'..„  Hijo,  observa  el  tiempo  y  teme  el  mal 

y  no  te  avergüences  de  tu  alma  ; 
"n  pues  hay  una  vergüenza  que  conduce  al  pecado 

y  una  vergüenza  que  es  honor  y  gracia. 
""■"'22  No  guardes  miramiento  a  nadie  en  perjuicio  tuvo 

y  no  tropieces  en  tus  propias  trampas. 
"a  No  retengas  la  palabra  en  tiempo  >  oportuno 

y  no  ocultes  tu  sabiduría  k. 
2924  Pues  en  la  palabra  se  echa  de  ver  la  sabiduría, 

y  la  inteligencia  en  las  respuestas  de  la  lengua, 
"a  No  contradigas  la  verdad 

y  avergüénzate  [sólo]  de  tu  ignorancia  '. 
No  te  avergüences  de  confesar"1  [tus]  pecados 
%!,  Y  no  te  opongas  al  curso  del  torrente. 

No  te  sometas  n  al  insensato 

y  no  resistas  a  las  autoridades. 
M28  Combate  por  la  verdad  0  hasta  la  muerte 

y  Yahveh  guerreará  por  ti. 
M29  No  seas  jactancioso  en  [tu]  lenguaje 

y  flojo  y  perezoso  en  tus  obras. 
Mso  No  seas  como  un  león  en  tu  casa 

ni  caprichoso  con  tus  servidores  p. 
M„  No  sea  tu  mano  abierta  para  recibir 

y  cerrada  para  dar. 


Confianzas  engañosas.  Prudencia  en  hacer  y  hablar 

r  '    No  confíes  en  tus  riquezas, 
^  ni  digas  :  «Tengo  lo  que  me  cumple.» 

1    No  confíes  en  tu  fuerza 

para  andar  tras  los  deseos  de  tu  alma  a. 

x18  El  v.  ofrece  en  HS  un  duplicado  y  G  parece  haberse  atenido  a  los  esticos 
a  y  d.  ||  Saqueadores  :  G  «su  ruina»  o  caída. 

*>■  '-M„0  Observa  el  tiempo  :  e.  d.,  mira  cómo  lo  empleas.  ||  Teme  :  G  aguárdate  de».  || 
Y  no  te  avergüences  de  tu  alma  ;  e.  d.,  no  tengas  que  avergonzarte  de  ti  mismo  o 
por  tu  falta,  por  tener  el  alma  manchada  con  el  pecado. 

*M  Hay  una  vergüenza  bue  conduce  al  pecado  :  así  c.  GV  ;  otros  interpretan  H 
producida  por  el  pecado.  La  verg.  que  lleva  al  pecado  es  el  respeto  humano;  la 
buena  y  gloriosa  es — dice  San  Agustín — cuando  se  sonroja  el  hombre  por  su  propia 
iniquidad. 

2».  m  No  guardes  miramiento..,  :  o  bien,  no  seas  parcial  (lit.,  o  alces  o  tomes» 
tu  rostro  contra  tu  alma  o  contra  ti  mismo.  ||  No  tropieces:  G  (SV)  cno  tengas 
vergüenza  para  tu  caída  (ruina  o  desgracia)».  No  ha  de  obrarse  ni  dejarse  de  obrar 
I»r  respeto  humano  es  la  enseñanza  del  v. 

No  retengas  la  palabra  :  o  bien,  no  pongas  obstáculo  a  (o  reprimas)  tu  opi- 
nión (G). 

»M<  27  No  RESISTAS  A  LAS  autoridades  o  te  obstines  contra  los  poderosos  :  G  cno 
llagas  acepción  al  poderoso». 

36  Como  un  león  en  tu  casa  :  así  HcG  ;  «aterrando  a  tus  domésticos»,  añadt  V. 
Has  como  el  perro...  ||  Caprichoso:  o  bien,  suspicaz,  lleno  de  ilusiones. 

5'  Tengo  lo  que  me  cumple  o  bastante  :  así  GS  ;  «para  vivir»,  añade  V  ;  H  más 
bien  «dispongo  de  medios». 


—  1104  — 


5  3-61 


ECLESIÁSTICO 


5  3-61 


s    No  digas:  «¿Quién  podrá  dominarme?», 

pues  Yahveh  se  vengará  ciertamente*  [de  ti]. 
4   No  digas  :  «He  pecado,  ¿y  qué  me  sucederá, 

pues  Dios  es  paciente  ?» 
6   No  esperes  en  el  perdón 

pura  añadir  falta  sobre  falta, 
6    diciendo  :  «Grande  es  su  misericordia, 

la  multitud  de  mis  pecados  perdonará», 
:6  porque  misericordia  y  enojo  se  dan  en  El 

y  sobre  los  pecadores  descansará  su  saña. 
*r  No  tardes  en  convertirte  a  El 

y  no  lo  difieras  de  un  día  para  otro, 
pues  su  furor  estallará  de  repente 

y  en  el  tiempo  de  la  venganza  perecerás. 
"'s  No  confíes  en  riquezas  engañosas, 

porque  nada  te  aprovecharán  en  el  día  de  la  saña. 
No  albeldes  a  todo  aire  |  ni  vayas  por  cualquier  sendero  ; 

[así  hace  el  pecador  de  dos  lenguas]. 
1210  Sé  firme  en  tu  criterio  \  y  una  sea  tu  palabra. 
"„  Sé  pronto  en  el  escuchar  |  y  da  con  sosiego  la  respuesta  °. 
",2  Si  puedes,  responde  a  tu  prójimo  ; 

mas  si  no,  pon  tu  mano  sobre  la  boca. 
a,3  Gloria  y  deshonor  están  a  merced  del  charlatán, 

y  la  lengua  del  hombre  es  su  ruina. 
™„  No  seas  tachado  de  doblez 

ni  con  tu  lengua  calumnies. 
"M  Pues  para  el  ladrón  ha  sido  creada  la  vergüenza 

y  pésimo  oprobio  para  el  hombre  de  doblez. 
1S15  d  No  cometas  falta  grande  ni  chica. 


Consejos  sobre  la  amistad,  etc.  Exhortación 
a  la  sabiduría 


\s  Ni  te  trueques  de  amigo  en  enemigo  ; 

porque  mala  fama  y  desprecio  dejará  en  herencia  la  infamia  : 
tal  es  el  [pago  deí]  malvado  que  posee  doblez. 


4  He  pecado,  ¿  v  qué  me  sucederá  ?  :  o  bien  :  si  pero,  ¿  qué  puede  sueederme  ? 
así  He  ;  GSV,  «¿qué  me  ha  sucedido?p;  Ha  «qué  me  hará;  nada»]. 

B  No  esperes..  :  G  «No  estés  sin  miedo  acerca  del  perdón...»  :  quiere  darnos  a 
entender  este  versículo  que  nos  es  imposible  conocer  con  certeza  el  estado  de  nues- 
tra alma  desde  el  punto  de  vista  de  la  posesión  de  la  gracia. 

,0K  Cf.  31,  6,  y  Prov.  11,  4.  ||  No  confíes...  :  G  «No  te  apoyes  en  ío  no  persigas) 
riquezas  injustas».  !|  De  la  vaña  :  G  más  bien  «de  la  calamidad»  (tribulación...), 
S  «anhelo»,  V  «obductionis  et  vindictae». 

No  albeldes  :  e.  d.,  ten  firmes  convicciones  y  no  te  dejes  arrastrar  por  cual- 
quier doctrina.  ||  Pecador  de  dos  lenguas  o  de  doble  lengua:  es  el  que  dice  con 
la  boca  que  quiere  servir  a  Dios,  mientras  permanece  con  el  corazón  unido  a  las 
vanidades  del  mundo. 

**la  Cf.  Prov.  30,  32.  Los  griegos  dicen  en  proverbio  :  «o  hablar  algo  que  valga  más 
que  el  silencio,  o  callar».  ||  Si  puedes:  G  «Si  tienes  entendimiento'.;  «Si  tienes  pa- 
labra»  (o  qué  responder». 

,5]3  A  merced  del  charlatán  :  G  «en  la  palabra  lo  conversacióni».  El  sentido,  se- 
gún I.  Lévi,  parece  ser  más  bien  «La  palabra  reporta  '-loria  o  deshonor»  que  «Glo- 
ria y  deshonor  están  en  poder  de  la  palabra».  Cf.  Prov.  18,  21. 

,eJ4  Calumnies  (malamente,  añade  H)  :  G  «tiendas  lazo»,  G  «hagas  vacilar». 


']5  Mala  fama...  :  es  v.  poco  claro  ;  G  «un  nombre  malo  heredará  vergüenza  y 
xmfusión»  ;  otros  vierten  «un  mal  nombre,  vergüenza  y  oprobio  heredarás». 


—  "95  — 


6  2-20 


ECLESIÁSTICO 


6  2-20 


\  No  te  entregues  al  albedrío  de  tu  pasión, 

pues  destrozaría  tu  vigor  como  un  toro  a. 
*a  Devoraría  tus  hojas,  haría  caer  tus  frutos 

y  te  dejaría  como  leño  seco, 
4,  porque  un  alma  apasionada  arruina  a  quien  la  posee 

y  consigúele  la  alegría  del  enemigo. 
%  Dulce  garganta  acrecienta  amigos, 

y  labios  llenos  de  gracia,  las  relacione?. 
fi6  Sean  muchas  tus  buenas  relaciones, 

mas  tu  confidente,  uno  entre  mil. 
\  Si  adquieres  un  amigo,  hazlo  mediante  prueba 

y  no  te  apresures  a  fiarte  de  él. 
S  Pues  hay  amigos  de  ocasión 

y  no  perduran  en  el  día  de  la  tribulación. 
%  Amigo  hay  que  se  trueca  en  enemigo 

y  descubrirá  tu  querella  ignominiosa. 
10,  Hay  amigo  compañero  de  mesa, 

mas  no  se  le  halla  el  día  de  la  desgracia. 
"10  Mientras  dura  tu  bienestar,  es  otro  tú  ; 

en  tu  desventura  se  aleja  de  ti  b. 
"„  Si  decaes  °,  se  vuelve  contra  ti 

y  hasta  de  tu  presencia  se  oculta. 
"„  Aléjate  de  tus  enemigos 

y  con  tus  amigos  ten  cuidado. 
14,s  Amigo  fiel  (es)  refugio  d  poderoso  ; 

quien  lo  halla,  tesoro  e  halló. 
I814  Amigo  leal  no  tiene  precio, 

y  su  valor  es  inestimable. 
",5  Amigo  fiel,  medicina  '  de  vida  ; 

quien  teme  a  Dios  le  encuentra. 
"16  A  quien  teme  a  Dios  le  perdurará  su  amistad  B, 

pues  como  él  así  es  su  amigo. 

,8i,  [Hijo,  desde  tu  juventud  acoge  ¡a  instrucción, 
y  hasta  encanecido  11  ]  hallarás  sabiduría. 

",8  Como  quien  ara  y  quien  siembra  '  acércate  a  ella 
y  espera  la  abundancia  de  sus  frutos  i  ; 

*"18  porque  en  su  cultivo  has  de  trabajar  un  poco, 
mas  comerás  en  seguida  k  de  sus  productos. 


3,  Pues  destrozaría...  :   G  «no  sea  que  tu  pasión  te  destroce  como  un  toroi,  o 
como  otros  prefieren  :  «para  que  no  sea  tu  alma  desgarrada  (o  no  seas  desgarrado)...», 
'j  Cf.  iq,  jb,  e  Is.  56,  11.  ||  Apasionada:   violenta,  dura,  vehemente,  irascible; 

V  «maligna».  ||  Consíguele...  :  GS  «le  hace  causa  de  regocijo  para  [susl  enemigos»; 

V  «in  gaudium  inimicis  dat  illum». 

64  Garganta  o  paladar:  aquí  como  órgano  del  habla.  ||  Las  relaciones:  lit.,  aquel 
que  le  saluda;  e.  d.,  las  relaciones  y  amistades  sociales;  GS  «los  saludos,  las  afa- 
bilidades». 

*,  Confidente  :  o  consejero  (G). 

*  Cf.  40,  23-24,  y  37,  4.  ||  De  ocasión  o  circunstancias:  lit.,  «en  su  tiempo»,  e.  d., 
cuando  les  conviene. 

%  Cf.  37.  24;  42,  1,  y  1  Sam.  27,  39.  ||  Tu  querella  ignominiosa:  e.  d.,  los  motivos 
vergonzosos  de  tu  altercado  y  ruptura  con  él. 

»,0  Cf.  12,  19,  y  Prov.  19,  4.  7.  ||  Es  otro  tú:  e.  d.,  estará  totalmente  identi- 
ficado contigo. 

"10  y  "11  Est°s  dos  versículos  van  interpretados  en  la  Vulgata  de  diferente  modo  : 
e'  nI0  se  echa  a  buena  parte  y  el  12,,  da  por  señal  de  verdadera  amistad  la  faci- 
lidad con  que  el  amigo  se  humilla  y  eclipsa  delante  del  amigo. 

"14  No  tienk  precio  i  o  no  tiene  equivalente  (G).  ||  Su  valor  es  inestimable:  o  no 
tiene  cálculo ;  «no  hay  peso  (o  balanza)  para  su  belleza»,  dice  G.  Cf.  25,  18,  etc., 
y  Prov.  22,  14  ;  Ece.  7,  26. 


-1106- 


6  21-37 


ECLESIÁSTICO 


6  21-37 


BM  Impenetrable  es  para  el  necio, 

y  el  falto  de  inteligencia  no  la  aguanta. 
aa>  Cual  piedra  pesada  resulta  para  él 

y  no  tarda  en  arrojarla  ; 
'33,  pues  la  instrucción  es  como  su  nombre, 

y  no  a  muchos  se  manifiesta. 
-M    [Escucha,  hijo,  y  acepta  mi  enseñanza 

y  tío  rechaces  mi  consejo; 
*   y  mete  tus  pies  en  sus  grilletes 

y  en  sus  argollas  tu  cuello.]  1 
M24  Abaja  tu  espalda  y  llévala, 

y  no  te  impacientes  con  sus  lazos  m. 
"„  [Con  toda  tu  alma  acércate  a  ella 

y  con  todas  tus  fuerzas  guarda  sus  caminos.]  ■ 
ax  Indaga  y  sondea,  busca  y  [la]  hallarás  °, 

agárrala  fuertemente  y  no  la  sueltes  ; 
pues  al  fin  encontrarás  el  descanso  que  ella  da 

v  se  te  trocará  en  gozo. 
*°M  Y  serán  para  ti  sus  redes  abrigo  poderoso, 

y  sus  argollas,  áureos  vestidos 
"M  Follaje  de  oro  será  su  yugo 

y  sus  lazos,  hilados  de  purpura  violeta. 
SJ,0  Te  vestirás  con  ella  como  de  vestidos  de  gloria, 

y  te  la  ceñirás  cual  corona  majestuosa  r. 
Si  quieres,  hijo,  te  harás  sabio, 

y  si  te  aplicas,  resultarás  inteligente. 
mk  S'  gustares  8  de  oír,  [aprenderás  s], 

y  si  inclinares  tu  oído,  te  instruirás. 
3533-3«  [Mantente  en  la  compañía  de  los  ancianos. 

y  [observando]  quién  es  sabio,  júntate  a  él  ».] 

Gusta  de  oír  toda  conversación 

y  no  se  te  escapen  las  sentencias  prudentes. 
",5  Observa  1  quién  es  inteligente,  y  madruga  en  su  busca, 

y  gaste  tu  pie  los  umbrales  de  su  1  puerta. 
"M  Recapacita  la  ley  u  del  Altísimo 

y  medita  en  sus  mandamientos  constantemente. 

y  El  te  dará  la  ciencia  T 

y  te  hará  saber  lo  que  deseas. 


au  Impenetrable  es  para  el  necio...  :  G  «  ¡Cuán  dura  (o  áspera)  es  para  los  indoc- 
tos! No  permanece  en  ella  el  sin  corazón  (e.  d.,  el  no  inteligente  o  el  frivolo)». 

-.„  Cuai.  piedra  pesada  :  6  teual  pesada  piedra  de  prueba  pesa  sobre  él».  Parece 
referirse  Ben  Sira  a  la  costumbre  de  demostrar  su  fuerza  la  gente  joven  levantando 
piedras  de  pandísimo  peso  o  soportarlas  en  los  hombros,  cabeza,  etc. 

**a  La  instrucción  es  como  su  nombre  :  Ben  Sirá'  juega  con  la  supuesta  étimo- 
lóela  de  musar,  que  él  parece  derivar  de  sur  'apartarse',  más  bien  que  de  yasar 
'castigar,  corregir'.  ||  Se  manifiesta  o  descubre,  así  interpretamos  c.  G  a  H  (pro- 
piamente:   es  accesible);   S  escogida   (=  está  destinada). 

Agárrala  fuertemente...:  o  como  G:  «y,  dueño  de  ella  (o  una  vez  eogidal, 
no  la  sueltes»  o  dejes  escapar.  Cf.  Prov.  4,  13. 

'  n,„  Hilados  de  púrpura  violeta  :  o  cordones  de  jacinto,  que  era  el  color  de  aque. 
lias  cintas  que  debían  los  judíos  llevar  en  sus  mantos  para  recordar  los  preceptos 
del  Señor  (Núm.  15,  58). 

"„  31  Toda  conversación  :  G  interpretó  «todo  relato  sobre  Dios»  o  cuanto  se  dice 
de  divino,  toda  palabra   (o  conversación)  divina. 

"„  Te  hará  saber  lo  que  deseas  :  cf.  G  :  «te  será  dada  la  sabiduría  deseada»  ; 
otros,  «tu  deseo  de  sabiduría». 


—  IIQ7  — 


7  l-VÍ,  18 


ECLESIÁSTICO 


7  1-17,  18 


Pecados  que  han  de  evitarse.  Relaciones  con  el  prójimo: 
prudencia  casera,  etc. 


n  1    No  hagas  el  mal  y  no  te  alcanzará  lo  malo. 
•  2    Aléjate  de  la  culpa  y  se  apartará  de  ti  ella. 
8   No  siembres  en  surcos  de  injusticia  a 

para  que  no  la  coseches  al  séptuplo. 
1   No  pidas  a  Dios  mando 

ni  al  rey  puesto  de  honor. 
*   No  te  tengas  por  justo  ante  Dios  * 

ni  te  hagas  el  sabio  delante  del  rey. 
'   No  trates  de  ser  magistrado 

si  no  tienes  fuerza  bastante  para  extirpar  la  injusticia, 

no  sea  que  te  intimides  ante  el  poderoso 

y  causes  quebranto  en  tu  integridad. 
1   No  te  hagas  a  ti  mismo  culpable  frente  a  la  muchedumbre  de  ¡a 

ni  te  expongas  a  degradarte  en  la  comunidad.  ¡ciudad  c 

8    No  te  enredes  dos  veces  en  un  pecado, 

porque  ni  en  una  sola  quedarás  impune. 
••'mo  No  te  desalientes  en  la  oración 

ni  descuides  el  hacer  limosna. 
"„  [No  digas:  [Dios]  mirará  la  multitud  dc^  mis  ofrendas 

y,  en  haciendo  yo  oblación  a  Dios  Altísimo,  las  recibirá.]  ú 
u„  No  desprecies  ai  hombre  de  amargado  espíritu  : 

acuérdate  que  existe  quien  exalta  y  abate. 
",a  No  maquines  injusticia  contra  tu  hermano, 

ni  tampoco  contra  tu  amigo  y  tu  compañero. 
"i3  No  quieras  cometer  mentira  alguna  e, 

pues  sus  resultados  no  son  agradables. 
I6M  No  hables  mucho  en  la  asamblea  de  los  príncipe?  ' 

v  no  repitas  las  palabras  en  la  oración. 
%  No~  aborrezcas  el  trabajo  penoso 

ni  la  agricultura  instituida  por  el  Altísimo  e. 
"•'"k  No  te  atribuyas  mérito  entre  tus  conciudadanos  h  : 

acuérdate  de  que  la  ira  no  tardará  '. 


7 8  Magistrado:  lit.,  dominador,  principe;  GS  interpretan  juez. 
7  No  ie  hagas  culpable:  G  más  bien  iNo  peques  (o  cometas  faltal».  Parece  que- 
rer decir  que  quien  toma  las  funciones  de  magistrado  sin  cualidades  bastantes  para 
ser  imparcial,  también  puede  dejar  de  serlo  buscando  la  popularidad  con  lesión  de 
derechos  de  los  particulares,  y  corre  así  el  riesgo  de  perder  la  consideración  entre 
el  pueblo. 

8  No  te  enredes  dos  veces  :  o  bien,  no  tiendas  a  repetir  el  pecado  ía  cometer 
doble  falta).  ¿Alude  al  pecado  del  magistrado  en  la  administración  de  jus'icia,  que 
serla  doble  crimen  ?  Otros  juzgan  que  se  alude  a  la  comisión  reiterada  de  la  misma 
falta,  so  pretexto  de  que  no  tuyo  castigo. 

10)0  No  te  desalientes...  :  otros  interpretan  :  «No  seas  demasiado  breve  (o  «te 
impacientes»,  o  «seas  pusilánime  o  desconfiado»)  en  la  oración,  ni  en  el  ejercicio 
de  la  caridad  te  desanimes»  (o  «te  irrites»,  o  «sobrepases  la  medida»). 

fl„  No  desprecies  :  G  más  bien  «No  te  rías  del  hombre  que  está  en  la  amargura 
de  su  alma».  ||  Acuérdate  de  oue  existe:  G  «porque  hay  quien  humilla  y  quien 
ensalza»  ;  cf.  i  Sam.  2,  3.8,  y  Sal.  74,3.  6-8. 

»u  No  maquines  injusticia  o  violencia  :  G  «no  labres  fo  maquines)  mentira»  ; 
cf.  Prov.  3,  29.  ||  Ni  tampoco...  :  G,  un  poco  libremente,  «ni  hagas  otro  tanto  al 
amigo».  . 

»M  No  repitas  las  palabras  :  o  reiteres  una  palabra.  El  mismo  consejo  de  Jesu- 
cristo en  San  Mateo  6,  7,  y  7,  «I»  -v  eon  mayor  autoridad. 


—  II08  — 


7  w-«2 


ECLESIÁSTICO 


719-82 


''J„  Humilla  profundamente  tu  orgullo',  t 

pues  lo  que  espera  al  hombre  son  los  gusanos  k. 
M„  No  cambies  un  amigo  por  dinero 

ni  un  hermano  legítimo  por  el  oro  de  Ofir. 
^'j.  No  desprecies  a  una  mujer  inteligente  ', 

porque  su  gracia  está  por  encima  de  las  perlas  m. 
a„  No  maltrates  al  criado  fiel, 

ni  al  jornalero  que  se  entrega  servicial. 
a2,  Ama  como  a  ti  mismo  al  servidor  sensato 

y  no  le  niegues  la  libertad. 
M22  ¿  Tienes  ganado  ?  Cuida  tú  mismo  de  él, 

y  si  es  útil  n,  guárdalo. 
a3  ¿  Tienes  hijos  ?  Corrígelos 

0  y  cásalos  cuando  son  jóvenes  °. 
¿  Tienes  hijas  ?  Vigílalas 

y  no  les  pongas  rostro  halagüeño, 
"¡s  Desembarázate  de  tu  hija  y  desaparecerán  los  cuidados, 

y  cásala  con  un  hombre  inteligente. 
aM  ¿  Tienes  mujer  p  ?  No  la  execres  q, 

y  a  la  odiosa  no  otorgues  tu  confianza. 
"„  [Honra  a  tu  padre  de  todo  corazón, 

y  no  olvides  los  dolores  de  tu  madre. 
'\  Acuérdate  de  que  gracias  a  ellos  naciste, 

y  ¿cómo  les  pagarás  lo  que  ellos  por  ti  hicieron?]  r 
Con  todo  tu  corazón  reverencia  a  Dios, 

y  a  sus  sacerdotes  rinde  homenaje  ". 
s:30  Con  todas  tus  fuerzas  ama  a  tu  Hacedor, 

y  a  sus  ministros  no  abandone?. 
MSi  Reverencia  '  a  Dios  y  honra  al  sacerdote 
3,"K3i  y  dales  su  parte,  como  El  te  ha  prescrito  : 

el  alimento  de  los  sacrificios  ígneos  u  y  las  ofrendas, 

[los  sacrificios]  regulares  v  las  oblaciones  santas. 
*32  Mas  también  al  menesteroso  [tiende]  tu  mano, 

para  que  tu  bendición  sea  completa. 
r8S  Da  limosna  T  a  todo  viviente, 

y  tampoco  al  muerto  niegues  la  caridad. 
WM  No  faltes  con  los  que  lloran 

y  aflígete  con  los  afligidos, 
"as  ^0  seas  tardo  en  visitar  al  enfermo  w, 

porque  con  eso  serás  amado  de  él. 
*"„  En  todas  tus  obras  piensa  en  el  fin 

y  no  pecarás  jamás. 


Normas  de  prudencia  en  las  relaciones  sociales 


1  No  disputes  con  hombre  poderoso, 

no  sea  que  caigas  en  sus  manos. 

2  No  contiendas  con  hombre  rico, 

no  sea  que  ponga  en  la  balanza  tu  precio  a  ; 


fM  VlGÍLALAS :  G  «atiende  a  .-u  cuerpo»,  e.  d..  vela  por  su  castidad.  ||  Rostro 
halagüeño  o  cara  alegre  :  e.  d.,  no  les  muestres  indulgencia. 

"a  Desembarázate  :  lit.,  saca  a  tu  hija  y  saldrá  el  cuidado  (o  sea  tu  preocupa- 
ción) ;  G  dice  lit.  :  «Da  en  matrimonio  a  tu  hija  y  habrás  efectuado  grande  obra.» 

"sa  En  il  fin  :  e-  d-.  según  GV,  en  tus  postrimerías  (o  novísimos). 
Q   -  Tonga  ex  la  balanza  tu  precio  :  e.  d.,  soborne  a  los  jueces.  GS  «te  oponga  su 
0  peso»  (otros,  «el  peso  de  su  oro»),  y  siendo  más  poderoso,  incline  la  balanza  de 
su  lado. 


—  Iiog  — 


8  3-17 


ECLESIÁSTICO 


8  3-17 


3  «porque  a  muchos  ha  corrompido  el  oro 

}•  la  riqueza  extravía  el  corazón  de  los  príncipes  b. 
43  No' discutas  con  hombre  parlador 

y  no  eches  leña  en  el  fuego  °. 
64  No  tengas  familiaridad  con  el  necio, 

no  sea  que  te  desprecien  d  los  proceres  e. 
fi5  No  afrentes  al  hombre  que  se  convierte  del  pecado  : 

acuérdate  de  que  todos  somos  culpables 
'«  No  abochornes  al  hombre  anciano, 

porque  también  nosotros  hemos  de  figurar  entre  los  viejos 
87  No  te  alegres  por  un  muerto  : 

acuérdate  de  que  todos  hemos  de  perecer. 

°8  No  rechaces  la  conversación  de  los  sabios, 

y  sus  máximas  estudia  ; 
"'    porque  de  ellos  f  aprenderás  inteligencia 

para  servir  ante  los  príncipes. 
"9  No  desprecies  el  escuchar  a  los  ancianos, 

porque  ellos  aprendieron  de  sus  padres  ; 
12   pues  de  ellos  '  adquirirás  inteligencia 

para  responder  en  tiempo  de  necesidad. 
"10  No  atices  los  carbones  *  del  impío, 

no  vaya  a  ser  abrasado  por  su  llama  de  fuego. 
"„  No  te  retires  ante  el  mofador, 

para  que  no  se  coloque  ante  ti  como  una  emboscada. 
16,2  No  prestes  a  hombre  más  poderoso  que  tú, 

y  si  lo  prestaste,  dalo  por  perdido. 
"M  No  salgas  fiador  de  quien  es  más  que  tú, 

y  si  saliste,  considérate  como  pagador. 
"14  No  litigues  contra  ningún  juez, 

porque  juzgará  según  su  deseo. 


3  Y  la  riqueza...  :   G  ty   leí  oro]   inclina  los  corazones  de  los  reyes». 

4j  Con  hombre  parlador  :  porque  los  argumentos  que'  le  traigas,  lejos  de  conven 
cerle,  le  dan  nueva  materia  para  hablar,  que  será  como  leña  echada  al  fueeo.  i 
Y  no  eches  leña  en  el  fuego  (G  ty  no  amoiitun es  leña  en  su  fuego»!  :  e.  ti.,  pues 
seria  echar  leña  en  el  luego. 

c4  No  tengas  familiaridad  con  el  necio  :  cf.  G  :  «no  bromees  con  el  indocto»  o  mal 
educado.  El  frecuentar  tales  compañías  haría  te  despreciasen  los  nobles  (G  «causaría 
a  tus  padres  vergüenza»). 

«  Todos  somos  culpables  :  G  viértese  «todos  estamos  entre  los  privilegiados»  o 
«en  los  castigos»  (e.  d.,  somos  dignos  de  castigo). 

No  ie  alegres  (o  huelgues)  :  H,  más  lit.,  «no  te  gloríes»  o  felicites. 

*8  Sus  máximas  estudia  :  así  S  ;  H  más  bien  «deshazte  en  el  estudio  de  sus  sen- 
tencias» ;  G  «entretente  con»  (otros,  «vuelve  a»). 

'"Servir:  así  más  bien  c.  S;  H  mantenerte  (figurar,  estar). 

11  No  desprecies  :  recomienda  aquí  la  Sagrada  Escritura  fidelidad  a  las  enseñan- 
zas tradicionales,  tan  útil  para  la  prosperidad  de  las  sociedades  y  tan  en  confor- 
midad con  el  espíritu  de  los  pueblos  orientales. 

u10  Los  carbones  del  impío  o  pecador  :  o  sea  sus  instintos  de  cólera,  prontos  a 
arder  en  cuanto  se  le  amonesta. 

"  No  te  retires  :  o  bien,  no  cedas  el  terreno  (otros,  «no  resistas  de  cara»,  «no 
te  extasíes»).  ||  Mofador:  burlón,  insolente.  ||  Ante  ti:  G  ante  tu  boca;  e.  d.,  per- 
mitiéndole aceche  tus  palabras  para  envenenarlas  y  volverlas  contra  ti,  como  ha- 
cían con  Jesús  los  fariseos. 

»„  De  quien  es  más  que  tí-  :  e.  d.,  más  rico  o  poderoso.  G  interpretó  «más  allá 
de  tus  fuerzas».  ||  Como  pagador:  o  como  quien  debe  pagar;  o  también,  como 
pagado.  .  "  í 

11  Juzgará..  :  e.  d.,  sentenciará  como  mejor  le  parezca.  G,  evitando  la  dificultad 
de  suponer  al  juez  juez  y  parte,  interpreta  :  «se  le  juzgará  según  su  opinión». 


—  iaoo  — 


8  is-9  10 


ECLESIÁSTICO 


8  18-9  1° 


1S15  No  andes  con  temerario, 

no  sea  que  agraves  tu  desgracia  ; 
pues  él  camina  recto  ante  sí 
y  te  perderás  por  su  locura. 

",6  Con  colérico  no  te  muestres  testarudo 

y  con  él  no  cabalgues  por  el  desierto  b, 
pues  cosa  leve  es  a  sus  ojos  la  sangre, 
y  donde  no  hay  quien  socorra  te  derribará 

"n  Nohagas  confidencias  a  tonto, 

porque  no  podrá  tener  oculta  tu  plática. 

a18  Ante  un  extranjero  no  hagas  nada  secreto, 
pues  no  sabes  lo  que  él  dará  de  sí. 
A  todo  hombre  no  descubras  tu  corazón, 
para  no  desviar  de  ti  la  felicidad. 


Normas  referentes  a  las  relaciones  con  las  mujeres 
y  con  los  hombres 

9'    No  tengas  celos  de  la  mujer  de  tu  seno, 
para  que  no  It  enseñes  contra  ti  lección  mala. 
'   No  entregues  a  tu  voluntad  a  tu  mujer, 

haciéndola  dominar  sobre  ti. 
3   No  te  acerques  b  a  mujer  cortesía, 

no  sea  que  caigas  en  sus  lazos 
*   No  frecuentes  el  trato  c  con  cantadora, 

no  sea  que  seas  abrasado  por  su  boca. 
1   No  repares  en  virgen, 

no  vayas  a  ser  cogido  con  ella  en  su  castigo. 
ü    No  te  entregues  a  prostitutas, 

para  que  no  pierdas  d  tu  patrimonio, 
T    mirando  en  derredor  por  las  caites  de  la  ciudad 

y  errando  por  sus  plazas  solitarias  e. 
■    Aparta  los  ojos  de  mujer  bien  parecida 
y  no  consideres  la  hermosura  ajena. 
es  A  causa  '  de  una  mujer  han  perecido  *  muchos, 
y  h  su  amor  quema  como  fuego  h. 

10     [Toda  mujer  que  es  prostituta 

será  hollada  como  estiércol  en  el  camino. 


•u  No  andes  CON  temerario  :  e.  d.,  no  vayas  en  compañía  de  temerario  ;  GS  «con 
audaz  no  andes  camino».  ||  Agraves  ixj  desgracia  :  o  bien,  aumentes  tus  probabili- 
dades de  desgracia;  G  ite  agobio  o  tagrave  tu  mal»  S.  ||  Camina  recto  ante  sí: 
G  interpretó  «obrará  según  su  voluntad   (o  arbitrariedad)». 

,918  No  te  muestres  testarudo  :  o  no  hagas  el  terco ;  GS  «no  entables  riña  (o 
disputa)».  ||  Cabalgues:  G  más  bien  «yayas»  o  atravieses;  S  «disputes».  ||  Cosa 
leve:  G  (cf.  S)  como  nada.  ||  Quien  socorra:  o  salvador;  G  «socorro». 

31  ¡t  1' ara  no  desviar  de  ti  la  eelicidad  :  G  «no  sea  que  no  te  pague  el  favor». 

9"  No  tengas  celos  :  la  injusta  sospecha  acaba  con  el  afecto,  pone  en  peligro  la 
fidelidad  y  da  idea  del  mal  que  se  puede  cometer.  ||  La  mujer  de  tu  seno  o  [que 
rei>osa]  en  tu  seno  :  e.  d.,  tu  esposa. 

-Tu  voluntad:  lit.,  tu  alma.  ||  Haciéndola  dominar  sobre  ti:  G  lit.  :  «para 
que  se  alce  ella  (e.  d.,  dominel  sobre  tu  fuerza»,  cosa  que  no  conforma  con  la  di- 
vina institución  del  matrimonio. 

*  Seas  abrasado...  :  G  «seas  cogido  en  el  lazo  de  sus  habilidades»  (otros,  «sucum- 
bas a  sus  esfuerzos»). 

•  No  repares  en  virgen,  ya  que  conmueve  el  ánimo  no  solamente  la  vista  de  la 
impúdica,  sino  también  de  la  mujer  pudorosa. 

■  No  te  entkegues  :  lit.,  no  des  tu  alma. 


—  1201  — 


9  "-10  2 


ECLESIÁSTICO 


9  "-10  2 


u    Muchos,  alucinados  por  la  belleza  de  mujer  ajena,  se  hicieron  réprobos, 

porque  su  trato  quema  como  fuego.]  i 
12„  No  comas  >  con  mujer  casada 

y  no  te  tiendas  en  su  compañía  k  en  torno  a  la  mesa  para  be- 
13   no  sea  que  inclines  hacia  ella  tu  corazón  1  [ber  licores, 

y  que,  perdiendo  la  vida,  resbales  hacia  la  tumba. 
"10  No  dejes  amigo  antiguo, 

porque  el  nuevo  no  será  parecido  a  aquél  m. 
1510  Vino  nuevo  [es]  amigo  nuevo  : 

cuando  envejeciere  podrás  beberle  n. 
!6u  No  envidies  al  hombre  impío  °, 

porque  ignoras  cuál  será  su  fin  p. 
"12  No  [te  complazcas]  en  la  protervia  triunfante  o  : 

acuérdate  de  que  hasta  >'  la  muerte  no  se  quedará  justificado. 
Ponte  lejos  s  del  hombre  que  tiene  poder  de  matar, 

y  no  experimentarás  temores  mortales  ; 
19i8  mas  si  a  él  te  acercares,  no  cometas  falta, 

para  que  no  te  arrebate  la  vida. 
Mi3  Sábete  que  andas  en  medio  de  asechanzas 

y  que  te  paseas  sobre  redes  t. 
"',4  En  cuanto  puedas,  frecuenta  el  trato  de  tu  prójimo 

v  y  departe  u  con  los  sabios. 
"16  Sean  los  hombres  justos  tus  comensales 

y  en  el  temor  de  Dios  consista  tu  gloria. 
"3,s  Con  los  inteligentes  sea  tu  conversación, 

y  todo  tu  razonamiento  en  la  luz  del  Altísimo''. 

M„  Por  la  mano  del  artífice  se  efectúa  bien  la  obra  w, 

y  [de  igual  suerte]  el  gobernante  [apropiado]  del  pueblo  es 
[el  diestro  de  palabra. 

'*i8  De  temer  en  la  ciudad  x  es  el  hombre  locuaz, 
y  el  insolente  y  por  su  boca  es  aborrecido. 


Reglas  de  sabiduría  para  las  autoridades 


1  Un  juez  sabio  a  instruirá  a  su  pueblo, 

y  el  mando  del  inteligente  está  bien  ordenado. 

2  Según  el  jefe  de  un  pueblo,  así  sus  ministros  ; 

y  según  el  gobernante  de  la  ciudad,  así  b  sus  habitantes. 


J-0  No  te  tiendas  en  torno  A  la  mesa  :  c£.  G  en  muchos  mss.  (y  en  parte  S)  :  tno 

te  pongas  a  la  mesa  con  ella  apoyado  el  codo»,  lo  cual  comprobaría  que  los  orien- 
tales habían  ya  adoptado  la  costumbre  griega  y  romana  de  comer  recostados  en 
divanes  y  apoyados  en  el  codo  izquierdo.  ||  Licores  :  o  vino  (cf.  mss.  GS),  precur- 
sor de  la  orgía. 

a  Perdiendo  la  vida  :  lit.,  en  [tu]  sangre ;  G  «por  tu  deseo»  (otros,  tcon  tu 
espíritu»).  ¡|  Hacia  la  tumra  :  G  «a  la  perdición»;  HS  piensan  en  la  pena  de  muerte, 

wls  No  se  üuedará  justificado  :  o  no  se  queda  impune  (libre,  sin  castigo),  e.  d.. 
a!  morir  se  encontrará  con  la  justicia  divina. 

-"¡3  Sobre  redes  :   lit.,  una  red,  e.  d.,  expuesto  a  todos  los  peligros. 

->,'.  Por  la  mano:  o  bien,  La  destreza,  las  manos  hábiles.  ||  Se  efectúa  bien:  otro», 
userá  alabada».  ||  Diestro:  lit.,  sabio. 

1  Cí  1  Un  juez  SABI°  :  °  eI  magistrado  prudente.  ||  Instruirá  :  o  corrige  (otros, 
-*-'■'  «La  firmeza»).  ||  El  mando  o  gobierno  del  sensato  es  duradero  o  estable,  está 
bien  ordenado  o  establecido;  como  si  dijera:  el  orden  fundado  en  la  ley  es  con- 
dición para  que  dure. 

2  Según  el  jefe  :  los  superiores  influyen  mucho  en  la  conducta  de  los  subditos. 
Hebr.  sofet  'juez,  magistrado,  autoridad,  jefe...'. 


—  1202  — 


10  3'22  ECLESIÁSTICO  10  3-" 

3    L'n  rev  desenfrenado0  arruina  al  estado  d, 

v  lina  ciudad  asiéntase  en  la  inteligencia  de  sus  jefes. 
!    En"  manos  de  Dios  [descansa]  el  gobierno  del  mundo, 

y  •  el  [gobernante]  adecuado  al  momento  establece  e  sobre  él. 
1    En  las  manos  de  Dios  [está]  el  poder  de  todo  hombre, 

y  a  la  persona  del  legislador  confiere  su  majestad. 
■    Por  ninguna  falta  guardes  rencor  al  prójimo 

v  no  sigas  el  camino  del  orgullo. 
'   Odiosa  es  al  Señor  y  a  los  hombres  la  soberbia, 

y  contra  ambos  también  falta  la  injusticia. 
*    El  "imperio  pasa  de  pueblo  a  pueblo 

a  causa  de  la  violencia  del  orgullo  g. 
'    ¿De  qué  se  envanecerá  [el  que  es]  polvo  y  ceniza, 

quien  va  durante  su  vida  tiene  sus  intestinos  llenos  de  po- 
dredumbre f  h 

ya  que  hace  venal  hasta  a  su  alma  , 

y  arroja  en  vida  sus  mismas  entrañas.]  i 
",„  Leve  enfermedad  pone  contento  al  médico  : 
'-.„  hoy  rey  y  mañana  sucumbirá. 

isi,  AI  morir  el  hombre,  tiene  por  herencia  la  podredumbre, 

gusanos,  mosquitos  y  bichos. 
",.  El  principio  del  orgullo  del  hombre  es  el  descaro 
", v  cuando  su  corazón  se  aparta  de  su  Creador, 

porque  el  origen  del  pecado  es  ¡a  soberbia  i, 

y  su  fuente  produce  el  deshonor  k. 
"\3  Por  eso  Dios  ha  llenado  de  calamidades  e!  corazón  [del  orgu- 

y  los  bate  hasta  aniquilarlos.  [lioso] 
"u  Dios  derribó  los  tronos  de  los  orgullosos  1 

y  sentó  en  su  lugar  a  los  humildes. 
'*,;  [El  Señor  arrancó  las  raíces  de  las  naciones 

v  plantó  en  su  lugar  a  los  humildes.'] 
'*,«  Dios  barrió  m  las  huellas  n  de  las  naciones 

v  destruyó  sus  raíces  hasta  el  suelo. 
:°,T  Y  las  rayó  del  suelo  y  las  aniquiló 

y  borró  de  la  tierra  su  memoria. 
-1     [Dios  exterminó  la  memoria  de  los  soberbios 

y  conservó  el  recuerdo  de  los  humildes  de  corazón.]  u 
=is  No  conviene  al  hombre  p  el  orgullo, 

ni  la  insolencia  al  nacido  de  mujer. 

3  Asiéntase:  G  más  bien  eserá  poblada  (o  prosperará»».  ||  Sus  jefes:  G  dos  po- 
derosos». 

5  En  las  manos...  :  e.  d.,  todo  poder  viene  de  Dios. 

e  Guardes  rencor  :  así  más  bien  con  G  ;  H  correspondas  (pagues)  mal.  I|  No 
STfíAS  el  camino  del  orgullo  :  G  interpretó  «nada  hagas  por  vía  de  insulto  (por 
actos  desordenados)». 

10  Sus  mismas  entrañas:  e.  d  .  los  nobles  sentim:ent"s  ahogados  por  la  sed  dc- 
oro,  honras  o  deleites. 

")0  Leve  enfermedad  :  o  también  c.  G  :  «Una  srrave  (o  larga)  enfermedad,  el  mé- 
dico se  burla  (o  bromea)».  Cf.  V  :  "Breve  es  la  vida  de  todo  potentado.  La  prolija 
enfermedad  es  pesada  al  médico.  La  corla  enfermedad  la  ataja  el  médico:  así  tam- 
bién el  rey  hoy  es  y  mañana  morirá.» 

"„  Tiene  por  herencia  :  así  (como  GS)  o  bien  «nácese  el  lote»  o  herencia  de... 

M,,  Es  el  descaro  :  o  la  insolencia,  o  bien,  el  ser  insolente ;  G  «la  apostasía 
de  Dios». 

"14  Humildes  :    u  oprimidos,  mansos  (G). 

M15  Las  raíces  de  las  naciones  :  Dios  castiga  a  los  particulares  en  este  mundo 
o  en  el  otro,  pero  las  naciones  no  tienen  eternidad,  y  por  eso  las  castiga  aquí  abajo. 

"w  Destruyó  sus  raíces  hasta  el  suelo  :  cf.  G  «las  arruinó  hasta  el  fundamento 
de  la  tierra». 

"„  Las  rayó  :  o  apartó,  arrojó ;  G  «secó  muchas  de  ellas». 

No  conviene  :  G  «no  ha  sido  creado  para  los  hombres»,  i>  sea,  el  orgullo  no 
tiene  a  Dios  por  padre. 


—  1203  — 


10  23-11  3 


ECLESIÁSTICO 


10  23-H  3 


"i.  ¿Raza  honorable,  cuál?  La  del  hombre. 

[¿Raza  honorable,  cuál?  La  de  los  que  temen  al  Señor. 

¿Raza  despreciable,  cuál?  La  del  hombre.]* 

¿Raza  despreciable,  cuál?  La  de  quienes  traspasan  los  mañ- 
oso En  medio  de  hermanos,  su  jefe  es  el  honrado  ;  [damientos. 

mas  los  que  temen  a  Dios  [deben  serlo]  más  que  él  r. 
*a,  Extranjero  y  rico,  hombre  honrado  s  y  pobre, 

la  gloria  de  ellos  el  temor  de  ellos', 
"sa  No  es  justo  despreciar  al  pobre  inteligente  ' 

ni  honrar  al  hombre  pecador  ". 
"„  El  procer,  el  soberano  y  el  magistrado  son  honrados, 

pero  ninguno  es  mayor  que  quien  a  Dios  teme. 
"u  A  un  siervo  inteligente  le  sirven  los  libres, 

y  el  varón  sabio  no  se  queja. 
8:iNo  te  jactes  de  sabio  al  realizar  tu  tarea 

y  no  te  gloríes  en  tiempo  de  penuria. 
*°M  Más  vale  el  que  trabaja  y  abunda  en  riquezas 

que  quien  T  se  gloría  de  noble  y  carece  de  alimento  V 
Hijo,  en  mansedumbre  honra  tu  alma 

y  se  te  dará  [el  honor  que  mereces 
**.»  Al  que  peca  contra  sí  mismo,  ¿quién  le  declarará  inocente? 

¿Y  quién  estimará  al  que  a  sí  mismo2  se  deshonra? 
S3..B  Hay  pobre  que  es  honrado  a  causa  de  su  inteligencia 

y  hay  [rico]  que  lo  es  por  su  riqueza. 
*so  Quien  se  hace  estimdr  en  su  pobreza,  ¡  cuánto  más  [lo  sería]  en 

[su  riqueza  ! 

y  el  desestimado  cuando  rico,  ¡  cuánto  má*  [lo  sería]  cuan- 

[do  pobre  ! 


Reglas  de  sabiduría  para  las  autoridades  (continuación) 
y  para  los  ricos.  Fuente  de  las  riquezas.  Su  inseguridad 

La  sabiduría  del  humilde  yergue  su  cabeza 

y  hácele  sentar  en  medio  de  los  magnates. 
No  alabes  a  un  hombre  por  su  belleza 

y  no  detestes  a  nadie  por  su  aspecto. 
Insignificante  entre  los  volátiles  es  la  abeja, 
mas  el  primero  de  los  productos  es  su  fruto. 


M,,  Ni  honrar  :  o  ni  tires  a  engrandecer.  La  pobreza  y  la  riqueza  no  son  criterio 
distintivo  de  dignidad  u  honorabilidad,  sino  accidentes  que  subsisten  sin  mérito 
o  demérito  ninguno 

wa  El  prócer,  el  soberano  y  el  magistrado  :  o  bien,  tel  noble  (o  príncipe  ;  gran- 
de G),  el  príncipe  (el  que  manda,  funcionario;  juez  G)  y  el  juez  (o  magistrado; 
poderoso  G). 

mu  No  se  queja  :  o  aflige  (G  «no  murmura»)  ;  «si  es  corregido  (instruido,  repren- 
dido)», añade  S  (cf.  V.  y  algs.  mss.  G). 

No  te  jactes  de  sabio  o  hábil  (G  «astuto»).  ||  Te  gloríes:  SV  «tardes;  noli 
cunctari». 

*>  Y  abunda  en  riquezas  :  «en  todo»,  dice  G.  Pudiera  entenderse  :  «Aun  abundando 
en  bienes»  o  nadando  en  la  opulencia. 

3127  En  mansedumbre  honra  o  glorifica  tu  alma  ;  o  bien,  con  otros,  «estímate, 
aunque  modestamente». 

3%  Peca:  o  bien,  «acusa»,  con  otros.  ||  Contra  sí  mismo:  lit.,  contra  su  alma.  || 
Estimara  :  o  glorificará,  honrará. 

n-  A  nadie:  o  bien,  a  un  hombre  [feo]. 
*  De  los  productos:  G  «de  los  dulces  sabores».  Es  decir,  produce  el  más  dulce 

fruto. 

—  1204  — 


11 


11  4-22 


ECLESIÁSTICO 


11  4-22 


*  De!  vestido  miserablemente  a  no  te  burles, 

ni  te  mofes  de  quien  se  halla  en  día  aciago  b  ; 

porque  maravillosas  son  las  obras  de  Yahveh, 

y  sus  acciones  son  desconocidas  de  los  hombres. 
5    Muchos  que  estaban  humillados  sentáronse  en  el  trono  0 

y  aquellos  en  que  no  se  pensaba  d  ciñeron  diadema. 
"    Muchos  poderosos  luciéronse  en  extremo  despreciables  e, 

v,  asimismo,  gentes  ilustres  fueron  entregadas  en  manos  [de 
7    Antes  de  informarte  a  fondo  no  vituperes  :  [otros]. 

inquiere  primero  y  después  censura. 
■    Hijo,  no  respondas  antes  de  escuchar, 

v  en  medio  de  los  discursos  no  irrumpas. 

*  No  contiendas  f  sobre  cosa  que  no  te  importa 

v  en  pleito  de  impíos  no  te  mezcles. 
10   Hijo,  ¿  por  qué  abarcar  demasiados  asuntos  ? 

Quien  se  apresura  a  hacerlo  no  quedará  impune  ; 
[y  si  los  persiguieres,  no  lo  alcanzarás, 

y  aunque  huyeres  no  te  escaparás].  0 
"    Hay  quien  trabaja,  se  cansa  y  apresura, 

y,  con  todo,  más  atrás  queda. 
"    Hay  quien  es  pobre  y  miserable  s, 

queda  falto  de  fuerzas  h  y  sobrado  de  pobreza  '; 
"1S  mas  los  ojos  de  Yahveh  le  miran  benignamente 

v  le  levanta  del  polvo  de  su  podredumbre  j, 
[,,]  y  exalta  su  cabeza  y  lo  levanta, 

siendo  muchos  los  que  de  él  se  maravillan. 
"    Felicidad  y  desgracia,  vida  y  muerte, 

pobreza  y  riqueza,  de  Yahveh  proceden. 
fSabiduría,  razón  y  conocimiento  de  las  cosas  k 

de  Yahveh  proceden  ; 

dilección  1  y  costumbres  rectas  m 

de  Yahveh  proceden. 
10,,  [Mas]  la  locura  n  y  las  tinieblas  fueron  creadas  para  los  peca- 

y  los  malos  °,  el  mal  [envejece]  con  ellos. 1  p  [(lores. 
El  don  del  Señor"  [permanece  en  los  piadosos] 

y  su  complacencia  tendrá  siempre  éxito. 
1SM  Hay  quien  se  enriquece  a  fuerza  de  privaciones  r, 

y  he  aquí  la  parte  de  su  salario  : 
19„  a  la  hora  en  que  dice  :  «¡Encontré  descanso 

y  ahora  vov  a  comer  de  mis  bienes!», 
no  sabe  cuál  va  a  ser  su  suerte  s, 

pues  dejará  a  otros  [esos  bienes]  y  morirá. 

:\s  Hijo,  estáte  firme  en  tu  tarea  y  está  a  ella  atento 
y  envejece  en  tu  oficio. 
No  [admires]  1  a  los  hacedores  de  iniquidad, 

[confía  en  el  Señor]  y  espera  confiado  su  luz  "  ; 

6  Cf.  i  Sam.  2,  8,  y  Sal.  H2,,„  7-8.  Lo  mismo  en  v.  12  a. 

7  No  vituperes  :  así  c.  G,  o  hien,  no  declares  perverso  o  malo,  formando  juicio 
temerario. 

10  ¿Por  qué  ABARCAR...  ?  G  «No  te  impliques  en  muchas  cosas».  P  No  quedará  im- 
pune :  o  bien,  «no  tendrá  éxito»,  como  prefiere  Lévi.  Cf.  G  :  «si  los  multiplicares, 
no  serás  exento  de  culpa».  ||  No  te  escaparás  :  e.  d.,  no  te  librarás  de  las  consecuen- 
cias de  tu  locura.  Así  c.  G  ;  HS  otro  texto  :  «Hijo,  si  no  corres,  no  alcanzarás,  y  si 
no  buscas,  no  hallarás.» 

M14  Fueron  creadas  :  e.  d.,  que  acompañan  al  pecador  desde  que  nace. 
.  Su  salario  o  recompensa. 
Tarea  :  otros,  «profesión»;  G  alianza.  ||  EstX  a  ella  atento:  o  compenétrate 
con  ella;  otros,  «haz  de  ella  tu  vida»,  «entretente  con  ella».  ||  Oficio:  empresa, 
obra,  neKocio. 

No  admires  a  los  hacedores  o  artífices  de  iniquidad  :  cf .  G  :  «No  te  maravilles 
poi  las  obras  del  perador.* 

-  120,5  - 


11  23— 12  3 


ECLESIÁSTICO 


11  23-12  3 


pues  es  cosa  fácil  a  los  ojos  de  Yahveh 

enriquecer  al  menesteroso  súbitamente. 
La  bendición  de  Dios  es  el  lote  del  justo, 

y  en  un  momento  florece  su  esperanza. 
*t,  No"  digas  :   «¿  Qué  necesito  yo  y,  w  pues  que  he  hecho  mi  vo- 

ni  qué  ayuda  puede  él  prestarme  ahora  ?»  [luntad  w, 

"  _  No  digas  :  «Tengo  suficiente 

[ni  ¿qué  mal  podría  desde  ahora  sucederme  ']»  1 
27»3  La  felicidad  de  un  día  hace  olvidar  el  mal  [pasado], 

[y  en  el  día  de  la  desventura  no  se  recuerda  la  felicidad}. 
¡Porque  fácil  es  delante  del  Señor,  en  el  último  día, 

pagar  al  hombre  según  su  conducta}  T. 
"¡a  Un  tiempo  malo  pone  en  olvido  el  placer, 

y  el  fin  del  hombre  revela  su  suerte. 
WM  Antes  de  la  muerte  no  felicites  a  na  lie, 

pues  por  su  fin  z  se  conocerá  el  hombre. 

3,;7  No  introduzcas  en  casa  a  todo  el  mundo, 

porque  son  muchas  las  heridas  del  maldiciente. 
Pájaro  de  reclamo  encerrado  en  jaula  e».  el  corazón  del  orgu- 

corao  un  espía  observa  las  partes  débiles  b'.  [lioso  »'  : 

El  calumniador,  el  bien  cambia  en  mal  °' 

y  en  tus  cosas  preferidas  pone  vituperio  d'. 
M:¡o  Por  una  chispa  prodúcense  muchas  brasas, 

y  el  hombre  malvado  pónese  en  emboscada  para  la  sangre. 
**a,  Guárdate,  pues,  del  maligno,  porque  engendra  el  mal, 

no  sea  que  te  eche  mácula  para  siempre. 
s<,,;  No  te  adhieras  al  maligno,  pues  torcería  tu  camino 

y  te  haría  traicionar  tus  deberes  e'. 

Admite  en  casa  a  un  extranjero  y  te  descompondrá  con  tu- 
y  te  pondrá  a  mal  con  los  tuyos.  [multo*. 


Beneficencia  del  rico.  Sus  amigos  y  sus  enemigos 

Si  al  bueno  haces  mal,  ¿a  quién  harás  el  bien 

para  que  tu  bondad  espere  resultado  ?  * 
Haz  bien  al  piadoso  y  encontrarás  recompensa, 

si  no  de  él,  de  Yahveh, 
No  le  irá  bien  a  quien  complace  al  impío  b 
y  tampoco  ejerce  la  caridad. 

M^  En  un  momento  :  G  aen  hora  corta  hace  que  florezca  su  bendición». 
*a  Ni  qué  ayuda...  :  G  «ni  qué  bienes  pueda  desde  ahora  esperar  (me  vendrán  en 
.-ídelante)». 

n,s  La  felicidad  de  un  día...  :  cf.  G  :  «en  día  de  felicidad,  olvido  de  desventura». 

28„-  Un  tiempo  malo  :  o  mal  momento,  o  bien,  tiempo  de  desventura  ;  G  «mala  for- 
tuna de  una  hora»  (otros,  «la  malicia  de  una  hora»).  H  El  fin...  :  G  más  bien,  «al 
final  del  hombre  se  revelan  sus  obras». 

3I„,  No  introduzcas  :  lit.,  «no  se  ha  de  introducir  a  todo  hombre».  Con  esto  se 
aconseja  la  prudencia,  no  la  falta  de  caridad.  ||  Las  heridas  del  malmciknte  :  e.  d., 
que  puede  causar  el  calumniador.  G  «las  asechanzas  del  engañador»,  trapacero  o  in- 
trigante ;  S  «las  maquinaciones  del  intrigante». 

Pajaro  :  GS  «perdiz»  de  reclamo  cogida  en  cesta.  Viene  a  decir  que  de  igual 
modo  que  la  perdiz-reclamo  hace  caer  a  los  otros  pájaros  en  el  lazo,  así  el  orgulloso 
intrigante,  el  malintencionado,  entra  en  las  casas  y  espía  para  hacer  caer  a  sus  mo. 
radores  en  el  pecado. 

'■'  .„  Para  la  sangre:  o  sea  «para  verter  sangre»,  e.  d.,  para  el  homicidio. 

-|  O    8  Ejercf  la  caridad  ¡   e.  d.,  ti  i  siquiera  tiene  el  mérito  de  dar  liberalmente 


12 


—  1206  — 


12  4-19 


ECLESIÁSTICO 


12  4-19 


I  i,  [Da  al  piadoso  y  no  socorras  al  pecador.]  "' 

Haz  bien  al  humilde  y  no  des  al  impío. 

No  le  des  instrumentos  de  lucha  e 

para  que  te  haga  con  ellos  resistencia. 
'6  Alcanzaras  doble  mal  1 

por  cuanto  bien  le  hagas  ; 
[6]  pues  también  Dios  aborrece  a  los  malos 

y  en  los  impíos  ejercita  su  venganza. 

*  No  será  conocido  el  amigo  en  la  prosperidad 

ni  puede  esconderse  de  la  adversidad  el  enemigo. 

*  En  la  prosperidad  de  un  hombre,  incluso  el  enemigo  [resulta 

mas  en  su  desgracia  hasta  el  amigo  se  le  aparta.  [amigo  EJ, 
10   No  confíes  en  un  enemigo  nunca  jamás, 

porque,  de  igual  modo  que  el  cobre,  su  maldad  se  toma  de 
"    Y  aunque  se  haga  del  humilde  1  y  ande  pausadamente,     [orín  h 

fija  tu  atención  en  guardarte  de  él  ; 

V  sé  respecto  a  él  como  m  hubiese  de  revelar  tus  secretos, 
para  que  no  pueda  perjudicarte,  y  sabe  el  fin  ordinario  de  la 
a   No  le  coloques  junto  a  ti,  [envidia  ¡ 

no  sea  que  te  derribe  y  se  ponga  en  tu  lugar. 
No  le  sientes  a  tu  derecha, 
no  sea  que  trate  de  ocupar  tu  asiento 
y  a  lo  último  comprendas  mis  advertencias 
y  por  mis  palabras  k  te  entristezcas. 

II  ¿Quién  tendrá  lástima  del  encantador  mordido  [por  una  ser- 

y  de  todos  cuantos  se  acercan  a  las  fieras  ?  [píente] 
["]  Así  es  el  que  se  acompaña  con  hombre  1  pecador 

y  se  enreda  en  sus  pecados  m. 
"•ia  Todo  el  tiempo  que  permaneces  en  pie,  no  se  descubre  ; 

mas  si  caes,  ya  no  se  contiene  n. 
*•„  Con  su»,  labio*  muéstrase  dulce  el  enemigo 

y  en  su  corazón  maquina  echarte  en  las  fosas  profundas. 
"   Y  aun  cuando  con  sus  ojos  vierta  lágrimas  el  enemigo, 

si  halla  ocasión  no  se  hartará  de  [tu]  sangre. 
"   Si  te  acaeciese  desventura,  se  hallaría  0  allí, 
'*„  [y]  como  corriendo  en  tu  socorro  te  echará  la  zancadilla. 
"18  Sacudirá  su  cabeza,  aplaudirá  con  las  manos, 

murmurará  mucho  y  cambiará  de  rostro. 


**t  No  socorras  (otros,  recibas)  al  pecador  :  en  cuanto  pecador,  mas  no  en  cuanto 
liombre,  dice  Santo  Tomás. 

*e  Para  que  ie  haga  con  ellos  resisiexcia  o  se  te  oponga  ;  G  más  bien  «no  sea  que 
con  ellos  te  venza»  o  se  haga  más  fuerte  que  tú. 

75  Doble  mal  o  dobles  males  :  de!  impío  ingrato  y  de  Dios,  que  castiga  el  favor 
hecho  a  veces  al  impío. 

[']  También  Dios  :  e.  d.,  El  es  el  primero  en... 

lu  De  igual  modo  que  el  cobre  :  alude  a  los  antiguos  espejos,  que  eran  de  metal 
y  cuyo  pulimento  fácilmente  se  oxidaba.  El  v.  quiere  decir  que  la  maldad  acaba 
por  manifestarse. 

11  Pausadamente  :  otros,  «con  humildad»  ;  lit.,  con  tranquilidad  ;  G  «encorvado». 

"  Se  hallaría  allí  como  para  mostrarte  compasión,  pero  en  realidad  para  precipi- 
tarte, si  puede,  en  la  ruina. 

"  ,  Sacudirá  su  cabeza  :  después  de  haberte  arruinado  dará  toda  suerte  de  muestras 
de  alegría. 


—  1207  - 


13  i-i? 


ECLESIÁSTICO 


13  i-" 


Normas  para  las  relaciones  con  los  ricos 


)  '   Quien  teca  ia  pez,  se  pega  su  mano  a, 
'  y  el  que  se  asocia  al  impío  aprende  su  camino. 

*    Peso  superior  a  ti,  ¿a  qué  cargarte  ?  ; 

y  al  más  rico  que  tú,  ¿  a  qué  asociarte  ? 
s2  ¿  Cómo  puede  asociarse  la  olla  con  la  caldera  ? 

Esta  chocará  con  ella,  y  aquélla  se  quebrará. 
*,  El  rico  comete  una  injusticia,  él  mismo  se  sulfura  amenazando  ; 

y  es  el  pobre  injustamente  maltratado,  y  él  mismo  suplica. 
s.  Si  le  eres  útil,  se  aprovechará  de  ti, 

y  si  decaes,  te  abandonará  b. 
*,  Si  tuvieres,  te  dará  buenas  palabras  °, 

y  te  esquilmará  y  él  no  se  afligirá, 
'a  Tiene  necesidad  de  ti,  te  engaña 

y  se  ríe  de  ti  y  te  da  esperanzas  a. 
En  tanto  que  se  aprovecha,  búrlase  de  ti. 

Dos,  tres  veces  te  estruja, 

Después  te  mira,  pasa  de  largo  ante  ti 

y  mueve  su  cabeza  sobre  tu  suerte. 

s    (Humíllate  a  Dios  y  espera  de  su  mano.]  <-• 

'",  Cuida  de  no  ser  presuntuoso  f 

y  de  no  perecer  falto  de  inteligencia 
"     [No  te  humilles  en  tu  saber, 

no  sea  que,  abatido,  seas  inducido  a  necedad  ]  * 

'%  Si  se  acerca  h  un  poderoso,  aléjate 

y  tanto  más  él  te  acercará  '. 
'  „  Si  se  acerca  h  un  poderoso,  aléjate, 

mas  no  te  alejes  [mucho],  no  sea  que  se  te  eche  en  olvido  - 
"n  No  pretendas  hablar  con  él  familiarmente 

y  no  te  fíes  de  sus  largos  discursos  ; 
[«]  porque  con  su  abundante  hablar  te  tentará, 

y,  mientras  él  te  sonríe,  te  escudriñará  [los  secretos]. 
M]a  Cruel  es  el  que  no  guarda  [tus]  palabras, 

y  no  economizará  ni  malos  tratos  ni  cadenas. 
Ma  Ten  cuidado  y  atiende  muy  mucho 

y  no  vayas  con  las  gentes  violentas  k. 

17     (Mas  oyendo  tales  cosas,  míralas  como  en  sueños  y  despierta. 


-JO  1  Impío:  lit.,  escarnecedor.  .;  G,  más  bién,  «orgulloso».  ||  Aprende  su  camino: 
■m»    e.  d.,  a  imitarle  ;  G  ose  asemejará  a  él»,  S  (cf.  V)  «se  reviste  de  sus  caminos». 

-  Peso  superior  :  cf.  G  :  «No  tomes  peso...  ni  te  asocies  con  más  fuerte  y  rico 
cjue  tú». 

32  Este  chocará  :  tal  es  el  resultado  de  la  sociedad  del  pobre  con  el  rico  ;  aquél 
llevará  siempre  la  peor  parte. 

'j  Se  sulfura  amenazando:  o  bien,  quéjase  a  gritos  (otros,  «se  jacta  insolente»), 
como  si  la  hubieran  cometido  con  él.  ||  Suplica  :  o  pide  perdón,  presentando  excusas, 
liara  que  no  cometan  con  él  atropello  mayor. 

64  Si  decaes  :  o  empobreces  ;  G  «si  nada  tienes»  o  escaseas. 

76  Se  Ríe  o'  reirá  de  ti  :  estos  versículos  relativos  a  las  relaciones  del  pobre  con  el 
rico  son  rasgos  de  costumbres  y  no  máximas  de  conducta. 

87  En  tanto...  :  G  ofrece  curiosas  variantes:  «Se  avergonzará  con  sus  festines 
hasta  que  te  haya  arruinado  (agotado)  en  dos  o  tres  veces ;  después  de  lo  cual  te 
mirará  y  te  abandonará  y  moverá...». 

"„  No  guarda  [tus]  palabras  :  el  poderoso  no  guarda  las  palabras  cuando  las  repite, 
y  las  guarda  para  repetirlas  cuando  bien  le  vienen.  Traducimos  el  v.  según  G,  pues 
el  texto  de  H  no  ofrece  versión  segura. 

11  Míralas  como  en  sueños  :  o  bien,  vela  en  tu  sueño.  Esto  es,  sé  vigilante  hasta 
en  sueño,  puesto  que  a  tu  ruina  caminas. 


—  1208  — 


13  18-14 


ECLESIÁSTICO 


13  18-14 


Ama  a  Dios  toda  tu  vida  e  invócale  para  tu  salvación.]  • 

Todo  ser  ama  a  los  de  su  especie 

y  todo  hombre  a  su  semejante. 
Toda  carne  se  une  a  su  especie, 

v  a  su  congénere  debe  asociarse  el  hombre. 
¿  Cómo  un  lobo  se  asociaría  con  un  cordero  ? 

Así  el  impío  con  el  piadoso. 
¿Qué  paz  [puede  haber]  entre  la  hiena  y  el  can 

y  cuál  entre  el  rico  y  el  pobre  ? 
La  presa  de  los  leones  son  los  onagros  del  desierto  : 

así  el  pasto  del  rico  son  los  pobres. 
Abominación  para  el  orgullo  es  la  humildad  : 

así  para  el  rico  es  abominación  el  pobre. 
El  rico  que  vacila  es  apoyado  por  sus  amigos, 

mas  el  ipobre  que  cae.  rha^t;il  por  sus  amibos  es  rechazado. 
El  rico  se  equivoca  1  y  halla  muchos  ayudadores, 

y  sus  palabras  torpes  son  halladas  hermosas  m. 
Se  engaña  el  pobre,  y  ¡  uf !  ¡uf!  se  le  grita  n  ; 

v  habla  sensatamente,  v  no  se  le  hace  caso. 
Habla  el  rico,  y  todos  callan  para  escuchar, 

v  ensalzan  hasta  las  nubes  su  inteligencia  °. 

22  Habla  el  pobre,  y  dicen:   «¿Quiénes  éste?»; 

y  si  diera  un  mal  paso,  ellos  mismos  lo  vuelcan  por  tierra. 

23  Buena  es  la  riqueza  cuando  en  ella  no  hay  pecado, 

y  mala  la  pobreza  en  proporción  de  la  impiedad. 

24  El  corazón  del  hombre  cambia  su  semblante, 

ora  en  bien,  ora  en  mal. 
¡a  La  señal  de  un  corazón  contento  es  un  rostro  alegre, 

v  el  aire  preocupado  proviene  de  pensamientos  tristes 


Uso  de  las  riquezas.  Exhortación  al  logro  de  la  sabiduría 


1    Feliz  el  varón  a  quien  no  aflige  su  propia  boca 
y  no  apesadumbra  él  mismo  su  corazón. 

i   Feliz  el  hombre  a  quien  no  condena  su  alma  a 
y  que  no  decayó  de  su  esperanza. 

*    Al  corazón  mezquino  no  le  conviene  la  riqueza, 
ni  al  hombre  avaro  le  conviene  el  oro  b. 


'-,°„.  Toda  carne...  :  así  c.  G,  aunque  H  dice  lit.  :  «la  especie  de  toda  carne  junto 
a  sí»,  e.  d.,  cada  uno  tiene  junto  a  sí  al  de  su  especie. 

Entre  la  hiena  y  el  can  :  la  hiena  caza  de  noche,  sobre  todo,  y  tiene  que  lu- 
char a  menudo  con  los  vigilantes  canes.  Hemos  seguido  a  G ;  H  parece  algo  más 
confuso. 

»„  La  presa  o  caza  :  H  lit.,  la  comida. 

*°2,  Buena  es  la  riqueza  :  Ben  Sirá*  no  ha  hablado  tan  duramente  de  los  ricos  por 
envidia  ;  ha  atacado  los  abusos  de  la  riqueza.  Ahora  da  la  verdadera  doctrina  sobre 
la  riqueza,  diciendo  que  es  un  bien  relativo,  pero  peligroso,  y  la  pobreza  no  es  de 
suyo  un  mal.  Sólo  el  impío  la  rechaza  con  todas  sus  fuerzas.  ||  En  proporción  de  la 
impiedad  :  o  según  la  medida  de  la  impiedad  (otros,  «de  la  soberbia»)  ;  G  «en  boca 
del  impío». 

i  A     'A  quien  no  aflige...  :  G  y  S  divergen  de  H  (y  cf.  también  en  25,  8  b);  G  dice: 
«que  ni  resbaló  en  sus  palabras  (o  por  su  boca,  en  palabras  de  su  boca)  y  no 
se  conmovió  de  dolor  por  el  pecado»  o  no  sintió  remordimiento  por  la  tristeza  del 

pecado. 

3  No  le  conviene  :  porque,  habiéndosenos  dado  los  bienes  para  satisfacción  de 
nuestras  necesidades  y  las  ajenas,  quien  por  cicatería  no  usare  así  de  ellos,  pecaría 
contra  lo  que  Dios  dispuso. 


—  I20Q  — 


14  4-23 


ECLESIÁSTICO 


U  4-23 


'   Quien  se  niega  algo,  para  otros  recoge, 

y  con  sus  bienes  de  él  se  regalarán  extraños. 
"   Quien  es  malo  para  sí,  ¿para  quién  será  bueno?, 

y  no  goza  de  sus  bienes. 
"    No  hay  peor  que  quien  para  sí  mismo  es  malo, 

y  consigo  lleva  el  castigo  de  su  malicia. 
'    [Y  si  obra  bien,  lo  hace  por  descuido, 

y  a  ¡o  último  manifiesta  su  malicia. 
8   Malo  es  el  de  ojos  envidiosos, 

quien  aparta  la  cara  y  desprecia  las  almas.] 
0    A  los  ojos  del  ávido  siempre  es  pequeña  su  porción  c, 

y  la  iniquidad  perversa  seca  su  alma  ú. 
10    El  ojo  del  avaro  siente  envidia  de  pan, 

y  hay  penuria  en  su  propia  mesa. 
"    Hijo,  si  tienes,  trátate  bien 

y  según  tus  recursos  regocíjate  e. 

12  Acuérdate  de  que  la  muerte  no  tarda 

y  que  el  decreto  del  seol  no  te  ha  sido  revelado. 

13  Antes  de  morir  haz  bien  al  amigo, 

y  según  tus  medios  [extiende  la  mano  v]  dale. 

14  No  te  prives  de  la  felicidad  del  día, 

y  no  se  te  escape  tu  porción  deseable. 

15  ¿No  dejarás  a  otro  tu  fortuna 

y  el  fruto  de  tus  fatigas  a  quienes  se  lo  repartan  ? 
"   Da,  y  toma  f,  y  regálate, 
"16  pues  no  hay  buscar  delicias  en  el  seol. 
™„  Toda  carne  envejece  como  el  vestido  ; 

porque  la  ley  de  siempre  es:  «.¡Morirás  irremisiblemente!» 
f18]  Como  hojas  que  brotan  en  árboles  verdeantes 
",s  que  unas  caen  y  otras  crecen, 

así  las  generaciones  de  carne  y  sangre  : 

la  una  muere  y  la  otra  nace  H. 
"i,  Todas  sus  obras  están  condenadas  a  la  podredumbre, 

y  la  obra  de  sus  manos  la  acompañará. 
-'    |Y  boda  obra  escocida  será  abonada 

y  quien  la  ejecute  será  bonrado  en  ella.] 

a":n  Dichoso  el  varón  que  medita  sobre  la  sabiduría 

y  se  ocupa  en  la  ciencia 
"j,  el  que  aplica  su  espíritu  a  los  caminos  de  ella 

y  en  sus  senderos  j  piensa  ; 

*  Quien  se  nifga  algo  a  si  mismo  :  G  tquien  recoge  a  expensas  de  su  alma». 
"  Guien  para  sí  mismo  es  malo  :  cf.  G  :  «Quien  se  envidia  a  sf  mismo»  ;  algunos 
«quien  nada  envidia  a  sí  mismo»   (cf.  Eberharter). 

10  Avaro  :  o  «envidioso»  (G). 

11  Trátate  ríen  :  no  aconseja  el  autor  que  viva  el  sabio  vida  de  epicúreo,  sino  que 
no  imite  la  culpable  parsimonia  del  avaro. 

a  F.i.  decreto  del  SEOL  :  e.  d.,  el  decreto  del  Señor  señalando  la  hora  de  la  muerte 
y  de  bajar  al  seol. 

"  De  la  felicidad  del  día  o  del  presente  (cf.  Ece.  y,  14),  o,  como  otros  prefieren, 
de  un  día  bueno  o  de  fiesta.  I!  Tu  porción  DESEABLE :  así  parece  debe  interpretarse  H  ; 
G  «la  parte  de  un  buen  deseo»  ;  «la  parte  en  el  placer»,  vierte  Eberharter. 

lr'  A  quienes  se  lo  repartan:  lit.,  a  quienes  echen  a  suertes;  G  «en  la  repartición 
!«>r  sorteo»  o  en  el  reparto  de  tu  herencia. 

">  Da  v  toma  :  concede  a  tu  alma  sus  legítimos  goces,  que  son  los  honestos.  ||  Re- 
cálate o  regocíjate  :   G  lit.  :   «seduce  a  tu  alma». 

En  el  seol  :  hasta  para  los  justos— según  los  hebreos— era  el  seol  lugar  de 
destierro  v  cárcel. 

Morirás  irremisiblemente:  lit.  H:  morir  morirás.  Es  la  ley  del  Gén.  2,  17: 
«morir  morirás»,  morirás  sin  remedio. 

'",  Generaciones  de  carne  y  sangre  :  e.  d.,  generaciones  humanas,  los  hombres. 

Están  condenadas  a  la  podredumbre  :  desaparecen  en  la  podre.  Cf.  G  :  «Toda 
obra  corruptible  es  abandono  (desaparece),  y  quien  la  hizo  hará  vía  tras  ella.» 


—  1210  — 


14  24-15  12 


ECLESIÁSTICO 


14  24-15  1¿ 


[M]  sale  trae  ella  como  k  quien  sigue  el  rastro 

y  en  sus  entradas  pónese  en  acecho  ; 
M3  quien  se  inclina  a  mirar  por  sus  ventanas 

y  escucha  a  sus  puertas  ; 
aM  el  que  acampa  en  las  cercanías  de  su  casa 
y  fija  la  estaca  1  en  las  paredes  de  ella  ; 
[„]  despliega  su  tienda  a  la  vera  de  ella 

y  se  hospeda  en  la  mansión  del  bien  ; 
"   y  pone  su  nido  en  su  follaje  m 
v  bajo  sus  ramas  se  alberga  ; 
v  el  que  se  defiende  del  calor  a  su  sombra 
y  se  avecinda  en  su  refugio  n. 


Sigue  la  exhortación  a  la  sabiduría.  Responsabilidad 
humana  en  el  pecado 

1  rr   '    Ciertamente,  el  que  teme  a  Yahveh  hace  estas  cosas  a 
v  el  poseedor  de  la  ley  alcanzará  [la  sabiduría]. 

2  Ella  saldrá  a  su  encuentro  como  una  madre 

y  le  acogerá  como  la  mujer  de  su  juventud  b. 

3  Le  alimentará  con  pan  de  cordura  . 

y  dará  a  beber  agua  de  inteligencia  ; 
l4l  y  se  afirmará  en  ella  y  no  vacilará, 
1   en  ella  confiará  y  no  será  confundido  ; 
(51  y  le  ensalzará  por  cima  de  sus  prójimos, 
s    y  en  medio  de  la  asamblea  abrirá  su  boca. 
*   Gozo  y  alegría  c 

y  un  nombre  eterno  le  dará  ella  en  herencia. 
'   No  la  conseguirán  las  gentes  insensatas 

ni  la  verán  los  hombres  protervos. 
.  *    Lejos  está  de  los  insolentes, 

v  los  embusteros  no  piensan  en  ella. 
0   No  es  oportuna  la  alabanza  en  boca  del  pecador, 
1,1    pues  no  le  ha  sido  atribuida  por  Dios. 
[10]  Por  la  boca  del  sabio  ha  de  ser  pronunciada  la  alabanza, 

y  Aquel  que  es  dueño  de  ella  la  enseña  d. 
"    No  digas  :  «De  Dios  procede  mi  pecado»  e, 

porque  lo  que  El  aborrece  no  hace  f. 
12   No  digas  :  «El  me  ha  seducido»  ; 

pues  no  tiene  necesidad  de  los  inicuos. 


*M  Y  fija  LA  ESTACA  :  fijar  un  clavo  en  las  paredes  de  la  sabiduría  y  establecer  la 
tienda  cerca  de  sus  manos  quiere  decir  colocar  juntas  las  dos  tiendas,  de  suerte  que 
las  estacas  y  cuerdas  de  la  una  se  junten  con  las  de  la  otra. 

la]  En  la  mansión  del  bien  o  de  la  felicidad  o  en  buena  morada ;  otros  tradu- 
cen H  :  ty  en  ella  se  establece  sólidamente»  (Lévi). 

-|  K    1  Poseedor  de  la  ley  o  depositario  de  ella,  quien  se  acoge  a  ella. 

3  I.E  alimentará  :  la  sabiduría  se  da  en  alimento  al  alma  humana,  carácter  que 
la  asemeja  a  Nuestro  Señor,  alimento  del  hombre  no  sólo  por  la  Eucaristía,  sino 
también  por  su  gracia  y  doctrina. 

'  No  la  conseguirán  :  nada  hace  tan  necios  a  los  hombres  como  la  malicia — dice 
San  Crisóstomo — y  nada  tan  sabios  y  prudentes  como  la  virtud. 

9  No  es  oportuna  :  la  oración  y  la  adoración  sólo  agradan  a  Dios  cuando  las  inspira 
El  con  su  gracia.  Se  trata  aquí  de  la  alabanza  de  Dios  ;  otros  entienden  de  la  sabi- 
duría. 

•     lu  No  le  ha  sido  atribuída  o  dada  en  herencia  la  sabiduría. 

I1"]  Aquel  que  es  dueño  de  ella  :  e.  d.,  el  señor  y  dispensador  de  la  .sabiduría. 

—  I2II  — 


15  13-16  ii 


ECLESIÁSTICO 


15  13-16  n 


u   e  El  mal  y  la  abominación  *  odia  Yahveh 

y  no  lo  deja  acaecer  a  h  los  que  le  temen. 
14    Dios  desde  el  principio  creó  al  hombre 

y  le  dejó  en  mano  de  su  decisión. 
10     [Añadió  sus  mandatos  y  preceptos:] 
"i,  «Si  quisieres,  guardarás  los  mandamientos 

y  la  inteligencia  1  precisa  para  hacer  su  beneplácito. 
"16  Ante  ti  ha  colocado  el  fuego  y  el  agua  : 

a  lo  que  quizás  extiende  tu  mano. 
JS„  Ante  el  hombre  está  la  vida  y  la  muerte  : 

lo  que  le  pluguiere  le  será  dado. 
1B18  Porque  es  grande  la  sabiduría  de  Yahveh, 

que  es  fuerte  en  poder  y  ve  todas  las  cosas. 
Los  ojos  de  Dios  >  miran  a  sus  criaturas  ' 
y  El  conoce  toda  obra  humana. 
aM  No  ha  mandado  al  mortal  pecar  k 

ni  ha  dado  licencia  a  los  embusteros. 


Castigo  divino  del  pecado.  Dios,  Creador 


I  f\  '    ^°  desees  multitud  a  de  hijos  inútiles 

y  no  te  regocijes  por  tener  hijos  impiadosos. 
[2]  Incluso  si  prosperaren  b,  no  te  hinches  c  por  ellos 

si  no  está  con  ellos  el  iemor  a  Yahveh. 
't  No  tengas  confianza  en  su  vida 

ni  fundes  esperanzas  en  su  destino  d. 
'    Porque  vale  más  uno  que  hace  la  voluntad  [divina]  que  mil, 
4   y  morir  sin  hijos  que  tener  hijos  impíos 
"4  Por  uno  solo  temeroso  de  Dios  f  se  puebla  la  ciudad, 

mas  por  la  tribu  de  pérfidos  queda  asolada. 
%  Muchas  cosas  como  éstas  han  visto  mis  ojos, 

y  más  fuertes  aún  ha  oído  mi  oreja. 
'„  En  el  conventículo  de  los  impíos  se  enciende  un  fuego, 

y  contra  una  nación  perversa  se  ha  inflamado  la  ira  [divina]. 
En  efecto,  no  perdonó  a  los  gigantes  antiguos, 

que  se  rebelaron  antiguamente  prevalidos  de  su  fuerza  ; 
°8  y  no  se  compadeció  de  los  conciudadanos  de  Lot, 

que  estuvieron  en  abominación  e  por  su  orgullo. 
Tampoco  se  compadeció  de  la  nación  anatematizada, 

que  fué  aplastada  por  sus  pecados. 
"„,  De  igual  manera,  los  seiscientos  mil  de  a  pie, 

que  habíanse  convenido  en  la  soberbia  de  su  corazón. 

"  De  su  decisión  :  consejo,  inclinación  o  voluntad. 

"„  Si  quisieres  :  con  esto  se  da  a  entender  que  el  hombre  tiene  libertad  para  obrar, 
como  siempre  que  habla  en  estos  términos  la  Sagrada  Escritura. 

1(l18  Porque  es  grande  :  Dios  posee  la  sabiduría,  el  poder  y  la  ciencia.  La  sabiduría 
pone  el  bien  y  el  mal  en  presencia  del  hombre  ;  su  ciencia  considera  el  uso  que  hace 
de  su  libertad  ;  y  su  poder,  tras  de  haber  ayudado  al  hombre  por  la  gracia,  se  ejercita 
recompensando  o  castigando,  según  la  elección  que  éste  hubiere  hecho. 

1  R    1  Lni'tiles  :   "t-.  hüos  de  vanidad  o  falsos,  inútiles,  perversos. 
■'■^    \  Su  vida  :  e.  d.,  su  porvenir. 

-  VALE  más  uno  que  mu.  :  esto  es,  un  hijo  temeroso  de  Dios  que  mil  impíos. 

*  Y  morir  sin  hijos  :  cosa  para  los  judíos  más  vergonzosa  que  la  desgracia  de 
tenerlos  malos. 

10,  Tampoco  se  compadeció  :  quizá  haga  alusión  a  los  israelitas  en  el  desierto 
iNúm.  14,  29),  lo  mismo  que  el  v.  siguiente. 

II  Habíanse  convenido  o  conjurado:  o  bien,  como  otros  prefieren,  fueron  urtrtm- 
ttidos  por  la  muerte,  como  en  8,  7. 

—  1212  — 


16  12"31 


ECLESIÁSTICO 


16  12'31 


[u]  Aunque  hubiese  habido  uno  solo  de  tiesa  cerviz, 

maravilla  habría  sido  que  hubiese  quedado  impune. 
'*„  Porque  misericordia  e  ira  hav  en  El, 

poderoso  en  perdones  y  derramador  de  cólera  L. 
Bu  Tan  grande  como  su  misericordia  es  su  castigo  : 

juzga  a  cada  uno  según  sus  obras. 
"13  No  se  escapará  con  [su]  rapiña  el  malhechor 

y  no  frustrará  El  la  esperanza  del  justo  siempre. 
15,«  Todo  el  que  ejerce  la  caridad  tendrá  su  recompensa  1 

y  cada  cual  recogerá  sus  obras 
No  digas  :  Estoy  oculto  a  Dios, 

y  en  las  alturas,  ¿  quién  se  acordará  de  mi  ? 
IT,a  En  la  densa  multitud  no  seré  conocido, 

pues  ¿  qué  es  mi  alma  en  la  inmensidad  de  los  espíritus  k? 
"„  lie  aquí  que  el  cielo,  y  el  cielo  de  ios  cielos,  y  el  abismo  y  la 

[tierra, 

cuando  El  desciende  a  ellos,  tiemblan  ;  cuando  los  visita  6e 

[estremecen. 

"„  Igualmente,  las  bases  de  los  montes  y  los  fundamentos  de  la 

cuando  El  los  mira,  se  conmueven  de  terror.  [tierra, 
Tampoco  en  mí  para  mientes  ', 
n18  y  mis  m  caminos,  ¿  quién  considerará  t 
P*l  "Si  yo  peco,  ojo  ninguno  me  percibe, 
B    o  si  miento  en  secreto,  ¿quién  lo  sabrá?  n 
[jo]  La  obra  de  justicia,  ¿  quién  le  anuncia, 

0  y  qué  esperanza  voy  a  tener  por  el  cumplimiento  de  mi 
:321  Los  faltos  de  cortura  se  imaginan  estas  cosas,  [tarea  0  ? 

y  el  insensato  piensa  esto  mismo. 
Mj2  Escucha,  hijo  mío  »,  y  aprende  mi  enseñanza 

y  a  mis  palabras  presta  atención. 
aa  Yo  expongo  con  medida  mis  pensamientos  " 

y  con  moderación  manifiesto  mi  ciencia. 
\  Cuando  al  principio  Dios  creó  sus  obras  r 

*  y  desde  su  creación  distribuyó  sus  partes  *, 
"   ordenó  para  siempre  sus  obras 

y  su  gobierno  por  las  sucesivas  generaciones. 

Ni  tienen  hambre  ni  se  cansan 

y  no  cesan  en  sus  trabajos. 
M   Ninguna  estorba  a  su  vecina 
*°2S  y  jamás  desobedecerán  su  palabra. 
'"jb  Después  de  estas  cosas  miró  el  Señor  la  tierra 

y  la  ha  colmado  de  sus  bendiciones. 
"30  Cubrió  la  faz  de  la  tierra  con  la  vida  de  todo  ser  vivo, 

y  a  ella  habrán  ellos  de  volver. 


an  El  cielo  de  los  cielos  :  el  cielo  más  alto,  en  donde  reside  Dios,  por  oposición 
al  firmamento  que  vemos. 

"j,  Al  principio  :  lit.,  desde  el  principio,  antes  que  todos  los  tiempos,  tenía  Dios 
conocimiento  eterno  de  todos  los  seres  posibles  y  la  determinada  voluntad  de  traer 
algunos  a  la  existencia. 

37  .Su  gobierno  :   o  también,  sus  principios ;  otros,  «su  territorio  (dominio)  según 
sus  especies»   (Eberharter).  ||   Ni  tienen  hambre:  significa  esta  expresión  que  los 
astros  obedecen  inflexiblemente  a!  primer  impulso  del  Creador. 
Karrán  ellos  de  volver  :  lit.,  será  su  vuelta  de  ellos. 


17  1-22 


ECLESIÁSTICO 


17  1-22 


Relaciones  del  Creador  con  el  hombre  (continuación) 


1    El  Señor  formó  al  hombre  de  tierra 

\  y  de  nuevo  le  hace  volver  a  ella. 

\  Días  contados  y  tiempo  [determinado]  le  concedió 

y  le  di>  potestad  sobre  los  seres  que  en  ella  existen. 
[3]  Los  revistió  de  fuerza  con  arreglo  a  su  naturaleza 

y  a  su  imagen  de  El  los  hizo. 
4    E  infundió  su  temor  sobre  toda  carne, 

de  suerte  que  señoreen  a  las  fieras  y  los  pájaros. 
\  Formó  a  lengua  y  ojos, 

[y]  oídos,  y  un  corazón  les  dió  para  pensai. 
•7  Los  llenó  de  una  ciencia  inteligente 

y  mostróles  los  bienes  y  los  males. 
'8  Puso  su  ojo  en  el  corazón  de  ellos 

para  manifestarles  la  grandeza  de  sus  obra». 
\0  Y  alabarán  así  su  nombre  santo, 

describiendo  las  grandezas  de  sus  obras, 
"u  [Para  esto]  puso  en  ellos  ciencia, 

y  ley  de  vida  les  dió  en  herencia. 
10,2  Estableció  con  ellos  alianza  eterna 

y  les  ha  mostrado  sus  juicios. 
"13  La  grandeza  de  su  gloria  vieron  sus  ojos 

y  la  gloria  de  su  voz  oyó  su  oreja  de  ellos. 
["]  Y  les  dijo  :  ¡  Guardaos  de  toda  iniquidad  !  ; 

y  dió  a  cada  uno  precepto  acerca  de  su  prójimo. 
"10  Los  caminos  de  ellos  ante  El  están  siempre  ; 
",;  a  cada  pueblo  puso  un  soberano, 

mas  Israel  es  la  porción  hereditaria  del  Señor. 
'",»  Todas  las  obras  de  ellos  están  ante  El  como  el  sol, 

y  sus  ojos  continuamente  sobre  los  caminos  de  ellos. 
172o  No  están  ocultas  sus  iniquidades  para  El, 

y  todos  los  pecados  de  ellos  se  hallan  delante  del  Señor. 
1S22  La  limosna  del  hombre  le  es  como  un  sello, 

y  El  conservará  la  gracia  del  hombre  como  la  pupila, 
"¡a  Después  de  esto  se  levantará  y  los  perdonará, 

y  pagará  en  su  cabeza  lo  que  a  cada  cual  es  debido. 
"'n24  Por  lo  demás,  concede  vuelta  a  los  que  se  arrepienten 

y  consuela  a  los  faltos  de  paciencia. 
w2t  Conviértete  al  Señor  y  deja  el  pecado, 
■"'25  suplica  en  su  presencia  y  disminuye  tropiezos. 


"I  T    \  Puso  su  ojo  :   hebraísmo  que  significa  que  Dios  tuvo  especial  cuidado  de 
•     >¡u  inteligencia  para  dirigirla. 

9n  Ley  de  vida  :  parece  ser  la  ley  dada  en  el  monte  Sinaí. 

Alianza  eterna  o  perpetua  en  sus  pantos  fundamentales,  que  reproducen  la  le\ 
natural  y  ordenan  siempre  las  relaciones  de  Dios  con  el  hombre. 

"„  La  grandeza  de  su  gloria  :  se  alude  en  este  versículo  a  los  fenómenos  que 
acompañaron  la  promulgación  de  la  ley. 

Israel  es  porción  o  parte  hereditaria  del  Señor  :   se  la  reservó  para  esta- 

">„.,  Como  un  sello  :  el  sello  era  cosa  entre  los  antiguos  muy  importante.  Asi  es 
que  en  la  Escritura  se  suele  comparar  a  un  sello  una  cosa  a  que  se  tiene  mucho  apego 
(Cant.  8,  6).  El  sentido,  pues,  de  este  v.  es  que  Dios  ama  y  guarda  como  un  sello 
la  pupila  del  ojo  o  la  limosna  y  favores  hechos  al  prójimo.  ||  La  gracia  :  o  bien,  el 
beneficio. 

-"..^  Paciencia  :  o  bien,  resistencia,  constancia,  esperanza. 

—  1214  — 


17  23-18  13 


ECLESIÁSTICO 


17  23-18  13 


m„  Tórnate  al  Altísimo  y  deja  la  injusticia 

y  aborrece  la  abominación  hasta  lo  sumo. 
■'    [y  conoce  las  justicias  y  los  juicios  de  Dios,  [altísimo. 1 

y  persevera  en  la  suerte  que  se  te  propone  y  en  la  oración  del  Dios 
K„  ¿  Quién  loará  al  Altísimo  en  el  seol,  [menaje  ? 

en  lugar  de  los  vivos  y  de  aquellos  que  pueden  tributarle  ho- 
"a  Del  muerto,  el  que  ya  no  existe,  desaparece  la  alabanza  ; 
"¡a  quien  vive  y  está  sano  puede  alabar  al  Señor, 
^o,  ¡  Cuán  grande  es  la  misericordia  del  Señor 

y  [su]  perdón  para  los  que  a  El  se  tornan  ! 
"ao  Porque  todas  las  cosas  no  pueden  estar  en  los  hombres, 

pues  el  hijo  del  hombre  no  es  inmortal.  ^  [eclipsa! 

303i  ¿Qué  cosa  hay  más  resplandeciente  que  el  sol?,  ¡y  él  mismo  se 

¡  Y  [el  hombre]  de  carne  y  sangre  medita  el  mal  ! 
813;  Aquél  contempla  el  ejército  del  alto  cielo, 

y  los  hombres  todos  son  tierra  y  ceniza. 


Relaciones  del  Creador  con  el  hombre  (continuación). 
Avisos  para  prevenirse  contra  la  desgracia.  Imperio  del 
alma  o  gobierno  de  sí  propio 

io  '    El  que  vive  en  eternidad  creó  todas  las  cosas  a  un  tiempo. 
["]  Sólo  el  Señor  es  hallado  justo. 

A  nadie  le  ha  concedido  contar  sus  obras, 
¿  y  quién  puede  escudriñar  sus  grandezas  ? 
4S  Su  ipoderosa  grandeza,  ¿quién  podrá  calcular? 

¿Y  quién  llegará  a  contar  sus  misericordias? 
\  No  hay  disminuirlo  ni  añadirlo  : 

no  hay  escudriñar  las  maravillas  del  Señor.  [mienza  ; 

Cuando  el  hombre  ha  terminado  [de  contarlas],  entonces  co- 

y  cuando  se  detuviere,  entonces  dudará  [qué  ha  de  pensar]. 
\  ¿  Qué  es  el  hombre  v  cuál  es  su  utilidad  ? 

¿Cuál  es  su  bien  y  su  mal? 
\  El  número  de  los  días  del  hombre, 

cuando  mucho,  cien  años. 
[10]  Como  gota  de  agua  en  el  mar  y  grano  de  arena, 

así  son  sus  pocos  años  en  el  día  de  la  eternidad. 
•„  Por  eso  ha  sido  el  Señor  tan  longánimo  con  ellos 

y  vierte  sobre  ellos  su  misericordia. 
10,3  Ve  y  conoce  que  su  fin  es  malo  ; 
u12  por  eso  multiplica  su  perdón. 
'\,  La  compasión  del  hombre  es  con  su  prójimo  ; 

la  piedad  de  Dios,  para  con  toda  carne, 
13    reprendiendo,  corrigiendo,  enseñando 

y  conduciendo  como  un  pastor  su  rebaño. 

^  „  Todas  las  cosas  :  quiérese  dar  a  entender  rme  la  miseria  de  nuestra  naturaleza 
1  s  una  de  las  causas  de  la  bondad  de  Dios. 

Y  el  HOMBRE  de  carnf.  y  sangre  l  texto  dudoso  ¡  cabe  traducir  «y  el  malo  no 
soñará  sino  con  (o  se  cuidará  de)  carne  y  sangre»  ;  otros  corrigen  :  ■  ¡y  el  hombre, 
Creación  de  carne  y  sangre!». 

n.a  El  ejercito  dei.  alto  cielo  :  o  sea  los  astros. 

1Q     1  A  un  tiempo  :  en  este  texto  fundó  San  Agustín,  seguido  por  otros  varios,  su 
idea  de  la  creación  instantánea.  Otros  traducen  :  «en  suma,  íntegramente...». 
;  Utilidad:  o  bien,  «aptitud,  valía». 
C"l  En  el  día  de  la  eternidad  :   quiere  decir  que  se-  abre  para  él  la  eternidad, 
n  también,  a  la  luz  del  día  de  la  eternidad. 


—  1215  — 


18  H-33 


ECLESIÁSTICO 


18  14-33 


14  De  los  que  aceptan  su  corrección  se  apiada 

y  los  que  se  dan  prisa  en  cumplir  sus  juicios. 

15  Hijo,  a  los  beneficios  no  añadas  reprensión 

ni  a  ninguna  donación  palabras  mortificantes. 
u   ¿  Por  ventura  el  rocío  no  templará  el  calor  ? 

Así  es  mejor  la  [buena]  palabra  que  el  don. 
11    ¿  No  ves  que  una  palabra  es  más  que  un  buen  don  ?  ; 

pero  ambas  cosas  se  hallan  en  el  hombre  caritativo. 
18   El  insensato  injuria  con  desagrado, 

y  el  don  del  envidioso  anega  en  llanto  los  ojos. 
18    Antes  de  hablar  aprende, 
20  w  y  antes  de  la  enfermedad  toma  remedio. 
[x]  Antes  de  juzgar  examínate  a  ti  mismo, 

y  al  tiempo  de  la  visita  hallarás  perdón. 
=1    Antes  de  enfermar  humíllate, 

v  en  el  tiempo  de  los  pecados  muestra  tu  conversión. 
m   Nada  te  impida  cumplir  a  tiempo  el  voto, 

y  no  esperes  hasta  la  muerte  para  justificarte. 
a   Antes  de  hacer  un  voto,  prepárate, 

y  no  seas  como  hombre  que  tienta  al  Señor. 
M    Acuérdate  de  la  ira  en  los  días  postreros  [no  verte]. 

y  en  el  tiempo  de  la  venganza,  cuando  aparte  su  rostro  [para 
26    Recuerda  el  tiempo  del  hambre  en  el  tiempo  de  la  abundancia  ; 

la  pobreza  y  la  necesidad  en  los  días  de  riqueza. 
M    De  la  mañana  a  la  tarde  cambia  el  tiempo, 

y  toda*  las  cosas  son  breves  delante  del  Señor. 
El  hombre  sabio  en  todas  las  cosas  anda  prevenido, 

y  en  tiempos  de  pecados  se  guarda  de  faltas. 
*   Todo  hombre  sensato  conoce  la  sabiduría, 

y  al  que  la  ha  encontrado  da  alabanzas. 

29  Los  prudentes  en  palabras  se  presentan  ellos  mismos  como  sa- 

y  hacen  llover  sentencias  exactas.  [bios 

30  No  vayas  tras  tus  concupiscencias 

y  apártate  de  tus  antojos. 
s,3„  Si  concedieres  a  tu  alma  el  placer  de  su  apetito, 

ella  te  convertirá  en  regocijo  de  tus  **  a  enemigos, 
"a,  No  te  goces  en  la  abundancia  de  delicias, 

pues  doble  es  su  pobreza. 
**32  No  seas  glotón  ni  ebrio, 

sin  tener  nada  en  la  bolsa. 


2°it  Antes  de  LA  enfermedad  :  por  aquello  de  que  vale  más  prevenir  que  curar. 
ffl  HUMÍLLATE  :   por  la  abstinencia...  Este  v.  debe  entenderse  de  las  enfermedades 
del  alma,  si  bien  la  vida  sosegada  y  humilde  es  lironda  de  salud. 
20  Para  justificarte  :  o  ponerte  en  regla 

27  En  tiempos  de  pecados...  :  quiere  decir  los  tiempos  malos  en  que  el  pecado  se 
comete. 

80  Apártate  de  tus  antojos  :  o  bien,  reprime  tus  deseos,  e.  d.,  dirígelos  para  que 
nada  humano  degenere  en  pasión. 

■    El  placer  :  o  bien,  la  satisfacción. 

3331  En  i.a  abundancia  de  delicias:  H  más  bien  «en  un  pequeño  placer».  ||  Doble 
es  su  pobreza  o  miseria  :  e.  d.,  la  que  de  ella  resulta.  G  es  muy  diverso  ;  «y  no  te 
dejes  ligar  por  el  gasto»  (otros,  «a  su  sociedad»)  ;  otros,  «no  te  apegues  a  sus  jiras». 

"  No  seas  glotón...  :  G  «No  seas  pobre  buscando  (o  corriendo  tras)  los  banquetes 
con  dinero  prestado...» 


—  I2IÓ  — 


igl-21 


ECLESIÁSTICO 


19  i-'¿1 


imperio  del  alma  (continuación) 


1  O      El  que  hace  esto  a  no  se  hará  rico, 

v  quien  menosprecia  la  mengua  se  perderá. 
2   El  'vino  y  las  mujeres  extravían  el  corazón  b, 
\  y  el  alma  apasionada  arruina  a  quien  la  posee  c. 
*  [*]  Gusanillos  y  gusanos  serán  su  herencia, 
y  el  alma  audaz  será  arrebatada. 
'   Quien  confía  de  ligero  es  liviano  de  corazón, 

v  quien  peca  se  perjudica  a  sí  mismo. 
5   Quien  se  regocija  en  [los  deseos  de]  su  corazón  d  será  conde- 
["]  >'  el  que  aborrece  la  habladuría  se  guarda  la  malicia.  [nado, 

7  No  repitas  jamás  una  palabra, 

y  nada  perderás. 

8  No  la  cuentes  ni  al  amigo  ni  al  enemigo 

y,  a  no  ser  que  haya  para  ti  pecado,  no  la  reveles. 
*   Pues  te  oirá  y  se  guardará  de  ti 

y,  llegado  el  momento,  te  odiará. 
10   ¿  Oíste  una  palabra  ?  ¡  Muera  contigo  ! 

Confía,  no  te  hará  estallar. 
a    Ante  una  palabra  padece  el  necio  dolores  de  parto, 

como  por  la  criatura  de  su  seno  la  parturienta. 
"    Flecha  clavada  en  la  carne  del  muslo 

es  la  palabra  en  las  entrañas  del  necio. 
15    Reprende  al  amigo,  si  él  no  hizo  algo, 

y  si  lo  hizo,  para  que  no  lo  repita. 
14    Reprende  al  amigo,  si  él  no  dijo  algo, 

y  si  lo  dijo,  para  que  no  lo  repita. 
u    Amonesta  a  [tu]  amigo,  pues  a  menudo  hay  calumnia, 
'Y,..*  y  no  creas  toda  palabra. 

Hay  quien  resbala,  pero  no  con  mala  intención. 
"„,.„  Y  ¿quién  no  ha  pecado  por  su  lengua? 

Amonesta  a  [tu]  prójimo  antes  de  amenazarle, 
'V  y  da  lugar  a  la  ley  del  Altísimo. 
[M]  Toda  sabiduría  es  el  temor  del  Señor 

y  en  toda  sabiduría  hay  observancia  de  la  ley. 
%¡  Pero  no  es  sabiduría  alguna  la  ciencia  de  la  maldad 

y  no  hay  prudencia  en  el  consejo  de  los  pecadores, 
"s,  Hay  habilidad  que  es  un  oprobio 

v  existe  necio  menguado  de  sabiduría, 
"s,  Vale  más  el  temeroso  de  Dios  menor  en  inteligencia 

que  el  que  abunda  en  ingenio  y  traspasa  la  ley. 

-I Q   1  Mengua  :  disminució,i  o  daño;  otros,  «moderación»,  «lo  pequeño».  ||  Se  per- 
dera  :  C,  mas  bien  «pronto  caerá*. 
1  Quien  confia  o  cree  df  ligero  :  aun  en  verdades  religiosas  no  fundadas  en  mo- 
tivos de  credibilidad. 

"  Ante  una  palabra  :  o  sea  por  una  sola  palabra  que  suarda  en  el  vientre. 

13  Si  él  no  hizo  algo  :  el  v.  (como  el  14)  es  oscuro  y  se  traduce  muy  diversamente  ; 
otros,  «por  si  no  hizo  fio  que  se  le  achacal»,  «para  que  no  cometa  [la  faltal»,  «[aun- 
que '1  tal  vez  no  lo  haya  hecho»... 

B  H»Y  calumnia  :  y  podrá  precaverse  no  dando  pretexto  siquiera  a  la  malicia 
enemiga 

A  LA  LEY  DEL  Ai.rísiMo  :  que  manda  no  juzsar  temerariamente  y  prohibe  ven- 


Ciencia  de  la  maldad:  o  doctrina  del  mal,  o  conocimiento  de  la  perversidad. 
-".   Kxisir  necio  menguado  o  falto  de  sabiduría;  e.  d.,  a  quien  sólo  le  falta  la 
ítoidurfa  ;  otros  corrigen  este  vocablo  y  leen  maldad. 
"    Vale  más  :  porque  en  el  de  menos  inteligencia  caben  honradez  y  otros  méritos 


39 


19  22-20  U 


ECLESIÁSTICO 


19  22-20  11 


•225  Hay  habilidad  consumada,  pero  injusta  ; 
"üs.m  y  hay  quien  pervierte  el  derecho  para  manifestar  el  favor. 

Hay  perverso  que  se  encorva  caminando  en  negra  vestimenta 

y  su  interior  está  lleno  de  fraude  ; 
M„  baja  el  rostro  y  es  sordo  de  un  oído, 

v  si  no  es  advertido,  se  te  anticipará. 
SB  Y  si  por  falta  de  fuerza  es  impedido  de  pecar, 

cuando  encuentre  ocasión  hará  el  mal. 
'Vi  Por  el  aspecto  se  conoce  al  hombre 

y  por  el  semblante  del  rostro  reconócese  al  sensato, 
"so  El  atuendo  del  varón,  la  risa  de  los  dientes 

y  los  pasos  del  hombre  revelan  sus  interioridades. 
3,  Hay  una  reprensión  que  no  es  oportuna, 

y  hay  quien  calla,  y  ése  es  prudente. 


De!  dominio  de  la  lengua  (continuación).  Ventajas 
de  la  sabiduría 


on  'a  ¡Cuánto  mejor  es  amonestar  que  irritarse! 
¿¡\J  p]  y  e]  que  confiesa  [su  culpa]  será  librado  de  daño. 
2    [Como]  deseo  del  eunuco  de  desflorar  una  doncella, 
s,  así  el  que  quiere  obrar  la  justicia  por  fuerza. 
4    tICuán  hermoso  es  que  el  corregido  manifieste  arrepentimiento, 

porque  así  evitará  el  pecado  voluntario!]  a  »  * 
\  Hay  quien  calla  y  es  tenido  b  por  sabio, 

y  hay  quien  es  despreciado  por  su  mucha  palabrería. 
c5  Hay  quien  calla  porque  no  tiene  respuesta 

y  hay  quien  guarda  silencio  porque  considera  el  momento 
\-,  El  sabio  calla  hasta  .el  momento  oportuno  ;  [oportuno 
pero  el  necio  no  tiene  en  cuenta  las  circunstancias  c. 

8  *  Quien  se  derrama  en  palabras  será  detestado, 

y  quien  se  toma  libertades  será  odiado. 

9  Hay  éxito  en  los  males  para  un  hombre 

y  hay  hallazgo  que  trae  pérdida. 

10  Hay  don  que  no  te  será  de  provecho 

y  hay  don  que  será  premio  doblado. 
"    Hay  humillación  por  causa  de  la  gloria 

v  hay  quien  del  envilecimiento  levantó  la  cabeza. 


23  Hay  quien  pervierte  :  parece  significar  esta  frase  que  abusan  muchos  del  favor 
para  lograr  sentencia  favorable,  aunque  sea  injusta.  \  Kn  NEGRA  vestimenta:  o  bien 
en  la  negrura  del  disimulo  o  de  un  negro  pesar  que  es  sólo  fingimiento.  Otros,  «se 
encorva  de  pesar*. 

M,7  Se  te  anticipará  a  obrar  mal  :  otros,  «te  engañará»  (Eberharter). 

Por  el  aspecto  :  esta  regla  es,  por  lo  general,  verdadera,  porque  «el  hábito  do 
la  mente — dice  San  Ambrosio — se  descubre  en  el  cuerpo,  el  rostro,  la  voz,  etc.». 


20 


o  las  circunstancias  •   '  qcasifrl 
ibiendo  el  momento  [oportuno]», 
e.  d.,  hasta  que  le  aconseje  habU 


—  I2l8  — 


20  12"33 


ECLESIÁSTICO 


20  í2-^ 


IJ    Hay  quien  compra  muchas  cosas  por  poco 

y  las  paga  siete  veces  más.  *  * 
u12  El  sabio  con  una  d  palabra  se  hace  amable  °, 

pero  las  amabilidades  de  los  tontos  se  derraman  en  vano 
"  *  El  don  del  necio  no  te  aprovechará, 

porque  sus  ojos  son  muchos  en  vez  de  uno. 
a   Poco  dará  y  reprenderá  muchas  cosas, 

y  abrirá  su  boca  como  un  pregonero. 
"„  Hoy  dará  a  préstamo  y  mañana  exigirá  : 

aborrecible  es  tal  hombre. 
,;„  El  insensato  dice  :  No  tengo  amigo  ; 

y  no  hay  agradecimiento  para  mis  beneficios. 
"„  Los'  que  comen  mi  s  pan  son  engañadores  de  lengua. 

¡  Cuántas  veces  y  cuántos  se  reirán  de  él ! 
19    [Porque  no  ha  recibido  el  haber  en  una  ciencia  justa 

y  no  tener  le  es  indiferente.] 
'•■"js  Una  caída  en  el  suelo  vale  más  que  caída  de  lengua  ; 

así  !a  caída  de  los  malos  vendrá  súbitamente. 
Hombre  sin  gracia,  cuento  importuno  : 

estará  continuamente  en  boca  del  mal  educado. 
"jo  Será  rechazada  la  sentencia  de  la  boca  del  necio, 

porque  no  la  dirá  a  su  tiempo. 
*»  Hay  quien  es  impedido  de  pecar  por  indigencia 

y  en  su  reposo  no  se  afligirá. 
%  Hay  quien  pierde  su  alma  por  vergüenza, 

y  por  la  presencia  de  un  necio  la  perderá. 
"a  Hay  quien  por  vergüenza  promete  una  gracia  al  amigo 

y  se  granjea  gratuitamente  un  enemigo. 
**  Oprobio  malo  es  en  el  hombre  la  mentira  ; 

en  boca  del  malcriado  se  hallará  de  continuo. 
rM  Mejor  es  un  ladrón  que  el  hecho  a  mentir  ; 

pero  uno  y  otro  heredarán  la  perdición. 
s¡,  La  costumbre  del  hombre  mentiroso  es  ignominia 

y  su  vergüenza  le  acompañará  siempre. 
El  sabio  por  las  palabras  se  acredita  a  sí  propio, 

y  el  hombre  prudente  gusta  a  los  grandes. 
**m  Quien  cultiva  la  tierra  aumentará  su  montón, 

y  el  que  place  a  los  grandes  se  hará  perdonar  la  injusticia, 
"á  Regalos  y  dones  ciegan  los  ojos  de  los  sabios, 

y  como  bozal  en  la  boca  ladean  los  reproches. 
K,0  Sabiduría  oculta  y  tesoro  escondido, 

¿  qué  provecho  hay  en  ambos  ? 
"31  Mejor  es  el  hombre  que  tapa  su  necedad 

que  el  hombre  que  oculta  su  sabiduría. 


12  Hay  quien  compra  :  y  de  igual  modo  quien  piensa  lograr  a  poca  costa  la  feli- 
cidad de  este  mundo  y  le  cuesta  ello  perder  el  sosiego,  la  salud  y  con  frecuencia  la 
vida  eterna. 

uv.  Amabilidades  :  caridades,  favores  o  gracias. 
H  Sus  ojos  son  muchos  :   indicio  de  codicia. 

1SI7  Engañadores  de  lengua  :  otros,  «olvidadizos  de  lengua»  ;  otros,  ctienen  mala 
lengua». 

a19  Sin  gracia  :  o  también,  desagradable,  descortés... 

a,,  Impedido  de  pecar  :  porqne  carece  de  medios  para  ello. 
La  costumbre  :  o  carácter  ;  otros  corrigen  «el  fin». 

x^  El  que  place  a  los  grandes  :  no  se  refiere  al  adulador  que  compra  con  bajezas 
la  impunidad,  sino  al  sabio  que  con  prudencia  conquista  la  estima  de  los  ricos  y 
merece  indulgencia. 


—  I2ig  — 


21  i-20 


ECLESIÁSTICO 


21  i-20 


Exhortación  a  evitar  el  pecado.  Parangón  entre  el  sabio 
y  el  necio 


1  Hijo,  ¿  pecaste  ?  No  vuelvas  a  hacerlo 

y  ora  por  tus  anteriores  [faltas]. 

2  Como  de  la  presencia  ele  la  serpiente  huye  del  pecado, 

pues  si  te  acercares  te  morderá. 
\  Dientes  de  león  son  los  dientes  de  él, 

que  destruyen  las  almas  de  los  hombres. 
\  Como  espada  de  dos  filos  es  toda  ilegalidad  : 

no  hay  cura  para  su  herida. 
\  Vértigo  e  insolencia  devastarán  la  riqueza  ; 

asi  será  asolada  la  casa  del  orgulloso. 
"E  La  plegaria  del  pobre  va  de  la  boca  a  sus  oídos 

y  su  juicio  vendrá  de  súbito. 
Quien  odia  la  reprensión  en  las  huellas  del  pecador  [camina], 

y  el  que  teme  al  Señor  se  convertirá  de  corazón. 
s7  De  lejos  es  conocido  el  poderoso  de  lengua, 

y  el  hombre  sensato  sabe  cuándo  resbala. 
9s  Quien  fabrica  su  casa  con  bienes  ajenos 

es  como  quien  recoge  sus  piedras  para  el  invierno. 
La  junta  de  los  inicuos  es  estopa  hacinada, 

y  su  fin,  llama  de  fuego. 
"10  El  camino  de  los  pecadores  está  allanado  con  piedras 

y  a  su  terminación  [se  halla]  la  hoya  del  seol. 
'■„  El  que  guarda  la  ley  domina  sus  pensamientos, 
13n  y  el  resultado  del  temor  del  Señor  [es  la]  sabiduría. 
",2  No  se  deja  educar  quien  no  es  hábil  ; 
1512  [mas]  hay  una  habilidad  que  multiplica  el  amargor. 
,613  La  ciencia  del  sabio  crecerá  como  una  inundación, 

y  su  consejo  es  como  fuente  de  vida. 
Las  entrañas  del  insensato  son  como  vaso  quebrado  : 

no  retendrá  sabiduría  alguna. 
,8i5  Si  el  inteligente  oyere  palabra  sabia, 

la  hará  y  [aun]  añadirá  a  ella  ; 

oyóla  el  libertino  y  le  desagradó 

y  la  echó  a  su  espalda. 
",8  La  explicación  del  insensato  es  como  una  carga  en  el  camino  ; 

pero  en  labios  del  inteligente  hállase  la  gracia. 
*m  La  boca  del  prudente  será  solicitada  en  la  asamblea, 

y  corazón  adentro  el  hombre  considerará  sus  palabras. 


€\-t     1  No  vuelvas:  errar  es  de  hombres;  perseverar  en  el  yerro,  de  diablos,  dice 
1 1  proverbio. 

13  Ilegalidad:  o  violación  de  la  ley,  anarquía,  iniquidad.  ||  No  hay  cura  :  quiere 
decir  remedio  natural.  Para  curarla  es  preciso  la  gracia  de  Lios. 

es  VendrA  de  súbito  :  o  pronto  ;  le  castigará-  el  Señor  cuando  más  descuidado  esté 
De  lejos  :  dice  que  el  hombre  de  fácil  palabra  seduce  a  la  turba  por  la  brillan- 
tez de  sus  discursos ;  pero  el  sabio  pronto  descubre  lo  fuerte  y  débil  de  su  argumen- 
tación. ||  Sensato:  o  perspicaz,  inteligente. 

98  Piedras  para  el  invierno  :  las  construcciones  de  invierno,  por  las  lluvias  y  el 
frío,  son  poco  sólidas.  Pero  algs.  corrigen:  para  un  teso  de  escombros. 

"]3  La  ciencia,  o  bien,  el  conocimiento  del  sabio  crecerá  como  una  marea  o  un 
diluvio. 

"„  Añadirá  a  ella  :  o  también,  se  adherirá  a  ella. 


—  1220  — 


21  21~22  10 


ECLESIÁSTICO 


21  21-22  i° 


",8Como  casa  derrocada,  así  es  para  el  necio  la  sabiduría  ; 

y  la  ciencia  del  tonto,  palabras  incoherentes. 
"„  La  instrucción  es  para  el  necio  como  grilletes  en  los  pies 

y  como  esposas  en  la  mano  derecha, 
"a,  El  insensato  al  reírse  alza  su  voz  ; 

mas  el  hombre  cuerdo  apenas  se  sonreirá  con  tranquilidad 
M,,  Como  adorno  de  oro  es  la  instrucción  para  el  prudente, 

v  cual  brazalete  en  el  brazo  derecho. 
»„  El  "pie  del  insensato  se  apresura  [a  entrar]  ligero  en  una  casa. 

mas  el  hombre  experimentado  recela  al  ingreso. 
M2,  El  insensato  desde  la  puerta  se  asoma  a  la  casa, 

pero  el  hombre  educado  fuera  permanecerá.  [la  puerta, 

K..4  La  falta  de  educación  de  un  hombre  hácele  escuchar  detrá-  d< 

mas  al  prudente  se  le  hará  pesada  tal  desvergüenza. 
a,5  Los  labios  de  los  imprudentes  narran  tonterías  \ 

pero  las  palabras  de  los  prudentes  serán  pe-adas  en  la  ba- 
"„  En  la  boca  de  los  insensatos  está  su  corazón,  [lanza. 

mas  el  corazón  de  los  sabios  es  su  boca. 
30j,  Cuando  el  impiedoso  maldice  al  contrario, 

él  mismo  se  maldice. 
3128  El  murmurador  se  mancha  a  sí  mismo 

y  será  aborrecido  en  su  vecindad. 


Del  proceder  con  los  necios.  La  conservación  de 
la  amistad 


22 


A  una  piedra  ensuciada  se  parece  el  perezoso, 
v  todos  silban  sobre  su  ignominia. 
■    A  boñiga  de  fiemo  fué  comparado  el  perezoso  : 

todo  el  que  la  toca  sacude  las  manos. 
*    Vergüenza  del  padre  es  la  generación  de  un  [hijo]  desnatura- 
pero  [si  es]  una  hija,  será  un  menoscabo.  [lizado  ; 
'    Una  hija  prudente  será  una  herencia  para  su  marido  ; 

y  la  que  es  causa  de  afrenta  será  la  tristeza  de  su  engen- 
'    Al  padre  y  al  marido  avergüenza  la  descarada  [drador. 

y  por  ambos  será  menospreciada. 
"    Narración  importuna,  música  en  funeral  ; 

azote  y  corrección  en  todo  tiempo  son  sabiduría. 
*,  Quien  ensena  a  un  necio  encola  un  barro  cocido, 
",  despierta  a  un  dormido  de  profundo  sueño. 
',o  Quien  explica  a  un  necio  despierta  a  un  adormecido 

y  dirá  a  lo  último  :  ¿Qué  es? 
ie,,  Llora  por  un  muerto  porque  ha  perdido  la  luz 

y  llora  por  un  necio  porque  ha  perdido  la  inteligencia. 

aM  Con  tranquilidad  :  o  sin  ruido. 

Recela  al  ingreso  :  otros,  tse  intimida  ante  la  entrevista  (o  encuentrnu,  «lle- 
vara vergüenza  en  la  cara». 

pp    1  A  una  piedra  :   por  esta  comparación  puede  echarse  de  ver  la  repugnancia 
que  a  los  orientales  inspiraba  la  pereza. 

3  Desnaturalizado:  también,  malcriado,  ignorante.  ¡|  Menoscabo:  o  pérdida. 

4  Una  hija  prudente  :  téngase  en  cuenta  para  entender  este  versículo  que  la  mu- 
jer judía  no  aportaba  dote  al  matrimonio  ;  su  dote  hablan  de  ser  sus  cualidades 
morales. 

,0M  H*  perdido:  o  bien,  con  otros,  «se  ha  extinguido!,  «le  ha  abandonado»  i:  II' 
pprdido  <2.'  vez)  :  o  bien,  ha  terminado 


—  1221  — 


22  n-32 


ECLESIÁSTICO 


22  u-32 


"    Llora  puco  por  un  muerto  porque  descansó, 

pero  ki  vida  de  un  necio  peor  es  que  la  muerte. 
'-    Ei  duelo  de  un  muerto  siete  días  [aura], 

Mu  Con  el  necio  no  multipliques  palabras 

"u  Guárdate  de  él  para  que  no  tengas  sufrimiento, 

y  no  serás  manchado  con  su  contacto. 
Evítale  y  hallarás  reposo, 

y  no  te  desalentarás  por  su  falta  de  comprensión. 
i:u¿Qu¿  pesa  más  que  el  plomo? 

V  ¿  cuál  es  su  nombre  sino  el  de  insensato  r 
"lt  Arena  y  sal  y  maza  de  hierro 

son  más  fáciles  de  llevar  que  el  hombre  insensato 
La  trabazón  de  madera  ajustada  a  un  edificio 

en  caso  de  terremoto  no  será  desunida  ; 

así  un  corazón  fundado  sobre  convicción  sensata 
-"l6  no  temerá  en  tiempo  ninguno. 
l'M  Un  corazón  establecido  soore  reflexión  razonable 

es  como  revoque  de  arena  en  una  pared  pulida. 
■'iS  Estacas  u  coiocauas  en  lugar  alto 

y  a  contraviento  no  pueden  sostenerse  ; 
2I,8  así  el  corazón  medroso  ante  la  reflexión  del  necio 

contra  ningún  temor  se  sostendrá.  (todo  tiempo, 

así  también  el  que  permanece  siempre  en  los  mandamientos  de  1  ios.j 

Quien  hurga  en  los  ojos  atraerá  las  lágrima», 

quien  hurga  el  corazón  hace  patente  el  sentimiento, 
■"■¡o  Quien  lira  una  piedra  a  los  pájaros  ios  dispersa, 

y  el  que  ultraja  al  amigo  descompone  la  amistad. 
*«  Aunque  nayas  sacado  la  espada  contra  el  amigo, 

no  desesperes,  porque  existe  vuelta. 
"M  Aunque  hubieres  abierto  la  boca  contra  el  amigo, 

no  temas,  pues  hay  reconciliación  ; 

quitados  el  escarnio,  la  altanería, 

revelación  de  secreto  y  golpe  traidoi, 

por  estas  cosas  huirá  el  amigo. 
\3  Guarda  fidelidad  ai  prójimo  en  la  pobreza, 

a  fin  de  que  en  sus  prosperidades  gocéis  junto». 
-;'2J  En  tiempo  ae  tribulación  permanece  con  el, 

para  que  en  su  herencia  seas  coheredero. 
M  Antes  que  fuego,  vapor  de  agua  y  trumó  : 

así  antes  de  que  naya  sangre,  nay  injuria-, 
3\6  No  me  avergonzaré  de  proteger  al  amigo, 

y  no  me  ocultaré  de  su  presencia. 
I2*]  Y  si  por  causa  de  él  me  sobrevinieren  malea, 
J%6  todo  nombre  que  lo  oyere  se  guardará  de  él. 


doiia  Blanca  de  Castilla  a  su  hijo  San  Luís. 

'-  Kl  duelo  de  un  muerto  duró  al  principio  más  entre  los  judíos,  Blas  luego  se 
redujo,  por  lo  general,  a  siete  días. 

w    Falta  de  comprensión  :  otros,  «locura,  holgazanería...». 

1U1(J  Trabazón  :  ensamblaje  o  revestimiento  de  madera  (o  vigas). 

I1'!  Kf.vouue  l>k  arena  :  habla  el  autor,  más  bien  que  de  la  belleza,  de  la  solidez 
que  se  daría  al  revestimiento  de  los  muros  con  aquella  mezcla. 

•n1J  Estacas  colocadas  :  debe  de  referirse  este  versículo  a  las  empalizadas  que  se 
usaban  para  la  protección  de  las  viñas,  que  colocadas  en  alto  ofrecerían  escasa  re- 
sistencia. 

»  La  reflexión  del  necio  :  o  la  convicción  del  insensato  o  convicciones  insensatas. 
**„  Hurga  :  otros,  «punza». 


—  1222  — 


22  33-23  14 


ECLESIÁSTICO 


22  33-  23  14 


"e,  ¡Quién  me  diera  guarda  sobre  mi  boca 
y  sobre  mis  labios  sello  eficaz, 
para  no  caer  por  su  culpa 
y  que  mi  lengua  no  me  pierda  ! 


Plegaria  en  preservación  de  distintos  pecados, 
doctrina  sobre  la  boca... 


Señor,  padre  y  dueño  de  mi  vida, 

no  me  abandones  al  consejo  de  esas  cosas  *, 

no  me  dejes  caer  en  ellas. 
¡  Quién  aplicará  azotes  a  mi  pensamiento 

y  a  mi  corazón  b  la  educación  de  la  sabiduría  b, 

para  que  mis  errores  no  traten  con  miramiento 

v  las  faltas  de  ellos  no  toleren, 
no  sea  que  se  aumenten  mis  ignorancias 

v  abunden  mis  pecados, 

v  caiga  ante  los  adversarios 

v  se  regocije  el  enemigo ! 
Señor,  padre  y  Dios  de  mi  vida, 
no  me  des  ojos  altivos 
v  anartn  de  mí  la  codicia. 

El  deseo  del  vientre  y  la  impureza  no  se  apodere  de  mi 
y  al  alma  desvergonzada  no  me  entregues. 

:    La  instrucción  de  la  boca,  escuchad,  ¡oh  hijos  , 
v  quien  la  guarde  no  será  cogido. 

*  Por  sus  labios  será  atraoaclo  el  pecador, 

v  el  maldiciente  y  el  soberbio  tropezarán  en  ellos 

*  Al  juramento  no  acostumbres  tu  boca 

v  no  tomes  el  hábito  de  nombrar  al  Santo. 
",0  Porque  como  un  esclavo  sometido  con  frecuencia  a  examen 
no  evitará  el  verdugón, 

así  el  que  jura  y  nombra  [al  Señor]  a  cada  paso 

no  se  verá  limpio  de  pecado. 
El  hombre  hecho  n  jurar  se  llenará  de  iniquidad 

v  no  se  apartará  el  látigo  de  su  casa. 
"   Si  faltare,  su  pecado  estará  delante  de  él, 

y  si  no  le  presta  atención,  peca  el  doble  ; 
"    v  si  jura  fnlspmente,  no  será  disculpado, 

porque  será  lleno  de  castigos. 


*    Eficaz  :  otros,  «prudente,  ingenioso,  primoroso...». 

eyo    1  APLICARÁ  azotes  :  el  azote  es  aouí  símbolo  ríe  la  autoridad  del  que  manda  y  d< 
la  disciplina  del  que  obedece.  |l  ERRORES:  fallas  o  extravíos. 
3  Ignorancias  :  o  bien,  delitos,  yerros. 

B,  Oíos  altivos  :  la  soltura  en  la  vista  es  precursora  del  pecado  de  imnureza. 
6  Deseo  del  vientre  :  sed  de  placeres  o  sensualidad,  aunque  leen  algunos  comen- 
taristas «la  intemperancia»  o  glotonería. 

10..  Nombrar  ai.  Santo  es  tomar  en  boca  él  nombre  de  Dios  sin  razón  suficiente 
12,,  Iniquidad  ■   o  bien,  menosprecio  o  infracciones  de  la  lev. 

13  Si  faltare:  adviértase  que  el  autor  distingue  tres  modos  de  Jurar  pecaminosa- 
mente :  i.°,  jurar  sin  necesidad  ;  2.',  de  propósito  y  por  costumbre  ;  j .",  jurar  en  vano 
O  cometer  perjurio  a  sabiendas,  cosa  muy  grave. 


23 


—  1223  — 


23  15-» 


ECLESIÁSTICO 


23  15-35 


™„  Hav  un  hablar  que  está  trabado  con  la  muerte  : 

t  ¡  Ojalá]  no  se  encuentre  .en  la  posteridad  de  J«e«b ! 

"   De  los  piadosos  han  de  ser  apartadas  tales  cosas, 
y  no  se  revolcarán  en  los  pecados. 

",a  A  la  impudente  grosería  no  habitúes  tu  boca, 

porque  en  ella  hay  palabras  pecaminosas. 
"«  \cuérdate  de  tu  padre  y  de  tu  madre 

cuando  te  sientes  en  medio  de  los  grandes, 
"   no  sea  que  te  olvides  en  su  presencia 

y,  llevado  de  tu  costumbre,  hagas  el  tonto, 

y  desees  no  haber  nacido, 

y  maldigas  el  día  de  tu  nacimiento. 
Mtí  El  hombre  avezado  a  palabras  de  afrenta 

en  todos  sus  días  no  se  enmendará. 
ai,  Dos  especies  [de  hombres]  acumulan  los  pecados, 

y  la  tercera  atrae  la  ira. 
M,!  Una  pasión  fogosa  como  ruego  ardiente 

no  se  apagará  hasta  ser  consumida  °. 
a   El  hombre  impuro  en  el  cuerpo  de  su  carne 

no  cesará  hasta  que  le  abrase  el  fuego. 

*  Al  hombre  lujurioso  todo  pan  le  es  dulce  : 

no  se  calmará  hasta  que  haya  muerto. 
"ib  El  hombre  que  viola  su  lecho 

dice  para  sí  :  «¿  Quién  me  ve  ? 
MiS  La  tiniebla  me  envuelve  y  las  paredes  me  encubren, 

v  nadie  me  ve,  ¿qué  temer? 

El  Altísimo  no  se  acordará  de  mis  pecados.» 
:,„  d  Pero  los  ojos  de  los  hombres  son  su  miedo 

*  y  no  conoce  que  los  ojos  del  Señor 

son  mil  veces  más  esclarecidos  que  el  sol  : 
observan  todos  los  caminos  de  los  hombres 
V  contemplan  los  más  escondidos  rincones. 

"so  Antes  de  ser  creadas,  todas  las  cosas  eran  de  El  conocidas, 
y  otro  tanto  después  de  estar  acabadas. 

'"o,  Este  tal  será  castigado  en  las  plazas  de  la  ciudad 
y  capturado  en  donde  no  pensaba. 

81     |Y  será  deshonrado  delante  de  todos 

porque  no  comprendió  el  temor  del  Señor  ] 

**,s  Así  también  la  esposa  que  ha  abandonado  a  su  marido 

y  ha  logrado  heredero  de  otro, 
"sa  Pues  primero  fué  infiel  a  la  ley  del  Altísimo, 

y  en  segundo  lugar  ha  faltado  a  su  marido, 

y  en  tercer  lugar  adulteró  fornicando 

y  de  hombre  extraño  ha  logrado  hijos. 
*V,  Esa  tal  será  conducida  a  la  asamblea 

y  tocante  a  sus  hijos  habrá  investigación. 
ma  Sus  hijos  no  echarán  raíces 

v  las  ramas  de  ella  no  darán  fruto. 


"„  Está  trabado  :  nos  enrosca  con  la  muerte,  va  derecho  a  la  muerte,  merece  la 
muerte. 

Impudente  :  repugnante,  inconveniente. 

wl4  Acuérdate  :  exhorta  a  la  humildad  y  a  vigilar  las  palabras. 

*•„  No  se  enmendará  :  o  no  admitirá  crianza,  no  será  educado,  e.  d.,  es  sumamente 
difícil  deshacerse  de  costumbres  groseras  e  impuras. 

BM  Dos  especies  :  parece  condenar  anuí  el  autor  sagrado  tres  clases  de  pecados  im 
puros:  el  olma  cálida,  pecador  solitario;   2.°,  el  que  comete  falta  o  peca  con 

soltera  ;  3.°  el  de  la  mujer  que  deja  al  marido,  o  sea  el  adulterio. 

ais  Viola  su  lecho  :  más  lit.,  se  desvía  a  un  lado  (o  desciende)  de  su  lecho  con 
yugal,  que  comete  falta  fuera  de  él. 

""s,  En  i.as  plazas  o  calles  :  para  escarmiento  de  otros. 


-  1224  — 


23  3^-24  17 


ECLESIÁSTICO 


23  36-24  n 


"V,  Su  memoria  quedará  eu  maldición 

y  su  oprobio  no  se  borrará. 
"„  Y  reconocerán  los  que  quedan  • 

que  no  hav  mejor  que  el  temor  de  Dios 

y  nada  más  dulce  que  guardar  los  preceptos  del  Señor. 

"     [Honra  grande  es  seguir  a  Dios, 

y  la  largura  de  días  [consiste]  en  ser  tomado  por  El.J  f 


Elogio  de  la  sabiduría 


1    La  sabiduría  se  alaba  a  sí  misma 
*  y  en  medio  de  su  pueblo  se  glorifica. 

*  En  la  asamblea  del  Altísimo  abre  su  boca 

y  ante  la  multitud  de  El  se  glorifica. 

*  [V  en  medio  de  su  pueblo  será  ensalzada 

y  admirada  en  la  plenitud  de  los  santos, 
1  y  en  la  muchedumbre  de  los  escogidos  tendrá  alabanza, 
y  entre  los  benditos  será  bendecida,  diciendo:] 

Yo  he  salido  de  la  boca  del  Altísimo 

*  y  como  niebla  he  cubierto  la  tierra. 

\  Yo  en  las  alturas  he  armado  mi  tienda 

y  mi  trono  está  en  columna  de  nube. 
*5  El  círculo  celeste  he  rodeado  sola 

y  en  lo  profundo  del  abismo  me  he  paseado  ; 
[']  en  las  ondas  del  mar,  9  y  en  la  tierra  toda, 

y  en  todo  pueblo  10  y  nación  he  imperado. 
"T  Tras  todas  estas  cosas  he  buscado  reposo 

y  en  la  heredad  de  quien  podía  residir. 
a,  Entonces  me  ha  dado  órdenes  el  Creador  de  todo 

y  el  que  me  creó  ha  reposado  en  mi  tienda. 
18    Y  dijo  :  ¡  Pon  tu  tienda  en  Jacob 

y  sea  tu  heredad  en  Israel  ! 
'\  Antes  de  los  siglos,  desde  el  principio  me  creó 

y  hasta  la  eternidad  no  cesaré. 
[10]  En  la  tienda  santa,  ante  El  he  ejercido  ministerio, 
15   y  así  en  Sión  me  he  afirmado. 

[u]  En  la  ciudad  amada  [de  El]  igualmente  me  ha  hecho  descansar, 
y  en  Jerusalén  [está]  el  asiento  de  mi  poder. 

"\5  He  arraigado  en  pueblo  ilustre, 

en  la  porción  del  Señor,  heredad  suya. 

"„  Como  cedro  me  he  alzado  en  el  Líbano 
y  como  ciprés  en  el  monte  Hermón. 


<\a  1  La  sabiduría  :  en  este  capítulo,  las  bellezas  de  forma  corresponden  entera- 
*  *  mente  a  las  magnificencias  de  la  doctrina.  Si  con  sus  palabras  no  podemos  lle- 
gar al  claro  conocimiento  de  la  Sabiduría,  segunda  persona  de  la  Santísima  Tri- 
nidad, convienen  los  teólogos  en  que  está  por  lo  menos  en  ellas  bastante  insinuada. 

3  La  multitud  :  e.  d.,  los  habitantes  del  cielo  ;  otros,  «su  ejército,  su  potencia». 

*,  Yo  he  salido  :  el  Verbo  (o  sea  la  Sabiduría)  sale  de  la  boca  del  Padre  por  ge- 
neración eterna. 

\  He  rodeado  sola  :  se  trata  de  la  soledad  sin  igual  que  a  lo  infinito  conviene 
sin  excluir  la  pluralidad  de  personas. 

u,  Me  ha  dado  órdenes  :  manda  a  su  Hijo  el  Padre  Eterno  porque  la  paternidad 
le  da  derecho  de  misión  sobre  el  Verbo. 

P°]  En  Sión:  el  monte  santo  adonde  fué  trasladado  el  culto  del  antiguo  taber- 
náculo. 

"„  Como  cedro  :  aquí  empieza  una  <¡irie  de  imágenes  a  cual  más  espléndida  de 
las  perfecciones  de  la  Sabiduría  y  de  su  papel  en  el  mundo. 


—  I22.S  — 


24  18-42 


ECLESIÁSTICO 


24  18-42 


™M  Como  palmera  me  he  elevado  en  las  riberas  a 

y  cual  brote  de  rosa  en  Jericó. 
18   Como  gallardo  olivo  en  la  llanura 

y  me  he  elevado  como  el  plátano. 
•",5  Cual  cinamomo  y  pspálato  aromático  he  dado  olor 

y  como  mirra  selecta  he  dado  perfume. 
21   Como  gálbano  y  una  y  estacte 

y  como  humear  de  incienso  en  la  tienda. 
Yo  como  terebinto  he  extendido  mis  ramas, 

y  mis.  ramas,  ramas  de  gloria  y  gracia. 
a„  Yo  como  viña  he  hecho  brotar  la  gracia, 

y  mis  flores,  frutos  de  gloria  y  riqueza. 
u    [Yo  soy  la  madre  de  la  hermosa  dilección, 

y  del  temor,  y  del  conocimiento  y  santa  esperanza. 
58    Doy  con  todas  estas  cosas  los  bienes  eternos  a  mis  hijos 

y  a  los  por  El  designados.] 

M„  Venid  a  mí  los  que  me  deseáis, 

y  hartaos  de  mis  frutos. 
2'20  Porque  este  recuerdo  de  mí  es  más  dulce  que  la  miel, 

v  el  poseerme,  más  que  el  panal  de  miel. 

M     [Mi  memoria  pervivirá  en  la  sucesión  de  los  siglos.  | 

■\  Los  que  me  comen  tendrán  todavía  hambre, 
y  quienes  me  beben  tendrán  sed  aún. 

""■22  Quien  me  obedece  no  se  avergonzará, 
y  los  que  obran  por  mí  no  pecarán. 

"a  Todo  esto  es  el  libro  de  la  alianza  del  Dios  Altísimo, 
ley  que  intimó  Moisés 

como  herencia  para  las  comunidades  de  Jacob. 

para  que  El  os  aíirme.  Unios  a  El. 
31    El  Señor  todopoderoso  es  el  único  Dios, 
no  hay  más  salvador  que  El.]  b 

3Sm  Que  inunda  de  sabiduría  como  el  Pisón, 

y  como  el  Tigris  en  los  días  de  los  nuevos  frutos  ; 
M26  que  desborda  inteligencia  como  el  Eufrates 

y  como  el  Jordán  en  los  días  de  las  mieses  ; 
"2T  que  rebosa  instrucción  como  el  Nilo  °, 

como  el  Guijón  en  días  de  vendimia. 
38:8  No  acabó  de  conocerla  el  primero, 

ni  el  último  de  igual  modo  la  descubrió  ; 
m2,  porque  más  que  la  mar  abundó  su  pensamiento, 

y  su  consejo  más  que  el  gran  abismo. 

"ao  Y  yo,  como  canal  derivado  de  río 

y  cual  acueducto  que  va  a  un  jardín, 

"a  díjeme  :  Abrevaré  mi  huerto 

y  empaparé  [de  agua]  el  tablar. 


-'  I'na  aromática  ;  otros,  «onyx». 

Los  (jut  ME  COMEN  :   «No  hay— (¡ice  Man  Bernardo — mejor  testimonio  de  la  prt 
sencia  en  nosotros  de  la  divina  Sabidutía  que  el  deseo  de  mayor  gracia.! 
30,,  O  mían  :  o  bien,  se  fatigan. 

*    Como  el  Pisón  :  e.  d.,  como  de  agua  el  Pisón.  II  Los  días  de  los  nuevos  fru- 

^  No  acabó  DE  conocerla  :  dice  que  nadie  llegará  a  comprender  la  divina  Sabidu- 
ría, porque  es  infinita,  es  Dios  mismo. 

'M2t  Abundó  :   o  también  «es  vasto»   (otros,  «profundo»). 


—  I22Ó  — 


9.1  43—25  15 


ECLESIÁSTICO 


24  «-25  15 


45   Y  he  aquí  que  el  canal  se  ha  convertido  en  río 

v  mi  río  se  ha  vuelto  mar. 
U3Z  Todavía  haré  lucir  la  educación  como  la  aurora 

y  la  haré  brillar  a  lo  lejos. 

48    (Penetraré  todas  las  partes  mas  profundas  de  la  tierra, 
y  visitaré  a  todos  los  que  duermen, 
e  iluminaré  a  cuantos  esperan  en  el  Señor.] 

"«Todavía  derramaré  la  enseñanza  como  profecía, 

y  la  dejaré  a  las  generaciones  de  los  siglos  [venideros]. 

"„  Ved  que  no  me  he  cansado  para  mí  solo, 
sino  para  todos  cuantos  me  buscan. 


25 


Marido  y  mujer 

Con  tres  cosas  me  adornó  y  me  presentó 
bella  ante  Dios  y  ante  los  hombres  »  : 
-    concordia  de  hermanos,  amistad  de  prójimo? 

v  mujer  y  marido  bien  avenidos. 
*,  Tres  castas  Tde  hombres]  detesta  mi  alma. 

indignándome  mucho  en  la  vida  de  ellos  : 
4   pobre  soberbio,  rico  mentiroso 

En  la  juventud  no  has  recogido, 

¿v  cómo  hallarás  en  la  vejez? 
*,  ¡  Qué  bien  sienta  el  juicio  en  la  canicie 

y  a  los  ancianos  conocer  el  con-ejo! 
Ti  i  Qué  bien  parece  la  sabiduría  en  los  ancianos 

v  en  los  glorificados  el  criterio  y  el  consejo  ! 
8„  La  corona  de  los  viejos  es  la  mucha  experiencia, 

y  su  gloria  el  temor  del  Señor. 
°:  Nueve  suposiciones  tengo  por  felices  en  mi  corazón, 

v  la  décima  la  declararé  con  mi  lengua  : 
10  el  hombre  que  Ileea  a  alegrarse  por  causa  de  los  hijos, 

el  que  contempla  durante  su  vida  la  caída  de  sus  enemigos. 
¡  [Feliz]  el  marido  de  b  mujer  juiciosa, 

cy  quien  [wo]  ara  con  buey  [y  aswoc], 

pv  quien  no]  sirve  a  quien  le  es  inferior  d ! 
¡  Feliz  el  que  ha  hallado  prudencia  8 

v  quien  enseña  a  oídos  que  le  escuchan  ! 
:3in  ¡  Cómo  es  srrande  quien  dió  con  la  sabiduría  !  ; 

pero  no  aventaja  a  quien  teme  al  Señor. 
",,  El  temor  de  Dios  sobre  todo  es  excelente  ; 
15    quien  lo  posee,  ¿  a  qué  será  comparado  ? 

49  Mi  río  se  ra  vuelto  mar  :  poroue  desde  Judea.  en  donde  estuvo  relegado  antes  de 
Jesu-Cristo,  se  ha  derramado  por  toda  la  tierra  mediante  la  predicación  evangélica. 
*■.,„  I A  educación  :  o  bien,  mi  enseñanza  o  doctrina. 

'T  .  Para  mí  solo  :  es  Jesu-Cristo  quien  aquí  habla,  el  cual  no  trabajó  sólo  para  su 
¡     na,  sino  para  los  hombres  y  su  salvación  eterna. 

Ofr    1  Con  tres  cosas  :   dos  partes  comprende  este  capítulo  :   la  primera,  o  sea  del 
versículo  i  al   it    dice  qué  personas   merecen   alabanza   por  haber  adquirido 
sabiduría  y  temor  de  Dios.  En  la  segunda  aconseja  se  guarden  los  hombres  de  la 
mala  mujer. 

s,  No  has  recogido  :  sin  excluir  lo  demás,  refiérese  el  autor,  sobre  todo,  a  la 
sabiduría. 

*«  Glorificados  :  o  famosos,  célebres,  muy  estimados. 
*.  Suposiciones  :  conjeturas  o  cosas  inesperadas. 

10  Llega  a  alegrarse  por  causa  de  los  HIJOS  o  a  ser  feliz  en  los  hijo.-  ;  S  ten  su 
fin».  El  autor  habla  de  la  paternidad  en  sentido  material  y  en  el  espiritual. 
"  JjncioSA  :  o  inteligente  ;   S  «buenai 


—  1227  — 


25  16~26  2 


ECLESIÁSTICO 


25  16-26  2 


w    [El  temor  de  Dios  es  el  principio  de  su  amor, 

mas  debe  unírsele  un  principio  de  fe. 
,;    Plaga  absoluta  es  la  tristeza  del  corazón, 

y  la  perversfflad  de  la  mujer,  suma  malicia.)  *  * 

M,2  i  Cualquier  herida,  mas  no  '  la  del  corazón  ! 
18    [Cualquier  maldad,  mas  no  '  la  de  la  mujer! 

*  *„  [  Cualquier  agresión,  mas  no  la  de  los  que  odian  ! 
21    [  Cualquier  venganza,  mas  no  la  de  enemigos  ! 

2\6  No  hay  veneno  s  peor  que  el  de  la  serpiente, 
29   no  hay  peor  ira  que  la  de  la  mujer  h. 
[16]  Vivir  con  león  y  dragón  me  agradaría  más 

que  vivir  con  mujer  perversa.  *  * 
M„  La  perversidad  de  la  mujer  ensombrece  la  fisonomía  del  ma- 

y  hace  su  rostro  tan  oscuro  como  un  oso  K  [rido  1 

["]  En  medio  de  los  amigos  25  está  sentado  su  marido 

y  sin  querer  k  suspira  amargamente. 
2618  Pocas  maldades  hay  comparables  con  la  maldad  de  la  mujer  : 

¡la  suerte  del  pecador  caiga  sobre  ella! 
Cuesta  [arenosa  para  los  pies  de  un  anciano, 

eso]  es  la  mujer  [habladora  para  el  varón  pacífico]. 
"s,No  sucumbas  [a  la  hermosura  de  la]  mujer 

y  por  lo  que  posee  1  no  la  ansies, 
"a  Porque  ira  m,  [vituperio]  y  vergüenza  grande  [es] 
80   que  la  mujer  mantenga  a  su  marido. 
3,:2  [Corazón  abatido,  semblante  triste, 

y  llaga  en  corazón  [es  lo  que  produce]  la  mujer  malvada.] 
"ja  c  d  Manos  débiles  y  rodillas  vacilantes, 

[eso  causa]  la  que  no  hace  feliz  a  su  marido. 
**2i  De  la  mujer  proviene  el  principio  del  pecado 

y  por  su  causa  morimos  todos. 

*  w21  No  des  salida  al  agua 

ni  a  la  mujer  perversa  licencia  [en  el  hablar]. 
"a  Si  no  camina  según  tu  mano, 
apártala  de  tu  cuerpo.  *  * 


De!  marido  y  la  mujer  (continuación) 

o¿:  1    Feliz  el  marido  de  buena  mujer, 
¿"  porque  el  número  de  sus  días  será  doblado. 

2    La  mujer  animosa  regocija  a  su  marido 
*      y  él  alcanzará  en  paz  el  número  completo  de  sus  años. 

23  La  de  la  mujer  :  e.  d.,  la  de  la  mala  mujer. 

M18  Como  un  oso  o  como  un  saco  (cf.  nota  crítica)  :  éste  era  una  tela  grosera  de 
pelos  de  cabra  y  que  se  utilizaba  para  los  lutos. 

["]  Suspira  o  gemirá  amargamente  :  porque  es  en  compañía  de  sus  amigos  donde 
siente  mejor  un  hombre  la  desgracia  de  tener  mala  mujer. 

'MIS  Pocas  maldades  hay  :  G  "s  un  poco  diverso  :  Pequeña  es  toda  maldad  com- 
parada... 

M24  Ni  a  la  mujer  :  sabido  es  con  cuánto  rigor  tienen  los  orientales  cerradas  a  las 
mujeres.  Desde  Jesu-Cristo,  la  modestia  cristiana  es  la  que  ha  de  contener  a  la  mujer 
con  mayor  eficacia  que  todos  los  encierros.  En  vez  de  Ucencia  [en  el  hablar],  otros 
vierten  «señorío»,  mando. 

"!5  Según  tu  mano:  o  sea  la  dirección  que  señale  tu  mano;  otros,  «a  tu  vera».  I! 
De  tu  cuerpo  o  de  tu  carne  :  e.  d.,  dale  carta  de  divorcio. 

Oí»     1  El  número  de  sus  días  será  doblado  :  porque  tendrá  paz  en  el  hogar  y  será  eu 
vida  más  aprovechada. 
*  Animosa:  también  «habilidosa»,  la  mujer  fuerte.  ||  Regocija:  así  y  cuida  suele 
interpretarse  c.  G  ;  H  dice  lit.  «hace  graso,  unta»,  e.  d.,  pone  reluciente  o  lustroso, 
resplandeciente  (de  dicha). 


—  1228  - 


26  3—26 


ECLESIÁSTICO 


26  3-26 


1    Mujer  buena,  porción  buena, 

será  dada  en  lote  a  quienes  temen  al  Señor. 

4  Sea  rico  o  pobre,  estará  contento  su  corazón, 

en  todo  tiempo  tendrá  cara  alegre. 

5  Por  tres  cosas  teme  mi  corazón, 

v  por  la  cuarta  palidece  mi  rostro  : 
\  murmuración  de  la  ciudad,  convocación  de  la  turba 
T    v  calumnia  ;  cosas  todas  pesadas  más  que  la  muerte. 
%  Enfermedad  de  corazón  v  duelo  es  la  mujer  celosa  de  otra 

*  v  azote  de  lengua  que  a  "todos  da  parte  [de  sus  quejas]. 
Yugo  de  hueves  sacudido  es  una  mujer  mala  : 

quien  la  p'osee  es  como  quien  coge  un  escorpión. 
u„  Enojo  grande  es  mujer  borracha, 

y  no  podrá  ocultar  su  ignominia. 
"»  La  lujuria  de  la  mujer  en  las  procacidades  de  los  ojos 

v  en  sus  párpados  se  conoce. 
°,„  En  torno  de  la  hija  desenvuelta  redobla  la  vigilancia, 

no  sea  que,  al  no  hallar  cuidado,  la  ocasión  aproveche. 
"  ,  Sigue  diligentemente  a  [una  mujer  de]  ojos  impudentes, 

y  no  te  admires  si  te  falta. 
Como  el  viandante  sediento  abre  la  boca 

y  de  toda  aeua  que  tiene  a  mano  bebe, 

así  Tía  impúdica]  se  sienta  ante  cualquier  estaca  de  tienda 

y  delante  de  ja  flecha  abre  el  carcaj. 
La  gracia  de  la  mujer  satisface  a  su  marido, 
17    v  la  ciencia  de  ella  engrasa  los  huesos  de  él. 
Don  del  Señor  es  mujer  callada, 

y  no  hay  indemnización  para  un  alma  bien  educada. 
™,5  Gracia  sobre  gracia  es  la  mujer  púdica, 
w    v  un  alma  continente  no  tiene  precio. 

Como  sol  que  se  levanta  en  ias  alturas  del  Señor 

ec  la  hermosura  de  la  mujer  buena  en  el  adorno  de  su  casa. 
™„  Lámpara  que  brilla  en  el  candelabro  santo. 

así  es  la  belleza  de  un  rostro  [femenino]  sobre  talla  derecha. 
",s  Columnas  de  oro  sobre  basa  de  plata, 

tales  son  piernas  hermosas  sobre  firmes  talones. 
■4,.,  [Hijo,  conserva  sana  ¡a  flor  de  tu  juventud 

y  no  des  tu  vigor  a  mujeres  extrañas.']  1 
"a,  Por  dos  cosas  se  entristece  mi  corazón 

y  por  la  tercera  me  acomete  la  cólera : 

*  el  hombre  de  guerra  que  desfallece  de  miseria 

y  los  hombres  inteligentes  cuando  son  menospreciados. 


6  Palidece  mi  rostro  :  a  saber,  de  espanto  ;  otros,  «comienzo  a  suplicar»  ;  otros 
compren  «me  temo». 

•B  Murmuración,  maledicencia,  calumnia  :  e.  d.,  falsa  acusación  y  persecución  in- 
justa de  la  ciudad. 

La  mujer  celosa  :  no  existiendo  ya  probablemente  poligamia  en  tiempo  del  au- 
tor, la  mujer  de  quien  la  legítima  tiene  celos  es  la  extraña,  tanto  más  antipática 
para  aquélla  cuanto  que  podía  el  marido  llamarla  a  su  lecho,  repudiando  a  la  primera. 

I0.  Yugo  de  bueyes  :  el  matrimonio  mal  avenido  es  como  una  pareja  de  bueyes  en 
desacuerdo  para  el  tiro. 

No  sea  que,  al  no  hallar  cuidado:  o  adyirtiendo  el  descuido;  o  también,  para 
que  no  halle  ninguna  oportunidad  y  de  ella  se  aproveche. 
"n  Te  falta  :  o  se  porta  mal  contigo  (otros,  «te  provoca»). 

*a  Delante  de  la  flecha  :  expresión  velada  que  indica  el  abandono  de  la  impúdica. 
17  Engrasa  los  huesos  de  el  o  miembros  :  e.  d.,  le  dará  bienestar. 
*a  Piernas  :  lit.,  pies. 

*  El  hombre  de  guerra  :  otros  corrigen  c.  S  «el  hombre  rico  que  por  pobreza 
padece  penuria».  ||  Los  hombres  inteligentes  :  cosa  que  suele  suceder  en  tiempo  de 
trastornos. 


—  I22Q  — 


26  27-27  17 


ECLESIÁSTICO 


26  27-27  « 


n   Quien  de  la  justicia  torne  al  pecado, 

e!  Señor  le  preparará  para  la  espada. 

"\.„  Difícilmente  esquivará  la  culpa  el  comerciante 
y  el  buhonero  limpio  de  pecado. 


Peligros  de  la  vida  de  negocios.  La  indiscreción 
y  la  hipocresía... 

Por  el  dinero  han  pecado  muchos, 

v  el  que  trata  de  enriquecerse  tuerce  la  mirada. 
Entre  junturas  de  piedras  se  sostiene  una  estaca 
y  entre  venta  y  compra  se  introduce  el  pecado  ; 

(quebrantado  sera  el  delito  con  el  delincuentel . 

43  Si  en  el  temor  del  Señor  no  se  afirma  con  afán, 

pronto  será  derruida  su  casa. 
5<  Al  zarandear  el  harnero  queda  la  cascarilla  : 

así  la  basura  del  hombre  en  ln  reflexión.  *  * 
■   8  Prueba  el  horno  las  vasijas  del  alfarero  ; 

la  prueba  del  hombre  está  en  sus  discusiones. 
7,;  El  fruto  del  árbol  demuestra  su  cultivo, 

como  la  expresión  del  pensamiento  el  corazón  del  hombre  a 
*  9;  Antes  del  examen  no  loes  a  nadie, 

porque  tal  es  la  prueba  de  los  hombres. 
\  Si  persigues  la  justicia,  la  alcanzarás 

y  la  revestirás  cual  túnica  de  gloria. 
**,  Los  pájaros  se  juntan  con  sus  iguales 

y  la  verdad  volverá  a  quienes  la  practican. 
El  león  acecha  la  presa  ; 

de  igual  modo  los  pecados  a  los  que  cometen  injusticias. 
Ku  La  conversación  del  piadoso  •>  es  siempre  Sabiduría, 

mas  el  sin  juicio  como  la  luna  cambia. 
"„  En  medio  de  los  insensatos  guarda  el  tiempo, 

en  medio  de  los  inteligentes  prolóngale. 
M„  La  conversación  de  los  necios  es  un  ultraje, 

y  su  risa  [resuena!  en  la  ostentación  del  pecado, 
"u  La  habladuría  del  jurador  eriza  los  cabellos, 

y  la  riña  de  ellos  es  obstrucción  para  los  oídos. 
'V,  Derramamiento  de  sangre  [acarrea]  \a  r\ña  <je  ios  soberbios, 

v  sus  contiendas  son  penosas  de  oír. 
v\6  Quien  revela  los  secretos  perderá  el  crédito 

y  no  encontrará  amigo  para  su  alma. 


?*M  Difícilmente  :  no  se  censura  aquí  el  comercio,  sino  que  se  señalan  los  peli- 
gros que  encierra. 

OIT  1  rok  EL  DINERO  :  lit.,  lo  indiferente,  así  llama  a  las  riquezas,  que  de  suyo  no 
son  ni  malas  ni  buenas;  todo  depende  del  uso  que  de  ellas  se  hace.  ||  Triuu 
i.a  mirada  :  la  aparta  de  quien  no  se  puede  mirar  sin  ofensa  de  Dios. 

2  Se  introduce  :  lit.,  se  estrecha  ;  permanece  ( ?). 

\  En  la  reflexión  :  e.  d.,  cuando  se  reflexiona  sobre  él. 

".  Sus  discusiones  :  otros,  «en  la  conversación  con  el». 

"(  I.A  verdad  o  fidelidad  volverá  :  e.  d.,  se  unirá  estrechamente.. 

au  Guarda  el  tiempo  :  repara  en  la  hora,  atiende  al  tiempo,  para  no  desaprove- 
charlo con  vana  habladuría. 

M14  Es  obstrucción  :  o  atasco  para  los  oídos  (por  el  griterío  ensordecedor),  o  hace 
que  uno  tenga  que  taparse  las  orejas. 


27  ' 


—  1230  — 


27  is-28  7 


ECLESIASTICO 


27  18-28  7 


"„  Ama  al  amigo  y  séle  fiel  ; 

*   pero  si  has  revelado  sus  secretos,  no  corras  más  tras  él. 

*\s  Porque  de  igual  suerte  que  un  hombre  perdió  a  su  enemigo  °, 

así  has  perdido  la  amistad  de!  prójimo. 
*„  V  como  pájaro  que  has  soltado  de  tu  mano, 

así  has  dejado  partir  al  prójimo  y  no  lo  recobrarás. 
"*:o  No  lo  persigas,  porque  se  alejo  mucho 

y  se  ha  fugado  como  gacela  del  lazo. 
[■*]  Pues  una  herida  3  puede  ser  vendacla 

y  para  los  agravios  hay  reconciliación  ; 
fc    mas  quien  ha  revelado  secreto  perdió  la  esperanza. 
mn  Quien  guiña  el  ojo  trama  maldades, 

v  nadie  podrá  apartarle  de  ello. 
Ante  tus  ojos  su  boca  se  endulzara 

y  adivinará  iu=  palabras  ; 

pero  luego  cambiará  su  boca^ 

y  en  tus  palabras  hallará  escándalo. 
*■„  Muchas  cosas  he  odiado,  pero  nada  como  a  él  ; 

también  el  Señor  le  aborrecerá  d. 
*„  Quien  lanza  una  piedra  a  lo  alto,  sobre  su  cabeza  la  lanza, 

y  un  golpe  a  traición  prodiga  heridas. 
''m  El  que  cava  una  hoya  en  ella  caerá, 

y  quien  tiende  un  lazo  caerá  en  él. 

y  no  conocerá  de  dónde  le  viene, 
"a  El  escarnio  y  la  injuria  [son  el  lote]  de  los  orgullosos, 

y  la  venganza  como  un  león  le  e  pondrá  emboscada. 
En  el  lazo  se  enredarán  quienes  celebran  la  caída  de  los  pia- 

y  los  consumirá  el  dolor  antes  de  su  muerte.  [dosos, 
"So  Resentimiento  e  ira,  también  eso  es  abominable, 

y  el  hombre  pecador  los  posee. 


Rencor  e  ira:  sus  consecuencias.  Disputac  y  querellas. 
La  difamación 


1   Quien  se  venga,  de  parte  de  Dios  hallará  venganza 

y  de  sus  pecados  llevará  El  cuenta  exacta. 
1    Perdona  el  agravio  a  tu  prójimo, 

y  entonces,  al  rezar  tú,  se  te  perdonaran. 

*  Un  hombre  contra  otro  guarda  rencor, 

¿  y  cerca  del  Señor  busca  cura  ? 
'   Para  el  hombre  su  semejante  no  tiene  compasión, 
¿  y  ruega  por  sus  pecados  ? 

•  El,  hiendo  carne,  guarda  resentimiento  , 

¿quién  propiciará  por  sus  pecados? 
"    Recuerda  las  postrimerías,  y  deja  de  odiar  ; 

:    la  corrupción  y  la  muerte,  y  permanece  fiel  a  ios  mandamientos. 


:i  1'erdió  la  esperanza  :  la  ha  hecho  perder. 

xa  Hallará  escándalo  :  censurándoles      unamente  y  tratando  de  cogerte  en  ellas. 
~M  A  él  :  a  quien  falta  el  secreto, 
^j.  Obra  :  otros,  cproyecta». 

x\¿  Se  enredarán:  o  caerán,  serán  presos.  jj  Antes  de  su  muerte:  sin  perjuicio 
del  castitro  que  a  ella  sigue. 

OO    '  Cura  :  e.  d.,  perdón. 

i  ¡,,  corrupción  v  l.    iUtRiE  :  consecuencia  del  pecado  de  odio. 


—  1231  — 


28  *-» 


ECLESIÁSTICO 


28  s-29 


\  Recuerda  los  mandamientos  y  no  odie.-,  al  prójimo, 
•   y  la  alianza  del  Altísimo,  y  mira  indiferente  [su]  ignorancia 
"s  Abstente  de  disputas  y  evitarás  pecados, 
-'    porque  el  hombre  irascible  atiza  la  querella, 
y  el  hombre  pecador  perturba  a  los  amigos, 

y  en  medio  de  los  que  viven  en  paz  lleva  la  calumnia. 
'",0  Según  sea  el  bosque,  así  arderá  el  fuego, 

y  según  la  vehemencia  de  la  disputa  se  encenderá  ésta. 

Según  la  fuerza  del  hombre  será  su  ira 

y  según  [su]  riqueza  elevará  su  resentimiento  \ 
■*«  Pendencia  súbita  b  enciende  el  fuego 

y  riña  apresurada  derrama  la  sangre. 
,4,2Si  soplares  en  una  chispa,  se  encenderá, 

y  si  escupes  en  ella,  se  apagará  ; 

y  ambas  cosas  provienen  de  tu  boca. 
w„  Al  soplón  y  de  doble  lengua  maldícelos, 

pues  han  perdido  a  j.uchos  que  vivían  en  paz. 
"h  La  lengua  tercera  ha  sacudido  a  muchos 

y  los  ha  arrojado  de  nación  en  nación. 
"   y  ha  destruido  fuertes  ciudades 

y  derribado  casas  de  grandes  ; 

IS     [ha  desbaratado  ejércitos  de  pueblos 
y  aniquilado  a  gentes  vigorosas]. 

'",5  La  lengua  tercera  ha  echado  de  casa  a  mujeres  excelentes 

v  las  ha  privado  del  fruto  de  sus  trabajos. 
Mi«  Quien  a  ella  atiende  no  encontrará  reposo, 

y  no  descansará  en  paz. 
s\t  El  latigazo  produce  verdugones, 

pero  el  golpe  de  la  lengua  rompe  los  huesos. 
*-,„  Muchos  han  caído  a  filo  de  espada, 

mas  uo  tantos  como  cayeron  por  la  lengua. 
'„  Feliz  quien  de  ella  se  resguarda, 

quien  no  pasa  por  sus  iras, 

quien  no  ha  arrastrado  su  yugo 

y  no  fué  atado  por  sus  cadenas. 
**M  Porque  su  yugo  es  yugo  de  hierro, 

y  sus  grillos,  grillos  de  bronce, 
"a,  Muerte  nv.ilvada  es  su  muerte 

y  mejor  que  ella  es  el  seol. 
"2a  No  dominará  a  los  piadosos 

y  en  su  llama  no  serán  abrasados. 
na  Los  que  al  Señor  abandonan  caerán  en  su  podei 

y  en  ellos  arderá  aquélla  y  no  se  apagará. 

Será  contra  ellos  enviada  como  león, 

y  como  pantera  los  despedazará. 
"!4  Mira,  cerca  tu  dominio  con  espinos, 
"  cierra  tu  oro  y  tu  plata. 


s  Ignorancia  o  inadvertencia  :  no  merecen  otro  nombre  las  faltas  del  prójimo  con- 
tra nosotros. 

I8H  La  lengua  tercera  :  e.  d.,  la  del  malsín  que  interpone  su  actuación  calumniante 
fntre  dos  amigos.  Con  esa  expresión  oriental  se  designaba  a  la  calumnia  interpuesta 
entre  dos  personas,  aue,  según  el  Talmud,  mataba  a  tres  personas  :  la  calumniadora, 
la  calumniada  y  la  que  ola  la  calumnia. 

ia16  Mujeres  excelentes  :    «varoniles»,  dice  V ;   «mujeres  fuertes». 
Su  muerte  :  la  por  ella  causada. 

™a  Como  pantera  los  despedazará  :  ro  porque  sean  ello--  calumniados;  sino  porque 
tendrán  que  padecer  el  castigo  de  su  calumnia. 

Con  espinos  :  no  para  tapar  los  oídos — como  algunos  comentan—,  sino  para 
oponerse  a  los  malos  dichos  como  barrera  infranqueable. 


28  sü-29  19 


ECLESIÁSTICO 


28  ^-29  19 


[*]  y  para  tus  palabras  haz  un  yugo  y  una  balanza, 
y  haz  para  tu  boca  puerta  y  cerrojo. 

*"¡6  Cuida  de  no  resbalar  por  ella, 

no  sea  que  caigas  ante  el  que  te  aceche. 


De  los  préstamos  y  las  fianzas.  La  frugalidad 


1    Quien  practica  ia  misericordia  presta  al  prójimo, 

y  quien  le  auxilia  con  su  mano  guarda  los  mandamientos. 
1    Presta  al  prójimo  en  el  tiempo  de  su  necesidad, 

y  por  otra  parte  restituye  al  prójimo  a  su  debido  tiempo. 
3   Manten  tu  palabra  y  trátale  con  fidelidad, 

y  hallarás  en  todo  tiempo  lo  que  precisas. 
*   Muchos  consideran  lo  prestado  como  hallazgo 

y  causan  molestia  a  quienes  los  han  ayudado. 
'    Hasta  haber  recibido  besará  tu  mano 

y  por  las  riquezas  del  prójimo  humillará  la  voz  ; 
'    pero  al  tiempo  de  restituir  aplazará  el  momento 

y  responderá  palabras  enfadosas  y  culpará  al  tiempo. 
%  Si  le  es  posible,  apenas  devolverá  la  mitad, 

y  eso  lo  contará  como  un  hallazgo  ; 
'    y  si  no,  le  defrauda  sus  bienes 

y  [el  prestamista]  se  ha  granjeado  de  balde  un  enemigo 
'   quien  le  restituirá  [en  pago]  injurias  e  improperios 
y  en  tal  de  gloria  le  devolverá  vilipendio. 
Muchos  por  [esta]  malicia  se  han  retraído  [de  prestar]  : 
cernieron  ser  expoliados  de  bride. 
"t  Con  todo,  usa  de  paciencia  con  el  humilde 

y  no  le  hagas  esperar  la  limosna. 
'%  En  atención  al  mandamiento  acoge  al  pobre, 

y  según  su  indigencia  no  le  envíes  de  vacío. 
"10  Pierde  el  dinero  por  el  hermano  y  amigo  r 

y  no  lo  entierres  bajo  una  piedra  para  perderlo. 
"„  Coloca  tu  tesoro  según  los  mandamientos  del  Altísimo, 

y  te  será  de  más  provecho  que  el  oro. 
16i»  Cierra  la  limosna  en  tus  graneros 
y  te  librará  de  toda  desgracia. 
■1813  Más  que  fuerte  escudo  y  poderosa  lanza 
combatirá  por  ti  frente  al  enemigo. 
10„  El  hombre  bueno-  dará  fianza  al  prójimo,  - 

y  quien  ha  perdido  la  vergüenza  le  dejará  abandonado. 


p]  Una  balanza  :  o  lu  que  es  igual  :  pesa  tus  palabras. 

QQ  1  Uuiln  practica...  :  otros  entienden  G  :  «Quien  presta,  <la  al  prójimo  limosna» 
««*»    fa^í  líberharter).  j|  Le  auxilia  con  su  mano:  o  bien,  le  agarra  (o  da)  la  mano. 

'  Palabras  enfadosas  :  o  acedas  ;  otros,  «triviales»... 

:c  I  •)  contará  :  podrá  contarlo  el  prestamista. 

*  I-F.  defrauda  al  prestamista  su  dinero. 

I0.  Por  [esta]  malicia  :  o  bien,  corrigiendo  G,  como  algs  ,  «no  por  malicia». 

En  atención  al  mandamiento  :  <le  la  caridad  fraterna. 
l3]n  Para  perderlo  :  para  que  no  sirva  de  nada. 
"u  De  más  provecho  :  al  menos  para  la  otra  vida. 

En  tus  graneros  :  otros,  «en  tu  tesorería».  En  el  seno  del  pobre  es  donde  ha 
le  esconderse.  Esos  son  los  graneros  o  tesorería  del  rico  como  Dios  manda. 

Juu  Dará  fianza  :  no  riñe  esto  con  lo  que  Salomón  aconsejó  en  el  cap.  17,  8,  de 
los  Proverbios,  porque  habían  cambiado  los  tiempos  cuando  escribía  Ben  Sirá'.  Los  de 
Salomón  eran  tie  prosperidad  ;  los  del  autor  del  Eclesiástico,  de  oobreza  y  necesidad. 


—  1333  — 


29  20-30  6 


ECLESIÁSTICO 


29  20-30  6 


"^ü  No  olvides  ios  favores  de  quien  te  ti  i  ó  lianza, 

pues  que  ha  dado  por  ti  su  alma. 
-1     [Kl  pecador  huirá  de  su  fiador 

y  el  ingrato  en  su  pensamiento  le  abandonará.] 

">0  El  pecador  malversará  los  bienes  de  su  fiador, 

í3   el  ingrato  de  sentimientos  abandonará  al  que  le  salvó. 

MI7  La  fianza  perdió  a  muchos  que  prosperaban 

y  los  ha  hecho  vacilar  como  la  ola  del  mar. 
"'is  Ha  desterrado  a  hombres  poderosos 

y  han  errado  por  naciones  extranjeras. 
El  pecador,  cayendo  en  la  fianza 

y  acometitndo  empresas,  se  enredará  en  procesos. 
='jo  Ampara  al  prójimo  según  tu  poder, 

y  vigílate  a  ti  mismo,  no  sea  que  caigas. 
M2i  Las  cosas  esenciales  para  la  vida  son  agua,  pan,  vestido 

y  casa  para  cubrir  la  desnudez, 
"¡n  Mejor  es  la  vida  del  pobre  bajo  techo  de  vigas 

que  festines  espléndidos  en  casa  de  extraños. 
3":3  Con  poco  o  mucho  e^á  satisfecho 

[y  no  oirás  el  reproche  de  ser  forastero]. 
"M  Vida  enojosa  es  andar  de  casa  en  casa,  ' 

y  donde  habitares  no  abrirás  la  boca. 
S2-.5  Te  hospedarás  y  beberás  con  ingratos, 

y  encima  de  todo  oirás  palabras  amargas  : 
"a  Pasa,  extranjero  ;  adereza  la  mesa, 

y  si  algo  a  mano  tienes,  dame  de  comei . 
"jt  Vete,  forastero,  de  delante  de  la  gloria; 

viene  de  huésped  mi  hermano,  necesito  la  casa, 
"sa  Pesadas  son  estas  cosas  para  quien  tiene  prudencia  : 

el  reproche  de  la  casa  y  el  insulto  de  logrero. 


De  los  niños  y  su  educación.  De  la  salud 


'    El  que  ama  a  su  hijo  le  menudeará  los  azotes 

para  que  a  lo  último  se  regocije. 
1   El  que  educa  a  su  hijo  sacara  de  ello  provecho  u 

y  por  ello  se  gloriará  en  medio  de  los  conocidos. 
*   El  que  enseña  a  su  hijo  dará  celos  a  su  enemigo 

y  por  ello  se  alegrará  en  medio  de  sus  amigos. 
1    Falleció  su  padre  y  como  si  no  hubiese  muerto, 

porque  tras  sí  deja  semejante  a  él. 
0   En  vida  de  él  lo  vió  y  se  alegró, 

y  en  su  fin  no  se  ha  contristado. 
'    Entrente  de  sus  enemigos  dejó  vengador, 

y  entre  sus  amigos  quien  corresponda  con  agradecimiento. 


M1S  Tía  dado  por  ti  su  alma  :  e.  d.,  se  ha  ofrecido  a  sí  mismo  por  ti. 

*•    La  fianza  perdió  o  arruinó  :  debe  entenderse  la  dada  a  los  malvados. 

^  Ha  desterrado  o  hecho  emigrar:  versículo  oscuro.  Parece  querer  decir  que  e! 
impío  no  puede  lograr  éxito  en  sus  empresas  ;  que  si  da  fianza  para  ganar  dinero, 
suele  perderlo  en  pleitos. 

Cayendo  en  la  fianza  :  o  bien,  ofreciéndose  como  fiador. 

MS8  De  la  casa  :  o  bien,  tocante  a  la  familia  ;  otros,  «de  la  hospitalidad". 

Of]         Este  trozo,  que  comprende  del  versículo  i  al  13,  lleva  en  griego  por  título 
<.I)c  los  niños». 


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30  7-27 


ECLESIÁSTICO 


30  7-27 


7   Quien  mima  a  su  hijo  vendará  sus  heridas 

y  por  cualquier  grito  se  le  conturbarán  la*  entrañas. 

*  Caballo  indómito  se  repropia 

e  hijo  descuidado  vuélvese  temerario. 

*  Mima  al  hijo  y  te  aterrará, 

diviértete  con  él  y  te  dará  pesare-. 
10  No  rías  con  él,  ipor  que  con  él  no  te  aflijas 

y  al  fin  rechines  los  dientes.  *  * 
"   b  No  le  des  libertad  en  su  juventud 

c  y  no  seas  indulgente  con  sus  fallas  °. 
u   Doblega  su  cerviz  en  su  adolescencia  d 

y  muélele  los  riñones  mientras  es  muchacho, 

no  sea  que  endurezca  e  y  se  subleve  contra  ti 

cy  de  ello  te  nazcan  preocupaciones  c. 
"   Corrige  a  tu  hijo  y  agrava  su  yugo, 

a  fin  de  que  en  su  necedad  no  se  subleve  contra  ti. 

"   Vale  más  pobre  sano  y  robusto 

que  rico  flagelado  en  su  cuerpo. 
"    Prefiero  la  salud  al  oro  f 

y  un  espíritu  aleare  a  las  perlas  f. 
10   No  hay  riqueza  mejor  que  la  salud  corporal 

ni  felicidad  superior  a  la  alegría  de  corazón. 
"    Mejor  es  muerte  que  vida  inútil  h, 

y  el  reposo  eterno  que  enfermedad  persistente. 
"    Buenas  cosas  esparcidas  en  boca  cerrada 

[son  cual]  ofrenda  colocada  ante  una  piedra  sepulcral 
"   ¿Qué  aprovecha  la  ofrenda  a  los  ídolos  de  los  paganos, 

que  ni  comen  ni  huelen  ? 
1  Así  es  de  aquel  que  posee  fortuna, 

mas  no  puede  gozar  de  ella 
"¡o  Mira  con  sus  ojos  y  gime 

como  eunuco  que  abraza  a  una  virgen  y  suspira 
*a  No  des  tu  alma  a  los  pesares 

y  no  te  atormentes  en  tus  propios  pensamientos  k. 
**a  El  gozo  del  corazón  es  la  vida  del  hombre, 

v  la  alearía  del  varón  prolonga  sus  días  '. 
■*«  Engáñate  m  a  ti  mismo,  da  respiro  a  tu  corazón 

y  desecha  lejos  de  ti  la  inquietud. 
"   Pues  a  muchos  mató  el  pesar, 

v  no  hav  provecho  alsjuno  en  la  preocupación. 
"„  Envidia  y  pesar  n  acortan  los  días, 

y  los  cuidados  acarrean  la  vejez  antes  de  tiempo. 
"¡Tn  corazón  alegre  vale  por  [muchos]  platos, 

y  aprovéchale  su  comida  [a  quien  lo  posee]. 


8  Temerario  :  o  bien,  impertinente,  indiscreto. 

•  Mima  ai.  hijo  :  acaricíale  como  una  nodriza  es  el  verdadero  sentido  de  la  palabra 
griega.  |¡  Diviértete  :  o  juega  con  él,  comprometiendo  tu  dignidad. 
"  No  IX  nrs  libertad  :  o  bien,  no  le  emancipes 

12  Doblega  o  encorva  su  cerviz  :  como  se  les  encorva  a  los  bueyes  para  sujetarlos 
a'  yugo.  I|  Endurezca:  o  bien,  se  haga  testarudo,  díscolo,  presuntuoso. 

u  Corrige  :  G  dice  más  bien  (Educa  a  tu  hijo  y  fórmale,  para  que  no  choques 
con  su  indecencia  (o  deformidad!». 

M  Flagelado  en  su  cuerpo  :  por  la  enfermedad. 

18  Buenas  cosas  :  bienes,  e.  d.,  golosinas,  bocados  exquisitos.  'I  Ofrenda  colocada 
ante  una  piedra  sepulcral  :  algs.  aceptan  la  conjetura  de  Isidore  Lévi  «ante  un  ídolo.  ; 
G  interpretó  «comida?  extendidas  sobre  sepulcro»,  lo  cual  aludiría  a  la  costumbre 
pagana  de  llevar  comidas  a  la  sepultura  de  los  muertos. 

"„  Un  corazón  alegre:  el  pensamiento  parece  ser  similar  al  de  Prov  15,  15.  «Co- 
razón alegre  es  festín  perpetuo».  Eberharter  'o  interpreta  diversamente  :  «El  sueño 
del  alegre  es  como  una  golosina  (o  delicioso  manjari,  y  su  comida  le  sienta  bien.» 


—  I2;,5  — 


31 1-13 


ECLESIÁSTICO 


31  i-i- 


Vasija  de  arcilla  de  las  halladas  en 

Jerusalén  v  Gurzcr 


La  riqueza.  Los  banquetes 


La«i  vigilias  del  rico  *  consumen  su  cuerpo, 

y  [su]  preocupación  ahuyenta  el  sueño. 
La  inquietud  de  la  comida  expulsa  el  sueño  b, 

y  el  sueño  disipa  una  enfermedad  grave. 
Trabajó  el  rico  en  acumular''  riquezas, 

y  cuando  descansa  es  para  recibir  placer  d. 
Trabajó  el  pobre  por  las  necesidades  de  su  vida  ". 

y  cuando  descansa  se  halla  indigente. 
Quien  f  persigue  el  oro  no  quedará  inocente, 

y  quien  ama  f  el  lucro  en  él  se  perderá  °. 
Muchos  quedaron  prisioneros  del  b  oro, 

v  su  ruina  estaba  ante  su  rostro  '. 
Trampa  es  para  el  necio  j, 

y  todo  insensato  será  cocido  en  ella 
¡  Dichoso  el  rico  k  hallado  íntegro 

y  que  tras  el  oro  no  se  extravió  1 ! 
¿Quién  es,  para  que  le  felicitemos? 

Porque  ha  hecho  entre  su  pueblo  cosos  de  maravilla. 
¿  Quién  es  el  probado  en  ello 

y  que  permaneció  incólume?   ¡Será  para  él  motivo  de  glo- 

¿  Quién  pudo  apartarse  [del  bien]  y  no  se  apartó,         [ria  !  ,n 

v  hacer  el  mal  y  no  quiso  ? 
Por  ello  afírmese  su  felicidad 

y  su  alabanza  n  refiera  la  comunidad  °. 

Hijo,  si  te  sientas  a  la  mesa  de  un  grande  p, 

no  abras  excesivamente  en  ella  las  fauces  ; 
no  digas  :  «¡Gran  abundancia  hay  en  ella!»  ; 


O-l  1  Su  cuerpo  :  lit.,  su  carne,  e.  d.,  su  salud.  ||  Su  preocupación  :  el  pensamiento 
del  autor  es  que  las  preocupaciones  o  inquietudes  causadas  por  el  i  i*erés  son 
cerno  una  enfermedad  grave  que  ahuyenta  el  sueño. 

-  De  la  comida  :  o  bien,  de  los  medios  de  vida.  G  «la  preocupación  de  fiss  vigilias 
(o  el  desvelo)».  ||  Y  el  sueño  disipa  o  alivia  de  :  así  H,  aunque  nos  parece  interpreta- 
ción posible  y  más  conforme  al  paralelismo  :  «y  más  que  enfermedad  grave  (la  preocu- 
pación) perturba  el  sueño».  Suele  preferirse  la  corrección  marginal  de  H  :  «y  una 
enfermedad  grave  disipa  el  sueño». 

*  Se  haii.a  indigente:   carece  de  todo. 

s  Lucro  :  lit.,  precio,  salario...  ;  G  «corrupción». 

9  Le  felicitemos  :  o  proclamemos  dichoso,  ensalcemos. 

n  No  abras  :  censura  este  versículo  la  sobrada  avidez  ton  que  algunos  comen  o  la 
demasiada  admiración   por  la  comida  que  se  sirye,  propia  de  sibaritas 


—  1236  — 


31  14-3S.39 


ECLESIÁSTICO 


31  14-38.39 


'*„  acuérdate  de  que  es  malo  el  ojo  codicioso. 
"   Nada  peor  que  el  ojo  ha  creado  Dios  «  : 

por  eso  ante  toda  cosa  él  se  agita  r. 
'"m  Adonde  mira  no  extiendas  la  mano 
11   v  no  tropieces  con  él  en  el  plato. 
Sabe  que  tu  prójimo  es  como  tú 

y  reflexiona  en  todo  cnanto  tú  mismo  detestas  *. 
'»,„  Pórtate  en  la  mesa  como  hombre  distinguido 

y  no  seas  glotón,  para  que  no  seas  menospreciado. 
*„  Cesa  el  primero  por  educación 

v  no  tragues  insaciable,  no  sea  que  choques. 
%  Además,  6Í  estuvieres  sentado  entre  muchos, 

no  extiendas  antes  que  los  demás  la  mano. 
"„  |Cuán  poca  cosa  le  basta  a  un  hombre  bien  educado!, 

y  sobre  su  lecho  *  no  vomita. 
3M  C  Dolores,  insomnio,  sufrimientos,  torturas  u 

y  cólico  acompañan  al  hombre  insaciable  T. 
M„  a  Sueño  saludable  acompaña  a  un  estómago  moderado, 

y  se  levanta  por  la  mañana  temprano  bien  dispuesto. 
x;,  Mas  si  te  propasaste  en  los  platos, 

levántate,  vomita  y  encontrarás  descanso, 
"a  Oyeme,  hijo,  y  no  me  menosprecies, 

y  por  último  comprenderás  mis  palabras. 
Sé  en  todas  tus  acciones  moderado  w, 

y  ninguna  enfermedad  x  te  salteará, 
"a  Al  suntuoso  en  las  comidas  le  elogian  los  labios, 

y  el  testimonio  de  su  bondad  es  fiel. 
Al  tacaño  en  las  comidas  le  murmura  la  ciudad, 

y  el  testimonio  de  su  tacañería  es  exacto. 
%  Con  el  vino  no  andes  en  valentías, 

pues  el  mosto  ha  perdido  a  muchos. 
**»  El  horno  prueba  la  obra  del  herrero 

así  el  vino  las  disputas  1  de  los  soberbios. 
El  vino  es  como  la  vida  a>  para  el  hombre 

si  se  le  bebiere  b'  con  medida. 
Al  falto  de  vino,  ¿qué  es  la  vida?  ; 

y  él  ha  sido  creado  para  alegría  desde  el  principio  *". 
d'*3Gozo  del  corazón  y  alegría  del  alma 

es  el  vino  bebido  a  su  tiempo  v  proporcionadamente. 
[Salud  es  para  el  alma  y  para  el  cuerpo  el  beber  sobrio.) 
"•"s,  A  mar  gura  de  alnia  es  el  vino  copioso 

en  irritación  y  titubeando  d'. 

**„  Ante  toda  cosa  él  se  agita  :  asi  parece  ha  de  interpretarse  H  lit.  :  «huye  su 
humedad»  ;  G  cllora  por  todo»  lo  que  ve.  I1  El  ojo  codicioso  :  o  bien,  la  avidez. 

v  Nada  peor  que  el  ojo:  ¿el  ojo  codicioso?,  ¿el  ojo  como  órgano  de  la  avidez? 

"M  Adonde  mira  :  e.  d.,  el  grande  (cf  v.  y  H)  ;  G  parece  dar  a  entender  que 
el  ojo  envidioso. 

M15  Sabe  que  ru  prójimo  es  como  tv  :  H  podría  también  verterse  «Conoce  a  tu  pró- 
jimo como  a  ti  mismo»,  pero  cf.  G  «Comprende  lo  que  es  10  los  deseos)  de  tu  prójimo 
por  ti  mismo».  II  En  cuanto  tú  mismo  detest\s  ■  para  no  hacérselo  al  prójimo.  G  dice 
sólo  «en  toda  cosa». 

59„  Pórtate...  :  G  «como  un  hombre  lo  que  si-  te  presente»,  y  así  H  en  margen. 
No  seas  glotón  :  otros,  «no  masques  con  ruido,  no  sorbas...». 

a„  No  vomita  :  así  (o  tiene  penosa  digestión)  H  ;  S  «no  se  agita»,  G  «no  respira 
penosamente  o  resuella  fuertemente,  como  quien  ha  abusado  de  la  comida  y  bebida». 

"j,  Vomita  :  según  la  fea  costumbre  de  algunos  pueblos,  v.  gr.,  el  romano.  Puede 
también  traducirse  :  ando  por  medio  o  «levántate  de  en  medio  de  la  reunión». 

■j,  Su  bondad:  e.  d.,  de  su  homhría  de  bien,  su  urbanidad,  su  esplendidez  (asi  G). 

nK  Así  el  vino  :  se  sabe  lo  que  vale  el  acero  cuant'o  ha  pasado  por  el  fuego  y  el 
temple,  y  lo  que  es  el  hombre  después  que  ha  bebido  y  discutido  considerablemente. 

Amargura  de  alma  :  hemos  optado  por  G  ante  lo  errp.  de  H  :  «Dolor,  ve- 
neno, ajenjo  y  vergüenza»  o  «Dolor  de  cabeza,  ajenjo  y  verg.  el  vino  bebido  por 


ECLESIÁSTICO 


31  «-32  V» 


"so  La  embriaguez  es  un  lazo  para  el  insensato 

disminuyendo  ia  fuerza  y  multiplicando  los  herida?. 

"„  En  los  banquetes  no  insultes  al  prójimo 

y  no  [le  desprecies  en  su  alegría]. 
"su  No  le  digas  palabra  injuriosa 

ni  disputes  con  él  públicamente  '', 


Los  banquetes  (continuación).  De  la  ley  y  sus  ventajas 


1  [¿Te  han  puesto  de  presidente  ?  No  te  engrías*.] 

Sé  entre  los  otros  como  uno  de  ellos. 

2  Ten  cuidado  de  ellos  y  luego  siéntate  ; 

[-]  prepara  lo  que  necesitan  y  después  túmbate, 

3  a  fin  de  que  te  regocijes  de  haberles  honrado  b 

v  obtengas  éxito  por  el  buen  ordenamiento. 
Habla,  anciano,  pues  eso  te  pertenece, 
5    pero  con  discreción  exacta,  y  no  impidas  el  canto. 
*4  En  tanto  se  canta  no  prodigues, conversación  °, 

v  no  le  hagas  el  sabio  a  destiempo. 
75  Sello  de  rubí  engastado  en  oro 

es  un  concierto  musical  en  banquete. 
s,¡  Sello  de  esmeralda  en  engarce  de  oro 

es  una  melodía  de  cantos  unida  a  la  dulzura  del  vino. 
"  [Escucha  callado  y  por  tu  compostura  te  sanaras  la  estimación. 1 
l0T  Habla,  joven,  si  te  precisa, 

11    si  insistentemente  se  te  suplica  dos  o  tres  veces. 

"a  Sé  conciso  en  el  discurso  y  en  pocas  palabras  di  mucho, 

y  sé  como  quien  sabe  y,  con  todo,  se  calla. 
'%  En  medio  de  los  viejos  no  te  ensalces 

y  a  los  magnates  d  no  char'es  con  exceso. 
Antes  del  trueno  e  brilla  el  relámpago 

y  delante  del  modesto  brilla  el  favor. 
15n  Llegada  la  hora  de  levantarse,  no  te  retrases  : 

retírate  a  tu  casa  y  no  seas  negligente 

Allí  diviértete  %  MMy  haz  lo  que  desees, 

[mas]  guardando  el  temor  de  Dios  y  sin  indecencia  h. 
"13  Y  por  todas  estas  cosas  bendice  a  tu  Creador, 

que  te  embriaga  con  sus  bienes. 
uu  Quien  busca  1  a  Dios  recibirá  la  enseñanza, 

y  los  que  corren  tras  El  alcanzarán  respuesta  K 
%  El  "que  busca  la  ley  la  hallará  k, 

y  quien  se  hurta  a  ella  encontrará  en  ella  ocasión  de  caída 


baladronada  y  con  pasión».  Alvs.,  como  Eberharter,  corrigen  G  :  «Doíor  ¡le  cabrzn, 
amargura  c  ignominia  [produce!  el  vino  bebido  en  disputa  y  cólera. »  ||  Y  tituw  an- 
10  :  otros  traducen  ay  en  la  disputa». 

DO    1  l'i;i  stDKxn:  :   estos  yv.  en  G  van  precedidos  del  título  «De  los  presidentes». 

elegidos  antes  del  banquete  para  que  sean  todos  los  convidados  tratados  con 
honor.  I|  Entre  i.os  otros  :  e.  d.,  los  convidados. 
-  Siéntate  :  o  túmbate. 

3  Obtungas  éxito:  o  logres  agradar;  G  «obtengas  corona»,  al  parecer  pensando 
en  la  que,  como  los  griegos  y  romanos,  regalarían  los  judíos  a  los  presidentes  de 
mesa. 

6  No  IMPIDAS  EL  canto  :  o  la  música,  que  para  los  antiguos  era  complemento  obli. 
gado  del  festín. 

11  Se  te  suplica  :  o  se  te  pregunta  dos  o  tres  veces. 

19iri  Ei.  que  busca  la  ley:  tratando  de  conocerla  y  guardarla.  ||  Quien  se  hurta 
a  su  cumplimiento  (o  bien,  con  otros,  «quien  se  hace  el  hipócrita»,  fingiendo  cum 
plirla)  será  cogido  en  la  trampa  de  la  misma  ley. 


-  1238  - 


32  2°-33  10 


ECLESIÁSTICO 


32  2°— 33  10 


-■",«  Los  que  temen  a  Yahveh  comprenderán  1  la  justicia 

y  harán  salir  de  la  oscuridad  los  pen.-amientos  "'. 
■\-  p;i  "hombre  pecador  evita  las  reprimendas 

y  lleva  la  ley  tras  el  capricho  de  su  conveniencia. 
K1S  El  hombre  sabio  no  encubre  la  sabiduría 

y  el  soberbio  no  guarda  su  lengua  n, 
a    laun  después  de  haber  obrado  sin  consejo 

y  de  ser  redargüido  por  sus  proyectos.) 

**„  Sin  consejo  nada  emprendas, 

y  después  de  la  acción  no  tendrás  que  arrepentirte. 
'•*M  En'camino  lleno  de  trampas  no  andes, 

v  no  tropezarás  en  obstáculos  de  los  pies  °. 
[21]  No' te  fíes  de  camino  de  malvados 
26   v  piensa  en  tu  final  p. 

-"v.  En  todas  tus  obras  presta  atención  a  tu  alma, 

porque  todo  el  que  hace  eso  guarda  los  mandamientos. 

Ma  El  que  guarda  «  la  lev  se  guarda  a  sí  mismo, 

v  quien  confía  en  Vahveh  no  carecerá  de  nada  r. 


La  ley  (continuación).  Ei  necio  y  ei  amigo  burlón.  Las 
desigualdades  sociaíes.  De»  autor  y  su  libro.  Sobre  las 
disposiciones  testamentarias.  De  los  siervos 

OQ  1    El  que  teme  a  Yahveh  no  experimentará  el  mal, 
pues  aunque  fuere  probado  será  salvo. 
■   No  se  instruirá  quien  aborrece  la  ley  a, 

v  vacilará  b  [como  nave  en  tempestad]. 
3    El  hombre  inteligente  sabe  interpretar  la  palabra  divina  c, 

y  la  ley  es  para  él  digna  de  fe  J  [corno  la  interrogación  del 
[']  a  Prepara  tu  discurso,  y  así  serás  escuchado  e;  [oráculo. 

recoge  tu  saber  y  responde J. 
6   Rueda  de  carro  son  las  entrañas  del  necio, 

y  cual  eje  que  da  vueltas,  su  razonamiento. 
'■    Caballo  semental  es  el  amigo  charlatán  : 

relincha  bajo  de  cualquier  jinete. 
'    ¿Por  qué  un  día  vale  más  que  otro  día, 

cuando  toda  la  lu¿  del  ano  *  [viene]  de  un  mismo  sol  ? 
8   Por  la  ciencia  de  Yahveh  han  sido  distinguidos, 
1   y  ha  hecho  variar  los  tiempos  y  las  fiestas  h. 
109  De  ellos  ha  bendecido  '  y  santificado  unos 

y  otros  ha  colocado  en  el  número  de  los  días  [corrientes]. 
[10]  Así  todos  los  hombres  de  la  arcilla  [proceden], 
de  la  tierra  fué  Adán  creado. 

según  su  antojo.  C  más  bien  «según  su 

A  tu  alma  :  e.  d.,  a  ti  mismo.  Obra  en  conciencia  y  según  los  dictados  de  la 

3zón. 

>*>    -  Como  nave  :  e.  d.,  que  en  el  peligro  no  recibirá  socorro  ninguno  de  la  ley 
nuc  insulta. 

3  Hígna  de  fe  :  el  sentido  es  que  para  el  justo  la  ley  es  digna  de  fe  como  oráculo 
■tenido  por  el  Urim  (así  leen  algs.),  que  no  se  discute. 

-1  Rueda  de  carro  :  significa  que  el  espíritu  del  insensato  es  la  movilidad  misma. 

"  Caballo  semental  :  de  igual  suerte  que  dicho  caballo  relincha  sin  cuidarse  para 
ada  del  jinete,  así  el  charlatán  ÍG  «burlón»)  suelta  su  dicho  sin  tener  en  cuenta 
i  amistad. 

'  Vale  mas  :  o  bien,  se  distingue  de  o  es  tratado  de  modo  diverso  que. 
8  Tor  LA  ciencia  :   por  la  sabiduría  y  providencia  de  Dios. 


—  — 


33 


ECLESIÁSTICO 


33  U-íá 


"    La  sabiduría  de  Yahveh  J  los  ha  distinguido  k 

y  diversificado  los  caminos  de  ellos. 
13    De  entre  ellos  ha  bendecido  y  ensalzado  a  algunos, 

y  ha  santificado  a  otros  y  aproximado  a  sí  ; 

a  otros  de  ellos  ha  maldecido  y  abatido 

y  los  ha  derribado  de  su  puesto. 
la    Lomo  la  arcilla  en  mano  del  alfarero, 
"13  que  él  configura  a  su  capricho  ', 

así  el  hombre  está  en  manos  de  su  Hacedor, 

para  darles  según  su  juicio. 
au  Enfrente  del  mal  está  el  bien, 

y  enfrente  de  la  muerte,  la  vida  m  ; 

frente  al  hombre  de  bien  u  está  el  pecador, 

u  y  frente  a  la  luz,  las  tinieblas  °. 
["]  Así  contempla  todas  las  obras  divinas  v, 

dos  a  dos,  una  frente  a  otra. 

1,1    Yo  también  el  último  me  he  desvelado, 

como  quien  racima  después  de  la  cosecha. 
,:    Con  la  bendición  de  Dios  también  yo  he  avanzado, 

y  como  vendimiador  he  llenado  el  lagar. 
"    Advertid  que  para  mí  solo  no  he  trabajado, 

sino  para  cuantos  buscan  la  educación. 
"'    ¡  Escuchadme,  príncipes  del  pueblo  ", 

y  prestadme  oídos,  presidentes  de  la  comunidad  ! 
"    A  hijo  y  mujer,  hermano  y  amigo, 

no  lea  des  poder  sobre  ti  en  tu  vida  r 

y  no  des  a  otro  tus  bienes, 

para  que  no  te  arrepientas  y  tengas  que  pedirles. 
'"    Mientras  aun  vivas  y  haya  aliento  en  ti, 

no  te  enajenes  a  ninguna  carne. 
"    Porque  vale  más  que  tus  hijos  te  rueguen 

que  haber  tú  de  mirar  a  las  manos  de  tus  hijos. 
"3    En  todas  tus  actividades  queda  independiente 
-A    y  no  eches  mácula  sobre  tu  honra. 
[**]  Al  tiempo  de  acabarse  el  corto  número  de  tus  días, 

a  la  hora  de  la  muerte,  reparte  tu  hacienda. 

Forraje,  palo  y  carga  para  el  asno, 

[pan],  corrección  y  trabajo  para  el  esclavo. 
16    Haz  trabajar  a  tu  esclavo  para  que  no  reclame  descanso 

no  se  aproveche  de  ello  1  y  reclame  la  libertad. 
"    Yugo  y  riendas  hacen  doblar  el  cuello  [a  la  bestia], 
38   y  para  el  mal  esclavo  torturas  y  pruebas  u. 
[M]  Ponle  en  algún  trabajo  para  que  no  gandulee, 

,413  Para  darles  :  o  que  les  da  según  su  juicio.  H  más  bien  «dependiendo  de  El 
|su]  suerte»  o  destino. 

,l!  Yo  también  el  último  me  he  desvelado  :  o  «me  he  aplicado  después  de  los  de- 
más», e.  d.,  «llego  el  último,  pero  gracias  a  Dios...».  Otros  corrigen  :  «y  yo  soy  como 
último  llegado»  (así  Eberharter).  Algs.  mss.  G  agregan  tras  ese  escrito,  intercalán- 
dolo :  «y  los  he  heredado  como  queda  dicho  al  principio»,  e.  d.,  he  heredado  a  aque- 
llos que  en  la  nación  hicieron  colecciones  de  sentencias,  como  Salomón  y  otros. 

20  No  des  A  otro  ¡  reglas  de  vida  sumamente  prácticas  y  que  no  han  caducado 
con  los  años. 

21  No  te  enajenes  a  ninguna  carne  :  «no  dejes  que  nadie  te  reemplace»  o  desplace 
y  sustituya,  como  vierten  otros. 

23  En  todas  tus  actividades  o  tu  conducta  permanece  independiente  ;  más  bien  que 
«obra  como  superior»  sobre  tus  bienes,  que  vierte  G. 

F4]  Ai.  tiempo  de  acabarse...  :  II  algo  dudoso,  algs.  lo  corrigen.  G  «en  el  dfa  final 
(de  la  terminación)  de  los  días  de  tu  vida». 

m  Forraje,  palo  :  compárase  aquí  al  esclavo  con  el  asno,  porque  este  animal  era 
mejor  tratado  en  Oriente  que  entre  nosotros. 

Torturas  y  pruebas  :  o  instrumentos  de  tortura  y  expiación  'suplicio,  eastitro)  : 
otros,  «convienen  cepos  y  golpes»,  «látigo  y  torturaV 

—  12/10  — 


33  »-34 


ECLESIÁSTICO 


33  29-34  ifi 


■   porque  la  ociosidad  enseñó  mucho  malo. 
ra]  [Ponle  al  trabajo  según  le  convenga 

y,  de  no  obedecer,  cárgale  (los  pies)  con  grilletes.} 
w    [Mas]  no  te  excedas  con  ningún  mortal 

v  nada  hagas  sin  juicio. 
°   Si  tuvieres  un  solo  esclavo,  sea  como  tú, 

pues  contra  ti  mismo  [le  maltratarías]  T. 
[■]  Si  tienes  un  solo  esclavo,  considérale  como  un  hermano 

v  no  le  irrites  :  sería  a  tu  costa  w. 
"mSí  le  maltratares,  partirá  v  se  habrá  perdido  [para  ti]  1  : 
*   ¿  por  qué  camino  le  hallarías  ?  » 


La  verdadera  confianza.  Sacrificios  y  ayunos  frente  al 
culto  que  Dios  reclama 

O  A   '    Esperanza  vacías  y  engañosas  las  del  hombre  irreflexivo, 
v  los  sueños  dan  a  los  necios  alas  para  volar. 

*  [Es]  como  quien  coge  una  sombra  y  persigue  el  viento 

aquel  que  en  sueños  confía. 
'    Esto  tras  aquello  :  tal  es  la  visión  de  los  sueños  a, 

enfrente  de  un  rostro  la  semejanza  de  un  rostro. 
4    Del  impuro,  ¿qué  cosa  saldrá  pura?; 

y  del  mentiroso,  ¿  qué  verdad  oodrá  salir  ? 

*  Adivinaciones,  augurios  y  sueños  son  cosas  vanas 

s   y  como  lo  que  imagina  corazón  de  mujer  encinta  b  ; 
[*]  a  no  ser  que  vengan  enviadas  del  Altísimo  en  una  visita, 

no  les  entregues  tu  corazón. 
'    A  muchos  engañaron  los  sueños 

y  cayeron  por  confiar  en  ellos. 
■    Sin"  engaño  ha  de  cumplirse  la  ley, 

y  la  sabiduría  [procedente]  de  una  boca  fiel  es  la  perfección 
'    Un  hombre  instruido  conoce  muchas  cosas, 

y  el  muy  experimentado  hablará  prudentemente. 
10   Quien  no  ha  sido  tentado  poco  sabe, 

mas  quien  ha  viajado  de  acá  para  allá  abunda  en  destrezas. 

"     [Quien  no  ha  sido  tentado.  ;  qué  puede  saber? 

El  que  ha  sido  engañado  prodigará  cautela.) 

Bu  Muchas  cosas  he  visto  en  mis  viajes, 

y  mayor  que  mis  palabras  es  mi  ciencia. 
,3I2  Muchas  veces  estuve  en  peligro  de  muerte, 

y  gracias  a  esas  cosas  me  he  salvado. 
",s  El  "espíritu  de  los  que  temen  al  Señor  vivirá, 
15   porque  su  esperanza  está  en  su  salvador. 
*m  Quien  teme  al  Señor  no  vivirá  en  cuidado  ; 

de  nada  tendrá  miedo,  porque  El  es  su  esperanza. 


•J^*    '  Siw  engaño     como  si  dijera  :  reci 
donde  está  la  verdad  incorrupta  y  donde 
hallarás  verdadero  y  cierto  conocimiento 
según  otros  :  se  hará  realidad,  se  llevará 
•  Hablará  prudentemente  :  o  comunica 
10  No  ha  sido  tentado  o  probado  :  o  t 
uls  A  esas  cosas:  e.  d.,  a  mi  cxperien 
El  espíritu  :  e.  d.,  que  el  alma  de 
de  la  gracia,  única  que  puede  prometerse 


s,  no  los  que  vienen  de  Dios, 
irre  ante  todo  a  la  ley  y  palabra  de  Dios, 
por  ciertas  cosas  que  nos  están  prometidas 
de  lo  futuro.  I|  Es  la  perfección  :  o  bien, 


ien,  quien  nada  ha  experimentado. 

los  que  buscan  al  Señor  vivirá  de  la  vida 
al  alma  inmortal 


—  1241  — 


34  "-35  5 


ECLESIÁSTICO 


34  17-35  5 


b  Dichosa  el  alma  de  quien  teme  al  Señor. 
18    ¿  Con  quién  cuenta  ?  ¿  Y  quién  es  su  apoyo  ? 
,916  Los  ojos  del  Señor  están  sobre  quienes  le  aman  : 
es  protección  poderosa  y  fuerte  sostén, 

abrigo  contra  el  viento  y  toldo  contra  el  calor  del  mediodía, 
'-"   salvaguardia  del  tropiezo  y  socorro  para  la  caída  ; 
["]  que  eleva  el  alma  y  alumbra  los  ojos, 

'que  da  salud,  vida  y  bendición. 
2\s  Quien  sacrifica  de  lo  mal  adquirido,  oblación  burlesca  [hace], 

y  no  son  aceptables  ofrendas  de  inicuos. 
a-     [El  Señor  es  sólo  para  los  que  se  mantienen 

en  el  camino  de  la  verdad  y  la  justicia.] 

ai,  No  gusta  el  Altísimo  de  las  oblaciones  de  los  impíos, 

y  no  por  lo  numeroso  de  las  víctimas  perdona  los  pecados. 
Inmola  al  hijo  en  presencia  de  su  padre 

quien  ofrece  sacrificios  con  bienes  de  pobres. 
**a  El  pan  de  los  indigentes  es  la  vida  de  los  pobres  ; 

quien  lo  arrebata  es  hombre  sanguinario. 
*2a  Mata  al  prójimo  quien  le  quita  su  subsistencia, 
57   y  derrama  sangre  quien  priva  de  sueldo  al  jornalero. 
B53  El  uno  edifica  y  construye  el  otro, 

¿  qué  otro  provecho  [les]  queda  sino  la  fatiga  ? 
9íí  El  uno  reza  y  el  otro  maldice, 

¿la  voz  de  quién  escuchará  el  Altísimo? 
'"-s  El  que  se  lava  por  [haber  tocado]  un  muerto  y  le  toca  de  nuevo, 

¿  qué  provecho  sacará  de  su  ablución  ? 
nM  Tal  es  el  hombre  que  ayuna  por  sus  pecados 

y  otra  vez  vuelve  a  ellos  y  hace  las  mismas  cosas  ; 

¿  quién  escuchará  su  oración, 

ni  qué  le  aprovechará  haberse  humillado  ? 


El  culto  grato  a  Dios.  Castigo  de  los  paganos  opresores 
de  Israel 

oc        Quien  guarda  la  ley  multiplica  las  ofrendas. 

•'    Ofrece  sacrificio  pacífico  quien  observa  los  mandamientos». 

3     [Y  como  ofrecer  por  las  injusticias  propiciación  de  sacrificio 

4..  Quien  da  gracias  ofrece  oblación  de  flor  de  harina, 
y  el  que  hace  limosna  hace  sacrificio  de  alabanza. 

63  La  satisfacción  del  Señor  está  en  evitar  la  maMad, 

y  el  sacrificio  expiatorio  en  alejarse  de  la  injusticia. 


**_  Inmola  al  hijo  :  ese  hijo  matado  delante  de  su  padre  es  el  pobre  oprimido 
bajo"  la  mirada  de  Dios;  expresión  que  nos  da  a  entender  cuanto  es  el  amor  di 
Dios  para  los  desgraciados. 

*a  El  pan  de  los  indigentes  :  es  la-  vida  del  pobre.  Quitarle  ese  pan  es  matarle. 
Por  "eso  decía  San  Ambrosio  :  «Si  non  pavistis,  occidistis.» 

*a  El  uno  edifica  :  estos  vv.  admiten  varias  interpretaciones.  Vna  de  las  nu\- 
aceptables  es  decir  que  por  su  sacrificio  el  rico  construye,  levanta  una  obra  buena 
y  el  pobre  destruye  el  mérito  de  la  ofrenda  por  estar  hecha  a  sus  expensas  y  m 
a  las  de  su  opresor;  el  rico  pierde  su  trabajo  para  con  Pios,  y  el  pobre  pierde  e 
suyo  en  este  mundo  por  quedar  privado  de  su  fruto. 

Opr    1  Multiplica  las  ofrendas:  la  observancia  de  la  ley  «s  la  oblación  mas  agra( 
dable  que  se  puede  hacer  al  Señor. 
-  Sacrificio  pacífico  :  o  «de  salud»  o  saludable,  según  interpretan  otros. 


—  1242  — 


35  6-26 


ECLESIÁSTICO 


35  °-2ü 


•\  No  te  presentes  de  vacío  ante  el  Señor, 
7    pues  todo  eso  [es  debido]  por  mandado. 
*6  La  oblación  del  justo  unge  el  altar, 

v  su  perfume  [sube]  a  presencia  del  Altísimo. 
\  El  sacrificio  del  hombre  justo  es  aceptable, 

v  su  memorial  no  caerá  en  olvido. 
I0,  Honra  al  Señor  con  buenos  ojos 

v  no  empequeñezcas  la  primicia  de  tus  ¡nanos.  *  * 
u,  En  todos  tus  dones  b  pon  rostro  alegre 

v  con  alboro/.o  consagra  el  diezmo. 
i:„Daa  Dios  según  su  donación  a  ti, 

y  con  generosidad,  conforme  a  tus  medios  °. 
uu  Porque  un  Dios  remunerador  es  El 

v  siete  veces  más  te  compensará. 
"„  No"  ofrezcas  regalos  corruptores,  poi  que  El  no  los  aceptará, 
,;    y  no  confíes  en  sacrificio  procedente  de  fraude  ', 

pues  Dios  de  justicia  es  El, 

y  no  se  da  en  El  acepción  de  personas. 
'",3  No  hará  acepción  de  personas  contra  el  pobre 

y  ha  de  escuchar  las, súplicas  del  oprimido. 
1714  No*  menosprecia  el  gemido6  del  huérfano 

ni  la  viuda  cuando  derrama  sus  quejas  (. 
IS,B  ¿Por  ventura  no  le  corren  las  lágrimas  por  sus  mejillas 

v  no  gime  ella  por  su  infortunio  e  ? 
<«    rjpues  desdi-  [susj  mejillas  suben  hasta  eí^ciélb,^  , 

El  amargado  de  alma  (?)  de  buen  grado  es  acogido  b, 

y  [sus]  súplicas  llegan  '  a  las  nubes. 
-\1  La  oración  del  humilde  penetra  las  nubes, 

y  hasta  que  llega  [a  su  destino]  no  descansa  j  ; 

no  cesará  hasta  que  haya  mirado  Dios 

y  el  juez  justo  haga  justicia  k. 
"1S  Tampoco  Dios  tardará, 

y,  como  un  guerrero,  no  se  contendrá  1 

hasta  que  haya  machacado  ios  lomos  del  hombre  cruel  m 
23    y  haya  tomado  venganza  de  las  naciones  ; 

hasta  que  haya  expulsado  la  vara  de  la  insolencia 

y  hecho  trizas  el  cetro  de  la  injusticia  ; 
"4,¡,  hasta  que  haya  pagado  el  hombre  según  su  obrar 

y  remunerado  a  la  humanidad  conforme  a  sus  designios  ; 
20    hasta  que  haya  pleiteado  la  causa  de  su  pueblo 

y  le  haya  regocijado  mediante  su  socorro. 
*»  [Oportuna  es  la  misericordia  divina  en  tiempo  de]  tribulación, 

como  nube  11  de  lluvia  en  tiempo  de  sequía. 


•  ...  rk..st.\ii.s  dí  VACÍO  :   c.  U.,  ion  las  manos  vacias.  Aunque  la  observancia 

de  la  ley  es  la  mejor  ofrenda  para  Dios,  quiere  El  que  no  se  descuide  el  ofrecer  las 
prescritas  cuando  se  va  al  templo. 

*„  Ungf.  :   lit.,  engrasa. 

'Jt.  Su  memorial  :  e.  d.,  el  sacrificio  de  recuerdo  (azkará)  del  justo. 
"',  Con  buenos  ojos  :  y  no  con  los  malos  de  la  avaricia. 

an  Con  generosidad,  conforme  a  tus  medios  :  lit.,  con  buenos  ojos,  según  el  ha- 
llazgo de  tu  mano  (así  G). 

,  No  ofrezcas  regalos  :  equivale  a  no  trates  de  conseguir  del  .Señor  mediante 
ofrendas  la  libertad  de  obrar  mal  o  la  exención  del  castigo. 

s18  Tampoco  Dios  tardará  :  e.  d.,  no  probará  largo  tiempo  la  paciencia  y  perseve- 
rancia del  humilde  ;  le  oirá  prontamente. 

23  Haya  expulsado  o  desposeído,  desplazado,  la  vara  (otros,  «el  ejército»  ;  H  «vara 
o  tribu»)  de  la  insolencia  o  del  orgullo.  Cf.  G  :  «haya  exterminado  la  multitud  de 
los  insolentes». 

-',„  Uur.  HAYA  pagado:  los  hombres  suscitados  por  Dios  para  castigar  a  Israel  debían, 
a  su  vez,  llevar  el  castigo  de  su  crimen. 

a  Mediante  su  socorro  o  salvación  :  G  «con  su  misericordia». 


—  1243  — 


36  i — 30 


ECLESIÁSTICO 


36  1-20 


Plegaria  por  Israel  oprimido  y  el  advenimiento 
del  «reino».  La  elección  de  esposa 

'  1    ¡  Sálvanos,  oh  Dios  del  universo  a, 

I  e  infunde  tu  temor  sobre  todas  las  naciones  ! 

,    ¡  Agita  b  tu  mano  contra  los  pueblos  extranjeros 
y  vean  tu  poder ! 

4  Como  a  vista  de  ellos  has  sido  santificado  en  nosotros, 

así  delante  de  nosotros  sé  magnificado  c  en  ellos  ; 

5  para  que  reconozcan  ellos,  como  hemos  nosotros  reconocido, 

que  no  hay  Dios  fuera  de  ti. 
"    Renueva  las  señales  y  reproduce  ¡os  portentos. 
7   Glorifica  [tu]  mano  y  [tu]  brazo  derecho. 
87  Despierta  [tu]  cólera  y  derrama  la  ira. 

II  a  Abate  al  adversario  y  dispersa  d  al  enemigo, 
"s  Apresura  e  el  término,  y  acuérdate  del  plazo  °, 

pues  ¿  quién  te  dirá  :  Qué  haces  ?  ' 
[Con  ira  de  fuego  sea  engullido  quien  intenta  salvarse, 

y  quienes  vejan  a  tu  pueblo  hallen  la  perdición.] 
1210  Haz  trizas  la  cabeza  de  los  jefes  del  enemigo, 

e  que  dice  :  «Nadie  hay  fuera  de  mí.»  * 
"u  Reúne  a  todas  las  tribus  de  Jacob 

h  y  posesiónense  de  la  herencia  como  en  los  días  de  la  anti- 
,4i2  Ten  piedad  del  pueblo  '  llamado  de  tu  nombre,  [güedad  h. 

y  de  Israel,  al  que  has  apellidado  j  tu  primogénito. 
,3ia  Compadécete  de  tu  ciudad  santa, 

Jerusalén,  lugar  de  tu  residencia  k. 
'"14  Llena  a  Sión  de  tu  majestad 

y  de  tu  gloria  a  tu  santuario  '. 
"„  Da  testimonio  a  ias  que  son  tus  criaturas  desde  el  principio 

y  lleva  a  efecto  las  profecías  pronunciadas  en  tu  nombre. 
"„  Da  premio  a  los  que  en  ti  esperan 

y  tus  profetas  sean  hallados  verídicos. 
I"l  Escucha  1  la  plegaria  de  tus  servidores  m , 
"   según  tu  benevolencia  n  para  tu  pueblo, 

y  conozcan  todas  las  extremidades  de  "  la  tierra 

que  tú  eres  el  Dios  eterno. 
""ls  La  garganta  p  devora  q  todo  alimento, 

pero  hay  un  alimento  mejor  que  otro  alimento. 


Ofí    !  Has  sido  santificado  :  lias  mostrado  tu  santidad  con  castigos  enviados  al  pue- 
blo  judío  en  pena  de  sus  desórdenes.  Cf.  Ez.  28,  22,  y  38,  23. 
1  Glorifica  tu  mano  :  e.  d.,  tu  poder. 

"'8  Apresura  el  término  :  e.  <!.,  el  fin  de  la  opresión  y  el  tiempo  de  la  venganza 
y  nuestra  liberación,  o  sea  la  época  mesiánica,  de  reagrupación  del  pueblo  disperso 
y  manifestación  de  la  gloria  de  Dios  en  el  templo  (cf  Ag.  2,  9I. 

n„  Con  ira  de  fuego  '  o  bien,  por  la  ira  del  fuego  ;  e.  d.,  por  la  llama  de  la  ira 
>ea  devorado  ¡  cf.  2  Re.  1,  10.12. 

u10  Haz  trizas  o  aplasta  la  cabeza  de  los  príncipes  del  enemigo  (así  en  corrección 
tnargin.il,  texto  de  Moab,  simbolizando  a  todos  los  enemigos,  como  en  Núm.  24,  17), 
e.  d.,  de  los  Seléucidas  sirios,  que  por  entonces  tiranizaban  Palestina. 

un  Keúne  :  se  refiere  a  los  judíos  quedados  en  Babilonia  después  de  la  cautividad 
y  a  la  congregación  de  todas  las  tribus  en  tiempo  mesiánico  (cf.  Is.  11,  11-16,  y 
Jer.  3,  18). 

,715  T.as  que  son  ius  criaturas  dksde  el  principio  :  o  rjieu,  a  tu  creación  primera. 


—  1244  r 


36  21-37  » 


ECLESIÁSTICO 


36  21-37  9 


**„  El  paladar  distingue  al  gusto  los  manjares  dados  r, 

ásí  un  corazón  inteligente  los  alimentos  de  mentira  ». 
"ao  El  corazón  perverso  da  tristeza, 

mas  el  hombre  experimentado  le  hace  frente  *. 
aai  La  mujer  acepta  cualquier  marido, 

pero  [una  muchacha  es  mejor  que  otra]. 
M~¡  La  belleza  de  la  mujer  alegra  el  semblante 

v  sobrepuja  todo  deseo  de  los  ojos. 
,4M  Si  a  esto  une  ella  dulzura  de  lengua  u, 

su  marido  no  pertenece  ya  al  común  de  los  hijos  d-;  los  hom- 
J*M  Toma  a  una  mujer  como  primera  adquisición  r  :  [bres. 

es  una  ciudad  fortificada  w  y  una  columna  de  apoyo. 
"„  Falta  de  cerca,  la  viña  x  será  saqueada, 

y  donde  no  hay  mujer  se  vive  vagabundo  y  errante  y. 
w«  ¿  Quién  se  fiará  de  una  banda  armada  2 

que  6alta  de  ciudad  en  ciudad? 

Así  es  el  hombre  que  carece  de  nido 

y  se  aloja  donde  le  sorprende  la  noche. 


La  elección  de  amigos  y  de  buenos  consejeros.  Sabiduría 
verdadera  y  falsa.  Cuidado  de  la  salud;  la  templanza 

nn  1   Todo  amigo  afirma  :  «Soy  amigo»  "  ; 

■  pero  hay  amigo  que  de  amigo  sólo  el  nombre  tiene. 

l2l  ¿No  es  pena  que  se  acerca  a  la  muerte 

'  que  un  amigo  [amado]  como  a  ti  mismo  se  te  trueque  b  en  ene- 
1   ¡Oh  perversa  idea!  ¿Por  qué  has  sido  creada  0  [migo? 

para  cubrir  el  mundo  de  engaño  ? 
'    Malo  es  el  amigo  que  cuenta  con  [vuestra]  mesa  d, 

v  en  tiempo  de  aflicción  se  mantiene  enfrente  *< 
'    Bueno  es  el  amigo  que  combate  contra  [vuestro]  enemigo, 

y  contra  [vuestros]  adversarios  toma  el  pavés. 
4   No  olvides  al  compañero  en  el  combate  f 

y  no  le  abandones  en  [el  reparto  de]  tu  botín  K. 

¡No  tomes  consejo  de  quien  te  mira  de  reojo 
y  encubre  tu  designio  a  los  que  te  envidian.) 

\  Todo  consejero  dice  :   ¡  Ve  !  h  ; 

pero  hay  consejero  que  np  atiende  sino  a  sí  mismo. 
%  Delante  de  un  consejero  guárdate 

y  conoce  primero  sus  necesidades, 

U.n  CORAZÓN  :  e.  d.,  un  espíritu  (inteligente  o  sensato».  Lo  mismo  en  el  v.  si- 
guiente. 

Cualquier  marido  :  como  a  la  mujer  hebrea  no  le  tocaba  buscar  marido,  acep- 
taba" el  que  se  presentaba  y  era  del  agrado  de  sus  padres.  Sin  embargo,  parece  que 
el  texto  esperado  sería  más  bien  :  «El  hombre  toma  indiferentemente  a  cualquier 
mujer...i 

-'22  La  belleza...  alegra  :  lit.,  ilumina,  e.  d.,  hace  radiante  el  rostro,  y  sobrepuja 
todo  deseo  de  los  ojos  :  e.  d.,  cuanto  los  ojos  (G  dice  «el  hombre»)  pueden  desear. 

*a  No  PERTENECE  VA  AL  COMÚN  DE  LOS  HIJOS  DE  LOS  HOMBRES  !  O  bien,  de  IOS  luios 
de  Adán,  de  los  mortales  ;  e.  d.,  es  el  más  feliz  mortal. 

aM  Que  carece  de  nido  :  los  célibes  eran  sospechosos  para  los  judíos,  que  tanto 
estimaban  el  matrimonio,  por  la  esperanza  que  tenían  de  que  naciera  de  su  familia 
el  Mesías. 

0»T    1  SOY  amigo  ¡  o  bien,  lit.,  amo. 

5  Toma  el  pavés:  o  bien,  empuña  las  armas  no  para  defender  a  la  persona 
amiga,  sino  para  librarse  él  del  peligro. 

»,  No  atonde  sino  A  sí  mismo:  o  bien,  «aconseja  para  su  provecho.  (Gi. 

*s  Guárdate  :  o  pon  en  centinela  tu  alma. 


37  10-27 


ECLESIÁSTICO 


¿7  10-27 


porque  él  también  piensa  en  .sí  mismo, 
"'    no         que  Le  eche  la  suerte, 
"o  y  te  diga  :  ¡  Bueno  es  tu  camino!, 

y  se  te  quede  enfrente  para  contemplar  tu  desgracia  '. 
l;,0  No  consultes  con  tus  enemigos 

y  oculta  tus  secretos  a  los  que  le  envidian  ; 
1"1  con  mujer  acerca  de  su  rival 

y  [con]  el  combatiente  acerca  de  la  guerra  ; 

con  mercader  acerca  de  la  venta 

y  [con]  comprador  acerca  de  la  compra  ; 

con  envidioso  acerca  de  caridad 
"   y  [con]  despiadado  j  acerca  de  buenos  sentimientos:  ; 

[con]  el  jornalero  acerca  de  su  trabajo  k 
14    y  [con]  el  mercenario  anual  acerca  del  gasto  de  grano  1  ; 

[con  sirviente  inútil  acerca  de  un  gran  esfuerzo: 

no  te  fíes  de  ellos  para  ningún  consejo]  "'. 
"ta  Mas  [trata  asiduamente]  con  hombre  que  teme  [a  Dios]  n  de 

de  quien  sepas  que  guarda  lo.>  maii.laai.eiit.i->,  [continuo, 
"    que  en  su  corazón  u  es  como  tu  corazón  °, 

y  si  tropezares,  se  dolerá  contigo. 
17u  Y,  además,  atente  al  consejo  de  [tu]  corazón, 

porque  nadie  te  será  más  tiel  que  él. 
'",4  El  corazón  del  hombre  le  anuncia  lo  que  debe  hacer  v 

más  que  siete  centinelas  puestos  sobre  atalaya. 
19,6  Y  con  todo  esto  ruega  a  Dios 

para  que  enderece  por  la  verdad  tus  pasos. 

"",c  Principio  de  toda  obra  es  la  palabra, 

y  antes  de  todo  acto,  el  pensamiento. 
an  La  raíz  de  los  pensamientos  es  el  corazón  i  ; 

cuatro  ramas  hace  brotar  : 
l'8l  bien  y  mal,  vida  y  muerte  ; 

mas  quien  señorea  en  ellas  sin  excepción  es  la  lengua. 
nlt  Hombre  hay  inteligente  que  es  tenido  por  tal  a  los  ojos  de  mu- 

V  para  sí  mismo  es  un  necio  s.  [chos  ' 

Y  hay  sabio  aborrecido  por  sus  palabras 

y  falto  de  todo  alimento  grato. 
**sl  [Poique  no  le  fué  dada  por  el  Señor  gracia, 

por  lo  que  de  toda  sabiduría  está  desprovisto.] 
Hay  sabio  que  lo  es  para  sí  mismo, 

[y]  los  frutos  de  su  inteligencia  [revierten]  sobre  su  cuerpo  '. 
Mí3  Y  hay  sabio  que  lo  es  para  su  pueblo  u, 

[y]  los  frutos  de  su  inteligencia  son  para  éste  T, 
"¡h  El  sabio  es  saciado  de  placeres  w 

y  le  dicen  bienaventurado  cuantos  le  ven. 


uieren  otros. 

a.  Como  que  está  más  intere. 
íficre  que  no  deba  el  hombre 


quí  en  el  sentido  de  razón,  reflexión.  ||  I 

'en/elVónco.  |¡  Ei.  corazón:  o  sea,  la  inteligencia. 
i.nio  guato  :  otros,  «de  todo  disfrute».  Puetle  entenderse  que 
en  vez  de  serle  provechosa,  le  sumirá  en  la  más  honda  miser 
íevolencia,  favor. 


—  1 246  — 


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ECLESIÁSTICO 


37  28-38  1 


La  vida  del  hombre  es  de  un  número  [contado]  de  días, 
mas  la  vida  de  Israel  es  de  días  sin  número. 

El  sabio  entre  st»  pueblo  heredará  gloria  N 
v  su  nombre  vivirá  eternamente  y. 

Hijo,  en  tu  vida,  pruébate  a  ti  mismo 

v  mira  qué  es  malo  para  ella  y  no  se  lo  des. 
%  Porque  no  todo  es  para  todos  provechoso 

v  no  todo  alimento  conviene  a  todo  el  mundo. 
B,,No'  te  precipites  sobre  los  placeres 

y  no  seas  ávido  de  manjares  l. 
**w  Porqué  en  la  abund.v.icH  de  pintos  anida  la  enfermedad 

y  la  intemperancia  lleva  a  la  náusea. 
w31  Faltos  de  disciplina,  murieron  muchos  ; 

pero  quien  se  observa  alarga  su  vida. 


El  médico  y  la  curación.  Proceder  en  caso  de  defunción. 
Los  artesanos  y  la  sabiduría 

oo  '    Honra  al  médico  por  cuanto  tienes  de  él  necesidad, 
pues  a  él  también  le  ha  creado  Djos. 
■'    De  Dios  procede  la  habilidad  del  médico  a. 
y  del  rey  recibe  obsequios. 

3  La  ciencia  del  médico  le  eleva 

v  se  mantiene  b  delante  de  los  grandes. 

4  Dios  ha  sacado  de  la  tierra  los  remedios 

v  un  hombre  inteligente  no  los  rechazará. 
6    ¿  No  se  endulzaron  las  aguas  por  un  madero 

nara  dar  a  conocer  a  todo  hombre  Su  potencia  ? 
*    Y  El  ha  dado  al  hombre  el  conocimiento 

para  que  se  glorifique  en  su  poder. 
1  Con  ellos  el  médico  L'  aplaca  el  dolor  ; 
TI  asimismo,  el  boticario  prepara  mixtura, 

de  suerte  que  la  obra  de  El  no  termina 


*„  La  vida  del  hombre  :  el  sabio  tiene  los  días  contados,  como  todo  hombre  ;  pero 
enseña  a  un  pueblo  cuya  duración  no  tiene  limites  y  en  cuyo  seno  permanecerán  sus 
enseñanzas  y  florecerá  su  gloria  eternamente. 

3"...  A  ti  mismo  :  lit.,  tu  alma,  e.  d.,  tu  temperamento,  tu  carácter,  tu  gusto  y  deseo. 
No  iodo  ALIMENTO  conviene  a  toda  persona  :  o  bien  (c.  G),  «no  todo  el  mundo 
(lit.,  H  y  G  «toda  alma»)  se  complace  en  todo». 

3:,31)  La  intemperancia  lleva  a  la  náusea  :  H«  «el  intemperante  llega  al  hastío»  ;  cf.  G  : 
«en  las  muchas  viandas  hay  enfermedad,  y  la  intempeiancia  llega  a  producir  cólicos». 
Faltos  de  disciplina  :  e.  d.,  por  intemperancia  o  insaciabilidad,  que  dice  G. 

OO  1  Honra  ai.  médico  :  G  añade  :  «con  los  honores  que  le  pertenecen».  Los  Judíos 
*fO  estimaban  tanto  más  a  los  médicos  cuanto  que  su  arte  la  ejercitaban  los  sacer- 
dotes y  levitas,  y  fundaban  su  respeto  en  que  es  Dios  quien  ha  creado  al  médico 
y  ha  hecho  necesaria  su  intervención,  posible  su  ciencia  y  sus  cuidados  eficaces. 
■  La  ciencia:   habla  de. la  ciencia  seria  y  profunda.   M  Le  eleva:   lit.,  levanta  su 

cabeza. 

4  No  ios  rechazará  o  despreciará  :   por  inútiles  ni  desagradables. 
6  Se  endulzaron  las  aguas  :  cf.  Ex.  15,  25. 

6  Se  glorifique  en  SU  poder  :  H  es  aquí  ambiguo  (cf.  versiones)  ;  H  en  su  lección 
marginal  dice  «para  que  los  hombres  sé  glorifiquen  de  su  poder  de  ellos».  En  nuestra 
versión  suponemos  que  «si<  poder»  se  refiere  al  de  Dios;  G  «por  sus  maravillas». 

'•  Con  ellos:  e.  di,  con* los  remedios,  maravillas  del  peder  de  Dios. 

n  No  termina  :  porque  se  descubrirán  nuevas  medicinas  y  procedimientos  cu- 
rativos. 


—  1247  — 


38  8-25 


ECLESIÁSTICO 


38  «-* 


•  ni  el  6oeorro  [que  de  El  procede]  desaparece  de  la  faz  de  la 
'   Hijo,  en  la  enfermedad,  no  te  arrebates,  [tierra. 

pero  ruega  a  Dios,  que  El  te  curará. 
10   Aléjate  de  la  falta  y  endereza  [íms]  manos  d 

y  de  todo  pecado  limpia  el  corazón. 
a   Ofrece  el  incienso  y  el  azkará, 

y  haz  sacrificios  tan  pingües  como  lo  permita  tu  fortuna  B. 
u    Mas  da  también  lugar  al  médico  ' 

y  no  se  aparte  de  ti,  pues  también  él  te  es  necesario 
a    Hay  un  tiempo  en  que  el  éxito  está  en  sus  mano*  ; 
"    pues  también  él  rogará  a  Dios 

para  que  le  conceda  lograr  alivio 

y  curación  en  razón  de  su  medio  de  vida 

15  ¡  Quien  peca  ante  su  Hacedor 

caiga  en  manos  del  médico  ! 

16  Hijo,  vierte  copiosas  lágrimas  sobre  el  muerto, 

s  manifiesta  tu  amargura  y  haz  oír  tu  lamentación  «  ; 

según  el  ceremonial  que  le  corresponde,  entierra  su  cuerpo 

y  no  descuides  sus  restos  h. 
"    Pon  amargura  en  tu  gemido,  y  enardece  el  lamento, 
"    y  haz  el  duelo  con  arreglo  a  su  dignidad, 

un  día  o  dos  para  evitar  calumnia 
1,81  y  consuélate  por  la  tristeza'  [pasada], 
"    porque  de  la  tristeza  surge  daño, 

e  igualmente  la  melancolía  origina  la  aflicción  k. 
!0    [En  la  miseria  también  hay  tristeza, 

y  la  vida  del  pobre  depende  de  [su]  corazón  ]  1 
na  No  vuelvas  más  a  él  m  tu  corazón  ; 

aleja  su  recuerdo  y  piensa  en  [tu]  final. 
xn  No  te  acuerdes  más  de  él,  pues  para  él  no  hay  esperanza  ; 

no  le  serás  útil  n  y  te  perjudicarás. 
"M  Recuerda  que  su  destino  0  será  también  el  tuyo, 

a  él  ayer  y  a  ti  hoy. 
"a  Cuando  el  muerto  descansa,  descansa  con  él  su  recuerdo, 

y  consuélate  en  la  salida  de  su  espíritu. 

"j.  La  sabiduría  del  escriba  [nace]  en  la  oportunidad  del  ccio 
y  quien  se  da  poco  a  los  negocios  se  hará  sabio. 


8  Ni  El.  socorro  desaparece  he  i.a  fa¡ 
salvación,  ciencia,  sabiduría,  dicha)  esta 
El  procede  está  sobre...»). 

9  No  te  arrebates  :  así  parece  H  ;  o  bu 
dujo  «no  desprecies  (las  medicinas)»,  «no 
pues  suele  verterse  diferentemente. 

"  Oeuecf  ei.  incienso  o  perfume  aplacador  y  el  azkarí  o  memorial  :  la  expresión 
tiene  sentido  fi.eurado  ;  designaba  la  parte  de  la  oblación  miniá  (ñor  de  harina...) 
oue  se  separaba  del  resto,  otorcado  al  sacerdote,  para  ser  echada  al  fuecro  en  honor 
de  Dios,  a  fin  de  reclamar  el  divino  rcrurrdo  sobre  los  deseos  del  oferente.  Es  lo  pri- 
mero que  ha  de  hacer  el  enfermo,  dice  Ece.,  y  luesro  tener  en  el  médico  razonable 
i  oufianza. 

cía  un  célebre  médico  :  cuando  veo  oue  la  medicina  es  im- 
i'uelvo  hacia  Aquel  que  tiene  el  remedio  para  todo. 
Dio  de  vida  :  e.  d.,  porque  el  ejercicio  de  la  profesión  eons- 


13  HAY  UN  TIEMPI 
Iiotente  para  curar, 

14  En  razón  de  s 
tituye  su  modo  de 
fermo)»). 

"  Pon  amargura, 
«y  cumple  exactam< 
10  Daño  :  o  triste 


(al 


—  1248  — 


38  26-39 


ECLESIÁSTICO 


38  26"39 


%  )  Cómo  podrá  hacerse  sabio  quien  gobierna  el  arado  " 

y  se  gloría  de  blandir  por  lanza  un  aguijón  r, 

quien  conduce  los  bueyes  "  y  arrea  sus  bestias  ■ 

y  no  tiene  más  conversación  que  1  con  los  becerros  ? 
"M  Aplica  su  corazón  a  trazar  surcos 

y  todo  su  afán  es  por  completar  el  engorde  u. 
M„  De 'igual  suerte,  [todo]  obrero  [y  artista), 

que  [trabaja]  de  noche  [como  de  día], 

*  el  que  graba  las  imágenes  de  los  sellos 

y  su  ocupación  tenaz  es  variar  las  figuras, 

aplica  su  corazón  a  reproducir  el  modelo 

y  su  afán  es  rematar  su  obra. 
Así  el  herrero  sentado  junto  al  yunque, 

examinando  con  cuidado  la  obra  de  hierro  ; 

el  vapor  del  fuego  derretirá  sus  carnes 

y  en  el  ardor  de  la  fragua  luchará  enérgicamente. 
*°   El  sonar  del  martillo  aturde  sus  oídos 

y  en  el  modelo  del  objeto  se  hallan  fijos  sus  ojos. 
11    Aplicará  el  corazón  a  rematar  sus  obras 

y  su  afán  a  adornarlas  hasta  la  perfección. 
*'„  Así  el  alfarero  sentado  a  su  trabajo 

y  dando  con  los  pies  a  la  rueda, 

el  cual  está  siempre  en  cuidado  por  causa  de  su  obra 

y  por  que  toda  su  producción  esté  completa. 
"30  Con  su  brazo  moldeara  la  arcilla 

y  delante  de  sus  pies  doblegará  5U  resistencia, 
M   y  aplicará  cuidadosamente  su  corazón  a  terminar  el  barnizado, 

y  su  afán  será  limpiar  el  horno. 
"„  Todos  éstos  en  sus  manos  confían, 

y  cada  cual  es  hábil  en  su  propia  obra. 
*"»  Sin  ellos  no  se  edificará  ciudad  alguna, 
s'   ni  se  vendría  a  habitar  en  ella,  ni  por  ella  se  pasearía. 
Ia]  Mas  .para  la  asamblea  popular  no  se  les  busca 
**   y  en  la  comunidad  no  sobresalen  ; 

en  el  sitial  del  juez  no  se  sientan 

y  para  la  alianza  del  derecho  no  tienen  capacidad, 
ls'l  y  no  manifestarán  justicia  ni  derecho, 

y  no  se  los  encontrará  para  [pronunciar]  parábolas. 
**   Sin  embargo,  sostienen  la  creación  del  siglo, 

y  la  súplica  de  ellos  son  los  trabajos  de  [su]  oficio. 


"a  Derretirá  :  o  bien,  con  otros,  endurecerá,  entumecerá. 
80  Aturde  :  otros,  «renuévase  en». 

,2,e  Esté  completa  :  en  el  número  de  vasijas  que  ha  de  fabricar. 

38  [M]  En  el  sitial  del  juez  :  e.  d.,  que  no  serán  capaces  de  interpretar  la  ley  del  Se- 
ñor. ||  Para  la  alianza  del  derecho  o  la  ordenación  jurídica,  o  bien  «la  justicia  del 
juicio»,  no  tienen  capacidad  o  disposición,  no  la  comprenden...  ||  No  manifestaran 
justicia  ni  derecho  :  o  bien,  no  patentizarán  ni  cultura  de  espíritu  ni  derecho.  ||  No 
se  les  encontrará...  :  o  bien,  no  estarán  al  corriente  de  las  parábolas. 

**  La  creación  del  siglo  :  otros,  «eterna»  ;  otros,  «el  trabajo  del  mundo»,  esto  es,  la 
creación  material,  sujeta  a  las  vicisitudes  del  tiempo,  que  reclama  el  concurso  de  los 
obreros  para  atender  a  las  varias  necesidades  de  la  humana  existencia.  ||  La  súplica 
de  eiios  :  e.  d.,  su  solo  pensamiento. 


-  1 24c,  — 


39 


ECLESIÁSTICO 


39  *-a> 


El  artista  y  el  artesano  en  el  logro  de  la  sabiduría  (con- 
tinuación). Glorificación  del  autor  de  la  creación 

OQ    ',  Diverso  es  el  que  aplica  mi  alma 
°~  a  la  ley  del  Altísimo  y  la  medita. 

I1)  Indagará  la  sabiduría  de  todos  los  antiguos 

v  ocupará  sus  ocios,  en  [conocer]  las  profecías. 

5  Conservará  los  relatos  de  hombres  célebres 

y  penetrará  en  los  repliegues  de  las  parábolas. 
3   Escudriñará  los  secretos  de  los  proverbios 

y  se  adentrará  en  los  enigmas  de  las  parábolas. 
1    En  medio  de  los  magnates  prestará  servicio 

y  narecerá  delante  de  los  príncipes. 
8    El  país  de  las  naciones  extranjeras  recorrerá, 

porque  experimentará  lo  bueno  y  lo  malo  entre  los  hombres 

6  Aplicará  todo  su  corazón  a  velar  de  mañana 

ante  el  Señor,  que  le  hizo, 

y  suplicará  delante  del  Altísimo. 
1   Y  abrirá  su  boca  en  la  oración 

e  implorará  por  sus  pecados. 
5„  Si  al  Señor,  el  Grande,  le  pluguiere. 

será  llenado  del  espíritu  de  ciencia  ; 
:l    El  hará  llover  [sobre  él]  las  palabras  de  su  sabiduría, 

y  en  la  oración  confesará  al  Señor. 
":  El  mismo  dirigirá  su  consejo  y  ciencia 

y  meditará  en  los  secretos  [divinos]. 
"«  El  manifestará  la  doctrina  de  su  enseñanza 

y  se  gloriará  en  la  ley  de  la  alianza  del  Señor 
Alabarán  su  inteligencia  muchos 

y  no  será  olvidada  nunca  jamás. 
:3    No  se  borrará  su  memoria, 

y  su  nombre  vivirá  de  generación  en  generación, 
".o  Contarán  las  naciones  de  su  sabiduría, 

y  la  asamblea  anunciará  su  elogio. 
"uSi  subsistiere,  dejará  nombre  por  mil, 

y  si  descansare,  esto  le  bastará. 
",2  Aun  he  de  referir  una  vez  mis  reflexiones, 

pues  estoy  henchido  [de  cosas]  como  la  luna  llena. 
"„  Escuchadme,  hijos  santos,  y  creced 

como  la  rosa  que  brota  ál  margen  de  las  aguas. 
Y  como  incienso  esparcid  [vuestro]  buen  olor, 
v  haced  brotar  flores  como  el  lirio, 

exhalad  perfume  y  entonad  un  cántico  de  alabanza, 

celebrad  al  Señor  "por  todas  [sus]  obras. 
Engrandeced  su  nombre 

y  confesadle  con  alabanza  **, 


*•,„  La  i.ir*  :  cítara,  salterio,  harpa. 


Ben  sirá'  a  qué  estudios  (Jebera  el  verdaden 
i  do  pedir  a  Dios  para  completarlos.  La  Iítle 

;  conocimientos,  i>or  hallarse  general 
¡traídas  y  experimentadas,  y  podrá  ¡ 
lérdese  la  historia  del  patriarca  José 
■no  que  tiene  y  de  El  ha  recibido. 
Á  :  o  bien,  le  será  <lc  provecho,  o  to 


—  1250  — 


39  21-36 


ECLESIÁSTICO 


39  2 1-30 


a  '.os  sones  de  la  lira  y  Je  toda  especie  de  música  ", 

y  así  habéis  b  de  decir  con  c  grito  de  alborozo  c  : 
'-',„  Las  obras  de  Dios  son  todas  buenas  d 

v  a  toda  necesidad  en  tiempo  oportuno  proveen  •. 

'[No  vale  decir:  «.¿Qué  es  esto?  ¿Para  qué  estof*, 

pues  todas  las  cosas  serán  a  su  tiempo  buscadas  '.] 
--,  A  un  aicho  suyo  detúvose  ti  agua  como  un  montón 

v  por  una  palabra  de  su  boca  [hubo]  cisternas  de  agua 
*M  A  su  orden  cúmplese  su  voluntad, 

v  no  hay  quien  detenga  su  salvación. 
*•„  Delante  de  El  está  la  obra  de  toda  carne, 

y  nada  hay  oculto  h  a  sus  ojos. 
%  De  eternidad  a  eternidad  dirige  su  mirada. 

'  t  existe  acaso  límite  a  su  poder? 

Xo  hay  para  El  nada  pequeño  ni  poco  ', 

v  ñaua  es  sorprendente  o  difícil  para  El. 
al21  No' vale  decir  :  «¿Qué  es  esto J ?  ¿Para  qué  esto.'», 

porque  todo  ha  sido  elegido  para  su  destino. 

••  -\o  nay  decir  :  (.Esto  ts  peor  que  estotro» , 

pues  todo  vale  a  su  tiempo  k. 
"j,  Su  bendición  desborda  como  el  Nilo, 

y  como  un  río  riega  el  mundo  », 
Fl  Así  desposee  ln  su  ira  a  las  naciones 
'•'    v  cambia  en  salsedumbre  las  tierras  de  regadío. 
P*l  Sus  vías  para  los  justos  son  rectas  ; 

de  igual  modo  para  los  impío.-,  son  escabrosa». 
Atribuyó  el  bien  "  a  los  buenos  desde  el  principie, 

de  igual  modo  el  bien  y  el  mal  u  para  los  malos. 
",6  [Las  primeras  cosas  necesarias]  para  la  vida  del  hombre  son  el 

el  fuego,  el  hierro,  la  sal,  [agua. 

[la  enjundia  del  trigo],  la  leche,  la  miel, 

la  sangre  del  racimo,  el  aceite  y  el  vestido. 
3V  Todas  estas  cosas  benefician  a  los  Dueños 

de  igual  modo  que  para  los  malos  se  convierten  en  mal. 
ta,  Vientos  hay  creados  [para  el  castigo 

r  que  en  su  luna]  desarraigan  las  montañas  p. 
14    [En  el  tiempo  de  la  consumación  derraman  su  fuerza 

y  aplacan  la  ira  de  su  Hacedor.] 
'.„  Fuego  y  granizo,  hambre  y  pt>le  <:  : 

también  estas  cosas  han  sido  hechas  para  el  castigo. 
'''■■.„  Las  fieras  carniceras  >\  los  escorpiones  y  los  áspides 

y  la  espada  vengadora,  para  perdición  de  los  impíos. 
L'odas  estas  cosas  han  sido  creadas  igualmente  para  su  fin 

y  han  sido  depositadas  en  sus  almacenes  para  el  tiempo  se- 

[ña.ado  b. 


..  Dkti'viisk  ei.  agua:  alude  ..1  paso  del  mar  Rojo  y  del  Jordái 
«¿nú-  a  la  separación  de  las  aguas  >   la  tierra  el  segundo 
(pación. 

|s  Detenga  stj  salvación  o  socorro,  e.  d.,  si  Ki  quiere  salvar;  G  «mengua  su  sa- 
lud», e.  A.,  la  que  de  El  viene. 

'  Sorprendente  :  o  también,  «imposible»,  como  otros  prefieren;  G  «admirable  de- 
e"  de  El». 

a  Todo  ha  sido  elegido  para  su  destino  :  o  bien,  «todas  las  cosas  han  sido  des. 
tinadas  para  una  determinada  necesidad»  ;  c;  «creadas  para  su  uso». 

1  Salsedumbre  :  e.  d.,  «desierto  salado»,  tierra  árida.  El  verso  parece  significar 
tan  fácil  lt  es  a  la  ira  divina  apoderarse  de  las  gentes  como  pudo  cambiar  una 
región  fértil  y  bien  regada  en  un  desierto  salado,  c,  dice  «como  cambió  las  aguas...», 
orno  aludiendo  a  las  del  mar  Muerto. 

La  ENJUNDIA  o  grasa  del  trigo:  e.  d.,  la  harina  o  flor  de  harina. 
Vientos  hav  :  no  todos.  Aplicar  este  texto  a  los  demonios  y  decir  que  con  su 
furor*  acrecientan  su  suplicio  podrá  ser  verdad,  pero  no  parece  que  sea  el  sentido  del 
versículo. 


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39  37-40  13 


ECLESIÁSTICO 


39  37-40  1* 


"S1  Cuando  El  les  da  orden  se  regocijan  ', 

y  en  su  tarea  no  traspasan  su  mandato. 
Kn  Por  eso  desde  el  principio  me  afirmé  [en  mis  ideas] 

y  reflexioné  y  puse  por  escrito  : 
"ss  «Las  obras  de  Dios  son  todas  buenas 

y  a  su  tiempo  provee  toda  necesidad. 
40S4  Y  no  hay  decir  :   'Esto  es  peor  que  aquello', 

pues  todo,  a  su  tiempo,  vale.» 
4,S5  Ahora,  pues,  con  todo  el  corazón  y  boca  cantad 

y  bendecid  el  nombre  del  Señor  u. 


Miserias  de  esta  vida.  De  la  riqueza  injusta  y  la  pobreza 


1  Grandes  tráfagos  ha  asignado  Dios  [a  todo  hombre], 

y  un  yugo  pesado  sobre  los  hijos  de  Adán, 

desde  el  día  de  la  salida  del  vientre  de  su  madre 

hasta  el  día  de  volver  a  la  tierra,  madre  de  todo  viviente. 

2  [(Objeto  de)  sus  cavilaciones,  y  el  miedo  de  su  corazón, 

y  el  fin  de  sus  palabras  es  el  día  de  la  muerte  ■]; 
*   desde  el  que  se  sienta  en  trono  en  majestad 

hasta  el  humillado  en  polvo  y  ceniza, 
4   desde  quien  lleva  tiara  y  diadema  b 

hasta  el  que  se  cubre  con  [pobre]  pellico  . 
(Bl  sólo  0  [es]  envidia,  turbación  y  terror, 

temor  de  la  muerte,  resentimiento  y  querellas. 
11   Y  en  el  tiempo  de  descansar  en  su  lecho, 

el  sueño  nocturno  mantiene  desvelado  [su  espíritu]  '. 
8    Poco,  como  nada,  un  instante  descansa, 

y  desde  ese  [momento]  está  en  los  sueños  como  en  día  de 

I  Turbado  por  la  visión  de  su  alma,  ¡vigilia  ''. 

es  como  quien  huye  de  la  presencia  del  perseguidor  '  ; 
[']  en  el  momento  de  salva) se  6  se  despierta 

y  se  admira  de  que  era  vano  su  temor  e. 
8    [Así  sucede  con  toda  carne,  desde  el  hombre  a  la  bestia, 

y  para  los  pecadores,  siete  veces  más.] 
'   Peste  B  y  sangre,  inflamación  h  y  espada, 

devastación  1  y  ruina,  hambre  y  muerte  ]. 
10   Contra  el  impío  fué  creado  el  mal  k, 

y  por  él  se  precipita  la  destrucción 

II  Todo  lo  que  de  la  tierra  proviene  a  ¡a  tierra  volverá, 

y  lo  que  de  lo  alto,  a  los  alto  m  [torna]. 
n    [Todo  soborno  e  injusticia  serán  borrados, 

mas  la  fidelidad  permanecerá  eternamente.] 
a   La  riqueza  del  injusto  se  agotará  n  como  torrente  impetuoso 

y  como  recio  aguacero  en  medio  del  trueno  °. 


s,„  En  su  takfa  :  o  también,  «en  la  orden  que  ellos  han  recibido»  ;  G  ten  sus 
tiempos». 

M„  Me  afirmé  :  o  im<  persuadí  firmemente!  ;  asf  c.  G  interpretamos  H,  dudoso  : 
me  detuve  t 

Vale  :  G  «será  reconocido  bueno»,  «es  excelente»,  «será  comprobado»  o  pondrá 
de  manifiesto  los  atributos  de  Dios,  que  de  muchas  maneras  suele  interpretarse. 

Af\    1  El  fin  de  sus  palabras  :  así  S ;  ('.  «Ja  preocupación  (o  representación)  de  la 
espera»,  o  sea  el  pensamiento  del  porvenir  que  le  espera. 
4  Pellico  :  lit.,  vestido  de  piel  ;  G  «cañamazo». 
u  La  fidelidad:  la  buena  fe,  la  integridad  ¡  S  «honradez» 


—  I2.S2  — 


40  l4~41  3 


ECLESIÁSTICO 


40  i*-41  3 


14    Cuando  [el  injusto]  alce  las  ruanos,  se  alegrará  uno, 

pues  de  repente  desaparecerá  para  siempre  ». 
16    El  retoño  del  impío  no  echa  ramas, 

porque  la  raíz  del  malhechor  <>  [está]  sobre  un  diente  rocoso. 
Es  como  la  caña  [que  crece]  al  borde  del  torrente  r  ; 

antes  de  [llegar]  toda  lluvia  se  consume  B. 
"   La  piedad  jamás  vacila 

y  la  justicia  6e  afirma  para  siempre 

"    Una  vida  con  vino  y  licores  u  es  dulce, 

pero  más  que  ambas  cosas  el  que  halla  un  tesoro. 

"    Hijos  y  [construcción  de]  ciudades  perpetúan  un  nombre, 
T  pero  más  que  ambas  cosas  quien  halla  la  sabiduría. 
Ganado  y  plantaciones  hacen  florecer  el  nombre  \ 
pero  más  que  ambas  cosas  w  una  mujer  sin  tacha. 

20  Vino  y  licores  *  alegran  el  corazón, 

pero  más  que  ambas  cosas  el  amor  de  los  amigos  ». 

21  Flauta  y  salterio  hacen  el  canto  placentero, 

pero  más  que  ambas  cosas  una  lengua  agradable. 
"    Hermosura  y  gracia  causan  el  placer  de  los  ojos, 

pero  más  que  ambas  cosas  las  ñores  del  campo  2. 
Amigo  y  compañero  en  tiempo  oportuno  a'  ayudan, 

pero  más  que  ambas  cosas  una  mujer  inteligente 
"    Hermanos  y  ayuda  son  para  tiempo  de  aflicción, 

pero  más  que  ambas  cosas  salva  la  caridad. 
a   Oro  y  plata  afirman  los  pies, 

pero  más  que  ambas  cosas  [vale]  un  buen  consejo  <"'. 
*•    Riquezas  y  fuerza  alborozan  d'  el  corazón, 

pero  más  que  ambas  cosas  el  temor  de  Dios. 
*    (Con  el  temor  de  Dios  nada  falta 

y  con  El  no  hace  falta  buscar  auxilio.! 
a,7  El  temor  de  Dios  es  como  un  edén  de  bendición, 

y  por  cima  de  toda  gloria  está  su  dosel. 

2828  Hijo,  no  vivas  vida  de  mendicidad  e'  ; 

vale  más  morir  que  mendigar. 
*"„  Hombre  que  mira  a  mesa  ajena, 

su  vida  no  es  de  considerar  como  vida  ; 

se  mancha  con  los  platos  de  aquélla  ; 
™    un  hombre  entendido  y  educado  se  guarda  [de  ello]  ''. 
,230  En  boca  del  impudente  es  dulce  la  mendicidad, 

mas  en  sus  entrañas  quema  ella  como  un  fuego 


De  la  muerte.  De  la  vergüenza 


1    ¡Oh  muerte!  ¡Cómo  es  amargo  tu  recuerdo 

para  el  hombre  que  goza  ta  paz  de  sus  riquezas, 

2,  para  el  hombre  descuidado  y  afortunado  en  todo 

y  todavía  con  fuerzas  para  acoger  el  placer  •  I  ' 

*,  ¡  Ay  muerte  !  ¡  Cuán  buena  es  tu  ley 

para  el  indigente  b  y  que  carece  de  v.gor, 


-'  LtNouA  agradable  :  o  locución  bella,  encantadora,  dulce  ;  otros,  tuna  palabra 
pura». 

"  Afirman  los  pies  :  hacen  feliz  y  estable  la  condición  del  hombre. 
'*2,  Que  mendigar  :  porque  la  mendicidad  expone  a  mil  peligro-  y  deja  a  disposi- 
ción de  todos,  so  pena  de  hacer  vida  parasitaria,  lo  cual  es  de  mucha  vergüenza. 


-  I2.S3  - 


41  *-s« 


ECLESIÁSTICO 


4!  4-:  i 


41 


'■■  para  «1  hombre  decrépito  y  abrumado  Je  toda  suerte  de  ouida- 
el  rebelde  y  que  ha  perdido  la  esperanza  I  [dos, 

"3  No  te  espantes  de  la  muerte,  que  es  tu  ley  c  ; 

acuérdate  que  tus  antecesores  y  sucesores  estarán  contigo  rt  ; 

[4]  éste  es  el  lote  señalado  por  Dios  a  toda  carne  ; 

"   y  ¿por  qué  habías  de  rehusar  la  ley  6  del  Altísimo  ? 

[Ya  se  muera]  a  los  mil,  a  los  ciento  o  a  los  diez  años 

7    no  hay  reprensiones  por  la  vida  en  el  scol. 

",  Un  hijo  despreciable  es  el  descendiente  de  pecadores, 

v  un  nieto  necio,  de  familia  de  impíos  «. 
\  La  "herencia  de  los  hijos  de  impíos  va   ,    a  nina 

[y  con  su  posteridad  continúa  el  oprobio*}. 
l07  Al  padre  impío  le  maldice  1  su  hijo, 

pues  por  él  [sí  la  deshonra  del  pueblo  1], 
"s  ¡  Ay  de  vosotros,  hombres  impíos, 

los  que  abandonáis  la  lev  del  Altísimo! 
'%  k  Si  os  multiplicáis,  es  por  desgracia, 

y  si  engendráis,  es  para  lamento  ; 

si  tropezáis,  es  para  regocijo  del  mundo  K, 

y  si  morís,  es  para  [heredar]  la  maldición.  . 
'V,  Todo  lo  que  procede  de  la  nada  ',  a  la  nada  vuelve  ; 

así  el  impío,  [viniendo]  del  vacío,  al  vacío  m  [retorna], 
"u  Vanidad  es  el  hombre  en  su  cuerpo, 

pero  el  renombre  de  la  virtud  no  desaparecerá 
is,a  Cuida  de  tu  renombre,  porque  te  acompañará  ° 

más  que  millares  de  tesoros  preciosos  p. 
"]3  La  felicidad  del  viviente  "  [es  sólo  por  un  corto]  número  de  días, 

pero  el  buen  nombre,  por  días  sin  número  '. 

s  Sabiduría  oculta  y  tesoro  escondido, 

¿  qué  provecho  hay  en  ambas  cosas  r 
Más  vale  hombre  disimulador  de  su  necedad 

que  hombre  ocultador  de  su  sabiduría 

,7„.,  Hijos,  escuchad  la  instrucción  de  la  vergüenza  1 
"1(  y  llenaos  de  confusión  según  mi  norma  "  ; 

"h  [porque']  no  toda  especie  de  vergüenza  es  conveniente  guardar 

ni  toda  confusión  escoger  v. 
"i,  Avergüénzate  w,  ante  padre  y  madre,  de  la  fornicación  ; 

delante  de  príncipe  o  magnate,  de  la  mentira  ; 
Mi8  delante  del  señor  o  la  señora,  del  engaño  s  ; 

delante  de  la  comunidad  y  el  pueblo,  de  una  transgresión  ; 
a„  delante  de  compañero  o  amigo,  de  una  deslealtad  *  ; 
"4,„  delante  del  lugar  donde  moras,  de  un  robo  ; 


onceder  una  petición 


■aben  ya  repro- 
ente  a  Eci.  en 


KL  Ce  IDO   EN    LA  COMIDA 

el  pan».  La  frase  f 
trataría  <lc  censurar 


41 : 5-42 9 


ECLESIÁS  fio  i 


41  25    42  ;) 


de  contestar  con  e!  silencio  «1  que  saluda, 
de  contemplar  a  mujer  de  vida  airada, 


f11]  de  familiaridades  con 
v  no  te  acerques  a 
delante  de  amigo  por 
\  luégo  de  concedei 


iras  ofensivas, 
petición  re  cha/ 


De  la  vergüenza  (continuación) 


42  '-■  1)0  f€Pel 

[-'1  Serás  as 


;osa  que  hay; 


F]  En  es 
5    Por  k 

y  i 

5    Por  ci 


simo  y  [sus]  estatutos 
absolviendo  al  impío. 


ntas  con  companero  y  caminante 
y  por  particiones  de  herencia  y  de  bienes  1 
'    Por  exactitud  de  balanza  y  peso 

d  y  de  la  equivalencia  de  los  efás 
[6]  Por  adquisición  de  mucho  o  poco 
r'    y  por  el  precio  de  la  venta  del  mercader. 

[Por  ¡as  numerosas  correcciones  a  los  hijos 

y  por  sacar  sangre  a  los  lomos  de  :<n  nial  criado. 


'«  y  cerrar  bajo  llave  donde 
[']  Por  contar  lo  que  pones 
y  entrega  y  recepción 

11  Por  reprender  al  tonto  y 
y  al  viejo  decrépito  q 
entonces  serás  en  ven 
v  hombre  discreto  b  ai 


itualmente  por  escrito, 
por  el  libertinaje  e  ; 


Una  hija  es  para  su  padre  un  tesoro  engañoso  ', 
y  la  inquietud  que  le  produce  le  quita  el  sueño 


42 


l'I  secreto  de 


en  este  punto  porque  < 
istrar  por  los  errores 
.  d.,  por  fallo  en  que 


«  EflUIVAUENCI*  DE  I 
.  ni   !  medida  de  capac 

5  PRECIO  :   o  bien, 

6  Por  poner  sello 
mujir  mala  laquí  má: 
.  onveniente  cerrarlo  t 
i¡u<-  deseaba  uno  cons 

Pl  Entrega  ^  recep, 
transacción  comercial. 


Pin  Sira' 
sentenci v 
te  al  que 


huésped. 

>tra  lectura  de  H, 
las  pesas». 


las  tiene  uno  que  ver  con 
ladrona  que  de  inmoral)  es 
:e  echar  el  sello  a  las  cosas 

«don  y  Compra*),  e.  d.,  toda 


42  10-24 


ECLESIÁSTICO 


42  ío-24 


cuando  ella  es  joven,  por  si  le  pasa  la  «dad  de  casarse, 
y  casada,  por  si  es  aborrecida  ; 

10  en  su  doncellez,  por  temor  de  que  sea  mancillada 

y  en  la  casa  paterna  no  quede  encinta  ; 

haciendo  vida  con  su  marido,  por  si  faltare  a  ía  fidelidad, 
o  casada,  por  si  fuera  estéril  K 

u    Hijo,  sobre  tu  hija  k  redobla  la  vigilancia, 

no  sea  que  te  convierta  en  risa  de  los  enemigo-  ', 
en  comidilla  de  la  ciudad  y  objeto  de  la  maledicencia  del  pue- 
y  te  abochorne  en  la  asamblea  de  la  puerta.  fblo, 
"'  El  lugar  donde  ella  more  no  tenga  celosías 
ni  habitaciones  cuva  entrada  se  divise  por  todos  los  lados  m. 
A  ningún  hombre  mire  en  su  belleza 
ni  frecuente  conciliábulos  de  mujeres. 

"    Porque  del  vestido  sale  la  polilla, 

y  de  la  mujer  la  malicia  femenina. 

11  Vale  más  la  maldad  del  hombre  que  la  bondad  de  la  mujer, 

y  la  casa  de  la  mujer  deshonrada  pregona  el  oprobio. 

"    Voy  a  recordar  las  obras  de  Dios 

y  contaré  lo  que  he  visto. 

Por  la  palabra  de  Dios  fueron  sus  obras, 

n  y  la  creación  acepta  su  voluntad  ™. 
16    El  sol  radiante  sobre  todo  brilla  ; 

asimismo,  la  gloria  de  Yahveh  sobre  todas  sus  obras  °. 
"    Los  santos  de  Dios  no  son  capaces 

de  contar  todas  las  maravillas  divinas  ; 

p  [sin  embargo],  ha  dado  Dios  fuerza  a  sus  milicias 

para  mantenerse  ante  su  gloria  •>. 
'"   Sondea  el  océano  y  el  corazón 

y  penetra  sus  secretos  designios. 
"    [Pues  el  Altísimo  conoce  toda  ciencia 

y  mira  los  signos  del  tiempo.~\ 
['*]  Anuncia  lo  pasado  v  lo  futuro 

y  descubre  la  hondura  i  de  los  misterios. 
M   No  se  le  escapa  ningún  pensamiento 

ni  cosa  alguna  se  le  pasa. 
''    Ha  dispuesto  las  maravillas  de  su  sabiduría  : 

uno  es  El  desde  la  eternidad  r, 

sin  que  nada  le  haya  sido  añadido  22  ni  quitado 

y  sin  que  necesite  ningún  instructor 
-8    8  [¡Cuánto  son  deseables  todas  sus  obras! 

Y  como  centellita  es  lo  que  se  ve.~¡ 
Todo  eso  vive  y  peffttafiece  para  siempre 

y  para  cualquier  necesidad  cada  cosa  obedece. 


11  I.a  puerta  :  serie  riel  tribunal  y  centro  de  las  reuniones  i>opulares.  !|  No  tenga 
celosías  <>  enrejado;  o  también,  con  otros,  «no  debe  ser  la  ventana,  ni  los  parajes.,  ». 

13  A  ningún  hombre  mire  en  su  belleza  :  o  bien,  con  otros,  «muestre  su  figura» 
C  traduce  diversamente  :  «No  mires  la  belleza  de  torio  hombre  y  no  te  sientes  entre 
las  mujeres»,  recomendación  que  responderá  a  las  circunstancias  de  aquella  época,  en 
(lile  vivían  los  judíos  mezclados  con  los  griegos.  Sabido  es  lo  común  que  era  entre 
éstos  !a  pederastía  y  otros  vicios  infames. 

M  Vale  más  la  maldad  del  HOMBRE...  :  o  también,  «vale  más  rudeza  de  hombre  que 
afabilidad  de  mujer»  ;  G  dice  más  bien  «que  mujer  que  produce  buena  impresión», 
afable,  obsequiosa.  !|  Y  la  casa  :  así  c.  margen  de  H,  de  interpretación  dudosa; 
G  " v  que  mujer  deshonrada  para  (o:  cónl  el  oprobio». 

'*  I.os  signos  DEL  tiempo  :  o  bien,  prevé  lo  porvenir. 

-"  Pensamiento  :  o  saber.  ||  Cosa  alguna  se  le  i-asa  :  o,  como  G,  «ni  ninguna  palabra 
se  le  oculta». 


—   12  SO  - 


42  -'5-43  9 


ECLESIÁSTICO 


42  25-43  y 


™   Todas  las  cosas  difieren  una  de  otra 

y  nada  ha  hecho  en  vano  l. 
*    La  una  completa  lo  bueno  de  la  otra, 

y  ¿quién  se  hartará  de  contemplar  su  gloria? 


Magnificencia  de  Dios  en  obras  aisladas  de  la  creación. 
Resumen  de  la  exposición  precedente 

ao   1    Hermosura  del  empíreo,  expandido  sobre  la  nitidez 

y  belleza  del  cielo  que  contempla  su  majestad, 
'   el  sol,  resplandeciente,  anuncia  a  su  aurora  : 

«¡Qué  admirable  es  la  obra  de  Yahveh!» 
'    En  su  mediodía  hace  hervir  a  el  mundo  ; 

ante  su  ardor,  ¿  quién  puede  resistir  ? 
[*]  Se  atiza  el  horno  para  las  obras  que  precisan  gran  calor, 
1    tres  veces  más  abrasa  el  sol  las  montañas  ; 

una  lengua  del  astro  carboniza  la  tierra  habitada 

y  bajo  su  fuego  consúmese  la  vista. 
s    Ciertamente  grande  es  el  Señor,  que  lo  ha  hecho 

y  a  sus  palabras  hace  brillar  sus  corceles. 
■    Asimismo,  la  luna  luce  en  épocas  periódicas, 

preside  los  tiempos  y  es  señal  eterna. 
'    Por  ella  se  determinan  las  fiestas  y  les  fechas  legales 

y  complácese  su  Hacedor  en  6u  revolución. 
"   Neomenia  como  su  nombre,  pues  ella  se  renueva  : 

¡  cuán  admirable  b  en  •  sus  mutaciones  ! 
"  Instrumento  del  ejército  de  las  nubes  del  empíreo, 

abrasa  el  firmamento  con  su  brillo  °. 


M  Difieren  una  de  oír*  !  G  tradúcese  «valen  por  dos»,  «una  enfrente  de  otra, 
o  «son  dobles»,  principio  reconocido  hasta  por  los  antiguos  filósofos  de  la  existencia 
de  los  contrarios,  opuestos  unos  a  otros  :  el  bien  al  mal,  la  noche  al  día,  la  muerte 
a  la  vida,  etc.  Dios  ha  dado  a  cada  cosa  cualidades  predominantes  que  la  conservan 
contra  aquellas  que  le  son  contrarias  :  lo  húmedo  resiste  a  lo  seco,  el  fuego  al 
agua,  etc. 

16  Completa  lo  bueno  de  la  otra  :  otros  «reemplaza  (G  «asegura»)  el  bien  de  las 
otras».  ||  Su  gloria  :  o  su  belleza. 

A  O  1  Hermosura  del  empíreo...  :  concebido  el  v.  como  una  serie  de  calificativos 
referentes  al  sol.  Cf.  G,  donde  el  v.  i  parece  ser  un  apóstrofe  al  cielo.  Sin  em- 
bargo, cabe  interpretar  G  :  «Magnificencia  del  empíreo  (o  en  lo  alto)  es  el  firma- 
mento nítido,  el  aspecto  del  cielo  es  una  visión  de  gloria.»  El  v.,  como,  por  lo 
demás,  gran  parte  del  cap.,  ofrece  hartas  dificultades  por  sus  silepsis,  aposiciones, 
neologismos  y  giros  especiales,  incorrecciones,  etc. 

[4]  Se  atiza...  :  hemos  interpretado  el  v.  (a-b)  de  acuerdo  c.  G  ;  H  «[como]  un  horno 
encendido,  que  por  su  calor  produce  la  fusión,  así  el  sol  por  sus  rayos  abrasa  las  m.»  ; 
pero  el  texto  es  susceptible  de  otras  varias  interpretaciones.  ||  Una  lengua...  :  G  dice  : 
«vapores  ardientes  exhala  y,  haciendo  brillar  sus  rayos,  ciega  los  ojos. 

•  Hace  brillar  sus  corceles  :  los  del  carro  del  sol.  Así  quizá,  pero  e]  texto  ofrece 
varias  interpretaciones.  G  «acelera  su  marcha».  ¿Leer:  acelera  sus  corceles?. 

■  L«  luna  :  verso  también  de  sentido  discutible.  Dos  cosas  parece  señalar  el  autor 
en  la  luna  :  la  regularidad  de  su  marcha  y  la  variedad  de  las  fases.  Por  eso  puede 
servir  de  base  para  el  calendario  y  para  determinar  la  época  de  las  fiestas. 

'  Y  complácese...  :  o  bien,  «y  el  deseo  de  su  Hacedor  (e.  d.,  las  fiestas  legalesl 
por  su  revol.».  G  muy  diverso  :  «astro  que  mengua  hasta  su  acabamiento»  o  último 
término. 

o  Neomenia  como  su  nombre..  :  cf.  «De  ella  toma  el  mes  su  nombre».  Es  un  juego 
de  vocablos  entre  neomenia  (hebr.  jódescli  'luna  nueva,  mes')  y  se  renueva  (hebr.  mit- 
ladesch).  Otro  texto  de  H  reza  :  «Todos  los  meses  se  renueva.» 

•  Instrumento  del  ejército:  G  «Faro  de  campo»  (véase  nota  crítkal  ¡  según  esta 
versión,  la  luna  en  medio  del  ejército  de  los  astros — comparados  con  frecuencia  en 
la  Sagrada  Escritura  a  un  castro  militar— brillaría  como  un  fanal  castrense,  un  faro 
o  antorcha,  destinado  a  alumbrar  todo  el  campamento. 


-  1257  — 


43  10-32 


ECLESIÁSTICO 


43  10-32 


Hermosura  les]  del  cielo  y  gloria  de  las  estrellas, 
v  su  lu/.  resplandece  en  las  alturas  divinas'1. 

0  Por  la  palabra  de  Dios  ella  cumple  su  decreto 

y  no  desfallece  en  sus  guardias. 
,  Mira  el  arco  iris  y  bendice  al  que  lo  ha  hecho, 

pues  es  sumamente  vistoso  en  su  esplendor. 
■,  Describe  en  la  bóveda  celeste  un  círculo  con  su  gloria, 

y  las  manes  de  Dios  io  han  tendido. 
3  Su  poderío  traza  el  relámpago 

y  hace  brillar  sus  flecha»  incendiarias  cuando  castiga  e. 
,  Merced  a  él  ábreme  '  los  depósitos 

y  vuelan  las  nubes  como  pájaros. 
5  [Con  su  grandeza  fortifica  las  nubes 

y  se  desmenuzan  las  piedras  del  granizo.] 
,  s  La  voz  de  su  truario  hace  temblar  la  tierra 
y  por  su  fuerza  h  se  estremecen  las  montañas. 
Su  terror  excita  '  el  austro, 

;  Hace  formar  remolinos  a  su  nieve  como  un  pájaro  k 

y  como  langosta  que  se  posa  es  su  descenso, 
s  La  "belleza  de  su  albura  ciega  1  los  ojos, 

y  cuando  cae  como  lluvia,  se  estremece  el  corazón. 
,  Asimismo  esparee  El  '"  la  escarcha  como  sal, 

que  florece  como  flores  Je  zafiro  \ 
,  Hace  soplar  la  frialdad  del  viento  del  norte, 

y  como  [se  endurece]  el  barro,  hiélase  el  lago  °  ; 

sobre  cualquier  estanque  de  agua  pone  una  capa  i" 

y  revístese  el  lago  como  de  coraza. 
Abrasa  como  la  sequía  la  vegetación  de  las  montañas 

y  las  praderas  como  la  llama 
,  Remedio  de  todo  esto  [es]  la  destilación  de  las  nubes  r, 

el  rocío,  que  llega  tras  el  calor  ardiente,  regocija  8. 
¡  Según  su  designio,  apaciguó  '  el  abismo 

y  plantó  islas  u  en  el  océano. 
Los  que  navegan  por  el  mar  cuentan  extremos 

que,  al  oírlos  nuestros  oídos,  nos  llenamos  de  admiración. 
¡  Allí  existen  cosas  extraordinarias  y  las  más  sorprendentes  de 

[las  obras  de  El, 

variedades  de  todos  los  seres  y  los  monstruos  del  abismo  T. 

1  Gracias  a  El  su  mensajero  logra  éxito 

y  por  su  palabra  ejecuta  lo  que  desea. 
No  añadiremos  otras  cosas  semejantes  que  aun  [podríamos  de- 

Le  glorificaríamos  todavía  más,  pero  no  le  sondearíamos  bien*, 

pues  El  es  mayor  que  todas  sus  obras. 
Temible  es  Yahveh  sobremanera 

y  prodigioso  es  su  poder. 
Los  que  ¿aerificáis  a  vanveh,  alzad  vuestra  voz  [alabándole]"' 

cuanto  podáis,  pues  aun  sobrepasa. 

uibf.  :  o  bien,  envuelve  el  cielo  en  círculo  de  crloria  (Cl. 

»Do  CAf  COMO  lluvia  :  o  bien,  por  su  caída;  c;  aante  su  humedad».  ||  Se 
o  gime,  murmura  el  corazón  ;  <;  «qunla  estupefacto  el  corazón». 

mfnsajero  logra  éxito  :  e.  el.,  gracias  a  Dios,  el  que  en  el  mar  trabaja,  a 
os  peligros,  prospera  y,  merced  al  poder  divino,  hace  lo  que  quiere.  G  ín- 
segundo  estico  :  «y  por  su  palabra  se  halla  (o  es)  todo  establecido  fdeci- 
nado)». 

LO  es  roño  :  vale  tanto  como  decir  que  en  El  esta  eminente  y  virtualmen- 
-  I2.S8  - 


43  33-44  i2 


ECLESIÁSTICO 


43  33-44  12 


30     ILos  que  bendecís  al  Señor,  exaltadle  cuanto  podáis, 
pues  supera  a  toda  alabanza.) 

%  Los  que  le  magnificáis,  renovad  vuestra  fuerza  ; 

mas  no  os  canséis,  porque  no  lo  lograreis. 
M3.  íiQuién  le  lia  visto  para  que  le  pueda  describir* 

¿Y  quién  le  magnifica%á  como  cs?~\ 
*M  Aun  hay  muchos  misterios  mayores  que  estos, 

pues  no  he  visto  x  sino  pocas  de  sus  obras. 
"„  Todas  las  cosas  las  hizo  Yaihveh, 

v  a  los  piadosos  da  El  sabiduría. 


Elogio  de  ios  patriarcas:  Henok  y  Noé,  Abraham,  Isaac 
y  Jacob 


44 


Cantaré  a  los  hombre 
nuestros  antepasad 

Mucha  gloria  les  imp 
y  su  grandeza  [arr 

Dominadores  de  país 
hombres  célebre-  i 


is  generacioiio 


i]  desde  los  tiempos  mas  antiguo 
su  poder  real, 


4  jefes  de  naciones  por  su  pru.de 
y  soberanos  por  su  sagacidai 

6<  sabios  pensadores  b  por  su  ense 
0  v  directores  por  sus  oficios 

p]  imaginadores  de  cantos  según  1 
y  relatores  de  parábolas  por 

*  hombres  ricos  y  provistos  de  i 

que  vivían  en  paz  en  sus  m 
;    Todos  éstos  fueron  honrados  e 
y  en  su  época  famosos. 

*  Los  hav  de  entre  ellos  que  nal 


neraeiones 


nom'.r 


fuero 
e  igu 
'ero  aq 


recuerdo, 
>n  por  completo  : 
lo, 

>n  hombree  de  biien, 


44 


caraos  o  puestos, 
stros,  «poetas  peí  - 
.ATORES  DE  PARÚm 


otros  pretieren  interpretar  H  «que  descansan  sobre  su  fortuna». 

'  En  sus  generacionfs  :  o  ¡>or  sus  contemporáneos  ;  otios,  «durante  su  vida».  ||  Fa- 
mosos :  o  motivo  de  orgullo  (cf.  G). 

"J  Ai.  desaparecer  ..  !  o  bien  (of.  ( '. i .  «han  perecido  como  si  no  hubieran  existido». 
Ia]  A  las  alianzas  MANiiÉNRsE  FIEL  ¡  o  también,  por  las  alianzas  mantiénese  firme, 
l.as  alianzas  a  que  aquí  se  refiere  el  texto  deben  de  ser  las  hechas  por  Dios  repetidas 
veces  con  los  patriarcas. 

—  12ÍO  — 


44  13-27 


ECLESIÁSTICO 


44  13-27 


18   y  sus  hijos  a  causa  de  ellos.] 
Pl  Su  memoria  '  permanece  eternamente 
y  su  gloria  no  será  borrada  *. 

14  [Su  cuerpo  en  paz  fué  sepultado 

y  su  nombre  vive  de  generación]  en  generación. 

15  La  sabiduría  de  ellos  repite  la  comunidad, 

y  su  alabanza  cuenta  la  .Tsamblea. 
"    Ilenok  marchó  con  h  Yahveh  y  fué  arrebatado, 

aleccionad  jr  ejemplo  para  las  generaciones. 
11   Noé,  el  justo,  fué  hallado  perfecto  ; 

en  tiempo  de  la  ira  sirvió  de  rescate  ; 
14   merced  a  el  quedó  un  resto  [sobre  la  tierra  '] 

y  a  causa  de  la  alianza  con  él  cesó  el  diluvio  b. 
"i,  Pactóse  con  él  mediante  un  signo  eterno 

que  no  se  destruyera  toda  carne. 
M„  Abraham,  padre  1  de  multitud  de  naciones, 

no  puso  tacha     en  su  gloria, 
Ia*!  pues  guardó  los  preceptos  del  Altísimo 

y  entró  con  El  en  alianza. 
2I:o  En  su  carne  imprimió  una  ley 

y  en  la  prueba  fué  hallado  fiel. 
"M  Por  lo  cual  con  juramento  le  prometió  [Dios] 

bendecir  en  su  posteridad  las  naciones, 
23    [multiplicarle  como  el  polvo  de  la  tierra 

y  ensalzar  su  semilla  como  los  astros,] 

y  darle  en  herencia  el  país  de  un  mar  a  otro 

y  desde  el  río  hasta  la  extremidad  de  la  tierra. 
2i2i  También  con  Isaac  fijó  [su  juramento]  de  igual  modo, 

en  gracia  de  Abraham,  su  padre. 
*sl  Hizo  de  él  el  primer  fruto  de  la  alianza  universal. 
PÍ  Luego  reposó  la_  bendición  sobre  la  cabeza  de  Jacob. 
•*¡a  Y  le  apellidó  primogénito  B, 

y  le  dió  su  herencia, 

y  le  erigió  en  [tronco  de]  tribus, 

distribuyéndole  en  doce, 
"as  e  hizo  que  saliese  de  él  un  hombre 

que  halló  gracia  a  los  ojos  de  todo  viviente. 


17  En  tiempo  de  LA  ira  :  e.  d.,  cuando  se  hallaba  Din-;  irritado  i>or  los  pecados  de 
los  hombres.  Asi  traduce  G  el  término  kalá,  propiamente  en  hebreo  'destrucción'. 

,u18  Mediante  un  signo  eterno  :  e.  d.,  por  la  aparición  del  arco  iris.  G  dice  :  «alian- 
zas eternas  se  establecieron  con  él  para  que  toda  carne  no  fuera  destruida  (o  borrada) 
por  el  diluvio». 

a„  Imprimió  una  ley  :  juego  de  vocablos  mediante  karat  'cortó'  (pactó  alianra, 
decretó  una  ley)  ;  G  «fijó  (o  estableció)  [esa]  alianza». 

23  Desde  el  río  :  Eufrates  hasta  el  Mediterráneo ;  cf.  Sal.  yin,  8. 

*„  Hizo  de  él...  :  así  quizá  H,  aunque  no  es  seguro.  G  «la  bendición  de  todos  los 
hombres  y  la  alianza...». 

Fl  Reposó  :  o  tam>  ién  «dirigió»»  ;  G  «hizo  reposar»,  e.  d.,  hizo  descansar  sobre  la 
cabeza  de  Jacob  la  promesa  hecha  con  anterioridad  a  Isaac  y  a  Abraham, 

*ia  Un  hombre  :  G  añade  de  misericordia.  Han  creído  algunos  que  habla  el  autor 
del  patriarca  José  ;  mas  como  él  no  halló  gracia  ni  a  los  ojos  de  sus  hermanos  ni  de. 
I'utifar,  lo  probable  es  que  se  refiera  a  Moisés. 


—  1260  — 


ECLESIÁSTICO 


45  i-" 


Elogio  de  los  patriarcas:  Moisés,  Aarón,  Pinejás 


1    Amado  de  Dios  y  de  los  hombres, 

Moisés,  cuya  memoria  sea  para  bien. 
s    [Hízole  en  gloria  semejante  a]  un  Dios  •' 

y  le  engrandeció  con  hazañas  terribles  b. 
ffl  Por  su  palabra  realizó  pronto  milagros  c  ; 
'    le  hizo  esforzado  ante  el  rey  d 

y  le  mostró  su  gloria. 
1    A  causa  de  su  fe  y  su  humildad  8 

le  eligió  entre  toda  carne. 

•  Le  hizo  oír  su  voz 

y  le  acercó  a  la  nube. 

•  Y  le  entregó  los  mandamientos, 

la  ley  de  vida  y  de  inteligencia, 
para  enseñar  a  Jacob  sus  estatutos  1 
8  y  sus  testimonios  y  ordenanzas  s  a  Israel. 
Y  levantó  a  un  santo,  a  él  semejante, 
Aarón  h,  de  la  tribu  de  Leví. 
*7  Y  estableció  esto  como  ley  '  eterna, 
y  le  dió  >  de  su  majestad 
y  el  privilegio  de  servirle 
y  le  ciñó  de  la  fuerza  del  ircm  k. 

•  y  le  envolvió  de  vestidura  de  gloria  '. 
lsl  Le  revistió  de  toda  magnificencia 

y  le  adornó  de  insignias  de  fuerza  : 

10   zaragüelles,  m  túnicas  y  manto  m  ;. 

I"l  y  le  rodeó  de  n  campanillas 

y  granadas  "  en  cantidad  todo  alrededor, 

"    para  producir  grata  música  a  sus  pasos  0 
y  dejar  oír  su  sonido  en  el  Santísimo, 
como  memorial  para  los  hijos  de  su  pueblo  ; 

,:„,  con  vestiduras  sacras  de  oro,  púrpura  violada 
y  púrpura  roja,  obra  de  artista  »  ; 
con  el  pectoral  del  juicio,  q  del  cfod  y  del  cinturón  «, 
hecho  de  hilos  escarlata,  obra  de  tejedor  r  ; 
con  piedras  preciosas  3  sobre  el  pectoral  ■ 
grabadas  a  modo  de  sello  como  engaste  [de  oro 
u  todas  piedras  preciosas  u,  para  recuerdo,  con  inscripciones 
según  el  número  de  las  tribus  de  Israel  ;  [grabadas, 

",;  con  una  corona  de  oro  por  cima  del  turbante 

T  y  una  lámina  que  llevaba  grabadas  [las  palabras]  :  «Santo 
adorno  glorioso,  poderoso  honor,  [para  Yahveh»],  T 

delicia  de  los  ojos  y  de  perfecta  belleza. 

",j  Antes  de  él  no  hubo  nada  semejante, 


Apr    '  Amaso  de  Dios:  este  v.  es  continuación  del  último  del  cap.  anterior.  ||  Sea 
para  bien  :  G  testán  en  bendición». 
6  Le  acercó  a  la  nube  :  G  «le  introdujo  en  la  [nube]  oscura»  para  hablarle  desde 
ella ;  cf.  Ex.  20,  21. 

8  Le  entregó  los  mandamientos:  lit.,  puso  en  su  mano;  G  idióle  cara  a  cara». 

*.  La  fuerza  del  «reem>:  animal  citado  en  Núm.  23,  22;  pero  cf.  G  en  nota  crítica  fe. 

">  Zaragüelles,  túnicas  y  manto  :  c.  Ex.  28  y  29  para  toda  esta  descripción. 

Corona  de  oro...  y  una  lámina  o  placa  :  refiérese  Ben  Sirá'  a  la  lámina  de  oro 
que  el  Sumo  Sacerdote  llevaba  en  la  frente  encima  del  turbante  (mitra  o  tiara,  según 
olro-),  y  en  la  cual  iban  grabadas  estas  dos  palabras  :  Qódes  le-Yahveh. 


-  1261  - 


45  16-30 


ECLESIÁSTICO 


45  16-30 


18   y  jamás  un  extranjero  las  ha  vestido, 
sino  sólo  sus  hijos 

y  sus  descendientes  en  la  serie  de  generaciones. 
",,  La  oblación  de  él  quemábase  enteramente 

dos  veces  cada  día  sin  interrupción. 
1S13  Consagróle  Moisés 

y  le  ungió  con  óleo  santo. 
"   Esto  fué  para  él  alianza  eterna 

y  también  para  su  raza  cuanto  durare  el  cielo, 

para  servirle  [a  Dios]  y  ser  su  pontífice 

y  bendecir  al  pueblo  en  su  nombre. 
""„;  Lo  eligió  de  entre  todos  los  vivos 

para  ofrecer  holocaustos  v  grasas  w, 

para  hacer  humear  el  olor  grato  a  Dios  y  el  memorial  * 

v  para  expiar  por  los  hijos  de  Israel  y. 
:'1T  V  le  entregó  sus  mandamientos 

y  dióle  poder  sobre  el  estatuto  y  el  juicio, 

para  enseñar  a  su  pueblo  1  la  ley 

y  el  reglamento  a  los  hijos  de  Israel  z. 
B„  Airáronse  contra  él  extraños 

v  le  tuvieron  envidia  en  el  desierto  : 

los  hombres  de  Datán  y  Abirón 

y  la  banda  de  Coré,  animados  de  rabiosa  cólera. 
ala  Lo  vió  Vahveh  y  se  encolerizó 

y  los  aniquiló  en  el  furor  de  su  ira. 
sl    Hizo  con  respecto  a  ellos  un  prodigio 

y  los  consumió  con  la  llama  de  su  fuego. 
„  Entonces  acrecentó  la  gloria  rie  Aaron 

y  le  dió  su  herencia  ; 

le  concedió  para  sustento  las  primicias  santas  [diciendo]  : 
"a  a'  «Comerán  de  los  sacrificios  ígneos  de  Yahveh, 

  su  porción. 

v  la  oblación  [le  corresponderá]  a'  a  él  v  su  raza. 
"a  Sólo  que  [en  su  país]  no  tendrá  herencia 
v  en  medio  de  él  no  recibirá  lote  : 
Sov  yo,  Yahveh,  [su  lote  y  su  heredad] 
Jen  medio  de  los  hijos  del  Israel.» 
a53  Asimismo,  Pinejás,  hijo  de  Elazar, 

por  su  valentía,  heredó,  siendo  tercero,  dicho  honor, 
cuando  mostró  su  celo  h'  por  el  Dios  del  universo  b' 
"23  y  *e  mantuvo  firme  en  la  brecha  °'  de  su  pueblo, 
movido  de  la  generosidad  de  su  corazón, 
v  procuró  el  perdón  de  los  hijos  de  Tsrael. 


maltratado  actualmente  :  «jamás  revistió  de  ellas  a  extranjero  y  [transmitió  o  pasó 
sólol  a  sus  hijos  ta!  honor,  y  asimismo  éstos  a  su  posteridad». 

"j.  Consagróle:  lit.,  llenóle  las  manos,  e.  d.,  le  confirió  el  sacerdocio. 

M„.  Olor  grato  a  Dios:   o  el  incienso  aplacador ;  el  suave  olor  (G). 

a]T  Poder  sobre  el  estatuto  y  el  juicio  :  G  «autoridad  sobre  los  testamentos  de  las 
ordenanzas»  (o  en  las  alianzas  de  los  juicios),  e.  d.,  que  los  aaronitas  disfrutaban 
del  poder  judicial  y  de  interpretación  oficial  de  la  ley.  Con  es'o  celebra  el  escritor  la 
autoridad  que  en  este  campo  poseían  los  sumos  sacerdotes  de  su  época. 

Airáronse  :  G  «alzáronse».  [|  Extraños  o  extranjeros:  r.  d.,  «los  seglares», 
según  dice  I.  Lévi. 

"a,  Acrecentó  la  gloria  :  o  sea,  le  añadió  privilegios  y  honor. 

"j,  s».  Cf.  Núm.  18,  19  s. 

".j  Por  su  valentía  heredó,  siendo  tercero,  dicho  honor  :  n  sea  tales  privilegios 
sacerdotales  ;  otros  corrigen  H  «heredó  la  autoridad  sacerdotal  como  tercero»  ;  G  «es 
el  tercero  en  gloria». 

Procuró  el  perdón  de  :  o  «intercedió  por»,  «aplacó  a  Dios  en  favor  de». 
Cf.  Núm.  25,  13. 

—  1262  — 


§5  31   46  10 


ECLESIÁSTICO 


45  3i-  46  10 


31    Mas  hi/.u  también  mi  alianza  con  David, 
hijo  de  Jesé,  de  la  tribu  de  Judá  ; 
pero  la  herencia  del  rey  es  sólo  de  hijo  a  hijo, 
mientras  la  herencia  de  Aarón  es  para  toda  su  posteridad 

P"J     Ahora,  pues,  rogad  a  Yahveh,  que  es  bueno, 
que  os  corone  de  gloria  '', 
os  dé  sabiduría  de  corazón 
[para  juzgar  a  su  pueblo  éti  justicia], 
a  fin  de  que  vuestra  felicidad  no  desaparezca 
ni  vuestro  poder  de  las  generaciones  futuras. 


Elogio  de  los  patriarcas:  Josué  y  Kaleb;  los  jueces 
y  Samuel 


G Herrero  valiente  fué  Josué,  hijo  de  Nuil, 

ministro  ■  de  Moisés  en  la  misión  protetica, 

el  cual  fué  u  creado  para  ser  en  su  tiempo 
gran  b  salvación  para  los  elegidos  de  El, 

para  ejercer  las  venganzas  contra  el  enemigo  c 

y  hacer  entrar  a  Israel  en  posesión  [de  la  tierra  prometida], 
¡Qué  magnífico  era  cuando  extendía  la  mano  J, 

cuando  esgrimía  el  dardo  contra  las  ciudades  ! 
¿  Quién  resistía  ante  él  ?  " 

Porque-  combatía  los  combates  de  Yahveh. 
¿  Por  ventura  no  paró  al  sol  con  su  mano, 

y  un  día  valió  por  dos  ? 
En' verdad,  invocó  a  Dios  Altísimo 

cuando  le  apretaban  [cu  derredor  los  enemigos], 

y  le  escuchó  Dios  Altísimo  con  [ayuda  de] 

pedrisco  y'  granizo  f. 
[Lanzólos]  contra  [el  pueblo  enemigo] 

y  en  [la  pendiente  aniquiló  a  los  adversarios j, 
para  que  conocieran  todos  los  pueblos  consagrados  al  anatema 

que  Vahveh  vigila  sus  guerras. 

también  porque  siguió  plenamente  a  Dios 
y  en  ios  días  de  Moisés  mostró  piedad, 

él  y  Kaleb,  hijo  de  Yefunné, 

oponiéndose  a  la  revuelta  de  la  comunidad  * 

para  apartar  de  la  corporación  la  ira  [divina]  h 

y  acallar  la  maligna  murmuración. 
Por  eso  ellos  dos  fueron  salvados 

de  seiscientos  mil  de  a  pie, 

para  introducirlos  en  su  herenu<i, 

en  la  tierra  que  mana  leche  >  miel. 


"  Es  sólo  DÉ  hijo  A  hijo  :  o  «no  pasa  sino  a  su  hijo»  ;  así  c.  G  (cf.  S),  pues  H, 
Se  dice  lit.  :  «una  herencia  de  fuego  ante  su  gloria»,  es  ininteligible. 
l-"J  Vuestro  h>ukk  :  u  autoridad;  G  «su  gloria»  (como  untes  «su  felicidad»). 

Rot ética  :  G  «en  las  profecías»,  e.  d.,  en  la  interpretación  y 

ejecución  de  la  voluntad  divina. 

a,  I.AS   VENGANZAS  CONTRA   El.   ENEMIGO  1    cf.  JOS.    10,  13. 

64  Por  ventura  :  refiérese  a  la  parada  del  sol  sobre  Gabaón  y  a  la  granizada  de 
piedra  en  la  bajada  de  Bet-jorón  (Jos.  10). 

*,  Uue  conocieran  todos  los  pueblos...  :  G  «q.  conocierar.  su  panoplia  (o  medios 
le  ataque  y  defensa  de  Yahveh)  las  naciones,  que  a  la  faz  del  Señor  era  su  guerra». 

*,  Mostró  piedad  :  o  bien,  se  portó  dignamente. 

-  1263  - 


46  n-47  3 


ECLESIÁSTICO 


46  n-47  a 


"t  Y  dió  [el  Señor]  a  Kaieb  vigor, 

que  hasta  la  vejez  se  le  mantuvo, 

para  hacerle  escalar  las  cumbres  de  la  tierra, 

y  también  su  posteridad  guardó  aquella  herencia, 

u,0  de  suerte  que  viesen  toda  la  raza  de  Jacob 

que  es  cosa  buena  seguir  plenamente  a  Yahveh. 

13„  Y  los  Jueces,  cada  cual  nominalmente, 

todos  aquellos  cuyo  corazón  no  se  ensoberbeció  1 
y  no  se  apartaron  de  Dios, 

14   sea  bendita  la  memoria  de  ellos. 

Pl  [¡Sus  huesos  reflorezcan  desde  el  lugar  que  ocupan}, 

a   y  su  nombre  renuévese  en  sus  hijos  !  i 

iais  Amado  k  de  1  su  pueblo  y  grato  a  su  Hacedor, 

consagrado  desde  el  seno  de  su  madre, 

coronado  por  Yahveh  con  la  profecía, 

Samuel  fué  juez  y  pontífice  ; 

según  la  orden  de  Dios     instauró  la  monarquía 

y  ungió  a  los  príncipes  sobre  su  pueblo. 
"u  Conforme  al  [mandato  de  Yahveh],  dió  orden  m  a  la  comunidad 

y  n  gobernó  las  tiendas  de  n  Jacob, 
"i.  Por  [su  veracidad  fue]  buscado  como  0  profeta, 

y  también  en  su  palabra  fué  reconocido  veraz  como  vidente. 
"„  Asimismo  [invocó]  a  Dios, 

[cuando]  le  [apremiaban]  sus  enemigos  en  torno, 

ofrendando  un  cordero  lechal. 
™u  Y  tronó  desde  el  cielo  Yahveh 

y  con  recio  estruendo  hizo  oír  su  vo¿, 
a„  y  abatió  a  los  caudillos  enemigos  " 

y  exterminó  a  todos  los  jefes  de  los  filisteos. 
Mu  Y  al  tiempo  en  que  descansó  sobre  su  lecho  [de  muerte]  « 

invocó  como  testigos  a  Yahveh  y  a  su  ungido  : 

r  «¿  De  quién  he  aceptado  regalo  o  soborno  ?» 

Y  nadie  declaró  contra  él  '. 
M2o  Y  aun  después  de  su  muerte  fué  consultado, 

y  predijo  al  rey  su  destino 

y  alzó  desde  la  tierra  su  voz  para  profetizar  8. 


Elogio  de  los  patriarcas:  Natán  y  David,  Salomón 
y  Roboam,  Jeroboam 

Asimismo,  después  de  él  surgió  Natán 

para  presentarse  ante  a  David. 
Pues,  como  la  grasa  que  se  pone  aparte  en  el  sacrificio  pacífico, 

así  fué  David  respecto  a  Israel. 
Con  leoncillos  jugaba  como  con  cabritos 

y  con  los  osos  cómo  con  corderos  del  Basán  ». 

jl8  Las  cumbres  de  la  tierra  :  la  montaña  de  Judá  y  su  meseta. 

I12]  Sus  huesos  reflorezcan  :  especie  de  fórmula  con  que  se-  bendecían  los  cuerpos 
de  los  muertos  en  er  Señor. 

'•j,  Amado...  :  cf.  i  Sam.  i,  28.  !|  Consagrado  :  otros  prefieren  «conseguido  por  rue- 
gos», «suplicado». 

"14  Gobernó  las  tiendas:  traducción  muy  dudosa;  cf.  I.  I.évi. 

BM  Soborno  :  lit.,  zapato,  sandalia  :  calzado  en  general. 

am  Fué  consultado  :  G  «predijo».  Vese  por  aquí  que  lien  Sir.V  110  dudaba  de  la 
aparición  de  Samuel  a  Saúl  en  En-dor  (1  Re.  28). 

Aiy    1  Como  la  grasa,  que  era  la  mejor  parte  de  la  carne  de  las  victimas,  se  separaba 
'     de  ésta  para  ser  ofrecida  al  Señor,  así  fué  sacado  David  de  en  medio  de  los 
hijos  de  Israel,  para  dar  a  entender  que  era  lo  mejor  de  entre  ellos  y  particularmeute 
amado  del  Señor. 


47 


—  1264  — 


47 


ECLESIÁSTICO 


47  4-2o 


'    En  su  juventud  mató  a  un  héroe  ■ 

y  quitó  el  oprobio  de  su  puebiu, 
5    cuando  chasqueó  su  mano  con  la  honda 

y  quebrantó  el  orgullo  de  Goliat  J 
"5  Porque  invocó  a  Dios  Altísimo, 

quien  dió  fuerza  a  su  diestra 

para  derribar  al  hombre  experto  en  combates 

y  levantar  la  frente  de  su  pueblo. 
■„  "  Por  eso  cantáronle  las  hijas 

y  le  apellidaron  con  nombre  magnífico  [hablando]  de  miría- 

desde  que  se  ciñó  la  tiara  [de  la  realeza]  combatió  [das  ; 

\  y  humilló  a  los  enemigos  en  derredor, 

y  emplazó  entre  los  filisteos  ciudades-guarniciones  ', 

y  quebrantó  su  frente  hasta  este  día. 
En  todas  sus  obras  rindió  homenaje 

al  Dios  Altísimo,  exclamando  :   ¡  Gloria  1  ! 
"    Amaba  a  su  Creador  b  de  todo  corazón 

y  cada  [día  celebrábale  con  himnos]. 
E  instituyó  acompañamientos  de  cautos  enfrente  del  altar 
y  reguló  la  entonación  de  los  cánticos  con  salterios  >. 
"„  [Dió  a  las  fiestas  esplendor 

y  embelleció  las  solemnidades  hasta  la  perfección,] 

loando  ellos  su  santo  nombre 

y  haciendo  resonar  el  santuario  antes  de  la  mañana. 
™„  [Así,  pues,]  Yahveh  perdonó  su  falta 

y  ensalzó  su  frente  para  siempre, 

y  le  concedió  >  la  fijación  de  la  monarquía, 

y  estableció  su  trono  sobre  1  Israel. 
",3  En  gracia  a  su  mérito  surgió  tras  él 

un  hijo  inteligente,  que  vivió  en  confiada  prosperidad 
,5,s  Salomón  reinó  en  días  de  paz, 

y  Dios  le  aseguró  descauso  por  doquier, 

para  que  fundara  un  templo  a  su  nombre 

y  erigiera  un  santuario  para  la  eternidad. 
1U„  ¡  Cuán  sabio  eras  en  tu  juventud 

y  hacías  desbordarse  como  el  Nilo  la  instrucción  1 ! 
[i5]  m  Recubriste  la  tierra  de  tu  inteligencia 
"   e  hiciste  celebrar  altamente  su  reputación  m. 
I™]  [Hasta  las  islas  lejanas  llegó  tu  nombradla 

y  fuiste  amado  en  tu  paz.] 
ls,7  Por  [tus]  cánticos,  proverbios,  "  enigmas  y  dichos  agudos 

asombraste  a  los  pueblos  n. 
"I8  Fuiste  llamado  según  el  nombre  venerable 

invocado  sobre  Israel. 
a   Amontonaste  oro  como  hierro  0 

y  como  plomo  multiplicaste  la  plata. 


°s  La  frente  :  lit.,  el  cuerno,  e.  d.,  el  poder,  igual  v.  87  y  i3n. 
Cantáronle  las  hijas  :  cf.  i  Sam.  18,  7. 

"9  Instituyó  acompañamientos  de  canto-  :  o  cantos  acompañados  de  pulsación  de 
instrumentos  de  cuerda;  G  ■estableció  cantores».  Cf.  2  Par.  20,  21.  Asf,  pues,  David 
compuso  salmos  y  cuidó  de  que  los  cantaran  melodiosamente. 

13n  Su  falta  :  alude  a  la  cometida  con  motivo  de  su  enamoramiento  de  Uetsabee  ; 
G  «sus  pecados». 

1018  Fuiste  llamado...  :  alude  al  nombre  Yedidyá  ('amado  de  YahM  que  llevó  Sa- 
lomón, según  refiere  2  Sam.  12,  25.  Cf.  la  versión  de  G  :  «En  nombre  del  Señor 
Dios,  que  es  llamado  Dios  de  Israel...» 

x  Amontonaste  oro  :  en  tiempo  de  Salomón  el  010  abundaba  como  las  piedras, 
tau'.o  que  su  abundancia  parecía  quitarle  valor. 


I26.S  — 


ti   "     10  " 


v  las  dejaste  señorear  sobre  tu  cuerno 
'-..„  Echaste  asi  una  mancha  sobre  tu  gloria 
y  mancillaste  tu  tálamo  i, 

atrayendo  la  cólera  [divina]  sobre  tus  vástagn- 

y  los  gemidos  sobre  tu  lecho  r. 
!321  De  modo  que  quedó  partida  en  dos  la  soberanía 

y  de  Elraím  [empezó]  una  realeza  inicua. 
-1™  [Pero]  Dios  no  abandonará  su  misericordia 

y  no  echará  por  tierra  ninguna  de  sus  palabras  *  ; 

no  [extirpara]  los  descendientes  de  1  sus  elegidos 

ni  exterminará  la  raza  de  los  que  ama  l. 
Concedió,  pues,  [un  resto]  a  [Jacob] 

y  a  David  una  raíz  [procedente]  de  él. 
M¡,  Luego  Salomón  descanso  [con  sus  padres] 
y  dejó  tras  de  sí  un  príncipe  '•, 

'  largo  de  locura  v  a  y  corto  de  entendimiento, 

Roboam,  que  con  su  decisión  incitó  al  pueblo  a  rebelarse  ¡ 

w  hasta  el  punto  de  que  se  alzó  — ¡No  tenga  recuerdo!  * 
28   Jeroboam,  hijo  de  Nebat,  que  hizo  pecar  a  Israel 

y  dió  a  Etraim  escándalo  x, 
30t)2J  -v  haciéndolos  arrojar  de  su  país, 
'"i!    Su  pecado  fué  grande  en  extremo 
S1S6  j  se  entregó  a  toda  maldad. 


Elogio  de  los  patriarcas:  Elias  y  Eliseo.  Ezequías 
e  Isaías 


Hasta  que  surgió  un  proteta  semejante  al  tuego 

y  cuyas  palabras  eran  como  horno  encendido  n 
Les  quebró  el  apoyo  del  pan 

y,  por  su  celo,  los  disminuyó. 
Por.  orden  de  Dios  cerró  el  ciek.. 

[e  hizo  bajar]  fuego  tres  veces 
¡  Cuan  admirable  fuiste,  oh  Elias  b ! 

Ni  ¿quién  podrá  gloriarse  de  ser  a  ti  parecido V 
Tú,  que  resucitaste  un  difunto  de  la  muerte 

y  del  seo/,  conforme  a  voluntad  de  Yahveh  c  ; 
que  precipitaste  a  reyes  en  la  fosa 

y  a  hombres  ilustres  de  sus  lechos  ; 


iste  rus  mimos  :  c.  d.,  tu  vigor.  Condena  aquí  el  autor  los  desenfrenos 
n  sus  últimos  añii'-,  tales  que  1c  movieron,  si  no  a  practicar,  a  tolerar, 
;,  la  idolatría. 
10  :  o  bien,  tu  posteridad. 

aím  :   alúdese  a  Jeroboam,  que  era  de  la  tribu  di-  Efraim. 


ardor  de  su  celo,  y  aludiendo  a  los  episodios  de 
lego  intervino. 

ks  quebró  el  apoyo  o  báculo  del  pan,  expresión  Creen,  nli-  <-!i  la  niblia  para 
■:  atrajo  sobre  ellos  el  hambre,  como  tradujo  G.  Los  disminuyó  :  e.  d.,  dismi- 
■1  número  de  los  que  le  movían  a  cólera. 

II  IZO  BAJAR  FUEGO  TRES  VECES  [   CÍ    2  Re.   I,  9-I4,  y  l8,  38. 
ESUCITASTE   UN  DIFUNTO  :   cf.   I   Re.  17,  17-24- 

<i  c  1  pitaste  a  reyes  EN  la  fosa:  prediciendo  su  muerte;  cf.  i  Re.  21,  20-24.  || 
IBRFS  ILUSTRES  de  sus  i.Frnos  :  cf.  2  Re.  r.  4.  16. 


—  1266  — 


.18  7-23 


ECLESIÁSTICO 


48  7-2 


:   que  oíste  en  el  Sinaí  reprimenda» 

y  en  el  Horeb  fnllos  de  venganza  , 
•   que  ungiste  reyes  para  ejecutar  los  castigos 

v  un  profeta  para  que  te  sucediera  ; 
'    que  fuiste  arrebatado  en  un  torbellino  f  a  lo  alto 

v  con  tropas  de  fuego  al  cielo  e  ; 
10    que"  fuiste  designado  como  preparado  para  el  tiempo  h. 

para  apaciguar  la  cólera  [divina]  antes  [de  (su)  furor] 

para  convertir  el  corazón  del  padre  hacia  el  hijo 

y  restablecer  las  tribus  tle  Israel  K 
"    ¡  Dichosos  los  que  te  vieron 

[v  en  el  amor  han  fallecido! 
"    Porque  tátgbién  nosotros  de  cierto  viviremos.] 
"..Cuando  Eiras  [en  el  torbellino  fue'  envuelto], 

Elíseo  [fué  lleno  de  su  espíritu]; 

1  hizo  el  doble  de  milagros 

v  eran  prodigios  todas  las  palabras  de  su  boca  '. 

En  sus  días  no  tembló  por  nadie 

v  mortal  alguno  dominó  en  su  espíritu. 
",,  Ninguna  cosa  sobrepasó  sus  fuerzas, 

y  aun  bajo  tierra  profetizó  su  cuerpo  >■. 
16„  Durante  su  vida  hizo  prodigios 

V  en  su  muerte  obras  estupendas. 
"Y,  Con  todo  esto,  el  pueblo  no  se  arrepintió 

v  no  abandonó  sus  pecados, 

hasta  que  fué  llevado  lejos  de  su  país 

y  dispersado  por  toda  la  tierra. 
17    Mas  a  Judá  fué  dejado  un  resto  corto0 

v  a  la  casa  de  David  un  príncipe. 
,8„  Algunos  de  entre  ellos  obraron  rectamente,  [ricación. 
"mas  otros  multiplicaron  de  modo  extraordinario  [su]  preva- 

Exequias  fortificó  la  ciudad 

y  condujo  el  agua  a  su  interior  ; 
cavó  a  hierro  la  peña 

v  construyó  [en]  los  montañas  depósitos  [para  el  agua]. 
En  su  tiempo  subió  Senaquerib 

y  envió  al  Rab-saque. 

el  cual  extendió  su  mano  contra  Sión 

v  blasfemó  de  Dios  i>  en  su  soberbia. 
2\„  Entonces  se  conmovieron  sus  manos  y  su  corazón 

v  padecieron  dolores  como  de  parturienta. 
E  invocaron  a  Dios  Altísimo, 

extendiendo  hacia  El  sus  manox 
.Ynhveh  oyó  la  voz  de  su  plegaría  n 
v  los  libró  por  mediación  de  Isaías. 


'  Oíste  en  ei.  Sinaí  :  cf.  i  Re.  19.  ||  Fallos  de  venganza  :  en  el  monto  Horeh  le 
comunicó  el  Señor  los  castigos  que  lloverían  sobre  Ajab,  Jezabel  y  el  pueblo  judío 
en  general. 

s  Ungiste...  :  cf.  1  Re.  19,  16. 

*  Fuiste  arrebatado  :  cf.  2  Re.  2,  1  ss. 

10  Fuiste  designado  :  cf.  Mal.  3,  23. 

B,.  Elíseo  :  cf.  2  Re.  2,  9  ss.  ]|  Dominó  en  su  espíritu  :  o  sea,  le  subyugó  IG). 

Profetizó  su  cuerpo  :  cuando  un  cuerpo  echado  sobre  los  huesos  de  Eliseo  re- 
sucitó por  su  contacto  (2  Re.  13,  21). 

"  Un  resto  corto  :  el  reino  de  Judá  con  solas  dos  tribus. 

,9,.  Ezequías  fortificó  LA  ciudad  :  Ezequías,  cuyo  nombre  deriva  de  raíz  que  signi- 
fica 'fortificar',  fortificó  su  capital;  cf.  2  Par.  32,  5.  |l  Condujo  fi.  agua:  cf.  2  Re.  20, 
20.  ||  Construyó  en  las  montañas  :  lit.,  hizo,  edificando  alrededor  de  las  montañas, 
receptáculo  (o  cisternas  para  las  aguas).  G  «y  const.  depósitos  para  las  aguas». 
Cf.  2  Re.  18-19  (comp.  Is.  36)  y  2  Re.  19,  6  (corap.  Ts.  37,  6). 

■  Por  mediación  o  mano  de  Isaías,  a  quien  recurrió  Ezequías  en  su  aprieto. 


—  1267  — 


•18  24-  49  12 


ECLESIÁSTICO 


48  24-49  12 


■:,  Hirió  el  campo  de  los  asirios 
v  los  conturbó  con  la  peste  r 

„  Porque  Ezequías  hizo  el  bien  » 

v  se  afirmó  en  los  caminos  de  David 

[que  le  había  recomendado  Isaías,  el  profeta. 

En  sus  días  volvió  atrás  el  sol 

y  alargó  la  vida  del  rey]. 
:4  Por  una  poderosa  inspiración  previo  las  postrimería* 

v  consoló  a  los  afligidos  de  Sión. 
„  Manifestó  lo  venidero  hasta  la  eternidad 

y  las  cosas  ocultas  antes  que  sucediesen. 


Elogio  de  los  patriarcas:  Josías  y  Jeremías. 
Otras  personalidades 


AG   '    E)  nombre  a  de  Josías  es  como  inciei 
preparado  por  arte  de  peifumero 


Porque,  apesadumbrado  por  nuestra  apoetasía  b 
destruyó  las  abominaciones  de  la  idolatría. 

Enderezó"  hacia  Dios  su  corazón 

V  en  días  de  iniquidad  obró  piadosamente  c. 

A  excepción  de  David,  Ezequías  y  Tosías, 
perversamente  todos  se  portaron, 

¡jorque  abandonaron  la  ley  del  Altísimo, 


'»  [A 
•„  Inc 


que  *  desapareciet 


[']  a  cansa  de  Jeremías,  0  pues  le  maltrataron, 

aunque  él  había  sido  constituido  profeta  desde  e¡  seno  ma- 
para  arrancar  y  destruir,  asolar  y  demoler,  [terno, 
v  asimismo  para  edificar,  plantar  y  restaurar. 

'\  P'zequiel  contempló  una  visión  e 

y  comunicó  los  aspectos  distinto»  del  carro  \ 

ui  1  v  también  mencionó  a  Job..., 

que  practicó  todas  las  vías  justas  1 
Asimismo  los  doce  profetas  |  , 

cuvos  huesos  florezcan  en  sus  tumbas  |  que  sanaron  a  Jacob 
y  le  aseguraron  mediante  la  promesa  de  salud. 

**B  Los  conturbó  con  i.a  pesie  :  o  con  un  azote  ;  i-f.  2  Re.  !Q,  r,  «los  exterminó 
su  ángel». 

"  Volvió  atrís  :  o  bien,  «se  paró»  el  sol.  Quiere  decir  que  se  comprobé  en  el 
gnomon  del  cuadrante  solar  efecto  idéntico  al  que  habría  causado  un  retroceso  del  sol. 

~  ,  Las  postrimerías  o  tiempo  futuro:  con  estos  términos  anuncian  los  profetas 
los  tiempos  mesiánicos. 

A(\    *  En  banuuete  :  lit.,  en  banquete  de  vino  (así  G). 
5,  Sus  calles  :  lit.,  sus  senderos. 
0  Para  arrancar...  :  cf.  Jer.  i,  io.  En  G  algo  diverso. 

i:,„  Sanaron:  así  en  sentido  ético,  cf  Is.  38,  16;  G  «consolaron!.  ||  Le  aseguraron 
mediante  la  promesa  de  salud  o  salvación  ;  así  quizá  H  errp  ;  G  «'  r  -  .liaron  me- 
diante la  fo  de  la  esperanza».  La  gloria  de  estos  profetas  consiste  en  haber  confortado 
a  los  israelitas  con  sus  enseñanzas  y  haberlos  sostenido  con  la  esperanza  de  su  li- 
beración 


208  - 


49  is-50  8 


ECLESIÁSTICO 


49  i»  -50  « 


"u  í¿  Cómo  ensalzaremos  a  Zorobabel, 

a  él  que  es  como  un  sello  en  la  mano  derecha? 
E  igualmente  a  Jesús,  hijo  de  Yehosédeq, 

los  cuales,  en  sus  días,  reconstruyeron  la  íjmi  de  Píos] 
y  volvieron  a  levantar  el  templo  santo, 
destinarlo  a  eterna  íiloria. 
"„  Nehemías,  sea  ensalzado  su  recuerdo, 

levantó  nuestras  ruinas 
(d)  restauró  nuestras  viviendas  derruidas 
( c)  y  afirmó  puertas  y  cerrojos. 

"M  Pocos  han  sido  creados  k  como  Henok  sobre  la  tierra, 
pu;;s  él  también  fué  arrebatado  vivo  al  cielo  (  ?)  >'. 

"h  O  ¿  acaso  nació  hombre  como  José  m, 

n   y  cuyo  cuerpo  haya  sido  igualmente  honrado  n  ? 

"u  Sein,  Sel  0  y  Enós  u  fueron  glorificados  ; 
mas  sobre  toda  criatura  viviente,  Adán. 

El  más  grande  de  sus  hermanos  y  la  gloria  de  su  pueblo  fué. 


Panegírico  del  sumo  sacerdote  Simeón.  Epílogo  del  elogio 
a  los  patriarcas  y  subscripción  del  autor 


1  Simeón,  hijo  de  Juan  a,  sumo  sacerdote. 

en  cuya  época  fué  reparado  b  el  templo 
y  en  sus  días  fortificó  el  santuario. 

2  En  su  época  se  acabó  de  construir  la  muralla, 

así  como  las  torres  albarranas  en  el  palacio  de!  Rey. 
1    En  sus  días  fué  cavado  un  depósito  de  aguas, 

estanque  semejante  ai  mar  por  su  estrépito  ' . 
4    El  cuidó  de  su  pueblo  [para  librarle]  del  robo  " 

y  fortificó  la  ciudad  contra  el  enemigo 
'    ¡  Cuán  venerable  cuando  gobernaba  así  desde  va  tienda, 

a  su  salida  del  interior  del  velo ! 
*    Era  como  estrella  que  brilla  entre  '  las  nubes, 

como  la  luna  llena  en  los  días  de  la  solemnidad  s  ; 
'   como  el  sol  refulgente  en  el  palacio  de!  Rey  b 
■   y  cual  arco  iris  que  aparece  en  las  nubes  1  ; 
fl  como  la  flor  en  las  ramas  por  los  días  de  las  primicias 

v  como  el  lirio  a  orilla  de  las  corrientes  de  agua  ; 

como  la  vegetación  del  Líbano  en  días  estivales 


uu  Sello  en  la  mano  derecha  :  el  sello  era  símbolo  de  cosa  preciosa  y  querida. 

"14  Pocos...  como  Henok  :  Henok  fué  antes  del  diluvio  el  hombre  cuya  vida  agradó 
más  a  Dios  y  que  tuvo  fin  más  maravilloso. 

M„  Sobre  toda  criatura  viviente  :  o  bien,  por  cima  de  todo  vivie  nte  en  el  mundo.  . 
AM  GS  ;  H  «y  por  cima  de  todo  viviente  está  la  gloria  de  Adán»,  que  otros  inter- 
pretan :  i...,  ellos  que  eran,  por  cima  de  todo  viviente,  la  gloria  de  la  humanidad». 

KA  2  En  su  época...  :  cf.  G  :  «Por  él  fueron  echados  los  fundamentos  de  la  altura 
del  doble  [muro]  (o  bien,  segundo  recinto),  la  reparación  levantada  del  muro 
del  Santo»  El  v.  todo  es  muy  oscuro  en  G  y  V,  que  suelen  interpretarse  en  el  sentido 
de  que  Simeón  puso  los  cimientos  para  redoblar  el  muro  que  sostiene  el  cerco  de 
muralla  del  templo.  H,  como  puede  verse,  es  bastante  diverso. 

•  ¡Ctján  venerable!  :  lit.,  cuán  bellamente  adornado...;  G  tcuán  glorioso  fué  en 
sus  relaciones  con  el  pueblo».  |l  El  interior  del  velo  :  e.  d.,  del  Santísimo  o  Santo 
de  los  Santos. 

Pl  Como  la  flor  en  i.as  ramas  por  los  dUs  de  las  primicias:  o  de  la  fiesta  de  pri- 
mavera ;  lit.  H.  :  tpor  los  días  del  verano  o  de  los  nuevos  frutos  o  de  la  recolección 
de  los  frutos».  G  vierte  :  icomo  la  flor  del  rosal  (o  de  las  rosas)». 


—  J.2ÓQ 


58  9-24 


ECLESIÁSTICO 


50  9-2 


;'   y  como  el  fuego  del  incienso  sobre  el  incensario}: 
como  vaso  de  oro  macizo, 

adornado  con  toda  piedra  preciosa  ; 
",„  como  olivo  1  verdeante  repleto  de  fruto-  1 
y  cual  acebnche  de  ramas  saturadas  : 
["]  [así  aparecía]  cuando  se  envolvía  en  vestido.-,  de  honor 
y  se  revestía  de  los  vestidos  gloriosos  '", 
a!  subir  al  altar  esplendoroso  11 

y  ornar  el  atrio  del  santuario. 
Cuando  recibía  los  trozos  [de  las  víctimas]  de  mano  de  sus  her- 
colocado  él  al  frente  de  las  agrupaciones  [manos  °, 

formábase  en  torno  suvo  una  corona  de  hermanos  () 
como  plantación  de  cedros  en  el  Líbano. 
"    y  le  rodeaban  como  sauces  del  arroyo  r 
|  *]  todos  *  los  hijos  de  Aarón  en  su  gloria, 
*   llevando  en  sus  manos  las  ofrendas  a  Yahveh 

ame  la  asamblea  entera  de  Israel, 
["]  hasta  que  él  terminaba  el  servicio  del  altar 

y, la  ordenación  de  las  agrupaciones  del  Altísimo. 
"\;  [Extendía  [luego]  su  mano  hacia  la  copa  de  las  libaciones 

v  hacia  la  libación  de  la  sangre  del  racimo. 
"    ¡a  vertía  sobre  la  base  del  altar 

como  perfume  de  grato  olor  para  el   lilísimo,  Rey  Supremo.] 
'\,  Entonces  los  sacerdotes,  hijos  de  Aarón,  tocaban  1 
las  trompetas  de  metal  labrado, 
clamaban  y  prorrumpían  en  grandes  voces, 
en  conmemoración  ante  el  Altísimo. 
Todo  el  pueblo,  a  una,  apresurándose, 
c  lía  de  bruces  en  tierra, 

prosternado  en  adoración  afíte  "  el  Altísimo, 
ante  el  Santo  de  Israel  11 

V  los  cantores  emitían  su  voz 
y  cánticos  suaves  para  la  multitud, 

Y  exultaba  v  todo  el  pueblo 
en  plegarias  ante  el  Misericordioso 
hasta  que  terminaba  el  servicio  del  altar  w 
y  había  ofrecido  [a  Dios]  sus  sacrificios  reglamentarias  V 

"■•o  Entonces,  bajando,  alzaba  sus  manos 
sobre  la  comunidad  toda  de  Israel, 
con  la  bendición  del  Señor  en  sus  labios, 
v  gloriábase  en  el  nombre  de  Yahveh. 
El  pueblo  se  prosternaba  segunda  vez 

¡para  recibir  la  bendición  y  de  parte  del  Altísimo]. 
"C  Ahora  bendecid  a  Yahveh,  Dios  de  Israel, 
que  hace  cosas  maravillosas  en  la  t'erra, 
que  ensalza     al  hombre  z  desde  el  útero 
a*  y  lo  forma  según  su  voluntad''1'. 

El  i  ukoo  del  incienso  :  e.  ti.,  como  el  incienso  que  arde. 

„,  Cuai.  acf.bttche  :  así  oleastro  u  olivo  salvaje  H  ;  C;  diverge  :  «cual  ciprés  que  se 
hasta  las  nubes». 

Ornar  el  atrio  :  era  el  adorno  de  él.  por  sus  magníficos  vestidos  y  porte,  ma- 
íoso. 

de 

monial»  ;  cf.  G  :  «para  adornar  (o  embe 
La  sangre  del  racimo  :  el  vino 
a,.  Pe  metal  labrado  :  sentido  dudoso  :  labrado,  repujado,  batido,  trabajado  a  mar- 
tillo ;  otros,  «macizo».  II  En  conmemoración  o  pura  recordar  al  pueblo  que  Dio»  le 
oía,  no  para  llamar  la  atención  de  Yahveh 
w„ss.    Cf.  2  Par.  29,  28  s. 

Y  cánticos  suaves...:  así  corrige  e  interpreta  I.  Lévi  H  ;  (".  «y  en  todo  el 
templo  resonaba  dulce  canto  (o  melodía)». 


50  *v  51  10 


50  25  51  M 


y  reine  la  paz  en  medio  de  vosotros  !  b' 
M2<  c'  ¡Su  gracia  permanezca  fiel  a  Simeón 

v  le  cumpla  la  promesa  hecha  a  Pinejá»  : 

que  no  le  sería  quitada  ni  a  él  ni  a  su  posteridad 

cuanto  durasen  los  cielos  !  °' 

"„  Contra  dos  naciones  e.-iá  mi  alma  irritada, 

y  la  tercera  no  es  ui  nación. 
-\«  Los  habitantes  de  Seir  y  Filistea  d' 

y  el  pueblo  estúpido  que  mora  en  Sikem. 

MJ7     Lección  de  inteligencia  y  ciencia  grabadas  en  aqueste  libro 

por  Simeón,  hijo  de  Jesús,  hijo  de  Elazar  ben  Sira, 

que  hizo  brotar  en  medio  de  (?)  su  corazón 

y  que  extendió  la  sabiduría  e'. 
"\.„  Dichoso  el  que  en  estas  cosas  meditare, 

y  quien  las  ponga  sobre  su  corazón  será  sabio  ; 
3,r»  [poique  si  las  pusiere  cu  práctica  para  todo,  se  liará  fuerte.} 

pues  el  temor     de  Yahveh  es  la  vida  e'. 


Oración  de  Jesús,  hijo  de  Sirá'.  Himno  a  Yahveh, 
protector  de  Israel.  La  adquisición  de  la  sabiduría 


1    Te  confesare,  mi  Dios,  mi  Padre  a  ; 

te  alabaré,  ¡oh  Dios  de  mi  salvación!  b 
1    Proclamaré  tu  nombre,  l2l  c  refugio  de  mi  vida, 

(c)  pues  has  rescatado  mi  alma  de  la  muerte,  f 
(b)  has  preservado  mi  carne  de  la  fosa 

(d)  v  del  poder  del  scol  has  librado  mi  pie  c  ; 
1    ''  me  has  protegido  de  la  difamación  pública 

del  azote  6  de  la  lengua  calumniosa 
y  de  los  labios  que  se  descarrían  tras  la  mentira  ; 
enfrente  de  mis  adversarios  has  sido  mi  [ayudador']  ; 
\  me  has  salvado,  según  tu  gran  misericordia  r, 
del  lazo  de  quienes  espiaban  en  la  roca  s 

*  y  de  la  mano  de  los  que  buscaban  mi  vida  ; 
de  numerosas  tribulaciones  me  has  librado  h, 

\  y  de  las  angustias  de  la  llama  1  que  me  envolvían, 
del  medio  del  fuego  que  yo  no  había  encendido, 
7;  de  las  J  hondas  entrañas  del  scol 

1  de  los  labios  impúdicos,  los  componedores  de  mentira 
y  las  flechas  de  la  lengua  dolosa  '. 
\  Mi  alma  tocaba  ya  a  la  muerte, 

*  y  mi  vida  al  scol  infernal. 

"'t  Yolvíme  m  de  todos  lados,  y  no  había  quien  me  avudase  ; 
miré  en  busca  de  apoyo,  y  no  lo  había. 

En  Sikex  :  los  habitantes  de  Saniaria  ;  compuesto  de  pueblos  asirios  enviados  a 
■epoblar  la  ciudad  cuando  ésta  fué  tomada  por  el  rey  de  Asiría. 

K-l     1  Oración  de  Jksi's,  hijo  de  Sirí' :  fisura  este  título  en  lns  inss.  griegos.  Es 
plegaria  compuesta  en  parte  con  reminiscencias  del  Salterio  y  que  utiliza  la 
Iglesia  los  días  de  fiesta  de  sus  vírgenes  mártires. 

>r  dícese  corrió  peligro  de  ser  muerto  por  una  falsa  denuncia  dada  al 
cy  que  entonces  mandaba  en  Palestina. 

ba  calumniosa  :  así  G  ;  H  lit.  :  «la  calumnia  d<  la  lengua». 
hiero  :  designa  aquí  metafóricamente  la  prueba. 


—  1271  — 


51  il-W 


ECLESIÁSTICO 


51  il-M 


"s  Entonces  me  acordé  de  la  misericordia  del  Señor  n 

y  de  sus  gracias  desde  la  eternidad. 
'-    del  que  libra  a  los  que  en  El  esperan 

y  los  rescata  de  todo  mal 

Y  elevé  de  la  tierra  mi  grito  p 

y  supliqué  desde  las  puertas  del  scol  *. 

Y  clamé  :  «¡  Yahveh,  tú  eres  mi  padre, 
ciertamente  eres  el  héroe  de  mi  salud  ; 

r  no  me  abandones  en  el  día  de  la  angustia, 

en  tiempo  de  la  desolación  y  la  devastación  i  ' 
"„  Alabaré  sin  tregua  tu  nombre 

y  te  conmemoraré  en  la  oración*  » 

1  Entonces  escuchó  Yahveh  mi  voz 

y  prestó  oído  a  mi  súplica 
,8i2  u  Y  me  libró  de  todo  mal 

y  me  salvó  en  el  día  de  la  angustia  , 
"    por  ello  u  confesaré  y  alabaré 

y  bendeciré  el  nombre  de  Yahveh. 

*  Alabad  a  Yahveh  porque  es  bueno, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  Dios  de  las  loanzas, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  guardián  de  Israel, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  Creador  del  universo, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  Redentor  de  Israel, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  que  reunió  a  los  dispersos  de  Israel, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  que  edifica  su  ciudad  y  su  santuario, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  que  hace  florecer  la  frente  de  la  casa  de  David, 
porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  que  ha  elegido  a  los  hijos  de  Sadoq  para  el  sacer- 

porque  es  eterna  su  misericordia.  [docio, 

Alabad  al  Escudo  de  Abraham, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  a  la  Roca  de  Isaac, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  Fuerte  de  Jacob, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  que  escogió  a  Sión, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

Alabad  al  Rey  de  los  reyes  de  los  reyes, 

porque  es  eterna  su  misericordia. 

El  exaltó  la  frente  de  su  pueblo 

para  gloria  de  todos  sus  devotos, 

los  hijos  de  Israel,  su  pueblo  allegado. 

I  Aleluya ! 

,s13  Siendo  yo  todavía  joven, 

[antes  de  haber  vagado  (por  el  mundo),] 
busqué  [abiertamente  la  sabiduría  en  mi  oración}. 
[Delante  del  templo]  la  impetraba, 
[y  hasta  el  fin  he  de  buscarla. 


Ciertamente...  dk  mi  salud  o  salvación  :  otros,  «pues  eres  el  fuerte,  mi  salud 
lo  salvación)»  ;  <i  lo  omite. 

*,  ARTES  nr  habkr  vacado  :  otros  entienden  «antes  de  extraviarme!. 


5120-38 


ECLESIÁSTICO 


53  M 


[■]  En  su  flor,  como  en  racimo  que  empieza  a  pintar, 
•   complacíase  en  ella  mi  corazón]  ; 

por  su  verdad  w  caminaba  mi  pie. 

desde  mi  juventud  seguí  stis  huellas  x. 
"„  Incliné  un  tanto  mi  oído  hacia  ella  J' 
a   y  hallé  conocimiento  en  abundancia  *. 
[**]  Su  yugo  era  para  mí  un  honor  a', 
■   v  a  quien  me  enseñó  daré  gloria 
M15  He  resuelto  practicarla 

v  he  sido  celoso  para  el  bien, 

y  no  me  apartaré  b'  de  ella  tras  haberla  encoi 
a„  Mi  "alma  se  ha  enamorado  de  ella0' 

v  no  volveré  de  ella  mi  rostro"1'. 
M     Mis  manos  abrieron  sus  puertas  ; 

la  rodeé  y  la  observé  e'. 
"M  Enderecé  hacia  ella  mi  a!r 


con  la  ide; 

y  en  [toda] 
He  adquirido  1: 

por  eso  no  * 
Mis  entrañas  h' 

por  eso  he  ; 
Yahveh  me  ha 

v  con  mi  leí 


rnif  de  ella 


in  horno  h'  en  su  busca 

idquisición. 
mis  labios. 


Volveos  a  mí  los  indoctos 

y  morad  en  mi  escuela. 
¿Ha«ta  cuándo''  estaréis  faltos  de  estas  eos 

v  vuestra  alma  padectrá  sed  ardiente  ? 
He' abierto  mi  boca  v  he  hablado  : 
compraos  sabiduría  sin  dinero. 
Someted  a  su  yugo  vuestro  cuello 
y  acepte  vuestra  alma  corrección. 
Cerca  está  de  quienes  la  buscan  '', 
k'  y  quien  a  ella  se  consac 


la  encuentra  k' 


5:;  Ved  con  vuestros  oíos  lo  poco  que  me  he  fatigado 

y  que  he  hallado  para  nú  gran  descanso  v. 
*,5  Participad  en  la  instrucción  [aun']  a  cambio  de  gran  cantidad  de 
y  plata  y  oro  n'  ganaréis  por  ella.  [ dinero  m', 

'»  Regocíjese  vuestra  °'  alma  en  su  °"  socorro, 
y  no  os  dé  vergüenza  el  alabarle. 
Cumplid  vuestra  tarea  antes  del  tiempo  prescrito, 
v  El  os  dará  su  recompensa  en  su  momento. 
p  ¡  Bendito  sea  Yahveh  por  siempre 
y  loado  sea  sn  nombre  de  generación  en  generación  ! 
Hasta  aquí  las  palabras  de  Simeón,  hijo  de  Jesús,  que  es 

[llamado  Ben  Sirá'. 

Sabiduría  de  Simeón,  hijo  de  Jesús,  hijo  de  Elazar  ben  Sirá' 

¡Sea  el  nombra  de  Yahveh  bendito  desde  ahora  y  hasta  Vi 

[eternidad  ' 


En  mi  escuela:  lit.,  en  mi  casa  de  educación  (así  Gi. 
*•„  Acepte  vuestra  ai.ma  corrección:  cf.  G;  H  más  lit.  dice:  cargue...  *u  carea. 
Mao  Antes  del  tiempo  :  en  que  ya  no  se  puede  obrar  bien  ni  merecer ;  o  como  dicen 
otros     «antes  que  llegue  el  tiempo  de  la  recompensa!. 


—  127.1  — 


NOTAS       CRITICAS      AL  ECLESIASTICO 


«letando  el  dístico]  b-b  así  <■ 
mbién  aceptable  («echar  raí- 

l]  d  así  c  G  ;  H  abandones 
c  ('.  ;  II  repite  en  todos  los 
litación)  B  así  (en  tus  ocupa- 
ras— con  h.»  o  mansedumbre, 
\crosos  son  los  pensamientos 
rá  conducido  1<or  ellas]  k  así 
-•6.,., ;   en  US  a  29J  m  añade 


ísí  c  G   (cf  Prc 


del  pobre  apesares]  casi 
o  Dios]  e  así  c  críticos  ¡ 
17)  ;  H  crrp]  e  así  c  G  ; 
v  diverso  en  HGSV  e  in. 
;  alterado  que  H  (a  veces 
3ca  de  la  Sabiduría  conm 
acidificaciones  basadas  en 
mo  HV,  en  vez  de  en  B 
ite  a  mí  (HS  se  llena  d> 


nradr 
así  c 

cf  sv: 


ecto 


H  repi' 


.ladera 
actual. 


bedecer  las  ansias  del  mal»,  el  prime 
alma  y  de  tu  fuerza»)  y  el  segundo  < 

¡idos,  reminiscencia  de  Ece  3  is  mal 
He  y  algs  mss]  d  así  este  v  como 


(p  libertad^] 
G  ;  ns  amigo] 
ri »-rió  bálsamo, 
■stablece  íman- 

parece  en  H<'1 
s]  kasl  c  GSl 
;  H  cálculos] 
^adorno  (exee 
»|  «así  c  GS1 
corazón  ■  ;  O 


.]  «cf  V  santific 


Ir  cuentes  ei 
írttu  (cf  Gsr 
H  dos  estico' 
]  n  asi  c  G 
sde  su  juven 
falta  en  II 
(cf  S 


—  1274  — 


ECLESIÁSTICO 


admira,  honra  ;  V  «no  abandones»!  1  i 
ficio  por  la  ¡(Uta  lo  expiatorio,  cf  Ex  ! 
sacrificio  de  santificación  y  Ihs  primici 
.S  «gracia  es  el  don»))  «'  así  c  GS  ;  H  crrp. 

(.AP.  S 

a  y  perezcas  añade  H)  t>  GS  reyes]  c  G  sobre  su  fuego]  J  sing  así  S ;  G  sean 
despreciados;  H  desprecie  (cf  V  «ne  mate  loquatur»)]  to  magnates;  S  «gentes  hono- 
rables»; G  «tus  antepasados»,  o  progenitores]  'así  GS  ;  H  de  nos  (por  eso,  asi?)  B  así 
cU;  H  patrimonio]  h  así  c  GS ;  H  camino. 

ÍAP.  0 

a  así  cG;  H  no  tengas  celos)  bG  vayas  al  encuentro,  S  «frecuentes  (el  trato  de)», 
«respicias»  como  en  41  20  b]  oc£  G;  H  te  acuestes  (duermas)  crrpl  d  así  c  GS  (cf 
Prov  9ji|  >cf  G  ;  H  muy  crrp;  I.  Lévi  traduce  «Te  degradarías  por...»]  f  GS  por  ¡a 
belleza)  e  G  hanse  extraviado]  1»  asi  c  GS ;  H  a  sus  amantes  Quema  en  el  ¡uceo] 
'asi  c  VJ  )  lit  «pruebes  comida»,  G  f.  sientes  en  .foi.ru/]  kH  lit  con  él,  e.  d.,  «el 
marido  de  ella»  según  interpretó  e]  baalá  'mujer  casada'  del  estico  anterior.  Los 
mss  de  HGSV  varían  mucho  en  este  V  aun  coincidiendo  esencialmente.  Seguimos  a 
II  y  C  edic  Kahlfs]  1  GS  «se  incline  tu  arma  (o  corazón)»)  mH  «truncado»;  G  «le  es 
comparable»,  S  «le  alcanza»]  »  con  xusto  añade  G)  o  G  la  gloria  del  pecador]  p  nsí 
c  GS;  H  iííu]  DG(S)  en  lo  que  place  a  los  impíos]  r  así  c  GS ;  H  tiempo]  >G  muy 
lejos)  >G  las  almenas  de  una  ciudad]  «o  ten  sociedad,  G  más  bien  aconséjate]  »  así 
c  G  lef  S)  ;  H  entre  ellos]  w  así  c  G  ;  II  crrp]  x  asi  c  GS  (lit  «en  su  ciudad»)]  y  así, 
o  petulante,  fogoso,  el  que  reprende...  c  G  ;    H  la  reprensión. 


-  K  por  la  1 
( .  crrp]  1  ne 
II «S  v  01ro: 
regla  (o  el 


justo  pobre»; 
le  además  «se 
honor  proi>or- 


aij  «de  los  vestidos  que  te  envuelven  no  te  envanezcas»)  bG  «ni  te  ensalces  en 
e"  día  de  la  gloria»]  tfi  «Muchos  tiranos...  en  el  suelo»  (V  «en  el  trono»))  d  asi  c 
GS  ;  II  crrp]  e  sólo  H  añade  «  y  fueron  abatidos»)  (  así  c  GS]  S  G  lánguido  y  nece- 
sitado de  a.viicia]  h  asi  c  G;  HS  de  todo]  i  así  c  G]  JS  «del  polvo  y  la  ceniza»,  G  «de 
la  humildad.]  k  GS  «ciencia  y  conocimiento  de  la  ley»)  1  así  c  GS  ;  H  pecado]  m  GS 
«los  caminos  de  las  buenas  obras»]  »GS  el  error]  «G  «aquellos  que  envejecen  en  la 
maldad.)  P  []  así  c  HSV...,  falta  en  los  principales  mss  G]  Q  asi  c  GS ;  H  justo  \ 
falta  del  resto  del  esticol  r  <;  por  su  aplicación  y  avaricia]  *S  su  fin;  G  qué  ti.  »,. 
m  pasará  (e.  d.,  el  tiempo  que  de  vida  le  resta))  tH  ofrece  el  v  mutilado]  u  así  HS  ; 
G  persevera  en  tu  trabajo)  v  así  ins  c  G]  w-w  falta  en  G  ;  sólo  en  algs  mss  G  viene 
a",  final]  *  así  c  G  ;  H  perdido)  y  así  G,  no  en  H]  z  G  «por  su  posteridad  (o  sus  hijos)»] 
•'"así  c  G,  pero  II  y  S  ofrecen  a  continuación  texto  mucho  más  amplio:   «Es  como 

calumniador  !  — Como  perro  que  entra  en  todas  las  casas  para  arrebatar  algo  — asi  el 
calumniador  entra  y  siembra  contienda  por  todas  partes.  —El  maldiciente  pónese 
en  acecho,  como  un  oso,  cerca  de  la  casa  de  los  burladores»)  b'  G1S1  acecha  la  caída) 
c*G  «cambiando  el  bien  en  mal,  tiende  asechanzas»]  d'  así  c  G]  e'  así  HS,  G  dice  aquí 
en  cambio  el  v  sigte,  en  H  tras  12  1  ;  en  su  texto  seguimos  G. 


»l.  muy  diverso:  «>i  obrares  bien,  considera  a  quien  lo  haces,  y  habrá  agrade- 
cimiento para  tus  beneficios»;  S  distinto]  bG  «quien  continúa  en  el  mal»]  c  falta  en 

S,  es  .\  H  7  y  compárese  V)  <J  seguimos  en  los  vv  5-8  el  orden  de  VG  ;   Lévi  prp  1 

;u'»!p.>  de  indigencia]  6  GS  «los  enemigos  están  en  tristeza»]  h  asi  también  V;  G  «que 
el  cobre  se  toma  de  orín,  asi  su  maldad»]  i  así  c  G  ;  H  te  oiga]  1  asi  HS  ¡  G  «como 
quien  pule  (secai  un  espejo,  y  sabe  que  no  está  tomado  de  orín  para  siempre»)  k  así 
c  GS ;  II  mi  suspiro]  '  así  c  GS;  H  mujer]  m  HS  añaden  «no  pasa  hasta  que  el 
luego  le  haya  devorado»)  a  G  «Una  hora  permanece  contigo,  y  si  declinares  10  vacila- 
lesi.)  °G  «Ir  hallarás  allí  el  primero». 


—  1275  — 


ECLESIÁSTICO 


CIT.  13 

aG  «se  manchará»]  b  así  c  G;  H  te  tendrá  compasión]  casi  c  HS ;  G  «convivirá 
contigo»)  d  g  añade  «hablará  bella*:  palabras  y  dirá  ¿  Qué  necesitas  ?»  ;  cf  v  6,1  •  sólo 
V]  'G  «ser  seducido»]  (G  ly  humillado  en  tu  regocijó»]  hG  «te  llama»]  1G  «te  lla- 
mará»] ¡  así  c  G]  k  G  «porque  caminas  con  tu  ruina»  o  te  paseas  sobre  tu  ruina]  1  así 
lo  «yerra,  vacila»)  c  G  ;  HS  habla]  mG-«habla  tonterías  (cosas  abominables),  y  se  le 
justifica»)  "G  «y  se  le  increpa»  o  reprochal  »C  «su  dicho»,  S  «sus  bienhechores  ] 
PG  «y  para  la  invención  de  las  parábolas,  las  reflexiones  con  esfuerzo». 

CAP.  14 

a  así  c  GS ;  H  más  bien  que  no  se  condena  a  las  Privaciones]  b  G  «y  al  hombre 
envidioso,  ¿para  qué  le  sirven  los  dineros?»]  H)  «no  se  harta  con  una  porción») 
a  así  c  G  ¡  H  texto  defectuoso]  <•  G  «y  presenta  dignamente  al  Señor  tus  ofrendas») 
'así  c  GS  ;  H  ni  hermano]  BG  «como  hoja  verde  en  árbol  frondoso»)  h  H  madura] 
iG  «discurre  (o  considera)  con  su  inteligencia»]  )G  «secretos»)  k  así  c  G]  I  e.  d.,  la 
de  su  tienda,  así  c  G  ;  H  sus  cuerdas]  ">  ('.  «coloca  a  sus  hijos  bajo  su  protección»] 
"  G  «su  gloria». 
cap.  15 

1  V  «faciet  bona»]  M;  mina  esposa  virgen»]  o  C¡  «corona  de  alegría»]  i  G  «la  da.J 
■G  «por  causa  del  Señor  he  pecado»)  tG  «has  de  hacer»)  gt  G  «toda  abom.»]  h  G 
«no  es  amable  para»)  'G  «fidelidad»)  J-l  G  «sobre  los  que  le  temen»]  «G  «ser  impío»] 
I  G  «a  nadie  para  pecar». 

CAP.  16 

a  aeí  c  GS  ;  H  la  belleza]  b  G  «se  multiplicaren»]  «G  «alegres»]  i  G  «su  número» 
(o  «su  lugar»  otros  mss)]  o  así  c  G  ;  H  errp]  1G  «prudente»]  t'  así  c  G  :  H  st  com- 
placían en  el  mal  según  ales]  h  así  c  G  predominantemente]  i  G  «a  toda  obra  de 
misericordia  hará  lugar»]  i  H  añade  Dios  endureció  el  corazón  del  Faraón  para  <¡ut 
no  le  reconociese,  a  fin  de  Que  sus  acciones  juesen  reveladas  bajo  el  sol.  Así  su 
amor  es  patente  a  todas  sus  criaturas,  y  El  distribuye  tanto  su  luz  como  sus  tinie- 
blas a  los  hijos  del  hombre]  de  todos  los  hombres  añade  H  (glos)]  1G  «ningún 
corazón  reflexione  en  estas  cosas»)  no  G  «sus  propios»]  n-n  así  H;  G  texto  diverso  : 
«También  la  tempestad,  que  ningún  hombre  percibe.  Ahora  bien,  las  más  de  lus 
obras  suyas  están  ocultas»]  "G  «¿o  quién  las  espera?  Porque  lejos  está  la  alianza»] 
(asi  c  G;  H  escuchadme...]  q  G  «mi  enseñanza»  o  doctrina]  r  hasta  aquí  el  ms  H*j 
s  G  «Por  juicios  del  Señor  son  sus  obras  desde  el  principio». 
CAP.  17 

a  así  c  Sniend  y  otros;  G  discernimiento, 
cap.  18 

a  los  vv  sigts  se  leen  en  He. 

CAP.  19 

a  GS  «el  obrero  borracho»]   be,  ,a  las  inteligencias»]  OG  diverge:   «y  quien  con 
rameras  se  junta  se  volverá  todavía  más  temerario   (o  procaz)»]   a  quizá  mejor  c  V 
en  la  iniquidad  o  en  el  mal. 
CAP.  20 

a  así  V  y    Bibl  Complutense]   b  así  He;   G  «hallado»)   o  G  «el  fanfarrón   y  necio 

traspasan  la  ocasión  (e.  d.,  no  guardan  tiempo)»)  <¡  He  lit  poca  o  alguna]  «así  c  G] 
'H  lit  ciencia]  B  algs  corrigen  Su. 
CAP.  21 

a  así  c  V¡  G  oscuro:  los  labios  de  los  extranjeros  tendrán  por  pesadas  (o  están 
cargados  con)  estas  cosas;  otros  corrigen  «los  labios  de  los  impíos  hablan  de  lo  que 
nada  les  toca  (o  importa)». 
cap.  22 

a  algs  corrigen  puerco   (así  Eberharter)]    b  «piedrecitas»  corrige  Eberharter. 

CAP.  23 

a  algs  omiten  c  S  1  b,  donde  «íu  consejo»  se  referiría  a  personas,  o  lo  pasan  tra* 
4  a.  Oesterlay,  atendiendo  a  la  marcha  del  pensamiento  en  el  cap  y  al  desacuerdo 
entre  vers  etc,  propone  esta  distribución  de  sus  versos  :  27,  2,  3,  4a,  1  be,  4  b,  5  a) 
b  algs  corrigen  :  la  palmeta  (así  Eberharter)]  o  algs  corrigen  «hasta  que  ha  consumi- 
do») d  algs  añaden  c  V  «y  no  comprende  que  su  ojo  todo  lo  ve»)  «o  «los  que  vengan 
después»,  S  «todos  los  habitantes  del  pals»l  t  así  Bibl  Complut  y  V. 
cap.  24 

a  algs  como  Eberharter  corrigen  en  En-gaddi]  basl  c  Bibl  Complut  y  V]  o  «haee 
patente  ..  como  la  luz». 
cap.  25 

a  algs  como  Eberharter  corrigen  G  c  V  :  iEm  tres  cosas  complácese  mi  alma  y  son 
agradables  (amables)  ante...»]  b  así  Ho  ¡  G  «Feliz  Quien  convive  con»]  casi  HS,  no 
en  Gl      así  H,  que  trae  el  estico  ante  los  dos  precedentes;  G  «la  hombrel  indigno 


—  1276  — 


ECLESIÁSTICO 


de  él»)  c  m  «misericordia» ;  uu-ua  corrigen  «amistad»  um  Eberhartex)]  KH«  añade 
como]  8  asi,  la  versión  cabeza  es  una  mala  interpretación  liel  Hi  b  así  c  SV  ;  G  del 
enemigo]  '  G  altera  la  fisonomía  de  ella,  S  «hace  ainarillccer»J  i  alas  mss  y  S  como 
un  saco;  L  «como  un  oso  y  cual  un  saco»]  k  G  «oyéndolos»]  'así  HS ;  G  «y  [tales] 
mujeres»]  m así  c  G  ;  5  esclavitud. 
cap.  26 

a  en  V  día  «Cimientos  eternos  sobre  roca  firme  son  los  mandamientos  de  Dios  en 
ei  corazón  de  la  mujer  santa».  Este  v  y  los  sigts  hasta  el  27  inclusive  figuran  en  S 
y  la  Bibl  Complut  ;  pero  generalmente  no  se  consideran  como  auténticos. 

CAI*.  27 

»"»  seguimos  a  G ;  H,  que  ofrece  estos  vv  desplazando  a  6  24-25,  es  algo  diverso  y 
no  está  bien  conservado  :  «La  vasija  del  alfarero  les  probada]  en  la  cocción  del  horno. 
asi  el  hombre  en  sus  pensamientos.  Del  cultivo  del  árbol  depende  el  fruto,  así  del 
natural  del  hombre  sus  pensamientos»]  b  algs  corrigen  del  sabio]  c  así  G  (otros  «a 
aquel  que  hizo  morir»),  V  «a  su  amigo  [muerto]»,  algs  corrigen  su  herencia  (dilapida- 
da)) ly  le  maldecirá  o  maldice,  añade  S]  e  les  corrigen  algs. 

CAP.  28 

a  así  suelen  hoy  ordenarse  estos  cuatro  esticos  en  vez  del  orden  a-d-b-c]  b  en  vez 
de  pendencia  súbita  ío  viva).  Eberharter  y  otros  corrigen  :  resina  y  pez. 
CAP.  30 

a  algs  corrigen  será  alabado]  b  desde  aquí  poseemos  texto  hebreo  W]  o-e  falta 
en  G]  d  así  c  G;  H  errp,  prps  quiebra  su  cuello...]  e  así  c  GS,  H  crrpj  'G  «salud  y 
buena  constitución  valen  más  que  todo  el  oro  del  mundo»]  B  G  «y  un  cuerpo  robusto 
más  que  fortuna  inmensa»]  b  o  vana  ;  G  amarga,  dolorosa]  H  así  H  ;  G  dice  en  cam- 
bio :  «Así  quien  es  perseguido  (o  atormentado)  por  e!  Señor»]  j  seguimos  a  G,  H 
ofrece  texto  más  complicado]  tG  Ut  «tu  consejo»]  'así  c  Gb  ;  11  «prolonga  su  cóle  ra», 
e.  d.,  hácele  paciente,  longánimo]  m  G  «ama»]  11  G  «cólera»]  o  =  33  í»^ 
cap.  y 

aG  «Las  vigilias  (o  desvelos)  por  la  riquczai]  b  G  «e.  adormecimiento»  o  sueño 
ligero.]  c  así  c  G]  J  cf  G  «y  en  su  descanso  se  sacia  de  deleites»]  f  así  c  G  ;  H  casa] 
1-1  GS  «ama...  persigue»]  S  G  «de  ella  se  litmará»]  b  G  «entregados  a  la  ruina  por  él...»] 
1  así  c  G  ;  1LS  texto  diverso]  i  G  «leño  de  tropiezo  es  para  ios  que  hacen  sacrificios»] 
ü  así  c  Gb  ;  H  nombre]  1G  «corrió»]  1»  nos  atenemos  a  G,  H  texto  más  amplio]  n  G 
«sus  limosnas»]  o  H  dice  a  continuación,  como  título  :  «Instrucción  relativa  a  la  vez 
a  la  comida  y  al  vino»]  P  G  «a  mesa  grande»]  Q  G  «¿Qué  cosa  hay  peor  que  el  ojo?»] 
r  H  ofrece  texto  más  amplio]  s  algs  trsp  los  vv  i6  i714  y  i815]  t  asi  c  GS  ;  H  sus  cria- 
turas] n  G  «Trabajo  de  insomnio  y  de  cólicos*]  »  asi  c  (o  ;  H  necio]  w  G  «diligente»] 
*  así  c  G,  H  lit  daño,  accidente  malo]  y  G  «el  temple  del  acero  en  él  echado»]  *  G 
«así  el  vino  el  corazón  en  la  disputa  de...»]  a'  así  c  GJ  b*  G  «si  le  bebes»]  o"  G  «alegría 
de  los  hombres']  d'el  v  34  dice  en  V  «¿  Qué  cosa  defrauda  la  Y¡da  :  la  muerte»] 
f  así  c  G  ;  cf  nota  38J  P  G  «colma  el  furor  del  ins.  hacia  la  ruina»]  R'  G  «ni  le  apures 
ion  reclamación». 

CAP.  32 

a  así  c  G,  desaparecido  en  H,  b  añade  «y  no  te  coloques  a  la  cabeza  de  los  gran- 
des»] b  así  (o  en  su  honor)  H,  aunque  tal  vez  la  lección  original  sea  la  de  G  :  por 
ellos]  c  así  c  G  ;  H  ofrece  el  estico  con  duplicado]  J  G  «En  medio  de  los  grandes  no 
te  iguales  a  ellos  y  cuando  otro  habla...»)  e  así  G  ;  H  granizo]  l  así  c  G  ;  H  haz  lo 
aui  quieras]  e  así  c  G]  b  G  «no  faltes  con  paiabra  orgullosa  to  insolente)*]  i  G  «teme») 
I  G  «hallarán  [su]  favor»]  k  G  «se  saciará  de  ella»]  I  G  «hallarán»]  m  G  «harán  brillar 
como  una  luz  sus  acciones  justas  (o  estatutosi»)  u  «el  impío  no  observa  la  ley»  dicen 
otros  con  el  duplicado  de  H ;  G  «el  extranjero  y  el  soberbio  no  abrigarán  miedo»] 

0  G  «en  las  piedras»  (o  en  suelo  pedregoso]  P  el  duplicado  de  11  dice  «y  presta  aten- 
ción a  tus  caminos»  ;  cf  G  :  «...  camino  sin  tropiezos,  y  de  tus  hijos  guárdate»]  1  G 
«cree  (o  confía)  en  la  ley,  observa  los  mandamientos»]  r  G  «no  padecerá  menoscabo». 

cap.  33 

a  G  «El  varón  sabio  no  aborrece  la  ley»]  b  G  «mas  quien  respecto  a  ella  se  con- 
duce hipócritamente  es  como...»]  c  G  «confía  en  la  ley»)  <i  desde  aquí  poseemos  el 
ras  He  descubierto  en  1930]  » así  c  G  ;  H  «y  después  obra»)  (asi  c  G;  H  parece 
decir  «[como)  tu  casa  de  reposo,  si  deseas  reposar»)  e  GS  «de  los  días  del  año»]  b  asi 
añadimos  c  GS ;  H  dice  más  bien  «y  constituyó  (H  «hay»)  de  entre  ellos  las  fiestas 
legales»j  1  G  «ensalzado»)  i  G  «En  la  plenitud  de  la  ciencia,  el  Señor...»]  k  H  añade 
c  S  thaciendo  de  ellos  habitantes  de  la  tierra»  y  asignándoles  condiciones  diversas] 
1 G  «—Todos  los  caminos  de  ella  son  según  su  beneplácito — »]  m  H  Je  la  vida  U 
muerte]  n  G  «asi  frente  al  piadoso»!  o-"  falta  en  G]  P  lit  de  Dios;  G  «del  Altísimo»! 

1  así  GS,  H  de  los  grandes  pueblos  (cf  V  «et  omnes  populi»)]  r  11  intercala  aquí  a 
continuación  v  21]  s  G  «y  hallarás  reposo»]  t  así  quizá  H,  pero  G  «suéltale  las  manos»] 
»  II  ofrece  distracciones  del  copista  en  esta  parte  c  salto  del  v  29  etc]  '  asi  reconstituye 
II   I    l.évi,  C  dice  aquí  «pues  con  tu  sangre  le  lia-  adquirido*  iy  asi  \   jicj]  w  así 


-  1277  - 


ECLESIÁSTICO 


«le  buscarás»  leí  V  diverso). 


toda  iniquidad»]    u  asi  c 
pobre  a  Valiveh  presta, 
«súplica»]   ÍG  lit  «se  den 


liara  justicia»]   '  G 


i ;  H  actos]  o  H  añade  al 
¿  quién  es  el  reinunerador 
a  en  palabras»]  e  G  «y  su 
quizá,  pero  II  errp,  G  «el 
o,  S  «el  que  oye  la  amar- 
puede  referirse  a  «el  que 
JG  «no  será  consolado»] 
tendrá  más  paciencia  con 


tesoro  (o  fort 


e  se  trueca»]  c  asi  c  G,  H  fAy 
lo...»]  d  G  «el  compañero  se 

se  aflige  con  el  amigo  por 
pierdas  su  recuerdo  en  medio 

ver  (¡ué  te  acaecen]  i  G  «tí- 
a  de  cualquier  obra»]  1  G  «el 


eos,'  debe  unirse^a"  Stf 
tras  28  .]     G  «No  sea 


(.  «Hombre  muy  hábil  (astuto)  como  maestro  de  muchos»] 

»G  «bendiciones»]  *  G  «confianza»]  y  Este  v,  anotan  algs 
,  ya  pasándole  a  continuación  del  mismo,  ya  desplazando 
insaciable  en  todo  goce  y  110  te  precipites  sobre  los  man- 


ía ofrenda 


,  inicia  el  llanto»]  h  g  «su  sepultura»]  1  así  c  G  ;  H  «por 
H  «iniquidad»]  k  G  «doblega  la  fuerza»]  I  v  muy  vario 
11  HJ  m  e.  d.,  al  muerto  ;  G  «No  entregues  a  la  tris- 
vido,  porque  no  hay  [de  allí]  vuelta,  y  de  ello  no  sa- 
lo sentencia...)»]  P  así  e  G;  HS  tcl  estudio  del  escriba 


11 


bel  las»  |  1 
t  cf  26  21 
alta  en  G 


»]  l>  así  c  GS ;  II  has]  «G  «al  confe- 
vee  El)  il  ;  G  «y  todo  mandato  [suyo] 
,  que  parece  mejor  conservado  que  H  | 

S  «¿Para  qué  esto?»,  lección  para  algs 
s  interpietan  H  «como  el  Eufrates...»; 
orno  un  diluvio  empapa  la  tierra  árida 
«hará  El  heredar  su  cólera»]  u  G  «Las 
:en  sólo  los  males]  P  G  «refuerzan  su» 

fieras»J  ss  falta  en  GS]  'Ü  ins  aquí 


la  necesidad» 


Je  i  Santo   (cí  H) 


—  1278  — 


ECLESIÁSTICO 


CAP.  40 

a  así  c  GS  ;  cf  nota  2]  i  G  «púrpura  y  corona»)  c  G  «cólera»]  d  G  «altera  sus  cono 
cimientos  ío  nociones)»  porque  hace  tomar  por  realidades  las  visiones  más  fantásti 
cas]  e  así  c  G]  '  G  «del  combate»]  IG  «muerte»]  h  así  (otros:  fiebre)  H ;  G  «que- 
rella»] if,  «calamidades»]  iG  «azotes»]  kf>  «todo  esto»]  1  G  «sobrevino  el  diluvio»] 
m  G  «lo  q.  de  las  a  cuas  al  mar»)  n  así  c  G]  o  G  «y  como  un  gran  trueno  se  disipa  en 
la  lluvia»]  P  G  «así  los  transgresores  serán  entregados  a  la  ruina»)  Q  G  «y  las  raíces 
impuras»]  re,  «sobre  toda  agua  y  orilla  de  río»l  ¡C  «antes  que  toda  hierba  será 
arrancada»!  '  G  «la  benevolencia  es  un  jardín  de  bendición,  y  la  misericordia  eterna 
mente  permanece»]  «  G  «la  vida  del  [hombre]  que  se  basta  y  del  trabajador  »! 
r"»  falta  en  G)  w  G  añade  «se  estimará»  fo  «es  nombrada»)]  *  G  «música»]  y  G  «de  la 
sabiduría»]  >G  «el  verdor  del  sembrado»]  a>  G  «se  encuentran  de  vez  en  cuando»l 
•>■  G  «la  mujer  con  su  marido»]  c  G  «será  estimado  el  consejo»l  d' G  «levantan»] 
<■'  H  de  don]  '  así  c  G]  e'  «arde  un  fuego». 

cap.  41 

aG  «el  alimento»]  b  así  c  G;  cf  Is  40  29]  cG  «No  temas  el  fallo  de  la  m  »1 
'l  G  «acuérdate  de  tus  ant.  y  suc.»l   <■  G  «beneplácito»]  f  G  «a  los  diez,  a  los  ciento 

0  a  los  mil  años»]  BG  «y  que  frecuenta  las  casas  de  los  impíos»]  h  S  «la  pobreza»] 

1  G  «censura  ío  hace  reproches)»]  i  cf  S  y  G]  k-k  G  dice  sólo  :  «Y  si  sois  engendrados 
para  maldición  lo  sois»]  IG  «de  la  tierra»  (leyendo  afar  'polvo'  por  ejes  'nada'll 
tn  G  «de  la  maldición  a  la  ruina»]  n  G  «el  duelo  de  los  hombres  a  su  cuerpo  (se  ende- 
reza), pero  el  nombre  de  los  pecadores,  no  bueno,  será  borrado»]  °G  «te  quedará»] 
P  cf  V;  H  de  ciencia,  G  de  oro]  <l  G  «de  buena  vida  (hay...)»l  rG  «durará  hasta  !n 
eternidad»]  1  este  V  y  el  sig  repiten  20  32,,,  y  33,,  y  en  H  preceden  a  G  17,  que  lleva 
ciclante  el  título  «Instrucción  o  disciplina  de  la  vergüenza»,  titulación  sin  precedentes 
i-n  la  literatura  bíblica]  t  G  «guardad  [mi]  enseñanza  en  paz»]  u  G  «mi  palabra»! 
»  G  «y  todo  no  es  estimado  por  todos  según  la  verdad  (o  fielmente)»]  w  G  «avergon- 
zaos»] *  G  «de  juez  o  magistrado,  del  delito»]  y  G  «injusticia»]  z  G  «delante  de  la  verdad 
de  Dios  y  la  alianza»]  a' c  G  en  cambio  «de  menospreciar  al  recibir  o  al  dar»l  b'  G  «de 
apartar  el  rostro  de  un  parienter]  o'  G  «de  robar  la  parte  o  el  don  [de  otro]»]  d' créese 
ofrecen  mejor  orden  las  edics  de  H,  que  ordenan  así  26,,,  25„0,  27  ni  <■'  lit  «no  [la] 
rechaces»,  G  «no  reprendas». 

cap.  42 

aG  «no  hagas  acepción  de  personas  para  pecar»]  b  G  «y  de  la  alianza»)  oG  «her  de 
amigos»]  OTA  falta  en  G]  (G  «muchas  manos»]  f  G  «lo  que  das  [a  los  tuyos?]  cuéntalo 
y  pésalo»]  ?  G  «que  alterca  con  jóvenes»]  h  G  «aprobado»]  i  G  «secreto  cuidarlo»,  S  «muv 
pesada»]  )  reproducimos  estos  esticos  como  en  G.  pero  suele  preferirse  el  orden  de  H. 
cuyo  texto  está  muy  deteriorado:  a-c-b-d]  kG  dice:  «Sobre  una  hija  desenvuelta...»] 
1  otro  texto  de  II  :  «te  cree  una  mala  reputación»]  m-m  falta  en  Gl  nG  «El  sol...  todo 
lo  mira  y  la  gloria  del  Señor  llena  su  obra»]  0-0  G  «ene  el  Señor  Todopoderoso  ha 
establecido  sólidamente  para  que  el  universo  (o  :  todo)  sea  confirmado  en  su  glo 
ria»]  PG  «las  huellas»!  !G  «pues  El  existe  antes  de  los  siglos  y  para  los  siglos»l 
rG  «consejero»]  s  En  estos  yv  finales  predominantemente  H  ha  padecido  mucho;  nos 
ayudamos  de  G  para  completarlo]  t  g  «incompleto». 

CAP.  43 

a  G  «deseca»]  b  G  «creciendo  admirablemente»]  o  G  «Faro  de  campo  en  las  alturas 
que  brilla  en  el  firmamento  del  cielo  (')»]  d  G  «T.a  belleza  del  cielo  es  gloria  de  los 
astros,  es  adorno  brillante  en  las  alturas  del  Señor»]  eo  quizá  1  «y  hace  brillar  los 
dardos  de  su  justicia»  ;  G  «por  su  mandato  hace  que  se  apresure  la  nieve,  y  acelera 
los  relámpagos  [ejecutores]  de  su  juicio»]  'seguimos  a  G  en  este  v]  B  damos  el  orden 
de  S,  generalmente  admitido]  h  G  «a  su  voz»]  i  G  «cuando  quiere  hacer  soplar»  el 
noto]  1  G  «el  huracán  del  cierzo  y  los  turbiones  ío  remolinos)  del  viento»l  k  G  «Como 
pájaros  que  bajan  volando  esparce  la  nieve»]  1  G  «admiran»]  m  así  c  G,  que  añade 
«sobre  la  tierra»]  n  G  «y  al  congelarse  se  vuelven  como  puntas  de  espinos»]  o  o  Ioj 
masas  de  aeua.  G  «El  frío  viento  del  norte  sopla  y  hiélase  el  cristal  como  el  agua-1 
p  G'  «se  extiende»]  Q  G  «devora  la  montaña  y  abrasa  el  desierto  y  como  fueco  consume 
la  verdura»]  r  G  «una  niebla  repentina»]  s  así  c  G ;  pero  el  texto  es  dudoso.  Otros 
interpretan  :  «y  el  rocío  que  cae  ocasiona  refrigerio  del  abrasamiento».  H  ofrece  una 
frase  difícil  y  oscura,  que  algs  interpretan  :  «el  rocío,  que  disipa  el  calor  y  fertiliza»l 
1  así  c  G  (otros  «dejó  se  hundiera»)]  u  H  ¡¡extendió  depósitos  (así  variante  marginal)».  1 
tG  «y  la  creación  de  los  monstruos  marinos»]  w  G  «¿qué  podríamos  Hacer?»,  o  bien 
«¿dónde  tendríamos  fuerza  para  ello?»]   *  G  «no  vemos». 


aG  «y  de  la  instrucción  del  pueblo,  ]>or  su  inteligencia»]  bG  «[con]  sabios  discur- 
«  -  en...»]  c-c  falta  en  G]  d  G  «cuyas  virtudes  no  han  sido  olvidadas»]  e~e  G  «la  buena 
hwencia  de  sus  descendientes»]  fG  «su  raza»]  s  así  c  G  ;  H  «su  justicia  [caridad  o 
merecimiento)  no  [será  olvidada] »]  h  G  «plugo  a»]  ¡G  «hallado  perf .  insto»]  i  así  aña- 


—  I27Q  — 


ECLESIÁSTICO 


i  los  enemigos»  añade  G]  c  G  «hizo  que  cesaran  los 
le  los  reyes»]  iG  «dulzura»  o  mansedumbre,  añade: 
e-e  C  y  «sus  decretos»]  h  «su  hermano»  añade  Gl 
iel  sacerdocio  del  pueblo»!  tt  r.  «y  le  hizo  dichoso  por 
«con  su  magnificencia»)]  i  asi  c  G;  H  «le  vistió  de 
■uelo»  =  de  velocidad  ?)1  m-m  G  ropa  talar  y  efod»] 
npanillas»!  "  G  «para  que  sonasen  en  sus  altares») 
¡testaciones  de  la  verdad»  el  Urim  y  el  Tummim) 
G  «obra  de  lapidario»]  t-t  G  «con 
entar  la  ofrenda  al  Señor»)  x   o  la 

do  les  preparó  pan  para  su  sacie- 
;  los  sacrificios  del  Señor,  que  les 
revuelta»;   cf  Núm  25  it]  4'  falta 


pueblo» 


falta  en  G. 


de  G)  *  G  «cuando  sobrevino  el  diluvio»)  1 G  «gran  padre»]  m  c,  «fué  hallado  seme 
jante»)  n  así  H  al  margen  ;  el  texto  Ic  afirmó  por  la  bendición  (cf  G  «reconocióle  en 
sus  bendiciones»). 
cap.  45 

a  G  ta  los  santos*]   b  «contr 
prodigios»]  <i  G  «le  glorificó  ai 
«le  santificó  y»l   f  G  «alianza» 
l  G  «est.  con  él  alianza»]  i-i  G 
su  gallardía»  (o  «en  belleza»  < 
campanillas»   fal  margen  «de 
n-n  G   «granadas  de  oro  y  ca 
PG  «de  brocado»)    <TQ  G  «mar 
rG  «de  artista»)  s-s  falta  en  G]  t  as!  añade  G] 
la  impresión  del  sello  de  santidad»]  w  o  «para 
azkará;  G  «en  recuerdo»l  íG  «de  su  pueblo»)  * 
su  ley  alumbrar  a  Israel»)  a'-a'  así  H;  G  «ant 
dad  (o  en  abundancia).  Y,  efectivamente,  comen  de 
dió»]  b'_b'  G  «en  el  temor  del  Señor»)  o>  G  «en  la 
en  G]  <>•-<!'  «estableciéndole  jefe  de  los  santos  y  de 

CAP.  46 

a  o  «asistente,  servidor»  H  ;  G  «sucesor»l  b-b  Q  s: 
nombre  'aludiendo  a  la  etimología  de  Josi 
añade  G]  <>  G  «alzaba  sus  manos»l  e  G  «¿  q 
de  granizo  de  gran  fuerza»)  BG  «haciende 
«apartando  al  pueblo  del  pecado»)  i  o  «exa 
ficados  ellos  en  sus  hijos»]  k  II  amante']  1 
del  Señor...»]  m  así  lit  H;  G  «juzgó»)  a" 
PG  «de  los  tirios»)  Q  G  «autos  del  tiempo 
mado  de  nadie  ni  dinero  ni  aun  sandalia' 
profecía  para  borrar  la  iniquidad  del  pueblo». 
CAP.  47 

a  G  «profetizar  en  los  días  de»)  b  r,  «cord.  de  los  rebaños»)  (G  «gigante»! 
4G  i  no  mató...  Goliat?]  e-o  G  «Así  se  le  glorificó  por  diez  mil  y  se  le  alabó  con  las 
proporcionándole  diadema  de  g!oria»l  'G  «pisoteó  a  los  filis- 
«con  palabras  do  gloria»]  hG  «Cantó  himnos.  ..  y  amó  a 
su  Cr.»]  I  G  «y  de  SU  voz  obtuvo  dulces  melodías»  (=glosa  marginal  de  Hll  H  G 
«alianza  de  reyes  v  un  trono  de  gloria  en»l  k  G  «Tras  él  surgió  un  hijo  sabio  y  por 
causa  suya  vivió  {Israel  ?)  en  prosperidad»)  IG  «v  a  manera  de  un  río  desbordabas 
de  inteligencia»]  m-m  g  «tu  alma  recubrió  la  tierra  y  la  llenaste  de  parábolas  enig- 
máticas!] n-n  g  «parábolas  e  interpretaciones  te  han  admirado  todos  los  países-1 
o  G  «estaño.l  p  G  «y  esclavizaste  tu  cuerpo»  o.  según  otros,  «te  entregaste  ni  liberti 
naje  con  tu  cuerpo»]  nG  «tu  raza»]  rG  «v  llenándolos  de  aflicción  por  tu  locura») 
«C,  «obras»l  MR  «su  elegido...  el  que  ama»l  u  r.  «uno  de  su  raza»]  "G  «[autor  de 
la]  locura  de!  pueblo»)  w-w  falta  en  G]  *G  «abrió  a  Hfr.  el  camino  del  pecado»] 
.'aceptamos  el  orden  de  HS.  más  lógico.  G  dice  así:  «Entonces  se  amontonaron  los 


sigue  otra  lección  :  «conforme  a  su 
nde  para  la  salv.  de»!  o  «sublevado» 
te  él  así  se  produjo  ?»1  'G  «piedras 
a  la  multitud»)  b  GS  otra  lección  : 
«prostituyó»]  i  G  «se  renueve,  glori- 
1  dice  «...  su  Señor,  Samuel,  profeta 
Señor  miró  a»l  o  G  «mostró  ser») 
dormición  eterna»l  rG  «No  he  ta- 
nguito pudo  acusarle»!  » G  «en  una 


pecados  de  ellos  80  en  tf 
suerte  de  maldades  hasta 
cap.  48 

«  G  «ardía  como  lámp 
de  G]  c  G  «por  la  palal 
G  «en  torli.  de  fuego»]  c 
nes  para  los  tiempos») 
i  G  «lacob»!  1-1  falta  en  1 
IT  dudoso  :  Use  reanimó 


arrojó  de 


país 


Y  buscaron  toda 


sobre  ello 


1  como  antorcha)]  b  «con  tus  portentos»  aña 

fogueantes  caballos»l  hG  «en  las  reprensio- 
;  «antes  de  la  llegada  del  día  do  Vahveh»! 

oprimido  por  príncipe  alguno»]  n  así  c  G  : 
iy  fué  dejado  un  pueblo  escaso  con  un  prín- 
ci6»]   o  G   «y  el  Santo  desde  el  cielo  oyólos 

al  Señor»]  t  «su  padre»  agrega  G 

iirigido  <*n  la  reforma  del  pueblo»]  <¡  G  «for- 
orque  tuvieron  que  dar  su  cuerno...»]  'G  «la 
in»  añade  Gl  h  G  «oue  [Diosl  le  mostró  so- 
en  efecto,  se  acordó  de  los  enemigos  en  (el 
el  bien  (enderezar?)  a  los  que  sigue*  el 
Neh.  también  es  notable,  de  él  que  lev.  los 
do  creado»l  1  G  «de  la  tierra»]  m  G  añade 
■  [su]  pueblo»  que  es  el  V  c  de  19, ,1  n  G  «v 
«entre  los  vivientes» 


•  1  a  así  flatror 


—  I28n  — 


ECLESIÁSTICO 


tra  un  asedio»  (G)]  ÍG  tcomo  el  astro  de  la  mañana»]  IG  tía  luna  en  los  días  d«l 
plenilunio»]  b  G  ten  el  templo  del  Altísimo»]  i  G  «resplandeciente  en  nubes  de  glo- 
ria»] J  así  GS  ;  H  ¡a  oblación,  lección  también  aceptable]  1-1  G  tal  producir  los  fru- 
tos»] m  G  tde  la  perfección  de  la  exultación»  o  del  más  digno  ornamento...]  n  G  tal 
santo  altar  de  los  sacrificios»]  o  G  «.de  los  sacerdotes»)  P  otros  «junto  al  montón  de 
leña»,  G  «.junto  al  hogar  del  altar»]  Q  asi  c  GS  ;  H  hijos)  *  G  tcomo  troncos  de  pal- 
meras»] s  G  Y  todos]  t  tgritaban,  tocaban  las  trompetas...»]  u-u  «su  Señor  Todopode- 
roso, Dios  Altísimo»]  v  G  «suplicaba  al  Señor  Altísimo»]  w  G  «el  ceremonial  del  Se- 
ñor»] iG  ty  se  hubiera  acabado  su  ministerio  (o  servicio)»]  m  parece  decir  de  ét 
en  los  restos  del  v  conservados]  z-z  G  «nuestros  días»]  »'-»•  G  «y  obra  con  nos.  según 
su  misericordia»]  b'  G  «El  nos  dé  la  alegría  del  corazón  y  que  haya  paz  en  nuestros 
días  en  Israel  según  los  días  del  pasado*]  c»"o'  G  dice  sólo  :  «Su  misericordia  perma- 
nezca fielmente  con  nosotros  y  nos  libre  en  nuestros  días»]  d'  G  «los  o.ue  moran  en 
la  montaña  de  Samaría,  los  filisteos...»]  e'-e'  procuramos  reflejar  H  corrigiéndolo  li- 
geramente c  G  ;  éste  dice  :  «Enseñanza  de  inteligencia  y  ciencia  he  grabado  en 
aqueste  libro,  [Yo]  Jesús,  hijo  de  Sirá',  [hijo]  de  Eleazar  Jerosolimitano  (otros  mss  : 
«Jesús,  hijo  de  Sirac  Jerosolimitano»),  quien  he  hecho  llover  (o  extendido  cual  lluvia) 
la  sabiduría  de  mi  corazón  (otros  mss  :  «quien  ha  hecho  llover...  de  su  corazón»)»] 
f  así  HS  ;  G  «el  temor»]  g'  G  tsu  senda»  (o  su  huella). 

CAP.  51 

a  G  tSeñor  Rey»]  b  G  «mi  salvador»]  0-0  G  sólo  dice  «pues  protector  y  auxiliador 
has  sido  para  mí,  y  has  librado  de  la  ruina  mi  cuerpo»]  d-d  falta  en  GS]  eG  tred»]. 
f  ty  nombre»  añade  G]  e  G  «de  las  mordeduras  (rechinar  de  dientes,  rugidos)  de  quie. 
nes  estaban  dispuestos  a  devorarme»]  h  G  ttribu  que  he  tenidot]  i  G  tía  sofocación 
del  fuego»]  )-}  así  c  G ;  H  tdel  seno  (o  entrañas)»  y  el  resto  destrozado]  H  G  tde 
la  lengua  impura  y  palabra  mentirosa,  de  un  rey  inicuo  y  de  la  lengua  injusta 
!o  bien,  calumnia  de  lengua  injusta  para  el  rey  ( ?)»]  m  G  tcercábanme»]  n  G  «de  tu 
misericordia,  Señor»...  y  así  sigue  en  estilo  directo]  oG  «de  mano  de  enemigos»] 
p  lit  tvoz»,  G  «plegaria»]  QG  «me  librares  de  la  muerte»l  «G  «(Invoqué)...  para  que 
no  me  abandonara...  en  tiempo  de  orgullosos  y  falta  de  ayuda»]  s  G  «cantaré  con  ac- 
ciones de  gracias»]  t-t  G  sólo.  «Y  fué  oída  mi  oración»]  u-u  G  «Porque  me  salvaste 
de  la  ruina  y  me  libraste  del  tiempo  malo.  Por  ello  te...»]  v  aquí  intercala  H  este 
cántico  de  15  versos  y  discutida  autenticidad  ;  está  tomado  del  Sal  135,..  y  el  final 
coincide  con  1471JS,  14]  wg  ten  derechura»]  x  HS  Señor;  desde  mi  juventud  aprendí 
la  sabiduría»]  y  «y  [la]  recogí»  o  recibí,  añade  G]  »G  «hallé  para  mí  amplia  instruc- 
ción»] a '"a»  así  HS,  pero  G  «Por  ella  me  ha  venido  adelanto»]  b'  b'  G  «avergonzaré»] 
o"  G  «ha  luchado  por  ella  con  energía»]  d'  g  «en  practicarla  me  he  esmerado»] 
e'-e'  G  «Alcé  mis  manos  a  lo  alto  y  deploré  mis  ignorancias  en  lo  tocante  a  ella»] 
<'"'' así  HS;  en  G  falta]  g~g  G  «seré  abandonado»]  b'-h' G  «se  estremecieron»]  i' G  «¿por 
qué?»]  i'G  «está  el  hallarla»]  k'-k'  falta  en  G]  I*  así  c  G]  m' H  diverso  y  parece  errp  ; 
Lévi  interpreta:  Escuchad  mi  enseñanza,  por  pequeña  que  sea]  n'  G  «y  mucho  oro»] 
o'""1  así  c  G  ;  H  mi]  P'  lo  que  sigue  sólo  aparece  en  HS. 


—  1282  — 


INTRODUCCION  A  LOS  PROFETAS: 
LITERATURA  PROFETICA 


1->  kul'üTA: — en  hebreo  ro'eh  o  jozth  (vidente)  y  nabi'  (portavoz) — no  es 
precisamente  el  que  -vaticina  acontecimientos  futuros,  como  vulgar- 
mente se  entiende,  sino  más  bien  el  que,  inspirado  por  Dios,  habla 
o  escribe  en  nombre  y  representación  del  mismo,  como  enviado  y  mensa- 
je)0  suyo.  De  ahí  que  el  profeta  sea  llamado  boca  de  Dios,  y  sus  palabras, 
palabras  de  Dios.  Lo  que  le  constituía  profeta  era  el  caris  ma  divino  de 
la  profecía,  que  entrañaba  una  misión  o  vocación,  una  ilustración  interno 
y  una  moción  que  le  impulsaba  a  hablar  o  escribir  lo  que  Dios  por  su 
medio  quería  manifestar  a  su  pueblo.  La  ilustración  interna,  ya  andu- 
viese acompañada  de  revelación  propiamente  dicha,  ya  no,  iluminaba  la 
mente  del  profeta  en  orden  a  juzgar  de  las  cosas  con  certidumbre  divina, 
absolutamente  infalible.  En  virtud  de  esta  ilustración,  el  profeta  era 
constituido  maestro  supremo  de  Israel.  El  objeto  de  su  magisterio  era 
doble:  mantener  viva  la  alianza  dada  por  Moisés  y  preparar  la  nueva 
alianza  de  Cristo.  De  ahí  el  mesianismo  de  muchos  vaticinios  profélicos. 
El  ministerio  de  los  profetas  era  a  un  tiempo,  bajo  diferentes  respectos, 
extraordinario  y  ordinario.  Era  extraordinario,  por  cuanto  requería  una 
vocación  individual  de  Dios,  y  no  era  una  institución  vinculada  a  una 
tribu  o  una  familia,  como  el  sacerdocio  y  la  realeza.  Era,  en  otro  sentida, 
ordinario,  por  cuanto,  desde  Moisés  hasta  Cristo,  Dios  iba  mandando  a 
sus  tiempos  los  profetas,  para  que  intimasen  la  observancia  de  la  ley  de 
Dios  y  renovasen  la  promesa  mesiánica.  Se  mencionan  algunas  veces 
ciertas  agrupaciones  de  profetas  y  se  habla  de  los  hijos  (o  discípulos)  de 
los  profetas.  No  todos  ellos  parece  lo  fueran  en  el  sentido  pleno  de  la 
palabra;  si  bien  pudo  ser  que  algunos  de  ellos  fueran  favorecidos  con 
algún  carisma  sobrenatural.  Al  lado  de  los  verdaderos  profetas  no  falta- 
ron los  falsos:  que  o  no  adoraban  al  verdadero  Dios  o  carecían  de  misión 
divina. 

El  verdadero  profeta  de  Israel  se  muestra  siempre  intransigente  y  lie 
roico  flagelador  de  todas  las  lacras  del  pueblo  de  Dios,  cuyos  adorado/ 1  s 
sin  conciencia  se  llegaban  al  templo  creyendo  lavar  sus  pecados  a  fuerza 
de  sacrificios  de  carneros  y  terneras  y  de  torrentes  de  aceite.  Lo  que  el 
Eterno  os  pide — diránles  con  Miqueas — es  ejercer  la  justicia,  amar  la  bon- 
dad, caminar  humildemente  por  las  vías  del  Señor.  Tal  es  el  manifiesto 
prof ético,  repelido  a  manera  de  estribillo  en  todos  sus  discursos  bajo  mil 
formas  diversas.  En  medio  del  cuadro  sombrío  que  la  situación  del  pueblo 
ofrecía,  sabrá  el  profeta  consolarle  con  las  vislumbres  del  porvenir  me- 
cánico. 


-  128.1  - 


INTRODUCCIÓN  A  LOS  PROFETAS 


Desde  el  punto  de  vista  literario,  los  escritos  proféticos  son  algo  sin 
par  en  ninguna  otra  literatura.  Elocuencia  y  poesía  se  hermanan  aquí  en 
una  creación  única  en  su  genero.  «.Atenas — dijo  ya  Donoso— tuvo  poetas 
y  oradores;  Roma,  tribunos  y  poetas.  Los  projetas  del  pueblo  de  Dios 
fueron  poetas,  tribunos  y  oradores  a  un  mismo  tiempo...  Un  profeta  era 
Graco,  Homero  y  Demóstenes.t  Compréndese,  pues,  que  esta  manifes- 
tación literaria,  tan  peculiar,  introdujese  en  la  literatura  un  nuevo  estilo. 
Los  más  antiguos  vaticinios  proféticos  que  se  han  conservado  pertenecen 
a  la  primera  mitad  del  siglo  VIH. 

Al  principio  parece  que  escribían  sus  exhortaciones  y  censuras  en  len- 
guaje escogido  y  lleno  de  imágenes.  El  estilo  presenta  en  ellos  todas  las 
características  de  la  poesía  hebraica,  y  la  mayoría  de  sus  escritos  están 
en  verso  e  irteluso  a  veces  en  estrofas  artificiosamente  compuestas.  Con 
el  tiempo,  los  profetas  hiñéronse  oradores  populares,  y  el  lenguaje  se 
desarrolló  en  sentido  oratorio:  son  improvisaciones  más  o  menos  absolu- 
tas, en  largos  y  bien  construidos  períodos.  El  caso  de  Jeremías — cumbre 
de  la  oratoria  profética — nos  muestra  cómo  los  profetas  dirigían  al  pueblo 
su  discurso,  incluso  repentizando,  cu  el  templo,  las  puertas  de  las  ciuda- 
des, su  propio  domicilio,  dondequiera  podían.  Luego,  con  frecuencia  es- 
cribían sus  vaticinios,  y,  aprendidos  por  el  pueblo,  éste  los  recitaba  y 
cantaba,  continuando  así  el  ministerio  del  profeta.  En  Ezequiel,  la  orato- 
ria profética  es  ya  un  verdadero  género  literario.  Los  profetas  post exilia- 
nos,  Ageo,  Zacarías,  Malaquías,  tornan  al  estilo  de  jeremías,  aunque  sin 
su  hondura  de  sentimiento.  Malaquías,  además,  crea  un  nuevo  estilo  ora- 
torio, donde  la  antítesis  paradójica  y  una  tremenda  ironía  clavan  al  ad- 
versario mediante  hábiles  y  eficaces  procedimientos  retóricos  en  la  picota 
del  ridículo.  Daniel,  finalmente ,  es  uno  de  los  pocos  profetas  que  publicó 
sus  vaticinios  sólo  por  escrito. 

La  actividad  de  los  profetas  se  desenvolvió  en  íntima  trabazón  con  la 
vida  religiosa,  moral  y  aun  política  del  pueblo  de  Israel.  Atendiendo  a  la 
extensión  de  sus  escritos  suelen  dividirse  en  mayores  y  menores.  Los 
mayores  son:  Isaías,  Jeremías,  Ezequiel  y  Daniel;  los  menores  son  doce, 
además  de  Baruk,  que  va  asociado  a  Jeremías. 

Un  agrupamicnto  sobre  base  cronológica  ofrece  dificultades  respecto 
a  no  pocos  de  los  profetas,  como  puede  comprobarse  en  las  introduccio- 
nes a  los  mismos.  Con  valor  aproximado  y  provisional  podríamos  distri- 
buirlos así: 

Epoca  primitiva  (?)  :  Abdías,  Joel,  Jonás. 

Epoca  asiria  :  Amós,  Oseas,  Isaías  y  Miqueas.  A  esta  época  pertenecen 
también,  probablemente,  Nahum,  Sofonías  y  Habacuc. 

Epoca  babilónica  :  Jeremías  con  Baruk,  Ezequiel  y  Daniel. 
Epoca  persa  :  Ageo,  Zacarías  y  Malaquías. 


—  — 


INTRODUCCION 


A  ISAIAS 


Isaías,  hijo  de  Amós  (distinto  del  tercero  de  los  profetas  menores),  ini- 
ció su  ministerio  profético  en  Jerusalén  el  año  de  la  muerte  del  rey 
Ozías,  hacia  el  73S  a.  de  C,  después  de  tina  visión  en  que  Yahveh 
le  confiere  la  grave  misión  de  reducir  el  pueblo  de  Judá  a  la  obediencia 
V  anunciarle,  si  desobedece,  terribles  castigos.  Su  actuación  profética, 
que  continuó  durante  los  reinados  de  Jotam  y  Ajaz,  se  prolongó  hasta 
el  asedio  de  Jerusalén  bajo  Ezequías.  La  tradición  judía  lo  supone  muer- 
to, ya  muy  anciano,  por  orden  del  impío  rey  Manasés. 

Su  profecía,  la  más  extensa  de  todas,  se  divide  en  dos  partes  princi- 
pales, que  pueden  denominarse  amenazas  y  consolaciones.  Precedido  por 
un  magnífico  prólogo  (1),  el  libro  de  las  amenazas  C0)nprende  tres  series 
de  oráculos: 

Oráculos  sobre  Judá  y  Jerusalén  (2-12); 
Oráculos  contra  los  gentiles  (13-23); 
Oráculos  varios  (24-33). 

Tras  una  sección  histórica  (36-39),  que  sirve  de  transición,  el  libro  de 
las  consolaciones  contiene  otras  tres  series  de  vaticinios: 

Vaticinios  sobre  el  rescate  de  la  cautividad  babilónica  (40-4S), 
Vaticinios  sobre  el  Siervo  de  Yahveh  y  su  obra  (49-57); 
Vaticinios  sobre  la  salud  mesiánica  (38-66). 

La  autenticidad  y  unidad  de  los  discursos  de  Isaías  (Le.  3,  4)  está 
garantizada  por  el  testimonio  del  Eclesiástico,  que,  refiriéndose  precisa- 
mente a  las  consolaciones,  escribe: 

Bajo  una  potente  inspiración  vió  lo  porvenir 
y  consoló  a  los  afligidos  en  Sión  (48,  27). 

En  el  mismo  sentido  se  expresan  San  Mateo  (3,  3;  4,  14-16...),  San 
Marcos  (1,  2-3),  San  Lucas  (4,  ij-19...),  San  Juan  (12,  38),  San  Pablo, 
Rom.  (10,  20)...  Y  con  los  escritores  inspirados  está  de  acuerdo  la  anti- 
gua tradición  judía  y  toda  la  tradición  cristiana.  Frente  a  tales  testimo- 
nios carecen  de  valor  los  argumentos  con  que  ciertos  críticos  modernos 
han  pretendido  probar  que  el  libro  de  las  consolaciones  no  es  de  Isaías, 
sino  de  otro  u  otros  autores  más  recientes,  que  han  denominado  Deutero-' 
Isaías  y  aun  Trito-Isaías.  Con  razón  la  Comisión  Bíblica  reprobó  estas 
arbitrariedades  en  su  decreto  de  28  de  junio  de  1908. 


-  1285  - 


ISAÍAS 


Isaías  es  considerado  como  el  más  ilustre  de  los  pio/etas  por  sus  mé- 
ritos literarios  y  por  sus  vaticinios  mesiánicos. 

Desde  el  punto  de  vista  literario,  todos  convienen  en  afirmar  la  altí- 
sima concepción  y  valía  artística  de  este  profeta,  cuyo  lenguaje  y  estilo 
sobresale  además  por  el  ritmo  de  sus  palabras,  por  sus  originales  imá- 
genes, por  el  vigor  de  la  expresión,  por  el  tono  harmónico  admirable  que 
forma  el  conjunto.  Sus  discursos  dan  la  impresión  de  muy  elaborados, 
y  buscan  la  eficacia  mediante  abundantes  recursos  estilísticos  y  seme- 
janzas o  parábolas,  cual  es  la  conocida  de  la  viña  infructuosa.  Como 
pasajes  más  bellos  y  expresivos  pudieran  citarse  el  discurso  en  que  re- 
prende al  pueblo  su  ingratitud  para  con  Dios  (i,  2-27),  los  capítulos  10, 
ii,,  23,  o  el  pavoroso  cuadro,  magnífico  literariamente ,  de  la  espantable 
carnicería  realizada  por  los  nabateos  en  Edom  (34). 

Las  numerosas  profecías  mesiánicas  han  merecido  a  Isaías  el  califica- 
tivo de  profeta  evangélico.  Merecen  especial  mención  las  contenidas  en 
el  llamado  Libro  de  Emmanuel  (7-12),  en  que  se  anuncia  el  nacimiento 
virginal  del  Mesías,  y  las  referentes  a  los  oprobios  y  dolores  del  Siervo  de 
Yahveh  (51-53),  en  que  se  contempla  la  pasión  y  la  gloria  del  Redentor. 


-  1386  - 


ISAIAS 


Amenazas  a  la  nación  pecadora,  a  la  que  no  salvarán 
los  sacrificios 

i    1  Visión  que  Isaías,  hijo  de  Amó.-,  contempló  proféticamente  acerca 
de  Judá  y  Jerusalén,  en  los  días  de  Ozías,  Jotam,  Ajaz  y  Ezequías, 
reyes  de  Judá. 

Escuchad,  cielos,  |  y  presta  oído,  tierra,  i  pues  es  Yahveh  quien  habla  : 
Hijos  he  criado  y  engrandecido,  |  pero  se  han  rebelado  contra  mí. 

Conoce  el  toro  a  su  amo  |  y  eil  asno  el  pesebre  de  sus  dueños  ; 

mas]  Israel  no  conoce,  I  mi  a  pueblo  no  presta  atención. 
'  ¡  Ay  de  la  nación  pecadora,  |  del  pueblo  cargado  de  culpa, 
•emílla  de  malvados,  |  hijos  de  malhechores! 

Han  abandonado  a  Yahveh,  |  han  despreciado  afl  Santo  de  Israel,  | 

se  han  echado  atrás. 
6  ¿Para  qué  se  os  va  a  golpear  más,  |  si  habéis  de  continuar  prevaricando? 
Toda  la  cabeza  está  enferma  ¡  y  todo  el  corazón  languidecido. 
'  Desde  la  planta  del  pie  hasta  la  cabeza  |  no  hay  en  él  nada  sano  ; 
heridas,  contusiones  |  y  llagas  frescas  ; 

no  han  sido  envueltas  ni  vendadas  |  ni  reblandecidas  con  aceite. 

;  Vuestra  tierra  está  desierta,  |  vuestras  ciudades  abrasadas  por  el  futgo , 

vuestro  suelo  a  vuestra  vista 
lo  devoran  extranjeros  | 

y  hay  un  asolamiento  cual  en  la  destrucción  de  Sodoma  b. 
s  La  hija  de  Sión  ha  quedado  |  como  cabana  en  viña, 
como  choza  en  melonar,  |  como  ciudad  sitiada. 


^  1  Visión  :  significa  revelación  en  sentido  colectivo,  para  indicar  que  los  oráculos 
*  que  contiene  son  un  conjunto  de  revelaciones  sobrenaturales. 

5  La  cabeza...  ex  corazón  :  simbolizan,  la  primera,  el  pueblo  ;  el  segundo,  los  sacer- 
dotes y  doctores. 

*  Sido  envueltas  :  o  también,  comprimidas,  exprimidas. 

1  Lo  devoran  extranjeros  !  serían  probablemente  los  sirios,  filisteos  y  otros  pueblos 
enemigos  de  Israel. 

9  La  hija  de  Sión  :  significa  aquí  la  colectividad  de  los  habitantes  de  Sión  e  Israel. 


1  9-29 


ISAÍAS 


1  0-29 


'Si  Yahveh-Sebaot  no  nos  hubiera  dejado  un  resto, 

casi  0  habríamos  quedado  como  Sodoma,  | 
a  Gomorra  nos  habríamos  asemejado. 
11  Escuchad  lia  palabra  de  Yahveh,  J  príncipes  de  Sodoma  ¡ 
prestad  oído  a  la  ley  de  nuestro  Dios,  |  pueblo  de  Gomorra. 
1  «¿De  qué  me  sirve  la  multitud  de  vuestros  sacrificios?»,  dice  Yahveh. 
«Estoy  harto  de  holocaustos  de  carneros,  |  de  grasa  de  cebones, 
y  en  la  sangre  de  novillos,  corderos  |  y  machos  cabríos  no  me  complazco. 
1S  Cuando  venís  a  mostraros  [ante]  mi  rostro, 

¿quién  reclama  esto  de  vuestras  manos  |  para  que  holléis  mis  atrios? 
"  No  volváis  a  traer  vana  oblación  ;  |  abominable  sahumerio  es  para  mí. 
Novilunios,  sábados,  convocaciones  festivas,  | 

no  puedo  resistir  ;  delito  y  fiesta. 
14  Vuestros  novilunios  y  vuestras  solemnidades  |  odia  mi  alma,  | 

se  me  han  hecho  carga  molesta,  |  estoy  cansado  de  soportarlos. 
,s  Y  cuando  extendéis  vuestras  palmas,  ¡  aparto  mis  ojos  de  vosotros  ; 
aunque  multipliquéis  las  plegarias,  |  no  escucho  ; 
vuestras  manos  están  llenas  de  sangre.  I  16  Lavaos,  purificaos, 
apartad  la  maldad  de  vuestras  acciones  |  de  delante  de  mis  ojos, 
cesad  de  obrar  mal.  |  37  Aprended  a  obrar  bien, 
buscad  la  justicia,  |  corregid  al  opresor,  d 
haced  justicia  al  huérfano,  |  defended  la  causa  de  la  viuda. 
"  Venid,  hagamos  cuentas,  |  dice  Yahveh  ; 
aun  cuando  vuestros  pecados  fuesen  como  la  grana,  | 

como  la  nieve  han  de  blanquear  ; 
aunque  fuesen  rojos  cual  la  purpura,  |  como  la  lana  quedarán. 
"'  Si  accedéis  y  escucháis,  '  lo  mejor  del  país  comeréis  ; 
!l>  mas  si  os  negáis  y  os  rebeláis,  |  por  e  la  espada  seréis  devorados,  | 

pues  ha  hablado  la  boca  de  Yahveh. 
:i  ¡  Cómo  se  ha  prostituido  |  la  ciudad  fiel ! 

Llena  estaba  de  justicia,  |  la  equidad  moraba  en  ella,  |  ¡y  ahora  asesinos! 
22  Tu  ¡plata  se  conv  irtió  en  escoria,  | 

tu  vino  generoso  fué  adulterado  con  agua. 
13  Tus  príncipes  son  prevaricadores  |  y  colegas  de  ladrones  ; 
cada  uno  ama  eO  soborno  |  y  va  en  pos  de  recompensas, 
al  huérfano  no  hacen  justicia,  |  y  la  causa  de  la  viuda  no  llega  a  ellos. 
54  Por  eso  declara  el  Señor  |  Yahveh-Sebaot,  |  el  Fuerte  de  Israel  : 
¡  Av,  me  vengaré  de  mis  adversarios  ¡  y  tomaré  venganza  de  mis  enemigos! 
a  V  v  olveré  mi  mano  contra  ti,  |  y  purgaré  como  la  lejía  f  tus  escorias,  | 

y  separaré  todas  tus  partículas  de  plomo. 
V  te  devolveré  tus  jueces  como  al  principio,  | 

y  tus  consejeros  como  primero, 
después  de  lo  cual  se  te  llamará  ciudad  de  la  justicia,  |  villa  fiel. 
":  Sión  en  juicio  será  redimida,  |  y  sus  cautivos  en  justicia. 
"Mas  el  desastre  llegará  juntamente  a  impíos  y  pecadores,  | 

y  quienes  abandonan  a  Yahveh  serán  aniquilados. 
-"Seréis      pues,  confundidos  a  causa  de  los  grandes  árboles  | 

en  que  os  deleitasteis, 
y  os  abochornaréis  por  los  huertos  |   que  elegisteis. 


»  Abominable  sahumerio...  :  otros  prefieren  c.  V  «el  incienso  es  abominación  para 
mí»,  me  es  abominable.  ||  Delito  y  fiesta  :  comp.  V  :  .son  inicuas  vuestras  reuniones.. 

18  Como  la  grana  :  el  rojo  oscuro,  la  tarde  y  la  noche  eran  para  los  hebreos  símbolo 
del  mal  v  del  pecado,  al  paso  que  lo  blarco,  el  día  y  la  luz  simbolizaban  el  bien  y 
lo  bello. 

21  Se  ha  prostituido  :  la  alianza  de  Dios  con  su  pueblo  se  compara  a  un  matrimo- 
nio, al  cual  ha  sido  inCiel  la  nación  elegida  por  esposa. 

»  Tr  devolvere  :  piensan  algunos  que  esta  devolución  se  efectuó  reinando  Exequias, 
pero  quien  la  llevó  a  cabo  fué  Jesu-Cristo  al  fundar  su  Iglesia. 

wGranpes  árboles:  trátase  de  los  dedicados  al  culto  idólatra,  como  encinas,  tere- 
bintos, palmeras,  o  quizá  de  los  bosques  de  tales  árboles. 


—  1288  — 


I  30-2  16 


ISAÍAS 


1  30—2  16 


M  Pues  seréis  como  terebinto  |  que  ha  perdido  su  follaje 
v  como  huerto  sin  agua. 

™  El  robusto  se  convertirá  en  estopa  |  y  su  obra  en  chispa  ; 
arderán  ambos  a  una  |  y  no  habrá  quien  lo  extinga. 


Gloria  mesiánica  de  Israel.  Imprecación  a  la  casa 
de  Jacob 


21  Cosas  que  contempló  en  visión  profética  Isaías,  hijo  de  Amós,  acerca 
de  Judá  y  Jerusalén.  2  Ocurrirá,  pues,  que 
en  los  días  postrimeros  |  la  montaña  de  la  casa  de  Yahveh  | 
-c  hallará  firmemente  establecida 

en  la  cumbre  de  los  montes  |  y  se  alzará  por  encima  de  los  collados, 
v  afluirán  a  ella  todas  las  naciones.  |  3  E  irán  muchos  pueblos  |  y  dirán  : 
Ka,  .-ubamos  a  la  montaña  de  Yahveh,  |  a  la  casa  del  Dios  de  Jacob, 
v  nos  enseñará  sus  caminos,  |  y  andaremos  por  sus  sendas, 
"pues  de  Sión  saldrá  enseñanza'!  y  la  palabra  de  Yahveh  de  Jerusalén. 
■  Y  juzgará  entre  las  naciones  |  y  reprenderá  a  muchos  pueblos  ; 
entonces  romperán  sus  espadas,  trocándolas  en  aladros,  | 

y  sus  lanzas  en  podaderas. 
No  alzará  ya  espada  pueblo  contra  pueblo  ¡ 

ni  se  adiestrarán  más  en  la  guerra. 
1  ¡  Casa  de  Jacob  :  andad,  caminemos  |  a  la  luz  de  Yahveh ! 
f  En  verdad  rechazaste  a  tu  pueblo,  |  a  la  casa  de  Jacob, 
pues  están  llenos  de  adivinos  a  |  y  agoreros  como  los  filisteos  | 

y  dan  la  mano  a  extranjeros. 
7  Así  se  hinchió  su  país  |  dé  plata  y  oro,  |  y  sus  tesoros  no  tienen  fin  ; 
llenóse  su  tierra  de  caballos,  |  y  sus  carros  son  infinitos  ; 
s  colmóse  su  país  de  ídolos, 
ante  la  obra  de  sus  manos  se  prosternaron,  | 
ante  lo  que  habían  fabricado  sus  dedos. 

*  Postróse  el  hombre,  |  humillóse  el  varón,  |  y  no  les  has  de  perdonar. 

,J  Meteos  en  las  rocas  |  y  escondeos  en  el  polvo  |  ante  el  terror  de  Yahveh  ¡ 

y  la  gloria  de  su  majestad, 
i  Los  ojos  altaneros  del  hombre  se  bajarán  b  | 

y  se  doblegará  la  soberbia  humana, 
|  solo  Yahveh  será  ensalzado  |  aquel  día. 

Pues  Yahveh-Sebaot  tiene  [fijado]  un  día 
contra  todo  lo  altanero  y  elevado,  |  contra  todo  lo  que  se  yergue  y  se  alza  c; 
"  contra  todos  los  cedros  del  Líbano,  j  altos  y  elevados,  | 

y  contra  todas  las  encinas  del  Basan  ; 
"  contra  todas  las  altas  montañas,  |  contra  todos  los  collados  eminentes, 
18  contra  toda  elevada  torre,  |  contra  toda  muralla  fortificada, 
"  contra  todas  las  naves  de  Tarsis  |  y  contra  todos  los  objetos  d  preciosos. 


2 5  Los  días  postrimeros  :  el  tiempo  de  la  venida  del  Mesías. 
3  Enseñanza  :  o  ley.  Se  refiere  a  la  nueva  o  de  gracia  traída  por  Jesu-Cri=;to. 
•  A  iu  pueblo  :  e.  d.,  «mores  populi  tui»  pregunta  Kit,  que  prefiere  1.  c.  T  atu  for- 
taleza». ||  Dan  la  mano  :  para  cerrar  trato  comercial  y  alianzas,  cosa  reprobable  para 
el  profeta.  Pasaje  incierto.  Otros  interpretan  «dan  un  golpe  con  las  manos»,  creyendo 
ver  en  ello  una  costumbre  mántica.  Otros  :  «tienen  sobra,  abundancia».  Nosotros,  sin 
variar  el  texto,  traducimos  el  verbo  por  'dar  la  mano,  chocar'.  (Vid.  Hempel,  Dice.) 
a  Tiene  fijado  un  día:  el  del  juicio  del  Señor. 

u  Los  cedros  d»l  Líbano  :  este  v.  y  los  sigs.  pueden  referirse  a  la  ruina  del  reino 
de  Israel  y  del  de  Judá. 
»  Tarsis  :  cf.  Sal.  «„,  8. 


—  I28Q  — 


2  17-3  io 


ISAÍAS 


2  w-3  io 


"  Entonces  se  doblegará  el  orgullo  humano  | 

v  se  humillará  la  altivez  de  los  hombres, 
V  sólo  Yahveh  será  ensalzado  I  aquel  día. 
8  Y  los  ídolos  desaparecerán  sin  excepción. 
"  Y  se  meterán  e  en  las  cavernas  de  las  rocas  | 

y  en  las  hendiduras  del  polvo, 
ante  el  terror  de  Yahveh  |  y  ante  la  gloria  de  su  majestad,  | 

cuando  se  alce  para  intimidar  a  la  tierra. 
;"  En  aquel  día  arrojarán  los  hombres  |  sus  ídolos  de  plata  y  oro 
que  se  fabricaron  para  adorar  [los],  |  a  los  topos  v  los  murciélagos, 
"'  para  meterse  en  las  hendiduras  de  las  rocas  | 

y  en  las  anfractuosidades  de  las  peñas, 
ante  el  terror  de  Yahveh  |  y  la  gloria  de  su  majestad  ] 

cuando  se  alce  para  intimidar  a  la  tierra. 
"  Dejaos  de  confiar  en  el  hombre, 

cuyo  hálito  está  en  su  nariz  ;  |  ipues  ¿en  cuánto  ha  de  ser  estimado  ? 


Juicio  divino  contra  el  mal  gobierno  de  los  hombres  y  el 
lujo  de  las  mujeres 

o    '  Pues  he  aquí  que  el  Señor,  ¡  Yahveh-Sebaot,  | 
"       apartará  de  Jerusalén  y  de  Sión 

I ¡aculo  y  apoyo,  |  todo  sostén  de  pan  y  todo  sostén  de  agua  : 

"■  valientes  y  gente  aguerrida,  |  jueces  y  profetas,  |  adivinos  y  ancianos, 

8  jefes  de  cincuenta  a  |  y  honorables,  |  consejeros  y  sabios  hechiceros  | 

y  entendidos  conjuradores. 
'  V  les  daré  muchachuelos  por  príncipes,  | 

y  jovenzuelos  dominarán  sobre  ellos. 
1  Entonces  la  gente  se  vejará  mutuamente  los  unos  a  los  otros  ; 
el  mozo  se  levantará  contra  el  anciano  |  y  el  vil  contra  el  noble. 
"  Ciertamente  el  uno  agarrará  al  otro  |  en  la  casa  de  su  padre, 
[exclamando]  :   «Tienes  un  manto,  |  sé  nuestro  príncipe  ,|  y  esta  ruina 

esté  bajo  tu  mano.» 
'  Pero  él  clamará  aquel  día,  diciendo  : 

«No  soy  médico  ;  |  tampoco  en  mi  casa  hay  pan  |  ni  manto  , 

no  me  constituyáis  |  principe  del  pueblo.»' 

'  Ciertamente  se  tambaleará  Jerusalén  |  y  Judá  caerá, 

¡ i u e -i  sus  palabras  y  sus  acciones  son  contrarias  a  Yahveh,  | 

oli-ndiendo  los  ojos  de  su  majestad. 
"  El  descaro  de  sus  rostros  atestigua  contra  ellos  | 

y,  como  Sodoma,  publican  sus  pecados, 
no  los  ocultan.  ¡  Ay  de  sus  almas,  |  pues  se  labran  a  sí  mismos  la  desgracia  ! 
10  Decid  b  al  justo  que  le  0  irá  bien,  |  ipues  comerá  el  fruto  de  sus  obras 


"Hendiduras:  o  agujeros.  ||  Intimidar:  o  hacer  ostentación  de  su  poder  en  la 
tierra;  otros,  «herir,  flagelar»  (V  «percutere»). 

22  Hílito  :  aliento  o  espíritu.  Quiere  decir  el  profeta  que  es  ridículo  poner  la  con- 
fianza en  un  ser  tan  frágil  como  es  el  hombre.  ||  ¿En  cuánto  ha  de  ser  estimado?  : 
o  se  estimará  ;  V  «él  mismo  se  ha  reputado  excelso». 

3-  Adivinos  :  puede  aquí  tomarse  en  el  sentido  de  sagaces,  que,  en  fuerza  do  Ob- 
servar lo  pasado,  prevén  lo  porvenir  y  aciertan. 
4  Y  honorables  :  es  lo  mismo  que  notables,  nobles. 

4  Jovenzuelos  :   otros  dicen  c.  V  «afeminados»,  «caprichosos!,  y  C,  «burlones» 
•Tienes  un  manto:  esto  es,  no  estás  reducido,  como  nosotros,  a^la  miseria. 
'  Médico  :  e.  d.,  remediador  de  la  cosa  pública  ;  o  quizá  «no  soy  yo  quien  ha  de 
reinar  (o  regir),  no  soy  rey».  Otros,  «no  sov  quien  ha  de  poner  el  vendaje». 
*  Descaro  :  (i  «confusión». 


—  1290  — 


3  "-4  i 


ISAÍAS 


3  n-4  i 


?  ¡  A y  del  impío  !  Mal  le  c  irá,  | 

porque  se  le  pagarán  las  obras  de  sus  manos. 
11  A  mi  pueblo  lo  aniquila  su  exactor  d  |  y  mujeres  ■  lo  dominan. 
Pueblo  mío,  quienes  te  conducen  son  los  que  te  extravían  | 

y  el  camino  de  tus  senderos  confunden. 
™  Pronto  a  litigar  está  Yahveh  |  y  en  pie  para  juzgar  a  su  pueblo  '. 
"  Yahveh  viene  a  juicio  |  con  los  ancianos  de  su  pueblo  y  6us  príncipes  : 
Vosotros  habéis  abrasado  la  viña,  | 

lo  robado  al  pobre  se  halla  en  vuestras  casas. 
13  ¿Cómo  se  os  ocurre  s  pisotear  a  mi  pueblo  | 

y  moler  el  rostro  de  los  pobres  ?, 
declara  el  Señor,  Yahveh-Sebaot. 

11  Y  Yahveh  ha  dicho  :  |  Por  cuanto  son  altaneras  las  hijas  de  Sión, 
v  caminan  con  el  cuello  estirado  |  y  miradas  provocativas, 
.mdan  a  pasitos  menudos  |  y  hacen  tintinear  las  ajorcas  de  sus  pies, 
"  el  Señor  cubrirá  de  tiña  |  la  coronilla  de  las  hijas  de  Sión  | 
y  Yahveh  descubrirá  sus  vergüenzas  h. 


a  Aquel  día  arrancará  el  Señor  el 
ornato  de  las  ajorcas  de  los  pies,  los 
>olecillos  y  las  lunetas,  ™  los  pen- 
dientes y  las  pulseras  y  los  mantos, 
M  los  pañuelos  de  seda  para  la  ca- 
beza y  las  cadenillas  para  dar  los  pa- 
sos cortos,  los  cinturones  lujosos,  los 


frascos  de  perfumes  y  los  amuleto-, 
™  las  sortijas,  los  anillos  de  la  nariz, 

los  chales  y  las  bolsas,  23  los  espejos, 
las  camisas  de  lino,  los  turbantes  y 
las  amplias  túnicas.  31  Y  sucederá 
que 


en  lugar  de  bálsamo  habrá  putrefacción  ;  | 

y  en  lugar  de  cinturón,  una  cuerda  ; 
y  en  lugar  de  trenza,  calva  ;  | 

y  en  lugar  de  lujoso  vestido,  ceñidor  de  saco  ; 
quémadiira  en  lugar  de  belleza. 

Tus  hombres  a  es-pada  caerán  |  y  tus  héroes  en  la  batalla  ; 
M  se  lamentarán  y  gemirán  sus  puertas, 
y,  asolada,  en  tierra  ella  se  sentará. 


Escasez  de  hombre?  an  Judá,  Sión  en  tiempos  mesiánicos 


a    '■  V  siete  mujeres  se  agarrarán  |  a  un  hombre  en  aquel  día, 
^       diciendo  :  «Nuestro  pan  comeremos  I  y  nuestro  manto  vestiremos, 
con  tal  de  que  sea  nombrado  tu  nombre  sobre  nosotras  ;  | 
¡  quítanos  el  oprobio  !» 


K  Mujeres  lo  dominan  :  setíún  San  Jerónimo  y  otros,  mujeres  vale  aquí  tanto  como 
hombres  afeminados  ;  y  eso  fueron  los  últimos  reyes  de  Judá.  ||  Te  conducen  o  rigen  ; 
otros  (cf.  V),  cte  dicen  feliz». 

15  El  rostro  de  los  pobres  :  la  opresión  del  pobre  es  uno  de  los  cargos  más  grave? 
que  Dios  hace  a  su  pueblo. 

u  Ajorcas  o  cadenillas.  ||  Los  solecillos  y  las  lunetas:  otros,  tíos  velos  ío  redeci- 
llas femeninas)  y  los  collares».  ||  Los  mantos  :  otros,  «dos  velos».  Es  el  manto  o  jaique 
femenino  como  el  aún  usado  por  las  moras,  y  también  el  pañuelo  de  cabeza  que  usan 
las  hebreas  en  Marruecos. 

"  Pañuelos  de  seda  para  la  cabeza  :  otros,  «diademas,  turbantes,  tiaras  (en  el  sacer- 
dote)». 

-3  Kspejos  :  otros  prefieren  «telas  transparentes,  vestidos  de  tela  fina...». 
"  Sus  puertas  :  o  punto  más  vital  y  de  reunión  en  pueblos  y  ciudades. 

A  1  F.i  oprobio  :  de  carecer  de  hijos,  o,  como  otros  prefieren,  de  carecer  de  esposo, 
^*  podres  y  hermanos  que  las  amparen  contra  la  chusma. 

—  ngi  — 


4  2-  5  3 


ISAÍAS 


4  3-5  3 


3  Aquel  día  |  el  brote  de  Yahveh  alcanzará  magnificencia  y  gloria, 

>  el  fruto  del  país,  grandeza  y  esplendor  |  para  los  salvados  de  Israel. 


'  Entonces  lo  restante  en  Sión  y 
lo  superviviente  en  Jerusalén  será 
llamado  santo,  a  todo  cuanto  esté 
inscrito  para  la  vida  en  Jerusalén 
'  Cuando  el  Señor  haya  lavado  la  in- 
mundicia de  las  hijas  de  Sión  y  lim- 
piado el  delito  de  sangre  de  Jerusa- 
lén de  en  medio  de  ella  con  espíritu 
de  inicio  y  espíritu  de  exterminio, 


1  Yahveh  creará  a  sobre  toda  la  mo- 
rada de  la  montaña  de  Sión  y  sobre 
sus  asambleas  una  nube  de  día,  > 
humo  y  resplandor  de  fuego  llamean- 
te de  noche ;  pues  b  por  cima  de  todo 
la  gloria  de  Yahveh  será  protección 
"  y  cabaña,  y  servirá  de  sombra  b, 
de  día,  contra  el  calor,  y  de  amparo 
v  refugio  contra  aguacero  y  lluvia. 


eecos  de  Gut'zcr  y  Taana 


Parábola  de  la  viña.  Amenazas  contra  los  malvados. 
Los  asirios 

r    1  Quiero  cantar  [una  canción]  de  mi  amigo,  | 

°        una  canción  de  mi  amigo  acerca  de  su  viña. 

Una  viña  tenía  mi  amigo  |  en  una  loma  feraz. 

-  La  cavó  y  despedregó  |  y  plantó  de  buena  cepa  ; 

construyó  además  torre  en  su  centro  |  y  hasta  excavó  en  ella  lagar  ; 

y  así  concibió  esperanzas  que  produciría  uvas,  |  mas  produjo  agrazones. 

*  Ahora  bien,  habitantes  de  Jerusalén  |  y  hombres  de  Judá, 

juzgad  entre  'mí  |  y  mi  viña. 


2  El  brote  de  Yaiiveh  :  según  unos,  Ezequías  ;  Zorobabel,  según  otros,  o  más  bien 
Jesu-Crislo,  figurado  por  ellos.  ||  El  fruto  del  país:  es  también  el  Salvador,  cuya 
ascendencia  humana  procedería  de  David. 

3  Inscrito  hará  la  vida  :  en  Jerusalén,  figura  del  reino  del  Mesías,  serán  inscritos 
todos  los  creyentes  en  Cristo. 

*  Cuando  :  otros  autores  hacen  depender  esta  oración  temporal  del  v,  .-  y  no 
del  5.  ||  La  inmundicia:  el  excremento,  la  suciedad,  e.  d.,  la  culpa.  ||  Espíritu  di 
juicio  :  es  el  castigo,  la  venganza.  ||  Espíritu  de  exterminio  :  es  la  expulsión  de  toda 
maldad  de  dentro  del  pueblo  de  Dios. 

6  Sobre  sus  asambleas  :  o  sea  sobre  todo  lugar  donde  se  reunieren  para  orar.  Lo 
mismo  enseñó  Jesu-Cristo,  según  puede  leerse  en  S.  Mt.  18,  20. 

51  En  esta  hermosa  parábola  esta  encerrada  la  historia  del  pueblo  judío.  De  ella  se 
sirvió  más  adelante  Jesu-Cristo  para  echar  en  cara  su  infidelidad  al  mismo  pue- 
blo (Mt.  21,  33-43)- 


—  1292  — 


54-19 


ISAÍAS 


54-19 


1  ¿  Qué  más  cabía  hacer  a  mi  viña  |  que  yo  no  hiciera  en  ella  ? 
¿  Por  qué  concebí  esperanza  de  que  produciría  uvas  | 

y  ha  producido  agraces? 
*  Pues  bien,  voy  a  daros  a  conocer  |  lo  que  voy  a  hacer  a  mi  viña  : 
quitaré  su  seto"  |  y  servirá  ella  de  pasto,  |  haré  brecha  en  su  tapial 

y  se  convertirá  en  cosa  hollada. 
"  La  trocaré  en  lugar  devastado  ;  |  no  será  podada  ni  binada  ¡ 

y  abundará  en  cardos  y  abrojos  ; 
v  ordenaré  a  las  nubes  |  que  no  dejen  caer  lluvia  sobre  ella 
7  Ciertamente,  la  viña  de  Yahveh-Sebaot  |  es  la  casa  de  Israel, 
y  los  hombres  de  Judá  |  son  su  plantel  preferido  ; 
esperaba  El  [de  ellos]  obras  justas,  | 

mas  he  aquí  que  [resultó]  "derramamiento  de  sangre  ; 
justicia,  y  hete  aquí  grito  de  dolor. 
'  ¡  Ay  de  aquellos  que  juntan  casa  con  casa  | 

y'  agregan  un  campo  a  otro  campo, 
hasta  querva  no  hay  más  sitio,  hasta  quedaros  1 

como  únicos  propietarios  en  medio  del  país  ! 
•A  oídos  de  Yahveh-Sebaot  [ha  llegado]. 

En  verdad,  las  vastas  edificaciones  |  se  convertirán  en  ruinas  ; 
las  grandes  y  bellas  !  [quedarán]  de  suerte  que  no  haya  habitante. 
10  Pues  diez  yugadas  de  viña  I  producirán  un  bat,  | 

y  un  jómcr  de  simiente  sólo  dará  un  efá. 
0  ¡  Av  de  quienes  se  levantan  muv  de  mañana  | 

co'rriendo  a  los  licores  fuertes ;  |  "que  se  quedan  hasta  muy  tarde  de  noche  1 

v  el  vino  los  enciende. 
"  Hav  cítara  v  arpa,  1  adufe  y  flauta  |  y  vino  en  sus  banquetes, 
mientras  la  obra  de  Yahveh  no  contemplan  |  ni  miran  la  obra  de  sus  mane* 
"  Por  eso  es  desterrado  mi  pueblo,  |  falto  de  inteligencia  ; 
así  sus  nobles  quedarán  muertos  de  hambre  | 

y  su  multitud  se  abrasará  de  sed. 
M  Por  ello  el  seol  ensancha  sus  fauces  |  y  abre  su  boca  desmedidamente  ; 
y  allá  baian  su  nobleza,  su  muchedumbre,  | 

su  bullicio  y  los  que  en  él  se  huelgan  a. 
15  Se  inclinará  el  hombre  |  y  se  humillará  el  varón,  | 

y  los  ojos  de  los  altivos  se  abatirán  ; 
"  mas;  Yahveh-Sebaot  será  exaltado  en  el  juicio,  |  y  el  Dios  Santo  | 

santo  se  mostrará  con  justicia. 
"  Y  [allí]  se  apacentarán  los  corderos  como  en  su  pastizal 
y  pingües  cabritos  b  pastarán  [por]  las  ruinas. 

IS  ¡  Av  de  aquellos  que  tiran  hacia  sí  de  la  culpa  |  con  cuerdas  de  falsedad 

y  del c  pecado  como  [con]  coyunda  de  carreta  ; 

10  de  quienes  dicen:  «¡Dése  prisa,  |  apresure  su  obra  | 

a  fin  de  que  [la]  veamos  ; 
acérquense  y  venga  |  el  consejo  del  Santo  | 

de  Israel  para  que  [lo]  conozcamos!» 


e  Quitaré  su  seto  :  tuvieron  cumplimiento  estas  amenazas  cuando  los  asirios  des- 
truyeron el  reino  de  Israel,  y  lo  han  vuelto  a  tener  en  los  judíos  incrédulos  desde  la 
muerte  de  Jesu-Cristo. 

8  Juntan  casa  con  casa  :  refiérese  a  los  acreedores  que  van  adueñándose  de  una  casa 
tras  otra. 

y  Bat:  es  medida  de  líquidos  equivalente  a  la  décima  parte  del  jómcr  o  coro.  " 
Efá  :  el  valor  de  esta  medida  de  sólidos,  hoy  imposible  de  evaluar  con  exactitud,  oscila 
entre  los  36,44  litros  y  los  39,384. 

11  Licores  fuertes  :  o  bebidas  embriagadoras. 

u  Sus  fauces  :  o  su  avidez. 

17  Como  en  su  pastizal  o  dehesa  :  otros,  isecún  su  costumbrei  («iuxta  ordinem 
suum»  V). 

18  Con  cuerdas  pe  falsedad  :  con  esta  fipura  se  quiere  expresar  1a  tiranía  con  que 
el  pecado  sujeta  al  pecador. 


—  I2Q3  — 


ISAÍAS 


"  ¡  Ay  de  los  que  a  lo  malo  llaman  bueno,  |  y  a  lo  bueno,  malo, 
•  le  quienes  de  la  tiniebla  bacen  .luz  y  de  la  luz  tiniebla,  | 

que  truecan  lo  amargo  en  dulce  y  lo  dulce  en  amargo ! 
"  |  Ay  de  los  que  son  sabios  a  sus  propios  ojos  | 

y  se  tienen  a  sí  mismos  por  prudentes ! 
"  1  Ay  de  los  valientes  en  beber  vino  ¡  y  de  los  aguerridos  en  mezclar  licores  ; 
"*de  quienes  por  soborno  declaran  inocente  al  culpable  | 

y  quitan  la  razón  al  justo  d! 
H  Por  eso  [les  sucederá]  como  [cuando]  devora  a  un  rastrojo  una  lengua 

de  fuego,  |  v  [como  cuando]  el  heno  se  derrumba  por  6  la  llama  ; 
"•us  raíces  serán  como  putrefacción  |  y  su  brote  subirá  como  polvo, 
porque  despreciaron  la  Ley  de  Yahveh-Sebaot. 
"  Por  eso  ardió  la  cólera  de  Yahveh  contra  su  pueblo,  | 

y  alargó  su  mano  contra  él  y  lo  hirió  ; 


temblaron  entonces  los  montes  ¡  y  sus  cadáveres  fueron  | 

como  estiércol  en  medio  de  las  calles. 
Con  todo  esto,  no  se  ha  apaciguado  su  ira  |  y  aun  está  su  mano  extendida 
rf  Y  tremolará  una  enseña  para  un  pueblo  '  de  lejos,  | 

y  le  silbará  desde  el  extremo  de  la  tierra, 
y  he  aquí  que  apresuradamente,  ligero,  vendrá. 

"No  habrá  en  él  cansado  ni  quien  se  tambalee,  |  no  dormitará  ni  dormirá 
ni  se  desabrocha  el  cinturón  de  sus  lomos,  | 

ni  se  rompe  la  correa  de  sus  sandalias. 
13  Que  sus  saetas  son  afiladas  |  y  todos  sus  arcos  están  tensos  ; 
los  cascos  de  sus  caballos  |  repú'tanse  cual  pedernal,  | 

v  sus  ruedas  como  huracán. 
:"  Tiene  rugido  como  de  león,  |  ruge  como  los  leoncillos  ¡ 
«ruñe  y  atrapa  la  presa,  ¡  llévasela  y  no  hay  quien  la  salve. 
*"  Bramará  contra  él  |  aquel  día  |  como  el  bramido  del  mar  ; 
\  se  mirará  a  la  tierra,  ]  y  he  aquí  que  [se  verá]  una  angustiosa  tiniebla, 

y  la  luz  se  habrá  oscurecido  en  densas  nubes 


MEZCLAS  :  é  d.,  la  preparación  o  mezcla  de  bebidas  embriagadoras  con  t-i  ■ 
cias,  etc. 

*  Sus  raíces  :  por  raíz  ha  de  entenderse  las  clases  bajas  de  la  sociedad  ;  pro  brote, 
las  altas. 

2S-30  Kit  prp.  trsp.  post  10,  4  ;  ante  v.  25— añade— «exc  vs  nonni. 

38  Cüai.  PEDERNA1  :  como  no  herraban  a  los  caballos,  se  les  volvían  lo?  cascos  duros 

*  orno  pedernal.  ..•  "< 


Hallazgos  egipcios  y  egros  de  Gut.zer  y  Taanai 


—  1204  — 


6 


ISAÍAS 


6  3-13 


Vocación  de  Isaías  al  ministerio  profético 


/:  1  En  el  año  de  la  muerte  del  rey 
"  Ozías  vi  al  Señor  sentado  sobre 
trono  elevado  y  excelso,  y  sus  colas 
[del  vestido]  llenaban  el  templo. 
•  Serafines  se  mantenían  de  pie  por 


cima  de  aquél,  con  seis  alas  cada 
uno  ;  con  dos  [de  ellas]  cubríase  el 
rostro,  con  dos  los  pies  y  con  dos 
volaba.  8  Y  gritaba  el  uno  al  otro, 
diciendo  : 


t|  Santo,  Santo,  Santo  es  Yahveh-Sebaot  ; 
llena  a  está  toda  la  tierra  de  su  gloria.» 

4  Entonces  retemblaron  las  jambas  b  del  dintel  por  la  voz  del  que  gri- 
taba, y  la  casa  se  llenó  de  humo.  8  Y  dije  : 

«¡  Ay  de  mí,  que  estoy  perdido,  pues  hombre  de  labios  impuros  soy 
y  eñ  medio  de  un  pueblo  de  labios  impuros  habito-; 
pues  al  rey  Yahveh-Sebaot  han  visto  mis  ojos!» 

0  Entonces  voló  hacia  mí  uno  de  los  serafines  que  tenía  en  la  mano 
una  piedra  ardiendo,  que  había  cogido  del  altar  con  unas  tenazas  ;  1  y  tocó 
[con  ella]  mi  boca  y  dijo  : 

«He  aquí  que  esto  toca  tus  labios  |  y  desaparecerá  tu  iniquidad 
y  tu  pecado  quedará  espiado.» 

*  Y  oí  la  voz  del  Señor  que  decía  : 
a¿  A  quién  enviaré?  ¿Y  quién  nos  oirá?» 

Y  contesté  :  «¡Heme  aquí,  envíame  a  mí!»  "El  contestó  : 
»Ve  y  di  a  este  pueblo  : 

Escuchad,  pero  sin  comprender,  |  y  ved,  mas  sin  entender  1 
"  Embota  el  corazón  Je  este  pueblo,  |  y  endurece  sus  oídos,  | 

y  ciega  sus  ojos, 
para  que  con  sus  ojos  no  vea,  |  ni  oiga  con  sus  oídos,  | 

ni  con  su  corazón  entienda,  |  ni  vuelva  a  haber  curación  para  él.» 

u  Y  pregunté  ■  «¿Hasta  cuándo,  Señor?»  Y  repuso  : 
«Hasta  que  hayan  quedado  asoladas  las  ciudades,  sin  habitante, 
y  las  casas  sin  nadie,  |  y  la  tierra  laborable  quede  0  como  un  desierto 
"  Hasta  que  Yahveh  haya  alejado  al  hombre  ¡ 

y  sea  grande  la  desolación  en  medio  del  país. 
"  Y  aunque  ya  no  haya  en  ella  más  que  una  décima  parte,  | 

volverá  a  ser  objeto  de  exterminio  ;  | 

será  como  el  terebinto  y  como  la  encina, 
«le  los  cuales  al  ser  talados  |  queda  el  tocón  ; 
de  d  su  tocón  [saldrá]  semilla  santa.» 


6»  Vi  al  .Señor  :  no  vió  Isaías  la  esencia  divina,  sino  una  venerable  figura  humana 
o  un  ángel  en  forma  corporal.  !¡  El  templo  :  aunque  piensan  algunos  que  se  trata 
del  santuario  del  cielo,  es  más  probable  que  hable  el  profeta  del  templo  de  Jerusalén 
2  Serafines  :  uno  de  los  coros  angélicos.  Este  lugar  es  el  único  de  la  Sagrada  Es 
citura  en  que  se  habla  de  ellos. 

8  Piedra  ardiendo  :  o  un  ascua.  Usaban  de  ellas  para  quemar  la  sangre  del  sa- 
crificio. 

7  Desaparecerá  tu  iniüüidah  :  no  por  efecto  del  fuego,  que  purifica,  sino  a  causa 
del  altar  de  los  sacrificios  de  donde  se  ha  tomado,  símbolo  de  la  muerte  de  Jesu- 
cristo. 

8  ¿Quién  nos  oirá?  :  nueva  insinuación  del  misterio  de  la  Santísima  Trinidad  y  de 
las  Personas  divinas. 

10  Embota  :  lit.,  'cubrir  de  grasa'.  ||  Ni  vuelva  a  haber  curación  para  el:  o,  como 
otros  prefieren,  ni  se  convierta  y  sea  curado. 

u  Asoladas  las  ciudades  :  la  devastación  de  la  nación  es  condición  previa  para  que 
cese  el  divino  castigo. 

"  De  su  tocón  :  así  es  cómo  después  de  tan  terribles  amenaza?-  baoe  el  profeta  que 
brille  en  el  horizonte  un  rayo  de  esperanza.  Viene  a  decir  Isaías  que  los  israelita- 
cautivos  volverán  a  su  país  por    •  su  tronco  es  tronco  de  santidad 


—  I2Q.S  — 


ISAÍAS 


7  2-14 


Entrevista  de  Isaías  y  Ajaz:   profecía  contra   Siria  y 
Efraím.  Emmanuel  y  su  madre  virginal.  Devastación  de 
Judá  por  los  asirios 


n   1  Y  sucedió  en  los  días  de  Ajaz, 
*    hijo  de  Jotam,  hijo  de  Ozías,  rey 
de  Judá,  que  Resín,  rey  de  Aram, 


Ballesta  de  la  Galilea  septentrional 


con  Péqaj,  hijo  de  Remalyahu,  rey 
de  Israel,  subió  a  Jerusalén  para  ex- 
pugnarla; mas  no  pudieron'  lograr- 
lo. x  Y  fuéle  anunciado  a  la  casa  de 
David  lo  siguiente :  «Aram  ha  acam- 
pado b  contra  Efraím.»  Entonces  se 
estremeció  su  corazón  y  el  corazón 
de  su  pueblo,  cual  se  estremecen  los 
árboles  del  bosque  con  el  viento. 
3  Dijo,  pues,  Yahveh  a  Isaías  :  «Sal 
al  encuentro  de  Ajaz,  tú  y  Sear-Ya- 
sub,  tu  hijo,  al  extremo  del  canal  de 
la  alberca  de  arriba,  junto  a  la  cal- 
zada del  campo  del  Batanero,  4  y  di- 
le  :  «Guárdate  y  estáte  tranquilo,  no 
temas  ni  desmaye  tu  corazón  por  es- 
tos dos  tizones  humeantes,  por  el 
ardor  de  la  cólera  de  Resín  y  de 
Aram  y  del  hijo  de  Remalyahu,  5  de- 
bido a  que  Aram  haya  tomado  con- 
tra ti  maligna  decisión,  c  Efraím  y 
el  hijo  de  Remalyahu  °,  diciendo  : 
0  «Subamos  contra  Judá  y  sitiémos- 
la d  y  conquistémosla  para  nosotros, 
nombrando  rey  en  ella  al  hijo  de 
Tabeal.» 


'Así  dice  el  señor  Yahveh  :  |  «¡Esto  no  se  cumplirá  ni  ocurrirá! 
B  Pues  cabeza  de  Aram  es  Damasco,  |  y  cabeza  de  Damasco,  Resin, 
y  tan  sólo  dentro  de  sesenta  y  cinco  años  | 

será  destruido  Efraím,  dejando  de  ser  pueblo. 
0  Y  cabeza  de  Efraím  es  Samaría,  | 

y  cabeza  de  Samaría  el  hijo  de  Remalyahu  ; 
mas  si  no  creéis,  |  ciertamente  no  subsistiréis.» 


10  Y  siguió  Yahveh  hablando  a 
Ajaz  en  estos  términos :  11  «Pide  pa- 
ra ti  una  señal  de  Yahveh,  tu  Dios, 
bien  sea  de  lo  profundo  del  seol  8  o 
de  arriba,  en  lo  alto.»  12  Mas  Ajaz  re- 
plicó :  «No  he  de  pedir  ni  tentar  a 


Yahveh.»  13  Entonces  dijo  [Isaías]  : 
«Escuchad,  pues,  casa  de  David  ;  ¿  os 
parece  a  vosotros  demasiado  poco 
cansar  a  los  hombres  para  que  ha- 
váis  también  de  cansar  a  mi  Dios  ? 
14  Pues  bien,  el  Señor  mismo  os  da- 


7 3  Sear-Yasub  :  el  significado  de  este  nombre  propio  es  'un  resto  vo'verá'  o  'se 
convertirá',  estando  asi  plenamente  dentro  del  ambiente  profetice 
4  Tizones  humeantes  :  los  llama  Dios  así  porque  están  a  lo  último  r  ;  su  poder 
y  no  podrán  en  adelante  hacer  daño. 

12  Ni  tentar  :  esconde  Ajaz  hipócritamente  su  incredulidad  alegando  1a  prescrip- 
ción del  Deuteronomio  (6,  16)  que  prohibía  tentar  a  Dios,  como  si  fuese  tentarle  acep- 
tar uu  ofrecimiento  de  Dios. 

u  La  virgen  :  o  una  virgen,  en  todo  caso,  como  dice  Joüon,  determinada  para  el 
profeta.  Esa  virgen  es  la  Madre  de  Jesús,  secún  formal  atestación  de  San  Ma- 
teo (i,  22-23).  ||  Emmanuel:  e.  d.,  Dios  con  nosotros;  designa  claramente  el  Mesías. 


—  I2o6  — 


ISAÍAS 


7  17-8  5 


rá  una  señal  :  He  aquí  que  la  virgen 
concebirá  y  parirá  un  hijo,  a  quien 
ella  denominará  coji  el  nombre  de 
Emmanuel.  15  Leche  cuajada  y  miel 
comerá  hasta  que  1  sepa  rechazar  lo 
malo  y  elegir  lo  bueno.  49  Pues  an- 
tes de  que  el  niño  sepa  rechazar 
el  mal  y  escoger  el  bien  será  aban- 


donado el  país,  ante  cuyos  dos  reyes 
sientes  tú  temor.  "  Yahveh  hará  ve- 
nir sobre  ti  y  sobre  tu  pueblo  y  so- 
bre la  casa  de  tu  padre  días  ta'es 
cual  nunca  vinieron  desde  los  días 
en  que  Efraím  se  separó  de  Judá,  [a 
saber]  el  rey  de  Asiria. 


"  Y  acaecerá  aquel  día  I  que  silbará  Yahveh  al  tábano 

que  está  en  el  confín  de  los  Ni  los  de  Egipto, 

y  a  la  abeja  que  [mora]  en  la  tienda  de  Asiria, 

18  y  vendrán  y  se  posarán  todos  ellos  |  en  las  hoces  de  los  valles  | 

y  en  las  hendiduras  de  las  rocas, 
y  en  todos  los  matorrales  |  y  en  todos  los  abrevaderos. 
51  Aquel  día  rasurará  el  Señor  con  naivaja  alquilada  del 
otro  laclo  del  río,  a  saber,  por  medio  del  rey  de  Asiria, 
la  cabeza  y  el  pelo  de  los  pies  |  y  hasta  la  barba  arrancará. 
a  Y  sucederá  aquel  día  | 

que  cada  uno  criará  no  más  que  una  ternera  y  dos  reses  menores, 
2"  y  ocurrirá  que,  a  causa  de  la  abundancia  de  leche  que  darán,  j 

se  comerá  cuajada. 
Pues  leche  cuajada  y  miel  comerán  |  cuantos  queden  en  el  país, 
f  Y  acontecerá  aquel  día  que 

en  todo  lugar  donde  haya  mil  cepas  por  valor  de  mil  siclos  de  plata 
se  trocarán  en  abrojos  y  zarzas. 

n  Con  flechas  y  arcoj  habrán  de  entrar  allá,  |  pues  abrojos  y  zarzas  | 

será  todo  el  país.* 
"  Y  en  ninguno  de  los  montes  |  que  hoy  son  cavados  con  el  azadón 
se  entrará  |  por  temor  a  los  abrojos  y  las  zarzas, 
sino  que  servirán  de  dehesa  boyal 
y  de  sitio  hollado  por  el  ganado  menor. 


Ruina  de  Siria  y  Samaría.  Castigo  de  Judá  por  la  invasión 
asiria.  Emmanuel  salvador.  El  temor  a  Yahveh.  Contra 
la  nigromancía 


«Ponle  por  nombre  Majer-salal-jas- 
baz  ;  4  pues  antes  de  que  el  mucha- 
cho sepa  exclamar  :  Padre  y  madre, 
se  quitará  la  riqueza  de  Damasco  y 
el  botín  de  Samaría  delante  del  rey 
de  Asiria.» 

5  Y  Yahveh  siguió  hablándome  aún 
v  diciendo  : 


eja  de  que 


se  habla  son 


O   1  Y  me  dijo  Yahveh  :  «Cógete  una 

°  tabla  grande  y  escribe  en  ella  con 
estilo  de  hombre  :  «A  Majer-salal-jas- 
baz,  2  y  pon3me  por  testigos  fidedig- 
nos a  Urías,  el  sacerdote,  y  a  Za- 
carías, hijo  de  Yeberekyahu.»  3  Y  me 
llegué  a  la  profetisa,  y  ella  concibió 
y  parió  un  hijo.  E  indicóme  Yahveh  : 

">Los  Xilüs:  o  brazos  del  Nilo.  El  ta 
los  egipcios  y  asidos. 

19  Las  hoces  de  los  valles  :  lit.,  los  yall 
!0  Navaja  alquilada  :  sarcástica  alusión 
fuerzas  a  los  reyes  asirios.  ||  Del  río:  e. 
I>or  «de  las  vergüenzas». 

o  1  Con  estilo  de  hombre  :  e.  d.,  con  «escritura  humana»  ;  en  contraposición  a  escri- 
O  tura  divina,  según  unos.  Según  otros,  entiéndase  escritura  alfabética,  no  cuneifor- 
me. Parece  lo  más  acertado  interpretar  esta  «escritura  humana»  como  la  corriente 
entré  el  pueblo  y  por  él  comprensible,  contrapuesta  a  la  escritura  sagrada  de  los 
sacerdotes,  de  caligrafía  más  arcaica  y  complicada.  ||  Majer-salal-jas-baz  :  e.  d.,  «pron- 
to saqueo,  rápido  botín». 

'  La  profetisa  :  es  la  mujer  de  Isaías. 


de  los  escarpados  (o  barrancos), 
la  bajeza  con  que  Ajaz  había  alquilado 
del  Eufrates.  ||  De  los  pies:  eufemismo 


—  1297  — 


8<5-i» 


ISAÍAS 


8  6-20 


'  «l'or  cuanto  e.-.le  pueblo  ha  despreciado  la>  aguas  de  Siloé,  que  corren 
mansamente, 

y  se  ha  derretido  por  b  la  altanería  de  Resíu  |  y  del  hjjo  de  Remalyahu  ; 
por  eso  precisamente,  el  Señor  |  hará  subir  sobre  ellos  |  las  aguas  del  río 
impetuosas  y  fuertes  : 
al  rey  de  Asiría  |  con  toda  su  potencia. 

Y  subirá  por  encima  de  todos  los  cauces  de  sus  ríos  I 
y  se  desbordará  por  todas  sus  márgenes  ; 

■  e  irrumpirá  en  Judá,  |  la  inundará  y  sumergirá 
hasta  que  llegue  al  cuello. 

V  sucederá  que  la  envergadura  de  sus  alas  | 

[alcanzará]  la  plenitud  de  la  anchura  de  su  tierra,  |  oh  Eninianuel  !» 
"  ¡  Exterminad,  pueblos,  y  sed  quebrantados,  | 

y  prestad  oído,  lejanías  todas  de  la  tierra ! 
i  Ceñios,  y  sed  quebrantados,  |  ceñios  y  sed  quebrantados  ! 
|  Tomad  un  consejo  y  será  deshecho,  |   dad  una  orden  y  no  subsistirá,  | 

pues  «Dios  está  con  nosotros»  ( Immanu-El) ! 
"  Porque  así  me  ha  dicho  Yahveh,  exhortándome,  cuando  m<-  amonestó 
que  marchase  por  el  camino  de  este  pueblo,  diciendo  : 
12  ¡  No  llaméis  conjuración  a  todo  lo  que  este  pueblo  denomina  conjura, 
ni  tengáis  su  mismo  temor  ni  os  asustéis. 
"  Sino  a  Yahveh-Sebaot  considerad  santo,  | 

v  El  sea  vuestro  temor  y  vuestro  miedo  I 
"  Y  servirá  de  santidad  °,  I  mas  de  piedra  de  tropiezo  ¡  y  roca  de  traspiés 
para  ambas  casas  de  Israel,  |  de  lazo  y  trampa  | 

para  los  moradores  de  Jerusalén. 
11  Eu  efecto,  muchos  tropezarán  en  ellas,  |  caerán,  se' destrozarán,  | 

se  enredarán  y  serán  apresados. 
"  [Voy  a]  atar  el  testimonio  [de  Yahveh],  | 

a  sellar  la  ley  por  medio  de  mis  discípulos, 
"  y  aguardaré  a  Yahveh,  |  quien  oculta  6U  rostro  | 

a  la  casa  de  Jacob,  |  y  esperaré  en  El. 


a  Heme  aquí  a  mí  y  a  los  hijos 
que  Yahveh  me  ha  dado  como  seña- 
les y  signos  en  Israel,  de  parte  de 
Yahveh-Sebaot,  que  habita  en  el 
monte  Sión.  19  Y  cuando  os  digan  : 
«Consultad  a  los  espíritus  de  los 
muertos  y  a  los  espíritus  de  adivina- 


ción que  musitan  y  susurran — pue* 
ciertamente  todo  pueblo  pregunta  a 
sus  manes,  y  a  los  muertos  [consul- 
ta] por  los  vivos — [responderéis]  : 
10  ¡  [Creemos  en]  la  ley  y  el  testimo- 
nio I»  Si  no  hablan  en  este  sentido, 
serán  [como]  quien  no  tiene  aurora. 


0  Esie  pueblo  :  parece  señalar  al  de  Israel  e  indirectamente  al  de  Judá,  reo  de 
igual  crimen. 

'Las  aguas  del  río:  Eufrates.  ||  Su  potencia:  e.  d.,  su  poderoso  ejército. 
s  ¡Oh  EmmanuelI  :  clama  al  Redentor  futuro,  a  quien  consideia  >u  como  dueño 
ile  la  tierra. 

0  Exterminad  :  V  «congregaos»;  otros,  «enfureceos,  sed  dañinos  ..!.  Exterminad, 
haced  todo  el  mal  que  queráis  a  Judá,  |oh  naciones  enemigas  de  Dios!,  que  al  fin 
seréis  quebrantadas  y  vencidas  ;  sépanlo  bien  las  regiones  más  apartadas  de  la  tie- 
rra, todos  los  de  alejadas  tierras. 

11  Exhortándome  :  otros  siguen  la  versión  lit.  :  «al  hacerse  poderosa  la  mano», 
e.  d.,  cuando  el  profeta  se  sentía  fuertemente  sostenido  e  influido  por  Dios,  alusión 
quizá  a  un  éxtasis  profético. 

14  Piedra  de  tropiezo  :  San  Pedro  y  San  Pablo  aplican  estas  palabras  a  Jesu-Cristo, 
porque,  al  no  creer  en  El  los  judíos,  se  convirtió  para  ellos  eu  causa  de  reprobación. 

16  Voy  a  atar  :  cuando  lo  que  escribían  en  las  tablillas  querían  los  hebreos  que 
estuviera  secreto,  las  ataban  y  sellaban. 

Que  musitan  y  susurran  :  e.  d.,  los  que  bisbisean  y  susurran  son  los  conjura- 
dores de  tales  espíritus,  por  medio  de  los  cuales  se  manifiestan. 

M  La  interpretación  de  este  v.  es  dudosa.  Otros  prefieren  considerar  «  |Por  la  ley 
v  el  testimonio!»  como  una  *>s-<»Umaeiou  del  poeta  ||  No  tiene  aurora:  e  d.,  espe- 
ranza. 


2o8 


ISAÍAS 


"  Y  se  pasará  por  ella  d,  |  apesadumbrado  y  hambriento,  | 

y  por  padecerse  hambre  se  estará  furioso 
v  se  maldecirá  a  su  rey  v  a  su  Dios,  | 

y  se  volverá  [el  ros'tro]  hacia  arriba,  |  55  y  se  contemplará  !a  tierra, 
v  ve  ahí  terror  y  oscuridad,  |  tinieblas  y  aflicción  ;  | 

pero  la  tiniebla  será  rechazada  ; 
pues  no  tendrá  oscuridad  [eterna  el  país  que  ahora]  está  angustiado 


Liberación.  Nacimiento  y  reino  de!  Mesías.  Vaticinio 
contra  Israel 

q   '..3  En  el  tiempo  primero  [Yahveh]  causó  la  ignominia  del  país  de 
Zabulón  y  del  país  de  Neftalí,  mas  en  el  último  honrará  el  camino 
del  mar,  la  tierra  [de]  allende  el  Jordán,  Guelil  ha-Goyim. 
t  El  pueblo  que  caminaba  en  las  tiniebla-  |  vió  una  gran  lnz  ; 
una  luz  ha  resplandecido  sobre  | 

los  que  habitaban  en_  la  tierra  de  sombras  de  muerte. 
\  Has  acrecentado  el  júbilo  a,  |  has  hecho  grande  el  alborozo  ; 
alégranse  por  ti  |  como  con  la  alegría  del  tiempo  de  la  siega, 
como  se  alborozan  |  al  repartir  el  botín, 
'i  Pues  su  pesado  yugo,  |  el  palo  de  su  espalda 
v  la  vara  de  su  preboste  |  has  quebiado  como  en  el  día  de  Madiár. 
Porque  toda  bota  militar  que  taconea  con  estrépito  | 

y  todo  manto  manchado  b  de  sangre 
serán  quemados,  |  pasto  del  fuego. 

Pues  un  niño  nos  ha  nacido,  |  un  hijo  se  nos  ha  dado, 
sobre  cuyo  hombro  está  el  principado  |  y  cuyo  nombre  se  llamará  : 
Consejero  maravilloso,  [  Dios  fuerte,  |  Padre  eterno,  Principe  de  la  pn; 
\  Para  acrecentamiento  del  principado  y  para  una  paz  sin  fin,  I 

[se  sentará]  sobre  el  trono  de  David  y  sobre  su  reino, 
a  fin  de  sostenerlo  y  apoyarlo  |  por  el  derecho  y  la  justicia, 
desde  ahora  hasta  la  eternidad.  |  El  celo  de  Yahveh  obrará  esto. 
"-  [Tria  palabra  [de  castigo]  ha  enviado  el  Señor  contra  Jacob  | 

y  ha  caído  en  Israel  ; 


21  Por  ella  :  por  tierra  de  JudA. 

3  Pues  no  tendrá...:  otros  prefieren  1 i  acaso  no  puede  tener  oscuridad  el  que...?», 
y  sería  glosa  ;  otros  siguen  T,  etc.  Todas  las  interpretaciones  son  discutibles,  y  lo  es 
la  que  aceptamos. 

Q  'jj  Todo  este  v.  difiere  profundamente  en  G.  ||  En  el  tiempo  primero:  o  sea  cuando 
empezó  la  deportación  a  Babilonia,  reinando  Tiglatpiléser  III  de  Asiria.  ||  É)  CAMl 
no  del  mar  :  identifícasele  con  la  vía  maris  de  los  croatas,  que  comunicaba  a  Egipto 
con  Damasco  y  el  valle  de  Orontes.  ||  Guelil  ha-Govim,  o  distrito  de  ios  gentiles  :  to 
mámoslo  como  nombre  propio  con  Hempel  y  otros.  En  el  A.  T.  indica  la  parte  sep- 
tentrional extrema  de  la  Galilea  superior,  y  llamósela  ide  los  gentiles»  por  el  fuerte 
contingente  extranjero  con  que  contaba  su  población.  San  Mateo  (4,  13  ss.)  aplicó 
ote  y.  a  la  aparición  de  Jesu-Cristo  en  Galilea  cuando  inició  la  predicación  de  la 
«buena  nueva  del  reinoi. 

*  El  pueblo  que  caminaba  :  esta  profecía  se  cumplió  en  tiempo  de  Jesu-Cristo  y  en 
persona,  puesto  que  El  llevó  a  estas  regiones  la  luz  del  Evangelio  y  allí  empezó 
1  predicar. 

\  El  día  de  Madián  :  e.  d.,  cuando  Gedeón  derrotó  a  los  madianitas  y  libró  de  su 
vugó  a  su  propio  pueblo  (Jue.  7,  1  y  ss.). 

■„  Pues  un  niño  :  el  nacimiento  del  Mesías,  que  aquí  se  anuncia,  es  nueva  prenda 
de  la  derrota  de  los  enemigos,  puesto  que  la  audacia  de  éstos  no  puede  prevalecer 
contra  un  pueblo  a  quien  es  dado  el  Mesías  para  establecer  su  reino  perdurable. 

Para  acrecentamiento  dei  principado  :  otros  corrigen  H  :  y  será  grande  el  prin- 
cipado, o  como  V  :  tmultiplicabitur  ejus  imperiumi,  s>'  multiplicaba  su  mando 


—  uqq  — 


9  9-10  * 


ISAÍAS 


9  9-10  4 


'a  conocióla  el  pueblo  entero,  I  Efraím  y  los  habitantes  de  Samaría, 

[mas  dijeron  c]  en  su  soberbia  |  y  en  el  orgullo  de  su  corazón  de  esta  manera  : 

*\  «¡Si  caen  los  ladrillos,  construiremos  con  piedra  labrada  ;  | 

si  son  talados  los  sicómoros,  los  sustituiremos  por  cedros!» 
"10  Mas  Yahveh  hizo  prevalecer  a  su  adversario  d  contra  él  | 

y  a  sus  enemigos  incitó  : 
"„  Áram  a  levante  y  los  filisteos  a  poniente,  | 

y  devoraron  a  Israel  a  boca  llena. 
Con  todo  esto  no  se  ha  aplacado  su  cólera  |  y  aun  está  extendida  su  mono, 
"u  Ahora  bien,  el  pueblo  no  se  ha  vuelto  hacia  aquel  que  le  bate  | 

ni  han  buscado  a  Yahveh-Sebaot. 
H„  Por  tanto,  Yahveh  cortará  de  Israel  cabeza  y  cola, 
palmera  y  junco  en  un  solo  día. 
u  A  saber,  el  anciano  y  el  noble  constituyen  la  cabeza,  ¡ 

y  el  profeta  que  enseña  mentira,  >a  cola. 

Y  Cos  rectores  de  este  pueblo  son  [sus]  extraviadores, 
y  los  gobernados,  los  extraviados. 

ITM  Por  eso  el  Señor  no  se  compadecerá  e  de  sus  jóvenes  ¡ 

ni  de  sus  huérfanos  y  viudas  se  apiadará  ; 
porque  cada  uno  de  ellos  es  impío  y  malvado,  |  y  toda  boca  habla  locura. 
Con  todo  esto  no  se  ha  aplacado  su  cólera  |  y  aun  está  extendida  su  mano. 
"a  Pues  ha  ardido  la  perversidad  como  fuego,  | 

que  devora  cardos  y  abrojos, 
y  prende  la  espesura  del  bosque,  | 

ascendiendo  en  altos  remolinos  de  humo. 
191S  Con  el  furor  de  Yahveh-Sebaot  se  conturba  la  tierra,  | 

y  el  pueblo  sirve  de  pasto  al  fuego  : 
ya  nadie  se  compadece  del  otro. 
?0I8  Devórase  a  ¡la  derecha  y  se  pasa  hambre,  ] 

se  come  a  la  izquierda  y  no  se  sacian  ; 
cada  uno  devora  la  carne  de  su  prójimo  f. 

f20]  Manases  a  Efraím,  |  y  Efraím  a  Manasés,  |  y  annbos  a  dos  contra  Júdá 
21  Con  todo  esto  no  se  ha  aplacado  su  cólera 
y  aun  está  extendida  su  mano. 


Amenazas  a  las  autoridades  injustas.  Vaticinios 
contra  Asiría 

10   1  '  '^-v       a.cluel'os  <lue  decretan  leyes  inicuas 

y  de  quienes  multiplican  sus  escritos  escribiendo  vejación, 
'  para  apartar  del  juicio  a  los  débiles  | 

y  despojar  del  derecho  a  los  pobres  de  mi  pueblo  ; 
para  que  las  viudas  sean  su  presa  |  y  saquear  a  los  huérfanos  ! 
s  ¿  Ql]c  vais  a  hacer  el  día  del  exterminio  | 

y  de  la  perdición,  que  viene  desde  lejos? 
¿Hacia  quién  huiréis  buscando  socorro  |  y  dónde  dejaréis  vuestra  fortuna? 
*  Só'.o  entre  prisioneros  caerá  uno  de  rodillas  | 

y  entre  asesinados  se  derrumbarán. 


1U„  Si  caen  i.os  ladrillos  :  era  el  material  con  que  probablemente  se  construían  las 
casas. 

"„  Los  rectores:  otros,  «los  que  llaman  feliz»  (cf.  V). 

fflM  Cardos  y  abrojos  :  se  refiere  el  profeta  a  los  malvados. 

10    1  VEJACION  :  0  fatiga. 

■*-"  4  Sólo...  se  derrumbarán  :  este  pasaje,  corrupto,  puede  traducirse  así,  en  el  sen- 
tido de  que  los  tiranos  y  explotadores  perderán  su  séquito  y  compartirán  la  suerte  de 
los  presos  y  por  ellos  mismos  asesinados.  Otros  corrigen  el  texto  y  vierten  :  «Belti  se 


—  1300  — 


10  5-7 


ISAÍAS 


10  5-7 


Con  todo  esto  no  se  ha  aplacado  su  cólera 

v  aun  está  extendida  su  mano. 

1  ¡  A  y  de  Assur,  vara  de  mi  cólera, 

y  la' estaca  de  mi  furor  8  está  en  sus  manos  s. 

*  Contra  un  pueblo  impío  le  remito,  | 

y  contra  el  pueblo  objeto  de  mi  furor  le  mando, 


.Mensajero  divino  fructificante  y  el  rey  Assurnasirpal  H.  Relieve  de  alabastro 
de  Kalaj 


para  que  coja  botín  3-  haga  presa  | 

y  lo  convierta  en  cosa  hollada  como  inmunrlicia  de  las  calles. 
'  Pero  él  no  piensa  así  |  y  su  corazón  no  lo  estima  de  este  modo, 
>:no  que  en  su  corazón  encierra  intentos  de  destruir  | 

y  <ie  extirpar  no  pocas  naciones. 


derrumba,  derribado  está  Osiris»,  aduciendo  46,  1  ;  pero  esto  parece  no  encajar  en  el 
contexto.  V  une  esto  con  el  v.  anterior  y  traduce  :  «...  para  que  no  os  encorvéis  bajo 
ta  cadena  ni  caigáis  con  los  asesinos». 

•Un  pueblo  impío  :  el  israelita,  que  se  decía  el  pueblo  de  Dios  y  violaba  sus  leyes 
y  hasta  daba  a  veces  culto  a  los  ídolos. 

7  El  :  e.  d.,  Asiría,  la  cual  no  ve  que  es  un  simple  instrumento  de  Dios  y  va  más 
allá  de  lo  que  se  le  ordena,  por  lo  cual  Dios  la  destruirá. 


—  «OI  — 


10  8-22 


ISAÍAS 


10  8-22 


*  Pues  dice  : 

«jNo  son  mis  príncipes  todos  a  una  reyes?  | 

°  ¿No  son  iguales  Karkeimis  y  Kalnó, 
o  no  es  Jamat  como  Arpad,  |  o  Samaria  como  Damasco  ? 
"  Así  como  mi  mano  ha  alcanzado  |  a  los  reinos  de  los  ídolos 
y  sus  imágenes  |  eran  más  numerosas  que  das  de  Jerusalén  v  de  Samaría. 
"  ciertamente  como  hice  a  Samaria  y  sus  ídolos, 
así  haré  a  Jerusalén  y  sus  simulacros.» 


u  Y  acaecerá  que  en  cuanto  el  Señor  haya  acabado  toda  su  obra  en  el 
monte  Sión  y  en  Jerusalén,  exterminará  b  el  fruto  del  orgullo  del  monar- 
ca de  Asiría  y  su  arrogante  altanería.  "  Pues  dice  : 


Con  h  fuerza  de  mi  mano  lo  he  hecho  | 

y  con  mi  sabiduría,  pues  soy  inteligente  ; 
y  he  hecho  retroceder  0  las  fronteras  de  los  pueblos  | 

y  saqueado  sus  riquezas, 
y  derribé,  como  un  valiente  4,  a  los  habitantes. 

"  Mi  mano  alcanzó  como  [se  alcanza]  un  nido  ¡  la  rique/a  de  los  pueblos, 
v  como  se  recogen  hueros  abandonados  |  he  recogido  toda  la  tierra, 
sin  que  hubiera  quien  moviese  las  alas  |  ni  abriese  la  boca  v  piase 
"  ¿Se  va  a  vanagloriar  el  hacha  |  contra  quien  corta  con  ella  | 

o  se  enorgullecerá  la  sierra  contra  el  que  la  maneja  ? 
i  Como  si  el  palo  blandiese  a  aquel  que  0  lo  alza,  | 

como  si  el  bastón  levantara  a  quien  no  es  madera  ! 
'"  Por  eso  el  Señor  Yahveh-Sebaot  enviará  | 

la  consunción  a  sus  bien  nutridos  miembros, 
y  bajo  su  fuerte  ejército  arderá  de  cierto  '  |  como  un  incendio  de  fuego 
"  Y  la  luz  de  Tsrael  se  convertirá  en  fuego,  |  y  su  Santo  en  llama, 
que  arderá  y  devorará  sus  abrojos  |  y  sus  cardos  en  un  día. 
"  La  magnificencia  de  su  bosque  y  de  su  huerto  |  aniquilará  totalmente, 
v  será  como  el  consumirse  de  un  enfermo. 
19  Y  el  resto  de  sus  árboles  del  bosque  serán  contados  : 
nn  muchacho  podrá  apuntarlos 
"  Y  sucederá  aquel  día  que 

el  resto  de  Israel  y  los  supervivientes  de  la  casa  de  Jacob  | 

no  continuarán  apoyándose  en  quien  los  golpea, 
sino  que  se  apoyará  en  Yahveh, 
efl  Santo  de  Israel,  con  fidelidad. 

"  TTn  resto  se  convertirá,  un  resto  de  Jacob,  |  al  Dios  fuerte  : 
"  pues  aunque  fuera  tu  pueblo  Israel  |  como  la  arena  del  mar, 
;  sólo]  un  resto  se  convertirá  ; 

está  decidido  el  aniquilamiento,  desbordante  de  justicia. 


8  Mis  príncipes  :  los  que  llevo  vencidos.  Según  olrcs,  los  servidores  de  Senaque- 
rib,  tan  ricos  y  poderosos  que  parecían  reyes. 

"¿No  son  iguales...?;  enumeración  arrogante  de  las  tierras  conquistadas  por  los 
asirios. 

a  He  hecho  retroceder  LAS  fronteras  :  por  haberse  apoderado  de  los  países  ven- 
cidos. ||  Riquezas:  o  tesoros;  V  «príncipes».  |l  A  los  habitantes:  lit.,  habitantes; 
V  «in  sublimi  residentes»  ¡  otros,  «los  que  se  sientan»  [en  solio]... 

16  l  Se  va  a  vanagloriar...?  :  aquí  responde  Dios  irónicamente  al  altivo  lenguaje  de 
los  asirios.  ||  Como  si  el  palo  blandiese  :  cf.  G  :  «Preciso  es  que  alguno  levante  la 
verga  o  el  bastón.  Y  no  es  así.» 

"Sus  bien  nutridos  miembros  o  su  grosura,  e.  d.,  su  iwJeroso  ejército.  ||  Fuerte 
ejército  :  lit.,  su  gloria  ;  otros,  «en  lugar  de  su  gordura*. 

«Totalmente:  lit.,  desde  el  alma  hasta  la  carne. 

18  Aunque  fuera  :  cumplióse  esta  predicción  en  tiempo  de  Ezequias  ;  pero  San  Pa- 
los judíos  del  tiempo  de  Jesu-Cribto,  valiéndose  del  texto  de 


—  1303  — 


10  23-ll  5 


10  26-H5 


"  Pues  exterminio  firmemente  de- 
cidido llevará  a  cabo  el  Señor,  Yah- 
veh-Sebaot,  en  medio  de  toda  la  tie- 
rra. M  Por  ello,  así  dice  el  Señor, 
Yahveh-Sebaot  :  «No  temas,  pueblo 
mío,  que  habitas  en  Sión,  a  Asiría, 
aunque  te  pega  con  la  vara  y  su  bas- 
tón alza  sobre  ti  a  la  manera  de 
Egipto.  56  Pues  un  ratito  más  y  se 


acabará  mi  s  ¡ra,  y  mi  furor  [se  apli- 
cará a]  su  destrucción.»  x  Entonces 
blandirá  Yahveh-Sebaot  el  flagelo  co- 
mo el  golpe  de  Madián  en  la  roca 
de  Oreb,  y  [extenderá]  su  vara  so- 
bre el  mar  y  lo  levantará  a  la  ma- 
nera de  Egipto.  *  Y  sucederá  aquel 
día  que 


se  apartará  su  carga  de  tu  hombro 

y  su  yugo  de  tu  cuello,  y  hasta  será  quitado 

el  yugo  a  fuerza  de  grasa.  25  Viene  contra  Ayyat, 

pasa  a  Migrón,  |  en  Mikmás  deposita  su  baga'je. 

Atraviesan  el  Paso  [diciendo]  :  «¡  Gueba  es  nuestro  albergue  nocturno  !» 
Tiembla  Ramá,  |  Guibá  de  Saúl  huye. 

"  Haz  resonar  estridente  tu  voz,  hija  de  Gal-lkn,  |  escucha,  Laisa, 
respóndela  h,  Anatot !  |  51  Huye  Madmená, 

los  habitantes  de  Guebim  escapan,  |  82  Todavía  está  hoy  en  Nob, 

y  mueve  su  mano  con  amenazas  hacia  el  monte  de  la  hija  1  de  Sión, 

hacia  la  colina  de  Jerusalén. 

a  He  aquí  que  el  Señor,  Yahveh-Sebaot,  | 

descuaja  el  ramaje  con  terrible  violencia, 
y  los  altos  de  talla  son  talados,  |  y  los  elevados,  derribados  ; 
M  así  es  talada  la  espesura  del  bosque  con  el  hierro,  | 

y  el  Líbano  con  sus  cedros  cae. 


Reino  universal  y  pacífico  del  Mesías 


-i  -i   1  Ahora  bien,  saJdrá  un  brote  del  tocón  de  Jesé  | 

y  un  vástago  de  sus  raíces  brotará  a, 
■  y  reposará  sobre  él  el  espíritu  de  Yahveh, 

t-spíritu  de  sabiduría  e  inteligencia,  |  espíritu  de  consejo  y  de  fuerza, 
espíritu  de  conocimiento  y  temor  de  Yahveh. 

3  Y  hará  reposar  en  él  b  el  temor  de  Yahveh  ; 
no  0  juzgará  por  lo  que  vean  sus  ojos  | 

ni  fallará  según  lo  que  oigan  sus  oídos, 

4  sino  que  juzgará  con  justicia  a  los  pobres  I 

y  fallará  con  rectitud  para  los  humildes  de  la  tierra  ; 
ahora  bien,  golpeará  al  tirano  con  la  vara  de  su  boca  | 

y  con  el  soplo  de  sus  labios  matará  al  impío. 
6  Y  será  la  justicia  ceñidor  de  sus  Como- 
y  la  verdad  cinturón  de  sus  caderas. 


-"'Será  quiiauo...  grasa:  palabras  casi  ininteligibles,  que  suelen  corregirse  de  muy 
diverso  modo.  V  traduce  tet  coraputrescet  iugum  a  facie  olei». 

58  Viene  contra  Ayyat  :  rápida  descripción  de  la  invasión  asiría,  con  frases  cortas 
que  aspiran  a  imitar  el  galope  de  los  caballos.  Es,  en  conjunto,  profética. 

•>  El  ramaje  :  lit.,  la  corona  (del  árbol,  o  sea  sus  ramas). 

**  El  Líbano  con  sus  cedros  :  el  ejército  asirio,  por  su  número  y  fuerza. 

n1  Saldrá  un  broif  :  esto  es,  de  la  familia  de  David,  de  quien  era  Jesé  padre 
Todo  este  capitulo  está  consagrado  a  piutar  al  Mesías  y  decir  los  bienes  qu« 
I  raerá  a  la  tierra. 

■  Reposará  sobre  áL  :  «hará  reposar»  o  quizá  «inspirará»  :  recibirá  la  plenitud  del 
espirita  de  Dios,  con  todos  sus  dones,  de  modo  permanente. 

6  Ceñidor  de  sus  lomos:  como  el  ceñidor  ayuda  a  andar  con  soltura  y  elegaucia, 
«-so  mismo  harán  en  el  orden  moral  la  justicia  y  la  fidelidad  en  el  Mesfas. 


11  6-12  2 


ISAÍAS 


116-12  2 


*  Entonces  pastará  el  lobo  con  el  cordero,  | 

y  el  leopardo  con  el  cabrito  estará  tumbado  ; 
y  el  ternero  y  el  leoncillo  pacerán  J  juntos 
y  un  muchachuelo  podrá  conducirlos. 
'  Vaca  y  oso  pastarán  también  juntos 
y  sus  cachorros  estarán  tumbados  pacíficamente, 
y  el  león,  como  una  res  vacuna,  comerá  paja. 
8  Entonces  el  niño  de  pecho  jugará  junto  al  agujero  del  áspid, 
v  hacia  la  caverna  del  basilisco  |  extenderá  su  mano  el  destetado. 

Pues  no  obrarán  mal  ni  causarán  daño  |  en  toda  mi  montaña  santa  ; 
porque  llena  está  la  tierra  del  conocimiento  de  Yahveh  | 

como  las  aguas  cubren  el  mar. 
1U  Y  sucederá  aquel  día  que  | 

la  raíz  de  Jesé  se  erguirá,  como  enseña  para  los  pueblos  ; 
vendrán  a  consultarla  las  naciones,  |  y  su  morada  sera  magnífica. 
11  Y  acaecerá  en  aquel  día  que  |  el  Señor  volverá  a  alzar  e  su  mano 
para  rescatar  al  resto  de  su  pueblo  |  que  aun  quede  de  Asiria  y  Egipto, 
ile  Patrós,  de  Etiopía,  de  Elam,  |  de  Sinar,  de  Jamat  y  de  las  islas  del  mar 
1!  Tremolará  una  enseña  para  las  naciones  |  * 

y  reunirá  a  los  dispersos  de  Israel, 
y  a  los  esparcidos  de  Judá  recogerá  |  de  los  cuatro  extremos  .de  la  tierra 
"  Entonces  cesará  el  celo  de  Efraím  | 

ylos  adversarios  de  Judá  serán  extirpados. 
Efraím  ya  no  envidiará  a  Judá 
y  Judá  no  hostilizará  ya  a  Efraím  ; 

11  y  volarán  hacia  la  vertiente  de  los  filisteos,  en  dirección  al  mar  ;  | 

"  saquearán  de  consuno  a  los  orientales  ; 
Edom  y  Moab  [serán]  posesión  de  sus  manos,  | 

y  los  hijos  de  Aromón,  sus  vasallos. 
"  Y  Yahveh  secará  !  la  lengua  del  mar  de  Egipto 
y  agitará  su  mano  contra  el  río  |  con  el  ardor  de  su  soplo, 
y  le  golpeará,  dividiéndolo  en  siete  torrentes,  | 

y  lo  hará  pasar  a  pie  con  sandalias. 
"  Así  habrá  una  calzada  para  el  resto  de  su  pueblo  |  que  quede  de  Asiria, 
como  Qa  hubo  para  Israel  |  el  día  que  subió  de  la  tierra  de  Egipto. 


Himno  de  acción  de  gracias  a  Yahveh  salvador 


■i  o   1  Y  dirás  aquel  día  : 

Alábote,  Yahveh,  porque  te  has  enfurecido  contra  mí  | 

y  se  ha  pasado  tu  cólera  y  me  has  consolado. 
"  He  aquí  el  Dios  de  mi  salvación  ;  |  confiaré  y  no  temeré, 
pues  mi  fuerza  y  aquel  a  quien  canto  a  es  Yah,  Yahveh  b,  | 

y  ha  sido  [para  mí]  salvación. 


0  Mi  montaña  santa  :  la  de  Sión,  símbolo  de  la  universalidad  del  reino. 
10  Su  morada  será  magnífica  :  su  muerte,  dice  San  Jerónimo,  o  su  sepulcro,  según 
otros. 

"  Volverá  a  alzar  su  mano  :  la  alzó  primero  para  librarlos  de  la  tiranía  de  los  egip- 
cios y  había  de  alzarla  segunda  vez  para  librarlos  de  la  cautividad  babilónica.  ||  Que 
aun  quede  de  Asiría...  :  entiéndase  de  lps  deportados  a  Asiria,  etc. 

"Tremolará  una  enseña:  la  de  la  cruz.  ||  Para  las  naciones:  los  gentiles. 

18  Celo  de  Efraím  :  del  reino  de  Israel. 

"  La  lengua  del  mar  de  Egipto  :  e.  d.,  el  mar  Rojo  en  su  parte  superior  próxima 
a  Suez.  ||  El  río:  e.  d.,  el  Eufrates.  ||  Con  EL  ardor  de  su  soplo:  o  bien,  en  el 
ardor  de  su  espíritu,  que  prefieren  otros. 

'  V  dirás  aquel  día  :  cuando  volváis  de  Asir¡«. 


--  1304  — 


12  3-13  i» 


ISAÍAS 


12  3-13  w 


•Sacaréis  agua  con  alegría  de  las  fuentes  de  salvación, 

4  y  diréis  aquel  día  :  |  Alabad  a  Yahveh,  invocad  su  nombre  ; 

dad  a  conocer  sus  acciones  entre  los  pueblos,  | 

confesad  que  su  nombre  es  excelso. 
'  ¡  Cantad  a  Yahveh,  pues  ha  obrado  cosas  magníficas  ; 
conocido  sea  0  esto  en  toda  la  tierra  ! 
"  ¡  Exulta  y  lanza  gritos  de  jubito,  moradora  de  Sión  ;  ] 

pues  grande  es  en  medio  de  ti  el  Santo  de  Israel ! 


Vaticinio  de  la  caída  de  Babilonia 


i  o   1  Oráculo  sobre  Babilonia  que  contempló  proféiicamente  Isaías, 
hito  de  Amos. 

5  Sobre  un  monte  pelado  izad  enseña,  ¡  levantad  la  voz  hacia  ellos, 
abitad  la  mano  para  que  penetren  |  por  las  puertas  de  los  príncipes. 

3  «Yo  he  ordenado  venir  |  a  mis  santificados, 

he  llamado  también  para  [descargar]  mi  ira  a  mis  guerreros,  | 
mis  gozosos  espléndidos.» 

4  Oigo  tumulto  en  los  montes,  |  a  semejanza  de  un  pueblo  numeroso  ; 
oigo  ruido  de  guerra  de  reinos,  |  de  naciones  reunidas  : 
Yahveh-Sebaot  revista  |  al  ejército  de  guerra. 

'  Vienen  de  tierra  lejana,  |  del  confín  del  cielo  ; 

Yahveh  y  Cos  instrumentos  de  su  ira  |  para  asolar  toda  la  tierra. 

"  Ululad,  pues  el  día  de  Yahveh  está  cercano,  | 

viene  como  exterminio  del  Todopoderoso. 
'  Por  ello  todos  los  brazos  desmayan 

y  todo  corazón  humano  se  derrite,  |8y  están  consternado:... 
Apodéranse  de  ellos  espasmos  y  dolores,  | 

se  estremecen  como  una  parturienta  ; 
míranse  extrañados  unos  a  otros  ;  |  sus  rostros  son  rostros  de  llamas. 
"He  aquí  que  viene  el  día  4e  Yahveh,  implacable,  | 

con  furia  y  ardor  de  cólera, 
a  fin  de  convertir  la  tierra  en  desolación  | 

y  extirpar  de  ella  a  los  pecadores. 
10  Porque  las  estrellas  del  cielo  y  sus  constele  ciones  | 

no  hacen  brillar  su  luz  ; 
se  ha  oscurecido  el  sol  en  su  orto  |  y  la  luna  no  deja  lucir  su  luz. 


3  Sacaréis  agua  :  promesa  de  gracias  abundantes  de  salvación  por  los  méritos  dé 
Cristo. 

4  Invocad  :  o  bien,  proclamad. 

6  Moradora  de  Sión:  habitantes  de  Jerusalén,  residencia  del  rey,  símbolo  del  reinn 
espiritual  del  Mesías.  ||  El  Sanio  de  Israel:  el  conocimiento  del  Santo  de  Israel, 
dado  al  mundo  por  la  predicación  de  los  apóstoles,  es  el  que  trae  la  salvación  a  los 
pueblos. 

-|  O    -'  Izaii  enseña  :  convoca  Dios  el  ejército  que  ha  de  ejecutar  sus  designios  de 
castigo.  ||  Las  puertas  de  los  príncipes  :  las  de  Babilonia,  de  cuvas  cien  puertas 
habla  Herodoto. 

3  Mis  GOZOSOS  espléndidos:  o  bien,  mis  guerreros  que  exultan  magníficos,  los  cua- 
les han  sido  destinados  a  concluir  con  Babilonia  ;  o  sea  los  medos  y  persas. 

4  En  los  montes  Zagros,  por  donde  debían  llegar  los  persas  para  la  destrucción  del 
imperio  babilónico. 

"  Como  exterminio  o  destrucción,  o  bien  con  violencia  extraordinaria. 

7  Todos  los  brazos  desmayan  :  lit.,  todas  las  manos  se  aflojan,  e.  d.,  todos  pierden 
el  valor. 

s  Y  están  consternados...  :  créese  faltan  algunas  palabras  :  todos  los  pueblos  de  la 
tierra  o  algo  semejante.  G  añade  «los  ancianos».  ||  Rostros  de  llamas:  e.  d.,  enroje- 
cidos por  la  emoción  y  el  miedo. 

10  Las  estrellas  del  cielo  :  parecidas  señales  precederán  a  la  última  venida  de  Jesu- 
cristo gara  anatf matizar  a  los  reprobos,  figurados  aquí  por  la  impía  Babilonia. 


—  1.^05  — 


ISAÍAS 


13  11-144 


"  Y  castigaré  en  el  orbe  su  »  maldad  |  y  en  los  impíos  su  culpa 
Pondré  fin  a  la  soberbia  de  los  orgullosos,  | 

y  la  altivez  de  Jos  tiranos  humillaré. 
"  Haré  a  los  hombres  más  escasos  que  oro  fino  | 

y  al  mortal  más  que  el  oro  de  Ofir. 
1S  Por  eso  haré  temblar  los  cielos  |  y  se  conmoverá  la  tierra  en  su  sitio, 
por  la  furia  de  Yahveh-Sebaot  |  y  él  día  del  ardor  de  su  cólera. 
"  Y  ocurrirá  entonces  como  con  "una  gacela  ahuyentada  | 

y  cual  con  el  ganado  menor  que  nadie  recoge  : 
cada  uno  se  volverá  a  su  pueblo  \  y  cada  uno  huirá  a  su  país. 
"  A  todo  efl  que  sea  hallado  se  le  matará,  | 

y  todo  aquel  a  quien  se  coja  caerá  a  filo  de  espada  ; 
"  y  sus  niños  serán  despedazados  |  a  sus  propios  ojos  ; 
serán  saqueadas  sus  casas  |  y  sus  mujeres  serán  deshonradas. 
"  He  aquí  que  yo  excito  contra  ellos  |  a  los  rnedos, 
los  cuales  no  paran  mientes  en  la  plata  |  ni  se  complacen  en  el  oro 
'"  Y  las  flechas  a  [sus]  muchachos  traspasarán  b 
y  no  se  compadecerán  del  fruto  del  vientre,  | 
ni  0  a  los  niños  perdonará  su  ojo. 

"  Y  será  Babel,  la  joya  de  los  reinos,  ¡  el  soberbio  ornato  de  los  caldeo? 

-enrejante  a  la  destrucción  causada  por  Dios  |  a  Sodoma  y  Gomorra 

"  No  será  jamás  habitada  |  ni  poblada  a  lo  largo  de  las  genefaciories 

Ningún  árabe  plantará  allí  su  tienda 

ni  los  pastores  recostarán  allí  [los  rebaños]  ; 

:'  sino  que  yacerán  allí  los  animales  del  desierto,  | 

y  sus  casas  estarán  llenas  de  buhos, 
v  morarán  en  ella  los  avestruces  |  y  los  sátiros  brincarán  allí. 
Y  gritarán  d  fieras  ululantes  en  sus  c  alcázares  | 

y  chacales  en  sus  palacios  de  placer  ; 
'M  pues  está  a  punto  de  llegar  el  momento  |  y  sus  días  no  se  aplazarán 


Liberación  de  Israel  y  canto  triunfal  por  la  caída  de 
Babilonia.  Vaticinio  sobre  Aciria  y  el  país  filisteo 


i  ¿y  l'l  Porque  Yahveh  se  compade- 
cerá  de  Jacob  y  elegirá  de  nue- 
vo a  Israel  y  le  hará  reposar  en  su 
terruño  ;  el  emigrante  se  adherirá 
asimismo  a  ellos  y  se  asociará  a  la 
casa  de  Jacob.  2  Y  los  pueblos  los  co- 
cerán y  los  llevarán  a  sus  lugares, 
v  la  casa  de  Israel  se  los  apropia- 
rá como  esclavos  y  esclavas  en  la 


tierra  de  Yahveh,  de  suerte  que  cau- 
tivarán a  sus  cautivadores  y  subyu- 
garán a  sus  tiranos.  '  Y  sucederá  que 
el  día  en  que  Yahveh  te  conceda  re- 
poso de  tu  fatiga  y  tu  intranquilidad, 
así  como  de  la  dura  servidumbre  a 
que  se  te  sometió,  *  proferirás  esta 
sátira  sobre  el  rev  de  Babilonia,  v 
dirás  : 


11  Castigaré  :  Yahveh  toma  de  nuevo  la  palabra. 
'-'  Ofir  :  en  el  sudeste  de  Arabia,  según  se  eret . 

11  Como  una  gacela:  habla  del  ejército  caldeo.  ||  Cada  üno  :  de  los  pueblos  aliados 
.i  los  babilonios. 

20  No  será  jamás  habitada  :  sólo  algunos  siglos  más  tarde  se  cumplió  esta  predicción, 
\  pudo  Estrabón  decir  que  la  gran  ciudad  se  habla  convertido  en  un  gran  desierto 

a  No  se  sabe  a  ciencia  cierta  qué  animales  serían  los  de  que  habla  aquí  la  Sagrario 
Escritura.  Los  más  de  los  intérpretes  piensan  que  se  trata  de  los  chacales  y  de 
los  lobos. 

-i  A  1  El  emigrante  se  adherirá  :  se  convertirá  al  Dios  de  Israel.  Alusión  a  los  ticin 
-l-^"1   pos  mesiánicos. 

2  Los  cogerán  y  los, elevarán..  :  o  sea,  que  los  babilonios  y  otros  pueblos  paganos 
no  sólo  dejarán  partir  a  los  israelitas,  sino  que  los  conducirán,  acompañándolos,  a  su 
patria    Esta  profecía  se  cumplió  en  tiempo  de  Ciro 


-  ncé  - 


14 


ISAÍAS 


14  6-23 


j  Cómo  ha  acabado  el  tirano  |  y  se  ha  concluido  la  tiranía  l 

0  Ha  roto  Yahveh  el  palo  de  los  impíos,  |  la  vara  de  los  dominadores, 
'  que  batía  a  lo»  pueblos  con  furor,  |  golpeando  sin  cesar  ; 

que  pisoteaba  con  furia  naciones, 
hollando  sin  miramientos. 

'  Ahora  reposa  descansada  toda  la  tierra  ;  |  exultan  de  júbilo. 

1  Hasta  dos  cipreses  se  alegran  de  ti,  |  los  cedros  del  Líbano  : 
«Desde  que  yaces  muerto  [dicen]  |  no  sube  contra  nosotros  leñador  » 
■  El  scol,  abajo,  conmuévese  por  tu  causa,  |  al  topar  con  tu  llegada  , 
los  espíritus  de  los  muertos  se  agitan  por  ti,  | 

todos  los  potentados  de  la  tierra  ; 
hace  levantarse  de  sus  tronos  ]  a  todos  los  reyes  de  las  naciones 

Todos  ellos  alzan  la  voz  |  y  te  dicen  : 
«También  tú  te  has  debilitado  como  nosotros,  | 

a  nosotros  te  has  hecho  semejante. 
''  Ha  descendido  al  seol  tu  esplendor,  ¡  el  susurro  de  tus  arpas 
Bajo  ti  hace  cama  la  gusanera,  |  y  gusanos  son  tu  cobertor.» 
a  ¿  Cómo  has  caído  dal  cielo,  |  estrella  rutilante,  hijo  de  la  aurora, 
[y]  fuiste  arrojado  a  tierra,  |  tú  que  derribabas  a  las  a  naciones  ? 
"  Pues  tú  dijiste  en  tu  corazón  :  (  Al  cielo  subiré, 
por  encima  de  las  estrellas  de  Dios  |  elevaré  mi  trono, 
y  me  sentaré  en  el  monte  de  la  asamblea, 
en  lo  más  recóndito  del  septentrión  ; 

14  escalaré  las  alturas  de  las  nubes,  |  me  igualaré  al  Altísimo. 

l~*  Por  el  contrario,  al  scol  has  sido  precipitado,  |  al  hondón  de  la  fosa. 

"  Los  que  te  ven  unirán,  |  contémplame  atentamente  [pensando]  ; 

¿  Es  éste  el  hombre  que  hacía  temblar  la  tierra,  |  que  conmovía  los  reinos  ; 

17  el  que  dejó  el  orbe  como  un  desierto  |  y  destruyó  sus  ciudades  ; 

el  que  a  sus  prisioneros  no  abría  la  prisión?  b  | 

16  Todos  los  reyes  de  las  naciones, 
todos  ellos  reposan  con  honor,  |  cada  uno  en  su  morada  ; 
"  pero  tú  eres  lanzado  lejos  de  tu  sepulcro,  |  como  un  brote  despreciable, 
rodeado  de  asesinados,  de  atravesados  por  la  espada,  | 

como  un  cadáver  pisoteado. 
[Con]  0  Jos  que  bajan  a  tumbas  de  piedra  •', 
-'"con  ellos  no  te  reunirás  en  la  sepultura, 
pues  asolaste  tu  tierra  |  y  a  tu  pueblo  asesinaste. 
No  ha  de  nombrarse  nunca  jamás  I  la  semilla  de  los  impíos. 
P"  Preparad  para  sus  hijos  un  matadero  |  por  la  iniquidad  de  sus  padres  ; 
no  se  levanten  y  se  adueñen  de  la  tierra] 

ni  llenen  de  ciudades  la  faz  del  orbe. 


~  Pues  me  alzaré  contra  ellos,  de 
clara  Yahveh-Sebaot,  y  extirparé  de 
Babilonia  nombre,  resto,  retoño  y 
vástago,  declara  Yahveh.  28  Y  la  con- 


vertiré en  posesión  de  los  erizos  y 
en  pantanos  de  agua  y  la  barreré  con 
la  escoba  de  la  destrucción,  afirma 
Yahveh-Sebaot. 


a  Estrella  rutilante,  hijo  de  la  aurora  :  e.  d.„  Venus.  V  «Lucifer  qui  inane 
oriebaris»,  de  donde  nació  el  dar  ese  nombre  al  demonio,  pues  algunos  Santos  Padres 
aplicaron  el  pasaje  a  la  caída  del  ángel  rebelde. 

18  Monte  de  la  asamblea:  e.  d.,  la  morada  de  los  dioses  u  Olimpo  de  la  mitología 
babilónica,  que  este  pueblo  situaba  sobre  la  montaña  Aralu,  en  el  extremo  septentrio- 
nal (cf.  Sal.  "a,  t  ;  Ez.  28,  14-16). 

"Me  igualaré  al  Altísimo:  los  reyes  de  Babilonia,  Asiría  y  otras  naciones" se 
creían  encarnaciones  de  la  divinidad. 

18  De  tu  sepulcro:  Kit  1.  sin  sepultura.  ||  Como  brote:  hebr.  kenéser  'renuevo'; 
otros,  «rama»  ;  GAHi  1.  ncscl  «sanies  polluta,  carne  podrida...»  ;  otios  1.  «abortó» 
(cf.  SymT)  ;  Kit  anota  que  H  «siguificat  nomen  N-b-k-d-n-s-r.  ||  A  tumbas  de  pie- 
dra :  o  también  (más  lit.)  «a  (las)  piedras  de  (la)  fosa». 

21  Preparad  tara  sus  hijos  :  profecía  que  se  cumplió  al  pie  de  la  letra,  pues  Balta- 
sar fué  el  último  rey  caldeo.  ||  Ciudades:  otros  corrigen  H  y  Icen  «ruinas. 

M  De  ios  frizos  :  comunes  en  la  desembocadura  del  Eufrates 


14  24-15  5 


ISAÍAS 


14  2±-15  5 


w  Yahveh-Sebaot  ha  jurado  en  estos  términos  : 
En  verdad,  como  lo  he  imaginado  así  sucederá,  \ 

y  como  lo  he  decidido  así  se  se  cumplirá  : 
m  destrozar  a  Asiría  en  mi  tierra  |  y  que  sobre  mis  montaña*  la  pisotee. 
Así  se  apartará  de  sobre  ellos  su  yugo  | 

y  su  carga  de  sobre  su  hombro  se  apartará  también. 
50  Esta  es  la  decisión  tomada  para  toda  la  tierra  | 

y  tal  es  Ca  mano  extendida  sobre  todas  las  naciones. 
m  Cuando  Yahveh-Sebaot  toma  una  decisión,  ¿quién  puede  quebrantarla? 
Y  su  mano  exteridida,  ¿  quién  podrá  retirarla  ? 

"  En  el  año  de  la  muerte  del  rey  Ajaz  tuvo  lugar  el  siguiente  oráculo  : 

2"  No  te  alegres,  ¡oh  Filistea  toda!,  | 

porque  haya  sido  rota  la  vara  de  quien  te  golpeaba  ; 
pues  de  la  raíz  de  la  serpiente  saldrá  un  basilisco  | 

y  su  fruto  será  un  áspid  volador. 
Y  se  apacentarán  en  mi  dehesa  d  los  indigentes  | 

y  los  necesitados  se  tumbarán  en  segundad  ; 
mas  a  tu  raíz  la  haré  morir  de  hambre  f  y  a  tu  resto  mataré". 
"  Aulla,  puerta  ;  grita,  ciudad  ; 
tiembla  aterrada,  Filistea  toda  ; 
pues  desde  el  septentrión  viene  humo 
y  no  hay  quien  se  separe  de  sus  asambleas. 
i¿  Y  ¿  que  se  contestará  |  a  los  mensajeros  del  gentil  ? 
Que  Yahveh  ha  fundado  a  Sión  | 

y  en  ella  se  refugian  los  pobres  de  su  pueblo. 


Oráculo  contra  Moab 


i  r      1  Oráculo  sobre  Moab. 

¡  Ciertamente,  de  noche*  fué  asolada,  |  fué  destruida  Ar-Moab ! 

1  Ciertamente,  de  noche  fué  asolada,  |  fué  destruida  Quir  Moab  ! 

2  La  hija  de  Dibón  ha  subido  b  |  a  las  alturas  para  llorar 
sobre  Nebó,  y  sobre  Medebá  |  ulula  Moab. 

En  todas  sus  cabezas  hay  calva  |  y  toda  barba  está  pelada. 

3  En  sus  calles  se  ciñen  de  saco,  |  sobre  sus  terrados 

y  en  sus  plazas  todos  dan  alaridos,  |  dando  rienda  suelta  al  llanto. 

5  También  gritan  Jesbón  y  Elalé  :  |  hasta  Yahas  se  oye  su  voz. 

Por  eso  chillan  los  soldados  0  de  Moab  ;  |  su  ánimo  se  les  acobarda. 

6  Mi  corazón  clama  por  Moab.;  ! 

sus  fugitivos  llegan  hasta  Sóar,  la  tercera  Eglat. 


"En  mi  tierra  :  en  Palestina. 

20  DE  la  serpiente:  según  la  generalidad  de  los  comentadores,  esa  serpiente  es 
Ajaz,  y  ese  basilisco,  Ezequías. 

«A  i!  resto  :  los  filisteos,  atacados  por  los  asirios  y  por  Alejandro  hasta  desapa- 
recer su  nombre. 

31  Puerta...  ciudad  :  los  magistrados  que  se  sentaban  a  la  puerta  de  la  ciudad  y  el 
pueblo.  ||  De  sus  asambleas  :  otros  corrigen  H  y  traducen  ade  sus  columnas»,  «de 
sus  filas». 

32  A  los  mensajeros  fenicios  enviados  a  Jerusalén  para  concertar  una  alianza  de- 
fensiva. 

-J  pr  8  Mí  corazón  clama:  da  lástima;  y  eso  mismo  hacen  los  ministros  del  Señor 
cuando  anuncian  a  los  pecadores  la  cólera  divina,  afligiéndose  y  no  alegrándo- 
se. |l  La  tercera  Eglat  :  o  bien,  Eglat  la  triple  (o  sea  tres  localidades  de  ese  nombre  i  ; 
trátase,  al  parecer,  de  una  determinación  toponímica  ;  pero,  por  lo  general,  se  supri- 
me, considerándolo  glosa  tomada  de  Jer.  .j8,  ^.  Cf.  V.  :  avitulam  contemantem»,  be- 
cerra de  tres  años... 


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15  ^16  a 


ISAÍAS 


15  6-16  :i 


Ciertamente,  por  la  cuesta  de  Lujit  |  se  asciende  con  llanto  ; 

en  verdad,  por  el  camino  de  Joronáyim  |  lanzan  d  gritos  de  perdición. 

"  Ciertamente,  las  aguas  de  Ximrim  |  se  trocarán  en  yermo  ; 

en  efecto,  se  secará  la  hierba,  1  se  consumirá  el  verde  tierno  | 

v  no  habrá  verdor. 
1  Por  esc  lo  ahorrado  que  reunieron  6  |  y  lo  atesorado, 
llévenlo  al  otro  lado  del  torrente  de  los  álamos. 
1  Pues  el  clamor  da  la  vuelta  |  al  territorio  de  Moab  : 
hasta  Egláyim  llega  su  lamento  |  y  hasta  Beer-Elim  su  lamentación. 
'  Porque  las  aguas  de  Dimón  están  llenas  de  sangre, 
en  verdad  aun  pondré  más  [desgracia]  sobre  Dimón  : 
.i  los  que  escapen  de  Moab  [les  echaré]  un  león  | 

y  también  a  los  restos  de  la  tierra. 


S'avío  asuio 


Prosigue  el  vaticinio  contra  Moab 


T  f.   1  Enviad  corderos  |  [al]  soberano  del  país, 

de  Sela  al  desierto  [hacia  la  montaña  de  la  hija  de  Sión. 
3  Y  ocurrirá  que  como  pájaro  volador,  |  como  nidada  espantada, 
serán  las  hijas  de  Moab  |  en  los  vados  del  Arnón. 
1  ¡Ofrece  a  un  consejo,  |  toma  *  una  resolución! 
¡  Haz  a  tu  sombra  como  la  noche  i  en  pleno  mediodía, 
esconde  a  los  fugitivos  |  y  no  descubras  al  que  huye  ! 


;  Torrente  de  los  álamos  :  otros,  «sauces»  ;  parece  tratarse  del  Sared  (Núrn.  2i,  L2), 
frontera  meridional  de  Moab,  el  actual  Wadi-el-Jesa,  que  desemboca  en  el  mar  Muerto. 

•  Les  eciiaré  un  león  :  ese  león  es  Xabueodonosor,  enviado  contra  Moab  después  de 
Salmanasar.  Según  otros,  San  Jerónimo  entre  ellos,  se  trata  de  verdaderos  leones  que 
devastaban  aquella  tierra.  ||  De  la  tierra:  o  país;  G  traduce  «de  Adamá«  ;  también 
prp.  de  «Edom». 

"í  ft  1  Enviad  CORDEROS...  :  es  una  invitación  (ajena  o  propia)  a  que  los  fugitivos  de 
Moab,  pasada  la  frontera  de  su  país,  se  ganen  el  favor  del  soberano  del  territa- 
rio,  enviándole  el  tributo  que  otrora  pagaban  al  rey  de  Israel  (cf.  2  Re.  3,  4).  V  y  otros 
vierten  :  «Envía,  Señor,  el  cordero  al  dominador  de  la  tierra...»  G  difiere  bastante  : 
Enviaré  como  serpiente  sobre  la  tierra.  La  montaña  de  Sión,  mi  hija,  ¿  no  es  una 
roca  desierta  ? 

*  Oerece  un  consejo  :  la  interpretación  que  parece  más  conforme  al  texto  mira  éste 
como  lenguaje  dirigido  a  Judá  por  los  moabitas  ;  como  si  dijesen  :  Aconsejadnos  en 
nuestra  desgracia  y  tratadnos  con  justicia. 


—  1309  — 


ISAÍAS 


'  Hospédense  iu  ti  |  los  fugados  de  b  Moab, 
sé  i-:ira  ellos  cobijo  |  ante  el  destructor, 

pues  cuando  se  haya  puesto  fin  al  opresor  e,  |  haya  terminado  la  asolación 
y  haya  exterminado  del  país  al  pisoteador, 
s  será  erigido  por  la  benevolencia  un  trono  | 

y  en  el  se  sentará,  con  fidelidad,  en  la  tienda  de  David, 
el  que  juzga  y  va  en  pos  del  derecho  |  y  está  versado  en  la  justicia. 
'  Hemos  tenido  noticia  de  la  soberbia  de  Moab,  |  orgulloso  en  extremo  ; 
su  soberbia,  su  altivez  y  su  arrogancia  ;  y  d  no  son  rectas  sus  habladurías: 
:  Por  eso  Moab  dará  alaridos  a  Moab,  |  todos  darán  alaridos  ; 
suspiraréis  °,  en  verdad,  abatidos,  ¡  por  las  tortas  de  uvas  de  Ouirjaiései 
1  Porque  las  viñas  de  Jesbón  están  marchitas,  |  la  cepa  de  Sibrñá. 
Los  señores  de  los  gentiles  |  han  quebrado  sus  mejores  racimos  ; 
¡legaron  hasta  Jazer,  |  erraron  por  el  desierto  ; 
sus  sarmientos  se  expandieron,  |  pasaron  el  mar. 
'  Por  eso  lloraré  con  el  llanto  de  Jazer  |  a  las  cepas  de  Sibmá  ; 
te  empaparé  con  mis  lágrimas,  |  Jesbón  y  Elalé, 

pues  sobre  tu  verano  y  sobre  tu  cosecha  |  caía  el  ¡hcdadl  [del  lagarero  j 
"'  Mas  ya  la  alegría  y  el  júbilo  |  se  han  retirado  del  huerto 
y  en  las  viñas  no  se  dan  gritos  de  alborozo  | 

ni f  se  lanzan  voces  de  contento  ; 
vino  en  los  lagares  no  pisa  el  lagarero,  |  ha  enmudecido  g  el  ¡hedad 
"  Por  eso  mis  entrañas  suenan  por  causa  de  Moab  como  un  arpa, 
y  mi  interior  por  Quir-Jares. 
12  Y  sucederá  que  cuando  Moab  .se  deje  ver,  | 

cuando  se  esfuerce  Moab  en  la  colina 
v  llegue  a  su  santuario  para  orar,  |  no  podrá. 

'•*  Tal  es  la  palabra  que  entonce»   despreciada    la     magnificencia  de 
pronunció  Yahveh  acerca  de  Moab    Moab  con  toda  su  turbamulta  ;  y  el 
1  Pero  ahora  ha  hablado  Yahveh  en   residuo  será  muy  poca  cosa,  no  será 
estos  términos  :  En  tres  años,  como  poderoso, 
en  los  años  de  un  jornalero,  será  | 


Oráculo  contra  Damasco.  Conversión  de  Israel 
y  aniquilamiento  asirío 


i  n       1  Oráculo  sobre  Damasco. 

*    He  aquí  que  Damasco  dejará  de  ser  ciudad  | 

y  se  convertirá  en  a  un  montón  de  ruinas,; 
•'  quedarán  abandonadas  las  ciudades  de  Aroer  ;  |  serán  para  los  ganados, 

que  se  tumbarán  allí  y  no  habrá  quien  los  espante. 
8  Además  desaparecerán  la  fortaleza  de  Efraím,  f  el  reino  de  Damasco 
y  el  residuo  de  Aram  ;  |  les  ocurrirá  como  a  la  gloria  de  los  israelitas, 
declara  Yahveh-Sebaot.  |  4  Así,  pues,  aquel  día  sucederá 


"-  Será  erigido  un  iko.no  :    habla  de  Ezequías,  y,  según  San  Jerónimo  y  otros 
radies,  del  Mesías,  a  quien  parecen  convenir  mejor  las  cosas  que  aquí  se  dicen. 
v  IHedad!  :  exclamación  de  júbilo  de  los  lagareros  israelitas. 

10  Huerto  :  V  «Carmelo». 

12  En  la  colina  :  en  la  colina  destinada  a  los  sacrificios  del  culto. 

11  Años  de  un  jornalero  :  e.  d.,  años  fatigosos  o  de  lucha,  o,  según  otros,  tres 
años  justos  y  precisos,  pues  el  mercenario  no  trabaja  más.  ||  No  serí  poderoso:  o 
bien,  será  impotente. 

-J  <7  1  El  oráculo  contenido  en  este  capítulo  no  se  dirige  sólo  a  Siria,  siuo  a  Israel, 
-*-  '     unido  a  ella  con  frecuencia. 

2  Las  ciudades  de  Aroer:  otros  (así  Kit)  modifican  e!  texto  v  traducen:  tser,in 
i  nnil  i  i  i./.i,  sus  ciudades  para  siempre»,  pero  es  dudoso 


17  W 


que  la  gloria  de  Jacob  se  consumirá  | 

y  la  grasa  de  su  carne  se  enflaquecerá. 
:  V  acontecerá  como  cuando  el  segador  b  coge  !a  mies  | 

y  su  brazo  .siega  las  espigas  ; 
será  también  como  el  que  recoge  espigas  |  en  el  valle  de  Refaím. 
'  Quedará,  pues,  en  él  solamente  un  rebusco  |  como  ai-varear  el  olivu  : 
sólo  dos  o  tres  bayas  quedan  |  en  lo  sumo  de  la  copa, 
cuatro  o  cinco  en  ¿as  ramas  del  c  frutal,  |  declara  Yahveh,  Dios  de  Israel. 


Pibujo  de  Layará  de  un  relieve  del  palacio  de  Kimrud  (época  ¡le  Téglál 
Hallazgos  egipcios  y  egeos  de  Guézrr  y  Taanaj 


'  Aquel  dia  el  hombre  volverá  la 
vista  a  su  Creador  y  sus  ojos  mira- 
rán al  Santo  de  Israel ;  8  mas  no  tor- 
nará la  vista  a  los  altares,  obra  de 
sus  manos,  ni  mirará  a  lo  hecho  por 
sus  dedos,  a  las  ascrás  ni  a  las  co- 
lumnas solares. 

Porque  olvidaste  al  Dios  de  tu  salvación  | 

y  no  te  acordaste  de  la  roca  de  tu  refugio. 
Por  ello  plantaste  huertos  encantadores  | 

y  los  sembraste  de  pies  de  cepa  extranjera  ; 
I  el  día  que  la  plantaste  la  cercaste  | 

y  en  la  mañana  de  tu  plantación  la  hiciste  dar  cierne.». 
Pero  se  te  escapó  e  la  cosecha  el  día  de  la  herida  |  v  del  dolor  incurable 


"En  aquel  día  tus  ciudades  queda- 
rán abandonadas  d,  como  Lis  abando 
nadas  de  los  jivvcos  y  amórteos  6 
que  abandonaron  ante  los  hijos  de 
Israel,  y  habrá  desolación. 


*  Un  REBUSCO  :  lo  poco  que  quedará  de  Israel,  de  donde  saldrá  el  Salvador. 

s  Aserás  :  eran,  como  vimos  reiteradamente,  troncos  de  árbol  erigidos  junto  al 
altar  como  símbolo  de  antiguo  culto  en  el  bosque  sagrado  o  de  la  diosa  Astarté.  ||  Co- 
lumnas solares  :  hebr.  jammanim,  eran  massebás  o  cipos,  estelas  o  pilares  en 
honor  del  Dios  Tiaal-jammán. 

10  Huertos  encantadores  :  tal  vez  jardines  de  bella  traza  destinados  al  culto  de 
Adonis,  de  origen  fenicio-sirio. 

"Cercaste:  otros  «hiciste  cercar..  ||  Herida:  o  enfermedad,  aflicción  (¿I,  maja 
Mfl:  V  «heredad. 


17  12-I8  « 


ISAÍAS 


17  12-18  6 


,:  ¡  Ay,  estruendo  de  muchos  pueblos  I  |  Braman  como  el  bramido  del  mar  , 
y  zumbido  de  naciones,  como  el  zumbido  ¡  de  impetuosas  aguas  zumban  ■ 
"  *  Y  le  responderá  y  huirá  lejos 

y  será  lanzado  como  el  tamo  a  los  montes  por  el  viento,  | 

y  como  ruedas  por  el  vendaval. 
"  Por  la  tarde  habrík  terror,  |  mas  antes  de  la  mañana  ya  no  está  ; 
tal  es  la  parte  [que  les  toca]  a  quienes  nos  saquean,  | 
la  suerte  de  los  que  nos  despojan. 


A  los  embajadores  de  Etiopía 


1  O   '  ¡  Ay  de  la  tierra  del  zumbido  de  alas  | 

que  está  al  ¿tro  lado  de  los  ríos  de  Kus, 

2  la  que  envía  mensajeros  por  el  mar  | 

y  en  canoas  de  juncos  sobre  las  aguas  ! 
Id,  veloces  mensajeros,  |  a  la  nación  de  elevada  talla  y  brillante  piel, 
al  pueblo  temido  |  ahora  y  desde  siempre,  | 

a  la  nación  que  patalea  y  pisotea, 
cuya  tierra  surcan  ríos. 

'  ¡  Habitantes  todos  del  orbe  |  y  moradores  de  la  tierra  : 
cuando  se  alce  la  enseña  en  los  montes,  mirad  ;  | 

cuando  se  taña  la  trompa,  escuchad  ! 
4  Pues  así  me  ha  dicho  Yahveh  :  | 

«Me  quedaré  en  calma  y  contemplaré  desde  mi  morada, 
como  calor  ardiente  al  brillar  el  sol,  | 

cual  nube  de  rocío  en  el  calor  de  la  siega.» 
"  Pues  antes  de  la  vendimia  a,  cuando  ha  pasado  la  floración 

y  la  cierna  se  convierte  en  agraz  que  va  madurando, 
corta  los  sarmientos  con  la  podadera  | 

y  quita  los  retoños,  los  arranca. 
fi  Serán  abandonados  todos  de  consuno  a  las  aves  de  rapiña 

de  las  montañas,  |  y  a  las  alimañas  de  la  tierra  ; 
y  pasarán  sobre  ello  el  verano  las  aves  de  rapiña  | 

y  todas  las  alimañas  de  la  tierra  sobre  ello  invernarán. 


12  Estruendo  de  muchos  pueblos:  tenían  los  asirios  costumbre  de  alistar  en  sus 
ejércitos  soldados  de  todos  los  pueblos  tributarios. 

13  Ruedas:  trátase  de  las  formadas  por  los  tallos  y  hojas  de  la  alcachofe  silvestre, 
eme,  así  enrollados,  son  arrastrados  y  hechos  rodar  en  Palestina  por  el  viento  en 
grandes  cantidades. 

w  Ya  no  está  :  e.  d.,  el  enemigo. 

-1  o  1  Del  zumbido  de  ai.as  :  alude  a  tos  enjambres  de  insectos  que  en  Etiopía 
J-O  abundan. 

2  El  mar  :  trátase  del  Nilo,  llamado  así  ampulosamente.  ||  QUE  patalea:  lit.,  del 
pataleo.  Trátase  de  una  expresión  muy  diversamente  interpretada.  Otros  la  vierten 
como  «fuerza  muscular»,  pero  parece  más  probable  se  trate  de  una  onomatopeya  (cían, 
qan)  referida  al  ruido  de  los  pies  de  las  tropas  etiópicas. 

3-1  La  enseña  plantada  en  los  montes  y  el  tañido  de  la  trompa  indicarán  a  los 
hombres  que  Dios  va  a  intervenir,  para  destrozar  a  los  asirios.  Pero  Yahveh  espera 
tranquilamente  hasta  que  llegue  el  momento.  La  calma  mayestática  de  la  divinidad  se 
compara  al  andar  del  sol  de  verano,  aparentemente  tranquilo,  y  a  la  nube,  que  en 
el  ardor  de  la  siega  queda  suspendida,  sin  llegar  a  descargar  (Fischer).  Es  como 
neblina  que  descarga  una  llovizna  casi  invisible. 

3  La  viña  representa  a  los  asirios.  Cuando  llega  el  tiempo  de  la  madurez,  o  sea 
del  juicio  de  Dios,  es  cruelmente  podada  por  el  vendimiador,  que  es  Yahveh. 

6  Sobre  ello  :  es  tan  grande  el  número  de  cadáveres  asirios  que  cubre  el  campo, 
que  las  hienas  y  ayes  de  rapiña  pueden  comer  de  ellos  todo  el  verano  y  el  invierno 


—  1312  — 


18  "-19  « 


ISAÍAS 


18  "7-19  13 


:  En  aquel  tiempo  se  llevarán  pre- 
sentes a  Yahveh-Sebaot  [por]  el  pue- 
blo de  elevada  talla  y  bruñida  piel, 
por  el  pueblo  temido  ahora  v  desde 


siempre,  nación  que^  patea  y  pisotea, 
cu  va  tierra  surcan  ríos,  a  la  sede  del 
nombre  de  Yahveh-Sebaot,  al  mon- 
te de  Sión. 


Vaticinio  sobre  Egipto 


-i  q       1  Oráculo  sobre  Egipto  : 

He  aquí  que  Yahveh  cabalga  |  sobre  nube  ligera  y  viene  a  Egipto. 
Y  estremécense  los  íddlos  ¡  egipcios  ante  El, 
y  el  corazón  de  Egipto  se  derrite  en  su  interior. 
:  Entonces  aguijonearé  a  Egipto  contra  Egipto  ¡ 

v  lucharán  los  unos  contra  los  otros, 
cada  uno  contra  su  prójimo,  |  ciudad  contra  ciudad,  i  reino  contra  reino. 
3  Trastornado  será  el  espíritu  de  Egipto  en  su  interior  | 

y  su  plan  desbarataré. 
Entonces  buscarán  a  los  ídolos,  a  los  hechiceros,  | 

a  los  espíritus  de  los  muertos  y  a  los  adivinos. 

*  Mas  yo  entregaré  a  Egipto  ¡  en  nianos  de  duro  dueño, 

y  un  rev  severo  imperará  sobre  ellos,  |  declara  el  Señor,  Yahveh-Sebaot. 
5  Y  agotaráse  el  agua  del  mar  |  y  el  río  se  secará,  quedará  seco. 

*  Y  apestarán  las  corrientes,  |  menguarán  y  se  secarán  los  ríos  de  Masor, 
cañas  y  juncos  se  mustiarán. 

''Se  secará  todo  el  carrizo*  a  la  orilla  del  Nilo, 
y  todo  campo  sembrado  junto  al  Nilo  | 

se  secará  también,  será  barrido  por  el  viento  y  dejará  de  ser. 
8  Y  suspirarán  los  pescadores  y  se  lamentarán  | 

todos  los  que  echan  en  el  río  el  anzuelo, 
y  los  que  extienden  la  red  |  sobre  el  agua  se  afligirán. 
v  Entonces  quedarán  confusos  los  que  trabajan  eíl  lino,  \ 

los  que  rastrillan  b  el  cáñamo  y  los  tejedores  palidecerán  c ; 

10  sus  tejedores  d  estarán  abatidos  ;  |  todos  los  jornaleros,  tristes  de  ánimo 

11  En  verdad  locos  son  los  príncipes  de  Soan  ;  | 

los  sabios  consejeros  del  Faraón  |  son  de  necio  consejo  ; 
¿  cómo  vais  a  decirle  al  Faraón  :  |  «De  sabios  soy  hijo,  | 

de  reyes  de  la  antigüedad»  ? 
"  ¿  Dónde  están,  pues,  tus  sabios  ?  I  Que  te  informen  y  manifiesten 
lo  que  ha  resuelto  Yahveh-Sebaot  sobre  Egipto. 

13  Necios  son  (los  príncipes  de  Soan,  |  atontados  están  los  príncipes  de  Xof ; 
extravían  a  Egipto  ¡  los  jefes  e  de  sus  tribus. 


7  El  pueblo  :  los  egipcios.  Los  antiguos  intérpretes  cristianos  ven  en  este  pasaje 
el  anuncio  de  conversión  de  los  etíopes  a  la  religión  cristiana,  que  comenzó  con  el 
bautismo  del  eunuco  de  la  reina  de  Etiopia  referido  por  San  Lucas  en  Ac.  8,  27. 

-j  Q    1  Sobre  nube  :  ordinario  vehículo  en  que  Dios  baja  a  la  tierra. 

■L*?    '  Del  mar  :  vid.  18,  2,  nota.  G  traduce  :  «V  los  egipcios  beberán  el  agua  próxima 

al  mar,  porque  el  río....  |j  El  río  :  e.  d.,  la  corriente  del  Nilo. 

6  Masor  :  es  designación  íjoctica  de  Egipto.  Los  ríos  de  M.  son  los  afluentes  y 
canales  del  Nilo. 

5  Suspirarán  los  pescadores  :  por  la  sequía  del  Nilo,  cuya  pesca  era  abundante 
y  cara. 

9  El  lino  :  era  una  de  las  principales  producciones  de  Egipto,  utilizado  sobre  todo 
por  los  sacerdotes  y  para  envolver  las  momias. 
"  y  »»  Soan  :  o  sea  Tanis. 
"  Nof  :  Menfis. 


—  1313  — 


19  H-20  2 


ISAÍAS 


19  14~20  4 


H  Ha  mezclado  Yahveh  en  su  interior  |  un  espíritu  de  confusión 
y  descarrían  a  Egipto  en  cuanto  hace,  | 

como  tambalea  un  ebrio  en  su  vómito. 
16  Así  no  habrá  para  Egipto  obra  alguna 

que  pudiera  llevar  a  cabo  |  como  cabeza  y  cola,  |  palmera  y  junco. 


16  Aquel  día  será  Egipto  como  las 
mujeres  :  se  asustará  y  se  horroriza- 
rá ante  la  mano  agitada  por  Yah- 
veh-Sebaot, que  éste  blandirá  sobre 
él.  "  Y  la  tierra  de  Judá  servirá  en- 
tonces de  terror  a  Egipto.  Siempre 
que  alguien  se  Ja  traiga  a  la  memo- 
ria, se  horrorizará  ante  la  decisión 
de  Yahveh-Sebaot,  tomada  sobre  él. 

18  Aquel  día  habrá  cinco  ciudades 
en  el  país  de  Egipto  que  hablarán 
la  lengua  de  Canaán  y  jurarán  por 
Yahveh-íSebaot  ;  «ciudad  de  la  des- 
trucción» f  se  la  llamará  a  una  de 
ellas. 

"  Aquel  día  tendrá  Yahveh  un  al- 
tar en  medio  de  la  tierra  de  Egipto 
y  una  ntassebá  junto  a  la  frontera 
tendrá  Yahveh.  20  Y  servirá  de  señal 
y  testimonio  para  Y~ahveh-Sebaot  en 
la  tierra  de  Egipto  ;  cuando  clamen 
a  Y^ahveh  ante  los  opresores,  les  en- 
viará un  salvador  que  litigará  por 


ellos  y  los  librará.  a  Así,  pues,  Yah- 
veh daráse  a  conocer  a  los  egipcios, 
y  los  egipcios  conocerán  a  Yahveh 
aquel  día,  y  harán  sacrificios  y  obla- 
ciones y  formularán  votos  a  Yahveh 
y  los  cumplirán.  ~  Y  golpeará  Yah- 
veh a  Egipto,  mas  tan  sólo  para  en 
seguida  curarle,  y  se  convertirán  a 
Yahveh,  que  se  les  aplacará  y  los 
sanará. 

23  Aquel  día  habrá  una  calzada  de 
Egipto  a  Asiria,  y  los  asirios  irán  a 
Egipto  y  a  Asiria  los  egipcios,  y 
Egipto  con  Asiria  servirán  [a  Yah- 
veh]. 

M  Aquel  día  Israel  será  el  tercer 
[aliado]  con  Egipto  y  Asiria,  una 
bendición  en  medio  de  la  tierra, 
25  por  cuanto  Yahveh-Sebaot  lo  ha 
bendecido  en  estos  términos  :  «¡  Ben- 
dito sea  mi  pueblo,  Egipto,  y  la  obra 
de  mis  manos,  Asiria,  y  mi  heredad, 
Israel !» 


Vaticinio  simbólico  de  la  caída  de  Egipto  y  de  Etiopía 


c\f\  1  El  año  en  que  Tartán  llegó  a 
Asdod,  cuando  le  envió  Sargón, 
rey  de  Asiria,  y  la  venció  y  conquis- 
tó, '  en  aquel  tiempo  habló  Yahveh 
por  medio  de  Isaías,  hijo  de  Amos, 
diciendo:  «¡Ve  y  desata  el  saco  de 
sobre  tus  lomos  y  quita  tus  sandalias 
de  tus  pies  !»  ;  y  él  así  lo  hizo  y  ca- 
minó desnudo  y  descalzo. 


3  Entonces  dijo  Y'ahveh  :  «Así  como 
mi  siervo  Isaías  ha  caminado  desnu- 
do y  descalzo  durante  tres  años  s 
— señal  e  indicio  [es  esto]  contra 
Egipto  y  contra  Etiopía — ,  4  así  con- 
ducirá el  rey  de  Asiria  a  los  cautivos 
de  Egipto  y  a  los  deportados  de  Etio- 
pía, niños  y  ancianos,  desnudos  y 
descalzos  y  con  las  posaderas  al  ai- 


*  Aquel  día...  :  e.  d.,  Egipto  no  será  capaz  de  emprender  contra  ]n<  abrios  acción 
conjunta  alguna,  llevada  a  cabo  por  todo  el  pueblo  unido.  G  vertió  :  «Y  los  egipcios 
no  harán  nada  que  tenga  cabeza  y  cola,  principio  y  fin.»  ¡|  La  mano  «(sitada:  lit.,  la 
agitación  de  la  mano. 

n  De  terror  a  Egipto  :  será  la  Judea  terror  para  los  egipcios  por  causa  de  Jesu- 
cristo, que  nacerá  de  ella  y  derribará  sus  ídolos  (San  Cirilo).  ||  SIEMPRE  que...  ;  siem- 
pre que  alguien  haga  a  Egipto  acordarse  de  Judá,  Egipto  se  horrorizará,  por  pensar 
cuán  terrible  será  la  decisión  que  Yahveh  ha  tomado  sobre  él  si  tan  dura  ha  sidi> 
la  tomada  sobre  Judá  (Fischer). 

58  Aquel  día  :  predicción  de  la  conversión  de  Egipto  a  la  fe  cristiana,  llevada  a 
cabo  por  San  Marcos.  Heliópolis  fué  el  centro  de  un  gran  movimiento  cristiano. 

23  Egipto  con  Asiría  :  otros,  con  traducción  sólo  aparentemente  más  obvia,  vierten 
«y  Egipto  servirá  a  Asur»  ;  pero  ello  contradice  al  contexto. 

orv    1  Tartán  :  era  el  nombre  que  daban  al  capitán  general  del  ejército  asirio,  pri- 
mero  después  del  rey  y  jefe  del  estado  mayor. 

•  Señal  [fs  esto]  :  una  calamidad  de  tres  años  afligirá  a  Egipto  y  Etiopía. 


—  1314  — 


20  5~  21  11 


ISAÍAS 


20  5-21  11 


re  b,  oprobio  para  el  Egipto.  '  Y  se 
espantarán  y  abochornarán  por  Etio- 
pía, su  esperanza,  y  por  Egipto,  su 
orgullo.  *  Y  dirá  el  habitante  de  esta 
costa  aquel  día:  «Mira,  así  le  ha  su- 


cedido a  lo  que  era  nuestra  esperan- 
za y  a  aquello  adonde  huímos  bus- 
cando auxilio  y  salvación  ante  el  rey 
de  Asiria,  pues  ¿cómo  podremos  es- 
capar nosotros  ?» 


Oráculos  contra  Babilonia,  Idumea  y  Arabia 


t\-t        1  Oráculo  sobre  «el  desierto  del  mar»  : 

Como  tempestades  |  que  atraviesan  el  Négueb, 
así  viene  del  desierto,  |  de  tierra  espantosa. 
-  Dura  visión  |  me  fué  revelada  : 
el  ladrón  roba  |  y  el  destructor  destroza, 
i  Sube,  Elam  ;  |  asedia,  Media  ! 
A  todo  suspiro  |  pongo  fin. 

*  Por  eso  están  llenos  |  de  convulsiones  [de  horror]  mis  ríñones  ; 
dolores  han  hecho  presa  en  mí,  |  como  los  dolores  de  parturienta  ; 
agobiado  estoy  de  oír  [lo  que  oigo],  |  horrorizado  de  oír  [lo  que  oigo] 
4  Vértigos  siente  mi  corazón,  |  terror  me  sobrecoge  ; 

la  noche,  otrora  a  mí  deliciosa,  |  me  la  ha  trocado  en  espanto. 
"Se  dispone  la  miesa,  |  se  extienden  tapices,  I  se  come  y  se  bebe. 
¡  Levantaos,  príncipes,  [  aceitad  el  escudo  ! 

*  Pues  así  me  ha  dicho  |  el  Señor  : 

«Ve  y  pon  un  vigía  |  que  lo  que  vea  anuncie  ; 

*  y  sí  ve  troncos  de  tiro,  |  parejas  de  caballos, 
tiros  de  asnos,  |  tiros  de  camellos, 

preste  atención,  |  mucha  atención.» 
'  Y  clamó  como  un  león  a  : 

«De  guardia  estoy,  |  Señor,  |  continuamente  de  día, 

v  en  mi  puesto  de  centinela  |  estoy  colocado  ]  en  todas  las  horas  nocturnas  » 

4  V  he  aquí  que  llegó  un  hombre  montado  |  en  una  foiíja  de  caballos, 

y  tomó  la  palabra  y  dijo  :  «¡Ha  caído,  |  ha  caído  Babel 

v  todos  los  ídolos  de  sus  dioses  |  han  roto  contra  el  suelo!» 

™  Trilla  mía,  |  hijo  mío  de  la  era, 

¡o  que  he  oído  |  de  Yahveh-Sebaot, 

Dios  de  Israefl,  |  os  he  comunicado. 

u  Oráculo  [sobre]  Edom  : 
l'no  me  grita  desde  Seir  : 
«Centinela,  ¿  qué  hora  es  de  la  noche  ?  | 

Centinela,  ¿  qué  hora  es  de  la  noche  ?» 


6  Dk  está  costa  :  la  Palestina,  <iue  trataba  de  aliarse  con  Egipto. 

O-J  1  DESIERTO  DEL  UAR  :  por  tratarse  de  Babilonia  resulta  oscura  esta  expresión. 
-6iX-  Podría  pensarse  que  este  mar  se  refiere  al  Eufrates,  así  como  en  18,  2  ;  19,  5, 
y  27,  1,  al  Nilo.  Otros  ven  en  yam  el  resto  de  un  verbo  con  el  que  empezaría  el  orácu- 
lo. Otros  corrigen  y  vierten:  «Oráculo  sobre  la  estepa  de  los  animales  del  desierto*,  etc. 
4  La  noche...  :  V  «Babilonia,  mi  dilecta». 

■  Se  dispone  u  mesa  :  predicción  del  banquete  de  Baltasar  y  de  la  terrible  noche 
en  que  Babilonia  fué  tomada. 

'  Si  ve  troncos  i>e  tiro,  parejas  de  caballos  (o  caballos  por  parejas)...  Cf.  V: 
«Y  vio  un  carro  conducido  por  dos  caballeros...» 

n  Trilla  mía  :  o  trillado,  e.  d.,  maltratado  pueblo  mío.  Era  costumbre  desgarrar 
con  trillos  las  carnes  de  los  enemigos. 

u  Edom  :  G  «Idumea.,  hebr.  Dumá.  y  así  V:  1.?  Edom,  pregunta  Kit  ;  algs.  la 
identifican  con  la  ciudad  de  Gén.  25,  14.  ||  Centinela:  el  centinela  es  Isaías.  Los  edo- 
mitas,  en  la  noche  de  su  aflicción,  le  preguntan  ansiosos  si  no  es  ya  de  día. 


—  I?.I5  — 


21  12-22  8 


ISAÍAS 


21  12-22  8 


12  Dice  el  centinela  :  |  «Viene  la  mañana  |  v  también  la  noche. 
Si  queréis  preguntar,  preguntad.  |  ¡Volved  a  venir!» 

13  Oráculo  sobre  Arabia  : 
Entre  los  matorrales  de  la  estepa  pernoctáis,  |  caravanas  de  Dedán, 
M  al  encuentro  del  sediento  |  traed  agua  ; 

habitantes  del  país  de  Temá,  |  con  su  pan  salid  al  encuentro  del  fugitivo. 
"  Pues  de  las  espadas  han  huido,  |  de  la  espada  desenvainada, 
del  arco  entesado  |  y  de  la  violencia  de  la  batalla. 


16  Ciertamente,  así  me  ha  dicho  el 
Señor  :  «Dentro  de  un  año,  [que  se- 
rá] como  los  años  de  un  jornalero, 
se  habrá  terminado  toda  la  magnifi- 


cencia de  Quedar ;  "  y  el  residuo  del 
número  de  arcos  de  los  valientes 
quedareos  será  poca  cosa,  pues  Yah- 
veh,  Dios  de  Israel,  ha  hablado. 


Oráculo  contra  Jerusalén  y  vaticinio  contra 
el  mayordomo  Sobná 

99       1  Oráculo  [sobre]  el  valle  de  la  Visión  : 

¿Que  tienes,  pues,  para  que  hayas  subido  |  toda  entera  a  los  tejados, 
-  llena  de  ruidos,  |  ciudad  estrepitosa,  |  urbe  jubilosa  ? 
Tus  muertos  no  son  víctimas  de  la  espada  |  ni  muertos  en  la  batalla 
*  Todos  tus  caudillos  huyeron  a  una,  |  sin  arco  fueron  capturados  ; 
todos  los  que  de  ti  se  hallaron  fueron  apresados  a  una,  | 

aunque  habían  huido  lejos. 
4  Por  eso  digo  :  «Apartad  la  mirada  de  mí,  |  he  de  llorar  amargamente  ; 
no  os  afanéis  >por  consolarme  |  de  la  destrucción  de  la  hija  de  mi  pueblo. 
6  Pues  un  día  de  consternación,  pisoteomiento  y  confusión  | 

tiene  el  Señor,  Yahveh-Sebaot, 
en  el  valle  de  la  Visión. 

Quir  socava  el  muro  |  y  Soa  [lánzase]  contra  la  montaña. 
"  Elam  ha  tomado  la  aljaba,  |  Aram  ha  montado  en  los  caballos,  a 
y  Quir  ha  desenfundado  él  escudo.  |  1  Tus  valles  mejores 
están  llenos  de  carros,  y  los  de  a  caballo  |  se  han  colocado  hacia  la  puerta. 
8  Y  quitóse  la  cubierta  de  Judá  ;  |  y  mirasteis  b  aquel  día  ¡ 
efl  armamento  de  la  casa  del  bosque, 

a  Y  también  la  noche  :  puesto  que  tuvieron  que  sufrir  sucesivamente  !a  conquista 
de  asirios,  caldeos,  persas,  griegos  y  romanos  hasta  desaparecer  como  pueblo. 
u  Sobre  Arabia  :  otros,  ten  la  estepa»,  más  lit. 
u  Como  los  años  de  un  jornalero  :  vid.  16,  14,  nota. 

1  Valle  de  la  Visión  :  expresión  tan  enigmática  como  la  de  «desierto  del  mará  di 
21,  1.  Aquí  debe  de  tratarse  de  uno  de  los  valles  de  Jerusalén  favorecido  por 
Dios  con  grandes  visiones  y  profecías.  ||  Subido  a  los  tejados:  o  para  divertirse  con- 
templando la  campiña  circundante  o,  lo  que  es  más  probable,  movido  de  terror  viendo 
el  enemigo  a  las  puertas. 

3  Sin  arco  fueron  capturados  :  otros,  «sin  chocar  de  arco»  ;  V  «fueron  duramente 
atados». 

4  De  la  destrucción  de  la  hija  de  mi  pueblo  :  o  bien,  de  la  ruina  de  mi  pueblo 
o  mis  compatriotas, 

5  Quik  socava...:  interpretación  dudosa;  otros,  «[el  enemigo]  derruye  los  muros 
y  se  muestra  fiero  sobre  el  monte  [Sión]»,  o  bien,  «...  y  el  clamor  (o  grito  de  angus- 
tia) llega  a  la  montaña»... 

6  Elam  ha  tomado  la  aljaba  :  Persia,  sometida  entonces  a  Asiría,  cuyos  arqueros 
disfrutaban  de  gran  reputación.  # 

'  Uuitóse  :  otros,  «quitará  Yahveh».  ||  La  cubierta:  tal  vez  la  cubierta  o  velo  de 
ceguera,  de  obcecación.  ||  Y  mirasteis  (otros,  «miraréis»,  y  así  los  verbos  sigts.)  : 
después  de  una  larga  época  de  paz,  en  que  Jerusalén  vivió  despreocupada,  aparecerá 
repentinamente  el  enemigo,  y  entonces,  con  gran  sobresalto,  los  ojos  se  volverán  al 
armamento  y  se  tomarán  medidas  para  resistir  a  los  sitiadores. 


-1316- 


22  9-26 


ISAÍAS 


22  a-2» 


'  y  visteis  que  las  brechas  de  la  ciudad  de  David  |  eraa  numerosas, 

y  recogisteis  las  aguas  de  la  piscina  inferior, 

50  v  contasteis  las  casas  de  Jerusalén, 

v  derribasteis  las  casas  para  fortificar  la  muralla. 

™  Además  hicisteis  una  represa  entre  los  dos  muros  | 

para  las  aguas  de  la  alberca  antigua, 
mas  no  dirigisteis  la  vista  al  Hacedor  de  ello, 
ni  columbrasteis  a  aquel  que  desde  lejos  do  había  originado. 

12  Y  aquel  día  el  Señor  Yahveh-Sebaot  hizo  un  llamamiento 
[invitando]  a  llanto,  a  lamentación,  a  calva  y  a  vestirse  de  saco. 

13  Mas  he  aquí  que  lo  que  hay  es  alegría  y  algazara»  | 

sacrificio  de  reses  vacunas  y  degüello  de  ganado  menor, 
comer  carne  y  beber  vino.  | 

«¡Comamos  y  bebamos,  que  mañana  moriremos!» 
M  Pero  se  ha  manifestado  a  mis  oídos  Yahveh-Sebaot  : 
«¡Ciertamente  no  os  será  perdonado  este  delito  hasta  que  muráis!», 
ha  dicho  el  Señor,  Yahveh-Sebaot. 
"  Así  ha  declarado  el  Señor,  Yahveh-Sebaot  : 

«Anda  y  ve  a  ese  ministro,  |  a  Sobná  °,  el  superintendente  del  palacio. 

16  ¿  Qué  tienes  aquí  y  a  quién  tienes  aquí  | 

para  haberte  labrado  aquí  un  sepulcro  ? 
[Tú]  el  que  se  labra  en  lo  alto  su  sepulcro 
y  en  la  roca  talla  su  «mansión  de  reposo. 

17  He  aquí  que  Yahveh  te  lanzará  con  lanzamiento  varonil 
—y  te  envolverá  bien,  18  te  liará  bien  en  ovillo — , 

como  una  ipelota  a  un  país  dilatado. 

Allí  morirás  y  allá  irán  tus  gloriosos  carros,  [ 

tú,  vergüenza  de  la  casa  de  tu  Señor. 
"Te  depondré  de  tu  cargo  |  y  de  tu  puesto  te  quitaré  d. 
"Y  sucederá  aquel  día  |  que  llamaré  a  mi  siervo  Elvaquim,  | 

hijo  de  Jilquiyyahu, 
11  y  le  vestiré  con  tu  túnica  ¡  y  tu  cinturón  le  ceñiré»  ] 

y  tu  potestad  pondré  en  sus  manos, 
y  será  un  padre  |  para  los  habitantes  de  Jerusalén  |  v  para  la  casa  de  Judá. 
"  Pondré  ila  llave  |  de  la  casa  de  David  |  sobre  su  hombro  : 
cuando  abra  no  existirá  quien  cierre, 
y  cuando  cierre  no  existirá  quien  abra  :  ] 

23  Y  le  hincaré  como  estaca  |  en  lugar  firme, 
y  se  convertirá  en  trono  glorioso  |  de  la  casa  de  su  padre.  | 

**  Y  le  colgarán  |  toda  la  gloria  de  la  casa  de  su  padre  :  | 

los  vástagos  y  los  descendientes,  |  todas  las  más  pequeñas  vasijas, 
desde  las  pateras  hasta  cualquier  vaso  de  barro. 

26  Aquel  día,  declara  Yahveh-Sebaot,  cederá  la  estaca,  aun  hallándose 
en  sitio  firme  ;  se  quebrará  y  caerá,  y  así  romperáse  la  carga  que  sobre 
ella  pesaba  ;  pues  Yahveh  ha  hablado. 


10  Contasteis  las  casas  :  para  ver  cuáles,  por  ser  ya  inútiles,  podían  proporcionar 
materiales  de  defensa. 

A  calva  :  a  decalvarse  y  vestirse  de  cilicio  en  señal  de  duelo. 
"  No  os  será  perdonado  :   porque  nada  ofende  a  Dios  tanto,  dice  San  Jerónimo, 
como  la  cerviz  alta  después  del  pecado. 

"  En  lo  alto  :  como  si  dijera,  soberbiamente. 
18  A  un  país  dilatado  :  Mesopotamia. 

25  La  llave  de  la  casa  de  David  :  símbolo  de  la  autoridad  suprema  en  el  reino.  Eran 
tan  grandes,  que  habían  de  llevarse  al  hombro.  Jilquiyyahu  es  tipo  de  Jesu-Cristo, 
hijo  de  David. 

11  Desde  las  pateras  (otros,  jofainas,  copas...)  hasta  cualquier  vaso  de  barro  (o  bo- 
tella, o  puchero  de  barro;  V  «omne  vas  musicorum»),  G  tY  todo  hombre  ilustre  en 
la  casa  de  su  padre  tendrá  confianza  en  él,  desde  el  menor  hasta  el  mayor,  y  todos 
dependerán  de  él».  Quiere  decir  que  se  desarrollará  un  verdadero  nepotismo,  pues 
todos  sus  descendientes,  próximos  y  lejanos  (=las  vasijas  menores),  se  colgarán  de 
él,  hasta  que  la  estaca  se  derrumbe. 

a  Ha  hablado  :  o  lo  ha  dicho. 


23 


ISAÍAS 


23  i-18 


Oráculo  sobre  Tiro 

90       1  Oráculo  sobre  Tiro  : 

i  Ululad,  naves  de  Tarsis,  |  pues  destruido  está  vuestro  refugio*; 
de  vuelta  del  país  de  los  kiteos  ¡  les  ha  sido  revelado. 
Están  perdidos  "  los  habitantes  de  la  costa  |  los  mercaderes  de  Sidón, 
que  atravesaban  la  mar  y  eran  sus  mensajeros  \  8  por  ¡as  grandes  aguas  '. 
La  simiente  de  Sijor,  la  cosecha  del  Nilo,  | 

eran  su  producto  y  se  convirtió  en  emporio  de  los  pueblo.v 
'  Avergüénzate,  Sidón,  pues  habla  el  mar,  | 

el  baluarte  del  mar,  diciendo  :  |  «No  estuve  de  parto,  ni  parí, 
ni  crié  muchachos,  |  ni  nutrí  doncellas.» 
6  En  cuanto  llegue  la  noticia  d  a  Egipto,  | 

se  estremecerán  por  la  nueva  de  Tiro. 
°  ¡Pasad  a  Tarsis,  ululad,  |  habitantes  de  la  costa! 
'  ¿  Es  ésta  vuestra  jubilosa  ciudad,  | 

cuyo  origen  data  de  antiquísimos  tiempos, 
y  cuyos  pies  lleváronla  |  lejos  para  colonizar  ? 
'  ¿  Quién  ha  decretado  esto  |  sobre  Tiro,  la  coronada, 
cuyos  comerciantes  eran  príncipes  | 

y  cuyos  mercaderes  eran  nobles  de  la  tierra  ? 
*  Yahveh-Sebaot  lo  ha  decidido  ¡  para  profanar  el  orgullo, 
para  envilecer  toda  magnificencia,  |  a  todos  los  magnates  de  la  tierra. 
tv  Pasa  de  largo  por  tu  país  como  el  río,  hija  de  Tarsis  ;  |  ya  no  hay  freno  ». 
"  Ha  extendido  su  mano  sobre  el  mar,  ha  hecho  temblar  reinos  ; 
Yahveh  ha  ordenado  sobre  Canaán  |  destruir  sus  fortalezas 
12  y  ha  dicho  :  «No  te  regocijarás  ya  más, 
doncella  maltratada,  |  hija  de  Sión. 

Levántate  y  pasa  a  los  kiteos,  |  ni  aun  allí  encontrarás  reposo. 
"  He  aquí  la  tierra  de  los  caldeos  ;  | 

'  tal  pueblo  no  existía  ;  Assur  lo  fundó  para  los  animales  del  desierto  et, 
erigieron  sus  torres  de  asedio,  destruyeron  sus  palacios,  básela  convertido 

en  montón  de  ruinas. 
"  ¡  Ululad,  naves  de  Tarsis,  |  pues  destruido  está  vuestro  refugio  ! 

16  Y  sucederá  aquel  día  que  Tiro  será  olvidada  por  espacio  de  setenta 
años,  como  los  días  de  un  rey.  Al  cabo  de  setenta  años  le  ocurrirá  a  Tiro 
como  [canta]  la  canción  de  la  ramera  : 

¡Toma  la  cítara,  |  rodea  la  ciudad,  |  cortesana  olvidada! 
¡  Toca  bien,  |  canta  muchas  canciones,  |  para  que  seas  recordada  ! 

"  Así,  pues,  al  cabo  de  setenta  años  I  ra  y  se  prostituirá  con  todos  los  rei- 
sucederá  que  Yahveh  visitará  a  Tiro  nos  de  la  tierra  que  existen  sobre  la 
y  ella  volverá  a  su  salario  de  rame-  |  haz  del  suelo.  18  Pero  su  ganancia  y 


OO    1  Naves  de  Tarsis  :  alude  a  las  naves  de  mayor  tonelaje  y  aptas  para  las  más 
largas  travesías,  incluso  hasla  la  lejana  Tarsis  o  Tartessos.  G  lee  ■Cartago». 
-  De  i.os  kiteos  :  Chipre,  cuya  capital  llamábase  Kition. 

6  De  Tiro  :  tenía  Egipto  que  dolerse  por  la  caída  de  Tiro,  que  era  la  que  le  pro- 
porcionaba bajeles  para  transporte  de  sus  granos  y  le  servía  de  protección  contra 
los  asirios. 

'Colonizar:  o  bien,  morar,  peregrinar  (V)... 

•  Tiro,  i.a  coronada  :  la  llama  así  el  profeta  no  porque  lleve  una  corona,  sino  i>or- 
que  las  distribuye,  pues  sus  colonias  estaban  gobernadas  por  reyes  tributarios. 
10  Como  ei.  río  :  o  como  el  Nilo  ;  «di.  c.  G»  anota  Kit. 

12  Doncella  maltratada  :  metáfora  con  que  se  designa  una  plaza  fuerte  expugnada. 
18  Como  los  días  de  un  rey  :  e.  d.,  ininterrumpidamente. 
«  A  su  salario  df.  ramera  :  tendrá  tratos  comerciales. 

mSerí  consagrado  a  :  o  bien,  será  cosa  santa.  Nuestro  Señor  la  visitó  en  sus  alre- 
dedores ;  San  Pablo  tuvo  allí  discípulos  y  hubo  pronto  en  la  ciudad  un  obispo 
cristiano. 


—  1318  — 


24  I-» 


ISAÍAS 


24 


sn  salario  será  consagrado  a  Yah-lde  Yahveh  será  su  ganancia,  a  fin 
veh ;  no  será  atesorado  ni  guardado,  de  que  coman  hasta  la  saciedad  y  se 
fino  que  para  qnienes  moran  delante  I  vistan  lujosamente. 


Juicio  universal  y  signos  precursores 


ey  a    1  He  aquí  que  Yahveh  asuela  la  tierra,  !  y  la  destruye,  y  trastorna  sn 
faz,  y  dispersa  a  sus  habitantes.  | 

'  Y  la  misma  suerte  correrá  el  pueblo  y  el  sacerdote,  | 

el  esclavo  y  su  señor, 
la  siervo  y  su  dueña,  |  el  comprador  y  el  vendedor,  | 

el  que  presta  y  el  que  a  préstamo  toma, 
el  acreedor  v  el  deudor. 

1  Totalmente  será  asolada  la  tierra  y  saqueada  del  todo,  | 

pues  Yahveh  ha  pronunciado  esta  palabra. 
'  Lastimosa,  marchita  está  la  tierra,,  |  mustio,  marchito  está  el  orbe,  | 

marchítase  el  cielo  con  a  la  tierra. 

•  Y  la  tierra  fué  profanada  bajo  sus  moradores,  | 

porque  transgredieron  las  leyes,  violaron  el  precepto,  | 

rompieron  la  ley  eterna. 
"  Por  eso  la  maldición  devorará  la  tierra 
y  los  que  vivan  en  ella  expiarán  su  culpa  ; 
por  lo  cual  arderán  los  habitantes  de  la  tierra 
v  quedarán  pocos  hombres. 

'  Se  ha  agotado  el  mosto,  se  ha  marchitado  la  cepa,  ! 
suspiran  todos  los  alegres  de  corazón. 

*  Ha  cesado  el  júbilo  de  los  tambores,  I 

se  ha  interrumpido  el  bullicio  de  los  alegre», 
ha  terminado  el  jubilo  de  la  cítara. 
'No  se  bebe  vino  durante  el  cántico,  | 

amarga  el  hidromel  a  quienes  lo  beben. 
"  Ha  sido  destruida  la  ciudad  de  la  vacuidad  [idolátrica],  1 

cerrada  la  entrada  en  toda  casa. 
B  Gritos  hay  por  el  vino  en  las  calles  ;  |  ha  desaparecido  toda  alegría^ 
ha  emigrado  de  la  tierra  el  alborozo. 
15  Ha  quedado  en  la  ciudad  la  desolación, 
y  a  ruinas  ha  sido  reducida  la  puerta. 

"  Pues  tal  ocurrirá  |  en  medio  de  la  tierra,  |  entre  los  pueblos, 
como  en  el  vareo  de  la  aceituna,  |  cual  en  la  rebusca,  | 

cuando  ha  concluido  la  vendimia. 
14  [Mas]  aquéllos  alzarán  su  voz,  exultarán  |  por  la  gloria  <le  Yahveh, 
gritarán  de  júbilo  desde  occidente.  | 

15  Por  eso  desde  oriente  |  glorificad  a  Yahveh. 
en  las  islas  del  mar,  I  el  nombre  de  Yahveh,  Dios  de  Israel. 
"Desde  el  borde  de  la  tierra  I  cánticos  oímos  :  |  «i  Gloria  al  justo!», 
y  yo  dije  :  «¡Mi  perdición,  mi  perdición,  ay  de  mí !  1 


nA  '  La  ley  eterna  :  no  la  alianza  del  Sináí,  que  era  temporal,  sino  la  contraída 
*r±-    ]><>r  Dios  con  toda  la  humanidad  en  virtud  de  la  creación. 

10  La  ciudad  de  la  vacuidad  :  donde  habitan  los  enemigos  de  Dios. 

"Gritos  por  el  vino:  e.  d.,  laméntase  la  pérdida  del  viñedo  y  la  'intuía  falta 
de  vino. 

"Tal  ocurrirá  :  San  Jerónimo  aplica  este  lugar  a  la  venida  del  anticristo  y  a  los 
pocos  que  sabrán  oponerse  a  su  influencia. 
14  Desde  occidente  :  o  bien,  desde  el  mar. 
"  En  las  islas  del  mar  :  el  raís  de  occidente. 

"Desde  el  borde...  :  la  versión  de  G  difiere  mucho  :  «Desde  las  extremidades  de  ta 
tierra  hemos  oído  prodigios.  Esperen  los  hombres  piadosos.  ¡Ay  de  los  prevaricadores 
que  menosprecian  la  leyl» 


—  1319  — 


24  17-25  6 


ISAÍAS 


24  17-25  6 


Los  prevaricadores  han  prevaricado, 
prevaricación  realizan  Jos  prevaricadores. 
™  ¡Pánico,  fosa  y  red  contra  ti,  habitante  de  la  tierra! 
18  Así  sucederá  que  el  que  huya  del  grito  de  pánico  caerá  en  la  fosa, 
y  quien  logre  salir  de  la  fosa  será  apresado  en  la  red  ; 
pues  las  esclusas  de  lo  alto  se  abrirán  | 

y  se  conmoverán  los  fundamentos  de  la  tierra. 
"  De  seguro  se  agitará  la  tierra,  [  de  cierto  será  puesta  en  conmoción  | 

y  con  toda  seguridad  la  tierra  vacilará  ; 
-°  se  tambaleará,  de  fijo,  la  tierra  como  un  borracho 
y  cabeceará  como  una  choza  ; 

y  pesará  sobre  ella  su  pecado,  |  caerá  y  no  volverá  a  levantarse. 
"  Así,  pues,  acontecerá  aquel  día  | 

que  Yahveh  castigará  al  ejército  de  las  alturas  en  lo  alto 
y  a  los  reyes  de  la  tierra  en  el  suelo.  | 
Entonces  serán  congregados  como  se  reúne  | 

a  los  prisioneros  en  el  calabozo,  |  serán  encerrados  en  la  prisión  | 

y  después  de  muchos  días  serán  visitados. 
23  La  luna  se  sonrojará  entonces  |  y  avergonzaráse  el  sol,  | 

porque  reina  Yahveh-Sebaot 
en  el  monte  Sión  y  en  Jerusalén,  | 

y  ante  sus  ancianos  [brillará  su]  gloria  *>. 


Himno  de  acción  de  gracias.  Felicidad  de  los  justos 
y  reprobación  de  los  impíos 


f>r   1  Yaihveih,  mi  Dios  eres  tú  ;  |  te  ensalzaré,  alabaré  tu  nombre  ; 
pues  has  realizado  maravillas,  | 
consejos  tomados  de  antiguo,  con  fidelidad  y  lealtad. 

2  Pues  tú  convertiste  la  cuidad  a  en  montón  de  escombros,  | 

la  villa  murada  en  una  ruina  ; 
el  alcázar  de  los  extranjeros  ha  dejado  de  ser  cuidad  | 
y  nunca  jamás  será  reconstruido. 

3  Por  eso  te  honrarán  pueblos  fuertes,  | 

urbes  de  naciones  poderosas  te  temerán, 
*  ya  que  fuiste  un  baluarte  para  el  humilde,  ] 

un  baluarte  para  el  pobre  en  su  angustia, 
abrigo  del  aguacero,  I  sombra  contra  el  calor  ; 
pues  el  soplo  de  los  tiranos  es  como  aguacero  en  pared  b,  I 

5  como  calor  en  país  seco. 
[Pero]  tú  has  apaciguado  el  tumulto  de  los  extranjeros,  I 

[como  se  amortigua]  el  calor  con  la  sombra  de  una  nube 
humillaste  '■  el  cántico  de  los  tiranos. 

"  Y  dará  Yahveh-Sebaot  |  a  todos  los  pueblos  en  esta  montaña 
un  banquete  de  grasos  manjares,  |  un  festín  de  vinos  fermentados  ; 
los  manjares  grasos  serán  enjundiosos,  | 
y  los  vinos  fermentados,  purificados, 


18  Las  escltjsas  de  lo  alto  :  para  pintar  los  castigos  que  caerán  sobre  los  pecadores, 
recuerda  el  profeta  el  diluvio. 

22  Serán  visitados  :  para  ejercer  con  ellos  clemencia.  Orígenes  y  algunos  comenta- 
dores más  interpretaron  mal  este  texto,  pues  dedujeron  de  él  que  las  penas  del  in- 
fierno serían  suavizadas,  cosa  que  es  inadmisible. 

*  En  el  monte  Sión  :  habla  de  la  Sión  celestial. 

*>K  -  Ki.  alcázar  de  i.os  extranjeros  :  e.  d.,  la  ciudad  cosmopolita. 
£iO  ¡>  pueblos  fuertes  :  los  santos.  1 1  Urbes  de  naciones  :  ta  Iglesia. 

«  Banquete  de  grasos  manjares  :  figura  del  reino  de  Cristo  y  de  la  Eucaristía. 


—  1320  — 


25  7-26  9 


ISAÍAS 


25  7~26  9 


:  Y  quitará  en  esta  montaña  I  el  velo  que  cubre 

a  todos  los  pueblos,  |  y  la  cubierta  tejida  ¿-obre  toda',  las  gentes. 

5  Destruirá  para  siempre  la  muerte 

v  borrará  el  Señor  Yahveh  las  lágrimas  de  todos  los  rostros, 
"y  la  ignominia  de  su  pueblo  apartará  de  toda  la  tierra,  | 

pues  Yahveh  ha  hablado, 
•  Y  diráse  aquel  día  :  | 

«He  aquí  nuestro  Dios,  en  El  es  en  quien  esperamos  que  nos  salve  ; 
éste  es  Yahveh,  en  quien  esperamos.  | 

¡  Exultemos  y  alegrémonos  por  su  salvación. 
"'  Pues  reposa  la'  mano  de  Yahveh  sobre  esta  montaña,  | 

pero  Moab  será  pisoteado  en  su  mismo  sitio, 
como  se  pisa  la  paja  en  las  aguas  d  del  muladar. 
11  Y  extenderá  sus  manos  en  su  interior 
como  las  extiende  el'  nadador  para  nadar, 

pero  [Yahveh]  humillará  su  orgullo  a  pesar  de  lo*  empeñados  i 

esfuerzos  de  sus  manos. 
11  Y  doblegará  la  fortaleza  y  refugio  de  tus  murallas, 
abatirá  v  derribará  en  tierra  hasta  el  polvo. 


Himno  triunfal.  Súplica  de  ayuda.  Beneficios  de  Dios 
a  su  pueblo 


26 


Aquel  día  se  cantará  esta  canción  en  la  tierra  de  Judá  : 
Una  ciudad  fortificada  tenemos,  |  constituyen  la  salvación  | 
murallas  y  glacis. 
2  ¡  Abrid  las  puertas  |  para  que  entre  un  pueblo  justo,  | 

guardador  de  la  lealtad  ! 
*5»a  pensamiento  es  firme  ;  |  mantendrás  la  paz  b, 
porque  en  ti  está  confiado. 

4  Confiad  en  Yahveh  continuamente,  |  pues  Yahveh  c  |  es  roca  eterna. 

*  Ciertamente  ha  doblegado  a  los  habitantes  de  lia  ciudad  alta,  | 

a  la  ciudad  situada  en  alto  la  ha  abatido, 
la  ha  abatido  hasta  la  tierra,  ¡  la  ha  arrojado  al  polvo. 
"  La  hollará  pie,  los  pies  del  pobre,  |  los  pasos  de  los  humildes. 
'  La  senda  es  recta  para  el  justo  ; 
la  recta  vereda  del  justo  tú  allanas. 

*  Ciertamente,  en  la  senda  de  tus  juicios,  Yahveh,  te  esperamos  ; 
a  tu  nombre  y  tu  memoria  tiende  ed  anhelo  del  alma. 

*  Mi  alma  te  ansia  en  la  noche,  |  , 

también  mi  espíritu,  en  mi  interior,  te  espera  a  la  mañana  ; 
pues  cuando  [hayas  cumplido]  tus  juicios  a  la  tierra,  | 
aprenderán  justicia  los  habitantes  del  orbe. 

1  Ei.  vei.o  que  cubre  :  símbolo  de  la  tristeza  de  los  pueblos. 

•  En  El  es  :  se  trata  de  Jesu-Cristo,  único  y  verdadero  salvador  nuestro. 

1,1  Mo\b  será  pisoteado  :  en  Moab  están  representados  lodos  los  enemigos  del  pne- 
blo  de  Dio*  y  luego  de  la  Iglesia 

Oí»    1  En  la  iikrra  de  Judá  :  símbolo  del  cielo. 

VO  -  Abrid  i.as  puertas  :  según  San  Cirilo,  se  dirige  el  Señor  a  los  apóstoles  y  predi 
cadores,  excitándolos  a  abrir  a  los  gentiles  entrada  en  la  Iglesia. 

'Su  pensamiento  es  firme:  otros,  «sus  sentimientos...»;  V  «el  antiguo  error  s< 
disipa». 

•Los  habitantes  de  la  ciudad  alta:   los  que  moran  o  ¡ 
vado.  Se  trata  de  Babilonia,  tipo  en  todo  tiempo  del  poder 
'  Es  recta  :  lit.,  rectitud,  derechura. 

•  Te  espera  a  la  mañana  :  otros,  «te  busca  ardientemente» 


26  KJ-27  2 


26  io-27  2 


'"Si  el  impío  es  compadecido,  no  aprende  justicia  ;  | 

en  país  de  cosas  justas  |  cometerá  iniquidad, 
y  no  verá  la  majestad  de  Yahveh. 
11  Yahveh,  alzada  está  tu  mano, 

pero  no  la  miran  ;  |  ¡  contemplen  tu  celo  por  el  pueblo  v  avergüéncense,  | 

y  el  fuego  de  tus  adversarios  los  devore  ! 
u  ¡  Yahveh,  concédenos  paz,  | 

pues  también  todas  nuestras  obras  las  has  hecho  por  nosotros  ! 

13  Yahveh,  Dios  nuestro,  nos  han  dominado  otros  señores  fuera  de  ti  ;  | 

sólo  por  ti  podemos  ensaflzar  tu  nombre. 

14  Los  muertos  no  revivirán,  |  los  fallecidos  no  se  levantarán, 
porque  los  visitaste  y  destruíste 

v  aniquilaste  todo  recuerdo  de  ellos. 

h  Has  multiplicado  a  la  nación,  Yahveh,  | 

has  multiplicado  a  la  nación,  te  has  glorificado, 
has  ensanchado  todos  los  confines  del  país. 

'"Yahveh,  ú  en  la  aflicción  de  tu  castigo  clamamos  desde  la  angustia; 
pues  tu  reprimenda  había  venido  sobre  nosotros  d. 
"  Como  mujer  encinta  que  está  próxima  a  dar  a  luz  \ 

se  retuerce  y  grita  en  sus  dolores, 
así  hemos  estado  delante  de  ti.  Yahveh. 
18  Habíamos  concebido,  nos  retorcimos,  | 

mas  fué  como  si  pariésemos  viento  : 
no  proporcionamos  salvación  a  la  tierra 
ni  nacieron  habitantes  del  orbe. 

14  Vivirán  tus  muertos,  mis  0  cadáveres  se  levantarán,  ] 

despertarán  y  exultarán  f  los  habitantes  del  polvo  ; 
porque  rocío  de  luces  es  tu  rocío,  |  y  la  tierra  espíritus  de  muertos  parirá. 
*  Anda,  pueblo  mío,  ve  a  tus  aposentos  |  y  cierra  tus  puertas  tras  de  ti, 
escóndete  un  momento  I  hasta  que  pase  la  furia. 
21  Pues  he  aquí  que  Yahveh  sale  de  su  sede  | 

ipara  hacer  expiar  su  delito  a  los  habitantes  dé  la  tierra  ; 
y  la  tierra  descubrirá  sus  delitos  de  sangre  | 

y  no  encubrirá  ya  más  a  sus  asesinados. 


Canto  de  la  viña.  El  castigo  y  la  liberación  de  Israel 

ni-i   1  Aquel  día  castigará  Yahveh  con  su  dura,  grande  y  fuerte  espada 

^  '       a  Leviatán,  la  serpiente  huidiza, 

y  a  Leviatán,  la  serpiente  retorcida, 

v  matará  al  monstruo  que  hay  en  el  mar. 

-  Y  aquel  día  se  dirá  "  : 

¡  Viña  de  vino  puro  b,  cantadla  ! 


10  De  cosas  justas  o  rectas,  o  bien,  <le  rectitud. 

a  Y  el  fuego...  :  otros  (cf.  V),  y  el  fuego  devore  a  tus  adversarios. 

14  Los  fallecidos  (cf.  v.  rq  «espíritus  de  muertos»)  :  o  bien,  las  sombras;  también 
«los  gigantesi  (asi  V). 

u  El  sentido  de  este  v.  es  que  los  gentiles  adoradores  del  Dios  verdadero  han  ido 
a  aumentar  el  pueblo  elegido  o  mesiánico. 

"Como  mujer:  del  mismo  modo  que  el  niño  no  viene  al  mundo  sino  a  costa  de 
«randes  dolores  de  la  madre,  así  la  salvación  no  se  logra  sino  por  medio  de  grandes 
tribulaciones. 

*V7  '  LüvmtAn,  la  SERPIENTE  RETORCIDA  (o  tortuosa)...  Al  monstruo  pTH  11  \v  EN  >.i  sur 
¡o  bien:  el  dragón  marino)  :  éste  se  cree  indicaría  al  Egipto;  la  identificación 
de  ios  otros  se  discute  mucho  (Asiría  y  Babilonia,  Persia  y  Grecia,  etc.).  Los  tres  rei- 
no» simbolizan  el  poder  del  mal,  que  Yahveh  destruirá  el  día  del  juicio.  Siempre  ha 
sido  emblema  de  Satanás  (Apoc.  20,  2).  ||  En  el  mar:  refiérese  al  Nilo  (vid.  t8,  2;  :<>,  5). 
a  Aquel  día  :  el  del  triunfo  de  la  Iglesia  sobre  todos  sus  enemigos. 


—  1322  — 


27  3-13 


ISAÍAS 


27  3-13 


*  Yo,  Yahveh,  soy  quien  la  vigila  atento  ;  |  en  ciertos  momentos  la  riego 
para  que  no  falte  c  su  follaje,  |  de  día  y  de  noche  la  guardo.  | 

*Saña  no  tengo  [contra  ella]. 
[Mas]  ¡  quién  me  diera  espinas  y  abrojos  en  la  pugna  [por  limpiarla]  ! 
Lo  pisotearía  y  pegaría  fuego  juntamente, 

*  como  no  fuera  que  se  acogiesen  a  mi  protección,  |  6e  hiciese  paz  conmigo, 
paz  hiciera  conmigo. 

*  En  lo  venidero  Jacob  echará  raíces,  |  florecerá  y  brotará  Israel,  | 

y  se  llenará  lia  faz  de  la  tierra  de  su  producto. 
"  ¿  Acaso  le  ha  herido  [Yahveh]  con  la  herida  de  quien  le  hiere 
o  le  ha  asesinado  como  querían  asesinarlo  sus  asesinos  á? 

*  Expulsándole,  alejándole,  le  has  hecho  la  guerra,  | 

le  ha  quitado  de  en  imedio  con  un  fuerte  soplo  en  día  de  viento  solano. 

*  Por  eso,  con  esto  será  expiado  el  delito  de  Jacob  | 

y  esto  será  todo  el  fruto  de  apartar  su  pecado  : 
cuando  haya  dejado  todas  las  piedras  de  los  altares,  | 

como  piedras  calizas  destrozadas, 
y  no  se  alcen  más  aserás  ni  estelas  solares. 
"  Pues  la  ciudad  fortificada  está  solitaria, 
morada  desamparada  y  abandonada  como  el  desierto  ;  | 

allí  se  apacentará  el  becerro, 
allí  se  tumbará  y  consumirá  sus  ramas.  ¡ 

u  Cuando  se  seque  su  ramaje,  se  le  romperá, 
vendrán  mujeres  y  le  pegarán  fuego,  | 

pues  no  es  un  pueblo  de  inteligencia  ; 
por  eso  no  se  compadecerá  de  él  su  Creador,  | 

y  quien  le  ha  formado  no  le  dispensará  gracia. 
"  Así  aquel  día  sucederá  que  Yahveh  |  sacudirá  espigas  desde  las  <ld  vio 
hasta  las  del  torrente  de  Egipto,  | 

y  vosotros  seréis  recogidos  uno  a  uno,  hijos  de  Israel. 
u  Sucederá  aquel  día  también  que  se  tañerá  |  la  trompa  grande 
para  que  vengan  los  perdidos  en  la  tierra  de  Asiría  | 

y  los  dispersos  por  el  país  egipcio 
y  adorarán  a  Yahveh  en  la  montaña  santa  de  Jernsalén. 


3  En  ciertos  momentos  :  o  bien,  como  otros,  «a  cada  momento». 

<_*  El  sentido  de  este  pasaje  oscuro  podría  ser  éste  :  Yahveh  aparta  de  la  viña  los 
enemigos  externos,  pero  ¿  qué  hará  si  surgen  en  la  viña  misma  otros  enemigos  (espi- 
nas y  abrojos)  ?  Los  hollará  y  quemará,  a  no  ser  que  Israel  se  vuelva  hacia  Yahveh 
y  haga  paces  con  él. 

"Jacob  echará  raíces:  los  apóstoles,  salidos  de  Jacob,  convertirán  la  tierra  y  ia  > 
llenarán  de  cristianos. 

7-8  E.  d.,  que  Dios  no  ha  castigado  a  Israel  con  una  completa  destrucción,  como 
querían  sus  enemigos,  sino  que  sólo  le  ha  desterrado. 

8  Expulsándole  :  o  visitándole  con  males.  Asi  suele  verterse  hoy  H  ;  los  anti- 
guos (STVAThSym)  ;  «con  medida»,  moderadamente.  El  verso  es  oscuro  y  contiene 
varias  anomalías  (sufijos  femeninos,  etc.). 

">  La  ciudad  fortificada  :  Jerusalén,  que  se  convertirá  en  desierto  cuando  la  to- 
men los  romanos.  Esa  devastación  traerá  a  muchos  judíos  a  hacer  penitencia  y  creer 
<*u  Jesu-Cristo,  como  sucedió.  ||  Sus  ramas  :  e.  d.,  las  de  la  ciudad  desierta. 

a  Río...  torrente  de  Egipto  :  e.  d.,  el  Eufrates  v  el  Wadi-cl-Aris,  frontera  SO  de 
Judá. 


—  1323  — 


28  i-w 


ISAÍAS 


28  i-tt 


Ruina  inminente  de  Samaría.  Castigo  de  los  príncipes 
inicuos  de  Jerusalén.  Parábola 

OO    1  i  A.y  de  la  soberbia  corona  de  los  ebrios  de  Efraím  | 

^u      y  de  la  flor  marchita  de  su  esplendoroso  ornato, 

que  está  sobre  la  cabeza  defl  fértil  valle  de  los  embriagados  de  vino! 

2  He  aquí  que  el  Señor  dispone  de  un  fuerte  v  poderoso  ; 

como  granizada  y  funesta  tempestad,  | 

como  aguacero  de  aguas  impetuosamente  arrasadoras, 
derribará  en  tierra  con  violencia. 

*  Con  los  pies  se  la  hollará,  |  la  soberbia  corona  de  los  ebrios  de  Efraím, 
4  y  la  flor  marchita  de  su  esplendoroso  ornato, 

que  está  sobre  la  cabeza  del  valle  fértil  ; 

vendrá  a  ser  como  albacora  antes  de  la  cosecha,  |  que,  divisada  por  alguien, 
apenas  la  tiene  en  la  mano  se  la  traga. 
11  Aquel  día,  Yabveh-Sebaot  vendrá  a  ser 

corona  magnífica  |  y  diadema  esplendorosa  |  para  el  resto  de  su  pueblo, 
e  y  espíritu  de  justicia  |  para  quienes  se  sienten  a  juicio, 
y  fortaleza  ¡para  los  que  repelan  |  la  batalla  hasta  la  puerta. 

*  Mas  también  éstos  |  se  tambalean  por  el  vino  | 

y  por  el  hidromel  dan  traspiés  ; 
sacerdotes  y  profetas  tambaléanse  por  el  hidromel,  |  el  vino  los  domina  ; 
dan  traspiés  por  el  hidromel,  |  tambaléanse  al  mirar,  | 

titubean  al  ipronunciar  el  fallo. 
"  Ciertamente,  todas  las  mesas  |  están  llenas  de  vómito,  |  de  excremento  ; 
va  no  queda  sitio. 

*  «¿  A  quién  va  a  enseñar  ciencia  |  y  a  quién  hará  entender  su  predicación? 
¿  A  los  destetados  de  la  leche,  |  a  los  apartados  de  los  pechos  maternos  ? 
10  En  verdad  :  /  sau-lasau ,  sau-lasau , 

qau-laqau,  qau-laqau, 

zccr-sam,  zccr-sam!  [balbucean].» 

"  En  verdad,  con  barbarismos  de  lenguaje  y  extraña  lengua  | 

hablará  a  este  pueblo. 
u  Aquel  que  les  dijo  :  |  «Este  es  al  reposo,  |  dad  reposo  al  cansado, 
y  esto  es  solaz»  ;  pero  no  quisieron  escuchar. 
a  Así,  pues,  para  ellos  será  Ha  palabra  de  Yahveh  : 
«; sau-lasau,  sau-lasau,  qau-laqan,  qau-laqau, 
zeer-sam,  zccr-sam!n , 
para  que  anden  y  caigan  para  atrás  [ 

y  se  rompan  [un  hueso],  sean  cogidos  en  la  trampa  y  apresados. 


OO    1  Soberbia  corona  :  porque  Sumaria,  a  la  que  se  refiere  esta  profecía,  estaba  si- 
tuada  sobre  una  colina,  y  con  sus  murallas  y  torres  asemejábase  a  una  cabeza 
coronada, 

2  Un  fuerte  Y  poderoso  :  el  rey  <le  Asiría.  G  tradujo:  «He  aqui  <iue  la  cólera  del 
Señor  es  violenta  y  terrible.» 

5  Pura  el  resto  de  su  pueblo  :  lucrar  mesiánico. 

•  ...  repelan  la  batalla  :  los  que  rechacen  al  enemigo  que  intente  penetrar  en  la 
ciudad. 

■"Sau,  i.asau. ..  :  con  estas  palabras  onomatopéyicas  se  quiere  imitar  el  tartamudeo 
infantil  de  los  borrachos.  Lit.,  «mandamiento  a  mandamiento,  norma  a  norma,  un 
poco  aquí,  un  poco  allí»  (otros,  «ahí  esta  un  niño»)  (?),  aunque  las  versiones  antiguas 
y  modernas,  divergen  notablemente  al  interpretarlas.  Parecen  ser  meros  balbuceos  de 
mola  contra  el  profeta. 

u  BARBARISMOS  de  LENGUAJE  :  lit.,  sonidos  o  palabras  balbucientes  de  labio,  o  sea 
con  lenguaje  ignorado.  Alusión  a  la  futura  invasión  asiría. 


—  1324  — 


28  "-29 


ISAÍAS 


28  i4-29 


"  ¡  Por  eso,  escuchad  la  palabra  de  Yahveh,  ]  escarnecedores, 
dominadores  de  este  pueblo,  |  que  está  en  Jerusalén ! 

"  Ciertamente  habéis  dicho  :  «Hemos  concertado  alianza  con  la  muerte 

v  con  el  scol  hemos  hecho  un  ipacto  ; 

¿1  azote  defl  látigo,  cuando  pase,  |  no  nos  alcanzará  ; 

pues  hemos  hecho  de  la  mentira  nuestro  refugio  | 

y  en  el  engaño  nos  hemos  cobijado. 
15  Por  ello,  así  dice  el  Señor  Yahveh  : 
He  aquí  que  pongo  como  cimiento  a  en  Sión  una  piedra,  [ 

una  piedra  probada, 
una  piedra  angular  de  preciosa  estructura  y  firmemente  asentada  ; 
el  que  confíe  [en  ella]  no  tendrá  de  qué  conturbarse. 
"  Y  pondré  el  derecho  por  norma  |  y  la  justicia  por  plomada  ; 
entonces  el  granizo  quitará  de  en  medio  el  refugio  de  la  mentira 
v  las  aguas  arrasarán  el  escondrijo. 
"  Y  será  anulado  vuestro  pacto  con  la  muerte 
y  vuestra  alianza  con  el  seol  no  subsistirá  ; 
cuando  pase  el  azote  del  látigo,  |  seréis  por  él  hollados  ; 
"  siempre  que  pase  os  cogerá, 

pues  una  mañana  tras  otra  pasará,  |  de^  día  y  de  noche, 
y  sólo  un  horror  será  el  entender  el  oráculo. 

Pues  el  lecho  será  demasiado  corto  para  estirarse,  | 
y  el  cobertor  sobrado  estrecho  para  b  envolverse  ; 
-'  porque  Yahveh  se  levantará  como  sobre  el  monte  Perasim,  | 

como  en  el  valle  de  Gabaón  se  encolerizará 
para  llevar  a  cabo  su  obra,  su  obra  maravillosa  ;  j 

para  realizar  su  acción,  su  asombrosa  acción. 
-  Ahora  bien,  no  os  portéis  vergonzosamente,  | 

para  que  no  se  refuercen  vuestras  ligaduras  ; 
pues  exterminio  y  algo  firmemente  decretado  he  oído 
del  Señor  Yahveh-Sebaot  sobre  toda  la  tierra. 
a  Prestad  oído  y  escuchad  mi  voz,,  |  atended  y  oíd  mi  dicho. 
¿El  que  labra,  labra  acaso  todo  el  día  para  sembrar,  | 
abre  y  rastrilla  su  tierra  ? 
*  ¿  Acaso,  cuando  ha  allanado  su  superficie, 
no  esparce  la  neguilla  y  siembra  el  comino, 
v  deposita  el  trigo  en  sus  surcos, 
la  cebada  en  las  parcelas  a  ella  destinadas, 
v  espelta  en  sus  lindes  ? 

E  instruyele  en  lo  que  debe  hacer, 
su  Dios  le  enseña. 

"  Pues  no  con  trillo  se  trilla  la  neguilla 

ni  la  rueda  del  trillo  se  pasa  sobre  el  comino,  i 

sino  que  con  la  vara  se  apalea  la  neguilla  |  y  el  comino  con  la  estaca. 
¿Tritúrase  el  trigo?  No,  pues  no  lo  trilla  c  sin  cesar, 
e  impulsa  la  rueda  de  su  carro,  |  y  lo  extiende,  pero  rt  no  lo  tritura. 
-*  También  esto  ha  procedido  de  Yahveh-Sebaot  ; 
maravilloso  consejo  da,  manifiesta  magna  inteligencia. 


"  Escarnecedores  :  vosotros  los  que  os  burláis  «le  las  amenazas  <le  1<>>-  profetas 
y  adquirís  así  influencia  sobre  mi  pueblo. 

n  Nuestro  refugio:  o  aquello  con  que  nos  queremos  salvar.  Todo  este  pasaje  se 
refiere  moralmente  a  cuantos  se  duermen  en  una  falsa  seguridad  espiritual.  * 

16  Una  piedra  probada  :  Ezequfas,  según  unos  ;  pero  lo  más  probable  es  que  se  re- 
fiera a  Jesu-Cristo. 

"  Norma  :  lit.,  el  cordón  de  la  plomada  (V  rao  pondere»). 
Una  mañana  tras  otra  pasará  :  alusión  a  las  varias  invasiones  asirías. 

*  Neguilla  :  otros,  eneldo,  comino,  etc.  También  en  el  resto  del  verso  hay  diver- 
gentes interpretaciones;  se  duda  del  texto  de  H  (cf.  Kit,  etc.).  Hemos  procurado  ce- 
ñirnos a  él  y  dar  una  versión  que  nos  parece  probable. 

58  Tritúrase  :  de  tanto  trillarlo.  G  difiere  notablemente  en  este  v.  y  el  que  sigue  : 
tNo  estaré  eternamente  irritado  con  vosotros,  y  la  voz  de  mi  amargura  no  os  aplas- 
tará siempre.  Estas  señales  vienen  ;  meditadlas  y  rechazad  todo  vano  consuelo.» 


—  1325  — 


29  i-is 


ISAÍAS 


29  M3 


Castigo  y  liberación  de  Jerusalén.  Promesas  salvadoras 


OQ  1  ¡  A>'  [de  ti].  Ariel,  Ariel  |  ciudad  donde  acampó  David! 

¡Añadid  año  tras  año,  |  giren  las  fiestas! 
2  Y  yo  asediaré  a  Ariel,  |  y  habrá  tristeza  y  duelo, 

y  será  a  para  mí  como  un  Ariel,  ¡  8  y  acamparé  como  en  círculo  contra  ti, 
y  te  cercaré  con  atrincheramiento,  |  y  haré  alzar  contra  ti  vallas  de  asedio. 
'  Humillada,  hablarás  desde  la  tierra,  | 

y  encorvada,  saldrá  desde  el  polvo  tu  decir  ; 
y  sucederá  que  cual  la  de  un  espectro  saldrá  de  la  tierra  tu  voz,  | 

y  tu  palabra  procederá  del  polvo  como  un  susurro. 
6  Ahora  bien,  el  tropel  de  tus  adversarios  será  como  polvo  tenue,  | 

y  cual  tamo  se  desvanecerá  el  tropel  de  tus  tiranos. 
8  De  Yahveh-Sebaot  serás  visitada  | 

entre  truenos,  terremotos  y  gran  estruendo,  \ 

huracán,  tempestad  y  devoradora  llama  de  fuego. 
1  Y  ocurrirá  como  en  un  sueño  |  y  visión  nocturna, 
con  la  multitud  de  todas  las  naciones  |  que  combaten  contra  Ariel, 
v  con  todos  los  que  contra  ella  pelean,  con  las  fortificaciones  | 

y  con  los  que  las  asedian. 
"  Sucederá,  pues,  como  cuando  el  hambriento  sueña  que  come,  | 

mas  despierta  y  queda  defraudado  su  espíritu  ; 
\  como  cuando  el  sediento  sueña  estar  bebiendo, 
inas  despierta,  y  hete  aquí  que  se  halla  desfallecido  de  sed  | 

y  lleno  de  ansia. 
Así  le  ocurrirá  a  la  multitud  de  todas  las  naciones  | 

que  pelean  contra  el  monte  Sión. 
"  ¡  Deteneos  y  asombraos,  |  deslumhraos  y  cegad ! 

Embriagaos,  mas  no  de  vino  ;  |  tambaleaos,  pero  no  por  el  hidromel  ; 
10  Pues  Yahveh  ha  derramado  sobre  vosotros  |  un  espíritu  de  sopor 
y  ha  cerrado  vuestros  ojos,  los  profetas,  | 

y  vuestras  cabezas,  los  videntes,  ha  tapado. 


11  Así,  pues,  toda  profecía  ha  sido 
para  vosotros  como  las  palabras  de 
un  libro  sellado,  el  cual,  si  se  le  en- 
trega a  un  entendido  en  escritura, 
diciéndole:  «¡Lee,  por  favor,  esto!», 
responde  :  « ¡  No  puedo,  porque  esta 


sellado!»  12  O  bien  se  entrega  el  li- 
bro a  quien  no  entiende  de  escritu- 
ra, diciéndole  :  «¡I*ee,  por  favor,  es- 
to!», y  contesta  :  «No  entiendo  de 
escritura.» 


"  Y  dijo  el  Señor  :  Por  cuanto  que  este  pueblo  |  se  me  acerca  con  su  boca 
y  con  sus  labios  me  honra,  |  mientras  mantiene  su  corazón  alejado  de  mí. 


OQ  1  Ariel:  se  refiere  a  Jerusalén  en  forma  simbólica. La  significación  figurada  de 
¿"3  esta  palabra  parece  ser  la  de  «altar  de  holocaustos  para  Dios»  ;  la  verdadera, 
•  león  de  Dios.. 

-  Como  un  Arif.l  :  trátase  de  una  expresión  oscura.  Suele  interpretarse  como  'ho- 
gar de  sacrificios'  o  como  nombre  compuesto  de  El  'Dios'. 

4  ¡jALfiRÁ  DE  la  tierra  Tü  voz  :  era  creencia  popular  que  se  quejaban  los  muerto-» 
l>or  debajo  de  la  tierra  con  suaves  gemidos. 

"Visitada:  y  castigada  y  aniquilada.  ||  Entre  truenos:  el  supremo  cumplimiento 
ile  esta  profecía,  o  sea  de  la  destrucción  de  los  enemigos  de  Dios,  será  en  los  últimos 
tiempos  del  mundo. 

8  Queda  defraudado  su  espíritu:  o  su  avidez;  lit.,  su  alma  (o  espirita,  avidez  ..i 
está  vacía. 

"Deteneos:  otros,  «quedad  estupefactos...»  ||  Deslumbraos  v  cegad:  o  bien,  cegad 
v  sed  ciegos  ;  V  «fluctuate  et  vacillate». 

11  Libro  sellado  :  los  libros  tenían  forma  de  rollos,  y  para  que  no  fuesen  abiertos 
b*  los  sellaba. 


—  1.^26  — 


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ISAÍAS 


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siendo  así  el  temor  que  me  tienen  | 

un  simple  mandamiento  humano  aprendido, 
"  por  eso  he  aquí  que  seguiré  b 

obrando  maravillas  con  este  pueblo,  obrando  maravillas  en  extremo  ; 
v  fracasará  entonces  la  sabiduría  de  sus  sabios  | 

y  la  inteligencia  de  sus  entendidos  se  ocultará. 
"  ¡  A  y  de  los  que  buscan  en  la  profundidad  el  huir  de  Yahveh  ] 

para  ocultar  [sus]  propios  designios !  ; 
pues  en  (la  «scuridad  tienen  lugar  sus  manejos,  | 

v  han  dicho  :  ¿Quién  nos  ve  y  quién  nos  conoce? 
10  ¡  Oh  vuestra  (perversidad  !  ¿  Acaso  el  barro  ] 

ha  de  estimarse  igual  al  alfarero, 
de  suerte  que  diga  la  obra  a  su  hacedor  :  «¡No  me  ha  hecho!», 
y  la  vasija  a  su  alfarero  :  «No  sabe»  ? 

"  Ciertamente,  dentro  de  breve  tiempo  i  el  Líbano  se  trocará  en  vergel, 
v  el  vergel  por  bosque  será  tenido, 
~1S  v  aquel  día  oirán  los  sordos  palabras  escritas 
y  desde  las  tinieblas  y  oscuridad  verán  'los  ojos  de  los  ciegos  ; 
^  ios  humildes  acrecerán  [su]  alegría  en  Yahveh 
v  los  .hambres  más  .pobres  exultarán  de  júbilo  en  el  Santo  de  Israel 
Pues  se  acabaron  los  tiranos  y  se  terminaron  los  desvergonzados 
v  son  extirpados  todos  los  atentos  a  la  iniquidad, 
-'  los  que  declaran  culpable  a  un  hombre  por  cualquier  cosa, 
y  a  quien  juzga  en  el  tribunal  tienden  lazos, 
v  tergiversan  "lo  recto  por  nada. 

5v  Por  ello,  así  afirma  Yahveh,  Dios  c  de  la  casa  de  Jacob  que  rescató  a 
Abra  ha  m  : 

«Ahora  no  se  avergonzará  |  ni  palidecerá  «hora  su  rostro  ; 

-'  pues  cuando  vea  d  a  sus  hijos  ú,  la  obra  de  mis  manos,  en  medio  de  él  | 

santificarán  mi  nombre  ; 
y  santificarán  al  Santo  de  Jacob  |  y  al  Dios  de  Israel  teimerán. 
*  Entonces  entrarán  en  razón  los  extraviados  de  espíritu  ¡ 

v  los  murmuradores  aprenderán  la  enseñan/ri. 


Contra  la  alianza  de  Judá  con  Egipto 


oa    1  ¡  Ay  de  los  hijos  rebeldes!,  ¡  declara  Yahveh. 
Quieren  realizar  un  designio,  mas  no  mío,  | 

V  concertar  un  pacto,  pero  no  según  mi  espíritu, 
de  modo  que  añaden  así  pecado  tras  .pecado. 
"'  Ya  van  bajando  a  Egipto  ¡  y  a  mi  boca  no  han  consultado, 
para  refugiarse  al  amparo  del  Earaón  |  y  esconderse  a  la  sombra  de  Egipto. 
■  Mas  el  amparo  del  Earaón  os  servirá  de  vergüenza, 
y  el  esconderse  a  la  sombra  de  Egipto,  de  oprobio. 
'  Aunque  sus  príncipes  estaban  ya  en  Soan  | 

y  sus  mensajeros  llegaban  ya  a  Janes, 
!  todos  se  verán  defraudados  por  el  .pueblo,  |  que  no  les  servirá  de  nada, 
no  sirve  de  ayuda  ni  de  provecho,  |  sino  de  vergüenza  e  ignominia. 


u  ¡Av  de  los  que  buscan...!  :  este  texto  se  aplica  a  los  impíos,  riue  pretenden  no 
necesitar  de  Dios  para  sus  empresas. 

21  Quien  juzga  o  actúa  de  arbitro,  sentencia  en  el  tribunal  (lit.,  en  la  puerta!  ; 
v  larguentem  ¡u  porta».  ||  Tergiversan  lo  recto  por  nada:  o  bien  (cf.  V),  tse  apar- 
tan del  justo  sin  motivo». 

52  Que  rescató  a  Abrahán  :  sacándole  de  su  idólatra  tierra. 

OA    "  Y  a  mi  boca  :  e.  d.,  a  mis  profetas. 
«JV/   j  Os  servirá  :  o  se  os  trocará  en. 

1  Soan:  Tanis.  ||  Janés  :  Herakleópolis  Magna,  al  SE.  del  oasis  de  layuin. 


—  1327  — 


30  6-21 


ISAÍAS 


30  6-23 


"  Vaticinio  de  las  bestias  del  Mediodía  :  | 

Por  tierra[s]  de  angustia  y  de  tribulación, 
de  donde  salen  el  león  y  la  leona,  |  la  víbora  v  la  serpiente  voladora, 
llevan  a  lomos  de  pollinos  sus  riquezas  | 

y  sobre  la  giba  de  los  camellos  sus  tesoros, 
a  un  pueblo  que  no  [les]  servirá  de  nada. 
'  Pues  Egipto  no  ha  ayudado  nada  en  absoluto  ; 
por  ello  llámole  yo  :  el  monstruo  que  huelga  a. 
'  Ahora  entra,  escríbelo  en  una  tabla  estando  ellos  presentes  | 

y  iponlo  ipor  escrito  en  un  'libro, 
para  que  sirva  de  testimonio  b  eterno  para  el  día  postrero. 
*  Pues  es  un  pueblo  rebelde,  hijos  mentirosos,  | 

hijos  que  no  quieren  oír  la  voz  de  Yahveh  ; 

10  que  dicen  a  Hos  videntes  :  «¡No  veáis!»,  | 

y  a  quienes  tienen  visiones  :  No  veáis  para  nosotros  visiones  rectas  ; 
habladnos  cosas  seductoras,  |  contemplad  proféticamente  cosas  engañosas. 

11  Apartaos  del  camino,  |  desviaos  de  la  senda, 
quitad  de  ante  nosotros  al  Santo  de  Israel. 

'-  Por  ello,  el  Santo  de  Israel  así  dice  : 
Por  cuanto  habéis  despreciado  esta  palabra 

y  habéis  confiado  en  lo  perverso  0  y  pecaminoso  |  apoyándoos  sobre  ello, 
"  por  eso  tal  delito  será  para  vosotros 

como  hendidura  ruinosa  que  se  abomba  en  elevado  muro, 

cuyo  derrumbamiento  se  produce  de  repente  en  un  momento. 

"  Así,  pues,  su  derrumbamiento  será  cual  ruptura  de  vasija  de  alfarero, 

destrozada  sin  duelo  : 

en  su  destrozo  no  se  encuentra  ni  un  tiesto 

para  sacar  fuego  del  hogar  |  ni  para  extraer  agua  de  una  cisterna. 
,:'  Pues  así  ha  hablado  el  Señor,  Yahveh,  el  Santo  de  Israel  : 
«Mediante  conversión  y  tranquilidad  os  salvaréis  :  | 

en  ila  calma  y  la  confianza  estriba  vuestra  fuerza.» 
Mas  no  quisisteis,  |  16  y  dijisteis  :  «No, 
pues  a  caballo  huiremos»  ;  |  por  eso  habéis  de  huir  ; 
«y  en  ligero  [corcel]  cabalgaremos»  ;  | 

por  eso  serán  ligeros  vuestros  perseguidores. 
"  Un  millar  se  echará  a  temblar  d  ante  el  grito  amena/ador  de  uno  solo, 
y  ante  el  grito  amenazador  de  cinco  huiréis  j 

hasta  que  hayáis  quedado  como  un  mástil  en  la  cima  de  la  montaña  | 

y  como  una  enseña  sobre  la  colina. 
's  Por  eso  Yahveh  espera  confiado  en  obrar  graciosamente  con  vosotros, 
por  eso  ansia  de  vosotros  compadecerse  ; 

pues  Dios  de  derecho  es  Yahveh,  |  dichosos  cuantos  en  él  esperan. 


18  Ciertamente,  pueblo  de  Sión,  ha- 
bitante e  de  Jerusalén,  no  has  de  llo- 
rar en  modo  alguno  ;  con  certeza 
obrará  gracia  contigo,  atendiendo  a 
la  voz  de  tu  grito  de  auxilio  ;  en 
cuanto  lo  oiga  te  responderá.  20  En- 
tonces el  Señor  os  dará  pan  de  aflic- 
ción y  agua  de  congoja.  Y  no  se 
esconderá  más  tu  maestro,  sino  que 
tus  ojos  a  tu  maestro  verán  21  y  tus 


oídos  oirán  la  palabra  detrás  de  ti, 
en  estos  términos  :  «Este  es  el  ca- 
mino, id  por  él,  ya  estéis  a  la  de- 
recha, ya  a  la  izquierda.»  "  Y  con- 
taminarás 1  la  cubierta  de  tus  ído- 
los de  plata  y  el  revestimiento  de 
tus_  ídolos  de  oro  fundidos,  y  los  ti- 
rarás como  cosa  impura.  «¡Fuera!», 
le[s]  dirás.  23  Así,  dará  lluvia  a  tu 
semilla,  con  la  que  siembras  tu  tie- 


8  Vaticinio  de  las  bestias  del  Mediodía  o  Négueb  :  es  título  enigmático,  <le  cuya 
versión  e  interpretación  dúdase  mucho.  Otros,  como  V,  carga  de... 
10  Los  videntes  :  los  que  tienen  visiones  j>roféticas. 

12  En  lo  perverso  :  en  la  política  humana,  con  la  cual  pretendían  librar  a  la  na. 
ción  santa,  mediante  riquezas  obtenidas  por  la  fuerza,  del  yugo  de  Egipto. 

w  Ansía  :  lit.,  se  exalta  (o  alza)  perdonándoos  ;  prps.  diversas  modificaciones  a  H. 

22  Y  contaminarás  :  los  ídolos  solían  ser  de  bajo  metal,  recubierto  de  oro  o  pla- 
ta, j|  Cosa  impura  :  lit.,  objeto  contaminado  por  flujo  menstrual. 


—  1328  — 


30  *-*31  3 


ISAÍAS 


30  26-31  3 


rra,  y  el  pan,  producto  de  tu  cam- 
po, será  pingüe  y  enjundioso ;  tu 
ganado  pastará  aquel  día  espaciosa 
dehesa.  "  Además,  los  bueyes  y  los 
asnos  que  trabajan  la  tierra  come- 
rán pienso  salado,  que  6e  ha  aven- 
tado con  pala  y  bieldo.  25  Y  sucede- 
rá que  en  toda  montaña  alta  y  so- 
bre toda  colina  elevada  habrá  arro- 


yos y  corrientes  el  día  de  la  gran 
matanza,  cuando  caigan  las  torres. 
*  Y  la  luz  de  la  luna  será  como  la 
luz  del  sol,  y  la  luz  del  sol  será  sie- 
te veces  [más  fuerte],  como  la  luz 
de  siete  días,  el  día  en  que  Yahveh 
vende  la  herida  de  su  pueblo  y  la 
herida  de  su  golpe  cure. 


;7  He  aquí  que  el  nombre  de  Yahveh  viene  de  lejos  ;  [ 

quema  su  ira  y  pesado  es  el  humo  que  sube  ; 
sus  labios  están  llenos  de  furor  |  y  su  lengua  como  fuego  devorador, 
s  y  su  soplo  es  cual  corriente  abrasadora  [  que  llega  hasta  el  cuello, 
para  agitar  a  las  naciones  con  funesta  agitación 
v  [poner]  bocado  extraviador  en  las  mandíbulas  de  los  pueblos. 
51  Tendréis  canción  como  en  la  noche  en  que  se  santifica  una  fiesta, 
y  alegría  de  corazón  como  la  de  quien  camina  al  son  de  la  flauta, 
para  ir  a  la  montaña  de  Yahveh,  a  la  Roca  de  Israel. 
**  Y  hará  oír  Yahveh  la  majestad  de  su  voz  | 

y  dejará  ver  el  bajar  de  su  brazo, 
con  furor  de  ira  y  llama  de  fuego  devorador,  | 

con  lluvia  torrencial  y  piedra  de  granizo. 
"  Ciertamente,  a  <la  voz  de  Yahveh  será  confundido  Assur,  | 

con  vara  [le]  golpeará. 
'"  Acaecerá  entonces  que  cada  pasada  de  la  vara  de  corrección  '  I 

que  Yahveh  asiente  sobre  él, 
será  con  adufes  y  cítaras,  |  y  con  blandida  hacha  de  combate  los  h  derrotará. 
"  Pues  preparado  está  desde  hace  tiempo  un  Tófet 
también  para  Molok,  |  está  dispuesto  y  ahondada  su  concavidad  ; 
fuego  y  leña  hay  en  abundancia  ; 

el  aliento  de  Yahveh,  como  un  río  de  azufre  lo  prenderá. 


Inutilidad  del  socorro  egipcio  y  protección  de  Yahveh 


31 


1  ¡  Ay  de  aquellos  que  bajan  a  Egipto  en  busca  de  socorro,  | 
sobre  corceles  se  apoyan 
y  confían  en  carros,  por  ser  muchos,  | 

y  en  jinetes,  porque  son  muy  fuertes  ; 
pero  no  han  mirado  al  Santo  de  Israel  |  y  a  Yahveh  no  han  consultado ! 
-  Mas  también  El  es  sabio  y  atraerá  desventura,  | 

y  sus  palabras  no  cumplirá  ; 
se  levantará  contra  ila  casa  de  los  malvados  | 

y  contra  el  auxilio  de  quienes  obran  iniquidad. 
'  Pues  los  egipcios  son  hombres  y  no  dioses  | 
y  sus  caballos,  carne  y  no  espíritu. 

24  Pienso  salado  :  a  que  son  muy  aficionados  estos  animales. 

~  Ei.  humo  QUE  si-be  :  la  columna  de  humo  que  asciende ;  V  tet  gravis  ad  por- 
tandum». 

a  Tendréis  canción:  e.  d.,  cantaréis  la  canción.  ||  Se  santifica  una  fiesta:  equi- 
valente quizá  a  «celebrarse  una  fiesta»;  otros,  «santificarse  para  la  fiestas,  «(en  dfas 
del  fiesta  sagrada.. 

33  Tófet  :  lugar  al  sur  de  Jerusalén,  tristemente  famoso  por  su  horrendo  culto  a 
Molok  o  Mélek  con  sus  sacrificios  humanos,  etc. 

ipto  disponía  de  buena  caballería  de  cuerra,  que  Judá 

s  :  los  malos  consejeros  del  pueblo. 

—  1329  — 


31  *~32  i 


ISAÍAS 


31  *-32  7 


Así,  pues,  Yahveh  extenderá  su  mano,  | 

y  se  tambaleará  el  que  ayuda  y  caerá  el  ayudado, 
y  a  una  todos  ellos  perecerán. 
'  Porque  así  me  ha  dicho  Yahveh  : 
«Como  ruge  el  león  y  el  leoncillo  sobre  su  presa, 
contra  el  cual  se  convoca  a  la  totalidad  de  los  pastores, 
mas  no  se  asusta  de  sus  gritos  ni  de  su  tropel  se  intimida, 
así  descenderá  Yahveh-Sebaot  | 

para  pelear  en  la  montaña  de  Sión  y  en  su  colina. 
5  Cual  aves  revdloteadoras,  así  ha  de  amparar  |  Yahveh-Sebaot  a  Jerusalén, 
amparando  y  salvando,  |  perdonando  y  dejando  escapar. 

4  Volved  a  aquel  de  quien  tan  radicalmente  os  habéis  apartado,  hijoo 
de  Israel.  7  Pues  aquel  día  todos  despreciarán  a  sus  ídolos  de  plata  y  a 
sus  ídolos  de  oro,  que  os  han  fabricado  vuestras  manos  para  pecado. 
8  Y  caerá  Assur  por  espada  de  alguien  que  no  es  un  hombre,  f 

y  espada  de  alguien  no  humano  le  devorará  ; 
y  si  se  escapa  de  la  espada,  sus  soldados  quedarán  sujetos  a  servicio 

personal. 

•  Entonces  su  roca  se  derretirá  de  terror  ! 

y  sus  príncipes  desertarán  espantados  de  la  bandera, 
declara  Yahveh,  que  tiene  un  hogar  en  Sión  |  y  un  horno  en  Jerusalén. 


Promesas   venturosas.   Contra   las   mujeres.  Renovación 


0  O    1  He  aquí  que  con  justicia  reinará  un  rey  | 

y  príncipes  gobernarán  según  derecho  ; 
J  cada  uno  [de  ellos]  será  como  escondrijo  contra  el  viento  | 

y  abrigo  contra  la  lluvia, 
como  corrientes  de  agua  en  tierra  seca, 
como  sombra  de  una  gran  roca  en  tierra  desértica. 

3  Y  no  se  pegarán  los  ojos  de  los  que  ven  | 

y  los  oídos  de  los  que  oyen  escucharán  ; 

4  asimismo,  el  corazón  de  los  locos  comprenderá  con  arreglo  a  razón,  ! 

y  la  lengua  de  los  tartamudos  hablará  en  seguida  claramente. 

1  Ya  no  se  llamará  noble  al  loco  | 

ni  el  engañador  será  apellidado  generoso. 
'  Pues  locura  habla  el  loco  |  y  su  corazón  obra  el  mal, 
realizando  obra  'perversa  ¡  y  hablando  error  sobre  Yahveh  ; 
dejando  vacía  el  alma  del'hambriento  |  y  privando  de  bebida  al  sediento. 
:  Pues  las  armas  del  hipócrita  son  malas,  f  maquina  tramas  inicuas, 
para  perder  a  los  humildes  con  palabras  dolosas 
y  con  hablar  [mendaz]  a  los  pobres  [en  el]  juicio. 


c  Perdonando  :  Iit.,  pasando  (por  encima  o  por  alto). 

'  Volved  a  auuel  :  apoya  el  profeta  su  exhortación  en  dos  razones  :  i.',  que  un  día 
conocerán  lo  horroroso  de  la  idolatría  y  se  apartarán  de  ella  ;  2.*,  Israel  no  puede  ser 
.-.ocorrido  por  los  hombres,  sino  por  Dios  sólo.  ||  Radicalmente  os  habéis  apartado  : 
lit.,  profundizasteis  el  apartamiento. 

6TJn  horno  en  Jerusalén:  se  refiere  a  los  sacrificios  que  de  continuo  se  celebra- 
ban  en  la  ciudad  santa. 

nn  1  Reinará  un  REY  :  Ezequfas  ;  pero  el  total  cumplimiento  de  la  profecía  no  se 
Oíi    verificó  hasta  la  era  mesianica. 

«  La  lenuua  de  los  tartamudos  o  impedidos  de  decir  las  verdades  religiosas  y  mo- 
rales. 

7  Las  armas:  las  sordas  maquinaciones  del  fraudulento  cmjafuidor.il  Con  hablar..  : 
mas  iit.,  según  H,  aun  hablando  el  pobre  el  derecho,  e.  d.,  cuando  el  pobre  defiende- 
»us  derechos  y  tiene  de  su  parte  la  justicia. 


—  I330  — 


32  »-33fi 


ISAÍAS 


32  s-33  6 


1  Pero  el  noble  proyecta  cosas  nobles  |  y  sobre  cosas  nobles  él  se  afirma. 
'  Mujeres  despreocupadas,  |  levantaos  y  escuchad  mi  voz  ;  | 

hijas  confiadas,  |  prestad  oído  a  mi  palabra. 
10  De  hoy  en  un  año]  temblaréis,  ¡oh  confiadas!, 

pues  se  habrá  concluido  la  vendimia  |  y  recolección  de  fruta  no  vendrá. 
¡  Temblad,  despreocupadas  ;  |  temed,  confiadas,  | 

desvestios  y  desnudaos  |  y  ceñios  los  lomos, 
'  se  golpean  a  el  pecho  |  por  los  campos  placenteros,  | 

por  las  viñas  fructíferas, 
"  por  la  tierra  de  mi  pueblo,  |  en  la  cual  brotan  espinas  y  abrojos, 
ciertamente  b  por  todas  las  casas  de  placer  [y]  la  ciudad  alegre  ! 
14  Pues  la  cindadela  está  abandonada,  [el  tumulto  de  la  ciudad  ha  cesado.  ! 

el  Ofel  y  la  torre  de  centinela  se  han  convertido  0  en  cavernas 
para  siempre,  ¡  delicia  del  onagro,  |  pasto  de  los  rebaños  ; 
™  hasta  que  sea  derramado  sobre  nosotros  espíritu  de  lo  alto  ; 
luego  la  estepa  se  trocará  en  huerto, 
y  el  huerto  será  considerado  como  bosque. 

'*  Y  en  el  desierto  residirá  el  derecho  |  y  la  justicia  en  el  huerto  morará. 
"  La  obra  de  la  justicia  será  la  paz,  | 

y  el  fruto  de  la  justicia,  la  tranquilidad  v  la  seguridad  para  siempre. 
,s  Así  mi  pueblo  morará  en  mansión  de  paz,  1  en  moradas  seguras  | 

y  en  apacibles  lugares  de  reposo. 
Mas  el  bosque  granizará  d  con  derrumbamiento  | 

y  en  hundimiento  se  hundirá  la  ciudad. 
:'  ¡Felices  vosotros  que  sembráis  en  todas  las  aguas 
y  soltáis  el  pie  de  la  res  vacuna  y  el  asno ! 


Fin  de  la  Asiría  y  liberación  y  gloria  futura  de  Jerusalén 


•)o    1  i  Ay  de  ti,  saqueador  que  no  has  sido  saqueado,  | 
"'^        y  ladrón  al  que  no  han  robado  aún! 
Cuando  hayas  terminado  de  saquear,  serás  saqueado  ;  1 

cuando  hayas  acabado  a  de  robar,  te  robaran  a  ti. 
!  ¡  Yahveh,  sé  clemente  con  nosotros,  en  ti  esperamos, 
sé  nuestro  b  brazo  todas  las  mañanas,  | 

y  también  nuestra  salvación  en  tiempo  de  angustia  ! 
1  \  la  voz  del  estruendo  huyen  los  pueblos,  | 

ante  tu  alzamiento  son  dispersadas  las  naciones»  ! 
'  recógese  botín  como  c  recogida  de  langosta,  | 

como  abalanzarse  de  langosta  se  abalanzan  sobre  él. 
£  Excelso  es  Yahveh,  pues  mora  en  la  altura,  | 

llena  a  Sión  de  derecho  y  justicia. 
"  Y  habrá  seguridad  en  tus  tiempos, 
un  tesoro  de  felicidad,  de  sabiduría  y  ciencia  ;  | 

el  temor  de  Yahveh  será  su  tesoro. 


11  Por  los  campos:  e.  d.,  con  el  recuerdo  de,  como  traduce  G. 

13  Casas  de  placer  :  las  hermosas  quintas  construidas  en  torno  a  la  ciudad. 

"Ofel:  designa  el  saliente  o  promontorio  en  la  parte  sudoccidental  del  templo, 
integrado  a  la  sazón  por  dependencias  del  palacio. 

1S  Sea  derramado  sobre  nosotros  :  esta  efusión  del  espíritu  de  lo  alto,  portadora 
de  vida  y  de  paz,  sucederá  en  los  tiempos  mesianieos. 

10  Mas  el  bosque:  Asiría,  emblema  de  los  enemigos  de  Dios.  ||  En  hundimiento  se 
hundir!  :  hebraísmo  por  tse  hundirá  del  todo». 

3o    •  EN  tus  tiempos  :   los  de  Ezequías  y,  sobre  todo,  de  Jesu-Cristo. 


—  I.VJI  — 


7-22 

£2   ISAIAS    33  7-22 

"  He  aquí  que  los  héroes  gritan  fuera,  | 

los  mensajeros  de  paz  lloran  amargamente 
Asoladas  están  las  calzadas,  |  dejaron  de  pasar  los  caminantes 
porque  ha  roto  la  alianza,  desdeñado  los  testimonios  d  •  I 

no  ha  estimado  al  hombre. 
8  Está  marchita,  seca  la  tierra,  |  avergonzado  el  Líbano,  mustio  • 
el  barón  esta  como  una  estepa,  ¡ 

y  el  Basán  y  el  Carmelo  sacúdense  el  follaje 
u  vi0™  V°y-a  ,leva,ntarn?e,  !  afirma  Yahveh  ;  |  ¿hora  surgiré  v  me  alzaré. 
tstais  preñados  de  paja,  parís  rastrojos  ;  " 

mi  o  aliento  es  fuego  que  os  devora. 
-1J  Y  los  pueblos- son  calcinados,  convertidos  en  cal  ;  | 

como  espinos  cortados  arderán  en  el  fuego. 
13  Oigan  los  lejanos  lo  que  llevé  a  cabo,  | 

y  conozcan  mi  fuerza  los  cercanos  ; 
"  estremézcanse  en  Sión  los  pecadores,  ¡ 

apodérese  el  temblor  de  los  impíos  :' 
«¿  Quién  de  nosotros  podrá  morar  en  fuego  abrasador,  | 

quién  de  nosotros  podrá  morar  en  ascuas  eternas  "',, 
16  El  que  camina  en  la  justicia  y  habla  rectitud,  | 

el  que  rechaza  lo  injustamente  ganado  por  coacción, 
el  que  sacude  sus  manos  para  no  tomar  soborno,  | 

y  tapa  su  oído  para  no  oír  de  acciones  cruentas, 
y  cierra  sus  ojos  para  no  ver  el  mail  : 
"'  ése  morará  en  alturas  ; 
eiudadelas  rocosas  serán  su  refugio,  | 

darásele  su  pan,  sus  aguas  están  para  él  seguras. 
"  Al  rey  en  su  belleza  contemplarán  tus  ojos,  | 

verán  una  tierra  dilatada. 
"  Tu  corazón  reflexionará  sobre  el  horror  :  | 

¿Dónde  está  el  que  contaba,  dónde  quien  pesaba  el  dinero,  | 

dónde  el  que  hacía  el  cómputo  de  las  torres  ? 

19  Al  pueblo  desvergonzado  no  verás,  | 

afl  pueblo  de  hablar  incomprensible,  que  no  se  entiende  ;  | 
de  lenguaje  bárbaro,  que  no  se  comprende. 

20  Contempla  a  Sión,  la  ciudad  de  nuestras  solemnidades  ; 
tus  ojos  verán  a  Jerusalén,  | 

como  morada  tranquilla  y  tienda  que  no  emigra  ; 
no  se  arrancarán  sus  estacas  jamás  | 

y  ninguna  de  sus  cuerdas  se  desgarrará, 

21  sino  que  allí  será  Yahveh  poderoso  para  nosotros, 
lugar  de  ríos  y  Nilos  anchurosos. 

No  navega  por  él  barco  de  remos, 

ni  lo  surca  navio  de  bella  construcción. 

--  Pues  Yahveh  es  nuestro  juez,  Yahveh  nuestro  soberano,  | 
Yahveh  nuestro  rey,  El  nos  salva 


:  HÉROES  :  otros,  «los  de  Ariel»  ;  V  evidentes».  ||  I.os  mensajeros  m  vw.  :  envia- 
dos a  Senaquerib  a  pedir  la  paz. 

"  Ha  roto...  :  e.  d.,  el  rey  Senaquerib, 

9  Sarón  :  e.  d.,  la  hermosa  y  feraz  llanura  marítima  que  se  dilata  de  Jafa  al  Car- 
melo. 

"  Estáis  preñados...  :  cf¡  c;  :  «Entonces  veréis,  entonces  comprenderéis.  Vuestra 
fuerza  de  espíritu  será  vana  y  el  fuego  os  devorará.» 
11  Al  rey  en  su  belleza  :  al  rey  Mesías. 

18  Las  torres  de  la  ciudad  ix>r  sitiar  ;  otros,  «los  castillos,  las  casas  ilustres...». 

19  Bárbaro  :   o  balbuciente. 

20  Sión...  Jerusalén:  representan  aquí  a  la  Iglesia,  a  la  une  pertenece  el  entero 
cumplimiento  de  estas  magníficas  promesas. 

21  Lugar  de  Itíos...  :  otros  entienden  II  que  Yahveh  será  para  Jerusalén  defensa  in- 
expugnable, «en  lugar  de  ríos»  que  le  protejan  frente  al  enemigo,  como  el  Eufratc- 
o  el  Nilo  a  las  grandes  ciudades  asentadas  a  sus  orillas.  Otros  prefieren  corregir 
H  c.  Duhm,  etc. 


—  *332  — 


3  23-34  i-' 


ISAÍAS 


33  23-34  12 


*  Se  han  aflojado  tus  maromas,  |  no  sujetan  su  mástil,  | 

no  se  despliega  el  pabellón. 
Entonces  se  repartirá  el  botín  de  despojo  en  gran  cantidad  ;  | 

hasta  los  cojos  harán  presa, 
M  y  no  habrá  habitante  de  Sión  que  diga  :  «Estoy  enfermo»,  | 

pues  al  pueblo  que  mora  en  ella  le  ha  sido  perdonada  la  iniquidad. 


Juicio  de  Edom 


0  A    1  ¡  Aproximaos,  naciones,  para  oír,  ¡  y,  pueblos,  prestad  atención  ! 

¡  Escuche  la  tierra  y  lo  que  la  hinche,  |  el  orbe  y  cuanto  en  él  brota  t 

1  Pues  furor  tiene  Yahveh  contra  todas  las  naciones]  | 

y  enojo  contra  todo  su  ejército  : 
los  dará  al  anatema,  los  entregará  a  la  matanza. 

'  Así,  sus  muertos  serán  arrojados  |  y  de  sus  cadáveres  subirá  el  hedor. 
Los  montes  se  desharán  regados  por  la  copiosa  sangre  de  ellos, 

*  y  perecerá  todo  el  ejército  celeste  » 

y  el  cielo  se  arrollará  como  un  libro,  |  y  todo  su  ejército  se  marchitará, 

como  se  marchita  el  follaje  de  la  cepa  |  y  como  se  alacia  la  higuera. 

1  Porque  en  los  ciertos  se  empapará  mi  espada, 

he  aquí  que  sobre  Edom  descenderá, 

y  sobre  el  pueblo  de  mi  anatema,  para  el  juicio. 

K  Una  espada  tiene  Yahveh  llena  de  sangre,  |  y  se  ha  cebado  en  grasa, 
de  la  sangre  de  los  corderos  y  machos  cabríos,  | 

en  la  grasa  de  los  ríñones  de  los  carneros. 
Pues  Yahveh  celebra  un  sacrificio  en  Bosra,  | 

y  una  gran  matanza  en  el  país  de  Edom. 
'  Así  caerán  búfalos  con  ellos  b,  |  y  novillos  juntamente  con  toros, 
de  suerte  que  su  país  se  empapará  en  sangre  ¡ 

y  su  suelo  será  abrevado  con  la  grasa  ; 

*  porque  es  día  de  venganza  para  Yahveh,  | 

año  de  retribución  para  la  causa  de  Sión. 

*  Entonces  sus  torrentes  se  transformarán  en  pez,  I  y  su  tierra  en  azufre, 
v  su  país  caerá  víctima  de  la  pez  abrasadora  ; 

ni  de  noche  ni  de  día  se  apagará,  |  eternamente  ascenderá  su  humo  ; 
de  generación  en  generación  quedará  devastada, 
nunca  jamás  pasará  por  ella  nadie 
"  Pelícanos  y  alcaravanes  de  ella  se  adueñarán, 
lechuzas  y  cuervos  morarán  en  ella  ; 
y  extenderá  Yahveh  sobre  ella  | 

la  cuerda  de  la  destrucción  y  la  plomada  de  la  desolación. 
K  Los  machos  cabríos  morarán' en  ella  |  y  no  habitarán  allí c  sus  nobles; 
ya  no  será  allí  proclamado  ningún  reino, 
y  todos  sus  príncipes  tendrán  fin. 


31  Botín  de  despojo  :  así,  interpretando  como  botín  la  palabra  hebrea  ad  ícf.  Dice. 
Hempel)  ;  otro»  corrigen  el  texto  y  traducen  «repartirá  un  ciego». 

O  A  '  Todo  ei.  ejército  celeste  :  o  caerán  todos  los  astros  ;  al  fin  del  mundo  se  disol- 
*^       verá  toda  la  creación  y  tal  vez  pase  a  formar  nuevo  mundo  estelar  y  nueva 

tierra. 

T  Caerán  búfalos  :  símbolo  de  los  personajes  principales,  como  los  corderos  del 
versículo  anterior  significan  la  turba. 

s  Para  la  causa  de  :  o  también  «para  pelear  por»,  como  otros  prefieren. 

10  De  generación  en  generación  :  todavía  puede  andarse  tres  días  al  sudeste  del 
mar  Muerto  sin  hallar  más  que  ruinas,  animales  salvajes  y  espectros. 

"  La  destrucción...  la  desolación  :  o  bien,  la  nada...,  la  vaciedad. 


34 


ISAÍAS 


34  13-35  9 


'*  En  sus  palacios  crecerán  espinas,  |  cardos  y  abrojos  en  sus  alcázares  ; 
será  mansión  de  chacales,  |  vallado  d  de  avestruces. 
"  Allí  se  darán  cita  chacales  y  hienas,  ¡ 

y  los  machos  cabríos  se  taparán  unos  con  otros  ; 
también  allí  Lilit  descansará  [  y  hallará  para  sí  lugar  de  repo=o. 
15  Allí  anidará  la  serpiente,  pondrá,  |  empollará  e  incubará  sus  huevos 
allí  también  se  juntarán  los  milanos, 
los  unos  a  los  otros  f. 

"  Inquirid  en  el  libro  de  Yahveh  y  leed  :  |  ninguno  de  ellos  faltará, 

ninguno  echará  de  menos  al  otro, 
pues  la  boca  de  Yahveh  lo  ha  ordenado  |  y  su  aliento  los  ha  reunido. 
"  Él  mismo  les  ha  echado  la  suerte  | 

y  su  mano  se  la  ha  repartido  con  la  cuerda  de  medir  ; 
para  siempre  la  poseerán,  |  de  generación  en  generación  morarán  en  ella. 


Venturoso  porvenir  de  Israel  en  los  tiempos  mesiánicos 


qr  1  ¡Desierto  y  yermo  alégrense*,  ¡exulte  de  júbilo  la  estepa  v  fio- 
°°       rezca  b  | 

como  el  cólquico.  2  Brote  lujuriante 

y  exulte  ;  exulte  °,  sí,  y  dé  gritos  de  júbilo  ; 
pues  la  gloria  del  Líbano  le  ha  sido  dada,  ] 

la  magnificencia  de*l  Carmelo  y  Sarón  ; 
ellos  verán  la  gloria  de  Yahveh, 
el  esplendor  de  vuestro  Dios. 

*  ¡  Fortaleced  las  manos  desfallecidas  |  y  afianzad  las  rodillas  vacilantes  ! 
'  Decid  a  los  tímidos  de  corazón  :  |  ¡  Esforzaos  y  no  temáis  ! 
He  aquí  que  vuestro  Dios  traerá  d  venganza, 
expiación  de  Dios  ;  |  El  vendrá  y  os  redimirá. 
'  Entonces  se  abrirán  los  ojos  de  los  ciegos  | 

y  los  oídos  de  los  sordos  se  abrirán  ; 
"  entonces  saltará  el  cojo  como  un  ciervo  | 

y  gritará  de  júbilo  la  lengua  de  los  mudos, 
pues  aguas  han  brotado  en  el  desierto  |  y  torrentes  en  la  estepa  ; 
'  entonces  la  tierra  abrasada  se  trocará  en  estanque 
y  el  país  árido  en  hontanar  de  aguas  ; 
en  lo  que  era  la  morada  de  chacales,  su  cubil, 
habrá  verdor  0  de  cañas  y  juncos. 

8  Habrá  allí  mismo  una  calzada  y  camino;  |  vía  de  santidad  se  le  '  llamará  ; 
ningún  impuro  transitará  por  él  ;  ¡ 

pues  pertenece  a  su  pueblo  e,  que  va  por  el  camino,  | 

y  ni  los  tontos  se  extraviarán. 


M  Los  machos  cabríos  se  toparán  :  o  bien,  los  sátiros  se  llamarán  unos  a  otros.  |¡  Li- 
nt :  la  lamia  o  espectro  nocturno ;  algo  así  como  nuestras  brujas. 
18  Milanos  :  o  buitres. 

"  Se  la  ha  repartido  :  e.  d.,  ha  repartido  Edom  a  las  aves  de  rapiña  y  animales 
del  desierto,  como  los  conquistadores  reparten  sus  conquistas  entre  los  soldados. 

OK    '  La  salvación  de  Israel,  de  la  que  se  trata  en  este  capítulo,  es  figura  «le  la  de 
los  buenos  al  fin  del  mundo.  Los  judíos  ven  en  él  la  descripción  del  reino  del 
Mesías.  ||  El  cólquico  :  otros,  el  «narciso»,  «el  asfódelo»,  «la  cebolla  de  mar»... 

"  Saltará  el  cojo  :  los  prodigios  de  que  se  trata  aquí  designan  los  obrados  poi 
.lesu-Cristo  en  los  cuerpos  y  por  su  divina  gracia  en  las  almas.  Casi  de  iguales  pala- 
bras se  valió  Jesu-Cristo  para  hacer  comprender  a  sus  apóstoles  que  era  Él  el  verda- 
dero Mesías. 

8  Habrá  allí  mismo  una  calzada  para  conducir  a  peregrinos  y  gentiles  a  la  casa 
de  Dios. 


35'  36  9 


ISAÍAS 


35  9~36  15 


"  Xo  habrá  allí  león,  |  ni  bestia  feroz  subiré  a  él  |  ni  se  encontrará  allí  ; 

sólo  los  redimidos  caminarán. 

"  Regresarán  los  liberados  de  Yahveh, 

llegarán  a  Sión  con  gritos  de  júbilo  ; 

eterna  alegría  coronará  su  testa. 

Júbilo  y  alborozo  alcanzarán, 

7  huirán  la  pena  y  los  suspiros. 


Senaquerib  solicita  la  rendición  de  Jerusalén 


36 


1  Ahora  bien,  en  el  año  catorce 
del  rey  Ezequías,  Senaquerib, 
rey  de  Asiría,  subió  contra  todas  las 
ciudades  fortificadas  de  Judá  y  las 
tomó.  •  Y  el  rey  de  Asiria  envió  al 
rabsaqué  desde  Lakís  a  Jerusalén, 
donde  el  rey  Ezequías,  con  gran  fuer- 
za militar,  y  se  colocó  cerca  del  canal 
de  la  alberca  superior,  en  la  calzada 
del  Campo  del  Batanero.  3  Entonces 
calieron  hacia  él  Elyaquim,  hijo  de 
Jilquiyyahu,  que  era 'superintendente 
de  palacio,  y  Sebná,  el  escriba,  y 
Yoaj,  hijo  de  Asaf,  el  canciller.  4  Y 
díjoles  el  rabsaqué :  «Decid  a  Eze- 
quías :  Así  afirma  el  gran  rey,  el  rey 
de  Asiría  :  ¿  Qué  confianza  es  esa  que 
mantienes?  5  ¿Piensas  a  que  una  pa- 
labra de  los  labios  supone  consejo 
y  fuerza  para  la  guerra  ?  Ahora  bien, 
¿  en  quién  confías  para  rebelarte  con- 
tra mí?  c  He  aquí  que  confías  en  esa 
caña  quebrada,  en  Egipto,  que  a  to- 
do el  que  se  apoya  sobre  ella  se  le 
clava  en  su  mano  y  la  traspasa  ; 
ciertamente,  así  es  el  Faraón,  rey 
de  Egipto,  para  cuantos  en  él  con- 
fían. '  Pero  si  me  dices  :  «En  Yah- 
veh, nuestro  Dios,  confiamos,  ¿no  es 
¿se  precisamente  aquel  cuyos  altos 
lugares  y  altares  suprimió  Ezequías, 
ordenando  a  Judá  y  Jerusalén  :  «An- 
te este  altar  os  habéis  de  proster- 
nara ?  9  Ahora,  pues,  haz  una  apues- 
ta con  mi  señor,  el  rey  de  Asiria  : 
yo  te  daré  dos  mil  corceles,  si  tú  lo- 
gras proveerte  de  jinetes  para  ello». 

Y  ¿  cómo  vas  tú  a  hacer  volver  la 
espalda  ni  siquiera  a  uno b  de  los 


más  ínfimos  siervos  de  mi  señor  ? 
Mas  tú  confías  en  Egipto  debido  a 
los  carros  y  jinetes.  10  Ahora  bien, 
¿  es  que  yo  he  subido  contra  este 
país  sin  intervención  de  Yahveh  pa- 
ra asolarlo  ?  Yahveh  me  ha  dicho  : 
¡Sube  a  ese  país  y  devástalo!» 

11  Entonces  dijeron  Elyaquim,  y 
Sebuá,  y  Yoaj  al  rabsaqué: 

— H  a  b  1  a  ,  por  ^ 
favor,  arameo  a  KüÜ' 
tus  servidores, 
pues    mixitruv       -g\  ¿_  - 
!c  t-  n  ;  enik-nm-  ,  .VSk 
mas  no  nos  ha- 

bles  en   judío  a    4v \.         ¿Xít""  ">í. 

oídos  del  pueblo 
que  se  encuentra 
sobre  la  muralla:  ¿xgu¿/ 

15  Mas  el  rab- 
saqué  contestó  '•  ^*Maf&BBI^r 

—¿Es  que  mi  |i]s(.(J  de  arcilla 
señor  me  ha  en-  ie  ,ils  balladas  ,„ 
Viado  a  comuni-  Jerusalén  y 

caros  esto  a  tu  Guézer 
señor  y  a  ti? 

¿  No  ha  sido  más  bien  a  c  los  hom- 
bres que  están  sentados  sobre  la  mu- 
ralla y  que  con  vosotros  han  de  tener 
que  comer  su  excremento  y  beber 
sus  orines  ? 

"  Y  el  rabsaqué  se  adelantó  y  ex- 
clamó en  alta  voz,  en  judío  :  «¡Es- 
cuchad las  palabras  del  gran  rey, 
del  rey  de  Asiria  !  "  Así  dice  el  rey  : 
¡  No  os  engañe  Ezequías,  pues  no  os 
podrá  salvar  ;  "  ni  os  infunda  Eze- 
quías confianza  en  Yahveh,  dicien- 
do: Yahveh,  con  toda  seguridad,  nos 


'SÓlO  LOS  REDIMIDOS  del  cnuti 


de  Babilonia,  fisura  del  cautiverio  del  pecado. 


Oa    1  ss-  Cf.  i  Re.  18,  IJ,  a  final. 

2  Al  rabsaqvé  :  general  del  ejército  asirio. 

*  i  Quf.  confianza...  ?  Como  si  dijera  :  Esa  tu  supuesta  sabiduría 
uuis  que  palabras  y  vanas  pretensiones. 

"Si  ir  locras  :  los  judíos  gustaban  de  la  equitación. 


fuerza  no  soa 


—  1335  — 


36  16-37  6 


ISAÍAS 


36  20-37  " 


salvará  :  esta  ciudad  no  será  entre- 
gada en  manos  del  rey  de  Asiría. 
"  No  escuchéis  a  Ezequías  ;  pues  así 
dice  el  rey  de  Asiría  :  ¡  Concertad 
capitulación  conmigo  y  salid  a  mí ! 
Entonces  cada  uno  comerá  de  su  ce- 
pa v  de  su  higuera,  y  cada  uno  be- 
berá del  agua  de  su  cisterna  17  has- 
ta que  yo  llegue  y  os  traslade  con- 
migo a  un  país  como  el  vuestro,  país 
de  grano  y  mosto,  país  de  pan  y  vi- 
ña^. 18  Cuidad  no  os  seduzca  Eze- 
quías, diciendo:  «  ¡  Yahveh  nos  sal- 
vará!» Pues  ¿  han  salvado  acaso  los 
dioses  de  los  pueblos  a  su  respectivo 
país  de  la  mano  del  rey  de  Asiría  ? 
"¿Dónde  están  los  dioses  de  Jamat 
y  Arpad?  ¿Dónde  los  dioses  de  Se- 


farváyim  ?  ¿  Dónde  los  dioses  del  país 
de  Samaría?  d  ¿Han  salvado  a  Sa- 
maría de  mi  mano  ?  20  ¿  Cuál  de  to- 
dos los  dioses  de  aquellos  países  ha 
salvado  a  su  país  de  mi  mano?  ¿Y 
Yahveh  va  a  salvar  de  mi  mano  a 
Terusalén  ?» 

Entonces  guardaron  silencio  y 
no  les  respondieron  palabra,  pues  la 
orden  del  rey  era  la  siguiente  :  «¡No 
le  contestéis  !» 

32  Después  Elvaquim,  hijo  de  Jil- 
quiyyahu,  que  era  superintendente 
de  palacio,  y  Sebná,  el  escriba,  y 
Yoaj,  hijo  de  Asaf,  el  canciller,  fue- 
ron, rasgados  sus  vestidos,  a  Eze- 
quías y  le  dieron  cuenta  de  las  pala- 
bras del  rab saqué. 


Continuación.  Consulta  y  plegaria  de  Isaías.  Respuesta 
de  Yahveh  y  retirada  asiria 


oh  1  Y  sucedió  que  cuando  el  rey 
"  Ezequías  lo  oyó,  desgarró  sus 
vestiduras,  vistióse  de  saco  y  marchó 
a  la  casa  de  Yahveh.  2  Asimismo  en- 
vió a  Elvaquim,  que  era  superinten- 
dente de  palacio,  y  al  escriba  Sebná 
y  a  los  más  ancianos  de  los  sacerdo- 
tes, vestidos  de  saco,  y  a  Isaías,  hijo 
de  Amos,  el  profeta,  3  y  le  dijeron: 
«Así  dice  Ezequías  :  ¡  Día  de  tribula- 
ción, castigo  y  desprecio  es  este  día; 
pues  los  hijos  han  llegado  hasta  el 
cuello  del  útero,  mas  falta  fuerza 
para  parir!  *  Acaso  oiga  Yahveh,  tu 
Dios,  las  palabras  del  rabsaqué,  a 
quien  ha  enviado  el  rey  de  Asina, 
su  señor,  para  injuriar  al  Dios  vivo, 
y  castigue  las  palabras  que  Yahveh, 
tu  Dios,  ha  oído  ;  eleva,  pues,  ora- 
ción por  el  resto  que  aun  existe!» 
*  Así,  los  servidores  del  rey  Eze- 
quías llegaron  con  esta  embajada  a 
Isaías,  "  el  cual  les  contestó  :  «Tal 


diréis  a  vuestro  señor  :  Así  dice 
Yahveh  :  No  temas  las  palabras  que 
has  oído,  con  las  cuales  los  subordi- 
nados del  rey  de  Asiria  me  han  in- 
juriado. '  He;  aquí  que  yo  le  infun- 
diré un  espíritu  ;  oirá,  pues,  una 
noticia,  y  regresará  a  su  país,  y  le 
haré  caer  a  espada  en  su  propia  tie- 
ira!»  8  Regresó  entonces  el  rabsaqué 
y  encontró  al  rey  de  Asiria  comba- 
tiendo contra  Libná,  pues  había  oído 
que  el  rey  habíase  retirado  de  Lakís. 
8  Entonces  oyó  afirmar  de  Tirhaqa, 
rey  de  Etiopía  :  «Ha  salido  a  lu- 
char contra  ti»,  y  al  oírlo  envió  men- 
sajeros a  Ezequías,  diciendo  :  10  «Así 
habréis  de  decir  a  Ezequías,  rey  de 
Judá  :  No  te  engañe  tu  Dios,  en 
quien  confías,  pensando  que  Jerusa- 
lén  no  será  entregada  en  manos  del 
rey  de  Asiria.  "  Tú  mismo  has  oído 
lo  que  los  monarcas  de  Asiria  han 
hecho  a  todos  los  países,  consagrán- 


"  Concertad  capitulación  :  lit.,  haced  conmigo  mutua  salutación,  e.  d.,  convenid 
conmigo. 

17  Y  os  traslade  :  para  debilitar  a  los  vencidos  solían  los  asirios  trasladarlos  a  otras 
regiones. 

20  ¿  Cuál  de  todos  los  dioses...  ?  :  compara  el  rabsaqué  el  Dios  de  los  judíos  con  los 
falsos  dioses  y  hasta  le  juzga  inferior  a  ellos  por  ser  adorado  en  un  país  reducido. 

07    1  KS  Cf.  2  Re.  19. 

0  Hasta  el  cuello  del  útero  :  modo  proverbial  de  hablar  para  decir  que  se  en- 
contraban en  el  mayor  peligro  y  que  era  inevitable. 

'  Oirá,  pues,  una  noticia  :  la  de  la  destrucción  de  su  ejí-rcito. 


-  1.336  - 


37  12-26 


37  22-26 


dolos  al  exterminio;  ¿y  tú  te  vas 
a  salvar  ?  a  ¿  Pudieron  acaso  los  dio- 
ses de  los  pueblos  salvar  a  aquellos 
a  los  que  mis  padres  aniquilaron  : 
a  Gozán,  Jarán,  Résef  y  los  hijos  de 
Edén,  en  Telassar  ?  u  ¿  Dónde  está 
el  rey  de  Jamat,  y  el  rey  de  Arpad, 
y  el  rey  de  la  ciudad  de  Sefarváyim, 
de  Hená  e  I%rvá  ?»  M  Ezequías  tomó 
la  carta a  de  manos  de  los  mensa- 
jeros y  la  leyó  ;  luego  subió  a  la 
casa  dé  Yahveh,  y  Ezequías  la  des- 
plegó ante  Yahveh,  15  y  oró  Ezequías 
al  Señor  en  estos  términos  :  16  «Yah- 
veh-Sebaot,  Dios  de  Israel,  que  es- 
tás sentado  sobre  los  querubines,  tú 
eres  el  solo  Dios  para  todos  los  rei- 
nos de  la  tierra,  lú  has  hecho  el  cie- 
lo y  la  tierra.  "Inclina,  i  oh  Yah- 
veh !,  tu  oído  y  escucha  ;  abre,  Yah- 
veh, tus  ojos  y  mira.  Oye  todas  las 
palabras  de  Senaquerib,  que  ha  en- 
viado a  escarnecer  al  Dios  vivo.  "  En 
efecto,  Yahveh,  los  reyes  de  Asiría 
han  devastado  a  las  naciones  b  to- 
das y  su  territorio,  19  y  han  arroja- 
do sus  dioses  al  fuego,  pues  no  eran 
dioses,  sino  obra  de  manos  huma- 
nas, madera  y  piedra,  y  los  han  des- 
truido. 50  Mas  ahora,  ¡oh  Yahveh!, 
Dios  nuestro,  sálvanos  de  su  mano, 
a  fin  de  que  todos  los  reinos  de  la 
tierra  conozcan  que  tú,  Yahveh,  eres 
el  único  Dios  c.» 

-'  Entonces  Isaías,  hijo  de  Amos, 
mandó  mensajeros  a  Ezequías  a  de- 


cirle :  Así  habla  Yahveh,  Dios  de 
Israel  He  oído  lo  que  tú  me  has 
pedido  respecto  a  Senaquerib,  rey  de 


Cabeza  de  Tirhaaa 

Asiria ;  ~  ésta  es  la  palabra  que  Yah- 
veh ha  pronunciado  sobre  él  : 


Te  desprecia,  hace  mofa  de  ti  i  la  virgen  hija  de  Sión, 
tras  de  ti  menea  despectiva  la  cabeza  I  la  hija  de  Jerusalén. 
23  ¿  A  quién  has  escarnecido  y  ultrajado  | 

y  contra  quién  has  levantado  la  voz 
y  alzado  en  alto  tus  ojos  ?  !  ¡  Contra  el  Santo  de  Israel ! 
,  Por  medio  de  tus  subordinados  has  ultrajado  al  Señor  | 

y  has  dicho  :  Con  la  multitud  de  mis  carros  * 
yo  he  subido  a  lo  alto  de  los  montes,  | 

a  las  más  encumbradas  cimas  del  Líbano, 
v  he  talado  a  sus  elevadísimo's  cedros,  |  sus  escogidos  cipreses  ; 
he  penetrado  ú  hasta  sus  lugares  0  más  extremos,  | 

hasta  la  región  de  los  cedros. 
?  Yo  mismo  he  alumbrado  y  bebido  ¡  aguas  extranjeras  [ 
y  he  secado  d  con  la  -planta  de  mis  pies  | 

todos  los  brazos  del  Nilo  de  Egipto. 

r  ¿No  lo  has  oído?  Desde  luengos  tiempos  |  lo  he  realizado, 
desde  tiempos  antiquísimos  lo  he  trazado  b;  | 
ahora  lo  he  traído  a  cumplimiento, 


-  Virgen  iiija  de  Sión  :  llama  asi  a  Jerusalén  porque  no  había  sido  aún  con- 
quistada. 

a  En  alio  :  o  altaneramente. 

M  Las  más  encumbradas  cimas:  o  bien,  a  los  últimos  rincones  del  Líbano.  ||  La 
región  de  los  cedros  :  mas  lit.,  la  espesura  de  su  boscaje  ;  cf.  nota  a  2  Re.  iq,  2j. 


—  1337  — 


37  27-38  2 


ISAÍAS 


37  37-  38  8 


y  hubiste  d  de  destruir,  convirtiendo  en  montones  de  ruinas,  | 

a  las  ciudades  fortificadas  ; 
"  sus  habitantes,  impotentes,  |  quedaron  aterrorizados  v  confusos, 
vinieron  a  ser  cual  hierba  del  campo  |  y  el  verdor  del  césped, 
cual  la  grama  de.  los  tejados  |  y  mies  agostada  h  antes  de  espigar  '. 

*  Tu  sentarte,  tu  salir  y  tu  entrar  conozco  |  v  tu  enfurecerte  contra 
"por  cuanto  tu  enfurecimiento  contra  mí  y  tu  arrogancia  | 

han  llegado  a  mis  oídos, 
pondré  mi  anillo  en  tu  nariz  |  y  mii  freno  en  tus  labios 
y  haréte  volver  por  el  camino  por  donde  has  venido. 
80  Y  ésta  será  para  ti  la  señal  : 

Este  año  se  comerá  el  producto  espontáneo  de  los  campos 

y  al  segundo  año  lo  que  brote  sin  sembrar  ; 
mas  al  tercer  ano  podréis  sembrar  y  cosechar, 

plantar  viñedos  y  comer  de  su  "fruto. 
"  Lo  que  quedare  a  salvo  de  la  casa  de  Judá,  el  resto, 
volverá  a  echar  raíces  por  abajo  y  a  llevar  fruto  por  arriba, 
u  pues  de  Jerusalén  saldrá  un  resto 

y  un  grupo  salvado  de  la  montaña  de  Sión. 
Tal  hará  el  celo  de  Yahveh-Sebaot. 

33  Por  ello,  así  dice  Yahveh  respecto  al  rey  de  Asiria  : 
No  penetrará  en  esta  ciudad,  [  ni  disparará  allí  flecha, 
ni  le  opondrá  escudo,  I  ni  acuumilará  contra  ella  baluartes  ; 


M  por  el  camino  que  vino  habrá  de 
volverse,  y  en  esta  ciudad  no  pe- 
netrará, declara  Yahveh.  38  Yo  am- 
pararé esta  ciudad  para  salvarla  en 
atención  a  mí  y  a  David,  mi  siervo. 
M  Y  sucedió  que  en  aquella  noche  i 
salió  el  ángel  de  Yahveh  e  hirió  en 
el  campamento  de  los  asirios  a  cien- 
to ochenta  y  cinco  mil  hombres.;  y 
cuando  se  levantaron  por  la  maña- 


na, todos  ellos  eran  ya  cadáver. 
3Í  Entonces  Senaquerib,  rey  de  Asi- 
ria, levantó  el  campo  y  emprendió 
la  vuelta,  y  quedóse  en  Nínive.  38  Y 
ocurrió  que  cuando  oraba  en  el  tem- 
plo de  Nesrok,  su  dios,  Adrammé- 
lek  y  Saréser,  sus  hijos,  lo  mataron 
a  espada  y  escaparon  al  país  de  Ara- 
rat, sucediéndole  en  el  reino  Asar- 
jaddón,  su  hijo. 


Enfermedad  y  curación  de  Ezequías 


o  O  1  Por  aquellos  días  Ezequías  en- 
00  fermó  de  muerte,  y  llegó  donde 
él  el  profeta  Isaías,  hijo  de  Amos,  y 
le  dijo  :  «Así  habla  Yahveh  :  Dispon 
!o  referente  a  tu  casa,  porque  vas  a 
morir  y  no  has  de  sanar.»  1  Enton- 


ces Ezequías  volvió  su  rostro  hacia 
la  pared  y  oró  a  Yahveh,  'excla- 
mando: «¡Ay,  Yahveh,  acuérdate, 
por  favor,  de  que  he  caminado  en 
tu  presencia  con  fidelidad  e  íntegro 
corazón,  v  he  obrado  lo  bueno  a  tus 


27  Y  mies  agostada  antes  de  espigar  :  texto  errp.  ;  muchos  corrigen  B  aquí  y  en 
2  Re.,  traduciendo  que  se  agosta  antes  (te  levantarse  («de  madurar»  V)  ;  otros,  agos- 
tada ante  el  viento  solano. 

'a  Tu  enfurecerte:  o  tu  temblor  de  rabia. 

29  Pondré  mi  anillo  en  tu  nariz  :  como  a  bestia  salvaje  a  la  que  se  conduce  median- 
te  un  anillo  pasado  por  la  nariz,  le  haré  volver  a  su  reino. 

30  Y  ésta...  :  o  esto  te  servirá  de  signo. 

31  Volverá  a  echar  raíces  :  los  que  se  hayan  librado  de  la  invasión  serán  tan  felices, 
que  se  fortalecerán  como  plantas  de  profundas  raíces,  altas  y  frondosas  ramas. 

32  t'N  grupo  salvado  :  un  escape. 

*■  Acumulará...  baluartes  :  o  bien,  amontonará  muro  de  asedio  o  terraplén. 
**  Eran  va  cadáver  :  lit.,  cadáveres,  muertos. 

38     ■  B8  Cf.   2   Re.   20,  1-12. 


—  1338  — 


38  <-2) 


ISAÍAS 


38  4-22 


ojosti  Y  Ezequías  lloró  con  grande 
llanto.  4  Vino  entonces  la  palabra  de 
Yahveh  a  Isaías,  diciendo  :  6  «Ve  y 
di  a  Ezequías  :  Así  afirma  Yahveh, 
Dios  de  tu  padre  David  :  He  escu- 
chado tu  plegaria,  he  visto  tus  lá- 
grimas ;  mira,  a  yo  te  curo  ;  de  aquí 
a  tres  días  podrás  subir  al  templo 
de  Yahveh  y a  añadiré  a  tus  días 
quince  años  "más.  'Además,  de  la 
mano  del  rey  de  Asiría,  libraré  a  ti 
y  a  esta  ciudad,  a  la  cual  protege- 


ré. '  Y  esto  será  para  ti  la  señal  de 
parte  de  Yahveh  de  que  el  Señor  ha 
de  cumplir  esta  palabra  que  ha  pro- 
nunciado :  s  He  aquí  que  haré  re- 
troceder diez  grados  la  sombra,  los 
grados  que  el  sol  b  ha  descendido  en 
los  grados  de  Ajaz.»  Y'  el  sol  retro- 
cedió diez  grados  en  los  grados  que 
había  descendido. 

0  Miktam  c  de  Ezequías,  rey  de 
Judá,  cuando  estaba  enfermo  y  sanó 
de  su  enfermedad  : 


"  «Yo  dije  :  En  el  cénit  de  mis  días  he  de  caminar 
a  las  puertas  del  seol;  se  me  ha  privado  del  resto  de  mis  "años. 
u  Dije  :  No  veré  más  a  Yahveh  d  en  la  tierra  de  los  vivientes, 
no  contemplaré  ya  hombres  entre  los  habitantes  del  mundo  e. 
u  Mi  morada  ha  sido  arrancada  y  arrebatada  de  mí  | 

como  tienda  de  pastores  f- 
Ha  enrollado  6.  mi  vida  como  un  tejedor,  de  la  trama  me  ha  cortado. 
Día  y  noche  me  entregas,  ¡  i%  pido  auxilio  h  hasta  la  mañana  ; 
como  un  león  quebranta  todos  mis  huesos,  |  1  día  y  noche  me  entregas  1 
"  Como  una  golondrina,  como  una  grulla,  así  trino,  | 

zureo  como  una  paloma. 
Consúmense  mis  ojos  mirando  hacia  el  cielo  ;  | 

¡  Señor,  estoy  angustiado,  sal  fiador  por  mí ! 
,s  ¿Qué  voy  a  hablar  y  puedo  decirle     ya  que  él  lo  ha  hecho? 
Caminaré  todos  mis  años  en  la  amargura  de  mi  alma. 
"  Señor,  si  así  se  vive  k  y  en  tales  cosas  está  la  vida  de  mi  espíritu, 
sáname  1  y  vuélveme  a  la  vida.  | 

11  He  aquí  que  en  salvación  se  me  ha  trocado  la  amargura  m  : 
has  librado  u  mi  vida  de  la  hoya  de  perdición, 
te  has  echado  a  la  espalda  ¡  todos  mis  pecados. 
u  Pues  no  te  alaba  el  seol  \  ni  te  celebra  la  muerte, 
no  esperan  los  que  bajan  a  la  fosa  |  en  tu  gracia  °. 

,u  Unicamente  quien  vive,  el  que  vive,  ése  te  ensalza,  |  como  yo  hoy  ; 
el  padre  da  a  conocer  |  a  los  hijos  tu  fidelidad. 

Y'ahveh,  ten  a  bien  p  salvarnos,  |  y  música  de  cuerda  tocaremos 
todos  los  días  de  nuestra  vida  |  en  la  casa  de  Yahveh.» 

:n  q  E  Isaías  dijo  :  I    -  Dijo,  pues,  Ezequías  : 

— Tomen  una  torta  de  higos  y  ún-  — ¿Cuál  es  !a  señal  de  que  yo  su- 
tese  sobre  la  pústula  y  sanará.        |  biré  de  nuevo  a  la  casa  de  Yahveh  ? 


"  En         grados  de  Ajaz  :  quiere  decir  en  su  cuadrante  solar. 

12  Morada  :   V  «generación».  Se  queja  Ezequías  de  no  tener  herederos,  de  que  no 
pueda  el  Mesías  nacer  de  su  raza  por  su  gemir  continuo. 
"  Me  entregas  :  e.  d.,  a  mis  sufrimientos. 

M  Zureo  como  una  paloma  :  los  árabes  llaman  ;i  la  paloma  «la  hija  de  la  tristezai 
16  Si  así  se  vive...  :  verso  muy  oscuro;  en  su  primera  parte  nos  limitamos  a  inter- 
pretarle según  V  ;  otros  1.  c.  G  :  «por  esto  en  ti  espera  mi  corazón,  da  reposo  a  mi 
espíritu» 

"  En  salvación:  o  bien,  salud,  paz  (V),  bienestar...  ||  Has  librado  mi  vida:  estas 
palabras  pueden  entenderse  no  tan  sólo  de  la  muerte  corporal,  sino  también  del  alma 
rescatada  por  Jesu-Cristo 


—  I33Q  — 


39  1-2 


ISAÍAS 


39  3-8 


Embajada  de  Merodak-Baladán  a  Ezequías 


oq  1  En  aquel  tiempo,  Merodak- 
°~  Baladán,  hijo  de  Baladán,  rey 
de  Babilonia,  envió  cartas  y  un  pre- 
sente a  Ezequías,  pues  a  tuvo  no- 
ticia de  que  había  estado  enfermo  y 
había  sanado.  -  Y  Ezequías  alegróse 


con  ellos  y  les  mostró  su  casa  del 
tesoro,  la  plata,  el  oro,  los  aromas 
el  aceite  más  exquisito  y  toda  su  ar- 
mería, así  como  cuanto  se  hallaba  en 
su  erario.  Nada  hubo  que  Ezequías 
no  les  mostrara  en  su  casa  y  en  todo 
su  reino.  3  Vino  entonces  el  profeta 
Isaías  al  rey  Ezequías  y  díjole- : 

— ¿Qué  han  dicho  esos  hombres 
y  de  dónde  han  venido  a  ti  ? 

Contestó  Ezequías  : 

—De  lejana  tierra  han  venido  a 
mí,  de  Babilonia. 

4  Insistió  Isaías  : 

— ¿Qué  han  visto  en  tu  casa? 

Respondió  Ezequías  : 

— Todo  lo  que  hay  en  mi  casa  han 
visto  ;  nada  ha  habido  en  mi  erario 
que  no  les  haya  mostrado. 

'  Hijo  entonces  Isaías  a  Ezequías  : 

—  ¡  Escucha  la  palabra  de  Yahveh- 
Sebaot !  8  He  aquí  que  van  a  llegar 
días  en  que  todo  lo  que  hay  en  tu 
casa  y  lo  que  han  atesorado  tus  pa- 
dres hasta  el  día  de*  hoy  se  llevará 
a  Babilonia ;  nada  quedará,  dice  Yah- 
veh.  '  También  de  tus  hijos  salidos 
de  ti,  que  engendrarás,  serán  arre- 
batados algunos  para  que  sirvan  en 
el  palacio  del  rey  de  Babilonia  como 
eunucos. 

°  Y   respondió  Ezequías  a  Isaías  : 

-  — ¡  Buena  es  la  palabra  de  Yahveh 
que  has  pronunciado  ! 

Tues  pensó:  «¡Con  tal  de  que  haya 
paz  y  seguridad  en  mis  días!» 


OQ    1  ss-  C'f.  j  Re.  20,  12-20.  ||  Pues  tuvo  noticia  :  el  verdadero  motivo  parece  haber 
sido  su  deseo  de  hacer  alianza  con  Ezequías  contra  Nínivc. 

2  Ezeuuías  ALEGRÓSE  :  confiando  tal  vez  más  en  la  ayuda  humana  que  en  la  divina. 

3  De  lejana  tierra  :  de  Babilonia,  adorador  de  ídolos.  Hacer  alianza  con  ellos  era, 
pues,  tan- reprobable  a  los  ojos  de  Isaías  como  hacerla  con  Egipto,  cosa  que  ya  había 
censurado  el  profeta. 

6  Van  a  llegar  días  :  clara  predicción  de  la  cautividad  de  Babilonia,  cosa  tanto 
más  sorprendente  cuanto  que  a  la  sazón  era  más  poderosa  Nínive. 

8  Buena  es  la  palabra  :  Ezequías  agradece  a  Dios  con  humildad  que  el  castigo  de 


—  1340  — 


40  1-15 


ISAÍAS 


40  i"15 


Promesas  de  liberación 


Af|  1  ¡Consolad,  consolad  a  mi  pueblo!,  |  dice  vuestro  Dios  ¡ 

:  hablad  al  corazón  de  Jerusalén  !  y  gritadle 
que  se  ha  cumplido  su  servicio  de  prestación  personal, 

que  está  perdonada  su  culpa, 
que  de  mano  de  Yahveh  ha  alcanzado  |  el  doble  por  todos  sus  pecados. 
'  Oigo  que  se  grita  :  En  el  desierto  despejad  |  el  camino  a  Yahveh, 
enderezad  en  la  estepa  |  una  calzada  para  nuestro  Dios. 
1  Todo  valle  se  alzará  |  y  toda  montaña  y  colina  se  hundirá, 
y  lo  quebrado  se  convertirá  en  terreno  llano  |   y  lo  accidentado  en  vega. 

5  Ciertamente,  la  gloria  de  Yahveh  se  manifestará,  | 

y  toda  carne  la  verá  a  una,  |  pues  la  boca  de  Yahveh  ha  hablado. 

6  Oigo  que  se  grita  :  «¡Vocea!»,  |  y  he  dicho*:  «¿Qué  he  de  vocear?» 
Toda  carne  es  hierba  |  y  toda  su  gloria  b  como  flor  del  campo. 

7  La  hierba  se  agosta,  I  y  la  flor  se  marchita  | 

cuando  el  soplo  de  Yahveh  |  las  sopla.  | 

¡Ciertamente  hierba  es  el  pueblo! 
s  La  hierba  se  agosta,  I  la  flor  se  marchita, 
mas  la  palabra  de  nuestro  Dios  |  permanece  eternamente. 
"Súbete  a  la  cumbre  de  la  montaña,  |  mensajera  de  albricias  de  Sión  ; 
alza  con  fuerza  tu  voz,  \  albriciadora  de  Jerusalén  ;  |  álzala,  no  temas. 
Di  a  las  ciudades  de  Judá  :  ¡  «¡He  aquí  nuestro  Dios!» 
"  Mira,  el  Señor  Yahveh  |  viene  como  fuerte  c,  | 

y  su  brazo  domina  a  favor  suyo  ; 
he  aquí  que  su  recompensa  viene  con  él  |  y  ante  él  su  paga. 
''  Como  un  pastor  apacienta  a  su  rebaño,  |  con  su  brazo  lo  reúne  ; 
a  los  corderillos  lleva  en  su  seno,  | 

a  las  paridas  conduce  [cuidadosamente]. 

15  ¿  Quién  ha  medido  las  aguas  d  con  el  cuenco  de  su  mano  | 
y  ha  determinado  la  medida  del  cielo  con  el  palmo  ? 

¿  Y"  quién  con  el  tercio  ha  medido  toda  la  tierra  | 
y  en  la  balanza  ha  pesado  las  montañas 

y  las  colinas  en  platillos  ? 

"¿Quién  ha  determinado  el  espíritu  de  Yahveh,  ! 

y  quién  e  como  consejero  suyo  le  ha  enseñado? 
u  ¿  Con  quién  tomó  consejo  para  que  le  enseñara,  | 

y  adoctrinara  acerca  del  sendero  de  la  justicia, 
y  le  enseñara  saber,  y  le  mostrara  el  camino  de  la  prudencia  ? 
"  He  aquí  que  los  pueblos  son  como  gotas  de  un  cubo  | 

y  como  polvillo  en  la  balanza  son  reputado». 
He  aquí  que  alza  las  islas  como  polvo  tenue, 


Af\  1  Esta  segunda  parte  de  las  profecías  de  Isaías  ha  sido  llamada  tel  libro  del 
consuelo»,  porque  en  ella  promete  el  profeta  la  liberación  del  cautiverio. 

3-5  Estas  tres  invitaciones  son  aplicadas  por  los  evangelistas  a  San  Juan  Bautista 
¡Mt.  3,  3;  Luc.  3,  4);  tienen,  pues,  segundo  sentido  mesiánico. 

:  El  soplo  de  Yahveh  :  el  viento  cálido  que  todo  lo  agosta. 

9  Súbete  A  LA  cumbre  :    las  promesas  aquí  encerradas  no  tuvieron  entero  cumplí 
miento  hasta  Jesu-Cristo. 
10  Paga  :  lit.,  obra. 

"  Como  UN  pastor  :  éste  1-  el  carácter  de  la  dominación  de  Jcsu-Cristo,  que  no  es 
un  tirano,  sino  un  padre. 

u  El  tercio  :  e.  d.,  el  tercio  de  una  medida  pequeña  como  el  c)á  o  el  seá. 

14  Sendero  de  la  justicia...,  camino  de  la  prudencia  :  o  bien,  camino  justo...,  camino 
acertado. 


40  16-41  2 


ISAÍAS 


40  i«-41  2 


M  y  el  Líbano  nu  basta  para  combustible 

ni  sus  animales  son  suficientes  para  holocausto. 

"  Todos  los  pueblos  son  como  nada  delante  de  El, 

como  '  nulidad  y  vacuidad  son  por  El  reputados. 

"  ¿  A  quién,  pues,  vais  a  comparar  a  Dios 

y  qué  semejanza  le  prepararéis  ? 

19  El  artífice  funde  el  ídolo  |  v  el  orfebre  lo  recubre  de  oro  batido  ' 
v  cadenas  de  plata  le  suelda! 

50  h  Escoge  un  trozo  de  madera  que  no  se  pudre,  | 

búscase  un  hábil  artista  |  para  erigir  un  ídolo  que  no  se  tambalee. 
31  ¿  No  lo  sabéis  ?  ¿  No  lo  habéis  oído  ?  | 

¿No  os  fué  revelado  desde  el  principio? 
¿  No  lo  habéis  entendido,  desde  la  fundación  '  de  la  tierra  ? 
-  El  es  quien  está  sentado  sobre  el  círculo  de  la  tierra,  | 

cuyos  habitantes  son  como  langostas  ; 
el  que  despliega  el  cielo  como  tenue  velo  1 

y  lo  extiende  como  una  tienda  para  morar  , 
23  el  que  reduce  príncipes  a  la  nada,  | 

a  los  jueces  de  la  tierra  los  convierte  en  nadería. 
-4  Apenas  plantados,  apenas  sembrados,  | 

apenas  arraigado  en  la  tierra  su  brote, 
sóplalos  y  se  agostan,  |  y  un  torbellino  se  los  lleva  como  tamo. 
"5  ¿  A  quién,  pues,  me  vais  a  asemejar, 
de  suerte  que  me  cuadre,  dice  el  Santo? 

'-'Alzad  a  la  altura  vuestros  ojos  y  mirad  :  ¿Quién  ha  creado  aquéllo*? 
El  que  saca  por  cuenta  sus  ejércitos,  |  les  llama  a  todos  por  su  nombre  ; 
ante  la  magnitud  de  fuerza  v  vigorosa  potencia  J,  |  ninguno  falta. 
-1  ¿Por  qué  dices  tú,  Jacob,  |  y  hablas  tú,  Israel  : 

«Mi  suerte  está  oculta  a  Yahveh  |  y  a  Dios  se  le  pasa  mi  derecho»  ? 

¿  No.  lo  sabes  o  no  lo  has  oído  ? 
Un  Dios  eterno  es  Yahveh,  |  creador  de  los  confines  de  la  tierra  ; 
no  se  cansa  ni  se  fatiga,  ¡  insondable  es  su  inteligencia  ¡ 
-s  al  cansado  da  fuerza  |  y  al  impotente  multiplica  el  vigor. 
80  Podrán  cansarse  los  muchachos  y  fatigarse,  | 
v  los  muchachos  tambalearse  mucho  ; 

"  pero  los  que  esperan  en  Yahveh  renuevan  las  fuerzas,  | 

remontan  el  vuelo  como  águilas, 
corren  y  no  se  fatigan,  |  andan  y  no  se  cansan. 


La  Providencia  divina  suscita  un  libertador.  Promesas 
tranquilizadoras  a  Israel,  salvado  por  Yahveh 

a~i  1  ¡  Islas,  enmudeced  ante  mí;  |  esperen  en  mí  justificación  a  los 
^ L  pueblos! 

¡  Acudan  y  hablen  entonces,  |  presentémonos  juntos  a  litigio ! 
:  ¿Quién  ha  suscitado  desde  el  oriente  | 

a  aquel  a  quien  la  victoria  le  sale  al  encuentro  a  su  paso, 
entrega  delante  de  él  las  naciones  ]  y  reyes  derriba  bajo  b  él  ? 


u  ¿  A  QUIÉN,  pues...  ?  :  exhortación  a  abandonar  el  culto  de  los  ¡dolos.  Nótese  que 
después  de  la  cautividad  babilónica  no  cayeron  más  los  judíos  en  la  idolatría. 

-1  Dksdk  EL  principio  :  desde  el  comienzo  del  mundo,  o  desde  el  día  cu  <mc  Dio», 
reunió  a  los  judíos  en  nación. 

Por  cuenta  :  en  número  determinado. 

A  -I     1  ISLAS,  enmudeced  :  pueblos  de  Occidente,  callad  y  escuchadme. 

'-'  A  aquel  :  Ciro,  libertador  de  Israel,  según  la  carne,  figura  del  Justo  por  exce- 
lencia, Jesús. 


—  1342  — 


41  3-22 


41  3-22 


Su  espada  los  c  trueca  como  en  polvo  ;  |  6U  arco,  como  en  tamo  disperso  ; 
s  los  persigue,  pasa  en  paz  |  por  senda  en  que  sus  pies  no  habían  entrado. 
'  ¿  Quién  lo  ha  hecho  y  realizado  ?  | 

El  que  grita  a  las  generaciones  desde  un  principio  : 
Yo,  Yahveh,  soy  el  primero,  |  y  con  los  últimos  yo  estoy. 
'  Yenle  las  islas  y  se  estremecen,  | 

los  confines  de  la  tierra  se  conmueven,  i  acércanse  y  vienen. 
■  1  Ayuda  el  uno  al  otro  |  y  dice  a  su  compañero  :  «¡  Animo!» 
:  Y  así  anima  el  artífice  al  batihoja,  | 

el  que  pule  con  el  martillo  al  que  golpea  el  yunque  ; 
dice  de  la  soldadura  :  «¡Está  bien!», 

y  la  sujeta  con  clavos  oara  que  no  se  mueva. 
1  Tero  tú,  Israel,  siervo  mío,  |  Jacob,  a  quien  yo  elegí, 
semilla  de  Abraham,  mi  amigo, 

'  tú,  a  quien  tomé  de  los  confines  de  la  tierra  |  y  de  remotas  regiones  llame 
y  te  dije  :  Mi  siervo  eres  tú,  |  te  elegí  y  no  te  he  rechazado  ; 
"  no  temas,  pues  estoy  contigo  ;  | 

no  mires  buscando  auxilio,  pues  soy  tu  Dios. 
Ye  te  fortalezco,  además  te  auxilio,  | 

y  te  sostengo  con  mi  diestra  victoriosa. 
"  He  aquí  que  serán  confundidos  y  avergonzados  ( 

todos  los  que  pelean  contra  ti  ; 
serán  como  nada  y  perecerán  |  las  gentes  que  pelean  contigo  ; 
"  las  buscarás  y  ño  las  encontrarás  ¡  a  las  gentes  que  contigo  riñen  ; 
serán  como  nada  y  como  nadería  |  las  gentes  que  contienden  contra  ti. 
"  Pues  vo  soy  Yahveh,  tu  Dios,  |  el  que  agarra  tu  diestra, 
el  que  dice  :  «No  temas,  ¡  yo  te  ayudo.» 
M  No  temas,  gusanillo  de  Israel,  |  oruga  0  de  Israel  : 
Yo  te  auxilio,  declara  Yahveh,  |y  tu  redentor  es  el  Santo  de  Israel. 
13  He  aquí  que  yo  te  convierto  en  trillo,  |  en  trillo  nuevo  dentado  ; 
trillarás  las  montañas  y  las  pulverizarás,  | 

y  las  colinas  reducirás  a  tamo. 
"  Las  aventarás,  y  el  viento  se  las  llevará  1 

y  el  torbellino  las  esparcirá  ; 
mas  tú  te  regocijarás  en  Yahveh,  | 

en  el  Santo  de  Israel  te  gloriarás. 
"  A  los  míseros  y  los  pobres,  que  buscan  agua  y  no  la  hay,  | 

cuando  su  lengua  está  reseca  de  sed, 
vo,  Yahveh,  les  responderé  ;  | 

yo,  Dios  de  Israel,  no  los  abandonaré. 
"  Sobre  cumbres  peladas  abriré  ríos,  I 

en  medio  de  vegas,  fuentes  ; 
convertiré  el  desierto  en  pantano  ; 
la  tierra  de  sequío,  en  hontanares  de  aguas. 
*  Pondré  cedros  en  el  desierto,  |  acacia,  mirto  y  olivo  ; 
en  la  estepa  colocaré  cipreses,  |  juntamente  olmos  y  bojes, 
n  para  que  vean  y  conozcan  I  y  adviertan  y  comprendan  a  la  vez 
que  la  mano  de  Yahveh  ha  obrado  esto  |  y  el  Santo  de  Israel  lo  ha  creado. 
?1  Presentad  vuestro  litigio,  dice  Yahveh";  | 

aportad  vuestras  pruebas,  afirma  el  rey  de  Jacob. 
"Aproxímense  1  y  manifiéstennos  las  cosas  que  han  de  suceder; 
manifestad  qué  son  las  cosas  pasadas,  a  fin  de  que  paremos  mientes 
y  conozcamos  su  desenlace,  o  hacednos  oír  las  cosas  venideras. 


"  Gusanillo  de  Israel  :  así  es  llamado  el  pueblo  de  Israel  por  el  desprecio  en  que 
le  tenían  los  otros  pueblos.  Igual  expresión  empleó  en  la  cruz  Jesu-Cristo. 

15  Dentado  :  o  también,  con  filos  dobles. 

Las  aventarás  :  aunque  tuvo  cumplimiento  esta  profecía  en  tiempo  de  los  lia- 
cábeos,  debe  extenderse  a  la  coi  quista  por  la  Iglesia  de  los  pueblos  paganos. 

'8  Pantano  :  o  estanque  de  aguas. 

19  Olmos  :  también,  pinos;  otros,  «plátanos».  ||  Bojes:  otros,  «terebintos»,  «especie 
de  cedros»... 


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ISAÍAS 


41  23-42  10 


M  Anunciad  lo  que  haya  de  venir  en  lo  futuro,  | 

para  que  sepamos  que  sois  dioses  ; 
así  haced  algo  ya  bueno  o  ya  malo,  | 

para  que  nos  sorprendamos  y  lo  veamos  a  la  vez. 
w  He  aquí  que  vosotros  no  sois  nada  y  vuestro  obrar  es  nadería  e,  \ 

una  abominación  es  [quien]  os  elige. 
**  Yo  lo  he  suscitado  desde  el  norte,  y  ha  venido  ; 
desde  el  naciente  del  sol,  e  invoca  mi  nombre  h, 
y  ha  pisoteado  >  a  sátrapas  como  a  barro  | 

y  cual  un  alfarero  pisa  la  arcilla. 

*  ¿  Quién  lo  ha  manifestado  desde  el  principio  para  que  nos  enterásemos  ' 

anticipadamente,  para  que  pudiéramos  decir:  «¡Justo!»? 
Ciertamente,  no  hay  quien  lo  haya  manifestado  | 
ni  quien  lo  haya  hecho  oír  ;  | 

en  verdad  no  hay  quien  haya  oído  vuestras  palabras. 

*  Lo  he  anunciado  1  el  primero  a  Sión  | 

y  he  dado  a  Jerusalén  un  mensajero  de  albricias. 
Miré,  mas  no  había  nadie,  |  v  entre  éstos  no  existía  ningún  consejero, 
para  que  yo  le  preguntara  y  ellos  me  hubiesen  podido  responder. 
•9  He  aquí  que  todos  ellos  son  nada  k  ; 

nadería  es  su  obrar,  |  aire  y  vacuidad  son  sus  ídolos  fundidos. 


El  siervo  de  Yahveh 


/I  o    1  He  aquí  mi  Siervo,  en  quien  me  opovo,  |  en  el  que  se  complace 
mi  alma. 

He  puesto  mi  espíritu  sobre  él,  |  ley  traerá  a  las  naciones. 

:  No  gritará  ni  clamará,  |  ni  hará  oír  en  la  calle  su  voz  ; 

8  no  romperá  la  caña  quebrada,  ¡  ni  apagará  el  pabilo  que  se  extingue  ; 

en  verdad  traerá  la  ley.  |  4  No  desimayará  ni  se  cansará, 

hasta  que  implante  en  la  tierra  el  derecho,  | 

y  en  su  ley  esperarán  las  islas. 
'  Así  afirma  el  Dios  Yahveh,  |  que  creó  el  cielo  y  lo  desplegó  , 
el  que  extendió  ¡la  tierra  y  cuanto  en  ella  brota  ;  | 

el  que  dió  sobre  ella  la  respiración  al  pueblo 
y  aliento  a  aquellos  que  por  ella  caminan  : 

"  yo,  Yahveh,  te  he  llamado  en  justicia,  y  te  he  cogido  a  por  tu  mano, 
y  te  he  formado",  y  te  he  constituido*  en  alianza  del  pueblo,  en  luz  de 
los  gentiles, 

7  para  abrir  ojos  ciegos,  para  sacar  prisioneros  de  la  mazmorra, 
de  la  prisión  a  los  habitantes  de  las  tinieblas.  | 

sYo,  Yahveh,  tal  es  mi  nombre, 
v  mi  honor  no  cedo  a  ningún  otro  |  ni  mi  gloria  a  los  ídolos. 
"  Las  cosas  íintiguas  he  aquí  que  se  han  realizado,  |  y  nuevas  yo  anuncio  : 
antes  de  que  broten  os  las  hayo  oír. 
10  ¡  Cantad  a  Yahveh  un  cántico  nuevo,  | 

su  gloria  desde  los  confines  de  la  tierra  ; 
muja  tempestuoso  b  el  mar  y  su  contenido,  |  las  islas  y  sus  habitantes. 


»  Desde  kl  norte  :  se  refiere  a  Ciro,  de  país  situado  al  oriente  septentrional  de 
Palestina. 

At\    1  E¿  QUIEN  ME  APOYO:  otros,  a  quien  sostengo;  Ciro  y  también  Jesu-Cristo 
Ley  :  o  bien,  derecho,  como  otros  prefieren. 

-  Clamará  :  V  «hará  acepción  de  personas».  El  contraste  entre  la  mansedumbre  de 
Jesús  y  el  carácter  bélico  de  Ciro  demuestra  que  se  trata  aquí  de  dos  personaje 
distintos,  y  sobre  todo  del  Salvador. 

«  Te  he  constituido  :  el  medianero  definitivo  entre  .Dios  y  el  pueblo  escogido 
es  Cristo. 


—  1344  — 


42  n-43  i 


ISAÍAS 


42  n-43  i 


"  ¡  Clamen  el  desierto  y  sus  ciudades,  ¡  las  aldea*  habitadas  por  Quedar  ; 

12  jubilen  los  moradores  de  Sela,  | 

den  gritos  de  alegría  desde  la  cumbre  de  los  monte»  1 
"  Yahveh  saldrá  como  un  héroe,  | 

como  un  guerrero  despertará  su  furor  combativo ; 
dará  gritos  y  alaridos,  |  se  mostrará  fuerte  contra  sus  ene-migo». 
"  He  guardado  silencio  desde  hace  mucho  tiempo,  | 

¿  voy  a  estar  callado  y  me  voy  a  contener  ? 
Como  una  parturienta  gritaré,  resoplaré  |  y  jadearé  a  la  vez  ; 
15  secaré  montes  y  colinas  |  y  todo  su  verdor  agostaré  ; 
convertiré  los  ríos  en  yermos  c  y  desecaré  pantanos. 
K  Haré  caminar  los  ciegos  por  caimino  que  no  conocen,  | 

por  senderos  que  ignoran  los  conduciré  ; 
trocaré  ante  ellos  la  oscuridad  en  luz,  | 

y  el  terreno  accidentado  en  llanura  : 
tales  son  las  cosas  que  les  haré  y  no  los  dejaré. 
"  Se  volverán  atrás,  cubiertos  de  confusión  d, 
los  que  confían  en  los  ídolos, 
los  que  dicen  a  las  imágenes  fundidas  8  :  | 

«¡Vosotros  sois  nuestros  dioses!» 
¡Sordos,  oíd  ;  |  ciegos,  mirad  para  ver! 
¿  Quién  es  ciego  sino  mi  siervo,  | 

v  sordo  como  el  mensajero  que  vo  envío  ? 

uién  es  ciego  como  el  emisario,  1  y  ciego  '  como  el  siervo  de  Yahveh  ? 
"es  muchas  cosas,  mas  no  lo  notas  ;  | 
tienes  abiertos  los  oídos,  mas  no  oyes 
21  Yahveh  quiso  por  amor  de  su  justicia  |  engrandecer  y  magnificar  la  ley. 
"  Mas  en  un  pueblo  saqueado  y  despojado,  j 

apresados  todos  ellos  en  mazmorras  h 
y  en  prisiones"  están  encerrados  ; 

en  botín  se  han  convertido,  y  no  hay  quien  los  libre  ;  | 
en1  saqueo,  y  no  hay  quien  diga  :  «¡Devuelve!» 

13  ¿  Quién  de  vosotros  presta  oído  a  esto,  |  escucha  y  oye  para  lo  futuro  ? 

M  j  Quién  ha  entregado  a  Jacob  al  saqueo  |  y  a  Israel  a  los  depredadores  ? 
¿No  ha  sido  Yahveh,  contra  el  que  pecaron,  | 

en  cuyas  manos  no  querían  caminar  |  v  cuya  ley  no  oyeron  ? 
a  Así,  pues,  derramó  sobre  él  el  ardor  de  su  cólera  | 

y  la  virulencia  de  la  guerra, 
que  prendió  todo  en  torno  a  él,  mas  no  eompr«ndió  ; 
íe  quemó,  mas  no  paró  mientes. 


Redención  y  restauración  del  pueblo  de  Yahveh  y  ruina 
de  Babilonia 

a  o    1  Ahora  bien,  así  dice  Yahveh,  | 

tu  Creador,  ¡oh  Jacob!,  |  y  quien  te  ha  formado,  ¡oh  Israel  !  : 
No  temas,  pues  yo  te  redimo  ; 
No  temas,  pues  yo  te  redimo  ;  | 


'-'  Sela  o  Petra  :  para  unos,  en  Edom  ;  según  muchos,  la  capital  de  los  nabateos, 
a  unos  8o  kms.  al  sudeste  del  mar  Muerto.  Otros  vierten  «las  Rocas». 
"RESOPLARÉ  y  jadearé:  otros,  «destruiré  y  aniquilaré»  (cf.  V). 

M  Haré  caminar  :  en  Jesu-Cristo  se  cumplieron  cabalmente  estas  promesas.  ||  Por 
camino  que  no  conocen  :  la  Itrlesia,  que  Dios  estableció  por  medios  insospechables. 
"  Se  volveren  :  lit.,  se  han  vuelto. 

"  EMISARIO:  otros,  «esclavizado»,  «familiar»...;  V  tnisi  ad  quem  nuntios  meos  misi» 
'•■"Ves:  cf.  9;  otros  prefieren  has  visto...  no  notabas  (o  prestabas  atención)... 


—  1345  — 


43  2-22 


ISAÍAS 


43  « 


•  Si  pasas  por  la?  aguas,  estaré  contigo,  |  y  si  por  ríos,  no  te  anegarán 
si  caminas  por  el  fuego,  no  serás  abrasado  |  ni  La*  Llamas  te  quemarán 

Pues  yo,  Yahveh,  soy  tu  Dios  ; 
el  Santo  de  Israel  es  tu  salvador. 

Doy  a  Egipto  como  rescate  tuyo,  ¡  4  porque  eres  valioso  a  mis  ojos,  ¡ 

muy  estimado,  y  yo  te  amo, 
y  entregaré  hombres  en  lugar  tuyo,  |  y  pueblos  por  tu  vida. 

6  No  temas,  pues  estoy  contigo. 

Desde  oriente  traeré  tu  simiente  |  v  desde  occidente  te  recogeré. 

"Diré  al  septentrión  :  «¡Daca!»,  I  y  al  sur  :  «¡No  retengas!» 

Trae  a  mis  hijos  de  lejos  |  y  a  mis  hijas  de  los  confines  de  la  tierra  ; 

7  a  todo  aquel  que  se  denomina  por  mii  nombre 

h  en  honor  mío  le  he  creado,  lo  he  formado  y  hecho 
"  ¡  Sáquese  al  pueblo  ciego,  aunque  tiene  ojos  ;  | 

a  los  sordos,  aunque  tienen  oídos  1 
'Todas  las  naciones  se  han  reunido  a  una  | 

y_  se  han  congregado  los  pueblos. 
¿Quién  entre  ellos  puede  anunciar  estol 

y  puede  hacernos  oír  las  cosas  antiguas? 
Presenten  sus  testigos  para  justificarse, 
hagan  oír  para  que  digamos  c :  ¡Es  verdad! 

10  Vosotros  sois  mis  testigos,  afirma  Yahveh,  | 

y  mis  siervos  d,  que  yo  he  elegido, 
para  que  conozcáis  y  creáis  en  mí, 
y  comprendáis  que  soy  yo  ; 

11  yo,  yo  soy  Yahveh,  |  y  fuera  de  mí  no  hay  ningún  salvador  ; 
11  yo  lo  he  anunciado  y  salvado,  hecho  oír,  | 

y  no  ha  habido  entre  vosotros  dios  extraño. 
Ciertamente  vosotros  sois  mis  testigos,  declara  Yahveh,  | 

y  yo  soy  Dios,  13  desde  ¡a  eternidad  e  lo  soy, 
y  ninguno  se  salva  de  mi  mano.  |  Cuando  yo  obro,  ¿quién  puede  impedirlo 
M  Así  dice  Yahveh,  |  nuestro  redentor,  el  Santo  de  Israel  : 
Por  amor  vuestro  envié  a  Babel,  | 

y  arranqué  los  cerrojos  de  las  prisiones 
y  a  los  caldeos  con  cadenas  al  cuello  se  los  encadenará  «  (?). 

Yo,  Yahveh,  vuestro  Santo,  |  el  Creador  de  Israel,  vuestro  rev 
"  Así  dice  Yahveh,  el  que  trazó  en  el  mar  un  camino,  I 

y  un  sendero  en  las  impetuosas  aguas  ; 
"  el  que  hizo  salir  a  campaña  carros  y  corceles,  | 

ejércitos  y  caudillos  juntamente  h"; 
tendidos  yacen,  no  se  levantarán  más  ;  | 

se  apagaron  como  un  pabilo  que  se  extingue. 
"  ¡  No  os  acordéis  de  lo  antiguo,  |  y  de  lo  pasado  no  os  cuidéis ! 
"  He  aquí  que  voy  a  realizar  cosa  nueva.  |  Ya  brota,  ¿  no  lo  notáis  ? 
Ciertamente,  en  el  desierto  haré  un  camino  ;  | 

en  región  desértica  y  árida,  ríos  ; 
w  me  ensalzarán  [por  ello]  las  bestias  del  campo,  | 

los  chacales  y  los  avestruces, 
porque  di  agua  en  el  desierto,  [corrientes  en  el  yermo, 
para  abrevar  a  mi  pueblo,  a  mi  elegido  ;  I 
11  el  pueblo  que  yo  formé  |  narrará  mi  gloria. 
**  Mas  tú  no  me  has  invocado,  Jacob,  | 

ni  >  te  has  esforzado  por  mí,  Israel. 


septentrión  :  estos  vv.  se  aplican  a  la  vocación  de  los  gentiles  y  s 
i  la  Iglesia,  ya  que  la  profecía  no  se  cumplió  en  el  A.  T. 
no  lo  notáis?  :  empieza  la  simbólica  descripción  de  lo  feliz  que  t 
uelta  de  Babilonia,  figura  del  pueblo  mesiánieo 
campo  :  o  animales  salvajes. 


—  1346  — 


43  7 


ISAÍAS 


43  23-44  ' 


"  No  me  has  ofrendado  el  cordero  de  tus  holocaustos,  ] 

ni  me  has  honrado  con  tus  sacrificios  ; 
no  te  he  dado  trabajo  con  oblaciones,  | 

ni  te  he  cansado  con  incienso. 
"No  me  has  comprado  por  dinero  caña  aromática  | 

ni  me  has  empapado  con  la  grasa  de  tus  sacrificios  ; 
sólo  con  tus  pecados  me  has  dado  trabajo,  | 

me  has  cansado  con  tus  faltas. 
50  Yo  soy,  yo  soy  quien  borra  | 

tus  delitos  por  mí  mismo,  y  no  me  acordaré  de  tus  pecados. 
"  Basta  con  que  me  recuerdes,  discutiremos  juntos  ; 
basta  cotí  que  cuentes  para  justificarte. 

"  Ya  tu  primer  padre  pecó,  f  y  tus  representantes  han  faltado  contra  mí  ; 
28  por  eso  he  profanado  a  santos  príncipes  | 

y  he  entregado  a  Jacob  al  anatema  y  a  Israel  a  los  oprobios. 


Restauración  de  Israel,  a  pesar  de  su  indignidad.  Diatriba 
contra  la  idolatría.  Ciro,  instrumento  de  Yahveh 

a  A    1  Mas  ahora,  escucha,  Jacob,  siervo  mío,  | 
de  Israel,  a  quien  yo  elegí. 
Así  dice  Yahveh,  tu  creador,  | 
y  quien,  habiéndote  formado  desde  el  vientre  materno,  te  auxilia.: 
No  temas,  siervo  mío  Jacob  |  y  Yesurún,  a  quien  yo  elegí  ; 

*  pues  agua  derramaré  sobre  el  suelo  sediento  | 

y  torrentes  sobre  la  tierra  reseca  ; 
verteré  mi  espíritu  sobre  tu  semilla  |  y  mi  bendición  sobre  tu  brote 

*  Entonces  brotarán  a  como  hierba  entre  agua  a,  | 

como  álamos  junto  a  corrientes  acuáticas. 
'  Este  dirá  :  «A  Yahveh  pertenezco»,  | 

y  aquél  se  b  nombrará  con  el  nombre  de  Jacob  ; 
y  estotro  escribirá  en  su  mano  :  «De  Yahveh»,  | 

y  con  el  nombre  de  Israel  será  apellidado  c. 

"  Así  dice  Yahveh,  rey  de  Israel  |  y  su  redentor,  Yahveh-Sebaot  : 
Yo  soy  el  primero  y  yo  el  último,  | 

y  fuera  de  mí  no  existe  dios  alguno. 
!  Y  ¿quién  hay  como  yo?  Preséntese  d  y  grite  | 

y  lo  anuncie  y  expóngamelo. 
¿Quién  ha  hecho  oír  desde  antiguo  los  presagios  *  \ 

y  nos  '  ha  anunciado  lo  que  ha  de  venir  ? 


3  El  cordero  :  propiamente  Va  res  ovina  o  caprina  (del  sacrificio  diario  matutino 
y  vespertino,  al  parecer). 

11  Me  has  dado  trabajo  :  como  si  dijera  :  Los  pecados  de  Israel  han  pesado  sobre 
Dios  como  pesa  una  carga  en  hombros  del  servidor.  Así  es  como  nuestros  pecados 
han  movido  al  Hijo  de  Dios  a  hacerse  esclavo  para  librarnos  a  nosotros  de  servi- 
dumbre. 

'■"He  profanado:  o  bien,  declaré  profanos  o  contaminados  j|  Sanios  príncipes:  los 
del  santuario,  los  sumos  sacerdotes. 

A  A    "■  Yesurún  :  diminutivo  afectivo  :  «el  lealito  o  justito»,  como  apelación  honorí- 
tica  y  Qombn   propio  simbólico,  aplicado  a  Israel.  Algunos  la  creen  teñida  de 
cierta  ironía. 

a  Agua  di  rramaré...  verteré  mí  espíritu  :  es  profecía  mesiauica.  El  agua  es  sím- 
bolo ;  el  espíritu,  la  realidad  que  infundirá  Dios  en  el  mundo. 

'¿Quién  uav  como  vo  ?     t  quién  como  Dios  puede  anunciar  lo  porvenir' 


—  >.V17  - 


44  8-u 


ISAÍAS 


44  8-20 


"  ¡  No  tembléis  ni  temáis  '  I  \ 

¿No  lo  he  anunciado  h  y  manifestado  desde  hace  mucho  tiempo? 
Sedme  testigos  :  ¿  Hay  un  Dios  fuera  de  mí  | 
o  acaso  1  existe  roca  ?  No  sé  de  ninguno. 


9  Los  que  tallan  ídolos,  todos  son 
cosa  vana,  y  sus  favoritos  no  sirven 
para  nada,  y  sus  testigos  no  alcan- 
zan a  ver  nada  ni  se  enteran  de  na- 


Fstatutlla  de  di"sa  cubierta  de 
alta  tiara 


da,  de  modo  que  son  confundidos. 
,0  Quien  conforma  un  Dios  y  funde 
un  ídolo,  de  nada  le  sirve.  "  He  aquí 
que  todos  los  suyos  serán  confundi- 
dos, todos  sus  s  artífices  son  simples 


hombres.  Todos  a  una  reúnanse  [y] 
preséntense,  habrán  de  estremecer- 
se [y]  ser  confundidos  juntamente. 
12  El  que  trabaja  el  hierro  del  ha- 
cha labora  con  las  brasas  y  le  da 
forma  con  martillos,  y  lo  hace  con 
su  fuerte  brazo;  incluso  padece  ham- 
bre y  se  agota,  no  bebe  agua  y  se 
fatiga.  13  Quien  trabaja  la  madera  ex- 
tiende la  cuerda  de  medir,  diseña  el 
ídolo  con  el  lápiz,  lo  corta  con  las 
gubias,  con  el  compás  lo  delínea  y 
lo  convierte  en  una  figura  de  varón, 
en  un  hombre  hermoso  destinado  a 
morar  en  una  casa.  14  Cortóse  k  ce- 
dros, tomó  un  roble  o  una  encina,  de- 
jóseles  crecer  fuertes  entre  los  árbo- 
les del  bosque,  plantó  una  especie  de 
cedro,  que  la  lluvia  hizo  crecer  ;  u  y 
sirven  al  hombre  de  madera  combus- 
tible ;  tómase  de  ellos  para  calentar- 
se,; también  se  enciende  [con  ellos] 
fuego  y  se  cuece  pan  ;  además  fa- 
brícase [de  ellos]  un  dios  y  se  pros- 
ternan, se  hace  de  ello  un  ídolo  y 
se  arrodillan  ante  él  l.  16  La  mitad  de 
ello  se  quema  a  fuego  y  sobre  sus 
ascuas  m  n  se  asa  carne,  se  come  n 
asado  y  se  sacia  uno  ;  también  ca- 
liéntase uno  y  dice:  «¡  Oh,  me  he  ca- 
lentado, he  sentido  el  fuego!»  11  Mas 
lo  restante  lo  convierte  en  dios,  en 
su  ído'o,  ante  el  que  se  postra  en 
adoración,  le  adora  y  le  ruega,  di- 
ciendo :  «¡Sálvame,  pues  tú  eres  mi 
dios!»  "No  saben  ni  comprender, 
porque  sus  ojos  están  pegados  °,  de 
forma  que  no  ven,  y  su  corazón  de 
suerte  que  no  llega  a  entender.  19  No 
reflexiona  en  su  corazón  ni  posee  » 
conocimiento  ni  inteligencia  para  de- 
cir :  «La  mitad  de  ello  he  quemado 
en  el  fuego  ;  además  he  cocido  pan 
sobre  sus  brasas,  he  asado  carne  y 
la  he  cpmido,  y  ¿  voy  a  hacer  del 
resto  un  espantajo,  voy  a  postrarme 
en  adoración  ante  un  objeto  de  ma- 
dera ?  20  Apaciéntate  de  cenizas  ;  un 
corazón  engañado  le  ha  seducido,  y 
así  no  salvará  su  alma,  pues  no  dice  : 
«¡No  habrá  engaño  en  mi  diestra!» 


15  Y  sirven  al  hombre  :  viene  a  decir  irónicamente  que  el  mismo  árbol  de  donde 
se  saca  un  dios  es  empleado  para  hacer  lumbre  y  guisar  la  comida. 

30  No  habrá  engaño  :.  decir  que  tiene  uno  engaño  en  la  diestra  equivale  a  decir 
íjuc  cuenta  sobre  una  cosa  vana  y  engañosa. 


44  21-45  1 


ISAÍAS 


44  21-45  4 


"  Recuerda  esto  Jacob,  |  e  Israel,  pues  eres  mi  siervo  ; 
yo  te  he  formado,  siervo  mío  eres  tú, 
Israel  ;  no  serás  dado  al  olvido  por  mí. 

"  He  borrado  como  una  nube  tus  delitos  |  y  como  niebla  tus  pecados  ; 

vuélvete  a  mí  pues  yo  te  he  redimido. 

!S  Jubilad,  cielos,  porque  Yahveh  lo  ha  realizado  ;  | 

exultad,  abismos  de  la  tierra  ; 
prorrumpid,  montañas,  en  gritos  de  júbilo  ;  | 

tú,  bosque,  y  cuantos  árboles  contienes  ; 
pues  Yahveh  ha  redimido  a  Jacob,  |  y  en  Israel  se  gloría. 

sl  Así  habla  Yahveh,  tu  redentor,  | 

el  que  te  formó  desde  el  seno  .materno  : 
«Yo,  Yahveh,  soy  el  hacedor  de  todo,  |  el  que  desplegué  el  cielo,  yo  solo  ; 
el  que  extendí  la  tierra  sin  ayuda  alguna  «; 
"  el  que  desbarata  los  presagios  de  los  mentirosos  parlanchines 
y  vuelve  locos  a  los  adivinos  ; 

el  que  obliga  a  retirarse  a  los  sabios  |  y  convierte  su  saber  en  locura  ; 
M  el  que  realiza  la  palabra  de  sus  servidores  *  \ 

y  cumple  la  previsión  de  sus  mensajeros  ; 
el  que  dice  a  Jerusalén  :  «¡Serás  habitada!»,  | 

y  a  las  ciudades  de  Judá  :  «¡Seréis  reconstruidas  y  pondré  en  pie  sib 

ruinas  !»  ; 

21  el  que  dice  al  fondo  del  mar  :  «¡Sécate,  | 

de  cierto  desecaré  tus  corrientes!»  ; 
"  el  que  dice  a  Ciro  :  «¡Mi  pastor, 
en  verdad,  todo  cuanto  deseo  cumplirá  !»  ; 
el  que  dice  a  Jerusalén  :  «¡  Serás  reedificada  !», 
y  al  8  templo  :  «Serás  fundado  de  nuevo!» 


Misión  de  Ciro,  ungido  de  Yahveh 


A  ti    '  Asi  afirma  Yahveh  a  su  ungido  Ciro,  |  a  quien  yo  cogí  de  la  diestra 

^ J    para  pisotear  a  pueblos  delante  de  él  |  y  desceñir  lomos  de  reyes  ; 

para  abrir  ante  él  puertas  |  y  que  las  puertas  no  queden  cerradas  : 

-  «Yo  avanzaré  delante  de  ti  |  y  lo  accidentado  allanaré  ; 

quebraré  puertas  de  bronce  |  y  destrozaré  férreos  cerrojos. 

3  Te  daré  tesoros  de  oscuridad  |  y  riquezas  guardadas  [en]  escondrijos, 

a  fin  de  que  conozcas  que  soy  Yahveh,  | 

el  que  te  ha  llamado  por  tu  nombre,  |   el  Dios  de  Israel. 
'  Por  amor  de  mi  siervo  Jacob  |  y  de  Israel,  mi  elegido, 
te  he  llamado  por  tu  nombre,  | 
te  he  apellidado  honrosamente,  sin  que  une  hayas  conocido. 


--  Borrado  :  o  disipado. 

23  Ha  redimido  a  Jacob  :  de  Egipto  y  Babilonia  ;   pero  el  profeta  apunta  a  otra 
redención  mejor,  que  es  la  que  llevará  a  cabo  Jesu-Cristo. 
86  Previsión  :  lit.,  consejo. 

'-"  El  que  dice  :  alude  a  la  toma  de  Babilonia  por  Ciro,  desviando  las  aguas  del 
Eufrates. 

08  Mí  pasior  :  cuenta  Josefo  en  sus  Antigüedades  Judías  (it,  2)  que  este  pasaje  es 
el  que  determinó  a  Ciro  a  devolver  a  los  judíos  la  libertad. 

A  pr  1  A  su  ungido  :'el  único  rey  a  quien  da  la  Escritura  este  nombre  es  Ciro,  por 
***  haber  recibido  de  Dios  la  misión  de  salvar  del  cautiverio  a  los  judíos,  lo  cual 
le  convirtió  en  tipo  de  Jesu-Cristo. 

3  Tesoros  de  oscuridad:  c  d.,  escondidos,  ocultos  a  las  miradas.  Babilonia  era  fa- 
mosa por  sus  riquezas,  por  el  oro  principalmente 


—  I.Vlu  — 


45  5-20 


ISAÍAS 


45  5"^' 


'  Vo,  Vahveh,  y  nadie  más  existe  ;  |  lucra  Je  mí  ao  hay  dios  alguno. 

Yo  te  he  ceñido,  sin  que  me  hayas  conocido, 

"  para  que  se  sepa  desde  el  oriente  del  sol  hasta  su  b  ocaso  | 

que  no  existe  ninguno  fuera  de  mí  ; 
yo,  Yahveh,  y  nadie  más.  |  7  Yo,  que  formo  la  luz  y  creo  las  tinieblas, 
doy  salvación  y  creo  perdición,  |  yo,  Yahveh,  soy  quien  hace  todo  esto. 
8  Gotead,  cielos,  desde  arriba,  j  y  destilen  las  nubes  derecho; 
ábiase  c  la  tierra,  |  y  produzca  d  salvación, 
y  justicia  brote  a  la  vez  :  |  yo,  Yahveh,  lo  he  creado. 
1  ¡  Ay  de  aquel  que  litiga  con  su  creador, 
no  siendo  [sino]  un  tiesto  entre  tiestos  de  barro  ! 
c  Acaso  dice  la  arcilla  a  su  alfarero  :  «¿Qué  haces?», 
y  'su  obra  :  «¿No  tienes  e  manos?» 

"'  ¡  Ay  de  quien  dice  al  padre  :  «¿Qué  es  lo  que  engendras?»,  | 

y  a  la  mujer  :  «¿Qué  pares  tú?» 
"  Así  dice  Yahveh,  |  el  Santo  de  Israel  y  su  hacedor  : 
«¿  Me  vais  a  interrogar  acaso  f  sobre  imis  hijos.  | 

y  acerca  de  la  obra  de  mis  manos  me  vais  a  dar  órdenes  ? 
IJ  Soy  yo  quien  ha  hecho  la  tierra  |  y  he  creado  al  hombre  sobre  ella  ; 
yo  mismo,  mis  manos  han  extendido  los  cielos  | 

y  a  todo  su  ejército  he  dado  órdenes. 
15  Yo  [además]  le  he  suscitado  en  gracia  |  y  todos  su>  caminos  allano. 
DI  construirá  mi  ciudad  | 

y  pondrá  en  libertad  a  los  deportados  de  mi  pueblo,  « 
no  por  ipreeio  ni  por  soborno»,  |  afirma  Yahveh'  Sebaot. 
"  Así  habla  Yahveh  : 

El  fruto  del  trabajo  de  Egipto  y  la  ganancia  de  Etiopía  ¡ 

v  los  sábeos,  hombres  de  elevada  talla, 
a  ti  pasarán  y  tuyos  han  de  ser  ;  | 

marcharán  tras  de  ti,  con  cadenas  caminarán  ] 
y  se  postrarán  ante  ti  |  y  prorrumpirán  suplicantes  : 
Sólo  en  ti  hay  Dios,  y  no  existe  nadie  más,  |  ninguna  otra  divinidad  ! 
lf  ¡  Ciertamente  contigo  11  hav  un  Dios  escondido,  | 

el  Dios  de  Israel  es  salvador! 
'"  Confundidos  y  totalmente  avergonzados  han  quedado  todos  a  una,  i 

han  perecido  con  oprobie  todos  los  modeladores  de  ídolos. 
17  Mas  Israel  ha  sido  salvado  por  Yahveh  |   con  salvación  eterna  ; 
no  seréis  confundidos  ni  avergonzados  |  por  toda  la  eternidad. 
1S  I'ues  así  dice  Yahveh  :  |  El  creador  del  cielo,  |  que  es.  Dios  ; 
el  que  formó  la  tierra  y  la  creó,  |  el  que  la  estableció, 
no  la  creó  como  yermo,  |  mas  para  ser  habitada  formóla  : 
yo,  Yahveh,  y  nadie  más. 

i;'  No  he  hablado  en  oculto,  |  en  lugar  tenebroso  de  la  tierra  ; 

no  he  dicho  a  la  simiente  de  Jacob  :  |  «¡Búscame  en  vano!» 

Yo,  Yahveh,  hablo  justicia,  |  proclamo  rectitud. 

30  ¡  Congregaos,  venid,  |  reunios  a  una,  |  escapados  de  los  gentiles ! 

No  tienen  inteligencia  los  que  llevan  |  sus  ídolos  de  madera 

e  imploran  a  un  dios  |  que  no  puede  salvar. 

*  Gotead,  cielos  :  oración  yue  la  Iglesia  dirige  a  Dio 
pedirle  envíe  a  Jesu-Cristo,  justo  por  excelencia.  ||  DERE 
to     al  Salvador». 

"  Manos  :  o  bien,  habilidad. 

a  Su  ejército  :  los  astros. 

1:1  En  gracia  :  o  bien,  en  justicia,  aludiendo  a  la  vocación  salvadora  de  Ciro. 

nuestros  ojos  su  Diyinidad,  pero  nos  la  «leja 

desierta  y  caótica  ;  V  «cu  vano», 
no  hace  como  los  oráculos  paganos,  que  daban 
lenguaje  oscurísimo.  ||  Lugar  tenebroso  de  la 

no  comprenden    1  l  i  i-van  :  V  «alzan»;  pudiera 


—  USO  — 


45  21-46  10 


ISAÍAS 


45  21~46  "' 


•'  Manifestad  y  aducid  [vuestras  pruebas],  |  deliberad  unos  con  otros.  | 

¿Quién  ha  hecho  oír  esto  desde  antiguo,  | 

lo  ha  predicho  desde  entonces  ? 
i  No  fui  yo,  Yahveh  ? 
Pues  no  existe  más  dios  fuera  de  mí, 

Dios  justo  y  salvador  ;  |  no  hay  otro  alguno  a  excepción  de  mí. 
■  Volveos  a  mí  y  seréis  salvos",  |  todos  los  confines  de  la  tierra, 
porque  yo  soy  Yahveh  y  no  hay  otro  alguno. 
6  Por  mí  [mismo]  he  jurado, 

de  mi  boca  ha  salido  justicia  ;  |  una  palabra  y  no  vuelve  : 

de  cierto  ante  mí  se  doblará  toda  rodilla,  |  [por  mí]  jurará  toda  lengua, 

■'  diciendo:  Sólo  en  Yahveh  tengo  |  salvación  y  fuerza  ; 

a  El  vendrán  J  y  serán  confundidos  | 

todos  aquellos  que  hierven  en  ira  y  odio  contra  El, 
a  mas  por  Yahveh  será  justificada  y  se  gloriará  | 

toda  la  semilla  de  Israel. 


Caída  de  los  dioses  de  Babilonia 


¿|¿    '  Postrado  está  Bel,  |  humillado  Nebó  ; 

sus  ídolos  pasaron  a  los  animales  y  las  bestias, 
sus  imágenes  procesionales  han  sido  cargadas  como  carga  | 

a  las  cansadas  bestias. 
:  Doblegados  están  y  postrados  a  la  vez  ;  | 

no  pudieron  salvar  a  quien  los  llevaba  »; 
v  ellos  mismos  van  al  cautiverio. 

*  ¡  Escuchadme,  casa  de  Jacob  | 

y  todo  el  resto  de  la  casa  de  Israel, 
que  [me]  fuisteis  cargados  [a  mí]  desde  el  vientre  materno,  | 

llevados  desde  el  materno  seno  !  : 
'  Hasta  la  ancianidad  yo  soy  [el  mismo],  | 

y  hasta  la  vejez  [os]  portaré. 
Yo  [os]  he  llevado  b  y  llevaré,  |  y  yo  os  portaré  y  salvaré. 

*  ¿  A  quién  me  vais  a'  comparar  y  equiparar  ? 

;  Me  consideraréis  análogo,  de  suerte  que  nos  pareciésemos  ? 

Se  sopesa  oro  de  la  bolsa  |  y  plata  con  la  balanza  ; 
n salarian  un  orfebre,  el  cual  hace  de  ello  un  dios  ;  | 

póstranse  adorando,  prostérnanse  también. 
:  Se  lo  cargan  a  hombros  y  lo  llevan,  | 

lo  depositan  en  su  sitio  y  se  está  quieto,  |  de  su  lugar  no  se  mueve  ; 
alguien  grita  hacia  él,  mas  no  responde  ;  | 

de  su  tribulación  no  puede  salvar  a  nadie. 
"  Recordad  esto  y  afirmaos  c,  |  parad  mientes  en  ello,  pacadore*,. 

*  Acordaos  de  lo  pasado  desde  tiempo  antiquísimo,  | 

pues  yo  soy  Dios  y  no  existe  ninguno  más,  | 

divinidad  y  ninguna  otra  hay  igual  a  mi. 
10  El  que  al  principio  anunció  el  fin  | 

y  con  mucha  anterioridad  lo  que  aun  no  había  sucedido  ; 
el  que  dice  :  «Mi  decisión  permanece  | 

y  todo  lo  que  me  place  llevo  a  cabo.» 


AC\  '  1¡U.  :  es  la  forma  babilónica  del  Baal  hebreo.  Era  como  el  Júpiter  babilonio, 
^  llegando  a  denotar  al  Señor  por  antonomasia,  Marduc  o  Merodac,  dios  protector 
de  Babilonia.  ||  Nebó:  considerado  como  el  portavoz  de  los  dioses  (cf.  Nabí  'portavoz, 
profeta'),  túvosele  como  hijo  de  Marduc  e  inventor  de  la  escritura.  Venerábasele  es 
pecialmente  en  Liorsippa.  |  Sus  ídolos  pasaron  a  los  animales...:  que  habían  de 
transportarlos  al  ser  cogidos  con  el  botín  por  el  conquistador  de  la  ciudad. 


46  n-47  12 


ISAÍAS 


46  n-47  12 


"  Del  levante  llamo  al  ave  de  rapiña,  | 

de  lejano  país  al  hombre  de  mi  A  decisión. 
Como  lo  dije,  lo  hago  suceder  ;  |  corno  lo  imaginé,  lo  realizo. 
u  Escuchadme  vosotros,  los  de  empedernido  corazón, 
los  que  estáis  lejos  de  la  justicia  : 
"  Hago  aproximarse  mi  justicia,  no  está  lejana,  | 

y  mi  salvación  no  se  demora  ; 
daré  redención  en  Sión  |  y  para  Israel  mi  gloria. 


Caída  de  Babilonia 


AH    1  ¡  Baja  y  siéntate  en  el  polvo,  |  virgen  hija  de  Babel  ; 
"      siéntate  en  tierra  sin  trono,  |  hija  de  los  caldeos  ; 
pues  ya  no  se  te  volverá  a  llamar  |  «delicada  y  tierna»  ! 

¡  Toma  el  molino  y  muele  harina,  |  quítate  el  velo, 
levántate  la  cola  del  vestido,  descubre  tu  pantorrilla,  |  vadea  ríos  I 
8  ¡  Tu  desnudez  será  descubierta  |  y  veránse  tus  vergüenzas  1 
Tomaré  venganza  y  no  me  toparé  con  hombre  alguno  a. 
-  'Nuestro  redentor,  Yahveh-Sebaot  es  su  nombre,  el  Santo  de  Israel. 
5 Siéntate  en  silencio  y  entra  en  las  tinieblas,  |  ¡hija  de  los  caldeos!, 
pues  ya  no  se  te  volverá  a  llamar  |  «Señora  de  reinos». 

Me  enfurecí  contra  mi  pueblo,  |  profané  mi  heredad 
y  la  entregué  en  tu  mano.  Tú  no  tuviste  |  de  ellos  compasión  ; 
sobre  el  ariciano  hiciste  pesar  |  en  extremo  tu  3'ugo. 
;  Pensaste  :  «¡  Eternamente  seré  |  señora  para  siempre  b!»  ; 
no  paraste  mientes  en  esto,  |  no  pensaste  en  tu  desenlace. 

Mas  ahora  escucha  esto  placentera,  |  tú  que  estás  sentada  en  seguridad, 
la  que  decía  en  su  corazón  :  |  «¡Yo  y  sólo  yo  subsisto!», 
no  quedaré  viuda  |  ni  sufriré  orfandad. 

"Mas  te  sobrevendrán  estas  dos  cosas  |  repentinamente,  en  un  día  : 
orfandad  y  viudedad  en  toda  su  plenitud  |  vendrán  sobre  ti, 
a  pesar  de  tus  numerosos  conjuros,  | 

no  obstante  tus  encantamientos  en  extremo  enérgicos. 
"  Pero  tú  te  sentías  segura  en  tu  maldad,  I 

pensabas  :  «¡No  hay  quien  me  vea!»  ; 
tu  sabiduría  y  tu  ciencia  |  te  han  descarriado, 
v  pensaste  en  tu  corazón  :  |  «¡Yo  y  sólo  yo  subsisto!» 
"  Sin  embargo,  te  asaltará  desgracia,  | 

que  no  sabrás  alejar  con  encantamientos,  ' 
v  sobre  ti  caerá  calamidad  |  que  no  podrás  borrar  ¡ 
y  te  sobrevendrá  de  súbito  ruina  |  sin  que  lo  sepas. 
Así,  pues,  preséntate  con  tus  encantamientos,  | 

y  con  tus  numerosos  conjuros, 
en  los  que  te  has  fatigado  desde  tu  juventud,  | 

quizá  puedas  sacar  provecho,  |  quizá  asustar  con  ellos. 


"  Ave  de  rafi 
<le  este  rey  y  si 

13  Mi  salvació: 
Ciro.  Tocias  las 


lengua  hebraica  personificar  un  país 

número  de  habitantes  que  tengo, 
ría  en  Babilonia  desde  los  mas  anti- 


—  I.VS2  — 


47  i;í~48  v¿ 


ISAÍAS 


47  12 


'*  Te  has  cansado  con  tus  muchos  consejeros  °;  |  preséntense,  pues, 

v  sálvente  los  que  dividen  el  cielo,  |  los  que  observan  las  estrellas, 

[os  que  a  los  novilunios  te  manifiestan  |  algo  de  lo  que  d  te  sobrevendrá. 

"  He  aquí  que  han  venido  a  resultar  como  tamo,  |  fuego  los  ha  quemado  ; 

no  pueden  salvar  su  vida  |  del  poder  de  las  llamas  ; 

no  se  trata  de  brasas  para  calentarse  en  ellas,  | 

de  hogar  para  sentarse  delante. 
"  Así  te  ocurre  con  aquellos  por  los  que  te  esforzaste,  | 
con  tus  compañeros  de  negocios  desde  tu  juventud  : 
todos  se  echan  a  un  lado,  |  no  hay  quien  te  salve. 


Incredulidad  de  Israel  y  exhortaciones  al  mismo  antes 
de  la  liberación 


4J)    1  Escuchad  esto,  casa  de  Jacob,  | 

B**        los  apellidados  con  el  nombre  de  Israel  | 

y  que  salieron  de  las  entrañas  a  de  Judá, 
los 'que  juran  por  el  nombre  de  Yahveh  ¡ 

y  del  Dios  de  Israel  hacen  memoria, 
mas  sin  verdad  ni  rectitud.  I  2  Ciertamente,  llámense  según  la  santa  ciudad 
y  se  apoyan  en  el  nombre  de  Dios  de  Israel,  i 

cuyo  nombre  es  Yahveh-Sebaot. 
'Las  cosas  precedentes  anunciólas  con  mucha  antelación;  ! 

de  mi  boca  salieron  y  las  hice  oír  h, 
de  repente  las  realicé  y  sucedieron.  | 

4  Porque  sabía  que  tú  eres  obstinado 
v  un  tendón  de  hierro  tu  cerviz,  |  y  tu  frente,  de  bronce  ; 
6  por  ello  te  lo  anuncié  con  mucha  antelación,  | 

antes  de  que  sucediese  te  lo  hice  oír, 
para  que  no  dijeses  :  «Mi  ídolo  lo  ha  hecho,  | 

mi  escultura,  mi  imagen  fundida  lo  ha  ordenado.» 
°  Tú  lo  has  oído,  míralo  todo  ello;  |y  vosotros,  ¿no  !o  anunciaréis? 
Te  he  hecho  oír  cosas  nuevas  desde  ahora  ¡ 

y  cosas  ocultas  que  no  conocías. 
|  Ahora  han  sido  creadas  y  no  hace  tiempo,  | 

sin  que  antes  0  las  hubiera  oído, 
para  que  no  digas  :  «¡Ya  lo  sabía!» 

5  Ni  lo  has  oído  ni  lo  supiste,  |  ni  fué  con  anterioridad  abierto  tu  oído  , 
pues  yo  sabía  que  eres  pérfido  | 

y  te  llamas  «rebelde»  desde  el  vientre  materno. 
•  Por  amor  de  mi  nombre  difiero  mi  cólera  | 

y  en  gracia  a  mi  gloria  me  contengo  frente  a  ti  para  no  exterminarte 
|  He  aquí  que  te  he  probado  para  mí  como  ú  la  plata,  | 

te  he  puesto  a  prueba  en  el  horno  de  la  tribulación. 
!  Por  amor  mío,  por  amor  mío  obraré,  | 

pues  ¡cómo  sería  [si  no]  profanado  mi  nombre  *! ,  \ 
y  mi  honor  no  cedo  a  ningún  otro. 
'•  Oyeme,  Jacob,  |  e  Israel,  a  quien  yo  he_  llamado  : 
'l  Yo  soy,  yo  soy  el  primero  |  y  »oy  también  el  último. 


¿JO    ■  Según  i.a  sania  ciudad:  Uámanse  ciudadanos  de  Jerusalén. 

*0    '  Rebelde  :  o  tranagresor,  pecador,  apóstata...  De  hecho  fué  Isiael  rebelde  pera 

con  Dios  desde  que  nació  como  pueblo. 

■  Difiero  'O  doy  largas  a)  Mt  cólera  :  e.  d.,  soy  paciente,  longánime. 
11  Mi  nombre  :  para  que  no  digan  los  gentiles  que  he  abandonado  a  mi  pueblo  en 
'a  opresión. 

—  IS¡53  — 


48  13-49  6 


ISAÍAS 


48  is-49  " 


'■'  Además,  mi  mano  ha  fundado  la  tierra  | 

y  mi  diestra  ha  desplegado  el  cielo  ; 
cuando  los  llamé,  |  comparecieron  juntamente. 
M  Congregaos  todos  vosotros  y  oíd  :  | 

¿Quién  entre  ellos  anunció  esto? 
1  Mi  g  amigo  ha  hecho  mi  *  gusto  con  Babilonia 

y  con  la  simiente  de  los  h  caldeos. 
!5  Yo,  ciertamente,  yo  lo  predije  e  incluso  le  llamé  ;  ! 

le  traje,  y  lleva  felizmente  a  cabo  su  cometido. 
"  Acercaos  a  mí,  escuchad  esto  : 
No  he  hablado  desde  el  principio  secretamente  ;  f 

desde  el  momento  en  que  esto  comenzó  a  tener  lu.^ar  he  estado  yo  allí. 
Mas  ahora,  el  Señor,  Yahveh,  |  me  ha  enviado  con  su  espíritu. 
"  Así  afirma  Yahveh,  tu  redentor,  |  el  Santo  de  Israel  : 
Yo  soy  Yahveh,  tu  Dios,  |  que  te  enseña  a  sacar  provecho, 
que  te  encamina  por  el  camino  que  debes  seguir. 
"  ¡  Oh  si  hubieses  atendido  a  mis  mandamientos  ! 
|  Tu  paz  sería  como  un  río  |  y  tu  justicia  como  las  olas  del  mar  ; 
19  y  sería  como  arena  tu  simiente,  | 

y  los  vástagos  de  tus  entrañas  cual  sus  granitos  r 
Su  nombre  no  sería  extirpado  ni  aniquilado  de  delante  de  mí. 
:"  ¡  Salid  de  Babilonia,  |  huid  de  los  caldeos ! 
Con  voces  de  júbilo  anunciad,  |  proclamad  esto, 
publicadlo  hasta  el  confín  de  la  tierra. 
Decid  :  Yahveh  ha  redimido  |  a  su  siervo  Jacob. 
■'  Y  no  padecieron  sed  ;  |  por  el  desierto  los  condujo  ; 
agua  de  la  roca  |  hizo  brotar  para  ellos,  | 

y  hendió  peñas  y  manó  el  agua. 
22  Los  impíos,  afirma  Yahveh,  no  tienen  paz. 


El  siervo  de  Yahveh  y  el  restablecimiento  de  Sión 


AQ   '  ¡  Escuchadme,  islas,  ¡  y  prestad  atención,  pueblos  lejanos  ! 
Yahveh  me  ha  llamado  desde  el  vientre  materno,  | 

desde  las  entrañas  de  mi  madre  ha  anunciado  mi  nombre. 
-  Y  puso  mi  boca  como  espada  afilada,  \ 

a  la  sombra  de  su  mano  me  ocultó  ; 
hizo  de  mí  flecha  aguzada,  |  en  su  aljaba  me  escondió. 
8  Y  me  dijo  :  «Tú  eres  mi  siervo,  |  un  Israel,  en  el  que  me  glorificaré  *.» 
'  Mas  díjeme  yo  :  «En  vano  me  he  esforzado,  | 

por  nada  e  inútilmente  he  consumido  mi  fuerza.» 
Pero  mi  justicia  está  en  Yahveh  |  v  mi  recompensa  en  mi  Dios. 
5  Mas  ahora  dice  Yahveh  | 

que  desde  el  vientre  materno  me  predestinó  para  siervo  suyo, 
a  fin  de  que  haga  volver  a  Jacob  a  El  |  y  que  con  él  b  se_  reúna  ; 
pues  soy  honrado  a  los  ojos  de  Yahveh  f  y  mi  Dios  es  mi  fortaleza. 
,:  Así  dice  :  «Es  poca  cosa  que  seas  mi  siervo  | 

para  erigir  las  tribus  de  Jacob 


15  Su  cometido  o  empresa:  lit.,  su 'camino. 

1,1  Secretamente  :  e.  <!.,  que  he  anunciado  con  claridad  la  misión  de  Ciro. 
,sTu  justicia:  o  bien,  tu  prosperidad,  tu  salvación... 

-"  Hasta  el  confín  de  la  tierra  :  estas  palabras  prueban  que  no  se  trata  aquí  sólo 
.le  la  liberación  de  Babilonia,  sino  de  la  redención  del  Mesías. 
No  tienen  paz:  paz  es  aquí  sinónimo  de  bienandanza. 

AQ    3  Mi  siervo  :  Jesús  es  considerado  aquí  según  su  humanidad. 
«  Díjeme  yo  :  el  Mesías. 
«En  los  Hechos  Apostólicos  (13,  47)  aplica  San  Hablo  este  v.  a  Jesu-Cn>to 


49  7-21 


ISAÍAS 


49  7-.21 


v  volver  a  traer  a  los  supervivientes  de  Israel,  | 

sino  que  te  he  constituido  en  luz  de  los  gentiles, 
para  que  mi  salvación  llegue  |  hasta  el  fin  de  la  tierra  » 
'  Así  afirmar  Yahveh,  |  el  redentor  de  Israel,  su  Santo, 
al  despreciado  de  alma,  repudiado  por  las  trentes,  | 

al  esclavo  de  los  soberanos  : 
«.Revés  verán  y  se  levantarán  |  príncipes,  y  se  prosternaran, 
por  causa  de  Yahveh,  pues  es  leal,  I 

del  Santo  de  Israel,  que  te  escogió.» 
8  Así  habla  Yahveh  : 

En  el  tiempo  de  la  complacencia  te  escucho  ] 

y  en  el  día  de  la  salvación  te  ayudo, 
v  te  he  constituida  v  puesto  I  como  alianza  del  pueblo, 
para  levantar  de  nuevo  el  país,  I  para  repartir  heredades  asoladas, 
^diciendo  a  lo?  prisioneros  :  «¡Salid!»  ;  I 

a  los  que  están  en  las  tinieblas  :  «¡Mostraos!» 
En  todos  0  los  caminos  se  apacentarán,  | 

y  en  todas  las  alturas  peladas  [hallarán]  su  pasto. 

10  No  padecerán  hambre  ni  sed  | 

ni  les  herirá  el  viento  ardoroso  ni  el  sol  ; 
pues  el  que  se  compadece  de  ellos  los  guiará 

y  a  manantial  de  agua  los  conducirá  ; 
"  v  todas  mis  montañas  convertiré  en  camino,  | 

'  y  mis  calzadas  se  levantarán. 
"  He  aquí  que  éstos  vendrán  de  lejos  d,  I 

y  ve  ahí  que  estos  otros  vendrán  del  norte  y  el  oeste  | 

y  aun  estos  otros  del  país  de  los  sinitas. 
"  ¡  Exulta,  cielo,  y  regocíjate,  tierra  ;  I 

prorrumpan  en  júbilo  los  montes  ; 
pues  Yahveh  ha  consolado  a  su  pueblo,  i  se  compadece  de  su*  míseros  ! 
"  Mas  Sión  dijo  :  «Me  ha  abandonado  Yahveh,  | 

y  el  Señor  se  ha  olvidado  de  mí.» 
"¿Puede  acaso  una  mujer  olvidar  a  su  mamoncillo, 

sin  apiadarse  del  hijo  de  su  vientre  ? 
Aunque  éstas  olvidaran,  |  yo  no  me  olvidaría  de  ti. 
He  aquí  que  sobre  las  palmas  de  las  manos  te  he  grabad»  ;  ! 

tus  muros  están  ante  mí  de  continuo. 
"  Han  acudido  presurosamente  tus  reconstructores  1 

los  que  te  derribaron  y  te  asolaron  se  parten  de  ti. 
u  Alza  en  torno  tus  ojos  y  mira  :  | 

todos  ellos  se  han  congregado  para  venir  a  ti. 
¡  Vivo  vo,  afirma  Yahveh,  que  a  todos  ellos  te  los  colocará'-  como  aderezo 
y  los  ceñirás  como  una  novia  ! 

"  Pues  tus  escombros,  tus  ruinas  |  y  tu  tierra  asolada..., 
ciertamente  ahora  serás  sobrado  angosta  para  los  moradores  | 

y  tus  destructores  estarán  lejanos. 
"  Aun  a  oídos  tuyos  dirán  !  los  hijos  de  tu  orfandad  : 
«¡  Yiéneme  el  lugar  estrecho,  |  cédeme  sitio  donde  pueda  yo  habitar!» 

11  Entonces  dirás  para  tus  adentros  :  |  «¿Quién  me  ha  parido  a  éstos? 
Yo  no  tenía  hijos  y  era  estéril,  ! 

desterrada  y  apartada  ;  |  ¿  a  éstos,  pues,  quién  los  ha  criado  ? 
He  aquí  que  yo  había  quedado  sola  ;  |  ¿éstos,  pues,  de  dónde  vienen  ?» 


8  El  tiempo  de  la  complacencia:  o  de  gTacia,  o  bien,  en  el  tiempo  propicio.  ||  He 
constituido  :  o  también  guardado  (cf.  V),  formado,  predestinado... 

12  Vendrán  de  lejos:  anuncio  de  la  conversión  de  los  gentiles.  ||  País  de  los  si- 
nitas :  de  muy  discutida  identificación  :  China,  Pelusium,  Syene,  actualmente  As- 
suán... ;  la  última  es  la  preferida. 

16  Las  palmas  de  las  manos:  alusión  al  uso  oriental  de  tatuarse  e  imprimirse  en  la- 
manos  signos  religiosos. 

30  Orfandad  :  lit.,  privación  de  hijos. 


49  22-50  7 


ISAÍAS 


49  22-50  7 


22  Así  afirma  el  Señor,  Yahveh  : 

He  aquí  que  contra  las  naciones  alzaré  mi  mano  | 

y  hacia  los  pueblos  levantaré  mi  enseña  ; 
entonces  traerán  a  tus  hijos~  en  el  seno,  | 

y  tus  hijos  a  hombros  serán  llevados. 
3  Reyes  serán  tus  ayos  |  v  princesas  tus  amas  ; 
rostro  en  tierra  se  prosternarán  ante  ti  | 

y  lamerán  el  polvo  de  tus  pies, 
para  que  sepas  que  soy  Yahveh  | 

y  quienes  en  mí  esperan  jamás  sen  confundidos. 
-4  ¿  Puede  arrebatársele  el  botín  a  un  guerrero 
o  pueden  escapársele  los  cautivos  a  un  poderoso'? 
25  En  verdad,  así  dice  Yahveh  : 
«A  un  valiente  puédesele  arrancar  los  cautivos  | 

y  a  un  poderoso  se  le  puede  escapar  la  presa, 
mas  con  tus  adversarios  pelearé  |  y  a  tus  hijos  pondré  a  salvo 
•"Ya  quienes  te  oprimen  daré  a  comer  tu  propia  carne,  | 

y  como  de  vino  se  embriagarán  en  su  propia  sangre, 
para  que  todos  los  mortales  sepan  |  que  vo,  Yahveh,  soy  tu  salvador  , 

v  tu  redentor,  el  Fuerte  de  Tacob.» 


La  restauración  de  Sión  (prosigue).  El  siervo  de  Yahveh, 
víctima  de  expiación 

Cf\   1  Así  dice  Yahveh  : 

¿Dónde  está,  pues,  el  libelo  de  repudio  | 

de  vuestra  madre  a  la  que  yo  repudiase  ? 
¿  O  hay  alguno  entre  mis  acreedores  j  a  quien  yo  os  vendiera  ? 
He  aquí  que  por  vuestras  culpas  habíais  sido  vendidos  | 

y  por  vuestros  pecados  fué  repudiada  vuestra  madre. 
2  ¿  Por  qué  vine  y  no  había  nadie,  |  llamé  y  nadie  respondió  ? 
¿Sería  acaso  mi  brazo  demasiado  corto  para  la  redención  | 

o  me  faltaría  fuerza  para  salvar  ? 
He  aquí  que  con  mi  amenaza  deseco  el  mar,  convierto  ríos  en  desierto, 
de  modo  que  se  pudren  por  falta  de  agua  |  y  mueren  de  sed  ; 
8  vo  visto  al  cielo  de  negro  |  y  le  pongo  un  saco  por  vestidura  suya. 
'  El  Señor,  Yahveh,  me  ha  dado  |  lengua  apta  para  enseñar, 
para  conocimiento,  para  responder  a  algo  al  cansado  ; 
cada  mañana  me  despierta  el  oído,  |  para  escuchar  como  discípulo. 

6  El  Señor,  Yahveh,  me  ha  abierto  el  oído 

v  no  me  he  rebelado,  |  no  me  he  echado  atrás. 
É  Mi  espalda  ofrecí  a  los  que  golpeaban  | 

y  mis  mejillas  a  quienes  mesaban  la  barba  ; 
mi  rostro  no  hurté  |  a  la  afrenta  y  el  salivazo. 

7  Mas  el  Señor,  Yahveh,  me  auxiliará  ;  |  por  eso  no  seré  avergonzado  ; 
por  eso  he  puesto  mi  rostro  como  pedernal,  | 

y  sé  que  no  he  de  ser  confundido. 


28  Reyes  serán  :  los  reyes  de  Judá  e  Israel  daban  sus  hijos  a  educar  entre  los  prin- 
cipales señores  de  sus  estados. 

M  Su  propia  carne:  e.  d.,  que  caldeos,  asirios  y  babilonios  se  armarán  unos  contra 
otros  y  se  desrollaran  y  comerán  entre  sf. 

Kf\  '  VUESTRA  madre  :  la  sinagoga,  la  nación  judía,  rechazada  por  no  creer  en  Jesu- 
«-"-'  Cristo. 

4  Lengua  apta  para  enseñar:  lit.,  de  doctrina,  e.  d.,  elocuente. 
0  Mi  espalda  OFRECÍ  :  todo  esto  cumplióse  en  la  pasión  de  Cristo. 
7  Me  auxiliara  :  Dios  sostuvo  a  Jesu-Cristo  en  todas  sus  pruebas,  y  lo  que  a  los 
'ijiis  de  los  hombres  era  confusión  tornóse  en  ploria  y  honor  suyo 


—  13.SÓ  — 


50  8~51  9 


ISAÍAS 


50  8-51  9 


*  Próximo  está  el  que  me  justifica  :  | 

¿quién  quiere  pelear  conmigo?  |  ¡Presentémonos  juntos! 
¿  Quién  es  mi  demandante  ?  |  ¡  Preséntese  ante  mí ! 

*  He  aquí  que  el  Señor,  Yahveh,  me  auxiliará  :  | 

¿quién,  pues,  osará  condenarme? 
Ve  ahí  que  todos  ellos  se  gastarán  como  un  vestido,  |  la  polilla  los  comerá 

10  ¿  Quién  de  vosotros  teme  a  Yahveh  |  y  escucha  la  voz  de  su  siervo  ? 
¡  El  que  camine  en  tinieblas  |  y  carezca  de  resplandor, 

confíe  en  el  nombre  de  Yahveh  |  y  apóyese  en  su  Dios  ! 

11  He  aquí  que  todos  vosotros  prendéis  fuego,  | 

encendéis  b  flechas  incendiarias. 
|  Caminad  a  la  luz  de  vuestro  fuego  | 

y  de  las  flechas  incendiarias  que  habéis  prendido ! 
Por  mi  mano  os  ocurre  tal  cosa,  j  en  tormento  yaceréis. 


Certeza  de  una  próxima  salvación  de  Israel 


r  "i    1  ¡  Escuchadme,  los  que  vais  en  pos  de  la  justicia,  I 

p"*        que  buscáis  a  Yahveh! 

Mirad  a  la  roca  de  la  que  habéis  sido  tallados,  | 

a  la  cavidad  y  fosa  de  donde  fuisteis  extraídos. 

*  Mirad  a  Abraham,  vuestro  padre,  1  y  a  Sara,  la  que  os  parió  ; 
a  él,  siendo  uno,  le  llamé,  |  le  bendije  v  multipliqué 

1  Ciertamente,  Yahveh  se  compadecerá  de  Sión,  | 

se  compadecerá  de  todos  sus  escombros, 
y  convertirá  su  desierto  en  un  edén,  |  y  su  yermo  en  el  huerto  de  Yahveh  ; 
gritos  de  alegría  y  júbüo  se  darán  en  ella,  | 

alabanza  y  melodía  de  cantos. 
4  ¡  Escuchadme,  pueblos  y  naciones  b,  |  prestadme  oído!, 
pues  enseñanza  saldrá  de  mí  |  y  mi  derecho  para  luz  de  los  pueblos  c. 

*  Súbitamente  hago  aproximarse  á  mi  justicia  ;  mi  salvación  f 

brotará  como  luz  e  y  mis  brazos  juzgarán  a  los  pueblos. 
En  mí  esperarán  las  islas  j  y  en  mi  brazo  confiarán. 
"  Alzad  al  cielo  vuestros  ojos  ¡  y  mirad  abajo,  hacia  lt  tierra  : 
ciertamente  el  cielo  se  disipará  como  humo,  | 

y  la  tierra  se  envejecerá  como  un  vestido,  | 

y  sus  habitantes  morirán  como  mosquitos  ; 
mas  mi  salvación  durará  eternamente  fy  mi  justicia  no  tendrá  fin  '. 
1  ¡  Escuchadme  los  que  conocéis  mi  justicia,  f 

pueblo  que  lleva  mi  doctrina  en  su  corazón  : 
nc  temáis  el  oprobio  de  los  hombres  |  y  ante  sus  afrentas  no  desmayéis  ! 

*  Pues  como  vestido  los  devorará  el  gusano  | 

y  como  lana  los  comerá  la  polilla, 
mas  mi  justicia  durará  eternamente  | 

y  mi  salvación  de  generación  en  generación. 
•Despierta,  despierta,  vístete  de  fortaleza,  |  ¡oh  brazo  de  Yahveh!  ; 
despierta  como  en  los  días  pasados  |  de  las  antiquísimas  generaciones. 


•  Demandante  :  o  acusador. 

"¿Quién  de  vosotros...  y  escucha...?:  o  bien,  quien  de  vosotros  tema  a  Y.,  es- 
cuche... ||  Teme  a  Yahveh  :  o  bien,  más  lit.,  es  respetuoso  de,  adorador  de  Y. 
u  Incendiarias  :  o  ardientes. 

K1     s  Como  mosquitos:   otros,   «como  asf»,  e.   d.,  isualmente   fcf.   Vi.    ||  Durara 
eternamente  :  la  salvación  que  el  Salvador  traerá  a  la  tierra  durará  más  que  el 
cielo  y  la  tierra. 

'  Káhír     c.  d.,  Egipto  (cf  30,  7,  y  Sal.  M„  4).  ||  El  dragón  :   e.  d.,  el  Faraón. 


—  1357  — 


51  10-23 


ISAÍAS 


51  i»-2» 


¿  No  eres  tú  el  que  destrozó  «  a  Ráhab,  |  traspasó  el  dragón  ? 
,0  ¿  No  eres  quien  secó  el  mar,  |  las  aguas  del  gran  océano  ; 
convirtió  en  camino  los  abismos  del  mar  | 

para  que  atravesaran  los  redimidos  ? 
"  Regresarán  así  los  liberados  de  Yahveh,  | 

y  vendrán  a  Sión  con  gritos  de  júbilo, 
coronada  su  testa  de  eterna  alegría  ;  | 

regocijo  y  alborozo  [los]  alcanzarán,  |  y  huirán  penas  v  suspiros. 
13  Yo,  yo  soy  quien  os  consuela,  |  ¿quién  eres  tú  para  temer 
a  un  hombre  mortal  y  a  una  criatura  humana,  |  que  perece  como  el  heno  ? 
"  Y  ¿olvidarás  a  Yahveh,  tu  creador,  |  que  desplegó  el  cielo, 
y  fundó  la  tierra  ? 

¿Temblarás  continuamente  todos  los  días 

ante  la  furia  del  opresor 

porque  se  dispone  a  perderte  ? 

["]  ¿  Dónde  queda  la  furia  del  opre?or  ? 


14  Rápidamente,  el  encorvado  será 
puesto  en  libertad  y  no  morirá  en  la 
fosa  ni  faltará  su  pan.  16  En  cuanto 
a  mí,  soy  Yahveh,  tu  Dios,  el  que 
ac:ita  el  mar,  de  suerte  que  braman 
«us  olas  ;  Yahveh-Sebaot  es  su  nom- 


bre. 14  Y  puse  mis  palabras  en  tu 
boca  v  a  la  sombra  de  mi  mano  te 
oculté,  para  desplegar h  el  cielo  y 
fundar  la  tierra  y  para  decir  a  Sión  : 
«Mi  pueblo  eres  tú.» 


"  Despierta,  despierta,  |  levántate,  Jerusalén, 
tú  que  has  bebido  de  mano  de  Yahveh  |  la  copa  de  su  furor  ; 
el  cáliz,  la  cona  '  del  aturdimiento  has  bebido  hasta  apurarla. 
w  No  había  ninguno  que  la  condujese  I  „ 

entre  todos  los  hijos  que  había  parido, 
ni  ninguno  que  tomase  su  mano  |  entre  todos  los  hijos  que  criara. 
18  Estas  dos  cosas  te  han  acaecido,  |  ¿quién  se  lamenta  por  ti? 
Asolación  y  destrucción,  hambre  y  espada  :  |  ¿  quién  se  compadece  >  de  ti  ? 
20  Tus  hijos  cayeron  desfallecidos,  yacen 

por  todas  las'  esquinas  de  las  calles  como  un  antílope  en  la  red, 
ellos  que  estaban  llenos  de  la  furia  de  Yahveh,  |  del  enojo  de  tu  Dios. 
a  Por  eso,  ¡  oye  esto,  miserable,  |  ebria,  mas  no  de  vino  ! 
"  Así  dice  tu  Señor,  Yahveh,  y  tu  Dios,  I  que  litiga  por  su  pueblo  : 
«He  aquí  que  tomo  de  tu  mano  |  la  copa  del  aturdimiento, 
el  cáliz,  la  copa  de  mi  furor  ;  ya  no  volverás  a  beber  más  de  ella  ; 
"  antes  bien,  lo  deposito  en  manos  de  tus  opresores, 
que  te  decían  a  ti  :  ¡  Póstrate  para  que  pacemos  por  encima!, 
de  suerte  que  pusiste  como  suelo  tu  espalda  | 
y  como  calzada  para  los  que  pasaban.» 


12  Que  perece  :  lit.,  que  es  entresrado  o  puesto,  e.  d.,  se  torna  como... 
M  El  encorvado  :  o  doblado  en  las  cadenas. 

En  ru  roca  :  Santo  Tomás  refiere  estas  palabras  a  Isaías  ;  San  Jerónimo,  a  Cristo. 
30  Esquinas  de  las  calles  :  o  bien,  las  encrucijadas  de  los  caminos. 
n  Ebria,  mas  no  de  vino  :  de  calamidades. 

23  Póstrate  :  alude  a  la  costumbre  de  los  reyes  orientales  de  montar  a  caballo  sobre 
los  príncipes  vencidos  o  de  andar  sobre  sus  cuerpos. 


52  i-« 


ISAÍAS 


52  1-15 


Proximidad  de  la  liberación.  Humillación  y  gloria 
del  Mesías 


r  O    1  ¡  Despierta,  despierta,  vístete  |  tu  fortaleza,  oh  Sión  ; 

vístete  tus  vestidos  magníficos,  |  Jerusalén,  ciudad  santa!, 
pues  ya  no  volverá  a  venir  a  ti  |  el  incircunciso  y  el  impuro. 
-  ¡Sacúdete  el  polvo,  levántate,  |  cautiva*  de  Jerusalén  ; 
desata  b  las  ligaduras  [de]  tu  cuello,  |  cautiva  hija  de  Sión  I 


3  Pues  así  habla  Yahveh  :  «Gratis^ 
habéis  sido  vendidos  e  igualmente 
seréis  redimidos  también  sin  pa- 
go.» 4  Pues  dice  el  Señor,  Yahveh  : 
A  Egipto  bajó  mi  pueblo  al  principio 
para  morar  allí  como  inmigrante,  y 
Asiría  le  oprimió  al  final.  'Y  ahora 
¿qué  hago  yo  aquí?,  afirma  Yah- 
veh. Mi  pueblo  ha  sido  arrebatado 
sin  motivo  ;  los  que  le  dominan  ulu- 
lan soberbios c,  declara  Yahveh,  y 
continuamente  todos  los  días  es  mi 


nombre  injuriado.  *  Por  eso  mi  pue- 
blo conocerá  mi  nombre  d  el  día  que 
yo  diga  :  «¡  Heme  aquí!» 


Vasija  de  arcilla  de  las  halladas 
en  Jerusalén  y  Guézer 


'  ¡  Cuán  bellos  son  los  montes,  |  los  pies  del  mensajero  de  albricias, 
ue  anuncia  paz  ; 

el  portador  de  buena  nueva,  |  que  anuncia  salvación  ; 
el  que  dice  a  Sión  :  |  «¡Tu  Dios  reina!» 
*  ¡Escucha!  6  Tus  centinelas  alzan  la' voz,  |  gritan  a  una 
porque  ven  cara  a  cara  cómo  Yahveh  regresa  a  Sión. 
0  ¡  Gritad  de  júbilo,  exultad  juntamente,  |  ruinas  de  Jerusalén, 
pues  Yahveh  se  ha  compadecido  de  su  pueblo,  |  ha  redimido  a  Jerusalén ! 

10  Yahveh  ha  desnudado  su  santo  brazo  |  a  los  ojos  de  todos  los  pueblos, 
y  todos  los  confines  de  la  tierra  verán  |  la  salvación  de  nuestro  Dios. 

u  ¡Apartad,  apartad,  salid  de  allí,  |  no  toquéis  cosa  impura! 

¡  Salid  de  en  medio  de  ella,  purificaos  |  los  que  lleváis  los  vasos  de  Yahveh ! 

°  Ciertamente,  no  habéis  de  salir  en  fuga  precipitada  | 

ni  marchar  de  huida  ; 
pues  ante  vosotros  camina  Yahveh,  | 

y  c!  Dios  de  Israel  cierra  vuestra  marcha. 

11  He  aquí  que  mi  siervo  tendrá  éxito,  | 

será  elevado,  ensalzado  y  excelso  en  extremo 
14  ¡  Cuántos  se  horrorizarán  ante  él  1 , 

pues  *  desfiguración  sin  parecido  humano  ofrece  su  aspecto  | 
y  su  figura  no  es  como  la  de  los  hijos  de  los  hombres  !  ; 

u  así  se  llenarán  de  asombro  h  muchos  pueblos,  | 
por  su  causa  reyes  cerrarán  su  boca, 

pues  verán  lo  que  no  se  les  había  referido 

y  contemplarán  lo  que  oído  no  habían. 

pro  1  El  incircunciso  :  estas  palabras  sólo  en  el  cielo  tendrán  cabal  cumplimiento. 
y&  6  Sin  motivo  :  Nabucodonosor  destruyó  a  Jerusalén  y  llevó  cautivos  a  los  judíos 
sin  que  hubiesen  éslos  dado  motivo  para  ello. 

*  ¡Cuan  bellos  son  los  montes...!  :  cf.  G  :  tcomo  la  primavera  sobre  los  montes». 

u  En  fuga  precipitada  :  la  salida  del  cautiverio  babilónico  no  ha  de  ser  como  la 
aalida  de  Egipto. 

15  Tendrá  éxito  :  prosperará,  V  lintelliyet». 

»  Desfiguración  sin  parecido  :  esto  se  refiere  a  la  pasión  del  Sefior  y  no  puede 
servir  de  argumento  a  los  que  admiten  la  fealdad  corporal  de  Jesu-Cristo. 
"  Cerrarán  su  boca  :  quiare  decir  que  se  someterán  a  SI. 


53  i-ii 


ISAÍAS 


53  i-" 


Pasión  y  muerte  del  siervo  y  sus  consecuencias 


1  ¿Quién  ha  creído  nuestra  noticia?  ;  | 

y  el  brazo  de  Yahveh,  ¿  sobre  quién  se  ha  revelado  ? 
5  Creció  como  un  pimpollo  delante  de  él,  | 

como  raíz  de  tierra  seca  ; 
no  tiene  apariencia  ni  belleza  para  que  nos  fijemos  en  él, 
ni  aspecto  para  que  en  él  nos  complazcamos. 
s  Fué  despreciado  y  abandonado  de  los  hombres,  | 

varón  de  dolores  y  familiarizado  con  el  sufrimiento, 
y  como  uno  ante  el  cual  se  oculta  el  rostro,  | 

le  despreciamos  y  no  le  estimamos. 
'  Mas  nuestros  sufrimientos  él  los  ha  llevado,  | 

nuestros  dolores  él  »  los  cargó  sobre  sí, 
mientras  nosotros  le  tuvimos  por  azotado,  | 
por  herido  de  Dios  y  abatido. 
1  Fué  traspasado  por  causa  de  nuestros  pecados,  | 

molido  por  causa  de  nuestras  iniquidades  ; 
el  castigo  [precio]  de  nuestra  paz  cayó  sobre  él 
v  por  sus  verdugones  se  nos  curó. 
Todos  nosotros  como  ovejas  errábamos,  | 

cada  uno  a  su  camino  nos  volvíamos, 
mientras  Yahveh  hizo  que  le  alcanzara  |  la  culpa  de  todos  nosotros. 
r  Fué  maltratado,  mas  él  se  doblegó  |  y  no  abre  su  boca  ; 
como  cordero  llevado  al  matadero  I  y  cual  oveja  ante  sus  esquiladores 
enmudecida,  y  no  abre  su  boca. 
"  De  opresión  y  juicio  fué  tomado,  | 

y  a  sus  contemporáneos  b,  ¿  quién  tendrá  en  cuenta  ? 
Pues  fué  cortado  de  la  tierra  de  los  vivientes,  | 

por  el  crimen  de  mi  pueblo  fué  herido  de  muerte  •. 
"Y  se  pretendió  poner  su  sepultura  con  delincuentes  | 
y  con  malhechores  d  [reposó]  en  su  muerte 
aunque  él  no  hubiera  cometido  injusticia  | 

ni  engaño  hubiera  en  su  boca. 
M  Mas  a  Yahveh  le  plugo  destrozarle  con  '  padecimiento.  | 

Cuando  él  ponga  su  vida  como  medio  expiatorio, 
verá  descendencia   prolongará  [sus]  días  | 
v  el  designio  de  Yahveh  por  él  prosperará. 
51  Gracias  a  la  fatiga  de  su  alma  |  verá  luz  *  y  se  saciará  ; 
por  medio  de  su  conocimiento,  mi  siervo,  el  justo,  justificará  a  muchos 
y  sus  iniquidades  cargará  sobre  sí. 

KO  1  ¿  Ouién  ha  creído?:  San  Juan  (12,  38)  y  San  Pablo  (Rom.  10,  16)  ven  en 
«-''5  este  v.  una  profecía  relativa  a  la  incredulidad  de  los  judíos  respecto  a  Jesús. 
Todo  este  cap.  hace  referencia  al  nacimiento,  vida  humillada  y  pasión  del  Me- 
sías. I|  Nuestra  noticia:  e.  d.,  lo  oído  de  nosotros,  o  bien,  lo  oído  por  nosotros. 

-  Para  que  nos  fijemos  en  él  :  H  puede  traducirse  también  «y  le  vimos»,  pero  hay 
que  desplazar  el  acento  atnaj,  que  está  mal  colocado.  El  Mesías  creció  poco  a  poco 
y  en  silencio,  como  arbusto  en  que  no  reparan  los  hombres.  ||  En  él  nos  complazca- 

4  Nuestros  sufrimientos  :  San  Mateo  en  su  evangelio  (S,  17)  aplica  estas  palabras 
a  Jesu-Cristo  curando  a  los  enfermos. 

0  Nuestra  paz:  o  felicidad.  ||  Verdugones:  o  contusiones. 

'¿Quién  tendrá  en  cuenta?:  como  si  dijese:  pero,  judíos,  ¿cómo  no  hay  entre 
vosotros,  en  presencia  de  los  dolores  de  Cristo,  quien  venga  a  recordar  la  dignidad 
de  su  raza  y  de  su  nacimiento? 

"  Si  pretendió  ponír  :  H  dice  lit.  «se  puso».  Cf.  V  :  «Et  dabit  (Deus)  impios  pro 
sepultura,  et  divitem  pro  morte  sua.» 

11  Gracias  a  la  fatiga  :  dice  que  los  frutos  que  resultarán  de  sus  tormentos,  la 
conversión  del  usando  y  salvación  de  los  hombres  le  servirá  a  Jesús  de  compensación. 


—  I560  — 


53  12-54  10 


ISAÍAS 


53  12~54  w 


"  Por  eso  voy  a  darle  a  una  gran  multitud  como  heredad  ] 

e  innumerables  recibirá  como  botín, 
en  recompensa  de  haber  derramado  su  vida  hasta  la  muerte  | 

v  haber  sido  entre  los  delincuentes  contado, 
llevando  los  pecados  de  muchos  |  e  intercediendo  por  los  delincuentes. 


Gloria  de  la  nueva  Jerusalén 


r  a      ;  Alborózate,  mujer  estéril,  que  iio  has  parido  ;  j 
prorrumpe  en  gritos  de  júbilo  y  exulta,  | 

la  que  no  [has]  estado  de  parto ! 
Pues  son  más  numeroso;  los  hijos  de  la  abandonada  | 

que  los  hijos  de  la  casada,  dice  Yahveh 
1  Ensancha  el  espacio  de  tu  tienda 
y  extiende  a  tus  lenas  b,  no  te  retraigas  ; 
prolonga  tus  cuerdas  y  clava  firmemente  tus  estacas. 

*  Pues  a  derecha  e  izquierda  te  dilatarás  ; 
tu  simiente  recibirá  en  posesión  naciones  | 

y  ciudades  asoladas  habitarán. 
'  No  temas,  pues  no  has  de  ser  confundida  ;  I 

no  te  sonrojes,  pues  no  serás  avergonzada  ; 
porque  el  oprobio  de  tu  soltería  olvidarás  | 

y  de  la  afrenta  de  tu  viudedad  no  te  has  de  acordar. 

*  Pues  tu  esposo  será  tu  creador,  I  cuyo  nombre  es  Yahveh-Sebaot, 

y  tu  redentor  el  Santo  de  Israel,  I  que  Uios  de  toda  la  tierra  se  llama. 
¡  Poroue  como  mujer  abandonada  | 

y  afligida  de  espíritu  te  ha  llamado  Yahveh  ; 
y  a' una  esposa  tomada  en  la  flor  de  la- juventud,  | 

¿cómo  podrá  repudiársela?, 
dice  tu  Dios. 

1  [Sólo]  un  momentito  te  abandoné,  ] 

mas  con  gran  conmiseración  te  recojo  ; 
6  en  un  rapto  de  cólera  oculté  |  de  ti  mi  rostro  un  momento, 
mas  con  misericordia  eterna  me  compadezco  de  ti,  | 

dice  tu  redentor  Yahveh. 

*  Como  en  los  días  de  Noé  me  sucede  con  esto  : 

Así  como  0  juré  [entonces]  que  las  aguas  de  Noé  |  m 

no  inundarían  más  la  tierra, 
así  he  jurado  no  airarme  contra  ti  ni  amenazarte. 
10  Aunque  las  montañas  se  retiren  |  y  las  colinas  vacilen, 
mi  misericordia  no  se  apartará  de  ti  |  ni  mi  alianza  de  paz  vacilará, 
afirma  el  que  de  ti  se  compadece,  Yahveh. 


a  Una  gran  multitud...  innumerables  :  o  bien,  los  grandes...,  los  fuertes  (o  pode- 
rososi.  Jesús  enuncia  a  sus  discípulos  (Le.  22,  37)  que  esta  profecía  debe  cumplirse 
en  El.  ||  Intercediendo  pou  :  o  i¡oniéndose  de  parte  de. 

KA    1  MUJER  fstéril:  Jerusalén,  cautiva  de  Babilonia,  y  más  probablemente  la  Igle- 
sia  cristiana,  formada  por  judíos  y,  sobre  todo,  por  gentiles,  que  no  produjeron 
frutoi  de  salvación  hasta  entrar  en  la  Iglesia. 

•  A  derecha  e  izquierda  ;  universalidad  del  reino  mesiánico. 


-  136!  - 


54  n-55  6 


ISAÍAS 


54  n-55  ü 


"  ¡[Tú],  desgraciada,  arrastrada  por  la  tempestad,  desconsolada  1 
He  aquí  que  pongo  tus  piedras  básicas  de  malaquita  d  | 

y  tus^  cimientos  de  zafiro. 
,;  V  haré  tus  almenas  de  rubíes  |  y  tus  puertas  de  carbunclos, 
y  toda  tu  cerca  de  piedras  preciosas. 
15  Y  todos  tus.  hijos  serán  discípulos  de  Yahveh, 
v  grande  en  verdad  será  el  bienestar  de  tus  hijo*. 
"  En  justicia  tendrás  firme  asiento, 
estarás  lejos  e  de  opresión,  pues  nada  tienes  que  temer, 
v  [lejos]  de  destrucción,  pues  no  se  aproximará  a  ti. 
f5  Si  [alguien]  te  ataca,  no  viene  de  mí  ;  | 

quien  luche  contigo  ante  ti  caerá. 
"  He  aquí  que  yo  he  creado  al  herrero,  |  que  sopla  el  fuego  del  carbón 
y  produce  herramienta  para  su  obra,  I 

y  yo  he  creado  [también]  al  destructor  para  causar  ruina. 
"  Ningún  arma  forjada  contra  ti  resultara,  |  , 

y  a  toda  lengua  que  contra  ti  se  alce  en  litigio  has  de  refutai  : 
ésta  es  la  heredad  de  los  hijos  de  Yahveh  | 

y  su  salvación  por  mí,  afirma  Yahveh. 


Exhortación  a  recibir  la  inminente  redención 


rr   '  ¡  Ay,  sedientos  todos,  acudid  a  las  aguas,  ¡ 

" J       también  los  que  no  tenéis  dinero  ! 

¡  Id,  comprad  y  comed,  y  andad,  comprad  sin  dinero  | 

y  sin  pago  vino  y  leche  ! 
*  ¿  Por  qué  pesáis  dinero  por  cosa  que  no  es  pan,  | 

y  el  fruto  de  vuestro  trabajo  por  cosa  que  no  da  hartura  ? 
¡  Escuchadme  atentamente  a,  y  comed  cosa  buena,  | 

y  vuestra  alma  se  conforte'con  grasa ! 
"  ¡  Inclinad  vuestro  oído  y  venid  a  mí  ; 

escuchad,  se  reanimará  vuestra  alma ! 
V  concertaré  con  vosotros  una  alianza  eterna,  ¡ 

las  veraces,  misericordiosas  promesas  hechas  a  David. 
'  He  aquí  que  le  he  constituido  como  testigo  de  los  pueblos  b, 
caudillo  y  soberano  de  las  naciones. 
6  Mira,  a  gente  que  no  conociste  llamarás,  | 

y  gentes  que  no  te  conocían  correrán  hacia  ti, 
por  causa  de  Yahveh,  tu  Dios,  | 

y  por  el  Santo  de  Israel,  pues  te  glorifica. 
"  ¡  Buscad  a  Yahveh,  [ahora]  que  puede  ser  hallado  ;  | 

clamad  a  El,  [ahora]  que  está  cerca. 


13  El  bienestar*:  o  la  paz. 

16  No  viene  de  mí  :  o  no  será  de  mi  parte.  « 

10  Al  herrero  :  es  el  perseguidor  de  la  Iglesia,  que  esta  en  poder  de  Dios,  su 
criador.  ||  Paka  so  obra:  o  bien,  según  su  oficio  o  su  menester. 

17  A  toda  lengua  :  la  Iglesia  juzgará  y  condenará  a  cuantos  a  ella  se  opongan. 

prpí  1  Sin  dinero  :  como  la  moneda  propiamente  dicha  era  todavfa  desconocida,  se 
OO  servía  la  gente  en  los  pagos  de  lingotes  de  oro  o  plata  o  se  cambiaba  pagando 
un  objeto  con  otro  objeto.  ||  Vino  y  lkche  :  los  mejores  alimentos.  ||  Leciie  :  o  bien, 
leche  cuajada,  G  «manteca»  o  grasa. 

2  Pesáis  :  e.  d.,  gastáis.  ||  Comed  cosa  «tjena  :  buscad  el  alimento  verdadero,  o  sea 
las  enseñanzas  evangélicas  y  el  pan  de  los  sacramentos. 

«  Testigo  :  y  testimonio. 

■  Gente  que  no  conociste  :  los  «-«titile»,  sobre  los  cuales  no  babrá  derramado  aún 

sus  favores  el  Mesías. 

-  iSfe  - 


55  7-56  7 


ISAÍAS 


55  7-56  ' 


'  Apártese  el  impío  de  su  camino  |  y  el  ruin  de  su  designio, 
y  conviértase  a  Yahveh  para  que  se  apiade  de  él,  | 

v  a  nuestro  Dios,  pues  ampliamente  perdona. 
"  Porque  mis  pensamientos  no  son  vuestros  pensamiento»,  | 

ni  vuestras  sendas  las  mías,  |  afirma  Yahveh  ; 
*  mas,  como  los  cielos  son  más  altos  que  la  tierra,  | 

así  mis  caminos  son  más  elevados  que  vuestros  caminos,  I 

v  mis  pensamientos,  que  vuestros  pensamientos. 

10  Pues  así  como  la  lluvia  y  la  nieve  descienden  del  cielo 
y  allá  no  vuelven,  I  sino  que  empapan  la  tierra 

y  la  fecundan  y  hacen  germinar,  | 

de  suerte  que  otorga  sementera  al  sembrador  y  pan  al  que  come, 

11  tal  será  mi  palabra,  que  ha  salido  de  mi  boca  : 
no  tornará  a  mí  de  vacío, 

sin  que  hava  producido  lo  que  yo  quería  I 

v  llevado  a  efecto  felizmente  aquello  para  que  la  envié. 

'-'Ciertamente,  partiréis  con  alearía  I  y  en  paz  seréis^  conducidos  ; 

los  montes  y  las  colinas  prorrumpirán  en  gritos  de  júbilo  ante  vosotros, 
v  todos  los  árboles  del  campo  batirán  palmas  ; 

13  en  lusrar  de  zarza  brotarán  cipreses,  I  y  en  vez  de  ortigas,  mirtos, 

y  ello  servirá  de  renombre  a  Yahveh,  | 
de  señal  eterna  que  nunca  desaparecer* 


Vocación  universa)  a  la  salud.  Contra  los  malos  pastores 


rf.   1  Así  habla  Yahveh  ; 

****  Guardad  el  derecho  y  practicad  la  justicia, 
pues  está  próxima  a  venir  mi  salvación  !  v  mi  justicia  a  revelarse. 
*  Feliz  el  hombre  que  tal  obra  I  v  el  hiio  del  hombre  que  se  aferra  a  ello  ; 
el  que  guarda  el  sábado,  no  profanándolo,  | 

y  guarda  su  mano  de  obrar  todo  mal. 
'Y  no  hable  el  extranjero,  I 

croe  se  ha  adherido  a  Yahveh,  en  estos  términos  : 
«¡Ciertamente  Yahveh  me  separará  de  su  pueblo!» 
N'i  diera  el  eunuco  :  1  «¡He  aquí  que  soy  un  árbol  seco!» 
4  Pues  a<;í  afirma  Yahveh  : 

En  cuanto  a  los  eunucos  que  guardan  mis  sábados, 
v  han  elegido  lo  que  me  complace,  y  se  atienen  a  mi  alianza, 
8  les  daré  en  m;  casa  v  mis  muros  trofeo  y  renombre 
mejores  que  hijos  e  hijas,  | 

renombre  eterno  ¡es  a  daré,  1  que  no  desaparecerá. 
'  Y  respecto  a  los  extranjeros  que  se  adhieren  a  Yahveh  para  venerarle  ' 

y  amar  su  b  nombre  y  ser  sus  siervos,  I 

a  todos  cuantos  observan  el  sábado,  no  profanándolo,  | 

y  se  atienen  a  mi  alianza, 
los  conduciré  a  mi  santa  montaña 
y  los  alesrraré  en  mi  casa  de  oración  ; 


"  ServirJS  de  rfnombre  a  Yahveh:  la  conversión  de  los  gentiles  será  una  prueba 
duradera  del  poder  y  clemencia  divinos. 

K£»  3  El  extranjero  convertido  al  judaismo  y  que  guardaba,  en  parte  cuando  me- 
«JU    n0S,  ia  )cy  de  Moisés. 

4  Los  eunucos  fieles  representan  a  aquellos  que  por  Jesu  cristo  han  renunciado  al 
matrimonio. 

5  Trofeo  :  monumento,  memorial,  recuerdo,  así  quizá ;  otros,  «yalor»,  V  «pues- 
to»... Absalón  se  erigió  un  monumento  porque  carecía  de  posteridad. 

7  Mi  casa  :  texto  citado  por  Jesu-Cristo  cuando  arrojó  a  los  mercaderes  del  templo. 


—  1363  — 


56  8-57  § 


ISAÍAS 


56  8-57  8 


sus  holocaustos  y  sacrificios  |  serán  aceptos  en  mi  altar, 

pues  mi  casa  se  llamará  casa  de  oración  <para  todos  los  pueblos. 

■  Tal  es  el  oráculo  del  Señor  Yahveh,  | 

que  congrega  a  los  dispersos  de  Israel  : 
Todavía  agruparé  en  torno  suyo  a  sus  congregado». 

'  ¡  Animales  todos  del  caimpo,  venid  a  comer,  |  animales  todos  del  bosque  ! 

"  Quienes  le  espiaban,  todos  están  ciegos,  no  conocen  ; 

todos  ellos  son  perros  mudos,  incapaces  de  ladrar, 

-oñadores  que  se  tumban,  gustan  de  dormir, 

"  y  estos  perros  voraces  no  conocen  la  hartura. 

Incluso  los  pastores  0  no  saben  comprender  ; 

todos  ellos  van  por  su  camino,  | 

cada  uno  a  su  lucro  injusto,  d  por  su  lado  a. 
13  ¡  Venid,  vov  a  buscar  vino  I  y  be  bamos, 
v  como  hoy  será  el  día  de  mañana,  |  grande  miuy  mucho  ! 


Más  amenazas  contra  los  pastores  indignos  y  contra  los 
prevaricadores.  Mensaje  de  consuelo 


57 


FA  justo  perece,  mas  nadie  hay  que  pare  mientes, 
'  los  piadosos  son  arrebatados,  y  nadie  nota  | 
que  ante  !a  calamidad  es  arrebatado  el  justo  ; 
'  entra  en  paz, 

reposan  en  sus  lechos  |  todos  a  los  que  han  caminado  rectamente. 
'  ¡  Mas  vosotros^  acercaos  acá,  |  hijos  de  agorera, 
simiente  de  adúltera  y  prostituta  h.'  |  4  ¿  De  quién  os  burláis? 
¿  Contra  quién  abrís  la  boca,  |  sacáis  la  iengua  ? 
¿No  sois  vosotros,  hijos  apóstatas,  simiente  de  mentira? 
'Vosotros,  los  que  ardéis  en  lujuria  junto  a  los  grandes  árboles 

bajo  todo  árbol  frondoso, 
los  que  sacrificáis  a  los  niños  en  las  torrenteras,  | 

en  medio  de  c  las  oquedades  de  las  rocas. 
"  En  las  piedras  lisas  del  torrente  está  tu  heredad,  ) 

ellas  son  tu  suerte  ;  también  a  ellas  has  derramado  libaciones 

y  ofrecido  oblaciones  ;  |  ¿  me  voy  yo  a  calmar  con  eso  ? 
1  En  alta  y  encumbrada  montaña  has  puesto  tu  lecho  , 
también  allá  subiste  para  ofrecer  sacrificios  d. 

Y  tras  la  puerta  y  la  jamba  colocaste  tu  signo  distintivo  ; 
pues,  prescindiendo  de  mí,  te  descubriste  y  subiste  a  tu  lecho, 

9  Animales  todos  del  campo  :  figura  de  ] 

10  Están  ciegos  :  se  refiere  a  los  cabezas 
no  avisan  la  venida  del  lobo. 

11  No  saben  comprender  :  o  desconocen  le 
13  ¡Venid!  :  palabras  de  los  príncipes  del 

CfT    1  Los  justos  son  sacados  del  mundo  para  que  no  vean  los  castigos  que  están 

•  próximos,  y  nadie  siente  su  mi 
1  Entra  :  o  fallece  en  paz.  Cf.  G  :  «su  sepulcro  será  en  paz  ;  será  apartado  del 

camino  de  iniquidad». 

3  Hijos  de  agorera  :  títulos  de  mucha  ignominia  para  los  miembros  de  la  nación 
elegida.  ||  Simiente:  o  bien,  raza. 

6  Los  grandes  árboles  :  alude  a  los 
encinas,  palmeras,  etc.,  o  quizá  a  bosc; 
humana  práctica  era  entre  los  gentiles 

0  Piedras  lisas  del  torrente  :  aludiendo  a  las  piedras  informes  a  que  los  semitas 
i  endían  culto  en  sus  santuarios  cou  libaciones  y  sacrificios. 

*  El  estandarte  :  sentido  muy  discutido  (para  algunos,  tel  faloi 

—  1364  — 


ISAÍAS 


57  9-20 


lo  ensanchaste  y  te  contrataste  •  [retribución]  de  aquellos  | 

de  cuya  cohabitación  gustaste  ;  contemplaste  el  estandarte, 
'y  te  ungiste  f  para  Mélek  s  con  óleo  y  multiplicaste  tus  unciones  ; 
enviaste  a  tus  emisarios  a  la  lejanía  y  descendiste  hasta  el  seol. 

10  Con  lo  largo  del  camino  te  cansaste;  |  no  dijiste  :  «¡Desistiré!» 
Hallaste  el  vigor  vital  de  tu  mano  ;  |  por  eso  no  enfermaste. 

11  En  verdad,  ¿ante  quién  te  intimidaste  y  temiste,  | 

para  que  [así]  engañases  ? 
Mas  de  mí  no  te  acordaste,  I  no  paraste  mientes  en  ello. 
Ciertamente  yo  quedé  inactivo  y  simulé  no  prestar  atención,  1 

y  tú  no  me  has  temido. 
a  Pero  yo  pondré  de  manifiesto  tu  justicia  |  y  tus  obras, 
y  no  te  aprovecharán.  I  "  Cirando  clames,  [no]  te  salvarán  tus  imágenes, 
mas  a  todas  ellas  se  las  llevará  el  viento,  |  las  arrastrará  un  soplo. 
Pero  quien  en  mí  busca  refugio  heredará  la  tierra  I 

y  poseerá  mi  santo  'monte. 


"  Y  se  dirá  b  : 

¡  Allanad,  allanad,  despejad  el  camino,  | 

quitad  todo  tropiezo  del  camino  de  mi  pueblo! 
"  Pues  así  afirma  el  Alto  y  el  Excelso,  | 

el  sentado  en  trono  eterno  y  cuyo  nombre  es  «el  Santo»  : 
En  la  altura  y  como  santo  habito, 

v  [sin  embargo]  también  estoy  con  los  abatidos  y  humildes  de  espíritu, 
para  reanimar  el  espíritu  de  los  humildes  1 

y  para  reavivar  el  corazón  de  los  abatidos. 
"  Porque  no  quiero  pelear  eternamente  !  ni  continuamente  me  airaré, 
pues  el  espíritu  de  ellos  1  se  consumiría  ante  mí 
y  sus  almas,  que  yo  creé. 

11  Por  tu  mortal  pecado  me  irrité  |  y  le  batí  i,  escondiéndome  y  enojándome, 
y  marchó  como  apóstata  por  el  camino  de  su  corazón. 
"  Sus  derroteros  he  visto, 

y  voy  a  salvarle,  y  darle  reposo,  y  otorgarle  a  cambio  consuelos  k, 

y  a  quienes  le  hacen  duelo  lá  [los]  creo  yo  1  fruto  de  labios. 

¡  Paz,  paz  a  lo  lejano  y  a  lo  próximo,  !  afirma  Yahveh,  y  le  salvaré  ! 

M  Mas  los  impíos  son  como  el  mar  agitado,  1  que  no  puede  apaciguarse. 

sino  que  sus  aguas  remueven  fango  y  cieno. 

Los  impíos,  dice  mi  Dios,  no  tienen  paz. 


9  Te  ungiste  :  parece  querer  decir  que  es  semejante  a  una  perdida  que  se  perfuma 
para  seducir  a  1os  hombres. 

10  Desistiré:  lit.,  ¡es  cosa  desesperada!,  e.  d.,  ya  no  puedo  esperar.  ||  El  vigor 
vital  de  tu  mano  :  sentido  dudoso  ;  otros,  «satisfacción  de  tus  apetitos,  el  apetito  (o 
reanimación)  de  tu  falo  ( ?)»,  etc.  Otros  corrigen  H. 

11  Simulé  no  prestar  atención  :  hice  como  si  me  ocultara  (cf.  GASymV  ;  H  desde 
siempre). 

13  Tu  justicia  :  expresión  irónica  para  designar  los  crímenes. 

"Sentado  en  trono  eterno:  o  bien,  que  mora  eternamente.  11  Habiio  :  o  estoy 
sentado  en  trono.  Expresión  sublime  que  sólo  t  n  este  capítulo  de  la  Biblia  se  en- 
cuentra. 

19  Fruto  de  labios  :  e.  d.,  moviéndoles  a  la  alabanza  y  a  la  oración  de  acción  de 
gracias  fcf.  Os.  14,  3 ;  Hebr.  13,  15).  Otros,  «elocuencia  de  labios»,  e.  d.,  vaticinio 
icf.  Zorell).  ||  A  lo  lejano  y  a  lo  próximo  :  a  los  gentiles  y  a  los  judíos. 


—  1365  — 


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ISAÍAi 


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El  falso  y  •!  verdadero  culto 

|  Clama  a  voz  en  cuello,  no  te  retraigas  ;  | 
como  la  corneta  alza  tu  voz, 
anuncia  a  mi  pueblo  su  delito  |  y  a  la  casa  de  Jacob  rus  pecados  ! 
"  Y,  sin  embargo,  me  buscan  día  tras  día  | 
y  ansian  conocimiento  de  mis  caminos  ; 
como  un  pueblo  que  obra  justicia  | 

y  no  se  aparta  del  derecho  de  su  Dios, 
solicitan  de  mí  juicios  justos,  |  en  la  ¡proximidad  de  Dios  se  complacen  : 
8  «¿  Por  qué  ayunamos,  y  tú  no  lo  ves  ;  | 

nos  humillamos,  y  no  te  enteras  ?» 
He  aquí  que  en  vuestro  día  de  ayuno  encontráis  un  negocio  | 

y  espoleáis  a  todos  vuestros  trabajadores. 
'  He  aquí  que  ayunáis  para  pelea  y  riña  | 

y  para  golpear  con  inicuo  puño  ; 
actualmente  no  ayunáis  |  como  para  que  en  el  cielo  te  deje  oír  vuestra  voz. 

I  ¿Es  acaso  así  el  ayuno  que  yo  escogí, 
el  día  en  que  el  hombre  se  mortifica  ? 

¿  Al  inclinar  como  un  junco  su  cabeza  | 

y  servirse  de  saco  y  ceniza  como  lecho, 
a  eso  le  llamas  ayunar  |  v  día  de  complacencia  para  Yahveh  5 
"  i  No  es  más  bien  éste  el  ayuno  que  yo  elijo  a  : 
desatar  apretados  lazos  inicuos,  |  desligar  coyundas  de  yugo, 
dejar  libres  a  los  oprimidos  |  y  que  todo  yugo  rompas  h? 

7  ¿No  lo  es  el  repartir  tu  pan  con  el  hambriento,  ! 

y  que  lleves  a  casa  a  los  pobres  vagabundos, 
que  cuando  veas  a  un  desnudo  lo  vistas  |  y  de  tu  carne  no  te  ocultes? 

8  Entonces  brotará  tu  luz  como  la  aurora,]  y  tu  curación  surgirá  de  prisa, 
y  ante  ti  marchará  tu  justicia,  | 

la  gloria  de  Yahveh  cerrará  tu  marcha  protegiéndote  °. 
''  Entonces  clamarás  y  Yahveh  te  responderá,  | 

pedirás  auxilio  y  contestará  :  «¡  Heme  aquí  1» 
Cuando  de  en  medio  de  ti  apartes  el  yugo, 
al  extender  el  dedo  y  hablar  maldaTl, 

10  des  tu  pan  d  al  hambriento  |  y  sacies  el  alma  humillada, 
irradiará  en  las  tinieblas  tu  luz,  | 
y  tu  oscuridad  será  igual  que  el  mediodía. 

II  Y  Yahveh  te  conducirá  de  continuo,  | 

y  en  regiones  áridas  saciará  tu  alma  ; 
y  fortalecerá  tus  huesos,  |  y  serás  como  huerto  regado 
v  cual  hontanar  de  aguas  |  cuyas  linfas  no  traicionan. 
1!  Entonces  serán  reconstruidas  6  por  ti  antiquísimas  ruinas,  | 

los  cimientos  de  generaciones  pasadas  levantarás, 
y  se  te  llamará  «tapiador  de  brechas», 
«restaurador  de  sendas  para  morada». 
"  Si  retrajeres  tu  pie  del  sábado,  | 

de  modo  que  no  '  realices  tus  quehaceres  en  mi  día  santo, 
v  llamas  al  sábado  delicia,  |  venerable  al  [día]  santo  de  Yahveh, 

pro    '  Me  buscan  :  e.  d.,  con  fingimiento. 
OO    3  Nos  humillamos  :  o  mortificamos,  hacemos  penitencia. 

8  Como  un  junco  :  caminaban  afectadamente,  cubiertos  de  cilicio  y  encorvados, 
como  luejro  los  fariseos.  , 

7  Pe  iu  carne  :  e.  d.,  de  tu  prójimo  o  compatriota. 

8  Tu  luz:  significa  tu  felicidad.  Tinieblas  y  calamidad  son  sinónimos. 

9  Extender  el  dedo:  señalando  a  uno  como  reo  o  culpable,  e.  d.,  calumniar. 
»  Traicionan  :  u  obran  pérfidamente. 
a  Sendas  o  caminos:  aquí  en  sentido  metafórico;  otros  corrigen  H  y  1.  «ruinas». 
u  Tu  pie  del  sáiudo  :  si  te  abstuvieres  el  síbado  de  obras  profanas.  ||  Entregan- 

-1366- 


58  14-59  la 


ISAÍAS 


58  «-59  ia 


y  le  nonras  no  entregándole  a  tus  negocios, 
n¡  hallando  en  él  tu  ocupación,  ni  arreglando  asuntos, 
M  te  gozarás  en  Yahveh,  |  y  te  haré  remontar  todas  las  alturas  de  la  tierra, 
y  Jaréte  a  comer  la  herencia  de  Jacob,  tu  padre,  | 
pues  la  boca  de  Yahveh  ha  hablado. 


Los  obstáculos  a  la  salvación,  removidos  por  Yahveh 

rn   '  He  aquí  que  la  mano  de  Yahveh  no  es  demasiado  corta  para 
^       salvar,  |  ni  sobrado  duro  su  cído  para  oír, 
*  sino  que  vuestros  delitos  son  los  que  ponen  separación  | 

entre  vosotros  y  vuestro  Dios, 
v  vuestros  pecados  han  ocultado  su  1  rostro  | 

de  vosotros,  de  forma  que  no  os  oye. 
'  Pues  vuestras  manos  están  manchadas  de  sangre,  | 

y  vuestros  dedos,  de  iniquidad  ; 
vuestros  labios  hablan  engaño,  |  vuestras  lenguas  murmuran  injusticia. 
1  No  hay  quien  por  la  justicia  clame,  | 

ni  existe  quien  juzgue  con  probidad  ; 
5e  confía  en  la  nada  y  háblase  falsedad,  | 

se  concibe  fatiga  y  párese  calamidad. 
8  Huevos  de  víbora  incuban  |  y  telas  de  araña  tejen  ; 

quien  come  de  sus  huevos  ha  de  morir,  |  y  el  aplastado  saca  un  basilisco. 
,:  Sus  hilos  no  sirven  para  vestido  |  ni  con  sus  tejidos  puede  uno  vestirse  ; 
sus  tejidos  son  tejidos  de  delito, 
v  obra  de  violencia  hay  en  sus  manos  ; 

'  sus  pies  corren  al  mal  i  y  apresúranse  a  derramar  sangTe  inocente  ; 
sus  designios  son  designios  desastrosos  ;  | 
devastación  y  ruina  sus  vías  jalonan. 

I  Camino  de  paz  no  conocen  |  y  el  derecho  no  corre  por  sus  vías  , 
mércense  sus  senderos  en  ventaja  suya  ;  | 

nadie  que  por  ellos  camina  conoce  la  paz. 
Por  eso  el  derecho  permanece  lejos  de  nosotros  ! 

y  no  nos  alcanza  la  salvación  ; 
esperamos  la  luz,  mas  hete  aquí  tinieblas  ; 
claridad,  mas  b  tenemos  que  caminar  en  la  oscuridad. 
10  Palpamos  como  ciegos  la  pared,  | 

y  como  privados  de  ojos  andamos  a  tientas  ; 
tropezamos  a  mediodía  como  en  el  crepúsculo,  | 

al  ocaso  nos  asemejamos  a  muertos. 

II  Rugimos  todos  como  osos  |  y  cual  palomas  zureamos  sin  cesar  , 
esperamos  en  el  derecho,  pero  ¡nada!  | 

en  la  salvación,  mas  queda  lejos  de  nosotros. 
u  Pues  son  muchas  nuestras  iniquidades  contra  ti  | 

y  nuestros  pecados  han  testimoniado  contra  nosotros  ; 
con  nosotros  están  nuestros  delitos  |  y  nuestras  culpas  conocemos  : 
"  rebeldía  e  infidelidad  contra  Yahveh  | 

y  dejar  de  seguir,  a  nuestro  Dios, 
hablar  autoritario  y  deslealtad,  |  urdir0  palabras  de  mentira  en  el  corazón. 

lioie  A  tus  negocios  :  lit.,  haciendo  tus  caminos,  arreglando  asuntos  o  tratando  de 
t  uestiones,  parloteando... 

14  Pues  la  boca...  :  o,  en  verdad,  la  boca  de  Y.  lo  ha  dicho. 

PTQ  1  Saca  un  basilisco  :  más  lit.,  hiéndese  en  víbora.  Dice  cjue  hacen  como  quien 
tJiy    rompe  el  huevo  del  basilisco  para  sacar  de  él  el  reptil  que  va  a  matarle. 

10  Al  ocaso  :  pasaje  inseguro.  Otros  corrigen  y  traducen  «en  salud»,  «en  lugares 
desiertos»,  «en  el  reino  de  las  sombrasi,  «en  tinieblas». 

13  Hablar  aviokhario  y  coactivo  :  lit.,  habl*r  de  opresión  ;  otros  corrigen-  «hablar 
perversoi   (cf.  Kit  c.  T). 


-  l\f>7  — 


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ISAÍAS 


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"  Y  así  fué  rechazado  el  derecho,  |  y  la  justicia  ha  de  pararse  lejos  ; 
porque  en  plaza  abierta  tropieza  la  verdad  | 

y  la  rectitud  no  encuentra  acceso  ; 
13  así  la  lealtad  ha  faltado  |  y  el  que  evita  el  mal  ha  sido  saqueado. 
Y  Yahveh  lo  vió,  y  pareció  mal  |  a  sus  ojos  que  no  existiese  derecho  ; 
"  y  vió  que  no  había  nadie,  |  y  se  sorprendió  de  que  ninguno  intercediera 
Entonces  salvólo  su  brazo  |  y  su  justicia  le  sostuvo. 
"  Revistióse  de  justicia  como  de  una  coraza 
y  el  yelmo  de  la  salvación  en  su  cabeza  ; 
vistióse  ropas  de  venganza  a  modo  de  vestidura  | 

y  se  envolyió  en  celo  como  en  un  manto. 
,s  Con  arreglo  a  las  acciones  retribuye  ;  | 

furia  a  sus  adversarios,  represalia  a  sus  enemigos. 
A  las  islas  dará  el  pago. 

18  Entonces  los  de  poniente  temerán  el  nombre  de  Yahveh  ] 

y  los  de  oriente  su  gloria  ; 
pues  vendrá  como  un  torrente  encajonado  | 

contra  el  cual  se  precipita  con  fuerza  soplo  de  Yahveh. 
N  Mas  para  Sión  vendrá  como  redentor  | 

y  para  los  convertidos  del  pecado  en  Jacob,  afirma  Yahveh. 


21  En  cuanto  a  mi,  ésta  es  mi  alian- 
za con  ellos,  dice  Yahveh  :  «Mi  es- 
píritu, que  está  sobre  ti,  y  mis  pala- 
bras que  en  tu  boca  he  puesto,  no 
se  han  de  apartar  de  tu  boca,  ni  de 


la  boca  de  tus  descendientes,  ni  de 
la  boca  de  los  descendientes  de  tus 
descendientes,  afirma  Yahveh,  des- 
de ahora  y  para  siempre.» 


Gloria  de  la  Jerusalén  futura 


fjr\  1  Levántate,  resplandece,  pues  ha  llegado  tu  luz  I 

y  la  gloria  de  Yahveh  ha  brillado  sobre  ti  ; 
2  pues  he  aquí  que  tinieblas  a  cubren  la  tierra  | 

y  oscuros  nubarrones  los  pueblos, 
mas  sobre  ti  brilla  Yahveh  |  y  su  gloria  aparece  sobre  ti. 
*  Y  las  gentes  caminarán  a  tu  luz  | 

y  los  reyes  al  fulgor  de  tu  astro  naciente 
'  Alza  en  torno  tus  ojos  y  mira  :  |  todos  están  reunidos,  vienen  a  ti  ; 
tus  hijos  vienen  de  lejos  |  y  tus  hijas  son  llevadas  sobre  la  cadera. 
5  Entonces  mirarás  y  estarás  radiante,  | 

temblarás  y  se  ensanchará  tu  corazón, 
pues  a  ti  se  volverá  la  riqueza  del  mar,  | 

la  opulencia  de  las  naciones  vendrá  a  ti. 
1  Muchedumbre  de  camellos  te  cubrirá,  | 

camellos  jóvenes  de  Madián  y  Efá  ; 
todos  vienen  de  Sabá  ;  |  oro  e  incienso  traen 
v  anuncian  las  glorias  de  Yahveh. 

'  Todo  el  ganado  menor  de  Quedar  se  congrega  en  torno  tuyo  ;  | 
los  carneros  de  Nebayot  están  a  tu  servicio, 


17  Revistióse  :  los  divinos  atributos  son  aquí  figurados  por  las  varias  piezas  de  la 
armadura  de  un  guerrero. 

111  Torrente  encajonado:  o  torrente  salvaje  (cf.  G  y  Rom.  n,  26)  ;  otros,  «impetuo- 
so». ||  Contra  el  cual  se  precipita  con  puerza  :  o  bien,  al  cual  empuja. 

21  No  se  han  de  apartar  :  otro  presagio  de  la  indefectibilidad  de  la  Iglesia. 

f*A  1  Este  capitulo  es  enteramente  mesianico  y  contraposición  del  47,  en  que  se 
O'-'    describe  la  calda  de  Babilonia. 

s  Y  las  gentes  :  anuncia  la  conversión  de  todos  los  pueblos  al  Dios  de  Israel. 

'  Para  complacencia  :  o  bien,  como  ofrenda  grata. 


-  .  360-- 


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ISAÍAS 


60  8-2Í 


ascienden  para  complacencia  b  a  mi  altar,  | 

y  glorificaré  mi  magnífica  casa. 
'¿Quiénes  son  aquellas  que  vuelan  como  uña  nube  I 

y  como  palomas  a  sus  palomares  ? 
"Ciertamente,  congregúense  a  mí  los  barcos  e,  | 

con  las  naves  de  Tarsis  a  la  cabeza, 
para  traer  a  tus  hijos  de  lejos,  I  su  plata  y  su  oro  con  ellos, 
para  el  nombre  de  Yahveh,  tu  Dios,  | 
para  el  Santo  de  Israel,  pues  te  glorifica. 

10  Extranjeros  reconstruirán  entonces  tus  muros  | 

y  sus  reyes  te  servirán  ; 
porque  los  batí  en  mi  furor,  I  mas  en  mi  clemencia  me  compadecí  de  ti. 
"  Tus  puertas  estarán  abiertas  continuamente,  | 

ni  de  día  ni  de  noche  se  cerrarán, 
para  traerte  las  riquezas  de  las  naciones  I  y  guiando  d  sus  reyes. 

Pues  la  nación  y  el  reino  que  no  te  sirvan  se  perderá, 
y  los  pueblos  gentiles  serán  totalmente  exterminados. 
"  La  magnificencia  del  Líbano  vendrá  a  ti,  | 

cipreses,  olmos  y  bojes  juntamente, 
para  ornar  el  lugar  de  mi  santuario,  | 

y  voy  a  honrar  el  sitio  donde  posan  mis  pies. 
"  É  inclinados,  se  irán  hacia  ti  los  hijos  de  tus  opresores,  | 

v  se  prosternarán  a  las  plantas  de  tus  pies  todos  cuantos  te  ultrajaban, 
y  te  apellidarán  «ciudad  de  Yahveh»,  |  «Sión  del  Santo  de  Israel». 
r  En  lugar  de  ser  una  abandonada,  |  una  odiada  sin  viandantes, 
te  haré  motivo  de  gloria  eterna,  j  alegría  de  todas  las  generaciones. 

11  Ciertamente  mamarás  la  leche  de  los  pueblos,  ! 

al  pecho  e  de  los  reyes  mamarás  ; 
y  conocerás  que  yo,  Yahveh,  soy  tu  salvador, 
y  tu  redentor,  el  Fuerte  de  Jacob. 

"  En  lugar  del  cobre  traeré  oro,  |  y  en  vez  del  hierro  aportaré  plata, 

v  en  lugar  de  las  maderas,  cobre,  |  y  en  vez  de  las  piedras,  hierro. 

"  Y  constituiré  por  autoridad  tuya  a  la  paz 

y  por  caudillos  tuyos  a  la  justicia. 

I,81  No  se  oirá  más  hablar  de  violencia  en  tu  país,  1 

de  opresión  y  ruina  en  tu  contorno, 
sino  que  «salvación»  se  llamará  a  tus  muros  \ 

y  a  tus  puertas  «alabanza». 
"  El  sol  no  te  servirá  ya  de  luz  durante  el  día  | 

ni  para  resplandor  te  lucirá  más  la  luna, 
sino  que  Yahveh  te  servirá  de  luz  eterna  |  y  tu  Dios  de  esplendor  tuyo. 
20  No  se  pondrá  más  tu  sol  |  ni  menguará  la  luna, 
porque  Yahveh  te  servirá  de  luz  eterna  | 

y  han  concluido  los  días  de  tu  duelo. 
|  Y  los  de  tu  pueblo  serán  todos  ellos  justos,  | 

para  siempre  poseerán  la  tierra, 
renuevo  de  mi  plantación  f,  |  obra  de  mis  manos  para  gloria  [mía]. 


5  ¿  Quiénes  son  aquellas...?:   ve  el  profeta  el  mar  Mediterráneo  lleno  de  navios 
que  conducen  a  Jerusaléu  a  los  pueblos  cristianos  con  sus  tesoros. 
•Naves  de  Tarsis:  cf.  z,  16,  nota. 

10  Extranjeros  reconstruirán  :  Ciro,  Darío  y  Artajerjes. 

13  I.a   magnificencia  del  Líbano  :    los  hombres  eminentes  que  se  consagrarán  a 
Cristo,  li  Olmos:  otros,  pinos,  y  aun  plátanos...  ||  Bojes:  otros,  alerces,  terebintos  ^ 
]J  Inclinados  :  de  una  manera  curvada. 

15  Motivo  de  gloria  eterna  :  o  de  los  siglos,  magnificencia  eterna. 
n  Cobre  :  o  bronce. 

Ia]  No  se  oirá  :  esto  ha  de  entenderse  de  la  celestial  Jerusalén,  donde  reinará  sietu- 
>re  paz  perfecta,  exenta  de  temor. 
20  Menguará:  o  bien,  cesará.  Significa  que  la  paz  y  tranquilidad  reinarán  en  la 


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ISAÍAS 


60  28-61  JW? 


"  El  más  pequeño  se  convertirá  en  un  millar,  | 

y  el  mínimo,  en  fuerte  pueblo  : 
vo,  Yahveh,  |  a  su  tiempo  lo  aceleraré. 


La  buena  nueva  de  Sión 


'  El  espíritu  del  Señor,  Yahveh,  está  sobre  mí,  1 
por  cuanto  que  Yahveh  me  ha  ungido  ; 
para  dar  albricias  a  los  oprimidos  me  ha  enviado,  | 

para  vengar  a  los  de  corazón  quebrantado, 
clamar  por  la  liberación  de  los  cautivos 
y  la  suelta  de  los  presos  ; 

*  para  pregonar  un  año  de  gracia  de  Yahveh  | 

y  un  día  de  venganza  para  nuestro  Dios  ; 
para  consolar  a  todos  que  están  de  duelo  ;  | 

3  para  alegrar  a  los  que  hacen  duelo  en  Sión,  I 
darles  turbante  en  vez  de  ceniza, 

aceite  de  alegría  en  lugar  de  vestidos  de  luto,  a  | 

alabanza  en  lugar  de  ánimo  triste. 
Y  se  les  denominará  «encinas  de  justicia»,  ! 

«plantación  de  Yahveh  para  gloria  [suya]». 
'  Entonces  reconstruirán  ruinas  de  lo  pasado  | 

erigirán  las  ruinas  de  los  antiguos. 
Renovarán  ciudades  asoladas,  ¡  las  ruinas  de  pasadas  generaciones. 
'  Y  se  presentarán  extraños  y  apacentarán  vuestro  ganado  menor,  I 

y  extranjeros  serán  vuestros  labradores  y  vendimiadores. 
Mas  vosotros  seréis  llamados  «sacerdotes  de  Yahveh»,  | 

«servidores  de  nuestro  Dios»  se  os  dirá  ; 
comeréis  la  riqueza  de  los  pueblos  | 

y  con  su  magnificencia  os  adornaréis  b. 
'  Por  cuanto  c  su  vergüenza  fué  doble,  | 

e  ignominia  heredaron  d  como  porción  suya, 
por  eso  poseerán  el  doble  en  su  país,  |  tendrán  alegría  eterna. 

Pues  yo,  Yahveh,  amo  el  derecho,  |  odio  el  despojó  con  6u  iniquidad, 
y  daré  lea'lmente  su  recompensa,  |  y  concertaré  un  ipacto  eterno  con  ellos 

•  Bien  conocida  entre  las  naciones  será  su  descendencia  | 

y  sus  vástagos  en  medio  de  los  pueblo*  ; 
todos  cuantos  los  vean  reconocerán  | 

que  son  una  semilla  que  Yahveh  ha  bendecido. 
10  Mucho  me  alegraré  en  Yahveh,  |  jubile  mi  alma  en  mi  Dios  , 
pues  me  ha  revestido  con  las  vestiduras  de  salvación,  | 

el  manto  de  la  justicia  me  ha  puesto. 
[Soy]  como  un  recién  casado  que  lleva  el  turbante  a  modo  de  un  sacerdote,  ' 

y  cual  una  esposa  que  se  adorna  con  su  aderezo. 

22  Se  convertirá  en  un  millar:  o  bien,  se  multiplicará  grandemente.  Se  anuncia 
el  crecimiento  rápido  del  reino  mesiánico. 

f*-i  1  El  espíritu  :  Jesu-Cristo  se  aplica  a  sí  mismo  este  oráculo  en  el  evangelio  de 
OJ.  san  I-ucas  (4,  16).  ||  Me  ha  ungido:  expresión  metafórica  que  significa  la  co- 
lación  de  una  misión  sagrada. 

■  Un  año  de  gracia  :  alusión  al  año  sabático  o  jubilar. 
•     3  Para  alegrar...  :  lit.,  poner  (V),  prb.  add.,  anota  Kit  sobre  esta  frase.  ||  Turban- 
te... ceniza  :  juego  de  palabras  :  peer...  ¿fer. 

4  Reconstruirán  :  conversión  de  los  gentiles,  vocación  de  los  judíos  al  reino  me- 
siánico. 

6  Y  SE  presentarán  :  los  que  habían  oprimido  hasta  entonces  a  Israel  pasarán  a  ser 
sus  servidores. 

10  Me  alegrarí  :  no  se  refiere  a  Jerusalén,  como  dice  el  Targum,  ni  a  Isaías,  sino 
al  Mesías. 


—  — 


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ISAÍAS 


61  n-62  12 


"  Pues  como  la  tierra  produce  sus  plantas  | 

y  como  un  huerto  hace  brotar  lo  sembrado  en  él, 
nsí  el  Señor  hará  germinar  la  justicia 
\  la  gloria  ante  todos  los  pueblos. 


Esperando  la  salvación  de  Sión 


¿:p  1  A  causa  de  Sión  no  puedo  callar  | 

y  a  causa  de  Jerusalén  no  reposaré, 
hasta  que  surja  su  derecho  como  esplendente  luz  | 
y  arda  su  salvación  como  una  antorcha. 

Y  las  naciones  verán  tu  derecho  |  y  todos  los  reyes  tu  magnificencia, 
\  se  te  llamará  con  nombre  nuevo  |  que  determinará  la  boca  de  Yahveh 

Y  serás  en  manos  de  Yahveh  corona  magnífica,  | 
diadema  real  en  la  palma  de  tu  Dios. 

'  Ya  no  se  te  denominará  más  «abandonada»  | 

ni  a  tu  tierra  se  le  llamará  ya  «desolada», 
sino  que  te  apellidarán  «mi  complacencia  en  ella»  | 

y  «desposada»  a  tu  tierra  ; 
pues  Yahveh  se  ha  complacido  en  ti  ¡  y  tu  tierra  será  desposada. 
!  Porque  así  como  el  joven  se  desposa  con  la  doncella,  | 

contigo  se  desposará  tu  constructor  *, 
y  así  como  el  nuevo  esposo  se  alegra  con  la  esposa,  ¡ 

tu  Dios  se  ha  de  alegrar  en  ti. 
c  ¡Por  encima  de  tus  murallas,  Jerusalén,  |  he  colocado  vigías, 
ni  en  todo  el  día  ni  en  toda  la  noche  |  callen  jamás  ! 

¡  Vosotros  los  que  recordáis  a  Yahveh,  |  no  os  podéis  dar  punto  de  reposo ! 
"  Xi  debéis  dejarle  descanso  I  hasta  que  restablezca 

y  hasta  que  haya  hecho  de  Jerusalén  |  una  gloria  en  la  tierra. 
■  Yahveh  ha  jurado  por  su  diestra,  |  por  su  poderoso  brazo  : 
Xo  daré  más  tu  grano  |  como  alimento  a  tus  enemigos, 
ni  beberán  los  extranjeros  tu  mosto,  |  por  el  que  te  afanaste, 
"sino  que  quienes  lo  recolectaron  lo  comerán  [y  alabarán  a  Yahveh, 
y  quienes  lo  cosecharon  lo  beberán  |  en  los  atrios  de  mi  santuario. 
10  ¡  Pasad,  pasad  por  las  puertas,  I  despejad  el  camino  del  pueblo, 
terraplenad,  terraplenad  la  calzada,  |  despedregadla  de  piedra  ! 
¡  Alzad'  una  enseña  sobre  los  pueblos  ! 

u  He  aquí  que  Yahveh  lo  ha  pregonado  |  hasta  el  fin  de  la  tierra. 
Decid  a  la  hija  de  Sión  :  |  «¡  Helo  ahí  que  viene  tu  salvador  b, 
he  ahí  que  su  recompensa  está  con  él  I  y  su  retribución  ante  é'.  !» 
"Entonces  los  llamarán  «pueblo  santo»,  ]  «redimidos  de  Yahveh», 
>  a  ti  se  te  nombrará  «buscada»,  |  «ciudad  no  abandonada». 


£»p    -  Tü  derecho  :  el  justo  y  salvador  de  que  aquí  se  trata       Jesu-Cristo,  y  el 
nombre  nuevo  que  promete  ,a  Jerusalén  es  ti  que  El  lia  dado  a  su  Iglesia,  lla- 
mándola Iglesia  de  Jesu-Cristo. 

•  Callen  jamás  :  se  les  oblicaba  a  gritar  de  vez  en  cuando  para  que  no  se  durmie- 
ren. Los  centinelas  de  que  habla  el  profeta  son  los  hombres  extraordinarios  que  Dios 
enviaba  a  la  Sinagoga  y  ahora  a  la  Iglesia  previniendo  al  pueblo  contra  ataques 
nemigos. 

"  Ni  debéis  dejarle  descanso  :  imploradle  sin  cesar  hasta  que  envíe  al  Mesías  y 
•stablezca  el  reino  de  Dios,  o  sea  su  Iglesia. 

10  ¡Pasad,  pasad...!  :  se  describe  la  entrada  de  las  naciones  en  Sión,  o  sea  en  la 
Iglesia,  acontecimiento  ya  anunciado  en  los  capítulos  precedentes.  ||  Alzxd  una  ense- 
na :  la  de  la  Cruz,  en  torno  a  la  cual  se  concretarán  lo*  fieles. 


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ISAÍAS 


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Victoria  de  Yahveh  el  día  de  la  venganza.  Plegaria  de 
Israel  implorando  misericordia 

¿LO    '  — ¿Quién  es  ese  que  viene  de  Edom,  |  rojos  los  vestidos,  de  Bosrá  ; 
que  resplandece  en  su  vestidura,  | 

camina  altivo  en  la  plenitud  de  su  fuerza  ? 
— Soy  yo,  el  que  habla  con  justicia,  ¡  el  que  es  grande  en  el  salvar. 
•  — ¿Por  qué  está  foja  tu  vestidura  a  ¡ 

y  tus  ropas  como  las  de  quienes  pisan  en  el  lagar  ? 
1  — El  lagar  he  pisado  yo  solo  |  y  de  los  pueblos  nadie  ha  estado  conmigo  ; 
ciertamente,  los  he  pisado  b  en  mi  cólera  |  y  los  he  pisoteado  b  en  mi  furor, 
y  su  jugo  ha  salpicado  b  mis  ropas,  |  y  todas  mis  vestiduras  he  manchado. 
4  Pues  día  de  venganza  hubo  en  mi  corazón,  I  y  mi  año  de  redención  llegó 
6  Y  miré  b,  mas  no  había  ningún  ayudador,  | 

y  me  asombré,  y  no  había  quien  sostuviese. 
Entonces  salvóme  mi  brazo  f  y  imi  furor  me  sostuvo. 
"  Y  pisoteé  b  pueblos  en  mi  cólera,  |  y  los  destrocé  c  en  mi  ira, 
y  derramé  b  por  tierra  su  jugo. 

'  Proclamaré  las  misericordias  de  Yahveh,  ¡  las  glorias  del  Señor, 
según  todo  aquello  que  nos  ha  hecho  Yahveh,  | 

d  grande  en  bondad  para  la  casa  de  Israel  ; 
aquello  que  ha  hecho  por  nosotros  e  según  su  clemencia  ¡ 

y  con  arreglo  a  la  multitud  de  sus  gracias. 
"Dijo  :  «¡En  verdad  mi  pueblo  son,  |  hijos  que  no  engañarán!» 
E  hízose  su  salvador  ¡  |  *  en  toda  su  tribulación  ; 
no  un  mensajero  *  o  un  ángel,  |  El  mismo  los  salvó. 
En  su  aimor  y  su  compasión,  |  El  mismo  los  redimió 
y  los  soportó  y  llevó  |  todos  los  días  de  la  antigüedad. 
"  Mas  ellos  se  rebelaron  y  entristecieron  |  su  santo  espíritu  ; 
así  se  les  trocó  en  enemigo  |  [y]  El  mismo  los  combatió. 
"  Recordaron  ellos  h  entonces  los  días  de  antaño,  |  de  Moisés,  su  siervo  '. 
¿  Dónde  está  el  que  sacó  1  del  mar  I  a  los  pastores  de  tu  rebaño  ? 
¿  Dónde  el  que  puso  en  su  interior  ]  su  santo  espíritu  ? 
a  ¿  El  que  a  la  diestra  de  Moisés  |  hizo  caminar  su  brazo  glorioso, 
el  que  hendió  las  aguas  ante  ellos  j  para  hacerse  renombre  eterno? 
13  ¿El  que  los  hizo  andar  a  través  del  océano  |  como  el  caballo  en  la  estepa 
sin  que  tropezaran  ?  |  l*  Como  ganado  que  baja  al  valle, 
al  que  conduce  k  el  espíritu  de  Yahveh,  |  así  guiaste  a  tu  pueblo 
para  hacerte  un  nombje  glorioso. 

15  Mira  desde  el  cielo  y  otea  |  desde  tu  santa,  gloriosa  morada  : 

¿  Dónde  está  tu  celo  y  tu  heroica  fuerza  l,  I  la  emoción  de  tus  entrañas 

y  tu  compasión?  ¡No  te  contegas  m.  |  "  pues  tú  eres  nuestro  padre! 

Ciertamente,  Abraham  no  nos  conoce  ¡  ni  Israel  nos  reconoce. 

Tú,  Yahveh,  eres  nuestro  padre  ;  | 

«nuestro  redentor  desde  tiempo  antiguo»  es  tu  nombre. 
"¿Por  qué,  Yahveh,  nos  dejarías  extraviarnos  de  tus  caminos,  | 

endurecerías  nuestro  corazón,  de  modo  que  no  te  temiésemos  ? 


£»o    '  El  castigo  de  los  enemigos  de  .sión  va  expuesto  aquí  en  forma  de  diálogo 
cutre  el  profeta  y  el  Mesías.  Este  capítulo  es  contra  Idumea. 
3  Nadie  ha  estado  conmigo  :  la  obra  niesiáuica  es  exclusivamente  de  Cristo. 
5  El  mismo  :  lit.,  su  rostro. 

11  Su  sanio  espíritu  :  el  espíritu  de  Dios  obraba  de  continuo  en  Israel  por  medio 
de  Moisés,  Aarón,  los  profetas,  etc. 

13  Del  océano  :  o  de  las  ondas  marinas 


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ISAÍAS 


63  i*-64  12 


¡  Vuelve  por  amor  de  tus  siervos.  |  de  las  tribus  de  tu  heredad ! 
"¿Por  que  van  a  hollar  impíos  tu  santidad  u,  \ 

nuestros  enemigos  a  pisotear  tu  santuario  ? 
1U  Hemos  llegado  a" ser  desde  hace  tiempo  [como  aquellos]  sobre  los  que  tú 

no  imperas,  |  sobre  los  que  no  se  apellida  tu  nombre. 


Sigue  la  plegaria  invocando  la  salud 


(LA    m  I  Ojalá  desgarrases  el  cielo  y  bajases,  | 

Je  suerte  qi"e  las  montañas  se  tambalearan  ante  ti !  ; 
*,  como  cuando  el  fuego  prende  la  leña  | 

[o]  el  fuego  hace  hervir  el  agua, 
para  dar  a  conocer  tu  nombre  a  tus  enemigos, 
de  forma  que  temblasen  ante  ti  los  pueblos  gentiles, 
\  al  obrar  tú  cosas  terribles  que  no  esperábamos  ; 
a  descendiste  v  ante  ti  se  tambalearon  las  montañas  a. 
S  Y  desde  tiempos  antiquísimos  no  se  oyó  b, 


ni  oído  ha  escuchado  c,l  ni  ojo  ha  visto 
un  Dios  fuera  de  ti  I  que  obre  [así]  con  quien  en  El  confí; 
e4  [pues]  tú  acoges  a  aquellos  que  obran  <*  justicia  | 
y  recuerdan  tus  caminos  e. 


He  aquí  que  tú  te  airaste,  pues  hemos  pecado  | 
contra  ti  desde  antiguo  y  hemos  delinquido  '. 
"6  Así  todos  nosotros  fuimos  como  impuros  | 

v  cual  vestido  inmundo  todas  nuestras  virtudes  ; 
ciertamente,  nos  marchitamos  e  como  follaje  todos  nosotros,  | 
v  nuestra  culpa  nos  arrastró  h  como  el  viento 
Y  no  hubo  nadie  que  invocase  tu  nombre,  | 
que  despertara  para  aferrarse  a  ti  ; 
pues  tú  habías  escondido  tu  rostro  de  nosotros  ' 

y  nos  habías  entregado  1  en  manos  de  nuestra  iniquidad. 
a;  Mas  ahora,  Yahveh,  nuestro  padre  eres  tú  , 
somos  la  arcilla  y  tú  nuestro  alfarero,  | 

porque  obra  de  tus  manos  somos  todos  nosotros. 
*s  No  te  enojes,  Yahveh,  en  extremo,  | 

ni  recuerdes  por  siempre  la  culpa, 
sino  mira  :  ¡  tu  pueblo  somos  todos  nosotros  ! 
"¡¡  Tus  santas  ciudades  se  han  convertido  en  desierto  : 
Sión  en  yermo  se  ha  trocado  ;  |  Jerusalén,  en  yermo. 
",„  Nuestra  santa  y  gloriosa  casa,  |  donde  nuestros  padres  te  ensalzaron, 
se  ha  convertido  en  pasto  del  fuego,  | 

y  todas  nuestras  cosas  más  caras  se  han  trocado  en  una  ruina. 
"„  ¿Podrás  ante  todo  esto  contenerte,  ¡oh  Yahveh!, 
callarás  y  nos  humillarás  en  extremo  ? 


O  A  ',  Ni  OJO  ha  visto  :  en  su  epístola  a  los  Corintios  cita  San  Pablo  este  lugar 
^Jj^  Himo  verificado  cuando  vino  Jesu-Cristo  a  salvar  a  la  humanidad  y  no  le  cono- 
ció el  mundo  (2  Cor.  2,  7-8). 

;4  Acoges  :  o  sales  al  encuentro,  te  haces  cargo  de...  El  sentido  de  este  versículo 
parece  ser  :  Tú  haces  paz  o  alianza  con  el  que  se  alegra  de  practicar  la  justicia. 

10,  Tus  santas  ciudades:  todas  las  de  Tierra  Santa,  sobre  todo  Jerusalén  y  su  templo 
UM  Cosas  más  caras  :  otros  corrigen  H  c.  20  mss.  ST  y  1.  sing.  (cf.  Kit),  interpre- 
tando «valiosa  edificación»;  lit.,  objeto  codiciado  por  nosotros,  valioso,  c  d  ,  el  templo 


65  na 


ISAÍAS 


65  "¿ 


Yahveh  responde  prometiendo  salvar  a  sus  elegidos 
y  conceder  absoluta  felicidad  a  sus  fieles 

'  Dejóme  consultar  por  aquellos  que  no  [me]  preguntaban,  | 
dejéme  encontrar  por  aquellos  que  no  me  buscaban  ; 
dije  :  «¡  Heme  aquí,  heme  aquí !»  |  a  un  pueblo  que  no  invocaba  mi  nombre. 

•  Mantuve  mis  manos  siempre  extendidas  |  hacia  un  pueblo  rebelde, 
hacia  aquellos  que  no  caminaban  por  el  buen  caimino, 

[corriendo]  tras  sus  propios  pensamientos  ; 
3  hacia  el  pueblo  que  enoja  |   a  mi  casa  continuamente, 
pues  sacrifican  en  los  huertos  |  y  queman  incienso  sobre  los  ladrillos  ; 
'  los  que  se  sientan  en  las  tumbas  |  y  pernoctan  en  secretos  lugares  ; 
que  comen  carne  de  cerdo,  | 

y  caldo  de  carne  de  animales  inmundos  hay  en  sus  vasijas  , 
s  los  que  dicen  :  « ¡  Quédate  ahí,  | 

no  te  me  acerques,  porque  te  santificaría !» 
¡  Esos  tales  son  humo  en  mi  nariz,  |  fuego  que  arde  de  continuo  ! 
'  He  aquí  lo  que  tengo  anotado  delante  de  mí  :  | 

no  callaré  como  no  le  haya  dado  el  pago,  |  y  pagaré  en  su  seno 
:  SUS  a  culpas  y  las  culpas  de  sus  *  padres  juntamente,  |  afirma  Yahveh  ; 
que  quemaron  incienso  en  los  montes  [  y  sobre  las  colinas  me  ultrajaron  , 
así,  pues,  les  mediré  su  merecido  |  y  les  daré  la  paga  b  en  su  seno. 

*  Así  afirma  Yahveh  : 

Como  cuando  se  encuentra  zumo  en  un  racimo 

y  [por  ello]  se  dice  :  «¡No  lo  eches  a  perder,  |  pues  contiene  bendición!», 
asi  procederé  por  amor  de  mis  siervos,  |  para  no  perder  el  todo. 

liaré  salir  semilla  de  Jacob  |  y  de  Judá  al  poseedor  de  mi  montaña  ; 
ciertamente,  mis  elegidos  la  poseerán  |  y  mis  siervos  morarán  allí. 

Entonces  el  Sarón  se  convertirá  en  dehesa  de  ganado  menoi 
y  el  valle  de  Akor  en  yacija  de  reses  vacunas 
para  el  pueblo  mío  que  me  busque. 

11  Mas  a  vosotros,  los  que  habéis  abandonado  a  Yahveh,  | 

los  que  habéis  olvidado  mi  santa  montaña, 
los  que  habéis  preparado  la  mesa  a  Gad,  |  llenado  la  crátera  para  Mení, 

12  os  destino  a  la  espada,  |  y  todos  habéis  de  doblegaros  al  degüello, 
porque  llamé  y  no  respondisteis,  |  hablé  y  no  oísteis, 

>ino  que  hicisteis  lo  malo  a  mis  ojos  J 
y  elegisteis  lo  que  no  me  complacía. 

13  Por  elio  así  dice  el  Señor,  Yahveh  : 

He  aquí  que  mis  siervos  comerán,  |  mas  vosotros  padeceréis  hambre  ; 
he  aquí  que  mis  siervos  beberán,  |  pero  vosotros  padeceréis  sed  ; 
he  aquí  que  mis  siervos  se  alegrarán,  | 
mas  vosotros  habréis  de  avergonzaros. 


¿*pr  1  Dejéme  consultar...  :  Dios  se  mostró  siempre  dispuesto  a  escuchar  y  darse  a 
"O    conocer...  San  Pablo  aplica  este  lugar  a  la  conversión  de  los  gentiles  (Rom.  10,20). 

3  Queman  incienso  :  o  bien,  humean. 

4  Los  que  se  sientan  EN  las  tumbas  para  ejercer  la  nigromancía. 

5  Quédate  ahí  :  o  hazte  allá. 

"Mis  elegidos:  los  apóstoles  y  sus  sucesores,  que  poseerán  la  Iglesia. 

11  Preparado  la  mesa  a  Gad  :  alude  a  los  convites  sagrados  en  honor  del  dios  sirio 
de  la  buena  fortuna,  al  que  los  intérpretes  judíos  identificaban  con  el  planeta  Jú- 
piter. I¡  Mení  :  probablemente  personificación  del  destino. 

u  Degüello  :  o  tajo  de  degüello,  matanza. 

13  Padeceréis  hambre...,  sed  :  o  bien,  moriréis  de  hambre...,  áe  sed 


—  '374  — 


65  2 


ISAÍAS 


6ñ  14-66  2 


"  He  aquí  que  mis  siervos  exultarán  |  de  felicidad  de  corazón, 
pero  vosotros  gritaréis  de  dolor  de  corazón  ¡ 

y  aullaréis  por  quebrantamiento  de  espíritu. 
''  Ciertamente  dejaréis  vuestro  nombre  como  maldición  para  mis  elegido.-, 
pues  el  Señor,  Yahveh,  te  hará  morir  ; 
mas  0  filis  siervos  serán  llamados  0  con  otro  nombre. 
Por  cuanto  a  quien  se  bendiga  en  el  país  | 

se  bendecirá  por  el  Dios  del  amén, 
v  quien  jure  en  el  país  jurará  por  el  Dios  del  amén. 
Pues  las  pasadas  tribulaciones  quedarán  olvidadas,  | 

ocultas  quedarán  en  verdad  a  mis  ojos, 
"  porque  he  aquí  que  yo  crearé  un  cielo  nuevo  |  y  una  tierra  nueva  ; 
y  no  se  recordarán  ya  las  cosas  antiguas 
ni  vendrán  a  la  imaginación, 

n  sino  que  d  se  alegrarán  y  se  regocijarán  d  de  continuo  ¡ 
por»  lo  que  yo  voy  a  crear. 

Pues  he  aquí  que  daré  a  Jerusalén  alegría  |  y  a  su  pueblo  regocijo. 

19  Ciertamente  me  alegraré  en  Jerusalén  |  y  me  regocijaré  en  mi  pueblo, 

y  ya  no  se  oirá  más  en  ella  voz  de  llanto  f  ni  grito  de  lamento. 

•°  Ya  no  habrá  allí 1  mamoncillo  de  pocos  días 

ni  anciano  que  no  haya  cumplido  su  vida  ; 

antes  bien,  el  joven  morirá  centenario  | 

y  el  pecador  será  de  cien  -años  alcanzado  por  la  maldición. 
"  Construirán  entonces  casas  y  las  habitarán,  | 

plantarán  viñas  y  comerán  de  su  fruto. 
-  No  construirán  y  otro  lo  habitará, 
no  plantarán  y  otro  ¡o  comerá, 

sino  que  como  la  edad  de  los  árboles  serán  los  días  de  mi  pueblo,  | 

y  la  obra  de  sus  manos  consumirán  mis  elegidos. 
23  No  se  esforzarán  en  vano  |  ni  parirán  hijos  para  terrible  ruina  ; 
pues  son  simiente  de  benditos  de  Yahveh,  ¡  y  sus  vástagos  con  ellos 
11  Y  sucederá  que  antes  que  clamen,  responderé  ;  | 

estando  aún  hablando,  los  oiré. 
■J  Lobo  y  cordero  a  una  pastarán  | 

y  el  león  comerá  paja  con  la  res  vacuna, 
mas  la  serpiente  polvo  tendrá  por  alimento  ; 
no  obrarán  con  maldad  ni  causarán  daño 
en  toda  mi  6anta  montaña,  dice  Yahveh. 


Felicidad  y  esplendor  de  la  nueva  Jerusalén.  Castigo  de 
los  impíos 


fifi   '  Así  afirma  Yahveh  : 

uw   El  cielo  es  mi  trono  |  y  la  tierra  el  escabel  de  mis  pies. 
¿Qué  casa  podríais  construirme  |  y  qué  lugar  para  morada  mía? 
■  Pues  mi  mano  hizo  todo  esto  | 

y  fueron  todas  estas  cosas  palabra  de  Yahveh. 


16  El.  Dios  del  amén  :  así  llamado  «quia  amen  yeritatem  dictoruni  et  implectionem 
praedictorum  innuit»  (Zorell).  Otros,  como  Kit,  prefieren  corregir  H  y  vierten  :  Dios 
fiel,  etc. 

"  Crearé  un  cielo  nuevo  :  el  reino  de  Cristo,  que  empieza  en  la  tierra  v  acabará 
en  el  cii-lo. 

--  Como  la  edad  de  los  árboles  :  todas  estas  imágenes  se  refieren  a  la  vida  eterna 
de  los  escogidos  en  el  cielo. 

s  Polvo  tendrá  :  será  olvidada  la  maldición  original,  menos  para  la  serpiente,  tipo 
de  la  humillación  reservada  a  los  enemigos  de  Dios. 


—  I37.S  — 


66  3-15 


ISAÍAS 


66  3-15 


Y  a  éste  es  al  que  yo  miro  :  al  humilde  y  abatido  de  espíritu  | 

y  a  aquel  que  tiembla  a  mi  palabra. 
'  Hay  quien  inmola  un  toro  y  es  como  si  muíase  a  un  hombre,  ] 

quien  sacrifica  una  oveja  y  es  como  si  estrangulara  un  perro, 
quien  ofrece  oblación  y  es  como  si  fuera  sangre  de  cerdo,  | 

quien  quema  incienso  y  es  como  si  ensalzara  a  un  ídolo  : 
así  como  ellos  eligen  sus  "caminos  | 

y  su  alma  se  complace  en  sus  abominaciones, 

I  de  igual  suerte  elegiré  su  desgracia  |  .  - 

y  haré  recaer  sus  temores  sobre  ellos, 
por  cuanto  yo  llamé,  y  nadie  respondió  ; 
hablé,  y  no  me  oyeron, 
sino  que  hicieron  el  mal  a  mis  ojos  | 

y  escogieron  lo  que  no  me  agradaba. 

'  Escuchad  la  palabra  de  Yahveh  |  los  que  os  estremecéis  a  su  palabra  : 
Han  dicho  vuestros  hermanos,  |  los  que  os  odian, 

¡os  que  os  repudian  por  causa  de  mi  nombre  :  |  «¡Glorifique se  ■  Yahveh 
para  que  podamos  ver  también  vuestra  alegría  !»  | 

Pero  ellos  serán  confundidos. 
"  Oigo  un  rumor  que  procede  de  la  ciudad,  | 

un  rumor  que  viene  del  templo  ; 
[es  la]  voz  de  Yahveh,  que  da  j  su  merecido  a  sus  enemigo». 
'  [Y  ella]  antes  que  se  retorciese  |  parió  ; 
antes  de  que  la  sobrevinieran  dolores  |  dió  a  luz  un  varón. 
8  ¿  Quién^  oyó  jamás  cosa  semejante  ?  | 

¿  Quién  vió  nunca  tal  cosa  ? 
¿  Es  dado  a  luz  un  país  |  en  un  día 
o  un  pueblo  es  parido  |  de  una  vez  ? 

Pues  apenas  ha  sentido  dolores  y  ya  ha  parido  |  Sión  a  sus  hijos. 

"¿Iba  yo  a  abrir  el  seno  materno,  mas  no  a  hacer  parir?,  |  dice  Yahveh, 

o  ¿había  yo,  el  que  hace  parir,  de  cerrarlo?,  afirma  tu  Dios. 

10  Alegraos  con  Jerusalén  y  jubilad  con  ella 

todos  los  que  la  amáis, 

regocijaos  con  ella  gozosos  |  cuantos  por  ella  hacéis  duelo, 

II  para  que  maméis  y  os  saciéis  |  del  pecho  b  de  sus  consuelos 

a  fin  de  que  sirváis  y  os  reconfortéis  |  de  la  mama  de  su  gloria 
a  Pues  así  dice  Yahveh  :  | 

He  aquí  que  dirijo  hacia  ella  |  como  un  río  la  paz  | 

y  como  torrente  desbordado  las  riquezas  de  los  pueblos  , 
y  sus  lactantes  0  serán  lle\  ados  sobre  la  cadera  | 

y  acariciados  sobre  las  rodillas. 
"  Como  cuando  a  uno  le  consuela  su  madre, 

así  os  consolaré  ;  I  en  Jerusalén  seréis  consolados. 
"  Cuando  veáis  [esto],  vuestro  corazón  se  alborozará  \ 

y  vuestros  huesos  reverdecerán  como  hierba  ; 
ciertamente  la  mano  de  Yahveh  se  pondrá  de  manifiesto  sobre  ) 

sus  siervos,  |  mas  su  d  furia  sobre  sus  enemigos 
18  Pues  he  aquí  que  Yahveh  viene  en  fuego  | 

y  como  torbellino  son  sus  carros, 
para  desfogar  airado  su  cólera 
y  su  voz  de  reprensión  con  llamas  de  fuego. 


fifi    3  Hay  QtriEN  INMOI-A  un  toro  y  es  como  si...  :  asf  interpretan  muchos  el  pasaje 

"J"  con  GV.  Cabe  también  traducir  :  «Inmólanse  toros,  métanse  hombres,  sacrifí- 
canse  ovejas...»,  e.  d.,  que  indiferentemente  se  ejecutan  en  horrible  mezcolanza  ac- 
ciones tan  dispares. 

6  Los  que  os  odian  :  los  malos  israelitas. 

'  Y  ella  antes  :  será  fundada  la  Iglesia  de  repente,  antes  de  lo  que  puede  ima- 
ginarse. 

12  Riquezas  :  lit.,  gloria,  esplendor. 

10  Viene  en  fuego  :  varios  Padres  de  la  Iglesia,  San  Jerónimo  y  San  Agustín,  v.  gr., 
aplican  estas  palabras  al  secundo  advenimiento  de  Jesu-Cristo. 


-  1376  - 


66  !6'24 


ISAÍAS 


66  W-24 


"  Pues  Yahveh  hará  justicia  con  fuego  | 
y  con  su  espada  sobre  toda  carne  ;  | 
así  muchos  serán  los  matados  por  Yahveh. 

"  Los  que  se  santifican  y  se  purifican  para  los  huerto.* 

tras  uno  que  está  en  el  medio, 

que  comen  carne  de  cerdo  e  inmundicia  y  ratones  : 

su  obrar  y  sus  designios  6  a  una  perecerán,  declara  Yahveh 


"  Y  vendré  para  congregar  a  todos 
los  pueblos,  y  lenguas,  que  llegarán 
y  contemplarán  mi  gloria.  19  Y  pon- 
dré en  ellos  un  signo  y  mandaré  sur 
pervivientes  de  ellos  "a  los  pueblos, 
a  Tarsis,  Pul  '  y  Lud,  Mcsej  y  Ros  s, 
Tubal  y  Javání  a  las  costas  lejanas 
que  no  han  tenido  noticia  de  mí  n, 
han  visto  mi  gloria,  y  anunciarán  mi 
gloria  entre  los  pueblos.  20  Y  trae- 
rán entonces  a  todos  vuestros  her- 


manos, de  todos  los  pueblos,  como 
ofrenda  a  Yahveh,  en  corceles,  y  ca- 
rros, y  coches  cubiertos,  y  mulos,  y 
dromedarios,  a  mi  santa  montaña, 
a  Jerusalén,  dice  Yahveh,  de  igual 
suerte  que  los  hijos  de  Israel  traen 
la  oblación  en  vasijas  puras  a  la  ca- 
sa de  Yahveh.  21  Y  también  de  entre 
ellos  tomaré  algunos  para  sacerdotes 
y  levitas,  afirma  Yahveh. 


■  Pues  así  como  el  nuevo  cielo  |  y  la  nueva  tierra  |  que  yo  creo 
permanecerán  ante  mí,  declara  Yahveh,  I 

así  estarán  vuestra  simiente  y  vuestro  nombre  ; 
a  y  sucederá  que  cada  mes  y  cada  sábado 
vendrá  toda  carne  a  postrarse  ante  mí,  afirma  Yahveh. 
i4  Entonces  saldrán  y  verán  los  cadáveres  de  los  hombres  que  pecaron 

contra  mí  ;  |  ciertamente,  su  gusano  no  morirá  | 

ni  se  extinguirá  su  fuego, 
y  serán  abominación  para  todo  viviente. 


"  Para  los  huertos  :  e.  d.,  para  tomar  parte  en  los  misterios  de  los  huertos  o 
jardines.  ||  Uno  que  está  en  ex  medio  :  e.  d.,  el  hierofante  que  dirige  el  rito  de  puri- 
ficación. Otros  leen  c.  STSymTh  uno  tras  otro. 

19  Un  signo  :  los  milagros  que  habían  de  acreditar  la  nueva  teocracia,  sobre  todo 
entre  sus  enemigos. 

21  Para  sacerdotes  y  levitas  :  asf  mlt.  mss.  vers.  ;  Kit  cree  prb.  1.  para  sacerdotes 
levitas.  Se  anuncia  la  abolición  del  privilegio  de  la  tribu  de  Leví,  que  pasará  al  sacer- 
docio de  la  Ley  Nueva. 


NOTAS      CRITICAS      A  ISAIAS 


CAP.  I 

a  ca  3omss  GSV  y  mi]  b  así  c  Kit  ;  H  extranjeros]  c  así  H,  aunque  al  fin  del  otro 
estico  con  atnaj  ;  GLSV  lo  omiten)  d  GTSV  «ayudad  (socorred)  al  oprimido*;  «frt  sic 
U  anota  Kit]  e  así  ins  c  TS  (haplogr)]  f  prps  en  el  hornol  S  así  prb  c  3mssT ;  H  serán. 
CAP.  2 

a  así  c  Kit;  H  de  Oriente;  SGV  como  de  Oriente]  b  así  c  Kit;  H  sing]  c  así  c  G  ; 
II  se  humilla]  d  otros  1  navios]  e  otros  1  meteos  como  en  v  io. 
CAP.  5 

a  prps  guerreros  bien  armados  (o  provistos  de  cinco  clases  de  armas)]  b  prb  feliz, 
anota  Kit]  casi  ins  c  Kit]  d  así  c  Kit;  H  plur]  e  otros  1  c  GTATh  acreedores]  'asi 
c  GS;  H  pueblos]  e  así  c  Q  (V  guare);  K  el  rey  de  ellos]  b  otros  (cf  V)  prp  1  sus 
sienes,  traduciendo  el  vb  como  'decalvar'. 
cap.  4 

a  frt  c  GL  vendrá,  anota  Kit]  b~b  v  errp  ;  así  prb  c  Kit  (vide)  ;  otros  diversamente. 
cap.  5 

a  así  c  Kit]  b  así  c  G  ;  II  «ricos  extranjeros  o  errantes*]  «  así  ins  c  Kit  artículo] 
d  así  c  pe  mss  GSV  ;  H  plur]  "asi  c  T  (Kit)]   í  así  frt  c  Kit]  S  así  c  Kit ;   H  sus 
densas  nubes. 
cap.  6 

a  así  prb  (vide  Kit)  cf  vers  ;  H  «¡a  plenitud  de  la  tierra  es  su  gloria»]  b  así  prps  ; 

II  las  bases]  c  así  c  GV]  á  así  ins  Kit. 
cap.  7 

a  así  pl  c  GV  2Re  16  5]  b  así  prps  (cf  Kit)  ;  H  conduce]  c-c  «falta  en  GbL  ;  frt  gl» 
anota  Kit]   d  así  quizá  (cf  Kit);   otros  «dañémosla»  ;    H  infundámosla  miedo]   e  así 
c  ASymTh  (Kit)]  f  así  quizá  (cf  Kit)  ;  H  para  que  (cf  V),  otros  «al  tiempo  que». 
cap.  8 

a  así  c  GTS;   H  pondré]  b  así  prb  c  Kit ;   H  un  gozo  con]  o  algs  1  c  T  trampa] 

d  Kit  prp  por  la  tierra. 
cap.  9 

a  así  c  Kit  y  otros  críticos;  H  el  pueblo  no]  b  así  prb;  cf  Kit,  Hempel]  casi 
add  c  Kit]   dasí  c  Kit ;    H  (cf  V).  los  adversarios  de  Kcsín]   e  así  c  Kit,  cf  árabe 
samuja  (fué  clemente)  ;  vide  Perles  II  ;  H  je  alegrará]  '  así  c  G»T  ;  H  brazo. 
cap.  10 

a~a  prps  di  como  glos  o  1  sólo  c  L  «está  en  sus  manos»]  b  así  3.*  p.  e  G  ;  H  exter- 
minar''] «cf  Kit;  H  más  bien  «y  aparto»  o  apartaré]  dasí  K,  Q  excelente,  Kit  1  en  uu 
pozo  o  c  L  (y  G?)  ciudades  y  hab.;  prps  en  el  polvo]  e  así  con  c,mss  ;  H  plur]  f  así 
c  T]  e  así  ins  c  S]  h  así  c  GLS]  i  así  Q  vers  ;  H  cajo. 

"""'a'así  c  Kit;  H  dará  fruto]  b  así  c  GLV  ;  H  respirará]  casi  c  «mss  GLVSymT  ; 
H  y  no]  d  así  c  Kit  (cf  GL)  ;  H  y  el  cebón]  e  así  c  G  ;  H  por  segunda  vez]  t  así  c  G  ; 
H  consagrará  al  exterminio. 

(cf  Ex  15  2)]  b  uno  de  los  dos  parece  sobrar 
>  ;  Kit  prp  «¿  quién  conoce  esto...  ?». 

CAP.  13 

a  así  prps  (cf  Kit)]  bv  errp,  prps  diversas  enmiendas  (cf  Kit)]  casi  c  i6mss  GSV] 
d  así  pl  c  Kit]  e  sus  'de  ella'  de  Babel  ;  así  c  Kit. 

CAP.  14 

a  frt  todas  las  (cf  G)  anota  Kit]  b  así  c  Kit  (cf  todo  el  estico)  ;  H  en  casa]  c-c  trsp 

c  Kit ;  H  antes  de  como  un  cadáver  (o  carroña)  pisoteado]  d  así  1  ?  c  Kit ;  H  ¡üj  pri- 
mogénitos de]  e  así  c  V  ;  H  matará. 

CAP»así  c  GSTV]  basf  1  c  Kit;  II  jubiá  la  casa  y  Dibón]  casí  (o  armados)  H  ;  frt 
c  GS  1  los  lomos  (Kit)]  dasí  c  Kit;  H  errata  ortog]  e  así  pl  c  Kit. 


-  1378 


ISAÍAS 


CAP.  16 

ac  Q  mlt  mss  vers  imperativo  fem  sg  sujeto  Sión  ;  II  pl]  b  así  pl  c  GST]  o  así  1 
c  T]  d  así  c  Jer  48  29)  e  Kit  anota  «1  frt  suspiraron,  o  suspirarán»]  '  así  =  y  no  c  ca 
6omss  edd  versj  ti  así  c  G  ;  H  hice  cesar. 
cap.  17 

a  di  me'i  dittogr  del  me'ir  anterior]  b  así  1  c  Kit;  H  siega  (cosecha)]  casí  1  c 
Kit  ;  H  en  sus  ramas  el  frutal]  d  así  c  G]  e  así  c  V  pret ;  H  pt  intrans]  f  H  repite  ¡le 
naciones,  como  el  zumbido  de  abundantes  aguas  zumban;  «falta  en  Srnss  S ;  add» 
anota  Kit. 

CAP.  l8 

a  así  1  Kit  ;  H  siega. 

CAP.  T9 

a  así  quizá,  cf  Kit,  o  (c  G)  pasará  todo  el  verdor;  texto  dudoso,  lit  «las  superficies 
desnudas  (o  prados?)  del  Nilo»,  V  «nudabitur  alveus  rivi  a  fonte  suo»]  b  así  1  ?  c  Kit; 
cf  SV  ;  H  rastrilladas]  c  así  1  ?  c  Kit]  d  así  1  c  Kit  ;  cf  G  en  diversos  codd  y  T]  e  asi 
1  c  Kit;  H  sg]  fasí  HAThS  ;  ca  ismss  SymVAr  tciudad  del  sol,,  e.  d.,  On  o  Heliópo- 
lis,  G  «c.  de  la  justicias. 
cap.  20  . 

a  así  puntuamos  con  Kit;  H  «y  descalzo;»]  b  así  prb  c  Kit  (lit  «descubiertos  de 
posaderas»)  ;  H  desnudez  de  posaderas. 
cap.  21 

a  así  H  ;  prps  el  vigía,  o  veo  o  ve... 
cap.  22 

a  así  c  Kit  cf  G  ;  H  en  carro  de  hombres  y  caballos]  b  así  1  c  Kit  ;  H  miraste] 
«•así  c  Kit  ;  H  sobre  Sebná;  GL  «Somnas»,  V  «Sobnas»]  d  así  c  TSV  ;  H  Quitará. 
cap.  23 

a  así  c  Kit,  cf  14]  b  así  (o  bien:  «han  enmudecido»)  prps  c  T;  H  callad]  o  así 
insinúa  Kit  ;  otros  «que  pasando  la  mar  te  henchían»  etc  ;  H  (cf  V)  te  llenaron.  En 
ias  muchas  aguas...]  d  así  c  Kit]  e  así  «frenum  impediens»  ?,  otros  «dique»  H  ;  Kit  frt 
(cf  Gl  puerto;  otros  varían  más  y  leen  :  tTrabaja  tus  tierras,  pues  para  las  naves  de 
Tarsis  ya  no  hay  puerto»  etc]  M  glosa,  anota  Kit]  s  prps  «para  los  sidouios». 
cap.  24 

a  así  prps,  cf  vv  18  y  :i]  b  ,G  frt  rectius»  será  glorificado  (Kit). 
CAP.  25 

a  así  c  Kit;  cf  vers]  b  Kit  1  «es  (o  fué)  como  aguacero  de  frío  (o  de  invierno)»] 
c.así  c  Kit ;  H  humilló]  <1  así  Kit  c  K  ;  QGSV  en  él. 

CAP.  26 

a  asi  add  c  Kit]  b  H  paz,  paz,  di  Paz  c  Kit]  c  «di  ?  cf  G  et  12  2»  anota  Kit  en  beyah 
de  H]  d-d  H  así  prb  c  Kit  ;  H  errp]  e  otros  1  «sus  muertos»  (cf  ST)  o  «tus  cadáveres»  ; 
di  anota  Kit]  '  así  c  GASyraTh. 

CAP.  27 

a  así  ins  frt  c  Kit]  b  así  H;  muchos  prefieren  c  algs  mss  GTS  amable  (de  deli- 
cias)] casi  CKit;  H  devaste]  a  así  c  Kit  (cf  GS). 

CAP.  28 

a  así  c  GTS]  b  así  c  Kit ;  H  como]  c  así  prb  c  T  ;  H  lo  trillare"]  d  asi  prb  c  Kit  ¡ 
H  sus  caballos. 
cap.  29 

a  algs  1  serás]  b  frt  1  partió  como  1.*  pers  (cf  V)  ;  H  se  seguirá]  casi  1  c  Kit; 
H  a  (contra,  respecto)]  d-tt  «add  scribae»  anota  Kit. 
cap.  30 

a  así  (que  huelga  :  o  bien  Ráhab  descansa  o  cesa)  c  Kit ;  V  «Superbia  tantum  est, 
a  algs  1  jera's]   b  frt  1  partic  como  1.*  pers  (cf  V);   H  se  seguirá]  c  así  1  c  Kit; 

H  un.)]  easí  prb  c  T;  H  habitas]  fasí  c  GbLV  ;  H  contaminaréis]  £  así  c  algs  mss] 

h  así  c  Q  mlt  mss  TV. 

cap.  32 

a  algs  c  G  golpeaos]  b  di,  anota  Kit]  tH  ins  por;  di  c  Kit]  d  frt  1  c  T  se  vendrá 
abajo,  anota  Kit  ;  pero  es  dudoso,  pues  todo  el  v  resulta  hoy  enigmático. 
CAP.  33 

a  así  c  Kit  ;  cf  T]  b  así  c  algs  mss  TSV;  H  su  brazo]  o  así  frt  c  T ;  H  vuestro 
botín]  d  así  1  ?  ;  H  (cf  V)  las  ciudades]  «  así  c  Kit  ;  H  vuestro. 
cap.  34 

a  e.  d.,  los  astros  ;  algs  corrigen  («frt»  Kit)  «se  desharán  las  colinas»]  b  con  ellos 
(¿los  corderos  y  machos  cabríos?  ¿  ítosra  y  Edom  ?  Kit  1  con  temeros  cebados]  casi 
ins  c  G]  d  así  c  GT  ;  H  hierba]  easí  c  Kit ;  H  en  su  sombra] .  f  así  H  (cf  V);  los 
críticos  o  pasan  aquí  gritan  (o  se  encuentran)  del  v  16  (en  nuestra  versión,  c  V  «y 


—  1379  — 


ISAÍAS 


leed»),  que  allí  suprimen  atendiendo  al  metro,  o,  además  de  esta  supresión,  pasan 
al  15  las  palabras  del  16  no  se  echan  de  menos. 
CAP.  35 

a  asi  c  GT  ícf  Kit)]  t>  Kit  y  olios  trasladan  aquí  el  fin  del  v]  Usf  o  T]  í  así  c 
Kit;  H  vendrá]  e  quizá  haya  de  1  vallado  como  en  24  13  ;  otros  corrigen  c  T  (cf  Kit)] 
1  así  c  Kit;  H  ;<i]  e  así  c  Kit;  H  a  ellos  y  c  diversa  puntuación  (cf  Kit),  quien  cree 
este  estico  prb  add. 

CAP.  36 

a  así  c  ca  2omss  2Re  ;  H  pienso]  b  H  a  un  gobernador;  pero  este  vocablo  júzgase 
add]  o  así  1  c  G  ;  H  sobre]  d  así  ins  c  Kit,  cf  2Re  18  34- 

cap.  37 

a  así  prb  c  G  ;  H  plur,  cf  2Re  19  14,  donde  según  Kit  también  había  de  corregir- 
se] b  así  c  13TOSS  2Re]  o  así  ins  c  2Re]  d  así  c  Kit,  cf  G;  H  futuro]  casi  c  2Rc 
19  23  ;  H  lugar  alto]  f  así  ins  c  2Re]  e  cf  2Re]  a  así  (lit  «agostamiento»)  Kit  c  2Rel 
i  véase  nota  v  27]  i  prb  ins  c  2Re. 

a-a  asi  ins  c  2Re]  b  así  ins  c  GTS  y  di  ba-sémes]  c  así  1  ?  c  Kit ;  H  escrito']  d  asi 
prb  c  2inss ;  H  Yah,  Yah\  o  así  prb  c  Smss  +  msPT  ;  H  reino  de  ultratumba]  'así 
1  c  SymSVT;  H  mi  pastor]  g  así  c  Kit;  H  he  enrollado]  h  así  c  Kit,  cf  T]  i-i  add 
(dittogr)  anota  Kit]  j  así  c  T  (Th)  ;  H  y  dijo  a  mí]  kv  errp ;  cf  nota  v  16]  1  así  c 
Kit;  H  y  me  harás  sanar]  m  H  añade  amargura  di  c  Kit]  n  así  e  GV  ;  H  adheriste] 

0  así  Kit  e  GL  ;  H  verdad  (o  fidelidad)]  P  así  ins  c  Kit]  °.  según  Kit  trsp  v  21  c  2Re 
ante  7. 

cap.  39 

a  así  ins  c  G  2Re. 

CAP.  40 

a  así  c  GV;  H  y  dijo]  b  así  c  G  iPe  1  24  LV  (cf  Kit)  ;  H  gracia,  belleza]  oGSTV 
con  potencia]  d  Kit  1  ¡os  mares]  e  así  ins  c  G]  'así  c  Kit]  e  aquí  o  al  fin  del  v  ha 
de  trsp  41  6.  7  (cf  Kit)]  h  H  ins  el  pobre  de  ofrenda  (el  que  por  su  pobreza  no  puede 
ofrecer  tanto),  que  v  omite  y  Kit  juzga  add;  otros  corrigen  H  c  Duhra  :  el  que  erige 
una  imagen  (o  simulacro)]  i  así  frt  c  Kit;  H  cimientos]  i  leemos  c  GTS  fuerza  pot 
fuerte  de  H  (cf  Kit). 
cap.  41 

a  así  c  Kit;  H  renueven  fuerza]  b  asi  c  Kit]  o  así  ins  c  Kit]  d  cf  cap  40  nota  g] 
e  así  Kit  c  Ewald  ;  H  mete  'exiguo  y  débil  pueblo'  (V  «muertos»),  que  quizá  no  precisa 
sustituir]  f  así  c  (1STV]  g  así  prb  c  T]  b  así  H  (=V),  muchos  c  45  3  leen  lo  llamé 
Por  su  nombre]  ¡así  c  Kit;  H  vino]  i  así  c  Kit;  H  he  aquí,  he  aquí  a  ellos]  k  así  1 
c  T ;  H  iniquidad. 

CAP.  42 

a  así  c  GTSV  ;  H  futuro]  b  así  frt  c  Kit;  H  los  que  bajan]  o  así  prps  1;  H  islas] 
8  H  iñade  vergüenza;  di  c  Kit]  e  así  pl  c  G]  f  algs  c  2mss  Sym  sordo  (cf  Kit)] 
ícf  V;  H  oye]  b  así  c  Kit]  i  así  c  TS. 

CAP.  43 

a  así  add  frt  c  GLVT]  bu  añade  aquí  y;  di  c  SV]  casi  prps  (cf  Kit)  ;  II  y  oirán 
y  dirán]  d  así  prps  (cf  Kit);  II  sing]  e  así  c  GTV  ;  H  también  desde  ahora  (otros 
«desde  antes  que  hubiera  día»);  otros  modifican  H  diversamente]  'así  c  Kit;  H 
fugitivos  tojos  ellos]  g  así  prps  H  en  las  naves  su  júbilo]  b  en  H  esta  separación  va 
tras  caudillo  (cf  V)]  i  así  c  GV  ;  H  porque. 

CAP.  44 

a-a  así  c  GT]  b  así  c  Sym]  casi  c  TS  ;  H  apellidará]  i  así  ins  c  G]  e  así  c  Kit] 

1  así  c  T]  gasí?  c  Kit]  b  así  c  Kit ;  H  te  he  anunciado]  i  así  c  Kit;  H  y  no]  i  así 
c  Kit]  k  así  c  Kit]  1  así  c  Kit  ;  II  a  ellos]  m  así  c  Kit;  cf  19  GS  ;  H  su  mitad]  a-a  H  te 
come,  se  asa  trsp  cf  G]  o  así  pl  c  Kit]  V  así  ins  c  Kit]  q  lit  4  quién  conmigot  según 
K  3imss  edd  GV  ;  Q  por  mí  mismo]  rasí  pl  c  GaT]  "así  c  Kit;  II  el. 

cap.  45 

a  así  c  Kit]  b  así  c  TS]  casi  c  Kit;  H  abra]  i  así  c  Kit;  H  produzcan]  e-e  así 
c  Kit  Icf  G  L|  ;  H  tu  ...  tiene;  S  «no  soy  obra  de  tus  manosi]  'así  c  Kit  (cf  T)  ; 
H  las  señales  preguntáronme]  g  así  c  G  ;  H  mis  deportados]  b  así  frt  C  Kit;  H  ttú 
eres»]  i  así  y  trsp  c  Kit]  j  así  c  2imss  Seb  vers  pl. 

CAP.  46 

a  así  quizá  c  TV  (cf  Kit)  ;  H  «escapar  de  la  carga  (o  «salvar  la  carga»)]  b  así  frt 
c  Kit  ;  H  he  hecho]  o  así  H  ;  1  frt  c  S  y  avergonzaos]  d  así  c  QG  ;  H  su. 

CAP.  47 

a  así  H  (cf  V)  ;  pero  muchos  1  y  no  me  aplacaré,  dice  nuestro  redentor...  (cf  Kitl] 
b  así  trsp  el  acento  de  II]  o  así  prps  ;  H  consejos]  d  asi  H  ;  Kit  1  c  GS  lo  que. 


—  1380  — 


ISAÍAS 


a  así  prb  c  Kit  ;  H  las  aguas]  b  así  prct  c  Varka  ;  cf  GTSV]  o  así  c  GL  ;  H  y  antes 
del  día  y  no]  das!  c  Kit;  H  y  no  en]  e  así  ins  c  Kit]  'di  Yahveh  c  G]  B  asi 
c  Kit]  h  así  c  Kit,  cf  G. 

"PaKit  trsp  aquí  el  v  5b]  t>  así  c  QAT  9mss]  casi  ins  c  G]  d  prps  del  este]  e  así 
c  varP(G)VT(Ar)]  f  así  c  GSV. 

c  Kit,  cf  GS;  H  os  ceñís. 

"""allí  pret  cf  GVST]  b  así  c  I2mss  S;  H  mi  Pueblo  y  mi  nación]  caqui  trsp  sof 
Pasuq]  dasí  c  Kit  cf  Jer  49  19;  H  próximo]  »  así  ins  c  G]  f  así  frt  c  GV  ;  H  se  rom- 
perá] g  así  c  V,  cf  Job  26  12  ;  H  derribó]  h  así  c  S ;  H  plantar]  ■  glosa,  anota  Kit 
(cf)]  i  así  c  GSTV  ;  H  me  compadezco. 

CAP'a|sí  fem  c  Kit]  b  así  c  Q  vers]  c  Kit  1  profanati  sunt]  dH  añade  por  eso,  di  c 
GV]  e  Kit  pregunta  1?  todos]  '  así  c  TS  ;  H  sobre  ti]  S  así  1  ?  c  Kit  ¡  H  así]  has!  frt 
c  Kit  ;  H  rociarán. 

CAP'aÜí  ins  c  ca  2omss  SV]  b  prps  1  ty  su  suerte»]  casi  c  Kit  cf  G  ;  H  azote  para 
ellos]  d  asi  c  Kit ;  H  rico]  e  así  c  GV  ;  H  plur]  f  así  1  ?  c  Kit ;  H  el  padecimiento] 
s  así  ins  c  G. 

,  '  •  así  c  vers]   b  así  c  G]   o  así  c  G]  d  así  Kit  y  otros  c  G  ;   H  puk  'antimonio' 
(cf  iPar  29  2)  quizá  aludiendo  a  una  piedra  especial  que  en  algún  modo  recordase  al 
antimonio  (?)]  e  así  c  Kit ;  H  aléjate. 
CAP.  55 

a  Kit  trsp  este  adv.  (heb  escuchar)  ante  escuchad  de  v  3]  b  así  c  vers  ;   H  ila- 
ciones. 
56 

así  c  vers;  H  le]  b  así  ?  c  Ktt ;  H  el  nombre  de  Yahveh]  casi  c  Kit;  H  y  ellos 
Mí/ores]  d-d  G  lo  omite  ;  add  anota  Kit. 
cap.  57 

iasí  ins  c  Kit]  b  así  c  GSV]  casi  c  G,  H  debajo]  d  di  sacrificio(s)  como  dittog 
_  in  Kit]  e  prps  corregir  cte  compraste  a  algunos  de  aquellos...»]  'así  1?  c  SymV  ; 
H  peregrinaste]  e  asi  por  Molok  al  parecer]  hv  y  diré,  frt  di,  anota  Kit]  i  asi  c  Kit] 
así  pret  c  Kit|  k  trsp  aquí  50/  pasuq]  1  así  ins  c  Kit. 
:ap.  58 

a  G  añade  :  tafirma  el  Señor  Yahveh»  :  ins  frt,  anota  Kit]  b  así  sing  c  GLV]  c  así 
c  Kit  cf  52  12]  dasí  c  nmss  G1L1SH  fu  alma]  e  así  quizá  (H  reconstruirán)  o  tr.  tus 
hijos*  (cf  Kit)]  'así  c  GS. 
ca6.  59 

así  c  algs  codd  GST]  b  así  ins  c  SV]  c  asi  inf  c  Kit  y  di  concebir  que  prece- 
de en  H. 

CAP.  60 

■  así  c  Kit  ;  H  las  tinieblas]  b  así  c  4mss  GLTS]  casi  frt  c  Kit ;  H  en  mí  esperan 
las  islas]  dasí  Hit  tguiantes»)  c  Kit;  H  guiados]  « así  frt  c  Kit;  H  violencia,  error 
gráfico]   fasí  QTSV... ;  Kit  1  prb  la  plantación  de  Yahveh. 

CAP.  6l 

>H  luto  de  vestido  (cf  Kit)]   b  asi  prps  o  os  gloriaréis,  o  usaréis  a  capricho;  H 
os  sustituiréis  a  vos.  mismos]  o  así  c  Kit ;  H  en  lugar  de  vuestra  vergüenza]  d  así 
prps  c  Kit,  otros  tign.  y  saliva  (fué)  su  porción». 
cap.  62 

'así  c  Kit]   basí  c  G. 
63 

i  así  c  Kit;  H  tpara  tu  vest»]  basí  pret  c  SV  (cf  G)]  casi  c  Kit  ;  H  embriagué] 
ddl  c  Kit  y]  e  así  c  GL  ;  H  ellos]  'H  aquí  el  50/  pasuq  (;)]  s  así  c  GL  ;  H  angus- 
tia] hasí  c  Kit;  H  pensó]  i  asi  c  algs  mss  S;  H  su  pueblo  (V  iy  su  pueblo»)]  i  así 
prb  c  pe  mss  GLS  ;  H  les  sacó]  k  así  c  vers;  H  le  da  reposo]  1  así  c  2imss  vers; 
H  plur]  m  así  c  Kit  ;  cf  G  y  64  11]  n  así  c  Kit ;  H  hasta  lo  más  mínimo  despojaron 
pueblo  santo. 

Ícap.  64 
a-a  glosa  ex  63  19,  anota  Kit]  b  Kit  trsp  aquí  el  fin  del  v  32  y  sigue  :  Oreja  no 
oyó...]  casi  c  Kit;  H  prestaron  oído]  d  así  c  GL]  e  así  c  GL  ;  H  y  en  tus  caminos 
-  I38l  - 


ISAÍAS 


te  recuerdan]  f  así  frt  c  Kit,  cf  GL ;  H  contra  ellos  siempre  hemos  sido  salvados] 
e  así  c  T ;  H  se  marchitó]  has!  c  Kit ;  H  nos  arrastraron]  i  así  frt  c  GLTS ;  H 
temblamos. 

CAP.  65 

a  así  c  CLS'ASymTh  ;  H  vuestras]  b  así  c  Kit ;  H  al  principio:  ora  GL]  c"c  así  c 
GL;  H  <i  sus  siervos  llamará]  d-d  así  frt  c  (GL)ST]  o  así  ins  c  Kit]  'así?  c  SV ; 
H  desde  allí. 

cap.  66 

a  así  c  GS]  b  así  frt  c  Kit;  H  violencia  por  error  gráfico]  «así  c  Kit  y  trsp  atnaj 
a  pueblos]  <»  así  c  Kit]  9  trsp  de  V  18  c  Kit]  f  asi  c  G...L  ;  H  Pul]  S  así  frt  c  G. 


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INTRODUCCION      A  JEREMIAS 


Jeremías,  hijo  del  sacerdote  Helcías,  nació  hacia  el  año  650  en  Anatot, 
al  E.  de  Jcrusalc'n,  en  la  tribu  de  Benjamín.  Joven  aún,  el  año  13  de 
Josías,  fué  llamado  por  Dios  para  ser  profeta  de  las  naciones  y  hacer 
frente  a  toda  la  tierra,  a  reyes,  a  príncipes,  a  sacerdotes  y  al  pueblo 
todo.  Eran  los  días  terribles  de  la  invasión  escita  en  Palestina.  Fiel  a  su 
vocación,  todos  le  abandonaron,  salvo  su  discípulo'  Baruk  ben  Neriyyá.  So- 
breviene luego  la  reforma  religiosa  emprendida  por  Josías  (621).  El  profe- 
ta, como  Miqueas  y  tantos  otros,  dirá  francamente  al  pueblo  que  no  ponga 
vanas  esperanzas  en  templo  y  culto,  que  Dios  no  desea  holocaustos.  La 
muerte  del  rey  reformador,  que  permitió  al  profeta  toda  valentía  de  ex- 
presión, suscitó  en  él  sentidas  lamentaciones.  El  rey  sucesor,  el  vulgar 
y  cruel  Joaquim  (608-598),  no  logró  amedrentar  a  jeremías,  puesto  como 
muro  de  bronce  contra  la  idolatría  y  el  olvido  de  la  ley  predominantes, 
y  vaticinador  de  la  destrucción  del  templo  y  de  jerusalén  y  de  la  depor- 
tación a  Babilonia.  Bajo  Sedecías  (597-587) — nueva  etapa  de  la  vida  del 
profeta — ,  éste  dirige  especialmente  su  atención  a  la  política  exterior  de 
su  patria,  mostrándose  hostil  a  la  tendencia  egiptófila  y  propugnando  la 
lealtad  a  Babilonia.  Los  insultos,  cálceles  y  penalidades  de  todo  género 
que  hubo  de  sufrir  le  arrancaron  acentos  más  amargos  que  los  de  Job, 
y,  caída  Jerusalén,  Jeremías  fué  conducido  a  Egipto  por  los  que  allá  hu- 
yeron, y  allí  luchó  contra  la  idolatría  de  los  emigrados.  Ignórase  el  resto 
de  su  vida. 

El  libro  de  Jeremías  puede  dividirse  en  tres  partes  principales,  pre- 
cedidas de  un  prólogo  (1)  y  seguidas  de  -un  apéndice  histórico  (52): 
Vaticinios  conminatorios  y  promesas  mesiánicas  (2-23); 
Ultimos  vaticinios  y  suerte  del  profeta  (34-45); 
Vaticinios  contra  los  gentiles  (46-51). 

Sus  vaticinios,  que  él  refiere  haber  dictado  por  mandato  divino  a  su 
secretario  Baruk,  se  transmitieron  diferentemente  en  el  texto  masorético, 
más  extenso,  y  en  la  versión  de  los  LXX,  más  breve.  El  orden,  además, 
es  distinto.  Sobre  el  origen  y  el  valor  de  estas  dos  recensiones  110  hay 
acuerdo  entre  los  críticos.  Tal  vez  la  versión  griega  se  deriva  de  un  texto 
hebreo  primitivo,  ampliado  posteriormente  y  retocado  por  el  mismo  pro- 
feta. De  todos  modos,  ambas  recensiones  han  sido  aprobadas  por  la 
Iglesia. 

Jeremías  es  el  maestro  de  la  oratoria  hebraica.  Poeta  tierno  y  melan- 
cólico en  las  Lamentaciones,  también  sus  profecías  están  impregnadas  de 
gravedad  y  teñidas  de  un  tinte  sombrío.  Al  tono  cálido  y  vivo  de  ellas 
únese  la  hondura  del  sentimiento,  la  riqueza  de  imágenes  y  el  ritmo  de 
la  poesía,  especialmente  en  los  cantos,  que,  según  algunos,  se  refieren 
a  los  escitas,  obra  maravillosa  de  arte  y  poesía. 

Como  varón  de  dolores,  no  comprendido  por  sus  contemporáneos,  Je- 
remías es  entre  los  profetas  el  tipo  más  expresivo  y  conmovedor  del 
Mesías  paciente. 


-  1383  - 


Vocación  de  Jeremías  por  Yahveh 


i  1  Palabras  de  Jeremías,  hijo  de 
Helcías,  de  los  sacerdotes  que 
moraban  en  Anatot,  en  tierra  de 
Benjamín,  2  al  cual  dirigiósele  la  pa- 
labra de  Yahveh  en  los  días  de  Jo- 
sías,  hijo  de  Amón,  rey  de  Judá,  en 
el  año  decimotercero  de  su  reinado, 


e  igualmente  luego  en  tiempo  de 
Joaquim,  hijo  de  Josías,  rey  de  Ju- 
dá, hastael  final  del  undécimo  .año 
de  Sedecías,  hijo  de  Josías,  rey  de 
Judá,  hasta  el  destierro  de  Jerusalén 
en  el  mes  quinto. 


4  Dirigióseme,  pues,  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  : 

5  Antes  que  te  formara  en  el  vientre  te  conocí  | 

y  antes  que  salieras  del  seno  materno  te  consagré, 
como  profeta  para  las  gentes  te  puse. 

6  Mas  yo  objeté  :  «¡  Ah,  Señor,  Yahveh,  he  aquí  que  no  sé  hablar, 
pues  soy  muchacho!» 
'  Y  di  jo  me  Yahveh  : 
.«No  digas  :  Muchacho  soy  ; 
pues  a  todo  lo  que  yo  te  enviare  has  de  ir  |' 

y  cuanto  yo  te  ordenare  hablarás. 
9  No  los  temas,  porque  contigo  estoy  yo  para  librarte-i— declara  Yahveh. 

9  Y  Yahveh  extendió  su  mano  y  tocó  mi  boca  y  dijome  : 
«Mira  que  pongo  mis  palabras  en  tu  boca. 

10  Ve  que  te  constituyo  hoy 

sobre  los  pueblos  |  y  sobre  los  reinos  | 

para  arrancar  y  destruir,  |  para  asolar  y  demoler,  1 
para  edificar  y  plantar.» 


I6  Soy  muchacho  :  la  Escritura  llama  a  veces  así  a  jóvenes  de  más  de  veinte  años. 
10  Para  arrancar  :  su  misión  era,  sobre  todo,  anunciar  a  su  pueblo  los  castigos 
que  les  reservaba  Dios  por  sus  pecados. 


-  1384  - 


1  n-2  5 


JEREMÍAS 


1  13-2  5 


u  Y  llegóme  palabra  de  Yahveh, 
diciendo  :  «¿  Qué  ves,  Jeremías  ?» 
«Una  vara  de  almendro  veo»,  con- 
testé. 12  Y  díjome  Yahveh  :  «Bien 
has  visto  ;  pues  estoy  vigilante  so- 
bre mi  palabra  para  cumplirla.» 


33  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 
veh segunda  vez,  diciendo  :  «¿Qué 
ves,  Jeremías  ?»  Respondí :  «Veo  una 
olla  hirviendo  al  ser  soplada,  y  su 
boca  a  de  cara  al  septentrión.»  14  Y 
contestóme  Yahveh  : 


«Desde  el  norte  se  desencadenará  6  el  mal  1 

sobre  todos  los  habitantes  de  la  tierra  ; 
15  pues  he  aquí  que  voy  a  convocar  | 

a  todos  c  los  linajes  0  de  los  reinos  del  norte, 
declara  Yahveh  ; 

y  vendrán  y  pondrán  cada  uno  su  sitial  | 

a  la  entrada  de  las  puertas  de  Jerusalén, 
y  sobre  todos  sus  muros  circundantes,  | 

y  6obre  todas  las  ciudades  de  Judá. 
"  Y  pronunciaré  mis  castigos  contra  ellos  | 

por  toda  su  maldad,  pues  que  me  abandonaron 
y  quemaron  sacrificios  a  dioses  extraños  | 

y  se  prosternaron  ante  las  obras  de  sus  manos. 
"  Ahora,  pues,  ciñe  tus  lomos,  |  levántate  y  háblales 
todo  cuando  yo  te  mandare. 

No  desmayes  ante  ellos,  no  sea  que  yo  te  infunda  terror  a  su  presencia  ; 
15  pues  he  aquí  que  yo  te  pongo  j  hoy  como  ciudad  fortificada 
y  cual  columna  de  hierro  y  muralla  de  bronce  |  contra  todo  el  país, 
para  los  reyes  de  Judá,  para  sus  dignatarios,  | 

para  sus  sacerdotes  y  para  el  pueblo  del  país. 
10  Y  guerrearán  contra  ti,  mas  no  te  podrán, 
pues  contigo  estoy,  para  librarte,  dice  Yahveh.» 


Ingratitud  y  apostasías  de  Israel 


cy  1  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  :  3  Anda  y  grita  en 
"   los  oídos  de  Jerusalén  lo  siguiente  :  Así  dice  Yahveh  : 

Me  acuerdo  en  tu  favor  de  tu  afección  [a  mí]  en  tus  mocedades,  | 

del  amor  de  tus  desposorios, 
de  tu  seguirme  por  el  desierto,  |  por  tierra  no  sembrable. 
*  Posesión  santa  [era  entonces]  Israel  para  Yahveh,  | 

primicia  de  sus  frutos  • 
cuantos  lo  devoraban  tuvieron  que  pagar  la  pena,  | 

desgracia  les  sobrevino — dice  Yahveh. 

4  Oíd  la  palabra  de  Yahveh,  ¡oh  casa  de  Jacob!,  | 

y  todos  los  linajes  de  la  casa  de  Israel. 

5  Así  dice  Yahveh  : 

«¿Qué  hallaron  vuestros  padres  en  mí  de  injusto  1 

para  que  se  alejasen  de  mí 
y  caminaran  tras  la  vanidad  |  y  se  hiciesen  vanos  ?» 


u  Vara  de  almendro  :  (G  «de  avellano»)  o  rama  de  vigilante,  según  la  significación 
etimológica  del  vocablo  hebr.  saqued,  por  ser  el  primer  árbol  que  da  sus  flores. 

14  Desde  el  norte  :  los  asidos  y  caldeos  vendrían  por  el  norte  de  Palestina,  por 
no  atravesar  los  intransitables  desiertos  de  Arabia. 

w  Pronunciaré  mis  castigos  o  sentencias  :  o  bien,  «les  haré  rendir  cuentas»,  «dirijo 
mi  acusación  contra  ellos». ..,  como  otros  prefieren. 

17  Ciñe  tus  lomos  :  como  si  dijese  :  Dispónte  a  penoso  trabajo.  Los  viajeros  orien- 
tales suelen  subirse  con  el  cinturón  sus  largas  ropas  para  quedar  más  expeditos. 

18  Como  ciudad  fortificada  :  o  sea  andarás  seguro  como  lo  está  una  ciudad  fortifi- 
cada. ||  Del  país:  e.  d.,  de  Judá. 

—  1385  — 


2  6-22 


JEREMÍAS 


2  6-22 


8  Y  no  dijeron  :  «¿  En  dónde  está  Yahveh,  | 

el  que  nos  subió  de  la  tierra  de  Egipto, 
el  que  nos  condujo  a  través  del  desierto,  | 

por  tierra  de  estepa  y  barranco, 
por  tierra  árida  y  tenebrosa,  |  tierra  por  donde  no  transita  varón  | 

y  donde  no  habita  hombre  alguno  r» 
'  Y  os  introduje  en  la  región  feraz  | 

para  que  gozarais  de  su  fruto  y  sus  bienes, 
mas  entrasteis  y  contaminasteis  mi  tierra  | 

y  mi  heredad  trocasteis  en  abominación. 
8Y"los  sacerdotes  no  preguntaron:   «¿Dónde  está  Yahveh?» 
Y  los  depositarios  de  la  ley  no  me  conocieron,  | 

y  los  pastores  prevaricaron  contra  mí, 
y  los  profetas  profetizaron  en  nombre  de  Baal  | 

y  siguieron  a  los  que  de  nada  sirven. 

9  Por  ello,  todavía  he  de  litigar  con  vosotros  |  — dice  Yahveh — , 
y  con  los  hijos  de  vuestros  hijos  a  pleitearé. 

10  Pasad,  pues,  a  las  islas  de  los  kittitas  y  ved,  | 

a  Quedar  enviad,  e  informaos  bien, 
v  ved  si  acaeció  cosa  como  ésta. 

"  ¿  Acaso  nación  alguna  cambió  de  dioses,  |  aunque  ellos  dioses  no  sean  ? 
Pues  mi  pueblo  ha  cambiado  su  gloria  |  por  lo  que  no  aprovecha. 

12  Pasmaos,  ¡  oh  cielos!,  de  esto;  | 

y  horrorizaos  b  y  quedaos  atónitos  en  gran  manera  b — dice  Yahveh —  ; 

13  pues  dos  maldades  cometió  mi  pueblo  :  ]  me  abandonaron  a  mí, 
fuente  de  aguas  vivas,  |  para  excavarse  aljibes, 

aljibes  agrietados,  |  que  no  retienen  las  aguas. 

M  ¿  Es  por  ventura  un  siervo  Israel  |  o  es  un  esclavo  nacido  en  casa  ?  ] 

¿Por  qué,  pues,  se  convirtió  en  presa? 
15  Sobre  él  rugieron  c  leoncillos,  |  emitieron  su  rugido, 
y  redujeron  su  tierra  a  un  desierto  ;  | 

sus  ciudades  fueron  incendiadas,  de  suerte  que  no  queda  un  morador. 
"  También  los  hijos  de  Menfis  y  Tafnis  | 

te  quebrantaron  d  la  coronilla. 
"  ¿  Acaso  no  te  ha  acarreado  esto  |  tu  abandono  de  Yahveh,  tu  Dios,  1 

6  en  momentos  en  que  te  guiaba  por  el_  camino  6  ? 
a  Y  ahora  ¿  qué  te  va  en  el  camino  de  Egipto  | 

para  beber  aguas  de  Sijor  ? 
¿  Qué  te  va  en  el  camino  de  Assur  |  para  beber  aguas  del  río  ? 

19  Te  castigará  tu  maldad  |  y  tus  apostasías  se  te  reprocharán. 
Comprende  y  considera  cuán  malo  y  amargo  | 

es  tu  abandonar  a  Yahveh,  tu  Dios, 
y  que  no  poseas  mi  temor,  |  dice  el  Señor  f,  Yahveh  de  los  ejércitos. 

20  Porque  desde  antiguo  e  quebraste  tu  yugo,  |  rompiste  e  tus  ataduras 
y  dijiste  :  «No  serviré»  ;  | 

pues  sobre  todo  cerro  elevado  y  hajo  todo  árbol  frondoso  te  echabas 
como  ramera. 

21  Y  yo  te  planté  de  vid  generosa,  |  enteramente  de  plantones  legítimos  ; 
¿  cómo,  pues,  te  me  has  convertido  | 

en  sarmientos  degenerados  de  vid  extraña  ? 
"  Aunque  te  lavases  con  nitro  |  y  gastases  en  ti  mucha  lejía, 
sucia  continuaría  tu  iniquidad  ante  mí,  |  declara  el  Señor  Yahveh. 


2 8  Los  pastores  :  o  guías,  conductores. 
w  Las  islas  de  los  kittitas  o  kitteos  :  c.  d.,  Chipre  probablemente. 
11  Lo  que  no  aprovecha  o  no  ayuda  :  e.  d.,  los  ídolos. 

14  Esclavo  nacido  en  casa  :  el  que  de  libre  pasaba  a  esclavo  podía  ser  manumitido, 
mas  no  el  hijo  o  descendiente  de  esclavo. 

15  Rugieron  leoncillos  ¡  los  reyes  de  Babilonia. 
w  Menfis  y  Tafnis  :  H  Nof  y  Tafpanjés. 

18  Sijor  :  brazo  del  Nilo,  de  aguas  turbias  y  barrosas.  ||  El  río  :  e.  d.,  el  Eufrates. 

21  Plantones  legítimos  :  lit.,  semilla  de  verdad  o  genuina. 

22  Sucia  :  sórdida,  amagolada»  o  maculata,  como  dice  Arragel. 

-1386- 


2  23-3  1 


JEREMÍAS 


223-3  1 


a  ¿Cómo  dices  :  «No  he  sido  mancillada  |  ni  he  ido  tras  los  Baales  ?» 
Considera  tu  proceder  en  el  valle,  |  reconoce  lo  que  has  hecho, 
camella  joven  ligera,  errante  en  sus  caminos. 
u  [Como]  onagro  avezado  al  desierto, 

llevado  de  su  sensualidad  sorbe  el  viento,  |  su  celo,  ¿  quién  lo  contendrá  ? 
Ninguno  de  cuantos  la  buscan  habrá  de  fatigarse,  | 
en  el  mes  de  su  celo  la  encontrarán. 

■  Preserva  tu  pie  de  la  descalcez  |  y  de  la  sed  tu  garganta. 
Mas  tú  dijiste  :  «¡Deja  de  avisarme,  no  más!,  | 

pues  amo  a  los  extraños  |  y  tras  ellos  he  de  ir.» 
*  Como  la  vergüenza  de  un  ladrón  cuando  es  sorprendido,  | 

así  quedarán  confusos  los  de  la  casa  de  Israel  : 
ellos,  sus  reyes,  sus  príncipes,  |  sus  sacerdotes  y  sus  profetas, 
"  que  dicen  al  leño  :  «Tú  eres  mi  padre»,  | 

y  a  la  piedra  :  «Tú  me  has  parido.» 
Pues  me  volvieron  la  espalda  |  y  no  el  rostro, 

pero  en  el  tiempo  de  su  desventura  dicen  :  |  «¡Levántate  y  sálvanos!» 
18  ¿Dónde  están,  pues,  tus  dioses,  que  te  fabricaste?  | 

¡Alcense,  a  ver  si  te  libran  en  el  tiempo  de  tu  desgracia!, 
núes  a  par  del  número  de  tus  ciudades  fueron  |  tus  dioses,  ¡  oh  Judá  ! 
;"  ¿  Por  qué  pretendéis  pleitear  conmigo  ?  | 

Todos  vosotros  os  habéis  rebelado  contra  mí,  |  declara  Yahveh. 
*°  En  vano  castigué  a  vuestros  hijos  h,  I  no  aceptaron  corrección  : 
vuestra  espada  devoró  a  vuestros  profetas  |  como  león  devastador. 

a  Esa  ralea  sois  vosotros.  Atended  a  la  palabra  de  Yahveh  : 
¿  Acaso  soy  para  Israel  desierto  |  o  tierra  tenebrosa  ? 
¿Por  qué,  pues,  ha  dicho  mi  pueblo  :  Nos  hemos  retirado1,  \ 

no  vendremos  más  a  ti  ? 
15  ¿Olvídase  acaso  una  doncella  de  su  atuendo,  |  una  novia  de  su  ceñidor? 
Pues  mi  pueblo  hame  olvidado  |  días  sin  cuento. 

■  ¡  Qué  bien  enderezas  tu  camino  |  para  buscar  amor ! 
Al  efecto,  a  las  maldades  I  avezaste  tus  caminos. 

M  También  en  los  bordes  de  tu  vestido  >  hallóse  | 

sangre  de  almas  pobres  e  inocentes. 
No  la  encontré  en  la  perforación,  I  sino  en  todos  esos  lugares. 
M  Y  dices  :  «En  verdad,  soy  inocente  ;  | 

ciertamente  su  cólera  se  apartó  de  mí.» 
He  aquí  que  voy  a  hacerte  rendir  cuentas  | 

por  tu  afirmación  :  «No  he  pecado.» 
m  ¡  Cuán  extremadamente  vil  eres  k  ]  cambiando  tus  caminos  ! 
¡También  de  Egipto  quedarás  corrida,  |  conforme  lo  quedaste  de  Assur. 
"  También  de  ahí  saldrás  |  con  tus  manos  sobre  la  cabeza, 
pues  Yahveh  ha  rechazado  tus  apoyos  | 

y  no  alcanzarás  éxito  en  ello. 


El  arrepentimiento:  promesa  de  perdón 


o   1  a  Si  despide  un  hombre  a  su  mujer  I  y  ella  se  marcha  de  junto  a  él 
"  y  viene  a  ser  de  otro  varón,  |  ¿volverá  aquél  a  ella  de  nuevo? 
¿No  quedará  verdaderamente  profanada  |  aquella  mujer  b? 


3  De  la  descalcez  :  e.  d.,  la  producida  por  la  destrucción  del  calzado  en  la  conti- 
nuada carrera.  1|  Deja  de  avisarme  :  lit.,  desesperada  es  la  cosa  =  non  est  quod  speres. 
38  Por  qué  pretendéis  pleitear  :  o  bien,  de  qué  os  querelláis... 

13  Al  efecto...  :  tradúcese  muy  diversamente  :  V  tpues  además  has  enseñado  tus  ca- 
minos llenos  de  maldades»  ;  otros,  cestás  avezado  a  las  vías  del  mal»,  tpor  eso  tam- 
bién a  las  malvadas  enseñaste  tus  caminos»... 

24  Sangre  de  almas  (o  personas)  pobres  e  inocentes  :  o  bien,  sangre  de  pobres  ino- 
centes. ||  En  la  perforación  :  e.  d.,  la  hecha  en  la  pared  por  el  ladrón,  o  en  la 
irrupción. 

-  I3»7  - 


3  2-16 


JEREMÍAS 


3  2-17 


Pues  tú  has  fornicado  con  muchos  amantes,  | 

y  ¿vas  a  poder  volver  a  mí?,  dice  Yahveh. 
:  Alza  tus  ojos  hacia  los  collados  y  mira  :  | 

l  dónde  no  has  sido  deshonrada  ? 
Junto  a  los  caminos  te  asentabas,  acechándolos  | 

como  árabe  en  el  desierto, 
y  contaminaste  el  país  |  con  tus  fornicaciones  y  tu  maldad. 
En  consecuencia,  las  lluvias  se  contuvieron  | 

y  no  hubo  lluvia  tardía  ; 
mas  tú  tienes  frente  de  mujer  ramera  | 

y  rehusaste  sentir  vergüenza. 
'  Sólo  a  partir  de  ahora  clamas  a  mí  :  «¡Padre  mío,  | 

tú  eres  el  esposo  de  mis  mocedades  ! 
6  ¿Se  irritará  por  siempre?]  ¿Guardará  su  ira  eternamente?» 
Mas  he  aquí  que  hablas  y  sigues  cometiendo  ]  las  maldades  que  puedes. 


e  Y  díjome  Yahveh  en  tiempos  del 
rey  Josías  :  «¿  Has  visto  lo  que  ha 
hecho  la  apóstata  Israel  ?  Fuése  so- 
bre todo  monte  alto  y  bajo  todo  ár- 
bol frondoso  y  allí  fornicó.»  7  Dije 
yo  :  «Después  de  hacer  todas  esas 
cosas^  se  volverá  a  mí»  ;  pero  no  se 
volvió.  Y  su  pérfida  hermana  Judá 
vió  8  c  que  por  todo  cuanto  había 
adulterado  la  rebelde  Israel  habíala 
yo  despedido  y  dádole  el  libelo  de 
repudio  ;  pero  no  temió  la  pérfida 
Judá,  su  hermana,  sino  que  fué  y 


fornicó  ella  también.  8  Y  sucedió 
que  con  la  facilidad  d  de  su  adulte- 
rio contaminó  la  tierra  y  cometió 
adulterio  con  la  piedra  y  con  el  le- 
ño. lu  Y  tampoco  con  todo  esto  se 
volvió  a  mí  su  pérfida  hermana,  Ju- 
dá, de  todo  corazón,  sino  mentida- 
mente, declara  Yahveh.» 

"Y  díjome  Yahveh  :  «Ha  resulta- 
do justa  la  rebelde  Israel  al  lado  de 
la  pérfida  Judá.  a  Anda  y  clama  es- 
tas palabras  hacia  el  septentrión  y 
di  : 


Vuélvete,  rebelde  Israel,  dice  Yahveh  ;  | 

no  apartaré  mi  rostro  de  vosotros, 
pues  soy  misericordioso,  declara  Yahveh  ;  \ 

no  me  airaré  por  siempre. 
13  Reconoce,  pues,  tu  culpa,  | 

pues  contra  Yahveh,  tu  Dios,  has  prevaricado, 
y  has  prodigado  tus  entregas  a  los  extraños  |  bajo  todo  árbol  frondoso,  | 

sin  que  hayas  escuchado  e  mi  voz,  dice  Yahveh.» 


14  Volved,  hijos  rebeldes,  declara 
Yahveh,  pues  soy  vuestro  dueño,  y 
os  tomaré  uno  de  cada  ciudad  y  dos 
de  cada  estirpe  y  os  introduciré  en 
Sión.  35  Y  os  daré  pastores  conforme 
a  mi  corazón,  que  os  apacentarán 
con  ciencia  y  prudencia.  10  Y  cuan- 
do hayáis  acrecido  y  fructificado  so- 
bre la  tierra,  en  aquellos  días,  dice 


Yahveh,  no  exclamarán  ya:  «¡El 
arca  de  la  alianza  de  Yahveh!»,  ni 
les  vendrá  a  las  mientes,  ni  se  acor- 
darán de  ella,  ni  la  echarán  de  me- 
nos, ni  se  la  hará  de  nuevo.  "  A  la 
sazón  llamarán  a  Jerusalén  trono  áe 
Yahveh,  y  se  congregarán  en  torno 
a  ella  todas  las  naciones  '  en  el 
nombre  de  Yahveh  a  Jerusalén 


3 3  Frente  de  mujer  ramera  :  e.  d.,  impudor. 
4  Sólo  A  partir  de  ahora  clamas  !  V  ipues  a  lo  menos  desde  ahora  llámame» . 
6  Que  puedes  :  así  quizá,  o  bien,  «y  has  salido  victoriosa». 
v  Cometió  adulterio  con  :  metáfora  por  «dió  culto,  adoró  a». 

11  Ha  resultado  justa  :  Israel  es  menos  culpable  que  Judá,  porque  esta  última  de- 
biera haber  aprovechado  la  lección  que  le  di  castigando  a  la  primera. 

12  Hacia  el  septentrión  :  o  las  tribus  de  Israel  que  estaban  con  respecto  a  Judá  al 
norte  de  Palestina.  ||  No  apartaré  mi  rostro  de  vosotros:  así  c.  V ;  H  parece  errp. 
Algunos  vierten  :  ano  mantendré  respecto  a  ti  un  rostro  severo»  o  colérico  ;  Esc.  «non 
echaré  mis  iras  en  vos». 

w  En  aquellos  días  :  esta  expresión  suele  significar  en  lenguaje  profético  los  tiem- 
pos mesiánicos. 

"Jerusalén:  lo  que  se  dice  aquí  de  la  Ciudad  Santa  puede  aplicarse  a  la  Iglesia. 


-  I388  - 


3  18-4  « 


JEREMÍAS 


3  18-4  6 


no  seguirán  más  la  obstinación  de  y  vendrán  a  una  desde  la  tierra  del 
su  corazón  perverso.  norte  a  la  tierra  que  legué  en  he- 

a  En  aquellos  días  se  reunirá  la  rencia  a  vuestros  padres, 
casa  de  Judá  con  la  casa  de  Israel 

"Y  yo  me  preguntaba  :  |  «¿Cómo  voy  a  contarte  entre  sus  hijos  « 
j  darte  una  tierra  deliciosa,  | 

la  posesión  más  preciosa  de  las  gentes?» 
Y  yo  decía  :  «Me  llamarás  ¡  padre  mío !  | 

v  no  te  volverás  de  detrás  de  mí.» 
20  Sin  embargo,  cual  una  mujer  es  infiel  a  su  amado,  | 

así  me  ka  traicionado  h  la  casa  de  Israel— dice  Yahveh. 
:l  Un  grito  déjase  oír  sobre  las  colinas,  | 

llanto  y  súplicas  de  los  hijos  de  Israel, 
porque  han  torcido  su  camino,  |  hanse  olvidado  de  Yahveh,  su  Dios. 
~  Volved,  hijos  rebeldes  ;  ¡  curaré  vuestras  apostasías. 
"Henos  llegados  a  ti,  I  pues  tú  eres  Yahveh,  nuestro  Dios. 
73  En  verdad,  mentirosas  eran  los  collados  \ 

y  la  multitud  de  los  montes  l; 
ciertamente  en  Yahveh,  nuestro  Dios,  |  está  la  salvación  de  Israel. 
:*  La  ignominia  devoró  | 

el  fruto  del  trabajo  de  nuestros  padres  de<de  nuestra  mocedad  : 
sus  rebaños  y  vacadas,  sus  hijos  y  sus  hija*. 
13  ¡  Hemos  de  acostarnos  en  nuestra  afrenta  | 

y  ha  de  cubrirnos  nuestro  oprobio !  ;  I 

pues  hemos  pecado  contra  Yahveh,  nuestro  Dios, 
nosotros  y  nuestros  padres  desde  nuestra  juventud  | 

y  hasta  el  día  presente, 
y  no  hemos  escuchado  la  voz  de  Yahveh,  nuestro  Dios.» 


Condiciones  del  perdón.  Anuncio  de  invasión 
de  los  enemigos  del  norte 

a    1  Si  deseas  volverte,  ¡  oh  Israel ! — dice  Yahveh — ,  ! 

^        a  mí,  te  has  de  convertir  ; 

t-i  quieres  quitar  tus  abominaciones,  | 

a  no  vagarás  de  acá  para  allá  de  mi  presencia  a. 
2  Entonces  jurarás  por  la  vida  de  Yahveh,  en  verdad,  | 

en  derecho  y  en  justicia, 
y  las  naciones  se  congratularán  con  El  !  y  en  El  se  gloriarán. 
"Pues  así  dice  Yahveh  a  los  varones  de  Judá  y  Jerusalén  : 
Roturaos  nueva  rotura  |  y  no  sembréis  entre  espinas. 
'  Circuncidaos  para  Yahveh  y  quitad  los  prepucios  de  vuestros  corazones, 
¡oh  varones  de  Judá  y  moradores  de  Terusalén!, 


y  se  encienda  y  no  haya  quien  lo  apague,  j 
a  causa  de  la  maldad  de  vuestras  obras. 
¡  Anunciad  en  Judá  |  y  proclamad  en  Jerusalén  b, 
y  tocad  la  trompeta  en"  el  país !  ;  |  gritad  a  voz  en  cuello 
v  decid  :  « ¡  Reunios  y  penetremos  |  en  las  ciudades  fortificadas ! 
"  Tremolad  bandera  hacia  Sión,  |  salvaos,  no  os  detengáis, 
pues  voy  a  traer  un  mal  desde  el  septentrión,  |  un  estrago  inmenso  : 

3  La  multittd  :  o  bien,  el  tumulto,  e.  d.,  el  de  las  fiestas  idolátricas. 
**  La  ■  ignominia  :   e.  d.,  el  ídolo  ignominioso  o  la  vergüenza  e  ignominia  de  los 
ídolos  (Baal,  etc.). 

4  :  Por  la  vida  de  Yahveh:  o  bien,  cdiciendo  :    ¡Vive  Yahveh!» 


no  sea  que  estalle  como 


—  1389  — 


4  7-2fi 


JEREMÍAS 


4  7-26 


7  el  león  se  lanza  de  su  espesura  | 

y  el  devastador  de  gentes  pónese  en  camino,  |  ha  salido  de  su  lugar 
para  trocar  tu  tierra  en  un  desierto.  | 

Tus  ciudades  serán  asoladas,  |  sin  que  quede  morador. 
*  Por  tanto,  ceñios  de  sacos,  |  plañid  v  lamentaos  ; 
pues  no  se  aparta  de  vosotros  |  el  ardor  de  la  cólera  de  Yahveh. 
°  Y  acontecerá  en  aquel  día,  dice  Yahveh, 

que  se  habrá  acabado  el  ánimo  del  rey  |  y  el  ánimo  de  los  dignatarios, 
v  quedaránse  atónitos  los  sacerdotes,  |  y  los  profetas  asombrados. 
10  Y  dirán1':  «¡Ah  Señor,  Yahveh!  | 

Has  engañado  por  completo  a  este  pueblo  y  a  Jerusalén 
diciendo  :  «Tendréis  paz»,  |  y  la  espada  ha  llegado  hasta  el  alma.» 
"  Entonces  diráse  a  este  pueblo  y  a  Jerusalén  : 

Un  viento  ardiente  de  las  cimas  del  desierto  d  |  [sopla]  contra  mi  pueblo, 
no  para  aventar  ni  para  limpiar. 

Un  viento  impetuoso  e  me  llega. 
Ahora  también  yo  voy  a  anunciar  |  castigos  a  ellos  : 

13  He  aquí  que  sube  como  las  nubes  ;  I  sus  carros  semejan  el  huracán, 
más  veloces  que  águilas  son  sus  caballos.  | 

¡  Ay  de  nosotros,  pues  estamos  asolados ! 

14  ¡  Lava  de  maldad  tu  corazón,  Jerusalén,  |  para  que  puedas  ser  salva  ! 

¿  Hasta  cuándo  se  albergarán  en  tu  pecho  |  tus  perversos  pensamientos  ? 
>5  ¡  Ciertamente  mensajero  óyese  de  Dan,  | 

v  se  proclama  el  infortunio  desde  los  montes  de  Efraím ! 
"  Recordadlo  a  las  gentes  ',  |  proclamadlo  en  Jerusalén  : 
Llegan  ascdiadores  «  de  país  lejano  | 

v  lanzan  gritos  contra  las  ciudades  de  Judá. 
"  Cual  guardas  de  campo  cercanía,  | 

ipor  haberse  rebelado  contra  mí — dice  Yahveh. 
18  Tu  proceder  y  tus  acciones  |  te  han  producido  estas  cosas. 
Esa  es  tu  maldad  ;  tan  amarga,  ¡  que  llega  hasta  tu  corazón. 
"  ¡  Mis  entrañas,  mis  entrañas  !   ¡  Aguardo  pacientemente  !  | 

I  Las  paredes  de  mi  corazón ! 
Mi  corazón  gime  conmovido  ;  |  no  puedo  callarme  ; 
pues  sonido  de  trompeta  he  oído,  |  clamor  de  guerra. 
K  Estrago  sobre  estrago  se  anuncia,  |  pues  ha  sido  asolado  todo  el  país. 
De  improviso  han  sido  derruidas  mis  tiendas,  | 

en  un  instante  mis  toldos. 
a  ¿  Hasta  cuándo  he  de  ver  banderas  |  y  oír  sonido  de  clarín  ? 
"  En  verdad  necio  es  mi  pueblo,  |  no  me  ha  conocido  ; 
son  hijos  insensatos  |  y  no  son  inteligentes  ; 
son  sabios  para  el  mal,  |  pero  no  saben  hacer  el  bien. 
"  Miré  a  la  tierra,  y  he  aquí  que  era  confusión  y  caos  ;  | 

v  a  los  cielos,  y  había  desaparecido  su  luz. 
M  Miré  a  los  montes,  y  he  aquí  que  temblaban  | 

y  todos  los  collados  se  estremecían. 
25  Miré,  y  he  aquí  que  no  existía  el  hombre,  | 

y  toda  ave  del  cielo  había  huido. 
"  Miré,  y  he  aquí  que  el  campo  feraz  era  un  desierto  | 

y  todas  sus  ciudades  habían  sido  derruidas 
por  Yahveh,  |  por  el  ardor  de  su  cólera. 


7  El  león  :  Nabucodonosor. 

8  Plañid  y  lamentaos  o  ululad  :  «oynad  e  guayad»  (Esc). 

10  Has  engañado  por  completo:  «de  cierto  sombayendo  sombayste»  (Esc.) 

11  Diráse  a  este  pueblo  :  o  bien,  diráse  acerca  de... 

a  De  Dan  :  que  estaba  en  el  camino  que  babían  de  seguir  los  caldeos  para  ir  a 
Jerusalén. 

IB  ¡Aguardo  pacientemente!  :  V  «me  duele»  ;  otros,  «sufro»...  ||  Las  paredes:  o  bien, 
las  entretelas. 


—  1390  — 


4  27-5  7 


JEREMÍAS 


4  27-5  7 


25  Pues  así  dic*  Yahveh  :  .  . 

Yerma  quedará  toda  la  tierra,  |  mas  no  h  produciré  total  exterminio. 
s  Por  ello  hará  duelo  la  tierra,  |  y  se  oscurecerá  el  cielo  arriba  ; 
puesto  que  lo  he  anunciado,  no  me  arrepiento,  | 

'  me  lo  he  propuesto  '  y  no  desistiré  de  ello. 
"A  los  gritos  de  los  jinetes  y  ".os  arqueros,  | 

todas  las  ciudades  1  emprenden  'a  huida.; 
penetran  en  las  espesuras  1  y  escalan  las  rocas. 
Todas  las  ciudades  están  abandonadas,  | 

sin  que  haya  nadie  que  en  ellas  habite. 
30  Y  tú,  asolada,  ¿qué  harás?  |  Cuando  te  vistieres  de  púrpura,  | 

cuando  te  adornares  de  joyeles  de  oro, 
cuando  te  rasgares  con  afeite  los  ojos,  |  en  vano  te  hermosearás  : 
tus  aunantes  te  desprecian,  |  tratan  de  arrebatarte  la  vida. 
"  Ciertamente  oigo  gritos  como  de  parturienta,  | 

angustias  cual  de  primeriza  : 
es  la  voz  de  la  hija  de  Sión,  que,  gimiendo,  |  extiende  sus  manos  : 
«¡Av  de  mí,  que  desfallece  |  mi  alma  [a  los  golpes  de]  los  asesinos!» 


Desaparición  de  los  justos.  Anuncio  del  castigo 
del  pueblo 

51  Discurrid  por  las  calles  de  Jerusalén  | 
v  mirad,  por  favor,  e  informaos  ; 
buscad  "por  sus  plazas  |  [a  ver]  si  encontráis  un  varón, 
a  si  existe  a  quien  haga  justicia,  |  quien  busque  la  fidelidad,  | 

y  b  yo  perdonaré  a  la  ciudad  b. 
5  Aun  cuando  dijeren  :  «¡Vive  Yahveh!»,  |  ciertamente  juran  en  falso 
3  ¡  Oh  Yahveh  !  ¡  Tus  ojos  buscan  la  fidelidad  ! 
Herístelos  y  no  han  sentido  dolor,  |' 

destruístelos  y  rehusaron  aceptar  la  corrección. 
Han  endurecido  sus  caras  más  que  una  roca,  ¡  se  han  negado  a  convertirse. 
'  Yo  me  dije  :  Sólo  los  de  humilde  condición  |  serán  los  locos, 
porque  no  conocen  el  camino  de  Yahveh,  | 

lo  debido  a  su  Dios.  • 
s  Me  dirigiré,  pues,  a  los  magnates  |  v  les  hablaré, 
porque  ellos  conocen  el  camino  de  Yahveh,  |  lo  debido  a  su  Dios... 
Mas  ellos  también,  todos  a  una,  quebraron  el  yugo  | 

y  rompieron  las  coyundas. 
'  Por  eso  hiérelos  el  león  de  la  selva,  I  el  lobo  del  desierto  los  destruye  ; 
el  leopardo  acecha  junto  a  sus  ciudades  ;  | 

todo  el  que  salga  de  ellas  es  despedazado, 
porque  se  han  multiplicado  sus  crímenes,  | 
se  han  hecho  numerosas  sus  apostasías. 
'  ¿  Por  qué  había  yo  de  perdonarte  ?  Tus  hijos  | 

hanme  abandonado  y  han  jurado  por  los  que  no  son  dioses. 


27  No  produciré  total  exterminio  o  destrucción  :  V  «sed  tamen  consummationem 
non  faciam»,  pero  no  la  consumiré  de'  todo.  Así  muchos. 

28  Todas  las  ciudades:  o  bieft,  toda  la  ciudad. 

80  Con  afeite  :  otros,  «antimonio»,  muy  usado  en  Oriente  para  pintar  los  párpados 
y  ensancharlos.  |[  En  vano  te  hermosearás  o  hermoseas:  «a  vanidad  te  afermosi- 
guas»  (Ferrara). 

31  Desfallece  mi  alma  :  o  bien,  sucumbe  mi  vida. 

51  Busque  la  fidelidad  :  o  bien,  intente  o  trate  de  ser  honrado  o  veraz. 
0  El  león...,  el  lobo...,  el  leopardo  :  representan  a  Nabucodonosor. 
T  Han  adorado  a  los  ídolos  :  lit.,  han  cometido  adulterio. 


—  mi  — 


5  8-26 


JEREMÍAS 


5  8-26 


Los  he  saciado,  mas  han  adorado  a  los  ídolos  | 

y  concurrido  en  tropel  a  casa  de  prostituta. 
6  Hanse  convertido  en  rollizos  y  rijosos  sementales  :  | 

cada  uno  relincha  tras  la  mujer  de  su  prójimo. 
'  ¿  No  había  yo  de  castigar  estas  cosas — dice  Yahveh — , 
y  de  un  pueblo  tal  |  no  he  de  vengarme  yo  ? 

10  Escalad  sus  muros  y  derruidlos,  |  sin  llevar  a  cabo  su  total  destrucción  f ; 
arrancad  sus  mugrones,  |  pues  no  son  de  Yahveh. 

"  Porque  me  han  traicionado  gravemente  | 

la  casa  de  Israel  y  la  casa  de  Judá — dice  Yahveh. 

13  Han  renegado  de  Yahveh  |  y  han  dicho  :  «¡No  es  El 

ni  nos  sobrevendrá  mal  alguno  ;  |  no  veremos  la  espada  ni  el  hambre!» 

13  Los  profetas  resultan  puro  viento  | 

y  la  locución  divina  no  existe  en  ellos  ;  |  d  así  les  resultará  a  ellos  d. 

11  Por  eso  dice  Yahveh, 

Dios  de  los  ejércitos  :  |  Por  cuanto  han  dicho  e  tales  expresiones, 
he  aquí  que  pongo  mis  palabras  |  en  tu  boca  como  fuego, 
y  este  pueblo  será  cual  leña  |  que  él  devorará. 
15  Mira,  voy  a  traer  contra  vosotros  |  una  nación  de  lejos,  | 

¡  oh  casa  de  Israel ! — dice  Yahveh —  ; 
es  una  nación  poderosa,  |  una  nación  antiquísima, 

una  nación  cuya  lengua  desconoces  |  ni  comprenderás  lo  que  hablare. 
18  Su  aljaba  es  como  sepulcro  abierto  ;  |  todos  ellos  son  héroes. 
"  Devorará  tu  cosecha  y  tu  pan,  |  devorarán  f  a  tus  hijos  y  tus  hijas, 
devorará  tu  rebaño  y  tú  vacada,  |  devorará  tu  viña  y  tu  higuera. 
Abatirá  con  la  espada  tus  ciudades  fuertes,  |  en  las  cuales  tú  confías. 


18  Sin  embargo,  tampoco  en  aque- 
llos días — dice  Yahveh — os  aniqui- 
laré por  completo.  19  Y  si  inquirie- 
reis e  :  «¿  Por  qué  ha  hecho  Yahveh, 
nuestro  Dios,   todo  esto  con  nos- 


otros?», les  dirás  :  «Así  como  me 
habéis  abandonado  y  habéis  servido 
a  dioses  extraños  en  vuestra  tierra, 
de  igual  modo  serviréis  a  los  ex- 
tranjeros en  tierra  no  vuestra.» 


2U  Anunciad  esto  en  la  casa  de  Jacob,  |  y  hacedlo  saber  en  Judá,  diciendo  : 
21  ¡  Oíd  esto,  |  pueblo  necio  y  sin  cordura, 
que  tiene  ojos  y  no  ve,  I  oídos  tiene  y  no  oye  ! 

2;  ¿No  me  habéis  de  temer? — dice  Yahveh — .  |  ¿No  temblaréis  ante  mí, 
que  he  puesto  la  arena  como  límite  al  mar,  | 

barrera  perpetua  que  no  ha  de  traspasar, 
que,  aunque  se  esfuerte,  no  lo  lograra,  | 

y  aunque  sus  olas  rujan,  no  podrá  rebasarlo  ? 
a  Pero  este  pueblo  |  tiene  un  corazón  indómito  y  .rebelde,  | 

se  apartaron  y  se  fueron. 
M  Y  no  dijeron  en  su  corazón  :  |  «Temamos  a  Yahveh,  nuestro  Dios, 
el  que  concede  la  lluvia,  la  lluvia  temprana  | 

y  la  lluvia  tardía,  a  su  tiempo  ; 
semanas  de  tareas  de  siega  |  guarda  para  nosotros.» 
"  Vuestros  delitos  han  desviado  esto  | 

y  vuestros  pecados  os  privaron  del  bienestar. 
M  Pues  se  encuentran  en  mi  pueblo  malvados  |  h  que  tienden  la  red: 
a  manera  de  acechantes  h  pajareros  ponen  trampas  | 

para  cazar  a  los  hombres. 


8  Sementales  :  lit.,  testiculati  (cf.  Kit). 

10  Muros  :  o  bien,  «bancales,  laderas...»  con  tapiales,  como  interpretan  otros.  Tráta- 
se de  las  cercas  que  rodeaban  los  viñedos.  El  pueblo  de  Dios  es  comparado  con  fre- 
cuencia a  una  viña. 

15  Antiquísima  :  o  bien,  de  abolengo. 

a'  La  lluvia  temprana  y  la  tardía  :  e.  d.,  la  del  otoño  y  la  de  la  primavera.  ||  Se- 
manas de  tareas  de  siega  :  e.  d.,  una  abundante  cosecha.  Kit  di.  scma?ias  ie  como 
dittografía. 


—  IV)2  — 


5  27-6  io 


JEREMÍAS 


5  27-6  10 


"  Como  jaula  llena  de  aves,  |  así  están  sus  casas  henchidas  de  engaño  ; 
por  eso  se  han  engrandecido  y  enriquecido. 
■  Han  engordado  y  se  han  puesto  rollizos  ; 

traspasaron  mis  palabras  pésimamente  ',  |  no  juzgaron  debidamente 
la  causa  del  huérfano  v  salen  triunfantes  j 

ni  fallan  la  causa  de  los  pobres. 
50  ¿No  castigaré  esto — dice  Yahveh— , 
o  de  un  pueblo  tal  |  no  he  de  vengarme  yo  ? 
~M  Cosa  horrenda  y  espantosa  |  ha  acontecido  en  la  tierra. 
"  Los  profetas  profetizan  mentira  | 

y  los  sacerdotes  enseñan  por  su  propia  cuenta  ; 
y  mi  pueblo  se  complace  en  ello  ;  | 

mas  ¿qué  haréis  cuando  toque  ello  a  su  fin? 


Amenazas   contra  Jerusalén  y  contra  el  pueblo  todo. 
La  invasión  enemiga 


z:   1  ¡  Hijos  de  Benjamín,  huid  |  de  en  medio  de  Jerusalén ! 

^    j  Tocad  la  trompeta  en  Teqoa  ¡  y  alzad  enseña  sobre  Bet-kérem  ! , 
pues  desgracia  se  asoma  por  el  norte  |  y  quebranto  grande. 
-'  ¡  Oh  hermosa  y  delicada,  |  has  perecido,  hija  de  Sión  1 

■  Hacia  ella  vienen  pastores  |  con  sus  rebaños  ; 
plantarán  junto  a  ella  tiendas,  a  la  redonda  ;  | 

cada  uno  apacentará  su  porción. 
'  ¡  Preparad  sacramente  la  guerra  contra^  ella  ;  | 

alzaos  y  asaltémosla  en  pleno  mediodía! 
¡  Ay  de  vosotros,  que  ya  el  día  declina,  | 

que  ya  se  extienden  las  sombras  del  ocaso  I 

■  ¡  Levantaos  y  asaltémosla  durante  la  noche  | 

y  asolemos  sus  palacios  ! 
8  Pues  así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  . 

«Talad  sus  a  árboles  y  alzad  |  terraplén  de  asedio  contra  Jerusalén. 
Es  la  ciudad  de  la  mentira  b;  |  toda  ella  es  opresión  en  su  interior. 
1  Como  un  pozo  hace  manar  sus  aguas,  |  así  mana  ella  su  iniquidad. 
Injusticia  y  tiranía  óyense  en  ella,  | 

ante  mi  tengo  siempre  dolencia  y  herida. 
s  Déjate  amonestar,  Jerusalén,  |  no  sea  que  mi  alma  se  aparte  de  ti, 
no  sea  que  te  convierta  en  desierto,  |  en  tierra  inhabitada. 
'  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 

Rebusca  0  cuidadosamente,  cual  una  viña,  |  los  relieves  de  Israel. 

Vuelve  tu  mano,  como  vendimiador,  |  a  los  sarmientos. 

10  ¿  A  quién  deberé  hablar  y  amonestar  para  que  escuche  ? 

He  aquí  que  su  oído  está  incircunciso  |  y  no  pueden  percibir  nada. 


28  No  juzgaron  debidamente.  . .  Y  salen  triunfantes  :  o  quizá  «para  que  triunfe»  ; 
pero  otros  corrigen  II ;  V  tno  juzgaron  la  causa  de  la  viuda  ni  enderezaron,  la  causa 
del  huérfano». 

28  Cf.  v.  9. 

m  Enseñan  por  su  propia  cuenta  :  o  bien,  más  lit.,  H,  gobiernan  a  su  capricho 
(otros,  ta  imitación  de  los  mismos,  cooperando  con  ellos»). 

f*  -  ¡Oh  hermosa...  Sión!  :  así  prb.  ;  otros,  como  V,  ta  una  hermosa  y  delicada  ase- 
"  mejé  a  la  hija  de  Sión»  ;  otros,  de  diverso  modo. 

*  Preparad  sacramente  :  lit.,  consagrad  la  guerra,  o  sea  preparadla  con  sacras  ce- 
remonias inaugurales. 

*  Hace  manar  :  otros,  tmantiene  fresca»  (cf.  V) . 

8  No  sea  que  mi  alma  :  o  bien,  para  que  yo  me  aleje  de  ti. 
•Sarmientos:  GV  tcuévanos». 


—  I3Q3  — 


611-25 


JEREMÍAS 


6 


Ye  ahí  que  la  palabra  de  Yahveh  es  para  ellos  | 
obieto  de  mofa,  no  gustan  de  ella. 

11  Estoy  lleno  de  la  ira  de  Yahveh,  |  hallóme  cansado  de  reprimirla. 
Derrámala  d  sobre  el  niño  en  la  calle  | 

y  sobre  cuadrilla  de  jóvenes  a  un  tiempo. 
Ciertamente,  presos  serán  tanto  el  marido  como  la  mujer,  1 
el  anciano  con  el  colmado  de  años. 

12  Sus  casas  pasarán  a  otros,  |  los  campos  y  mujeres  también  ; 

e  pues  extenderé  mi  mano  |  sobre  los  habitantes  del  país — dice  Yahveh  e. 
,3  Porque  desde  el  menor  al  mayor,  |  cada  uno  se  entrega  a  la  avaricia  ; 
y  desde  el  profeta  al  sacerdote,  |  todos  cometen  fraude. 
u  Y  pretenden  curar  la  desgracia  de  mi  pueblo  | 

livianamente  diciendo:  «¡Paz, 
paz!»,  cuando  no  existe  paz.  | 

u  Serán  confundidos,  porque  han  cometido  cosa  abominab'.e  ; 
sin  embargo,  en  modo  alguno  se  avergüenzan,  | 

ni  aun  saben  sentir  rubor  f. 
Por  eso  caerán  entre  los  que  caigan  ;  | 

cuando  yo  los  residencie  se  derrumbarán — declara  Yahveh. 

16  Así  dice  Yahveh  : 
«Paraos  en  los  caminos  y  mirad  |  y  preguntad  por  las  sendas  antiguas, 
dónde  está  el  buen  camino,  y  marchad  por  él  | 

y  hallaréis  reposo  para  vuestras  personas.!  | 

Mas  replicaron  :  «¡No  marcharemos!» 

17  Yo  emplacé  s  sobre  ellos  h  centinelas  :  | 

«¡Escuchad  el  sonar  de  la  trompeta!»  | 
Mas  ellos  contestaron  :  «¡No  la  oiremos!» 

18  Por  eso,  ¡  escuchad,  naciones,  | 

•  y  sabe,  oh  congregación,  |  lo  que  les  acaecerá  1 !  ] 

10  ¡  Escucha,  tierra  ! 
He  aquí  que  yo  acarreo  desgracia  |  sobre  este  pueblo,  | 

fruto  de  sus  malos  designios, 
porque  no  han  atendido  a  mis  palabras  ]  y  mi  ley  han  rechazado. 
¿Qué  me  importa  el  incienso  procedente  de  Sabá  | 

y  la  caña  aromática  de  tierra  lejana  ? 
Vuestros  holocaustos  no  me  son  aceptos  | 

y  «vuestros  sacrificios  no  me  agradan. 
21  Por  tanto,  así  dice  Yahveh  : 
«He  aquí  que  pondré  a  este  pueblo  ] 

obstáculos,  y  en  ellos  tropezarán  : 
padres  e  hijos  a  una,  |  vecinos  y  compañeros  perecerán.» 
"  Así  declara  Yahveh  : 
«Mira,  un  pueblo  viene  de  tierra  norteña  | 

y  una  nación  grande  se  levanta  de  los  confines  de  la  tierra. 
a  Arco  y  jabalina  empuña  ;  |  es  cruel  y  no  se  apiadará  ; 
su  estruendo  brama  como  el  mar,  |  y  montan  sobre  corceles, 
armados  como  varón  para  la  guerra  |  contra  ti,  ¡oh  hija  de  Sión  !» 
24  Ya  hemos  oído  su  fama  ;  |  desmayaron  nuestros  brazos, 
la  angustia  nos  ha  sobrecogido,  |  dolor  como  de  parturienta. 
M  No  salgáis  al  campo  I  ni  andéis  por  el  camino, 
porque  la  espada  del  enemigo,  |  el  terror,  está  en  torno. 


12  Sus  casas  pasarán  a  otros  :  lo  cual  era  particularmente  doloroso  para  un  israelita, 
por  el  carácter  casi  sagrado  que  tenían  entre  ellos  las  viviendas. 
^«Cf.  8,  10-12. 

14  Paz,  paz  :  o  bien  :  «  ¡Va  bien,  va  bien!»,  pero  no  está  bien. 

18  Paraos  en  o  junto  a;  otros,  «recorred»... 

«  Centinelas  :  e.  d.,  los  profetas. 

*  Un  pueblo  viene  :  e.  d.,  los  caldeos. 

28  Jabalina  :  o  pica,  dardo...  Asi  prb.  ;  GV  «escudo». 

*•  Su  fama:  o  bien,  la  nueva;  «su  sonadía»  (Esc). 


—  1394  — 


JEREMÍAS 


6  26-7  14 


:':  ¡  Pueblo  mío !  Cíñete  de  saco  |  y  revuélcate  en  la  ceniza, 
haz  duelo  como  por  tu  hijo  único  |  con  amargos  lamentos, 
pues  súbitamente  vendrá  f  el  devastador  sobre  nosotros. 
5  Por  ensayador  te  he  colocado  en  mi  pueblo,  cual  fortaleza,  | 

para  que  conozcas  y  examines  su  proceder. 
18  Todos  ellos  son  rebeldes  en  sumo  grado,  |  dedicados  a  la  difamación, 
bronce  y  hierro  ;  |  todos  ellos  son  unos  corrompidos. 
29  Ronca  el  fuelle,  |  por  el  fuego  es  consumido  el  plomo, 
[mas]  en  vano  se  refino  con  esmero,  |  pues  las  escorias  no  se  arrancaron. 
•'  Llámales  plata  desechada,  |  pues  que  Yahveh  ios  ha  desechado. 


Vana  confianza  en  el  templo.  Obediencia,  no  sacrificio 


n  1  Palabra  que  se  dirigió  a  Jere- 
'  mías  por  parte  de  Yahveh,  di- 
ciendo :  2  Párate  a  la  puerta  de  la 
casa  de  Yahveh  y  allí  anuncia  esta 
palabra  y  di  :  ¡  Oíd  la  palabra  de 
Yahveh  todos  los  de  Judá  que  pe- 
netráis por  estas  puertas  para  ado- 
rar al  Señor !  3  Así  dice  Yahveh  de 
los  ejércitos,  Dios  de  Israel  :  Mejo- 
rad vuestro  proceder  y  vuestras  ac- 
ciones y  habitaré  con  vosotros  a  en 
este  lugar.  1  No  os  confiéis  en  pala- 
bras falaces,  exclamando:  «¡Santua- 
rio de  Yahveh  !  ¡  Santuario  de  Yah- 
veh !  ¡  Santuario  de  Yahveh  es  este 
lugar  b/»  6  Ciertamente,  si  mejoráis 
vuestro  proceder  y  vuestras  accio- 
nes ;  si  realmente  hacéis  justicia 
entre  unos  y  otros  ;  6  si  a  emigran- 
te, huérfano  y  viuda  no  oprimís  ;  si 
no  derramáis  sangre  inocente  en  es- 
te lugar  ni  seguís  a  dioses  extraños 
para  vuestra  desgracia,  'entonces 
moraré  con  vosotros  0  en  este  lugar, 
en  '.a  tierra  que  di  a  vuestros  pa- 
dres, por  los  siglos  de  los  siglos. 

■  Mirad  que  confiáis  en  las  pala- 
bras mendaces,  que  de  nada  apro- 
vechan. 9  ¡  Robáis,  matáis,  cometéis 
adulterio,  juráis  en  falso,  quemáis 


perfumes  a  Baal,  marcháis  tras  dio- 
ses extraños  que  no  conocéis,  10  y 
luego  venís  a  presentaros  ante  mí 
en  esta  casa,  en  la  cual  es  invocado 
mi  nombre,  y  decís  :  «Ya  estamos 
salvos!»,  para 
seguir  cometien- 
do todas  esas  ' 
abominaciones.  '; 
"¿Por  ventura  »' j 
es  a  vuestros  ojos  v- 
cueva  de  saltea- 
dores  esta  casa, 
en  la  cual  se  in-r 
roca  mi  nombre  ? 
He  aquí  que  tam-¿  ■' 
bién  yo  lo  veo," 
afirma  Yahveh . 

Id,  pues,  a  mi 
morada  en  Siló, 

donde  estableciera  mi  nombre  al 
principio,  y  ved  lo  que  hice  con  él 
a  causa  de  la  maldad  de  mi  pueblo 
Israel.  13  Ahora  bien,  por  cuanto  ha- 
béis hecho  todas  esas  cosas,  dice 
Vahveh,  y  habiéndoos  yo  hablado  a 
tiempo  y  sin  cesar,  no  escuchasteis, 
y  habiéndoos  llamado,  no  respondis- 
teis, M  trataré  a  la  casa  donde  se  in- 
voca mi  nombre,  en  la  cual  vosotros 


¡ético  I 


x  Vendrá  :  otros,  cha  venido». 

"  Cdal  fortaleza  :  en  vez  de  arx,  que  estarla  aquí  tomado  metafóricamente,  otros 
(como  V),  «ensayador  fuerte*  o  «refinador  de  oro»  ;  Kit,  anota  «prb  di». 

a  Rebeldes  ex  sumo  grado:  lit.,  rebeldes  de  rebeldes  (?),  Kit  lo  cree  dittogr.  y  lo 
suprime  c.  G  ;  V  «principes  declinantes»  ;  principes  1.  también  ca.  40  mss.  (cf.  AST  ; 
Ferrara,  «señores  rebelladores»  =  maestros  ex  rebeldía  (?). 

20  Ex  vano  :  quiere  decir  que,  por  más  tribulaciones  que  llueven  sobre  Israel,  los 
malos  (lit.,  las  escorias)  siguen  mezclados  con  los  buenos. 

17  -  A  la  puerta  de  la  casa  de  Yahveh  ¡  e.  d.,  a  la  entrada  del  Hekal  o  santuario,  que 
•    da  al  atrio,  donde  está  congregada  la  multitud. 

8~10  ¡Robáis,  matáis...!  :  lit.,  «¡Qué!    ¡Robar,  matar...  y  luego  vendréis!». 

"  A  tiempo  :  o  bien,  pronto,  temprano  y  con  insistencia. 


—  1395 


7  15-32 


JEREMÍAS 


7  22-34 


confiáis,  y  al  lugar  que  di  a  vos- 
otros y  vuestros  padres,-  lo  mismo 
que  traté  a  Siló  ;  15  y  os  arrojaré  de 
mi  presencia,  como  arrojé  a  todos 
vuestros^  hermanos,  a  toda  la  estirpe 
de  Efraítn. 

16  Y  tú  no  intercedas  por  este  pue- 
blo ni  eleves  por  ellos  clamor  ni  sú- 
plica, ni  insistas  cerca  de  mí,  pues 
no  te  escucharé.  "  ¿  No  ves  acaso  lo 
que  ellos  hacen  en  las  ciudades  de 
Judá  y  en  las  calles  de  Jerusalén  ? 
18  Los  hijos  recogen  leña  y  los  pa- 
dres encienden  el  fuego  ;  las  muje- 
res amasan  harina  para  hacer  tortas 
a  la  reina d  del  cielo  y  vierten  li- 
baciones a  dioses  extranjeros,  para 
ofenderme.  39  ¿  Acaso  me  ofenden  a 
mí  propiamente?,  declara  Yahveh. 
¿  Por  ventura  no  se  ofenden  a  sí  mis- 
mos para^  su  propio  sonrojo  ?  20  Por 
tanto,  así  dice  Yahveh  :  «He  aquí 
qae  mi  cólera  y  mi  furor  se  derra- 
ma sobre  este  lugar,  sobre  los  hom- 
bres y  sobre  las  bestias,  sobre  los 
árboles  del  campo  y  sobre  los  fru- 
tos de  la  tierra  ;  arde  sin  apagarse.» 

21  Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos, Dios  de  Israel  :  «¡  Añadid  vues- 
tros holocaustos  a  vuestros  sacrifi- 


cios y  comed  la  carne !  22  Pues  yo 
no  hablé  a  vuestros  padres  ni  les  di 
orden  alguna,  el  día  en  que  los  sa- 
qué de  Egipto,  sobre  materia  de  hol- 
ocaustos y  sacrificios  ;  23  sino  que 
les  di  este  mandato,  a  saber  :  «Es- 
cuchad mi  voz  y  seré  vuestro  Dios 
y  vosotros  seréis  mi  pueblo  ;  cami- 
nad exactamente  por  donde  os  he 
mandado,  a  fin  de  que  seáis  dicho- 
sos.» 24  Pero  no  escucharon  ni  pres- 
taron oído  ;  antes  bien,  siguieron 
las  perversas  intenciones,  la  dureza 
de  su  malvado  corazón,  y  volviéron- 
me la  espalda  y  no  el  rostro.  25  e  Des- 
de el  día  en  que  salieron  vuestros 
padres  del  país  de  Egipto  hasta 
hoy e,  os  envié  a  mis  siervos  los 
profetas  f  muy  pronto  y  sin  cesar. 
*  Mas  no  me  escucharon  ni  presta- 
ron oído,  sino  que  endurecieron  su 
cerviz  y  obraron  peor  que  sus  pa- 
dres. 27  Les  hablaras  todas  estas  co- 
sas y  no  te  escucharán,  los  llama- 
rás y  no  te  responderán.  28  Dirásles, 
pues  :  Esta  es  la  nación  que  no  ha 
escuchado  la  voz  de  Yahveh,  su  Dios, 
ni  aceptó  corrección  ;  la  fidelidad  ha 
perecido  y  ha  desaparecido  de  su 
boca. 


29  Corta  tu  cabellera  y  arrójala  |  y  eleva  efl  lamento  sobre  las  alturas  ; 
pues  Yahveh  ha  desechado  y  repudiado  |  a  la  generación  objeto  de  su  ira. 


so  Porque  los  hijos  de  Judá  han  co- 
metido lo  malo  a  mis  ojos,  dice 
Yahveh  ;  han  entronizado  sus  ído- 
los en  la  casa  en  que  se  invoca  mi 
nombre,  para  contaminarla.  31  Se  han 
construido  los  lugares  altos  de  Tó- 
fet,  que  está  en  CÍ  valle  de  Ben-Jinr 
non,  ipara  quemar  a  sus  hijos  y  sus 
hijas  en  el  fuego,  lo  cual  no  les  or- 
dené ni  me  vino  a  las  mientes  ja- 
más. 32  Por  ello,  he  aquí  que  van  a 
venir  días,  dice  Yahveh,  en  que  no 
se  dirá  .más  Tófet  ni  valle  de  Ben- 


Jinnón,  sino  Valle  de  la  Matanza,  y 
sepultarán  en  Tófet,  por  no  haber 
otro  lugar.  32  Y  los  cadáveres  de  es- 
te pueblo  se  convertirán  en  pasto  de 
las  aves  del  cielo  y  de  las  bestias 
de  la  tierra,  y  no  habrá  quien  las 
ahuyente.  w  Y  haré  cesar  en  las  ciu- 
dades de  Judá  y  las  calles  de  Jeru- 
salén los  gritos  de  alborozo  y  ale- 
gría, los  cantos  del  esposo  y  de  la 
esposa,  pues  en  desolación  se  troca- 
rá el  país.» 


las  diez 
na,  luego  la  Astarté  fenicia. 


raím  :    las  diez  tribus  de  Israel,  entre  las  cuales 

a  de  Efraím. 

INA  DEL  CIELO  :   C.  d 

éronme  la  espalda  :   lit.,  «fueron  hacia  atrás»,  e.  d.,  desertaron  de 
íles  :  otros,  «di  de  ellos». 

cortarse  o  arrancarse  los  cabellos  era  señal  de  duelo. 
.,  bamot;  cf.  sobre  este  término  técnico  del  culto  religioso 
cf.  2  Re.  23,  io.  1 1  Valle  de  Ben-Jinnón  :  cf.  2  Par.  28,  3. 


¿v  Corta  tu  cahim  i  1;  \ 
33  Lugares  altos  :  he 
Ex.  20,  24,  etc.  ||  Tófet 


1396- 


JEREMÍAS 


8  3-13 


Desolación  y  contumacia.  Vano  confiar  en  la  ley.  Ame- 
nazas de  invasión  y  saqueo,  llanto  del  pueblo  y  dolor 
del  profeta 


o  1  En  aquel  tiempo,  afirma  Yah- 
*^  veh,  sacarán  de  sus  sepulcros 
los  huesos  de  los  reyes  de  Judá  y 
los  huesos  de  sus  dignatarios,  los 
huesos  de  los  sacerdotes,  los  huesos 
de  los  profetas  y  los  huesos  de  los 
habitantes  de  Jerusalén  ;  :  y  los  es- 
parcirán al  sol  y  la  luna  y  a  toda  la 
milicia  celeste,  a  quienes  amaron  y 
sirvieron  y  tras  los  cuales  se  fueron, 


a  quienes  consultaron  y  adoraron. 
No  serán  recogidos  ni  enterrados  ; 
como  estiércol  servirán  sobre  la  haz 
de  la  tierra.  3  Y  todo  el  resto  de  los 
supervivientes  de  esta  generación 
perversa  tendrá  <por  preferible  la 
muerte  a  la  vida,  en  todos  los  lu- 
gares a  donde  yo  los  habré  rechaza- 
do, dice  Yahveh  de  los  ejércitos. 


*  Y  les  dirás  así — declara  Yahveh —  ; 

¿  Acaso  si  uno  se  cae  no  se  levanta  |  o  si  uno  se  desvía  no  se  vuelve  ? 

6  ¿  Por  qué  se  extravía  este  pueblo  |  de  Jerusalén  con  obstinada  apostasía  ? 
Se  aferran  al  engaño  |  y  rehusan  convertirse. 

*  Yo  estoy  atento  y  escucho  ;  [  hablan  cosas  ilícitas  ; 
no  hay  nadie  que  se  arrepienta  de  su  maldad,  | 

diciendo  :  «¿Qué  he  hecho?» 
Cada  uno  torna  a  su  criminal  carrera  | 

como  caballo  que  se  lanza  impetuoso  a  la  batalla. 

7  También  la  cigüeña  en  eil  cielo  |  conoce  su  estación  ; 

la  tórtola,  la  golondrina  y  la  grulla  |  se  atienen  a  la  época  de  su  venida  ; 
mas  mi  pueblo  no  conoce  |  lo  que  cumple  a  Yahveh. 

8  ¿  Cómo  decís  :  «Sabios  somos  f  y  la  lev  de  Yahveh  está  con  nosotros  ?» 
Ciertamente  !a  ha  trocado  b  en  falsedad  |  la  pluma  mendaz  de  los  escribas. 
6  Los  sabios  han  sido  confundidos,  |  han  quedado  consternados  y  cogidos  ; 
he  aquí  que  desecharon  la  palabra  de  Yahveh,  | 

y  ¿  qué  clase  de  sabiduría  poseen  ? 
™  Por  eso,  daré  sus  mujeres  a  extraños,  | 

sus  campos  a  nuevos  propietarios  ; 
pues  desde  el  menor  al  mayor,  |  cada  uno  practica  la  usura  ; 
desde  el  profeta  al  sacerdote,  |  cada  uno  comete  fraude. 
11  Y  pretenden  curar  el  desastre  de  mi  pueblo,  | 

livianamente,  diciendo:  «¡Paz, 
paz!»,  cuando  no  hay  paz.  | 

a  ¿Se  han  avergonzado  por  haber  cometido  cosa  abominable? 
No  se  avergüenzan  lo  más  mínimo,  |  ni  aun  saben  sentir  rubor. 
Por  eso  caerán  entre  los  que  caigan  ;  | 

al  tiempo  de  su  residencia  se  derrumbarán — declara  Yahveh. 
u  En  verdad  los  aniquilaré  a  todos — declara  Yahveh —  ; 

no  quedan  racimos  en  la  cepa, 


8"  Sacarán  de  sus  sepulcros  :  castigo  máximo  para  los  judio». 
4  No  se  vuelve  :  e.  d.,  no  se  torna  del  camino  errado. 

7  Su  estación:  o  bien,  sus  tiempos  de  migración.  ||  La  golondrina  y  la  grulla: 
tel  golondrino  e  el  auión»  (Esc.)  ;  Kit  borra  y  c.  G  y  toma  las  voces  hebr.  sus  agur 
como  una  sola  ave  (cf.). 

•  Qué  clase  de  sabiduría  poseen  :  o  «es  la  suya»,  o  «les  resta»  ;  otros,  «su  sabiduría, 
¿  de  qué  les  sirve  ?»  ;  Kit  corrige  H. 
Cf.  6,  12-15. 

a  De  su  residencia  :  e.  d.,  de  residenciarles  o  castigarles. 

a  En  verdad  los  aniquilaré  :  otros,  «si  voy  a  hacer  recolección  en  ellos...».  |!  Les  di 
cosas...  :  V  «diles  lo  que  pasó  de  largo».  San  Jerónimo  :  «Veréis  a  lo  largo  todos  esos 
frutos  y  no  comeréis  de  ellos.»  No  está  en  G  y  Kit  lo  suprime  como  texto  crrp.  (cf.). 


—  1397  — 


814-9  5 


JEREMÍAS 


814—9  5 


ni  higos  en  la  higuera,  |  y  el  follaje  está  marchito,  | 

y  les  di  [cosas  que]  ellos  transgrieden. 
14  ¿  Por  qué  nos  estamos  sentados  ?  |  Reunios  I 

y  penetremos  en  las  ciudades  fortificadas  |  y  perezcamos  allí ; 
pues  Yahveh,  nuestro  Dios,  nos  ha  consagrado  al  exterminio,  j 

y  nos  ha  dado  a  beber  agua  envenenada,  | 

porque  hemos  pecado  contra  Yahveh. 
16  Esperábamos  la  paz,  y  no  ha  habido  bien  alguno  ;  | 

el  tiempo  de  curación,  y  he  aquí  el  terror. 
"  Desde  Dan  óyese  efl  relinchar  de  los  caballos  ; 
al  ruido  de  los  reiterados  relinchos  de  sus  corceles;  | 

toda  la  tierra  retiembla. 
Llegan,  devoran  el  país  y  cnanto  encierra,  |  la  ciudad  y  sus  moradores. 
"  Pues  he  rquí  que  yo  envío  contra  vosotros  |  serpientes,  basiliscos, 
contra  los  cuales  no  existe  conjuro,  |  y  os  morderán— afirma  Yahveh. 
¿  TDónde  hayj  algo  que  pueda  regocijarme  en  mi  tristeza  ?  I 

Mi  corazón  náceme  padecer. 
1D  ¡  Percíbese  el  grito  de  angustia  de  mi  pueblo,  | 

procedente  de  tierra  lejana  : 
«¿No  está  ya  Yahveh  en  Sión  ?  |  ¿Su  rey  no  está  ya  en  ella? 
;  Por  qué  rae  han  irritado  con  sus  esculturas,  |  con  sus  ídolos  extranjeros? 
""  Pasó  la  siega,  concluyó  el  estío,  |  y  nosotros  no  hemos  sido  salvados. 
71  Por  el  quebranto  de  mi  puebCo  estoy  quebrantado  ;  | 

me  hallo  contristado,  el  espanto  me  ha  sobrecogido. 
M  ¿No  hay  ya  bálsamo  en  Galaad  ?  |  ¿No  existe  médico  allí? 
¿  Por  qué,  pues,  no  ha  surgido  |  la  curación  de  mi  pueblo  ? 


Dolor  del  profeta  ante  la  corrupción  y  los  males  de  Judá 

q       ¡  Quién  diera  que  mi  cabeza  fuera  agua  | 

y~mis  ojos  fuente  de  lágrimas  I 
Yo  lloraría  de  día  y  de  npche  |  los  muertos  de  mi  pueblo. 
2,  ¡Quién  une  diera  en  el  desierto  |  un  albergue  de  caminantes! 
Yo  abandonaría  a  mi  pueblo  y  me  iría  de  junto  a  él,  I 

pues  todos  ellos  son  adúlteros,  |  una  banda  de  traidores.  | 
*«  Entesan  su  lengua  ; 

su  arco  de  mentira  y  no  a  de  verdad  \  prevalece  a  en  el  país  ; 
porque  caminan  de  maldad  en  maldad  |  b  y  no  me  conocen — dice  Yf'iveh  b. 
s  Guárdese  cada  uno  de  su  prójimo,  |  y  de  ningún  hermano  0  os  fiéis, 
pues  todo  hermano  engaña  de  seguro  |  y  todo  amigo  anda  calumniando. 
4  Cada  uno  búrlase  de  su  prójimo  |  y  no  profiere  verdad  ; 
han  avezado  su  lengiia  a  hablar  mentira,  |  se  han  cansado  de  obrar  el  mal. 

16  Cf.  14,  19  ¡>. 

16  Corceles  :  o  caballos  ;  V  «pugnatores»  ;  otros  vierten  «sementales». 

17  Serpientes,  basiliscos  (víboras)  :  otros,  «serpientes  muy  venenosas».  II  Contra  los 
cuales  no  existe  conjuro  :  creía  el  pueblo  que  los  encantadores  de  serpientes  podían 
impedir  el  que  dañasen. 

18  ¿  Dónde  HAY  algo...  tristeza  ?  Sentido  incierto.  Quizá  «¿qué  es  lo  que  me  puede 
alegrar  en  la  tristeza  que  me  invade?»;  o  bien,  corrigiendo  H,  «incurable  es  en  mí 
la  tristeza»,  «me  invade  tristeza  incurable».  V  «Mi  dolor  sobre  dolor»  ;  Ferrara,  «esfor- 
candomc  sobre  ansia».  Kit  corrige  ampliamente  H  c.  GL  :  «(os  morderán)  sin  cura- 
ción. Me  invade  (o  ha  invadido)  la  tristeza...» 

22  En  Galaad  :  el  bálsamo  de  Galaad  era  considerado  como  excelente  remedio  para 
las  heridas.  II  La  curación:  o  restablecimiento  o  cicatrización. 


Q  3  Es  decir,  el  arco  entesado  de  su  lengua  ;  otros,  «entesan  su  lengua  como  un  arco 


en  mentira,  y  la  lenidad  (verdad)  no  pievalece  en  el  país». 
64  Se  han  cansado  :  cuesta  más  con  frecuencia  cometerlo  que  evitarlo. 

-  1398  - 


■ 


9  6-22 


JEREMÍAS 


9  «-22 


%  Su  morada  está  en  medio  de  la  perfidia  engañadora  ;  | 

ipor  perfidia  falaz  rehusan  cl  conocerme,  —  afirma  Yahveh  d. 
\  c  Por  esto,  así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  6  : 
«He  aquí  que  voy  a  acrisolarlos  y  probarlos,  | 

pues  ¿  cómo  puedo  obrar  de  otro  modo  frente  a  mi  pueblo  ? 
e7  Saeta  mortífera  es  su  lengua,  |  engaño  1  habla  en  su  boca  '. 
¡Paz!,  dice  a  su  prójimo,  |  mas  en  su  interior  tiéndele  asechanza. 
"s  ¿  Acaso  no  los  he  de  castigar  por  estas  cosas — dice  Yahveh — , 
v  de  un  pueblo  tal  |  no  he  de  vengarme  yo  ? 
\  Alzad  e  sobre  los  montes  llanto  y  lamento  | 

y  sobre  los  pastizales  de  Ca  estepa  lamentación  ; 
pues  están  desolados,  sin  que  nadie  transite  por  ellos,  | 

sin  que  oigan  el  mugir  del  ganado  ; 
desde  las  aves  del  cielo  hasta  los  ganados  |  huyeron,  fuéronse. 
uio  Y  reduciré  a  Jerusalén  a  un  montón  de  ruinas,  |  morada  de  chacales, 
y  a  las  ciudades  de  Judá  trocaré  en  desolación,  |  sin  habitantes. 
Í2n  ¿  Quién  es  el  varón  sabio  que  comprenda  esto  | 

y  al  cual  haya  hablado  la  boca  de  Yahveh  para  que  lo  anuncie  ? 
¿Por  qué  ha  perecido  el  país  | 

v  ha  quedado  asolado  como  el  desierto,  sin  pasajero  ? 


u,2  Y  dijo  Yahveh  :  «Porque  han 
aibandonado  mi  ley,  que  yo  habíales 
intimado,  y  no  han  escuchado  mi 
voz  ni  han  procedido  conforme  a 
ella  ;  "i3  mas  han  seguido  la  dureza 
de  su  corazón  y  los  Baales  que  les 
enseñaron  sus  padres.  15,4  Por  eso, 
así  dice  Yahveh  de   los  ejércitos, 


Dios  de  Israel  :  «He  aquí  que  le 
daré  a  comer  h  a  este  pueblo  h  ajenr 
jo  y  haréles  beber  agua  envenena- 
da. 1615  Los  dispersaré  entre  las  gen- 
tes que  no  conocieron  ni  ellos  ni  sus 
padres,  y  enviaré  tras  ellos  la  es- 
pada para  consumirlos.» 


"a  e  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  e  : 
«Atended  1  y  llamad  a  las  plañideras,  y  vengan  ;  [ 

enviad  por  las  diestras  en  el  canto,  y  se  lleguen  ; 
"17  apresúrense  a  alzar  sobre  nosotros  lamento  ; 

y  destilen  nuestros  ojos  lágrimas  |  y  nuestros  párpados  manen  agua. 
ls  Pues  voz  de  lamento  resuena  de  Sión  : 

¡  Cómo  hemos  sido  destruidos  |  y  en  gran  manera  avergonzados  ! 
Pues  hemos  tenido  que  abandonar  el  país,  | 

porque  han  derruido  nuestras  moradas. 
SM  ¡En  verdad,  mujeres,  escuchad  la  palabra  de  Yahveh,  | 

y  reciba  vuestro  oído  la  palabra  de  su  boca ! 
Enseñad  a  vuestras  hijas  lamentos  |  y  cada  una  a  su  compañera  endechas. 
"x  Pues  la  muerte  ha  subido  por  nuestras  ventanas,  | 

ha  penetrado  en  nuestros  palacios, 
exterminando  a  los  niños  en  la  calle 
y  a  los  jóvenes  en  las  plazas.» 
-2t  >  Así  dice  Yahveh  : 
«Los  cadáveres  de  los  hombres  yacen 
k  como  estiércol  k  sobre  la  haz  del  campo 
y  'como  gavilla  tras  el  segador, 
sin  haber  quien  recoja.» 

*,  Su  morada...:  lit.,  tu  morada.  Otros,  como  Kit,  corrigen  H  basados  en  GL  : 
<Obran  perversamente,  se  cansan  de  convertirse  (otros,  no  se  dejan  convertir).  Vio- 
lencia sobre  (o  por)  violencia...  no  quieren  conocer  a  Yahveh.*  ||  Por  perfidia  falaz: 
su  infidelidad  es  del  todo  voluntaria. 

*,  Cf.  v.  igual  5,  9. 

100  El  mugir  del  ganado  :  o  bien,  el  balar,  pues  H  sólo  dice  la  voz,  y  el  ganado 
(V  «possidentis»)  puede  referirse  al  ganado  mayor  y  al  menor. 
w15  Las  gentes  :  e.  d.,  los  no  judíos. 

"„  Diestras  en  el  canto  :  probablemente  las  que  componían  los  cantos  elegiacos 
y  consolaban  a  las  familias. 


—  1399  — 


9  23-10  11 


JEREMÍAS 


9  23-10  11 


a,,  i  Así  dice  Yahveh  : 

«No  se  gloríe  el  sabio  en  su  sabiduría,  |  ni  se  gloríe  el  fuerte  en  su  fuerza, 
ni  se  gloríe  el  rico  en  su  riqueza  ;  | 

Ma  sino  que  en  esto  se  ha  de  gloriar  quien  desee  gloriarse  : 
en  tener  inteligencia  y  conocerme,  | 

pues  yo  soy  Yahveh,  que  hago  (misericordia, 
derecho  y  justicia  en  la  tierra,  | 

pues  en  estas  cosas  me  complazco — dice  Yahvehí. 


%  He  aquí  que  vienen  días,  afir- 
ma Yahveh,  en  que  tomaré  cuentas 
a  todo  circuncidado  e  incircunciso, 
2025_a  Egipto,  a  Judá,  a  Edom,  a  los 
hijos  de  Ammón,  a  Moab,  a  todos 


los  que  se  recortan  los  lados  de  la 
barba  y  habitan  en  el  desierto  ;  pues 
todas  las  gentes  son  incircuncisas, 
y  toda  la  casa  de  Israel,  incircunci- 
sa de  corazón. 


Nadería  de  los  ídolos  y  omnipotencia  de  Yahveh 

n  n  '  Escuchad  la  palabra  que  os  dirige  Yahveh,  ¡oh  casa  de  Israel !  "  Así 
iUdice  Yahveh  : 

«No  aprendáis  el  proceder  de  las  naciones,  |  ni  temáis  los  signos  del  cielo, 

pues  son  las  gentes  paganas  quienes  los  temen. 

8  Ciertamente  los  ritos  de  estos  pueblos  son  cosa  vana  :  | 

en  realidad,  un  leño  cortado  del  bosque, 
obra  de  las  manos  del  artífice  mediante  la  azuela  ;  | 

*  con  plata  y  oro  se  la  ornamenta, 
lo  sujetan  con  clavos  y  martillos  ¡  para  que  no  se  mueva. 
6  Son  como  espantajo  de  cohombral  y  no  hablan  ;  | 

han  de  ser  llevados,  porque  no  pueden  dar  un  paso. 
No  los  temáis,  pues  no  pueden  hacer  daño,  |  ni  tampoco  beneficiar. 
"No  hay  semejante  a  ti,  ¡oh  Yahveh!  ;  |  grande  eres  tú  [ 

y  grande  tu  nombre  en  ipoderío. 
'¿Quién  no  te  temería,  |  Rey  de  las  naciones?  | 

Pues  a  ti  es  debido  el  temor  ; 
porque  entre  todos  los  sabios  de  ilas  gentes  |  y  en  todos  sus  reinos  | 

nadie  hay  semejante  a  ti. 
h  Son  igualmente  necios  e  insensatos  :  |  doctrina  de  vanidades  es  el  leño. 
1  Tráese  plata  laminada  de  Tarsis  |  y  oro  de  Ufaz  a, 
obra  de  escuHtor  y  de  las  manos  del  orífice  ;  | 

jacinto  y  púrpura  es  su  vestido, 
labor  de  diestros  artistas  son  todos  ellos. 

10  Mas  Yahveh  es  Dios  en  verdad,  ]  El  es  el  Dios  vivo  y  Rey  eterno. 
Por  su  furor  se  estremece  la  tierra  | 

y  las  naciones  no  pueden  soportar  su  enojo. 

a  Así  les  diréis  :  «Dioses  que  cielo  y  tierra  no  han  hecho,  desaparece- 
rán de  la  tierra  y  de  debajo  del  cielo.» 


*  Circuncidado  e  incircunciso  :  quizá  en  el  sentido  de  circuncidado,  que  con- 
serva el  prepucio,  e.  d.,  las  gentes  que  han  obedecido  el  precepto  ritual  sin  aceptar 
la  circuncisión  del  corazón  (cf.  4,  4),  pretendiendo  hacer  compatible  la  perversidad 
de  su  alma  con  una  rectitud  meramente  aparente  y  formal. 

M23  Se  recortan  los  lados  de  la  barba  (otros,  «el  borde  del  pelo»,  «los  de  rasurados 
parietales»)  :  contra  lo  preceptuado  en  Lev.  Los  árabes  de  la  Arabia  cortábanse  la 
barba  en  redondo. 

-J  (\    2  El  proceder  de  las  naciones  :  el  culto  seguido  por  las  naciones  paganas. 
Xv/    o  Tarsis  :  cf .  Is.  2,  16,  etc.  1 1  Ufaz  :  es  región  desconocida  ;  cf.  nota  crítica. 
11  Este  v.,  que  otros  creen  en  prosa,  está  en  arameo  en  H.  ||  Les  :  otros,  «de  ellosi. 


—  1400  — 


10  12-11  3 


JEREMÍAS 


10  12-11  4 


n  El  hace  la  tierra  con  su  poder,  |  cimenta  el  orbe  con  su  sabiduría  | 

y  con  su  inteligencia  despliega  los  cielos. 
u  A  su  voz  acumúlanse  las  aguas  en  el  cielo,  | 

y  hace  remontar  las  nubes  del  extremo  de  la  tierra  ; 
convierte  los  relámpagos  en  lluvia  |  y  saca  el  viento  de  sus  depósitos. 
"  Necio  es  todo  hombre,  falto  de  saber  ;  | 

todo  orífice  siente  vergüenza  de  su  ídolo, 
porque  es  mentira  su  simulacro  fundido  |  y  carecen  de  aliento.  | 

Son  cosa  vana,  obras  b  ridiculas  ; 
en  el  tiempo  de  su  castigo  perecerán. 
18  No  es  como  esto  la  porción  de  Jacob,  | 

que  es  quien  modeló  todas  las  cosas  ; 
e  Israel  es  su  tribu  hereditaria,  |  Yahveh  de  los  ejércitos  su  nombre. 
"  Recoge  de  la  tierra  tu  bagaje,  ]  moradora  en  lugar  asediado  ; 
w  pues  así  afirma  Yahveh  :  |  «He  aquí  que  lanzaré  | 
a  los  habitantes  del  país  |  esta  vez 
y  líos  colocaré  en  aprieto,  |  a  fin  de  que  encuentren...» 
'*  ¡  Ay  de  >mí  por  mi  desgracia !  |  Dolorosa  es  mi  herida, 
mas  yo  digo  :  «En  verdad,  ésta  es  mi  enfermedad  |  y  la  he  de  soportar.  | 

20  Mi  tienda  está  asolada  |  y  todas  mis  cuerdas  se  rompieron  ;  |  ' 

0  mis  hijos  partieron  lejos  de  mí  0  y  desaparecieron  ; 
ya  no  hay  quien  despliegue  mi  tienda  |  y  alce  mis  toldos. 
21  Pues  los  pastores  entontecieron  |  y  no  han  buscado  a  Yahveh  ; 
por  eso  no  han  tenido  éxito,  |  y  toda  su  grey  ha  sido  dispersa. 

■  He  aquí  que  se  oye  un  rumor  que  llega,  j 

un  gran  tumulto  de  la  tierra  del  septentrión, 
para  reducir  las  ciudades  de  Judá  |  a  desolación,  morada  de  chacales. 

■  ¡  Conozco,  oh  Yahveh, 

que  no  es  el  hombre  dueño  de  su  camino 

nid  corresponde  al  varón  caminar  6  y  enderezar  sus  pasos! 

31  Castígame,  ¡oh  Yahveh!,  ipero  con  arreglo  a  justicia,  | 

no  con  arreglo  a  tu  cóCera,  no  sea  que  me  aniquiles. 
25  Derrama  tu  furor  sobre  'las  naciones  f  que  no  te  conocen 
y  sobre  los  pueblos  que  no  invocan  tu  nombre  ; 
pues  han  devorado  a  Jacob  '  y  lo  han  consumido,  | 

y  6U  morada  han  arrasado.» 


Infidelidad  de  Judá,  intimación  a  la  guarda  de  la 
alianza  y  conjura  contra  el  profeta 


n  i  1  Palabra  que  se  dirigió  a  Je- 
remías  por  parte  de  Yahveh, 
a  saber  ¡  2  «Escuchad  la  palabra  de 
esta  alianza  y  a  hablad  a  los  varones 
de  Tudá  v  a  los  moradores  de  Jeru- 
salén.  3  Y  les  dirás  :  Así  habla  Yah- 
veh, Dios  de  Israel  :  Maldito  el  va- 


rón que  no  escuche  las  palabras  de 
esta  alianza,  4  que  ordené  a  vuestros 
padres  el  día  en  que  los  saqué  del 
país  de  Egipto,  del  horno  del  hie- 
rro, diciendo  :  Oíd  mi  voz  y  hjced  b 
enteramente  lo  que  os  mando,  y  se- 
réis mi  pueblo  y  yo  seré  vuestro 


I3-16  Coinciden  con  51,  15-19. 

13  A  su  voz  :  e.  d.,  a  su  tronar. 

a  Lanzaré  :  lit.,  lanzaré  como  una  honda.  ||  Encuentren:  a  mí,  entienden  al- 
gunos. 

21  Los  pastores  :  los  reyes  de  Judá  y  los  que  participaban  de  su  poder. 

22  Un  rumor  que  llega  :  los  mensajeros  que  vienen  a  anunciar  la  llegada  del 
enemigo. 

23  Su  camino  :  o  bien,  su  suerte. 

*■  Con  arreglo  a  justicia  :  o  bien,  con  medida. 


11  5-19 


JEREMÍAS 


11  5-19 


Dios  ;  •  a  fin  de  cumplir  el  juramen- 
to que  hice  a  vuestros  padres  de 
darles  una  tierra  que  mana  leche  y 
miel,  como  el  día  de  hoy  [suce- 
de].» Entonces  yo  respondí  y  dije  : 
«¡  Amén,  Yahveh» 

4  Y  díjome  Yahveh  :  «Pregona  to- 
das estas  palabras  en  las  ciudades 
de  Judá  y  en  las  plazas  de  Jerusa- 
lén,  diciendo  :  Escuchad  las  pala- 
bras de  este  pacto  y  luego  cumplid- 
las ;  7  pues  con  insistencia  he  amo- 
nestado a  vuestros  padres,  muy 
pronto  y  sin  cesar,  desde  el  día  en 
que  los  hice  subir  de  la  tierra  de 
Egipto  hasta  hoy,  diciendo  :  ¡  Escu- 
chad mi  voz !  6  Pero  no  han  escur 
chado  ni  prestado  oído,  y  cada  uno 
ha  proseguido  en  la  dureza  de  su 
perverso  corazón,  ipor  lo  cual  he  he- 
cho recaer  sobre  e^los  todas  las  pa- 
labras de  esta  alianza  que  yo  les  ha- 
bía ordenado  cumplir  y  no  cumplie- 
ron.» 

"  Y  díjome  Yahveh  :  «Existe  una 
conjura  entre  los  hombres  de  Judá 
y  en   los  habitantes  de  Jerusalén. 

16  ¿  Qué  significa  mi  amado  en  mi  casa  |  mientras  comete  maldades  ? 
¿Acaso  los  votos  e  y  las  carnes  santas  |  apartarán  de  ti  tu  maldad, 
de  que  te  alborozabas  ? 

16  Olivo  verde,  hermoso,  de  espléndido  fruto,  |  habíate  denominado  Yahveh; 

a  la  voz  de  un  recio  estrépito, 

prendió  fuego  en  él,  |  y  quemáronse  h  sus  ramas. 


10  Hanse  vuelto  a  las  iniquidades  de 
sus  primeros  padres,  que  rehusaron 
escuchar  mis  palabras  y  se  fueron 
tras  dioses  extraños  para  servirtos. 
La  casa  de  Israel  y  la  casa  de  Judá 
han  roto  la  alianza  que  yo  pacté  con 
sus  padres.»  11  Por  ello,  así  dice  Yah- 
veh :  He  aquí  que  hago  venir  sobre 
ellos  una  calamidad  de  que  no  po- 
drán escapar  y  clamarán  a  mí,  pero 
no  los  escucharé.  n  Entonces  las  ciu- 
dades de  Judá  y  los  moradores  de 
Jerusalén  irán  y  clamarán  a  Jos  dio- 
ses a  quienes  ellos  queman  incienso, 
mas  ciertamente  no  los  han  de  sal- 
var en  el  tiempo  de  su  aflicción. 

13  0  Porque  al  par  del  número  de  tus 
ciudades  fueron  tus  dioses,  ¡oh  Ju- 
dá !  c,  y  tan  numerosas  como  las  ca- 
lles de  Jerusalén  fueron  los  altares 
que  dedicasteis  a  la  Ignominia  d,  al- 
tares para  quemar  incienso  a  Baal. 

14  Y  tu  ahora  no  intercedas  por  este 
pueblo  ni  eleves  por  ellos  clamor  ni 
súplica,  pues  no  he  de  escuchar 
cuando  clamen  6  a  mí  en  el  tiempo 
de  '  su  desgracia. 


17  Y  Yahveh  de  los  ejércitos,  que 
te  había  plantado,  ha  prometido  con- 
tra ti  la  desgracia,  a  causa  de  la 
maldad  de  la  casa  de  Israel  y  la  casa 
de  Judá,  que  ellos  cometieron  para 
irritarme,  quemando  incienso  a  Baal. 

18  Yahveh  me  lio  ha  dado  a  cono- 
cer y  yo  lo  he  sabido  ;  entonces  me 


has  mostrado  sus  acciones.  "  Yo  era 
como  manso  cordero  que  es  llevado 
a  degollar  y  no  sabía  que  urdían  tra- 
mas contra  mí  [diciendo]  :  ¡  Destru- 
yamos el  árbol  con  su  fruto,  borré- 
moslo de  la  tierra  de  los  vivos  y  no 
se  miente  más  su  nombre!» 


n6  A  fin  de  cumplir  :  e.  d.,  de  que  pueda  yo  cumplir. 
8  He  hecho  recaer  sobre  ellos  todas  las  palabras  :  e.  d.,  he  realizado  en  ellos 
las  palabras  de  amenaza. 

9  Existe  :  o  bien,  se  ha  descubierto.  Se  refiere  a  una  conspiración  contra  Josfas 

y  sus  reformas  religiosas. 
13  I.A  Ignominia  :  e.  d.,  Baal. 

"El  v.  ofrece  H  crrp.  ;  la  crítica  lo  corrige  basada  en  G  y  V.  ||  Qué  significa; 
o  bien,  qué  pretende,  qué  tiene  que  hacer...;  puede  también  entenderse:  ¿cómo 
realiza  maldades  en  mi  propia  casa...?  ||  Mi  amado  (mi  amada  1.  otros  c.  GS)  es 
Juda.  ||  Tu  maldad,  de  que  te  alborozabas:  V  «tus  malicias,  en  que  te  gloriaste». 
Muchos  modernos  vierten  (cf.  G)  :  «tu  mal  (o  la  calamidad),  y  escaparás  así  (o  te 
librarás  de  ese  modo  del  castigo)». 

"  Olivo  verde,  hermoso,  de  espléndido  fruto  :  V  «olivam  uberem  et  pulchram, 
fructiferam,  speciosam»  ;  Ferrara,  «reyerdida,  hermosa  de  fruto  y  forma»  ;  otros,  «oli- 
vo frondoso  adornado  de  bellos  frutos»  ;  Kit  1.  c.  G  «verde,  hermoso  de  aspecto». 

19  Como  manso  cordero  :  Jeremías  es  figura  de  Cristo.  Cada  profeta  es  tipo  de 
Nuestro  Señor  y  prefigura  un  rasco  de  su  vida,  como  los  santos  de  la  Ley  Nueva 
una  de  sus  virtudes.  ||  Con  su  fruto:  lit.,  con  su  pan;  otros  1.  «en  su  pleno  vi- 
gor». Cf.  V  :  «echemos  leño  en  su  pan».  Esc.  :  «pongamos  ponconna  en  su  comer». 


—  1402  — 


11  20-12  9 


JEREMÍAS 


11  20-12  9 


50  Mas  ¡  oh  Yahveh  de  los  ejércitos,  juez  justo,  | 
que  pones  a  prueba  los  ríñones  y  el  corazón, 
viera  vo  tu  venganza  sobre  ellos,  |  pues  que  te  he  presentado  mi  pleito  1 


;i  Por  eso  así  dice  Yahveh  contra 
las  gentes  de  Anatot,  que  buscan  tu 
vida,  exclamando:  «¡No  profetices 
en  nombre  de  Yahveh  si  no  quieres 
morir  en  nuestras  manos  !»  -  Por  es- 
to así  afirma  Yahveh  de  los  ejérci- 


tos :  «He  aquí  que  yo  los  castigaré  : 
los  jóvenes  morirán  a  espada  ;  sus 
hijos  e  hijas  morirán  de  hambre,  a  y 
no  quedará  resto  de  ellos,  pues  en- 
viare la  desgracia  sobre  los  hombres 
de  Anatot  el  año  de  su  castigo.» 


La  prosperidad  de  los  impíos:  queja  del  profeta 
y  respuesta  de  Yahveh 

•i  n  1  De  tu  parte  está  el  derecho,  Yahveh,  |  si  yo  contiendo  contigo  ;  [ 

sin  embargo,  te  formularé  demandas  : 
¿  Por  qué  el  proceder  de  los  impíos  prospera  | 

y  viven  en  paz  todos  los  que  practican  la  perfidia  ? 
"  Tú  los  plantas  y  arraigan,  |  crecen  y  dan  fruto. 
Tú  estás  cercano  a  su  boca,  |  ¡pero  lejano  de  su  mente. 
8  Mas  tú,  Yahveh,  me  conoces,  <me  ves,  | 

y  has  probado  mi  corazón  respecto  a  ti. 
Sepáralos  como  ovejas  para  el  degüello  | 

y  conságralos  para  el  día  de  la  matanza. 
*  ¿Hasta  cuándo  estará  seca  la  tierra  | 

a  y  la  hierba  de  todo  el  campo  se  agostará  ? 
Por  ía  maldad  de  los  que  en  ella  habitan  |  han  perecido  bestias  y  aves  a  ; 
pues  [aquéllos]  han  dicho  :  «No  verá  nuestro  fin.»  b 
Si  corriendo  con  los  de  a  pie  te  han  cansado,  | 

¿  cómo  competirás  con  los  corceles  ? 
Y  si  en  tierra  de  paz  no  c  te  consideras  seguro,  | 

¿qué  harás  en  la  espesura  del  valle  del  Jordán? 

6  Pues  incluso  tus  hermanos  y  tu  familia,  incluso  ellos  te  traicionan, 
también  ellos  gritan  fortísimamente  tras  de  ti.  No  te  fíes  de  ellos  aunque 
te  hablen  buenas  palabras. 

1  Dejé  mi  casa,  |  abandoné  mi  heredad, 

entregué  el  objeto  del  amor  de  mi  alma  i  en  manos  de  sus  enemigos. 

6  Mi  heredad  hame  resultado  |  como  león  en  Ca  selva  : 

ha  lanzado  contra  mí  su  rugido  ;  |  por  eso  la  he  odiado. 

8  ¿  Se  me  ha  trocado  mi  heredad  en  abigarrada  ave  de  rapiña  ?  | 

Las  otras  aves  rapaces  precipítanse  cercándola. 
¡  Ea,  juntaos,  fieras  todas  del  campo  ;  |  venid  a  devorarla ! 


30  Ríñones  :  e.  d.,  las  interioridades,  la  sede  de  la  vida  interna,  afectiva  y  ética 
del  hombre,  como  el  corazón  lo  es — para  el  pueblo  bíblico — del  pensamiento. 

ip    ]  De  tu  parte  está  el  derecho  :  otros,  teres  demasiado  justo». 

2  Su  mente  o  interior  :  aquí  así  más  bien  que  ide  sus  afectos»  ;  lit.,  sus  ríñones. 

*  Estará  seca  :  otros,  «triste,  de  duelo,  devastada»,  que  también  significa  el  hebreo. 

5  Si  corriendo  :  e.  d.,  si  a  los  filisteos,  idumeos,  ammonitas  y  moabitas,  que  sólo 
traían  infantería,  no  habéis  podido  resistir,  ¿cómo  resistiréis  a  los  caldeos,  que  vie- 
nen con  poderosa  caballería  y  numerosos  carros?  ||  La  espesura  del  valle  del  J.  : 
lit.,  en  la  gloria  del  J. 

8  Como  león  :  compara  Dios  el  pueblo  a  una  bestia  feroz  que  se  rebela  contra 
su  amo. 


—  1403  — 


12  io—13  14 


JEREMÍAS 


12  10-13  14 


10  iludios  pastores  han  devastado  mi  viña,  |  han  hollado  mi  heredad,  d 
han  convertido  mi  amena  posesión  |  en  asolado  desierto. 

11  Hanla  trocado  e  en  desolación,  |  plañe  ante  mí  desolada  ; 

todo  el  país  está  devastado,  |  sin  que  nadie  pare  en  ello  mientes. 

l;  Sobre  todas  las  colinas  peladas  del  desierto  |  llegaron  devastadores, 

pues  Yahveh  posee  una  espada  que  devora  de  un  extremo  al  otro  de  la 

tierra,  sin  que  haya  salvación  para  ningún  mortal. 

13  Sembraron  trigo  y  segaron  espinas,  | 

se  fatigaron  trabajando  sin  ningún  provecho. 
Quedan  confundidos  en  sus  s  cosechas  |  por  el  furor  de  la  cólera  de  Yahveh. 


"  Así  dice  Yahveh  acerca  de  todos 
mis  perversos  vecinos,  que  se  llegan 
hostilmente  a  la  heredad  que  di  en 
posesión  a  mi  pueblo  Israel  :  «He 
aquí  que  yo  los  arrancaré  de  su  tie- 
rra y  a  la  casa  de  Judá  arrancaré 
de  en  medio  de  ellos.  16  Mas  des- 
pués de  haberlos  yo  arrancado,  vol- 
veré a  tener  compasión  de  ellos  y 
los  tornaré  cada  uno  a  su  heredad 


y  cada  uno  a  su  patria.  "  Y  resulta- 
rá que,  si  realmente  aprendieren  los 
caminos  e  de  mi  pueblo,  jurando  en 
mi  nombre:  «¡Vive  Yahveh!» — co- 
mo  enseñaron  a  mi  pueblo  a  jurar 
por  Baal — ,  serán  incluidos  en  mi 
pueblo.  "  Pero  si  no  escucharen, 
arrancaré  a  esa  nación,  de  suerte 
que  la  destruya»,  declara  Yahveh. 


Vaticinios  simbólicos 


n  o  1  Así  me  dijo  Yahveh  :  «Ve  y 
cómprate  un  ceñidor  de  lino  y 
póntelo  sobre  tus  lomos,  y  no  lo 
metas  en  el  agua.»  2  Compré,  pues, 
el  ceñidor,  conforme  a  la  palabra  de 
Yahveh,  y  me  lo  puse  sobre  los  rí- 
ñones. 3  Y  llegóme  segunda  vez  pa- 
labra de  Yahveh,  diciendo  :  4  «Toma 
el  ceñidor  que  compraste,  que  tie- 
nes sobre  los  lomos,  y  levántate  y 
vete  al  Eufrates  y  escóndelo  en  una 
hendidura  del  roquedal.»  6  Marché, 
pues,  y  lo  escondí  junto  al  Eufra- 
tes, como  Yahveh  habíame  ordena- 
do. 6  Y  al  cabo  de  muchos  días  dír 
jome  Yahveh :  «Levántate,  ve  al  Eu- 
frates y  toma  de  allí  el  ceñidor  que 
te  ordené  allí  esconder.»  7  Fui,  pues, 
al  Eufrates  y  busqué  y  cogí  el  ceñi- 
dor del  lugar  en  donde  lo  había 
ocultado  ;  pero  estaba  ya  podrido  el 
ceñidor,  no  servía  para  nada. 

8  Y  llegóme  palabra  de  Yahveh, 
diciendo  :  0  «Esto  afirma  Yahveh  : 
Así  aniquilaré  el  orgullo  de  Judá 
y  el  grande  oreullo  de  Jerusalén. 
10  Este  pueblo  malvado,  que  rehusa 
escuchar  mis  palabras  y  se  va  tras 


de  la  ruina  de  Israel 


dioses  extraños  para  servirlos  y 
prosternarse  ante  ellos,  vendrá  a  ser 
como  ese  ceñidor,  que  no  sirve  ya 
para  nada.  n  Pues  a  la  manera  que 
el  ceñidor  se  adhiere  a  los  lomos  del 
hombre,  así  había  yo  unido  a  mí  a 
a  toda  la  casa  de  Israel  y  a  a  ía  casa 
toda  de  Judá,  dice  Yahveh,  para 
que  fuesen  mi  pueblo,  renombre, 
alabanza  y  ornato  ;  mas  ellos  no  me 
escucharon. 

"  Dirás,  pues,  b  a  ellos  esta  pala- 
bra b  :  0  Así  dice  Yahveh,  Dios  de 
Israel  0  :  «Todo  odre  ha  de  llenarse 
de  vino.»  Te  dirán  :  «¿No  sabemos 
acaso  que  todo  odre  ha  de  llenarse 
de  vino  ?»  u  Mas  tú  les  replicarás  : 
Así  afirma  Yahveh  ;  He  aquí  que  yo 
llenaré  de  embriaguez  a  todos  los 
habitantes  de  este  país  y  a  los  reyes 
de  [la  casa  de]  David  que  se  sien- 
tan sobre  su  trono,  a  los  sacerdotes, 
a  los  profetas  y  a  todos  los  morado- 
res de  Jerusalén,  14  y  los  estrellaré 
al  uno  contra  el  otro,  padres  e  hi- 
jos juntamente,  declara  Yahveh.  No 
perdonaré,  ni  miraré  compasivo,  ni 
tendré  piedad  para  no  aniquilarlos. 


10  Muchos  pastores  :  Nabucodonosor 
"  Plañe  ante  mí  desolada  :  o  bien, 

NADIE  PARE  EN  ELLO  MIENTES  :   O  lo  tome 


y  sus  aliados  los  reyes  sometidos. 

está  asolado  ante  mí  el  desierto.  ||  Sin  qub 

a  pechos  ;  lit.,  lo  ponga  sobre  su  corazón. 


—  1404  — 


12  ís-26 


JEREMÍAS 


12  15-26 


,s  Escuchad,  prestad  oídos,  no  os  engriáis,  |  pues  Yahveh  ha  hablado  : 
10  Dad  gloria  a  Yahveh,  vuestro  Dios,  ¡  antes  de  que  oscurezca 
y  antes  de  que  tropiecen  vuestros  pies  |  sobre  los  montes  entenebrecidos  ; 
y  esperéis  la  luz  y  él  la  trueque  en  sombra  tenebrosa,  | 

la  convierta  en  densa  oscuridad. 
"  Y  si  no  lo  escucháis,  I  mi  alma  llorará  en  secreto 
por  [vuestro]  orgullo  ;  |  llorará  copiosamente 
y  mis  ojos  destilarán  lágrimas,  | 

porque  ha  sido  cautivado  el  rebaño  de  Yahveh. 
,s  Decid  d  al  rey  y  a  la  soberana  :  |  Humillaos,  sentaos  [en  el  suelo], 
pues  ha  caído  de  vuestras  cabezas  |  vuestra  magnífica  corona. 
"  Las  ciudades  del  sur  están  cercadas,  |  y  no  hay  quien  las  libere  ; 
Judá  ha  sido  todo  él  deportado,  |  en  deportación  completa  e. 


Cántaros  de  Judea  (prob.  de  ¡a  época  de  Jeremías)  hallados 
en  Tell  Beyt-Mirsim 


"  1  Alza  tus  s  ojos  y  mira  !  1  a  los  que  vienen  del  norte. 

¿  Dónde  está  el  rebaño  que  te  fué  dado,  |  tu  magnífica  grey  ? 

™  ¿  Qué  dirás  cuando  se  te  castigue  ? 

I'ues  tú  los  avezaste  contra  ti,  1  [trocándose]  de  amantes  en  dominadores. 

¿  Xo  te  sobrecogerán  dolores  |  como  de  mujer  que  está  de  parto  ? 

-  Y  si  dijeres  en  tu  corazón  :  |  ¿  Por  qué  me  sucede  esto  ? 

Por  la  magnitud  de  tu  iniquidad  han  sido  levantados  tus  velos  | 

y  maltratadas  las  plantas  de  tus  pies. 
-3  Cuando  un  etíope  pueda  cambiar  su  piel  |  o  un  leopardo  sus  manchas, 
también  vosotros,  habituados  a  obrar  mal,  ]  podréis  hacer  el  bien. 

*  Y  los  esparciré  como  ipajuela  que  vuela  arrebatada  | 

por  el  viento  del  desierto. 
35  Esta  es  tu  suerte,  tu  porción  asignada  h  |  por  parte  mía — dice  Yahveh — , 
porque  te  has  olvidado  de  mí  |  y  has  confiado  en  la  mentira. 

•  Pues  yo  también  descubriré  tus  velos  por  delante  de  ti  | 

y  aparecerá  tu  vergüenza, 


-JO    16  Dad  gloria  a  Yahveh  :  equivale  a  decir  :  confesad  vuestras  faltas. 

-LO    18  a  la  soberana  :  debe  de  referirse  a  la  reina  madre,  cuja  influencia  debía  de 

*er  grande  en  las  cortes  hebreas. 

19  Las  ciudades  del  sur  :  Jerusalén  y  demás  ciudades  de  Judá  situadas  a  mediodía 
con  relación  a  la  Caldea. 

20  Del  xorte  :  los  caldeos. 

21  Cuando  se  te  castigue  o  residencie...  :  dudoso  ;  otros,  fcuando  se  nombren  sobre 
ti  (o  se  te  impongan  como  dominadores)  aquellos  que  tú  mismo  habías  instruido  para 
que  fuesen  tus  aliados  (o  amantes)»  ;  V  «.. .cuando  él  te  visitare  ;  pues  tú  los  ense- 
ñaste (o  amaestraste)  contra  ti,  y  los  instruíste  in  caput  tuum  (para  tu  ruina)». 
Prps.  varias  correcciones  a  H  ;  cf.  Kit. 

22  Tus  velos  o  tus  haldas:  otros,  «las  colas  de  aus  vestidos».  Tiénese  por  eufemismo; 
cf.  V  :  «han  sido  descubiertas  tus  vergüenzas».  |¡  Maltratadas  las  plantas  te  tus 
pies  :  lit.,  tus  talones,  y  quiere  decir  oprimidos  o  maltratados  con  desnudez,  cade- 
nas, etc. 

23  Cuando  un  etíope  :  o  si  un  etíope  o  negro...  :  lit.,  i  por  ventura  un  etíope...  ? 

*  Descubriré  tus  velos  :  otros  vierten  «alzaré  tu  halda  a  la  cara  (o  hasta  la  cara)», 
«descubriré  tus  vergüenzas  (V  «tus  muslos»)  a  vista  tuya». 


—  1405  — 


13  27-14  15 


JEREMÍAS 


13  27-14  15 


27  tus  adulterios,  tus  gritos  de  lujuria,  |  el  crimen  de  tu  fornicación  ; 
sobre  los  collados  en  el  camipo  |  vi  tus  abominaciones. 
|  Ay  de  ti,  Jerusalén  !  ¡  No  te  'purificas  !  | 
¿  Cuándo,  por  fin,  [volverás  en  ti]  1  ?» 


Yahveh  desecha  las  súplicas  del  profeta  en  la 
pertinaz  sequía 


-i  a    1  a  Tuvo  lugar  b  la  palabra  de  Yahveh  a  Jeremías  a  acerca  del  asunto 
de  la  sequía. 

2  Judá  está  triste  |  y  sus  puertas  languidecen, 

yacen  consternadas  por  tierra,  |  y  álzase  el  grito  quejumbroso  de  Jerusalén. 
6  Sus  magnates  envían  a  sus  inferiores  por  agua  ;  |  éstos  van  a  los  aljibes, 
no  hallan  agua,  |  y  tórnanse  con  sus  cántaros  vacíos  ;  | 

c  quedan  confundidos  y  avergonzados  y  se  cubren  la  cabeza  c. 
'  Pues  el  campo  acaba  ipor  esterilizarse,  |  porque  falta  lluvia  en  la  tierra  ; 
abochórnanse  los  labradores,  |  se  cubren  la  cabeza. 
°  Pues  aun  la  cierva  en  el  campo  pare  y  abandona  su  cría,  | 

por  mo  haber  hierba  ; 
8  y  los  onagros  permanecen  sobre  las  colinas  peladas,  | 

aspiran  el  aire  como  los  chacales, 
consúmense  sus  ojos,  |  porque  no  hay  pasto. 
'  Si  nuestras  culpas  testimonian  contra  nosotros,  | 

I  oh  Yahveh ! ,  obra  en  gracia  de  tu  nombre  ; 
porque  nuestras  rebeldías  son  numerosas,  |  hemos  pecado  contra  ti. 
8  ¡  Oh  esperanza  de  Israel,  ]  su  salvador  en  tiempo  de  angustia  !, 
¿por  qué  has  de  ser  como  inmigrante  en  el  ipais  | 

y  cual  caminante  que  deja  el  camino  para  pernoctar  ? 
*  i  Por  qué  vas  a  ser  como  hombre  consternado,  | 

cual  un  héroe  incapacitado  para  prestar  socorro  V 
Mas  tú  hállaste  en  medio  de  nosotros,  ¡oh  Yahveh!,  | 

y  tu  nombre  es  invocado  sobre  nosotros  ;  |  no  nos  desampares. 


10  Así  dice  Yahveh  acerca  de  este 
pueblo  :  Gustan  de  errar  de  acá  pa- 
ra allá,  sus  pies  no  contienen  ;  y  así 
Yahveh  no  se  complace  en  ellos  ; 
ahora  recuerda  su  iniquidad  y  cas- 
tiga su  pecado. 

11  Y  díjome  Yahveh  :  «No  interce- 
das en  favor  de  este  pueblo.  12  Aun- 
que ayunaren,  no  escucharé  su  cla- 
mor, y  aun  cuando  ofrecieren  holo- 
caustos y  víctimas,  no  los  aceptaré, 
antes  bien  los  consumiré  con  espa- 
da, hambre  y  peste.» 

"Y  repliqué  :  «¡Ah,  Señor,  Yah- 
veh !  Mira  que  los  profetas  les  di- 


cen :  No  veréis  espada  ni  tendréis 
hambre,  pues  paz  firme  os  he  de 
dar  en  este  lugar.»  14  Mas  Yahveh 
me  contestó  :  Falsedad  vaticinan 
los  profetas  en  mi  nombre  ;  no  los 
envié,  ni  les  di  orden,  ni  les  hablé  ; 
ellos  os  profetizan  visiones  menda- 
ces, presagios  vanos  y  engaños  de 
su  propia  minerva.  15  Por  ello,  así 
dice  Yahveh  :  Respecto  a  lo^  pro- 
fetas que  vaticinan  en  mi  nombre  y 
a  quienes  yo  no  he  enviado,  y  afir- 
man :  «No^  habrá  espada  ni  hambre 
en  este  país»,  con  espada  y  hambre 
.-•erán  aniquilados  los  tales  profeta* 


os,  como  la  esposa  el 
vanidad.  La  adivina- 

I 


27  No  te  purificas  :  Vale  aquí  :  No  te  quieres  purificar. 

-t  A   2  Sus  puertas  :  e.  d.,  sus  ciudades,  asambleas,  tribunales. 

J- *  0  Tu  nombre  es  invocado  sobre  nosotros  :  e.  d.,  nosotros,  como  la  esposa 
del  csikiso,  llevamos  tu  nombre. 

M  Presagios  vanos  :  lit.,  presagio  (adivinación,  hechizo, 
ción  estaba  formalmente  prohibida  a  los  judíos. 


—  I406 


14  i«-15  6 


JEREMÍAS 


14  16-15  6 


"  y  el  pueblo  a  quien  ellos  han  pro- 
fetizado será  arrojado  por  las  calle* 
de  Jerusalén  por  el  hambre  y  la  es- 
pada y  no  habrá  quien  los  sepulte  . 


a  ellos,  sus  mujeres,  sus  hijos  y  sus 
hijas  ;  y  haré  recaer  sobre  ellos  su 
maldad. 


"  Y  dirásles  esta  palabra  : 

Vierten  lágrimas  mis  ojos  |  noche  y  día  sin  cesar  ; 

pues  con  gran  quebranto  ha  sido  quebrantada  la  doncella  de  mi  pueblo,  | 

con  gravísima  plaga. 
11  Si  salgo  al  campo,  |  veo  muertos  a  espada  ; 
si  entro  en  la  ciudad,  ]  hete  ahí  los  sufrimientos  deü  hambre  ; 
pues  incluso  el  profeta  y  el  sacerdote  | 

han  vagado  errantes  por  un  país  que  no  conocían. 
'"¿Acaso  has  desechado  enteramente  a  Judá  ?  | 

¿  Ha  detestado  tu  alma  a  Sión  ? 
¿  Por  qué;  pues,  nos  has  herido  sin  que  tengamos  cura  ?  ] 

Esperábamos  la  paz,  y  no  hay  bien  ; 
el  tiempo  de  curación,  y  he  aquí  la  turbación. 
Reconocemos,  ¡oh  Yahveh!,  nuestra  maldad,  | 

la  iniquidad  de  nuestros  padres,  pues  hemos  pecado  contra  ti. 
"  No  nos  deseches  en  gracia  de  tu  nombre,  | 

no  dejes  caer  en  la  ignominia  el  trono  de  tu  gloria. 
¡Acuérdate,  no  rompas  tu  alianza  con  nosotros! 
'~  ¿  Acaso  hay  entre  los  ídolos  de  las  gentes  quien  haga  llover  1 

o  pueden  los  cie'.os  dar  lluvias  ? 
¿No  eres  tú  solo,  Yahveh,  |  Dios  nuestro?  En  ti  esperamos", 
pues  tú  has  hecho  todas  estas  cosas.»  ■ 


Intercesión,  imposible.  Queja  del  profeta  y  respuesta 
de  Yahveh 


ir    1 Y  díjomc  Yahveh  :  Aunque 
se  presentaran  ante  mí  Moisés 
'  Samuel,  no  se  volvería  mi  alma 
lacia  este  pueblo  ;  despídelos  de  mi 


presencia,  que  se  vayan.  3  Y  si  te 
preguntaren  :  ¿Adonde  iremos?,  les 
replicarás  :  Así  dice  Yahveh  : 


Quien  a  la  muerte,  a  la  muerte  ;  |  quien  a  la  espada,  a  la  espada  ; 
quien  al  hambre,  al  hambre  ;  |  y  quien  al  cautiverio,  al  cautiverio. 


*  Yo  los  castigaré  con  cuatro  gé- 
neros de  castigos,  declara  Yahveh  : 
la  espada  para  matarlos,  los  perros 
para  arrastrarlos  y  las  aves  del  cie- 
lo y  las  bestias  de  la  tierra  para  de- 


vorarlos y  aniquilarlos.  *  Y  dos  con- 
vertiré en  el  terror  de  todos  los  rei- 
nos del  orbe  a  causa  de  Manasés, 
hijo  de  Ezequías,  rey  de  Judá,  por 
cuanto  ha  hecho  en  jerusalén. 


5  Pues  ¿quién  se  apiadará  de  ti,  Jerusalén?  |  ¿Y  quién  se  dolerá  de  ti? 
¿  Y  quién  dejará  su  camino  |  para  preguntar  cómo  estás  í 
8  Tú  me  abandonaste — dice  Yahveh—- ;  |  me  volviste  la  espalda  ; 
pues  yo  he  extendido  mi  mano  contra  ti  y  te  he  aniquilado  ;  | 
cansado  estoy  de  compadecerme. 


17  La  doncella  de  mi  pueblo  :  llama  así  al  reino  de  Judá,  aun  no  sometido  a  yugo 
extranjero. 

a  Han  vagado  :  o  vagan,  quizá  mendigando. 

21  El  trono  de  tu  Gloria  :  el  templo,  por  cuya  conservación  ora  el  profeta. 
32  Dar  lluvias  :  en  estos  países,  abrasados  por  los  ardores  del  sol,  la  lluvia  es  con. 
siderada  como  símbolo  de  las  bendiciones  de  lo  alto. 


—  1407  — 


15 


JEREMÍAS 


15  7-19 


1  Yo  los  he  aventado  con  bieldo  |  en  las  puertas  del  país  ; 
he  dejado  sin  hijos,  destruido  a  mi  pueblo,  | 

que  no  se  vuelve  de  sus  caminos. 
'  Sus  viudas  se  multiplican  merced  a  mí  |  más  que  la  arena  del  mar. 
Les  traigo  contra  la  madre  del  joven  a  |  un  devastador  en  pleno  mediodía, 
que  ha  lanzado  de  repente  sobre  ella  |  pánico  y  espanto. 
"  Hase  marchitado  la  que  diera  a  luz  siete  hijos,  ! 

ha  expirado  su  alma  ; 
se  ha  puesto  su  sol  siendo  aún  pleno  día,  | 

ha  sido  confundida  y  abochornada. 
Y  lo  que  de  ellos  quedare  lo  entregaré  a  la  espada  ] 

en  presencia  de  sus  enemigos — dice  Yahveh. 
a  ¡  A  y  de  mí,  madre  mía,  pues  me  pariste,  | 

hombre  de  contienda  y  litigio  para  toda  la  tierra. 
No  he  dado  ni  tomado  en  préstamo,  |  mas  todos  me  maldicen. 
a  Sea  así  b,  ¡oh  Yahveh!,  ciertamente  he  servido0  en  pro  tuyo,  | 

ciertamente  te  he  suplicado  a  favor  del  enemigo  d 
en  tiempo  de  aflicción  y  en  época  de  angustia. 
u  ¿  Acaso  se  ligará  el  hierro  con  el  hierro  |  del  norte  y  el  bronce  ? 
a  Tus  bienes  y  tus  tesoros  |  entregaré  a  la  presa, 
y  no  por  su  precio,  por  e  todos  tus  pecados  |  y  en  todo  tu  territorio. 
M  Y  traeré  a  tus  enemigos  |  de  una  tierra  que  no  conoces, 
pues  fuego  se  ha  encendido  en  mi  cólera  ;  |  sobre  vosotros  arderá  '. 
"  e  Tú  lo  sabes     Yahveh  ; 

acuérdate  de  mí  y  cuida  de  mí,  |  véngame  de  mis  perseguidores, 
no  me  arrebate  tu  ira  por  tu  longanimidad  [para  con  ellos]  ;  | 
reconoce  que  por  ti  he  soportado  afrenta 

16  Fueron  halladas  tus  palabras  y  las  he  comido,  ] 

y  se  me  ha  trocado  tu  palabra  en  gozo  y  alegría  de  mi  corazón  : 
pues  tu  nombre  ha  sido  invocado  sobre  mí,  | 
¡  oh  Yahveh,  Dios  de  los  ejércitos  ! 

17  No  me  he  sentado  en  el  conciliábulo  de  los  que  se  divierten,  | 

ipara  solazarme...  ; 
forzado  de  tu  mano,  me  senté  solitario,  | 

pues  me  habías  llenado  de  tu  ira. 
u  ¿  Por  qué  se  ha  hecho  perpetuo  mi  dolor,  | 

y  mi  llaga,  desahuciada,  rehusa  ser  curada  ? 
¡  Vas  a  ser  tú  para  mí  como  algo  engañoso,  |  aguas  que  no  permanecen  ! 
K  Por  eso  así  dice  Yahveh  : 

Si  te  convirtieres,  yo  te  convertiré,  |  ante  mí  podrás  permanecer  ; 

y  si  pregonares  lo  precioso,  apartándolo  de  lo  vil,  |  serás  como  mi  boca  ; 

ellos  se  volverán  hacia  ti  |  y  tú  no  te  volverás  a  ellos. 


-J  K    9  Siete  hijos  :  equivale  aquí  a  número  indefinido. 

-LO  io  Hombre  de  contienda  Y  litigio  :  e.  d.,  hombre  del  cual  y  contra  el  cual  se 
querella  y  litiga. 

12  Se  ligaká  :  o  bien,  como  otros  interpretan,  «romperá  (o  bien  «se  puede  destro- 
zar») el  hierro  del  norte  y  el  bronce».  Reproducimos  aquí — y  en  los  dos  vv.  siguien- 
tes—H  a  la  luz  (ciertamente  poco  clara)  de  V  en  estos  enigmáticos  y  discutidos  pa- 
sos. ||  Hierro  del  norte:  e.  d.,  el  procedente  del  Ponto,  muy  apreciado  por  los  an- 
tiguos. El  hierro  común  son  los  hebreos  ;  el  hierro  del  norte  y  el  bronce,  los  caldeos. 

*-M  Similares  a  17,  3-4.  Aquí  sería  add.  según  Kit  y  muchos  críticos. 

13  Y  no  por  su  precio  :  e.  d.,  no  por  dinero  y  a  venta,  sino  gratis  ;  Kit  suprime 
c.  GS  (cf.  17,  3)  la  negación. 

10  Las  he  comido  :  o  tragado,  e.  d.,  han  sido  mi  pasto  o  alimento.  I|  Tu  nombre  ha 
sido  invocado  sobre  mí  :  o  bien,  yo  llevo  tu  nombre. 

í'  Los  que  se  divierten  :  o  los  alegres  o  bromistas,  los  felices.  ||  Para  solazarme  : 
cf.  V  :  «y  me  glorié  a  la  faz  de  tu  mano». 

m  Algo  engañoso:  o  sea,  un  torrente  falaz.  ||  Aguas  que  no  permanecen:  con  las 
cuales  se  contaba  y  han  desaparecido. 

18  Como  mi  boca  :  e.  d.,  mi  intérprete. 


—  1408  — 


15  20-16  9 


JEREMÍAS 


15  20   16  W 


■  Y  te  constituiré  para  este  .pueblo  |  cual  recio  muro  de  bronce  ; 
pelearán  contra  ti,  |  mas  no  te  vencerán  ; 

pues  contigo  estoy  yo  |  para  salvarte  y  librarte— declara  Yah\eh. 
-'  Y  te  libraré  de  la  mano  de  'malvados  ' 
v  te  redimiré.de  la  garra  de  tiranos. 


El  profeta,  símbolo  de  la  ruina  de  Israel. 
Nuevas  profecías 


-i  (■  V  llegóme  la  palabra  de  Yah- 
10  ,ch,  diciendo:  1  No  has  de  lo- 
mar mujer  ni  tendrás  hijos  ni  hijas 
en  este  lugar.  a  Porque  así  afirma 
Yahveh  acerca  de  los  hijos  y  las  hi- 
jas que  nazcan  en  este  sitio,  sobre 
las  madres  que  los  dieron  a  luz  y 
sobre  los  padres  que  los  engendra- 
ron en  esta  tierra :  1  Muertos  de  las- 
timosas enfermedades  morirán  ;  no 
^erán  llorados  ni  sepultados  ;  serán 
a  ánodo  de  estiércol  sobre  la  baz  de 
la  tierra  ;  por  la  espada  y  el  hambre 
perecerán,  y  su  cadáver  servirá  de 
pasto  a  «las  aves  del  cielo  y  a  las 
bestias  de  la  tierra. 

5  Pues  así  dice  Yahveh  :  No  en- 
tres en  casa  de  convite  funeral  ni 
vayas  a  plañir  ni  a  consolarlos,  por- 
que he  retirado  de  este  pueblo,  dice 
Yahveh,  mi  paz,  la  misericordia  y 
la  compasión.  0  Morirán,  pues,  gran- 
des y  'pequeños  en  esta  tierra,  y  no 
serán  sepultados  ni  llorados  ;  nadie 
se  hará  incisiones  ni  decalvará  por 
«líos.  'Ninguno  partirá  el  pan  •  con 
el  que  esta  de  duelo  ü  para  conso- 
larlo .por  un  muerto  ni  les  darán  a 
beber  la  copa  de  consolación  por  su 
padre  O  su  madre.  '  Ni  entres  en  ca- 
sa de  festín  para  sentarte  con  ellos 
a  comer  y  l>eber  ;  '  pues  así  dice 
Yahveh  de  los  ejércitos.  Dios  de  Is- 
rael :  He  aquí  que  voy  a  hacer  des- 
aparecer de  este  lugar,  a  vuestros 
ojos  v  en  vuestros  días,  todo  grito 
de  alborozo  y  irrito  de  ale.ííría,  can- 
to de  esposo  y  canto  de  esposa. 


10  Y  cuando  anuncies  a  este  pueblo 
todas  esas  cosas  y  te  digan  :  ¿  Por 
qué  ha  decretado  Yahveh  contra 
nosotros  esta  gran  calamidad  ?  ¿  Cuál 
es  la  iniquidad  y  cuál  el  pecado  que 
hemos  cometido  contra  Yahveh, 
nuestro  Dios?,  11  les  dirás:  Porque 
vuestros  padres  me  abandonaron, 
declara  Yahveh,  y  se  fueron  tras 
dioses  extraños,  sirviéndolos  y  pros- 
ternándose ante  ellos  ;  me  abando- 
naron y  no  guardaron  mi  ley  ;  M  y 
vosotros  habéis  obrado  peor_  que 
vuestros  padres,  pues  he  aejuí  que 
sigue  cada  uno  la  dureza  de  su  per- 
verso corazón,  sin  escucharme.  15  Pe- 
ro os  arrojaré  de  esta  tierra  a  una 
tierra  que  no  habéis  conocido  ni 
vosotros  ni  vuestros  padres,  y  allí 
serviréis  a  dioses  extraños  noche  v 
día,  pues  no  os  concederé  miseri- 
cordia. 

M  Por  tanto,  ve  ahí  que  vienen 
días,  afirma  Yahveh,  en  que  no  se 
dirá  ya  :  a  ¡Vive  Yahveh,  que  subió 
a  los  tuyos  de  Israel  del  país  de 
Egipto!»,  "sino:  «¡Vive  Yahveh. 
que  sacó  a  los  israelitas  de  la  tierra 
del  septentrión  y  de  todos  los  países 
adonde  los  había  expulsado!»  Y  los 
haré  volver  a  su  territorio,  que  ha- 
bía yo  dado  a  sus  padres. 

IS  Mira,  yo  enviaré  muchos  pesca- 
dores, afirma  Yahveh,  y  los  pesca- 
rán ;  y  después  de  esto  enviaré  mu- 
chos cazadores,  y  los  cazarán  sobre 
todo  monte,  y  encima  de  todo  colla- 
do, y  en  las  hendiduras  de  las  ro- 


/»  "•  Convite  funeral  :  <>  reunión  de  plañidores  eñ  las  exequias  a  un  muerto.  Otros 
■Mí    prefieren  traducir  (lamentos,  ajíes».  "  Mi  paz  :  <>  mi  amistad  y  benevolencia. 

»Cf.  7,  34- 

J»  Que  no  habéis  conocido  :  Caldca. 
M-15Cf.  23,  7-8. 

a  Tierra  del  septentrión  :  Asiría  y  Ilabilonia. 

"  Pescadores...  cazadores  :  los  caldeos  y,  en  sentido  más  elevado;  los  apostóle*. 


—  1409  — 


16  «-17  9 


JEREMÍAS 


16  «-17  9 


cas.  "  Porque  mis  ojos  están  sobre  ble  su  maldad  y  su  pecado  por  con- 
todos sus  caminos,  no  se  me  ocul-  taminar  mi  tierra  con  los  cadáveres 
tan,  ni  su  mafldad  se  esconde  a  mi  de  sus  ídolos  y  sus  abominaciones, 
vista.  "Primeramente  pagaré  al  do-  que  llenan  mi  heredad. 

18  ¡  Oh  Yahveh,  mi  fuerza  y  mi  fortaleza  | 

y  mi  refugio  en  el  día  de  la  tribulación  ! 
A  ti  vendrán  las  naciones  |  desde  los  confines  de  la  tierra,  y  dirán  : 
Sólo  mentira  poseyeron  nuestros  padres,  ¡ 

vanidad  y  cosa  que  de  nada  sirve. 
20  ¿  Acaso  se  fabrica  el  hombre  dioses  ?  |  ¡  Pues  ellos  no  son  dioses ! 
"  Por  eso,  he  aquí  que  les  voy  a  mostrar  | 

esta  vez,  les  voy  a  dar  a  conocer 
mi  poder  y  mi  fortaleza,  |  y  sabrán  que  mi  nombre  es  Yahveh. 


La  idolatría  de  Judá  y  su  castigo.  Plegaria  de  Jeremías. 
El  camino  de  salvación:  la  observación  del  sábado 

1  n  1  Bl  pecado  de  Judá  está  escrito  |  con  estilete  de  hierro, 

*    con  punta  de  diamante  está  grabado  |  sobre  la  tabla  de  su  corazón, 
y  los  cornijales  de  sus  a  altares.  |  2  Como  se  acuerdan  sus  hijos 

de  sus  altares  y  sus  aserás;  junto  a  todo  árbol  verde  y  sobre  los  altos 
collados,  *  montañas  en  el  campo  ; 

tus  bienes  y  b  todos  tus  tesoros  |  entregaré  al  botín, 

con  tus  lugares  altos,  |  por  los  pecados  cometidos  ]  en  todo  tu  territorio  c. 

1  Y  soltarás  tu  mano  d  de  la  heredad  |  que  yo  te  había  dado  ; 

y  te  haré  servir  a  tus  enemigos  |  en  país  que  no  conoces  ; 

pues  fuego  habéis  encendido  e  en  mi  cólera,  |  por  siempre  arderá. 

6  f  Así  afirma  Yahveh  '  : 

Maldito  el  hombre  que  confía  en  el  hombre  ¡  y  hace  de  la  carne  su  auxilio 
y  de  Yahveh  se  aparta  su  corazón. 

*Será  como  tamarisco  en  la  estepa,  |  que  no  percibe,  cuando  llega,  lo  bueno 
y  habita  los  lugares  calcinados  del  desierto,  | 
la  tierra  salobreña  e  inhabitable. 

7  ¡  Bendito  el  varón  que  confía  en  Yahveh  |  y  es  Yahveh  su  confianza  ! 
6  Será  como  árbol  plantado  junto  al  agua,  | 

que  extiende  hacia  la  corriente  sus  raíces 

y  no  teme  cuando  llega  el  calor,  |  permaneciendo  verde  su  follaje  ; 

en  el  año  de  sequía  no  se  preocupa  |  ni  deja  de  producir  fruto. 

*  Bl  corazón  es  más  traidor  que  ninguna  otra  cosa  y  difícilmente  enmen- 
dable ;  |  ¿  quién  lo  conocerá  ? 

"  Están  sobre  todos  sus  caminos  :  e.  d.,  vigilan  todo  su  proceder. 
19  Mentira...  vanidad  :  significa  los  ídolos. 

-|  *T  >  Como  se  acuerdan  sus  hijos  de  sus  altares  :  o  bien,  tde  modo  que  se  acuer- 
J-l  den»,  o,  como  V,  tcuando  se  acordaren  sus  hijos.. .•.  Los  críticos  lo  suprimen 
c  S;  o  1.  para  recuerdo  entre  ellos  de  sus  altares,  uniéndolo  con  v.  i  (cf.  Kit).  || 
A  serás  :  sobre  estas  representaciones  de  una  divinidad  femenina,  y  consistentes  en 
una  especie  de  torneo  sagrado  que  le  plantaba  junto  al  altar  idolátrico,  cf.  Jue.  2, 
13,  etc. 

J  Montañas  en  el  campo  :  H  tmi  montesino  en  el  campo»  (así  Ferrara)  ;  Kit  1.  c.  Th 
(cf.  STA)  montañas  de  y  (cf.  ThSVAr)  lo  une  con  v.  2  ;  V  traduce  «sacrificantes  in 
agro».  Cf.  el  v.  3  c.  15,  13-14. 

•Tamarisco:  otros  «retama»  (Reina),  «enebro»  (Ferrara),  etc.  Trátase,  se  cree,  de 
cierto  árbol  o  arbusto  pelado  o  sin  hojas. 

6  Cf.  salmo  1,  3. 


—  1410  — 


17  10-24 


JEREMÍAS 


17  10-Z 


™  Yo,  Yahveh,  sondeo  el  corazón,  |  pongo  a  prueba  los  ríñones 

v  doy  a  cada  cual  según  su  conducta,  ¡  según  el  fruto  de  sus  obras. 

11  Perdiz  que  empolla  huevos  que  no  ha  puesto  j 

es  quien  junta  riquezas  injustamente  : 
a  mitad  de  sus  días  las  habrá  de  dejar  i 

y  en  sus  postrimerías  será  un  necio. 
"  ¡Solio  de  gloria,  excelso  desde  el  principio,  ¡ 

es  el  lugar  de  nuestro  santuario ! 
u  ¡  Esperanza  de  Israel,  Yahveh !  ] 

Todos  cuantos  te  abandonan  quedarán  confundidos  ; 
quienes  se  apartan  de  ti,  en  la  tierra  serán  escritos,  | 

porque  abandonaron  a  Yahveh,  fuente  de  aguas  vivas. 
14  Sáname,  ¡oh  Yahveh!,  y  quedaré  curado  ;  ;  sálvame,  y  seré  salvo,  1 

pues  tú  eres  mi  gloria. 
*  He  aquí  que  ellos  <me  dicen  :  | 
c¿  Dónde  está  la  palabra  de  Yahveh  ?  ¡  Cúmplase  !» 
M  Yo  no  me  lancé  a  seguirte,  dejada  la  vida  pastoril,  | 

ni  el  día  fatal  he  deseado, 
tú  lo  sabes  ;  lo  que  salió  de  mis  labios  |  ante  tu  presencia  está. 
a  No  me  seas  causa  de  terror  ;  I 

tú  eres  mi  refugio  en  el  día  de  la  desgracia. 
**  Queden  confundidos  mis  perseguidores,  mas  no  lo  quede  yo  ;  | 

vencidos  sean  ellos,  mas  yo  no  sea  vencido  ; 
haz  venir  sobre  ellos  día  de  desventura  | 

y  con  doble  quebranto  quebrántalos. 


"  Así  me  ha  dicho  Yahveh  :  cYe 
y  ponte  en  la  puerta  de  los  Hijo6 
del  pueblo,  por  donde  entran  y  sa- 
len los  reyes  de  Judá  y  en  todas  las 
puertas  de  Jerusalén,  20  v  diles  :  ¡  Es- 
cuchad la  palabra  de  Yahveh,  reyes 
de  Judá,  y  Judá  entero,  y  todos  los 
moradores  de  Jerusalén  que  entráis 
por  estas  puertas  !  a  Así  afirma  Yah- 
veh :  Guardaos,  por  vuestra  vida, 
de  transportar  carga  el  día  del  sá- 
bado y  adentrarla  por  las  puertas  de 
Jerusalén  ;  "  ni  saquéis  carga  de 
vuestras  casas  en  el  día  del  sábado 
ni  ejecutéis  obra  alguna  ;  mas  san- 
tificad el  día  del  sábado,  como  lo 
ordené  a  vuestros  padres.»  a  Pero 
no  escucharon  ni  prestaron  oído,  si- 
no que  endurecieron  su  cerviz  para 
no  oír  ni  recibir  la  corrección.  *  cSi 
en  verdad  me  escucháis — dice  Yah- 
veh— ,  y  no  introducís  carga  ipor  las 
puertas  de  esta  ciudad  en  el  día  del 
sábado,  y  santificáis  este  día,  no 


realizando  en  él  trabajo  alguno, 
3  entrarán  por  las  puertas  de  esta 
ciudad  reyes  <y  príncipes>  s  que 
se  sienten  sobre  el  trono  de  David, 
montados  en  sus  carrozas  y  caba- 
llos, ellos  y  sus  príncipes,  los  varo- 
nes de  Judá  y  los  moradores  de  Je- 
rusalén, y  esta  ciudad  se  hallará 
siempre  habitada.  a  Y  vendrán  de 
las  ciudades  de  Judá,  y  de  los  alre- 
dedores de  Jerusalén,  y  de  la  tierra 
de  Benjamín,  de  la  llanura,  de  la 
montaña  y  del  Négueb,  trayendo  ho- 
locaustos, víctimas,  sacrificios  e  in- 
cienso, y  portadores  de  ofrendas  de 
acción  de  gracias  para  la  casa  de 
Yahveh.  57  Mas  si  no  me  escucháis 
en  lo  de  santificar  el  día  del  sábado 
y  no  transportar  carga  e  introducir- 
ía por  las  puertas  de  Jerusalén  en  el 
día  sabático,  prenderé  fuego  en  sus 
puertas  y  devorará  los  palacios  de 
Jerusalén  y  no  se  apagará.» 


u  Solio  de  gloria:  o  trono  glorioso,  e.  d.,  el  arca  de  la  alianza.  ||  Lugar  ds 
nuestro  santuario  :  e.  d.,  el  emplazamiento  del  templo  y  éste  mismo. 

a  En  la  tierra  serán  escritos  :  e.  d.,  en  el  polvo,  borrados  del  libro  de  los  vivos 
(San  Jerónimo).  En  general,  prefiérese  cambiar  H  :  Kit  1.  c.  Houbigant  «de  la  tierra 
serán  extirpados' ;  otros,  «cubriránse  de  vergüenza». 

'*  No  me  lancé  a  SEGUIRTE,  dejada  la  vida  pastoril  :  V  «non  sum  turbatus,  te  pas- 
torem  sequens».  Otros  corrigen  H  y  leen  «con  maligna  intención»  o  «para  su  daño» 
en  vez  de  «dejado  el  pastoreo». 


—  141 I  — 


18  i-i»  ' 


JEREMÍAS 


18 


Simbología  del  alfarero.   Nueva  conjura  contra  el 
profeta  y  plegaria  de  éste 


i  o  1  Palabra  que  llegó  a  Jeremías 
^  de  parte  de  Yahveh,  diciendo  : 
J  «Levántate  y  baja  a  la  casa  del 
alfarero  y  allí  te  haré  oír  mis  pala- 
bras.» a  Bajé,  pues,  a  la  casa  del  al- 
iarero,  y  he  aquí  que  estaba  traba- 
jando sobre  la  rueda.  4  Y  si  la  vasi- 
ja que  él  hacía  se  frustraba,  como  a 
[•suele  ocurrir  con]  ¡la  arcilla  en  ma- 
nos del  alfarero,  tornaba  a  hacer 
otra  vasija  según  le  placía. 

5  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 
veh  en  estos  términos  :  '  «¿  Acaso 
no  puedo  hacer  yo  con  vosotros,  ¡  oh 
casa  de  Israel ! ,  como  hace  este  al- 
farero?, declara  Yahveh.  Como  el 
barro  en  la  mano  del  alfarero,  así 
sois  vosotros  en  mi  mano,  casa  de 
Israel.  7  A  las  veces  resuelvo  contra 
una  nación  o  contra  un  reino  arran- 
carlo, destruirlo  y  arruinarlo  ;  8  mas 
si  esa  nación  se  convierte  de  la  mal- 


dad contra  la  cual  me  había  pronun- 
ciado, yo  me  arrepiento  del  mal  quc 
había  pensado  hacerle.  '  A  las  ve- 
ces, en  cambio,  resuelvo  sobre  una 
nación  o  un  reino  edificarlo  y  ha- 
cerlo crecer  prósperamente  ;  1,1  pero 
si  comete  lo  malo  a  mis  ojos,  sin 
escuchar  mi  voz,  me  arrepiento  del 
bien  que  había  prometido  hacerle. 

11  Habla,  ipues,  ahora  a  los  varones 
de  Judá  y  a  los  moradores  de  Jeru- 
salén,  diciendo  :  Así  afirma  Yah- 
veh :  He  aquí  que  estoy  forjando 
contra  vosotros  una  calamidad  y  ur- 
diendo un  plan  en  contra  vuestra  ; 
vuélvase  cada  uno  de  su  mal  cami- 
no, enmendad  vuestro  proceder  y 
vuestros  actos.»  *?  Mas  ellos  repli- 
can:  «¡Es  caso  desesperado!  Cierta- 
mente seguiremos  nuestros  designios 
y  cada  uno  obraremos  según  la  du- 
reza de  nuestro  perverso  corazón.» 


13  Por  tanto,  así  afirma  Yahveh  : 

Preguntad  a  las  naciones  :  i  ¿Quién  oyó  cosas  semejantes? 
Crimen  horrible  ha  cometido  |  la  doncella  de  Israel. 
M  ¿  Desaparecerá  acaso  de  la  roca  del  campo  ¡  la  nieve  del  Líbano? 
¿Se  agotanh,  por  ventura,  las  aguas  procedentes  de  lejos,  \ 

frescas,  'manaderas  ? 
,s  Pues  mi  pueblo  me  ha  olvidado,  |  a  la  vanidad  queman  incienso. 
Y  han  tropezado  0  en  sus  caminos,  |  sendas  antiguas, 
caminando  por  veredas,  |  vía  no  allanada  ; 
18  para  convertir  su  .país  en  desolación,  |  en  mofa  perpetua  : 
todo  el  que  ipase  por  ella  se  pasmará  ¡  y  meneará  su  cal>eza. 
11  Como  viento  solano  los  dispersaré  |  ante  el  enemigo  ; 
de  espalda  y  no  de  frente  los  veré  |  el  día  de  su  infortunio. 


18  Mas  han  dicho:  «¡Ea,  maqui- 
nemos asechanzas  contra  Jeremías, 
pues  no  ha  de  desaparecer  del  sacer- 
dote la  ley,  ni  del  sabio  el  consejo, 


ni  del  profeta  la  palabra.  Venid,  hi- 
rámosle con  la  lengua  y  no  preste- 
mos atención  a  ninguna  de  sus  pa- 
labras ! » 

haciende)  obra  (e.  d.,  una  vasija)  sobre  las 


ja  (U 


o  b 


14  La  roca  DBi.  campo:  sería  el  mismo  Líbano,  según  San  Jerónimo  y  otros;  algunos 
vierten  «el  altísimo  roquedal»  ;  más  a  menudo  se  corrige  de  sus  roras,  etc.  (cf.  Kit). 
G  «¿  Faltarán  nunca  los  depósitos  en  las  rocas  o  la  nieve  en  el  Líbano  ?» 

"A  la  vanidad:  o  también,  en  vano.  |l  No- allanada  :  que  no  es  cómodamente 
transitable. 

"  Ni  del  sabio  kl  CONSEJO:  para  conducir  el  Estado  en  circunstancias  difíciles.  ||  Hi- 
rámosle CON  la  lkxgua  :  H  admite  también  la  versión  en  la  lengua,  y  aun  tmáté- 
mosU  con  su  lengua»  (así  1.  Kit  e.  S),  en  el  sentido  de  a  causa  de,  etc. 


—  1412  — 


18  19-19  6 


JERKMÍ AS 


18  i»-19  12 


19  ¡  Atiéndeme,  oh  Yahveh,  |  y  escucha  la  voz  de  mis  contendientes! 
"¿Acaso  se  volverá  mal  por  bien,  | 

d  pues  han  cavado  fosa  a  mi  persona  d  ?  ['.. 
Acuérdate  de  que  me  he  presentado  ante  ti 
para  hablar  en  favor  suyo  f  y  apartar  de  ellos  tu  furor. 
a  Por  eso  entrega  a  sus  hijos  al  hambre  |  y  dalos  al  poder  de  la  espada  ; 
quédense  sus  mujeres  |  sin  hijos  y  viudas  ; 
sean  sus  hombres  0  muertos  de  peste  0  | 

y  sus  jóvenes  pasados  a  espacia  en  la  guerra. 
v  Oígase  griterío  salir  de  sus  casas,  | 

cuando  de  improviso  envíes  contra  ellos  horda  saqueadora  ; 
pues  han  cavado  una  hoya  para  cazarme  ¡  y  han  ocultado  lazos  a  mis  pies. 
■  Mas  tú,  Yahveh,  conoces  ¡  todas  sus  maquinaciones  de  asesinato  ; 
no  les  (perdones  su  iniquidad  |  ni  su  pecado  de  tu  presencia  borres  1  ; 
caigan  derribados  *  ante  ti  |  y  en  el  día  de  tu  ira  actúa  contra  ellos. 


La  botija  simbólica 


iQ  1  Así  dice  Yahveh  :  iVe  v  com- 
pra  una  botija  de  barro  de  al- 
farero y  tonta  contigo  "  algunos  de 
¡os  ancianos  del  pueblo  y  de  los  sacer- 
dotes b,  -  y  sal  al  valle  de  Beiv-Jin- 
nón,  que  está  a  la  entrada  de  la 
puerta  de  la  Alfarería,  y  allí  prego- 
narás las  palabras  que  yo  te  habla- 
ré. *  Dirás  así  :  ¡  Escuchad  la  pala- 
bra de  Yahveh,  reyes  de  Judá  y  mo- 
radores de  Jerusalén  !  Así  dice  Yah- 
veh de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  : 
He  aquí  que  yo  acarrearé  a  este  fu- 
gar tal  desgracia  que  a  todo  el  que 
la  oiga  le  retiñirán  los  oídos  ;  4  por 
cuanto  me  abandonaron  y  enajena- 
ron este  lugar  y  quemaron  en  él  in- 
cienso a  dioses  extraños,  desconoci- 
dos de  ellos,  de  sus  padres  y  de  los 
reyes  de  Judá,  llenando  este  lugar 
de  sanare  de  inocentes  ;  5  y  edifica- 
ron logares  altos  a  Baal  para  que- 
mar sus  propios  hijos  en  el  fuego 
como  holocausto  a  Baal,  lo  cual  no 
había  yo  ordenado  ni  les  había  di- 
cho, ni  aun  me  había  venido  a  las 
mientes.  *  Por  eso,  he  aquí  que  es- 
tán para  llegar  días — declara  Yah- 
veh— en  que  este  lugar  no  será  lla- 


mado ya  Tófet  ni  valle  de  Ben-Jin- 
nón,  sino  valle  de  la  Matanza.  'Y 
frustraré  en  este  sitio  los  designios 
de  Judá  y  Jerusalén,  y  harélos  caer 
a  espada  ante  sus  enemigos  y  a  mar 
no  de  quienes  atenían  contra  su  vi- 
da, y  daré  sus  cadáveres  como  pasto 
n  las  aves  del  cielo  y  las  bestias  de 
la  tierra.  s  Y  trocaré  esta  ciudad  en 
desolación  y  escarnio  :  todo  el  que 
pase  junto  a  ella  se  asombrará  y 
silbará  burlón  a  la  vista  de  todas 
sus  plagas.  8  Y  daréles  a  comer  ta 
carne  de  sus  hijos  y  la  carne  de  sus 
hijas,  y  se  devorarán  unos  a  otros 
en  las  angustias  y  los  apuros  con 
que  los  estrecharán  sus  enemigos  y 
quienes  atentan  contra  su  vida. 

10  Luego  quebrarás  la  botija  a  vis- 
ta de  los  hombres  que  te  acompa- 
ñan, "y  les  dirás:  As!  declara  Yah- 
veh de  los  ejércitos  :  De  esta  suerte 
quebraré  yo  a  este  pueblo  y  esta 
ciudad,  como  se  quiebra  la  vasija  del 
alfarero,  que  no  puede  recomponer- 
se más.  Y  en  Tófet  mismo  sepulta- 
rán, por  no  haber  otro  sitio  para 
enterrar.  ,2  Tal  haré  yo  con  este  lu- 
gar, afirma  Yahveh,  y  con  sus  mo- 


23  Actúa  contra  ellos  :  e.  d.,  aniquílalos. 

1  Q    :  Valle  de  Ben-JiNNÓN  :  cf.  7,  31,  nota. 

*  Enajenaron  este  lugar  :  trocándolo  de  templo  del  verdadero  Dios  en  santuario 
de  dioses  extraños. 

*  Lugarls  altos  :  ef.  7,  31  ¡  3  Re.  31.  3,  etc. 
"Cf.  7,  31-33  V  nota. 

•  ANGUSTIAS  :  V  y  otros,  «asedio».  Todo  esto  y  más  sucedió  en  el  sitio  de  Jerusalén 
por  Nabucodonosor. 

11  Y  en  Tófet...  :  cf.  7,  32.  En  G  falta  esa  frase. 

12  EN  un  Tófet  :  e.  d.,  llenaré  a  Jerusalén  de  cadáveres. 


—  1413  — 


19 13-20  i» 


JEREMÍAS 


19  15-20  w 


radores,  y  convertiré  a  esta  ciudad 
en  un  Tófet.  "  Y  las  casas  de  Jeru- 
salén  y  los  palacios  de  los  reyes  de 
Judá  resultarán,  como  el  lugar  del 
Tófet,  inmundos  :  las  casas  todas  en 
cuyos  terrados  se  han  quemado  sa- 
crificios a  toda  la  milicia  celeste  y 
han  ofrecido  libaciones  a  dioses  ex- 
traños.» 

M  Y  Jeremías  regresó  del  Tófet, 


adonde  le  enviara  Yahveh  a  profeti- 
zar, *y  se  paró  en  el  atrio  del  templo 
y  dijo  al  pueblo  :  15  «Así  declara 
Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de  Is- 
rael :  He  aquí  que  voy  a  atraer  so- 
bre todas  sus  villas  anejas  toda  la 
desventura  que  contra  ella  he  pro- 
nosticado, ^porque  han  endurecido  su 
cerviz  para  no  escuchar  mis  pala- 
bras.» 


Jeremías  y  el  sacerdote  Pasjur.  Martirio  y  amarga  queja 
del  profeta 


cyr\  1  El  sacerdote  Pasjur,  hijo  de 
Immer,  que  era  inspector  jefe 
de  la  casa  de  Yahveh,  oyó  a  Jere- 
mías vaticinando  tales  cosas,  -  hizo 
golpear  al  profeta  Jeremías  y  lo  pu- 
so en  el  ceipo  existente  en  la  puerta 
superior  de  Benjamín,  en  la  casa  de 
Yahveh.  '  A  la  mañana  siguiente, 
Pasjur  sacó  a  Jeremías  del  cepo,  y 
Jeremías  le  dijo  :  Yahveh  no  te  lla- 
ma Pasjur,  sino  Magor-mi-sabib  (Te- 
rror en  torno)  ;  4  pues  así  afirma 
Yahveh  :  He  aquí  que  yo  te  consti- 
tuyo en  horror  a  ti  y  todos  tus  ami- 
gos ;  y  caerán  bajo  la  espada  de 
sus  adversarios,  contemplándolo  tus 


ojos  ;  y  a  todo  Judá  entregaré  en 
poder  del  rey  de  Babilonia,  que  los 
deportará  a  Babilonia  y  los  matará 
a  espada.  6  Y  daré  todas  las  riquezas 
de  esta  ciudad,  toda  su  fortuna  y 
todas  sus  cosas  preciosas  ;  también 
todos  los  tesoros  de  los  reyes  de  Ju- 
dá entregaré  en  poder  de  sus  ene- 
migos, que  los  saquearán,  los  coge- 
rán y  los  llevarán  a  Babilonia.  °  Y 
tú,  Pasjur,  y  todos  los  moradores  de 
tu  casa,  marcharéis  al  cautiverio  ; 
irás  a  Babilonia  y  allí  morirás  y  se- 
rás sepultado,  así  tú  como  todos  tus 
aimigos,  a  quienes  vaticinabas  men- 
tira. 


■  Tú  me  sedujiste,  Yahveh,  y  yo  .me  dejé  seducir  ;  ] 

fuiste  más  fuerte  que  yo  y  me  venciste. 
He  venido  a  ser  irrisión  todo  el  día  ;  |  todos  se  burlan  de  mí. 
8  En  verdad,  cada  vez  que  hablo  he  de  vociferar.  | 

«¡Padezco  violencia  y  tiranía!»,  he  de  clamar  ; 
v  la  palabra  de  Yahveh  tórnaseme  |  oprobio  y  befa  cada  día. 
*  Y  exclamo  :  «¡No  me  acordaré  de  él  |  ni  hablaré  más  en  su  nombre  !»  ; 
pero  siento  en  mi  corazón  como  un  fuego  abrasador,  | 

encerrado  en  mis  huesos  ; 
me  he  fatigado  grandemente  por  soportarlo,  |  pero  no  puedo. 
10  Ciertamente  he  oído  la  calumnia  de  muchos  :  | 

«¡Terror  por  todas  partes!  |  Anunciadlo,  anunciémoslo!» 
Todos  mis  amigos  |  acechan  mi  traspié  : 
« ¡  Quizás  se  deje  coger  y  nos  haremos  dueños  de  él  | 

y  tomaremos  del  mismo  venganza!» 


14  En  el  atrio  del  templo  :  e.  d.,  en  el  gran  patio  del  templo. 
14  Villas  anejas  :  los  arrabales  de  Jerusalén. 

nn    1  El  sacerdote  :  que  estaba  en  funciones  de  tal,  inspector  de  los  levitas. 
*  Terror  en  torno  :  o  por  doquier. 
•  Vaticinabas  mentira  :  era,  pues,  falso  profeta. 

'  Tú  me  sedujiste  :  o  bien,  «persuadiste»  o  me  has  reducido  a  una  humillación  que 
no  esperaba. 

10  Acechan  tti  traspié,  tambaleo  o  caída  :  V  «custodientes  latum  meum». 


—  1414  — 


20  "-21  6 


JEREMÍAS 


20  n-21 11 


u  Mas  Yahveh  está  conmigo  como  un  héroe  poderoso  ;  | 

por  eso  mis  perseguidores  tropezarán  y  no  lograrán  nada  ; 
quedarán  sobremanera  confundidos,  porque  no  tuvieron  éxito  ;  | 

será  una  ignominia  penpetua  e  inolvidable. 
"Más,  ¡oh  Yahveh  de  los  ejércitos,  que  pruebas  al  justo  ¡ 

y  exploras  los  ríñones  y  el  corazón!, 
yo  he  de  ver  tu  venganza  sobre  ellos,  |  pues  que  te  he  propuesto  mi  pleito. 
"  Cantad  a  Yahveh,  |  load  a  Yahveh, 
pues  libra  el  alma  del  pobre  |  de  mano  de  malvados. 
"  ¡  Maldito  el  día  |  en  que  nací, 
el  día  en  que  me  parió  mi  madre  |  no  sea  bendito ! 
■  ¡  Maldito  el  varón  que  albrició  |  a  mi  padre,  diciendo  : 
«¡Te  ha  nacido  un  hijo  varón !»,  |  llenándole  de  gozo. 
"  Sea  tal  hombre  como  las  ciudades  |  que  Yahveh  destruyó  sin  apiadarse  ; 
oiga  gritos  por  la  mañana  |  y  alaridos  al  mediodía. 
17  ¡  Que  no  me  hiciera  morir  en  a  el  seno  materno  | 

y  habría  sido  mi  madre  mi  sepulcro 
y  su  matriz  tenido  perpetua  gravidez!  |  "¿Por  qué  salí  del  seno 
para  ver  [sólo]  trabajo  y  dolor  ¡  y  que  mis  días  se  consuman  en  el  oprobio  ? 


Mensaje  de  Sedecías:  la  destrucción  del  reino 


.->-i  1  Palabra  que  mí  dirigió  a  Je- 
remías  por  parte  de  Yahveh 
cuando  el  rey  Sedéelas  le  remitió  a 
Pasjur,  hijo  de  Malkiyyá,  y  al  sacer- 
dote Sofonias,  hijo  de  Maaseyá,  di- 
ciendo :  "  «Consulta,  te  ruego,  por 
nosotros  a  Yahveh,  pues  Nabucodo- 
nosor,  rey  de  Babilonia,  nos  ha  mo- 
vido guerra.  Tal  vez  haga  Yahveh 
con  nosotros  según  todos  sus  prodi- 
gios y  [aquél]  tenga  que  retirarse 
de  nosotros.» 

*  Y  Jeremías  les  dijo  :  Así  diréis  a 
Sedecías  :  *  Tal  dice  Y'ahveh,  Dios 
de  Israel  :  He  aquí  que  yo  haré  vol- 
ver atrás  las  armas  que  lleváis  en 
vuestras  manos  y  con  las  cuales  pe- 
leáis contra  el  rey  de  Babilonia  y 
los  caldeos  que  os  tienen  asediados 
fuera  de  la  muralla,  y  las  reuniré  en 
medio  de  esta  ciudad  ;  6  y  yo  mismo 
lucharé  contra  vosotros  con  mano 
extendida  y  brazo  fuerte,  y  con  có- 
lera, furor  y  grande  ira.  '  Y  heriré 
a  los  moradores  de  esta  ciudad,  a  los 
hombres  y  las  bestias  ;  de  una  gran 


pestilencia  morirán.  T  Y  después  de 
esto,  declara  Yahveh,  a  Sedecías, 
rey  de  Judá  ;  a  sus  servidores,  a  to- 
do el  pueblo  y  a  los  que  escapen  en 
esta  ciudad  de  la  peste,  la  espada  y 
el  hambre,  los  entregaré  en  manos 
de  Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia, 
y  en  manos  de  sus  enemigos,  y  en 
poder  de  quienes  atentan  contra  6U 
vida,  y  él  los  pasará  a  filo  de  espa- 
da, sin  que  los  compadezca,  ni  se 
apiade,  ni  ten^a  misericordia.  8  Y'  a 
este  pueblo  dirás  :  Así  afirma  Yah- 
veh :  Mirad  que  os  propongo  el  ca- 
mino de  la  vida  y  el  camino  de  la 
muerte.  "  Quien  quede  en  esta  ciur 
dad  morirá  a  espada,  de  hambre  v 
de  peste  ;  mas  el  que  saliere  y  se 
rindiere  a  los  caldeos  que  os  ase- 
dian, vivirá  y  conservará  su  vida  co- 
mo botín.  10  Porque  he  fijado  mi  ros- 
tro en  esta  ciudad  para  perjuicio  y 
no  para  provecho,  afirma  Yahveh  ; 
en  manos  del  rey  de  Babilonia  será 

I  entregada,  y  la  quemará  a  fuego. 

i  11  Yr  a  la  casa  del  rey  de  Judá  [di]  : 


13  Coincide  con  II,  20;  aquí  prb.  add.,  anota  Kit. 

M  ss.  Las  maldiciones  e  imprecaciones  que  van  en  estos  versículos  no  son  eino 
enfáticas  expresiones,  muy  usadas  en  Oriente  para  expresar  un  vivo  dolor.  Compá- 
rense estos  improperios  de  Jeremías  con  los  de  Job  3,  5  ss. 

n  Albrició  a  mi  padre  :  según  costumbre  oriental  de  comunicar  al  padre  el  naci- 
miento del  hijo  mediante  un  mensajero  que  recibía  de  él  albricias. 

p-j  El  urz  saliere  :  por  aquí  se  ve  el  deseo  que  tenia  Dios  de  evitar  efusión  de 
^,J-  sangre  y  guardar  a  Israel. 


—  1415  — 


21  12~22  w 


JEREMÍAS 


21 12~ 22  10 


Escuchad  la  palabra  de  Yahveh  :  |  u  Casa  de  David,  así  dice  Yahveh  : 
Ejercitad  tliariamente  justicia  |  y  librad  al  expoliado  de  mano  del  opresor, 
no  sea  que  salga  como  fuego  mi  indignación  | 

y  ee  encienda  y  no  haya  quien  la  apague, 
a  a  causa  de  la  maldad  de  vuestros  actos  a. 
,;  Mira  que  a  ti  [me  dirijo],  moradora  del  valle,  ¡ 

roca  de  la  llanura — declara  Yahveh. 
Los  que  decís  :  ¿  Quién  bajará  a  pelear  contra  nosotros  ?  | 

¿  Quién  podrá  penetrar  en  nuestras  moradas  ? 
"  b  Mas  yo  os  castigaré  con  arreglo  al  fruto  de  vuestras  obras— declara 

Yahveh  »  ; 

y  prenderé  fuego  a  su  bosque  |  y  devorará  todos  sus  alrededores. 


Amenazas  de  castigo  a  la  casa  real 


<r)<r)  1  Así  dice  Yahveh  :  llaja  a  la 
casa  del  rey  de  Judá  y  pronun- 
cia allí  este  vaticinio.  s  Dirás,  pues  : 
Escucha  la  palabra  de  Yahveh,  ¡oh 
rey  de  Judá  que  te  sientas  sobre  el 
trono  de  David!,  así  tú  como  tus 
servidores  y  tu  pueblo,  los  que  en- 
tráis por  esias  puertas.  3  Así  declara 
Yahveh  :  Practicad  el  derecho  y  la 
justicia  y  librad  al  expoliado  de 
mano  del  opresor  ;  y  al  extranjero, 
el  huérfano  y  la  viuda  no  vejéis  ni 
hagáis  violencia,  ni  derraméis  san- 


gre inocente  en  este  lugar.  *  Pues, 
si  en  verdad  cumpliereis  esta  pres- 
cripción, entrarán  por  los  portones 
de  este  palacio  reyes  que  se  sienten 
sobre  el  trono  de  David,  montados 
en  carrozas  y  caballos,  a  así  ellos 
como  sus  servidores  y  su  pueblo  a. 
r'  Mas  si  no  escuchareis  estas  pala- 
bras, por  mí  mismo  juro,  dice  Yafli- 
veh,  que  este  palacio  se  trocará  en 
ruinas.  6  Pues  así  afirma  Yahveh  so- 
bre el  palacio  del  rey  de  Judá  : 


Fuiste  para  mí  como  el  [monte]  de  Galaad,  |  cumbre  del  Líbano  ; 
ciertamente  he  de  convertirte  en  un  desierto,  |  en  ciudad  inhabitada  b. 
7  Y  consagro  contra  li  a  devastadores,  |  los  hombres  y  sus  armas, 
y  talan  tus  cedros  más  selectos  !  y  los  arrojan  al  fuego. 


8  Y  pasarán  muchas  gentes  junto 
a  esta  ciudad  y  se  preguntarán  unos 
a  otros  :  «¿  Por  qué  ha  obrado  Yah- 
veh así  con  esta  ciudad?»  "Y  se 


contestará  :  «Porque  abandonaron  la 
alianza  de  Yahveh,  su  Dios,  y  se 
prosternaron  ante  dioses  extraños  y 
los  sirvieron.» 


"'  No  lloréis  al  muerto  ni  hagáis  duelo  por  él  ;  | 

llorad  amargamente  por  el  que  parte, 
pues  no  volverá  a  ver  más  |  la  tierra  en  que  nació. 


r-  Diariamente  :  lit.,  II  a  ¡a  mnmimi;  tf.  Kit. 

a  Moradora  i>kj.  valle  :  Jerusalén,  que  así  era  llamada  por  estar  rodeada  de  valles 
con  los  montes  de  Sión  y  Morid.  ||  Roca  df.  i.a  llanura:  o  también,  habitante  de  la 
roca  (o  refugio)  del  llano  ;  V  «habitatriccm  vallis  solidae  ct  campcstrls* :  Kit  corri- 
ge H  y  1.  «roca  de  la  fortaleza  (o  el  refugio,  el  escarpe)».  ||  BAJARÁ  (a  pelear)  contra 
nosotros  :  GLArV  nos  herirá, 

"Castigaré:  o  pediré  cuentas,  residenciaré.  |l  Pkfni>kré  mico  a  su  bosque:  Jeru- 
salén, cuyas  apretadas  casas  le  daban  forma  de  bosque. 

Ort     <  Cf.  i7,  25. 

¿*¿>     '■  Covsai;r¡i  a  santifico  :  «Santo — dice  San  Jerónimo — se  llama  a  KabucodonosoT  y 
todo  su  ejército  i>orquc  ejecuta  la  sentencia  de  Dios...  Una  cosa  es  la  santificación  del 
matador  y  de  sus  armas,  y  otra  la  de  los  sacerdotes  y  ministros  del  Señor.» 
10  Al.  HUERTO  :  e.  d.,  al  rey  Josfas,  que  murió  piadosamente. 


—  1416  — 


22 


JEREMÍAS 


22  12-29 


n  Pues  así  dice  Yahveh  respecto  a 
Sellum,  hijo  de  Josías,  rey  de  Judá, 
que  reinó  en  lugar  de  Josías,  eu  pa- 
dre, y  que  salió  de  este  lugar  :  No 


volverá  allá  más,  "  sino  que  en  el 
lugar  a  donde  lo  lleven  cautivo,  allí 
morirá,  y  esta  tierra  no  verá  va. 


"  ¡  Av  de  quien  edifica  su  casa  sin  justicia  ]  y  sus  salas  altas  sin  equidad  ; 

>e  sirve  de  su  prójimo  de  balde  |  y  no  le  remunera  su  trabajo  ! 

"  El  que  dice  :  Voy  a  edificarme  una  casa  espaciosa  |  y  amplios  salones. 

Y  rasga  sus  ventanas,  la  artesona  de  cedro  |  y  la  pinta  de  rojo. 

15  ¿  Eres  tú  rey,  para  que  | 

muestres  tanto  apasionamiento  en  [edificar]  con  cedros  ? 
¿  Acaso  no  comió  v  bebió  tu  padre, 

mas  practicó  el  derecho  y  la  justicia,  y  entonces  gozó  de  bienandanza  .'  I 
a  Juzgaba  la  causa  del  pobre  y  del  mísero,  |  c  marchando  todo  bien  c. 
¿Ño  es  eso  conocerme? — afirma  Yahveh. 

Mas  tú  no  tienes  ojos  ni  corazón  |  sino  para  tu  ganancia  ilícita, 
para  derramar  sangre  inocente,  |  para  la  vejación  y  para  ejercer  tiranía, 

18  Por  ello,  así  dice  Yahveh  a  Joaquina,  hijo  de  Josías,  rey  de  Judá  : 
Xu  le  plañirán:    ¡  Ay  hermano!   ¡  A  y  hermana!  ¡ 
No  le  endecharán  :  ¡  Ay  señor  !  ¡  Ay  majestad  ! 
10  Darásele  la  sepultura  de  un  asno, 

se  le  arrastrará  y  echará  |  fuera  de  las  puertas  de  Jerusalén. 
10  Escala  el  Líbano  y  grita  |  y  en  el  Basán  emite  tu  voz  ; 
grita  desde  el  Afearan,  ¡  pues  han  sido  destrozados  tus  amantes. 
■  Te  hablé  en  tiempo  de  tu  (prosperidad  ;  ¡ 

respondiste  :  «No  quiero  escuchar.» 
Tal  ha  sido  tu  proceder  desde  tu  juventud  :  |  no  has  escuchado  mi  voz. 
"  El  viento  apacentará  a  todos  tus  pastores  ¡ 

y  tus  amantes  partirán  al  cautiverio  ; 
entonces  te  avergonzarás  y  sonrojarás  ]  de  toda  tu  maldad. 
-1  Tú.  que  moras  en  el  Líbano  |  y  anidas  en  los  cedros, 
¡cuán  profundamente  gemirás  cuando  te  vengan  los  dolores,  | 

espasmos  como  de  parturienta  !  - 


M  Por  mi  vida,  dice  Yahveh,  que 
aunque  fuera  Jeconías,  hijo  de  Joa- 
quim,  rey  de  Judá,  anillo^  sobre  mi 
diestra,  cieriamente  de  allí  te  arran- 
caría. *  Y  te  entregaré  en  manos  de 
quienes  atentan  contra  tu  vida  y  en 
poder  de  aquellos  a  quienes  temes, 


en  mano  de  Nabucodonosor,  rey  de 
Babilonia,  y  en  mano  de  los  caldeos. 
"  Y  te  lanzaré  a  ti  y  a  la  madre  que 
te  engendró  a  otra  tierra  donde  no 
nacisteis,  y  allí  moriréis.  27  Pero  a 
esta  tierra  adonde  su  alma  anhela 
volver,  no  volverán. 


*  ¿  Es  acaso  un  vaso  despreciable  y  quebrado  ¡  este  hombre  Jeconías. 

un  objeto  que  a  nadie  agrada  ?  ' 
¿  Por  qué  d  e  han  sido  desechados  él  y  su  estirpe  | 

y  arrojados  a  la  tierra  que  no  conocían  "  ? 
M  ¡  Tierra,  tierra,  tierra,  |  escucha  la  palabra  de  Yahveh  ! 


14  Su  casa  sin  justicia:  el  rey  Joaquim,  establecido  jx>r  Nekao,  rey  «le  Egipto,  en 
lugar  de  Sel-lum. 

54  La  artesona  de  cedro  :  II  (techadas  ;  ef.  Ferrara  :  «zaquizaminada  con  alerces». 

:7  Tara  ejercer  tiranía  :  e.  d.,  para  opryuir  (o  vejar)  al  menesteroso. 

¡Ay  nERMANo !   ¡Ay  hermana!  :  gritos  de  lamentación  usarlos  en  los  funerales. 

*>  El  Abarim  o  los  Abarim  :  es  una  montaña  del  sudeste  de  Palestina,  y  a  la  cual 
pertenece  el  monte  Nebó.  V  «ad  transeúntes*,  GS  tdel  otro  lado  del  man,  T  «a  los 
vados». 

"El  viento  apacentará  a  todos  tus  pastores:  e.  d.,  tus  jefes  y  autoridades  serán 
pasto  10  sea,  dispersados)  del  viento  del  infortunio.  Hay  en  el  hebreo  un  juego  de 
vocablos  entre  pastoreará  y  pastores. 


—  1417  — 


22  30-23  12 


JEREMÍAS 


22  30-23  " 


*°  '  Así  dice  Yahveh  '  : 

Inscribid  a  este  hombre  como  sin  hijos  | 

e  varón  que  en  sus  días  no  ha  de  prosperar  s  ;  ¡ 

pues  no  logrará  de  su  descendencia 
varón  que  se  siente  sobre  el  trono  de  David  |  y  domine  aún  en  Judá. 


Contra  los  malos  pastores  de  Israel. 
Esperanzas  mesiánicas 


O  O  1  i  Ay  de  los  pastores  que  ha- 
^,¿>  cen  perecer  y  destrozan  el  re- 
baño de  mi  pastizal!,  afirma  Van- 
veh.  !  Por  ello  así  dice  Yahveh,  Dios 
de  Israel,  a  los  pastores  que  pasto- 
rean a  mi  pueblo  :  «Vosotros  habéis 
dispersado  mi  rebaño,  lo  habéis  des- 
carriado y  no  habéis  cuidado  de  él. 
He  aquí  que  yo  os  castigaré  la  mal- 
dad de  vuestras  obras,  afirma  Yah- 

*  b  He  aquí  que  tiempo  vendrá — declara  Yahveh  | 

en  que  suscitaré  a  David  un  vástago  justo  ; 
y  reinará  como  rey  y  obrará  sabiamente,  | 

y  ejercitará  el  derecho  y  la  justicia  en  la  tierra. 

•  En  sus  días  será  salvada  Judá  |  e  Israel  habitará  confiadamente, 

y  éste  será  el  nombre  con  que  le  llamarán  :  |  «Yahveh  nuestra  justicia. 


veh.  *  »  Y  yo  recogeré  los  restos  de 
mi  rebaño  de  todas  las  tierras  adon- 
de los  expulsé  y  harélos  volver  a 
sus  prados,  y  fructificarán  y  se  mul- 
tiplicarán. 1  Y  suscitaré  sobre  ellos 
pastores  que  los  apacienten,  y  ya  no 
temerán  más,  ni  se  angustiarán,  ni 
se  echará  nada  de  menos,  dice  Yah- 
veh. 


*  Por  eso,  mirad  que  llegarán  días, 
afirma  Yahveh,  en  que  no  se  dirá 
ya  :  «¡  Vive  Yahveh,  que  subió  a  los 
hijos  de  Israel  del  país  de  Egipto!», 
8  sino  «¡Vive  Yahveh,  que  sacó  y 


trajo  a  la  descendencia  de  la  casa  de 
Israel  de  la  tierra  del  septentrión  y 
de  todos  los  países  adonde  los  había 
yo  expulsado,  y  habitarán  en  su  tie- 
rra.» 


•  A  los  profetas  : 

«Quiébraseme  el  corazón  dentro  de  mí,  |  se  estremecen  todos  mis  huesos  ; 
estoy  como  un  hombre  ebrio  |  y  cual  varón  dominado  por  el  vino 
ante  Yahveh  y  sus  santas  palabras. 
"  Pues  los  adúlteros  han  llenado  el  país  ; 
por  causa  de  la  maldición  la  tierra  está  agostada,  | 

se  han  secado  los  oasis  del  desierto  ; 
su  esfuerzo  es  maldad,  ¡  y  su  fortaleza,  lo  injusto. 
"  Porque  incluso  el  profeta  y  el  sacerdote  se  han  hecho  impíos,  ¡ 

hasta  en  mi  propia  casa  he  descubierto  su  maldad — declara  Yahveh. 
la  Por  esto,  su  camino  será  para  ellos  |  como  resbaladero  en  tinieblas  ; 
serán. empujados  |  y  caerán  en  él  ; 

pues  atraeré  sobre  "ellos  la  desgracia  |  el  año  de  su  castigo — afirma  Yahveh. 


Ni  se  echarA  nada  (o  ninguna  res)  db 


*°  Inscribid  :  en  las  tablas  Genealógicas. 

rtO    4  Pastores  :  a  la  letra,  Zorobabel  y  otros  que  gobernaron  en  Judá  después  de! 

cautiverio  ;  pero  en  sentido  más  elevado,  los  apóstoles,  destinados  a  cruiar  a  los 
fieles  librados  de  la  cautividad  del  demi 
menos  :  V  «et  nullus  quaeretur  ex  numero». 

°-«Cf.  33,  15-16. 

'-«Cf.  16,  14-15. 

"  Y  habitarán  :  otros,  «y  los  condujo  de  nuevo  a». 
•  A  los  profetas  :  e.  d.,  los  falsos  profetas. 
u  Castigo  :  visita,  residencia,  toma  de  cuentas. 


—  1418  — 


23  "-29 


JEREMÍAS 


23  «-» 


"Y  en  Jos  profetas  de  Samaría  |  observé  incongruencia  : 

han  profetizado  en  nombre  de  Baal  |  y  descarriado  a  mi  pueblo,  Israel. 

34  Y  en  los  profetas  de  Jerusalén  |  he  visto  cosa  horripilante  : 

adulteran  y  andan  en  la  mentira,  |  esfuerzan  a  los  perversos  » 

para  que  ninguno  se  convierta  de  su  maldad  ; 

han  sido  para  mí  todos  ellos  como  Sodoma,  | 

y  sus  moradores,  como  Gomorra. 
"  Por  tanto,  así  afirma  Yahveh  de  los  ejércitos  acerca  de  los  profetas  : 
He  aquí  que  yo  les  daré  a  comer  ajenjo  |  ' 

y  daréles  a  ibeber  agua  envenenada  ; 
porque  de  los  profetas  de  Jerusalén  | 

ha  partido  la  corrupción  para  todo  el  país.» 
"  Así  afirma  Yahveh  de  los  ejércitos  : 

No  escuchéis  lias  palabras  de  los  profetas  b  qué  os  vaticinan,  b  ¡ 

que  os  engañan  ; 
visiones  de  su  imaginación  os  cuentan,  |  no  de  la  boca  de  Yahveh. 
"Dicen  a  quienes  desprecian  la  palabra  de  Yahveh  :  |  «¡Tendréis  paz!», 
y  a  cuantos  siguen  la  obstinación  de  su  corazón  afirman  :  | 

«¡No  os  sobrevendrá  mal  alguno!» 

*  Mas  ¿  quién  ha  asistido  al  consejo  de  Yahveh  | 

y  ha  visto  y  oído  su  palabra  ?  | 

¿Quién  ha  prestado  atención  a  su  palabra  y  le  ha  escuchado? 
"  He  aquí  que  el  huracán  de  la  ira  de  Yahveh  se  desencadena  | 

y  una  tempestad  estalla, 
sobre  la  cabeza  de  los  impíos  se  precipita.  | 

M  No  volverá  atrás  la  cólera  de  Yahveh 
hasta  que  ejecute  y  lleve  a  efecto  |  los  designios  de  su  corazón  ; 
al  fin  de  Oos  tiempos  |  adquiriréis  de  ello  inteligencia. 
31  No  envié  a  los  profetas,  |  y  ellos  corrían  ; 
no  les  hablé,  |  y  ellos  vaticinaban. 

*  Si  hubieran  asistido  a  mi  consejo,  | 

habrían  anunciado  mis  palabras  a  mi  pueblo 
y  lo  habrían  apartado  de  su  mal  camino  | 

y  de  la  perversidad  de  sus  acciones. 
a  ¿  Acaso  soy  [sólo]  un  Dios  de  cerca — dice  Yahveh,  ] 

mas  no  un  Dios  de  lejos  ? 

*  Si  un  homibre  se  ocultare  en  los  escondrijos,  | 

¿  no  lo  veré  yo  acaso  ? — dice  Yahveh. 
¿  Por  ventura  los  cielos  y  la  tierra  |  no  lleno  ? — declara  el  Señor. 


*  He  oído  lo  que  decían  los  pro- 
fetas, que,  vaticinando  en  mi  nom- 
bre mentiras,  exclamaban:  «¡He  te- 
nido un  sueño !  ¡  He  tenido  un  sue- 
ño!» 26  ¿Hasta  cuándo  habrá  en  el 
corazón  de  los  profetas  vaticinios  fal- 
sos y  profetizarán  los  engaños  de  su 
corazón  ?  27  Proyectan  hacer  que  mi 


pueblo  se  olvide  de  mi  nombre  con 
sus  sueños,  que  se  cuentan  unos  a 
otros,  como  sus  padres  se  olvidaron 
de  mi  nombre  por  Baal.  28  El  profe- 
ta que  tenga  un  sueño,  cuente  eJ 
sueño,  y  quien  posea  mi  palabra, 
profiera  mi  palabra  fielmente. 


Qué  tiene  que  ver  la  paja  con  el  grano  ? — declara  Yahveh. 
¿  No  es  0  mi  palabra  como  el  fuego — afirma  Yahveh,  | 
y  cual  martillo  que  despedaza  la  piedra  ? 


a  Envenenad»  :  lit.,  de  veneno,  sacado  de  la  cabeza  de  la  adormidera ;  Ferrar», 
«adelfa^ 

Imaginación  :  lit.,  corazón. 
"  Tf.ndrf.is  paz  :  o  bien,  tendréis  suerte  o  felicidad. 
Cf .  30,  23-24. 


—  1419-^ 


23  30-24  4 


JEREMÍAS 


23  36-24  » 


30  Por  eso,  heme  aquí  contra  los 
profetas,  dice  Yahveh,  que  se  hur- 
tan unos  a  otros  mis  palabras.  31  Mi- 
rad quu  yo  [voy  a  venir]  sobre  los 
profetas — declara  Yahveh — que  co- 
gen su  lengua  y  (profieren  oráculo. 
12  Aquí  me  tenéis  contra  los  que  pro- 
fetizan sueños  .mentirosos  —  afirma 
Yahveh — y  los  cuentan  y  engañan  a 
mi  pueblo  con  sus  mentiras  y  sus 
fanfarronadas,  pues  yo  no  los  envié 
ni  les  di  orden,  y  en  nada  aprove- 
chan a  este  pueblo,  dice  Yahveh. 

33  Y  cuando  te  pregunte  este  pue- 
blo, o  un  'profeta,  o  un  sacerdote, 
diciendo:  «¿Cuál  es  la  carga  (u 
oráculo)  de  Yahveh?»,  les  contesta- 
rás :  Vosotros  d  sois  la  carga  de  Yah- 
veh, mas  yo  os  rechazaré,  dice  Yah- 
veh. 34  Y  al  iprofeta,  al  sacerdote  v  al 
pueblo  que  diga  «carga  de  Yahveh», 
yo  castigaré  a  ese  hombre  y  su  casa. 
35  Así  habéis  de  decir  cada  uno  a  su 
compañero,  cada  uno  a  su  hermano  : 


«¿Qué  ha  respondido  v  qué  ha  ha- 
blado Yahveh?»  30  No  mencionéis 
más  la  «carga  de  Yahveh»,  pues  a 
cada  uno  se  le  trocará  en  carga  su 
propia  palabra,  ya  que  habéis  per- 
vertido las  palabras  del  Dios  vivo, 
Yahveh  de  los  ejércitos,  nuestro 
Dios.  31  Así  dirás  al  profeta  :  «¿Qué 
te  ha  respondido  Yahveh  ?  ¿  Y  qué 
te  ha  hablado  ?»  38  Pero  si  dijereis 
«carga  de  Yahveh»,  entonces  Yah- 
veh afirma  así  :  «Por  cuanto  habéis 
proferido  esta  expresión  :  «carga 
de  Yahveh»,  habiéndoos  yo  enviado 
a  decir  :  No  digáis  «carga  de  Yah- 
veh», 39  por  eso  he  aquí  que  yo  os 
cogeré,  trcuisportándoos  L'  [como  una 
carga]  y  os  arrojaré  de  mi  presen- 
cia, y  asimismo  a  la  ciudad  que  di 
a  vosotros  y  vuestros  padres,  40  y  os 
cubriré  de  perpetuo  oprobio  y  de 
eterna  ignominia,  que  jamás  será  ol- 
vidada.» 


Visión  simbólica  de  los  canastillos  de  higos 


o¿l  1  Mostróme  Yahveh  dos  eanas- 
tillos  de  higos  colocados  de- 
lante del  templo  de  Yahveh.  Era 
después  de  haber  deportado  Nabu- 
codonosor,  rey  de  Babilonia,  a  Jeco- 
nías,  hijo  de  Joaquim,  rey  de  Judá  ; 
a  los  dignatarios  de  ésta,  y  a  los 
herreros  v  cerrajeros,  de  Jerusalén 
a  Babilonia.  s  Uno  de  los  canastillos 
contenía  higos  muy  buenos,  como 
las  albacoras,  y  el  otro  canastillo 
higos  tan  malos,  que  de  malos  no 
se  podían  comer. 
a  Y  díjome  Yahveh  :   «¿  Qué  ves, 

Íeremías?»  «Higos»,  respondí.  «Los 
tigos  buenos  son  muy  buenos,  y  los 
malos,  tan  malos  que"  no  pueden  co- 
merse de  malos.»  4  Y  Yahveh  diri- 


gióme su  palabra,  diciendo  :  1  Así 
afirma  Yahveh,  Dios  de  Israel  :  Co- 
mo a  estos  higos  buenos,  de  igual 
suerte  miraré  benévolamente  a"  los 
desterrados  de  Judá,  a  quienes  ex- 
pulsé de  este  lugar  al  ipaís  de  los 
caldeos.  «  Fijaré  mi  vista  en  ellos 
benignamente  y  los  haré  volver  a  es- 
ta tierra  ;  los  edificaré  y  no  los  des- 
irurré,  los  plantaré  y  no  los  arran- 
caré. '  Y  les  daré  un  corazón  para 
que  reconozcan  que  soy  Yahveh  ; 
ellos  constituirán  mi  pueblo  y  yo 
seré  su  Dios,  pues  se  convertirán  a 
mí  de  todo  corazón. 

8  Y  como  esos  higos  malos,  que 
de  malos  no  ipueden  comerse — *  en 
verdad,  así  afirma  Yahveh  a — ,  del 


31  Que  COGEN  su  lengua  ¡  e.  d.,  que  hablan  como  si  Dios  los  inspirase,  y  no  es 
cierto. 

m  Carga  u  oráculo:  el  profeta,  en  los  vv.  jj-39,  juega  con  los  dos  significados  del 
vocablo  hebreo  massá  'oráculo'  y  'carga'  (o  "encargo'?). 

85  Cada  uno  a  su  compañero,  cada  uno  a  su  hermano:  o  sea  mutuamente  unos  ■ 
otros. 

38  Se  i.e  trocará  la  carga  :  e.  d.,  hallará  en  sus  palabras  su  propio  castigo. 

*)A     1  Delanik  DE1  IBMPLO  :  e.  d.,  delante  de  lu  puerta  del  santuario,  que  es  donde  se 
depositan  las  primicias. 
•  Como  a  ESTOS  iiigus  buenos:  e.  d.,  como  tu  contemplas.  .,  o  como  sucede  con... 


—  1420  — 


24 9-25 9 


JEREMÍAS 


24  io  25  W 


mismo  modo  haré  yo  con  Sedéelas, 
rev  de  Judá,  y  con  sus  príncipes  y 
ti' resto  de  los"  de  Jerusalén  que  que- 
daron en  esta  tierra  y  los  que  habi- 
tan en  el  país  de  Egipto.  "  Los  con- 
vertiré en  objeto  de  terror  y  desven- 
tura  para   todos   los   reinos   de  la 


tierra  ;  en  oprobio,  proverbio,  escar- 
nio y  maldición  en  todos  los  lugares 
a  donde  los  arroje.  10  Y  enviaré-  con- 
tra ellos  la  espada,  el  hambre  y  la 
peste  hasta  que  sean  extirpados  del 
suelo  que  di  a  ellos  y  a  sus  padres. 


Los  setenta  años  de  cautiverio  y  oráculo  contra  las  gentes 


¿y-  '  ¡'alabr.i  que  se  dirigió  a  Je- 
remías  acerca  de  todo  el  pue- 
blo de  Judá,  en  el  año  cuarto  de 
Joaquirn,  hijo  de  Josías,  rey  de  Ju- 
ila, esto  es,  el  año  primero  de  Na- 
bucodonosor,  rey  de  Babilonia  ;  2  y 
ron  que  el  profeta  Jeremías  conminó 
a  todo  el  pueblo  de  Judá  y  a  todos 
los  moradores  de  Jerusalén  en  estos 
términos  :  a  «Desde  el  año  decimo- 
tercero de  Josías,  hijo  de  Ammón, 
rey  de  Judá,  hasta  hoy,  hace  veinti- 
trés años  que  se  viene  dirigiendo  la 
ipalabra  de  Yahveh  y  os  la  he  anun- 
ciado desde  pronto"  y  sin  cesar,  a  y 
no  habéis  escuchado  *  "  b  Yahveh  os 
envió  a  todos  sus  siervos,  los  profe- 
tas, pronto  y  sin  cesar;  mas  no  escu- 
chasteis ni  prestasteis  oídos,  0  cuan- 
do decía  :  Convertios  cada  uno  de 
vuestro  mal  camino  y  de  la  perver- 
sidad de  vuestras  obras,  y  moraréis 
en  la  tierra  que  Yahveh  os  dió  a  vos- 
otros y  a  vuestros  padres  por  los  si- 
glos de  los  siglos.  6  °  No  marchéis 
en  pos  de  otros  dioses  para  servirlos 
y  prosternaros  ante  ellos  ni  me  ofen- 
dáis con  las  obras  de  vuestras  ma- 
nos, y  no  os  causaré  mal.  7  Pero  no 
me  habéis  escuchado,  tl  declara  Yah- 
veh, ofendiéndome  con  las  obras  de 
vuestras  manos  para  mal  vuestro  d. 
■  Por  ello,  así  afirma  Yahveh  de  los 
ejércitos  :  Pues  no  habéis  escuchado 
mis  palabras,  9  he  aquí  que  yo  envío 


a  tomar  todas  las  tribus  del  norte, 
afirma  Yahveh,  y  a  mi  siervo  6  Nabu- 
codonosor,  rey  de  Babilonia,  y  los 
traeré  contra  este  país,  contra  sus 
habitantes  f  y  contra  todas  estas  na- 
ciones de  alrededor  f,  y  los  aniquila- 
ré y  los  convertiré  en  desolación, 


Vasija  de  arcilla  de  tas  ha- 
lladas  en  Jcrusah'n  y  Guézer 


objeto  de  rechifla  y  ruinas  K  perpe- 
tuas. 10  Y  haré  desaparecer  de  entre 
ellos  el  grito  de  alborozo  y  el  grito 
de  alegría,  el  canto  del  esposo  y  el 
canto  de  la  esposa,  el  rum#r  de  la 
muela  y  la  luz  de  la  lámpara.  "  Y 
todo  este  país  se  convertirá  en  rui- 
na, en  desolación  h,  y  servirán  cu- 
tre 1  dichas  gentes  ai  rey  de  Babilo- 
nia durante  setenta  años.  12  Y  cuando 
se  hubieren  éstos  cumplido,  casti- 
garé, dice  Yahveh,  al  rey  de  Babi- 
lonia y  a  aquella  gente  su  iniquidad, 
así  como  al  país  de  los  caldeos,  y  la 
convertiré  en  desolación  perdurable. 
13  Y  atraeré  sobre  aquel  país  todas 
las  cosas  que  he  predicho  contra  él, 
cuanto  se  halla  escrito  en  este  libro 


"  VOS  CONVERTIRÉ»EN  objuo  DE  TERROR  (o  de  vcjaciónl  Y  DESVENTURA  :  otras  (cf.  V), 
ilot  entregaré  a  la  vejación  (o  al  desasosiego)  y  aflicción...»;  <".  suprime  y  desventu- 
ra; H  dice  sólo  para  desventura,  que  corregimos  c.  SV  (cf.  Kit).  ||  EN  proverbio:  de 
-norte  que  paru  expresar  la  desgracia  de  uno  se  diga  :  Más  desgraciado  que  un  judio. 

10  Y  enviaré  contra  ellos  :  en  esta  nueva  invasión  se  produjeron  los  niales  que 
anuncia  este  versículo. 

QC  '  Hace  veintitrés  años:  otros,  «que  es  el  año  vigésimoterceroi. 
¿O  1U  Cf.  7,  34>  Y  16,  9- 

u  DURANit  seienta  años  :  contaderos  desde  el  primero  de  Nabucodonosor  a!  prime- 
ro de  Ciro. 


25  14"33 


JEREMÍAS 


25  23-33 


'  que  Jeremías  ha  vaticinado  contra 
todas  estas  naciones  '.  w  Pues  tam- 
bién a  ellos  los  someterán  i  naciones 
poderosas  y  reyes  grandes,  y  los  re- 
tribuiré según  sus  actos  y  las  obras 
de  sus  manos  k.» 

15  En  verdad  ',  así  me  ha  hablado 
Yahveh,  Dios  de  Israel  :  «Toma  de 
mi  mano  esta  copa  de  vino  f  de  la 
ira  '  y  házsela  beber  a  todos  los  pue- 
blos a  los  cuales  te  envío.  16  Beban, 
se  tambaleen  y  deliren  ante  la  es- 
pada que  yo  enviaré  entre  ellos.» 
17  Tomé,  pues,  la  copa  de  la  mano  de 
Yahveh  y  la  di  a  beber  a  todas  las 
naciones  a  quienes  Yahveh  me  en- 
viara :  18  a  Jerusalén  y  las  ciudades 
de  Judá,  a  sus  reyes  y  sus  dignata- 
rios, para  convertirlos  en  'montón  de 
ruinas,  desolación,  objeto  de  mofa  y 
maldición,  como  al  presente  ocurre  ; 
19  a  Faraón,  rey  de  Egipto;  a  6us 
servidores,  sus  dignatarios  y  todo  su 
pueblo  ;  20  a  todos  los  elementos  ex- 
traños, a  todos  los  reyes  de  la  tierra 
de  Us,  y  a  todos  los  reyes  del  país 
filisteo,  a  m  Asquelón,  Gaza,  Eqrón 
y  al  resto  de  Asdod  ;  21  a  Edom,  a 
Moab  y  a  los  hijos  de  Ammón  ;  22  a 
todos  los  reyes  de  Tiro,  a  todos  los 
reyes  de  Sidón  y  a  todos  los  reyes 


de  las  islas  que  están  al  otro  lado 
del  mar  ;  20  a  Dedán,  Temá,  Buz  y 
todos  los  de  sienes  rapadas  ;**  a  to- 
dos los  reyes  de  Arabia  y  a  todos 
los  monarcas  del  occidente  que  ha- 
bitan en  el  desierto  ;  26  a  todos  los 
reyes  de  Zimrí,  a  todos,  los  monar- 
cas de  Elam  y  a  todos  los  reyes  de 
Media  ;  26  a  todos  los  reyes  del  nor- 
te, próximos  y  lejanos  unos  de  otros, 
y  a  todos  los  reinos  n  de  la  tierra  n 
que  existen  sobre  la  superficie  del 
suelo  ;  y  el  rey  de  Sesak  beberá  des- 
pués de  ellos. 

27  Y  les  dirás  :  «Así  dice  Yahveh 
de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  :  Be- 
bed, embriagaos  y  vomitad  ;  caed  y 
no  os  Oevantéis  más  ante  la  espada 
que  yo  voy  a  enviar  entre  vosotros.» 
á  Y  si  rehusaren  tomar  de  tu  mano 
la  copa  para  beber,  dirásles  ¡  «Así 
dice  Yahveh  de  los  ejércitos  :  La  be- 
beréis sin  remedio  ;  ™  pues  he  aquí 
que  si  comienzo  a  desencadenar  el 
mal  en  la  ciudad  donde  mi  nombre 
es  invocado,  ¿vais  a  quedar  vosotros 
impunes  ?  No  quedaréis,  pues  yo 
convoco  la  espada  contra  todos  los 
habitantes  de  la  tierra»,  declara  Yah- 
veh de  los  ejércitos.  30  Y  tú  vaticína- 
les todas  estas  palabras  y  diles  : 


Yahveh  ruge  desde  lo  alto  |  y  desde  su  santa  morada  emite  su  voz  ; 
ruge  fuertemente  sobre  su  residencia  ;  | 

gritos  de  júbilo  como  los  pisadores  lanza 
contra  todos  los  habitantes  de  la  tierra.  ¡ 

81  El  estruendo  llega  hasta  los  confines  de  la  tierra,  | 

porque  Yahveh  entabla  querella  con  las  naciones, 
litiga  El  con  todos  los  mortales  ;  | 

ha  entregado  a  los  impíos  a  la  espada — declara  Yahveh. 

82  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 

He  aquí  que  la  desgracia  pasa  |  de  un  pueblo  a  otro, 

y  una  recia  tempestad  se  desencadena]  de  los  confines  de  la  tierra. 

*  Y  las  víctimas  de  Yahveh  en  I  lloradas,  recogidas  ni  sepultadas  ; 
aquel  día  ocuparán  de  una  extremi-  quedarán  como  estiércol  sobre  la  haz 
dad  a  la  otra  de  la  tierra  ;  no  serán  I  del  suelo. 


30  Elementos  extraños:  lit.,  población  mixta  (o  mestiza),  mezcla  de  pueblo;  aquí 
los  extranjeros  que  viven  mezclados  con  la  población  egipcia. 

28  Las  islas  que  están  al  otro  lado  del  mar  :  o  bien,  los  países  litorales  de  ul- 
tramar. 

23  Los  de  sienes  rapadas  :  los  que  se  cortan  el  pelo  o  las  Ku«lejas  de  los  tempo- 
rales son  los  árabes  ;  cf.  19,  25-26. 

24  Del  occidente:  así  V ;  H  de  Ereb,  ¿  duplicado  de  Arabia?  Otros,  de  mezcla,  nó- 
madas, etc.  Cf.  Kit  sobre  su  posible  carácter  de  dittoKr. 

a  Zimrí:  es  punto  desconocido;  falta  en  GL.  ||  Elam:  provincia  del  imperio  asirio. 
26  Sesak  :  e.  d.,  Babilonia. 

"  Donde  mi  nombre  es  invocado  :  o  bien,  denominada  con  mi  nombre,  como  quie- 
ren otros. 

81  Todos  los  mortales  :  lit.,  toda  carne,. 

K  Quedarán  como  estiércol  :  cf.  8,  2  ;  14,  16  ;  16,  4. 


—  1422  — 


25  ^-26  9 


JEREMÍAS 


25  34-26  15 


w  Ululad,  pastores,  y  clamad  ;  |  cubrios  de  ceniza,  mayorales  de  la  grey  ; 
pues  han  llegado  los  días  de  que  se  os  inmole  | 

y  disperse,  y  caeréis  por  tierra  como  vasos  0  de  gran  estimación. 
K  Ha  desaparecido  la  posibilidad  de  huir  para  los  pastores  | 

ni  habrá  escape  para  los  mayorales  de  la  grey. 
M  ¡  Oyese  el  griterío  de  los  pastores  | 

y  el  ulular  de  los  rabadanes  del  rebaño, 
pues  Yahveh  devasta  su  pastizal !  | 

31  Han  enmudecido  las  pacíficas  praderías  | 

ante  el  furor  de  la  cólera  de  Yahveh. 
"  Ha  abandonado  como  león  joven  su  guarida,  ¡ 

y  su  tierra  se  ha  trocado  en  desolación, 
ante  la  espada  «  destructora,  |  ante  el  furor  de  la  cólera  de  Yahveh  r. 


Jeremías,  en  peligro  de  muerte 


as:  1  Al  comienzo  del  reinado  de 
Joaquim,  hijo  de  Josías,  rey  de 
Judá,  tuvo  lugar  esta  palabra  de  par- 
te de  Yahveh,  a  saber  :  2  Así  dice 
Yahveh  :  «Sitúate  en  el  atrio  de  la 
casa  de  Yahveh  y  di  a  todas  las  ciu- 
dades de  Judá  que  vienen  a  proster- 
narse en  la  casa  de  Yahveh  cuantas 
palabras  te  he  ordenado  les  hables, 
sin  omitir  una  sola.  '  Tal  vez  te  es- 
cuchen y  se  convierta  cada  uno  de 
su  perverso  proceder,  de  suerte  que 
yo  me  arrepienta  del  mal  que  había 
pensado  hacerles  por  la  maldad  de 
sus  obras.  4  Diles,  pues  :  Así  dice 
Yahveh  :  Si  no  <me  escucháis,  cami- 
nando por  la  le^  que  os  he  propues- 
to, 6  obedeciendo  las  palabras  de  mis 
siervos  los  profetas  que  vengo  en- 
viando a  vosotros  desde  muy  tem- 
prano e  incesantemente,  sin  que  las 
hayáis  escuchado,  6  reduciré  este 
templo  a  la  situación  de  Siló  y  con- 
vertiré a  esta  ciudad  en  maldición 
para  todas  las  naciones  de  la  tie- 
rra.» 

'  Los  sacerdotes,  los  profetas  y  to- 
do el  pueblo  oyeron  a  jeremías  pro- 
nunciar estas  palabras  en  la  casa  de 
Yahveh  ;  8  y  sucedió  que  al  acabar 
Jeremías  de  decir  cuanto  Yahveh 
habíale  ordenado  hablase  a  todo  el 
pueblo,  prendiéronle  los  sacerdotes, 
los  profetas  a  y  el  pueblo  todo  *,  ex- 
clamando :  «¡Morirás  sin  remedio!» 
*  ¿  Por  qué  has  profetizado  en  nom- 


bre de  Yahveh,  diciendo  :  «Como  Si- 
ló vendrá  a  ser  esta  casa,  y  esta 
ciudad  quedará  asolada,  sin  un  mo- 
rador» ?  Y  todo  el  pueblo  se  juntó 
contra  Jeremías  en  la  casa  de  Yah- 
veh. 10  Cuando  los  dignatarios  de 
Judá  tuvieron  noticia  de  tales  co- 
sas, subieron  desde  el  palacio  real  a 
la  casa  de  Yahveh  y  sentáronse  a  la 
entrada  de  la  puerta  nueva  del  tem- 
plo b.  u  Los  sacerdotes  y  los  profe- 
tas dirigieron  la  palabra  a  los  dig- 
natarios y  a  todo  el  pueblo,  dicien- 
do :  « ¡  Sentencia  de  muerte  a  este 
hombre,  porque  ha  profetizado  con- 
tra esta  ciudad,  como  habéis  perci- 
bido por  vuestros  propios  oídos!» 

"  Entonces  Jeremías  habló  a  todos 
los  dignatarios  y  al  pueblo  entero  en 
estos  términos  :  «Yahveh  me  ha  en- 
viado a  profetizar  contra  esta  casa 
y  contra  esta  ciudad  todas  las  cosas 
que  habéis  oído.  JS  Ahora,  pues,  en- 
mendad vuestro  proceder  y  vuestras 
obras,  escuchando  la  voz  de  Yahveh, 
vuestro  Dios,  y  el  Señor  se  arrepen- 
tirá del  mal  que  ha  pronunciado 
contra  vosotros.  14  En  cuanto  a  mí, 
heme  aquí  en  vuestras  manos  :  ha- 
ced de  mí  lo  que  os  parezca  bueno 
y  recto  ;  a  pero  sabed  bien  que,  si 
vosotros  me  matáis,  vertéis  de  cier- 
to sangre  inocente  sobre  vosotros  v 
sobre  esta  ciudad  y  sus  moradores, 
pues,  en  verdad,  Yahveh  me  ha  en- 
viado a  vosotros   para  anunciar  a 


Cubrios  de  ceniza  : 


d.,  los  falsos  profetas. 
puerta  del  templo  :  donde  también  se  administraba  justicia. 


—  1423  — 


26  !6-27  4 


26  18-2Í 


vuestros  propios  oídos  todas  estas 
palabras.» 

"Los  dignatarios  y  todo  el  pueblo 
dijeron  entonces  a  los  profetas  :  «Es- 
te hombre  no  merece  sentencia  de 
muerte,  pues  nos  ha  hablado  en 
nombre  de  Yahveh,  Dios  nuestro!» 
"  Y  se  levantaron  algunos  de  los  an- 


cianos del  país  y  dijeron  a  toda  la 
congregación  del  pueblo,  a  saber  : 
1S  «Miqueas  de  Moréset  profetizaba  en 
tiempo  de  Exequias,  rey  de  Judá,  v 
habló  a  todo  el  pueblo  de  Judá  di- 
ciendo :  Así  afirma  Yahveh  de  los 
ejércitos  : 


bión  sera  arad 
y  el  monte 


campo,  |  y  Jerusalén  resultará 
iplo  una  región  selvática. 


"  ¿  Por  ventura  lo  hicieron  matar 
Ezequías,  rey  de  Judá,  y  el  pueblo 
todo  de  ésta  ?  ¿  No  temieron  acaso  a 
Yahveh  y  le  aplacaron,  de  suerte  que 
Yahveh  se  arrepintió  del  mal  que 
había  pronunciado  contra  ellos  ?  ¿  Y 
vamos  nosotros  a  cometer  delito  tan 
grave  contra  nuestras  almas  ?» 

80  Hubo  también  un  varón  que  pro- 
fetizaba en  nomhbre  de  Yahveh  : 
Urías,  hijo  de  Semayahu,  de  Kiryat- 
Yearim,  y  vaticinó  contra  esta  ciudad 
y  contra  este  país,  exactamente  co- 
mo Jeremías.  a  Y  como  tuvieran  no- 
ticia el  rey  Joaquim,  todos  sus  ofi- 
ciales y  todos  sus  dignatarios  de  las 


palabras  del  mismo,  el  rey  trató  de 
darle  muerte  ;  mas,  teniendo  de  ello 
noticia  Urías,  temió  y  huyó,  mar- 
chando a  Egipto.  "  Entonces  el  rey 
Joaquim  a  envió  a  Egipto  hombres  a  : 
a  Elnatán,  hijo  de  Akbor,  y  a  otros 
hombres  con  él  a  Egipto,  13  los  cuales 
sacaron  de  Egipto  a  Urías  y  lo  con- 
dujeron ante  el  rey  Joaquim,  quien 
lo  mandó  matar  a  espada  y  arrojó 
su  cadáver  en  las  fosas  del  vulgo. 

54  Sin  embargo,  la  mano  de  Aji- 
qam,  hijo  de  Safán,  veló  por  Jere- 
mías, para  que  no  fuese  entregado 
en  manos  del  pueblo  para  hacerlo 
morir. 


El  yugo  babilónico:  amonestación  a  las  naciones  vecinas 
y  a  los  judíos 


'  Al  comienzo  del  reinado  de  ■ 
'  Sederías  h,  hijo  de  Josías,  rey 
de  Judá,  tuvo  lugar  esta  palabra  a 
Jeremías,  de  parte  de  Yahveh,  a  sa- 
ber :  2  «Así  me  ha  dicho  Yahveh :  Ea- 
brícate  unas  coyundas  y  un  yugo  y 
póntelas  sobre  el  cuello.  "  Luego  las 
enviarás  c  al  rey  de  Edom,  al  rey  de 
Moab,  al  rey  de  los  ammonitas,  al 
rey  de  Tiro  y  al  rey  de  Sidón,  por 
medio  de  los  d  embajadores  venidos 
a  Jerusalén  cerca  de  Sedéelas,  rey 
de  Judá,  1  y  ordénales  digan  a  sus 
señores  :   Así  habla  Yahveh  de  los 


ejércitos,  rey"  de  Israel  :  Diréis  a 
vuestros  amos  lo  siguiente  :  5  Yo  he 
hecho  la  tierra,  a  los  hombres  y  los 
animales  que  existen  sobre  la  haz  de 
la  misma,  mediante  mi  gran  poderío 
y  mi  brazo  extendido  ;  y  la  doy  a 
quien  bien  me  parece.  8  Ahora  he  da- 
do todos  estos  países  en  manos  de 
Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia,  mi 
servidor,  e  incluso  las  bestias  del 
campo  se  las  he  entregado  para  su 
servicio.  '  Todas  las  naciones  le  ser- 
virán, así  como  a  su  hijo,  y  a  su  nie- 
to, hasta  que  también  a  su  país  le 


»Cf.  Miq.  3,  i2. 

*  ¿  No  TEMIERON...  y  LE  api.acaron  ?  :  lit.,  no  temió...  y  tornó  grato  su  rostro  'c.  d., 
se  conquistó  su  benevolencia,  le  aplacó).  GSV  «temieron».  ||  Contra  nuestras  almas: 
O  bien,  en  perjuicio  de  nosotros  mismos. 

mAjiqam:  personaje  principal  de  la  corte  y  padre  de  Godolías,  escogido  para  £o- 
lnmador  por  los  caldeos  y  protector  asimismo  de  Jeremías. 

eyrr  ■  Yugo  :  hebr.  motá;  era  pesado  cerrojo  o  pasador  di  madera  a  modo  de  yugo 
¿  •  que  se  les  colocaba  a  los  cautivos  en  el  cuello,  impidiéndoles  andar  erguidos. 
Aquí  simboliza  la  opresión. 

'  Cf.  25,  12.  Taita  en  G,  prb.  add.,  anota  Kit. 


—  1424  — 


27  £-  28  1 


JEREMÍAS 


27  16-28  3 


llegue  el  momento  y  lo  subyuguen 
naciones  numerosas"  y  reyes  gran- 
des. '  Y  sucederá  que  la  nación  o 
el  reino  que  no  se  someta  a  él,  a 
Xabticodonosor,  rey  de  Babilonia,  y 
que  no  prestare  SU  cuello  al  yugo 
del  rey  de  Babilonia,  con  espada, 
hambré  y  peste  castigaré  a  tal  na- 
ción— declara  Yahveh — hasta  que  yo 
los  ponga  c  en  su  mano.  9  Vosotros, 
pues,  no  escuchéis  a  vuestros  profe- 
tas, vuestros  adivinos,  vuestros  so- 
ñadores f,  vuestros  agoreros  y  vues- 
tros magos,  que  os  hablan  diciendo : 
«No  habéis  de  servir  al  rey  de  Ba- 
bilonia» ;  10  porque  os  vaticinan  men- 
tira, de  suerte  que  os  alejen  de  vues- 
tro suelo  y  yo  os  destierre  y  perez- 
cáis. "  En  cambio,  a  la  nación  que 
someta  su  cuello  al  yugo  del  rey  de 
Babilonia  y  lo  sirva,  la  dejaré  tran- 
quila sobre  su  tierra,  afirma  Yah- 
veh. y  la  cultivará  y  mororá  en  ella.» 

11  Y  a  Sedecías,  rey  de  Judá,  hablé 
con  arreglo  a  todas  estas  palabras, 
diciendo  :  Someted  vuestro  cuello  al 
yugo  del  rey  de  Babilonia  y  servid  a 
él  y  su  pueblo,  y  viviréis.  13  ¿  Por  qué 
habéis  de  morir  tú  y  tu  pueblo  a  es- 
pada, de  hambre  y  de  peste,  como 
Yahveh  ha  anunciado  a  la  nación  que 
no  se  someta  al  rey  de  Babilonia  ? 
M  No  escuchéis,  pues,  las  palabras  de 
los  iproíetas  que  os  hablan  diciendo  : 
«No  habéis  de  servir  al  rey  de  Babi- 
lonia» ;  porque  os  vaticinan  falsedad. 
■  Porque  yo  no  los  he  enviado,  afir- 
ma Yahveh,  y  ellos  profetizan  falsa- 
mente en  mi  nombre,  de  suerte  que 


I  yo  os  destierre  y  perezcáis  vosotros 
y  los  profetas  que  os  vaticinan. 

'*  Y  a  los  sacerdotes  y  a  todo  este 
pueblo  he  hablado  en  estos  térmi- 
nos :  Así  dice  Yahveh:  No  escuchéis 
las  palabras  de  vuestros  profetas  que 
os  vaticinan  diciendo  :  «He  aquí  que 
los  utensilios  de  la  casa  de  Yah- 
veh serán  vueltos  de  Babilonia  aho- 
ra en  seguida».;  pues  ellos  os  profe- 
tizan mentira.  17  No  los  escuchéis  ; 
servid  al  rey  de  Babilonia,  y  vivi- 
réis. ¿  Por  qué  ha  de  convertirse  es- 
ta ciudad  en  montón  de  ruinas  ?  18  Y 
si  son  (/verdaderos]  profetas  y  la  pa- 
labra de  Yahveh  los  asiste,  supli- 
quen con  insistencia  a  Yahveh  de  los 
ejércitos  para  que  los  utensilios  que 
restan  en  la  casa  del  Señor  y  en  el 
palacio  del  rey  de  Judá  y  en  Jeru- 
salén  no  vayan  a  parar  a  Babilonia. 
19  Pues  así  afirma  Yahveh  de  los  ejér- 
citos acerca  de  las  columnas,  el  mar 
y  las  bases,  y  sobre  el  resto  de  los 
utensilios  qué  han  quedado  en^  esta 
ciudad  20  y  de  que  no  se  apoderó  Na- 
bucodono'sor,  rey  de  Babilonia,  cuan- 
do deportó  de  Jerusalén  a  esa  capital 
a  Jeconías,  hijo  de  Joaquim,  rey  de 
Judá,  y  a  todos  los  primates  de  Judá 
y  Jerusalén.  21  Ciertamente,  así  habla 
Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de  Is- 
rael, respecto  a  los  utensilios  que 
quedaron  en  la  casa  de  Yahveh,  en 
el  palacio  del  rey  de  Judá  y  en  Jeru- 
salén :  P  «Serán  transportados  a  Ba- 
bilonia, y  allí  quedarán  hasta  el  día 
en  que  yo  los  visite,  g  afirma  Yah- 
veh, y  los  haré  traer  y  restituir  a  es- 
te lugar» 


Jeremías,  frente  a  Ananías  de  Gabaón 


oo  1  Y  sucedió  que  aquel  mismo 
T**  año,  al  comienzo  del  reinado  de 
Sedecías,  rey  de  Judá,  el  año  cuarto, 
al  quinto  mes,  el  profeta  Ananías, 
hijo  de  Azzur,  natural  de  Gabaón, 
hablóme  en  la  casa  de  Yahveh  a  los 


ojos  de  los  sacerdotes  y  todo  el  pue- 
blo, diciendo  :  :  Así  habla  Yahveh  de 
los  ejércitos,  rey  de  Israel,  a  saber  : 
«¡He  decidido  quebrar  el  yugo  del 
rey  de  Babilonia !  3  Dentro  de  dos 
años  haré  restituir  a  este  lugar  to- 


0  Agoreros  :  otros,  «astrólogos»  ;  htbr.  on¿n,  propiamente  los  que  hacen  augurios 
observando  la  marcha  de  las  nubes,  pronostican  se.eún  el  tiempo  y  las  horas,  etc. 

"  A  LA  nación  :  no  contradice  esto  lo  dicho  más  arriba  cu  el  cap.  25,  14,  puesto 
que  es  Dios  quien  les  impone  aquí  la  sumisión  para  evitar  a  su  pueblo  males  mayores. 

22  Que  yo  los  visite  :  para  castigarlos  o  librándolos  de  manos  de  los  caldeos  ;  otros, 
•mire  hacia  ellos»  (así  Bibl.  Bonn). 

28   '   V'.'Vn  mi^mo  ano  :  cf.  27,  1,  nota,  y  vers.  Kit 


—  I '125  — 


28  4-29  1 


JEREMÍAS 


28  9-29  1 


dos  los  utensilios  de  la  casa  de  Yah- 
veh, que  Nabucodonosor,  rey  de  Ba- 
bilonia, tomó  de  este  Qugar  y  a  Ba- 
bilonia transportó.  4  Y  "a  Jeconías, 
hijo  de  Joaquim,  rey  de  Judá,  y  a 
todos  los  desterrados  de  Judá  emigra- 
dos a  Babilonia,  harélos  retornar  a  es- 
te lugar,  declara  Yahveh,  pues  que- 
braré el  yugo  del  rey  de  Babilonia.» 
6  Mas  el  profeta  jeremías  replicó 


o  cm  i  2 

Sello  de  Elyakim 

al  profeta  Ananías  en  presencia  de 
los  sacerdotes  y  a  los  ojos  de  todo  el 
pueblo  que  se  hallaba  en  la  casa  de 
Yahveh.  6  Dijo  el  profeta  Jeremías  : 
«¡  Amén  !  ¡  Hágalo  así  Yahveh  !  ¡  Lle- 
ve a  efecto  Yahveh  las  palabras  que 
has  vaticinado,  haciendo  volver  de 
Babilonia  a  este  lugar  los  utensilios 
de  la  casa  de  Yahveh  y  todos  los 
desterrados  !  7  Sin  embargo,  escucha, 
por  favor,  esta  palabra  que  pronun- 
cio a  tus  oídos  y  a  los  de  todo  el 
pueblo  :  8  Los  profetas  que  existieron 
antes  de  mí  y  de  ti  desde  antiguo  va- 
ticinaron a  numerosos  países  y  con- 
tra grandes  reinos  guerra,  calami- 


dad *  y  peste.  *  Respecto  al  profeta 
que  vaticina  paz,  cuando  se  verifique 
su  palabra  se  reconocerá  al  profeta 
que  realmente  envió  Yahveh.» 

10  Entonces  cogió  el  profeta  Ana- 
nías  el  yugo  de  encima  del  cuello  del 
profeta  Jeremías  y  lo  quebró.  u  Y 
habló  Ananías  en  presencia  de  todo 
el  pueblo,  diciendo  :  «Así  habla  Yah- 
veh :  De  esta  manera  quebraré  el  yu- 
go de  Nabucodonosor,  rey  de  Babi- 
lonia, dentro  de  dos  años,  [quitándo- 
lo] de  sobre  el  cuello  de  todas  las 
naciones.»  12  Y  el  profeta  Jeremías 
marchó  por  su  camino. 

1*1  Mas,  después  de  haber  quebra- 
do el  profeta  Ananías  el  yugo  de  en- 
cima del  cuello  del  iprofeta  Jeremías, 
Yahveh  dirigió  su  palabra  a  Jere- 
mías, diciendo  :  13  «Ve  v  di  a  Ana- 
nías  lo  siguiente  :  Así  habla  Yahveh  : 
Has  quebrado  un  yugo  de  madera, 
mas  en  su  lugar  fabricarás  b  un  yu- 
go de  hierro.  14  Pues  así  dice  Yah- 
veh de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel: 
Pongo  un  yugo  de  hierro  sobre  el 
cuello  de  todas  estas  naciones  para 
que  estén  subyugadas  a  Nabucodo- 
nosor, rey  de  Babilonia,  y  lo  sirvan. 
E  incluso  las  bestias  del  campo  le 
he  dado.»  m  Y  el  profeta  Jeremías 
dijo  al  profeta  Ajianías  :  «¡Escucha, 
por  favor,  Ananías !  Yahveh  no  te 
ha  enviado,  y  tú  has  hecho  confiar 
a  este  pueblo  en  la  mentira.  16  Por 
eso  así  dice  Yahveh  :  He  aquí  que 
yo  te  expulso  de  sobre  la  haz  de  la 
tierra  ;  este  año  morirás,  pues  has 
predicado  la  insurrección  contra  Yah- 
veh.» 

*  Efectivamente,  el  profeta  Ana- 
nías  murió  aquel  mismo  año,  en  el 
séptimo  mes. 


Carta  de  Jeremías  a  los  desterrados 

oq    1  Estos  son  los  términos  de  la  I  ancianos  de  la  cautividad,  a  los  sacer- 
carta  que  el  profeta  Jeremías   dotes,  a  los  profetas  y  a  todo  el  pue- 
envió  desde  Jerusalén  al  resto  de  los  I  blo  que  Nabucodonosor  había  depor- 

8  Loe  profetas  que  existieron  :  Oseas,  Joel  y  Amós  anunciaron  siempre  desgra- 
cias y  eran  verdaderos  profetas. 
•Paz:  salvación,  felicidad... 

M  El  yugo  :  se  trata  del  de  madera  que  Jeremías  se  había  echado  al  cuello  como 
símbolo  de  la  servidumbre  babilónica. 

a  Marchó  por  su  camino  :  se  fué  por  su  camino  sin  decir  nada. 

u  Yugo  de  hierro  :  para  significar  a  su  pueblo  que,  al  no  querer  seguir  sus  con- 
sejos, les  impondría  Dios  yugo  más  pesado,  y  así  fué.  Sedecías,  tras  horroroso  sitio, 
l>erdió  a  sus  hijos  y  principales  señores  y  fué  llevado  cautivo  con  su  pueblo  a  Babi- 
lonia, donde  le  arrancaron  los  ojos  y  murió. 


—  1426  — 


29  2-!5 


JEREMÍAS 


29  i6'25 


tado  de  Jerusalén  a  Babilonia,  2  des- 
pués de  partir  de  Jerusalén  el  rey 
Jeconías,  la  soberana,  los  eunucos, 
los  dignatarios  de  Judá  y  de  Jeru- 
salén, los  herreros  y  los  cerrajeros, 
*  [llevada]  por  mano  de  Elasá,  hi- 
jo de  Safán,  y  de  Guemaryá,  hijo  de 
Jilquiyá,  a  quienes  Sedecías,  rey  de 
judá, "había  enviado  a  Babilonia,  don- 
de Nabucodonosor,  rey  de  Babel  ;  a 
saber  : 

*  «Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos, Dios  de  Israel,  a  todos  los  des- 
terrados que  he  deportado  de  Jerusa- 
lén a  Baibilonia  :  6  Construid  casas  y 
habitadlas,  plantad  huertos  y  comed 
su  fruto,  8  tomad  mujeres  y  engen- 
drad hijos  e  hijas,  y  tomad  mujeres 
para  vuestros  hijos,  y  dad  vuestras 
hijas  a  esposos  para  que  den  a  luz 
hijo»  e  hijas,  y  multiplicaos  allí  y 
no  decrezcáis.  7  Procurad  la  prospe- 
ridad de  la  nación  adonde  os  he 
deportado  y  rogad  por  ella  a  Yah- 
veh, pues  de  su  prosperidad  depen- 
derá la  vuestra.  6  a  Porque  así  habla 
Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de  Is- 
rael :  No  os  seduzcan  vuestros  profe- 
tas que  están  entre  vosotros,  ni  vues- 
tros adivinos,  y  no  prestéis  atención 
a  los  sueños  que  ellos  sueñan  b; '  pues 
con  falsía  os  profetizan  en  mi  nom- 
bre. No  los  he  enviado,  afirma  Yah- 
veh. 10  Porque  así  dice  Yahveh  :  En 
verdad,  transcurridos  para  Babilonia 
setenta  años,  os  visitaré  y  cumpliré 
en  vosotros  mi  promesa  venturosa, 
tornándoos  a  este  lugar.  11  Porque  yo 
sé  los  designios  que  sobre  vosotros 
vengo  meditando,  afirma  Yahveh, 
designios  de  bienandanza  y  no  de 
desventura,  para  concederos  un  por- 
venir y  una  esperanza.  12  Me  invoca- 
réis c  y  partiréis  c,  y  me  suplicaréis 
y  os  escucharé  ;  13  me  buscaréis  y  me 
hallaréis,  si  me  rebuscáis  de  todo  co- 
razón. M  Me  dejaré  encontrar  de  vos- 
otros, declara  Yahveh,  y  haré  volver 
a  vuestros  desterrados  y  os  juntaré 
de  todas  las  naciones  y  de  todos  los 
lugares  adonde  os  haya  rechazado, 
dice  Yahveh,  y  os  tornaré  al  sitio  de 
donde  os  deporté. 

16  d  Pues  habéis  dicho :  Yahveh  nos  i 


ha  suscitado  profetas  en  Babilonia. 
18  Porque  así  habla  Yahveh  respecto 
al  monarca  que  se  sienta  sobre  el 
trono  de  David  y  acerca  de  todo  el 
pueblo  que  habita  en  esta  ciudad, 
vuestros  hermanos  que  no  salieron 
con  vosotros  al  destierro  ;  17  así  ha- 
bla Yahveh  de  los  ejércitos  :  He  aquí 
que  yo  envío  contra  ellos  la  espada, 
el  hambre  y  la  peste  ;  los  convertiré 
en  higos  detestables,  que  no  pueden 
comerse  de  malos.  u  Y  los  persegui- 
ré con  la  espada,  el  hambre  y  la  pes- 
te, y  los  trocaré  en  objeto  de  terror 
para  todos  los  reinos  de  la  tierra,  en 
maldición,  horror,  mofa  y  oprobio 
entre  todas  las  naciones  donde  los 
habré  expulsado ;  19  en  castigo  de  que 
no  escucharon  mis  palabras,  afirma 
Yahveh,  pues  les  envié  a  mis  siervos 
los  iprofetas  muy  pronto  y  sin  cesar 
y  no  quisieron  escuchar,  declara  Yah- 
veh. ■  Pero  vosotros  atended  a  la  pa- 
labra de  Yahveh,  todos  los  desterra- 
dos que  yo  envié  de  Jerusalén  a  Ba- 
bilonia. 

a  Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos, Dios  de  Israel,  respecto  a  Ajab, 
hijo  de  Qolayá,  y  a  Sedecías,  hijo  de 
Maaseyá,  que  os  vaticinan  mentira 
en  mi  nombre  :  «He  aquí  que  yo  los 
entregaré  en  manos  de  Nabucodono- 
sor, rey  de  Babilonia,  que  los  hará 
matar  a  vuestros  ojos  ;  22  y  de  ellos 
se  derivará  la  imprecación  proverbial 
entre  todos  los  desterrados  de  Judá 
que  se  hallan  en  Babilonia,  a  saber  : 
« ¡  Haga  Yahveh  contigo  como  con 
Sedecías  y  con  Ajab,  a  quienes  el  rey 
de  Babilonia  tostó  al  fuego!»  23  Por 
cuanto  que  obraron  lo  que  en  Israel 
se  juzga  crimen  vilísimo,  y  cometie- 
ron adulterio  con  las  mujeres  de  sus 
compañeros,  y  pronunciaron  en  mi 
nombre  palabras  falsas  e  que  yo  no 
les  había  ordenado  decir  ;  tan  cierto 
como  yo  lo  sé  y  soy  de  ello  testigo, 
declara  Yahveh. j 

24  Y  a  Semayahu,  el  nejelamita, 
di  ' :  28  Así  habla  Yahveh  de  los  ejér- 
citos, Dios  de  Israel,  a  saber:  «Pues- 
to que  has  enviado  en  tu  nombre 
cartas  a  todo  el  pueblo  que  mora  en 
Jerusalén  y  al  sacerdote  Sofonías,  hi- 


po   2  La  soberana  :  aquí  la  reina  madre. 

r"  10  Mi  promesa  venturosa  :  e.  d.,  mi  promesa  de  liberación. 

"  Um  porvenir  y  una  esperanza  :  o  bien,  un  porvenir  esperanzador. 
**  El  trono  de  David  :  se  menciona  aquí  por  creer  los  judíos  de  Babilonia  que  no 
ítría  destruido,  ilusión  que  combate  el  profeta  en  el  v.  siguiente. 
"Quisieron:  lit.,  quisisteis. 


—  1427  — 


29  -i;  30  11 


JEKÉMÍAS 


29  30-30  n 


jo  de  Maaseyá,  y  a  todos. los  sacer- 
dotes, diciendo :  26  Yahveh  te  ha  ins- 
tituido sacerdote  en  lugar  del  sacer- 
dote Yehoyadá,  para  que  ejerzas  la 
inspección  en  la  casa  de  Yahveh  res- 
pecto a  todo  demente  que  se  las  echa 
de  profeta,  y  lo  metas  en  el  cepo  y 
en  prisión.  -:  Ahora,  pues,  ¿  por  qué 
no  has  prohibido  actuar  a  Jeremías 
de  Anatot,  que  se  os  hace  pasar  por 
profeta  ?  ai  Ya  que  nos  ha  remitido 
un  mensaje  a  Babilonia,  diciendo  : 
«I  Es  cosa  larga,  edificad  casas  y  ha- 
bitadlas, plantad  huertos  y  comed  su 
fruto!»  29  Y  el  sacerdote  Sofonías  le- 
yó esta  carta  aQ  profeta  Jeremías, 


*"  y  dirigiósele  a  Jeremías  la  palabra 
de  Yahveh,  diciendo:  31  «Envía  a  de- 
cir a  todos  los  desterrados  :  Así  ha- 
bla Yahveh  respecto  a  Semayá  de 
Nejelam  :  Por  cuanto  Semayá  os  ha 
profetizado  sin  que  yo  le  haya  en- 
viado y  os  ha  hecho  confiar  en  la 
mentira,  B  por  eso  así  afirma  Yah- 
veh :  He  aquí  que  castigaré  a  Se- 
mayá, el  nejelamita,  y  a  su  descen- 
dencia ;  ninguno  de  los  suyos  seguirá 
habitando  en  medio  de  este  ¡pueblo 
ni  verá  *  el  bien  que  a  mi  pueblo 
voy  a  hacer — declara  Yahveh — ,  por- 
que ha  predicado  la  rebeldía  contra 
Yahveh.» 


Promesa  de  restauración  de  Israel 


*-íO  1  [^-sta  es^  ^a  palabra  que  fué 
dirigida  a  Jeremías  de  parte  de 
Yahveh,  a  saber  :  -  oAsí  habla  Yah- 
veh, Dios  de  Israel :  Escríbete  en  un 
libro  todas  las  palabras  que  te  he 
dicho  ;  3  porque  he  aquí  que  vienen 
días,  afirma  Yahveh,  en  que  haré 


volver  a  los  desterrados  de  mi  pue- 
blo Israel  y  Judá,  dice  Yahveh,  y  lo 
haré  tornar  a  la  tierra  que  di  a  sus 
padres,  y  la  poseerán.» 

1  Estas  son  las  apalabras  que  ha  pro- 
nunciado Yahveh  acerca  de  Israel  y 
Judá.  "  a  Pues  así  ha  dicho  Yahveh  » : 


¡Griterío  de  terror  hemos  oído,  j  espanto  infausto! 
"  Preguntad  y  ved  |  si  pare  un  macho. 
c  Por  qué,  pues,  veo  a  todo  varón  | 

con  las  manos  sobre  los  ríñones,  cual  parturienta, 
y  se  han  vuelto  intensamente  pálidos  todos  los  rostros  ?  ¡ 
■  ¡  Ay  !  ¡  Qué  grande  es  aquel  día  !  |  No  hay  otro  semejante  ; 
tiempo  de  angustia  para  Jacob,  ¡  mas  de  él  será  liberado. 


*  En  aquel  día,  dice  Yahveh  de  los 
ejércitos,  sucederá  que  quebraré  su 
yugo  de  encima  de  tu  ,J  cuello  y  tus  0 
coyundas  romperé,  y  no  le  somete- 


rán más  los  extranjeros,  *  antes  ser- 
virán a  Yahveh,  su  Dios,  y  a  David, 
su  rey,  que  yo  les  suscitaré. 


1U  Pero  tú  uo  temas,  siervo  mío  Jacob — dice  Yahveh 

ni  te  espantes,  Israel, 
pues  he  aquí  que  yo  te  salvo  de  país  lejano  J 

y  a  tu  progenie  de  su  tierra  de  cautiverio  ; 
y  regresará  Jacob  y  reposará,  ¡ 

y  vivirá  tranquilo,  sin  que  haya  quien  lo  aterre. 
"  Porque  yo  estoy  contigo,  d  dice  Yahveh  d,  para  salvarte  ; 
pues  aniquilaré  a  todas  las  naciones  |  entre  las  cuales  te  he  dispersado  ; 


*  I.kyü  esta  carta  !  para  poner  a  .Uremias  al  tanto  de  las  intrigáis  que  en  Itabilo- 
n ¡a  urdían  los  falsos  profetas. 

qft  6  Si  pare  un  macho  :  equivale  a  decir  :  si  es  imposible  que  dé  a  luí  un  hombre, 
<J"    <  por  que  se  lamentan  los  caldeos  cual  si  padecieran  dolores  de  parto  í  Refiérese 

el  profeta  al  terror  que  se  apoderará  del  pueblo  babilónico  al  ver  dentro  de  sus  muros 

a  los  medos  y  persas. 

•  A  David,  su  rey  :  e.  d.,  el  Mesías,  descendiente  de  dicho  monarca. 
11  Con  arreglo  a  justicia  :  o  bien,  con  medida. 


30  12-31  2 


JEREMÍAS 


30  12~31  2 


cin  embargo,  a  ti  no  le  exterminaré,  | 

sino  que  te  castigaré  con  arreglo  a  justicia  | 

y  no  te  dejaré  impune  en  modo  alguno. 
'-  Pues  así  habla  Yahveh  : 
Incurable  es  tu  herida,  |  fatal  tu  llaga. 

M  No  hay  quien  defienda  tu  causa,  procurando  a  la  úlcera  remedio  0  ;  ] 

no  tienes  curación. 
"  Todos  tus  amantes  te  han  olvidado,  j  no  se  cuidan  de  ti  ; 
pues  te  he  herido  con  herida  de  enemigo,  Icón  castigo  cruel, 
f  i>or  tu  gran  culpa  '■  |  [pues]  se  han  hecho  numerosos  tus  pecados. 
13  ¿Por  qué  gritas  con  motivo  de  tu  herida?  |  Incurable  es  tu  dolor. 
Por  tu  gran  culpa,  [pues]  se  han  hecho  numerosos  tus  pecados,  | 

le  he  producido  tales  cosas. 
"  Pero  cuantos  te  devoran  serán  devorados,  | 

y  todos  tus  adversarios  ¡partirán  al  cautiverio, 
y  todos  tus  saqueadores  serán  saqueados,  | 

y  a  todos  tus  despojadores  entregaré  al  despojo. 
"  Ciertamente,  te  restituiré  tu  salud  | 

y  tus  heridas  te  curaré — dice  Yahveh —  ; 
pues  te  llamaron  «desterrada»,  '  Sión  h  «la  de  quien  nadie  se  cuida». 
*  Así  dice  Yahveh  : 

He  aquí  que  yo  haré  volver  a  los  desterrados  de  las  tiendas  de  Jacob,  | 

y  de  sus  moradas  tendré  compasión, 
y  será  reedificada  la  ciudad  sobre  su  teso  de  ruinas,  | 

y  el  palacio  en  su  lugar  habitual  se  asentará. 
"  Y  saldrán  de  ellos  cantos  de  alabanza  |  y  voces  de  gente  jubilosa. 
Los  multiplicaré  y  ya  no  menguarán,  |  los  honraré  y  no  serán  poca  cosa. 
-"'  Sus  hijos  serán  como  en  flo  pasado  ;  ¡ 

su  comunidad  se  mantendrá  firme  ante  mí, 
y  castigaré  a  todos  sus  opresores.  |  21  Su  caudillo  procederá  de  ella, 
y  su  soberano  de  en  medio  de  ella  saldrá  ;  | 

le  mandaré  acercarse  y  se  allegará  a  mí, 
portille  ¿quién  es  el  que,  "si  no,  osaría  |  a  mí  acercarse? — dice  Yahveh. 

Vosotros  seréis  mi  ipueblo  |  y  yo  seré  vuestro  Dios. 
a  He  aquí  que  el  huracán  de  la  ira  de  Yahveh  se  desencadena  | 

v  una  tempestad  se  desata  \ 
sobre  la  cabeza  de  los  impíos  se  precipita.  | 

No  volverá  atrás  la  cólera  de  Yahveh  hasta  que  ejecute  y  lleve  a  efecto  | 

los  designios  de  su  corazón  ; 
al  fin  de  los  tiempos  |  adquiriréis  de  ello  inteligencia. 


Restauración  y  nueva  alianza 

ot    1  En  aquel  tiempo — afirma  Yahveh  I 

'J*-       constituiré  el  Dios  de  todos  los  linajes  de  Israel 

v  ellos  constituirán  mi  pueblo. 

-  Así  habla  Yahveh  : 

Halló  gracia  en  el  desierto  |  el  pueblo  escapado  de  la  espad: 


"Quien  dehindí  tu  causa:  e.  d.¡  se  encargue  de  curar  tu  mal;  Jf.it  c.  Duhra  y 
Otros  consideran  add.  tales  palabras  de  H. 

17  Desterrada  :  o  bien,  repudiada,  arrojada,  como  otros  prefieren. 

B  Su  lugar  habitual  o  acostumbrado  :   así  prb.  ;  otros,  «según  su  norma»,  etc. 

21  Su  caudillo:  según  unos,  refiérese  el  profeta  a  Zorobabel ;  según  los  más,,  a 
.lesu-Cristo,  de  quien  aquél  es  figura. 

a-a  cf.  23l  19-20.  Aqui  add.,  según  Kit  (cf.). 

41  Adquiriréis  de  ello  inteligencia  :  lo  reconoceréis,  os  convenceréis  de  ello. 

O-l     1  Este  capítulo  es  el  más  importante  del  libro,  pues  viene  a  decir  el  profeta  que, 
libre  de  las  promesas  hechas  a  su  pueblo,  va  a  hacer  una  alianza  nueva  con  los 
hombres,  que  abrazará  a  todo  el  mundo. 


—  1439  — 


31  3-20 


JEREMÍAS 


313-20 


marchó  a  su  reposo  Israel.  |  3  De  lejos  se  me  a  apareció  Yahveh  [diciendo]  : 
Te  he  amado  con  amor  eterno,  |  por  eso  te  he  guardado  misericordia. 
'  De  nuevo  te  construiré  y  serás  reedificada,  |  ¡  oh  doncella  de  Israel ! 
De  nuevo  te  adornarás  con  tus  adufes  | 

y  saldrás  a  la  danza  en  corro  de  los  jubilosos. 

•  De  nuevo  plantarás  viñas  |  en  las  montañas  de  Samaría  ;  | 

plantarán  los  plantadores  y  comenzarán  a  disfrutarlas. 
'  Pues  vendrá  día  en  que  gritarán  los  centinelas  |  en  la  montaña  de  Efraím  : 
«¡  Levantaos  y  subamos  a  Sión,  |  a  Yahveh,  nuestro  Dios  !» 
'  Porque  así  habla  Yahveh  : 

Exultad  por  Jacob  con  alegría,  |  alborozaos  por  la  cabeza  de  las  naciones,  | 

publicad,  alabad  y  exclamad  : 
¡Yahveh  ha  salvado  a  su  b  pueblo, 

el  residuo  de  Israel !  |  8  He  aquí  que  yo  los  traigo  de  la  tierra  del  norte  | 

y  los  congrego  de  los  confines  de  la  tierra  ; 
entre  ellos  el  ciego  y  el  cojo,  la  embarazada  y  la  parturienta  juntamente,  | 

una  gran  comunidad  que  vuelve  aquí. 

•  Con  llanto  vendrán  |  y  con  consolaciones  c  los  guiaré  ; 
los  llevaré  a  los  arroyos  de  las  aguas  ¡ 

por  un  camino  recto,  donde  no  den  traspiés  ; 
pues  vuelvo  a  ser  ipara  Israel  un  padre,  |  y  Efraím  es  mi  primogénito. 
10  Escuchad  la  palabra  de  Yahveh,  ¡oh  naciones!,  | 

y  anunciadla  en  las  islas  lejanas 
y  decid  : 

El  que  ha  dispersado  a  Israeil  lo  reúne  ]  y  lo  guarda  como  un  pastor  su  grey. 
"Ciertamente,  Yahveh  redimió  a  Jacob'l 

y  lo  rescató  de  manos  de  uno  más  fuerte  que  él. 
"  Y'  ellos  vendrán  y  exultarán  en  el  monte  d  de  Sión  | 

y  afluirán  a  los  bienes  de  Yahveh  : 
al  trigo,  al  vino  y  al  aceite,  |  y  a  las  crías  del  ganado  menor  y  la  vacada  ; 
y  su  alma  será  cual  huerto  bien  regado,  ]  v  no  volverán  ya  a  languidecer. 
"  Entonces  se  alegrará  la  doncella  en  lia  danza  en  corro  | 

y  a  una  los  jóvenes  y  los  ancianos  ; 
y  trocaré  su  duelo  en  gozo  | 

y  los  consolaré  y  los  alegraré  después  de  su  tristeza. 
"  Y"  empaparé  de  grosura  el  alma  de  los  sacerdotes,  | 

v  mi  pueblo  se  saciará  de  mis  bienes — declara  Yahveh. 
"  Así  dice  Yahveh  : 

Ovese  una  voz  en  Ramá,  un  lamento,  |  un  llanto  amargo  , 
Raquel  llora  a  sus  hijos,  |  ha  rehusado  ser  consolada 
por  sus  hijos,  pues  ya  no  existen.  ]  "  Así  habla  Yahveh  : 
Impide  a  tu  voz  el  llanto  |  y  (las  lágrimas  a  tus  ojos, 
pues  tu  trabajo  tendrá  su  galardón — e  dice  Yahveh  e,  | 

y  volverán  del  país  enemigo. 
"  Hay  esperanza  para  tu  porvenir — afirma  Yahveh  ;  | 

regresarán  tus  hijos  a  su  territorio. 
™  He  oído  bien  a  Efraím  lamentarse  de  sí  : 

« ¡  Me  has  castigado,  y  bien  castigado  he  sido,  |  como  novillo  indómito  ; 
haz  me  vuelva  y  me  volveré,  |  pues  tú  eres  Yahveh,  mi  Dios. 

Porque,  después  de  haberme  desviado,  |  de  nuevo  me  he  arrepentido, 
y  después  de  haber  sido  aleccionado,  |  me  he  golpeado  las  caderas, 
me  he  cubierto  de  vergüenza  y  también  de  confusión,  | 

pues  soporto  el  oprobio  de  mi  mocedad.» 
"  ¿Es  Efraím  para  mí  un  hijo  querido,  |  niño  de  [mis]  delicias? 
Pues  cuantas  veces  le  amenazo,  f  me  vuelvo  a  acordar  bien  de  él  ; 
por  eso  mis  entrañas  por  él  se  conmueven,  | 
y  he  de  tener  de  él  piedad — afirma  Yahveh. 


»  En  Ramá  :  San  Mateo  (2,  17-18)  cita  este  texto. 

M  Me  he  golpea pq  las  caderas  :  en  acto  de  penitencia. 


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JEREMÍAS 


31  21 -37 


n  Plántate  piedras  miliarias,  |  colócate  hitos, 
considera  bien  la  calzada,  |  el  camino  que  anduviste. 
Vuélvete,  ¡  oh  virgen  de  Israel !,  |  regresa  a  estas  tus  ciudades. 
=  ¿  Hasta  cuándo  has  de  permanecer  lejos,  |  oh  hija  renegada  ? 
Pues  Yahveh  ha  creado  una  cosa  nueva  en  la  tierra  :  | 
la  mujer  rodeará  al  varón. 


M  Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos, Dios  de  Israel  :  Aun  ha  de  de- 
cirse esta  afirmación  en  la  tierra  y 
sus  ciudades  cuando  vuelva  yo  a  sus 
desterrados:  «¡Yahveh  te  bendiga, 
oh  morada  de  justicia,  montaña  san- 
ta!» *  Allí  habitarán  Judá  y  todas 
sus  ciudades  juntamente,  los  labra- 
dores y  los  que  guían  los  rebaños. 
38  Pues  yo  apagaré  la  sed  del  alma 
desfallecida  y  a  toda  alma  languide- 
ciente henchiré.  28  Por  eso  me  des- 


perté y  miré,  y  mi  sueño  habíame 
sido  dulce. 

27  He  aquí  que  llegan  días,  afirma 
Yahveh,  en  que  sembraré  la  casa  da 
Israel  y  la  casa  de  Judá  con  simien- 
te de  hombres  y  simiente  de  bestias, 
88  y  conforme  he  velado  sobre  ellos 
para  extirpar,  y  ¡para  derruir,  y  para 
demoler,  y  para  arruinar,  y  para  da- 
ñar, así  velaré  sobre  ellos  para  cons- 
truir y  para  plantar,  declara  Yahveh. 
39  En  aquellos  días  no  se  dirá  más  : 


«Los  padres  comieton  agraces,  ] 

y  los  dientes  de  los  hijos  han  tenido  dentera» 


pués  de  aquellos  días,  declara  Yah- 
veh :  pondré  mi  ley  en  su  interior 
y  la  escribiré  en  su  corazón  y  cons- 
tituiré su  Dios  y  ellos  constituirán 
mi  pueblo.  **  Y  no  necesitarán  ins- 
truirse los  unos  a  los  otros,  ni  el 
hermano  a  su  hermano,  diciendo  : 
« ¡  Conoced  a  Yahveh  ! » ,  pues  todos 
ellos  me  conocerán,  desde  el  más  pe- 
queño al  mayor,  afirma  Yahveh ;  por- 
que perdonaré  su  culpa  y  sus  peca- 
dos no  recordaré  más. 
38  Así  dice  Yahveh  : 


"sino  que  cada  cual  por  su  propia 
culpa  morirá  ;  cada  hombre  que  co- 
ma agraz  padecerá  dentera. 

M  He  aquí  que  vienen  días,  afirma 
Yahveh,  en  que  pactaré  con  la  casa  de 
Israel  1  y  la  casa  de  Judá  f  una  alian- 
za nueva.  52  No  como  la  alianza  que 
pacté  con  sus  padres  el  día  en  que 
les  agarré  de  la  mano  para  sacarlos 
del  país  de  Egipto  ;  pues  ellos  han 
quebrantado  mi  alianza,  habiéndome 
yo  desposado  con  ellos,  afirma  Yah- 
veh. "*  Pero  éste  será  el  pacto  que  yo 
concertaré  con  la  casa  de  Israel  des- 

«Quien  ha  establecido  el  sol  para  luz  del  día,  | 

las  leyes  de  ila  luna  y.  las  estrellas  para  luz  de  la  noche  ; 

quien  fustiga  al  mar  de  suerte  que  mugen  sus  olas,  | 
Yahveh  de  los  ejércitos  es  su  nombre. 

w  Si  dejaran  de  regir  estas  leves  |  en  mi  presencia — afirma  Yahveh — , 

también  la  posteridad  de  Israel  cesará  | 
de  ser  nación  ante  mí  perpetuamente.» 

"  Así  afirma  Yahveh  : 

«Si  pudieran  medirse  los  cielos  por  arriba  | 

y  sondear  los  fundamentos  de  la  tierra  por  abajo, 
también  yo  rechazaría  toda  la  progenie  de  Israel,  | 

<por  cuanto  han  hecho»,  declara  Yahveh. 

»  La  mujer  rodeará  al  varón:  parece  quiere  decir  que  Israel,  la  esposa  antes  in- 
fiel, circundara  (cortejará,  dará  vueltas  con  fe  y  amor  en  torno)  al  varón  e  d  a 
\ahveh,  su  esposo.  Muchos  exegetas  católicos  (San  Jerónimo,  Santo  Tomás '  etc  )  in- 
terpretan el  pasaje  como  una  profecía  del  misterio  de  la  Encarnación  Reciente- 
mente, el  señor  Nácar  (Est.  Bíbl.,  i,  1942,  405  ss.)  propone,  con  Reinke  y  otros  la 
interpretación  siguiente  :  Dios  creará  situación  de  tal  paz  v  seguridad  que  en  la 
marcha  hacia  la  patria  las  mujeres  no  irán  rodeadas  y  protegidas  por  los  hombres, 
sino  que  caminarán  tranquilas  en  torno  suyo. 

'»  Cada  cual  por  su  propia  culpa  :  significa  que  los  hijos  no  serán  ya  castigados  por 
propCiosr'apecadoSsUS  durante  la  cautivid*d,  sino  que  cada  uno  expiará  sus 

»:»  Vienen  días  :  San  Pablo  (Kebr.  8,  8-43)  descubre  en  esta  promesa  la  alianza 
cristiana.  Estos  versículos  forman  el  más  hermoso  pasaje  de  todo  el  libro. 


—  1431  — 


31  ss-32  » 


JEREMÍAS 


32  9  « 


"H«  aquí  que  llegan  días,  afirma 
Yahveh,  en  que  será  reedificada  la 
ciudad  para  Yahveh,  desde  la  torre 
de  Janamel  hasta  «  la  puerta  del  An- 
gulo. 33  Y  el  cordel  de  medir  prose- 
guirá derecho  hasta  el  collado  de 
Gareb  y  se  volverá  hacia  Goá.  40  Y 


todo  el  valle  de  los  cadáveres  y  de 
la  ceniza  y  el  campo  de  muerte  »  en- 
tero hasta  el  torrente  Cedrón,  hasta 
el  ángulo  de  la  puerta  de  los  Caba- 
llos_  por  oriente,  serán  consagrado- 
a  Yahveh  :  no  serán  demolidos  ni 
derruidos  jamás. 


Simbólico  rescate  de  una  heredad  familiar  de  J< 


'JO  1  Palabra  que  fué  dirigida  a  Je- 
J¿1  remías  por  parte  de  Yahveh  el 
año  décimo  de  Sedecías,  rey  de  Ju- 
dá,  o  sea  el  año  decimoctavo  de  Na- 
bucodonosor.  -  Efl  ejército  del  rey  de 
Babilonia  sitiaba  a  la  sazón  Jerusa- 
lén,  y  el  profeta  Jeremías  hallábase 
encerrado  en  el  patio  de  la  cárcel 
que  había  en  el  palacio  real  de  Ju- 
dá  ;  3  pues  habíale  recluido  Sedecías, 
rey  de  Judá,  diciendo  :  «¿  Por  qué 
profetizas  en  estos  términos:  Así  ha- 
bla Yahveh  :  He  aquí  que  yo  entre- 
go esta  ciudad  en  manos  del  rey  de 
Babilonia,  quien  la  tomará  ;  '  y  Se- 
decías, rey  de  Judá,  no  escapará  de 
manos  de  los  caldeos,  sino  que  será 
entregado  sin  remedio  en  poder  del 
monarca  babilónico,  que  hablará  con 
él  boca  a  boca  y  sus  ojos  contempla- 
rán los  de  él  ;  6  y  conducirá  a  Sede- 
cías  a  Babilonia"  y  allí  estará  hasta 
que  yo  lo  visite?,  afirma  Yahveh. 
Aunque  combatáis  contra  los  caldeos, 
no  tendréis  éxito.» 

6  Y  afirmó  Jeremías  :  «Me  ha  sido 
dirigida  la  palabra  de  Yahveh,  di- 
ciendo :  '  He  aquí  que  Janamel,  hijo 
de  tu  tío  Sal  lum,  viene  a  ti  para  de- 
cirte :  Cómprate  el  campo  que  tengo 
en  Anatot,  pues  te  corresponde  el 
derecho  de  rescate  para  adquirirlo.» 
*  Y  Janamel,  hijo  de  mi  tío,  llegó 
donde  mí,  según  la  palabra  de  Yah- 
veh, al  patio  de  la  prisión,  y  díjo- 
me  :  «Cómprate  el  campo  que  tengo 
en  Anatot,  a  situado  en  el  país  de 
Benjamín  a,  ya  que  te  corresponde 
el  derecho  de  propiedad  y  el  de  res- 
cate ;   adquiérelo,  para  ti.»  Y  com- I 


prendí  que  era  la  palabra  de  Yah- 
veh. "Compré,  pues,  a  Janamel,  hijo 
de  mi  tío,  el  campo  radicado  en  Ana- 
tot, y  le  pesé  el  dinero,  diecisiete  si- 
dos de  plata.  10  Luego  consigné  [el 
contrato]  en  una  carta  de  compra,  lo 
sellé,  requerí  testigos  y  pesé  el  di- 
nero en  la  balanza.  "  Tomé  asimis- 
mo ila  carta  de  la  compra,  el  docu- 
mento sellado  cok  las  estipulaciones  b 
y  la  carta  abierta.  "  Y  di  la  carta 
de  compra  a  Baruk,  hijo  de  Neriyyá, 
hijo  de  Majseyá,  en  presencia  de  Ja- 
namel, hijo  de  mi  tío,  y  en  presencia 
de  los  testigos  que  habían  subscrito 
el  documento  de  la  compra  [y]  a  los 
ojos  de  todos  los  judíos  que  se  en- 
contraban en  el  patio  de  la  cárcel. 
13  Y  en  presencia  de  ellos  di  encargo 
a  Baruk,  diciendo  :  M  Así  habla  Yah- 
veh de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  : 
Toma  estas  cartas,  este  documento 
de  la  compra  sellado0,  y  esta  carta 
abierta,  y  colócalos  en  una  vasija  de 
barro,  a  fin  de  que  se  conserven  por 
muchos  días.  15  Pues  así  dice  Yah- 
veh de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  : 
Aun  se  comprarán  casas,  campos  y 
viñas  en  este  país. 

36  Después  que  hube  entregado  el 
documento  de  la  compra  a  Baruk, 
hijo  de  Neriyyá,  rogué  a  Yahveh. 
diciendo:  "«¡Av,  Señor,  Yahveh! 
Mira,  tú  has  hecho  el  cielo  y  la  tie- 
rra mediante  tu  ^ran  poder  y  tu  bra- 
zo extendido.  ¡  No  existe  cosa  algu- 
na demasiado  difícil  para  ti !  18  Tú 
otorgas  el  favor  a  millares  y  retri- 
buyes la  culpa  de  los  padres  sobre 
el  seno  de  los  hijos  después  de  ellos. 


32 


;  1)1  UKII 

'*  Vasija 


LA  A  BOCA  V  SUS  OJOS  CONTEMPLARAN  los  DE  ÉL  :  e.  «.,  I 
,-erá  cara  a  cara, 
lit.,  goelado;  cf.  Lev.  25,  23,  nota,  v  Rut  -t,  4. 
la  orden. 

in  número  de  estos  vasos»  con  sus  correspondiente* 
sido  hallados  metidos  en  vasos  parecidos. 


c  hablará 


—  1432  — 


32  !9  30 


JEREMÍAS 


32  31-42 


¡  oh  Dios  grande  y  fuerte,  cuyo  nom- 
bre es  Yahveh  de  los  ejércitos !  ; 
*  grande  en  consejo  y  ipoderoso  en 
obra,  cuyos  ojos  están  abiertos  60- 
l>re  todos  los  caminos  de  los  hijos 
del  hombre  para  retribuir  a  cada 
uno  con  arreglo  a  su  proceder  y  se- 
gún el  fruto  de  sus  obras  ;  30  tú  que 
hiciste  prodigios  y  milagros  en  el 
país  de  Egipto  hasta  este  día,  en 
Israel  y  en  los  [otros]  hombres,  y 
te  has  creado  un  nombre,  como  al 
presente  sucede  ;  a  y  sacaste  a  tu 
pueblo  del  país  de  Egipto  con  pro- 
digios y  milagros  y  mano  poderosa 
y  brazo  extendido,  "infundiendo  gran 
terror,  *  y  les  diste  este  país,  con- 
forme habías  jurado  a  sus  padres 
les  darías,  tierra  que  mana  leche  y 
miel.  Y  vinieron  y  tomaron  de 
ella  posesión,  mas  no  escucharon  tu 
voz  ni  caminaron  según  tu  ley  ;  na- 
da de  cuanto  les  habías  ordenado 
hacer  practicaron,  y  has  llamado  con- 
tra ellos  toda  esta  desventura.  M  He 
aquí  que  los  terraplenes  de  asedio 
llegan  va  a  la  ciudad  para  tomarla 
y  la  ciudad  va  a  ser  entregada  en 
manos  de  los  caldeos,  que  la  com- 
baten por  la  espada,  el  hambre  y  la 
peste.  Lo  que  anunciaste  se  ha  ve- 
rificado, y  he  aquí  que  tú  lo  ves. 
'•*'•  Sin  embargo,  tú  me  has  dicho,  ¡  oh 
Señor,  Yahveh  :  'Cómprate  median- 
te dinero  el  campo  y  toma  testigos'; 
¡  y  la  ciudad  ha  sido  entregada  en 
mano  de  los  caldeos!» 

28  Entonces  dirigióse  la  palabra  de 
Yahveh  a  Jeremías11,  diciendo  :  31  «He 
aquí  que  yo  soy  Yahveh,  el  Dios  de 
todos  los  mortales.  ¿  Existe  alguna 
cosa  sobrado  difícil  para  mí  ?  28  Por 
esto  así  habla  Yahveh  :  Ye  ahí  que 
entrego  esta  ciudad  en  manos  de  los 
caldeos  y  en  las  de  Xabucodonosor, 
rey  de  Babilonia,  quien  la  tomará. 
"  Y  vendrán  los  caldeos  que  pelean 
contra  esta  ciudad  y  la  prenderán 
fuego  y  la  incendiarán,  juntamente 
con  las  casas  sobre  cuyos  terrados 
se  ha  quemado  sacrificio  a  Baal  y 
se  han  vertido  libaciones  a  dioses 
extraños,  para  enojarme.  50  Porque 
los  hijos  de  Israel  y  los  de  Judá  tan 
sólo  lo  malo  hacían  a  mis  ojos  des- 
de su  juventud  ;  e  ciertamente,  los 


hijos  de  Israel  no  hacen  sino  irri- 
tarme con  las  obras  de  sus  manos, 
afirma  Yahveh e.  31  Pues  esta  ciu- 
dad, desde  el  día  que  la  edificaron 
hasta  el  día  de  hoy,  me  ha  ocasio- 
nado ira  y  furor  [continuos],  de 
suerte  que  la  tenga  que  hacer  des- 
aparecer de  ante  mi  rostro,  53  por 
todo  lo  malo  que  los  hijos  de  Israel 
y  los  hijos  de  Judá  han  obrado  para 
ofenderme,  así  ellos  como  sus  reyes, 
sus  dignatarios,  sus  sacerdotes  y  sus 
profetas,  y  los  hombres  de  Judá  y 
los  habitantes  de  Jerusalén.  33  Y  me 
han  vuelto  la  espalda  y  no  el  ros- 
tro, y  aunque  les  he  instruido  '  des- 
de muy  temprano  y  sin  cesar,  ellos 
no  han  querido  escuchar,  aceptando 
la  corrección.  s*  Y  emplazaron  sus 
abominaciones  en  el  templo  donde 
se  invoca  mi  nombre,  para  profa- 
narlo. 33  Y  construyeron  los  lugares 
altos  de  Baal  que  se  hallan  en  el  va- 
lle de  Ben-Hinnom,  para  hacer  pa- 
sar [por  el  fuego]  a  sus  hijos  e  hi- 
jas en  honor  de  Molok,  lo  cual  no 
les  había  ordenado,  ni  había  cruzado 
por  mi  mente  que  se  cometiera  tal 
abominación  a  fin  de  inducir  a  pe- 
car a  Judá.» 

m  Ahora,  pues,  por  eso  Yahveh, 
Dios  de  Israel,  dice  así  acerca  de  es- 
ta ciudad,  de  la  que  vosotros  afir- 
máis :  «Ha  sido  entregada  en  ma- 
nos del  rey  de  Babilonia  por  medio 
de  la  espada,  el  hambre  y  la  peste»  : 
31  He  aquí  que  yo  los  congregaré  de 
todos  los  países  adonde  les  haya  ex- 
pulsado en  mi  cólera,  mi  furor  y  mi 
gran  indignación  ;  los  volveré  a  este 
lugar  y  los  haré  habitar  en  seguri- 
dad. 38  Y  serán  mi  pueblo  y  yo  seré 
su  Dios,  59  y  les  daré  un  solo  corazón 
y  un  solo  camino,  para  que  me  te- 
man reverentemente  todos  los  días, 
en  bien  suyo  y  de  sus  hijos  después 
de  ellos.  M-  Y  concertaré  con  ellos  un 
pacto  eterno  ;  no  cesaré  de  benefi- 
ciarlos, e  infundiré  mi  temor  en  su 
cora/ón  para  que  no  se  aparten  de 
mí.  41  Cifraré  mi  gozo  en  hacerles 
bien  y  los  plantaré  en  este  país  leal- 
mente,  con  todo  mi  corazón  y  toda 
mi  a'ma.  42  Pues  así  habla  Yahveh  : 
«Conforme  atraje  sobre  este  pueblo 
toda  esta  gran  desventura,  así  atrae- 


84  Abominaciones  :  e.  d.,  los  ídolos.  ||  Donde  se  invoca  mi  nombre  :  o  bien,  »que  es 
denominada  con  mi  nombre»,  como  vierten  otros. 

40  Y  concertark  :  estas  mismas  promesas  fueron  renovada^  por  Nuestro  Señor  en 
términos  algo  diferentes. 


—  1433  — 


32  43-33  9 


JEREMÍAS 


33 


ré  sobre  ellos  toda  la  felicidad  que 
les  prometo.»  43  Se  adquirirán  cam- 
pos en  este  ipaís,  del  cual  afirmáis  : 
«Es  una  desolación  sin  hombres  y 
sin  ganado  ;  ha  sido  entregado  en 
mano  de  los  caldeos.»  44  Comprarán- 
se  campos  mediante  dinero,  y  se 
consignará  [la  compra]  en  documen- 
to, y  se  sellará  y  lo  testificarán  los 


testigos,  en  el  territorio  de  Benja- 
mín y  en  los  alrededores  de  Jerusa- 
lén, en  las  ciudades  de  Judá,  en  las 
ciudades  de  la  montaña,  en  das  ciu- 
dades de  la  llanura  y  en  las  ciuda- 
des del  Négueb;  porque  haré  regre- 
sar a  los  desterrados,  declara  Yah- 
veh. 


Confírmanse  las  promesas  de  salvación  futura 


oq  'Y  por  segunda  vez  tuvo  lu- 
°°  gar  la  palabra  de  Yahveh  a  Je- 
remías, hallándose  él  todavía  ence- 
rrado en  el  patio  de  la  cárcel,  en 
estos  términos  :  2  «Así  habla  Yah- 
veh, el  hacedor  de  la  tierra  y  a  quien 
la  ha  formado,  dándole  sólida  per- 
manencia ;  Yahveh  es  su  nombre. 
*  Llámame  y  te  responderé  y  te 
anunciaré  cosas  magnas  y  recóndi- 
tas que  no  conoces.  4  Pues  así  dice 
Yahveh,  Dios  de  Israel,  respecto  a 
las  casas  de  esta  ciudad  y  a  las  ca- 
sas de  los  reyes  de  Judá  derruidas, 
b  acerca  de  los  baluartes  y  la  espa- 
da, 6  de  quienes  vienen  a  combatir 
con  los  caldeos  b,  y  para  henchirlas 
con  los  cadáveres  de  los  hombre-; 
que  herí  en  mi  cólera  y  furor  y  por 
cuya  maldad  toda  he  apartado  mi 
rostro  de  esta  ciudad  :  6  He  aquí  que 
yo  les  c  restituiré  la  salud  y  los  cu- 
raré y  sanaré  y  les  descubriré  abun- 
dancia de  paz  y  verdad.  1 Y  haré 
tornar  a  los  desterrados  de  Judá  y  a 
los  desterrados  de  Israel  y  los  re- 
construiré como  al  principio.  8  Los 
purificaré  asimismo  de  toda  la  ini- 
quidad con  que  pecaron  contra  mí  y 
les  perdonaré  todas  las  culpas  que 
contra  mí  cometieron  y  con  que  me 
fueron  infieles.  8  Y  ella  constituirá 


para  mí  renombre,  gozo,  alabanza  y 
gloria  respecto  a  todas  las  naciones 
de  la  tierra,  que  oirán  todo  el  bien 
que  yo  he  de  hacer  [a  mi  pueblo], 
y  quedarán  espantados  y  turbados 
por  todo  el  bien  y  toda  la  paz  que 
yo  le  he  de  hacer!» 

10  Así  dice  Yahveh  :  «En  este  lu- 
gar, del  que  vosotros  afirmáis  :  «Es 
una_  desolación  sin  hombres  y  sin 
bestias»,  y  en  las  ciudades  de  Judá 
y  las  calles  de  Jerusalén,  [hoy]  de- 
soladas, sin  gente,  sin  habitantes  ni 
bestias,  aun  se  han  de  oír  u  voces 
de  alborozo  y  alegría,  los  cantos  del 
esposo  y  de  la  esposa,  la  voz  de 
quienes  exclaman:  «¡Load  a  Yah- 
veh de  'los  ejércitos,  porque  bueno 
es  Yahveh,  porque  su  misericordia 
es  eterna!»,  de  quienes  aportan  sus 
ofrendas  a  la  casa  de  Yahveh  ;  por- 
que yo  volveré  a  los  desterrados  del 
país  como  anteriormente»,  afirma 
Yahveh. 

12  Así  dice  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos :  Todavía  ha  de  haber  en  este 
lugar,  [hoy]  desierto,  sin  hombres 
ni  bestias,  y  en  todas  sus  ciudades, 
pastizales  de  pastores  que  hacen  ses- 
tear el  rebaño.  13  En  las  ciudades  de 
la  montaña,  en  las  ciudades  de  la 
llanura,  en  las  ciudades  del  Négueb, 


48  Se  adquirirán  campos:  con  ello  quiere  dar  a  entender  que  las  presentes  calami- 
dades son  pasajeras. 

44  Montaña...  llanura  (o  Sefelá)...  Négueb  :  ya  indicamos  antes  que  eran  las  tres 
partes  principales  del  territorio  de  Judá.  El  Négueb  o  Mediodía  corresponde  a  la  re- 
cién desértica  del  sur  de  Palestina. 

qq    4  Acerca  de  los  baluartes  v  la  espada...  :  ales,  interpretan  cpara  baluartes  y  para 
la  espada  (otros,  «para  brechas»).  Vienen  a  combatir...». 
0  Abundancia  de  paz  y  verdad  :  o  de  paz  duradera  ;  otros,  «la  riqueza  de  perma- 
nente bienestar»   (Bibl.  Bonn),  o  «una  época  de  redención,  de  permanente  bienes- 
tar»  ÍBibl.  Tub.). 

7  Los  reconstruiré  :  e.  d.,  volveré  a  hacer  su  situación  próspera  y  estable. 
•  Ella  :  e.  d.,  Jerusalén. 


—  1434  — 


33  i*-34  3 


JEREMÍAS 


33  21-34  7 


en  el  país  de  Benjamín,  en  los  alre- 
dedores de  Jerusalén  y  en  las  ciuda- 
des de  Judá  aun  ha  de  pasar  el  ga- 
nado menor  por  las  manos  de  quien 
lo  recuenta,  dice  Yahveh. 

"  He  aquí  que  llegan  días,  afirma 
Yahveh,  en  que  he  de  cumplir  la 
halagüeña  promesa  que  di  a  la  casa 
de  Israel  y  a  la  casa  de  Judá.  *  En 
aquellos  días  y  aquel  tiempo  suscita- 
ré a  David  un  vástago  justo  que 
ejercitará  el  derecho  y  la  justicia  en 
el  país.  "  En  tales  días,  Judá  será 
salvada  v  Jerusalén  habitará  en  se- 
guridad y  éste  será  el  nombre  d  con 
que  se  la  llamará  :  «Yahveh,  nues- 
tra justicia». 

"  Pues  así  dice  Yahveh  :  «No  le 
faltará  a  David  varón  que  se  siente 
sobre  el  trono  de  la  casa  de  Israel  ; 
™  y  a  los  sacerdotes  levitas  no  les 
faltará  un  varón  a  mi  servicio  que 
ofrezca  holocaustos  y  queme  obla- 
ción v  haga  sacrificios  todos  los 
días.»  ' 

n  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de  Yah- 
veh a  Jeremías,  diciendo  :  30  «Así 
habla  Yahveh  :  Si  pudiere  romper- 
se 8  mi  pacto  con  el  día  y  mi  pacto 
con  la  noche,  para  que  día  f  y  noche 


no  tengan  lugar  a  su  debido  tiempo, 
21  entonces  se  podrá  romper  también 
mi  pacto  con  David,  mi  siervo,  pri- 
vándole de  tener  un  hijo  que  rei- 
ne sobre  su  trono,  y  con  los  levitas 
sacerdotes,  mis  ministros.  *  Como 
no  puede  contarse  el  ejército  de  los 
cielos  ni  medirse  la  arena  del  mar, 
así  multiplicaré  la  descendencia  de 
David,  mi  siervo,  y  los  levitas,  que 
me  sirven.»  's  Y  dirigiósele  a  Jere- 
mías la  palabra  de  Yahveh,  dicien- 
do :  24  «¿  No  has  visto  lo  que  este 
pueblo  habla,  a  saber  :  Yahveh  ha 
rechazado  a  las  dos  familias  que  ha- 
bía escogido  y  las  ha  menosprecia- 
do ;  y  ellos  desprecian  a  mi  pueblo 
de  tal  suerte  que  a  sus  ojos  ya  no 
constituye  nación  ?» 

20  Así  habla  Yahveh  :  «Si  no  he  ce- 
lebrado pacto  con  el  día  f  y  la  noche 
ni  las  leyes  del  cielo  y  de  la  tierra 
he  fijado,  26  entonces  también  recha- 
zaré a  la  descendencia  de  Jacob  y  de 
David,  mi  siervo,  no  tomando  de  su 
progenie  soberanos  para  la  raza  de 
Abraham,  de  Isaac  v  de  Jacob  ;  pues 
haré  volver  a  sus  desterrados  y  me 
apiadaré  de  ellos.» 


Predicción  de   la  suerte   de   Sedecías.   La  manumisión 
de  esclavos 


o  A  1  La  palabra  que  se  dirigió  a 
Jeremías  por  parte  de  Yahveh 
mientras  Nabucodonosor,  rey  de  Ba- 
bilonia, y  todo  su  ejército,  y  todos 
los  reinos  de  la  tierra  sometidos  a 
su  imperio,  y  todos  los  pueblos  com- 
batían contra  Jerusalén  y  contra  to- 
das sus  ciudades,  a  saber  : 

2  Así  dice  Yahveh,  Dios  de  Is- 
rael :  Ve  y  habla  a  Sedecías,  rey  de 
Judá,  y  dile  :  A.sí  afirma  Yahveh  : 
He  aquí  que  yo  entrego  esta  ciudad 
en  manos  del  rey  de  Babilonia,  que 
la  prenderá  fuego.  *  Y  tú  no  te  li- 
brarás de  6U  mano,  sino  que  serás 
preso  sin  remedio  y  en  su  poder  en- 
tregado, y  tus  ojos  contemplarán  los 


ojos  del  rey  de  Babilonia  ;  su  boca 
hablará  a  tu  boca,  y  a  Babilonia 
irás.  *  Sin  embargo,  escucha  la  pa- 
labra de  Yahveh,  ¡  oh  Sedecías  !,  rey 
de  Judá  :  Así  dice  Yahveh  acerca 
de  ti  :  No  morirás  a  espada  ;  5  en 
paz  morirás,  y  de  igual  suerte  que 
quemaron  perfumes  para  tus  padres, 
los  reyes  antiguos  que  te  precedie- 
ron, así  los  quemarán  en  honor  tuyo, 
y  «¡ay,  Señor!»,  plañirán  por  ti. 
Ciertamente,  yo  mismo  he  anuncia- 
do e^a  palabra,  declara  Yahveh. 

6  Y  el  profeta  Jeremías  profirió  a 
Sedecías,  rey  de  Judá,  todas  estas 
palabras  en  Jerusalén,  '  mientras  el 
ejército  del  rey  de  Babilonia  comba- 


"~M  G  lo  omite. 
"««Cf.  23,  s-6. 

IS  Y  a  los  sacerdotes  :  estas  promesas  se  refieren  no  al  sacerdocio  judío,  hace 

tiempo  extinguido,  sino  al  eterno  de  Jesu-Cristo,  ejercido  por  sí  y  sus  ministros. 


34 


En  paz  morirás  :  se  cumplió  la  profecía  al  pie  de  la  letra. 

RESTANTES:  e.  d.,  que  aun  quedaban  fortificadas;  otros,  tque  resistían  aúm 


34  8-16 


JEREMÍAS 


tía  contra  Jerusalén  y  contra  todas 
las  ciudades  de  Judá  restantes,  con- 
tra Lakís  y  Azeqá  ;  pues  [sólo]  ellas 
habían  quedado  como  ciudades  for- 
tificadas entre  las  ciudades  de  Judá. 

8  Palabra  que  se  dirigió  a  Jeremías 
de  parte  de  Yahveh,  después  de  ha- 
ber pactado  el  rey  Sedecías  un  com- 
promiso con  todo  el  pueblo  que  en 
Jerusalén  había  para  proclamar  una 
manumisión,  9  dejando  cada  uno  li- 
bres a  sus  esclavos  y  esclavas  he- 
breos, a  fin  de  que  nadie  tuviese  so- 
metido a  servidumbre  a  ningún  ju- 
dío, hermano  suyo.  20  Todas  las  au- 
toridades y  todo  el  pueblo  que  ha- 
bían entrado  en  el  compromiso  de 
manumitir  a  sus  respectivos  siervos 
y  siervas  para  que  no  les  estuviesen 
más  sujetos,  obedecieron  y  los  eman- 
ciparon. 11  ¡Nías  luego  se  volvieron 
atrás  e  hicieron  tornar  a  los  siervos 
y  siervas  que  habían  dejado  libres  y 
los  sometieron  a  servidumbre  como 
esclavos  y  esclavas. 

12  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de  Yah- 
veh a  Jeremías,  de  parte  de  Yahveh, 
diciendo  :  13  «Así  dice  Yahveh,  Dios 
de  Israel  :  Yo  pacté  alianza  con 
vuestros  padres  el  día  que  los  saqué 
del  país  de  Egipto,  de  la  casa  de  la 
esclavitud,  en  estos  términos  :  14  Al 
cabo  de  siete  años,  cada  uno  dejaréis 
libre  a  vuestro  hermano  hebreo  que 
os  hubiere  sido  vendido  ;  te  servirá 
durante  seis  años  y  luego  le  dejaras 
partir  libre  de  tu  casa.  Mas  vuestros 
padres  no  escucharon  ni  prestaron 
su  oído.  15  Y  hoy  habéis  vuelto  a  ha- 
cer lo  recto  a  mis  ojos,  proclamando 
cada  uno  la  manumisión  en  pro  de 
su  compañero  ;  y  habéis  sellado  un 
pacto  ante  mí  en  la  casa  donde  mi 
nombre  se  invoca.  M  Pero  os  habéis 


vuelto  atrás  y  halléis  profanado  mi 
nombre  ;  pues  habéis  hecho  tornar 
cada  uno  a  vuestro  siervo  y  vuestra 
sierva,  cuyas  personas  habíais  deja- 
do libres,  y  las  habéis  forzado  a  ser- 
viros como  esclavos  v  esclavas. 

11  Por  eso,  así  dice'  Yahveh  :  Vos- 
otros no  me  habéis  escuchado,  pro- 
clamando la  manumisión  cada  uno  a 
favor  de  su  compatriota  y  cada  uno 
en  pro  de  su  compañero  ;  he  aquí 
que  yo  proclamo  respecto  a  vosotros 
la  manumisión,  declara  Yahveh,  ha- 
cia la  espada,  la  peste  y  el  hambre. 
Y  os  constituiré  objeto  de  terror  pa- 
ra todos  los  reinos  de  la  tierra.  "Y 
entregaré  a  los  hombres  que  han 
transgredido  mi  pacto,  que  no  han 
cumplido  las  palabras  de  la  alianza 
que  sellaron  ante  mí  mediante  el  no- 
villo que  cortaron  en  dos  mitades, 
entre  cuyos  trozos  pasaron;  19  a  los 
príncipes  de  Judá  y  los  príncipes  d 
Jerusalén,  a  los  eunucos,  los  sacer- 
dotes y  todo  el  pueblo  del  país  que 
pasaron  por  entre  las  mitades  del 
novillo,  *  los  entregaré  en  manos  de 
sus  enemigos  y  en  manos  de  quienes 
atentan  contra  su  vida,  y  servirán 
sus  cadáveres  de  pasto  a  las  aves 
del  cielo  y  las  hestias  de  la  tierra. 
:i  También  a  Sedecías,  rey  ele  Judá. 
y  a  sus  dignatarios  entregaré  en 
manos  de  sus  enemigos  y  en  las  de 
quienes  tratan  de  arrebatarles  la  vi- 
da, v  en  poder  del  ejército  del  rey 
de  Babilonia,  que  se  ha  retirado  de 
vosotros.  -  He  aquí  que  yo  dov  or- 
den, firma  Yahveh,  y  los  haré  vol- 
ver contra  esta  ciudad  para  que  la 
sitien,  la  tomen  y  la  prendan  fuego  ; 
y  a  todas  las  ciudades  de  Judá  las 
reduciré  a  desierto  sin  moradores.» 


8  Para  proclamar  :   se  refiere  a  .Sedecías. 
14  Cf.  Dt.  15,  1-12.  ||  Siete:  G,  «seis». 

u  Donde  mi  nombre  se  invoca  :  otros,  aque  lleva  mi  nombre». 
,6  Habéis  profanado  mi  nombre  violando  las  promesas  que  me  hicisteis: 
"  La  manumisión  :  no  me  pertenecéis  ya  ;  he  dejado  de  ser  vuestro  protector  ;  estoy 
desligado  de  mis  compromisos. 

J8  Y   ENTREGARÉ...   QUE   SELLARON   ANTE    MÍ   MEDIANTE    EL   NOVILLO:    O   también    «y  haré... 

como  al  novillo».  ||  Que  cortaron  en  dos  mitades  :  acerca  de  este  rito  para  sellar  un 
pacto,  cf.  Dt.  15,  10-17. 


—  1436  — 


35  l-« 


JEREMÍAS 


35 


Los  rekabitas 


•>  e  1  Palabra  que  fué  dirigida  a  Je- 
remías  de  parte  de  Yahveh,  en 
tiempo  de  Joaquim,  hijo  de  Josías, 
rey  de  Judá  ;  a  saber  :  2  «Ve  a  la  co- 
munidad de  los  rekabitas  y  había- 
les ;  condúcelos  a  3a  casa  de  Yahveh 
a  uno  de  los  aposentos  y  dales  a  be- 
ber vino.»  3  Tomé,  pues,  a  Yaazan- 
yá,  hijo  de  Jeremías,  hijo  de  Jabas- 
"sinyá  ;  a  sus  hermanos,  a  todos  sus 
hijos  y  a  toda  la  comunidad  de  los 
rekabitas,  4  y  los  llevé  a  la  casa  de 
Yahveh,  al  aposento  de  los  hijos  de 
Janán,  hijo  de  Igdalvahu,  hombre 
de  Dios,  el  cual  se  hallaba  junto  al 
aposento  de  los  dignatarios,  por  ci- 
ma de  la  cámara  de  Maaseyahu,  hijo 
de  Sal  lum,  guardián  de  la  puerta. 
6  Y  presenté  a  las  gentes  de  la  co- 
munidad de  los  rekabitas  jarros  y 
copas  llenos  de  vino,  y  díjeles  : 
«¡Bebed  vino!»  "Mas  ellos  replica- 
ron :  «No  bebemos  vino,  pues  Yona- 
dab,  hijo  de  Rekab,  nuestro  antepa- 
sado, nos  lo  prohibió,  diciendo  :  No 
bebáis  vino,  ni  vosotros  ni  vuestros 
hijos,  jamás.  :  Ni  edifiquéis  casas, 
ni  sembréis  campos,  ni  plantéis  vi- 
ñas, ni  las  poseáis  ;  antes  bien,  mo- 
raréis en  tiendas  durante  todos  vues- 
tros días,  a  fin  de  que  viváis  mu- 
chos días  sobre  el  territorio  en  don- 
de habéis  estado  como  inmigrantes, 
j  Y  hemos  obedecido  la  voz  de  Ye- 
honadab,  hijo  de  Rekab,  nuestro  an- 
tepasado, en  cuanto  nos  mandó,  de 
no  beber  vino  en  todos  nuestros  días, 
nosotros,  nuestras  mujeres,  nuestros 
hijos  y  nuestras  hijas,  0  y  de  no 
construir  casas  para  morada  nuestra 
ni  poseer  viñas,  campos  ni  sembra- 
dos a  ;  10  y  habitamos  en  tiendas,  ha- 
biendo, pues,  escuchado  y  practica- 
do cuanto  ordenó  Yonadab,  nuestro 
padre.  "  Mas  sucedió  que,  al  invadir 
el  país  Nabucodonosor,  rey  de  Babi- 
lonia, dijimos  :   ¡  Venid  y  entremos 


en  Jerusalén,  huyendo  del  ejército 
de  los  caldeos  y  del  ejército  de  Si- 
ria !  Y  nos  hemos  asentado  en  Jeru- 
salén.» 

M  Entonces  se  dirigió  la  palabra 
de  Yahveh  a  Jeremías,  diciendo  : 
u  «Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos, Dios  de  Israel  :  Ve  y  di  a  los 
hombres  de  Judá  y  a  los  habitante- 
de  Jerusalén  :  ¿No  aceptaréis  aca- 
so la  lección,  escuchando  mis  pala- 
bras ?,  declara  Yahveh.  "Se  han  eje- 
cutado las  órdenes  de  Yehonadab, 
hijo  de  Rekab,  que  prohibió  a  sus 
descendientes  beber  vino,  y  no  lo 
han  bebido  hasta  el  día  presente, 
pues  han  obedecido  el  mandato  de 
su  padre,  y  habiéndoos  yo  hablado 
desde  pronto  y  sin  cesar,  no  habéis 
escuchado.  15  Y  os  envié  a  todos  mis 
siervos  los  profetas  desde  muy  tem- 
prano y  sin  interrupción,  diciendo  : 
Convertios  cada  uno  de  vuestro  per- 
verso camino,  corregid  vuestros  ac- 
tos y  no  sigáis  a  dioses  extraños, 
dándoles  culto,  para  que  habitéis  la 
tierra  que  di  a  vosotros  y  vuestros 
padres  ;  mas  no  habéis  prestado 
vuestros  oídos  ni  me  habéis  obede- 
cido. lfl  En  verdad,  los  hijos  de  Ye- 
honadab, hijo  de  Rekab,  han  cum- 
plido el  mandato  que  su  padre  les 
intimó,  pero  este  pueblo  no  ha  que- 
rido escucharme.  "  Por  eso,  así  dice 
Yahveh,  Dios  de  los  ejércitos,  Dios 
de  Israel  :  «He  aquí  que  yo  atraigo 
sobre  Judá  v  sobre  todos  los  habi- 
tantes de  Jerusalén  toda  la  desgra- 
cia que  contra  ellos  he  anunciado  ; 
(por  cuanto  les  he  hablado  y  no  han 
escuchado,  les  he  llamado  y  no  han 
respondido.»  18  En  cambio,  a  la  co- 
munidad de  los  rekabitas  dijo  Jere- 
mías :  «Así  habla  Yahveh  de  los 
ejércitos,  Dios  de  Israel  :  Por  cuanto 
habéis  obedecido  la  orden  de  Yeho- 


OK  1  I.a  sustancia  de  este  capítulo  es  que  Jeremías  quiere  contraponer  la  vida  obscr- 
0,J  vantc  de  los  rekabitas  con  la  de  los  otros  judíos,  que  violaban  sin  escrúpulo  la 
¡«y  divina. 

3  Comunidad  :  lit.,  casa  ;  muchos  creen  se  trataba  de  una  verdadera  comunidad  de 
ascetas.  ||  Uno  de  los  aposentos:  donde  moraban  los  levitas  y  demás  ministros 
del  templo. 

*  Toda  i.a  coxwnidad  o  tribu,  que  dtbeía  ser  poco  numerosa. 


—  1437  — 


35  19-36  8 


JEREMÍAS 


36  9-1* 


nadab,  vuestro  padre,  y  habéis  ob- 
servado todos  sus  mandatos,  y  ha- 
béis obrado  enteramente  conforme 
os  había  ordenado,  19  por  eso,  así  di- 


ce Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de 
Israel,  no  faltará  jamás  a  Yonadab, 
hijo  de  Rekab,  un  varón  que  esté 
en  mi  presencia.» 


El  rey  Joaquim  quema  el  volumen  de  las  profecías 
de  Jeremías 


Oií  1  El  año  cuarto  de  Joaquim, 
ou  hijo  de  Josías,  rey  de  Judá, 
tuvo  lugar  esta  comunicación  a  Je- 
remías de  parte  de  Yahveh  ;  a  sa- 
ber :  3  ((Cógete  un  rollo  y  escribe  en 
él  todas  las  palabras  que  te  he  dicho 
contra  Jerusalén,  contra  Judá  y  con- 
tra todas  las  naciones  desde  el  día 
en  que  comencé  a  hablarte,  desde 
los  días  de  Josías,  hasta  el  presente. 
*  Tal  vez  escuche  la  casa  de  Judá 
toda  la  desventura  que  proyecto  cau- 
sarles, de  suerte  que  cada  uno  se 
convierta  de  su  mal  camino  y  los 
perdone  yo  su  iniquidad  y  su  pe- 
cado.» 

4  Jeremías  entonces  llamó  a  Ba- 
ruk,  hijo  de  Neriyyá,  y  Baruk  escri- 
bió de  boca  de  Jeremías  en  un  rollo 
todas  las  palabras  que  Yahveh  había 
dicho  a  éste.  6  Y  Jeremías  dió  orden 
a  Baruk,  diciendo  :  «Yo  estoy  impe- 
dido, no  puedo  ir  a  la  casa  de  Yah- 
veh ;  6  iras,  pues,  tú  y,  un  día  de 
ayuno,  leerás  en  el  rollo  que  has  es- 
crito de  mis  labios  las  palabras  de 
Yahveh,  en  alta  voz  a  todo  el  pue- 
blo, en  la  casa  del  Señor  ;  y  también 
a  oídos  de  todo  Judá,  venido  de  sus 
ciudades,  habrás  de  leerlo.  7  Quizá, 
humillándose,  supliquen  ante  Yah- 
veh y  se  conviertan  cada  uno  de  su 
mal"  camino,  pues  enormes  son  la 
cólera  y  el  furor  que  Yahveh  ha 
anunciado  contra  este  pueblo.»  8  Ba- 
ruk, hijo  de  Neriyyá,  realizó  exac- 
tamente lo  que  el  profeta  Jeremías 


halbía  mandado,  leyendo"en  el  libro 
las  palabras  de  Yahveh,  en  la  casa 
del  Señor. 

•Así,  pues,  el  año  quinto  de  Joa- 
quim, hijo  de  Josías,  rey  de  Judá,  en 
el  noveno  mes,  sucedió  que  procla- 
maron un  ayuno  ante  Yahveh,  ex- 
tensivo a  todo  el  pueblo  de  Jerusa- 
lén y  a  todas  las  gentes  llegadas  a 
Jerusalén  de  todas  las  ciudades  de 
Judá.  10  Entonces  leyó  Baruk  en  el 
libro  las  palabras  de  Jeremías,  en  la 
casa  de  Yahveh,  en  el  aposento  de 
Guemaryahu,  hijo  de  Safán,  el  se- 
cretario, en  el  atrio  superior,  a  la 
entrada  de  la  Puerta  Nueva  de  la 
casa  de  Yahveh,  a  oídos  de  todo  el 
pueblo.  11  Cuando  Miqueas,  hijo  de 
Guemaryahu,  hijo  de  Safán,  oyó  to- 
das las  palabras  de  Yahveh  leídas 
del  libro,  12  bajó  al  palacio  real,  a  la 
cámara  del  secretario,  donde  encon- 
tró reunidos  en  sesión  a  todos  los 
dignatarios  :  Elisamá,  el  secretario  ; 
Delayahu,  hijo  de  Semayahu  ;  Elna- 
tán,  hijo  de  Akbor  ;  Guemaryahu, 
hijo  de  Safán  ;  Sedecías,  hijo  de 
Ananías,  y  todos  los  [demás]  digna- 
tarios. 13  Miqueas  les  comunicó  todas 
las  palabras  que  oyera  cuando  Ba- 
ruk había  leído  el  libro  al  pueblo. 

M  Entonces  todos  los  dignatarios 
enviaron  donde  Baruk  a  Yehudí,  hi- 
jo de  Netanyahu,  hijo  de  Selemva- 
hu,  hijo  de  Kusí,  diciendo  :  «El  ro- 
llo en  que  has  leído  en  alta  voz  al 
pueblo  cógelo  y  ponte  en  camino.» 


>»  No  faltará  jamás  :  fueron  los  rekabitas  llevados  en  cautividad  ;  pero  volvieron  a 
su  tierra  y  sirvieron  en  el  templo  como  músicos  y  profesando  igual  sobriedad  y  po- 
breza. 

Ofi  "  Un  rollo  :  sabido  es  que  los  escritos  en  papiro,  cortezas  de  árboles,  telas  o  per- 
uamino  u  otra  materia  flexible  se  enrollaban  alrededor  de  un  cilindro  de  made- 
ra. Tal  fué  el  formato  del  libro  usado  generalmente  en  la  antigüedad.  El  códice  en  pa- 
piro se  usó — como  han  demostrado  los  papiros  Ch.  Beatty— por  lo  menos  desde  la 
primera  mitad  del  siglo  n,  empleado,  si  no  inventado,  en  su  mayor  parte  por  los 
cristianos. 

'Impedido:  ¿Impedido  por  órdenes  superiores?  V  tdetenidot  (clausus). 


-  1438  - 


36  15"25 


JEREMÍAS 


36  26"3- 


Tomó,  pues,  Baruk,  hijo  de  Neriyvá, 
el  rollo  en  su  mano  y  vino  donde 
ellos.  ™  Dijéronle  :  «Siéntate,  por  fa- 
vor, y  léenoslo  en  alta  voz.»  Enton- 
ces Baruk  leyóselo  en  alta  voz.  K  Y 
sucedió  que,  cuando  hubieron  oído 
todas  las  palabras,  a  miráronse  es- 
pantados unos  a  otros  y  dijeron  a 
Baruk  a  :  «Tenemos  que  comunicar 
sin  falta  al  rey  todas  estas  cosas.» 
17  Y  a  Baruk  preguntaron  diciendo  : 
— Refiérenos  cómo  has  escrito  to- 
das estas  cosas  b  [dictadas]  de  su 
boca  b. 

18  Y  contestóles  Baruk  : 

— [Jeremías]  me  dictaba  todas  es- 
tas palabras  de  su  propia  boca  y  yo 
las  escribía  en  el  libro  con  tinta. 

19  Dijeron  entonces  los  dignatarios 
a  Baruk  : 

— Ye  y  escóndete  tú  con  Jeremías, 
y  nadie  sepa  dónde  estáis. 

20  Entonces  fuéronse  donde  el  rey 
al  atrio,  después  de  haber  deposita- 
do el  volumen  en  el  aposento  de  Eli- 
samá,  el  secretario,  y  anunciaron  de 
viva  voz  al  monarca  todas  estas  co- 
sas. a  El  rey  envió  a  Yehudí  a  to- 
mar el  rollo,  y  él  cogiólo  del  apo- 
sento de  Elisamá,  el  secretario,  y  se 
lo  leyó  en  alta  voz  al  rey  y  a  todos 
los  dignatarios  que  estaban  junto  al 
monarca.  22  El  rey  hallábase  sentado 
en  su  casa  de  invierno,  en  el  mes 
noveno,  y  tenía  ante  sí  el  brasero 
encendido.  23  Y  sucedió  que  cada  vez 
que  Yehudí  leía  tres  o  cuatro  colum- 
nas, [el  rey]  las  rasgaba  con  el  cor- 
taplumas del  secretario  y  arrojába- 
las al  fuego  que  ardía  en  el  brasero, 
hasta  que  se  consumió  todo  el  rollo 
en  el  fuego  que  en  el  brasero  había. 
M  Pero  no  se  espantaron  ni  rasgaron 
sus  vestiduras  ni  el  rey  ni  ninguno 
de  sus  servidores  que  habían  escu- 
chado todas  esas  palabras.  26  Incluso 


Elnatán,  Delayahu  y  Guemaryahu 
rogaron  insistentemente  al  rey  para 
que  no  quemara  el  rollo,  pero  no  los 
escuchó.  26  Además,  el  monarca  or- 
denó al  prínciipe  Yerajmeel,  a  Se- 
rayahtt,  hijo  de  Azriel,  y  a  Selemya- 
hu,  hijo  de  Abdeel,  prender  a  Ba- 
ruk, el  secretario,  y  a  Jeremías,  el 
profeta  ;  pero  Yahveh  los  ocultó. 

25  Y  la  palabra  de  Yahveh  fué  di- 
rigida a  Jeremías,  después  de  haber 
quemado  el  rey  el  rollo  con  los  dis- 
cursos que  Baruk  escribiera  dictados 
por  boca  de  Jeremías,  en  estos  tér- 
minos :  25  «Vuelve  a  cogerte  otro 
rollo  y  escribe  en  él  todas  las  pala- 
bras primeras  que  estaban  en  el  ro- 
llo anterior,  que  ha  quemado  Joa- 
quim,  rey  de  Judá.  29  Y  contra  Joa- 
quim,  rey  de  Judá,  dirás  ■  Así  habla 
Yahveh  :  Tú  has  quemado  este  ro- 
llo, exclamando  :  «¿Por  qué  has  es- 
crito en  él  en  estos  términos  :  Ha 
de  venir,  ciertamente,  el  rey  de  Ba- 
bilonia y  arrasará  este  país  y  ani- 
quilará de  él  hombres  y  bestias  ?» 
34  Por  eso,  así  dice  Yahveh  sobre 
Joaquim,  rey  de  Judá  :  No  tendrá 
quien  se  siente  sobre  el  trono  de  Da- 
vid, y  su  cadáver  permanecerá  ti- 
rado al  fuerte  calor  durante  el  día  y 
al  frío  en  la  noche.  31  Y  castigaré  a 
él,  a  su  descendencia  y  a  sus  servi- 
dores su  iniquidad,  y  atraeré  sobre 
ellos,  los  habitantes  de  Jerusalén  y 
los  hombres  de  Judá,  toda  la  des- 
gracia que  les  anuncié  sin  que  me 
escucharan.» 

82  Jeremías,  pues,  tomó  otro  rollo, 
diólo  a  Baruk,  el  secretario,  hijo  de 
Neriyvá,  quien  escribió  en  él  por 
dictado  de  Jeremías  todas  las  pala- 
bras del  libro  que  Joaquim,  rey  de 
Judá,  había  quemado  en  el  fuego  ; 
y  además  se  les  añadieron  muchas 
palabras  semejantes. 


16  Tenemos  sjue  comunicar  :  a  fin  de  que  tomase  las  oportunas  medidas  para  evitar 
el  castice 

*>  Su  casa  de  invierno  :  o  bien,  la  parte  de  palacio  que  solía  habitar  en  invierno, 
bastante  frío  en  Jerusalén.  ||  El  mes  noveno:  t.  d.,  el  correspondiente  parcialmente 
a  nuestros  noviembre  y  diciembre. 

20  Los  ocultó  :  o  no  permitió  los  descubriesen. 

28  El  rey  de  Babilonia:  e.  d.,  Nabucodonosor,  que  ya  había  antes  tomado  a  Jeru- 
salén y  reducfdola  a  tributo. 

30  No  tendrá  quien:  Jeconías,  hijo  de  Joaquim,  reinó  tres  meses  bajo  la  depen- 
dencia caldea,  por  lo  que  su  reinado  no  se  cuenta.  Su  sucesor,  Sedecías,  tío  suyo, 
fué  el  último  rey  de  Judá. 


—  1439  — 


37  i-io 


JEREMÍAS 


37  u-19 


Jeremías  es  apresado 


oh  1  Sedecías,  hijo  de  Josías,  su- 
cedió  en  el  trono  a  Jeconías, 
hijo  de  Joaquim,  a  quien  Nabueodo- 
nosor,  rey  de  Babilonia,  había  en- 
tronizado rey  en  el  país  de  Judá. 
-  Mas  él,  sus  cortesanos  y  el  pueblo 
del  país  no  escucharon  las  palabras 
de  Yahveh,  que  éste  había  pronun- 
ciado por  medio  del  profeta  Jere- 
mías. 

3  Y  envió  el  rey  Sedecías  a  Yehu- 
kal,  hijo  de  Selemyá,  y  al  sacerdote 
Sofonías,  hijo  de  Maaseyá,  cerca  del 
profeta  Jeremías,  diciendo:  «¡Rue- 
ga, por  favor,  en  pro  de  nosotros  a 
Yahveh,  nuestro  Dios  !»  4  Y  Jeremías 
iba  y  venía  en  medio  del  pueblo, 
pues  aun  no  le  habían  metido  en  la 
cárcel.  1  El  ejército  del  Faraón,  en 
tanto,  había  salido  de  Egipto,  y  có- 
modos caldeos  que  sitiaban  a  jeru- 
salén  oyesen  la  noticia,  se  retiraron 
de  la  ciudad. 

ü  Entonces  tuvo  lugar  la  palabra 
-de  Yahveh  al  profeta  Jeremías,  di- 
ciendo :  7  «Así  habla  Yahveh,  Dios 
de  Israel  :  Habéis  de  decir  al  rey  de 
Judá,  que  os  envía  a  mí  para  con- 
sultarme, lo  siguiente  :  He  aquí  que 
el  ejército  del  Faraón,  salido  en 
vuestro  socorro,  regresará  a  su  país 
de  Egipto,  *  y  los  caldeos  volverán  y 
atacarán  esta  ciudad,  y  la  tomarán, 
y  le  prenderán  fuego.  0  Así  dice  Yah- 
veh :  No  os  engañéis  a  vosotros  mis- 
mos pensando  :  ¡Los  caldeos  se 
han  retirado  definitivamente  de  nos- 
otros!, porque  no  se  marcharán. 
10  Aunque  derrotarais  a  todo  el  ejér- 
cito caldeo  que  combate  contra  vos- 
otros y  [sólo]  quedasen  entre  ellos 
hombres  malheridos,  alzaríanse  cada 
uno  en  su  tienda  y  prenderían  fuego 
a  esta  ciudad.» 


11  Sucedió,  efectivamente,  que,  al 
retirarse  de  Jerusalén  el  ejército  de 
los  caldeos  a  causa  del  ejército  del 
Faraón,  '-  Jeremías  quiso  salir  de 
Jerusalén  para  marchar  al  país  de 
benjamín  a  reclamar  allí  la  parte  de 
herencia  que  le  correspondía  en  me- 
dio del  pueblo.  13  Mas  cuando  llego 
a  la  puerta  de  Benjamín,  estaba  allí 
un  centinela  llamado  Irivyá,  hijo 
de  Selemyá,  hijo  de  Ananías,  quien 
prendió  al  profeta  Jeremías,  excla- 
mando : 

— ¡  Tú  te  pasas  a  los  caldeos  ! 

14  Jeremías  replicó  : 

— ¡  Es  falso  !  ¡  No  me  paso  a  los 
caldeos ! 

Mas  Irivyá  no  le  hizo  caso  y  pren- 
dió a  Jeremías  y  lo  condujo  a  los 
superiores.  w  Las  autoridades  se  en- 
colerizaron contra  Jeremías,  lo  gol- 
pearon y  lo  metieron  en  la  prisión, 
en  casa  de  Jonatás,  el  secretario, 
pues  la  habían  convertido  en  cárcel. 
"  Ingresó,  pues,  Jeremías  en  el  ca- 
labozo y  en  el  subterráneo  aboveda- 
do y  allí  permaneció  Jeremías  mu- 
chos días. 

17  El  rey  Sedecías  envió  gente  pa- 
ra que  se  le  sacara,  y  le  interrogó 
en  su  palacio  en  secreto,  diciendo  : 

— ¿  Hay  acaso  alguna  comunica- 
ción de  Yahveh  ? 

— La  hay,  contestó  Jeremías,  » 
agregó  :—  En  mano  del  rey  de  babi- 
lonia serás  entregado. 

a  Luego  dijo  Jeremías  al  rey  Se- 
decías : 

— ¿En  qué  he  faltado  contra  ti. 
tus  cortesanos  o  este  pueblo  para 
que  me  hayáis  puesto  en  la  prisión  ? 
"  Y  ¿  dónde  se  hallan  vuestros  pro- 
fetas, que  os  vaticinaban  diciendo  ; 
No  vendrá  el  rey  de  Babilonia  con- 


fyrr   *  Iba  y  venía  :  lit.,  entraba  y  salía. 

"El  ejército  del  Faraón  :  e.  el.,  de  Hofrá  o  Jotra,  que  hizo  suspender  al  pronto 
el  sitio  de  Jerusalén  y  trató  luego  con  benevolencia  a  los  judíos  refugiados  en  Egipto. 

'-  Reclamar  la  parte  de  herencia  :  lit.,  para  recibir  la  porción  (de  herencia)  ; 
V  (ST)  «et  divideret  ibi  possessionem».  Lo  que  quería,  verosímilmente,  era  hacer  provi- 
siones para  el  sitio  que  preveía.  |¡  En  medio  del  PUEBLO  :  o  bien,  entre  sus  familiares. 

14  La  habían  CONVERTIDO  en  cárcel:  V  «él  era  alcaide  de  la  cárcel». 

10  CALABOZO  :  o  cárcel  subterránea  ;   lit.,  casa  de  la  fosa  o  cisterna  ;  V  tcasa  del 


—  1440  — 


37  20-38  7 


JEREMÍAS 


38  s-1* 


tra  vosotros  ni  contra  este  país  ? 
:o  Ahora,  pues,  escucha,  por  favor, 
¡  oh  rey,  mi  señor !  :  suplicóte  hu- 
mildemente que  no  me  vuelvas  a  la 
casa  de  Jonatás,  el  secretario,  para 
que  no  muera  yo  allí. 
a  Entonces  el  rey  Sedecías  dió  or- 


den de  que  se  custodiara  a  Jeremías 
en  el  patio  de  la  prevención  y  se  le 
diera  un  pan  al  día  de  la  calle  de 
los  Panaderos  hasta  que  se  acabara 
el  pan  de  la  ciudad.  Así,  pues,  Je- 
remías permaneció  en  el  ipatio  de  5a 
prevención. 


Jeremías  es  echado  en  una  cisterna.  Sacado  de  allí,  tiene 
un  postrer  diálogo  con  Sedecías 


oo   1  Pero  Sefatvá,  hijo  de  Mattán  ; 

^°  Guedalvahu,  hijo  de  Pasjur  ; 
Yukal,  hijo  cíe  Selemvahu,  y  Pasjur, 
hijo  de  Malkivyá,  tuvieron  noticia  de 
las  palabras  "que  Jeremías  dirigía  a 
todo  el  pueblo,  diciendo  :  2  «Así  ha- 
bla Yahveh  :  El  que  permanezca  en 
esta  ciudad  moriraaespada.de  ham- 
bre y  de  peste  ;  mas  quien  se  entre- 
gue a  los  caldeos  vivirá  ;  tendrá  su 
persona  como  botín  y  quedará  con 
vida.»  3  Así  dice  Yahveh  :  «Cierta- 
mente esta  ciudad  será  entregada  en 
manos  del  ejército  del  rey  de  Babi- 
lonia, quien  la  tomará.»  4  Y  dijeron 
los  dignatarios  al  monarca  : 

— ¡Sea  muerto  tal  hombre,  pues 
desalienta  a  los  combatientes  que 
quedan  en  esta  ciudad  y  a  todo  el 
pueblo  al  hablarles  en  semejantes 
términos !  En  verdad,  este  hombre 
no  busca  la  paz  de  este  pueblo,  sino 
la  desventura. 

5  El  rey  Sedecías  contestó  : 

— Helo  ahí  en  vuestras  manos, 
pues  el  monarca  nada  puede  contra 
vosotros. 

6  Entonces  cogieron  a  Jeremías  y  lo 
arrojaron  en  la  cisterna  del  príncipe 
Malkiyyahu,  la  cual  hallábase  en  el 
patio  de  la  prevención,  y  bajaron  a 
Jeremías  con  cuerdas.  En  la  cisterna 
no  había  agua,  sino  fango,  en  el  cual 
se  hundió  Jeremías. 

'  Ahora  bien,  Ebed-mélek,  el  etío- 


pe, eunuco  que  estaba  en  el  palacio 
real,  oyó  que  habían  metido  a  Jere- 
mías en  la  cisterna,  y,  en  ocasión  en 
que  el  rey  se  hallaba  en  la  Puerta 
de  Benjamín,  8  salió  Ebed-mélek  del 
palacio  real  y  habló  al  monarca,  di- 
ciendo : 

9 — -¡Oh  rey,  mi  señor!  ;  han  obra- 
do mal  esos  hombres  en  todo  lo  que 
han  hecho  al  profeta  Jeremías,  arro- 
jándole a  la  cisterna,  y  él  morirá  a 
allí  de  hambre,  pues  no  hay  ya  pan 
en  la  ciudad. 

10  Entonces  el  rey  ordenó  a  Ebed- 
mélek,  el  etíope,  lo  siguiente  : 

— Toma  de  aquí  contigo  treinta  b 
hombres  y  saca  al  profeta  Jeremías 
de  la  cisterna  antes  que  muera. 

u  Ebed-mélek  tomó,  efectivamen- 
te, consigo  a  los  hombres,  fué  al  pa- 
lacio real,  al  vestuario  c  del  tesoro, 
y  cogió  de  allí  unos  trozos  de  ropas 
usadas  y  de  paños  rotos,  y  se  los 
echó  a  Jeremías  en  la  cisterna  con 
unas  cuerdas.  12  Y  dijo  Ebed-mélek, 
el  etíope,  a  Jeremías  :  «Ponte  esos 
harapos  de  ropas  y  paños  debajo  de 
tus  sobacos,  por  bajo  de  las  cuer- 
das.» Y  Jeremías  hízolo  así.  M  Luego 
extrajeron  a  Jeremías  con  las  cuer- 
das y  subiéronlo  de  la  cisterna.  Y  Je- 
remías quedóse  en  el  ipatio  de  la  pre- 
vención. 

"  El  rev  Sedecías  envió  a  buscar 
y  traer  al  profeta  Jeremías  junto  a 


30  Svplícote  HUMii.nF.MF.NTK  :  lit.,  caiga  (e.  d.,  halle  acocidal  mi  súplica  ante  ti. 

21  Y  se  le  diera  :  Joüon  cree  prob.  1.  «y  dábasele».  !|  De  la  calle  de  los  Panade- 
ros :  V  «sin  contar  la  vianda».  |¡  Patio  de  la  PREVENCIÓN  :  del  palacio  real  probable- 
mente. 

'  No  hay  ya  pan  :  el  hambre  era  extrema  en  Jerusalén,  por  ser  los  últimos  días 
del  sitio. 

Treinta  hombres  :  para  que  no  se  oponga  el  populacho.  Pero  cf.  nota  b. 
"  Tercera  entrada  :  la  que,  por  lo  visto,  comunicaba  el  palacio  con  el  templo. 


38 


—  1441  — 


38  15-39  1 


JEREMÍAS 


38  19-39  3 


sí,  a  la  tercera  entrada  que  tiene  la 
casa  de  Yahveh.  Y  dijo  el  monarca 
a  Jeremías  : 

— Voy  a  preguntarte  una  cosa  ;  no 
me  ocultes  nada. 

15  Advirtió  Jeremías  a  Sedecías  : 
— Si  te  la  comunico,  ¿  no  me  ha- 
rás ciertamente  morir  ?  Y  si  te  doy 
un  consejo,  no  me  has  de  escuchar. 

16  Y  el  rey  Sedecías  juró  en  secre- 
to a  Jeremías,  diciendo  : 

— Vive  Yahveh,  que  nos  ha  comu- 
nicado este  aliento  vital,  que  no  te 
haré  morir  ni  te  entregaré  en  mano 
de  esos  hombres  que  buscan  tu  vida. 

"  Entonces  Jeremías  dijo  a  Sede- 
cías  : 

.—Así  afirma  Yahveh,  Dios  de  los 
ejércitos,  Dios  de  Israel  :  Si  te  rin- 
dieres decididamente  a  los  jefes  del 
rey  de  Babilonia,  salvarás  tu  vida  y 
esta  ciudad  no  será  incendiada,  y  vi- 
virás tú  y  tu  casa.  18  Pero  si  no  sa- 


lieres a  entregarte  a  los  jefes  del 
rey  de  Babilonia,  esta  ciudad  será 
entregada  en  poder  de  los  caldeos, 
que  la  prenderán  fuego,  y  tú  no  es- 
caparás de  sus  manos. 

18  Y  el  rey  Sedecías  indicó  a  Jere- 
mías : 

— Me  preocupan  los  judíos  que  se 
han  pasado  a  los  caldeos,  no  sea  que 
me  entreguen  en  manos  de  los  mis- 
mos y  me  escarnezcan. 

20  Mas  Jeremías  replicó  : 

— No  te  entregarán.  Escucha,  pues, 
la  voz  de  Yahveh,  que  yo  te  comu- 
nico, y  te  resultará  bien  y  6e  con- 
servará tu  vida.  21  Mas  si  te  niegas 
a  rendirte,  ésta  es  la  palabra  que  me 
ha  revelado  Yahveh  ;  22  He  aquí  que 
todas  las  mujeres  que  han  quedado 
en  el  palacio  del  rey  de  Judá  serán 
sacadas  a  los  jefes  del  rey  de  Babi- 
lonia, y  ellas  exclamarán  : 


«¡Te  han  engañado"1  y  hante  vencido  |  tus  amigos! 

[Han  hundido  d  en  el  cieno  tus  pies,  |  han  vuelto  la  espalda!) 


23  Y  todas  tus  mujeres  y  tus  hijos 
serán  sacados  a  los  caldeos  y  tú  no  es- 
caparás de  6us  manos,  pues  por  mano 
del  rey  de  Babilonia  serás  preso,  y 
esta  ciudad  será  quemada  6  a  fuego. 

24  Dijo  entonces  Sedecías  a  Jere- 
mías : 

— Nadie  tenga  conocimiento  de  es- 
tas_  palabras  ;  de  lo  contrario,  mo- 
rirás. 25  Y  si  los  dignatarios  tuvieran 
noticia  de  que  he  hablado  contigo  y 
vinieren  a  ti  y  te  dijeren  :  Manifiés- 
tanos qué  has  dicho  al  rey  y  qué  te 
ha  hablado  el  monarca,  no  ocultes 
nada  de  ello  ;  de  lo  contrario,  te 


mataremos  ;  M  dirásles  :  He  suplica- 
do humildemente  al  monarca  para 
que  no  me  haga  volver  a  la  casa  de 
Jonatás  a  morir  allí.  21  Vinieron,  en 
efecto,  todos  los  dignatarios  a  Jere- 
mías y  le  preguntaron.  El  les  mani- 
festó puntualmente  todas  las  pala- 
bras que  el  monarca  habíale  '  man- 
dado responder,  y  ellos  le  dejaron 
tranquilo,  pues  la  conversación  no 
había  sido  oída. 

28  Y  Jeremías  permaneció  en  el  pa- 
tio de  la  prevención  hasta  el  día  en 
que  Jerusalén  fué  tomada.  Y  sucedió 
que  cuando  fué  tomada  Jerusalén, 


Caída  de  Jerusalén  y  suerte  diversa  de  Sedecías,  el 
pueblo  y  el  profeta 

lén  y  la  puso  cerco.  2  En  el  año  un- 
décimo de  Sedecías,  el  mes  cuarto, 
a  nueve  del  mes,  se  abrió  brecha  en 
la  ciudad.  3  Y  penetraron  todos  los 


"  A  los  jefes  :  por  estar  Nabucodonosor  ausente  en  Riblá  <Ie  Siria. 

10  Me  preocupan  los  judíos  :  temo  a  los  judíos,  que  probablemente  formaban  el 
partido  de  la  oposición  a  Sedecías. 

22  Tus  amigos  :  lit.,  hombres  de  tu  paz,  e.  d.,  los  falsos  profetas.  Cf.  Ab.  ^  para 
la  primera  parte  del  verso  incluido. 

OQ  3  Puerta  del  medio  :  como  no  se  habla  de  ella  en  otra  parte,  quizá  sea  alguna 
<J«7  puerta  que  separaba  a  Sión  de  la  parte  baja  de  la  ciudad.  ||  Nergal-sar-éser  : 


OQ      *  en  el  ano  noveno  de  Sede- 
cías,  rey  de  Judá,  décimo  mes, 
llegó  Nabucodonosor,  rey  de  Babilo- 
nia, con  todo  su  eiército  a  Terusa- 


—  1442  — 


39  4-13 


JEREMÍAS 


39  14"17 


jefes  del  rey  de  Babilonia  y  se  asen- 
taron en  la  puerta  del  medio  :  Ner- 
gal-sar-éser,  Sangar-nebú,  Sar-sekim, 
Rab-sarís,  Nergal-sar-éser,  Rab-anag 
y  el  resto  de  los  príncipes  del  rey- 
de  Babilonia.  4  Y  acaeció  que  cuando 
Sedecías,  rey  de  Judá,  y  todos  los 
combatientes  los  vieron,  emprendie- 
ron la  huida  y  salieron  de  nodie  de 
la  ciudad  por  el  camino  del  jardín 
real,  por  la  puerta  existente  entre 
los  dos  muros",  y  tomaron -el  camino 
de  la  Arabá.  6  Pero  las  tropas  de  los 
caldeos  los  persiguieron,  y  dieron  al- 
cance a  Sedecías  en  las  estepas  de 
Jericó  ;  prendiéronlo  y  lo  condujeron 
a  Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia, 
a  Riblá,  en  el  país  dé  Jamat,  el  cual 
pronunció  sentencia  contra  él.  *  Ade- 
más, el  rey  de  Babilonia  degolló  a 
los  hijos  de  Sedecías  en  Riblá,  a  sus 
propios  ojos  :  y  también  a  los  mag- 
nates de  Judá  degolló  el  monarca  ba- 
bilónico. 7  Y  sacó  los  ojos  a  Sedecías 
y  lo  aherrojó  con  cadenas  de  bron- 
ce para  conducirlo  a  Babilonia.  8  Por 
otra  parte,  los  caldeos  prendieron 
fuego  al  palacio  real  y  a  las  casas  b 
de  la  'población  y  derruyeron  los  mu- 
ros de  Jerusalén.  '  Al  resto  del  pue- 
blo que  había  quedado  en  la  ciudad, 
y  a  los  desertores  que  se  habían  pa- 
sado a  él,  y  a  la  gente  restante,  Ne- 
buzaradán,'  jefe  de  la  escolta  real, 
los  deportó  a  Babilonia.  10  Más  a  par- 
te del  pueblo  mísero,  que  nada  po- 
seía, Nebuzaradán,  jefe  de  la  escolta, 
dejóla  en  el  país  de  Judá  y  dióles 
viñas  y  campos  en  aquel  día. 

"  Ahora  bien,  Nabucodonosor,  rey 
de  Babilonia,  había  dado  orden  a 
Nebuzaradán,  jefe  de  la  escolta,  res- 
pecto a  Jeremías,  diciendo  :  12  aCó- 
gele,  protégele  y  nada  malo  le  ha- 
gas, antes  conforme  te  indique  haz 
con  él.»  "  Nebuzaradán,  jefe  de  la  es- 
colta ;  Nebusat-bán,  Rab-sarís,  Ner- 


,'al-sar-éser,  Rab-mag  y  todo*  los  je- 
fes del  rey  de  Babilonia  14  enviaron 
a  sacar  a  Jeremías  del  patio  de  la 
prevención  y  lo  entregaron  a  Godo- 
lías,  hijo  de  Ajiqam,  hijo  de  Safán, 
para  que  lo  llevase  a  su  casa.  Y  ha- 
bitó en  medio  del  pueblo. 
13  Y  fuéie  dirigida  a  Jeremías  la 


Prisionero  de  guerra  cegado  por  el  rey 
Assurbanipal  de  Ntnive 


palabra  de  Yahveh  mientras  estaba 
recluido  en  el  atrio  de  prevención, 
en  estos  términos  :  18  aVe  y  habla  a 
Ebed-mélek,  el  etíope,  diciendo:  Así 
afirma  Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios 
de  Israel  :  He  aquí  que  yo  voy  a 
cumplir  mis  palabras  sobre  esta  ciu- 
dad para  mal  y  no  para  bien,  y  se 
verificarán  en  tu  presencia  en  ese 
día.  "  Mas  en  tal  día,  declara  Yah- 


príncipe  de  la  corte  de  Nabucodonosor  =  Nergal-sar-usur  'Nergal  proteja  al  rey' ;  era 
príncipe  de  la  región  Sin-magir,  al  norte  de  Babilonia  ;  quizá,  dícese,  idéntico  a  Ne- 
riglissar,  rey  de  Babilonia  del  559  al  556.  ||  Sangar-nebú:  prb.  ha  de  1.  (cf.  Kit)  sar- 
simmagir  'príncipe  de  la  ciudad  o  región  de  Sin-magir'.  ||  (Nebo)  Sar-sarís  :  prb. 
1.  (cf.  Kit)  Nebusazbán,  príncipe  de  los  eunucos  (o  gran  jefe),  según 'otros.  ||  Ner- 
gal-sar-éser rab  mag  :  N.  rab-mugi,  éste  sería  un  título  de  un  alto  cargo  palatino 
(¿príncipe  de  los  magos?)  en  Babilonia,  como  Rab-sarís. 

*  La  Arabí  :  cf.  Dt.  1,  1. 

6  Las  estepas  o  llanos  de  Jericó  :  cuando,  por  lo  visto,  se  disponía  el  rey  Sedecías 
a  pasar  el  Jordán.  ||  El  país  de  Jamat:  en  la  Siria  septentrional. 

•  La  gente  restante  :  algs.  corrigen  H  :  tel  resto  de  la  población  rural«,  iel  resto 
de  los  artesanos»,  etc. 

10  Deióla  en  ei.  país  :  para  que  sirv  ieran  en  concepto  de  colonos. 


—  1443  — 


39  ^40  7 


JEREMÍAS 


40  8-13 


veh,  te  salvaré,  y  no  serás  entregado 
en  manos  de  los  hombres  que  temes. 
"  Ciertamente  te  he  de  salvar,  v  no 


I  caerás  a  espada,  y  tu  vida  te  servirá 
de  botín,  pues  que  has  confiado  en 
I  mí,  afirma  Yahveh.» 


Entrevista  de  Nebuzaradán  y  Jeremías  y  conspiraciói 
contra  Godolías 


40  La  palabra  que  fué  dirigida 
a  Jeremías  por  parte  de  Yah- 
veh, después  de  haberlo  soltado  de 
Ramá  Nebuzaradán,  jefe  de  la  es- 
colta, cuando  lo  cogió  aherrojado  con 
cadenas  entre  todos  los  desterrados 
de  Jerusalén  y  Judá,  que  eran  de- 
portados a  Babilonia.  2  Y  el  jefe  de 
la  escolta  tomó  a  Jeremías  y  le  dijo: 
«Yahveh,  tu  Dios,  había  anunciado 
tal  desgracia  sobre  este  lugar,  3  y 
Yahveh  lo  ha  llevado  a  efecto  y  rea- 
lizado conforme  dijera  ;  porque  pe- 
casteis contra  Yahveh  y  no  escuchas- 
teis su  voz,  os  ha  acaecido  tal  cosa. 
"  Ahora,  pues,  he  aquí  que  yo  te  li- 
bro hoy  de  las  cadenas  que  tienes  en 
las  manos  ;  si  te  agrada  venir  con- 
migo a  Babilonia,  ven  y  te  protege- 
ré ;  y  si  te  parece  mal  venir  conmi- 
go a  Babilonia,  déjalo.  Mira,  todo  el 
país  está  ante  ti  ;  a  donde  te  parezca 
bueno  y  recto  ir,  vete.»  5  Y  como  aun 
no  se  decidiera  a  volver...  a,  «vuél- 
vete [le  dijo]  a  Godolías,  hijo  de 
Ajiqam,  hijo  de  Safán,  que  el  mo- 
narca ha  puesto  al  frente  de  las  ciu- 
dades de  Judá,  y  permanece  con  él 
en  medio  del  pueblo,  o  bien  marcha 
a  donde  te  parezca  más  convenien- 
te.» Y  el  jefe  de  Ja  escolta  dióle  pro- 
visiones y  un  regalo  y  lo  despidió. 
"  Fuése,  pues,  Jeremías  donde  Go- 
dolías, hijo  de  Ajiqam,  en  Mispá,  y 
habitó  con  él  en  medio  del  pueblo 
que  había  quedado  en  el  país. 

7  Cuando  todos  los  jefes  de  las  tro- 
pas que  había  en  el  campo  tuvieron 
noticia,  ellos  y  sus  hombres,  de  que  I 


]  el  rey  de  Babilonia  había  puesto  a' 
frente  del  país  a  Godolías,  hijo  de 
Ajiqam,  y  que  le  había  encomendado 
a  hombres,  mujeres  y  niños,  y  entre 
las  gentes  pobres  del  país,  aquellos 
que  no  habían  sido  deportados  a  Ba- 
bilonia, s  presentáronse  a  Godolías  en 
Mispá  Ismael,  hijo  de  Netanyahu.; 
Yojanán  b  y  Jonatás  b,  hijos  de  Qa- 
teaj  ;  Serayá,  hijo  de  Tanjúmet  ;  los 
hijos  de  E'fay  de  Netofá,  y  Yezanva- 
hu,  hijo  del  Maakatí,  ellos  y  sus 
hombres.  9  Godolías,  hijo  de  Ajiqam, 
hijo  de  Safán,  juró  a  ellos  y  su  gente 
diciendo  :  «No  temáis  a  los  funciona- 
rios 0  de  los  caldeos  ;  quedad  en  el 
país,  someteos  al  rey  de  Babilonia,  y 
os  irá  bien.  50  Yo,  por  mi  parte,  ve  ahí 
que  quedo  en  Mispá  para  representar 
al  país  cerca  de  los  caldeos  que  ven- 
gan a  nosotros.  Vosotros  recoged  el 
vino,  la  fruta  y  el  aceite,  y  colocadlo 
en  vuestros  recipientes  y  habitad  en 
las  ciudades  que  habéis  ocupado.» 

"  Asimismo,  todos  los  judíos  que 
estaban  en  Moab  y  entre  los  ammo- 
nitas  y  Edom,  y  quienes  en  cualquiel 
país  tuvieron  noticia  de  que  el  rev 
de  Babilonia  había  permitido  un  re- 
siduo a  Judá  y  que  había  puesto  a 
su  frente  a  Godolías,  hijo  de  Aji- 
qam, hijo  de  Safán,  "regresaron  to- 
dos ellos  de  los  lugares  todos  donde 
estaban  dispersos  y  vinieron  a  la  tie- 
rra de  Judá,  donde'  Godolías,  en  Mis- 
pá, y  recolectaron  vino  y  frutas  en 
muy  gran  cantidad. 

13  A-hora  bien,  Yojanán,  hijo  de  Qa- 
reaj,  y  todos  los  jefes  de  las  tropas, 


Ar\   3  Conforme  dijera  :  por  medio  de  espías  sabían  1os  caldeos  cuanto  pasaba  en 
Jerusalén. 

*  Te  protegeré  :  lit.,  pondré  mis  ojos  sobre  ti. 
"<-9C[.  2Re.  25,  22-24. 

7  Que  había  en  el  campo  :  e.  d.,  como  traduce  V,  «qui  dispersi  fuerant  per  regio- 
nes». Eran  los  del  ejército  de  Sedecías,  huido  de  la  ciudad,  y  esperaban  fuera  cuál 
6ería,  antes  de  resolverse,  la  situación  en  que  quedaba  todo  el  país  después  de  la  de- 
rrota. ¡|  A  Godolías:  para  que  se  sometieran  los  judíos  más  fácilmente. 

•Someteos  al  rey  de  Babilonia:  se  lo  había  recomendado  el  Señor  antes,  pero 
ello  era  más  necesario  después  de  la  toma  de  Jerusalén. 


—  1444  — 


40  !4-41  7 


JEREMÍAS 


40  16-41  a» 


ll  que  había  por  el  campo  i,  presen- 
táronse a  Godolías,  en  Mispá,  "  y  di- 
jéronle  : 

— ¿No  sabes  acaso  que  Baalís,  rey 
de  los  ammonitas,  ha  enviado  a  Is- 
mael, hijo  de  Netanyahu,  para  qui- 
tarte la  vida  ? 

Mas  Godolías,  hijo  de  Ajiqam,  no 
les  dio  crédito.  36  Y  Yojanán,  hijo  de 
Qareaj,  habló  en  secreto  a  Godolías, 
en  Mispá,  diciendo  : 


—Permíteme  ir  y  mataré  a  Ismael, 
hijo  de  Netanyahu,  sin  que  nadie  lo 
sepa;  ¿por  qué  te  ha  de  quitar  la 
vida  y  se  han  de  desparramar,  en 
consecuencia,  todos  los  judíos  con- 
gregados en  torno  a  ti  y  ha  de  pere- 
cer el  residuo  de  Judá  ? 

M  Pero  Godolías,  hijo  de  Ajiqam, 
respondió  a  Yojanán,  hijo  de  Qareaj  : 

— No  hagas  tal  cosa,  pues  dices 
mentira  respecto  a  Ismael. 


Asesinato  de  Godolías  y  sus  consecuencias 


A~\  1  Sucedió,  pues,  que,  en  el  mes 
^ A  séptimo,  Ismael,  hijo  de  Ne- 
tanyahu, hijo  de  Eüsamá,  de  estirpt 
real,  y  [uno  de  ?]  los  magnates  del 
rey  a,  llegó  acompañado  de  diez  hom- 
bres a  Godolías,  hijo  de  Ajiqam,  a 
Mispá,  y  allí  en  Mispá  comieron  con 
él.  "  Mas,  alzándose  Ismael,  hijo  de 
Netanyahu,  con  los  diez  hombres  que 
le  acompañaban,  hirieron  a  espada 
a  Godolías,  hijo  de  Ajiqam,  hijo  de 
Safán,  matando  así  a  aquel  a  quien 
el  rey  de  Babilonia  había  puesto  al 
frente  del  país.  3  Ismael  mató  asimis- 
mo a  todos  los  judíos  que  estaban 
con  Godolías  en  Mispá  y  a  los  cal- 
deos, gente  de  guerra,  que  allí  se 
encontraban. 

4  Al  segundo  día  de  matar  a^  Godo- 
lías,  cuando  nadie  lo  sabía  aún,  su- 
cedió que  5  llegaron  hombres  de  Si- 
kem,  de  Siló  y  de  Samaría,  ochenta 
hombres,  con  la  barba  rapada,  los 
vestidos  rasgados  y  cubiertos  de  in- 
cisiones, y  trayendo  en  sus  manos 
oblaciones  e  incienso  para  ofrecerlos 
en  la  casa  de  Yahveh.  9  Ismael,  hijo 
de  Netanyahu,  salió  a  su  encuentro 
desde  Mispá,  llorando  mientras  ca- 
minaba. Cuando  les  hubo  alcanzado, 
díjoles:  «¡  Venid  donde  Godolías,  hi- 
jo de  Ajiqam!»  7  Mas  al  llegar  ellos 
al  medio  de  la  ciudad,  Ismael,  hijo 
de  Netanyahu,  los  degolló  y  los  arro- 
jó b  en  la  cisterna  c,  así  él  como  los 


hombres  que  con  él  estaban.  8  Ha- 
llábanse entre  aquéllos  diez  hombres 
que  dijeron  a  Ismael  :  «No  nos  ma- 
tes, pues  tenemos  escondidas  en  el 
campo  provisiones  de  trigo,  cebada, 
aceite  y  miel.»  Entonces  él  desistió 
y  no  los  mató  entre  sus  hermanos. 
*  La  cisterna  donde  Ismael  arrojó  los 
cadáveres  de  los  hombres  que  había 
matado  d  por  causa  de  Godolías  d  era 
la  que  había  hecho  el  rey  Asá  en  ra- 
zón de  Basá,  rey  de  Israel  ;  la  cual 
llenó  de  muertos  Ismael,  hijo  de  Ne- 
tanyahu. 10  Luego  Ismael  llevó  cauti- 
vo a  todo  el  resto  del  pueblo  que  ha- 
bía en  Mispá,  a  las  princesas  y  al 
pueblo  todo  que  en  Mispá  quedara, 
y  que  Nebuzaradán,  jefe  de  la  escol- 
ta, había  encomendado  a  Godolías, 
hijo  de  Ajiqam.  Ismael,  hijo  de  Ne- 
tanyahu, los  condujo,  pues,  en  cau- 
tividad, y  púsose  en  marcha  con  áni- 
mo de  pasar  a  los  ammonitas. 

u  Mas  como  tuvieran  noticia  Yoja- 
nán, hijo  de  Qareaj,  y  todos  los  je- 
fes de  las  tropas  que  le  acompaña- 
ban, de  todo  el  mal  que  había  hecho 
Ismael,  hijo  de  Netanyahu,  12  cogie- 
ron a  todos  los  hombres  y  partieron 
para  luchar  con  Ismael,  hijo  de  Ne- 
tanyahu, a  quien  hallaron  junto  al 
gran  estanque  de  Gabaón.  "  Y  suce- 
dió que  en  cuanto  todo  el  pueblo  que 
estaba  con  Ismael  divisó  a  Yojanán, 
hijo  de  Qareaj,  y  a  todos  los  jefes 


14  Que  Baalís  :  no  se  sabe  por  qué  aborrecía  a  Godolías.  Ismael,  de  la  familia  real 
de  Sedeólas,  no  quería  ser  subdito  de  Godolías. 

A-I    1  Cf.  2  Re.  25,  25  ss.  ||  Y  [uno  de]  los  magnates  del  rey:  prps.  di.  c.  GS. 
6  En  la  casa  de  Yahveh  :  e.  d.,  en  las  ruinas  del  templo. 
1  Los  degolló  :  para  aterrar  a  los  judíos  y  obligarlos  a  que  se  le  uniesen. 
u  Gran  estanque  :  lit.,  las  muchas  aguas  ;  cf.  sobre  aquél  2  Sam.  2,  13. 


—  1445  — 


41 14-42  6 


JEREMÍAS 


41  17-42  14 


que  le  acompañaban,  se  llenaron  de 
gozo,  14  y  la  gente  toda  que  Ismael 
cautivara  en  Mispá,  dió  media  vuel- 
ta y  pasáronse  a  Yojanán,  hijo  de 
Qareaj.  15  Pero  Ismael,  hijo  de  Ne- 
tanyahu, con  ocho  hombres,  huyó  de- 
lante de  Yojanán  y  partió  hacia  los 
ammonitas.  "  Entonces  Yojanán,  hi- 
jo de  Qareaj,  y  todos  los  jefes  de 
tropas  que  le  acompañaban,  cogieron 
a  todo  el  resto  del  pueblo  que  ha- 
bían rescatado  de  Ismael,  hijo  de 
Netanyahu,  de  Mispá,  después  que 


matara  a  Godolías,  hijo  de  Ajiqam, 
varones,  combatientes  e,  mujeres,  ni- 
ños y  eunucos,  a  quienes  había  he- 
cho volver  de  Gabaón.  "  Y  partieron 
y  detuviéronse  en  Guerut-Kimham, 
que  se  halla  junto  a  Belén,  para  con- 
tinuar el  camino  y  penetrar  en  Egip- 
to, tó  huyendo  de  los  caldeos,  pues 
los  temían  porque  Ismael,  hijo  de 
Netanyahu,  había  matado  a  Godo- 
lías,  hijo  de  Ajiqam,  a  quien  el  rey 
de  Babilonia  pusiera  al  frente  del 
país. 


La  gente  huye  a  Egipto;  consulta  a  Jeremías  sobre  el  caso 


A  9  1  Y  acercáronse  todos  los  jefes 
de  las  tropas,  Yojanán,  hijo  de 
Qareaj  ;  Azaryá  a,  hijo  de  Hosayá,  y 
todo  el  pueblo,  desde  el  chico  al 
grande,  2  y  dijeron  al  profeta  Jere- 
mías : 

— Te  suplicamos  humildemente  que 
ruegues  por  nosotros  a  Yahveh,  tu 
Dios,  en  pro  de  todo  este  residuo, 
pues  hemos  quedado  pocos  de  entre 
muchos,  como  tus  ojos  pueden  ver- 
nos. 8  Indíquenos  Yahveh,  tu  Dios,  el 
camino  por  el  que  hemos  de  mar- 
char y  aquello  que  debemos  ha- 
cer. 

*  Y  el  profeta  Jeremías  les  con- 
testó : 

— He  oído  ;  he  aquí  que  yo  supli- 
caré a  Yahveh,  vuestro  Dios,  con 
arreglo  a  vuestra  proposición ;  y  cual- 
quier cosa  que  Yahveh  os  responda, 
os  la  comunicaré  ;  nada  os  ocultaré. 
8  Entonces  dijeron  a  Jeremías  : 
— Sea  Yahveh  contra  nosotros  tes- 
tigo fidedigno  y  fiel,  si  no  obrára- 
mos enteramente  de  acuerdo  con  la 
respuesta  que  Yahveh,  tu  Dios,  te 
transmita  para  nosotros.  *  Sea  favo- 
rable, sea  adversa,  escucharemos  la 
voz  de  Yahveh,  nuestro  Dios,  al  cual 
nosotros  te  remitimos,  a  fin  de  que 


|  nos  resulte  bien  cuando  atendamos 
la  voz  de  Yahveh,  nuestro  Dios. 

'  Sucedió,  pues,  que  a.1  cabo  de  diez 
días  dirigiósele  a  Jeremías  la  pala- 
bra de  Yahveh,  8  y  convocó  a  Yoja- 
nán, hijo  de  Qareaj,  y  todos  los  je- 
fes" de  las  tropas  que  le  acompañaban 
y  al  pueblo  entero,  desde  el  más  pe- 
queño al  mayor,  9  y  les  dijo  :  «Así 
habla  Yahveh,  Dios  de  Israel,  a  quien 
me  enviasteis  a  presentarle  vuestra 
súplica.  10  Si  seguís  habitando  en  es- 
te país,  os  edificaré  y  no  os  destrui- 
ré, os  plantaré  y  no  os  arrancaré, 
pues  me  arrepiento  del  mal  que  os 
he  hecho.  11  No  habéis  de  temer  al 
rey  de  Babilonia,  de  quien  estáis  te- 
merosos ;  no  le  temeréis,  dice  Yah- 
veh, pues  con  vosotros  estoy  yo  para 
salvaros  y  para  libraros  de  su  mano. 
12  Os  otorgaré  misericordia  y  se  apia- 
dará de  vosotros,  y  os  hará  habitar  b 
en  vuestro  suelo.  u  Mas,  si  decís  vos- 
otros :  «|No  queremos  morar  en  es- 
te país  !»,  de  suerte  que  no  obedece- 
réis la  voz  de  Yahveh,  vuestro  Dios, 
"exclamando:  «¡No,  sino  que  ire- 
mos a  la  tierra  de  Egipto,  donde  no 
veamos  más  la  guerra  ni  oigamos 
la  voz  de  la  trompeta  y  no  hambree- 
mos el  pan,  y  allí  habitaremos!»  ; 


"  Guerut-kimham  :  dudoso ;  prb.,  anota  Kit,  1.  (cf.  SymTV)  en  el  mesón  de 
Kimham. 

A<S   2  Dijeron  al  profeta  Jeremías    fingiendo  sentimientos  que  no  tenían. 
*  He  oído  :  equivale  a  :  accedo  a  vuestra  petición. 
sSea  Yahveh  :  fórmula  de  juramento  que  vale  tanto  como  :  juramos  por  Dios  ver- 
dadero y  fiel. 

*  Al  cabo  de  diez  días  :  en  que  pudieron  ver  que  los  caldeos  no  vengaban  la 
muerte  de  Godolías  y  no  tenían  por  qué  temer. 

14  Iremos  a  la  tierra  de  Egipto  :  cosa  que  Dios  les  prohibía  siempre  por  temor 
de  que  recayesen  en  la  idolatría. 


—  1446  — 


42  15-43  5 


JEREMÍAS 


42  »-43  9 


38  ahora,  pues,  residuo  de  Judá,  es- 
cucha la  palabra  de  Yahveh  :  Así 
dice  Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios 
de  Israel  :  Si  volvéis  la  cara  para 
penetrar  en  Egipto  y  entráis  allí  pa- 
ra morar  como  inmigrantes,  18  suce- 
derá que  la  espada  que  vosotros  te- 
méis os  alcanzará  allí  en  el  país 
egipcio,  y  el  hambre  que  os  acongo- 
ja se  os  pegará  allí  en  Egipto,  y  allí 
moriréis.  17  Y  todos  los  hombres  que 
tornaren  su  rostro  para  ir  a  Egipto 
a  inmigrar  allá,  morirán  a  espada, 
de  hambre  y  de  peste,  y  no  tendrán 
quien  se  escape  ni  evada  de  la  des- 
gracia que  yo  atraeré  sobre  ellos. 
"  Pues  así  dice  Yahveh  de  los  ejér- 
citos, Dios  de  Israel  :  Como  se  de- 
rramó mi  ira  y  mi  furor  sobre  los 
habitantes  de  Jerusalén,  así  se  de- 
rramará mi  furor  sobre  vosotros  a 
vuestra  entrada  en  Egipto,  y  os  con- 


vertiréis en  execración,  horror,  mal- 
dición y  oprobio,  y  no  contemplaréis 
más  este  lugar. 

18  Yahveh  ha  hablado  sobre  vos- 
otros, ¡  oh  residuo  de  Judá  !  :  No  en- 
tréis en  Egipto.  Entended  bien  que 
os  he  advertido  solemnemente  hoy. 
20  Ciertamente  os  engañáis  0  vosotros 
mismos  ;  porque  me  enviasteis  a 
Yahveh,  vuestro  Dios,  diciendo :  «In- 
tercede por  nosotros  con  Yahveh, 
nuestro  Dios,  y  cuanto  diga  Yahveh, 
Dios  nuestro,  comunícanoslo  pun- 
tualmente y  lo  haremos.»  "Y  os  lo 
he  anunciado  hov,  y  no  habéis  es- 
cuchado la  voz  de  Yahveh,  vuestro 
Dios,  respecto  a  cuanto  me  ha  en- 
viado a  decir  a  vosotros.  22  Ahora, 
pues,  sabed  bien  que  a  espada,  de 
hambre  y  de  peste  moriréis  en  el  lu- 
gar adonde  os  place  marchar  a  mo- 
rar.» 


El  pueblo  se  obstina  en  emigrar.  Vaticinio  de  la  conquista 
de  Egipto  por  Nabucodonosor 


A  O  1  Y  cuando  Jeremías  hubo  aca- 
bado  de  hablar  al  pueblo  ente- 
ro todas  las  palabras  de  Yahveh,  Dios 
de  ellos,  que  éste  habíale  encarga- 
do decirles—todas  estas  palabras — , 
1  Azarías,  hijo  de  Hosayá  ;  Yojanán, 
hijo  de  Qareaj,  y  todos  los  hombres 
altivos  dijeron  a  Jeremías  :  «Dices 
mentira,  no  te  ha  enviado  Yahveh, 
nuestro  Dios,  a  decir :  No  entréis  en 
Egipto  a  morar  allí ;  'pues  es  Ba- 
ruk,  hijo  de  Neriyyá,  quien  te  incita 
contra  nosotros,  a  fin  de  entregar- 
nos en  mano  de  los  caldeos  para  que 
se  nos  mate  o  para  que  nos  deporten 
a  Babilonia.»  4  Así,  Yojanán,  hijo  de 
Qareaj  ;  todos  los  jefes  de  las  tropas 
y  el  pueblo  entero  no  quisieron  obe- 
decer la  voz  de  Yahveh  de  permane- 
cer en  el  país  de  Judá.  s  Y  Yojanán, 


hijo  de  Qareaj,  y  todos  los  jefes  de 
las  tropas  cogieron  a  todo  el  resto 
de  Judá,  que  de  todas  las  naciones 
donde  habían  estado  dispersos  ha- 
bían regresado  para  habitar  en  la 
tierra  de  Judá  :  8  los  varones,  las  mu- 
jeres, los  niños,  las  hijas  del  mo- 
narca y  cuantas  personas  había  de- 
jado Nebuzaradán,  jefe  de  la  escol- 
ta, con  Godolías,  hijo  de  Ajiqam,  hijo 
de  Safán,  y  asimismo  el  profeta  Je- 
remías y  Baruk,  hijo  de  Neriyyá  ; 
7  y  ipenetraron  en  el  país  de  Egipto, 
pues  no  escucharon  la  voz  de  Yah- 
veh, y  llegaron  hasta  Tafnis. 

8  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de  Yah- 
veh a  Jeremías  en  Tafnis,  diciendo : 
9  «Toma  en  tu  mano  unas  piedras 
grandes  y  escóndelas  con  mortero 
espeso  en  la  obra  de  ladrillo  que  se 


15  Si  volvéis  la  cara  :  o  bien,  si  os  resolvéis,  obstinados,  a  penetrar... 

20  Os  engañáis  :  como  si  dijera  :  os  forjáis  voluntarias  ilusiones.  Pensaban  los  ju- 
díos que  el  profeta  accedería  a  sus  deseos,  y  por  eso  le  consultaron.  Viéndose  de- 
fraudados, no  tuvieron  ánimo  para  renunciar  a  su  proyecto  y  pasaron  a  Egipto. 

40   1  Todas  estas  palabras  :  e.  d.,  las  del  cap.  precedente. 
'  Tafnis  :   hebr.  Tafpanjés. 
*  Mortero  espeso  o  cemento  :   hebr.  mélet  'maltha'  ;  otros  vierten  isuelo,  suelo 
fangoso,  escombros»;  algunos  1.  c.  ASymTh  en  secreto.  J|  En  la  obra  de  ladrillo: 
quizá  ipavimento  de  ladrillo»,   «aula  quadrata»  ;   otros,  ien  el  mortero  del  horno 
(o  «molde»)  de  ladrillos»  ;  G  «bajo  el  pórtico  de  palacio».  Prps.  suprimirlo. 


—  1447  — 


43  10-44  7 


JEREMÍAS 


43  12—44  12 


halla  a  la  entrada  de  la  casa  del 
Faraón  en  Tafnis,  10  y  les  dirás  :  Así 
habla  Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios 
de  Israel  :  He  aquí  que  yo  voy  a  en- 
viar a  buscar  a  Nabucodonosor,  rey 
de  Babilonia,  mi  servidor;  y  pon- 
dré a  su  trono  encima  de  estas  pie- 
dras que  he  escondido  y  extenderá 
sobre  ellas  su  tapiz.  11  Vendrá,  pues, 
él  y  herirá  a  la  tierra  de  Egipto  : 
quien  esté  para  la  muerte,  a  la  muer- 
te ;  quien  para  el  cautiverio,  al  cau- 


tiverio, y  quien  para  la  espada,  a 
espada.  12  Y  prenderá  fuego  a  los 
templos  de  los  dioses  de  Egipto,  los 
incendiará  y  los  conducirá  cautivos  ; 
y  espulgará  el  país  de  Egipto  como 
espulga  un  pastor  su  capa,  y  saldrá 
de  allí  indemne.  13  Y  destrozará  las 
niasscbás  del  templo  del  Sol  que  hay 
en  la  tierra  de  Egipto  y  pegará  fue- 
go a  los  templos  de  los  dioses  egip- 
cios.» 


Censura  y  exhortaciones  a  los  emigrados  con  motivo  de 
su  idolatría 


A  A  1  Palabra  que  fué  dirigida  a  Je- 
remías  respecto  a  todos  los  ju- 
díos que  moraban  en  el  país  de  Egip- 
to, los  habitantes  en  Migdol,  Tafnis, 
Nof  y  en  la  región  de  Patrós  ;  a  sa- 
ber :  3  «Así  habla  Yahveh  de  los  ejér- 
citos, Dios  de  Israel  :  Vosotros  ha- 
béis visto  toda  la  desventura  que  he 
atraído  sobre  Jerusalén  y  sobre  to- 
das las  ciudades  de  Judá  ;  y  ved  que 
son  un  montón  de  ruinas  actualmen- 
te v  carecen  de  habitantes,  3  a  causa 
de  "la  maldad  .que  cometieron,  ofen- 
diéndome, yendo  y  quemando  in- 
cienso, sirviendo  a  otros  dioses,  a 
quienes  no  habían  conocido  ni  ellos, 
ni  vosotros,  ni  vuestros  padres.  4  Y 
os  envié  a  mis  servidores  los  profe- 
tas desde  muy  temprano  y  sin  cesar, 
diciendo  :  No  hagáis  tal  abomina- 
ción que  aborrezco  ;  5  mas  no  escu- 
charon ni  prestaron  oído  para  con- 
vertirse de  su  maldad,  a  fin  de  no 
quemar  incienso  a  dioses  extraños. 
6  Por  eso  se  descargaron  mi  furor  y 
mi  cólera  v  encendiéronse  contra  las 
ciudades  de  Judá  y  las  calles  de  Je- 
rusalén, y  trocáronse  en  montones 
de  ruina  y  desierto,  como  en  el  día 
presente  ocurre. 

'  Ahora,  pues,  así  habla  Yahveh, 
Dios  de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel : 


«¿Por  qué  cometéis  maldad  tan 
grande  contra  vosotros  mismos,  ex- 
terminando entre  vosotros  a  hom- 
bres }•  mujeres,  a  niños  y  lactantes, 
en  medio  de  Judá,  de  forma  que  no 
dejaréis;  rastro  de  vosotros,  6  irritán- 
dome con  las  obras  de  vuestras  ma- 
nos, quemando  incienso  a  dioses  ex- 
traños en  el  país  de  Egipto,  adonde 
habéis  entrado  para  morar  como  in- 
migrantes, resultando  que  os  exter- 
mináis y  os  convertís  en  maldición 
v  oprobio  entre  todas  las  gentes  de 
la  tierra  ?  9  ¿  Acaso  habéis  olvidado 
las  maldades  de  vuestros  padres,  las 
maldades  de  los  reyes  de  Judá,  las 
maldades  de  vuestros  jefes  a,  vues- 
tras propias  maldades  y  las  de  vues- 
tras mujeres,  que  se  cometieron  en 
tierra  de  Judá  y  en  las  calles  de  Je- 
rusalén ?»  10  Y  b  no  se  han  arrepenti- 
do de  corazón  hasta  el  día  de  hoy, 
ni  han  temido,  ni  han  caminado  con 
arreglo  a  mi  ley  y  mis  estatutos,  que 
yo  promulgué  a  ellos  y  a  sus  pa- 
dres. "  Por  tanto,  así  dice  Yahveh 
de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  :  He 
aquí  que  yo  vuelvo  mi  rostro  contra 
vosotros  con  mal  designio  y  para 
aniquilar  a  todo  Judá.  a  Y  cogeré  al 
resto  de  Judá,  que  volvieron  su  ros- 
tro hacia  Egipto  para  ir  a  morar 


J°  Tapiz  :  o  bien,  dosel,  bóveda. 

"Espulgará:  así  como  imagen  de  la  devastación  de  Egipto;  V  «se  vestirá». 

13  Massebás  :  obeliscos,  estelas...,  como  repetidamente  hemos  visto.  ||  Del  templo 
dei.  Sol  :  «los  obeliscos  de  Heliópolis  que  están  en  Om,  tradujeron  los  Setenta.  De 
Heliópolis  preeminente  fué  traído  a  Italia  por  Calígula  el  obelisco  de  la  plaza  de 
.San  Pedro  de  Roma. 

44    u  A  iodo  Judá  :  e.  d.,  el  de  Egipto,  no  el  de  Babilonia. 


-  I448  - 


44  13-21 


JEREMÍAS 


44  22-26 


allá,  y  perecerán  todos  en  tierra  de 
Egipto,  caerán  a  espada,  se  consu- 
mirán de  hambre,  desde  el  menor  al 
mayor  ;  a  espada  y  de  hambre  mori- 
rán, y  servirán  de  execración,  ho- 
rror, maldición  y  oprobio.  13  Y  cas- 
tigaré a  los  que  habitan  en  el  país 
de  Egipto  como  castigué  a  Jerusa- 
lén,  con  la  espada,  el  hambre  y  la 
peste.  M  Y  el  resto  de  Judá  que  par- 
tió a  morar  a  Egipto  no  tendrá  eva- 
dido ni  superviviente  para  poder  re- 
gresar al  país  de  Tudá,  donde  anhe- 
lan volver  a  habitar  ;  pues  no  tor- 
narán c  sino  algunos  fugitivos  c. 

15  Entonces  respondieron  a  Jere- 
mías todos  los  hombres  que  sabían 
que  sus  mujeres  quemaban  incienso 
a  dioses  extraños,  todas  las  mujeres 
que  se  hallaban  presentes,  formando 
una  gran,  comunidad,  y  todo  el  pue- 
blo que  moraba  en  tierra  de  Egipto, 
en  Patrós,  en  los  siguientes  térmi- 
nos :  16  «La  exigencia  que  nos  has 
propuesto  en  nombre  de  Yahveh,  no 
queremos  escucharla  ;  17  pues  esta- 
mos resueltos  a  llevar  a  efecto  toda 
promesa  que  ha  salido  de  nuestra 
boca,  de  quemar  incienso  a  la  reina 
de  los  cielos  y  derramando  en  su 
honor  libaciones,  como  hicimos  nos- 
otros, nuestros  padres,  nuestros  re- 
yes y  nuestros  jefes,  en  las  ciudades 
de  Judá  y  en  las  calles  de  Jerusalén, 
mientras"  nos  hartábamos  de  pan, 
éramos  felices  v  no  veíamos  la  des- 
ventura. 18  Mas  desde  que  cesamos 
de  quemar  incienso  a  la  reina  del 
cielo  v  de  derramar  libaciones  en  su 
honor,  hemos  carecido  de  todo  y  a 
espada  y  de  hambre  nos  hemos  con 
sumido.  M  Y  cuando  nosotras  que- 
mamos incienso  a  la  reina  del  cielo 
v  derramamos  libaciones  en  su  ho- 
nor, ¿  acaso  le  hacemos  tortas  a  ima- 
gen suya  y  la  derramamos  libaciones 
sin  [saberlo]  nuestros  maridos  ?» 

31  Entonces  replicó  Jeremías  a  to 
do  el  .pueblo,  a  los  varones,  a  las 
muieres  y  a  la  gente  toda  que  le 
había  dirigido  la  palabra,  diciendo  : 
M  «El  sacrificio  humeante  que  que- 
masteis en  las  ciudades  de  Judá  y 
en  las  calles  de  Jerusalén  vosotros, 


vuestros  padres,  vuestros  revés,  vues- 
tros dignatarios  y  el  pueblo' del  país, 
¿acaso  no  lo  ha  recordado  Yahveh 
y  no  le  ha  venido  a  las  mientes  ? 
*  Y  Yahveh  no  pudo  soportar  más 
ante  la  maldad  de  vuestras  accio- 
nes, ante  las  abominaciones  que  co- 
metisteis, y,  en  consecuencia,  vuestro 
país  ha  quedado  trocado  en  montón 
de  ruinas,  objeto  de  horror  y  mal- 
dición, sin  ningún  habitante,  como 
hoy  ocurre.  23  Porque  habéis  quema- 
do sacrificio  humeante  y  pecado  con- 
tra Yahveh,  y  no  habéis  escuchado 


Lagar 

la  voz  de  Yahveh  ni  habéis  camina- 
do conforme  a  su  ley,  sus  preceptos 
y  sus  testimonios,  por  eso  os  ha 
acaecido  esta  desgracia,  como  hoy 
sucede.» 

34  Y  dijo  Jeremías  d  al  pueblo  en- 
tero y  d  a  todas  las  mujeres  :  «Es- 
cuchad la  palabra  de  Yahveh  6  todos 
los  de  Judá  que  estáis  en  el  país  de 
Egipto  e.  25  Así  dice  Yahveh  de  los 
ejércitos,  Dios  de  Israel,  a  saber  : 
f  Yosotros  y  vuestras  mujeres  '  lo 
habéis  prometido  por  vuestra  propia 
boca  y  llevado  a  efecto  con  vuestras 
manos,  diciendo  :  Hemos  de  cumplir 
puntualmente  los  votos  que  hemos 
hecho  de  quemar  incienso  a  la  reina 
del  cielo  y  derramar  en  su  honor  liba- 
ciones. Ciertamente,  ratificad  vues- 
tros votos,  dad  cumplimiento  a  vues- 
tros votos  e.  M  Por  eso,  escuchad  la 


15  Todas  las  mujeres  que  probablemente  asistirían  a  alguna  solemnidad  idolátri- 
ca, ya  que  las  costumbres  judías  no  toleraban  que  las  mujeres  se  reuniesen  en  gran 
número  sino  para  tales  solemnidades. 

18  Y  A  espada...  nos  hemos  CONSUMIDO  :  se  referían,  sin  duda,  a  la  derrota  que  Josías 
tuvo  en  Meguiddó  después  de  destruir  el  culto  de  los  falsos  dioses. 

18  La  reina  del  cielo  :  cf.  5,  18. 


—  1449  — 


44  27-46  4 


JEREMÍAS 


44  29-46  4 


palabra  de  Yahveh  todos  los  de  Judá 
que  moráis  en  el  país  de  Egipto :  He 
aquí  que  juro  por  mi  gran  nombre, 
afirma  Yahveh,  que  no  será  más  in- 
vocado mi  nombre  por  boca  de  hom- 
bre alguno  de  Judá  que  diga  :  "¡  Por 
vida  del  Señor,  Yahveh  !',  en  todo  el 
país  de  Egipto.  21  Ve  ahí  que  yo  vi- 
gilo sobre  ellos  en  perjuicio  suyo  y 
no  en  su  beneficio,  y  todos  los  hom- 
bres de  Judá  que  se  hallan  en  tierra 
egipcia  perecerán  por  la  espada  y 
el  hambre  hasta  su  aniquilamiento. 
28  h  Y  los  escapados  de  la  espada  re- 
gresarán del  país  de  Egipto  a  la  tie- 
rra de  Judá  escasos  en  número  h. 
Conocerán,  pues,  todos  los  restantes 


de  Judá  venidos  al  país  de  Egipto  a 
morar  allí  la  palabra  de  quien  es  la 
que  se  ha  cumplido,  si  la  mía  o  la 
de  ellos.  20  Y  ésta  será  para  vosotros 
la  6eñal,  declara  Yahveh,  de  que  yo 
os  he  de  castigar  en  este  lugar,  a  fin 
de  que  sepáis  que  con  seguridad  se 
han  de  cumplir  mis  palabras  sobre 
vosotros  para  desgracia.  *°  Así  afir- 
ma Yahveh :  He  aquí  que  yo  entrego 
al  Faraón  Jofrá,  rey  de  Egipto,  en 
manos  de  sus  enemigos  y  en  mano 
de  quienes  atenían  contra  6U  vida, 
conforme  entregué  a  Sedecías,  rey 
de  Judá,  en  poder  de  Nabucodono- 
sor,  rey  de  Babilonia,  enemigo  6uyo, 
que  buscaba  su  vida.» 


Oráculo  que  Jeremías  dirigió  a  Baruk 


A  C  1  Palabra  que  el  profeta  Jere-' 
mías  dirigió  a  Baruk,  hijo  de 
Neriyyá,  cuando  éste  escribió  en  un 
rollo  estas  palabras  dictadas  de  la- 
bios de  Jeremías,  en  el  año  cuarto 
de  Joaquim,  hijo  de  Josías,  rey  de 
Judá;  a  saber:  2  «Así  habla  Yahveh, 
Dios  de  Israel,  respecto  a  ti,  Baruk. 
3  Tú  dices  :  ¡  A  y de  mí,  pues  Yahveh 
añade  pena  a  mi  dolor  ;  me  canso  de 
gemir  y  no  hallo  descanso  !  4  a  Así 


le  has  de  decir  a  :  Así  habla  Yah- 
veh :  He  aquí  que  lo  que  había  cons- 
truido lo  destruyo,  y  lo  que  había 
plantado  lo  arranco,  y  esto  en  todo  el 
país.  6  Y  tú,  ¿  aspiras  a  grandes  co- 
sas para  ti?  No  aspires  a  ello  ;  pues 
he  aquí  que  yo  atraeré  desgracia  so- 
bre todos  los  mortales,  declara  Yah- 
veh, mas  a  ti  te  concederé  la  vida 
como  botín  en  todos  los  lugares 
a  donde  vayas.» 


Dos  oráculos  contra  Egipto 


a  ¿?   1  Palabra  de  Yahveh  que  fué 
dirigida  al  profeta  Jeremías  so- 
bre las  naciones. 

2  Acerca  de  Egipto.  Contra  el  ejér- 
cito del  Faraón  Nekó,  rey  de  Egipto, 


que  se  hallaba  junto  al  río  Eufrates, 
en  Karkemis,  y  a  quien  Nabucodo- 
nosor,  rey  de  Babilonia,  batió  el  año 
cuarto  de  Joaquim,  hijo  de  Josías, 
rey  de  Judá. 


3  Preparad  escudo  y  pavés  |  y  avanzad  hacia  el  combate  ; 
1  aparejad  los  caballos  |  y  montad,  jinetes  ; 
colocaos  en  las  filas  con  los  yelmos,  |  bruñid  las  lanzas  ; 
vestios  las  corazas. 

so  Jofrá  :  G  tVafré». 
AK   1  Este  capítulo  forma  en  los  Setenta  al  final  del  41. 

ítO  3  |Ay  de  mí  1  :  tenía  miedo  el  profeta  Baruk  de  ser  llevado  cautivo  a  Babilonia 
o  de  perecer  en  el  infausto  tiempo  anunciado  por  Jeremías. 

*  Lo  que  había  construido  :  dice  que  la  nación  que  El  se  había  escogido  va  a  ser 
destruida. 

"Todos  los  mortales:  lit.,  toda  carne.  ||  Te  concederé  la  vida:  fueron  puestos 
en  libertad  por  Nabucodonosor  y  se  les  permitió  vivir  donde  quisieran. 

Af*  >  Nekó  o  Nekaq,  hijo  de  Psamético  I,  reinó  del  año  611  al  595  a.  de  C.  y  en- 
■W   tronizó  a  Joaquim  en  el  solio  de  Judá. 


—  1450  — 


46  5-21 


JEREMÍAS 


46  5"21 


5  ¿  Por  qué  veo  [esto]  ?  |  Se  hallan  consternados, 
retroceden  ;  |  sus  más  aguerridos  batidos  están 
y  han  huido  por  completo  |  sin  volver  la  cabeza  ; 
terror  por  doquiera — afirma  Yahveh. 

*  El  más  ágil  no  podrá  huir  |  y  el  más  aguerrido  no  escapará. 
Ai  norte,  a  la  vera  '  del  río  0  Eufrates,  |  se  precipitan  y  caen. 

'  ¿  Quién  es  ése  que  sube  como  el  Nilo,  |  como  ríos  sus  aguas  se  alborotan  ? 
5  Egipto.  Sube  como  el  Nilo  |  y  como  ríos  se  agitan  sus  aguas. 
Y  dice  :  «Subiré,  inundaré  la  tierra,  I 

arrastraré  la  ciudad  y  los  que  en  ella  habitan.» 

•  ¡  Avanzad,  caballos  !  ;  |  ¡  corred  furiosos,  carros  !  ; 
¡salgan  los  héroes!,  |  los  de  Kus  y  Put, 

que  embrazan  el  escudo,  |  y  los  lidios,  que  entesan  b  el  arco. 
Ese  día  es  para  el  Señor,  Yahveh  a  de  los  ejércitos  a,  | 

día  de  venganza,  para  vengarse  de  sus  enemigos. 
Devora,  la  espada  ¡  sáciase,  se  embriaga  de  la  sangre  de  ellos  ; 
pues  el  Señor,  Yahveh  de  los  ejércitos,  celebra  un  sacrificio  | 

en  la  tierra  del  norte,  junto  al  río  Eufrates. 
11  ¡  Sube  a  Galaad,  toma  bálsamo,  |oh  doncella,  hija  de  Egipto! 
En  vano  multiplicas  los  remedios  ;  |  no  tienes  cura. 
n  Las  naciones  han  tenido  noticia  de  tu  ignominia,  | 

tu  clamor  ha  henchido  la  tierra. 
El  héroe  tropieza  con  el  héroe  :  |  juntamente  caen  los  dos. 

13  Palabra  que  Yahveh  dirigió  al  profeta  Jeremías  sobre  la  venida  de 
Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia,  a  batir  al  país  de  Egipto  : 

M  ¡  Anunciadlo  en  Egipto,  pregonadlo  en  Migdol  ;  | 

proclamadlo  en  Nof  y  en  Tafuis  ! 
Decid  :  «¡Alinéate  y  está  presto,  |  pues  la  espada  devora  a  tu  alrededor!» 

■  ¿  Por  qué  yace  postrado  tu  Toro  ?  |  No  se  mantiene  en  pie, 
pues  Yahveh  lo  ha  empujado,  tirándolo.  I 

"  Muchos  han  tropezado  e  incluso  caído  ; 
unos  a  otros  se  dicen  :  |  «¡Arriba!  Volvamos  a  nuestro  pueblo 
v  a  nuestra  patria,  |  huyendo  de  la  espada  destructora.» 
17  Llamad  por  nombre  c  al  Faraón,  |  d  rey  de  Egipto  d,  'Tumulto 
que  ha  dejado  pasar  el  plazo'. 

19  Por  vida  mía — afirma  el  Rey,  |  cuyo  nombre  es  Yahveh  de  los  ejércitos — 

que  como  el  Tabor,  entre  las  montañas,  | 

y  como  el  Carmelo,  que  domina  el  mar,  ha  de  venir. 

™  Prepárate  el  bagaje  para  el  cautiverio,  |  ¡  oh  moradora  del  Egipto  !  ; 

pues  Nof  trocaráse  en  desolación  |  y  quedará  devastada  sin  habitantes. 

■  Una  novilla  muy  hermosa  era  Egipto,  | 

[mas]  del  norte  viene  un  tábano  sobre  ella». 
21  También  sus  mercenarios  en  medio  de  ella  | 

son  como  novillos  cebados  en  el  establo  ; 
y  ellos  también  vuelven  la  espalda,  huyen  todos  juntos,  |  no  resisten, 
porque  el  día  de  su  infortunio  hales  sobrevenido,  |  el  tiempo  de  su  castigo. 

13  La  venida...  a  batir  :  segunda  profecía  relativa  a  la  expedición  de  Xekao  contra 
Egipto  después  de  la  toma  de  Jerusalén. 

15  Yace  postrado  tu  Toro  o  tu  buey  :  algunos  interpretan  «ha  huido  Apis»,  tu  buey 
o  tu  toro ;  cf .  G  :  iha  huido  tu  Apis,  ese  toro  que  habéis  escogido».  Tu  Toro  equi- 
valdría para  algs.  a  (¡tus  guerreros». 

18  Muchos  han  tropezado  e  incluso  caído...  :  o  vacilan  y  caen  ;  lit.,  imultiplicó  el 
vacilante ;  también  cayó  cada  uno  a  su  compañero  y  dijeron»  ;  V  «Multiplicant 
ruentes,  ceciditque  vir  ad  proximum  suum  :  et  dicent».  Seguimos,  en  general,  a  Kit, 
basado  en  G.  ||  La  espada  destructora  :  V  na  facie  gladii  columbae»  ;  cf.  50,  16. 

"  Verso  muy  oscuro  y  diversamente  interpretado.  ¿  Alusión  a  la  forma  egipcia  del 
nombre  del  faraón  Hofra  o  Jofrá  ?  ¿  A  las  inundaciones  del  Nilo  por  todo  el  país?... 

18  Ha  de  venir  :.  e.  d.,  el  invasor. 

50  Una  novilla  :  llama  así  a  Egipto  por  la  vida  pacífica  y  abundante  de  todo  que 
entonces  disfrutaba. 


—  1451  — 


46  22-47  5 


JEREMÍAS 


46  22-47  6 


Su  voz  es  cual  {silbido  de]  serpiente  que  marcha,  | 

pues  con  ímpetu  avanzan, 
llegan  a  ella  con  hachas,  |  cual  si  fueran  leñadores. 
"  Talan  su  bosque — afirma  Vahveh — ,  |  pues  no  puede  explorarse  ; 
porque  se  han  multiplicado  más  que  la  langosta  |  y  no  tienen  número. 
*  La  hija  del  Egipto  está  cubierta  de  vergüenza,  |* 

ha  sido  entregada  en  manos  del  pueblo  del  norte. 


26  Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de 
Israel,  dice  :  «He  aquí  que  vov  a 
castigar  a  Amón  de  No,  f  al  Faraón  f, 
a  Egipto,  sus  dioses  y  sus  reyes,  y 
aO  Faraón  y  quienes  en  él  confían  ; 
:6  y  los  entregaré  en  manos  de  aque- 


llos que  buscan  su  vida,  en  manos 
de  Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia, 
y  las  de  sus  subditos'  Y  después  de 
esto  [Egipto]  será  habitado  como  en 
tiempo  anterior,  dice  Yahveh. 


•'  Mas  tú  notemas,  siervo  mío  Jacob,  |  ni  tiembles,  ¡oh  Israel!  ; 
pues  he  aquí  que  yo  te  salvaré  de  país  lejano,  | 

y  a  tu  descendencia  de  tierra  de  exilio, 
y  volverá  Jacob  y  descansará,  | 

vivirá  tranquilo,  sin  que  haya  quien  lo  aterre. 
28  Tú  no  temas,  siervo  mío  Jacob — declara  Yahveh — ,  |  pues  contigo  estoy  ; 
porque  exterminaré  a  todas  las  naciones  |  en  donde  te  he  dispersado, 
mas  a  ti  no  te  exterminaré,  |  sino  que  te  castigaré  con  arreglo  a  justicia  | 

y  no  te  dejaré  impune  en  modo  alguno.» 


Vaticinio  contra  los  filisteos 


A  H  1  Palabra  de  Yahveh  que  fué  dirigida  al  profeta  Jeremías  *  acerca  de 
^  *     los  filisteos,  antes  de  que  el  Faraón  expugnase  a  Gaza. 

2  Así  habla  Yahveh  : 
«He  aquí  que  suben  del  norte  aguas,  | 

y  se  convierten  en  torrente  desbordante, 
e  inundan  la  tierra  y  cuanto  contiene,  ¡  la  ciudad  y  sus  habitantes. 
Y  claman  los  hombres  y  se  lamentan  |  todos  los  moradores  del  país. 

3  Al  ruido  de  los  cascos  de  sus  caballos,  | 

al  trepidar  de  sus  carros,  al  estrépito  de  sus  ruedas, 
no  se  vuelven  los  padres  hacia  los  hijos  | 
por  el  desfallecimiento  de  sus  brazos  ; 

4  por  el  día  que  llega  para  ruina  |  de  todos  los  filisteos, 
para  exterminar  a  Tiro  y  Sidón  |  todo  resto  de  auxiliador  ; 
pues  Yahveh  va  a  destruir  a  los  filisteos,  | 

los  residuos  de  la  isla  de  Kaftor. 
'■  Gaza  ha  quedado  decalvada,  |  ha  enmudecido  Asquelón 
v  el  resto  de  sus  valles  b.  |  ¿  Hasta  cuándo  te  harás  incisiones  ? 


•  Su  voz  es  cual  [silbido  de]  SERPIENTE  que  MAuciiA  :  o  bien,  «óyese  ruido  como  de 
serpiente  cute  camina»;  V  «su  voz  sonará  cual  de  bronce»;  Kit  1.  (prh.)  c.  G  «[óye- 
se] voz  (ruido)  como  de  serpiente  que  silba»  ;  otros,  c  ST,  «como  de  serpiente  que 
se  arrastra». 

26  Amón  de  No  :  G  «Amón,  su  hijo». 

s*-58  Cf .  30,  10-11.  Aquí  sería  add.  ;  G  lo  omite  (cf.  Kit). 

atj   1  Ei.  Faraón  :  Psamético  I  o  Nekao  II. 

'    5  Suben  del  norte  aguas  :  esto  es,  los  ejércitos  de  Nabucodonosor. 
■■Todo  resto  de  auxiliador:   e.  d.,  todos  los  aliados  que  quedan.  ||  Kaftor: 
e.  d.,  Creta  (V  «Capadocici»)  y  la  zona  marítima  adyacente,  de  donde  partieron  los 
filisteos  a  colonizar  la  costa  palestintnse.  Otros  piensan  que  es  Chipre. 

6  Gaza  ha  quedado  decalvada  :  a  G.  le  ha  sobrevenido  calvez  o  está  de  luto.  Mien- 
tras duraba  óste  solían  afeitarse  la  cabeza  antiguamente. 


—  1452  — 


47  6-48  16 


JEREMÍAS 


47  6-48  13 


'  ¡Ay,  espada  de  Yahveh!,  |  ¿ hasta  cuándo  no  reposarás? 

Vuelve  a  tu  vaina,  |  descansa  y  sosiega. 

!  ¿Cómo  ha  de  reposar0,  |  si  Yahveh  le  ha  dado  orden? 

Contra  Asquelón  y  la  costa  del  már, 

allí  la  ha  destinado.» 


Oráculo  contra  Moab 


A  o    1  Acerca  de  Moab. 

^'<->       Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  : 
« j  Ay  de  Nebó,  que  ha  sido  devastada  !  | 

Cubierta  de  vergüenza,  tomada  ha  sido  Quirvaláyim  ; 
cubierta  de  vergüenza  Miss^ab  v  derruida  ;  ' 

•  no  existe  ya  la  gloria  de  Moab. 
En  Jesbón  se  maquina  contra  ella  desgracia  :  | 

«¡Ea,  aniquilémosla  de  entre  las  gentes!» 
También  tú,  Madmén,  perecerás,  |  tras  de  ti  caminará  la  espada. 

3  Oyense  gritos  de  la  parte  de  Joronáyim,  |  devastación,  ruina  enorme. 

4  Quebrantada  está  Moab,  |  hacen  oír' los  gritos  hasta  cu  Segor*. 

5  Ciertamente,  la  subida  de  Lujit,  ]  con  llanto  se  sube  por  ella  b  ; 

en  verdad,  en  la  bajada  de  Joronáyim  |  gritos  de  quebranto  se  oyen. 

"  Huid,  salvad  vuestra  vida,  |  sed  como  el  enebro  en  el  desierto. 

:  Ciertamente,  pues  que  has  puesto  tu  confianza  en  tus  obras  y  tus  tesoros,  ] 

también  tú  serás  tomada  ; 
y  saldrá  Kamós  para  el  exilio,  |  a  una  con  sus  sacerdotes  y  sus  príncipes. 
5  Y  penetrará  el  devastador  en  cada  ciudad,  | 

sin  que  se  escape  ciudad  alguna  ; 
el  valle  será  asolado,  |  saqueada  la  llanura,  |  como  ha  indicado  Yahveh. 
'  Dad  alas  a  Moab  |  por  que  emprenda  su  vuelo  ; 
sus  ciudades  trocaránse  en  desolación,  |  sin  habitantes  en  ellas. 

10  Maldito  quien  hace  la  obra  de  Yahveh  con  incuria,  | 

y  maldito  el  que  aparta  su  espada  de  la  sangre. 

11  Tranquila  está  Moab  desde  su  juventud  |  y  reposa  sobre  sus  heces  ; 
no  ha  sido  trasvasada  de  vasija  en  vasija  I  ñi  al  destierro  marchó  ; 

por  eso  se  ha  mantenido  en  ella  su  sabor,  |  y  su  aroma  no  se  ha  alterado. 


*  Por  eso  he  aquí  que  vienen  días, 
declara  Yahveh,  en  que  le  enviaré 
trasvasadores  para  que  la  trasva- 
sen :  vaciarán  sus  vasijas  y  harán 


pedazos  sus  tinajas.  13  Y  se  avergon- 
zará Moab  de  Kamós  como  la  casa 
de  Israel  se  avergonzó  de  Bet-El,  su 
confianza. 


"  ¿Cómo  podéis  decir  :  |  «Somos  aguerridos,  | 

hombres  fuertes  para  el  combate  ?» 
15  El  devastador  de  0  Moab  d  y  sus  ciudades  avanza  d,  | 

la  flor  de  su  juventud  desciende  a  la  matanza. 
e  Oráculo  del  Rey,  cuyo  nombre  es  Yahveh  de  los  ejércitos  e. 
10  Próximo  a  llegar  está  el  infortunio  de  Moab.  | 

y  su  desventura  se  precipita  grandemente. 


AQ  1  Misgab  :  o  la  Fortaleza  (ArceV  Otros,  «la  ciudadcla»,  no  como  nombre  propio  ; 
^°   V  «la  fuerte». 

•Salvad  vuestra  vida:  o  bien,  vuestras  personas,  e.  d.,  salvaos.  I|  Enebro:  otros, 
tamarisco  (V),  retama...  G  «onagro». 

'Tus  obras:  otros,  «tus  ídolos»  ;  V  «munitionibus  tuis».  ¡|  Kamós:  dios  de  la 
fcuerra,  ídolo  moabita. 


—  HSi  — 


48  "-35 


JEREMÍAS 


48  17-36 


"  Hacedle  duelo  todos  sus  vecinos,  |  y  cuantos  conocéis  su  nombre 
decid  :   ¡Cómo  se  ha  quebrado  el  bastón  poderoso,  |  el  cetro  glorioso! 
18  Desciende  de  la  gloria  y  siéntate  en  el  suelo  árido  f,  |  población  de  Dibón ; 
porque  el  devastador  de  Moab  sube  contra  ti,  |  derrueca  tus  fortalezas. 
"Sitúate  en  el  camino  y  otea,  |  ¡oh  moradora  de  Aroer!, 
pregunta  al  fugitivo  y  al  evadido,  |  di  :  «¿Qué  ha  sucedido?» 
Moab  se  ha  cubierto  de  vergüenza,  pues  está  quebrantada  ;  | 
¡  ululad  y  gritad  ! 


23  Ha  llegado  el  juicio  sobre  el  país 
de  la  llanura  :  sobre  Jolón,  sobre 
Yahas  y  sobre  Mefaat  ;  22  sobre  Di- 
bón, sobre  Nebó  y  sobre  Bet-Diblatá- 
yim  ;  23  sobre  Ouiryatáyim,  sobre  Bet- 


Gamul  y  sobre  Bet-Meón  ;  24  sobre 
Queriyyot  y  sobre  Bosrá,  y  sobre  to- 
das las  ciudades  del  país  de  Moab, 
las  lejanas  y  las  próximas. 


25  Ha  sido  roto  el  cuerno  de  Moab,  | 

y  su  brazo  hase  quebrado — e  afirma  Yahveh  ". 

2,1  Embriagadlo,  pues  se  ha  crecido  contra  Yahveh,  y  prorrumpa  Moab 
en  su  vómito  y  conviértase  en  objeto  de  burla  también  él. 

27  ¿No  ha  sido  para  ti  Israel  motivo  de  burla?  | 

¿  Ha  sido  sorprendido  entre  ladrones, 
que  cuantas  veces  hablas  de  él  mueves  [despectivo]  la  cabeza  ? 

28  ¡  Abandonad  las  ciudades  y  avecindaos  en  las  rocas,  |  habitantes  de  Moab! 
Haced  como  la  paloma,  que  anida  | 

en  los  flancos  de  la  abertura  de  las  barrancas. 

29  Hemos  tenido  noticia  de  la  soberbia  de  Moab,  |  la  muy  orgullosa  ; 
de  su  orgullo,  su  soberbia,  su  insolencia  |  y  la  altivez  de  su  corazón. 

80  Yo  conozco  su  jactancia — 6  dice  Yahveh  6 —  |  y  su  mendaz  palabrería  ;  ] 

mentira  es  lo  que  hacen. 

81  Por  eso  me  lamento  sobre  Moab,  |  y  sobre  Moab  entero  clamo,  | 

ipor  los  hombres  de  Quir-jeres  gimo. 
32  Con  el  llanto  de  Yazer  lloro  por  ti,  |  ¡  oh  cepa  de  Sibmá !  ; 
tus  sarmientos  traspasaban  la  mar,  |  hasta  el  mar  de  Yazer  llegaban. 
Sobre  tu  cosecha  y  tu  vendimia  |  ha  caído  el  devastador. 
03  Han  desaparecido  el  gozo  y  la  alegría  | 

de  la  campiña  feraz  y  de  la  tierra  de  Moab 
y  he  hecho  faltase  el  vino  de  las  tinas  ;  |  no  pisa  ya  el  pisador  z 
ni  se  oye  ya  el  hedad. 

34  El  clamor  de  Jesbón  llega  hasta  veh,  los  que  ofrecen  holocausto  h 
Elalé,  hasta  Yahas  enriten  su  voz  <¡obre  1  los  lugares  altos  y  quienes 
desde  Soar  hasta  Joronavim,  Eglat-  queman  incienso  a  sus  dioses.  36  Por 
Selisiyyá,  pues  también  las  aguas  de  eso  mi  corazón,  como  una  flauta, 
Nimrim  se  convierten  en  desierto.  I  gime  por  Moab,  y  mi  corazón  gi- 
83  Y  exterminaré  de  Moab,  dice  Yah  I  me  cual  flauta  por  Ouir-jéres  ;  por 


25  El  cuerno:  e.  d.,  la  potencia,  la  fuerza,  el  orgullo... 

26  Prorrumpa  en  su  vómito  :  cf.  G  :  «Moab  palmoteará  y  se  reirán  de  ella» ;  V 
«allidet  manum  M.  in  vomitu». 

28  Flancos  de  la  abertura  de  las  barrancas  :  asi  lit.  ;  texto  dudoso. 
™-v>  Cf.  Is.  16,  6-12 ;  15,  2  ss. 

82  Con  el  llanto  de  Yazer:  cf.  Is.  16,  8-g.  Otros,  «más  que  con  el  llanto...»  ||  El 
mar  o  lago  de  Yazer  :  es  cosa  ignorada.  Algs.  interpretan  el  mar  Muerto  ;  otros  su- 
primen la  voz  amar». 

33  Ni  se  oye  ya  el  hedad  :  Ht.  (crrp. ?)  :  «el  hedad  (grito  o  cauto  de  júbilo  de 
vendimiadores  y  pisadores)  no  es  ya  hcdadn,  que  podría  significar:  el  hedad  o  grito 
que  ahora  se  oye  no  es  el  del  vendimiador,  sino  el  alarido  guerrero. 

MCf.  Is.  is,  4-6. 

so  Como  una  flauta  gime  :  los  hebreos  y  otros  pueblos  de  la  antigüedad  solían  tocar 
la  flauta,  muy  larga  a  veces,  lo  mismo  en  los  funerales  y  duelos  que  en  las  alegrías 
familiares  o  públicas. 


—  1454  — 


4  8  37-49  3 


JEREMÍAS 


48  39-49  3 


cuanto  el  residuo  que  habían  con- 
seguido se  ha  perdido.  r  Pues  todat- 
las  cabezas  están  decalvadas,  y  todas 
las  barbas,  cortadas  ;  en  todas  las 
manos  hay  incisiones,  y  sobre  lo* 
lomos,  sacos.  58  Sobre  todos  los  te- 
rrados de  Moab  y  eu  sus  plazas,  to- 
do es  lamentación,  porque  he  hecho 


pedazos  a  Moab  como  vasija  inútil, 
afirma  Yahveh.  89  ¡  Cuán  quebranta- 
do está  Moab  !  ¡  Ululad  !  ¡  Cómo  ha 
vuelto  Moab  la  espalda  vergonzosa- 
menté  !  Y  se  trocará  Moab  en  irri- 
sión y  causa  de  terror  de  todos  sus 
circunvecinos.  40  Pues  así  habla  Yah- 
veh : 


1  He  aquí  que  vuela  cual  un  águila  |  y  despliega  sus  alas  sobre  Moab 

41  Han  sido  ocupadas  las  ciudades  |  y  las  cumbres  de  los  montes  tomadas, 
y  el  corazón  de  los  valientes  de  Moab  es  en  aquel  día  | 

como  corazón  de  mujer  en  las  angustias  del  parto. 

42  Y  será  exterminado  Moab  de  entre  los  pueblos,  | 

porque  se  creció  contra  Yahveh. 

43  Terror,  foso  y  lazo  |  sobre  ti,  |  oh  habitante  de  Moab! — declara  Yahveh. 

44  Quien  huya  del  terror  |  caerá  en  el  foso, 

y  el  que  suba  del  foso  |  será  prendido  en  el  lazo. 
Pues  acarrearé  tales  cosas  sobre  Moab  | 

en  el  año  de  su  castigo — afirma  Yahveh. 
46  A  la  sombra  de  Jehón  se  detienen,  |  sin  fuerzas,  fugitivos  ; 
pues  fuego  sale  de  Jesbón  |  y  una  llama  de  en  medio  de  Sijón, 
y  devorará  las  sienes  de  Moab  |  y  el  colodrillo  de  la  gente  tumultuosa. 
"  jAy  de  ti,  Moab!  [  ¡Perdido  estás  k,  pueblo  de  Kemós!, 
pues  tus  hijos  han  sido  cogidos  cautivos  |  y  tus  hijas  en  cautiverio. 
4:  Pero  yo  haré  volver  a  los  desterrados  de  Moab  al  final  de  los  días» — dice 

Yahveh. 

Hasta  aquí  el  juicio  sobre  Moab. 


Vaticinios  contra  los  ammonitas,  Edom,  Damasco,  las 
tribus  árabes  y  Elam 

AQ   1  Sobre  los  hijos  de  Ammón. 

Así  habla  Yahveh  : 
«¿No  tiene  acaso  hijos  Israel,  |  carece  por  ventura  de  heredero? 
¿Por  qué,  pues,  ha  heredado  Milkom  8  a  Gad,  | 

y  su  pueblo  en  sus  ciudades  se  ha  establecido  ? 
"  Por  eso  he  aquí  que  vienen  días — afirma  Yahveh, 
en  que  haré  oír  contra  Rabbat  de  los  ammonitas  |  el  grito  de  guerra, 
y  se  convertirá  en  devastada  colina  de  ruinas,  | 

y  sus  hijas  serán  incendiadas. 
E  Israel  heredará  a  sus  propios  herederos — declara  Yahveh. 
'Ulula,  Jesbón,  pues  ha  sido  devastada  Ay  ;  |  clamad,  hijas  de  Rabbat  ; 
ceñios  de  saco,  plañid  |  y  corred  acá  y  allá  por  entre  los  muros, 
pues  Milkom*  partirá  al  cautiverio,  | 

juntamente  con  6us  sacerdotes  y  sus  príncipes. 


w Sobre  todos  los  terrados  :  siendo  planos  los  techos  de  las  casas,  solían  subir  a 
ellos  en  las  públicas  calamidades. 

41  Cumbres  de  los  montes  :  o  bien,  las  fortalezas. 

46-"  Faltan  en  G  y  pueden  cf.  c.  Núm.  21,  28-29,  y  24,  17. 

AQ   -  Sus  hijís  :  e.  d.,  sus  villas  anejas  y  circundantes. 

rtif  3  pOR  entre  los  muros  ¡  e.  d.,  entre  las  cercas  de  los  viñedos,  o  sea  fuera  de  la 
ciudad,  por  el  campo.  Así  quizá  ;  pero  otros,  como  Kit,  modifican  H  y  leen  entre 
las  bandas  o  partidas...  (cf.  48,  37),  o  bien  suprimen  H  c.  G. 


—  1455  — 


49  «-i» 


JEREMÍAS 


49  4-i3 


'  i  Por  qué  le  glorías  de  los  valles  ?  Fértil  es  tu  valle,  |  ¡  oh  hija  desleal !  \ 
confiada  en  tus  tesoros,  |  que  decías*:  «¿Quién  vendrá  contra  mi?» 
5  He  aquí  que  atraigo  contra  ti  el  terror,  | 

d  dice  el  Señor,  Yahveh  de  los  ejércitos  d,  |  de  todas  partes, 
y  seréis  expulsados  cada  uno  de  por  sí  | 

y  no  habrá  quien  congregue  a  los  fugitivos. 
"  Mas  después  de  esto  haré  volver  a  los  desterrados  ammonitas» — declara 

Yahveh. 

■Sobre  Edoin. 

Así  habla  Yahveh  de  los  ejércitos  :  | 

«¿  Acaso  no  hay  ya  sabiduría  en  Temán  ? 
Ha  desaparecido  el  consejo  de  los  inteligentes  ?  | 

¿Se  ha  corrompido  su  inteligencia? 
s  Huid,  volved  la  espalda,  asentaos  en  sitios  profundos,  | 

habitantes  de  Dedán  ; 
pues  el  infortunio  de  Esaú  acarreo  sobre  él,  | 

el  tiempo  en  que  le  castigo. 
u  Si  vinieren  sobre  ti  vendimiadores,  |  no  dejarán  rebusco  ; 
si  ladrones  durante  la  noche,  |  destruirán  lo  que  les  baste. 
'"  Ciertamente,  yo  deapojo  a  Esaú,  |  descubro  sus  escondrijos,  | 

y  no  podrá  ocultarse. 
Arruinada  está  su  descendencia,  así  como  sus  hermanos  | 

y  sus  vecinos  ;  ya  no  existirá  más. 
J1  Deja  a  tus  huérfanos,  yo  los  haré  vivir,  |  y  tus  viudas  en  mí  confiarán. 


mí  mismo  he  jurado,  afirma  Yah- 
veh, que  en  horror,  oprobio,  región 
desolada  y  maldición  se  trocará  Bos- 
rá,  y  todas  sus  ciudades  serán  rui- 
nas perpetuas.» 


12  Pues  así  dice  Yahveh  :  «He  aquí 
que  los  que  no  estaban  destinados  a 
beber  la  copa  la  beberán  de  cierto, 
y  tú,  ¿habrás  de  quedar  impune? 
¡  No  quedarás  impune,  pues  la  has 
de  beber  sin  remedio !  "  Porque  por 

Una  nueva  he  oído  procedente  de  Yahveh  ] 
y  un  heraldo  ha  sido  enviado  a  las  gentes  : 
[  Congregaos  y  venid  contra  él,  I  alzaos  en  son  de  guerra  ! 

15  Pues  he  aquí  que  te  he  heoho  pequeñuelo  entre  las  naciones,  | 

despreciado  entre  los  hombres. 

16  Tu  horridez  te  ha  engañado,  |  la  soberbia  de  tu  corazón  ; 
tú  que  habitas  las  cavernas  de  la  roca  | 

y  te  aferras  a  la  cumbre  de  las  colinas. 
Aunque  colocaras  en  alto  tu  nido,  como  el  águila,  | 
de  allí  te  haré  bajar — dice  Yahveh. 


"  Edom  resultará  un  horror  ;  todo 
el  que  pase  por  ella  quedará  asom- 
brado y  silbará  burlón  a  la  vista  de 
todas  sus  plagas.  w  Como  la  destruc- 
ción de  Sodoma  v  Gomorra  y  sus 


vecinas,  afirma  Yahveh  ;  no  habita- 
rá allí  nadie  ni  morará  en  ella  hijo 
de  hombre.  19  He  aquí  que  cual  un 
león  sube  de  la  gloria  del  Jordán 
a  los  pastizales  de  perenne  verdor. 


4¿...  de  los  valles?  Fértil  es  tu  valle  :  V  «¿...  en  los  valles  ?  Se  deshizo  tu 
valle»  ;  Kit  1.  sólo  «(te  glorías)  de  tu  valle». 

'Los  inteligentes:  prudentes...;  V  «los  hijos». 

»Cf.  Abd.  5.  1 1 * Destruirán  lo  uue  les  baste:  e.  d.,  saquearán  cuanto  puedan,  a 
su  gusto. 

'»Cf.  Abd.  6. 
*"«  Cf.  Abd.  1-4. 
«  Cf.  19,  8. 
18  Cf.  50,  40. 
"«'Cf.  so,  44-46. 

'"La  gloria  del  JORDÁN  :  e.  d.,  la  espesura  lujuriante  de  su  valle  (cf.  12,  5).  ||  De 
perenne  verdor:  hebr.  et&H  ((;  «hacia  Ethan»)  ;  algs.  corrigen  «de  Temán>. 


—  M56  — 


49  21-35 


JEREMÍAS 


49  20-35 


Ciertamente,  en  un  momento  le  ha- 
ré partir  de  su  tierra,  y  ¿  quién  será 
el  escogido  que  sobre  ella  ha  de  es- 
tablecer ?  Pues  ¿  quién  hay  como  yo  ? 
Y  ¿quién  me  citará  a  su  tribunal? 


Y  ¿quién  es  el  pastor  que  me  haga 
frente?  " Escachad,  pues,  la  deci- 
sión que  Yahveh  ha  tomado  contra 
Edom  y  los  iplanes  que  ha  tramado 
|  contra  los  habitantes  de  Temán. 


En  verdad,  los  arrastrarán  por  tierra  los  zagalejos  de  la  grey  ;  | 

ciertamente  será  asolada  e  con  ellos  su  morada. 
21  Al  rumor  de  su  caída  se  estremece  la  tierra  ;  | 

el  clamor  de  su  voz  '  óyese  en  el  mar  Rojo. 
~  He  aquí  que  ^  remonta  como  el  águila  y  vuela,  | 

y  despliega  sus  alas  sobre  Bosrá, 
y  el  corazón  de  los  valientes  de  Edom  es  en  aquel  día  | 

como  el  'corazón  de  una  mujer  en  las  angustias  del  parto.» 

23  Sobre  Damasco. 

«Abochornadas  están  Jamat  y  Arpad,  |  pues  una  mala  nueva  han  oído  ; 

tiembla  su  corazón  de  s  inquietud,  |  sin  poder  sosegarse. 

t1  Ha  desfallecido  Damasco,  apréstase  a  huir  ;  | 
el  terror  se  apodera  de  ella  ; 

h  es  presa  de  la  angustia  y  los  dolores  |  como  mujer  en  parto  h. 

"  ¡  Cómo  1  han  desamparado  a  la  ciudad  famosa,  |  la  ciudad  alegre  1/ 

*  Por  eso  caerán  sus  jóvenes  en  sus  plazas  | 

y  todos  los  guerreros  perecerán  aquel  día — afirma  Yahveh  de  los  ejér- 
citos. 

"  Y  prenderé  fuego  a  las  murallas  de  Damasco  | 
y  devorará  los  palacios  de  Ben-Hadad.» 

28  Sobre  Quedar  y  los  reinos  de  Jasor,  que  batió  Nabucodonosor,  rey  de 
Babilonia.  Así  dice  Yahveh  : 

«¡Levantaos,  subid  contra  Quedar,  |  asolad  a  los  hijos  de  Oriente! 
23  Sus  tiendas  y  rebaños  serán  tomados  ;  |  sus  pabellones  y  todo  su  bagaje 
y  sus  camellos  se  llevarán,  |  y  les  gritarán  :  «¡Terror  por  todos  lados!» 
m  Huid,  escapad  a  toda  prisa,  |  asentaos  en  sitios  profundos,  | 

habitantes  de  Jasor — dice  Yahveh. 
Pues  Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia,  | 

ha  concebido  contra  vosotros  un  designio, 
ha  maquinado  contra  vosotros  un  plan.  | 

31  Alzaos,  subid  contra  una  nación  tranquila,  | 

que  vive  confiada — afirma  Yahveh  ; 
no  posee  ni  puertas  ni  cerrojos,  |  habita  solitaria. 

32  Y  sirvan  sus  camellos  de  botín,  I 

y  la  multitud  de  sus  ganados,  de  presa. 
Y  esparciré  a  todos  los  vientos  a  los  de  rapadas  sienes  | 
y  de  todos  los  k  lados  traeré  el  infortunio — declara  Yahveh. 

33  Y  trocaré  Jasor  en  guarida  de  chacales,  |  en  desierto  para  siempre  ; 
no  habitará  allí  nadie  |  ni  morará  en  ella  hijo  de  hombre.» 

34  Palabra  que  Yahveh  dirigió  al  profeta  Jeremías  sobre  Elam,  al  co- 
mienzo del  reinado  de  Sedecías,  rey  de  Judá,  a  saber  :  35  Así  dice  Yahveh 
de  los  ejércitos  : 


-  30  Los  zagalejos  de  la  grey  :  cf.  V  ;  otros,  «los  más  pequeños»  o  débiles  del  rebaño, 
e  d.,  la  tribu  de  Benjamín,  designada  con  este  epíteto  por  su  escaso  número  ;  otros, 
■como  débiles  reses  de  ganado  menor». 

22  Cf.  48,  40  s. 

23  Cf.  Is.  57,  20. 

36  Cf.  50,  30,  aquí  prb.  add.,  dice  Kit. 
21  Cf.  Am.  1,  14,  4. 
80  Asentaos...  :  cf.  8  b. 

re  Los  de  rapadas  siexes  :  o  «recortados,  rasurados  parietales»,  alusión  a  la  costum- 
bre beduina  de  recortarse  el  pelo  en  círculo. 
"Cf.  18  b. 


—  1457  — 


49  36-50  12 


JEREMÍAS 


49  36-50  12 


«He  aquí  que  vo  quiebro  el  arco  de  Elam,  |  lo  principal  de  su  fuer/a  ' 
3,;  Atr  aeré  sobre  Elam  los  cuatro  vientos  |  de  los  cuatro  extremos  del  cielo  • 
y  los  dispersaré  a  todos  estos  vientos  y  no  habrá  nación  adonde  no  lleguen 
los  fugitivos  de  Elam. 

s:  E  infundiré  terror  a  Elam  ante  sus  enemigos  | 

y  ante  quienes  atentan  contra  su  vida  ; 
y  acarrearé  sobre  ellos  la  desgracia,  |  el  furor  de  mi  cólera— dice  Yahveb  ; 
y  enviaré  tras  ellos  la  espada  |  hasta  que  yo  los  haya  consumido. 
3S  Y  colocaré  mi  trono  en  Elam  | 

y  exterminaré  de  allí  rey  y  príncipes — afirma  Yahveh. 

38  Pero  resultará  que  al  final  de  los  días  haré  tornar  a  los  desterrados 
de  Elam»,  declara  Yahveh. 


Oráculo  contra  Babilonia 

r  rv  1  Palabra  que  pronunció  Yahveh  sobre  Babilonia  y  sobre  el  país  de 
oyj   los  caldeos  por  medio  del  profeta  Jeremías  : 

2  Anunciadlo  entre  las  naciones,  pregonadlo,  | 

enarbolad  enseña,  pregonadlo  a  ;  \  no  ocultéis  nada,  decid  : 
«Babilonia  ha  sido  tomada,  avergonzada'  Bel,  |  vencida  Merodak.» 

Sión,  hacia  allá  su  rostro  :  «¡Venid 


Avergonzadas  han  quedado  sus 
esculturas,  destruidos  sus  ídolos. 
3  Pues  avanza  contra  ella  del  norte 
un  pueblo  que  convertirá  a  su  terri- 
torio en  desierto  y  no  -habrá  en  ella 
habitante  ;  desde  los  hombres  hasta 
las  bestias  han  buido,  han  desapa- 
recido. 4  En  aquellos  días  y  en  aquel 
tiempo,  afirma  Yahveh,  vendrán  los 
hijos  de  Israel  y  juntamente  con 
ellos  los  hijos  de  Judá  ;  caminarán 
llorando  y  a  Yahveh,  su  Dios,  bus- 
carán. 6  Preguntarán  el  camino  hacia 


y  unámonos  a  Yahveh  con  alianza 
eterna,  que  no  se  olvide!»  6  Rebaño 
descarriado  era  mi  pueblo  ;  sus  pas- 
tores habíanlo  extraviado,  por  las  b 
montañas  habíanlo  hecho  vagar  ;  de 
monte  en  colina  caminó  olvidado  de 
su  majada.  1  Todo  el  que  lo  hallaba 
devorábalo,  y  sus  enemigos  decían  : 
«No  incurrimos  en  culpa,  por  cuanto 
han  pecado  contra  Yahveh,  morada 
de  justicia  y  esperanza  de  sus  pa- 
dres, Yahveh  c.» 


6  Huid  de  en  medio  de  Babilonia.  |  y  de  la  tierra  de  los  caldeos  salid, 
y  sed  como  los  machos  cabríos  f  ante  el  rebaño. 

9  Pues  he  aquí  que  yo  suscito  y  lanzo  contra  Babilonia  | 

una  reunión  de  grandes  naciones 
desde  el  país  del  norte,  que  se  aprestarán  contra  ella  | 

y  desde  allí  será  conquistada. 
Sus  saetas,  cual  las  de  guerrero  experto,  |  no  volverán  de  vacío. 

10  Y  servirá  la  Caldea  de  presa  ;  | 

todos  sus  despojadores  se  hartarán — dice  Yahveh. 

11  Aunque  os  alegréis,  aunque  exultéis  de  gozo,  | 

saqueadores  de  mi  herencia  ; 
aunque  saltéis  como  becerros  en  la  hierba  d  |  y  relinchéis  cual  caballos, 

12  la  vergüenza  de  vuestra  madre  será  mucha,  | 

será  confundida  la  que  os  dió  a  luz. 

31  Y  enviaré...  consumido  :  repite  9,  15  b. 
prrw   3  Un  pueblo  :  e.  d.,  los  medo-persas 

OU  1  No  incurrimos  en  culpa  :  los  vencedores  serían  los  ejecutores  de  las  divinas 

venganzas. 

8  Como  los  machos  cabríos  :  que  suelen  ir  en  cabeza  del  rebaño. 

8  Reunión  de  grandes  naciones  :   el  ejército  de  Ciro  se  componía  de  todos  los 
pueblos  vencidos.  ||  Desde  allí:  así  lit.  ;  ¿por  ella?  ||  No  volverá  de  vacío:  e.  d., 
el  héroe  ;  aunque  algunos  lo  entienden  de  las  saetas  en  el  sentido  de  «no  marraran.  ; 
cf.  2  Sam.  1,  22,  aunque  aquí  se  refiere  a  la  espada. 
u  Caballos  :   V  «toros». 

—  T4.S8  — 


50  13-28 


JEREMÍAS 


50  13-28 


He  aquí  que  es  la  última  de  las  naciones,  |  desierto,  aridez,  estepa. 
u  Por  la  ira  de  Yahveh  no  será  habitada  |  y  toda  ella  será  una  soledad. 
Todos  cuantos  pasen  por  Babilonia  se  horrorizarán,  | 

silbarán  burlones  a  vista  de  todas  sus  llagas. 
11  Alineaos  contra  Babilonia  alrededor  |  todos  los  entesadores  de  arco  ; 
tirad  contra  ella,  no  ahorréis  las  saetas,  | 

e  pues  ha  pecado  contra  Yahveh  e.  | 

15  Lanzad  alaridos  contra  ella  todo  en  torno  ; 
ya  entrega  su  mano,  caen  sus  pilares,  |  destruidas  son  sus  murallas  ; 
pues  ésta  es  la  venganza  de  Yahveh  ;  véngaos  de  ella  ;  ] 

como  ella  hizo,  hacedla. 
"  Exterminad  de  Babilonia  al  sembrador,  | 

al  que  empuña  la  hoz  en  tiempo  de  siega. 
Ante  la  espada  destructora,  |  cada  uno  hacia  su  pueblo  se  vuelva,  | 

cada  uno  huya  a  su  tierra. 
jP  Oveja  descarriada  es  Israel ;  ]  los  leones  la  lanzaron  fuera. 


El  primero  que  la  devoró  fué  el 
rey  de  Asiria,  y  el  último  que  la  ha 
quebrado  los  huesos  ha  sido  Nabu- 
codonosor,  rey  de  Babilonia.  18  Por 
ello,  así  dice  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos, Dios  de  Israel :  He  aquí  que  cas 
tigaré  al  rey  de  Babilonia  y  a  su  tie- 
rra, como  castigué  al  monarca  de 
Asiria.  M  Y  haré  volver  a  Israel  a  su 


morada  y  pacerá  en  el  Carmelo  y  el 
Basán ;  y  en  las  montañas  de  Efraím 
y  Galaa'd  se  saciará  su  anhelo.  20  En 
aquellos  días  y  en  aquel  tiempo,  afir- 
ma Yahveh,  se  buscará  la  iniquidad 
de  Israel,  y  no  existirá  ;  y  los  peca- 
dos de  Judá,  y  no  se  encontrarán, 
pues  perdonaré  a  quienes  yo  haya 
dejado. 


a  ¡  Contra  el  país  de  Meratáyim  sube,  contra  él  | 

y  contra  los  habitantes  de  Peqod  ! 
Mata  a  espada  y  extermínalos  f — dice  Yahveh — ,  | 

y  haz  puntualmente  cuanto  te  he  ordenado. 

22  ¡  Clamor  de  guerra  óyese  en  el  país,  |  ruina  enorme  ! 

23  ¡  Cómo  ha  sido  quebrado  y  hecho  pedazos  | 

el  martillo  de  toda  la  tierra  ? 
¡  Cómo  se  ha  trocado  en  objeto  de  horror  |  Babilonia  entre  las  naciones  ? 
*  Te  tendí  un  lazo  y  fuiste  presa,  |  ¡  oh  Babilonia ! ,  |  sin  que  lo  advirtieses ; 
fuiste  sorprendida  y  cogida  |  porque  provocaste  a  Yahveh. 
a  Yahveh  ha  abierto  su  arsenal  |  y  ha  sacado  las  armas  de  su  cólera  ; 
pues  el  Señor,  Yahveh  de  los  ejércitos,  tiene  una  misión  | 

en  la  tierra  de  los  caldeos. 
M  Venid  contra  ella  desde  los  últimos  confines,  |  abrid  sus  graneros  ; 
amontonad  [sus  piedras]  como  montes  de  grano,  y  exterminadla,  | 

no  quede  de  ella  resto. 
27  ¡  Pasad  a  cuchillo  a  todos  sus  novillos,  |  bajen  a  la  matanza! 
¡  A  y  de  ellos,  pues  ha  llegado  su  día,  |  el  tiempo  de  su  castigo ! 

28  Oyese  a  los  que  huyen  y  se  evaden  del  país  de  Babilonia,  para  anun- 
ciar en  Sión  la  venganza  de  Yahveh,  nuestro  Dios,  g  la  venganza  para  su 
templo  e. 


13  Cf.  49,  17;  19,  8. 

55  Entrega  su  mano:  ¿capitula? 

M  Espada  desiructoka  :  o  mortífera,  homicida  :  V  «esp.  de  la  paloma»  ;  cf.  46,  16  ; 
ls.  13,  14. 

19  Su  morada  :  o  también  su  pastizal. 

21  País  de  Meratáyim  :  e.  ti.,  de  la  doble  contumacia  o  rebeldía;  es  nombre  sim- 
bólico de  Babilonia ;  V  «tierra  de  los  que  dominan»  ;  ipetitum  ex  nár  Marrátim 
i.  d.  resione  paludosa.  N.  a  sinu  pérsico». 

3  M\rtillo  de  toda  la  tierra  :  sobre  todo  en  tiempo  de  Nabucodonosor. 

25  Una  misión:  u  ocupación,  trabajo...;  llama  así  a  la  obra  que  ha  de  realizar  en 
Assur  el  mismo  Dios,  que  dirige  el  mundo. 

^  Amontonad  sus  piedras  :  e.  d.,  destruirla. 


—  1459  — 


50  29-43 


JEREMÍAS 


50  29-46 


"Convocad  contra  Babilonia  a  los  arqueros,  | 

a  todos  los  entesa  dores  de  arco  ; 
acampad  en  torno  de  ella,  |  no  tenga  escape. 
Retribuidla  con  arreglo  a  sus  obras  ;  I 


exactamente  1< 
pues  se  insolentó 

50  Por  eso  caer 
rra  perecerán  en 

31  Heme  aquí  coi 

declara  el  Señor 
pues  ha  llegado  tu 


que  ella  hizo, 
ontra  Yahveh 


día 


|  contra  el  Santo  de  Israel. 

i  sus  jóvenes  en  sus  calles  y  Unios  mis  hombn 
quel  día,  declara  Yahveh. 
ntra  ti,  ¡oh  insolencia!,  | 
h  Yahveh  de  los  ejércitos  h  ; 
lía,  |  el  tiempo  en  que  te  castigo. 


de  gue- 


■"  Y  vacilará  la  insolencia  y  caerá,  |  sin  tener  quien  la  levante, 
y  prenderé  fuego  a  sus  ciudades  |  y  devorará  todos  sus- alrededores. 


veh  de  los  ejércitos  es  su  nombre  ; 
ciertamente  se  encargará  de  su  cau- 
sa a  fin  de  dar  sosiego  al  país  e  in- 
tranquilizar a  los  habitantes  de  Ba- 
bilonia.» 


33  Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos :  «Oprimidos  están  los  hijos  de 
Israel  juntamente  con  los  hijos  de 
Judá,  y  todos  sus  cautivadores  tié- 
nenlos  cogidos,  rehusan  soltarlos. 
84  Mas  su  redentor  es  poderoso :  Yah 

3,1  ¡  Espada  sobre  los  caldeos—1  afirma  Yahveh     ,  j 

y  sobre  los  moradores  de  Babel, 
sobre  sus  príncipes  y  sobre  sus  sabios! 
36 ¡  Esipada  sobre  sus  adivinos,  y  muéstrense  necios! 
¡  Espada  sobre  sus  guerreros,  y  sean  consternados  ! 
s'  ¡  Espada  sobre  sus  caballos  y  sus  carros  | 

y  sobre  toda  la  mezcla  de  gente  que  en  medio  de  ella  existe,  | 

y  truéquense  como  mujeres  ! 
¡  Espada  sobre  sus  tesoros,  y  sean  expoliados ! 
38  ¡  Recios  calores  >  sobre  sus  aguas  y  séquense  ! 


Pues  es  tierra  de  ídolos  y  por  sus 
fetiches  deliran. 

39  Por  eso  habitarán  [allí]  las  fie- 
ras con  los  chacales  y  morarán  en 
ella  ¡los  avestruces  ;  nadie  habitará 
ya  en  ella  jamás  ni  se  avecindará, 
por  todas  las  generaciones.  40  Como 
la  destrucción  que  Dios  hizo  a  Sodo- 
ma  y  Gomorra  y  sus  ciudades  veci- 
nas, afirma  Yahveh,  no  habitará  allí 
nadie  ni  morará  en  ella  hijo  del  hom- 
bre. 41  He  aquí  que  un  pueblo  viene 
del  norte  y  una  nación  grande  y  re- 
yes numerosos  se  levantan  de  los 
confines  de  la  tierra.  a  Arco  y  jaba- 
lina empuñan,  son  crueles  y  no  se 
apiadan  ;  su  voz  brama  como  el  mar 
y  montan  sobre  corceles,  armados  co- 
mo un  hombre  para  la  guerra  contra 
ti,  ¡oh  hija  de  Babilonia!  43  Ovó  el 
rev  de  Babilonia  la  nueva  de  ellos  y 


desmayaron  sus  brazos  ;  la  angustia 
le  sobrecogió,  dolor  como  de  partu- 
rienta. **  He  aquí  que  cual  un  Jeón 
sube  de  la  gloria  del  Jordán  a  los 
pastizales  de  perenne  verdor.  Cierta- 
mente, en  un  momento  los  haré  par- 
tir, y  ¿quién  será  el  escogido  que 
sobre  ella  ha  de  establecer  ?  Pues 
¿quién  hay  como  yo?  ;  y  ¿quién  me 
citará  a  su  tribunal?  ;  y  ¿quién  es 
el  pastor  que  me  haga  frente  ?  45  Por 
eso  escuchad  la  decisión  que  Yahveh 
ha  tomado  contra  Babel  y  los  planes 
que  ha  tramado  contra  el  país  de  los 
caldeos.  En  verdad,  los  arrastrarán 
por  tierra  los  zagalejos  de  la  grev  ; 
ciertamente  será  asolada  k  con  ellos 
su  morada.  ">  Al  rumor  de  que  Babi- 
lonia ha  sido  tomada,  se  estremece 
la  tierra  y  el  clamor  óyese  entre  las 
naciones. 


20  A  i.os  arqueros  :  otros  interpretan  H  «a  las  masas»  ;  cf.  V  :  «plurimis  ómnibus 
qul  tenchmt  arcuni». 
*°Cf.  49,  26. 

31  ¡Oh  insolencia!  :  e.  d.,   ¡oh  Babilonia  1 
40  Cf.  49,  18  y  33  b;  Is.  33,  19  b. 
"-«Cf.  6,  41-43. 
«-«  Cf.  49,  19-21. 


—  1460  — 


51  1-15 


JEREMÍAS 


51  1-15 


Continuación  del  vaticinio  sobre  Babilonia 


C]    1  Así  dice  Vahveh  : 

«He  aquí  que  voy  a  suscitar  contra  Babilonia  y  contra  los  habitantes 

de  Leb-Qamay  |  el  "espíritu  de  un  exterminados 
2  Y  enviaré  contra  Babilonia  aventadores  *  que  la  aventarán 
y  vaciarán  su  país,  |  pues  acamparán  b  en  torno  a  ella 
en  el  día  de  la  desventura.  | 

3  No  c  entese  el  entesador  su  arco  |  ni "  se  cubra  con  su  coraza. 
No  perdonéis  a  sus  jóvenes,  |  exterminad  todo  su  ejército. 

4  ¡  Caigan  muertos  en  la  tierra  de  los  caldeos 
y  traspasados  en  sus  calles  ! 

5  4  Pues  no  están  viudas  Israel  y  Judá  | 

de  su  Dios,  de  Yahveh  de  los  ejércitos. 
Forque  su  tierra  está  llena  de  culpa  |  respecto  al  Santo  de  Israel. 
r'  Huid  de  en  medio  de  Babilonia,  |  salve  cada  uno  su  vida,  | 

no  perezcáis  por  su  iniquidad, 
pues  tiempo  de  venganza  es  para  Yahveh  :  i 

va  El  a  darle  la  retribución  debida. 
'  Una  copa  de  oro  era  Babilonia  en  mano  de  Yahveh,  | 

embriagaba  toda  la  tierra  ; 
de  su  vino  bebieron  las  naciones  :  |  por  eso  deliran  *. 

6  De  repente  ha  caído  Babilonia  y  se  ha  hecho  pedazos.  , 

¡  Ululad  sobre  ella  ! 
Tomad  bálsamo  para  su  dolor  ;  |  quizá  se  cure. 
'J  «Hemos  intentado  curar  a  Babilonia,  mas  ño  sana  ;  i 

abandonadla  y  marchemos  cada  uno  a  nuestra  tierra.» 
Pues  ha  llegado  al  cielo  su  juicio  ¡  y  se  ha  alzado  hasta  las  nubes. 

10  Yahveh  ha  mostrado  la  justicia  de  nuestra  causa  ;  venid  y  refiramos 
en  Sión  la  obra  de  Yahveh,  nuestro  Dios. 

"  ¡  Aguzad  las  saetas,  |  henchid  las  aljabas ! 

Yahveh  ha  despertado  el  espíritu  de  los  reyes  de  Media,  ] 

pues  contra  Babilonia  está  su  plan  para  destruirla  ; 
porque  es  la  venganza  de  Yahveh,  la  venganza  de  su  templo. 
12  Contra  la  muralla  de  Babilonia  enarbolad  bandera,  | 

reforzad  la  guardia, 
estableced  centinelas,  |  preparad  emboscadas  ; 
pues  propúsose  Yahveh  hacer,  y  ha  realizado  | 

lo  que  anunció  sobre  los  habitantes  de  Babilonia. 
"  ¡  Oh  tú,  que  moras  junto  a  las  aguas  copiosas,  I  abundosa  en  tesoros, 
ha  llegado  tu  fin,  |  la  medida  del  corte  [de  tu  vida]. 
"  Ha  jurado  Yahveh  de  los  ejércitos  por  sí  mismo  : 
Seguramente  te  llenaré  de  hombres  cual  de  langostas  | 

y  lanzarán  contra  ti  el  grito  de  júbilo  de  los  vencedores. 
15  El  hace  la  tierra  con  su  poder,  |  cimenta  el  orbe  con  su  sabiduría  ] 

y  con  su  inteligencia  despliega  los  cielos. 


Kl  1  Leb-Qamay  :  e.  d.,  Calcica,  cuyo  nombre  ha  visto  sustituidas  sus  letras  por 
*-'-L  ac  uellas  según  las  reglas  del  «atbás» ;  otros  leen  Gambula,  tribu  aramea,  en 
Babilonia. 

3  Se  cubra  :  lit.,  suba  (=V)  ;  otros  vierten  «se  jacte». 
•No  perezcáis:  V  «no  calléis  sobre...». 

n  La  medida  :  lit.,  «el  codo»  de  medir,  en  el  cual  ha  de  cortarse  el  hilo  de  tu  vida, 
bajo  cuya  imagen  se  expresa  el  violento  final  al  quedar  llena  la  medida  de  las  usuras 
y  ganancias  ilícitas  de  Babilonia. 

16-1»  cf.  io,  12-16. 


-  1461  _ 


51  16-31 


JEREMÍAS 


51  16-31 


16  A  su  voz,  acumúlanse  las  aguas  en  el  cielo  | 

y  hace  remontar  las  nubes  del  extremo  de  la  tierra  ; 
convierte  los  relámpagos  en  lluvia  |  y  saca  el  viento  de  sus  depósitos. 

17  Necio  es  todo  hombre  falto  de  saber  ;  | 

todo  orífice  siente  vergüenza  de  su  ídolo, 
porque  es  mentira  su  simulacro  fundido, 
V  carecen  de  aliento.  |  IS  Son  cosa  vana,  obras  '  ridiculas  ; 
en  el  tiempo  de  su  castigo  perecerán. 
10  No  es  como  esto  la  porción  de  Jacob,  | 

pues  es  quien  modeló  todas  las  cosas, 
e  Israel  s  es  su  tribu  hereditaria  ; 

Yahveh  de  los  ejércitos  es  su  nombre. 

20  Tú  me  sirves  de  martillo,  |  de  anua  b  de  guerra  ¡ 
contigo  hago  pedazos  las  naciones, 

contigo  aniquilo  los  reinos, 

21  contigo  hago  pedazos  caballo  y  caballero,  , 
contigo  hago  pedazos  carro  y  conductor, 

22  contigo  hago  pedazos  hombre  y  mujer,  ¡ 
contigo  hago  pedazos  anciano  y  niño  1  | 
contigo  hago  pedazos  joven  y  doncella, 

23  contigo  hago  pedazos  pastor  y  rebaño,  | 
contigo  hago  pedazos  labrador  y  yunta, 
contigo  hago  pedazos  gobernadores  y  sátrapas. 

21  Mas  yo  retribuiré  a  Babilonia  y  a  todos  los  habitantes  de  Caldea  todo 
el  mal  que  han  hecho  a  Sión,  a  vuestros  propios  ojos,  declara  Yahveh. 

20  Heme  aquí  contra  ti,  ¡oh  montaña  destructora! — declara  Yahveh,  | 

que  destruyes  toda  la  tierra. 
Yo  extenderé  mi  mano  sobre  ti,  |  y  te  haré  rodar  desde  el  roquedal,  | 

y  te  convertiré  en  monte  calcinado. 
211  No  tomarán  de  ti  piedra  para  ángulo  |  ni  piedra  para  los  cimientos, 
pues  has  de  ser  desolación  perpetua  |  — declara  Yahveh. 
*  Alzad  bandera  en  el  país,  |  tocad  la  trompeta  entre  las  naciones  : 
consagrad  contra  ella  pueblos,  |  convocad  contra  ella  a  los  reinos  | 

de  Ararat,  Minní  y  Askenaz  ; 
nombrad  sobre  ella  un  tifsar,  \ 

lanzad  la  caballería,  como  langostas  hirsutas. 

28  Consagrad  contra  ella  pueblos,  a  los  reyes  de  Media,  a  sus  goberna- 
dores, a  todos  sus  sátrapas  y  a  todo  el  territorio  de  su  imperio. 

29  La  tierra  tiembla  y  se  conturba,  | 

porque  se  cumplen  sobre  Babilonia  los  designios  de  Yahveh 
de  reducir  el  país  babilónico  |  a  desolación  sin  habitantes. 

80  Han  cesado  de  combatir  los  héroes  de  Babilonia,  | 

permanecen  en  los  fuertes  ; 
esta  agotada  su  fortaleza,  |  se  han  hecho  como  mujeres. 
Sus  moradas  han  sido  incendiadas,!  quebrantados  sus  cerrojos. 

81  Corre  un  correo  al  encuentro  de  otro  correo  [ 

y  un  mensajero  al  encuentro  de  otro  mensajero, 
para  anunciar  al  rey  de  Babilonia  | 

que  ha  sido  conquistada  su  ciudad  por  todos  los  lados. 


*  |Oh  montaña  destructora!  :  llama  así  a  Babilonia,  situada  en  un  llano,  o  por 
sus  altos  edificios  o  a  causa  de  su  fuerza,  poderlo  y  soberbia. 

■  Ararat:  región  de  Armenia,  en  asirio  Urartu.  ||  Minní:  región  armenia  entre 
el  lago  Wan  y  Urunia.  ||  Askenaz:  región  de  la  Armenia  occidental;  los  asiriólogos 
la  identifican  con  Asguza,  Iskuza  =  Scitas.  ||  Tifsar  :  vocablo  sumero  de  origen,  con 
que  los  asirios  designaban  cierto  cargo  civil  o  militar.  ||  Hirsutas:  o  de  las  erizadas, 
hórridas... 


—  1462  — 


51  32-47 


JEREMÍAS 


51  32"49 


Los  vados  han  sido  tomados,  ¡  y  a  sus  baluartes  han  prendido  fuego, 
v  los  combatientes  están  conturbados. 
■  Pues  así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos,  Dios  de  Israel  : 
La  hija  de  Babilonia  semeja  una  era  en  tiempo  de  apisonarla  ; 
pasará  un  poco  tiempo  y  llegará  para  ella  la  época  de  la  cosecha 

34  Me  ha  devorado,  me  ha  consumido  Nabucodonosor  k,  rey  de  Babilonia  ; 

hame  dejado  como  vasija  vacía, 
me  ha  tragado  como  un  dragón,  | 

ha  henchido  su  vientre  ;  de  mis  delicias  me  ha  expulsado. 

35  «¡La  violencia  que  he  sufrido  1  y  mi  carne  1  [recaiga]  sobre  Babilonia  !», 

exclama  la  población  de  Sión  ; 
«¡y  mi  sangre  sobre  los  habitantes  de  Caldea!»,  | 

exclama  Jerusalén. 
m  Por  esto,  así  dice  Yahveh: 
«He  aquí  que  yo  tomaré  a  mi  cargo  tu  pleito  [ 

v  llevaré  a 'efecto  tu  venganza. 
Desecaré  el  mar  de  ella  |  y  agotaré  6U  fuente. 
87  Babilonia  quedará  reducida  a  un  montón  de  ruinas,  | 

guarida  de  chacales  ; 
horror  y  rechifla,  |  sin  habitantes. 

35  A  una  rugen  ellos  como  leones,  |  rugen  cual  cachorros  de  león. 
39  Cuando  estén  abrasados,  les  serviré  bebida  | 

y  les  embriagaré  para  que  se  adormezcan  m; 
y  dormirán  un  sueño  eterno  |  y  no  se  despertarán — dice  Yahveh. 
50  Los  llevaré  como  corderos  al  degüello,  | 

como  carneros  con  los  machos  cabríos. 
41  ¡  Cómo  ha  sido  conquistada  Sesak  |  y  tomada  la  gloria  de  toda  la  tierra  ? 
¡  Cómo  se  ha  trocado  en  objeto  de  horror  |  Babilonia  entre  las  naciones  ? 
°  Ha  subido  contra  Babilonia  el  mar,  | 

con  el  cúmulo  de  sus  olas  lo  ha  cubierto. 

43  Sus  ciudades  se  han  trocado  en  un  desierto,  |  tierra  árida  y  estepa, 
en  las  cuales  no  habitará  hombre  alguno  | 

ni  por  las  cuales  pasará  hijo  del  hombre. 

44  Y  castigaré  a  Bel  en  Babilonia  | 

y  arrancaré  de  sus  fauces  lo  tragado  por  él, 
y  no  afluirán  a  él  |  más  las  naciones. 
También  n  la  muralla  de  Babilonia  se  desplomará.  | 

46  Sal  de  en  medio  de  ella,  pueblo  mío, 
y  salve  cada  uno  su  vida  |  del  ardor  de  la  cólera  de  Yahveh.» 


44  No  desmaye  vuestro  corazón  ni 
temáis  por  el  rumor  que  se  ha  de 
oír  en  el  país  ;  pues  un  año  correrá 
un  rumor,  y  tras  él,  otro  año,  otro 
rumor,  y  habrá  violencia  en  el  país, 
y  tirano  contra  tirano.  47  Por  eso  he 
aquí  que  vienen  días  en  que  castiga- 
ré los  ídolos  de  Babilonia,  y  toda  su 


tierra  se  abochornará,  y  todas  sus 
víctimas  yacerán  en  medio  de  ella. 
48  Gritarán  alborozados  por  Babilonia 
el  cielo  y  la  tierra  ;  pues  del  norte 
vendrán  contra  ella  los  devastadores, 
afirma  Yahveh.  49  También  Babilonia 
ha  de  caer  por 0  los  caídos  de  Is- 
rael ;  como  por  Babilonia  cayeron  los 


33  La  hija  de  Babilonia  :  G  tíos  palacios  reales  de  Bab.  serán  batidos  como  la  era 
en  verano». 

**  Hanme  dejado  como  vasija  vacía  :  cf.  G  :  tme  ha  sorprendido  como  oscuridad  re- 
pentina». ||  Ha  henchido  su  vientre;  de  mis  delicias  me  ha  expulsado:  así  parece  debe 
interpretarse  H  (cf.  Zorell).  También  podría  verterse  :  iha  hench.  su  v.  con  mis 
manjares  delicados  ;  me  ha  expulsado».  Ante  las  dificultades  del  texto  actual,  muchos 
críticos  suprimen  o  modifican  tme  ha  expulsado».  V  illenó  su  vientre  de  su  ternura 
y  me  echó  fuera». 

*  Desecaré  el  mar  de  ella  :  para  tomar  a  Babilonia  desvió  Ciro  las  aguas  del  Eufra- 
tes, que  con  sus  numerosos  brazos  se  parecía  al  mar. 
"  Cf .  o,  io. 

18  Rugen  :  V  tsaeudirárt  sus  melenas». 

a  Cf.  50,  23.  ||  Sesak:  e.  d.,  Babilonia,  según  la  norma  del  iatbás»  ;  cf.  25,  26, 
nota ;  Kit  di.  c.  G. 


—  1463  — 


51  50-52  3 


JEREMÍAS 


51  55-52  4 


muertos  de  toda  la  tierra.  K'  ¡Oh  eva- 
didos de  la  espada,  marchad,  no  os 
detengáis  !  ¡  Acordaos  a  lo  lejos  de 
Yahveh  y  venga  Jerusalén  a  vuestra 
mente!  51  Estamos  abochornados,  que 
hemos  sentido  el  ultraje,  ha  cubier- 
to la  vergüenza  nuestro  rostro  ;  pues 
han  llegado  los  extraños  contra  las 
«antas  moradas  de  la  casa  de  Yah- 
veh. 

°~  Por  esto,  he  aquí  que  vienen  días 
— declara  Yahveh — en  que  castigaré 
a  sus  ídolos  y  en  toda  su  tierra  ge- 
mirán los  caídos.  Aunque  Babel'  se 
elevara  hasta  el  cielo  y  aun  cuando 
hiciera  inaccesibles  sus  altos  baluar- 
tes, le  alcanzarán  de  mi  parte  los  de- 
vastadores, afirma  Yahveh.  w  Oyese 


el  clamor  de  Babilonia,  gran  estrago 
de!  país  de  los  caldeos  ;  55  pues  Yah- 
veh asuela  a  Babilonia  v  pone  fin  a 
su  recio  estrépito,  y  braman  sus  olas 
cual  grandes  masas  de  agua,  emite 
el  retronar  de  su  voz.  66  Porque  ha 
venido  p  contra  ella  p,  contra  Babel, 
el  devastador,  y  han  sido  presos  sus 
guerreros,  rotos  sus  arcos  ;  pues  el 
Dios  de  las  retribuciones  es  Yahveh, 
que  ipaga  indefectiblemente.  67  Y  em- 
briagaré a  sus  príncipes  y  a  sus  sa- 
bios, a  sus  gobernadores  y  a  sus  sá- 
trapas, y  a  sus  valientes,  y  dormirán 
un  sueño  eterno  y  no  se  desperta- 
rán, declara  el  Rey,  cuyo  nombre  es 
Yahveh  de  los  ejércitos. 


M  Así  habla  Yahveh  de  los  ejércitos  : 

La  dilatada  muralla  de  Babilonia  |  será  totalmente  arrasada  ; 
sus  altos  portones,  |  quemados  a  fuego. 
Se  han  fatigado  los  pueblos  por  nada,  | 

y  las  naciones  por  el  fuego  se  han  cansado. 


50  Orden  conferida  por  el  profeta 
Jeremías  a  Serayá,  hijo  de  Neriyyá, 
hijo  de  Majseyá,  cuando  partió  con 
Sedecías,  rey  de  judá,  a  Babilonia,  en 
el  año  cuarto  de  su  reinado.  Sereyá 
era  el  prefecto  de  viajes. 

°°  Jeremías  escribió  toda  la  desven- 
tura que  había  de  sobrevenir  a  Ba- 
bilonia en  un  libro  ;  todas  estas  pa- 
labras escritas  sobre  Babilonia.  01  Di- 
jo, pues,  Jeremías  a  Sereyá  :  «Cuan- 
do llegues  a  Babilonia,  mira  y  lee 
todas  estas  palabras,  02  y  dirás  :  ¡  Oh 
Yahveh  !,  tú  mismo  has  afirmado  res- 


pecto a  este  lugar  que  lo  destruirás, 
de  forma  que  no  quedase  en  él  habi- 
tante alguno,  lo  mismo  de  los  hom- 
bres que  de  las  bestias,  sino  que  se- 
ría soledad  perpetua.»  03  Y  cuando 
hayas  concluido  de  leer  este  libro, 
atarás  a  él  una  piedra  y  lo  arrojarás 
al  fondo  del  Eufrates,  M  exclamando  : 
¡  Así  se  hundirá  Babilonia  y  no  se 
levantará  de  la  desgracia  que  yo  aca- 
rrearé sobre  ella  !» 

Hasta  aquí  las  palabras  de  Jere- 
mías. 


Apéndice  histórico  sobre  la  toma  de  Jerusalén  por  los 
caldeos  y  deportación  de  sus  habitantes 


r  o  1  Veintiún  años  tenía  Sedecías 
J  cuando  subió  al  trono,  y  reinó 
en  Jerusalén  once  años.  El  nombre 
de  su  madre  era  Jamital,  hija  de  Je- 
remías de  Libná.  2  Y  obró  lo  malo  a 
los  ojos  de  Yahveh,  exactamente  co- 
mo hiciera  Joaquim.  3  Ciertamente,  a 
causa  de  la  ira  de  Yahveh,  las  cosas 


llegaron  en  Jerusalén  y  Judá  al  ex- 
tremo de  que  El  rechazó  de  su  pre- 
sencia a  éstas.  Y  Sedecías  se  rebeló 
contra  el  rey  de  Babilonia. 

i  Y  acaeció  que  el  año  noveno  de 
su  reinado,  en  el  mes  décimo,  a  diez 
del  mes,  llegó  Nabucodonosor,  rey 
de  Babilonia,  acompañado  de  todo  su 


60 Venga  a  vuestra  mente:  lit.,  suba  a  vuestro  corazón. 
"  Cf.  3V 

68  Cf.  Hab.  2,  13. 

60  Prefecto  de  viajes:  lit.,  .pref.  del  camino,  e.  d.,  el  aposentador,  el  que  proveía 
en  las  distintas  paradas  del  viaje  del  rey.  G  «el  jefe  de  los  dones». 


—  1464  — 


52  5-16 


JEREMÍAS 


52  *M1 


ejército  contra  Jerusalén,  y  acampa- 
ron junto  a  ella  y  construyeron  todo 
alrededor  de  ella  terraplén  de  asedio. 
1  Vino  así  la  ciudad  a  quedar  cercada 
[durante  el  sitio],  hasta  el  año  un- 
décimo del  rey  Sedecías.  0  En  el  mes 
cuarto,  a  nueve  del  mes,  fué  recia  el 
hambre  en  la  ciudad  y  no  había  pan 
para  la  gente  del  país.  '  Entonces  se 
abrió  brecha  en  la  ciudad  y  todos  los 
hombres  de  guerra  huyeron  y  salie- 
ron de  la  villa,  durante' la  noche,  por 
el  camino  de  la  puerta  entre  los  dos 
muros,  situada  junto  al  jardín  del 
rey,  mientras  los  caldeos  rodeaban 
la  ciudad  ;  y  ellos  partieron  por  el 
camino  del  Arabá.  8  El  ejército  de 
los  caldeos  ipersiguió  al  monarca  y 
dieron  alcance  a  Sedecías  en  los  lla- 
nos de  Jericó  ;  y  todo  su  ejército  se 
dispersó  de  junto  a  él.  9  Prendieron, 
pues,  ai  rey,  lo  condujeron  donde  el 
rey  de  Babilonia,  a  Riblá,  en  la  re- 
gión de  Jamat,  y  pronunció  senten- 
cia contra  él.  |°  El  rey  de  Babilonia 
degolló  a  los  hijos  de  Sedecías,  a  sus 
propios  ojos,  y  también  a  todos  los 
dignatarios  de  Judá  los  degolló  en 
Riblá.  11  Luego  hizo  sacar  los  ojos  a 
Sedecías  y  lo  aherrojó  con  grillos,  y 
el  monarca  babilónico  lo  condujo  a 
Babilonia  y  lo  metió  en  la  cárcel  has- 
ta el  día  de  su  muerte. 

r-  En  el  mes  quinto,  el  diez  del 
mes — era  el  año  diecinueve  del  rey 
Nabucodonosor,  soberano  de  Babilo- 
nia— llegó  a  Jerusalén  Nebuzaradán, 
jefe  de  la  escolta,  que  pertenecía  al 
servicio  personal  del  rey  de  Babilo- 
nia. 13  E  incendió  el  templo  de  Yah- 
veh,  y  el  palacio  real,  y  todas  las  ca- 
sas de  Jerusalén ;  a  todas  las  grandes 
casas  prendió  fuego.  u  Además,  todas 
las  tropas  de  los  caldeos  que  estaban 
a  las  órdenes  del  jefe  de  la  escolta 
demolieron  toda  la  muralla  que  cir- 
cuía a  Jerusalén.  a5  a  Y  a  parte  de  los 
pobres  del  pueblo a,  y  al  resto  del 
pueblo  que  había  quedado  en  la  ciu- 
dad, y  a  los  desertores  que  se  habían 
pasado  al  rey  de  Babilonia,  y  al  res- 
to de  los  artesanos  b,  deportó  Nebu- 
zaradán, jefe  de  la  escolta.  16  Mas  a 
otra  parte  del  pueblo  mísero  dejóla 
Nebuzaradán,  jefe  de  la  escolta,  co- 
mo viñadores  y  agricultores. 


"  Los  caldeos  hicieron  pedazos  las 
columnas  de  bronce  que  el  templo 
de  Yahveh  poseía  y  las  basas  y  el 
mar  de  bronce  que  había  en  el  tem- 
plo del  Señor,  y  se  llevaron  todo  el 
bronce  a  Babilonia.  IS  Cogieron  asi- 
mismo las  ollas,  las  paletas,  los  cu- 


chillos, los  aspersorios,  los  acetres  y 
Lodos  los  utensilios  de  bronce  utili- 
zados en  el  culto.  19  El  jefe  de  la  es- 
colta tomó  también  de  los  barreños 
los  braseros,  los  aspersorios,  ¡las  ollas, 
los  candelabros,  los  acetres  y  las  pa- 
teras de  libación,  todo  lo  qíie  había 
en  oro  y  plata.  20  En  cuanto  a  las 
dos  columnas,  al  mar  único,  a  las 
doce  reses  vacunas  de  bronce  que  ha- 
bía debajo  c  y  a  las  basas  que  había 
hecho  el  rey  Salomón  para  el  templo 
de  Yahveh,  el  bronce  de  todas  es- 
tas cosas  carecía  de  peso  calculable. 
-1  Respecto  a  las  columnas,  la  altu- 
ra década  una  era  de  dieciocho  co- 
dos y  circundábala  un  cordón  de  do- 
ce codos  ;  el  grueso  de  ella  era  de 


KQ  7  En-  la  ciudad:  c.  d.,  en  la  muralla- de  la  ciudad. 

0£t       "O»  Cf.     3^     2.10>     y     ,     Re_  y  SS. 

"~2>Cf.  2  Re.  25,  14-15. 

18  Acetres  o  navetas  :  también  escudilla  de  oro  o  fuentes. 

—  1465  — 


52  22-28 


JEREMÍAS 


52  29-34 


cuatro  dedos  y  era  hueca.  22  Coroná- 
bala un  capitel  de  bronce,  y  la  altura 
del  primer  capitel  era  de  cinco  co- 
dos ;  encima  del  mismo,  alrededor, 
había  una  red  y  granadas,  todo  de 
bronce.  Cosas  similares  poseía  la  se- 
gunda columna,  con  las  granadas. 
23  Las  granadas  eran  noventa  y  seis, 
al  aire.  El  total  de  las  granadas  era 
cien  sobre  la  red,  todo  alrededor. 

24  Cogió  también  el  jefe  de  la  es- 
colta a  Serayá,  sumo  sacerdote  ;  a 
Sofonías,  sacerdote  segundo,  y  a  los 
tres  guardianes  del  umbral.  28  Y  de 
la  ciudad  tomó  a  un  eunuco,  comi- 
sario de  los  soldados,  y  a  siete  hom- 
bres del  servicio  personal  del  monar- 
ca que  fueron  hallados  en  la  ciudad, 
y  al  secretario  del  jefe  del  ejército 
que  hacía  la  recluta  de  la  gente  del 
país,  y  a  sesenta  hombres  del  pueblo 
bajo  que  se  encontraban  en  la  ciu- 
dad. *  Nebuzaradán,  jefe  de  la  es- 
colta, los  cogió  y  condújolos  al  rey 
de  Babilonia,  a  Riblá.  27  El  monarca 
babilonio  los  hizo  matar  en  Riblá,  en 
la  región  de  Jamat.  Así  fué  Judá  de- 
portado cautivo  fuera  de  su  país. 

28  El  pueblo  que  Nabucodonosor  de- 


portó es  el  siguiente  :  el  año  siete, 
tres  mil  veintitrés  judíos  ;  29  el  año 
dieciocho  de  Nabucodonosor,  de  Je- 
rusalén,  ochocientas  treinta  y  dos  al- 
mas ;  80  el  año  veintitrés  de  Nabuco- 
donosor, Nebuzaradán,  jefe  de  la  es- 
colta, deportó  de  los  judíos  setecien- 
tas -cuarenta  y  cinco  almas.  El  total 
de  las  personas  fué  cuatro  mil  seis- 
cientas. 

81  En  el  año  treinta  y  siete  del  cau- 
tiverio de  Joaquim,  rey  de  Judá,  el 
mes  duodécimo,  a  veinticinco  del 
mes,  Evil-Merodak,  rey  de  Babilo- 
nia, en  el  año  de  su  elevación  al  tro- 
no, indultó  a  Joaquim,  rey  de  Judá, 
y  lo  sacó  de  la  cárcel ;  82  y  le  habló 
amigablemente  y  colocó  6u  sitial  por 
cima  del  de  los  otros  reyes  que  es- 
taban con  él  en  Babilonia.  °  Mudóle 
asimismo  los  vestidos  de  cárcel,  y 
comió  siempre  en  su  compañía  todos 
los  días  de  su  vida.  84  En  cuanto  a 
su  subsistencia  continua,  se  le  pro- 
veyó de  ella  a  cargo  del  rey  de  Ba- 
bilonia cuotidianamente,  hasta  el  día 
de  su  muerte,  todos  los  días  de  su 
vida. 


23  Al  aire  :  versión  dudosa  ;  otros,  thorizontalmente»  ;  otros  corrigen  tademás  cua- 
tro a  cada  punto  cardinal  (o  viento)»;  V  tdependentia». 

u-M  Cf .  2  Re.  25,  27-30. 

31  Evil-Merodak  :  hijo  de  Nabucodonosor.  Reinó  dos  años  y  fué  destronado  por 
Neriglissor,  su  cuñado. 

83  En  su  compañía  :  e.  d.,  a  la  mesa  del  rey. 


—  1466  — 


NOTAS    CRITICAS    A  JEREMIAS 


CAP.  I 

a  así  Kit  (ef  Zac  5  8);  II  faz]  b  lit  ise  abrirá»;  prps  soplará,  será  atizado...  (cf 
Kit)]  en  ,dl  (ex  25  9),      G»  anota  Kit. 
cap.  2 

aprb  1  c  jmss  V  y  a  vuestros  hijos  (cf  Kit)]  b-b  Kit  1  muchísimo]  casi  c  Kit; 
H  rugirán]  i  algs  mss  GV  te  estupraron  (hasta  la  coronilla)]  e-e  Kit  di  como  ditto^ra- 
fía]  í  di  c  GL  anota  Kit]  es  asi  Kit  c  G;  H  Quebré...  rompí]  h  prb  1  padres,  anota 
Kit]  •  así  Kit  c  AV  ;  otros  corrigen  H,  errp,  de  otros  modos]  1  así  (lit  «tus  alas», 
cf  V)  ;  Kit  1  c  GLS  palmas  (manos)]  k  así  Kit  c  GLSV  ;  H  veloz  eres;  H  :  «exiguum 
reputas». 
cap.  3 

■  H  ins  aquí  diciendo,  V  «vulgo  dicitur»  (cf  A  TU  ;  Kit  di  c  ims  GS]  b  así  Kit 
C  GV  ;  H  tierra]  c  H  ins  aquí  y  vi;  ims  GnissS  y  ella  vió;  frt  di  c  V  anota  Kit]  d  así 
Kit  c  V;  H  la  voz  (ruido)]  e  así  c  GV  ;  H  hayáis  escuchado]  M  di  anota  Kit  c  G] 
casi  Kit  o  mis  GST ;  H  los  hijos]  b  así  c  VG  (cf  Kit)  ;  H  «me  habéis  traicionado,  oh 
casa  de  Isr.»]  i  así  Kit  c  GSV  (cf). 
cap.  4 

a-a  así  Kit  (cf  GSTV)]  bn  añade  y  decid;  di  (ex  5  b)  anota  Kit]  casi  Kit  c  GAr; 
II  (V)  dije]  d  prps  viene  del  desierto]  e  de  éstos  añade  H  ;  di  c  G  (dittogr)  anota  Kit] 
I  H  ofrécese  aquí  errp  (cf  Kit)  ;  procuramos  ceñirnos  al  texto  y  suprimimos  aquí 
ve  ahí  auc]  e  así  Kit  (cf  G)  ;  H  (=V)  guardas]  b  .di  cf  28  b»  anota  Kit]  M  en  H  tras 
anunciado;  cf  Kit]  i  Kit  1  c  GTw  la  tierra. 
cap.  5 

a-a  frt  di  c  LV  anota  Kit]  b-b  en  vez  de  la  perdonaré  Kit  prp  di  (ex  7)  o  1  se  la 
perdonará  (el  profeta  habla  en  vv  1-6)]  c  Kit  da  a  la  frase  sentido  afirmativo;  cf  4  27] 
pd  falta  en  GaAr ;  frt  trsp  post  ejércitos  v  14,  anota  Kit]  e  así  (su  decir)  c  Kit; 
H  vuestro  decir]  «así  H;  ims  SV  devorará]  e  inquirieren  1  Kit]  b-h  así  c  Kit  (cf  V)j 
i  así  c  GlSymThV  (cf  Kit)  ;  H  sobrepasaron  los  límites  del  mal  (otros  «sobresalieron 
en  hechos  de  maldad»,  «pasaron  por  alto  [en  juicio]  atropellos»). 

CAP.  6 

a  así  Kit  c  QorGLShSV  ;  HQocc  los]  b  así  c  G  (cf  Kit),  H  que  va  a  ser  castigada: 
V  «de  mi  venganza»]  o  así  Kit  c  9  b  ;  H  rebuscad]  d  prps  la  derramaré]  e-e  Kit  di  c  8 
10,  añadiendo  «propheta  loquitur»]  í  así  c  Kit  (cf)  ;  H  avergonzar]  g  así  c  G ;  H  y 
emplazaba  (lit  «suscitaba»,  elevaba)]  b  así  Kit  c  2mss  ;  H  vosotros]  HH  errp. 

CAP.  7 

a  así  Kit  c  AV ;  H  os  haré  habitar]  b  así  prps  interpretar  la  voz  hebrea  (lit  ellos)] 
casi  Kit  c  V  (y  8mss),  cf  3]  <J  así  Kit  c  ASymThV  ;  H  poder  real  (rey,  reino)]  e-e  c 
Kit  lo  unimos  al  v  24  de  acuerdo  con  GV]  f  H  añade  aquí  hoy,  dittogr  que  suprimi- 
mos c  Kit. 
cap.  8 

»H  añade  de  los  que  quedaren;  di  c  ims  GS  anota  Kit]  b  así  (hízola)  c  Kit; 
H  hizo. 
cap.  9 

a-a  así  c  Kit  (cf  GLV)  ;  H  para  verdad,  Prevalecieron]  b-b  Kit  1  y  a  Yahveh  no 
conocen  (cf  G)  ;  «propheta  loquitur»  añade  Kit]  o  de,  herm.  no  c  G]  M  conocer  a 
Yahveh  1  Kit  (cf  nota  crítica  b-b)]  e-e  add,  según  Kit]  M  Kit  1  (cf  GL)  las  palabras 
de  su  boca]  g  así  Kit  c  GLS;  H  alzaré]  b-h  di  c  G  (Kit)]  í  di  c  GS,  anota  Kit]  i  H 
añade  aquí  Habla;  Kit  lo  suprime  c  GS  y  además,  c  G,  los  tres  vocablos  sigts]  k-k  di 
(ex  8  3)  cf  métrica,  anota  Kit]  1  di  según  Kit  (cf). 
cap.  10 

a  así  H;  algs  1  c  ST  etc  de  Ofir,  otros  depurado]  b  así  Kit  c  GS  ;  H  plur]  0-0  Kit 
cree  prb  1  c  GL  y  mi  ganado  menor]  d  así  Kit  c  2imss  GLSV  ;  H  no]  e  así  c  Kit ; 
H  que  camina]  ih  añade  aquí  y  lo  han  devorado;  di  c  2mss  GS  Sal  ra._  7  (dittogr), 
anota  Kit. 


—  1467  — 


JEREMÍAS 


a  Kit  suprime  las  palabras  anteriores  del  v  y  comienza  (ef  GST1)  Habla]  b  H  añade 
a  ellos;  di  c  GV  (Kit)]  c-c  Kit  lo  juzga  add  por  repetir  2  28]  dG  0m  altares  a  la 
Ignominia,  que  Kit  suprime  también]  e  por  clamen  (lit  su  clamar)  1  Kit  c  T  cf  7  16 
clames]  s  así  c  34¡mss  vers ;  H  hasta]  e  así  Kit  c  G;  H  los  muchos  (cf  V  «scelera 
multa» I]  liasí  Kit  c  V. 
CAP.  12 

a-a  Kit  lo  juzga  add]  b  Kit  c  GL  «No  ve  nuestros  senderos»]  «así  ins  Kii  c  Gb 
(cf)]   dasí  Kit  c  ca  2omss  G...   (cf)  ;   H  porción]   e  así  Kit  c  STV]   f  así  c  Kit ;  H 
vuestras]  6  Kit  c  G  el  camino. 
CAP.  13 

a-a  di,  Kit  (cfl]  b-bKit  1  c  a  este  pueblo]  c-c  Kit  c  G  «di»]  d  así  Kit  c  GL  ;  H  di] 
easí  Kit  c  GLSTV]  f-f  así  Kit  c  KG  ;  mlt  mss  AOrSTV  alzad...  mirad]  e  así  Kit 
c  G;  H  vuestros]  h  Kit  1  c  GL...  de  tu  obstinación  (o  rebeldía)]  i  cf  Kit. 

CAP.  14 

a-a  add  (propheta  loquitur),  anota  Kit]  bH  (cf  V)  «.Pues  tuvo  lugar»;  cf  Kit]  c  di 
c  G  (cf  4  b)  anota  Kit]  i  H  lit  y  etperamos  a  ti  (di  y  c  Kit;  cf  V). 
cap.  15 

a  así  interpretamos  H  c  V  y  otros  (cf  Kit)  ;  texto  dudoso,  que  muchos  corrigen 
diversamente;  Kit  «traigo  sobre  ellos  un  pueblo  asolador,  un  devastador...»  y  ademas 
trsp  la  primera  parte  del  v  8  tras  la  segunda.  Otros  hacen  distinta  trasposición]  b  así 
Kit  c  GL;  H  «Y  dijo  Yahveh»]  casi  prb  c  Kit;  ATV  tu  residuo;  H  errp]  d  así  Kit 
c  GV  ;  H  a  y  al  fin  del  v]  easí  Kit  c  2mss  vers;  H  y  por]  f  Kit,  que  juzga  el  V  14 
como  add,  lo  corrige  a  base  de  17  4  c  algs  mss  y  GLS]  g-e  Kit  lo  trsp  al  fin  v  11  ; 
GL  lo  omiten. 

a  asi  K  c  2iiiss  G  (V  «entre  ellos  pan»)  ;  H  para  ellos]  b  así  Kit  c  V;  II  sobre 
caf.  17 

a  así  Kit  c  ca  i7omss  ThSTV  ;  H  vuestros]  b  así  ins  Kit  c  ca  24omss  ThSTV  ;  cf 
15  13]  c  todo  el  v  ofrece  dificultades  en  su  texto  actual ;  Kit  lo  modifica  de  acuerdo 
con  15  13  ;  hemos  procurado  atenernos  a  H  con  algunas  modificaciones  leves  acep- 
tadas generalmente]  d  así  c  Kit;  H  y  en  ti;  G'V  sólo  tú]  e  Kit  1  c  amss  Th  ha  en- 
cendido =  15  14;  V  encendiste]  f-f  di  c  G  (Kit)]  e  prps  di  como  dittogr. 

CAP'a  así  Kit  c  algs  mss...  (cf)  ;   H  en  o  con]   b  así  c  Kit;   H  son  expulsadas]  casi 
GSV  ;   H  les  hicieron   tropezer;  Kit  1   yo  les  han'  caer]   d~d  Kit  lo  cree  add  ex  22] 
e-e  1  prb  asesinados  anota  Kit]   f  o  bien  sea  borrado  (cf  V)  ;  así  Kit]  e  Kit  c  G  su 
ocasión  de  ruina  y  pecado. 
cap.  19 

a  así  ins  Kit  c  (G)  ST]  bH  c¡<-  ¡os  ancianos  de  los  sacerdotes  (cf  Kit). 
cap.  20 

a  así  Kit  c  GLS;  H  desde  (cf  V  «a  vulva»), 
cap.  21 

a-acf  Kit,  que  lo  suprime]  b-bKit  c  G  lo  suprime. 

CAPá-ü2H  lit       los  servidores  de  él  v  el  pueblo  de  él:  Kit  lo  cree  add]  b  así  c  Kit; 
H  ciudades...]  c-c  H  lit  entonces  bien;  di  (ex  15),  anota  Kit]  d-.l  di  c  GL  (add  ex  30), 
anota  Kit]  e-o  Kit  1  c  G  lia  sido  desechado  y  arrojado  a  una  tierra  que  no  conocía] 
t-f  Kit  «di  c  GL»]  B-e  Kit  «di  c  L  (GS)». 
CAP.  23 

a  Kit  considera  el  v 
T  todo;  Kit  1  quema] 
H  olvidaré  por  complt 


CAP'a-a5Kit  :  di  c  G]  b  Kit  júzgalo  add  ex  7  25-26]  c  Kit  cree  prb  add  v  6  «(in  vs  3-5 
loquitur  Jer,  in  vs  6  Yahveh»,  y,  de  mantenerse,  cree  ha  de  1  ^«a  Yahveh... ^/ni ra  per- 

tür  cf  Y' nota)*   advierte  Kit]  ^  Kit  lo  suprime  c  G]   t-f  Kit  lo  cree  add  (cr>^.&  Ki^j 

íasf  c^Kit  ^^somcliercni]  "k°G° ofrece 'tras  esuTv^í©  34-39  etc.  (cf  Kit)]  i  Kit  lo  su- 
prime c  GI  ]  ni' así  Kit  c  GL;  H  y  a]  n  di  c  GS,  anota  Kit]  o  Kit  cree  prb  1  c  G 
carneros']  P-P  add  (cf  38)  anota  Kit]  1  así  Kit  c  ca  2omss  GI.T  ;  II  la  ira  (cf  V  «la 
ira  de  la  paloma»)]  r  así  c  Kit  (cf)  ;  H  de  él. 


—  1468  — 


JEREMÍAS 


CAP.  26 

a-a  add,  anota  Kit]  b  leemos  c  mlt  mss  STV  la  casa  de  Yahveh;  H  sólo  Yahveh. 

CAP.  27 

a-a  Kit  1  en  el  año  cuarto,  cf  28  1]  B  así  Kit  sec  ¿mss  SAr,  cf  3  12]  o  prps  1  «mnmirt 
(un  mensaje)»]  d  Kit  1  sus  c  G)  e  asi  Kit  c  ST  ;  H  (=V)  coiisiima]  'así  Kit  c  vers  ; 
H  sueños]  S-8  om  GL  ;  add  según  Kit. 
CAP.  28 

a  2.;  mss  hambre;  V  «calamidad  (aflicción I  y  hambre»]  b  1  prb  c  G  fabricaré, 
anota  Kit. 

CAP.  29 

a  vs  8-0  trsp  post  15,  anota  Kit]  b  así  c  Kit;  H  que  vosotros  soñáis]  o  Kit  lo  su- 
prime como  dittogr  del  vocablo  siguiente  ;  en  GL  suprímese  también  el  anterior] 
d  en  vez  de  este  v  ins  vs  8-9  post  15  ;  otros  ponen  los  vs  16-20  entre  vs  9  y  10]  o  falta 
en  G,  add,  anota  Kit]  f  H  añade  diciendo,  prb  add,  como  prueban  GSV]  g  G  para  ver. 

CAP.  30 

a-a  add,  anota  Kit]  bs„  (de  ellos)  GL  ;  1  511  (de  él)?  pregunta  Kit]  o  cf  b]  d-d  di 
cf  46  2S,  anota  Kit]  o  ef  Kit  basado  en  GASymS]  f-f  di  (add  ex  15),  anota  Kit]  B  todos 
ellos  añade  H  (di  c  ims  G'SV,  advierte  Kitl]  b  Kit  1  c  G  «nuestro  alimento -(es)»] 
i  cf  Kit. 


a  G  le;  así  prb  anota  Kit]  b  así  Kit  c  GT  ;  H  íii]  casi  Kit  c  6L  (T)  ;  H  súplicas; 
V  «in  misericordia»]  ti  así  GLTV  ;  H  la  altura;  Kit  1  prb  en  las  montañas  (y  di  Sión)] 
f-edl  c  G,  según  Kit)]  «add  según  Kit  (cf  v  33)]  g  así  ins  c  vers]  b  así  prb  c  Sym  V, 
anota  Kit;  H  los  campos  (?). 
cap.  32 

a-a  add  según  Kit]   b  así  prob  (lit  ¡05  escritos)  c  ca   =;omss  ASymSTV  (cf  Kit)  ; 
H  el  precepto  y  las  leyes]  casi  c  Kit  (cf  SV)]  d  „  mí  1  Kit  c  GL,  cf  16]  e-e  di  c  GL 
según  KitJ  1  así  c  GSV;   H  instruir. 
CAP.  33 

a  así  c  Kit;  H  el  hacedor  de  ella  (o  ello)  ;  Yahveh  Que  forma;  añádese  tierra  c  G, 
suprímese  Yahveh  c  nmss  GSV,  e  ins  y  c  GSV]  b-b  H  errp,  seguimos  a  V,  cf  nota 
4]  casi  Kit  c  GaVT;  H  la]  d  así  ins  c  ThV  (cf  Kit)]  e  así  c  G1VT ;  H  rompie- 
reis] í  así  c  Kit ;  H  de  día. 

CAP.  35 

a  en  vez  de  H  y  campo  y  simiente,  prps  ni  campos  de  sembradura,  cf  Ez  17  5. 
CAP.  36 

a-a  Kit  se  Quedaron  espantados  y  dijéronse  unos  a  otros  (di  a  Baruk  c  G)]  b-b  di 
c  G,  anota  Kit. 

CAP.  38 

a  así  c  Kit  (cf  ThSV)  ;   H  murió]   b  Kit  1  c  mis  tres,  más  verosímil]  casi  muy 
prob  c  Kit  (cf  2Re  10  22)  ;  Ha  bajo]  a  así  Kit  c  ASymV  ;  se  han  hundido]  e  así  Kit 
c  algs  mss  GT(S)  ;  H  Quemarás]  t  así  ins  Kit  c  I3mss  GSV. 
CAP.  39 

a  vv  1-2  add  ex  52  4  ss,  según  Kit]  b  así  c  Kit  (cf)  ;  H  la  casa. 

CAP.  40 

aH  errp,  cf  Kit]   b-b  di  c  6mss  GTI  2Re  25,  23  (dittogr),  anota  Kit;   luego  leen 
hijo  de]  c  así  Kit  c  G  2Re  25,  24  ;  H  servir]  <t-d  prb  add  ex  7,  dice  Kit. 
cap.  41 

a-a  Kit  lo  suprime  c  G  y  2Re  25  25  (dittogr)]  b  así  prb  c  S,  anota  Kit]  <=  lit  «al 
medio  de  la  c.i  ;  cf  V  «circa  médium  laci»]  d-d  Kit  .1  c  G  «era  «na  gran  cisterna»] 
e  lit  hombres  de  guerra;  di,  anota  Kit. 
cap.  42 

a  así  Kit  c  G,  cf  43  2,  408 ;  H  Yezanyá]  b  así  Kit;  ASV  haré  habitar;  H  hará 
volver]  casi  V  también;  G  os  perjudicáis. 
cap.  43 

a  quizá  1  c  Kit  (c  GS)  pondrá. 
cap.  44 

a  así  Kit  c  G;  H  las  mujeres  de  él]  b  así  ins  Kit  c  GS]  c-c  add  cf  14  a,  anota 
Kit]  d-d  add  (ex  20),  según  Kit]  e-e  di  c  G  (add  ex  26)  anota  Kit]  t-t  Kit  1  c  G  vos- 
otras, oh  mujeres]   e  prps  1  vuestra  palabra;  Kit  1  c  algs  mss  vuestras  libaciones] 
b-h  Kit  la  juzga  add  cf  27  b. 
CAP.  45 

a-a  add,  anota  Kit. 


—  I469  — 


JEREMÍAS 


cap.  46 

a-a  Kit  di  c  G]  blit  cmpuñadorcs  de  estesadores  de;  di  emp.  de  anota  Kit]  casi 
Klt  c  GV;  H  han  clamado  allí;  Faraón]  <M  add,  según  Kit]  e  así  (en  ella)  Kit 
c  ioomss  GS  etc ;  H  viene]  í-f  di  (cf  vs  b),  anota  Kit. 

CAP.  47 

a-a  add,  según  Kit]  b-b  la  crítica  prp  1  Asdod,  resto  de  los  anaauitas  (antigua  raza 
gigantea  de  que  habla  Gén.  6  4...)]  o  así  Kit  c  GSV ;  H  has  de  reposar. 
cap.  4« 

a  así  Kit  c  G,  cf  Is  15  5  ;  H  sus  pequeñuclos;  V  «anunciad  clamor  a  sus  peque- 
ñudos»]  basí  Kit  cf  Is  ;  H  lloro]  casi  c  Kit  (cf  18)  ;  H  ha  sido  devastada]  d-d  Kit  1 
contra  él,  cf  18]  e-e  Kit  «di  c  G»]  '  H  lit  en  la  sed  (cf  V)  ;  cf  Kit]  Basí  Kit  c  (ST) 
V  Is  etc;  H  voz  de  júbilo  de  los  pisadores]  basí  ins  o  1  los  Que  suben  (cf  Kit)] 
i  así  ins  c  GASymT]  J-J  G  om  ;  add  ex  48  22,  anota  Kit]  k  así  c  ims  ThSV  ;  H  está. 
cap.  49 

a  así  c  GSV;  H  Malkam]  b  GS  amada,  V  «delicada»]  casi  ins  c  pe  mss  y  todas 
vers]  d-d  add,  anota  Kit]  e  cf  GV  ;  H  pondrá]  «Kit  1  sólo  el  clamor  de  ellos  (cf  SG)] 
ü  así  Kit;  H  son  atormentados  en  el  mar...  (cf  V  «han  sido  turbados  en  el  mar;  de 
inquietud...»)]  h-h  G  om  ;  add,  anota  Kit]  i  H  añade  aquí  no;  di  c  V,  anota  Kit] 
i  de  alegría,  así  c  vers ;  H  de  mi  alegría]  k  así  prb  (cf  Kit)  ;  H  los  lados  de  él 
(GSTV  los  lados  de  ellos). 
cap.  50 

a-a  di  c  G  (ex  Is  13  2)  anota  Kit]  basí  ins  Kit  c  GV  (S?)]  c  G  om  esta  voz  y 
prps  1  ay  uniéndolo  a  v  8]  d  así  Kit  c  GV  CA)  ;  H  becerra  trilladora]  e-e  Kit  lo  su- 
prime c  G]  f  así  Kit  c  GS;  H  extermina  tras  ellos]  e~g  G  om  ;  add  ex  51  n  anota 
Kit]  h-h  di  c  G,  anota  Kit]  i-i  G  om  ;  add  anota  Kit]  i  Kit  1  espada  c  SbS]  k  cf  49  2oe. 
CAP.  51 

a  así  Kit  c  ASymV;  H  extranjeros]  basí  Kit  (cf  SV)  ;  H  serán  (lit  fueron)]  casi 
Kit  c  ismss  or  STVSb  ;  H  hacia]  d  prps  tisp  5  a  post  5  b]  e  H  añade  las  naciones; 
di  c  GLSV  (Kit)]  fef  10  15  a]  e  así  ins  c  10  16]  b  así  c  Kit;  H  armas]  i-i  Kit  lo 
om  c  G]  i  la  época  de  di  c  GST,  anota  Kit]  k  add  anota  Kit]  1-1  así  H  ;  prps  y  ini 
quebranto  (ruina)  o  recaiga  (vuelva)]  m  así  Kit  c  GSTV;  H  gocen]  n  Kit  anota:  «di 
(dittogr)»]  o  ins  c  Kit  (haplogr)]  PT>  di  c  GS,  anota  Kit]  Q  aquí  II  repite  la  última 
palabra  del  v  58  ;  G  lo  om  y  di  c  Kit. 

CAP'a-adl  c  39  g;  2Re  25  11  (add  ex  16),  anota  Kit]  b  TV  2Ke  de  la  multitud,  S 
(cf  39  9)        pueblo]  c-c  di  c  2Re  25  16  (cf  Kiti. 


—  1470  — 


INTRODUCCION    A    LAS  LAMENTACIONES 


as  Lamentaciones  o  Trenos — en  hebreo  Eká,  de  la  primera  palabra 


del  libro — llevan  en  la  versión  de  los  LXX  (y  luego  en  V)  este 


preámbulo :  «Y  aconteció,  después  de  ser  cautivado  Israel,  y  Jcrusa- 
lén  devastada,  que  Jlremías  sentóse  a  llorar,  y  entonó  esta  lamentación  so- 
bre Jerusalén,  y  dijo:»  Esta  introducción,  si  críticamente  no  es  segura,  es 
fiel  reflejo  de  la  antigua  creencia  sobre  el  autor  de  las  Lamentaciones. 
Ni  existen  pruebas  de  valor,  ni  de  fondo,  ni  lingüísticas,  para  negar 
o  poner  en  duda  esta  autenticidad  que  la  tradición  judía  y  la  cristiana 
aceptan;  ni  tampoco  para  las  concesiones,  innecesarias,  hedías  por  algu- 
nos católicos,  de  que  alguno  de  los  poemas  pudiera  ser  compuesto  por 
Baruk  u  otro  de  los  discípulos  de  Jeremías.  El  testimonio  de  2  Par.  35,  25, 
si  110  tiene  toda  la  fuerza  que  algunos  le  han  querido  dar,  acredita  por  lo 
menos  a  Jeremías  como  poeta  de  lamentaciones. 

La  obra  consta  de  cuatro  endechas  acrósticos  alfabéticas  en  verso  quiuá, 
seguidas  de  una  plegaria  a  Yahveh,  escritas — según  afirmación  unánime  de 
la  tradición — con  ocasión  y  poco  después  del  gran  desastre  nacional  del 
año  58-,  en  bella  forma  poética  y  estrofas  de  moldeado  perfecto.  La  pecu- 
liaridad de  ese  verso  quiná  o  de  lamentación  (aunque  no  sea  exclusiva  de 
este  género  de  poesías  ni  siempre  se  emplee  en  ellas)  consiste  en  la  divi- 
sión del  mismo  por  la  cesura  en  dos  partes,  de  las  cuales  el  segundo  hemis- 
tiquio es  generalmente  más  corto  que  el  primero  (3:2,  4:3  y  también  4:2...) 
y  forma  como  un  eco  o  repetición  de  éste.  Además,  estas  endechas  son, 
como  hemos  dicho,  acrósticos,  es  decir,  que  los  versos  o  grupos  de  versos 
llevan  como  primera  letra  una  de  las  del  alfabeto  hebreo,  siguiendo  el 
orden  y  sucesión  del  mismo.  Como  dice  bien  T.  Paffrath,  O.  F.  M.  (Bonn, 
1032),  hemos  de  cuidarnos  de  valorar  estos  artificios  del  poeta  hebreo  con 
un  criterio  actual  y  considerar  tales  usos  como  fruto  de  mero  preciosismo 
externo... 

Modelo  de  poesía  elegiaca,  de  tristeza  penetrante  y  conmovedora,  estos 
cantos  de  dolor  sobre  la  ruina  y  desolación  de  Jerusalén  tras  la  destrucción 
por  los  caldeos  han  ejercido  profundo  y  secular  influjo  sobre  la  literatura 
de  todos  los  pueblos  modernos. 


LAMENTACIONES 


^      n    1  ¡  Ay  cómo  se  sienta  solitaria  | 

la  ciudad  [otrora]  abundosa  de  pueblo ! 
Ha  quedado  como  viuda  |  la  que  era  grande  entre  las  naciones  ; 
mi  soberana  entre  las  provincias,  |  hase  convertido  en  tributaria. 

3     -  Llora  copiosamente  en  la  noche  | 

y  [corren]  sus  lágrimas  por  sus  mejillas. 
No  tiene  quien  la  consuele  |  entre  todos  sus  amadores. 
Todos  sus  amigos  le  han  sido  infieles,  I  se  le  han  trocado  en  enemigos. 

3     3  Desterrada  está  Judá  | 

por  la  miseria  y  la  magnitud  de  la  servidumbre, 
sentada  está  entre  las  gentes,  |  no  halla  descanso  ; 
todos  sus  perseguidores  le  han  dado  alcance  |  entre  las  angustias. 

1      '  Los  caminos  de  Sión  están  de  luto,  | 
faltos  de  quien  venga  a  la  fiesta  ; 
todas  sus  puertas  están  asoladas  ;  |  sus  sacerdotes,  gimiendo  ; 
sus  doncellas,  apenadas,  |  y  ella,  desventurada. 

H     5  Sus  adversarios  triunfan,  |  sus  enemigos  viven  felices 

porque  Yahveh  la  ha  afligido  |  por  la  multitud  de  sus  pecados. 
Sus  niños  han  marchado  |  al  cautiverio  delante  del  enemigo. 


-|       1  Solitaria  :  e.  d.,  privada  de  sus  hijos.  ||  Mi  soberana  :  o  bien,  «la  princesa».  Lo 
dice  por  las  naciones  sometidas  a  Israel  en  tiempo  de  David  y  Salomón. 
-  Sus  amadores  :  los  pueblos  con  quienes  habían  los  judíos  hecho  alianza  ;  Egipto 
sobre  todo. 

0  Sentada  está  :  o  bien,  mora  ;  otros,  «cautiva  está».  ||  Entre  las  angustias  :  o  pe- 
ligros, o  bien,  «en  la  opresión  (o  estrechez)». 

4  Los  caminos  de  Sió.n  :  las  calles  de  Jcrusalén,  antes  tan  animadas. 


—  1472  — 


LAMENTACIONES 


16-17 


1     *  Ha  desaparecido  de  la  hija  de  Sión  ¡  toda  su  hermosura  ; 

sus  príncipes  han  venido  a  ser  |  como  ciervos  que  no  hallan  pasto 
y  terminaron  sin  fuerzas  |  delante  del  perseguidor. 

7      :  Hase  acordado  Jerusalén,  | 

en  los  días  de  su  aflicción  y  sus  vagabundeos, 
de  todos  los  bienes  de  que  |  go'zó  desde  los  días  antiguos, 
cuando  ha  caído  su  pueblo  en  manos  del  adversario  i 

v  no  ha  tenido  quien  le  ayudara 
Miráronle  sus  adversarios  y  burláronse  i  de  su  perdición. 

n     s  Ha  pecado  gravemente  Jerusalén  ;  \ 

por  eso  ha  venido  a  ser  objeto  de  horror  ; 
todos  cuantos  la  honraban  la  han  despreciado,  [ 

pues  han  visto  su  desnudez  ; 
también  ella  gime  |  y  vuelve  la  espalda. 

12     9  Su  inmundicia  manchaba  sus  vestiduras  ;  |  no  recordó  su  final 
v  se  hundió  de  modo  sorprendente,  |  sin  tener  quien  la  consolara  ; 
"mira,  ¡oh  Yahveh!,  su*  aflicción,  |  pues  su  enemigo  triunfa. 

i      10  Su  mano  ha  alargado  el  adversario  |  a  todas  sus  preciosidade-, 
pues  ella  ha  contemplado  a  las  naciones  gentiles  I 

penetrar  en  su  santuario, 
a  quienes  tú  prohibiste  entraran  I  en  tu  congregación. 

'2      "  Todo  su  pueblo  suspira  |  buscando  pan  ; 

han  entregado  sus  preciosidades  por^  comida  j  para  sustentar-e  ; 
mira,  Yahveh,  y  contempla  |  que  está  b  despreciada. 

a  ¡Oh  vosotros  c  los  que  pasáis  por  el  camino,  ¡  mirad  y  ved 

si  hay  dolor  semejante  al  dolor  |  que  me  hiere, 

pues  me  4  ha  afligido  Yahveh  1  en  el  día  del  ardor  de  su  cólera. 

12     "  Desde  lo  alto  envió  fuego  |  a  mis  huesos  y  los  dominó, 
fendió  una  red  a  mis  pies,  |  tiróme  hacia  atrás, 
dejóme  desolada,  !  todos  los  días  enferma  de  gravedad. 

;     11  Ha  vigilado  sobre  e  mis  pecados  ;  |  en  su  mano  se  han  entretejido, 
gravitan  sobre  mi  cuello  ;  |  ha  hecho  desaparecer  mi  fuerza, 
me  ha  entregado  Yahveh  '  en  manos  de  ellos     |  no  puedo  levantarme. 

B     15  Desechó  a  todos  mis  guerreros  |  Yahveh  1  en  medio  de  mí  ; 
convocó  contra  mí  una  reunión  |  para  quebrantar  a  mis  jóvenes. 
Como  un  lagar  pisó  Yahveh  f  |  a  la  doncella  de  Judá. 

y     "  Por  estas  cosas  yo  lloro,  |  mis  ojos  h  derraman  agua, 

pues  se  ha  alejado  de  mí  el  consolador,  ¡  el  que  reanima  mi  alma  ; 
mis  hijos  están  desolados,  |  porque  ha  prevalecido  el  enemigo. 

*Z      "  Extiende  Sión  sus  manos,  |  no  tiene  quien  la  consuele. 
Yahveh  ha  decretado  contra  Jacob  \ 

que  sus  propios  vecinos  fuesen  sus  adversarios  ; 
Jerusalén  se  ha  trocado  |  en  objeto  de  repugnancia  entre  ellos. 


I  Como  ciervos  :,  alusión  a  la  fuga  de  Sedccías  y  sus  capitanes. 
:  Perdición  :  o  acabamiento,  caída  ;   G  tcautividad». 

s  Su  desnudez  :  sus  pecados  y  vicios  ocultos. 

II  Despreciada  :  prop.  vil,  innoble. 

"  Mis  huesos  :  o  cnii  interior».  ||  Los  dominó  o  consumió  :  H  oscuro,  las  vers. 
fluctúan  ;  prps.  1.  (cf.  Kit)  lo  dejó  dominar;  otros,  «me  castigó». 

15  Convocó  una  reunión  :  e.  d.,  de  enemigos  ;  otros,  «proclamó  contra  mí  una  fies- 
ta.,  me  también  significa  H.  \\  A  la  doncella  de  Judá:  e.  d.,  el  pueblo  de  Judá. 


—  1473  — 


118-2  5 


LAMEN  fACIONES 


1  18-2  5 


•¿      "  «Justo  es  Yahveh,  |  pues  me  rebelé  contra  su  mandato, 
Escuchad,  pues,  todos  los  pueblos,  |  y  contemplad  mi  dolor  : 
mis  doncellas  y  mis  jóvenes  |  han  marchado  en  cautiverio. 

p      18  He  invocado  a  mis  amigos,  |  [mas]  ellos  me  han  engañado  ; 
mis  sacerdotes  y  mis  ancianos  ¡  en  la  ciudad  lian  expifado, 
pues  ha  buscado  alimento  para  sí  |  a  fin  de  sustentarse. 

"1      "  Mira,  Yahveh,  que  estoy  en  angustia  ;  | 
mis  entrañas  se  hallan  en  efervescencia, 
mi  corazón  se  revuelve  en  mi  interior,  | 

pues  me  he  rebelado  grandemente. 
Por  fuera  ha  exterminado  la  espada  ;  |  dentro,  la  muerte  '. 

ti'  Oyeron  1  cómo  gimo  yo  ¡  ¡  no  hay  quien  me  consuele. 

Todos  mis  enemigos  han  tenido  noticia  de  mi  desgracia,  ¡ 

se  gozan  porque  tú  lo  has  hecho. 
¡  Haz  llegar  el  anunciado  día,  |  y  sean  como  yo  ! 

n         ¡  Preséntese  tinte  ti  toda  su  maldad  ¡  v  trátalos 

como  me  has  tratado  a  mí  |  por  todas  mis  transgresiones! 
Pues  son  muchos  mis  gemidos  | 

y  mi  corazón  eslá  gravemente  enfermo. 


o    1  ¡  Av,  cómo  ha  oscurecido  en  su  ira  | 
*        el  Señor  a  a  la  hija  de  Sión  ! 

Ha  precipitado  del  cielo  a  la  tierra  |  la  pompa  de  Israel 

y  no  se  ha  acordado  del  escabel  de  sus  pies  |  en  el  día  de  su  cólera. 

2  '  Ha  destruido  el  Señor  a  sin  piedad  |  todos  los  pastizales  de  Jacob  ; 
ha  derruido  en  su  indignación  |  las  fortalezas  de  la  hija  de  Judá, 

b  [las]  ha  echado  por  tierra  ;  ha  profanado  | 
su  reino  ''  y  sus  príncipes 

3  5  Ha  talado  en  el  ardor  de  su  ira  |  toda  la  fortaleza  de  Israel  ; 
ha  hecho  retroceder  su  diestra  |  de  delante  del  enemigo  ; 

ha  encendido  en  Jacob  como  un  fuego  llameante 
que  ha  devorado  todo  alrededor. 

~|      '  Ha  entesado  su  arco  como  enemigo,  ',  ha  afirmado  su  diestra 

«cual  adversario,  y  ha  matado''  |  todas  las  cosas  deliciosas  a  la  vista, 
en  la  tienda  de  la  hija  de  Sión  | 

ha  derramado  como  fuego  su  indignación. 

Pl     "Se  ha  portado  el  Señor  como  enemigo,  j  ha  aniquilado  a  Israel, 
ha  aniquilado  todos  sus  palacios,  |  ha  derruido  sus  baluartes, 
ha  acumulado  en  la  hija  de  Judá  |  llanto  y  plañido. 


18  Sustentarse  :  o  reanimarse. 

20  Me  he  rebelado  grandemente  i  V  «estoy  llena  de  amargura*.  Dentro,  la  mubr- 
te  :  de  hambre. 

a  El  anunciado  día:  en  que  los  castigarás  como  a  mí. 

O  1  Escabel  de  sus  pies:  e.  d.,  el  templo  y,  sobre  iodo,  el  arca  de  la  alianza.' 
*  '  Los  pastizales  de  Jacob  :  las  aldeas  y  villas  abiertas,  por  contraposicioTi  a  la<  for- 
talezas. G  «su  rey». 

*  Fortaleza  :  lit.,  cuerno. 

•  Aniquilado  :  lit.,  devorado,  tragado. 


—  1474  — 


2  6- 14 


LAMENTACIONES 


2  614 


?      '  Ha  forzado,  como  un  huerto  ll,  su  cerca  ;  | 
ha  derruido  su  tabernáculo, 
ha  hecho  olvidar  Yahveh  en  Sión  |  fiestas  y  sábados, 
y  ha  despreciado  en  el  ardor  de  su  cólera  |  a  rey  y  a  sacerdote. 

;      :  Ha  repudiado  el  Señor  ■  su  altar,  j  ha  desdeñado  su  santuario, 
ha  entregado  en  mano  del  enemigo  |  los  muros  de  sus  palacios  ; 
>e  han  dado  gritos  en  la  casa  de  Yahveh 
como  en  día  de  solemnidad. 

fi     *  Yahveh  ha  pensado  derrocar  |  la  muralla  de  la  hija  de  Sión  ; 
ha  tendido  cordel,  no  ha  retirado  |  su  mano  de  la  destrucción, 
y  ha  reducido  a  duelo  antemural  y  muralla  ;  | 
a  una  se  han  debilitado 

12     *  Han  caído  por  tierra  sus  puertas,  | 

ha  roto  6  y  quebrado  e  sus  cerrojos  ; 
-u  rev  y  .-us"  príncipes  figuran  entre  las  gentes  ;  ¡  no  existe  ley  ; 
incluso  sus  profetas  no  hallan  ya  |  visión  de  parte  de  Yahveh. 

1  "' 1  Se  han  sentado  en  tierra,  lian  callado  f  | 

los  ancianos  de  la  hija  de  Sión  ; 
han  arrojado  polvo  sobre  su  cabeza,  ]  se  han  ceñido  sacos, 
han  inclinado  a  tierra  su  cabeza  I  las  doncellas  de  Jerusalén. 

2  "  Hansc  agotado  las  lágrima*  de  mis  ojos,  | 

han  hervido  mis  entrañas, 
se  ha  derramado  por  tierra  mi  hígado  °  | 
por  el  quebrantamiento  de  la  hija  de  mi  pueblo, 
porque  desfallecen  de  inanición  niños  y  lactantes  | 

en  las  plazas  de  la  ciudad 

U      "  A  sus  madres  dicen  : 

«¿Dónde  hay  pan  '*  y.  vino  h?» 

Cuando  se  desmayan  como  heridos  de  muerte 

en  las  plazas  de  la  ciudad. 

cuando  exhalan  su  espíritu 

sobre  el  regazo  de  sus  madres. 

72      "  ¿A  quién  te  comparare  ' ,  a  quién  te  asemejaré,  | 

oh  hija  de  Jerusalén  ? 
¿  A  quién  te  igualaría  yo  para  consolarte,  | 

oh  doncella,  hija  de  Sión? 
Pues  grande  como  el  mar  es  tu  quebranto,  | 

¿  quién  podrá  curarte  ? 

Z      M  Tus  protetas  han  visto  para  ti  visiones  ¡  de  engaño  e  insulsas, 
y  no  te  han  patentizado  tu  iniquidad  | 

para  hacer  regresar  a  tus  desterrados 
antes  contemplaron  para  ti  vaticinios  |  de  falacia  y  seducción  k. 


'  Tabernáculo  :  así  c.  V.  otros  interpretan  ck-  mo<lo  diverso:  «aniquiló  su  lunar 
<lc  revelación»,  etc. 

7  Se  han  dado  GRITOS  :   los  de  victoria  del  enemigo. 

*  Pensado  :  o  bien,  decidido.  Se  han  debilitado  :  han  languidecido,  en  sentido 
mctafóriio   Otros,  «se  han  lamentado». 

Se  m.s  sentado  en  riERRA  :  al  mo<lo  de  los  aflinidos.||  Ancianos:  G  «jefes».  Han 
INCLINADO  A  turra  su  cabeza:   renunciando  a  toda  alegría.  • 

"  .Mi  hígado  :  para  los  hebreos,  el  hígado  era  la  fuente  de  la  sangre  y,  por  tan- 
to, de  la  vida. 

»  Pan  :  e.  d.,  comida. 


—  1475  — 


2  15-3  5 


LAMENTACIONES 


2  15-3  & 


C     "  Baten  contra  ti  palmas  |  cuantos  pasan  de  camino  ; 

silban  y  menean,  burlones,  su  cabeza  |  contra  la  hija  de  Jerusalén  : 
¿  Es  ésta  la  ciudad  1  que  decían  de  perfecta  hermosura,  | 
gozo  de  toda  la  tierra  1  ? 

JJ      16  Abren  contra  ti  su  boca  |  todos  tus  enemigos, 

silban  y  rechinan  los  dientes,  ¡  exclaman  :  ¡  La  hemos  tragado  ! 
1  Ciertamente,  éste  es  el  día  que  esperábamos  :  | 
lo  hemos  alcanzado,  lo  hemos  visto ! 

2     1!  Ha  realizado  Yahveh  lo  que  había  proyectado,  | 
ha  cumplido  la  palabra 
que  empeñó  desde  tiempo  antiguo,  |  ha  derribado  sin  compasión, 
ha  regocijado  sobre  ti  al  enemigo,  J 
ha  enorgullecido  a  tus  adversarios. 

U     18  Grita  por  ti  m  al  Señor  a,  |  ¡oh  muralla  de  "  la  hija  de  Sión  !  ; 
derrama  lágrimas  a  torrentes  |  día  y  noche, 
no  te  concedas  sosiego,  |  no  reposen  las  niñas  de  tus  ojo-. 

p      19  Levántate,  grita  en  la  noche,  |  al  comienzo  de  las  vigilias  ; 
derrama  como  agua  tu  corazón  |  ante  la  presencia  del  Señor  8  ; 
levanta  hacia  El  tus  palmas  |  por  la  vida  de  tus  pequeñuelos, 
que  desfallecen  de  hambre  |  en  las  esquinas  de  todas  las  calles. 

~1      M  Mira,  ¡oh  Yahveh!,  y  considera  |  a  quién  has  tratado  así. 
¿Habrán  de  comer  las  mujeres  el  fruto  de  sus  entrañas,  ¡ 

los  niños  aún  llevados  en  brazos  ? 
¿  Habrán  de  ser  muertos  en  el  santuario  del  Señor  a  | 

sacerdotes  y  profetas  ? 

¡£*     21  Yacen  por  tierra  en  0  las  calles  |  niños  y  ancianos  ; 
mis  doncellas  y  mis  jóvenes  |  cayeron  a  cuchillo. 
Has  matado  en  el  día  de  tu  ira,  |  has  degollado  sin  compasión. 

P     a  Convocaste  como  en  día  de  fiesta  | 

a  quienes  me  aterran  en  derredor, 
y  no  ha  habido  en  el  día  de  la  cólera  de  Yahveh  ] 

evadido  ni  fugitivo. 
A  aquellos  que  he  cuidado  y  criado,  |  el  enemigo  los  aniquiló. 


N      O    1  Yo  soy  el  varón  que  ha  visto  la  aflicción  ] 

bajo  el  látigo  de  su  cólera. 
^     1  Me  ha  guiado  y  conducido  |  en  tiniebla,  sin  luz  ; 
N     *  sólo  contra  mí  vuelve  y  revuelve  |  su  mano  todo  el  día. 

2     *  Ha  consumido  mi  carne  y  mi  piel,  |  ha  quebrado  mis  huesos. 

2     L  Ha  construido  contra  mí  y  me  ha  cercado  |  de  veneno  y  molestia. 


"  Ha  regocijado  SOBRE  n  :  o  hecho  jubilar  por  tu  causa  ;  otros,  «ha  concedido  el 
triunfo».  ||  Ha  enorgullecido:  lit.,  enaltecido  el  cuerno,  e.  d.,  exaltado  la  potencia 
o  enorgullecido. 

20  Aun  llevados  en  brazos  :  o  bien,  objeto  de  sus  tiernos  cuidados  ;  otros,  Mjüe  co- 
bijaban». Cf.  V,  «de  la  medida  de  un  palmo». 

Quienes  me  aterran  :  o  aterraran,  e.  d.,  «uerra,  peste,  hambre,  etc. 

3i  Yo  soy  :  el  profeta  Jeremías  habla  de  sí  propio. 
•  Todo  el  día  :  e.  d.,  incesantemente. 

'  Ha  construido  :  es  comparado  aquí  Dios  a  un  enemigo  que  hace  trabajo?  de 
circunvalación  para  tomar  una  plaza. 


—  1476  — 


36-24 


LAMENTACIONES 


36-24 


2     1  En  lugares  tenebrosos  me  ha  asentado,  | 
como  muertos  de  hace  tiempo. 

i      :  Me  ha  rodeado  de  un  vallado  y  no  puedo  salir,  | 

me  ha  aherrojado  con  pesada  cadena, 
j      '  Aunque  grito  >'  P'd»  auxilio,  |  ha  cerrado  el  paso  a  mi  plegaria. 
*      v  Ha  obstruido  mis  caminos  con  piedras  sillares,  | 

mis  senderos  ha  hecho  intransitables. 

~      10  Oso  en  acecho  ha  sido  para  mi, 

león  en  escondite  ; 
~     "  me  ha  conducido  por  sitios  descaminados  y  me  ha  desgarrado, 

me  ha  devastado  por  completo  ; 
~      tt  ha  entesado  su  arco  y  me  ha  hecho 

blanco  de  [sus]  saetas. 

-      a  Ha  hincado  en  mis  lomos  |  las  flechas  de  su  aljaba  ; 
~      **  he  sido  la  irrisión  de  todos  los  pueblos  a,  | 

el  objeto  de  su  satírica  cantilena  todo  el  día  ; 
"     "  me  ha  saciado  de  amarguras,  |  me  ha  abrevado  con  ajenjo. 

i      "  Me  ha  gastado  los  dientes  con  guijarro,  | 

hame  postrado  en  la  ceniza. 
1      ,:  Mi  alma  está  lejos  de  la  paz,  |  he  olvidado  la  felicidad  ; 
"<      "y  he  exclamado  :  «¡Ha  perecido  la  continuidad  de  mi  existencia  | 

y  mi  esperanza  en  Yahveh!» 

7     "  Al  recordar  b  mi  aflicción  y  mi  vagabundeo,  |  ajenjo  y  veneno 
7     20  rememorando  de  continuo,  abátese  |  mi  alma  en  mí  ; 
7       esto  tendré  en  cuenta,  |  por  esto  he  de  esperar. 

i"!     ~  Las  misericordias  de  Yahveh  en  verdad  no  se  han  agotado  °,  | 

ciertamente  no  se  han  acabado  sus  piedades  ; 
p     "  renuévanse  todas  las  mañanas  ;  |  ¡  grande  es  tu  lealtad  ! 
¡~!      M  «¡Mi  porción  es  Yahveh,  se  ha  dicho  mi  alma  ;  | 

por  eso  he  de  esperar  en  El!» 


•  En  lugares  tenebrosos  :  entienden  unos  la  cárcel,  pero  puede  significar  adversi- 
dad en  general. 

8  Aunque:  o  bien,  cuantas  veces.  |¡  Cerrado  el  paso:  o  su  oído 
•Obstruido:  lit.,  tapiado.  ¡¡  Ha  hecho  intransitables:  o  trastornado,  pervertido, 
confundido. 

11  Me  ha  devastado  :  o  bien,  turbado;  me  ha  hecho  consumirme. 

B  Las  flechas  de  su  aljaba  :  lit.,  los  hijos  de  su  aljaba,  e.  d.,  sus  dardos  o  flechas. 

"  Irrisión  de  todos  los  pueblos,  que  siguen  burlándose  de  los  avisos  del  profe- 
ta. |¡  Todo  el  día  :  o  incesantemente. 

M  Me  ha  gastado  los  dientes  :  otros,  tha  hecho  rechinar»,  «ha  hecho  niorder«  ; 
e.  d.,  me  ha  hecho  sufrir  de  modo  terrible. 

17  Está  lejos  :  o  se  ha  alejado  ;  otros,  «tú  repeliste»  ;  otros  prpn.  1.  c.  SV  «fué  ale- 
jada», o  o.  G  «el  de-echó  de  mi  alma».  ]]  He  olvidado  :  e.  d.,  hace  tiempo  que  ca- 
rezco de. 

18  La  continuidad  de  mi  existencia  :  mi  perduración  ;  o  bien,  «mi  gloria,  mi  vigor 
vital,  mi  vitalidad,  mi  confianza»,  como  traducen  otros. 

™  Ajenjo  y  veneno  :  indica  metafóricamente  la  máxima  amargura  o  infelicidad 
como  pena  y  secuela  del  pecado. 

22  Las  misericordias...  :  otros,  «es  misericordia  de  Yah.  que  no  estemos  aniquila- 
dos» (cf.  V). 


—  1477  — 


3  25-51 


LAMENTACIONES 


3  25-51 


Í3     "  Bueno  es  Yahveh  para  quien  en  El  esj>era,  | 

para  el  alma  que  le  busca. 
13      28  Bueno  es  aguardar  callando  |  el  auxilio  de  Vahveh. 
63      "  Bueno  al  hombre  soportar  |  el  yugo  desde  su  mocedad. 

I  "  Siéntese  solitario  y  callado,  ¡ 

porque  [Dios]  ha  impuesto  [la  carga]  .-.obre  él  ; 

1  "  ponga  en  el  polvo  su  boca,  ¡  pues  quizá  baya  esperanza  ; 

II  "ofrezca  al  que  le  hiere  la  mejilla,  |  hártese  de  oprobio-,. 

2  J1  Pues  no  rechaza  para  siempre  |  el  Señor  '', 
2      M  sino  que,  si  aflige,  apiádase  ] 

según  la  multitud  de  sus  misericordias  ; 
D     33  porque  no  veja  por  impulso  de  su  corazón  ¡ 
ni  aflige  a  los  hijos  del  hombre. 

s      M  Aplastar  bajo  los  pies 

a  todos  los  cautivos  de  la  tierra, 
^      35  conculcar  el  derecho  de  un  varón 

ante  la  faz  del  Altísimo, 
2      80  causar  entuerto  a  un  hombre  en  su  pleito, 

el  Señor1',  ¿no  ha  visto  esto? 

2  37¿yuién  ha  dicho  algo  y  ocurrió 
sin  que  el  Señor  d  lo  dispusiera  ? 

,0     "¿No  proceden  de  la  boca  del  Altísimo 

los  males  y  el  bien  ? 
Q      w  t  De  qué  puede  quejarse  el  hombre  viviente,  | 
un  varón  del  castigo  de  sus  pecados? 

3  Escudriñemos  nuestro  proceder  y  examinémoslo  | 

y  convirtámonos  a  Yahveh 
2      "  Alcemos  nuestro  corazón  0  sobre  1  nuestras  palmas  | 

a  Dios  en  el  cielo. 
2      '*  Nosotros  hemos  pecado  y  hemos  sido  rebeldes  ;  | 

tú  no  has  perdonado 

Q      "  Te  has  cubierto  de  ira  y  nos  has  perseguido,  | 
has  matado  sin  apiadarte  ; 

□  "  le  has  cubierto  de  nubes,  |  para  que  no  pasara  la  plegaria  ; 

~)      46  en  basura  y  desecho  nos  has  convertido  |  en  medio  de  los  pueblos. 

Q  "  Han  abierto  contra  nosotros  su  boca  ¡  todos  nuestros  enemigos. 
D      "  Terror  y  fosa  nos  han  correspondido,  |  el  exterminio  y  la  ruina. 

□  "  Arroyos  de  aguas  vierten  mis  ojos  | 

por  la  ruina  de  la  hija  de  mi  pueblo. 

y      '"  Mis  ojos  manan  sin  cesar,  |  sin  alivio, 

y      50  hasta  que  mire  y  vea  |  Yahveh  desde  los  cielos. 

y     61  Mis  ojos  afectan  a  mi  alma  |  por  h  todas  las  hijas  de  mi  ciudad. 

28  [Dios]  ha  impuesto:  este  v.  y  el  siguiente  suele  la  Iglesia  aplicarlos  a  Jcsu-Cristo, 
modelo  de  paciencia  en  los  trabajos  que  padeció  por  los  hombres. 
«  1.a  boca  del  Altísimo  :  de  las  órdenes  de  Dios. 

«•Manan:  e.  d.,  lágrimas.  ||  Sin  alivio:  o  mitigación,  sin  interrupcióu  o  reposo. 
™  Mis  ojos  aküctan  a  mi  alma:  e.  d.,  estoy  deshecho  a  fuerza  de  llorar. 


-  1478  - 


3  52-4J»  LAMENTACIONES  Z  2 

\J     J:  Caza  me  han  dado  i  onio  a  un  pájaro  |  mis  enemigos  sin  motivo. 
H     "Han  hundido  mi  vida  en  una  fosa  | 

y  han  lanzado  piedras  contra  mí. 
|     N  Las  ¿guas  subieron  por  encima  de  mi  cabeza  ;  | 

pensé  :   «  ¡  Estov  perdido!» 

p     "He  invocado  tu  nombre,  Yahveh,  1  ^ 

desde  las  profundidades  de  la  fosa  ; 
P     "  mi  voz  has  oído  :  «¡No  cierres  i 

lus  oídos  a  mi  alivio,  a  mi  grito  de  auxilio!» 
p     57  Te  has  acercado  en  el  día  que  yo  te  invocaba. 

"Mías  defendido,  ¡<>h  Señor!,  la  causa  de*  mi  alma,  | 

has  redimido  mi  vida. 
•  TÚ  ves,   ¡oh  Yahveh!,  mi  opresión;  ,  ¡hazme  justicia! 
"1     "°  Yes  toda  su  venganza,  |  todos  sus  designios  contra  mi. 

"  Hat-  oído  su  ultraje,  ¡oh  Yahveh!,! 
todos  sus  designios  contra  mf, 

los  labio-  de  mis  adversarios  y  su  hostil  macpiinación  1 
contra  mí  todo  el  día. 
t¿7      "  Observa  cuándo  se  sientan  y  se  levantan,  1 
soy  el  objeto  de  su  satírica  cantinela. 

f]     "'Les  darás  la  paga,  ¡oh  Yahveh!,  ] 

conforme  a  la  obra  de  sus  manos  ; 
J"]     "  les  darás  la  ceguera  de  corazón  :  |  ¡  tu  maldición  será  con  ellos  ! 
J"l     r*  Los  ¡  perseguirás  con  ira  y  los  aniquilarás  ] 

de  bajo  el  cielo,  ¡oh  Yahveh  */ 


a     1  ¡  Ay,  cómo  se  ha  oscurecido  el  oro,  | 
^        ha  degenerado  el  oro  mejor  ! 
Las  piedras  sagradas  están  esparcidas  I 
en  las  esquinas  de  todas  las  calles. 

'Los  hijos  de  Sión,  los  honorables,  1 

valorados  [un  día]  cual  oro  fino, 
¡  cómo  han  sido  considerados  como  tinajas  de  barro,  | 

obras  de  manos  de  alfarero  I 

*  Incluso  los  chacales  presentan  la  teta,  1 

dan  de  mamar  a  sus  cachorros  ; 
la  hija  de  mi  pueblo  se  ha  vuelto  tan  cruel  1 

como  los  avestruces  del  desierto. 


"  Caza  me  han  dado  :  me  han  perseguido  mis  enemigos  como  el  cazador  persigue 
su  presa. 

"La  causa  de  mi  alma:  cuanto  concierne  a  mi  vida  y  salvación. 
■  Los  labios  :  o  bien,  el  hablar,  las  palabras. 
*•  Ceguera  de  corazón  :  e.  d.,  de  inteligencia. 

A  1  Et  oro:  según  unos,  el  templo;  según  otros,  el  pueblo  israelita  en  general.  || 
*  Saokadas:  o  del  santuario  (cf.  Vi. 

3  Tinajas  de  barro  :  e.  d.,  cosa  despreciable. 

•  Los  avestruces  :  según  popular  creencia,  dejan  abandonados  sus  huevos. 


—  1479  — 


4  4-15 


LAMENTACIONES 


4  4-15 


~!      1  La  lengua  del  niño  de  pecho  se  ha  pegado  |  al  paladar  por  la  sed  ; 
los  pequeñuelos  han  pedido  pan,  |  sin  tener  quien  se  lo  reparta. 

H     6  Quienes  comían  manjares  delicados  | 
han  perecido  por  las  calles  ; 
los  llevados  envueltos  en  púrpura  |  abrazaron  las  basuras. 

"!      "  Mayor  fué  la  culpa  de  la  hija  de  mi  pueblo  | 
que  el  pecado  de  Sodoma, 
que  fué  derribada  en  un  momento  | 

sin  que  se  precipitaran  manos  contra  ella 

I     1  Brillaban  sus  príncipes  más  que  la  nieve,  | 
eran  más  blancos  que  la  leche  ; 
sus  huesos  eran  más  rojos  que  corales  ;  |  un  zafiro  era  su  cuerpo. 

i!      "Se  ha  oscurecido  su  rostro  más  que  la  negrura,  | 
no  se  les  reconoce  en  las  calles  ; 
su  piel  se  ha  pegado  a  los  huesos,  |  se  ha  secado  como  un  leño. 

Í2      9  Más  venturosos  fueron  sus  muertos  a  espada  | 
que  los  caídos  de  hambre  ; 
pues  éstos  se  consumen  famélicos,  | 
faltos  de  los  frutos  del  campo. 

1  w  Manos  de  mujeres  compasivas  |  cocieron  a  sus  hijos, 
sirviéronles  de  alimento  |  en  la  calamidad  de  la  hija  de  mi  pueblo. 

2  "  Apuró  Yahveh  su  saña,  |  derramó  el  ardor  de  su  cólera 

y  encendió  un  fuego  en  Sión,  |  que  ha  devorado  sus  cimientos. 

~>     '■  No  creían  los  reyes  del  país  |  ni  ninguno  de  los  habitantes  del  orbe 
que  penetraría  el  adversario  y  el  enemigo  | 
por  las  puertas  de  Jerusalén. 

*2     13  A  causa  de  los  pecados  de  sus  profetas,  | 
de  las  iniquidades  de  sus  sacerdotes, 
que  derramaban  en  medio  de  ella  |  sangre  de  justos. 

2     14  Vagaron  vacilantes  como  ciegos  por  las  calles, 
manchados  de  sangre, 
sin  que  nadie  pudiera  tocar  ¡  sus  vestidura?. 

C      u  «¡  Apartaos  !   ¡Un  impuro»!»,  les  gritaban.  ¡ 
«¡Apartaos,  apartaos  b  !  ¡No  toquéis!» 
Cuando  huyeron  y  vagaron  vacilantes,  | 

decíase  entre  las  naciones:  «¡No  pueden  quedarse  [aquí]!» 


0  Quienes:  refiérese  a  los  niños.  ||  Han  perecido:  o  muerto  de  hambre,  se  lian 
consumido.  ||  Llevados:  por  sus  ayos  o  criados.  ||  Las  basuras:  o  muladares,  ya  ^in- 
viniéndolos en  cama,  ya  buscando  en  ellos  alimentos. 

"  Sin  que  se  precipitaran  manos  :  e.  d.,  sin  trabajo  de  manos,  sin  que  padeciera  un 
sitio  largo  y  espantoso  o  ataque  humano. 

*  Sus  príncipes  :  e.  d.,  los  de  Sión  ;  V  y  otros,  «sus  nazareos»  ;  otros  corrigen  «sos 
jóvenes».  ||  Corales  :  V  «más  bermejos  que  el  marfil  antiguo».  ||  CUERPO  :  lit.,  figura. 

8  Negrura  :  «los  carbones». 

*  Faltos  de  los  frutos  del  campo  :  otros,  «perecen,  traspasados  por  la  sequía  del 
campo»  (así  Bibl.  Bonn),  o  corrigen  H  más  ampliamente. 

M  Como  ciegos  :  de  espíritu  más  que  de  cuerpo. 

^  El  v.  tiene  en  el  hebreo,  por  la  repetición  de  suni  y  otros  imperativos  y  voca- 
blos en  ti,  un  efecto  de  aliteración  imposible  de  rendir  en  castellano.  Igual  ocurre 
ni  otros  muchos  vv.  de  Jeremías,  como  los  inmediatos  siguientes. 


—  1480  — 


4  i*— 5  3 


LAMENTACIONES 


4  16-5  3 


y    "  El  rostro  de  Vahveh  los  ha  dispersado,  |  no  tornará  a  mirarlos  ; 
no  respetaron  el  rostro  de  los  sacerdotes,  | 
de  los  ancianos  no  tuvieron  piedad 

r      ,;  Mientras  aun  subsistíamos,  consumíanse  nuestros  ojos,  | 
[vueltos]  en  vano  hacia  vuestra  ayuda  ; 
en  nuestro  puesto  de  espera  aguardamos  | 
a  pueblo  que  no  nos  podía  salvar. 

»  Acecharon  nuestros  pasos,  | 

impidiéndonos  marchar  por  nuestras  plazas.^ 
Acercóse  nuestro  fin,  cumpliéronse  nuestros  días,  | 

ciertamente  nuestro  fin  ha  llegado. 

p     ,9  Nuestros  perseguidores  fueron  más  raudos  | 
que  las  águilas  del  cielo  : 
por  los  montes  nos  han  perseguido,  | 
en  el  desierto  tendiéronnos  emboscada. 

"]     20  El  aliento  de  nuestra  boca,  el  ungido  de  Yahveh,  | 
ha  sido  prendido  en  sus  hoyas  ; 
aquel  de  quien  dijéramos  :  «¡A  su  sombra  | 
viviremos  entre  las  naciones!» 

y¿'     21  ¡  Alborózale  y  regocíjate,  hija  de  Edom,  ] 
que  moras  en  el  país  de  Us  ! 
También  a  ti  te  llegará  el  cáliz,  |  te  embriagarás  y  te  descubrirás. 

ti     30  Completa  está  tu  iniquidad,  ¡  oh  hija  de  Sión  !  ;  | 
no  volverá  [Yahveh]  a  desterrarte  ; 
visitará  tu  iniquidad,  ¡oh  hija  de  Edom!  ;  1 
pondrá  al  desnudo  tus  pecados. 


Plegaria  de  Jeremías 

rr  1  Acuérdate,  Yahveh,  de  lo  que  nos  ha  acaecido  ; 

"  contempla  y  mira  nuestro  oprobio. 
3  Nuestra  heredad  ha  pasado  a  extranjeros, 
nuestras  casas  a  extraños. 
■  Huérfanos  hemos  quedado,  sin  padre  , 
nuestras  madres,  como  viudas. 

»»  Mientras  aun  subsistíamos...  ;  así  c.  V  siguiendo  algs.  mss.  (el.  Kit).  Otros, 
•nuestros  ojos  siguen  consumiéndose  aún»  (Bib!.  Bonn),  uun  nos  miramos  los  ojos»... 
O  se  corrige  :  «Ziasí.i  aaiií  consumiéronse...»,  o  de  otros  modos. 

M  Las  águilas  del  cielo  :  recuérdese  que  Jeremías  compara  varias  veces  a  los  cal- 
fleos  con  las  águilas. 

El.  aliento  DE  nuestra  boca  ¡  designa  metafóricamente  al  rey  Sedecías,  prisionero 
de  los  caldeos.  ||  En  sus  hoyas:  V  «por  nuestros  pecados».  Aplican  algunos  otas  pa- 
labras al  rey  Josías  ;  otros,  como  Aben  Ezra  y  Maldonado,  a  Sedecías ;  pero  mejor 
que  a  ambos  reyes  se  aplican  a  Jesu-Cristo,  verdadero  ungido  de  Dios,  preso  y  en- 
tiegado  a  la  muerte  por  nuestros  pecados. 

21  Alborózate  :  Edom  es  invitado  irónicamente  a  celebrar  la  destrucción  de  Judá, 
del  hermano  enemigo.  Por  Edom  entienden  varios  comentaristas  los  enemigos  de  la 
Iglesia.  ||  Te  descubrirás  o  desnudarás,  convirtiéndote  en  objeto  de  mofa  y  desprecio. 

"  Completa  está  tu  iniquidad:  o  también,  cumplido  está  tu  castigo. 

Nuestra  heredad  :  la  tierra  que  había  dado  el  Señor  a  mi  pueblo. 
Huérfanos  hemos  quedado,  sin  padre  :  para  unos  comentaristas,  el  padre  es  el 
rey  Josías  o  Sedecías  ;  para  otros  es  Dios,  padre  de  Israel. 


5 


—  1481  — 


5  4-22 


LAMENTACIONES 


5 


'  De  nuestra  agua  por  dinero  hemos  tenido  que  beber  , 

nuestra  leña  a  precio  hemos  de  conseguir. 

5  Al  cuello  tenemos  los  acosadores, 

estamos  fatigados,  no  tenemos  reposo. 

*  A  Egipto  hemos  tendido  la  mano, 

a  Asiría,  para  saciarnos  de  pan. 

''  Nuestros  padres  pecaron  a  y  ya  no  existen, 

mas  a  nosotros  hemos  cargado  con  sus  iniquidades. 

"  Esclavos  señorean  en  nosotros, 

sin  que  haya  quien  nos  libre  de  su  mano. 

"Con  riesgo  de  nuestra  vida  conseguimos  nuestro  pan, 

afrontando  la  espada  del  desierto. 

**  Nuestra  piel  abrasa  como  un  horno 

a  consecuencia  de  la  fiebre  producida  por  el  hambre. 

"  A  las  mujeres  en  Sión  violaron, 

a  las  doncellas  en  las  ciudades  de  Judá. 

n  Los  príncipes  fueron  colgados  por  su  mano, 

la  faz  de  los  ancianos  no  respetaron. 

13  Los  jóvenes  han  tenido  que  arrastrar  muela, 

y  los  muchachos  han  vacilado  y  caído,  cargados  de  leña. 

u  Los  ancianos  han  cesado  de  acudir  a  la  puerta, 

los  jóvenes  en  sus  cánticos. 

15  Ha  concluido  el  gozo  de  nuestro  corazón, 

se  ha  trocado  en  duelo  nuestra  dan/a. 

"  Ha  caído  la  corona  de  nuestra  cabeza  ; 

i  ay  de  nosotros,  que  hemos  pecado! 

"  Por  esto  se  halla  triste  nuestro  corazón  ; 

por  tales  cosas  se  han  entenebrecido  nuestros  ojos  ; 

por  la  montaña  de  Sión,  que  está  devastada, 
paseándose  por  ella  los  zorros. 
18  Mas  b  tú,  Yahveh,  por  siempre  permaneces  ; 
tu  trono  de  generación  en  generación. 
30  ¿  Por  qué  nos  has  de  olvidar  para  siempre, 
nos  has  de  abandonar  por  largo  tiempo  ? 

Conviértenos,  Yahveh,  a  ti  °,  v  nos  convertiremos  ;  • 
ha/,  sean  de  nuevo  nuestros  días  como  los  antiguos  ; 
"  pues  (1  nos  lias  rechazado  por  completo, 
te  has  airado  contra  nosotros  en  extremo 


carcas.  ;  V  ede  nuestras  cervices  éramos  conducidos»...  Muchos  creen  H  errp.  :  «¿yuso 
llevamos  sobre  nuestras  cervices,  somos  perseguidos  ?»,  «£  en  nuestro  propio  pai-  SO- 

dumbre  que  les  impusieron  los  caldeos. 

¡  l'AKA  saciarnos  di  EAH  ¡  o  bien,  para  obtener  pan  suficiente,  e.  d„  para  sus- 
tentarse. 

'  los  caldeos,  considerados  tumo 
de  los  árabes. 


nos  has  repudiado  total men- 


drstinade 

:  alude  a  las  acometidas 

dice  abu 

■ii  sunt»,  interpreta 

"  A  i. 

¡cuto  del  tribunal.  ||  CÁN 

la  misma  pulsación 

de  tales  instrumentos.  Ot 

Elg  y  B. 

Bonn). 

»  Por 

LARGO  tiempo  :  o  l 

ien,  toda  la  vida. 

u  Y  N 

>s  CONVERTIREMOS  : 

o  bien,  para  cjue  nos  tor 

"*  1>0E 

i   NOS   HAS  RECHAZAD 

>...  :  o  también,  ■{  O  es  ( 

te,  estás 

tan  airado  contra 

íosotros  ?» 

—  1482  — 


NOTAS  CRITICAS  A  LAS  LAMENTACIONES 


CAI'.  I 

a  asi  Kit  c  L;  H  mi]  b  así  i>rb  c  L  etc  (cf  Kit)  ;  H  estoy]  c  H  errp]  d  asi  ins  c  G 
prb  (cf  Kit)]  fasi  Kit  c  G  (y  V  en  parte  y  varios  mss)  ;  H  atado  está  el  yugo  ir. 
•otros  «pesadamente  gravitan  sobre  mí»)]  í  así  c  muchos  mss  (cf  Kit);  H  Adonay] 
g  así  c  Kit  ;  H  manos  de]  h  h  repite  mi  ojo]  i  H  como  la  muerte  (cf  Kit)]  J  Kit  1  c  S 
ifseucha:  G  «escuchad». 

CAP.  2 

a  Kit  1  c  mlt  mss  (cf)  Yahveh]  b-b  así  H;  Kit  1  ha  derribado  por  tierra  gravemente 
heridos  \  a  su  rey...  ícf  SG)]  <-c  Kit  1  y  ha  matado  eual  adversario]  -1  prp  ladrón: 
G  «vid»]  e-e<U  anota  Kit]  Tí  así  leemos  c  Ec  i  GLSV  ;  H  siéntense...  callen]  g  GLS  mi 
¿loria]  b-h(U,  anota  Kit]  'así  c  V  «frt»  anota  Kit]  J  V  «para  moverte  a  penitencia»! 
*  cf  la  puntuación  que  Kit»  prp]  1-1  Kit  prp  di  o  que  decían  o  gozo  de  toda  la  tierra] 
m  asi  c  Kit;  o  bien  como  otros  prp  grite  tu  corazón  (o  tu  voz)  ;  H  gritó  el  corazón 
dt  ellos]  n  prps  doncella  o  suspira]  "así  ins  c  S  (cf  Kit). 

cap. 

a  asi  Kit  c  muchos  mss  S...  ;  II  todo  mi  pueblo]  t>  otros  «recuerda»  ;  G  «me  he  acor- 
dado de»  (cf  Kit)J  «asi  Kit  c  imsken  ST  ;  H  nos  hemos  agotado]  <<  Kit  1  c  rmichos 
mss  Yahveh  (cf))  •■mlt  mssken  GLSV  nuestros  corazones]  Hit  o  o  hacia;  V  «con»] 
g  varios  mss  S  pasan  vv  46-48  tras  40-51]  b  V  en;  Kit  1  «frt»  en  toda  mi  ciudad]  i  asi 
c  SV  ;  H  plur  (cf  Kit)]  i  así  ins  G]  k  así  V;  H  el  cielo  de  Yahveh;  Kit  cree  que  «frt» 
ha  de  1  fu  cielo  y  di  Yalrech. 


a  «frt  1  c  G  impuros*  anota  Kit]  1)  Kit  suprime  este  vocablo  y  prps  otras  supresio- 
nes en  el  v. 

CAP.  5 

a-a  asi  ins  mlt  mss  QTSV  (frente  a  KGi]  b  así  ins  c  GLSV]  c  di  o  Yahveh  o  a  TI, 
indita  Kit]  J  H  añade  si,  que  omiten  GS. 


-  1483  - 


,     >  f#      M     *  '  ' 


FoHo  ;w  Jfí  moHiiscríto  hebraico  esf urialense  G-D-n 


—  1484  — 


INTRODUCCION  A  LA  PROFECIA  DE 
BAR  U  K  Y  EPISTOLA  DE  JEREMIAS 


■  rofecía  de  Bakik. — Baruk,  de  una  familia  noble  de  Jerusalén,  fué  dis- 


cípulo y  secretario  de  Jeremías  íjer.  ¿b,  4;  36,  32).  El  año 


ta.  d.  (_'.;.  quinto  despue's  de  la  toma  de  Jerusalén  por  Nabucodono- 
sor.  Baruk  se  trasladó  a  Babilonia,  donde  escribió  su  profecía  y  la  leyó 
a  los  judíos  cautivos.  No  se  conserva  el  original  hebreo;  la  versión  griega 
e<  algo  imperfecta. 

Previa  una  introducción  histórica,  consta  la  profecía  de  dos  partes 
principales.  La  primera  es  una  humilde  y  sentida  confesión  de  los  peca- 
dos de  Israel  y  una  súplica  de  misericordia  y  perdón.  La  segunda  es  una 
exhortación  y  una  consolado): :  exhortación  a  la  fidelidad,  en  que  está  la 
verdadera  sabiduría ;  consolación ,  por  la  promesa  del  retorno  a  la  patria, 
que  es  imagen  de  la  gran  promesa  viesiánica.  El  lenguaje,  si  bien  algo 
difuso,  es  hondamente  patético  en  ¡a  primera  parte,  vivo  y  animado, 
a  las  veces  bellísimo,  en  la.  segunda. 

Epístola  de  JEREMÍAS. — Dirigida  a  los  judíos  cautivos  Je  la  primera 
deportación  (59Í  a.  d.  C),  concentrados  en  Ribla,  es  una  vehemente  dia- 
triba contra  la  idolatría  de  Babilonia.  En  la  versión  alejandrina  precede 
a  las  Lamentaciones  de  Jeremías;  en  la  Vulgata  sigue,  a  modo  de  apén- 
dice, a  la  profecía  de  Baruk.  Se  ha  perdido  el  original  hebreo. 


—  1485  — 


B        A        R        U  K 


Introducción 

i  '  Estas  son  las  palabras  del  li- 
-1-  bro  que  escribió  Baruk,  hijo  de 
Nerías,  hijo  de  Maasías,  hijo  de  Se- 
deeías,  hijo  de  Asadías,  hijo  de  Quel- 
cías,  en  Babilonia,  !  el  año  quinto, 
el  día  séptimo  del  mes,  en  el  tiem- 
po en  que  los  caldeos  se  apoderaron 
de  Jerusalén  y  la  incendiaron.  3  Y 
leyó  Baruk  las  palabras  de  este  li- 
bro a  oídos  de  Jeconías,  hijo  de  Joa- 
quim,  rey  de  Judá,  y  a  oídos  de 
todo  el  pueblo  que  venían  a  oír  el 
libro,  4  y  a  oídos  de  los  poderosos  e 
hijos  de  reyes,  y  a  oídos  de  los  an- 
cianos, y  a  oídos  de  todo  el  pueblo, 
desde  el  pequeño  hasta  el  grande, 
de  todos  los  que  habitaban  en  Ba- 
bilonia junto  al  río  Sud.  c  Y  llora- 
ban y  ayunaban  y  oraban  delante 
del  Señor.  "  Y  recogieron  dinero,  se- 


gún lo  que  cada  uno  podía  dar,  7  y 
lo  enviaron  a  Jerusalén  al  sacerdote 
Joaquim,  hijo  de  Quelcías,  hijo  de 
Salom,  y  a  los  demás  sacerdotes  y 
a  todo  el  pueblo  que  se  halló  con  él 
en  Jerusalén,  8  al  tiempo  que  Baruk 
recobró  los  vasos  de  la  casa  del  Se- 
ñor sacados  del  santuario,  para  res- 
tituirlos a  tierra  de  Judá  el  día  dé- 
cimo del  mes  Siván,  vasos  de  plata 
que^  había  hecho  Sedecías,  hijo  de 
Josías,  rey  de  Judá,  '  después  que 
Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia,  de- 
portó a  Jeconías,  a  los  príncipes,  a 
os  rehenes,  a  los  poderosos  y  al 
pueblo  de  la  tierra  desde  Jerusalén 
y  le  llevó  a  Babilonia.  10  Y  dijeron  : 
«Ahí  tenéis  el  dinero  que  os  en- 
viamos ;  comprad  con  ese  dinero  ho- 
locaustos, víctimas  expiatorias  e  in- 
cienso, y  haced  ofrendas,  y  ofreced- 
las  sobre  el  altar  del  Señor  Dios 


-t    1  Del  libro  :  qu 
2  Kl  año  quinto 

en  ii.  tiempo  que...  i 

que  fué  tomada  la  c  iudad. 

'  Jeconías  :  que  estaba  cauth 
•  Hijos  de  reyes  :  eran  los  di 

uno  de  los  canales  que  ponían  ei 
'  Joaquim  :   era  probablement 

en  Jerusalén,  no  el  sumo  sacerd 
8  Siván  :  era  el  tercer  mes  (i 
1,1  Y  dijeron  :   simie  el  conté 

lén.  ||  Ofrendas:  la  versión  grh 

que  era  sacrificio  incruento  de  b 


propiamente 

después  de  la  toma  de  J 
leí  mes  quinto  (Ab),  en  qiu 


salen  por  Nabucodi: 


—  1486  — 


1  n— 2  1 


BARÜK 


1  13-2  i 


nuestro.  "  Y  rogad  por  la  vida  de 
Nabucodonosor,  rey  de  Babilonia,  y 
por  la  vida  de  Baltasar,  su  hijo,  pa- 
ra que  seaD  sus  días  romo  los  días 
del  cielo  sobre  la  tierra.  18  Y  nos  da- 
rá el  Señor  fortaleza  y  alumbrará 
nuestros  ojos,  v  viviremos  a  la  som- 
bra de  Nabucodonosor,  rey  de  Babi- 
lonia, y  a  la  sombra  de  Baltasar,  su 
hijo,  y  les  serviremos  muchos  días 


y  hallaremos  gracia  a  sus  ojos.  "  Y 
rogad  por  nosotros  al  Señor  Dios 
nuestro,  pues  pecamos  contra  el  Se- 
ñor Dios  nuestro,  y  no  se  ha  apar- 
tado de  nosotros  la  indignación  del 
Señor  y  su  cólera  hasta  este  día. 
"  Y  leed  este  libro  que  os  enviamos 
para  que  le  deis  lectura  en  la  casa 
del  Señor  en  día  de  fiesta  y  en  días 
oportunos.  15  Y  diréis  : 


I.     Confesión  de  los  pecados  y  oración 


Confesión  de  los  pecados 

Al  Señor  Dios  nuestro  la  justicia, 

mas  a  nosotros  la  confusión  de  los  rostros, 

como  sucede  en  este  día  ; 
"'  a  nuestros  reyes  y  a  nuestros  príncipes, 

a  nuestros  sacerdotes  y  a  nuestros  profetas  y  a  nuestros  padres, 
!:  por  cuanto  pecamos  en  el  acatamiento  del  Señor, 
"  y  le  desobedecimos  y  no  oímos  la  voz  del  Señor  Dios  nuestro, 

de  caminar  conforme  a  los  preceptos  del  Señor, 

que  dió  en  presencia  nuestra. 
'*  De.->de  el  día  en  que  sacó  el  Señor  a  nuestros  padres 

de  la  tierra  de  Egipto,  y  hasta  este  día, 

fuimos  desobedientes  al  Señor  Dios  nuestro, 

v  nos  apresurábamos  a  desoír  su  voz. 

Y  se  nos  aglutinaron  las  calamidades  y  la  maldición 

que  el  Señor  intimó  a  Moisés,  su  siervo, 

en  el  día  que  sacó  a  nuestros  padres  de  la  tierra  de  Egipto 

para  darnos  una  tierra  que  mana  leche  y  miel, 

como  acaece  en  este  día. 
a  Y  no  oímos  la  voz  del  Señor  Dios  nuestro 

conforme  a  todas  las  palabras  de  los  profetas  que  envió  a  nosotros, 
sy  nos  fuimos  cada  cual  tras  el  capricho  de  su  perverso  corazón, 

para  servir  a  dioses  ajenos 

y  obrar  el  mal  a  los  ojos  del  Señor  Dios  nuestro. 


Dió  firmeza  el  Señor  a  su  palabra, 

;a  que  habló  contra  nosotros, 

contra  nuestros  jueces,  que  juzgaron  a  Israel, 

y  contra  nuestros  reyes  y  nuestro.^  príncipes, 

contra  todo  hombre  de  Israel  y  de  Judá. 


u  Baliasar  :  no  consta  si  se  trata  de  un  hijo  «le  Nabucodonosor  hasta  ahora  deseo 
nucido  por  otras  fuentes  históricas,  o  bien  de  un  segundo  nombre  de  Evilraerodac. 
También  podría  ser  que  el  texto  de  la  versión  griega  estuviese  alterado. 

M  En  la  casa  dkl  SEÑOR  :  no  jxxlía  ser  sino  en  las  ruinas  del  templo,  incendiado 
IKir  Nabucodonosor.  ||  La  expresión  en  días  oportunos,  que  se  lee  en  el  griego,  tal 
vez  responda  a  la  hebrea  en  días  de  asamblea. 

to  Nos  apresurábamos  :  podría  también  traducirse  tuvimos  la  ligereza  (o  la  temeri 
dad)  Je... 


—  i  iSr  — 


2  2-18 


BARUK 


2  2-18 


2  No  se  hizo  tal  debajo  de  todo  el  cielo, 
cual  se  hizo  en  Jerusalén, 

según  lo  escrito  en  la  ley  de  Moisés, 

3  hasta  comer  nosotros  un  hombre  la  carne  de  su  hijo, 
y  un  hombre  la  carne  de  su  hija. 

4  Y  los  entregó  el  Señor  como  feudatarios 

a  todos  los  reinos  que  están  en  torno  nuestro, 

para  escarnio  y  asolamiento 

entre  todos  los  pueblos  en  derredor, 

en  donde  el  Señor  los  diseminó. 
6  Y  fuimos  puestos  debajo  y  no  encima, 

pues  pecamos  contra  el  Señor  Dios  nuestro, 

hasta  el  punto  de  no  escuchar  su  voz. 
"  Al  Señor  Dios  nuestro  la  justicia, 

a  nosotros  y  a  nuestros  padres  el  rubor  de  los  rostros, 

como  acaece  en  este  día. 
'  Según  lo  que  habló  el  Señor  contra  nosotros, 

vinieron  sobre  nosotros  todos  estos  males. 
8  Y  no  acudimos  suplicantes  ante  la  faz  del  Señor, 

para  que  apartase  a  cada  uno  de  nosotros 

de  los  pensamientos  de  su  perverso  corazón. 
"  Y  no  se  durmió  el  Señor  en  los  castigos, 

y  los  descargó  el  Señor  contra  nosotros, 

porque  justo  es  el  Señor  en  todas  sus  obras,  que  El  nos  ordenó. 
]0  Y  no  escuchamos  su  voz 

para  caminar  según  sus  mandamientos, 
que  dió  en  presencia  nuestra. 


Demanda  de  misericordia 

u  Y  ahora,  Señor,  Dios  de  Israel, 

que  sacaste  a  tu  pueblo  de  la  tierra  de  Egipto 

con  mano  fuerte  y  con  señales  y  portentos, 

con  poder  grande  y  brazo  en  alto, 

y  conquistaste  para  ti  un  renombre, 

cual  se  ve  en  este  día  : 
12  pecamos,  fuimos  impíos,  fuimos  injustos,  Señor  Dios  nuestro, 

contra  todos  tus  justos  mandamientos. 
15  Apártese  tu  ira  de  nosotros, 

pues  fuimos  dejados  pocos  entre  las  gentes, 

entre  las  cuales  nos  dispersaste. 
M  Escucha,  Señor,  nuestra  oración  y  nuestra  súplica, 

y  líbranos  a  causa  de  ti  mismo, 

y  danos  favor  ante  los  que  nos  deportaron, 
15  jiara  que  conozca  toda  la  tierra 

que  tú  eres  el  Señor  Dios  nuestro 

por  cuanto  tu  nombre  fué  invocado 

sobre  Israel  y  sobre  su  linaje. 
M  Señor,  mira  desde  tu  morada  santa 

y  vuelve  tu  pensamiento  a  nosotros  ; 

inclina,  Señor,  tu  oído  y  escucha, 
"  abre  tus  ojos  y  mira  ; 

que  no  son  los  muertos  allá  en  los  infiernos, 

cuyo  espíritu  fué  sacado  de  sus  entrañas, 

los  que  tributarán  gloria  y  justicia  al  Señor  ; 
18  mas  el  alma  afligida  hasta  el  extremo, 

los  que  caminan  encorvados  y  desmayados, 


2*  Asolamiento  :  acaso  el  original  hebreo  significaba  «sombro,  pasmo. 
*  Más  literal  sería  :  «No  depositamos  [la  confianza  de]  la  misericordia  Iquc  pe- 
dimos! sobre  las  justicias  (o  méritos)  de...» 


—  1488  - 


2  19-34 


BARUK 


2  19-34 


los  ojos  lánguidos  y  el  alma  hambrienta, 

te  tributarán  gloria  y  justicia,  Señor. 
"  Que  no  son  las  justicias  de  nuestros  padres  y  de  nuestros  reyes 

el  fundamento  de  la  misericordia  que  imploramos 

ante  tu  faz,  Señor  Dios  nuestro. 
:*  Pues  descargaste  tu  indignación  y  tu  ira  sobre  nosotros, 

según  hablaste  por  mano  de  tus  siervos  los  profetas,  diciendo  : 

«Así  dijo  el  Señor  :  doblegad  vuestra  espalda, 

y  servid  al  rey  de  Babilonia, 

y  permaneced  de  asiento  sobre  la  tierra 

que  di  a  vuestros  padres. 
"  Y  si  no  oyereis  la  voz  del  Señor 

en  servir  al  rey  de  Babilonia, 
M  haré  cesar  de  las  ciudades  de-Judá 

y  alejaré  de  Jerusalén 

voz  de  alegría  y  voz  de  regocijo, 

voz  de  esposo  y  voz  de  esposa, 

y  quedará  toda"  la  tierra  asolada  sin  moradores.» 
"Y  no  escucharon  tu  voz 

en  servir  al  rey  de  Babilonia, 

y  diste  firmeza  a  tu  palabra, 

que  hablaste  por  mano  de  tus  siervos  los  profetas, 
que  serían  sacados  de  sus  sepulcros 

los  huesos  de  nuestros  reyes  y  los  huesos  de  nuestro  padres. 
28  Y  he  aquí  que  andan  tirados  por  los  suelos 

a  los  ardores  del  día  y  a  las  heladas  de  la  noche. 

Ellos  murieron  entre  penosos  trabajos, 

de  hambre,  de  espada,  de  pestilencia. 
M  Y  pusiste  la  morada  sobre  que  fué  invocado  tu  nombre 

cual  se  halla  en  este  día, 

por  las  maldades  de  la  casa  de  Israel  y  de  la  casa  de  Judá. 
2:  E  hiciste  con  nosotros,  Señor  Dios  nuestro, 

según  toda  tu  benignidad  y  según  toda  tu  gran  misericordia, 
"  según  que  hablaste  por  mano  de  tu  siervo  Moisés 

el  día  que  le  ordenaste  escribir  tu  lev- 
en presencia  de  los  hijos  de  Israel,  diciendo  : 
w  «Si  no  escuchareis  mi  voz, 

seguramente  ese  enjambre  grande  y  numeroso 

se  verá  reducido  a  un  pequeño  grupo  entre  las  naciones, 

entre  las  cuales  los  diseminaré. 
"  Porque  bien  sé  que  no  me  escucharán, 

porque  es  pueblo  de  dura  cerviz. 

Mas  entrarán  dentro  de  su  corazón 

en  el  país  a  que  serán  deportados, 
"  y  conocerán  que  yo  soy  el  Señor  su  Dios. 

Y  les  daré  corazón  y  oídos  que  oigan, 
"  y  me  alabarán  en  la  tierra  de  su  deportación, 

y  se  acordarán  de  mi  nombre, 
M  y  volverán  atrás  de  su  dura  cerviz 

y  de  sus  perversas  obras, 

porque  se  acordarán  del  camino  de  sus  padres, 
que  pecaron  delante  del  Señor. 
M  Y  los  volveré  a  la  tierra 

que  prometí  con  juramento  a  sus  padres, 

a  Abrahán,  a  Isaac  y  a  Jacob, 

y  se  enseñorearán  de  ella  ; 

y  los  multiplicaré,  y  no  disminuirán. 


■  Cf.  Jer.  27,  8-12. 


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2  35-3  13 


BARUK 


2  35—3  13 


Y  estableceré  con  ellos  alianza  eterna, 
que  yo  seré  su  Dios  y  ellos  serán  mi  pueblo  ; 
v  no  echaré  va  más  a  mi  pueblo  de  Israel 
de  la  tierra  que  les  di.» 


1  Señor  omnipotente,  Dios  de  Israel, 
alma  en  angustias  y  espíritu  acongojado  clama  a  ti. 
Escucha,  Señor,  y  compadécete, 
porque  pecamos  delante  de  ti. 
Pues  tú  estás  en  tu  trono  eternamente, 
y  nosotros  eternamente  perecemos. 
Señor  omnipotente,  Dios  de  Israel, 
escucha  la  súplica  de  los  muertos  de  Israel 
y  de  los  hijos  de  los  que  pecaron  delante  de  ti, 
que  no  oyeron  la  voz  del  Señor  su  Dios, 
y  se  pegaron  a  nosotros  las  calamidades. 
No  te  acuerdes  de  las  injusticias  de  nuestros  padres, 
antes  acuérdale  de  tu  mano  y  de  tu  nombre  en  este  tiempo. 
Pues  tú,  Señor,  eres  nuestro  Dios, 
v  te  alabaremos.  Señor. 

Pues  para  esto  infundiste  tu  temor  en  nuestro  corazón, 

para  que  invocásemos  tu  nombre, 

y  te  alabáremos  en  nuestro  destierro, 

pues  lanzamos  lejos  de  nuestro  corazón 

toda  la  injusticia  de  nuestros  padres, 

que  pecaron  en  tu  acatamiento. 

Henos  aquí  hoy  en  nuestro  destierro, 

en  el  lugar  donde  nos  dispersaste 

para  escarnio,  y  para  maldición,  y  para  extorsión, 

en  razón  de  todas  las  injusticias  de  nuestros  padres 

que  apostataron  del  Señor  Dios  nuestro. 


II.     Exhortación  del  profeta 


Exhortación  a  la  fidelidad 

"Oye,  Israel,  preceptos  de  \ida, 

escucha  lecciones  de  prudencia. 
"'  ¿Qué  es,  Israel,  qué  es,  que  te  hallas  en  tierra  de  los  enemigos, 

te  envejeciste  en  tierra  extraña, 
11  te  contaminaste  con  los  muertos, 

fuiste  contado  entre  los  que  descienden  a  los  infiernos  ? 
u  Abandonaste  la  fuente  de  la  sabiduría 
"  Si  hubieras  andado  por  el  camino  de  Dios, 

habitaras  en  paz  eterna  mente. 


I'.sta  alianza 


3:ss 


—  1490  — 


3 


BAS.UK 


3  14-32 


"  Aprende  dónde  está  la  prudencia, 

dónde  está  la  fuerza,  dónde  está  la  inteligencia, 

para  saber  juntamente  dónde  está  la  longevidad  y  la  vida, 

dónde  está  la  lumbre  de  los  ojos  y  la  paz. 
™  i  Quién  halló  el  lugar  de  su  mansión 

y  quién  entró  en  sus  tesoros? 
"  ¿  Dónde  están  los  príncipes  de  las  naciones 

y  los  que  domeñan  las  fieras  de  la  tierra  ? 
"  ¿  Los  que  se  entretienen  con  las  aves  del  cielo, 

y  atesoran  la  plata  y  el  oro,  en  que  confían  los  hombres, 

ni  ponen  término  a  su  adquisición  ; 
u  los  que  labran  la  plata,  y  se  afanan, 

sin  que  al  fin  quede  rastro  de  sus  obras? 
19  Desaparecieron  y  bajaron  a  los  infiernos, 

y  otros  se  alzaron  en  lugar  suyo. 

Generaciones  más  jóvenes  vieron  la  luz 

v  habitaron  sobre  la  tierra, 

mas  el  camino  de  la  ciencia  no  lo  conocieron  ; 
M  ni  supieron  sus  sendas  ni  dieron  con  ella  ; 

sus  hijos  del  camino  de  ellos  se  alejaron 
73  Ni  fué  oída  en  Canaán  ni  fué  vista  en  Temán  ; 
23  ni  los  hijos  de  Agar,  los  que  buscan  la  prudencia  sobre  la 

los  mercaderes  de  Merrán  v  de  Temán, 

los  inventores  de  mitos  v  los  exploradores  del  saber 

no  conocieron  el  camino  de  la  sabiduría 

ni  tuvieron  memoria  de  sus  sendas. 
3J  ¡Oh  Israel,  cuán  grande  es  la  morada  de  Dios 

y  anchuroso  el  espacio  de  su  posesión  ! 

25  Grande  es  y  no  tiene  fin, 
excelso  e  inmenso. 

26  Allí  fueron  engendrados  los  gigantes, 
los  renombrados,  los  antiguos, 

que  fueron  de  elevadísima  estatura, 

que  sabían  de  guerra. 
2:  No  fueron  éstos  los  que  Dios  eligió, 

ni  les  dió  a  conocer  el  camino  de  la  sabiduría  ; 
"y  perecieron  por  no  tener  prudencia, 

perecieron  por  su  falta  de  consejo. 
29  ¿  Quién  subió  al  cielo  y  la  tomó. 

y  la  hizo  bajar  desde  las  nubes  ? 
""¿Quién  pasó  al  otro  lado  del  mar  y  la  halló. 

v  la  traerá  a  precio  de  oro  aquilatado' 
*'  No  hav  quien  conozca  su  camino 

ni  quien  considere  su  sendero. 
u  Mas  el  que  todo  lo  sabe  la  conoce, 

descubrióla  con  su  inteligencia  ; 


'*  Su  mansión  :  la  de  la  sabiduría  o  prudencia. 

■  Texto  bastante  inseguro.  El  segundo  hemistiquio  podría  significar  que  los  hijos 
se  aUjaron  de  la  sabiduría  mas  aún  que  sus  padres.  Es  probable  la  construcción 
e  interpretación  de  la  Vulgata  : 

.Vi  supieren  sus  sendas, 

ni  dieron  ron  ella  sus  hijo*: 

del  eamino  de  ellos  se  alejó. 

"  Teman  :  región  oriental  de  la  Idumea. 

"  Hijos  he  Agar  :  los  ismaelitas.  ||  Merrán  :  probablemente  hay  que  leer  Ma- 
dián.  ||  Temín  :  ciudad  de  la  Arabia.  ||  Inventores  de  mitos:  literalmente,  mitólogos; 
parece  significa  intérpretes  'o  autores)  de  parábolas,  a  no  ser  que  signifique  poetas, 
contrapuestos  a  i.os  exploradores  del  saber  o  filósofos. 

M  La  morada  de  Dios  :  los  cielos,  el  universo  entero. 

"  LOS  GIGANTES:  cf.  Gén.  6,  4;  14,  5;  Núm.  8,  34 ;  Dt.  2,  10;  i,  20:  3,  11... 


—  1491  — 


3  33-4  12 


BARUK 


3  33—4  12 


el  qué  estableció  la  tierra  para  tiempo  eterno, 

el  que  la  pobló  de  animales  cuadrúpedos  ; 
"  el  que  envía  la  luz,  y  va, 

la  llamó,  y  le  obedece  temblorosamente  ; 
31  y  los  astros  brillaron  en  sus  atalayas  y  se  gozaron. 
35  Llamólos  y  dijeron  :  Aquí  estamos  ; 

brillaron  gozosos  en  obsequio  de  su  Hacedor. 
86  Este  tal  es  nuestro  Dios  : 

no  se  contará  otro  a  par  de  él. 
31  Descubrió  los  caminos  de  la  ciencia 

y  los  comunicó  a  Israel,  su  siervo. 

y  a  Jacob,  su  predilecto. 
38  V  tras  esto  se  manifestó  en  la  tierra 

y  trató  con  los  hombres. 


'  Este  es  el  libro  de  los  preceptos  de  Dios 

y  la  ley  que  subsiste  eternamente. 

Todos  los  que  la  mantienen,  alcanzarán  la  vida  ; 

mas  los  que  la  abandonan,  morirán. 
:  Vuélvete,  Jacob,  y  abrázaila, 

camina  al  resplandor  de  su  luz. 
'  No  abandones  en  manos  de  otro  tu  «loria, 

ni  tus  ventajas  en  manos  de  una  nación  extraña. 
*  Dichosos  somos,  Israel, 

pues  lo  que  es  grato  a  Dios  nos  es  conocido. 


Exhortación  ele  Jerusalén  al  pueblo 

'  ¡  Confiad,  pueblo  mío,  recuerdo  de  Israel  ! 

"  ¡''uisteis  vendidos  a  las  naciones  no  para  perdición, 

sino  ipor  haber  provocado  la  cólera  de  Dios 

fuisteis  entregados  en  manos  de  los  adversarios. 
'  Pues  irritasteis  al  que  os  hizo, 

sacrificando  a  los  demonios  y  no  a  Dios. 
"  Olvidasteis  al]  que  os  sustentó,  al  Dios  eterno, 

y  afligisteis  también  a  la  que  os  crió,  Jerusalén. 
*  l'orque  vió  desencadenada  contra  vosotros 

la  cólera  de  Dios,  y  dijo  : 

Escuchad  vosotras,"  las  vecinas  de  Sión  : 

envió  sobre  mí  Dios  gran  duelo. 
,c  Pues  vi  el  cautiverio  de  mis  hijos  y  mis  hijas, 

que  sobre  ellos  atrajo  eO  Eterno. 
"  Pues  los  crié  con  gozo, 

V  los -despedí  con  llanto  y  duelo. 
,J  Nadie  se  regocije  de  mí,  de  que  soy  viuda 

y  abandonada  de  mucho-. 

Quedé  en  soledad  por  los  pecados  de  mis  hijos, 
por  cuanto  se  desviaron  de  la  ley  de  Dios. 


*>  Se  MANIFESTÓ  :  se  recuerdan  las  teofanias  del  Antiguo  Testamento  y,  en  sentir  de 
numerosos  Padres,  se  anuncia  piofeticamente  la  gran  teofanía  del  Nuevo. 

4'  ESTE  es  EL  libro  ¡  esta  comunicación  de  la  sabiduría  divina  se  halla  en  el  li- 
bro... ||  La  lev  subsiste  eternamente:  cf.  Mt.  5,  17-18. 

1  Ksta  dicha  subsiste,  mejorada,  en  lu  Iglesia,  «el  Israel  de  Dios»  (Gal.  6,  16). 
5  Recuerdo  de  Israel  :  pequeño  residuo  en  quien  perdura  el  recuerdo  de  Israei.. 
»  Vectna«  pe  Sión  :  ciudades  y  aldeas  vecinas  a  Jerusalén. 


—  1492  — 


4  13-31 


BARUK 


4  n-r. 


a  y  no  conocieron  los  justos  preceptos  de  Dios, 

ni  caminaron  en  los  mandamientos  de  Dios, 

ni  siguieron  las  sendas  del  amaestramiento  en  su  justicia. 
**  Vengan  las  vecinas  de  Sión, 

y  recordad  el  cautiverio  de  mis  hijos  y  mis  hijas. 

que  sobre  ellos  atrajo  el  Eterno. 
"  Pues  hizo  venir  contra  ellos  una  gente  de  lejos, 

gente  desvergonzada  y  de  lengua  extraña, 

que  no  respetaron  al  anciano 

ni  tuvieron  compasión  del  niño, 
"  y  se  llevaron  los  hijos  queridos  de  la  viuda 

v  a  Ja  desolada  privaron  de  las  hijas. 
"  Y  yo,  ¿en  qué  podría  socorreros? 
a  Pues  el  que  atrajo  sobre  vosotros  los  males, 

os  sacará  de  las  manos  de  vuestros  eenmigos. 
"  Andad,  hijos,  andad, 

que  yo  fui  abandonada  en  soledad. 
50  Despojóme  la  estofla  de  la  paz, 

vestíme  el  saco  de  mis  súplicas, 

clamaré  al  Eterno  mientras  duren  mis  días. 
31  Confiad,  hijos,  clamad  a  Dios, 

y  os  sacará  de  la  tiranía, 

de  ilas  manos  de  los  enemigos. 
"  Pues  yo  esperé  del  Eterno  vuestra  salvación, 

y  vino  sobre  mí  gozo  de  parte  del  Santo 

por  la  misericordia  que  sobre  vosotros  vendrá  presto 

de  parte  del  Eterno,  vuestro  Salvador. 
3  Porque  os  despedí  con  llanto  y  duelo, 

mas  Dios  os  devolverá  a  mí 

con  regocijo  y  gozo  para  siempre. 
M  Pues  como  ahora  han  visto  las  vecinas  de  Sión  vuestra  cautividad, 

así  verán  pronto  la  salvación  de  parte  de  vuestro  Dios, 

que  os  sobrevendrá  con  grande  gloria 

y  con  esplendor  del  Eterno. 
a  Hijos,  soportad  con  longanimidad  la  ira, 

que  de  parte  de  Dios  os  sobrevino. 

Te  persiguió  tu  enemigo, 

pero  presto  verás  su  perdición 

y  pondrás  tus  ipies  sobre  sus  cervices. 
"  Mis  mimados  anduvieron  caminos  ásperos, 

fueron  llevados  como  rebaño  arrebatado  por  enemigos. 
21  Confiad,  hijos,  y  clamad  a  Dios, 

pues  se  acordará  de  vosotros  el  que  os  visitó. 
*  Porque  como  llegó  vuestro  pensamiento 

a  extraviaros  lejos  de  Dios, 

vueltos  a  El,  buscadle  diez  veces  tanto. 
"  Pues  el  que  atrajo  sobre  vosotros  los  males, 

atraerá  sobre  vosotros  el  gozo  sempiterno. 

juntamente  con  vuestra  salvación. 


Consolación  del  profeta  a  Jerusalén 

**  Ten  buen  ánimo,  Jerusalén  ; 

te  consolará  el  que  te  llamó  con  su  nombre. 
"  Desventurados  los  que  te  maltrataron 

y  se  regocijaron  en  tu  caída. 


"  Í.AS  sendas  dej.  amaestramiento...  :  los  preceptos  de  Dios,  en  que  sois  a¡vaes'.rid.>i 
o  educados  EN  str  justicia. 

w  Los  [hijos]  queridos  de  i.a  viuda  :  los  moradores  de  Jerusalén. 

m  Ti  llamó  con  su  nombre  ¡  hizo  que  te  llamases  ciudad  de  Yixkveh. 


—  1493  — 


4  32-5  9 


BAR  1'  K 


4  32  -5  9 


Desventuradas  las  ciudades  a  las  cuales  sirvieron  tus  hijos. 

Desventurada  la  que  a  tus  hijos  recibió. 
"Pues  como  se  gozó  en  tu  caída 

y  se  regocijó  en  tu  ruina, 

así  se  afligirá  por  su  asolamiento. 
*  Y  le  quitaré  el  gozo  de  su  turba  numerosa, 

y  su  júbilo  se  trocará  en  duelo. 
"  Porque  fuego  vendrá  sobre  ella 

de  parte  del  Eterno  por  largos  días, 

y  será  morada  de  demonios  mucho  tiempo. 
M  Vuelve  los  ojos  al  levante,  Jerusalén, 

y  contempla  el  gozo  que  te  viene  de  Dios. 
"  Mira,  vuelven  tus  hijos  que  despediste, 

vuelven  reunidos  del  levante  al  poniente 

por  la  palabra  del  Santo, 

gozándose  en  la  gloria  de  Dios. 


1  Despójate,  Jerusalén,  la  estola  de  tu  luto  y  de  tu  aflicción, 
y  vístete  la  magnificencia  de  la  gloria 

que  de  Dios  viene  para  siempre. 

2  Revístete  del  manto  doblado  de  la  justicia  venida  de  Dios, 
pon  sobre  tu  cabeza  la  mitra  de  la  gloria  del  Eterno. 

8  Porque  Dios  ostentará  tu  esplendor 
a  todas  las  naciones  que  están  bajo  el  cielo. 

*  Pues  será  llamado  por  Dios  tu  nombre  para  siempre 
Paz  de  justicia  y  gloria  de  piedad. 

1  Alzate,  Jerusalén,  y  sube  a  lo  alto, 
y  mira  hacia  las  partes  del  levante, 
y  contempla  a  tus  hijos  reunidos 
desde  el  sol  poniente  hasta  el  levante 
por  la  palabra  del  Santo, 
gozándose  por  el  recuerdo  de  Dios. 

*  Pues  salieron  de  tu  lado  caminando  a  pie, 
conducidos  .por  los  enemigos  ; 

mas  los  introduce  Dios  a  ti  llevados  con  gloria, 
como  trono  de  realeza. 
'  Porque  ordenó  Dios 
abajarse  todo  monte  elevado  y  los  collados  eternos 
y  colmarse  los  barrancos  hasta  la  nivelación  de  la  tierra, 
para  que  camine  Israel  seguramente 
al  esplendor  de  la  gloria  de  Dios. 

*  Las  selvas  también  y  todo  árbol  aromático 
harán  sombra  a  Israel  por  ordenanza  de  Dios. 

*  Porque  guiará  Dios  a  Israel  con  júbilo 
con  el  resplandor  de  su  gloria, 

con  misericordia  y  justicia  venida  de  El'. 


n  Desventurada  :  Babilonia. 

K  4  Paz,  fruto  de  tu  justicia,  y  gloria,  fruto  de  tu  piedad  o  religiosidad. 

*  Por  el  recuerdo  de  Dios  :  de  que  Dios  se  haya  acordado  de  ellos. 

'  Como  trono...  :  con  el  honor  con  nue  es  llevada  una  silla  gestatoria.  La  Vulgata 
lee,  tal  vez  mejor:  como  hijos  de  realeza  lo  de  reyes). 
'  Cf .  Is.  40,  3-5  :  Le-  i,  5. 

•  Las  palabras  del  profeta,  rebasando  el  hecho  histórico  del  retorno  a  la  patria, 
anuncian  la  gloria  esplendorosa  de  la  edad  niesianica. 


—  1494  — 


6i-n 


HARL'K 


6  12-26 


Epístola  de  Jeremías 


Introducción 

£.  Traslado  de  la  carta  que  mandó 
"  Jeremías  a  los  que  eran  llevados 
cautivos  a  Babilonia  por  el  rev  de 
los  babilonios  para  anunciarles  lo 
que  Dios  le  había  ordenado. 

1  Por  los  pecados  que  pecasteis  de- 
lante de  Dios  seréis  llevados  a  Ba- 
bilonia cautivos  ]x>r  Nabucodonosor, 
rey  de  los  babilonios.  *  Entrados, 
pues,  en  Babilonia,  estaréis  allí  mu- 
chos años  y  tiempo  largo  hasta  sie- 
te generaciones  ;  tras  esto  os  sacaré 
de  allí  en  paz.  3  Ahora,  pues,  veréis 
en  Babilonia  dioses  de  plata,  de  oro 
v  de  madera  llevados  sobre  hombros, 
infundiendo  miedo  a  los  gentiles. 
'  Guardaos,  pues,  no  sea  que  también 
vosotros  os  hagáis  del  todo  semejan- 
tes a  los  extranjeros  y  os  coja  mie- 
do de  ellos  5  al  ver  turbas  delante  y 
detrás  de  ellos  adorándolos  ;  antes 
decid  con  vuestro  pensamiento  :  «A 
ti  hay  que  adorar,  Señor.»  6  Porque 
mi  ángel  con  vosotros  está,  y  él  pe- 
dirá cuenta  de  vuestras  vidas. 


Sátira  contra  los  ídolos 

:  I'orque  la  lengua  de  esos  dioses 
ha  sido  limada  qwr  el  artífice,  y  ellos 
están  dorados  y  plateados,  pero  son 
pura  farsa,  y  no  pueden  hablar.  '  Y 
como  se  hace  con  una  doncella  amiga 
de  galas,  tomando  oro,  labran  coro- 
nas para  las  cabezas  de  esos  dioses. 
•  Y  acaece  que  los  sacerdotes,  sus- 
trayendo a  esos  dioses  oro  y  plata, 
lo  gastan  en  su  propio  provecho,  y 
aun  dan  parte  de  ello  a  las  rameras 
de  los  burdeles.  10  Y  los  aderezan 
romo  a  hombres  con  ropajes  a  esos 
dioses  de  plata,  de  oro  y  de  made- 
ra ;  mas  ellos  no  se  libran  del  orín 
v  de  los  gusanos.  11  Vestidos  como 
están  de  púrpura,  limpiantes  la  ca- 


ra sucia  del  polvo  de  la  casa,  que  se 
acumula  sobre  ellos.  15  Y  lleva  cetro 
como  un  hombre  juez  del  distrito, 
que  no  matará  al  que  peca  contra  él. 
13  Lleva  también  daga  o  hacha  en  su 
diestra,  mas  no  se  defenderá  a  sí 
mismo  de  la  guerra  o  de  los  ladro- 
nes. "  De  donde  resulta  claro  que  no 
son  dioses.  No  los  temáis,  pues. 

16  Pues  como  un  vaso  de  un  hom- 
bre, si  se  quiebra,  se  hace  inútil,  así 
bon  sus  dioses.  Colocados  en  las  ca- 
sas, IC  sus  ojos  están  llenos  del  <ix>lvo 
levantado  por  los  pies  de  los  que  en- 
tran. "  Y  como  a  uno  que  ha  agra- 
viado al  rey  se  le  tiene  encerrado  en 
sitio  cercado  por  todas  partes,  como 
i  quien  es  llevado  a  la  muerte,  así 
las  casas  de  los  dioses  asegúranlas 
los  sacerdotes  con  puertas,  cerrojos 
v  trancas,  para  que  no  sean  saquea- 
das por  los  ladrones.  ls  Enciéndenk-> 
lámparas,  más  aún  que  para  sí  mis- 
mos, de  las  cuales  ninguna  pueden 
ver.  19  Son  como  vigas  de  una  ca.->a, 
v  dicen  que  sus  corazones  son  car- 
comidos. A  los  bichos  de  la  tierra 
que  los  devoran,  a  ellos  y  a  sus  %res- 
tidos,  no  Jos  sienten.  M  Tienen  enne- 
grecido su  rostro  por  el  humo  de  la 
casa.  23  Sobre  su  cuerpo  y  sobre  su  ca- 
beza revolotean  lechuzas,  golondri- 
nas y  otros  pájaros,  y  asimismo  los 
gatos.  22  Por  donde  conoceréis  que  no 
son  dioses.  No  los  temáis,  pues. 

*  Porque  eil  oro  de  que  están  re- 
vestidos para  embellecerlos,  si  no 
limpian  el  orín,  no  harán  que  brille. 
Pues  ni  cuando  eran  fundidos  lo  sen- 
tían. ■*  A  sumo  precio  han  sido  com- 
prados esos  trastos  en  que  no  hay 
espíritu.  20  Sin  uso  de  pies  son  lle- 
vados a  hombros,  exhibiendo  a  los 
hombres  su  propia  ignominia,  y  se 
avergüenzan  aun  los  que  los  sirven, 
porque,  de  caer  en  tierra,  no  pueden 
levantarse.  *  Ni,  si  uno  lo  planta  de 
pie,  se  moverá  por  sí  mismo  ;  ni,  si 


6 3  SIETE  GENERACIONES  :  para  conciliar  esta  duración  con  los  setenta  años  de  cauti- 
vidad señalados  en  la  profecía  de  Jeremías  U9,  io)  s?  han  propuesto  varias  hipó- 
tesis. Las  más  verosímiles  parecen  o  la  significación  indeterminada  del  número  J  'en 
el  sentido  de  muchas),  o  la  significación  impropia  de  generaciones,  o  la  posibilidad 
de  error  en  ia  transcripción. 

*  Mi  ínuei.  :  el  arcángel  Miguel,  custodio  de  Israel. 


—  1495 


6  27-40 


BARUK 


6  41-55 


lo  inclina,  se  enderezará;  mas  como 
a  cadáveres  les  son  presentadas  las 
ofrendas.  Sus  víctimas  véndenlas 
los  sacerdotes  para  sacar  provecho  ; 
asimismo,  también  sus  mujeres  ha- 
cen de  ellas  salazón,  y  ni  al  pobre 
ni  al  desvalido  dan  parte.  Sus  vícti- 
más  tócanlas  la  parida  y  la  mens- 
truante.  28  Entendiendo,  pues,  ¡por 
aquí  que  no  son  dioses,  no  los  te- 
máis. 

w  Porque  ¿  de  dónde  podrían  llamar- 
se dioses  ?  Pues  mujeres  presentan 
ofrendas  a  unos  dioses  de  plata,  de 
oro  v  de  madera.  30  Y  en  las  casas 
de  ellos  siéntanse  los  sacerdotes  con 
las  túnicas  desgarradas  y  con  las  ca- 
bezas y  las  barbas  raídas,  teniendo 
las  cabezas  descubiertas.  31  Y  cuando 
vocean  delante  de  sus  dioses,  rugen, 
como  si  se  hallasen  en  un  banquete 
funerario.  32  De  la  vestimenta  de  los 
dioses,  los  sacerdotes,  con  lo  que 
hurtan,  visten  a  sus  mujeres  y  a  sus 
hijos.  33  Ni  cuando  de  alguien  reciben 
algún  mal,  ni  cuando  algún  bien, 
podrán  dar  el  pago  correspondiente. 
Ni  poner  rey  pueden  ni  quitarlo. 
"  Asimismo,  ni  riquezas  ni  un  ocha- 
vo son  capaces  de  dar.  Y  si  quien 
les  ha  hecho  un  voto  no  lo  cumple, 
no  se  lo  demandarán.  36  De  muerte 
a  un  hombre  no  librarán,  ni  sacarán 
al  débil  de  las  garras  del  fuerte.  50  A 
un  hombre  ciego  no  devolverán  la 
vista  ;  al  que  se  halla  en  necesidad 
no  socorrerán.  37  Ni  de  la  viuda  se 
compadecerán  ni  al  huérfano  favo- 
recerán. 38  A  los  peñascos  del  monte 
son  semejantes  esos  trastos  de  made- 
ra, o  dorados,  o  plateados  ;  y  los  que 
les  sirven  se  verán  corridos.  80  ¿Có- 
mo, pues,  habrá  que  pensar  o  decir 
que  son  dioses  ? 

Tanto  más,  cuanto  los  mismos 
caldeos  los  desacreditan  ;  los  cuales, 
cuando  ven  un  mudo  que  no  puede 
hablar,  ¡presentándole  una  imagen  de 
Bel,  le  piden  que  le  haga  hablar. 


Como  si  él  pudiera  sentir.  41  Y  no 
pueden,  recapacitando,  abandonar- 
los, pues  no  tienen  sensatez.  42  Y  las 
mujeres,  ceñidas  de  cuerdas  de  jun- 
co, estánse  sentadas  en  los  caminos 
quemando  el  salvado  ;  43  y  cuando 
alguna  de  ellas,  arrastrada  "por  algu- 
no de  los  transeúntes,  duerme  con 
él,  escarnece  a  la  vecina,  porque  ii 
fué  digna  como  ella  ni  se  rompió  su 
cuerda.  "  Todo  cuanto  se  hace  con 
ellos  es  embuste  ;  ¿  cómo,  pues,  hay 
que  pensar  o  decir  que  ésos  son  dio- 
ses ? 

16  Por  artesanos  y  orfebres  han  sido 
labrados  :  no  serán  otra  cosa  que  lo 
que  quieran  los  artífices  que  sean 
*  Y  los  mismos  que  los  labran  no  se 
harán  longevos  :  ¿  cómo  habrán  de 
ser  dioses  los  objetos  labrados  por 
ellos  ?  41  Pues  dejaron  supercherías  y 
oprobio  a  los  venideros.  48  Pues  cuan- 
do les  sobreviene  guerra  o  calamida- 
des deliberan  entre  sí  los  sacerdotes 
dónde  se  ocultarán  con  ellos.  49  ¿Có- 
mo, pues,  no  se  debe  pensar  que  no 
son  dioses  los  que  ni  de  la  guerra  ni 
de  las  calamidades  se  salvan?  "Por- 
que siendo  de  madera,  dorados  y 
plateados,  se  conocerá  tras  esto  que 
no  son  dioses.  A  las  naciones  todas 
y  a  los  reyes  será  notorio  que  no 
son  dioses,  sino  hechuras  de  manos 
de  hombres,  y  ninguna  obra  propia 
de  Dios  hay  en  ellos. 

¿  En  qué,  pues,  se  da  a  conocer 
que  no  son  dioses  ? 

52  Rey  de  una  región  no  establece- 
rán, ni  lluvia  a  los  hombres  darán. 
58  No  sentenciarán  en  sus  pleitos  ni 
librarán  al  que  padece  agravio,  im- 
potentes como  son  ;  pues  son  como 
cornejas,  entre  el  cielo  y  la  tierra. 
54  Pues  cuando  se  prenda  fuego  en 
la  casa  de  esos  dioses  de  madera, 
dorados  o  plateados,  sus  sacerdotes 
escaparán  y  se  pondrán  a  salvo,  mas 
ellos  como  postes  se  abrasarán  en 
medio  de  las  llamas.  85  A  un  rev  y 


"  Ni  ai,  pobre  :  contrariamente  a  lo  prescrito  en  el  Denterononiio  114,  28-29).  1!  Tó- 
canlas :  a  pesar  de  su  impureza  legal. 

80  Siéntanse  :  tal  es  la  interpretación  de  la  Vulgata.  El  griego  lee  conducen  10  re- 
corre») en  coche,  que  tal  vez  podría  entenderse  de  alguna  procesión  dentro  del 
rrcinto  del  templo.  ||  Las  túnicas  desgarradas:  en  señal  de  luto,  como  serla,  por 
ejemplo,  en  la  conmemoración  de  la  muerte  de  Adonis. 

41  El  sentido  es  dudoso.  Parece  significar  que  esos  idólatras  eran  jxir  su  insensatez 
incapaces  de  reflexionar  y  comprender  la  necedad  de  la  idolatría. 

*2",a  En  virtud  de  una  detestable  costumbre,  las  mujeres  babilonias  se  consideraban 
obligadas  a  prostituirse  una  vez  a  la  yida.  Señal  de  semejante  obligación  era  la 
cuerda  de  juncos  con  que  se  ceñían,  la  cual  rompían  una  vez  satisfecha  su  obliga- 
ción. ||  En  vez  de  salvado,  la  Vulgata  traduce  thuesos  de  aceituna»  (tal  vez  orujo.). 


—  1496  — 


6  56-63 


BARUK 


6  64-72 


a  un  ejército  enemigo  no  resistirán. 
w  ¿  Cómo,  pues,  hay  que  admitir  o 
pensar  que  sean  dioses? 

"  Ni  de  ladrones  ni  de  salteadores 
se  salvarán  unos  dioses  de  madera, 
y  plateados,  y  dorados,  cuyo  oro. 
plata  v  vestimenta  que  los  envuellve 
les  quitan  los  valientes,  y  se  irán 
con  ello,  sin  que  ellos  puedan  soco- 
rrerse a  sí  mismos.  w  De  suerte  que 
mejor  es  ser  rey  que  muestra  su  va- 
lentía, o  un  utensilio  provechoso  en 
la  casa,  del  cual  se  sirve  el  que  lo 
posee,  que  no  los  mentidos  dioses  ; 
o  también  una  puerta  en  la  casa, 
que  pone  en  seguro  cuanto  hay  en 
ella,  que  no  los  mentidos  dioses  ;  o 
un  poste  de  madera  en  los  alcázares, 
que  no  los  mentidos  dioses.  68  Pues 
sol,  luna  y  estrellas,  siendo  resplan- 
decientes y  destinados  a  proporcio- 
nar utilidades,  son  obedientes.  60  Asi- 
mismo, también  el  relámpago,  cuan- 
do aiparece,  es  bien  visible  ;  lo  mis- 
mo también  el  aire  en  toda  región 
sopla.  01  Y  las  nubes,  cuando  reciben 
de  Dios  la  orden  de  ir  a  toda  la  tie- 
rra, cumplen  lo  ordenado  ;  y  el  fue- 
go enviado  desde  lo  alto  para  con- 
sumir montes  y  bosques,  hace  lo 
mandado.  83  Mas  ésos  ni  en  sus  for- 
mas ni  en  sus  energías  les  son  com- 
parables. 83  Por  donde  no  se  ha  de 


pensar  ni  decir  que  sean  dioses,  im- 
potentes como  son  para  hacer  justi- 
cia y  para  hacer  bien  a  los  hombres. 
M  Conociendo,  pues,  que  no  son  dio- 
ses, no  los  temáis. 

85  Porque  a  los  reyes  ni  maldecir 
pueden  ni  bendecir.*86  Señales  en  el 
cielo  no  mostrarán  entre  los  genti- 
les, ni  brillarán  como  el  sol,  ni  ilu- 
minarán como  la  luna.  07  Superiores 
a  ellos  son  las  fieras,  que,  refugián- 
dose bajo  cubierto,  pueden  propor- 
cionarse provechos  a  sí  mismas.  ■  De 
ningún  modo,  pues,  se  muestra  que 
son  dioses.  Por  lo  cual  no  los  te- 
máis. 

69  Pues  como  en  un  cohombral  un 
espantajo  nada  guarda,  así  son  sus 
dioses  de  madera,  dorados  o  platea- 
dos. 70  De  la  misma  manera  también 
a  un  espino  plantado  en  un  huerto, 
sobre  el  cual  todo  pájaro  se  posa,  y 
asimismo  también  a  un  muerto  echa- 
do en  la  oscuridad  aseméjanse  sus 
dioses  de  madera,  dorados  y  platea- 
dos. 11  Por  la  púrpura  y  su  brillante 
aderezo,  que  sobre  ellos  se  pudre,  co- 
noceréis que  no  son  dioses.  Ellos 
mismos  al  cabo  serán  carcomidos  y 
serán  una  horrura  en  el  país.  72  Me- 
jor es,  pues,  un  hombre  justo  que 
no  tiene  ídolos,  porque  estará  lejos 
de  merecer  reproche. 


w  Son  obedientes  :  cumplen  con  su  fin.  Quiere  significar  que  el  sol,  la  luna..., 
tienen  sus  actividades,  provechosas  a  los  hombres,  a  diferencia  de  los  ídolos,  inertes 
e  inútiles. 

r-  La  sátira  del  profeta  contra  los  ídolos  no  es  aplicable  al  culto  de  las  sagradas 
imágenes,  que  jamas  los  cristianos  han  considerado  como  dioses,  sino  como  simple 
representación,  o  de  Dios,  a  quien  únicamente  se  adora,  o  de  los  santos,  a  quienes, 
se  venera.  (Cf.  Denz.  302-304,  337,  084-988 ;  Kirch,  1054-1056.) 


—  1497  — 


Dan 


r. 


Aser 

l. 

Neftalí 

n 

Menasc 

R. 

Efra'im 

R. 

Rubén 

L. 

Judé 

L. 

Tierra  de  los 

1|  25.000 
j|  LEVITAS 

Tierra  de  los 

Principes  < 
25.000 

)  SACERDOTES 
>  1  o.ooo    □  Templo 
j  SACERDOTES 

Principes 

^j.oooEjido 

Ejido 

Benjamín 

R. 

Simeón 

L. 

¡sacar 

.  L. 

Zabulón 

L. 

&ad 

1 

Distribución  del  país  sfj?)í 

i  Ezequiel 
l.  r.  =  cstirj 

L  =  e 
1498 

stirpe  de  U 

as  sientas*) 

j;  R  =  estirpe  de  Raquel; 

1  X  T  R O  D  U C C I  O  N      A  EZEQUÍEL 


El  pro/eta  Ezequiel,  hijo  del  noble  y  sacerdote  Buzí,  fué  uno  de  los 
deportados  con  Jeconías  el  año  597.  Tranquilo  vivía  en  la  floreciente 
colonia  hebrea  de  Tel-Abib,  entregada  a  ¡a  idolatría,  con  ilusiones 
de  un  pronto  regreso  a  la  patria,  cuando  el  año  593  fué  llamado  solemne- 
mente por  Dios  al  ministerio  profético  mediante  una  magnífica  y  miste- 
riosa visión,  junto  al  río  Kobar  (probablemente  naru  Kabaru,  canal  que 
une  los  dos  ríos  Tigris  y  Eufrates),  cerca  de  Nippur.  Su  misión  fué  -man- 
tener a  los  desterrados,  cuyas  aflicciones  tan  bien  conocía,  o  al  menos 
a  una  parte  de  ellos,  fieles  a  Yahveh,  pues  de  ellos  había  de  salir  el  sa- 
grado resto  destinado  a  formar  en  la  madre  patria  un  pueblo  leal  a  su 
Dios.  La  última  fecha  de  su  libio  es  de  abril  del  57J,  fin  que  sephmos 
cuánto  tiempo  después  de  ese  año  actuó  Ezequiel,  y  menos  si  presenció 
la  liberación  de  Joaquim,  un  decenio  más  tarde  di  dicho  dato.  Una  tra- 
dición le  •hace  morir  a  manos  de  un  jefe  del  pueblo  a  quien  había  censu- 
rado su  idolatría. 

Tema  de  sus  vaticinios  son  especialmente  las  prevaricaciones  de  Is- 
rael y  Judá,  tanto  de  los  desterrados  como  de  los  jerosolimitanos,  de 
grandes  y  sacerdotes .  como  del  pueblo  todo.  Su  idolatría,  adulterio,  per- 
jurio, asesinato .  opresión  del  prójimo...,  son  ¡os  pecados  que  más  fre- 
cuentemente censura,  describiéndolos  con  viveza  singular  y  los  más  ose-u- 
ros colores,  y  aun  a  veces  con  crudeza  que  hiere  nuestra  sensibilidad. 

Previa  una  larga  introducción  (/,  1-3.  21).  divídese  el  libro  en  dos 
partes.  La  primera  contiene  dos  secciones: 

Amenazas  divinas  contra  judá  (3,  22-24,  yj); 
l'aticinios  contra  los  gentiles  (25-32). 

La  segunda  consta  de  tres  secciones: 

Preparación  por  medio  de  la  penitencia  (33); 

\'aticinios  sobre  el  restablecimiento  y  gloria  futura  (34-30); 

Descripción  del  nuevo  reino  (40-4S). 

La  abundancia  de  visiones,  de  acciones  simbólicas  y  de  parábolas,  a 
menudo  difíciles  de  interpretar,  es  característica  de  este  profeta,  moralista 
y  teólogo,  cuyos  versos,  más  artificiosos  que  los  de  Jeremías,  no  llegan  a 
su  cálida  entotividad. 

Aulor  sobrio,  generalmente  habla  en  prosa,  y,  hombre  de  razón,  busca 
más  el  convencer  que  el  arrastrar,  tratando  de  afectar  a  los  oyentes — sus 
discursos  fueron  realmente  pronunciados — por  medio  de  deducciones  ló- 
gicas. Para  ello  sabe  presentar  la  idea  bajo  formas  diversas,  v  a  veces 
estremece  sus  palabras  una  viva  agitación ,  como  escribe  P.  Heinisch. 
1X0  faltan  pasajes  poéticos,  de  forma  adecuada,  como  la  alegoría  del 
cedro,  de  la  cepa,  de  ¡as  dos  águilas,  la  de  los  leones,  la  canción  de  la 
espada,  la  alegoría  del  navio  (Tiro),  etc.  Sin  embargo,  el  estado  actual 
del  texto  no  siempre  nos  permite  percibir  el  ritmo. 

Por  caso  singular  son  pocos  los  críticos  acatólicos  que  nieguen  la 
autenticidad,  aun  parcial,  de  los  vaticinios  de  Ezequiel. 


—  1499  — 


Q  u 


Visión  de  la  gloria  de  Yahveh 


"i  1  El  año  treinta,  a  cinco  del  euar- 
A  to  mes,  estando  yo  entre  los  des- 
terrados junto  al  río  Kebar,  abrié- 
ronse los  cielos  y  contemplé  visión 
divina.  2  El  cinco  del  mes  :  corría  el 
año  quinto  de  la  deportación  del  rey 
Joaquim.  3  La  palabra  de  Yahveh  fué 
dirigida  a  Ezequiel,  hijo  de  Buzí, 
sacerdote,  en  tierra  de  Caldea,  jun- 
to al  río  Kebar,  y  fué  allí  sobre  él  la 
mano  de  Yahveh.  1 Y  miré,  y  he 
aquí  que  un  viento  huracanado  ve- 
nía del  norte,  una  gran  nube  y  un 
relampagueo  continuo  que  resplan- 
decía todo  alrededor,  y  en  medio  de 
él  una  especie  de  electro  a  que  salía 
del  medio  del  fuego  a.  5  Del  centro 
del  mismo  [emergía]  la  figura  de 
cuatro  seres,  cuyo  aspecto  era  el  si- 
guiente :  tenían  semejanza  de  hom- 
bre, *  y  cada  uno  poseía  cuatro  caras, 
y  cuatro  alas  cada  uno  de  ellos.  7  Sus 
pies  eran  rectos,  y  la  planta  de  sus 


pies,  como  la  planta  del  pie  de  un 
ternero,  y  resplandecían  cual  bronce 
bruñido.  8  Por  debajo  de  sus  alas  te- 
nían manos  humanas  a  los  cuatro  la- 
dos, y  los  cuatro  poseían  las  mismas 
caras  a  y  alas.  0  Sus  alas  estaban  jun- 
tas las  unas  a  las  otras  a  ;  al  cami- 
nar no  se  volvían  ellos,  mas  cada 
uno  marchaba  a  derecho,  de  frente. 
10  El  aspecto  de  su  rostro  era  rostro 
de  hombre  y  rostro  de  león  a  la  de- 
recha en  los  cuatro,  y  rostro  de  toro 
a  la  izquierda  de  los  cuatro,  y  ros- 
tro de  águila  para  los  cuatro.  11  Sus 
alas  b  estaban  desplegadas  hacia  lo 
alto,  v  cada  uno  tenía  dos  que  se  to- 
caban las  del  uno  con  las  del  otro  0 
y  dos  que  cubrían  su  cuerpo.  "  Cada 
uno  caminaba  derecho  hacia  adelan- 
te :  hacia  donde  el  espíritu  les  im- 
pulsaba se  dirigían,  sin  volverse  al 
marchar.  "  En  medio  de  d  tales  se- 
res aparecía  una  visión  como  de  bra- 


1  l 


io  se  sal>c  fijamente  si  de  la  edad  del  profeta,  como  muchos 
O  de  otro  suceso  importante.  ||  EL  río  Kkbar  o  Kobar  es  el  canal  navega- 


ble nár  Kabari  o  Non  Haba 
meridional. 

Muchos  critico! 
leyendo  en  v.  3  :  <i  m 


que  atravesaba  la 

ideran  glosa  marginal 
yo)  Ezequiel...  sobre  n 
>aquim  :  fué  el  año  597 
bien  relámpagos 


isi 


brillaban  acá  y  allá  ;  lit.,  un 
fuego  que  se  enciende  o  inflama,  que  se  extendía  ;  «fuego  apelotonado»,  dicen  otros. 
ELECTRO  :  mezcla  preciosa  y  de  hermoso  aspecto  de  oro  y  plata.  Otros  vierten  «ambara  ", 
otros,  «bronce»,  «metal  brillante»...  Esc.  traduce  «ángel»  ;  Arragel  lo  deja  en  blanco  ; 
Ferrara  limítase  a  transcribir  llazmcl. 

'  Rectos  :  e.  d.,  no  aplanados  como  los  humanos,  sino  como  la  pezuña  del  toro. 
■  Los  cuatro  poseían  LAS  mismas  caras  Y  alas  :  o  bien,  como  otros  vierten,  «y  tenían 
sus  caras  respectivas  <;y  sus  alas^>  a  los  cuatro  lados»  (cf.  V). 


—  1500  — 


1  "-2  2 


EZEQUIEL 


123-2  a 


sas  de  fuego  ardiente,  como  visión 
de  antorchas  que  discurría  de  acá 
para  allá  entre  los  seres  animados  ; 
y  el  fuego  resplandecía  y  del  fuego 
salían  relámpagos.  ""Y  los  seres 
iban 0  y  venían  a  modo  del  relám- 
pago a.  15  Y,  mirando  a  los  seres  vi- 
vos, divisé  una  rueda  en  el  suelo, 
junto  a  ellos,  '  a  los  cuatro  lados  '. 
"  E]  aspecto  de  las  ruedas  y  su  fac- 
tura era  semejante  al  de  la  piedra 
de  Tarsis  ;  una  misma  figura  ofrecía 
la  factura  de  las  cuatro,  y  su  factura 
era  como  si  una  rueda  estuviese  den- 
tro de  la  otra.  17  Cuando  avanzaban, 
movíanse  hacia  los  cuatro  lados  [de 
frente],  sin  volverse  al  marchar. 
*  Sus  llantas  tenían  gran  altura  e  in- 
fundían temor  s,  pues  sus  llantas  es- 
taban llenas  de  ojos  alrededor  en 
las  cuatro.  19  Y  cuando  se  movían 
los  seies  animados,  marchaban  igual- 
mente las  ruedas  junto  a  ellos,  y 
cuando  los  seres  se  alzaban  de  sobre 
la  tieira,  alzábanse  también  las  rue- 
das. 20  Hacia  donde  los  impulsaba  el 
espíritu  marchar,  marchaban  h,  y  las 
ruedas  se  alzaban  a  la  vez  que  ellos, 
pues  el  espíritu  de  los  seres  anima- 
dos 1  [alentaba  también]  en  las  rue- 
das. 21  Al  andar  ellos,  andaban  ellas, 
y  cuando  ellos  se  paraban,  parában- 
se ellas  ;  y  al  levantarse  ellos  de  la 
tierra,  levantábanse  las  ruedas  al 
unísono,  pues  el  espíritu  de  k>s  se- 
res animados  [alentaba  también]  en 
las  ruedas. 
22  Sobre  las  cabezas  de  los  seres  i 


[veíase]  una  semejanza  de  firma- 
mento, a  manera  de  cristal  terrible, 
extendido  por  cima  de  sus  cabezas. 
a  Y  bajo  el  firmamento  extendíanse 
sus  alas  las  unas  hacia  las  otras,  y 
cada  uno  tenía  dos  que  les  cubrían  * 
los  cuerpos.  21  Y  percibí  el  rumor  de 
sus  alas  cuando  andaban,  a  modo 
del  rumor  de  muchas  aguas,  como  la 
voz  del  Omnipotente,  un  ruido  tu- 
multuoso como  el  fragor  de  un  ejér- 
cito. Al  pararse,  sus  alas  plegábanse. 
26  Y  resonó  una  voz  por  cima  del  fir- 
mamento que  había  sobre  sus  cabe- 
zas ;  al  pararse  ellos,  plegaron  sus 
alas.  26  Y  por  cima  del  firmamento 
que  se  extendía  sobre  sus  cabezas, 
apareció  como  el  aspecto  de  una  pie- 
dra de  zafiro  semejante  a  un  trono, 
y  sobre  esa  semejanza  de  trono  uña 
figura  de  aspecto  similar  al  de  un 
hombre,  que  se  erguía  sobre  él.  V 
aparecióseme  como  una  especie  de 
electro  resplandeciente,  algo  que  se- 
mejaba fuego  en  él  alrededor  ;  de 
lo  que  semejaba  sus  caderas  para 
arriba  y  de  lo  que  parecía  como  sus 
caderas'  para  abajo  vi  como  una  es- 
pecie de  fuego  que  tenía  un  resplan- 
dor todo  en  torno*.  28  A  manera  del 
arco  iris,  que  aparece  en  las  nubes 
en  día  de  lluvia,  tal  era  el  aspecto 
del  resplandor  que  lo  circundaba. 
Esa  era  la  visión  de  la  imagen  de  la 
gloria  de  Yahve'h. 

Al  contemplarle,  caí  rostro  en  tie- 
rra y  oí  la  voz  de  alguien  que  ha- 
blaba. 


Vocación  de  Ezequiel  al  ministerio  profético 


o  '  Y  díjome  :  «\  Oh  hijo  del  hom- 
^  bre!,  mantente  en  pie  y  hablaré 
contigo  a.»  2  Y  cuando  me  habló,  in- 
vadióme el  Espíritu  y  me  mantuvo 
en  pie,  y  escuché  a  quien  me  habla- 


ba. 3  Y  me  dijo  :  «Hijo  del  hombre, 
yo  te  envío  a  los  hijos  de  Israel,  a 
gentes  rebeldes,  que  se  han  rebelado 
contra  mí  ;  ellos  y  sus  padres  me 
han  sido  infieles  hasta  este  mismo 


A  ios  ctjatro  lados  :  otros,  .que  tenía  cuatro  caras»  (así  V),  tanto  cada  una 
Pe  sus  cuatro  caras».  Kit  y  otros  corrigen  H  y  1.  :  «junto  a  los  <=eres  en  los  cuatro* 
El  sentido  parece  ser  :  junto  a  los  cuatro  seres. 

"  Piedra  de  Tarsis  :  en  griego  crisólito  ;  sueie  identificársele  con  el  topacio  ■ 
cf.  Esd.  18,  20 ;  Cant.  5,  14;  Dan.  10,  6.  ||  Dentro  de:  otros,  «atravesada  en  (o  por) 
la  otra». 

no.  ||  Plegábanse:  o  coleaban  lacia.-',  como  otros  prefieren  leer.  '.'  '  '  *'  m'C 

O  1  Hijo  del  hombre:  é.  d.,  ser  humano,  individuo  de  la  especie  humana,  hombre. 
*      invadióme  el  EspÍKiru  i  c.  d.,  una  fuerza  divina 

'Gentes  rebeldes:  lit.,  «a  gentes  (o  pueblos  gentiles),  a  los  rebelde-  Que  »• 
Kit  corrige  c.  S  a  la  nación  de  rebeldes  que. 


—  I 501  — 


2  4   3  9 


2  8-3  15 


día.  '  Hijos  de  dura  faz  y  obstinado 
cora/ón  son  aquellos  a  que  te  envío, 
v  has  ile  decirles  :  Así  habla  el  Se- 
ñor, Yahveh.  6  Y  ya  escuchen,  ya 
dejen  de  hacerlo,  pues  son  raza  re- 
belde, ellos  sabrán  que  ha  habido 
entre  ellos  un  profeta.  0  Y  tú,  hijo 
del  hombre,  no  los  temas  ni  tengas 
miedo  de  sus  palabras,  aunque  sean 
para  ti  cardos  y  espinas  y  habites 
sobre  escorpiones  ;  y  ante  ellos  no 
te  espantes,  pues  son  raza  rebelde. 
'  Mas  dirásles  mis  palabras,  ya  es- 


cuchen o  dejen  tic  hacerlo,  porque 
son  raza  h  rebelde.  *  Tú,  sin  embar- 
go, ¡oh  hijo  del  hombre!,  escucha 
lo  que  te  hablo,  no  seas  rebelde  co- 
mo la  raza  de  rebeldía ;  abre  tu  boca 
y  come  lo  que  te  doy.»  '  Y  miré,  v 
he  aquí  que  unu  mano  hallábase  ex- 
tendida hacia  mí,  en  la  cual  había 
un  rollo.  lu  Y  desplególe  ante  mí,  v 
hallábase  escrito  por  delante  y  por 
detrás,  estando  en  él  escritas  lamen- 
taciones, gemidos  v  ayes 


Prosigue  el  llamamiento  del  profeta 


O  '  Y  díjome  :  «Hijo  del  hombre, 
"  come  lo  que  halles,  come  este 
rollo  y  ve,  habla  a  la  casa  de  Israel.» 
-Abrí',  pues,  mi  boca  y  dióme  a  co- 
mer aquel  rollo.  3  Me  dijo  entonces  : 
«Hijo  del  hombre,  alimenta  tu  vien- 
tre v  llena  tus  entrañas  con  este  ro- 
llo que  yo  te  doy.»  Y  lo  comí,  y  fué 
en  mi  boca  dulce  como  miel.  4  Díjo- 
me entonces  :  «Hijo  del  hombre,  ye, 
llégate  a  la  casa  de  Israel  y  pronún- 
oiales  mis  palabras  a.  6  Pues  no  eres 
enviado  a  pueblo  de  idioma  incom- 
prensible y  lengua  difícil,  sino  a  la 
casa  de  Israel  ';  6  ni  a  pueblos  nu- 
merosos de  idioma  incomprensible  y 
lengua  difícil,  cuyas  palabras  no  en- 
tenderías ;  si  b  a  ellos  te  enviara, 
ellos  te  oyeran.  5  Pero  la  casa  de  Is- 
rael no  querrá  escucharte,  pues  no 
me  quieren  escuchar,  porque  toda  la 
casa  de  Israel  es  de  frente  dura  y 
obstinado  corazón.  8  He  anuí  que  he 
hecho  inflexible  tu  rostro  al  igual  que 
su  rostro  y  he  endurecido  tu  frente 
a  imitación  de  su  frente.  '  Cual  dia- 
mante, más  dura  que  roca,  he  deja- 


do tu  frente,  no  los  temas  ni  tengas 
pavor  ante  ellos,  pues  son  raza  re- 
belde.» 10  Díjome  también:  «Hijo  del 
hombre,  capta  con  tu  corazón  y  oye 
con  tus  oídos  todas  mis  palabras  aue 
yo  te  diga.  11  Y  ve,  llégate  a  los 
cautivos,  a  los  hijos  de  tu  pueblo,  y 
habíales  y  diles  :  «Así  se  expresa  el 
Señor  c,  Yahveh,  ya  escuchen,  ya  de- 
íen  de  hacerlo.» 

la  Y  el  Espíritu  me  levantó,  y  oí 
trns  de  mí  el  ruido  de  una  gran 
trepidación  al  alzarle  d  la  gloria  de 
Yahveh  de  su  sitio  ;  13  y  el  rumor  de 
las  alas  de  los  seres  que  tocaban  la 
una  a  la  otra,  v  asimismo  el  ruido 
de  las  ruedas  y  el  fragor  de  una 
gran  trepidación.  "  Así,  pues,  el  Es- 
píritu me  levantó  y  me  lomó,  y  yo 
marché  amargado,  en  la  indignación 
de  mi  espíritu  ;  pues  la  mano  de 
Yahveh  pesaba  gravemente  sobre  mí. 
15  Y  llegué  donde  los  cautivos  de  Tel- 
Abib,  que  moraban  a  orillas  del  río 
Kebar,  v  donde  ellos  habitaban,  y 
permanecí  allí  siete  días  estupefacto 
en  medio  de  ellos. 


desvergonzados,  impudentes,  audai 
.,  casa  rebelde  o  de  rebeldía,  e. 


rebeld 
rás). 


genera 

habitar 


o  pueblo 
te  senta- 
o.  II  Abre 


a  la 

3 :, 


rcft- 


—  1502  — 


3  16  -4< 


EZEQUIEL 


3  22-4  8 


"  Al  cabo  de  siete  días  dirigióse- 
me  la  palabra  de  Vahveh,  diciendo  : 

«Hijo  del  hombre,  te  he  constituí- 
do  centinela  de  la  cusa  de  Israel. 
Cuando  oigas  de  mi  boca  alguna  pa- 
labra, les  prevendrás  de  mi  parte. 
"Si  yo  dijere  al  impío:  «Morirás  sin 
remedio»,  y  tú  no  le  previnieres  ni 
hablares  al  impío,  amonestándole  que 
s«  guarde  de  su  perverso  camino,  pa- 
ra que  viva,  él,  como  impío,  morirá 
por  su  culpa,  mas  vo  he  de  reclamai 
su  sangre  de  tu  mano.  "  Pero  si  tú 
previnieres  al  impío  y  no  se  convir- 
tiere de  su  maldad  y  su  perverso 
camino,  él  morirá  en  su  iniquidad, 
mas  tú  has  salvado  tu  alma. 

*  Y  si  el  justo  se  volviere  de  su 
justicia  y  cometiere  iniquidad,  y,  po- 
niendo yo  tropiezo  ante  él,  él  mu- 
riere, por  no  haberle  tú  prevenido, 
morirá  en  su  pecado  y  no  serán  re- 
cordadas las  obras  justas  que  había 
practicado  ;  mas  he  de  reclamar  su 
sangre  de  tu  mano.  -1  l'ero  si  tú  ha> 
prevenido  al  justo  para  que  no  pe- 
que y  él  no  ha  pecado,  vivirá  cier- 


tamente, pues  se  dejó  amonestar,  y 
tú  has  salvado  tu  alma.» 

-  Nuevamente  fué  allí  sobre  mí  la 
mano  de  Yahveh,  y  díjome  :  «Le- 
vántate, sal  a  la  vega  y  allí  hablaré 
contigo  °.»  :s  Me  levanté,  pues,  y  salí 
a  la  vega,  y  he  aquí  que  allí  estaba 
la  gloria  de  Yahveh,  cual  la  gloria 
que  yo  había  contemplado  a  orillas 
del  río  Kebar,  y  caí  rostro  en  tierra. 
M  E  invadióme  el  Espíritu  y  me  man- 
tuvo en  pie,  y  habló  conmigo  '  y  me 
dijo  :  «Entra,  enciérrate  dentro  de 
tu  casa.  25  Y  en  cuanto  a  ti,  hijo  del 
hombre,  he  aquí  que  te  echarán  cuer- 
das y  te  ataran  con  ellas,  y  no  po- 
drás salir  al  medio  de  ellos.  ■  Y'  haré 
que  tu  lengua  se  te  adhiera  al  pala- 
dar, y  quedarás  mudo  y  no  les  ser- 
virás de  varón  que  reprende  ;  pues 
son  casa  rebelde.  "7  Pero  cuando  yo 
hable  contigo  abriré  tu  boca  y  les 
dirás  :  Así  se  expresa  el  Señor  c, 
Yahveh.  El  que  quiera  escuchar,  es- 
cuche, y  el  que  deje  de  hacerlo,  que 
lo  deje  ;  pues  son  raza  rebelde.» 


Predicción  de  la  caída  de  Jerusalén  mediante 
simbólicas  acciones 


A  '  Y  tú,  hijo  del  hombre,  cógete 
p  un  ladrillo  y  colócalo  ante  ti  y 
traza  sobre  él  una  ciudad,  Jerusalén. 
2  Y  dispon  contra  ella  terraplén  de 
asedio,  construye  contra  ella  obra  de 
cerca,  acumula  contra  ella  trinche- 
ras, emplaza  frente  a  ella  campamen- 
tos y  coloca  en  torno  a  la  misma 
arietes.  3  Luego  cógete  una  sartén  de 
hierro  y  ponía  como  muro  férreo  en- 
tre ti  y  la  ciudad,  y  dirige  tu  rostro 
hacia  ella  :  ella  permanecerá  en  es- 
tado de  sitio  y  tú  la  asediarás.  Sirva 
esto  de  señal  para  la  casa  de  Israel. 

4  Acuéstate  después  sobre  tu  cos- 
tado izquierdo  y  pondré  a  sobre  él  la 


iniquidad  de  la  ca.->a  de  Israel.  El  nú- 
mero de  los  días  que  te  has  de  acos- 
tar sobre  él,  portarás  la  iniquidad 
de  ellos.  s  Y*  o  te  impondré  los  años 
de  su  iniquidad  en  un  número  equi- 
valente de  días  :  ciento  h  noventa 
días.  [Durante  ellos]  cargarás  la  ini- 
quidad de  la  casa  de  Israel.  '  Cuando 
hayas  concluido  éstos,  te  acostarás 
por  segunda  vez  sobre  tu  costado  de- 
recho, y  .portarás  la  iniquidad  de  la 
casa  de  Judá  :  cuarenta  días,  un  día 
por  cada  año,  te  impongo.  7  Y*  diri- 
girás tu  rostro  y  tu  brazo  desnudo 
al  asedio  de  Jerusalén,  y  profetiza- 
rás contra  ella.  5  Y  he  aquí  que  yo 


™  Ocldarás  mudo  :  como  si  dijera  :  te  obligaré  a  permanecer  en  profundo  silencio, 
portille  ese  pueblo  no  merece  que  yo  le  hable. 

A    3  Entre  i  i  y  i  a  ciudad:  quiere  el  Señor  que  entienda  el  profeta  que  entre  él  y 
sus  conciudadanos  debe  existir  como  un  muro  y  que  la  sentencia  contra  ellos  pro- 
nunciada es  irrevocable. 

*  La  iniquidad  :  no  el  pecado,  sino  la  pena  debida  al  pecado. 
8  Ligaduras  :  son  éstas  figura  de  la  cautividad. 

•  CÓGETE  también  :  todo  esto  es  imagen  del  horroroso  cerco  que  espera  a  Jerusalén. 


—  I503  — 


4  9-5  5 


EZEQUIEI. 


4  14-5  » 


te  ciño  ligaduras,  y  no  te  podrás 
volver  de  un  costado  al  otro  hasta 
que  hayas  cumplido  los  días  de  tu 
asedio. 

*  Cógete  también  trigo,  cebada,  ha- 
bas, lentejas,  mijo  y  espelta,  y  ponió 
en  un  recipiente  y  hazte  con  ellos 
pan  ;  según  el  número  de  los  días 
que  permanezcas  acostado  sobre  tu 
lado,  ciento  b  noventa  días,  lo  come- 
rás. 10  Y  tu  comida,  que  habrás  de 
comer  pesada,  será  de  veinte  siclos 
al  día  ;  de  tiempo  en  tiempo  la  co- 
merás. 11  Y  beberás  agua  con  medi- 
da :  la  sexta  parte  de  un  hin;  de 
tiempo  en  tiempo  la  beberás.  12  Y  lo 
comerás  en  forma  de  galleta  de  ce- 
bada, la  cual  cocerás  al  rescoldo,  a 
vista  de  ellos,  con  excremento  pro- 
cedente del  hombre.»  13  Y  dijo  Yah- 
veh c  :  «Así  comerán  los  hijos  de  Is- 


rael su  pan  inmundo  entre  las  gen- 
tes donde  los  he  de  lanzar.»  11  Y 
contesté:  «¡Av,  Señor d,  Yahveh!, 
mira  que  yo  [nunca]  me  he  contami- 
nado, y  cadáver  de  bestia  muerta  ni 
despedazada  no  comí  desde  mi  mo- 
cedad hasta  ahora,  ni  penetró  en  mi 
boca  carne  corrompida.»  15  Y  me  res- 
pondió :  «Mira,  te  consiento  [utili- 
zarj  boñigas  de  ganado  vacuno  en 
Vez  de  excrementos  del  hombre,  y 
cocerás  tu  pan  sobre  ellas.»  16  Díjome 
también  :  «Hijo  del  hombre,  he  aquí 
que  yo  quebraré  en  Jerusalén  el  sus- 
tento del  pan,  y  comerán  el  pan  a 
peso  y  con  inquietud,  y  beberán  e! 
agua  a  medida  y  con  turbación ;  "  de 
snerte  que,  faltos  de  pan  y  agua, 
caiga  desfallecido  cada'  uno'  sobre  ' 
su  hermano  y  se  consuman  en  su 
iniquidad.)' 


Siguen  los  actos  simbólicos  vaticinadores  de  la  ruina 
de  Judá  y  Jerusalén 


r  '  Y  tú,  hijo  del  hombre,  cógete 
una  navaja  afilada,  una  navaja 
de  barberos  te  cogerás,  y  la  pasarás 
por  tu  cabeza  y  tu  barba  ;  y  cógete 
una  balanza  de  pesar  y  reparte  el 
pelo  :  2  una  tercera  parte  la  quema- 
rás en  el  fuego  en  medio  de  la  ciu- 
dad al  cumplirse  los  días  del  asedio  ; 
y  tomarás  otra  tercera  parte  y  la 
herirás  con  la  espada  alrededor  de 
aquélla  ;  y  la  otra  tercera  parte  la 
esparcirás  al  viento  ;  y  espada  des- 
envainaré tras  ellos.  3  Y  tomarás  de 
allí  un  corto  número  y  los  atarás  en 
el  ruedo  de  tu  vestidura.  '  Y  aun 
tomarás  parte  de  éstos  y  los  echarás 
en  medio  del  fuego  y  los  quemarás 
en  él  ;  a  y  de  ello  saldrá  fuego  a  a 
toda  la  casa  de  Israel.  5  Así  habla  el 
Señor  b,  Yahveh  :  Esta  es  Jerusalén. 


En  medio  de  las  naciones  la  había 
yo  colocado,  rodeada  de  tierras.  "  Pe- 
ro ella  se  rebeló  contra  mis  decrete», 
obrando  con  más  perversidad  que 
los  gentiles,  y  contra  mis  leyes  más 
ue  los  países  que  la  circundan  ;  pue> 
esecharon  mis  decretos  y  con  arre- 
glo a  mis  leyes  no  anduvieron.  7  Por 
tanto,  así  afirma  el  Señor  b,  Yahveh : 
Porque  os  habéis  sublevado c  [im- 
píamente] más  que  los  gentiles  que 
os  circundan,  no  habéis  seguido  mis 
preceptos,  ni  habéis  cumplido  mis 
normas  y  ni  siquiera  habéis  obrado 
conforme  a  las  costumbres  de  los 
gentiles  que  os  rodean  ;  8  por  eso, 
así  habla  el  Señor  b,  Yahveh  :  He 
aquí  que  también  yo  voy  a  venir  so- 
bre ti  y  haré  en  medio  de  ti  juicio*, 
a  los  ojos  de  las  naciones.  9  Y  obra- 


lu  Veinte  siclos  :  e.  d.,  unos  327  gramos,  o  sea,  la  mitad  de  lo  que  consume  un 
hombre  normal. 

u  La  sexta  harte  de  un  hin  :  e.  d.,  un  litro  aproximadamente,  cantidad  eximia, 
sobre  todo  en  un  país  calido. 

a  Cocerás  :  no  manda  Dios  a  Ezequiel  que  cubra  el  pan  con  porquería  y  lo 
coma,  sino  que  le  cueza  con  ella  en  vez  de  carbón.  Luego,  en  atención  al  profeta, 
y  sin  que  ello  implique  cambio  de  resolución  en  Dios  respecto  a  Israel,  le  permite 
usar  para  dicho  menester  boñiga  de  vaca,  según  uso  de  Oriente. 

14  Cadáver  de  bestia  muerta  :  e.  d.,  carne  de  bestia  muerta  naturalmente. 

'*  El  sustento  :  o  apoyo ;  lit.,  el  báculo. 

K  1  Una  navaja  :  según  algunos  intérpretes,  significa  la  fuerza  de  los  enemigos.— Es 
♦J  otra  profecía  sobre  la  ruina  de  Jerusalén.  Raerse  la  cabeza,  para  un  oriental  era 
un  oprobio  o  señal  de  máximo  duelo.  Quiere  decir  el  profeta  que  Jerusalén  será  ultra- 
jada y  quedará  sin  habitantes  y  que  él  participa  de  corazón  en  su  dolor. 


—  1504  — 


5  io-6  5 


EZEQUIEL 


514-6 


ré  contigo  lo  que  no  hice  ni  haré 
jamás  semejante,  a  causa  de  todas 
tus  abominaciones.  10  Por  eso  los  pa- 
dres devorarán  a  los  hijos  en  medio 
de  ti  e  hijos  devorarán  a  sus  padres, 
v  ejecutaré  en  ti  juicios  y  esparciré 
todo  tu  residuo  a  todos  los  vientos. 
11 Y  así,  por  mi  vida — declara  el 
Señor  b,  Yahveh— ,  que,  pues  profa- 
naste mi  santuario  con  todos  tus  ído- 
los v  todas  tus  abominaciones,  tam- 
bién yo  te  raeré  d,  y  mis  ojos  no  se 
apiadarán  ni  perdonaré.  a  Un  tercio 
de  ti  morirá  de  peste  y  de  hambre 
se  ha  de  consumir  en  medio  de  ti ; 
otro  tercio  caerá  a  cuchillo  alrededor 
de  ti,  y  la  otra  tercera  parte  la  es- 
parciré a  todos  los  vientos  y  desen- 
vainaré la  espada  tras  ellos.  "Y  se 
desfogará  mi  ira  y  saciaré  mi  enojo 
en  ellos,  y  me  procuraré  satisfac- 
ción, y  sabrán  que  yo,  Yahveh,  he 


hablado  en  mi  celo,  cuando  haya  des- 
ahogado en  ellos  mi  enojo.  14  Y  te 
reduciré  a  ruinas  y  oprobio  entre  las 
naciones  que  te  rodean,  a  los  ojo- 
de  todo  el  que  pase.  15  Y  serás  opro- 
bio, objeto  de  ultrajes,  lección  y  te- 
rror para  las  naciones  circundantes 
cuando  yo  haga  en  ti  justicia  con  ira, 
furor  y  correcciones  sañudas.  16  Yo, 
Yahveh,  he  hablado — ;  [181  cuando  yo 
dispare  contra  ellos  las  saetas  ma- 
lignas del  hambre,  que  acarreen  la 
destrucción,  las  cuales  lanzaré  para 
aniquilaros,  y  aumentaré  el  hambre 
sobre  vosotros  y  os  quebraré  el  bácu- 
lo del  pan  ;  n  y  enviaré  contra  vos- 
otros el  hambre  y  animales  dañinos, 
que  te  dejen  sin  hijos,  y  la  peste  y 
la  sangre  pasarán  por  "ti  y  descar- 
garé sobre  ti  la  espada.  Yo,  Yahveh, 
he  hablado.» 


Anuncios  de  devastación  para  el  reino  de  Israel 


z:  ■  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 
"  veh,  diciendo  :  2  «Hijo  del  hom- 
bre, dirige  tu  rostro  hacia  los  mon- 
tes de  Israel  y  vaticina  contra  ellos, 
'  y  di  :  Montañas  de  Israel,  escuchad 
la'  palabra  del  Señor  a,  Yahveh.  Así 
habla  el  Señor  a,  Yahveh,  a  los  mon- 
tes, los  collados,  los  ríos  y  los  valles. 
He  aquí  que  yo  voy  a  atraer  sobre 
vosotros  la  espada  y  destruiré  vues- 
tros lugares  altos  ;  4  y  serán  devas- 
tados vuestros  altares  y  hechas  pe- 
dazos vuestras  estelas  solares,  y  de- 
rribaré vuestros  heridos  de  muerte 
delante  de  vuestros  ídolos,  5  y  pon- 
dré los  cadáveres  de  los  hijos  de  Is 
rael  delante  de  sus  ídolos,  y  esparciré 
vuestros  huesos  alrededor  de  vues- 


tros altares.  6  En  todos  vuestros  pun- 
tos de  morada,  las  ciudades  serán 
arruinadas  y  devastados  los  lugares 
altos,  a  fin  de  que  sean  arruinados 
y^  devastados  vuestros  altares  ;  y  se- 
rán destrozados  y  aniquilados  vues- 
tros ídolos,  y  serán  destruidas  vues- 
tras estelas  solares  y  borradas  vues- 
tras obras.  '  Y  yacerán  los  heridos 
de  muerte  en  medio  de  vosotros,  y 
sabréis  que  yo  soy  Yahveh. 

8  Y  dejaré  que  queden  de  vosotros 
entre  los  pueblos  escapados  de  la  es- 
pada, cuando  seáis  dispersados  por 
las  tierras.  9  Y  vuestros  evadidos  se 
acordarán  de  mí  entre  las  gentes  don- 
de fueron  llevados  cautivos  ;  cuan- 
do haya  yo  quebrantado  b  su  corazón 


a  Se  DESFOGARÁ  mi  ira  :  o  bien,  tendrá  cumplimiento  la  ejecución  de  mi  casti- 
go. |¡  Me  procuraré  satisfacción  :  e.  d.,  quedaré  satisfecho. 

16  Os  uufbraré  el  bácülo  del  pan  :  o  bien,  os  quitaré  el  sostén  y  fuerza  del  pan  ; 
cf.  Lev.  26,  6 ;  Sal.  105,  16,  etc. 

f*  1  Anuncia  el  profeta  en  este  capitulo  el  castigo,  que  se  extenderá  después  de  Je- 
M  rusalén  a  toda  la  tierra  israelita,  salvándose  una  partecita,  que  formará  el  nue- 
i-o  Israel. 

»  Ríos:  otros,  •barrancos...!;  V  •  peñascosi.  ||  Lugares  altos:  o  cimas  de  culto 
idólatra,  como  repetidamente  se  ha  anotado. 

4  Estelas  solares  :  o  columnas  dedicadas  a  Baal,  dios  solar,  y  adosadas  a  sus  aras. 

*  En  todos  :  el  sentido  es  que  dondequiera  que  vayan  a  habitar  estarán  las  ciu- 
dades de  Israel  desiertas. 

8  Y  dejaré. . .  :  o  también,  con  otros  :  «Y  dejaré  residuo.  Mas  si  tuviereis  entre  laa 
naciones  gentiles  quienes  escapen  a  la  espada... • 

9  Cuando  haya  yo  quebrantado  :  yo  haré  que  se  arrepientan,  y  ésta  será  la  prueba 
de  que  Dios  no  ha  hablado  en  vano. 


—  I505  — 


6  io-7  8 


EZKQU1KL 


6  13~7  M 


adúltero,  que  se  apartó  de  mí,  y  sus 
ojos,  que  fornicaron  tras  sus  ídolos  ; 
y  tendrán  horror  de  sí  mismos  por 
las  maldades  que  cometieron,  con  to- 
da?, sus  abominaciones.  10  Y  sabrán 
que  yo  soy  Yahveh  ;  no  en  vano 
anuncié  que  les  había  de  causar  esta 
desgracia. 

"  Así  haibla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
(tólpea  con  tu  mano  y  huella  con  tu 
pie  y  di  :  ¡  Ay  ! ,  por  todas  las  per- 
versas abominaciones  de  la  casa  de 
Israel,  pues  a  espada,  de  hambre  y 
de  peste  caerán.  12  Quien  se  halle  le- 
jos, morirá  de  peste,  y  quien  cerca, 
caerá  a  espada,  y  el  que  quede  y  esté 


sitiado  morirá  de  hambre,  y  desbra- 
varé en  ellos  mi  saña.  1:1  Y  sabréi- 
que  yo  soy  Yahveh  cuando  estén  sus 
heridos  de  muerte  en  medio  de  sus 
ídolos  alrededor  de  sus  altares,  en 
toda  colina  elevada,  en  las  cumbres 
todas  de  los  montes  y  bajo  todo  ár- 
bol verde  y  todo  terebinto  tupido, 
allí  donde  han  quemado  perfume  de 
suave  olor  a  todos  sus  ídolos.  "  Y 
extenderé  mi  mano  sobre  ellos  y  de- 
jaré .la  tierra  desolada  y  devastad;; 
desde  el  desierto  a  Kiblá  c,  doquier;; 
habitan,  y  conocerán  que  yo  soy  Yah- 
veh.» 


Inminencia  del  trágico  fin 


n  1  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de 
'  Yahveh,  diciendo  : 
2  «Y  tú,  hijo  del  hombre,  así  dice 
el  Señor,  Yahveh,  a  la  tierra  de  Is- 
rael :  ¡  Un  fin  viene  a,  viene  el  fin 
sobre  los  cuatro  extremos  del  país  ! 
3  Ahora  será  el  fin  sobre  ti,  y  envío 
sobre  ti  mi  cólera,  y  te  juzgaré  con 
arreglo  a  tu  proceder,  y  cargaré  so- 
bre ti  todas  tus  abominaciones.  4  Y 
mis  ojos  no  se  compadecerán  de  ti 
ni  me  apiadaré,  pues  cargaré  sobre 
ti  tu  proceder,  y  tus  abominaciones 
aparecerán  en  medio  de  ti,  y  sabréis 
que  yo  soy  Yahveh.»  5  Así  afirma  el 
Señor  b,  Yahveh  :  « ¡  Una  desgracia 
única,  una  desgracia  he  aquí  que  vie- 
ne !  *  ¡  Un  fin  viene,  viene  el  fin  c 
contra  ti,  he  aquí  que  llega  !  '  Te  lle- 
ga tu  turno,  ¡oh  habitante  de  la  tie- 
rra !  ;  viene  el  tiempo,  cercano  está 
el  día  de  consternación,  v  no  de  jú- 
bilo, en  las  montañas.  5  Ahora  pron- 
to derramaré  mi  cólera  sobre  ti  y 
desbravaré  en  ti  mi  ira,  te  juzgaré 


según  tu  proceder  y  cargaré  sobre 
ti  todas  tus  abominaciones.  9  Y  mis 
ojos  no  se  compadecerán  de  ti  ni 
voy  a  perdonar  ;  con  arreglo  a  tu 
proceder  te  imputaré,  y  tus  abomi- 
naciones aparecerán  en  medio  de  ti, 
y  sabréis  que  yo,  Yahveh,  soy  quien 
hiero.  10  He  aquí  el  día,  he  aquí  que 
llega  :  ha  salido  tu  turno,  ha  flore- 
cido la  vara,  ha  brotado  el  orgullo. 
"  La  violencia  se  ha  alzado  como  va- 
ra de  impiedad.  Nada  quedará  de 
ellos,  ni  de  su  multitud,  d  ni  de  su 
ruido,  ni  habrá  gloria  en  ellos  ''. 
12  Viene  el  tiempo,  acércase  el  día  : 
el  comprador  no  se  alegre  y  el  ven- 
dedor no  se  duela,  0  pues  la  ira  gra- 
vita sobre  toda  su  multitud  ".  13  Por- 
que el  vendedor  no  volverá  a  lo  ven- 
dido, r  aunque  continúe  todavía  su 
vida  entre  los  vivos  ;  pues  la  visión 
contra  toda  su  multitud  no  se  re- 
vocará e,  y  nadie  f  por  su  iniquidad 
su  vida  afirmará  '. 
14  Tocarán  la  trompeta  "  y  estará 


GOLl'KA  e 

Qu  ien  si 
is  j  nadi 


t  puntúan  :  «Yahveh  :  A  la  tierra  de  Israel... 
al  tiempo  del  levantamiento  general  de  siria  y  Palestina 
Egipto,  al  que  se  asoció  Sedéelas. 

corona  (¿  círculo,  fataHd'ad?" )'»"   otros,  di. 

lisio,  que  Ilesa  o  ha  venido.  ||  Tu  tukno  :  otros,  tía  core 

ontritio»  o  quebrantamiento. 

su  esplendor».. 


-  1506- 


7  "-8  2 


EZEQUIEL 


7  21-8  * 


lodo  presto,  mas  no  habrá  quien  va- 
ya al  combate  *  ;  porque  mi  cólera 
gravita  sobre  toda  su  multitud.  w  La 
espada,  por  fuera,  y  la  peste  y  el 
hambre  por  dentro  :  quien  esté  en 
el  campo,  con  la  espada  morirá,  y 
quien  en  la  ciudad,  hambre  y  pes- 
tilencia lo  han  de  devorar.  l*  Y  es- 
caparán sus  evadidos  y  estarán  por 
los  montes  como  las  palomas  de  los 
valles  ;  todos  ellos  zurean,  cada  uno 
por  su  culpa.  17  Todos  los  brazos  se 
enervarán  y  todas  las  rodillas  se  di- 
solverán en  agua.  15  Y  se  ceñirán  sa- 
cos, y  los  cubrirá  el  terror,  y  en  todo 
rostro  habrá  confusión,  y  todas  las 
cabezas  estarán  rasuradas.  19  Arroja- 
rán su  plata  a  lasValles  y  su  oro  se- 
rá juzgado  basura  ;  h  ni  su  plata  ni 
su  oro  podrá  salvarlos  en  el  día  del 
furor  de  Yahveh  h  ;  no  saciarán  su 
alma  ni  llenarán  sus  entrañas,  pues 
fué  incentivo  a  su  pecado.  M  La  be- 
lleza de  sus  joyas  la  trocaron  >  en 
soberbia  y  fabricaron  con  ella  sus 
abominables  imágenes  y  ¡  sus  ídolos; 
por  eso  se  lo  convertí  en  inmundi- 


cia ;  11  y  lo  entregaré  en  manos  de 
extraños  como  botín,  y  a  los  más 
impíos  de  la  tierra  como  despojo,  los 
cuales  lo  profanarán.  ~  Y  apartaré 
mi  rostro  de  ellos,  v  profanarán  mi 
tesoro,  pues  penetrarán  en  él  los  in- 
vasores y  lo  mancillarán.  23  Fabricad 
cadenas,  pues  el  país  está  lleno  de 
delitos  de  sangre,  y  la  ciudad,  re- 
pleta de  violencia.  11  Yo  traeré  na- 
ciones muy  perversas  y  poseerán  sus 
casas  ;  y  pondré  fin  a  la  soberbia  de 
los  poderosos  y  serán  profanados  sus 
santuarios.  25  Temor  viene,  y  se  bus- 
cará paz  y  no  la  habrá.  26  Vendrá  tur- 
bación sobre  turbación,  y  a  una  mala 
noticia  seguirá  otra  ;  pedirán  revela- 
ción al  profeta,  y  la  instrucción  habrá 
desaparecido  del  sacerdote  y  el  con- 
sejo de  los  ancianos.  27  El  rey  hará 
duelo  y  el  príncipe  se  revestirá  de 
desolación  ;  las  manos  del  pueblo 
del  país  temblarán  de  espanto.  Se- 
gún su  proceder  los  trataré  y  con 
arreglo  a  sus  juicios  los  he  de  juz- 
gar, y  sabrán  que  yo  soy  Yahveh.» 


La  idolatría  de  Jerusalén.  La  gloría  de  Yahveh  abandona 
el  santuario 


o  1  ElJ  el  año  sexto,  a  cinco  del 
"  sexto  mes,  sucedió  que  estaba  yo 
sentado  en  mi  casa  y  los  ancianos 
de  Judá  hallábanse  sentados  delante 
de  mí,  y  posóse  allí  sobre  mí  la  ma- 
no del  Señor  »  Yahveh.  '  Miré  en- 
tonces y  vi  una  figura  como  de  hom- 
bre b;  desde  lo  que  semejaban  sus 
lomos  para  abajo  era  fuego,  y  desde 
sus  lomos  para  arriba,  una  especie 


de  resplandor  semejante  al  electro. 
3  Y  alargó  una  a  manera  de  mano  y 
me  cogió  por  el  mechón  de  mi  cabe- 
za, y  el  espíritu  me  elevó  entre  la 
tierra  y  el  cielo  y  condújome  a  Je- 
rusalén en  visión  divina,  a  la  entra- 
da de  la  puerta  interior  que  mira  al 
norte,  emplazamiento  del  ídolo  del 
celo,  que  provoca  los  celos  [de  Yah- 
veh]. 4  Y  he  aquí  que  allí  estaba  la 


18  Todo  ellos  zurean,  gimiendo.  Otros  corrigen  o.  S  :  encontrarán  la  muerte,  mo- 
rirán ;  o  c.  G  :  mataré  (cf.  Kit). 

11  Se  enervarán...,  se  disolverán  en  agua  :  o  bien,  colearán  lacias...,  se  disolverán 
como  agua.  Comí).  G  :  «Todos  los  muslos  quedarán  manchados  i>or  el  humor  que  se 
desprenderá.» 

72  Apartaré  mi  rostro:  no  haré  ya  caso  de  lo--  judíos.  Mi  tesoro:  según  los 
Santos  Padres,  se  refiere  aquí  el  profeta  al  Santo  de  los  Santos,  adonde  sólo  el  Sumo 
Pontífice  osaba  penetrar. 

a  Fabricad  cadenís  :  lit.,  haz  cadena  ;  V  «haz  conclusión»  ;  otros,  «y  harán  de  ello 
cadenas» . . . 

Serán  profanados  :  V  «ixjseerán». 

-'•  El  rey  hará  DUELO  :  o  «se  entregará  al  llanto»,  como  mujer  en  tal  de  dirigir 
y  animar  la  resistencia.  ||  Desolación  :  otros,  «horror,  turbación.  .». 

O  1  Kl  ídolo  del  lelo,  que  provocaba  a  celos  a  Yahveh,  era  una  imagen  de  culto 
°   idólatra,  como  Astarté  lAserá)  o  Baal  (cf.  2  Re.  21,  1-7). 

1  Y  HE  AOUÍ  :  al  aparecérsele  Dios  al  profeta  por  la  parto  del  norte  le  significa 
que  abandona  un  suntuario  y  un  templo  manchados  por  el  pecado  y  la  idolatría. 


—  1507  — 


8  5  9  2 


kZKQUIEL 


8  13-9  3 


gloria  del  Dios  de  Israel,  similar  a 
la  visión  que  había  yo  contemplado 
en  la  vega.  6  Y  díjome  :  «¡Oh  hijo 
del  hombre!,  alza  tus  ojos  hacia  el 
norte.»  Y  levanté  mis  ojos  hacia  el 
norte,  y  hete  aquí  al  norte  de  la 
puerta  deT  altar  el  ídolo  del  celo,  a 
la  entrada  misma.  0  Díjome  enton- 
ces :  «Hijo  del  hombre,  ¿  ves  lo  que 
hacen  éstos,  las  grandes  abomina- 
ciones que  la  casa  de  Israel  comete 
aquí  para  alejarme  de  mi  santuario? 
Pero  todavía  has  de  ver  abominacio- 
nes mayores.»  7  Y  me  llevó  al  in- 
greso del  atrio,  y  miré  y  hete  allí 
un  agujero  en  la  pared.  8  Y  me  di- 
jo :  «Hijo  del  hombre,  atraviesa  por 
la  pared.»  Y  atravesé  por  la  pared  y 
apareció  una  puerta.  9  Díjome  enton- 
ces ■  «Entra  y  contempla  las  perver- 
sas abominaciones  que  éstos  cometen 
aquí.»  10  Entré,  pues,  y  miré,  y  he 
aquí  que  vi  toda  clase  de  imágenes 
de  reptiles  y  bestias,  abominaciones 
y  todos  los  ídolos  de  la  casa  de  Is- 
rael grabados  sobre  la  pared,  todo 
alrededor.  11  Y  setenta  varones,  de 
los  ancianos  de  la  casa  de  Israel, 
entre  los  cuales  se  encontraba  Yaa- 
/anyahu,  hijo  de  Safán,  estaban  en 
pie  ante  aquéllos,  con  sendos  incen- 
sarios en  la  mano,  y  ascendía  el  per- 
fume de  una  nube  de  incienso.  12  Y 
díjome  :  «¿Has  visto,  hijo  del  hom- 
bre, lo  que  los  ancianos  de  la  casa  | 


de  Israel  hacen  en  la  oscuridad,  cada 
uno  en  su  respectivo  aposento  ' ,  or- 
nado de  imágenes  idolátricas  ?  Pues 
afirman  :  «Yahveh  no  nos  ve  ;  Yah- 
veh  ha  abandonado  el  país.»  "  Y  aña- 
dióme :  «Todavía  has  de  contemplar 
abominaciones  mayores,  que  éstos  co- 
meten.» "  Y  trasladóme  a  la  entrada 
de  la  puerta  de  la  casa  de  Yahveh, 
que  mira  al  norte,  y  hete  allí  sen- 
tadas las  mujeres  plañiendo  a  Tam- 
muz.  "  Y  me  dijo  :  «¿  Has  visto,  hijo 
del  hombre  ?  ¡  Todavía  has  de  ver 
abominaciones  mayores  que  é»ia-!> 
w  Y  me  condujo  ai  atrio  interior  de 
la  casa  de  Yahveh,  y  he  aquí  que  a 
la  entrada  del  templo  de  Yahveh, 
entre  el  vestíbulo  *y  el  altar,  había 
unos  veinticinco  varones,  vueltas  sus 
espaldas  hacia  el  santuario  de  Yah- 
veh y  sus  rostros  al  oriente,  y  que, 
tornados  hacia  el  este,  adoraban  al 
sol.  "Y  díjome  :  «¿Has  visto,  hijo 
del  hombre  ?  ¿  Parécele  cosa  harto  in- 
significante a  la  casa  de  Judá  haber 
cometido  las  abominaciones  que  aquí 
han  hecho,  que  han  llenado  la  tie- 
rra de  violencia  y  lian  vuelto  a  irri- 
tarme ?  ¡He  aquí  que  se  "evan  el 
pámpano  a  las  narices !  Pues  yo 
también  obraré  con  furor  :  mis  ojos 
no  se  compadecerán  ni  me  apiadaré, 
y  gritarán  a  mis  oídos  y  no  los  es- 
cucharé.» 


Yahveh  castiga  la  idolatría  de  Jerusalén 


q  1  Y  gritó  a  mis  oídos  con  recia 
voz,  diciendo  :  «Acércanse  '.os 
castigos  de  la  ciudad,  cada  uno  con 
su  instrumento  de  exterminio  en  la 
mano.»  2  Y  he  aquí  que  seis  hombres 
venían  por  el  camino  de  la  puerta 
superior  que  mira  al  norte,  con  sen- 


dos instrumentos  de  destrucción  <-n 
la  mano,  y  en  medio  de  ellos  un  va- 
rón vestido  de  lino  con  el  recado  de 
escribir  del  escriba  á  su  cintura  ;  v 
entraron  y  se  colocaron  junto  al  al- 
tar de  bronce.  3  Entre  tanto,  la  glo- 
ria del  Dios  de  Israel  se  elevó  de 


10  Imágenes  de  reptiles,  que  representaban  el  culto  egipcio  de  lo»  animales. 
"  Y  setenta  varones  :  representan  toda  la  nación  israelita. 

11  Tammuz  :  ael  hijo  de  la  Vida»;  es  el  dios  babilónico  y  fenicio  de  la , vegetación, 
que  cada  año  muere  y  revive,  al  igual  que  cada  día  el  sol.  Se  corresi>onde  con  el  Ado- 
nis de  los  griegos. 

"  El  pámpano  a  las  narices  :  se  dice  era  una  costumbre  pagana  del  culto  al  sol 
esta  de  llevarse  a  las  narices  brotes  o  flores  olorosas.  Otros  vierten:  «¡aun  hacen 
subir  hasta  mí  el  hedor!»  (Bibl.  Bonn),  une  agarran  por  la  nariz»  (Hibl.  ¿ubi  Cf.  (.  : 
•  levantan  una  rama  como  gente  que  se  burla». 

9 2  Seis  hombres  :  seis  íingeles,  llamados  también  hombres  en  el  Génesis  08,  z\. 
8  Se  elevó  :  todo  esto  para  indicar  que  renunciaba  Dios  a  la  reale/a  que  ejerciera 
sobre  Israel. 


-1508- 


9  4 -10 4 


EZEQU1EL 


9  8-1Q8 


encima  de  a  los  querubines .  sobre  ¡os 
euales  a  estaba,  hacia  el  umbral  de 
la  casa,  y  llamó  al  varón  vestido  de 
lino  que  tenía  a  su  cintura  el  recado 
de  escribir  del  escriba,  4  y  díjole 
Yahveh  b  :  «Pasa  por  medio  de  la 
ciudad,  por  medio  de  Jerusalén,  y 
señala  con  una  tau  las  frentes  de  los 
hombres  que  suspiran  y  gimen  por 
todas  las  abominaciones  que  se  co- 
meten dentro  de  ella.»  s  Y  dijo  a 
aquéllos,  oyéndolo  yo  ;  oRecorred  la 
ciudad  tras  él  y  herid  ;  no  se  com- 
padezcan vuestros  ojos  ni  os  apia- 
déis: 6  viejo,  joven,  doncella,  niños  y 
mujeres  mataréis  hasta 
el  exterminio  ;  mas  no 
os  habéis  de  acercar  a 
ninguno  sobre  el  cual 
esté  la  tau.  Y  comen- 
zaréis por  mi  santua- 
rio.» Y  empezaron  por 
los  hombres  más  ancia- 
nos que  había  delante  „T(,1(,  antlgua 
de  la  casa.  'en  una  pieira 

'Luego  les  dijo:  deconstruc- 
«j  Contaminad  la   casa  ción 


y  llenad  los  atrios  de  víctimas  ;  sa- 
lid!» Y  salieron  e  hirieron  en  la 
ciudad.  s  Y  mientras  ellos  produ- 
cían la  mortandad  y  quedé  yo  so- 
lo, caí  de  bruces  y  exclamé  gritan- 
do :  «c  ¡  Ay,  Señor,  Yahveh  !  ¿  Vas  a 
exterminar  a  todo  el  residuo  de  Is- 
rael, derramando  tu  saña  sobre  Je- 
rusalén ?»  !l  Y  me  contestó  :  «La  ini- 
quidad de  la  casa  de  Israel  y  de  Judá 
es  grande  sobremanera,  pues  el  país 
está  lleno  de  sangre  y  la  ciudad  re- 
pleta de  lesionados  en  su  derecho, 
porque  han  dicho  :  «¡Yahveh  ha 
abandonado  la  tierra  y  Yahveh  nada 
ve  !»  10  Pues,  a  mi  vez,  tampoco  mis 
ojos  se  compadecerán  ni  me  apiada- 
ré ;  haré  recaer  su  proceder  sobre  su 
cabeza.»  11  Y  he  aquí  que  el  varón 
vestido  de  lino  que  llevaba  en  sus 
lomos  el  recado  de  escribir,  trajo  la 
respuesta,  diciendo:  «¡He  hecho 
conforme  me  mandaste  !» 


Nueva  visión  de  la  gloria  de  Yahveh,  que  abandona 
el  templo 


"1  A  'Y  miré,  y  he  aquí  que  sobre 
-L,J  el  firmamento  que  había  enci- 
ma de  la  cabeza  de  los  querubines 
[divisé]  como  una  piedra  de  zafiro, 
y  sobre  ellos  dejábase  ver  la  figura 
como  de  un  trono.  2  Y  habló  [Yah- 
veh] al  varón  vestido  de  lino,  y  di- 
jo :  «Entra  por  medio  de  las  ruedas, 
bajo  los  querubines  a,  y  llena  el  cuen- 
co de  tus  manos  de  brasas  de  fuego 
de  entre  los  querubines  y  espárcelas 
sobre  la  ciudad.»  Y  él  penetró,  a  mis 
propios  ojos.  *  Ahora  bien,  los  que- 
rubines hallábanse  en  el  lado  dere- 
cho de  la  casa  cuando  entró  el  va- 
rón, y  la  nube  llenaba  el  atrio  inte- 
rior. '  La  gloria  de  Yahveh  se  elevó 
de  encima  de  los  querubines  a  haciab 
el  umbral  de  la  casa,  la  cual  6e  llenó 


de  la  nube,  mientras  el  atrio  se  hin- 
chió del  resplandor  de  la  gloria  de 
Yahveh.  5  Y  el  rumor  de  las  alas  de 
los  querubines  oyóse  hasta  en  el 
atrio  exterior,  como  la  voz  del  Om- 
nipotente cuando  habla. 

6  Sucedió,  pues,  que  cuando  dió 
orden  al  varón  vestido  de  lino,  di- 
ciendo :  «Toma  fuego  de  entre  las 
ruedas,  de  entre  los  querubines»,  éñ 
penetró  y  se  paró  junto  a  la  rueda. 
'  Y  el  querubín  alargó  su  mano  por 
entre  los  querubines  hacia  el  fuego 
que  había  entre  éstos,  y  cogió  del 
mismo  y  lo  puso  en  el  cuenco  de  las 
manos  del  varón  vestido  de  lino, 
quien  lo  tomó  y  salió.  8  Entonces 
apareció  en  los  querubines  algo  co- 


4  Tau  :  otros  traducen  :  «con  un  signo».  La  tau  es  la  última  letra  del  alfabeto, 
que  antiguamente  tenía  la  forma  de  cruz  aspada.  Los  Santos  Padres  pusieron  de  re- 
lieve su  coincidencia  con  el  signo  redentor  de  Cristo. 

•  Niños  y  mujeres:  hiere  Dios  a  los  niños  para  que  la  impiedad  de  la  nación  no 
los  manche. 

10    '  SS'  'Para  esta  visi"n-  tf-  la  descripción  de  Ez.  en  el  cap.  i. 

:  Brasas  de  fuego  :  significaban  que  sería  pronto  Jerusalén  incendiada  por  los 
caldeos. 

8  La  voz  del  Omnipotente  :  e.  d.,  el  trueno,  imagen  frecuente  en  la  Biblia,  espe- 
cialmente en  los  Salmos. 


—  1509  — 


10  9-11  2 


EZEQUIEL 


10  "-I!  5 


mo  una  mano  0  de  hombre  bajo  sus 
alas.  9  Y  miré,  y  he  aquí  que  había 
cuatro  ruedas  junto  a  los  querubi- 
nes, una  junto  a  cada  querube,  y  el 
aspecto  de  Jas  ruedas  semejaba  a 
piedra  de  Tarsis.  10  El  aspecto  de 
ellas  ofrecía  una  misma  figura  para 
las  cuatro,  como  si  una  rueda  estu- 
viese dentro  de  la  otra.  11  Cuando 
avanzaban,  movíanse  hacia  los  cua- 
tro lados  [de  frente]  sin  volverse, 
al  marchar.  u  Todo  el  cuerpo  de 
ellos,  su  espalda,  sus  manos  y  sus 
alas,  así  como  las  ruedas,  estaban 
llenos  de  ojos  alrededor  en  las  cua- 
tro de  sus  ruedas.  "  A  las  ruedas  se 
las  llamó,  a  mis  propios  oídos,  gal- 
gal  (torbellino).  "Y  cada  uno  [de 
los  querubines]  'tenía  cuatro  rostros : 
el  primer  rostro  era  rostro  de  que- 
rube ;  d  el  segundo  rostro,  rostro  de 
hombre  ;  e'l  tercer  rostro,  rostro  de 
león,  y  el  cuarto  rostro,  rostro  de 
águila!  1:'.Y  levantáronse  los  queru- 
bines :  era  el  mismo  ser  vivo  que 
había  yo  visto  en  el  río  Kebar.  10  Y 
cuando  se  movían  los  querubines, 
marchaban  igualmente  las  ruedas 
junto  a  ellos,  y  cuando  los  querubi- 


]  nes  alzaban  sus  alas  para  remontar- 
se de  la  tierra,  tampoco  las  ruedas 
se  apartaban  de  junto  a  ellos.  "  Al 
pararse  ellos,  ellas  se  paraban,  y 
cuando  ellos  se  levantaban,  ellas  se 
levantaban  con  ellos,  pues  el  espíri-. 
lu  del  ser  viviente  alentaba  en  ellos. 

a  Y  la  gloria  de  Yahveh  salió  de 
sobre  el  umbral  de  la  casa  y  se  co- 
locó encima  de  los  querubines.  19  Y 
alzaron  los  querubines  sus  alas  y  se 
remontaron  de  la  tierra  ante  mis 
ojos,  e  y  al  alzarse  ellos  [torciéronlo] 
las  ruedas  0  igualmente.  Y  paráron- 
se f  a  la  entrada  de  la  puerta  orien- 
tal de  la  casa  de  Yahveh,  y  la  glo- 
ria del  Dios  de  Israel  estaba  sobre 
ellos  por  encima.  "  Era  el  mismo  ser 
vivo  que  vo  viera  debajo  del  Dios 
de  Israel  en  el  río  Kebar  ;  y  com- 
prendí que  eran  querubines.  21  Cua- 
tro rostros  tenía  cada  uno  y  cada 
uno  cuatro  alas,  con  algo  como  ma- 
nos humanas  bajo  sus  alas.  ~  V  la 
figura  de  sus  rostros  era  la  de  los 
rostros  que  había  vo  visto  junto  al 
rio  Kebar  ;  eran  su  mismo  aspecto 
v  los  mismos  querubines  ;  cada  uno 
marchaba  de  frente  a  sí  mismo. 


Visión  de  los  veinticinco  hombres  y  castigo  de  los  jefes 
del  pueblo 


U1  Después  el  Espíritu  me  ele- 
vó y  condújome  a  la  puerta 
oriental  de  la  casa  de  Yahveh,  la 
que  mira  hacia  levante  ;  y  he  aquí 
que,  a  la  entrada  de  la  puerta,  [ha- 
bía] veinticinco  hombres,  en^  medio 
de  los  cuales  vi  a  Yaazanyá,  hijo 
de  A/.zur,  y  a  Pelatyahu,  hijo  cte  Be- 
nayalhu,  príncipe  del  pueblo.  -  Y  dí- 
jome  [Yahveh]  :  «Hijo  del  hombre, 


éstos  son  los  hombres  que  maqui- 
nan iniquidad  y  quienes  en  esta  ciu- 
dad dan  consejo  inicuo  ;  3  los  que 
afirman  :  ¿No  han  sido  edificadas 
poco  ha  [estas]  casas  ?  ;  ¡  ésta  es  la 
Olla  y  nosotros  somos  la  carne  !  4  Por 
eso,  ¡  profetiza  contra  ellos,  profeti- 
za, Oh  hijo  del  hombre!»  8  E  inva- 
dióme el  espíritu  de  Yahveh  y  me 
dijo :  «Di :  Así  se  ha  expresado  Yah- 


B  GALGAL  :  e.  d.,  rueda,  torbellino, 
18  Y  la  gloria  de  Yahveh  :  Dios  ab; 

misma  puerta  por  donde  entrará  cuaiu 

por  el  destierro. 

■  Eran  su  mismo  aspecto  y  los  mismc 

(o  ellos)  ;  V  ay  la  mirada  de  ellos  y  el 

cf.  Kit. 


:-mplo,  y  sale  por  la 
vo  Israel,  purificado 


ii ;, 


NO    HAN    SIDO    KjiIEIl  AD\S 


cf.  GV  ; 
la  pena 


tiempo  de  infortunio  no  está  tan  próximo ;  edifiquemos  casa? 
(e.  d.,  la  ciudad)  es  la  olla  y  nosotros  la  carne  :  sería  un  mi 
lar,  que  indicaría  aquí  :  como  la  olla  protege  la  carne,  así  están 
los  muros  de  Jerusalén.  De  modo  que  los  príncipes  aconsejan 
en  sus  fuerzas  y  no  hasía  caso  de  predicciones. 


—  1510  — 


11  6-15 


EZEQUIEL 


11  16-25 


veh  :  Tal  habéis  hablado,  ¡  oh  casa 
de  Israel!,  y  lo>  pensamientos  que 
cruzan  vuestro  espíritu  yo  los  conoz- 
co. "  Habéis  multiplicado  vuestras 
víctimas  en  esta  ciudad  y  habéis  lle- 
nado de  muertos  sus  calles.  '  Por 
tanto,  así  ha  dicho  el  Señor  *,  Yah- 
veh  :  Vuestros  muertos,  que  vosotros 
pusisteis  en  medio  de  aquélla,  ésos 
son  la  carne  v  ella  es  la  olla,  de  en 
medio  de  la  "cual  os  he  de  sacar  b. 
"  Habéis  temido  la  espada,  pues  es- 
pada atraeré  sobre  vosotros,  declara 
el  Señor c  Yahveh.  *  Y  os  extraeré 
de  en  medio  de  aquélla  y  os  entre- 
garé en  mano  de  extraños,  y  haré 
en  vosotros  justicia.  10  A  espada  cae- 
réis ;  sobre  el  territorio  de  Israel  os 
he  de  juzgar,  y  sabréis  que  yo  soy 
Yahveh.  11  Esa  [ciudad]  no  os  ser- 
virá de  olla  ni  vosotros  seréis  en 
medio  de  ella  la  carne  ;  dentro  de 
la  frontera  de  Israel  os  juzgaré.  n  Y 
sabréis  que  yo  soy  Yahveh,  porque 
no  habéis  andado  con  arreglo  a  mis 
preceptos  ni  habéis  ejecutado  mis 
dictámenes,  sino  que  habéis  obrado 
con  arreglo  a  las  costumbres  de  las 
naciones  circundantes  vuestras.» 

13  Y  sucedió  que,  estando  yo  pro- 
fetizando, murió  Pelatyahu,  hijo  de 
Benayá.  Entonces  me  postré  de  bru 
ees  y  grité  con  recia  voz,  y  excla- 
mé :  «¡Ah,  Señor1',  Yahveh!  ¿  Vas 
a  exterminar  por  completo  al  resi- 
duo de  Israel  ?»  "  Y  dirigióseme  la 
palabra  de  Yahveh,  diciendo:  a  «Hijo 
del  hombre,  tus  hermanos,  tus  her- 
manos, tus  parientes  próximos  y  to- 
da la  casa  de  Israel  entera  son  aque- 
llos de  quienes  dicen  los  habitantes 
de  Jerusalén  :  ¡  Se  han  alejado  de 
Yahveh  !   ¡  A  nosotros  ha  sido  dada 


la  tierra  en  posesión  !  IS  Por  eso  di  : 
Así  habla  el  Señor  c,  Yahveh  :  Aun- 
que los  he  alejado  entre  las  naciones 
y  los  he  dispersado  por  los  países  , 
sin  embargo,  he  venido  a  servir  pa- 
ra ellos  de  santuario  por  breve  tiem- 
po en  los  países  adonde  han  emi- 
grado. ,T  Por  lo  tanto,  di  :  Así  habla 
el  Señor1',  Yahveh  ¡  Os  recogeré  de 
entre  los  pueblos  y  os  reuniré  de  las 
tierras  en  las  que  habéis  sido  dis- 
persados, y  os  daré  la  tierra  de  Is- 
rael. IS  V  entrarán  allá  y  retirarán 
de  ella  todos  sus  ídolos  y  todas  sus 
abominaciones.  "  Y  les  daré  un  so- 
locorazón  e  infundiré  en  sus  en- 
trañas un  nuevo  espíritu,  y  quitaré 
de  su  carne  el  corazón  de  piedra  y 
les  daré  un  corazón  de  carne  ;  20  a 
fin  de  que  caminen  por  mis  precep- 
tos y  guarden  mis  dictámenes  y  los 
practiquen,  y  constituyan  mi  pueblo 
y  yo  sea  mi  Dios.  Mas  en  cuanto 
a  aquello-  cuyo  corazón  marche  tras 
los  ídolos  y  todas  sus  abominacio- 
nes, yo  haré  recaer  su  proceder  so- 
bre sus  cabezas,  afirma  el  Señor  c, 
Yahveh.» 

"  Y  los  querubines  alzaron  sus 
alas,  y  al  mismo  tiempo  que  ellos 
las  ruedas  ;  y  la  gloria  del  Dios  de 
Israel  estaba  arriba,  encima  de  ellos. 
"a  Y  elevóse  la  gloria  de  Yahveh  de 
en  medio  de  la  ciudad  y  se  detuvo 
sobre  el  monte  que  está  al  oriente 
de  la  misma.  21  Luego  el  Espíritu 
me  alzó  y  me  trasladó  en  visión,  en 
el  espíritu  de  Dios,  a  Caldea,  donde 
los  cautivos.  Y  desapareció  de  mí  la 
visión  que  había  contemplado.  a  YT 
yo  comuniqué  a  los  cautivos  todas 
las  cosas  que  Yahveh  me  había  mos- 
trado 


"  Mutuo  Pelatyahu  :  probable  jefe  del  partido  opuesto  a  los  verdaderos  profetas, 
a  pesar  de  lo  cual  clama  Ezequiel  por  su  pueblo  y  Dios  le  consuela  diciéndole  que 
salvará  a  algunos  de  los  desterrado». 

17  Os  RECOGERÉ  dk  ENTRE  IOS  PUEBLOS  :  cumplió  Dios  su  palabra  en  tiempo  de  Ksdras 
y  Zornbabel. 

**  Nuevo  espíritu  :  voluntad  eficaz  de  obrar  bien,  inspirad»  por  el  Kspiritu  Santo. 
30  El  monte  que  está  AL  ORIENTE  de  LA  misma  :  e.  d.,  el  monte  de  los  olivos,  pro- 
baplenM  nte. 

'■"En  visión  en  el  ESPÍRITU  de  Dios:  asi  H  [cf.  V).  Suele  hoy  leerse  en  visión 
divina. 


—  '577  — 


12  i-ii 


EZEQUIEL 


12  12-22 


Ezequiel,  simbolizando  al  fugitivo  y  al  deportado,  amo- 
nesta a  los  desterrados  sobre  el  cautiverio 


T  o  1  Y  dirigióseme  la  palabra  de 
í¿i  Yahveh,  diciendo  :  *  «Hijo  del 
hombre,  tú  habitas  en  medio  de  la 
raza  rebelde,  cuyas  gentes  tienen 
ojos  para  ver  y  no  ven,  oídos  para 
oír  y  no  oyen,  porque  son  raza  re- 
belde. *  Ahora,  pues,  hijo  del  hom- 
bre, prepárate  un  equipo  de  emigran- 
te y  emigra,  en  pleno  día,  a  sus  pro- 
pios ojos,  y  trasládate  de  tu  lugar 
a  otra  localidad  a  vista  de  ellos ;  qui- 
zá comprendan,  aunque  son  raza  re- 
belde. 4  Sacarás,  pues,  tu  equipo,  cual 
equipo  de  emigrante,  en  pleno  día, 
a  sus  propios  ojos  ;  mas  tú  saldrás 
por  la  tarde,  a  vista  de  ellos,  como 
salen  los  emigrantes.  6  A  sus  propios 
ojos  horada  la  pared  y  sal  por  ella. 
6  Delante  de  ellos,  te  lo  cargarás  a 
la  espalda,  sal  a  afuera  en  profunda 
oscuridad,  tápate  el  rostro  para  no 
ver  la  tierra  ;  pues  te  he  constituí- 
do  como  símbolo  para  la  casa  de  Is- 
rael.» 7  Yo  hice  como  se  me  había 
ordenado:  saqué  mi  equipaje,  de  día, 
como  si  fuera  equipo  de  emigrante, 
y  por  la  tarde  perforé  el  muro  con 
la  mano  b  y  salí  en  oscuridad  pro- 
fundac,  cargándolo  a  la  espalda,  a 
la  vista  de  ellos. 

8  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de 
Dios  por  la  mañana,  diciendo :  9  «Hi- 
jo del  hombre,  ¿no  te  ha  dicho  la 
casa  de  Israel,  raza  rebelde:  qué  ha- 
ces tú  ?  10  Contéstales  :  Así  afirma  el 
Señor d,  Yahveh  :  Este  oráculo  re- 
fiérese al  príncipe  de  Jerusalén  y  a 
toda  la  casa  de  Israel  que  en  ella  0 
vive.  "  Di  :  Yo  soy  símbolo  vuestro  : 
conforme  he  hecho,  así  se  hará  con 
vosotros  :   partiréis  al  destierro,  en 


[  cautividad.  a  Y  el  príncipe  que  está 
en  medio  de  ellos  se  cargará  el  equi- 
po de  peregrino  a  la  espalda,  en  pro- 
funda oscuridad  saldrá  f,  horadarán  " 
el  muro  para  sacarlo,  se  tapará  la 
cara  para  no  contemplar  el  país  con 
sus  propios  ojos.  13  Y  yo  extenderé 
mi  red  sobre  él  y  será  preso  en  mi 
red,  y  lo  llevaré' a  Babilonia,  tierra 
de  los  caldeos  ;  mas  no  la  verá,  y 
morirá  allí.  14  Y  a  todos  los  que  le 
rodean,  todos  sus  attxiliares  11  y  a  to- 
das sus  huestes,  los  esparciré  a  to- 
do viento  y  desenvainaré  la  espada 
en  su  persecución.  16  Y  sabrán  que 
yo  soy  Yahveh  cuando  los  disperse 
entre  las  naciones  y  los  desparra- 
me entre  los  países.  16  Sin  embargo, 
dejaré  de  ellos  contado  número  de 
hombres  arrancados  a  la  espada,  el 
hambre  y  la  peste,  para  que  cuenten 
todas  sus  abominaciones  entre  las 
naciones  adonde  hayan  emigrado,  y 
sabrán  que  yo  soy  Yahveh.» 

11  Y  fuémé  dirigida  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo:  18  «Hijo  del  hom- 
bre, come  tu  pan  con  temblor  y  be- 
be tu  agua  con  estremecimiento  y 
ansiedad.  10  Y  dirás  sobre  '  el  pueblo 
del  país  :  Así  habla  el  Señor  >,  Yah- 
veh :  Su  pan  comerán  con  ansiedad 
y  su  agua  beberán  con  consternación, 
a  fin  de  que  su  país  quede  expoliado 
de  cuanto  lo  llena  por  causa  de  la 
injusticia  de  todos  los  que  en  él  ha- 
bitan. M  Y  las  ciudades  pobladas  que- 
darán desiertas,  y  la  tierra  devastada, 
y  conoceréis  que  yo  soy  Yahveh.» 

21  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo:  -  «Hijo  del  hom- 
bre, ¿  qué  significa  vuestro  sarcásti- 


lO    5  Hokada  la  pared  :  refiérese  a  la  huida  del  rey  Sedecías. 

*  No  ver  i.A  tierra  :  es  probable  que  Sedecías  no  viera  la  tierra  de  Babilonia, 
pues  debieron  de  sacarle  los  ojos  en  Kiblá. 

10  Este  oráculo  refiérese  :  o  bien,  esta  carca  simbólica  representa  al  príncipe  de 
Jerusalén  ;  lit.,  «el  príncipe  es  esta  carga  (u  oráculo)  en  Jerusalén».  El  príncipe  o 
caudillo  que  está  en  Jer.'  es  Sedecías,  que,  frente  al  sentir  de  Jeremías  y  arrastrado 
por  el  partido  nacionalista,  se  sublevó  contra  Nabucodonosor,  que  le  había  dado  el 
poder,  y  acarreó  así  la  ruina  de  la  nación. 

u  Conforme  he  hecho  :  al  rey  y  la  casa  de  Israel  mencionados  en  el  v.  precedente. 

u  Extenderé  mi  red  :  Dios  quitará  a  Sedecías  toda  posibilidad  de  escapar  de  manos 
enemigas. 

"  Los  que  le  rodean:  o  bien,  su  corte,  su  círculo.  ||  Sus  auxiliares:  o  ayudado- 
res ;  otros,  tsu  escolta»... 

—  1512  — 


12  ¡s-13  9 


EZEQUIEL 


12  26-13  16 


co  dicho  sobre  el  territorio  de  Israel, 
qne  reza  :  Dilátanse  los  días  y  des- 
vanécese toda  visión  ?  3  Al  efecto, 
diles  :  Así  afirma  el  Señor  J,  Yahveh: 
Haré  cese  ese  refrán  burlón  y  no  lo 
repetirán  más  en  Israel,  sino  que  les 
has  de  decir  :  Se  aproximan  los  días 
y  el  cumplimiento  de  toda  visión. 
h  Pues  no  habrá  ya  ninguna  vísíód 
falaz  ni  adivinación  de  mendaz  ha- 
lago en  medio  de  la  casa  de  Israel  ; 
*  pues  yo,  Yahveh,  hablaré  :  todo 
cuanto  vo  hable  será  cosa  dicha  y 
hecha,  ño  se  diferirá  más  ;  porque 


en  vuestros  días,  ¡oh  casa  rebelde!, 
hablaré  una  cosa  y  la  cumpliré,  de- 
clara el  Señor  J,  Yahveh.» 

a  También  se  me  dirigió  la  pala- 
bra de  Yahveh,  diciendo  :  M  «Hijo 
del  hombre,  he  aquí  que  la  casa  de 
Israel  afirma  :  La  visión  que  éste 
contempla  es  para  dentro  de  muchos 
días,  y  para  tiempos  lejanos  él  pro- 
fetiza. a  Así,  pues,  diles  :  Así  habla 
el  Señor  I,  Yahveh  :  No  se  diferirá 
más  ninguna  palabra  mía  ;  será  cosa 
dicha  y  hecha,  declara  el  Señor  >, 
Yahveh.» 


Contra  los  falsos  profetas  y  las  pseudo  profetisas 


1  o  1  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de 
Yahveh  a  mi,  diciendo  :  '  «Hi- 
jo del  hombre,  vaticina  contra  los 
profetas  de  Israel  que  profetizan,  y 
di  a  los  que  vaticinan  de  su  propia 
minerva  :  j  Oíd  la  palabra  de  Yah- 
veh !  *  Así  afirma  el  Señor  a,  Yah- 
veh: ¡  Ay  de  los  profetas  insensatos, 
que  siguen  su  propio  espíritu  y  na- 
da han  visto !  4  Como  zorras  entre 
las  ruinas  han  sido,  Israel,  tus  pro- 
fetas. °  No  habéis  escalado  los  por- 
tillos b  ni  habéis  rodeado  de  muro  la 
casa  de  Israel  para  que  resista  firme 
en  la  batalla  el  día  de  Yahveh.  *  Son 
visionarios  0  falsos  y  adivinos  de  d 
mentira,  que  afirman  :  «Oráculo  de 
Yahveh»,  cuando  Yahveh  no  los  ha 
enviado,  y  esperan  que  se  ha  de  cum- 
plir la  palabra.  1  ¿No  habéis  visto 
acaso  visiones  falsas  y  adivinaciones 
mendaces  habéis  pronunciado  ?  Y  de- 
cís: «Oráculo  de  Yahveh»,  cuando  yo 
no  he  hablado.  s  Por  lo  cual,  así  afir- 
ma el  Señor  a,  Yahveh  :  Por  cuanto 
vuestro  hablar  es  falso  y  habéis  te- 
nido visiones  mendaces,  por  eso  he- 
me aquí  contra  vosotros,  declara  el 
Señor  a,  Yahveh.  '  Y  extenderé  e  mi 
mano  contra  los  profetas  que  ven  vi- 
siones falsas  y  profetizan  mentiras  : 
en  la  reunión  de  mi  pueblo  no  to- 
marán parte,  ni  en  el  libro  de  la 


casa  de  Israel  serán  inscritos,  ni  en 
la  tierra  de  Israel  entrarán  ;  y  sa- 
bréis que  yo  soy  el  Señor  a,  Yahveh. 
10  Por  cuanto  que  han  inducido  a 
error  a  mi  pueblo  al  decir  :  ¡Paz!, 
no  habiendo  paz,  y  cuando  éste  cons- 
truye un  muro  aquéllos  lo  revocan 
de  barro.  11  Di  a  los  que  revocan  con 
barro  :  Caerá ;  vendrá  un  aguacero 
torrencial  y  haré  f  que  caiga  granizo 
y  se  desencadenará  *  un  viento  tem- 
pestuoso ;  12  y  he  aquí  que,  derrum- 
bado el  muro,  ¿  no  se  os  preguntará  : 
dónde  está  la  argamasa  con  que  re- 
vocasteis ?  13  Por  tanto,  así  afirma  el 
Señor  a,  Yahveh  :  En  mi  furor  haré 
desencadenar  un  viento  tempestuoso 
y  un  aguacero  inundante  tendrá  lu- 
gar en  mi  ira  y  pedrisco  en  el  ardor 
de  destrucción.  14  Y  derruiré  el  muro 
que  revocasteis  con  barro  y  lo  echa- 
ré por  tierra,  de  suerte  que  aparezca 
su  cimiento,  y  se  desplomará  y  pe- 
receréis entre  6us  ruinas,  y  sabréis 
que  yo  soy  Yahveh.  15  Y  desbravaré 
mi  cólera  en  el  muro  y  en  quienes 
lo  enjarran  con  barro,  y  se  os  dirá  : 
h  No  existen  ni  el  muro  >i¿  h  quienes 
lo  revocaron,  "  los  profetas  de  Is- 
rael, los  que  profetizaban  acerca  de 
Terusalén  y  contemplaban  para  ella 
visiones  de  paz,  no  habiendo  paz, 
declara  el  Señor  a,  Yahveh. 


-1  O  1  Este  capítulo  va  dirigido  contra  los  habitantes  de  Jerusalén  y  luego  contra 
J-'J    los  desterrados,  con  quienes  vivía  Ezequiel. 

1  De  sü  propia  minerva  o  inventiva  :  lit.,  de  su  corazón. 

•  Insensatos  :  porque  son  impíos. 

*  No  habéis  escalado  :  o  bien,  no  os  habéis  puesto  en  los  lugares  de  peligro,  en 
la  brecha  (si  se  corrige  H  c.  vers.). 

K  ¡P*z!,  no  habiendo  paz:  prometieron  salvación,  y  ella  no  vino. 
M  Se  desplomará  o  caerá  :  algunos  creen  que  Jerusalén,  no  el  muro. 


—  1513  — 


13  17-14  5 


ÜZEQÜIEI. 


13  21-14  s 


,!  V  tú,  ¡oh  hijo  del  hombre!,  en- 
cárate con  las  hijas  de  tu  pueblo 
que  vaticinan  de  propia  inventiva,  y 
profetiza  contra  ellas.  18  Y  les  dirás  : 
Así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  :  ¡  A y 
de  las  que  cosen  almohadillas  para 
todas  las  articulaciones  de  las  manos 
y  fabrican  velos  para  cubrir  la  ca- 
lveza de  toda  estatura,  a  fin  de  cazar 
las  almas  !  ¿  Acaso  queréis  cazar  al- 
mas para  mi  pueblo  y  vais  a  conser- 
var con  vida  otras  para  vosotros  ? 
18  Me  profanáis  entre  mi  pueblo  por 
unos  puñados  de  cebada  y  unos  bo- 
cados de  pan,  causando  la  muerte  a 
almas  que  no  deberían  morir  y  pro- 
porcionando la  vida  a  almas  que  no 
debieran  vivir,  engañando  a  mi  pue- 
blo, que  escucha  la  mentira.  20  Por 
esto,  así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  : 


Heme  aquí  contra  vuestras  almoha- 
dillas, con  las  cuales  '  cazáis  las  al- 
mas al  vuelo  ;  yo  las  arrancaré  de 
vuestros  brazos  y  saltaré  las  almas 
que  al  vuelo  capturáis  ;  21  y  rasgaré 
vuestros  velos  y  libraré  a  mi  pueblo 
de  vuestras  manos,  sin  que  i>erma- 
nezcan  ya  en  vuestro  poder  como 
presa,  y  conoceréis  que  yo  soy  Yah- 
veh. "Por  cuanto  habéis  contrista* 
do  1  el  corazón  del  justo  con  falacia, 
cuando  yo  mismo  no  le  quería  con- 
tristar, v  vigorizasteis  las  manos  del 
impío,  de  suerte  que  no  se  convir- 
tiera de  su  mal  camino  para  mante- 
nerle en  vida  ;  23  por  eso  no  tendréis 
ya  visiones  falsas  ni  habréis  de  se- 
guir profetizando  mentira,  y  liberta- 
ré a  mi  pueblo  de  vuestra  mano,  y 
sabréis  que  yo  soy  Yahveh.» 


Exhortación  a  los  ancianos  de  Israel  sobre  la  conversión. 
Inútil  conñanza  a  la  intercesión  de  los  buenos 


"l  A  1  V  vinieron  a  mí  algunos  va- 
roñes  de  los  ancianos  de  Israel 
y  sentáronse  ante  mí.  2  Y  fuéme  di- 
rigida la  palabra  de  Yahveh,  dicien- 
do :  *  «Hijo  del  hombre,  estos  varo- 
nes han  erigido  en  su  corazón  sus 
ídolos  y  han  emplazado  la  ocasión 
de  su  . pecado  ante  su  propio  rostro  : 
¿consentiré  ser  consultado  por  ellos  ? 
1  Así,  pues,  háblales  y  diles  :  Así  ha- 
bla el  Señor  a,  Yahveh  :  Cualquiera 
de  la  casa  de  Israel  que  hubiere  eri- 
gido en  su  corazón  sus  ídolos  y  em- 
plazado la  ocasión  de  su  pecado  ante 
su  rostro  y  luego  viniere  al  profeta, 
vo,  Yahveh,  le  responderé  por  mí 
mismo  b  a  pesar  de  la  multitud  de 
sus  ídolos,  r'  a  fin  de  prender  a  la 


casa  de  Israel  por  el  corazón,  pues 
se  han  alejado  de  mí  por  medio  de 
todos  sus  ídolos. 

c  Por  eso,  di  a  la  casa  de  Israel  : 
Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  :  Val- 
veos  y  convertios  de  vuestros  ídolos, 
y  de  todas  vuestras  abominaciones 
apartad  vuestro  rostro.  7  Porque  a 
cualquiera  de  la  casa  de  Israel  o  de 
los  inmigrantes  que  en  Israel  mo- 
ran, que  se  hubiere  separado  de  mi 
seguimiento  y  hubiere  erigido  sus 
ídolos  en  su  corazón  y  emplazado  la 
ocasión  de  su  pecado  ante  su  rostro, 
y  luego  viniere  al  profeta  para  con- 
sultarme acerca  de  sí,  yo,  Y.ihveh, 
le  contestaré  por  mí  mismo.  8  Y  tor- 
naré mi  rostro  contra  tal  hombre  y 


™  Almoh ujiu.as  ;  para  apoyar  los  brazos,  que  quizá  serv  iría  a  esas  falsas  profetí- 
zales indignas  «U-  las  ¡¡ntiuuas  profetisas,  como  María,  Débora,  Huida,  Ana— como 
preservativos  mágicos.  San  Kfrén  explica  el  pasaje:  amuletos  mágicos  aplicados  a  los 
brazos.  Otros  traducen  :  ligaduras,  lazadas  (nudos)  para  las  junturas  o  articulaciones 
de  las  manos. ..  Viene  todo  ello  a  decir  que  las  falsas  profetisas  halagan  los  vicios 
y  pasiones  del  pueblo  en  tal  de  exhortarlos  a  penitencia.  ||  Velos  para  cubrir  LA 
cabeza  DE  TODA  estatura  :  o  bien,  de  gentes  de  toda  edad,  como  dicen  otros  (asi  GV)  ; 
Arragel  «alharemes  sobre  la  cabeza  de  todo  enfficstos..  ||  Queréis  cazar  :  muchos 
corrigen  «¿queréis  asesinar...?!. 

M  Al  vuelo  :  otros  proponen  «como  pájaros». 

fueran  Serayá  y  sus  compañeros  de  embajada  a 

.  .  59). 

s  Erigido:  o  bien,  encerrado.  ||  LA  ocasión  de  su  pecado:  o  motivo  de  su  culpa, 
e.  d.,  los  ídolos  colocados  en  el  lugar  de  honor  de  la  casa,  de  modo  que  tuvieran  siem- 
pre su  imagen  a  la  vista. 

»  Y  tornaré  mi  rostro  :  como  hace  un  amo  descontento  con  su  criado. 


—  1514  — 


14  3-15  4 


EZgQUIEL 


I417-154 


le  convertiré"  en  ejemplo  y  prover- 
bio ll  v  lo  extirparé  de  en  medio  de 
mi  pueblo  ;  v  sabréis  que  yo  soy 
Yahveh.  9  Y  cuando  el  profeta  fuere 
seducido  v  pronunciare  algún  discur- 
so profético,  yo,  Yahveh,  habré  en- 
cañado a  ese'  profeta,  y  extenderé 
mi  mano  contra  él  y  le  extirpármele 
en  medio  de  mi  pueblo  Israel.  \ 
se  cargaíán  ambos  con  la  culpa:  co- 
mo la  culpa  del  que  consulta,  asi  se- 
rá la  del  profeta  ;  11  a  fin  de  que  no 
se  descarríe  más  la  casa  de  Israe. 
de  mi  seguimiento  v  no  se  manchen 
más  con 'todos  sus  pecados,  sino  que 
constituyan  mi  pueblo  y  yo  sea  su 
Dios,  declara  el  Señor3,  Yahveh.» 

°  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo:  13  «Hijo  del  hom- 
bre, si  la  tierra  pecare  contra  mi, 
cometiendo  infidelidad,  v  yo  exten- 
diere  mi  mano  contra  ella  y  la  pri- 
vare del  sustento  de  pan,  y  enviare 
contra  ella  el  hambre,  y  extirpare  de 
ella  hombres  y  bestias  ;  M  si  se  en- 
contraren en  medio  de  ella  estos  tres 
hombres  :  Noé,  Daniel  y  Job,  ellos, 
por  su  justicia,  salvarían  su  .vida, 
íifirma  el  Señor  a,  Yahveh.  15  Y  si  yo 
hiciere  venir  contra  el  país  anima- 
les dañinos  que  lo  asoJaren  y  que- 
dare hecho  un  desierto  por  donde 
nadie  pase  por  temor  a  las  fieras  ; 
"  si  estuvieren  estos  tres  varones  en 
medio  de  ella,  vivo  yo,  afirma  el  Se- 
ñor a,  Yahveh,  que  ni  a  sus  hijos  ni 
a  sus  hijas  salvarían  ;  ellos  solos  Sí 


librarían,  y  la  tierra  quedaría  con- 
vertida en 'desierto. 

"  O  si  vo  atrajere  sobre  aquel  pai- 
la espada  y  dijere  :  «La  espada  pa- 
sará por  el  país  y  exterminará  del 
mismo  hombre  y  bestias»  ;  *  si  se  ha- 
llaren en  medio  de  ellas  esos  tres  va- 
rones, vivo  vo,  afirma  el  Señor  a, 
Yahveh,  que  "no  salvarían  a  sus  hi- 
jos ni  sus  hijas,  sino  que  ellos  solos 
se  librarían. 

'•■'<>  si  vo  enviare  la  peste  sobre 
aqued  país  y  derramare  mi  furor  con- 
tra él  con  "sangre,  exterminando  del 
mismo  hombres  y  bestias  ;  50  si  se 
encontraren  en  medio  de  él  Noe, 
Daniel  y  Job,  vivo  yo,  afirma  el  Se- 
ñor ',  Yahveh,  que  no  salvarían  a 
hijo  ni  a  h:ja  ;  r.cl=  su  propia  y-ia 
salvarían  por  su  justicia. 

-'  Porque  así  dice  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  ¿  Cuánto  más  si  desencadeno  so- 
bre Jerusalén  mis  cuatro  azotes  peo- 
res :  espada,  hambre,  animales  da- 
ñinos v  peste,  para  extirpar  de  ella 
tomJbres  y  bestias?  -  Mas  he  aquí 
que  en  ejla  quedará  a  salvo  un  resi- 
duo de  los  que  escapen  e,  hijos  e 
hijas  ;  y  ve  ahí  que  llegarán  donde 
vosotros  y  veréis  su  proceder  y  sus 
hazañas  y  os  consolaréis  de  la  des- 
gracia que  yo  habré  acarreado  sobre 
JerusaJén,  de  todo  lo  que  habré  atraí- 
do sobre  ella.  "  Os  consolaréis,  pues, 
cuando  contempléis  su  proceder  y 
sus  hazañas,  y  conoceréis  que  no  sin 
motivo  hice  cuanto  hice  en  ella,  de- 
clara el  Señor3,  Yahveh.» 


Israel,  cepa  seca  echada  al  fuego 

"ir    1  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  : 
:  «Hijo  del  hombre,  ¡  ¿qué  tiene  el  árbol  de  la  vid 
por  encima  de  todo  otro  árbol,  el  sarmiento  | 
que  se  halla  entre  los  árboles  del  bosque? 

*  ¿  Se  toma  de  él  madera  |  para  hacer  algún  trabajo 

o  cogen  de  él  alguna  estaca  |  para  colgar  de  ella  algún  objeto  ? 

*  He  aquí  que  es  entregado  al  fuego  para  pasto  [suyo]  :  ¡ 

sus  dos  extremos  ha  consumido  el  fuego 
y  el  centro  se  ha  quemado,  |  ¿  valdrá  para  algún  trabajo  ? 

M  Si  se  encontraren  i  quiere  dar  a  entender  que  la  intervención  de  los  justos  no 
salvará  la  nación,  como  en  los  tiempos  de  Sodoma.  En  las  presentes  circunstancias 
sólo  se  salvarán  ellos,  y  su  santidad  no-  aprovechará  al  pueblo. 

13  Mas  he  aoví  :  el  sentido  de  estos  vv.  parece  ser  que  Dios  condena  sin  reservas 
a  los  pueblos  páyanos  ;  en  cuanto  a  Israel,  no  hará  lo  mismo,  porque  quiere  conser- 
var una  partecita  que  sirva  para  la  restauración  del  porvenir. 

-|  PT    -  EL  ÁRBOL  de  la  vid  :  e.  d.,  la  cepa.  En  los  profetas  se  compara  frecuentemente 
^   a   Israel  con  una   vid  rica  en  frutos,  como   lo  es  Palestina.   Los  dos  reinos 
israelita  y  judaico  son  los  dos  ramos  principales. 


—  1515  — 


15  5-16  7 


EZEQUIEL 


15  5-16  13 


Si  cuando  estaba  íntegro  |  no  fué  empleado  para  ningún  trabajo, 
¡cuánto  menos  cuando  el  fuego  lo  ha  consumido  v  >f  ha  quemado!  | 
¿  Podrá  ya  ser  empleado  para  alguna  obra  ? 
1  Por  eso,  dice  así  el  Señor  a,  Yahveh  : 
Como  el  leño  de  la  vid  entre  los  árboles  del  bosque,  | 

^  al  cual  entregué  al  fuego  para  pasto, 
así  entregaré  a  los  habitantes  de  Jerusalén.  | 

'  Y  volveré  mi  rostro  contra  ellos  : 
Del  fuego  han  escapado,  |  mas  el  fuego  los  consumirá  ; 
v  sabréis  que  yo  soy  Yahveh  |  cuando  vuelva  mi  rostro  contra  ellos. 
8  Y  convertiré  al  país  en  un  desierto,  |  por  cuanto  cometieron  infidelidad, 
declara  el  Señor,  Yahveh.» 


Alegoría  de  la  espantosa  infidelidad  de  Jerusalén.  Castigo 
y  compasión 


1  (\  '  ^  se  me  dirigió  \a  palabra  de 
AU  Yahveh,  diciendo  :  2  «Hijo  del 
hombre,  haz  saber  a  Jerusalén  sus 
abominaciones,  3  v  di  :  Así  habla  él 
Señor  a,  Yahveh,"  a  Jerusalén:  Tus 
orígenes  y  tu  nacimiento  proceden 
de  la  tierra  de  los  cananeos  ;  tu 
padre  era  un  cimarreo  b  y  tu  madre 
una  hetea.  4  Y  en  cuanto  a  tu  naci- 
miento, el  día  que  naciste  no  fué 
cortado  tu  cordón  umbilical,  ni  fuis- 
te lavada  para  que  yo  te  pudiera 
mirar,  ni  bien  frotada  con  agua  de 
sal,  ni  cuidadosamente  envuelta  en 
pañales.  '  No  hubo  ojos  que  se  apia- 
daran de  ti  para  hacerte  ninguna 
de  esas  cosas,  compadeciéndose  de 
ti,  sino  que  fuiste  arrojada  sobre  la 
superficie  del  caim¡po  por  desprecio 
de  tu  vida,  el  día  que  naciste. 

*  Mas  pasé  junto  a  ti  y  te  vi  pata- 
leando en  tu  sangre,  y  te  dije:  «¡En 
tu  sangre  vive  c  7  y  crece!  d»  Como 
planta  del  campo  te  hice,  y  creciste 


v  te  hiciste  grande,  alcanzaste  be- 
lleza perfecta  ;  tus  pechos  "  se  for- 
maron y  tu  pelo  brotó,  mas  te  ha- 
llabas desnuda  y  descubierta.  8  Y  pa- 
sé junto  a  ti  y  te  vi,  y  he  aquí  que 
te  hallabas  en  época  de  amores,  v 
extendí  él  extremo  de  mi  manto  so- 
bre íi  y  cubrí  tu  desnudez,  v  te  pres- 
té juramento,  y  me  uní  en  alianza 
contigo  afirma  el  Señor  Yahveh, 
y  fuiste  mía.  "Y  te  lavé  con  agua, 
limpié  tu  sangre  de  sobre  ti  y  te 
ungí  con  óleo ;  10  te  vestí  de  reca- 
mado, te  calcé  de  piel  de  tajas,  te 
ceñí  de  lino  fino  y  te  cubrí  de  seda  ; 
11  te  adorné  con  joyas,  puse  ajorcas 
en  tus  manos  y  collar  en  tu  gar- 
ganta ;  12  y  coloqué  anillo  en  tus  na- 
rices, en  tus  orejas  pendientes  y  co- 
rona magnífica  en  tu  cabeza.  °  Fuis- 
te así  adornada  de  oro  y  plata  y  fué 
tu  vestido  de  lino  fino,  seda  y  reca- 
mado ;  ílor  de  harina  y  miel  y  acei- 
te comiste,  y  quedaste  bellísima  en 


"  Entregaré  a  ios  HABITANTES  de  Jerusalén  :  esto  es,  los  destruirá  con  fuego,  como  , 
material  sin  valor. 

T  Dei.  FUEGO  han  escapado  :  como  si  dijera  :  Israel  ha  estado  varias  yeces  a  punto 
de  ser  consumido  por  no  haber  ejecutado  las  órdenes  de  Dios  ;  pero  la  hora  de  supre- 
ma expiación  ha  llegado  y  no  habrá  perdón. 

1  (K  1  La  il,<a  '"'"''omntal  de  este  capitulo  es  decir  a  Jerusalén  que  es  cananea  de 
sentimientos  y  por  su  inclinación  a  la  idolatría.  Descríbese  ésta  con  fuerte 
realismo  bajo  la  imagen  de  la  prostitución. 

4  Para  que  yo  te  pudiera  mirar  :  así  con  Kónig  ;  V  «para  salud»  ;  otros,  «i>ara  lim- 
pieza» ;  otros  corrigen  II. 

"  Pasé  junto  a  ti  :  quiere  Dios  decir  que  para  nada  necesitaba  de  este  pueblo.  |! 
Te  dije  :  «En  tu  sangre  vive»  :  otros,  «te  dije  en  tu  sangre  :  «Queda  en  vida»,  «te  dije  : 
Vive  de  tu  sangre»... 

*  Tu  pei.o  brotó  :  o  bien,  llegaste  a  la  pubertad. 

«  Extendí  el  extremo  o  borde  de  mi  manto  sobre  ti  :  acto  simbólico  para  indicar  la 
tomaba  por  esixxsa  cf.  Kut  3,  9. 

»  Recamado  :  o  bien,  ropa  de  varios  colores.  !!  Piel  de  tajas  :  o  cuero  de  vaca  ma- 
rlaa,  o  delfín,  según  otros;  otros,  «cuero  fino».  !|  Lino  fino  :  byssus,  da—.aseo... 


—  1516  — 


16  »«B 


EZEQÜIEL 


16  26-36 


extremo  y  capacitada  para  la  dig- 
nidad real.  "  Y  se  divulgó  tu  fama 
entre  las  gentes  por  tu  belleza,  pues 
era  perfecta,  por  el  esplendor  de 
que  yo  te  había  dotado. 

14  Mas  confiaste  en  tu  hermosura 
y  te  prostituíste  a  favor  de  tu  fa- 
ma, y  has  brindado  tu  fornicación 
a  todo  transeúnte,  entregándote  a 
él.  "  Y  cogiste  tus  vestidos  y  te 
preparaste  abigarradas  alturas,"  pa- 
ra entregarte  en  ellas  a  la  lascivia, 
cosa  que  jamás  había  sucedido  ni 
ocurrirá  más.  17  Tomaste  asimismo 
tus  bellos  adornos  de  mi  oro  y  mi 
plata,  que  yo  te  había  regalado,  y 
te  fabricaste  estatuas  de  varón  y  te 
prostituíste  con  ellas.  "También  co- 
giste tus  vestidos  recamados  y  las 
cubriste  con  ellos,  y  presentaste  an- 
te ellas  mi  aceite  y  mi  perfume. 
"  Presentaste  asimismo  ante  ellas 
como  suave  olor  mi  pan,  que  yo  te 
había  dado  ;  la  flor  de  harina,  el 
aceite  y  la  miel  con  que  te  había  ali- 
mentado. Así  fué,  declara  el  Se- 
ñor »,  Yahveh.  10  Y  cogiste  a  tus  hi- 
jo- y  tus  hijas,  que  me  habías  pa- 
rido, y  los  sacrificaste  para  ellos  co- 
mo pasto.  ¿  Era  poca  cosa  tu  forni- 
cación, 11  que  degollaste  a  mis  hijos 
y  los  ofreciste,  haciéndolos  pasar  en 
su  honor  [por  el  fuego]  ?  ~  Y  en  to- 
das tus  abominaciones  y  prostitu- 
ciones no  te  has  acordado  de  los 
días  de  tu  juventud,  cuando  estabas 
desnuda  y  descubierta,  pataleando 
en  tu  sangre.  a  Y  después  de  toda 
tu  maldad — ¡  ay,  ay  de  ti,  declara  el 
Señor  a,  Yahveh — ,  "  te  edificaste  en 
toda  plaza  un  prostíbulo  y  te  hiciste 
un  lupanar,  ■  y  en  toda  cabecera  de 
camino  te  construíste  una  altura,  y 
deshonraste  tu  belleza,  y  te  entre- 
gaste  a    la   prostitución   con  todo 


transeúnte,  y  multiplicaste  tus  for- 
nicaciones 

"Y  te  prostituíste  a  los  hijos  de 
Egipto,  tus  fornidos  vecinos,  y  mul- 
tiplicaste tus  fornicaciones  para  irri- 
tarme. *  Y  he  aquí  que  yo  extendí 
mi  mano  contra  ti  y  te  privé  de  tu 
ración,  y  te  entregué  a  la  saña  de 
tus  enemigas,  las  hijas  de  los  filis- 
teos, las  cuales  sentían  rubor  de  tu 
conducta  inmoral.  w  Luego  te  pros- 
tituíste a  los  hijos  de  Assur  por  no 
haberte  aún  saciado,  y  te  prostituía- 
te, mas  tampoco  quedaste  satisfe- 
cha. M  Y  multiplicaste  tus  prostitu- 
ciones en  la  tierra  del  comercio,  en 
Caldea  ;  mas  tampoco  con  esto  te 
hartaste. 

"  |Cuán  apasionado  es  tu  corazón, 
afirma  el  Señor  a,  Yahveh,  al  hacer 
todas  estas  cosas,  acciones  de  pros- 
tituta desvergonzada,  31  edificando  tu 
prostíbulo  a  la  cabecera  de  todo  ca- 
mino y  haciendo  tu  lupanar  en  to- 
da plaza !  Ni  siquiera  fuiste  como 
la  meretriz,  que  recoge  e  la  paga, 
°  [sino  como]  la  mujer  adúltera, 
que,  en  lugar  de  su  marido,  toma 
ajenos.  ■  A  todas  las  rameras  danse 
regalos,  mas  tú  diste  tus  presentes 
a  todos  tus  amantes  y  les  cortejaste 
para  que  se  llegasen  a  ti  de  todas 
partes  en  tus  fornicaciones.  **  Ha 
sucedido,  pues,  contigo  en  tus  pros- 
tituciones lo  contrario  de  las  otras 
mujeres  :  no  se  corrió  tras  de  ti  so- 
licitándote lascivamente,  y  mientras 
tú  diste  salario  de  prostituta,  nadie 
te  lo  dió  a  ti  ;  ¡ha  ocurrido,  pues, 
al  contrario ! 

"  Por  tanto,  prostituta,  oye  la  pa- 
labra de  Yahveh.  "  Así  habla  el  Se- 
ñor *,  Yahveh  :  Por  cuanto  ha  6ido 
prodigado  tu  bronce  y  descubiert.i 
tu  desnudez  en   tu   prostitución  a 


M  Se  divulgó  tu  fama  :  alusión  a  la  gloria  que  .-rxleó  a  Israel  en  tiempos  de  David 
y  Salomón. 

"  Te  preparaste  abigarradas  (lit.,  cosidas)  ALTURAS  :  e.  d.,  las  tiendas  o  pabellones 
de  las  cumbres  o  cimas  de  culto  idólatra,  confeccionadas  con  los  vestidos  recalados 
por  el  esposo  a  la  infiel  esposa. 

n  Estatuas  de  varón  :  parece  aludir  a  las  imágenes  de  los  Baales  en  esta  categoría 
«Je  la  esposa  adúltera,  pero  pudiera  haber  una  alusión  al  inmundo  culto  fálico. 

*•  Como  pasto  :  e.  d.,  del  fuego. 

*  y  "  Prostíbulo  :  o  burdel  ;  V  «lupanar»  ;  otros,  televación»  ;  propiamente,  un 
templete  o  casita  (atdicula)  dedicados  al  culto  idólatra.  ||  Lupanar  :  otros,  «lugar  alto». 

*  Cabecera  de  camino  :  o  cruce,  esquina  y  recodo  de  calles  y  carreteras. 

*  Los  hijos  df  Assur  :  e.  d.,  los  asirios 

*>  Kegalos...  presentes  :  propiamente,  «salario  de  prostituta!.  Cortejaste  :  o  bren, 
galardonaste,  sobornaste. 

**  Ta  bronce  :  otros,  «tus  favoresi,  «tu  ienominiai  ;  aquí  advierte  Zorcll  con  otros  : 
Hite!  vocabuium  vitae  vecereae». 


—  1517  — 


16  37-47 


16 


tus  amantes  y  a  todos  tus  ídolos 
abominabf.es  y  por  "  la  sangre  de 
rus  hijos  que  les  has  dado,  *  por 
eso,  he  aquí  que  yo  reuniré  a  todos 
tus  amadores,  a  los  que  fuiste  pla- 
centera, y  a  todos  los  que  amaste 
como  a  íos  que  aborreciste,  y  los 
congregaré  contra  ti  alrededor  "y  les 
descubriré  tu  desnudez,  y  verán  to- 
da tu  vergüenza.  *  Te  juzgaré  con 
arreglo  a  las  leyes  de  las  adúlteras 
y  de  las  vertedoras  de  sangre  y  te 
haré  víctima  de  saña  y  celos.  39  Y 
te  entregaré  en  sus  manos,  y  de- 
rruirán tu  prostíbulo,  y  demolerán 
tus  lupanares,  y  te  despojarán  de 
tus  vestidos,  y  se  apoderarán  de 
tus  joyas,  y  te  dejarán  desnuda  y 
ai  descubierto.  40  Luego  conducirán 
contra  ti  a  una  multitud  y  te  lapi- 
darán con  piedras  y  te  atravesarán 
con  sus  espadas  ;  11  y  prenderán  fue- 
go a  tus  casas  y  harán  justicia  de 
ti  a  la  vista  de  numerosas  mujeres, 
y  haré  que  ceses  de  prostituirte  y 
tampoco  volverás  a  dar  salario  de 
ramera.  42  Desbravaré  mi  cólera  en 
ti  y  se  apartarán  de  ti  mis  celos,  y 
me  apaciguaré  y  no  me  airaré  más. 
"  Por  cuanto  que  te  olvidaste  de  los 
días  de  tu  juventud  y  me  has  irri- 
tado con  todas  estas  cosas,  por  eso 
he  aquí  que  yo  también  he  hecho 
reverter  tu  proceder  sobre  tu  '  ca- 
beza, declara  el  Señor  a,  Yahveih, 
pues  ¿  no  has  cometido  crimen  ho- 
rrible mediante  todas  tus  abomina- 
ciones ? 

"En  verdad,  todo  el  que  profiera 
proverbio  de  ti  lo  hará  diciendo  : 
«¡Como  la  madre,  tal  su  hija!» 
*  Hija  de  tu  madre  eres  tú,  que  co- 
bró repugnancia  a  su  marido  y  de 
sus  hijos,  y  eres  hermana  de  tus 
hermanas,  que  detestaron  a  sus  ma- 
ridos y  sus  hijos  :  vuestra  madre 
fué  hitita  y  vuestro  padre  amorreo. 
"Tu  hermana  mayor  es  Samaria, 
ella  y  sus  hijas,  que  habitan  a  tu 
izquierda,  y  tu  hermana  menor,  que 
habita  a  tu  diestra,  es  Sodoma  y 
mis  hijas.  41  Mas  ni  siquiera  has  se- 
guido sus  caminos  ni  obrado  con 
arreglo  a  sus  abominaciones  ;  como  • 


si  fuera  poco,  te  has  degradado  más 
que  ellas  en  todo  tu  proceder. 

*  Como  yo  vivo,  afirma  el  Señor  a, 
Yahveh,  que  no  obró  Sodoma,  tu 
hermana,  ella  y  sus  hijas,  como  tú 
con  tus  hijas  has  obrado.  "  He  aquí 
cuál]  fué  la  iniquidad  de  Sodoma,  tu 
hermana  :  soberbia,  hartura  de  co- 
mida, y  sosegado  descanso  gozaron 
ella  y  sus  hijas  ;  y  al  afligido  y  al 
(pobre  no  alargó  la  mano,  50  sino 
que  se  ensoberbecieron  y  cometie- 
ron abominación  ante  mí  ;  mas  yo 
las  quité  de  en  medio  cuando  lo  vi. 
"'  Y  Samaria  no  cometió  la  mitad 
de  tus  pecados,  pues  tú  has  multi- 
plicado tus  abominaciones  más  que 
ellas  y  has  dejado  como  justas  a 
(tus  hermanas  con  todas  las  "infamias 
que  has  cometido.  K  Sobrelleva  tú 
también  tu  ignominia,  tú  que  te  has 
puesto  de  parte  de  tus  hermanas 
con  tus  pecados,  que  te  han  hecho 
más  abominable  que  ellas,  han  re- 
sultado más  justas  que  tú.  Abochór- 
nate, pues,  también  tú,  y  aguanta  tu 
oprobio  al  dejar  como  justas  a  tus 
hermanas. 

B  Mas  yo  volveré  su  suerte,  !a 
suerte  de  Sodoma  y  de  sus  hijas  y 
la  suerte  de  Samaria  y  de  sus  hijas, 
y  haré  volver'  tu  suerte  entre  ellas, 
""'  para  que  soportes  tu  oprobio  y  te 
avergüences  de  cuanto  has  hecho, 
consolándolas  tú.  r"  Y  tus  hermanas. 
Sodoma  y  sus  hijas,  volverán  a  su 
primer  estado,  y  Samaria  y  sus  hi- 
jas tornarán  a  su  estado  primero,  y 
tú  y  tus  hijas  volveréis  a  vuestro 
primer  estado. 

58  ¿Acaso*  se  oyó  en  tu  boca  [el 
nombre  de]  tu  hermana  Sodoma  el 
día  de  tu  soberbia,  57  antes  que  fue- 
ra puesta  al  descubierto  tu  desnu- 
dez como  lo  es  ahora  para  oprobio 
de  las  hijas  de  Edom  ,n  y  de  todos 
sus  alrededores  y  de  las  hijas  de  los 
filisteos,  que  te  menosprecian  en 
torno  ?  58  Soporta  tú  el  peso  de  tu 
■lascivia  y  tus  abominaciones,  afirma 
Yahveh.  w  Pues  así  habla  el  Señor  a, 
Yahveh  :  He  hecho  contigo  como  tú 
hiciste,  que  menospreciaste  el  jura- 


*  Vertedoras  DE  sangre  ;   O  asesinas. 

41  r>F  nfmf.kosas  MUJERES  :  <  n  prese  ncia  «!«•  muchas  naciones  paganas, 
*'  Como  m  madre,  tai.  su  hija  :  la  hija  es  Jerusalén  o  Israel  ;  la  madre,  la  raza 
cananea. 

■  Yo  volveré  :  tras  las  amenazas  viene  la  promesa  divina  <le  restaurar  a  Israel, 
sin  excluir  ni  a  Sodoma  ni  a  Samaria. 


16  eo-17 


:•  /.!  ni'i:  ; 


16  62-17  12 


mentó,  quebrantando  el  pacto ;  80  pe- 
ro yo  me  acordaré  de  mi  alianza 
contigo  en  los  días  de  tu  juventud 
v  te  confirmaré  un  pacto  eterno. 
Sl  V  te  acordarás  de  tus  caminos  y 
te  abochornarás  cuando  yo  reciba  n 
a  tus  hermanas,  las  mayores  con 
las  menores  que  tú,  y  te  las  daré 


por  hijas,  mas  no  en  virtud  de  tu 
alianza.  6:1  Y  concertaré  mi  pacto 
Contigo,  y  conocerás  que  yo  soy 
Yahveh  ;  68  a  fin  de  que  recuerden 
y  te  avergüences  y  ya  no  abras  la 
boca  de  pura  vergüenza,  cuando  yo 
te  haya  perdonado  todo  lo  que  has 
hecho,  declara  el  Señor  »,  Yahveh.» 


Alegoría  sobre  Sedecías,  último  rey  de  Jerusalén. 
Promesa  mesiánica  de  restauración 

i  —    1  Y  íuéme  dirigida  la  palabra  j  profiere  una  parábola  a  la  casa  de 
'    de  Yahveh,  diciendo  :  '  aHijo    Israel.  3  Y  dirás  :  Asi  habla  el  Se- 
tíel  hombre,  propon   un  enigma  y  |  ñor a,  Yahveh  : 

El  águila  grande,    grande  de  alas,    de  luengas  plumas  remeras, 
cubierta  de  plumaje  |  de  diversos  colores,  |  vino  al  Líbano 
y  cogió  la  copa  de  un  cedro,  |  4  arrancó  la  punta  de  sus  brotes 
y  lo  llevó  al  país  del  comercio,  | 

colocándolo  en  una  ciudad  de  mercaderes. 
Luego  tomó  de  la  semilla  de  la  tierra  | 
y  púsola  en  campo  de  sembradura, 
situóla  junto  a  aguas  abundantes,  j  la  plantó  como  un  sauce, 
■  y  germinó  y  se  convirtió  en  una  vid  desbordante  |  de  escasa  altura, 
de  suerte  que  sus  sarmientos  estaban  vueltos  hacia  el  águila  1 

y  sus  raíces  bajo  ella. 
Hízose,  pues,  vid  que  produjo  ramas  y  echó  sarmientos. 
7  Había  también  otra  b  águila  grande  |  de  amplias  ailas  | 
y  abundante  plumaje, 
v  he  aquí  que  esta  cepa  |  extendió  sus  raíces  hacia  ella 
y  arrojó  hacia  ella  sus  sarmientos  |  para  darle  a  beber 
más  que  los  tablares  donde  estaba  plantada. 
a  En  un  campo  bueno  |  y  junto  a  aguas  copiosas  estaba  plantada 

para  echar  pámpanos,  j  llevar  fruto  |  y  hacerse  vid  magnífica 
"Di  :  Así  ha  hablado  el  Señor3,  Yahveh  :  ¿Prosperará?  * 
¿No  arrancará  acaso  [la  primera  águila]  sus  raíces,  |  cortará  su  fruto 
y  se  secará  ?  Todos  sus  brotes  tiernos  se  secarán,  | 

y  sin  brazo  poderoso  ni  pueblo  poderoso 
la  arrancará  de  raíz.  1  10  He  aquí  que  está  plantada  :  ¿  prosperará  ? 
¿  Por  ventura  apenas  la  haya  tocado  el  viento  del  este  ! 

no  se  secará  por  completo  ? 
En  los  tablares  donde  brotara  se  agostará.» 
|  V  se  me  dirigió  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  : 
K  «Di  a  la  raza  rebelde  :  I  ¿No  sabéis  qué  significa  esto? 


-|  'J  -  t  n  enigma  :  especie  de  adivinanza,  a  que  para  atraer  la  atención  eran  muy 
p  '     aficionados  los  orientales.  En  el  presente  se  describe  la  suerte  de  la  familia  real. 

*-m  El  sentido  de  esta  alegoría  queda  desentrañado  con  la  explicación  que  se  nos 
da  en  11-21.  El  águila  grande  es  Xabucodonosor  y  sus  grandes  recursos. 

*  Al  país  DEL  comercio  :   e.  d.,  Caldea. 

*  Tomó  de  la  semilla  :  esa  semilla — o  cun  brote»,  como  otros  prefieren — es  el  rey  Se- 
déelas, puesto  por  Nabucodonosor  cu  vez  de  Jcconias. 

*  Vid  desbordante  :  o  cepa  prolífera. 

T  Otra  Aguila  grande:  e.  d.,  el  rey  de  Egipto.  ||  Mas  ove  los  ubi  ares  :  o  bien, 
tdesde  el  macizo»,  pues  así  sing.  1.  Kit  c.  Eb22  algs.  mssGS. 
a  Ahora  viene  la  explicación  del  enigma. 


—  15*0  — 


17  13-24 


EZEQUIEL 


17  13-24 


Di  :  He  aquí  que  vino  el  rey  de  Babilonia  a  lerusalén  | 

y  tomó  a  su  rey  y  sus  príncipes 
y  líevóselos  a  Babilonia. 
18  Y  tomó  uno  de  estirpe  real  |  y  pactó  con  él  alianza 

e  hizole  prestar  juramento,  |  y  cogióse  los  magnates  del  país, 
"  para  que  fuese  un  reino  humilde,  |  sin  que  volviera  a  rebelarle, 

guardando  su  alianza,  |  de  forma  que  tuviese  permanencia. 
15  Mas  se  rebeló  contra  él,  enviando  sus  mensajeros  a  Egipto  | 
para  que  le  prestara  caballos  y  pueblo  numeroso. 
¿Tendrá  éxito?  ¿Se  salvará  quien  hizo  tales  cosas?  | 
Y  el  que  quebrantó  la  alianza,  ¿escapará? 


16  Vivo  yo,  afirma  el  Señor  a,  Yah- 
veh, que  en  la  residencia  del  rey  a 
quien  había  entronizado,  cuyo  jura- 
mento ha  despreciado  y  cuya  alian- 
za con  él  ha  roto  c,  en  medio  de  Ba- 
bilonia morirá.  11 Y  el  Faraón  no 
actuará  a  su  favor  en  la  guerra  con 
gran  ejército  ni  copiosa  multitud, 


cuando  levante  murallón  de  asedio 
y  construya  terraplén  de  cerco  para 
aniquilar  a  muchas  personas.  18  Des- 
preció el  juramento,  quebrantó  la 
alianza,  y  he  aquí  que  ha  ofrecido 
su  mano  ;  pues  todo  esto  hizo,  no 
se  librará. 


"  Por  eso,  así  ha  dicho  el  Señor  a,  Yahveh  : 

¡  Como  yo  vivo,  que  mi  juramento,  |  que  ha  menospreciado, 
y  mi  alianza,  que  ha  quebrantado,  |  los  haré  revertir  sobre  su  cabeza  ! 
20  Y  extenderé  sobre  él  mi  red  |  y  será  prendido  en  mi  malla 
y  lo  conduciré  a  Babilonia  y  allí  vendré  a  juicio  con  él  acerca  de  la  infi- 
delidad que  contra  mí  ha  cometido.  a  Y  todos  sus  fugitivos  d 
en  todas  sus  huestes  caerán  a  espada,  ¡ 

y  los  que  queden  serán  esparcidos  a  todo  viento, 
y  sabréis  que  yo,  Yahveh,  he  hablado. 
82  Así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  : 
También  yo  tomaré  una  de  las  ramas  superiores  del  elevado 
cedro  y  la  pondré  en  tierra  ; 

de  la  punta  de  sus  ramas  arrancaré  un  tierno  [vastago]  | 

y  lo  plantaré  yo  mismo 
sobre  alta  y  prominente  montaña  ;  | 

23  en  la  montaña  excelsa  de  Israel  lo  plantaré, 
v  echará  ramas  y  dará  fruto  e,  | 

y  vendrá  a  ser  un  cedro  magnífico, 
bajo  el  cual  habitarán  todos  los  pájaros  de  toda  suerte  de  plumaje,  | 

a  la  sombra  de  sus  ramas  morarán. 
w  Y  todos  los  árboles  del  campo  conocerán 
que  yo,  Yahveh,  humillé  el  árbol  elevado 
y  exalté  el  árbol  humilde, 
sequé  el  árbol  verde 
e  hice  reverdecer  el  árbol  seco. 
Yo,  Yahveh,  he  hablado  y  lo  haré.» 


38  Tomaré  una  de  las  ramas  superiores  :  o  bien,  tía  copa».  A  pesar  del  destierro 
infligido  a  Sedéelas,  no  se  olvida  el  Señor  de  las  promesas  hechas  en  la  casa  de 
David  y  vuelve  a  renovarlas. 

"  En  la  montaña  excelsa  :  e.  d.,  en  Sión. 

M  Todos  los  Arboles  :  e.  d.,  los  reyes  y  pueblos  extranjeros. 


—  1530  — 


EZEQUIEL 


18 


La  justificación  de  la  providencia 


no  1  V  se  me  dirigió  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo:  -  «¿Qué  tenéis 
-*-°    que  andar  profiriendo  en  la  tierra  de  Israel  este  proverbio,  a  saber  : 

Los  padres  comieron  el  agraz 

y  los  dientes  de  los  hijos  han  padecido  la  dentera  ? 


*  Como  yo  vivo,  afirma  el  Señor  a, 
Yahveh,  que  no  habéis  de  proferir 
más  este  proverbio  en  Israel.  4  He 
aquí  que  todas  las  almas  son  mías  ; 
tanto  el  alma  del  padre  como  la 
del  hijo  me  pertenecen  ;  el  alma 
que  pecare,  ésa  morirá. 

5  Si  un  hombre  fuere  justo  y  prac- 
ticare derecho  y  justicia,  6  y  no  co- 
miere en  los  montes,  ni  alzare  sus 
ojos  a  los  ídolos  de  la  casa  de  Is- 
rael, ni  deshonrare  a  la  mujer  de 
su  prójimo,  ni  a  la  mujer  meustruan- 
te  se  acercare  ;  '  6i  no  oprimiere  a 
nadie,  devolviere  la  prenda  al  deu- 
dor b,  no  cometiere  robo,  diere  su 
pan  al  hambriento  y  al  desnudo  cu- 
briere con  vestido,  8  no  prestare  con 
usura  ni  exigiere  interés,  apartare 
su  mano  de  la  mañdad  e  hiciere  hon- 
rada justicia  entre  hombre  y  hom- 
bre, 9  anduviere  en  mis  preceptos  y 
guardare  mis  dictámenes  practican- 
do la  verdad,  ese  tal  es  justo,  vivi- 
rá ciertamente,  declara  el  Señor  a, 
Yahveh. 

10  Pero  si  engendrare  un  hijo  vio- 
lento, vertedor  de  sangre,  que  hi- 
ciere una  c  de  estas  cosas  u  — mien- 
tras él  no  cometiere  ninguna  de 
ellas — e  incluso  comiere  sobre  los 
montes  y  deshonrare  a  la  mujer  de 
su  prójimo,  11  oprimiere  al  afligido 
y  al  pobre,  cometiere  robos,  no  de- 
volviere la  prenda,  levantare  los 
ojos  a  los  ídolos,  ejecutare  abomi- 
nación, 13  prestare  con  usura  y  acep- 
tare interés,  ¿  vivirá  acaso  ?  No  vi- 
virá, habiendo  cometido  todas  estas 


abominaciones  ;  morirá  á  sin  reme- 
dio ;  su  sangre  recaerá  sobre  él. 

M  Por  eJ  contrario,  hete  aquí  que 
engendra  un  hijo  que,  vistos  todos 
los  pecados  que  cometió  su  padre, 
tone  e  y  no  obra  según  ellos  :  15  no 
come  sobre  los  montes,  no  alza  sus 
ojos  a  los  ídolos  de  la  casa  de  Is- 
rael, no  deshonra  a  la  mujer  de  su 
prójimo,  1S  ni  oprime  a  nadie,  ni 
exige  prenda,  ni  comete  robo,  da 
su  pan  al  hambriento  y  al  desnudo 
cubre  con  vestido,  1T  aparta  su  mano 
de  la  iniquidad  usura  ni  interés 
no  acepta,  cumple  mis  juicios,  sigue 
mis  preceptos  ;  ése  no  morirá  por 
la  cu]jpa  de  su  padre,  vivirá  cierta- 
mente. 18  Su  padre,  que  cometió  vio- 
lencias, realizó  hurtos  *"  y  ejecutó  lo 
que  no  estaba  bien  en  medio  de  su 
pueblo,  he  aquí  que  hubo  de  morir 
por  su  iniquidad. 

18  Mas  diréis  :  «¿  Por  qué  no  carga 
el  hijo  con  la  iniquidad  de  su  pa- 
dre ?»  Pues  que  el  hijo  practicó  de- 
recho y  justicia,  guardó  todos  mis 
preceptos  y  los  cumplió,  vivirá  cier- 
tamente. 70  El  alma  que  peque,  ésa 
morirá.  El  hijo  no  cargará  con  la 
culpa  del  padre,  ni  el  padre  cargará 
con  la  iniquidad  del  hijo  :  la  justi- 
cia del  justo  será  sobre  el  mismo,  y 
la  impiedad  del  imipío  sobre  él  será. 

a  Si  eil  impío  se  convierte  de  to- 
dos sus  pecados  que  cometió,  y  ob- 
serva todos  mis  preceptos,  y  prac- 
tica el  derecho  y  la  justicia,  vivirá 
de  seguro,  no  morirá.  53  Ninguno  de 
los  pecados  que  cometió  le  será  re- 


1  Q  "  Como  yo  vivo  :  este  proverbio  no  se  empleará  más  en  Israel,  porque  todo  el 
mundo  quedará  convencido  de  que  es  justo  el  castigo  que  os  será  infligido. 

«  No  comiere  en  los  monies  de  los  sacrificios  hechos  a  los  ídolos  en  las  cumbres 
o  lugares  altos  de  culto  idólatra. 

8  Hiciere  honrada  justicia  entre  hombre  y  hombre  :  o  bien,  pronunciare  honrado 
fallo  judicial  entre  las  partes  litigantes. 

22  Ninguno  de  los  pecados  :  Dios  olvida  el  pecado  al  mismo  tiempo  que  queda 
borrado  en  la  conciencia. 


—  1521  — 


18  23-19  9 


LÍZliQUIEL 


18  28-19  i» 


cordado  :  en  la  justicia  que  prac- 
ticó logrará  vida.  a  ¿Acaso  une  com- 
plazco yo  en  h  la  muerte  del  impío?, 
afirma  el  Señor  a,  Yahveh,  y  no 
(más  bien]  en  que  se  convierta  de 
su  conducta  y  viva  ? 

M  Por  ©1  contrario,  si  el  justo  se 
apartare  de  su  justicia  y  cometiere 
iniquidad,  practicando  exactamente 
■las  abominaciones  que  obrara  el  im- 
pío, ¿vivirá?  Ninguna  de  las  obras 
justas  que  realizó  le  serán  recorda- 
das ;  por  la  apostasía  que  ha  come- 
tido y  el  pecado  en  que  ha  incurri- 
do, por  ellos  morirá. 

Y  habéis  dicho  :  «No  es  recto  el 
proceder  del  Señor  '.»  Escucha,  pues, 
¡  oh  casa  de  Israel  !  ¿  Acaso  es  mi 
proceder  injusto  ?  i  No  son  vuestros 
caminos  los  que  no  son  rectos  ?  26  Al 
apartarse  el  justo  de  su  justicia  y 
obrar  la  iniquidad,  morirá'  por  ello, 
por  la  iniquidad  que  ha  cometido 
morirá.  27  Y  al  convertirse  el  impío 
de  la  impiedad  que  obrara  y  prac- 
ticar derecho  y  justicia,  conservará 


en  vida  su  propia  alma.  "Si  él  ve 
y  se  convierte  de  todos  los  pecados 
que  hiciera,  ciertamente  vivirá,  no 
morirá. 

'aY  la  casa  de  Israel  dice  :  «No 
es  recto  el  proceder  del  Señor 
oNo  es  recto  mi  proceder',  oh  casa 
de  Israel  ?  ¿  Por  ventura  no  son 
vuestros  caminos  los  que  no  son  rec- 
tos kf 

"'Por  lo  tanto,  a  cada  uno  os  juz- 
garé conforme  a  vuestro  proceder, 
casa  de  Israel,  afirma  el  Señor  », 
Yahveh.  Volveos  y  convertios  de  to- 
dos vuestros  pecados,  de  modo  que 
no  os  sirvan  de  ocasión  de  culpa. 
'''  Arrojad  de  vosotros  todos  los  pe- 
cados que  cometisteis  contra  nú1  y 
formaos  un  corazón  nuevo  y  un  es- 
píritu renovado.  ¿  Por  qué  queréis 
morir,  oh  casa  de  Israel  ?  32  Pues  no 
me  complazco  en  la  muerte,  de  cual- 
quiera que  sea,  afirma  el  Señor  *, 
Yahveh  ;  arrepentios,  pues,  y  vivi- 
réis.» 


Elegía  sobre  el  príncipe  de  Israel 

1Q    1  Y  tú  entona  una  elegía  sobre  el  príncipe*  de  Israel   2  Y  di  : 
¿  Por  qué  tu  madre,  oh  leona,  i  entre  los  leones 
se  echó,  en  medio  de  los  leoncillos  |  crió  a  sus  cachorros  ? 

*  Y  alzó  a  uno  de  sus  cachorros,  |  que  se  hizo  león  joven, 
v  aprendió  a  hacer  presa  |  y  hombres  devoró. 

■  Mas  los  gentes  tuvieron  noticia  de  él,  |  y  en  su  fosa  fué  cogido  ; 
v  lleváronlo  con  aros  de  nariz  |  a  la  tierra  de  Egipto. 

*  Y  viendo  ella  que  era  caso  desesperado,  |  perdió  la  esperanza 
v  tomó  otro  b  de  sus  cachorros  |  y  lo  erigió  león  joven. 

*  El  andaba  entre  los  leones,  |  hízose  león  joven 
y  aprendió  a  hacer  presa  |  y  devoró  hombres  ; 

1  aprendió  a  hacer  viudas  c  |  y  sus  ciudades  devastó, 
y  horrorizóse  el  país  con  cuanto  encerraba  |  a  la  voz  de  su  rugido. 

1  Mas  las  gentes  se  juntaron  contra  él  !  de  todas  las  regiones  circundante* 
y  tendieron  contra  él  su  red,  |  y  en  su  fosa  fué  cogido. 

*  Y  pusiéronle  en  una  jaula  con  aros  de  nariz  | 

v  lleváronlo  al  rey  de  Babilonia,  |  quien  lo  metió  en  una  fortaleza  *, 
a  fin  de  que  su  voz  no  fuese  oída  más  ¡  en  los  montes  de  Israel. 


19 


que  H  (=  V)  :  «  ¡Como  era  tu  madre  una 
>  de  leones,  criaba  a  sus  cachorros».  ||  Tu 
i  los  leones  :  e.  d.,  las  naciones  paganas. 

»n  situación  desesperada.  Voz  dudosa  ;  otros 

orinaban  parte  del  imperio  caldeo. 


—  15^2  — 


19  io-20  7 


EZEQUIEL 


19  10-20  14 


'"Tu  madre  era  como  una  vid  l'  |  junto  al  agua  plantada, 

fructífera  y  frondosa  era  |  por  las  copiosas  aguas. 
u  Tenía  ramas  f  fuertes  |  para  cetros  *  de  soberanos, 

y  elevóse  su  tronco  hasta  h  por  entre  las  nubes  ' 

y  divisábase  por  su  altura,  i  por  la  multitud  de  sus  sarmientos. 
'•  Mas  fué  arrancada  con  furor,  |  a  tierra  echada, 

v  el  viento  del  este  agostó  |  sus  frutos  ;  fueron  abatidas 

y  secáronse  sus  fuertes  ramas,  |  un  fuego  las  devoró. 
"  V  ahora  ha  sido  plantada  en  el  desierto,  |  en  tierra  árida  y  sedienta, 
"  y  ha  salido  fueteo  de  la  vara  |  de  sus  ramas,  ha  consumido  su  fruto 

y  no  ha  quedado  en  ella  ni  una  rama  fuerte,  |  un  solo  cetro  para  mando. 

Elegía  es  esta  y  en  elegía  se  ha  convertido. 


Consulta  de  los  ancianos  de  Israel  al  profeta.  Recuento 
de  las  prevaricaciones  del  pueblo  y  ñdelidad  de  Yahveh 


orv  1  Sucedió,  pues,  que  el  año  sép- 
timo,  a  diez  del  quinto  mes, 
vinieron  unos  varones  de  los  ancia- 
nos de  Israel  a  consultar  a  Yahveh, 
y  sentáronse  ante  mí.  2  Y  dirigióse- 
ine  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  : 
3  «Hijo  del  hombre,  habla  a  los 
ancianos  de  Israel  y  diles  :  Así  dice 
el  Señor  a,  Yahveh  :  ¿  A  consultar- 
me venís  vosotros  ?  ¡  Vivo  yo,  que 
no  me  he  de  dejar  interrogar  por 
vosotros  !,  afirma  el  Señor»,  Yah- 
veh. 4  ¿  Quieres  (pronunciarles  el  fa- 
llo, quieres  pronunciar  el  fallo,  oh 
hijo  del  hombre  ?  Hazles  saber  las 
abominaciones  de  sus  padres.  6  Y 
diles  :  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
El  día  que  escogí  a  Israel,  y  alcé 
[jurando]  mi  mano  por  la  descen- 
dencia cíe  la  casa  de  Jacob,  y  me 
di  a  conocer  a  ellos  en  el  país  de 
Egipto,  y  les  alcé  mi  mano,  dicien- 
do :  ¡  Yo  soy  Yahveh,  vuestro  Dios  !, 
"  aquel  día  íes  juré,  elevando  mi  ma- 
no, sacarlos  de  la  tierra  egipcia  a 
un  país  que  yo  había  escogido  para 
ellos,  el  cual  mana  leche  y  miel  y 
constituye  la  gloria  de  todas  las 
tierras.  7  Y  os  dije  :  arroje  cada  uno 
las  abominaciones  de  sus  ojos  y  no 
os  contaminéis  con  los  ídolos  de  I 
Egipto:    yo    soy    Yahveh,    vuestro  ¡ 


Dios.  s  Pero  ellos  se  rebelaron  con- 
tra mí  y  no  quisieron  escucharme  : 
no  arrojó  cada  uno  ¡as  abominacio- 
nes de  sus  ojos  ni  abandonaron  los 
ídolos  de  Egipto.  Entonces  pensé 
derramar  mi  furor  sobre  ellos  para 
desbravar  en  ellos  mi  cólera,  en 
medio  del  país  de  Egipto  ;  "  ma» 
obré  en  gracia  a  mi  nombre,  para 
no  profanarlo  a  los  ojos  de  las  na- 
ciones entre  quienes  se  hallaban,  a 
las  cuales  me  di  a  conocer,  a  sus 
mismos  ojos,  sacándolos  de  la  tierra 
de  Egipto. 

"Saquélos,  pues,  del  país  egipcio 
y  los  conduje  al  desierto,  "  les  di 
mis  preceptos  y  les  hice  saber  mis 
derechos,  que,  cumplidos  por  el  hom- 
bre, mediante  ellos  vivirá.  12  Ade- 
más, les  di  mis  sábados  para  que 
sirvieran  de  signo  entre  ellos  y  yo, 
a  fin  de  que  conociesen  que  yo  soy 
Yahveh,  quien  los  santifica.  "  Pero 
la  casa  de  Israel  se  sublevó  contra 
mí  en  el  desierto  ;  no  anduvieron 
en  mis  preceptos  y  rechazaron  mis 
derechos,  por  los  cuales,  si  el  hom- 
bre los  cumple,  vivirá  ;  y  profana- 
ron mucho  mis  sábados,  de  suerte 
que  resolví  derramar  mi  furor  sobre 
ellos  en  el  desierto  para  exterminar- 
los. "Sin  embargo,  obré  en  gracia 


"  Ele\óse  su  tronco  :  el  reino  de  Judá  ira  superior  a  los  demás  próximos  en  ma- 
jestad, poder  y  riquezas. 

,s  Fué  arrancada  :  las  amenazas  empezaron  a  cumplirse  reinando  Jeconías  y  se 
cumplieron  del  todo  en  tiempo  de  Sederías.  ¡|  Sus  frutos:  otros  1.  II  :  «sus  sarmien- 
tos, que  se  habrán  .arrancado». 

Ofl    '  Las  abominación!  s  de  SUS  OJOS  :   e.  d.,  los  ídolos. 
^U  "Derechos:  o  bien,  dictámenes... 


—  1523  — 


20  i»-17 


KZEQÜIKl. 


20  i^--1 


a  mi  nombre,  para  no  profanarlo  a 
los  ojos  de  las  naciones  a  cuya  vista 
los  saqué.  13  Yo  había  alzado  mi  ma- 
no jurándoles  en  eJ  desierto  que  no 
los  introduciría  en  la  tierra  que  les  b 


para  no  exterminarlos  y  no  tos  ani- 
quilé en  el  desierto. 

18  Pero  dije  a  sus  hijos  en  el  de- 
sierto :  No  sigáis  ios  preceptos  de 
vuestros    padres,    ni  observéis  sus 


Toro  alado  asir 


dtóra,  que  mana  leche  y  miel  y  cons- 
tituye una  gloria  entre  todas  las 
tierras,  19  porque  habían  desdeñado 
mis  derechos,  y  no  habían  seguido 
mis  decretos,  y  habían  profanado 
mis  sábados,  pues  su  corazón  mar- 
chaba en  pos  de  sus  ídolos.  "Mas 
mis  ojos  se  compadecieron  de  ellos 


costumbres,  ni  os  mancilléis  con  sus» 
ídolos.  "Yo  soy  Yahveh,  vuestro 
Dios ;  caminad  con  arreglo  a  mis 
preceptos  y  guardad  mis  derechos  y 
cumplidlos;  "y  santificad  mis  sá- 
bados y  sirvan  de  señal  entre  mí  y 
vosotros,  para  que  se  sepa  que  yo 
soy  vuestro  Dios.  a  Mas  los  hijos  se 


20  22-^1 


EZEQUIEL 


20  32-49 


rebelaron  también  contra  mí,  no  si- 
guieron mis  preceptos  ni  guardaron 
mis  derechos  cumpliéndolos,  por  cu- 
va  práctica  el  hombre  había  de  vi- 
vir, y 0  profanaron  mis  sábados,  y 
resolví  derramar  mi  furor  sobre  ellos 
para  desfogar  en  ellos  mi  cólera  en 
él  desierto.  "  Sin  embargo,  hice  vol- 
ver mi  mano  y  obré  en  gracia  de 
mi  nombre,  para  no  profanarlo  a 
los  ojos  de  las  naciones  a  cuya  vis- 
ta los  había  sacado.  ~a  Alceles  asi- 
mismo mi  mano  en  el  desierto,  [ju- 
rando] dispersarlos  entre  las  gentes 
v  esparcirlos  ipor  las  tierras,  por 
no  haber  practicado  mis  derechos, 
haber  menospreciado  mis  preceptos, 
profanado  mis  sábados  e  ídoseles  los 
ojos  tras  Jos  ídolos  de  sus  padres. 

3  Por  otra  parte,  diles  también 
preceptos  no  buenos  y  prescripcio- 
nes por  las  cuales  no  podrían  vi- 
vir, y  los  contaminé  mediante  sus 
ofrendas,  [esto  es],  al  hacer  pasar 
[por  el  fuego]  a  todo  primogénito, 
a  fin  de  aterrorizarlos  yo,  d  para  que 
supiesen  que  yo  soy  Yahveh  d. 

"  Por  tanto,  habla  a  la  casa  de 
Israel,  ¡oh  hijo  del  hombre!,  y  di- 
les :  Así  ha  dicho  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  Aun  en  esto  me  ultrajaron 
vuestros  padres  cuando  me  fueron 
infieles.  28  Introdújelos  en  la  tierra 
que,  alzando  mi  mano,  había  jurado 
darles,  y  cuando  vieron  cualquier  co- 
lina elevada  y  cualquier  árbol  fron- 
doso, ofrecieron  allí  sus  sacrificios, 
V  entregaron  allí  su  ofensiva  ofren- 
da, v  allí  colocaron  sus  perfumes  de 
suave  olor,  y  derramaron  allí  sus  li- 
baciones. 29  Y  díjeles  :  ¿  Qué  es  el 
lugar  alto  adonde  vosotros  vais?  Y 
llámasele  todavía  lugar  alto  hasta 
el  día  presente.  *°  Por  eso,  di  a  la 
casa  de  Israel  :  Así  habla  el  Señor  ft, 
Yahveh:  ¡Os  contamináis  en  el  pro- 
ceder de  vuestros  padres  y  corréis 
a  avidez  lasciva  tras  sus  abomina- 
ciones, a  y,  al  ofrecer  vuestros  do- 


nes, haciendo  pasar  por  el  fuego  a 
vuestros  hijos,  os  estáis  mancillan- 
do con  todos  vuestros  ídolos  hasta 
hoy!,  y  ¿me  vov  a  dejar  consultar 
por  vosotros,  oh  casa  de  Israel  ? 
¡  Vivo  yo,  afirma  el  Señor a,  Yah- 
veh, que  no  me  he  de  dejar  inte- 
rrogar por  vosotros  !  3"  Ni  tampoco 
se  ha  de  realizar  en  modo  alguno  lo 
que  os  viene  a  las  mientes  ;  pues 
vosotros  decís  :  ¡  Seremos  como  las 
naciones  gentiles,  como  los  pueblos 
de  los  [demás]  países,  adorando  le- 
ño v  piedra  !  "  ¡  Como  yo  vivo,  afir- 
ma el  Señor  a,  Yahveh,  que  con  ma- 
no fuerte  y  brazo  extendido  y  de- 
rramando mi  furor  he  de  reinar  so- 
bre vosotros  !  "  Y  os  sacaré  de  los 
pueblos  y  os  juntaré  desde  las  tie- 
rras en  que  fuisteis  dispersados  con 
mano  fuerte,  brazo  extendido  y  fu- 
ror que  se  derrama  ;  35  y  os  condu- 
ciré al  desierto  de  los  pueblos  y 
pleitearé  allí  con  vosotros  cara  a 
cara,  **  como  pleiteé  con  vuestros  pa- 
dres en  el  desierto  del  país  de  Egip- 
to, afirma  el  Señor  a,  Yahveh.  57  Y 
os  haré  pasar  debajo  de  la  vara  y 
os  llevaré  6  con  los  vínculos  de  la 
alianza  L'  ;  38  y  apartaré  de  vosotros  a 
los  rebeldes  y  los  infieles  contra  mí, 
los  sacaré  de  la  tierra  donde  moran 
como  inmigrantes  y  no  entrarán  ' 
en  el  suelo  de  Israel  ;  y  sabréis  que 
yo  so}'  Yahveh. 

sa  En  cuanto  a  vosotros,  ¡  oh  casa  de 
Israel!,  así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  Id  a  servir  cada  uno  a  vuestros 
ídolos  ;  mas  después,  si  no  me  escu- 
chareis, mi  santo  nombre  no  profa- 
naréis más  con  vuestros  dones  y 
vuestros  ídolos.  40  Porque  en  mi  san- 
ta montaña,  en  el  alto  monte  de  Is- 
rael, afirma  el  Señor  a,  Yahveh,  allí 
me  servirá  toda  la  casa  de  Israel, 
toda  entera,  en  mi  tierra  ;  allí  los 
aceptaré  graciosamente  y  allí  solici- 
taré vuestras  ofrendas  y  las  primicias 
de  vuestros  dones  con  todo  cuanto 


x  Preceptos  no  buenos  :  el  sentido  que  (la  San  Jerónimo  a  este  v.  es  :  Les  he  per- 
mitido hacer  lo  que  quieran  para  castigarlos  más  tarde.  Esos  preceptos  relativos  al 
culto  no  procedían  de  Dios,  sino  de  las  naciones  idólatras. 

■  i  Qué  ES  el  lugar  alto  (bamá  'altura  sagrada'  de  culto  idólatra)  adonde  vosotros 
«is  (baim)f,  juego  de  palabras  hebraicas  en  II  a  base  de  la  supuesta  etimología  de 
bamá.  Llámasele  todavía  lugar  alto,  c.  d.,  baimí,  porque  aun  siguen  ellos  yendo. 

x  Desierto  de  los  pueblos  :  e.  d.,  el  mundo  de  las  naciones  de  que  Israel  era  di- 
ferente. ||  Pleitearé  :  o  iré  a  juicio,  litigaré. 

•**  Mi  santa  montaña  :  e.  d.,  la  santa  Iglesia,  ya  que  la  profecía  parece  referirse  a 
la' vocación  de  todos  los  pueblos  al  servicio  del  verdadero  Dios.  ||  Toda  entera,  en 
mi  riBRRA...  :  así  prb.  (cf.  Kitl  ;  V  «todos,  digo,  en  la  tierra  en  que  me  agradaras»; 
otros,  de  diverso  modo.  ||  Solicitaré  :  o  ansiaré,  exigiré. 


—  1525  — 


20  41-21  11 


EZKQl'IEL 


20  «-21 


me  consagréis.  "  Como  i  un  perfume  ; 
de  suave  olor  os  aceptaré  graciosa- 
mente cuando  os  saque  de  entre  los 
pueblos  y  os  congregue  de  las  tie- 
rras en  que  fuisteis  dispersados  y  me 
santificaré  en  vosotros^  a  los  ojos  de 
las  naciones.  42  V  sabréis  que  yo  soy 
Yahveh  cuando  os  haya  introducido 
en  .la  tierra  de  Israel,  en  el  país  que 
juré,  alzando  mi  mano,  dar  a  vues- 
tros padres.  M  Allí  os  acordaréis  de 
vuestros  caminos  y  de  todas  vues- 
tras acciones  con  las  cuales  os  man- 
cillasteis, y  sentiréis  tedio  de  vos- 
otros mismos  por  todas  las  maldades 
que  habéis  cometido.  41  Y  sabréis  que 
yo  soy  Yahveh  cuando  obre  con  vos- 
otros en  gracia  a  mi  nombre  y  no 
con  arreglo  a  vuestros  perversos  ca- 
minos ni  según  vuestras  detestables  | 


¡acciones,  ¡oh  casa  de  Israel!,  afir- 
ma el  Señor  a,  Y  aturdí.» 
•  *í  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 
veh, diciendo  :  *a  «Hijo  de!  hombre, 
vuelve  tu  rostro  en  dirección  al  6ur 
y  vaticina  sobre  el  mediodía,  y  pro- 
fetiza contra  el  bosque  del  campo 
del  Négueb.  "3  Dirás,  pues,  al  bos- 
que del  Négueb  :  Escucha  la  palabra 
de  Yahveh.  Así  habla  el  Señor  », 
Yahveh  :  He  aquí  que  yo  prendo  en 
ti  fuego  y  devorará  en  ti  todo  árbol 
verde  y  todo  árbol  seco  :  no  se  apa- 
gará la  llama  abrasadora,  y  habrá 
de  ser  quemada  por  ella  toda  la  su- 
perficie desde  el  sur  al  norte.  ffi4  Y 
toda  carne  verá  que  yo,  Yahveh,  la 
he  incendiado.^  No  se'apagará.» 

**(  Y  exclamé  :  «¡  Ay,  Señor  a,  Yah- 
veh !  Estos  dicen  de  mí  :  ¿  No  pro- 
I  riere  éste  parábolas  ?» 


Nabucodonosor,  ejecutor  de  las  venganzas  divinas 
contra  Jerusalén  y  contra  los  ammonitas 


o"l  '„  Y  fuéme  dirigida  la  palabra 
^  de  Yahveh,  diciendo  :  «Hijo 
del  hombre,  endereza  tu  rostro  hacia 
Jerusalén  y  vaticina  sobre  sus  san- 
tuarios a  y  profetiza  contra  la  tierra 
de  Israel.  3S  Y  di  a  la  tierra  israelita: 
Así  habla  Yahveh  :  Heme  aquí  con- 
tra ti,  y  sacaré  mi  espada  de  su  vai- 
na y  aniquilaré  de  ti  al  justo  y  al 
impío.  '„  Por  cuanto  que  voy  a  ex- 
terminar de  ti  al  justo  y  al  impío, 
por  eso  saldrá  mi  espada  de  su  vaina 
contra  toda  carne,  del  sur  al  norte, 
6,c  para  que  conozca  toda  carne  que 
yo,  Yahveh,  he  sacado  mi  espada  de 
su  vaina  y  ya  no  será  envain.ada. 


'«Y  tú,  hijo  del  hombre,  gime;  gi- 
me a  vista  de  ellos  con  quebranto  de 
ríñones  y  amargura.  '12  Y  cuando  te 
pregunten:  «¿Por  qué  gimes?»,  con- 
testarás :  «Por  una  noticia  a  cuya  lle- 
gada se  disolverá  todo  corazón,  des- 
mayarán todas  las  manos,  se  embo- 
tará todo  espíritu  y  todas  las  rodillas 
se  disolverán  como  agua.  He  aquí 
que  liega  y  va  a  acaecer,  declara  el 
Señor  b,  Yahveh.» 

8,s  Y  dirigióseme  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo:  *lt  «Hijo  del  hom- 
bre, profetiza  y  di  :  Así  habla  el  Se- 
ñor c  :  Di  : 


¡  I'na  espada,  una  espada  ha  sido  aguzada  ¡  y  también  está  bruñida  ! 
'V,  A  fin  ríe  degollar  víctimas  ha  sido  aguzada,  | 

para  que  lance  relámpagos  ha  sido  bruñida  : 

''  tú,  que  abates  el  cetro  de  mi  hijo,  cortaste  todo  árbol  d. 
",e  Y  la  di  6  a  bruñir  |    para  empuñaría, 

ha  sido  aguzada  y  bruñida  |  para  ponerla  en  mano  de  un  asesino. 


w„  Vaticina  :   lit.,  destila  palabras.  ||  Nígttfb  :  o  mediodía  de  .Tudá. 
*-  Prendo  en  ti  fuego  :  e.  d.,  el  de  la  guerra. 
•f  Parábolas  :  e.  d.,  cosas  difíciles  de  entender. 

OI     '"i.-.  l  ANtK  RELÁMPAGOS:   o  (para  irradiar  rayos»,  «que  tengan  fulgorp...  ;  otros 
1.  c.  SV  trelampaguee»  o  «reluzca».  ||  Tú  que  abates:  apostrofe  a  la  espada  de 
Nabucodonosor,  que  destruirá  .el  reino  de  JudA  y  todo  árbol,  e.  d.,  todos  los  hombres 


-  1526  - 


2-22 


EZEQÜIEIi 


21  12-20 


Cuma  y  laméntate,  ¡oh  hijo  del  hombre!,  | 

porque  se  ha  empleado  contra  mi  pueblo, 
contra  todos  los  príncipes  de  Israel  :  | 

fueron  entregados  a  la  espada  con  mi  pueblo. 
¡  Por  eso  hiere  las  caderas  ! 

Ciertamente,  la  prueba  está  hecha,  y  si  [la  espada]  también  des- 
preciare el  cetro,  no  subsistirá,  afirma  el  Señor  b,  Yahveh. 

Mi»  Y  tú,  hijo  del  hombre,  profetiza  |  y  bate  palmas  una  con  otra 

y  doble  la  espada,  triplique  [los  golpes]  ;  |  espada  asesina  es 

espada  de  la  gran  mortandad  |  que  los  asedia, 
"so  Para  que  desmaye  el  corazón  |  y  se  multipliquen  las  ocasiones  de  ruina, 

sobre  todas  sus  puertas  |  he  llevado  los  estragos  de  la  espada. 

¡  Ay,  está  hecha  para  relampaguear,  |  aguzada  para  degollar! 
*\,  Agúzate,  ya  por  la  derecha  f  |  ya  por  la  izquierda,  | 
adondequiera  tus  filos  estén  por  Dios  destinados. 
"a  También  yo  batiré  mis  palmas  una  con  otra  |  y  aplacaré  mi  cólera. 


Yo,  Yahveh,  he  hablado.» 

"V,  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  *M  «Y  tú,  hijo 
del  hombre,  trázate  dos  caminos  por 
donde  venga  la  espada  del  rey  de 
Babilonia  ;  de  un  mismo  país  parti- 
rán ambos,  y  representa  un  indica- 
dor en  la  cabecera  del  camino  de  la 
ciudad,  represéntalo  s  ;  *j«  un  cami- 
no trazarás  para  que  la  espada  lle- 
gue a  Rabbá  de  los  Ammonitas  y  a 
judá  y  h  Jerusalén,  en  el  centro  de 
ella  a¡,  Porque  el  rey  de  Babilonia 
se  ha  detenido  en  una  encrucijada, 
en  el  arranque  de  los  dos  caminos, 
para  consultar  el  augurio  :  sacudió 
las  flechas,  interrogó  a  los  terafim, 
inspeccionó  el  hígado.  B„  Por  su  dies- 
tra fué  el  augurio  «Jerusalén»,  j  para 
colocar  arietes  >,  abrir  la  boca  pre- 


gonando matanza,  alzar  la  voz  con 
alaridos,  colocar  arietes  contra  las 
puertas,  amontonar  terraplenes  de 
cerco,  construir  murallón  de  asedio, 
"a  Mas  a  los  de  Judá  paréceles  una 
adivinación  mendaz :  solemnes  jura- 
mentos han  hecho  ;  mas  él  recorda- 
rá la  iniquidad  [de  ellos]  para  apo- 
derarse [de  los  mismos].  M,9  Por  ello, 
así  habla  el  Señor b,  Yahveh  :  Por 
cuanto  habéis  rememorado  con  jac- 
tancia vuestas  iniquidades,  patenti- 
zando vuestras  prevaricaciones  al  ma- 
nifestar vuestros  pecados  con  todas 
vuestras  acciones  ;  por  cuanto  las 
habéis  rememorado,  seréis  presos  en 
[sus]  manos.  *M  Y  tú,  infame,  im- 
pío, príncipe  de  Israel,  cuyo  fin  ha 
llegado  al  tiempo  de  la  culpa  final, 


atT  Hiere  las  CADERAS  :  o  el  muslo  ;  es  un  gesto  del  que  llora  o  se  lamenta. 

*■„  Traducimos  H  lo  mas  literalmente  posible  guiados  por  V  ;  pero  el  texto  parece 
<  rrp.  y  las  versiones  divergen  mucho. 

K„u  ¡Av...!  :  así  algs.  Otros  corrigen  :  «Tú  (estás)  hecha»  o  tCiertamente..,*;  o  vier- 
ten ¡Oh  espada!;  V  «de  la  "espada  afilada,  hecha...... 

Agúzate  :  sigue  el  apostrofe  a  la  espada  de  Nabucodonosor. 

,",(  Dos  caminos  :  uno  hacia  Rabbat-Ammón  y  otro  hacia  Jerusalén.  Kabbat-Ammóa 
era  la  capital  de  los  ammonitas. 

■ Terafim:  o  dioses  penates,  Idolos  domésticos.  ||  Inspeccionó  o  escrutó  ei.  híga- 
DO  :  aun  se  conserva  alguno  de  estos  hígados — de  aves,  generalmente —  en  greda,  cu- 
biertos de  mágicas  fórmulas,  tal  como  se  empleaban  entre  los  babilonios;  como  tam- 
bién los  usaron  etruscos,  romanos,  etc.  Estos  dos  y  el  sacudir  las  flechas  son  los  tres 
augurios  a  que  recurre  el  rey. 

I.os  de  Judá:  lit.,  ellos.  ||  Solemnes  juramentos  han  hecho:  pasaje  oscuro, 
tomo  en  general  los  vv.  22.^-23.^  ;  V  'et  sabbatorum  otium  imitans».  ||  El:  e.  d.,  Na- 
bueodonosoT. 

Y  IÚ...  :  apóstrofe  al  último  rey  de  Jerusalén,  Sedéelas,  que  con  su  sublevación 
provocó  la  ruina  nacional.  ||  De  la  culpa  final  (o  extrema)  :  o  bien,  «en  que  la  culpa 
provoca  el  finí  í=  v.  2p.,4). 


—  1527  — 


21  26-22  6 


EZEQUIEL 


21  30-22  13 


"sj  así  habla  el  Señor  b,  Yahveh  : 
¡  Quítate  la  tiara,  depon  la  corona ! 
¡Esto  ya  no  es  esto!  Lo  humilde 
será  exaltado  y  lo  alto  será  humilla- 
do, "jj  ¡  A  ruina,  a  ruina,  a  ruina  la 
reduciré  !  Tampoco  ella  existirá  más 
hasta  que  venga  aquel  a  quien  co- 
rresponde el  derecho  [a  ello]  y  yo 
se  lo  entregaré. 

Y  tú,  hijo  del  hombre,  profe- 
tiza y  di  :  Así  ha  dicho  el  Señor  b, 
Yahveh,  sobre  los  hijos  de  Arrimón 
y  su  escarnecer.  Y  dirás  :  j  La  espa- 
da, la  espada  hállase  desenvainada 
para  el  degüello,  bruñida  para  devo- 
rar y  a  fin  de  relucir !  "34  — mien- 


tras se  contemplan  para  ti  falsas  vi- 
siones y  te  adivinan  presagios  men- 
daces— ,  para  descargaría  k  sobre  el 
cuello  de  impíos  infames,  cuyo  día 
ha  llegado  al  tiempo  de  la  culpa  fi- 
nal. J0s5  ¡Vuélvela  a  su  vaina!  Yo  te 
juzgaré  en  el  mismo  lugar  en  que 
fuiste  creada,  en  la  tierra  de  tus  orí- 
genes. "33  Y  derramaré  sobre  ti  mi 
ira,  soplaré  contra  ti  el  fuego  de  mi 
saña  y  te  entregaré  en  manos  de 
hombres  bestiales,  artífices  de  des- 
trucción. Serás  pasto  del  fuego,  tu 
sangre  correrá  por  medio  del  país, 
caerás  en  olvido  ;  pues  yo,  Yahveh, 
lo  afirmo.» 


Corrupción  general  de  Jerusalén 


00   1  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  2  «Y  tú,  hi- 

;"o  del  hombre,  ¿  [no]  vas  a  juzgar, 
no]  vas  a  juzgar  acaso  a  la  ciudad 
asesina  f  Hazles  saber  todas  sus  abo- 
minaciones, 3  y  diles  :  Así  habla  el 
Señor  a,  Yahveh  :  ¡  Ciudad  que  vier- 
te sangre  dentro  de  sí  para  que  lle- 
gue su  hora,  y  que  en  contra  suya 
ha  fabricado  ídolos  para  contaminar- 
se !  4  Por  la  sangre  que  has  vertido 
te  has  hecho  culpable  y  con  los  ído- 
los que  te  has  fabricado  te  has  con- 
taminado, y  has  acercado  tus  días  y 
llégase  el  tiempo  b  de  tus  años  c.  Por 
eso  te  he  hecho  oprobio  de  las  gen- 
tes e  irrisión  para  todas  las  tierras. 

•  Las  próximas  y  las  alejadas  de  ti, 
se  te  reirán,  mancillada  de  fama  y 
de  gran  perversidad  de  costumbres. 

•  He  aquí  que  los  príncipes  de  Israel 
hacen  todos  en  ti  alarde  de  su  fuer- 
za d  con  el  propósito  de  derramar 


sangre.  7  A  padre  y  madre  en  ti  se 
ha  afrentado,  se  ha  tratado  al  ex- 
tranjero con  violencia  en  medio  de 
ti,  en  ti  se  ha  oprimido  al  huérfano 
y  la  viuda.  ■  Has  menospreciado  mis 
santuarios  y  profanado  mis  sábados. 

9  Ha  habido  en  ti  calumniadores  con 
objeto  de  verter  sangre,  en  ti  se  ha 
comido  sobre  las  montañas  y  en  me- 
dio de  ti  se  han  cometido  crímenes. 

10  En  ti  ha  sido  descubierta  la  des- 
nudez del  padre  y  se  ha  hecho  vio- 
lencia a  la  mujer  menstruante.  u  Ca- 
da cual  ha  cometido  abominación  con 
la  mujer  de  su  prójimo,  cada  cual 
ha  mancillado  con  crimen  nefando  a 
su  nuera  y  cada  cual  ha  forzado  a 
su  hermana  paterna  en  ti.  "  En  ti 
se  ha  aceptado  soborno  para  derra- 
mar sangre,  has  exigido  usura  e  in- 
terés, y  has  expoliado  a  tu  prójimo 
con  violencia  y  te  has  olvidado  de 
mí,  afirma  el  Señor  a,  Yahveh.  a  Mas 


xn  Quítate  la  tiara  :  parece  anunciar  aquí  el  profeta  la  ruina  de  Jerusalén,  su  pon- 
tificado y  realeza.  ||  ¡Esto  ya  no  ks  esto!  :  querría  decir  para  alguno :  «¡Todo  ha 
cambiado!»  Cf.  V:  «¿no  es  ésta  la  que  levantó  al  humilde..?»  Otros  vierten:  «Lo 
que  es  así  no  siga  siendo  así.» 

"J2  Aquel  a  quien  corresponde  el  derecho  a  fi.i.o  :  e.  d.,  el  juicio,  la  justicia.  Es 
alusión  al  Mesías,  que  recuerda  las  de  Gén.  4Q,  10,  y  volverá  a  poner  las  cosas  en 
e!  estado  querido  por  la  Providencia.  ||  Y  vo  se  lo  entregaré  :  otros,  «y  al  que  yo  ga- 
rantizo». 

"„  Los  hijos  de  Ammón  :  amenaza  a  los  ammonitas,  que  se  alearan  de  la  desgracia 
de  Judá. 

OO  2  ¿No  vas  a  juzgar  ?  :  como  si  dijese:  ¿Por  qué  cesas  de  acusar  a  la  ciudad 
****   culpable  de  tantos  delitos  de  sangre? 

8  Mis  santuarios  :  otros,  «lo  que  es  para  mi  santo». 

11  Cada  cual...  :  como  un  eco  de  esta  depravación  de  costumbres  sonará  luego  entre 
los  romanos  la  frase  de  Tácito  al  afirmar  de  los  judíos  :  «Inter  se  nihil  illicitum» 

(Hist.  5,  5). 


-  1528  - 


2  «-23 


EZEQUIEL 


22  ^-23  4 


he  aquí  que  bato  mis  palmas  por  el 
lucro  injusto  que  has  realizado  y  por 
la  sangre  que  hay  en  medio  de  ti. 
"¿Se  mantendrá  tu  corazón  o  per- 
manecerán firmes  tus  manos  en  los 
días  en  que  yo  te  salde  cuentas  ? 
Yo,  Yahveh,  he  hablado  y  lo  haré. 
u  Te  dispersaré  entre  las  gentes  y 
te  aventaré  por  los  diversos  países, 
y  haré  desaparecer  de  ti  tu  impure- 
za. 14  Y  sera  profanada  en  ti  [Jeru- 
salén]  a  los  ojos  de  las  naciones,  y 
sabrás  que  yo  soy  Yahveh.» 

"  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  u  «Hijo  del  hom- 
bre, para  mí  la  ea=a  de  Israel  se  ha 
convertido  en  escoria  :  todos  ellos 
son  cobre,  estaño,  hierro  y  plomo  en 
medio  del  horno  ;  escoria  de  plata 
han  resultado.  18  Por  eso,  así  ha  di- 
cho el  Señor  a,  Yahveh  :  Por  cuanto 
os  habéis  vuelto  todos  escoria,  por 
eso  he  aquí  que  yo  os  juntaré  en 
medio  de  Jerusalén.  30  Como  e  se  jun- 
ta plata,  cobre,  hierro,  plomo  y  es- 
taño en  medio  del  horno  para  soplar 
sobre  ellos  el  fuego  a  fin  de  fundir- 
los, así  os  reuniré  en  mi  cólera  y 
mi  furor,  os  colocaré  1  y  os  fundiré  ; 
fly  os  reuniré  y  soplaré  contra  vos- 
otros en  el  fuego  de  mi  furor  y  se- 
réis fundidos  en  medio  de  aquélla. 
:!  A  la  manera  que  se  funde  la  plata 
en  medio  del  horno,  así  seréis  derre- 
tidos  en  medio  de  ella,  y  sabréis  que 
vo,  Yahveh,  he  derramado  mi  saña 
sobre  vosotros.» 

13  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 


veh, diciendo  :  **  «Hijo  del  hombre, 
dile :  Eres  tierra  no  purificada  e,  que 
no  ha  sido  regada  por  la  lluvia  h  en 
el  día  de  la  ira  ;  58  y  cuyos  princi- 
pes '  son  en  medio  de  ella' como  león 
rugiente  ávido  de  presa  :  devoraron 
personas,  apoderáronse  de  hacienda 
y  bienes,  multiplicaron  sus  viudas 
en  medio  de  ella.  M  Sus  sacerdotes 
han  violado  mi  ley  y  profanado  mis 
santuarios  ;  no  han  distinguido  en- 
tre lo  sacro  y  lo  profano,  ni  han  en- 
señado a  discernir  entre  lo  inmundo 
y  lo  puro,  y  han  cerrado  sus  ojos  de 
mis  sábados,  y  he  sido  deshonrado 
en  medio  de  ellos.  K  Sus  magistra- 
dos son  en  medio  de  ella  cual  lobos 
ávidos  de  presa,  que  gustan  de  de- 
rramar sangre  y  hacer  perecer  a  las 
personas  a  fin  de  obtener  más  y  más 
lucro.  28  Y  sus  profetas  los  revocaron 
con  barro,  contemplando  visiones  va- 
nas y  presagiándoles  mentiras,  di- 
ciendo :  «Así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh», y  Yahveh  no  había  hablado. 

Los  "habitantes  del  país  cometen 
violencias,  realizan  hurtos,  afligen  a! 
menesteroso  y  al  pobre  y  vejan  a] 
forastero  injustamente.  Y  busqué 
entre  ellos  un  varón  que  levantara 
un  muro  y  se  mantuviera  firme  en  la 
brecha  ante  mí  en  pro  del  país,  para 
no  devastarlo,  y  no  lo  hallé.  11  De- 
rramé, pues,  sobre  ellos  mi  ira,  con 
el  fuego  de  mi  furor  los  aniquilé  ; 
descargué  su  proceder  sobre  su  ca- 
beza», declara  el  Señor  a,  Yahveh. 


Alegoría  de  las  dos  hermanas:  las  idólatras  Samaría  y 
Jerusalén 


c>o    '  Y  me  fué  dirigida  la  palabra 
de  Yahveh,  diciendo  :  1  «Hijo 
del  hombre,  eran  dos  mujeres,  hijas 
de  una  misma  madre,  5  y  prostituyé- 


ronse en  Egipto  :  en  su  juventud  se 
prostituyeron  ;  allí  fueron  palpados 
sus  pechos  y  apretujadas  sus  mamas 
virginales.  J  Sus  nombres  eran  Oho- 


M  Será  profanada  :  otros,  con  V  (cf.  Gt,  «te  poseeré»,  «tomaré  posesión  de  ti»,  «te 
tomaré  en  herencia». 

:l  Aquélla  :  lit.,  ella,  e.  d.,  Jerusalén. 

Los  revocaron  o  recubrieron  con  barro  :  indica  metafóricamente  el  desengaño 
que  originaban  los  pseudoprofetas  defendiendo  y  cubriendo  ante  el  pueblo  todos  los 
expresados  delitos. 

"  Uue  levantara  un  MVRo  :  entre  Dios  y  su  pueblo  (como  Moisés,  Aarón),  entre 
la  justicia  divina  y  el  pueblo  culpable. 

OO  1  De  una  misma  madre  :   las  dos  existían  ya  durante  la  permanencia  de  los 

^"J  hebreos  en  Egipto. 

*  Oholá  :  el  nombre  de  esta  meretriz,  símbolo  de  Samaría,  aludiría,  según  algu- 
no-!, a  poseer  aquélla  santuarios  (tiendas)  suyos  propios.  El  de  OholibÁ,  símbolo  de 
Jerusalén,  a  ser  ésta  tabernáculo  legitimo  de  Dios. 


—  1529  — 


23  s_12 


EZEQUIEL 


23  13-24 


lá,  la  mayor,  y  Oholibá,  -su  hermana. 
Fueron  mías  y  dieron  a  luz  hijos  e 
hijas.  Y  sus  nombres  eran  :  Sama- 
ría, Oholá,  y  Jerusalén,  Oholibá. 

0  ( >holá  se  prostituyó,  alejándose  de 
mí,  y  amó  locamente  a  sus  amantes, 
los  asirios  que  se  llegaron  a  ella, 
vestidos  de  púrpura,  gobernadores  y 
sátrapas,  todos  ellos  jóvenes  apues- 
tos, caballeros  montados  en  sus  cor- 
celes ;  1  y  brindóles  sus  fornicacio- 
nes, todos  ellos  la  flor  de  los  hijos 
de  A  siria,  y  contaminóse  con  todos 


í'asifas  antiguas  de  Samada  y  M'Cguiddó 

lcis  ídolos  de  todos  aquellos  de  quie-, 
nes  se  había  locamente  enamorado. 
*  Además,  no  abandonó  su  prostitu- 
ción de  Egipto  ;  pues  allí  habían  ya- 
cido con  ella  a,  en  su  juventud,  ma- 
noseado sus  pechos  virginales  y  des- 
bravado sobre  ella  su  lujuria.  "  Por 
eso  la  entregué  en  mano  de  sus  aman- 
tes, en  poder  de  los  hijos  de  Asi- 
ria,  a  quienes  amó  locamente.  3,1  Ellos 
descubrieron  su  desnudez,  cocieron  a 
sus  hijos  e  hijas  v  matáronla  a  es- 
pada, y  vino  a  ser  famosa  para  las 
mujeres  por  el  escarmiento  que  se 
hizo  en  ella. 

"  Su  hermana  Oholibá  vió  esto,  pe- 
ro se  corrompió  aún  más  que  ella  en 
sus  amoríos,  y  sus  prostituciones  fue- 
ron peores  que  las  fornicaciones  de 
su  hermana.  12  Enamoróse  perdida- 
mente de  los  hijos  de  \siria,  gober- 


nadores y  sátrapas  que  st  llegaron  a 
ella,  vestidos  de  ropas  y  armas  ex- 
celentes, caballeros  que  cabalgaban 
corceles,  jóvenes  apuestos  todo.s  ellos. 
a  V  vi  que  se  había  mancillado  :  un 
mismo  proceder  tuvieron  ambas.  M  V 
aun  superó  ésta  su  lascivia,  pues  con- 
templó varones  representados  en  el 
muro,  figuras  de  caldeos  pintadas  en 
bermellón,  "  ceñidos  de  un  cinturón 
en  sus  caderas,  con  amplios  turban- 
tes en  sus  cabezas,  con  aspecto  de  je- 
íes  militares  todos  ellos  :  eran  retra- 
tos de  babilonios,  cuya  tierra  natal 
era  la  Caldea  ;  16  y,  a"  sola  su  vista, 
se  enamoró  locamente  de  ellos  y  en- 
vióles mensajeros  a  Caldea.  ™  Los  hi- 
jos de  Babilonia  vinieron  a  ella,  al 
lecho  de  amores  ;  la  mancillaron  con 
sus  fornicaciones  y  contaminóse  con 
ellos,  y  luego  de  ellos  se  hastió. 
,s  Entontes  patentizó  ella  su  lascivia, 
descubrió  su  desnudez,  y  hastíeme 
de  ella  como  habíame  hastiado  de  su 
hermana.  "  Aun  multiplicó  sus  pros- 
tituciones, recordando  los  días  de  su 
juventud,  en  los  que  se  prostituyera 
en  tierra  de  Egipto.  "  Y  se  enamoró 
locamente  de  aquellos  sus  lujuriosos 
amantes  que  venían  carne  de  asnos 
y  flujo  seminal  de  sementales,  *  y 
añoro  b  las  torpezas  de  su  c  mocedad, 
cuando  ¡a  apretujaron  sus  d  mamas 
los  egipcios  r  y  palparon  1  sus  "  pe- 
chos virginales. 

"Por  tanto,  Oholibá,  así  habla  el 
Señor  e,  Yahveh  :  He  aquí  que  yo 
excitaré  contra  ti  a  tus  amantes,  de 
quienes  te  has  hastiado,  y  los  condu- 
ciré sobre  ti  de  todo  alrededor,  13  los 
hijos  de  Babilonia  y  todos  los  cal- 
deos, los  de  Peqod,  Soa  y  Qoa,  y  con 
ellos  todos  los  hijos  de  Asiría  :  jóve- 
nes apuestos,  gobernadores  y  sátra- 
pas todos  ellos,  jefes  militares  y  pro- 
ceres, todos  cabalgadores  de  corceles. 
-'  Y  vendrán  contra  ti  gran  cantidad 


c  y  K  Que  se  LLEGARON  A  ELLA  i  así  interpretan  algunos  H  ;  otros,  «vecinos,  parien- 

'7  Brindóles  sus'  fornicaciones:   o  bien,  dirigió  a  ellos  sus  apetitos  sensuales. 
8  Su  PROSTITUCIÓN  DE  EGIPTO  !   lo  dice  por  el  culto  al  becerro  de  oro  instalado  por 
Jeroboam. 

(otros,  «proverbial»,  «objeto  de  horror...)».  ||  Por  el  escarmiento  :  lit.,  y  ellos  ejecuta- 

10  Se  ENAMORÓ  locamente  :  el  lujo  oriental  movió  al  pueblo  de  l)i<»  a  entablar  rela- 
ciones políticas  V  comerciales  con  los  caldeos. 

18  Descubrió  su  desnudez:  no  se  contentó  con  >1  culto  privado  a  los  ¡dolos,  i>asó 
al  público. 

*  Carne  de  asnos  :  aquí  (como  en  (6,  26)  es  eufemismo  j>or  «partes  verendac». 
»'  Gran  cantidad  de:  hebreo  has  en,  quizá  'armas  defensivas'.  |'  LES  presentaré  el 
litigio:  t  ncomendándoles  u  ju/vuicn. 


—  I530  — 


25-40 


EZEQÜIKL 


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de  carros  y  ruedas,  con  tropel  de 
pueblos  :  paveses,  escudos  y  yelmos 
pondrán  contra  ti  en  derredor.  Les 
presentaré  el  litigio  y  ellos  te  juz- 
garán con  arreglo  a  sus  leyes.  56  Y 
desfogaré  mis  celos  contra  ti  y  te 
tratarán  con  furor  ;  te  arrancarán  tu 
nariz  v  tus  orejas,  y  tu  descendencia 
a  espada  caerá ;  se  apoderarán  de  tus 
hijos  y  tus  hijas  y  lo  que  de  ti  que- 
dare será  devorado  por  el  fuego.  "  Y 
te  desnudarán  de  tus  vestidos  y  co- 
gerán tus  joyas.  "Y  pondré  fin  en 
ti  a  tu  sensualidad  y  a  tu  prostitu- 
ción en  tierra  de  Egipto,  y  no  levan- 
tarás tus  ojos  a  ellos  ni  de  Egipto  te 
acordarás  ya  más.  *  Pues  así  afirma 


el  Señor  °,  Vahveh  :  He  aquí  que  yo 
voy  a  entregarte  en  mano  de  aque- 
llos que  has  odiado,  en  mano  de 
aquellos  de  quienes  te  hastiaste  ;  "  y 
te  tratarán  con  odio  y  se  apoderarán 
de  toda  tu  riqueza  y  te  dejarán  des- 
nuda y  a  descubierto,  pues  se  descu- 
brirá h  tu  lasciva  desnudez.  Tu  lasci- 
via y  tus  prostituciones  3"  te  lian  oca- 
sionado '  todo  esto  por  haber  corrido 
lascivamente  tras  las  naciones,  por 
cuanto  que  te  has  mancillado  con 
sus  ídolos.  31  Has  seguido  el  camino 
de  tu  hermana,  y  pondré  en  tu  mano 
su  cáliz.» 
°  Así  habla  el  Señor      Yahveh  : 


«Del  cáliz  de  tu  hermana  beberás,  |  profundo  y  ancho  ; 
servirá  de  mofa  e  irrisión  ;  |  es  de  enorme  cabida. 
*  Te  henchirás  de  embriaguez  y  tristeza  ;  |  es  cáliz  de  horror  y  desolación 
el  cáliz  de  tu  hermana  Samaria.  !  34  Y  lo  beberás  y  lo  apurarás, 
v  despedazarás  furiosa  con  los  dientes  sus  vasijas  de  barro,  1 

y  desgarrarás  tus  pechos, 
pues  yo  he  hablado,  afirma  el  Señor  °,  Vahveh.» 


1_'  Por  tanto,  así  ha  dicho  el  Se- 
ñor s,  Yahveh  :  «Ya  que  te  has  oSvi- 
dado  de  mí  y  me  has  arrojado  detrás 
de  tus  espaldas,  por  eso  carga  tú 
también  con  tu  sensualidad  y  tu  for 
nicación.» 

w  Díjome  asimismo  Yahveh  :  «Hi- 
jo del  hombre,  ¿  no  juzgarás  a  k  Oho- 
lá  y  k  Oholibá  y  les  manifestarás  sus 
abominaciones?,  35  pues  han  cometi- 
do adulterio,  llevan  sangre  en  sus  ma- 
nos, se  han  prostituido  a  sus  ídolos, 
v  hasta  a  sus  hijos,  que  me  habían 
engendrado,  los  han  hecho  pasar  [por 
■el  fuego]  para  que  les  sirvieran  de 
pasto.  36  Aun  esto  me  han  hecho  : 
mancillaron  en  aquel  día  mi  santua- 
rio y  profanaron  mis  sábados  ;  39  des* 
pués  de  haber  inmolado  a  sus  hijos 
para  sus  ídolos,  entraban  aquel  mis- 
mo día  en  mi  santuario  para  profa- 
narlo. Ye  ahí  lo  que  han  hecho  den- 
tro de  mi  casa.  4"  Y,  además,  envia- 


ron ipor  hombres  venidos  de  lejos,  a 
quienes  remitieron  mensajeros,  y  he- 
te aquí  que  llegaron.  Por  ellos  te  la- 
vaste, te  alcoholaste  los  ojos  y  te 
adornaste  con  aderezos  ;  41  te  recli- 
naste sobre  un  lecho  precioso,  ante 
el  cual  había  una  mesa  dispuesta,  y 
pusiste  sobre  él  mi  incienso  y  mi 
óleo  :  4-  y  oíase  allí  estrépito  de  gen- 
te feliz,  y  en  medio  de  esta  multitud 
de  hombres  llegaron  los  beliedores 
del  desierto,  que  pusieron  ajorcas  en 
las  manos  de  ellas  y  una  corona  mag- 
nífica sobre  sus  cabezas.  43  Y  dije  1  a 
la  que  está  consumida  en  adulte- 
rios 1  :  «Ahora  ¿proseguirá  en  sus 
fornicaciones  también  ella?»  "Y  lle- 
gáronse a  ella  como  se  llega  a  una 
mujer  prostituta  :  así  se  llegaron  m  a 
Oholá  ym  a  Oholibá,  mujeres  nefa- 
rias. "  Pero  los  hombres  justos  las 
sentenciarán  con  arreglo  a  la  ley  de 
las  adúlteras  y  por  la  ley  de  las  verte- 


-J  Tv  lasciva  desnudez  :  <>  bien,  tus  fornicadoras  vergüenzas. 
53  Te  HENCHIRÁS...  :  otros  «está  lleno  de  quebranto  y  pena». 
M  Para  PROFANARLO  :  equiparando  al  Señor  con  Molok. 
■"•  Te  alcoholaste  :  o  teñíste  de  antimonio  o  pintaste  de  estibio. 

"  El  v.  ofrécese  errp.  ;  la  versión  es  problemática;  los  bebedores  del  desierto  (lec- 
ción del  K.  igualmente  dudosa  que  el  Q.  tíos  sábeos  del  d.»)  serían  las  tribus  ára- 
bes. V  traduce  :  «...  y  a  aquellos  varones  que  entre  la  multitud  eran  conducidos  y  ve- 
nían del  desierto,  pusieron  ellas...»  Otros  corrinen  II  :  «y  oíase  allí  el  estrépito  ¡i.- 
los  que  cantaban.  Ellos,  a  su  vez,  portaban  mirni  y  bálsamo,  traídos  de  Sabá,  del 
desierto,  y  colocaron  brazaletes...»  Otros,  de  diverso  modo  y  haciendo  en  el  v.  diversas 
mutilaciones  ;  v.  tí.  :  «y  el  ruido  del  tumulto  fué  oído  por  ellos  a  causa  de  la  multi- 
tud de  los  hombre-  que  habían  venido  del  desierto...»  IBibl.  Bonn). 


23  46-24  w 


EZEQUIEL 


23  48-24  13 


doras  de  sangre  ;  pues  adúlteras  son 
ellas  y  hay  sangre  en  sus  manos.» 

46  Porque  así  habla  el  Señor  Yah- 
veh  :  «Convóquese  contra  ellas  una 
asamblea  popular  y  las  entregaré  a 
la  vejación  y  efl  pillaje.  47  Y  las  lapi- 
dará con  piedras  la  asamblea  y  las 
cortarán  con  sus  espadas  ;  matarán 
a  sus  hijos  e  hijas  y  a  sus  casas 


prenderán  fuego.  ,s  Así  haré  desapa- 
recer del  país  el  crimen  nefando,  y 
aprenderán  todas  las  mujeres  y  no 
cometerán  vuestros  nefandos  críme 
nes.  40  Y  haré  recaer  ■  vuestra  infa- 
mia sobre  vosotros,  y  cargaréis  con 
los  pecados  de  vuestra  idolatría,  y 
sabréis  que  soy  el  Señor  e,  Yahveh.» 


Vaticinio  simbólico  de  la  próxima  caída  de  Jerusalén 


9¿1  1  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de  I  rey  de  Babilonia  se  ha  lanzado  sobre 
Yahveh  en  el  año  noveno,  el  i  Jerusalén  precisamente  ese  día.  '  Y 
mes  décimo,  a  diez  del  me»,  dicien-  propon  a  la  casa  rebelde  una  parábo- 
do  :  a  «Hijo  del  hombre,  escríbete  la,  y  diles  ;  Así  habla  el  Señor  h, 
a  la  fecha  de  este  mismo  día  "  :  el  I  Yahveh  : 

Arrima  la  olla,  arrímala  |  y  echa,  además,  en  ella  agua. 
4  Mete  dentro  sus  trozos  de  carne,  |  todos  trozos  buenos,  pierna  y  espalda  ; 
llénala  de  lo  mejor  de  los  huesos. 

*  Coge  lo  mejor  del  rebaño,  |  y  apila  asimismo  la  leña  0  debajo  de  ella  ; 
haz  hervir  sus  trozos  de  carne  d;  |  cuezanse  e  también  en  ella  sus  huesos. 

*  Por  esto,  así  dice  el  Señor  b,  Yahveh  :  |  «¡  Ay  de  la  ciudad  sanguinaria, 
de  la  caldera  que  tiene  herrumbre  |  y  cuya  herrumbre  no  se  le  quita  ! 
Vacíala  pedazo  a  pedazo,  |  sin  echar  suerte  sobre  ella. 

7  Porque  la  sangre  por  ella  vertida,  en  medio  de  ella  está  ;  ; 

sobre  una  roca  desnuda  la  puso, 
no  la  derramó  en  la  tierra  |  para  que  la  cubriese  el  polvo. 

8  Para  suscitar  la  saña,  para  tomar  venganza,  |  coloqué  '  su  sangre 
sobre  una  desnuda  roca,  |  por  que  no  pudiera  cubrirse.» 

*  Por  esto,  así  habla  el  Señor  b,  Yahveh  : 
«¡Ay  de  la  ciudad  sanguinaria!  | 

¡También  yo  apilare  un  gran  montón  de  leña! 
"  Acumula  la  leña,  |  enciende  el  fuego,  [  cuece  completamente  la  carne, 
condimenta  la  mixtura,  |  y  los  huesos  sean  quemados.  | 

"  Y  manténla  vacía  sobre  sus  brasas 
para  que  se  caldee,  |  y  se  caliente  el  cobre  | 

v  se  funda  dentro  de  ella  su  suciedad, 
desapareciendo  su  herrumbre. 
a  Ha  causado  molestas  fatigas,  sin  que  saliera  de  ella  1 

su  mucha  herrumbre  ni  aun  con  fuego. 
a  Tu  impurificación  moral  es  crimen  horrible,  | 
por  cuanto  he  intentado  limpiarte  | 
y  no  quedaste  limpia  de  tu  suciedad  ; 


t)A    1  El  año  noveno     :  el  mismo  día  en  que  Nabncodonosor  formalizó  el  sitio  <ie 
Jerusalén,  reinando  Sedecías. 
*  Sus  trozos  de  carne  i  c.  d.,  los  habitantes  de  Jerusalén. 

10  La  mixtura  o  revuelto  de  varias  cosas  cocidas  al  fuego.  Muchos  corrigen  H: 
derrama  el  ealdo  Icf.  GLd). 

"  Mámenla  vacía  :  quiere  decir  que  después  de  la  destrucción  de  los  ciudadanos 
será  la  ciudad  destruida. 

12  Su  mucha  herrumbre  ni  aun  con  fuego  :  así  c.  V;  H  dice  lit.  :  la  gran  cantidad 
de  su  herrumbre  en  el  fuego  de  su  herrumbre:  algunos  vierten  estas  últimas  palabras: 
c  ¡al  fuego  con  su  herrumbre!»  Kit  corrige  H  de  otro  modo. 


—  1532  — 


24  14—25  4 


EZEQUIEL 


24  22-25  7 


no  será.*  ya  limpia  hasta  que  des- 
brave vo  en  ti  mi  furor.  14  Yo,  Yah- 
veh,  he  hablado  :  «  sucederá  ello  y 
lo  cumpliré  e.  Xo  cejaré  ni  me  com- 
padeceré ;  conforme  a  tu  proceder  y 
tus  acciones  te  juzgare  h»,  declara  el 
Señor  b,  Yahveh. 

*  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  16  «Hijo  del  hom- 
bre, he  aquí  que  voy  a  arrebatarte 
en  muerte  repentina  la  delicia  de  tus 
ojos,  y  no  te  has  de  lamentar,  ni  llo- 
rarás ni  correrán  tus  lágrimas.  17  Sus- 
pira calladamente,  no  hagas  duelo  de 
muertos,  cíñete  el  turbante  y  ponte 
en  los  pies  el  calzado,  no  te  cubras 
el  bigote  ni  comas  pan  de  duelo  '.» 

"  Ahora  bien,  había  yo  hablado  al 
pueblo  por  la  mañana  y  mi  esposa 
murió  a  la  tarde,  y  al  día  siguiente 
hice  como  se  me  ordenara.  18  Y  dí- 
jome  el  pueblo  :  «¿  No  nos  manifies- 
tas qué  significa  esto?  ¿Acaso  se  re- 
fiere a  nosotros  1  lo  que  tú  haces  ?» 
20  Y  les  contesté  :  «Se  me  ha  dirigi- 
do la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  : 
25  Di  a  la  casa  de  Israel :  Así  habla  el 
Señor  b,  Yahveh  :  He  aquí  que  pro- 
fanaré mi  santuario,  vuestra  podero- 


sa soberbia,  la  delicia  de  vuestros 
ojos,  el  anhelo  de  vuestras  almas  ; 
y  vuestros  hijos  e  hijas  que  habéis 
dejado  caerán  a  espada.  .  Y  habéis 
de  hacer  como  yo  he  hecho  :  no  os 
cubriréis  el  bigote  ni  comeréis  pan 
de  duelo  ';  3  y" llevaréis  vuestro  tur- 
bante sobre  la  cabeza  y  mantendréis 
vuestro  calzado  en  los  pies  ;  no  os 
lamentaréis  ni  lloraréis,  sino  que  os 
iréis  consumiendo  por  vuestras  ini- 
quidades y  gemiréis  los  unos  con  los 
otros.  *  Y  Ezequiel  será  para  vos- 
otros un  símbolo  :  exactamente  co- 
mo él  ha  obrado  habéis  de  obrar 
cuando  esto  suceda,  y  sabréis  que 
sov  vo  el  Señor  b,  Yahveh. 

26  En  cuanto  a  ti,  ¡  oh  hijo  del  hom- 
bre!, el  día  en  que  yo  les  quite  su 
baluarte,  su  magnífica  alegría,  la  de- 
licia de  sus  ojos,  el  anhelo  de  su  al 
ma  v  k  sus  hijos  e  hijas,  f  ese  día 
llegará  a  ti  el  fugitivo  para  comuni- 
car la  nueva  a  tus  oídos  '.  21  Aquel 
día  se  abrirá  tu  boca  hablando  con 
el  fugitivo,  v  hablarás  y  no  enmu- 
decerás ya  "más  y  les  servirás  de 
símbolo.  Y  sabrán  que  yo  sov  Yah- 
veh.» 


Oráculo  contra  los  ammonitas,  Moab,  Idumea  y  los 
filisteos 


e\r  1  Y  me  fué  dirigida  la  palabra 
de  Yahveh,  diciendo  :  ■  «Hijo 
del  hombre,  dirige  tu  rostro  hacia 
los  hijos  de  Ammón  y  profetiza  con- 
tra ellos.  3  Dirás,  pues,  a  los  ammo- 
nitas :  Escuchad  la  palabra  del  Señor, 
Yahveh.  Así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  Por  cuanto  exclamaste  «¡Muy 
bien !»  contra  mi  santuarjo  cuando 
fué  'profanado,  y  contra  el  territorio 
de  Israel  cuando  fué  devastado,  y 
contra  la  casa  de  Judá  cuando  par- 
tió al  destierro,  1  por  eso  he  aquí  que 
yo  te  entrego  en  posesión  a  los  hi- 
jos del  este,  quienes  asentarán  sus 


campamentos  nómadas  en  ti  y  em- 
plazarán en  ti  sus  tiendas,  ellos  mis- 
mos comerán  tus  frutos  y  beberán  tu 
leche.  6  Y  convertiré  a  Rabbá  en  pas- 
tizal de  camellos  y  a  los  hijos  de 
Ammón  en  sesteadero  de  rebaños  ; 
y  conoceréis  que  yo  soy  Yahveh . 
6  Pues  así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  : 
Por  cuanto  aplaudiste  con  tus  ma- 
nos, y  golpeaste  con  tus  pies,  y  te 
regocijaste  con  todo  el  desprecio  de 
que  tu  alma  era  capaz  sobre  la  tie- 
rra de  Israel,  7  por  tanto,  mira,  vo 
extiendo  mi  mano  contra  ti,  y  te  en- 
trego como  presa  a  las  gentes,  y  te 


"  L«  delicia  DE  ru>  ujus  :  así  llama  Yahveh  a  la  mujer  de  Ezequiel. 
"  No  ie  cubkas  el  bigote  o  la  barba  (según  otros)  en  señal  de  duelo,  como  solía 
hacerse.  ||  Pan  de  duelo:  o  bien,  manjares  de  personas  en  duelo. 
"  Habéis  dejado  :  e.  d.,  en  Jerusalén. 

3  ¡Mvjy  bien!  :  o   |Ah !  ¡Bravo! 

4  Los  hijos  del  este:  e.  d.,  los  caldeos.  Otros,  «hijos  del  desiertoi. 

•  Con  todo  el  despkecio  de  que  tu  alma  era  capaz  :  o  con  todo  desprecio  de  cora- 
zón, con  todo  sadismo,  con  pasión  de  alma. 


25  *-26  5 


EZEQUIKI, 


25  14  -26  í> 


extermino  de  entre  los  pueblos,  y  te 
destruiré  de  entre  las  tierras.  Y  h  te 
extinpo,  para  que  reconozcas  que  yo 
sov  Yahveh.» 

4  Así  habla  el  Señor",  Yahveh: 
«Por  haber  dicho  Moab  y  Seir  :  ¡  He 
aquí  que  la  casa  de  Judá  es  cual  to- 
dos* los  pueblos  ! ,  *  por  eso,  mira  : 
abriré  la  falda  de  la  montaña  de 
Moab  y  sus  ciudades  '  hasta  la  últi- 
ma, la  prez  del  país,  Bet-Yesimot, 
Baal-Meón  v  Quiryatáyim  ;  10  a  los 
hijos  del  este  daréla.á  en  posesión, 
además  de  los  ammonitas,  a  fin  de 
que  no  sean  más  recordados  e  los  hi- 
jos de  Ammón  entre  las  gentes  e. 
11  También  en  Moab  haré  justicia,  y 
sabrán  que  yo  soy  Yahveh.» 

12  Así  había  el  Señor  a,  Yahveh  : 
«Por  el  comportamiento  de  Edom,  al 
tomarse  venganza  de  la  casa  de  Ju- 
dá, y  haberse  hecho  reos  de  delito, 
y  haberse  vengado  en  ella,  13  por  es- 
to, así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  : 


Extenderé  mi  mano  contra  Edom  v 
aniquilaré  de  ella  hombres  y  bestias 
y  la  ^  convertiré  en  desierto  ;  desde 
Teman  a  Dedán  caerán  a  espada.  "  Y 
pondré  mi  venganza  sobre  Edom,  la 
entregaré  en  mano  de  mi  pueblo  Is- 
rael, que  obrará  en  Edom  con  arre- 
glo a  mi  cólera  y  mi  furor  ;  y  así 
conocerán  mi  venganza,  declara  el 
Señor  a,  Yahveh.» 

a  Así  dice  el  Señor  a,  Yahveh  :  «Por 
haberse  (portado  los  filisteos  vengati- 
vamente, pues  tornaron  vengan/a  con 
desprecio  en  el  alma,  aniquilando  lle- 
vados de  enemistad  implacable,  "'  por 
esto,  así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
He  aquí  que  yo  extenderé  mi  mano 
sobre  los  filisteos,  y  extirparé  a  los 
cretenses,  y  haré  perecer  al  resto  de 
los  del  litoral.  "  Y  ejecutaré  en  ellos 
grandes  actos  de  venganza,  castigán- 
doles con  saña,  y  sabrán  que  yo  soy 
Yahveh  al  llevar  yo  a  efecto  mi  ven- 
ganza en  ellos.» 


Vaticinio  contra  Tiro 


<y¿    1  Ahora  bien,  en  el  año  undé-  I  bra  de  Yahveh,  diciendo:  1  (Hijo  del 
cimo,  el  primero  deil  mes,  su-   hombre,  por  cuanto  que  Tiro  ha  di- 
cedió que  me  fué  dirigida  la  pala- 1  cha  acerca  de  Jerusalén  : 

«¡Muy  bien!   ¡Han  sido  quebrantados! 

los  batientes  [de  la  puerta]  de  los  pueblos, 
se  han  vuellto  hacia  mí!  |  ¡Me  enriqueceré!  ¡Ella  está  devastada!», 

\*>r  esto,  así  habla  el  Señor  •',  Yahveh  : 

Heme  aquí  contra  ti,  ¡oh  Tiro!,  |  y  levantaré  contra  ti 

gentes  numerosas  |  como  el  mar  levanta  sus  olas  ; 
1  y  derruirán  las  murallas  de  Tiro,  |  y  demolerán  sus  torres, 

y  barreré  de  ella  hasta  el  ipolvo,  |  y  la  dejaré  cual  roca  desnuda. 
5  Tendedero  de  redes  |  será  en  medio  del  mar, 


•  La  casa  de  J.  ks  cual  todos  :  o  bien,  a  la  casa  de  J.  le  sucede  ionio... 

•  Abriré  la  falda  de  la  montaña  de  Moab  :  o  el  flanco  de  Moab,  esto  es,  la  fron- 
tera ile  Moab  por  donde  entraran  los  enemigos  cinco  años  después  de  la  toma  de  Je- 
msalén.  ||  Hasta  la  última:  o  bien,  en  su  totalidad. 

a  Desierto:  o  desolación,  ruinas.  ||  Desde  Teman  a  Dedán:  e.  d.,  desde  el  norte 
al  sur  de  Idumea. 

"  Pondré  mi  venganza  :  se  cumplió  esta  profecía  en  tiempo  de  Juan  Hireano,  ciento 
veintiocho  años  antes  de  Jesu-Ciisto. 

"  Ejecutaré  en  ellos:  lo  hizo  cuando  devastaron  los  caldeos  este  territorio. 

o¿»  1  El  año  undécimo  :  el  año  u  de  la  deportación  de  Joaquim  fué  el  5S1.  a.  cJ 
"O  en  que  Jerusalén  fué  tomada.  ||  El  primero  del  mes  :   no  se  consigna  cuál 

-  Tiro  :  se  trata  de  la  Tiro  marítima  o  insular,  tomada  por  los  caldeos.  II  I.os 
BATIENTES:  otros  corrigen  H  «Muy  bien  (o  ¡Bravo!  o  ¡Ah!)  destrozada  está  la 
¡>itcrlu  de  los  pueblos.»  ||  Se  han  vuelto  hacia  mí  :  e.  d.,  se  me  ahre  o  franquea  la 


—  1534  — 


BZEQUIEL 


26  fi18 


pues  yo  he  hablado,  declara  el  Señor  a,  Yahveh,  y  se  convertirá  en  botín 
Be  las  naciones. 

'  V  sus  hijas  que  se  hallan  en  el  campo  I  serán  aniquiladas  a  espada 
y  conocerán  que  yo  soy  Yahveh.» 

:  Pues  así  habla  el  Señor  a,  Yah- (  sor,  rey  de  Babilonia,  rey  de  reyes, 
veh  :  «He  aquí  que  yo  traeré  sobre  con  caballos,  carros  y  jinetes  y  una 
Tiro,  'desde  el  norte,  a  Nabucodono- !  multitud  de  muchos  pueblos. 

■  Tus  hijas  que  están  en  el  campo,  |  a  cuchillo  pasará, 

y  pondrá  contra  ti  terraplén  de  asedio,  ] 

v  amontonará  contra  ti  un  murallón,  |  y  alzará  contra  ti  paveses. 
"  V  el  golpear  de  sus  máquinas  de  guerra  dará  en  tus  murallas, 

y  tus  torreones  demolerá  con  sus  segures. 
"  í'or  la  multitud  de  sus  caballos  |  te  cubrirá  su  polvareda  ; 

al  estrépito  de  sus  jinetes,  |  ruedas  y  carros, 

se  estremecerán  tus  murallas  |  cuando  ól  entre  por  tus  .puertas 

como  se  .penetra  en  ciudad  expugnada. 
"  Con  las  pezuñas  de  sus  caballos  |  hollará  todas  tus  calles  ; 

a  tu  pueblo  pasará  a  cuchillo 

y  tus  poderosas  masscbás  |  derribará  b  por  tierra. 
IJ  V  expoliarán  tus  riquezas,  |  y  saquearán  tus  mercancías, 

y  derruirán  tus  muros,  |  y  demolerán  tus  casas  más  suntuosas  ; 
y  tus  piedras,  maderamen  y  escombro  |  echarán  en  medio  del  mar  c. 
"  Y  haré  cesar  el  rumor  de  tus  canciones,  | 

y  el  son  de  tus  cítaras  no  se  oirá  más  ; 
'■  y  te  trocaré  en  desnuda  roca,  |  secadero  de  redes  vendrás  a  ser  ; 
no  serás  reconstruida  ya,  |  pues  yo,  Yahveh,  he  hablado,  ] 
afirma  el  Señor  a,  Yahveh.» 


15  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh,  a 
Tiro  :  «Al  estruendo  de  tu  derrum- 
bamiento, al  gemir  de  tus  heridos  de 
muerte,  cuando  se  realice  la  mortan- 
dad en  medio  de  ti,  ¿no  temblarán 
acaso  sin  interrupción  las  islas  ?  16  Y 
descenderán  de  sus  tronos  todos  los 


príncipes  del  mar,  se  quitarán  sus 
mantos  y  de  sus  vestiduras  recama- 
das se  despojarán,  de  temores  se  ves- 
tirán, sentaránse  sobre  la  tierra  y 
temblarán  a  cada  momento  y  estarán 
atónitos  por  ti.  ,T  Y  entonarán  sobre 
ti  una  elegía  y  dirán  te  : 


¡  Cómo  has  perecido,  tú  que  has  sido  destruida  d  de  los  mares,  ] 

la  ciudad  que  era  tan  celebrada, 
la  que  era  poderosa  en  el  mar,  |  ella  y  sus  moradores, 
los  que  infundían  su  terror  |  a  cuantos  la  habitaban  e  ! 
18  Ahora  se  espantarán  Jas  islas  f  |  el  día  de  tu  ruina, 
aterraránse  las  islas  que  hay  en  el  mar  al  ver  tu  fin.» 


e  (cf  8)  Sus  hijas  que  sf.  hallan  en  el  campo  :  o  bien,  tus  villas  anejas  campesi- 
nas o  que  se  hallan  en  campo  abierto;  otros  entienden:  tus  ciudades  anejas  del 
continente  o  tierra  firme  (así  Bibl.  Bonn). 

'  Rey  de  reyes  :  e.  d.,  rey  por  excelencia. 

'Payeses:  o  bien,  un  techo  de  escudos  (o  tortuga  ?i. 

"  Tus  poderosas  massebás  :  o  bie  n,  tus  orgullosas  columnas,  cipos  o  estelas  ido- 
Kricas. 

u  Síi  serás  reconstruida  :  dice  San  Jerónimo  que  estas  palabras  significan  sólo 
que  no  volverá  Tiro  a  ser  independiente  ni  saldrá  del  estado  de  desolación  en  que 
ahora  se  halla,  a  pesar  de  que  en  su  tiempo  era  aún  rica  y  floreciente. 

Al  estruendo  de  ru  derrumbamiento  :  o  bien,  a  consecuencia  de  tu  estrepitosa 
calda. 

*  Ai  VER  TU  fin:  más  lit.,  a  consecuencia  de  tu  salida  (desenlace?). 


—  1535  — 


26  i»— 27  io 


EZEQUIEL 


26  2i-27  w 


"  Pues,  así  afirma  el  Señor  a,  Yah- 
veh  :  «Cuando  te  haya  convertido  en 
ciudad  devastada,  como  las  ciudades 
que  no  están  ya  habitadas  ;  cuando 
haya'  hecho  subir  sobre  ti  el  océano 
y  te  cubran  numerosas  aguas,  20  te 
haré  descender  con  los  que  han  baja- 
do a  la  fosa,  hacia  la  gente  de  anta- 
ño, y  te  haré  habitar  en  las  profun- 


didades de  la  tierra,  en  *  ruinas  per- 
petuas, con  los  bajados  a  la  fosa,  a 
fin  de  que  no  seas  ya  habitada,  en 
tanto  que  concederé  la  gloria  a  la 
tierra  de  los  vivientes.  21  Te  conver- 
tiré en  horrible  ruina  y  no  existirás 
más  ;  serás  buscada  y  no  serás  ya 
hallada  jamás»,  declara  el  Señor  », 
Yahveh. 


Segundo  vaticinio  contra  Tiro 


eyn  1  Y  se  me  dirigió  la  palla bra  de  Yahveh,  diciendo  :  2  «Y  tú,  hijo  del 
^  '    hombre,  entona  una  elegía  contra  Tiro,  8  y  di  a  Tiro  : 

¡  Oh  tú,  la  asentada  a  la  entrada  del  mar  a,  | 

que  traficas  con  los  pueblos  hacia  muchas  islas ! , 
así  habla  el  Señor  b,  Yahveh  : 

Tiro,  tú  has  dicho  :  |  Yo  soy  de  perfecta  belleza'. 

*  En  el  corazón  de  los  mares  están  tus  confines  ;  | 

quienes  te  edificaron  hicieron  perfecta  tu  hermosura  ; 
5  con  cipreses  de  Senir  te  construyeron  |  todas  las  planchas  ; 

un  cedro  cogieron  del  Líbano  |  para  alzar  en  ti  el  mástil  ; 
"  de  encinas  del  Basán  |  hicieron  tus  remos. 
Tu  cubierta  fabricaron  de  marfil  [incrustrado]  en  boj  c  | 
de  las  islas  Kittim. 

7  Lino  finísimo  con  recamado  procedente  de  Egipto  |  era  tu  vela 
para  servirte  de  enseña  ; 

púrpura  viefleta  y  escarlata  de  las  islas  de  Elisá  |  era  tu  toldo. 

8  Los  habitantes  de  Sidón  y  Arvad  |  eran  tus  remeros  ; 

los  más  expertos,  ¡oh  Tiro!,  que  había  en  ti,  |  eran  tus  timoneles. 

*  Los  ancianos  de  Guebal  y  sus  doctos  | 

actuaban  en  ti  como  carpinteros  navales. 
Todas  las  naves  del  mar  y  sus  marineros  | 

hallábanse  en  ti  para  cambiar  tus  mercancías. 
10  De  Persia,  Lidia  y  Put  |  servían  en  tu  ejército  como  mercenarios  tuyos  ; 
suspendían  en  ti  escudo  y  yelmo  ;  |  ellos  te  dieron  prestigio. 


*>  Los  que  han  bajado  a  la  posa  :  e.  d-.-,  los  muertos.  ||  En  las  profundidades  de  la 
tierra  :  o  en  el  país  subterráneo.  ||  Concederé  la  gloria  a  la  tierra  de  los  vivientes  : 
o  bien,  pondré  a  la  gloria  (hermosura  o  magnificencia,  e.  d.,  a  Jerusalétl  y  el  país  del 
pueblo  escogido)  en  la  tierra  de  los  vivos 

tyrr  5  Senir  :  cumbre  del  Hermón  que  remata  por  el  norte  la  cordillera  del  Anti- 
líbano.  ||  Todas  las  planchas:  e.  d.,  las  de  ambas  bandas  de  la  nave. 
6  Basán  :  región  del  norte  de  la  Trasjordania,  famosa  por.  sus  encinares  y  su  gana- 
dería. ||  Islas  Kittim  :  o  isla  de  Chipre,  antigua  colonia  fenicia,  y,  en  sentido  amplio, 
las  islas  y  costas  mediterráneas.  V  traduce  «y  las  cámaras  de  popa  (de  materias]  de  las 
islas  de  Italia». 

'Lino  finísimo:  otros,  «byssus,  damasco...».  ||  Islas  de  Elisá  :  ¿el  archipiélago 
griego?  ||  Toldo:  otros,  «techo  del  camarote». 

8  Arvad  :  ciudad  fenicia  que  se  identifica  con  la  actual  Ruad.  ||  Los  más  exper- 
tos,  ¡oh  Tiro!  :  algs.  corrigen  «los  sabios  (o  consejeros)  de  Sémer  (o  Simirra)». 

9  Guebal  :  es  la  Biblos  de  los  griegos,  a  una  treintena  de  kilómetros  de  Beirut. 

w  Lidia  :  hebr.  Lud;  sería  aquí  región  del  norte  de  Africa,  o  la  Lidia  del  Asia 
Menor,  como  otros  quieren.  ||  Put  :  los  Setenta  traducen  Libia  ;  para  los  egiptólogos, 
Ja  costa  abisinia  a  lo  largo  del  mar  Rojo. 


—  1536  — 


u 


27  n-26 


EZEQUIEL 


27  18-  2f, 


"  Los  hijos  de  Arvad  y  de  Jeiek 
hallábanse  sobre  tus  murallas  todo 
en  torno,  y  los  Gammadim  en  tus  to- 
rres :  pendían  sus  escudos  alrededor 
de  tus  muros  ;  ellos  completaban  tu 
hermosura.  1S  Tarsis  comerciaba  con- 
tigo por  la  abundancia  de  toda  tu  d 
riqueza  :  plata  e,  hierro,  estaño  y 
plomo  daban  por  1  tus  mercaderías. 
™  Yaván,  Túbal  y  Mésele  traficaban 
contigo  :  esclavos*  y  objetos  de  bron- 
ce entregaban  por  b  tus  mercancías. 
M  De  la  casa  de  Togarma  entregaban 
por  1  tus  mercaderías  caballos,  corce- 
les y  mulos.  15  Los  hijos  de  Dedán  ' 
comerciaban  contigo  ;  muchas  islas 
eran  aquellas  con  quienes  mantenías 
lucrativo  negocio  :  dábante  en  paso 
co'.millos  de  marfil  y  ébano.  16  Edom  k 
comerciaba  contigo  por  la  multitud 
:de  tus  productos  :  rubíes  l,  púrpura 
roja,  recamados,  lino  fino,  corales  y 
carbunclos  daban  por  tus  mercade- 
rías. 17  Judá  v  la  tierra  de  Israel  tra- 
ficaban también  contigo  :  m  trigo  de 
Minnit  m,  perfumes,  miel,  óleo  v  bál- 
samo  daban  por h  tus  mercancías. 


■  Damasco  comerciaba  contigo,  tro 
cando  la  multitud  de  tus  productos, 
la  muchedumbre  de  toda  tu  rique- 
za °,  por  vino  de  Jelbón  y  lana  de 
Sájar. 

19  0  Vedán,  Yaván,  desde  Uzal  °,  por 
tus  mercaderías  daban  hierro  elabo- 
rado ;  canela  y  caña  aromática  ha- 
bía en  tu  mercado.  20  Dedán  traficaba 
contigo  en  sillas  de  montar.  a  Ara- 
bia y  todos  los  príncipes  de  Quedar 
ejercían  el  comercio  contigo,  trafi- 
cando en  corderos,  carneros  y  ma- 
chos cabríos.  22  Los  mercaderes  de 
Sebá  y  Ramá  comerciaban  contigo  ; 
el  más  delicado  »  bálsamo  y  toda  n 
clase  de  piedras  preciosas  y  oro  da- 
ban por  h  tus  mercaderías.'  23  Jarán. 
Kanné  y  Edén  comerciaban  contigo, 
así  como  los  mercaderes  de  Sebá, 
Assur  y  Kilmad  ;  24  traficaban  conti- 
go, negociando  en  vestidos  elegan- 
tes, mantos  de  púrpura  azul  y  bor- 
dados abigarrados,  tapices  multico- 
lores, maromas  trenzadas  y  fuertes. 
25  Las  naves  de  Tarsis  te  transpor- 
taban tus  mercancías  de  cambio. 


E  hicístete  así  rica  y  opulenta  en  extremo  |  en  el  corazón  de  los  mares. 
26  Por  medio  de  las  vastas  aguas  |  te  condujeron  tus  remeros  ; 
el  viento  de  levante  te  ha  destrozado  |  en  el  corazón  de  los  mares. 


(  ¡ton 

et  c-c'K 
ciuda 


islas  del  Egeo.  I 
(les  del  mar  Nee 
I  cado». 
*  Too 


t  han  identificado  con  Cilicia.  Otros  prefieren  traducir  «tu  ejér- 
corrigen  H  y  leen  «en  tu  ejército»,  «y  el  ejército  de  ellos», 
:  V  «Pigmeos»  ;   se  identificarían  con  los  kumidas,  pueblo  de 

nía  fenicia  identificada  con  la  Tartessos  de  nuestra  Andalucía 
íás  bien  toda  España,  tan  famosa  por  sus  metales.  Danse  otras 

griegos  ;  propiamente  es  la  Grecia  jónica  o  del  Asia  Menor  e 
ai.  y  Méskk  :  parecen  designar  pueblos  de  las  costas  meridiona. 
Por  tus  mercancías:  e.  d.,  a  cambio;  otros  vierten  «a  tu  mer- 

créese   indica   la   Armenia,   famosa   por  sus   caballos.    Hoy  designa 

)ed.án  :   habitaban  los  dedanitas  Arabia  del  sur  hasta  el  golfo  Pér- 
isi.as  :  e.  d.,  las  costas  adyacentes  de  Eritrea  y  Arabia. 
I  prb.  o  granado  ;    V  «piedras  preciosas»  ;   otros,  «malaquitas»,  «car- 
amados  :   bordados,  o  vestiduras  multicolores.  ||  Lino  fino  :  byssus 
arbunclos  :  prb.  cierta  especie  de  carb.,  como  el  rubí  ;  GV  «jaspe», 


según  la  tradic 
|Medini;  otros, 
»  Sillas  pk 
de  varones  libi 


S.íjar  :  de  ignoto  em- 

Dan?  (cf.  V),  ¿Waddán,  entre  Medina  y  la  Meca?...  II  Ya- 
ia ;  para  otros,  un  punto  de  Arabia  meridional.  ||  Uzal  : 
sería  la  actual  capital  de  Yemen  ;  otros,  punto  no  lejos  de 

>  guarniciones  de  cabalgadura  ;  otros  entienden  «vestiduras 

íadas  ismaelitas  del  desierto  siro-arábigo. 
costa  sur  de  la  península  arábiga. 

lorte  de  Mesopotamia.  ||  Kanné  o  Calné  :  en  Siria  septentrio- 

is  del  Eufrates  superior. 

de  gran  tonelaje,  para  las  largas  travesías. 


1537 


49 


27  27-28  » 


EZEQülEL 


27  27-28 


"  Tus  riquezas  y  tus  mercancías,  tus  mercaderías,  | 
tus  marineros,  tus  pilotos, 

los  reparadores  de  tus  averías,  los  compradores  de  tus  mercancías,  | 
y  todos  tus  guerreros 

que  hay  en  ti  y  toda  r  tu  comunidad  |  que  existe  en  medio  de  ti 

caerán  en  el  corazón  de  los  mares  |  ©1  día  de  tu  ruina. 
a  A  los  recios  gritos  de  tus  timoneles  |  se  estremecerán  las  costas  ; 
'*  y  desembarcarán  de  sus  navios  ¡  todos  cuantos  manejan  remo  ; 

los  marineros  y  todos  los  pilotos  del  mar  |  pisarán  tierra, 
10  y  dejarán  oír  sobre  ti  su  grito  |  y  clamarán  amargamente  ; 

lanzarán  polvo  sobre  sus  cabezas,  |  en  la  ceniza  se  revolcarán 
"  y  se  decalvarán  por  tu  causa,  |  se  ceñirán  de  saco 

y  plañirán  por  ti  con  amargor  de  espíritu  |  acerba  lamentación. 
32  En  su  lamento  entonarán  sobre  ti  una  elegía  |  y  endecharán  sobre  ti  : 

«¿Quién  era  semejante  a  Tiro  |  en  medio  del  mar?» 
88  Cuando  salían  tus  mercaderías  del  mar  |  saciabas  a  pueblos  numerosos  ; 

con  la  abundancia  de  tus  riquezas  y  mercancías  | 
enriquecías  a  los  monarcas  de  la  tierra. 
w  Ahora  s  has  naufragado  en  la  mar     |  en  las  profundidades  de  las  aguas  ; 

tus  mercancías  y  toda  tu  comunidad  |  se  hundieron  en  medio  de  ti. 
m  Todos  los  habitantes  de  las  islas  |  han  quedado  asombrados  de  tu  caso, 

y  sus  monarcas  han  concebido  terrible  pavor,  | 
háseles  demudado  el  rostro. 
w  Los  mercaderes  de  los  demás  pueblos  silban  sobre  ti,  ¡ 
[pues]  te  has  convertido  en  horrible  ruina 

y  ya  no  existirás  jamás. 


Tercer  oráculo  contra  Tiro:  sobre  su  príncipe 

f>o  1  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  :  2  «Hijo  del  hom- 
^°    bre,  di  al  príncipe  de  Tiro  :  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 

«Por  cuanto  se  ha  enorgullecido  tu  corazón  |  y  has  dicho  :  «Un  dios  soy, 
morada  digna  de  dioses  ]  habito  en  medio  del  mam, 
siendo  tú  un  mortal  y  no  un  dios,  | 

y  has  equiparado  tu  corazón  al  corazón  de  un  Dios 
'  (ve  ahí  que  tú  eres  más  sabio  que  Daniel,  |  ningún  misterio  se  te  oculta  ; 

*  con  tu  sabiduría  y  tu  inteligencia  |  te  has  proporcionado  riquezas 
y  has  acumulado  oro  y  plata  |  en  tus  tesoros  ; 

'por  la  magnitud  de  tu  sabiduría  y  con  tu  comercio  | 
has  acrecido  tu  poderío, 
y  se  ha  engreído  tu  corazón  con  tu  riqueza)  ; 

*  por  esto  así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  : 

Porque  has  equiparado  tu  corazón  |  al  de  un  Dios, 
'  por  eso  he  aquí  que  atraeré  sobre  ti  | 

extranjeros,  los  más  violentos  entre  los  pueblos, 
que  desenvainarán  sus  espadas  contra  el  bienestar  logrado  por  tu  sa- 
y  profanarán  tu  esplendor  ;  [biduría  | 

'  te  harán  bajar  a  la  fosa  y  morirás,  | 

como  los  muertos  violentamente,  en  el  corazón  de  los  mares. 


"  Reparadores  de  tus  averías  o  de  vias  de  agua  :  o  bien,  tus  carpinteros  navales.  || 
Que  hay  en  ti  :  e.  d.,  en  ese  magno  navio  que  simboliza  a  Tiro. 

33  Salían  tus  merc.  del  mar  :  o  bien,  se  desembarcaban  de  los  navios. 

OQ   3  Ivüs  sabio  que  Daniel  :  es  ironía.  ||  Ningún  misterio  se  te  oculta:  otros 
i   c  Orütz  :  ttodos  ¡05  sabios  no  tt  igualarou>  (Bibl.  Bonn). 
'  El  bienestar  (o  felicidad)  logrado  por  tu  sabiduría  :  lit.,  la  hermosura  de  tu 
sabiduría    ||  Tu  esplendor:  e.  d.,  tu  hermosa  prosperidad. 


-  1538  — 


28  s-21 


EZEQUIEL 


28  *-'¿í 


*  ¿Acaso  continuarás  diciendo:  «Soy  un  dios»,  |  dílante  de  tus  matadores  b, 
6¡endo  tú  un  hombre  y  no  un  dios  |  en  mano  de  quienes  te  traspasan  ? 
'•  De  la  muerte  de  los  incircuncisos  morirás,  |  en  manos  de  extranjeros  ; 


pues  yo  he  hablado»,  declara  el  Se- 
ñor a, 'Yahveh  : 

15  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  u  «Hijo  del  hom- 


bre, entona  una  elegía  sobre  el  prín- 
cipe de  Tiro,  y  dile  :  Así  habla  el 
Señor  a,  Yahveh  : 


Tú  eres  el  sello  de  0  la  perfección,  | 

lleno  de  sabiduría  y  de  acabada  belleza  ; 
u  En  el  Edén,  huerto  de  Dios,  habitabas  ;  | 

toda  suerte  de  piedras  preciosas  eran  tu  vestido  : 
sardónices,  topacios  y  jaspes,  |  crisólitos,  ónices  y  berilos, 
zafiros,  carbunclos  y' esmeraldas  |  y  oro,  obra  de'  tu  hermosura  á ; 
y  tus  joyas  e  |  fueron  preparadas  el  día  en  que  fuiste  creado. 
I  Tú  eres  un  querubín  que  extiende  las  alas  | 
protector,  y  1  [así]  yo  te  había  colocado 
en  la  santa  montaña  de  Dios  |  y  caminaste  por  medio  de  piedras  de  fuego 
,s  fú  has  sido  perfecto  en  tu  proceder  |  desde  el  día  de  tu  creación 

hasta  que  fué  descubierta  en  ti  la  iniquidad. 
"  Por  la  magnitud  de  tu  tráfico  henchiste  *  tu  interior  | 
de  rapiñas  y  pecaste, 
y  te  he  arrojado  de  la  montaña  de  Dios  | 

y  te  he  destruido,  ¡oh  querubín  protector!,  • 
de  en  medio  de  las  piedras  de  fuego. 
I  Se  engrió  tu  corazón  por  tu  belleza,  | 

echaste  a  perder  tu  sabiduría  por  tu  esplendor, 
por  tierra  te  he  derribado,  |  ante  los  reyes  te  he  colocado 
para  ver  cómo  se  gozaban  en  ti. 
18  Por  la  muchedumbre  de  tus  iniquidades,  en  la  injusticia  de  tu  comercio,  I 
has  profanado  tus  santuarios, 
y  he  hecho  brotar  fuego  de  en  medio  de  ti,  |  que  te  ha  devorado, 
y  te  he  reducido  a  ceniza  sobre  la  tierra  ¡ 
a  los  ojos  de  cuantos  te  contemplan. 
"  Todos  los  que  te  conocían  entre  los  pueblos  | 
han  quedado  asombrados  de  ti, 
haste  hecho  cúmulo  de  terrores* 
y  ya  no  existirás  jamás.» 

s0  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de  Yahveh  :  21  «Hijo  del  hombre,  vuelve 


15  El  sello  ul  la  perfección  :  e  d.,  la  perfección  suma,  más  acabada. 

u  En  el  Edén  :  e.  d.,  que  las  riquezas  le  proporcionaban  lujo  y  toda  clase  de  pla- 
ceres. ||  Sardónices:  o  carneólas:  Saadia,  G  y  otros,  «rubíes».  ||  Crisólitos:  lit.,  tar- 
sis  o  piedra  de  Tarsis.  ||  Onices  :  lit.,  piedra  Sóham.  ||  Y  oro  obra  de  tu  hermosura  ; 
Y  tus  joyas...  :  el  pasaje  es  muy  discutido  y  pvopónense  muchas  enmiendas  y  solu- 
ciones. Hemos  seguido  en  parte  a  V,  sin  decidirnos  a  otras  correcciones  más  am- 
plias (cf.  Kit).  ||  Tus  jo  vas  :  lit.,  cierta  obra  de  orfebrería  ejecutada  perforando  o 
agujereando. 

"  Tú  eres  un  querubín  cue  extiende  las  alas  protector  :  lit.,  querubín  de  la  ex- 
pansión que  protege  o  cubre,  o,  según  otros,  querubín  de  la  unción,  e.  d.,  destinado 
por  Dios  a  proteger  a  Tiro.  Otros  vierten  de  modo  diverso  o  corrigen  ampliamen- 
te H  (cf.  Kit).  El  pasaje  todo  resulta  bastante  enigmático.  ||  De  Dios  :  otros,  ide 
los  dioses». 

"  Para  ver  cómo  se  gozaban  en  ti  :  o  bien,  para  que  les  sirvieras  de  espectáculo, 
para  que  se  apacentaran  (o  gozaran)  en  ti. 

u  En  la  injusticia  de  tu  comercio  :  o  bien,  con  la  iniquidad  (o  falta  de  honradez! 
de  tu  mercantilismo  (o  de  tu  obrar). 

19  Hasie  hecho  cúmulo  de  terrores  :  o  bien,  tpues  te  has  convertido  en  ruina  ho- 
rrible lo  en  mortal  horror)». 

a  Hacia  Sidón  :  la  amenaza  contra  Sidón  e¡>  corta  por  depender  en  aqiitlln  éi*xa 
de  Tiro. 


—  1*39  — 


28  22-29  8 


EZEQUIEL 


28  22-29  9 


tu  rostro  hacia  Sidón  y  profetiza  de  ella,  22  diciendo  :  Así  habla  el  Señor  ■', 
Yahveh  : 

Heme  aquí  contra  ti,  Sidón,  |  pues  voy  a  glorificarme  en  medio  de  ti  ¡ 
y  sabrán  que  yo  soy  Yahveh,  cuando  ejecute  en  ella  mis  juicios,  y  yo  me 
santificaré  en  ella. 

a  Y  enviaré  contra  ella  la  peste  |  y  sangre  en  sus  calles, 
y  yacerán  heridos  de  muerte  en  medio  de  ella  ] 

por  la  espada  que  le  sobrevendrá  por  todas  partes  ; 


y  sabrán  que  yo  soy  Yahveh.  M  Y  ya 
no  habrá  más  para  la  casa  de  Israel 
aguijón  punzante  ni  espina  dolorosa 
entre  todos  sus  circunvecinos  que  la 
menosprecian  ;  y  sabrán  que  yo  soy 
el  Señor  a,  Yahveh.» 

:'  Así  afirma  el  Señor»,  Yahveh  : 
«Cuando  yo  haya  juntado  a  la  casa 
de  Israel  de  los  pueblos  por  los  cua- 
les está  dispersa,  me  glorificaré  en 


ellos  a  los  ojos  de  las  naciones  y  ha- 
bitarán sobre  su  tierra,  que  yo  diera 
a  mi  siervo  Jacob,  M  y  morarán  en 
ella  con  seguridad,  y  construirán  ca- 
sas, y  plantarán  viñedos,  y  vivirán 
seguros,  cuando  yo  haya  ejecutado 
mis  juicios  contra  todos  los  que  les 
desprecian  de  entre  sus  circunveci- 
nos ;  y  sabrán  que  yo,  Yahveh,  soy 
su  Dios.» 


Oráculos  primero  y  segundo  contra  Egipto 


f)Q    1  El  año  décimo,  a  doce  del  dé- 
cimo  mes,  se  me  dirigió  la  pa- 
labra de  Yahveh,  diciendo  :  2  «Hijo 
del  hombre,  vuelve  tu  rostro  contra 


Faraón,  rey'  de  Egipto,  y  vaticina 
contra  él  y  contra  Egipto  entero. 
3  Habla  y  di  :  Así  afirma  el  Señor  a, 
Yahveh  : 


Heme  aquí  contra  ti,  Faraón,  |  rey  de  Egipto, 
cocodrilo  enorme  recostado  |  en  medio  de  sus  ríos, 
que  has  dicho  :  «Mi  río  b  es  mío  |  y  yo  me  lo  0  he  hecho.» 
4  Yo  te  pondré  aros  férreos  con  cadena  en  las  quijadas, 

y  pegaré  los  peces  de  tus  ríos  a  tus  escamas,  y  te  sacaré  de  en  medio  de 
tus  ríos,  así  como  a  todos  los  peces  de  tus  ríos  adheridos  a  tus  escamas. 

s  Y  te  arrojaré  al  desierto,  |  a  ti  y  a  todos  los  peces  de  tus  ríos  ; 

sobre  la  superficie  del  campo  caerás  ;  |  no  serás  recogido  ni  sepultado  ; 

a  las  bestias  de  la  tierra  y  a  las  aves  del  cielo  | 
te  entregaré  como  pasto, 
0  para  que  sepan  todos  los  habitante»  de  Egipto 

que  yo  soy  Yahveh. 

Por  cuanto  tú  has  sido  d  báculo  de  caña 
para  la  casa  de  Israel  : 

cuando  te  cogían  en  la  mano,  te  quebrabas 
y  heríasles  todo  el  costado  ; 

y  cuando  se  apoyaban  sobre  ti,  te  hacías  pedazos 
y  dejábasles  enfermas  6  todas  sus  caderas. 

8  Por  esto,  así  habla  el  Señor  »,  i  bres  y  bestias,  '  y  la  tierra  de  Egipto 
Yahveh  :  He  aquí  que  atraeré  sobre  quedará  asolada  y  desierta,  y  sabrán 
ti  la  espada  y  exterminaré  de  ti  hom- |  que  yo  soy  Yahveh.  Por  haber  tú 


)Q  1  Contra  Faraón  :  e.  d.,  el  rey  Joírá,  a  quien  el  profeta  no  nombra  por  ser  la 
¿&   profecía  contra  todo  el  Egipto. 

■•Aros  férreos  con  cadena:  o  bien  ganchos.  ||  Pegaré  los  peces:  estos  representan 
los  habitantes  de  Egipto,  y,  según  otros  comentadores,  a  los  aliados  de  los  egipcios. 

'  Cuando  te  cogían  en  la  mano  :  cuando  querían  los  judíos  valerse  de  ti. 


—  1540  — 


29  10-30  5 


EZEQUIEI. 


29  17-30  5 


afirmado  '.-  «El  río  s  es  mío  y  yo  lo 
he  hecho» ;  10  por  eso  heme  aquí  con- 
tra ti  y  contra  tus  ríos,  y  convertiré 
el  país  de  Egipto  en  lugares  devas- 
tados, desolación  y  soledad,  desde 
Migdol  a  Sevené  y  hasta  la  frontera 
de  Etiopía.  11  No  transitará  por  ella 
pie  de  hombre,  ni  pie  de  bestia  pa- 
sará por  ella,  ni  será  habitada  duran- 
te cuarenta  años.  12  Y  trocaré  la  tie- 
rra de  Egipto  en  desolada  entre  las 
tierras  desoladas,  y  sus  ciudades  en- 
tre to  las  las  ciudades  desiertas  se- 
rán una  desolación  durante  cuarenta 
años ;  y  dispersaré  a  los  egipcios  en- 
tre las  naciones  y  les  diseminaré  por 
los  países.» 

"  Pues  así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh  :  «Al  cabo  de  los  cuarenta  años 
habré  reunido  a  los  egipcios  de  en 
medio  de  los  pueblos  donde  hayan 
estado  dispersos,  14  y  haré  regresar 
a  los  cautivos  egipcios  y  los  volveré 
a  la  tierra  de  Patrós,  a  su  país  de 
origen,  donde  constituirán  un  reino 
modesto.  "  Será  más  modesto  que  los 
[otros]  reinos  y  no  se  ensalzará  más 
por  cima  de  las  naciones,  y  le  haré 
poco  numeroso  para  que  no  dominen 
más  entre  las  gentes.  16  Y  no  cons- 
tituirán más  la  confianza  de  la  casa 


de  Israel,  rememorando  la  culpa  de 
ésta  ai  volverse  detrás  de  aquéllos  ; 
y  conocerán  que  yo  soy  el  Señor  a 
Yah  veh.» 

"  Y  sucedió  que  el  año  veintisie 
te,  en  el  primer  mes,  a  primero  del 
mismo,  fuéme  dirigida  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  18  «Hijo  del  hom- 
bre, Nabucodonosor,  rey  de  Babilo- 
nia, ha  forzado  a  su  ejército  a  un 
importante  servicio  contra  Tiro  :  to- 
da cabeza  ha  quedado  calva  y  toda 
espalda  desollada  ;  y  no  ha  obtenido 
de  Tiro  para  él  ni  para  su  hueste 
la  paga  del  servicio  que  realizó  con- 
tra ella.  19  Por  tanto,  así  habla  el 
Señor  a,  Yahveh  :  He  aquí  que  en- 
trego a  Nabucodonosor,  rey  de  Babi- 
lonia, el  país  de  Egipto  ;  y  él  se  lle- 
vará sus  riquezas,  apresará  su  pre- 
sa y  saqueará  su  botín,  y  así  habrá 
paga  para  su  ejército.  Como  solda- 
da suya  por  la  cual  ha  servido,  le  he 
dado  efl  país  de  Egipto,  pues  ha  la- 
borado a  mi  favor,  declara  el  Se- 
ñor a,  Yahveh.  51  En  aquel  día  haré 
brotar  un  cuerno  a  la  casa  de  Israel 
y  te  permitiré  abrir  libremente  la 
boca  en  medio  de  ellos,  y  sabrán  que 
yo  soy  Yahveh.» 


Oráculos  tercero,  cuarto  y  quinto  contra  Egipto 

Of\  1  V  me  fué  dirigida  la  palabra  de  Yahveh,  diciendo  :  1  «Hijo  del 
uv/    hombre,  profetiza  y  di  :  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 

¡  Lamentaos  !  ¡  A y  del  día  aquel !  |  3  Pues  está  próximo  el  día, 
está  cercano  el  día  de  Yahveh  :  | 

día  de  nubarrones,  el  tiempo  de  las  naciones  será. 
4  Descargará  la  espada  sobre  Egipto  ¡  y  agitación  sobre  Etiupía, 
cuando  caigan  en  Egipto  heridos  de  muerte,  | 

y  se  apoderen  de  sus  riquezas,  |  y  sean  destruidos  sus  cimientos. 

6  Los  de  Etiopía,  Libia  y  Lidia,  toda  la  mezcolanza  de  pueblos,  y  los 

«>  Miodoi.  :  cuidad  del  norte  de  Egipto,  entre  Sile  y  Pelusium  ;  V  <da  torre  de- 
svene». ||  SEVENÉ :  hoy  Aswán,  en  el  extremo  límite  meridional  de  Egipto,  a  la  orilla 
occidental  del  Nilo  y  junto  a  la  primera  catarata. 

12  Desolada  entre  las  tierras  desoladas:  e.  d.,  desolada  entre  todas. 

"  Tierra  de  I'atrós  o  Paturi  :  e.  d.,  el  Egipto  super 
Como  soldada  suya  :  dice  San  Jerónimo  a  este  pr< 
las  buenas  obras  hasta  de  los  mismos  infieles. 

21  Un  cuerno  :  símbolo  del  poder  y  del  mando. 

QA  >  El  día  de  Yahveh  :  en  que  Dios  manifestará  su  gloria  castigando  a  los  impíos. 
. v  "  ^  oda  la  mezcolanza  de  pueblos  :  o  bien,  todos  los  elementos  extranjeros  ;  otros 

lit.,  el  país  de  la  alianía;  algunos 


—  1541  — 


30  «-i» 


EZEQUIEl 


30  6-W 


de  Kub  b,  y  los  hijo»  de  los  países  aliados,  caerán  con  ellos  a  espada. 
"Así  afirma  Yahveh  : 


Caerán  los  sostenes  del  Egipto,  | 

y  se  derrumbará  el  orgullo  de  su 
de  Migdol  a  Serené,  |  dice  el  Señor 


potencia 
,  Yahveh, 


•  Y  quedara  asolado  0  entre  todas 
las  tierras  asoladas,  y  sus  ciudades 
figurarán  entre  todas  las  ciudades 
desiertas ;  s  y  sabrán  que  yo  soy  Yah- 
veh, cuando  prenda  yo  fuego  a  Egip- 
to y  sean  destrozados  todos  su  va- 
ledores. 


'  En  aquel  día  saldrán  de  mi  par- 
te mensajeros  en  navios  para  aterrar 
a  Etiopía,  confiada,  y  sobrevendrá 
temblor  entre  éstos  cuando  sea  el  día 
de  Egipto  ;  pues  he  aquí  que  llega. 


1U  Así  afirma  el  Señor  *,  Yahveh  :  |  Y  haré  cesar  el  estrépito  de  Egiptc 

por  mano  de  Nabucodonosor,-rey  de  Babilonia. 
11  El  y  con  él  su  pueblo,  las  más  feroces  de  las  naciones,  1 
serán  conducidos  a  asolar  el  país, 
y  desenvainarán  sus  espadas  contra  Egipto  | 
v  llenarán  la  tierra  de  víctimas. 
1!  Y  dejaré  secos  los  ríos,  |  y  venderé  el  país  en  mano  de  malvados, 
y  devastaré  la  tierra  y  cuanto  contiene  | 

por  mano  de  extranjeros  ;  |  yo.  Yahveh,  he  hablado. 

13  Así  afirma  Yahveh  : 

Aniquilaré  los  ídolos  |  y  pondré  fin  a  los  simulacros  d  de  Nof, 

para  que  ya  no  existan  príncipes  |  de  f  la  tierra  de  Egipto  ; 

y  provocaré  el  terror  |  en  él  país  egipcio  ; 
"  y  asolaré  a  Patrós,  |  y  pegaré  fuego  a  Soan, 

y  haré  justicia  de  No, 
"  y  desfogaré  mi  furor  sobre  Sin,  |  baluarte  de  Egipto,  | 
y  exterminaré  a  la  muchedumbre  de  No 


prenderé  fuego  a  Egipto;  Sevén  s  I  17  Los  jóvenes  de  On  b  y  de  Pi-Bé- 
retorcerá  de  dolor,  No  será  ex- |  set  caerán  a  espada,  y  ellos  partiráu 


pugnada,  y  Nof,  presa 
diurnos 


enemigos   en  cautiverio. 


Y  en  Tejafnejés  se  oscurecerá  el  día  | 

cuando  yo  haga  allí  pedazos  ¡os  cetros  1  de  Egipto 
y  acabe  en  ella  su  orgulloso  esplendor.  |  Una  nube  la  cubrirá 

y  sus  hijas  partirán  al  cautiverio. 
Así  haré  justicia  a  Egipto,  |  y  sabrán  que  yo  soy  Yahveh.» 


3  bien,  la  muchedumbre  (c£.  \ 
inmundicias,  abominaciones, 
del  culto  a  Apis  y  a  Ptah,  o 
,  Tanis,  en  el  bajo  Egipto.  | 
or  su  templo  a  Anión.  Es  la  ¡ 


:n  el  día  de  E: 
is  riquezas. 
:  e.  d.,  Mentís 


.Se  rf.ioiuiim  i>k  dolor  :  o  bie 

S  cada  día»  ;  otros  modifican  el  t 
"  On  :  e.  d.,  Heliópolis,  a  unos 
mplo  al  Sol.  ||  Pl-BÉSEi:  e.  d.,  E 
ipcia,  a  la  que  estaba  consagrad* 
18  Tejafnfjés  :  e.  d.,  Tnfnis  ¡  cf. 


sus   ídolos,  sus 
.»  (cf.  Kit). 
capital  religiosa 


>to  y  su  Uaye. 
;a.  |l  Nof,  presa  de  ene. 
V  <y  en  Menfis  congo- 


)s  al  NE.  de  El  Cairo,  famosa  por  su 
;u  santuario  a  la  diosa  Rast,  la  Diana 


d  ,  sus  villas  anejas 


30  20-31  u 


EgggUIEL 


30  24-31 » 


"Y  el  año  undécimo,  a  siete  del 
primer  mes,  se  me  dirigió  la  pala- 
bra de  Yahveh,  diciendo:  21  «Hijo  del 
hombre,  he  quebrado  el  brazo  del 
Faraón,  rey  de  Egipto,  y  he  aquí  que 
no  ha  sido  vendado  para  proporcio- 
narle curación,  poniendo  una  venda 
para  fajarle,  a  fin  de  vigorizarle  pa- 
ra que  pueda  de  nuevo  empuñar  la 
espada.  *  Por  esto,  así  dice  el  Se- 
ñor a,  Yahveh  :  Heme  aquí  contra 
el  Faraón,  rey  de  Egipto,  y  voy  a 
quebrarle  sus  dos  brazos  :  el  sano 
y  el  fracturado,  y  haré  caer  la  espa- 
da de  su  mano,  23  y  desparramaré  a 
los  egipcios  entre  las  naciones  y  los 


esparciré  por  los  países.  w  Y  robus- 
teceré los  brazos  del  rey  de  Babilo- 
nia y  le  pondré  mi  espada  en  su  ma- 
no mientras  quebraré  los  brazos  del 
Faraón,  quien  gemirá  ante  él  con 
gemidos  de  un  herido  de  muerte. 
*  Robusteceré,  pues,  los  brazos  del 
rey  de  Babilonia,  y  los  brazos  del  Fa- 
raón caerán.  Y  reconocerán  que  yo 
soy  Yahveh  cuando  ponga  mi  espada 
en  mano  del  monarca  babilónico  y  la 
esgrima  sobre  la  tierra  de  Egipto. 
x  Y  desparramaré  a  los  egipcios  en- 
tre las  naciones  y  los  esparciré  por 
los  países,  y  sabrán  que  yo  soy  Yah- 
veh.» 


Quinto  vaticinio:  el  cedro  simbólico 

OI    1  Y  el  año  undécimo,  el  día  pri-  I  Yahveh,  diciendo  :  :  «Hijo  del  hom- 
mero  del  tercer  mes,  sucedió  bre,  di  al  Faraón,  rey  de  Egipto,  y  a 
que  me  fué  dirigida  la  palabra  de !  su  multitud  : 

¿  A  quién  te  asemejaste  en  tu  grandeza  ?  | 

*  Mira,  Assur  era  un  cedro  del  Líbano, 
de  hermoso  ramaje,  espesa  fronda  |  y  elevada  altura, 
y  entre  las  nubes  ¡  erguíase  su  copa. 
4  Las  aguas  le  hicieron  crecer,  |  el  océano  primitivo  le  encumbró, 
y  condujo  a  sus  ríos  ¡  en  torno  al  lugar  donde  se  hallaba  plantado, 
e  hizo  pasar  sus  acequias  |  por  todos  los  árboles  del  campo. 
De  esta  suerte  creció  su  altura  ]  más  que  todos  los  árboles  campestre», 
y  multiplicáronse  sus  ramas  ]  y  dilatóse  su  ramaje 
por  el  agua  abundante  en  su  alargar. 

*  En  sus  ramas  anidaron  |  todas  las  aves  del  cielo, 

y  bajo  su  fronda  parieron  |  todas  las  bestias  del  campo, 

y  a  su  6ombra  vivió  |  una  congregación  b  de  pueblos  numerosos. 
'  Hermoso  era  por  su  magnitud,  |  por  la  longitud  de  su  ramaje, 

porque  tenía  sus  raíces  |  junto  a  agua  copiosa. 
s  No  había  cedros  que  lo  oscureciesen  |  en  el  huerto  de  Dios  ; 

los  cipreses  no  se  le  igualaban  |  por  su  ramaje, 

y  los  plátanos  no  emulaban  |  su  fronda  : 

ningún  árbol  del  huerto  de  Dios  ¡  era  equiparable  a  él  en  belleza. 

*  Hermoso  habíale  yo  hecho  |  por  la  abundancia  de  su  ramaje, 
y  envidiábanlo  todos  los  árboles  del  Edén,  | 

que  había  en  el  jardín  de  Dios. 


O-J  3  Assur  :  interpretamos  según  V  y  la  mayoría  de  los  traductores ;  pero  nos 
parece  tentadora  la  corrección  de  H  (cf.  Kit)  leyendo  asvek  'yo  te  equiparo'. 
Los  exegetas  se  dividen,  creyendo  unos  que  el  cedro  simboliza  el  imperio  asirio,  cuya 
ruina  sería  figura  de  la  de  Egipto,  y  opinando  otros  que  en  el  oráculo  de  Ezequiel 
no  entra  para  nada  Asiria  y  sí  sólo  el  Faraón  y  Egipto.  Así  parece  deducirse  de  va- 
rios vv.  del  capítulo.  |  ¡  Espesa  fronda  :  otros,  cy  un  umbroso  bosquei  ;  otros  lo 
corrigen  o  lo  suprimen. 

*  En  el  huerto  de  Dios  :  parece  significar  que  ni  aun  los  árboles  del  paraíso 
igualaban  en  belleza  a  este  cedro. 


-  1543  - 


31 10-32  i 


EZEQUIEL 


31  !2-32  2 


10  Por  esto,  así  habla  el  Señor  a, 
Yahveh  :  Por  cuanto  se  lia  engreí- 
do c  en  su  altura  y  ha  alzado  su 
copa  hasta  entre  las  nubes  y  se  ha 
ensoberbecido  su  corazón  por  su  ele- 
vación, 11  3o  he  entregado  en  manos 
de  un  poderoso  entre  los  pueblos, 
que  proceda  con  él  a  su  talante  ;  con 
arreglo  a  su  infamia  lo  he  expulsa- 


Sobre  su  tronco  caído  hanse 
y  en  su  ramaje  han  estada 


posado 
|  todas 


14  A  fin  de  que  no  se  hiciera  al- 
to en  su  crecimiento  ningún  árbol 
[plantado  junto  al]  agua,  ni  eleve  su  | 


do.  12  Y  le  han  talado  extranjeros, 
las  más  feroces  naciones,  y  lo  han 
derribado  ;  sobre  los  montes  y  por 
todos  los  valles  han  caído  sus  ramas, 
y  su  fronda  yace  hecha  pedazos  por 
todas  las  barrancadas  de  la  tierra  ; 
y  todos  los  pueblos  de  la  tierra  se 
han  apartado  de  su  sombra  y  le  han 
desamparado. 

|  todas  las  aves  del  cielo, 
las  bestias  del  campo. 

copa  por  entre  las  nubes,  ni  confíen 
J  en  sí  '',  en  su  altura,  cuantos  beben 


pues  todos  ellos  están  destinados  a  la  muerte,  | 

a  las  profundidades  de  la  tierra, 
entre  los  hijos  del  hombre,  |  a  los  que  bajan  a  ln 


fo<a. 


18  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
El  día  que  él  bajó  al  scol,  mandé  ha- 
cer duelo  6  por  él  al  abismo  ;  contu- 
ve sus  ríos  y  paráronse  las  caudalo- 
sas aguas  ;  y  contristé  por  él  al  Lí- 
bano, y  todos  los  árboles  del  campo 
por  él  languidecieron.  16  Al  estrépito 
de  su  ruina  hice  temblar  las  nacio- 
nes ;  al  precipitarle  yo  en  el  seol  con 
quienes  descienden  a  la  fosa,  conso- 
láronse en  las  moradas  subterráneas 
todos  los  árboles  del  Edén,  lo  más 
escogido  y  bello  f  del  Líbano,  todos 


los  que  se  abrevaban.  11  También  és- 
tos bajaron  con  él  al  scol  junto  a  las 
víctimas  de  la  espada,  los  que  cons- 
tituían su  brazo  y  moraban  a  su  som- 
bra en  medio  de  las  naciones.  18  ¿  A 
quién  te  semejas  s  en  majestad  y 
grandeza  entre  los  árboles  del  Edén  ? 
Mas  serás  precipitado  con  los  árbo- 
les del  Edén  a  las  profundidades  de 
la  tierra ;  entre  incircuncisos  yacerás 
con  las  víctimas  de  la  espada.  ¡  Tal 
será  el  Earaón  y  toda  su  multitud  !», 
declara  el  Señor  a,  Yahveh. 


Oráculos  sexto  y  séptimo 


oo    '  El    año   duodécimo  a,   en  el  i  veh,  diciendo  :  *  «Hijo  del  hombre. 

duodécimo  mes,  a  uno  del  mes,  entona  una  elegía  sobre  el  Faraón, 
fuétne  dirigida  la  palabra  de  Yah-  |  rey  de  Egipto,  y  dile  : 


por  su  fuerza  y  a  no  confiar  sino  en  sus 
confíen...  :  otros  interpretaban  «y  para  que  s 
agua,  no,  estuvieran  a  su  altura»  (así  Bibl. 
tivos  por  su  altura  todos  los  bebedores  de 
15  Bajó  al  seol  :  o  cayó  el  imperio  asirio 
ríos.  1 1  Las  caudalosas  aguas  :  o  sea  faltare 
teriales. 

"  Los  QUE  CONSTITUÍAN...  :   pasaje  dudoso 
que  crecían  a  su  sombra,  perecieron  en  mee 
18  A  quien  te  semejas...?  :  ¿comprendes, 


32 


)  :  iy  sus  vastagos, 
¡a»  (así  Bibl.  Bonn), 
i  a  parecerte  ? 

or.  Kit  presunta  si 

MENTE  EN  'IUS  KÍOS  : 

ventanas  de  tus  na- 
vecinos  y  destruyes 


—  1544  — 


32  3-n 


EZEQUIEL 


32  3-18 


¡  León  de  las  naciones  has  parecido ! 
Eras  tú  como  el  cocodrilo  en  los  mares,  | 
y  movíaste  ruidosamente  en  tus  ríos, 
y  enturbiabas  las  aguas  con  tus  patas,  |  y  agitabas  sus  corrientes. 
Así  habla  el  Señor  *.  Yahveh  : 

Tenderé  sobre  ti  mi  red  b  mediante  una  multitud  de  pueblos  nume- 
y  te  sacaré  c  con  mi  esparavel;  [rosos 

y  te  derribaré  por  tierra,  ¡  sobre  la  superficie  del  campo  te  arrojaré, 

v  haré  posar  sobre  ti  todas  las  aves  del  cielo,  | 

y  hartaré  de  ti  a  todas  las  bestias  d  de  la  tierra. 

Expondré  tu  carne  por  las  montañas  | 
y  llenaré  los  valles  de  tu  carroña. 

Y  regaré  el  país  con  la  efusión  de  tu  sangre  por  cima  de  e  los  montes 
y  los  cauces  de  los  torrentes  se  llenarán  de  ti. 

Cuando  te  extingas,  cubriré  el  cielo  |  y  oscureceré  sus  estrellas  ; 

al  sol  lo  cubriré  de  nubes  |  v  la  luna  ño  hará  brillar  6u  luz. 

Todos  los  astros  que  brillan  en  el  cielo  |  oscureceré  por  ti, 

y  cubriré  de  tinieblas  tu  tierra, 

declara  el  Señor  b,  Yahveh. 


•  Y  contristaré  ei  corazón  de  nu- 
merosos pueblos  cuando  yo  conduzca 
a  tus  cautivos  f  entre  las  naciones 
a  tierras  que  no  conocías.  10  Por  ti 
asustaré  a  numerosos  pueblos,  y  sus 
reyes  se  estremecerán  por  ti  de  es- 


panto cuando  yo  blanda  mi  espada 
ante  ellos,  y  temblarán  incesante- 
mente cada  uno  por  su  vida  el  día 
de  tu  ruina.  11  Pues  así  ha  dicho  el 
Señor  b,  Yahveh  :  La  espada  del  rev 
de  Babilonia  te  alcanzará. 


'-  Haré  caer  a  tu  multitud  por  las  espadas  de  guerreros  valientes,  | 
todos  ellos  los  más  tiránicos  de  los  pueblos  ; 

destruirán  el  orgullo  de  Egipto  |  y  será  aniquilada  su  muchedumbre. 
"  Y  haré  perecer  todos  sus  animales  |  de  junto  a  las  aguas  abundantes 
y  no  ha  de  enturbiarlas  más  el  pie  del  hombre  | 
ni  la  pezuña  e  de  las  bestias  las  enturbiará. 
"  Entonces  haré  se  posen  sus  aguas,  | 
y  sus  ríos  como  aceite  haré  correr, 

declara  el  Señor  b,  Yahveh. 

15  Cuando  yo  reduzca  la  tierra  de  Egipto  a  desierto  | 
y  el  país  sea  despojado  b  de  cuanto  contiene, 
cuando  haya  yo  herido  a  todos  los  que  habitan  en  él,  [ 
sabrán  que  yo  soy  Yahveh. 


*  Elegía  es  ésta  y  la  cantarán,  la 
ra  litarán  las  hijas  de  las  naciones, 
la  cantarán  sobre  Egipto  y  sobre  to- 
da su  muchedumbre»,  declara  el  Se- 
ñor b,  Yahveh. 

"  En  el  año  duodécimo,  a  quince 

poderosos  en  las  profundidades  de 
con  quienes  bajan  a  la  fosa. 


del  mes,  fuéme  dirigida  la  palabra 
ie  Yahveh,  diciendo  :  18  «Hijo  del 
hombre,  laméntate  sobre  la  multi- 
tud de  Egipto  y  precipítala  a  ella 
v  las  hijas  de  pueblos 


■  Tu  carroña  :  H  montón  de  cadáveres:  Kit  «1.  c.  GSV«  tu  putrefacción  (gusanos)  ; 
V  ctu  sangre  corrompida»  ;  G  itu  sangro. 

1  Cubriré  el  cielo  :  como  para  anunciar  catástrofes,  según  creencia  antigua. 
"  Los  más  tiránicos  de  los  pueblos  :  e.  d.,  los  caldeos. 

14  Haré  se  posen  :  o  aclaren.  Anuncia  Dios  que  devolverá  su  favor  a  Egipto,  no 
haciéndole  recobrar  su  influencia  política,  sino  estableciendo  la  ley  cristiana,  que 
contará  allí  numerosos  adeptos. 

n  A  quince  del  mes  :  no  dice  cuál  ;  G  dice  «primero». 

18  Y  precipítala...  :  otros  corrigen  H  :  tpues  yo  entre  numerosos  pueblos  la  haga 
descender  al  scolt  (así  Bibl.  Bonn;  y  cf  Kit).  ||  Las  profundidades  de  la  tierra: 
e  d.,  el  seol  o  ultratumba. 


32  í9-x 


EZEQUÍEL 


52 


19  ¿  A  cuál  [pueblo]  aventajas  en  atractivo  ?  Baja  j 
y  acuéstate  entre  incircuncisos. 


30  En  medio  de  muertos  a  espada 
aerán  ellos.  La  espada  1  ha  sido  en- 
tregada i  :  han  arrancado  la  vida  a 
aquélla  y  a  toda  su  muchedumbre. 
"  [Entonces]  los  más  nobles  de  lo? 
héroes  le  dirán  de  en  medio  del  scol, 
así  como  a  sus  ayudadores  :  «Han 
descendido,  yacen  los  incircuncisos 
víctimas  de  la  espada.»  m  Allí  está 
Assur  con  toda  su  multitud  en  torno 
a  su  sepulcro  k  :  todos  heridos  de 
muerte  a  espada,  caídos  a  ella;  n  cu- 
yos sepulcros  están  situados  en  las 
profundidades  de  la  fosa  <y  toda 
su  multitud  se  halla  en  torno  a  su 
sepulcro  :  todos  heridos  de  muerte 
y  caídos  a  espada>  quienes  habían 
in fundido  el  terror  en  la  tierra  de 
los  vivos.  24  Allí  está  Blam  y  toda 
su  muchedumbre  alrededor  de  su  se- 
pultura :  todos  heridos  y  caídos  a 
espada,  quienes  cayeron,  incircunci- 
sos, en  las  profundidades  de  la  tie- 
rra, ellos  que  habían  infundido  su 
terror  en  la  tierra  de  los  vivos  y 
[ahora]  han  tenido  que  sobrellevar 
su  ignominia  con  los  bajados  a  la 
fosa.  "  <En  medio  de  los  matados 
colocaron  lecho  para  ella  y  para  m  to- 
lla su  multitud  alrededor  de  su  sepul- 
cro11: todos  ellos  incircuncisos,  he- 
ridos de  muerte  a  espada  ;  porque 
habían  infundido  su  terror  en  la  tie- 
rra de  los  vivos  y  [ahora]  han  teni- 
do que  soportar  su  ignominia  con  los 
bajados  a  la  fosa>n,  entre  los  muer- 
tos a  espada  yacen  °. 

26  Allí  están  Mések,  Tubal  y  toda 
su  muchedumbre  alrededor  de  su  se- 
pultura k;  todos  ellos  incircuncisos 


víctimas  de  la  espada,  porque  infun- 
dieron su  terror  en  la  tierra  de  los 
vivos.  *  No  yacen  con  los  guerreros 
valientes,  caídos  desde  hace  mucho 
tiempo*,  que  descendieron  al  seol 
con  sus  armas  de  guerra,  y  cuyas  es- 
padas fueron  colocadas  bajo  sus  ca- 
bezas y  cuyo  pavés  <»  hállase  sobre 
sus  huesos.  Sin  embargo,  fueron  el 
terror  de  los  guerreros  valientes  en 
la  tierra  de  los  vivos.  28  También  tú 
serás  destruido  entre  Jos  incircunci- 
sos y  yacerás  con  las  víctimas  de  la 
espada. 

"  Allí  está  Edom  con  sus  reyes  y 
todos  sus  príncipes,  quienes,  a  pesar 
de  su  heroicidad,  han  sido  colocados 
con  los  muertos  a  espada  ;  también 
ellos  yacen  con  los*  incircuncisos  y 
con  los  descendidos  a  la  fosa. 

80  Allí  están  todos  los  soberanos 
del  norte  y  todos  los  sidonios,  que 
descendieron  con  los  muertos  ;  no 
obstante  el  terror  que  infundía  su 
heroísmo,  han  sido  confundidos,  y 
yacen,  incircuncisos,  entre  las  vícti- 
mas de  la  espada,  y  han  tenido  que 
soportar  su  ignominia  con  los  baja- 
dos a  la  fosa. 

81  El  Faraón  los  verá  y  se  consola- 
rá de  toda  su  muchedumbre.  Muer- 
tos a  espada  están  el  Faraón  y  toda 
su  hueste,  declara  el  Señor  b,  Yah- 
veh.  *-  Porque  yo  había  infundido  su 
terror  en  la  tierra  de  los  vivos,  y  ha- 
rásele  yacer  en  medio  de  los  incir- 
cuncisos con  las  víctimas  de  la  es- 
pada :  Faraón  y  toda  su  multitud», 
afirma  el  Señor  b  Yahveh. 


19  A  cuál  pueblo...  :  o  bien,  «¿que  cuál  pueblo  eres  más  amable?!.  ||  Baja  y  acués- 
tate :  desciende  de  tu  dignidad  y  muere. 

20  I.a  espada  ha  sido  entregada  :  hemos  preferido  seguir  a  HV,  pero  prpn.  múltiples 
enmiendas  (cf.  Kit  y  G)  :  «caen  y  acuéstate  con  él  (con  el  Faraón,  en  la  tumba)  toda 
la  multitud  del  mismo»  ;  o  bien  :  «caen  a  espada  y  prepárase  un  lecho  con  ellos  a 
toda  la  multitud  de  ellos». 

24  Ei.am  :  pueblo  guerrero  del  este  del  Tigris,  entre  Asiria  y  el  golfo  Pérsico. 

80  Los  soberanos  del  norte:  e.  d.,  los  tirios  y  sirios.  ||  No  obstante  el  terror  uve 
infundía  su  nEROísMO  :  o  que  con  su  bravura  infundían  ;  o  bien,  «por  haber  esparcido 
el  terror  mediante  sus  hazañas  heroicas».  Otros  prefieren  corregir  H  (cf.  Kit).  V  «des- 
pavoridos y  confundidos  en  medio  de  su  valentía». 


—  154$  -  - 


EZKQU1EJ. 


33  11-1* 


Vaticinio  de  restauración:  ei  profeta  e  invitación  al 
arrepentimiento 


O  O  1  Y  dirigióseme  la  palabra  de 
Vahveh,  diciendo  :  2  «Hijo  del 
hombre,  habla  a  los  hijos  de  tu  pue- 
blo y  diles  :  Cuando  yo  atrajere  so- 
bre un  paí<  !a  espada  y  la  gente  de' 
país  tomare  un  hombre  de  su  totali- 
dad y  lo  constituyere  centinela  suyo. 
*  y  ésta  viere  venir  la  espada  sobn 
el  país  y  tocare  la  trompeta  y  previ- 
niere al"  pueblo,  1  si  uno,  oyendo  per- 
fectamente el  sonido  de  la  trompe 
ta,  no  se  dejare  apercibir  y  llegan, 
la  espada  y  lo  cogiere,  la  sangre  dei 
mismo  será  sobre  su  cabeza  ;  1  0};ó 
el  sonido  de  la  trompeta  y  no  se  dió 
por  advertido,  su  sangre  [recaiga] 
en  él  ;  mas  aquél  ha  amonestado  [y] 
salvado  su  alma.  e  En  cambio,  si  la 
centinela  ve  llegar  la  espada  y  no 
toca  la  trompeta  y  el  pueblo  no  es 
prevenido,  y  sobreviene  la  espada  \ 
coge  de  entre  ellos  a  alguna  perso 
na,  ésta  ha  sido  cogida  por  su  culpa, 
y  su  sangre  de  manos  de  la  centine 
ía  la  exigiré. 

7  En.  cuanto  a  ti,  hijo  del  hombre, 
te  he  constituido  centinela  de  la  ca- 
sa de  Israel.  Cuando  oigas  de  mi  bo- 
ca alguna  palabra,  les  prevendrás  de 
mi  parte.  s  Si  yo  dijere  al  impío  :  a 
«Morirás  sin  remedio»,  y  tú  no  ha- 
blares al  impío,  amonestándole  que 
se  guarde  de  su  perverso  camino,  él, 
como  impío,  morirá  por  su  culpa, 
mas  he  de  reclamar  su  sangre  de  tu 
mano.  8  Pero  si  tú  previnieres  al  im- 
pío acerca  de  su  camino,  él  morirá 
por  su  culpa,  mas  tú  has  salvado  tu 
alma 

10  Tú,  pues,  hijo  del  hombre,  di  a 
la  casa  de  Israel  :  Así  habéis  anda- 
do diciendo  :  (¡Ciertamente  nuestras 
prevaricaciones  y  nuestros  pecados 


[pesan]  sobre  nosotros,  y  por  elloí- 
perecemos  poco  a  poco  en  la  mise- 
ria, ¿cómo,  pues,  podríamos  vivir?» 
!l  Diles  :  «Vivo  yo,  afirma  el  Señor  b. 
Yahveh,  que  no  me  complazco  en  la 
muerte  del  impío,  sino  en  que  el 
impío  se  convierta  de  su  camino  y 
viva.  Convertios,  convertios  de  vues- 
tros perversos  caminos 
qué  queréis  morir,  oh 


pues  ¿  por 
isa  de  Is- 


12  Y  tú,  hijo  del  hombre,  di  a  los 
'lijos  de  tu  pueblo  :  La  justicia  dei 
justo  no  le  salvará  en  el  día  de  su 


prevaricad' 


por  la  impiedad 
ael  implo  caerá  éste  el  día  en  que  se 
convierta^  de  su  impiedad,  ni  el  jus- 
to logrará  vivir  por  su  justicia  el  dia 
que  peque.  13  Cuando  yo  digo  al  jus- 
to :  «Vivirás  0  ciertamente»,  si  él,  fia- 
do de  su  justicia,  comete  alguna 
iniquidad,  nada  de  su  justicia  ha  de 
ser  recordado  y  .por  la  iniquidad  que 
ha  cometido  morirá.  14  Y  al  decirle 
al  impío  :  «Ciertamente  morirás»,  si 
|  él  se  convierte  de  su  pecado  y  reali- 
za el  derecho  y  la  justicia,  16  devuel- 
ve el  impío  la  prenda,  restituye  el 
hurto  y  camina  con  arreglo  a  los 
preceptos  de  vida,  de  suerte  que  no 
comete  maldad,  vivirá  de  cierto,  no 
ha  de  morir.  16  Todos  los  pecados 
que  había  cometido  no  le  serán  ya 
recordados  ;  ha  practicado  el  dere- 
cho y  la  justicia  :  vivirá  de  seguro. 

"  Pero  ios  hijos  de  tu  pueblo  afir- 
man :  «No  es  recto  el  proceder  del 
Señor  d»,  y  es  el  proceder  de  ellos  e! 
que  no  es  recto.  18  Pues  si  el  justo  se 
aparta  de  la  justicia  v  comete  mal- 
dades, morirá  por  ellas  ;  "  y  si  el 
impío  se  convierte  de  su  impiedad  y 
practica  el  derecho  y  la  justicia,  en 


OO  1  I  *  sangre  i  a.  \\\*\:o  será  socre  su  cabeza  i  o  sea,  él  será  responsable  del  <Je- 
i  ramamitnto  de  su  sangre,  de  su  propia  muerte. 

5  Mas  aquél  ha  amonestado  :  e.  d.,  mas  el  centinela  (o  profeta)  ha  apercibido  (asi 
parece  ha  de  leerse  c.  Kit  :  le  previno)  y  salvado  así  su  responsabilidad  (lit.,  su 
alma  o  vida).  El  texto  actual  de  H  puede  interpretarse  (cf.  V,  etc.)  :  tsi  se  hubiera 
dejado  apercibir  (o  precavido),  habría  salvado  su  alma». 

«  Cf.  3,  I7-I9- 

11  No  mf.  comw.azii)  :  los  teólogos  y  comentaristas  entienden  este  pasaje  de  la  vo- 
luntad primera  y  antecedente  de  Dios,  por  la  cual  quiere  salvar  a  todos  los  hombrea 
y  traerlos  al  conocimiento  de  la  verdad. 

1&-20  pÜES  si  el  justo  :  vuelve  Dios  a  afirmar  que  obra  justamente,  lo  mismo  con 
pecadores  que  con  convertidos,  y  juzga  a  cada  cual  setrún  sus  obras. 


1547 


33  20-34  3 


F.ZEOUIET. 


33  28-34  5 


gracia  de  ellos  él  vivirá.  20  ¡  Y  de- 
cís :  «No  es  recto  el  proceder  del  Se- 
ñor d»  !  Yo  os  juzgaré  a  cada  uno 
según  vuestro  proceder,  ¡  oh  casa  de 
Israel ! 

21  Y  sucedió  que  el  ano  duodécimo 
de  nuestro  cautiverio,  a  cinco  del 
décimo  mes,  llegó  a  mí  un  fugitivo 
de  Jerusalén,  diciendo  :  « ¡  Ha  sido 
expugnada  la  ciudad  !»  22  Mas  la  tar- 
de antes  de  llegar  el  fugitivo  había- 
se posado  sobre  mí  .la  mano  de  Yah- 
veh  y  había  abierto  mi  boca  antes 
de  que  él  llegara  a  la  mañana  si- 
guiente, y,  abierta  mi  boca,  no  estu- 
ve mudo  más.  23  Y  dirigióseme  la  pa- 
labra de  Yahveh,  diciendo  :  24  «Hijo 
del  hombre,  los  habitantes  de  aque- 
llas ruinas  sobre  el  suelo  de  Israel 
andan  diciendo:  «Uno  solo  era  Abra- 
ham y  poseyó  la  tierra  en  herencia, 
mientras  que  nosotros  somos  nume- 
rosos :  a  nosotros  nos  ha  sido  dada 
la  tierra  en  posesión.»  25  Por  esto  di- 
les  :  Así  afirma  el  Señor  b,  Yahveh  : 
"Coméis  con  la  sangre,  y  alzáis  vues- 
tros ojos  hacia  vuestros  ídolos,  y 
sangre  derramáis,  ¿y  vais  a  poseer 
la  tierra  ?  26  Confiáis  en  vuestra  es- 
pada e,  habéis  cometido  abominación 
y  cada  uno  ha  deshonrado  a  la  mu- 
jer de  su  prójimo,  ¿y  vais  a  poseer 
la  tierra  ?»  27  Así  habrás  de  decirles  : 
Tal  ha  dicho  el  Señor  b,  Yahveh  : 
«Vivo  yo,  que  quienes  se  hallan  en 


las  ruinas  a  espada  caerán,  y  los  que 
sobre  la  superficie  del  campo  los  en- 
tregaré a  las  fieras  como  pasto,  y 
quien  está  en  las  cúspides  montaño- 
sas y  en  las  cuevas  morirá  de  peste 
28  Y  dejaré  al  país  yermo  y  desierto, 
y  cesará  el  orgullo  de  su  potencia, 
y  serán  asoladas  las  montañas  de  Is- 
rael, sin  que  haya  [más]  quien  [por 
allí]  pase.  a  Así  conocerán  que  yo 
soy  Yahveh  cuando  hava  convertido 
al  país  en  desierto  v  soledad  por  to- 
das las  abominaciones  que  han  per- 
petrado. 

80  En  cuanto  a  ti,  hijo  del  hombre, 
'.os  hijos  de  tu  pueblo  charlan  de  ti 
junto  a  los  muros  y  en  los  portales 
de  las  casas  y  háblanse  unos  a  otros, 
diciendo:  «Venid  y  escuchad  cuál  e^ 
la  palabra  que  lia  salido  de  Yahveh. u 
:'  Y  llésanse  a  ti  como  en  asamblea 
popular,  y  se  sientan  ante  ti  como  si 
fueran  mi  pueblo,  y  escuchan  tus  pa- 
labras, mas  no  las  practican,  pues 
de  boca  hacen  ellos  amabilidades, 
mas  f  tras  la  ganancia  injusta  mar- 
cha su  corazón.  32  He  aquí  que  ere- 
para  ellos  como  cantor  s  de  amores 
de  bella  voz  y  que  pulsa  magistral- 
mente  los  instrumentos  de  cuerda. 
Ellos  escuchan  tus  palabras,  pero  no 
las  practican.  33  Mas  cuando  la  cosa 
llegue — ¡  he  aquí  que  viene  ! — ,  sa- 
brán que  un  orofeta  había  en  medio 
de  ellos.» 


Anuncio  de  restauración  mesiánica:  alegoría 
del  buen  pastor 


O  A  1  Y  me  fué  dirigida  la  palabra 
de  Yahveh,  diciendo  :  2  «Hijo 
del  hombre,  profetiza  contra  los  pas- 
tores de  Israel,  vaticina  y  diles  a  los 
pastores :  Así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  ¡  Ay  de  los  pastores  de  Israel 
que  se  han  apacentado  a  sí  mismos ! 
¿No  es  al  rebaño  al  que  deben  apa- 
centar los  pastores?  3  Os  tomab.ii.- 
¡a  leche  b  y  os  vestíais  de  la  lana, 


degollabais  los  cebados,  pero  el  re- 
baño no  apacentabais.  4  No  habéis 
robustecido  la  res  flaca,  ni  curado  a 
la  enferma,  ni  vendado  a  la  herida, 
ni  devuelto  a  la  descarriada,  ni  bus- 
cado a  la  perdida,  sino  que  las  ha- 
béis avasallado  con  violencia  y  cruel- 
dad. 6  Así  se  han  dispersado  faltas 
de  pastor  v  han  venido  a  ser  pasto 
.le  todas  las  fieras  del  campo.  Dis- 


M  Uno  soi.o  era  Abraham  :  como  si  dijera  :  Si  con  ser  solo  recibió  Abraham  en 
promesa  la  posesión  de  la  tierra  de  Canaán,  Dios  no  privará  de  esa  posesión  a  los 
numerosos  hijos  que  hoy  tiene  Abraham. 

o¿l     -  Pastores  de  Israel  :  e.  d.,  los  sacerdotes,  reyes  y  demás  rectores  de  la  nación. 

•  Sino  ohe  las  habéis  avasallado...  :  otros  corriuen  H  :  «mas  a  la  vigorosa  habéis 
hollado  con  crueldad»  (o  sólo  acón  violencia»). 


-  1548  - 


34  6-16 


EZEOUIEL 


34  i'-2i 


persáronse,  pues,  *  y  c  ha  errado  mi 
ganado  por  todas  las  montañas  y 
por  toda  alta  colina  ;  por  toda  la 
superficie  del  país  se  ha  dispersado 
mi  grey,  sin  que  hubiere  quien  se 
cuidase'  de  ella  ni  quien  la  buscase. 
'  Por  tanto,  escuchad,  pastores,  la 
palabra  de  Yahveh  :  8  Vivo  yo,  de- 
clara el  Señor a,  Yahveh,  que  por 
cuanto  mi  rebaño  se  ha  convertido 
en  objeto  de  presa,  y  mis  ovejas  han 
venido  a  ser  pasto  de  todas  las  fie- 
ras del  campo,  por  mengua  de  pas- 
tor, pues  mis  pastores  no  se  han 
cuidado  de  mi  ganado,  sino  que  los 
pastores  se  han  apacentado  a  sí  mis- 
mos y  no  a  mi  grey,  8  por  eso,  es- 
cuchad, pastores,  la  palabra  de  Yah- 
veh. 10  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
Heme  aquí  contra  los  pastores,  y  re- 
clamaré de  su  mano  mi  rebaño,  y  los 
privaré  de  pastorear  ya  mi  ú  ganado, 
y  no  se  apacentarán  .más  los  pasto- 
res a  sí  mismos,  y  les  arrebataré  mi 
ganado  de  su  boca  y  no  les  servirán 
ya  de  pasto.  11  Pues  así  afirma  el  Se- 
'ñor  a,  Yahveh  :  He  aquí  que  yo  mis 
mo  cuidaré  de  mi  ganado  y  lo  visi- 
taré. 12  Como  un  pastor  pasa  revista 
a  su  ganado  el  día  que  se  halla  en 
medio  de  su  grey_  dispersa,  así  yo 
pasaré  revista  a  mis  ovejas  y  las  li- 
braré de  todos  los  lugares  por  donde 
se  dispersaron  en  día  de  nubarrones 
y  oscuridad  tormentosa.  15  Y  los  sa- 
caré de  entre  los  pueblos,  los  reuniré 
ide  los  países,  los  introduciré  en  su 
tierra  y  los  pastorearé  sobre  las  mon- 
tañas de  Israel,  en  los  valles  y  en 
todos  los  lugares  habitados  del  país. 
I  En  pastizales  buenos  los  pastorea 
ré  y  en  las  montañas  altas  de  Israel 
estará  su  majada  ;  allí  descansarán 
en  cómodo  redil  y  pacerán  pingües 
pastos  sobre  las  montañas  de  Israel. 
u  Allí  apacentaré  a  mi  rebaño  y  yo 
los  haré  sestear,  declara  el  Señor  a, 
Yahveh.  19  Buscaré  la  res  perdida,  y 
haré  volver  la  descarriada,  y  venda- 
ré la  herida,  y  robusteceré  la  flaca, 
y  la  gorda  y  la  robusta  la  guardaré" 
y  [las]  apacentaré  como  es  debido. 


17  En  cuanto  a  vosotros,  ganado 
mío,  así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  . 
He  aquí  que  yo  juzgaré  entre  oveja 
y  oveja,  entre  carneros  y  machos  ca- 
bríos. 18  ¿  Acaso  parecíaos  poco  pas- 


Relieve  de  Zencirlí  del  primer 
milenio 


tar  en  buenos  pastizales,  que  piso- 
teabais con  vuestros  pies  el  relieve 
de  vuestro  pasto,  y  [poco]  el  beber 
el  agua  más  límpida,  que  enturbiáis 
'.a  sobrante  con  vuestros  pies  ?  10  Y 
mi  ganado  había  de  pastar  lo  holla- 
do por  vuestros  pies  y  Deber  lo  en- 
turbiado por  ellos.  20  Por  tanto,  así  les 
dice  el  Señor  a,  Yahveh  :  He  aquí 
que  yo  juzgaré  entre  la  oveja  gorda 
v  la  oveja  flaca  ;  21  pues  de  costado 
y  de  espalda  rechazáis,  y  con  vues- 
tros cuernos  agredís  a  todas  las  más 
débiles  hasta  que  las  habéis  echado 


*  Por  todas  las  montañas  :  alusión  a  la  idolatría. 

10  Los  privaré  de  pasiorear  :  les  quitaré  a  los  sacerdotes  y  escribas  toda  su  su- 
premacía y  la  conferiré  a  Cristo  y  a  los  apóstoles  de  la  Iglesia. 

11  Lo  visitaré  :  o  lo  iré  a  ver  ;  o  bien,  como  otros  prefieren,  me  haré  cargo  de  él. 
Y  lo  mismo  en  v.  12. 

13  En  su  tierra  :  la  Iglesia,  dice  Maldonado,  es  designada  a  menudo  con  el  nombre 
de  tierra  de  Judá  e  Israel. 

a  Enturbiáis  la  sobrante  :  es  tal  su  avidez,  que  prefieren  destruir  lo  que  no  puede 
servirles  a  dejárselo  a  sus  desgraciados  hermanos  ;  lo  que  echó  en  cara  jesu-Cristo  a 
los  malos  ricos  (Mt.  25,  42). 


—  1549  — 


34  »-35  io 


EZEQUIEL 


34  23-35  M» 


fuera.  "  Pero  yo  salvaré  mi  grey,  y 
no  servirán  más  de  presa,  y  juzgaré 
entre  oveja  y  oveja.  aa  Yo  suscitaré 
sobre  ellos  un  solo  pastor  que  las 
apaciente,  mi  siervo  David  ;  él  las 
apacentará  y  les  servirá  de  pastor. 
M  Y  yo,  Yariveh,  seré  su  Dios,  y  mi 
siervo  David  será  príncipe  en  medio 
de  ellas  ;  vo,  Yahveh,  he  hablado. 
3  Y  pactaré  con  ellas  una  alianza  de 
paz  y  exterminaré  de  la  tierra  las 
bestias  feroces,  y  habitarán  con  toda 
seguridad  en  el  desierto  y  dormirán 
en  los  bosques.  MY  haré  de  ellos  y 
de  los  alrededores  d<  mi  colina  una 
bendición  ;  y  haré  caer  la  lluvia  a 
pu  tiempo,  lluvias  de  bendición  se- 
rán. "  Y  dará  el  árbol  del  campo  su 
fruto  y  la  t:erra  dará  sus  productos, 
y  habitarán  su  suelo  confiadamente. 


Y  sabrán  que  yo  soy  Yahveh  cuando 
haya  hecho  pedazos  los  travesaños 
de  su  yugo  y  les  haya  librado  de  la. 
mano  de  quienes  los  esclavizan.  58  Ya 
no  serán  más  una  presa  para  las 
naciones  ni  las  fieras  de  la  tierra 
los  devorarán,  pues  habitarán  en  se- 
guridad sin  que  haya  quien  los  es- 
pante. ÍB  Y  suscitaré  para  ellos  un 
plantel  de  renombre,  y  ya  no  serán 
más  consumidos  por  el" hambre  en 
el  país  ni  soportarán  más  el  ultraje 
de  las  naciones.  so  Y  conocerán  que 
yo,  Yahveh,  su  Dios,  estoy  con  ellos, 
v  que  ellos,  la  casa  de  Israel,  son 
mi  pueblo,  declara  el  Señor  a,  Yah- 
veh. 31  Y  vosotras,  ovejas  mías,  ove- 
jas de  mi  pastizal  '  sois  vosotras  ; 
y  s  yo  soy  vuestro  Dios,  afirma  el 
Señor  »,  Yahveh.» 


Vaticinio  de  la  destrucción  de  la  Idumea 


2C  1  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de  i  montaña  de  Seir  y  profetiza  contra 
°°  Yahveh,  diciendo  :  1  «Hijo  del  ella.  '  Y  dirásle  :  Así  habla  el  Se- 
hombre,  vuelve  tu  rostro  hacia  la  |  ñor  a,  Yahveh  : 

Heme  aquí  contra  ti,  montaña  de  Seir,  |  y  extenderé  contra  ti  mi  mano 
y  te  convertiré  en  desolación  y  región  devastada.  ] 

4  Y  b  tus  ciudades  trocaré  en  ruinas, 
r  tú  vendrás  a  ser  desolación,  |  y  conocerás  que  yo  soy  Yahvesh. 


•  Por  cuanto  has  tenido  un  odio 
secular  y  entregaste  a  los  hijos  de 
Israel  en  poder  de  la  espada  en  tiem- 
po de  su  infortunio,  al  tiempo  de  la 
culpa  final,  *  por  eso,  vivo  yo,  de- 
clara el  Señor  a,  Yahveh,  te  trocaré 
en  sangre  y  sangre  te  perseguirá  ; 
ciertamente  0  por  sangre  has  incurri- 


do en  culpa  «,  y  sangre  te  persegui- 
rá. *  Y  convertiré  la  montaña  de  Seir 
en  desolación  y  unu  región  devasta- 
da y  extirparé  de  ella  todo  el  que  va 
y  viene  ;  y  henchiré  sus  montañas 
de  víctimas  :  tus  collados,  tus  valles 
y  todos  tus  torrentes,  caerán  en  ellos 
los  mortalmente  heridos  a  espada. 


•  A  desolación  eterna  te  reduciré,  |  y  tus  ciudades  no  serán  habitadas, 

y  sabréis  que  yo  soy  Yahveh. 
n  Por  cuanto  has  dicho  :  «Las  dos  naciones  |  y  los  dos  países^  serán  míos, 


■  Salvaré  :  o  bien,  voy  a  auxiliar. 

"  Mi  siervo  David  :  por  David  hay  que  entender — y  hasta  los  judíos  lo  confie- 
san—el verdadero  Mesías,  Jesu-Cristo 

*•  Un  plantel  de  renombre  :  otros  1.  «plantel  de  salvación»,  «plantel  perfecto»  ; 
G  «planta  de  paz»...  Esa  planta  noble  e  ilustre  es  el  Mesías. 

QK  ■  MONTAÑA  de  -Seir  :  indica  aquí  la  región  montañosa  que  se  extiende  desde  el 
OO   sur  del   mar  Muerto  al  golfo  Elanítico. 

s  Odio  secular  :  dicha  hostilidad  se  manifestó  ya  entre  Jacob  y  Esaú,  padres  de 
ambos  pueblos  israelita  e  idumeo,  desde  el  vientre  materno.  ||  La  culpa  final:  o  bien, 
al  tiempo  en  que  la  culpa  acarrea  el  fin  ;  o  c.  V  :  «la  extrema  iniquidad»  o  calamidad. 

'  Extirparé  de  ella  todo  lo  que  va  y  viene  :  cf.  G  :  «destruiré  los  hombres  y  bes- 
tias de  ella». 

10  Las  dos  naciones  :  otro  motivo  para  condenar  a  Edom  fué  su  drs^o  de  apode- 
rarse de  la  tierra  israelita. 


—  15.50  — 


5  "-36  * 


EZEQUIEL 


35  12-36  9 


los  poseeremos  d  en  herencia,  estan- 
do Yahveh  allí»  ;  "  por  tanto,  vivo 
yo,  afirma  el  Señor a,  Yahveh,  te 
trataré  con  arreglo  a  tu  ira  y  confor- 
me a  la  pasión  que,  llevado  de  tu 
odio,  ejercitaste  en  ellos,  y  me  daré 


a  conocer  a  ti  6  cuando  te  juzgue. 
12  Y  conocerás  que  yo,  Yahveh,  he 
oído  todas  tus  expresiones  menos- 
preciadoras  de  Dios  que  has  pronun- 
ciado, 


contra  las  montañas  de  Israel,  al  exclamar  :  | 

c¡  Están  devastadas,  nos  han  sido  dadas  como  presa! 


"Y  os  habéis  ensoberbecido^  contra 
mí  con  vuestras  bocas  y  habéis  mul- 
tiplicado en  contra  mía  vuestras  pa- 
labras ;  yo  mismo  las  he  oído.  "  Asi 
dice  el  Señor  *    Yahveh  :  Mientras 


se  alegra  toda  la  tierra,  yo  haré  de 
ti  una  desolación.  15  Como  tú  te  al- 
borozaste con  la  heredad  de  la  casa 
de  Israel  porque  era  asolada,  así  te 
trataré  a  ti  : 


desolación  vendrás  a  ser,  montaña  de  Seir,  | 
y  toda  la  Idumea  entera. 

Y  conocerán  que  yo  soy  Yahveh. 


Regreso  de  Israel  a  su  país  y  santificación  de  éste 


Ofi  1  «Ahora,  pues,  hijo  del  hom- 
W¡&  bre,  profetiza  sobre  las  monta- 
ñas  de  Israel  y  di  :  Montañas  de 
Israel,  escuchad  la  palabra  de  Yah- 
veh: "  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh: 
Por  cuanto  el  enemigo  ha  dicho  acer- 
ca de  vosotras  :  '¡  Bien  !  ¡  Las  cimas  b 
eternas  han  constituido  nuestra  he- 
rencia!', 3  por  eso  vaticina  y  di:  Así 
habla  el  Señor  a,  Yahveh  :  Porque  ha- 
béis sido  devastadas  y  se  os  ha  co 
diciado  por  todas  partes,  viniendo  a 
6er  posesión  del  resto  de  las  nacio- 
nes, y  os  habéis  convertido  en  la  fá- 
bula de  todos  y  difamación  del  pue- 
blo, 4  por  eso,  escuchad,  montañas  de 
Israel,  la  palabra  del  Señor  a,  Yah- 
veh. Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh,  a 
las  montañas  y  las  colinas,  a  los  to- 
rrentes y  los  valles,  a  las  ruinas  de- 
vastadas y  las  ciudades  abandonadas, 
que  han  sido  botín  y  objeto  de  ludi- 
brio del  resto  de  naciones  que  os 


rodean  8  Por  esto,  así  habla  el  Se- 
ñor a,  Yahveh  :  Sí,  en  el  fuego  de 
mi  celo  he  hablado  contra  el  residu» 
de  las  naciones  y  contra  la  Idumea 
entera,-  quienes  han  convertido  a  mi 
tierra  en  posesión  suya  con  pleno 
alborozo  de  corazón  y  desprecio  de 
alma,  a  fin  de  vaciarla  y  expoliarla. 
"  Por  eso,  profetiza  sobre  el  país  de 
Israel  y  di  a  las  montañas  y  los  co- 
llados, a  Jos  torrentes  y  los  valles  : 
Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  :  He 
aquí  que  en  mi  celo  y  mi  furor  he 
hablado,  pues  habéis  soportado  el  ul- 
traje de  las  naciones  ;  '  por  tanto, 
así  dice  el  Señor  a,  Yahveh  :  Yo  he 
alzado  mi  mano,  jurando  que  las  na- 
ciones que  os  rodean  soportarán  tam- 
bién ellos  su  oprobio 

8  Mas  vosotras,  montañas  de  Israel, 
producid  vuestras  ramas,  dad  vues- 
tros frutos  para  mi  pueblo  Israel  ; 
pues  están  próximos  a  venir.  8  Por- 


u  Cuando  te  juzgue  :  o  bien,  juzgándote  como  te  corresponde,  como  a  ti  es  debido. 

u  Os  habéis  ensoberbecido  :  llegó  el  orgullo  de  Edom  hasta  despreciar  a  Dios  y 
burlarse  de  sus  amenazas  y  hacerle  de  menos  en  el  concepto  público. 

'*  .Mientras  se  alegra...  :  otros  corrigen  H  :  tcomo  te  alegraste  sobre  mi  país  de  que 
estuviera  asolado,  así  te  haré  a  ti»  (así  Bibl.  Bonn,  Tubinga,  Leipzig,  etc.). 

OCi  '  Porque  habéis  sido  devastadas:  seguimos  H  a  la  luz  de  V;  pero  prps.  aJ 
v.  múltiples  correcciones,  traduciendo  algs.  :  iporque  y  en  tanto  que  os  des- 
preciaron los  que  vivían  alrededor...!  (cf.  Bibl.  Bonn,  Tubinga,  etc.).  ||  Os  habéu 
convertido  en  la  fábula  de  iodos  :  lit.,  iet  asceudistis  super  labium  linguae»,  e  d., 
habéis  andado  en  lengua  de  todos.  Otros,  diversamente  o  corrigen  H. 

8  En  u  fuego  de  mi  celo  :  o  bien,  en  el  ardor  de  mi  furor,  como  traduc*  G  |l  Va- 
ciarla :  o  bien,  de  expulsar  de  ella  o  arrebatarle  Iras  habitante* 


-  I5SI  — 


36  10-22 


EZEQUIEL 


36  23-34 


que  he  aquí  que  me  acerco  a  vosotras 
y  a  vosotras  me  vuelvo,  y  seréis  la- 
bradas y  sembradas.  10  Multiplicaré 
en  vosotras  los  hombres,  toda  la  casa 
de  Israel  entera,  y  serán  habitadas 
las  ciudades  y  los  lugares  en  ruinas 
reconstruidos.  u  Y  multiplicaré  asi- 
mismo sobre  vosotras  hombres  y  bes- 
tias, que  crecerán  y  fructificarán,  v 
os  poblaré  como  en  vuestros  anti- 
guos tiempos  y  os  mejoraré  con  res- 
pecto a  vuestros  comienzos,  y  cono- 
ceréis que  yo  soy  Yahveh.  12  Y  con- 
duciré sobre  vosotros  a  gente,  a  mi 
pueblo  Israel,  que  os c  poseerá  en 
heredad  y  seréis  0  su  herencia  y  no 
volveréis  0  ya  a  privarle  de  sus  hijos. 

18  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
Por  cuanto  te  °  andan  diciendo:  Eres 
devoradora  de  hombres  y  has  arre- 
batado sus  hijos  a  tu  nación,  14  por 
eso  ya  no  devorarás  a  nadie  y  a  tu 
nación  privarás  de  hijos,  declara  ej  < 
Señor  a,  Yahveh  ;  10  ni  consentiré  se 
oiga  más  contra  ti  el  ultraje  de  las 
naciones,  ni  el  oprobio  de  los  pue- 
blos soportarás  más,  ni  a  tu  nación 
dejarás  más  sin  hijos,  declara  el  Se- 
ñor a,  Yahveh.» 

18  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 
veh diciendo  :  "  «Hijo  del  hombre, 
cuando  la  casa  de  Israel  habitaba  so- 
bre su  territorio  la  contaminaron  con 
su  proceder  y  sus  acciones ;  como  la 
impureza  de  la  menstruante  era  su 
proceder  ante  mí.  "  Derramé,  pues, 
mi  furor  sobre  ellos  por  la  sangre  que 
habían  vertido  sobre  el  país  y  por 
sus  ídolos  con  que  lo  habían  conta- 
minado, y  19  los  desparramé  entre  las 
gentes  y  fueron  dispersados  por  las 
tierras  ;  con  arreglo  a  su  proceder  > 
a  sus  acciones  los  juzgué.  20  Penetra- 
ron en  los  pueblos  adonde  llegaron 
y  profanaron  mi  santo  nombre,  al 
decirse  de  ello»  tEl  pueblo  de  Yah- 
veh son  éstos,  pero  de  su  país  han 
emigrado.»  21  Y  me  pesó  por  mi  san- 
to nombre,  al  cual  había  profanado 
la  casa  de  Israel  en  las  naciones  en 
donde  penetrara. 

22  Por  tanto,  di  a  la  casa  de  Israel : 


Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  :  No  lo 
hago  por  consideración  a  vosotros, 
casa  de  Israel,  sino  por  mi  santo; 
nombre,  al  cual  profanasteis  entre  las 
naciones  adonde  llegasteis.  a  Y  san- 
tificaré mi  gran  nombre,  profanado 
entre  las  naciones,  al  cual  deshon- 
rasteis en  medio  de  ellas  ;  y  conoce- 
rán las  naciones  que  yo  soy  Yahveh 
—  declara  Yahveh,  Señor  a  —  cuando 
me  glorifique  yo  en  vosotros  a  vista 
suya.  24  Pues  os  tomaré  de  entre  las 
naciones  y  os  reuniré  de  todos  los 
países  y  os  conduciré  a  vuestra  tie- 
rra. 26  Y  rociaré  sobre  vosotros  agua 
pura,  y  os  purificaréis  de  todas  vues- 
tras inmundicias,  y  de  todos  vues-; 
tros  ídolos  os  limpiaré  ;  -ü  y  os  daré 
un  corazón  nuevo,  y  un  espíritu  re- 
novado infundiré  en  vuestro  interior, 
y  quitaré  de  vuestra  carne  el  cora- 
zón de  piedra  y  os  daré  un  corazón 
de  carne.  21  E  infundiré  mi  espíritu 
en  vuestro  interior  y  haré  que  cami- 
néis en  mis  preceptos  y  guardéis  y 
practiquéis  mis  dictámenes.  28  Y  ha- 
bitaréis en  la  tierra  que  di  a  vues- 
tros padres,  y  constituiréis  mi  pue- 
blo, y  yo  seré  vuestro  Dios.  29  Y  os| 
libraré  de  todas  vuestras  inmundi- 
cias ;  y  llamaré  al  trigo  y  lo  multi- 
plicaré y  no  os  impondré  más  el 
hambre.  30  Y  multiplicaré  el  fruto  de 
los  árboles  y  los  productos  del  cam- 
po, a  fin  de  que  no  recibáis  más  el 
oprobio  del  hambre  entre  las  nacio- 
nes. 31  Y  recordaréis  vuestros  perver- 
sos caminos  y  vuestras  acciones  que 
no  eran  buenas  y  sentiréis  tedio  de 
vosotros  mismos  por  vuestras  iniqui- 
dades  y  abominaciones.  32  No  lo  ha- 
go en  gracia  a  vosotros,  declara  ell 
Señor  a,  Yahveh ;  sabedlo  bien  ;  aver- 
gonzaos y  abochornaos  de  vuestro 
proceder,  ¡  oh  casa  de  Israel ! 

"  Así  afirma  el  Señor  a,  Yahveh  . 
El  día  en  que  os  purifique  de„  todas 
vuestras  iniquidades,  y  pueble  las 
ciudades,  y  reconstruya  las  ruinas,} 
84  y  sea  cultivada  la  tierra  asolada, 
donde  antes  no  se  ofrecía  sino  deso- 
lación a  los  ojos  de  todo  pasajero, 


20  Profanaron  mi  santo  nombre  :  Porque,  viendo  al  pueblo  de  Israel  deportado  y 
disperso,  pensaron  las  naciones  que  había  Dios  faltado  a  sus  promesas  y  carecía  de 
poder  para  librarle. 

21  Y  me  pesó  por  :  o  bien,  me  compadecí  (o  perdoné)  en  gracia  de... 

26  Agua  pura  :  esta  frast  trae  a  la  memoria  la  ablución  de  agua  y  espíritu  con 
que  renace  el  hombre  a  la  vida  cristiana  (Jn.  3,  5),, 

27  Infundiré  mi  espíritu  :  e.  d.,  el  espíritu  de  Dios. 

28  Os  librare  :  quiere  decir  que  librará  a  su  pueblo  de  los  crímenes  eme  las  idola- 
trías les  han  hecho  cometer  y  de  las  desgracias  consiguientes.  ||  Llamaré  :  u  ordenaré. 


—  1552  — 


36  s¡-37  9 


EZEQUIEL 


36  37-37  " 


39  exclamarán  :  «Aquella  tierra  devas- 
tada se  ha  convertido  como  en  ni. 
jardín  del  Edén,  y  las  ciudades  arrui- 
nadas, asoladas  y  destruidas,  están 
bien  fortificadas  '[y]  habitadas.»  *  \ 
sabrán  las  naciones  que  queden  a 
vuestro  alrededor  que  yo,  Yahveh, 
he  reedificado  las  cosas  destruidas  y 
replantado  lo  asolado  ;  yo,  Yahveh, 
lo  he  dicho  y  lo  realizo. 


37  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  . 
Me  dejaré  aplacar  por  la  casa  de  Is- 
rael, haciéndolos  [así]  :  los  multipli- 
caré en  hombres  como  un  rebaño  ; 
re  a  modo  de  ovejas  de  sacrificio,  co- 
mo los  rebaños  de  Jerusalén  en  las 
fiestas  solemnes,  así  serán  las  ciu- 
dades arruinadas,  llenas  de  rebaño> 
humanos,  y  conocerán  que  yo  soy 
Yahveh.» 


Símbolos  de  la  resurrección  nacional  y  de  los  dos  reinos 


OH  '  Posóse  sobre  mí  la  mano  de 
a  *  Yahveh,  y  el  Señor  me  trasla- 
dó en  ^suj  espíritu  y  me  dejó  en 
medio  de  la  vega,  la  cual  se  hallaba 
llena  de  huesos.  2  Hízome  pasar  jun- 
to a  ellos  todo  alrededor,  y  he  aquí 
que  había  muchísimos  sobre  la  su- 
perficie de  la  llanura  y  hallábanse 
muy  resecados.  3  Y  díjome  :  «Hijo  del 
hombre,  ¿  podrán  revivir  estos  hue- 
sos?! Y  contesté:  «Señor*,  Yahveh, 
tú  lo  sabes.»  4  Y  respondióme :  «Pro- 
fetiza sobre  estos  huesos  y  diles  : 
¡  Huesos  secos,  escuchad  la  palabra 
de  Yahveh !  5  Así  dice  el  Señor  a, 
Yahveh,  a  estos  huesos  :  He  aquí 
que  yo  haré  penetre  en  vosotros^  es- 
píritu y  viviréis.  6  Y  os  recubriré  de 
nervios,  y  haré  crecer  sobre  vosotros 
carne,  y  encima  de  vosotros  exten- 
deré piel,  y  os  infundiré  espíritu,  v 
viviréis,  y  sabréis  que  yo  soy  Yah- 
veh.» 7  Profeticé,  pues,  como  se  me 
había  ordenado,  y  he  aquí  que,  a! 
vaticinar  yo,  oyóse  un  estrépito  y  se 
acercaron  los  huesos  unos  a  otros. 
s  Miré,  y  he  aquí  que  cubríanlos  ten- 
dones y  crecía  carne  y  extendíase 
sobre  ellos  por  cima  piel,  pero  ca- 
recían de  espíritu.  8  Entonces  me  in- 
dicó :  «Profetiza  al  espíritu,  profeti- 
za, hijo  del  hombre ;  y  di  a!  espíritu  : 
Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh.  ¡  Lle- 
ga, oh  espíritu,  de  los  cuatro  vientos 


y  sopla  sobre  estos  muertos  para  que 
revivan!»  10  Vaticiné,  pues,  como  se 
me  ordenara,  y  penetró  en  ellos  el 
espíritu  y  se  reanimaron,  y  púsose 
en  pie  un  ejército  grandísimo.  11  Y 
díjome  :  «Hijo  del  hombre,  estos  hue- 
sos son  toda  la  casa  de  Israel.  He 
aquí  que  van  diciendo  :  ¡Se  han  se- 
cado nuestros  huesos,  b  se  ha  desva- 
necido nuestra  esperanza,  se  acabó 
con  nosotros  !  12  Por  tanto,  profetiza 
V  diles  :  Así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  He  aquí  que  yo  abriré  vuestras 
tumbas,  y  os  haré  subir  de  vuestros 
sepulcros,  pueblo  mío c,  y  os  intro- 
duciré en  la  tierra  de  Israel.  13  Y  co- 
noceréis que  yo  soy  Yahveh  cuando 
abra  vuestras  tumbas  y  de  vuestros 
sepulcros  os  haga  subir,  pueblo  mío. 
14  E  infundiré  en  vosotros  mi  espíri- 
tu y  reviviréis,  y  os  estableceré  so- 
bre vuestro  suelo,  y  conoceréis  que 
vo,  Yahveh,  digo  v  hago»,  declara 
Vahveh. 

a  Y  fuéme  dirigida  la  palabra  de 
Valiveh,  diciendo  :  18  «Y  tú,  hijo  del 
hombre,  toma  una  vara  de  madera 
y  escribe  sobre  ella  :  «Judá  y  los  hi- 
los de  Israel,  sus  aliados»  ;  y  toma 
otra  vara  y  escribe  sobre  ella:  «José, 
la  vara  de  Efraím  y  toda  la  casa  de 
Israel,  sus  aliados.»'  17  Junta  luego  la 
una  a  la  otra,  de  suerte  que  formen 
una  sola  vara  y  sean  una  sola  cosa 


verter 


ihasta  en  los  puntos 


OfT  3  c  Podráx  revivir...?  :  los  más  de  los  Santos  Padres  se  han  servido  de»este  lu- 
"  '    gar  para  establecer  la  resurrección  de  los  muertos. 

*  Profetiza  sobre  estos  huesos  :  habíales  bajo  la  inspiración  de  Dios. 

6  Espíritu  :  o  aliento  vital. 

0  Y  sabréis  :  como  si  dijera  :  esta  resurrección  probará  mejor  que  otros  milagros 
la  divinidad  del  Señor,  como  la  liberación  de  Israel  y  la  constitución  de  la  Iglesia 
probarán  su  poder. 

15  Yo  abriré  vuestras  tumbas  :  yo  pondré  fin  a  vuestro  destierro  y  devolveréos  a 
vuestra  patria. 


-  1553  - 


37  i«— 38  « 


37  24r-38  6 


en  tu  ruano.  18  Y  cuando  los  hijos  de 
tu  pueblo  te  pregunten  diciendo  : 
«;  No  nos  explicarás  qué  te  propones 
con  esto?»,  10  les  contestarás:  Así 
dice  el  Señor  a,  Yahveh  :  He  aquí 
que  yo  tomaré  la  vara  de  José  que 
está  en  mano  de  Efraím,  y  las  tri- 
bus de  Israel,  sus  aliadas,  y  la  d  uni- 
ré con  la  vara  de  Judá  y  haré  con 
ellas  una  sola  vara,  y  formarán  una 
sola  cosa  en  mi  mano.  M  Y  las  varas 
sobre  las  cuales  hayas  escrito  las 
tendrás  en  tu  mano  y  a  sus  ojos ;  21  y 
les  dirás:  Así  habla  el  Señor  a,  Yah- 
veh :  He  aquí  que  yo  tomaré  a  los 
hijos  de  Israel  de  entre  las  naciones 
adonde  emigraron,  y  los  congregaré 
de  todo  alrededor,  y  los  introduciré 
en  su  territorio.  Y  haré  de  ellos 
una  sola  nación  en  mi 0  tierra  y  '  en 
las  montañas  de  Israel,,  y  un  solo 
rey  tendrán  todos  ellos  y  ya  no 
constituirán  dos  naciones  ni  se  divi- 
dirán en  dos  reinos  h.  a  No  se  con- 
taminarán más  con  sus  ídolos  y  sus 
abominaciones  ni  con  ninguna  de  sus  i 


apostasías,  y  los  salvaré  de  todas  sus 
residencias  en  las  cuales  pecaron,  y 
las  purificaré,  y  constituirán  mi  pue- 
blo y  yo  seré  su  Dios.  24  Mi  siervo 
David  será  rey  sobre  ellos,  y  un  solo 
pastor  tendrán  todos  ellos,  y  cami- 
narán con  arreglo  a  mis  preceptos,  y 
mis  estatutos  observarán  y  los  prac- 
ticarán. 25  Y  habitarán  sobre  la  tie- 
rra que  di  a  mi  siervo  Jacob,  donde 
moraron  sus  1  padres,  y  habitarán  so- 
bre ella  ellos,  sus  hijos  y  los  hijo» 
de  sus  hijos  por  siempre,  y  David, 
mi  siervo,  sera  su  príncipe  perpetua- 
mente. 26  Y  pnctaré  con  ellos  una 
alianza  de  paz,  alianza  eterna  con ' 
ellos  será.  Y  los  estableceré  y  mul- 
tiplicaré y  colocaré  mi  santuario  en 
medio  de  ellos  para  siempre.  27  So- 
bre ellos  estará  mi  morada,  y  cons- 
tituiré su  Dios  y  ellos  serán  mi  pue- 
blo, y  conocerán  las  naciones  que 
yo,  Yahveh,  soy  quien  santifico  a 
Israel,  cuando  mi  santuario  esté  en 
i  medio  de  ellos  por  siempre.» 


Destrucción  de  los  enemigos  de  Yahveh: 
la  invasión  de  Gog 


DQ  1  Y  dirigióseme  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  2  «Hijo  del 
hombre,  dirige  tu  rostro  hacia  Gog 
en  a  la  tierra  de  Magog,  el  gran  prín- 
cipe de  Mések  y  Tubal,  y  profetiza 
contra  él.  *  Y  dirás :  Así  habla  el  Se- 
ñor b,  Yahveh :  Heme  contra  ti,  Gog, 
gran  príncipe  de  Mések  y  Tubal  ; 
*y  te  haré  volver  y  pondré  aros  y 


quijadas,  y  te  sacaré 
tu  ejército,  caballos  y 
perfectamente  equipa- 
hueste  con  0  broqueles 
ios  ellos,  manejadores 
Persia,  Etiopía  y  Put 
i,  todos  con  °  escudo  y 
lmo.  *  Gómer  y  todas  sus  huestes, 
casa  de  Togarma,  los  confines  del 


cadena  < 
a  ti  y  a 
jinetes, 
dos,  una 
y  escud 
de  espa 
los  acón 


18  ¿  Qué  te  propones  con  esto?  :  o  qué  quieres  significar;  pero  Kit  juz?a  que  tal 
vez  haya  de  corregirse  H  leyendo  como  en  24,  19  :  «¿  qué  tienen  que  ver  estas  cosas 
con  nosotros»,  qué  significan  para  nosotros. 


radas  :   otros  modifican 

(cf.  G),  etc. 
;ste  reinado  del 


H  :  ctrnnsBTesIones,  apostasías,  rebe- 
rey  David  es  el  reinado  de  Jesu-Cristo, 


z  :  el  Nuevo  Testamento,  en  que  Nuestro  Señor  lo  h: 
por  nosotros  su  sangre  en  la  cruz. 

:  bajo  la  nueva  ley  es  cuando  habitara  realmente  Dios 


38 


los  últimos  combates  de  la  Iglesia,  descritos  en 

ipsis  (20,  7-10). 

;og  :  Gog,  'tinieblas'  en  idioma  sumerio,  es  como  el  nombre  de  su 
¡erra  de  Gog'  (¿la  Scitia?),  un  nombre  simbólico  que  designa  el  mun- 
rblo  de  Dios. 

s'tf.  tuuirADOS :  o,  con  V  y  otros,  provistos  o  «vestidos  de  cora- 
,es  o  paveses  :  V  «lanzan». 

d.,  el  pueblo  de  los  ciroario»,  on  la  Capádmela 


—  I*S4  " 


38  T"15 


EZEQUIKL 


38  ie-26 


norte  con  todas  sus  huestes,  pueblos 
numerosos  te  acompañan.  1  Disponte 
y  prepárate,  tú  y  toda  la  muchedum- 
bre que  se  congrega  junto  a  ti,  y  sír- 


Al 


de  mt 


veles  de  guardi 

chos  días  recibirás  orden  ;  al  tin  de 
los  años  vendrás  a  la  tierra  escapada 
de  la  espada,  congregada  de  nume- 
rosos pueblos  sobre  las  montañas  de 
Israel,  que  se  hallaban  permanente- 
mente desérticas.  Ella  ha  sido  sa- 
cada de  entre  las  naciones  y  todos 
ellos  habitarán  en  seguridad.  1  Subi- 
rás, vendrás  como  una  tormenta,  cual 
un  nubarrón  que  cubrirá  la  tierra  se- 
rás, tú  con  todas  las  huestes  y  pue- 
blos numerosos  que  te  acompañan. 
10  Así  afirma  el  Señor  b,  Yahveh  : 


verso,  "  y  dirás  :  Subiré  contra  un 
país  abierto  caeré  sobre  las  gentes 
tranquilas,  que  viven  seguras,'  todas 
moradoras  en  puntos  desprovistos  de 
muralla  y  desguarnecidas  de  cerro- 
jos y  puertas',  "  para  hacer  presa  y 
coger  botín,  para  extender  tu  mano 
sobre  unas  ruinas  repobladas  y  so- 
bre un  pueblo  recogido  de  entre  las 
naciones,  aue  está  reponiendo  gana- 
dos y  hacienda  y  qi 
ombligo  de  la  tierra. 
V  los  mercaderes  de 
sus  leones  te  dirán  :  ¡ 
so  a  hacer  presa?  ¿N 
tu  multitud  para  cog< 
llevarte  plata  y  oro,  i 
te  de  ganados  v  hacie 
presa  copiosa  ?  "  Por  t 
hijo  del  hombre,  y  di  i 
bla  el  Señor  b,  Yahveh 
to  ?  Aquel  día,  cuando  mi  pueblo  Is- 
rael habite  en  seguridad,  partirás  A: 
a  v  vendrás  desde  tus  moradas,  de 


¡e  habita  en  el 
"  Sebá  v  Dedán 


los  confines  del  norte,  tú  y  contigo 
pueblos  numerosos,  todos  ellos  mon- 
tados a  caballo,  una  gran  muchedum- 
bre y  un  ejército  numeroso  ;  "  y  su- 
birás contra  mi  pueblo  Israel  como 
un  nublado  para  cubrir  el  país.  Será 
*1  final  de  los  días  cuando  yo  te 


"  Así  afirma  el  Señor  »>,  Yahveh  : 
!  Tú  eres  aquel  de  quien  yo  hablé  en 
días  pasados  por  medio  de  mis  ser- 
vidores los  profetas  de  Israel,  los 
cuales  profetizaron  por  aquellos  días, 
durante  años  e.  que  yo  te  traería  con- 
tra ellos !  "  Aquel  día,  el  día  que 
llegue  Gog  a  la  tierra  de  Israel— de- 
clara el  Señor  b.  Yahveh—,  reventará 
mi  furor  y  mi  ira  f.  "  Y  en  mi  celo,  ■ 
v  en  el  fuego  de  mi  ardor,  hablo  : 
En  verdad  aquel  día  habrá  un  gran 
terremoto  en  el  país  de  Israel  30  y 
temblarán  ante  mí  los  peces  del  mar, 
las  aves  del  cielo  y  las  bestias  del 
campo,  y  todos  los  reptiles  que  se 
arrastran  sobre  el  suelo,  y  todos  los 
hombres  que  existen  sobre  la  super- 
ficie de  la  tierra ;  y  serán  destruidas 
las  montañas,  y  se  derrumbarán  las 
escarpas  rocosas,  y  todos  los  muros 
le  la  tierra  se  desplomarán.  21  Y  con- 
vocaré contra  él  por  todas  mis  mon- 
tañas a  la  espada,  declara  el  Señor  », 
Yahveh;  la  espada  de  cada  uno  será 
oontra  el  otro.  "  Y  haré  de  él  justi- 
cia con  peste  y  sangre  ;  y  haré  llo- 
ver sobre  él,  sobre  sus  huestes  y  so- 
bre los  pueblos  numerosos  que  le 
acompañan,  lluvia  anegadora,  grani- 
zo, fuego  v  azufre.  *  Y  me  manifes- 
taré grande  y  santo  y  me  daré  a  co- 
nocer a  los  ojos  de  numerosas  na- 
ciones, y  sabrán  que  yo  soy  Yahveh. 


*  Sírveles  de  guardián  ¡  prps.  1.  c.  G  '.  «sírveme  de  guardián»  o  «estáfe  a  mi  dis- 
posición», testátevie  presto». 

»  Escapada  de  la  espada  :  otros  prefieren  1.  «que  se  ha  restablecido  de  la  devasta 
cfdn». 

"  País  abierto  :  o  «un  país  de  aldea?  en  el  campo»  ;  esa  tierra  sin  murallas  parece 
ser  la  Iglesia,  sin  muros  ni  puertas,  porque  las  armas  del  cristiano,  dice  San  Pablo, 
no  son  carnales  (2  Cor.  10,  4). 

"  El  ombligo  de  la  tierra  :  e.  d.,  Palestina,  considerada  centro  de  la  tierra  ha- 
bitada. 

u  Los  mercaderes  de  Tarpis  y  todos  sus  leones  :  otros  corrigen  H  (así  prb.,  anota 
Kitl  :  «sus  mercaderes,  Taráis  y  todos  sus  comerciantes*. 

"  Tú  eres  aquél  :  se  refiere  probablemente  a  tradiciones  orales  que  se  han  perdido. 

M  Temblarán  ante  mí  :  detallada  descripción  del  terror  que  se  apoderaría  de  las  cria- 
turas al  acercarse  el  juicio  de  Dios.  ||  Escarpas  rocosas:  o  paredes  rocosas,  elevacio- 
nes, cuestas  o  pendientes. 


—  K*S  — 


39  i-io 


EZEQUIEL 


39 


Derrota 


9Q  '  »Y  tú,  hijo  del  hombre,  pro- 
fetiza  contra  Gog  y  di:  Así  ha- 
bla el  Señor  a,  Yahveh  :  Heme  aquí 
contra  ti,  Gog,  gran  príncipe  sobe- 
rano de  Mések  y  Tubal.  2  Yo  te  haré 
volver,  y  te  haré  errar  b,  y  te  subiré 
desde  los  confines  del  norte,  y  te 
conduciré  sobre  las  montañas  de  Is- 
rael. 3  Y  golpearé  tu  arco  de  tu  ma- 
no izquierda  y  haré  caer  de  tu  mano 
derecha  tus  saetas.  4  Sobre  las  mon- 
tañas de  Israel  caerás  tú,  así  como 
todas  tus  huestes  y  los  pueblos  que 
te  acompañan  ;  las  aves  de  rapiña, 
toda  suerte  de  pájaros  alados,  y  las 
fieras  del  campo  te  he  entregado  co- 
mo pasto.  0  Caerás  sobre  la  superfi- 
cie del  campo,  pues  yo  he  hablado, 
declara  el  Señor  a,  Yahveh.  •  Y  en- 
viaré fuego  sobre  Magog  y  sobre  los 
que  moran  seguros  en  las  costas  ;  y 
conocerán  que  yo  soy  Yahveh.  '  Y 
daré  a  conocer  mi  santo  nombre  en 
medio  de  mi  pueblo  Israel  y  no  de- 
jaré más  profanar  mi  nombre  santo, 
v  sabrán  las  naciones  que  yo  soy 
Yaihveh,  el  Santo  de  Israel.  8  He  aquí 
que  viene  y  se  cumplirá,  afirma  el 
Señor  a,  Yahveh  ;  éste  es  el  día  de 
que  hablé.  'Y  saldrán  los  habitan- 
tes de  las  ciudades  de  Israel  y  que- 
marán  y  prenderán  fuego  al  aparato 
bélico,  escudos  v  lanzas  °,  arcos  ^  y 
6aetas,  mazas  y  lanzas,  y  prenderán 
fuego  con  ellas  durante  siete  años. 
10  No  acarrearán  leña  del  campo  ni 
cortarán  la  de  los  bosques,  pues  ha- 
rán fuego  de  los  pertrechos  de  gue 
rra  ;  y  harán  presa  de  sus  depreda- 


de  Gog 


dores  y  saquearán  a  sus  expoliado- 
res, declara  el  Señor  a,  Yahveh. 

n  Y  en  aquel  día  daré  a  Gog  un 
lugar  renombrado  por  sepultura  en 
Israel,  el  valle  de  los  Pasajeros,  al 
este  del  mar,  que  obstruirá  el  paso  ; 
y  allí  enterrarán  a  Gog  y  toda  su 
multitud,  y  lo  llamarán  valle  de  la 
Multitud  de  Gog.  12  Los  enterrará  la 
casa  de  Israel,  a  fin  de  purificar  la 
tierra  durante  seis  meses,  y  13  los  en- 
terrará toda  la  población  del  país, 
y  será  por  ellos  renombrado  el  día 
en  que  me  glorificaré,  declara  el  Se- 
ñor a,  Yahveh.  "  Se  escogerán  hom- 
bres con  encargo  permanente  de  re- 
correr el  país,  enterrando  d  a  los  que 
hayan  quedado  sobre  la  haz  del  país, 
para  purificarla;  al  cabo  de  siete  me- 
ses comenzarán  a  explorar.  13  Reco- 
rrerán, pues,  tales  pasajeros  el  país, 
v  cuando  uno  vea  un  hueso  huma- 
no, erigirá  junto  al  mismo  una  se- 
ñal hasta  que  lo  entierren  los  sepul- 
tureros en  el  valle  de  la  Multitud  de 
Goít.  16  Y  también  el  nombre  de  la 
ciudad  será  Hamoná  (Multitud).  Así 
purificarán  el  país. 

17  En  cuanto  a  ti,  hijo  del  hombre, 
así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  :  Di  a 
los  pájaros,  toda  clase  de  alados,  y 
a  todas  las  fieras  del  campo :  Reunios 
y  congregaos  de  todo  alrededor  jun- 
to a  mi  sacrificio,  que  yo  voy  a  ofre- 
cer por  vosotros,  un  sacrificio  gran- 
de sobre  las  montañas  de  Israel, ~y 
comeréis  carne  y  beberéis  sangre. 
™  Carne  de  guerreros  valientes  co- 
meréis y  sangre  de  príncipes  de  la 


OQ        Cf.  38,  2-4.  Dice  este  capítulo  que  el  juicio  de  Dios  no  se  concretará  a  Gog 
y  los  pueblos  en  torno  de  él  reunidos,  sino  que  se  extenderá  al  país  de  Magog 
e  islas  lejanas. 

'  Daré  a  conocer  :  dice  que  no  tolerará  que  su  nombre  sea  blasfemado  más  tiempo 
por  los  enemigos  de  su  pueblo  Israel,  quienes,  viéndole  humillado,  negaban  el  poder 
y  divinidad  de  Yahveh.  Lo  mismo  sucederá  en  los  tiempos  del  anticristo  (Mt.  24,  24). 

8  Maza  (o  ¿clava,  pica...?)  :  lit.,  bastón  de  mano. 

11  El  valle  de  los  Pasajeros  :  Kit  cree  que  quizá  haya  de  1.  con  la  versión  copta 
ccl  valle  de  Abarimt,  denominación  de  ciertas  montañas  al  oriente  del  mar  Muerto. 
Lo  que  se  afirma  aquí  acerca  de  la  sepultura  de  Gog  ha  de  entenderse,  dice  Maldo- 
nado,  místicamente.  El  anticristo  v  sus  partidarios  morirán  a  manos  de  la  Iglesia 
y  en  medio  de  ella  serán  enterrados,  de  tal  modo  que  desaparezca  su  memoria.  ||  Obs- 
truirá el  paso  :  así  interpretan  unos ;  lit.,  conducirá  del  cabestro ;  V  «pasmará», 
G  «cerrarán  la  boca  del  valle»  o  «tapará  la  boca»,  e.  d.,  «obligará  por  su  olor  a  taparse 
las  narices  a  los  pasajeros»  o  transeúntes. 

12  Población  del  país  :  otros,  «pueblo  profano». 

"  Dr  i  a  Multitud  :  así  también  V;  otros,  «de  la  tumultuosa  multitud»,  «montón  de 


—  1556  — 


39  !9-24 


EZEQUIEI. 


39  25-29 


tierra  beberéis  :  carneros,  corderos, 
machos  cabríos,  terneros,  cebones  de! 
Basán.  19  Comeréis  asimismo  grasa  a 
saciedad  y  beberéis  sangre  hasta  em- 
briagaros, del  sacrificio  que  he  in- 
molado por  vosotros.  20  Os  hartaréis 
.sobre  mi  mesa  de  corceles  y  caballos 
de  tiro,  de  valientes  y  toda  clase  de 


sus  crímenes  los  he  tratado,  y  he 
ocultado  de  ellos  mi  rostro. 

25  Por  esto,  así  afirma  el  Señor  », 
Yahveh  :  Ahora  haré  regresar  a  los 
cautivos  de  Jacob,  y  me  compadece- 
ré de  toda  la  casa  de  Israel,  y  me 
manifestaré  celoso  de  mi  santo  nom- 
bre. 26  Y  soportarán  su  ignominia  y 


guerreros,  declara  el  Señor  a,  Yah- 
veh 21  Y  estableceré  mi  gloria  en  las 
naciones,  y  todas  ellas  contemplarán 
la  justicia  que  yo  haga  y  mi  mano 
que  en  ellas  he  de  poner.  22  Y  sabrá 
la  casa  de  Israel  que  yo,  Yahveh, 
soy  su  Dios,  desde  aquel  día  en  ade- 
lante. 3  Y  conocerán  las  naciones 
que,  debido  a  su  iniquidad,  fué  de- 
portada la  casa  de  Israel,  por  cuanto 
habían  prevaricado  contra  mí,  y  yo 
había  ocultado  mi  rostro  de  ellos  y 
entregádoles  en  manos  de  sus  ene- 
migos, y  caído  todos  ellos  a  espada. 
M  A  medida  de  su  inmundicia  v  de 


toda  su  prevaricación  que  han  come- 
tido contra  mí,  cuando  habiten  so- 
bre su  territorio  en  seguridad,  sin 
que  nadie  los  atemorice.  "  Y  cuando 
vo  los  haga  volver  de  entre  los  pue- 
blos y  los  recoja  de  las  tierras  de  sus 
enemigos  y  me  santificare  en  ellos, 
a  los  ojos  de  numerosas  naciones. 
a  sabrán  que  yo,  Yahveh,  soy  su 
Dios,  tanto  cuando  los  llevé  al  cauti- 
verio entre  los  pueblos  como  cuando 
'.os  reúno  sobre  su  suelo,  sin  deiar 
allí  ya  ninguno.  23  Y  no  ocultaré^  más 
mi  rostro  de  ellos,  pues  habré  de- 
rramado mi  espíritu  sobre  la  casa  de 
Israel»,  declara  el  Señor  a.  Yahveh. 


20  Caballos  de  uro  :  otros  (cf.  GJ,  cjinetes»  ;  V  «equite  fortl». 

*  Que  vo,  Yaiivkh,  sov  su  Dios,  tanto...  :  o  también,  que  yo,  Yahveh,  su  Dios,  los 
llevé  cautivos...  y  los  recojo... 


—  1557  — 


40 


40  7-16 


Profecía  sobre  la  restauración  teocrática: 
ei  nuevo  templo  de  Jerusalén 


Af\  J  El  año  veinticinco  de  nues- 
tro  cautiverio,  por  año  nuevo, 
a  diez  del  mes,  catorce  años  después 
que  fué  expugnada  la  ciudad,  aquel 
mismo  día  posóse  sobre  mí  la  mano 
de  Yahveh  y  condújome  allá.  a  En 
visión  divina  me  trasladó  a  la  tierra 
de  Israel  y  me  colocó  sobre  una  mon- 
taña muy  alta,  encima  de  la  cual  ha- 
bía como  la  edificación  de  una  ciu- 
dad por  la  parte  del  mediodía.  *  E 
;ntrodújome  allá,  y  he  aquí  que  ha- 
bía un  personaje  de  aspecto  seme- 
jante al  bronce,  con  una  cuerda  de 
lino  en  su  mano  y  una  vara  de  me- 
dir, y  hallábase  él  de  pie  en  la  puer- 
ta. 1  Y  hablóme  el  hombre  :  «Hijo 
del  hombre,  contempla  por  tus  pro- 
pios ojos  y  por  tus  mismos  oídos  es- 
cucha y  para  mientes  en  todo  lo  que 
yo  te  voy  a  mostrar;  pues  tú  has  si- 
do conducido  acá  a  fin  de  que  yo  te 
lo  haga  ver.  Anuncia  cuanto  veas  a 
la  casa  de  Israel.»  5  He  aquí  que  un 
muro  exterior  rodeaba  el  templo  to- 
do en  torno  y  el  hombre  tenía  en  la 
mano  una  vara  de  medir  de  seis  co- 
dos :  [cada  uno]  de  un  codo  [co- 
rriente] y  un  palmo  ;  y  midió  el  an- 
cho de  la  construcción  :  una  vara  ; 
y  la  altura  :  una  vara.  *  Y  vino  a  la 
puerta  cuya  fachada  da  al  oriente  y 
subió  sus  gradas  y  midió  el  umbral 
de  la  puerta  :  una  vara  de  ancho  a. 


'  Y  el  nicho,  una  vara  de  largo  poi 
una  vara  de  ancho,  y  el  contra] no- 
te b  entre  los  nichos  era  de  cinco 
codos  ;  y  el  umbral  de  la  puerta, 
por  el  lado  del  vestíbulo  de  la  puer- 
ta en  la  parte  interior,  una  vara.  8  Y 
midió  el  vestíbulo  de  la  puerta c  : 
0  ocho  codos  ;  y  sus  contrafuertes  : 
dos  codos.  Y  sus  contrafuertes  eran 
de  dos  codos.  10  Y  los  nichos  de  la 
puerta  que  mira  hacia  oriente  eran 
tres  de  un  lado  y  tres  del  otro,  los 
tres  de  una  misma  medida,  como  era 
idéntica  la  medida  de  los  contrafuer- 
tes de  uno  y  otro  lado.  u  Midió  «si- 
mismo  la  anchura  de  la  entrada  de 
la  puerta  :  diez  codos  ;  y  la  longitud 
de  la  puerta  :  trece  codos.  12  Había 
ante  los  nichos  un  enrejado,  quedan- 
do un  codo  a  uno  y  otro  lado  del 
mi^mo  d,  y  cada  nicho  tenía  seis  co- 
dos por  un  lado  y  seis  por  el  otro. 
"  Midió  también  la  puerta  desde  el 
tejado  de  un  nicho  a  su  opuesto,  re- 
sultando la  anchura  de  veinticinco  co- 
dos, de  puerta  a  puerta.  "  E  hizo  los 
contrafuertes  de  sesenta  codos,  y  en 
los  contrafuertes  comenzaba  el  atrio 
une  rodeaba  la  puerta  todo  en  torno. 
15  Desde  la  fachada  de  la  puerta  ex- 
terior (?)  hasta6  la  parte  anterior 
del  vestíbulo  de  la  puerta  hacia  aden- 
tro había  cincuenta  codos.  "En  1<>- 
nichos  v  en  los  contrafuertes  abrían 


icilísima  de  entender.  Su  fin — dice 

Maldonado — es  oscuro,  como  o¡  principio. 
J  Por  la  parte  del  MEDIODÍA  :  muchos  corrigen  «frente  a  mí». 

•  Un  personaje  :  lit.,  un  hombre.  Este  personaje  sobrenatural  es  o  el  ángel  del 
Señor  o  c!  Señor  mismo,  arquitecto  divino  de  la  Iglesia,  que  pone  ante  los  ojos  del 
profeta  la  gloria  de  su  futura  construcción.  ||  SEMEJANTE  al  bronce:  en  lo  brillante  o 
resplandeciente. 

*  Y  vino:  «me  llevo.,  rorrigen  muchos. 


trafuertt 
Es  térm 


e  sí  por  con- 
i!,  V  afrous». 
res,  pilastras...  ||  Entre 
ího  :  una  vara  de  largo 
icho  :  una  vara  de  largo 

os»  ;  otros  lo  suprimen 


¿t.  Kit). 


14  Enrejadas  o  con  cele 
«con  marco».  ||  El  atrio 
saliente*. 


da  pared  posterior». 

e  oscuro,  al  que  se  prpn.  múltiples  correcciones 
icia  adentro.  Asf  interpretamos  H  c.  G. 
prb.  :  otros,  «sesgadas»  (cf.  V  :  «oblicuas»)  ;  otros, 
ano  por  el  espacio  libre  entre  los  contrafuertes  o 


.558  -- 


40  17-28 


EZEQUIEL 


40  28"36 


se  ventanas  enrejadas  hacia  el  inte- 
rior en  la  puerta,  todo  alrededor  ; 
igualmente,  el  atrio  '  tenía  todo  al- 
rededor hacia  adentro  ventanas  y  so- 
bre los  contrafuertes  s  había  palmas 
<j  uno  y  otro  lado  h. 

11  Luego  trasladóme  al  atrio  exte- 
rior, y  he  aquí  que  allí  había  estan- 
cias y  un  pavimento  construido  todo 
alrededor  del  atrio  ;  treinta  estan- 
cias había  a  lo  largo  del  pavimento 
■  El  pavimento  [se  extendía]  al  cos- 
tado de  las  puertas,  correspondiendo 
b  la  longitud  de  las  puertas  ;  esto 
el  enlosado  inferior.  "  Y  midió  la 
profundidad  del  atrio  desde  la  facha- 
da de  la  puerta  inferior  hasta  la  par- 
te anterior  del  atrio  interior  fuera  : 
cien  codos  hacia  el  oriente  y  hacia 
el  norte.  20  Después  midió  la  puerta 
cuya  fachada  daba  al  norte,  en  el 
atrio  exterior,  tanto  en  longitud  co- 
mo en  anchura.  a  Sus  nichos,  tres 
de  un  lado  y  tres  de  otro  ;  sus  con- 
trafuertes y  sus  vestíbulos  eran  de 
medida  correspondiente  a  la  puerta 
primeramente  citada  :  cincuenta  co- 
dos de  longitud  y  veinticinco  de  an- 
chura. 22  Sus  ventanas,  [las  de  ?]  su 
vestíbulo  y  sus  palmeras  tenían  la 
misma  dimensión  que  la  puerta  cu- 
ya fachada  miraba  el  este.  Subíase 
allá  por  siete  gradas,  ante  las  cua- 
les había  un  vestíbulo.  23  Existía  una 
puerta  hacia  el  atrio  interior  frente 
a  la  puerta  del  norte  y  como  en  la 
pueita  del  este  y  midió  de  puerta 
a  puerta  :  cien  codos.  24  Y  me  con- 
dujo camino  del  sur,  y  he  aquí  la 
puerta  que  miraba  al  mediodía.  Mi- 
dió [sus  nichos  y]  sus  contrafuertes 
y  su  vestíbulo,  resultando  como  la? 
medidas  citadas.  24  Y  tenía,  así  como 
su  vestíbulo,  todo  en  torno,  ventana? 
semejantes  a  las  antedichas  :  c.in- 
cuenta  codos  de  longitud  y  veinticin- 
co de  anchura.  20  Subíase  por  siete 
gradas,  y  su  vestíbulo  estaba  /facía 
la  parte  interior 1  y  tenía  palmeras 
a  una  y  otra  parte  sobre  sus  contra- 
fuertes. 21  Había  nna  puerta  hacia  el 
atrio  interior  en  dirección  al  medio- 
día, y  midió  de  puerta  a  puerta,  ha- 
cia el  sur,  cien  codos. 

28  Introdújome  después  al  atrio  in- 
terno por  la  puerta  del  mediodía,  y 
midió  la  puerta  meridional,  resultan- 


do las  medidas  antedichas.  "Sus  ni- 
chos, sus  contrafuertes  y  sus  atrios 
tenían  aquellas  mismas  dimensiones, 
v  todo  alrededor  tenía  ventanas,  así 
como  en  torno  al  atrio  ;  la  longitud 
era  de  cincuenta  codos  y  la  anchura 
de  veinticinco. 30  k  Todo  alrededor  ha- 
bía vestíbulos  de  veinticinco  codos  de 
longitud  y  cinco  de  anchura.  31  Su 
vestíbulo  fc  dába  al  atrio  exterior  y 
tenía  palmeras  en  sus  contrafuertes 
y  ascendíase  a  él  por  ocho  gradas. 


Puerta  exterior  oriental 


32  Luego  me  llevó  a  la  puerta  que  mi- 
ra 1  hacia  el  esté,  y  midió  la  puerta, 
resultando  las  mismas  dimensiones 
citadas.  33  Sus  nichos,  sus  contrafuer- 
tes y  su  vestíbulo  tenían  aquellas 
mismas  medidas,  y  tenía  alrededor 
sus  ventanas  y  su  vestíbulo  todo  en 
torno  ;  la  longitud  era  de  cincuenta 
codos  y  la  anchura  de  veinticinco. 
31  Su  vestíbulo  daba  al  atrio  exterior 
y  tenía  palmeras  en  sus  contrafuer- 
tes a  uno  y  otro  lado,  subiéndose  a 
él  por  ocho  gradas.  35  Y  me  trasladó 
a  la  puerta  del  norte,  y  midió  de 
acuerdo  con  aquellas  medidas.  36  Sus 
nichos,  sus  contrafuertes  y  su  ves- 
n'bulo,  así  como  sus  ventanas,  cir- 
cuían todo  su  alrededor  :  cincuenta 
codos  de  longitud  por  veinticinco  de 
anchura.  37  Su  vestíbulo  estaba  hacia 
el  atrio  exterior  y  había  palmeras  en 
«us  contrafuertes  a  uno  y  otro  lado, 
formando  su  subida  ocho  gradas. 

33  Había  también  una  cámara  cuya 
entrada  se  hallaba  en  los  contrafuer- 


M  Prof.  del  atrio  :  prps.  añadir  del  atrio  con  G.  ||  Hacia  el  oriente  y  hacia  h. 
norte:  prps.  1.  Y  me  llevó  hacia  el  norte  (cf.  G). 

*  Aun  las  cuales  haiía  un  vestíbulo  ¡  corrígese  c.  G  (cí.  Kit),  y  su  vestíbulo  es- 
taba hacia  adentro. 

*  En  lm  Contrafuertes  »*  lai  PUERTAS  :  cree**  prb.  !    en  el  atrio  de  la  puirt: 


—  I.MQ 


4U  ¿a— 41  J 


EZEQUIEL 


40  45-41 


tes  de  las  puertas,  donde  se  lavaban 
los  holocaustos.  39  Y  en  el  vestíbulo 
de  la  puerta  había  dos  mesas  de  un 
lado  y  dos  del  otro,  para  degollai 
sobre  ellas  m  los  holocaustos  y  m  las 
víctimas  por  el  pecado  y  por  el  deli- 
to. 40  En  el  lado  exterior,  en  el  pasa- 
dizo de  la  puerta  hacia  el  norte,  ha- 
bía dos  mesas  [para  el  holocausto], 
y  otras  dos  mesas  al  otro  lado  del 
vestíbulo  del  pórtico.  41  Había,  pues, 
al  costado  de  la  puerta,  cuatro  me- 
cas de  un  lado  y  cuatro  del  otro  : 
ocho  mesas,  sobre  las  cuales  se  in- 
molaba. 43  En  cuanto  a  las  cuatro 
mesas  para  el  holocausto,  eran  de 
piedra  tallada,  de  codo  y  medio  de 
longitud  y  codo  y  medio  de  anchura 
y  un  codo  de  altura  ;  sobre  ellas  se 
colocaban  los  instrumentos  con  que 
fie  inmolaban  el  holocausto  y  los  de- 
más sacrificios.  43  Y  un  reborde  de 
un  palmo  había  colocado  interior- 
mente todo  alrededor  ;  y  sobre  las 
mesas  colocábase  n  la  carne  que  era 
ofrecida.  44  Fuera  de  la  puerta  inte- 
rior estaban  en  el  atrio  interno  las 
cámaras  de  los  cantores  :  una  al  cos- 
tado de  la  puerta  del  norte,  y  cuya 


fachada  miraba  al  mediodía  ;  la  otra 
al  costado  de  la  puerta  del  sur  »,  y 
cuya  fachada  miraba  al  norte.  *  Y 
me  dijo :  «Esta  cámara  cuya  fachada 
mira  al  mediodía  es  para  los  sacer- 
dotes que  desempeñan  el  servicio  del 
templo,;  40  y  la  cámara  cuya  fachada 
mira  hacia  el  norte,  para  los  sacer- 
dotes encargados  del  servicio  del  al- 
tar. Son  los  hijos  de  Sadoq,  los  que 
de  entre  los  levitas  pueden  acercarse 
a  Yahveh  para  servirlo.»  47  Y  midió 
el  atrio,  resultando  cien  codos  de 
longitud  y  cien  de  anchura,  un  cua- 
drado. Y  el  altar  hallábase  frente  al 
templo. 

_ 48  Introdújome  entonces  en  el  ves- 
tíbulo del  templo,  y  midió  los  con- 
trafuertes del  vestíbulo:  cinco  codo?, 
de  un  lado  y  cinco  de  otro;  también 
la  anchura  de  la  puerta  :  catorce  co- 
dos;  y  las  paredes  laterales  de  la 
puerta  P;  tres  codos  de  un  lado  y 
tres  de  otro.  48  La  longitud  del  ves- 
tíbulo era  de  veinte  codos  y  la  pro- 
fundidad doce  codos,  y  subíase  a  él 
por  diez  i  gradas  ;  y  en  los  contra- 
fuertes había  columnas,  una  a  cada 
lado. 


El  santísimo  y  construcciones  anejas.  Objetos 
del  santuario 


á~\  '  E  introdújome  en  el  santua- 
no  y  midió  los  contrafuertes  : 
seis  codos  de  anchura  de  un  lado  y 
seis  del  otro  :  tal  es  la  anchura  de 
los  contrafuertes*.  2  Y  la  amplitud 
de  la  entrada  era  de  diez  codos,  y 
la  de  las  paredes  laterales  de  la  en- 
trada, cinco  codos  a  una  parte  y  cin- 
co a  la  otra.  Y  midió  su  longitud  : 
cuarenta  codos,  y  su  anchura  :  vein- 
te codos.  3  Y  penetró  en  el  interior 
y  midió  los  contrafuertes  de  la  en- 


trada :  dos  codos ;  la  entrada  misma  : 
seis  codos;  y  las  parecedes  laterales  0 
de  la  puerta  :  siete  codos  de  un  lado 
y  siete  del  otro*.  *  Midió  asimismo 
su  longitud  :  veinte  codos,  y  su  an- 
chura :  veinte  codos  en  la  fachada 
del  santuario  ;  y  díjome  :  «Ese  es  el 
santísimo.» 

5  Y  midió  el  muro  del  templo:  seis 
■odos;  y  la  anchura  del  edificio  late- 
ral :  cuatro  codos  todo  alrededor  del 
templo.  6  Los  cuartos  laterales  eran 


"'  En  el  pasadizo  de  la  puerta  hacia  el  norte  :  otros  vierten  «al  norte  de  quien 

u  Y  ios  demás  sacrificios:  o  el  sacrificio  de  degüello;  muchos  prpn.  suprimirlo. 

43  Y  un  reborde...  :  pasaje  de  interpretación  dudosa.  ||  La  carne  que  era  ofrecida  : 
o  de  la  ofrenda.  Otros  leen,  en  cambio,  c.  G  :  «sobre  las  mesas,  por  encima,  había 
tejados  de  protección  (de  la  carne  del  sacrificio)  contra  lluvia  y  calor.n 

**  FUERA  de  la  puerta  interior  :  otros  leen,  en  cambio,  c.  G  :  «y  me  hizo  entrar 
en  el  atrio  interior,  y  de  aquí  que  había  dos  cámaras  en  el  atrio  interno:  una...». 

A  -j     1  El  santuario  :  o  cámara  del  templo. 

^J-  *  Treinta  el  uno  sobre  el  otro  :  o  sea  treinta  celdas  en  cada  uno  de  los  tres 
pisos.  ||  Salientes:  asi  (o  lit.,  «entrantes»,  según  el  punto  de  vista  que  se  adopte!  R, 
Kit  1.  c.  G  (cf.  i  Re.  6,  6)  disminuciones.  Otros,  «vigas  de  apoyo». 


—  I5<5o  — 


41  7-14 


EZEQUIEL 


41  15-19 


d  treinta  el  uno  sobre  el  otro  tres1* 
veces.  En  el  muro  del  templo  había 
salientes  todo  alrededor  para  estri- 
bar los  cuartos  laterales,  para  .que 
no  tocaran  en  la  pared  del  templo. 
1  La  anchura  de  los  cuartos  iba  cre- 
nendo  más  y  más  todo  en  torno  a 
medida  que  se  subía,  pues  el  corre- 
dor del  templo  iba  creciendo  gra- 
dualmente todo  alrededor  del  edifi- 
cio ;  por  esto,  la  anchura  del  templo 
era  mayor  hacia  arriba  ;  y  así  as- 
cendíase del  piso  inferior  al  medio 
V  luego  al  superior e.  6  Y  observé 
que  el  templo  [parecía  descansarj 
ootttc  una  altura  todo  alrededor  ; 
los  fundamentos  de  los  aposentos  la- 
terales medían  una  vara  entera  de 
seis  codos  en  medida  de  lado.  9  La 
anchura  del  muro  deledificio  lateral 
hacia  afuera  era  de  cinco  codos,  co- 
mo igualmente  la  del  espacio  libre 
dejado  entre  '  los  aposentos  latera- 
les del  templo.  10  Y  entre  las  celdas 
había  una  anchura  de  veinte  codos 
todo  alrededor  del  templo.  11  Las  en- 
tradas b  del  edificio  lateral  estaban 
hacia  el  espacio  libre  :  una  puerta 
estaba  hacia  el  norte  y  la  otra  hacia 
el  mediodía  ;  y  la  anchura  del  espa- 
cio libre  era  de  cinco  codos  todo  en 
torno.  n  Y  la  construcción  que  se  ha- 
liaba  en  el  frente  del  espacio  cerca- 
do mirando  hacia  poniente  tenía  se- 
tenta codos  de  anchura  ;  y  el  muro 
del  edificio,  todo  alrededor,  tenía  un 
espesor  de  cinco  codos,  y  su  longi- 
tud era  de  noventa  codos. 

■  Después  midió  el  templo,  resul- 
tando una  longitud  total  de  cien  co- 
dos ;  y  el  espacio  cercado  y  la  cons. 
trucción  con  sus  muros  :  cien  codos 
de  longitud  ;  "  y  la  anchura  de  la 
fachada  del  templo  y  de  su  espacio 
cercado  que  mira  a  oriente  :  cien  co 


dos.  "Y  midió  la  longitud 
ficio  frente  al  espacio  cerc; 
había  detrás  y  sus  galerías 
otro  lado  :  cien  codos. 

El  santuario  [así  como  el 
rior  y  los  vestíbulos  del  atrio,  *"  ios 
umbrales, .  las  ventanas  enrejadas  y 
las  galerías  que  circuían  aquellas 
tres  partes,  empezando  por  cada  um- 
bral, hallábanse  revestidos  de  made- 


el  edi- 
io  que 
uno  y 

']  inte- 


Secclón  transversal  del  templo 


ra  todo  alrededor.  Del  pavimento  a 
las  ventanas — las  cuales  estaban  cu- 
biertas—  ¡"í  y  hasta  la  parte  supe- 
rior de  la  puerta  17  y  hasta  el  templo 
interior  y  por  todo  el  muro  en  tor- 
no, tanto  interior  como  exteriormen- 
te,  había  paños  1S  con  representacio- 
nes de  querubines  y  palmeras.  Entre 
querubín  y  querubín  había  una  pal- 
mera, y  cada  querubín  tenía  dos  ros- 
tros :  19  el  rostro  de  un  hombre  vuel- 
to hacia  la  palmera  de  un  lado  y  e'. 
rostro  de  un  león  vuelto  hacia  la 
palmera  del  otro  lado,  representado-- 


'  Era  mayor  hacia  arriba  :  otros,  como  Galling,  corrigen  «había  huecos  de  subi- 
da...», e  interpretan  de  diferentes  modos  este  difícil  versículo. 

8  V  orservé...  :  así  ales.,  pero  el  v.  suele  corregirse  bastante  :  «e  hízose  visibli 
un  empedrado  elevado  tu  torno  al  templo».  ||  En  medida  de  lado  o  lateral  :  debe  ser 
expresión  técnica  referente  a  una  medida  angular. 

9  Como  igualmente:  e.  d.,  cinco  codos  (cf.  Si    Otros  traducen  diversamente. 
12  Cercado  :  o  que  cerraba,  separado. 

16  Galerías  :  o  pasadizo  cubierto;  otros  corrigen  muros. 

16  Enrejadas  :  o  bien,  «sesgadas»,  «de  marco»,  según  otros.  ||  Y  las  galerías.. 
Galling  y  otros  corrigen  ampliamente:  «y  los  fnarcos  de  puerta,  en  su  triplicidad, 
hallábanse..,».  Otros,  de  manera  distinta.  Esa  triplicidad  se  referiría  para  algunos  al 
trío  que  forman  jambas  y  dintel.  ||  Estaban  cubiertas:  otros,  «llevaban  cortinas»; 
otros  suprimen  la¡,  cuales  (lit.,  y  las  ventanas!.  Todo  este  pasaje  es  sumamente  discu- 
tible y  lia  dado  lugar  a  interpretaciones  muy  dispares. 

o  Templo  interior:  e.  d.,  el  santísimo.  II  Interior  como  exieriormente  :  e.  d.,  el 
muro  del  santísimo  y  el  del  santuario.  ||  Paños:  es  dudoso  si  el  revestimiento  orna- 
mental a  que  el  texto  se  refiere  consistía  en  paños  o  en  frescos  con  representaciones 
de  querubines  y  palmeras. 


-  1561  - 


11  20-42  » 


EZEQU1KL 


41  26-42  12 


por  todo  alrededor  del  templo.  50  Des- 
de el  suelo  hasta  la  parte  superior 
de  la  puerta  había  representados  en 
el  muro  querubines  y  palmeras  del 
santuario.  21  La  puerta  del  h  santua- 
rio tenía  un  jambaje  cuadrangular, 
y  delante  del  santísimo  había  un  a 
modo  de  22  altar  de  madera,  de  tres 
codos  de  altura  por  dos  de  longitud 
y  dos  de  ancho  ';  y  sus  ángulos  y 
su  basa,  así  como  sus  paredes,  eroii 
de  madera.  Y  díjome  :  «Esta  es  la 
mesa  que  está  delante  de  Yahveh.» 

23  Una  puerta  de  dos  batientes  tenía 
el  santuario,  y  el  santísimo  2<  poseía 


igualmente  una  puerta  con  batientes 
dobles.  Cada  uno  de  ellos  llevaba  dos 
hojas  giratorias  :  dos  para  un  ba- 
tiente y  dos  para  el  otro.  25  Sobre 
ellos,  i  sobre  los  batientes  del  santua- 
rio j,  estaban  esculpidos  querubines 
y  palmeras,  como  los  representados 
en  los  muros  ;  y  un  tejaroz  ( ?)  de 
madera  había  sobre  la  fachada  del 
vestíbulo,  al  exterior.  20  Ventanas  en- 
rejadas y  palmeras  había  a  cada  la- 
do de  los  muros  laterales  del  vestí- 
bulo, como  también  las  alas  laterales 
del  templo  estaban  provistas  de  te- 
jaroz ( ?). 


Los  aposentos  de  los  sacerdotes.  Medidas 
generales  del  templo 


¿,  *j  1  Y  sacóme  al  atrio  exterior  d 
hacia  b  el  norte  e  introdújome 
en  la  cámara  que  había  enfrente  del 
espacio  cercado  y  de  la  construcción 
que  miraba  al  norte.  2  La  longitud  c 
era  de  cien  codos  en  la  puerta  del 
norte,  y  la  anchura  cincuenta  co- 
dos. '  Frente  a  los  veinte  [codos  ?] 
hacia  el  atrio  interior  y  frente  al  em- 
pedrado hacia  el  atrio  exterior,  había 
galería  ante  galería  en  tres  planos. 
4  En  la  parte  anterior  de  las  cáma- 
ras había  un  corredor  de  diez  codos 
de  ancho  hacia  el  interior  y  cien  co- 
dos de  longitud  d,  y  sus  puertas  da- 
ban al  norte.  e  Las  cámaras  superio- 
res eran  más  angostas  que  las  infe- 
riores y  medianas  del  edificio,  pues 
las  galerías  absorbían  parte  de  ellas; 
■  porque  se  hallaban  dispuestas  en 
tres  planos  y  no  tenían  columnas  co- 
mo las  columnas  de  los  atrios  ;  pues 
[a  las  superiores]  habiaseles  quitado 
terreno  en  comparación  con  las  infe- 
riores y  las  medianas  e.  7  Y  el  muro 
exterior,  en  correspondencia  con  las 


cámaras  por  el  lado  del  atrio  exter- 
no, en  la  parte  anterior  de  las  cá- 
maras, medía  cincuenta  codos  de  lon- 
gitud ;  8  porque  la  profundidad  de 
las  cámaras  que  daban  al  atrio  ex- 
terior era  de  cincuenta  codos  ;  en 
cambio,  del  lado  de  la  fachada  de! 
santuario  era  de  'cien  codos.  *  Por 
bajo  de  estas  cámaras  estaba  la  en- 
trada, del  lado  de  oriente,  para  quie- 
nes penetraban  a  ellas  desde  el  atrio 
exterior.  IU  A  lo  ancho  del  muro  del 
atrio  f,  por  la  parte  del  mediodía  «. 
delante  del  espacio  cercado  y  delan- 
te del  edificio  había  también  cáma- 
ros; 11  ante  ellas  existía  un  corredor, 
y  su  aspecto  era  como  el  de  las  cá- 
maras de  la  parte  septentrional;  tr- 
nian  la  misma  longitud  y  anchura  y 
exactamente  iguales  salidas  y  dispo- 
siciones que  ellas  ;  y  conforme  a  las 
entradas  de  éstas,  í2  eran  las  entra- 
das de  las  cámaras  que  había  en  la 
parte  sur  :  una  entrada  al  principio 
del  corredor,  a  lo  largo  del  muro  pa- 
ralelo para  quienes  entraban  proce- 


M  Hojas  giratorias:  para  Galling,  «listones  transversales!  (charnelas?). 

¿(O  2  En  la  puerta  del  norte  :  texto  dudoso,  al  que  se  proponen  correcciones  :  ten 
la  'parte  norte»...,  o  bien  se  suprime. 

3  Frente  a  los  veinte  :  para  algs.,  quizá  olas  veinte  cámaras».  Todo  el  texto  e- 
oscuro  y  apenas  inteligible,  por  lo  que  las  explicaciones  divergen  notablemente.  ||  Ga- 
lería :  otros,  «escarpa,  declive...»,  dispuesta  en  tres  terrazas. 

10  A  lo  ancho  del  muro  del  atrio  :  otros,  como  Galling,  modifican  H  así  :  «A  lo 
ancho  del  atrio  interior  se  encontraba  un  muro  para  el  camino  del  este.  Y  delante 
del  espacio  cerrado  había  cámaras  en  la  fiarte  sur.* 

a  Eran  las  entradas...  :  ales,  suprimen  todo  el  y.  Otros  corrigen  y  traducen  «y  las 
entradas  '  He  las  cámaras  (o  salas)  del  sur  eran  como  las  entradas  de  la  primera  eá- 
mará,  y  ante  ellas  había  un  muro  y  un  espacio  en  dirección  al  ««te» 


42  !*-43  7 


f  rj.crn: 


42  is-43  15 


dentes  de  la  parte  del  este.  u  Y  dí- 
jonie :  «Las  cámaras  del  norte  y  b  las 
del  mediodía  que  hay  -enfrente  de', 
espacio  cercado  son  las  cámaras  san- 
tas, donde  han  de  comer  los  sacer- 
dotes que  se  acercan  a  Yahveh  las 
cosas  sacrosantas  ;  allí  depositarán 
las  cosas  santísimas  :  las  oblaciones 
y  los  sacrificios  por  el  pecado  y  por 
el  delito,  pues  es  lugar  santo.  "  Y 
cuando  los  sacerdotes  hayan  entrado 
allí,  no  saldrán  del  lugar  santo  al 
patio  exterior,  sino  que  dejarán  allí 
sus  vestiduras  con  que  hayan  ejerci- 
do el  ministerio,  pues  son  santas  ;  y 
se  vestirán  otras  ropas  y  entonces  s"< 
acercarán  al  sitio  destinado  al  pue- 
blo.» 


"  Y  cuando  hubo  acabado  de  medir 
'.a  parte  interior  del  templo,  6acóm« 
hacia  la  puerta  que  miraba  a  orien- 
te, y  midió  todo  en  torno.  **  Midió 
el  lado  oriental  con  la  vara  de  me- 
dir :  quinientas  varas  de  la  vara  de 
medir.  »'  Y  se  volvió  y  '  midió  por  la 
parte  septentrional  quinientas  varas 
de  medir.  Luego  se  volvió  18  ¿  v  mi- 
dió la  parte  meridional  :  quinientas 
varas  de  la  vara  de  medir.  18  Volvió- 
se a  la  parte  de  poniente  y  k  midió 
quinientas  varas  de  la  vara  de  medir. 
"u  Por  los  cuatro  vientos  midió,  y  el 
muro  que  lo  ceñía  todo  alrededor  te- 
nía quinientas  [varas]  de  longitud 
por  quinientas  de  ancno,  separando 
el  lugar  sagrado  del  profano. 


Retorno  a!  templo  de  la  gloria  de  Yahveh 


43 


V  trasladóme  a  la  puerta  »  cu 
ya  fachada  b  da  hacia  oriente, 
c  y  he  aquí  que  la  gloria  del  Dios  de 
Israel  venía  por  la  vía  oriental.  Su 
ruido  semejaba  al  fragor  de  pode- 
rosas aguas,  y  la  tierra  resplandecía 
de  su  gloria.  * 0  El  aspecto  de  la  ima- 
gen que  yo  vi  c  era  como  la  imagen 
que  había  visto  cuando  vino  El  d  a 
destruir  la  ciudad;  y  como  la  visión  0 
que  había  yo  contemplado  junto  al 
río  Kebar.  Y  caí  de  bruces.  4  Y  la 
gloria  de  Yahveh  penetró  en  el  tem- 
plo por  la  1  puerta  que  miraba  hacia 
oriente.  s  Y  alzóme  el  espíritu  y  me 
introdujo  en  el  atrio  interior,  j  he 
aquí  que  la  gloria  de  Yahveh  "hen- 
chía el  templo.  *  Y  oí  a  alguien  que 
me  habíate  desde  el  templo,  mien- 
tras aquel  personaje  permanecía  en 
pie  junto  a  mí  ;  "  y  me  dijo  :  «Hijo 
del  hombre,  éste  es  el  lugar  de  mi 
trono  y  el  lugar  de  las  plantas  de 
mis  pies,  donde  yo  he  de  habitar  en 
medio  de  los  hijos  de  Israel  para 
siempre.  La  casa  de  Israel  no  piola- 
nará  más  mi  santo  nombre,  ni  ellos 
ni  sus  reyes,  con  su  fornicación  ni 


con  los  cadáveres  de  sus  reyes,  con 
sus  alturas  sagradas,  8  poniendo  su 
umbral  con  mi  umbral  y  sus  jambas 
junto  a  mi  jambaje,  con  solo  un  mu- 
ro entre  mí  y  ellos,  y  profanando  mi 
santo  nombre  con  las  abominaciones 
que  ellos  cometieron,  de  modo  que 
yo  los  aniquilé  en  mi  cólera.  ■  Aho- 
ra, pítes  e,  han  de  alejar  de  mí  su 
fornicación  y  los  cadáveres  de  sus 
reyes  y  moraré  en  medio  de  ellos  por 
siempre.  10  Y  "  tú,  hijo  del  hombre, 
describe  a  la  casa  de  Israel  este  tem- 
plo, para  que  queden  confundidos  de 
sus  iniquidades.  Y  tomarán  medida 
del  diseño.  a  Y  si  se  avergüenzan  de 
cuanto  han  hecho,  dales  a  conocer 
la  imagen  del  templo,  su  estructura, 
sus  salidas  y  entradas,  toda  su  dis- 
posición y  todos  sus  ritos  1  y  leyes  ; 


y  escríbelo 
guarden  toi 
estatutos  v 
la  ley  del'l 
de  la  mont 
tera,  todo  z 


a  vista  de 


s,  para  que 
torma  v  todos  sus 
cumplan'.  a  Esta  es 
o  :  sobre  la  cumbre 
su  demarcación  en- 
dor,  será  santísima. 


Ele  aquí  cuál  es  la  ley  del  templo. 


UU1NILM 


entiéndase  500  codos. 


A  O    -  Por  i.»  vía  oriental  :  e.  d.,  por  el  este,  por  donde  habla  salido  (10,  19). 
t:0   «  oí  a  alguien  :  al  Señor  mismo,  en  opinión  de  Maldonado  y  otros  comentaristas. 

*  Ni  ellos  ni  sus  reyes  :  según  los  rabinos,  parece  tratarse  aquí  de  los  cadáveres 
de  Manases  y  Aminón,  inhumados  en  un  huerto  próximo  al  templo. 

w  Y  tomaran  hedida  del  di*-eño  o  modelo  :  ales,  corriien  ty  (descríbele»,  1  sus  mo 
didas  y  su  modele». 


43 


F.ZKQUIEL 


43  19-2' 


13  Y  éstas  son  las  medidas  del  al- 
tar en  codos  de  codo  y  palmo  :  i  su 
seno  era  de  un  codo  i  ñor  uno  de  an- 
chura, y  su  cerco  sobre  su  borde  k 
era  de  un  palmo  todo  alrededor.  Tal 
era  la  altura  del  altar  :  "  del  seno 
sobre  el  suelo  hasta  el  rellano  infe- 
rior había  dos  codos  v  un  codo  de 
anchura,  y  desde  el  rellano  pequeño 


F.l  modelo  del  altar 

hasta  el  rellano  grande  había  cuatro 
codos  por  uno  de  anchura.  15  El  ariel  1 
era  de  cuatro  codos  y  de  él  emergían 
los  cuatro  cuernos.  10  El  ariel  tenía 
doce  codos  de  largo  por  doce  codos 
de  anchura,  constituyendo  un  cua- 
drado con  los  cuatro  lados  iguales. 
17  En  cambio,  el  rellano  [mayor]  era 
de  catorce  codos  de  largo  por  cator- 
ce de  ancho,  en  los  cuatro  lados,  con 
una  cornisa  alrededor,  de  medio  co- 
do, y  una  hondonada  de  un  codo  to- 
do en  torno,  y  sus  aradas  estaban 
dirigidas  a  oriente. 

18  Y  me  dijo :  Hijo  del  hombre,  asi 
afirma  el  Señor  m,  Yahveh  :  Estas 


son  las  le3-es  del  altar  para  el  día 
que  sea  construido,  a  fin  de  que  so- 
bre él  se  ofrezcan  holocaustos  y  se 
rocíe  con  sangre.  10  Y  darás  a  los 
sacerdotes  levitas  pertenecientes  a  la 
estirpe  de  Sadoq,  que  pueden  acei- 
tarse a  mí  a  servirme,  declara  el  Se- 
ñor m,  Y'ahveh,  un  novillo  joven  en 
sacrificio  por  el  pecado.  M  Y  tomarás 
de  su  sangre  y  la  pondrás  sobre  los 
cuatro  cuernos  del  altar  y  sobre  los 
cuatro  ángulos  del  rellano  y  la  cor- 
nisa de  todo  alrededor  :  así  ofrece- 
rás sacrificio  expiatorio  por  ello  y 
harás  por  ello  expiación.  21  Luego  to- 
marás el  novillo  del  sacrificio  por  el 
pecado  y  lo  quemarás  en  el  lugai 
del  templo  destinado  al  efecto,  fuera 
del  santuario.  22  Al  día  siguiente  ofre- 
cerás un  macho  cabrío  sin  lacha  en 
sacrificio  por  el  pecado,  y  ofrecerán 
la  expiación  por  el  altar,  según  lo 
hicieron  con  el  novillo.  :'3  Cuando  ha- 
yas concluido  de  ofrecer  la  expiación, 
presentarás  un  novillo  joven  sin  ta- 
cha, y  un  carnero  del  ganado  menor 
sin  mácula.  24  Y  los  ofrecerás  ante 
Yahveh,  y  los  sacerdotes  arrojarán 
sobre  ellos  sal  y  los  ofrendarán  como 
holocausto  a  Yahveh.  25  Durante  sie- 
te días  ofrecerás  diariamente  un  ma- 
cho cabrío  en  sacrificio  por  el  peca- 
do, y  se  sacrificará  un  novillo  joven 
y  un  carnero  del  ganado  menor  26  por 
espacio  de  siete  días.  Y  harán  la  ex- 
piación n  del  altar  y  lo  purificarán 
y  consagrarán.  27  Pasados  esos  días, 
desde  el  día  octavo  en  adelante,  los 
sacerdotes  inmolarán  sobre  el  altar 
vuestros  holocaustos  y  vuestros  sa- 
crificios pacíficos,  y  os  seré  propi- 
cio», declara  el  Señor  m,  Yahveh. 


13  Codos  de  codo  y  palmo  :  e.  d.,  codos  equivalentes  a  un  codo  corriente  y  un 
palmo.  ||  Sexo  :  parece  ser  aquí  o  una  cavidad  abierta  en  el  pavimento  que  rodeaba 
al  ara,  en  la  cual  se  vertía  la  sangre  de  las  víctimas,  o  cierta  basa  que  sostenía  el  ara. 

15  Ariel  :  e.  d.,,  'ara  de  Dios',  era  el  plano  superior  del  altar  u  hogar  de  sacrificios. 

17  Y  os  seré  propicio  :  guiados  por  la  Epístola  de  San  Pablo  a  los  Hebreos  (S,  9,  io), 
debemos  reconocer  en  esta  visión  el  símbolo  de  la  purificación  de  la  Iglesia  por  la 
sangre  de  Cristo,  victima  y  sacerdote. 


—  1564  - 


44  1-9 


EZEQUIEL 


44  10-19 


Culto  y  sacerdocio  nuevos:  los  ministros  de  Yahveh 


a  a  '  Después  me  hizo  volver  ca- 
^*  mino  de  la  puerta  exterior  del 
Nantuario  que  mira  a  levante,  la  cuaj 
estaba  cerrada.  1  Y  díjome  Yahveh  »: 
«Esta  puerta  permanecerá  cerrada  , 
no  se  abrirá  y  nadie  ha  de  penetral 
por  ella,  porque  Yahveh,  Dios  de  Is- 
rael, por  ella  entró,  y  cerrada  ha  de 
permanecer.  3  En  cuanto  al  princi- 
pe b,  él  se  sentará  en  ella  a  comer 
delante  de  Yahveh  ;  entrará  por  ei 
vestíbulo  de  la  puerta  y  por  ese  mis- 
mo camino  saldrá.» 

4  Y  me  introdujo  por  la  puerta  sep- 
tentrional delante  del  templo.  Y  mi- 
ré, y  he  aquí  que  la  gloria  de  Yah- 
veh  henchía  la  casa  de  Yahveh,  y  caí 
de  bruces.  6  Y  díjome  Yahveh  :  «Hijo 
del  hombre,  considera  y  mira  con  tu» 
ojos  y  escucha  con  tus  oídos  cuanto 
yo  te  0  diga  acerca  de  todos  los  es- 
tatutos de  la  casa  de  Yahveh  y  de 
todas  sus  leyes,  y  para  mientes  en 
cómo  se  entra  en  el  templo  por  to- 
das las  salidas  del  santuario.  8  Y  di- 
rás a  los  rebeldes,  a  la  casa  de  Is- 
rael :  Así  habla  el  Señor  d,  Yahveh  : 
Ya  son  demasiadas  vuestras  abomi- 
naciones, ¡  oh  casa  de  Israel !  ;  '  de 
haber  introducido  extranjeros,  incn- 
cuncisos  de  corazón  e  incircuncisos 
de  cuerpo,  para  que  estuviesen  en  mi 
santuario  profanando  mi  casa  e  mien- 
tras me  presentabais  mi  pan,  grasa 
v  sangre,  y  habéis  quebrantado  '  así 
mi  alianza'  con  todas  vuestras  abo- 
minaciones. 8  Y  no  habéis  guardado 
las  observancias  de  mi  santuario,  si- 
no que  habéis  puesto  a  aquéllos  co- 
mo ministros  del  culto  en  mi  santua- 
rio, *  en  lugar  vuestro.  9  Así  ha  dicho 
el  Señor  d,  Yahveh  :  Ningún  extran- 
jero, incircunciso  de  corazón  e  incir- 
cunciso de  carne,  entrará  en  mi  san- 
tuario :  ninguno  de  los  extranjeros 
que  viven  en  medio  de  los  hijos  de 


Israel.  10  Antes  bien,  los  levitas  que 
se  alejaron  de  mí  cuando  Israel  se 
desvió,  descarriándose  de  junto  a  mí 
tras  sus  ídolos,  soportarán  su  propia 
iniquidad,  11  y  servirán  a  mi  santua- 
rio como  centinelas  de  ias  puertas 
del  templo  y  servidores  del  templo 
.nisino;  ellos  degollarán  los  holocaus- 
tos y  las  víctimas  para  el  pueblo  y 
estarán  a  su  disposición  para  servir- 
lo. u  Por  cuanto  que  ellos  sirvieron  b 
ante  sus  ídolos  y  fueron  para  la  casa 
de  Israel  como  seducción  ;  por  eso 
he  alzado  mi  mano  contra  ellos,  de- 
clara el  Señor  d,  Yahveh;  y  ellos  so- 
portarán su  iniquidad,  "  y  no  se  acer- 
carán a  mí  para  ejercer  conmigo  las 
funciones  sacerdotales  ni  a  tocar  nin- 
guna de  mis  cosas  santas  ni 1  el  san- 
tísimo, sino  que  soportarán  su  igno- 
minia y  las  abominaciones  que  han 
cometido.  "  Y  los  he  reducido  a  des- 
empeñar el  cuidado  del  templo  para 
todo  su  servicio  y  para  cuanto  en  él 
-.e  haga. 

16  Pero  los  sacerdotes  levitas  hijos 
le  Sadoq,  que  cuidaron  del  servicio 
de  mi  santuario  cuando  los  israelitas 
se  extraviaron  lejos  de  mí,  ellos  son 
quienes  se  aproximarán  a  mí  para 
servirme  y  estarán  a  mi  disposición 
oara  ofrecerme  la  grasa  y  la  sangre, 
declara  el  Señor  d,  Yahveh.  "  Ellos 
penetrarán  en  mi  santuario  y  ellos 
se  acercarán  a  mi  mesa  para  mi  mi- 
nisterio y  desempeñarán  mi  servicio. 
1T  Cuando  entren  por  las  puertas  del 
atrio  interior,  vestirán  vestiduras  de 
lino,  y  no  llevarán  sobre  sí  lana  cuan- 
do oficien  en  las  puertas  del  atrio 
interior  y  dentro  del  templo.  18  Tur- 
bantes de  lino  llevarán  en  la  cabeza 
f  zaragüelles  de  lino  n  sus  riñone:<. 
y  no  se  ceñirán  nada  que  provoque 
el  sudor.  10  Cuando  salgan  i  al  atrio 
exterior al  pueblo,  se  despojarán 


A  A  -  ESTA  I'Uerta  :  este  texto  es  aplicado  por  los  Santos  Padres  y  la  Iglesia  a  la 
Virgen  Santísima  y  a  su  purísima  virginidad,  no  porque  la  puerta  oriental  de 
que  aquí  se  habla  sea  símbolo  de  la  Virgen,  sino  porque  la  regla  de  reverencia  reli- 
giosa a  ella  aplicada  tiene  valor  también  para  María. 

5  En  cómo  se  extra  :  así  lit.  ;  algs.  corrigen  «en  todos  los  que  son  introducidos  en 
el  templo  y  en  todos  los  que  son  sacados  del  santuario». 

•  Son  demasiadas  ;  como  si  dijera  :  Tiempo  es  ya  de  que  dejéis  vuestras  prácticas 

13  No  se  acercarán  a  mí  :  de  aquí  viene — dice  Maldonado — la  costumbre  eclesiástica 
de  que  los  clérigos  que  han  pecado  sean  rechazados  por  los  concilios  a  los  grados 
inferiores.  ||  El  Santísimo  :  o  bien,  «santísimas». 


-  1565  - 


44  *>~<Í5  ¡> 


KZEQU1EL 


44  ^-45  » 


de  las  vestiduras  con  que  havan  ofi- 
ciado y  las  dejarán  en  los  aposentos 
del  santuario,  y  se  vestirán  con  otras 
ropas,  para  no  santificar  al  pueblo 
con  sus  vestiduras.  20  No  se  raparán 
la  cabeza  y  se  dejarán  crecer  el  ca- 
bello; se  corlarán  debidamente  la  ca- 
bellera. 21  Ningúfa  sacerdote  beberá 
vino  cuando  hava  de  entrar  en  el 
atrio  interior.  "  Ni  a  viuda  ni  repu- 
diada tomarán  para  sí  por  esposa, 
sino  doncella  de  la  estirpe  k  de  Is- 
rael ;  mas  podrán  tomar  a  quien  sea 
viuda  de  sacerdote.  25  Enseñarán  a 
mi  pueblo  a  discernir  entre  lo  sonto 
y  lo  profano  y  le  darán  a  conocer  la 
diferencia  entre  lo  inmundo  y  lo  pu- 
ro. u  En  los  pleitos,  ellos  se  presen- 
tarán a  juzgar  y  según  mis  derechos 
lo  decidirán ;  observarán  mi  ley  y 
mis  estatutos  en  todas  mis  fiestas  y 
santificarán  mis  sábados.  26  Y  a  ca- 
dáver humano  no  se  llegarán  1  para 
contaminarse  ;  sin  embargo,  podrán 
contaminarse  por  el  padre  y  la  ma- 
dre, por  un  hijo  o  una  hija,  por  un 


hermano  o  una  hermana  aún  no  ca- 
sada. 26  Y  después  de  haberse  purifi- 
cado, se  le  contarán  siete  días,  21  y 
en  el  día  en  que  entre  en  el  santua- 
rio, en  el  atrio  interno  paja  ejercer 
el  ministerio  en  el  santuario,  ofrece- 
rá su  sacrificio  por  el  pecado,  decla- 
ra el  Señor  d,  Yahveli. 

28  Y  no  tendrán  heredad  m :  yo  soy 
su  heredad  ;  ni  les  daréis  posesión 
en  Israel :  yo  soy  su  posesión.  28  Las 
oblaciones,  las  víctimas  por  el  peca- 
Jo  y  por  el  delito  han  de  comer  ellos; 
y  suyo  será  cuanto  sea  consagrado  a 
exterminio  en  Israel.  su  Las  primi- 
cias de  todos  los  primeros  frutos  de 
cualquier  clase,  y  todas  las  ofrendas 
Je  cualquier  especie  de  entre  todas 
vuestras  ofrendas  alzadas,  correspon- 
derán a  los  sacerdotes  ;  y  daréis  al 
sacerdote  las  primicias  de  vuestras 
pastas,  para  que  descanse  la  bendi- 
ción sobre  vuestras  casas  °.  21  Nada 
de  muerto  o  despedazado,  así  de  aves 
como  de  bestias,  han  de  comer  los 
sacerdotes. 


Posesiones  de  sacerdotes  y  levitas  y  del  príncipe. 
Festividades  anuales 


AC  1  »Y  cuando  os  repartáis  poi 
sorteo  la  tierra  en  concepto  de 
heredad,  ofreceréis  como  oblación  a 
Yahveh  una  porción  santa  de  la  tie- 
rra, de  una  longitud  de  veinticinco 
mil  codos  y  una  anchura  de  veinte  a 
mil  ;  será  sonta  en  todo  su  término 
alrededor.  2  De  ella  serán  para  el  san- 
tuario quinientos  codos  por  quinien- 
tos en  cuadro  todo  alrededor ;  y  en 
torno  a  ella  habrá  una  zona  libre  de 
cincuenta  codos.  1  Y  de  tal  extensión, 
medirás  veinticinco  mil  codos  de  lon- 
gitud por  diez  mil  de  anchura,  y  en 
ella  estará  el  santuario,  en  calidad 
de  santísimo.  *  Esta  porción  santa  de 
la  tierra  será  para  los  sacerdotes  mi- 
nistros del  santuario,  que  se  acercan 
para  servir  a  Yahveh ;  les  servirá  de 
emplazamiento  para  las  casas  y  es- 
pacio libre  b  para  el  santuario  6  Vein- 


ticinco mil  [codos]  de  longitud  por 
diez  mil  de  anchura  serán  para  los 
levitas  que  ejercen  el  ministerio  en 
el  templo,  en  concepto  de  posesión 
¡>ara  ciudades  en  que  habitar".  *A 
posesión  de  la  ciudad  dedicaréis  cin- 
co mil  codos  de  anchura  por  veinti- 
cinco mil  de  longitud,  conforme  a  la 
ofrenda  sagrada.;  para  tocia  la  casa 
de  Israel  será.  '  Keservaréis  para  el 
príncipe  a  un  lado  y  otro  de  la  ofren- 
da sagrada  y  de  la  posesión  de  la 
ciudad,  a  lo  largo  de  la  ofrenda  sa- 
grada y  de  la  posesión  de  la  ciu- 
dad, por  el  lado  del  mar,  hacia  oc- 
cidente, y  en  dirección  oriental,  ha- 
cia oriente,  en  longitud  correspon- 
diente a  cada  una  de  las  partes  [de 
las  tribus],  desde  la  frontera  por  oc- 
cidente d  hasta  la  frontera  por  orien- 
te 8  del  país  e.  Esta  será  su  posesión 


"  Derechos  :  o  también,  dictámenes. 

«°  Vuestras  pastas  :  o  masas,  o  también,  harina  gruesa,  cebada  mondada. 

AK    1  Desde  este  capítulo  fija  Ezequiel  la  nueva  repartición  de  la  tierra  de  Israel 
entre  las  tribus  repatriadas,  empezando  por  el  templo. 
*  Conforme  a  la  ofrenda  sagrada  :  c.  d.,  a  la  porción  de  nue  habló  el  v.  i.  G 
iconf.  a  la  declinada  al  traipln» 


45  9-17 


EZrTQUIBL 


45 


en  Israel,  y  mis  príncipes  no  opri- 
mirán mas  a  mi  pueblo  ;  mas  deja- 
rán '  la  tierra  a  la  casa  de  Israel  con 
arreglo  a  sus  tribus. 

9  Así  habla  el  Señor «,  Yahveh  : 
|  Ya  tenéis  bástanle,  príncipes  de  Is- 
rael! Apartad  la  injusticia  y  la  rapi- 
ña, practicad  el  derecho  y  la  justicia, 
quitad  de  sobre  mi  pueblo  vuestras 
confiscaciones,  declara  el  Señor  s, 
Yahveh.  10  Tened  balanzas  justas,  efá 
justo  y  bat  justo.  11  El  efá  y  el  bat  se- 
rán de  una  misma  medida,  de  suerte 
que  el  bat  contenga  un  décimo  del 
jómer,  y  un  décimo  del  jómer  el  efá; 
su  medida  será  según  el  jómer.  "  El 
siclo  será  de  veinte  guerás.  h  Cinco 
siclos  [moneda]  serán  cinco  6¡clos 
[de  peso],  y  diez  siclos,  diez,  y  cin- 
cuenta b  siclos  constituirán  entre  vos- 
otros una  mina. 

a  Esta  será  la  ofrenda  que  habéis 
de  ofrecer  :  un  6exto  de  efá  por  cada 
jómer  de  trigo  y  un  sexto  de  efá  por 
cada  jómer  de  cebada.  "  Norma  para 
el  aceite,  para  el  bat  de  aceite  :  un 
décimo  de  bat  por  cada  coro,  'o  sea 
un  jómer  de  diez  batos  pues  diez 
batos  hacen  un  coro  15  Y  un?,  cabe- 
za de  ganado  menor  por  cada  dos- 
cientas de  la  región  bien  regada  de 
Israel,  para  oblaciones,  holocaustos 
y  sacrificios  pacíficos,  como  propi- 
ciación para  ellos,  declara  el  Señor  s. 
Yahveh.  ™  Toda  la  gente  del  país  es- 
tará obligada  a  presentar  tal  ofren- 
da al  príncipe  de  Israel.  "  Mas  al 
príncipe  incumbirán  los  holocaustos, 
oblaciones  y  libaciones  en  las  fies- 
tas, les  novilunios  y  los  sábados  y  k 


en  todas  las  solemnidades.  El  pro- 
veerá al  sacrificio  por  el  pecado,  las 
oblaciones,  los  holocaustos  y  los  sa- 
crificios pacíficos,  a  fin  de  ofrecer  la 
expiación  por  la  casa  de  Israel. 

ltrAsí  habla  el  Señor  *,  Yahveh:  El 
día  uno  del  primer  mes  tomarás  un 
novillo  sin  tacha  y  harás  la  consa- 
gración expiatoria  del  santuario. 10  El 
sacerdote  tomará  de  la  sangre  del 
sacrificio  por  el  pecado  y  la  pondrá 
sobre  las  jambas  del  templo,  sobre 
los  cuatro  ángulos  del  rellano  de  de- 
lante del  altar  y  sobre  el  jambaje  de 
la  puerta  del  atrio  interior.  20  E  igual- 
mente harás  en  el  mes  séptimo  para 
quien  peque  por  error  y  por  igno- 
rancia, y  ofreceréis  expiación  por  el 
templo.  M  El  día  catorce  del  primer 
mes  celebraréis  la  Pascua,  fiesta  que 
durará  una  semana  ;  se  comerá  pan 
sin  levadura^  22  En  aquel  día  el  prín- 
cipe ofrecerá  por  él  y  por  todo  el 
pueblo  de  la  tierra  un  novillo  en  sa- 
crificio por  el  pecado  ;  18  y  durante 
los  siete  días  de  la  fiesta  celebrará 
holocausto  a  Yahveh,  consistente  en 
■íiete  novillos  y  siete  carneros,  sin  de- 
fecto cada  uno  de  los  siete,  además 
de  un  macho  cabrío  diario  en  sacri- 
ficio por  el  pecado.  24  Y  en  concepto 
le  oblación  ofrecerá  un  efá  por  no- 
villo, y  un  efá  por  carnero,  y  un  hin 
de  aceite  por  efá.  25  El  séptimo  mes, 
n  quince  del  mismo,  hará  por  la  fies- 
ta como  durante  esos  siete  días,  tan- 
to en  lo  referente  a  los  sacrificios 
por  el  pecado  como  en  lo  que  hace 
a  los  holocaustos,  las  oblaciones  y  el 
aceite. 


bastante  habéis  oprimido  al  pueblo  con  exacciones  ;  observad 
stros  actos. 

11  Su  medida  o  su  graduación  será...  :  e.  d.,  su  patrón  será  el  jómer. 

15  Cinco  siclos  serán  cinco  siclos  :  e.  d.,  el  valor  nominal  y  el  valor  real  coincidí- 

14  Coro...  :  sobre  estas  medidas  cf.  i  Re.  4,  11,  nota. 

15  La  región  bien  regada  :  muchos  corrigen  c.  G  :  c  [corno  ofrenda]  de  las  estirpes»  , 
otros,  «del  ganado». 

20  En  el  mes  séptimo  :  ,lit.,  en  el  séptimo  del  mes ;  cf.  G  :  «el  día  primero  del 
séptimo  mes»  ;  vide  Lev.  23,  27  ss. 

IH-r»rá  una  semana  :  se  trata  del  Pentecostés  judío. 


46  Vt2 


EZEQUIEL 


46  13-21 


Sábados  y  novilunios.  Distintos  ritos  del  templo 


A  «c  1  «Así  afirma  el  Señor  a,  Yah- 
veh  :  La  puerta  del  atrio  inter- 
no que  mira  a  oriente  permanecerá 
cerrada  durante  los  seis  días  labora- 
bles ;  mas  el  día  del  sábado  se  abrü 
rá  y  lo  mismo  el  día  del  novilunio. 

2  Eí  príncipe  entrará  desde  fuera  por 
el  vestíbulo  de  la  puerta  y  se  que- 
dará junto  a  las  jambas  de  ésta, 
mientras  los  sacerdotes  ofrecerán  su 
holocausto  y  sus  sacrificios  pacíficos. 
El  se  prosternará  en  oración  sobre 
el  umbral  de  la  puerta  y  saldrá,  y  la 
puerta  no  se  cerrará  hasta  la  tarde. 

3  Y  el  pueblo  del  país  se  prosternará 
ante  Yahveh,  a  la  entrada  de  esa 
puerta,  los  sábados  y  los  novilunios. 

4  El  holocausto  que  ofrecerá  el  prín- 
cipe a  Yahveh  el  día  del  sábado  con- 
sistirá en  seis  corderos  sin  defecto 
v  un  carnero  sin  tacha  ;  8  y  como 
oblación,  un  cfá  por  el  carnero,  y 
por  los  corderos,  como  oblación,  el 
presente  que  pueda,  y  un  hin  por 
cada  cfá.  "  Y  el  día  del  novilunio,  un 
novillo  sin  tacha,  seis  corderos  y  un 
carnero  sin  defecto  ;  '  y  ofrecerá  co- 
rno oblación  un  efá  por  el  novillo  y 
un  cfá  por  el  carnero ;  y  por  los  cor- 
deros, en  la  medida  que  sea  capa/ 
de  da> ,  y  un  hin  de  aceite  por  cada 
efá. 

8  Cuando  el  príncipe  haya  de  en- 
trar, entrará  por  el  vestíbulo  de  la 
puerta  y  por  ese  mismo  camino  sal- 
drá. *  Mas  cuando  penetre  la  gente 
del  pueblo  ante  Yahveh  en  las  so- 
lemnidades, quien  entre  a  adorar  pol- 
la puerta  del  norte  saldrá  por  la  del 
mediodía,  y  quien  entre  por  la  puer- 
ta meridional  saldrá  por  la  septen- 
trional ;  no  ha  de  volver  por  la  mis- 
ma puerta  por  donde  entró,  sino  que 
saldrá  por  la  de  enfrente.  10  Y  el 
príncipe  penetrará  en  medio  de  ellos 
cuando  entren,  y  saldrá  cuando  sal- 
gan ellos.  11  En  las  fiestas  y  solem- 
nidades, la  oblación  será  de  un  cfá 
por  novillo  y  un  efá  por  carnero,  y 
por  los  corderos  el  presente  que  pue 
da,  y  un  hin  de  aceite  por  cada  cfá. 

12  Cuando  el  príncipe  ofrezca  un. 


don  voluntario,  holocausto  o  sacrifi- 
cio pacífico,  como  presente  espontá- 
neo a  Yahveh,  se  abrirá  para  él  la 
puerta  que  mira  a  oriente,  y  hará  su 
ho'.ocausto  y  su  sacrificio"  pacífico 
como  hace  en  el  día  del  sábado  ;  y 
una  vez  salga,  se  cerrará  la  puerta 
tras  haber  él  salido. 

13  Cada  día  ofrecerás  b  como  holo- 
causto a  Yahveh  un  cordero  añal  sin 
tacha  ;  cada  mañana  lo  has  de  ofre- 
cer. 11  Además  de  ello,  ofrecerás  b  co- 
mo oblación  cada  mañana  un  sexto 
de  efá  y  un  tercio  de  hin  de  aceite 
para  rociar  la  flor  de  harina,  como 
oblación  a  Yahveh.  Es  éste  un  esta- 
tuto 0  eterno  y  para  siempre.  ls  Y  se 
ofrecerá  el  cordero,  la  oblación  y  el 
aceite  cada  mañana  como  holocausto 
perpetuo. 

w  Así  habla  el  Señor  a,  Yahveh  : 
Cuando  el  príncipe  haga  de  su  here- 
dad d  un  regalo  a  alguno  de  sus  hi- 
jos, a  sus  hijos  pertenecerá,  será 
posesión  suya  en  concepto  de  heren- 
cia. "  En  cambio,  cuando  de  su  he- 
redad haga  un  regalo  a  uno  de  sus 
subditos,  será  de  éste  hasta  el  año 
jubilar,  volviendo  entonces  al  prín- 
cipe ;  sólo  la  heredad  de  6  sus  hijo» 
a  éstos  pertenecerá.  18  Asimismo,  el 
príncipe  no  podrá  tomar  nada  de  la 
heredad  del  pueblo,  despojándole  de 
su  posesión  ;  de  su  propia  posesión 
podrá  transmitir  en  herencia  a  sus 
hijos,  a  fin  de  que  mi  pueblo  no  sea 
desplazado  de  la  posesión  que  a  cada 
uno  corresponde.» 

18  Luego  condújome  por  la  entrada 
que  se  halla  al  costado  de  la  puerta 
a  las  habitaciones  del  santuario  des- 
tinadas a  '  los  sacerdotes,  las  cuales 
miraban  al  norte  ;  mas  he  aquí  que 
allí  había  un  lugar  en  el  fondo  que 
daba  a  poniente.  20  Y  díjome  :  «Este 
es  el  sitio  donde  los  sacerdotes  han 
de  guisar  las  víctimas  por  el  delito 
v  por  el  pecado  y  cocer  las  oblacio- 
nes, a  fin  de  que  no  lo  saquen  al 
atrio  exterior,  santificando  así  al  pue- 
blo.» n  Luego  me  sacó  al  atrio  exte- 
rior y  me  hizo  pasar  junto  a  las  cua- 


A  f*    1  El  presente  uue  pueda  :  lo  que  tenga  a  mano  y  quiera  dar. 
rrO    io  y  el  príncipe  :  la  costumbre  de  asistir  el  rey  a  las  solemnidades  en  medio 
de  su  pueblo  existió  antes  del  cautiverio,  y  a  ella  se  refiere  David  en  el  salmo  4i4„,  5 
m  Habitaciones  del  santuario  :  o  bien,  celdas  santas. 


-  1568  - 


46  22-47  9 


EZRQUIEL 


46  24-47  18 


tro  esquinas  del  atrio,  v  he  aquí  que 
había  un  patio  en  cada  uno  de  ios 
ángulos  del  atrio.  "  En  las  cuatro 
esquinas  del  atrio  había  unos  pane- 
cillos e  de  cuarenta  codos  de  longitud 
por  treinta  de  ancho  ;  una»  misma» 
dimensiones  tenían  los  cuatro.  a  Un 


amurallamiento  circundaba  a  los  cua- 
tr»  atrios  todo  alrededor,  y  bajo  el 
muro  había  todo  en  torno  construí- 
dos  fogones.  21  Y  me  dijo  :  «Este  es 
el  departamento  de  los  fogones,  don- 
de los  ministros  del  templo  guisarán 
los  sacrificios  del  pueblo.» 


Nueva  distribución  del  país  israelita.  El  agua  que  brotará 
del  nuevo  templo.  Renovación  de  fronteras 


47 


Luego  hízome  volver  a  la  puei- 
ta  del  templo,  y  he  aquí  que 
por  debajo  del  umbral  del  mismo, 
en  dirección  este,  brotaba  agua;  pues 
la  fachada  de  aquélla  daba  a  orientt, 
v  las  aguas  descendían  de  debajo  de 
la  pared  lateral  derecha  del  templo, 
al  sur  del  altar.  2  Y  sacóme  por  la 
puerta  septentrional  e  hízome  dai  la 
vuelta,  por  fuera,  hasta  la  puerta  ex- 
terior que  mira  camino  del  este,  y 
he  aquí  que  las  aguas  fluían  por  la 
pared  lateral  sur.  3  Al  salir  el  indivi- 
duo hacia  oriente,  llevaba  en  su  ma- 
no un  cordel,  y  midió  mil  codos  e 
hízome  atravesar  el  agua,  que  llega- 
ba hasta  los  tobillos.  1  Y  midió  otro» 
mil  codos  y  me  hizo  atravesar  las 
aguas  con  el  agua  hasta  las  rodillas, 
y  midió  mil  mas  y  me  hizo  atravesar 
con  el  agua  hasta  la  cintura.  5  Y  mi- 
dió otros  mil  :  era  un  río  que  no 
pude  atravesar,  pues  las  aguas  ha- 
bían crecido  y  tenían  que  pasarse  a 
nado  ;  era  un  río  que  no  podía  atra- 
vesarse. 8  Y  me  dijo:  «¡  Ya  has  visto, 
oh  hijo  del  hombre!»  E  hízome  vol- 
ver a  la  orilla  del  río.  7  Cuando  re- 
gresé, observé  a  orillas  del  río  una 
arboleda  copiosísima  a  una  y  otra 
margen.  8  Y  díjome  :  «Estas  aguas 
brotan  en  la  región  oriental,  bajan 
al  Arabá  y  desembocan  en  el  mar, 
en  el  agua  a  fétida  b,  y  las  aguas  que- 
dan saneadas.  9  Y  todo  ser  viviente 
que  se  agita  en  el  agua,  allá  donde 
llegue  el  río  c,  vivirá,  y  los  peces  se- 
rán muy  abundantes,  pues  habrán 
llegado  allá  estas  aguas  y  quedarán 
saneadas,  d  y  habrá  vida  doquiera  De 


gue  el  río  d.  10  Y  acaecerá  que  se  pa- 
rarán a  sus  orillas  los  pescadores  ; 
desde  En-gaddí  hasta  En-egláyim  se- 
rá e  uni  tendedero  de  redes.  Y  por 
sus  variadas  especies,  sus  peces  se 
rán  abundantísimos  como  los  peces 
del  mar  grande.  11  Sus  pantanos  y 
lagunas  no  se  sanearán;  serán  deja- 
dos como  salinas.  "  Junto  al  río  cre- 
cerán, a  una  y  otra  orilla,  toda  suer- 
te de  árboles  frutales,  cuyo  follaje  no 
se  marchitará  y  cuyo  fruto  no  se  ago- 
I  tará.  Todos  los  meses  traerán  fruto» 
I  nuevos,  pues  sus  aguas  brotan  del 
santuario.  Y  sus  frutos  servirán  de 
alimento  y  sus  hojas  de  medicina. 

u  Así  ha  dicho  el  Señor ',  Yah- 
veh  :  Estas  e  serán  las  frontera»  de 
la  tierra  que  recibiréis  en  herencia 
las  doce  tribus  de  Israel  (José  una 
parte  doble  h)  ;  14  lo  heredaréis  cada 
uno  en  igual  proporción  que  su  her- 
mano, de  lo  que  yo,  alzando  la  ma- 
no, juré  dar  a  vuestros  padres  ;  y 
esta  tierra  os  tocará  en  concepto  de 
heredad.  11  Esta  será,  pues,  la  de- 
marcación del  país  :  por  el  lado  sep- 
tentrional, desde  el  mar  grande,  ca- 
mino de  1  Jetlón,  hasta  por  donde  se 
entra  a  Jamat  ¡,  hacia  Sedad;  w  Ja- 
mat k,  Berota,  Sibráyim,  entre  el  te- 
rritorio de  Damasco  y  de  Jamat  ;  Ja- 
ser-E/ió»  l,  situado  en  la  frontera  de 
Haurán.  "  Así,  pues,  la  frontera  co- 
rrerá desde  el  mar  hasta  Jaser-Enón, 
de  suerte  que  el  territorio  de  Damas- 
co quede  al  norte  m,  n  al  lado  del  te- 
rritorio de  Jamat  n.  Tal  será  el  lado 
septentrional.  13  En  cuanto«al  costado 
oriental,  entre  Haurán,  Damasco,  Ga- 


AiJ  8  Araba  :  e.  d.,  la  región  baja  o  depresión  profunda  que  abarca  el  valle  d 
Jordán  y  el  mar  Muerto  y  la  tierra  al  sur  de  éste;  ef.  Dt.  i,  i. 

10  En-gaddí  v  En-egláyim  :  en  la  marsen  occidental  del  mar  Muerto.  ||  Ma 
grande  :  e.  d.,  el  ¡Mediterráneo. 

"  Estas  serán  :  después  de  la  descripción  del  templo  y  lo  a  él  concerniente  vien 
lo  que  respecta  a  la  organización  civil  y  política  del  país. 

"  Mar  oriental  :  e.  d.,  el  mar  Muerto. 


rs<59- 


9 


laad  y  la  tierra  de  Israel,  será  la 
frontera  0  el  Jordán,  hacia  »  el  mar 
oriental  hasta  Tamar*;  tal  será  el 
flanco  del  este.  "  El  lado  del  6ur,  al 
mediodía,  será  desde  Tamar  hasta 
las  aguas  de  Meribaf-Oadés,  en  la 
dirección  del  torrente  hasta  el  mar 
grande  ;  éste  será  el  lado  sur,  por  el 
mediodía.  20  Y  el  flanco  occidental 
será  el  mar  grande,  que  constituye 
la  frontera  0  hasta  enfrente  de  la  en- 
trada de  Jamat.  Tal  será  el  lado  oc- 
cidental. 


M  Y  os  repartiréis  esta  tierra  según 
las  tribus  de  Israel  ;  "  y  echaréis 
suertes  sobre  ella  para  poseerla  co- 
mo heredad  entre  vosotros  y  los  ex- 
tranjeros inmigrados  en  medio  de 
vosotros  que  hayan  engendrado  hijos 
en  medio  vuestro,  pues  serán  para 
vosotros  como  nacidos  entre  los  is- 
raelitas ;  con  vosotros  echarán  suer- 
tes para  poseerla  como  propiedad  en 
medio  de  las  tribus  de  Israel.  a  En 
cualquier  tribu  en  que  el  extranjero 
more,  allí  le  darán  su  heredad»,  de- 
clara el  Señor  ',  Yahveh. 


Distribución  del  territorio 


aq  1  «Y  éstos  son  los  nombres  de 
las  tribus :  por  el  extremo  sep- 
tentrional, camino  de  Jetlón  hasta  la 
entrada  de  Jamat,  hasta  Jaser-Enón 
— de  forma  que  a  el  territorio  de  Da- 
masco queda  al  norte—,  al  lado  de 
Jamat,  tendrá  b  Dan  una  parte  here- 
ditaria, desde  el  lado  oriental  hasta 
el  costado  occidental  °.  2  Y  limitan- 
do con  Dan,  desde  el  lado  oriental 
hasta  el  lado  occidental,  Aser,  una 
parte.  *  Y  fronterizo  con  Aser,  desde 
el  lado  oriental  hasta  el  occidental, 
Neftalí,  una  parte.  4  Y  junto  al  te- 
rritorio Neftalí,  desde  el  lado  orien- 
tal hasta  el  occidental,  Manasés,  una 
parte.  '  Y  fronterizo  con  Manasés, 
desde  el  lado  oriental  hasta  el  occi- 
dental, Efraím,  una  parte.  6  Y  limi- 
tando con  Efraím,  desde  el  lado 
oriental  hasta  el  occidental,  Rubén, 
una  parte.  '  Y  junto  al  territorio  de 
Rubén,  desde  el  lado  oriental  hasta 
el  occidental,  Judá,  una  parte.  8  Y 
limitando  con  Judá,  desde  el  lado 
oriental  hasta  el  occidental,  estará 
la  porción  sagrada  que  habéis  de  re- 
servar como  ofrenda,  de  veinticinco 
mil  [codos]  de  anchura  y  de  larga 
como  una  de  las  partes,  desde  el 
flanco  oriental  hasta  el  occidental.  Y 
en  medio  de  ella  estará  el  santuario. 

*  La  porción  sagrada  que  ofrece- 
réis a  Yahveh  será  de  veinticinco  mi! 


[codos]  de  longitud  por  veinte  a  mil 
de  ancho.  lu  Y  la  parte  sagrada  re- 
servada a  los  sacerdotes  comprende- 
rá lo  siguiente  :  al  norte,  veinticin- 
co mil  [codos]  de  longitud  ;  al  oeste, 
diez  mil  de  anchura  ;  al  este,  diez 
mil  de  anchura,  y  al  sur,  veinticinco 
mil  de  longitud  ;  y  el  santuario  de 
Yahveh  quedará  en  el  medio.  "  Per- 
tenecerá a  los  sacerdotes,  los  consa- 
grados, de  entre  los  hijos  de  Sadoq, 
quienes  desempeñaron  mi  servicio  y 
no  se  descarriaron  al  descarriarse  los 
israelitas,  como  se  descarriaron  los 
levitas.  "  Y  les  corresponderá  [aque- 
lla porción]  de  la  ofrenda  del  país 
como  cosa  santísima,  junto  al  terri- 
torio de  los  levitas. 

"  Y  los  levitas  tendrán e,  en  co- 
rrespondencia con  el  territorio  de  los 
sacerdotes,  veinticinco  mil  [codos] 
de  longitud  por  diez  mil  de  anchu- 
ra; la  totalidad  '  tendrá  una  longitud 
de  veinticinco  mil  codos  y  una  an- 
chura de  veinte  d  mil.  "  Y  no  6e  po- 
drá vender  nada  ni  permutar,  ni  tras- 
pasar las  primicias  de  la  tierra;  pues 
son  cosas  consagradas  a  Yahveh. 

18  Los  cinco  mil  [codos]  que  res- 
tan en  anchura  en  el  lado  de  los 
veinticinco  mil  constituirán  terreno 
profano  para  la  ciudad,  para  las  mo- 
radas y  para  el  ejido.  La  ciudad  es- 
i  tará  en  el  medio.  16  Y  éstas  serán  sus 


Aguas  de  Meribat-Qadés  :  o  bien,  las  aguas  de  la  reyerta,  en  Qadés. 
22  Los  exiranjfros  inmigrados  :   se  les  permite  en  adelante  tomar  parte  en  la 
posesión  territorial,  a  condición,  empero,  de  que  i>ermanezcan  en  la  tierra  de  modo 
estable. 

Fjir>o  :  o  espacio  libre 


-  1570  - 


48 


48 


dimensiones  :  lado  del  norte,  cuatro 
mil  quinientos  [codos] ;  lado  del  sur, 
cuatro  mil  quinientos  ;  lado  del  este, 
cuatro  mil  quinientos,  y  lado  del  oes- 
te, cuatro  mil  quinientos. 

"  Y  la  ciudad  tendrá  un  ejido  de 
doscientos  cincuenta  [codos]  al  nor- 
te, doscientos  cincuenta  por  el  sur, 
doscientos  cincuenta  por  el  este  y 
doscientos  cincuenta  por  el  oeste. 18  Y 
a  lo  largo,  e  paralelamente  a  la  por- 
ción sagrada  e,  quedarán  diez  mil  co- 
dos a  oriente  y  diez  mil  a  poniente, 
paralelamente  a  la  porción  sagrada  ; 
y  sus  productos  se  destinarán  a  la 
manutención  de  los  trabajadores  de 
la  ciudad.  19  Y  los  trabajadores  de  la 
ciudad  trabajarán  en  ella  procedentes 
de  todas  las  tribus  de  Israel.  "  Toda 
la  porción  reservada  será  de  vein- 
ticinco mil  [codos]  por  veinticinco 
mil  ;  en  cuadro  tomaréis  la  ofrenda 
santa  con  inclusión  de  la  posesión  de 
la  ciudad. 

"  El  resto  pertenecerá  al  príncipe . 
a  uno  y  otro  lado  de  la  zona  sagrada 
y  de  la  posesión  de  la  ciudad,  a  lo 
largo  de  los  veinticinco  mil  [codos] 
de  la  zona  sagrada  [al  este]  hasta  la 
frontera  oriental  ;  y  al  oeste,  a  lo 
largo  de  los  veinticinco  mil  codos 
hasta  h  la  frontera  occidental,  en  co- 
rrespondencia con  las  demás  porcio- 
nes, será  propiedad  del  príncipe.  Y 
la  porción  sagrada  y  el  santuario  del 
templo  estarán  en  medio.  "  Y  la  po- 
sesión 1  de  los  levitas  y  la  de  la  ciu- 
dad estarán  en  medio  de  la  corres- 
pondiente al  príncipe  ;  lo  que  hay 
entre  el  territorio  de  Judá  y  el  te- 
rritorio de  Benjamín  será  del  prín- 
cipe. 

13  En  cuanto  al  resto  de  las  tribus, 
desde  el  lado  oriental  hasta  el  occi- 


dental, Benjamín  tendrá  una  parte. 
M  Y  lindando  con  Benjamín,  desde  el 
lado  oriental  hasta  el  occidental,  Si- 
meón, una  parte.  M  Y  fronteriza  con 
Simeón,  desde  el  lado  oriental  hasta 
el  occidental,  Isacar,  una  parte.  !6  Y 
lindando  con  Isacar,  desde  el  lado 
del  oriente  hasta  el  occidental,  Za- 
bulón, una  parte.  "  Y  fronteriza  con 
Zabulón,  desde  el  lado  oriental  has- 
ta el  de  occidente,  Gad,  una  parte. 
*  Y  limitando  con  Gad,  desde  el  la- 
do meridional,  por  el  sur,  la  fronte- 
ra correrá  desde  Tamar  hasta  ¡  las 
aguas  del  Meribat-Qadés,  siguiendo 
el  torrente  hasta  el  mar  grande. 

28  Tal  es  la  tierra  que  sortearéis  en 
concepto  de  posesión  hereditaria  en- 
tre las  tribus  de  Israel,  y  tales  serán 
sus  divisiones,  declara  el  Señor  k, 
Yahveh. 

*°  Y  éstas  serán  las  salidas  de  la 
ciudad:  por  el  lado  norte,  cuatro  mil 
quinientos  [codos]  de  medida.  81  Y 
las  puertas  de  la  ciudad  se  denomi- 
narán según  los  nombres  de  las  tri- 
bus de  Israel,  y  habrá  tres  puertas 
<al  norte>  una  puerta  de  Rubén, 
una  puerta  de  Juda,  una  puerta  de 
Leví.  "  Por  el  lado  oriental,  cuatro 
mil  quinientos  [codos]  y  tres  puer- 
tas :  la  puerta  de  José,  una ;  la  puer- 
ta de  Benjamín,  una  ;  la  puerta  de 
Dan,  una.  M  Por  el  lado  sur,  cuatro 
mil  quinientos  [codos]  de  medida  y 
tres  puertas  :  una  puerta  de  Simeón, 
una  puerta  de  Isacar,  una  puerta  de 
Zabulón.  **  Y  m  por  el  lado  occiden- 
tal, cuatro  mil  quinientos  [codos]  y 
tres  puertas :  la  puerta  de  Gad,  una ; 
¡a  puerta  de  Aser,  una ;  la  puerta  de 
Neftalí,  una.  "  El  perímetro,  dieci- 
ocho mil  [codos],  y  el  nombre  de  la 
ciudad  será  a  partir  de  aquel  día 
«Yahveh  está  allí». 


■  Yahveh  está  allí  :  la  promesa  hecha  por  Dios  a  su  pueblo  de  que  habitaría 
con  El  ha  sido  representada  por  la  entrada  de  la  gloria  divina  en  el  tabernáculo  y  en 
el  templo.  Se  cumplirá  por  la  Encarnación.  Emmanuel,  Dios  con  nosotros,  es  la 
realización  de  lo  predicho  por  Ezequiel  :  «Yahveh  está  alll.i 


-  1571  - 


NOTAS    CRITICAS    A  EZEQUIEL 


aaadd,  según  Kit  (cf  G)]  bH  sus  rostros  y  sus  alas;  pero  cf  GL  (Kit)]  c  cf  Kit 
y  y  9  23]  d  asi  Kit  c  GLAr;  H  y  semejanza  de]  e  lit  salía;  así  c  V  (cf  Kit)]  f  t  cf  Kit] 
6  lit  y  miedo  para  ellos,  texto  que  ha  de  corregirse  (las  miréT,  y  miré  y  lie  üquí 
que?,  cf  Kit)]  b  H  añade  por  dittogr  allá  el  Espíritu  a  marchar  (cf  Kit)]  i  lit  del  ser 
animado  leí  Kit)]  J  así  Kit  c  pe  mss  vers  ;  H  sing]  k  H  añade  por  dittogr  y  cada  uno 
tema  dos  Que  les  cubrían;  lo  om  c  umss  GAr  (cf  Kit). 

CAP.  2 

a  así  Kit  c  V  etc  ;   Ha  tí]  b  *g¡  ins  Kit  c  321113a  edd  GS 

CAP.  3 

a  así  c  GLSV;  H  háblales  con  mis  palabras]  b  así  c  Kit;  GSV  y  sí;  H  si  no]  c  di, 
anota  Kit  (cf)]  d  así  c  Kit;  H  (—V)  bendita  (lit  bendito,  e.  d.,  la  gloria,  mase.]  »  asi 
Kit  c  V  etc;  Haíi]  1  así  c  Kit ;  Ha  mí]  e  así  c  Kit ;  H  a  tí. 

CAP.  4 

a  así  c  Kit;  H  pondrás]  b  así  Kit  c  G ;  H  (cf  V)  trescientos]  c  add,  anota  Kit] 
d  di,  anota  Kit]  •  H  y;  leemos  c  Kit  en  c  3mss  ed  Tmstv. 

CAP.  5 

a  a  Kit  1  c  G  y  dirás]  b  Kit  lo  suprime  c  Gb...]  c  así  c  Kit  y  otros  críticos]  d  así  H 
(o  «rasuraré  o  esquilaré,  disminuiré»);  otros  1  c  SymTV  Quebrantaré,  cortaré;  Kit  1 
c  GLS  rechazaré]   •  Kit  1  vosotros. 

CAP.   6  , 

a  Kit  di  c  Gb]  b  asi  c  Kit  (cf  ASymThTV)  ;  H  luí  Quebrantado]  e  así  «  Kit  (af)  ; 
H  Diblá. 

CAP.  7 

a  así  quizá  c  2mss  (G)TV  (cf  v  6)]  b  di  c  Gb  anota  Kit]  cH  afiade  aquí  se  ha  des- 
pertado; di  c  GT,  anota  Kit]  d"d  di  c  G,  anota  Kit]  e-e  di  c  Gb,  anota  Kit]  ('t  Kit  1 
*que  aun  continúe  vivo  (se  afirmará)»]  e  s  di,  anota  KH]  b"ta  Kit  lo  suprime  c  GbL] 
i  así  Kit  c  GLiiSV  ;  H  trocó]  J  así  ins  Kit  c  ca  2omss  ed  TV. 

CAP.  8 

a  Kit  di  c  GbLd]   b  así  Kit  c  GbLd  ;  H  luego]  c  así  Kit  c  GSTV  ;  H  plur. 
CAP.  9 

a  a  así  Kit  c  G  ;  H  sing]  b  di  c  GLd,  anota  Kit]  c  di  c  GbLd,  anota  Kit. 

CAP.  10 

a  as!  c  G  ;  H  sing  ;  prp  el  carro  como  en  9  3]  b  así  c  GVAr  cf  9  3;  H  sobre] 
t  G  manos;  así  Kit]  d  prps  toro  cf  1  10]  e  e  así  prb  (cf  Kit)  ;  H  cuando  ellos  salieron 
y  las  ruedas]  f  así  c  GS  ;  H  sing. 

CAP.  II 

a  di  anota  Kit  c  mss  GbLd]  b  así  c  mlt  mss  edd  vers  ;  H  saqué]  c  di  anota  Kit 
c  ms  Gb  y  Ld]  d  Kit  cree  prb  1  c  smss  S(T)  nuevo  (cf  18  31)  ;  36  26  G  otro. 

CAP.  15 

a  así  Kit  c  GLdST ;  H  sáca  [lo]  ;  V  «te  sacarán»]  b  prb  1  azada  (cf  Kit)]  casi  c  vers; 
H  saqué]  d  di  anota  Kit  c  mss..]  o  asi  c  Kit ;  H  ellos]  'asi  GSTwV ;  H  y  saldrá] 
e  Ki1  '  c  GS  il  horadará]  b  H  su  ayuda,  pero  cf  Kit]  i  así  c  Kit;  H  hacia  (a)]  J  Kit 
di  c  Gb... 


—  1572  — 


E¿EQUIEL 


CAP.  13 

»  <11  c  ms  Gb...  anota  Kit]  b  Kit  1  c  vers  la  brecha]  casi  Kit  (videntes)  c  G(T)  ; 
H  vieron]  d  así  Kit  c  G(V)  ;  H  adivinación]  e  así  Kit  c  G;  H  (=V)  será]  t  así  (lit 
«daré»)  c  ms  GV  ;  otros  suprimen  (y  leen  y  caerán)  cf  Kit]  s  así  Kit  c  G;  H  man- 
darás irrumpir]h-h  así  H  (=V),  Kit  cree  prb  1  c  S,  ¿<l<5«iie...  y  dónde...  f]  i  así 
c  LdSTV;  H  «tie...  allí]  i  así  c  V  (cf  Kit). 

cap.  14 

a  di  c  Gbl_d  anota  Kit]  b  así  Kit  c  T ;  K  con  ella,  Q  vino  (o  viniente)]  casi  Kit 
e  vers;  H  dejaré  atónito]  d  así  c  GV ;  H  proverbios]  e  GSSymV  saauen  (cf  Kit). 

cap.  15 

»  di  c  GbLd,  anota  Kit. 

CAP.  16 

a  di  c  GLd,  anota  Kit]  b  así  c  Kit,  cf  v  45  ;  H  el  amorreo]  c  Kit  suprime  esta  pa- 
labra c  smss  GLdS]  d  así  Kit  c  Ga(b)S ;  H  creció  (o  se  multiplicó)]  e  así  c  GLdSV  ; 
H  pechos]  'así  c  Kit ;  Ha  ti]  e  así  c  GSymSV  ;  H  desprecia  (se  burla)]  b  así  c  mlt 
mss  edd  GTlV  ;  H  como]  1  así  añadimos  c  3mss  GSV]  J  así  c  GTV  ;  cautiverio]  k  asi 
c  Kit;  H  y  no]  1  así  Kit  jmssken  cf  3"  ;  H  íu  maldad]  m  así  Kit  c  mlt  mss  edd  S ; 
H  Aram]  n  así  c  Kit  ¡  H  tú  recibas. 

CAP.  17 

a  di  c  Gl.d,  anota  Kit]  b  así  c  GSV;  H  una]  c  para  esta  puntuación  (c  V  y  frentr 
a  H)  cf  Kit)  i  Kit  1  la  selección,  la  flor;  cf  ST  c  mlt  mss]  e  Kit  1  rama(s). 

cap.  18 

a  di  c  msken  GbLd...  anota  Kit  (cf)]  b  cf  Kit]  c  así  c  GV  ;  cf  Kit]  d  así  Kit 
c  GaLdrS  etc;  H  será  muerto]  e  así  c  GLdV  ;  H  y  vió]  t  así  Kit  c  G,  cf  8;  H  del 
afligido]  g  así  (hurto)  c  Kit,  cf  7.12. 16 ;  H  hurto  [al]  hermano]  b  así  ins  c  2omss] 
1  Kit  1  c  algs  mss  Yahveh]  i  así  Kit  c  GLd  cf  25 ;  H  plur]  k  así  c  mlt  mss 
edd  STV;  H  sing]  1  así  Kit  c  2mssken  G,  cf  Jer  33  8 ;  H  con  ellos. 

•ap.  19 

a  así  Kit  c  GLd;  H  a  los  Príncipes]  b  asi  c  G  ;  H  uno]  casi  c  V  (H  conoció  las 
viudas  de  él);  texto  errp ;  unos  corrigen  «conoció  (otros:  devastó)  los  palacios, 
(cf  Th),  «rugía  en  su  atrevimiento»,  etc  (cf  Kit)]  d  así  Kit  c  GV  ;  H  lo  metieron  en 
lo  más  intrincado  de  los  7nontes]  «  H  añade  en  tu  sangre,  lección  discutida  :  2mss  1 
de  tu  viña;  Kit  cprb  1  c  T  semejaba]  »  «prb  1  una  rama  fuerte  cf  GbLbAr  et  12.14» 
anota  Kit]  g  Kit  1  c  G  cetro]  b  así  Kit  c  algs  mssken  ;  H  sobre]  i  así  Kit,  cf  31  3  ; 
H  ramas. 

cap.  20 

a  di  Kit  c  diversos  mss  en  cada  caso  ;  GLd  etc]  b  asi  ins  c  4mss  GSV]  c  así  ins 
c  mss  GLdSV  etc  (cf  Kit)]  d-d  di  c  GbLd,  anota  Kit]  e"e  así  H  c  V  ;  Kit  borra  c  G 
como  dittogr  de  la  alianza  y  cree  prb  1  antes  c  GLd  en  número  (cf  iPar  928)]  'así 
C  algs  mss  Eb22  vers;  H  sing]  K  así  c  Kit;  H  en. 

cap.  21 

a  así  c  Kit;  H  los  sant.]  b  di  anota  Kit  (c  GbLd...)]  el  Yahveh  anota  Kit] 
d"d  H  errp;  nos  limitamos  a  interpretarlo  según  V  (lit  «nos  alegraremos,  la  vara — o  tri- 
bu— de  mi  hijo  desprecia  todo  árbol»)]  e  así  1  c  V ;  H  la  dió  (Yahveh?  ;  otros  «dióse- 
la»)]  f  aquí  añade  H  otro  vocablo  que  c  Kit  suprimimos  como  dittogr  c  ms  GLdv  ; 
otros  lo  modifican,  así  como  la  primera  palabra  del  v,  leyendo  :  ivuelve  hacia  atrás, 
a  la  derecha,  hacia  adelante,  a  la  izquierda»]  e  Kit  corrige  H  «un  indicador  en  la 
cabecera  del  camino,  un  indicador  en  la  cabecera  del  25  camino  pondrás...»]  h  así 
c  Kit  (GS  y  sobre);  H  en]  i  así  Kit  c  G;  H  en  fortificación?;  V  «la  muy  fortificada»] 
ri  Kit  lo  juzga  add  de  vocablos  posteriores  del  v]  k  así  c  Kit;  H  a  ti. 

cap.  22 

a  di  anota  Kit  (c  LdGb)]  b  así  c  ¿tnss  or  GSTV  ;  H  hasta]  cfrt  1  de  tu  vergüenza, 
cf;  T,  anota  Kit]  d  Kit  1  c  GS  su  linaje]  e  así  prb  ins  c  GST]  f  prb  1  soplaré,  anota 
Kit]  icomo  Kit,  '■•.íele  1  c  G  aue  no  recibió  lluvia]  b  así  c  Kit]  i  así  Kit  c  G  ; 
H  la  conjura  de  sus  prontas. 


—  1573  — 


EZEQUIEL 


CAP.  23 

a  así  c  Kit  ;  II  a  ella]  b  así  c  Kit ;  H  añoraste]  <=  asi  c  Kit ;  H  tu]  <i  así  c  Kit  (cf 
3  8)  ;  H  lucieron  (lit  en  e¡  kace»-,)  tus]  «así  c  Kit  c  :mss,  GSV  en  E£-¡¿;ro]  í  así  c  Kit; 
H  a  /¡n  de]  e  di  anota  Kit  (c  Gb,  ras  Goiss,  Ld...)]  li  para  esta  puntuación  remite  Kit 
a  GSV]  i  así  c  Kit  ;  H  sing]  j  Kit  1,  en  vez  de  y  desolación  del  v  33,  y  que 
espanta]  k*k  di  anota  Kit,  y  con  arreglo  a  esto  corrige  el  resto  del  cap.]  11  crrp, 
anota  Kit]  m-ni  di  a  Oholá  y  en  v  44,  anota  Kit  conforme  a  lo  antes  anotado] 
n  así  Kit  c  S;   H  harán  reverter  (lit.  pondrán). 


CAP.  24 

a-a  cf  SV  y  vide  Kit]  b  di  c  Gb(Ld...),  anota  Kit]  casi  Kit,  dio;  H  los  huesOf} 
1  así  Kit  c  ímssken ;  H  sus  hervores  (o  borbollones?);  V  «lo  que  se  cocía  en  ella»| 
e  Kit  1  1  ucee]  í  Kit  anota  «frt  colocó  ti/a»]  e~s  lit  «sucedió  e  hice»  ;  algunos  corrigen  H 
(cf  Kit)]  basl  c  vers  (cf  Kit);  H  juzgarán]  i  así  c  Kit  (cf  TV);  H  hombres]  I  así 
c  Kit]  'así  ins  c  Kit]  i"  cf  Kit  basado  en  GS. 


cap.  25 

a  di  c  GbLd...,  anota  Kit]  b  asi  ins  c  SVAr  ;  «vel  di»  anota  Kit]  "así  c  Kit;  H  desde 

las  ciudades  desde  sus  ciudades]  d  así  c  GS ;  H  y  daréla]  e*e  quizá  baya  de  1  sólo, 
<   Kit,  entre  los  pueblos. 


a  di,  anota  Kit,  apoyado  en  diversos 
prb  c  GST ;  H  las  anuas]  d  así  c  GLdAr 
continente  cree  prb  1  Kit]  fV  las  naves] 


mss]  b  así  Kit  c  GST;  H  caerá  ella]  casi 
(cf  Kit)  ;  H  poblada  (habitada)  ?]  e  u  todo  el 
g  así  Kit  c  algs  mssken  etc  ;  H  romo. 


«en  el  acceso  al  mar»),  c  GS  ;  H  entradas  de  mar]  b  Kit  c  diversos  mss  lo 
así  Kit  c  T;  H  la  hija  de  los  asirios;  V  «de  marfil  índico»]  d  así  ins  Kit 
27]  e  así  c  Kit ;  H  en  plata]  t  así  ins  Kit  c  ¿mss  TAr  cf  vv  16,  19]  s  asi 
le  hombre)  c  Kit ;  H  con  alma...]  b  así  ins  Kit]  i  así  ins  Kit,  cf  16]  ¿Kit 
m  (  =  isla  de  Rodas)]  k  así  Kit  c  ca  25mss  AS,  cf  G  ;  H  Aram]  1  así  c  Kit; 
les]  ta-m  lit  por  trigo  de  Minnit,  texto  incierto  :  'con  el  trigo  más  puro'  ( ?), 
lento  primo»  ;  Kit  1  «frt»  trigo,  aceite]  n  así  Kit  c  G]  0-0  texto  crrp;  1  des- 
Meuzal;  vide  nota  v  19]  P  así  (lit  «la  cabeza»  o  «lo  principal  de»)  c  Kit; 
así  c  Kit;  H  con  toda]  r  así  c  ralt  mss  edd  GSTAr ;  H  y  con]  s  así  c  vers; 
to  «despedazada  por  las  olas»  ;  Kit  cree  prb  1  c  G  ten  los  mares». 


ios  mss]  b  así  c  mlt  m: 
V  ;   11  tus  adufes]  e  H 


GSV  ;  H  afir 


iss]  b  G  «los  rios»,  SV  «el  río»  ;  cf 
«yo  lo»]  dasí  c  GSV  ;  H  ellos  son] 
ó  él]  í  cf  v  3. 


CAP.   30  % 

a  Kit  lo  suprime  con  diversos  mss]  o  parece  ha  de  1  Lub  'Libia']  casi  Kit  c  G  ;  II 
qued.  asolados]  dG  «los  grandes  árboles»  de  culto  idólatra;   así  prb  1  según  Kit] 
S  en:  así  prb  1  según  Kit]  t  prb  1  Nof  c  G,  según  Kit]  g  así  (o  Syene)  c  Kit  ;  lí  Sin] 
b  así  c  GV  ;  H  Aven]  i  así  c  GV. 


a  así  Kit  c  G  ;  H  marchaba.— La  letra  a  de  los  vv  10,  15  y  18  tiene  la  misma 
anotación  que  en  los  caps  28,  29,  30  etc]  b  así  c  V,  cf  22  3  ;  H  todos]  «así  c  SV  ; 
H  te  has  engreído]  d~d  VAr  lo  suprimen  (cf  Kit)]  eH  añade  cubrí;  di  c  Gm»  anota 
Kit]  f  Kit  di  c  G  y  bello]  B  H  añade  así  ;  di  c  ms^en  v  ;  otros  «frt»  en  fuerza  (el  Kjt). 


a  así  II  (=V);  Kit  1  c  i3mss  G»S  undécimo]  b  Kit  lo  suprime  (cf  sus  apoyos)] 
i-  -isi  c  GV  '  H  subirán]  d  así  Kit  c  4mss  G""ssS  ;  H  las  bestias  de  toda]  e  así  C  Kit ;  H 
hacia]  'as!  Kit  c  G;  II  «(atraiga)  tu  ruina»]  e  así  c  GLV  ;  H  plur]  b.  así  c  vers] 
'  Kit  anota  •  «di  c  GL-SAr»]  i  víase  antes  nota  20]  k  así  c  Kit,  cf  V  23  ;  en  tomo  a  él 
,..,an)  sus  sepulcros]  1  Kit  anota:  «di,  dittogr  -  22»]  m  así  c  Kit  (cf)  B  en]  "Kit  lo 
5uprim(  como  dittogr  de  v  24]  o  o  han  sido  Puestos;  H  ailtgl  P  asi  Kit  c  GLdAr; 
11  di    entre  los   incircuncisos]   q  así  C  Kit;  H  ci<y«  culpa 


-  I.S74 


EZEQÜIEL 


cap.  M 

a  II  afiade  impío  que  c  Kit  «di  c  ais  GLdS»  cf  14  ;  3  18]  b  Kit  lo  suprime  é  algs 
tnss]  c  así  créese  prb  1  c  GaLdsbAr  cf  v  14 ;  H  vivirás]  d  Kit  1  c  mlt  mss  T  Yahveh  ] 
"Kit  1  «'os  habéis  colocado  sobre)  vuestras  ruinas»]  'así  añadimos  p  GSV]  t  así  prb 
c  Kil  ;  H  canción. 

CAP.  34  . 

a  Kit  lo  suprime  c  varios  mss]  b  así  c  GV  (prb,  Kit)  ;  H  la  grasa]  o  así  ins  Kit  c  Si 
¿así  ins  Kit  c  GS]  e  así  c  GSV  ;  H  destruiré]  1  H  afiade  hombre(s)  ;  di  c  GLhAr,  anota 
Kit]  c  así  ins  prb  c  ms  GS,  anota  Kit. 

cap.  35 

*  Kit  lo  suprime  c  diversos  mss]  b  así  ins  c  GLbS]  TU  así  c  G  (cf  Kit)  ;  H  si  no 
sangre  odiaste]  d  «frt  1  c  vers  poseeré,  anota  Kit]  e  así  Kit  c  G  ;  H  ellos. 

c»p.  36 

1  Kit  lo  suprime  c  varios  mss]  b  muchos  1  c  G  soledades  (desolación,  desiertos)] 
o  así  Kit  c  GS ;  H  te...  serás...  volverás...  os. 

cap.  37 

a  Kit  lo  suprime  c  varios  mss]  b  H  añade  y  que  Kit  di  c  algs  mss  GLT  (cf)] 
o  Kit  anota  «di  c  S»]  d  así  c  G  (cf  Kit)]  e  así  Kit  c  G  ;  H  la]  t  así  ins  Kit  c  bl  e  H 
añade  tpara  (o  como)  rey» ;  di  c  mss  GS  (cf  Kit)]  b  II  añade  todavía;  di  c  CSV} 
'  así  Kit  c  GS  ;  H  vuestros]  ¡  asi  c  algs  mss  GST  ;  H  a. 


cap.  38 

a  así  prb  señala  Kit]  b  Kit  lo  suprime 
c  G;  H  (=V)  sabrás]  e  Kit  cree  ha  de  ! 
«por  aquellos  días»,  borrando  «durante  año 
birá  a  mis  nar.,  V  «ascendet  indignatio  1 

cap.  39 


isi  ins  Kit  c  S]  dasi  Kit 
primeros»  o  simplemente 
H  en  iiiis  narices  (lit.  su- 


••»  Kit  lo  suprime  c  varios  mss]  b  Kit  1  c  T  induciré  a  error  (engañaré)]  o  así  Kit  c 
GSV;  II  paveses  (broqueles)]  iH  add  a  los  pasajeros;  di  c  GS,  anota  Kit;  V  «qui 
sepeliant  ct  requirant»  ;  otros  conservan  H,  Interpretando  :  «buscarán  a  los  pasajeros»  : 

0  modifican  H  de  otra  forma:  ttratando  de  divisar  []  a  los  que  aun  queden...». 

cap.  40 

aH  añade  y  un  umbral:  1010  vara  de  ancho:  di  c  G  dittogr  anota  Kit]  b  así  ins 
Kit  c  G  (cf  Ti]  c  H  añade  de  la  parte  de  la  casa:  una  vara,  »  y  midió  el  vestíbulo  de 
la  casa;  di  c  mlt  mss  edd  GSV,  anota  Kit]  d  así  Kit  c  GS(V))  "  así  Kit  c  amss  V  (cf)  , 
H  sobre]  i  así  Kit  c  G  (cf  V)]  8  así  c  Kit,  cf  GV]  b  así  ins  c  G]  i  así  Kit  c  G  ;  II  del 
este]  i  así  Kit  c  G  ;  H  ante  ellos]  Kit  lo  suprime  como  dittogr]  1  así  Kit  c  G: 
H  el  atrio  interior]  m-m  prps  di]  n  así  ins  Kit  c  G]  o  así  Kit  c  G  ;  H  del  este]  P  asi 
ins  Kit  c  G]  Q  así  Kit  c  G  ;   H  que. 

CAP.  4T 

a  así  Kit;  H  la  tienda]  b  así  Kit  c  G  ;  H  la  anchura]  «así  ins  Kit  c  G]  «ri  asi  Kit 
(Cf  GT)]  >  así  Kit  (cf  ST)]  'así  Kit  c  G  ;  casa  de]  laif  Kit  c  G  ;  H  sing]  b  así  ins 
c  Kit]  i  así  ins  Kit  c  G]  J"J  add,  anota  Kit. 

CAP.  42 

a  1  interior  c  G,  anota  Kit]  b  H  por  el  camino  hacia,  pero  cf  Kit  c  S]  c  así  Kit  c  G  ; 
H  hacia  ¡a  fachada  de  longitud]  d  así  Kit  c  GS  ;  H  camino  de  un  codo]  e  H  añade 
desde  el  suelo;  di  c  Kit]  í  según  Kit  ha  de  1  prb  tai  comienzo  del  muro  del  atrio- 
y  unir  tales  palabras  al  v  9;  cf  nota  10]  e  así  Kit  c  G;  H  este]  b  así  ins  c  versl 
lasl  Kit  c  G;  H  alrededor]  i  18  post  19  c  msken  G,  anota  Kit]  k  así  ins  c  Kit. 

cap.  43 

a  H  repite  puerta;  di  c  GSV  (Kit)]  b  así  1  Kit  c  ms^en  ;  H  «que  mira»]  <m  Kit  1  t 
G  sólo  «y  el  aspecto»  (cf  V)]  d  así  Kit  c  6mss  ThV ;  H  vine  yo  >e.  d.,  Ezequiel)]  e  asi 
Kit  c  S]  'así  ins  Kit  c  6mssken]  g  así  ins  c  algs  mss  GV"]  h  así  ins  c  2gmss  GSV] 

1  II  añade  y  toda  su  figura;  di  c  algs  mss  G,  anota  Kit]  i~i  así  c  SV  y  prb  add  c  G 
de  altura  (cf  Kit)]  k  así  c  Kit]  1  así  Kit  c  smss  (cf  GSV)  ;  H  arel]  ra  lit  di  el  Señor 
c  algs  mss]  n  así  Kit  c  Kor  mlt  mss  GS ;  H  Por  espacio  de  siete  días  harán  la  ex- 
piación. 


—  1575  — 


EZEQUIEL 


CAP.  44 

a  Kit  anota  ha  de  borrarse  este  vocablo  o  1  he  aquí  que]  b  repetido  el  vocablo  en 

H  (cf  Kit)]  c  Kit  1  contigo]  i  di  c  algs  niss  (Kit)]  o  H  ¡profanándolo  a  mi  casa»  ;  pero 
cf  Kit]  1  así  prb  c  GSV  ;  H  han  quebrantado]  g  Kit  1  por  eso  c  G  y  lo  trsp  al  comienzo 
de  v  9]  b  así  c  Kit ;  H  futuro]  i  así  (lit  y  a)  Kit  c  msken  G]  M  repetido  en  H,  cf  Kit] 
k  H  añade  de  la  casa:  di  c  GS  anota  Kit]  1  así  c  GSV  ;  H  sing]  "  así  prb  c  V  (cf  Kit)  ; 
H  y  tendrán  como  heredad]  n  así  Kit  c  GS ;  H  a  tu  casa. 

CAP.  45 

a  así  Kit  c  G  ;  H  diez]  b  así  c  Kit  ;  H  sitio  sagrado  o  lugar  santo  ;  otros  leen 
«ejido  para  el  ganado*]  casi  Kit  c  G;  H  veinte  cámaras]  d  así  c  G]  e  así  puntuamos 
c  Kit  a  base  de  G]  f  así  Kit;  H  distribuirán]  s  Kit  lo  suprime  c  algs  mss]  b-h  asi 
Kit  c  Gba  ;  H  «veinte...  veinticinco...  quince»]  11  Kit  lo  suprime  c  G]  j  así  Kit  c  V  ; 
H  jómer]  k  así  ins  c  4imss  edd  vers. 

cap.  46 

a  di  anota  Kit]  b  GV  se  ofrecerá  (cf  S  y  algs  mss)]  o  así  c  algs  mss  vers;  H  plur] 
d  así  Kit  c  G  ;  H  su  heredad]  e  así  Kit  c  GS  ;  H  su  heredad]  'así  c  Kit  (cf  GST)  ; 
H  hacia]  e  así  c  GV  ;  H  atrios  cerrados. 

CAP.  47 

ansí  Kit  c  GSAr  ;  H  hacia  el  mar]  b  asi  quizá  c  S  (cf  Kit),  otros  salobres  c  GQ  ; 
H  que  salen]  casi  c  vers;  H  los  dos  ríos;  cf  Kit]  d-d  di  c  S,  anota  Kit]  «así  c 
GSV;  H  plur]  fdl,  anota  Kit]  8  así  (lit  este)  c  GTV]  b  así  c  TV  (cf  Kit)]  i  así  c  Kit 
(cf)  ;  H  el  camino]  i  así  ins  Kit  c  G  ;  48  1]  k  «prb  di»  anota  Kit]  1  así  Kit  c  v  17  (cf)  ; 
H  ha-Tikón]  m  así  c  Kit;  H  y  (el)  norte]  n-n  cf  Kit]  o  así  Kit  c  GS(V)  ;  H  desde  la 
frontera]  P  así  c  Kit;  H  sobre  (junto  a)]  Q  así  Kit  c  S  etc  (cf)  ;  H  mediréis]  r  así 
Kit  c  algs  mss  STV  ;  H  Meribot. 

CAP.  48 

a  así  (lit  «y»)  ins  Kit  c  S)  b  así  Kit  c  G;  H  serán  para  él]  casi  Kit  (cf  G  y 
3  ss)]  d  así  c  Kit  (cf  45  1)  ;  H  diez]  e  así  c  GV  (cf  Kit)]  f  así  c  Kit]  ere  prb  di 
(dittogr),  anota  Kit]  b  así  c  algs  mss  GTV;  H  sobre  o  por]  i  así  c  Kit;  H  de  la  po- 
sesión] i  así  ins  c  2mss  SV]  k  di  anota  Kit  c  algs  mss]  1  créese  add  o  trps  al  30  b] 
"i  así  ins  c  algs  mss  vers. 


—  IS76  — 


INTRODUCCION 


A 


DANIEL 


EL  profeta. — Daniel,  de  la  tribu  de  Judá,  fué  trasladado  con  otros  jóve- 
nes nobles  a  Babilonia  por  Kabucodonosor  el  año  tercero  de  Joa- 
quim  (606).  Previamente  instruido  en  la  lengua  caldea  y  en  la  escri- 
tura cuneiforme,  alcanzó  gran  favor  en  la  corte  de  los  reyes  babilonios, 
que  conservó  durante  los  primeros  años  de  la  dominación  medo-persa. 
Diósele  el  nombre  de  Baltasar  (en  babilonio  Balata-su-uzur,  distinto  de 
Bel-sar-uzur,  que  llevó  el  rey  Baltasar).  Su  última  visión  data  del  año 
tercero  de  Ciro  (536). 

Contenido  y  lengua  del  libro. — Tras  una  introducción  histórica  (1), 
el  libro  consta  de  dos  partes  principales,  seguidas  de  dos  apéndices. 

La  primera  parte  contiene  cinco  narraciones : 

El  sueño  de  ¡a  estatua  vista  por  Nabucodonosor  (2); 

Los  tres  jóvenes  que  se  niegan  a  adorar  la  estatua  de  oro  (3); 

El  sueño  del  árbol  cortado  (4); 

El  convite  del  rey  Baltasar  (5); 

Daniel  en  el  lago  de  los  leones  (6). 

La  segunda  parte  comprende  cuatro  visiones: 

Las  cuatro  bestias,  el  Anciano  de  días  y  el  Hijo  del  hombre  (7); 
El  carnero  vencido  por  el  cabrón  (8); 
Las  70  semanas  (g) ; 
Luchas  de  los  reinos  futuros  (10-12). 
Los  dos  apéndices  son:  la  historia  de  Susana  (13),  la  destrucción  del 
(dolo  de  Bel,  seguida  de  la  muerte  del  dragón  (14). 

El  libro  está  escrito  parle  en  hebreo,  parte  en  árame  o,  parte  en  griego. 
En  hebreo:  1,  1-2,  4a  y  8-12;  en  arameo:  2,  4b-j,  28;  en  griego:  3,  24-00 

y  13-14- 

Composición  literaria. — Toda  hipótesis  sobre  la  composición  literaria 
de  Daniel  debe  dejar  a  salvo  estas  dos  verdades  fundamentales :  1)  la 
canonicidad  integral  del  libro,  incluso  de  las  partes  deuterocanónicas ; 
2)  el  origen  daniélico  de  las  cuatro  visiones  que  integran  la  segunda  par- 
te (7-12):  así  lo  exige  el  testimonio  del  divino  Maestro:  «Cuando  viereis 
la  abominación  del  asolamiento,  anunciada  por  el  profeta  Daniel  (g,  27; 
■11,  31;  12,  11),  estar  en  el  lugar  santo...»  (Mt.  24,  15',  cf.  26,  64  = 
Dan.  7,  13). 

A  tres  se  reducen  las  hipótesis  sobre  el  origen  y  composición  del  libro 
de  Daniel.  Según  la  hipótesis  racionalista,  todo  el  libro  es  una  ficción 
literaria,  compuesta  en  la  época  de  los  Macabeos  hacia  el  año  165.  Se- 
mejante hipótesis,  fuera  de  que  no  respeta  las  dos  verdades  básicas,  aun 


DANIEL 


desde  el  punto  de  vista  crítico  debe  rechazarse  de  plano,  pues  deja  sin 
explicar  la  dificultad.  Tan  inverosímil  es  la  composición  de  un  libro  tri- 
lingüe a  mediados  del  siglo  11  como  a  mediados  del  siglo  VI.  Según  la 
hipótesis  tradicional,  aun  hoy  día  mantenida  por  Ditstcrwald,  Knaben- 
bauer,  Kaulen-Hoberg,  Comely-Merk,  el  libro  entero  fué  redactado  por 
Daniel,  si  se  exceptúan  unas  pocas  adiciones  o  retoques  posteriores.  Con- 
tra esta  hipótesis  se  han  acumulado  numerosas  objeciones,  que  no  son  de 
carácter  apodíctico  y  encuentran  razonable  solución;  no  pocas  de  ellas 
han  sido  modificadas  o  abandonadas  precisamente  a  consecuencia  de  es- 
tudios modernos  más  esmerados,  v.  gr.,  sobre  los  vocablos  persas  y  grie- 
gOS  que  se  etitremezclan  en  la  narración  hebrea  o  aramca,  sobre  la  dife- 
rencia de  dialectos  árameos  del  Asia  occidental  y  oriental,  etc.  Entre 
ambas  hipótesis  extremas  se  han  formulado  numerosas  hipótesis  inter- 
medias, que,  salvando,  o  pretendiendo  salvar,  las  dos  verdades  fundamen- 
tales, admiten  un  autor,  refundidor  o  recopilador  (inspirado),  posterior 
a  Daniel,  pero  anterior  a  los  Macabeos.  Conforme  a  semejante  hipótesis, 
el  origen  y  composición  del  libro  podría  explicarse  de  esta  o  parecida 
manera:  a)  las  cuatro  visiones  (7-12)  fueron  escritas  en  hebreo  por  el 
mismo  Daniel;  b)  las  cinco  narraciones  precedentes  (2-6),  redactadas  se- 
paradamente por  Daniel  o  por  alguno  de  los  contemporáneos,  fueron  es- 
critas en  aramco  (o  bien,  escritas  en  hebreo  y  traducidas  al  arameo); 
c)  recogidas  las  narraciones  y  acopladas  a  las  visiones,  fueron  precedidas 
por  la  introducción  histórica,  con  lo  cual  quedaba  co)nplcto  el  actual 
canon  hebreo;  d)  por  fin,  restituido  el  primer  fragmento  griego  (3,  24-go), 
jue  no  se  sabe  cómo  había  sido  eliminado  de  la  colección  anterior,  y 
adicionados  los  apéndices  (13-14),  traducidos  del  hebreo  o  del  arameo,  se 
formó  la  recopilación  definitiva.  Sobre  tales  hipótesis  nada  lia  dicho  to- 
tovía el  Magisterio  eclesiástico. 

Historicidad. — Aquí  también  hay  que  presuponer  dos  verdades  fun- 
damentales e  intangibles:  1)  la  absoluta  verdad  histórica  de  todas  las 
narraciones  bíblicas  según  la  mente  del  hagiógrafo ;  2)  las  narraciones 
que  se  presentan  como  históricas  deben  considerarse  como  tales  siempre 
que  no  se  interpongan  argumentos  sólidos  que  demuestren  lo  contrario. 
Ahora  bien,  110  cabe  duda  de  que  las  narraciones  de  Daniel  se  presentan 
como  históricas.  Todo  el  problema  está,  por  tanto,  en  saber  si  existen 
esos  argumentos  sólidos  que  desvanezcan  esta  apariencia  de  historicidad. 

Los  argumentos  aducidos  contra  la  historicidad  de  Daniel  se  basan 
en  las  pretendidas  contradicciones  entre  el  texto  bíblico  y  la  historia 
piofana.  Pero  antes  de  examinar  particularmente  las  principales  de  esas 
contradicciones  conviene  tener  presente  que  las  contradicciones,  para  que 
tengan  valor  contra  la  historicidad,  deberían  hallarse  entre  un  texto  bí- 
blico seguro  y  un  hecho  histórico  enteramente  cierto.  Y  no  es  tal  el  caso 
de  este  libro,  ya  que  se  trata  de  un  texto  bíblico  sospechoso  de  altera- 
ción en  algunos  pormenores  que  pudieran  ser  decisivos,  cuales  son  los 
uombres  propios,  y,  por  otra  parte,  con  frecuencia  se  han  aducido  como 
¡techos  históricamente  ciertos  los  que  no  lo  son,  más  aún,  que  más  re- 
cientemente han  sido  demostrados  ser  falsos. 

Las  principales  contradicciones  que  se  han  señalado  entre  Daniel  y 
la  historia  profana  se  refieren  a  la  demencia  o  licantropía  de  Nabucodo- 
iiosor,  al  rey  Baltasar  y  a  Darío  Medo.  Para  demostrar  el  acuerdo  posi- 
tivo y  concreto  de  los  dos  extremos  contrapuestos  no  se  poseen  todavía 
los  datos  suficientes;  pero  el  desconocimiento  del  acuerdo  positivo  no 
debe  científicamente  llevarnos  a  afirmar  una  contradicción,  ni  siquiera 


r-  1.S/8  -- 


DANIEL 


a  proponerla  como  más  probable,  ni  aun  como  probable  simplemente, 
mientras  intervengan  datos  tan  firmes,  como  en  el  caso  de  Daniel,  a 
favor  de  la  historicidad  general  del  libro. 

Sobre  la  demencia  de  Nabucodonosor  se  han  propuesto  varias  solu- 
ciones, insuficientes  tal  vez  para  determinar  la  realidad  histórica  del 
hecho,  pero  suficientes  para  desvirtuar  la  contradicción.  Algunos,  supo- 
niendo auténtico  el  nombre  de  Nabucodonosor,  tratan  de  señalar  en  su 
historia  algún  hecho  relacionado  con  la  demencia  de  que  se  habla  en 
Daniel.  Otros  creen  que  el  texto  está  alterado  y  en  vez  de  Nabucodonoso) 
debe  leerse  Nabonid,  con  cuya  índole  cuadra  mejor,  según  ellos,  el  re- 
lato bíblico. 

La  principal  dificultad  basada  en  el  rey  Baltasar  ha  caído  ya  por  los 
suelos.  Escribe  el  P.  Lagrange:  «.La  exegesis  conservadora  nota  con  ra- 
zón '.os  indicios  de  antigüedad  contenidos  en  el  libro  [de  Daniel'].  Nos 
decía,  cosa  que  nadie  sabía  hasta  estos  últimos  tiempos,  que  Baltasar 
había  sido  el  último  rey  de  Babilonia,  y  se  le  acusaba  de  error,  hasta 
¡■i  día  en  que  las  inscripciones  cuneiformes  han  dado  a  conocer  sit  nom- 
bre, y  revelado  en  ig¿4  que,  en  efecto,  Baltasar  había  sido  nombrado  rey 
de  Babilonia  por  su  padre,  Nabonid.  Semejantes  hechos  aconsejan  la  re- 
señar, (Le  Judaisme  avant  Jésus  Christ,  París,  IQ31,  pág.  62). 

Sobre  Darío  Medo  se  han  propuesto  varias  hipótesis,  más  o  menos 
probables.  Algunos  suponen  tratarse  de  una  errata  o  equivocación  del  co- 
pista, que  imaginó  se  trataba  de  Darío  I.  Otros  creen  que  el  llamado 
Darío  Medo  es  Ugbaru  (o  Gubaru  o  Gobrías),  «el  tránsfuga  babilonio 
que  puso  sus  servicios  a  disposición  del  rey  persa»  (J.  Prado,  Sefarad, 
3  L'943],  4¡5>-  Otros  señalan  a  Cambises,  el  hijo  de  Ciro.  Otros¡  con  mayor 
probabilidad,  al  último  rey  medo,  Astiages. 

Quedan,  sin  duda,  oscuridades,  incertidumbres,  como  en  tantos  otros 
puntos  de  la  historia;  mas  éstas  no  nos  autorizan  a  aventurar  hipótesis, 
que  no  respetan  los  datos  fundamentales  y  ciertos  del  problema.  El  evi- 
dente color  babilónico  de  los  relatos  daniélicos  ha  hecho  retroceder  a 
muchos  críticos  demasiado  avanzados,  mostrándoles  que  no  todo  en  Da- 
niel es  macabaico.  Y  el  caso  de  Baltasar  debería  inspirar  más  prudente 
cautela.  Y  es  una  confirmación  de  lo  que  escribe  Pío  XII  en  su  encícli- 
Cfl  Divino  afilante  Spiritu  :  «Algunas  disputas  que  en. los  tiempos  ante- 
riores' se  tenían  sin  solución  y  en  suspenso,  por  fin  en  nuestra  edad,  con 
el  progreso  de  los  estudios,  se  han  resuelto  felizmente.  Por  lo  cual  tene- 
mos esperanza  de  que  aun  aquellas  que  ahora  parezcan  sumamente  enma- 
rañadas y  arduas,  lleguen,  por  fin,  con  el  constante  esfuerzo,  a  quedar  pa- 
tentes en  plena  luz»  (n.  24).  Esperar,  aguardar,  es  científicamente  más 
prudente  que  arriesgarse  a  hipótesis  prematuras. 


—  1579  — 


D 


ANIEL 


Introducción.  Daniel  en  la  corte  de  Nabucodonosor 


"i  1  El  año  tercero  del  reinado  de 
x  Joaqu'im,  rey  de  Judá,  llegó  a  Je- 
rusalén  Nabucodonosor,  rey  de  Ba- 
bilonia, y  la  sitió.  2  El  Señor  entregó 
en  su  mano  a  Joaquim,  rey  de  Judá, 
V  muchos  de  los  vasos  de  la  casa  de 
Dios,  los  cuales  trajo  [Nabucodono- 
sor] a  la  tierra  de  Sinar,  al  templo 
ríe  su  divinidad,  y  metió  los  vasos 
en  la  tesorería  de  su  dios. 

3  Ahora  bien,  el  monarca  mandó  a 
Aspenaz,  jefe  de  sus  eunucos,  que 
trajese  de  los  israelitas,  de  estirpe 
real  y  de  los  nobles,  4  unos  mucha- 
chos en  que  no  hubiera  tacha  algu- 
na, de  buen  parecer,  instruidos  en 
toda  suerte  de  sabiduría,  dotados  de 
saber  y  entendidos  en  conocimiento 
v  capacitados  para  estar  [de  servi- 
cio] en  el  palacio  real  y  para  que  se 
Ies  instruyese  en  la  escritura  e  idio- 
ma de  los  caldeos.  6  El  rey  les  asig- 
nó una  ración  diaria  de  los  manjares 
del  monarca  y  del  vino  que  él  be- 
bía, y  debíaseles  educar  durante  tres 
años,  al  cabo  de  los  cuales  se  queda- 
rían al  servicio  del  rev.  8  Figuraron 
entre  ellos,  de  los  hijos  de  Judá, 


Daniel,  Ananías,  Misael  v  Azarías, 1  a 
quienes  el  jefe  de  los  eunucos  puso 
[otros]  nombres,  llamando  a  Daniel, 
Baltasar  ;  a  Ananías,  Sadrak  ;  a  Mi- 
sael, Mesak,  y  a  Azarías,  Abed-Negó. 
s  Daniel  se  propuso  no  contaminar- 
le con  los  manjares  del  rey  ni  con 
el  vino  de  su  bebida  y  pidió'permiso 
al  jefe  de  los  eunucos  para  no  con- 
taminarse. 9  Otorgó  Dios  a  Daniel 
gracia  y  benevolencia  ante  el  jefe  de 
los  eunucos,  lu  quien  dijo  a  Daniel  : 
'([Unicamente]  temo  que  mi  señor, 
el  rey,  que  ha  asignado  vuestra  comi- 
da y  vuestra  bebida,  venga  a  obser- 
var que  vuestros  rostros  están  má> 
macilentos  que  los  de  los  muchacho? 
de  vuestra  edad,  y  hagáis  así  mi  ca- 
beza culpable  ante  el  monarca.» 

11  Dijo  entonces  Daniel  al  inspector 
que  el  jefe  de  los  eunucos  pusiera  al 
trente  de  Daniel,  Ananías,  Misael  y 
Azarías  :  12  «Por  favor,  haz  la  prue- 
ba con  tus  siervos  diez  días  y  dennos 
legumbres  por  comida  y  agua  a  be- 
ber. "  Pasados  aquéllos,  sean  inspec- 
cionados ante  ti  nuestro  aspecto  y  el 
nspecto  de  los  muchachos  que  comen 


-J     -  Entregó  en  su  mano  :  Dios  se  sirve  de  Babilonia  para  castigar  a  Jcrusalén  ;  pero 
ese  castigo  será  pasajero  ;  el  cuc  recibirá  luego  Babilonia,  definitivo. 
3  Eunucos  :  u  oficiales  de  la  corte 
«  De  los  hijos  de  Judá  :  c.  d.,  de  la  tribu  de  Judá. 

"  Al  INSPECTOR  :  liebr.  «al  melsart,  título  oficial  en  la  corte  babilonia,  que,  por  el 
contexto,  quizá  deba  interpretarse  «guardián,  inspector,  vigilante»  ;  otros,  «maestre- 
sala...» ThVS  lo  traducen  como  nombre  propio,  ron  diversas  grafías. 


—  l58o  — 


1  14^2  5 


DANIEL 


1  18-2  9 


los  manjares  del  rey,  y  entonces  haz 
con  tus  servidores  según  lo  que  ob- 
serves.» "  Aceptóles  él  tal  propuesta 
y  los  probó  durante  diez  días.  "  Al 
cabo  de  la  década  presentaban  mejor 
aspecto  y  hallábanse  más  metidos  en 
carnes  que  todos  los  muchachos  que 
comían  los  manjares  del  rey.  w  Así, 
pues,  el  inspector  llevábase  los  man- 
jares y  el  vino  que  habían  de  beber 
y  dábales  legumbres. 

"  Dios  concedió  a  aquellos  cuatro 
muchachos  saber  e  inteligencia  en  to- 
da escritura  y  sabiduría,  y  Daniel  en- 
tendía toda  suerte  de  visiones  y  sue- 


ños. "  Al  cabo  del  tiempo  que  el  mo- 
narca había  indicado  para  que  se  los 
presentaran,  el  jefe  de  los  eunucos 
condújoios  ante  Nabucodonosor.  10  El 
rey  habló  con  ellos  y  no  encontró  en- 
tre todos  ninguno  como  Daniel,  Ana- 
nías,  Misael  y  Azarías,  quedando  por 
ello  al  servicio  del  monarca.  20  En 
cuantas  cosas  de  sabiduría  e  a  inte- 
ligencia los  interrogó  el  rey,  hallólos 
diez  veces  superiores  a  todos  los  ma- 
gos y  adivinos  que  había  en  su  reino 
entero.  u  Y  [así]  estuvo  Daniel  has- 
ta el  año  primero  del  rey  Ciro. 


Sueño  de  Nabucodonosor :  confusión  de  lo*  sabios  del  país 
e  interpretación  de  Daniel 


n  1  El  año  segundo  del  reinado  de 
^  Nabucodonosor  soñó  éste  un  sue- 
ño y  se  turbó  su  espíritu  de  forma 
que  vino  a  no  poder  dormir.  s  El 
rey  ordenó  llamar  a  los  magos,  los 
adivinos,  los  hechiceros  y  los  caldeos 
para  que  explicaran  al  rey  su  sueño. 
Vinieron,  pues,  y  se  presentaron  an- 
te el  monarca.  a  Y  díjoles  el  rey  : 

— He  tenido  un  ensueño  y  mi  espí- 
ritu está  agitado  hasta  lograr  com- 
prenderlo. 

4  Y  hablaron  los  caldeos  al  monar- 
ca en  arameo  : 

—  ¡Oh  rey,  vive  por  los  siglos!  ; 
di  el  sueño  a  tus  servidores  y  te  ma- 
nifestaremos su  interpretación. 

5  Respondió  el  monarca  y  dijo  a 
los  caldeos  : 

— |  Es  asunto  que  tengo  decidido  ! 
Si  no  me  dais  a  conocer  el  sueño  y 
su  interpretación,  seréis  cortados  en 


trozos  y  vuestras  casas  serán  reduci- 
das a  un  montón  de  estiércol  ;  °  mas 
si  me  indicáis  el  sueño  y  su  inter- 
pretación, recibiréis  de  mí  regalos, 
obsequios  y  mucho  honor.  Así,  pues, 
indicadme  el  sueño  y  su  interpreta- 
ción. 

1  Contestaron  ellos  por  segunda  vez 
y  dijeron  : 

— Diga  el  rey  el  sueño  a  sus  sier- 
vos e  indicaremos  su  interpretación. 

8  Replicó  el  monarca  y  dijo  : 

— Yo  bien  comprendo  que  vosotros 
tratáis  de  ganar  tiempo  precisamen- 
te porque  habéis  visto  que  es  asunto 
que  tengo  decidido.  9  Por  tanto,  si 
no  me  dais  a  conocer  el  suefio,  una 
misma  será  vuestra  sentencia  ;  y  os 
habéis  concertado  para  decir  ante  mí 
palabras  mendaces  y  falsas  en  tanto 
mudan  los  tiempos  ;  así,  pues,  de- 
cidme el  sueño  y  conoceré  que  me 
podéis  indicar  su  interpretación. 


"  Toda  escritura  :  e.  d.,  como  en  v.  4,  arte  de  leer  y  escribir  letras,  o  sea,  todo 
género  de  Letras.  ||  Visiones  y  sueños:  lo  que  recibe  Daniel  es  un  don  profético. 

50  Magos  :  hebr.  jartummim;  eran,  en  la  corte  egipcia  y  la  babilónica,  varones  muy 
doctos  y  peritos  en  artes  secretas,  a  quienes  se  consultaba  en  casos  arduos  ;  proba- 
blemente tescribas»,  dice  Zorell  ;  V  «eoniectores,  malefici,  arioli»  ;  encantadores,  as- 
trólogos..., suele  verterse.  • 

*y  *  Caldeos  :  así  llamaban,  «ex  gentis»,  a  los  astrólogos  o  los  magos. 
«"   4  En  arameo  :  o  siríaco,  como  traducen  GV,  aunque  ambos  idiomas,  una  lengua 
en  su  origen,  se  diversifican  luego  bastante.  En  arameo  serla  una  indicación  sobre  el 
idioma  que  el  texto  emplea  a  continuación  y  no  el  lenguaje  que  usarían  los  caldeos 
en  su  conversación  con  el  monarca. 

s  ¡Es  asunto  que  tengo  decidido  !  :  o  también:  «¡Sea  la  cosa  manifestada  por 
ml!«,  como  diciendo  :  ¡Que  yo  os  haya  de  referir  el  caso  I  ;  o  bien  :  i  Una  cosa  tengo 
que  advertiros!  Pero  cf.  GV,  que  interpretan  :  «  ¡Se  me  fué  la  co»a!i  !|  Montón  dí 
estiércol  :  o  bien,  a  escombros. 


-  1581  - 


2  10-27 


DANIEL 


10  Respondieron  los  caldeos  ante  el 
rey  y  dijeron  : 

— No  hay  hombre  en  la  tierra  que 
pueda  manifestar  lo  que  el  rey  exi- 
ge; asimismo,  jamás  ningún  monar- 
ca, por  grande  y  poderoso  que  fuese, 
demandó  cosa  como  ésta  a  ningún 
mago,  adivino  ni  caldeo.  11  Lo  que 
el  rey  demanda  es  difícil  y  no  existe 
otro  alguno  que  pueda  manifestarlo 
ante  el  monarca  sino  los  dioses,  cu- 
ya morada  no  es  entre  los  hombres. 

u  Ante  esto,  el  rey  se  encolerizó  y 
enfureció  sobremanera  y  mandó  ma- 
tar a  todos  los  sabios  de  Babilonia. 
13  Promulgado  el  decreto  real  de  que 
los  sabios  fuesen  ejecutados,  tam- 
bién Daniel  y  sus  compañeros  ha- 
bían de  ser  muertos. 

"  Entonces  Daniel  objetó  sabia  e 
inteligentemente  a  Aryok,  jefe  de  la 


guardia  del  monarca,  el  cual  había 
salido  para  matar  a  los  sabios  de  Ba- 
bilonia. 15  Tomó  la  palabra  v  dijo  a 
Aryok,  prefecto  del  rev  :  «¿  Por  qué 
un  decreto  tan  tajante  de  parte  del 
monarca?»  Entonces  Aryok  explicó 
el  asunto  a  Daniel,  10  y  Daniel  entró 
y  pidió  al  rey  que  le  concediera  tiem- 
po y  le  indicaría  la  interpretación  al 
monarca.  "  Luego  fuese  Daniel  a  su 
casa  y  refirió  el  caso  a  Ananías,  Mi- 
sael  y  Azarías,  sus  compañeros, 18  pa- 
ra que  implorasen  el  favor  del  Dios 
del  cielo  acerca  de  aquel  enigma,  de 

|  suerte  que  Daniel  y  sus  compañeros 
no  fuesen  muertos  con  el  resto  de 
los  sabios  de  Babilonia. 

™  Entonces  revelósele  el  enigma  a 
Daniel  en  visión  nocturna,  y  D.miel 

I  bendijo  al  Dios  del  cielo.  20  Tomó, 
pues,  la  palabra  y  dijo  : 


«El  nombré  de  Dios  sea  bendito  |  de  eternidad  en  eternidad, 
pues  la  sabiduría  y  el  poder  a  El  pertenecen. 
°  El  es  quien  hace  cambiar  tiempos  y  horas,  | 
depone  a  los  reyes  y  los  entroniza, 
da  sabiduría  a  los  sabios  |  y  conocimiento  a  los  inteligentes 
22  El  revela  las  cosas  profundas  y  ocultas,  | 
conoce  lo  que  se  halla  en  las  tinieblas, 
y  la  !uz  habita  en  El. 
a  A  ti,  ¡oh  Dios  de  mis  padres  !,  loo  y  ensalzo  yo, 
porque  sabiduría  y  fuerza  me  habéis  concedido, 
y  me  has  dado  a  conocer  ahora  lo  que  de  ti  pidiéramos,  | 
pues  nos  has  revelado  el  enigma  del  rey.» 


M  Acto  seguido,  Daniel  entró  a  don- 
de Aryok,  a  quien  el  rey  encomen- 
dara el  exterminio  de  los  sabios  de 
Babilonia,  y  díjole  así  :  «¡No  hagas 
perecer  a  los  sabios  de  Babilonia ! 
Introdúceme  ante  el  monarca  e  indi- 
caré al  rey  la  interpretación.»  26  En- 
tonces Aryok  introdujo  apresurada- 
mente a  Daniel  a  presencia  del  mo- 
narca, a  quien  dijo  así  : 

— He  hallndo  un  hombre  entre  los 
deportados  de  Judá,  que  va  a  indicar 
al  rey  la  interpretación. 

29  Respondió  el  monarca  y  dijo  a 
Daniel,  a  quien  llamaban  Baltasar  : 

— Eres  capaz  de  manifestarme  el 
sueño  que  he  tenido  y  su  interpre- 
tación ? 

27  Contestó  Daniel  ante  el  rey  y 
dijo  : 


— El  misterio  que  el  rey  ha  de- 
mandado, ni  los  sabios,  ni  los  adi- 
vinos, ni  los  magos,  ni  los  astrólogos 
pueden  revelarlo  al  soberano.  26  Pero 
existe  un  Dios  en  el  cielo  que  des- 
cubre los  misterios  y  se  ha  dignado 
dar  a  conocer  al  rey  Nabucodonosor 
aquello  que  ha  de  suceder  en  los  pos- 
treros día*.  b  Tu  sueño  y  las  visiones 
de  tu  imaginación  en  "el  lecho  son 
las  siguientes  b  : 

29  Hallándote  tú,  ¡oh  rey!,  en  el 
lecho,  alzáronse  tus  cavilaciones  so- 
bre qué  es  lo  que  habrá  de  acaecer 
en  lo  porvenir,  y  quien  revela  los 
misterios  a  conocer  te  ha  dado  lo 
que  ha  de  suceder.  30  En  cuanto  a  mí, 
no  me  ha  sido  descubierto  este  mis- 
terio porque  vo  posea  sabiduría  su- 
perior a  la  de  todos  los  vivientes, 


12  A  todos  los  sabios  :  incluso  a  Daniel  y  sus  amigos,  por  formar  parte  del  mismo 
gremio. 

"  Luego  fuése  Daniel  :  por  brevedad,  sin  duda,  omite  el  texto  decirnos  que  accedió 
el  rey  a  su  petición. 

28  Existe  un  Dios  :  con  estas  palabras  manifiesta  Daniel  la  impotencia  de  los  falsos 
dioses  y  la  de  sus  sacerdotes  y  sabios  para  conocer  los  misterios. 

*°  Las  cavilaciones  de  tu  mente  (lit.,  corazón)  respecto  de  tu  porvenir  y  de  tu  reino. 


—  1582  — 


2  31 -41  DAN 


sino  con  objeto  de  que  se  diera  a 
conocer  al  monarca  la  interpretación 
y  comprendieras  las  cavilaciones  de 
tu  mente. 

Tú,  ¡oh  rey!,  estabas  mirando, 
v  hete  aquí  una  gran  estatua.  0  Tal 
estatua  era  enorme  y  su  brillo  extra- 
ordinario ;  erguíase  frente  a  ti  y  su 
aspecto  era  temible.  32  La  cabeza  de 
tal  estatua  era  de  oro  fino  ;  su  pecho 
y  sus  brazos,  de  plata  ;  su  vientre  y 
sus  lomos,  de  bronce  ;  **  sus  muslo->, 
de  hierro,  y  sus  pies,  parte  de  hie- 
rro y  parte  de  arcilla.  **  Estábasla 
mirando,  hasta  que  se  desgajó  una 
piedra  sin  que  interviniera  mano  al- 
guna e  hirió  la  estatua  en  sus  pies 
de  hierro  y  arcilla  y  los  pulverizó. 
85  Entonces  pulverizáronse  a  una  el 
hierro,  la  arcilla,  el  bronce,  la  plata 
y  el  oro,  y  vinieron  a  ser  como  el 
tamo  de  la  era  en  verano,  que  fue- 
ron arrebatados  por  el  viento  sin  que 
rastro  alguno  se  encontrara  ya  de 
ellos  ;  pero  la  piedra  que  hiriera  la 
estatua  se  convirtió  en  una  gran 
montaña  que  llenó  toda  la  tierra. 

M  Este  es  el  sueño,  cuya  interpre- 
tación expondremos  [ahora]  ante  el 
monarca. 

*  Tú,  oh  rey,  rey  de  reyes,  a  quien 
el  Dios  del  cielo  ha  dado  el  imperio, 
la  fuerza,  el  poder  y  la  majestad, 

y  en  cuvas  manos  ha  entregado  to- 
dos los  sitios  donde  habitan  los  hi- 
jos del  hombre,  las  bestias  del  campt 
y  los  pájaros  del  cielo,  y  al  que  h;i 
hecho  soberano  sobre  todos  ellos,  tú 
eres  la  cabeza  de  oro.  "  Y  después 
de  ti  se  alzará  otro  imperio  inferió^ 
al  tuyo,  y  luego  un  tercer  imperio 
de  bronce,  que  dominará  en  toda  la 
tierra;  40  luego  un  cuarto  imperio, 
fuerte  como  el  hierro  ;  pues  como  e! 
hierro  todo  lo  pulveriza  y  aniquila 
pulverizará  y  destruirá  todas  las  co- 
sas. "Y  lo  que  viste,  que  sus  pies  i 
6  y  sus  dedos  e  eran  en  parte  de  ar- 1 


2  42-49 


cilla  de  alfarero  y  en  parte  de  hie- 
rro, indica  que  su  reino  será  dividi- 
do, mas  tendrá  en  sí  la  consistencia 
del  hierro,  por  cuanto  viste  el  hierro 
mezclado  con  la  arcilla  de  alfarero. 
*'  Y  como  los  dedos  de  los  pies  eran 
en  parte  de  hierro  y  en  parte  de  ar- 
cilla, una  porción  del  imperio  será 
fuerte  y  parte  de  él  será  quebradizo. 
41  El  que  vieses  el  hierro  mezclado 
con  el  barro  arcilloso  [indica  que]  se 
mezclarán  entre  sí  por  vía  de  simien- 
te humana,  pero  no  se  adherirán  el 
uno  al  otro,  de  igual  suerte  que  el 
hierro  no  se  puede  amalgamar  con 
la  arcilla.  44  Y  en  los  días  de  estos  re- 
ves  suscitará  el  Dios  del  cielo  un  rei- 
no que  jamás  será  destruido  ni  será 
entregado  a  otro  pueblo,  pulverizará 
v  suprimirá  todos  estos  reinos  y  él 
subsistirá  perpetuamente.  40  Confor- 
me viste  que  de  la  montaña  se  des- 
gajó una  piedra  sin  intervenir  mano 
alguna  y  pulverizó  el  hierro,  el  bron- 
ce, la  arcilla,  la  plata  y  el  oro,  el 
Dios  grande  ha  dado  a  conocer  al 
monarca  lo  que  ocurrirá  en  lo  futu- 
ro. El  sueño  es  verdadero,  y  su  in- 
terpretación, fiel. 

*'  Entonces  el  rey  Nabucodonosor 
cavó  sobre  su  rostro  y  se  prosternó 
reverente  en  tierra  ante  Daniel  y 
mandó  ofrecerle  oblaciones  y  perfu- 
mes. 47  Y  habló  el  monarca  a  Daniel 
y  dijo  :  «Ciertamente,  vuestro  Dios 
es  Dios  de  dioses,  y  Señor  de  los  re- 
yes, y  revelador  de  misterios,  pues 
has  podido  descifrar  este  enigma.» 
"  Entonces  el  rey  engrandeció  a  Da- 
niel y  otorgóle  numerosos  e  impor- 
tantes regalos  y  le  hizo  señor  de  toda 
la  provincia  de  Babilonia  y  jefe  su- 
premo de  todos  los  sabios  de  ésta. 
"  Además,  Daniel  suplicó  al  rey  y  és- 
te instituyó  sobre  la  administración 
de  la  provincia  de  Babilonia  a  Sa- 
■  drak,  Mesak  y  Abed-Negó;  y  Dani- 
I  permaneció  en  la  corte  real. 


m  Otro  imperio  iníerior  al  tuyo  :  e.  d.,  el  medo-persa.  ||  Y  luego  un  tercer  im 
perio  :  e  d.,  el  griego,  con  Alejandro  Magno. 

40  Cuarto  imperio  :  e.  d.,  el  romano,  semejante  al  hierro,  que  todo  lo  doma. 

48  Se  mezclarán  entre  si  :  alude  a  la  alianza  hecha  entre  las  casas  reinantes. 

*  Se  desgajó  una  piedra  :  e.  d.,  el  Mesías,  que  acabó  con  aqueLlas  monarquías  y 
fundó  la  suya  espiritual  y  eterna. 


31-9 


DANIEL 


3  10-17 


La  estatua  de  Nabucodonosor.  Orden  de  adorarla;  nega- 
tiva de  los  tres  compañeros  de  Daniel,  que,  arrojados  a 
un  horno,  sálvanse  milagrosamente 


0  '  El  rey  Nabucodonosor  fabrico 
"  una  estatua  de  oro  cuya  altura 
era  de  sesenta  codos  y  su  anchura  de 
seis.  Erigióla  en  la  llanura  de  Dura, 
en  la  provincia  de  Babilonia.  2  Lue- 
go el  rey  Nabucodonosor  convocó  a 
junta  a  los  sátrapas,  prefectos,  go- 
bernadores, consejeros,  tesoreros,  ju- 
risperitos, magistrados  y  todas  las  au- 
toridades provinciales  para  que  acu- 
dieran a  la  inauguración  de  la  esta- 
tua que  el  rey  Nabucodonosor  había 
erigido.  3  Entonces  los  sátrapas,  pre- 
fectos, gobernadores,  consejeros,  te- 
soreros, jurisperitos,  magistrados  y 
todos  las  autoridades  provinciales  re- 
uniéronse para  la  inauguración  de  la 
estatua  que  el  rey  Nabucodonosor 
erigiera  y  se  estuvieron  ante  la  es- 
tatua que  el  rey  Nabucodonosor  ha- 
bía erigido.  4  Y  el  pregonero  gritó 
con  fuerza:  «A  vosotros,  pueblos,  na- 
ciones y  lenguas  se  os  hace  saber  : 

1  En  el  momento  en  que  oigáis  el  so- 
nido del  cuerno,  del  pífano,  de  la 
cítara,  de  la  sambuca,  del  salterio, 
de  la  zampona  y  de  toda  clase  de 
instrumentos  de  música,  os  proster- 
naréis y  adoraréis  la  estatua  de  oro 
que  ha  erigido  el  rey  Nabucodono- 
sor. *  Y  aquel  que  no  se  prosterne  y 
ndore,  sera  inmediatamente  arrojado 
dentro  de  ardiente  horno  de  fuego.» 
'  Con  tal  motivo,  tan  pronto  como 
todo  el  pueblo  oyó  el  sonido  del  cuei- 
no,  del  pífano,  de  la  cítara,  de  la 
sambuca,  del  salterio,  de  la  zampo- 
ña  y  de  todo  género  de  instrumentos 
músicos,  todos  los  pueblos,  naciones 
y  lenguas  cayeron  de  rodillas  y  año- 
raron la  estatua  de  oro  que  el  rey 
Nabucodonosor  erigiera. 

8  Por  consiguiente,  en  aquel  momen- 
to, unos  hombres  caldeos  se  acerca- 
ron y  malsinaron  a  los  judíos.  'To- 


maron la  palabra  y  dijeron  al  rey 
Nabucodonosor:  «¡Oh  rey,  vivas  por 
siglos!  10  Tú,  ¡oh  rey!,  has  decreta- 
do que  todo  hombre  que  oiga  el  so- 
nido del  cuerno,  del  pífano,  de  la 
cítara,  de  la  sambuca,  del  salterio, 
de  la  zampoña  y  de  toda  suerte  de 
instrumentos  músicos  caiga  de  rodi- 
llas y  adore  la  estatua  de  oro  ;  11  y 
aquel  que  no  cayere  y  adorare  será 
arrojado  dentro  del  horno  de  fuego 
ardiente.  12  [Ahora  bien]  hay  unos 
hombres  judíos  a  quienes  constituís- 
te al  frente  de  la  administración  de 
la  provincia  de  Babilonia  :  Sadrak, 
Mesak  y  Abed-Negó.;  estos  hombres 
no  te  guardan,  ¡oh  rey!,  ninguna 
consideración,  ni  a  tu  dios  veneran, 
ni  la  estatua  de  oro  que  erigiste  ado- 
ran.» 

13  Entonces  Nabucodonosor,  con  co- 
lera y  furor,  mandó  traer  a  Sa- 
drak, Mesak  y Abed-Negó,  los  cuales 
fueron  conducidos  ante  el  monarca. 
11  Nabucodonosor  tomó  la  palabra  y 
díjoles  : 

— ¿  Es  cierto,  Sadrak,  Mesak  y 
Abed-Negó,  que  no  veneráis  a  mis 
dioses  y  la  estatua  de  oro  que  he  eri- 
gido no  adoráis  ?  15  Ahora,  pues,  si 
estáis  prestos,  cuando  oigáis  el  soni- 
do del  cuerno,  del  pífano,  de  la  cí- 
tara, de  la  sambuca,  del  salterio,  de 
la  zampoña  y  de  toda  clase  de  ins- 
trumentos músicos,  caeréis  de  rodi- 
llas y  adoraréis  la  estatua  que  he 
fabricado  ;  y  si  no  la  adoráis,  al  mo- 
mento seréis  lanzados  en  el  horno 
de  fuego  ardiente;  y  ¿qué  dios  ha- 
bría que  os  librase  de  mis  manos  ? 

18  Respondieron  Sadrak,  Mesak  y 
Abed-Negó  y  dijeron  al  rey  Nabuco- 
donosor : 

— No  necesitamos  responderte  sobre 

este  asunto.  11  Si  está  que  nuestro 


3 -  Consejeros  :  según  E.  Meyer,  el  adargazar  era  un  título  militar  :  general,  etc. 
Otros  traducen  senadores,  jueces...  ||  Jurisperitos:  o  bien,  jueces.  ||  Magistrados: 
así  algunos  ;  otros,  «jueces»,  iprefectos  de  policía»  ;  realmente  es  dignidad  cortesana 
no  determinada  con  certeza. 
6  Zampona  :  otros,  gaita. 

"  Dentro  de  ardiente  horno  :  pena  atroz,  pero  que  vemos  ya  empleada  varias 
veces  en  el  A.  T.,  v.  gr.,  en  Gén.,  38,  24. 

"  .Vi  está  que  nuestro  Dios...  :  e.  d.,  si  entra  en  los  planes  de  Dios  el  librarlos, 
puede  hacer  un  milagro  a  su  favor. 


-  1584  - 


3  18-21 


DANIEL 


3  22-25 


Dios,  a  quien  nosotros  veneramos, 
ha  de  librarnos,  del  horno  del  fuego 
abrasador  y  de  tus  manos,  ¡oh  rev!, 
nos  librará.  18  Y  si  no,  has  de  saber, 
¡oh  rey!,  que  a  tu  dios  no  servimos 


sus  túnicas,  sus  gorros  y  sus  vesti- 
dos, y  los  echaron  dentro  del  horno 
del  fuego  abrasador.  22  Como  quiera 
que  la  orden  del  rey  era  apremiante 
v  el  horno  estaba  niuv  encendido,  a 


ni  la  estatua  de  oro  que  has  erigido 
hemos  de  adorar. 

*  Entonces  Nabucodonosor,  lleno 
de  furor  y  demudada  la  expresión 
de  su  rostro  contra  Sadrak,  Mesak  y 
Abed-Negó,  tomó  la  palabra  y  orde- 
nó encender  el  horno  siete  veces  más 
fuerte  de  lo  que  se  acostumbraba  a 
encenderle.  2U  Y  mandó  a  algunos  de 
los  hombres  más  fornidos  de  su  ejér- 
cito que  ataran  a  Sadrak,  Mesak  y 
Abed-Negó  para  arrojarlos  al  horno 
del  fuego  ardiente.  a  Entonces  estos 
varones  fueron  atados  con  sus  capas, 


iquellos  hombres  que  habían  subido 
i  Sadrak,  Mesak  y  Abed-Negó  cau- 
cáronles la  muerte  las  llamas  del  fue- 
go. a  Y  estos  varones  Sadrak,  Me- 
sak y  Abed-Negó  cayeron  atados  den- 
tro del  horno  del  fuego  abrasador  V 

Oración  de  Azarías 

[M  Y  andaban  en  medio  de  las  lla- 
mas cantando  a  Dios  y  bendiciendo 
al  Señor.  23  Y  Azarías,  poniéndose  a 
orar  así  y  abriendo  su  boca  en  me- 
dio del  fuego,  dijo  : 


21  Capas  :  así  probab!.  ;  el  sarbal  es  cierta  parte  de  la  indumentaria  no  bien  de- 
terminada. ||  Túnicas:  sentido  incierto;  no  se  sabe  qué  parte  de  la  indumentaria 
fuera  el  péta¡ch. 


3  26-3» 


DANIEL 


3  40-51 


Bendito  eres,  Señor,  Dios  de  nues- 


tros r 
glorií 

hicSt 


res,  y  digno  de  alabanza,  y 
lo  tu  nombre  por  los  siglos. 

justo  eres  en  todo  lo  que 
y  verdaderas  son  todas  las 
obras  tuyas,  y  rectos  tus  caminos,  y 
todos  tus  juicios  verdad.  K  Y  juicios 
de  verdad  hiciste  según  todo  lo  que 
atrajiste  sobre  nosotros  y  sobre  la 
ciudad  santa  de  nuestros  padres,  Je- 
isalén  ;  porque  en  verdad  y  juicio 
atrajiste  todas  estas  cosas  por  causa 
de  nuestros  pecados.  29  Puesto  que  pe- 
bramos  inicuamente,  apos- 
ti,  y  delinquimos  en  todo; 
eceptos  no  escuchamos  ni 
is,  ni  obramos  según  nos 
para  que  nos  fuese  bien. 
;uanto  enviaste  sobre  nos- 
do  cuanto  hiciste  con  nos- 
juicio  verdadero  lo  hiciste, 
tregaste  en  manos  de  ene- 
uos  y  pésimos  apóstatas  y 
ajusto,  el  más  perverso  de 
erra.  "  Y  ahora  no  pode- 
nuestra  boca  :  vergüenza 
ha  caído  sobre  tus  siervos 
te  adoran.  M  No  nos  des- 
ara  siempre  por  causa  de, 
,  y  no  desbarates  tu  alian- 
o  apartes  de  nosotros  tu 
ia  por  amor  de  Abrahán, 
y  de  Isaac,  tu  siervo,  y 


tu  am 
de  Isr 
diste  ; 
su  lim 
v  comí 
del  m 
pequet 
ciones 
la  tier 
tros  p 


:1,  tu  santo  ;  40  a  los  cuales 
labra  de  que  multiplicarías 
;  como  las  estrellas  del  cielo 
la  arena  que  está  en  la  playa 
.  "  Porque,  Señor,  nos  em- 
cimos  más  que  todas  las  na- 
y  estamos  abatidos  en  toda 
hoy  clía  por  causa  de  nuég- 
ados. 88  Y  no  existe  en  estc- 
jríncipe,  profeta  ni  caudillo, 
austo,  ni  sacrificio,  ni  ofren- 
miama,  ni  lugar  donde  pre- 
os  frutos  ante  ti  y  hallar 
rdia.  so  Mas  con  ánimo  con- 


trito y  espíritu  de  humildad  seamos 
acogidos.  40  Como  en  holocaustos  de 
carneros  y  toros  y  en  miríadas  de 
corderos  pingües,  así  sea  nuestro  sa- 
|  crificio  en  tu  acatamiento  hoy,  de 
suerte  que  te  sea  acepto  ;  pues  no 
hay  sonrojo  para  los  que  confían  en 
ti.  41  Y  ahora  te  seguimos  de  todo  co- 
razón y  te  tememos  y  buscamos  tu 
rostro.  a  No  nos  confundas,  antes  haz 
con  nosotros  según  tu  mansedumbre 
y  según  la  muchedumbre  de  tu  mi- 
sericordia,; 43  y  líbranos  conforme  a 
tus  maravillas  y  da  gloria  a  tu  nom- 
bre, Señor  ;  44  y  queden  corridos  los 
que  ocasionan  males  a  tus  siervos, 
y  sean  derrocados  ignominiosamen- 
te de  toda  su  potencia,  y  su  fuerza 
sea  triturada  ;  46  y  conozcan  que  tú 
eres  el  Señor,  Dios  único  y  glorioso 
sobre  toda  la  tierra. 

El  ángel  en  el  horno 

**  Y  los  satélites  del  rey,  que  los 
habían  echado,  no  cesaban  de  atizar 
el  fuego  del  horno  con  nafta,  pez,  es- 
topa y  sarmientos.  47  Y  se  extendía 
la  llama  por  encima  del  horno  hasta 
cuarenta  y  nueve  codos,  48  y  se  lanzó 
y  abrasó  a  Iqs  que  halló  de  los  cal- 
deos alrededor  del  horno.  49  Y  el  án- 
gel del  Señor,  habiendo  descendido 
al  horno,  estaba  con  Azadas  y  sus 
compañeros,  y  sacudió  la  llama  del 
fuego  del  horno.  60  e  hizo  que  en  me- 
dio del  horno  soplase  como  un  vien- 
to de  rocío  ;  y  el  fuego  no  los  tocó 
absolutamente  ni  los  dañó  ni  mo- 
lestó. 

Cántico  de  los  tres  jóvenes 

n  Entonces  los  tres,  como  con  una 
sola  boca,  alababan  y  glorificaban  y 
bendecían  a  Dios  dentro  del  horno, 

diciendo  : 


los  gentiles,  por  cuanto  abandonaron  el  monoteísmo  pri- 


:ipe,  que  gobierne  tu  pueblo  ;  n 
ni  caudillo,  que  salve  a  Israel, 
palabras  se  las  ha  apropiado  la  I 


profeta,  que  cumpla  normal- 
n  la  celebración  del 
ya  Israel  no  reinci- 


dió 
de  e 
casti 


en  medio 

Como 


del  incendio  d 

CON  UNA  SOLA 

s,  siraultAneai 


de  Jerusalén  (587  antes  de  Cristo)  ya  Isra< 
as  veces  anteriormente.  Es  éste  un  hecho  providencial 
).  Desde  el  año  70  de  la  era  cristiana,  Israel  ha  sido 
manentemente  que  antes,  y  no  por  sus  idolatrías.  Otro 

Israel.  Y  otro  pecado  no  puede  señalarse  que  el  haber 
er  crucificado  a  Jesús  de  Nazaret. 

3  una  expresiva  imagen  de  cómo  Dios  asiste  a  los  suyos 
tribulaciones  o  de  las  tentaciones. 

puede  explicarse  de  varias  maneras.  Pudo  ser  que  los 
inspirados  por  Dio»,  prorrumpiesen  cu  un  mismo  canti- 


3  62-90 


DANIEL 


3  32-W 


"  Bendito  eres,  Señor,  Dios  de  nuestios  padres, 

y  loable  y  sobreensalzado  por  los  siglos  ; 
y  bendito  el  nombre  santo  de  tu  gloria 

v  sobreloable  y  sobreensalzado  por  todos  los  siglo* 
M  Bendito  eres  en  el  templo  de  tu  santa  gloria 

y  sobreloable  y  sobreensalzado  por  los  siglos. 
w  Bendito  eres  tú,  que  con  tu  mirada  penetras  los  abismos, 

sentado  sobre  querubines, 

y  loable  y  sobreensalzado  por  los  siglos. 
M  Bendito  eres  sobre  el  trono  de  tu  realeza, 

y  sobreloable  y  sobreensalzado  por  los  siglo*. 
"  Bendito  eres  en  el  firmamento  del  cielo, 

y  loable  y  glorificado  por  los  siglos. 
51  Bendecid,  todas  las  obras  del  Señor,  al  Señor, 

cantad  y  sobreensalzadle  por  los  siglos. 
68  Bendecid,  ángeles  del  Señor,  al  Señor, 

cantad  y  sobreensalzadle  por  los  siglos. 
w  Bendecid,  cielos,  al  Señor... 

'"  Bendecid,  aguas  y  todo  cuanto  está  sobre  los  cielos,  al  Señor... 

"  Bendiga  todo  el  ejército  al  Señor... 

"  Bendecid,  sol  y  luna,  al  Señor... 

**  Bendecid,  estrellas  del  cielo,  al  Señor... 

M  Bendiga  toda  lluvia  y  rocío  al  Señor... 

"Bendecid,  todos  los  vientos,  al  Señor. 

n  Bendecid,  fuego  y  calor,  al  Señor... 

"Bendecid,  frío  y  calor,  al  Señor... 

70  Bendecid,  heladas  y  nieves,  al  Señor... 

"Bendecid,  noches  y  días,  al  Señor... 

"  Bendecid,  luz  y  oscuridad,  al  Señor... 

"Bendecid,  relámpagos  y  nubes,  al  Señor.. 

"  Bendiga  la  tierra  al  Señor... 

"Bendecid,  montes  v  collados,  al  Señor... 

"Bendecid,  todo  lo  que  germina  en  la  tierra,  al  Señor.. 

"Bendecid,  las  fuentes,  al  Señor... 

78  Bendecid,  mares  y  ríos,  al  Señor... 

"Bendecid,  cetáceos  y  todo  lo  que  se  mueve  en  las  aguas,  al  Señor 

60  Bendecid,  todas  las  aves  del  cielo,  al  Señor... 

a  Bendecid,  todas  las  fieras  y  bestias,  al  Señor... 

a  Bendecid,  hijos  de  los  hombres,  al  Señor.. 

"Bendecid,  Israel,  al  Señor... 

M  Bendecid,  sacerdotes,  al  Señor... 

Bendecid,  siervos,  al  Señor... 
"  Bendecid,  espíritus  y  almas  de  los  justos,  al  Señor.. 
87  Bendecid,  santos  v  humildes  de  corazón,  al  Señor... 
B  Bendecid,  Ananias,  Azar  fas,  Misael,  al  Señor, 

cantad  y  sobreensalzadle  por  los  siglos  ; 

porque  nos  sacó  del  infierno  y  nos  salvó  de  manos  de  la  muerte, 

y  nos  libró  del  medio  del  horno  ardiente  en  llamas 

y  del  medio  del  fuego  nos  libró. 
"  Confesad  al  Señor, 

porque  es  bueno,  porque  es  eterna  su  misericordia. 
m  Bendec:d,  todos  los  que  adoráis  al  Señor,  al  Dios  de  los  dioses  ; 

cantadle  himnos  y  confesadle, 

oorque  es  eterna  su  misericordia.] 


co.  Pudo  también  ser  nue  Azarías  cantase  el  primer  hemistiquio,  al  cual  responderían 
los  otros  dos  con  el  secundo  a  modo  de  estribillo.  Pudo,  por  fin,  ser  que  el  cántico 
no  se  compusiese  entonces,  sino  que  fuese  más  anticuo  y  que  los  tres  lo  recitasen 
juntamente.  La  repetición  del  estribillo  tal  vez  sea  indicio  de  su  uso  litúrcico. 

*•""  La  numeración  de  los  versículos  es  la  de  la  Vulgata,  en  lo  cual  los  w.  69-70 
preceden  a  los  vv.  71-72.  Se  intercalan,  además,  en  ella  los  vv  67  ('...  frío  v  calor.  .) 
y  68  (...  rocíos  y  escarcha.  J. 


—  1587  — 


3  «1-4  4 


DANIEL 


3  95-4  7 


m2i  Entonces  el  rey  Nabucodonosor 
se  asombró  y  levantóse  apresurada- 
mente, tomó  la  palabra  y  dijo  a  sus 
ministros  : 

— ¿No  han  sido  tres  los  hombres 
que  hemos  hecho  arrojar  atados  den- 
tro del  fuego  ? 

Contestaron  y  dijeron  al  monarca  : 

—  ¡Sin  duda,  oh  rey! 

OT25  Respondió  el  soberano  y  dijo  : 

— He  aquí  que  yo  veo  cuatro  hom- 
bres absolutamente  libres  que  cami- 
nan por  medio  del  fuego  sin  padecer 
daño  alguno,  y  el  aspecto  del  cuar- 
to semeja  a  un  ángel. 

\  Entonces  acercóse  Nabucodono- 
sor a  la  boca  del  horno  del  fuego 
ardiente,  tomó  la  palabra  y  dijo  : 
«¡Sadrak,  Mesak  y  Abed-Negó,  sier- 
vos del  Dios  Altísimo,  salid  y  ve- 
nid !»  Entonces  salieron  Sadrak,  Me- 
sak y  Abed-Negó  del  medio  del  fue- 
go. M2Í  Y  congregados  los  sátrapas, 
prefectos,  gobernadores  y  ministros 
del  monarca,  observaron  a  aquellos 
hombres,  comprobando  que  el  fuego 
no  había  tenido  ningún  poder  sobre 
su  cuerpo  y  los  cabellos  de  su  cabe- 
za no  estaban  chamuscados,  sus  man- 


tos no  se  habían  alterado  y  ni  el  olor 
del  fuego  había  llegado  a  ellos. 

"a,  Nabucodonosor  tomó  la  palabra 
y  dijo:  «¡  Bendito  sea  el  Dios  de  Sa- 
drak, Mesak  y  Abed-Negó,  el  cual 
ha  enviado  a  su  ángel  v  librado  a 
sus  siervos,  que  confiaron  en  El,  y 
conculcaron  el  mandato  del  rey  y  en- 
tregaron sus  cuerpos  por  no  servir 
ni  adorar  a  ningún  otro  dios  fuera 
del  Dios  suyo!  M29  Y  yo  publico  este 
edicto:  que  cualquier  pueblo,  nación 
o  lengua  que  profiera  blasfemias  b 
contra  el  Dios  de  Sadrak,  Mesak  v 
Abed-Negó,  será  descuartizado  y  su 
casa  convertida  en  montón  de  estiér- 
col, pues  no  existe  otro  Dios  que 
pueda  salvar  como  éste.» 

OT30  Entonces  el  monarca  hizo  que 
prosperasen  Sadrak,  Mesak  y  Abed- 
Negó  en  la  provincia  de  Babilonia. 

^si  c  «El  rey  Nabucodonosor,  a  to- 
dos los  pueblos,  naciones  y  lenguas 
que  habitan  en  toda  la  tierra;  lia 
paz  se  os  aumente !  m22  Pláceme  da- 
ros a  conocer  los  prodigios  y  mila- 
gros que  me  ha  hecho  el  Dios  Altí- 
simo. 


1003,  ¡  Cuán  grandes  son  sus  prodigios,  | 

cuán  poderosos  sus  milagros  ! 
Su  reinado  es  reinado  eterno  | 

y  su  dominio  persiste  en  una  y  otra  generación. 


Comunicación  de  Nabucodonosor  sobre  su  sueño  del 
árbol,  que  sólo  Daniel  acierta  a  interpretar 


A  1  «Yo,  Nabucodonosor,  estaba 
^  tranquilo  en  mi  casa,  viviendo  en 
floreciente  prosperidad  en  mi  pala- 
cio. 2  Tuve  un  sueño  que  me  aterró 
y  las  cavilaciones  que  tuve  en  mi  le- 
cho y  las  visiones  de  mi  cerebro  me 
aterrorizaron.  3  Entonces  promulgué 
un  edicto  para  que  se  presentaran 
ante  mí  todos  los  sabios  de  Babilo- 
nia a  fin  de  que  me  dieran  a  conocer 
la  interpretación  del  sueño.  '  Llega- 
ron, pues,  los  magos,  los  adivinos, 
los  caldeos  y  los  astrólogos,  y  expu- 
se ante  ellos  el  sueño,  mas  no  su- 
pieron indicarme  su  interpretación. 


5  Finalmente,  vino  a  mi  presencia 
Daniel,  a  quien  se  llama  Baltasar, 
con  arreglo  al  nombre  de  mi  dios,  y 
en  quien  mora  el  espíritu  de  los  san- 
tos dioses,  v  le  expuse  el  sueño  : 

*  «¡Oh  Baltasar,  jefe  de  los  magos!, 
pues  yo  mismo  he  tenido  conocimien- 
to de  que  en  ti  mora  el  espíritu  de 
los  santos  dioses  y  ningún  misterio 
ofrece  para  ti  dificultad  :  [he  aquí] 
las  visiones  del  ensueño  que  he  te- 
nido, dime  ahora  su  interpretación. 
'  Fueron,  pues,  las  visiones  de  mi  ce- 
rebro hallándome  sobre  mi  lecho  : 
Miré, 


Un  ángel  :   lit.,  un  hijo  de  Dios  (o  de  los  dioses). 
w30  Hizo  que  PROSPERASEN  :  C  «les  dió  honores  y  juzaó  dignos  de  mandar  a  todos 
los  judfn.s  de  su  reino». 


-  i588- 


4  8-16 


DANIEL 


4  S-20 


y  he  aquí  que  había  en  medio  de  la  tierra  un  árbol,  | 
cuya  altura  era  enorme. 

*  El  árbol  creció  e  hízose  corpulento,  |  llegando  su  altura  hasta  el-  cielo 
y  su  extensión  a  todos  los  confines  de  la  tierra. 

*  Su  ramaje  era  hermoso,  y  su  fruto,  abundaante,  | 

y  había  en  él  comida  para  todos. 
Bajo  él  buscaban  sombra  las  bestias  del  campo,  I 

en  sus  ramas  moraban  los  pájaros  del  cielo 
y  de  él  se  alimentaba  todo  animal. 


'"  Veía  yo  esto  en  las  visiones  de  mi  mente  sobre  mi  lecho,  y  he  aquí 
que  un  ángel  y  santo  desciende  del  cielo,  "  grita  con  brío  y  dice  así  : 

i  Talad  el  árbol,  desmochad  sus  ramas,  | 

despojad  su  follaje  y  desparramad  sus  frutos  ! 
Huyan  los  animales  de  debajo  de  él  |  y  los  pájaros  de  sus  ramas. 
u  Mas  dejad  en  tierra  |  el  tocón  con  sus  raíces, 
y  [sea  atado]  con  ligaduras  de  hierro  y  bronce  [ 

entre  el  verde  del  campo, 
y  con  el  rocío  del  cielo  sea  bañado,  | 

y  con  las  bestias  comparta  el  herbaje  de  la  tierra. 
"  Su  corazón  de  hombre  séale  mudado,  |  y  corazón  de  bestia  désele, 

y  transcurran  sobre  él  siete  años. 
"  El  mensaje  [se  basa]  en  decisión  de  los  ángeles  | 
v  orden  de  los  santos  es  la  cosa, 


a  fin  de  que  reconozcan  los  vivien- 
tes que  el  Altísimo  tiene  dominio  so- 
bre el  imperio  humano  y  a  quien 
quiere  lo  otorga,  y  eleva  a  él  al  más 
baio  de  los  hombres. 

15  Este  es  el  sueño  que  he  tenido 
yo,  el  rey  Nabucodonosor ;  y  tú,  Bal- 
tasar, declárame  la  interpretación, 
por  cuanto  que  ninguno  de  los  sabios 
de  mi  reino  ha  sido  capaz  de  indi- 
carme la  interpretación,  pero  tú  lo 
puedes,  porque  en  ti  mora  el  espíri- 
tu de  los  santos  dioses.» 

"  Entonces  Daniel,  a  quien  se  de- 
nomina Baltasar,  quedó  aturdido  un 
rato,  y  los  pensamientos  que  tenía 
lo  consternaban.  El  monarca  tomó  la 
palabra  y  dijo  : 

— Baltasar,  no  te  asusten  ni  el  sue- 
ño ni  la  interpretación. 


|  ["]  Baltasar  respondió  diciendo  : 
¡  «¡Señor  mío,  [sea]  el  sueño  para  los 
I  que  te  odian,  y  su  interpretación  pa- 
I  ra  tus  adversarios !  17  El  árbol  que 
has  visto  grande  y  fuerte,  cuya  al- 
tura llegaba  al  cielo  y  su  extensión 
a  toda  la  tierra,  18  cuyo  ramaje  era 
hermoso  y  su  fruto  abundante,  en  el 
cual  había  comida  para  todos  y  bajo 
el  que  moraban  las  bestias  del  cam- 
po, en  cuyas  ramas  habitaban  los  pá- 
jaros del  cielo,  18  eres  tú,  ¡oh  rey!, 
que  os  habéis  engrandecido  y  forta- 
lecido, y  tu  grandeza  ha  crecido  y 
I  ha  alcanzado  el  cielo,  y  tu  imperio  a 
|  los  confines  de  la  tierra.  20  En  cuan- 
to a  lo  que  ha  visto  el  monarca,  un 
I  ángel  y  santo  que  descendía  del  cie- 
¡  lo  y  dijo  :  Talad  el  árbol  y  destruíd- 
í  '.o,  mas  dejad  en  tierra  el  tocón  con 


4*  En  medio  de  la  tierra  :  esta  posición  central  del  árbol  indica  la  grandeza  del 
imperio  babilónico. 

8  y  "  Su  extensión  :  ensrnche,  dilatación.  Así  parece  deducirse  del  contexto  (cf.  Ge- 
senius-Buhl),  aunque  la  interpretación  corriente  es  :  su  vista,  e.  d.,  divisábase  desde 
todos  los  confines... 

9  Todo  animal  :  lit.,  «toda  carne»,  que  aquí  parece  tener  ese  sentido,  más  bien  que 
el  de  «toda  criatura»  o  «todos  los  hombres»,  como  otros  vierten. 

10  Un  ángel  :  otros,  «un  vigilante»  o  velador.  Sin  duda,  cierta  clase  de  ángeles,  vi- 
gilantes del  cielo. 

B  Mas  dejad  en  tierra  :  el  árbol  con  sus  raices  designa  a  Nabucodonosor,  que, 
aunque  pierde  el  poder  algún  tiempo,  guardará  la  vida  y  recobrará  el  imperio. 

°  Corazón  :  e.  d.,  cerebro,  inteligencia.  El  orgullo  de  Nabucodonosor  le  había  per- 
suadido que  era  él  más  que  la  humanidad  ;  por  eso  le  rebajará  al  nivel  de  las  bestias. 


-  1589  - 


4  21-34 


DANIEL 


4  28-34 


sus  raíces,  y  sea  atado  con  ligaduras 
de  hierro  y  bronce  entre  las  hierbas 
del  campo*  con  el  rocío  del  cielo  sea 
bañado  y  con  las  bestias  del  campo 
tendrá  parte  hasta  que  pasen  sobre 
él  siete  años'  :  21  ésta  es  la  interpre- 
tación, ¡oh  rey!,  y  es  el  decreto  del 
Altísimo  que  ha  sobrevenido  a  mi  se- 
ñor, el  rey  :  22  Te  arrojarán  de  entre 
los  hombres  y  tendrás  tu  morada  con 
las  bestias  del  campo,  hierba  como 
a  las  reses  vacunas  te  darán  a  comer 
y  con  rocío  del  cielo  te  bañarán,  y 
pasarán  sobre  ti  siete  años  hasta  que 
reconozcas  que  el  Altísimo  tiene  do- 
minio sobre  el  imperio  humano  y  a 
quien  quiere  lo  otorga.  23  Y  el  ha- 
berse rnandado  dejar  el  tocón  con 
«us  raíces  indica  que  tu  imperio  se 
te  conservará  una  vez  hayas  recono- 
cido que  el  cielo  es  quien  domina. 
M  Por  tanto,  ¡oh  rey!,  plázcate  mi 
consejo:  redime  tus  pecados  median- 
te limosnas  y  tus  iniquidadaes  con 
misericordia  hacia  los  desdichados  ; 
quizá  así  pueda  dilatarse  tu  tranqui- 
lidad.» 

28  Todo  esto  sobrevino  al  rey  Na- 
bucodonosor.  M  Al  cabo  de  doce  me- 
ses, hallábase  paseando  por  su  pala- 
cio real  de  Babilonia,  *  y  tomó  el 


monarca  la  palabra  y  dijo  :  «¿No  es 
ésta  la  gran  Babilonia  que  yo  he  edi- 
ficado para  residencia  real 'en  virtud 
de  mi  poder  y  para  la  gloria  de  mi 
majestad  ?»  28  Aun  tenía  el  monarca 
'.a  palabra  en  sus  labios,  cuando  una 
voz  descendió  del  cielo:  «¡A  ti  se 
anuncia,  oh  rey  Nabucodonosor  ;  el 
imperio  se  ha  ido  de  ti !  w  Te  arro- 
jarán de  entre  los  hombres  y  con  las 
bestias  del  campo  será  tu  morada  ; 
heno  como  a  las  reses  vacunas  te 
darán  a  comer  y  siete  años  pasarán 
sobre  ti  hasta  que  reconozcas  que  e! 
Mtísimo  es  el  soberano  en  el  impe- 
rio de  los  hombres  y  lo  otorga  a 
quien  quiere.»  *En  aquel  momento 
la  palabra  se  cumplió  en  Nabucodo- 
nosor, que  fué  arrojado  de  entre  \o> 
liombres,  y  comía  hierba  como  las 
reses  vacunas,  y  bañábase  su  cuerpo 
del  rocío  del  cielo,  hasta  que  sus  ca- 
bellos llegaron  a  crecerle  como  [la- 
plumas]  al  águila  y  las  uñas  como 
a  las  aves. 

31  Al  cabo  de  aquel  tiempo,  yo,  Na- 
bucodonosor, alcé  mis  ojos  al  cielo, 
v  mi  razón  tornó  a  mí,  y  bendije  al 
Altísimo  y  alabé  y  glorifiqué  al  que 
vive  eternamente, 


aquel  cuyo  imperio  es  un  imperio  eterno  | 

y  cuyo  reino  perdura  de  generación  en  generación. 

Todos  los  moradores  de  la  tierra  son  reputados  por  nada  | 
y  a  m  albedrío  procede  con  el  ejército  del  cielo 

a  y  los  moradores  de  la  tierra  a  ; 

y  nadie  existe  que  detenga  su  mano  |  y  le  diga  :  «¿Qué  haces?» 


"  En  aquel  momento  mi  razón  vol- 
vió a  mí,  tornándome  también,  para 
honor  de  mi  imperio,  mi  majestad  y 
mi  esplendor,  y  mis  consejeros  y  mis 
magnates  me  buscaron,  y  se  me  res- 
tableció en  mi  reino  y  fuéme  otorga- 
da una  grandeza  aún  mavor.  M  Aho- 


ra, pues,  yo,  Nabucodonosor,  alabo, 
ensalzo  y  glorifico  al  Rey  del  cielo, 
cuyas  obras  todas  son  verdad  y  sus 
caminos  derechos,  y  que  puede  hu- 
millar a  quienes  proceden  altanera-' 
mente  » 


ao  La  palabra  se  cumplió:  contrayendo  Nabucodonosor  una  enfermedad  denominada 
licantropia,  o  sea  un  delirio  en  el  cual  se  figura  quien  lo  padece  que  es  una  bestia. 
La  de  él  debió  de  ser  boantropía,  pues  se  imaginó  ser  un  toro.  Dice  el  sagrado  texto 
que  perdió  el  uso  de  la  razón  algún  tiempo,  y  en  su  mentecatez  parecían  plumas  de 
ave  sus  cabellos,  y  sus  uñas,  uñas  de  pájaro,  y  semejaba  un  salvaje. 
Por  nada  :  otros,  t<x>mo  no  dignos  de  tenerse  en  cuenta». 


—  1590  — 


5  I"»  DANIEL  5  «W8 


Festín  y  muerte  de  Baltasar 


51  El  rey  Baltasar  celebró  un  gran 
banquete  en  honor  de  sus  mil 
magnates  y  bebió  vino  en  presencia 
Je  esos  mil.  2  Cuando  hubo  gustado 
el  vino,  Baltasar  ordenó  traer  los  va. 
.-os  de  oro  y  plata  que  su  antepasado 
Nabucodonbsor  había  sacado  del  tem- 
plo de  Jerusalén  para  que  bebieran 
ta  ellos  el  rey  y  sus  magnates,  sus 
esposas  y  sus  concubinas.  s  Inmedia- 
tamente se  trajeron  los  vasos  de  oro 
y  plata  a  que  sacaran  [un  día)  de', 
templo,  de  la  casa  de  Dios  b  existen- 
te en  Jerusalén,  y  bebieron  en  ellos 
ci  monarca  y  sus  magnates,  sus  es- 
posas y  concubinas.  '  Bebieron  vino 
y  alabaron  a  sus  dioses  de  oro  y  pla- 
ta, de  bronce,  hierro,  madera  v  pie- 
dra. 

'  En  aquel  momento  aparecieron 
los  dedos  de  una  mano  de  hombre 
v  escribieron  delante  del  candelabro 
sobre  la  cal  de  la  pared  del  palacio 
real,  y  el  monarca  vió  la  palma  de 
la  mano  que  escribía.  6  Entonces  e! 
rey  demudó  el  color  del  semblante, 
v  conturbáronle  sus  pensamientos,  y 
las  articulaciones  de  sus  caderas  se 
le  relajaron,  y  las  rodillas  comenza- 
ron a  golpearse  la  una  contra  la  otra. 
'  El  rey  gritó  fuertemente  para  que 
hiciesen  entrar  a  los  encantadores 
los  caldeos  y  los  astrólogos.  El  mo- 
narca tomó  la  palabra  y  dijo  a  los 
sabios  de  Babilonia :  «Cualquier  hom- 
bre que  leyere  este  escrito  y  me  de- 
clare su  interpretación,  será  vestido 
de  púrpura  con  collar  de  oro  a  su 
cuello  y  será  el  tercero  en  autoridad 
en  el  reino.» 

1  Entonces  entraron  todos  los  sa- 
bios de!  rey,  mas  no  lograron  leer  la 


escritura  ni  manifestar  al  monarca 
su  interpretación.  e  Así,  pues,  el  rey 
Baltasar  se  conturbó  en  extremo  y  se 
le  demudó  el  color  del  rostro,  y  sus 
magnates  quedaron  desconcertados. 
!0  La  reina,  ante  las  palabras  del  mo- 
narca y  de  los  magnates,  penetró 
en  la  sala  del  festín.  Tomó  la  reina 
la  palabra  y  dijo:  «¡Oh  rey,  eterna- 
mente vivas  ! ;  no  se  turben  tus  pen- 
samientos ni  se  demuden  los  colores 
de  tu  semblante.  11  Hay  un  hombre 
en  vuestro  reino  en  quien  reside  el 
¡  espíritu  de  los  santos  dioses  y  en  los 
'  días  de  tu  padre  se  halló  en  él  una 
luz,  una  inteligencia  y  una  sabiduría 
semejante  a  la  sabiduría  de  los  dio- 
ses, y  el  rey  Nabucodonosor,  vues- 
tro antepasado,  le  nombró  jefe  de  los 
magos,  los  adivinos,  los  caldeos  y 
ios  astrólogos,  0  vuestro  propio  an- 
tepasado el  rey  c  ;  12  por  cuanto  que 
en  él,  en  Daniel,  a  quien  el  monarca 
puso  por  nombre  Baltasar,  se  des- 
cubrió un  espíritu  extraordinario,  co- 
nocimiento e  inteligencia  para  des- 
cifrar sueños,  explicar  enigmas  y  re- 
solver dificultades.  Llamad,  pues,  a 
Daniel,  y  dará  la  interpretación.» 

13  Fué  introducido  Daniel  inmedia- 
tamente a  la  presencia  del  monarca, 
el  cual  tomó  la  palabra  y  dijo  a  Da- 
niel : 

— ¿  Eres  tú  Daniel,  uno  de  aquellos 
judíos  deportados  que  el  rey  mi  pa- 
dre trajo  de  Judea  ?  "  He  oído  decir 
de  ti  que  en  ti  mora  el  espíritu  de 
los  dioses  y  que  se  han  hallado  en 
ti  luces,  inteligencia  y  sabiduría  ex- 
traordinaria. 15  Ahora  bien,  han  sido 
!  introducidos  a  mi  presencia  los  sa- 
¡  bios  y  los  encantadores  para  que  le- 


K  1  El  rey  Baltasar  :  así  interpretan  ThGV  el  hebr.  Belsassar;  según  la  opinión  que 
se  estima  más  probable,  trátase  del  Bel-Sarrusur  de  los  documentos  cuneiformes, 
.lijo  de  Nabunaid  o  Nabonides.  Este  usurpador  del  imperio  se  asoció  en  el  gobierno  a 
su  hijo,  encomendándole  la  defensa  de  Babilonia  cuando  él  mismo  fué  derrotado  y  he- 
cho prisionero  por  Ciro.  |j  Bebió  vino  :  este  licor  derrochábase  copiosamente  en  aque- 
llas fantásticas  orgías  orientales,  tal  como  nos  lo  muestran  los  monumentos  de  la 
época,  que  siempre  representan  a  los  comensales  bebiendo. 

'  Cuando  hubo  gustado  ei.  vino  :  e.  d.,  cuando  se  hallaba  en  medio  de  la  liba- 
ción ;  otros,  «bajo  el  influjo  del  vino».  ||  Ordenó  traer  los  vasos:  como  para  insultai 
al  Eios  de  los  hebreos  a  presencia  de  los  dioses  de  él. 

•  Las  articulaciones  de  sus  caderas  :  o  bien,  la  columna  vertebral  inferior. 

"  La  reina  :  debió  de  ser  la  reina  madre,  puesto  que  las  mujeres  del  rey  estaban 
ya  en  el  banquete.  ||  Las  palabras:  otros,  «el  suceso»  o  acontecimiento. 

"  Antepasado  :  lit.,  padre,  como  en  otros  vv.  anteriore» ;  pero  sólo  el  santido  dc- 
abuelo  o  antepn»edo  puede  tener  en  ello»  1»  palabra  nb. 


DANIEL 


5*2-6  3 


verán  este  escrito  y  me  comunicaran 
su  interpretación,  y  no  han  sido  ca- 
paces de  descifrar  el  asunto.  16  Mas 
yo  he  oído  decir  de  ti  que  tú  puedes, 
ofrecer  interpretaciones  y  resolvei 
dificultades.  Ahora,  pues,  si  lograr* 
leer  el  escrito  y  me  haces  saber  su 
explicación,  serás  vestido  de  púrpu- 
ra con  un  collar  de  oro  al  cuello  y 
serás  el  tercero  en  autoridad  en  e"l 
reino. 

"  Entonces  respondió  Daniel  y  di- 
jo delante  del  monarca  : 

—Queden  para  ti  tus  regalos  y  da 
tus  obsequios  a  otro  ;  sin  embargo, 
leeré  el  escrito  al  rey  y  le  daré  a  co- 
nocer su  interpretación.  18  ¡Oh  rey!, 
el  Dios  Altísimo  otorgó  a  Nabucodo- 
nosor,  tu  padre,  el  imperio,  la  gran-  j 
deza,  la  gloria  y  la  majestad  ;  18  y 
ante  el  poder  que  le  otorgara,  todos 
los  pueblos,  naciones  y  lenguas  tem- 
blaban y  temían  a  su  presencia  ;  a 
quien  quería  mataba  y  al  que  desea- 1 
ba  dejaba  vivir,  a  quien  quería  exal- 
taba  y  al  que  deseaba  humillábalo. 
m  Mas'  tan  pronto  como  se  ensober- 
beció su  corazón  y  su  espíritu  se 
obstinó  en  hacerse  insolente,  fué  de- 
puesto de  su  real  trono  y  su  gloria 
ruéle  quitada.  21 Y  fué  arrojado  de 
entre  los  hombres  v  hecho  su  cora- 
zón semejante  al  de  las  bestias,  y 
convivió  con  los  onagros ;  hierba  co- 
mo a  las  reses  vacunas  le  dieron  a 
comer,  y  su  cuerpo  se  bañó  del  rocío 
del  cielo,  hasta  que  reconoció  que  el 
Dios  Altísimo  es  el  soberano  en  el 


imperio  de  los  hombres  y  exalta  a 
él  a  quien  quiere.  22  Y  tú",  ¡  oh  Bal- 
tasar!, su  hijo,  no  has  humillado  tu 
corazón  a  pesar  de  haber  sabido  to- 
do esto  ,  ™  mas  te  has  alzado  contra 
.'1  Rey  del  cielo,  y  te  han  traído  de- 
cante los  vasos  del  templo,  y  tú  y 
tus  magnates,  tus  esposas  y  tus  con- 
cubinas habéis  bebido  vino  en  ellos 
v  has  ensalzado  a  unos  dioses  de  pla- 
ta y  oro,  de  bronce,  hierro,  madera 
v  piedra,  que  ni  ven,  ni  oyen,  ni  en- 
tienden, y  no  honrado  al  Dios  en  cu- 
yas manos  está  tu  aliento  v  dueño  de 
todos  sus  caminos.  21  Por  eso  de  su 
presencia  fué  enviada  la  mano  que 
trazó  este  escrito.  25  Esta  es,  pues,  la 
escritura  que  ha  trazado:  Mené,  Me- 
né  ¡>,  Tekel  Ufarsín  c.  26  Y  ésta  es 
ia  interpretación  de  tales  palabras  : 
Mené  :  Dios  ha  contado  [los  días] 
de  tu  reinado  y  le  ha  puesto  fin. 
27  Tekel  :  has  sido  pesado  en  la  ba- 
lanza y  hallado  falto  de  peso.  28  Pe- 
res :  tu  imperio  ha  sido  desbarrado 
v  dado  a  los  medos  y  persas. 

28  Baltasar  ordenó  inmediatamente 
que  se  le  pusiera  a  Daniel  uu  vesti- 
do de  púrpura  y  un  collar  de  oro  al 
cuello  y  proclamaron  que  quedaba 
constituido  el  tercero  por  su  autori- 
dad en  el  reino.  M  Aquella  misma  no- 
che fué  muerto  Baltasar,  rey  de  los 
caldeos. 

Darío  el  medo  recibió  el  remo 
cuando  contaba  unos  sesenta  y  dos 
años 


En  la  corte  de  Darío.  Daniel  en  el  foso  de  los  leones 


z:  ':  Plugo  a  Darío  establecer  sobre 
el  reino  ciento  veinte  sátrapas 
que  se  distribuyesen  por  todo  el  rei- 
no, 22  y  al  frente  de  ellos  tres  prefec- 
tos— uno  de  ellos  Daniel — ,  a  quienes 


los  sátrapas  rindieran  cuentas,  con 
lo  que  el  monarca  no  padeciera  daño 
alguno,  'i  Pero  nuestro  Daniel  sobre- 
salía entre  los  prefectos  y  sátrapas 
por  estar  dotado  de  un  espíritu  ex- 


18  Ofrecer  interpretaciones  :  lit.,  interpretar  (o  explicar)  explicaciones,  interpreta- 
ciones ;  V  «interpretan  obscura»,  y  así  también,  con  Vars,  Kit. 
a  Su  corazón  :  o  bien,  su  inteligencia. 

■«  y  rú,  ¡oh  Baltasar!  :  quiere  decirle  Daniel  que  su  orgullo  es  más  culpable  que 
el  de  Nabucodonosor. 

"  La  mano  :  lit.,  la  palma  de  la  mano. 

»j  Darío  :  unos  creen  era  lugarteniente  de  Ciro,  quien  lo  constituiría  como  virrey 
o  gobernador  de  Babilonia  al  ser  conquistada  ésta.  Identifícanle  con  el  Ugbaru  de  las 
inscripciones  cuneiformes  y  el  Gobyras  de  Herodoto.  Otros  prefieren  hacerle  idéntico 
a  Ciaxares,  hijo  de  Astiages,  último  rey  de  Media.  Cf.  Introducción. 

Q  Bt  Ntrr.srRO  Danibl  :  lit.,  éate  íel  tal)  Daniel    l— v.  •,, 


—  I5Q2  — 


6  4-12 


DANIEL 


6  13-1(5 


traordinario,  y  el  monarca  proyecta- 
ba constituirlo  sobre  todo  el  reino. 
*s  Entonces  los  prefectos  y  los  sátra- 
pas trataron  de  hallar  motivo  de  cen- 
sura contra  Daniel  en  lo  tocante  a 
[la  administración  d]el  reino  ;  pero 
no  lograban  encontrar  ningún  moti- 
vo de  queja  ni  acto  reprensible,  por- 
que él  era  leal,  y  no  se  halló  en  él 
negligencia  alguna  ni  acción  vitupe- 
rable. s6  Entonces  dijéronse  aquellos 
hombres  :  «No  encontraremos  con- 
tra nuestro  Daniel  ningún  motivo  de 
acusación  fuera  de  la  que  contra  él 
hallemos  en  lo  concerniente  a  la  lev 
de  su  Dios.» 

%  Así,  pues,  aquellos  prefectos  y 
sátrapas  acudieron  alborotados  ante 
el  monarca  y  le  dijeron  de  esta  suer- 
te :  «¡Rey  Darío,  vive  eternamente! 
\,  Todos  los  ministros  del  reino,  pre- 
fectos y  sátrapas,  consejeros  de  es- 
tado y  gobernadores  han  deliberado 
y  concluido  que  debe  promulgarse  un 
edicto  real  y  poner  en  vigor  una  pro- 
hibición que  cualquiera  que  hasta  pa- 
rados treinta  días  formule  una  plega- 
ria a  cualquier  dios  u  hombre,  fuera 
de  a  ti,  ¡oh  rey!,  sea  arrojado  a  la 
fosa  de  los  leones.  \  Ahora,  pues,  ¡  oh 
rey  !,  promulgad  la  prohibición  y  fir- 
,mad  el  documento  para  que  no  sea 
modificable,  conforme  a  la  ley  de  los 
medos  y  los  persas,  que  es  irrevoca- 
ble.» *,„  Ante  esto,  el  rey  Darío  fir- 
mó el  documento  con  la  "prohibición. 

"\,  En  cuanto  Daniel  se  enteró  de 
que  había  sido  firmado  el  documen- 
to, se  entró  en  su  casa,  la  cual  tenía 
ventanas  abiertas  en  su  parte  supe- 
rior, en  dirección  a  Jerusalén,  y  en 
tres  momentos  del  día  caía  de  rodi- 
llas y  oraba  y  daba  gracias  ante  su 
Diosj  de  igual  modo  que  solía  orar 
anteriormente.  UJS  Entonces  aquellos 
hombres  acudieron  alborotados  y  en- 
contraron a  Daniel  orando  y  rogando 
ante  su  Dios.  1313  Inmediatamente  se 
acercaron  al  monarca  y  le  hablaron 
acerca  de  la  prohibición  real  : 

—¿No  firmaste  una  prohibición 
[declarando]  que  todo  el  que  dirigie- 
ra en  el  plazo  de  treinta  días  unii 


plegaria  a  cualquier  dios  u  hombre, 
a  excepción  de  ti,  ¡oh  rey!,  seria 
arrojado  a  la  fosa  de  los  leones  < 

Respondió  el  monarca  y  dijo  : 

—  ¡  Palabra  firme  según  la  ley  de 
los  medos  y  los  persas,  que  no  puede 
ser  abolida ! 

13,4  Entonces  ellos  contestaron  al 
rey  diciendo  : 

— Daniel,  uno  de  los  deportados  de 
Judá,  no  guarda  consideración  a  ti, 


Relieve  de  basalto  con  leones 
y  dogos  de  BctSeán 

l  oh  rey  ! ,  ni  a  la  prohibición  que  fir- 
maste," y  tres  veces  al  día  formula 
su  plegaria. 

1415  Entonces  el  monarca,  en  cuan- 
to oyó  lo  dicho,  se  disgustó  mucho 
por  ello,  y  se  propuso  librar  a  Daniel, 
y  hasta  la  puesta  del  sol  se  esfor- 
zó por  salvarlo.  15)r,  Inmediatamente 
aquellos  hombres  acudieron  alboro- 
tados al  monarca  y  dijeron  al  rey  : 
«Sabe,  ¡oh  rey!,  que  es  ley  de  me- 
dos y  persas  que  ninguna  prohibi- 
ción ni  edicto  que  el  rey  ha  confir- 
mado puede  modificarse.» 

16„  El  monarca  dió  órdenes  en  se- 
guida, y  llevaron  a  Daniel  y  lo  arro- 


6,  A  la  ley  de  su  Dios  :  e.  d.,  a  la  religión  hebrea. 

Aquellos  sái  rapas  :  no  ;on  todos  los  oficiales  y  magistrados  del  reino,  sino  los 
enemigos  de  Daniel.  ||  Acudieron'  alborotados:  o  apresurada  y  tumultuosamenh  ; 
V  «surripuerunt»  y  en  v.  12  «curiosius  inquirentes». 

*,  Consejeros  de  estado:  otros,  «legisladores,  ministros...».  ||  Un  edicto  real:  su 
gerido  probablemente  por  una  antigua  costumbre  religiosa  de  los  medos. 

*•„  Se  propuso  :  lit.,  puso  en  el  corazón. 

"1T  Con  tal  persevi:rancia  :  otros,  como  Kautzsch  :  celoso,  solicito  ferviente. 


—  1593  — 


6  "-7  i 


jaron  en  la  fosa  de  los  leones.  El 
rey  tomó  la  palabra  y  dijo  a  Daniel  : 
'Él  Dios  a  quien  tú  adoras  con  tal 
perseverancia,  El  te  librará.»  "„  Y 
llevóse  una  piedra  y  fué  colocada  60- 
bre  la  boca  de  la  fosa,  y  el  rey  la 
selló  con  su  anillo  y  con  el  anillo  de 
sus  magnates  para  que  no  se  muda- 
se la  suerte  de  Daniel. 

Entonces  el  monarca  marchó  a 
su  palacio  y  pasó  la  noche  en  ayuno, 
sin  que  se  le  ofrecieran  distracciones, 
y  el  sueño  huyó  de  él.  "w  Al  ama- 
necer, se  levantó  el  rey  apenas  rayó 
el  alba,  y  marchó  precipitadamente 
a  la  fosa  de  los  leones.  »  Cuando  se 
hubo  acercado  a  la  fosa,  gritó  a  Da- 
niel con  voz  lastimera  ;  tomó  la  pa- 
labra el  rey  y  dijo  a  Daniel  : 

—Daniel,  siervo  del  Dios  vivo  ;  tu 
Dios,  a  quien  tú  reverencias  con  per- 
severancia, ¿ha  logrado  librarte  de 
los  leones  ? 

Entonces  Daniel  habló  con  el 

rey  : 

■■¡  ( )h  rey,  vive  eternamente  !  ,253  Mi 


Dios  ha  enviado  a  su  ángel  y  ha  ce- 
rrado la  boca  de  los  leones  y  no  me 
han  causado  mal  alguno,  por  cuanto 
he  sido  hallado  inocente  ante  El,  y 
tampoco  ante  ti,  |  oh  rev!,  he  come- 
tido maldad  alguna.  "M  El  monarca 
entonces  se  alegró  extraordinaria- 
mente de  ello  y  ordenó  extrajeran  a 
Daniel  de  la  fosa,  sin  que  se  le  en- 
contrara^ lesión  alguna,  pues  confió 
en  su  Dios.  u¡¡  Y  el  rey  mandó  que 
trajeran  a  aquellos  hombres  que  ha- 
bían calumniado  a  Daniel  v  que  fue- 
sen arrojados  a  la  fosa  de  fos  leones, 
así  ellos  como  sus  hijos  y  mujeres  ; 
y  aun  no  habían  llegado  al  suelo  de 
la  fosa,  cuando  ya  los  leones  se  ha- 
bían lanzado  sobre  ellos  y  les  tritu- 
raron todos  sus  huesos. 

"aEn  seguida,  el  rey  Darío  escri- 
bió a  todos  los  pueblos,  naciones  y 
lenguas  que  habitaban  en  toda  la  tie- 
rra: i|  Vuestra  paz  crezca  !  De  mi 
parte  se  decreta  que  en  todos  los  do- 
minios de  mi  reino  se  tiemble  y  te- 
ma ante  el  Dios  de  Daniel, 


pues  El  ts  Dios  vivo  |  y  perdurable  por  ios  siglos  ; 
y  su  reinado  no  será  jamás  destruido,  | 
y  su  imperio  durará  hasta  el  fin. 
"a  El  que  libra  y  salva  |  y  obra  prodigios  y  maravillas  | 
en  el  cielo  y  la  tierra"; 
el  que  ha  librado  |  a  Daniel  de  las  garras  de  los  leones.» 

"s?  Y  nuestro  Daniel  prosperó  en  el  reinado  de  Darío  y  en  e!  reinado 
de  Ciro  el  persa. 


Visiones  de  Daniel:  el  sueño  de  las  cuatro  bestias 


n  '  El  año  primero  de  Baltasar,  rey  i  cho.  Inmediatamente  escribió  el  sue-- 
*  de  Babilonia,  Daniel  tuvo  un  sue-  ño,  consignando  la  sustancia  de  le- 
ño y  pasaron  por  su  cerebro  unas  vi-  hechos.  2  Tomó  Daniel  la  palabra  y 
sioríes  mientras  se  hallaba  en  el  le- 1  dijo  :  «Veía  yo  en  mi  visión  noctur- 


181(1  Distracciones  :  o  solaz.  La  voz  aramia  dejaván  es  ele  sentido  incierto  y  divci 
saínente  interpretada  :  S  «manjares»  ;  los  exegetas  hebreos,  «instrumenta  pulsatilia»  ; 
Hertholdt  y  otros,  «BeiscliHifirinncn»  ¡  ThV  «cibi». 

Ma  Como  sus  hijos  y  mujeres  :  que  habían  ríe  morir  con  los  padres,  según  bárbaros 
usos"  no  sólo  de  Persia,  sino  del  antiKiio  Oriente  y  otros  pueblos.  I.a  ley  mosaica 
icf.  Dt.  24,  16)  lo  prohibía  expresamente. 

Mn  De  mi  i-arte  se  decreta  :  no  se  crea  por  eso  que  Darío  renuncia  al  culto  de  los 
(dolos.  Equipara  a  ellos  solamente  el  Dios  de  los  hebreos,  sin  abandonar  el  punto 
de  vista  del  politeísmo. 

7'  Tuvo  UN  sueño  :  como  en  los  más  de  los  capítulos,  habla  Daniel  en  tercera 
persona. 

5  Agitaban  el  mar  :  otros  prefieren  «hacían  desencadenarse»  ;  asi  Bevan  traduce 
«pusieron  el  mar  Grande  en  movimiento».  ||  El  mar  Grande:  parece  indicar  aquí, 
más  que  el  Mediterráneo,  como  frecuentemente,  el  inmenso  océano  o  la  humanidml 
|a  abitada  muchedumbre  de  naciones  gentiles,  cual  explican  algunos 


-  T504  — 


7  3-15 


7  7-16 


na,  y  he  aquí  que  los  cuut.ro  vientos 
del  cielo  agitaban  el  mar  Grande.  '  Y 
cuatro  bestias  enormes,  diversas  una 
de  otra,  salían  del  mar.  4  La  primera 
era  como  un  león  y  tenía  alas  de 
águila.  Yo  la  estuve  mirando,  hasta 
que  le  arrancaron  las  alas,  y  fué  le- 
vantada de  la  tierra  y  puesta  de  pie 
sobre  las  patas  como  un  hombre,  y 
se  le  dió  corazón  humano.  6  Luego 
he  aquí  otra  segunda  bestia,  seme- 
jante a  un  oso,  y  que  se  alzaba  de 
un  costado  con  tres  costillas. en  las 
fauces  entre  sus  dientes ;  y  le  decían 
así:  «|  Levántate  y  devora  mucha 
carne  !»  '  Después  de  esto  seguí  vien- 
do, y  he  aquí  otra  bestia  "  como  un 
leopardo  con  cuatro  alas  de  ave  so- 
bre su  dorso.  Además,  la  bestia  po- 


seía cuatro  cabezas  y  le  fué  dado 
dominio.  1  Tras  esto  continué  viendo 
en  mi  visión  nocturna,  y  hete  aquí 
una  cuarta  bestia,  espantable,  terri- 
ble y  extraordinariamente  fuerte  ;  te- 
nía grandes  dientes  de  hierro,  comía 
y  trituraba,  y  lo  sobrante  lo  hollaba 
con  sus  patas  ;  además  era  diferente 
de  todas  las  bestias  que  la  habían 
precedido  y  poseía  diez  cuernos. 8  Es- 
taba yo  contemplando  los  cuernos, 
cuando  he  aquí  que  despuntó  enjxe 
ellos  otro  cuerno  pequeño  y  tres  de 
los  primeros  le  fueron  arrancados  a 
presencia  de  aquél  ;  y  hete  aquí  que 
había  en  aquel  cuerno  unos  ojos,  a 
modo  de  ojos  humanos,  y  una  boca 
que  parlaba  grandes  cosas. 
*  Continué  mirando, 


hasta  que  se  pusieron  unos  tronos  |  y  un  anciano  se  sentó  ; 
su  vestidura  era  blanca  como  la  nieve,  | 

y  el  cabello  de  su  cabeza  como  lana  limpia  ; 
su  trono  eran  llamas  de  fuego  ;  | 

las  ruedas  del  mismo,  fuego  ardiente. 
*  Un  río  de  fuego  corría  |  y  salía  de  él 
miles  de  millares  le  servían  | 

y  miríadas  de  miríadas  se  alzaban  a  su  presencia. 
El  tribunal  tomó  asiento,  |  y  los  libros  fueron  abiertos. 


"  Yo  miraba  entonces  a  causa  del 
ruido  de  las  grandes  palabras  que  el 
cuerno  profería ;  estuve  mirando,  has- 
ta que  la  bestia  fué  muerta  y  su 
.uierpo  destrozado  y  arrojado  a  las 
llamas  del  fuego.  "  A  las  bestias  res- 


tantes fuéles  quitado  el  dominio  y  se 
les  otorgó  una  prolongación  de  vida 
hasta  un  tiempo  y  hora  [determi- 
nados]. 

°  Proseguí  viendo  en  la  visión  noc- 
turna, 


y  he  aquí  que  en  las  nubes  del  cielo  |  venía  como  un  hombre, 
y  llegó  hasta  el  anciano  |  y  fué  llevado  ante  El. 
"  Y  concediósele  señorío,  gloria  e  imperio, 
y  todos  los  pueblos,  naciones  y  lenguas  le  sirvieron  ; 
su  señorío  es  un  señorío  eterno  que  no  pasa, 
v  su  imperio  |  [un  imperio]  que  no  es  destruido. 

"En  cuanto  a  mí,  Daniel,  fui  tur- 1  jaron  asustado.  "  Acerquéme  a  uno 
bado  en  mi  espíritu,  dentro  de  mí  ;  de  los  que  estaban  allí  de  pie  y  le 
y  las  visiones  de  mi  cerebro  me  de- '  rogué   me  informara  de  la  verdad 

3  Cuatro  bestias  enormes  :  representan  cuatro  imperios,  y  son  comparados  a  bes- 
tias porque  casi  siempre  fueron  gobernados  tiránicamente. 

4  La  primera  :  el  león  representa  el  imperio  babilónico  con  alas  de  águila,  que 
simbolizan  la  rapidez  de  sus  conquistas. 

s  Otra  segunda  :  el  oso  es  símbolo  del  imperio  medo,  que  se  alzaba  de  un  costado 
para  lanzarse  al  asalto. 

•  He  aüuí  otra  bestia  :  el  leopardo  es  imagen  del  imperio  persa  con  sus  cuatro  ala- 
de  pájaro,  que  figuran  la  agilidad  de  sus  movimientos. 

1  Hete  aquí  :  esta  bestia  cuarta,  sin  nombre,  es  el  imperio  de  Alejandro,  diferente 
de  los  otros  por  su  poder  extraordinario,  representado  en  los  diez  cuernos. 

8  Otro  cuerno  :  este  cuerno  pequeño  parece  ser  Antíoco  Epifanes,  tremendo  per- 
seguidor de  los  judíos. 

9  Un  anciano  :  lit.,  viejo  de  días,  e.  d.,  Dios  representado  en  un  anciano  venerable 
u  Un  hombre  :  lit.,  un  hijo  de  hombre.  Es  un  hombre  o  personaje  colectivo  que 

representa  a  los  santos  o  fieles  del  Señor. 

Uno  de  ios  que  esiaran  ahí  de  tit:  o  de  lo*  a»i«tent*s  al  trono  de  Dios,  e.  d.,  nno 
de  los  ángeles  a  que  aludió  en  v.  ro 


7  »-8  * 


DANIEL 


7  2U-g  3 


acerca  de  todo  aquello,  y  rne  respon- 
dió e  hízome  saber  la  interpretación 
de  lo  visto.  17  Estas  cuatro  bestias 
enormes  son  cuatro  reyes  que  se  al- 
zarán sobre  la  tierra  ;  u  mas  los  san- 
tos del  Altísimo  recibirán  el  reino  y 
tomarán  posesión  del  mismo  hasta 
la  eternidad  y  por  los  siglos  de  los 
siglos. 

'*  Entonces  quise  adquirir  certeza 
sobre  la  bestia  cuarta,  que  era  dife- 
rente de  todas  las  demás,  extraordi- 
nariamente terrible,  con  dientes  de 
hierro  y  uñas  de  bronce,  que  devo- 
raba, trituraba  y  lo  sobrante  hollaba 


con  sus  patas,  20  y  sobre  los  diez 
cuernos  que  había  en  su  cabeza,  y  el 
otro  que  saliera,  y  los  tres  que  ha- 
bían caído,  y  aquel  cuerno  dotado  de 
oíos  y  boca  que  parlaba  cosas  gran- 
des y  cuyo  aspecto  era  mayor  que 
sus  compañeros.  21  Yo  estuve  miran- 
do, y  ese  cuerno  hacía  guerra  a  los 
santos  y  los  vencía,  22  hasta  que  vino 
el  anciano  y  se  dió  satisfacción  a  los 
santos  del  Altísimo ;  y  llegó  el  tiem- 
po en  que  los  santos  entraron  en  po- 
sesión del  reino. 

a  Dijo  así  :   La  cuarta  bestia  es 


un  cuarto  reino  que  habrá  en  la  tierra,  | 
que  será  distinto  de  todos  los  reinos 
y  devorará  toda  la  tierra,  |  la  hollará  y  la  triturará. 

M  Y  los  diez  cuernos  son 


diez  reyes  que  surgirán  de  aquel  imperio  | 

y  otro  se  alzará  después  de  ellos, 
y  él  será  diverso  de  los  precedentes  |  y  derribará  a  tres  reyes. 
25  Y  pronunciará  palabras  contra  el  Altísimo  | 
y  a  los  santos  del  Altísimo  aniquilará. 
Y  proyectará  cambiar  las  festividades  y  la  ley 

y  serán  entregados  en  su  poder  |  por  un  año,  dos  años  y  medio  año. 
M  Mas  el  tribunal  se  sentará  y  quitaránle  el  imperio,  | 

exterminándolo  y  aniquilándolo  definitivamente.  [cielo  existen 

27  Y  el  imperio,  el  señorío  y  la  grandeza  de  los  reinos  que  bajo  todo  el 
serán  entregados  al  pueblo  de  los  santos  del  Altísimo  ; 
su  imperio  es  impeno  eterno  | 

y  todos  los  señoríos  le  han  de  venerar  v  prestar  obediencia.» 

28  Hasta  aquí,  fin  del  informe.  En  i  mente  y  se  me  demudó  el  color  del 
cuanto  a  mí,  Daniel,  mis  pensamien-  rostro,  pero  conservé  la  cosa  en  mi 
tos    conturbáronme  extraordinaria- 1  corazón. 


La  visión  del  carnero  y  el  macho  cabrío 


81  El  año  tercero  del  reinado  del 
rey  Baltasar  tuve  una  visión  yo, 
Daniel,  después  de  la  que  se  me  apa- 
reciera al  comienzo  :  2  Se  me  repre- 
sentó en  visión,  y  en  mi  contem- 
plación hallábame  yo  en  la  acrópolis 


de  Susa,  situada  en  la  provincia  de 
Elam,  a  y  vi  en  visión  a  que  estaba 
yo  a  la  orilla  del  río  Ulay.  *  Alcé  los 
ojos,  miré,  y  he  aquí  que  un  carnero 
se  hallaba  delante  del  río  y  tenía  dos 
cuernos  altos  b,  pero  el  uno  más  alto 


*  Las  festividades:  lit.,  los  tiempos,  e.  d.,  los  días  de  fiesta.  ||  Por  un  año,  dos 
años  v  medio  año  :  e.  d.,  hasta  pasados  tres  años  y  medio;  lit.,  tiempos,  que,  aunque 
algunos  creen  se  trata  de  un  lapso  de  tiempo  indefinido,  generalmente  se  hace  equi. 
valer  a  año  (cf.  Ap.  is,  14...). 

m  El  tribunal  se  sentará  :  o  bien,  se  celebrará  el  juicio  y  hará  justicia. 

81  Aquí  comienza  otra  parte  en  hebreo  hasta  el  fin  del  libro. 
3  Era  el  úlwmo  en  crecer  :   lit.,  »ubía  en  último  lugar.  V  «...  iba  creciendo. 

Después...». 


—  159°  — 


S  4-4* 


DANIEL 


8  i*-2"1 


que  el  otro,  y  el  más  elevado  era  el 
último  en  crecer.  *  Vi  al  carnero  aco- 
metiendo contra  el  occidente,  el  nor- 
te y  el  mediodía,  y  ninguna  bestia 
podía  resistir  trente  a  él  ni  salvarse 
de  su  poder.  Obraba  a  su  albedrío  y 
.-e  engrandecía. 

s  Me  lijé,  y  he  aquí  que  un  macho 
i-abrío  venia  de  poniente  recorriendo 
toda  la  superficie  de  la  tierra  sin  to- 
car el  suelo;  y  tenía  el  macho  cabrío- 
un  cuerno  bien  visible  entre  los  ojos. 
'  Y  llegó  hasta  el  carnero  de  dos 
cuernos  que  yo  había  visto  colocado 
delante  del  río,  y  corrió  hacia  él  con 
su  fuerte  furor.  '  Vile  acercarse  al 
carnero,  y  se  manifestó  encolerizado 
contra  él,  y  embistió  al  carnero  y  le 
quebró  los  dos  cuernos  ;  al  carnero 
faltáronle  fuerzas  para  hacerle  fren- 
te, y  así  le  arrojó  a  tierra  y  lo  piso- 
teó, y  no  hubo  quien  librara  al  car- 
nerode  sus  garras.  ■  El  macho  cabrío 
creció  extraordinariamente  ;  mas  en 
la  cúspide  de  su  poder,  aquel  gran 
cuerno  se  quebró  y  en  su  lugar  salie- 
ron cuatro  bien  visibles  c  a  los  cuatro 
vientos  del  cielo. 

*  De  uno  de  ellos  salió,  además, 
otro  d  cuerno  pequeño,  que  creció  ha- 
cia el  mediodía,  hacia  el  levante  y 
hacia  la  Hermosura»  10  Y  creció  has- 
ta el  ejército  celeste,  derribando  por 
tierra  parte  del  mismo  y  de  las  es- 
trellas, a  las  que  holló.  11  Y  creció 
hasta  B  el  mismo  jefe  del  ejército  y 
fué  por  él  suprimido  el  sacrificio 
perpetuo  y  derribado  el  lugar  de  su 
santuario  '.  12  Y  un  ejército  fué  en- 
tregado a  la  destrucción  por  preva- 


ricación contra  el  sacrificio  perpetuo, 
y  fué  abJt ida  e  por  tierra  la  verdad  ; 
y  obró  y  logró  éxito.  "  Luego  oí  a 
un  santo  que  hablaba,  y  dijo  un  san- 
to al  que  estaba  hablando  :  «¿Hasta 
cuándo  [durará  lo  anunciado  en]  la 
visión  del  sacrificio  perpetuo,  la  pre- 
varicación desoladora  h  y  el  santuario 
y  el  ejército  hollados  ?»  "  Y  contes- 
tó/e '.-  «Hasta  dos  mil  trescientas 
lardes  y  mañanas  ;  luego  será  puri- 
ficado el  santuario.» 

a  Y  sucedió  que  mientras  yo,  Da- 
niel, contemplaba  esta  visión  y  tra- 
taba de  comprenderla,  he  aquí  que 
-e  coloca  ante  mí  como  una  figura 
de  varón,  "  y  oí  una  voz  de  hombre 
sobre  el  Ulay,  que  gritó  y  dijo :  «Ga- 
briel, explícale  a  éste  la  visión.»  "  Y 
llegóse  donde  yo  estaba,  y  al  llegar 
quedé  espantado  y  caí  de  bruces,  y 
aíjorne  :  «Entiéndelo,  ¡  oh  hijo  de 
hombre  !,  porque  la  visión  es  para  el 
tiempo  final.»  *  Y  al  hablar  conmigo 
quedé  sin  sentido  con  el  rostro  en 
tierra,  mas  él  me  tocó  e  hízome  po- 
ner de  pie.  18  Y  dijo  :  «He  aquí  que 
yo  te  haré  saber  lo  que  ha  de  acae- 
cer al  final  de  la  cólera,  pues  [la  vi- 
sión] va  a  parar  al  tiempo  final.  20  El 
carnero  dotado  de  dos  cuernos  que 
[has  visto  representa  a]  los  reyes  1 
de  Media  y  Persia  ;  a  y  el  macho  ca- 
brío es  el  rey  de  Grecia,  y  el  gran 
cuerno  que  había  entre  sus  ojos  es  el 
primer  monarca.  *  Y  el  que,  quebra- 
do aquél,  salieran  cuatro  en  su  lu- 
gar, [indica]  cuatro  reinos  que  sal- 
arán de  su  k  nación,  mas  no  con  su 
misma  potencia. 


"  Y  al  final  de  sus  reinados  | 

cuando  hayan  llegado  a  su  término  las  prevaricaciones, 

«urgirá  un  rey  insolente  |  y  experto  en  astucias. 
"  Y  su  potencia  es  vigorosa,  1  mas  no  por  su  propia  fuerza  1  ;  | 

verificará  destrucciones  prodigiosas,  |  prosperará  y  obrará, 


4  Vi  ai.  carnero  acomeiiendo  :  describe  las  conciuistas  de  Persia. 

s  Bien  visible:  así  o  agrande»  quizá;  «1.  c.  G  «no?»,  pregunta  Kit.  Este  macho 
cabrío  significa  el  imperio  griego,  cuyo  cuerno  es  Alejandro. 

*  Del  río  :  así  generalmente  se  interpreta  hoy  ;  pero,  como  escribe  Zorell,  sobre 
la  palabra  ubal  'puerta',  «a  fluvio  Ulai  urbem  praeterfluente  porta  vocari  putuu  'porta 
Ulai'  (cf.  Rheintor)». 

B  Otro  cuerno  pequeño  :  c.  d.,  Antíoco  Epifanes.  ||  Hacia  la  Hermosura  o  la  gloria 
(hebr.  ha-sébi):  e.  d.,  hacia  el  país  de  la  Hermosura  o  de  la  Gloria,  o  sea  Tierra 
Santa ;  ef.  IX,  16.  41  (y  vide  Jer.  3,  19 ;  Ez.  20,  6.  15).  G  lee  norte  (salón);  Th  la 
luerza,  y  V  fortitudirtem  (ha-sabá). 

11  Fuá  por  él  suprimido  :  o  también  (cf.  K)  «quitó  de  él»  o  le  privó  de... 

12  Un  ejército  fué  entregado  a  la  destrucción  o  la  muerte  :  así  H  ;  otros,  tél  des- 
plegó con  delito  un  ejército  contra  el  sacr.  prep.»...  ;  V  «y  le  fué  dada  fuerza  contra 
el  sacrificio  perpetuo».  Este  v.  hace  referencia  a  los  violentos  medios  que  empleó 
Antíoco  para  acabar  con  el  culto  judío. 

"  Tardes  y  mañanas  :  e.  d.,  días.  ||  Sera  purificado  :  o  bien,  logrará  sus  derechos, 
*e  le  hará  justicia 


—  1597  — 


8  25— 9  fc 


DANIEL 


g  25-^9  15 


y  exterminará  a  los  fuertes  |  y  al  pueblo  de  los  santos. 
45  Con  su  ingenio  |  liará  que  logre  éxito  el  fraude  en  sus  manos 
y  se  ensoberbecerá  en  su  corazón  | 

y  sin  que  se  advierta  aniquilará  a  muchos  ; 
también  contra  el  Príncipe  de  los  príncipes  se  alzará,  | 
pero  se'rá  destruido  sin  intervenir  mano  alguna. 
w  Y  la  visión  referente  a  la  tarde  y  la  mañana  | 
de  que  se  ha  dicho  es  verdad  ; 
mas  tú  mantén  secreta  la  visión,  |  pues  se  refiere  a  días  lejanos.» 

"1  Y  yo,  Daniel,  desfallecí  y  estuve  .  monarca  j  pero  estaba  consternado 
enfermo  algunos  días.  Luego  me  le-  de  la  visión  y  no  había  quien  la  ex- 
vanté  y  me  ocupé  en  los  asuntos  del  |  plicara. 


Oración  de  Daniel  y  profecía  de  las  setenta  semanas 


Q  '  El  año  primero  de  Darío,  hijo 
de  Asuero,  de  la  estirpe  de  los 
medos,  que  fué  entronizado  rey  so- 
bre el  imperio  de  los  caldeos,  2  el 
año  primero  de  su  reinado,  yo,  Da- 
niel, púseme  a  estudiar  en  los  libros 
sobre  el  número  de  los  años  de  que 
Yahveh  hablara  al  profeta  ■  Jeremías 
para  cumplirse  la  ruina  de  Jerusa- 
lén :  setenta  semanas.  8  Y  dirigí  mi 
rostro  hacia  el  Señor  Dios,  buscán- 
dolo con  oraciones  y  súplicas,  en 
ayuno,  saco  y  ceniza. 

4  Rogué  a  Yahveh,  mi  Dios,  e  hice 
mi  confesión  y  dije:  «¡Ay,  Señor, 
Dios  grande  y  terrible,  que  guarda 
el  pacto  y  la  benevolencia  a  quienes 
le  aman  y  observan  sus  mandamien- 
tos!, 6  hemos  pecado  y  prevaricado, 
nos  hemos  entregado  al  mal  y  nos 
hemos  rebelado  y  apartado  de  tus 
preceptos  y  de  tus  dictámenes  ;  6  no 
hemos  escuchado  a  vuestros  siervos 
los  profetas  que  hablaron  en  tu  nom- 
bre a  nuestros  reyes,  a  nuestros  prín- 
cipes, a  nuestros  padres  y  a  todo  el 
pueblo  del  país.  'A  ti,  ¡oh  Señor!, 
la  justicia  ;  mas  a  nosotros  la  confu- 
sión dei  rostro,  como  en  este  día  a 
los  hombres  de  Judá  y  a  los  habitan- 
tes de  Jerusalén  y  a  todo  Israel,  los 
próximos  y  los  lejanos,  en  todas  las 
tierras  adonde  los  expulsaste  por  las 
prevaricaciones  que  contra  ti  come- 
tieron. 8  Señor,  a  nosotros  la  confu- 
sión del  rostro,  a  nuestros  reyes,  a 
nuestros  príncipes  y  a  nuestros  pa- 


I  dres,  pues  hemos  pecado  contra  ti. 
j  "  Al  Señor  y  Dios  nuestro  correspon- 

I  den  las  misericordias  y  los  perdo- 
nes, porque  nos  hemos  rebelado  con- 
tra El.;  10  y  no  escuchamos  la  voz  de 
Yahveh,  nuestro  Dios,  para  caminar 
por  sus  leyes,  que  puso  ante  nos- 
otros mediante  sus  siervos,  los  pro- 
fetas. 11  Y  todo  Israel  ha  transgredi- 
do tu  ley  y  se  ha  desviado  sin  obe- 
decer tu  voz,  y  hanse  derramado  so- 
bre nosotros  la  maldición  y  el  jura- 
mento que  se  hallan  escritos  en  la 
ley  de  Moisés,  siervo  de  Dios,  por 
cuanto  hemos  pecado  contra  El.  u  Y 
ha  cumplido  las  palabras  que  pro- 
nunció contra  nosotros  y  contra  nues- 
tros jueces  que  nos  han  gobernado, 
atrayendo  sobre  nosotros  tan  gran 
desgracia,  que  bajo  todo  el  cielo  no  se 
ha  verificado  otra  cual  la  verificada 
en  Jerusalén.  13  Conforme  está  escri- 
to en  la  ley  de  Moisés,  sobrevínonos 
toda  esta  desgracia,  y,  sin  embargo, 
no  hemos  aplacado  a  Yahveh,  nues- 
tro Dios,  convirtiéndonos  de  nuestra 
iniquidad  y  reconociendo  tu  verdad. 

II  Y,  atento  Yahveh  a  esta  calami- 
dad, la  ha  atraído  sobre  nosotros, 
pues  justo  es  Yahveh,  nuestro  Dios, 
en  todas  las  obras  que  hace,  mas  no 
hemos  escuchado  su  voz.  16  Ahora, 
pues,  oh  Señor,  Dios  nuestro,  que 
sacaste  a  tu  pueblo  de  la  tierra  de 
Egipto  con  mano  fuerte  y  te  creaste 
un  nombre  como  al  presente  ocurre, 
hemos  pecado,  hemos  obrado  inicua- 


í.ik'Dlíi.  astm  ki 


■:,;iríni 


voluntad»,  y  une  estas  palabras 


r598  _ 


9  16-26 


DANIEL 


9  zi-rn 


mente.  "  Señor,  con  arreglo  a  to- 
das tus  manifestaciones  de  compasi- 
va justicia,  apártense,  por  favor,  tu 
ira  y  tu  furor  de  tu  ciudad  de  Jeru- 
6alén,  tu  santa  montaña  ;  pues  por 
nuestros  pecados  y  por  las  iniquida- 
des de  nuestros  padres,  Jerusalén  y 
tu  pueblo  constituyen  el  oprobio  de 
todos  nuestros  circundantes.  "  Aho- 
ra, pues,  escucha,  oh  Dios  nuestro,  . 
la  plegaria  de  tu  siervo  y  sus  súpli- 
cas,  y  haz  brillar  tu  rostro  sobre  tu  i 
desolado  santuario,  por  amor  de  ti 
mismo  ».  18  Inclina,  Dios   mío,  tus 
oídos  y  escucha  ¡  abre  tus  ojos  y  ve  j 
nuestras  desolaciones  y  la  ciudad  so- 
bre la  cual  se  invoca  tn  nombre  ;  | 
pues  no  vertemos  nuestras  súplicas 
ante  ti  basados  en  nuestras  acciones 
jnstas,  sino  en  tus  grandes  miser:-  ! 
cordias.  "  ¡  Señor,  escucha  !  ¡  Señor, 
perdona!    ¡Señor,  atiende  y  obra !  ¡ 
)No  tardes,  en  gracia  a  ti,  oh  Dios 
mío !  ;  pues  tu  nombre  es  invocado 
sobre  tu  ciudad  y  sobre  tu  pueblo.» 

"  Aun  estaba  hablando,  rogando  y 
confesando  mis  pecados  y  los  peca- 
dos de  mi  pueblo  Israel,  v  presenta- 
ba mi  súplica  ante  Yahveh,  mi  Dios, 
por  su-  santa  montaña,  a  y  todavía 
yo  me  hallaba  formulando  mi  plega- 
ria, cuando  aquel  hombre,  Gabriel, 
qne  yo  viera  en  visión  al  comienzo, 


b  volando  raudo  b,  llegó  a  mí  hacia 
el  momento  de  la  oblación  de  la  tar- 
de. "  Vino,  pues  °,  y  me  habló  y  di- 
jo :  tDaniel,  he  partido  ahora  gara 
.lustrar  tu  inteligencia.  "  Al  comen- 


Persas  de  Pcrsépoils 


zar  tus  súplicas  se  profirió  una  pa- 
labra y  he  venido  a  anunciártela, 
pues  eres  varón  8  carísimo  ;  presta, 
pues,  atención  a  la  palabra  y  entien- 
de la  visión. 


'■'  '  Setenta  semanas  han  sido  decretadas  | 

sobre  tu  pueblo  y  sobre  tu  ciudad  santa, 
para  poner  fin  a  la  prevaricación,  |  para  cancelar  los  pecados 

para  expiar  la  iniquidad, 
para  traer  la  justicia  eterna,  | 

para  poner  el  sello  a  visión  y  profet»  1 
y  para  ungir  al  Santo  de  los  Santos. 
"  Sábelo,  pues,  y  entiéndelo  bien: 
desde  la  salida  de  la  orden  de  volver  a  edificar  a  Jerusalén 

hasta  el  Mesías  príncipe  habrá  siete  semanas 
y  sesenta  y  dos  semanas  |  y  serán  reedificados  plaza  y  foso 
bajo  la  presión  de  los  tiempos. 
MY  después  de  las  sesenta  y  dos  semanas  | 


**  Para  ilustrar  tu  inteligencia  :  o  bien,  para  proporcionarte  comprensión  plena, 
explicándote  el  sentido  de  la  visión. 

»  Varón  carísimo  a  Dios  :  otros,  varón  de  excelencia  o  excelente  ;  V  tvarón  de 
deseos». 

*  El  Mesías  príncipe  :  Lit.,  un  Ungido  de  príncipe  o  principe  ungido.  ||  Habrá  siets 
semanas  ..  :  estas  setenta  semanas  de  años  con  siete  años  cada  semana  equivalen  a 
cuatrocientos  noventa  años,  que  precederán  a  la  venida  de  Cristo.  Esta  profecía  es 
considerada  como  mesiánica  por  todoá  los  católicos.  A  las  fechas  y  "hechos  del  texto 
sólo  las  fechas  y  hechos  de  Jesu-Cristo  corresponden  exactamente.  Debemos  añadir, 
sin  embargo,  que,  si  bien  reina  unanimidad  sobre  la  explicación  general  de  la  pro- 
fecía, existe  gran  división  acerca  del  sentido  de  las  frases  particulares  y  de  la 
computación  del  tiempo. 

"  Y  nada  le  ouedarA  :  lit.,  cy  no  (hay,  habrá1  para  él»,  o  inada  tendrá  (o  tiene)», 
o  «no  será  suyo».  Falta  algo  en  H.  Prps.  1.  «no  habrá  ningún  derecho  para  él»  o  «aun- 
que no  tenga  culpa»  Icf.  Kitl...  V  «y  no  le  pertenecerá  iserá  suyo)  el  pueblo  que 
le  niegue». 


-  i.sgo  — 


9  «-rio  6 


DANIEL 


9  27-1Q  l2 


será  muerto  el  Mesías  y  nada  le  quedará, 
y  destruirá  e  la  ciudad  y  el  santuario  el  pueblo  de  un  príncipe  que  ha 
mas  su  fin  será  por  una  inundación  I  [ha  de  venir  ; 

y  hasta  el  final  de  la  guerra  h  están  decretadas  desolaciones  h. 
"  Y  afirmará  alianza  con  muchos  durante  una  semana, 
y  a  la  mitad  de  la  semana  hará  cesar  el  sacrificio  y  la  oblación, 

y  luego  sobre  las  alas  de  las  abominaciones  [vendrá]  el  devastador  y 
[durará?]  hasta  que  la  consumación  decretada  se  derrame  sobre  el  deso- 
lador.» 


Nueva  aparición  prodigiosa  y  desmayo  de  Daniel. 
Explicación  del  ángel 


ia  1  El  año  tercero  de  Ciro,  rey 
de  Persia,  fué  revelada  la  pa- 
labra a  Daniel,  llamado  por  sobre- 
nombre Baltasar,  y  la  palabra  es  ver- 
dad y  gran  esfuerzo.  Y  comprendió 
la  palabra  y  alcanzó  inteligencia  en 
la  visión. 

2  En  aquellos  días,  yo,  Daniel,  es- 
tuve de  duelo  durante  tres  semanas. 
'  No  comí  manjar  grato,  ni  carne  n> 
vino  entraron  en  mi  boca,  ni  me  un- 
gí con  ningún  perfume  hasta  cum- 
plirse tres  semanas  de  días.  "  Y  el 
día  veinticuatro  del  mes  primero  es- 
taba yo  a  la  orilla  del  río  grande,  es- 
to es,  el  Tigris,  0  y  alcé  los  ojos, 
miré,  y  he  aquí  un  hombre  vestido 
de  lino  y  ceñidos  sus  lomos  de  oro 
de  Ufaz.  6  Su  cuerpo  era  como  de 
Tarsis  ;  su  rostro,  como  fulgor  de 
relámpago.;  sus  ojos,  cual  dos  an- 
torchas encendidas  ;  sus  brazos  y  sus 
pies,  como  bronce  bruñido,  y  el  ru- 
mor de  sus  palabras,  como  el  ruido 


de  una  multitud.  7  Yo  solo,  Daniel, 
i  contemplé  la  visión,  pues  los  hom- 
bres que  estaban  conmigo  no  la  vie- 
ron, sino  que  un  gran  terror  cayó 
sobre  ellos  y  huyeron  a  esconderse. 
8  Quédeme,  .pues,  solo  y  contemplé 
¡esta  gran  visión,  pero  me  quedé  sin 
i  fuerzas,  demudóseme  terriblemente 
]  el  color  del  semblante  y  faltáronme 
i  arrestos.  9  Y  oí  el  rumor  de  sus  pala- 
bras, y,  al  percibirlo,  caí  de  bruces 
desmayado,  rostro  en  tierra.  10  Mas 
he  aquí  que  una  mano  me  tocó  y, 
sacudiéndome,  hizo  me  enderezara 
sobre  mis  rodillas  y  las  palmas  de 
mis  manos,  11  y  díjome :  «Daniel,  va- 
rón carísimo,  presta  atención  a  las 
palabras  que  te  dirijo  y  ponte  dere- 
cho, pues  ahora  he  sido  enviado  a 
ti.»  Y  al  hablarme  tales  palabras  me 
alcé  temblando.  u  Luego  me  dijo  : 
«No  temas,  Daniel,  pues  desde  el 
primer  día  que  prestaste  atención  a 
comprender  y  a  humillarte  en  la  pre- 


X.  T.  por  la  muerte  de 
Hará  cesar  el  sacrifick 
c  uando  el  Mesías  con  si 
tierra  la  eterna  justicia, 
a  las  cometidas  en  el  t< 
i-alén  en  cuanto  ciudad 


Sobre  las  alas  di 
íplo,  profanado  pe 
residencia  divina. 


10 


rERZO  :  otros  interpreta 
Bibl.  Bonn). 
as  :  se  ve  por  el  texto 


dé>r  cautivada  '  *  & 
habían  querido  aprc 


anuncia  la  confirmación  del 
dos  los  intérpretes  católicos. 

0  como  débil  y  sin  provecho 

1  perdón  de  los  pecados  y  a  la 
aciones  :  refiérese,  sobre  todo, 
.  ||  La  consumación  :  de  Jeru- 


Babilonia  para  ayu- 
ue  ya  habían  salido 
luchos  israelitas  no 
¡u  patria. 


edra  de  Tarsis,  que  suele  in 
Daniel  solo  la  visión,  porqu 
lifestarse  a  una  sola  persotli 


(cf.  Cant.  5,  ti.  Véase 

-isólito,  topacio»... 

n  los  ándeles  cuerpo  yl 


—  robo  — 


10  13-H  * 


DANIEL 


10  18-11  7 


sencia  de  tu  Dios,  tus  palabras  fue- 
ron escuchadas,  y  yo  he  venido  por 
causa  de  ellas.  13 'El  príncipe  del  rei- 
no de  Persia  se  me  ha  enfrentado 
veintiún  días,  y  he  aquí  que  Miguel, 
uno  de  los  jefes  principales,  ha  ve- 
nido en  mi  ayuda  ;  y  lo  he  dejado  a 
allí  junto  al  'rey  b  de  Persia.  11  Y  he 
venido  a  darte  a  conocer  lo  que  acae- 
cerá a  tu  pueblo  al  final  de  los  tiem- 
pos, pues  a  la  visión  quédanle  aún 
días  [para  cumplirse].» 

15  Al  hablarme  estas  palabras,  bajé 
los  ojos  al  suelo  y  enmudecí.  16  Y 
he  aquí  que  algo  con  figura  huma- 
na me  tocó  los  labios,  y  abrí  la  boca 
y  hablé,  y  üije  al  que  estaba  frente 
a  mí :  «Señor  mío,  con  la  aparición 
me  invaden  los  dolores  y  quédome 
sin  fuerzas.  "Y  ¿cómo  podría  este 


siervo  de  mi  Señor  hablar  con  este 
señor  mío  ?  Ya  desde  ahora  no  me 
quedan  fuerzas  y  ni  aun  aliento  me 
resta.»  18  Entonces  aquel  que  tenía 
apariencia  de  hombre  tornó  a  tocar- 
me y  me  reanimó.  10  Dijo  también  : 
«¡No  temas,  hombre  carísimo,  la  paz 
sea  contigo  ;  confórtate  y  ten  áni- 
mo °/»  Y  conforme  me  hablaba  me 
sentí  confortado,  y  dije  :  «Hable  mi 
señor,  pues  me  has  fortalecido.» 

20  Y  dijo  :  ¿  Sabes  por  qué  he  ve- 
nido a  ti  ?  Y  ahora  me  volveré  a 
combatir  con  el  príncipe  de  Persia, 
y_ cuando  yo  parta,  hete  aquí  al  prín- 
cipe de  Grecia.  21  Pero  yo  te  comu- 
nicaré lo  que  está  consignado  en  el 
libro  de  la  verdad,  y  nadie  hay  que 
se  mantenga  firme  a  mi  lado  contra 
ésos,  sino  Migue',  vuestro  príncipe. 


Luchas  entre  seléucidas  y  tolomeos 


ii     1  Y  yo,  en  el  año  primero  de 
Darío  el  medo  a,  a.sí'sí/able  para 
confortarle  c  y  ayudarle  c. 

1  Ahora,  pues,  "te  anunciaré  la  ver- 
dad d.  He  aquí  que  se  erigirán  toda- 
vía en  Persia  tres  reyes,  y  el  cuarto 
alcanzará  mucha  mayor  riqueza  que 
todos  los  demás,  y  cuando  se  haga 
poderoso  con  su  fortuna,  concitará  a 
todos  contra  el  reino  de  Grecia.  3  En- 
tonces surgirá  un  rey  fuerte  y  ejer- 
cerá un  gran  dominio  y  actuará  a  su 
albedrío.  4  Mas  apenas  establecido, 
su  imperio  será  destrozado  y  dividi- 
do a  los  cuatro  vientos  del  cielo, 
pero  no  entre  su  posteridad  ni  con 
el  dominio  que  él  ejerció,  pues  su 


imperio  será  extirpado  y  pasará  a 
otros  distintos  de  estos. 

8  Y  el  re}'  del  mediodía  se  robus- 
tecerá ;  e  pero  uno  de  sus  príncipes 
se  hará  más  fuerte  que  él  y  adquiri- 
rá el  mando,  siendo  su  dominio  un 
dominio  enorme.  '  Al  cabo  de  años 
pactarán  alianza  y  la  hija  del  rey  del 
mediodía  llegará  al  rey  del  norte  pa- 
ra celebrar  convenios",  mas  ella  no 
contendrá  la  fuerza  del  brazo  ni  sub- 
sistirá su  semilla  f,  y  será  entregada 
ella,  quienes  la  conducen,  aquel  que 
la  ha  engendrado  e  y  quienes  en  otros 
tiempos  la  sostenían. 

7  Mas  un  vástago  h  de  sus  raíces 
se  alzará  por  él,  y  vendrá  con  un 


13  El  príncipe  del  reino  :  no  es  ni  Ciro  ni  nadie  de  su  familia  o  corte,  sino  el 
ángel  guardián  del  reino  de  Persia.  Su  lucha  con  otro  ser  de  naturaleza  semejante 
a  la  suya  parece  pasase  en  regiones  sobrehumanas. 

,J"  El  príncipe  de  Grecia  :  el  ángel  tutelar  de  Grecia.  Eos  particulares  hechos  de 
esta  lucha  de  espíritus  en  defensa  de  Israel  se  dicen  en  el  capítulo  II. 

31  El.  libro  o  escrito  de  la  verdad  es  el  cine  contiene  los  decretos  de  la  divina 
Providencia  (cf.  Ex.  32,  32 ;  Sal.  138,,,,  16). 

-I  -J    '  Te  anunciaré  la  verdad  :  empieza  el  ángel  a  revelar  el  destino  del  imperio 
persa. 

5  El  rey  del  Mediodía:  probablemente  el  egiiK-io  Tolomeo  Lagos.  ||  Príncipes: 
o  jefes,  generales ;  suele  identificarse  a  este  príncipe  o  jefe  con  el  general  del 
referido  Tolomeo,  Seleuco  Nicator,  fundador  de  la  dinastía  de  los  seléucidas.  ||  AD- 
QUIRIRA el  mando...  :  otros  prefieren  «dominará  con  un  dominio  mayor  que  el  dominio 
Je  aquél»,  modificando  ligeramente  H  ;  así  prb.,  anota  Kit. 

■  PACTARÁN  alianza  :  los  reyes  de  Egipto  y  Siria  probablemente,  mas  no  será  dura- 
dera. ||  QUIÉNES  en  otros  tiempos  la  sostenían:  otros,  «su  raptador  (=  su  marido)», 
«su  protector  (=  su  padre)»,  «el  que  se  unió  a  ella»...  ;  otros  corrigen,  cf.  Kit. 

1  La  fortaleza  del  rey  del  norte  :  la  plaza  principal  del  reino  (de  Seleuco). 


—  1601  — 


11  8-15 


DANIEL 


11  16-23 


ejército  y  penetrará  en  la  fortaleza 
del  rey  del  norte,  y  los  tratará  a  su 
gusto  y  vencerá.  8  Además  se  llevará 
cautivos  a  Egipto  a  sus  dioses  con 
sus  simulacros  fundidos  y  sus  vasos 
preciosos,  plata  y  oro  ;  y  durante 
unos  años  prevalecerá  sobre  el  rey 
del  norte.  8  Y  penetrará  en  el  reino 
del  rey  del  mediodía,  mas  se  volverá 
a  su  país. 

10  Y  sus  hijos  1  prepararán  la  gue- 
rra y  reunirán  numerosas  huestes,  y 
él  irrumpirá  e  inundará,  y  pasará  y 
se  volverá,  y  hará  la  guerra  a  la  for- 
taleza. 11 Y  el  rey  del  mediodía  se 
mostrará  irritado  y  saldrá  y  peleará 
con  él,  con  el  rey  del  norte,  el  cual 
movilizará  una  gran  muchedumbre, 
mas  tal  multitud  será  puesta  en  ma- 
nos de  aquél.  12  Y  será  aniquilada 
esa  hueste,  y  el  corazón  del  mismo 
se  ensoberbecerá  y  derribará  a  mi- 
ríadas, pero  no  triunfará.  13  El  rey 
del  norte  volverá  a  movilizar  una 
muchedumbre  más  numerosa  que  la 
primera,  y  al  cabo  de  cierto  numero 
de  años  irrumpirá  con  un  gran  ejér- 
cito y  con  abundantes  medios.  "  Y 
por  aquellos  tiempos  se  alzarán  mu- 
chos contra  el  rey  del  mediodía,  e 
hijos  violentos  de  tu  pueblo  se  rebe- 
larán para  que  se  cumpla  la  visión, 
mas  caerán.  15  Y  llegará  el  monarca 
del  septentrión,  levantará  terraplén 


i  de  asedio  y  tomará  ciudad  de  [mu- 
I  chas]  fortificaciones,  y  los  brazos  del 
mediodía  no  resistirán  ni  los  más 
selectos  del  pueblo,  pues  no  habrá 
fuerza  para  resistir.  16  El  que  llegue 
contra  él  obrará  a  su  albedrío,  sin 
que  haya  quien  le  haga  frente,  y  se 
consolidará  en  el  país  de  la  Hermo- 
sura, llevando  en  su  mano  la  des- 
trucción J.  "  Asimismo,  dirigirá  sus 
miras  a  apoderarse  de  todo  su  reino, 
pero  hará  las  paces  con  él  y  le  dará 
una  mujer  para  perderlo,  mas  ello  no 
se  cumplirá  ni  se  le  logrará.  18  Luego 
se  dirigirá  hacia  las  islas  y  se  apo- 
derará de  muchas,  pero  un  capitán 
pondrá  fin  al  oprobio  que  él  inten- 
tara, y  aun  hará  se  torne  contra  é¡ 
su  ignominia.  10  Entonces  él  se  vol- 
verá a  las  fortalezas  de  su  propio 
país,  y  tropezará,  caerá  y  no  se  le 
hallará  más. 

20  En  su  lugar  se  alzará  quien  ha 
de  enviar  un  exactor  de  la  gloria  del 
reino,  mas  en  algunos  días  será  des- 
trozado sin  actos  de  -cólera  y  sin  lu- 
cha. 21  Y  surgirá  en  su  puesto  un 
hombre  despreciable  a  quien  no  se 
conferirá  la  dignidad  real,  y  vendrá 
de  improviso  y  se  apoderará  del  rei- 
no con  intrigas.  22  Y  los  ejércitos  de 
la  inundación  serán  anegados  ante 
él  y  destrozados,  así  como  también  el 
príncipe  de  la  alianza.  23  Y  desde  el 


9  Del  rey  del  mediodía  :  V  tel  rey  del  med.». 

10  (y ")  Irrumpirá  :  o  bien,  partirá  rápidamente ;  es  dudoso  el  matiz  que  tiene 
aquí  H  :  ovenir  vendrá»  o  «ir  irá». 

11  El  rey  del  mediodía  :  Tolomeo  IV  Filopator.  Se  habla  de  la  batalla  de  Rafia, 
que  él  perdió  (año  217). 

18  El  rey  del  norte  :  e.  d.,  Antíoco  III  el  Grande  (223-187).  ||  Volverá  a  movilizar  : 
para  reparar  su  derrota. 

14  Hijos  de  tu  pueblo  :  judíos  que  en  tiempo  del  general  egipcio  Scopas  abando- 
naron la  fe  de  sus  antepasados. 

15  Los  brazos:  e.  d.,  el  ejército  (=  vv.  22,  31). 

16  El  país  de  la  Hermosura  :  e.  d.,  Palestina  (cf.  8,  9,  nota),  caída  desde  el  año  197 
en  poder  sirio. 

11  Una  mujer  :  lit.,  una  hija  de  las  mujeres.  ||  Para  perderlo  :  lit.,  «para  el  corrom- 
per o  perder  de  ella  a  él»,  e.  d.,  de  la  hija  de  Antíoco,  Cleopatra,  con  la  cual  pretendía 
el  monarca  sirio  ganarse  al  de  Egipto ;  «o  para  perder  a  ella*  (e.  d.,  al  reino  egip- 
cio— fem.  en  hebreo — ,  citado  anteriormente).  V  «ut  evertat  illud».  ||  Mas  ello  no  se 
cumplirá  :  o  sea,  «más  ello  (esos  proyectos)  no  tendrá  efecto  ni  se  verificará  a  su 
favor».  Quizá  pudiera  entenderse  con  otros  exegetas  :  «mas  ella  no  perseverará  (en 
esos  designios,  o  no  los  favorecerá)  ni  se  le  mostrará  favorable  (a  su  padre  Antíoco)». 

18  Se  dirigirá  hacia  las  islas  :  habla  de  las  islas  próximas  a  Asia  Menor,  sometidas 
por  Antíoco.  ||  Un  capitán  :  trátase  del  cónsul  romano  L.  Cornelio  Escipión  Asiático.  II 
Hará  se  torne  conira  él  :  o  bien  :  le  dará  el  pago  de  su  oprobioso  comportamiento, 
aludiendo  a  la  derrota  de  Magnesia  que  el  190  infligió  dicho  cónsul  a  Antíoco. 

w  Y  no  se  le  hallará  más  :  se  refiere  al  desastroso  final  de  Antíoco,  asesinado  por 
la  enfurecida  multitud. 

"  ÜUIEN  HA  DE  ENVIAR  UN  EXACTOR  DE  LA  GLORIA  DEL  REINO  !   alude  a  SeleuCO  IV  Fi- 

lopator  (187-175),  que,  tras  haber  vanamente  intentado  apoderarse  del  tesoro  del 
ttmplo  de  Jerusalén  (cf.  2  Mac.  3),  fué  asesinado  por  su  ministro  de  Hacienda  He- 
liodoro. 

21  Un  hombre  despreciable  :  Antíoco  IV  Epifanes  (175-163),  a  quien  hacen  referencia 
los  vv.  siguientes. 


—  1602  — 


11  24-32 


DANIEL 


11  33-41 


momento  de  su  coalición  con  él,  usa- 
rá de  fraude  y  subirá  y  se  fortalecerá 
con  poca  gente.  24  De  improviso  k  pe- 
netrará en  los  lugares  más  pingües 
de  una  provincia  y  hará  lo  que  no 
hicieron  sus  padres  ni  los  padres  de 
sus  padres  :  distribuirá  a  los  suyos 
botín,  despojos  y  riqueza,  y  maqui- 
nará sus  tramas  contra  las  fortalezas, 
v  ello  hasta  cierto  tiempo. 

26  Y  concitará  su  fuerza  y  su  cora- 
zón contra  el  rey  del  mediodía  con 
un  gran  ejército,  y  el  rey  del  medio- 
día se  dispondrá  a  la  guerra  con  un 
ejército  en  extremo  grande  y  podero- 
so, mas  no  podrá  resistirle,  pues  ur- 
dirán contra  él  tramas.  26  Sus  [pro- 
pios] comensales  lo  destrozarán,  y  su 
ejército  será  asolado  y  caerán  mu- 
chas víctimas  de  la  espada.  27  En 
cuanto  a  ambos  reyes,  su  corazón  [no 
pensará  sino]  en  causar  daño,  y,  sen- 
tados a  una  misma  mesa,  hablarán 
dolosamente,  mas  ello  no  prospera- 
rá, pues  [falta]  todavía  el  final  del 
plazo  fijado.  28  Y  el  [rey  del  norte] 
regresará  a  su  país  con  cuantiosa 
fortuna,  [dirigido]  su  corazón  contra 
el  pacto  santo,  y  obrará  y  tornará  a 
su  tierra. 

29  Al  plazo  fijado  volverá  a  invadir 
el  mediodía,  pero  no  serán  iguales 
la  primera  vez  y  la  última  ;  3U  pues 
vendrán  contra  él  las  naves  de  Kit- 
tim,  y,  aterrado  de  miedo,  se  volve- 
rá y  se  indignará  contra  el  pacto  san- 
to y  pondrá  en  ejecución  sus  planes, 
y,  volviendo,  se  entenderá  con  los 
desertores  de  la  santa  alianza.  n  Y 
de  él  surgirán  tropas,  que  profana- 
rán el  santuario,  la  fortaleza,  y  abo- 
lirán el  sacrificio  perpetuo  y  esta- 
blecerán la  abominación  desoladora. 
M  Y  los  violadores  del  pacto  manci- 


llarán m  con  halagos  ;  mas  el  pueblo, 
conocedor  de  su  "Dios,  se  mantendrá 
firme  y  obrará  en  consecuencia.  33  Los 
más  doctos  del  pueblo  adoctrinarán 
a  muchos,  y  caerán  a  espada,  por 
fuego,  por  cautiverio  y  por  saqueo, 
durante  algún  tiempo.  "Y  al  ser 
abatidos  serán  socorridos  de  una  ayu- 
da pequeña,  y  muchos  se  les  junta- 
rán dolosamente.  35  También  algunos 
de  dichos  sabios  caerán  para  acriso- 
larlos, para  purificarlos  y  blanquear- 
los hasta  el  tiempo  determinado  ; 
pues  [falta]  todavía  para  el  plazo 
fijado. 

56  Y  el  rey  obrará  a  su  albedrío,  se 
alzará  altanero  y  se  crecerá  sobre  to- 
do dios,  y  proferirá  cosas  maravillo- 
sas contra  el  Dios  de  los  dioses,  y 
prosperará  hasta  que  la  cólera  se  ha- 
ya agotado,  pues  lo  providencialmen- 
te decretado  se  cumplirá.  81 Y  no 
prestará  "atención  al  dios  de  sus  pa- 
dres, ni  a  la  delicia  de  las  mujeres, 
ni  se  cuidará  de  ningún  dios,  pues 
se  magnificará  sobre  todos.  34  Y  ve- 
nerará en  su  lugar  al  dios  de  las 
fortalezas  y  honrará  con  oro,  plata, 
piedras  preciosas  y  objetos  valiosos 
al  dios  que  sus  padres  no  conocie- 
ron. 39  Y  construirá  plazas  fuertes  con 
un  n  dios  extraño  ;  a  los  que  [le]  ha- 
yan reconocido  los  colmará  de  hono- 
res y  los  hará  dominar  sobre  mu- 
chos, y  les  repartirá  la  tierra  como 
recompensa. 

40  Al  tiempo  final  peleará  con  él  el 
rey  del  mediodía,  mas  el  monarca 
del  norte  se  lanzará  contra  él  como 
una  tempestad,  con  carros  y  jinetes 
y  con  numerosos  navios,  e  invadirá 
las  tierras  y  atravesará  todo  como 
una  inundación.  u  Y  llegará  al  país 
de  la  Hermosura  y  caerán  a  miría- 


26  Lo  destrozarán  :  sus  familiares  contribuirán  a  su  ruina. 

27  Ambos  reyes  :  Antíoco  IV  y  Tolomeo  VI  Filometor,  rey  de  Egipto  o  mediodía. 

28  Contra  el  pacto  santo  :  se  trata  de  Antíoco  Epifanes,  que  va  ahora  a  dirigir  sus 
esfuerzos  contra  el  pueblo  de  Israel,  sirviéndose  de  los  desertores  Simeón,  Jasón, 
Menelao  y  otros. 

90  Las  naves  de  Kittim  :  o  una  flota  romana  enviada  a  Egipto  para  impedir  a  An- 
tíoco que  se  apoderara  de  este  país. 

a  Los  violadores  del  pacto  mancillarán  :  e.  d.,  procurarán  contaminar  a  los  israe- 
litas seduciéndolos  hacia  la  apostasía...  ;  otros  leen  H  :  ta  los  violadores  del  pacto 
contaminará  él...». 

M  Serán  socorridos  :  indica  el  modo  milagroso  con  que  vendrá  Dios  en  socorro 
de  su  pueblo. 

M  Algunos  de  dichos  sabios  :  padecerán  hasta  morir  por  la  constancia  de  su  fe. 

**  Se  alzará  altanero  :  los  más  de  los  intérpretes  creen  que  todo  esto  se  refiere 
a  Antíoco  Epifanes  y  su  muerte,  y  le  consideran  muchos  como  tipo  del  anticristo. 

»'  La  delicia  de  las  mujeres  :  e.  d.,  el  ídolo  que  ellas  adoraban,  probablemente  el 
dios  Tammuz. 

88  Dios  de  las  fortalezas  :  V  «dios  Maozím». 

*°  Airavesará...  :  lit.,  inundará  y  pasará. 


—  1603  — 


11  42-12  7 


DANIEL 


11  44-12  10 


das  °,  pero  se  salvarán  de  sus  manos 
los  siguientes  :  Edom,  Moab  y  la  par- 
le principal  de  los  ammonitas.  42  Y 
extenderá  su  mano  a  otros  territo- 
rios, y  el  país  de  Egipto  no  escapará 
libre.  43  Y  se  apoderará  de  los  tesoros 
de  oro  y  plata  y  todas  las  preciosi- 
dades de  Egipto  ;  y  los  libios  y  los 


etíopes  le  seguirán.  44  Pero  noticias 
venidas  del  oriente  y  del  norte  lo 
conturbarán,  y  partirá  con  gran  sa- 
ña, dispuesto  a  asolar  y  exterminar 
a  muchos.  45  Y  plantara  las  tiendan- 
de  su  palacio  entre  los  mares  y  la 
santa  monttña  de  hermosura,  y  lle- 
gará a  su  fin  \  nadie  le  ayudará. 


El  plazo  prefijado  para  el  cumplimiento  del  vaticinio 


i  o    1  Y  en  aquel  tiempo  surgirá  |  Miguel,  el  gran  príncipe, 
-L^1    constituido  defensor  de  los  hijos  de  tu  pueblo,] 
y  será  época  de  angustia, 
cual  no  ha  habido  desde  que  las  naciones  existen  hasta  aquel  momento  ; 
y  en  aquel  tiempo  será  librado  tu  pueblo  :  | 
cuantos  se  hallen  inscritos  en  el  libro. 
1  Y  muchos  de  los  que  duermen  |  en  el  polvo  de  la  tierra  se  despertarán, 
éstos  para  la  vida  eterna',  | 

aquéllos  ipara  oprobio,  para  eterna  ignominia. 
■  Y  los  sabios  brillarán  como  el  resplandor  del  firmamento, 
y  quienes  enseñaron  a  muchos  la  justicia,  | 
como  las  estrellas  por  siempre,  eternamente. 


4  Mas  tú,  Daniel,  mantén  secretas  es- 
tas palabras  y  sella  el  libro  hasta  el 
tiempo  prefijado  ;  muchos  lo  reco- 
rrerán y  se  aumentará  el  conoci- 
miento. 

6  Y  yo,  Daniel,  miré,  y  he  aquí  vi 
a  otros  dos  de  pie,  el  uno  de  esta 
orilla  del  río  y  el  otro  de  la  otra 
orilla  del  mismo.  0  Y  dije  a  al  varón 
vestido  de  lino  que  se  hallaba  sobre 
las  aguas  del  río  :  «¿Cuándo  será  el 
cumplimiento  de  estas  maravillas  ?» 
'  Y  oí  al  hombre  vestido  de  lino  que 
estaba  sobre  las  aguas  del  río,  que 
alzó  su  diestra  y  6U  izquierda  al  cie- 


lo y  juró  por  el  que  vive  eternamen- 
te que  esto  sería  dentro  de  un  tiem- 
po, [dos]  tiempos  y  la  mitad  de  un 
tiempo,  y  que  al  acabar  de  quebran- 
tarse la  fuerza  del  b  pueblo  santo,  se 
cumplirían  todas  estas  cosas.  8  Y  yo 
oí,  mas  no  comprendí  ;  y  dije  :  «Mi 
Señor,  ¿  cuál  será  el  final  de  esto  ?» 
6  Y  contestó  :  Anda,  Daniel  ;  pues 
estas  palabras  han  de  permanecer 
cerradas  y  selladas  hasta  el  tiempo 
final.  lu  Muchos  serán  purificados, 
blanqueados  y  acrisolados  ;  pero  los 
impíos  continuarán  cometiendo  mal- 
dades y  ninguno  de  los  impíos  ha  de 


45  Y  nadie  le  ayudará  :  unos  comentadores  refieren  estas  palabras  a  Antíoco  ;  otros, 
al  anticristo.  Es  lo  cierto  que  esta  localización  cerca  de  la  montaña  del  Templo,  de  la 
destrucción  del  rey  enemigo  y  de  su  ejército  concuerda  con  otras  profecías  del 
A.  T.  que  colocan  la  destrucción  final  de  los  poderes  del  mundo  en  las  montañas 
«le  Israel  (Ez.  39,  4)  o  en  el  valle  de  Josafat,  cerca  de  Jerusalén  (Joel  4,  2,  12  y  ss., 
y  Zac.  14,  2). 

^2    1  En  aquel  iilmpo:  cuando  haya  la  divina  justicia  destruido  al  impío  persegui- 

-  Muchos  de  i.os  que  duermen  :  muchos  comentaristas  católicos  y  aun  protestantes 
piensan  que  se  anuncia  en  este  texto  la  resurrección  final  y  general  de  los  muertos. 
La  mención  de  penas  y  recompensas  eternas  sería  incomprensible  si  sólo  se  refiriese 
al  pueblo  israelita. 

4  Lo  recorrerán  :  otros  interpretan  «vagarán». 

6  Sobre  las  aguas  :  ¿  aguas  arriba  ? 

*  Dentro  de  un  tiempo...  :  cf.  7,  25.  Los  tres  años  y  medio  de  que  se  trata  han  de 

9  Cerradas  y  selladas:  quiere  decir  que  el  libro  que  encierra  estas  predicciones 
se  conservará  con  fidelidad  y  nada  de  su  contenido  desaparecerá,  lo  cual  serviría 
a  Daniel  de  consuelo. 


—  1604  — 


12  n-13  M 


DANIEL 


12  12-13  26 


entender ;  en  cambio,  los  sabios  com- 
prenderán. "  Y  desde  el  tiempo  en 
que  sea  abolido  el  sacrificio  perpetuo 
v  se  establezca  la  abominación  deso- 
ladora [pasarán]  mil  doscientos  no- 


venta días.  12  ¡  Dichoso  el  que  tenga 
esperanza  y  llegue  a  mil  trescientos 
treinta  y  cinco  días  !  13  Mas  tú,  ve  0 
v  descansa,  v  te  levantarás  al  fin  de 
los  días  para  [recibir]  tu  suerte. 


Susana 


rio  'Y  había  un  varón  que  habi- 
L-*-*'  taba  en  Babilonia,  y  su  nom- 
bre Joaquim.  "  Y  tomó  mujer,  cuyo 
nombre  era  Susana,  hija  de  Quel- 
cías,  hermosa  en  extremo  y  temero- 
sa del  Señor.  3  Y  sus  padres  eran 
justos,  e  instruveron  a  su  hija  según 
la  ley  de  Moisés.  4  Y  era  Joaquim 
rico  sobremanera,  y  tenía  un  huerto 
contiguo  a  su  casa  ;  y  acudían  a  él 
los  judíos  por  ser  entre  todos  el  más 
tenido  en  consideración. 

6  Y  fueron  designados  jueces  aquel 
año  dos  ancianos  del  pueblo,  de  quie- 
nes habló  el  Señor  que  la  iniquidad 
había  salido  de  Babilonia  de  los  an- 
cianos jueces,  los  cuales  parecían  go- 
bernar al  pueblo.  0  Estos  eran  asi- 
duos en  la  casa  de  Joaquim,  y  venían 
a  ellos  todos  los  que  tenían  algún 
litigio.  '  Y  sucedió  que,  cuandó  se 
marchaba  la  gente  hacia  el  mediodía, 
entraba  Susana  y  se  paseaba  en  el 
huerto  de  su  marido.  s  Y  la  contem- 
plaban los  dos  ancianos  cuando  en- 
traba y  se  paseaba,  y  vinieron  en 
codicia  de  ella.  9  Y  pervirtieron  su 
mente  y  desviaron  sus  ojos  para  que 
no  mirasen  al  cielo  ni  se  acordasen 
de  sus  justos  juicios.  ,0  Y  andaban 
ambos  malheridos  de  pasión  por  ella, 
y  no  manifestaron  el  uno  al  otro  su 
propia  cuita  ;  11  porque  tenían  ver- 
güenza de  descubrir  su  pasión  y  de- 
seos de  estarse  con  ella.  12  Y  espia- 
ban con  afán  cada  día  la  ocasión  de 
verla.  13  Y  se  dijeron  el  uno  al  otro  : 
Yámonos  a  casa,  que  es  hora  de  co- 
mer. Y  una  vez  fuera,  se  separaron  el 
uno  del  otro.  14  Y  volviéndose  atrás, 
se  encontraron  en  el  mismo  punto, 


y  preguntándose  recíprocamente 
motivo,  declararon  su  pasión.  Y  en- 
tonces de  común  acuerdo  se  convi- 
nieron acerca  del  tiempo  en  que  po- 
drían hallarla  sola.  15  Y  fué  así  qutr, 
mientras  ellos  acechaban  el  día  opor- 
tuno, entró  una  vez,  como  ayer  y 
anteayer,  con  solas  dos  doncellas,  y 
deseó'  bañarse  en  el  huerto,  pues  ha- 
cía calor.  16  Y  no  había  allí  nadie, 
fuera  de  los  dos  viejos,  que 'estaban 
escondidos  y  la  acechaban.  17  Y  dijo 
a  las  doncellas  :  Traedme  aceite  y 
jabón  y  cerrad  las  puertas  del  huer- 
to, para  que  pueda  yo  bañarme.  18  E 
hicieron  como  dijo,  y  cerraron  las 
puertas  del  huerto  y  salieron  por  la 
puerta  lateral  para  traer  lo  que  se 
les  había  ordenado.  Y  no  sabían  que 
los  viejos  estaban  escondidos.  19  Y 
sucedió  que,  como  se  hubiesen  ido 
las  doncellas,  se  levantaron  los  dos 
viejos  y  corrieron  hacia  ella,  "  y  di- 
jeron :"Mira,  las  puertas  del  huerto 
están  cerradas,  y  nadie  nos  ve,  y  es- 
tamos con  deseos  de  ti  ;  consiente, 
pues,  con  nosotros,  y  haz  lo  que  te 
decimos.  21  Si  no,  testificaremos  con- 
tra ti  que  estaba  contigo  un  joven  y 
que  por  esto  despachaste  a  las  don- 
cellas. 05  Y  gimió  Susana  y  dijo :  En 
aprieto  estoy  por  ambos  lados  :  por- 
que si  eso  hiciere,  muerte  me  aguar- 
da; y  si  no  lo  hiciere,  no  escaparé  de 
vuestras  manos.  23  Preferible  es  para 
mí,  no  haciéndolo,  caer  en  vuestras 
manos  que  pecar  ante  el  Señor.  "  Y 
gritó  Susana  con  voz  fuerte,  y  grita- 
ron también  los  dos  viejos  contra 
ella.  25  Y  corriendo  el  uno  de  ellos 
'  abrió  las  puertas  del  huerto.  28  Y  así 


11  Y  desde  EL  tiempo  :  se  le  han  dado  a  este  v.  diferentes  explicaciones.  San  Ireneo, 
San  Jerónimo  y  Teodoreto  y  varios  intérpretes  modernos  opinan  que  la  destrucción 
del  culto  figura  la  abolición  del  sacrificio  de  la  misa  por  el  anticristo,  que  suprimirá 
ludo  culto  público. 


13 


1"w  Este  capitulo  debería  colocarse  inmediatamente  después  del  primero 
:  Susana  :  en  la  etimología  y  en  la  significación  equivale  a  Azucena. 
6  Jueces  :  los  judíos  en  la  cautividad  se  regían  por  sus  propias  leyes. 
21  Magnífico  ejemplo  de  fidelidad  conyugal,  aun  con  peligro  de  la  vida. 


—  1605  — 


13  27-36 


DANIEL 


13  37-47 


que  oyeron  el  grito  en  el  huerto  los 
de  la  casa,  se  lanzaron  por  la  puerta 
lateral  para  ver  lo  acaecido  a  ella. 
27  Mas  cuando  dijeron  los  viejos  sus 
razones,  se  avergonzaron  en  gran  ma- 
nera los  siervos,  pues  jamás  se  había 
dicho  cosa  semejante  de  Susana.  ^  Al 
día  siguiente,  como  concurriese  el 
pueblo  a  casa  de  su  marido  Joaquim, 


muchachas,  y  cerró  las  puertas  del 
huerto  y  despidió  a  las  muchachas. 
m  Y  vino  a  ella  un  joven,  que  estaba 
escondido,  y  se  holgó  con  ella.  88  Nos- 
otros, que  estábamos  en  el  ángulo 
del  huerto,  al  ver  la  iniquidad  co- 
rrimos hacia  ellos.  30  Y  habiéndoles 
sorprendido  en  flagrante  delito,  a  él 
no  pudimos  atraparlo,  porque  tenía 


vinieron  los  dos  viejos,  llenos  de 
inicuos  pensamientos  contra  Susana, 
con  el  propósito  de  procurarle  la 
muerte.  Y  dijeron  en  presencia  del 
pueblo  :  29  Mandad  llamar  a  Susana 
hija  de  Quelcías,  la  mujer  de  Joa- 
quim. Ellos  la  mandaron  llamar.  80  Y 
vino  ella,  y  sus  padres,  y  sus  hijos, 
y  todos  sus  parientes.  "  Era  Susana 
delicada  en  extremo  y  hermosa  de 
ver.  "  Los  malvados  la  mandaron  qui- 
tarse el  velo,  pues  andaba  velada,  pa- 
ra hartarse  de  su  hermosura.  **  Llo- 
raban todos  los  suyos  y  todos  cuanto= 
la  vieron.  ai  Levantándose  los  dos 
viejos  en  medio  del  pueblo,  pusieron 
sus  manos  sobre  la  cabeza  de  Susa- 
na. M  Ella,  llorando,  alzó  sus  ojos  al 
cielo,  porque  estaba  su  corazón  con- 
fiado en  el  Señor.  ,a  Dijeron  los  vie- 
jos :  Estando  nosotros  paseándonos 
en  el  huerto  solos,  entró  ésta  con  dos 


más  fuerzas  que  nosotros,  y_  habien- 
do abierto  la  puerta  se  largó ;  4"  pero 
a  ésta,  habiéndola  apresado,  le  pre- 
guntábamos quién  era  el  joven,  "  y 
ella  no  quiso  descubrírnoslo.  De  es- 
to damos  testimonio.  Y  les  dió  cré- 
dito la  asamblea  como  a  ancianos  del 
pueblo  y  jueces.  Y  la  condenaron  a 
muerte.  °  Y  clamó  con  gran  voz  Su- 
sana y  dijo  :  Dios  eterno,  conocedor 
de  lo  oculto,  que  sabes  todas  las  co- 
sas antes  que  existan,  °  tú  sabes  que 
dieron  testimonio  falso  contra  mí. 
Y  he  aquí  que  muero  sin  haber  he- 
cho nada  de  lo  que  éstos  han  forja- 
do inicuamente  contra  mí. 

14  Y  el  Señor  escuchó  su  voz.  "  Y 
mientras  era  llevada  a  la  muerte, 
suscitó  Dios  el  espíritu  'santo  de  un 
joven  muchacho  por  nombre  Daniel. 
"  Y  gritó  a  grandes  voces :  Inocente 
soy  yo  de  esta  sangre.  "  Volvióse  to- 


—  1606  — 


13  **-14  3 


DANIEL 


13  57-14  5 


do  el  pueblo  hacia  él  y  dijeron  :  ¿  Qué 
significa  esto  que  has  hablado  ?  48  El, 
de  pie  en  medio  de  ello?,  dijo:  ¿Tan 
necios  sois  los  hijos  de  Israel?  ¿Sin 
haber  examinado  el  asunto  y  sin  ha- 
ber puesto  en  claro  la  verdad,  con- 
denasteis a  una  hija  de  Israel  ?  49  Vol- 
ved al  lugar  del  juicio,  porque  es  fal- 
so el  testimonio  que  éstos  han  dado 
contra  ella.  6U  Y  volvió  todo  el  pue- 
blo a  toda  prisa.  Y  le  dijeron  los 
ancianos  :  Siéntate  acá  en  medio  de 
nosotros  y  decláranos  lo  que  pien- 
sas, ya  que  Dios  te  ha  dado  la  ma- 
durez de  la  ancianidad.  51  Y  les  dijo 
Daniel :  Separadlos  lejos  uno  del  otro 
y  los  examinaré.  52  Como  hubieron 
sido  separados  el  uno  del  otro,  lla- 
mó a  uno  de  ellos  y  le  dijo  :  Enve- 
jecido en  años  criminales,  ahora  te 
llegan  los  delitos  que  cometiste  an- 
tes, 68  cuando  dabas  sentencias  injus- 
tas, condenando  a  los  inocentes  y 
absolviendo  a  los  culpables,  siendo 
así  que  dice  el  Señor  :  «Al  inocente 
y  justo  no  matarás.»  M  Ahora,  pues, 
ya  que  a  ésta  viste,  di  :  ¿Bajo  cuál 
árbol  los  viste  tratar  entre  sí?  El 
dijo  :  Debajo  de  un  lentisco.  55  Dijo 
Daniel  :  Exactamente,  has  mentido 
contra  tu  cabeza.  Porque  un  ángel  de 
Dios  tiene  ya  recibida  de  Dios  la  or- 
den ele  partirte  por  el  medio.  50  Y, 
haciéndole  retirar,  mandó  traer  al 


otro.  Y  le  dijo  :  Raza  de  Canaán  y 
no  de  Judá,  la  hermosura  te  sedujo 
v  la  concupiscencia  trastornó  tu  co- 
razón. 67  Tal  hacíais  con  las  hijas  de 
Israel,  y  ellas  temerosas  admitían 
vuestro  trato;  pero  una  hija  de  Judá 
no  aguantó  vuestra  iniquidad.  68  Aho- 
ra, pues,  dime  :  ¿Bajo  cuál  árbol  los 
sorprendisteis  tratando  entre  sí  ?  El 
dijo  :  Debajo  de  una  coscoja.  "  Dí- 
jole  Daniel :  Exactamente,  has  men- 
tido tú  también  contra  tu  cabeza. 
Porque  está  aguardando  el  ángel  de 
Dios  espada  en  mano  para  sajarte 
por  el  medio  y  así  exterminaros. 

60  Y  clamó  toda  la  asamblea  a  gran- 
des voces  y  bendijo  a  Dios,  que  sal- 
va a  los  que  esperan  en  El.  61  Y  se  le- 
vantaron contra  los  dos  viejos,  pues- 
to que  los  había  convencido  Daniel 
por  su  propia  boca  de  falsos  testigos  ; 
e  hicieron  con  ellos  de  la  manera 
que  ellos  habían  tramado  perversa- 
mente contra  el  prójimo,  82  para  dar 
cumplimiento  a  la  ley  de  Moisés  ;  y 
los  mataron.  Y  se  salvó  la  sangre 
inocente  en  aquel  día.  "  Y  Quelcías  y 
su  mujer  alabaron  a  Dios  con  moti- 
vo de  su  hija  juntamente  con  Joa- 
quim,  su  marido,  y  todos  sus  parien- 
tes, por  no  haberse  hallado  en  ella 
cosa  indecorosa. 

84  Y  Daniel  vino  a  ser  grande  a  los 
ojos  del  pueblo  desde  aquel  día  y  en 
adelante. 


Bel  y  el  dragón 


"i  A  1  Y  el  rey  Astiages  fué  agrega- 
do  a  sus  padres,  y  recibió  su 
reino  Ciro  el  persa.  2  Era  Daniel  con- 
fidente del  rey  y  encumbrado  sobre 
todos  sus  amigos.  3  Tenían  los  babi- 
lonios un  ídolo  por  nombre  Bel,  y  se 
gastaban  con  él  cada  día  doce  arta- 
lxis  de  harina,  cuarenta  ovejas  y  seis 


metretas  de  vino.  4  Y  el  rey  le  vene- 
raba, e  iba  diariamente  a  adorarle  ; 
pero  Daniel  adoraba  a  su  Dios.  Y  le 
Jijo  el  rey  :  ¿Por  qué  no  adoras  a 
Bel  ?  6  El  dijo  :  Porque  no  venero 
ídolos  hechos  por  manos  de  hombres, 
sino  al  Dios  viviente,  el  que  creó  el 
cielo  y  la  tierra  y  tiene  señorío  sobre 


íu  Los  ancianos  :  no  son  los  viejos  impúdicos,  sino  los  ancianos  del  pueblo. 
63  Ex.  ¿i,  y. 

61-55  Lentisco...  partirte:  en  los  correspondientes  términos  griegos  skinon  y  skisei 
hay  un  sangriento  juego  de  vocablos. 

65  Exactamente  :  tal  vez  mejor  podría  traducirse  dcrccliamcntc,  en  el  sentido  de 
«tu  mentira  va  derechamente  contra  tu  cabeza».  Lo  mismo  en  el  v.  59. 

Coscoja...  sajarte  :  igual  juego  de  palabras  en  los  vocablos  griegos  priuün 
y  prisal. 

'■-  La  ley  de  Moisés  :  Lt.  19,  1S-19. 

1  4   1  '  U^  agregado  :   murió.  La  muerte  de  Astiages,  en  550,  señala  el  principio 
nominal  del  reinado  de  Ciro,  que  realmente  comenzó  ocho  años  antes,  en  558. 
8  La  artaba  de  los  persas  contenía  unos  55  litros ;  la  metreta,  cerca  de  40. 


—  1607  — 


14  6-21 


DANIEL 


14  22-38 


toda  carne.  8  Y  le  dijo  el  rey  :  ¿No 
te  parece  que  Bel  es  un  dios  vivo  ? 
¿  No  ves  cuánto  come  y  bebe  cada 
día  ?  '  Y  dijo  Daniel  riendo  :  No  te 
engañes,  ¡  oh  rey  !  ;  porque  éste  por 
dentro  es  barro  y  por  fuera  bronce, 
y  no  'ha  comido  jamás.  8  Y  enojado 
el  rey,  llamó  a  sus  sacerdotes  y  les 
dijo  :  Como  no  me  digáis  quién  es 
el  que  se  come  eso  que  se  gasta,  mo- 
riréis ;  9  pero  si  probáis  que  se  lo 
come  Bel,  morirá  Daniel  por  haber 
blasfemado  contra  Bel.  Y  dijo  Daniel 
al  rey  :  Hágase  según  tu  palabra. 
10  Eran  los  sacerdotes  de  Bel  seten- 
ta, sin  contar  mujeres  e  hijos.  Y  vi- 
no el  rey  con  Daniel  al  templo  de 
Bel.  "  Y  dijeron  los  sacerdotes  de 
Bel  :  Mira,  nosotros  nos  vamos  co- 
rriendo afuera,  y  tú,  ¡oh  rey!,  de- 
posita los  manjares  y  pon  el  vino  ya 
preparado,  cierra  la*  puerta  y  séllala 
con  tu  anillo.  12  Y  viniendo  de  maña- 
nita, si  no  hallares  que  todo  ha  sido 
comido  por  Bel,  moriremos  ;  o  Daniel 
miente  contra  nosotros.  13  Ellos  pre- 
sumían así,  porque  habían  hecho  de- 
bajo de  la  mesa  una  entrada  secre- 
ta, y  por  ella  entraban  siempre  y  se 
lo  comían.  "  Y  sucedió  que,  salidos 
ellos,  el  rey  depositó  las  viandas  de- 
lante de  Bel.  Y  mandó  Daniel  a  sus 
muchachos  que  trajeran  ceniza,  y  ta- 
mizándola cubrió  con  ella  todo  el 
templo  en  presencia  del  rey  solo.  Y 
saliéndose  cerraron  la  puerta  y  la  se- 
llaron con  el  anillo  del  rey,  y  se  fue- 
ron. 15  Y  los  sacerdotes  vinieron  du- 
rante la  noche,  según  su  costumbre, 
y  también  sus  mujeres  e  hijos,  y  se 
lo  comieron  y  bebieron  todo.  16  Ma- 
drugó el  rey  muy  de  mañana,  y  Da- 
niel con  él.  17  Y  dijo  :  ¿Están  intac- 
tos los  sellos,  Daniel  ?  El  dijo  :  In- 
tactos, ¡  oh  rey  !  18  Y  sucedió  que  al 
abrirse  las  puertas,  mirando  el  rey  a 
la  mesa,  gritó  en  altn  voz  :  Grande 
eres,  ¡  oh  Bel !,  y  no  hay  en  ti  engaño 
alguno.  19  Rióse  Daniel  y  detuvo  al 
rey  que  no  entrase  dentro,  y  dijo  : 
Mira  bien  el  pavimento  y  conoce  de 
quién  son  estas  huellas.  20  Y  dijo  el 
rey  :  Veo  las  huellas  de  varones,  de 
mujeres  y  de  niños.  21  Y  encolerizado 
el  rey,  cogió  a  los  sacerdotes  y  a  sus 


mujeres  e  hijos,  y  le  mostraron  la 
puerta  secreta  por  la  cual  entraban 
y  consumían  lo  que  había  sobre  la 
mesa.  23  Y  los  mató  el  rey,  y  entregó 
a  Bel  en  manos  de  Daniel,  el  cual 
destruyó  a  él  y  a  su  templo. 

23  Y  había  un  dragón  grande,  y  lo 
veneraban  los  babilonios.  24  Y  dijo  el 
rey  a  Daniel  :  No  podrás  decir  que 
éste  no  es  un  dios  viviente.  Adórale, 
pues.  26  Y  dijo  Daniel  :  Al  Señor  mi 
Dios  adoraré,  porque  El  es  Dios  vi- 
viente. 28  Y  tú,  ¡oh  rey!,  dame  li- 
cencia, y  mataré  al  dragón  sin  espa- 
da ni  vara.  Y  dijo  el  rey  :  Te  la  doy. 

27  Y  tomó  Daniel  pez,  grasa  y  pelos ; 
lo  coció  juntamente  e  hizo  unas  bo- 
las y  las  dió  a  la  boca  del  dragón. 
Y  habiéndolas  tragado,  el  dragón  re- 
ventó. Y  dijo  :  Mirad  lo  que  adoráis. 

28  Como  esto  oyeron  los  babilonios, 
se  irritaron  y  revolvieron  a  una  con- 
tra el  rey,  y  dijeron  :  El  rey  se  ha 
hecho  judío :  destruyó  a  Bel,  mató  al 
dragón  y  pasó  a  cuchillo  a  los  sacer- 
tes.  29  Y  viniendo  al  rey  dijeron  :  En- 
tréganos a  Daniel ;  si  no,  te  matare- 
mos a  ti  y  a  toda  tu  casa.  30  Y  vió  el 
rey  que  le  apremiaban  perentoria- 
mente, y,  forzado,  les  entregó  a  Da- 
niel. 01  Ellos  le  echaron  en  el  foso  de 
los  leones.  Y  estuvo  allí  seis  días. 
32  Había  en  el  foso  siete  leones,  y 
les  daban  cada  día  dos  cuerpos  hu- 
manos y  dos  ovejas  ;  pero  entonces 
no  se  los  dieron,  para  que  devorasen 
a  Daniel.  33  Estaba  Habacuc  el  profe- 
ta en  la  Judea,  y  había  preparado  un 
cocido  y  desmenuzado  los  panes  en 
un  cazo,  y  marchaba  al  campo  para 
llevarlo  a  los  segadores.  34  Y  dijo  el 
ángel  del  Señor  a  Habacuc  :  Lleva 
la  comida  que  tienes  a  Babilonia  pa- 
ra Daniel,  al  foso  de  los  leones.  86  Y 
dijo  Habacuc  :  Señor,  a  Babilonia  no 
la  he  visto,  y  el  foso  no  lo  conozco. 
3"  Tomóle  el  ángel  del  Señor  por  la 
parte  superior,  y  llevándole  cogido 
por  los  cabellos  de  la  cabeza,  le  puso 
en  Babilonia  encima  del  foso,  con  la 
vehemencia  de  su  espíritu.  67  Y  gritó 
Habacuc  diciendo  :  Daniel,  Daniel, 
toma  la  comida  que  te  envió  Dios. 
38  Y  dijo  Daniel  :  Te  acordaste  de 
mí,  ¡oh  Dios!,  y  no  desamparaste  a 


11  Preparado  :    literalmente,  mezclado. 

32  Se  hace  más  comprensible  esta  destrucción  de  un  dios  babilonio  si  se  recuerda 
que  Ciro  era  persa  y  que  los  persas  eran  monoteístas. 

23  Vn  dragón  :  una  serpiente.  En  Ap.  12,  9,  Satanás  es  llamado  juntamente  dragón 

y  serpiente. 

33  HABACUC  :  es  distinto  de  su  homónimo,  el  octavo  de  los  profetas  menores. 


—  1608  — 


14  39-41 


DANIEL 


14  42 


los  que  te  aman.  119  Y  levantándose 
Daniel  comió.  Y  el  ángel  de  Dios 
restituyó  a  Habacuc  al  instante  a  su 
lugar.  *  El  rey  vino  el  día  séptimo 
para  llorar  a  Daniel.  Llegó  al  foso 
y  miró,  y  he  aquí  que  Daniel  se  es- 
taba sentado.  41  Y  clamando  en  voz 


alta  dijo  :  Grande  eres,  Señor,  Dios 
de  Daniel,  y  no  hay  otro  fuera  de  ti. 
42  Y  le  mandó  sacar.  Mas  a  los  res- 
ponsables de  su  ruina  echólos  en  el 
roso,  y  fueron  devorados  al  momento 
en  presencia  de  él.] 


*>  Sentado  :   la  Yulgata  añade  «en  medio  de  los  leones». 

,*2  La  Yulgata  añade  este  final  :  «Entonces  el  rey  dijo  :  Teman  todos  los  habitantes 
en  toda  la  tierra  al  Dios  de  Daniel  ;  porque  él  es  Salvador,  obrador  de  señales  y  ma- 
ravillas en  la  tierra  ;  el  cual  libró  a  Daniel  del  lago  de  los  leones.» 


NOTAS      CRITICAS      A  DANIEL 


CAP.  I 

a  asi  Kit  c  GTh. 
CAP.  2 

a  H  expresa  dos  veces  esta  idea  :  entró  donde  Aryok...  llegó;  prps  di  uno  de  los 
dos  e  algún  ms  GThSymVSAr  (cf  Kit)]  b"b  falta  en  G,  prps  di  o  trsp  post  30  a,  así 
como  tiénese  por  add  el  v  29  (cf  Kit)]  c  Kit  1  c  G  «una  estatua,  grande...»]  d  H  añade 
y  como  el  hierro  Que  destruye,  add  según  Kit  c  GThV]  e"e  G  lo  omite  y  Kit  lo  juzga 
add  (cf  33). 
CAP.  3 

a  aquí  GThV  introducen  la  oración  de  Azarías  y  el  cántico  de  los  tres  jóvenes] 
basí  (o  injuria,  denuesto)  K  c  Perles ;   otros  alguna  cosa,  Q  negligencia,  error...] 
0  9%i  a  I003j  constituyen  la  introducción  al  edicto  y  faltan  en  alg  ms  G  y  G Beatty  ; 
de  aquí  a  4  34  G  ofrece  texto  muy  diferente. 
cap.  4 

a"a  add,  anoía  Kit. 
cap.  s 

a  así  ins  prb  c  TbV,  cf  2]   b"b  v  lo  omite  y  prps  add  ;  STh  otn  la  casa  de] 
e-odl  c  ThS,  anota  Kit]  i  TliGV  Josefo  (Ant.  x,  11,  3)  una  sola  vez  (cf  Kit)]  1  ThGV 
Josefo  jares;  1  prb  perés  añade  Kit. 
cap.  7 

a  así  ins  c  GTh(?)S. 
cap.  8 

a-a  Kit  lo  juzra  add  ;  algún  ms  G,  como  el  Ch.  Beatty,  lo  suprime  ;  lo  mismo  Th] 
b  H  «y  los  dos  cuernos  (eran)  altos»  ;  pero  cf  G  (Beatty  etc)  VTh]  c  TbV  no  dicen 
abien  visibles»,  G  otros,  «add  ?»  pregunta  Kit]  d  lit  un;  cf  7  8]  o  H  ofrece  crrp  v  11 
y  s;  cf  enmiendas  prps  en  Kit]  f  Kit  se  inclina  a  1  «Y  su  santuario  15  fué  asolado...» 
(cf  G)]  e  así  Kit  c  2mss  vers ;  H  abatió]  h  H  es  muy  inseguro  en  este  punto  y  en 
general  en  todo  el  v  ;  prps  diversas  enmiendas  (cf  Kitl]  i  así  c  GTbS  ;  H  a  mi]  i  GThV 
el  rey]  k  así  añaden  GThV]  1-1  add  cf  22,  nota  Kit  basado  en  G  (Beatty)  Th. 
cap.  9 

a  así  prb  c  Th  (cf  VS)  ;  H  el  Señor]  basí  interpretando  H  a  la  luz  de  V,  para  otras 
interpretaciones  antiguas  cf  Kit,  ¿add  (dittogr)  ?  pregunta  Kit]  o  así  Kit  c  GS;  ThV 
me  instruyó]  i  así  ins  c  jmss  vers]  e  así  ins  c  ThVS]  '  24-27  texto  inc  anota  Kit] 
B  prps  1  (cf  Kit)  tscrán  destruidos  la  ciudad  y  el  sant.  con  un  príncipe  (o  caudillo) 
y  vendrá  el  /in...»]  b-b  texto  dudoso. 
cap.  10 

a  así  Kit  c  Th  ;  H  Quedé]  b  asi  c  GVSA  ;  H  a  los  reyes]  c  asi  c  pe  mss  (cf  vers)  ; 

H  y  confórtate. 

CAP.  11 

a  add,  anota  Kit]  basí  (lit  estaba)  c  Kit  cf  S  ;  H  mi  estar]  c  Kit  1  c  imskenS  a  mi 
por  a  él]  i-i  add,  cf  10  21,  anota  Kit]  e  para  esta  puntuación,  cf  Kit]  f  así  prb  c  ThV 
anota  Kit;  II  y  su  brazo]  B  así  H;  SV  adolescentes  eius;  Kit  (cf)  1  su  hijo]  b  cf  G 
y  Kit]  ¡así  c  QThV;  Kit  c  KG  sing]  i  GTUVSym  «quedando  toda  ella  en  su  mano»] 
k  cf  leve  corrección  de  II  en  Kit]  1  así  (lit  «será  inundado»  o  desaparecerá  como  por 
una  inundación)  ;  H  inundará]  m  así  prps  c  GThV  ;  H  sing]  n  algs  1  «dotará  a  las 
plazas  fuertes  de  gente  de  un  dios...»  (cf  Kit)]  o  así  Kit  c  Sym  ;  H  muchos. 

CAP.   13  '  , 

a  así  prps  c  GThV  (cf  Kit)  ;  II  «Jijo  uno»)]  b  Kit  1  c  G  «al  acabar  la  mano  (o  la 
fuerza)  que  quebranta  al...»]  <¡H  añade  al  fin;  di  c  GTh  (Kit). 


—  t6to  — 


INTRODUCCION     A  OSEAS 


Oseas  ( =Yahveh  socorre),  hijo  de  Beerí,  era  quizá  benjaminita, 
o  al  menos  del  reino  del  norte,  según  prueban  algunas  resonancias 
árameos  de  su  lenguaje,  para  algunos  características  del  habla  de 
aquella  región,  y  sobre  todo  el  especial  conocimiento  de  la  política  y  la 
historia  de  dicho  reino,  al  que  gusta  dar  el  nombre  de  Efraím.  La  elevada 
forma  poética  de  sus  oráculos  y  su  profundidad  de  contenido  revelan  que 
Oseas  no  procedía  de  las  capas  sociales  del  pueblo.  Junto  a  esto,  muchas 
de  las  imágenes  que  emplea  están  tomadas  de  la  Naturaleza  y  la  vida  agrí- 
cola, como  si  el  profeta  hubiera  pasado  su  juventud  en  un  medio  cam- 
pesino. 

Profetizó  en  el  citado  reino  norteño  a  partir  del  año  750  aproxima- 
damente, durante  el  reinado  de  Jeroboam.  II  (ca.  7S6-746)  y  luego  bajo 
los  reinados  de  Mena  jan-,  Peqajyá  y  Oseas  (ca.  732-754)  de  Israel.  Sin- 
gularmente preparado  para  las  ideas  religiosas,  hallábase  muy  maduro 
para  recibir  la  palabra  de  Dios,  escribe  J.  Lip¡pl  (Bonn,  1957),  quien  pone 
de  relieve  la  singular  identificación  del  yo  divino  y  el  yo  profc'tico  en 
Oseas  más  que  en  ninguno  de  los  profetas. 

Su  profecía  consta  de  dos  partes.  En  la  primera  (1-3)  simboliza  el 
amor  y  la  misericordia  de  Dios  para  con  Israel  bajo  ¡a  imagen  del  ma- 
trimonio del  mismo  profeta  con  dos  mujeres  meretrices,  desleales  a  la 
fidelidad  conyugal.  En  la  segunda  (4-14)  reprende  los  pecados  de  Israel, 
a  quien  exhorta  a  la  penitencia  y  promete  finalmente  la  salud.  Ciérrase 
coh  un  epílogo  de  fecha  posterior.  Sobre  el  matrimonio  del  profeta  no 
están  de  acuerdo  los  intérpretes  si  se  trata  de  hechos  reales  o  bien  de 
visiones  imaginarias  o  simbólicas.  Tampoco  es  cierto  si  son  dos  las 
mujeres  o  es  una  misma  dos  veces. 

Se  ha  llamado  a  Oseas  el  profeta  filósofo  de  la  Historia,  pues  gusta  de 
profundizar  en  el  pasado  histórico,  sacando  muchas  de  sus  imágenes  de 
los  antiguos  tiempos.  Su  estilo  es  muy  original,  con  un  lenguaje  cortado 
y  sentencioso,  lleno  de  impresionantes  imágenes.  Gusta  de  paronomasias 
y  juegos  de  palabras.  Influyó  notablemente  en  la  profecía  posterior,  es- 
pecialmente en  Jeremías,  tanto  en  la  expresión  como  en  su  concepción 
teológica.  Su  ideología  se  aproxima  de  extraordinaria  manera  a  la  neo- 
testamentaria;  de  ahí  que  el  N.  T.  lo  cite  frecuentemente.  San  Pedio 
(1  Pe.  2,  10)  y  San  Pablo  (Rom.  g,  25-26)  recordarán  la  emocionante 
promesa  de  la  misericordia  divina,  anunciada  por  Oseas  (1,  10;  2,  ig-24). 


—  1611  — 


o  s 


E  A  S 


La  ramera  y  los  hijos  de  Oseas,  símbolos  de  Israel 


1     1  Palabra  de  Yahveh  que  fué  di- 1  guías,  reyes  de  Judá,  y  en  los  días 
rígida  a  Oseas,  hijo  de  Beerí,  en   de  Jeroboam,  hijo  de  Joás,  rey  de 
tiempos  de  Üzías,  Joatán,  Ajaz,  Éze-  I  Israel. 

2  Comienzo  de  lo  que  habló  Yahveh  por  Osea?. 
Dijo  a  Oseas  Yahveh  : 
«Ve  y  cógete  una  mujer  prostituta 
y  engendra  hijos  de  prostitución, 
porque  el  país  se  prostituye  completamente, 
alejándose  de  Yahveh.» 

3  Fué,  pues,  y  tomó  a  Gómer,  hija  de  Dibláyim,  la  cual  concibió  y  le 
parió  un  hijo. 

4  Díjole  Yahveh  : 

«Ponle  ipor  nombre  Izreel, 

pues  dentro  de  poco 

tomaré  venganza  de  la  sangre  de  Izreel 

sobre  la  casa  de  Yehú 

v  haré  cesar  el  reino  en  la  casa  de  Israel. 
6  Y  sucederá  aquel  día  que  quebraré  el  arco  de  Israel 
en  el  valle  de  Izreel.» 

c  Y  concibió  ella  de  nuevo  y  dió  a  luz  una  hija.  Y  díjole  Yahveh  »; 

«Ponle  por  nombre  Lo-rujama, 
pues  no  (lo)  volveré  ya 


-i    2  Comienzo  de  lo  que  habló  :  no  quiere  decir  que  Oseas  hava  sido  el  primer  pro- 
feta.  Lo  fueron  antes  Jonás,  Joel  y  Amos.  Quiere  decir  que  es  la  primera  profecía 
que  pronunció. .Oseas. 

6  Aquel  día  :  el  tiempo  en  que  sucederá  la  destrucción  del  reino. 
6  I.o-kujama  :   e.  d.,  no  compadecida  ;  o  también,  no  amada  (así  G)  ;   V  tsin  cle- 
mencia». ||  Que  los  tolere:  o  los  trate  benignamente,  les  sea  indulgente;  Kit  cree 
prb.  la  lectura  «porque  los  he  de  odiar»  (cf.  G). 


—  IÓI2  — 


17-2  5 


OSEAS 


1 '-2  5 


a  compadecerme  (arajetn)  de  la  casa  de  Israel, 
de  suerte  que  los  tolere. 
7  En  cambio,  tendré  compasión  de  la  casa  de  Judá, 
y  la  salvaré  por  medio  de  Yahveh,  su  Dios  ; 
no  los  salvaré 

mediante  arco,  espada  o  lanza, 
mediante  corceles  o  jinetes  b.» 

'  Cuando  destetó  a  Lo-rujama,  concibió  [de  nuevo]  v  dió  a  luz  un  hijo, 
'  r  dijo  El  : 

«Llámalo  Lo-ámmi,. 

pues  vosotros  no  sois  mi  pueblo  (lo  ammt) 

ni  yo  soy  [más]  vuestro  [Dios].» 

0  Y  acaecerá  que  el  número  I  de  los  hijos  de  Israel  1 

será  cual  la  arena  del  mar, 
que  no  se  puede  medir  |  ni  contar. 

Y  acaecerá  que  en  vez  I  de  decírseles  :  «No  -ois  mi  pueblo», 
diráseles  :  |  «Hijos  del  Dios  vivo.» 
u¡  Y  se  congregarán  los  hijos  de  Judá 
y  los  hijos  de  Israel  a  una 
y  nombrarán  sobre  sí  |  un  solo  jefe 

y  subirán  del  país,  ¡  pues  grande  es  el  día  de  Izreel  d. 


Invectiva  de  Yahveh  contra  su  pueblo  idólatra. 
Restablecimiento  de  Israel  y  promesas  redentoras 


o  '3  Decid  a  vuestro  hermano*:  «Ammí»  (Mi  pueblo), 
^       y  a  vuestra  hermana*:  «Rujama»  (Compadecida)  : 
-',  Pleitead  con  vuestra  madre,  pleitead, 
porque  ella  no  es  mi  mujer 
ni  yo  soy  su  marido. 

Aparte  sus  signos  de  fornicación  de  su  rostro 

y  sus  señales  de  adulterio  de  entre  sus  pechos, 
3s  no  sea  que  la  despoje,  dejándola  desnuda, 

y  la  ponga  como  el  día  en  que  nació, 

ía  deje  como  el  desierto, 

la  reduzca  a  tierra  árida 

y  la  haga  morir  de  sed. 
46  Y  no  tendré  'piedad  de  sus  hijos, 

porque  son  hijos  de  prostitución  , 
6T  pues  su  madre  se  prostituyó, 


'  TENDRÉ  compasión  :  porque  he  encontrado  en  Judá  menos  apego  a  la  idolatría 
Que  en  Israel.  ||  Lanza:  asi  i>rb.  o  'telum  bclirum'  (/.orell)  ;  V  «bello»,  y  así  mucho-.. 

ca  ;  en  los  israelitas  se  hallan  aqui  figurados  todos  los  judíos  y  paganos  que  se 
convertirán  a  Jesu-Cristo  y  entrarán  en  la  Iglesia. 

cy  ■¡  PLEITEAD  :  o  contended,  reñid.  ||  Vuestra  madre  :  la  nación,  esposa  de  Dios,  fi. 
™  guiada  en  el  anterior  capítulo  por  Gómer.  ||  No  es  mi  mujer  :  estas  palabras  in- 
dican la  ruptura  de  la  alianza  con  la  nación  y  la  acción  de  desecharla.  ||  Signos  de 
fornicación...  :  lit.,  fornicaciones...,  adulterios,  refiriéndose  al  velo  (cf.  Gén.  38,  141, 
amuletos  obscenos,  etc. 

35  Dejándola  desnuda  :  privada  de  los  bienes  de  que  la  había  colmado. 

\  No  tendré  piedad  ¡  o  no  amaré  a  sus  hijos,  por  su  irresistible  inclinación  a  la 
idolatría. 


—  1613  — 


2  6-18 


OSEAS 


2  6-18 


deshonróse  la  que  los  parió, 

porque  se  dijo  :  «Me  iré  |  tras  de  mis  amantes, 

que  me  dan  mi  pan  y  mi  agua,  |  mi  lana  y  mi  lino,  | 
mi  aceite  y  mis  bebidas.» 
"8  b  Por  eso  he  aquí  que  yo  voy  a  vallar 

su  0  camino  con  espinos 

y  la  cercaré  de  tapial, 

para  que  no  halle  más  senderos. 
'»  Y  ella  perseguirá  a  sus  amontes, 

mas  no  los  alcanzará  ; 

los  buscará,  pero  no  los  hallará. 

Entonces  dirá  :  «Iré  y  me  volveré  a  mi.  primer  marido, 

pues  entonces  me  iba  mejor  que  ahora.» 
8,0  Mas  ella  no  reconoció  que  yo  fui  quien  le  diera 

el  grano,  el  mosto  y  el  aceite, 

d  y  quien  prodigara  la  plata  y  el  oro 

con  que  fabricaron  a  Baal  d." 
"i,  Por  eso  recobraré  |  mi  grano  a  su  tiempo 

y  mi  mosto  a  su  sazón 

y  recuperaré  mi  lana  y  mi  lino, 

que  les  diera  e  para  cubrir  su  desnudez  ; 
10,2  y  ahora  descubriré  sus  vergüenzas  |  a  los  ojos  de  sus  amantes, 

y  nadie  la  salvará  de  mi  mano. 
u13  Haré  cesar  todo  su  regocijo, 

sus  fiestas,  novilunios  v  sábados 

y  todas  sus  solemnidades. 
1J„  Y  devastaré  su  viñedo  y  su  higuera, 

de  las  que  decía  :  «Constituyen  para  mí  el  salario  de  prostitución 

que  me  han  dado  mis  amantes», 

y  las  trocaré  en  jaral  y  las  comerán  las  bestias  del  campo, 
"is  Y  castigaré  en  ella  los  días  consagrados  a  los  Baales, 

a  quienes  quemaba  incienso, 

cuando  se  ataviaba  de  sus  arillos  y  collares, 

y  andaba  tras  sus  amantes, 

y  me  olvidaba  a  mí — dice  Yahveh  d. 
1416  Por  tanto,  he  aquí  que  yo  la  atraeré 

y  la  conduciré  al  desierto, 

y  la  hablaré  al  corazón, 
™i7  y  daréle  desde  allí  mismo  sus  viñas 

y  el  propio  valle  de  Akor,  como  puerta  de  esperanza  ; 

y  cantará  allí f  como  en  los  días  de  su  juventud 

y  como  el  día  en  que  subió  del  país  de  Egipto. 
"«Y  sucederá  en  aquel  día,  d  dice  Yahveh  d, 

que  ella  me  llamará  Isí  (marido  mío) 

y  no  me  denominará  más  baalí  (dueño  mío). 
",9  Retiraré  de  su  boca  los  nombres  de  los  Baales, 

de  suerte  que  no  se  mencione  más  su  nombre, 
"¡¡o  En  aquel  día  pactaré  a  favor  de  ellos  alianza 

con  las  bestias  del  campo,  las  aves  del  cielo  y  los  reptiles  de  la 

y  quebraré  de  la  tierra  arco,  espada  y  lanza,  [tierra, 

y  haré  que  reposen  tranquilos. 


6g  Por  eso  :  por  esa  obstinación  en  olvidarse  de  Dios. 
8,0  Con  que  fabricaron  :  o  bien,  «que  consagraron  a  B.». 

141€  Yo  la  atraeré  :  conforme  al  uso  profético,  suceden  bruscamente  las  promesas  a 
las  amenazas. 

Valle  de  Akor  :  o  valle  de  la  turbación,  primer  campamento  de  los  israelitas 
pasado  el  Jordán  (cf.  Jos.  7,  25).  ||  Cantará:  otros,  ame  escuchará,  será  dócil  u  obe- 
diente». 

"„  Baalí  :  porque  este  nombre  recordaría  el  odioso  Baal  pagano. 
tt,0  Lanza:  creemos  que  miljamá  tiene  aquí  la  misma  significación  que  en  Os.  I,  7.  |j 
Tranquilos  :  o  en  seguridad. 


—  16 14  — 


2  19—3  3 


OSEAS 


2  19—3  5 


"a  Y  te  desposaré  conmigo  para  siempre  ; 

sí,  te  desposaré  conmigo  con  vínculos  de  justicia  y  derecho, 

de  benignidad  y  clemencia. 
•*„  Te  desposaré  conmigo  con  fidelidad 

y  reconocerás  a  Yahveh. 
a:,  Y  acaecerá  que  aquel  día 

yo  te  escucharé — dice  Yahveh — , 

escucharé  a  los  cielos, 

y  ellos  escucharán  a  la  tierra  ; 
**u  y  la  tierra  escuchará 

al  grano,  el  mosto  y  el  aceite, 

y  ellos  escucharán  a  Izreel. 
*í5  Y  lo*  sembraré  para  mí  en  la  tierra. 

y  tendré  compasión  de  _Lo-rujama 

y  diré  a  Lo-ammí  :  «Tú  eres  mi  pueblo», 

y  él  exclamará  :  «¡Dios  mío!» 


Nueva  intimación  de  Yahveh  a  Oseas 


1  Y  díjome  Yahveh  : 

«Ve  de  nuevo  y  ama  a  una  mujer 

que  ama  el  mal  a  y  comete  adulterio, 

como  ama  Yahveh  a  los  hijos  de  Israel. 

aunque  ellos  se  vuelvan  a  otros  dioses 

y  gustan  de  las  tortas  de  uvas  pasas.» 
1  Cómpremela,  pues,  por  quince  sicíos  de  plata, 

y  un  jómer  y  un  létek  de  cebada, 
3  y  díjele  :  «Quédate  aguardándome  muchos  días, 

no  te  prostituyas  ni  te  entregues  a  ningún  hombre. 

y  b  tampoco  yo  me  llegare'  b  a  ti.» 
*  Porque  los  hijos  de  Israel  permanecerán  muchos  días 

sin  rey  ni  príncipe, 

sin  sacrificio  ni  massebá, 

sin  cfod  ni  terafim. 
8  Después  los  israelitas  volverán  a  buscar  a  Yahveh,  su  Dios  c, 

y  a  David,  su  rey, 

y  acudirán  temerosos  a  Yahveh 

y  su  bondad  al  cabo  de  los  días. 


19„1  Te  desposaré  :  volverá  Dios  a  tratar  a  Israel  como  esposa. 

*  Escucharé  :  e.  d.,  atenderé  y  daré  respuesta  favorable  a  tu  súplica.  ||  Escu- 
charé a  los  cielos  :  proporcionándole  la  lluvia  fertilizante  y  el  sol  fecundador,  que  los 
cielos  distribuirán  a  la  tierra,  dando  ésta,  a  su  vez,  en  su  fecundidad,  cosechas  abun- 
dantes, que  colmen  los  deseos  de  Izreel,  símbolo  aquí  de  Israel. 

aa  Lo  sembraré  :  e.  d.,  sembraré  a  Izreel,  símbolo  del  Israel  nuevo,  y  cuyo  nom- 
bre significa  Dios  siembra.  Para  Lo-rujama  y  Lo-ammí,  véanse,  respectivamente,  vv.  6 
y  8  y  sus  notas. 

O  1  Ama  a  una  mujer  :  se  lo  dice  Dios  porque  su  mujer  ha  adulterado.  El  manda- 
<-*  miento  divino  tiene  carácter,  pues,  meramente  simbólico.  |¡  Tortas  de  uvas  pasas: 
comíanse  en  los  banquetes  que  acompañaban  a  las  fiestas  en  honor  de  Baal.  V  vierte 
tvinacia  uvarum». 

2  Jómer  :  contenía  369,2  litros.  ||  Létek  :  e.  d.,  medio  jómer;  un  jómer  y  un  Utek 
es,  pues,  lo  mismo  que  jómer  y  medio. 

4  Massebá:  cf.  Gén.  28,  18.  V  vierte  «altar».  '|  Efod  :  cf.  1  Sam.  23,  9.  ||  Terafim: 
cf.  Gén.  31,  19.  En  este  v.  está  la  explicación  de  la  alegoría  precedente.  El  reino  que- 
dará destruido  :  sin  reyes  ni  grandes,  porque  serán  deportadas  a  Asiria  las  diez  tribus. 

•  Después  los  israelitas  :  quedan  atenuadas  otra  vez  las  amenazas  con  la  promesa 
de  mejores  días. 


4  1-12 


OSEAS 


41-12 


Intimación  del  profeta  a  Israel  en  vista  de  su 
atroz  corrupción  moral 

A    1  Escuchad  la  palabra  de  Yahveh,  ¡  oh  hijos  de  Israel  ! , 

pues  Yahveh  sostiene  una  querella  con  los  habitantes  del  país, 

porque  no  existe  ni  fidelidad  ni  amor 

ni  conocimiento  de  Dios  en  el  país. 
!  Se  perjura,  se  miente,  se  asesina,  se  roba, 

se  comete  adulterio  ;  ábrense  brechas  y  se' toca  sangre  con  sangre. 
3  Por  eso  e:l  país  está  de  luto  ; 

desfallecen  cuantos  en  él  habitan, 

juntamente  con  las  bestias  del  campo  y  las  aves  del  cielo, 
y  hasta  los  peces  del  mar  perecen. 

*  Sin  embargo,  nadie  se  querelle  y  ninguno  reproche, 

porque  tu  pueblo  es  como  los  que  contienden  con  el  sacerdote  a. 
6  Mas  caerás  en  pleno  día,  ¡oh  sacerdote!  b, 

y  contigo  caerá  asimismo  el  profeta  de  noche. 

Además  destruiré  a  tu  madre. 
0  Ha  perecido  mi  pueblo  por  falta  de  conocimiento  ; 

pues  que  tú  has  rechazado  el  saber, 

yo  te  desecharé  de  mi  sacerdocio  ; 

pues  has  olvidado  la  ley  de  tu  Dios, 

de  tus  hijos  me  olvidaré  también  vo. 
'  Con  arreglo  a  su  multitud,  así  han  pecado  contra  mí  ; 

yo  trocaré  su  gloria  en  ignominia. 
"  Los  pecados  de  mi  pueblo  constituyen  su  alimento 

y  hacia  la  iniquidad  del  mismo  tiende  su  0  anhelo. 
9  Pero  la  suerte  del  sacerdote  será  cual  la  del  pueblo  ; 

le  castigaré  por  su  conducta 

y  según  sus  acciones  le  retribuiré. 
lu  Comerán  y  no  se  saciarán, 

fornicarán  y  no  se  propagarán, 

porque  dejaron  de  atender  a  Yahveh. 
"  Fornicación,  vino  y  mosto  quitan  el  seso. 
12  Mi  pueblo  a  sus  leños  consulta 

y  su  bastón  le  hace  revelación  ; 


A    1  Ni  conocimiento  de  Dios  :  este  conocimiento  no  se  reduce  a  la  ciencia  de  su 
naturaleza  y  voluntad,  sino  que  se  extiende  a  su  amor  y  nace  de  la  experiencia 

-  Se  toca  sangre  con  sangre  :  e.  d.,  se  derrama  ésta  de  continuo,  un  delito  de 
sangre  sucede  a  otro. 

4  Sin  embargo  :  son  los  pecados  de  Israel  tan  inveterados,  que  el  que  da  la  voz 
de  aviso  pierde  el  tiempo. 

5  Además  destruiré  a  tu  madre  :  así  lit.  ;  pero  tradúcese  muy  diversamente  :  V  tde 
noche  hice  callar  a  tu  madre»  ;  otros,  ala  noche  será  semejanza  de  tu  día»,  «destruiré 
a  tu  casta»,  «contigo  es  destruido  mi  pueblo»,  etc.  Algunos  corrigen  :  «y  cesarán  tus 
tummim  y  tus  urhni  (cf.  Kit). 

8  Has  rechazado  el  saber  :  de  la  ley. 

7  Con  arreglo  a...  :  o  bien,  cuanto  más  se  multiplicaban,  más  pecaron  contra  mí. 

"  Constituyen  su  alimento  :  consintiendo  en  sus  delitos  y  hasta  alabándolos. 

"  La  suerte  del  sacerdote  :  puede  significar  también  que  tan  poco  como  el  pueblo 
vale  el  sacerdote  entonces. 

w  Comerán:  e.  d.,  la  carne  de  los  sacrificios.  ||  Fornicarán  y  no  se  propagarán: 
BibL  Bonn:  «Harán  fornicar,  mas  no  se  enriquecerán  [con  ello]»,  refiriéndolo  a  la 
prostitución  idolátrica.  ||  Dejaron  de  atender  a  Yahveh  :  otros,  «dejaron  la  observan- 
cia de  Yahveh»  (Bibl.  Bonn)  ;  otros,  «porque  abandonaron  a  Yahveh  para  entre- 
garse12  a  la  prostitución»  (cf.  Kit). 

"Seso:   lit.,  corazón,  sede  de  la  inteligencia. 


4  13-5  2 


OSEAS 


4  13-5  2 


pues  ti  espíritu  de  fornicación  le  descarna 

v  se  entrega  a  la  lujuria,  abandonando  a  su  Dios. 
u  Sobre  las  cimas  de  los  montes  ofrecen  sacrificio 

y  sobre  las  colinas  queman  incienso, 

bajo  la  encina,  el  álamo 

y  el  terebinto,  porque  es  grata  su  sombra. 

í'or  eso  se  prostituyen  vuestras  hijas 

y  vuestras  nueras  cometen  adulterio. 
14  Xo  castigaré  a  vuestras  hijas  porque  se  prostituyan 

ni  a  vuestras  nueras  porque  cometan  adulterio, 

por  cuanto  ellos  mismos  se  apartan  con  las  rameras 

y  con  las  hieróduflas  ofrecen  sacrificio  ; 

y  el  pueblo,  que  no  entiende,  se  prepara  la  ruina. 

11  Si  tú,  Israel,  te  prostituyes, 
al  menos  no  se  haga  culpable  Judá. 
Xo  entréis  en  Guilgal 
ni  subáis  a  Bet-aven, 

y  no  juréis  [diciendo]  :  «¡Vive  Yahveh!» 
"  Ciertamente  como  novilla  cerrera  se  descarrió  Israel  ; 

ahora  ya  los  apacentará  Yahveh  como  a  un  cordero  en  campo  ancho. 
,:  Efraim  se  ha  adherido  a  los  ídolos  ;  déjale. 
,s  Acabóse  su  embriaguez, 

se  entregaron  a  la  fornicación  ; 

sus  príncipes  rt  han  amado  la  ignominia. 
"  El  viento  ligólo  en  sus  alas, 

y  ellos  se  avergonzarán  de  sus  sacrificios. 


Envilecimiento  de  sacerdotes  y  príncipes.  Prosigue 
la  amonestación  al  pueblo 

'  ¡  Escuchad  esto,  oh  sacerdotes, 
1      y  atended,  oh  casa  de  Israel ! 

j  Oh  casa  real,  prestad  oído, 

porque  a  vosotros  afecta  esta  sentencia ! 

Pues  habéis  constituido  un  lazo  para  Mispá 

y  una  red  extendida  sobre  el  Tabor, 
2  mientras  los  de  Sittim  a  una  fosa  profunda  excavaron, 

mas  yo  castigaré  a  todos  ellos. 


13  Queman  incienso  :  o  bien,  sacrificios,  según  otros. 

11  Xo  castigaré  :  porque  los  padres  y  los  suegros  han  sido  más  criminales  todavía. 
u  No  entréis  en  Guilgal  :  no  vayáis  en  peregrinación  al  templo  idolátrico  que  hay 
en  Guilgal  o  Gálgala. 

"  Efraím  se  ha  adherido  :  designa  aquí  el  reino  de  las  diez  tribus  o  de  Israel. 
*  Acabóse  su  embriaguez  :  cf.  V  :  «El  tiene  su  convite  aparto». 

19  I'rocuramos  ceñirnos  a  H,  del  que  no  está  lejos  V  ;  pero  adviértase  que,  tanto 
en  este  como  en  los  vv.  anteriores,  la  crítica  propone  múltiples  correcciones  al  texto 
hebreo  y  las  versiones  son  muy  dispares.  ||  Ligólo  :  o  envolviólo.  ||  El  viento  ligólo 
i  n  sus  ai  as  para  dispersarle  mejor  por  Asiria. 

pr  1  Escuchad  esto  :  se  dirige  el  profeta,  sobre  todo,  a  sacerdotes  y  grandes,  porque, 
**  aquéllos  por  avaricia  y  éstos  por  corrupción,  descuidan  el  culto  del  Dios  verda- 
dero. |¡  Esta  sentencia:  o  bien,  el  juicio;  otros,  «cosa  vuestra  es  el  derecho».  |(  Un 
nzo  para  Mispá  :  la  localidad  de  Galaad,  probablemente. 

-  Mientras  los  de  Srtim...  :  tradúcese  H  de  los  modos  más  diversos  :  V  «y  las 
víctimas  hicisteis  caer  a  lo  profundo,  y  yo  los  he  instruido  a  todos  ellos»  ;  Valera  : 
«y  en  e!  degüello  los  apóstatas  se  abismaron»...  ;  otros,  «los  perseguidores  llevaron 
la  perversidad  hasta  el  extremo»,  «la  hoya  de  Sittim  haced  profunda...»  (Bibl.  Tub.)  ; 
«han  profundizado  la  hoya  de  la  apostasla  y  ninguno  corrige  a  todos  ellos» 
(Bibl.  Bonn). 


—  TfiT-  — 


5  3-15 


OSEAS 


5  3-15 


*  Yo  conozco  a  Efraírn 

e  Israel  no  se  me  oculta  ; 

pues  ahora  te  has  prostituido,  Efraím  ; 

se  ha  contaminado  Israel. 
'  Sus  acciones  no  les  consienten 

volver  a  su  Dios  ; 

pues  un  espíritu  de  fornicación  reside  en  su  interior 
y  no  conocen  a  Yahveh. 
6  Mas  la  gloria  de  Israel  da  contra  él  testimonio, 
e  Israel  y  Efraím  caerán  por  su  culpa 
y  también  Judá  caerá  con  ellos. 

0  Con  su  ganado  menor  y  sus  vacadas  irán 
a  buscar  a  Yahveh,  y  no  lo  hallarán  ; 
retiróse  de  ellos. 

1  Traicionaron  a  Yahveh 

porque  engendraron  hijos  espúreos  ; 

ahora  los  devorará  la  nueva  luna  con  cuanto  poseen. 

8  ¡  Tocad  el  cuerno  en  Guibá,  |  la  trompeta  en  Ramá ! 
¡Sonad  alarma  en  Bet-aven,  |  tras  de  ti  b,  Benjamín! 

9  Efraím  será  trocado  en  desolación  |  el  día  del  castigo  ; 
en  las  tribus  de  Israel  |  hago  saber  noticia  cierta. 

10  Los  príncipes  de  Judá  se  han  vuelto  | 

como  quienes  remueven  los  linderos  ; 

sobre  ellos  derramaré  |  como  agua  mi  enojo. 
a  Efraím  está  oprimido,  |  conculcado  el  derecho  °, 

porque  se  resolvió  |  a  seguir  su  estatuto  d. 
a  Y  yo  seré  como  polilla  para  Efraím 

y  cual  carcoma  para  la  casa  de  Judá. 
13  Cuando  Efraím  observó  su  enfermedad 

y  Judá  su  llaga, 

Efraím  dirigióse  a  Asiria 

y  envió  embajadores  al  rey  magno  »; 

mas  éil  no  podrá  sanaros 

ni  os  curará  la  llaga 
M  Porque  yo  soy  como  un  león  para  Efraím 

y  cual  leoncillo  para  la  casa  de  Judá  ; 

yo,  yo  mismo  hago  presa  y  me  voy,. 

ía  llevo  y  no  hay  quien  la  salve. 
18  Me  voy  y  regreso  a  mi  lugar 

hasta  que  experimenten  el  castigo 

y  busquen  mi  rostro. 


6  La  gloria  de  Israel:  e.  d.,  Dios  (cf.  7,  10).  Otros  prefieren  da  altivez  le  Bale 
al  rostro»,  le  acusa  o  delata,  interpretación  que  también  admite  el  hebreo. 
'  Hijos  espúreos  :  e.  d.,  que  han  participado  de  la  idolatría  de  sus  padres. 
8  Hago  saber  noticia  cierta  :  amostré  fidelidad»,  vierte  V. 

10  Como  quienes  remueven  :  violan  las  leyes  divinas,  quitando  por  fuerza  o  fraude 
los  bienes  de  sus  conciudadanos. 

u  Su  estaiuto  :  la  ley  que  él  mismo  se  dió. 

12  Como  polilla  :  dice  Ribera  en  su  comentario  que  se  sirve  Dios  de  esta  compara- 
ción para  dar  a  entender  cuan  despacio  procede  en  sus  castigos. 

16  Regreso  a  mi  lugar  :  como  vuelve  el  león  a  su  antro  después  de  acabar  con  su 
presa,  así  se  retirará  Dios  después  de  castigar  a  Israel.  ||  Experimenten  el  castigo: 
o  expíen  su  culpa  ;  V  «desfallezcáis». 


—  1618  — 


61-71 


OSEAS 


61-71 


Conversión  a  Yahveh  y  nueva  reconvención 
de  éste  a  su  pueblo 

61  a  En  su  angustia  me  buscarán  a  [diciendo]  : 
Venid,  volvamos  a  Yahveh  ; 
pues  El  dilaceró,  mas  nos  curará; 
hirió,  pero  nos  vendará. 
'  En  un  par  de  días  nos  dará  la  vida 
y  al  día  tercero  nos  levantará 
y  viviremos  en  su  presencia. 
8  Reconozcamos,  apresurémonos  a  conocer  a  Yahveh, 
pues  presta  como  la  aurora  está  su  salida, 
y  vendrá  a  nosotros  cual  la  lluvia  invernal, 
como  la  lluvia  tardía  regará  la  tierra. 
*¿Qué  te  haré,  oh  Efraím  ? 
¿Qué  te  haré,  oh  Judá  ? 
Vuestra  piedad  es  cual  nubecilla  matinal 
y  como  el  rocío,  temprano  desaparece. 
8  Por  eso  [os]  adoctriné  por  medio  de  los  profetas, 
05  instruí  b  con  las  palabras  de  mi  boca, 
y  su  juicio  0  saldrá  como  la  luz. 
'  Pues  quiero  misericordia  y  no  sacrificios, 
el  conocimiento  de  Dios  más  que  los  holocaustos. 

1  Mas  ellos,  lo  mismo  que  Adán,  transgredieron  la  alianza, 

prevaricaron  allí  contra  mí. 
8  Galaad  es  ciudad  de  malhechores, 

llena  está  de  huellas  de  sangre. 
'  Como  acechan  a  un  hombre  los  ladrones, 

la  banda  de  sacerdotes 

asesina  camino  de  Sikem, 

en  verdad  han  cometido  atentados. 
10  En  la  casa  de  Israel  he  visto  cosas  horrendas  : 

d  allí  tiene  lugar  la  prostitución  de  Efraím,  se  contaminó  Israel  d. 
u  También  tú,  Judá,  |  prepara  mies  para  ti, 

cuando  yo  alce  |  el  cautiverio  de  mi  pueblo. 


Prosigue  denunciando  la  iniquidad  del  pueblo  y  sus  jefes 

n   1  Cuando  yo  quería  sanar  a  Israel, 
*      descubrióse  la  iniquidad  de  Efraím 
y  la  maldad  de  Samaría  ; 


61  En  su  angustia  :  los  israelitas  no  serán  acogidos  por  Dios  sino  cuando  lo  soli- 
citen ansiosos. 

a  En  un  par  de  días  :  muchos  Padres  y  comentaristas  ven  en  estas  palabras  un 
anuncio  de  la  resurrección  de  Cristo  al  tercer  día  (San  Jerónimo,  San  Agustín, 
San  Gregorio,  etc.). 

*  Cual  nlblulla  matinal  :  el  amor  que  Israel  y  Judá  prometen  a  Dios  pasa  ligero 
como  nube  mañanera  en  cielo  de  Palestina,  pues  la  disipa  pronto  el  sol.  II  El  rocío, 
tcmpra.no  desaparece  :  o  quizá,  «el  rocío  mañanero  desaparece»,  con  el  paralelismo. 

*  Lo  mismo  que  Adán  :  cf.  V  ;  otros  prefieren  :  «como  la  humanidad  toda». 
9  Sikem  :  ciudad  de  refugio  y  sacerdotal  (cf.  Jos.  20,  7,  etc.). 

u  Prepara  mies  para  ti  :  o  también  :  prepárate  para  la  siega,  o  «también  para  ti, 
Judá,  está  preparada  una  cosecha».  Hemos  preferido  atenernos  a  H,  guiados  por  V  ; 
otros  siguen  muy  diversos  caminos.  Por  siega  entienden  San  Jerónimo  y  muchos  co- 
mentaristas el  juicio  que  se  le  seguirá  también  por  su  infidelidad. 


7  2-12 


OSEAS 


7  2-12 


pues  practican  falsía, 

y  el  ladrón  penetra  en  la  casa  a, 

j  la  banda  de  salteadores  despoja  fuera. 
-  Y  no  reflexionan  en  su  corazón 

que  toda  su  maldad  tengo  en  memoria  ; 

al  presente  rodéanlos  sus  obras, 

ante  mi  rostro  están  patentes. 
3  Regocijan  al  rey  con  su  malicia 

y  con  sus  mentiras  a  los  príncipes. 
1  Todos  ellos  son  adúlteros, 

b  como  horno  encendido 

por  el  hornero  b  ;  éste  cesa  de  atizar  el  fuego 
desde  el  amasado  de  la  masa 
hasta  su  fermentación. 
6  En  el  día  de  nuestro  rey,  pusiéronse  enfermos  0 
los  príncipes  con  el  ardor  defl  vino  ; 

él  tendió  la  mano  a  los  que  retozaban  en  la  embriaguez. 
6  En  verdad  ardió  á  como  un  horno  su  corazón  en  sus  intrigas  ; 

toda  la  noche  duerme  su  cólera  c, 

a  la  mañana  arde  como  fuego  de  llama. 
'  Todos  ellos  arden  como  horno 

v  devoran  a  sus  jueces. 

Todos  sus  reyes  caen, 

no  hay  entre  ellos  quien  clame  a  mí. 
b  Efraím  con  los  pueblos  ¡  se  mezcla, 

Efraím  se  ha  trocado  en  torta  ]  a  que  no  se  dió  vuelta. 
tt  Los  extraños  han  devorado  su  vigor, 

sin  que  él  se  diera  cuenta  ; 

incluso  se  ha  llenado  de  canas 

v  él  no  lo  ha  percibido. 
1,1  f  La  gloria  de  Israel  da  contra  él  testimonio, 

pero  no  se  han  convertido  a  Yahveh,  su  Dios, 

y,  con  todo  esto,  no  lo  han  buscado. 
"  Mas  Efraím  se  ha  tornado  cual  paloma  estúpida  sin  juicio  ; 

invocan  a  Egipto,  |  dirígense  a  Asiria. 
1"  Mientras  ellos  vayan  extenderé  |  mis  redes  sobre  ellos, 


IT  -  Están  latentes  :  o  bien,  han  tenido  lugar,  ifactae  sunt»,  como  vierte  V. 
*_  a Regocijan  ai.  rey  :  otros,  «invitan  al  rey  a  alearía  festiva»  (así  Bibl.  Bonn).  Re- 
sidan considera  Os.  cansa  de  las  sangrientas  turbulencias  que  padecía  la  monarquía 
israelita.  Aquí  pudiera  tratarse,  según  algs.,  de  ia  conspiración  para  derribar  a  uno 
de  los  últimos  reyes  de  Israel,  bien  Zacarías  (747),  bien  Pekajyá  (737-35). 

*  Este  cesa  de  atizar  el  fuego  :  cf.  V  :  «cesó  un  poco  la  ciudad  de  la  mezcla  de  le. 
vadura».  El  v.  suele  modificarse  y  verterse  muy  diferentemente,  y  su  texto  parece 
referirse,  bajo  esa  comparación  del  panadero,  a  la  simulada  actuación  de  los  conspi- 
radores antes  de  cometer  su  atentado. 

5  El  día  de  nuestro  rey  :  e.  d.,  en  su  fiesta  onomástica  o  la  de  su  exaltación  al 
trono.  ||  Tendió  la  mano:  el  rey,  perdido  todo  sentimiento  de  dignidad  y  de  su  pro- 
pio peligro,  alterna  bajamente  con  los  partícipes  del  desenfrenado  festín. 

"  Verso  oscurísimo,  que  se  quiere  corregir  de  muy  diversas  maneras.  V  traduce  : 
«Porque  aplicaron  su  corazón  como  horno,  mientras  él  los  acechaba  :  toda  la  noche 
durmió  el  que  los  cuece,  a  la  mañana  él  mismo  arde  como  fuego  de  llama.»  Kit  lee  : 
«Pues  se  acercaron  en  su  astucia,  como  un  horno  su  corazón  toda  la  noche»,  etc.  ||  Ar- 
dió su  corazón  :  c.  d.,  el  de  los  conspiradores,  que,  tras  haber  ocultado  sus  intentos 
siniestros  toda  la  noche,  a  la  mañana,  presentada  la  ocasión  de  ponerlos  por  obra,  se 
precipitan  sobre  el  monarca  a  quien  pretenden  derribar  y  sobre  sus  príncipes,  ven- 
cidos del  vino. 

7  Su.S  reyes  caen  :  alude  a  la  muerte  violenta  de  tantos  reyes  israelitas  (cf.  2  Re. 
15).  ||  Quien  clame  a  mí:  e.  d.,  quien  se  vuelva  a  Yahveh. 

8  A  oue  no  se  dió  vuelta  :  dejándola  así  quemarse  al  ser  cocida  en  el  rescoldo. 
10  La  gloria  de  Israel  :  cf.  5,  5. 

r-  Los  castigaré  según...  asambleas  :  así  c.  V  y  otras  vers.  ;  otros,  como  Kit,  pre- 
fieren modificar  II  :  «los  barro  de  allí  debido  a  su  maldad»  (Dibl.  Bonn)  ;  otros,  «los 
encierro...»,  etc. 


7  13-8  3 


OSEAS 


7  13-g  3 


cual  ave  del  cielo  harélos  caer  ; 

los  castigaré  según  ha  sido  anunciado  en  sus  asambleas. 
15  ¡  Ay  de  ellos,  porque  se  han  apartado  de  mí ! 
Serán  asolados,  pues  contra  mí  se  han  rebelado. 

¡  Habré  vo  de  redimirlos,  cuando  ellos  han  proferido  mentiras  con- 
"  Y  no  clamaron  a  mí  en  su  corazón,  [tra  mí ! 

mas  ululan  junto  a  sus  altarcse; 

por  [lograr]  el  grano  y  el  mosto  ¡tácense  incisiones  a, 

se  rebela)i  1  contra  mí. 
"  Yo  le  eduqué  ',  fortifiqué  sus  brazos, 

mas  ellos  maquinan  contra  mí  males. 
M  Vuélvense  como  el  perverso  k, 

son  como  arco  engañoso  ; 

caerán  a  espada  sus  príncipes 

por  la  ira  de  su  lengua. 

Esto  será  irrisión  de  ellos  en  el  país  de  Egipto. 


Relieve  asirio  del  Musco  del  Hermitagc, 
de  Lcningrado  (época  de  Assurna- 
strapli  II) 


Anuncio  de  inminente  castigo  de  la  idolatría 
y  cisma  de  Israel 


1  ¡  Emboca  la  trompeta  ! 

Un  águila  a  [se  cierne]  sobre  la  casa  de  Yahveh, 

por  cuanto  han  violado  mi  pacto 

y  mi  ley  han  transgredido. 
*  A  mí  clamarán  : 

«¡Dios  mío,  te  hemos  conocido  los  de  Israel!» 
3  Israel  rechazó  el  bien  ; 

el  enemigo  lo  perseguirá. 


M  Como  arco  engañoso  :  cuya  cuerda  se  rompe ;  o,  como  dice  San  Jerónimo,  que 
hiere  a  quien  lo  maneja. 


8  4-14 


OSEAS 


8  4-14 


4  Ellos  han  establecido  reyes  sin  mi  intervención  ; 
se  han  nombrado  príncipes  sin  yo  saberlo  ; 
con  su  plata  y  su  oro  fabricáronse  ídolos 
destinados  a  ser  eliminados. 

6  Yo  rechazo  b  tu  becerro,  ¡  oh  Samaría  ! 
Mi  ira  se  ha  encendido  contra  ellos. 

¿  Hasta  cuándo  no  lograrán  purificarse  ? 
8  c  Pues  el  tal  procede  de  Israel  c, 
un  artífice  lo  fabricó  y  no  es  Dios  ; 

ciertamente  a  astillas  será  reducido  el  becerro  de  Samaría. 

7  Pues  siembran  viento  y  siegan  tempestad  ; 
[la  sementera]  no  logrará  mies, 

lo  germinado  no  formará  harina, 

y  si  quizá  la  diese,  extraños  la  devorarán. 

8  Israel  ha  sido  devorado  ; 

ahora  se  ha  convertido  entre  las  naciones 
como  en  vaso  de  que  no  se  hace  aprecio. 

9  Porque  ellos  subieron  a  Asiría, 
la  cual  es  como  onagro  solitario. 
Efraím  procuró  con  dones  amadores. 

J0  Aunque  hubieren  alquilado  a  las  naciones, 

ahora  los  he  de  hacer  pedazos  d, 

para  que  cesen  por  un  poco  de  tiempo 

de  ungir  reyes  y  príncipes  e. 
"  En  verdad  Efraím  ha  multiplicado  los  altares  para  pecar  ; 

[sólo]  para  pecar  le  sirvieron  los  altares. 
"  Yo  habíale  prescrito  mis  leyes  a  miríadas, 

[mas]  fueron  reputadas  como  extrañas. 
"  En  cuanto  a  los  sacrificios  a  mí  presentados,  sacrifican  carne  y  la 
•    Yahveh  no  se  complace  en  ellos.  [comen. 

Ahora  se  acordará  El  de  su  iniquidad 

y  castigará  su  pecado, 

y  ellos  volverán  a  Egipto. 
M  Pues  Israel  olvidó  a  su  Hacedor 

y  edificó  palacios  ; 

Judá  multiplicó  las  ciudades  fortificadas, 
pero  yo  prenderé  fuego  a  sus  ciudades, 
y  devorará  sus  castillos. 


Q    4  Sin  mi  intervención  :  se  refiere  a  Jeroboam  I. 

O  5  Rechazo  tu  becerko,  ¡oh  Samaría!  :  el  becerro  de  oro  no  estaba  en  Samaría, 
sino  en  Dan  y  Bet-El,  pero  se  nombra  a  Samaría  como  a  capital  del  reino. 

1  Siembran  viento  :  quiere  decir  que  su  falso  culto  no  era  sólo  inútil,  sino  perju- 
dicial. ||  (La  sementera]  no  logrará  mies  o  cosecha  en  pie  :  o  también,  modificando 
algo  H  :  «el  tallo  no  tiene  fruto,  no  produce  harina». 

0  Interpretamos  H  con  ayuda  de  V.  El  texto  es  oscuro  y  prps.  varias  correcciones 
(cf.  Kit).  ||  Subieron  a  Asiría  en  busca  de  socorro  y  procuróse  con  regalos  granjearse 
el  favor  de  los  pueblos  extranjeros.  Según  algs.  exegetas — que  modifican  el  estado 
actual  de  H— ,  el  profeta  asemeja  a  Israel  a  una  prostituta  que  pretende  ganarse  con 
sus  artes  a  un  amante.  Así  llama  con  ironía  al  pago  de  tributos  a  Asiría  «regalos 
amorosos».  Sabido  es  que  el  vasallaje  político  en  el  Oriente  antiguo  implicaba  a  la 
vez  sumisión  religiosa. 

10  Hubieren  alquilado  :  así  quizá  c.  V,  etc.  ;  otros,  «aunque  los  alquilen  entre  las 
naciones»;  otros  corrigen  «anduvieren  errantes».  ||  Los  he  de  hacer  pedazos:  el  opri- 
mir, dispersar,  etc.  ;  V  «entonces  los  congregaré»  (cf.  H).  ||  Por  un  poco  de  tiempo  : 
otros,  «pronto»  ;  cf.  V  :  «y  descansarán  un  poquito  de  la  carga  del  rey  y  de  los 
príncipes». 

11  Altares  para  pecar:  cada  sacrificio  ofrecido  en  altares  ilegítimos  era  nuevo  pecado. 

12  Extrañas  :  o  de  un  extraño. 

u  Volverán  a  Egipto  :  serán  de  nuevo  entregados  a  la  servidumbre  de  que  yo  los 
libré  sacándolos  de  Egipto. 

M  Palacios  :  o  también,  templos,  que  otros  prefieren. 


g  1-10 


OSEAS 


Ql-n 


El  castigo  de  Israel 


9'  No  te  alegres,  Israel  ; 
no  jubiles  como  los  gentiles  ; 
pues  te  has  prostituido  abandonando  a  tu  Dios  ; 
amaste  el  salario  de  prostitución 
sobre  todas  las  eras  de  grano. 
!  La  era  y  el  trujal  no  los  sustentarán 

y  el  mosto  les  a  fallará. 
8  No  permanecerán  en  la  tierra  de  Yahveh, 
mas  Efraím  regresará  a  Egipto, 
y  en  Asiría  comerán  manjares  impuros. 
*  No  harán  a  Yahveh  más  libaciones  de  vino 
ni  le  serán  gratos  los  sacrificios  de  ellos  ; 
como  pan  de  enlutados  será  su  pan  b; 
todos  cuantos  lo  coman  se  contaminarán. 
Pues  su  pan  será  [sólo]  para  ellos  mismos, 
no  entrará  en  la  casa  de  Yahveh. 
6  ¿Qué  haréis  en  el  día  de  la  solemnidad 

y  en  el  día  de  la  fiesta  de  Yahveh  ? 
5  Pues  he  aquí  que  se  han  marchado  de  la  desolación  0 
el  Egipto  I06  recogerá, 
Menfis  los  sepultará  ; 

sus  objetos  más  preciosos  de  plata  la  ortiga  los  heredará  ; 
cardos  [crecerán]  en  sus  tiendas. 
T  Llegaron  los  días  del  castigo, 
llegaron  los  días  de  la  paga  ;  lo  conocerá  Israel  : 
un  necio  es  el  profeta,  un  loco  el  varón  inspirado  ; 
a  causa  de  la  magnitud  de  tu  culpa 
y  lo  grande  de  la  animosidad. 

8  El  vigía  de  Efraím  con  mi  Dios,  el  profeta, 
lazo  de  pajarero  [es]  en  todos  sus  caminos 
animosidad  en  la  casa  de  su  Dios. 

9  Profundamente  se  corrompieron 
como  en  los  días  de  Guiba  ; 

d  [Yahveh]  recordará  su  culpabilidad, 
castigará  sus  pecados  d. 
"  Como  uvas  en  el  desierto  |  hallé  a  Israel, 
cual  breva  en  higuera  |  e  que  empieza  a  madurar  8  | 

contemplé  a  vuestros  padres  ; 
pero  ellos  se  llegaron  a  Baal-peor, 
se  consagraron  a  la  ignominia  f 
e  hiciéronse  abominables  como  aquello  que  amaban 


91  Como  los  gentiles  :  imitando  las  ceremonias  que  observan  los  paganos  en  sus 
fiestas  religiosas. 

2  La  era  y  el  trujal:  quiere  decir  que  el  hambre  acabará  con  sus  alegrías.  P 
Sustentarán  :   lit.,  apacentarán  ;    algs.  1.  c.  G  :  iconocerán». 

*  Le  serán  gratos:  algs.  corrigen  «le  prepararán».  ||  Enlutados:  o  bien,  gente 
en  duelo  o  de  luto.  ||  Será  [sóloI  para  ellos  mismos:  o  también,  servirá  [sólo]  Para 
su  hambre. 

«  Se  han  marchado  de  la  desolación  :  e.  d.,  de  su  desolada  patria  han  partido  al 
destierro  ;  pero  cf.  nota  crítica  c. 

1  Lo  conocerá  Israel  :  así  quizá  H  ;  V  «sabe  Israel».  Otros  corrigen  «Israel  grita* 
(Bibl.  Bonn),  «mal  le  va  a  Israel»  (Bibl.  Tub.),  etc. 

8  El  vigía  :  todo  que  viene  de  Dios  le  es  sospechoso ;  desconfía  de  El  y  acepta 
ciegamente  los  mentirosos  oráculos  de  los  falsos  profetas..  ||  Con  mi  Dios:  muchos 
leen  pueblo  de  mi  Dios.  ||  Es:  cf .  V  ;  otros  «halla».  ||  Animosidad:  V  «locura». 

10  Como  uvas  en  el  desierto  alegran  por  lo  raras,  así  se  alegraba  Dios  con  el  pueblo 
que  empezaba  a  formarse. 


—  1623  — 


OSEAS 


9  n-10  5 


u  Efraím  es  como  un  ave,  vase  volando  su  gloria. 

sin  nacimientos,  embarazos  ni  concepciones. 
a  Aun  si  criaren  a  sus  hijos, 

los  dejará  sin  ellos,  .privándolos  de  hombres  ; 

mas  j  ay  también  de  ellos  cuando  de  ellos  me  aparte  ! 

13  Efraím,  según  vi,  era  otra  Tiro  plantada  en  lugar  de  pastos  ; 
pero  Efraím  sacará  a  sus.  hijos  al  asesino. 

14  Dales,  ¡oh  Yahveh!...,  ¿qué  les  darás? 
Dales  matriz  infecunda  |  y  senos  enjutos. 

J"  Toda  su  protervia  está  en  Guilgal  ; 

ciertamente  allí  les  cobré  odio. 

Por  la  maldad  de  sus  acciones, 

de  mi  casa  los  arrojaré, 

no  volveré  a  amarlos  : 

todos  sus  jefes  son  rebeldes. 
10  Herido  ha  sido  Efraim  ;  su  raíz  está  seca,  no  dará  ya  fruto  ; 

aunque  parieren,  |  haré  morir  a  sus  hijos. 
"  Mi  Dios  los  rechazará, 

porque  no  le  han  escuchado, 

y  andarán  errantes  entre  las  naciones. 


10 


Más  particularidades  del  castigo 

Vid  frondosa  es  Israel, 
daba  su  fruto  adecuado  ; 
cuanto  más  abundaba  en  fruto, 
más  multiplicaba  los  altares  ; 
a  la  medida  de  la  belleza  de  su  .país, 
hacía  más  hermosas  las  massebás. 
2  Su  corazón  es  blando  y  falaz, 
ahora  lo  pagarán  ; 
él  derruirá  sus  altares, 
asolará  sus  massebás. 
5  Ciertamente,  ahora  dirán  :  «¡No  tenemos  rey, 
por  cuanto  no  hemos  temido  a  Yahveh  ; 
y  el  rey,  ¿  qué  haría  por  nosotros  ?» 
'  Pronuncian  palabras,  juran  en  falso,  |  pactan  alianza, 
mas  el  castigo  germinará  como  planta  venenosa 
en  los  surcos  del  campo. 
D  Los  moradores  de  Samaría  |  temen  por  el  becerro  a  de  Bet-aven  ; 
en  verdad  el  pueblo  hace  duelo  por  ello 
y  por  ello  sus  sacerdotes  se  lamentan  b, 
por  su  gloria,  que  le  ha  sido  arrebatada. 

13  Era  otra  Tiro...  asesino  :  seguimos  el  texto  de  H  y  a  V.  Hoy  prefiérese  susti- 
tuirlo por  G  :  «tiene  sus  hijos  condenados  a  ser  presa».  Cf.  las  correcciones  que  Kit 
prp. — Dice  que  era  otra  Tiro  Efraím  por  la  multitud  de  sus  hijos  y  la  prosperidad  de 
sus  riquezas. 

15  Guilgal  :  era  la  metrópoli  del  culto  idolátrico  del  norte  de  Palestina. 

10  Sus  hijos  :  lit. ,  los  objetos  queridos  de  sus  entrañas  o  delicias  de  su  vientre. 

"  Los  rechazará  de  la  tierra  de  la  promesa  y  mandará  al  destierro. 

1  Daba  su  fruto  adecuado  :  o,  con  otros,  «a  la  que  le  prosperó  el  fruto»  o  «que 
producía  mucho  fruto».  ||  Más  multiplicaba:  según  crecía  la  prosperidad  de  Israel, 
umentaba  su  gusto  a  la  idolatría,  atribuyendo  a  los  ídolos  semejante  prosperi- 
1 1  Massebás  :  cf.  Gén.  28,  18. 
Blando  y  falaz  :  lit.,  liso. 

Castigo  :  o  el  juicio  de  Dios  ;  otros,  «el  derecho». 
Le  ha  sino  arrebatada  o  substraída;  o  bien,  como  V,  emigró  de  él. 


10 


—  1624  —  * 


10  6-11  2 


OSEAS 


10  6-11  2 


•  También  él  mismo  será  deportado  a  Asiria 
como  presente  para  el  rey  magno 

la  vergüenza  se  apoderará  de  Efraím 

y  eubriráse  Israel  de  confusión  por  sus  designios. 
:  Aniquilados  serán  Samaría  y  á  su  rey, 

cual  espuma  sobre  la  superficie  del  agua. 
8  Y  serán  devastadas  las  alturas  de  [Bet-J'Aven,  pecado  de  Israel  ; 

espinas  y  abrojos  crecerán  sobre  sus  altares 

y  dirán  a  los  montes  :  «¡Cubridnos!», 

v  a  los  collados  :  « ¡  Caed  sobre  nosotros  ! » 

•  Desde  los  días  de  Guibá  has  pecado,  Israel. 
Allí  han  permanecido.  ¿No  los  alcanzará 

en  Guibá  la  lucha  contra  los  hijos  de  la  iniquidad  ? 
10  Cuando  me  plazca,  yo  los  castigaré, 

y  se  congregarán  contra  ellos  pueblos 

cuando  sean  castigados  por  su  doble  culpa. 
u  Efraím  es  una  novilla  domesticada 

que  gusta  de  la  trilla, 

y  yo  hice  pasar  el  yugo  e  sobre  su  hermoso  cuello  ; 
^  ún'cí  a  Efraím,  aró  Judá,  |  Jacob  rastrilló  para  sí. 
°  Haced  vuestra  sementera  con  rectitud, 

segad  conforme  a  misericordia, 

roturad  vuestro  barbecho, 

pues  es  tiempo  de  buscar  a  Yahveh 

hasta  que  venga  y  os  enseñe  la  justicia. 

13  Arasteis  f  impiedad,  ¡  iniquidad  segasteis, 
comisteis  fruto  de  mentira. 

Por  cuanto  confiaste  en  tus  carros  s, 
en  la  muchedumbre  de  tus  guerreros, 

14  alzaráse  alboroto  en  tu  población 

y  todas  tus  fortalezas  serán  destruidas, 
a  la  manera  que  Salmán  asoió  a  Bet-arbel 

el  día  de  la  batalla,  cuando  la  madre  fué  estrellada  a  una  con  sus 
16  Así  os  haré,  ¡oh  casa  de  Israel  h.',  [hijos. 

por  vuestra  perversa  maldad. 
'„  Al  alba  habráse  acabado  por  completo  el  rey  israelita 


Amor  de  Dios  a  Israel.  Ingratitud  de  éste  y  su  castigo. 
Promesa  de  ulterior  misericordia 


11 


Cuando  Israel  era  niño,  yo  le  amé 
y  de  Egipto  llamé  a  mi  hijo. 
"  Cuanto  más  los  llamé  a,  tanto  más  se  alejaron  ellos  de  mi  presen- 
a  los  Baales  sacrificaban  víctimas  [cia  b, 

6  El.  rev  magno  :  el  rey  que  vendrá  de  Asiria  a  castigar  al  pueblo  de  Israel. 

7  CTJ4L  espuma  :  o  también,  cual  viruta  o  astilla. 

0  Los  días  de  Guibá:  que  fueron  tiempos  de  gran  corrupción.  |l  Allí  han  perma- 
necido: cf.  V.  Otros  modifican  el  verso  notablemente. 

w  Cuando  me  plazca  :  habla  Dios  de  modo  antropológico,  diciendo  que  se  vengará 
cuando  la  ocasión  se  presente. 

12  Con  rectitud:  o  justicia.  |]  Segad  conforme  a  misericordia:  o  cosechad  con  amor. 

M  Destruídas  :  o  bien,  saqueadas.  |  Salmán  Malnianasar,  rey  de  Asiria,  que  venció 
a  Oseas,  rey  de  Israel.  Muchos  críticos  juzgan  probable  hava  que  leer  Sat-lum; 
cf.  2  Re.  15,  13-15. 

Al  alba  :  e.  d.,  que  la  aurora  que  seguirá  al  día  del  desastre  encontrará  acabada 
del  todo  la  obra  del  castigo.  Otros  corrigen  la  palabra  diversamente. 


11    1  Era  niño  :  e.  d.,  estaba  formándose. 


—  1625  — 


113-12 


OSEAS 


11  3-12 


y  a  los  ídolos  ofrecían  incienso. 

*  Yo  enseñé  a  andar  a  Efraím, 
c  tómele  en  mis  brazos  °, 

mas  ellos  no  reconocieron  que  vo  de  ellos  cuidaba. 
4  Con  cuerdas  humanas  los  atraía, 
con  lazos  de  amor  ; 

fui  para  ellos  como  quien  alzara  el  yugo  de  sobre  su  cuello 
e  inclinando  a  ellos  <*  [la  comida]  les  diera  de  comer. 

*  No  volverá  [Israel]  a  la  tierra  de  Egipto, 
y  el  asirio  será  su  rey, 

porque  han  rehusado  convertirse. 

*  Y  arremeterá  la  espada  contra  sus  ciudades 
y  consumirá  sus  cerrojos, 

y  los  devorará  por  sus  malvadas  intenciones. 
'  Y  mi  pueblo  se  une  a  los  que  apostataron  de  mí, 

y  cuando  lo  llaman  a  lo  alto, 

ninguno  tiene  elevadas  miras. 
'  ¿  Cómo  te  he  de  dar  yo,  oh  Efraím  ? 

¿  Te  he  de  entregar,  oh  Israel  ? 

¿  Cómo  habré  de  ponerte  cual  a  Admá  ? 

¿  A  dejarte  semejante  a  Seboyim  ? 

Se  ha  vuelto  contra  mí  mi  corazón, 

a  una  han  ardido  mis  entrañas  °. 
•No  llevaré  a  efecto  el  ardor  de  mi  cólera, 

no  volveré  a  aniquilar  a  Efraím, 

pues  soy  Dios  y  no  un  hombre, 

soy  un  Santo  en  medio  de  ti 

y  no  entraré  en  la  ciudad  f. 
ln  ¿  Tras  Yahveh  caminarán  e, 

como  león  rugiendo, 

s  ipues  él  rugirá  y  se  acercarán  alegres 

los  hijos  desde  occidente  g. 
11  Acudirán  presurosos  como  pájaro  desde  Egipto 

y  cual  paloma  desde  el  país  de  Asiría, 

y  haréles  habitar  en  sus  casas — dice  Yahveh. 


Insiste  en  la  culpa  y  el  castigo  de  Israel. 
Promesa  esperanzadora 

i  ey   '-,  Efraím  me  circundó  de  mentira 
y  de  fraude  la  casa  de  Israel, 

i  Humanas  :  o  bien,  de  bondad.  ||  E  inclinando  a  ellos  la  comida  :  o  bien,  e  incli- 
néme  hacia  él,  conservando  H.  El  texto  aludiría  al  mantenimiento  del  pueblo  israe- 
lita en  el  desierto. 

6  No  volverá  :  prps.  suprimir  No  (ef.  Kit),  y  asi  parece  también  pedirlo  el  sentido 

11  Cf.  V  :  «Comenzó  la  esp.  en  sus  ciud.  y  cons.  a  sus  escogidos,  y  dev.  las  cabezas 
de  ellos.»  ||  Cerrojos:  c.  d.,  sus  puertas.  Otros  lo  suprimen,  o  corrigen  «sus  niños». 

I  Procuramos  verter  II  con  arreglo  a  los  más  modernos  diccionarios  y  gramáticos  ; 
pero  el  v.  es  muy  diversamente  traducido,  y  Kit  prp.  distintas  correcciones  al  texto. 
Cf.  V  :  «V  mi  pueblo  estará  suspenso  esperando  que  yo  vuelva  ;  pero  a  la  vez  im- 
pondrésele  yugo,  que  no  será  quitado.»  G  también  diferentemente. 

8  Han  ardido  mis  entrañas  :  cu  el  momento  de  pronunciar  la  sentencia,  la  mise- 
íicordia  hace  vacilar  al  juez. 

II  Acudirán  presurosos  :  e.  d.,  los  desterrados,  al  llamamiento  divino. 

-t  r>  l:,  Mas  Judá  continúa  rebelde  :  damos  una  de  las  versiones  que  cabe  ofrecer 
-W  de  H,  de  texto  muy  inseguro  y  muy  divergentemente  corregido  y  vertido. 
Cf.  V  :   «ludas  autem  testis  desccudit  cum  Ueo,  et  cum  sanctis  fidelis.» 


12  i-" 


OSEAS 


12  1-14 


mas  Judá  continúa  rebelde  a  Dios, 
y  al  Santo  fiel. 

Efraím  se  apacienta  del  viento  y  persigue  el  solano  continúa- 
mentiras  y  destrucción  multiplica  ;  [mente  ; 

pacta  alianza  con  Asiría 

y  aceite  lleva  a  a  Egipto, 
'i  Querella  sostiene  Yahveh  con  Judá 

y  castigará  a  Jacob  a  la  medida  de  su  conducta, 

conforme  a  sus  acciones  le  retribuirá. 
'4  En  el  seno  materno  agarró  del  calcañar  a  su  hermano 

y  en  su  pleno  vigor  luchó  con  Dios  ; 

peleó  con  el  ángel  y  pudo  más, 

lloró  v  le  imploró  gracia. 

En  Bét-El  lo  halló 

y  allí  habló  con  nosotros  b. 
\  Sí,  Yahveh  es  el  Dios  de  los  ejércitos, 

Yahveh  es  su  renombre  c. 
";  Tú,  pues,  conviértete  a  tu  Dios, 

observa  amor  y  justicia 

y  espera  en  tu  Dios  siempre. 
'8  Canaán  tiene  en  su  mano  balanza  fraudulenta, 

es  amigo  de  vejar. 
\  Y  dijo  Efraím  :  Ciertamente  me  he  enriquecido, 

heme  encontrado  riquezas. 

Con  todas  mis  ganancias  no  se  me  hallara 

culpa  que  yo  haya  cometido  d. 
",o  Pues  yo  soy  Yahveh,  tu  Dios,  desde  el  país  de  Egipto  ; 

de  nuevo  te  haré  morar  en  las  tiendas  como  en  los  días  de  la 

Y  he  hablado  por  medio  de  los  profetas  [reunión. 

y  yo  multipliqué  las  visiones, 

y  "mediante  los  profetas  propondré  parábolas. 

Si  los  galaaditas  son  impíos,  serán  reducidos  a  la  nada, 

en  Guilgal,  en  donde  inmolan  toros  ; 

además,  sus  altares  se  convertirán  en  montones  de  escombros 
sobre  los  surcos  de  los  campos. 
'-',3  Y  huyó  Jacob  a  la  tierra  de  Aram, 
y  sirvió  Israel  por  una  mujer 
y  por  una  mujer  guardó  rebaños. 

Mediante  un  profeta  subió  Yahveh  a  Israel  de  Egipto 
v  mediante  un  profeta  fué  guardado. 
Mu  [Me]  ha  irritado  Efraím  amargamente, 

y  su  Señor  dejará  sobre  él  la  sangre  por  él  vertida 
y  le  devolverá  su  agravio. 


•„  Se  apacienta  dei.  viento  :  e.  d.,  busca  la  prosperidad  por  medio  del  culto  de  los 
Idolos  y  alianzas  extranjeras. 

-3  Querella  sostiene  :  reprende  la  conducta  de  Judá,  que  se  deja  corromper  con 
los  malos  ejemplos  de  Israel.  ||  Con  Judá  :  prps.  1.  ron  Israel. 

34  Su  pleno  vigor  :  lit.,  su  vigor  viril,  en  su  virilidad. 

*,  Canaán  :  llama  así  a  Israel  -apóstata.  Kit  anota  ha  de  1.  tcomo  C.»  o  borrar 
Canadá. 

810  De  i.a  reunión  :  e.  d.,  de  la  reunión  (o  audiencia)  de  Dios  y  el  pueblo  junto 
al  monte  Sinaf. 

Si  los  galaaditas  son  impíos...  :  así  puede  entenderse  H  ;  otros  corrigen  :  tEn 
Galaad  han  cometido  fraude,  cosa  vana;  en  Guilgal  han  sacrificado  a  los  toros» 
lasí,  v.  gr.,  Bibl.  Bonn).  Cf.  V  :  «Si  en  Galaad  hay  ídolo,  luego  en  vano  hay  quien 
sacrificase  a  los  bueyes  en  Galgal». 
12„  Huyó  :  cf.  Gén.  27,  43... 

**„  Dejará:  e.  d.,  dejará  sin  condonar;  otros,  «derramará».  ||  Le  devolverá  su  agrá, 
vio  :  destruyendo  el  reino  y  mandando  al  destierro  a  sus  habitantes. 


—  1627  — 


13  1-13 


OSEAS 


13  1-13 


Nuevo  anuncio  de  ruina  y  castigo  y  promesa  de  remedio 


'Cuando  hablaba ■Efraím,  invadía  el  terror, 
alzóse  él  en  Israel  : 

pero  cuando  se  hizo  culpable  con  Baal,  pereció. 

2  Y  ahora  continúan  pecando 

y  se  han  fabricado  imágenes  fundidas 
con  su  plata,  según  la  figura  de  a  los  ídolos, 
obra  de  artífices  todo  ello, 
y  a  ellas  dirigen  la  paílahra. 

¡  Sacri.ficadores  humanos  besan  reverentes  a  becerros  ! 

3  Por  eso  serán  cual  nubecilla  matinal 

y  como  el  rocío  que  mañanero  desaparece, 

cual  el  tamo,  que  es  por  eil  viento  de  la  era  arrebatado, 

y  como  el  humo  que  sale  del  humero. 

4  Sin  emhargo,  yo,  Yahveh,  soy  tu  Dios 
desde  la  tierra  de  Egipto, 

y  otro  Dios  no  conoces  fuera  de  mí 
ni  otro  salvador  sino  yo. 

5  Yo  te  conocí  en  el  desierto, 
en  el  país  de  la  sequedad. 

B  Cuando  estaban  en  sus  pastos,  hartáronse, 
saciáronse  y  se  engrió  su  corazón  ; 
por  eso  me  olvidaron. 

7  Seré,  pues,  para  ellos  cual  león, 
como  leopardo  en  el  camino  acecharé. 

8  Los  asaltaré  como  osa  privada  de  sus  cachorros 
y  desgarraré  su  pecho, 

y  los  devoraré  b  allí  como  león  ; 

las  fieras  del  campo  los  despedazarán. 

9  0  He  resuelto  aniquilarte ,  Israel, 
¿quién0  será  en  tu  socorro? 

1,1  ¿  Dónde  está  tu  rey,  para  que  pueda  salvarte 

en  todas  tus  ciudades  ;  y  tus  jueces, 

de  quienes  decías  :  «¡Dame 

rey  y  príncipes  !»  ? 
u  Yo  te  doy  reyes  en  mi  cólera 

y  quítotelos  en  mi  furor. 
a  Encerrada  en  saco  está  la  iniquidad  de  Efraím  ; 

bien  guardado  está  su  pecado. 
13  Dolores  de  parturienta  le  sobrevendrán  ; 

él,  hijo  insipiente, 

no  se  presenta  a  su  debido  tiempo  d 
en  el  cuello  del  útero. 


-|  O    1  Invadía   ei.  terror  :   cf.   V.  Otros   modifican  H  ampliamente.  Asi,  v.  gr., 
Bibl.  Bonn  :  .cuando  Efr.  llamó  a  la  sublevación  fué  elevado  en  Israel». 
1  Sacrificadores  humanos...  :  otras  versiones,  diversamente. 
«  Cf.  6,  4- 

6  Conocí  :  otros,  c.  GS,  apacenté. 

»  Pecho  :  lit.,  el  cierre  o  cubierta  de  su  corazón. 

10  En  todas  tus  ciudades;  y  tus  jueces:  así  c.  H  (cf.  V)  ;  pero  prps.  corregir  :  iy 
todos  tus  príncipes  para  que  te  hagan  justicia»  (véase  Kit). 

12  Encerrada  en  saco  :  o  también  atada. 

13  Hijo  insipiente  :  puesto  que  rechaza  al  rey  celestial  y  pide  a  los  ídolos  ayuda 
que  no  le  pueden  dar.  |j  El  cuello  del  útero  :  lit.,  la  rompiente  de  los  hijos;  matriz. 


—  1628  — 


13  14-14  s 


OSEAS 


13  14~14  8 


"  ¿  Los  rescataré  de  las  puertas  del  seol  t 

¿  Los  redimiré  de  la  muerte  ? 

¿  Dónde  están  tus  epidemias,  oh  muerte  ? 

¿Dónde  tu  peste,  oh  seol? 

La  compasión  está  oculta  a  mis  ojos. 
■  Ciertamente  es  fecunda  entre  sus  hermanos, 

mas  llegará  el  solano,  el  viento  de  Yahveh  ; 

del  desierto  saldrá, 

y  secará  e  su  hontanar 

y  agotará  su  manantial. 

saqueará  el  tesoro, 

todo  objeto  precioso. 


Promesa  esperanzadora  si  Israel  se  arrepiente 


1  Será  castigada  Samaría  porque  se  rebeló  contra  su  Dios  : 

a  espada  caerá, 

sus  párvulos  serán  estrellados 

y  6us  embarazadas  serán  hendidas. 
*  ¡Conviértete,  Israel,  a  Yahveh,  tu  Dios, 

pues  has  sucumbido  por  tu  culpa  ! 

3  ¡  Tomad  con  vosotros  palabras 
y  volveos  a  Yahveh  ! 

Decidle  :  «Quita  totalmente  a  la  iniquidad 
y  recibe  b  los  bienes,  y  pagaremos 
con  el  fruto  de  c  nuestros  labios. 

4  Asiria  no  "nos  salvará  ; 
sobre  caballo  no  montaremos 
ni  diremos  más  «dios  nuestro» 
a  la  obra  de  nuestras  manos  ; 

ll  pues  en  ti  halla  compasión  el  huérfano 

5  Sanaré  su  rebeldía, 

los  amaré  generosamente, 

pues  mi  ira  se  ha  apartado  de  ellos. 
B  Seré  como  el  rocío  para  Israel, 

florecerá  él  como  el  lirio 

y  echará  sus  raíces  cual  el  Líbano. 
7  Sus  ramas  tiernas  se  extenderán, 

y  su  florecimiento  será  cual  el  del  olivo, 

y  su  fragancia  como  la  del  Líbano. 
s  Quienes  habitan  a  su  sombra 

volverán  a  cultivar  trigo  e, 


u  LAS  puertas:  o  el  poder.  ||  ¿Dónde  están...?:  cf.  Y:  «Yo  seré  tu  muerte,  oh 
muerte;  seré  tu  mordedura,  oh  infierno...»  ¡|  La  compasión  está  oculta:  e.  d.,  la 
desconocen. 

13  Ciertamente:  el  v.  es  corregido  amplia  y  diversamente  (cf.  Kit).  ||  Llegará  el 
SOLANO  .  figura  para  denotar  la  impetuosidad  del  enemigo,  que  llegará  sin  que  pueda 
nada  detenerle.  ||  Secará  su  hontanar  :  desaparecerán  la  fuerza  y  la  prosperidad. 

-J  A     1  Será  castigada  :  o  habrá  de  expiar. 

.L^r  3  tomad  con  vosotros  palabras  :  tributad  a  Dios  homenajes  de  oraciones  y  pro- 
mesas 

5  Generosamente:  o  también,  gustoso,  voluntariamente.  ||  De  ellos:  cf.  V;  H  de 
ti,  que  prps.  suprimir  como  anotación  marginal. 
•  Cual  el  Líbano  :  algs.  corrigen  cual  el  álamo. 

■  Quienes  habitan...  :   corrígese  el  v.  ampliamente.  Cf.  nota  crítica  e. 


—  1629  — 


14  9-10 


OSEAS 


14  9-10 


y  florecerán  como  la  viña  ;  su  renombre 

será  cual  el  del  vino  del  Líbano. 
0  Efraíni...,  ¿qué  tengo  vo  1  con  los  ídolos? 

*  Yo  le  atenderé  y  le  observaré  e, 

yo  que  soy  cual  ciprés  siempre  verde  ; 

de  mí  tu  fruto  procederá. 
10  ¿  Quién  es  el  sabio  que  comprenda  estas  cosas  ? 

¿  Y  el  inteligente  que  las  conozca? 

Porque  los  caminos  de  Yahveh  son  rectos 

y  los  justos  caminarán  por  ellos, 

mas  los  impíos  en  ellos  sucumbirán. 


*  De  mí  tu  fruto  procederá  :  de  mí  recibirás  bienandanza. 

10  i  Quién  es  el  sabio...  ?  :  como  si  dijera  :  Si  uno  es  sabio,  comprenderá  estas 
cosas...  ||  Sucumbirán:  los  abandonarán  pronto. 


NOTAS     CRITICAS     A  OSEAS 


CAP.  I 

a  así  ins  c  S ;  cf  Kit]  b  anota  este  v  como  add]  c  considéranse  los  vv  10  y  n, 
(algs  también  is)  traspuestos  de  otro  lugar  (cf  Kit).  Algunos  los  ponen  c  el  v  7  tras 
el  v  25  del  cap.  2]  d  Kit  cree  prob  la  lectura  «el  día  de  Yahveh»,  pasando  Izreel  al  v  3. 

CAP.  2 

a  así  c  w. ;  H  plur ;  Kit  corrige  el  v  y  1  :  «Izreel,  di  a  tu  herm...»,  etc]  b  Kit  anota 
que  los  vv  68  y  7,  post  v  I416  trsp]  c  así  Kit  c  GS  ;  H  tu]  d-J  Kit  lo  juzga  add]  e  asi 
ins  Kit  c  S]  f  Kit  de  allí  por  el  metro]  e  así  c  Kit ;  H  la. 
cap.  3 

a  así  Kit  c  GS  ;  otros:  Que  ama  a  otro  o  a  un  amante;  H  amada  de  su  amigo] 
b  así  ins  Kit]  c  Kit  considera  como  add  el  resto  del  v. 
cap.  4. 

a  así  H ;  prps  muchas  enmiendas:  imi  pueblo  es  cual  su  ministro  religioso,  mi 
hijo  cual  su  sacerdotet,  etc  (ef  Kit)]  b  así  ins  frt  anota  Kit]  casi  (su  de  ellos)  c  ca 
2omss  ;  H  su  (de  él)]  d  Kit  y  otros  corrigen  más  Que  su  gloria  u  orgullo. 
cap.  5 

a  así  c  Kit;  H  los  apóstatas  (?)]  b  Kit  1  yo  te  aterraré  (cf  G),  otros,  intimidad] 
c  Kit  cree  1  frt  c  G  oprime  Efr.  a  su  contendiente,  conculca  el  derecho  (la  justicia/] 
il  así  II,  pero  se  cree  yerro  gráfico  por  vanidad  (ídolos  vanos),  enemigo  (así  Kit)...  ; 
cf  V  «sordes.  (las  inmundicias)]  e  así  prb  (cf  Kit);  H  rey  litigioso  (V  «rex  ultor»). 

CAP.  6 

a-a  H  ofrece  estas  palabras  resucitando  el  cap  5,  y  Kit  pone  tras  ellas  las  prece- 
dentes :  «y  buscarán  mi  rostro»  ;  todo  ello  indica  una  alteración  en  el  orden  primi- 
tivo] b  así  prb  (cf  Kit)  ;  H  los  mate;  algs  corrigen  te  he  matado]  casi  c  Kit  (cf  GST), 
que  además  liga  este  v  c  3b;  H  tus  juicios;  otros  1  mi  juicio]  d  add  según  Kit  (cf  53b;. 
cap.  7 

a  así  ins  Kit  (cf  G)]  b-b  Kit  1  «son  como  horno  ardiendo;  césase...»]  c  cf  Kit,  que 
modifica  H]  d  así  frt  c  algs  críticos;  H  errp  ;  cf  nota  6]  e  así  Kit  (cf  TS)  ;  su  cocine- 
ro?] f  Kit  considera  el  v  como  add]  e  así  prps;  H  sobre  sus  lechos,  trátase  de  las 
vociferaciones  de  los  adoradores  de  Baal]  b  así  Kit  c  ca  2omss  (cf  G)  ;  H  timore  se 
excitant,  sibi  timent  (V  «ruminabant»)]  i  así  c  Kit ;  H  se  apartan]  i  Kit  di  c  G  este 
vocablo)  kl  beliyyáal  'perverso,  inútil...'  c  Kit  (otros  a  Baal);  H  no  altura  (¿lo  al 
por  no  ol  'sin  yugo,  indómito'?).  . 
cap.  8 

a  H  como  águila,  cf  Kit]  b  así  c  Kit ;  H  rechazó  él]  c  Kit  1  la  casa  (o  'los  hijos') 
de  Israel,  y  lo  une  a  5b]  d  así  prps  (cf  Kit)  ;  H  congregaré]  e  así  Kit  c  G  ;  cf  nota  10. 
cap.  9 

a  así  Kit  c  algs  mss  GST;  H  la]  b  así  c  Kit;  H  para  ellos]  c  Kit  1  se  marchan 
(o  han  de  marchar)  a  Assur]  d-<]  Kit  júzgalo  add  ex  8  13)  c-e  Kit  «di  c  S»  ;  V  «in  ca- 
cumine  eius»)  t  Kit  1  a  Baal  o  a  Astartc]  e  Kit  1  como  el  amor  de  Ejraím  (tomando 
éste  de  lo  que  sigue). 

CAP.  10 

a  así  Kit  (cf  GS)  ;  H  (cf  V)  a  las  becerras]  b  así  prb  (cf  Kit);  H  exultan]  casi 
c  Kit ;  cf  5  13  y  su  nota]  d  así  ins  c  Kit  (cf)  ;  V  «Sam.  hizo  que  desapareciera 
.-u  rey»]  e  así  c  Kit;  H  ¿>«st!]  í  Kit  c  G  *¿por  Qué  arasteis...?»]  &  así  Kit  c  G  (cf)  ; 
H  caminos]  h  así  Kit  c  G  ;  II  hará  Bet-El  (V  «os  hizo  Bethel»)]  1  15  c  figura  en  V 
al  comienzo  de  11  1. 
CAP.  11 

a  así  Kit  c  G;  H  llamaron]  b  así  Kit  c  G  ;  H  de  la  presencia  de  ellos]  casi  Kit 
c  TS  (cf  G)  ;  H  tomó...  sus  brazos]  d  así  c  S  (cf  Kit)  ;  H  a  él]  casi  prb  (o  mi  compa- 
sión); H  mis  consuelos]  t  en  vez  de  en  la  ciudad,  Kit  «1  prb  abrasaré»]  e~e  glosa  se- 
gún Kit. 


-  1631  - 


OSEAS 


CAP.  12 


a  así  c  Kit  (cf  V)  ¡  H  es  llevado)  b  así  H  (cf  V)  ¡  Kit  1  fon  él]  o  Kit  considera  el 
v  como  (llosa)  ti  Kit  1  (cf  G)  :  todas  sus  ganancias  no  bastarán  para  la  culpa  [que  ha 
cometido] . 

a  asi  Kit  c  G  (cf  V)  ;  H  sc¿r»H  su  inteligencia]  b  Kit  1  c  G  los  devorarán]  c-c  así 
Kit  (cf  GS)  ;  H  como  V  ;  :  iEs  tu  perdición,  Israel  ;  sólo  en  mí  está  tu  socorro»]  d  así 
c  Kit;  H  porque  tiempo]  casi  frt  c  GV  ;  H  se  avergonzará. 


*¿1  «decide  todos  vosotros»?  pregunta  Kit]  b  Kit  1  y  cogeremos]  casi  Kit  c  GS  ; 
H  (cf  V)  los  becerros]  <l-d  add  según  Kit]  e  cf  GV  :  «se  alimentarán  de  trigo»]  'prps 
tiene  i'l]  e~e  texto  dudoso  ;  prps  variadas  correcciones. 


caí*.  14 


i 


—  1632  - 


I  X  TRODUCCION     A     J  O  E  L 


Toel  (  =  Yahu  es  Dios),  hijo  de  Petuel,  profetizó  a  los  sacerdotes  y  al 
I  pueblo  de  Judá  y  Jerusalén  quizá  en  el  reino  del  sur,  hacia  el  cual 
/  dirige  sus  preocupaciones  y  actividades.  No  debió  de  vivir  lejos  de 
dicha  capital. 

Como  no  se  menciona  a  ningún  rey  ni  dcefo  alguno  cronológico,  no  se 
sabe  con  seguridad  en  qué  época  profetizó,  pues  mientras  algunos  lo  pre- 
sentan a  la  cabeza  de  los  profetas  de  Judá,  otros  opinan  que  vivió  después 
del  regreso  del  cautiverio  babilónico.  Joh.  Theis  (Bonn,  1937)  aduce  que, 
dependiendo  Joel  de  Abdías,  la  fecha  limite  superior  está  determinada  por 
la  época  de  éste,  hacia  el  843.  La  inferior  nos  la  señala  la  posición  de 
nuestro  escritor  dentro  del  libro  de  los  profetas  menores.  Tanto  la  or- 
denación masorétiea  como  la  alejandrina  colocan  a  Joel  entre  los  que 
vaticinaron  antes  de  la  ruina  dcñ  reino  del  norte  (h.  722).  Joel  escribiría , 
por  tanto,  después  del  $43  y  antes  del  765,  pues  que  de  él  pende  Amós. 
No  hay,  por  otra  parte,  en  su  profecía  indicios  lingüísticos  más  tardíos. 

Su  profecía — «Revelaciones  de  Dios»,  segiín  su  encabezamiento — se 
divide  en  dos  partes.  En  la  primera  exhorta  a  la  penitencia  a  los  judíos, 
vejados  con  graves  calamidades,  preludio  de  mayores  castigos.  En  la  se- 
gunda promete  bienes,  si  hicieron  penitencia ;  bienes  temporales  y  espiri- 
tuales, el  castigo  de  los  enemigos  y  la  salud  mesiánica.  Entre  estos  bie- 
nes espirituales  se  menciona  la  efusión  del  Espíritu  Santo  (2,  28-2Q). 
cuya  promesa  vió  cumplida  San  Pedro  el  día  de  Pentecostés  (Ac.  2,  17-1$). 

Por  la  pureza  de  su  lenguaje  y  el  vigor  y  sublimidad  de  su  estilo  se 
le  ha  llamado  «el  poeta  entre  los  profetas».  Son  notables  el  realismo  con 
que  describe  la  invasión  de  las  langostas  y  la  viveza  con  que  anuncia  el 
día  del  Señor. 


-  1633  - 


52 


o 


Devastación  del  país  por  la  langosta.  Exhortación 
al  arrepentimiento 

1     1  Palabra  de  Yahveh  que  fué  dirigida  a  Joel,  hijo  de  Petuel. 

2  ¡  Oíd  esto,  oh  ancianos  ; 

prestad  oído,  habitantes  del  país  ! 

¿  Acaeció  esto  en  vuestros  días 

o  en  los  días  de  vuestros  padres  ? 
B  Referídselo  a  vuestros  hijos, 

y  vuestros  hijos  a  los  suyos, 

y  sus  hijos  a  la  otra  generación. 
*  Lo  que  dejó  el  gazam  lo  devoró  el  arbé, 

el  residuo  del  arbé  devorólo  el  yéleq, 

y  el  relieve  del  yéleq  lo  devoró  el  jasil. 
6  ¡Despertad,  ebrios,  y  llorad! 

¡  Ululad,  bebedores  todos  de  vino, 

por  el  mosto,  pues  se  os  ha  quitado  de  la  boca  ! 

6  Pues  ha  invadido  mi  país  un  pueblo 
fuerte  e  innumerable  : 

sus  dientes  son  dientes  de  león 
y  tiene  muelas  de  leona. 

7  Ha  devastado  mi  viñedo 
y  hendido  mis  higueras, 

1'  2  Oíd  esio  :  esta  invasión  de  langostas  de  que  habla  el  profeta  es  para  unos  sim- 
•  bóliea  (San  Efrén,  San  Cirilo  Alejandrino,  etc.).  Para  otros,  literal.  «Tal  vez — escri- 
be Vigouroux— podrían  concillarse  ambas  soluciones  en  una  opinión  intermedia, 
admitiendo,  como  parece  verosímil,  que  Joel  en  la  segunda  parte  considera  la  invasión 
de  que  ha  hablado  en  la  primera  como  tipo  del  juicio  de  Dios  próximo.» 

4  Gazam...  arbé...  yéleq...  jasil  :  son  cuatro  denominaciones  de  la  langosta,  que  quizá 
indican  diversas  especies  de  este  insecto  o  bien  cuatro  fases  sucesivas  de  su  evolución. 

6  Despertad,  ebrios  :  son  comparados  los  hebreos  a  hombres  rendidos  de  sueño 
por  la  embriaguez  de  sus  vicios. 

6  Un  pueblo  fuerte  e  innumerable  :  la  langosta  probablemente,  cuyo  poder  de  des- 
trucción conocen  todos. 

'  Tornándose  blancos  :  sea  por  haber  la  langosta  comido  su  corteza,  sea  por 
haberlos  dejado  secos. 


—  1634  — 


1  8-20 


JÜEL 


1  8-20 


lo  ha  pelado  por  completo  y  lo  ha  derribado, 
tornándose  blancos  sus  sarmientos. 

■  ¡  Laméntate  como  una  doncella  ceñida  de  saco 
por  el  esposo  de  su  juventud  ! 

■  Oblación  y  libación  han  sido  eliminados  |  de  la  casa  de  Yahveh  ; 
los  sacerdotes,  los  ministros  de  Yahveh,  hacen  duelo. 

10  Devastado  ha  sido  el  campo, 

el  suelo  guarda  luto, 

porque  el  grano  ha  sido  destruido, 

el  mosto  ha  faltado  por  la  sequía, 

hase  agotado  el  aceite. 
u  Avergonzados  están  los  campesinos, 

laméntanse  los  viñadores 

por  el  trigo  y  la  cebada, 

pues  se  ha  perdido  la  cosecha  del  campo. 

12  El  viñedo  se  ha  secado, 

la  higuera  ha  languidecido  ; 

el  granado,  y  asimismo  la  palmera  y  el  manzano, 

todos  los  árboles  del  campo  están  secos. 

La  alegría  ha  desaparecido  de  entre  los  hombres. 

13  Ceñios  de  saco  y  plañid,  ¡oh  sacerdotes!  ; 
ululad,  ministros  del  altar  ; 

venid,  pasad  la  noche  en  sacos, 
¡  oh  ministros  de  mi  Dios  !  ; 

pues  han  sido  alejadas  de  la  casa  de  vuestro  Dios 

la  oblación  y  la  libación. 
"  Promulgad  un  ayuno  santo, 

convocad  una  asamblea, 

congregad  a  los  ancianos, 

a  todos  los  habitantes  del  país, 

en  la  casa  de  Yahveh,  vuestro  Dios, 

y  clamad  a  Yahveh. 
*  ¡  Ay,  ay,  ay  a,  del  día  ! 

Pues  el  día  de  Yahveh  está  próximo, 

y  viene  como  devastación  del  Omnipotente. 
16  ¿  Acaso  no  ha  sido  arrebatada  la  comida  a  nuestros  propios  ojos, 

y  de  la  casa  de  nuestro  Dios  la  alegría  y  el  júbilo  ? 
"  Echase  a  perder  la  semilla  bajo  los  terrones, 

se  hallan  devastados  los  alfolíes, 

los  graneros  derruidos, 

porque  el  grano  ha  faltado. 

18  ¡  Cómo  gime  el  ganado  I 

Vagan  perplejos  los  hatos  de  reses  vacunas 
porque  no  tienen  pasto  ; 

también  los  rebaños  de  ganado  menor  perecen. 

19  A  ti,  ¡oh  Yahveh!,  clamo, 

porque  el  fuego  ha  devorado  los  pastizales  del  desierto, 
y  la  llama  ha  abrasado  todos  los  árboles  del  campo. 

20  Incluso  las  bestias  del  campo  vuélvense  ansiosas  hacia  ti, 
porque  se  han  secado  los  raudales  de  agua 

y  el  fuego  ha  devorado  las  dehesas  de  la  majada. 


8  Ceñida  de  saco  :  haciendo  duelo. 
14  Promulgad  :  o  inaugurad  un  ayuno. 

"  Echase  a  perder...  los  terrones  :  prps.  varias  modificaciones  a  H,  que  es  diver- 
samente interpretado.  Cf.  V  :  ilas  bestias  se  consumen  en  sus  establos». 
19  Pastizales  :  o  también,  las  moradas. 


—  1635  — 


21-9  JOEL  2^9 


El  día  terrible  de  Yahveh.  Exhortación  a  penitencia. 
Respuesta  clemente  de  Yahveh  al  arrepentimiento  del 
pueblo 


1  ¡  Tocad  la  trompeta  en  Sión  ! 

¡Y  tocad  a  rebato  sobre  mi  monte  santo! 
Tiemblen  todos  los  moradores  del  país, 
pues  viene  el  día  de  Yahveh  ; 
en  verdad  está  próximo. 

2  Día  de  tiniebla  y  oscuridad, 
día  ile  nubes  y  densa  niebla. 

Como  la  aurora  se  extiende  sobre  los  montes, 

un  pueblo  numeroso  y  fuerte  ; 

semejante  a  él  no  ha  existido  jamás 

ni  después  de  él  se  dará  en  los  años  eternos. 

3  Ante  él  devora  el  fuego 

y  tras  él  abrasa  la  llama  ; 

cual  un  huerto  de  Edén  era  el  país  antes  de  él  ; 
mas  después  del  mismo  es  un  desierto  desolado, 
ni  aun  existe  quien  de  él  escape. 

4  Como  aspecto  de  corceles  es  su  aspecto 
y  cual  jinetes  así  corren. 

6  Como  con  estrépito  de  carros, 

[zumbando]  sobre  las  cumbres  de  los  montes  saltan  ; 
cual  crepitar  de  llama  de  fuego 
que  devora  un  rastrojo, 
como  pueblo  potente 
dispuesto  en  orden  de  batalla. 
"  A  su  presencia  se  empavorecen  los  pueblos, 
todos  los  rostros  se  sonrojan. 

7  Como  valientes  corren, 

cual  hombres  de  guerra  escalan  las  murallas  ; 
cada  uno  sigue  derecho  su  camino 
y  no  desvían  sus  derroteros. 

5  Nadie  embaraza  a  su  hermano  ; 
cada  uno  marcha  por  su  calzada  ; 
por  medio  de  los  dardos  se  precipitan, 
no  cejan. 

"  Asaltan  la  ciudad, 
corren  por  la  muralla, 
suben  a  las  casas, 

por  las  ventanas  penetran  cual  ladrones. 


ty  1  Sobre  mi  monte  santo  de  Sión,  asi  llamado  por  estar  el  santuario  del  Señor  en  la 
^  cima  del  monte  Moriá.  ||  Todos  LOS  MORADORES  DEL  país:  de  Jndea.  ||  El  día  DE 
Yahveh  :  de  su  venganza. 

-'  Día  de  tiniebi.a  :  de  desgracia,  de  la  que  es  imagen  la  tiniebla.  ||  1TN  pueblo 
numeroso  y  fufrte  :  el  de  las  langostas.  ||  No  ha  existido  jamás:  no  se  vió  jamas 

0  Ante  él  devora  ei.  fuego  :  antes  de  que  lleguen  las  langostas  habrá  gran  se- 
quía. ¡|  Tras  él  abrasa  la  llama:  después  que  se  vayan  habrá  la  sequía  de  acabar 
con  lo  que  quedó.  ||  Ni  aun  existe:  nadie  se  librará  del  azote. 

11  Estrépito  de  cauros  :   quiere  decir  los  antiguos  carros  de  guerra. 

"  Se  sonrojan  :  lit.,  juntan  (acumulan)  el  brillo  o  lo  sonrosado  de  las  mejillas. 
Muchos  traducen  «palidecen». 

*  Nadie  f;mbaraza  a  su  hermano  :  sigue  hablando  de  las  langostas.  ||  No  cejan  : 
o  bien,  no  interrumpen  lia  carrera)  ;  otros,  «no  rompen  las  filas».  Cf.  V  :  «y  aun 
caerán  por  las  ventanas  y  no  se  lastimarán». 


—  16^6  — 


2  10-21 


JOEL 


2  10-21 • 


"  Ante  ellos  tiembla  la  tierra, 
se  conmueven  los  cielos  ; 
el  sol  y  la  luna  se  oscurecen 
y  las  estrellas  retraen  su  resplandor. 

11  V  Yahveh  emite  su  voz  delante  de  su  ejército, 
pues  su  campamento  es  enorme, 

porque  es  poderoso  el  ejecutor  de  su  palabra. 

Ciertamente  grande  es  el  día  de  Yahveh, 

v  muy  terrible  ;  ¿  quién,  pues,  podrá  aguantarlo  ? 

12  Mas  aun  ahora,  dice  Yahveh, 
convertios  a  mí  de  todo  corazón 

y  en  ayunos,  llantos  y  lamentos. 

13  Desgarrad  vuestro  corazón  y  no  vuestros  vestidos 
y  volveos  a  Yahveh,  vuestro  Dios, 

pues  es  clemente  y  misericordioso, 

lento  a  la  ira  y  abundoso  en  benignidad, 

y  siente  conmiseración  por  el  daño  [que  ha  de  infligir]. 
"  ¿Quién  sabe  si  se  volverá,  y  perdonará  compasivo, 

y  dejará  tras  sí  bendición, 

oblación  y  libación 

para  Yahveh,  vuestro  Dios  ? 
a  ¡  Tocad  la  trompeta  en  Sión, 

proclamad  ayuno  santo,  convocad  asamblea ! 
";  ¡  Congregad  al  pueblo,  promulgad  santa  congregación  ! 

i  Reunid  a  los  ancianos,  juntad  a  los  párvulos 

y  a  los  niños  de  pecho!  Salga  el  esposo  de  su  alcoba 

y  la  esposa  de  su  tálamo. 
"  Entre  el  atrio  y  el  altar  lloren  los  sacerdotes,  ministros  de  Yahveh, 

y  digan  :  «Perdona,  Yahveh,  a  tu  pueblo 

v  no  entregues  tu  heredad  al  oprobio, 

al  dicterio  de  las  gentes  contra  ellos. 

¿  Por  qué  se  ha  de  decir  entre  los  pueblos  :  «¿  Dónde  está  su  Dios  ?» 
1S  Celoso  Yahveh  por  su  tierra,  perdonó  a  su  pueblo 
,,J  y  respondió  a  su  pueblo  diciendo  : 

«Ye  ahí  que  os  enviaré 

grano,  mosto  y  aceite,  |  y  os  saciaré  de  ello, 

y  no  os  expondré  más  |  al  ludibrio  entre  los  gentiles. 
-°  Y  al  adversario  norteño  |  alejaré  de  vosotros, 

v  lo  expulsaré  a  una  tierra  |  árida  y  desolada  : 

su  vanguardia  hacia  el  mar  oriental, 

y  hacia  mar  occidental  su  retaguardia, 

y  subirá  su  hedor  |  y  ascenderá  su  fetidez, 

porque  obró  altivamente.» 
"  ¡  No  temas,  oh  suelo  ; 

exulta  y  alégrate, 

pues  Yahveh  ha  hecho  grandes  cosas ! 


1,1  Las  estrellas  reiraen  :  las  nubes  de  langostas  impiden  que  llegue  la  luz  a  la 
tierra. 

11  Su  voz  :  e.  d.,  el  trueno  (cf.  Sal.  i;ls,  14  y  45^,  7).  ||  Su  ejército  :  e.  d.,  el  de 
langostas  de  que  habló  en  los  vv, 

13  Lento  a  la  ira  :  e.  d.,  paciente.  ||  Siente  conmiseración  :  o  bien,  se  arrepiente 
de  la  calamidad  o  el  mal. 

16-aa  Proclamas  ayuno  santo:  o  inaugurad  (lit.,  consagrad!  un  ayuno.  ¡I  PROMUL- 
GAD sania  congregación:  lit.,  consagrad  una  reunión;  otros,  (santificad  la  coniuni- 
daój  (Bibl.  Bonn).  ||  Tálamo  :  también  «aposento». 

■  Al  adversario  norteño  :  e.  d.,  el  pueblo  asirio.  ||  Mar  oriental...  mar  occiden- 
tal :  e.  d.,  el  unir  Muerto  y  el  Mediterráneo,  respectivamente.  ||  Porque  obró  altiva- 
mente :  iit.,  hizo  cosas  grandes  al  obrar,  e.  d.,  traspasó  los  límites  que  Dios  le  seña, 
lara.  Kit  cree  la  expresión  add.,  <iue  ha  de  borrarse  como  duplicación  del  V.  «. 


-  1637  _ 


2  22-32 


JOEL 


2  22-32 


"  ¡  No  temáis,  bestias  del  campo, 

porque  reverdecen  los  pastizales  del  desierto, 

porque  los  árboles  traen  su  fruto, 

la  higuera  y  la  vid  dan  su  fecundidad  ! 
18  Y  vosotros,  hijos  de  Sión,  exultad  | 

y  alegraos  en  Yahveh,  vuestro  Dios, 

porque  os  concede  la  lluvia  oportuna  con  precisión, 

y  hará  caer  para  vosotros  la  lluvia 

otoñal  y  la  de  primavera  como  al  a  principio. 
"  Y  llenaránse  las  eras  de  grano 

y  los  trujales  rebosarán  de  mosto  y  aceite, 
^  y  os  compensaré  de  los  años 

en  que  devoraron  [todo]  el  avbé,  el  yéleq, 

el  jasü  y  el  gazam,  mi  gran  ejército 

que  he  enviado  contra  vosotros. 

Y  comeréis  abundantemente  hasta  saciaros 

y  alabaréis  el  nombre  de  Yahveh,  vuestro  Dios, 

que  ha  obrado  con  vosotros  prodigiosamente  ; 

y  mi  pueblo  no  será  confundido  jamás. 
"  Y  conoceréis  que  en  medio  de  Israel  estoy  yo, 

y  yo,  Yahveh,  soy  vuestro  Dios  y  no  hay  otro, 

y  mi  pueblo  no  sufrirá  bochorno  jamás. 

["O"!28,  Y  después  de  esto  infundiré  mi  espíritu  en  toda  carne 
L  °  A     y  profetizarán  vuestros  hijos  e  hijas  ¡ 

vuestros  ancianos  fraguarán  sueños, 

vuestros  jóvenes  verán  visiones. 
292  E  incluso  sobre  mis  siervos  y  mis  siervas 

por  aquellos  días  infundiré  mi  espíritu. 
w,  Y  haré  prodigios  en  el  cielo  y  en  la  tierra  :  sangre,  fuego  y  colum- 
"t  El  sol  se  trocará  en  tinieblas  y  la  luna  en  sangre        [ñas  de  humo. 

antes  de  que  venga  el  grande  y  terrible  día  de  Yahveh. 
"'"o  Mas  acaecerá  que  todo  el  que  invocare  el  nombre  de  Yahveh 

será  salvo  ;  pues  en  el  monte  de  Sión  y  en  Jerusalén 

se  guarecerá  el  residuo  salvado,  conforme  dijo  Yahveh, 

y  entre  los  evadidos,  aquellos  a  quienes  Yahveh  llamare. 


32  Su  fecundidad  :  sus  bienes,  su  producto,  su  fuerza  :  «ubertas». 

23  La  lluvia  oportuna  con  precisión,  o  en  medida  ajustada,  con  justicia.  Así  viér- 
tese hoy  generalmente.  Las  versiones  antiguas  suelen  traducir  (cf.  V)  :  el  maestro 
(o  doctor)  de  justicia,  significación  también  posible  de  H.  Kit  pregunta  si  para  jus- 
ticia (con  precisión,  en  medida  justa)  no  será  add.  Dejaría,  pues,  sólo  moré  tlluvia 
oportuna  o  primeriza»  del  mes  de  noviembre. 

24  Arbé...  :  cf.  r,  4. 

28  Y  después  de  esto  :  y  sobre  todo,  en  tiempo  del  Mesías.  ]|  Y  profetizarán  :  aun- 
que no  faltaron  profetas  en  la  Antigua  Ley,  sin  embargo,  en  tiempos  de  la  Nueva 
abundará  más  la  revelación  de  los  misterios  de  fe. 

mt  E  incluso  :  se  trata  de  los  hijos  de  Dios,  que  la  redención  ha  hecho  libres 
y  capaces  de  conocer  la  verdad. 

*°.  Haré  prodigios  :  da  a  conocer  el  Señor  las  señales  del  juicio  final.  ||  Sangre, 
fuego  :  las  guerras  exteriores  y  civiles  que  deben  aterrar  los  últimos  días  de  la 
humanidad. 

326  En  el  monte  de  Sión  :  en  la  Iglesia  católica. _||  El  residuo  salvado  :  los  judíos, 
que  al  fin  del  mundo  se  convertirán  a  Jesu-Cristo  ;  los  llamados  por  Yahveh. 


-  1638  - 


31-u 


JOEL 


31-11 


Castigo  de  los  enemigos  de  Judá  y  seguridad  de  éste 
al  amparo  de  Yahveh 

3'  Pues  he  aquí  que  en  aquellos  días  |  y  en  aquel  tiempo 
¿t  en  que  yo  repatríe  a  los  cautivos  de  Judá  y  Jerusalén, 
™  :  congregaré  a  todas  las  gentes 

y  les  haré  bajar  al  valle  de  Josafat, 
y  entraré  allí  en  juicio  con  ellos 
por  mi  pueblo  y  mi  heredad,  Israel, 
a  quien  dispersaron  entre  los  gentiles, 
además  de  repartirse  mi  tierra  ; 
3  y  sobre  mi  pueblo  echaron  suertes, 
y  entregaron  al  muchacho  a  la  prostituta, 
y  a  la  muchacha  vendieron  por  vino  para  beber. 


*  Asimismo,  ¿  qué  tenéis  que  ver 
vosotras  conmigo,  Tiro  y  Sidón  y  re- 
giones todas  de  Filistea  ?  ¿  Tratáis 
acaso  de  hacerme  pagar  una  acción  o 
hacerme  expiar  algo  ?  Ligera  y  pron- 
tamente revertiré  yo  vuestros  actos 
sobre  vuestra  cabeza",  6  pues  os  apo- 
derasteis de  mi  plata  y  mi  oro  y  os 
llevasteis  a  vuestros  templos  sus  más 
bellas  joyas,  *y  a  los  hijos  de  Judá 
y  los  hijos  de  Jerusalén  vendisteis  a 


los  griegos,  de  suerte  que  los  alejas- 
teis de  su  territorio.  7  Mirad,  yo  los 
levantaré  del  sitio  para  donde  los 
vendisteis  y  revertiré  vuestra  acción 
sobre  vuestra  cabeza,  8  vendiendo  a 
vuestros  hijos  y  vuestras  hijas  por 
medio  de  los  hijos  de  Judá,  para  que 
los  vendan  al  lejano  pueblo  de  los 
sábeos,  pues  así  lo  ha  dispuesto  Yah- 
veh. 


*  ¡  Proclamad  esto  entre  las  gentes  1 
¡  Consagrad  la  guerra, 
despertad  a  los  valientes  ! 

¡  Lléguense,  suban  todos  los  hombres  de  guerra ! 

10  Forjad  vuestras  azadas  como  espadas 
y  vuestras  podaderas  cual  lanzas. 
Diga  el  débil  :  «¡Soy  un  héroe!» 

11  Venid  en  socorro  a  y  llegaos, 
gentes  todas  circundantes, 
congregaos  ;  allá 

haz  descender,  ¡oh  Yahveh!,  a  tus  valientes. 


O   1  En  aüuellos  días  :  parece  referirse  al  día  del  Señor,  después  que  todos  los  eue- 
migos  de  Dios  queden  aniquilados. 

2  Congregaré  a  todas  las  gentes  enemigas  de  los  judíos,  o  al  género  humano  en- 
tero. ||  Valle  dl  Josafat:  o  tdel  juicio  de  Yahvehj ;  es  imaginaria  creación  del  pro- 
feta para  designar  el  lugar  donde  Yahveh  juzga  a  las  gentes,  conforme  significa  su 
nombre.  Fué  mas  tarde  cuando  se  dio  éste  al  valle  de  Cedrón.  Tal  es  la  opinión  de 
-San  Jerónimo,  Ca-tro,  Dom  Calmet  y  otros  ;  pero  no  falta  tampoco  quien  piense  que 
es  nombre  propio.  ||  Por  mi  pueblo  :  los  perseguidores  de  la  Iglesia  antes  y  después 
de  Jesu-Cristo.  ||  Por  mi  pueblo  :  quiere  mostrar  el  profeta  el  poco  caso  que  los  ven- 
cedores hacen  de  los  prisioneros  judíos,  y  nombra  en  el  siguiente  versículo  a  los  que 
maltrataron  a  su  pueblo. 

•  Los  Griegos  :  lit.,  los  hijos  de  Yaván. 

"  Revertiré  vuestra  acción  :  os  castigaré  como  merecéis. 

R  Los  sábeos  :  eran  un  pueblo  comerciante  de  Arabia. 

0  Proclamad  esto  :  llama  a  la  guerra  a  los  enemigos  de  Israel  como  quien  no  la 
teme,  puesto  que  Dios  ha  de  destruirlos.  ||  Consagrad  la  guerra:  e.  d.,  inauguradla 
con   las  ceremonias  acostumbradas. 

1,1  AZADAS  :  o  bien,  rejas  de  arado,  como  vierten  otros.  Es  un  apero  de  labranza  de 
hierro  y  cortante,  j  Cuál  ? 


—  1639  — 


3  12-21 


JOEL 


3  12-21 


l:  Alcense  y  suban  los  gentiles  al  valle  de  Josafat, 

pues  allí  me  sentaré  a  juzgar 

a  todos  los  pueblos  gentiles  de  alrededor. 
13  Meted  la  hoz,  pues  la  mies  está  madura  ; 

venid  y  pisad, 

que  el  trujal  está  lleno, 

rebosan  los  lagares, 

pues  la  maldad  de  ellos  es  muy  grande. 
11  ¡  'Multitudes  y  más  multitudes  en  el  valle  del  Fallo  !  ; 

porque  está  próximo  el  día  de  Yahveh  b  en  el  valle  del  Fallo  b. 
16  El  sol  y  la  luna  se  oscurecen 

y  las  estrellas  recogen  su  resplandor. 
16  Y  Yahveh  ruge  desde  Sion 

y  desde  Jerusalén  emite  su  voz, 

0  y  el  cielo  y  la  tierra  se  conmueven  c  ; 

mas  Yahveh  es  un  refugio  para  su  pueblo 

y  una  fortaleza  para  los  hijos  de  Israel. 
11  Y  sabréis  que  yo,  Yahveh,  d  soy  vuestro  Dios  d, 

que  mora  en  Sión,  mi  santo  monte  ; 

y  Jerusalén  será  santa, 

y  bárbaros  no  pasarán  ya  por  ella. 

18  Y  en  aquel  día  sucederá  que  los  montes  destilarán  mosto, 
y  las  colinas  fluirán  leche, 

y  todos  los  ríos  de  Judá  llevarán  agua, 
y  de  la  casa  de  Judá  brotará  una  fuente 
que  regará  el  valle  de  Sittim. 

19  Egipto  se  trocará  en  una  desolación 

y  Edom  resultará  un  desierto  desolado, 

por  la  violencia  causada  a  los  hijos  de  Judá 

y  haber  esparcido  sangre  inocente  en  su  país. 
10  Pero  Judá  permanecerá  por  siempre  habitada, 

y  Jerusalén,  de  generación  en  generación  ; 
"y1  vengaré  su  sangre  que  aun  no  había  yo  vengado  e, 

y  Yahveh  morará  en  Sión. 


°  Suban  los  gentiles  :  no  sólo  los  enemigos  de  Israel,  sino  todas  las  naciones  de 
la  tierra  que  hayan  estado  en  relación  con  el  reino  de  Dios. 

18  Meted  la  hoz  :  es  representado  aquí  el  juicio  en  forma  de  siega  o  cosecha,  y  de 
igual  imagen  se  sirvió  Nuestro  Señor  (Mt.  13,  39). 

11  Valle  del  Fallo  o  Veredicto  judicial  ;  lit . .  del  Corte  o  decisión  ;  es  otro  nombre 
simbólico  del  valle  de  Josafat.  Otros  interpretan  «valle  de  la  Trituración  o  del  Trillo». 

16  Ruge  desde  Sión  :  el  Señor  rugirá  como  león  que  se  echa  sobre  la  presa. 

57  Y  sabréis  :  la  destrucción  de  los  enemigos  de  Dios  y  la  protección  concedida  a 
Israel  probarán  al  pueblo  que  Yahveh  es  el  Dios  verdadero.  ||  Será  santa  :  o  bien, 
un  santuario.  ||  No  pasarán  va  por  ella  :  o  los  extraños  no  la  atravesarán  más.  La 
Jerusalén  de  que  aquí  se  habla  no  es  la  capital  de  Palestina,  sino  la  ciudad  santifi- 
cada de  Dios  vivo,  en  la  que  estará  el  Señor  unido  eternamente  a  su  Iglesia,  que  El 
ha  rescatado  con  su  sangre. 

™  En  aquel  día  :  después  de  la  destrucción  de  los  enemigos  y  la  restauración  de 
Jerusalén.  La  prosperidad  de  que  aquí  se  habla  no  ha  de  entenderse  en  sentido  lite- 
ral, sino  espiritual.  ||  Valle  de  Sittim  :  e.  d.,  valle  de  las  Acacias,  quizá  Wadi  es-sant, 
según  algunos. 

M  Egipto  se  trocará  :  en  Egipto  y  Edom  están  figurados  los  enemigos  de  Israel 
y  de  Dios. 

20  Pero  Judá  permanecerá  por  siempre  habitada  :  o  bien,  subsistirá  eternamente.  Es 
imagen  de  la  perpetuidad  de  la  Iglesia. 

01  Y  vengaré  su  sangre  :  las  injurias  hechas  a  sus  santos,  o,  como  dice  San  Jeró- 
nimo, la  sangre  de  todos  los  pecadores  que  antes  no  había  limpiado.  ||  Y  Yahveh 
morará  en  Sión  :  en  la  Sión  celestial,  en  donde  eternamente  reinará  Cristo  con  sus 
escogidos. 


—  1640  — 


NOTAS      CRITICAS      A      J  O  E  L 


■  asi  ins  c  r,v  (cf  Kit). 


a  Kit  1  despertad]  b-b<H  (=  v  a)  anota  Kit]  «  Kit  lo  suprime  c  C....]  <1"J  Kit  lo 
suprime  fundado  en  el  metro]  e-e  así  Kit  c  GS  ;  H  (cf  V)  limpiare...  había  limpiad». 


—  1641  — 


INTRODUCCION      A  AMOS 


Amos  es,  según  algunos,  el  más  antiguo  de  los  profetas  cuyos  escritos 
han  llegado  liasta  nosotros.  Sin  previa  preparación,  fué  llamado 
por  Dios  al  ministerio  profético  de  entre  los  pastores  de  Teqoa 
(a  ocho  kms.  de  Belén),  como  un  día  su  paisano  David  a  la  realeza,  de 
detrás  del  rebaño.  Criador  también  de  sicómoros  (j,  ¡j),  podemos  suponer 
que  no  fué  sólo  guardián  de  ganados,  sino  dueño  de  ellos.  Por  sus  decla- 
raciones sabemos  que  estaba  familiarizado  con  la  cultura  de  su  tiempo 
y  al  tanto  de  problemas  públicos  nacionales  y  extranjeros.  Obediente  a  la 
voz  de  Dios,  encaminóse  hacia  el  reino  del  norte.  En  Samaría  observa  ¡a 
vida  en  palacio  y  las  mansiones  de  los  nobles,  la  injusticia  de  los  jueces, 
la  dureza  de  los  ricos  para  con  los  pobres  y  !a  falta  de  honradez  en  el 
comercio,  especialmente  la  usura  de  los  comerciantes  de  grano.  Parece 
actuó  en  Samaría,  y  luego  visitó  Guilgal,  Jericó,  Dan...  Mas  su  principal 
actividad  la  desplegó  en  Bet-El. 

Eran  los  días  de  Jcroboam  II  (ca.  JS6--46),  probablemente  hacia  el 
año  jóo  ó  el  765,  cuando,  como  escribe  Theis,  el  especial  estado  de  fe- 
licidad producido  por  las  victorias  bélicas  sobre  árameos  y  moabitas 
despertaron  una  falsa  confianza  y  la  entrega  de  los  ricos  al  lujo  y  la 
molicie,  acompañados  de  gran  desarreglo  social  y  jurídico...  Pero  aun  era 
más  grave  mal  el  sincretismo  religioso  introducido  por  Jeroboam  I  me- 
diante  la  idolatría  a  los  becerros  de  Bet-El  y  Dan,  la  mezcla  de  yahvehis- 
tno  y  paganismo,  que  produjeron  la  relajación  moral  de  todas  las  clases 
populares,  atrayendo  la  ira  divina.  En  tales  circunstancias  Inicia  su  mi- 
nisterio Amos,  como  su  'contemporáneo  más  joven  Oseas. 

Su  profecía  se  divide  en  tres  partes.  La  primera  anuncia  el  juicio  de 
Dios  contra  todos  los  pueblos  prevaricadores.  La  segunda  amenaza  a  Is- 
rael con  la  inminente  ruina.  La  tercera  contiene  cinco  visiones  y  concluye 
con  la  promesa  mesiánica. 

Es  curioso  que,  si  por  una  parte  se  han  señalado  en  su  rico  vocabula- 
rio peculiaridades  del  habla  pastoril  de  los  aledaños  de  Belén,  por  olra, 
con  esa  su  primera  ocupación  contrastan  tanto  la  elevación  moral  y  reli- 
giosa de  sus  vaticinios  contó  la  admirable  perfección  poética  de  su  len- 
guaje oratorio,  de  noble  sencillez  y  rico  en  imágenes  y  parábolas,  aquéllas 
tomadas  a  la  Naturaleza  y  éstas  a  la  vida  pastoril  y  agrícola.  Amós  ofrece 
un  estilo  vigoroso,  claro,  impetuoso  y  emocionante  y  presenta  con  Abdías 
notables  coincidencias  ideológicas  y  lingüísticas.  Todos  destacan  sus  frases, 
regulares  y  rítmicas;  sus  discursos,  métricamente  concebidos... 


—  1642  — 


AMOS 


Pecado  e  inminente  castigo  de  varios  pueblos  vecinos  de 
Israel:  sirios,  filisteos,  tirios,  idumeos  y  ammonitas 

I1  Palabras  de  Amos,  que  forma-  rey  de  Judá,  y  en  los  de  Jeroboam, 

ba  parte  de  los  pastores  de  Te-  hijo  de  Joás,  rey  de  Israel,  dos  años 

qoa,  de  lo  que  vió  proféticamente  antes  del  terremoto.  2  Dijo,  pues  : 
acerca  de  Israel  en  los  días  de  Ozías, 

Yahveh  ruge  desde  Sión 

y  de  Jerusalén  emite  su  voz, 

de  luto  están  los  ¡pastizales  de  los  pastores 

y  está  seca  la  cumbre  del  Carmelo. 

•  Así  habla  Yahveh  : 

«Por  tres  crímenes  de  Damasco  |  y  aun  por  cuatro 
no  revocaré  [mi  fallo]  ;  | 

por  haber  devastado  con  trillos  de  hierro  |  a  Galaad, 

*  enviaré  fuego  sobre  la  casa  de  Jazael, 

para  que  devore  los  palacios  de  Ben-Hadad  ; 
6  y  quebrantaré  el  cerrojo  de  Damasco, 
y  aniquilaré  de  Biqat-Aven  a  los  habitantes 


1-  Y\hveh  ruge...  :  cf.  Joel  2,  ii.  ||  Pastizales  '.  o  también,  chozos...  ||  Y  ESTÁ  seca 
la  cumbre  del  Carmelo,  abundante,  por  lo  general,  en  fértiles  pastos. 
*  Por  tres  crímenes.. .  por  cuatro...  :  giro  hebraico  para  expresar  un  gradual  e  in- 
definido repetirse  o  multiplicarse  de  una  acción  ;  aquí  los  crímenes,  transgresiones 
o  delitos  de  Damasco ;  equivale,  pues,  a  :  tPor  cuanto  Damasco  ha  cometido  crimen 
tras  crimen...» 

4  Ben-Hadad  :  cf.  i  Re.  15,  18. 

5  Quebrantaré  el  cerrojo:  la  entregaré  a  sus  enemigos.  ||  Biqat-Aven:  e.  d.,  el 
valle  de  la  Vanidad  (maldad,  falsedad,  etc.).  Es  nombre  profético  de  una  ciudad 
o  una  región  siríacas.  Cf.  V  :  tal  habitante  del  valle  del  ídolo».  Para  algs.,  Amos  alu- 
diría aquí  al  culto  del  Sol,  que  tenía  lugar  en  Heliópolis.  En  vez  de  a  los  habitantes, 
otros  interpretan:  cal  que  se  sienta  (sobre  el  trono]».  Lo  mismo  en  el  v.  8. 


—  1643  — 


16-2  3 


AMOS  * 


16-2  3 


y  de  Bet-Eden  a  quien  empuña  cetro  ; 

y  el  pueblo  de  Siria  será  deportado  a  Quir» — dice  Yahveh. 
6  Así  dice  Yahveh  : 

«Por  tres  crímenes  de  Gaza  |  y  aun  por  cuatro 

no  revocaré  [mi  fallo]  ;  | 

por  haber  llevado  cautiva  a  la  ¡población  íntegra  | 
.para  entregarla  a  Edom, 
'  enviaré  fuego  sobre  los  muros  de  Gaza, 

ipara  que  devore  sus  palacios  ; 
s  y  aniquilaré  de  Asdod  a  los  habitantes 

y  de  Asquelón  a  quien  empuña  el  cetro  ; 

y  volveré  mi  mano  contra  Eqrón 

y  perecerá  el  resto  de  los  filisteos» — dice  el  Señor,  Yahveh. 
9  Así  dice  Yahveh  : 
«Por  tres  crímenes  de  Tiro  |  y  aun  por  cuatro 
no  revocaré  [mi  fallo]  ; 

ipor  haber  a  un  pueblo  entero  entregado  cautivo  a  Edom 
y  que  no  se  acordaron  de  la  alianza  fraterna, 
"enviaré  fuego  sobre  (los  muros  de  Tiro, 
ipara  que  devore  sus  palacios.» 

11  Así  dice  Yahveh  : 

«Por  tres  crímenes  de  Edom  |  y  aun  por  cuatro 

no  revocaré  [mi  fallo]  ; 

pues  persiguió  a  espada  a  su  hermano, 

y  sofocó  la  compasión  que  le  debía, 

y  conservó  a  su  ira  para  siempre 

y  su  saña  guardó  perpetuamente, 

12  enviaré  fuego  sobre  Temán, 

para  que  devore  los  palacios  de  Bosrá.» 

13  Así  habla  Yahveh  : 

«Por  tres  crímenes  de  los  ammonitas  |  y  aun  por  cuatro 
no  revocaré  [mi  fallo]  ;  »- 

por  abrir  en  canal  a  las  mujeres  encinta  de  Galaad, 
a  fin  de  ensanchar  sus  fronteras, 

14  pegaré  fuego  a  los  muros  de  Rafobá, 
para  que  devore  sus  (palacios 

entre  el  griterío  de  un  día  de  hatada, 

en  medio  de  la  tormenta  de  un  día  de  huracán  ; 

15  y  marchará  su  rey  al  destierro, 

él  y  sus  ¡príncipes  juntamente» — dice  Yahveh 


Pesado  e  inminente  castigo  de  Moab,  Judá  e  Israel 

c\  1  Así  habla  Yahveh  : 

^     «Por  tres  crímenes  de  Moab  |  y  aun  (por  cuatro 
no  revocaré  [mi  fallo]  ; 

por  haber  quemado  los  huesos  del  rey  de  Edom  hasta  calcinarlos, 
=  enviaré  fuego  sobre  Moab, 
para  que  devore  los  palacios  de  Ouerivvot, 
y  morirá  Moab  con  estruendo 

en  medio  de  alaridos  de  guerra  |  y  resonar  de  trompeta  ; 
'  y  exterminaré  al  juez  de  en  medio  de  él 
y  a  todos  sus  príncipes  mataré  con  él» — dice  Yahveh. 

9  No  se  acordaron  de  i.A  ai.ianza  :  hecha  en  tiempo  de  David  y  renovada  iná 
tarde   por  Salomón. 

<*  Sobre  Teman  :  era,  según  San  Jerónimo  y  Eu.sebio,  la  pai  te  meridional  de  Idumea 
—  1644  — 


AMOS 


2  4-16 


1  Así  dice  Vahveh  : 

«Por  tres  crímenes  de  Juila  |  y  aun  por  cuatro 

no  revocaré  [mi  fallo], 

porque  menospreciaron  la  ley  de  Vahveh 

y  no  guardaron  sus  estatutos, 

y  los  descarriaron  sus  mentiras, 

tras  las  cuales  anduvieran  sus  padres, 
5  enviaré  fuego  sobre  Judá, 

para  que  devore  los  palacios  de  Jerusaién.» 

r'  Así  habla  Vahveh  : 

«Por  tres  crímenes  de  Israel  ¡  y  aun  por  cuatro 

no  revocaré  [mi  fallo]  ; 

por  haber  vendido  al  justo  por  dinero 

y  al  pobre  a  causa  de  un  par  de  sandalias  ; 
;  (pie  pisotean  sobre  el  polvo  de  la  tierra  la  cabeza  de  los  humildes 

y  estorban  efl  camino  de  los  míseros, 

y  se  llegan  un  individuo  y  su  padre  a  la  misma  muchacha, 
profanando  de  esta  suerte  mi  santo  nombre  ; 
1  "  y  se  echan  junto  a  cualquier  altar  sobre  ropas  prendadas  a, 
y  beben  en  la  casa  de  su  Dios  el  vino  de  penados. 

9  u  Yo,  empero,  aniquilé  al  amorreo  ante  vosotros  °, 
cuya  altura  era  cual  la  altura  de  los  cedros 

y  robusto  como  las  encinas, 
y  destruí  su  fruto  por  arriba 
y  sus  raíces  por  abajo. 

10  Alas  yo  os  subí  del  país  de  Egipto 

y  os  conduje  por  el  desierto  durante  cuarenta  años 
para  conquistar  la  tierra  de'l  amorreo. 

11  Y  suscité  entre  vosotros  profetas 
y  entre  vuestros  hijos  nazareos. 

¿Acaso  no  es  realmente  así,  oh  israelitas?» — dice  Yahveh. 

Pero  vosotros  habéis  dado  a  beber  a  los  nazareos  vino  '' 

y  a  los  profetas  habéis  dado  orden  diciendo  :  «No  profeticéis.» 
13  He  aquí  que  yo  haré  crujir  [el  suelo]  bajo  vosotros, 

como  lo  hace  crujir  el  carro  lleno  de  gavillas. 
"  Y  el  ágil  perderá  la  facultad  de  huir, 

y  el  fuerte  no  consolidará  sus  fuerzas, 

y  el  valiente  no  salvará  su  propia  vida  ; 
15  el  que  maneja  el  tfrco  no  resistirá, 

y  el  ligero  de  pies  no  logrará  escapar, 

y  el  montado  a  caballo  no  podrá  salvarse  ; 
'*  el  de  más  esforzado  corazón  entre  los  héroes 

desnudo  huirá  6  aquel  día»  0 — dice  Yaihvefi. 


p  1  se-  «(Milus  :  c.  d.,  si 
*  A  causa  de  :  acuií  equi 

dalias,  por  un  par  de  zapati 
7  Estorban  :  o  tuercen,  1 


peñada 
NADOS : 
a  fuer; 


oponían  a  que  los  profetas  les  recordasen 


—  16-15  — 


31-15 


AMÓS 


3  1-15 


Reproches  y  amenazas  a  los  israelitas 

o    1  Escuchad  esta  pallabra 

"      que  Yahveh  ha  pronunciado  sobre  vosotros,  ¡oh  israelitas!, 

sobre  toda  la  estinpe  que  hice  subir  |  de  tierra  de  Egipto  <di- 

[ciendo>  a  : 

2  Sólo  a  vosotros  he  conocido  |  entre  todas  las  estirpes  de  la  tierra  ; 
por  eso  os'  he  de  castigar  |  todas  vuestras  iniquidades. 

*  ¿  Acaso  caminarán  dos  juntos  |  si  antes  no  se  han  concertado  ? 

*  ¿  Rugirá  el  león  en  la  selva  ]  sin  tener  presa  ? 

¿Emitirá  el  leoncillo  su  rugido  b  desde  su  cubil  b  |  si  no  ha  hecho 

[presa  ? 

e  Caería  el  pájaro  c  en  la  red  c  sobre  la  tierra  |  si  no  tuviese  puesto 

[lazo  ? 

¿  Acaso  se  levantaría  la  red  del  sueílo  |  si  no  hubiese  cogido  nada  ? 

*  ¿  Se  toca  acaso  la  trompeta  en  una  ciudad  |  sin  que  se  estremezca 

[el  pueblo  ? 

¿  Sucederá  una  desgracia  en  una  ciudad  |  sin  que  Yahveh  la  haya 

7  En  verdad  no  hace  Yahveh,  |  el  Señor,  cosa  alguna  [causado  ? 
sin  reveilar  su  iplan  |  a  sus  siervos  los  profetas. 

8  Si  ruge  el  león,  |  ¿  quién  no  temerá  ? 

Si  Yahveh  el  Señor  ha  hablado,  |  ¿quién  no  profetizará? 
8  Pregonadlo  por  los  palacios  de  Asiría  d 
y  ¡por  los  palacios  del  país  e  de  Egipto, 
y  decid  :  «Congregaos  sobre  los  montes  de  Samaría 
y  contemplad  la  gran  corrupción  moral  que  hay  en  medio  de  ella 
[y  las  vejaciones  de  su  interior.» 

10  No  1  saben  hacer  lo  justo,  dice  Yahveh  ; 
amontonan  en  sus  palacios  frutos  de  rapiña  y  saqueo. 

11  Por  eso,  así  dice  Yahveh,  el  Señor  B  : 
«El  enemigo  cercará  efl  país, 

y  será  abatida  h  de  ti  tu  fuerza, 
y  serán  saqueados  tus  palacios.» 
u  Así  dice  Yahveh  : 
«Como  el  pastor  rescata  de  las  fauces  del  león 
dos  patitas  o  un  lóbulo  de  una  oreja, 
así  serán  librados  los  hijos  de  Israel  • 

que  están  sentados  en  Samaría,  ya  en  el  ángulo  de  un  diván, 

ya  en  cojines  de  Damasco  de  una  cama. 
13  Escuchad  y  testificad  contra  la  casa  de  Jacob, 

dice  él  Señor,  Yahveh,  Dios  de  los  ejércitos. 
M  Porque  el  día  en  que  castigue  sobre  Israel  sus  crímenes 

a  castigaré  asimismo  los  altares  de  Bet-El  a, 

y  serán  derruidos  los  cuernos  del  altar 

y  caerán  a  tierra. 
IB  Y  demoleré  los  palacios  de  invierno  con  los  palacios  estivales, 

y  perecerán  los  palacios  de  marfil, 

y  desaparecerán  muchas  casas» — 'dice  Yahveh. 

3 2  He  conocido  :   he  escogido  y  favorecido. 
6  i  La  haya  causado  ?  :  permitido. 
7  Cosa  alguna  :  de  las  que  va  a  hacer  en  la  tierra. 

"  El  enemigo  cercarA...  :  lit.,  enemigo  (o  angustia...)  y  alrededor  del  pafs  ;  cf.  V  : 
«Tribulabitur  et  circuietur  térra». 

12  Que  están  sentados:  o  bien,  con  otros  (cf.  V),  «habitan».  ||  Cojines  de  Damasco  : 
o  bien,  almohada,  colcha,  etc.,  cierto  paño  del  lecho  quizá  procedente  o  a  estilo  de 
Damasco  ;  cf.  V  :  «que  moran  en  Samaría  en  el  rincón  de  un  lecho,  o  en  la  cama 
de  Damasco».  Ehrlich  interpreta  :  «los  israelitas  se  salvaran  trayendo  consigo  ya  la 
colcha  de  un  lecho...».  ||  Una  cama  :  o  sofA,  diván... 

«  Castigue  :  lit.,  visite. 

15  Pat.acios  :   lit.,  casas. 

—  164Ó  — 


41-12 


AMÓS 


41-12 


Apóstrofo  a  las  damas  samaritanas.  Obstinación  de  Israel 

a   '  Escuchad  e.sta  palabra,  ¡  oh  vacas  del  Basan  que  estáis  en  la  mon- 

[taña  de  Samaría!, 
!as  que  oprimís  a  los  pobres,  |  las  que  vejáis  a  los  indigentes, 
las  que  decís  a  vuestros  señores  :  «¡  Traed  para  que  bebamos  !» 
-  Yahveh,  el  Señor,  ha  jurado  por  su  santidad  que  os  sobrevendrán 
en  que  se  os  arrastre  con  arpones  [días 
y  a  vuestra  posteridad  con  anzuelos  de  pescar  ; 

3  y  por  las  brechas  [abiertas  en  la  muralla]  saldréis  una  a  una 
y  seréis  arrojadas  a  al  Harmón  b — dice  Yahveh. 

4  ¡  Llegad  a  Bet-Bl  y  delinquid, 

a  Guilgal  y  proseguid  delinquiendo. 
Traed  a  la  mañana  vuestros  sacrificios 
y  cada  tres  días  vuestros  diezmos. 
6  Ofreced  0  como  oblación  de  gracias  harina  fermentada. 
Pregonad  ofrendas  voluntarias,  proclamadlas, 

pues  que  así  lo  deseáis,  ¡  oh  hijos  de  Israel ! — dice  Yahveh,  el  Señor. 

8  Yo    por  mi  iparte,  os  he  dejado  con  los  dientes  vacíos  en  todas 
y  faltos  de  pan  en  todos  vuestros  lugares  ;  [vuestras  ciudades 

pero  no  os  habéis  convertido  a  mí — dice  Yahveh. 

'  Además,  yo  os  rehusé  la  lluvia  cuando  aun  faltaban  tres  meses  para 

[la  recolección  ; 
hice  llover  '  sobre  una  ciudad,  y  sobre  otra  ciudad  no  lloví  ; 
un  campo  alcanzó  lluvia,  y  otro  campo,  sobre  el  cual  no  hice  llo- 

[yer  s,  se  secó  ; 

"  y  dos  y  tres  ciudades  vagaron  inquietas  hasta  otra  ciudad  para  beber 

[agua,  mas  no  se  saciaron  ; 

pero  110  os  habéis  convertido  a  mí — dice  Yaliveh. 
0  Os  herí  con  tizón  y  con  añublo 

<la  multitud  de>  h  vuestros  huertos  y  viñedos  ; 

vuestras  higueras  y  vuestros  olivos  devoró  la  langosta  ; 

mas  no  os  habéis  convertido  a  mí — dice  Yahveh. 

10  Envié  contra  vosotros  una  ¡peste  semejante  a  la  de  >  Egipto, 
maté  a  espada  a  vuestra  juventud, 
¡  con  cautiverio  de  vuestros  corceles  j  ; 

e  hice  subir  el  hedor  de  'vuestro  campamento  hasta  vuestras  narices ; 

pero  no  os  habéis  convertido  a  mí — dice  Yahveh. 
"  Os  destruí  como  cuando  Dios  destruyó  a  Sodoma  y  Gomorra, 

y  quedasteis  como  tizón  sacado  de  un  incendio  ; 

mas  no  os  habéis  convertido  a  mí — dice  Yahveh. 
'2  Por  eso  haré  así  contigo,  Israel  ; 

1  Vacas  dei  Basan  :  llama  así  a  las  grandes  clamas  de  Samaría,  rollizas  y  sensuales 

2  Con  arpones  :  o  ganchos,  e.  d.,  seréis  sacados  de  vuestras  Ciudades  como  los 


•  Os  he  dejado  con  los  dientes  vacíos:  e.  d.,  sin  comida ;  más  lit.,  03  he  dado 
cuidad  de  dientes,  e.  d.,  hambre. 

8  Vagaron  inquietas  :  o  peregrinaron,  tambaleáronse,  oscilaron. 

«Huertos:  o  jardines.  ||  La  langosta:  lit.,  el  nazam  (ef.  Jocl,  1,4!;  V  «oruga». 
12  Disponte  :  prepárate  a  comparecer  ante  tu  juez. 


4  13-5  12 


AMÓS 


4  13-5  1? 


k  por  cuanto  así  he  Je  tratarte  k, 

disponte  para  salir  al  encuentro  de  tu  Dios,  ¡  oh  Israel !  1 
"  Pues  he  ahí  que  es  quien  ha  formado  los  montes  y  creado  el  viento, 
y  quien  manifiesta  al  hombre  su  ^pensamiento, 
el  que  hace  la  aurora  y  m  las  tinieblas 
y  camina  sobre  las  cumbres  de  la  tierra  ; 
k  Yahveh,  Dios  de  los  ejércitos,  es  su  nombre  k. 


Nuevos  reproches  y  amenazas 


r   1  Escuchad  esta  palabra  que  yo  elevo  sobre  vosotros  a  modo  de 
[lamentación,  ¡oh  casa  de  Israel!  * 

2  «Cayó,  no  tornará  a  levantarse  la  doncella  de  Israel  ; 
yace  tendida  sobre  su  suelo,  |  no  hay  quien  la  levante.» 

3  Porque  así  dice  Yahveh,  el  Señor,  á  la  casa  de  Israel  b; 
«La  ciudad  que  salía  a  campaña  con  mil,  |  quedará  con  cien, 
y  la  que  salía  con  cien,  |  quedó  con  diez.» 

4  Pues  así  dice  Yahveh  a  la  casa  de  Israel  : 
«¡  Buscadme  y  viviréis  ! 

3  No  busquéis  a  Bet-El, 
ni  entréis  en  Guilgal, 
ni  a  Bersabee  paséis  ; 

pues  Guilgal  irá  ciertamente  en  cautiverio 
y  Bet-El  será  reducido  a  .la  nada. 
"  Buscad  a  Yahveh  y  viviréis, 
no  sea  que  invada  como  fuego  a  c  la  casa  de  José 
y  devore,  sin  que  haya  quien  lo  apague,  a  la  casa  de  Israel  A; 

I  ¡os  que  convierten  el  juicio  en  ajenjo 
y  echan  por  tierra  la  justicia. 

8  6  Al  que  ha  creado  las  Pléyadás  y  Orion, 
al  que  trueca  en  mañana  las  tinieblas 

y  el  día  en  noche  convierte, 

el  que  llama  las  aguas  del  mar 

y  las  vierte  sobre  la  haz  de  la  tierra  : 

Yahveh  es  su  nombre. 

9  El  que  desencadena  impensadamente  perdición  sobre  el  fuerte, 
y  el  pillaje  viene  sobre  la  fortaleza. 

Odian  a  quien  en  la  puerta  declaraba  el  derecho 
y  ail  que  ha'bla  sinceramente  aborrecen. 

II  Por  eso,  por  cuanto  pisoteáis  al  pobre 
y  tomáis  de  él  tributo  de  grano, 
casas  de  sillares  hábéis  edificado, 
pero  no  habitaréis  en  ellas  ; 

viñas  deliciosas  habéis  plantado, 
mas  no  beberéis  su  vino. 
"  Porque  conozco  vuestros  muchos  crímenes 
y  vuestros  enormes  pecados  ; 
vejáis  al  justo,  aceptáis  soborno 
y  a  los  indigentes  atropelláis  en  la  puerta. 


5-  I.n  doncella  de  Israel  :  el  pueblo  de  Israel.  ||  Su  SUELO  :  ottos,  asu  país». 
r'  No  busquéis  a  Bet-Kl  :  renunciad  a  los  ídolos. 
'  El  juicio  en  ajenjo  :  trocando  lo  justo  por  lo  injusto. 
"Perdición:   o  devastación,  ruina. 

13  Atropelláis  en  la  PUERTA  :  e.  d.,  causáis  entuerto  en  el  juicio. 


—  1648  — 


5  13-27 


AMOS 


5  13-27 


"  Entre  tanto,  ante  eso,  el  prudente  calla, 

pues  es  época  desdichada. 
"  Bascad  efl  bien  y  no  el  mal  ;  asi  viviréis, 

y  sea  de  esa  suerte  Yahveh,  Dios  de  los  ejércitos,  con  vosotros, 

conforme  afirmáis. 
™  odiad  el  mal  y  amad  el  bien, 

y  haced  imperar  la  justicia  en  la  puerta  ; 

"quizá  Yahveh,  Dios  de  los  ejércitos, 

tenga  piedad  de  los  residuos  de  José. 
"  Por  eso,  así  dice  Yahveh, 

Dios  de  los  ejércitos,  el  Señor  '  : 

«Kn  todas  las  plazas  habrá  lamentos 

y  en  todas  las  calles  dirán  ;  ¡  Ay,  ay  ! 

Se  convocará  a  los  agricultores  a  duelo 

v  a  lamentación  a  los  que  saben  plañir. 

*  Y  en  todas  las  viñas  habrá  lamento 

cuando  pase  vo  por  medio  de  ti» — dice  Yahveh. 
18  ¡  Ay  de  quienes  ansian  el  día  de  Yahveh! 

El  "día  de  Yahveh,  ¿de  qué  os  servirá? 

¡  Será  tinieblas  y  no  luz  ! 
"  Como  si  uno  huye  ante  un  león  y  topa  un  oso, 

o  entra  en  casa  y,  apoyando  su  mano  en  la  pared,  lo  muerde  una 

[Así],  ¿no  es  acaso  tinieblas  el  día  de  Yahveh  y  no  luz,  [culebra. 

y  densa  oscuridad  carente  de  resplandor  ? 
:l  Yo  aborrezco,  rechazo  con  desprecio  vuestras  fiestas 

y  no  me  complazco  en  el  olor  de  vuestras  asambleas. 
B  Pues  si  me  ofrecéis  holocaustos 

y  oblaciones,  no  gustaré  de  ellos, 

y  la  ofrenda  pacífica  de  vuestros  novillos  cebados  no  miraré. 
M  ¡  Aparta  de  mí  el  estrépito  de  tus  cantares 

y  no  oiga  yo  la  música  de  tu  lira  ! 
'•'  Mas  discurra  como  el  agua  la  justicia 

y  la  rectitud  cual  arroyo  perenne. 
"5  ¡  Seguramente  me  habéis  ofrecido  sacrificios  y  oblaciones1 

en  el  desierto  durante  cuarenta  años,  oh  casa  de  Israel ! 

*  g  Mas  llevasteis  a  Sikkut,  vuestro  rey,  y  a  Kcvan  h,  vuestros  ídolos, 
•  estrella  de  vuestro  Dios  1  que  os  habíais  fabricado, 

y  yo  os  deportaré  desterrados  más  allá  de  Damasco, 
dice  Yahveh,  '  cuyo  nombre  es  Dios  de  los  ejércitos  '. 


15  La  justicia  :  o  también,  el  derecho. 

M  El  día  de  Yahveu  :  el  en  que  creían  los  judíos  que  Dios  los  vengaría  de  sus 
enemigos. 

°»  Llevasteis  a  Sikkct,  vuestro  rey  (o  de  rey  vuestro)  :  Sikkut  es  el  nombre  del 
rey  asirio  Adar-Malck -Saturno,  otros  leen  sukkat  'el  tabernáculo'  (de  vuestro  rey 
y  dios),  y  otros,  Sakkut,  dios  babilónico  equivalente  probablemente  a  Ninurta,  y  vier- 
ten :  «llevasteis  [en  procesión]  a  Sakkut,  vuestro  rev  (o  bien  :  [dios]  de  vuestro  rey 
[asirio]).;  otros  dan  otras  interpretaciones.  Kit  cree  prb.  1.  tabernáculo  de  y  di.  vues- 
tro rey.  ||  Keván...:  nombre  acadio  de  Saturno;  algunos  vierten  «estatua,  pedestal...». 
Traducimos  lit.,  pero  H  parece  alterado ;  algunos  traducen  «y  Keván,  vuestro  dios 
estelar,  ídolos  que...». 


—  1649  — 


7  6-17 


AMOS 


7  6-1? 


0  Yahveh  compadecióse  por  esto. 
«Tampoco  esto  será» — dijo  el  Señor,  Yahveh. 

'  Yahveh,  el  Señor",  mostróme  lo  siguiente  : 
He  aquí  que  el  Señor  li  estaba  sobre  un  muro  '  con  la  plomada  en 

[la  mano. 

8  V  Yahveh  me  dijo  :  «¿Qué  ves  tú,  Amos?», 

y  respondí  :  «Una  plomada.»  Y  dijo  el  Señor  : 

«Ye  ahí  que  yo  pongo  la  plomada 

en  medio  de  mi  ipueoio  Israell  ; 

no  quiero  perdonarle  ipor  más  tiempo. 
:'  Serán  asolados  los  lugares  altos  de  Isaac 

y  los  santuarios  de  Israel  serán  destruidos, 

y  me  alzaré  con  la  espada  contra  la  casa  de  Jeroboam.» 

'"Millonees  Amasyá,  sacerdote  de  I  casa  de  Israel;  la  tierra  no  puede 
Bet-El,  envió  recado  a  Jeroboam,  rey  tolerar  todas  sus  palabras.  "  I'ues  así 
de   Israel,   diciendo  :    «Amos   se   ha  |  ha  dicho  Amos  : 
conjurado  conira  ti  en  medio  de  la  ¡ 

A  espada  morirá  |  Jeroboam,  e  Israel 

será  de  cierto  deportado  |  lejos  de  su  suelo». 


ijo  Amasya 
ete,  huyete 
allí  tu  pan 
ero  en  Bet- 


Amós  :  «Vi- 
país  de  Judá, 
!  allí  profeti- 
1   no  volverás 


mas  a  profetizar 
tuario  del  rey  y  i 
M  Entonces  Amó 
Amasvá  : 


«Yo  no  soy  iprofeta  ni  soy  discípulo  de  profeta, 
sino  que  soy  vaquerizo  y  cultivo  los  sicómoros  ; 
mas  Yahveh  me  tomó  de  tras  el  rebaño 
y  díjome  Yahveh  : 

'Ye,  profetiza  contra  mi  pueblo  Israel'. 

Ahora,  pues,  escucha  la  palabra  de  Yahveh  : 

Tú  dices  :  «No  profetices  contra  Israel 

ni  vaticines  contra  la  casa  de  Isaac.» 

Por  eso,  así  dice  Yahveh  : 

'Tu  mujer  se  prostituirá  en  plena  ciudad, 

tus  hijos  e  hijas  caerán  a  espada, 

tu  tierra  será  repartida  a  cordel, 

y  tú  mismo  morirás  en  territorio  impuro, 


irque  es  un  sa 
emplo  naciona 


mu: 


mentó  tlestructi 
caementaria». 
9  Lugares  ai 
11  Come  allí 
"  Vaquerizo  : 
"  En  territü 


vierten  la 
rto  instru- 
Hi  «trulla 


?n  tierra  exlranji  i 


—  1652  — 


81-12 


AMOS 


gl-12 


Visión  de  la  canasta  de  frutas  maduras 


o   1  Yahveh,  el  Señor,  mostróme  lo  siguiente  : 
*-*     He  aquí  que  era  una  canasta  de  frutas  maduras. 
:  Y  dijo  Yahveh  a  :  «¿  Qué  ves  tú,  Amos  ?» 

Contesté  :  «Una  canasta  de  frutas  maduras.» 

Y  díjome  Yahveh  :  «Ha  llegado  el  fin  a  mi  pueblo  Israel  ; 

no  quiero  perdonarte  por  más  tiempo.»      [dice  el  Señor,  Yahveh  ; 

3  En  aquel  día  se  trocarán  en  lamentaciones  los  cantos  b  del  templo — 
•   muclios  cadáveres  [habrá],  por  doquier  se  los  arroja  en  silencio. 

4  Escuchad  esto  los  que  aplastáis  al  pobre 
y  aniquiláis  a  los  desgraciados  del  país, 

0  mientras  decís  :  «¿Cuándo  pasará  el  novilunio, 

rpara  eme  podamos  vender  grano, 

y  el  sábado,  para  que  podamos  despachar  cereal, 

achicar  el  efa,  aumentar  el  siclo, 

y  ladear  balanzas  fraudulentas, 
'  comprar  por  dinero  a  los  míseros 

y  al  pobre  por  causa  de  un  par  de  sandalias, 

0  y  vender  hasta  las  ahechaduras  del  grano  c  ?» 
"  Yahveh  lo  ha  jurado  por  el  orgullo  de  Jacob  : 

¡  No  me  olvidaré  jamás  de  todas  vuestras  obras  ! 
8  ¿Acaso  no  se  estremecerá. la  tierra  por  esto, 

y  hará  duelo  todo  el  que  mora  en  ella, 

y  subirá  toda  ella  como  el  Nilo  d 

0  y  menguará  como  el  Nüo  de  Egipto  ? 

*Y  en  aquel  día  acaecerá,  dice  el  Señor,  Yahveh, 

que  haré  ponerse  el  sol  al  mediodía 

v  entenebreceré  la  tierra  en  pleno  día. 
in  Trocaré  vuestras  fiestas  en  duelo 

y  todas  vuestras  canciones  en  endecha  ; 

cubriré  todos  vuestros  lomos  de  saco 

y  toda  cabeza  de  calvez. 

La  pondré  como  en  duelo  por  hijo  tínico, 

y  su  final  cual  día  amargo. 

11  Ye  ahí  que  vienen  días,  f  dice  el  Señor,  Yahveh  ', 

en  que  enviaré  el  hambre  al  país, 

no  hambre  de  pan,  ni  sed  de  agua, 

sino  de  oír  la  palabra  de  s  Yahveh. 
B  Entonces  vagarán  de  mar  a  mar 

y  de  septentrión  a  oriente  ;  andarán  errantes 

O    -  PER  donarle  :  lit.,  a  pasárselo. 

O  3  Se  trocarán-  ex  lamentaciones  :  más  lit.,  «ulularán».  ||  Del  iemplo  :  otros,  «<lc  los 
palacios».  ¡|  Ex  silencio:  otros,  «se  le  arroja:  ¡Silencio!» 

3  DESPACHAR  :  lit.,  abrir,  e.  d.,  poner  en  venta;  otros,  «abrir  los  «raneros».  ||  Efá  : 
ef.  Ex.  16,  36,  etc.  ||  Ladear:  o  torcer,  usándolas  con  fraude;  o  también  «falsear 
engañosamente  la  balanza». 

8  Cf.  2,  6,  «prb  di»,  anota  Kit. 

7  El.  orgullo  DE  Jacob  :   o  quizá  mejor  ín   gloria   de  Jacob,  en  el   sentido  de 

os.  5,  5,  y  7.  io- 

■  II»rk  ponerse  el  sol  al  mediodía  :  e.  d.,  que,  como  el  sol  es  detenido  súbitamente 
a  mediodía,  la  nación  será  destruida  repentinamente  en  medio  de  su  aparente  pros- 
peridad. 

10  Endecha  :  o  lamento  fúnebre. 

u  De  oír  la  palabra  de  Yahveh  :  e.  d.,  que  Dios  110  hablará  ya  a  su  pueblo  por  me. 
dio  de  sus  profetas. 

—  1653  — 


8  is-g  7 


AMOS 


8  13-9  7 


buscando  la  palabra  de  Yahveh  y  no  la  hallarán. 

13  En  aquel  día  se  anublará,  a  causa  de  la  sed, 

la  vista  de  las  hermosas  doncellas  y  los  jóvenes, 

14  quienes  juran  por  la  causa  del  delito  de  Samaría 
y  dicen  :  «¡Vive  tu  dios,  oh  Dan!» 

y  «¡Vive  el  camino  de  Bersabee!» 
V  caerán  para  no  alzarse  más. 


Visión  de  la  ruina  del  santuario  y  el  aniquilamiento  de 
los  adoradores.  Epílogo 

Q  1  Vi  al  Señor  J  colocado  de  pie  sobre  el  altar,  |  y  dijo  : 

J      «Bate  el  capitel  [de  las  columnas]  y  bamboléense  a  los  umbrales, 

y  des/trózalas  sobre  la  cabeza  de  todos  ellos, 

y  a  los  que  resten  los  mataré  vo  a  espada. 

Nadie  logrará  huir 

ni  se  salvará  de  ellos  evadido  alguno. 
2  Aunque  se  oculten  en  el  seol, 

de  allí  los  cogerá  mi  mano  ; 

y  aunque  suban  al  cielo, 

de  allí  los  ¡precipitaré. 
8  Aunque  se  escondieren  en  la  cumbre  deü  Carmelo, 

los  rebuscaré  y  los  sacaré  de  allí  ; 

aunque  se  ocultaren  b  de  mi  vista  b  en  el  fondo  del  mar, 
allí  0  ordenaré  a  la  serpiente  que  los  muerda. 

4  Aunque  marchen  en  cautiverio  ante  sus  enemigos, 
allí  c  mandaré  a  la  espada  que  los  mate. 

Yo  clavaré  mis  ojos  sobre  ellos 
para  su  desgracia  y  no  para  bien. 

5  ú  [Yo],  el  Señor,  Yahveh  de  los  ejércitos  d, 

el  que  toca  la  tierra  y  ella  fluctúa  como  una  ola 
y  ihacen  duelo  cuantos  en  ella  habitan. 
Crece  toda  ella  como  el  Nillo 
y  mengua  cual  el  Nilo  de  Egipto. 
'  El  que  edifica  en  el  cielo  su  solio  excelso 
y  asentó  sobre  la  tierra  la  bóveda  celeste  ; 
el  que  llama  a  las  aguas  del  mar 
y  Jas  vierte  sobre  la  haz  de  la  tierra, 
Yahveh  es  su  nombre. 

1  ¿  No  sois  acaso  para  mí  como  los  hijos  de  los  etíopes, 
oh  israelitas?,  c  dice  Yaihveh6. 

u  Se  anublará  la  vista  :  o  se  consumirán  los  ojos.  ||  De  las  hermosas  doncellas: 
los  rabinos  ven  aquí  designados  las  sinagogas  e  interpretes  de  la  ley,  explicación  ya 
común  en  los  días  de  San  Jerónimo. 

*  La  causa  del  delito  :  es  metonimia  para  indicar  el  becerro  de  oro.  ||  El  CAMINO 
de  B.  :  e.  d.,  las  peregrinaciones,  o  bien,  el  culto ;  pero  el  texto  es  inseguro  : 
algs.  corrigen:  «¡Por  tu  amigo,  oh  Bersabee!»,  «¡Tan  cierto  como  vive  tu  amado, 
oh  B. .'»;  Kit  frt.  «¡Vive  el  Temor  de  B.  !»  (ef.  Gén.  31,  42.  53). 

0   1  CAPITEL-:    V  «quicio».   ||   Bamboléense  los  umbrales:   o  bien,  estremézcanse  las 
:  llena  de  cavernas,  donde  podrían  esconderse. 


—  1654  — 


9  8-15 


AMÓS 


9  8-15 


¿  No  hice  subir  a  Israel  del  país  de  Egipto, 
como  a  los  filisteos  de  Kaftor  |  y  a  los  sirios  de  Quir  ? 
*  He  aquí  que  los  ojos  del  Señor,  Yahveh, 
[están  clavados]  en  el  reino  pecador, 
y  lo  exterminaré  de  sobre  la  haz  de  la  tierra  ; 

salvo  que  no  he  de  aniquilar  por  completo  a  la  casa  de  Jacob — dice 

[Yahveh. 

'  Pues  he  aquí  que  yo  daré  orden 

y  zarandearé  por  todas  las  naciones  a  la  casa  de  Israel, 

como  se  zarandea  [el  trigo]  en  el  harnero, 

y  ni  una  chinita  caerá  en  tierra. 
"  A  espada  perecerán  todos  los  pecadores  de  mi  pueblo, 

los  que  dicen  :  «¡No  nos  alcanzará  ni  sorprenderá  la  desventura  {» 

"  En  aquel  día  levantaré  la  cabana  de  David,  que  habrá  caído, 
y  repararé  los  portillos  de  sus  muros  | 

y  sus  edificios  destruidos  alzaré, 
y  la  reconstruiré  como  en  los  tiempos  antiguos, 

12  a  fin  de  que  tornen  a  poseer  el  resto  de  Edom 

y  todas  las  naciones  sobre  las  cuales  se  ha  invocado  mi  nombre  ; 
afírmalo  Yahveh,  que  tal  hace. 

13  He  aquí  que  llegan  días,  dice  Yahveh, 

en  que  quien  ara  seguirá  inmediatamente  al  segador, 

y  el  que  pisa  la  uva,  a  quien  esparce  con  extendida  mano  i;i  semilla; 

y  cuando  las  montañas  destilarán  mosto 

y  todas  las  colinas  se  derretirán. 

14  Y  repatriaré  a  mi  pueblo  Israel, 

y  reconstruirán  las  ciudades  derruidas  y  las  habitarán, 
y  plantarán  viñas  y  beberán  su  vino, 
harán  huertos  y  comerán  sus  frutos. 

15  Y  los  plantaré  en  su  tierra 

y  ya  no  serán  arrancados  de  su  territorio, 
que  yo  les  he  dado, 
dice  Yahveh,  tu  Dios. 


■  Zarandearé  :  o  haré  yagan 

u  La  cabana  de  David  :  dice  la  cabana  para  denotar  el  estado  de  decadencia  a  que 
habla  llegado  la  casa  real  de  David.  ||  Co.vo  EN  los  tiempos  antiguos:  los  de  David, 
y  eso  ¡o  hará  espiritnalmente  el  Mesías. 

u  Quien  ara  seguirá  inmediatamente:  o  tocará  al  segador;  e.  d.,  apenas  se  haya 
segado,  se  sembrará  de  nuevo.  ||  Se  derretirán  :  o  también,  levantarán  olas  i>or  sus 
copiosas  mieses. 

14  Repatriaré  :  cf .  V  :  «-levantaré  el  cautiverio  de».  El  cumplimiento  de  estas  pro- 
mesas no  hay  que  buscarlo  en  tiempo  de  Zorobabtl ;  entonces  Israel  fué  solamente 
replantado,  y  no  para  siempre.  Sólo  en  los  tiempos  del  Mesías  y  la  Iglesia  se  cum- 
plirá la  profecía  en  toda  su  plenitud. 


NOTAS      CRITICAS      A  AMOS 


CAP.  I 

a  usí  Kit  c  GV;  H  se  desató,  también  lección  aceptable. 

CAP.  2 

Kit  di  sobre,  interpretando:  «extienden...  ropas  prendadas»]  •>  v  9  post  v  10 
trsp,  anota  Kit]  <¡  así  c  Kit  (cf ) ;  H  ellos)  ll  e  hidromel  (o  sidra)  ins  Kit]  e-edl, 
anota  Kit. 

a  di,  anota  Kit]   b-bdl,  anota  Kit  atento  a  la  métrica]  c  di  Kit  e  G]  d  así  e  G  ; 
H  Asdod]  8  Kit  prp  di  o  oíos  palacios  de»  o  «país  de»]  <  II  y  no;  Kit  di  y  por  razones 
métricas]  g  Kit  di  c  S]  h  así  Kit  (cf  V)  ;  H  abatirá. 
cap.  4 

a  así  Kit  c  GV  ;  H  arrojaréis]  b  sentido  incierto;  Kit  cree  prb  1  c  G  (I.)  al  monte 
Rimmón]  ^  así  Kit;  H  y  quema]  'así  c  Kit;  H  y  haré  llover]  g  así  c  Kit;  H  ella 
liará  llover  o  tú  harás  llover]  h  prb  di  en  razón  del  metro,  anota  Kit  ;  prps  devasté 
(o  sequé)]  1  así  c  Kit ;  H  en  el  camino  de  (cf  V)J  H  add,  anota  Kit  ;  otros  corrigen 
«juntamente  con  el  esplendor  de  vuestros  corceles»]  k-k  di,  anota  Kit]  1  di  por  razón 
métrica,  anota  Kit]  m  así  ins  c  Kit. 

a  en  V  «la  casa  de  Isr.»  es  el  sujeto  del  verbo  cayó  del  v  2,  y  la  «done,  de  Isr.»,  del 
verbo  siguiente]  b  en  H  al  fin  del  v  3]  c  en  vez  de  invada  como  fuego  a  prp  1  o 
invada  la  llama  de  fuego  a  o  envié  fuego  a  o  prenda  fuego  a]  d  así  Kit  c  G ;  H 
(cf.  V)  cí  Bet-Bl]  e  Kit  anota  «prb  v  8  sq  post  v  10  trsp»  y  «v  9  prb  trsp  ante  V  8»; 
otros  los  pasan  tras  4  13]  í  di  c  G,  anota  Kit]  g  Kit  cree  «v  26  prb  post  v  27  trsp»] 
h  así  c  Kit;  H  Kiyyún]  H  Kit  lo  juzga  add. 
cap.  6 

a  así  c  Kit;  H  su  territorio...  el  vuestro]  i>  b  Kit  di  c  G]  c  as¡  Kit  c  G  ;  II  huesos] 
d  así  c  Kit;  H  reses  vacunas. 
cap.  7 

a-a  glosa  según  Kit]  b  así  añade  Kit  c  G]  o  así  ins  Kit  c  y  1  y  V  4]  J  Kit  1  c  Ga 
un  hombre]  e  así  c  Kit;  cf  nota  7]  í-í  Kit  lo  juzea  add. 

CAP.  8 

a  así  ins  Kit  c  S]  b  prps  «(se  lamentarán,  ulularán]  las  princesas  (otros:  las  can- 
toras)»; cf  V:  «rechinarán  los  quicios»]  c  Kit  anota  «di  (var  ad  V  5  a)»]  d  así  Kit 
c  mlt  mss  GST(V)  y  95 ;  H  como  luz  (?)]  >H  añade:  y  se  precipitará  (en  el  mar]  ; 
Kit  di  c  G]  f-fKit  cree  ha  de  1  sólo  el  Señor  o  sólo  Yahveh  (cf  Gl]  S  así  c  GSV  ; 
II  las  palabras  de. 
cap.  9 

a  Kit  1  bate  él  el  capitel  y  se  bambolearon)  b  b  Kit  lo  cree  add]  c  lit.  de  allí,  «di» 
anota  Kitl  d-d  «di,  cf  v  6b»,  anota  Kit]  ere  Kit  lo  suprime  atendiendo  a  la  niétrku 
y  a  mss  de  G. 


INTRODUCCION     A     A  B  D  I  A  S 


udías  (siervo  de  Yah) — en  hebreo  Obadyá  (venerador  de  Yah) — 


ofrece  en  su  «Visión»  el  escrito  más  breve  del  Antiguo  Testamento : 


solos  21  versos,  de  perfecta  factura  y  vivo  lenguaje,  sobre  Iq^  ruma 
de  Edom,  como  merecido  castigo  por  la  malvada  conducta  de  los  ¡Súmeos 
contra  su  pueblo  hermano  Judd. 

Carecemos  de  noticias  sobre  la  vida  del  profeta.  Frz.  Delitzsch  sospecha 
que  fuese  aquel  letrado  y  piadoso  príncipe  Abdías,  que  según  2  Par.  17,  7, 
viajó  por  el  país  en  el  tercer  año  de  Josafat  como  miembro  de  la  comisión 
que  el  monarca  envió  para  levantar  la  cultura  del  pueblo;  participó  en  la 
victoriosa  campaña  de  Joram  contra  Edom  y,  más  tarde,  preseyieió  la  afren- 
tosa suerte  de  Jerusalén,  donde  los  edomitas,  haciendo  causa  comiín  con 
los  saqueadores  de  Jerusalén,  llevaron  a  cabo  las  más  viles  y  espantables 
atrocidades. 

No  consta  con  certeza  el  tiempo  en  que  Abdías  profetizó.  Theis  y  otros 
opinan  que  ¡¡acia  los  últimos  años  del  reinado  de  Joram  de  Judá  (ca.  £49- 
S42);  algunos  creen  que  despue's  de  la  destrucción  de  Jerusalén. 

Se  ha  señalado  que  su  vaticinio  ofrece  sorprendentes  puntos  de  contac- 
to, así  en  palabras  y  expresiones  como  en  ideas,  con  otros  escritos  profés- 
eos: de  modo  especial  con  Jeremías  y  Joel,  que  dependen  de  nuestro  pro- 
feta, y,  en  menor  escala,  Amfc,  Ezequiel  y  los  Salmos. 


A  B 


DIAS 


Visión- sobre  Edom:  su  culpa  y  castigo.  Triunfo  de  Judá 

1      Visión  de  Abdías. 

Así  dice  el  Señor,  Yahveh,  acerca  de  Edorn  : 

Hemos  oído  un  mensaje  procedente  de  Yahveh, 

y  un  heraldo  ha  sido  enviado  a  las  gentes  : 

¡  Levantaos  y  alcémonos  contra  él  en  son  de  guerra  ! 
5  He  aquí  que  te  he  hecho  pequeñuelo  entre  las  naciones, 

muy  despreciado  eres. 
8  La  soberbia  de  tu  corazón  te  ha  engañado, 

¡oh  habitador  de  las  cavernas  de  la  roca!, 

que  pones  en  alto*  tu  morada, 

y  dices  en  tu  corazón  : 

«¿Quién  me  hará  bajar  a  la  tierra? 
'  Aunque  colocaras  en  alto  tu  nido  b  como  el  águila, 

y  lo  pusieras  c  entre  las  estrellas, 

de  allí  te  haré  bajar,  dice  Yahveh. 
8  Si  hubieran  venido  a  ti  ladrones 

í1  o  salteadores  en  la  noche 

(¡Cómo  eres  arruinado!)  d, 

¿  no  roban  lo  que  les  basta  ? 

Si  vienen  a  ti  vendimiadores, 

¿  no  te  dejarán  rebusco  ? 
'  ¡Cómo  ha  sido  registrado0  Esaú, 

escudriñados  sus  tesoros  ocultos  ! 
7  Hasta  la  frontera  te  arrojan 

todos  tus  aliados  ;  te  aturden, 

te  vencen  tus  amigos. 

Tus  propios  comensales  f  han  tendido  lazos  debajo  de  tí, 

*  No  hay  en  él  cordura  e. 
h  Ciertamente,  en  aquel  día,  dice  Yahveh, 

exterminaré  de  Edom  a  los  sabios 

y  de  la  montaña  de  Esaú  la  inteligencia, 
*  y  se  aterrarán  tus  guerreros,  ¡  oh  Temán  ! , 

de  suerte  que  todo  varón  será  aniquilado  de  la  montaña  de  Esaú. 
io  h  por  ia  mortandad  h,  por  la  injusticia  contra  tu  hermano  Jacob, 

te  cubrirá  la  vergüenza  5'  serás  extirpado  para  siempre. 


1  Contra  él  :  e.  d.,  contra  Edorn. 

3  Cavernas  de  la  roca  :  o  «amantas  rocosas,  ciudadelas  rocosas. 

■  ¡Cómo  eres  arruinado!  :    rf.  V:   t¿c6mo  hubieras  callado?»  Otros,  de  muy 

diversos  modos. 

'  Lazos:  lit.,  cosa  en  (o  con)  c  110  se  cae;  GSV  «insidias»,  T  «trampa»;  Kit  corri- 
ge red  (cf.  Job  19,  6).  ||  No  lia  y  en  él  cordura  :  o  como  otros  prefieren  :  «sin  que 
tú  tengas  comprensión  de  ello»  ;  cf.  nota  crítica  g-g. 

8  A  los  sabios  :  los  edomitas  tenían  fama  de  sagaces  y  prudentes. 


-  1658  - 


1  11-21 


ABDÍAS 


1  11-21 


11  En  el  día  en  que  te  colocaste  enfrente, 
en  el  día  en  que  los  extranjeros  llevaban  cautivo  su  ejército 
y  los  extraños  penetraban  por  sus  puertas 
y  sobre-  Jerusalen  echaban  suertes, 
también  tú  fuiste  como  uno  de  ellos. 

a  No  recrees  tu  vista  en  el  día  de  tu  hermano, 

ni  te  alegres  de  los  hijos  de  Judá 

ni  profieras  altanerías  con  tu  boca 
u  no  entres  por  la  puerta  de  mi  pueblo 

no  mires  tampoco  tú  su  desgracia 

no  alargues  la  mano  1  a  su  hacienda 

14  no  te  emplaces  en  la  encrucijada 
para  exterminar  a  sus  fugitivos, 
ni  entregues  a  sus  evadidos  en  el  día  de  angustia. 

15  Pues  el  día  de  Yahveh  está  próximo  para  todas  las  gentes; 
conforme  hiciste  te  hará  ; 

tus  acciones  revertirán  en  tu  cabeza. 
u  Ciertamente,  como  bebisteis  [mi  copa]  sobre  mi  santo  monte, 
así  [la]  beberán  siempre  todas  las  naciones, 

[la]  beberán  y  lamerán  con  la  lengua  y  serán  cual  si  jamás  hubiesen 
,:  Pero  en  el  monte  de  Sión  habrá  restos  salvados,  [sido. 

y  [el  monte]  será  sagrado, 

y  la  casa  de  Jacob  recuperará  sus  posesiones 
"  Y  6erá  la  casa  de  Jacob  fuego, 

y  la  casa  de  José  llama, 

y  la  casa  de  Esaú  como  paja 

que  abrasarán  y  consumirán  ; 

y  no  quedará  superviviente  a  la  casa  de  Esaú, 

pues  Yahveh  ha  hablado. 

19  Los  del  mediodía  se  apoderarán  del  monte  de  Esaú, 
y  los  de  la  llanura,  del  país  de  los  filisteos  ; 

y  ocuparán  la  campiña  de  Efraím  y  el  campo  de  Samaría, 

y  Benjamín,  a  Galaad.  [los  cauaneos  hasta  Sarefat 

20  Y  los  desterrados  de  este  ejército  de  los  hijos  de  Israel  que  [había  desde] 
y  los  desterrados  de  Jerusalén  que  están  en  Sefarad  ocuparán  las  ciu- 

21  Y  subirán  salvadores  al  monte  Sión  [dades  del  mediodía, 
para  juzgar  a  la  montaña  de  Esaú, 

y  a  Yahveh  pertenecerá  la  realeza. 


11  Llevaban  cautivo  su  ejército  :  o  bien,  como  otros  prefieren,  «se  llevaban  sus  ri- 
quezas!. 

"  No  recrees  tu  vista  :  lit.,  no  observes,  e.  d.,  con  mirada  curiosa,  indiferente 
o  maliciosa. 

"  En  la  encrucijada  :  o  bien,  la  brecha,  el  punto  de  paso  o  salida. 

14  Como  bebisteis:  e.  d.,  la  copa  del. dolor  o  de  la  aflicción  (cf.  Is.  41,  17.  22,  etc.). 

"  La  casa  de  Jacob  :  por  la  casa  de  Judá,  que  entonces  representaba  al  pueblo  de 
Dios  y  había  de  ser  fuego  que  consumiría  a  sus  enemigos. 

19  Procuramos  traducir  H  lo  más  de  cerca  posible,  guiados  también  por  V.  Otros, 
como  Kit,  ven  en  H  continuas  adds.  y  glosas.  A.  yo-  „„u..ui.*.<:r  vierte:  «ocuparán 
el  mediodía— es  decir,  la  montaña  de  Esaú  (add.  para  Kit)— y  la  región  baja — es  decir, 
los  filisteos  (glosa  para  Kit)— ;  y  ocuparán  Efraím— es  decir,  la  plana  de  Samaría 
Iglosa  para  Kit)— y  la  región  transjordánica — es  decir,  Galaad». 

30  El  pasaje  ha  sido  diversamente  interpretado  :  ejército  :  otros,  «arx»...  ||  Que 
[había  desde]  los  cananeos  hasta  Sarefat  :  otros,  «que  están  en  tierra  de  los  cananeos 
hasta  Sarefat»,  «que  equivalen  a  los  cananeos,  hasta  S.»...  Cf.  V  :  «todos  los  lugares 
de  los  cananeos  hasta  Sarepta»  ;  y  Ferrara  :  «y  captiuerio  del  fonsado  este  a  hijos  de 
Ysrael  que  mercaderes  hasta  Francia».  Y  más  modernamente  :  «que  están  en  llalah 
poseerán  la  Fenicia  hasta  Sareftah».  En  cuanto  a  Sarefat,  según  la  exegesis  judía 
Francia,  créese  designa  a  una  ciudad  fenicia  sita  entre  Tiro  y  bidón.  [|  Uue  Lsián 
en  Sefarad  :  este  nombre  lo  ha  interpretado  la  tradición  judía  a  través  de  los  siglos 
como  indicador  de  España,  relacionándolo  Arias  Montano  con  Sperida-Hespérida- 
Hesperia  Hoy  se  piensa  más  bien  que  representa  un  punto  del  Asia  Menor,  discutién- 
dose si  el  Bósforo  (cf.  V1,  Sardes,  Esparta  o  Sparda,  como  creen  muchos. 


en  el  día  de  su  desventura  ; 
en  el  día  de  su  ruina  ; 
en  el  día  de  angustia  ; 
en  el  día  de  su  infortunio, 
en  el  día  de  su  infortunio, 
en  el  día  de  su  infortunio, 


-  i659  — 


NOTAS     CRITICAS     A  ABDTAS 


—  1660  — 


INTRODUCCION     A     JOÑA  S 


Jonás,  liijo  de  AtnUlay,  de  Gad  ha&Jéfer  (a  5  kms.  de  Nazaret),  ha  sido 
identificado  por  muchos  con  el  profeta  del  mismo  nombre  mencionado 
en  3  Re.  /./,  25.  Si  así  es,  como  es  probable,  vivió  en  tiempo  de  Jero- 
boam  II  (JS6-J46),  cuyos  éxitos  contra  los  árameos  vaticinó.  Al  parecer,  jo- 
ñas se  trasladó  a  Nínive  para  anunciar  a  sus  moradores  la  cólera  divina  y 
su  pronto  castigo.  El  profeta  quiere  escapar  y  se  embarca  en  Jope  o  Jafa 
camino  de  Tarsis,  en  España.  La  narración  de  Jonás  nos  cuenta  el  fracaso 
de  aquel  intentado  viaje... 

El  argumento  del  libro  es  la  doble  misión  del  profeta:  la  primera,  des- 
obedecida, muy  a  su  costa;  la  segunda,  obedecida,  y  bien  lograda  con  la 
conversión  de  Nínive.  Mezclado  el  vaticinio  sobre  Nínive  con  la  narración 
de  la  historia  del  profeta  por  fines  didácticos,  esto  hace  que  el  libro  sea 
a  la  vez  profético  e  histórico. 

Domina  la  obra  un  pensamiento  universalista :  todos  los  hombres  son 
hijos  de  Dios  y  dignos  de  su  misericordia,  si  se  arrepienten.  El  mérito  de 
la  obrita  es  grande,  por  las  magistrales  pinceladas  psicológicas  y  por  des- 
cripciones como  la  de  la  tempestad.  Sus  arameísmos  hacen  dudosa  la  data 
de  su  composición. 

La  historicidad  y  la  significación  tipológica  del  hecho  constan  por  las 
palabras  del  divino  Maestro  (Mi.  12,  39-41 ) : 

«Una  generación  perversa  y  adúltera  reclanha  una  señal, 
y  otra  señal  no  se  le  dará  sino  la  señal  de  Jonás  el  profeta.  [noches, 
Pues  como  Jonás  estuvo  en  el  vientre  de  la  bestia  marina  tres  días  y  tres 
así  estará  el  Hijo  del  hombre  en  el  corazón  de  la  tierra  tres  días  y  tres 
Los  ninivitas  se  alzarán  en  el  juicio  [noches, 
contra  esta  generación  y  la  condenarán, 
porque  hicieron  penitencia  a  la  predicación  de  Jonás; 
y  mirad,  hay  algo  más  que  Jonás  aquí.» 


—  1661  — 


JOÑAS 


Orden  de  Dios  y  desobediencia  del  profeta. 
La  borrasca  en  alta  mar 


"1  1  La  palabra  de  Yahveh  fué  diri- 
x  gida  a  Jonás,  hijo  de  Amittay, 
diciendo  :  2  «Levántate,  vete  a  Níni- 
ve,  la  gran  ciudad,  y  predica  contra 
ella,  pues  su  maldad  ha  subido  has- 
ta mi  presencia.» 

3  Mas  Jonás  se  dispuso  a  huir  a 
Tarsis  de  la  presencia  de  Yahveh  y 
bajó  a  Jope,  donde  halló  un  navio 
que  se  dirigía  a  Tarsis,  y,  pagado  el 
pasaje  del  barco,  embarcó  en  él  para 
marchar  con  ellos  a  Tarsis,  huyendo 
de  la  presencia  de  Yahveh. 

4  Yahveh,  empero,  desencadenó  un 
viento  recio  sobre  el  mar  y  hubo  en 
éste  tan  gran  tempestad,  que  el  na- 
vio se  vió  en  peligro  de  quebrarse. 
6  Los  marineros  cobraron  miedo,  y 
clamaron  cada  uno  a  su  dios  y  lan- 
zaron al  mar  el  bagaje  que  había  en 
la  nave,  a  fin  de  aligeraría  de  su  car- 
ga. Jonás,  en  tanto,  había  descen- 
dido al  fondo  de  la  nave,  habíase 
acostado  y  dormía  profundamente. 
8  Y  se  acercó  a  él  el  capitán  y  le  di- 


jo :  «¿  Qué  haces  tú  durmiendo  ?  ¡  Le- 
vántate, invoca  a  tu  Dios  !  Quizá  se 
cuide  de  nosotros  y  no  perezcamos.» 
7  Luego  dijéronse  unos  a  otros  :  «¡  Ea, 
echemos  suertes  y  sepamos  por  quién 
nos  ha  venido  este  mal!»  Echaron, 
pues,  a  suerte,  y  la  suerte  cayó  en 
Jonás. 

8  Entonces  le  dijeron  : 

—Decláranos,  por  favor,  a  ¿  por 
quién  nos  ha  acaecido  esta  desgra- 
cia? a  ¿  Cuál  es  tu  ocupación  ?  ¿  De 
dónde  vienes  ?  ¿  Cuál  es  tu  país  ?  ¿  De 
qué  pueblo  eres  ? 

8  Y  contestóles  : 

— Soy  hebreo,  y  adoro  a  Yahveh  b, 
Dios  del  cielo,  que  hizo  el  mar  y  la 
tierra  firme. 

10  Entonces  aquellos  hombres  con- 
cibieron grande  temor  y  le  dijeron  : 
«¿  Qué  has  hecho  ahí  ?»  Pues  ellos 
habían  sabido  que  huía  de  la  presen- 
cia de  Yahveh,  porque  Jonás  se  lo 
había  dicho. 

11  Y  le  dijeron  : 


-J    1  I.a  palabra  :  orden  que  el  Señor  le  da. 

2  Su  maldad  :  o  iel  grito  de  su  malician,  como  interpreta  G. 

■  Se  dispuso  a  huir  :  creyendo  tal  vez  que  la  presencia  de  Dios  se  concretaba 
a  Palestina.  ||  Tarsis:  e.  d.,  Tartessos,  en  el  mediodía  español,  según  la  opinión  más 
corriente.  ||  Embarcó  en  él:  término  exacto  para  quien  del  interior  de  Palestina  se 
dirige  al  mar. 

8  i  Por  quién  nos  ha  acaecido?  :  la  violencia  de  la  tempestad  y  quizá  lo  inesperado 
de  ella  les  hace  sospechar  que  es  debida  a  causa  sobreñal  mal. 
11  Se  nos  aplaque  :  o  se  calme  y  nos  deje  en  paz. 


—  1662  — 


1  12—2  11 


JONÁS 


1  14-2  3 


— ¿  Qué  debemos  hacer  contigo  pa- 
ra que  la  mar  se  nos  aplaque  ? 

Pues  el  mar  iba  agitándose  cada 
vez  más.  12  Y  respondióles  : 

— Coged  me  y  arrojadme  al  mar,  y 
éste  se  aplacará  de  contra  vosotros, 
pues  yo  sé  que  por  mi  causa  os  ha 
sobrevenido  esta  gran  borrasca. 

33  Los  hombres  remaron,  tratando 
de  volver  a  tierra,  mas  no  pudie- 
ron, porque  el  mar  iba  encrespándo- 


se cada  vez  más  contra  ellos.  14  En- 
tonces clamaron  a  Yahveh  y  dijeron  : 
«¡Oh  Yahveh,  no  nos  hagas  perecer 
por  la  vida  de  este  hombre  ni  nos 
imputes  sangre  inocente,  pues  tú, 
Yahveh,  has  obrado  como  has  que- 
rido!» 15  Y  cogieron  a  Jonás  y  lo 
arrojaron  al  mar,  el  cual  se  calmó  en 
su  furia.  16  Y  aquellos  hombres  co- 
braron gran  temor  a  Yahveh  y  le 
ofrecieron  sacrificio  e  hicieron  votos. 


Jonás  tragado  por  la  ballena 

2 1  Yahveh  destinó  a  un  gran  pez  .  tres  días  y  tres  noches.  2  Y  Jonás 
para  que   se   tragase   a  Jonás,   oró  a  Yahveh  desde  el  vientre  de 
quien  estuvo  en  el  vientre  del  pez  |  aquél,  '  y  exclamó  : 

«Clamé  en  mi  angustia  |  a  Yahveh  y  me  atendió  ; 
del  vientre  del  seol  pedí  socorro,  |  escuchaste  mi  voz. 
1  Me  arrojaste  a  en  el  abismo  a,  |  en  el  corazón  del  mar, 
y  las  olas  me  rodearon  ; 

todo  tu  oleaje  y  tus  ondas  |  sobre  mí  pasaron. 

6  Y  yo  me  dije  :  «He  sido  expulsado  |  de  delante  de  tus  ojos, 
¿cómo  b  podré  volver  a  contemplar  |  tu  santo  templo?» 

1  Habíanme  rodeado  las  aguas  hasta  el  alma, 
el  abismo  me  había  cercado, 
las  algas  habíanse  enredado  a  mi  cabeza 

7  en  las  raíces  de  los  montes.  Descendí 

al  país  cuyos  cerrojos  [se  echaron]  sobre  mí  para  siempre, 

mas  tú  sacaste  de  la  fosa  mi  vida,  Yahveh,  Dios  mío. 
s  Cuando  desfallecía  en  mi  alma,  [  a  Yahveh  recordé, 

y  mi  plegaria  llegó  a  ti,  |  a  tu  santo  templo. 
'Los  que  adoran  los  ídolos  vanos,  |  su  propia  Misericordia  abandonan; 
10  mas  yo  con  clamor  de  gratitud  |  quiero  ofrecerte  sacrificios, 

los  votos  que  hice  cumpliré.  |  A  Yahveh  la  salvación  corresponde.» 

"  Y  Yahveh  dió  orden  al  pez,  el  cual  vomitó  a  Jonás  en  tierra. 

13  Arrojadme  al  mar  :  pronuncia  su  sentencia  no  por  inspiración  profética,  6¡no 
«orno  puede  hacerlo  un  israelita  creyente. 

a  Tratando  de  volver  a  tierra  :  sin  duda,  para  dejar  allí  a  Jonás  sin  causar  su 
muerte. 

14  Has  obrado  como  has  querido  o  como  te  ha  placido  :  e.  d.,  has  hecho  que  esto 
sucediera. 

16  Y  LE  ofrecieron  sacrificio  :  o  prometieron  hacerle  sacrificios  en  cuanto  pudiesen. 

Tres  días  y  tres  noches  :  contados  según  uso  de  los 
fué  echado  el  tercer  día  después  de  tragado.  Que  fué 
milagro  permanecer  en  el  vientre  del  animal  con  vida  tanto  tiempo,  se  lo  dijo  a  los 
judíos  Jesu-Cristo  (Mt.  12,  39). 

6  He  sido  expulsado  :  he  sido  privado  de  tu  protección. 

*  Hasta  el  alma  :  así  también  V  ;  otros,  ahasta  la  garganta!  ;  otros,  «estuvieron  a 
punto  de  quitarme  la  vida». 

'  Descendí  :  el  v.  es  diversamente  traducido.  Así,  Bibl.  Bonn  vierte  :  «Hundíme 
hacia  los  cerrojos  de  la  tierra,  hacia  las  puertas  del  mundo».  También  puede  tradu- 
cirse :  «Hasta  las  raíces  de  los  montes  descendí  ;  la  tierra  [echó]  sus  cerrojos  sobre 
mí  para  siempre.» 

»  Idolos  vanos:  lit.,  vanidades  de  nada,  e.  d.,  absoluta  vanidad.  ||  Su  propia  Mi- 
sericordia :  llámase  a  Dios  misericordia  o  benevolencia  de  los  hombres,  y  equivale 
la  frase  a  :  son  privados  de  los  socorros  que  concede  la  divina  Misericordia  a  los  que 
le  sirven.  Otros  entienden  :  «entréganles  (a  los  ídolos)  su  felicidad». 

10  Clamor  de  GRATITUD  :  e.  d.,  grandes  voces  de  alabanza  y  acción  de  gracias. 


-1663- 


JONÁS 


Predicación  de  Jonás  en  Nínive  y  penitencia 
de  los  ninivitas 


3'  Por  skgunda  vez  :  en  Jerusalén  probablemente,  adonde  iría  para  cumplir  su 
promesa. 

''  El  mensaje  :  o  la  noticia,  la  predicación. 

3  Inmensamente:  más  lit.,  divinamente.  ||  De  un  recorrido  de  tres  días:  porque, 
lo  mismo  gue  Babilonia,  encerraba  vastos  campos  dentro  de  sus  muros. 


—  1664  — 


3  4-4  5 


JONÁS 


38-49 


inmensamente  grande,  de  un  reco- 
rrido de  tres  días.  *  Y  Jonás  comen- 
zó a  penetrar  en  la  ciudad  un  día 
de  camino,  y  predicaba  y  decía  i 
«■Dentro  de  cuarenta  días  Nínive  se- 
rá destruida.» 

5  Las  gentes  de  Xínive  creyeron  en 
Dios,  proclamaron  un  ayuno  y  se  vis- 
tieron de  sacos,  desde  el  mayor  de 
entre  ellos  hasta  el  más  pequeño.  '  Y 
como  llegase  la  noticia  al  rey  de  Ñí- 
nive, se  alzó  de  su  trono,  se  quitó 
de  encima  el  manto,  cubrióse  de  sa- 
co y  se  sentó  en  la  ceniza.  7_E  hízose 
pregonar  y  anunciar  en  Nínive  por 
orden  del  "rey  y  de  sus  magnates  co- 


mo sigue  :  «Hombres  y  bestias,  ga- 
nado mayor  y  menor  no  probarán 
bocado,  no  pastarán  ni  beberán  agua. 
•  Cúbranse  de  sacos  »  los  hombres  y 
las  bestias  »  y  clamen  a  Dios  con 
fuerza,  v  conviértase  cada  uno  de  su 
mal  camino  y  de  la  injusticia  que 
hay  en  sus  manos.  "  ¡  Quién  sabe  si 
Dios  se  volverá  y  arrepentirá  y  se 
apartará  del  ardor  de  6u  cólera  y 
no  pereceremos !» 

10  Cuando  vió  Dios  las  obras  de  ellos 
v  cómo  se  convertían  de  su  perverso 
proceder,  compadecióse  Dios  del  mal 
que  había  indicado  iba  a  hacerles  y 
no  lo  llevó  a  cabo. 


Despecho  del  profeta,  que  es  reprendido  por  Dios 


a  1  Mas  [ello]  causó  a  Jonás  pro- 
™  fundo  disgusto  y  se  enojó.  *  Y 
oró  a  Yahveh,  diciendo  :  «¡Oh  Yah- 
veh !,  ¿  no  era  esto  lo  que  yo  me  de- 
cía cuando  estaba  aún  en  mi  tierra  ? 
Por  eso  me  anticipé  a  huir  a  Tar- 
sis,  porque  sabía  que  tú  eres  un  Dios 
compasivo  y  misericordioso,  tardo  a 
la  ira,  de  gran  benignidad,  y  que  te 
compadeces  del  mal.  *  Ahora,  pues, 
¡oh  Yahveh!,  quítame  la  vida,  por 
favor  ;  pues  mejor  me  es  la  muerte 
que  la  vida.» 

4  Y  respondió  Yahveh  :  «¿  Estás  jus- 
tamente encolerizado?»  5  Ahora  bien, 
Jonás  había  salido  de  la  ciudad  y  se 
había  establecido  al  oriente  de  la 
misma.  Allí  habíase  hecho  una  caba- 
ña,  bajo  la  cual  habíase  sentado,  a  la 


sombra,  hasta  ver  qué  acaecía  en  la 
ciudad.  *  Y  Yahveh,  Dios,  dispuso 
un  ricino,  que  creció  por  cima  de 
Jonás  para  producir  sombra  sobre  su 
cabeza,  a  fin  de  librarle  de  su  des- 
pecho. Jonás  concibió  por  aquel  ri- 
cino gran  contento.  T  Mas,  al  rayar 
del  alba  al  día  siguiente,  dispuso 
Dios  un  gusano  que  picó  el  ricino,  y 
se  secó.  8  Sucedió,  pues,  que,  salido 
el  sol,  Dios  dispuso  un  viento  del 
este  sofocante,  e  hirió  el  sol  sobre 
la  cabeza  de  Jonás,  de  modo  que  se 
desvaneció  sin  sentido  y  pidió  para 
sí  la  muerte,  exclamando  :  «¡Mejor 
me  es  morir  que  vivir!» 
*  Entonces  dijo  Dios  a  Jonás  ¡ 
— ¿Crees  estar  justamente  airado 
por  el  ricino  ? 


*  Dentro  de  cuarenta  días  :  no  se  da  la  destrucción  de  Nínive  como  inevitable, 
sino  como  hipotética. 

7  Ganado  mayor  y  menor  :  hicieron  ayunar  a  los  animales  no  porque  el  profeta  lo 
hubiese  mandado,  sino  porque  era  costumbre  oriental  en  semejantes  casos. 

A  -  ¿  No  era  esto...  ?  :  como  si  dijese  :  ya  preveía  yo  que  Dios  no  destruiría  a  Nínive. 
^*  4  i  Estás  justamente  encolerizado  ? :  o  sea,  ¿  te  has  airado  con  razón  ?  Otros  vierten 
diversamente  ;  cf.  V  :  «¿crees  que  tienes  razón  para  enojarte?»  ;  Arragel  :  «cómo,  {  por 
el  bien  te  pesa?»  ;  Reina  :  «¿tanto  te  enojas?»,  etc.  También  cabe  interpretarlo  como 
exclamación  afirmativa.  Aun  dicho  en  forma  interrogativa,  parece  irónico. 

*  Ricino:  o  mata  de  ricino;  otros,  «una  coloquintida»  ;  Arragel,  «yedra».  ||  A  fin 
dk  librarle  de  su  despecho:  lit.,  de  su  mal;  cf.  V:  «laboraverat  enim»,  pues  estaba 
muy  fatigado. 

'  Un  gusano  que  picó  el  ricino  :  el  gusano  que  suele  formarse  por  aquella  tierra 
en  días  calurosos  si  cae  un  poco  de  agua. 

*  Sofocante  :  cálido  y  a  la  vez  totalmente  tranquilo.  I.os  cambios  de  tiempo  suelen 
ser  muy  rápidos  en  aquel  país.  ||  Se  desvaneció  sin  SENTIDO  :  o  quedó  exhausto  o 
desmayado. 

-  1665  - 


53 


JONÁS 


Y  replicó  : 

— 'Estoy  justamente  airado  hasta  la 
muerte. 

10  Y  Yahveh  le  dijo  : 

— Te  da  compasión  el  ricino,  por  el 
cual  no  te  has  tomado  fatiga  alguna 
ni  lo  has  hecho  crecer,  que  en  una 


noche  surgió  y  en  una  noche  pere- 
ció, 11  ¿  y  no  habré  yo  de  tener  com- 
pasión de  Nínive,  la  gran  ciudad,  en 
la  que  hay  más  de  ciento  veinte  mil 
personas  que  no  saben  discernir  en- 
tre su  diestra  y  su  izquierda,  y  tanta 
cantidad  de  animales  ?» 


11  Ciento  veinte  mil  :  lit.,  doce  miríadas.  Le  hace  Dios  ver  a  Jonás  la  contradicción 
en  que  incurre  compadeciéndose  de  un  arbustillo  y  murmurando  de  que  se  haya  Dios 
compadecido  de  tantos  miles  de  almas  y  de  animales. 


—  IÓ66  — 


NOTAS      CRITICAS      A  JOÑAS 


CAP. 

a  a  Kit  di  C  G  (cf). 
CAP.  2 

a  a  glosa,  anota  Kit]  b  asi  Kit  c  Th  ;  H  ciertamente. 
cap.  ,3 

a-a  «prob  add  (cf  ,  ¡as  bestias!)*  anota  Kit. 


,ík~  v  . 


~  1667  — 


INTRODUCCION     A  MIOUEAS 


i  nombre  del  profeta,  en  hebr.  Miká,  en  V  Michaeas,  es  abreviatura 


de  Mikayahu,  Mikayehu  o  Mikaya,  cuyo  sentido  es  '¿quién  como  Yah- 


vehf  En  el  Antiguo  Testamento  se  hallan  varios  homónimos  de  nues- 
tro profeta.  En  el  siglo  IX  hállase  un  Miqucas,  hijo  de  Yimlá  o  Imlá 
(i  Re.  22,  8  s.,  y  2  Par.  1S,  7  s.),  vaticinador  del  fracaso  que  Josafat  de 
Judá  y  Ajab  de  Israel  habían  de  padecer  en  su  guerra  contra  Ramot  de 
tialaad.  Para  evitar  la  confusión  del  vidente  del  siglo  IX  con  el  profeta 
menor,  el  libro  de  éste  menciona  su  patria  (1,  1):  Moréset,  cerca  de  Eleu- 
terópolis,  dato  que  ratificó  luego  Jeremías  en  26,  18. 

Actuó  en  los  días  de  los  reyes  de  Judá  Jotán,  Ajaz  y  Ezcquías.  Contem- 
poráneo de  Isaías,  a  diferencia  de  éste,  perteneciente  a  los  círculos  más 
selectos  de  Jerusalén,  Miqucas  era  un  hombre  del  campo,  desconociéndose 
■  ■i  momento  exacto  en  que  comienza  a  profetizar.  Lamenta  con  dolorosos 
árenlos  la  ruina  de  Israel  y  de  Judá,  y  como  Isaías,  fustiga  la  conducta 
antisocial  de  las  clases  ricas,  a  los  malos  sacerdotes  y  a  los  falsos  profe- 
tas; mas,  tras  el  castigo  de  los  asirios,  el  Mesías  traerá  la  salud. 

Parece  que  Miqucas  mismo  puso  por  escrito  sus  profecías  y  tas  ordenó 
cronológicamente,  aunque  luego  su  texto  sufriese  alteraciones  y  hoy  ofrezca 
no  escasas  dificultades. 

La  más  conocida  de  sus  profecías  es  la  que  señala  a  Belén  como  cuna 
del  Mesías. 

Como  Oseas,  gusta  de  reminiscencias  históricas. 


-  166S  — 


M      I      Q      U      E      A  S 


Apostrofe  sobre  los  reinos  deí  Norte  y  el  Sur 


"i     1  Palabra  de  Yahveh  que  fué  dirigida  a  Miqueas,  el  morastita^  en  los 
días  de  Jotán,  Ajaz  y  Exequias,  reyes  de  Judá  ;   lo  que  vió  sobre 
Samaria  y  Jerusalén. 

-  Oíd,  pueblos  todos  ; 

escucha,  tierra,  y  cuanto  la  hinche, 

y  sea  a  Yahveh  contra  vosotros  acusador, 

el  Señor  desde  su  santo  templo. 
3  Pues  he  aquí  que  Yahveh  sale  de  su  lugar 

y  desciende  b  sobre  las  alturas  de  la  tierra. 
1  Y  se  derriten  los  montes  bajo  él 

y  los  valles  se  hienden, 

como  la  cera  ante  el  fuego, 

cual  aguas  que  6e  precipitan  por  una.  pendiente. 

6  Por  la  prevaricación  de  Jacob  es  todo  esto, 
por  los  pecados  de  la  casa  de  Israel  c. 

¿  Cuál  es  la  prevaricación  de  Jacob  ? 
¿  Acaso  no  es  Samaria  ? 
Y  ¿  cuál  es  el  pecado  d  de  Judá  ? 
¿  No  es  acaso  Jerusalén  ? 
"  Convertiré  a  Samaria  en  montón  de  ruinas  del  campo  e, 
en  plantaciones  de  viñedo, 
y  arrojaré  en  el  valle  sus  piedras 
y  sus  cimientos  pondré  al  descubierto. 

7  Y  todos  sus  ídolos  serán  destrozados, 


-t    1  El  morastita  :  e.  d.,  de  Moréset  Gat  o  'heredad  de  Gat',  ciudad  próxima  a  Eleu- 
terópolis. 

-  Su  santo  templo  :  e.  d.,  el  cielo. 

'  Y  se  derriten  :  fúndase  la  descripción  de  esta  venida  en  la  idea  de  una  terrible 
tempestad  y  un  temblor  de  tierra. 

6  ¿  Acaso  no  es  Samaría  ?  :  sí  lo  es,  porque  la  capital  del  reino  de  Israel  adoró  el. 
becerro  de  oro,  y  desde  ella  se  extendió  el  culto  por  todo  el  país.  Por  igual  razón, 
aunque  no  siempre  ni  con  la  misma  intensidad,  Jerusalén. 


—  1669  — 


1  8-16 


MIQUEAS 


1  8-16 


'  y  todos  sus  salarios  de  prostitución  quemados  a  fuego  ', 
y  todas  sus  imágenes  trocaré  en  desolación  ; 
porque  del  lucro  de  ramera  se  lian  recogido  e 
y  en  paga  de  ramera  se  tornarán. 
■  Por  eso  me  lamentaré  y  quejaré  a  grito  herido, 
andaré  descalzo  y  desnudo, 

prorrumpiré  en  llanto  ululante  como  los  chacales, 
y  lamento  como  los  avestruces. 
'•'  Porque  fatal  es  su  azote  h,  pues  penetró 
hasta  Judá, 

llegó  hasta  la  puerta  de  mi  pueblo, 
hasta  Jerusaién. 

10  En  Gat  no  lo  refiráis  ; 

no  lloréis  en  modo  alguno  '  ; 
en  Bet-le-Afrá 
revuélvete  en  el  polvo. 
"Pasad  adelante,  ¡oh  población  de  Safir!, 
en  desnudez  vergonzosa.  No  han  osado  salir  más 
los  habitantes  de  Saanán.  |  Queja  [resuena]  en  Ber.-ha-.Esel, 
se  os  retira  el  apoyo. 

11  Ciertamente  la  población  de  Marot 
siéntese  débil  para  el  bien, 

porque  el  mal  enviado  por  Yahveh  ha  descendido 

a  las  puertas  de  Jerusalén. 
13  Uncid  al  carro  los  corceles, 

habitantes  de  Lakís. 

Es  el  comienzo  del  castigo 

para  la  hija  de  Sión, 

pues  en  ti  se  han  hallado 

las  prevaricaciones  de  Israel 
"  Por  eso  has  de  dar  regalo  de  despedida 

a  Moréset-Gat. 

La  estirpe  de  Akzib 

ha  resultado  torrente  falaz 

para  los  reyes  de  Israel. 
™  Aun  te  traeré  un  nuevo  poseedor, 

¡  oh  (población  de  Maresá  ! 

Hasta  Addul-lam  llegará  la  flor  de  Israel. 
"  Decálvate  y  ráete, 
•  por  los  hijos  de  tus  deleites  ; 

ensancha  tu  calva  como  el  buitre, 

pues  fueron  deportados  lejos  de  ti. 


■CHACALES:    hebr.    tannim    'ballenas,    dragones,    serpientes    marinas..';  Ferrara, 
«culebras».  ||  Como  los  avestruces:  conocido  es  el  lúgubre  grito  del  avestruz. 
8  Fatal  es  su  azote  :  como  si  dijera  :  su  mal  es  incurable. 

10  En  Gat  no  lo  refiráis  :  por  el  odio  inveterado  de  esta  ciudad  filistea  a  los 
judíos.  ||  Bet-le-Afrá:  e.  d.,  la  casa  del  polvo. 

11  Traducimos  lit.  H,  que  ofrece  un  texto  difícil  y  oscuro.  Versiones  y  críticos  di- 
vergen notablemente  en  sus  interpretaciones  y  correcciones.  V  dice  :  «Et  transite  \o- 
bis,  habitatio  pulchra,  confusa  ignominia  :  non  est  egressa  quae  habitat  in  exitu  ; 
planctum  domus  vicina  accipiet  ex  vobis,  quae  stetit  sibimet.»  Hoonacker  :  «Os  han 
traicionado,  población  de  Safir  (?),  las  ciudades  de  la  vergüenza.  Los  habitantes  de 
Sidón  no  se  han  puesto  en  campaña.  Ha  hecho  defección  la  casa  vecina;  os  retira 
.su  apoyo.»  Bibl.  Bonn  :  tiSe  te  sopla  el  cuerno  (otros,  «soplad  la  trompeta»),  población 
de  Safir.  De  su  ciudad  no  sale  la  población  de  Saanán...»  Cf.  otras  correcciones  en  Kit. 

13  Uncid  al  carro  los  corceles:  para  huir  más  aprisa.  ||  Es  el  comienzo  del  cas- 
rifio  :  olios  interpretan  H  :  «Tú  has  sido  el  origen  de  los  pecados  (o  de  la  desgracia) 
de  la  hija  de  S...».  Lo  dice  porque  fué  la  primera  de  Judá  en  aceptar  el  culto  idolá- 
trico de  las  diez  tribus. 

M  Has  DE  dar  regalo  de  despedida:  e.  d.,  has  de  renunciar.  ||  Torrente  falaz: 
cosa  engañosa,  hebr.  akzab,  juego  de  palabras  con  Akzib.  Viene  a  decir  que  los  reyes 
de  Judá  habrán  de  ceder  a  los  enemigos  dicha  plaza. 

ro  Llegará  :  e.  d.,  llegará  en  su  huida. 

M  Decálvate...  :  e.  d.,  reviste  las  señales  de  duelo  por  tus  caros  y  deleitosos  hijos. 


—  1670  — 


MIQUEAS 


El  rico  opresor 


cy    1  ¡  A y  de  quienes  maquinan  iniquidad 
*■     y  fraguan  la  maldad  en  sus  lechos, 

llevándolo  a  cabo  al  alborear  la  mañana, 

porque  tienen  en  sus  manos  la  fuerza. 
:  Codician  campos,  y  los  roban  ; 

casas,  y  las  toman  ; 

y  tiranizan  al  varón  y  su  casa, 

al  hombre  y  su  propiedad. 
'  Por  eso,  así  |  dice  Yahveh  : 

«He  aquí  que  yo  maquino  contra  esta  estirpe  un  mal, 

del  cual  no  podréis  substraer  vuestros  cuellos, 

y  no  caminaréis  ya  altaneramente,  pues  será  tiempo  adverso.» 
'  En  aquel  día  |  se  pronunciará  sobre  vosotros 

un  proverbio  |  y  se  cantará  una  lamentación, 

diciendo  : 

« ¡  Hemos  sido  destruidos  por  completo  ! 
La  porción  de  mi  pueblo  se  ha  trocado  a. 
¡  Cómo  es  arrebatada  de  mí ! 

Entre  los  apóstatas  nuestros  campos  son  repartidos  b. 
6  Por  eso  no  tendrás  c  quien  adjudique  los  lotes  mediante  la  cuerda 

en  la  comunidad  de  Yahveh. 
6  ¡  No  vaticinéis  ! 

¡  No  vaticinen  a  éstos  á ! 

No  cesarán  las  palabras  de  vilipendio. 
'  Dice  la  casa  de  Jacob  : 

«¿  Acaso  se  muestra  colérico  Yahveh 

o  son  éstas  sus  acciones  ? 


21  Al  alborear  :  sin  perder  tiempo. 
3  He  aquí...  un  mal  :  parece  que  éstas  sólo  son  las  palabras  del  Señor,  que  habla 
a  la  estirpe  o  familia  en  tercera  persona,  mientras  el  profeta,  como  se  ve  en  lo  que 
sigue,  hácelo  en  segunda. 

*  Procuramos— aquí  como  en  todo  el  capítulo — traducir  H  lo  más  lit.  posible  ;  pero 
el  texto — aquí  y  en  todo  él — está  muy  mal  conservado  y  es  oscuro.  Recientemente,  Her- 
mann  M.  Weil  ha  intentado  explicar  el  capítulo  a  la  luz  de  i  Re.  20-22,  que  trataría 
de  los  mismos  sucesos.  Miq.  2,  6-13,  sería  un  trozo  oratorio  que  seguiría  a  1  Re.  22,  28; 
luego  los  discursos  del  rey  Ajab  y  del  profeta  Miqueas  ben  Imlá  se  desgajarían  de 
allí,  colocándolos  en  un  escrito  particular  de  un  profeta  Miqueas.  Cf.  V,  que  vierte 
la  última  parte  del  v.  :  «¿cómo  se  retirará  de  mí,  puesto  que  vuelve  quien  ha  de  re- 
partir nuestros  campos?»  Kit  modifica  ampliamente  H,  y  algunos  (cf.  Bibl.  Bonn, 
v.  gr.)  prpn.  leer  la  canción  así. 

La  porción  de  mi  pueblo  fué  medida  a  cordel, 
y  no  hay  Quien  lo  devuelva; 

a  nuestros  cautivadores  nuestros  campos  se  han  repartido; 
hemos  sido  destruidos  por  completo. 

El  significado  de  este  versículo  es  que  servirá  su  desgracia  de  tema  para  los  pro- 
verbios y  canciones  elegiacas.  ||  Destruidos:  o  expoliados.  ||  Se  ha  trocado...  :  otros, 
«mi  pueblo  cambia  una  parte.  ¿  Cómo  puede  escapárseme  ?» 

°  Quien  «adjudique  :  lit.,  quien  eche  la  cuerda  en  suerte. 

6  No  vaticinéis:  o  prediquéis;  lit.,  «ne  vaticinemini !  vaticinantur»  ¡  es  iro- 
nía. ||  A  éstos:  e.  d.,  los  ricos  que  oprimen  al  pobre;  pero  muchos  corrigen  cosas 
tales  iKit),  acerca  de  maldición  iBibl.  Bonn).  II  No  cesarán:  cf.  V  :  «no  los  alcanzará 
la  confusión»,  otros  corrigen  H  ;  cf.  Kit.  Weil  une  la  frase  con  el  v.  siguiente.  «No 
cederá  vergonzosamente  el  que  es  llamado  clan  (o  linaje)  de  Jacob.» 

'  Dice:  así  c.  V;  otros  corrigen  H  diversamente;  cf.  Kit.  !|  SE  muestra  colérico: 
o  impaciente  ;  fit.,  se  acortó  el  espíritu  (o  respiración)  de  Y. 

—  1671  — 


2  8-31 


MIQUEAS 


2  8-31 


¿No  son  sus  e  palabras  buenas 

con  quien  anda  en  rectitud  ? 
8  Pero  hace  mucho  tiempo  f  mi  pueblo  se  levantó  como  enemigo  ; 

encima  del  vestido  arrebatáis  el  manto 

de  los  que  pasan  confiados, 

vueltos  B  de  la  guerra. 
!'  A  ¿as  mujeres  de  mi  pueblo  expulsáis 

de  las  casas  que  constituyen  sus  h  delicias  ; 

de  sobre  sus  b  hijos  quitáis 

mi  esplendor  para  siempre. 

10  Levantaos  y  andad,  pues 
no  es  éste  lugar  de  reposo  ; 
por  causa  de  la  inmundicia, 
que  produce  destrucción, 

y  en  verdad  destrucción  horrrible. 

11  Si  yo  fuera  un  hombre 

que  corriese  tras  el  viento  y  mintiera  falsedades, 

yo  te  predicaría  de  vino  e  hidromel, 

y  ése  sería  el  profeta  adecuado  para  tal  pueblo  : 
a  «¡Yo  te  reuniré  sin  falta,  oh  Jacob,  todo  entero! 

¡  Congregaré  en  verdad  el  residuo  de  Israel  ! 

Los  reuniré  como  rebaño  en  aprisco, 

cual  hato  en  medio  del  pastizal  ; 

producirán  gran  estruendo  por  la  multitud  de  gente. 
13  El  que  les  abre  camino  subirá  ante  ellos  ; 

irrumpirán  y  pasarán  la  puerta 

y  saldrán  por  ella  ; 

su  rey  marchará  al  frente  de  ellos, 

y  Yahveh  a  su  cabeza.» 


Invectiva  contra  los  altos  magistrados  y  los  falsos 
profetas.  Ruina  de  Israel 

5   1  Y  dije  : 

-*     «Escuchad,  por  favor,  ¡  oh  jefes  de  Jacob  !, 
y  vosotros,  jueces  de  la  casa  de  Israel. 
¿  Acaso  no  os  compete  conocer  el  derecho  ? 


8  Vueltos  de  la  guerra  :  parece  querer  decir  :  cual  si  fuesen  prisioneros  de  gue- 
rra.— Weil  interpreta  el  v.  :  «La  víspera,  mi  pueblo  ha  privado  al  enemigo  del  ves- 
tido de  pelo  —  haríais  atacar  de  suerte  que  no  entrarían  en  seguridad,  tornarían  a  la 
guerra.»  Otros  corrigen  notablemente  H. 

9  A  las  mujeres  :  Weil  cree  es  plur.  de  excelencia  para  indicar  la  primera  mujer 
de.  mi  pueblo,  e.  d.,  la  reina.  ||  Quitáis  mi  esplendor:  el  honor  concedido  por  Dios: 
la  libertad,  la  comodidad,  hasta  la  ropa. 

10  Levantaos  y  andad  :  los  que  habéis  privado  a  los  otros  de  sus  bienes  id  ahora  al 
destierro.  ||  Por  causa  de  la  inmundicia...  :  prps.  múltiples  correcciones.  «Por  una 
pequenez  tomáis  prenda  cruel»  (o  muy  dolorosa).  Weil  traduce  «Pues  que  ella  ha 
mancillado  (el  país),  padecerá,  —  y  el  tormento  será  doloroso.» 

J1  Que  corriese  tras  el  viento  :  otros,  «que  procediese  con  viento»,  «que  caminase 
en  viento»,  «del  espíritu  que  circula».  ||  Mintiera  falsedades:  o  «engañase  con  men- 
tiras». ||  Y  ése  sería  el  profeta  o  predicador  adecuado  para  tal  pueblo  o  turba.  Weil 
traduce  :   «y  esa  turba  predicaría». 

»  .v  1S  Parece  contienen  las  palabras  del  pseudoprofeta  aludido  antes.  Otros  crítico^ 
las  juzgaron  adición  de  la  época  del  destierro  o  tiempo  posterior. 

12  El  residuo  :  o  los  otros  hijos.  ||  En  aprisco  :  otros  prefieren  «como  ovejas  de 
Uosrát,  o  ten  Bosrá»,  versiones  que  también  admite  H.  ||  Producirán:  cf.  V;  otros 
corrigen  H  (cf.  K5t). 

a  El  que  les  abre  camino  :  el  Mesías,  a  quien  luego  llama  Rey.  ||  Pasarán  la  puer- 
ta :  no  hallarán  serio  obstáculo. 


—  1672  — 


MIQUKAS 


3  2-12 


*  ¡  Oh  aborrecedores  del  bien  y  amadores  del  mal, 
que  les  arrancáis  la  piel  de  encima  a  [los  pobres] 
y  la  carne  de  sobre  sus  huesos  ! 

3  Los  que  han  devorado  la  carne  de  mi  pueblo,  le  han  desollado  su 

[piel  y  han  quebrantado  sus  huesos  ; 
le  han  hecho  pedazos  como  vianda  a  en  la  olla 
y  cual  carne  en  medio  de  la  caldera. 

4  Entonces  clamarán  a  Yahveh, 
mas  no  les  responderá  ; 

pues  ocultará  su  rostro  de  ellos  b  en  aquel  tiempo  b, 

por  cuanto  obraron  perversamente. 
c  Así  habla  Yahveh  acerca  de  los  profetas 

que  extravían  a  mi  pueblo, 

que  muerden  con  sus  dientes, 

mientran  gritan:  «¡Paz!», 

y  a  quien  no  les  pone  algo  en  la  boca 

le  declaran  la  guerra  santa. 
8  Por  eso  tendréis  vosotros  noche  en  vez  de  visión 

y  tinieblas  en  lugar  de  adivinación  ; 

y  se  pondrá  el  sol  sobre  tales  profetas 

y  se  oscurecerá  en  torno  a  ellos  el  día. 
'  y  quedarán  avergonzados  los  videntes 

y  confundidos  los  adivinos, 

y  se  cubrirán  el  bigote  todos  ellos, 

porque  no  habrá  respuesta  de  Dios. 
1  Pero  yo  estoy  lleno  de  fuerza, 

del  espíritu  de  Yahveh  c,  y  de  juicio,  y  de  fortaleza, 

para  revelar  a  Jacob  su  prevaricación 

y  a  Israel  su  pecado. 
"Escuchad,  pues,  esto    ¡oh  jefes  de  la  casa  de  Jacob!, 

y  vosotros,  jueces  de  lg  casa  de  Israel, 

que  abomináis  el  derecho 

y  todo  lo  recto  torcéis, 
"'  que  edificáis  d  a  Sión  con  sangre 

y  a  Jerusalén  con  iniquidad. 
"  Sus  jefes  juzgan  por  soborno, 

y  sus  sacerdotes  enseñan  por  lucro, 

y  sus  profetas  adivinan  por  dinero 

y  sobre  Yahveh  se  apoyan,  diciendo  : 

«¿  Acaso  no  está  Yahveh  en  medio  de  nosotros  ? 

¡No  nos  ha  de  sobrevenir  desgracia  alguna!» 
B  Por  eso,  por  vuestra  causa,  Sión 

será  arada  como  un  campo, 

y  Jerusalén  se  convertirá  en. ruinas, 

y  el  monte  del  templo  en  altura  6  de  bosque. 


3 4  En  aquel  tiempo  :  el  de  la  calamidad  arriba  anunciada  (cap.  2,  3). 
6  Ln  declaran . . .  :  o  bien  inician  contra  él  la  guerra  con  religiosos  ritos. 
"  Noche  en  vez  de  visión  o  «sin  visión...,  sin  adivinación»  ;  no  habrá  para  los  fal- 
sos profetas  sino  tinieblas.  [|  Se  pondrá  el  sol  de  la  salvación  y  prosperidad. 

*  Se  cubrirán  el  bigote  :  o  su  barba  ;  lit.,  «su  labio»,  e.  d.,  se  embozarán  en  señal 
de  duelo  y  angustia. 

8  Estoy  lleno  de  fuerza  :  es  Miqueas  quien  habla,  jl  De  juicio  :  o  bien,  de  justicia 
o  derecho. 

14  Con  sangre  :  con  crueles  extorsiones. 

12  Arada  como  r/N  campo  :  la  parte  de  la  ciudad  donde  estaba  el  palacio  real.  ||  Al- 
tura :  loma  o  recinto  sagrado,  lugar  alto. 


—  TÓ71  — 


4  1-9 


MIQUEAS 


Dominio  universal  de  Yahveh  y  promesa 
de  restauración  nacional 


1  Y  acaecerá  al  cabo  de  los  últimos  tiempos 

que  el  monte  de  la  casa  de  Yahveh 

estará  asentado  en  la  cumbre  de  los  montes, 

y  se  alzará  sobre  las  colinas,  v 

y  afluirán  a  él  los  pueblos, 
-  y  llegarán  numerosas  naciones  y  dirán  : 

«Venid  y  subamos  ail  monte  de  Yahveh 

y  a  la  casa  del  Dios  de  Jacob, 

y  nos  enseñará  sus  caminos, 

y  andaremos  sus  senderos, 

pues  de  Sión  saldrá  la  ley 

y  la  palabra  de  Dios  de  Jerusalén. 

3  Y  juzgará  entre  muchos  pueblos, 

y  administrará  justicia  a  poderosas  naciones,  a  hasta  lo  más  lejos  1  ; 

y  trocarán  sus  espadas  en  azadones 

y  sus  lanzas  en  podaderas  ; 

no  alzará  espada  pueblo  contra  pueblo 

ni  6e  adiestrarán  más  en  la  guerra, 

4  y  se  sentará  cada  uno  bajo  su  parra 

y  al  pie  de  su  higuera,  sin  que  haya  quien  aterrorice, 
ipues  la  boca  de  Yahveh  de  los  ejércitos  lo  afirmó. 
6  Porque  todos  los  pueblos  marchan 
cada  uno  en  nom'bre  de  su  dios, 
mas  nosotros  caminaremos  en  nombre  de  Yahveh, 
nuestro  Dios,  por  siemipre  jamás. 

6  En  aquel  día — palabra  de  Yahveh — 
reuniré  a  la  [oveja]  coja 

y  congregaré  a  la  extraviada 
y  a  la  que  yo  había  dañado. 

7  Y  convertiré  a  la  coja  en  resto 

y  a  la  alejada  en  pueblo  fuerte, 

y  reinará  Yahveh  sobre  ellos  en  el  monte  Sión 

desde  ahora  y  para  siempre. 

8  Y  tú,  torre  del  rebaño, 
colina  de  la  hija  de  Sión, 
hasta  ti  vendrá 

y  llegará  el  dominio  primero, 
la  monarquía  de  la  hija  de  Jerusalén. 
"Ahora,  ¿por  qué  das  tales  gritos? 
¿  Acaso  no  hay  rey  en  ti 


4'-"  Coinciden  con  Is.  2,  2-4,  ignorándose  cuál  de  los  dos  textos  tiene  la  prioridad 
o  si  ambos  autores  se  inspiraron  en  un  tercero. 

1  Ai.  cabo  de  los  últimos  tiempos  :  o  en  los  últimos  días,  es  fórmula  consagrada 
para  la  época  mesiánica. 

2  La  ley  :  la  Torá  :  ley,  doctrina  o  enseñanza. 

B  Administrará  justicia:  o  dictará  derecho,  corregirá...  ||  Azadones:  o  azadas; 
otros,  «rejas  de  arado»  :  un  apero  de  labranza  de  hierro  y  cortante. 
c  En  nombre  de  su  dios  :  apoyado  en  la  fuerza  de  su  dios. 
•  La  [oveja]  coja  :  a  los  pobres  israelitas  probados  en  el  cautiverio. 

7  Resto  o  reliquia  es  aquí  término  de  sentido  escatológico-mesiánico,  estudiado  por 
Vaux.  ||  Alejada  o  rechazada;  otros,  «cansados,  fatigados»,  pues  el  hebr.  ofrece 
un  partía  fem.  sing.  con  valor  de  colectivo  neutro.  Muchos  críticos  corrigen  H  :  «la 
agobiada»  o  atribulada. 

8  Torre  del  rebaño:  Migdal-Éder,  como  apelativo  de  Jerusalén.  ||  El.  dominio 
primero  :  su  antiguo  poderío  del  tiempo  de  David  y  .Salomón. 

—  1674  — 


4  10-53 


MIQUEAS 


4  w-5  3 


o  pereció  tu  consejero, 

que  se  ha  apoderado  de  ti  el  dolor  como  a  una  parturienta  ? 
10  Retuércete  y  estremécete,!  hija  de  Sión,  cual  parturienta; 

pues  ahora  saldrás  de  la  ciudad  |  y  morarás  en  el  campo, 

b  e  irás  hasta  Babilonia  :  ¡  allí  serás  salvada  b, 

allí  te  librará  Yahveh  c  ¡  de  la  mano  de  tus  enemigos. 
"  Mas  ahora  se  han  juntado  contra  ti  |  numerosas  naciones 

que  dicen  :  «Sea  profanada  para  que  contemple  ¡ 
a  Sión  nuestra  vista  d.» 
B  Pero  ellos  ignoran  |  los  pensamientos  de  Yahveh 

v  no  comprenden  su  designio,  | 

pues  los  ha  reunido  cua'l  gavillas  en  la  era. 
13  Levántate  y  trilla,  hija  de  Sión, 

porque  yo  haré  tu  cuerno  de  hierro 

y  tus  pezuñas  de  bronce, 

y  tributarás  a  muchos  pueblos, 

y  consagrarás  8  a  exterminio  en  honor  de  Yahveh  sus  despojos 
y  sus  riquezas  al  Señor  de  toda  la  tierra. 


El  Mesías,  rey  pacífico.  Otros  oráculos 


r  ',«  Ahora  juntaos  por  escuadrones,  ¡  oh  soldados  !  ; 
<-*       un  terraplén  lian  erigido  a  contra  nosotros, 

con  vara  herirán  en  la  mejilla 

al  juez  de  Israel. 

Mas  tú,  Belén  Efratá, 

la  más  pequeña  entre  las  regiones  de  Judá, 
de  ti  me  saldrá 

quien  ha  de  ser  dominador  en  Israel, 
cuyos  orígenes  vienen  de  antiguo, 
des  le  los  días  de  la  eternidad. 
'2  Por  eso  los  entregará  [El  en  mano  enemiga]  hasta  el  momento 
en  que  dé  a  luz  la  que  a  luz  ha  de  dar  ; 
luego  el  resto  de  sus  hermanos  regresará 
a  los  hijos  de  Israel. 

10  HoonacVcer  considera  todo  e 
al  aire  libre  hasta  llegar  al  lugí 
yacer  sobre  el  campo. 

11  Contemple  a  Sión:  e.  d.,  se  ¡ 
a  Levántate  y  trilla  :  aplasta, 

rónimo  en  sentido  espiritual  a  1 


K  \,  Hamos  ros  bscc 

V   terpretada.  Así  V  ti 
con  cerradura,  la  hija... 
to),  e.  d.,  oh  asediada»  ;  otros, 
nacker  corrige  H  :    «rodéate  (c 
lee — en  vez  de  «hija  del  escuad 
anterior:    «reunir  reúnete  por 

vara  (sebet)  y  juez  (sofet). 


paciente  en  Su 
i  oh  Jerusalén  ! 

ion  soldados!  :  es  expresi 

destruida,  hija  de  ladrón»  ; 


S  «desgárrate  (o  rasgil 


até),  oh  hija  del  ataqué  'o  asal- 
>presión  (u  opresora)»,  etc.  Hoo- 
de  un  muro,  Bet-Gader»  ;  Kit 
[milites» — el  infinitivo  del  verbo 
opell».   Desde  luego,  el  hebreo 


.¡mu  '-,  um  cuino 


lit. 


figurar  (cf.  K 


rell) 


ego  entre 

:  (cf.  Zo- 
el  futuro 
del  liber- 
eterna  se 
iel  verso. 
Yahveh*. 


distinguido».  ||  Sus  hermanos:  e.  d.,  los  del  Mesías. 
—  1675  — 


5  4-15 


MIQÜEAS 


5 


3  Y  permanecerá  firme  y  pastoreará  revestido  de  la  fortaleza  de 

y  con  la  majestad  del  nombre  de  Yahveh,  su  Dios,  [Yahveh, 

y  ellos  morarán  tranquilos,  porque  entonces  él  será  grande 

hasta  los  confines  de  la  tierra. 
'«  Y  éste  será  la  paz, 

y  cuando  invadiere  el  asirio  nuestro  país 

y  ponga  el  pie  en  nuestros  palacios  b, 

suscitaremos  contra  él  siete  pastores 

y  ocho  príncipes  del  pueblo, 
%  los  cuales  pastorearán  el  país  de  Asiria  con  la  espada 

y  la  tierra  de  Nimrod  con  el  acero  c. 

Y  él  [nos]  librará  del  asirio 
cuando  venga  a  nuestro  país 

y  ponga  el  pie  en  nuestro  término. 
"e  Y  será  el  resto  de  Jacob 

en  medio  de  numerosos  pueblos 
como  rocío  procedente  de  Yahveh, 
cual  lluvia  sobre  la  hierba, 
que  no  espera  a  los  hombres, 
ni  aguarda  a  ios  hijos  del  hombre. 

Y  será  el  resto  de  Jacob  entre  las  naciones, 
en  medio  de  pueblos  numerosos, 

como  león  entre  las  bestias  de  la  selva, 

cual  el  cachorro  de  león  entre  los  hatos  de  ganado  menor, 

que  si  pasa,  y  pisotea, 

y  dilacera,  no  hay  quien  salve. 
*s  Se  alzará  tu  maño  sobre  tus  adversarios, 

y  todos  tus  enemigos  serán  exterminados. 
'%  Y  sucederá  en  aquel  día — oráculo  de  Yahveh — 

que  exterminaré  tus  caballos  de  en  medio  de  ti 

y  destruiré  tus  carros  ; 
"io  y  exterminaré  las  ciudadelas  de  tu  país 

y  arrasaré  todas  tus  fortalezas  ; 
"ji  y  exterminaré  de  tu  mano  las  hechicerías 

y  no  tendrás  ya  adivinos  ; 
"i¡  y  exterminaré  tus  estatuas 

y  tus  massebás  de  en  medio  de  ti 

y  no  te  prosternarás  más 

ante  la  obra  de  tus  manos. 
Mu  Y  yo  arrancaré  tus  aserás  de  en  medio  de  ti 

y  aniquilaré  tus  ciudades  d. 
"„  Y  ejecutaré  con  ira  y  furor 

venganza  de  las  gentes  que  no  escucharon. 


,.  PERMANECERA  FIRME 

apacienta  en  la  fuerza  d 
rarán  tranquilos  en  su  p 
6  Será  la  taz  :  traerá 
cuando  las  naciones  cn< 
otros,  «principes  hermar 
y  quizá  mejor,  dice  Zor 


lar  a  Israel.  O  también  :  «Se  pre.-enla  y 
án  tranquilos:  lit.,  morarán,  e.  d.,  mo- 

a  existe.  ||  Cuando  invadiere  el  \mrw: 
cblo  de  Dios.  ||  Príncipes  del  pueblo  : 
de  un  pueblo  extraño  bajo  algún  rey, 
cito,  adalides  o  caudillos. 


a  todos  tus  enemigos, 
lades  [fuertes]. 


escucharon  : 


-  1676  — 


MIQUEAS 


6  i-is 


Querella  de  Yahveh  contra  Israel  y  Jerusalén 

1  Escucha,  por  favor, 
lo  que  a  Yahveh  dice 
¡  Levántate  y  pleitea  con  las  montañas 
y  oigan  las  colinas  tu  voz  ! 
:  ¡  Escuchad,  oh  montes,  la  querella  de  Yahveh, 
y  prestad  oído  h,  fundamentos  de  la  tierra  ! 
Pues  Yahveh  tiene  querella  con  su  pueblo 
y  con  Israel  va  a  juicio. 
3  Pueblo  mío,  ¿  qué  te  he  hecho 

o  en  qué  te  he  molestado.?  Respóndeme. 
1  En  verdad  yo  te  saqué  de  tierra  de  Egipto, 
y  de  la  casa  de  esclavitud  te  rescaté, 
y  envié  a  tu  frente  a  Moisés,  Aarón  y  María. 

5  Pueblo  mío,  recuerda,  por  favor,  lo  que  tramaba 
Balaq,  rey  de  Moab, 
y  lo  que  le  contestó 
Balam,  hijo  de  Beor, 
0  ...  desde  Sittim  a  Guilgal, 

a  fin  de  que  reconozcas  las  acciones  misericordiosas  de  Yahveh. 

6  ¿  Con  qué  me  presentaré  a  Yahveh 
y  me  encorvaré  ante  el  Dios  del  cielo  ? 
¿  Me  presentaré  acaso  con  holocaustos, 
con  terneros  añales  ? 

7  ¿Acaso  se  complacerá  Yahveh  en  miles  de  carneros, 
en  miríadas  de  ríos  de  aceite  ? 

¿  .Le  entregaré  mi  primogénito  por  mi  prevaricación  ? 
¿  El  fruto  de  mis  entrañas  por  el  pecado  de  mi  alma  ? 
"El  te  ha  indicado  d,  ¡oh  hombre!,  lo  que  es  bueno, 
lo  que  Yahveh  reclama  de  ti  : 
no  otra  cosa  sino  hacer  justicia, 
amar  la  misericordia 
y  caminar  humildemente  con  tu  Dios. 
5  Oigo  a  Yahveh,  que  llama  a  la  ciudad 
— y  es  cordura  temer  tu  nombre —  e. 
Escuchad,  tribu  y  congregación  de  la  ciudad  ', 
a  quien  lo  determinó. 
'"¿Puedo  soportar^  la  casa  del  impío,  los  tesoros  de  iniquidad, 

y  un  cfá  escaso,  digno  de  la  ira  divina  ? 
"  ¿Acaso  daré  por  justa  h  la  balanza  inicua 

y  la  bolsa  de  pesas  fraudulentas  ? 
15  Pues  los  ricos  de  esta  ciudad  se  llenaron  de  violencia, 
y  sus  habitantes  hablan  mentira, 
y  su  lengua  es  engañosa  en  su  boca. 
13  Y  así  yo  también  he  comenzado  i  a  herirte 
y  asolarte  por  tus  pecados. 

1  Pleitea  con  las  montañas  :  no  quiere  decir  que  sean  las  montañas  objeto  de  acu- 
sación ;  acude  a  ellas  como  a  testigos. 
"  ¿Con  qué  me  presentaré...?  :  es  Israel  quien  habla  ahora. 
s  La  misericordia  :  o  la  bondad,  el  amor,  la  caridad. 

■  Oigo  a:  lit.,  «¡La  voz  de  Yahveh...!»,  e.  d.,  «¡Escucha,  Yahveh  llama!...»,  u  «Oigo 
a...».  ||  Escuchad,  tribu  y  congregación  de  la  ciudad  :  cf.  nota  crítica  /.  Otros,  como 
V,  traducen:  «Oíd,  tribus,  mas  ¿quién  lo  aprobará?»,  o  «Escuchad,  tribu,  y  quien 
lo  convoca»,  o  «escuchad  (atended)  a  la  vara  de  castigo  y  a  quien  lo  determino  (o  lo 
ha  de  aplicar)»... 

10  Tesoros  de  iniquidad:  c.  d.,  los  bienes  ilegal,  inicuamente  adquiridos.  ||  Digno 
de  la  ira  DIVINA  :  o  de  maldición.  Otros,  «consumido,  tísico». 

—  1677  — 


6 


6  4 


MIQUEAS 


6  14-7  i 


M  Comerás  y  no  te  hartarás, 

y  el  hambre  te  devorará  interiormente  ; 

tratarás  de  guardar  aparte  [tus  bienes]  y  no  los  salvarás, 

y  lo  que  salves  lo  entregaré  a  la  espada. 
16  Tú  sembrarás,  y  no  segarás  ; 

tú  pisarás  la  aceituna,  y  no  te  ungirás  de  óleo  ; 

y  el  mosto,  y  no  beberás  vino. 
le  Obsai'asle  '  las  estatuas  de  Omrí 

y  todas  las  prácticas  de  la  casa  de  Ajab, 

y  anduviste  según  sus  depravadas  intenciones, 

de  suerte  que  yo  te  abandonase  a  la  devastación  y  a  tus  moradores 
y  soportaréis  el  oprobio  de  los  pueblos  k.  [al  escarnio, 


Lamentación  de  Israel.  El  retorno  de  los  desterrados 
y  súplica  a  Yahveh 

n  '  ¡  A  y  de  mí!,  que  he  venido  a  ser  cual  frutos  recogidos  en  otoño*, 
*      como  rebusco  tras  la  vendimia  : 

no  hay  un  racimo  para  comer  ;  un  higo  precoz 

ansia  mi  alma. 

2  Ha  desaparecido  de  la  tierra  e'l  hombre  piadoso, 
no  existe  un  recto  en  la  humanidad  ; 

todos  acechan  la  sangre, 

unos  a  otros  se  tienden  la  red. 

3  Sus  manos  están  prontas  a  hacer  el  mal 
a  la  perfección  ;  el  príncipe  reclama, 

y  el  juez  [falla]  por  cohecho, 

el  grande  manifiesta  la  codicia  de  su  alma, 

y  así  la  torcieron. 

4  El  mejor  de  ellos  es  como  zarza 
que  surge  recta  del  seto. 

El  día  [anunciado  por]  tus  centinelas,  eí  de  su  b  castigo,  llega  ; 
ahora  será  su  turbación. 

14  Hambre  :  asi  quizá  por  el  contexto ;  G  «obtenebratio»,  S  «dysenteria»,  V  «humi- 

liatio»  ;  otros,  (abatimiento»,  etc.  Las  vers.  modernas  varían  mucho,  modificando 
diversamente  H  ;  v.  gr.  :  o  Y  lo  que  está  en  medio  de  ti  puedes  suprimir,  no  lo  salva- 
rás» (Bibl.  Bonn),  «Y  aunque  en  ti  hay  fortaleza,  tienes  que  retroceder  y  no  puedes 
salvar»  (Bibl.  Tub.),  etc. 

la  Observaste  las  estatuas  de  Omrí  :  nos  dice  la  Escritura  en  2  Re.  16,  25,  que  este 
rey  fué  peor  que  los  predecesores,  y  siguiendo  a  tal  modelo,  cayó  Israel  en  la  más 
abominable  idolatría.  ||  Sus  dltravadas  intenciones  :  o  su  manera  de  sentir,  sus 
consejos. 

71  Cual  frutos  recogidos  en  otoño  :  quiere  decir  que  quedan  en  la  nación  pocos 
hombres  de  bien.  Es  ella  la  que  habla  por  boca  del  profeta.  ||  Un  higo  precoz: 
o  higos  tempranos,  albacoras. 

3  Sus  manos  están  prontas  :  o  son  diestras.  Quizá  pudiera  interpretarse  también  : 
apara  obrar  (u  obrando)  el  mal  con  sus  manos  en  vez  de  hacer  el  bien,  el  príncipe 
exige  lo  indebido,  el  juez...».  Cf.  V  :  «el  mal  que  sus  manos  ejecutan  lo  llaman  bien  : 
el  príncipe...».  Otros  prefieren  modificar  H,  que  parece  no  se  ha  conservado  correcta- 
mente. |¡  El  príncipe:  o  bien,  el  funcionario  exige  pago  (otros,  cosa  grande)  etc.  II 
La  torcieron  :  así,  o  «entretejieron»,  lit.  ;  V  vierte  «y  la  llenaron  de  turbación»  ; 
otros,  «lo  urden»,  e.  d.,  así  urden  sus  tramas  codiciosas.  Desde  luego,  los  yv.  3  y  4 
aparecen  hoy  poco  diáfanos  y  se  proponen  múltiples  correcciones  (cf.  Kit). 

4  Que  surge  recta  del  seto  :  otros,  c.  V,  «el  recto,  como  espino  de  cerca».  Otros, 
como  Hoonacker,  corrigen  H  :  «Han  comprimido  (enmendando  la  última  palabra 
del  v.  3)  a  los  buenos  cual  se  haría  con  una  rama  de  zarza...»  ;  Bibl.  Bonn  :  «El  más 
probo  entre  ellos  se  asemeja  al  seto  de  zarzas.  ¡Ay!,su  castigo  se  acerca...» ;  Bibl.  Tub.: 
«mas  quemarán  *  su  bien  como  zarzas»,  etc. 


—  1678  — 


MIQUEAS 


7  5-16 


'No  creáis  en  el  compañero, 
no  confiéis  en  el  amigo  ; 
de  la  que  se  acuesta  en  tu  seno 
guarda  las  confidencias  de  tu  boca. 

6  Porque  el  hijo  insulta  al  padre, 
ls  hija  se  alza  contra  su  madre, 
la  nuera  contra  su  suegra  ; 

enemigos  del  hombre  son  sus  propios  familiares. 

7  Mas  yo  en  Yahveh  clavaré  mi  vista, 
esperaré  en  el  Dios  de  mi  salvación 
v  me  escuchará  mi  Dios. 

8  No  te  alegres  de  mi  suerte,  ¡  oh  enemiga  mía  !  ; 
pues  si  caí,  me  levantaré, 

porque  si  moro  en  tinieblas, 

Yahveh  será  mi  luz. 
"  Soportaré  el  enojo  de  Yahveh, 

ya  que  he  pecado  contra  El, 

hasta  que  juzgue  mi  causa 

y  me  haga  justicia  ; 

me  saque  a  la  luz 

v  su  justicia  yo  contemple. 
10  Cuando  lo  vea  mi  enemiga, 

la  cubrirá  la  confusión, 

ella,  que  me  decía  : 

«¿Dónde  está  Yahveh,  tu  Dios?» 

Mis  ojos  se  apacentarán  en  ella 

cuando  sea  pisoteada  como  el  fango  de  las  calles. 
"  Llegará  el  día  de  la  reconstrucción  de  tus  muros  ; 

en  aquel  día  tu  frontera  c  estará  más  distante. 
a  Aquel  día  llegarán  d  hasta  ti 

desde  Asiria  hasta  e  Egipto 

y  desde  Egipto  hasta  el  río, 

de  mar  a  mar  y  de  montaña  a  montaña, 
°  Y  el  país  será  reducido  a  desalación, 

así  como  sus  habitantes,  debido  a  sus  acciones. 
u  Apacienta  a  tu  pueblo  con  tu  cayado, 

el  rebaño  de  tu  herencia, 

que  habita  solitario  en  el  bosque 

en  medio  de  un  campo  feraz, 

paciendo  en  Basán  y  Galaad  cual  en  los  días  antiguos. 
15  Como  en  los  días  de  tu  salida  de  Egipto, 

le  haré  ver  prodigios. 
"  Yeránlo  las  gentes  y  se  avergonzarán 

con  todo  su  poderío  ; 

pondrán  la  mano  sobre  la  boca, 

sus  oídos  quedarán  sordos  ; 


5  Guarda  las  confidencias:  o  para  mientes  en  las  puertas  (así  lit.l. 

■  Familiares  :  o  los  miembros  de  su  casa. 

'  Clavaré  mi  vista  :  o  voy  a  poner  la  mirada  en  Yahveh. 

»  No  te  alegres  de  mi  suerte  :  dice  Israel  a  su  enemiga  Asiria. 

'  Juzgue  :  o  lleve  El  mi  pleito. 

10  Cuando  lo  vea  mi  enemiga  :  sigue  hablando  Israel  :  Cuando  vea  mi  enemiga  que 
no  ha  podido  destruirme  por  completo. 

a  Frontera  :  las  vers.  antiguas  prefieren  otros  sentidos  del  vocablo  hebreo ;  así 
V  clex».  El  sentido  del  v.  parece  ser  que  Jerusalén  cobrará  nuevo  esplendor. 

u  Miqueas  vaticina  aquí  la  vuelta  del  destierro,  acompañada  de  la  conversión  de 
los  pueblos  enemigos  al  Dios  de  Israel.  ||  Hasta  el  río:  e.  d.,  el  Eufrates. 

a  Y  el  país  :  a  continuación  de  las  anteriores  promesas  vuelve  el  profeta  a  ame- 
nazar con  castigos.  Ahora  dice  que  por  los  pecados  del  pueblo  padecerá  éste  de  nuevo 
una  invasión  extranjera.  ||  Así  como:  o  también,  a  causa  de  sus  habitantes. 

14  Apacienta  :  oración  del  profeta  al  Señor. 

16  Como  en  los  días  :  responde  Dios  a  la  oración  de  Miqueas. 


—  IÓ7Q  — 


MTOUF \ S 


7  17-20 


"  lamerán  el  polvo  cual  la  serpiente  ; 

como  los  reptiles  de  la  tierra, 

saldrán  espantados  de  sus  escondrijos  ; 

volverán  temblando  f  a  Yahveh,  nuestro  Dios  ', 

y  tendrán  miedo  de  ti. 
18  ¿Qué  Dios  hay  como  tú,  que  quite  la  iniquidad 

y  pase  por  alto  la  prevaricación  'al  resto  de  su  herencia'? 

No  mantendrá  por  siempre  su  cólera, 

porque  gusta  de  la  compasión. 
lu  Volverá  a  compadecerse  de  nosotros, 

hollará  nuestras  iniquidades 

y  arrojará  *  en  las  profundidades  del  mar 

todos  nuestros  pecados. 
30  Dispensarás  fideflidad  a  Jacob, 

misericordia  a  Abraham, 

como  juraste  a  nuestros  padres 

desde  tiempos  remotos. 


10  i  Uuf  Dios  hay  como  tú?:  expresa  el  profeta  su  alearía  por  haberle  el  Señor  oído. 


NOTAS  CRITICAS 


A     MIQ  U  E  A  S 


.  CAI'.  I 

a  II  añade  aquí  Adonay,  el  Señor;  di  c  Ga  Q  (cf  Kit)]  b añade  y  pisa  o  camina; 
di  C  GV  (cf  Kit)]  "prb  1  Judá  anota  Kit;  cf  V  5b]  d  H  las  alturas;  Kit  1  c  G  el 
pecado  de  la  casa  de]  c  Kit  1  en  bosque  del  campo  o  en  campo]  ti  Kit  anota  «add»] 
gasí  c  TSV;  H  la  juntó]  h  así  c  GS ;  H  plur]  i  Kit  prp  en  Kabbún  en  vez  de  en 
modo  alguno;  Hoonacker  y  otros  en  Akko;  otros  en  Baka... 
CAP.  2 

a  Kit  y  otros  1  c  G  midió  a  cordel  (por  se  ha  trocado)]  b  así  c  G  (cf  Kit)  ;  H  re- 
partió] i  prps  tendeáis,  Kit  tendremos]  <1  Kit  1  talt's  cosas  (por  a  éstosjl  «así  c  G; 
H  mis  empresas?)]  ¡prps  diversas  correcciones  en  este  y  otros  puntos  del  v  (cf  Kitll 
c  así  H  prps  cual  cautivos  de  leí  Kit)  ;  V  econvertistis  in  bellum»]  b  así  (de  ellos) 
c  Kit ;  H  su  (de  ella). 

CAP.  3 

a  así  c  GS ;  H  como]  b-b  Kit  lo  suprime  por  el  metro]  c  Kit  anota  ha  de  supri- 
mirse o  de  tuerza  o  del  esp.  de  Yah.]  J  así  c  GTSV ;   H  sing]  «asi  c  Ü;   H  plur. 

CAP.  4 

a-a  di  anota  Kit]   b  Kit  anota  :   «add»]  c  Kit  agrega  c  G  Í11  Dios]  d  1  nuestro  ojo 
c  4inss  STV  ;  H  nuestros  ojos]  e  asi  c  GSV  ;  H  consagraré. 
cap.  5 

a  así  c  STV;  H  Jm  puesto]  b  Kit  1  c  GS  nuestro  suelo]  casi  c  Kit  (cf)  ;  H  sus  ma- 
chetes (otros  «cuchillos»...;  V  «lanzas»)]  >'  Hoonacker  corrige  tus  árboles;  Kit  tus  liaales 

O  tUS  idOlOS. 
CAP.  6 

a  Kit  1  c  G  la  palabra  que]  b  así  c  Kit;  H  ¡os  irfítJo^]  o  falta  algo:  «reconoce  (o 
recuerda)  tu  paso»,  o  algo  semejante]'  iV  «indicaré»,  G  «fué  indicado»]  o  V  (cf  G) 
«y  tendrán  salud  los  que  temen  tu  n.»  ;  Kit  anota  :  «prb  di»]  t  así  Kit  (cf  GT)  ;  cf 
nota  9]  gasí  (o  «puedo  olvidar»  o  perder  de  vista)  c  Kit;  H  iit  (cf  V)  aun  (está)  el 
fuego]  b  así  c  V  (cf  Kit)  ;  H  seré  puro]  i  así  Kit  c  GaThSV  ;  H  hice  enfermar]  i  así 
Kit  c  ThGSV,  H  se  observan\  k  así  Kit  c  G  ;  H  mi  pueblo. 
CAP.  7 

a  así  H;  pero  muchos  1  c  GSV  «cual  quien  recoge  frutos  en  otoño»  ;  Kit  1  cosecha 
de  otoño]  b  así  prb;  II  tu]  casi  c  Kit;  H  la  frontera]  d  así  c  Kit;  H  siug]  e  así 
c  Kit  ;  H  v  ciudades  de]  '-i  add  según  Kit]  gasí  prb  c  V  y  G  (cf  Kit)  ;  H  arrojarás. 


—  tc;rt  — 


INTRODUCCION     A  NAHUM 


ahum  Elqosí  fué  así  apellidado  por  ser  natural  de  Elqós,  que  ¡oíos 


(como  San  Jerónimo)  localizan  en  Galilea,  otros  (como  el  Pseudo 


^  Epifanio)  en  Jitdea,  otros  (recogiendo  tradición  medieval  mesopotá- 
mica)  en  Babilonia.  Los  que  ven  en  Judea  la  patria  del  profeta  parecen 
presentar  hoy  mayores  probabilidades  de  acierto.  Otros  datos  sobre  Nahum 
no  se  poseen,  salvo  los  indicios  que  sobre  su  carácter  y  espíritu  nos  ofrece 
su  propio  escrito. 

El  contenido  de  éste  no  es  otro  que  el  inminente  hundimiento  del  im<- 
perio  asirlo  y  la  ruina  de  su  capital,  Nínive.  El  libro1  fué  compuesto  des- 
pués de  la  conquista  de  Tebas  (o  No-Ammón)  por  Assurbanipal  (cf.  3,  8), 
que  Nahum  describe  vivamente,  y  antes  de  la  destrucción  de  Nínive,  que 
él  vaticina  como  cosa  futura;  es  decir,  entre  663  (otros,  661)  y  612. 

Su  profecía  consta  de  tres  bellísimos  poemas,  notables  por  el  dramatismo 
de  sus  descripciones,  en  que  habla  Nahum,  como  heraldo  de  una  justicia 
divina  castigadora  de  todo  poder  tiránico  de  la  humanidad. 


N         A        H'        U  M 


La  ira  vengadora  de  Yahveh  contra  Níníve 

-i    1  Oráculo  sobre  Nínive.  Libro  de  la  visión  de  Nahum  de  Elqós. 
^      -  Dios  celoso  y  vengador  es  Yahveh,  | 
vengador  es  Yahveh  e  iracundo, 
vengador  es  Yahveh  de  sus  adversarios  | 
y  se  enfurece  contra  sus  enemigos. 
(»  ?)  a  .1  Yahveh  es  paciente  y  de  gran  potencia,  | 

mas  dejar  no  deja  a  nadie  impune. 
"2         Yahveh  a  en  el  huracán  y  la  tempestad  tiene  su  ruta,  \ 

y  las  nubes  son  el  polvo  de  sus  pies. 
3      4  Contiene  el  mar  y  lo  deja  enjuto  |  y  todos  los  ríos  seca  ; 
"*|  languidecen  el  Basan  y  el  Carmelo  | 

y  las  flores  del  Líbano  se  marchitan. 
~      5  Los  montes  tiemblan  ante  El  | 

y  las  colinas  se  estremecen  de  miedo  ; 
1         y  clama  la  tierra  a  su  presencia  | 

y  el  orbe  y  cuantos  en  él  habitan. 
T      6  b  Ante  su  ira,  ¿  quién  puede  mantenerse  ?  b  ] 

Y  ¿  quién  resistirá  cuando  se  inflama  su  cólera  ? 


-i  -  ss.  Los  versos  forman  una  poesía  en  acróstico  alfabético,  aunque  imperfecta- 
-*-  mente  conservada,  especialmente  a  partir  de  la  letra  lámcd.  Los  críticos  trasladan 
los  v'v.  de  un  punto  a  otro  del  capítulo  y  aun  fuera  de  él  con  gran  facilidad.  Hemos 
optado  por  seguir  el  orden  de  H  y  V.  |¡  Vengador  es  Yahveh  :  si  espera  para  casti- 
gar, es  para  hacerlo  más  severamente,  pues  no  olvida  las  injurias  que  de  sus  enemigos 
recibe. 

a  Mas  dejar  no  deja...  :  e.  d.,  no  deja  impune  en  modo  alguno  al  culpable. 

4  Conviene  :  e.  d.,  le  prohibe  se  oponga  o  dañe  al  hombre.  Otros,  «increpa»,  que 
también  significa  el  hebreo. 

5  Se  estremecen  de  miedo  :  se  conmueven  o  tiemblan  ;  otros,  «se  derriten».  Cf.  V  : 
«fueron  desolados».  |¡  Clama  :  eleva  (su  voz)  ;  otros,  «se  alza»,  «se  levanta  en  tumulto»  ; 
V  «contremuit»  ;  Kit  corrige  H. 


-  1683  - 


17-15 


NA  II UM 


17-15 


n         Su  furor  se  derrama  como  fuego 
y  las  rocas  se  hienden  ante  El. 
E3      '  Bueno  es  Ya h veri  ¡  como  protección  en  el  día  de  angustia  : 
1         Yahvch  conoce  c  a  quienes  se  acogen  a  El.  | 

8       Mas  con  inundación  impetuosa 
r         causará  exterminio  en  aüs  adversarios  d  | 

y  a  sus  enemigos  lanzará  en  las  tinieblas. 
ü      *  ¿  Que  tramáis  contra  Yahveh  ?  | 

El  va  a  producir  completo  estrago, 
^         no  se  levantará  dos  veces  la  tribulación.  | 

"        Pues,  aunque  sean  como  espinos  enmarañados 
y  estén  empapados  en  su  embriaguez, 
serán  devorados  por  completo  cual  paja  seca. 
"  De  ti  ha  salido  quien  maquina  el  mal  contra  Yahveh 

y  fraguaba  perversidades. 
"  Así  dice  Yahveh  : 

Aunque  estén  intactos  y  sean  tan  numerosos, 
aun  así  serán  cortados  y  pasará. 
Te  he  humillado,  mas  no  te  humillaré  de  nuevo. 
13  Y  ahora  quebraré  su  yugo  de  sobre  ti 

y  tus  cadenas  romperé. 
"  Yahveh  ha  decretado  contra  ti  : 
«No  se  propagará  más  tu  nombre  ; 
exterminaré  de  la  casa  de  tus  dioses 
imagen  esculpida  e  ídolo  fundido, 
y  haré  [de  aquella  casa]  tu  tumba,  porque  eres  vil.» 
"i  ¡Mirad  sobre  los  montes  las  pisadas  0  del  portador  de  albricias  de 
Celebra,  ¡oh  Judá!,  tus  fiestas,  [quien  proclama  la  paz8, 

cumple  tus  votos  ; 

pues  no  tornará  ya  a  pasar  por  ti  el  perverso, 
ha  sido  exterminado  por  completo. 


1  Como  proteccii 
en  día  de  angustia 

"  Lanzará  ex  LA! 
modificar  H  ;  cf.  i> 
gos,  El  los  protege, 


trabados...»  La  trad¡ 
"  Verso  también 

tiples  correcciones  : 
'Tiranos  son  aguas 
«que  domina  en  las 

14  No  SE  PROPAGA! 

nombre,  e.  d.,  no  t< 
varios  modos  :  «voy 

»  Mirad 'sabré  i 

o  malvado,  el  desti 


Igs.  leí 


los  que 


dblas  :  otro-  (cf.  Vi,  «perseguirán  t 

jnsuma  la  ruina  de  aquellos  que  le 
quiere  el  profeta  infundir  eonfiai 
íes  asirías.  II  No  sk  levantará...  :  ( 


lie 


protección  lo  refugio) 
eblas».  Otros  prefieren 


veces  sus  adversarios», 
rrerciones  y  versiones 
ios  están  intimamente 


n  ¡  mili, ido»  IHibl. 


va  Dios  a  mandar  contra  Ni- 
hecho  ajudá.  ||  El.  plrvers'j  : 


—  1684  -- 


2  i-i<» 


Caída  y  ruina  de  Nínive 

21,  *  Sube  contra  ti  el  asolado!  ; 
guarda  atentamente  la  fortificación, 
vigila  el  camino,  cíñete  los  lomos, 
reconcentra  con  denuedo  tus  fuerzas. 

!3  Pues  Yahveh  restablecerá  la  gloria  de  Jacob, 

así  como  la  gloria  de  Israel, 

porque  devastadores  habíanla  devastado 

y  destruido  sus  sarmientos. 
s4  E1  escudo  de  sus  guerreros  es  rojo, 

sus  soldados  [visten]  de  escarlata  ; 

como  fuego  de  antorchas  b  son  los  carros  de  guerra 

en  él  día  en  que  él  se  apresta  a  la  campaña, 

v  blándense  los  abetos  [de  las  lanzas]  c. 
.    *¡¡  Corren  furiosamente  por  las  calles  los  carros, 

preciipítanse  por  las  plazas  ; 

semejan  antorchas  encendidas, 

pasan  corriendo  como  relámpagos. 
\  Se  acordará  de  sus  héroes, 

que  caen  en  su  marcha  ; 

corren  apresuradamente  a  la  muralla, 

dispónese  el  mantelete  ; 
%  las  compuertas  de  los  ríos  se  abren 

y  el  palacio  tiembla  aterrado  ; 
7S  v  es  conducida  (la  ciudad)  descubierta  y  sacada  fuera, 

y  sus  criadas  gimen  imitando  el  arrullo  de  las  palomas 

y  golpean  sus  pechos. 

Y  Nínive  es  como  alberca  de  aguas, 

cuyas  aguas  se  ~can  d. 

«¡Deteneos,  deteneos!»,  [les  gritan  e]  ; 

mas  nadie  se  vuelve. 
'k,  ¡Saquead  la  plata,  saquead  el  oro! 

El  ajuar  no  tiene  fin, 

el  cúmulo  de  riquezas  en  toda  suerte  de  objetos  preciosos, 
u  Hay  vacío,  ciudad  expoliada,  devastación, 
corazones  derretidos  de  pavor  y  temblor  de  rodillas 
y  estremecimiento  en  todos  los  lomos, 

y  los  rostros  de  todos  los  habitantes  muéstranse  rojos  de  excitación. 

ry  '2  Contra  ti:  e.  d.,  contra  Nínive.  ¡|  Cíñete  los  lomos:   irónicamente  aconseja 
^  a  los  asirios  que  se  defiendan  bien. 
\  La  gloria  :  e.  d.,  la  prosperidad. 

s.  El  escudo  :  describe  el  profeta  el  aspecto  del  ejército  que  avanza  contra  Níni- 
ve. ||  Los  abetos  o  cipreses  de  las  lanzas  y  otras  armas  arrojadizas  son  blandidos 
(Ferrara:  «atosigadas»  o  envenenadas).  Cf.  crítica. 

5C  Se  acordará  de  sus  héroes  :  e.  d.,  el  enemigo.  Parece  significar  que  tratará 
en  vano  de  rechazar  el  ataque.  Prps.  diversas  correcciones  al  texto  :  espolea  a,  son 
convocados  sus  héroes,  etc.  (cf.  Kit). 

Las  compuertas  de  los  ríos  :  e.  d.,  la  riada  de  tropas  enemigas  irrumpen. 
San  Jerónimo  lo  interpreta  como  «la  multitud  de  habitante-;  de  Nínive».  ||  El  pa- 
lacio :  e.  d.,  sus  habitantes  son  presa  del  pánico,  de  la  descomposición. 

Ts  Es  conducida...  :  así  prb.  c.  Kit.  La  palabra  es  dudosa.  Unos  han  traducido  «la 
espléndida»,  o  como  nombre  propio  (Huzzab...)  de  la  reina  de  Babilonia,  o  la  diosa 
Zib,  etc.  Cf.  V  :  «Y  el  soldado  fué  llevado  cautivo».  Muchos  corrigen  H  :  «Y  la  (o  su) 
soberana  o  sacada,  llevada  al  cautiverio  (o  ha  de  ir  al  destierro).» 

"„  CUTAS  aguas  se  van  :  e.  d.,  así  huyen  de  ella  sus  habitantes. 

30n  MUÉSTRANSE  rojos:  otros,  por  el  contrario,  vierten  «palidecen  de  terror». 


-  1685  - 


2  11—3  10 


NAHUM 


2  n-3  10 


UM  ¿  Dónde  está  [ahora]  la  guarida  de  los  leones 

y  el  cubil  s  de  los  leoncillos, 

adonde  iba  el  león  a  recogerse  « 

y  el  cachorro  de  león,  sin  que  nadie  le  inquietase? 
,;n  El  león  dilaceraba  la  presa  en  la  medida  que  sus  cachorros  reque- 

y  la  estrangulaba  para  sus  leonas,  [rían, 

y  henchía  de  botín  sus  escondrijos 

y  sus  cubiles  de  rapiñas. 
nH  Heme  aquí  contra  ti,  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  ; 

quemaré  reduciendo  a  humo  tus  carros  h, 

y  la  espada  devorará  a  tus  leoncillos, 

y  arrancaré  de  la  tierra  tus  presas, 

y  no  se  oirá  más  la  voz  de  tus  embajadores. 


Inminencia  de  la  ruina  de  Nínive  por  sus  crímenes 


'-i  '  ¡  Ay  de  la  ciudad  sanguinaria,  |  toda  ella  mentira,  « 
"     llena  de  violencia  !  |  ¡  No  cesará  la  rapiña  de  ella  » ! 

2  Oyese  el  chasquido  del  látigo,  |  estrépito  de  ruedas,  | 

galopar  de  caballos,  r 
saltar  de  carros,  | 
[3]  la  carga  de  la  caballería, 

3  el  lampo  de  las  espadas  y  el  fulgor  de  las  lanzas, 

la  multitud  de  víctimas  y  la  muchedumbre  de  muertos, 

la  infinidad  de  cadáveres,  |  en  los  que  se  tropieza  al  andar. 

4  A  causa  [todo  ello]  de  multitud  de  fornicaciones  de  una  ramera  I 

de  hermosa  gracia,  maestra  en  hechizos, 
que  embaucaba  a  las  naciones  con  sus  idolatrías  | 
y  a  los  pueblos  con  sus  hechizos. 

6  Heme  aquí  contra  ti,  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  ; 
yo  alzaré  tus  faldas  hasta  sobre  tu  cara 

y  mostraré  a  las  gentes  tu  desnudez 
y  a  los  reinos  tu  vergüenza  ; 
"  y  arrojaré  sobre  ti  inmundicias, 
te  afrentaré  ;  y  te  haré  servir  de  espectáculo. 

7  Y  acaecerá  que  todo  el  que  viere  huirá  de  ti  y  dirá  : 

¡Ha  sido  asolada  Nínive!  ¿Quién  se  condolerá  de  ella?  ' 
¿Dónde  hallaré  para  ella  b  consoladores? 

8  ¿Eres  tú  mejor  que  No-Amón, 
asentada  entre  los  canales  del  Nilo, 
circuida  de  aguas,  cuyo  baluarte  era  el  mar, 
las  aguas  0  su  muralla  ? 

"  Etiopía,  como  Egipto,  era  su  fuerza  sin  límites  ; 

Put  y  los  libios  eran  sus  d  auxiliares. 
10  Mas  también  ella  al  destierro  marchó  prisionera  ; 

también  sus  niños  fueron  estrellados 


Mj.  Heme  aquí  :  es  Dios  mismo  quien  dirige  la  destrucción  de  Nínive;  El,  a  quien 
obedecen  los  ángeles  y  lo.s  astros  y  a  quien  nada  le  importa  del  poderío  asirio. 

3'  Recuerda  el  profeta  los  enormes  crímenes  de  los  asirios  y  les  anuncia  el  castigo. 
-  Saltar  pe  carros  :  o  sea,  carros  a  la  carrera.  |l  I.a  carga  de  i.a  caballería  :  otros, 


los  cadáveres 


de  ellos  (cf.  Kit). 

4  De  multitud  de  fornicaciones  :  refiérese  aquí  probablemente,  más  que  a  los 
idolátricos  cultos  ya  antiguos  en  Nínive,  a  las  malas  artes  de  que  se  valía  esta  nación 
para  seducir  y  enlazar  los  pequeños  estados  próximos.  ||  Idolatrías  :  lit.,  fornicaciones. 

8  No-Amon  :  o  No  de  Anión  ;  es  la  famosa  Tebas,  cuyo  patrono  era  el  dios  Anión. 


—  i686  — 


11-19 


NAHUM 


3  n-1'' 


en  las  esquinas  de  todas  las  calles  ; 
y  echaron  suertes, 

y  todos  sus  magnates  fueron  aherrojados  con  cadenas. 
u  También  tú  seras  embriagada,     quedarás  desmayada  ; 

también  tú  buscarás  |  un  refugio  frente  al  enemigo. 
"  Todas  tus  fortalezas  son  cual  higueras  |  con  brevas  : 

si  las  sacuden,  |  caen  en  la  boca  de  quien  las  ha  de  comer. 

13  He  aquí  que  tu  pueblo  es  en  medio  de  ti  [como]  mujeres  ; 
e  el  fuego  devora  tus  cerrojos  e  ; 

ábrense  de  par  en  par  a  tus  enemigos  |  las  puertas  de  tu  país. 

14  Sácate  agua  para  el  asedio, 
refuerza  tus  fortificaciones, 
métete  en  el  barro  y  pisa  la  arcilla, 
y  toma  el  molde  de  hacer  ladrillos. 

15  Allí  te  consumirá  el  fuego, 
te  tajará  la  espada, 

te  devorará  como  el  yéleq ; 
multiplícate  como  el  yéleq, 
multiplícate  cual  el  arbeh. 
"  Multiplica  '>  tus  mercaderes  |  más  que  las  estrellas  del  cielo  ;  | 
s  el  yéleq  mudó  la  piel  y  voló  g. 

17  Tus  guardianes  son  como  el  arbeh, 
y  tus  tifsares  como  las  langostas, 

que  se  posan  sobre  las  cercas  en  día  frío  ; 

sale  el  sol  y  levantan  el  vuelo, 

sin  que  se  sepa  el  lugar  donde  han  ido. 

18  Se  han  dormido  tus  pastores,  ¡  oh  rey  de  Asiria  !  ; 
tus  héroes  yacen  muertos, 

tu  pueblo  está  disperso  por  los  montes 
y  no  hay  quien  lo  reúna. 

19  No  hay  alivio  para  tu  daño,  |  es  grave  tu  herida  ; 

todos  cuantos  oigan  hablar  de  ti  [  batirán  palmas  por  tu  causa  ; 
pues  ¿  sobre  quién  no  descargó  |  tu  maldad  en  todo  tiempo  ? 


a  [Como]  mujeres  :  quiere  decir  que  serán  infructuosos  cuantos  esfuerzos  hagan 
los  asirios  para  salvarse. 

15  Yéleq...  arbeh  :  cf.  Joel  i,  4,  nota. 

18  El  *yéleo'  mudó  la  piel...  :  o  bien,  extendió  sus  alas:  otros,  «se  extendió»  (cf.  V)  ; 
otros  interpretan  :  idesaparecerá  como  el  yéleq,  que  despliega  sus  alas  y  vuela»  ; 
otros  lo  suprimen. 

17  Guardianes  o  custodios  :  así  c.  V ;  Arragel  «mayorales»  ;  G  «personajes  consa- 
grados». Era  título  de  diversos  cargos  en  Babilonia. J|  Tifsares  :  voz  sumeria  con  que 
se  designaba  entre  los  asirios  ciertos  cargos  de  ord%n  civil  y  militar  de  diversa  gra- 
duación. 

m  Se  han  dormido  tus  pastores  :  estos  tus  príncipes  y  grandes  hombres  han  des- 
aparecido muertos  en  guerra. 

18  Batirán  palmas  :  aplaudirán  la  destrucción  de  la  ciudad  que  oprimió  al  mundo 
entero. 


NOTAS     CRITICAS     A     N  A  H  U M 


a-.'-adil,  anota  Kitj  b  Kit  1  su  ira  ¿quién  mantendrá  ante  Elt]  c  así  c  Kit  ;  H  y 
que  conoce]  í  así  c  Kit  ;  H  el  lunar  de  ella  (Nínive)]  e-e  Kit  1  sólo  del  portador  de  paz. 

Kit  anota  «v  2  post  v  3  trsp»,  otros  tras  1  13}  b  así  c  Kit  ;  H  en  fuego  de  aceros 
(o  bien,  con  refulgente  acero — aparecen — )  ;  cf  V  «las  riendas  de  sus  carros  de  fuego» I 
c  Kit  1  c  GS  los  caballos  (se  estremecen  temblorosos  ;  otros  «están  adornados»)  ;  otros 
«y  los  jinetes  se  lanzan  corriendo  locamente»  (Bibl.  Bonn)]  á  así  prb  c  Kit  (cf  G  y  Vi  ; 
H  de  los  días  de  ella,  y  ellos  huyen  (?)]  o  dicen,  ins  Kit]  t  así  prb;  H  el  pastizal] 
«así  Kit  c  GSV  ;  H  leona]  h  así  H;  prps  tu  espesura  o  matorral  (cf  Kit),  etc. 
cap.  3 

a  así  ins  Kit  por  razones  métricas]  b  así  Kit  c  G  ;  II  para  ti  (cf  V  :  «se  condolerá 
de  ti,  ¿de  dónde  te  buscaré  consoladortn]  e así  c  Kit  (cf  V);  H  de  mar]  i  así  Kit 
c  GS  ;  H  tus]  e-e  en  H  al  fin  del  V  13  (cf  Kit)]  I  asi  c  Kit  ;  II  multiplicaste]  K"8  prb 
add,  anota  Kit. 


I  N  T  R  O  D  U  C  C  I  O  N     A     HAB-ACU  C 


abaclt  {hebreo  Jabaqquq),  distinto  del  Habacuc  que  llevó  la  comida 


a  Daniel,  encerrado  en  el  lago  de  los  leones  (Dan.  14,  32-38),  profe- 


tizó  antes  de  la  muerte  de  Josías  (6og  ó  60S),  o  como  escribe  H.  Jun- 
ker  (10.38),  «poco  antes  o  poco  después  del  año  600  a.  C».  Algidos  le  lian 
supuesto  levita,  sin  suficiente  fundamento ;  otros,  como  Peiser,  y  con  no 
mayores  razones,  un  príncipe  de  Judá  cautivo  en  Ninive. 

Su  libro,  de  estructura  perfectamente  unitaria,  ofrece  características 
muy  diversas  a  los  escritos  de  los  demás  profetas.  Habacuc,  más  que  df 
presentarnos  en  sus  discursos  una  serie  de  amenazas  y  reprimendas  con- 
tra los  pecadores,  cuida  de  la  cuestión  de  la  justicia  divina  respecto  a 
aquellos.  Su  profecía  es  un  doble  anuncio  de  castigos  y  una  teofanía.  La- 
mentase el  profeta  de  los  pecados  del  pueblo;  responde  Dios  que  le  cas- 
tigará por  medio  de  los  caldeos  (1).  Pregunta  el  profeta  por  qué  el  impío 
es  instrumento  de  los  castigos  divinos;  en  visión  responde  Dios  que  tam- 
bién el  impío  será  castigado  (2).  Sigue  el  magnífico  cántico  en  que  se  ce- 
lebra la  majestad,  ¡a  justicia  y  la  misericordia  de  Dios  Salvador  (3). 

Lo  acabado  de  fondo  y  forma  califica  a  este  profeta  como  uno  de  los 
maestros  de  la  literatura  hebraica,  y  su  vaticinio  ha  sido  calificado  por 
Junkcr  como  «teodicea  profética». 

Tres  veces  recuerda  San  Pablo  un  texto  de  Habacuc:  El  justo  vivirá  por 
la  fe  (Hab.  3,  2;  Rom.  1,  77;  Gál.  3,  11;  Hebr.  10,  37-38),  para  confirmar 
su  tesis  fundamental  de  la  justificación  por  la  fe  en  Cristo  Jesús. 


—  i68q  — 


H      A      B      A      C      U  C 


Dios  escoge  a  los  caldeos  para  ejecutar  a  Judá.  El  oráculo 


1  Oráculo  que  tuvo  en  visión  el  profeta  Habacuc. 

■a  ¿Hasta  cuándo,  ¡oh  Yabveh!,  he  de  estar  gritando,  v  no  oirás; 

clamaré  a  ti  :  «¡Injusticia!»,  y  no  salvarás? 
8  ¿Por  qué  me  muestras  la  iniquidad 

y  contemplas  indiferente  la  fatiga  ?  ; 

pues  la  violencia  y  la  injusticia  se  hallan  ante  mí, 

y  nace  la  querella,  y  la  discordia  surge. 
4  Por  eso  se  entumece  la  ley 

y  la  justicia  no  sale  más  a  plaza  ; 

pues  el  impío  cerca  al  justo, 

por  eso  sale  conculcado  el  derecho. 

6  Mirad  a  las  gentes  y  observad, 

y  quedaréis  maravillados  y  asombrados  ; 
porque  está  para  realizarse  en  vuestros  días  una  obra 
que  no  creeríais,  si  se  os  refiriera. 
"  Pues  mirad  :  yo  voy  a  suscitar  a  los  caldeos, 
ese  pueblo  cruel  v  veloz 
que  recorre  la  amplitud  de  la  tierra 
!>era  apoderarse  de  moradas  que  no  le  pertenecen. 

7  Es  espantoso  y  temible  ; 

de  él  emanan  su  derecho  y  su  eminencia. 

8  Más  ligeros  que  leopardos  son  sus  caballos, 
más  crueles  que  lobos  de  noche  ; 

y  sus  caballos  llegan  al  galope 
y  sus  jinetes  vienen  de  lejos, 

vuelan  como  águila  que  se  precipita  sobre  la  presa. 


-I    2  He  de  estar  gritando,  v  no  oirAs  :  lo  dice  por  los  pecados  de  Judá. 

4  Se  entumece  la  i.ey  :  al  no  ser  observada  ni  en  la  vida  religiosa,  ni  en  la  política, 
ni  en  la  doméstica.  ||  La  justicia  :  o  el  derecho. 

B  Una  obra  :  el  castigo  que  prepara  Dios  a  su  pueblo. 

7  De  él  emanan...  :  o  bien  :  de  él  emana  su  derecho  (o  juicio)  y  su  eminencia  (en- 
greimiento...) sale,  que  muchos  interpretan  :  «no  tiene  más  ley  que  su  orgullosa 
voluntad»  o  su  ambición.  Prps.  correcciones  diversas  a  H  ;  Kit  cree  «prb  di»  «y  su 
eminencia»,  el  sentido  del  v.  sería  similar. 

■  Cruei.es:  GV  «veloces».  ||  Sobre  la  presa  :  lit.,  para  comer  o  devorar. 

—  1690  — 


19-2  2 


HABACUC 


19-2  2 


'  Cada  uno  llega  para  entregarse  a  la  violencia, 
todos  sus  rostros  [vueltos]  hacia  el  este, 
v  recogen  cautivos  como  arena. 

10  El  se  mofa  de  los  reyes 

y  búrlase  de  los  príncipes  ; 
ríese  él  de  toda  fortaleza, 
V  amontona  tierra  y  la  toma. 

11  Llega  y  pasa  como  el  huracán, 

v  habrá  de  expiar  quien  hace  de  su  fuer/a  su  dios. 
a  ;  No  eres  tú  desde  antiguo,  ¡oh  Yahveh!, 
b  mi  Dios,  mi  Santo  b  ? 
¡  Na  morirás  c! 

¡Oh  Yahveh!,  para  justicia  lo  has  establecido  [a  este  pueblo] 
y  para  castigar,  ¡oh  Roca!,  lo  destinaste. 
13  Eres  de  ojos  muy  puros  para  mirar  el  mal 
y  no  puedes  contemplar  [indiferente]  la  iniquidad. 
¡  Por  qué  miras  a  esos  pérfidos 

v  callas  cuando  devora  el  impío  al  más  justo  que  él  ? 
"  Y  ¿  [por  qué]  haces  a  los  hombres  como  los  peces  del  mar, 
[o]  cual  los  reptiles,  que  no  tienen  caudillo  ? 

16  A  todos  ellos  sacó  con  el  anzuelo, 
los  atrajo  con  el  esparvel 

y  recogiólos  con  su  red  barredera, 
«legre  y  jubiloso  de  ello. 
,B  I'or  eso  ofrece  sacrificios  a  su  esparavel 
y  quema  incienso  a  su  barredera  ; 
porque  gracias  a  ellos  su  porción  es  pingüe 
y  su  comida  suculenta. 

17  Debido  a  eso  vaciará  su  esparavel, 

y  matará  de  continuo  a  los  pueblos  sin  compasión. 


Manifestaciones  de  Dios  sobre  el  triunfo  momentáneo  de 
la  injusticia 

o  1  Sobre  mi  puesto  de  guardia  me  colocaré, 
*     y  estaré  en  pie  sobre  la  fortaleza, 

y  me  mantendré  alerta  para  ver  qué  me  dice  El 

y  qué  responderá  1  a  mi  querella. 
*  Y  contestóme  Yahveh,  y  dijo  : 

«Escribe  la  visión 


"Todos  sus  rostros  hacia  el  este:  e.  d.,  ¿al  adelantamiento  de  su  raza?  La  in- 
terpretación del  paso  es  dudosa  :  «la  tendencia  de  sus  rostros  es  hacia  el  estén 
iBibl.  Tub.l,  «el  resoplar  de  su  rostro  es  como  t'i.'iilo  del  este  [abrasador]»,  Bibl.  Bonn»; 
cf.  V  :  «la  cara  de  ellos  viento  abrasador». 

,u  Amontona  tierra  v  la  toma  :  alza  terraplenes  hasta  lo  alto  de  los  muros  y  se 
apodera  de  ellos. 

11  Llega...  :  cf .  V  :  «Entonces  se  mudará  su  corazón  y  pasará...»  Otros,  muy  di- 
versamente. Kit  1.  el  último  estico  :  «y  hace  de  su  fuerza  su  dios». 

12  ¡Oh  Roca!  :  otros  (cf.  V),  «fuerte»  (lo  fundaste). 

14  Como  los  peces,  que  nadie  protege  y  se  comen  unos  a  otros. 

*  A  Tonos  ellos  :  estas  imágenes  recuerdan  los  medios  empleados  por  los  caldeos 
para  subyugar  a  las  naciones,  apoderándose  de  todo  sin  escrúpulo. 

16  A  su  esparavel  :  quiere  decir  que  atribuyen  los  caldeos  sus  éxitos  a  los  medie» 
que  emplean. 

o  1  Sobre  la  fortaleza  :  e.  d.,  mi  fortaleza.  Tómese  en  sentido  figurado.  Habla  el 
*■  profeta  de  su  preparación  espiritual  a  oír  interiormente  la  voz  de  Dios. 
-  V\r\  QUI  pueda  ...  :  lit.,  para  que  corra  quien  la  lea. 


-róoi  - 


2  3-12 


HABACUC 


2  3-12 


y  grábala  sobre  tablas, 
para  que  pueda  leerse  de  corrido  , 
8  pues  es  todavía  visión  a  largo  plazo, 
mas  corre  al  cumplimiento  y  no  fallará  ; 
si  tarda,  espérala, 

porque  ciertamente  ha  de  acontecer,  no  faltará.» 
4  He  aquí  que  el  insolente  no  tiene  el  alma  rectamente  dispuesta, 

mas  el  justo,  en  su  fidelidad  vivirá. 
6  En  verdad,  el  vino  es  traidor  : 

[así]  el  varón  jactancioso  que  no  consigue  [sus  deseos], 

el  cual  ensancha  como  el  seol  sus  fauces 

y  es  como  la  muerte,  que  no  se  sacia  ; 

juntaría  en  torno  a  sí  a  todas  las  gentes, 

congregaría  a  su  alrededor  a  todos  los  pueblos. 
"¿Acaso  todos  éstos  no  le  han  de  hacer  objeto  de  proverbio, 

y  logrará  sátiras  y  burlas  enigmáticas  ? 

k  Y  se  dirá  b  : 

¡  Ay  de  quien  multiplica  lo  que  no  es  suyo 

(¿Hasta  cuándo  será?) 

y  acumula  sobre  sí  prendas  ! 
'  ¿No  se  alzarán  acaso  de  súbito  quienes  te  han  de  morder 

y  se  despertarán  los  que  te  han  de  vejar  fuertemente, 

y  serás  de  ellos  presa  ? 
0  Por  cuanto  tú  has  expoliado  a  muchas  gentes, 

te  despojarán  todo  el  resto  de  los  pueblos, 

por  la  sangre  humana  derramada  y  la  violencia  hecha  al  país, 
a  la  ciudad  y  a  cuantos  en  ella  habitan. 

•  I  Ay  de  quienes  adquieren  ilícita  ganancia,  en  perjuicio  para  Sil  casa, 

tratando  de  poner  su  nido  en  alto 

para  librarse  de  la  garra  del  mal! 
111  Has  tramado  lo  que  ha  de  ser  ignominioso  para  tu  casa, 

has  aniquilado  a  muchos  pueblos 

y  tu  alma  ha  pecado  ; 
u  pues  la  piedra  clamará  desde  el  muro 

y  la  viga  desde  el  maderamen  le  responderá. 

11  ¡  Ay  de  quien  edifica  una  villa  en  la  sangre 
y  funda  una  ciudad  con  el  crimen! 


0  No  fallará  :  e.  <1.,  se  cumplirá  y  verificará,  aunque  tarde  ;  mas  no  ha  de  ol- 
vidarse. 

*  El  insolente:  engreído,  osado...;  V  «incrédulo»,  C,  «indolente»;  créese  que  H 
ofrécese  aquí  crrp.  ;  cf.  corrección  en  Kit.  Bibl.  Bonn  corrige  e  interpreta  :  tsc  ha 
desvanecido  aquel' cuya  alma  íntima  no  era  sincera  (recta)»;  Bibl.  Tub.  :  iquicn 
obra  argucia,  su  alma  no  permanece  en  él».  ||  Mas  el  justo,  sinceramente  justo,  será 
salvo. 

6  Kl  vino  es  traidor  :  promete  risas  y  causa  miseria.  V  «y  como  engaña  el  vino 
al  bebedor,  así  será  el  hombre  soberbio,  y  no  alcanzará  honra».  En  general,  los  crí- 
ticos prefieren  modificar  H  a  su  gusto  (cf.  Kit).  Bibl.  Bonn  :  «ciertamente,  habién- 
dose portado  como  un  pérfido,  el  hombre  soberbio  no  se  quedará  [a  morar]»; 
Bibl.  Tub.  :  «con  mayor  razón  no  quedará  con  vida  el  pérfido,  el  hombre  desvergon- 
zado no  tiene  persistencia»... 

■  Acaso  todos  éstos  :  la  destrucción  del  pueblo  caldeo  se  empieza  aquí  a  anunciar 
en  forma  de  canto  compuesto  de  amenazas.  ||  Burlas  enigmáticas  :  o  sea,  burlas  con 
encubiertas  palabras  a  modo  de  enigma.  ||  Prendas:  V  «lodo  espeso». 

1  Quienes  te  han  de  morder  :  e.  d.,  con  su  lengua.  Otros,  «tus  acreedores». 

ü  Poner  su  nido  en  alto  :  como  el  águila,  asegurando  y  fortificando  su  poder  con 
robos  y  saqueos. 

lu  Tu  alma  ha  pecado  :  así  V;  otros  prefieren  corregir  H:  «pecas  contra  ti  mis- 
mo», etc.  (cf.  Kit). 

11  La  piedra  clamará  :  hasta  los  seres  inanimados  clamarán  venganza.  ||  Le  RES* 
ponderá  :  o  le  hará  coro. 

12  Funda  una  ciudad:  V  «asienta  sus  muros».  ||  Con  el  crimen:  o  con  injusticia 
o  iniquidad. 


—  1692  — 


ia-3  2 


HABACUC 


2  13-3  2 


u  b  ¿  Acaso  no  pende  esto  de  Yahveh  de  los  ejércitos  ?b  ; 

que  se  fatiguen  las  gentes  por  lograr  el  fuego  suficiente, 

y  los  pueblos  trabajen  por  nada  ; 
"  c  pues  la  tierra  habrá  de  henchirse  de  conocimiento  de  la  gloria  de 

como  las  aguas  cubren  la  mar  c.  [Yahveh, 

18  ¡  Ay  del  que  da  a  beber  a  su  prójimo 

y  añade  su  d  ira  y,  además,  lo  embriaga 

para  contemplar  sus  desnudeces ! 
"  Estás  saciado  de  ignominia  más  que  de  gloria. 

Bebe  también  tú  y  muestra  tu  prepucio. 

Volcaráse  sobre  ti  el  cáliz  de  la  diestra  de  Yahveh 

y  el  oprobio  [será]  sobre  tu  honor. 
':  Pues  la  violencia  del  Líbano  te  cubrirá 

y  la  opresión  de  los  animales  te  e  aterrará 

por  la  sangre  humana  derramada  y  la  violencia  hecha  al  país, 
a  la  ciudad  y  a  cuantos  en  ella  habitan. 

,s  ¿  De  qué  sirve  a  una  escultura  que  entalló  su  artífice, 

a  una  imagen  de  fundición  o  a  un  oráculo  falaz 

el  que  su  creador  f  confíe  en  ella 

fabricando  ídolos  mudos  ? 
,g  8  ¡  Ay  de  quien  dice  al  leño  :  «¡  Despierta  I»  ; 

a  la  piedra  muda  :  «¡Desvélate!» 

11  ¿Podrá  enseñar  ella?  h 

He  aquí  que  está  cubierta  de  oro  y  plata, 

pero  no  existe  el  menor  soplo  de  vida  en  su  interior. 
-"  ¡  Mas  Yahveh  está  en  su  santo  templo  ; 

palle  a  su  presencia  toda  la  tierra! 


Plegaria  y  salmo  del  profeta 


'  Plegaria  del  profeta  Habacuc.  A!  modo  de  las  poesías  apasionadas 
'  «¡Oh  Yahveh!,  he  oído  tu  noticia, 

[y]  he  temido,  Yahveh,  tu  obra. 

Llámala  a  la  existencia  en  medio  de  los  años, 

en  medio  de  los  años  dala  a  conocer  ; 

en  la  ira  acuérdate  de  tener  compasión.» 


14  Habrá  de  henchirse  de  conocimiento  de...  :  o  bien,  experimentará  en  toda  su  ex- 
tensión. 

15  Y  añade  (o  mezcla)  so  ira  :  las  versiones  divergen  bastante  ;  procuramos  seguir 
a  H,  guiados  a  la  vez  por  V.  Cf.  Arragel  :  «el  barril  de  la  ponzoña  y  fiel  hasta  le 
<  mbriagar». 

M  Muestra...  :  e.  d.,  muestra  que  eres  incircunciso ;  V  «adormécete»  ;  Ferrara, 
«y  serás  descubierto»  ;  otros,  «envenénate...». 

■  La  violencia  del  Líbano  :  el  daño  causado  al  templo  de  Jerusalén.  ||  Por  la  san- 
ore...,  etc.  :  cf.  8  c. 

"  ¡Av  de  quien  dice...  !  :  dice  a  los  caldeos  que  no  esperen  su  salvación  de  los  Ídolos. 

O    1  Al  modo...  :  lit.,  sobre  las  sigyonot  'poesías  apasionadas  o  de  éxtasis*.  Cf.  Sal. 

7,  i.  La  significación  exacta  del  vocablo  no  es  conocida.  Según  Minocchi,  «plegaria 
de  quien  está  en  dolor»  ;  otros,  «endechas  o  canciones  de  lamentación»  ;  otros,  de  di- 
xersas  maneras,  V  traduce  «por  las  ignorancias». 

2  Tu  noticia  :  la  palabra  que  me  has  dirigido.  Otros  «la  noticia  de  ti».  ||  Llámala 
a  la  existencia:  dale  vida,  e.  d.,  ejecútala.  |]  K.n  medio  de  los  años:  o  bien,  eu 
tiempo  asequible. 


—  1693  — 


3  3-14 


HABACUC 


3  3-14 


'  Dios  viene  de  Temán, 

y  el  Santo,  del  monte  de  Parán.  Sélah. 

Cubre  los  cielos  su  gloria 

y  la  tierra  está  llena  de  su  loor. 
1  Su  resplandor  a  es  cual  la  misma  luz, 

rayos  hay  en  torno  a  él 

y  allí  oculta  su  potencia. 
8  Ante  él  camina  la  peste 

y  la  epidemia  sigue  sus  pasos. 
8  Paróse,  e  hizo  vacilar  b  la  tierra  ; 

miró,  e  hizo  saltar  de  terror  a  las  gente»  , 

se  hendieron  las  montañas  perdurables, 

abatiéronse  los  collados  eternos, 

caminando  por  senderos  antiquísimos. 
1  [Gimiendo]  bajo  la  calamidad  contemplé  las  tiendas  de  Kusán  ; 

estremécense  los  pabellones  del  país  de  Madián. 
*  ¿  Acaso  se  ha  airado  Yahveh  contra  los  ríos  ? 

¿  Es  contra  los  ríos  tu  cólera 

o  contra  el  mar  tu  enojo, 

para  que  cabalgues  sobre  tus  caballos 

y  tus  carros,  vehículo  de  victoria  ? 
"  Tu  arco  has  desnudado  de  la  envoltura  °, 

los  juramento*  d  de  las  vergas  de  castigo  de  la  palabra  divina.  Sélah. 

Tú  hiendes  la  tierra  y  salen  de  ella  ríos. 
10  Vente  los  montes  y  tiemblan, 

un  diluvio  de  agua  se  desencadena, 

el  océano  deja  oír  su  voz, 

hacia  la  altura  sus  manos  eleva. 
"  El  sol  y  la  luna  permanecen  en  su  excelsa  morada  ■, 

desaparecen  a  la  luz  de  tus  saetas, 

al  brillar  de  tu  lanza  fulgurante. 
12  Tú  recorres  la  tierra  en  tu  furor, 

con  ira  trillas  a  las  gentes. 
"  Sales  para  salvar  a  tu  pueblo, 

a  salvar  a  tu  ungido. 

Tvi  destrozas  y  arruinas  el  tejado  de  la  casa  del  impío 
y  pones  a  descubierto  el  cimiento  hasta  la  roca  e.  Sélah. 
M  Traspasas  con  tus  f  dardos  la  «  cabeza 
de  sus  caudillos,  que  se  lanzan  impetuosamente 
para  dispersarme,  siendo  su  algazara 
como  si  devorasen  al  pobre  en  [su]  escondrijo. 

8  Viene  de  Temán  :  quiere  decir  que,  como  vino  Dios  en  otro  tiempo  a  hacer  alian- 
za con  su  pueblo  en  el  desierto,  vendrá  algún  día  en  majestad  para  castigar  a  los 
malos  que  oprimen  a  los  buenos.  ||  Temán  :  cf.  Jer.  49,  7  ;  Am.  i,  11-12  ;  Ab.  v.  9.  ||  Pa- 
rán :  monte  del  desierto  de  igual  nombre,  próximo  al  Sinaf,  como  Temán.  Cf.  Dt.  33, 
2;  Jue.  5,  4.  ||  Sélah  :  aparece  en  el  cántico  tres  veces;  cf.  Sal.  3,  2. 

*  Cual  i.a  misma  luz  :  e.  d.,  brillantísima  ;  otros  vierten  «cual  procedente  del  sol» 
(asi  Bibl.  Bonn),  o  corrigen  :  «Un  resplandor  como  de  luz  hay  bajo  éU  (así 
Bibl.  Tub.  ;  cf.  Kit).  ||  En  torno  a  él  :  o  a  su  lado.  ||  Y  allí...  :  cf.  Sal.  i03,„„  2. 

6  Ante  El  camina  la  peste  :  como  la  aparición  de  Dios  para  el  juicio  sea  natural- 
mente terrible,  natural  es  que  todos  los  azotes  vengan  haciéndole  cortejo  y  esperando 
sus  órdenes.  ||  Epidemia  :  ardor  febril,  peste...  ;  V  «el  diablo»  ;  cf.  Arragel  :  «y  sal- 
drán los  diablos  ante  los  sus  pies». 

8  Paróse  :  o  presentóse.  ||  Los  collados  eternos  :  o  colinas  antiquísimas.  ||  Sen- 
deros antiquísimos  :  cf.  Am.  4,  13  ;  Miq.  1,  3. 

1  Kusán  :  e.  d.,  Etiopía  :  tribus  nómadas  prob.  en  Arabia  y  no  lejos  del  Sinaí, 
donde,  como  Madián,  sienten  pronto  los  terribles  efectos  de  la  manifestación  divina. 

w  Los  montes...  :  cf.  Sal.  76,,,  17-20.  ||  El  océano  :  o  el  abismo  o  mar  primitivo. 

a  Permanecen  en  su  excelsa  morada:  e.  d.,  oscurecidos.  ||  Desaparecen:  Bibl.  Bonn: 
«Como  luz  marchan  tus  saetas  y  como  resplandor  luminoso  el  centelleo  de  tu  lanza.» 

■  Tu  ungido  :  e.  d.,  el  mismo  pueblo  o  su  rey  ;  cf.  Sal.  83i4,  10.  Para  unos,  este 
ungido  es  Josías  ;  para  otros,  Ciro. 

M  Siendo  su  algazara  como  al  devorar...  (cf.  V)  ;  otros,  «los  que  asieron  a  los  po- 
bres para  devorarlos»  (así  Bibl.  Bonn). 


—  1694  — 


3  ís-19 


HABACUC 


3  15-19 


16  Penetras  en  el  mar  con  tus  h  caballos 

a  través  de!  oleaje  de  copiosas  aguas. 
"  He  oído,  y  mis  entrañas  se  conmueven  ; 

a  tu  voz  tiemblan  mis  labios  ; 

penetra  la  caries  en  mis  huesos 

y  bajo  mí  se  estremecen  mis  pasos  1  ; 

mas  yo  aguardo  tranquilo  el  día  de  la  angustia, 

cuando  suba  contra  el  pueblo  que  nos  asalta  como  bandido 
'7  Pues  la  higuera  no  rebrotará 

ni  habrá  frutos  en  las  viñas, 

defraudará  las  esperanzas  el  producto  de  los  olivos, 

los  campos  no  producirán  alimento, 

desaparecerá  del  aprisco  el  ganado  menor 

y  no  habrá  reses  vacunas  en  los  establos. 
,s  Mas  yo  en  Yahveh  me  regocijaré, 

exultaré  en  el  Dios  de  mi  salvación. 
19  Yahveh,  el  Señor,  es  mi  fortaleza  : 

El  hace  mis  pies  ágiles  cual  los  de  las  cien-as 

y  sobre  mis  alturas  me  hace  caminar. 

Al  maestro  de  coro  con  acompañamiento  de  instrumentos  de  cuerda  '. 


16  Penetra  la  caries  :  o  podredumbre,  e.  d.,  la  angustia  ;  o  bien,  corroyéronse  mis 
miembros.  ||  Ei.  pueblo  oue  nos  asalta  o  saquea:  e.  d.,  el  caldeo. 
"-»*  Cf.  Sal.  5,  12;  31,,,  11;  3233,  1. 

a  Cf.  Sal.  i7JS,  32-33  ;*72„,  26;  17,,,  34;  Dt.  32,  13;  33,  29.  ||  Sobre  mis  alturas: 
Dios  le  pondrá  al  abrigo,  como  los  ciervos  se  refugian  en  las  alturas.  ||  Maestro  pe 
loro  o  capilla,  chantre  (cf.  Sal.  4,  1).  Otros  (vide  Bibl.  Bonn)  :  tPara  tocar  [canciones 
de  victoria]  con  mi  música  de  cuerda.» 


—  1^95  — 


NOTAS     CRITICAS    A  HABACUC 


c*r.  i 

a  algs  críticos  trasponen  vv  2-4  post  v  17]  b-b  Kit  1  Dios  de  mi  santidad  o  mi  santo 
Diosl  o  así  1  c  Kit ;  H  moriremos]  <*  así  H  (y  V)  ¡  Kit  c  GS  al  justo. 
CAr.  2 

a  así  Kit;  H  responderé]  b"t>  add,  anota  Kit]  e-c  add  cf  Is  11  9,  anota  Kit]  <1  otros 
corrigen  de  la  copa  de  su;  cf  V  :  «mittens  fel  suuin»  ;  H  añades  (o  mezclas)  tu;  prps 
otras  correcciones  a  15b  (cf  Kit)]  o  así  Kit  c  GS  ;  H  los]  'v  18  post  19  trsp  c  Kit] 
e  glosa  según  Kit]  >>~h  así  c  Kit. 

CAP.  3 

a  así  Kit  c  GSV  ;  H  y  resplandor]  b  Kit  1  c  G  detiene]  c  así  frt  ,  Kit  1  desnudar  has 
desnudado]  d  así  H  ;  Kit  corrige  thas  henchido  de  saetas  ta  carcajt;  V  tíos  juramen- 
tos que  hablaste  a  las  tribusi]  e  así  c  Kit;  H  el  cuello]  f  así  c  Kit;  H  sus;  cf  V  : 
omaldijiste  sus  cetros»]  e  Kit  1  su  cabeza  ;  luego  sugiere  otras  correcciones  al  v]  h  así 
H  ;  Kit  sus]  >  así  quizá  (cf  Kit)  ;  H  y  bajo  mí  yo  me  estremezco  de  que;  V  iet  subter 
me  scateat»]  i  así  c  Kit. 


INTRODUCCION     A  SOFONIAS 


Palabra  de  Yahveh,  dirigida  a  Sofonías,  hijo  de  Kusí,  hijo  de  Gue- 
dalyá  Godolías,  hijo  de  Amaryá,  hijo  de  Ezequías,  en  los  días  de 
josías,  hijo  de  Anión,  rey  de  Jodá.»  Con  este  preámbulo  comienza  el  li- 
bro de  Sofonías — en  hebreo  Sefanyá  'Yahveh  ha  ocultado'  o  protegido — , 
descendiente,  según  algunos,  del  rey  Ezequías.  Dicho  encabezamiento  si- 
túa la  actuación  del  profeta  en  el  reinado  de  Josías  (ca.  640  ó  638  a  6og 
Ó  608),  de  cuyo  reinado  constituye  el  hecho  fundamental  la  célebre  refor- 
ma del  culto. 

Dado  que  Sofonías  censura  como  uno  de  los  pecados  del  pueblo 
la  idolatría,  muchos  suponen  que  la  aparición  de  nuestro  profeta  sería 
anterior  a  dicha  reforma.  Otros  autores  creen  que  Sofonías,  en  su  ame- 
naza contra  Judá,  alude  a  la  invasión  de  los  escitas,  que,  según  Herodo- 
to  (l,  tojrioó),  dominaron  en  el  Asia  Menor  durante  veintiocho  años,  lle- 
gando en  sus  campañas  hasta  la  frontera  egipcia.  Esto  llevaría  a  fechar 
el  vaticinio  de  nuestro  profeta  antes  del  625. 

El  tema  de  su  profecía  es  el  día  del  Señor:  el  juicio  divino  y  los  cas- 
tigos contra  el  mundo  entero,  contra  los  gentiles  y  contra  Jerusalén.  Al 
fin — y  cu  harmonía  con  su  carácter  escatológico — anuncia  la  universal  res- 
tauración mesiánica:  los  gentiles  invocarán  el  nombre  de  Yahveh,  Israel 
será  purificado  y  glorificado. 

Sin  alcanzar  la  sublimidad  de  Isaías  o  el  dramatismo  de  Nahum,  no 
carece  Sofonías  de  dotes  artísticas. 


—  1697  — 


54 


S     O     F  O 


NIAS 


Amenaza  del  juicio  de  Dios 


"i  1  Palabra  de  Yahveh  que  se  dirigió  a  Sofonías,  hijo  de  Kusí,  hijo  de 
x  Guedalyá,  hijo  de  Amaryá,  hijo  de  Ezequías,  en  los  días  de  Josías, 
hijo  de  Amón,  rey  de  Judá. 

2  Yo  borraré  por  completo  todas  las  cosas  |  de  sobre  la  haz  de  la  tierra, 
dice  Yahveh. 

•  Suprimiré  hombres  y  bestias, 

aniquilaré  las  aves  del  cielo  y  los  peces  del  mar 
a  y  los  motivos  de  tropiezo  con  los  impíos, 
y  exterminaré  a  los  hombres  de  sobre  la  haz  de  la  tierra, 
dice  Yahveh  a. 
4  Y  alargaré  mi  mano  contra  Judá 
y  contra  todos  los  moradores  de  Jerusalén 
y  aniquilaré  b  en  tal  lugar  b  los  restos  de  Baal, 

y  c  el  nombre  de  los  ministros  idolátricos  con  los  sacerdotes  [de  Yahveh] ; 

•  y  a  quienes  se  prosternan  sobre  los  terrados 
ante  el  ejército  del  cielo  ; 

y  a  los  que  se  postran  jurando  d  ante  Yahveh 
y  juran  por Milkom  e; 
'  y  a  quienes  desertan  de  en  pos  de  Yahveh 
y  no  buscan  al  Señor  b  ni  inquieren  por  El  h. 

1  Silencio  ante  el  Señor,  Yahveh, 
pues  está  próximo  su  día, 
porque  Yahveh  ha  dispuesto  un  sacrificio, 
ha  santificado  a»  sus  invitados. 

•  Y  en  el  día  del  sacrificio  de  Yahveh 

castigaré  a  todos  1  los  príncipes,  |  y  a  los  hijos  del  rey, 
y  a  todos  los  que  visten  vestidura  extranjera  ; 


-l  •  Motivos  de  tropiezo...:  o  escándalo,  incitaciones  al  pecado;  V  «et  ruinae  im- 
-*-   piorum  erunta. 

*  Ministros  idolátricos  :  sacrificadores  o  sacerdotes  ilegales. 

6  Y  juran  por  Milkom  :  por  Baal. 

7  Su  día  :  el  del  castigo.  ||  Ha  dispuesto  un  sacrificio  :  el  juicio  de  Dios  con  el 
castigo,  que  es  su  consecuencia,  es  considerado  como  un  sacrificio.  ||  Ha  santificado  : 
esos  invitados  de  que  habla  el  texto  son  los  países  llamados  a  hacer  guerra  a  Israel. 

—  1698  — 


19-18 


SOFONÍAS 


1  9-18 


•  y  castigaré  también  a  en  aquel  día  a  a  cuantos  saltan  sobre  el  umbral, 

los  que  llenan  la  casa  de  su  Señor  de  violencia  y  fraude. 
10  Y  en  aquel  día,  dice  Yahveh, 

surgirá  un  griterío  de  la  puerta  del  Pescado, 

un  lamento  desde  la  ciudad  nueva 

y  un  gran  quebranto  desde  las  colinas. 
"  \  Lamentaos,  habitantes  de  la  Pelota!, 

pues  toda  el  pueblo  de  los  mercaderes  ha  perecido, 

han  sido  aniquilados  todos  los  que  pesan  plata. 
"  Y  sucederá  en  aquel  tiempo 

que  yo  escudriñaré  a  Jerusalén  con  linternas 

y  castigaré  a  los  hombres  que,  espesados  por  sus  heces, 

dicen  en  su  corazón  :  «Yahveh  ni  beneficia  ni  perjudica.» 
"  Su  riqueza  servirá  de  botín, 

y  sus  casas,  reducidas  a  desolación  ; 

habrán  construido  casas,  mas  no  las  habitarán, 

y  plantado  viñas,  mas  no  beberán  su  vino. 
,J  Próximo  está  el  gran  día  de  Yahveh, 

próximo,  y  viene  muy  rápidamente  ; 

óyese  ya  el  ruido  del  día  de  Yahveh  ; 

amargamente  gritará  entonces  el  valiente. 
;í  Día  de  ira  el  día  aquel, 

día  de  angustia  y  aprieto, 

día  de  desolación  y  devastación, 

día  de  tinieblas  v  oscuridad, 

día  de  nubes  y  .densos  nubarrones, 
"  día  de  trompetas  y  alarido 

contra  las  ciudades  fortificadas 

y  contra  los  elevados  torreones. 

"  Y  angustiaré  a  los  hombres,  que  andarán  como  ciegos, 

a  porque  pecaron  contra  Yahveh  a, 

v  su  sangre  será  derramada  como  polvo 

v  sus  intestinos  [arrojados]  como  excremento. 
"  Ni  su  plata  ni  su  oro 

podrá  salvarlos 

en  el  día  de  la  ira  de  Yahveh, 

y  en  el  fuego  de  su  celo 

será  devorada  toda  la  tierra  ; 

oues  un  exterminio  ciertamente  repentino 

causará  a  todos  los  habitantes  de  la  tierra. 


*  Saltan  sobre  el  umbral  :  no  se  sabe  si  alude  a  una  práctica  supersticiosa,  exten- 
dida sobre  todo  entre  los  poderosos,  que  eludían  el  pisar  el  umbral  de  sus  palacios 
por  creerlo  morada  de  demonios  y  espíritus.  Puede  también  referirse  el  profeta  a  los 
cortesanos  oue  ocupaban  la  entrada  del  palacio  real  y  abusaban  de  los  que  venían 
a  pedir  justicia  contra  sus  amos  (otros,  a  los  cortesanos  obsequiosos,  que  a  la  menor 
señal  del  rey  se  lanzan  puertas  adentro  a  servirle).  ||  De  su  señor  :  V  «Domini  Dei»  ; 
otros,  «la  casa  real». 

10  Puerta  dei.  Pescado  :  cf.  2  Par.  33,  13  y  14 ;  Ne.  3,  3,  y  12,  39. 

11  Pelota  :  hebr.  Maktés,  V  «Pila»  ;  otros,  «Valle»,  «Mortero»  ;  era  denominación 
<le  cierta  parte  de  Jerusalén  situada,  secún  se  cree,  hacia  el  N.,  en  el  sector  más 
bajo  entre  el  templo  y  el  foso  opuesto  hacia  el  O. 

a  Espesados  por  (lit.,  sobre)  sus  heces  :  compárase  a  los  alocados  habitantes  de 
Jerusalén,  todavía  no  tocados  por  Dios  ;  al  mal  vino  mezclado  con  heces,  y  picado 
por  no  habérsele  separado  de  ellas. 

13  Habrán  construido...  :  cf.  Ara.  5,  11. 

15  ss.  Aquí  se  inspiró  la  célebre  composición  Dies  irac,  de  Tomás  da  Celano.  ||  Deso- 
lación y  devastación  :  o  también,  «derrumbamiento  y  destrozo»,  V  «calamitatis  et 
miseriae». 

M  De  trompetas  :  e.  d.,  de  tañido  de  cuerno  o  trompetas. 
"  Intestinos  :  GS  «carne»,  V  «cuerpo».  Cf.  Job.  20,  23. 

18  Un  exterminio  ciertamente  repentino  :  o  bien,  «una  destrucción,  en  verdad  algo 
subitáneo»  (otros,  «un  estar  aterrorizado»).  Kit  y  otros  prefieren  modificar  H. 


—  IÓQQ  — 


2  1-13 


SOFONÍAS 


2  1-13 


Exhortación  y  predicción  de  castigos 

9  '  Reunios  y  juntaos,  pueblo  impúdico, 

^  2  antes  que  el  decreto  divino  produzca  el  día  |  como  tamo  que  pasa, 
antes  que  venga  sobre  vosotros  el  furor  de  la  cólera  de  Yahveh, 
antes  que  os  sobrevenga  el  día  de  la  ira  del  Señor. 

3  Buscad  a  Yahveh,  humildes  todos  de  la  tierra, 
que  habéis  puesto  en  práctica  su  dictamen. 
Buscad  la  justicia,  buscad  la  humildad  ; 

quizá  podáis  quedar  ocultos  el  día  de  la  cólera  de  Yahveh. 

4  Pues  Gaza  será  desamparada  y  Asquelón  asolada.; 

a  Asdod  la  desterrarán  al  Mediodía  y  Eqrón  será'  destruida  de  raíz. 

6  1  Ay  de  los  moradores  del  litoral,  del  pueblo  de  los  keretíes! 
¡  La  palabra  de  Yahveh  está  contra  vosotros, 

oh  Canaán,  tierra  de  los  filisteos! 

Y  te  destruiré  de  suerte  que  no  quede  habitante, 

'y  serás  reducida*  a  pastizales  de  b  pastores  y  apriscos  de  ganado 

7  c  y  será  el  litoral  para  el  resto  de  la  casa  de  Judá  :  [menor  ; 
allí  apacentarán  ; 

en  las  casas  de  Asquelón  por  le  tarde  se  echarán  a  dormir  ; 
pues  Yahveh,  su  Dios,  los  visitará  [benévolamente] 

V  levantará  su  cautiverio. 

8  He  oído  la  afrenta  de  Moab 

y  los  ultrajes  con  que  los  hijos  de  Ammón 
afrentaron  a  mi  pueblo, 
y  se  ensoberbecieron  contra  su  territorio  d. 
•  Por  eso,  por  mi  vida,  dice  Yahveh  de  los  ejércitos, 
Dios  de  Israel, 

ciertamente  Moab  será  como  Sodoma, 
y  los  hijos  de  Ammón  como  Gomorra  : 
espinar,  mina  de  sal  y  desolación  eterna. 
El  resto  de  mi  pueblo  los  saqueará 
y  el  residuo  de  mi  nación  los  heredará. 

10  Esto  les  acaecerá  por  su  soberbia, 

porque  han  insultado  y  tratado  altivamente 
al  pueblo  de  Yahveh  de  los  ejércitos. 

11  Terrible  será  Yahveh  contra  ellos, 

pues  hará  perecer6  a  todos  los  dioses  de  la  tierra, 
y  se  prosternarán  ante  El, 

cada  cual  desde  su  lugar,  todas  las  islas  de  las  gentes 

12  También  vosotros,  etíopes, 
seréis  muertos  por  mi  espada. 

18  Luego  extenderá  [Yahveh]  su  mano  contra  el  Norte, 
y  destruirá  a  Asiría, 

y  convertirá  a  Nínive  en  una  desolación, 
un  lugar  árido  cual  el  desierto. 


O  1  Reuníos  :  cf.  V  ;  otros  prefieren  corregir  H  :  «santifícaos»,  «abochornaos»,  etc. 
^  Bibl.  Bonn  traduce  :  «Recoged  para  vosotros  sólo  rastrojos  (e.  d.,  las  riquezas)  y 
mostraos  obstinados.»  ||  Impúdico:  V  «no  amable»,  GS  «indisciplinado». 

3  Antes  oue  el  decreto  :  procuramos  ajustamos  a  H  a  la  luz  de  V.  G  «antes  que 
os  volváis  cual  flor  que  pasa  en  un  día».  Muchos  modifican  H  y  traducen  «antes  que 
no  os  pulverice  como  el  tamo  la  cólera  (o  como  el  tamo  que  pasa;  cf.  Kit)...»  Otros, 
«antes  de  que  seáis  arrebatados...*. 

!  Dictamen  :  o  también,  derecho,  mandato...  ||  Podáis  quedar  ocultos  :  e.  d.,  guar- 
dados y  puestos  a  cubierta. 

•  Pastizales:  otros  (cf.  V),  «chozos». 

•  Para  el  resto  o  residuo  :  para  los  que  vuelvan  del  destierro  de  Babilonia. 

•  Espinar  :  o  bien,  desgarro  de  espinos;  otros,  «heredad  de  espinos». 


—  1700  — 


2i±-37 


SOFONÍAS 


2i±-3  7 


"  Y  se  echarán  en  medio  de  ella  los  hatos 

de  toda  suerte  de  animales  de  las  eentes  ; 

también  el  pelícano,  incluso  el  erizo. 

pernoctarán  entre  sus  capiteles. 

Voz  canta  en  las  ventanas, 

el  cuervo  1  en  los  umbrales, 

pues  el  entablado  de  cedro  se  ha  arrancado. 
15  Esta  es  la  ciudad  rebosante  de  alegría 

que  habitaba  en  seguridad, 

la  que  decía  en  su  corazón  : 

«¡Yo  y  no  hay  más  que  yo!» 

¡  Cómo  ha  sido  asolada ! 

¡  Una  guarida  de  fieras! 

Todo  el  que  pase  junto  a  ella 

silbará  y  agitará  su  mano. 


Los  pecados  de  Jerusalén.  Promesa  de  restauración 

0  1  ¡  A y  de  la  rebelde  y  mancillada, 
**     la  ciudad  opresora! 

2  No  ha  escuchado  voz, 

no  aceptó  corrección, 

en  Yaliveh  no  ha  confiado, 

a  su  Dios  no  se  acercó. 
'  Sus  príncipes,  en  medio  de  ella, 

son  leones  rugientes  ; 

sus  jueces,  lobos  nocturnos 

que  nada  tienen  para  roer  a  la  mañana  siguiente. 
4  Sus  profetas  son  fanfarrones,  hombres  pérfidos  ; 
sus  sacerdotes  han  profanado  el  santuario, 
han  violado  la  ley. 

6  Yahveh,  que  es  justo  en  medio  de  ella, 
no  comete  iniquidad  ; 

todas  las  mañanas  pondrá  su  juicio 
a  luz,  no  falta  ; 

a  mas  el  malvado  no  conoce  vergüenza  a. 
*  He  aniquilado  naciones, 
han  sido  derruidos  sus  baluartes, 

he  devastado  sus  calles,  |  sin  que  haya  quien  transite.; 

han  sido  asoladas  sus  ciudades,  vacías  de  gente,  |  sin  que  nadie 

7  Dije  :  ¡  Ciertamente  me  has  de  temer  !  [more. 
Aceptarás  la  corrección 

y  [ya]  no  ha  de  desaparecer  de  sus  ojos  b 

14  Animales  de  las  gentes:  otro?,  «del  paísi  ;  otros,  «[que  viven]  en  manadasi.  II 
Pelícano:  otros,  ave  acuática;  V  «onocrótalo».  ||  Voz  canta:  otros,  «fuertemente  gri- 
ta» ;  prps.  mel  buho  grita».  ||  Pues  el  entablado...  :  texto  errp.  ;  V  «porque  debilitaré 
la  fuerza  de  ella». 

15  Esta  es  la  ciudad  :  Nínive  parecía  tan  fuerte,  que  sus  habitantes  no  abrigaban 
temor  alguno. 

31  Y  mancillada  [de  crímenes]...  opresora:  V  «et  redempta  civitas,  columba». 
1  No  ha  escuchado  voz  :  la  de  Dios  por  sus  profetas.  ||  A  su  Dios  no  se  acerco  : 
o  bien,  no  quiso  saber  nada  de  su  Dios. 

3  Leones  rugientes:  por  su  crueldad.  ||  Nocturnos:  lit. .  de  la  tarde;  cf.  Hab.  i, 
8.  ||  Nada  tienen  para  roer  o  quebrantar,  e.  d.,  que  todo  lo  devoran;  GV  «nada  de- 
jaroni,  S  «no  esperaron». 

*  Fanfarrones  :  u  osados,  ligeros. 

1  Con  el  mayor  ardor  :  o  también,  desde  la  primera  hora  pervirtieron  todo  su 
obrar. 


3  8-17 


SOFONÍAS 


3  8-17 


cuanto  decreté  sobre  ella  ; 

pero  ellos  con  el  mayor  ardor  han  hecho  mal  todas  sus  obras. 

8  Por  eso,  espérame  c,  dice  Yahveh, 

en  el  día  en  que  me  levantaré  como  un  testimonio  ; 

pues  mi  resolución  es  reunir  a  las  gentes, 

congregar  los  reinos, 

para  derramar  sobre  ellos  mi  ira, 

todo  el  furor  de  mi  cólera, 

porque  con  el  fuego  de  mi  celo  será  devorada 

toda  la  tierra. 

9  Ciertamente,  entonces  devolveré  a  los  pueblos  un  labio  puro, 
para  que  invoquen  todos  ellos  el  nombre  de  Yahveh 

y  que  le  sirvan  con  un  solo  hombro. 

10  Desde  allende  los  ríos  de  Etiopia, 
mis  adoradores,  mis  hijos  dispersos, 
me  traerán  sus  presentes. 

u  d  En  aquel  día  d 

no  serás  ya  confundido  por  todas  las  acciones 

con  que  prevaricaste  contra  mí  ; 

norque  entonces  apartaré  de  en  medio  de  ti 

tus  orgullosos  fanfarrones 

y  no  volverás  ya  a  engreírte 

por  causa  de  mi  santo  monte. 
"  Y  dejaré  en  medio  de  ti  un  pueblo 

humilde  y  pobre, 

que  buscará  refugio  en  el  nombre  de  Yahveh. 
a  El  resto  de  Israel  no  cometerá  iniquidad, 
ni  hablará  mentira, 
ni  se  encontrará  en  su  boca 
lengua  engañosa  ; 

pues  ellos  se  apacentarán  y  se  echarán, 

sin  que  haya  quien  los  aterrorice. 
14  Jubila,  hija  de  Sión  ; 

da  gritos  de  alegría,  ¡oh  Israel!  ; 

alégrate  y  regocíjate  de  todo  corazón, 

¡  oh  hija  de  jerusalén! 
a  Yahveh  ha  suprimido  a  tus  jueces  e, 

ha  expulsado  a  tus  enemigos  ; 

el  Rev  de  Israel,  Yahveh,  está  en  medio  de  ti, 

no  temas  ya  mal  alguno. 

M  En  aquel  día  se  dirá  a  Jerusalén  : 

No  temas,  Sión, 

no  desmayen  tus  manos. 
"  Yahveh,  tu  Dios,  está  en  medio  de  ti, 

poderoso  salva  ; 

se  gozará  sobre  ti  con  alegría, 

te  renovará  su  amor  f, 

exultará  sobre  ti  con  júbilo. 


8  Et  día  en  que...  :  o  bien,  hasta  que  por  fin  me  alce  como  acusador  o  testigo 
de  reprensión,  según  algs.  modifican 

0  Un  labio  puro  :  la  palabra  divina  que  enviará  a  los  paganos  por  sus  apóstoles 
y  servidores.  ||  Con  un  solo  hombro:  e.  d.,  de  común  acuerdo,  unánimemente. 

IU  Mis  hijos  dispersos:  lit.,  la  hija  de  mis  dispersos  (cf.  la  hija  de  mi  pueblo)  ; 
e.  d.,  la  colectividad  de  los  judíos  establecidos  en  el  extranjero.  Así  H  =  mis  suplican- 
tes (o  adoradores)  de  la  dispersión. 

u  Tus  orgullosos  fanfakuunes  :  por  la  prosperidad  temporal  que  gozan.  ||  Mi 
santo  monte  :   mi  templo. 

12  Huscará  refugio  :  o  bien,  pondrá  su  confianza. 

13  Sin  que  haya  quien  los  aterrorice  :  e.  d.,  imperturbables,  seguros. 


—  1702  — 


3  18-20 


SOFONÍAS 


3  18-20 


1S  A  los  abatid9S  sin  esperanzas 
elimino  de  ti, 

pues  se  han  convertido  en  oprobiosa  carga. 
10  He  aquí  que  en  aquel  tiempo 
haré  exterminio  b  de  todos  tus  opresores  ; 
y  salvaré  a  la  res  coja, 
a  la  extraviada  recogeré, 

y  los  pondré  como  objeto  de  gloria  y  renombre 
en  todos  los  países  donde  vivieron  en  confusión. 
"  En  aquel  tiempo  os  traeré, 
y  en  la  época  en  que  os  congregue 
os  haré  renombrados  y  loados 
entre  todos  los  pueblos  de  la  tierra, 
cuando  yo  haga  volver  ante  vuestros  ojos 
a  vuestros  cautivos,  dice  Yahveh. 


18  Texto  mal  conservado  ;  procuramos  ceñirnos,  en  lo  posible,  a  H,  prescindiendo  de 
las  muchas  correcciones  propuestas.  V  tyo  recogeré  a  los  vanos  que  se  habían  apartado 
de  la  ley,  porque  tuyos  eran,  para  que  no  padezcas  más  oprobio  por  su  causa». 

u  Salvase  a  la  res  coja  :  cf.  Miq.  4,  5.  Otros  prefieren  cal  cojo  y  al  extraviado». 


—  A70J  — 


NOTAS    CRITICAS    A  SOFONIAS 


CAP.  I 

a-a  add,  anota  Kit]  b"b  Kit  di  por  razones  métricas]  <¡  ins  c  GSV]  i  di,  anota  Kit] 
e  así  Kit  c  GSV  ;   H  Malkam]   f  así  ins  Kit  por  razones  métricas. 

CAP.  2 

a  así  c  Kit  ;  H  será  reducida  (la  costa  del  mar,  o  país  marítimo,  que  Kit  di  c  G)] 
t>H  añade  Kcrot,  que  suprimimos  c  V  (cf  Kit)]  c  respetamos  H  y  lo  interpretamos 
a  la  luz  de  V  ;  prps  múltiples  correcciones  y  supresiones  en  el  v  (cf  Kit)]  d  sobre 
mi  frontera,  Kit  c  G]  e  Kit  1  c  G  se  manifestó]  t  así  Kit  c  GV  ;  otros  el  ave  «otis 
tarda»  ;  H  desolación. 
cap.  3 

a-a  Kit  di  (cf)]  b  así  Kit  c  GS  ;  otros  tu  morada;  H  su  morada]  casi  Kit  c  GV ; 
H  esperadme]  d-d  Kit  di  por  razones  métricas]  e  así  (o  tiranos)  c  Kit  ;  H  sentencias 
(o  juicios)]  f  así  c  Kit  (cf  G)  ;  H  callará  por  su  amor]  e  así  ins  c  Kit  prb. 


INTRODUCCION      A     A  G  E  O 


a  profecía  de  Ageo  (en  hebreo  Jaggay)  contiene  cuatro  oráculos,  fe- 


chados todos  ellos  en  Jerusale'n  el  segundo  año  de  Darío  I  (520). 


Eran  los  días  en  que  los  regresados  del  cautiverio  por  virtud  del 
decreto  de  Ciro,  tropezaban  con  serias  dificultades,  nacidas  de  las  intri- 
gas desarrolladas  cerca  de  las  autoridades  persas,  en  contra  de  los  de 
Judá  por  haberles  éstos  negado  derecho  a  participar  en  la  reconstrucción 
de!  templo.  A  tales  agobios  vinieron  a  sumarse  toda  una  serie  de  años 
de  mala  cosecha,  que  crearon  un  ambiente  de  desaliento  y  una  situación 
angustiosa  y  triste.  En  tales  circunstancias  surgen  las  figuras  de  Zaca- 
rías y  Ageo. 

El  primero  de  los  oráculos  es  una  exhortación  a  la  reconstrucción  men- 
cionada. El  segundo  es  una  exaltación  del  nuevo  templo,  que  será  glori- 
ficado con  la  presencia  del  Mesías.  El  tercero  es  una  promesa  de  bendi- 
ciones para  los  constructores  del  templo.  El  cuarto  va  dirigido  personal- 
mente a  Zorobabel,  el  caudillo  de  la  casa  real  de  David,  el  ascendiente 
y  tipo  del  Mesías,  el  elegido  y  siervo  de  Yahveh,  sello  del  anillo  en  su 
mano  derecha.  Así,  pues,  una  sola  meta  aparece  en  todo  el  escrito  de 
Ageo,  de  acuerdo  con  las  necesidades  del  momento:  la  edificación  del 
templo. 

El  cítilo  de  Ageo  se  caracteriza  por  la  vehemencia  y  el  tono  polémico. 


—  i/CS  — 


A         G         E  O 


Primer  oráculo:  al  gobernador  Zorobabel  y  a  Yehosúa, 
sumo  sacerdote 


J_  1  En  el  año  segundo  del  rey  Da- 
río, en  el  mes  sexto,  en  el  día 
primero  del  mes,  hubo  palabra  de 
Yahveh  por  medio  de  Ageo,  el  pro- 
feta, a  Zorobabel,  hijo  de  Sealtiel, 
gobernador  de  Judá,  y  a  Yehosúa, 
hijo  de  Yehosadaq,  sumo  sacerdote, 
diciendo  :  2  Así  habla  Yahveh  de  los 
ejércitos  en  sus  propios  términos  : 
«Este  pueblo  dice  :  No  ha  llegado 
aún  a  el  momento  de  que  la  casa  de 
Yahveh  sea  reconstruida.» 

3  Hubo,  pues,  palabra  de  Yahveh 
por  medio  del  profeta  Ageo,  diciendo: 
4  «¿Para  vosotros  es  momento  opor- 
tuno de  habitar  en  vuestras  casas, 
que  se  hallan  artesonadas,  mientras 
aquella  casa  yace  arruinada  ?»  5  Aho- 
ra bien,  así  habla  Yahveh  de  los  ejér- 
citos :  «Parad  mientes  en  vuestro 
proceder.  6  Sembrasteis  mucho  y  ha- 
béis recogido  poco,  comisteis  y  no 
os  habéis  hartado,  bebisteis  y  no  os 
habéis  sentido  saturados,  os  vestís- 
teis y  no  habéis  tenido  calor,  y  el 
asalariado  ha  echado  el  jornal  en 
bolsa  agujereada.» 


1  Así  habla  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos :  «Parad  mientes  en  vuestro  pro- 
ceder. 8  Subid  al  monte,  traed  made- 
ra y  reconstruid  la  casa,  y  me  com- 
placeré en  ella  y  seré  así  honrado, 
dice  Yahveh.  9  Esperasteis  mucho,  y 
he  aquí  que  resulta  poco  ;  y  cuando 
lo  metisteis  en  casa,  lo  disipé  de  un 
soplo.  ¿A  causa  de  qué?,  dice  Yah- 
veh de  los  ejércitos.  Porque  mi  casa 
está  en  ruinas  y  vosotros  os  apresu- 
ráis cada  uno  por  vuestra  propia  ca- 
sa. 10  Por  eso  los  cielos  os  negaron 
su  rocío  b  y  la  tierra  rehusó  sus  pro- 
ductos. 11  Y  llamé  a  la  aridez  sobre 
la  tierra,  y  sobre  las  montañas,  y 
sobre  los  cereales,  y  sobre  el  mosto, 
y  sobre  el  aceite,  y  sobre  lo  que  el 
suelo  produce,  y  sobre  el  hombre,  y 
sobre  las  bestias,  y  sobre  todo  tra- 
bajo manual.» 

12  Zorobabel,  hijo  de  Sealtiel ;  Yeho- 
súa, hijo  de  Yehosadaq,  sumo  sacer- 
dote, y  todo  el  resto  del  pueblo  es- 
cucharon la  voz  de  Yahveh,  su  Dios, 
y  las  palabras  de  A.^eo  el  profeta,  tal 
como  Yahveh,  Dios  de  ellos,  había- 


I1  Yehosúa  :  e.  d.,  Josué,  V  Jesús.  Cf.  Esd.  Ne.  :  Ycsúa. 
*  Aquella  casa  :  e.  d.,  el  templo  de  Jerusalén. 

0  Sembrasteis  mucho  :  quiere  decirles  el  profeta  que,  por  no  haber  pensado  en  K\ 
antes  que  en  sus  intereses,  sus  esfuerzos  han  sido  infructuosos.  ||  En  bolsa  agujerea- 
da :  como  si  dijéramos,  en  saco  roto. 

8  Subid  al  monte  :  no  habla  el  profeta  de  ningún  monte  particular,  sino  de  uno 
donde  haya  madera  buena  y  abundante  para  la  construcción  del  templo. 

38  Temió  a  Yahveh  :  obedeció  a  Dios,  que  le  hablaba  por  su  profeta,  y  continuó  tra- 
bajando en  la  reconstrucción  del  templo. 


-1706- 


1  13—2  8 


AGEO 


2  1-15 


le  enviado  a  decir,  y  el  pueblo  temió 
n  Yahveh.  13  Y  Ageo,  emisario  de 
Yahveh,  habló  en  función  de  legado 
del  Señor  al  pueblo,  diciendo  :  «Yo 
soy  con  vosotros,  dice  Yahveh.» 

u  Despertó  Yahveh  el  espíritu  de 
Zorobabel,  hijo  de  Sealtiel,  goberna- 
dor de  Judá,  y  el  espíritu  de  Yeho- 


súa,  hijo  de  Yehosadaq,  sumo  sacer- 
dote, y  el  espíritu  de  todo  el  resto 
del  pueblo,  y  vinieron  y  acometieron 
la  obra  en  la  casa  de  Yahveh  de  los 
ejércitos,  su  Dios,  \5  el  día  veinti- 
cuatro del  mes  sexto,  en  el  año  se- 
gundo del  rey  Darío. 


Segundo,  tercero  y  cuarto  oráculos 


o  a.  En  el  séptimo  mes,  a  veinti- 
^  uno  del  mismo,  hubo  palabra  de 
Yahveh  por  medio  del  profeta  Ageo, 
diciendo:  3:  «Di  a  Zorobabel,  hijo  de 
Sealtiel,  gobernador  de  Judá,  y  a 
Yehosúa,  hijo  de  Yehosadaq,  sumo 
sacerdote,  y  al  resto  del  pueblo,  lo 
siguiente  :  43  ¿  Quiénes  son  entre  vos- 
otros los  supervivientes  que  hayan 
visto  esta  casa  en  su  esplendor  pri- 
mero ?  Y  i  cómo  la  veis  ahora  ?  ¿  No 
son  ella  y  nada  en  vuestros  ojos 
una  misma  cosa  ?  54  Ahora  bien,  co- 
bra ánimo,  Zorobabel,  dice  Yahveh  ; 
ánimo,  Yehosúa,  hijode  Yehosadaq, 
sumo  sacerdote,  y  ánimo,  pueblo  to- 
do de  la  tierra,  dice  Yahveh  ;  y  tra- 
bajad, pues  yo  soy  con  vosotros,  de- 
clara Yahveh  de  los  ejércitos.  65Esta 
es  la  palabra  que  con  vosotros  con- 
certé a  vuestra  salida  de  Egipto  ;  y 
mi  esipíritu  permanece  entre  vos- 
otros, no  temáis  ;  \  pues  así  habla 
Yahveh  Sebaot  :  Dentro  de  un  poco 
yo  haré  estremecerse-  los  cielos  y  la 
tierra  y  el  mar  y  el  continente  seco; 
8,  y  conmoveré  a  todos  los  pueblos, 
y  vendrá  el  Deseado  de  todas  las 
gentes,  y  henchiré  de  gloria  esta  ca- 
sa,  dice  Yahveh   de   los  ejércitos. 


"s  Mía  es  la  plata,  mío  el  oro,  dice 
Yahveh  de  los  ejércitos.  109  Mayor  se- 
rá la  gloria  postrera  de  esta  casa 
que  la  primera,  dice  YTahveh  Sebaot, 
y  en  este  lugar  daré  la  paz,  declara 
Y'ahveh  de  los  ejércitos.» 

"io  En  veinticuatro  del  noveno  mes, 
segundo  año  de  Darío,  hubo  palabra 
de  Y'ahveh  por  medio  del  profeta 
Ageo,  diciendo  :  «Así  habla  Yah- 
veh de  los  ejércitos  :  Demanda  a  los 
sacerdotes  enseñanza  en  estos  térmi- 
nos :  13u  Si  un  hombre  llevare  carne 
consagrada  en  el  halda  de  su  vestido 
y  tocare  su  halda  el  pan(  el  guiso, 
el  vino,  el  aceite  o  cualquier  alimen- 
to, ¿acaso  quedaría  santificado?»  Y 
respondieron  los  sacerdotes  y  dije- 
ron :  «No.» 

"i3  Luego  preguntó  Ageo  :  «Si  to- 
care alguna  de  estas  cosas  un  impu- 
ro por  contacto  de  cadáver,  ¿acaso 
quedaría  inmunda  ?»  Y  respondieron 
los  sacerdotes  y  dijeron  :  «Quedaría 
inmunda.» 

*M  Entonces  contestó  Ageo  y  dijo : 
«Así  es  este  pueblo,  así  esta  gente 
ante  mí,  declara  Yahveh,  y  así  toda 
la  obra  de  sus  manos ;  y  lo  que  ofre- 
cen allí  es  impuro. 


13  En  función  de  legado  del  Señor  :  o  bien,  al  servicio  del  Señor, 
•j,  En  V,  estas  palabras  que  siguen  constituyen  el  v.  i  del  cap.  2. 

n    2,  Séptimo  :   V  «sexto». 

7  Y  vendrá  el  Deseado  de  todas  las  oentes  :  lit.,  y  vendrá(n)  el  objeto  del  deseo 
(e.  d.,  la  preciosidad,  «res  pretiosae»  ;  G  «lo  máa  escogido»).  Kit  1.  «y  vendrá(n)  ja- 
mudotr,,  e.  d.,  la  bondad  por  la  cual  algo  o  alguien  se  estima  y  ama  grandemente. 
Acerca  de  este  Objeto  del  deseo  de  todas  las  gentes  o  Bondad  sumamente  estimada 
de  todos  los  pueblos,  véase  San  Pablo,  Heb.  12,  26. 

]09  La  gloria  postrera  de  esta  casa  :  asi  más  bien  que  «la  gloria  de  esta  postrera 
casa»,  explica  Joüon.  Esta  gloria  sería  la  que  le  dió  la  venida  de  Nuestro  Señor  al 
segundo  templo  reconstruido  por  Herodes. 

",2  ¿  Quedaría  santificado?:  e.  d.,  ¿consagrado  a  Dios?  ||  Y  dijeron:  «No»: 
porque,  aunque  el  vestido  hubiéralo  sido  por  el  contacto  con  la  víctima  (Lev.  6,  2), 
no  transmitía  esa  consagración  a  los  objetos  que  tocaba. 

M13  Quedaría  inmunda  :  porque,  según  Núm.  19,  n,  el  manchado  por  un  cadáver 
hace  impuro  todo  lo  que  toca. 


—  J707  — 


2  16-20 


AGEO 


2  21-24 


M15  a  Y  ahora  parad  mientes,  por 
favor,  desde  este  día  en  adelante. 
Antes  de  que  se  pusiera  piedra  so- 
bre piedra  en  el  templo  de  Yahveh, 
"16  ¿  qué  os  pasaba  f  b  Llegábase  uno 
a  un  montón  de  grano  [que  aparen- 
taba] veinte  medidas,  y  resultaban 
diez  ;  llegaba  al  lagar  para  extraer 
cincuenta  medidas,  y  había  veinte. 
isi7  0  Os  herí  con  tizón,  con  añublo  y 
con  granizo  toda  la  obra  de  vuestras 
manos,  mas  no  os  volvisteis  a  mí,  di- 
ce Yahveh.  W1S  Prestad  atención  des- 
de este  día  d  en  adelante,  a  partir  del 
día  veinticuatro  del  noveno  mes  ú, 
desde  el  día  que  se  echaron  los  ci- 
mientos en  el  templo  de  Yahveh. 
6]Paiad  mientes  !  e  X1V  ¡  Ciertamen- 
te, la  semilla  está  aún  en  el  grane- 
ro ;  todavía  la  vid,  la  higuera,  el 


granado  y  el  olivo  no  han  dado  fru- 
to !  Desde  este  día  los  bendeciré.» 

^20  Y  hubo  palabra  de  Yahveh  por 
segunda  vez  a  Ageo,  en  el  veinti- 
cuatro del  mes,  en  estos  términos  : 

«Habla  a  Zorobabel,  gobo  .iddor 
de  Judá,  diciendo  :  Yo  haré  que  se 
estremezcan  los  cielos  y  la  tierra. 

trastornaré  el  trono  de  los  reinos, 
y  aniquilaré  la  fuerza  del  imperio  de 
"las  gentes,  y  arruinaré  el  carro  de 
guerra  y  los  que  montan  en  él  ;  cae- 
rán los  caballos  y  sus  jinetes,  cada 
uno  por  la  espalda  de  su  compañero ; 
-423  en  aquel  día,  palabra  de  Yahveh 
de  los  ejércitos,  te  tomaré,  Zoroba- 
bel, hijo  de  Sealtiel,  siervo  mío,  dice 
Yahveh,  y  te  pondré  como  un  anillo 
de  sello,  pues  a  ti  escogí,  declara 
Yahveh  Sebaot.» 


—  1708  — 


NOTAS     CRITICAS     A  AGEO 


CAP.  1 

a  así  Kit  c  GSV  ;  H  el  tiempo  de  venir]  •>  así  c  Kit,  otros  lluvia;  H  del  rocío. 
CAP.  2 

a  Kit  trsp  v  15-19  de  H  post  1  15]  b  asi  Kit  c  G  ;  H  desde  el  ser  (o  estar  de  ellos)] 
c  Kit  considera  el  v  como  add  (  =  Am  4  9)]  d^d  add,  anota  Kit]  e-e  Kit  (cf  GS)  lo 
une  c  v  19. 


INTRODUCCION     A  ZACARIAS 


acarías  (hebr.  Zekaryá),  hijo  de  Bcrckyá,  hijo  de  Iddó.  de  linaje 


sacerdotal,  fué  llamado  al  ministerio  profetico  el  mes  octavo  del 


año  segundo  de  Darío  I  (520).  A  pesar  de  la  identidad  del  nombre, 
no  parece  haber  sido  el  que  fué  muerto  por  los  judíos  entre  el  tem-plo  y 
el  altar  (Mt.  23,  25;  Le.  11,  51). 

Aunque,  como  Ageo,  su  contemporáneo,  trabajó  por  espolear  el  celo 
del  pueblo  en  la  reconstrucción  del  templo,  sirviéndose  sobre  todo  de  la 
esperanza  escatológica  de  salvación,  su  profecía  es  de  índole  muy  dife- 
rente. Puede  dividirse  en  tres  partes.  Previa  una  exhortación  a  la  peni- 
tencia, la  primera  es  una  serie  de  nueve  visiones  nocturnas: 

1.  Visión  de  los  jinetes. 

2.  De  los  cuatro  cuernos  y  cuatro  operarios. 

3.  De  la  restauración  de  Jerusalén. 

4.  De  la  purificación  e  investidura  del  sumo  sacerdote. 

5.  Del  candelabro  y  de  los  dos  olivos. 

6.  Del  volumen  que  volaba. 

7.  Del  ánfora  trasladada  a  Babilonia. 

8.  De  las  cuatro  carrozas. 

9.  De  la  coronación  del  sumo  sacerdote  Jesús. 

La  segunda  parte,  intercalar,  es  un  discurso  sobre  el  ayuno. 
La  tercera  comprende  seis  vaticinios: 

1.  Advenimiento  del  Rey  justo  y  salvador. 

2.  Liberación  de  Judá  y  de  Israel. 

3.  Alegoría  del  buen  pastor. 

4.  Victoria  y  purificación  de  Israel. 

5.  Herida  del  pastor  y  dispersión  de  las  ovejas. 

6.  Ultima  tribulación  de  Jerusalén  y  consumación  de  la  salud  me- 


Aunque  de  difícil  interpretación  para  el  lector  actual,  los  vaticinios 
de  Zacarías  se  distinguen  por  la  elevación  del  pensamiento  y  gran  riqueza 
de  imágenes. 


siánica. 


—  1710  — 


iifljiyisysLji 

ZACARIAS 

Prólogo  y  exhortación  a  la  penitencia.  Las  dos 
primeras  visiones 


"I  1  En  el  mes  octavo,  el  año  se- 
gundo  de  Darío,  hubo  palabra  de 
Yahveh  al  profeta  Zacarías,  hijo  de 
Berekyá,  hijo  de  Iddó,  diciendo  : 
-  «Yahveh  ha  concebido  gran  enojo 
contra  vuestros  padres.  3  Tú,  pues, 
les  has  de  decir  :  Así  habla  Yahveh 
de  los  ejércitos  :  Volveos  a  mí,  a  di- 
ce Yahveh  Sebaot  a,  y  yo  me  vol- 
veré a  vosotros,  a  declara  Yahveh  de 
los  ejércitos  a.  1  No  seáis  como  vues- 
tros padres,  a  quienes  clamaron  los 
primeros  profetas  diciendo :  «Así  ha- 
bla Yahveh  de  los  ejércitos  :  Volveos, 
por  favor,  de  vuestros  malos  cami- 
nos y  vuestras  perversas  acciones.» 
Mas  no  escucharon  ni  me  atendie- 
ron, dice  Yahveh.  5  Vuestros  padres, 
¿dónde  están?  Y  los  profetas,  ¿vi- 
ven acaso  eternamente  ?  6  Sin*  embar- 
go, mis  palabras  y  preceptos,  que  or- 


dené transmitir  a  mis  siervos  los  pro- 
fetas, ¿  no  llegaron  a  vuestros  pa- 
dres b  ?  Y  se  convirtieron  y  dijeron  : 
Como  pensó  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos hacer  con  nosotros  de  acuerdo 
con  nuestro  proceder  y  con  arreglo 
a  nuestras  acciones,  así  ha  hecho  con 
nosotros.» 

7  En  el  día  veinticuatro  del  undéci- 
mo mes,  o  sea  el  mes  de  Sebat,  del 
segundo  año  de  Darío,  fué  la  pala- 
bra  de  Yahveh  al  profeta  Zacarías, 
hijo  de  Berekyá,  hijo  de  Iddó,  di- 
ciendo :  8  «Tuve  durante  la  noche 
una  visión,  y  he  aquí  que  un  hombre 
cabalgaba  sobre  un  caballo  overo,  y 
hallábase  entre  los  mirtos  que  había 
en  una  hondonada  ;  y  detrás  de  él 
bahía  caballos  overos,  alazanes  y 
blancos. 


"Y  pregunté  :  «¿Qué  son  éstos,  señor  mío?» 

Contestóme  el  ángel  que  hablaba  conmigo  : 

«Yo  te  mostraré  qué  son  éstos.» 
"  Y  respondió  el  hombre  que  estaba  parado  entre  los  mirtos, 

y  dijo  : 

«Estos  son  los  que  Yahveh  ha  enviado  a  recorrer  la  tierra.» 
"  Y  contestaron  al  ángel  de  Yahveh  que  estaba  parado  entre  los  mirtos, 
y  dijeron  : 

«Hemos  recorrido  la  tierra,  y  he  aquí  que  toda  ella  está  pacíficamente 

[habitada.» 


1S  Overo...  overos  :  lit.,  rojo  o  rubio  ;  por  tanto,  poco  diverso  de  los  alazanes  in- 
mediatos. 

9  ss.  Conmigo:  lit.,  «en  mí»  (cf.  V  ain  me»);  algs.  interpretan  «por  medio  de  mi» 
(asi  nibl.  Bonn). 

11  Está  pacíficamente  habitada  :  o  bien,  permanece  firme  y  tranquila. 


112-2  5 


ZACARÍAS 


112-2  5 


"  Entonces  c  el  ángel  de  Yahveh  0  I  no  te  apiadarás  de  Jerusalén  y  de 
tomó  la  palabra  y  dijo  :  «¡Oh  Yah-  las  ciudades  de  Judá,  con  las  cuales 
veh  de  los  ejércitos!,  ¿hasta  cuándo  |  estás  airado  hace  ya  setenta  años?» 

13  Y  contestó  Yahveh  al  ángel  que  hablaba  conmigo  palabras  satisfactorias, 

palabras  consoladoras. 
H  Y  díjome  el  ángel  que  conmigo  hablaba  : 

«¡Clama,  diciendo  :  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 

He  demostrado  gran  celo  por  Jerusalén  y  por  Sión, 
1S  y  un  gran  enojo  experimento  yo  contra  las  naciones  gentiles  seguras  de 

[sí  mismas, 

que  cuando  yo  estuve  un  poco  irritado  [contra  mi  pueblo],  ellas  coope- 
raron a  [su]  desgracia. 


16  Por  eso  así  dice  Yahveh  :  «Me 
he  vuelto  a  Jerusalén  con  compa- 
sión ;  mi  casa  será  reconstruida  en 
ella,  afirma  Yahveh  de  los  ejércitos, 
y  la  cuerda  será  tendida  [de  nuevo] 
sobre  Jerusalén.  "  Clama  aún  dicien- 
do :  «Así  habla  Yahveh  de  los  ejér- 
citos :  Todavía  rebosarán  mis  ciu- 
dades de  bienes  y  Yahveh  consolará 
aún  a  Sión  y  elegirá  todavía  a  Je- 
rusalén.» 

U!  Y  alcé  mis  ojos,  miré  y  vi  cua- 
tro cuernos.  192  y  dije  al  ángel  que 
hablaba  conmigo :  «¿  Qué  son  éstos  ?» 


Y  me  contestó  ¡  «Estos  son  los  cuer- 
nos que  han  dispersado  a  Judá,  Is- 
rael y  Jerusalén.»  Ms  Yahveh  me  mos- 
tró asimismo  cuatro  artesanos.  D4  Pre- 
gunté :  «¿  Qué  vienen  a  hacer  éstos  ?» 

Y  respondió  diciendo :  «Estos  son  los 
cuernos  que  han  dispersado  a  Judá, 
de  manera  que  nadie  ha  levantado 
ya  cabeza  ;  y  han  venido  éstos  para 
aterrarlos  y'  para  derribar  los  cuer- 
nos de  las  gentes  que  han  alzado  eS 
cuerno  contra  la  tierra  de  Judá  a 
fin  de  dispersarla.» 


Tercera  visión:  el  misterioso  medidor  de  Jerusalén 


J6  Y  levanté  mis  ojos  y  miré,  y  he  aquí  que  era'  un  hombre 

que  tenía  en  la  mano  una  cuerda  de  medir. 
\  Y  díje/ea:  «¿Adonde  vas?»  Contestóme  :  «A  medir 

a  Jerusalén  para  ver  cuánta  sea  su  anchura  y  cuánta  su  longitud.» 
6,  Y  he  aquí  que  salía  el  ángel  que  hablaba  conmigo  y  otro  ángel  salía 
4¡¡  Y  díjole  :  «Corre,  habla  a  quel  joven  y  dile  :  [a  su  encuentro. 

«Jerusalén  será  habitada  cual  una  ciudad  abierta,  a  causa  de  la 
[multitud  de  hombres  y  bestias  que  habrá  en  su  interior. 
%  Y  yo  le  seré,  dice  Yahveh,  muro  de  fuego  en  derredor  b,  y  en  me- 

[dio  de  ella  su  gloria. 


18  Seguras  :  o  sin  cuidados  ;  otros,  «presuntuosas»  ;  V  «opulentas». 

16  La  cuerda  :  la  que  en  sus  mediciones  usaban  los  constructores  ;  cf.  Job  38,  5. 

I8,  Vi  cuatro  cuernos  :  símbolo  de  las  potencias  hostiles  a  Judá  que  la  han  per- 
seguido, o,  como  opina  San  Jerónimo,  seguido  de  varios  comentadores  antiguos  y  ni» 
demos,  los  cuatro  imperios  de  Daniel. 

™,  Han  dispersado  :  en  realidad  dispersarán,  pero  da  ya  por  realizada  la  acción. 
Cuatro  artesanos  :  es  probable  que  sean  Nabucodonosor,  destructor  de  Asiria  ; 
Ciro,  vencedor  de  Babilonia  ;  Cambises,  conquistador  de  Egipto,  y  Alejandro  Magno, 
destructor  del  imperio  persa. 

n  2,  A  medir  a  Jerusalén  :  equivale  a  indicar  las  dimensiones  que  tendrá  la  ciudad 
en  lo  porvenir. 

48  Cual  una  ciudad  abierta  :  semejará  a  un  país  abierto  cubierto  de  ciudades  y  al- 
deas muradas.  O  también,  dejará  de  estar  protegida  por  murallas  sobre  todo,  porque 
disfrutará  de  más  elevada  protección. 


—  1712  — 


2  6-3  3 


ZACARÍAS 


2«-3  5 


¡  Hala,  hala  !  Huid  del  país  del  Norte — dice  Yahveh—  ; 
pues  a  c  los  cuatro  vientos  del  cielo 
os  dispersaré — d  declara  Yahveh  d 
'„  ¡  Hala,  Sión,  ponte  a  salvo, 
tú  que  moras  en  Babel ! 


8,2  Pues  así  dice  Yahveh  Sebaot 
— tras  [su]  gloria  me  ha  enviado  a 
las  naciones  gentiles  que  os  expolia- 
ron—  :  Ciertamente  quien  os  toca, 
toca  la  niña  de  mis  ojos.  913  Porque 
he  aquí  que  yo  agito  mi  mano  con- 
tra ellos  y  serán  presa  de  quienes 
eran  sus  siervos,  y  reconoceréis  que 
Yahveh  Sebaot  me  ha  enviado. 

**M  Regocíjate  y  alégrate,  hija  de 
Sión,  porque  he  aquí  que  yo  estoy 
para  llegar  y  habitaré  en  medio  de 


ti,  dice  Yahveh.  "„  Y  en  aquel  día 
se  unirán  muchas  gentes  a  Yahveh,  y 
constituirán  e  mi  pueblo,  y  habitaré  e 
en  medio  de  ti  y  reconocerás  que 
Yahveh  Sebaot  a  ti  me  ha  enviado, 
"a  Y  Yahveh  poseerá  [de  nuevo]  a 
Judá  como  su  propia  porción  sobre 
la  tierra  sagrada,  y  escogerá  todavía 
a  Jerusalén. 

"„  Calle  todo  ser  vivo  delante  de 
Yahveh,  porque  se  ha  despertado  y 
sale  de  su  santa  morada. 


Cuarta  visión:  acusación  y  defensa  del  sumo 

sacerdote  Yehosúa 


o  1  Y  mostróme  [el  Señor]  a  Ye- 
"  hosúa,  el  sumo  sacerdote,  que  es- 
taba en  pie  ante  el  ángel  de  Yah- 
veh, hallándose  Satán  a  su  diestra 
para  acusarle.  3  Dijo,  pues,  el  ángel 
de  a  Yahveh  a  Satán  :  « ¡  Conténgate 
Yahveh,  oh  Satán,  conténgate  Yah- 
veh, el  que  ha  escogido  [de  nuevo] 
a  Jerusalén  !  ¿  No  es  éste  tizón  saca- 
do del  fuego  ?» 

s  Yehosúa  estaba  vestido  con  ves- 
tiduras sucias  y  hallábase  en  pie  an- 


I  te  el  ángel,  4  el  cual  tomó  la  palabra 
y  habló  a  los  que  estaban  delante  de 
él  en  estos  términos  :  «Quitadle  de 
encima  las  vestiduras  manchadas»  ; 
y  a  él  le  dijo  :  «Mira,  he  quitado  de 
sobre  ti  tu  culpa  y  te  he  hecho  ves- 
tir b  vestidos  de  fiesta.»  6  c  Dispuso, 
pues  c  :  «Póngase  un  turbante  lim- 
pio sobre  su  cabeza.»  Y  colocaron 
sobre  su  cabeza  el  turbante  limpio  y 
le  vistieron  vestiduras  limpias4.  eY 
el  ángel  de  Yahveh  estaba  [allí]  en 


"10  Del  país  del  norte  :  de  Babilonia. 

Tras  [su]  gloria  :  así  quizá  en  el  sentido  de  :  con  ella  o  acompañándola. 
O  también  :  después  de  la  gloria,  e.  d.,  de  la  gloria  restaurada  de  Jerusalén  (cf.  V). 
Oíros  interpretan  :  por  causa  de  la  gloria  que  ha  prometido  el  Señor  a  su  pueblo, 
o  para  desplegar  la  gloria  de  Dios  sobre  los  pueblos  paganos.  Algs.,  como  Hoonacker, 
tdespués  de  sufrimiento!.  Otros  corrigen  diversamente  H  (cf.  Kit).  También  la  pun- 
tuación del  v.  aparece  dudosa. 

1JI5  Se  unirán  muchas  gentes  :  se  convertirán  al  Señor  las  naciones. 

'-Je  La  tierra  sagrada  :  e.  d.,  Palestina.  |¡  Escogerá  :  como  ciudad  predilecta  de 
su  morada. 

■H  Todo  ser  vivo  :  lit.,  toda  carne. 

3'  Acusarle  :  otros,  «oponérsele,  serle  adversario»,  «lo  a  toreen  (Arragel).  Los  más 
de  los  comentadores  ven  en  este  cuadro  una  escena  judiciaria.  Las  acusaciones 
de  Satán  son  justas,  puesto  que  Yehosúa  o  Josué  y  Zorobabel  toleraron  la  apatía  del 
pueblo  respecto  a  la  reconstrucción  del  templo. 

2  Conténgate  :  o  prohíbate,  védete.  Tal  parece  ser  aquí  el  matiz.  Otros,  «reprén- 
date, incrépete»...  ||  Este:  e.  d.,  este  hombre. 

3  Con  vestiduras  sucias  :  que  representan  el  pecado. 
s  Turbante  :  otros  prefieren  «tiara». 

—  1713  — 


3  6-4  7 


ZACARÍAS 


3  9-4  10 


pie  e.  6  Y  el  ángel  de  Yahveh  previ-  I 
no  a  Josué  diciendo :  7  Así  habla  Yah- 
veh Sebaot  :  Si  por  mis  caminos 
marchas,  si  mis  prescripciones  guar- 
das, gobernarás  bien  mi  casa  y,  ade- 
más, guardarás  mis  atrios,  y  te  daré 
libre  acceso  a  estos  que  están  pre- 
sentes. s  Escucha,  por  favor,  ¡  oh  Ye- 
hosúa !_,  sumo  sacerdote,  tú  y  tus 
companeros,  los  que  se  sientan  en  tu 
presencia,  pues  son  varones  que  sim- 


I  bolizan  lo  por  venir  ;  porque  he  aquí 
que  yo  voy  a  traer  a  mi  siervo,  el 
Brote.  a  Pues  he  ahí  la  piedra  que 
puse  delante  de  Yehosúa  :  sobre  esta 
única  piedra  hay  siete  ojos  ;  he  aquí 
que  yo  esculpiré  su  grabadura,  dice 
Yahveh  Sebaot,  y  quitaré  la  culpa  de 
esta  tierra  en  un  día.  lu  En  aquel  día, 
declara  Yahveh  Sebaot,  os  convoca- 
réis unos  a  otros  debajo  de  la  vid 
y  la  higuera. 


Quinta  visión :  el  candelabro  áureo  y  los  dos  olivos 


A  3  Y  volvióse  el  ángel  que  hablaba  conmigo  v  me  despertó  como  a 
^  hombre  a  quien  se  despierta  del  sueño. 

2  Y  díjome  :  «¿Qué  ves?»  RespondiZe  a: 
«He  mirado  y  he  aquí 'que  he  visto  un  candelabro  todo  él  de  oro 
[con  un  recipiente  b  en  su  remate, 
y  sobre  aquél  siete  lámparas  ^  y  siete  bocas  para  las  lámparas  que 

[hay  encima  del  mismo. 
'  Junto  a  él  hay  dos  olivos  :  uno  a  la  diestra  del  recipiente  y  otro  a 

[la  izquierda.» 

4  Y  tomé  la  palabra  y  pregunté  a'l  ángel  que  hablaba  conmigo,  dicien- 
do :  «¿  Qué  es  esto,  señor  mío  ?» 
6  Y  contestó  el  ángel  que  hablaba  conmigo  y  me  J  dijo  :  «No  sabes 

[acaso  qué  es  esto  ?» 
Y  respondí  :  «No,  mi  señor.»  0  Y  contestó  y  díjome  así  : 


«Esta  es  la  palabra  que  Yahveh 
dirigió  a  Zorobabel,  diciendo  :  No 
con  poderío  ni  con  fuerza,  sino  con 
mi  espíritu,  dice  Yahveh  Sebaot. 
'  ¿  Quién  eres  tú,  oh  gran  monte  ? 
Delante  de  Zorobabel  serás  reducido 
a  llanura,  y  él  extraerá  ila  piedra  de 
remate  entre  aclamaciones  de  ¡qué 
hermosa  es  ! » 


8  Y  se  me  dirigió  la  palabra  de 
Yahveh,  diciendo  :  0  «Las  manos  de 
Zorobabel  fundaron  esta  casa  y  sus 
manos  la  rematarán,  y  conocerás  que 
Yahveh  Sebaot  me  envía  a  vosotros. 
10  Pues  quienes  despreciaron  el  día 
de  los  modestos  comienzos,  se  ale- 
grarán y  verán  la  plomada  en  las 
manos  de  Zorobabel. 


b  Varones  que  simbolizan  o  anuncian  lo  por  venir,  hombres  de  presagio  :  como 
tipos  del  futuro  Mesías.  I|  El  Brote:  o  renuevo,  vastago,  germen...;  V  aOriente». 

9  Hay  siete  ojos  :  pueden  significar  o  la  Providencia  de  Dios,  que  todo  lo  abraza, 
o  los  siete  dones  del  Espíritu  de  Dios,  por  los  cuales  la  piedra  es  preparada  para  su 
glorioso  destino.  ||  Esculpiré  su  grabadura:  la  adornaré  de  modo  que  resulte  más 
hermosa.  ||  En  un  día  :  e.  d.,  en  un  día  determinado.  Casi  todos  los  comentaristas 
ven  aquí  una  alusión  al  sacrificio  del  Gólgota. 

4 2  Un  candelabro...  siete  lámparas  :  el  candelabro  del  tabernáculo,  con  sus  siete  lám- 
paras encendidas  cada  noche,  representa  la  luz  espiritual  que  debe  ser  conservada 
y  distribuida  por  el  pueblo  de  Dios. 

1  ¿Quién  eres  tú,  oh  gran  monte?  :  este  elevado  monte  es  imagen  de  los  obstácu- 
los que  los  enemigos  de  los  judíos  han  de  poner  para  la  reedificación  del  templo.  ||  La 
piedra  de  remate  entre  aclamaciones  de  ¡qué  hermosa  es!  :  cf.  V:  ala  piedra  prima- 
ria, e  igualará  su  gracia  a  la  gracia  de  aquél». 

10  El  día  de  los  modestos  comienzos:  de  reconstrucción  del  templo;  lit.,  de  las  pe- 
queneces, designando,  al  parecer,  tales  palabras,  los  trabajos  frecuentemente  interrum- 
pidos que  contempla  el  pueblo  con  tristeza. 


—  1714  — 


4  n-5  ? 


ZACARÍAS 


4  n-5  7 


•  Estos  son  los  siete  ojos  de  Yahveh  e, 

que  recorren  toda  la  tierra.» 
"  Y  tomando  la  palabra,  le  dije  : 

«¿Qué  significan  esos  dos  olivos  a  derecha  e  izquierda  del  can- 
12  Y  por  segunda  vez  tomé  la  palabra  y  díjele  :  [delabro  ?» 

«¿  Qué  significan  las  dos  ramas  de  olivo 

que  por  medio  de  los  dos  tubos  de  oro  vierten  de  sí  el  dorado  aceite  ?» 
*  Y  me  contestó  diciendo  :  «¿No  sabes  qué  simbolizan  tales  cosas?» 

Y  respondí  :  «No,  mi  señor.» 
"  Dijo  él  entonces  :  «Esos  son  los  dos  «-hijos  del  aceite» 

que  están  al  servicio  del  Señor  de  toda  la  tierra.» 


Visiones  sexta  y  séptima:  el  rollo  de  las  maldiciones 
y  el  «efá» 


1  Y  torné  a  alzar  los  ojos,  miré,  y  he  aquí  que  era  un  rollo  que  volaba. 
'Y  preguntóme:   «¿Qué  ve^  ?»  Contesté:  «Yo  veo 
un  rollo  que  vuela,  de  veinte  codos  de  largo  y  diez  codos  de  an- 
chura.» 

*  Díjome  entonces  :  «Esta  es  la  maldición  que  se  expande  sobre  la 

[haz  de  toda  la  tierra  ; 
pues  todo  ladrón  será,  conforme  a  ella,  lanzado  de  aquí, 
y  todo  el  perjuro  será,  con  arreglo  a  ella,  de  aquí  arrojado. 
4  Y  ¡a  sacaré  a,  dice  Yahveh  de  los  ejércitos, 
v  entrará  en  la  casa  del  ladrón  y  en  la  de  quien  jura  mi  nombre  en 

[falso, 

y  permanecerá  en  medio  de  tal  casa  y  la  destruirá,  así  como  a  su 

[maderamen  y  sus  piedras.» 

8  Y  salió  el  ángel  que  hablaba  conmigo  y  me  dijo  :  «¡  Alza,  por  favor, 
y  mira  qué  es  eso  que  surge!»  [tus  ojos 

'Respondí:  «¿Qué  es?» 
Contestó  :  «Eso  es  "un  efá  que  aparece.» 

Dijo  asimismo  :  «Tal  es  la  iniquidad  h  de  ellos  en  todo  el  país.» 
'Y  ve  ahí  que  fué  alzada  una  tapa  de  plomo 
y  [apareció]  una  mujer  sentada  dentro  del  efá. 


M  Los  dos  hijos  del  aceite  :  muchos  entienden  «los  dos  ungidos»,  e.  d.,  Josué  y 
Zorobabel.  Sin  embargo,  representando  el  candelabro  a  Yahveh  mismo,  ven  otros  en 
esos  ramos  de  olivo  la  imagen  de  los  dos  ángeles  superiores  que  tutelan  los  poderes 
real  y  sacerdotal  o  espiritual  y  profano,  que  eran  en  el  A.  T.  los  dos  medios  prin- 
cipales por  donde  concedía  Dios  la  gracia  a  su  pueblo.  La  línea  general  de  la 
visión  es  la  interpretación  simbólica  de  la  Providencia  divina,  que  actúa  en  la  tierra 
por  medio  de  los  ángeles,  que  son  los  siete  ojos  de  Yahveh.  La  denominación  /lijos 
del  aceite  (G  «hijos  de  la  grasa»)  tendría  aquí  el  sentido  de  «abundante  en  aceite»  y 
caracteriza  a  los  dos  olivos  como  los  dos  medios  de  provisión  de  aceite  del  candelabro. 

51  Un-rollo  :  tal  fué  el  formato  habitual  del  libro  en  la  antigüedad  hasta  que, 
por  lo  menos  desde  la  primera  mitad  del  siglo  II,  el  rollo  de  papiro  comenzó 
a  ser  sustituido  por  el  códice  de  esa  materia,  entre  los  cristianos  principalmente. 

3  Será  conforme  a  ella  lanzado  de  aquí  :  otros  interpretan  «es  aniquilado  a  medida 
de  su  contenido,  y  todo  el  perjuro  es  aniquilado  a  medida  de  su  contenido»  (así 
Bibl.  Tub.),  o  corrigen  «/ia  de  Quedar  impune  con  arreglo  a  este  lado,  y  todo  el  per- 
juro ha  de  nuedar  impune  con  arreglo  al  otro  lado»  (Bibl.  Bonn). 

4  La  sacaré  :  e.  d.,  desencadenaré  la  maldición. 

•  Efá  :  cf.  Ex.  16,  36.  Designa  aquí  una  medida  en  general,  y  quizá  un  vaso  cual- 
quiera, como  traduce  la  Vulgata. 


—  I7IS  — 


5  8-6  w 


ZACARÍAS 


5»-6  10 


8  Y  dijo  él  :  «Esta  simboliza  la  Maldad»,  y  arrojóla  al  interior  del  efá, 
y  echó  la  tapa  de  plomo  sobre  la  boca  de  éste. 

9  Luego  levanté  mis  ojos,  miré, 

y  he  aquí  que  surgían  dos  mujeres  y  el  viento  soplaba  en  sus  alas, 
pues  tenían  dos  alas  semejantes  a  las  de  la  cigüeña, 
y  alzaron  el  efá  entre  la  tierra  y  el  cielo. 

10  Dije  yo  al  ángel  que  hablaba  conmigo  : 
«¿Adonde  llevan  el  efá?» 

31  Y  me  contestó  :  «A  edificarle  una  casa 
en  el  país  de  Sinar, 

y  para  establecerla  y  colocarla0  allí  sobre  su  asiento.» 


Octava  visión:  los  cuatro  carros.  Acto  simbólico 


/r    1  Y  volví  a  levantar  los  ojos,  miré,  y  he  aquí  cuatro  carros 

"      que  salían  de  entre  dos  montes;  y  los  montes  eran  montes  de  bronce. 

2  El  primer  carro  llevaba  caballos  overos  ; 
el  segundo  carro,  caballos  morcillos  ; 

3  en  el  tercer  carro,  caballos  blancos, 

y  en  el  cuarto  carro,  caballos  tordos  y  vigorosos. 

4  Y,  tomando  la  palabra,  dije  al  ángel  que  hablaba  conmigo  : 
(Lj  Qué  son  éstos,  señor  mío  ?» 

6  Y  respondió  el  ángel  y  me  dijo  : 
«Estos  son  los  cuatro  vientos  del  cielo, 
que  salen  de  presentarse  al  Señor  de  toda  la  tierra. 

6  Él  en  que  estaban  los  caballos  morcillos  dirígese  hacia  el  país  del 
los  blancos  parten  hacia  oriente  a  [norte, 
y  los  tordos  hacia  el  país  meridional  b. 

7  Los  más  vigorosos  salieron  y  trataron  de  marchar  a  recorrer  la 

[tierra  ; 

y  [el  ángel]  les  dijo :  «Id  a  recorrer  la  tierra»  ;  y  recorrieron  el  globo. 

8  Luego  me  llamó  y  me  habló  en  estos  términos  :  «Ve,  los  que  parten 
hacia  el  país  del  norte  aplacarán  el  espíritu  de  Yahveh  c  en  el  país 

[septentrional.» 

*Y  vino  a  mi  la  palabra  de  Yah-  I  triada,  de  Jelday,  Tobías  y  Yedayá, 
veh  en  estos  términos  :  10  «Acepta  |  y  llégate  tú  en  aquel  día  y  eptra  en 
[presentes]  de  la  comunidad  repa-  casa  de  Josías,  hijo  de  Sofonías,  que 


8  Y  echó  LA  tapa...  :  para  que  la  impiedad  y  maldad  de  Israel  no  pudiera  levantar 
cabeza. 

•  Surgían  dos  mujeres  :  estas  dos  mujeres  representan,  a  juicio  de  muchos  co- 
mentaristas, a  los  asirios  y  babilonios,  que  deportaron  al  pueblo  hebreo. 

»  El  país  de  Sinar  :  no  parece  significar  lugar  ninguno  determinado.  Es  una  afir- 
mación de  que  la  impiedad,  alejada  de  la  esfera  del  pueblo  de  Dios,  residirá  en  ade- 
lante dentro  de  la  esfera  de  los  poderes  enemigos  de  Dios. 

6 4  Conmigo  :  o,  con  otros,  por  medio  de  mi. 
6  Los  caballos  morcillos  :  simbolizan  el  hambre  y  se  dirigen  a  la  región  del 
Eufrates  y  Tigris  para  castigar  la  hostilidad  pagana  contra  el  pueblo  de  Dios.  Los 
blancos  indican  que  el  juicio  irá  seguido  de  completa  victoria  sobre  dicha  región, 
y  los  tordos  representan  el  juicio  de  destrucción,  que  se  cumplirá  por  la  espada, 
la  peste  y  el  hambre  contra  el  Egipto,  que  figura  otra  potencia  del  mundo. 

'  Los  más  vigorosos  :  o  los  fuertes  (G  alos  de  varios  colores»)  ;  el  cuarto  carro  tiene 
que  recorrer  toda  la  tierra,  y  se  confía  esa  misión  a  los  más  fuertes,  para  indicar 
que  el  juicio  anunciado  por  éstos  se  extenderá  al  mundo  entero. 

10  Y  llégate  tú  en  aquel  día  :  el  texto  suele  corregirse  e  interpretarse  distintamen- 
te :  «Yedayá,  que  en  este  día  han  venido  de  Babel»  (Bibl.  Bonn),  etc. 


-1716- 


6  ii-7  6 


ZACARÍAS 


6  14-7  " 


vinieron  de  Babilonia.  11  Tomarás, 
pues,  la  plata  y  el  oro  y  fabricarás 
una  corona  d  y  la  pondrás  en  la  ca- 
beza del  sumo  sacerdote  Yehosúa, 
hijo  de  Yehosadaq.  12  Y  le  dirás  : 
«Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  e  : 
He  aquí  un  hombre  cuyo  nombre  es 
Brote,  y  debajo  de  él  brotará,  y  cons- 
truirá el  templo  de  Yahveh.  13  El  re- 
construirá el  templo  de  Yahveh,  al- 
canzará gloria  y  se  sentará  y  domi- 
nará sobre  su  trono  f ;  [Yehosúa]  será 


sacerdote  sobre  su  solio  y  consejo  de 
paz  habrá  entre  ambos.  "  Y  la  coro- 
na d  ha  de  quedar  en  el  templo  de 
Yahveh  como  recuerdo  para  Jehiay  *, 
Tobías,  Yedayá  y  Jen,  hijo  de  Sofo- 
nías.  15  Los  que  están  lejos  vendrán 
asimismo  a  reconstruir  e3  templo  de 
Yahveh  ;  y  sabréis  que  Yahveh  de 
los  ejércitos  rne  ha  enviado  a  vos- 
otros. Mas  [esto?]  acaecerá  si  escu- 
chareis atentamente  la  voz  de  Yah- 
veh, vuestro  Dios. 


Oráculo  sobre  los  ayunos 


n  1  Y  ocurrió  que  el  año  cuarto  del 
*  rey  Darío  hubo  palabra  de  Yah- 
veh a  Zacarías,  a  cuatro  del  mes  no- 
veno, a  en  Kisleu  a.  -  Y  envió  Bet-El- 
Sar-éser  a  b  Réguen-Mélek  y  su  gen- 
te para  aplacar  a  Yahveh  5  y  decir 
a  los  sacerdotes  de  la  casa  de  Yah- 
veh de  los  ejércitos  y  a  los  profetas 
lo  siguiente  :  «¿  Deberé  llorar  en  el 
quinto  mes?  ¿Guardaré  abstinencia, 
como  he  hecho  durante  tantos  años  ?» 
' c  Y  dirigióseme  la  palabra  de  Yah- 
veh de  los  ejércitos  diciendo  :  6  «Ha- 
bla a  todo  el  pueblo  de  la  tierra  y 
a  los  sacerdotes  en  estos  términos  : 
Cuando  habéis  ayunado  y  plañido  en 
el  quinto  y  el  séptimo  mes  durante 
estos  setenta  años,  ¿acaso  ayunasteis 
propiamente  para  mí  d  ?  "Y  cuando 
[de  nuevo]  coméis  y  bebéis,  ¿  no  sois 


vosotros  los  que  coméis  y  bebéis  [pa- 
ra vosotros  mismos]  ?  1  ¿  No  son  ésas 
las  palabras  que  proclamó  Yahveh 
por  medio  de  los  primeros  profetas 
cuando  estaba  Jerusalén  habitada  y 
tranquila  con  sus  ciudades  en  torno 
a  ella  v  el  Négueb  y  la  Llanura  es- 
taban habitados  ?» 

8  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de  Yah- 
veh a  Zacarías,  diciendo  :  *  «Así  ha- 
bla Yahveh  de  los  ejércitos  8  :  Lle- 
vad a  cabo  un  juicio  ajustado  a  la 
verdad  y  tened  compasión  y  miseri- 
cordia cada  uno  con  vuestro  herma- 
no ;  10  a  la  viuda,  al  huérfano,  al  ex- 
tranjero y  al  pobre  no  maltrataréis  ; 
ni  meditéis  el  uno  del  otro  el  mal 
en  vuestro  corazón.  "  Pero  rehusaron 
escuchar  y  presentaron  hombro  res- 
pingante e  hicieron  sordos  sus  oídos 


11  Fabricarás  una  corona  :  termínanse  las  visiones  con  un  acto  simbólico,  cual  es 
el  de  poner  ante  los  ojos  la  figura  del  Mediador  de  la  salvación  como  un  sumo 
sacerdote  coronado,  o  un  sacerdote  rey,  que  debe  levantar  al  reino  de  Dios  y  esta- 
blecer su  dominación  sobre  todos  los  reinos  de  este  mundo ;  acción  que  tiene  por  fin 
consolar  y  esforzar  al  pueblo  mostrándole  en  lontananza  al  Mesías. 

1=  Brote:  cf.  3,  8.  ||  De  debajo  de  él  brotará:  otros,  brotará  en  el  mismo  lugar 
donde  tiene  las  raíces;  V  «(Oriens  nomen  eius)  :  et  subter  eum  orietur...». 

71  Kisleu  :  corresponde  en  parte  a  noviembre  y  en  parte  a  diciembre. 
2  Bet-El-Sar-íser  :  créese  hoy  sea  nombre  propio  de  varón,  aunque  ha  sido  punto 
muy  discutido  y  diversamente  interpretado.  ||  Régüen-Mélek  :  algs.  vierten  cel 
Kab-mag  del  rey,  (asi  Bibl.  Bonn).  Otros  corrigen  más  ampliamente  H;  así  Sellin 
en  Bibl.  Leipzig  :  «envió  la  casa  de  Israel  a  Elsarezer,  funcionario  supremo  del  rey, 
y  su  gente...i. 

'  Dereré  llorar  en  el  quinto  mes  :  recuérdese  que  ese  ayuno  y  ese  luto  se  guar- 
daban en  recuerdo  del  incendio  del  templo  y  de  la  ciudad. 

•  El  quinto  y  el  séptimo  mes  :  cf.  2  Re.  25,  8,  y  Jer.  41,  1  ss.  II  Setenta  años  :  es 
la  cifra  redonda  del  cautiverio  nacional  (586-518).  II  ¿Acaso  ayunasteis...  ?  :  el  Señor 
no  se  lo  había  mandado,  y  de  ello  no  sacaba  ninguna  honra. 

•  Y  cuando...  coméis  :  les  da  el  Señor  en  rostro  con  ello  porque,  sobre  hacerlo 
por  propia  voluntad,  ningún  deseo  tenían  de  agradarle. 

T  Las  palabras:  o  bien,  los  mandamientos.  ||  El  Négueb  y  la  Llanura:  o  sea 
el  Mediodía  y  la  Plana  ;  cf.  Núm.  13,  17  ;  Gén.  13,  10... 
10  Maltrataréis  :  oprimáis,  hagáis  injusticia... 


—  1717  — 


7  12-8  8 


ZACARÍAS 


7  14-8  13 


para  la  obediencia.  12  Además  endu- 
recieron su  corazón  como  el  diaman- 
te para  no  oír  la  ley  y  las  palabras 
que  Yahveh  de  los  ejércitos  habia 
enviado  a  anunciar  con  su  espíritu 
por  medio  de  los  antiguos  profetas  ; 
dando  lugar  a  una  gran  indignación 
por  parte  de  Yahveh  Sebaot.  13  Y  con- 
forme El  llamó  y  no  escucharon,  así 


llamarán  ellos  y  yo  no  oiré,  dice 
Yahveh  de  los  ejércitos.  "  Y  los  he 
dispersado  1  por  todas  las  naciones  a 
ellos  desconocidas,  de  suerte  que  el 
país  ha  quedado  asolado  tras  ellos, 
sin  transeúnte  ni  quien  regrese.  Han 
convertido  así  el  delicioso  país  en 
una  desolación.» 


Oráculo  sobre  el  magnífico  porvenir  mesiánico 


O  1  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de  Yah- 
"  veh  de  los  ejércitos  en  estos  tér- 
minos :  2  «Así  dice  Yahveh  de  los 
ejércitos  :  'He  experimentado  por 
Sión  un  celo  enorme  y  he  concebido 
por  ella  inmensa  pasión.'  3  Así  dice 
Yahveh  de  los  ejércitos  :  'Me  volve- 
ré de  nuevo  a  Sión  y  habitaré  en 
medio  de  Jerusalén,  y  Jerusalén  será 
llamada  la  ciudad  fiel,  y  el  monte  de 
Yahveh  de  los  ejércitos,  monte  sa- 
grado.' 4  Así  dice  Yahveh  de  los  ejér- 
citos :  "Seguirán  sentándose  ancianos 
y  ancianas  en  las  plazas  de  Jerusa- 
lén, cada  cual  con  su  báculo  en  la 
mano  por  la  mucha  edad.  6  Y  las  pla- 
zas de  la  ciudad  estarán  llenas  de 
muchachos  y  muchachas  que  jugarán 
en  sus  plazas.' 

e  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 
'Aunque  esto  parezca  extraordinario 
para  aquellos  días  a  los  ojos  del  res- 
to de  este  pueblo,  ¿  podrá  parecerme 
también  a  mí  extraordinario?,  dice 
Yahveh  Sebaot'.  ■ 

7  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 
'He  aquí  que  yo  salvaré  a  mi  pueblo 
de  la  tierra  de  Oriente  y  de  la  tierra 
donde  el  sol  se  pone  ;  8  y  los  condu- 


ciré a  que  habiten  en  medio  de  Je- 
rusalén, y  constituirán  mi  pueblo  y 
yo  seré  para  ellos  su  Dios  en  verdad 
y  en  justicia.' 

*  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 
'Vigorícense  las  manos  de  vosotros, 
los  que  en  estos  días  oís  tales  pala- 
bras de  boca  de  los  profetas,  a  la 
sazón  en  que  se  han  puesto  los  ci- 
mientos de  la  casa  de  Yahveh  de  los 
ejércitos  para  que  el  templo  sea  re- 
construido. 10  Pues  antes  de  esos  días 
los  hombres  carecían  de  jornal  y  no 
tenían  paga  las  bestias,  ni,  por  causa 
del  enemigo,  existía  seguridad  algu- 
na para  quien  salía  o  entraba,  pues 
había  yo  dado  rienda  suelta  a  todos 
los  hombres  unos  contra  otros.  11  Mas 
ahora  no  seré  como  los  días  pasados 
para  el  resto  de  este  pueblo,  declara 
Yahveh  ;  12  porque  su  semilla  [será 
sembrada]  en  paz*:  la  vid  dará  su 
fruto,  la  tierra  su  producto  y  los  cie- 
los su  rocío,  y  otorgaré  en  .posesión 
al  resto  de  este  pueblo  todas  estas 
cosas.  "  Y  resultará  que  así  como  ha- 
béis sido  maldición  entre  las  gentes, 
¡  oh  casa  de  Judá  y  casa  de  Israel ! , 
de  igual  suerte  os  salvaré  y  seréis 


14  Sin  transeúnte  ni  quien  regrese  :  o  bien,  sin  que  nadie  vaya  y  venga  por  él  ; 
otros,  tsin  que  nadie  lo  atraviese  ni  desande  el  camino». 

8 a  Inmensa  pasión  :  e.  d.,  eran  cólera  o  indignación  contra  sus  enemigos. 
3  La  Ciudad  fiel:  o  bien,  la  Ciudad  de  la  Verdad,  como  V  traduce.  ||  Monte 
(agrado  :   o  bien,  de  la  Santidad,  santo. 

7  Salvaré  a  mi  pueblo  :  esa  liberación  la  llevará  a  cabo  el  Mesías,  según  se  ve  por 
el  siguiente  versículo. 

8  Los  conduciré  a  que  habiten  :  no  puede  tratarse  aquí  de  la  Jerusalén  terrestre, 
que  mal  hubiera  i>odido  contener  a  los  judíos  dispersos  por  toda  la  tierra,  sino  de  la 
Jerusalén  celeste,  figura  del  reino  del  Mesías. 

10  Quien  salía  o  entraba  :  e.  d.,  para  quien  iba  y  venía,  para  el  ejercicio  de  la 
vida  cuotidiana,  para  cualquier  empresa.  ||  Había  yo  dado  rienda  suelta:  o  impulsado; 
o  bien,  había  yo  hecho  que  todos  los  hombres  se  cobraran  enemistad. 

12  Será  sembrada  en  paz  :  o  bien,  será  bien  conservada. 

M  Seréis  bendición  :  se  servirán  para  bendecir  de  vuestro  ejemplo  y  de  vuestro 
nombre.  ||  Cobren  vigor:  o  afírmense  vuestras  manos;  o  bien,  obrad  valientemente. 


-1718- 


8  14-9  4 


ZACARÍAS 


820-94 


bendición.  Xo  temáis,  cobren  vigor 
vuestras  manos.' 

14  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 
'Así  como  me  propuse  dañaros  cuan- 
do me  irritaron  vuestros  padres,  de- 
clara Yahveh  Sebaot,  y  no  me  com- 
padecí, 16  así,  por  el  contrario,  he 
pensado  en  estos  días  favorecer  a 
Jerusalén  y  a  la  casa  de  Judá;  no  te- 
máis. 16  Estas  son  las  cosas  que  de- 
béis hacer  :  Hablad  verdad  cada  uno 
con  vuestro  prójimo ;  realizad  en 
vuestras  puertas  una  justicia  verda- 
dera y  pacífica.  "  No  maquinéis  los 
unos  el  mal  contra  los  otros  en  vues- 
tro corazón,  ni  gustéis  de  hacer  ju- 
ramento falso,  .porque  aborrezco  to- 
do esto,  declara  Yahveh.'» 

18  Y  tuvo  lugar  la  palabra  de  Yah- 
veh Sebaot  a  mí,  diciendo  : 

19  «Así  dice  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos :  'El  ayuno  del  cuarto,  el  ayuno 
del  quinto,  el  ayuno  del  séptimo  y  el 


ayuno  del  décimo  mes  se  trocarán 
para  la  casa  de  Judá  en  regocijo  y 
alegría  y  en  solemnidades  gratas  ; 
mas  amad  la  verdad  y  la  paz.' 

20  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos : 
'Vendrán  asimismo  pueblos  y  los  ha- 
bitantes de  grandes  ciudades  ;  a  y  los 
moradores  marcharán  de  una  a  otra, 
diciendo  :  ¡"Vamos,  vayamos  a  apla- 
car a  Yahveh  y  a  buscar  a  Yahveh 
Sebaot.  Yo  también  voy  a  ir !  22  Y 
vendrán  muchos  pueblos  y  naciones 
poderosas  a  buscar  a  Yahveh  de  los 
ejércitos  en  Jerusalén  y  rogar  delan- 
te de  Yahveh.' 

23  Así  dice  Yahveh  de  los  ejércitos  : 
'En  aquellos  días  sucederá  que  diez 
hombres  de  todas  las  lenguas  de  las 
gentes  asirán  fuertemente  por  la  or- 
la [del  manto]  a  un  judío,  diciendo: 
Queremos  acompañaros,  pues  hemos 
oído  que  Dios  está  con  vosotros.'» 


Oráculo  sobre  la  destrucción  de  los  pueblos  enemigos. 
Advenimiento  del  Mesías 

q   1  Oráculo. 

Palabra  de  Yahveh.  El  país  de  Jadrak  y  Damasco  se  han  convertido 
pues  a  Yahveh  .pertenecen  los  ojos  del  hombre  [en  su  morada ; 

y  todas  las  tribus  de  Israel. 
'También  Jamat  estará  comprendida. en  ella 

y  a  Tiro  y  Sidón,  aunque  sea  tan  sabia. 
*  Tiro  se  ha  construido  un  terraplén 
y  ha  amontonado  plata  cual  si  fuera  polvo 
y  oro  como  lodo  de  las  calles. 
4  He  aquí  que  el  Señor  se  apoderará  de  ella, 
aniquilará  en  el  mar  su  riqueza 
y  ella  será  consumida  en  el  fuego. 


16  Realizad...  una  justicia  verdadera  y  pacífica  :  o  un  juicio  verd.  y  salutífero ; 
liU,  verdad  y  juicio  de  raz  juzgad;  Kit  di.  verdad.  Cf.  7,  9. 
"  No  maquinéis  :  cf.  7,  10. 

19  El  ayuno  del  cuarto...,  etc.  :  todos  esos  ayunos  conmemoraban  fechas  luctuosas 
para  el  pueblo  israelita  :  la  toma  de  Jerusalén  por  los  caldeos  (2  Re.  25,  3),  el  incen- 
dio del  templo  por  Nebuzaradán  (ib.  25,  8),  asesinato  de  Guedalyá  o  Godolías  y  huida 
de  los  judíos  a  Egipto  (Jer.  25,  1)  y  comienzo  del  sitio  de  Jerusalén  (2  Re.  25,  1),  res- 
pectivamente. ||  Verdad:  o  sinceridad,  lealtad. 

20  Vendrán  asimismo...  :  o  bien  (cf.  V)  :  «Hasta  que  vengan  los  pueblos  y  moren 
en  muchas  ciudades.» 

23  Queremos  acompañaros  :  no  querrán  ¡os  paganos  solamente  venir  a  Jerusalén, 
sino  que  desearán  unirse  a  los  judíos  para  formar  con  ellos  una  sola  nación. 

91  Su  morada  :  o  sitio  de  reposo  (de  la  palabra  de  Dios),  donde  Yahveh  ha  de 
realizar  algo.  ||  A  Yah.  pertenecen  los  ojos  del  hombre  :  V  «Domini  est  oculus  ho- 
minis».  Kit  cree  prb.  la  lección  Aram  (Siria)  en  vez  de  Adam  (hombre).  Cf.  Reina  : 
«a  Yah.  están  vueltos  los  ojos  de  los  hombres  y  de...»  ;  Hoonacker  :  «a  Yah.  pertene- 
cen las  ciudades  de  Arara». 


—  1719  — 


9  5-14 


ZACARÍAS 


9  6-14 


•  Cuando  Asquelón  lo  vea,  se  espantará  ; 
también  Gaza,  que  temblará  grandemente, 

y  Eqrón,  pues  se  ha  marchitado  6U  esperanza. 
Y  desaparecerá  de  Gaza  el  rey, 
y  Asquelón  no  será  ya  poblada. 

*  Se  asentará  en  Asdod  el  extranjero  advenedizo 
y  aniquilará  el  orgullo  del  filisteo  b. 

'  Pero  cuando  yo  haya  alejado  la  sangre  de  la  boca  del  mismo 

y  sus  inmundicias  de  entre  sus  dientes, 

también  él  quedará  como  reliquia  para  nuestro  Dios, 

y  será  como  caudillo  0  en  Judá, 

y  Eqrón  será  similar  al  yebuseo. 
8  Luego  acamparé  como  guarnición  <*  para  mi  casa  frente  a  quien  va 

y  ya  no  pasará  sobre  ellos  tirano,  [y  viene, 

porque  ahora  velo  yo  con  mis  ojos. 

'  ¡  Alégrate  sobremanera,  hija  de  Sión  ; 

grita  jubilosa,  oh  hija  de  Jerusalén  ! 

He  aquí  que  tu  rey  llega  a  ti  ; 

es  justo  y  victorioso, 

humilde  y  montado  sobre  un  asno, 

sobre  un  pollino  cría  de  asnas. 
10  Aniquilará  "  los  carros  de  Efraím 

y  la  caballería  de  Jerusalén, 

y  haráse  pedazos  el  arco  guerrero, 

y  anunciará  la  paz  a  las  naciones, 

y  su  dominio  se  extenderá  de  mar  a  mar 

y  desde  el  río  hasta  los  confines  de  la  tierra. 
"También  tú,  en  razón  de  la  sangre  de  tu  alianza  [conmigo], 

yo  soltaré  a  tus  cautivos  de  Ja  fosa  sin  agua. 
12  Volveos  a  la  fortaleza,  cautivos  esperanzados  ; 

también  hoy  te  anuncio  que  te  retribuiré  el  duplo. 
38  Porque  me  he  tensado  a  Judá, 

como  un  arco  he  cargado  [de  flechas]  a  Efraím, 

y  excitaré  a  tus  hijos,  ¡oh  Sión!, 

contra  los  hijos  tuyos,  i  oh  Yaván!, 

y  te  convertiré  en  espada  de  héroe. 
M  Yahveh  aparecerá  sobre  ellos 

y  saldrá  cual  relámpago  su  flecha  ; 


»  El  extranjero  advenedizo  :  o  bien,  un  pueblo  mixto.  ¡|  El  orgullo  del  filis- 
teo :  las  prerrogativas  y  cualidades  en  que  se  basaba  su  orgullo. 

I  La  sangre  de  la  boca  :  la  sangre  de  que  aquí  parece  tratarse  no  es  la  sangre 
humana,  sino  la  de  los  sacrificios,  que  solían  beber  los  idólatras  orientales,  pero  te- 
nían prohibida  los  judíos.  ||  Sus  inmundicias  :  la  carne  de  los  sacrificios.  Con  ello 
anuncia  el  Señor  la  abolición  de  la  idolatría  en  general. 

8  Acamparé...  para  mi  casa  :  e.  d.,  defenderá  la  tierra  de  Judá  de  tal  suerte  que  ya 
no  la  invadirá  el  enemigo.  ||  Quien  va  y  viene:  el  que  se  mueve  a  un  lado  y  otro.  II 
No  pasará  sobre  ellos  :  o  bien,  no  los  atacará,  quiere  decir,  al  pueblo  de  Yah- 
veh. ||  Tirano  :  u  opresor,  quien  imponga  dura  prestación  personal.  ||  Con  mis  ojos  : 
muchos  corriwn  «ahora  he  contemplado  su  miseria». 

e  He  aquí  que  tu  rey  :  cuantos  esfuerzos  se  han  hecho  para  aplicar  este  pasaje 
a  Zorobabel  o  a  Nehemías  han  resultado  infructuosos.  Todos  los  comentaristas  mo- 
dernos merecedores  de  crédito  convienen  en  que  es  mesiánico.  ||  Sobre  un  pollino  : 
para  darnos  a  entender  que  Jesús  no  busca  el  brillo  del  mundo. 

10  Aniquilará  los  carros  :  quiere  decir  que  el  Mesías  establecerá  su  reino  por 
medios  pacíficos.  ||  Haráse  pedazos:  o  será  suprimido.  ||  Su  dominio  se  extenderá...: 
cf.  Sal.  8. 

II  Tú  :  e.  d.,  Sión.  ||  Soltaré  a  tus  cautivos:  el  perdón  concedido  a  Israel  no  con- 
sistirá sólo  en  que  Dios  envíe  el  rey  prometido,  sino  en  que  libre  a  aquellos  de  su 
pueblo  que  aun  están  en  cautividad  o  afligidos. 

18  Me  ue  tensado  a  Judá  :  anuncia  el  Señor  con  esta  imagen  la  victoria  de  su  pueblo 
sobre  los  griegos,  valiéndose  de  Judá  y  Efraím.  ||  Yaván  :  e.  d.,  Grecia. 


9  15-10  5 


ZACARÍAS 


9  15-10  5 


y  el  Señor,  Yahveh,  hará  sonar  la  trompeta 

y  avanzará  entre  las  tempestades  del  sur. 
16  Yahveh  de  'los  ejércitos  los  protegerá, 

y  consumirán  y  subyugarán  a  sí  las  piedras  de  honda, 

y  beberán  su  sangre  '  como  si  fuera  vino, 

se  henchirán  cual  aspersorio, 

como  los  ángulos  del  altar. 
n  Y  Yahveh,  su  Dios,  los  salvará  g  en  aquel  día  e 

como  a  rebaño  de  su  pueblo, 

cuando  como  piedras  de  diadema 

refulgirán  sublimes  sobre  su  país. 
"  En  verdad,  ¡  cuánta  es  su  bondad  y  cuál  su  hermosura  I 

El  grano  hará  florecer  a  los  jóvenes 

y  el  mosto  a  las  doncellas. 


Exhortación  y  amenaza  contra  los  pastores 
y  los  machos  cabríos 


'  Pedid  a  Yahveh  la  lluvia  en  la  estación  primaveral  ; 

Yahveh  formará  nubes  de  tormenta, 

y  lluvia  copiosa  les  dará, 

y  a  cada  uno  yerba  en  el  campo. 
:  Porque  los  tcrafim  han  hablado  cosas  engañosas, 

y  los  adivinos  han  tenido  falsas  visiones, 

y  sueños  vanos  anuncian, 

y  vanamente  consuelan. 

Por  eso  [los  israelitas]  emigraron  a  como  rebaño, 
fueron  humillados  porque  no  tienen  pastor. 
3  Contra  los  pastores  se  ha  encendido  mi  cólera 
y  a  los  machos  cabríos  castigaré, 
pues  Yahveh  de  los  ejércitos  ha  visitado  su  grey, 
b  la  casa  de  Judá  b, 

v  ha  hecho  de  ella  como  su  magnífico  corcel  b  en  el  combate  b. 
*  De  vosotros  mismos  [saldrá]  la  piedra  angular,  de  vosotros  la  estaca 

de  vosotros  el  arco  guerrero,  [de  la  tienda  ; 

de  vosotros  saldrá  todo  capitán  juntamente  c. 
6  Y  serán  d  en  el  combate  d  como  valientes 

que  pisotean  el  lodo  de  las  calles, 

y  pelearán  porque  Yahveh  está  con  ellos, 

y  serán  confundidos  quienes  cabalgan  caballos. 


15  Las  piedras  de  honda  :  como  si  fueran  piedras  para  la  honda,  o  despreciables, 
aniquilarán  y  pisotearán  a  sus  enemigos. 
M  Los  salvará  :  auxiliará  o  dará  la  victoria. 

17  Hará  florecer  :  o  tornará  vigorosos.  Otros  vierten  el  v.  de  otro  modo  o  lo  corri- 
gen. Cf.  Zorell  y  versión  V. 

1  La  estación  primaveral  :  lit.,  en  la  época  de  la  lluvia  tardía,  e.  d.,  en  abril.  II 
Nubes  de  tormenta  :  o  aguacero,  chaparrón. 

-  Los  terafim  :  cf.  sobre  estos  dioses  penates  Gén.  31,  19.  ||  Emigraron  como  reba- 
ño :  por  haber  dado  crédito  a  aduladores,  fueron  los  hebreos  arrojados  de  su  tierra 
como  rebaño  echado  por  delante  para  la  venta. 

'  Contra  los  pastores  :  los  principes  y  gobernadores  paganos  que  oprimen  al  pue- 
blo. ¡I  Los  machos  cabríos  :  los  jefes  del  pueblo.  ||  Magnífico  corcel  :  o  caballo  vigo- 
roso ;  otros,  «cab.  de  honor»  ;  V  «eab.  de  regaloi. 

*  De  vos.  saldrá  la  pifdra  angular  ¡  el  príncipe,  a  quien  el  estado  deberá  toda 
su  fuerza.  En  esta  y  las  siguientes  frases  ve  Ribera  una  profecía  mesiánica  que 
anuncia  la  conquista  del  mundo  por  los  apóstoles. 

6  Serán  :  e.  d.,  los  de  la  casa  de  Judá. 


—  1721  — 


10  «-11  5 


ZACARÍAS 


10  6-11  5 


"  Vigorizaré  a  la  casa  de  Judá 
y  a  la  casa  de  José  salvaré  ; 

"los  haré  regresar,  porque  tengo  compasión  de  ellos, 

y  serán  cual  si  nunca  los  hubiera  desechado, 

11  porque  yo  soy  Yahveh,  su  Dios,  y  los  escucharé  d. 
*  Y  serán  como  héroes  los  de  Efraím  ; 

su  corazón  se  alegrará  como  por  vino, 

y  sus  hijos  lo  verán  y  se  regocijarán, 

jubilará  su  corazón  en  Yahveb. 
8  Los  silbaré  y  los  reuniré,  b  porque  los  he  redimido  b. 

y  se  multiplicarán  como  antes  se  multiplicaron. 
6  Yo  habíales  diseminado  "  entre  los  pueblos, 

mas  en  los  remotos  parajes  '  se  acordarán  de  mí  ; 

y  vivirán  [allí]  con  sus  hijos  y  luego  regresarán. 

10  Los  haré  volver  del  país  de  Egipto, 
y  de  Asiria  los  recogeré  ; 

los  traeré  a  ila  tierra  de  Galaad  y  al  Líbano 
y  no  se  hallará  [sitio  bastante]  para  ellos. 

11  Y  pasarán  s  por  el  mar  de  la  angustia, 
pero  herirá  en  el  mar  las  ondas, 

y  se  secarán  todas  las  (profundidades  del  río, 
y  será  abatida  la  soberbia  de  Asiria, 
y  el  cetro  de  Egipto  cesará. 
u  Yo  los  confortaré  [a  los  israelitas]  en  Yaihveh, 
y  en  su  nombre  caminarán  h — ll  declara  Yahveh  d. 


Castigo  de  los  jefes  culpables.  Alegoría  del  profeta  pastor 


11  1  ¡  Abre,  oh  Líbano,  tus  puertas 
y  devore  el  fuego  tus  cedros  ! 
2 "Laméntate,  ¡oh  ciprés!,  que  ha  caído  el  cedro, 
los  [árboles]  más  majestuosos  han  sido  destruidos. 
Ululad,  encinas  del  Basan, 

porque  la  selva  impenetrable  ha  sido  abatida. 
*  ¡  Oyese  el  lamentar  de  los  pastores, 
porque  ha  sido  destruida  su  magnificencia  ! 
¡  Oyese  el  rugir  de  los  leoncillos, 
porque  ha  sido  asolada  la  gloria  del  Jordán  ! 

*  Así  dice  Yahveh,  mi  Dios  :  «Apa-  i  compradores  impunemente  mientras 
cienta  las  reses  menores  destinadas  sus  vendedores  exclaman3':  «¡Ben- 
a  la  matanza,  5  las  que  matan  sus  ]  dito  sea  Yahveh,  pues  me  he  enri- 


'  Los  DE  Efraím,  vueltos  del  destierro,  se  conducirán  como  héroes.  ||  Por  vino  : 
8  Los  silbaré  :  los  llamaré  silbando. 

11  EL  mar  pe  la  angustia:  el  mar  ¿  por  cstrcoliez?  Muchos  corrigen  este  vocablo: 
hacia  Tiro  (liibl.  Bonn),  el  mar  de  Egipto  (e.  d.,  el  mar  Rojo).  ||  El  Río  :  e.  d.,  el 
Eufrates,  o,  scííún  otros,  el  Nilo  (así  Bibl.  Tub.).  ||  La  soberbia  de  Asiría...  el  cetro 
de  Egipto  :  parecen  simbolizar  estos  nombres  las  tierras  de  esclavitud  más  que  anun- 
ciar la  vuelta  de  estos  países  en  tiempo  de  los  Macabeos. 

12  Caminarán  :  en  la  repatriación. 

-|  -1  1  Abre,  oh  Líbano  :  prosopopeya  mandando  al  Líbano  que  reciba  sin  defenderse 
■J--*-    a  los  enemigos  que  vienen  a  devastar  la  tierra. 

3  La  gloria  del  Jordán  :  e.  d.,  las  frondosas  espesuras  de  su  valle. 

*  Las  reses  menores  :  parecen  ser  el  pueblo  de  Israel,  y  los  pastores,  sus  jefes. 

—  1722  — 


11  6-13 


ZACARÍAS 


11  14-15 


querido!»  ;  y  sus  pastores  no  tienen 
compasión  de  ellas.  *  Así,  pues,  no 
me  compadeceré  más  de  los  habitan- 
tes de  la  tierra,  dice  Yahveh  ;  mas 
he  aquí  que  yo  entregaré  a  los  hom- 
bres cada  uno  en  mano  de  su  próji- 
mo b  y  en  poder  de  su  rey,  quienes 
devastarán  la  tierra,  y  no  la  libraré 
de  manos  de  ellos.» 

7  Entonces  páseme  a  apacentar  las 
reses  menores  destinadas  a  la  ma- 
tanza para  los  mercaderes  c  del  ga- 
nado menor  y  cogíme  dos  cayados  ; 
al  uno  llamé  Néham  (Benignidad)  3 
al  otro  denominé  Jobclim  (Unión  fra- 
terna); y  apacenté  el  ganado.  8  En  un 
mes  aniquilé  a  tres  pastores,  y  se 
impacientó  mi  alma  con  ellos,  y  tam- 
bién su  alma  se  hastió  de  mí.  9  Y 
dije  :  «No  os  (pastorearé  más  ;  la  que 
debe  morir,  muérase  ;  y  la  que  haya 
de  perecer,  perezca ;  y  las  que  resten 
devore  cada  una  la  carne  de  su  com- 
pañera.» 10  Y  tomé  mi  cayado  Benig- 
nidad y  lo  rom.pí,  deshaciendo  así  la 
alianza  que  había  yo  pactado  con  to- 
dos los  pueblos.  11  Quedó,  pues,  anu- 
lada en  aquel  día,  y  así  los  mercade- 
res d  de  ganado  menor  que  se  fijaron 
en  mí  comprendieron  que  era  pala- 
bra de  Yahveh.  12  Mas  díjeles  :  «Si 
os  parece  bien,  entregad  mi  salario, 
y  si  no,  dejadlo.»  Y  pesaron  por  mi 
salario  treinta  siclos  de  plata.  13  Pefo 
Yahveh  me  dijo  :  «Arrójalo  al  fun- 
didor ese  magnífico  precio  en  que 


fui  evaluado  por  ellos.»  Toméj  pues, 
las  treinta  monedas  de  plata  y  arro- 
jélas  en  la  casa  de  Yahveh  al  fundi- 


La  vuelta  de  la  caza 


dor.  14  Rompí  asimismo  mi  otro  bácu- 
lo, Unión  fraterna,  para  deshacer  la 
hermandad  entre  Judá  e  Israel. 
16  Luego  díjome  Yahveh  :  «Cógete 


*  Yo  entregaré  :  quiere  decir  que  las  naciones  que  han  destruido  al  pueblo  de  Dios 
serán  a  su  vez  castigadas,  acabando  ellas  mismas  por  sus  discordias  intestinas. 

1  Benignidad:  para  indicar  un  gobierno  o  mando  suave  y  benigno.  |l  Unión  fra- 
terna :  otros  lo  interpretan  de  otros  modos  :  «ataduras,  dañadores...».  V  llama  al  pri- 
mero «Hermosura»  y  al  segundo  «Cuerda». 

8  En  un  mes  aniquilé  o  suprimí  :  sobre  quiénes  pueden  ser  estos  pastores  hay 
muy  distintas  opiniones.  Tal  vez  sea  la  mejor  la  que  sostuvieron  Teodoreto  y  San  Ci- 
rilo, quienes  ven  en  esos  tres  pastores  los  tres  órdenes  por  que  era  gobernado  Israel, 
o  sea  las  autoridades  civiles,  los  sacerdotes  y  los  profetas.  En  cuanto  al  mes,  quizá 
sea  un  símbolo  de  la  destrucción  completa  de  dichos  tres  órdenes.  ||  Se  impacientó 
mi  ALMA  :  o  bien,  perdí  la  paciencia. 

10  Deshaciendo  así  la  alianza  :  no  es  la  hecha  con  Noé.  La  de  que  aquí  parece 
tratarse  es  la  hecha  con  los  pueblos  para  que  no  destruyeran  a  Israel.  Abrogada  ella, 
queda  Israel  entregado  a  las  naciones  para  que  le  traten  del  modo  indicado  en  el  n.  5. 
Pero  eso  no  sucederá  hasta  que  el  segundo  cayado  quede  roto  y  abandone  el  pastor 
del  todo  su  rebaño. 

a  Mas  díjeles  :  Zacarías,  que  representa  a  Dios.  ||  Sí  os  parece  bien  que  continúe 
siendo  vuestro  pastor.  ||  Y  si  no,  dejadlo  :  os  dejaré  obrar  a  vuestro  antojo.  ||  Y  pe- 
saron por  mi  salario  treinta  siclos  :  la  ofrenda  de  semejante  precio  era  un  insulto 
odioso.  Todo  esto,  dice  muy  bien  el  P.  Scío,  parece  no  tanto  profecía  cuanto  descrip- 
ción de  la  infame  venta  que  hizo  Judas  de  jesu-Cristo. 

13  Kundidor  de  bronce  :  otros,  «tesorero»,  o  corrigen  «tesoro».  V  «statuarium»,  al- 
farero (Scío...). 

"  Rompí  asimismo  mi  otro  báculo  :  indicando  con  ello  que  no  apacentaría  más  a 
aqnella  nación  ingrata. 

10  El  zurrón  de  un  pastor  necio  :  o  «el  equipo  de  un  pastor,  de  uno  impío  (in- 
sensato)». 


—  1723  — 


11  16-12  5 


ZACARÍAS 


11  «-12  8 


aún  el  zurrón  de  un  pastor  necio,  la  quebrada,  ni  se  cuidará  de  man- 
pues  he  aquí  que  yo  voy  a  suscitar  tener  la  sana  ;  antes  bien,  la  carne 
un  pastor  en   la  tierra  que  no  se  de  la  cebada  comerá  y  hasta  sus  pe- 
preocupará  por  las  reses  que  perecen,  /.uñas  arrancará.» 
ni  buscará  la  descarriada,  ni  curará 

11  ¡  Ay  del  pastor  inepto  que  abandona  el  rebaño  ! 
Espada  [descargará]  sobre  su  brazo  y  sobre  su  ojo  derecho  ; 
su  brazo  se  secará  por  completo  y  su  ojo  derecho  se  embotará  en- 

[teramente. 


Profecía  contra  Judá  y  Jerusalén.  Promesa  de  esperanza 


Palabra  de  Yahveh  sobre  Israel, 

palabra  de  Yahveh,  que  extendió  los  cielos,  y  fundamentó  la  tierra, 
y  forma  el  espíritu  del  hombre  en  su  interior. 


2  He  aquí  que  yo  convertiré  a  Je- 
rusalén en  copa  de  vértigo  para  to- 
dos los  pueblos  de  alrededor  ;  pero 
también  contra  Judá  habrá  angustia 
en  la  opresión  contra  Jerusalén.  3  Y 
ocurrirá  en  aquel  día  que  yo  pondré 
a  Jerusalén  como  piedra  de  levan- 
tamiento para  todos  los  pueblos,  y 
quienes  pretendan  alzarla  se  desga- 
rrarán por  completo,  y  se  coligarán 
contra  ella  todas  las  gentes  de  la 
tierra.  4  En  aquel  día,  dice  Yahveh, 
heriré  de  pasmo  a  todos  los  caballos 
y  a  sus  jinetes  de  locura,  mas  abriré 
mis  ojos  sobre  la  casa  de  Judá 
a  todos  los  caballos  de  los  pueblos 
gentiles  heriré  de  ceguera.  6  Y  dirán 
en  su  corazón  los  jefes  de  Judá  : 
«Son  fuerza  para  mí  los  habitantes 


de  Jerusalén  en  Yahveh  de  los  ejér- 
citos, su  Dios.»  6  En  aquel  día  pon- 
dré a  los  caudillos  de  Judá  como 
caldera  de  fuego  en  leña  y  cual  en- 
cendida antorcha  en  gavilla,  y  devo- 
rarán a  derecha  e  izquierda  a  todos 
los  pueblos  circundantes,  y  Jerusalén 
será  habitada  de  nuevo  en  su  empla- 
zamiento jerosolimitano  primitivo. 
7  Y  Yahveh  salvará  las  tiendas  de 
Judá  como  en  un  principio,  a  fin  de 
que  no  se  crezca  la  gloria  de  la  casa 
de  David  ni  la  gloria  de  los  morado- 
res de  Jerusalén  sobre  Judá.  8  En 
aquel  día  protegerá  Yahveh  a  los  ha- 
bitantes de  Jerusalén,  y  el  más  va- 
cilante entre  ellos  llegará  a  ser  a  la 
sazón  como  David,  y  la  casa  de  Da- 
vid será  a  la  cabeza  de  ellos  como 


16  Voy  a  suscitar  un  pastor  :  en  este  pastor  están  designados  todos  los  jefes  malos 
de  Israel.  ||  Mantener  la  sana:  o  abastecer,  proporcionar  alimento  a  la  sana;  otros, 
«a  lo  que  está  en  pie»,  «lo  que  ha  enfermado»,  o  corrigen  «lo  que  está  hambriento». 

17  ¡Ay  del  pastor  !  :  este  mal  pastor  será  castigado,  a  su  vez,  en  lo  que  más 
aprecia  :  la  privación  del  brazo  y  del  ojo.  Se  cumplió  en  Sedecias  al  pie  de  la  letra, 
pues  perdió  el  brazo,  o  sea  el  poder,  y  llevado  a  Babilonia,  le  sacaron  los  ojos.  ||  Se 
secará...,  se  embotará  :  o  bien,  seqúese  (paralícese)...,  embótese  (apáguese,  debilítese). 

•i  O    2  Copa  de  vértigo  ;  o. bien,  «copa  de  tambaleo»,  G  «atrio  levantado...»,  V  «super- 
liminare  crapulae».  Aluden  estas  palabras  a  un  ataque  de  las  naciones  contra 
Jerusalén  y  Judá,  el  cual  será  fatal  para  los  agresores. 

8  Piedra  de  levantamiento  :  o  piedra  para  probar  la  fuerza.  ||  Todas  las  gentes 
de  la  tierra  :  indican  estas  palabras  la  universalidad  de  la  empresa  intentada  contra 
el  reino  de  Dios. 

0  Son  fuerza  para  mí  los  habitantes  de  Jerusalén  :  as!  lit.  H,  que  suele  corregirse 
de  diversos  modos  :  Fuerza  es  para  mí  Jerusalén  en  Yahveh  (así  Kit),  Los  habitantes 
de  Jer.  tienen  su  fuerza  en  (v.  gr.,  Zorell),  etc.  La  Bibl.  Bonn  traduce  «Auxilia  a 
los  habitantes  de  Jer.  en  [el  nombre  de]  Yahveh  Sebaot.»  La  idea  del  v.  es  que  los 
de  Judá  reconocerán  que  su  fuerza  no  viene  de  la  ciudad,  sino  de  Dios. 

6  Pondré  a  los  caudillos  :  porque  confiarán  en  Dios,  se  servirá  éste  de  ellos 
para  destruir  a  los  enemigos.  Estos  son  la  madera,  y  los  jefes,  el  fuego  que  la  de- 
vorará. 

8  El  más  vacilante  :  o  quien  se  tambalee. 


—  1724  — 


12  9-13  3 


ZACARÍAS 


12  "-13  6 


Dios,  cual  un  ángel  de  Yahveh.  *  Y 
sucederá  que  en  aquel  día  trataré 
de  aniquilar  a  todos  los  pueblos  gen- 
tiles que  vengan  contra  Jerusalén. 
10  Y  derramaré  sobre  la  casa  de  Da- 
vid y  sobre  el  habitante  de  Jerusalén 
espíritu  de  favor  y  de  plegarias,  y  me 
contemplarán  a  mí,  a  quien  traspa- 

12  Y  plañirá  la  tierra,  cada  famil 
la  familia  de  la  casa  de  David  ¡ 
la  familia  de  la  casa  de  Natán 

13  La  familia  de  la  casa  de  Leví 
la  familia  de  Simí  aparte,  y  sus 


"  todos  los  linajes  restantes, 
separado. 


saron,  y  .plañirán  por  él  cual  suele 
gemirse  por  el  hijo  único,  y  se  hará 
duelo  amargo  por  él  como  suele  ha- 
cerse .por  el  primogénito. 

"  Y  en  aquel  día  será  grande  el  la- 
mento de  Jerusalén,  como  el  lamen- 
to de  Hadad-rimmón  en  el  valle  de 
Meguiddó. 

ia  por  separado  : 
aparte,  y  sus  mujeres  aparte  ; 
aparte,"  y  sus  mujeres  aparte  ; 
aiparte,  y  sus  mujeres  aparte  ; 
mujeres  aparte  ; 

linaje  por  linaje  aparte,  y  sus  mujeres  por 


La  fuente  que  lava  los  pecados.  Herida  del  pastor 
y  dispersión  de  las  ovejas 


1  o  1  En  aquel  tiempo  habrá  fuen- 
te  abierta  para  la  casa  de  Da- 
vid y  los  moradores  de  Jerusalén  pa- 
ra [lavar]  el  pecado  y  la  impureza. 
-  Y  sucederá  en  aquel  día,  dice  Yah- 
veh de  los  ejércitos,  que  yo  extirpa- 
ré del  país  los  nombres  de  los  ídolos 
y  no  serán  más  recordados,  y  asimis- 
mo quitaré  de  la  tierra  a  los  profe- 
tas y  el  espíritu  de  impureza.  3  Y 
cuando  alguno  profetice  todavía,  le 
dirán  su  padre  y  su  madre,  los  que 
le  engendraron  :  «No  vivirás,  porque 
hablaste  falsedad  en  nombre  de  Yah- 


veh.» Y  sus  propios  padre  y  su  ma- 
dre, que  le  engendraron,  lo  han  de 
traspasar  cuando  profetice.  4  Y  en 
aquel  día  ocurrirá  que  cuando  profe- 
ticen se  avergonzarán  los  profetas, 
cada  uno  de  su  visión,  y  no  se  vesti- 
rán más  manto  de  pelo  para  enga- 
ñar. 6  Y  dirá  :  «No  soy  profeta  ;  tra- 
bajador del  campo  soy,  pues  la  agri- 
cultura es  mi  ocupación  a  desde  mi 
juventud.»  6  Diránle  entonces  :«  ¿Qué 
significan  esas  heridas  en  tus  ma- 
nos ?»  «Porque  fui  herido  en  casa  de 
mis  amigos»,  contestará. 


"  Trataré  de  aniquilar  :  imagen  del  cuidado  que  pondrá  hasta  el  fin  de  los  siglos 
en  la  defensa  de  la  Iglesia. 

10  Y  derramaré  soKRE  la  casa  de  David  :  esto  es,  sobre  mi  Iglesia,  como  dice  Ri- 
bera, Espíritu  Santo  de  gracia,  para  que  me  sea  siempre  agradable,  haciendo  lo  que 
debe.  ||  Espíritu  de  favor...  :  e.  d.,  un  espíritu  con  el  que  agraden  a  Dios  y  sean 
movidos  a  súplica  o  a  orar.  ||  Y  me  contemplarán  a  mí  :  los  antiguos  judíos  veían  en 
estas  palabras  una  lamentación  relativa  al  Mesías.  La  tradición  cristiana  las  aplica, 
con  razón,  a  los  padecimientos  de  Cristo.  San  Juan,  en  el  cap.  19,  37,  de  su  Evangelio, 
ve  en  estas  palabras  de  Zacarías  una  predicción  de  la  pasión  del  Señor.  ||  Y  plañirán 
por  él  :  comenzó  a  cumplirse  la  profecía  apenas  murió  Jesu-Cristo,  continuó  cumplién- 
dose con  los  esfuerzos  de  los  apóstoles  por  convertir  a  Israel  y  se  cumplirá  del  todo 
cuando  el  resto  de  Israel  vuelva  al  Salvador,  a  quien  sus  padres  crucificaron. 

11  El  lamento  de  Hadad-rimmón  :  el  que  ocasionó  la  muerte  de  Josías  en  esta  aldea 
después  de  la  derrota  de  Meguiddó. 

12  Y  sus  mujeres  aparte  :  entre  los  hebreos,  los  hombres  y  las  mujeres  estaban 
separados  en  las  públicas  solemnidades. 

-1  O    1  Habrá  fuente  abierta  :  Jesu-Cristo,  cuya  sangre  santísima  nos  ha  valido  las 
asnas  del  bautismo  y  todas  las  gracias  concedidas  a  los  fieles  por  los  sa- 
cramentos. 

2  En  aquel  día  :  cuando  haya  el  Señor  derramado  el  Espíritu  Santo  sobre  su  pue- 
blo. ||  De  la  tierra  de  Judá  y  aun  del  mundo  entero.  ||  Los  profetas  :  falsos. 
4  Manto  de  pelo  :  e.  d.,  de  penitencia. 

6  Fui  herido  en  casa  de  mis  amigos  :  muchos  intérpretes  y  la  Liturgia  católica 
aplican  estas  palabras  a  Nuestro  Señor,  que  fué  tratado  como  falso  profeta  y  clavado 
en  cruz  por  quienes  hacían  profesión  de  adorarle  como  Dios  y  esperarle  como  Mesías. 


—  1725  — 


13  7-14  3 


ZACARÍAS 


13  7-14  5 


7  Espada,  vela  contra  mi  pastor 

y  contra  el  varón  de  mi  intimidad, 
dice  Yahveh  de  los  ejércitos  ; 

hiere  al  pastor  y  se  desparramará  el  ganado  menor, 
y  tornaré  mi  mano  contra  los  pequeños. 

8  Y  sucederá  que  en  toda  la  tierra — declara  Yahveh — 
serán  exterminados  y  exipirarán  las  dos  terceras  partes, 
y  la  tercera  parte  quedará  en  ella  ; 

9e  introduciré  la  tercera  parte  en  el  fuego, 
y  .la  acrisolaré  como  se  acrisola  la  plata, 
y  la  probaré  como  se  prueba  el  oro. 
El  invocará  mi  nombre  y  yo  le  atenderé 
y  diré  :   «Tú  eres  mi  pueblo»  ; 
y  él  dirá  :  «Yahveh  es  mi  Dios.» 


Anuncio  apocalíptico  de  tiempos  mesiánicos 


-i  A  1  He  aquí  que  un  día  llegará 
para  Yahveh  en  que  será  re- 
partido tu  botín  en  medio  de  ti.  2  Yo 
juntaré  a  todas  las  naciones  contra 
Jerusalén  en  son  de  guerra  y  será 
tomada  la  ciudad  ;  serán  robadas  las 
casas,  y  las  mujeres,  forzadas  ;  y 
partirá  la  mitad  de  la  ciudad  al  des- 
tierro, pero  el  resto  del  pueblo  no 
desaparecerá  de  la  ciudad.  8  Luego 
saldrá  Yahveh  y  peleará  contra 
aquellos  (pueblos,  como  peleó  en  el 


día  de  la  batalla.  4  Y  aquel  día  sus 
pies  pisarán  el  monte  de  las  Olivas, 
que  está  enfrente  de  Jerusalén,  al 
oriente,  y  hendiráse  el  monte  de  las 
Olivas  por  la  mitad,  hacia  levante  y 
poniente,  en  un  valle  muy  grande  ; 
y  se  deslizará  la  mitad  del  monte 
hacia  el  norte  y  la  otra  mitad  al  sur. 
11  Y  huiréis  al  valle  de  mis  montes, 
ipues  el  valle  de  las  montañas  llega- 
rá hasta  Asal,  y  huiréis  como  huís- 
teis ante  el  terremoto  en  tiempos  de 


7  Espada,  vei.a  contra  mi  pastor  :  giro  poético  para  decir  que  la  ejecución  de  Jesús 
sucederá  cuando  Dios  lo  determine.  Porque  ese  pastor  de  Dios  que  debe  matar  la 
espada  no  es  otro  que  el  Mesías.  ||  El  varón  de  mi  intimidad  o  sociedad  :  e.  d.,  mi 
compañero.  ||  Hiere  ai.  pastor...  :  ese  ganado  menor  desparramado  son  los  judíos, 
desterrados  de  Jerusalén  después  de  la  muerte  de  Jesu-Cristo  ;  y  también  los  discípu- 
los, que  se  dispersaron  al  ser  Jesús  arrestado. 

s  Las  dos  terceras  partes  :  según  San  Jerónimo  y  San  Cirilo,  se  refiere  el  profeta 
a  los  judíos  que  morirán  en  la  toma  de  Jerusalén  por  los  romanos.  Según  otros  in- 
térpretes, se  trata  de  los  apóstoles  que  abandonarán  la  Iglesia  en  tiempo  del  anticristo. 

0  La  tercera  parte  :  los  más  de  los  comentaristas  piensan  que  esto  se  refiere  a  los 
fieles  a  Jesu-Cristo. 

-j  A  1  Todo  este  capítulo  parece  más  figurativo  que  literal,  pues  que  se  advierten 
-Lt:  en  él  numerosos  símbolos.  Sólo  en  la  Iglesia  se  han  cumplido  enteramente  las 
predicciones  de  Zacarías.  ||  Un  día...  tara  Yaitveh  :  los  días  escogidos  por  Dios  para 
la  manifestación  de  su  poder.  ||  Tu  botín  :  el  cogido  en  Jerusalén  por  sus  muchos 
enemigos. 

2  Y  será  tomada  la  ciudad,  mas  para  que  resulte  Israel  vencedor,  al  fin,  de  sus 
enemigos. 

3  Como  peleó  en  el  día  de  la  batalla  :  lit.,  «como  el  día  de  su  pelea  en  el  día 
del  combate»  contra  Faraón  y  Egipto,  según  refiere  Ex.  14. 

4  Sus  pies  pisarán  :  quiere  indicar  el  profeta  de  modo  preciso  los  medios  que 
empicará  el  Señor  para  salvar  a  su  pueblo.  |l  Hendiráse  el  monte  :  para  que  su  pueblo 
pueda  huir  con  segundad.  ||  Valle:  o  garganta. 

c  Huiréis  ai.  valle  de  mis  montes  :  por  el  miedo  del  temblor  de  tierra  que  anunciará 
la  venida  de  Jesu-Cristo.  Muchos  corrigen  H  :  «Y  es  llenado  (o  colmado)  el  valle  de 
mis  m.»  (así  Bibl.  Bonn),  o  de  otros  modos.  ||  Pues:  otros,  taunque».  ||  Asal:  así 
prob.  aldea  al  extremo  del  monte  de  los  Olivos.  Otros,  «hasta  el  lado,,  thasta  el  lugar 
en  Que  daré  la  salvación»,  etc.  ||  Y  huiréis  como  huísteis:  Bibl.  Bonn  ase  llenará 
(o  colmará)  como  se  llenó  por  el  terremoto...»  ||  Y  vendrá  Yahveh  :  Ribera  entiende 
este  pasaje  como  del  juicio  final  ;  otros  lo  refieren  a  la  primera  venida  de  Jesu-Cristo. 


14  6-14 


ZACARÍAS 


14  15-21 


Ozías,  rey  de  Judá  ;  y  vendrá  Yah- 
veh,  mi  Dios,  acompañado  de  todos 
los  santos. 

*  Sucederá  también  que  en  ese  día 
no  habrá  luz,  sino  frío  y  helada. 
7  Será  un  día  que  sólo  es  conocido 
de  Yahveh  ;  ni  será  día  ni  será  no- 
che, sino  que  ocurrirá  que  al  tiempo 
de  la  tarde  habrá  luz.  8  Y  acaecerá 
en  aquel  día  que  brotarán  aguas  vi- 
vas de  Jerusalén  ;  la  mitad  de  ellas 
fluirán  hacia  el  mar  oriental  y  la 
otra  mitad  hacia  el  mar  occidental, 
tanto  en  el  verano  como  en  in- 
vierno. 0  Y  Yahveh  hará  de  rey  so- 
bre toda  la  tierra,  y  en  aquel  día 
será  Yahveh  único,  y  único  su  nom- 
bre. 10  Y  tornaráse  todo  el  país  en 
estepa  desde  Gueba  a  Rimmón,  al 
sur  de  Jerusalén  ;  y  se  elevará  y  se- 
rá habitada  en  su  lugar  desde  la 
puerta  de  Benjamín  hasta  el  sitio  de 
la  primitiva  Puerta,  hasta  la  puerta 
de  la  esquina,  y  la  torre  de  Jananel 
hasta  los  lagares  del  rey.  u  Y  habi- 
tarán en  ella  y  no  habrá  más  anate- 
ma, y  será  habitada  Jerusalén  con 
seguridad. 

f-  Y  ésta  será  la  plaga  con  que  he- 
rirá Yahveh  a  todos  los  pueblos  que 
lucharon  contra  Jerusalén.  Se  co- 
rromiperá  su  carne  estando  aún  en 
pie,  y  sus  ojos  se  pudrirán  en  sus 
cuencas,  y  su  lengua  se  pudrirá  en 
su  boca.  13  Y  sucederá  aquel  día  que 
habrá  en  ellos  enorme  espanto  so- 
brenatural ;  agarrará  cada  uno  la 
mano  de  su  compañero  y  alzará  su 
mano  contra  la  mano  de  su  prójimo. 
u  Y  también  Judá  peleará  en  Jeru- 


salén ;  serán  reunidas  las  riquezas 
de  todos  los  pueblos  de  alrededor  : 
oro,  plata  y  vestidos  en  gran  abun- 
dancia. 15  Y  semejante  a  esta  plaga 
será  la  de  los  caballos,  los  mulos, 
los  camellos,  los  asnos  y  todas  las 
bestias  que  estuvieren  en  aquellos 
campamentos. 

16  Y  cuantos  queden  de  todas  las 
gentes  venidas  contra  Jerusalén  su- 
birán de  año  en  año  para  prosternar- 
se ante  el  rey  Yahveh  de  los  ejérci- 
tos para  celebrar  la  fiesta  de  los  ta- 
bernáculos ;  17  y  quienes  entre  los 
pueblos  de  la  tierra  no  subieren  a 
Jerusalén  para  prosternarse  ante  el 
rey  Yahveh  de  los  ejércitos  no  ob- 
tendrán sobre  sí  lluvia.  18  Y  si  la  na- 
ción de  los  egipcios  no  sube  ni  viene, 
no  caerá  sobre  ellos  [lluvia]  ;  sufri- 
rá la  plaga  con  que  Yahveh  ha  de 
herir  a  las  gentes  que  no  suban  a 
celebrar  la  fiesta  de  los  tabernáculos. 
19  Esta  será  la  expiación  del  pecado 
de  Egipto  y  el  castigo  de  todos  lo», 
pueblos  que  no  subieren  a  celebrar 
la  fiesta  de  los  tabernáculos. 

20  En  aquel  día  se  verá  sobre  las 
campanillas  de  los  caballos  [la  ins- 
cripción] «Santidad  para  Yahveh»,  y 
las  ollas  en  la  casa  de  Yahveh  serán 
como  los  aspersorios  delante  del  al- 
tar de  los  sacrificios.  21  Y  serán  todas 
las  ollas  en  Jerusalén  y  Judá  «Santi- 
dad para  Yahveh  Sebaot»,  y  ven- 
drán todos  los  que  inmolen  y  toma- 
rán de  ellas  y  en  ellas  cocerán,  y  no 
habrá  más  cananeos  en  la  casa  de 
Yahveh  de  los  ejércitos  en  aquel 
día. 


•  No  habrá  luz...  :  otros,  «no  hay  [cambio  de]  luz  y  [de]  frío  y  congelación» 
(asi  Bibl.  Bonn). 

7  Habrá  luz  :  c.  di,  aclarará  de  nuevo. 

8  Brotarán  aguas  vivas:  bendiciones  espirituales  de  todo  género.  ||  Mar  oriental: 
o  Muerto.  ||  Mar  occidental:  o  Mediterráneo. 

•  Yahveh  único  :  dice  que  no  habrá  variedad  en  el  culto  de  Dios. 

11  No  habrá  más  anatema  l  los  habitantes  de  la  Jerusalén  restaurada  vivirán  sin  temor, 
pacíficamente  en  la  ciudad. 

13  Espanto  sobrenatural  o  extraordinario  ;  lit.,  espanto  de  Yahveh  o  de  parte 
de  Yahveh. 

18  No  sube  ni  viene,  no  caerá  sobre  ellos  :  Kit  corrige  «no  sube,  no  vendrá  [lluvia] , 
y  sobre  ellos  tendrá  lugar  la  plaga...»  Bibl.  Bonn  traduce:  «no  sube  [el  Nilol,  no  lo 
inundará  sin  que  le  sobrevenga  la  plaga  con  la  que  Yahveh...». 

30  Santidad  para  Yahveh  :  o  «consagrado  a  Yahveh»  ;  cf.  Ex.  28,  33-35. 

21  Y  serán  todas  las  ollas  :  quiere  el  profeta  decir  que  los  vasos  de  dignidad  infe- 
rior serán  entonces  considerados  tanto  como  los  demás;  que  todo  será  sagrado.  || 
Y  no  habrá  más  cananeos  :  parece  querer  decir  que  los  impíos  y  profanos  no  entrarán 
más  en  el  templo. 


—  1727  — 


NOTAS     CRITICAS    A  ZACARIAS 


CAP.  1 

a-a  add,  anota  Kit)   b  Kit  1  a  vosotros]  c-c  di,  anota  Kit. 

CAP.  a 

a  así  ins  Kit  c  G]  b  Kit  di  en  derredor  c  S  y  por  razones  métricas]  c  así  Kit  c  G 
(cf  V)  ;  H  como]  d-d  Kit  di  por  razones  métricas]  e-e  Kit  prefiere  1  c  G  su  pueblo 
y  habitarán. 

CAP.  3 

a  así  ins  Kit  c  S]  b  así  quizá  c  V  ;  H  haz  vestir;  Kit  1  e  G  «hazío  vestir»  y  cree 
prb  trsp  «y  le  dijo...  culpa»  post  v  5]  c-c  Kit  c  G  di  y  1  luego  y  pongan]  d  así  ins 
c  Kit]  e-e  Kit  di. 
CAP.  4 

a  así  ins  Kit  por  razones  métricas]  b  así  Kit  c  GS ;  H  511  recipiente  o  vaso  del 
aceite]  c  así  Kit  cGS;  H  sus  lámparas]  d  Kit  di  c  G  (cf)]  e-e  únase  c  v  6  a,  anota  Kit. 

CAP.  5 

a  así  Kit  c  G;  H  la  saqué]  b  así  Kit  c  GS  ;  H  (cf  V)  el  ojo  (o  su  aspecto)]  casi 
c  Kit  lef  GV)  ;  H  y  sea  establecida  y  colocada. 
cap.  6 

a  así  c  Kit  (lit  detrás  del  mar);  H  detrás  de  ellos]  b-b  Kit  lo  suprime  como  paral 
a  v  7  a]  casi  c  Kit;  H  (=V)  mi  espíritu;  G  mi  furor  contra...]  d  así  Kit  c  G  ;  H  co- 
ronas]  eH  añade  diciendo;  Kit  lo  suprime  c  G]  f  Kit  1  c  G  a  su  diestra]  e  así  Kit 
c  S  ;  H  (=  V)  Jélem. 
cap.  7 

a-a  add,  anota  Kit]   b  así  prb  c  Kit  ;  H  y]  c  Kit  trsp  7  4-8  17  tras  8  23]  d  texto 
sospechoso,  frt  «ayuné  yo  también  ?»  (Joüon)]   e  H  añade  diciendo,  que  Kit  di  c  G] 
t  así  e  Kit. 
CAP.  8 

a  así  1  c  Kit;  H  (=  V)  (existirá)  la  semilla  de  la  paz. 
cap.  9 

a  asi  ins  c  Kit  (=  V),  que  suprime  y  Sidón]  b  así  quizá  con  el  contexto  (cf  Kit)] 
c  Kit  1  acornó  mil»]  d  así  prb,  cf  Kit;  H  frente  a  todo  ejército  (?)]  e  así  Kit  c  G  ; 
H  (=  Vi  destruiré]  ¡asi  Kit  c  G...  H  rugieron]  e-e  add,  anota  Kit. 
cap.  10 

a  así  H;   Kit  1  huyeron  o  vagaron]  b-b  di,  anota  Kit]  c  Kit  une  este  vocablo  c  el 
comienzo  del  v  5]  d^l  Kit  lo  juzga  add]  e  así  prb  c  Kit  ;  H  los  sembraré]  t  Kit  di  o 
entre  los  pueblos,  mas  o  y  en  los  remotos  parajes]  e  así  Kit  c  G;  H  (=  V)  pasará] 
h  Kit  1  alabarán  (su  nombre). 
cap.  11 

a  H  dice]  b  prps  su  pastor]  c  así  c  Kit ;  H  en  verdad  (o  por  eso)  las  más  míseras] 
d  así  c  Kit ;  H  ¡05  pobres. 
cap.  13 

a  así  c  Kit  y  muchos  críticos;  H  un  hombre  me  adquirió;  G  aun  h.  me  engendró»  ; 
V  «Adán  fué  mi  modelo»  ;  Reina  :  «esto  aprendí  del  hombre»  ;  Ferrara  :  «hombre  me 
avezó  (ser  pastor)». 


INTRODUCCION    A     M ALAQUIAS 


MUQUÍAS,  el  An.cjel  o  Mensajero  de  Yahve'h,  es  cronológicamente  el 


último  de  los  profetas  de  Israel.  Algunos,  entre  ellos  San  Jerónimo 


"  (reflejando  la  interpretación  judía  de  su  época  recogida  en  el  Tár- 
guyn),  creyeron  que  Malaquías  no  es  sino  un  apelativo  del  autor,  que  no 
es  otro  que  Esdras.  Lo  cierto  es  que  Malaquías,  según  la  opinión  más  ve- 
rosímil, vivió  en  tiempo  de  Esdras  y  Nehcmías,  a  mediados  del  siglo  V 
a.  de  C.  Fué,  a  decir  de  los  judíos,  el  sello  de  los  profetas.  Sus  discursos, 
aunque  pronunciados  aisladamente,  ofrecen  hoy  innegable  unidad.  La  pro- 
fecía se  divide  en  dos  partes,  precedidas  por  una  introducción ,  en  que 
Dios  manifiesta  su  predilección  para  con  Israel.  La  primera  denuncia  ¡os 
pecados  de  los  sacerdotes  y  de  todo  el  pueblo.  La  segunda  anuncia  el 
juicio  de  Dios  en  la  edad  mesiánica.  A  diferencia  de  los  otros  dos  pro- 
fetas posteriores  al  destierro,  Ageo  y  Zacarías,  Malaquías  no  intenta  con- 
solar al  pueblo  mediante  promesas  de  misericordia  divina,  sino  que  se 
enfrenta  con  él  con  duras  censuras  y  amenazas.  Al  decir  de  Junkcr,  la 
misión  providencial  del  profeta  consistió  en  mostrar  y  combatir  los  peli- 
gros que  encerraba  la  peculiar  devoción  de  su  tiempo,  excesivamente  ape- 
gado a  lo  externo  de  la  ley.  El  dialogismo,  base  de  todo  el  desenvolvi- 
miento dialéctico,  da  singular  viveza  a  esta  profecía. 

Desde  el  punto  de  vista  teológico,  en  la  primera  parte  (2,  11)  se  anun- 
cia el  sacrificio  universal  de  la  Nueva  Alianza,  el  sacrificio  cucarístico.  Hu 
la  segunda  (3,  1)  se  anuncia  el  advenimiento  del  Mesías,  cuyos  caminos 
ha  de  preparar  un  heraldo  divino,  que  no  sólo  San  Marcos  (1,  2).  sino 
también  el  mismo  divino  Maestro  (Mt.  11,  10;  Le.  7,  27),  identificó  con 
Juan  Bautista. 


—  1729  — 


65 


MALAQUIAS 


Amor  de  Yahveh  a  su  pueblo.  El  honor  a  Yahveh  y  el 
sacrificio  de  la  nueva  ley 

i    1  Oráculo.  Palabra  de  Yahveh  a  Israel  por  medio  de  Malaquías. 
-*-  3  Os  he  amado,  dice  Yahveh, 

y  vosotros  habéis  dicho  :  «¿En  qué  nos  amaste?» 

«¿Acaso  no  es  Esaú  hermano  de  Jacob?» — "dice  Yahveh» — ; 

sin  embargo,  he  amado  a  Jacob, 

3  y  a  Esaú  he  aborrecido, 

y  he  convertido  sus  montes  en  desolación, 

y  [he  dado}  su  heredad  a  los  chacales  del  desierto. 

4  Si  Edom  dijere  :  'Hemos  sido  aniquilados, 
pero  b  reedificaremos  las  ruinas', 

así  afirma  Yahveh  Sebaot  : 
Ellos  edificarán,  mas  yo  derruiré, 
y  los  llamarán  «Territorio  de  impiedad» 
y  «Pueblo  contra  el  que  Yahveh  está  eternamente  airado». 
*  Vuestros  ojos  lo  verán  y  vosotros 
diréis  :  Grande  es  Yahveh  sobre  el  territorio  de  Israel. 

8  Un  hijo  honra  al  padre  y  el  siervo  a  su  señor  ; 
si,  pues,  padre  soy  yo,  ¿dónde  está  la  honra  que  me  corresponde? 

Y  si  soy  señor,  ¿  dónde  el  temor  que  me  es  debido  ?, 
dice  Yahveh  Sebaot 

a  vosotros,  sacerdotes,  menospreciadores  de  mi  nombre. 
Mas  diréis  :  '¿En  qué  hemos  menospreciado  tu  nombre?' 
'Ofreciendo  sobre  mi  altar  comida  mancillada. 

Y  diréis  :  «¿Cómo  lo  hemos  mancillado  °f» 

Al  pensar  que  la  mesa  de  Yahveh  es  despreciable  ;  [mala  ?  »  ; 

8  Y  cuando  ofrecéis  una  res  ciega  para  inmolarla,  a  ¿no  es  cosa 
y  cuando  ofrecéis  una  res  coja  y  enferma,  ¿  no  está  mal  ? 
Ofrécelo,  pues,  a  tu  gobernador,  [a  ver]  si  le  agradas  o  te  acoge 
dice  Yahveh  Sebaot.  [benignamente, 

1»  Nos  amaste  :  o  nos  has  mostrarlo  amor,  nos  quieres. 
1  Ellos  edificarán  :  equivale  a  decir  que  no  recobrará  Edom,  como  sucedió,  su 
antigua  prosperidad. 

'  Comida  mancillada  :  o  bien,  pan  o  alimento  manchado,  viciado,  impuro. 
"  Si  le  agradas  :  si  te  es  favorable  o  acoge  amablemente. 


19-2  3 


MALAQUÍAS 


19-2  3 


•  Ahora  bien,  aplacad,  pues,  a  Dios  para  que  se  apiade  de  nosotros 
d  (pues  de  vuestra  mano  ha  procedido  esto)  d  ; 
acaso  os  conceda  su  benevolencia, 
■  dice  Yahveh  Sebaot  a. 

10  ¡Oh,  quién,  además,  entre  vosotros  cerrara  las  puertas 
para  que  no  encendierais  mi  altar  en  vano  ! 

No  tengo  en  vosotros  complacencia, 
dice  Yahveh  Sebaot, 

v  la  oblación  no  me  agrada  venida  de  vuestras  manos. 

11  Pues  desde  el  levante  del  sol  hasta  su  ocaso, 
grande  es  mi  nombre  entre  los  pueblos, 

y  en  todo  lugar  ha  de  sacrificarse,  ha  de  ofrendarse 

a  mi  nombre,  y  ha  de  ser  una  oblación  pura  ; 

e  pues  grande  es  mi  nombre  -entre  los  pueblos, 

dice  Yahveh  Sebaot  e. 
u  Mas  vosotros  lo  '  profanáis  cuando  decís  : 

La  mesa  de  Adonay  es  inmunda 

y  e  despreciable  su  comida. 
a  Y  exclamáis:  '¡Qué  fatiga!' 

y  lo  despreciáis,  dice  Yahveht  Sebaot  ; 

y  traéis  la  res  robada,  la  coja  y  la  enferma, 

y  presentáis  la  oblación  : 

"¿acaso  la  puedo  yo  aceptar  complacido  de  vuestra  mano, 
dice  Yahveh  Sebaot  h? 
M  Maldito  el  doloso,  que,  habiendo  en  su  rebaño  [robusto]  macho, 
haciendo  un  voto,  inmola  al  Señor  lo  dañado  ; 
pues  soy  un  rey  magno, 
dice  Yahveh  Sebaot, 

y  mi  nombre  es  temible  entre  las  gentes. 


Conminaciones  a  los  sacerdotes.  El  divorcio  y  el 
matrimonio  con  mujeres  idólatras 

o  1  ¡  Ahora,  pues,  a  vosotros  se  dirige  este  mandato,  oh  sacerdotes  ! 
^  2  Si  no  escucháis 

ni  tomáis  a  pechos  el  dar  honra  a  mi  nombre, 

dice  Yahveh  Sebaot, 

yo  enviaré  contra  vosotros  la  maldición 
y  maldeciré  vuestras  bendiciones  a  ; 
e  incluso  lo  he  maldecido 
porque  vosotros  no  lo  tomáis  en  consideración. 
*  He  aquí  que  yo  os  quebraré  el  brazo  b 
y  os  echaré  estiércol  al  rostro, 

8  Acaso  os  conceda  benevolencia  :  o  bien,  como  interrogación  directa  :  ¿  Acaso  ha 
de  avenirse  El  a  alguno  de  vosotros  ? 

10  Xo  tengo...  complacencia  :  o  bien,  no  me  agradáis. 
12  Es  inmunda  :  o  bien,  puede  estar  manchada. 

,4  Maldito  el  doloso  :  reprende  el  profeta  que  ofrezcan  a  Dios  los  judíos  sacrifi- 
cios malos  por  buenos,  como  si  pudiesen  engañar  al  Señor.  Lo  que  Dios  pide  en  este 
y  otros  lugares  es  que  se  le  obedezca  perfectamente. 

o  1  Mandato  :    equivale   aquí  a  amenaza,  aviso  serio,  exhortación. 

"  *  Tomáis  a  pechos  :   e.  d.,  en  consideración ;   lit.,   ponéis  sobre  el  corazón.  \\ 

Vuestras  bendiciones  :   las  que  el  pueblo  espera  de  vosotros  y  os  pide. 

*  Echaré...  rostro  :  e.  d.,  os  arrojaré  a  la  cara,  os  cubriré  de  vergüenza,  igual  a  la 
que  pasaríais  si  os  arrojara  al  rostro  el  excremento  de  las  víctimas.  ||  Se  os  arrastrara 
con  él  :  o  llevará  donde  él  ;  o  bien,  os  arrastrará  consigo. 

—  1731  — 


2  4-16 


MALAQUÍAS 


2  4-!6 


el  e6tiércol  de  vuestras  fiesta», 
y  se  os  arrastrará  con  él. 
4  Entonces  reconoceréis  que  yo  0  he  enviado  contra  vosotros 
esta  decisión, 

para  que  mi  alianza  con  Leví  sea  efectiva, 

dice  Yahveh  Sebaot. 
'  Mi  alianza  con  él  fué  la  vida  y  la  paz,  y  yo  se  la  di  ; 

dile  d  temor,  y  él  me  temió  y  mi  nombre  temió  él  reverente. 
"  Enseñanza  verdadera  hubo  en  su  boca 

y  perversidad  no  se  halló  en  sus  labios  ; 

en  paz  y  rectitud  marchó  conmigo 

y  a  muchos  apartó  de  pecado. 
'  Pues  los  labios  del  sacerdote  deben  guardar  la  ciencia, 

y  la  doctrina  han  de  buscar  de  su  boca  ; 

porque  él  es  mensajero  de  Yahveh  Sebaot. 
'  .Mas  vosotros  os  habéis  apartado  del  camino, 

servido  de  tropiezo  a  muchos  en  la  ley 

y  destruido  la  alianza  de  Leví,  dice  Yahveh  Sebaot.  (pueblo, 
9  También  yo  os  he  trocado  en  despreciables  y  viles  para  todo  el 

de  igual  suerte  que  vosotros  no  habéis  guardado  mí  camino 

y  habéis  ido  parciales  a  [aplicar]  la  ley. 
"'  ¿  Acaso  no  tenemos  un  mismo  padre  todos  nosotros  ? 

¿No  nos  ha  creado  un  mismo  Dios? 

¿Por  qué  nos  obramos  pérfidamente  e  unos  a  otros, 

profanando  el  pacto  de  nuestros  padres  ? 
"  Judá  ha  obrado  pérfidamente,  y  abominación 

hase  hecho  f  en  Israel  f  y  en  Jerusalén  ; 

pues  Judá  ha  profanado  el  santuario  de  Yahveh,  a  quien  amaba, 
y  se  ha  desposado  con  la  hija  de  un  dios  extraño. 

12  Extermine  Yahveh  de  las  tiendas  de  Jacob  a  los  hombres  que  tal 
[hacen,  al  maestro  y  al  discípulo 
y  a  quien  presenta  oblación  [por  ellos?]  a  Yahveh  Sebaot. 

"  Y  aun  hacéis  esta  segunda  cosa  :  cubrís 
de  lágrimas  el  aftar  de  Yahveh — e  de  lloros  y  gemidos  e — ¡ 
porque  El  no  se  vuelve  ya  hacia  vuestra  oblación 
ni  acepta  complacido  la  ofrenda  de  vuestras  manos. 

"Y  habéis  dicho  :  «¿Por  qué?»  A  causa  de  que  Yahveh  es  testigo 
entre  ti  y  la  esposa  de  tu  juventud, 

a  la  que  has  sido  infiel,  [cial. 

aun  siendo  ella  tu  compañera  y  la  mujer  ligada  a  ti  por  pacto  nup- 
15  ¿No  ¡a  hizo  h  el  que  es  uno  y  tiene  superioridad  de  espíritu? 

¿  Y  qué  busca  aquel  Uno  sino  raza  de  Dios  ? 

Guardad,  pues,  vuestro  aliento  vital  ', 

y  a  la  esposa  de  tu  '  juventud  no  seas  desleal. 
"  Pues  yo  odio  k  el  repudio,  1  dice  Yahveh,  Dios  de  Israel  ', 


'  Dkben  guardar  la  CIENCIA  :  deben  aplicarse  a  conocer  la  ley  y  enseñarla  con  fi- 
delidad. 

*  Servido  de  TROPIEZO  :   o  hecho  vacilar  a  la  multitud  en  la  ley,  o  también, 
ix>r  la  enseñanza.  ||  De  Leví:   o  con  el  levita. 
"  Santuario  :    V  «santidad». 

12  Ai.  maestro  v  ai.  discípulo  :  así  c.  V ;  pero  la  interpretación  es  insegura  : 
ST  «hijo  y  nieto»  ;  corrientemente,  «quien  vela  y  quien  responde»,  e.  d.,  todo 
viviente  ;  para  otros  sería  expresión  forense  y  jurídica  «el  que  formula  la  protesta 
(o  se  opone)  y  el  que  responde»  ;  Kit  corrige  y  1.  «el  testigo  y  el  que  responde». 

V  tiene  superioridad  de  ESPÍRITU  :  este  punto,  como  otros  del  v.,  es  oscuro 
y  discutido.  V  traduce:  «...  ¿y  no  es  ella  una  partícula  de  su  espíritu  í».  ||  Kaza 
de  Dios  :  o  un  linaje  de  Dios,  e.  d.j  gente  u  hombres  de  índole  grata  a  Dios 
y  conforme  a  su  espíritu.  Otros  dan  al  v    sentido  distinto. 

10  Odio  el  repudio  :  otros  vierten  H  (sin  corregirlo)  :  «si  alguno  repudia  por 
aversión,  se  cubre...»  ;  «cum  odio  habueris,  dimitte...,  operiet  autem...»  (V).  ||  Cu- 
bre de  violencia  su  VESTIDURA  :  otros,  «cubre  de  injusticia  a  su  esposa»,  o  es  cruel 
con  ella. 


—  1732  — 


2  "-3  7 


MALAQUÍAS 


2  17-3  7 


y  a  quien  cubre  de  violencia  su  vestidura,  declara  Yahveh  Sebaot 

"Guardad,  pues,  vuestro  espíritu  de  vida  y  no  seáis  desleales. 

Fatigáis  a  Yahveh  con  vuestras  palabras 

y  decís  :  «¿En  qué  le  molestamos?» 

Cuando  afirmáis  :  «Todo  el  que  obra  mal 

es  grato  a  los  ojos  de  Yahveh, 
y  en  ellos  El  se  complace», 
o  i¿ Dónde  está  el  Dios  de  la  justicia?». 


inminencia  del  juicio,  el  pago  del  diezmo  y  el  triunfo 
final  de  los  justos 


1  He  aquí  que  envío  mi  heraldo 
para  que  prepare  el  camino  delante  de  mí, 
e  inmediatamente  vendrá  a  su  templo 
el  Señor,  a  quien  vosotros  anheláis, 

y  el  Angel  de  la  alianza,  a  quien  con  tanto  gusto  yeríais, 
he  aquí  que  llega,  dice  Yahveh  Sebaot. 
1  Y  ¿  quién  podrá  soportar  el  día  de  su  venida  ? 
Y  ¿  quién  es  el  que  podrá  permanecer  en  pie  cuando  él  aparezca  ? 
Pues  El  es  cual  fuego  de  fundidor 
y  como  lejía  de  lavadores. 

3  Se  sentará  para  fundir  y  purificar  a  la  plata 
y  purificará  a  a  los  hijos  de  Leví, 

los  acrisolará  como  el  oro  y  la  plata, 

y  luego  podrán  ofrecer  a  Yahveh  oblaciones  con  justicia. 

4  Entonces  será  grata  a  Yahveh  la  oblación  de  Judá  y  Jerusálén, 
como  en  los  tiempos  primeros 

y  cual  en  los  años  antiguos. 
"  Y  me  llegaré  a  vosotros  para  celebrar  juicio 

y  seré  testigo  pronto 

contra  los  hechiceros  y  los  adúlteros. 

y  quienes  juran  en  falso, 

y  contra  quienes  vejan  b  al  jornalero, 

la  viuda  o  el  huérfano,  y  echan  a  un  lado  al  extranjero 

y  no  temen,  declara  Yahveh  Sebaot. 
'  Pues  yo,  Yahveh,  no  cambio, 

y  [por  eso]  vosotros,  ¡oh  hijos  de  Jacob!,  no  habéis  fenecido. 
'  Desde  los  días  de  vuestros  padres  os  habéis  apartado  de  mis  pre- 

y  no  habéis  guardado  mis  ordenanzas  c.  [ceptos 

Volveos  a  mí  y  yo  me-  volveré  a  vosotros, 


O  1  Mi  heraldo  :  o  ¿mi  ángel»,  hebr.  malaki.  coincidiendo  con  el  nombre  de  Mala- 
*-*  c-uías.  Este  mensajero  parece  ser  que  es  el  enviado  a  la  nación  en  la  persona 
de  Juan  Bautista  inmediatamente  antes  de  la  venida  de  Jesu-Cristo,  y  se  prueba  te- 
niendo en  cuenta  que  ningún  otro  profeta  apareció  en  Israel  en  el  período  que 
separa  a  Malaquías  de  San  Juan.  1 1  Para  que  prepare  el  caminó  :  apartará  los 
obstáculos  que  se  oponen  a  la  venida  del  Señor,  cosa  ya  anunciada  casi  en  iguales 
términos  por  Isaías  (40,  3)  y  recordada  por  San  Mateo  (3,  3).  ||  El  Señor  a  quien 
anheláis  :  e.  d.,  el  Mesías. 

-.Quién  podrá  soportar...?:  con  la  venida  del  Mesías  coincidirá  el  principio 
del  juicio,  no  de  los  paganos,  sino  de  los  miembros  impíos  de  la  nación  israelita. 

3  Purificará  a  los  hijos  de  Leví  :  destruirá  lo  malo  y  corrompido  que  haya  entre 
los  sacerdotes. 

6  Echan  a  un  lado  :  o  bien,  impiden  conseguir  su  derecho  o  su  bien. 

6  No  cambio  :  como  creían  muchos  judíos  por  la  lentitud  de  Dios  en  castigar  a  loa 
impíos.  A  pesar  de  todas  las  culpas  de  Israel,  le  ha  conservado  la  clemencia  divina, 
en  atención  a  las  antiguas  promesas. 


—  1/33  — 


38-4i 


MALAQUÍAS 


3  8-4  1 


dice  Yahveh  Sebaot. 

Mas  vosotros  decís  :  «¿  En  qué  nos  hemos  de  volver  ?» 
8  ¿  Acaso  puede  un  hombre  robar  d  a  Dios  ? 

Pues  vosotros  me  robáis. 

Pero  decís  :  «¿En  qué  te  hemos  robado?» 

En  los  diezmos  y  los  tributos  sagrados. 
8  Con  maldición  estáis  malditos, 

pues  me  defraudáis,  la  nación  toda  entera. 

10  Llevad  todo  B  el  diezmo  al  depósito  de  provisiones, 
para  que  haya  víveres  en  mi  casa  , 

probadme,  por  favor,  en  esto, 
dice  Yahveh  Sebaot  ; 

[veréis]  si  no  os  abro  las  esclusas  del  cielo 

y  vierto  sobre  vosotros  una  bendición, 

de  tal  suerte  que  no  se  precise  [tanta  abundancia]. 

11  Os  alejaré  la  voraz  langosta 

y  no  os  destruirá  el  fruto  del  suelo 
ni  os  será  estéril  la  viña  en  el  campo, 
e  declara  Yahveh  Sebaot e. 

12  Os  felicitarán  todas  las  gentes, 
pues  seréis  un  país  hermoso, 
dice  Yahveh  Sebaot. 

13  Abrumadoras  se  me  han  hecho  vuestras  palabras,  dice  Yahveh. 
Si  decís  :  «¿  Qué  hemos  hablado  contra  ti  ?» 

11  Dijisteis  :  «Vano  es  servir  a  Dios, 

pues  ¿  qué  hemos  ganado  con  guardar  sus  mandatos 

y  andar  de  duelo  6  ante  Yahveh  Sebaot  0  ? 
16  ¡  Por  eso,  ahora  nosotros  llamamos  dichosos  a  los  soberbios ! 

;  Y  e  también  prosperan  los  hacedores  de  maldad ! 

¡También  los  que  provocaron  a  Dios  quedaron  impunes!» 
16  Entonces  quienes  temen  a  Dios  hablaránse  unos  a  otros, 

y  Yahveh  puso  atención  y  oyó, 

y  escribióse  ante  El  un  libro 

memorial  de  quienes  le  temen  y  respetan  su  nombre 
"  En  el  día  que  yo  preparo 
constituirán  mi  posesión,  dice  Yaahveh  Sebaot, 
y  los  perdonaré  como  perdona  un  hombre 
a  su  hijo,  que  le  sirve. 

Tornaréis,  pues,  a  ver  la  diferencia  que  hay  e  del  justo  al  impío  e, 
de  quien  sirve  a  Dios  al  que  no  le  sirve. 


El  día  del  Señor.  Elias,  su  heraldo 


Pues  he  aquí  que  llegará  el  día  abrasador  como  un  horno, 
y  todos  los  soberbios  y  los  autores  todos  de  impiedad  serán  cual 
y  los  abrasará  aquel  día  por  venir,  [rastrojo, 
dice  Yahveh  Sebaot, 

a  de  suerte  que  no  deje  de  ellos  raíz  ni  rama. 


1(1  Hablaránse  unos  a  otros  :  esa  conversación  no  está  aquí  reproducida,  pero  es 
fácil  suponer  su  asunto  por  el  contexto.  Los  justos  se  fortifican  en  su  fe,  contrastan- 
do con  la  masa  que  blasfema  ;  y  Dios  no  solamente  no  olvida  estas  conversaciones, 
sino  que  las  hace  estampar  en  un  libro  (costumbre  que  ya  tenían  también  los  persas) 
para  recordarlas  en  tiempo  oportuno. 

17  En  el  día  que  vo  preparo  :  o  en  que  yo  actúe,  e.  d.,  el  del  juicio.  ||  Sirve: 
o  es  obediente. 

4J18  El  día  abrasador  :  es  comparado  el  día  del  juicio  a  un  horno  ardiente,  porque 
ese  fuego  arde  con  mayor  viveza  en  un  horno  que  al  aire  libre. 


—  1734  — 


MALAQUÍAS 


4  2-6 


*x  Y  brillará  para  vosotros,  los  que  teméis  mi  nombre,  el  Sol  de  jus- 
que  llevará  en  sus  alas  la  curación,  [ticia, 
y  saldréis  y  brincareis  como  becerros  [salidos]  del  establo  '. 

s2,  Y  hollaréis  a  los  impíos  |  pues  resultarán  como  ceniza 
bajo  la  planta  de  vuestros  pies, 
el  día  que  yo  preparo, 
dice  Yahveh  Sebaot. 

422  Acordaos  de  la  ley  de  Moisés,  mi  siervo 

a  quien  yo  prescribí  en  el  Horeb 

■para  todo  Israel  leyes  y  preceptos. 
!:,  He  aquí  que  yo  os  enviaré  al  profeta  Elias 

antes  de  que  llegue  el  día  grande  y  terrible  de  Yahveh, 

pora  que  vuelva  el  corazón  de  los  padres  a  los  hijos 

y  el  corazón  de  los  hijos  a  sus  padres, 

no  sea  que  venga  yo  y  haya  de  consagrar  la  tierra  al  exterminio. 


\  Ei.  sol  de  justicia  :  la  común  opinión  de  los  Padres  desde  San  Justino  es  que 
ese  sol  es  Cristo,  que  traerá  a  la  tierra  equidad  y  salvación  ;  sino  que  unos  aplican 
esas  palabras  a  la  primera  venida  y  otros  a  su  segundo  advenimiento. 

*„,  Que  yo  preparo  :  o  en  que  yo  actúe  o  actúo, 

5„,  Al  profeta  Eli'as  :  antigua  tradición,  esparcida  entre  los  Padres  y  entre  los 
rabinos,  admite  que  el  profeta  Elias,  arrebatado  al  cielo,  debe  volver  a  aparecer 
antes  del  día  del  juicio.  De  esta  opinión  son  los  Setenta  Intérpretes,  el  autor  del 
Eclesiástico  y  los  judíos  contemporáneos  de  Jesu-Cristo  (Mt.  17,  20;  Jn.  1,  21).  Otros 
aplican  estas  palabras  a  San  Juan  Bautista,  que,  según  el  Salvador,  es  otro  Elias 
(Le.  1,  17I  ;  y  San  Jerónimo  apoya  esta  segunda  opinión,  menos  común  que  la  primera. 

*u  No  sea  que  venga  Yo  :  como  evitaron  los  judíos  convertidos  por  San  Juan  el 
anatema,  esto  es,  el  total  exterminio  de  la  Judea,  así  los  judíos  que  convertirá  Elias 
a  la  Iglesia,  al  fin  del  mundo  evitarán  el  eterno  anatema  en  que  incurrirán  otros. 


—  !735  — 


N  O  T  AS  CRITICAS 


A  MALAQUIAS 


a-»  Kit  di  por  razones  de  métrica] 
c  G  ;  H  con  qué  acto  ilegal  te  hemos 
t  Kit  1  me]  e  H  ins  nibo  («su  product* 
temptibile  est  cuni  iffne,  qui  illud  de 
ciable  todo  él»  (vide  Kit)]  h  así  ins  c 


íit  por  razones  métricas]  o  asi  Kit 
ti  di,  anota  Kit]  e-c  add,  anota  Kit] 
,  V  (cf  G)  «quod  suporponitur  con- 
)=  corrigen  H  «su  producto  despre- 
5n  de  métrica. 


CAP.  2 

a  Kit  1  c  G  vuestra  bendición)  1)  asi  Kit  c  G(S)  ;  V  «echaré  el  brazo»  (de  la  víc- 
tima?) ;  H  increpo  la  semilla]:  o  así  ins  Kit  c  Gmss]  d  así  ins  (frt)  Kit  c£  GV]  e  nsí 
prps;  II  se  obra  pérfidamente]  «di,  anota  Kit]  g-s  glosa,  sesún  Kit]  h  c£  V  y  Kit; 
H  y  uno  hizo]  i  Kit  1  guarde,  pues,  su  espíritu  o  aliento  vital,  vida]  i  Kit  1  c  S  íh] 
k  asi  c  Kit;  H  el  que  odia)  H  add,  anota  Klf]  m  kit  1  el  .manchar  (lit  cubrir'). 

CAP.  3 

a-a  di  anota  Kit]  t>  así  c  Kit;  H  vejan  el  salario  (V  «defraudan  el  salario»)]  casi 

ins  c  Kit,  cf  v  14]  ti  Kit  1— aquí  y  sigs— engañar  c  G]  e-e  di,  anota  Kit]  f  así  ins 
Kit  C  C. 


CAP.  4 

a  Kit  ins  c  G  y  los  devorará]  bK.it  añade  dice  Yahvch  Sebaot. 


INTRODUCCION    A    I    M ACABEOS 


Cuatro  libros  de  los  Macabeos  so»  reproducidos  en  algunas  Biblias, 
pero  nosotros  nos  ocupamos  únicamente  de  los  dos  primeros,  los 
únicos  canónicos.  Suelen  agruparse  ambos  libros,  aunque  de  diver- 
sos autores  y  de  distinta  finalidad,  porque  mutuamente  se  completan  al 
narrar  casi  los  mismos  hechos. 

El  nombre  Macabeo  (del  hebreo  maqqab  y  arameo  maqqaba)  parece 
significar  martillo,  y  era  el  sobrenombre  de  Judas,  tercer  hijo  del  sacer- 
dote Matatías,  adquirido  como  premio  a  su  valor  en  la  lucha  contra  los 
ejércitos  de  los  scléucidas.  Este  nombre  fué  ampliándose  a  toda  la  fami- 
lia, y  aun  designó  después  a  todos  los  que  lucharon  por  la  religión  y  la 
patria  contra  los  ejércitos  invasores. 

En  efecto,  vuelto  el  pueblo  de  Israel  de  Babilonia,  conservó  en  gran 
parle  su  fidelidad  a  Dios  y  a  las  tradiciones  religiosas;  pero  las  poten- 
cias vecinas  no  miraban  con  buen  ojo  la  reconstrucción  de  las  murallas 
del  templo  y  la  independencia  de  Israel.  Los  libros  de  los  Macabeos  no 
nos  dan  toda  esta  historia,  pero  sí  un  compendio  de  las  luchas  que  hu- 
bieron de  sostener  por  sus  principios  religiosos  y  libertad  política  duran- 
te más  de  treinta  aíws  (168-135  a-  rfc  C  )• 

Ayudará  quizás  a  relacionar  con  la  historia  profana  el  siguiente  esque- 
ma de  la  genealogía  de  los  scléucidas,  a  los  cuales  se  hace  continuamen- 


Anu'oco  III  el  Grande 


Seleuco  IV  Filopátor  Antíoco  IV  Epifanes 


Demetrio  I  Soter  Antíoco  V  Eupátor      Alejandro  Balas 


Antíoco   VII         Demetrio  II  Antíoco  VI  Alejandro 

Sidetes  Nicátor  Zebina 


Autores. — Son  judíos  y  grandes  patriotas.  El  autor  del  segundo  libro 
se  vos  presenta  llanamente  como  un  mero  compilador  de  la  obra,  en 
cinco  libros,  de  Jasón  dó  drene.  En  cuanto  a  la  época  de  composición , 
por  varios  indicios  sacados  del  primer  libro,  se  asigna  como  feclia  pro- 
bable de  su  composición  el  tiempo  que  precedió  a  la  muerte  de  Juan 
1  arcano  (106  a.  C).  El  segundo  libro  pudo  escribirse  algo  antes. 

Historicidad. — El  autor  del  primer  libro  no  nos  indica  de  dónde  de- 
duce sus  noticias,  que,  por  otra  parte,  podían  quedar  ailn  vivísimas  cuan- 
do él  escribió  en  testimonios  oculares,  y  aun  en  ¡a  propia  memoria  del 
autor.  Nos  declara,  además  (ib,  23-2.]),  que  los  hechos  de  Juan  estaban 
escritos  oficialmente  y  bien  conservados,  lo  que  parece  podría  deducirse 


—  1737  — 


I  MACABEOS 


de  los  otros  caudillos  de  Israel.  Los  documentos  que  se  citan,  la  rigurosa 
precisión  topográfica,  nos  indican  a  las  claras  que  estamos  ante  un  libro 
netamente  histórico.  A  mayor  abundamiento,  la  confrontación  con  la 
historia  profana  confirma  el  valor  histórico  del  libro.  La  fuente  del  se- 
gundo libro  son  las  obras  de  Jasón.  No  podemos  apreciar  el  valor  his- 
tórico de  este  autor;  pero  sí  que  podemos  afirmar  que  los  hechos  esco- 
gidos por  nuestro  compilador  son  coherentes  con  la  historia. 

El  texto  del  primer  libro  debió  ser  originalmente  el  hebreo.  San  Je- 
rónimo nos  dice:  «Maccabacorum  primum  librum  hebraicum  reperi.»  Pero 
se  perdió  el  texto  original  y  hoy  sólo  conocemos  la  traducción  de  los 
Setenta.  En  cambio,  el  segundo  libro  se  escribió  evidentemente  en  grie- 
go, y  San  Jerónimo  lo  afirma  categóricamente. 

Canonicidad. — Son  libros  canónicos  y,  como  tales,  tenidos  por  toda  la 
Iglesia  y  los  Santos  Padres  como  inspirados  y  divinos.  El  que  no  se  in- 
cluyesen en  la  Biblia  hebrea  hace  se  los  catalogue  entre  los  deuteroca- 
nónicos. 

Las  enseñanzas  del  libro  son  copiosísimas :  se  palpa  la  providencia  de 
Dios  por  su  pueblo,  la  justicia  de  Dios  con  los  pecadores,  su  misericor- 
dia con  los  que  acuden  a  El.  Hay  grandes  ejemplos  de  virtudes  morales, 
sobre  todo  de  fidelidad  a  los  mandamientos  de  Dios,  que  les  hacía  arros- 
trar todos  los  peligros,  y  aun  la  misma  muerte,  por  conservar  Í7itactas 
las  tradiciones  religiosas. 


—  1738  -- 


■-/vi 


MACABEOS 


formaban  el  Imperio 
0  -Sometió  a  provin 
confirmar  estas  aserc 


que  se  iba  a  morir.  7  Llamando  a  sus 
oficiales,  nobles  que  con  él  se  habían 
criado  desde  la  juventud,  dividió  en- 
tre ellos  aun  en  vida  su  reino.  8  Ha- 
bía reinado  Alejandro  doce  años  y 
murió.  8  Tomaron  posesión  del  po- 
der sus  generales,  cada  uno  en  su 
lugar  respectivo,  10  y  en  cuanto  él 
murió,  se  ciñeron  todos  la  diade- 
ma, y  sus  hijos  después  de  ellos  du- 
rante muchos  años,  multiplicándose 
los  males  sobre  la  tierra. 


Antíoco  Epifanes 

11  De  ellos  brotó  aquella  raíz  pe- 
cadora, Antíoco  Epifanes,  hijo  del 
rey  Antíoco,  que  estuvo  rehén  en 
Roma   y  se   apoderó  del  reino  el 


:  transcripción  del  hebreo  Kittim,  que,  habiendo  designado  un 
ite  la  isla  de  Chipre  ÍGéu.  io,  4  ;  Is.  23,  1),  sirvió  después  para 
tas  del  Asia  Menor  y  las  de  Europa  oriental  y  meridional.  Aquí 
3nia.  ||  Darío:  se  refiere  a  Darío  III  Codomano  (336-331).  ||  Rey 
:  los  medos  :  desde  la  época  de  Ciro,  estos  dos  pueblos  reunidos 
edo-persa  ;  así,  son  frecuentemente  asociados  en  la  Biblia, 
is,  naciones...  :  con  la  historia  universal  en  la  mano  es  fácil 


Alejandro  Magno 

i  '  Después  que  Alejandro  mace- 
donio,  hijo  de  Filipo,  partiendo 
del  país  de  Cétim,  venció  a  Darío, 
rey  de  los  persas  y  de  los  medos, 
y  reinó  en  lugar  suyo,  después  de 
haberlo  hecho  primeramente  sobre 
Grecia,  2  combatió  muchas  guerras, 
expugnó  ciudades  fuertes  y  dió  muer- 
te a  algunos  reyes  de  la  tierra. 
3  Atravesó  la  tierra  hasta  sus  confi- 
nes, se  apoderó  de  los  despojos  de 
muchas  naciones,  y  enmudeció  la  tie- 
rra ante  él.  Su  corazón  se  engrió  e 
hinchó  de  orgullo.  1  Juntó  poderosí- 
simos ejércitos,  6  sometió  a  provin- 
cias, naciones  y  soberanos,  que  se 
le  hicieron  tributarios.  8  Después  de 
todo  esto  cavó  en  el  lecho  v  entendió 


8  Sus  generales  :  en  los  vv.  9-10  da  un  resumen  de  la  historia  de  los  diadocos, 
sucesores  de  Alejandro,  hasta  el  advenimiento  de  Antíoco  Epifanes. 
10  Todos  :   no  designa  a  todos  los  oficiales,  sino  a  los  cuatro  que  fundaron  un 
ino  'cf.  v.  7)  :  Tolomeo  en  Egipto,  Selcuco  en  Babilonia  y  Siria,  Lisímaco  en  Tra- 
a,  Casandro  en  Grecia  y  Macedonia. 

u  Epifanes  :  equivale  a  ilustre:  título  que  tomó  Antíoco  IV,  a  quien  corresponde 
apelativo  de  raíz  pecadora  (cf.  Dan.  11,  21). 


—  1/39  — 


1  12-24 


I  MACABEOS 


1  25-U 


año  ciento  treinta  y  siete  del  impe- 
rio de  los  griegos.  12  Salieron  de  Is- 
rael por  aquellos  días  hijos  inicuos, 
que  persuadieron  a  muchos  dicién- 
dales  :  «Ea,  hagamos  alianza  con  las 
naciones  circunvecinas,  pues  desde 
que  nos  separamos  de  ellas  nos  han 
encontrado  calamidades  sin  cuento»  ; 
13  y  a  muchos  les  pareció  bueno  este 
consejo.  M  Algunos  del  pueblo  se 
ofrecieron  a  ir  al  rey,  el  cual  les  dió 
facultad  de  vivir  según  las  costum- 
bres de  los  gentiles.  15  Levantaron, 
pues,  en  Jerusalén  un  gimnasio  con- 
forme al  estilo  de  los  paganos,  16  se 
restablecieron  los  prepucios,  abando- 
naron la  alianza  santa,  se  coligaron 
con  los  gentiles  y  se  vendieron  para 
obrar  el  mal. 


Pillaje  del  templo  de  Jerusalén 

17  Una  vez  que  Antíoco  consolidó 
el  reino,  concibió  el  designio  de  do 
minar  Egipto,  a  fin  de  reinar  sobre 
las  dos  naciones.  38  Entró,  pues,  en 
lígipto  con  un  poderoso  ejército,  con 
carros  y  elefantes,  con  caballería  y 
con  una  gran  flota,  10  e  hizo  la  gue- 
rra a  Tolomeo,  rey  de  Egipto.  Ate- 
morizado Tolomeo  del  encuentro, 
echó  a  huir,  y  muchos  cayeron  he- 
ridos. 20  Los  sirios  se  apoderaron  de 
las  ciudades  fuertes  klel  país  de  Egip- 
to, y  volvió  Antíoco  cargado  de  sus 
despojos.  21  El  año  ciento  cuarenta  y 
tres,  después  de  haber  subyugado  a 
Egipto,  vino  Antíocp  contra  Israel 
22  y  subió  a  Terusalén  con  podero- 
so ejército.  23  Entró  con  insolencia 
en  el  santuario,  tomó  el  altar  de 
oro,  el  candelabro  de  la  luz  con  to- 
dos sus  utensilios,  la  mesa  de  ¡os 
panes  de  la  proposición,  las  tazas, 
las  copas,  los  incensarios  de  oro, 
la  cortina,  las  coronas,  y  arrancó 
todo  el  decorado  de  oro  que  cubría 
la  fachada  del  templo.  21  Tomó  asi- 
mismo la  plata,  oro  y  vasos  pre- 
ciosos, y  se  llevó  los  tesoros  escon-  i 
didos  que  pudo  hallar.  Con  todo  se  ' 


volvió  a  su  tierra,  25  habiendo  hecho 
gran  mortandad  y  proferido  palabras 
muy  insolentes.  28  Un  gran  duelo  so- 
brevino a  Israel  en  todos  los  hoga- 
res :  27  se  lamentaron  los  príncipes  y 
los  ancianos  ;  las  doncellas  y  los  jó- 
venes perdieron  su  vigor,  y  se  alte- 
ró la  belleza  de  las  mujeres.  28  To- 
dos los  novios  entonaron  lamenta- 
ciones, y  hacía  duelo  la  novia  sen- 
tada en  el  lecho  nupcial.  M  Se  estre- 
meció la  tierra  por  la  consternación 
de  sus  moradores,  y  toda  la  casa  de 
Jacob  quedó  cubierta  de  confusión. 

30  Dos  años  después  envió  el  rey  a 
un  comisario  de  los  tributos  a  las 
ciudades  de  Judá,  quien  llegó  a  Je- 
rusalén con  poderoso  acompañamien- 
to ;  31  y  con  falsía  les  dirigió  pala- 
bras pacíficas,  en  las  que  ellos  cre- 
yeron. 32  Pero  de  repente  se  arrojó 
sobre  la  ciudad,  causando  en  ella 
gran  destrozo  y  haciendo  perecer  a 
muchos  israelitas.  33  Saqueó  la  ciu- 
dad, la  entregó  a  las  llamas  y  de- 
rribó las  casas  y  muros  que  la  cer- 
caban. 64  Llevaron  cautivas  a  las  mu- 
jeres y  a  los  niños  y  se  apoderaron 
de  los  ganados.  35  Edificaron  en  tor- 
no a  la  ciudad  de  David  un  muro 
grande  y  fuerte,  y  torres  también 
fuertes,  con  lo  que  hicieron  de  ella 
una  cindadela.  36  Colocaron  allí  gen- 
te impía,  hombres  sin  ley,  que  en 
ella  se  hicieron  fuertes.  37  La  apro- 
visionaron de  armas  y  vituallas,  y 
reuniendo  los  despojos  de  Jerusalén, 
los  depositaron  allí,  viniendo  a  ser 
para  la  ciudad  un  gran  lazo.  38  Fué 
esta  cindadela  una  asechanza  contra 
el  santuario,  un  adversario  pernicio- 
so y  continuo  para  Israel.  30  Derra- 
maron también  sangre  inocente  en 
torno  del  santuario  y  lo  profanaron. 
40  A  causa  de  ellos  huyeron  los  habi- 
tantes de  Jerusalén,  que  vino  a  ser 
morada  de  extranjeros.  Se  hizo  ex- 
traña a  su  propia  prole,  y  sus  hi- 
jos la  abandonaron.  "  Su  santuario 
quedó  desolado  como  un  desierto  ; 
sus  fiestas  se  convirtieron  en  duelo, 
sus  sábados  en  ultraje  y  en  despre- 


Alianza  sania  :  borrar  el  signo  sagrado  de  la  circuncisión  d>or  medio  de  una 
operación  quirúrgica)  era  renunciar  a  la  alianza  con  Dios,  por  ella  simbolizada. 

*  TESOROS  ESCONDIDOS  :  el  tesoro  del  templo  y  los  depósitos  de  plata  de  que  ha- 
bla 2  Mac.  3,  10-12.  El  botín  del  templo  es  calculado  en  i.Soo  talentos  (unos  dos  mi- 
llones de  francos)  (cf.  2  Mac.  5,  21). 

30  Dos  años  DESPUÉS  :  el  griego  y  la  Vulgata  ponen  años  de  dios,  hebraísmo  que 
significa  años  completos.  ||  ENVIÓ  un  comisario  :  pudo  quizás  Antíoco  quererse  ven- 
gar en  los  judíos  de  la  humillación  por  la  que  le  hacían  pasar  los  romanos  al  inti- 
marle la  orden  formal  de  abandonar  Egipto  y  cesar  en  su  guerra  contra  Tolomeo. 


—  1740  — 


\  42-55 


I  MACABEOS 


156-2  1 


ció  su  reputación.  42  Al  igual  de  su 
gloria  creció  su  deshonra,  y  su  gran- 
deza se  convirtió  en  duelo. 

La  persecución 

45  El  rey  Antíoco  publicó  un  edic- 
to en  todo  su  reino,  de  que  todos 
formasen  un  solo  pueblo,  abando- 
nando cada  uno  sus  peculiares  leyes. 
41  Todas  las  naciones  se  conformaron 
a  la  orden  del  rey.  45  Muchos  israe- 
litas se  amoldaron  a  su  culto,  sa- 
crificando a  los  ídolos  y  profanando 
el  sábado.  46  Envió  el  rey  órdenes  es- 
critas por  medio  de  mensajeros  a 
Jerusalén  y  a  las  ciudades  de  Judá, 
de  que  todos  siguieran  leyes  extra- 
ñas al  país  ;  47  que  se  prohibiesen 
en  el  santuario  los  holocaustos,  sa- 
crificios y  libaciones  ;  48  que  se  pro- 
fanasen los  sábados  y  días  festivos  ; 
49  que  se  contaminasen  el  santuario 
y  los  santos  ;  60  que  se  edificasen  al- 
tares y  recintos  sagrados  e  ídolos,  y 
se  ofreciesen  en  sacrificio  puercos  y 
otros  animales  impuros  ;  "  que  deja- 
sen a  sus  hijos  incircuncisos  man- 
charse con  toda  suerte  de  impurezas 
v  abominaciones,  de  forma  que  olvi- 
dasen la  ley  y  mudasen  todas  las 
prescripciones  ;  52  y  que  quien  no 
obrase  conforme  a  este  decreto  del 
rey,  fuese  condenado  a  morir. 

53  A  este  tenor  escribió  a  todo  su 
reino,  instituyó  inspectores  sobre  to- 
do el  pueblo  54  y  ordenó  a  las  ciu- 
dades de  Judá  que  sacrificasen  en 
cada  ciudad.  55  Se  les  unieron  a  los 
sirios  muchos  del  pueblo  judío,  to- 
dos los  que  abandonaron  la  ley  ;  hi- 


cieron mucho  mal  en  el  país,  M  y 
obligaron  a  los  israelitas  fieles  a 
ocultarse  en  "toda  suerte  de  escon- 
drijos. 

57  El  día  quince  del  mes  de  Casleu 
del  año  ciento  cuarenta  y  cinco,  edi- 
ficaron sobre  el  altar  la  abomina- 
ción de  la  desolación,  y  en  las  ciu- 
dades circunvecinas  de  Judá  edifica- 
ron altares  ;  a  quemaban  incienso  en 
las  puertas  de  las  casas  y  en  las  pla- 
zas ;  69  y  los  libros  de  la  ley  que  ha- 
llaban, los  rasgaban  y  echaban  al 
fuego.  60  A  quien  se  encontraba  con 
un  libro  de  la  alianza  o  mostraba 
afecto  a  la  ley,  en  virtud  del  decre- 
to del  rey,  se  le  condenaba  a  morir. 

61  Con  tal  violencia  trataban  a  Is- 
rael, a  cuantos  eran  hallados  en  sus 
ciudades,  un  mes  y  otro  mes.  10  El 
veinticinco  del  mes  sacrificaron  en  el 
ara  erigida  sobre  el  altar  de  los  ho- 
locaustos. 63  Las  mujeres  que  habían 
circuncidado  a  sus  hijos  eran  muer- 
tas, según  el  decreto,  61  y  los  niños, 
suspendidos  por  el  cuello.  Saqueaban 
sus  casas  y  daban  muerte  a  quienes 
los  habían  circuncidado.  65  Muchos 
en  Israel  se  hicieron  fuertes  y  man- 
tuvieron la  resolución  de  no  comer 
cosa  impura,  prefiriendo  morir  a 
mancharse  con  los  alimentos  y  pro- 
fanar la  santa  alianza  ;  y  murieron. 
66  Muy  grande  fué  la  ira  que  descar- 
gó sobre  Israel. 

Hazañas  de  Matatías 

9    1  Por  entonces  se  alzó  Matatías, 
hijo  de  Juan,  hijo  de  Simeón, 
sacerdote,  de  los  hijos  de  Joarib,  de 


indios  forzándolos  a 
32  Fuese  condenad 
Eleazar  y  sus  herm; 

m  Casi.eu  :  noveno 
seléucidas  correspom 
de  Daniel  (9,  27;  11, 
pagano  levantado  en 
ción  o  ruina  del  vci 

60  Libro  de  la  alian: 
en  sentido  lato,  cualqu 

61  Con  tai.  violencia.. 
cada  mes  un  inspector 

El  veinticinco  dei 


i  Arominkiun  \'\  LA  dls 
holocaustos.  Esto  convertí 


Vulgata  pa- 
ípuros  a  los 
la  idolatría, 
martirio  ilc 

i  era  de  los 
'rase  tomada 
a  o  un  altar 
lo  en  desola- 


día  s. 


igar  del  de- 
adero  culto. 

Z4  :  el  Pentateuco  o  parte  de  él  ;  con  todo,  pudiera  significar, 
selección  de  libros  sagrados. 

la  frase  es  dura  de  construcción.  El  sentido  parece  ser  que 
¡taba  las  ciudades  y  ejecutaba  a  los  culpables. 
■:s  :  tardaron,  pues,  diez  días  los  preparativos  (v.  57).  Este 


consideró  en  adelante  como  el  de 
a  ira  :  más  bien  la  de  Dios  que 
persecución,  cayeron  en  la  cuent 


n.f.i 


(2  Mac.  10,  51 
Viéndose  los  judíos  acosados 
a  irritado  al  Señor. 


O   "Matatías:    en  -hebreo,   Mattatiyah  =  don 
nombre  Matías.  No  constan  sus  progeniton 
actual  Mcdiyeh,  al  E.  de  Lidda. 


Yahvel 
||  Moi)í> 


2  2-17 


I  MACABEOS 


2  18-26 


Jerusalén,  que  vivía  en  Modín.  2  Te- 
nía cinco  hijos  :  Juan,  apellidado 
Gaddis;  3  Simón,  llamado  Tasi;  4  Ju- 
das, apellidado  Macabeo  ;  6  Eleazar, 
apellidado  Avarán,  y  Jonatás,  ape- 
llidado Apfus.  6  Y  viendo  los  ultra- 
jes cometidos  en  Judá  y  en  Jerusa- 
lén, '  dijo  : 

«|Ay  de  mí!  ¿Por  qué  nací  yo, 
para  ver  la  ruina  de  mi  pueblo  y  la 
ruina  de  la  ciudad  santa,  y  para  ha- 
bitar aquí,  cuando  ella  es  entregada 
en  poder  de  los  enemigos  8  y  su  san- 
tuario en  poder  de  extraños  ?  Su 
templo  fué  tratado  como  la  casa  de 
un  infame  ;  8  sus  utensilios  magnífi- 
cos, llevados  en  botín  ;  sus  niños, 
muertos  en  las  plazas,  y  sus  jóvenes, 
sucumbidos  al  filo  de  la  espada  ene- 
miga. "¿Qué  nación  no  ha  hereda- 
do de  sw  reino,  se  ha  apoderado  de 
sus  despojos  ?  "  Todo  su  esplendor 
le  fué  arrebatado,  y  de  libre  fué  he- 
cha esclava.  12  Y  he  aquí  que  nues- 
tro santuario,  que  era  nuestro  brillo 
y  nuestra  gloria,  está  desolado,  pro- 
fanado por  las  gentes.  "¿Para  qué 
ya  viviremos  ?» 

"  Rasgaron  Matatías  y  sus  hijos 
sus  mantos,  se  cubrieron  de  sacos  e 
hicieron  gran  llanto.  16  Llegaron  en- 
tonces a  la  ciudad  de  Modín  los  ofi- 
ciales del  rey,  encargados  de  forzar 
a  la  apostasía,  para  organizar  sacri- 
ficios. 16  Muchos  israelitas  se  unie- 
ron a  ellos,  mientras  Matatías  y  sus 
hijos  se  mantuvieron  firmes,  apar- 
tados de  ellos.  17  Los  enviados  del 


rey,  dirigiéndose  a  Matatías,  le  di- 
jeron :  «Tú  eres  el  primero  e  ilustre 
y  grande  en  esta  ciudad,  apoyado 
por  muchos  hijos  y  parientes  ; 18  acér- 
cate, pues,  el  primero,  y  cumple  el 
decreto  del  rey,  como  lo  han  hecho 
todas  las  naciones,  los  varones  de 
Judá  y  los  que  han  quedado  en  Je- 
rusalén. Y  seréis  tú  y  tus  hijos  de 
los  amigos  del  rey,  y  os  enriquece- 
réis, tú  y  tus  hijos,  de  plata  y  oro  y 
muchos  presentes.» 

18  A  lo  que  contestó  Matatías,  di- 
ciendo en  alta  voz  :  «Aunque  todas 
las  naciones  que  forman  el  imperio 
del  rey  le  obedezcan,  abandonando 
cada  uno  el  culto  de  sus  padres  y 
sometiéndose  a  sus  mandatos,  20  yo  y 
mis  hijos  y  mis  hermanos  seguire- 
mos la  alianza  de  nuestros  padres. 
a  Líbrenos  Dios  de  abandonar  la  ley 
y  sus  preceptos.  22  No  escucharemos 
las  palabras  del  rey  para  apartarnos 
de  nuestro  culto,  a  la  derecha  o  a  la 
izquierda.» 

23  Apenas  terminó  de  proferir  es- 
tas palabras,  cuando  se  acercó  en 
presencia  de  todos  un  judío  para  sa- 
crificar en  el  altar  de  Modín,  según 
el  decreto  del  rey.  24  Al  verlo  Mata- 
tías, se  indignó,  y  sus  entrañas  se 
estremecieron  ;  y  dejándose  condu- 
cir de  justa  cólera,  corrió  y  le  dego- 
lló sobre  el  altar.  20  En  el  mismo  ins- 
tante mató  al  comisario  del  rey,  que 
forzaba  a  sacrificar,  y  destrozó  el  al- 
tar. 28  Mostró  así  celo  por  la  ley,  co- 
mo lo  había  hecho  Finees  con  Zam- 
bri,  hijo  de  Salom. 


8  Cinco  hijos  :  todos  morirán  sucesivamente  por  el  bien  de  su  patria,  como  se 
narrará  posteriormente.  Se  les  da  a  cada  uno  un  sobrenombre  o  apellido,  tomado  de 
su  carácter,  valentía  o  proezas. 

*  Judas...  Macabeo  :  es  el  más  célebre  de  los  hermanos  y  el  que  Matatías  tomará 
como  sucesor.  La  palabra  makkabaios,  del  aranieo  maqqaba  (=  martillo),  parece  alu- 
dir a  su  acción  de  martillear  a  los  enemigos. 

10  Qué  nación  :  puede  referirse  Matatías  o  a  los  ejércitos  sirios,  que  se  componían 
generalmente  de  mercenarios  de  naciones  diversas,  o  bien  a  la  larga  serie  de  expo- 
liaciones de  que  habían  sido  objeto  los  judíos  en  el  curso  de  su  historia. 

14  Sacos  o  cilicios  :  vestidos  de  duelo  consistentes  en  túnicas  groseras. 

36  Llegaron  :  la  Vulgata  parafrasea  más  que  traduce. 

"  Tú  eres  el  primero  ¡  comprendían  los  enviados  del  rey  la  importancia  de  ga- 
narse el  ciudadano  más  ilustre  de  Modín,  tanto  más  que  su  numerosa  parentela  le 
daba  un  mayor  influjo. 

18  Amigos  del  rey  :  aquí,  como  en  los  clásicos,  es  un  título  oficial  con  que  son 
designados  los  primeros  oficiales  de  'la  corte. 

M  Sus  entrañas  :  literalmente,  sus  renes.  Eran  considerados  los  ríñones  como  sede 
de  la  emoción  y  sensibilidad.  Quiere,  pues,  indicar  la  frase  una  profundísima  emo- 
ción. ||  Justa  cólera  :  Dt.  13,  9,  exigía  se  matase  al  instante  a  quien  quería  sedu- 
cir al  pueblo  con  prácticas  idolátricas. 

30  Linees  :  su  gloriosa  hazaña  es  narrada  en  Núm.  25. 


—  1742  — 


2  27-40 


I  MACABEOS 


2  41-51 


La  guerra  santa 

"  Gritó  entonces  con  voz  potente 
Matatías  en  la  ciudad,  y  dijo  :  «Todo 
el  que  sienta  celo  por  la  ley  y  man- 
tenga la  alianza,  salga  de  la  ciudad 
en  "pos  de  mí!»  28  Y  huyeron  él  y 
sus  hijos  a  las  montañas,  abando- 
nando cuanto  poseían  en  la  ciudad. 
29  Entonces  muchos  que  buscaban  la 
justicia  y  la  ley,  descendieron  al  de- 
sierto, 30  para  habitar  allí,  tanto  ellos 
como  sus  hijos,  sus  mujeres  y  sus 
rebaños,  pues  los  sufrimientos  que 
les  acechaban  llegaban  al  colmo.  81  Y 
así  que  se  anunció  a  los  enviados 
del  rey  y  a  las  tropas  que  había  en 
Jerusalén,  en  la  ciudad  de  David, 
que  algunos  hombres,  infringiendo 
el  mandato  del  rey,  habían  bajado 
para  esconderse  en  el  desierto,  en 
seguida  corrieron  muchos  tras  ellos, 
"  y  los  alcanzaron  ;  y  acampando 
frente  a  ellos,  se  prepararon  a  ata- 
carlos en  día  de  sábado.  33  Y  les  di- 
jeron :  «Basta  ya  haber  resistido  has- 
ta ahora.  Salid  y  obrad  según  el  de- 
creto del  rey,  y  viviréis.»  54  Ellos 
contestaron  :  «No  saldremos,  ni  ob- 
servaremos el  precepto  del  rey,  vio- 
lando el  día  de  sábado.»  36  En  se- 
guida los  sirios  les  presentaron_  com- 
bate ;  86  y  ellos  no  les  respondieron, 
ni  les  tiraron  una  piedra,  ni  tapa- 
ron sus  escondrijos, 31  diciendo  :  «Mu- 
ramos todos  en  nuestra  sencillez,  y 
el  cielo  y  la  tierra  testificarán  de 
nosotros  que  injustamente  nos  ha- 
céis perecer.»  88  Y  habiendo  entabla- 
do combate  los  sirios  en  día  de  sá- 
bado, murieron  ellos,  sus  mujeres, 
sus  hijos  y  sus  rebaños,  hasta  unas 
mil  personas.  80  Cuando  Matatías  y 
sus  amigos  lo  supieron,  hicieron  por 
ellos  un  gran  duelo,  40  pero  se  dije- 
ron unos  a  otros  :   «Si  todos  obra- 


mos como  obraron  nuestros  herma- 
nos, no  combatiendo  contra  las  na- 
ciones por  nuestra  vida  y  por  nues- 
tras instituciones,  pronto  nos  exter- 
minarán de  la  tierra.»  41  Y  decidie- 
ron aquel  día  :  «Quienquiera  que  sea 
el  hombre  que  en  día  de  sábado  ven- 
ga a  pelear  contra  nosotros,  lucha- 
remos nosotros  contra  él,  para  que 
no  muramos  todos,  como  murieron 
nuestros  hermanos  en  sus  escon- 
drijos.» 

42  Entonces  se  reunió  con  ellos  un 
grupo  de  asideos,  hombres  valientes 
de  Israel,  todos  adictos  a  la  ley. 
43  Cuantos  querían  escapar  a  los  ma- 
les se  unían  a  ellos,  y  les  servían 
de  refuerzo.  44  Habiendo  formado  así 
un  ejército,  hirieron  a  los  prevari- 
cadores en  su  ira  y  a  los  impíos  en 
su  indignación.  Los  restantes  hu- 
yeron a  los  gentiles  para  salvarse. 
45  Recorrrieron  Matatías  y  sus  ami- 
gos el  país,  destruyendo  altares, 
48  circuncidando  a  la  fuerza  a  cuan- 
tos niños  incircuncisos  hallaron  en 
territorio  de  Israel.  47  Perseguían  a 
los  orgullosos,  y  la  empresa  prospe- 
raba por  su  medio.  48  Vindicaban  la 
ley  contra  el  poder  de  los  gentiles 
y  los  reyes,  y  no  se  doblegaban  ante 
los  pecadores. 


Muerte  de  Matatías 

48  Al  acercarse  el  tiempo  de  la 
muerte  de  Matatías,  dijo  éste  a  sus 
hijos  :  «Ahora  domina  el  orgullo  y 
el  castigo,  es  tiempo  de  ruina  y  de 
ardiente  cólera.  60  Ahora,  hijos  míos, 
mostraos  celadores  de  la  ley  y  dad 
vuestra  vida  por  la  alianza  de  nues- 
tros padres.  61  Acordaos  de  las  haza- 
ñas que  hicieron  en  sus  tiempos  los 
antepasados,  y  alcanzaréis  gran  glo- 


28  Las  montañas  :  la  región  montañosa  de  Juda,  que  ofrecía  terreno  muy  apto  para 
esconderse. 

M  Violando  el  día  de  sábado  :  combatiendo  para  defendernos. 

40  Pronto  nos  exterminarán  :  pues  si  los  sirios  hubiesen  reparado  en  que  no  6e 
resistirían  los  judíos  en  día  de  sábado,  los  hubiesen  aniquilado  con  facilidad. 

42  Asideos  :  transcripción  greco-latina  de  la  palabra  hebrea  hasidim,  que  quiere 
decir  piadosos.  Así  se  llamaba  a  una  agrupación  de  judíos  que,  ya  anteriormente  a 
los  Macabeos,  se  esforzaba,  con  su  apego  a  la  ley,  en  reaccionar  contra  las  ideas 
y  costumbres  helénicas.  Algunos  se  suman  a  los  Macabeos,  manteniendo,  con  todo, 
su  organización  (cf.       13,  y  2  Mac.  14,  6). 

44  Prevaricadores...  impíos  :  son  los  judíos  apóstatas  los  primeros  contra  quienes 
se  vuelven. 

■  El  castigo  :  de  los  buenos  por  los  malos. 


—  1743  — 


2  52-67 


I  MACABEOS 


2  68-3  9 


ria  y  nombre  sempiterno.  63  ¿No  fué, 
por  ventura,  Abraham  hallado  fiel 
en  la  tentación,  y  le  fué  imputado 
esto  a  justicia  ?  53  Guardó  }osé  la  ley 
en  el  tiempo  de  su  aflicción,  y  vino 
a  ser  el  señor  de  Egipto.  64  Finees, 
nuestro  padre,  por  su  abrasado  celo 
recibió  la  promesa  de  un  sacerdocio 
eterno.  65  Josué,  por  haber  cumplido 
la  palabra,  llegó  a  ser  juez  de  Is- 
rael. 66  Caleb,  por  su  testimonio  ante 
la  asamblea,  recibió  la  heredad  de 
la  tierra.  H  David,  por  su  piedad, 
heredó  el  trono  real  para  siempre. 
68  Elias,  por  su  abrasado  celo  de  la 
le}',  fué  ascendido  al  cielo.  s*  Ana- 
nías,  Azarías  y  Misael,  por  su  fe,  se 
libraron  de  las  llamas.  80  Daniel,  por 
su  inocencia,  fué  libertado  de  la  boca 
de  los  leones  ;  61  y  de  este  modo  ve- 
réis de  generación  en  generación  que 
todos  los  que  confían  en  El  no  des- 
caecen. 82  No  temáis  las  amenazas  de 
un  hombre  pecador,  porque  su  glo- 
ria se  trueca  en  basura  y  en  gusa- 
nos. 03  Hoy  se  ensalza,  pero  mañana 
no  será  hallado,  porque  se  habrá 
vuelto  al  polvo,  y  sus  pensamientos 
se  habrán  desvanecido.  84  Hijos  míos, 
sed  fuertes  y  combatid  vigorosamen- 
te por  la  ley,  que  por  ella  seréis 
glorificados.  05  Ahí  tenéis  a  Simón, 
vuestro  hermano  ;  yo  sé  que  es  hom- 
bre de  consejo  ;  escuchadle  siem- 
pre ;  él  será  para  vosotros  un  pa- 
dre. 88  Que  Judas  Macabeo,  esforza- 
do y  valiente  desde  su  juventud,  sea 
vuestro  capitán  del  ejército  y  quien 
dirija  la  guerra  contra  los  pueblos. 
"  Y  vosotros,  atraeos  a  todos  los  ob- 


servantes de  la  ley  y  vengad  seve- 
ramente a  vuestro  pueblo.  85  Devol- 
ved a  los  gentiles  su  merecido  y  ob- 
servad los  preceptos  de  la  ley.» 

89  Y  bendiciéndolos,  fué  a  reunir- 
se con  sus  padres.  70  Murió  el  año 
ciento  cuarenta  y  seis,  y  fué  sepul- 
tadoen  el  sepulcro  de  sus  padres  en 
Modín,  y  todo  Israel  le  lloró  amar- 
gamente. 


Judas  Macabeo 

o  1  Le  sucedió  en  el  mando  su  hijo 
"  Judas,  apellidado  Macabeo,  'a 
quien  apoyaron  todos  sus  hermanos 
y  cuantos  se  habían  unido  a  su  pa- 
dre, y  peleaban  con  alegría  los  com- 
bates de  Israel.  3  Dilató  la  gloria  de 
su  pueblo,  revistióse  como  héroe  la 
coraza,  se  ciñó  sus  armas  bélicas  v 
trabó  batallas,  protegiendo  con  su 
espada  el  campamento.  4  En  sus  ac- 
ciones se  asemejó  al  león  y  al  ca- 
chorro que  ruge  sobre  la  presa.  8  Per- 
siguió a  los  malvados  en  sus  escon- 
drijos y  entregó  a  las  llamas  a  los 
perturbadores  de  su  pueblo.  8  Los 
malvados  retrocedieron  de  miedo  an- 
te él,  se  estremecieron  los  obrado- 
ra de  la  iniquidad  ;  y  su  mano 
dirigió  bien  la  liberación.  1  Dió  en 
qué  entender  a  muchos  reyes  y  ale- 
gró a  Jacob  con  sus  hazañas.  Por  los 
siglos  su  memoria  será  bendecida. 
8  Recorrió  las  ciudades  de  Judá,  ex- 
terminó de  ella  a  los  impíos  y  apar- 
tó de  Israel  la  ira.  9  Se  hizo  célebre 
su  nombre  hasta  el  cabo  del  mundo. 


M  Abrauam  :  para  los  hechos  de  Abraham  a  Daniel  a  que  alude  Matatías  en  6us 
recomendaciones,  véase,  de  Abraham,  Gén.  22,  1;  de  José,  Gén.  39;  de  Finees, 
Núra.  25,  13;  de  Josué,  los.  1,  2-10;  de  Kaleb,  Núm.  13,  30;  de  David,  2  Sam.  7,  13, 
y  con  frecuencia  en  los  Salmos;  de  Elias,  4  Re.  2;  de  Ananías,  Dan.  3,  1  ;  de  Da- 
niel, Dan.  6,  2-29,  y  14,  27  ss. 

87  Para  siempre  :  aunque  había  desaparecido  la  dinastía  de  David,  Matatías  recor- 
daba las  profecías  que  anunciaban  que  el  trono  de  David  sería  restaurado  por  el 
Mesías,  sin  ser  después  derrocado. 

w  I.a  guerra  contra  los  pueblos  :  la  Vulgata,  al  traducir  «bellum  populi»,  en  sin- 
gular, parece  aludir  a  la  guerra  santa  que  el  pueblo  de  Dios  acababa  de  comenzai 
contra  Antíoco. 

**  Reunirse  con  sus  padres  :  expresión  hebrea  para  designar  la  muerte,  ya  que 
entonces  el  alma  se  reunía  en  el  seol  con  las  de  los  antepasados. 

™  AÑO  ciento  cuarenta  Y  seis  :  de  los  seléucidas,  correspondiente  al  166  a.  de  C. 
Hacía  un  año  que  había  comenzado  la  persecución  sangrienta  y  tres  de  la  profana- 
ción del  templo  por  Antíoco. 

3'  Dilató  i  a  gloria  :  en  tste  pasaje  (vv.  3-9)  se  cantan  anticipadamente  las  glorias 
de  Judas  Macabeo.  Es  un  fragmento  poético  y  abundante  de  imágenes  vigorosas. 
Es  patente  el  ritmo  y  paralelismo. 

6  ENTREGÓ  a  las  llamas  ;  hay  episodios  (5,  5.  35.  44)  que  sugieren  el  sentido  literal 
de  esta  expresión  (cf.  2  Mac.  8,  6;  10,  36),  aunque  bien  pudiera  ser  una  frase  figu- 
rada que  designase  Únicamente  una  destrucción  completa. 


3  10-20 


I  MACABEOS 


3  21-30 


y  reunió  a  los  que  estaban  a  punto 
ile  perecer. 


Primeras  victorias  de  Judas 

10  Apolonio  reunió  a  las  naciones, 
y  un  gran  ejército  de  Samaria,  pa- 
ra luchar  contra  Israel.  "  Informado 
Judas,  le  salió  al  encuentro,  le  de- 
rrotó y  le  mató  :  sucumbieron  mu- 
chos heridos  y  huyeron  los  restan- 
tes. 12  Se  apoderaron  los  judíos  de 
sus  despojos,  y  Judas  tomó  la  espa- 
da de  Apolonio,  de  la  cual  se  sirvió 
siempre  al  pelear. 

u  Cuando  oyó  Serón,  jefe  del  ejér- 
cito de  Siria,  que  Judas  había  jun- 
tado mucha  gente  y  que  un  grupo 
de  judíos  fieles  combatían  a  su  la- 
do, "  se  dijo  :  «Me  haré  famoso  y 
adquiriré  gloria  en  el  reino,  comba- 
tiendo a  Judas  y  a  los  suvos,  que 
no  hacen  caso  del  decreto  del  rey»  ; 
"  y  se  preparó  y  subió  con  él  un 
poderoso  refuerzo  de  impíos,  para 
apoyarle  y  vengarle  de  los  hijos  de 
Israel.  18  Cuando  se  acercaba  a  la 
subida  de  Betoron,  le  salió  Judas  al 
encuentro  con  pocas  tropas.  n  Estas, 
viendo  la  armada  que  venía  a  su  en- 
cuentro, dijeron  a  Judas:  «¿Cómo 
podremos  nosotros,  tan  pocos,  pe- 
lear contra  tan  poderosa  muchedum- 
bre, y  menos  estando  extenuados 
por  el  ayuno  de  hoy  ?» 

18  Pero  Judas  contestó  :  «Fácil  es 
que  muchos  sean  entregados  en  ma- 
nos de  pocos  ;  ni  ante  el  Dios  del 
cielo  hay  diferencia  entre  salvar  con 
muchos  o  con  pocos  ;  19  porque  no 
depende  el  triunfo  bélico  de  la  mu- 
chedumbre del  ejército,  sino  que  del 
cie'o  viene  la  fortaleza.  20  Estos  vie- 
nen contra  nosotros  con  una  turba 


orgullosa  e  impía,  para  perdernos  a 
nosotros,  a  nuestras  mujeres  e  hi« 
jos,  y  saquearnos  ;  21  mientras  que 
nosotros  combatimos  por  nuestras 
vidas  y  nuestras  leyes.  22  Dios  los 
aplastará  ante  nuestros  ojos  ;  vos- 
otros, pues,  no  los  temáis.» 

23  Así  que  acabó  de  hablar,  se  lan- 
zó súbitamente  a  ellos,  quedando  de- 
rrotado Serón  y  su  ejército  ante  sus 
ojos.  24  Judas  lo  persiguió  por  la  ba- 
jada de  Betoron  hasta  la  llanura, 
quedando  tendidos  como  unos  ocho- 
cientos hombres,  y  huyendo  dos  res- 
tantes al  país  de  los  filisteos.  23  Con 
esto  comenzó  a  cundir  el  miedo  a 
Judas  y  a  sus  hermanos,  y  el  terror 
se  apoderó  de  las  naciones  circun- 
vecinas. 26  Su  fama  llegó  hasta  el 
rey,  y  los  pueblos  todos  hablaban 
de  los  combates  de  Judas. 


Lisias,  encargado  de  luchar  contra 
los  judíos 

27  Cuando  el  rey  Antíoco  oyó  es- 
tas noticias,  se  inflamó  en  ira  y 
dió  orden  de  reunir  las  tropas  toda> 
del  reino,  un  ejército  poderosísimo. 
28  Abrió  su  erario  y  pagó  a  sus  tro- 
pas un  año  de  soldada,  ordenándo- 
les que  estuviesen  apercibidos  para 
todo.  20  Mas  viendo  el  rey  que  la 
plata  de  sus  tesoros  se  acababa  y 
que  los  tributos  de  la  región  eran 
exiguos,  a  causa  de  las  disensión^ 
y  calamidades  que  él  había  ocasio- 
nado en  la  región,  al  suprimir  la* 
leyes  en  uso  desde  tiempos  anti- 
guos, 30  temió  no  tener,  como  había 
acaecido  otras  veces,  para  los  gasto  ; 
y  los  donativos,  que  repartía  antes 
con  larga  mano  y  mayor  prodigali- 
dad que  los  reyes  antecesores  suyos. 


10  Apolonio  :  se  supone  conocido  de  los  lectores.  Según  Josefo,  era  gobernador  de 
Samaria  y  el  que  -el  año  precedente  había  ido  a  Jerusalén  como  comisario  para  la 
exacción  de  tributos  (cf.  i,  30 ;  2  Mac.  4,  21;  5,  24).  Dada  la  hostilidad  ancestral  entre 
indios  y  samaritanos,  es  natural  que  un  gruyo  de  éstos  se  asociasen  a  los  sirios. 

11  Le  salió  al  encuentro  :  según  2  Mac.  S,  1,  tenía  entonces,  a  lo  más,  seis  mil 
hombres. 

"™  Los  aplastará  :  aquí,  como  en  varios  lugares  del  libro  de  los  Macabeos,  se 
omite,  al  parecer  de  propósito,  el  nombre  de  Dios.  Omisión  motivada,  sin  duda, 
por  el  sentimiento  de  respeto  que  los  rabinos  talmudistas  extendieron  hasta  poner 
en  lugar  de  Yahveh  ael  nombre»  o  «el  cielo»,  y  así  no  pronunciar  el  nombre  inefable. 

87  Estas  noticias:  en  griego,  como  en  la  Yulgata,  se  pone:  esta}  palabras;  pero 
es  un  hebraísmo  para  indicar  hechos,  sucesos,  noticias.  • 

38  Un  año  de  soldada  :  pagando  de  antemano,  esperaba  tener  Antíoco  a  sus  tropas 
más  adictas. 

30  Mwor  prodigalidad:  era  uno  de  los  defectos  de  Antíoco,  según  nos  cuenta 
Polibio.  Hacía  dádivas  extravagantes.  Así,  por  ejemplo,  en  Naucratis  (Egipto!  «lió 
una  pieza  de  oro  a  todos  los  habitantes  griego-;  de  la  ciudad  (28,  17,  11  ;  2S,  is,  3). 

—  t%5  — 


3  31-41 


I  MACABEOS 


3  42-48 


81  Hallándose,  pues,  en  grave  aprie- 
to, resolvió  irse  a  Persia,  para  reco- 
ger los  tributos  de  las  regiones  y 
juntar  mucho  dinero. 

32  Dejó  a  Lisias,  ¡hombre  distingui- 
do y  de  regio  linaje,  al  frente  de  los 
asuntos  reales,  desde  el  río  Eufra- 
tes hasta  los  confines  de  Egipto, 
S3_  encargándole  educar  a  su  hijo  An- 
tíoco,  hasta  su  vuelta.  M  Le  confió 
la  mitad  de  las  tropas  y  los  elefan- 
tes, encomendándole  la  ejecución  de 
lodos  sus  designios,  particularmente 
con  respecto  a  los  habitantes  de  Ju- 
dea  y  Jerusalén  :  36  enviar  contra 
ellos  una  armada  para  aplastar  y 
exterminar  la  potencia  de  Israel  y 
las  reliquias  de  Jerusalén,  hasta  bo- 
rrar del  lugar  su  memoria,  36  y  es- 
tablecer extranjeros  en  todos  6us 
confines,  distribuyéndoles  por  suer- 
te la  tierra.  37  Llevó  consigo  el  rey 
la  otra  mitad  de  las  tropas,  y  partió 
de  Antioquía,  capital  de  su  reino,  el 
año  ciento  cuarenta  y  siete,  y  atra- 
vesando el  río  Eufrates,  recorría  las 
regiones  altas. 

38  Escogió  luego  Lisias  a  Tolomeo, 
hijo  de  Dorimeno  ;  a  Nicanor  y  a 
Gorgias,  varones  de  gran  valimien- 
to entre  los  amigos  del  rey  ;  30  y  en- 
vió con  ellos  cuarenta  mil  hombres 
y  siete  mil  de  a  caballo  para  invadir 
el  país  de  Judá  y  arrasarlo,  según 
la  orden  del  rey.  40  Se  pusieron  en 
marcha  con  todo  su  ejército  y  vi- 
nieron a  acampar  cerca  de  Emaús, 
en  la  llanura.  41  Cuando  los  merca- 


deres de  la  región  oyeron  el  anun- 
cio de  su  llegada,  tomaron  consigo 
gran  cantidad  de  plata,  oro  y  cria- 
dos, y  vinieron  al  campamento*  de 
los_  sirios  para  llevarse  consigo  los 
hijos  de  Israel  como  esclavos.  Tam- 
bién se  unieron  a  ellos  tropas  de 
Siria  y  del  país  de  los  filisteos. 

12  Viendo  Judas  y  sus  hermanos 
que  se  aumentaban  las  calamidades 
y  que  los  ejércitos  acampaban  en 
sus  fronteras,  y  conociendo  las  ór- 
denes del  rey  que  decretaban  exter- 
minar y  acabar  con  el  pueblo,  43  se 
dijeron  unos  a  otros  :  «Levantemos 
la  ruina  de  nuestro  pueblo  y  luche- 
mos por  nuestro  pueblo  y  por  el  san- 
tuario.» 44  Se  reunió,  pues,  la  asam- 
blea para  estar  prontos  a  la  batalla 
y  para  rogar  e  implorar  de  Dios  cle- 
mencia y  misericordia. 

45  Hallábase  Jerusalén  despoblada 
como  un  desierto  ;  ninguno  de  sus 
naturales  entraba  o  salía  ;  su  san- 
tuario, conculcado  ;  los  extranjeros 
moraban  en  la  ciudadela,  que  era  al- 
bergue de  los  gentiles  ;  el  gozo  ha- 
bía desaparecido  de  la  casa  de  Ja- 
cob, y  la  flauta  y  la  cítara  estaban 
mudas. 

46  Se  reunieron  y  fueron  a  Masfa, 
enfrente  de  Jerusalén,  pues  anterior- 
mente había  habido  en  Masfa  un 
lugar  de  oración  para  Israel  ;  47  y 
ayunaron  aquel  día,  se  vistieron  de 
cilicios  y  pusieron  ceniza  sobre  sus 
cabezas,  rasgaron  sus  vestidos  48  y 
extendieron  el  libro  de  la  ley,  bus- 


31  Persia  :  el  autor  de  los  libros  macabaicos  emplea  el  nombre  Persia  en  un  sentido 
amplio.  Se  designan  todas  las  partes  del  territorio  de  los  seléucidas  situadas  al  otro 
lado  del  Eufrates  (ef.  6,  i.  5.  56). 

32  De  regio  linaje  :  en  2  Mac.  9,  1,  Antíoeo  llama  a  Lisias  su  pariente. 

33  Su  hijo  Aniíoco  :  Antfoeo  V  Eupátor,  que  reinó  después  dos  años,  hasta  que 
fué  muerto  por  su  primo  Demetrio  I. 

36  Las  reliquias  de  Jerusalén  :  hebraísmo  que  designa  los  raros  habitantes  que  se 
mantenían  fieles  aún  en  la  ciudad  santa,  a  pesar  de  la  matanza  y  huida  de  los  más. 

36  Establecer  extranjeros  :  así  lo  habían  hecho  ya  Salmanasar  y  Sargón  sobre  el 
territorio  de  las  diez  tribus  cismáticas. 

81  AÑO  CIENTO  CUARENTA  Y  SIETE  :  166-165  a.  de 

esta  expedición.  ||  Regiones  altas:  o  montañi 


lanura  de  Mesopotan: 
41  Los  mercaderes  :  este  rasgo 
rios.  ||  Filisteos:  así  traducimos 
ya  que  los  Setenta 


||  Recorría  :  en  el  cap.  6  se  narrará 
de  Persia  y  Media,  en  oposición  a 


otro  sentido  : 
si  los  gentile 
látrlcas  para 


nuestra  cuán  seguros  estaban  del  suceso  de  los  asi- 
la palabra  griega  allofylon,'  en  latín  alicnigenarum, 
es  dan  habitualmente  este  nombre. 

ruina  :   la  figura  representa  un  edificio  semiarruinado  que  se 


ipil-bul 


i'iite  por  las  frases  que 

les  de  este  nombre  en  < 
al  NO.  de  Jerusalén  (c 
tante  oscuro.  La  Vulgati 


Entraba  o 


L.  ;  pero  se  trata  aquí 
15,  38;  2  Par.  16,  6). 
ce  favorecer  más  bien 
s  con  sus  ídolos,  como 
írlar  sus  prácticas  ido- 


349-41 


I  MACABEOS 


4  2-15 


cando  en  él  lo  que  los  gentiles  pre- 
guntan a  las  imágenes  de  sus  ídolos. 
"  Trajeron  los  ornamentos  sacerdo- 
tales y  las  primicias  y  diezmos,  e 
hicieron  venir  a  los  nazareos  que 
habían  cumplido  el  tiempo  de  su  vo- 
to; 50  y  a  voces  clamaron  al  cielo, 
diciendo:  «¿Qué  haremos  de  éstos  y 
adonde  vamos  a  llevarlos  ?  51  Tu  san- 
tuario está  hollado  y  profanado,  tus 
sacerdotes  en  duelo  y  abatimiento, 
K  y  he  aquí  que  las  naciones  se  han 
coligado  contra  nosotros  para  des- 
truirnos. Tú  sabes  lo  que  planean 
contra  nosotros.  63  ¿  Cómo  podremos 
sostenernos  frente  a  ellos,  si  tú  no 
nos  ayudas  ?»  M  Y  tocaron  las  trom- 
petas y  clamaron  a  grandes  voces. 

65  Después  de  esto  restableció  Ju- 
das jefes  del  pueblo,  jefes  de  milla- 
res, de  centenas,  de  cincuentenas  y 
decenas  ;  66  y  a  los  que  edificaban 
casas,  a  los  que  acababan  de  casarse 
y  plantar  viñas  y  a  los  tímidos  les 
dijo  que  se  volviera  cada  uno  a  su 
casa,  según  la  prescripción  de  la 
ley  ;  51  y  levantando  el  campo,  vi- 
nieron a  acampar  al  sur  de  Emaús. 
65  Dijo  Judas  a  los  suyos:  «Ceñios, 
portaos  como  valientes,  estad  pron- 
tos a  luchar  mañana  temprano  con- 
tra estas  naciones  que  se  han  coli- 
gado contra  nosotros,  para  destruir- 
nos a  nosotros  y  a  nuestro  santua- 
rio ;  ra  pues  mejor  es  morir  en  el 
combate  que  contemplar  las  calami- 
dades de  nuestra  nación  y  del  san- 
tuario. 60  ¡  Sea  la  que  fuere  la  volun- 
tad del  cielo,  que  ella  se  cumpla!» 


Judas  Macabeo  vence  a  Gorgias 

a  1  Tomó  Gorgias  consigo  cinco  mil 
^    hombres  de  a  pie  y  mil  jinetes 


escogidos,  y  levantó  el  campo  du- 
rante la  noche,  =  para  atacar  al  cam- 
pamento judío  y  derrotarlo  por  sor- 
presa. Tenía  por  guías  hombres  de 
la  ciudadela.  3  Tuvo  aviso  Judas,  y 
con  sus  valientes  movió  el  campo 
para  atacar  el  ejército  del  rey  que 
estaba  junto  a  Emaús,  4  en  tanto 
que  andaba  aún  disperso,  lejos  del 
campo,  el  grueso  del  ejército. 

5  Llegó  Gorgias  de  noche  al  cam- 
pamento de  judas  y  no  halló  a  na- 
die, por  lo  que  los  buscaba  por  los 
montes,  diciendo  :  «Estos  huyen  de 
nosotros.»  6  Al  amanecer  se  dejó  ver 
Judas  en  el  llano  con  tres  mil  ;  sólo 
que  éstos  no  tenían  ni  los  broqueles 
ni  las  espadas  que  deseaban,  7  mien- 
tras veían  el  campamento  de  los 
gentiles,  fuerte,  atrinojierado,  rodea- 
do de  la  caballería  :  todos  diestros 
en  el  combate.  s  Dijo  entonces  Judas 
a  los  hombres  que  le  acompañaban  : 
«No  temáis  su  muchedumbre  ni  os 
asustéis  por  su  ímpetu.  8  Acordaos 
cómo  fueron  salvados  nuestros  pa- 
dres en  el  mar  Rojo,  cuando  el  Fa- 
raón los  perseguía  con  potencia  ar- 
mada. 10  Clamemos,  pues,  ahora  al 
cielo,  que  se  compadezca  de  nos- 
otros, y  acordándose  de  la  alianza 
de  nuestros  padres,  destroce  hoy  a 
nuestra  vista  este  campamento,  11  y 
conocerán  todas  las  naciones  que  hay 
quien  rescata  y  salva  a  Israel.» 

a  Alzando  los  extranjeros  sus  ojos, 
vieron  que  venían  marchando  contra 
ellos,  13  y  salieron  del  campo  para 
el  combate.  Los  de  Judas  entonces 
dieron  señal  con  las  trompetas,  11  y 
se  trabó  la  lucha,  siendo  derrotados 
los  gentiles,  que  se  dieron  a  la  fuga 
por  el  llano.  15  Los  rezagados  pere- 
cieron todos  al  filo  de  la  espada  ; 
y  los  judíos  los  persiguieron  hasta 


60  ¿  Adonde  vamos  a  llevarlos  ?  :  los  sacerdotes  ponen  de  relieve  el  estado  de 
desolación  en  que  se  encuentran  preguntando  al  Señor  cómo  liarán  cesar  las  obliga- 
ciones de  los  nazareos,  ya  que  no  pueden  conducirlos  al  templo. 

66  Los  que  edificaban  casas  :  muchos  estaban  naturalmente  en  este  caso,  pues  que 
habían  abandonado  sus  casas  (cf.  2,  27-30). 

58  Cf.ñíos  :  locución  figurada,  que  alude  a  la  costumbre  oriental  de  levantar  su 
larga  túnica  por  medio  de  un  ceñidor  cuando  se  disponían  al  trabajo  o  a  ir  de  viaje. 

A  -  Hombres  de  la  ciudadela  (o  hijos  de  la  ciudadela,  más  literalmente,  con  he. 

■*■  braísmo  frecuente!  :  son  los  que  habitan  el  akra  o  ciudadela.  Según  unos,  pertene- 
nrían  a  la  guarnición  siria  del  monte  Sión  (1,  35  s.),  que  con  tal  nombre  es  general- 
mente designada  ;  pero  otros  suponen  se  trata  de  judíos  apóstatas  de  una  ciudadela 
de  Emaús,  ya  que  personas  de  la  localidad  serían  más  aptas  para  servir  de  guías. 

8  Tres  mil  :  era  el  cuerpo  formado  de  selección,  mandado  por  Judas  en  persona. 
La  reserva  tenía  otros  cuerpos,  hasta  7.000  hombres  (2  Mac.  7,  16.  22.  23). 

18  Tres  mil:  parece  ser  el  número  de  los  muertos  en  la  refriega.  II  Judea  :  así 
leemos  loudaias,  en  vez  de  ¡doumaias,  como  tienen  los  más  de  los  copistas,  al  pa- 
recer equivocadamente. 


4  16-30 


I  MACABEOS 


4  31-43 


Guézer  y  hasta  los  llanos  de  Judea, 
de  Azoto  y  de  Yamnia.  Quedaron 
en  el  suelo  hasta  tres  mil  de  ellos. 
16  Volviendo  de  perseguirlos  Judas 
con  su  ejército,  dijo  al  pueblo  :  17  «No 
codiciéis  los  despojos,  pues  tenemos 
delante  el  combate.  78  y  Gorgias  es- 
tá con  su  ejército  en  el  monte  cer- 
cano ;  sino  haced  frente  por  ahora 
a  nuestros  enemigos  y  combatidles  ; 
v  después  tomaréis  los  despojos  con 
seguridad.» 

19  listaba  aún  Judas  diciendo  esto, 
cuando  se  descubrió  una  división  de 
(¿orgias,  saliendo  del  monte,  20  los 
cuales,  al  ver  cómo  los  suyos  habían 
vuelto  las  espaldas  y  cómo  los  ju- 
díos habían  quemado  el  campamen- 
to, pues  el  humo  que  contemplaba 
manifestaba  \c¡  acaecido,  27  tuvieron 
gran  miedo ;  y  viendo,  además,  el 
ejército  de  Judas  en  el  llano,  pronto 
a  la  batalla,  a  huyeron  todos  hacia 
la  tierra  de  los  filisteos.  23  Judas  en- 
tonces volvió  para  el  botín  del  cam- 
pamento, donde  cogieron  mucho  oro 
y  plata,  y  ropas  de  color  de  jacinto 
y  púrpura  marina,  y  grandes  rique- 
zas. 24  Al  volver  elevaban  al  cielo 
himnos  y  alabanzas  :  «Porque  el  Se- 
ñor  es  bueno,  porque  su  misericor- 
dia es  eterna.»  25  Una  gran  liberación 
fué  obtenida  por  Israel  aquel  día. 

Derrota  de  Lisias 

"  Cuantos  extranjeros  se  salvaron 
vinieron  a  anunciar  a  Lisias  todo  lo 
sucedido,  27  y  éste,  al  oírlo,  quedó 
consternado  y  abatido,  porque  las  co- 
sas no  habían  acaecido  en  Israel  co- 
mo él  quería  y  se  lo  había  mandado 
el  rey. 

38  Al  año  siguiente  reunió  un  ejér- 
cito de  sesenta  mil  hombres  escogi- 
dos y  cinco  mil  de  a  caballo  para 
exterminar  a  los  judíos.  20  Avanzó 
hacia  Judea  y  acamparon  en  Beto- 
ron.  Judas  les  hizo  frente  con  diez 
mil  hombres,  3"  y  al  ver  tan  poten- 


te ejército,  oró,  diciendo  :  «Bendito 
seas,  ¡oh  Salvador  de  Israel!,  que 
quebrantaste  el  ímpetu  del  gigante 
por  medio  de  tu  siervo  David  y  en- 
tregaste el  campo  de  los  filisteos  en 
poder  de  Jonatás,  hijo  de  Saúl,  y  de 
su  escudero.  31  Encierra  este  campa- 
mento en  manos  de  tu  pueblo,  Is- 
rael, y  queden  avergonzados  con  su 
ejército  y  su  caballería.  32  Inspírales 
miedo,  abate  la  audaz  presunción  de 
SU  fortaleza,  y  avergüéncense  de  su 
derrota.  33  Abátelos  con  Ja  espada  de 
los  que  te  aman,  y  alábente  con  him- 
nos todos  los  que  reconocen  tu  nom- 
bre.» 31  Trabada  entre  ellos  la  bata- 
lla, cayeron  ante  sí  del  ejército  de 
Lisias  cinco  mil  hombres.  *  Al  ver 
Lisias  la  derrota  de  su  ejército  y 
la  intrepidez  del  de  Judas,  y  cómo 
estaban  prontos  a  vivir  o  morir  glo- 
riosamente, volvió  a  Antioquía  y  re- 
cinto mercenarios  para  volver  contra 
Judea,  acrecentadas  sus  fuerzas. 


Purificación  del  templo  y  reanu- 
dación del  culto 

39  Judas  y  sus  hermanos  dijeron  en- 
tonces :  «He  aquí  que  nuestros  ene- 
migos quedan  derrotados  ;  subamos, 
pues,  a  purificar  el  templo  y  resta- 
blecer el  culto.»  37  Y  reunido  todo  el 
campamento,  subieron  al  monte  de 
Sión.  38  Al  ver  el  santuario  desierto, 
el  altar  profanado,  las  puertas  que- 
madas, las  plantas  crecidas  en  los 
atrios,  como  en  el  bosque  o  en  un 
monte,  y  las  habitaciones  arruina- 
das, 30  rasgaron  sus  vestiduras,  llo- 
raron con  gran  llanto,  se  echaron  ce- 
niza sobre  la  cabeza,  40  se  postraron 
rostro  en  tierra,  tocaron  las  trompe- 
tas para  señales  y  clamaron  al  cielo. 
11  Entonces  ordenó  Judas  que  algunos 
tuviesen  en  jaque  a  los  de  la  ciuda- 
dela_,  mientras  se  purificaba  el  san- 
tuario. 42  Escogió  sacerdotes  irrepro- 
chables, celantes  de  la  ley,  43  quienes 
purificaron  el  templo  y  echaron  las 


a  Jacinto:  púrpura  <le  color  violeta.  La  púrpura  marina,  obtenida  del  Murex  tmneu- 
lus.  que  abunda  en  la  costa  fenicia,  es  estimadísima. 

81  Al  cielo  :  quizás  el  texto  primitivo  era  Yahveh,  en  lugar  de  cielo,  que  se  ikiu- 
dría  para  evitar  la  pronunciación  del  nombre  inefable.  No  es  éste  el  único  caso  en 
que  encontramos  esta  sustitución. 

Judea  :  así  leemos  (Ioudaias),  aunque,  como  en  el  v.  15,  los  mejores  códices 
griegos  tengan  Idoumaias. 

38  Plantas  crecidas  :  nada  tiene  esto  de  extraño  en  país  caluroso  y  después  de  cua- 
tro años  de  desolación. 

"  Piedras  contaminadas  :  las  que  habían  servido  para  la  construcción  del  altar  pa- 
gano (1,  57). 


-  1748  - 


4  •11-58 


I  MAC A BEOS 


4  58-5  7 


piedras  contaminadas  a  un  lugar  in- 
mundo. ■"  Deliberaron  <|ué  habían  de 
hacer  del  altar  profanado  de  los  ho- 
locaustos, "  y  se  les  ocurrió  la  feliz 
idea  de  destruirlo  para  que  no  fuese 
para  sí  como  un  oprobio,  por  cuan- 
to los  gentiles  lo  habían  profanado. 
"  Destruyeron,  pues,  el  altar  y  de- 
positaron las  piedras  en  el  monte 
del  templo,  en  lugar  a  propósito, 
hasta  que  viniese  un  profeta  que  de- 
cidiese sobre  ellas.  **  Tomaron  pie- 
dras sin  labrar,  conforme  a  la  ley. 
y  edificaron  un  altar  nuevo  sobre  el 
"modelo  antiguo;  "■  edificaron  el  san- 
tuario y  el  interior  del  templo,  san- 
tificaron los  atrios,  "  hicieron  nue- 
vos vasos  sagrados  e  introdujeron 
en  el  templo  el  candelabro,  el  altar 
de  los  perfumes  y  la  mesa.  60  Que- 
maron incienso  en  el  altar,  encen- 
dieron las  lámparas  del  candelabro 
y  ellas  lucieron  en  el  templo.  "  Co- 
locaron sobre  la  mesa  los  panes  y 
suspendieron  las  cortinas.  Habiendo 
puesto  así  fin  a  la  obra  comenzada, 
se  levantaron  de  madrugada  52  en  la 
mañana  del  día  veinticinco  del  mes 
noveno  (que  es  el  mes  Casleu)  del 
año  ciento  cuarenta  y  ocho,  53  v  ofre- 
cieron el  sacrificio  según  la  ley  so- 
bre el  nuevo  altar  de  los  holocaus- 
tos que  habían  construido.  "  En  el 
mismo  tiempo,  mes  y  día,  en  el  que 
lo  habían  profanado  los  gentiles,  fué 
consagrado  de  nuevo  con  cánticos  y 
cítaras,  con  arpas  y  címbalos.  65  To- 
do el  pueblo  se  postró  rostro  en  tie- 
rra, adorando  y  bendiciendo  al  cielo, 
que  les  había  encaminado  próspera- 
mente. *  Durante  ocho  días  celebra- 
ron la  dedicación  del  altar,  y  ofre- 
cieron con  alegría  los  holocaustos, 
e  hicieron  sacrificios  de  acción  de 
gracias  y  de  alabanza.  57  Adornaron 
también  la  fachada  del  templo  con 
enronas  de  oro  v  escuditos.  y  restau- 
raron las  entradas  y  las  habitaciones 
y  les  pusieron  puertas.  58  Fué  extra-  I 


ordinaria  la  alegría  del  pueblo  por 
haber  sido  sacudido  el  oprobio  de 
los  gentiles.  "  Judas,  de  acuerdo  con 
sus  hermanos  y  con  toda  la  asam- 
blea de  Israel,  estableció  que  se  ce- 
lebrasen los  días  de  la  dedicación 
del  altar  a  su  tiempo  cada  año,  por 
espacio  de  ocho  días,  a  partir  del 
veinticinco  del  mes  Casleu,  con  gozo 
y  alegría.  00  Por  aquel  mismo  tiempo 
edificaron  alrededor  del  monte  Sión 
muros  altos  y  torres  fuertes,  a  fin 
de  que  no  pudieran  venir  los  genti- 
les a  hollarlo,  como  habían  hecho 
antes,  63  y  puso  Judas  allí  una  guar- 
nición que  lo  defendiera.  Fortificó' 
asimismo  y  protegió  a  Betsur,  para 
que  el  pueblo  tuviese  una  fortaleza 
por  el  lado  de  Idumea. 


Luchas  con  los  países  vecinos 

r  '  Cuando  las  naciones  circunve- 
ciñas  oyeron  que  había  sido  edi- 
ficado el  altar  y  renovado  como  an- 
tes el  santuario,  se  irritaron  en  gran 
manera,  1  y  resolvieron  exterminar 
a  los  de  la  raza  de  Jacob  que  mora- 
ban en  medio  de  ellos,  comenzando 
en  el  (pueblo  a  asesinar  y  extermi- 
nar. 3  Entre  tanto,  Judas  combatía  en 
Idumea  contra  los  hijos  de  Esaú  - 
el  país  de  Acrabatane,  desde  el  cual 
hostigaban  a  Israel.  Les  infligió  una 
gran  derrota,  humillándolos  y  to- 
mando sus  despojos.  4  Recordó  la 
malicia  de  los  hijos  de  Beán,  que 
eran  <para  el  pueblo  un  lazo  y  peli- 
gro por  las  emboscadas  que  tendían 
en  los  caminos.  5  Obligólos  a  ence- 
rrarse en  unas  torres  y  los  asedió  ; 
y  habiéndolos  anatematizado,  puso 
fuego  a  sus  torres,  que  ardieron  jun- 
to con  todos  los  que  había  dentro. 
6  Pasó  de  allí  a  los  hijos  de  Ammón, 
y  se  encontró  una  fuerte  armada  y 
un  pueblo  numeroso,  y  a  Timoteo 
por  su  jefe.  7  Tuvo  contra  ellos  mu- 


":  En  ti.  MONTE  del  templo  :  literalmente,  en  el  monte  de  la  casa  (de  Dios)  ;  es  a 
saber,  monte  Moria  o  parte  de  la  montaña  de  Sión  en  a.ue  surgía  el  templo. 

66  DEDICACIÓN  :  literalmente,  renovación  o  la  Knccnia  del  Evangelio  de  San  Juan 
lio,  22i.  En  2  Mac.  i,  9,  es  llamada  Escenopegia. 

88  Estableció  que  se  celebrasen  :  esta  fiesta,  celebrada  en  los  tiempos  evansíll- 
cos  (Jn.  10,  2¿\,  es  llamada  aún  hoy  Hannukah. 

pr   3  Acit  '.batane  :  estaba  al  SE.,  en  la  frontera  qne  separa  la  Judea  de  la  Idumea. 
"  *  Hijos  de  Beán  :  no  tenemos  otra  alusión  clara  en  la  Biblia  a  estos  hijos  de  Beán 
o  Bayán.  Ni  siquiera  sabemos  si  es  nombre  propio  de  lugar  o  de  persona.  Se  han 
dado  varias  posibles  identificaciones,  pero  muy  inciertas. 

6  Hijos  de  Ammón  :  pueblo  belicoso  al  N.  de  Moab,  en  la  ribera  izquierda  del 
Jordán. 


5  8"21 


I  MACABEOS 


5  22-34 


chos  combates,  hasta  que  fueron  de- 
rrotados en  su  presencia  y  los  des- 
hizo totalmente.  s  Tomó  a  Gazer  y 
las  aldeas  dependientes  de  ella,  y  se 
volvió  a  Judea.  "  Mas  los  gentiles 
que  habitaban  en  Galaad,  se  reunie- 
ron contra  los  israelitas  que  mora- 
ban en  su  territorio,  con  el  fin  de 
exterminarlos  ;  pero  ellos  huyeron  a 
la  fortaleza  de  Datema  10  y  enviaron 
cartas  a  Judas  y  a  sus  hermanos, 
diciéndoles  :  «Se  han  reunido  con- 
tra nosotros  las  naciones  circunve- 
cinas para  exterminarnos  ;  11  se  pre- 
paran a  venir  para  apoderarse  de  la 
fortaleza  en  que  nos  hemos  refugia- 
do ;  Timoteo  es  el  jefe  de  su  arma- 
da. 12  Ven,  pues,  ahora  y  líbranos 
de  sus  manos,  porque  gran  número 
de  los  nuestros  han  ya  caído, 13  y  han 
sido  muertos  todos  nuestros  herma- 
nos que  habitan  en  Tob,  robadas  sus 
mujeres,  hijos  y  bienes,  pereciend* 
allí  como  unos  mil  hombres.»  , 

14  Se  leían  aún  las  cartas,  cuando 
he  aquí  que  de  Galilea  llegaron,  ras- 
gadas las  vestiduras,  otros  mensaje- 
ros, 36  trayendo  estas  nuevas  v  di 
ciendo:  «Se  han  reunido  contra  ellos 
los  de  Tolemaida  y  de  Tiro  y  Sidón, 
y  los  extranjeros  de  toda  Galilea 
para  aniquilarnos.»  10  Cuando  oyero- 
Judas  y  el  pueblo  tales  palabras,  s 
reunió  una  gran  asamblea  para  deli- 
berar sobre  lo  que  habían  de  hacer 
en  favor  de  aquellos  sus  hermanos, 
que  estaban  en  angustia  y  eran  com- 
batidos por  estos  enemigos.  "  Dijo 
Judas  a  Simón  su  hermano  :  «Escó- 
gete algunos  hombres  v  ve  a  librar 
a  tus  hermanos  que  habitan  en  Gali- 
lea ;  yo  v  mi  hermano  Tonatás  nos 
iremos  a  Galaad.»  18  A  José,  hijo  de 
Zacarías,  y  a  Azarías  los  dejó  en 
Judea  ipara  la  defensa  por  jefes  del 
pueblo,  con  el  resto  del  ejército,  '*  v 
dióles  esta  orden  :  «Estad  al  frente 
de  este  pueblo,  pero  no  trabéis  com- 
bate contra  los  gentiles  hasta  que 
nosotros  volvamos.» 

20  Se  le  asignaron  a  Simón  tres 
mil  hombres  para  ir  hacia  Galilea, 
y  a  Judas  ocho  mil  para  ir  hacia  Ga- 
laad. 21  Marchó  Simón  a  Galilea,  y 
después  de  pelear  contra  los  genti- 


les muchos  combates,  fueron  derro- 
tados los  gentiles  en  su  presencia, 
y  los  persiguió  hasta  la  puerta  de 
Tolemaida,  a  quedando  en  el  campo 
unos  tres  mil  gentiles,  de  cuyos  des- 
pojos se  apoderó.  23  Tomó  luego  a 
los  judíos  que  moraban  en  Galilea  y 
en  Arbates  con  sus  mujeres  e  hijos 
y  todo  cuanto  tenían,  y  los  condujo 
a  Judea  con  grande  regocijo. 

21  Judas  el  Macabeo  y  su  hermano 
Jonatás  atravesaron  el  Jordán  y  ca- 
minaron tres  días  de  marcha  por  el 
desierto,  M  encontrándose  con  los  na- 
bato, que  los  recibieron  pacífica- 
mente y  les  contaron  todo  lo  ocu- 
rrido a  sus  hermanos  en  Galaad, 
26  y  que  muchos  de  ellos  habían  sido 
hechos  prisioneros  en  Bosora  y  Bo- 
sor,  en  Alema,  Castor,  Maqued  y 
Carnaim  :  ciudades  todas  éstas  forti- 
ficadas y  grandes  ;  21  que  en  las 
otras  ciudades  de  Galaad  había  tam- 
bién prisioneros,  y  habían  determi- 
nado ¡os  enemigos  atacar  e?  día  si- 
guiente las  fortalezas,  apoderarse  de 
ellas  y  acabar  con  todos  ellos  en  un 
solo  día. 

28  Judas,  con  su  ejército,  torció  la 
marcha  hacia  el  desierto,  llegando 
de  improviso  a  Bosora  ;  tomó  ia  ciu- 
dad, pasó  al  filo  de  la  espada  a  to- 
dos los  varones,  se  apoderó  de  todos 
sus  despojos  y  la  entregó  a  las  lla- 
mas. 20  Levantando  de  allí  el  cam- 
po durante  la  noche,  se  dirigieron 
hacia  la  fortaleza  de  Datema.  30  Al 
amanecer  alzaron  los  ojos  y  vieron 
una  muchedumbre  innumerable  que 
llevaban  consigo  escaleras  y  máqui- 
nas para  atacar  la  fortaleza  y  los 
combatían.  31  Al  ver  Judas  que  el 
ataque  comenzaba  y  que  el  griterío 
de  la  ciudad  subía  al  cielo  con  soni- 
do de  trompetas  y  grandes  clamo- 
res, 33  dijo  a  los  de  su  ejército:  «Pe- 
lead hoy  en  favor  de  vuestros  her- 
manos.» M  Y  salió  con  tres  colum- 
nas detrás  de  ellos,  mientras  se  to- 
caban las  trompetas  y  oraban  en  al- 
ta voz.  34  Cuando  la  armada  de  Ti- 
moteo cayó  en  la  cuenta  de  que  era 
el  Macabeo,  huyeron  de  su  presen- 
cia. Les  infligió  una  sangrienta  de- 
rrota, quedando  de  ellos  tendidos  en 
el  campo  aquel  día  hasta  ocho  mil 


11  TIMOTEO  :  parece  ser  distinto  personaje  del  citado  en  el  v.  6.  Se  deduce  tal  dis- 
tinción de  la  comparación  con  los  pasajes  paralelos  (2  Mac.  12,  17;  10,  24-28). 
*  Nabatkos  :  pueblo  nómada  de  la  Arabia  Pétrea. 

211  BOSORA...  BOSOR...  :  no  se  nos  ha  conservado  ni  la  exacta  transcripción  de  todos 
estos  nombres  propios  ni  su  localización  e  identificación. 


—  I/50  — 


5  35-45 


I  MACABEOS 


5  46-59 


hombres.  85  Luego  se  dirigió  Judas 
contra  Masfa,  la  atacó,  apoderándo- 
se de  ella,  matando  a  todos  sus  va- 
rones, tomando  sus  despojos  y  en- 
tregándola a  las  llamas.  38  Marchan- 
do de  allí,  tomó  a  Casfon,  Maqued 
y¡  Bosor,  y  las  otras  ciudades  de  Ga- 
laad. 

31  Después  de  estos  sucesos  reunió 
Timoteo  otro  ejército  y  acampó  en- 
frente de  Rafón,  al  otro  lado  del  to- 
rrente. 88  Envió  Judas  a  explorar  el 
campamento  y  le  trajeron  este  in- 
forme :  «Todas  las  naciones  de  nues- 
tro alrededor  se  han  juntado  con  él 
(Timoteo)  y  forman  un  ejército  muy 
numeroso.  39  Han  tomado  también  a 
sueldo  a  los  árabes  como  auxiliares 
suyos,  y  acampan  al  otro  lado  del 
torrente,  prestos  a  venir  al  combate 
contra  ti.»  40  Judas  salió  entonces  a 
su  encuentro  ;  pero  Timoteo  había 
ordenado  a  los  capitanes  de  su  ejér- 
cito :  «Si  al  acercarse  Judas  y  su 
ejército  al  torrente  de  agua  pasa  el 
primero  hasta  nosotros,  no  le  podre- 
mos resistir  ;  nos  vencerá  infalible- 
mente ;  41  mas  si  teme  y  acampa  al 
otro  lado  del  río,  /pasaremos  contra 
él  y  prevaleceremos  contra  él.» 

42  Cuando  se  acercó  Judas  a  la  co- 
rriente de  agua,  detuvo  a  los  escri- 
bas del  pueblo  junto  a  la  orilla  y  les 
ordenó  :  «No  dejéis  que  nadie  acam- 
pe, sino  vayan  todos  al  combate.» 
43  Y  marchando  hacia  los  enemigos, 
lo  atravesó  él  primero,  y  en  pos  de 
él  todo  el  pueblo.  Con  su  presencia 
fueron  derrotados  todos  los  gentiles, 
que  tiraron  sus  armas  y  huyeron  al 
templo  de  Carnaim.  44  Pero  los  de 
Judas  tomaron  la  ciudad  y  abrasa- 
ron el  templo  con  todos  los  que  en 
él  había.  Así  fué  asolada  Carnaim, 
y  ya  no  pudieron  hacer  frente  a  Ju- 
das. 

43  Reunió  Judas  a  todos  los  israe- 
litas de  Galaad,  desde  el  más  peque- 
ño hasta  elrnás  grande,  a  sus  mu- 
jeres, sus  hijos  y  hacienda,  una  muy 
grande  muchedumbre,  para  condu- 


cirlos a  la  tierra  de  Judá.  46  Al  lle- 
gar a  .Efrón,  ciudad  grande  y  muy 
fortificada  en  la  embocadura  del 
país,  no  podían  dejarla  al  lado,  ni  a 
la  derecha  ni  a  la  izquierda,  sino  que 
habían  de  atravesarla  por  en  medio. 
47  Los  habitantes  se  encerraron  y  obs- 
truyeron las  puertas  con  _  piedras. 
Les"  envió  Judas  un  mensaje  pacífi- 
co, 48  diciendo  :  «Dejadnos  atravesar 
vuestro  territorio  para  ir  a  nuestra 
tierra  ;  nadie  os  hará  daño  ;  sola- 
mente pasaremos  a  pie.»  Mas  no 
quisieron  abrirle. 

49  Entonces  mandó  Judas  pregonar 
por  el  campo  que  tomase  posición 
cada  uno  en  el  sitio  en  que  estaba. 
60  Los  hombres  de  guerra  tomaron 
posiciones,  y  atacó  a  la  ciudad  todo 
aquel  día  y  toda  la  noche  ;  y  la  ciu- 
dad se  rindió  en  sus  manos.  81  Pasó 
al  filo  de  la  espada  a  todos  los  va- 
rones, arrasó  la  ciudad  y  la  saqueó, 
pasando  luego  a  través  de  la  ciudad 
por  encima  de  los  cadáveres.  82  Pa- 
saron luego  el  Jordán,  hacia  la  gran 
llanura  que  está  frente  a  Betsán. 
03  Judas,  que  en  la  retaguardia  re- 
unía a  los  rezagados,  iba  exhortando 
al  pueblo  durante  todo  el  camino, 
hasta  llegar  al  país  de  Judá.  "  Su- 
bieron al  monte  Sión  con  regocijo  y 
alegría  y  ofrecieron  holocaustos,  por- 
que habían  regresado  felizmente,  sin 
haber  caído  ninguno  de  ellos. 


Temeridad  de  José  y  Azarías 

85  Mientras  Judas  y  Jonatás  esta- 
ban en  Galaad,  y  Simón,  su  herma- 
no, en  Galilea,  frente  a  Tolemaida, 
6,i  oyó  José,  hijo  de  Zacarías,  y  Aza- 
rías, jefes  del  ejército,  las  hazañas 
y  combates  que  habían  realizado, 
67  y  se  dijeron  :  «Hagámonos  tam- 
bién nosotros  célebres  yendo  a  pe- 
lear contra  las  naciones  de  nuestro 
alrededor.»  68  Y  dieron  orden  a  los 
hombres  de  su  armada  de  marchar 
contra  Yamnia.  88  Pero  salió  Gorgias 


M  Masfa  :  los  Setenta  tienen  varias  lecciones  distintas. 

,7  Rafón  :  quizás  la  Rafana,  citada  por  Plinio  como  perteneciente  a  la  Decápolis. 

42  Escribas  del  pueblo  :  eran  los  oficiales  encargados  de  la  leva  militar,  y  hacían 
e!  oficio  de  intendentes  o  ayudas  de  campo.  Son  ya  mencionados  desde  la  época  de 
Moisés  (Dt.  20,  5  ss.  ;  2  Par.  26,  11). 

40  Templo  de  Carnaim  :  la  palabra  griega  témenos,  más  que  el  edificio  del  tem- 
plo, significa  el  recinto  o  bosque  sagrado  que  acompañaba  muchas  veces  el  templo 
pagano.  Quizás  querían  recurrir  al  derecho  de  asilo. 

■  BetsAn  :  actual  Beisán,  en  la  ribera  derecha  del  Jordán,  al  E.  de  los  montes  Cel- 
boé.  En  sus  cercanías  hay  varios  vados  del  río. 


—  T751  — 


5  6C-61 


I  MACASEOS 


6  2-11 


de  la  ciudad  con  sus  hombres  y 
avanzó  a  su  encuentro  para  comba- 
tirlos. 60  José  y  Azarías  fueron  bali- 
dos y  perseguidos  hasta  los  confines 
de  Judea.  Unos  dos  mil  hombres  del 
pueblo  de  Israel  sucumbieron  aquel 
día.  61  Acaeció  al  pueblo  esta  gran 
derrota  porque  no  obedecieron  a  Ju- 
das y  a  sus  hermanos,  creyéndose 
capaces  de  grandes  hazañas.  62  Pero 
ellos  no  eran  de  la  raza  de  aquellos 
varones  en  cuyas  manos  estuvo  la 
salvación  de  Israel.  63  El  valiente 
Judas  y  sus  hermanos  sí  que  alcan- 
zaron gran  gloria  ante  todo  Israel  y 
ante  todas  las  naciones  en  que  su 
nombre  se  pronunciaba.  61  Todos  los 
rodeaban  para  aclamarlos. 

"  Partió  luego  Judas  y  sus  herma- 
nos a  luchar  contra  los  hijos  de 
Esaú,  en  el  país  del  mediodía,  y  se 
apoderó  de  Hebrón  y  de  sus  aldeas 
dependientes,  destruyó  sus  fortale- 
zas y  quemó  las  torres  de  su  recin- 
to. 68  Alzando  el  campo,  se  dirigió 
hacia  la  tierra  de  los  filisteos,  atra- 
vesando Maresa.  67  Cayeron  aquel  día 
en  la  batalla  algunos  sacerdotes, 
que,  queriendo  ostentar  su  valentía, 
inconsideradamente  salieron  al  com- 
bate. 68  Se  dirigió  luego  Judas  hacia 
Azoto,  territorio  de  los  filisteos ;  des- 
truyó sus  altares,  echó  al  fuego  los 
simulacros  de  sus  dioses  y,  después 
de  saquear  las  ciudades,  se  volvió  a 
la  tierra  de  Judá. 


Muerte  de  Antíoco  Epifanes 

¿r    1  Recorría  el  rey  Antíoco  las  pro- 
vincias  superiores,  cuando  oyó 
que  había  en  Persia,  en  Elimaide, 
una  ciudad  célebre  por  sus  rique- 


zas de  plata  y  oro.  2  El  templo 
que  había  en  ella  era  extraordinaria- 
mente rico.  Había. en  él  armadura, 
de  oro,  corazas  y  armas,  que  había 
dejado  allí  Alejandro,  hijo  de  Filir 
po;  rey  de  Macedonia,  que  reinó  el 
primero  entre  los  griegos.  3  Llegado 
a  ella,  intentaba  apoderarse  de  la 
ciudad  y  saquearla  ;  pero  no  pudo, 
porque,  cuando  fueron  conocidos  sus 
propósitos  por  los  habitantes  de  la 
ciudad,  *  se  le  opusieron  en  combale 
y  tuvo  que  retirarse  de  allí,  huyendo 
con  gran  tristeza,  para  volverse  a 
Babilonia. 

ü  Vino  a  Persia  un  correo  anun- 
ciándole que  las  tropas  encaminadas 
a  tierra  de  Judea  habían  sido  derro- 
tadas ;  0  que  Lisias  había  ido  con  un 
ejército  fuerte  como  el  que  más  y 
había  huido  ante  los  judíos,  que  se 
habían  fortalecido  mucho  en  armas 
y  soldados  con  los  muchos  despojos 
tomados  a  los  ejércitos  vencidos  ; 
7  eme  habían  derrocado  la  abomina- 
ción edificada  por  él  sobre  el  altar 
de  Jerusalén  y  habían  rodeado  el 
santuario  de  altas  murallas,  como 
antes  estaba,  y  asimismo  Betsur,  su 
ciudad. 

8  Cuando  oyó  el  rey  estas  nuevas 
quedó  aterrado  e  intensamente  tur- 
bado, tanto  que  se  echó  en  el  lecho 
y  cayó  enfermo  por  la  tristeza,  ya 
que  no  había  sucedido  lo  que  él  de- 
seaba. 0  Estuvo  allí  muchos  días, 
porque  se  le  renovaba  incesantemen- 
te la  profunda  melancolía  ;  10  y  cre- 
yendo que  se  moría,  hizo  llamar  a 
todos  sus  amigos  y  les  dijo  :  «Se  ha 
ahuyentado  el  sueño  de  mis  ojos,  y 
mi  "corazón  desfallece  por  los  pesa- 
res, n  y  me  digo  dentro  de  mí  :  ¡A 
qué  grado  de  aflicción  he  llegado  y 


03  El  valiente  Judas  :  la  Vulgata  pone  viri  huía,  en  lugar  de  vir  lujas.  La  expre- 
sión o  aner  Ioudas  es  curiosa  y  pudiera  dársele  con  cierto  énfasis,  como  se  hace  a 
Moisés  en  Núm.  12,  3. 

Maresa  :  en  el  camino  de  Idumea  al  pafs  de  los  filisteos.  Muchos  códices  p;i  le- 
ños y  la  Vulgata  ponen  en  su  lugar  Samaría,  que  parece  más  bien  un  error  de  co- 
pista por  transposición  de  letras.  Basta  echar  una  ojeada  al  mapa  para  convencerse  tic 
la  falsa  lectura. 

61  Elimaide  :  la  lección  de  otros  muchos  códices  griegos  con  la  Vulgata  parecería 
suponer  que  Elimaide  es  el  nombre  de  la  ciudad.  Pero  110  parece  existiese  tal 
ciudad  y  sí  una  provincia  de  este  nombre  (Dan.  8,  21. 

'  Su  ciudad  :  el  pronombre  autou  tiene  un  cierto  énfasis,  ya  que  la  poseía  desde 
hacía  mucho  tiempo.  Por  esto  resultaba  una  afrenta  dolorosa. 

8  Cavó  enfermo  :  hay  tres  narraciones  de  esta  enfermedad  en  los  libros  de  los 
Macabeos.  Además  de  ésta,  2  Mac.  1,  10-17.  y  9,  1-2?-.  T-as  contradicciones  aparentes 
entre  las  tres  narraciones  se  resuelven  sin  gran  dificultad. 

»  Allí  :  según  San  Jerónimo  (Comm.  in  Dan.  11,  44-4S)  y  Polibio  fji,  ni,  Antíoco 
murió  en  Tabes,  ciudad  de  Persia,  entre  Kcl-nlana  y  l'crsépolis. 


—  1752  — 


6  12-23 


I  MACASEOS 


6  24-?7 


en  qué  profundo  abismo  me  hallo,  yo 
que  era  tan  bueno  y  amado  en  mi 
gobierno  !  B  Pero  ahora  recuerdo  los 
males  que  hice  en  Jerusalén,  toman- 
do todos  los  utensilios  de  plata  y 
oro  que  en  ella  había  y  enviando  tí  tí 
ejercito  a  exterminar  los  habitantes 
de  Judea  sin  motivo.  13  Reconozco 
que  por  esta  causa  me  han  sobreve- 
nido estas  calamidades,  y  he  aquí 
que  muero  con  gran  tristeza  en  tie- 
rra extranjera.»  11  Y  llamando  a  Fi- 
lipo,  uno  de  sus  amigos,  le  estable- 
ció sobre  todo  su  reino,  15  entregán- 
dole la  diadema,  su  manto  y  el  ani- 
llo y  encargándole  la  instrucción  de 
su  hijo  Antíoco  y  educarle  para  el 
trono.  16  Murió  allí  el  rey  Antíoco  en 
el  año  ciento  cuarenta  y  nueve.  17  Al 
saber  Lisias  que  el  rey  había  muer- 
to, entronizó  en  su  lugar  a  Antíoco, 
su  hijo,  a  quien  de  joven  había  edu- 
cado, v  le  dió  el  nombre  de  Eupá- 
tor. 


Antíoco  Eupáíor,  contra  Judea 

18  Entre  tanto,  los  de  la  ciudadela 
tenían  asediado  a  Israel  en  los  alre- 
dedores del  santuario,  buscando  mo- 
lestarlos de  continuo  v  siendo  apo- 
yo para  los  gentiles.  19  Judas  resol- 
vió exterminarlos  y  convocó  a  todo 
el  pueblo  para  sitiarlos.  "  Concen- 
trados todos  a  una,  le  pusieron  el 
cerco  el  año  ciento  cincuenta  y  fa- 
bricaron ballestas  y  máquinas.  "  Pe- 
ro algunos  salieron'  del  cerco  y,  jun- 
tándoseles otros  de  los  impíos  de 
Israel,  se  dirigieron  al  rey,  dicien- 
do :  «¿  Hasta  cuándo  dejarás  de  ha- 
cer justicia  y  de  defender  a  nues- 
tros hermanos  ?  "  Nosotros  nos  so- 
metimos voluntariamente  a  tu  pa- 
dre, obedeciendo  sus  palabras  y  si- 
guiendo sus  disposiciones  ;  **  por 
causa  de  esto,  los  hijos  de  nuestro 


pueblo  han  cercado  la  ciudad  y  se 
han  vuelto  contra  nosotros.  **  Ade- 
más, a  cuantos  de  nosotros  encuen- 
tran los  matan  y  saquean  nuestras 
herencias.  a  Y  no  sólo  contra  nos- 
otros han  extendido  la  mano,  sino 
contra  todos  sus  pueblos  limítrofes. 
w  He  aquí  que  hoy  mismo  están 
acampados  contra  la  ciudadela  de 
Jerusalén,  para  apoderarse  de  ella, 
y  han  fortificado  el  templo  y  la  ciu- 
dad de  Betsur,  11  y  si  no  los  precedo 
con  rapidez,  harán  cosas  mayores 
que  éstas  y  no  podrás  detenerlos.» 

a  El  rey  al  oír  esto  se  irritó  y  con- 
vocó a  todos  sus  amigos,  capitanes 
de  su  ejército  y  a  los  comandantes 
de  la  caballería.  13  Le  vinieron  tam- 
bién tropas  mercenarias  aun  de  otros 
reinos  y  de  las  islas  del  mar.  80  El 
número  de  sus  fuerzas  fué  de  cien 
mil  infantes,  veinte  mil  jinetes  y 
treinta  y  dos  elefantes  adiestrados 
para  la  guerra ;  M  éstos,  llegando  por 
la  Idumea,  acamparon  ante  Betsur 
y  la  combatieron  por  muchos  días 
con  máquinas  ;  pero  los  sitiados  sa- 
lieron y,  luchando  valerosamente, 
las  incendiaron. 

32  Entonces  Judas  abandonó  la  ciu 
dadela  y  acampó  junto  a  Betzacaría, 
frente  al  campamento  real.  "Se  le- 
vantó el  rey  de  madrugada  y  movió 
el  campamento  a  toda  prisa,  hacia 
el  camino  de  Betzacaría.  Dispuestas 
ya  las  tropas  para  el  ataque,  sona- 
ron las  trompetas.  M  Mostraron  a  los 
elefantes  zumo  de  uva  v  moras,  para 
excitarlos  al  combate,  88  y  fueron  dis- 
tribuidos los  animales  por  las  falan- 
ges, colocando  junto  a  cada  elefante 
mil  hombres,  revestidos  con  cotas  de 
malla  y  con  yelmos  de  bronce  en  la 
cabeza';  y  además,  quinientos  jine- 
tes escogidos  iban  alineados  junto 
a  cada  animal;  "éstos  precedían  a 
la  bestia  dondequiera  que  estaba  ;  a 
donde  se  dirigía  ella  se  dirigían  jun- 
tamente, sin  apartarse  de  ella.  81  So- 


13  El  anillo  :  era  a  la  vez  el  sello  regio,  y  por  esto,  nueva  insignia  de  la  realeza, 
como  la  corona  y  la  púrpura. 

3  De  los  impíos  de  Israel  :  en  toda  esta  época  hubo  renegados  que  se  pusieron 
de  parte  de  los  sirios.  Entre  ellos,  según  2  Mac.  13,  3-8,  estaba  Menelao,  que  había 
comprado  el  sumo  sacerdocio. 

32  Betzacaría  :  probablemente  al  N.  de  Belén. 

31  Ccairo  hombres  :  asi  leemos,  aunque  el  número  del  texto  griego  críticamente 
más  probable  es  32.  Pero  es  inverosímil,  y  quizás  ha  saltado  a  este  versículo  desde 
el  30.  Un  elefante  no  puede  llevar  más  que  cuatro  o  cinco  combatientes.  Otros  supo- 
nen que  ponía  el  texto  griego  dos  o  tres,  que  se  mudó  en  dos  y  treinta.  |l  Indio 
conductor  :  como  generalmente  en  tiempo  de  los  seléucidas  provenían  los  elefantes 
de  la  India,  eran  conducidos  por  indios  ;  de  aquí  que  posteriormente  se  llamara  indio 
al  que  conduce  el  elefante,  sin  atender  a  su  nacionalidad. 


—  1753  — 


6  38-19 


I  MACABEOS 


6  50-63 


bre  cada  uno  de  ellos  iban  montadas 
fuertes  torres  de  madera  protegidas, 
y  ceñidas  con  cinchas  al  elefante,  y 
en  cada  una  cuatro  hombres  valero- 
sos, que  combatían  desde  ellas,  y  su 
indio  conductor.  35  La  caballería  res- 
tante la  colocó  a  ambos  lados,  en 
las  dos  alas  del  ejército,  para  exci- 
tar a  la  lucha  y  proteger  las  falan- 
ges. 

s"  En  cuanto  el  sol  brilló  sobre  los 
escudos  de  oro  y  bronce,  brillaron 
las  montañas  con  ellos,  y  resplande- 
cían como  lámparas  de  fuego.  40  Una 
parte  del  ejército  real  6e  desplegó 
en  los  altos  montes,  otra  en  los  va- 
lles, y  avanzaban  segura  y  ordenada- 
mente. 41  Todos  se  espantaban  al  oír 
los  gritos  de  aquella  muchedumbre, 
el  marchar  de  aquella  masa  y  el 
estruendo  de  sus  armas,  pues  era 
un  ejército  muy  grande  y  poderoso. 
12  Judas  se  acercó  con  su  ejército  pa- 
ra dar  batalla,  y  cayeron  seiscientos 
hombres  del  ejército  real.  43  Eleazar, 
apellidado  Avarán,  vió  una  de  las 
bestias  protegida  con  corazas  regias, 
que  sobresalía  sobre  todas  las  otras  ; 
e  imaginándose  que  en  ella  iba  el 
rey,  44  se  sacrificó  a  sí  mismo  pa- 
ra salvar  a  su  pueblo  y  hacerse  un 
nombre  inmortal.  415  Corrió  con  arro- 
jo por  medio  de  la  falange  hacia 
ella,  matando  a  diestra  y  siniestra, 
v  todos  se  apartaban  de  él  a  ambos 
lados.  48  Llegó  a  los  pies  del  elefan- 
te, se  puso  debajo  de  él  y  le  mató. 
Cayó  por  tierra  el  elefante  encima 
de  él,  y  allí  mismo  murió  Eleazar. 


Asedio  de  Jemsalén 

47  Viendo  los  judíos  las  fuerzas  del 
reino  y  el  empuje  de  sus  ejércitos, 
se  retiraron  ante  ellos.  48  Los  del 
ejército  regio  subieron  a  su  encuen- 
tro hacia  Jerusalén,  y  el  rey  estable- 
ció su  campamento  contra  Judea  y 
contra  el  monte  Sión.  49  Hizo  la  paz 
con  los  de  Betsur,  quienes  salieron 
de  la  ciudad  por  no  tener  ya  allí  ví- 
veres con  que  encerrarse  en  ella, 
pues  era  año  de  reposo  para  la  tie- 


rra. 50  Se  apoderó  el  rey  de  Betsur, 
y  dejó  allí  una  guarnición  para  cus- 
todiarla. 61  Por  mucho  tiempo  estuvo 
acampado  contra  el  santuario,  y  pu- 
so allí  ballestas,  máquinas  y  lanza- 
llamas, catapultas,  escorpiones  para 
lanzar  flechas  y  hondas.  62  Constru- 
yeron también  los  judíos  máquinas 
contra  sus  máquinas,  y  lucharon  du- 
rante muchos  días  ;  65  pero  no  había 
víveres  en  los  almacenes,  por  ser 
el  año  séptimo,  y  porque  los  prófu- 
gos de  los  gentiles  refugiados  en  Ju- 
dea habían  consumido  el  resto  de  las 
reservas  ;  64  y  como  el  hambre  les 
acosaba,  quedaron  en  el  santuario 
unos  pocos  hombres,  y  los  demás  se 
dispersaron  cada  uno  hacia  su  ho- 
gar. 

55  Oyó  Lisias  que  Filipo,  a  quien 
el  rey  Antíoco  aun  en  vida  había 
encomendado  que  educase  a  su  hijo 
Antíoco  para  el  trono,  M  había  vuel- 
to de  Persia  y  de  Media,  y  con  él 
las  tropas  que  habían  acompañado 
al  rey,  y  que  pretendía  poner  mano 
en  los  asuntos  del  reino.  67  Se  apre- 
suró Lisias  entonces  y  asintió  a  vol- 
verse, diciendo  al  rey,  a  los  jefes 
de  la  armada  y  a  las  tropas  :  «Per- 
demos de  día  en  día,  escasean  las 
provisiones,  la  plaza  que  asediamos 
está  fortificada,  y  debemos  ocuparnos 
de  los  asuntos  del  reino.  68  Así,  pues, 
tendamos  la  mano  a  estos  hombres, 
hagamos  la  paz  con  ellos  y  con  toda 
su  nación,  6  y  dejémosles  vivir  se- 
gún sus  leyes  como  antes,  ya  que 
por  causa  de  esas  leyes,  que  hemos 
querido  abolir,  se  han  irritado  y  he- 
cho todo  esto.»  80  Agradó  la  propo- 
sición al  rey  y  a  los  jefes  ;  y  les 
enviaron  mensajeros  de  paz.  Ellos 
aceptaron.  61  Se  lo  prometieron  con 
juramento  el  rey  y  los  jefes,  y  con 
esto  salieron  de  la  fortaleza.  62  Pe- 
netró el  rey  en  el  monte  Sión,  y  vien- 
do la  fortificación  del  lugar,  violó  el 
juramento  que  había  hecho  y  man- 
dó derribar  el  muro  de  alrededor. 
83  Luego  se  partió  apresuradamente, 
y  volviendo  a  Antioquía,  encontró  a 
Filipo  dueño  de  la  ciudad,  y  le  ata- 
có, apoderándose  de  la  ciudad  por 
la  fuerza. 


•  Apellidado  Avarán  :  la  Vulgata  pone,  al  parecer  por  error,  «hijo  de  Saura»  ;  pero 
la  palabra  hijo  no  está  en  el  griego  y  ademas  Eleazar  era  uno  de  los  cuatro  herma- 
nos de  Judas. 

4U  Año  de  reposo  :  año  sabático  o  año  séptimo  (v.  53),  en  el  que  no  se  cultivaban 
los  campos,  sino  que  se  recogía  únicamente  lo  que  éstos  daban  espontáneamente. 


—  1754  — 


71-16 


I  MACASEOS 


7  17-32 


Báquides  y  Alcimo,  en  Judea 

n  1  El  año  ciento  cincuenta  y  uno 
'  salió  de  Roma  Demetrio,  hijo  de 
Seleuco,  y  desembarcó  con  unos  po- 
cos hombres  en  una  ciudad  maríti- 
ma, donde  comenzó  a  reinar.  2  Al  en- 
trar en  el  palacio  real  de  6us  padres, 
las  tropas  se  apoderaron  de  Antío- 
co  y  de  Lisias  para  conducírselos. 
3  Al"  saber  el  hecho,  dijo:  «No  me 
mostréis  sus  rostros.»  4  Las  tropas  los 
mataron,  y  se  sentó  Demetrio  en  su 
trono  real.  6  Luego  vinieron  a  él  to- 
dos los  inicuos  e  impíos  de  Israel, 
conducidos  por  Alcimo,  que  preten- 
día el  sumo  sacerdocio  ;  4  y  acusaron 
al  pueblo  ante  el  rey,  diciendo :  «Ju- 
das y  sus  hermanos  han  hecho  pe- 
recer a  todos  tus  amigos,  y  a  nos- 
otros nos  han  expulsado  de  nuestra 
tierra.  '  Ahora,  pues,  envía  una  per- 
sona de  tu  confianza,  que  vaya  y 
vea  toda  la  ruina  que  nos  han  causa- 
do a  nosotros  y  en  la  región  del  rey, 
v  castigúelos  a  ellos  y  a  cuantos  les 
ayudan.»  8  Eligió  el  rey  a  Báquides, 
uno  de  los  amigos  del  rey,  que  man- 
daba la  región  del  otro  lado  del  río, 
grande  en'el  reino  y  fiel  al  rey,  8  y 
le  envió  con  el  impío  Alcimo,  a 
quien  dió  el  sumo  sacerdocio,  man- 
dándole que  tomase  venganza  de  los 
hijos  de  Israel.  10  Poniéndose  en  ca- 
mino, marcharon  con  un  gran  ejér- 
cito a  la  tierra  de  Judá,  y  enviaron 
mensajeros  a  Judas  y  a  sus  herma- 
nos con  palabras  pacíficas  para  en- 
gañarles. 11  Pero  ellos  no  dieron  cré- 
dito a  sus  palabras,  porque  veían 
que  venían  con  mucho  ejército.  12  Un 
grupo  de  escribas  acudió  a  Alcimo 
y  a  Báquides,  reclamando  justicia  ; 
ís  y  los  asideos,  tenidos  por  los  pri- 
meros entre  los  hijos  de  Israel,  les 
pedían  la  paz,  11  porque  decían  :  «Un 
sacerdote  del  linaje  de  Aarón  ha  ve- 
nido con  las  tropas  y  no  será  injusto 
contra  nosotros.»  15  El  les  habló  pa- 
labras de  paz,  y  les  juró  diciendo  : 
«No  os  haremos  mal,  ni  a  vosotros 
ni  a  vuestros  amigos.»  14  Y  le  cre- 
yeron ;  pero  prendió  a  sesenta  de 
ellos  y  los  hizo  morir  en  un  solo  día, 
según  la  palabra  que  está  escrita  : 


*  «Derramaron  en  torno  a  Jerusalén 
las  carnes  de  tus  santos  y  su  sangre, 
y  no  había  quien  los  enterrase.»  ls  El 
miedo  a  ellos  y  el  espanto  invadió 
a  todo  el  pueblo,  pues  decían  :  «No 
hay  en  ellos  ni  verdad  ni  justicia, 
pues  han  violado  el  compromiso  y 
juramento  que  habían  hecho.» 

10  Báquides,  partiendo  de  Jerusa- 
lén, vino  a  acampar  en  Bezeta  y  en- 
vió a  prender  a  muchos  de  los  que 
habían  abandonado  su  partido,  y  a 
algunos  del  pueblo,  y  los  mató,  arro- 
jándolos a  la  gran  "cisterna.  x  Con- 
fió la  región  a  Alcimo,  dejándole 
tropas  para  auxiliarle.  Luego  se  vol- 
vió Báquides  al  rey.  21  Alcimo  se  es- 
forzaba por  asegurarse  en  el  sumo 
sacerdocio.  22  Juntáronse  a  él  todos 
los  perturbadores  de  su  pueblo,  que 
se  apoderaron  del  país  de  Judá  y 
causaron  a  Israel  una  gran  aflic- 
ción. 23  Así  que  vió  Judas  el  gran 
daño  que  Alcimo  y  los  suyos  hacían 
sobre  los  hijos  de  Israel,  mayor  que 
el  causado  por  los  gentiles,  M  reco- 
rrió en  todos  sentidos  todo  el  terri- 
torio de  Judea,  castigó  a  los  apósta- 
tas y  les  impidió  andar  por  la  re- 
gión . 

26  Viendo  Alcimo  que  Judas  y  los 
suyos  se  robustecían,  y  conociendo, 
además,  que  no  podía  hacerles  fren- 
te, se  volvió  al  rey,  acusándolos  de 
delitos.  24  Envió  el  rey  a  Nicanor, 
uno  de  6us  más  ilustres  jefes  y  ene- 
migo declarado  de  Israel,  ordenán- 
dole exterminar  el  pueblo.  27  Llegó 
Nicanor  a  Jerusalén  con  mucho  ejer  - 
cito y  envió  con  dolo  a  Judas  y  a 
sus  hermanos  mensajes  de  paz,  28  di- 
ciendo :  «No  haya  lucha  entre  mí  y 
vosotros  ;  yo  iré  con  poca  gente  pa- 
ra veros  amistosamente.»  20  Vino, 
pues,  a  Judas,  y  se  saludaron  pací- 
ficamente ;  pero  los  enemigos  esta- 
ban dispuestos  a  arrebatar  a  Judas. 
80  Mas  informado  Judas  de  que  ve- 
nía a  él  con  dolo,  se  espantó  y  no 
quiso  ya  volverlo  a  ver.  81  Nicanor, 
cuando  vió  descubierto  su  proyecto, 
salió  a  combatir  contra  Judas,  junto 
a  Cafarsalama.  82  Cayeron  de  las  tro- 
pas de  Nicanor  como  unos  cinco  mil 
hombres,  huyendo  los  demás  a  la 
ciudad  de  David. 


71  Demetrio  :  era  hijo  de  Seleuco  IV  y  nieto  de  Antíoco  Epifanes.  Tenía  derecho 
a  la  corona  ;  pero  siendo  retenido  en  Koina  como  rehén,  y  sabiendo  que  los  sirios 
no  soportaban  el  yugo  de  Antíoco  V  Eupátor,  se  evadió  para  hacer  valer  sus  derechos. 
"  Las  carnes  de  tus  santos  :  cita  ad  sensum  y  abreviada  del  salmo  78,  2-3. 
n  Cafarsalama  :  localidad  no  identificada,  al  S.  de  Jerusalén. 


—  1755  — 


7  33-46 


I  MACAEEOS 


7  47-8  6 


33  Después  de  estos  sucesos  subió 
Nicanor  al  monte  Sión  y  salieron 
del  templo  algunos  sacerdotes  y  an- 
cianos del  pueblo,  para  saludarle 
amistosamente  y  mostrarle  los  ho- 
locaustos que  se  ofrecían  por  el  rey. 
34  Pero  él,  mofándose  de  ellos  y  des- 
preciándolos, los  profanó,  hablando 
con  altivez,  36  jurando  con  ira  y  di- 
ciendo :  «Si  Judas  y  su  ejército  no  se 
entregan  en  mis  manos  ahora  mis- 
mo, cuando  vuelva  victorioso  incen- 
diaré este  templo.»  Y  salió  lleno  de 
cólera.  30  Salieron  los  sacerdotes  y, 
colocados  de  pie  ante  el  altar  y  el 
templo,  clamaron  diciendo  :  87  «Tú, 
Señor,  has  elegido  esta  casa  para 
que  en  ella  sea  invocado  tu  nombre 
y  sea  casa  de  oración  y  súplica  para 
tu  pueblo  ;  35  toma  venganza  de  este 
hombre  y  de  su  ejército,  y  que  pe- 
rezcan por  la  espada.  Acuérdate  de 
sus  blasfemias  y  no  permitas  que 
ellos  subsistan.»* 

39  Salió  Nicanor  de  Jerusalén  y 
acampó  en  Betoron,  donde  se  le  jun- 
tó un  cuerpo  de  sirios.  40  Judas,  en- 
tre tanto,  acampó  en  Adasa  con 
tres  mil  hombres  y  oró  diciendo  : 
11  «Cuando  los  enviados  del  rey  de 
los  asirios  blasfemaron,  tu  ángel, 
Señor,  vino  y  mató  a  ciento  ochenta 
v  cinco  mil  de  ellos.  42  Extermina 
hoy  así  a  este  ejército  ante  nosotros, 
a  fin  de  que  reconozcan  los  demás 
que  ha  tenido  un  lenguaje  impío 
contra  tu  santuario.  Júzgale  según 
su  maldad.» 

43  Los  ejércitos  vinieron  a  las  ma- 
nos el  día  trece  del  mes  de  Adar, 
quedando  derrotado  el  ejército  de 
Nicanor  y  muriendo  él  mismo  el 
primero  en  el  combate.  44  Cuando  se 
¿lió  cuenta  su  ejército  de  que  Nica- 
nor había  caído,  lanzaron  las  armas 
y  huyeron.  45  Los  persiguieron  una 
jornada  de  camino,  desde  Adasa 
hasta  llegar  a  Gazara,  tocando  de- 
trás de  ellos  las  trompetas  de  aviso. 
"  De  todas  las  aldeas  circunvecinas 


de  Judea  salían  para  acosarlos  ;  y 
luchando  los  sirios  unos  contra  otros, 
murieron  todos  al  filo  de  la  espada, 
sin  que  quedase  de  ellos  ni  uno  solo. 
17  Cogieron  los  despojos  y  el  botín, 
y  habiendo  cortado  a  Nicanor  la  ca- 
beza y  su  mano  derecha,  que  había 
alzado  orgullosamente,  la  transpor- 
taron y  suspendieron  a  la  vista  de 
Terusaíén.  a  El  pueblo  se  alegró  mu- 
cho, y  celebraron  aquel  día  como 
día  de  gran  regocijo,  *  y  decidieron 
que  se  celebraría  cada  ano  aquel  día 
el  trece  de  Adar.  60  Durante  un  cor- 
to tiempo  estuvo  tranquila  la  tierra 
de  Judá. 


Alianza  con  Roma 

O  1  Oyó  Judas  la  fama  de  los  ro- 
°  manos,  de  que  eran  poderosos 
en  fuerzas  y  que  se  mostraban  be- 
névolos con  todos  los  que  se  les 
allegaban,  y  que  hacían  alianza  de 
amistad  con  los  que  venían  a  ellos, 
y  que  eran  muy  grande  su  poder. 
;  Se  le  contaron  las  guerras  y  haza- 
ñas que  habían  realizado  con  los 
gálatas,  cómo  los  habían  dominado 
v  sometido  a  tributo  ;  3  lo  que  ha- 
bían hecho  en  la  región  de  España 
para  apoderarse  de  las  minas  de  pla- 
ta y  oro  que  allí  hay  y  para  someter 
todo  el  país  con  su  prudencia  y  pa- 
ciencia, 4  a  pesar  de  estar  ese  país 
muy  alejado  de  ellos  ;  y  cómo  a  los 
reyes  venidos  contra  ellos  desde  los 
extremos  de  la  tierra  los  habían  de- 
rrotado, infligiéndoles  una  gran  de- 
rrota, y  los  restantes  les  pagaban 
tributo  anual.  5  Y  que  habían  venci- 
do en  la  guerra  y  habían  sometido 
a  Filipo  y  a  Perséo,  rey  de  Macedo- 
nia,  y  a  los  demás  que  se  habían 
levantado  contra  ellos,  8  y  que  Antío- 
co  el  Grande,  rey  de  Asia,  que  ha- 
bía ido  a  la  guerra  contra  ellos,  y 
que  tenía  ciento  veinte  elefantes  y 
caballería  y  carros  y  un  ejército  muy 


38  Holocaustos  pou  ei.  rey  :  Jeremías  (29,  7)  había  recomendado  hacerlo,  y  se  ve 
que  después  del  destierro  habían  introducido  la  costumbre  de  ofrecer  holocaustos  por 
los  reyes,  aunque  paganos. 

40  Adasa  :  al  NE.  de  Betoron. 

41  Rey  de  los  asirios  :  algún  códice  añade  el  nombre  de  Senaquerib. 

45  Trompetas  de  aviso  :  literalmente,  con  las  trompetas  de  señales;  es  decir,  que 
con  ellas  avisaban  a  todos  los  judíos  que  habitaban  el  país  que  se  lanzasen  contra 
el  enemigo  en  huida. 

46  Ni  uno  solo  :  frase  hiperbólica,  frecuente  en  la  Biblia. 

50  Corto  tiempo  :  según  9,  3,  fué  la  segunda  expedición  de  Báquides  un  mes  des- 
pués de  la  muerte  de  Nicanor. 


—  1756  — 


8  7-20 


I  MACABEOS 


8  21-9  2 


numeroso,  había  sido  vencido  por 
ellos  ;  7  y  siendo  cogido  vivo,  le  ha- 
bían impuesto  un  gran  tributo  a  él  y 
a  los  que  en  el  reino  le  sucedieron,  y 
dar  rehenes  y  lo  pactado  ;  es  decir: 
k  la  Jonia,  la  Misia  y  la  Lidia,  esto 
t- >,  sus  mejores  provincias,  que  ellos, 
habiéndolas  recibido  de  él,  las  ha- 
bían cedido  al  rey  Lúmenes.  0  Que 
los  griegos  habían  deliberado  ir  a 
aniquilarlos  ;  pero  en  cuanto  les  fué 
conocido  el  propósito,  "enviaron 
contra  ellos  un  solo  general.  Les  hi- 
cieron la  guerra  y  murieron  de  ellos 
fías  griegos)  muchos  ;  llevaron  cau- 
tivos sus  mujeres  y  sus  hijos,  los 
saquearon,  subyugaron  el  país  ;  des- 
truyeron sus  fortalezas  y  fueron  re- 
ducidos a  servidumbre  hasta  el  día 
de  hoy.  11  Que  a  los  demás  reinos 
e  islas,  que  alguna  vez  se  les  opu- 
sieron, los  habían  sometido  y  escla- 
vizado ;  12ipero  que  a  sus  amigos  y 
a  los  que  en  ellos  confiaban  les 
guardaban  fidelidad  ;  y  así  habían 
logrado  dominar  los  reyes  vecinos  y 
los  de  lejos.  Que  cuantos  oían  su 
nombre  los  temían  ;  13  cuantos  son 
por  ellos  ayudados  para  reinar,  rei- 
nan ;  y  a  los  que  no  quieren,  los 
destituyen.  Se  han  elevado  a  gran 
poder.  "  A  pesar  de  todo  esto,  nadie 
entre  ellos  lleva  diadema  ni  vis- 
te púrpura  para  engreírse  con  ella. 
*■  Se  han  formado  un  senado  y  cada 
día  deliberan  los  trescientos  vein- 
te consejeros,  que  constantemente 
atienden  al  próspero  gobierno  del 
pueblo.  18  Confían  cada  año  el  man- 
do y  el  dominio  de  toda  su  tierra  a 
uno  solo,  y  todos  obedecen  a  este 
solo  ;  ni  hay  entre  ellos  envidia  o 
celos. 

B  Escogió  Judas  a  Eupólemo,  hijo 
de  Juan,  hijo  de  Acco,  y  a  Jasón, 
hijo  de  Éleazar,  y  los  envió  a  Roma 
para  establecer  con  ellos  amistad  y 
alianza  38  y  ser  librados  así  del  yugo 
de  los  griegos,  ipues  veían  que  el 
reino  de  los  griegos  sometía  a  Israel 
a  servidumbre.  19  Se  dirigieron  a 
Roma,  y  el  viaje  fué  muy  largo  ; 
entraron  en  el  Senado  y  hablaron  en 
estos  términos  :  20  «Judas  el  Maca- 
beo,  sus  hermanos  y  el  pueblo  judío 
nos  han  enviado  a  vosotros  para  ha- 
cer con  vosotros  alianza  de  paz  y 
para  que  seamos  inscritos  en  el  nú- 


mero de  vuestros  aliados  y  amigos.» 
-1  Estas  palabras  fueron  acogidas  fa- 
vorablemente. -  Esta  es  la  copia  de 
la  carta,  que  grabaron  en  tablas  de 
bronce  y  que  enviaron  a  Jerusalén 
para  que  les  fuese  monumento  de 
paz  y  alianza  : 

"  ((Prosperidad  a  los  romanos  y  al 
pueblo  judío,  por  mar  y  por  tierra 
para  siempre,  y  lejos  de  ellos  la  es- 
pada y  el  adversario.  w  Si  sobrevie- 
ne una  guerra  a  los  romanos  prime- 
ramente o  a  alguno  de  sus  aliados 
en  todo  su  imperio,  25  el  pueblo  de 
los  judíos  les  prestará  auxilio,  se- 
gún las  circunstancias  se  lo  permi- 
tan, con  plena  lealtad.  M  A  los  com- 
batientes no  les  darán  ni  suminis- 
trarán trigo,  .armas,  plata  ni  naves. 
Esto  quieren  los  romanos,  y  los  ju- 
díos guardarán  sus  compromisos  sin 
compensación  ninguna.  *  Asimismo, 
si  primero  sobreviene  una  guerra  a 
la  nación  judía,  los  romanos  les  ayu- 
darán lealmente  en  la  lucha,  según 
las  circunstancias  se  lo  permitan, 
sya  las  tropas  auxiliares  no  les  da- 
rán ni  trigo,  ni  armas,  ni  /plata,  ni 
naves.  Esto  quieren  los  romanos  y 
guardarán  sus  compromisos  6Ín  do- 
lo. 28  Según  estas  cláusulas  se  con- 
ciertan los  romanos  con  el  pueblo 
judío.  80  Si,  después  de  estos  acuer- 
dos, unos  y  otros  quisieran  añadir 
o  quitar  algo,  podrán  hacerlo  a  6u 
agrado,  y  lo  añadido  o  quitado  será 
obligatorio.  31  En  cuanto  a  los  daños 
que  el  rey  Demetrio  les  ha  hecho,  ya 
hemos  escrito  a  éste  diciendo  :  «¿  Por 
qué  haces  sentir  tu  pesado  yugo  so- 
bre nuestros  amigos  y  aliados  los 
judíos?  cSi  vuelven  a  quejarse  de 
ti,  sostendremos  sus  derechos  com- 
batiéndote por  mar  y  por  tierra.» 


Muerte  de  Judas 

q  1  Cuando  Demetrio  oyó  que  Ni- 
canor  y  su  ejército  habían  pere- 
cido en  la  guerra,  volvió  a  enviar 
por  segunda  vez  a  Báquides  y  Alci- 
mo  a  tierra  de  Judá,  y  con  ellos  el 
ala  derecha  de  su  ejercito.  'Diri- 
giéronse por  el  camino  que  conduce 
a  Gálgala  y  acamjjaron  en  Masalor 
de  Arbela,  tomándola  y  matando  a 
muchos  hombres. 


Jonia  y  Misia  :  así  leemos  en  lugar  de  India  y  Media,  que  parece 
opista.  Jonia  y  Misia  son  provincias  del  Asia  Menor. 


9  3-13 


I  MACA BEOS 


9  14-27 


3  En  el  primer  mes  del  año  ciento 
cincuenta  y  dos  acamparon  enfrente 
de  Jerusalén  ;  *  después  levantaron  el 
campo  y  se  dirigieron  a  Berea  con 
veinte  mil  hombres  de  infantería  y 
dos  mil  jinetes.  6  Judas  entonces  se- 
guía acampado  en  Elasa  con  tres  mil 
hombres  escogidos,  6  los  cuales,  vien- 
do la  muchedumbre  de  tropas,  que 
eran,  numerosas,  temieron  sobrema- 
nera ;  huyeron  muchos  del  campo  y 
no  quedaron  de  ellos  más  que  ocho- 
cientos hombres. 

7  Viendo  Judas  que  eu  tropa  había 
quedado  desparramada  y  que  la  ba- 
talla le  era  inminente,  perdió  el  áni- 
mo, iporque  no  tenía  tiempo  para 
volverlos  a  juntar,  8  v.  sintiendo  que 
desfallecía,  dijo  a  los  que  le  habían 
quedado  :  «Levantémonos,  marche- 
mos contra  nuestros  enemigos  para 
ver  si  podemos  luchar  contra  ellos.» 
9  Procuraban  disuadirle,  diciendo  : 
«No  podremos  ;  mejor  será  salvar 
ahora  nuestra  vida  y  volver  luego 
con  nuestros  hermanos  a  combatir- 
los, pues  ahora  somos  pocos.»  10  Pe- 
ro Juilas  contestó  :  «Lejos  de  mí  ha- 
cer tal  cosa  y  huir  de  ellos  ;  si  ha 
llegado  nuestra  hora,  muramos  va- 
ronilmente por  nuestros  hermanos 
y  no  empañemos  nuestra  fama.» 

u  El  ejército  sirio  salió  del  campo 
y  vino  a  su  encuentro.  La  caballe- 
ría se  dividió  en  dos  partes  :  los 
honderos  y  los  arqueros  marchaban 
en  la  vanguardia  del  ejército  ;  los 
más  valientes,  en  primera  línea. 
u  Estaba  Báquides  en  el  ala  derecha, 
y  la  falange  avanzó  dividida  en  dos 
cuerpos  al  sonido  de  las  cornetas. 
13  Los  de  Judas  dieron  también  ellos 
la  señal  con  las  cornetas,  y  la  tierra 
se  estremeció  con  el  estruendo  de 
las  tropas.  La  batalla  se  entabló  y 


duró  desde  la  mañana  hasta  la  caí- 
da de  la  tarde.  "  Viendo  Judas  que 
Báquides  y  sus  mejores  tropas  esta- 
ban en  el  ala  derecha,  juntó  en  tor- 
no a  sí  a  todos  los  más  animosos, 
10  derrotó  su  ala  derecha  y  los  per- 
siguió hasta  la  montaña  de  Azoto. 
16  Los  del  ala  izquierda,  viendo  de- 
rrotada el  ala  derecha,  fueron  por 
la  espalda  en  seguimiento  de  Judas 
y  de  los  suyos.  "  La  lucha  se  agravó, 
pereciendo  muchos  de  una  y  otra 
parte.  18  Pereció  también  Judas,  y 
los  restantes  huyeron.  18  Jonatás  y 
Simón  tomaron  a  Judas,  su  herma- 
no, y  le  dieron  sepultura  en  la  tum- 
ba de  sus  padres  en  Modín.  20  Le 
lloraron,  y  todo  Israel  hizo  por  él 
grandes  lamentos,  y  por  muchos  días 
guardaron  luto,  diciendo:  21  «¡Cómo 
es  que  ha  perecido  el  campeón,  el 
que  salvaba  a  Israel!» 

22  Lo  demás  de  la  historia  y  gue- 
rras de  Judas,  sus  hazañas  y  su  mag- 
nanimidad, no  han  sido  escritas, 
pues  son  muy  numerosas. 


Primeros  triunfos  de  Jonatás,  su- 
cesor de  Judas 

33  Después  de  la  muerte  de  Judas 
se  manifestaron  los  impíos  en  todo 
el  territorio  de  Israel  y  levantaron 
cabeza  los  que  obraban  la  maldad. 
14  Sobrevino  por  aquellos  días  un 
hambre  grandísima,  y  el  suelo  mis- 
mo desertó  con  ellos.  26  Escogió  Bá- 
quides hombres  impíos  y  los  esta- 
bleció por  comandantes  de  la  región. 
*  Buscaban  éstos  con  pesquisas  los 
amigos  de  Judas,  y  los  conducían  a 
Báquides,  que  los  castigaba  e  insul- 
taba. 27  Fué  esto  una  gran  tribula- 
ción en  Israel,  cual  no  la  hubo  des- 


9 3  Año  cienio  cincuenta  v  dos  :  de  la  era  de  los  seléucidas  (=160  a.  de  O.  El  mes 
primero  es  Nisán  (=marzo-abril). 

*  Berea  :  localidad  cercana  a  Jerusalén,  de  identificación  discutida.  Quizas  El-Bireh, 
al  N.  de  Jerusalén.  Tampoco  es  segura  la  identificación  de  Elasa  (texto  griego)  o 
Laisa  (Vulgata)  del  v.  5. 

w  Montaña  de  Azoto  :  la  ciudad  filistea  de  Azoto  es  bien  conocida,  pero  está  muy 
distante  del  actual  campo  de  batalla.  Por  esto  han  supuesto  algunos  una  segunda 
Azoto  o  un  cambio  en  la  lectura  (Azor?).  Otros  creen  se  puede  entender  en  un  sen- 
tido más  amplio. 

10  Modín  :  cf.  2,  1. 

24  El  suelo  desertó  :  frase  oscura,  que  otros  comentan  :  los  habitantes  de  Judea, 
faltándoles  víveres,  se  pasaron  a  los  sirios,  abandonando  el  partido  ortodoxo.  Nos- 
otros preferimos  la  locución  poética  y  figurada  que  ve  un  apóstata  más  en  la  mis- 
ma tierra. 

"  Desde  el  tiempo  en  que  no  APARECIÓ  va  profeta  :  esto  es,  desde  la  aparición  de 
Malaquías,  último  de  los  profetas.  Hacía,  pues,  más  de  doscientos  años  que  estaban 


-  1758  - 


9  28-42 


I  MACABEOS 


9  43-57 


de  el  tiempo  en  que  no  apareció  ya 
entre  ellos  profeta.  "  Reuniéronse 
todos  los  amigos  de  Judas  y  dijeron 
a  Jonatás  :  "  «Desde  que  murió  tu 
hermano  Judas  no  hay  hombre  se- 
mejante a  él  en  hacer  frente  a  los 
enemigos,  a  Báquides  y  a  los  que 
odian  nuestra  nación.  30  Ahora,  pues, 
te  escogemos  hoy  para  que  seas  en 
su  lugar  nuestro  jefe  y  caudillo,  que 
nos  guíes  en  nuestros  combates.» 
31  Recibió,  'pues,  Jonatás  en  aquel 
tiempo  el  mando  y  ocupó  el  puesto 
de  Judas  su  hermano.  82  Cuando  Bá- 
quides lo  supo,  le  buscaba  para  ma- 
tarle. 33  Mas  enterándose  Jonatás,  su 
hermano  Simón  y  los  que  estaban 
con  él,  huyeron  al  desierto  de  Tecua 
y  se  establecieron  junto  a  las  aguas 
de  la  cisterna  de  Asfar.  84  Súpolo 
Báquides  un  día  de  sábado  y  marchó 
él  con  todo  su  ejército  al  otro  lado 
del  Jordán. 

35  Envió  Jonatás  a  su  hermano  Juan 
por  caudillo  del  pueblo  a  rogar  a  los 
nabateos,  sus  amigos,  que  les  per- 
mitieran depositar  su  bagaje,  que 
era  mucho.  30  Pero  los  hijos  de  Jam- 
bri,  saliendo  de  Mádaba,  cogieron  a 
Juan  y  todo  lo  eme  tenía  y  se  mar- 
charon con  ello.  "  Algún  tiempo 
después  les  anunciaron  a  Jonatás  y 
a  Simón,  su  hermano,  que  los  hijos 
de  Jambri  celebraban  una  boda  so- 
lemne y  conducirían  con  gran  pom- 
pa desde  Mádaba  la  novia,  hija  de 
uno  de  los  grandes  príncipes  de  Ca- 
naán.  88  Y  acordándose  entonces  de 
la  sangre  de  su  hermano  Juan,  su- 
bieron y  se  ocultaron  al  abrigo  de 
un  monte.  39  Alzando  sus  ojos,  per- 
cibieron un  ruido  y  luego  una  nu- 
merosa caravana.  Él  novio  con  sus 
amigos  y  hermanos  salían  a  su  en- 
cuentro con  panderos,  instrumentos 
músicos  y  muchas  armas.  40  Lanzá- 
ronse contra  ellos,  saliendo  de  su 
escondite,  los  de  Jonatás  para  ma- 
tarlos ;  un  gran  número  sucumbie- 
ron, y  huyeron  los  restantes  al  mon- 
te, con  lo  que  se  apoderaron  de  to- 
dos sus  despojos.  41  La  boda  se  con- 
virtió en  llanto,  y  el  sonido  de  sus 
instrumentos  músicos,  en  lamenta- 
ción ;  42  y  habiendo  tomado  vengan- 
za de  la  sangre  de  su  hermano,  se 


volvieron  a  la  ribera  pantanosa  del 
Jordán. 

43  Supo  Báquides  lo  ocurrido  y  vi- 
no en  día  de  sábado  con  un  nume- 
roso ejército  hasta  las  márgenes  del 
Jordán.  44  Dijo  entonces  Jonatás  a 
los  suyos  :  «Levantémonos  y  luche- 
mos por  nuestras  vidas.  Pues  no  es 
hoy  como  ayer  y  anteayer.  46  He 
aquí  que  el  combate  nos  acosa  por 
delante  y  por  detrás  ;  las  aguas  del 
Jordán,  por  todos  los  lados  ;  las 
márgenes  pantanosas  y  el  bosque  ; 
no  hay  medio  de  escapar.  40  Clamad 
ahora,  pues,  al  cielo  para  que  seáis 
salvos  de  las  manos  de  nuestros 
enemigos.»  Trabóse  la  batalla.  "Le- 
vantó la  mano  Jonatás  para  herir  a 
Báquides  ;  pero  éste  esquivó  el  gol- 
pe, retirándose  atrás.  4S  Entonces, 
Jonatás  y  los  suyos  se  arrojaron  al 
Jordán  y  pasaron  a  nado  a  la  ribera 
opuesta,  pero  los  enemigos  no  atra- 
vesaron el  Jordán  -para  seguirlos. 

40  Aquel  día  perecieron  unos  mil 
hombres  de  los  de  Báquides.  Vuelto 
éste  a  Jerusalén,  60  edificó  plazas 
fuertes  en  Judea,  la  fortaleza  de  Je- 
ricó,  la  de  Emaús,  la  de  Betoron,  la 
de  Betel,  la  de  Tamnata,  la  de  Fa- 
ratón  y  la  de  Tefón,  con  altas  mu- 
rallas y  puertas  y  cerrojos,  51  y  puso 
en  ellas  guarnición  para  hostilizar  a 
Israel.  K  Fortificó  asimismo  la  ciu- 
dad de  Betsur  y  Guézer  y  el  alcázar 
de  Jerusalén  y  puso  en  ellas  guarni- 
ciones y  depósitos  de  víveres.  68  Co- 
gió como  rehenes  a  los  hijos  de  los 
principales  del  país  y  los  retuvo  co- 
mo prisioneros  en  la  ciudadela  de 
Jerusalén.  04  El  año  ciento  cincuen- 
ta y  tres,  el  mes  segundo,  mandó 
Alcimo  derribar  la  muralla  del  atrio 
interior  del  santuario,  destruyendo 
así  la  obra  de  los  profetas,  y  co- 
menzó la  demolición  ;  Kipero  enton- 
ces mismo  sobrevino  a  Alcimo  una 
apoplejía  y  quedaron  suspendidos 
sus  proyectos.  Se  le  cerró  la  boca, 
quedando  paralizada,  de  modo  que 
no  pudo  ya  pronunciar  palabra  ni 
dar  órdenes  en  los  asuntos  de  su 
casa.  M  Murió  Alcimo  entonces  con 
grandes  torturas.  "  Cuando  Báquides 
vió  que  había  muerto  Alcimo,  se 
volvió  al  rey,  y  la  tierra  de  Judá 


■  Jonatás  :  vivían  entonces  tres  de  los  cinco  hermanos  Macabcos.  Sería  preferido 
Jonatás  por  sus  cualidades  guerreras. 

89  Armas  :  quizás  para  escoltar  más  solemnemente  a  los  noveles  esposos. 

44  No  es  hoy  como  ayer  :  hebraísmo  para  indicar  :  no  es  hoy  como  en  otros  tiem- 
pos ;  esto  es,  nuestra  situación  ahora  es  más  peligrosa  que  nunca. 


—  1759  — 


9  58-70 


I  MACARROS 


9  71-10  8 


gozó  de  tranquilidad  por  dos  años. 

M  Entonces  todos  los  judíos  im- 
píos tuvieron  consejo,  acordando  es- 
ta decisión  :  «He  aquí  que  Jonatás 
y  los  suyos  viven  tranquilos  y  con- 
fiados ;  hagamos,  pues,  venir  ahora 
n  Báquides,  y  en  una  noche  los  pren- 
derá a  todos  ellos.»  ™  Y  fuéronse  a 
proponerle  este  consejo.  60  Y,  en 
efecto,  se  puso  Báquides  en  marcha 
con  mucha  trapa  y  envió  cartas  se- 
cretamente a  todos  sus  partidarios 
de  Judea,  para  que  prendieran  a  Jo- 
natás y  a  los  suyos,  lo  que  no  pu- 
dieron hacer  por  haberse  conocido 
su  designio.  61  Lejos  de  eso,  cogie- 
ron los  partidarios  de  Jonatás  pre- 
sos a  unos  cincuenta  hombres  del 
país,  cabecillas  de  la  conspiración, 
y  los  mataron.  *  Luego  Jonatás  y 
Simón,  con  los  suyos,  se  retiraron  a 
Betbasi  en  el  desierto  ;  repararon 
sus.  ruinas  y  la  fortificaron.  03  Infor- 
mado Báquides  de  esto,  reunió  a  to- 
das sus  tropas  y  avisó  a  los  partida- 
rios de  Judea.  64  Vino  a  acampar  an- 
te Betsabi,  y  durante  muchos  días 
la  atacó,  haciendo  construir  máqui- 
nas de  guerra. 

f'6  Jonatás  dejó  a  su  hermano  Si- 
món en  la  ciudad  y  61  salió  al  cam- 
po y  volvió  con  una  pequeña  tropa 
tú  Derrotó  a  Odomera  y  a  sus  her- 
manos v  a  los  hijos  de  Easirón  en 
sus  tiendas,  y  comenzaron  a  luchar 
y  a  adelantar  con  sus  tropas.  61  Si- 
món y  los  suyos  salieron  de  la  ciu- 
dad, quemaron  las  máquinas  de  gue- 
rra 68  y  atacaron  a  Báquides  y  lo 
derrotaron,  poniéndole  en  grande 
aprieto,  pues  fracasaba  su  plan  y  su 
expedición.  60  Enfurecido  de  cólera 
contra  los  hombres  impíos  que  le 
habían  aconsejado  ir  al  país  de  Ju- 
dea, hizo  matar  a  muchos  de  ellos 
y  decidió  volverse  a  su  tierra.  70  Al 


tener  Jonatás  noticia  de  ello  le  en- 
vió embajadores  para  concertar  con 
él  la  paz  y  que  les  entregara  los  pri- 
sioneros! 71  Asintió  Báquides  y  acep- 
tó sus  proposiciones,  jurándole  no 
hacer  mal  alguno  todos  los  días  de 
su  vida.  72  Le  devolvió  los  prisione- 
ros que  antes  había  cogido  en  la 
tierra  de  Judá  y  partió  de  vuelta 
para  su  tierra,  sin  volver  más  a  ve- 
nir al  territorio  de  los  judíos.  73  Re- 
posó la  espada  en  Israel,  y  Jonatás 
fijó  su  residencia  en  Macmas,  don- 
de comenzó  a  juzgar  al  pueblo  e 
hizo  exterminar  a  los  impíos  de  Is- 
rael. 


Se  solicita  la  alianza  de  Jonatás 

-j  í\  1  El  año  ciento  sesenta,  Ale- 
íyj  jandro  Epifanes,  hijo  de  An- 
tíoco,  se  puso  en  marcha  y  tomó  a 
Tolemaida,  siendo  bien  acogido  ;  v 
empezó  allí  a  reinar.  2  Tuvo  noticia 
de  ello  el  rey  Demetrio,  y,  reunien- 
do muchas  tropas,  salió  a  su  en- 
cuentro para  darle  batalla.  3  Envió 
también  Demetrio  a  Jonatás  cartas 
amistosas  con  promesas  de  engran- 
decimiento, 4  porque  decía:  «Apre- 
surémonos a  hacer  la  paz  con  él  an- 
tes que  la  haga  con  Alejandro  con- 
tra nosotros,  6  pues  se  acordará  de 
todos  los  males  que  le  hicimos  a  él, 
a  sus  hermanos  y  a  su  nación.»  c  Le 
autorizó  para  juntar  tropas,  fabricar 
armas  y  contarse  entre  sus  aliados 
y  le  prometió  que  le  devolvería  los 
rehenes  que  tenía  en  la  fortaleza  de 
Jcrusale'n. 

7  Vino  Jonatás  a  Jerusalén  y  leyó 
las  cartas  ante  todo  el  pueblo  y  ante 
los  que  se  hallaban  en  la  ciudade- 
la.  8  Fueron  presa  de  un  gran  temor 
cuando  oyeron  que  el  rey  le  autori- 


10 


in  duda,  del  lado  de  Jericó.  Identificación  insegura. 

i'EQUEÑA  tropa:  la  Vulgata,  cum  numero,  que  traduce  literalmente  el 

imo;  es  un  hebraísmo  (cf.  Gén.  34,  30;  Dt.  4,  27)  que  significa  un 

se  ignora  quién  fuese  este  personaje,  si  oficial  de  Báquides  o  jefe  di 
uerrera.  Las  traducciones  alteran  la  transmisión  del  nombre  (Odaren, 


el  título  de  Epifanes  (noble  o  ilustre)  se  lo  da  el  bexl  > 
a  Vulgata  parece  dárselo  a  Antíoco.  Antiguas  monedas 
ilustran  que  también  Alejandro  llevó  este  sobrenombre. 


Así  solicitó  el  apoyo  de  Roma.  Los  : 
presuntos  derechos  contra  Demetrio. 


—  1760  — 


10  9-24 


I  MAC A BEOS 


10  25-36 


/aba  para  juntar  tropas.  'Los  de  la 
ciudadela  devolvieron  a  Jonatás  los 
rehenes,  que  él  entregó  luego  a  sus 
padres  ;  10  y  estableciendo  Jonatás  su 
morada  en  Jerusalén,  comenzó  a  re- 
edificarla y  renovar  la  ciudad.  11  Or- 
denó a  los  obreros  construir  las  mu- 
rallas y  rodear  el  monte  Sión  con 
piedras  sillares,  como  fortificación. 
Y  así  lo  hicieron.  12  Huyeron  los  ex- 
tranjeros que  había  en  las  fortale- 
zas edificadas  por  Báquides,  13  aban- 
donando cada  uno  su  puesto  para 
volverse  a  su  país.  11  Quedaron  sólo 
algunos  de  los  que  habían  abando- 
nado la  ley  y  los  preceptos  en  Bet- 
sur,  que  les  sirvió  de  refugio. 

16  Al  saber  el  rey  Alejandro  los 
ofrecimientos  que  Demetrio  había 
hecho  a  Jonatás,  y  al  serle  narradas 
asimismo  las  guerras  y  las  heroici- 
dades que  éste  y  sus  hermanos  ha- 
bían realizado  y  los  trabajos  que  ha- 
bían soportado,  18  se  dijo  :  ¿  Es  'po- 
sible encontrar  algún  hombre  como 
éste  ?  Hagámoslo  ahora  amigo  y  alia- 
do nuestro.  "  Y  le  escribió  y  le  en- 
vió una  carta,  cuyo  tenor  era  el  si- 
guiente : 

38  El  rey  Alejandro,  a  su  herma- 
no Jonatás,  salud.  19  Hemos  oído  de  ti 
que  eres  hombre  potente  y  muy  dig- 
no de  ser  nuestro  amigo.  í0  Así,  pues, 
hoy  te  constituímos  sumo  sacerdo- 
te de  tu,  nación  y  te  damos  el  título 
de  amigo  del  rey — y  le  envió  al  pro- 
pio tiempo  un  vestido  de  púrpura  y 
una  corona  de  oro — ,  para  que  mires 
por  nuestros  intereses  y  conserves 
nuestra  amistad.» 

21  Vistióse  Jonatás  los  ornamentos 
sagrados  en  el  mes  séptimo  del  año 
ciento  sesenta,  en  la  fiesta  de  los  ta- 
bernáculos ;  alistó  tropas  y  fabricó 
muchas  armas. 

22  Al  saber  Demetrio  estos  acon- 
tecimientos, se  entristeció  y  dijo  : 
23  «¿Qué  hemos  hecho,  pues  Alejan- 
dro se  nos  ha  levantado  a  contraer 
amistad  con  los  judíos  para  robus- 
tecerse ?  21  Les  escribiré  también  yo 
con  palabras  persuasivas,  ofrecién- 


doles dignidades  y  presentes,  para 
que  sean  mis  auxiliares.»  25  Y  les  es- 
cribió en  los  términos  siguientes  : 
«El  rey  Demetrio,  a  la  nación  judía, 
salud.  26  Con  gran  alegría  nos  hemos 
enterado  de  que  habéis  guardado 
fielmente  nuestra  alianza,  perseve- 
rando en  nuestra  amistad,  sin  habe- 
ros coligado  con  nuestros  enemigos. 
"  Así,  pues,  continuad  aún  guardán- 
donos fidelidad  a  nosotros  v  os  re- 
compensaremos con  mercedes  por  lo 
que  hacéis  en  nuestro  favor.  28  Os 
perdonaremos  muchas  deudas  y  os 
daremos  regalos.  29  Ya  desde  ahora 
yo  os  descargo  y  perdono  a  todos  los 
judíos  los  tributos  y  el  impuesto  de 
la  sal,  y  de  las  coronas.  80  A  la  ter- 
cera parte  de  la  cosecha  y  a  Ja  mitad 
del  producto  de  los  árboles  frutales, 
que  me  corresponden  percibir,  re- 
nuncio desde  hoy  ;  no  lo  exigiré  de 
la  tierra  de  Judá  ni  de  los  tres  dis- 
tritos de  Samaría  y  de  Galilea,  a  ella 
anejos,  desde  el  día  de  hoy  y  para 
siempre.  31  Jerusalén  será  ciudad  san- 
ta y  exenta,  así  gomo  su  territorio, 
de  diezmos  y  tributos.  32  Renuncio 
asimismo  a  la  autoridad  sobre  la  ciu- 
dadela de  Jerusalén,  la  entrego  a! 
sumo  sacerdote,  que  establecerá  en 
ella,  para  custodiarla,  los  hombres 
que  el  mismo  escogiere.  83  A  todos 
los  judíos  llevados  cautivos  de  la 
tierra  de  Judá  a  cualquier  punto  de 
mi  reino,  les  devuelvo  gratuitamen- 
te la  libertad,  y  todos  serán  eximi- 
|  dos  de  tributos,  aun  de  los  de  gana- 
dos. 31  Todas  las  solemnidades,  los 
sábados,  las  neomenias,  los  días  es- 
tablecidos y  los  tres  días  antes  y  des- 
pués de  una  solemnidad,  serán  todos 
días  de  inmunidad  y  de  franquicia 
para  todos  los  judíos  residentes  en 
mi  reino.  85  Durante  estos  días,  na- 
die tendrá  derecho  para  intentar  ac- 
ción judicial  ni  molestar  a  alguno 
de  ellos  por  ningún  motivo.  *  De 
los  judíos  serán  alistados  en  los  ejér- 
citos del  rey  hasta  treinta  mil  hom- 
bres, dándoseles  el  sueldo  que  co- 
rresponde a  todas  las  otras  tropas 


31  üe  la  sal  :  debía  cons 
Gobierno  sirio.-  ||  Las  cor< 
plazar  los  dones  espontáneo 
corona  de  oro  con  la  oeasi 
costumbre  se  reglamentó  i 

94  Las  solemnidades  :  Pa 
dios  solían  para  ellas  ir  en 
tres  días  antes  y  después 
uidad  era  dispensa  de  tasa 
administración. 


a  sal  del  mar  Muerto  un  monopolio  ejercido  por  el 
era  un  impuesto  pesado  que  había  venido  a  reem- 
idos  al  soberano.  Se  enviaba  a  veces  a  los  reyes  una 
una  victoria  o  de  alcún  fausto  acontecimiento.  La 
)  una  suma  fija  anual. 

•entecostés  v  la  fiesta  de  los  Tabernáculos.  Los  ju- 
rinación  a  jerusalén.  Por  esto  se  les  dejaban  libres 
s  fiestas.  ||  De  inmunidad  v  franquicia  :  la  inmu- 
franquicia,  exención  de  trabajos  impuestos  por  la 


10  37-50 


I  MACABEOS 


10  51-66 


del  rey,  81  y  algunos  de  ellos  serán 
colocados  en  las  grandes  fortalezas 
dei  rey,  y  asimismo  designados  pa- 
ra los  empleos  del  reino  que  requie- 
ren confianza.  Entre  ellos  mismos 
se  escogerán  los  jefes  de  sus  ejérci- 
tos y  vivirán  según  sus  leyes,  como 
lo  ha  ordenado  el  rey  para  la  tierra 
de  Judá.  38  Y  los  tres  distritos  de  la 
región  de  Samaría ,  incorporados  a 
Judea,  serán  anejos  a  ésta  y  consi- 
derados como  formando  una  sola  cir- 
cunscripción, de  suerte  que  no  obe- 
dezcan a  otra  autoridad  más  que  a 
la  del  sumo  sacerdote.  39  Tolemaida 
y  su  territorio  lo  entrego  como  ob- 
sequio al  templo  de  Jerusalén,  para 
los  gastos  necesarios  del  santuario. 

40  Doy,  además,  cada  año  quince  mil 
sidos  de  plata,  tomados  del  fisco 
real  en  las  localidades  convenientes. 

41  Todo  lo  sobrante  que  los  emplea- 
dos del  fisco  no  hayan  entregado, 
como  en  los  años  precedentes,  lo  da- 
rán de  ahora  en  adelante  para  las 
obras  del  templo.  "  Y,  además,  los 
cinco  mil  siclos  de  plata  que  cada 
año  los  oficiales  percibían  por  cuen- 
ta de  los  tributos  del  templo,  tam- 
bién éstos  se  condonan,  pues  que 
pertenecen  a  los  sacerdotes  que  ejer- 
cen el  culto.  43  Cuando  se  refugien 
en  el  templo  de  Jerusalén  y  ^n  cual- 
quier parte  de  su  recinto  deudores 
de  impuestos  reales  o  de  cualquier 
otra  deuda,  quedarán  inmunes  y  con- 
servarán cuanto  posean  en  mi  reino. 
"  El  gasto  para  la  edificación  y  obras 
de  la  restauración  del  templo  corre- 
rá a  cargo  de  la  hacienda  real.  46  El 
gasto  para  la  edificación  de  los  mu- 
ros de  Jerusalén  y  las  fortificacio- 
nes de  su  recinto  correrá  por  cuenta 
del  rey,  y  asimismo  el  levantar  los 
muros  de  Judea.» 

40  Cuando  Jonatás  y  el  pueblo  oye- 
ron estas  proposiciones,  no  las  cre- 
yeron ni  aceptaron,  acordándose  de 
los  grandes  males  que  había  causa- 
do en  Israel  y  cuán  duramente  los 
había  atribulado,  47  y  se  decidieron 
por  Alejandro,  pues  había  sido  el 
primero  que  les  había  hablado  de 
paz  ;  y  fueron  sus  aliados  constan- 
temente. 

48  Reunió  el  rey  Alejandro  grandes 
tropas,  y  acampó  frente  a  Demetrio. 

Trabaron  combate  los  dos  reyes,  y 
huyó  el  ejército  de  Demetrio,  perse- 
guido por  Alejandro,  y  los  dominó. 
150  El  combate  continuó  muy  encar- 


nizado hasta  la  puesta  del  sol,  pe- 
reciendo en  aquel  día  Demetrio. 

51  Envió  después  Alejandro  mensa- 
jeros a  Tolomeo,  rey  de  Egipto,  di- 
ciéndole  :  B  «He  vuelto  ya  a  mi  rei- 
no y  me  he  sentado  en  el  trono  de 
mis  padres  y  recobrado  el  gobierno, 
después  de  derrotar  a  Demetrio  y 
entrar  en  posesión  de  nuestra  tierra. 
03  Trabé  batalla  contra  él  y  fué  ven- 
cido con  su  ejército  por  nosotros,  y 
nos  hemos  sentado  sobre  el  trono  de 
su  reino.  64  Establezcamos,  pues,  aho- 
ra amistad  entre  nosotros  ;  dame 
ahora  tu  hija  por  mujer,  seré  tu  yer- 
no, y  a  ti  y  a  ella  os  daré  regalos 
dignos  de  ti.» 

"  El  rey  Tolomeo  respondió  dicien- 
do :  «Dichoso  el  día  en  que  has  vuel- 
to al  país  de  tus  padres  y  te  sen- 
taste en  el  trono  de  su  realeza.  M  Yo 
estoy  pronto  a  hacer  lo  que  me  has 
escrito  ;  ipero  ven  a  mi  encuentro  a 
Tolemaida,  para  vernos  mutuamente 
y  hacerte  yerno  mío,  conforme  de- 
cías.» 

e7  Salió  de  Egipto  Tolomeo  con  su 
hija  Cleopatra  y  llegó  a  Tolemaida 
el  año  ciento  sesenta  y  dos.  68  El 
rey  Alejandro  le  salió  al  encuentro, 
y  Tolomeo  le  entregó  su  hija  Cleo- 
patra, y  celebró  la  boda  en  Tolemai- 
da con  gran  magnificencia,  como 
suelen  los  reyes.  60  El  rey  Alejandro 
escribió  también  a  Jonatás,  invitán- 
dole a  que  viniese  a  su  encuentro. 
00  Y  vino  Jonatás  con  pompa  a  Tole- 
maida, visitó  a  los  dos  reyes  y  les 
obsequió,  así  como  a  sus  cortesanos, 
con  oro,  plata  y  otros  muchos  rega- 
los, conciliándose  con  ello  su  favor. 
81  Entonces  se  unieron  contra  él  hom- 
bres perversos  de  Israel,  para  acu- 
sarle ;  pero  el  rey  no  les  escuchó, 
*2  sino  que  ordenó  que  le  quitasen 
a  Jonatás  sus  vestidos  y  le  vistiesen 
de  púrpura.  Así  lo  hicieron,  y  luego 
le  sentó  el  rey  a  su  lado,  "3  y  dijo 
a  los  grandes  de  su  corte  :  «Id  con 
él  por  medio  de  la  ciudad,  y  prego- 
nad que  nadie  se  atreva  a  acusarle, 
por  cualquier  cosa  que  sea,  y  que 
nadie,  bajo  ningún  pretexto,  le  mo- 
leste.» 84  Y  cuando  vieron  sus  acusa- 
dores la  honra  que  por  pregón  se  le 
rendía  y  que  iba  vestido  de  púrpura, 
huyeron  todos.  1,5  Queriendo  honrarle 
el  rey,  le  inscribió  en  el  número  de 
sus  principales  amigos  y  le  puso  co- 
mo general  y  gobernador  de  provin- 
cia. 66  Y  Jonatás  volvió  a  Jerusalén 
con  paz  y  gozo. 


1Q67-79 


I  MACARROS 


10  80-11  3 


Victoria  de  Jonatás  sobre  Apolonio 

"  El  año  ciento  sesenta  y  cinco, 
Demetrio,  hijo  de  Demetrio,  vino  de 
Creta  al  país  de  sus  padres  ;  68  y  ha- 
biéndolo sabido  el  rey  Alejandro,  tu- 
vo gran  ipena  y  se  volvió  a  Antio- 
quía.  "  Demetrio  tomó  por  general 
a  Apolonio,  gobernador  de  la  Cele- 
siria,  quien  juntó  un  gran  ejército 
y  vino  a  acampar  en  Yamnia.  Desde 
allí  envió  a  decir  a  Jonatás,  sumo 
sacerdote  :  70  «Tú  eres  el  único  que 
te  levantas  contra  nosotros,  y  yo  he 
llegado  a  ser  objeto  de  risa  y  de 
oprobio  por  tu  causa.  ¿  Por  qué  osas 
hacerte  fuerte  en  los  montes  contra 
nosotros  ?  71  Ahora  bien,  si  confías 
en  tus  fuerzas,  desciende  hacia  nos- 
otros al  llano  y  midamos  allí  nues- 
tras fuerzas,  pues  conmigo  están  las 
ciudades  poderosas.  72  Infórmate  y 
sabrás  quién  soy  yo  y  quiénes  los 
otros  que  me  prestan  auxilio.  Ellos 
afirman  que  no  podréis  manteneros 
en  pie  ante  nosotros,  ya  que  por 
dos  veces  fueron  puestos  en  fuga  tus 
padres  en  su  mismo  país.  73  Ahora 
no  podrás  contener  el  ímpetu  de  la 
caballería  y  del  gran  ejército  en  el 
llano,  donde  no  hay  piedras,  ni  ro- 
cas, ni  lugar  donde  refugiarse.» 

74  Cuando  Jonatás  ovó  las  palabras 
de  Apolonio,  se  llenó  de  indigna- 
ción ;  y  escogiendo  diez  mil  hom- 
bres, salió  de  Jerusalén,  y  su  herma- 
no Simón  vino  a  unirse  con  él  para 
ayudarle.  76  Acampó  junto  a  Jope  ; 
los  ciudadanos  les  cerraron  las  puer- 
tas, pues  había  en  ella  una  guar- 
nición de  Apolonio.  Pero  la  ataca- 
ron, 76  y  atemorizados  los  ciudadanos, 
abrieron  las  puertas,  apoderándose 
Jonatás  de  Jope. 

77  Así  que  Apolonio  se  informó,  sa- 
có del  campamento  tres  mil  jinetes 
y  numerosa  tropa  78  y  se  encaminó  a 
Azoto,  como  fingiendo  retirarse  ;  pe- 
ro al  propio  tiempo  avanzó  hacia  la 
llanura,  pues  tenía  numerosa  caba- 
llería, en  la  que  confiaba.  Jonatás 
le  siguió  detrás  del  lado  de  Azoto, 
y  los  dos  ejércitos  trabaron  batalla. 
19  Apolonio  había  dejado  a  espaldas 
de    los   enemigos   emboscados  mil 


caballos.  M  Supo  Jonatás  que  tenía 
preparada  detrás  de  sí  una  asechan- 
za, y  aunque  unos  y  otros  rodearon 
el  campo  y  lanzaron  flechas  contra 
el  pueblo  desde  la  mañana  hasta  la 
tarde,  81  el  pueblo  se  mantuvo  firme, 
como  había  ordenado  Jonatás,  hasta 
que  la  caballería  se  cansó.  82  Luego 
hizo  adelantar  Simón  sus  tropas,  y 
acometió  a  la  falange,  pues  la  caba- 
llería estaba  ya  debilitada  ;  los  sirios 
fueron  derrotados  por  él  y  puestos 
en  fuga.  83  La  caballería  se  dispersó 
por  el  llano,  y,  huyendo  hacia  Azo- 
to, entraron  en  Bet-Dagón,  el  tem- 
plo de  su  ídolo,  para  salvarse.  M  Jo- 
natás puso  fuego  a  Azoto  y  a  las 
ciudades  citcunvecinas,  después  de 
apoderarse  de  susi  despojos,  y  dió  a 
las  llamas  el  templo  de  Dagón  coa 
los  que  en  él  se  habían  refugiado. 
**  Y  fueron  los  que  perecieron  por  la 
espada  y  el  incendio  unos  ocho  mil 
hombres. 

86  Levantó  de  allí  el  campamento 
Jonatás  y  vino  a  acampar  junto  a 
Ascalón,  cuyos  habitantes  salieron  a 
su  encuentro  con  grandes  agasajos. 
67  Jonatás  se  volvió  después  a  Jeru- 
salén con  los  suyos,  cargados  de  rico 
botín.  88  Cuando  el  rey  Alejandro  oyó 
estos  sucesos,  concedió  nuevos  ho- 
nores a  Jonatás,  89  le  envió  la  hebilla 
de  oro,  que  se  acostumbra  dar  a  los 
parientes  de  los  reyes,  y  le  dió  el 
dominio  de  Acarón  y  de  todo  su  te- 
rritorio. 


Muerte  de  Alejandro  y  Tolomeo 

i  i  1  El  rey  de  Egipto  juntó  tropas 
-LJ-  innumerables  como  las  arenas 
de  la  orilla  del  mar,  y  muchas  na- 
ves ;  e  intentaba  apoderarse  por  en- 
gaño del  reino  de  Alejandro  y  ane- 
xionarlo a  su  propio  reino.  2  Se  en- 
caminó a  Siria,  aparentando  amis- 
tad ;  los  habitantes  de  las  ciudades 
le  abrían  las  puertas  y  salían  a  reci- 
birle, pues  había  mandado  el  rev 
Alejandro  que  le  saliesen  al  encuen- 
tro, pues  que  era  su  suegro.  '  Así 
que  Tolomeo  entraba  en  las  ciuda- 
des, ponía  en  cada  una  de  ellas  tro- 


97  Demetrio,  hijo  de  Demetrio  :  Demetrio  II  Nicátor,  hijo  de  Demetrio  I  Soter, 
que  había  sido  depuesto  por  Balas. 

88  Bet-Dagón  :  o  casa  de  Dagón.  Dagón  era  la  divinidad  nacional  de  los  filisteos, 
mencionada  en  Jue.  16,  23,  y  1  Re.  5,  2.  Su  templo  famoso  estaba  en  Azoto. 

88  Hebilla  t>e  oro  :  o  fíbula  ;  servía  para  fijar  sobre  el  pecho  o  espalda  el  manto 
flotante. 


-  1763  - 


U4-18 


T  MACA HEOS 


ti  19-32 


pas  de  guarnición.  4  Al  acercarse  a 
Azoto,  le  mostraron  el  templo  de 
Dagón  incendiado,  la  ciudad  y  6us 
arrabales  en  ruinas,  los  cadáveres  es- 
parcidos y  los  restos  de  los  que  ha- 
bían sido  quemados  en  la  guerra, 
pues  habían  hecho  montones  de  ellos 
al  borde  del  camino.  r'  Contáronle  al 
rey  lo  que  había  hecho  Jonatás,  para 
hacérselo  odioso  ;  mas  el  .rey  calló. 

*  Vino  Jonatás  al  encuentro  del  rey 
a  Jope  con  toda  pompa,  se  saluda- 
ron mutuamente  y  durmieron  allí. 
7  Jonatás  fué  luego  con  el  rey  hasta 
el  río  llamado  Eléutero  ;  después  se 
volvió  a  Jerusalén.  8  Mas  el  rey  To- 
lomeo  se  apoderó  de  las  ciudades  de 
la  costa  hasta  Seleucia  marítima, 
maquinando  perversos  planes  con- 
tra Alejandro.  0  Envió  embajadores 
al  rey  Demetrio,  diciéndole  :  «Ven, 
hagamos  alianza  entre  nosotros,  v 
te  daré  mi  hija,  desposada  con  Ale- 
jandro, y  reinarás  sobre  el  reino  de 
tu  padre.  10  Me  arrepiento  de  ha- 
berle dado  mi  hija,  pues  ha  buscado 
matarme.»  11  Así  lo  infamaba,  porque 
tenia  envidia  de  su  reino.  12  Y  ha- 
biéndole quitado  su  hija,  se  la  dió 
a  Demetrio,  rompiendo  con  Alejan- 
dro y  haciéndose  pública  su  enemis- 
tad a  Entró  Tolomeo  en  Antioquía 
y  ciñó  su  cabeza  con  la  diadema  de 
Asia,  poniendo  así  sobre  su  cabeza 
dos  diademas  :  la  de  Egipto  y  la  de 
Asia. 

-  Hallábase  por  aquella  sazón  el 
rey  Alejandro  en  Cilicia,  pues  se 
habían  rebelado  los  habitantes  de 
aquel  país.  16  Cuando  supo  Alejandro 
lo  ocurrido,  marchó  contra  él  pa- 
ra combatirle.  Tolomeo  desplegó  su 
ejército  y  le  fué  al  encuentro  con 
poderosas  fuerzas,  y  le  puso  en  hui- 
da. 14  Huvó  Alejandro  a  la  Arabia  a 
buscar  allí  un  refugio,  mientras  que 
el  rey  Tolomeo  triunfó.  "  El  árabe 
Xabdiel  cortó  la  cabeza  a  Alejandro 
y  se  la  envió  a  Tolomeo.  18  Tres  días 
después  murió  el  rey  Tolomeo,  y  los 
suyos  (egipcios),  que  estaban  en  las 


fortalezas,  perecieron  a  manos  de  los 
habitantes  de  las  mismas.  10  Deme- 
trio empezó  a  reinar  el  año  ciento 
sesenta  y  siete. 

Jonatás  y  Demetrio 

^Por  aquellos  días  congregó  Jo- 
natás a  los  hombres  de  Judea,  para 
apoderarse  de  la  ciudadela  de  Jeru- 
salén, contra  la  cual  levantó  muchas 
máquinas  de  guerra.  a  Pero  algunos 
hombres  impíos,  que  odiaban'  a  su 
propia  nación,  fueron  al  rey  Deme- 
trio y  le  informaron  cómo  Jonatás 
asediaba  la  fortaleza.  22  Oído  esto,  se 
ii'ritó  ;  y  apenas  oído,  pasó  al  ins- 
tante a  Tolemaida  y  escribió  a  Jona- 
tás que  cesase  en  el  cerco  de  la  ciu- 
dadela y  viniera  a  su  encuentro  a 
Tolemaida  inmediatamente  para  con- 
ferir con  él.  a  Recibido  el  mensa- 
je, Jonatás  ordenó  que  continuase  el 
cerco,  y  escogiendo  algunos  ancianos 
de  Israel  y  sacerdotes,  se  expuso  al 
peligro.  21  Habiendo  tomado  plata, 
oro,  vestidos  y  otros  muchos  presen- 
tes, partió  a  presentarse  al  rey  en 
Tolemaida,  y  recibió  de  él  acogida 
favorable,  20  a  pesar  de  que  algunos 
imipíos  de  la  nación  le  acusaban. 

28  El  rey  hizo  por  él  lo  que  habían 
hecho  sus  antecesores,  colmándole 
de  honores  en  presencia  de  todos  sus 
amigos  ;  w  le  confirmó  en  el  sumo 
sacerdocio  y  en  cuantos  honores  te- 
nía precedentemente,  e  hizo  que  fue- 
se contado  entre  sus  principales  ami- 
gos. 28  Jonatás  suplicó  al  rey  que  li- 
brase de  tributos  la  Judea  y  las  tres 
toparquías  de  Samaría,  prometiéndo- 
le, en  cambio,  trescientos  talentos. 
28  Asintió  el  rey,  y  acerca  de  todas 
estas  cosas  escribió  a  Jonatás  cartas 
de  este  tenor  : 

80  «El  rey  Demetrio  a  su  herma- 
no Jonatás  y  a  la  nación  de  los  ju- 
díos, salud.  81  Os  enviamos  copia  de 
la  carta  que  hemos  escrito  a  Láste- 
nes,  nuestro  pariente,  acerca  de  vos- 
otros, para  que  la  conozcáis.  K  El 


-t  -J     1  ElÉUKRO  :   actual  Nahr-el-Kcbir,  que  desemboca  al  N.  fie  Trípoli. 
J-X    io  jja  bXjscado  matarme  :  Josefo  (Ant.  13,  5,  6)  nos  habla  de  este  conato  de  ho- 
micidio. 

28  Las  ra  ES  toparquías  de  Samaría  !  así  traducimos,  aunque  el  texto  erieíro  y  la 
Vulgata  ponen  las  tres  toparquías  y  la  Samaría.  Esta  última  lección  parece  defecto 
de  copista,  ya  que  mal  se  explica  que  Jonatás  teiura  interés  por  un  país  hostil  a  su 
pueblo  (cf.  10,  30). 

a  Lástenes,  su  padre  ¡  padre,  como  pariente,  del  v.  31,  parecen  títulos  puramente 
honoríficos  y  equivalentes  a  niiiijji)  o  consejero  íntimo.  Se«ún  Josefo  (Ant.  13,  4,  5), 
I.astenes  era  cretense  y  había  ayudado  con  tropas  mercenarias  a  Demetrio  a  recon- 
quistar su  trono.  Siendo  uobernador  de  Celesiria,  Demetrio  le  diritre  a  él  esta  carta 
en  favor  de  los  judíos. 


—  1764  — 


11  33-42 


I  MACABEOS 


11  43-55 


rey  Demetrio,  a  Lástenes,  su  padre, 
salad.  33  Hemos  decidido  favorecer  al 
pueblo  de  los  judíos,  que  son  nues- 
tros amigos  y  observan  lo  que  es 
justo  con  nosotros  ;  a  causa  de  la 
?>enevolencia  que  nos  han  testimo- 
niado, 34  les  confirmamos  en  la  po- 
sesión de  los  territorios  de  la  Judea 
y  de  los  tres  distritos  de  Efraím, 
Lidda  y  Ramataim,  con  todas  sus  de- 
pedencias,  que,  desprendidos  de  Sa- 
maría, se  incorporar on  a  Judea.  En 
favor  de  todos  los  que  van  a  ofrecer 
sacrificios  a  Jerusalén  hacemos  esta 
concesión:  en  lugar  de  los  tributos 
(pie  el  rey  percibía  antes  de  ellos  ca- 
da año,  de  los  frutos  de  la  tierra  y 
de  los  árboles.  35  En  cuanto  a  los  res- 
tantes tributos  que  nos  pertenecen, 
diezmos,  y  tributos  que  nos  pertene- 
cen de  las  salinas,  y  los  correspon- 
dientes de  las  coronas,  desde  ahora 
mismo  30  se  los  perdonamos  todos  3r 
no  serán  derogados  estos  favores  des- 
de ahora  para  siempre.  37  Así,  pues, 
cuidad  de  hacer  una  copia  de  este 
decreto  y  entregádsela  a  Jonatás  pa- 
ra que  la  coloque  en  el  monte  santo 
y  en  lugar  visible.» 

38  Viendo  el  rey  Demetrio  que  el 
país  estaba  tranquilo  con  su  domi- 
nio y  que  nada  se  le  oponía,  despa- 
chó todas  sus  tropas,  cada  uno  a  sus 
casas,  excepto  las  tropas  extranjeras 
que  había  reclutado  en  las  islas  de 
las  naciones.  Por  esto  se  atrajo  el 
odio  de  cuantas  tropas  habían  servi- 
do a  sus  padres.  38  Trifón,  que  había 
sido  antes  de  los  partidarios  de  Ale- 
jandro, cuando  vio  que  todas  las  tro- 
pas murmuraban  contra  Demetrio,  se 
dirigió  al  árabe  Emalcuel,  que  cria- 
ba al  niño  Antíoco,  hijo  de  Alejan- 
dro, 40  instándole  para  que  se  lo  en- 
tregase, a  fin  de  que  ocupase  el  trono 
de  su  padre.  Contóle  cuanto  había 
hecho  Demetrio  y  cómo  todo  su  ejér- 
cito le  aborrecía.  Permaneció  allí  mu- 
chos días. 

41  Entretanto,  envió  a  pedir  Jona- 
tás al  rey  Demetrio  que  retirase  la 
guarnición  de  la  ciudadela  de  Jeru- 
salén y  de  las  otras  fortalezas,  por- 
que hacían  la  guerra  a  Israel.  43  Res- 
pondió Demetrio  a  Jonatás,  dicién- 1 


dolé  :  «No  sólo  esto  te  haré  a  ti  y  a 
tu  nación,  sino  que  te  elevaré  a  ma- 
yor gloria  a  ti  y  a  tu  nación,  cuando 
encuentre  circunstancias  propician 
■  Entretanto,  harás  bien  enviándome 
hombres  a  nji  socorro,  pues  todo  mi 
ejército  me  ha  abandonado.»  44  Jona- 
tás envió  a  Antioquía  tres  mil  hom- 
bres de  los  más  valerosos,  y  se  diri- 
gieron al  rey,  quien  con  su  llegada 
se  alegró.  45  Amotináronse  en  medio 
de  la  ciudad  los  habitantes  en  nú- 
mero de  ciento  veinte  mil  hombres, 
pretendiendo  matar  al  rey.  46  Se  re- 
fugió el  rey  en  su  palacio,  mientras 
los  ciudadanos  ocuparon  las  calles 
de  la  ciudad  y  comenzaron  a  comba- 
tir. 

47  Llamó  entonces  el  rey  en  su  au- 
xilio a  los  judíos,  que  todos  a  una 
se  reunieron  junto  a  él,  se  desparra- 
maron por  la  ciudad,  4S  mataron  en 
aquel  día  hasta  cien  mil,  incendia- 
ron la  ciudad,  cogieron  rico  botín 
aquel  día  y  salvaron  al  rey.  49  Cuan- 
do vieron  los  habitantes  que  los  ju- 
díos eran  dueños  absolutos  de  la  ciu- 
dad, decayeron  de  ánimo,  y,  supli- 
cantes, clamaron  al  rey,  diciendo  : 
50  «Concédenos  la  paz  y  que  cesen  los 
judíos  de  combatir  contra  nosotros  y 
contra  la  ciudad.»  51  Y  depusieron  las 
armas  e  hicieron  la  paz.  Con  esto, 
los  judíos  consiguieron  grande  glo- 
ria ante  el  rey  y  ante  todos  los  de 
su  reino,  y  volvieron  a  Jetusalén  con 
rico  botín. 


Otras  victorias  de  Jonatás 

52  Sentóse  el  rey  Demetrio  en  el 
trono  de  su  reino,  y  el  país  estuvo 
tranquilo  ante  él.  "  Pero  faltó  a  todo 
lo  que  había  prometido,  y  se  enajenó 
a  Jonatás,  .porque  no  correspondió  a 
la  benevolencia  que  le  había  teni- 
do, y  además  le  molestaba  mucho. 
54  Después  de  esto  volvió  Trifón,  tra- 
yendo consigo  al  joven  niño  Antío- 
cc  ;  le  proclamó  rey  y  ciñóle  la  dia- 
dema. 55  En  torno  suyo  se  reunieron 
todas  las  tropas  que  Demetrio  había 
licenciado,  y  combatieron  contra  és- 
te, que  fué  derrotado  y  obligado  a 


**  Van  a  ofrecer  sacrificios  :  todo  el  versículo  es  oscuro.  Parece  que  se  han  per- 
dido algunas  palabras  o  que  hay  que  suplir  otras. 

•*  Trifón:  personaje  muy  conocido  en  la  historia  profana.  Su  nombre  era  Diodoto; 
pero  por  su  ambición  y  crímenes  fué  llamado,  después  que  llegó  al  Poder,  Trifón 
(=el  disolutol.  ||  Emalcuel:  tomamos  la  transcripción  de  la  Vulgata.  En  el  texto 
griego  y  en  los  autores  profanos,  el  nombre  se  presenta  con  ortografía  muy  variada. 


-  1765  ~ 


1  1  56-70 


I  MACARROS 


11  71~12  io 


huir.  "  Trifón  se  apoderó  de  los  ele- 
fantes y  dominó  Antioquía. 
^ 67  Antfoco  el  joven  escribió  a  Jona- 
tás  en  estos  términos  :  «Yo  te  con- 
firmo en  el  sumo  sacerdocio,  v  te 
constituyo  sobre  los  cuatro  territo- 
rios, y  te  concedo  ser  de  los  amigos 
del  rey.»  68  Y  le  envió  vajilla  de  oro 
y  un  servicio  de  mesa,  otorgándole 
el  derecho  de  beber  en  vasos  de  oro, 
de  vestir  púrpura  y  usar  hebilla  de 
oro.  M  Y  a  Simón,  eu  hermano,  le 
estableció  gobernador  del  país  desde 
la  Escalera  de  Tiro  hasta  los  confi- 
nes de  Egipto. 

60  Salió  luego  Jonatás  y  recorrió  el 
país  del  otro  lado  del  río  Jordán, 
como  también  las  ciudades  ;  y  se  le 
unieron  para  combatir  con  él  todas 
las  tropas  de  Siria.  Vino  a  Asca- 
lón;  cuyos  habitantes  le  hicieron  un 
recibimiento  muy  honroso.  61  De  allí 
pasó  a  Gaza.  Los  habitantes  de  Gaza 
le  cerraron  sus  puertas,  mas  él  la 
asedió  e  incendió  sus  arrabales  y  los 
saqueó.  62  Entonces  los  de  Gaza  su- 
plicaron a  Jonatás  y  éste  los  otorgó 
la  paz  ;  pero  tomó  en  rehenes  los 
hijos  de  sus  jefes  y  los  envió  a  Je- 
rusalén.  Y  recorrió  así  el  país  hasta 
Damasco.  63  Tuvo  entonces  noticia  Jo- 
natás de  que  algunos  generales  de 
Demetrio  se  hailaban  en  Cades  de 
Galilea  con  numerosa  tropa,  con  la 
intención  de  apartarle  de  su  empre- 
sa. M  El  les  salió  al  paso,  dejando 
a  su  hermano  Simón  en  la  región. 
85  Simón  avanzó  contra  Betsur  y  la 
combatía  muchos  días,  teniéndola 
cercada.  66  Le  pidieron  la  paz,  que 
él  les  otorgó.  Los  arrojó  de  allí  y, 
apoderándose  de  la  ciudad,  puso  en 
ella  una  guarnición.  67  Jonatás,  con 
su  ejército,  acampó  junto  a  las  aguas 
de  Genesar,  y  al  día  siguiente  se 
puso  en  marcha  de  madrugada  ha- 
cia la  llanura  de  Asor,  08  donde  le 
salió  al  encuentro  en  la  llanura  el 
ejército  extranjero,  que  había  pues- 
to contra  él  una  emboscada  en  los 
montes.  Marcharon  a  su  encuentro 
de  frente,  80  y  los  emboscados  salie- 
ron de  sus  puestos  y  trabaron  com- 
bate. 70  Los  de  Jonatás  huyeron  to- 
dos, no  quedando  ni  uno  solo,  a  ex- 
cepción de  Matatías,  hijo  de  Absa- 


lón,-  y  Judas,  hijo  de  Calfi,  capitanes 
de  los  ejércitos.  11  Jonatás  entonces 
rasgó  sus  vestidos,  puso  polvo  sobre 
su  cabeza  y  oró.  72  Volvió  luego  con- 
tra ellos  al  combate,  los  derrotó  v 
puso  en  fuga.  73  Viendo  esto  los  su- 
yos, que  huían,  se  volvieron  de  nue- 
vo a  él,  y  juntos  con  él  los  persi- 
guieron hasta  Cades,  donde  estaba 
su  campamento,  y  aquí  acamparon. 
™  Perecieron  aquel  día  de  los  extran- 
jeros unos  tres  mil  hombres.  Jonatás 
se  volvió  a  Jerusalén. 


Embajada  de  Jonatás  a  Roma  y  a 
Esparta 

"I  O  1  Viendo  Jonatás  que  las  cir- 
í£d  cunstancias  le  eran  favorables, 
escogió  algunos  hombres  y  los  envió 
a  Roma,  para  confirmar  y  renovar 
la  amistad  con  ellos.  2  Y  a  "los  espar- 
tanos y  a  otros  pueblos  envió  tam- 
bién cartas  en  el  mismo  sentido. 
3  Partieron,  pues,  para  Roma,  y  en- 
trando en  el  Senado,  dijeron  :  «Jo- 
natás, el  sumo  sacerdote,  y  la  nación 
de  los  judíos  nos  han  enviado  para 
renovar  entre  nosotros  la  amistad  y 
alianza  que  antes  existieron.»  4  Y  les 
fueron  dadas  cartas  para  las  auto- 
ridades de  cada  lugar,  para  que  pu- 
dieran volver  en  paz  al  país  de  Judá. 

6  Esta  es  la  copia  de  las  cartas  que 
Jonatás  escribió  a  los  espartanos  : 
"  «Jonatás,  sumo  sacerdote  ;  el  sena- 
do de  la  nación,  los  sacerdotes  y  el 
restante  pueblo  de  los  judíos,  a  los 
hermanos  de  Esparta,  salud.  7  Ya  en 
tiempos  pasados  fueron  enviadas  car- 
tas a  Onías,  sumo  sacerdote,  de  par- 
te de  Ario,  que  reinó  entre  vosotros, 
en  que  se  decía  que  sois  nuestros 
hermanos,  como  lo  certifica  la  ad- 
junta copia.  8  Recibió  Onías  con  ho- 
nor al  hombre  enviado  v  tomó  las 
cartas  en  las  que  se  hablaba  clara- 
mente de  alianza  y  amistad.  •  Aun- 
que nosotros  hada  necesitamos  de 
estas  cosas,  teniendo  como  consola- 
ción las  escrituras  santas  que  están 
en  nuestras  manos,  10  todavía  hemos 
procurado  enviaros  quien  renueve 
con  vosotros  la  fraternidad  y  amis- 
tad para   no  hacernos  extraños  a 


*  Elefantes  :  asi  traducimos  el  griego  ta  thería,  pues  tales  eran  los  animales  que 
componían  el  ejército  de  Demetrio  (cf.  i,  i.S  ;   16,  30). 

69  I.a  Escalera  de  Tiro  :  según  Josefo  (Bell.  2,  10,  2),  era  asf  llamada  una  alta 
montaña  que  se  alzaba  al  borde  del  inar,  cien  estadios  al  N\  de  Tolemaida. 


—  1766  — 


12 


I  MACA BEOS 


12  26-38 


vosotros,  pues  muchos  años  han  ya 
transcurrido  desde  que  nos  envias- 
teis una  embajada.  11  Nosotros,  pues, 
en  todo  tiempo  nos  acordamos  ince- 
santemente de  vosotros  en  las  so- 
lemnidades y  en  los  restantes  días 
sagrados,  en  los  sacrificios  que  ofre- 
cemos y  en  las  oraciones,  como  es 
justo  y  conveniente  acordarse  de 
sus  hermanos.  12  Nos  regocijamos  de 
vuestra  gloriosa  fama.  13  A  nosotros 
nos  asedian  muchas  tribulaciones  y 
muchas  guerras,  ya  que  nos  comba- 
ten los  reyes  vecinos  nuestros.  M  No 
quisimos  en  estas  guerras  molesta- 
ros a  vosotros  ni  a  los  demás  alia- 
dos y  amigos  nuestros,  15  porque  con- 
tamos con  el  socorro  del  cielo,  que 
viene  en  nuestra  ayuda  ;  por  lo  que 
nos  hemos  librado  de  los  enemigos, 
y  éstos  fueron  humillados.  M  Hemos 
elegido,  pues,  a  Numenio,  hijo  de 
Antíoco,  y  a  Antípatro,  hijo  de  Ja- 
són,  y  los  enviamos  a  los  romanos 
para  renovar  con  ellos  la  antigua 
amistad  y  alianza,  "  y  les  hemos  da- 
do el  encargo  de  ir  a  vosotros  y  sa- 
ludaros y  entregaros  nuestras  car- 
las  concernientes  a  la  renovación  de 
nuestra  fraternidad.  18  Y  ahora  nos 
haréis  un  favor  contestándonos  so- 
bre esto.» 

79  Esta  es  la  copia  de  las  cartas 
enviadas  a  Onías  :  20  «Ario,  rey  de 
los  espartanos,  a  ünías,  sumo  sacer- 
dote, salud  :  21  Se  ha  encontrado  en 
un  documento  escrito  sobre  los  es- 
partanos y  judíos  que  ambos  son 
hermanos  y  que  son  del  linaje  de 
Abraham.  23  Ahora,  desde  que  esto 
sabemos,  nos  daréis  gusto  escribién- 
donos si  gozáis  de  paz.  23  Nosotros, 
a  la  vez,  os  responderemos.  Vuestro 
ganado  y  vuestra  hacienda  son  nues- 
tros, y  lo  nuestro,  vuestro  es.  Y  es- 
to es  lo  que  les  encargamos  que  os 
digan.» 

s  Supo  Jonatás  que  los  generales 
de  Demetrio  habían  vuelto  para  ata- 
carle con  tropas  mayores  que  antes, 
25  y  salió  de  Jerusalén  a  su  encuen 


tro  a  la  región  de  Emat,  porque  no 
quiso  darles  tiempo  para  invadir  su 
tierra.  26  Envió  exploradores  al  cam- 
pamento enemigo,  quienes  al  volver 
les  anunciaron  que  tenían  orden  de 
caer  por  sorpresa  sobre  ellos  duran- 
te la  noche.  27  Así  que  se  puso  el 
sol,  Jonatás  mandó  a  los  suyos  vigi- 
lar y  estar  sobre  las  armas  durante 
la  noche,  preparados  para  la  bata- 
lla, y  destacó  centinelas  avanzados 
alrededor  del  campamento.  28  Pero 
los  enemigos,  habiendo  sabido  que 
Jonatás  y  los  suyos  estaban  prepara- 
dos para  el  combate,  temieron,  de- 
cayeron de  ánimo,  encendieron  ho- 
gueras en  su  campamento  y  huye- 
ron. 29  Jonatás  y  los  suyos  no  6e 
apercibieron  hasta  la  madrugada, 
pues  veían  las  hogueras  encendidas. 
30  Los  persiguió  Jonatás;  pero  no  los 
alcanzó,  porque  habían  atravesado 
el  río  Eleutero.  81  Entonces  volvió 
sus  armas  Jonatás  contra  los  árabes 
llamados  zabadeos,  los  derrotó  y  to- 
mó sus  despojos.  62  Poniéndose  de 
nuevo  en  marcha,  avanzó  hacia  Da- 
masco, atravesando  toda  la  región. 

33  Simón,  por  su  parte,  se  puso  en 
marcha  y  avanzó  hasta  Ascalón  y 
las  próximas  fortalezas  ;  luego  se  di- 
rigió a  Jope  y  la  tomó,  54  porque  ha- 
bía sabido  que  los  ciudadanos  que- 
rían entregar  la  fortaleza  a  los  par- 
tidarios de  Demetrio,  y  puso  allí 
una  guarnición  para  custodiarlo. 
M  Vuelto  Jonatás,  reunió  a  los  an- 
cianos del  pueblo  y  decidió  con  ellos 
edificar  fortalezas  en  Judea,  66  alzar 
las  murallas  de  Jerusalén  y  levantar 
un  alto  muro  entre  la  ciudadela  y 
la  ciudad,  a  fin  de  separar  aquélla 
de  ésta  y  que  quedase  aislada,  sin 
que  pudiesen  comprar  ni  vender. 
3'  Habiéndose  reunido  los  obreros 
para  construir  la  ciudad,  se  vino  al 
suelo  un  trozo  del  muro  que  da  al 
valle,  hacia  oriente,  y  se  restauró  la 
parte  llamada  Cafenata.  M  Simón  edi- 
ficó también  Adida,  en  la  Sefela,  y 
la  fortificó  con  puertas  y  cerrojos. 


-j  O    *  Emat  :  región  sobre  el  Orantes.  I.a  ciudad  de  Emat  daba  el  nombre  a  todo 
el  distrito. 

M  Encendieron  hogueras  :  es  una  estratagema  con  que  disimular  la  retirada  y  no 
ser  alcanzados  en  la  huida.  Las  palabras  «y  huyeron»  faltan  en  muchos  códices  grie- 
gos y  en  la  Vulgata  ;  pero  están  en  otros  códices,  y  por  lo  menos  parece  deben 
sobreentenderse. 

31  Zabadeos  :  no  se  halla  otra  mención  de  esta  tribu  árabe. 

31  Se  vino  ai.  suelo  :  escogemos  esta  lección  del  códice  alejandrino  y  la  Vulgata 
como  más  coherente.  Otros  tienen  eggiscn  (=se  acercó).  Se  pudiera  también  traducir 
en  pluscuamperfecto  :  habia  caído,  quizás  desde  el  tiempo  de  Antíoco. 


-  1/67  - 


12  39-53 


I  MACABEOS 


13  1-M 


Muerte  de  Jonatás 

m  Trifón  aspiraba  a  reinar  sobre 
Asia  y  ceñirse  la  diadema  quitando 
la  vida  al  rey  Antíoco.  40  Pero,  te- 
miendo que  Jonatás  no  le  dejase  y 
le  declarase  la  guerra,  buscaba  el 
medio  de  apoderarse  de  él  y  matar- 
lo. Se  puso  en  camino  y  marchó  a 
Retsán.  "Salió  a  su  encuentro  Jona- 
tás con  cuarenta  mil  hombres,  gue- 
rreros escogidos,  y  marchó  sobre  Bet- 
sán.  42  Cuando  Trifón  vió  que  Jona- 
tás venía  con  tan  numeroso  ejército 
temió  poner  sus  manos  sobre  él,  43  le 
recibió  honrosamente,  le  introdujo 
a  todos  sus  amigos  y  le  ofreció  pre- 
sentes, ordenando  a  sus  amigos  y  a 
sus  tropas  que  le  obedeciesen  como 
a  él  mismo.  44  Dijo  luego  a  Jonatás  : 
«¿  Por  qué  has  molestado  a  todo  el 
pueblo  no  habiendo  guerra  entre 
nosotros  ?  46  Despáchalos,  pues,  a  sus 
casas,  escogiéndote  unos  pocos  para 
acompañarte,  y  ven  conmigo  a  To- 
lemaida.  Te  la  entregaré,  así  como 
las  demás  fortalezas,  muchas  tropas 
y  los  oficiales  reales.  Luego  me  vol- 
veré, pues  sólo  para  esto  he  venido.» 

48  Jonatás  le  creyó  e  hizo  lo  que 
le  decía,  licenciando  a  sus  tropas, 
que  se  volvieron  a  la  tierra  de  Judá. 
4'  Retuvo  consigo  tres  mil  hombres, 
de  los  que  envió  dos  mil  a  Galilea  y 
mil  le  acompañaron.  48  Apenas  en- 
tró Jonatás  en  Tolemaida,  cuando 
los  habitantes  cerraron  las  puertas, 
le  prendieron  a  él  y  a  cuantos  le 
acompañaban  y  los  pasaron  por  la 
espada.  49  Luego  Tritón  envió  fuer- 
zas y  caballería  a  la  Galilea  y  a  la 
gran  llanura  para  aniquilar  a  todos 
los  partidarios  de.  Jonatás.  60  Supie- 
ron que  había  sido  preso  y  muerto 
Jonatás  y  los  que  le  acompañaban, 
y  se  animaron  mutuamente,  salien- 
do en  formación,  prontos  para  com- 
batir. "  Viendo  los  que  les  perse- 
guían que  estaban  decididos  a  de- 
fender su  vida,  se  volvieron. 

"  Así  se  fueron  todos,  sin  ser  in- 
quietados, a  la  tierra  de  Judá,  y  llo- 
raron a  Jonatás  y  a  sus  compañeros! 
Un,  gran  temor  se  apoderó  de  ellos, 
y  todo  Israel  hizo  gran  duelo.  K  En- 
tonces todas  las  naciones  circunve- 
cinas buscaban  aniquilarlos,  pues  de- 
cían :   «No  tienen  caudillo  ni  quien 


los  socorra  ;  luchemos,  pues,  ahora 
contra  ellos  y  borremos  su  memoria 
de  entre  los  hombres.» 


Elevación  de  Simón 

I  O  1  Supo  Simón  que  había  con- 
J-_  gregado  Trifón  un  numeroso 
ejército  para  atacar  la  tierra  de  Ju- 
dá y  asolarla  ;  2  y  viendo  el  pueblo 
espantado  y  tímido,  subió  a  Jerusa- 
lén  y  convocó  al  pueblo.  8  Los  exhor- 
taba diciéndoles  :  «Vosotros  mismos 
sabéis  lo  que  yo,  mis  hermanos  y  la 
casa  de  mi  padre  hemos  hecho  en 
favor  de  las  leyes  y  el  santuario, 
las  guerras  y  las  apreturas  que  he- 
mos soportado.  4  Por  esta  causa  pe- 
recieron todos  mis  hermanos  en  fa- 
vor de  Israel  y  he  quedado  yo  solo. 
5  Y  ahora  líbreme  Dios  de  rehuir  el 
peligro  de  mi  vida  en  algún  tiempo 
de  tribulación,  pues  no  valgo  yo 
más  que  mis  hermanos;  "  antes  bien, 
quiero  tomar  la  defensa  de  mi  na- 
ción y  del  santuario,  de  nuestras 
mujeres  e  hijos,  ahora  que  por  odio 
se  han  unido  todas  las  naciones  pa- 
ra destruirnos.»  '  Al  oír  estas  pala- 
bras se  enardeció  el  espíritu  de  su 
pueblo,  8  y  a  grandes  voces  respon- 
dieron diciendo  :  «Tú  eres  nuestro 
caudillo  en  lugar  de  Judas  y  de  Jo- 
natás, tu  hermano.  *  Combate  nues- 
tras batallas  y  haremos  cuanto  nos 
digas.» 

lu  Reunió  Simón  todos  los  hombres 
guerreros  ;  se  dió  prisa  a  terminar 
las  murallas  de  Jerusaléu,  que  que- 
dó fortificada  en  derredor.  11  Envió 
a  Jonatás,  hijo  de  Absalón,  con  fuer- 
zas considerables  a  Jope  y,  echando 
de  allí  a  los  habitantes,"  moró  en 
ella.  "Trifón  salió  de  Tolemaida 
con  un  numeroso  ejército  para  in- 
vadir el  país  de  Judá,  conduciendo 
consigo  a  Jonatás  prisionero.  a  Si- 
món acampó  en  Adida,  frente  a  la 
llanura. 

14  Cuando  supo  Trifón  que  había 
tomado  el  mando  Simón  en  lugar  de 
su  hermano  Jonatás  y  que  se  dispo- 
nía a  entablar  batalla,  le  envió  men- 
sajeros "diciendo:  «Hemos  aprisio- 
nado a  tu  hermano  Jonatás  por  cau- 
sa de  la  deuda  que  tenía  con  el  te- 
soro real  en  los  cargos  que  desem- 


13 


"Considerables:  literalmente ,  suficientes  (Humen).  La  Vulaata  traduce  fuei- 
zas  nuevas,  leyendo  kaínen. 

-  l7éi  — 


13  !6-29 


I  MACABEOS 


13  30-42 


peñaba.  16  Envía,  pues,  cien  talentos 
de  plata  y  a  dos  de  sus  hijos  como 
rehenes,  no  sea  que  al  ser  libertado 
se  vuelva  contra  nosotros,  y  lo  de- 
jaremos ir.»  17  Aunque  comprendió 
Simón  que  le  hablaban  dolosamen- 
te, envió  el  dinero  y  los  dos  niños, 
por  no  levantar  contra  sí  una  gran 
enemistad  del  pueblo,  que  dirían  : 
1S  «Porque  no  ha  enviado  el  dinero 
v  los  niños,  por  esto  pereció  Jona- 
tás.v  19  Envió,  pues,  los  niños  y  los 
cien  talentos  ;  pero  Trifón  faltó  a  la 
palabra  y  no  dejó  libre  a  Jonatás. 

20  Emprendió  luego  Trifón  la  mar- 
cha para  invadir  la  ciudad  y  devas- 
tarla. Hizo  un  rodeo  para  ir  a  Ado- 
ra ;  pero  Simón,  con  su  tropa,  se  le 
oponía  a  su  paso  dondequiera  que 
él  caminaba.  21  Los  de  la  ciudadela 
de  Jerusalén  enviaron  mensajeros  a 
Trifón,  dándole  prisa  para  que  vi- 
niese por  el  desierto  y  les  trajese  ví- 
veres. "  Dispuso  Trifón  toda  su  ca- 
ballería para  llegar  aquella  noche 
a  auxiliarlos,  pero  cayó  mucha  nie- 
ve y  no  pudo  llegar  a  causa  de  la 
nieve.  Partió  y  llegó  a  Galaad,  23  y 
al  acercarse  a'  Bascama  dió  muerte 
a  Jonatás,  que  fué  enterrado  allí. 

Dió  Trifón  la  vuelta  y  se  marchó 
a  su  país. 

25  Mandó  Simón  recoger  los  restos 
de  su  hermano  Jonatás  y  le  dió  se- 
pultura en  Modín,  la  ciudad  de  sus 
padres.  20  Todo  Israel  hizo  por  él  un 
tiran  duelo  y  le  lloró  por  muchos 
días.  21  Construyó  Simón  sobre  el  se- 
pulcro de  sus  padres  y  hermanos 
un  mausoleo  alto,  para  ser  visible 
desde  lejos,  con  piedras  pulidas  por 
delante  y  por  detrás.  28  Y  levantó 
siete  pirámides,  una  enfrente  de 
otra,  dedicadas  a  su  padre,  a  su  ma- 
dre y  a  sus  cuatro  hermanos.  29 Y 
les  puso  adornos,  rodeándolas  de 
grandes  columnas  y  colocando  sobre 
las  columnas  panoplias  para  eterno 
recuerdo;  y  al  lado  de  las  panoplias, 
navios  esculpidos  que  pudieran  ser 


vistos  por  todos  los  que  navegan  por 
el  mar.  °"  Este  es  el  sepulcro  que  le- 
vantó en  Modín  y  que  subsiste  has- 
ta el  día  de  hoy.  "  Trifón,  proce- 
diendo dolosamente  con  el  joven  rey 
Antíoco,  le  mató  ;  32  reinó  en  su  lu- 
gar y  se  ciñó  la  diadema  del  Asia, 
causando  así  una  gran  calamidad 
sobre  el  país. 


Simón  obtiene  la  libertad  del 
pueblo 

33  Simón  construyó  las  fortalezas 
de  Judea,  rodeándolas  de  torres  ele- 
vadas y  grandes  muros,  con  puertas 
y  cerrojos,  y  proveyó  a  las  fortalezas 
de  vituallas.  31  Escogió  Simón  algu- 
nos hombrea  y  los  envió  al  rey  De- 
metrio para  que  concediera  al  país 
la  remisión  de  los  tributos,  por 
cuanto  todos  los  actos  de  Trifón  ha- 
bían sido  un  latrocinio.  35  El  rey  De- 
metrio le  hizo  responder  en  confor- 
midad con  estas  palabras  y  le  escri- 
bió la  carta  siguiente :  36  tEl  rey  De- 
metrio a  Simón,  sumo  sacerdote  y 
amigo  de  los  reyes,  y  a  los  ancia- 
nos y  a  la  nación  de  los  judíos,  sa- 
lud. 37  Hemos  recibido  la  corona  de 
oro  y  la  palma  que  habéis  enviado, 
y  estamos  pronto  a  hacer  con  vos- 
otros una  paz  completa  y  a  escribir 
a  los  intendentes  reales  que  os  per- 
donen las  deudas.  33  Todo  cuanto  he- 
mos establecido  respecto  a  vosotros 
quede  estable,  y  sean  vuestras  las 
fortalezas  que  habéis  construido. 
39  Os  perdonamos  también  los  olvi- 
dos y  las  ofensas  cometidas  hasta  el 
día  de  hoy  y  la  corona  que  debéis, 
y  si  algún  otro  tributo  se  cobraba 
en  Jerusalén,  ya  no  se  cobre.  40  Si 
algunos  de  vosotros  estáis  dispues- 
tos a  alistaros  entre  los  nuestros, 
alístense  y  haya  paz  entre  nosotros.» 

41  El  año  ciento  6etenta  se  le  le- 
vantó a  Israel  el  yugo  de  los  genti- 
les, 42  y  comenzó  el  pueblo  de  Israel 


a  Bascama  :  lugar  desconocido.  No  se  menciona  nunca  más.  ||  Fué  enterrado:  la 
Vulgata,  en  vez  de  estas  palabras,  pone  ty  sus  hijos».  Pero  en  el  v.  25  se  Habla  sólo 
de  los  restos  de  Jonatás. 

28  Siete  pirámides  :  evidentemente  hizo  edificar  para  sí  la  séptima  anticipadamente. 

30  Hasta  ei.  día  de  hoy  :  los  escritores  antiguos  (Josefo  y  Eusebiol  hablan  de  este 
sepulcro,  que  perduraba  en  su  tiempo.  Hoy  se  han  hecho  indagaciones  arqueológicas 
interesantes  y  muchos  estudios  sobre  el  tal  sepulcro. 

37  La  PALMA  :  sin  duda,  de  oro.  Era  símbolo  de  victoria,  y  más  en  el  que  llevaba 
por  sobrenombre  Nicátor.  La  Vulgata  pone  la  nalabra  ininteligible  bahem,  que  mu- 
chos suponen  una  transcripción  imperfecta  del  griego  bain. 

r:  ASO  primero  :  se  comienza,  pues,  una  nueva  era.  Se  han  conservado  monedas 
judias  con  números  de  años,  que  se  creen  relativos  a  esta  era. 


-1769- 


13  43-54 


I  MACABEOS 


14  1-12 


a  encabezar  así  las  escrituras  y  con- 
tratos :  «Año  primero  de  Simón, 
gran  -pontífice,  capitán  y  caudillo  de 
los  judíos.»  43  En  aquellos  días  mar- 
chó Simón  contra  Guézer,  cercándo- 
la con  sus  tropas  ;  construyó  má- 
quinas de  asedio  y  las  arrimó  a  la 
ciudad,  abriendo  brecha  y  apoderán- 
dose de  una  de  ias  torres.  44  Inva- 
dieron la  ciudad  los  que  estaban  en 
la  máquina  de  asedio,  produciéndo- 
se en  la  ciudad  una  gran  conmoción. 
45  Los  habitantes  subieron  al  muro 
con  sus  mujeres  e  hijos,  rasgadas 
las  vestiduras,  y  a  grandes  voces 
clamaban  a  Simón  pidiendo  que  hi- 
ciese la  paz  con  ellos,  49  y  decían  : 
«No  nos  trates  según  nuestra  mal- 
dad, sino  según  tu  misericordia.» 
47  Simón  se  aplacó  con  ellos  y  no 
los  combatió  más  ;  pero  los  expulsó 
de  la  ciudad,  purificó  las  casas  en 
que  había  ídolos,  y  así  hizo  su  en- 
trada en  ella  entre  himnos  y  bendi- 
ciones. 48  Echó  de  ella  toda  impure- 
za, estableció  en  ella  varones  obser- 
vantes de  la  ley,  la  fortificó  y  se 
construyó  en  ella  una  habitación. 
49  Los  de  la  ciudadela  de  Jerusalén 
no  podían  salir  a  la  región  para 
comprar  o  vender  y  pasaban  gran- 
de escasez,  -pereciendo  de  hambre 
un  número  considerable  de  ellos. 
6"  Clamaron  a  Simón,  pidiéndole  la 
capitulación,  y  él  se  la  otorgó,  echán- 
dolos de  allí  y  purificando  la  ciuda- 
dela de  inmundicias.  "  Entró  en  ella 
el  día  veintitrés  del  mes  segundo 
del  año  ciento  setenta  y  uno,  con 
cantos  de  alabanza,  palmas  y  acom- 
pañamiento de  cítaras,  címbalos  y 
arpas,  con  himnos  y  cánticos,  por- 
que había  sido  exterminado  un  gran 
enemigo  de  Israel.  12  Estableció  que 
cada  año  se  solemnizara  este  día. 
13  Fortificó  la  montaña  del  santua- 
rio, próxima  a  la  ciudadela,  y  habi- 
tó allí  él  con  los  suyos.  "  Viendo 
Simón  que  Juan,  su  hijo,  era  hom- 


bre valeroso,  le  puso  como  caudillo 
de  todas  las  tropas,  con  residencia 
en  Guézer. 


El  reinado  de  Simón 

"l  A  1  El  año  ciento  setenta  y  dos 
-"-^  reunió  el  rey  Demetrio  sus 
tropas  y  pasó  a  la  Media  para  reco- 
ger socorros  con  que  hacer  la  ^tu- 
rra a  Trifón.  2  Supo  Arsaces,  rev  de 
Persia  y  Media,  que  Demetrio  ha- 
bía entrado  en  sus  territorios,  y 
mandó  a  uno  de  sus  generales  para 
cogerle  vivo.  3  Partió  éste,  y  habien- 
do derrotado  el  ejército  de  Deme- 
trio, lo  prendió  y  lo  condujo  a  Arsa- 
ces, quien  le  encarceló. 

4  Disfrutó  de  tranquilidad  la  tie- 
rra de  Judá  toda  la  vida  de  Simón  y 
se  esforzó  en  obtener  la  prosperidad 
de  su  nación  ;  fué  grato  su  gobier- 
no y  gozó  de  fama  todos  sus  días. 
6  Y  añadió  a  toda  esta  gloria  la  to- 
ma de  Jope  como  puerto  que  le 
abriese  la  entrada  a  las  islas  del 
mar.  6  Extendió  los  territorios  de  su 
nación  y  dominó  en  el  país.  'Reco- 
gió muchos  prisioneros,  se  adueñó 
de  Guézer,  de  Betsur  y  de  la  ciuda- 
dela. Quitó  de  ella  las  impurezas  y 
no  hubo  quien  se  le  opusiera.  8  Cada 
uno  cultivaba  en  paz  su  tierra,  y  la 
tierra  daba  sus  productos,  v  los  ár- 
boles del  campo  su  fruto.  4  Los  an- 
cianos todos,  sentados  en  las  plazas, 
hablaban  de  la  prosperidad  de  su 
tierra,  y  los  jóvenes  vestían  como 
adorno  honroso  el  traje  militar. 
10  Distribuyó  víveres  por  las  ciuda- 
des, y  las  proveyó  de  instrumentos 
de  defensa,  hasta  el  punto  de  que 
llegó  la  fama  de  su  nombre  glorioso 
a  los  extremos  de  la  tierra.  11  Consi- 
guió la  paz  en  toda  la  tierra  y  gozó 
Israel  de  gran  alegría.  "  Cada  uno 
se  sentaba  bajo  su  parra  o  su  higue- 
ra, y  no  había  quien  les  inspirase 


•  GuÉZER :  serias  razones  (cf.  14,  7.  34;  15,  28)  aconsejan  esta  lección,  contra  el 
texto  griego,  que  pone  Gaza.  ||  Máquinas  de  asedio  :  en  griego  heWpolis;  eran  gran- 
des torres  rodadas  de  reciente  invención. 

BJ  Se  solemnizara  esie  día  :  las  fiestas  se  establecían  ordinariamente  con  ocasión 
de  aliíuna  gran  liberación.  Esta  fiesta  debió  de  durar  poco,  pues  en  los  documentos 
posteriores  no  se  menciona. 

-i  A  -  Arsaces  :  muchos  reyes  partos  llevaron  este  nombre.  Se  trata  aquí  de  Arsa- 
J-^t    ees  VI. 

4  Disfrutó  :  el  elogio,  bellísimo,  que  se  hace  de  Simón  es  en  gran  parte  rítmico. 
Pero  no  es  el  paralelismo  siempre  tan  claro  en  el  elogio  para  que  nos  atrevamos 
a  darle  tipográficamente  forma  poética. 

B  Islas  del  mar  :  esta  frase  significa  en  la  Biblia  los  países  oocideutalc-s. 


14  13-26 


I  MACABEOS 


14  27-M 


temor.  13  Va  no  había  en  la  tierra 
quien  les  hiciese  la  guerra,  y  reyes 
enemigos  fueron  exterminados  en 
aquellos  días.  "  Sostuvo  a  todos  los 
desvalidos  de  su  pueblo,  se  mostró 
celoso  de  la  ley  e  hizo  desaparecer  a 
todos  los  impíos  y  malvados.  15  De- 
volvió la  gloria  del  santuario  y  mul- 
tiplicó los  vasos  sagrados. 

16  Cuando  llegó  a  Roma  y  a  Espar- 
ta la  noticia  de  la  muerte  de  Jona- 
tás,  se  dolieron  mucho  ;  17  pero  al 
saber  que  Simón,  su  hermano,  era 
el  sumo  sacerdote  en  su  lugar  y  que 
dominaba  la  región  y  sus  ciudades, 
15  le  escribieron  en  tablas  de  bronce 
para  renovar  con  él  la  amistad  y 
alianza  que  antes  habían  hecho  con 
Judas  y  Jonatás,  sus  hermanos.  19  Las 
cartas  fueron  leídas  en  la  asamblea 
del  pueblo  de  Jerusalén.  Esta  es  la 
copia  de  las  cartas  que  enviaron  los 
espartanos  : 

*  «Los  príncipes  de  los  espartanos 
y  la  ciudad  a  Simón,  gran  sacer- 
dote ;  a  los  ancianos,  a  los  sacer- 
dotes y  al  resto  del  pueblo  de  los 
judíos,  sus  hermanos,  salud.  21  Los 
mensajeros  enviados  a  nuestro  pue 
blo  nos  han  hablado  de  vuestra  glo- 
ria y  honor,  y  nos  hemos  alegrado 
con  su  llegada.  "  Hemos  consignado 
por  escrito  en  las  deliberaciones  del 
pueblo  lo  que  ellos  nos  han  dicho, 
a  saber  :  Xumenio,  hijo  de  Antíoco, 
y  Antípatro,  hijo  de  Jasón,  legados 
de  los  judíos,  han  llegado  a  nos- 
otros para  renovar  nuestra  amistad. 
23 -Agradó  al  pueblo  recibir  honrosa- 
mente a  los  mensajeros  y  colocar 
una  copia  de  sus  discursos  entre  los 
registros  públicos,  para  que  el  pue- 
blo espartano  lo  conserve  en  la  me- 
moria. Y  hemos  hecho  escribir  esta 
copia  para  Simón,  sumo  sacerdote.» 

31  Después  de  estos  sucesos  envió 
Simón  a  Numenio  a  Roma  con  un 
escudo  grande  de  oro  de  mil  minas 
de  'peso,  para  renovar  la  alianza  con 
ellos. 

26  Cuando  el  pueblo  escuchó  tales 
cosas,  se  dijeron  :  «¿  Cómo  corre* 
ponderemos  con  hacimiento  de  gra- 
cias a  Simón  y  a  sus  hijos?  26  Porque 
han  mostrado  valor,  y  tanto  él  como 
sue  hermanos  y  toda  la  casa  de  su 


padre  han  combatido  y  rechazado  a 
los  enemigos  de  Israel  y  le  han  ase- 
gurado la  libertad.»  Y  grabaron  es- 
to en  placas  de  bronce,  que  colgaron 
a  una  columna  del  monte  Sión.  "  Es- 
ta es  la  copia  de  la  escritura  :  «El 
día  dieciséis  del  mes  de  Elul  del 
año  ciento  setenta  y  dos,  año  tercero 
del  sumo  pontificado  de  Simón,  en 
Saramel,  28  en  la  gran  asamblea  de 
los  sacerdotes  y  pueblo,  de  los  prín- 
cipes de  la  nación  y  ancianos  de  la 
región,  se  nos  hizo  saber  esto  :  En 
los  muchos  combates  que  ha  pre 
senciado  nuestra  región,  23  Simón, 
hijo  de  Matatías,  de  entre  los  des- 
cendientes de  Jarib,  así  como  sus 
hermanos,  se  expusieron  al  peligro 
y  han  resistido  a  los  enemigos  de  su 
nación  para  que  quedase  en  pie  su 
santuario  y  la  ley  ;  y  así  adquirie- 
ron grande  gloria  para  su  pueblo. 
50  Jonatás  congregó  su  nación  y  fué 
sumo  sacerdote  hasta  que  se  reunió 
con  los  difuntos  de  su  pueblo.  31  Qui- 
sieron luego  sus  enemigos  invadir 
su  tierra,  devastarla  y  extender  sus 
manos  contra  el  santuario  ;  32  pero 
entonces  se  levantó  Simón  y  com- 
batió por  su  nación,  y  con  grandes 
expensas  propias  armó  a  los  hom- 
bres valientes  de  su  nación  y  les  pa- 
gó la  soldada.  33  Fortificó  las  ciuda- 
des de  Judea  y  Betsur,  situada  en 
la  frontera  de  Judea,  donde  se  en- 
contraban antes  las  armas  de  los 
enemigos.  Puso  allí  guarnición  de 
tropas  judías  ;  31  fortificó  a  Jope, 
situada  junto  al  mar,  y  a-  Guézer, 
en  los  confines  de  Azoto,  en  la  que 
antes  habitaban  los  enemigos,  y  es- 
tableció allí  judíos  y  los  proveyó  de 
todo  lo  necesario  para  su  defensa 
35  Viendo  el  pueblo  la  conducta  de 
Simón  y  la  gloria  que  pretendía  dar 
a  su  nación,  le  constituyeron  su  cau- 
dillo y  sumo  sacerdote  en  premio  de 
haber  realizado  todo  esto  y  por  la 
justicia  v  fidelidad  que  mantuvo  con 
su  nación,  buscando  por  todos  los 
medios  ensalzar  a  su  pueblo.  36  Du- 
rante su  -vida,  todo  prosperó  en  sus 
manos  y  los  gentiles  fueron  arroja- 
dos del  país  que  ocupaban,  así  como 
los  que  ocupaban  Jerusalén,  la  ciu- 


31  Elül  :  es  el  sexto  mes  del  año  y  corresponde  próximamente  a  septiembre.  II 
En  SARAMEL  :  significación  y  localización  incierta.  Por  esto  alsrunos,  leyendo  con  la 
Vuljíata  Asaramel,  que  puede  descomponerse  en  hatsar-am-tl :  el  atrio  del  pueblo 
de  Dios,  dan  un  sentido  local.  Otros  lo  interpretan  de  un  título:  sar-am-cl:  principe 
del  pueblo  de  Dios. 


14  37-47 


I  MACABEOS 


14  48—15  I» 


dad  de  David,  donde  se  habían  he- 
cho^  una  ciudadela,  desde  la  que 
hacían  salidas  profanando  los  con- 
tornos del  santuario  y  ultrajando 
grandemente  su  santidad.  37  Estable- 
ció en  ella  judíos,  la  fortificó,  para 
seguridad  de  la  región  y  de  la  ciu- 
dad, y  elevó  más  las  murallas  de 
Jerusalén.  38  Por  esto,  el  rey  Deme- 
trio le  confirmó  en  el  sumo  sacer- 
docio, 38  y  le  declaró  del  número  de 
sus  amigos,  y  le  otorgó  los  mayores 
honores,  40  pues  se  supo  que  los  ro- 
manos habían  llamado  a  los  judíos 
amigos,  aliados  y  hermanos  y  que 
habían  acogido  con  honor  los  lega- 
dos de  Simón  ;  a  que  los  judíos  y 
sace/dotes  habían  aprobado  que  Si- 
món fuese  caudillo  y  sumo  sacer- 
dote por  siempre,  hasta  que  apa- 
reciera un  profeta  digno  de  fe,  43  y 
que  fuese  su  caudillo  ;  que  tenga 
cuidado  del  santuario  ;  que  institu- 
ya oficiales  de  obras  públicas  para 
administración  del  país  y  cuidado 
de  las  armas  y  de  las  fortalezas  ; 
43  que  tenga  cuidado  de  las  cosas  sa- 
gradas ;  que  sea  por  todos  obedeci- 
do ;  que  se  inscriban  en  su  nombre 
todos  los  documentos  públicos  del 
país  y  que  vista  púrpura  y  la  fíbula 
de  oro.  44  A  nadie  será  permitido, 
ora  del  pueblo,  ora  de  los  sacer- 
dotes, rechazar  alguna  de  estas  dis- 
posiciones, ni  contradecir  alguna  or- 
den dada  por  él,  ni  convocar  en  la 
región  asambleas  sin  su  permiso,  ni 
vestir  la  púrpura,  ni  llevar  fíbula  de 
oro.  40  El  que  obre  contra  estas  dis- 
posiciones o  violare  alguna  de  ellas 
será  reputado  reo. 

46  A  todo  el  pueblo  agradó  confe- 
rir a  Simón  el  poder  de  obrar  confor- 
me a  este  decreto.  47  Aceptó  Simón  ; 
mostró  agrado  de  cumplir  las  fun- 
ciones del  sumo  sacerdocio  y  de  ser 
su  caudillo  y  etnarca  de  los  judíos  y 
de  los  sacerdotes,  ejerciendo  la  su- 
prema autoridad.» 


48  Decidieron  que  este  documento 
se  escribiese  en  láminas  de  bronce, 
y  que  éstas  se  pusiesen  en  el  pórti- 
co del  templo  en  sitio  visible,  y  que 
se  depositase  una  copia  de  ellas  en 
el  gazofilacio,  a  disposición  de  Si- 
món y  sus  hijos. 


Alianza  de  Antíoco  VII  Sidetes  con 
Simón 

i  r  1  Antíoco,  hijo  del  iey  Déme- 
trio,  envió  desde  las  islas  del 
mar  cartas  a  Simón,  sumo  sacerdote 
y  etnarca  de  los  judíos,  y  a  toda  la 
nación.  2  Y  eran  las-cartas  del  tenor 
siguiente:  «El  rey  Antíoco  a  Simón, 
sumo  sacerdote  y  etnarca,  y  a  la  na- 
ción de  los  judíos,  salud.'  3  Puesto 
que  algunos  malvados  se  han  apo- 
derado del  reino  de  nuestros  pa- 
dres, quiero  recobrar  el  reino  para 
restablecerlo  tal  y  como  estaba  an- 
tes. He  reunido,  pues,  tropas  nume- 
rosas y  he  equipado  naves  de  gue- 
rra. 4  Quiero  desembarcar  en  la  re- 
gión para  perseguir  a  los  que  han 
arruinado  nuestro  país  y  asolado 
muchas  ciudades  de  este  reino.  6  Te 
confirmo,  pues,  todas  las  exenciones 
de  tributos  que  te  han  hecho  los  re- 
yes mis  predecesores  y  todas  las 
otras  donaciones  que  te  han  conce- 
dido. e  Te  concedo  acuñar  moneda 
propia  para  tu  región  ;  7  que  Jerusa- 
lén y  el  templo  sean  libres  ;  que 
queden  en  tu  poder  todas  las  arma< 
que  has  fabricado  y  las  fortalezas 
que  has  edificado  y  posees  ;  B  que 
toda  la  deuda  al  tesoro  real,  actual 
o  futura,  te  sea  condonada  desde 
ahora  y  para  siempre.  9  Y  cuando  en- 
tremos en  posesión  de  nuestro  rei- 
no, te  honraremos  a  ti  y  a  tu  nación 
y  al  templo  con  tanta  magnificen- 
cia, que  vuestra  gloria  se  manifes- 
tará por  toda  la  tierra.» 
10  El  año  ciento  setenta  y  cuatro, 


«  Profeta  digno  de  fe  :  parece  aludirse  al  Mesías,  cuya  venida  hablan  anunciado 
como  cercana  varios  profetas  (Mal.,  Ean.).  Con  todo,  la  frase  puede  ser  más  general, 
de  cualquier  profeta  verdadero. 

47  Etnarca  :  la  etimología  (=  jefe  de  la  nación!  y  el  significado  de  esta  palabra 
se  vino  con  el  tiempo  a  restringir  a  los  príncipes  vasallos,  como,  v.  gr.,  Arquelao. 

"  (íazofilacio  :  tesoro  del  templo,  donde  quedarían  también  archivados,  como  se 
v*,  los  documentos  importantes.  Serviría,  pues,  a  la  vez  de  archivo. 
-|  pr  1  Antíoco  :  es  Antíoco  VII  Sidetes,  así  llamado  por  la  ciudad  Side  de  Panfilia, 
desde  donde  fué  elevado  al  trono.  Reinó  de  139  a  128  a.  de  C.  Parece  que  en 
el  v.  2  (no  en  el  1  de  la  Vulgata)  se  llama  rey  por  anticipación,  o  porque  se  arrogó 
en  seguida  funciones  reales. 

*  Algunos  malvados  :  parece  aludir  enérgicamente  a  Trifón. 


—  1772  — 


15  u-23 


I  MACABEOS 


15  24-SÍ 


Antíoco  se  puso  en  marcha  hacia  el 
país  de  sus  padres,  y  todas  las  tro- 
pas se  le  unieron  a  él,  de  suerte  que 
pocas  le  quedaron  a  Trifón.  11  Per- 
seguido éste  por  el  rey  Antíoco,  vi- 
no huyendo  hasta  Dora  marítima. 

Pues  sabía  que  se  le  venían  enci- 
ma calamidades  y  que  las  tropas  le 
habían  abandonado.  13  Acampó  An- 
tíoco delante  de  Dora  con  ciento 
veinte  mil  combatientes  y  ocho  mil 
de  caballería.  H  Puso  sitio  a  la  ciu- 
dad, v  algunas  naves  se  le  acerca- 
ban desde  el  mar,  con  lo  que  estre- 
chó la  ciudad  por  tierra  y  por  mar 
v  no  'permitió  que  nadie  saliese  o 
entrase. 


Los  romanos,  en  favor  de  los  judíos 

18  Entonces  llegó  de  Roma  Nume- 
nio  v  los  que  le  acompañaban,  tra- 
yendo cartas  para  los  reyes  y  re- 
giones, escritas  al  tenor  siguiente  : 
"  «Lucio,  cónsul  de  los  romanos,  al 
rey  Tolomeo,  salud.  "  Han  venido  a 
nosotros  embajadores  de  los  judíos 
como  amigos  y  aliados  nuestros,  en- 
viados por  Simón,  sumo  sacerdote, 
v  por  el  pueblo  de  los  judíos,  para 
renovar  la  antigua  amistad  y  alian- 
za. 18  Han  traído  un  escudo  de  oro 
de  mil  minas.  18  Por  esto  nos  pareció 
bien  escribir  a  los  reves_  y  regiones 
que  no  les  causen  ningún  daño,  ni 
¡os  ataquen  a  ellos  ni  a  sus  ciuda- 
des o  su  país,  ni  presten  auxilio  a 
quienes  les  hagan  la  guerra.  20  Nos 
pareció  bien  recibir  de  ellos  el  escu- 
do. "Si,  pues,  algunos  malvados,  es- 
capando del  país  de  eHos,  se  refu- 
giaren entre  vosotros,  entregadlos  a 
Simón,  sumo  sacerdote,  para  que  los 
castigue  según  su  lev.»  22  Lo  mismo 
escribieron  al  rey  Pemetrio,  a  Ata- 
lo, a  Ariarates,  a  Arsaces  23  v  a  to- 
dos los  países,  a  Lampsaco,  a  los 
espartanos,  a  Délos  y  a  Mindo,  a  Si- 
ción,  a  Caria,  a  Santos,  a  Panfilia, 


a  Licia,  a  Halicarnaso,  a  Rodas,  a 
Fasélida,  a  Coo,  a  Side,  a  Arados,  a 
Gortina,  a  Gnido,  a  Chipre  y  a  Ci- 
rene.  M  Y  escribieron  una  copia  de 
estas  cartas  para  Simón,  sumo  sacer- 
dote. 


Lucha  con  Antíoco 

26  El  rey  Antíoco,  pues,  acampó 
enfrente  de  Dora  y  la  estrechó,  y 
construyó  por  segunda  vez  más  y 
más  maquinas  de  guerra,  cercando 
a  Trifón  de  fotma  que  no  podía  en- 
trar ni  salir.  26  Simón  le  envió  en  su 
ayuda  dos  mil  hombres  escogidos 
v  plata  y  oro  y  muchas  alhajas. 
*  Pero  él  no  quiso  recibirlo  ;  antes 
bien,  revocó  todo  cuanto  había  pac- 
tado antes  con  él  y  se  le  mostró  ad- 
verso. 28  Entonces  le  envió  a  Ateno- 
bio,  uno  de  sus  amigos,  para  confe- 
renciar con  él  y  decirle  :  «Vosotros 
ocupáis  Jope,  Guézer  y  la  fortaleza 
de  Jerusalén,  que  son  ciudades  de 
mi  reino  ;  28  habéis  asolado  sus  al- 
rededores y  causado  un  gran  daño 
al  país  y  os  habéis  adueñado  de  mu- 
chos lugares  de  mi  reino.  '"Ahora, 
pues,  entregad  las  ciudades  que  ha- 
béis tomado  y  los  tributos  de  las  lo- 
calidades en  que  domináis,  fuera  de 
los  confines  de  la  Judea  ;  31  si  no  lo 
hacéis,  pagad  en  compensación  qui- 
nientos talentos  de  plata,  y  por  los 
estragos  causados  y  por  los  tribu- 
tos de  las  ciudades  percibidos,  otros 
quinientos  talentos  ;  de  lo  contrario, 
iremos  a  haceros  la  guerra.» 

32  Al  llegar  Atenobio,  el  amigo  del 
rey,  a  Jerusalén,  vió  el  esplendor  de 
Simón,  sus  armarios  de  vajilla  de 
oro  y  plata  y  el  gran  aparato,  y  que- 
dó sorprendido.  Les  anunció  eí  men- 
saje del  rey,  33  y  respondióle  Simón  : 
«Ni  hemos  tomado  tierra  ajena,  ni 
nos  hemos  apropiado  bienes  ajenos, 
sino  la  herencia  de  nuestros  padres, 
que  fué  durante  algún  tiempo  injus- 


"  Vino  huyendo  hasta  Dora  :  la  tiranía  ríe  Trifón  le  malquistó  con  sus  soldad"-, 
>  se  vió  desampararlo.  Un  historiador  antiguo  nos  ha  contarlo  que  Trifón  echaba  pi<  za- 
de plata  a  lo  largo  del  camino  para  retardar  la  marcha  de  los  enemigos.  ||  Don*  .: 
está  a  la  orilla  del  Mediterráneo,  entre  Cesárea  y  el  Carmelo. 

28  El.  rey  Antíoco  :  como  se  ve,  se  reanuda  la  narración  del  sitio  de  Dora,  después 
del  paréntesis  ívv.  15-24)  en  que  se  nos  copia  el  documento  de  los  romanos  en  favor 
de  los  judíos. 

31  Quinientos  talentos  de  PLATA  :  algo  más  de  cuatro  millones  de  francos  si  se 
trata  de  talentos  hebreos  ;  el  talento  griego  valía  sólo  la  mitad. 

35  El  esplendor  :  se  ve  que  Simón  había  adoptado  toda  la  pompa  y  magnificencia 
característica  de  las  cortes  orientales. 


—  1773  — 


15  34-16  5 


I  MACABEOS 


16  6-16 


tamente  poseída  por  nuestros  enemi- 
gos. **  Aprovechando  la  ocasión  fa- 
vorable, hemos  recobrado  la  heren- 
cia nuestra  y  de  nuestros  padres. 
35  Reclamas  a  Jope  y  Guézer  ;  estas 
ciudades  hacían  al  pueblo  y  a  nues- 
tro país  gran  daño  :  por  ellas  os  da- 
remos cien  talentos.»  Atcnobio  no 
respondió  ni  palabra,  36  sino  que  se 
volvió  furioso  al  rey  y  le  anunció 
estas  palabras  de  Simón,  su  magni- 
ficencia y  todo  lo  que  había  visto. 
Enfadóse  el  rey  con  gran  cólera. 
87  Trifón,  empero,  subiendo  a  una 
nave,  huyó  a  Ortosias.  38  El  rey  nom- 
bró a  Cendebeo  comandante  del  lito- 
ral y  le  dió  fuerzas  de  infantería  y 
caballería.  30  Le  ordenó  acampar  en- 
frente de  Judea,  edificar  a  Cedrón 
y  asegurar  sus  puertas  y  hostigar  al 
pueblo  de  Israel.  El  rey  se  fué  per- 
siguiendo a  Trifón. 

40  Cuando  Cendebeo  llegó  a  Yam- 
nia,  comenzó  a  irritar  al  pueblo  e 
invadir  la  Judea,  haciendo  prisione- 
ros y  matando.  Edificó  a  Cedrón, 
"  y  colocó  allí  caballería  y  tropas  de 
infantería  para  hacer  incursiones  por 
los  caminos  de  la  Judea,  como  se  lo 
había  ordenado  el  rey. 

i  r  1  Subió  Juan  de  Guézer  y  anun- 
ció  a  su  padre  Simón  lo  que 
Cendebeo  hacía.  2  Llamó  entonces  Si- 
món a  sus  dos  hijos  mayores,  Judas 
y  Juan,  y  les  dijo  :  «Yo  y  mis  her- 
manos y  la  casa  de  mi  padre  hemos 
combatido  los  enemigos  de  Israel 
desde  nuestra  juventud  hasta  el  día 
de  hoy,  y  con  tal  prosperidad  actua- 
mos, que  obtuvimos  varias  veces  la 
liberación  de  Israel.  3  Ahora  yo  soy 
viejo  ;  pero  vosotros,  por  gracia  de 
Dios,  estáis  en  edad  conveniente  ; 
tomad  mi  puesto  y  el  de  mi  hermano 
y  salid  a  luchar  por  nuestra  nación  ; 
el  auxilio  del  cielo  os  acompañe. 

4  Escogió  entonces  en  el  país  vein- 
te mil  combatientes  y  jinetes,  que 
partieron  contra  Cendebeo,  pernoc- 
tando en  Modín.  e  Levantándose  muy 
de  mañana,  avanzaron  hacia  la  lla- 
nura, y  he  aquí  que  un  numeroso 


ejército  de  infantería  y  caballería 
les  salía  al  encuentro.  Un  torrente 
había  en  medio  de  ellos.  *  Acampó 
enfrente  a  ellos  Juan  con  su  pueblo; 
y  advirtiendo  que  el  pueblo  temía 
atravesar  el  torrente,  lo  atravesó  él 
el  primero  ;  y  al  verlo  sus  hombres, 
lo  atravesaron  detrás  de  él. 

'  Dividió  su  pueblo  en  dos  cuer- 
pos; puso  los  jinetes  en  medio  de  los 
infantes,  pues  la  caballería  de  los 
contrarios  era  numerosísima.  8  Reso- 
naron las  trompetas,  y  Cendebeo  y 
su  ejército  echaron  a  huir,  cayendo 
muchos  de  ellos  heridos  de  muerte 
y  refugiándose  los  restantes  en  la 
fortaleza.  0  Entonces  fué  herido  Ju- 
das, el  hermano  de  Juan  ;  pero  Juan 
los  persiguió  hasta  llegar  a  Cedrón, 
que  Cendebeo  había  fortificado,  10  y 
huyeron  hasta  las  torres  del  campo 
de  Azoto  ;  Juan  la  dió  al  fuego... 
Sucumbieron  de  los  enemigos  hasta 
tres  mil  hombres  y  volvió  Juan  fe- 
lizmente a  la  Judea. 


Muerte  de  Simón 

11  Tolomeo,  hijo  de  Abubos,  gober 
nador  militar  de  la  llanura  de  Jeri- 
có,  tenía  mucha  plata  y  oro,  12  pues 
era  yerno  del  sumo  sacerdote.  "  Su 
corazón  se  enorgulleció  tanto,  que 
quiso  dominar  en  la  región,  para  lo 
cual  meditaba  quitar  a  traición  la 
vida  a  Simón  y  a  sus  hijos.  14  Ins- 
peccionaba Simón  las  ciudades  del 
territorio,  para  proveer  a  sus  nece- 
sidades, y  bajó  a  Jericó  con  Matatías 
y  Judas,  sus  hijos,  el  año  ciento  se- 
tenta y  siete,  en  el  mes  undécimo, 
que  es  el  mes  Sabat.  15  Los  recibió 
el  hijo  de  Abubos  con  dolo  en  una 
fortaleza  pequeña  llamada  Doc,  que 
él  había  construido.  Les  dió  un  gran 
festín,  pero  ocultó  allí  algunos  hom- 
bres. Cuando  Simón  y  sus  hijos 
estuvieron  bebidos,  se  levantó  Tolo- 
meo  con  sus  hombres,  y  tomando 
sus  armas,  se  precipitaron  sobre  Si- 
món en  la  sala  del  banquete,  ma- 
tándole a  él,  a  sus  hijos  y  a  algunos 


31  Oriosias  :  ciudad  marítima  de  la  costa  fenicia,  que  debfa  de  estar  entre  Trípoli 
y  el  río  Eleutero. 

1  R  J  KsT*IS  EN  edad  conveniente  :  frase  que  omite  la  Vulnata,  Literalmente,  pone 
-LO    el  ^rieco  :  tenéis  bastantes  años,  es  decir,  para  ser  varoniles  y  poder  luchar  por 

14  Sabat  :  enero-febrero. 

»  Doc  :  NO.  de  Jericó  ;  sus  ruinas  son  objeto  de  estudio. 


—  1774  — 


16  17-21 


I  MACABEOS 


16  22-24 


de  sus  servidores  :  "  cometiendo  así 
una  gran  traición,  devolviendo  mal 
por  bien. 

18  Luego  escribió  Tolomeo  al  rey 
Antíoco  Sidetes  esto  y  le  pidió  que 
le  enviase  tropas  en  su  auxilio,  a 
fin  de  entregarle  el  país  y  las  ciu- 
dades de  los  judíos.  19  Envió  otros 
mensajeros  a  Guézer  para  que  se 
apoderasen  de  Juan,  y  expidió  car- 
tas a  los  generales,  convocándoles 
junto  a  sí  para  darles  plata,  oro  y 
regalos.  20  Mandó  otros  que  tomasen 
Jerusalén  y  el  monte  del  templo. 
**  Pero  un  mensajero  6e  adelantó  co- 
rriendo a  comunicar  a  Juan,  en  Gué- 


zer, que  había  sido  asesinado  su  pa- 
dre y  sus  hermanos,  y  añadió  :  «Ha 
mandado  asesinos  ipara  matarte.» 
*  Quedó  completamente  fuera  de  sí 
al  oír  esto  ;  y  prendiendo  a  los  hom- 
bres que  venían  para  hacerle  pere- 
cer, los  mató,  pues  sabía  que  inten- 
taban matarle. 

53  Los  demás  sucesos  de  Juan,  sus 
guerras,  las  hazañas  que  realizó,  la 
construcción  de  muros  que  levantó 
y  sus  obras  todas,  M  he  aquí  que  es- 
tán escritas  en  el  libro  de  los  anales 
de  su  pontificado,  a  partir  del  día 
en  que  fué  hecho  sumo  sacerdote 
después  de  su  padre. 


18  Se  apoderasen  de  Juan  :  para  matarle.  Este  es  el  famoso  Juan  Hircano,  padre 
de  Aristóbulo  y  Alejandro,  que  contendieron  sobre  el  poder,  que  vino  a  caer  al  fin 
en  manos  idumeas  con  la  dinastía  de  Herodes. 


II       M    A    C    A    B    E    O  S 


Cartas  de  los  judíos  de  Palestina 
a  sus  correligionarios  de  Egipto 

"i  1  «A  los  hermanos  judíos  que 
moran  en  Egipto,  los  hermanos 
judíos  que  moran  en  Jerusalén  y  en 
la  región  de  Judea,  salud  v  paz  bien- 
hadada. 2  Bendígaos  Dios,  acordándo- 
se de  su  alianza  con  Abraham,  Isaac 
y  Jacob,  sus  fieles  servidores.  *  Que  a 
todos  os  dé  corazón  para  adorarle  y 
cumplir  sus  preceptos  con  gran  co- 
razón y  de  buen  grado.  J  Que  os  abra 
el  corazón  a  su  ley  y  sus  preceptos 
y  os  otorgue  la  paz  ;  5  escuche  vues- 
tras peticiones,  se  reconcilie  con 
vosotros  y  no  os  abandone  en  tiem- 
po de  desgracia.  *  Esto  es  lo  que 
ahora  pedimos  por  vosotros. 

'  Durante  el  reinado  de  Demetrio, 
el  año  ciento  sesenta  y  nueve,  os 
escribimos  nosotros  los  judíos,  cuan- 
do nos  hallábamos  en  la  más  grave 
tribulación  que  nos  sobrevino  por 
aquellos  años,  desde  que  Jasón  y  los 
suyos  apostataron  de  la  tierra  santa 
y  del  reino.  8  Incendiaron  la  puerta 


del  templo  y  derramaron  sangre  ino- 
cente. Pero  suplicamos  al  Señor  y 
fuimos  escuchados  ;  le  ofrecimos  sa- 
crificios y  flor  de  harina  ;  encendi- 
mos las  lámparas  y  presentamos  los 
panes.  9  Ahora  os  escribimos  de  nue- 
vo para  que  vosotros  celebréis  los 
días  de  la  fiesta  de  los  tabernácu- 
los en  el  mes  de  Casleu.  Dada  el 
año  ciento  ochenta  y  ocho.» 


Segunda  carta 

19  «Los  moradores  de  Jerusalén  y  de 
la  Judea,  el  senado  y  Judas,  a  Aris- 
tóbulo,  consejero  del  rey  Tolomeo, 
de  la  familia  de  los  sacerdotes  ungi- 
dos, y  a  ilosi  otros  judíos  de  Egipto, 
salud  y  prosperidad.  11  Salvados  por 
Dios  de  grandes  peligros,  le  rendi- 
mos solemnes  acciones  de  gracias, 
estando  prontos  a  combatir  en  lo  fu- 
turo contra  el  rey.  "  Pues  Dios  mis- 
mo ha  lanzado  fuera  de  Persia  a  los 
que  se  alineaban  contra  la  ciudad 
santa.  u  En  efecto,  cuando  el  cau- 


-J  1  A  i.os  hermanos  :  se  ponen  como  documentos  preliminares  dos  cartas  que  están 
-L  en  íntima  relación  con  la  materia  del  libro.  Se  les  llama  delicadamente  herma- 
nos, como  formando  en  Dios  una  sola  familia.  ||  Que  moran  en  Egipto  :  había  uni- 
rnos residentes,  principalmente  en  Alejandría,  Leontópolis  y  otras  ciudades  del  delta. 

'  Demetrio  TI  Nicátor  :  subió  al  trono  de  Siria  después  de  la  muerte  de  Alejandro 
Halas,  el  año  167  de  los  seléucidas.  ||  La  mAs  grave  tribulación  :  la  persecución  de 
Antíoco  Epifanes. 

w  ArtstÓBVLO  :  filósofo  peripatético  de  orinen  judío  que  vivía  en  la  corte  de 
Tolomeo  V.  Fué  favorito  y  consejero  del  rey  ;  por  eso  se  le  llama  en  i'rietfo,  en  sen- 
tido amplio,  maestro  de  Tolomeo.  Como  se  dice  que  es  de  la  familia  de  los  sacerdotes 
ungidos,  debía  de  pertenecer  a  la  familia  de  Aarón  (cf.  Lev.  4,  3.  16K 

»  Nanea  :  la  diosa  Nanea  era  el  numen  patrio  de  los  persas,  según  Estrabón.  Pa- 
rece  idéntica  a  la  Anat  asiría.  El  templo  de  Nanea  era  inmensamente  rico. 


-  1776  - 


1  14-22 


II  MACABROS 


1  23-36 


dillo  enemigo  llegó  a  Persia  con  su 
ejército,  que  parecía  invencible,  en 
el  templo  de  Nanea  fueron  heridos, 
gracias  al  engaño  de  los  sacerdotes 
de  Nanea.  14  Antíoco,  con  sus  ami- 
gos, vino  al  lugar  como  para  despo. 
sarse  con  ella  y  tomar,  en  conse- 
cuencia, a  título  de  dote,  sus  muchos 
tesoros.  15  Habiéndolos  expuesto  los 
sacerdotes  de  Nanea,  entró  él  con 
poca  gente  dentro  del  recinto  sagra- 
do. Una  vez  entrado  Antíoco,  cerra- 
ron el  templo  16  v,  abriendo  luego 
una  puerta  disimulada  en  el  techo, 
a  pedradas  aplastaron  al  caudillo  y 
a  los  que  le  acompañaban,  los  des- 
cuartizaron, y  cortándoles  las  cabe- 
zas, Jas  lanzaron  a  los  que  estaban 
fuera.  "  Sea  bendito  por  todo  nues- 
tro Dios,  que  así  ha  castigado  a  los 
impíos.  ^  Debiendo,  pues,  celebrar  la 
purificación  del  templo  el  veinticinco 
del  mes  Casleu,  hemos  creído  nues- 
tro deber  manifestároslo,  para  que 
también  vosotros  celebréis  la  fiesta 
Escenopegia  y  del  fuego  encendido 
cuando  Nehemías,  edificado  el  tem- 
plo y  el  altar,  ofreció  sacrificios. 
16  Pues  al  ser  conducidos  nuestros 
padres  a  Persia,  los  sacerdotes  pia- 
dosos de  entonces  tomaron  oculta- 
mente el  fuego  del  altar  y  lo  escon- 
dieron en  una  cavidad,  como  de  pozo 
seco,  con  lo  cual  lo  aseguraron  tan- 
to, que  el  sitio  quedó  ignorado  de  to- 
dos. 20  Transcurridos  bastantes  años, 
cuando  plugo  a  Dios,  Nehemías,  en- 
viado a  Judea  por  el  rey  de  Persia, 
mandó  a  los  descendientes  de  los 
sacerdotes  que  lo  habían  ocultado  a 
buscar  el  fuego  ;  pero,  según  ellos 
nos  contaron,  no  hallaron  fuego,  si- 
no agua  espesa,  21  de  la  cual  les 
mandó  que  sacasen  y  se  la  trajesen. 
Cuando  estaba  dispuesto  sobre  el  al- 
tar lo  necesario  para  el  sacrificio, 
mandó  Nehemías  a  los  sacerdotes 
que  con  el  agua  rociasen  los  leños  y 
lo  que  encima  de  ellos  había.  22  He- 
cho esto  y  pasado  un  poco  de  tiem- 
po, brilló  el  sol,  que  antes  estaba 


nublado,  y  se  encendió  un  gran  fue- 
go, de  suerte  que  quedaron  todos 
maravillados.  23  Y  mientras  se  consu- 
mía el  sacrificio,  oraban  los  sacer- 
dotes y  con  ellos  los  asistentes,  em- 
pezando Jonatás  y  uniéndose  a  su 
voz  los  restantes,  24  incluso  Nehe- 
mías. La  oración  era  ésta  :  Señor, 
Señor  Dios,  Creador  de  todas  las  co- 
sas, terrible  y  fuerte,  justo  y  mise- 
ricordioso, rey  único  y  bondadoso, 
25  único  liberal,  único  justo,  omni- 
potente y  eterno,  que  salvas  a  Israel 
de  todos  los  males,  que  elegiste  a 
nuestros  padres  y  los  santificaste  : 
23  acepta  el  sacrificio  por  todo  tu 
pueblo  Israel,  guarda  tu  heredad  y 
santifícala.  27  Congrega  a  los  disper- 
sos de  los  nuestros,  devuelve  la  li- 
bertad a  los  que  son  esclavos  entre 
las  naciones,  vuelve  los  ojos  a  los 
despreciados  y  abominados,  y  conoz- 
can las  gentes  que  tú  eres  nuestro 
Dios.  28  Aflige  a  los  que  nos  oprimen 
y  ultrajan  con  insolencia.  Tras- 
planta tu  pueblo  a  tu  lugar  santo, 
como  dijo  Moisés. 

30  Entretanto,  los  sacerdotes  can- 
taban himnos.  83  Cuando  el  sacrificio 
se  hubo  consumido,  mandó  Nehe- 
mías que  derramasen  el  agua  so- 
brante sobre  unas  grandes  piedras  ; 
52  hecho  esto,  se  encendió  una  llama, 
que  fué  absorbida  por  la  luz  que  res- 
plandeció sobre  el  altar. 

33  Cuando  el  suceso  se  hizo  públi- 
co y  contaron  al  rey  de  Persia  que, 
en  el  sitio  en  que  los  sacerdotes  lle- 
vados prisioneros  habían  escondido  el 
fuego  sagrado,  había  aparecido  agua, 
con  la  cual  los  de  Nehemías  habían 
santificado  sacrificio,  84  hizo  compro- 
bar el  hecho,  cercar  el  lugar,  y  lo 
declaró  sagrado.;  35  y  a  los  que  qui- 
so gratificar  les  tomaba  y  repartía 
el  rey  ricos  presentes.  30  Los  compa- 
ñeros de  Nehemías  llamaron  aquel 
lus:ar  Neftar,  que  se  interpreta  pu- 
rificación ;  pero  los  más  le  llaman 
Neftaí. 


16  Aplastaron  al  caudillo  :  si,  como  parece,  se  trata  aquí  de  la  muerte  de  Antíoco 
l-'.pifanes,  hay  que  coordinar  este  pasaje  con  i  Mac.  6  y  2  Mac.  9.  La  conciliación 
difícil,  tanto  que  hoy  parece  ya  admitirse,  casi  generalmente,  que  el  autor  inspirado 
de  2  Mac.  coloca  esta  carta  al  principio  de  su  obra,  sin  garantizar  la  veracidad  de  los 
detalles,  en  lo  cual  nada  hay  contra  la  inspiración.  Es  la  opinión  que  ya  sostuvieron 
Sa  y  Cornely.  Precisamente  el  mismo  autor  nos  dará  luego  una  versión  exacta,  corri- 
giendo las  superfetaciones  populares. 

33  Ai.  rey  :  Artajerjes  Longímano,  que  habla  protegido  a  Nehemías. 

38  Xeftar  :  se  ha  buscado  con  poco  éxito  la  raíz  semítica  de  esta  palabra  ;  más  bien 
parece  ser  de  raíz  persa  o  aria,  y  significa  quizás  el  agua  lustral. 


—  1777  ~ 


2  1-13 


II  MACABEOS 


2  14-26 


O  1  Se  halla  en  los  archivos  que  el 
profeta  Jeremías  ordenó  a  los  de- 
portados tomar  del  fuego  sagrado, 
como  antes  se  dijo  ;  2  y  cómo  les  re- 
comendó a  los  deportados  el  profeta, 
entregándoles  un  ejemplar  de  la  ley, 
que  no  diesen  al  olvido  los  precep- 
tos del  Señor,  ni  se  desviasen  en 
sus  pensamientos  a  la  vista  de  los 
ídolos  de  oro  y  plata  y  el  ornato  de 
que  eran  revestidos  ;  3  y  diciendo 
otras  muchas  cosas  como  éstas,  les 
exhortaba  a  no  apartar  jamás  la  ley 
de  su  corazón.  J  También  está  en  los 
documentos  que  el  profeta,  por  re- 
velación divina,  mandó  que  le  si- 
guiesen el  tabernáculo  y  el  arca,  y 
salió  entonces  hasta  el  monte  donde 
subió  Moisés  para  contemplar  la  he- 
redad de  Dios.  5  Llegado  a  él,  Jere- 
mías halló  una  habitación  a  manera 
de  cueva,  en  la  cual  depositó  el  ta- 
bernáculo, el  arca  y  el  altar  de  los 
perfumes,  y  cerró  la  entrada.  6  Ha- 
biendo venido  después  algunos  de  los 
que  le  acompañaban,  para  marcar  con 
señales  el  camino,  no  pudieron  en- 
contrarlo. 1  Cuando  Jeremías  lo  supo, 
los  reprendió,  diciéndoles  :  este  lu- 
gar debe  quedar  desconocido,  hasta 
que  Dios  reúna  a  su  pueblo  y  use  con 
él  de  misericordia.  8  Entonces  el  Se- 
ñor revelará  estos  objetos  sagrados, 
aparecerá  la  gloria  del  Señor,  y  tam- 
bién la  nube,  como  se  manifestó  en 
tiempo  de  Moisés,  y  cuando  Salomón 
pidió  que  el  lugar  del  templo  fuese 
gloriosamente  santificado.  1  También 
en  aquellos  documentos  se  cuenta 
cómo  Salomón,  poseyendo  la  sabidu- 
ría, ofreció  el  sacrificio  de  la  dedi- 
cación y  termir^ición  del  templo;  10  y 
que  como,  cuando  Moisés  oró  al  Se- 
ñor, descendió  fuego  del  cielo  que 
consumió  el  sacrificio,  así  también 
oró  Salomón  al  Señor,  y  descendien- 
do el  fuego,  consumió  el  holocausto. 
"  Y  dijo  Moisés  :  Porque  no  ha  sido 
comida  la  víctima  por  el  pecado,  fué 
ella  consumida.  "  También  Salomón 
celebró  la  fiesta  por  ocho  días. 

18  Estas  mismas  cosas  se  refieren 
en  los  documentos  y  memorias  de 
Nehemías  ;  y  se  dice,  además,  que 


fundó  una  biblioteca  y  reunió  en  ella 
los  libros  de  los  reyes,  los  de  lo> 
protetas  y  ios  de  David  y  las  cartas 
de  los  reyes  de  Persia  sobre  las  ofren- 
das. 14  De  la  misma  manera,  Judas  re- 
unió todos  los  libros  dispersos  duran- 
te la  guerra  que  hubimos  de  sufrir, 
y  se  Hallan  en  nuestro  poder.  15  Si 
tuviereis,  pues,  necesidad  de  ellos, 
mandadnos  quienes  os  los  lleven. 

16  Estando  nosotros  a  punto  de  ce- 
lebrar la  fiesta  de  la  purificación,  os 
escribimos :  Haréis  bien  en  solemni- 
zar estos  días,  como  hacemos  nos- 
otros. "  Dios,  que  ha  salvado  a  todo 
su  pueblo,  nos  ha  devuelto  a  todos 
su  heredad,  el  reino,  el  sacerdocio  y 
la  santificación,  18  como  lo  anunció 
en  la  ley.  Esperamos,  pues,  de  Dios, 
que  pronto  se  compadecerá  de  nos- 
otros, y  nos  reunirá,  de  todas  las 
regiones  que  están  bajo  el  cielo,  en 
el  lugar  santo,  19  pues  nos  ha  arran- 
cado de  grandes  males  y  ha  purifi- 
cado el  lugar  santo.i) 


Prólogo  del  libro 

"  La  historia  de  Judas  el  Macabeo 
y  de  sus  hermanos,  la  purificación 
del  gran  templo  y  la  dedicación  del 
altar,  21  así  como  las  guerras  soste- 
nidas contra  Antíoco  Epifanes  y  su 
hijo  Eupátor,  32  las  manifestaciones 
celestes  a  los  que  combatían  glorio- 
samente por  el  judaismo,  de  suerte 
que,  aun  siendo  pocos,  reconquista- 
sen toda  la  tierra  y  pusieran  en  fuga 
una  multitud  de  bárbaros,  23  y  reco- 
brasen el  templo,  famoso  en  todo  el 
universo,  y  librasen  la  ciudad,  y  res- 
tableciesen las  leyes,  que  se  preten- 
día abolir,  habiéndoles  sido  el  Señor 
propicio  con  toda  benevolencia;  24  to- 
da esta  historia  fué  expuesta  por 
Jasón  de  Cirene  en  cinco  libros,  que 
nosotros  procuraremos  compendiar 
en  uno  solo.  23  Porque,  considerando 
la  multitud  de  cifras  í7¡u>  contienen , 
y  la  dificultad  que  hallan,  por  la 
abundancia  de  materia,  los  que  quie- 
ren seguir  por  menudo  las  narra- 
ciones históricas,  M  hemos  pretendi- 


2   i:i  I.iis  i.icuos  di;  i.os  REYES  :  este  pasaje  es  muy  importante  para  la  historia  del 

31  Jasón  df  Cirene  :  es  presentado  como  persona  conocida  a  los  lectores.  Jasón  es 
la  forma  griega,  entonces  en  uso,  del  nombre  hebreo  Josué.  En  i  Mac.  8,  17,  se 
habla  de  un  Jasón  enviado  a  Roma  l>or  Judas  Macabeo,  que  bien  pudiera  ser  el 
historiador  aquí  aludido. 


-  1778  - 


2  27-3  5 


II  MA CABEOS 


3  6-ltí 


ilo  solazar  el  alma  de  los  aficionados 
a  leer  y  dar  a  los  estudiosos  facili- 
dad para  aprender  de  memoria,  y, 
en  fin,  ser  útiles  a  todos  los  que  co 
jan  este  libro.  31  Mas  para  nosotros, 
que  hemos  emprendido  el  trabajo  de 
abreviar,  no  ha  sido  cosa  fácil,  sino 
tarea  de  sudores  y  desvelos.  38  Como 
el  que  prepara  un  banquete  v,  bus- 
cando agradar  a  otros,  tiene  una  ta- 
rea pesada,  así  nosotros,  para  obte- 
ner la  gratitud  de  muchos,  hemos 
soportado  con  gusto  esta  tarea.  28  Re- 
servando al  escritor  el  narrar  de- 
talladamente cada  cosa,  nos  hemos 
esforzado  por  seguir  las  reglas  del 
resumen.  s!l  Porque,  así  como  el  ar- 
quitecto de  una  casa  nueva  ha  de 
pensar  en  el  conjunto  de  la  cons- 
trucción, mientras  que  el  que  se  en- 
carga de  decorar  y  pintar  figuras 
tiene  que  preocuparse  sólo  de  lo  que 
toca  a  la  ornamentación,  así  creo  yo 
que  pasa  entre  nosotros.  31  Profundi- 
zar la  materia,  ordenar  la  narración, 
examinarla  en  todos  sus  pormeno- 
res :  eso  compete  al  que  compone 
una  historia  ;  33  perseguir,  empero, 
el  compendio  de  la  narración,  sin 
llegar  a  exposición  completa  de  los 
hechos,  es  !o  que* compete  al  compi- 
lador. 53  Y  aquí,  pues,  comenzamos 
va  la  narración,  después  de  haber- 
nos extendido  tanto  en  los  prelimi- 
nares. Sería  una  locura  mostrarse  di- 
fusos antes  de  narrar  la  historia,  pa- 
ra luego  compendiar  ésta. 


Heliodoro  en  el  templo  de 
Jerusalén 

o  1  Hallándose  la  ciudad,  santa  en 
*-*  completa  paz,  observándose  exac- 
tísimamente  las  leyes  por  la  piedad 
del  sumo  sacerdote  Onías,  y  s*u  odio 
al  mal.  3  sucedía  que  hasta  los  mis- 
mos reyes  honraban  el  lugar  santo 
y  adoraban  el  templo  con  magníficos 
dones.  3  Así,  Seleuco,  rey  de  Asia, 
proveyó  de  sus  propias  rentas  todos 
los  gastos  necesarios  para  la  liturgia 
de  los  sacrificios.  4  Pero  un  cierto  Si- 
món, de  la  tribu  de  Benjamín,  cons- 
tituido prefecto  del  templo,  se  enojó 
con  el  sumo  sacerdote  por  causa  de 
la  fiscalización  del  mercado  de  la  ciu- 
dad 6  No  pudiendo  vencer  a  Onías, 
se  fué  a  encontrar  a  Apolonio,  hijo 


de  Traseas,  que  por  aquel  tiempo 
era  gobernador  militar  de  la  Cele- 
siria  y  Fenicia,  6  y  le  hizo  saber  que 
el  gazofilacio  de  Jerusalén  estaba  re- 
pleto de  enormes  riquezas  ;  que  la 
cantidad  de  dinero  era  incalculable, 
y  que  no  se  empleaba  para  los  gas- 
tos de  los  sacrificios  ;  por  lo  que  era 
posible  hacerlo  pasar  todo  a  manos 
del  rey.  7  Apolonio,  en  conversación 
con  el*  rev.  le  dió  cuenta  de  los  di- 
chos tesoros.  Este,  eligiendo  e  He- 
liodoro, su  ministro  de  hacienda,  le 
envió  con  órdenes  de  apoderarse  de 
las  mencionadas  riquezas.  8  Heliodo- 
ro se  puso  al  instante  en  viaje,  con 
el  pretexto  de  inspeccionar  las  ciu- 
dades de  Celesiria  y  Fenicia,  pero  en 
realidad  para  ejecutar  el  designio  del 
rey.  0  Llegado  a  Jerusalén,  fué  recibi- 
do amistosamente  por  el  sumo  sacer- 
dote de  la  ciudad ;  dióle  luego  cuenta 
de  lo  que  había  sabido  y  del  motivo 
de  su  venida,  preguntando  si  real- 
mente las  cosas  eran  así. 

10  El  sumo  sacerdote  le  objetó  que 
se  trataba  de  depósitos  para  auxilio 
de  viudas  y  huérfanos  ;  "  que  una 
parte  pertenecía  a  Hircano,  hijo  de 
Tobías,  hombre  de  mucha  considera- 
ción, contra  lo  que  calumniosamen- 
te había  dicho  el  impío  Simón  ;  y 
que,  en  fin,  la  suma  de  todo  era  de 
cuatrocientos  talentos  de  plata  y  dos- 
cientos de  oro  ;  *!  que  era,  pues,  del 
todo  imposible  cometer  tal  injusticia 
contra  los  que  habían  confiado  en  la 
santidad  del  lugar  y  en  la  majestad 
inviolable  de  un  templo  honrado  en 
todo  el  universo.  13  Pero  él,  Helio- 
doro,  en  virtud  de  las  órdenes  regia* 
que  tenía,  contestó  que  aquellos  te- 
soros habían  de  ser  absolutamente 
entregados  al  tesoro  real.  14  Habien- 
do, pues,  fijado  un  día,  se  preparó 
a  entrar  para  inspeccionar  tales  ri- 
quezas, antes  de  disponer  de  ellas ; 
esto  produjo  no  pequeña  perturba- 
ción en  toda  la  ciudad.  "Los  sacei- 
dotes,  vestidos  de  sus  túnicas  sacer- 
dotales, se  arrojaron  ante  el  altar,  y 
clamaban  al  cielo,  invocando  a  Aquel 
que  había  puesto  la  lev  sobre  los  de- 
pósitos, que  les  fueran  conservados 
intactos  a  quienes  los  depositaron. 
10  El  que  miraba  el  rostro  del  sumo 
sacerdote  quedaba  traspasado  hasta 
lo  más  íntimo  del  alma,  porque  su 
aspecto  y  el  color  demudado  trans- 


1  Onías  :  Onías  III,  que  comenzó  el  sumo  pontificado  en  196 
alabado  en  el  libro  por  su  piedad. 


de  C.  Ks  siempre 


—  1779  — 


3  17-30 


II  MACABEOS 


3  31—4  l 


parentaba  la  angustia  de  su  alma.  I 
"  Porque  el  temor  se  reflejaba  en  I 
aquel  varón  y  un  temblor  de  su  cuer- 
po,  por  los  que  revelaba  a  quienes 
le  miraban  la  honda  pena  de  su  co- 
razón. 18  Los  habitantes  salían  en  tro- 
pel de  sus  casas  a  una  pública  ro- 
gativa, porque  el  lugar  santo  estaba 
a  punto  de  ser  entregado  al  oprobio. 
19  Las  mujeres,  ceñidas  bajo  los  pe- 
chos de  saco,  llenaban  las  calles  ;  y 
las  doncellas  que  estaban  encerra- 
das, unas  corrían  a  las  puertas,  otras 
hacia  los  muros  -x  algunas  miraban 
recelosamente  por  las  ventanas  ; 20  to- 
das, extendidas  las  manos  al  cielo, 
dirigían  plegarias.  21  Movía  a  com 
pasión  aquella  confusa  muchedum- 
bre postrada  en  tierra,  y  la  ansiedad 
angustiosísima  del  sumo  sacerdote. 
~  Mientras  ellos,  pues,  invocaban  al 
Dios  omnipotente,  para  que  los  de- 
pósitos fuesen  con  toda  seguridad 
conservados  intactos  a  los  que  los 
habían  confiado,  23  Heliodoro,  por  su 
parte,  ejecutaba  su  designio.  Estaba 
ya  con  sus  satélites  junto  al  gazo- 
íüacio,  24  cuando  el  Señor  de  los  es- 
píritus y  Dueño  del  poder  absoluto 
hizo  de  él  una  gran  manifestación, 
de  suerte  que  cuantos  se  habían  atre- 
vido a  entrar  con  él,  heridos  por  el 
poder  de  Dios,  quedaron  yertos  y  des- 
pavoridos. 25  Porque  se  les  apareció 
un  caballo  montado  por  un  jinete 
terrible,  adornado  de  riquísimo  ca- 
parazón ;  lanzándose  impetuosamen- 
te a  Heliodoro,  le  acoceó  con  las  pa- 
tas delanteras.  El  que  lo  montaba 
parecía  tener  armadura  de  oro.  26  Se 
aparecieron  también  otros  dos  jóve- 
nes, llenos  de  vigor,  brillantes  de 
gloria,  magníficamente  vestidos  ;  los 
cuales,  colocándose  uno  a  cada  lado 
de  Heliodoro,  le  azotaban  incesante- 
mente, descargando  sobre  él  conti- 
nuos golpes.  21  Al  instante,  Heliodo- 
ro, caído  en  el  suelo  y  envuelto  en 
profunda  oscuridad,  fué  recogido  y 
puesto  en  una  litera.  28  El  que  poco 
ha,  con  numeroso  séquito  y  con  se- 
gura escolta,  entraba  en  el  mencio- 
nado gazofilacio,  era  ahora  llevado, 
incapaz  de  auxiliarse  a  sí  mismo,  y 
habiendo  experimentado  visiblemen- 
te el  poder  de  Dios.  29  El,  por  divina 
virtud,  yacía  mudo,  privado  de  toda 
esperanza  y  socorro.  30  Los  judíos, 
por  su   parte,  bendecían  al  Señor, 


que  había  glorificado  su  lugar  santo; 
I  v  el  templo,  momentos  antes  lleno 
ile  terror  y  de  turbación,  rebosaba 
|  ahora  de  gozo  y  alegría,  gracias  a 
la  manifestación  del  Señor  omnipo- 
tente. 

21  Rápidamente,  algunos  de  los 
compañeros  de  Heliodoro  suplicaron 
a  Onías  que  invocase  al  Altísimo,  pa- 
ra que  le  hiciese  la  gracia  de  vivir 
al  que  yacía  reducido  ya  a  los  últi- 
mos alientos.  82  El  sumo  sacerdote, 
temiendo  que  el  rey  se  imaginase 
que  los  judíos  habían  cometido  al- 
gún atentado  contra  Heliodoro,  ofre- 
ció sacrificio  por  la  salud  de  este 
hombre.  23  Mientras  ofrecía  el  sumo 
sacerdote  el  sacrificio  expiatorio,  los 
mismos  jóvenes  se  aparecieron  de 
nuevo  a  Heliodoro,  revestidos  con  los 
mismos  ornamentos,  y  estando  de  pie 
junto  a  él,  le  dijeron  :  «Da  muchas 
gracias  a  Onías,  el  sumo  sacerdote, 
pues  por  él  el  Señor  te  concede  el 
beneficio  de  la  vida.  84  Tú,  pues,  cas- 
tigado por  el  cielo,  confiesa  ante  to- 
dos el  gran  poder  de  Dios.»  Dicho 
esto,  desaparecieron. 

35  Heliodoro,  después  de  ofrecer  un 
sacrificio  a  Dios  y  de  desear  felices 
augurios  a  quien  le  había  concedido 
la  vida,  se  despidió  amablemente  de 
Onías  y  regresó  con  sus  tropas  al 
rey,  36  dando  testimonio  ante  todos 
de  las  obras  del  Dios  Altísimo,  que 
había  visto  con  sus  ojos.  37  Interro- 
gado Heliodoro  por  el  rey,  sobre 
quién  sería  el  más  apto  para  enviar- 
le de  nuevo  a  Jerusalén,  dijo  :  38  «Si 
tienes  algún  enemigo  o  adversario 
de  tu  gobierno,  mándalo  allá,  que 
vendrá' desgarrado  a  azotes,  si  es 
que  salva  la  vida  ;  porque  verdade- 
ramente hay  en  aquel  lugar  una  vir- 
tud divina.  09  El  mismo  que  tiene  su 
habitación  en  los  cielos  vela  sobre 
aquel  lugar  y  lo  protege,  y  hiere  3s 
muerte  a  los  que  se  acercan  con  mal 
fin.»  40  Así  acaecieron  los  sucesos  re- 
lativos a  Heliodoro  y  a  la  preserva- 
ción del  gazofilacio. 


Onías,  asesinado 

41  El  antes  mencionado  Simón,  de- 
lator del  tesoro  y  de  la  patria, 
hablaba  mal  de  Onías,  como  si  fue- 
se éste  el  que  había  herido  a  Helio- 


Herido  a  Heliodoro  :  otros  traducen  excitado. 

—  1780  — 


4  2-12 


II  MACABEOS 


4  13-22 


doro,  y  el  autor  de  toda  la  desgra- 
cia. 2  Al  bienhechor  de  la  ciudad,  al 
defensor  de  sus  connacionales,  al  ob- 
servante fiel  de  sus  leyes,  osaba  lla- 
marlo traidor  al  Estado.  3  A  tal  ex- 
tremo llegó  la  enemistad,  que  se 
cometieron  homicidios  por  parte  de 
algunos  partidarios  de  Simón.  4  En- 
tonces ünías,  viendo  lo  peligroso  de 
esta  rivalidad  y  que  Apolonio,  go- 
bernador de  laCelesiria  y  Fenicia, 
estaba  enfurecido  y  atizaba  la  mal- 
dad de  Simón,  fué  a  encontrar  al 
rey,  5  no  como  acusador  de  los  con- 
ciudadanos, sino  atendiendo  al  inte- 
rés común  y  particular  de  toda  la 
multitud  ;  ó  pues  veía  que,  sin  la  in- 
tervención regia,  era  imposible  pa- 
cificar la  situación  y  contener  a  Si- 
món en  su  locura. 

7  Muerto  Seleuco  y  habiéndose  apo- 
derado del  reino  Antíoco,  por  sobre- 
nombre Epifanes,  Jasón,  hermano  de 
Onías,  ambicionaba  por  malos  me- 
dios el  sumo  sacerdocio  ;  8  y  en  una 
conversación  con  el  rey  le  prometió 
trescientos  sesenta  talentos  de  plata 
y  ochenta  talentos  más  de  otras  ren- 
tas ;  0  además  de  esto,  ofrecía  com- 
prometerse por  escrito  a  otros  ciento 
cincuenta  más,  si  se  le  concedía  ins- 
talar por  su  propia  cuenta  un  gimna- 
sio y  una  efebía,  e  inscribir  a  los  de 
Jerusalén  como  ciudadanos  antioque- 
nos.  10  Asintió  el  rey  ;  apenas  Jasón 
obtuvo  el  poder,  se  dió  luego  a  in- 
troducir las  costumbres  griegas  en- 
tre sus  conciudadanos.  "  Abolió  los 
privilegios  regios  otorgados  por  be- 
nevolencia a  los  judíos,  gracias  a  la 
gestión  de  Juan,  padre  de  Eupole- 
mo,  el  que  fué  enviado  en  la  emba- 
jada para  lograr  la  amistad  y  alianza 
con  los  romanos  ;  disolviendo  insti- 
tuciones legales,  introducía  costum- 
bres perversas  ;  12  porque  quiso  darse 
el  gusto  de  erigir  el  gimnasio  bajo 
la  misma  acrópolis,  obligando  a  los 
jóvenes  de  las  más  nobles  familias 
a  educarse  bajo  el  petaso. 


13  A  tan  alto  grado  llegó  el  helenis- 
mo y  la  introducción  de  costumbres 
extranjeras,  j>or  la  enorme  perversi- 
dad del  impío,  más  que  sumo  sacer- 
dote, Jasón,  14  que  los  sacerdotes  ya 
no  mostraban  celo  por  el  servicio  del 
altar;  antes,  menospreciando  el  tem- 
plo y  descuidando  los  sacrificios,  se 
apresuraban  a  participar  en  el  ejer- 
cicio prohibido  de  la  palestra,  en 
cuanto  eran  invitados  a  lanzar  el  dis- 
co. 15  Teniendo  en  nada  los  honores 
patrios,  estimaban  en  mucho  las  dis- 
tinciones griegas.  16  Por  causa  de  es. 
to  les  sobrevino  una  dura  calamidad  : 
aquellos  mismos  cuya  conducta  en- 
vidiaban y  a  quienes  en  todo  querían 
imitar,  se  volvieron  contra  ellos,  co- 
mo enemigos  y  opresores.  "  No  se 
violan  impunemente  las  leyes  divi- 
nas ;  esto  es  lo  que  demostrará  el 
tiempo  venidero. 

18  Mientras  se  celebraban  en  Tiro 
los  juegos  quinquenales  con  asisten- 
cia del  rey,  13  el  criminal  Jasón  envió 
de  Jerusalén  espectadores,  que  eran 
ciudadanos  de  Antioquía,  portadores 
de  trescientas  dracmas  de  plata  pa- 
ra el  sacrificio  de  Hércules;  pero  los 
mismos  que  las  llevaban  juzgaron 
bien  que  no  se  empleasen  en  los  sa- 
crificios, porque  no  convenía  ;  sino 
que  se  destinaron  a  otros  gastos.  20  Y 
así,  las  trescientas  dracmas  que  iban 
destinadas,  según  la  voluntad  del  do- 
nante, para  el  sacrificio  de  Hércules, 
sirvieron,  según  deseo  de  los  porta- 
dores, a  la  construcción  de  trirremes. 

Habiendo  sido  enviado  a  Egipto 
Apolonio,  hijo  de  Menesteo,  para  la 
entronización  del  rey  Toloineo  Filo- 
métor,  vino  a  saber  Antíoco  que  él 
estaba  mal  dispuesto  respecto  a  su 
gobierno,  y  deliberó  cómo  asegurar- 
se contra  él.  Llegado  a  Jope,  pasó  a 
Terusalén,  ~~  donde  Jasón  y  la  ciudad 
le  hicieron  un  magnífico  recibimien- 
to, entrando  a  la  luz  de  las  antor- 
chas y  con  aclamaciones.  De  allí  lle- 
vó sus  tropas  a  Fenicia. 


*  Efrbía  :  parte  del  gimnasio  reservada  a  los  jóvenes.  Transcribimos  la  palabra 
griega,  por  no  encontrar  traducción  apropiada. 

B  Haj.)  la  acrópolis  :  era  el  monte  Sión  y,  por  tanto,  el  lugar  más  santo.  ||  Petaso  . 
sombrero  de  anchas  alas  con  que  se  protegían  contra  el  sol  y  la  lluvia  los  gimnastas. 
Mercurio,  protector  de  estos  ejercicios,  va  a  las  veces  cubierto  de  petaso.  La  Vulgata 
ha  traducido  in  lupanaribus,  dando  un  sentido  peyorativo  ;  aunque  bien  puede  decirse 
que  en  tales  ejercicios  podían  encontrarse  peligros  contra  la  castidad. 

M  Disco  :  ejercicio  favorito  en  la  antigüedad.  Se  ponía  a  prueba  la  puntería  y  la 
fuerza,  lanzando  lejos  un  disco  de  piedra  o  hierro. 

21  APOLONIO  :  parece  personaje  distinto  del  homónimo  citado  en  el  capítulo  an- 
terior. 


—  1781  — 


4  23-34 


II  MACABEOS 


4  35-16 


lies  anos  después,  envió  Jasón 
a  Menelao,  hermano  del  antes  men- 
cionado Simón,  para  llevar  dinero  al 
rey  y  para  gestionar  derechos  en 
asuntos  importantes  ;  21  pero  Mene- 
lao se  ganó  al  rey,  le  rindió  honores, 
dándose  aire  de  hombre  importante, 
con  lo  que  obtuvo  para  sí  el  sumo 
sacerdocio,  superando  en  trescientos 
talentos  de  plata  a  lo  ofrecido  por 
Jasón.  *  Habiendo  recibido  las  ere- 
aquel  hombre  que  nada  poseía  digno 
del  sumo  sacerdocio,  sino  que  tenía 
instintos  de  tirano  cruel  y  el  furor 
de  una  ñera  salvaje.  20  Y  así  Jasón, 
que  había  engañado  a  su  propio  her- 
mano, fué  a  su  vez  engañado  por 
otro  v  forzado  a  llegar  huvendo  al 
país  de  los  ammonitas.  "Menelao 
obtuvo  el  poder,  pero  no  cumplía 
nada  relativo  a  la  suma  prometida 
al  rey.  -s  A  pesar  de  las  reclamacio- 
nes de  Sóstrates,  comandante  de  la 
acrópolis  —  pues  a  él  pertenecía  la 
exacción  de  tributos — ,  ambos  fue- 
ron llamados  con  este  motivo  por  el 
rey.  20  Menelao  dejó  como  sustituto 
en  el  sumo  sacerdocio  a  su  hermano 
Lisímaco,  y  Sóstrates  dejó  e>i  $«  lu- 
gar a  Grates,  gobernador  de  Chipre. 

30  Durante  estos  sucesos,  los  tar- 
senses  y  malotas  se  revolucionaron 
por  haber  sido  dados  en  regalo  a 


sus  digna 
do  ser  ei 
fa  voralble, 
tos  objeto 
Andrónicc 
los  en  til 


consiguió  vendei 
Onías  supo  est 


rededor.  ~HJu 
con  certeza,  se  lo  reprochó  después 
de  retirarse  a  un  lugar  de  asilo  jun- 
to la  ¡Dafne,  oerca  de  Antioquía. 
"  Por  esto  Menelao,  llamando  priva 
clámente  a  Andrónico,  le  azuzaba  a 
(pie  matase  a  Onías.  Andrónico  fué 
a  ver  a  Onías  y,  haciendo  juramento 
y  dándole  la  mano,  le  persuadió  con 
dolo  (aunque  le  era  sospechoso)  a 
que  saliese  de  su  asilo  ;  v  al  instan- 
te le  mató,  sin  consideración  alguna 


a  la  justicia.  35  Por  este  motivo  no 
sólo  los  judíos,  sino  también  muchos 
de  las  otras  naciones,  se  indignaron 
v  llevaron  a  mal  la  injusta  muerte 
de  tal  varón.  30  Vuelto  el  rey  de  las 
regiones  de  Cilicia.  se  le  presenta- 
ron los  judíos  de  la  ciudad  de  An- 
tioquía v  algunos  griegos,  enemigos 
igualmente  'de  la  maldad,  para  'ha- 
blarle de  la  muerte  inicua  de  Onías. 
s:  Se  entristeció,  pues,  Antíoco  hasta 
el  fondo  del  alma  y,  movido  a  com- 
pasión, lloró  recordando  la  modera- 
ción y  sabia  conducta  de  Onías;  88  y, 
encendido  en  cólera,  al  instante  des- 
pojó a  Andrónico  del  manto  de  púr- 
pura, desgarró  los  vestidos  e  hizo  le 
nasearan  por  toda  la  ciudad  y^  que 

tio  mismo  en  que  había  impíamente 
asesinado  a  Onías.  El  Señor  le  hirió 
así  con  merecido  castigo. 

•'"  Muchos  fueron  los  robos  sacri- 
legos cometidos  en  la  ciudad  de  Je- 
rusale'n  por  Lisímaco,  de  acuerdo 
con  Menelao;  tantos,  que,  difundida 
fuera  la  fama,  la  masa  se  amotinó 
contra  Lisímaco  ;  pero  ya  muchos 
objetos  de  oro  estaban  dispersos. 
40  Excitada  la  multitud  y  encendida 
de  cólera,  Lisímaco  armó  unos  tres 
mil  hombres  y  comenzó  a  cometer 
actos  de  violencia  bajo  el  mando  de 
un  cierto  Tirano,  avanzado  en  años, 
pero  más  en  crueldad.  "  Cuando  se 
dieron  cuenta  del  ataque  de  Lisíma- 


labia,  confusamente 
la  arrojaDan  contra  los  partidarios 
de  Lisímaco.  42  Con  esta  ocasión  fue- 
ron heridos  muchos  de  ellos,  algu- 
nos derribados  y  todos  puestos  en 
fuga,  y  al  mismo  sacrilego  lo  mata- 
ron junto  al  gazofilacio. 

•  Sobre  estos  hechos  se  entabló 
un  juicio  contra  Menelao.  41  Cuando 
el  rey  vino  a  Tiro,  tres  varones  en- 
viados por  el  Senado  expusieron  an- 
te él  la  causa.  *  Menelao,  ya  perdi- 
do, prometió  mucho  dinero  a  Tolo- 
meo,  hijo  de  Dorimenes,  si  le  al- 
canzaba el  favor  del  rey.  46  Y,  en 
efecto,  llevándole  Tolomeo  aparte 
hacia  un  peristilo,  como  para  tomar 
el  fresco,  hizo  cambiar  al  rey  de  pa- 


■  Crates  :  siendo  un  personaje  completamente  desconocido,  ya  desde  la  antigüedad 
fueron  varias  las  lecturas  sobre  el  nombre  e  hipótesis  de  esta  frase  ;  véase,  por  ejem- 
plo, la  Vulírata. 

30  TARSENSES  v  mai.oias  :  Tarso  y  Mallas  son  ciudades  importantes  de  Cilicia. 
40  Tirano  :  aquí  es  nombre  propio.  Otros  códices  tienen  Aurano. 


—  I/82  — 


4  47—5  8 


II  MACABEOS 


5  9-20 


recer,  "  y  declaró  inocente  de  lo  que 
se  le  acusaba  a  Menelao,  causante 
de  toda  maldad  ;  y  condenó  a  muer- 
te a  aquellos  desdichados,  que,  aun- 
que hubieran  tenido  que  defender  su 
causa  ante  los  escitas,  habrían  sido 
declarados  inocentes.  48  Sin  tardanza 
sufrieron  el  injusto  castigo  los  que 
habían  defendido  la  ciudad,  el  pue- 
blo y  los  vasos  sagrados.  40  Por  esta 
causa,  hasta  los  tirios,  indignados, 
les  hicieron  magníficos  funerales. 
M  Entre  tanto,  Menelao  permanecía 
en  el  poder,  gracias  a  la  avaricia  de 
los  poderosos  gobernantes,  aumen- 
tando en  maldad  y  convertido  en 
perseguidor  cruel  de  sus  conciuda- 
danos. 


Persecución  de  Antíoco  Epifanes 

r  '  Por  este  tiempo  organizó  An- 
Uoco  su  segunda  expedición  con- 
tra Egipto  ;  2  y  sucedió  que,  por  es- 
pacio de  casi  cuarenta  días,  por  toda 
la  ciudad  aparecieron  en  el  aire  ji- 
netes corriendo  con  túnicas  doradas, 
armados  de  lanzas,  a  semejanza  de 
cohortes,  3  y  escuadrones  de  caba- 
llos alineados  en  orden  de  batalla, 
ataques  y  cargas  de  una  y  otra  par- 
te, agitación  de  escudos,  multitud  de 
lanzas,  espadas  desenvainadas,  lan- 
zamiento de  dardos,  resplandores  de 
armaduras  de  oro  y  corazas  de  todas 
clases.  4  Por  lo  cual  todos  oraban 
para  que  estas  apariciones  les  fuesen 
de  buen  augurio. 

5  Difundido  el  falso  rumor  de  que 
Antíoco  había  muerto,  tomó  Jasón 
no  menos  de  mil  hombres  y  vino  a 
atacar  de  improviso  a  la  ciudad.  Los 
habitantes  corrieron  a  los  muros; 
pero  la  ciudad  acabó  por  ser  toma- 
da, y  Menelao  se  refugió  en  la  acró- 
polis. 4  Jasón  hizo  sin  piedad  una 
nyitanza  de  sus  propios  ciudadanos, 
sin  reflexionar  en  que  una  feliz  jor- 
nada contra  sus  compatriotas  es  la 
más  triste  jornada,  imaginándose, 
en  cambio,  que  alcanzaba  trofeos  de 
los  enemigos  y  no  de  los  connacio- 
nales. '  Pero  ni  logró,  por  una  parte, 
adueñarse  del  poder,  y  por  otra  re- 
cibió al  fin  la  confusión  como  pre- 
mio de  sus  intrigas,  teniendo  que 
marchar  fugitivo  de  nuevo  al  país  de 
los  ammonitas.  8  Le  alcanzó,  pues, 
el  fin  de  su  perversa  vida  :  acosado 
por  Aretes,  rey  de  los  árabes,  huyen- 
do de  ciudad  en  ciudad,  perseguido 


por  todos,  detestado  como  apóstata 
de  las  leyes,  execrado  como  verdugo 
de  la  patria  y  de  los  conciudadanos, 
fué  vergonzosamente  lanzado  hasta 
Egipto  ;  "y  el  que  a  tantos  había 
desterrado  de  la  patria  murió  en  tie- 
rra extranjera,  huyendo  a  Lacede- 
monia  con  la  esperanza  de  alcanzar 
un  refugio  en  consideración  a  su  pa- 
rentesco ;  10  y  el  que  a  tantos  dejó 
sin  sepultura,  murió  sin  ser  llorado 
y  privado  de  los  últimos  deberes  :  no 
fué  sepultado  en  el  sepulcro  de  sus 
padres. 

11  Llegados  a  oídos  del  rey  estos 
sucesos,  sospechó  que  la  Jadea  haría 
defección  ;  y  así,  al  volver  de  Egip- 
to, furioso  como  una  bestia,  tomó  la 
ciudad  a  mano  armada  a  y  ordenó 
a  los  soldados  herir  sin  compasión  a 
los  que  cayesen  en  sus  manos  y  de- 
gollar a  los  que  subiesen  sobre  los 
tejados  de  las  casas.  13  Así  murieron 
jóvenes  y  viejos,  perecieron  hombres 
formados  y  mujeres  y  niños  y  fue- 
ron degollados  doncellas  y  niños  de 
pecho.  14  En  tres  días  enteros  pere- 
cieron ochenta  mil  personas  ;  cua- 
renta mil  cayeron  asesinadas  y  un 
número  no  menor  fueron  vendidas 
por  esclavos.  15  No  contento  con  esto, 
se  atrevió  a  entrar  en  el  templo  más 
santo  de  todo  el  universo,  teniendo 
por  guía  a  Menelao,  el  traidor  a  las 
leyes  y  a  la  patria.  16  Tomando  con 
sus  manchadas  manos  los  vasos  sa- 
grados v  arrebatando  las  ofrendas 
entregadas  por  muchos  reyes  para 
aumentar  la  gloria  y  dignidad  del 
lugar,  las  entregaba  a  manos  profa- 
nas. 

"  Hinchado  su  espíritu  df  orgullo, 
Antíoco  no  veía  que,  por  los  pecados 
de  los  habitantes  de  la  ciudad,  el 
Señor  se  había  por  breve  tiempo 
irritado  y  que  por  esto  desviaba  su 
mirada  de  aquel  lugar.  18  Si  no  hu- 
biese sido  por  ser  ellos  culpables  de 
tantos  pecados,  igual  que  Heliodoro, 
el  enviado  por  el  rey  Seleuco  para 
inspeccionar  el  gazofilacio,  hubiera 
éste  sentido,  apenas  puesto  el  pie, 
reprimida  su  audacia  por  los  azotes. 
18  Pero  no  escogió  el  Señor  la  nación 
por  causa  del  lugar,  sino  más  bien 
el  lugar  por  causa  de  la  nación  ; 
™  por  lo  cual,  este  lugar  ha  partici- 
pado de  las  desgracias  del  pueblo, 
así  como  después  estuvo  asociado  .n 
los  beneficios  ;  y  abandonado  a  la 
cólera  del  Omnipotente,  de  nuevo  ha 
sido  restaurado  con  todo  esplendor 


-  1783  - 


5  ¿1-6  2 


II  MACABEoS 


6  3-13 


al  reconciliarse  con  el  altísimo  Se- 
ñor. 

"  Antíoco,  pues,  habiendo  retirado 
del  templo  mil  ochocientos  talentos, 
precipitadamente  se  marchó  a  An- 
tioquia,  imaginándose  en  su  inso- 
lencia que  podría  hacer  navegable 
!a  tierra  y  viable  el  mar  ;  tal  era 
la  ebria  exaltación  de  su  espíritu. 
"  Todavía  dejó  prefectos  que  ator- 
mentaron el  pueblo  :  en  Jerusalén,  a 
un  tal  Filipo,  frigio  de  nación,  más 
bárbaro  aún  que  el  mismo  que  los 
había  establecido  ;  y  en  Garizim,  a 
Andrónico  ;  y  además  de  éstos,  a 
Menelao,  que  superó  a  todos  en  mal- 
dad contra  sus  conciudadanos,  23  y 
alimentaba  peores  sentimientos  de 
odio  hacia  los  ciudadanos. 

"Además  envió  Antíoco  al  odiado 
Apolonio  como  jefe  de  un  ejército  de 
veintidós  mil  hombres,  con  orden  de 
degollar  a  todos  los  adultos  y  ven- 
der a  las  mujeres  y  a  los  niños. 
20  Llegó  éste  a  Jerusalén,  simulando 
intenciones  pacíficas,  y  se  contuvo 
hasta  el  día  santo  del  sábado.  Pero 
cuando  vió  a  los  judíos  celebrar  su 
fiesta,  mandó  a  sus  tropas  tomar  las 
armas  28  y  mató  a  todos  cuantos  sa- 
lían para  el  espectáculo  ;  y  reco- 
rriendo luego  la  ciudad  con  las  ar- 
mas, dió  muerte  a  una  gran  muche- 
dumbre. "  Pero  Judas  Macabeo,  con 
otros  nueve,  se  retiró  al  desierto  y 
vivía  en  los  montes  con  los  suyos  a 
la  manera  de  fieras,  no  comiendo 
otro  alimento  que  hierbas  para  no 
tener  parte  en  las  profanaciones. 


Se    quiere   Imponer   la  idolatría 

£.  1  No  mucho  tiempo  después  man- 
"  dó  el  rey  a  un  anciano  atenien- 
se para  obligar  a  los  judíos  a  aban- 
donar las  leyes  de  sus  padres  e  im- 
pedirles vivir  según  las  leyes  de 
Dios  ;  2  le  mandó  profanar  el  tem- 
plo de  Jerusalén  y  dedicarlo  a  Júpi- 
ter Olímpico,  y  el  de  Garizim,  con-  , 


forme  a!  carácter  de  los  habitantes 
del  lugar,  a  Júpiter  Hospitalario 
a  La  introducción  de  esta  perversi- 
dad fué  grave  e  insoportable  aun 
para  la  masa,  4  porque  el  templo  es- 
taba repleto  de  libertinajes  y  orgías 
por  los  gentiles  disolutos  y  meretri- 
ces ;  en  los  mismos  atrios  sagrados 
tenían  comercio  con  las  mujeres  e 
introducían  cosas  prohibidas.  8  El  al- 
tar mismo  estaba  lleno  de  víctimas 
impuras,  execradas  por  las  leyes. 
8  No  se  observaban  los  sábados,  ni 
se  guardaban  las  fiestas  patrias,  ni 
siquiera  podía  uno  profesarse  judío. 
1  Por  el  contrario,  con  amarga  vio- 
lencia eran  obligados  a  celebrar  cada 
mes  con  sacrificios  el  natalicio  del 
rey,  y  cuando  se  celebraba  la  fiesta 
de  Dionisio  eran  forzados  a  recorrer 
las  calles  coronados  de  hiedra,  en 
honra  de  Dionisio.  8  Se  publicó  un 
edicto  en  las  ciudades  griegas  veci- 
nas por  instigación  de  los  de  Tole- 
maida,  para  conducirse  de  igual  mo- 
do con  los  judíos,  obligándoles  a  sa- 
crificar, 9  con  orden  de  matar  a  los 
que  rehusasen  acomodarse  a  las  cos- 
tumbres griegas.  Por  todas  partes  se 
veía  la  desolación.  10  Pues  dos  muje- 
res fueron  delatadas  por  haber  cir- 
cuncidado a  sus  hijos  ;  con  los  niños 
suspendidos  de  sus  pechos,  fueron 
paseadas  públicamente  por  la  ciudad, 
y  luego  precipitadas  desde  las  mu- 
rallas. 11  Otros  que  se  habían  ido  jun- 
tos a  unas  cavernas  cercanas,  para 
celebrar  en  secreto  el*  día  séptimo, 
fueron  denunciados  a  Filipo  y  entre- 
gados a  las  llamas,  sin  que  pensasen 
en  defenderse,  por  el  respeto  a  la 
santidad  del  día. 

12  Ruego,  pues,  a  aquellos  a  cuyas 
manos  venga  a  parar  este  libro  que 
no  se  desconcierten  por  estas  cala- 
midades y  que  piensen  que  estas  co- 
sas sucedieron  no  para  ruina,  sino 
para  corrección  de  nuestro  linaje. 
a  Porque  no  dejar  mucho  tiempo  im- 
punes a  los  pecadores,  sino  hacer  caer 
sobre  ellos  un  pronto  castigo,  es  señal 


5 21  Navegable  i.í  tierra  :   De  Jerjes  y  Calígula  nos  han  conservado  las  memorias 
que  por  ridicula  vanidad  querían  hacer  la  tierra  navegable  y  llegar  a  hacer  tran- 
sitable el  mar,  hasta  poderse  por  él  pasear  a  caballo. 

36  Tomar  i.as  armas  :  quiza  bajo  pretexto  de  una  parada  militar,  pues  salen  los 
judíos  a  contemplarlos. 

6'  Cada  mes  :  puede  parecer  a  primera  vista  este  rasgo  del  texto  griego  menos 
propio ;  pero  varias  inscripciones  mencionan  la  celebración  mensual  de  sacrifi- 
<  109  en  honor  de  los  reyes  de  Asia  y  Egipto.  ||  Fiesta  de  Dionisio:  o  bacanales, 
telebradns  con  carácter  bullanguero  e  inmoral  por  todos  los  países  some  tidos  a  Gre- 
cia. Se  llevaba  hiedra,  pues  era  la  planta  dedicada  a  Baco  o  Dionisio. 


-  1784  - 


6  14"24 


II  MACA  BEOS 


6  25--T  i 


de  gran  bondad.  "  ti  Señor  aguanta 
con  paciencia  a  las  otras  naciones, 
para  castigarlas  cuando  han  colma- 
do la  medida  de  sus  pecados  ;  15  pero 
no  ha  juzgado  bien  obrar  así  con 
nosotros,  que  sólo  cuando  hayamos 
colmado  nuestros  pecados  ejerza  su 
venganza.  "  Por  lo  cual  nunca  apar- 
ta su  misericordia  de  nosotros  ;  y 
■educando  a  su  pueblo  con  la  adver- 
sidad, no  le  abandona.  "  Sólo  para 
recordarlo  hemos  hecho  mención  de 
esto ;  tras  estas  breves  palabras,  pro- 
sigamos la  narración. 


Muerte  de  Eleazar 

*  Eleazar,  uno  de  los  primeros  doc- 
tores, varón  ya  de  edad  avanzada  y 
de  una  noble  presencia,  era  obligado, 
abierta  violentamente  la  boca,  a  co- 
mer carne  de  puerco.  19  Pero  él,  pre- 
firiendo una  muerte  con  gloria  a  una 
vida  con  afrenta,  iba  voluntariamen- 
te al  tímpano  ;  20  y  escupía  la  carne, 
como  deben  hacer  los  que  tienen  va- 
lor para  rechazar  lo  que  no  les  es 
lícito  gustar  por  amor  a  la  vida. 
"  Los  que  presidían  este  ilegal  sa- 
crificio, por  la  amistad  que  ya  de 
tiempo  antiguo  tenían  con  aquel  va- 
rón, tomándolo  aparte,  le  exhorta- 
ban a  hacer  traer  carnes,  cuyo  uso 
estuviese  permitido,  preparadas  por 
él,  y  a  fingir  que  había  comido  las 
carnes  sacrificadas,  según  la  orden 
del  rey  ;  n  pues  obrando  así  se  libra- 
ría de  la  muerte  ;  y  por  la  antigua 
amistad  entre  ellos  hacían  con  él  es- 
ta prueba  de  humanidad.  a  Pero  él, 
haciendo  sabias  reflexiones,  dignas 
de  su  edad,  de  la  prestancia  de  su 
vejez,  de  su  bien  ganada  y  brillante 
canicie  y  de  la  ejemplarísima  vida 
que  desde  niño  había  llevado,  pero, 
sobre  todo,  dignas  de  la  santa  le- 
gislación establecida  por  Dios,  res- 
pondió en  consecuencia,  diciendo  que 
le  enviasen  cuanto  antes  al  Ades  ; 
14  pues  «es  indigno  de  nuestra  edad 
fingir,  no  sea  que  muchos  jóvenes 
sospechen  que  Eleazar,  a  sus  noven- 1 


ta  años,  había  abrazado  las  costum- 
bres paganas.  35  Ellos  mismos,  por 
mi  simulación  y  por  mi  amor  a  una 
corta  y  perecedera  vida,  serían  in- 
ducidos a  errar  por  mí,  y  atraería 
yo  sobre  mi  vejez  la  afrenta  y  el 
oprobio  ;  26  pues  aunque  al  presente 
escapare  el  castigo  humano,  no  evi- 
taré caer  en  las  manos  del  Omnipo- 
tente, vivo  o  muerto.  27  Por  lo  cual, 
varonilmente  ahora  entrego  la  vida, 
y  así  apareceré  digno  de  mi  ancia- 
nidad, *"  dejando  a  los  jóvenes  el  no- 
ble ejemplo  de  morir  voluntaria  y 
generosamente  por  nuestras  venera- 
bles y  santas  leyes.»  Habiendo  dicho 
esto,  se  dirigió  en  seguida  al  supli- 
cio. Los  que  le  conducían,  cambia- 
ron en  dureza  la  benevolencia  que 
poco  antes  habían  mostrado  con  él, 
pareciéndoles  insensatas  las  palabras 
proferidas.  *°  Estando  a  punto  de  mo- 
rir por  los  azotes,  exhaló  un  suspiro 
y  dijo  :  «El  Señor,  que  tiene  la  san- 
ta sabiduría,  conoce  bien  que,  pu- 
diendo  librarme  de  la  muerte,  sopor- 
to en  mi  cuerpo  los  crueles  dolores 
de  los  azotes  ;  pero  mi  alma  los  su- 
fre con  alegría  por  el  temor  de  Dios.» 
n  Así  acabó  él  su  vida,  dejando  con 
su  muerte,  no  sólo  a  los  jóvenes,  si- 
no a  todos  los  de  su  nación,  un  ejem- 
plo de  nobleza  y  un  memorial  de 
virtud. 


Los  siete  hermanos 

i~t  *  Aconteció  también  que  siete  her- 
*  manos  fueron  presos  con  su  ma- 
dre, y  el  rey  quería  forzarlos,  desga- 
rrándolos a  golpes  de  azotes  y  de 
nervios  de  buey,  a  comer  carnes  de 

Euerco  prohibidas.  J  Uno  de  ellos, 
ablando  en  nombre  de  todos,  dijo  : 
«¿  Qué  preguntas  y  qué  quieres  saber 
de  nosotros  ?  Estamos  prontos  a  mo- 
rir antes  que  traspasar  las  leyes  de 
nuestros  padres.»  3  El  rey,  como  fue- 
ra de  sí  de  cólera,  mandó  poner  al 
fuego  sartenes  y  calderas.  Apenas  co- 
menzaron a  hervir,  4  mandó  cortar  la 
lengua  al  que  había  hablado  en  nom- 


">  Tímpano  :  instrumento  de  suplicio,  sobre  el  cual  el  paciente  era  violentamente 
extendido,  para  morir  a.  golpes  de  palo  (cf.  Hebr.  ix,  35). 

7  1  Siete  hermanos  :  suelen  llamarse  los  siete  hermanos  Macabeos,  pero  no  porque 
'  conste  que  perteneciesen  a  la  familia  de  Judas,  sino  más  bien  por  'a  época  en  que 
sufrieron  el  martirio.  Esta  narración  viene  completada  en  el  apócrifo  llamado  cuarto 
libro  de  los  Macabeos. 


7  5-lfi 


II  MACABEOS 


7  17-27 


bre  de  todos,  arrancarle  la  piel  de 
la  cabeza  a  la  manera  escita  y  cor- 
tarle las  extremidades,  a  la  vista  de 
los  otros  hermanos  y  de  su  madre. 
*  Cuando  estaba  mutilado  de  todos 
sus  miembros,  pero  aun  respiraba, 
mandó  el  rey  acercarlo  al  fuego  y 
freírlo  en  la  sartén.  Mientras  el  va- 
por se  difundía  a  lo  lejos,  los  otros, 
con  la  madre,  se  exhortaban  a  mo- 
rir generosamente,  fi  diciendo  :  «El 
Señor  Dios  nos  mira  y  El  tendrá  ver- 
daderamente compasión  de  nosotros, 
como  lo  anunció  Moisés  en  el  cánti- 
co de  protesta  contra  Israel  :  «Ten- 
drá piedad  de  sus  servidores.» 

'  Muerto  el  primero  de  esta  for- 
ma, condujeron  al  suplicio  al  segun- 
do. Y  habiéndole  arrancado  la  piel 
de  la  cabeza  con  los  cabellos,  le  pre- 
guntaron si  estaba  dispuesto  a  co- 
mer puerco  antes  que  ser  atormen- 
tado en  todos  los  miembros  de  su 
cuerpo.  8  El  respondió  en  la  lengua 
de  sus  padres  :  «¡No!»  Por  lo  cual, 
él  sufrió  el  mismo  suplicio  que  el 
primero.  9  A  punto  de  exhalar  el  pos- 
trer aliento,  dijo:  «Tú,  criminal,  nos 
quitas  la  vida  presente  ;  pero  el  Rey 
del  universo  nos  resucitará  a  vida 
eterna  a  los  que  morimos  por  sus  le- 
yes.» 

"  Después  el  tercero  fué  expuesto  a 
los  tormentos  ;  a  demanda  del  ver- 
dugo, al  [junto  sacó  la  lengua,  11  y 
extendió  intrépidamente  las  manos, 
diciendo  generosamente  :  «Del  cielo 
tengo  estos  miembros  ;  por  amor  de 
sus  leyes  los  desdeño,  esperando  re- 
cibirlos otra  vez  de  El.»  12  El  mismo 
rey  y  los  que  con  él  estaban  queda- 
ron maravillados  del  valor  del  joven, 
que  en  nada  tenía  los  tormentos. 

13  Muerto  éste,  se  le  hizo  sufrir  al 
cuarto  los  mismos  tormentos  ;  w  y 
poco  antes  de  morir,  dijo  así  :  «Di- 
choso el  que  muere  a  manos  de  los 
hombres,  esperando  en  Dios  ser  de 
nuevo  resucitado  por  El.  Para  ti,  la 
resurrección  no  será  la  vida.»  15  En 
seguida  trajeron  al  quinto,  y  le  ator* 
mentaban  ;  pero  él,  mirando  al  rey, 
"  le  dijo  :  «Tú,  aunque  mortal,  tie- 
nes poder  sobre  los  hombres  y  haces 


lo  que  quieres  ;  pero  no  creas  que 
nuestra  raza  haya  sido  abandonada 
de  Dios.  17  Aguarda  v  contemplarás 
su  gran  poder,  cómo  te  atormentará 
a  ti  y  a  tu  descendencia.» 

18  Después  de  él  trajeron  al  sexto, 
que,  estando  para  morir,  dijo  :  «No 
te  forjes  ilusiones,  pues  nosotros  por 
nuestras  culpas  padecemos  esto  :  por 
haber  pecado  contra  nuestro  Dios 
nos  han  sobrevenido  tan  maravillo- 
sos castigos.  19  Pero  tú  no  te  creas 
que  vas  a  quedar  impune  después  de 
haber  osado  combatir  contra  Dios.» 

^Admirable  sobre  toda  pondera- 
ción fué  la  madre  y  digna  de  ilustre 
memoria,  que,  viendo  morir  en  el 
espacio  de  un  solo  día  a  sus  sie- 
te hijos,  lo  soportaba  animosamente, 
sostenida  por  la  esperanza  en  el  Se- 
ñor. 21  Exhortaba  a  cada  uno  de  ellos 
en  la  lengua  de  sus  padres,  y,  llena 
de  generosos  sentimientos,  juntaba 
una  fuerza  varonil  a  su  lenguaje  tier- 
no de  mujer,  22  diciéndoles  :  «Yo  no 
sé  cómo  aparecisteis  en  mi  seno  ;  no 
os  he  dado  yo  el  aliento  y  la  vida 
ni  combiné  yo  los  elementos  de  vues- 
tro cuerpo.  28  Por  esto  el  Creador  del 
mundo,  el  autor  del  mundo  en  su 
nacimiento  y  hacedor  de  las  cosas 
todas,  ése  os  devolverá,  en  su  mise- 
ricordia, el  espíritu  y  la  vida  si  aho- 
ra os  despreciáis  a  vosotros  mismos 
por  amor  de  sus  leyes.» 

24  Antíoco  se  creyó  insultado,  y  sos- 
pechó un  ultraje  en  estas  palabras. 
Aun  quedaba  con  vida  el  más  joven, 
y  el  rey  no  sólo  de  palabra  le  exhor- 
taba, sino  que  hasta  con  juramento 
le  prometía  hacerle  rico  y  dichoso, 
tenerle  por  amigo  y  confiarle  honro- 
so empleo  si  abandonaba  las  leves 
de  los  padres.  56  Mas  como  el  joven 
no  le  hiciese  caso,  llamó  el  rey  a 
la  madre  y  la  inducía  a  que  die- 
se al  muchacho  consejos  saludables 
20  Como  insistiese  él  mucho,  aceptó 
el  persuadir  a  su  hijo  ;  27  e  inclinán- 
dose hacia  él  y  burlándose  del  cruel 
tirano,  en  lengua  de  sus  padres  le 
dijo  así  :  «Hijo,  ten  compasión  de 
mí,  que  por  nueve  meses  te  llevé  en 
mi  seno,  que  te  amamanté  por  tres 


«  Tendrá  piedad  :  Deut.  32,  16.  Están  estas  frases  en  el  famoso  cántico  en  que 
Moisés  reprocha  duramente  al  pueblo  de  Israel  sus  infidelidades  con  Dios. 

"  Te  amamanté  por  tres  años  :  en  Oriente  es  costumbre  no  destetar  a  los  niños 
hasta  los  tres  y  aun  los  cuatro  años.  Véase,  por  ejemplo,  Gén.  21,  8;  Ex.  2,  9; 
2  Par.  31,  ib. 

—  1786  — 


7  -S-41 


II  MACA  BEOS 


7  42-g  10 


años,  que  te  crié,  te  eduqué  y  ali- 
menté hasta  esta  edad.  "  Ruégote, 
hijo  mío,  que  mires  al  cielo  y  a  la 
tierra,  y  veas  todo  lo  que  contienen, 
y  entiendas  que  de  la  nada  lo  hizo 
Dios,  y  todo  el  humano  linaje  ha 
venido  así  a  la  existencia.  "  No  te- 
mas a  este  verdugo,  antes  sé  digno 
de  tus  hermanos,  y  recibe  la  muerte, 
para  que  te  vuelva  a  encontrar  con 
tus  hermanos  en  el  tiempo  de  la  mi- 
sericordia.» 

30  Aun  hablaba  ella,  cuando  dijo  el 
joven  :  «¿  Qué  esperáis  ?  No  obedez- 
co las  órdenes  del  rey  ;  obedezco  los 
mandamientos  de  la  ley  dada  a  nues- 
tros padres  por  Moisés.  a  Tú,  autor 
de  todas  las  calamidades  contra  los 
hebreos,  no  escaparás  de  las  manos 
de  Dios.  32  Pues  nosotros  por  nues- 
tros pecados  padecemos  ;  35  y  si  el  Se- 
ñor, que  es  Dios  vivo,  se  irrita  por 
un  momento  para  nuestro  castigo  y 
corrección,  de  nuevo  se  reconciliará 
non  sus  servidores;  34  pero  tú,  ¡oh 
impío  y  el  más  criminal  de  todos  los 
hombres!,  no  te  engrías  locamen- 
te, entregándote  a  vanas  esperanzas, 
cuando  levantas  la  mano  contra  los 
siervos  de  Dios;  35  porque  aun  no  has 
escapado  del  juicio  de  Dios  omnipo- 
tente, que  vela  sobre  todo.  36  Nues- 
tros hermanos,  después  de  haber  so- 
portado un  pasajero  tormento,  han 
entrado  en  la  alianza  de  Dios  para 
una  vida  eterna  ;  tú,  empero,  paga- 
rás en  el  juicio  divino  el  justo  casti- 
go de  tu  soberbia.  s1  Yo,  como  mis 
hermanos,  entrego  mi  cuerpo  y  mi 
vida  por  las  leyes  de  mis  padres,  su- 
plicando a  Dios  que  pronto  se  mues- 
tre propicio  a  su  pueblo,  y  que  tú, 
a  fuerza  de  tormentos  y  azotes,  lle- 
gues a  confesar  que  El  es  el  solo 
Dios.  w  En  mí  y  en  mis  hermanos 
se  detendrá  la  cólera  del  Omnipo- 
tente, justamente  desencadenada  so- 
bre toda  nuestra  raza.» 

38  El  rev.  fuera  de  sí  por  la  cólera, 
se  ensañó  contra  éste  más  cruelmen- 
te que  contra  los  otros,  llevando  muy 
a  mal  verse  burlado.  40  Así  murió  és- 
te, limpio  de  toda  idolatría,  entera- 
mente confiado  en  el  Señor.  "  La  úl- 
tima en  morir  fué  la  madre,  después 


de  sus  hijos.  42  Esto  baste  acerca  de 
los  sacrificios  y  crueldades  extraor- 
dinarias de  Antíoco. 

Victorias  de  Judas  Macabeo 

O  1  Entre  tanto,  Judas  Macabeo  v 
°  los  suyos,  entrando  ocultamente 
en  las  aldeas,  convocaban  a  sus  pa- 
rientes y  a  los  que  habían  permane 
eido  fieles  al  judaismo,  y  se  reunie- 
ron hasta  seis  mil  hombres,  2  e  in- 
vocaban al  Señor,  para  que  mirase 
por  su  pueblo,  por  todos  conculcado; 
tuviese  piedad  del  templo,  profana- 
do por  hombres  impíos  ;  3  se  compa- 
deciese de  la  ciudad,  devastada  y  a 
punto  casi  de  ser  enteramente  arra- 
sada ;  escuchase  la  voz  de  las  san- 
gres que  a  El  clamaban  ;  4  se  acor- 
dase de  la  inicua  muerte  de  niñitos 
inocentes,  y  de  los  ultrajes  hechos 
contra  su  nombre,  y  mostrase  su 
odio  contra  los  malvados. 

6  Puesto  el  Macabeo  al  frente  de 
sus  tropas,  se  hizo  invencible  a  las 
naciones,  pues  el  Señor  había  muda- 
do su  cólera  en  misericordia.  8  Lle- 
gando de  improviso  a  las  ciudades 
y  aldeas,  las  incendiaba  ;  y  ocupan- 
do las  posiciones  más  favorables,  po- 
nía en  huida  a  no  pocos  de  sus  ad- 
versarios. 7  Aprovechaba  con  prefe- 
rencia la  noche,  como  aliada  para 
tal£s  incursiones.  La  fama  de  su  va- 
lor se  esparcía  por  doquiera. 

8  Viendo  Filipo  qué  progresos  ha- 
cía aquel  hombre  en  poco  tiempo  y 
cómo  iban  en  ascensión  continua  sus 
éxitos,  escribió  a  Tolomeo,  goberna- 
dor militar  de  la  Celesiria  y  Fenicia, 
para  que  viniese  a  ayudar  en  los 
asuntos  del  rey.  9  Este,  poniendo  en 
seguida  manos  a  la  obra,  envió  a 
Nicanor,  hijo  de  Patroclo,  uno  de  los 
principales  favoritos,  poniendo  bajo 
su  mando  no  menos  de  veinte  mil 
hombres  de  todas  las  naciones,  para 
que  exterminase  todo  el  linaje  de  los 
judíos.  También  se  le  añadió  Gorgias, 
general  muy  experimentado  en  las 
cosas  de  la  guerra.  10  Pretendía  Ni- 
canor procurar  al  rey,  con  la  venta 
de  judíos  cautivos,  dos  mil  talento^ 


**  Siervos  de  Dios  :  literalmente,  siervos  del  cielo.  Locución  con  que  se  evita  pro- 
nunciar el  nombre  de  Dios. 

O  8  Viendo  Filipo  :  este  pasaje  (8-29)  tiene  su  lugar  paralelo  en  1  Mac.  5-4.  Nuestro 
0  autor,  como  compilador,  ha  abreviado  mucho.  Se  encuentra  alguna  aparente  diver- 
gencia entre  ambas  narraciones,  pero  no  llegan  a  engendrar  ninguna  seria  dificul- 
tad. Filipo  era  el  gobernador  sirio  de  Jerusalén. 


8  H-20 


II  MACA  BEOS 


8  21-30 


que  debía  como  tributo  a  los  roma- 
nos 11  y  así  envió  al  instante  a  las 
ciudades  marítimas  una  invitación 
para  que  viniesen  a  comprar  escla- 
vos judíos,  prometiendo  darles  no- 
venta esclavos  por  un  talento.  No  se 
esperaba  él  la  venganza  del  Omnipo- 
tente, que  iba  a  caer  sobre  él. 

12  Cuando  Judas  se  enteró  de  la 
marcha  de  Nicanor,  informó  a  los 
suyos  de  la  presencia  de  aquel  ejér- 
cito. 13  Unos,  temerosos  y  sin  fe  en 
la  venganza  divina,  huyeron,  yéndo- 
se a  otros  lugares.  14  Otros  vendían 
cuanto  les  quedaba,  y  al  propio  tiem- 
po rogaban  al  Señor  los  librase  del 
impío  Nicanor,  que  los  había  vendi- 
do antes  de  entablarse  el  combate, 
16  si  no  por  ellos,  al  menos  por  con- 
sideración a  las  alianzas  hechas  con 
sus  padres  y  por  su  venerado  y  au- 
gusto nombre,  que  ellos  invocaban. 

'*  Juntando  el  Macabeo  a  los  su- 
yos, en  número  de  seis  mil,  los  ex- 
hortaba a  no  temer  ante  el  enemigo 
ni  turbarse  por  la  muchedumbre  de 
los  gentiles  que  injustamente  venían 
contra  ellos,  sino  a  combatir  varonil- 
mente, 11  teniendo  ante  los  ojos  el 
ultraje  inferido  por  aquéllos  al  lu- 
gar santo,  el  dolor  de  la  ciudad  tor- 
turada y  la  ruina  de  las  instituciones 
ancestrales.  18  «Ellos,  dijo,  confían  en 
sus  armas  y  en  su  arrojo  ;  nosotros 
ponemos  la  confianza  en  el  Dios  om- 
nipotente, que  puede  con  un  «olo 
gesto  derribar  a  los  que  vienen  a 
atacarnos  y  al  mundo  entero.»  19  Y 
les  enumeró  los  ejemplos  de  ayudas 
prestadas  a  sus  antecesores  :  la  de  Se- 
naquerib,  en  la  que  perecieron  cien- 
to ochenta  y  cinco  mil  hombres  ;  M  y 
!a  batalla  dada  en  Babilonia  contra 
los  gálatas,  en  la  que,  entrando  to- 
dos en  la  lucha,  ocho  mil  judíos  y 
cuatro  mil  macedonios,  y  hallándose 
éstos  en  grave  aprieto,  los  ocho  mil 
derrotaron  a  ciento  veinte  mil  ene- 
migos, gracias  al  auxilio  que  les  vi- 1 


no  del  cielo  ;  reportándose  de  esto 
grandes  ventajas. 

21  Después  de  haberlos  alentado  con 
estos  recuerdos  a  estar  prontos  a 
morir  por  las  leyes  y  por  la  patria, 
32  dividió  su  armada  en  cuatro  cuer- 
pos :  puso  al  frente  de  cada  cuerpo 
a  sus  hermanos  Simón,  jo.sé  y  Jona- 
lás,  asignándole  a  cada  uno  mil  qui- 
nientos hombres.  23  Además  mandó 
a  Eleazar  leer  el  libro  sagrado.  Dióles 
por  santo  y  seña:  «Auxilio  de  Dios». 
Tomando  Judas  el  mando  del  pri- 
mer cuerpo,  atacó  a  Nicanor.  M  Gra- 
cias al  Omnipotente,  que  les  vino 
en  su  ayuda,  mataron  más  de  nueve 
mil  enemigos,  hirieron  y  mutilaron 
la  mayor  parte  del  ejército  de  Ni- 
canor y  pusieron  a  todos  en  fuga. 
a  Tomaron,  además,  el  dinero  de  los 
que  habían  venido  para  comprar- 
los. Después,  habiéndolos  perseguido 
bastante  lejos,  26  se  volvieron,  para- 
dos por  la  hora,  pues  era  víspera 
del  sábado  ;  y  por  esta  causa  no  con- 
tinuaron persiguiéndolos. 

'■"  Habiendo  amontonado  las  armas 
de  los  enemigos  \  recogido  los  des- 
pojos, celebraron  el  sábado,  bendi- 
ciendo y  alabando  al  Señor  por  ha- 
berlos salvado  en  aquel  día  y  decidi- 
do mostrarles  las  primicias  de  su  mi- 
sericordia. 28  Pasado  el  sábado,  re- 
partieron una  parte  del  botín  a  los 
que  habían  sufrido  persecución,  a 
las  viudas  y  los  huérfanos  ;  el  resto 
se  lo  dividieron  ellos  y  sus  hijos. 
*  Hecho  esto,  todos  en  común  hicie- 
ron oración,  pidiendo  al  Señor  mi- 
sericordioso se  reconciliase  comple- 
tamente con  sus  servidores. 

10  Mataron  más  de  veinte  mil  de 
las  tropas  que  combatían  con  Timo- 
teo y  Báquides  y  se  apoderaron  con 
gran  valor  de  altas  fortalezas.  Se  di- 
vidieron el  inmenso  botín,  repartién- 
dolo por  partes  iguales  :  una  para 
sí  y  otra  para  los  perseguidos,  los 


11  CIUDADES  marítimas  :  especialmente  en  las  costas  de  Fenicia  había  un  gran 
comercio  de  esclavos. 

w  Seis  mil:  la  Vulgata  pone  siete  mil.  ||  A  no  temer  :  la  Vulgata  pone  más  Bien 
fine  los  exhortaba  a  no  entrar  en  componendas  con  los  sirios. 

14  Senaquerib  :  véase  4  Re.  19,  35. 

Contra  los  gálatas  :  varios  ataques  hubo  de  hordas  gíilatas  contra  los  sirios  : 
una  bajo  Antíoco  Soter  y  otra  bajo  Antíoco  III.  A  esta  última  parece  referirse. 

M  Santo  y  seña  :  la  costumbre  de  poner  tal  señal  entre  los  soldados  es  muy  anti- 
gua. Jenofonte  alude  varias  veces  a  ella.  La  palabra  synthema,  que  aquí  se  usa,  es  la 
expresión  técnica  militar. 

*  Se  reconciliase  :  la  persecución  siria  era,  en  efecto,  para  ellos  una  señal  de  la 
ira  v  descontento  de  Dios. 

*°  Timoteo  y  Bíuuides  :  dos  generales  de  Lisias,  enviados  contra  Nicanor. 


—  1788  — 


8  31~9  3 


II  MACABEOS 


9  4-12 


huérfanos,  las  viudas  y  los  viejos. 
!1  Recogieron  las  armas  y  las  depo- 
sitaron cuidadosamente  en  sitios  con- 
venientes ;  y  el  resto  del  botín  lo  lle- 
varon a  Jerusalén.  32  A  Filarco,  que 
acompañaba  a  Timoteo,  le  quitaron 
la  vida  :  era  un  hombre  impiísimo, 
que  había  afligido  mucho  a  los  ju- 
díos. 

53  Mientras  celebraban  ellos  su  vic- 
toria en  la  capital  de  la  patria,  Calis- 
tenes  y  otros,  que  habían  incendiado 
las  puertas  sagradas,  se  refugiaron 
en  una  casita,  a  la  que  ellos  pusieron 
fuego,  recibiendo  así  la  justa  paga 
de  su  impiedad.  "Y  el  tres  veces 
criminal  Nicanor,  que  había  hecho 
venir  a  miles  de  mercaderes  para  la 
venta  de  los  judíos,  85  con  el  auxliio 
de  Dios  quedó  humillado  por  aque- 
llos que  él  creía  ser  más  débiles  que 
él ;  y  despojado  de  sus  brillantes  ves- 
tiduras, marchando  a  través  de  .los 
campos,  como  un  fugitivo,  llegó  so- 
lo a  Antioquía,  hondamente  apenado 
por  la  pérdida  de  su  ejército.  "Y  el 
que  había  prometido  reunir  de  -  la 
venta  de  los  jerosolimitanos  el  tribu- 
to para  los  romanos,  publicaba  ahora 
que  los  judíos  tenían  un  Dios  que 
les  defendía,  y  que  por  esto  eran  in- 
vulnerables,' porque  seguían  las  le- 
yes prescritas  por  El. 


Muerte  de  Antioco  Epifanes 

Q  1  Acaeció  por  aquel  tiempo  que 
"  Antioco  hubo  de  retirarse  igno- 
miniosamente de  las  regiones  de  Per- 
sia.  2  Pues  había  entrado  en  la  ciu- 
dad llamada  Persépolis,  con  el  pro- 
pósito de  saquear  el  templo  y  oprimir 
la  ciudad.  Por  esto,  la  muchedum- 
bre, alborotada,  recurrió  a  las  armas  ; 
y  puesto  en  fuga  Antioco  por  los  na- 
turales, hubo  de  emprender  una  re- 
tirada humillante.  *  Hallándose  cerca 
de  Ecbatana,  recibió  noticia  de  lo 
acaecido  a  Nicanor  y  al  ejército  de 


Timoteo  ¡  1  y  encendido  en  cólera, 
pensaba  vengar  en  los  judíos  la  in- 
juria de  los  que  le  habían  obligado 
a  huir.  Con  esto,  dió  orden  al  con- 
ductor de  su  carro  de  avanzar,  sin 
pararse,  para  acelerar,  el  viaje.  Se 
cernía  sobre  él  el  juicio  del  cielo, 
pues  orgullosamente  había  dicho  : 
«En  cuanto  llegue  allí,  haré  de  Je- 
rusalén una  tumba  de  judíos.» 

6  Pero  el  Señor  Dios  de  Israel,  que 
todo  lo  ve,  le  hirió  con  una  llaga 
incurable  y  terrible  a  la  vista.  Ape- 
nas acababa  de  proferir  estas  pala- 
bras, cuando  se  apoderó  de  él  un 
agudo  dolor  de  entrañas,  con  crueles 
tormentos  interiores ;  y  era  muy  jus- 
to, pues  él  había  atormentado  con 
numerosas  e  inauditas  torturas  las 
entrañas  de  otros.  *  Mas  no  por  eso 
desistió  de  su  arrogancia  ;  lleno  de 
orgullo  y  respirando  el  fuego  de  su 
cólera  contra  los  judíos,  dió  orden 
de  acelerar  la  marcha.  Pero  cayó  An- 
tioco del  coche,  que  corría  furiosa- 
mente. Su  caída  fué  tan  desgraciada, 
que  todos  los  miembros  de  su  cuerpo 
quedaron  quebrantados.  7  El  que  con 
jactancia  sobrehumana  creía  domi- 
nar las  olas  del  mar  y  pensaba  pe- 
sar en  una  balanza  la  altura  de  los 
montes,  ahora  postrado  en  tierra, 
era  transportado  en  una  litera,  po- 
niendo de  manifiesto  ante  todos  el 
poder  de  Dios.  8  Hasta  el  punto  de 
que  salían  gusanos  del  cuerpo  del 
impío,  y  que,  vivo  aún,  entre  atro- 
ces dolores,  se  le  caían  las  carnes 
a  pedazos,  y  el  hedor  de  su  podre- 
dumbre apestaba  a  todo  su  ejército. 
s  Y  al  que  poco  antes  se  imaginaba 
tocar  los  astros,  nadie  ahora  le  po- 
día llevar,  por  la  intolerable  fetidez. 

10  Herido  entonces  así,  comenzó  a 
deponer  su  gran  orgullo  "ya  en- 
trar dentro  de  sí  mismo,  por  el  di- 
vino castigo,  que  redoblaba  conti- 
nuamente sus  dolores.  12  Como  él 
mismo  no  pudiese  soportar  su  pro- 
pio hedor,  dijo  :  «Justo  es  someter- 


■  Filarco  :  lo  traducimos  como  nombre  propio  de  algún  capitán  de  la  armada  de 
Timoteo,  aunque  otros,  atendiendo  al  artículo  que  le  precede,  piensan  más  bien  en 
un  nombre  común  :  ¡ilarca  =  jefe  de  tribu. 

Q  1  Acaeció  :  compárese  este  relato  de  la  muerte  de  Antioco  con  el  de  i  Mac.  6,  1-16. 
f  6  Terrible  a  la  vista  :  la  traducción  literal  del  griego  con  la  Vulgata  es  invisible. 
lo  que  parecería  más  bien  aludir  a  una  enfermedad  interior  (quizás  la  melancolía  de 
que  habla  i  Mac.  6,  8).  Pero  el  adjetivo  aorato  parece  puede  tener  también  el  signi- 
ficado que  le  adjudicamos. 

a  Justo  es  someterse  :  su  arrepentimiento  pudiera  parecer  sincero,  pero  no  era 
duradero.  Como  Faraón,  sólo  acudía  a  Dios  cuando  tenía  sobre  sí  el  azote. 


-1789- 


9  ís-as 


II  MACABEOS 


9  24-lQ  4 


se  a  Dios,  y  que  el  mortal  no  pre- 
tenda insolentemente  ser  como  Dios.» 
13  Y  suplicaba  este  malvado  al  Se- 
ñor, de  quien  no  alcanzaría  mise- 
ricordia, y  decía  M  que  la  ciudad  san- 
ta, a  la  que  antes  iba  a  toda  prisa 
para  arrasarla  y  convertirla  en  una 
tumba,  la  reedificaría  y  declararía 
libre  ;  13  que  a  los  judíos,  a  quienes 
antes  no  juzgaba  dignos  de  sepul- 
tura, y  cuyos  párvulos  había  de  arro- 
jar en  pastos  a  las  aves  y  fieras,  los 
igualaría  en  todo  a  los  atenienses  ; 
M  que  el  templo  santo,  antes  por  él 
saqueado,  lo  enriquecería  de  las  más 
piadosas  ofrendas  y  devolvería  mul- 
tiplicados todos  los  utensilios  sagra- 
dos ;  que  suministraría  los  gastos  re- 
lativos a  los  sacrificios  de  sus  pro- 
pias rentas;  "y  además,  que  él  mis- 
mo se  haría  judío  y  recorrería  todos 
los  lugares  habitados  para  anunciar 
el  poder  de  Dios. 

u  Como  no  cesasen  sus  sufrimien- 
tos, pues  el  justo  juicio  de  Dios  ha- 
bía venido  st  bre  él,  desesperado  de 
su  estado,  escribió  a  los  judíos  la 
carta  aquí  transcrita,  en  forma  de 
plegaria.  Decía  así  :  19  «A  los  honra- 
dos ciudadanos  judíos,  salud,  bien- 
estar y  dicha  perfecta,  el  rey  y  ge- 
neral Antíoco.  20  Si  gozáis  de  buena 
salud,  vosotros  y  vuestros  hijos,  y 
todos  vuestros  negocios  van  según 
vuestros  deseos,  doy  gloria  a  Dios 
y  pongo  mi  esperanza  en  el  cielo. 
En  cuanto  a  mí,  sabed  que  estoy 
postrado  sin  fuerzas  en  el  lecho,  re- 
cordando con  amor  vuestras  pruebas 
de  honor  y  benevolencia.  21  A  mi  re- 
greso de  las  regiones  de  Persia,  he 
caído  en  una  enfermedad  muy  mo- 
lesta, y  he  juzgado  por  esto  nece- 
sario pensar  en  la  seguridad  común 
de  todos  vosotros.  22  No  es  que  des- 
espere de  mi  estado  ;  antes  al  con- 
trario confío  mucho  que  saldré  de 
la  enfermedad  ;  23  pero  considerando 
que  también  mi  padre,  al  partir  en 


campaña  hacia  ¡as  altas  regiones, 
designó  sucesor,  *  a  fin  de  que,  si 
algo  inesperado  ocurría  o  llegaban 
noticias  desagradables,  no  se  per- 
turbasen los  de  su  reino,  sabiendo  a 
quién  pertenecía  el  gobierno  ;  26  pen- 
sando, además,  que  los  monarcas  li- 
mítrofes y  vecinos  del  reino  acechan 
la  ocasión,  en  espera  de  lo  que  pue- 
da suceder,  he  designado  por  rey  a 
mi  hijo  Antíoco,  a  quien  muchas  ve- 
ces ya,  al  recorrer  las  satrapías  su- 
periores, os  confié  y  recomendé  a  los 
más  de  vosotros.  Le  he  escrito  a  él 
la  carta  que  va  a  continuación.  26  Así, 
pues,  yo  os  exhorto  y  ruego  que  os 
acordéis  de  mis  beneficios,  tanto 
generales  como  particulares,  y  que 
conservéis  vuestra  lealtad  hacia  mí 
y  hacia  mi  hijo  ;  *  pues  estoy  per- 
suadido de  que  realizará  con  dulzura 
y  humanidad  mis  intenciones  y  se 
mostrará  condescendiente  con  vos- 
otros.» 28  Así  aquel  homicida  y  blas- 
femo, presa  de  horribles  sufrimien- 
tos, murió  sobre  los  montes  en  tie- 
rra extranjera,  con  una  muerte  des- 
graciada, como  la  que  él  a  tantos 
había  dado.  29  Trasladó  su  cuerpo  Fi- 
lipo,  su  hermano  de  leche,  que,  te- 
niendo al  hijo  Antíoco,  se  retiró  a 
Egipto,  a  Tolomeo  Filométor. 


Purificación  del  templo 

i  r\  1  El  Macabeo  y  los  suv'os,  pro- 
Lcgidos  por  el  Señor,  ocuparon 
el  templo  y  la  ciudad.  2  Destruye- 
ron los  altares  levantados  por  los 
extranjeros  en  la  plaza  pública  y  los 
santuarios  de  ídolos.  8  Después  de 
un  intervalo  de  dos  años,  purifica- 
do el  templo,  erigieron  otro  altar, 
y,  con  fuego  sagrado  de  pedernales, 
ofrecieron  sacrificios,  el  incienso  y 
lámparas,  y  pusieron  sobre  la  viesa 
los  panes  de  la  proposición.  *  He- 
cho esto,  rogaban  al  Señor,  postra- 


15  Los  atenienses  :  es  conocida  de  todos  la  constitución  liberal  de  que  este  célebre 
I>ueblo  disfrutaba.  Otros,  con  todo,  han  creído  se  trata  de  un  error  de  copista  por 
antioquenos,  y  así  se  reproduciría  el  privilegio  concedido  a  algunos  habitantes  de 
Jerusalén   (4,  9). 

17  Se  haría  judío  :  prosélito,  que  pertenecía  también  al  verdadero  Israel  de  Dios. 
■  A  mi  hijo  Antíoco  :  Antíoco  V  Eupátor.  |¡  La  carta  que  va  a  continuación  :  el 
autor-compilador  no  la  transcribe.  Se  encontraría,  sin  duda,  en  la  obra  de  Jasóu  de 

Cireue. 

a  Hermano  de  leche:  o  bien,  en  sentido  más  amplio,  compañero  de  infancia  o  de 

-JA  1  Ei.  Macabeo  :   esta  narración  de  la  purificación  del  templo  tiene  la  suya  pa- 
ralela  en  1  Mac.  6,  30-54. 


—  1790  — 


10  5-13  n  macabEOS  10  14"-:j 


dos  en  tierra,  que  no  volvieran  a 
caer  en  semejantes  males,  sino  que, 
si  volvían  a  pecar  alguna  vez,  El 
mismo  los  castigase  con  benignidad 
y  no  los  entregase  a  los  blasfemos 
y  bárbaros  gentiles.  6  El  mismo  día  | 
en  que  el  templo  había  sido  profa- 
nado por  los  extranjeros,  el  día  vein- 
ticinco del  mes  de  Casleu,  ese  mis- 
mo se  hizo  la  purificación.  9  Con  ale- 
gría celebraron  por  ocho  días  una 
Tiesta,  al  modo  de  la  de  los  taber- 
náculos, recordando  cómo  poco  tiem- 
po antes  habían  tenido  que  pasar  la 
fiesta  de  los  tabernáculos  en  los 
montes  y  en  las  cavernas,  a  la  ma- 
nera de  bestias  salvajes.  '  Por  lo 
cual,  llevando  tirsos,  ramos  verdes  y 
palmas,  cantaban  himnos  de  acción 
de  gracias  al  que  los  había  dirigido 
bien  hasta  la  purificación  de  su  lu- 
gar sagrado.  8  Y  por  común  acuerdo 
y  decreto  determinaron  que  toda  la 
nación  judía  celebraría  cada  año  es- 
tos mismos  días. 


Judas  derrota  a  los  generales 
del  rey 

8  Tales  fueron  las^  circunstancias 
de  la  muerte  de  Antíoco,  apellidado 
Epifanes.  10  Ahora  expondremos  los 
sucesos  de  Antíoco  Eupátor,  hijo  del 
impío,  compendiando  los  males  cau- 
sados por  las  guerras.  11  Porque  así 
que  se  hizo  cargo  del  reino  puso  al 
frente  de  los  negocios  a  un  cierto 
Lisias,  general  en  jefe  de  la  Celesi- 
ria  y  la  Fenicia.  12  Tolomeo,  llamado 
Macrón,  que  se  había  distinguido 
por  observar  la  justicia  en  sus  rela- 
ciones con  los  judíos,  procuraba  re- 
parar las  injusticias  que  con  ellos  se 
habían  cometido,  tratándolos  pacífi- 
camente. "Por  esto  fué  denunciado 
por  los  amigos  del  rey  ante  Eu- 
pátor ;  y  como  a  cada  instante  se 

'  Tirsos  :  palabra  griega  que  designa  las  varitas  cubiertas  de  hojas  de  hiedra 
y  pámpanos.  Aquí  se  toma  más  en  general  por  ramas  cubiertas  de  hojas. 

10  Ahora  expondremos  :  empieza  a  desarrollar  otra  parte  de  su  historia,  según  el 
plan  que  se  prefijó  al  principio  del  libro  (2,  21). 

11  Un  cierto  Lisias  :  puede  extrañar  esta  forma  de  hablar  tratándose  de  una  per- 
sona conocidísima ;  más  bien  parece  tener  un  sentido  despectivo  por  el  mal  que 
causó  a  los  judíos. 

u  Desempeñar  con  honra  :  el  texto  probablemente  está  alterado,  y  por  esto  las 
interpretaciones  en  general  y  la  nuestra  en  particular  son  algo  hipotéticas. 

15  LD TIMEOS  :  asi  leemos  con  los  códices  griegos.  La  lección  de  la  Vulgata  (judíos) 
es  a  todas  luces  imperfecta.  Ya  en  otros  lugares  hemos  aludido  a  la  confusión  de 
estas  dos  palabras  por  su  semejanza,  principalmente  en  friego. 

20  Setenta  mu  dracmas  :  la  Vulgata  duplica  la  cantidad.  La  dracma  equivalía,  pró- 
ximamente, a  un  franco  o  peseta. 


oía  llamar  traidor,  porque  habiendo 
abandonado  Chipre,  que  Filométor 
le  había  encomendado,  se  había  pa- 
sado al  bando  de  Antíoco  Epifanes, 
desesperado  al  ver  que  no  podía  des- 
empeñar con  honra  su  dignidad,  se 
dió  la  muerte  envenenándose. 

11  Por  entonces,  Gorgias,  nombra- 
do general  de  aquellas  provincias, 
mantenía  tropas  extranjeras  y  hos- 
tigaba siempre  que  podía  a  los  ju- 
díos. 15  Al  mismo  tiempo  que  él,  los 
idumeos,  dueños  de  excelentes  for- 
talezas, molestaban  a  los  judíos  y, 
acogiendo  a  los  huidos  de  Jerusalén, 
buscaban  ocasiones  de  alimentar  la 
guerra.  16  Las  tropas  del  Macabeo, 
después  de  orar  y  de  pedir  a  Dios 
que  viniese  en  su  auxilio,  acometie- 
ron las  fortalezas  de  los  idumeos  ; 
"  y  habiéndolas  atacado  con  vigor, 
se  hicieron  dueños  de  ellas,  rechaza- 
ron a  cuantos  combatían  sobre  los 
muros,  degollaron  a  los  que  caían  en 
sus  manos  y  mataron  a  no  menos  de 
veinte  mil  hombres. 

18  Habiéndose  refugiado  nueve  mil 
al  menos  en  dos  torres  muy  fuertes 
y  abastecidas  de  todo  lo  necesario 
para  resistir  un  asedio,  19  el  Macabeo 
dejó  para  sostener  el  cerco  a  Simón, 
a  José  y  a  Zaqueo  con  hombres  en 
número  suficiente,  y  él  se  fué  a  lu- 
char donde  había  más  urgente  ne- 
cesidad. 20  Los  de  Simón,  ávidos  de 
riquezas,  se  dejaron  comprar  a  pre- 
cio de  plata  por  algunos  de  los  que 
estaban  en  las  torres,  y  recibiendo 
setenta  m\\  dracmas  les  permitieron 
a  algunos  escapar.  21  Informado  el 
Macabeo  de  lo  sucedido,  reunió  a  los 
jefes  del  pueblo  y  los  acusó  de  haber 
vendido  por  dinero  a  sus  hermanos, 
dejando  escapar  a  sus  enemigos  ; 
20  los  hizo  matar  como  a  traidores 
y  en  seguida  se  apoderó  de  las  dos 
torres.  23  Qondujo  a  feliz  término  es- 
ta empresa  de  armas  matando  en  las 


—  i"9i  — 


10  24-33 


II  MACABEOS 


10  34-H  4 


dos  fortalezas  a  más  de  veinte  mil. 

24  Timoteo,  empero,  que  antes  ha- 
bía sido  derrotado  por  los  judíos, 
juntó  una  gran  multitud  de  tropas 
extranjeras  y,  reunida  una  numero- 
sa caballería  de  Asia,  avanzó  con  el 
propósito  de  conquistar  a  Judea  por 
las  armas.  26  Al  acercarse  él,  las  tro- 
pas del  Macabeo  se  volvieron  a  rogar 
a  Dios  ;  y  cubierta  de  polvo  la  cabe- 
za y  ceñida  de  saco  la  cintura,  "*  se 
postraron  al  pie  del  altar,  pidiendo 
a  Dios  que  les  fuese  propicio  :  que 
fuese  enemigo  de  sus  enemigos  y 
adversario  de  sus  adversarios,  con- 
forme a  la  promesa  de  la  ley.  81  Ter- 
minada la  oración,  empuñaron  las 
armas,  salieron  de  la  ciudad  a  una 
distancia  considerable,  y  cuando  es- 
tuvieron cerca  de  sus  enemigos,  se 
detuvieron. 

-s  A  los  primeros  resplandores  de 
la  aurora,  entablaron  ambos  batalla  : 
los  unos  tenían  como  prenda  del  éxi- 
to y  de  victoria,  aparte  de  su  valor, 
el  recurso  al  Señor  ;  los  otros  no  te- 
nían otro  guía  en  el  combate  que  en 
arrojo.  20  En  lo  más  duro  del  comba- 
te se  les  aparecieron  desde  el  cie- 
lo a  los  enemigos  cinco  varones  res- 
plandecientes, montados  en  caballos 
con  ;frenos  de  oro,  que  se  pusieron 
como  capitanes  de  los  judíos.  80  Dos 
de  ellos,  poniendo  en  el  medio  al 
Macabeo,  le  protegían  con  sus  ar- 
mas, le  .guardaban  incólume  y  lan- 
zaban flechas  y  rayos  contra  los 
enemigos,  eme,  heridos  de  cegue- 
ra, sucumbían  llenos  de  espanto. 
31  Mataron  veinte  mil  quinientos  de 
infantería  y  seiscientos  jinetes.  82  El 
mismo  Timoteo  huyó  a  una  fortale- 
za muy  guarnecida  llamada  Guézer, 
donde  mandaba  Quereas.  33  Las  fuer- 
zas del  Macabeo,  llenas  de  un  ardor 
optimista,  atacaron  durante  cuatro 


días  la  fortaleza.  M  Los  de  dentro, 
confiados  en  la  firmeza  del  lugar, 
blasfemaban  incesantemente  y  profe- 
rían palabras  impías.  80  Pero  al  ama- 
necer el  quinto  día,  veinte  jóvenes 
de  la  tropa  del  Macabeo,  encendidos 
de  cólera  por  las  blasfemias,  se  lan- 
zaron valerosamente  al  muro,  y  con 
bravura  bestial  mataban  a  cuantos 
se  les  ponían  delante.  86  Otros  esca- 
laron el  muro  igualmente  en  medio 
de  la  turbación  de  los  asediados,  pu- 
sieron fuego  a  las  torres  y  encendie- 
ron hogueras,  en  que  quemaron  vivos 
a  los  blasfemos.  81  Otros  franquearon 
las  puertas,  con  lo  que  penetró  el 
resto  del  ejército  y  se  apoderaron  de 
la  ciudad,  dando  muerte  a  Timoteo, 
que  se  había  ocultado  en  una  cis- 
terna, así  como  a  su  hermano  Que- 
reas y  a  Apolófanes.  88  Realizada  es- 
ta acción  con  himnos  y  cantos  de 
alabanza  bendecían  al  Señor,  que  tan 
grandes  cosas  había  hecho  por  Is- 
rael, concediéndoles  la  victoria. 


Macabeo  contra  Lisias  y  paz  con 
los  sirios 


11 


Muy  poco  tiempo  después,  Li- 
ias,  tutor  y  pariente  del  rey 
y  regente  del  reino,  sintiendo  mu- 
cho pesar  por  lo  sucedido,  2  juntó  al- 
rededor de  ochenta  mil  hombres  y 
toda  la  caballería,  y  se  puso  en  mar- 
cha contra  los  judíos,  pensando  po- 
blar de  griegos  la  ciudad  santa,  8  so- 
meter el  templo  a  tributos,  como  los 
otros  santuarios  de  las  naciones,  y 
vender  cada  año  la  dignidad  de  su- 
mo sacerdote,  4  sin  tener  para  nada 
en  cuenta  el  poder  de  Dios,  sino 
confiando  locamente  en  las  miría- 
das de  sus  infantes,  en  los  millares 
de  jinetes  y  en  sus  ochenta  elefan- 


*•  Timoteo...,  que  antes  había  sido  derrotado:  esta  derrota  se  nos  cuenta  en  8,  30  ss. 

30  Dos  de  ellos  :  adoptamos  esta  lectura  de  la  Vulgata,  aunque  no  carece  de  al- 
guna dificultad,  pues  nada  se  dice  de  lo  que  hacen  los  otros  tres  ángeles. 

»-  Quereas  :  como  se  nos  dirá  en  el  v.  37,  era  hermano  de  Timoteo.  Por  lo  demás, 
nos  es  desconocido. 

37  En  una  cisterna  :  la  Vulgata  pone  tin  quodam  loco».  Quizás  pudo  ser  una  con- 
fusión de  tacú  y  loco. 


11  se1™" 


est¡ 


—  1792  — 


11  5-15 


II  MACABEOS 


11  16-23 


tes.  •  Entrando  en  Judea,  se  acercó 
a  Betsur,  plaza  fuerte  de  difícil  ac- 
ceso y  distante  de  Jerusalén  unos 
cinco  estadios,  y  la  atacó  con  violen- 
cia 6  Cuando  supieron  los  del  Ma- 
cabeo  que  Lisias  asediaba  las  forta- 
lezas, rogaban  junto  con  el  pueblo 
al  Señor,  entre  gemidos  y  lágrimas, 
que  enviase  un  buen  ángel  para  sal- 
var a  Israel.  7  El  mismo  Macabeo 
tomó  el  primero  las  armas  y  exhor- 
tó a  los  demás  a  exponerse  con  él 
al  peligro,  para  ir  en  socorro  de  sus 
hermanos  ;  8  y  marcharon  todos  con 
igual  valor,  llenos  de  generoso  ardor. 
Y  estando  todavía  cerca  de  Jerusa- 
lén, se  les  apareció  en  cabeza  un  ji- 
nete vestido  de  blanco,  blandiendo 
su  panoplia  de  oro.  *  Todos  a  una 
bendijeron  a  Dios  misericordioso,  y 
se  enardeció  su  ánimo,  sintiéndose 
prontos,  no  sólo  a  atacar  a  los  hom- 
bres y  a  las  fieras  más  salvajes,  sino 
a  penetrar  los  muros  de  hierro. 

"  Avanzaban  en  orden  de  batalla, 
teniendo  un  auxiliar  del  cielo  y  ex- 
perimentando la  misericordia  del  Se- 
ñor hacia  ellos,  "  y  como  leones  se 
lanzaron  sobre  los  enemigos,  derri- 
bando a  once  mil  infantes  y  mil  seis- 
cientos jinetes  12  y  obligando  a  huir 
a  todos  los  demás.  La  mayor  parte  se 
salvaron  heridos  y  sin  armas,  y  el 
mismo  Lisias  se  puso  en  salvo,  hu- 
yendo vergonzosamente.  18  Pero  co- 
mo no  carecía  de  talento,  se  echaba 
a  sí  mismo  la  culpa  de  su  derrota, 
y  comprendiendo  que  los  hebreos 
eran  invencibles,  porque  combatía 
con  ellos  el  Dios  todopoderoso,  les 
envió  mensajeros  "  a  proponerles  una 
reconciliación  en  condiciones  perfec- 
tamente justas,  comprometiéndose  a 
persuadir  al  rey  de  la  necesidad  de 
hacerse  su  amigo.  18  Asintió  el  Ma- 


cabeo a  las  proposiciones  de  Lisias, 
mirando  al  interés  público;  y,  en 
efecto,  concedió  el  rey  todo  cuanto 
el  Macabeo  había  propuesto  por  es- 
crito a  Lisias  en  favor  de  los  judíos. 

M  La  carta  escrita  por  Lisias  a  los 
judíos  era  del  tenor  siguiente  :  «Li- 
sias, al  pueblo  judío,  salud.  "  Juan 
y  Abesalom,  vuestros  mensajeros, 
me  han  entregado  una  comunicación 
firmada  por  vosotros,  suplicando  que 
se  cumplan  los  puntos  en  ella  con- 
tenidos. "Cuanto  era,  pues,  preciso 


Moneda  de  Antíoco  VI 

someter  al  rey,  se  lo  notifiqué,  y  él 
ha  otorgado  cuanto  le  pareció  ad- 
misible. "Si  perseveráis,  pues,  vos- 
otros en  la  misma  benevolencia  hacia 
el  reino,  yo  en  adelante  me  esfor- 
zaré en  favorecer  vuestra  felicidad. 
20  En  cuanto  a  ciertos  detalles,  he 
dado  encargo  a  vuestros  mensajeros 
y  a  los  míos  de  que  os  los  comuni- 
quen de  palabra.  21  Pasadlo  bien.  Año 
ciento  cuarenta  y  ocho,  a  veinticua- 
tro del  mes  de  Dioscorinto.» 
22  La  carta  del  rey  decía  así  : 
«El  rey  Antíoco,  a  su  hermano  Li- 
sias, salud.  28  Habiendo  sido  trasla- 
dado a  los  dioses  nuestro  padre,  y 
queriendo  nosotros  que  los  subditos 
de  nuestro  reino  se  entreguen  sin 


*  Cinco  estadios  :  el  número  está  evidentemente  equivocado,  pues  Betsur  tenía  que 
distar  más  de  925  metros  de  Jerusalén.  Además  no  concuerda  esta  medida  con  la  que 
dan  Ensebio  y  San  Jerónimo.  Por  esto,  algunos  códices  dan  otros  números.  Ante  la 
inseguridad  de  otras  lecciones  preferimos  mantener  la  lección  criticamente  mejor, 
aunque  probablemente  falsa. 

12  Sin  armas  :  literalmente,  desnudos;  pero  se  trata,  al  parecer,  de  las  armas  que 
habían  lanzado  para  huir  más  rápidamente. 

u  La  caria  :  siguen  ahora  las  cuatro  cartas  o  documentos  relativos  a  la  paz. 

11  Juan  y  Abesalom  :  el  segundo  no  es  mencionado  en  otra  parte  ;  el  primero  podrí» 
ser  hermano  de  Judas  (1  Mac.  2,  2). 

21  Mes  de  Dioscorinto  :  literalmente,  mes  del  Júpiter  de  Corinto;  pero  tal  mes 
nos  es  desconocido  en  todos  los  calendarios  antiguos.  Por  esto  se  ha  acudido  a  las 
hipótesis.  La  Vulgata  pone  el  mes  de  Dióscoro,  ya  que  los  cretenses  daban  este  nom- 
bre al  tercer  mes  del  año.  Otros  adoptan  nuevas  transcripciones.  Así,  Nácar-Colunga 
lionen  el  mes  de  Xántico,  sin  duda  por  semejanza  con  la  fecha  de  las  otras  cartas. 
Nosotros  preferimos  mantener  el  texto,  aunque  oscuro. 

a  Trasladado  a  los  dioses  :  expresión  pagana  para  representar  la  apoteosis,  muy 
conforme  a  las  ideas  de  Antíoco,  que  se  atribuía  el  poder  de  Dios. 

—  1793  — 


9T 


11  24-36 


II  MACAMEOS 


11  37-12  7 


turbación  a  sus  propios  intereses, 
M  hemos  sabido  que  los  judíos  no 
consienten  adoptar  las  costumbres 
griegas,  como  quería  nuestro  padre, 
sino  que  prefieren  conservar  sus  cos- 
tumbres particulares,  y  por  esto  pi- 
den que  se  les  permita  vivir  según 
sus  leyes.  26  Deseando,  pues,  que  tam- 
bién esa  nación  viva  tranquila,  he- 
mos decidido  que  su  templo  les  sea 
devuelto  y  que  vivan  según  las  cos- 
tumbres de  sus  mayores.  26  Harás, 
pues,  bien  en  enviarles  comisionados 
y  concertar  con  ellos  la  paz,  para 
que,  conociendo  nuestras  intencio- 
nes, tengan  buen  ánimo  y  atiendan 
alegremente  a  sus  propios  intereses.» 

La  carta  del  rey  al  pueblo  judío 
es  como  sigue  : 

«El  rey  Antíoco,  al  senado  de  los 
ludios  y  a  los  demás  judíos,  salud. 
38  Si  gozáis  de  salud,  esto  correspon- 
de a  nuestros  deseos  :  también  nos- 
otros estamos  bien.  29  Menelao  nos 
ha  comunicado  que  deseáis  volver 
a  estar  juntos  con  los  vuestros,  B0  y 
a  los  que  se  pongan  en  marcha  has- 
ta el  treinta  del  mes  de  Xántico, 
les  concedemos  la  paz  y  seguridad. 
"Los  judíos  -pueden  usar  de  sus  co- 
midas y  de  sus  leyes  como  antes, 
y  nadie  será  molestado  en  manera 
alguna  por  las  faltas  cometidas  por 
ignorancia.  *2  He  mandado  a  Mene- 
lao que  os  confirme  en  estas  seguri- 
dades. 53  Pasadlo  bien.  El  año  cien- 
to cuarenta  y  ocho,  el  día  quince  del 
mes  de  Xántico.» 

M  También  los  romanos  les  envia- 
ron una  carta,  que  decía  así  : 

«Quinto  Memmio  y  Tito  Manlio, 
legados  de  los  romanos,  al  pueblo  de 
los  judíos,  salud.  35  Las  cosas  que  Li- 
sias, pariente  del  rey,  os  ha  conce- 
dido, nosotros  también  os  las  otor- 
gamos. 86  Cuanto  a  lo  que  él  ha  creí- 
do deber  someter  al  rey,  enviadnos 


en  seguida  a  alguien  después  de  ha- 
berlo examinado,  a  fin  de  que  nos- 
otros lo  expongamos  según  vuestra 
conveniencia  ;  porque  nosotros  nos 
vamos  a  Antioquía.  31  Por  tanto,  daos 
prisa  y  enviad  a  algunos  para  que 
sepamos  cuáles  son  vuestras  inten- 
ciones. 88  Pasadlo  bien.  Año  ciento 
cuarenta  y  ocho,  el  quince  del  mes 
de  Xántico.» 


Luchas  contra  los  pueblos  vecino» 

"i  9  1  Concluidos  estos  tratados,  se 
L¿*  volvió  Lisias  al  rey,  y  los  ju- 
díos se  entregaron  al  cultivo  del 
campo.  2  Pero  de  los  jefes  que  que- 
daron en  la  región,  Timoteo  y  Apo- 
lonio,  hijo  de  Genneo  y  Jerónimo  y 
Demofón,  y  a  más  de  estos  Nicanor, 
gobernador  de  Chipre,  no  les  deja- 
ban vivir  con  piz  y  sosiego.  3  Por 
otra  parte,  los  de  Jope  cometieron 
un  crimen  abominable.  Invitaron  a 
los  judíos  que  moraban  entre  ellos, 
con  sus  mujeres  e  hijos,  a  subir  en 
unas  barcas  preparadas  por  ellos,  co- 
mo si  no  tuviesen  contra  ellos  ene- 
mistad alguna,  J  sino  obrando  con- 
forme a  una  decisión  tomada  en  co- 
mún por  la  ciudad.  Aceptaron  ellos, 
como  deseosos  de  paz  y  sin  sospe- 
char nada  malo  ;  pero,  llegados  a 
alta  mar,  fueron  echados  al  fondo  no 
menos  de  doscientos. 

6  Cuando  Judas  se  enteró  de  la 
crueldad  cometida  contra  sus  conna- 
cionales, dió  órdenes  a  sus  hombres ; 
e  invocando  a  Dios,  justo  juez,  8  mar- 
chó contra  los  asesinos  de  sus  her- 
manos, y  puso  durante  la  noche  fue- 
go al  puerto,  incendió  los  navios  y 
mató  a  cuantos  allí  se  habían  refu- 
giado. 7  Estando  cerrada  la  plaza,  se 
retiró,  pero  con  el  propósito  de  vol- 
ver otra  vez  v  exterminar  a  toda  la 


*  DF.SEANDl 

paba,  de  hac 
28  Menelao 
quien  se  hab 
tioqula 
represi 


pues  :  quiere  cubrir  con  capa  de  generosidad  la  necesidad,  que  pal- 
concesiones  a  los  judíos. 

la  identidad  del  nombre  ha  hecho  pensar  en  el  sumo  sacerdote,  de 
en  los  capítulos  4  y  5,  que  pudo  después  haberse  refugiado  en  An- 
aesta  mucho  imaginarse  que  los  habitantes  de  Jerusalén  se  hiciesen 


en  situación  tan  delicada  por  un  apóstata. 
:  sexto  mes  del  calendario  macedonio  (ma 


12 


-abril), 
íente  durante  el 


¡taba  entonces  en  poder  de  los  sirios,  que  tenían 
.  Como  se  verá  después,  no  fué  un  crimen  particu- 
población. 


—  1794  — 


12  s-1» 


II  MACASEOS 


12  20-28 


población  de  Jope.  s  Informado  de 
que  los  de  Yamnia  querían  obrar  de 
forma  semejante  con  los  judíos  allí 
domiciliados,  9  cayó  de  noche  sobre 
los  yamnitas,  incendió  el  puerto  con 
las  naves,  de  modo  que  los  resplan- 
dores del  incendio  se  veían  desde 
Jerusalén,  distante  doscientos  cua- 
renta estadios. 

10  Alejándose  nueve  estadios  de  allí, 
en  su  marcha  contra  Timoteo,  caye- 
ron sobre  él  no  menos  de  cinco  mil 
árabes  y  quinientos  jinetes.  "  Em- 
peñada una  encarnizada  lucha,  los 
Je  Judas,  con  el  auxilio  de  Dios,  sa- 
lieron vencedores  ;  y  los  nómadas, 
vencidos,  pidieron  la  paz  a  Judas, 
comprometiéndose  a  darles  ganado  y 
herles  útiles  en  otras  cosas.  12  Judas, 
convencido  de  que  podían  prestarle 
muchos  servicios,  hizo  la  paz  con 
ellos  ;  y  dadas  las  manos,  se  retira- 
ron a  sus  tiendas. 

"  Atacó  después  una  ciudad  fuer- 
te, rodeada  de  foso  con  puentes  le- 
vadizos y  altas  murallas,  poblada  por 
gentes  de  todas  las  naciones,  que  se 
llamaba  Caspín.  14  Los  de  dentro, 
confiados  en  la  firmeza  de  los  muros 
y  en  la  provisión  de  víveres,  se  mos- 
traban groseros  con  los  de  Judas, 
insultándoles  y  profiriendo  blasfe- 
mias y  palabras  impías.  16  Los  de  Ju- 
das, invocando  al  soberano  Señor  del 
mundo,  que,  en  tiempo  de  Josué,  de- 
rribó sin  arietes  ni  máquinas  de  gue- 
rra los  muros  de  Jericó,  asacaron  con 
fiereza  la  muralla.  16  Habiendo  toma- 
do la  ciudad  por  la  voluntad  de  Dios, 
hicieron  en  ella  una  inmensa  carni- 
cería, hasta  el  punto  de  que  el  es- 
tanque vecino,  de  dos  estadios  de 
ancho,  parecía  como  lleno  de  la  san- 
gre que  a  él  había  afluido. 

17  Marchando  de  allí  setecientos 
cincuenta  estadios,  llegaron  a  Cara- 
ca, a  los  judíos  llamados  tubianos. 
18  No  encontraron  en  este  lugar  a  Ti. 
moteo,  porque,  sin  conseguir  nada, 
se  había  ido  de  aquella  región,  de- 
iando  en  cierto  lugar  una  muy  fuerte 
euarnición.  19  Pero  los  generales  del 


Macabeo,  Dositeo  y  Sosípatro,  mar- 
inaron contra  ella,  y  mataron  a  los 
que  Timoteo  había  dejado  en  guar- 
nición, en  número  de  más  de  diez 
mil. 

M  El  Macabeo  organizó  su  ejército 
por  cohortes  ;  puso  a  aquellos  dos  al 
frente  de  estos  cuerpos,  y  avanzó 
contra  Timoteo,  que  tenía  consigo 
ciento  veinte  mil  infantes  y  mil  qui- 
nientos jinetes.  21  Así  que  Timoteo 
supo  la  llegada  de  Judas,  envió  las 
mujeres  y  los  niños  y  toda  la  impe- 
dimenta a  un  lugar  llamado  Car- 
nión;  pues  era  un  sitio  inexpugnable 
y  de  difícil  acceso,  a  causa  de  lo  que- 
brado de  todo  el  terreno. 

"  Al  aparecer  la  primera  cohorte 
de  Judas,  el  espanto  se  apoderó  de 
los  enemigos.  Porque  la  potencia  del 
que  todo  lo  ve  se  manifestó  de  ma- 
nera tan  terrible,  que  todos  se  dieron 
a  la  fuga,  cada  uno  por  su  lado,  de 
suerte  que  muchas  veces  unos  se  he- 
rían a  otros  y  con  las  puntas  de  las 
espadas  se  atravesaban.  23  Judas  los 
persiguió  con  encarnizamiento,  hi- 
riendo a  aquellos  criminales,  y  ma- 
tando hasta  treinta  mil  hombres.  24  El 
mismo  Timoteo,  caído  en  manos  de 
los  soldados  de  Dositeo  y  Sosípatro, 
instaba  con  mucha  astucia  que  le 
dejasen  libre,  pues  que  tenía  en  6u 
poder  a  muchos  de  los  padres  y  her- 
manos de  ellos,  que  no  lo  pasarían 
bien  si  le  mataban.  26  Asegurándoles 
él  con  muchas  palabras  que  los  res- 
tituiría incólumes,  le  soltaron,  para 
salvar  a  sus  hermanos. 

"  Salió  Judas  contra  Camión  y  con- 
tra el  santuario  de  Atargates,  y  dió 
muerte  a  veinticinco  mil  hombres. 
27  Después  de  esta  derrota  y  matan- 
za, dirigió  Judas  su  armada  hacia 
Efrón,  ciudad  fuerte,  donde  moraba 
Lisias  y  una  muchedumbre  de  di- 
versas naciones.  Jóvenes  robustos, 
alineados  ante  los  muros,  luchaban 
valerosamente,  y  dentro  había  gran 
provisión  de  máquinas  de  guerra  y 
de  provectiles.  28  Pero  los  judíos,  in- 
vocando al  Omnipotente,  que  con  su 


13  Caspín  :  si  es,  como  parece,  lugar  idéntico  al  Casfón  de  i  Mac.  5,  26.  36,  tendría- 
mos en  este  lugar  una  descripción  más  amplia  de  la  toma,  que  viene  sólo  afirmada 
en  1  Mac. 

11  Caraca  :  parece  ser  nombre  propio,  aunque  el  artículo  griego  pudiera  hacerlo 
pasar  por  nombre  común  (=campo  fortificado).  La  localidad  es  desconocida  y  debía 
de  estar  cerca  de  Camión  (v.  21).  ||  Tubianos  :  quizás  de  la  región  de  Tob,  al  NO.  de 
Galaad. 

21  Carnión  :  parece  idéntico  al  Carnaím  de  1  Mac.  5,  44. 
x  Aiargatis  :  diosa  siria  de  la  fecundidad  ;  tenía  cabeza  de  mujer  y  cuerpo  de 
pez.  Era  adorada  principalmente  en  Ascalón. 


—  1795  — 


12  2i)-3S 


II  MACABEOS 


12  39-46 


potencia  aplasta  las  fuerzas  enemi- 
gas, se  apoderaron  de  la  ciudad  y 
lanzaron  por  tierra  a  veinticinco  mil 
de  los  que  estaban  dentro.  29  Par- 
tiendo de  allí,  atacaron  a  Escitópo- 
lis,  distante  de  Jerusalén  seiscientos 
estadios.  3U  Pero  habiendo  testimo- 
niado los  judíos,  que  allí  moraban, 
la  benevolencia  con  que  los  escito- 
politanos  les  habían  tratado,  y  que 
en  los  días  de  su  infortunio  les  ha- 
bían guardado  muchas  deferencias, 
31  les  dieron  las  gracias,  exhortándo- 
los a  continuar  siendo  en  lo  sucesivo 
benévolos  con  los  de  su  linaje  ;  y  se 
volvieron  a  Jerusalén,  próxima  ya 
la  fiesta  de  las  Semanas  o  Pente- 
costés. 

32  Después  de  la  fiesta  llamada 
Pentecostés,  marcharon  contra  Gor- 
gias,  general  de  los  idumeos.  83  Este 
salió  con  tres  mil  hombres  de  a  pie 
y  trescientos  de  a  caballo.  34  Se  trabó 
batalla  y  sucumbió  un  corto  número 
de  judíos.  35  Un  cierto  Dositeo,  jine- 
te bravo  del  cuerpo  de  Bacenor,  aga- 
rró a  Gorgias  y,  tirando  fuertemente 
de  la  clámide,  quería  coger  vivo  a 
este  hombre  maldito  ;  pero  vino  so- 
bre él  un  jinete  tracio,  que  le  cortó 
el  hombro,  y  así  pudo  Gorgias  huir 
a  Maresa.  38  Los  soldados  de  Esdrín, 
que  habían  sostenido  la  lucha  por 
mucho  tiempo,  hallábanse  extenua- 
dos ;  pero  judas  invocó  al  Señor, 
para  que  pelease  con  ellos  y  fuese 
su  caudillo  en  el  combate.  37  Entonó 
en  alta  voz  un  canto  de  guerra  en 
lengua  patria,  y  cayendo  de  impro- 
viso sobre  los  de  Gorgias,  los  puso 
en  fuga.  **  Retrajo  Judas  su  ejército 


y  lo  condujo  a  la^ciudad  de  Odolam. 
.Llegado  el  día  séptimo,  purificados 
según  la  costumbre,  celebraron  allí 
el  sábado. 

59  Al  día  siguiente,  como  la  nece- 
sidad lo  requería,  vinieron  los  de 
Judas  para  levantar  los  cadáveres  de 
los  caídos  y  con  sus  parientes  depo- 
sitarlos en  los  sepulcros  de  sus  pa- 
dres. 40  Entonces,  bajo  las  túnicas  de 
cada  uno  de  los  caídos,  encontraron 
objetos  sagrados  de  los  dedicados  a 
los  ídolos  de  Yamnia,  que  la  ley  pro- 
hibía a  los  judíos.  Fué  entonces  evi- 
dente a  todos  que  por  esta  cansa  ha- 
bían sucumbido.  41  Bendijeron,  pues, 
todos  al  Señor,  justo  juez,  que  había 
manifestado  las  cosas  ocultas ;  "  vol- 
vieron a  la  oración,  rogando  que  el 
pecado  cometido  les  fuese  completa- 
mente perdonado  ;  y  el  valiente  Ju- 
das exhortó  al  pueblo  a  conservarse 
limpios  de  pecado,  teniendo  a  la  vis- 
ta las  consecuencias  del  pecado  de 
los  que  habían  caído.  **  Mandó  en- 
tonces hacer  una  colecta,  en  que  re- 
cogió hasta  dos  mil  dracmas  de  pla- 
ta, que  envió  a  Jerusalén,  para  ofre- 
cer un  sacrificio  expiatorio  :  obra 
bella  y  noble,  inspirada  en  el  pensa- 
miento de  la  resurrección  ;  H  porque 
si  no  hubiera  creído  que  los  caídos 
en  la  batalla  resucitarían,  superfluo 
y  vano  era  orar  por  los  muertos. 
46  Además  consideraba  que  a  los  que 
mueren  piadosamente  les  está  reser- 
vada una  magnífica  recompensa.  4°  Y 
esto  es  un  pensamiento  santo  y  pia- 
doso. Por  esto  hizo  el  sacrificio  ex- 
piatorio por  los  muertos,  para  que 
fuesen  librados  del  pecado 


ESCITÓPOLIS  :  literalmente,  la  ciudad  de  los  escitas.  Es  Betsán,  que  recibió  su 
sobrenombre  de  Escitópolis  por  una  colonia  de  escitas  allí  introducida.  |[  Seiscientos 
estadios  :  ciento  once  kilómetros  aproximadamente,  que  corresponden  exactamente  a 
!a  distancia  de  Betsán  a  Jerusalén. 

35  Un  cierto  Dositeo  :  no  el  oficial  citado  en  el  v.  19,  sino  un  simple  jinete  de  la 
caballería  judía  mandada  por  Bacenor.  ||  Cortó  el  hombro:  de  un  golpe  de  sable 
cortó  el  hombro  y  el  brazo  del  jinete  judío. 

38  Odolam  :  es  una  antigua  ciudad  cananea,  conocida  ya  en  Gén.  38,  1.  12.  Se  ig- 
nora su  exacto  emplazamiento.  ||  Purificados:  pues  por  el  trato  con  paganos  y  el 
contacto  de  cadáveres  quedaban  legalmente  impuros. 

40  Objetos  sagrados:  la  Vulgata  concreta  bien  estos  objetos  llamándolos  donariis , 
esto  es,  exvotos  de  oro  y  plata,  que  existían  en  todos  los  templos  paganos.  Estos 
habían  sido  cogidos  en  el  reciente  ataque  a  Yamnia.  En  el  llevarlos  consigo  habría 
siempre  un  sentido  supersticioso  o  de  amuleto. 

45  Los  que  mueren  :  literalmente,  los  que  duermen,  metáfora  paulina  y  litúrgica, 
que  está  inspirada  en  la  creencia  de  la  resurrección.  ||  Piadosamente:  como  lo  ha 
bfan  hecho  los  soldados  de  Judas,  que  luchaban  por  sus  principios  religiosos.  La  falta 
que  cometieron,  y  que  necesitaba  expiación,  no  anulaba  el  mérito  de  la  buena  ac- 
ción, y  para  la  expiación  de  ella  podían  ser  ayudados  con  las  oraciones  de  los  vivos. 

**  Pensamiento  santo  y  imadoso  :  este  fragmento  afirma  valientemente  el  dogma 
de  la  resurrección,  la  existencia  del  purgatorio  y  la  utilidad  de  las  oraciones  y  su- 


-1706- 


13  i-" 


II  MACABEOS 


13  i2-¡ 


Nueva  invasión  de  Judea 

"JO  1  El  año  ciento  cuarenta  v  nue- 
ve  supieron  los  de  Judas  que 
Antíoco  Eupátor  marchaba  contra  la 

Judea  con  numerosas  tropas,  -  y  que 
venía  con  él  Lisias,  su  tutor  v  mi- 
nistro del  reino.  Cada  uno  iba  al 
frente  de  un  ejército  griego  de  cien- 
to diez  mil  infantes,  cinco  mil  tres- 
cientos jinetes,  veintidós  elefantes  y 
trescientos  carros  armados  de  hoces. 
*  Se  había  unido  a  ellos  Menelao,  que 
con  grande  astucia  animaba  a  la  lu- 
cha a  Antíoco,  no  por  la  salud  de 
la  patria,  sino  esperando  ser  resta- 
blecido en  su  dignidad.  '  Pero  el  Rey 
de  los  reyes  excitó  la  cólera  de  An- 
tíoco contra  aquel  malvado  :  pues 
como  Lisias  demostrase  al  rev  que 
aquél  había  sido  la  causa  de  todos 
los  males,  ordenó  fuese  conducido  a 
Berea  y  muerto  allí  según  el  estilo 
de  aquel  lugar.  6  Pues  hav  allí  una 
torre  de  cincuenta  codos  de  alto,  lle- 
na de  cenizas  y  coronada  ñor  una 
máquina  giratoria  que  de  todos  los 
lados  hace  resbalar  a  la  ceniza.  "  Con 
ella  precipitaba  el  pueblo,  para  dar 
la  muerte,  al  ladrón  sacrilego  o  al 
autor  de  algún  otro  crimen  horren- 
do. 1  Con  tal  muerte  murió  el  impío 
Menelao,  sin  conseguir  el  honor  de 
la  sepultura.  8  Muy  justo  era  que  el 
que  cometió  tantos  pecados  contra 
el  altar,  cuyo  fuego  v  ceniza  son 
puros,  en  la  ceniza  encontrase  su 
muerte. 

*  Marchaba  el  rey  animado  de  sen- 
timientos feroces,  dispuesto  a  tratar 
a  los  judíos  con  más  crueldad  que  lo 
había  hecho  su  padre.  ,0  Informado 
de  ello  Judas,  mandó  al  pueblo  in- 
vocar día  v  noche  al  Señor,  para  que 
ahora,  como  en  otras  ocasiones,  vi- 
niese en  auxilio  de  aquellos  "  que 
estaban  a  punto  de  quedar  sin  lev, 
sin  patria  y  sin  templo  santo  ;  y  que 
no  permitiese  que  el  pueblo,'  que 
apenas  había  comenzado  a  respirar, 


cayese  sometido  a  naciones  blasfe- 
mas. 12  Cuando  todos  a  una  rogaron 
así  e  imploraron  al  Señor  misericor- 
dioso con  lágrimas  y  ayunos,  y  pos- 
trados en  tierra  durante  tres  días 
continuos,  Judas  los  exhortó  y  man- 
dó que  se  preparasen.  13  Después  de 
consultar  aparte  a  los  ancianos,  re- 
solvió emprender  la  marcha  v  resol- 
verlo todo,  con  el  auxilio  de  Dios, 
antes  de  que  el  ejército  del  rey  en- 
trase en  Judea  y  se  hiciesen  dueños 
de  la  ciudad  ;  14  encomendando  la 
suerte  de  la  batalla  al  Creador  del 
mundo  y  exhortando  a  los  suyos  a  lu- 
char valerosamente  hasta  morir  por 
las  leyes,  por  el  templo,  por  la  ciu- 
dad, por  la  patria  y  sus  institucio- 
nes. 

Condujo  su  ejército  junto  a  Mo- 
dín, 16  y  dió  a  los  suyos  el  santo  y 
seña  :  «A  la  victoria  por  Dios»  ;  y 
con  la  flor  de  sus  jóvenes  acometió 
durante  la  noche  la  tienda  del  rey, 
mató  en  el  campamento  hasta  dos 
mil  hombres  y  el  mayor  de  los  ele- 
fantes con  la  tropa  que  llevaba  en 
la  torre.  16  Al  fin  se  retiraron  victo- 
riosos, dejando  el  campamento  lleno 
de  espanto  v  turbación.  17  Cuando  el 
día  comenzó  a  amanecer,  todo  estaba 
acabado,  gracias  a  la  avuda  con  que 
el  Señor  le  protegía.  18  El  rey,  expe- 
rimentada la  audacia  de  los  judíos, 
intentaba  apoderarse  de  las  plazas 
por  astucia.  19  Marchó  contra  Betsur. 
fuerte  cindadela  de  los  judíos  ;  pero 
era  rechazado  y  derrotado  y  se  sen- 
tía cada  vez  menos  fuerte.  20  Judas 
hacía  llegar  lo  necesario  a  los  de  den- 
tro. 21  Pero  Rodoco,  del  ejército  ju- 
dío, descubrió  a  los  enemigos  los 
secretos.  Fué  buscado,  detenido  y  en- 
carcelado. 22  Por  segunda  vez  trató 
el  rey  con  los  de  Betsur,  les  tendió 
la  mano  y  la  recibió  de  ellos,  y  se 
retiró  23  Atacó  a  los  de  Judas,  pero 
fué  vencido.  Pero  informado  de  que 
Filipo,  que  había  quedado  con  el  go- 
bierno de  los  negocios,  se  había  re- 


1  Q       El  ano  ciento  cuarenta  y  nueve  :  esta  campaña,  aunque  enriquecida  con  de- 
talles  nuevos,  es  la  misma  que  se  narra  en  i  Mac.  6,  18-47. 
»  Restablecido  en  su  dignidad  :  ya  que  había  sido  destituido  por  Judas  cuando  lo» 
judíos  fieles  recobraron  su  independencia. 

4  Rev  de  los  reyes:  título  que  se  daban  a  sí  los  revés  orientales,  pero  que  se 
aplica  aquí,  como  en  el  N.  T.  (Le.  17,  14;  1  Tim.  6,  5),  al  Dios  verdadero.  1 1  Bfrea  : 
ciudad  de  .siria,  situada  entre  Antioquía  y  Hierápolis,  en  la  actual  Alepo. 

Maquina  giratoria  :  se  trata  de  una  rueda  sobre  la  que  se  colocaba  al  conde- 
nado;  al  moverse  aquélla,  lanzaba  al  condenado  en  la  masa  de  ceniza?  ardientes, 
con  lo  que  el  reo  moría  de  asfixia. 

"  Quedó  consternado  :  la  sublevación  de  Filipo  ponía  en  grande  aprieto  a  Lisias 
y  fc-upator.  Por  esto  convenía  a  toda  costa  el  hacer  la  paz  con  los  judíos. 


—  I7<?7  — 


13  24-14  6 


II  MACABEOS 


14  7-17 


belado  en  Antioquía,  quedó  conster- 
nado. Luego  pidió  la  paz  a  los  judíos 
y  juró  todas  sus  justas  peticiones. 
Reconciliado  ya  con  ellos,  ofreció  sa- 
crificios, honró  el  templo  v  trató  con 
humanidad  el  lugar  santo.  34  Al  Ma- 
cabeo  le  dió  buena  acogida,  v  le  hizo 
gobernador  militar,  desde  Tolemaida 
hasta  la  región  de  los  Guerreinos. 
K  Pero  al  llegar  a  Tolemaida,  los  ha- 
bitantes llevaron  muy  a  mal  tales 
tratados,  e  indignados,  no  querían 
cumplir  lo  estipulado.  "Subió  en- 
tonces Lisias  a  la  tribuna,  defendió 
lo  mejor  posible  su  causa;  los  per- 
suadió, aplacó  y  dispuso  favorable- 
mente ;  y  luego  se  volvió  a  Antio- 
quía. Así  tuvo  lugar  la  venida  y 
retirada  del  rey. 


Alianza  de  Nicanor  y  Judas 

"I  A  1  Tres  años  después  supieron 
los  de  Judas  que  Demetrio,  hi- 
jo de  Seleuco,  había  desembarcado 
en  el  puerto  de  Trípoli  con  pode- 
roso ejército  y  flota  5  y  se  había  he- 
cho dueño  de  la  región,  dando  muer- 
te a  Antíoco  y  a  Lisias,  su  tutor. 
*  Un  cierto  Alcimo,  que  había  sido 
antes  sumo  sacerdote  y  que  en  los 
tiempos  de  la  confusión  se  había  con- 
taminado, pensando  que  no  tenía  ya 
modo  alguno  de  salvación  v  de  acce- 
so al  altar  santo,  *  vino  al  rev  De- 
metrio el  año  ciento  cincuenta  y  uno. 
travéndole  una  corona  de  oro,  una 
palma  y,  además,  algunos  ramos  de 
olivo,  como  los  que  se  ofrecían  en 
el  templo.  Por  aquel  día  no  hizo 
nada  más.  6  Pero  encontró  una  oca- 
sión propicia  a  su  Perversidad  ■  ha- 
biendo sido  llamado  a  conseio  por 
Demetrio,  para  preguntarle  sobre  las 
disposiciones  v  designios  de  los  lu- 
dios, él  respondió  :  L  «Los  judíos  lla- 
mados asideos,  cuvo  jefe  es  Judas 
Macabeo,  fomentan  la  guerra  y  las 


sediciones  y  no  dejan  al  reino  vivir 
en  paz  ;  '  por  lo  cual  yo,  despojado 
de  los  honores  hereditarios  (quiero 
decir  del  sumo  sacerdocio),  he  veni- 
do ahora  aquí,  *  mirando  en  primer 
lugar  con  toda  sinceridad  por  los  in- 
tereses del  rey,  y  en  segundo  lugar, 
para  procurar  también  el  bienestar 
de  mis  conciudadanos  ;  pues,  por  la 
temeridad  de  los  anteriormente  ci- 
tados, toda  nuestra  nación  sufre  tan- 
tos males.  6  Date  cuenta,  pues,  tú, 
I  oh  rey  !,  de  todas  estas  cosas  y  mi- 
ra por  nuestro  país  v  nuestra  raza 
abatida,  con  esa  tu  bondad  que  te 
hace  amable  a  todos.  10  Mientras  Tu- 
das subsista,  es  imposible  que  el  Es- 
tado encuentre  la  paz.» 

"  Dicho  esto,  los  restantes  amigos 
del  rey,  que  miraban  con  malos  ojos 
los  asuntos  de  Judas,  inflamaron  más 
el  ánimo  de  Demetrio.  "  Este  llamó 
en  seguida  a  Nicanor,  comandante 
anteriormente  del  cuerpo  de  elefan- 
tes, v  le  nombró  general  de  la  ar- 
mada de  Judea,  13  y  le  hizo  partir, 
dándole  orden  de  hacer  perecer  a 
Tudas,  dispersar  a  los  suyos  y  esta- 
blecer a  Alcimo  como  sumo  sacerdo- 
te del  augusto  templo.  14  Los  genti- 
les, empero,  que  por  temor  de  Judas 
habían  huido  de  la  Tudea,  se  unieron 
gregariamente  a  Nicanor,  pensando 
que  el  infortunio  y  desgracia  de  los 
bidíos  serviría  a  sus  propios  inte- 
reses. 

10  Cuando  los  judíos  se  enteraron 
de  la  venida  de  Nicanor  v  del  ata- 
que de  los  gentiles,  se  cubrieron  de 
nolvo  y  oraban  al  que  había  estable- 
cido a  su  'pueblo  para  siempre  v 
nrotecido  sin  cesar,  con  signos  ma- 
nifiestos, su  heredad.  ™  A  las  órde- 
nes de  su  caudillo,  se  pusieron  des- 
de allí  luecro  en  marcha,  y  se  vino 
a  dar  la  batalla  junto  a  la  aldea  de 
Desau.  "Simón,  hermano  de  Judas, 
había  entablado  combate  con  Nica- 
nor ;  pero,  turbado  un  momento  por 


M  Guerreinos  :  el  nombre  varía  en  griesro ;  parece  tratarse  de  los  habitantes  de 
la  famosa  ciudad  de  Gerar  (Gén.  26,  1.  6),  al  SO.  de  Gaza. 

-1  A     1  Trífoli  :   así  llamada  (=tres  ciudades)  porque  se  componía  de  tres  colonia-* 
iróximas  una  a  otra.  Era  una  ciudad  fenicia  antiquísima,  al  N.  de  Sidón. 

*  Ai.cimo  :  cf.  1  Mac.  7,  5.  Como  Jasón  y  Menelao,  había  causado  grandes  daños  a 
su  pueblo  con  la  apostasía  y  la  adhesión  a  las  costumbres  pasranas. 

*  Ramos  df  olivo  :  éstos  eran  también  de  oro  y  simbolizaban  la  paz. 

u  Nicanor  :  quizas  distinto  de  su  homónimo,  hijo  de  Patroclo,  derrotado  ya  por 
los  judíos  (8,  9  ss.j,  pues  en  el  v.  18  parece  que  oye  hablar  por  vez  primera  del 
valor  de  los  de  Judas. 

■  Pfsau  :  no  se  ha  identificado  con  certeza  esta  localidad,  que  es  citada  aquí 
como  única  vez  en  la  Biblia. 


—  1798  — 


1 4  18-29 


II  MACABEOS 


14  30-3S 


la  repentina  llegada  de  enemigos, 
sufrió  un  ligero  revés.  "Con  todo, 
Nicanor,  conociendo  el  valor  de  los 
soldados  de  Judas  y  cuán  animosa- 
mente combatían  por  la  patria,  te- 
mía resolver  el  asunto  por  la  sangre. 
18  Por  eso  envió  a  Posidonio,  Teodo- 
to  y  Matatías  a  proponer  concertar 
la  paz.  M  Después  de  un  largo  exa- 
men de  las  condiciones,  el  general 
las  comunicó  a  la  muchedumbre,  v 
al  convenir  de  común  acuerdo,  hi- 
cieron conciertos  de  paz.  21  Señala- 
ron el  día  en  que  los  dos  jefes  se 
reunirían  para  ello  solos  ;  Judas  se 
presentó,  y  fueron  colocadas  dos  si- 
llas una  frente  a  otra.  M  Judas,  sin 
embargo,  había  apostado  hombres  ar- 
mados en  lugares  ventajosos,  prepa- 
rados a  intervenir,  no  fuera  que  los 
enemigos  cometiesen  alguna  impre- 
vista perfidia.  Así  tuvieron  el  con- 
veniente coloquio. 

a  En  adelante,  Nicanor  pasó  algún 
tiempo  en  Jerusalén  sin  hacer  nada 
injusto,  y  hasta  disolvió  las  tropas 
que  gregariamente  se  le  habían  jun- 
tado. "  A  Judas  le  tenía  continua- 
mente a  su  lado,  pues  sentía  hacia 
él  una  inclinación  del  afecto.  55  Le 
exhortaba  a  que  se  casase  y  tuviese 
hiios.  Y,  en  efecto,  se  casó,  vivió 
felizmente  y  gozaba  de  la  vida.  x  Pe- 
ro Alcimo,  al  ver  la  mutua  benevo- 
lencia, tomó  una  copia  de  los  pactos 
concertados  v  se  vino  a  Demetrio, 
acusando  a  Nicanor  de  designios  con- 
trarios a  los  intereses  del  Estado 
puesto  que  había  dejado  para  reem- 
plazarle a  Judas,  enemigo  del  reino. 
"  El  rev  salió  de  sí  por  el  enojo,  e 
inducido  por  las  calumnias  de  aquel 
malvado,  escribió  a  Nicanor,  dicién- 
dole  que  le  habían  desagradado  loc 
conciertos  hechos  v  le  ordenaba  que 
le  enviase  sin  tardanza  maniatado  al 
Macabeo  a  Antiomiía.  58  Al  recibir 
estas  órdenes,  Nicanor  quedó  cons- 
ternado, y  llevó  muy  a  mal  tener  qn^ 
violar  lo  estipulado,  sin  que  aquel 
varón  hubiese  cometido  nincuna  in- 
justicia. 9  Pero,  como  no  podía  opo- 


nerse al  rey,  aguardaba  una  ocasión 
propicia  para  ejecutarlo  con  alguna 
estratagema. 

*°  Observando,  por  su  parte,  el  Ma- 
cabeo  que  Nicanor  se  conducía  con 
él  más  reservadamente  y  que  sus  re- 
laciones habituales  eran  menos  ami- 
gables que  de  costumbre,  pensó  que 
tal  frialdad  era  un  mal  indicio  ;  v 
así,  reuniendo  a  muchos  de  los  su- 
yos, comenzó  a  guardarse  de  Nica- 
nor. B  Dándose  éste  (Nicanor)  cuen- 
ta de  cuán  hábilmente  había  sido 
vencido  por  aquel  varón  (Judas),  lle- 
gó al  augustísimo  y  santo  templo, 
mientras  los  sacerdotes  ofrecían  los 
acostumbrados  sacrificios,  y  les  man- 
ió que  le  entregaran  a  este  hombre. 
32  Como  afirmasen  ellos  con  jura- 
mento que  ignoraban  dónde  estaba 
el  hombre  que  buscaba,  extendió  su 
diestra  hacia  el  templo,  83  y  juró  así : 
«Si  no  me  entregáis  maniatado  a  Ju- 
das, derribaré  a  ras  de  tierra  este 
santuario  de  Dior,  destruiré  el  altar 
y  elevaré  aquí  un  templo  magnífico 
a  Baco.»  M  Los  sacerdotes,  tendiendo 
las  manos  al  cielo  e  invocando  al 
que  sin  cesar  había  combatido  por 
nuestro  pueblo,  dijeron  :  55  «Tú,  Se- 
ñor de  todas  las  cosas,  que  de  nada 
necesitas,  has  tenido  a  bien  que  el 
templo  de  tu  morada  esté  en  medio 
de  nosotros.  56  Conserva,  pues,  Se- 
ñor santo  de  toda  santidad,  de  aho- 
ra para  siempre  limpia  de  toda  man- 
cha esta  casa,  que  hace  poco  ha  sido 
purificada.» 


Muerte  hazañosa  de  Razias 

37  Un  cierto  Razias,  uno  de  los  an- 
cianos de  Jerusalén,  fué  denunciado 
n  Nicanor.  Era  él  amante  de  los  ciu- 
dadanos, conocido  por  su  buena  fa- 
ma y  llamado  por  su  benevolencia 
padre  de  los  judíos.  34  En  efecto,  en 
los  tiempos  pasados,  al  evitar  el  con- 
tacto con  los  paganos,  se  había  atraí- 
do a  sí  1a  acusación  de  judaismo, 
exponiendo  con  toda  entereza  por 


a  Se  presentó  :  el  texto  en  ésta  y  en  la  frase  siguiente  es  muy  incierto  y  oscuro. 

56  Le  exhortaba  a  que  se  casase  :  la  paz  se  creía  tan  asegurada,  que  a  Nicanor  le 
parecía  tiempo  muy  apto  para  que  Judas  fundase  un  hogar  y  se  diese  a  la  vida  fa- 
miliar, en  oposición  a  la  guerrera. 

*  Para  reemplazarle  :  en  el  pontificado. 

a  Llegó  al  templo  :  según  i  Mac.  7,  31,  antes  habían  tenido  un  primer  encuentro 
con  Judas  en  Cafarsalama. 

■  A  Baco  :  ya  en  tiempo  de  Antíoco  Epifanes  se  había  introducido  este  culto  en 
el  templo  de  Jerusalén  (6,  7). 


—  179c,  — 


14  39-15  3 


II  MACABEOS 


15  4-14 


ello  su  cuerpo  y  su  vida.  "  Desean- 
do Nicanor  dar  una  prueba  de  su 
mala  voluntad  hacia  los  judíos,  en- 
vió más  de  quinientos  soldados  a 
prenderle,  "  pues  creía  que  el  arres- 
to de  éste  era  un  gran  golpe  a  todos 
los  judíos.  "  Estando  va  la  tropa  a 
punto  de  apoderarse  de  la  torre,  y 
forzando  la  puerta  de  entrada,  fué 
dada  la  orden  de  prender  fuego  e 
incendiar  las  puertas.  Estando,  pues, 
Razias  a  punto  de  ser  apresado,  se 
echó  sobre  su  espada,  12  prefiriendo 
morir  noblemente  antes  que  caer  en 
manos  criminales  y  soportar  ultrajes 
indignos  de  su  propia  nobleza.  43  Pe- 
ro como,  a  causa  de  la  precipitación 
d<:  la  lucha,  no  se  hubiese  herido 
con  herida  mortal,  y  la  tropa  inva- 
diera ya  la  casa,  corrió  resueltamen- 
te sobre  la  muralla  y  se  arrojó  con 
valentía  sobre  la  tropa.  41  Se  retira- 
ron rápidamente  al  verle  y  se  formó 
un  espacio  libre,  en  medio  del  cual 
cayó.  48  Pero,  respiiando  aún  y  enar- 
decido su  ánimo,  se  levantó  mien- 
tras le  corría  la  sangre  a  torrentes  ; 
y  a  pesar  de  las  graves  heridas,  atra- 
vesó corriendo  por  entre  la  muche- 
dumbre y  se  puso  erguido  sobre  una 
roca  escarpada.  46  Allí,  completamen- 
te exangüe,  se  arrancó  las  entrañas, 
las  arrojó  con  ambas  manos  contra 
la  tropa,  invocando  al  Señor  de  la 
vida  y  del  espíritu  para  que  un  día 
se  las  devolviera  de  nuevo.  Y  de  es- 
ta  manera  murió. 

Derrota  de  Nicanor 

m 

1  r  *  Informado  Nicanor  de  que  la* 
tropas  de  Tudas  andaban  por 
los  lugares  de  Samaría,  pensó  ata- 
carlas con  toda  seguridad  en  el  día 
de  sábado.  2  Los  judíos  que  le  se- 
guían a  la  fuerza,  le  dijeron  :  «No 
los  mates  tan  salvaje  y  bárbaramen- 
te, sino  honra  el  día  que  ha  sido  an- 
tes honrado  y  declarado  santo  por  el 
que  todo  lo  ve.»  3  A  lo  que  aquel  tres 


veces  malvado  contestó  si  es  que  ha- 
bía Soberano  en  el  cielo  que  hubiera 
mandado  celebrar  el  día  del  sábado. 
4  Y  como  ellos  le  respondiesen  :  «Sí, 
el  Señor,  Dios  vivo,  Soberano  del 
cielo,  es  quien  ha  ordenado  solemni- 
zar el  día  séptimo»  ;  6  «Pues  vo,  con- 
testó él,  soy  soberano  en  la  tierra, 
y  mando  que  se  tomen  las  armas  y 
que  se  cumpla  lo  que  conviene  al 
rey».  Con  todo,  no  pudo  realizar  su 
malvado  designio. 

0  Mientras  Nicanor  soñaba,  en  su 
insensato  orgullo,  levantar  un  trofeo 
común  con  judas  y  los  suyos,  7  el 
Macabeo,  puesta  incesantemente  su 
plena  confianza  en  el  socorro  que  ob. 
tendría  del  Señor,  8  exhortaba  a  los 
suyos  a  no  temer  el  ataque  de  los 
paganos,  sino  antes  bien,  que,  re- 
cordando los  auxilios  venidos  del 
cielo  en  tiempos  anteriores,  espera- 
sen también  ahora  que  conseguirían 
del  Todopoderoso  la  victoria.  *  Y  los 
alentaba  citándoles  pasajes  de  la  ley 
y  de  los  profetas  ;  y  les  recordaba, 
además,  los  combates  que  habían 
sostenido,  infundiéndoles  con  esto 
nuevo  aliento.  10  Después  de  habei 
reanimado  su  ardor,  les  puso  a  la 
vista  la  perfidia  de  los  gentiles  y  la 
transgresión  de  sus  juramentos,  u  ar- 
mándoles a  todos,  no  tanto  con  la 
seguridad  de  sus  escudos  y  lanzas 
cuanto  con  la  confianza  de  sus  alen- 
tadoras palabras.  Principalmente  ale- 
gró a  todos  con  la  realización  de  un 
sueño,  absolutamente  di^no  de  fe. 
11  El  sueño  fué  como  sigue  :  El  su- 
mo sacerdote  Onías,  hombre  bueno  v 
bondadoso,  de  venerable  aspecto,  de 
suaves  modales,  de  distinguido  len- 
guaje, que  desde  su  niñez  se  había 
dado  a  todas  las  prácticas  de  virtud, 
tendía  sus  manos  orando  por  toda  la 
comunidad  de  los  judíos.  "  Después 
se  le  apareció  del  mismo  modo  otro 
varón,  distinguido  por  la  blancura 
de  sus  cabellos  y  por  su  dignidad, 
nimbado  por  una  admirable  y  mag 
nífica  majestad.  14  Onías,  tomando  la 


u  Se  echó  sobre  su  espada  :  el  acto,  aunque  en  sí  es  condenable,  por  ser  un  sui- 
cidio, tiene  unos  ráseos  de  nobleza  que  parecen  obligarnos  a  salvar  a  lo  menos  la 
bondad  subjetiva  de  Razias.  El  escritor  se  pasma  ante  su  arrojo  y  valentía,  sin  apro-  * 
bar  el  suicidio.  Pudiera  también  concebirse  una  inspiración  directa  de  Dios,  como 
la  que  tuvieron  algunos  mártires  en  ocasiones  parecidas. 

n  Se  arrancó  las  entrañas  :   sin  duda,  con  la  caída  le  había  quedado  el  vientre 
abierto. 

-1  K  "  Jeremías  :  rozó  siempre  este  profeta  de  Eran  popularidad  no  sólo  por  el  pa- 
J-O  pei  importante  que  desempeñó  en  una  época  dolorosa  de  la  Historia,  sino  por. 
que  en  los  tiempos  evangélicos  y  en  los  posteriores  del  judaismo  fué  siempre  una  fi- 
gura muy  viva  en  la  memoria  de  todos. 


-  r*o«  — 


15  !5"24 


II  MACABEOS 


15  25-37 


palabra,  dijo:  «Este  es  el  amador  de 
sus  hermanos,  el  que  ora  mucho  por 
el  pueblo  y  la  ciudad  santa:  Jere- 
mías, el  profeta  de  Dios.»  16  Y  tendía 
Jeremías  su  diestra,  y  entregaba  a 
Judas  una  espada  de  oro,  y  al  en- 
tregársela le  decía:  18  «Toma" esta  es- 
pada santa,  don  de  Dios,  con  la  cual 
destruirás  a  los  enemigos.» 

"  Animados  con  estas  tan  hermo- 
sas palabras  de  Judas,  capaces  de  vi- 
gorizar y  elevar  hasta  el  heroísmo  las 
almas  jóvenes,  resolvieron  no  atrin- 
cherarse en  el  campo,  sino  lanzarse 
valerosamente  sobre  el  enemigo,  y 
luchando  con  todo  valor  decidir  la 
causa,  puesto  que  peligraban  la  ciu- 
dad, la  religión  y  el  templo  ;  18  pues 
la  solicitud  que  tenían  por  las  mu- 
jeres, los  hijos,  los  hermanos  y  pa- 
rientes, era  menor  que  la  que  sen- 
tían por  la  más  grande  y  primera  de 
todas  las  cosas  :  el  tenmlo  santo. 

19  No  era  menor  la  inquietud  de 
los  que  habían  quedado  en  la  ciu- 
dad, ansiosos  por  la  lucha  que  se 
iba  a  combatir  fuera.  20  Cuando  todos 
aguardaban  el  próximo  desenlace,  los 
enemigos  se  congregaban  dispuestos 
en  orden  de  batalla  ;  los  elefantes 
estaban  colocados  en  lugares  conve- 
nientes y  la  caballería  en  las  alas  ; 
a  al  ver  el  Macabeo  la  inmensa  mu- 
chedumbre, el  variado  aparato  de  las 
armas  y  la  fiereza  de  los  elefantes, 
levantando  las  manos  al  cielo,  invo- 
có al  Señor,  hacedor  de  prodigios  ; 
pues  sabía  que  la  victoria  no  se  al- 
canza por  la  fuerza  de  las  armas,  si- 
no que  Dios  la  decide,  otorgándola 
a  los  que  juzga  dignos  de  ella.  ■  La 
invocación  era  como  sigue  :  «Tú~  Se- 
ñor, que  enviaste  tu  ángel  bajo  Eze- 
quías,  rey  de  Judá,  que  mató  del 
ejército  de  Senaquerib  a  ciento  ochen- 
ta y  cinco  mil  hombres.  53  envía  aho- 
ra también,  Soberano  de  los  cielos, 
delante  de  nosotros  un  ángel  bueno, 
que  infunda  temor  y  espanto.  M  Por 
la  grandeza  de  tu  brazo  sean  heridos  I 


los  que  llegan  blasfemando  contra  tu 
pueblo  santo.»  Y  con  esto  terminó. 

*  Los  de  Nicanor  avanzaban  al  son 
de  las  cornetas  y  de  los  cantos  gue- 
rreros ;  M  en  tanto  que  los  de  Judas 
entablaron  combate  con  los  enemi- 
gos entre  oraciones  y  plegarias.  27  Y 
mientras  luchaban  con  las  manos, 
oraban  a  Dios  en  su  corazón  ;  y  asi 
derribaron  por  tierra  no  menos  de 
treinta  y  cinco  mil  hombres  ;  y  se 
regocijaron  grandemente  con  el  au- 
xilio manifiesto  de  Dios.  28  Acabada 
la  contienda  y  entregados  a  la  ale- 
gría, hallaron  que  entre  los  muertos 
estaba  Nicanor  revestido  de  su  ar- 
madura. 29  En  medio  de  un  gran  cla- 
mor y  alborozo,  bendijeron  al  Señor 
en  la  lengua  patria.  "  Y  el  que  en 
cuerpo  y  alma  estaba  todo  consagra- 
do a  la  defensa  de  sus  conciudada- 
nos y  había  conservado  para  con  sus 
connacionales  el  afecto  de  la  juven- 
tud, ordenó  cortar  la  cabeza  a  Nica- 
nor, y  su  brazo  hasta  el  hombro,  y 
llevarlos  a  Jerusalén.  81  Llegado  allí, 
convocó  a  los  connacionales  y  sacer- 
dotes ;  y  puesto  en  pie  ante  el  altar, 
mandó  a  llamar  a  los  de  la  ciudacle- 
la,  31  mostró  a  todos  la  cabeza  del 
impío  Nicanor  y  la  mano  que  este 
blasfemo  había  extendido  con  tanta 
insolencia  contra  la  morada  del  To- 
dopoderoso. 33  Hizo  cortar  en  menu- 
dos trozos  la  lengua  de  Nicanor  y 
echarlos  a  las  aves,  y  suspender  en- 
frente del  templo  la  mano  y  cabeza 
como  el  precio  de  su  insensatez.  84  Y 
todos,  levantando  los  ojos  al  cielo, 
bendecían  al  glorioso  Señor,  dicien- 
do :  «Bendito  el  que  ha  conservado 
pura  su  morada.»  86  La  cabeza  de  Ni- 
canor se  colgó  de  la  cindadela,  pa- 
tente a  todos,  como  señal  manifiesta 
del  auxilio  del  Señor  ;  88  y  por  pú- 
blico decreto  determinaron  todos  no 
dejar  pasar  este  día  sin  solemnizar- 
lo, 87  y  que  se  celebrase  el  trece  del 
mes  duodécimo — llamado  Adar  en 
lengua  siríaca — ,  un  día  antes  del 
día  de  Mardoqueo. 


Auxilio  manifiesto  de  Dios  :  la  palabra  griega  epiíaneia  parece  aludir  a  alguna 
aparición  milagrosa  que  fuese  vista  por  todo  el  ejército. 

41  Mandó  llamar  a  los  de  la  ciudadela  :  la  guarnición  se  componía  de  sirios  y  de 
judíos  apóstatas. 

37  Lengua  siríaca  :  o  arameo.  Es  el  dialecto  que  los  judíos  palestinenses  hablaban 
en  esta  época.  ||  Día  de  Mardoqueo:  o  la  fiesta  de  Purim,  cuya  institución  se  nos 
narra  ampliamente  en  el  libro  de  Ester. 


—  1801  — 


15  38-39 


II  MA CABEOS 


15  M 


Epílogo 

58  Así  acaecieron  los  sucesos  relati- 
vos a  Nicanor.  Y  como  la  ciudad  des- 
de aquellos  días  ha  estado  en  pose- 
sión de  los  hebreos,  aquí  pondré  fin 
a  mi  narración.  89  Si  ésta  está  feliz- 
mente concebida  y  ordenada,  es  lo 
que  deseaba  yo  ;  pero  si  es  imper- 


fecta y  mediocre,  es  todo  lo  que  he 
sabido  hacer.  40  Como  el  beber  vino 
puro  o  sola  agua  no  agrada,  mien- 
tras que  el  vino  mezclado  con  agua 
es  suave  y  produce  agradable  delei- 
te, así  también  la  disposición  agra- 
dable del  relato  es  lo  que  agrada  a 
los  oídos  del  lector.  Y  con  esto  ter- 
mino. 


38  La  ciudad  ha  estado  en  posesión  de  los  hebreos  :  esta  frase  parece  iudicar  que 
Jasón  de  Cirene  escribía  muy  poco  después  de  estos  aconteciminetos  y  que  nues- 
tro autor-compendiador  transcribió  simplemente  el  epílogo  de  la  obra.  Pues  según 
i  Mac.  9,  después  de  morir  Judas,  aun  fué  ocupada  Jerusalén  por  Báquides  y  Alcimo. 


Relieve  del  Arco  de  Tito  en  Roma 


Nuevo  Testamento 


DE  LOS  EVANGELIOS  EN  GENERAL 


Ombre. — Evangelio  primitivamente  significó  albricias  ;  luego  pasó  a 


significar  la  misma  buena  nueva.  En  sentido  cristiano  significó  la 


Buena  Nueva  por  antonomasia,  «el  mensaje  de  ¡a  salud»  humana 


Triple  fase  del  Evangelio. — La  Buena  Nueva  de  Cristo  presentó  tres 
fases  sucesivas :  i)  su  realización  histórica;  2)  su  anuncio  o  divulgación ; 
3)  su  redacción  escrita;  es  decir:  1)  el  Evangelio  realizado;  2)  el  Evan- 
gelio predicado;  3)  el  Evangelio  escrito.  Conviene  determinar  lo  que  fué 
el  Evangelio  oral,  que  tiene  por  objeto  el  Evangelio  realizado  y  es  la  base 
del  Evangelio  escrito 

El  Evangelio  oral. — La  predicación  apostólica  hubo  de  ser,  ajite  todo 
apologética :  fiabían  de  probar  que  Jesiís  de  Nazaret  era  el  Mesías  e  Hijo 
de  Dios.  Los  que  creían  en  Jesu-Cristo,  naturalmente  concebían  vivos  de- 
seos de  conocer  sus  hechos  y  sus  dichos,  sus  milagros  y  sus  discursos. 
Espontáneamente  se  harían  eco  de  aquellas  palabras  del  Maestro:  «Dicho- 
sos vuestros  ojos,  que  vieron,  y  vuestros  oídos,  que  oyeron»  (Mt.  13,  16) 
Tal  fué  el  objeto  de  la  catcquesis  evangélica :  suplir  la  visión  y  audición 
personal.  Para  la  realización  de  este  ideal  el  hombre  apropiado  era  Pedro 
Aunque  desprovisto  de  cultura  refinada,  era  hombre  inteligente  y  des- 
pierto, que  había  observado  atentamente  cuanto  Jesús  había  dicho  y  hecho 
y  lo  conservaba  grabado  en  su  memoria.  Dos  cosas  hubo  de  hacer  Pedro: 
seleccionar  la  materia  y  ordenarla.  En  cuanto  a  la  selección,  Pedro,  hom- 
bre perspicaz,  pronto  vió  que  lo  que  Jesús  Itabía  enseñado  y  obrado  por  su 
propia  iniciativa  y  conforme  a  un  plan  premeditado,  se  contenía  princi- 
palmente en  su  predicación  galilaica;  lo  demás,  liasta  el  último  viaje  a 
Jerusalén,  había  sido  más  bien  ocasional.  Al  ministerio  galilaico  se  atuvo, 
por  tanto.  El  orden  fué  el  que  debía  ser.  La  predicación  de  Galilea  había 
sido  una  serie  de  viajes  y  excursiones.  Esta  serie  de  viajes,  ya  de  suyo 
fácil  de  retener,  la  conservaba  Pedro  en  su  tenaz  memoria.  Con  sólo  se- 
guir este  orden  itinerario  se  tenía  el  orden  deseado,  que  era  indirectamen- 
te orden  cronológico. 

Esta  predicación  oral,  iniciada  en  Jerusalén  y  dirigida  a  los  judíos,  al 
ser  trasladada  más  tarde  a  Antioquía  y  a  Roma,  hubo  de  adaptarse  a  la 
mentalidad  de  los  nuevos  oyentes,  griegos  o  latinos.  De  ahí  las  tres  for- 
mas o  variedades  del  Evangelio  oral:  la  jerosolimitana,  la  antioquena,  la 
romana.  De  ellas  procedieron  los  Evangelios  escritos. 


(Ef.  j,  13). 


LOS  EVANGELIOS 


Los  Evangelios  escritos. — Fueron  cuatro  los  admitidos  por  la  Iglesia: 
según  Mateo,  según  Marcos,  según  Lucas  y  según  Juan.  La  diferente  per- 
sonalidad de  los  autores  y  su  relación  respecto  del  Evangelio  oral  deter- 
mina el  carácter  o  rasgos  diferenciales  de  los  cuatro  Evangelios  escritos. 
Para  San  Mateo,  que  era  Apóstol  y  conocía  personalmente  cuanto  Jesús 
había  dicho  y  hecho,  el  Evangelio  oral  fué  simplemente  una  norma  direc- 
tiva, conforme  a  la  cual  él  ordenó  su  propio  Evangelio.  Para  San  Marcos, 
simple  auxiliar  de  Pedro,  la  labor  redaccional  se  redujo  a  poner  por  es- 
crito el  Evangelio  oral  de  Pedro.  Para  San  Lucas  es  su  fuente  de  infor- 
mación, la  principal,  sin  duda,  a  base  de  la  cual  él  ordena  las  múltiples 
y  variadas  informaciones  que  va  recogiendo.  Para  San  Juan  es  algo  pura- 
mente extrínseco ;  algo  que  él  no  quiere  tocar,  si  ya  no  es,  raras  veces, 
para  completarlo,  precisarlo  o  explicarlo. 

El  problema  sinóptico. — El  hecho  de  utilizar  como  fuente  común  el 
Evangelio  oral  establece  entre  los  tres  primeros  evangelistas  notables  afi- 
nidades, en  virtud  de  las  cuales  han  sido  denominados  Sinópticos.  Pero 
la  distinta  manera  de  utilizarlo  da  origen  a  diferencias  no  menos  notables. 
¡•'.I  conjunto  de  estas  afinidades  y  diferencias  constituye  una  concordia 
discordante  o  una  discordia  concordante,  que  constituye  el  problema  si- 
nóptico. Las  soluciones  dadas  a  este  problema  se  reducen  a  tres  tipos 
principales :  la  que  busca  la  solución  en  la  misma  predicación  oral,  la  que 
apela  a  documentos  escritos  interpuestos  y  la  que  combina  ambos  elemen- 
tos de  solución.  La  primera  solución,  si  se  toma  en  cuenta  el  influjo  de 
Bernabé  en  los  Evangelios  escritos,  explica  satisfactoriamente  el  proble- 
ma, así  las  afinidades  como  las  discrepancias  entre  los  Sinópticos. 

Que  explique  las  discrepancias  no  ofrece  gran  dificultad,  supuestos  los 
rasgos  característicos  y  diferenciales  de  los  tres  primeros  Evangelios.  Ni 
es  mucho  mayor  ¡a  dificultad  en  explicar  las  afinidades.  La  principal 
suelen  hallarla  en  las  expresiones,  en  esas  interferencias  verbales,  tan 
irregulares  y  caprichosas,  que  ocurren  en  los  Sinópticos.  Pero  la  que  exis- 
te entre  San  Lucas  y  San  Marcos  se  explica  por  el  común  influjo  de  Ber- 
nabé, cuyo  pariente  y  auxiliar  fué  San  Marcos  y  cuyo  oyente  había  sido 
en  Antioquía  San  Lucas.  Recuérdese  que  Bernabé  fué  quien  trasladó  a 
Antioquía  la  forma  helénica  de  la  predicación  jerosolimitana.  Al  reprodu- 
cir San  Marcos  la  forma  jerosolimitana  trasladada  a  Roma,  no  podía  menos 
de  encontrarse  muchas  veces  con  San  Lucas,  que  reproducía  la  misma 
forma  trasladada  a  Antioquía.  Y  las  coincidencias  verbales  de  la  versión 
griega  de  San  Mateo  con  San  Marcos  y  San  Lucas  son  muy  naturales  si 
se  admite,  como  parece  probable,  que  el  autor  de  esta  versión  es  el  mismo 
Bernabé,  o,  ii  se  quiere,  Silas,  que,  sucesivamente  compañero  y  auxiliar 
de  San  Pablo  y  de  San  Pedro,  al  traducir  a  San  Mateo  empleaba  espontá- 
neamente las  expresiones  mismas  de  la  catcquesis  evangélica  de  los  dos 
grandes  apóstoles,  según  le  venían  a  la  memoria. 

Autenticidad,  integridad,  historicidad.  —  La  autenticidad  de  los 
Evangelios  está  garantida  por  una  prueba  documental,  cual  no  puede  pre- 
sentarla a  su  favor,  ni  remotamente,  ningún  otro  escrito  de  la  antigüedad. 
La  integridad  sustancial,  exenta  de  notables  alteraciones  y  especialmente 
de  interpolaciones,  la  han  puesto  en  evidencia  las  numerosísimas  y  esme- 
radísimas ediciones  que  hace  más  de  cuatro  siglos  vienen  haciéndose  de 
los  Evangelios :  ediciones  hechas  con  los  criterios  más  opuestos  y  rígidos, 
todas,  sin  embargo,  sustanciahncnte  concordes.  No  es  menos  patente  su 
historicidad.  Es  tan  manifiesto  el  tono  de  lealtad  y  sinceridad  con  que 
liablan  los  evangelistas,  y  se  muestran  tan  bien  informados  en  aquello  que 


LOS  EVANGELIOS 


narran,  que  es  imposible  no  darles  entera  fe.  Además,  la  conformidad  de 
unos  con  otros  y  la  exactitud  reconocida  de  lodo  cnanto  ha  podido  com- 
probarse por  otras  fuentes,  corroboran  su  testimonio.  Y  esto  que  todos 
generalmente  admiten  cuando  se  trata  de  hechos  puramente  naturales , 
rale  igualmente  cuando  se  trata  de  los  milagros.  Recusar  entonces  el  tes- 
timonio de  los  evangelistas  no  nace  de  principios  de  crítica  histórica,  sino 
de  puros  prejuicios  pseudofilosóficos,  que  lógicamente  llevan  al  más  cru- 
do ateísmo. 

Lengua  y  cronología. — A  excepción  de  San  Mateo,  que  escribió  en  ara- 
meo,  los  demás  evangelistas  escribieron  en  griego.  En  cuanto  al  tiempo 
de  su  composición,  es  enteramente  cierto  que  los  tres  primeros  Evangelios 
se  escribieron  antes  del  año  63,  y  el  cuarto,  a  fines  del  siglo  I.  Mayores 
precisiones  no  pasan  de  ser  probables.  Es  posible  que  San  Mateo  escri- 
biese su  Evangelio  hacia  el  año  50,  San  Marcos  hacia  el  año  55,  San  Lu- 
cas hacia  el  año  60,  San  Juan  hacia  los  anos  95-/00.  La  versión  griega  de 
San  Mateo,  única  que  se  conserva,  debió  de  hacerse  entre  los  años  60  y  jo. 

Comparación  de  los  cuatro  evangelistas. — Es  interesante  comparar  los 
rasgos  comunes  y  los  diferenciales  de  cada  evangelista. 

Ninguno  de  ellos  hace  literatura  o  escribe  como  literato;  pero  todos, 
si  no  es  Marcos,  hacen  obra  literaria,  tanto  más  apreciablc  cuanto  menos 
resabiada  de  retórica  académica.  Ninguno  de  ellos  escribe  historia  con 
preocupaciones  de  arte  o  de  ciencia;  pero  lodos  han  escrito  verdadera 
historia,  narración  verídica  y  fidedigna  de  hechos  reales. 

Desde  el  punto  de  vista  propiamente  literario,  la  obra  de  Marcos  per- 
tenece a  la  literatura  oral  o  hablada;  la  de  los  demás,  a  la  literatura  es- 
crita. La  de  Marcos  podría  calificarse  de  infraliteraria ;  la  de  los  otros 
tres,  de  literaria,  si  no  se  prefiere  calificarla,  a  lo  menos  la  de  Juan,  de 
sitpraüteraria. 

Desde  el  punto  de  vista  histórico,  la  obra  de  Marcos  pertenece  a  la 
historia  popular;  la  de  Mateo,  a  la  historia  erudita  semítica;  la  de  Lucas, 
a  la  historia  erudita  helénica;  la  de  Juan,  a  la  historia  filosófica  o  tras- 
cendental. 

El  rasgo  distintivo  de  Marcos  es  la  viveza  fresca  y  espontánea ;  el  de 
Mateo,  la  coherencia  y  precisión  algo  esquemática;  el  de  Lucas,  la  deli- 
cadeza y  suavidad  penetrante ;  el  de  Juan,  la  elevación  y  luminosidad. 

Sobrepuestas  las  cuatro  narraciones,  Mateo  da  la  línea,  Marcos  el  co- 
lorido, Lucas  los  matices,  Juan  la  luz. 

Marcos  suministra  el  elemento  humano,  Mateo  el  elemento  judaico, 
laicas  el  elemento  helénico,  Juan  el  elemento  divino. 

De  ahí  resulta  la  imagen  tínica  en  la  historia:  la  del  judío,  que  supera 
el  judaismo;  la  del  hombre,  que  supera  la  humanidad:  la  del  Hombre- 
Dios,  Jesús  de  Nazaret,  el  héroe  y  protagonista  de  la  cuádruple  narración, 
que  forma  los  cuatro  libros  del  único  Evangelio,  que  es  el  Evangelio  de 
Nuestro  Señor  Jesu-Cristo,  el  libro  más  hermoso  que  jamás  se  ha  escrito. 


INTRODUCCION 
AL    EVANGELIO    DE    SAN  MATEO 


l  autor  y  su  om.K.— Además  de  su  doble  nombre  de  Mateo  y  Lcví, 


dos  datos  interesan  especialmente :  su  apostolado  y  su  anterior  ofi- 


ció  de  publicano.  De  ahí  el  doble  sello  personal  que  imprimió  a  su 
obra.  Como  apóstol  podía  conocer  el  material  evangélico  tan  bien  como 
Pedro  o  poco  menos.  Consiguientemente,  primero  en  su  Evangelio  oral  y 
luego  en  su  Evangelio  escrito,  pudo  proceder  con  una  libertad  y  seguridad 
que  no  tenían  ni  Marcos  ni  Lucas.  Si  Mateo,  por  prudencia  y  por  humil- 
dad, mantuvo  en  sus  líneas  generales  el  plan  prefijado  por  San  Pedro,  en 
la  ejecución  pudo  añadirle  lo  que  en  cada  caso  juzgase  conveniente,  sa- 
cado del  tesoro  riquísimo  de  su  experiencia  y  de  su  memoria.  Pero  ade- 
más, por  sus  hábitos  anteriores,  era  entre  los  apóstoles  el  hombre  indicado 
para  redactar  por  escrito  el  Evangelio  oral.  Mientras  que  los  principales 
apóstoles,  Pedro,  Juan,  Santiago,  Andrés,  habíati  sido  hombres  de  redes 
y  de  anzuelos,  San  Mateo  había  sido  hombre  de  pluma.  Y  el  ejercicio  de 
la  pluma  en  una  oficina  de  aduanas  había  creado  en  él  el  espíritu  de  or- 
den, claridad  y  precisión  esquemática.  Y  éstas  son  precisamente  las  ca- 
racterísticas de  su  Evangelio.  Si  a  esto  se  añaden  aquellas  composiciones 
suyas,  históricas  o  doctrinales,  y  sobre  todo  aquella  grandiosa  visión  ecle- 
siológica,  se  comprenderá  el  grande  aprecio  que  la  antigüedad  cristiana 
hizo  de  la  obra  del  apóstol  y  evangelista. 

Destinatarios  y  objeto.— Los  destinatarios  del  primer  Evangelio  fue- 
ron los  judíos  de  Palestina.  En  su  Evangelio  escrito,  lo  mismo  que  en  su 
Evangelio  oral,  San  Mateo  se  dirige  a  los  judíos  creyentes,  esto  es,  a  los 
que,  previamente  convencidos  de  la  mesianidad  de  Jesús  por  el  hecho  de 
la  resurrección,  habían  abrazado  la  fe  cristiana;  mas  no  por  esto  pierde 
de  vista  a  los  judíos  incrédulos,  con  el  fin  de  prevenir  contra  ellos  y  sus 
falacias  a  los  creyentes. 

La  tesis  fundamental  del  primer  Evangelio,  la  mesianidad  y  divinidad 
de  Jesús  de  Nazaret,  es  sustancialmente  la  misma  que  la  de  los  otros 
evangelistas.  Tres  rasgos,  empero,  caracterizan  peculiarmente  a  San  Ma- 
teo: las  frecuentes  citas  del  Antiguo  Testamento,  la  extensión  y  prepon- 
derancia dada  a  los  discursos  de  Jesús  y  la  mención  explícita  de  la  Iglesia 
y  del  primado  de  Pedro.  Con  estos  elementos  se  precisa  y  concreta  mara- 
villosamente la  divina  mesiatiidad  de  Jesús,  cuyo  reino  es  el  reino  de  los 
cielos,  que  es  la  Iglesia. 


SAN  MATEO 


Orden  del  primer  Evangelio. — San  Mateo  no  siempre  mantiene  el  or- 
den cronológico.  Dónde  se  hallan  estas  inversiones  aparece  fácilmente 
comparándole  con  San  Marcos  y  San  Lucas.  Mientras  en  los  capítu- 
los 14-18  coincide  con  los  paralelos  de  los  otros  dos  sinópticos,  en  cambio, 
en  los  precedentes  capítulos  5-13  discrepa  de  ellos.  En  estos  nueve  ca- 
pítulos, por  tanto,  hay  que  buscar  las  inversiones  cronológicas. 

Para  hacerse  cargo  de  lo  que  representan  estas  inversiones,  conviene 
analizar  el  contenido  de  esta  parte  sistemática  de  San  Mateo.  Comprende 
estas  siete  secciones: 


A  (5-7)  Sermón  del  monte. 

B  (8-g)  Serie  de  milagros. 

C  (10)  Instrucciones  misionales. 

D  (11)  Actitud  reprobable  de  los  judíos. 

B  (12,  1-21)  Choque  con  los  fariseos. 

F  (12,  22-50)  Calumnias  farisaicas. 

G  ( 13)  Parábolas  del  reino  de  los  cielos 


Las  secciones  A  D  F  G  proceden  rectilíneamente ;  las  transposiciones 
sólo  se  hallan  en  las  secciones  B  C  E.  La  más  llamativa  es  la  sección  B, 
recopilación  de  hechos  en  gran  parte  ocasionales.  La  sección  C,  que  debía 
seguir  a  G,  es  una  anticipación.  La  sección  E,  que  debía  preceder  a  A,  es 
un  retraso  motivado  por  la  afinidad  con  F.  A  esto  se  reducen  las  inver- 
siones de  San  Mateo:  a  una  recopilación  de  hechos  dispersos  (B),  una  an- 
ticipación (C)  y  un  ligero  retraso  (E). 

Plan.—  El  primer  Evangelio  se  divide  en  tres  partes  desiguales:  1)  la 
infancia  ;  2)  la  vida  ipública  ;  3)  la  consumación.  Dentro  de  la  vida  pú- 
blica pueden  distinguirse  estos  cinco  períodos : 

1)  Período  de  preparación :  investidura  del  Mesías  (3-4). 

2)  En  Galilea:  el  Mesías  mal  acogido  (5-13). 

3)  Al  N.  y  al  E.  de  Galilea:  la  Iglesia  en  perspectiva  (14-18). 

4)  Camino  de  Jerusalén  (ig-20). 

5)  En  Jerusalén:  entrada  triunfal  del  Mesías  (21-25). 


-S- 


1  1-13 


SAN  MATEO 


1  1-13 


EVANGELIO  DE  SAN  MATEO 


Genealogía  de  Cristo,  i,  1-17  (  =  Lc.  3,  23-38) 


"i    1  Libro  de  la  generación  de  Jesu-Cristo, 

hijo  de  David,  hijo  de  Abraham. 
2  Abraham  engendró  a  Isaac, 
Isaac  engendró  a  Jacob, 
Jacob  engendró  a  Judá  y  a  sus  hermanos, 

*  Judá  engendró  a  Farés  y  a  Zará  de  Tamar, 
Farés  engendró  a  Esrom, 

Esrom  engendró  a  Aram, 

'  Aram  engendró  a  Aminadab, 

Aminadab  engendró  a  Naasón, 

Naasón  engendró  a  Salmón, 

6  Salmón  engendró  a  Booz  de  Rahab, 

Booz  engendró  a  Jobed  de  Rut, 

Jobed  engendró  a  Jesé, 

*  Jesé  engendró  a  David  el  rey. 

David  engendró  a  Salomón  de  la  que  fué  mujer  de  Urías, 

*  Salomón  engendró  a  Roboam, 
Roboam  engendró  a  Abías, 
Abías  engendró  a  Asá, 

*  Asá  engendró  a  Josafat, 
Josafat  engendró  a  Joram, 
Joram  engendró  a  Ozías, 
"Ozías  engendró  a  Joatam, 
Joatam  engendró  a  Acaz, 
Acaz  engendró  a  Ezequías, 

10  Ezequías  engendró  a  Manasés, 

Manasés  engendró  a  Amón, 

Amón  engendró  a  Josías, 

u  Josías  engendró  a  Joaquim, 

Joaquim  engendró  a  Jeconías  y  sus  hermanos 

al  tiempo  de  la  deportación  a  Babilonia. 

Después  de  la  deportación  a  Babilonia, 
Jeconías  engendró  a  Salatiel, 
Salatiel  engendró  a  Zorobabel, 
13  Zorobabel  engendró  a  Abiud,. 


-J  1  Libro  de  la  generación  es  lo  mismo  que  tabla  genealógica.  Su  objeto  es  demos- 
-*-  trar  la  transmisión  de  la  realeza  mesiánica  desde  Abrahñn  y  David  hasta  Jesu- 
cristo. 

2  Engendró  :  110  consta  con  certeza  que  el  verbo  «engendrarn  tenga  en  toda  la 
lista  genealógica  el  sentido  de  generación  natural  e  inmediata. 

u  A  Joaquim  :  esta  adición,  mencionada  por  San  Ireneo  y  San  Jerónimo  y  conser- 
vada por  varios  códices  importantes,  parece  exigida  por  el  contexto. 


1  14-20 


SAN  MATEO 


1  21-22 


Abiud  engendró  a  Eliacim, 

Eliacim  engendró  a  Azor, 

"  Azor  engendró  a  Sadoc, 

Sadoc  engendró  a  Aquim, 

Aquim  engendró  a  Eliud, 

15  Eliud  engendró  a  Eleazar 

Eleazar  engendró  a  Matan, 

Matán  engendró  a  Jacob, 

10  Jacob  engendró  a  José,  el  esposo  de  María, 

de  la  cual  nació  Jesús,  que  es  llamado  Cristo. 

"  Todas  las  generaciones,  pues,  desde  Abraham  hasta  David, 
son  catorce  generaciones  ; 

y  desde  David  hasta  la  deportación  a  Babilonia, 
catorce  generaciones  ; 

y  desde  la  deportación  a  Babilonia  hasta  Cristo, 
catorce  generaciones. 


Zozobras  de  San  José  sosegadas. 
i,  18-25 


a  La  generación  de  Cristo  fué  así. 
Desposada  su  madre  María  con  José, 
antes  de  que  cohabitasen  se  halló 
que  había  concebido,  [lo  cual  fué] 
por  obra  del  Espíritu  Santo.  19  José, 
su  marido,  como  fuese  justo  y  no 
quisiese  infamarla ,  resolvió  repu- 
diarla secretamente.  20  Estando  él  en 


estos  pensamientos,  de  pronto  un  án- 
gel del  Señor  se  le  apareció  en  sue- 
ños y  le  dijo  :  «José,  hijo  de  David, 
no  temas  recibir  en  tu  casa  a  María, 
tu  mujer,  pues  lo  que  se  engendró 
en  ella  es  del  Espíritu  Santo.  21  Da- 
rá a  luz  un  hijo,  y  le  pondrás  por 
nombre  Jesús,  porque  El  salvará  a 
su  pueblo  de  sus  pecados.»  23  Todo 
esto  ha  acaecido  a  fin  de  que  se 
cumpliese  lo  que  dijo  el  Señor  por 
el  profeta  que  dice  (Is.  7,  14)  : 


18  La  estructura  de  este  versículo,  cuya  lección  es  enteramente  segura,  es  diferente 
de  la  de  los  versículos  anteriores.  José,  por  tanto,  no  fué  padre  natural  de  Jesús.  Lo 
fué,  con  todo,  legal  o  jurídicamente.  El  matrimonio  de  José  con  María,  si  bien  con- 
traído, por  la  libre  voluntad  de  ambos  esposos,  con  la  condición  de  no  consumarse, 
fué,  con  todo,  verdadero  matrimonio.  En  virtud  de  él  podía  José  transmitir  a  Jesús 
los  derechos  dinásticos  recibidos  de  los  patriarcas  sus  progenitores.  Y  tal  es  la  mente 
del  evangelista. 

a  CATORCE  generaciones  :  esta  observación  es  un  indicio  del  carácter  sistemático 
o  artificioso  de  la  tabla  genealógica. 

'*  La  generación  de  Cristo  :  explica  el  evangelista  el  misterio  de  la  concepción  vir- 
ginal de  Jesús.  San  Mateo  y  San  Lucas,  literariamente  independientes,  coinciden  en 
la  declaración  del  gran  misterio. 

19  Su  marido  :  en  virtud  de  los  esponsales,  el  esposo  judío,  en  posesión  ya  de  todos 
los  derechos  conyugales,  podía  llamarse  marido  de  la  esposa.  ||  Como...  no  quisiese 
infamarla  :  tal  fué  la  base  de  las  deliberaciones  de  José  :  no  comprometer  la  honra 
de  su  esposa.  En  consecuencia,  resolvió  repudiarla  secretamente  :  José,  sin  sospechar 
de  la  inocencia  de  María,  que  le  era  bien  conocida,  quiso  desentenderse  de  un  negocio 
que  no  entendía,  dejándolo  todo  en  manos  de  la  divina  Providencia.  No  menos  que 
la  prudencia  y  moderación  de  José  es  de  maravillar  el  humilde  silencio  de  María, 
que  con  una  sola  palabra  hubiera  podido  disipar  aquella  tormenta.  Pero  creyó  que 
no  era  ella,  sino  Dios,  quien  había  de  revelar  el  misterio.  Y  Dios  no  faltó. 

20  Recibir  en  tu  casa:  es  lo  mismo  que  celebrar  la  solemnidad  de  las  bodas.  ||  Es 
DEL  Espíritu  Santo  :  la  maternidad  de  María  fué  virginal,  sin  intervención  de  varón, 
y  sobrenaturaliuente  divina,  efecto  de  una  acción  del  Espíritu  Santo,  que  fuera" de 
todas  las  leyes  naturales  dió  por  sí  mismo  fecundidad  al  seno  virginal.  Como  miste- 
rioso complemento  de  la  paternidad  de  Dios  Padre,  como  íntima  cooperación  con  el 
Espíritu  Santo,  como,  principio  de  la  vida  humana  del  Hijo  de  Dios,  la  divina  ma- 
ternidad es  un  triple  contacto  con  la  divinidad,  que  consagra  y  santifica  a  María. 

21  Ha  de  salvar  a  su  pueblo  de  sus  pecados  :  estas  palabras  son  una  declaración 
de  la  significación  del  nombre  de  Jesús,  en  hebreo  Yehoshuah  (=Yahvé  salva  o  Sa- 
lud de  Yalivc).  Con  ellas  declara  el  ángel  el  carácter  sotcriológico  de  la  encarnación 
y  la  espiritualidad  de  la  obra  mesiánica,  tan  ajena  a  las  fantasías  terrenas  y  nacio- 
nalistas de  los  judíos. 

M  A  fin  de  que  se  cumpliese  :  declara  el  evangelista  que  con  la  generación  virginal 
de  María  se  cumplió  la  célebre  profecía  de  Isaías.  Tal  declaración  del  hagiógrafo  di- 

—  10  — 


1  23-2  1 


SAN  MATEO 


13  He  aquí  que  una  virgen  concebirá  y  parirá  un  hijo, 
y  llamarán  su  nombre  Emmanuel, 


que  traducido  quiere  decir  Dios  con 
nosotros.  M  Despertado  José  del  sue- 
ño, hizo  como  le  ordenó  el  ángel  del 
Señor,  y  recibió  consigo  a  su  mu- 
jer ;  *  ía  cual,  sin  que  él  antes  la 
conociese,  dio  a  luz  un  hijo,  y  él  le 
puso  por  nombre  Jesús. 


dos  de  las  regiones  orientales  llega- 
ron a  Jerusalén,  2  diciendo  : 

— ¿  Dónde  está  el  rey  de  los  judíos 
que  nació?  Pues  vimos  su  estrella  en 
el  oriente,  y  vinimos  a  adorarle. 

3  Oído  esto,  el  rey  Herodes  se  tur- 
bó y  toda  Jerusalén  con  él.  4  Y  con- 
vocados todos  los  jefes  de  los  sacer- 
dotes y  los  escribas  del  pueblo,  se 
informó  de  ellos  sobre  dónde  había 
de  nacer  el  Mesías.  5  Y  ellos  le  di- 
jeron : 

— En  Belén  de  la  Judea,  pues  asi 
está  escrito  por  el  profeta  (Miq.  5, 


Adoración  de  ¡os  Magos.  2,  1-12 

21  Nacido  Jesús  en   Belén  de  la 
Judea  en  los  días  de  Herodes  el 
rey,  he  aquí  que  unos  Magos  veni- 

'  Y  tú,  Belén,  tierra  de  Judá, 

de  ningún  modo  eres  la  menor  entre  los  príncipes  de  Judá  ; 

porque  de  ti  saldrá  un  jefe, 

que  pastoreará  a  mi  pueblo  Israel. 

'  Entonces  Herodes,  habiendo  lia-  I  del  tiempo  en  que  había  aparecido  la 
mado  secretamente  a  los  magos,  se  estrella.;  "  y  enviándolos  a  Belén,  di- 
informó exactamente  de  ellos  acerca  I  jo  : 


yutamente  inspirado  es  una  garantía  divina  sobre  el  carácter  mesiánico  del  vaticinio. 
Lo  que  afirma  el  hagiógrafo  lo  afirma  Dios. 
n  '  Herodes  :  Herodes  I,  llamado  el  Grande,  padre  de  Herodes  Antipas,  que  luego  se 
"  menciona  en  la  vida  pública  de  Jesús.  ||  Mago.  En  el  antiguo  Irán,  país  origina- 
rio de  los  magos,  la  palabra  «mago»  significaba  «partícipe  del  don».  Este  «don»  era 
la  doctrina  religiosa  recibida  de  su  maestro  Zoroastro.  En  esta  doctrina  resaltaba  el 
anuncio  de  tres  «auxiliadores»,  el  último  de  los  cuales  ofrecía  notables  puntos  de 
semejanza  con  el  Mesías  de  los  judíos.  Al  entrar  en  contacto  con  los  judíos  en  tiem- 
po de  Ciro,  pudieron  los  magos  recibir  de  ellos  algún  influjo  que  modificara  sus  pri- 
mitivas doctrinas.  Con  esto  estaban  preparados  para  entender,  con  la  luz  de  la  divina 
ilustración,  la  significación  religiosa  del  Rey  de  los  judíos,  cuyo  nacimiento  iba  a 
anunciar  una  estrella.  Sobre  las  regiones  orientales  de  donde  vinieron  los  magos, 
dos  son  las  opiniones  más  acreditadas.  Según  unos,  los  magos  vienen  de  la  Arabia  ; 
según  otros,  de  Persia.  La  autoridad  de  los  Padres  más  antiguos  y  la  tradición  ico- 
nográfica, además  de  otras  razones,  dan  mayor  probabilidad  a  la  segunda  opinión. 
A  los  datos  históricos  se  fueron  acumulando  con  el  tiempo  otros  legendarios.  A  partir 
del  siglo  VI  se  creyó  que  los  magos  eran  reyes,  llamados  Melchor,  Gaspar  y  Balta- 
sar. El  dato  no  evangélico  más  verosímil  es  que  los  magos  fueron  tres. 

2  El  Rey  de  los  judíos  era  para  los  magos  no  un  rey  vulgar,  sino  el  Mesías, 
entonces  umversalmente  esperado.  ||  Su  estrella:  parece  haber  sido  un  meteoro 
luminoso  extraordinario.  La  frase  vimos  su  estrella  en  el  oriente  significa  «vimos 
los  habitantes  de  las  tierras  orientales  brillar  su  estrella  en  el  cielo  de  aquellas 
regiones». 

3  Herodes  se  turbó  :  no  es  de  maravillar  que  el  intruso  se  turbara  a  la  noticia 
de  haber  nacido  un  peligroso  competidor  de  su  dinastía,  no  muy  segura  en  el  trono 
de  Israel.  Creyera  o  no  en  las  profecías  mesiánicas,  se  propuso  dar  disimuladamente 
un  golpe  certero  que  acabase  de  una  vez  con  aquel  competidor,  real  o  imaginario. 
Deseoso  de  conocer  exactamente  el  lugar  en  que  pudiera  haber  nacido,  convocó  a  los 
que  mejor  podían  saberlo,  los  sacerdotes  y  los  escribas. 

e  En  Belén  :  reconocen  los  mismos  judíos  el  carácter  mesiánico  de  la  profecía  de 
Miqueas. 

•  Entre  el  texto  evangélico  de  ningún  modo  eres  la  menor  y  el  texto  hebreo,  que 
llama  a  Belén  pequeña,  se  ha  operado  un  cambio,  debido  probablemente  a  los  mis- 
mos escribas  o  a  sus  maestros.  Sin  intención  de  corregir  al  profeta  o  de  enmendar 
el  texto,  se  quiso  poner  de  relieve  la  grandeza  moral  de  Belén  (implícita  en  el  texto 
original)  por  ser  la  cuna  del  Mesías. 

T  Se  informó  de  ellos  exactamente  :  dato  interesante  para  establecer  la  cronología 
del  nacimiento  de  Jesús,  que  fué  entre  los  años  747  y»749  de  Roma,  probablemente 


2  9-13 


SAN  MATEO 


2  14-18 


— Id  y  tomad  exacta  información 
acerca  del  niño  ;  y  cuando  le  hubie- 
reis hallado,  dadme  aviso,  para  que 
yo  también  vaya  y  le  adore. 

°  Ellos,  oído  lo  que  les  dijo  el  rey, 
se  pusieron  en  camino  ;  y  de  pronto 
la  estrella  que  vieron  en  el  oriente, 
iba  delante  de  ellos,  hasta  que  lle- 
gando adonde  estaba  el  niño  se  paró 
encima.  10  En  viendo  la  estrella,  ellos 
se  alegraron  con  trozo  sobremane- 
ra grande.  "  Y  entrando  en  la  casa, 
vieron  al  niño  con  María,  su  madre  ; 
y  postrándose  en  tierra  le  adoraron, 
y  abriendo  sus  tesoros  le  ofrecieron 
presentes,  oro,  incienso  y  mirra.  12  Y 
avisados  por  Dios  en  sueños  que  no 
volviesen  a  Herodes,  por  otro  cami- 
no se  tornaron  a  su  tierra. 


Huida  a  Egipto.  2,  13-15 

13  Así  que  se  partieron,  he  aquí  que 
un  ángel  del  Señor  se  aparece  en 
sueños  a  José,  diciéndole  :  «Leván- 


tate, toma  contigo  al  niño  y  a  su 
madre  y  huye  a  Egipto,  y  estáte  allí 
hasta  que  yo  te  diga,  porque  Hero- 
des va  a  buscar  al  niño  para  acabar 
con  él.»  14  El,  levantándose,  tomó 
consigo  al  niño  y  a  su  madre,  de  no- 
che, y  se  refugió  en  Egipto  ;  15  y  es- 
tuvo allí  hasta  la  muerte  de  Hero- 
des, para  que  se  cumpliese  lo  dicho 
por  el  Señor  por  boca  del  profeta 
(Os.  11,  1)  :  «De  Egipto  llamé  a  mi 
hijo.» 


Matanza  de  los  Inocentes.  2,  16-18 


"  Entonces  Herodes,  viéndose  bur- 
lado por  los  magos,  se  enfureció  en 
extremo,  y  mandó  matar  a  todos  los 
niños  que  había  en  Belén  y  en  to- 
dos sus  contornos  de  dos  años  para 
abajo,  según  el  tiempo  exacto  que 
había  averiguado  de  los  magos.  "En- 
tonces se  cumplió  lo  dicho  por  boca 
del  profeta  Jeremías  (13,  15)  : 


18  Una  voz  se  oyó  en  Ramá, 

llanto  y  gran  lamentación  : 

era  Raquel  que  lloraba  sus  hijos, 

v  no  quería  ser  consolada,  pues  ya  no  existen 


el  748,  unos  seis  años  antes  de  la  era  vulgar.  En  todo  este  hecho  brilla  esplendorosa 
la  gran  verdad  consignada  por  San  Pablo  (Rom.  8,  28),  que  «Dios  coordina  toda  su 
acción  al  bien  de  los  que  le  aman». 

"La  estrella...  iba  delante...  se  paró:  semejantes  expresiones  difícilmente  se  ex- 
plican sino  en  la  hipótesis  de  que  la  estrella  era  un  meteoro  luminoso  que  se  mo- 
viera a  poca  distancia  de  la  tierra. 

11  En  la  casa  :  es  verosímil  que,  una  vez  pasada  la  afluencia  de  gente,  motivada 
por  el  censo,  buscase  y  hallase  José  una  casa  de  Belén,  adonde  se  trasladaría,  de- 
jada la  cueva  en  que  había  nacido  Jesús.  ||  Oro,  incienso  y  mirra  :  es  común  atribuir 
a  estos  dones  significación  simbólica  :  el  oro  simboliza  la  realeza  de  Jesús  ;  el  in- 
cienso, su  divinidad  ;  la  mirra,  su  mortalidad. 

12  En  sueños  :  durante  el  sueño  Dios  les  habló  de  manera  que  ellos  entendieron 
ser  Dios  quien  les  hablaba.  ||  Por  otro  camino:  entrando  en  el  desierto  que  se 
extiende  al  E.  de  Belén,  en  pocas  horas  pudieron  llegar  al  mar  Muerto  y  al  Jordán  ; 
y  desde  allí  se  tornaron  a  su  tierra. 

u  Luego  que  ellos  se  hubieron  partido  :  los  acontecimientos  se  desarrollan  rApl- 
damente.  ||  Huye  :  esta  partida  fué  una  fuga.  Comienza  a  cumplirse  la  profecía  de 
Simeón.  |¡  Egipto  era  el  ordinario  refugio  de  todos  los  desterrados  de  Israel.  La 
numerosa  colonia  de  judíos  allí  residentes  podía  prometer  buena  acogida.  En  todo 
este  hecho  es  admirable  la  fe  y  la  obediencia  de  José  :  el  hombre  de  la  fidelidad  más 
abnegada,  del  trabajo  oscuro  y  callado  :  digno  consorte  de  la  Madre  de  Dios. 

u  Se  refugió  en  Egipto  :  no  es  muy  antigua  ni  muy  segura  la  tradición  que-  se- 
ñala a  Matarieh,  no  lejos  de  El  Cairo,  como  refugio  de  la  Sagrada  Familia. 

15  La  muerte  de  Herodes  ocurrió  por  marzo  o  abril  del  año  750  de  Roma,  cuatro 
ñutes  de  la  era  cristiana.  Como,  por  otros  indicios,  la  muerte  del  tirano  siguió  de 
cerca  a  la  matanza  de  los  Inocentes,  no  hubo  de  ser  muy  larga  la  permanencia  de 
la  Sagrada  Familia  en  Egipto. 

16  Todos  los  niños...  :  difícilmente  pasarían  de  medio  centenar  los  niños  menores 
de  dos  años  que  habría  entonces  en  Belén  y  en  todos  sus  contornos.  Pero  ¡ironías 
de  la  divina  Providencia!  El  único  niño  que  el  tirano  intentaba  matar  es  el  único 
que  escapa  a  la  matanza. 

v-a  En  Rama,  a  ocho  kilómetros  al  N.  de  Jerusalén,  se  reunieron  los  judíos  (de 
las  dos  tribus  de  Judá  y  de  Benjamín)  que  debían  ser  deportados  a  Babilonia.  A  la 


2  19-23 


SAN  MATEO 


31-6 


Vuelta  a  Nazaret.  2,  19-23 


"  En  habiendo  muerto  Herodes,  he 
aquí  que  un  ángel  del  Señor  se  apa- 
rece en  sueños  a  José  en  Egipto, 
"y  le  dice  :  «Levántate,  y  toma  al 
niño  v  a  su  madre,  v  marcha  a  tie- 
rra de  Israel,  porque  han  muerto  ya 
los  que  atentaban  la  vida  del  niño.» 
11  El,  levantándose,  tomó  al  niño  y 
a  su  madre,  y  entró  en  tierra  de  Is- 
rael. P  Mas  habiendo  oído  que  reina- 
ba Arquelao  en  Judea  en  lugar  de 
Herodes,  su  padre,  temió  ir_  allá  ; 
pero,  avisado  por  Dios  en  sueños,  se 
retiró  a  la  región  de  Galilea  ;  a  y 


llegado  allá,  se  estableció  en  una  ciu- 
dad llamada  Nazaret,  para  que  se 
cumpliese  lo  dicho  por  los  profetas, 
que  se  llamaría  Nazareo. 


Juan  Bautista  en  el  Jordán.  3,  1-6 
(=Mc.  1,  2-6  =Lc.  3)  3-6) 

3'  Por  aquellos  días  se  presenta 
Juan  el  Bautista  predicando  en 
el  desierto  de  la  Judea,  2  diciendo  : 
«Arrepentios,  pues  está  cerca  el  rei- 
no de  los  cielos.»  3  Pues  éste  es 
el  anunciado  por  el  profeta  Isaías, 
cuando  dice  (40,  3)  : 


Voz  de  uno  que  clama  en  el  desierto  : 
Aparejad  el  camino  del  Señor, 
enderezad  sus  sendas. 


1  Y  él,  Juan,  tenía  su  vestido  he- 
cho de  pelos  de  camello  y  un  ceñi- 
dor de  cuero  alrededor  de  sus  lo- 
mos ;  y  su  mantenimiento  era  lan- 
gostas y  miel  silvestre.  6  Entonces 


salían  a  él  Jerusalén  y  toda  la  Judea 
y  toda  la  comarca  del  Jordán,  8  y 
eran  por  él  bautizados  en  el  río  Jor- 
dán, confesando  sus  pecados'. 


vista  de  tan  triste  espectáculo,  Jeremías  introduce  a  Raquel,  la  madre  de  Benjamín, 
cuyos  lamentos  se  oyen  en  Ramá.  Además,  el  sepulcro  de  Raquel,  según  una  anti- 
quísima tradición,  estaba  cerca  de  Belén.  Con  esto  se  hace  poéticamente  verosímil  la 
nueva  intervención  de  Raquel,  que,  conmovida  en  su  sepulcro,  se  hace  eco  del  llanto 
de  otras  madres  que  lloran  la  muerte  de  sus  hijos,  pues  ya  no  existen. 

19  En  habiendo  .muerto  Herodes,  he  aquí  que...  :  el  sentido  natural  de  la  frase 
indica  que  la  orden  de  repatriación  siguió  inmediatamente  a  la  muerte  del  tirano. 

20  Han  muerto  :  hablando  de  sólo  Herodes,  emplea  el  ángel  el  plural  llamado  de 
categoría. 

22  Arquelao  reinaba  :  durante  los  primeros  meses  de  su  gobierno,  Arquelao,  hijo 
de  Herodes,  tomó  el  título  de  rey,  que  poco  después  Augusto  le  obligó  a  trocar  por 
el  más  modesto  de  etnarca. 

23  Por  los  profetas  :  el  empleo  del  plural  indica  que  San  Mateo  no  cita  algún 
profeta  determinado,  sino  más  bien  el  contenido  genérico  de  algunas  profecía»  me- 
cánicas. ||  Nazareo  :  expresión  algo  enigmática,  cuya  interpretación  más  fundada 
parece  debe  buscarse  en  el  doble  hecho  del  descrédito  de  Nazaret  y  de  la  denomina- 
ción de  Xazarco  o  Nazareno,  con  que  era  apellidado  Jesús.  Las  glorias  del  nombre 
de  Jesús  parecían  quedar  eclipsadas  con  el  desprestigiado  sobrenombre  de  Nazareno. 
La  cruz  aun  en  el  nombre. 

O  Antes  de  presentar  al  Mesías,  el  evangelista  presenta  a  su  Precursor  :  su  per- 
sosa  y  acción,  su  predicación,  su  primer  encuentro  con  Jesús  en  el  bautismo. 

1-6  Contiene  esta  sección  :  11  la  presentación  de  Juan  ;  2)  el  tema  de  su  predica- 
ción ¡  3)  el  objeto  de  su  misión  ;  4)  la  austeridad  de  su  vida ;  5)  el  concurso  de 
Eente  ;  6)  el  resultado  de  su  ministerio 

*  El  desierto  de  la  Judea  :  parece  ser  el  valle  del  Jordán  hacia  el  S.  de  Jericó. 

2  Dos  puntos  principales  comprendía  la  predicación  del  Bautista  :  el  arrepenti- 
miento y  el  anuncio  del  reino  de  Dios.  ||  El  reino  de  los  cielos:  expresión  carac- 
terística de  San  Mateo,  en  vez  de  la  común  reino  de  Dios.  Con  ella  se  designa  el 
origen  y  carácter  celeste  de  este  reino,  contrapuesto  al  reino  terreno  fantaseado  por 
los  judíos  de  entonces. 

'  Representa  Isaías  al  Precursor  bajo  la  imagen  de  un  heraldo  enviudo  a  preparar 
en  el  desierto  los  caminos  de  un  gran  rey  que  va  a  venir.  Esta  preparación  no  era 
otra  cosa  que  las  disposiciones  morales  con  que  Israel  había  de  recibir  a  su  esperad" 
Mesías. 

4  Ceñidor  de  cuero:  con  él  se  ceñía  la  túnica.  ||  Langostas  de  tierra:  aun  hoy 
día  las  comen  los  beduinos.  ||  Miel  silvestre:  sustancia  dulzona  segregada  por  al- 
gunos árboles  y  arbustos,  como  los  tamarindos. 

"  Confesando  sus  pecados;  algunos,  por  lo  menos,  que  más  agravasen  la  conciencia. 


3  7-12 


SAN  MATEO 


3  13-16 


Predicación  del  Bautista.  3,  7-12 
(  =  Mc.  r,  6-8  =Lc.  3,  7-18) 

'  Y  viendo  a  muchos  de  los  fari- 
seos y  saduceos  que  venían  a  su  bau- 
tismo, les  dijo  :  «Engendros  de  ví- 
boras, ¿  quién  os  mostró  el  modo  de 
huir  de  la  ira  inminente  ?  8  Haced, 
pues,  fruto  digno  que  sea  la  peni- 
tencia. 8  Y  no  se  os  ocurra  decir  den- 
tro de  vosotros  :  Padre  nuestro  es 
Abrahán.  Porque  os  digo  que  pode- 
roso es  Dios  para  hacer  surgir  de 
estas  piedras  hijos  a  Abrahán.  10  Y  ya 
el  hacha  está  puesta  a  la  raíz  de  los 
árboles.  Todo  árbol,  pues,  que  no  lle- 
ve fruto  bueno  es  cortado  y  echado 
al  fuego.  11  Yo  os  bautizo  en  agua 
para  penitencia  ;  mas  el  que  viene 
tras  de  mí  es  más  fuerte  que  yo,  cu- 
yo calzado  no  soy  digno  de  llevar  en 
mis  manos  ;  él  os  bautizará  en  Es- 
píritu Santo  y  fuego.  12  En  su  mano 


tiene  su  bieldo,  y  limpiará  su  era,  y 
allegará  su  trigo  en  su  granero;  mas 
la  paja  la  quemará  con  fuego  inex- 
tinguible.» 

Bautismo  de  Jesús.  3,  13-17  (  =  Mc.  1, 
9-11  =Lc.  3,  21-22  =Jn.  1,31-34) 

"  Entonces  Jesús ,  llegado  desde 
Galilea  al  Jordán,  se  presenta  a  Juan 
para  ser  bautizado  por  él.  "Mas  Juan 
le  ataja  diciendo  : 

— Yo  tengo  necesidad  de  ser  bau- 
tizado por  ti;  ¿y  tú  vienes  a  mí  ? 

16  Respondiendo  Jesús,  le  dijo  : 

—  Déjame  hacer  ahora,  pues  así 
nos  cumple  realizar  plenamente  toda 
justicia. 

Entonces  le  dejó  hacer.  "  Así  que 
fué  bautizado,  Jesús  subió  luego  del 
agua.  Y  he  aquí  que  se  le  abrieron 


7-13  Este  discurso  consta  de  dos  partes  marcadamente  distintas  :  la  primera  es  una 
exhortación  a  los  que  salían  para  ser  bautizados  ;  la  segunda,  una  respuesta  a  los 
que  sospechaban  ser  Juan  el  Mesías.  Las  múltiples  afinidades  entre  la  exhortación 
y  la  respuesta  permitieron  a  San  Mateo  acoplarlas  en  un  solo  discurso  coherente. 

'  Fariseos  y  saduceos  :  San  Mateo  es  el  único  entre  los  sinópticos  que  nota  la 
presencia  de  los  jefes.  El  ánimo  con  c¡ue  venían  a  su  bautismo  se  deja  entender  por 
las  invectivas  que  contra  ellos  lanza  el  Bautista. 

8  Fruio  digno  que  sea  la  penitencia  :  es  decir,  habéis  de  llevar  fruto,  fruto  digno 
de  Dios  y  de  vosotros,  correspondiente  al  momento  providencial  en  que  nos  halla- 
mos ;  y  este  fruto  no  es  otro  que  el  arrepentimiento  de  vuestros  pecados  y  la  total 
transformación  de  vuestro  corazón. 

6  Tenemos  por  padre  a  Abrahán  :  tal  fué  la  gran  aberración  de  los  judíos  :  vincu- 
lar a  la  raza  lo  que  Dios  tenía  prometido  a  la  posteridad  espiritual  de  Abrahán.  || 
Poderoso  es  Dios  para  hacer  surgir  de  estas  piedras  hijos  de  Abrahán  :  predicción 
velada  de  la  vocación  de  la  gentilidad. 

10  El  motivo  para  hacer  penitencia  es  el  juicio  de  Dios  :  el  doble  juicio  de  discer- 
nimiento y  de  sanción.  El  juicio  de  discernimiento  entre  buenos  y  malos  se  hace 
según  que  los  hombres  lleven  o  no  fruto  bueno.  El  juicio  de  sanción  se  representa 
bajo  la  imagen  de  un  árbol  que  es  cortado  y  echado  al  fuego. 

a  En  nada  mostró;  mejor  el  Bautista  su  grandeza  que  en  la  lealtad  y  humildad 
con  que  rebaja  su  persona  y  su  bautismo  en  razón  de  exaltar  la  persona  y  el  bau- 
tismo del  Mesías.  ||  Yo  os  bautizo  en  agua  para  penitencia:  el  bautismo  de  Juan  no 
producía  la  justificación  de  los  pecados  :  sólo  disponía  el  corazón  al  arrepentimiento  ; 
al  contrarío  del  bautismo  cristiano,  que  la  produce  ex  opere  operato.  ||  El  os  au- 
tizará  en  Espíritu  S»nto  :  la  acción  y  la  donación  del  Espíritu  Santo  es  el  elemento 
diferencial  del  bautismo  cristiano.  ||  La  adición  y  fuego  expresa  metafóricamente  la 
eficacia  del  Espíritu  Santo  en  borrar  radicalmente  los  pecados  y  también  la  efer- 
vescencia y  potencia  invasora  de  la  nueva  vida  que  infunde. 

u  Entonces  :  era  probablemente  hacia  fines  del  año  26  o  principio  del  27  de 
nuestra  era. 

M  i  Y  tú  vienes  a  mí  ?  Juan,  que  con  noble  altivez  se  encara  con  los  fariseos  y  sa- 
duceos y  los  increpa  duramente,  ante  Jesús  se  abate  y  anonada. 

a  Toda  justicia  :  todo  lo  que  es  justo  a  los  ojos  de  Dios.  El  bautismo  entraba  en 
los  consejos  de  Dios  como  acto  inicial  de  las  actividades  del  Mesías,  y  en  este  sen- 
tido, como  cumplimiento  de  la  divina  voluntad,  entraba  en  la  categoría  de  justicia. 

M  El  Espíritu  de  Dios  :  aunque  Jesús,  desde  su  misma  concepción,  poseía  la  ple- 
nitud del  Espíritu  Santo,  el  descendimiento  del  Espíritu  de  Dios  en  el  bautismo  no 
(ué  de  mero  aparato.  Al  iniciar  Jesús  su  carrera  mesiánica,  iniciaba  igualmente  el 
Espíritu  Santo  su  acción  mesiánica,  es  decir,  sus  ilustraciones  y  mociones  actuales, 
dirigidas  a  guiar  e  impulsar  la  actividad  del  Mesías.  Además,  con  esta  señal  divin» 
recibía  Juan  la  señal  oficial  v  auténtica,  que  le  habilitaba  para  dar  testimonio  del 
Mesías. 


—  14  — 


3  "-4  2 


SAN  MATEO 


los  cielos,  y  vió  el  Espíritu  de  Dios 
descender  ¿  manera  de  paloma  y  ve- 
nir sobre  El.  "  Y  he  aquí  una  voz 
venida  de  los  cielos  que  decía  :  «Es- 
te es  mi  Hijo  amado,  en  quien  me 
agradé.» 

Ayuno  y  tentaciones  de  Cristo.  4,  1-11 
(  =  Mc.  1,  12-13  =Lc.  4,  1-13) 

a  1  Entonces  Jesús  fué  movido  por 
^  el  Espíritu  a  subir  al  desierto 
para  que  fuese  tentado  por  el  dia- 
blo. :  Y  habiendo  ayunado  cuarenta 


días  y  cuarenta  noches,  después  sin- 
tió hambre.  3  Y  llegándose  el  tenta- 
dor, le  dijo  : 

—Si  eres  Hijo  de  Dios,  di  que  es- 
tas piedras  se  conviertan  en  panes. 

*  El,  respondiendo,  dijo  : 

— Escrito  está  :  «No  de  sólo  pan 
vivirá  el  hombre,  sino  de  toda  pala- 
bra que  sale  de  la  boca  de  Dios» 
(Dt.  8,  3). 

5  Entonces,  tomándole  el  diablo,  le 
lleva  a  la  santa  ciudad,  y  le  puso  so- 
bre el  alero  del  templo,  6  y  le  dice  : 

— Si  eres  Hijo  de  Dios,  échate  de 
aquí  abajo  ;  porque  escrito  está  (Sal. 
90,  11-12)  que 


a  sus  ángeles  ordenará  acerca  de  ti, 
y  en  las  manos  te  tomarán, 

no  sea  que  tropieces  con  tu  pie  en  alguna  piedra. 


"  Este  es  mi  Hijo  amado  :  más  literalmente,  Este  es  el  Hijo  mío,  el  amado.  La 
significación  de  amado,  casi  equivalente  de  único,  unida  al  doble  artículo  y  a  la  so- 
lemnidad de  la  proclamación  divina,  muestra  claramente  que  Jesús  no  es  uno  de 
tantos  hijos  adoptivos,  sino  con  toda  propiedad  el  Hijo  Unigénito  de  Dios.— En  vir- 
tud de  las  señales  divinas  que  lo  acompañaron,  el  bautismo  de  Jesús  puede  llamarse 
su  investidura  mesiánica,  por  cuanto  fué  una  proclamación  pública  que  dió  estado 
oficial  a  su  realeza  mesiánica.  El  bautismo  es  una  epifanía  de  Cristo  Mesías.  Es 
también  un  anuncio  anticipado  de  la  obra  mesiánica.  Si  Cristo  se  presenta  en  él 
como  segundo  Adán,  solidario  de  nuestros  pecados,  con  el  mismo  carácter  recibe, 
solidariamente  con  la  humanidad,  las  divinas  señales.  La  gracia  del  Espíritu  Santo, 
la  filiación  divina  adoptiva,  la  herencia  de  la  celeste  bienaventuranza,  fruto  de  la 
obra  mesiánica,  se  anuncian  y  prometen  en  el  bautismo  del  Redentor.  Por  esto,  el 
mismo  rito  bautismal  que  simbólicamente  unge  y  consagra  a  Cristo  es  el  que  real- 
mente unge  y  consagra  a  los  cristianos.  Por  esto  también  el  bautismo  cristiano  se 
administra  en  nombre  de  la  Trinidad  santísima,  que  se  reveló  en  el  bautismo  de 
Cristo. 

A  1  Por  el  Espíritu  :  comienza  el  Espíritu  Santo  a  gobernar  los  pasos  del  Mesías. 
■*  ||  Al  desierto:  probablemente  la  región  montañosa,  solitaria,  hórrida  y  salvaje  que 
se  levanta  al  O.  de  Jericó.  ||  Por  el  diablo:  por  Satanás  en  persona.— Esta  tentación 
no  es  un  episodio  accidental  :  es  una  gran  batalla,  decisiva  en  el  orden  ideológico, 
entre  los  dos  jefes  antagónicos  :  el  del  reino  de  Dios  y  el  del  reino  de  este  mundo. 
La  táctica  del  enemigo  era  certera  :  valerse  de  las  falsas  concepciones  mesiánicas, 
corrientes  entre  los  judíos,  para  desnaturalizar  en  su  mismo  origen  la  acción  del 
Mesías  y  la  idea  del  reino  de  Dios.  Y  las  tres  sentencias  escriturísticas,  con  que 
Jesús  rebate  la  tentación,  son  la  síntesis  de  su  programa  mesiánico. 

*-*  Primera  tentación  :  es  un  sondeo  disimulado  y  una  incitación  a  algo  malo. 
Por  una  parte,  quería  Satanás  salir  de  las  dudas,  que  ,le  torturaban,  sobre  si  aquel 
hombre  era  o  no  verdadero  Hijo  de  Dios.  Por  otra  parte,  incitaba  a  Jesús  a  que  su- 
peditase sus  poderes  mesiánicos  a  la  satisfacción  de  una  necesidad  personal  y  ma- 
terial. Con  esto  se  materializaba  el  mesianismo.  Un  reino  de  Dios  así  materializado 
y  desnaturalizado,  ya  no  inspira  temores  a  Satanás. — A  la  sugerencia  del  tentador 
opone  Jesús  un  texto  de  la  Escritura  (Dt.  8,  3)  en  el  cual  se  dice  que  no  hace  falta 
el  pan,  cuando  Dios  tiene  en  su  mano  otros  medios  con  que  sustentar  al  hombre, 
como  sustentó  a  los  israelitas  con  el  maná  en  el  desierto.  Satanás  ha  fracasado  ro- 
tundamente. Ni  ha  logrado  sonsacar  a  Jesús  el  secreto  de  su  personalidad  ni  ha 
conseguido  que  accediese  a  sus  pérfidas  instigaciones. 

M  La  segunda  tentación  nace  de  la  primera.  Vencido  con  la  confianza  en  Dios 
y  con  un  texto  de  la  Escritura,  Satanás  parte  de  la  confianza  en  Dios  y  de  un 
texto  bíblico  para  tentar  nuevamente  a  Jesús. 

s  Tomándole  el  diablo:  no  imaginaria,  sino  realmente.  ||  El  alero:  alguna  de 
las  cornisas  que  caían  sobre  los  atrios  del  templo. 

•  Imaginando  Satanás  que  Jesús  sería  tal  vez  asequible  a  un  mesianismo  apoca- 
líptico, le  sugiere  una  exhibición  espectacular,  que  Dios,  sin  duda,  acreditaría  en- 
viando sus  ángeles. 


4  7-11 


SAN  MATEO 


4  12-21 


7  Díjole  Jesús  :  aquí  que  se  llegaron  le 

— También  está  escrito  (Dt.  6,  16)  : 
«No  tentarás  al  Señor  tu  Dios.» 

*  De  nuevo  le  toma  el  diablo  y  le 
lleva  a  un  monte  sobremanera  ele- 
vado y  le  muestra  todos  los  reinos 
del  mundo  y  la  gloria  de  ellos,  u  y 
le  dijo  : 

— Todo  esto  te  daré  si  postrándote 
me  adorares. 

10  Entonces  dícele  Jesús  : 
— Vete  de  aquí,  Satanás  ;  porque 

escrito  está  (Dt.  6,  13)  :  «Al  Señot 
tu  Dios  adorarás,  v  a  él  sólo  darás 
culto.» 

11  Entonces  le  deja  el  diablo  ;  y  he 

"  Tierra  de  Zabulón  y  tierra  de  Neftalí, 
camino  del  mar,  allende  el  Jordán, 
Galilea  de  los  gentiles  : 
"  el  pueblo  sentado  en  las  tinieblas 
vió  una  gran  luz, 

y  a  los  sentados  en  región  y  sombra  de  muerte 
íes  amaneció  una  lnz. 


ángeles 


Jesús  en  Galilea.  4,  12-17  (  =  Mc.  1, 
14-15  =Lc.  4,  14-15) 

"  Habiendo  oído  que  Juan  había 
sido  entregado,  se  retiró  a  Galilea. 
1S  Y  dejando  a  Nazaret,  se  fué  a  ha- 
bitar a  Cafarnaúm  la  marítima,  en 
los  confines  de  Zabulón  y  Neftalí, 
11  para  que  se  cumpliese  lo  anuncia- 
do por  el  profeta  Isaías  cuando  di- 
ce (8,  23-9,  1)  : 


"  Desde  entonces  comenzó  Jesús  a 
predicar  y  decir  :  «Arrepentios,  por- 
que está  cerca  el  reino  de  los  cielos.» 


Los  primeros  discípulos.  4,  18-22 
(  =  Mc.  i,  16-20  =Lc,  5,  1-11) 

15  Y  caminando  por  la  ribera  del 


mar  de  Galilea,  vió  dos  hermanos, 
Simón,  llamado  Pedro,  y  Andrés,  su 
hermano,  que  echaban  la  red  en  el 
mar,  pues  eran  pescadores.  19  Y  les 
dice  :  «Venid  en  pos  de  mí,  y  os 
haré  pescadores  de  hombres.»  20  Y 
ellos  luego,  dejadas  las  redes,  le  si- 
guieron. 'n  Y  siguiendo  de  allí  ade- 
lante vió  otros  dos  hermanos,  San- 
tiago, el  hijo  del  Zebedeo,  y  Juan, 


1  También  fstá  escrito  :  a  un  texto  bíblico  siniestramente  interpretado  opone  Jesús 
otio  texto  bíblico  interpretado  derechamente.  No  basta  provocar  a  la  Escritura  :  tam- 
bién la  herejía  apela  a  ella.  Tero  a  la  falsa  interpretación  herética  sale  al  paso  la 
auténtica  interpretación  católica.  Tres  medios  existen  para  acertar  en  la  recta  in- 
terpretación de  la  Escritura  :  el  uso  de  los  principios  hermenéuticos,  la  tradición 
patrística  y  el  magisterio  de  la  Iglesia,  a  la  cual  ha  confiado  Dios  la  custodia  y  ¡a 
interpretación  de  las  Escrituras.  ||  No  tentarás  al  Señor:  a  las  fantasías  de  golpes 
teatrales  opone  Jesús  la  humilde  sensatez  en  no  querer  trastornar  temerariamente  1 
orden  de  las  cosas,  sabiamente  establecido  por  la  divina  Providencia.  I.a  confianza 
en  Dios  no  ha  de  degenerar  en  loca  presunción. 

La  tercera  tentación  es  descarada.  Desesperado  y  fuera  de  sí,  el  tentador  su- 
biere a  Jesús  la  apostasfa.  En  vez  de  un  agente  de  Dios,  quiere  hacer  de  él  un 
agente  de  Satanás  ;  en  vez  de  Cristo,  un  anticristo. 

8  A  un  monte  :  probablemente  el  monte  mismo  de  la  Cuarentena,  donde  Jesús 
había  pasado  los  cuarenta  días. 

'  Todo  esto  te  daré  !  todo  esto  vale,  aun  a  juicio  de  Satanás,  la  fidelidad  del 
hombre  a  Dios. 

10  Vete  de  aquí,  Satanás  :  al  disimilo  precedente  sigue  ahora  la  voz  de  imperio. 
Conocer  al  tentador,  lanzarlo  de  sí  resueltamente  :  tal  es  la  doble  lección  que  no§ 
da  el  Maestro  para  vencer  la  tentación. 

u  Le  deja  ei.  diablo  :  en  espera  de  otra  ocasión  oportuna. 

u  En  los  confines  de  Zabulón  y  Neftalí  :  de  las  regiones  antiguamente  habitadas 
por  estas  dos  tribus. 

17  Arrepentios  ...  :  la  predicación  inicial  del  Mesías  coincide  con  la  primera  pre- 
dicación de  su  Precursor.  Inicia  Jesús  su  táctica  prudente  en  revelar  lenta  y  gra- 
dualmente el  misterio  del  reino  de  Dios. 

M  Pescadores  de  hombres  :  era  frecuente  en  Jesús  acomodar  sus  palabras  a  la  si- 
tuación presente. 

a>  Le  siguieron  :  ya  anteriormente  Pedro  y  Andrés,  probablemente  también  San- 
Haeo  y  Juan,  habían  seguido  a  Jesús  como  discípulos  (Jn.  1,  ¡5-42;  2,  1-22);  pero  el 

—  16  — 


4  22-21 


SAN  MATEO 


4  25-5  5 


su  hermano,  que  estaban  en  la  nave 
con  Zebedeo,  su  padre,  recomponien- 
do sus  redes,  y  los  llamó.  a  Y  ellos 
luego,  dejando  la  barca  y  a  su  pro- 
pio padre,  le  siguieron. 

Jesús  enseña  y  obra  milagros.  4,  23-25 
(=Mc.  1,  39  ;  3,  7-8  =Lc.  4,  44  ; 
6,  17-19) 

73  Y  discurría  Jesús  por  toda  la  Ga- 
lilea, enseñando  en  las  sinagogas  de 
ellos,  y  predicando  el  Evangelio  del 
reino,  "y  curando  toda  enfermedad  y 
toda  dolencia  en  el  pueblo.  M  Y  su 
renombre  se  estendió  por  toda  la  Si- 


ria ;  y  le  presentaron  todos  los  que 
se  hallaban  mal,  aquejados  de  dife- 
rentes enfermedades  y  recios  dolo- 
res, endemoniados,  lunáticos  y  para- 
líticos, y  los  curó.  23  Y  le  siguieron 
numerosas  muchedumbres  de  Gali- 
lea, de  la  Decápolis,  de  Jerusalén,  de 
Judea  y  de  allende  el  Jordán. 

Las  bienaventuranzas.  5,  1-12 
(  =  Lc.  6,  20-26) 

r  1  V  al  ver  las  muchedumbres, 
"  subióse  a  la  montaña  ;  y  como 
se  hubo  sentado,  se  le  llegaron  sus 
discípulos.  2  Y  desplegando  sus  la- 
bios, les  enseñaba,  diciendo  : 


*  Bienaventurados  los  pobres  en  el  espíritu, 
porque  de  ellos  es  el  reino  de  los  cielos. 
4  Bienaventurados  los  mansos, 
porque  ellos  poseerán  en  herencia  la  tierra. 

6  Bienaventurados  los  que  están  afligidos, 
porque  ellos  serán  consolados. 


seguimiento,  que  era  de  afición  espontánea,  se  convierte  en  profesión  constante  y 
de  por  vida. 

3  El  Evangelio  del  reino  :  expresión  feliz,  que  declara  la  sustancia  y  el  carácter 
de  la  predicación  de  Jesús. 

*  La  Decápolis  era  la  confederación  de  diez  ciudades  libres,  que,  si  bien  depen- 
dientes del  legado  romano  de  Siria,  gozaban  de  cierta  autonomía. 

FT  1  Este  vers.  es  como  el  marco  en  que  está  encuadrado  el  sermón  de  la  Montaña. 
*»  No  es  muy  seguro  que  la  Montaña  sea  el  llamado  Monte  de  las  Bienaventuranzas 
lüurn  Hattin)  :  podía  ser  alguna  de  las  colinas  próximas  a  Cafarnaúm.  ¡I  Se  le  lle- 
garon sus  discípulos  :  antes  del  sermón,  Jesús  eligió  los  doce  Apóstoles.  Los  oyentes 
fueron  no  sólo  los  discípulo?  habituales,  sino  también  otros  ocasionales,  a  los  cualee 
se  fueron  agregando  otros  muchos  de  la  turba. 

2  Les  enseñaba  :  la  reproducción  del  evangelista  es  sólo  un  compendio.  Este  com- 
pendio no  es  un  esquema  o  sinopsis,  sino  una  selección  de  las  principales  sentencia* 
del  Maestro,  literalmente  reproducidas. — El  tema  fundamental  del  sermón  es  la 
justicia  del  reino  de  Dios,  propuesta  bajo  tres  aspectos  diferentes.  Tras  un  prólo- 
go (s,  3-16I,  que  termina  con  el  enunciado  del  tema  (5,  17-20),  se  declaran  las  tres 
propiedades  de  la  jtisticia  mesiánica:  su  integridad  objetiva  y  subjetiva  (5,  21-48)  ; 
la  rectitud  de  intención  con  que  debe  practicarse  (6,  i-i8>  ;  su  intensidad  absorben- 
te (6,  10-34).  Siguen,  a  modo  de  epílogo,  varios  avisos  más  prácticos  (7,  1-27). 

*~a  Hay  que  tener  presente  el  carácter  mesiánico  de  las  bienaventuranzas,  que  son 
como  un  programa  del  reino  de  Dios.  En  cada  una  de  ellas  resaltan  dos  elementos  : 
una  disposición  moral  o  situación  aflictiva  y  una  recompensa  celeste.  Las  situaciones 
aflictivas  no  deben  entenderse  en  sentido  puramente  material  ni  tampoco  exclusiva- 
mente espiritual.  La  sola  pobreza  efectiva  carece  de  suyo  de  valor  moral,  y  la  sola 
pobreza  espiritual  fácilmente  es  ilusoria.  A  pesar  de  su  énfasis  y  relieve,  las  bien- 
aventuranzas no  son  sentencias  paradójicas  aisladas,  sino  que  tienen  sus  precedentes 
en  el  Antiguo  Testamento  y  sus  derivaciones  en  los  escritos  apostólicos. 

3  La  plenitud  de  esta  bienaventuranza  recae  sobre  los  que  son  a  la  vez  pobres 
cti  la  realidad  y  también  en  el  espíritu.  Tal  fué  la  pobreza  de  Cristo. 

4  La  mansedumbre  evangélica  rebasa  la  mansedumbre  filosófica.  Son  mansos  no 
sólo  los  que  reprimen  la  ira,  sino  también  los  que  sufren  la  adversidad  con  resigna- 
ción. ||  rosEER.ÍN  en  herencia  la  tierra  :  alusión  a  la  Tierra  de  promisión,  figura  de 
la  verdadera  tierra  de  los  vivientes. 

8  Los  que  están  afligidos  o  los  que  lloran  son  los  que,  padeciendo  alguna  tribula- 
ción, la  sufren  con  paciencia  y,  en  medio  de  las  lágrimas,  confían  en  Dios.  ||  Serán 
consolados  :  con  la,  doble  consolación  de  la  esperanza,  bálsamo  de  la  tristeza  pre- 
sente y  perspectiva  de  goces  eternos. 


—  17  — 


5  6-17 


SAN  MATEO 


5 


6  Bienaventurados  los  que  tienen  hambre  j  sed  de  la  justicia, 
porque  ellos  serán  saciados. 

7  Bienaventurados  los  misericordiosos, 
porque  ellos  alcanzarán  misericordia. 

1  Bienaventurados  los  limpios  de  corazón, 

porque  ellos  verán  a  Dios. 

"  Bienaventurados  los  que  hacen  obra  de  paz, 

porque  ellos  serán  llamados  hijos  de  Dios. 

10  Bienaventurados  los  perseguidos  por  razón  de  la  justicia, 

porque  de  ellos  es  el  reino  de  los  cielos. 

u  Bienaventurados  sois  cuando  os  ultrajaren  y  persiguieren 
y  dijeren  todo  mal  contra  vosotros  por  mi  causa  ; 
12  gózaos  y  alborozaos, 

pues  vuestra  recompensa  es  grande  en  los  cielos. 
Que  así  persiguieron  a  los  profetas  que  os  precedieron. 


Sal  de  la  tierra  y  luz  del  mundo.  5,  13-16 

13  Vosotros  sois  la  sal  de  la  tierra. 

Mas  si  la  sal  se  volviere  sosa,  ¿  con  qué  se  la  salará  ? 

Para  nada  vale  ya  sino  para  ser  tirada  fuera 

y  ser  hollada  de  los  hombres. 

"  Vosotros  sois  la  luz  del  mundo. 

No  puede  esconderse  una  ciudad  puesta  sobre  la  cima  de  un  monte. 

15  Ni  encienden  una  lámpara  y  la  colocan  debajo  del  celemín, 

sino  encima  del  candelero, 

y  alumbra  a  todos  los  que  están  en  la  casa. 

18  Que  alumbre  así  vuestra  luz  delante  de  los  hombres, 

de  suerte  que  vean  vuestras  obras  buenas. 

y  den  gloria  a  vuestro  Padre,  que  está  en  los  cielos. 


Crislo  y  la  Ley:  principio  fundamental.  5,  17-20 

"  No  penséis  que  vine  a  destruir  la  Ley  o  los  profetas  : 
no  vine  a  destruir,  sino  a  dar  cumplimiento. 


•  Hambre  y  sed  de  justicia  :  es  el  deseo  ardiente  de  la  justicia  y  santidad  propia 
del  reino  de  los  cielos.  Es  probable  que  el  Maestro  enunciase  esta  bienaventuranza 
más  espiritual  en  función  de  otra  más  realista,  la  falta  de  sustento  corporal.  ||  Serán 
saciados  :  es  frecuente  en  el  Evangelio  representar  la  bienaventuranza  celeste  bajo 
la  imagen  de  un  convite. 

'  Consoladora  promesa,  que  el  Señor  cumplirá  con  regia  esplendidez  el  día  del 
juicio,  haciendo  misericordia  con  los  que  en  esta  yida  hubieren  sido  misericordiosos. 

8  Esta  sentencia  del  Maestro  es  de  enorme  alcance.  A  los  diferentes  modos  o  gra- 
dos de  limpieza  de  corazón  responden  los  diferentes  modos  o  grados  de  ver  a  Dios, 
así  en  este  mundo  como  en  el  otro. 

9  Es  ésta  la  bienaventuranza  mesiánica  por  antonomasia,  propia  no  de  los  simple- 
mente pacíficos,  sino  de  los  pacificadores. 

10  La  persecución  padecida  por  la  justicia  es  título  que  otorga  a  los  justos  injusta- 
mente perseguidos  el  derecho  de  ciudadanía  en  el  reino  mesiánico. 

Tal  es  el  ideal  del  justo  bienaventurado  :  ideal  de  la  perfección  cristiana.  El  que  lo 
realice  suficientemente,  será  buen  cristiano ;  el  que  lo  realice  perfectamente  será 
perfecto  cristiano,  será  santo.  En  este  ideal  tenemos  la  piedra  de  toque  más  fina 
y  más  segura  para  apreciar  y  valorar  los  diferentes  sistemas  o  escuelas  de  espiri- 
tualidad. 

u-w  Tas  dos  imágenes  de  la  sal  y  de  la  luz  expresan  el  carácter  social  y  la  acción 
benéfica  de  la  justicia  mesiánica. 

17-20  Esta  sección,  verdadero  nudo  vital  de  todo  el  sermón,  contiene  no  solamente 
el  tema  o  pensamiento  fundamental,  sino  también  su  alcance,  orientación  o  espíritu 
dominante. 

a  No  vine  a  destruir...  :  el  objeto  de  su  venida  no  fué  negativo  (destruir),  sino 
constructivo  (dar  a  las  cosas  su  debido  cumplimiento). 


—  r8  — 


5  18-26 


SAN  MATEO 


5  18-26 


18  Porque  en  verdad  os  digo  :  antes  pasarán  el  cielo  y  la  tierra 
que  pase  una  sola  jota  o  una  tilde  de  la  Ley, 

sin  que  todo  se  verifique. 

19  Por  tanto,  el  que  quebrantare  uno  de  estos  mandamientos  más  pequeños, 
y  así  enseñare  a  los  hombres, 

será  considerado  el  más  pequeño  en  el  reino  de  los  cielos  ; 
mas  el  ciue  los  obrare  y  enseñare, 

éste  sera  considerado  grande  en  el  reino  de  los  cielos. 

30  Porque  os  certifico  que  si  vuestra  justicia  no  sobrepujare 

a  la  de  los  escribas  y  fariseos, 

do  esperéis  entrar  en  el  reino  de  los  cielos. 


El  homicidio  y  ¡a  ira.  5,  21-26 

a  Oísteis  que  se  dijo  a  los  antiguos  (Ex.  20.  13...)  :  «No  matarás»  ; 

v  quien  matare,  será  sometido  al  juicio  del  tribunal. 

53  Mas  yo  os  digo  que  todo  el  que  se  encolerizare  con  su  hermano, 

será  reo  delante  del  tribunal  ; 

y  quien  dijere  a  su  hermano  «raca», 

será  reo  delante  del  Sanhedrín  ; 

y  quien  le  dijere  «insensato», 

será  reo  de  la  gehena  del  fuego. 

23  Si,  pues,  estando  tú  presentando  tu  ofrenda  junto  al  altar, 

te  acordares  allí  de  que  tu  hermano  tiene  algo  contra  ti, 

M  deja  allí  tu  ofrenda  delante  del  altar, 

y  vete  primero  a  reconciliar  con  tu  hermano, 

y  vuelve  luego  a  presentar  tu  ofrenda. 

*  Sé  condescendiente  al  concertarte  con  tu  contrincante,  presto, 

mientras  vas  con  él  en  el  camino, 

no  sea  caso  que  el  contrincante  te  entregue  al  juez, 

v  el  juez  al  alguacil,  y  te  echen  en  la  cárcel  , 

"  en  verdad  te  aseguro  que  no  saldrás  de  allí 

hasta  que  hayas  pagado  el  último  ochavo. 


a  Una  jota  o  una  tilde  :  el  texto  griego  tiene  :  una  yota  o  un  cuernecillo;  el  ori- 
ginal arameo  tendría  :  una  yod  o  un  ápice.  La  yota  era  en  el  alfabeto  griego  la  letra 
más  pequeña,  como  lo  era  en  el  alefato  arameo  la  yod  en  tiempo  de  Jesu-Cristo.  El 
cuernecillo  o  ápice  son  aquellos  trazos  menudos  que  distinguen  entre  sí  dos  letras 
parecidas. 

18  Estos  mandamientos  más  pequeños  :  son  los  perfiles  de  la  Justicia,  expresados 
antes  bajo  la  imagen  de  una  yota  o  una  tilde:  las  filigranas  morales.  ||  El  más  pe- 
queño :  una  nulidad  o  un  cero  a  la  izquierda. 

ai-»  Comienza  la  primera  parte  del  sermón,  que  es  un  contraste  entre  la  antigua 
y  la  nueva  justicia. 

51  A  los  antiguos:  a  los  israelitas  en  el  Sinaí.  ||  Tribunal:  es  el  tribunal  local, 
que  constaba  de  veintitrés  jueces. 

"  Mas  yo  os  digo  :  se  declara  Jesús  legislador,  no  como  Moisés,  mero  transmisor 
de  disposiciones  ajenas,  sino  como  autor  soberano  de  la  ley  :  declaración  categórica, 
aunque  implícita,  de  su  divinidad.  ||  Raca  es  lo  mismo  que  /nitro,  en  el  sentido  de 
cabeza  huera  o  casquivano.  ||  Sanhedrín  era  el  tribunal  supremo,  al  cual  estaban  re- 
servadas las  causas  más  atroces.  ]|  Insensato  :  traducción  del  hebreo  nubil!,  que  sig- 
nifica, además  del  trastorno  mental,  la  depravación  del  sentido  moral  y  la  impie- 
dad. ||  Gehena  (=Ghe-Hinnom)  :  así  se  llamaba  el  valle  que  corre  al  S.  de  Jerusalén, 
que,  por  el  recuerdo  de  los  sacrificios  humanos  ofrecidos  allí  al  ídolo  de  Moloc,  se 
convirtió  en  lugar  execrable,  *al  cual  iban  a  parar  todas  las  inmundicias.  Las  ho- 
gueras que  para  eliminar  esas  inmundicias  ardían  allí  continuamente  eran  símbolo 
de  los  fuegos  infernales 

*JB  El  consejo  del  Maestro  se  resume  en  aquel  prudente  refrán  :  (Más  vale  mal 
ajuste  que  buen  pleito». 


—  10  — 


5  27-39 


SAN  MATEO 


5  27-39 


Adulterio  y  malos  pensamientos.  5,  27-30 

"  Oísteis  que  se  dijo  (Ex.  20,  14)  :  «No  cometerás  adulterio.» 

a  Mas  yo  os  digo  que  todo  el  que  mira  a  una  mujer  para  codiciarla, 

ya  en  su  corazón  cometió  adulterio  con  ella. 

"°  Que  si  tu  ojo  derecho  te  es  ocasión  de  tropiezo, 

arráncale  y  échalo  lejos  de  ti, 

porque  más  te  conviene  que  perezca  uno  solo  de  tus  miembros, 
y  que  no  sea  echado  todo  tu  cuerpo  en  la  gehena. 
3I>  Y  si  tu  mano  derecha  te  sirve  de  tropiezo, 
córtala  y  échala  lejos  de  ti, 

porque  más  te  conviene  que  perezca  uno  solo  de  tus  miembros, 
y  que  no  se  vaya  todo  tu  cuerpo  a  la  gehena. 


El  divorcio.  5,  31-32 

81  Se  dijo  también  (Dt.  24,  1)  :  «Al  que  despidiere  a  su  mujer, 
déle  libelo  de  repudio.» 

32  Mas  yo  os  digo  que  todo  el  que  despidiere  a  su  mujet, 

excepto  el  caso  de  fornicación, 

la  hace  cometer  adulterio  ; 

y  quien  se  case  con  una  repudiada, 

comete  adulterio. 


Perjurio  y  juramento.  5,  33-37 

™  Asimismo  oísteis  que  se  dijo  a  los  antiguos  (Ex.  20,  7...)  : 

«No  perjurarás,  sino  que  cumplirás  al  Señor  tus  juramentos  » 

81  Mas  yo  os  digo  que  no  juréis  en  absoluto  : 

ni  por  el  cielo,  pues  es  trono  de  Dios  ; 

85  ni  por  la  tierra,  pues  es  escabel  de  sus  pies  ; 

ni  por  Jerusalén,  pues  es  la  ciudad  del  «Gran  Rey»  ; 

88  ni  jures  tampoco  por  tu  cabeza, 

pues  no  puedes  volver  blanco  o  negro  un  solo  cabello. 

"  Sino  sea  vuestro  lenguaje  :  «Sí»  por  sí,  «No»  por  no  ; 

y  lo  que  de  esto  pasa  proviene  del  malvado. 


I.a  ley  del  tallón.  5,  38-42  (Le.  6,  29-30) 

m  Oísteis  que  se  dijo  (Lev.  24,  19-20)  :  «Ojo  por  ojo  y  diente  por  diente.» 
88  Mas  yo  os  digo  que  no  hagáis  frente  al  malvado; 
antes  si  uno  te  abofetea  en  la  mejilla  derecha, 
vuélvele  también  la  otra  ; 


*'-30  El  desenvolvimiento  lógico  es  sencillo.  Del  adulterio  de  obra  se  pasa  a  la* 
miradas  adúlteras,  que  dan  ocasión  para  prevenirnos  contra  los  escándalos  de  los  ojos 
y  de  las  manos. 

*2  Dos  cosas  enseña  el  Maestro  :  1)  que  no  es  lícito  al  marido  despedir  a  la  mujer, 
fuera  del  caso  de  adulterio  cometido  por  ella  ;  2)  que  aun  entonces  no  queda  disuelto 
el  vínculo  conyugal. 

"  «Sí»  por  sí,  «No»  por  no:  para  afirmar  basta  decir  «Sí»;  para  negar,  «No».  II 
DBt  malvado  o  del  malo  :  es  decir,  del  espíritu  del  mal,  que  es  el  malo  por  anto- 
nomasia. 

A  la  dura  ley  del  talión  ha  de  suceder  en  el  reino  de  Dios  la  generosidad  en 
ceder  de  los  propios  derechos  :  ideal  de  mansedumbre  cristiana. 

«*  No  hagáis  frente  al  malvado  :  pretende  el  Maestro  curar  ese  prurito  malsano  de 
hacer  valer  de  malos  modos  el  propio  derecho,  muchas  veces  imaginario  o  exagerado 

—  20  — 


5  40-6  3 


SAN  MATEO 


5  «>-6  :i 


40  y  al  que  quiere  ponerte  pleito  y  quitarte  la  túnica, 
entrégale  también  el  manto; 

41  y  si  uno  te  forzare  a  caminar  una  milla, 
anda  con  él  dos ; 

°  y  a  quien  te  pidiere,  da  ; 

v  a  quien  quisiere  tomarte  dinero  prestado,  no  lo  esquives. 


El  amor  de  los  enemigos.  5,  43-48  (  =  Lc.  6,  27-28;  31-36) 

■  Oísteis  que  se  dijo  (Lev.  19,  18) : 
«Amarás  a  tu  prójimo»  y  aborrecerás  a  tu  enemigo. 
44  Mas  yo  os  digo  :  Amad  a  vuestros  enemigos 
y  rogad  por  los  que  os  persiguen ; 

15  para  que  seáis  hijos  de  vuestro  Padre,  que  está  en  los  cielos ; 
por  cuanto  hace  salir  su  sol  sobre  malos  y  buenos 
y  llueve  sobre  justos  e  injustos. 

*  Porque  si  amareis  a  los  que  os  aman,  ¿qué  recompensa  tenéis  ? 

¿  Acaso  no  hacen  eso  mismo  también  los  publícanos  ? 

47  Y  si  saludareis  a  vuestros  hermanos  solamente,  ¿qué  hacéi*  de  más  ? 

¿  Acaso  no  hacen  eso  mismo  también  los  gentiles  ? 

"  Seréis,  pues,  vosotros  perfectos, 

romo  vuestro  Padre  celestial  es  perfecto. 


Rectitud  de  intención:  principio  general.  6,  1 

/r  1  Mirad  no  obréis  vuestra  justicia  delante  de  los  hombres, 

^  para  ser  vistos  de  ellos  ; 
de  lo  contrario  no  tenéis  derecho  a  la  paga 
cerra  de  vuestro  Padre  que  está  en  los  cielos. 


Rectitud  de  intención  en  la  limosna.  6,  2-4 

5  Por  eso,  cuando  hicieres  limosna, 

no  mandes  tocar  la  trompeta  delante  de  ti, 

como  lo  hacen  los  hipócritas  en  las  sinagogas  y  por  las  calles, 

para  ser  honrados  de  los  hombres  : 

en  verdad  os  digo,  firman  el  recibo  de  su  paga. 

1  Mas  cuando  tú  hagas  limosna, 


,e-12  Al  principio  general  siguen  cinco  casos  particulares  de  su  aplicación.  Si  el 
principio  general  pide  discreción,  mucho  más  la  exigen  las  aplicaciones  particula- 
res. Aunque,  por  otra  parte,  no  es  justo  atenuar  indebidamente  las  enseñanzas  del 
Maestro. 

Este  pasaje,  una  de  las  páginas  más  bellas  del  Evangelio,  es  una  apremiante 
recomendación  del  amor  a  los  enemigos,  en  que  culmina  el  gran  precepto  de  la 
caridad  fraterna,  que  es  a  su  vez  el  cumplimiento  de  toda  la  ley.  Habla  el  Maestro 
de  la  abundancia  del  Corazón.  Divídese  esta  sección  en  dos  partes.  En  la  prime- 
ra (43-45K  a  la  ley  antigua  se  contrapone  la  ley  nueva  del  amor,  cuyo  motivo  fun- 
damental es  la  imitación  del  Padre  celestial.  En  la  segunda  (46-48)  se  proponen  do* 
razones  complementarias,  el  interés  y  el  pundonor  espiritual,  y  termina  con  una  in- 
vitación a  la  suprema  perfección  moral:  ¡sed  perfectos,  como  Dios  es  perfecto! 
/%  í-is  jjs  la  segunda  parte  del  sermón,  en  que  el  Maestro  enseña  que  las  buena* 
obras  deben  hacerse  con  recta  intención.  Propuesto  el  principio  general,  hácense 
de  él  tres  aplicaciones  :  a  la  limosna,  a  la  oración,  al  ayuno. 

1  Se  asienta  el  principio  fundamental,  que  contiene  dos  puntos  :  la  ley  y  su 
sanción. 

*■*  Díptico  de  dos  cuadros  contrapuestos  :  del  limosnero  fanfarrón  y  del  limosnero 
modesto.  II  RECIBEN  tiene  aquí  el  sentido  técnico  de  firmar  un  treciboi  de  la  paga 
ya  cobrada. 


6  4-14 


SAN  MATEO 


6  4-14 


no  sepa  tu  mano  izquierda  lo  que  hace  tu  derecha, 

1  para  que  tu  limosna  quede  en  secreto, 

y  tu  Padre,  que  mira  a  lo  secreto,  te  dará  la  paga. 


Rectitud  de  intención  en  la  oración.  6,  5-8 

6  Y  cuando  oréis,  no  seréis  como  los  hipócritas, 

porque  son  amigos  de  hacer  la  oración  puestos  de  plantón 

en  las  sinagogas  y  en  los  cantones  de  las  plazas, 

para  exhibirse  delante  de  los  hombres  : 

en  verdad  os  digo,  firman  el  recibo  de  su  paga. 

6  Mas  tú,  cuando  ores,  entra  en  tu  recámara 

y,  echada  la  llave  a  tu  puerta, 

haz  tu  oración  a  tu  Padre,  que  está  en  lo  secreto; 

y  tu  Padre,  que  mira  a  lo  secreto,  te  dará  la  paga. 

'  Y  al  orar  no  charléis  neciamente  como  los  gentiles, 

pues  se  imaginan  que  con  su  mucha  palabrería  serán  escuchados. 

*  No  os  hagáis,  pues,  semejantes  a  ellos, 

que  bien  sabe  vuestro  Padre  de  qué  tenéis  necesidad 

antes  de  que  se  lo  pidáis. 


Oración  dominical.  6,  9-i.s 

9  Vosotros,  pues,  habéis  de  orar  así: 

«Padre  nuestro,  que  estás  en  los  cielos, 

santificado  sea  el  tu  nombre, 

50  venga  el  tu  reino, 

hágase  tu  voluntad, 

así  en  la  tierra  como  en  el  cielo. 

"  El  pan  nuestro  de  cada  día  dánosle  hoy, 

12  y  perdónanos  nuestras  deudas, 

como  también  nosotros  perdonamos  a  nuestros  deudores ; 
"  y  no  nos  dejes  caer  en  la  tentación, 
mas  líbranos  del  malvado.» 

14  Porque  si  perdonareis  a  los  hombres  sus  ofensas, 


8-16  A  la  recomendación  de  la  rectitud  de  intención  en  la  oración  retirada  (5-6) 
se  añade  la  de  evitar  la  vana  palabrería  en  las  oraciones  (7-8)  y  se  propone  la 
oración  dominical  (9-13)  glosada  con  la  recomendación  de  perdonar  las  injurias  (14-15). 

No  es  lo  mismo  oración  palabrera  que  oración  vocal  muchas  veces  repetida, 
cual  fué  la  del  Señor  en  el  huerto. 

•Santificado:  venerado  o  alabado  como  santo.  ||  Nombre:  es  no  solamente  la 
palabra  tDios»,  sino  también  los  atributos  de  Eterno,  Omnipotente,  Bueno,  con  que 
le  nombramos  y  honramos. 

10  Reino  :  se  traduciría  más  exactamente  «reinado».  Lo  que  se  pide  es  la  efectivi- 
dad y  extensión  universal  del  reinado  de  Dios  entre  los  hombres.  ||  Tu  voluntad: 
tanto  los  preceptos  de  Dios  legislador  como  las  disposiciones  de  Dios  providen- 
te. ||  Así  en  la  tierra  como  en  el  cielo  :  probablemente  se  refiere  no  sólo  al  cum- 
plimiento de  la  divina  voluntad,  sino  también  a  las  dos  primeras  peticiones. 

u  De  cada  día:  probablemente  el  original  epiusion  significa  (el  pan  del  día) 
que  viene,  es  decir,  que  comienza,  que  en  el  contexto  viene  a  significar  lo  mismo 
que  cotidiano. 

12  Nuestras  deudas  para  con  Dios  son  principalmente  nuestros  pecados.  —  La 
partícula  comparativa  como,  además  de  expresar  semejanza  o  proporcionalidad,  con- 
nota los  matices  de  causalidad,  medida  y  condición.  ||  Nuestros  deudores  son  nues- 
tros ofensores. 

u  No  nos  dejes  caer  (literalmente  no  nos  pongas)  en  la  tentación  :  no  pedimos 
vernos  libres  de  toda  tentación,  sino  no  ser  expuestos  a  tales  tentaciones,  que  sean 
para  nosotros  ocasión  próxima  de  pecado.  ||  Líbranos  del  malvado,  es  decir,  del 
diablo.  lista  interpretación  es  más  probable  que  la  corriente  (líbranos  de  [todo]  mal». 

—  22  — 


6  15-23 


SAN  MATEO 


6  15-23 


os  perdonará  también  a  vosotros  vuestro  Padre  celestial : 
15  mas  si  no  perdonareis  a  los  hombres  sus  otensas, 
tampoco  vuestro  Padre  os  perdonará  las  vuestras. 


Rectitud  de  intención  en  el  ayuno.  6,  16-18 

18  Y  cuando  ayunéis,  no  os  pongáis  ceñudos  como  los  hipócritas, 
pues  desfiguran  sus  rostros 

para  figurar  ante  los  hombres  como  ayunadores. 

En  verdad  os  digo,  firman  el  recibo  de  su  paga. 

17  Mas  tú,  cuando  ayunes,  unge  tu  cabeza  y  lava  tu  cara, 

1S  para  que  no  parezcas  a  los  hombres  como  quien  ayuna, 

sino  a  tu  Padre,  que  está  en  lo  escondido ; 

y  tu  Padre,  que  mira  a  lo  escondido,  te  dará  la  paga. 


El  tesoro  celeste.  6.  19-21 

18  No  atesoréis  tesoros  sobre  la  tierra, 

donde  la  polilla  y  el  orín  los  hacen  desaparecer 

y  donde  los  ladrones  perforan  las  paredes  y  roban , 

"  atesoraos  más  bien  tesoros  en  el  cielo, 

donde  ni  la  polilla  ni  el  orín  los  hacen  desaparecer 

y  donde  los  ladrones  no  perforan  las  paredes  y  roban. 

^  Porque  donde  está  tu  tesoro, 

allí  estará  también  tu  corazón. 


El  ojo,  lámpara  del  cuerpo.  6,  22-23 

"  La  lámpara  del  cuerpo  es  el  ojo. 

Si,  pues,  tu  ojo  estuviere  bueno, 

todo  tu  cuerpo  estará  iluminado; 

23  mas  si  tu  ojo' estuviere  malo, 

todo  tu  cuerpo  estará  entenebrecido. 

Si,  pues,  la  luz  que  hay  en  ti  es  oscuridad, 

¿  la  oscuridad  cuánta  será  ? 


16  Desfiguran...  para  figurar  :   satírico  juego  de  palabras. 

1S-M  Tercera  parte  del  sermón.  Consta  de  cuatro  secciones  :  1)  el  tesoro  celeste  ; 
3)  visión  clara  de  la  realidad  ;   3)  Dios  y  el  Dinero ;   4)  providencia  paternal. 

a  Esta  sentencia  contiene  toda  una  filosofía  de  valores.  Tesoro  es  un  eran  valor. 
La  medida  interna  del  valor  es  el  aprecio  de  la  inteligencia,  y  este  aprecio  es  a 
su  vez  la  medida  de  la  atracción  que  el  valor  ejerce  sobre  el  corazón.  Valor  apre- 
ciado como  supremo  posee  la  suprema  potencia  de  atracción.  De  ahí  el  sentido  de 
la  sentencia  :  «Lo  que  apreciáis  como  tesoro,  eso  será  lo  que  atraerá  vuestro  co- 
razón.» Y  como  el  corazón  ha  de  estar  en  el  cielo,  necesario  es  que  se  halle  en  el 
cielo  lo  que  apreciáis  como  tesoro.  Sólo  teniendo  el  tesoro  en  el  cielo  estará  en  el 
cielo  el  corazón. 

En  estas  palabras  hay  dos  comparaciones  sobrepuestas.  Comparación  básica  : 
los  ojos  corporales  son  como  dos  lamparitas  que  iluminan  nuestros  movimientos. 
Comparación  principal  :  a  los  ojos  del  cuerpo  responden  los  del  alma,  nueva  lam- 
parilla espiritual,  que  ilumina  todos  los  actos  de  la  vida  moral.  Si  esta  luz  o  visión 
es  objetiva  y  exacta,  distinguimos  la  realidad  de  las  cosas  ;  de  lo  contrario,  andamos 
entre  tinieblas. 


—  23  — 


Q  24-34 


SAN  MATEO 


6  24--t 


Servir  a  sólo  Dios.  6,  24 

M  Nadie  puede  ser  esclavo  de  dos  señores, 
porque  o  bien  aborrecerá  al  uno  v  tendrá  amor  al  otro, 
o  bien  se  adherirá  al  primero  y  despreciará  al  otro. 
No  podéis  servir  a  Dios  y  al  dinero. 


Confianza  en  la  providencia  de  Dios.  6,  25-34 

*  Por  esto  os  digo  :  no  os  preocupéis  por  vuestra  vida, 

qué  comeréis  o  qué  beberéis, 

ni  por  vuestro  cuerpo,  con  qué  os  vestiréis. 

¿  Por  ventura  la  vida  no  vale  más  que  el  alimento, 

y  el  cuerpo  más  que  el  vestido  ? 

26  Poned  los  ojos  en  las  aves  del  cielo, 

que  ni  siembran,  ni  siegan,  ni  recogen  en  graneros, 

y  vuestro  Padre  celestial  las  alimenta. 

¿  Acaso  vosotros  no  valéis  más  que  ellas  ? 

a  ¿Y  quién  de  vosotros  a  fuerza  de  preocupaciones 

puede  añadir  un  codo  a  la  duración  de  su  vida  ? 

38  Y  por  el  vestido,  ¿  a  qué  acongojaros  ? 

Considerad  los  lirios  del  campo  cómo  crecen  : 

no  se  fatigan  ni  hilan  ; 

"  y  yo  os  aseguro  que  ni  Salomón,  con  toda  su  gloria, 
se  vistió  como  uno  de  ellos. 

30  Y  si  la  hierba  del  campo, 

que  hoy  parece  y  mañana  se  echa  al  horno, 
Dios  así  Ja  viste, 

¿  por  ventura  no  mucho  más  a  vosotros,  hombres  de  poca  fe  ? 

31  No  os  acongojéis,  pues,  diciendo  :  ¿  Qué  comeremos  ?, 
o  ¿qué  beberemos?,  o  ¿con  qué  nos  vestiremos? 

32  Pues  tras  todas  esas  cosas  andan  solícitos  los  gentiles. 
Que  bien  sabe  vuestro  Padre  celestial 

que  tenéis  necesidad  de  todas  ellas. 

33  Buscad  primero  el  reino  de  Dios  y  su  justicia, 
v  esas  cosas  todas  se  os  darán  por  añadidura. 

31  No  os  preocupéis,  pues,  por  el  día  de  mañana  ; 
que  el  día  de  mañana  se  preocupará  de  sí  mismo: 
bástale  a  cada  día  su  propia  malicia. 


M  Esta  sección  es  una  parábola,  tan  rápida  como  rica  de  sentido.  I.os  tres 
primeros  incisos  desarrollan  la  imagen  parabólica;  el  último  expresa  su  moralidad. 
El  elemento  Básico  de  la  imanen  es  la  imposibilidad  moral  de  ser  a  un  tiempo 
esclavo  de  dos  amos,  Que  se  hacen  incompatibles.  De  ahí  el  sentido  de  la  mora- 
lidad :  Dios,  el  Señor  del  cielo,  y  el  Dinero,  amo  del  mundo,  son  dos  señores  rivales 
e  incompatibles,  a  los  cuales  es  imposible  servir  a  un  tiempo.  Quien  es  esclavo  del 
Dinero,  necesariamente  despreciará  y  aborrecerá  a  Dios. 

aB-M  Esta  sección  es  a  la  vez  delicioso  poemita  y  acabado  discurso.  Comienza 
enunciando  el  tema  :  No  os  preocupéis  por  vufstra  vida.  Sigue  la  doble  demostra- 
ción relativa  al  alimento  y  al  vestido.  Demostrada  la  tesis,  se  repite,  por  vía  de  con- 
secuencia, apoyada  por  nuevas  razones.  Terminado  el  razonamiento,  de  un  vuelo 
se  levanta  el  Maestro  a  las  regiones  más  elevadas  de  la  justicia  del  reino  de  Dios, 
respecto  de  la  cual  las  atenciones  de  la  vida  son  algo  accesorio,  que  no  debe  pre- 
ocuparnos excesivamente. 

*»  Cada  día  tiene  su  propia  malicia.  Quien  excesivamente  se  preocupa  t>or  el  dt* 
de  mañana,  acumula  inútilmente  en  un  solo  día  la  malicia  de  dos. 


—  24  — 


7  1-11 


SAN  MATEO 


71-11 


Juicios  temerarios.  7,  1-2  (=Lc.  6,  37-38) 


n  1  No  juzguéis,  para  que  no  seáis  juzgados  ; 
'  2  pues  con  el  juicio  con  que  juzgáis,  seréis  juzgados, 
y  con  la  medida  con  que  medís,  se  os  medirá  a  vosotros. 


Corrección  indiscreta.  7,  3-5  (  =  Lc.  6,  41-42) 


'¿Ya  qué  miras  la  brizna  que  está  en  el  ojo  de  tu  hermano, 

y  no  adviertes  la  viga  que  está  en  tu  propio  ojo? 

1  ¿  O  cómo  dirás  a  tu  hermano  : 

«Deja  que  saque  la  brizna  de  tu  ojo», 

y  en  tantcT  la  viga  está  en  tu  propio  ojo  ? 

5  Farsante,  saca  primero  la  viga  de  tu  propio  ojo, 

y  entonces  verás  claro  para  sacar  la  brizna  del  ojo  de  tu  hermano 


Indiscreción  en  dar  lo  santo  a  los  profanos.  7,  6 


0  No  deis  lo  santo  a  los  perros, 

ni  echéis  vuestras  perlas  delante  de  los  puercos, 

no  sea  que  las  pateen  con  sus  pies 

y  revolviendo  contra  vosotros  os  hagan  trizas. 


Confianza  en  la  oración.  7,  7-11 


'  Pedid,  y  se  os  dará ; 

buscad,  y  hallaréis; 

llamad,  y  se  os  abrirá  : 

*  porque  todo  el  que  pide,  recibe ; 

V  el  que  busca,  halla ; 

v  al  que  llama,  se  le  abrirá. 

8  ¿  O  quién  habrá  °ntre  vosotros 

a  quien  su  hijo  pidiere  pan,... 

¿  por  ventura  le  dará  una  piedra  ?  ; 

w  o  también  le  pidiere  un  pescado, 

¿  por  ventura  le  dará  una  serpiente  ? 

11  Si,  pues,  vosotros,  con  ser  malos, 

sabéis  dar  dádivas  buenas  a  vuestros  hijos, 

¡  cuánto  más  vuestro  Padre  celestial 

dará  bienes  a  los  que  se  los  pidieren  ? 


ij  Este  capítulo  es  una  serie  de  avisos  particulares,  en  que  cabe  señalar  dos  gru- 
*  pos  principales  (1-6  y  12-23),  separados  entre  sí  por  una  exhortación  a  la  con- 
fianza en  la  oración  y  seguidos  de  una  conclusión  parabólica. 

1-8  Este  primer  grupo  compónenlo  tres  advertencias  contra  tres  indiscreciones  : 
la  de  juzgar  a  los  otros,  la  de  empeñarse  en  corregir  impertinentemente  defectos 
ajenos  y  la  de  entregar  lo  santo  a  los  profanos. 

'--  Ley  del  talión,  no  abrogada.  Es  una  glosa  de  la  quinta  bienaventuranza. 

M  Caricatura  de  los  que,  topos  para  ver  los  propios  defectos,  son  linces  para  ver 
los  ajenos. 

•  Dos  sentencias  afines,  aunque  no  del  todo  idénticas. 

W1  Eficacia  de  la  oración.  El  tema  es  una  invitación  (pedid)  y  una  promesa 
(y  se  os  darí).  Razón  :  porque  iodo  bl  que  pide  a  Dios,  que  es  Padre,  recibe.  Con- 
firmase con  el  ejemplo  de  los  padres  humanos.  Conclusión  de  menos  a  más. 


—  25  — 


7  12-21 


SAN  MATEO 


7  12-21 


Regla  de  oro  de  la  caridad  fraterna,  7,  12  (  =  Lc.  6,  31) 

,:  Así,  pues,  todo  cuanto  quisiereis 
que  hagan  los  hombres  con  vosotros, 
así  también  vosotros  hacedlo  con  ellos. 
Porque  ésta  es  la  Ley  y  los  profetas. 


Las  dos  puertas  y  los  dos  caminos.  7,  13-14 

13  1  Entrad  por  la  puerta  angosta  ! 

¡  Cuán  ancha  es  la  puerta 

y  espaciosa  la  senda 

que  lleva  a  la  perdición  ! 

¡  Y  son  muchos  los  que  entran  por  ella  ! 

"  I  Cuán  angosta  es  la  puerta 

y  estrecha  la  senda 

que  lleva  a  la  vida  ! 

|  Y  son  pocos  los  que  dan  con  ella  ! 


Guardarse  de  los  falsos  profetas,  y,  15-20  (  =  Lc.  6,  43-44) 

1S  Guardaos  de  los  falsos  profetas, 

que  vienen  a  vosotros  con  vestiduras  de  ovejas ; 

mas  de  dentro  son  lobos  rapaces. 

19  Por  sus  frutos  los  reconoceréis. 

¿  Por  ventura  se  cosechan  uvas  de  los  espinos 

o  higos  de  los  abrojos  ? 

17  Es  así  que  todo  árbol  bueno  produce  frutos  buenos, 
mas  todo  árbol  ruin  produce  frutos  malos. 

18  No  puede  el  árbol  bueno  producir  frutos  malos, 
ni  el  árbol  ruin  producir  frutos  buenos. 

19  Todo  árbol  que  no  produce  fruto  bueno 
es  cortado  y  arrojado  al  fuego. 

30  Así  que  por  sus  frutos  los  reconoceréis. 


Obras,  no  palabras.  7,  21-23  (  =  Lc.  6,  46) 

21  No  todo  el  que  me  dice  :  «Señor,  Señor», 
entrará  en  el  reino  de  los  cielos  ; 

mas  el  que  hace  la  voluntad  de  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos, 


12-&  £i  segundo  grupo,  encabezado  por  la  Regla  de  oro,  comprende  tres  amones- 
taciones :  contra  la  anchura  en  el  vivir,  contra  los  falsos  profetas  y  contra  el  des- 
cuido en  el  bien  obrar. 

12  A  la  doble  medida  del  egoísmo — la  ley  del  embudo — sustituye  el  Maestro  la  ley 
única  y  uniforme  de  la  caridad  y  también  de  la  justicia. 

u~w  Estas  sentencias,  por  su  tono  dolorido,  por  su  ritmo  entrecortado,  son  una 
sentida  elegía. 

15-2U  Este  aviso  es  un  toque  de  alarma  contra  los  maestros  del  error.  Para  des- 
enmascararlos bastará,  mirarles  a  'as  manos,  ver  sus  obras. 

18  No  dice  el  Maestro  que  el  hombre  bueno  no  pueda  hacer  alguna  obra  mala, 
o  viceversa  ;  sino  que  las  obras  externas,  en  conjunto,  son  manifestación  inequívoca 
de  lo  que  hay  en  el  corazón  :  de  lo  bueno,  si  son  buenas  ;  de  lo  malo,  si  son  malas 

21-23  para  entrar  en  el  reino  de  los  cielos  no  basta  saber,  creer,  hablar,  poseer 
carismas  ;   es  necesario  obrar  lo  que  Dios  manda. 


—  36- 


7  22-29 


SAN  MATEO 


éste  entrará  en  el  reino  de  los  cielos. 

"  Muchos  me  dirán  en  aquel  día  :  «Señor,  Señor, 

¿  acaso  no  profetizamos  en  tu  nombre, 

y  en  tu  nombre  lanzamos  demonios, 

y  en  tu  nombre  obramos  muchos  prodigios  ?» 

a  Y  entonces  les  declararé  que  «Nunca  jamás  os  conocí  ; 

apartaos  de  mí  los  que  obráis  la  iniquidad». 


Conclusión  :  la  casa  sobre  peña  y  la  casa  sobre  arena.  7,  34-27  ( =  Lc.  6,  47-49) 


y  Así,  pues,  todo  el  que  escucha  estas  mis  palabras 

y  las  pone  por  obra, 

se  asemejará  a  un  varón  prudente 

que  edificó  su  casa  sobre  la  peña; 

25  y  bajó  la  lluvia,  y  vinieron  los  ríos,  y  soplaron  los  vientos, 

y  se  echaron  sobre  aquella  casa,  y  no  cayó, 

porque  estaba  cimentada  sobre  la  peña. 

&  Y  todo  el  que  escucha  estas  mis  palabras, 

y  no  las  pone  por  obra, 

se  asemejará  a  un  hombre  necio 

que  edificó  su  casa  sobre  la  arena  ; 

"  y  bajó  la  lluvia,  y  vinieron  los  ríos,  y  soplaron  los  vientos, 
y  rompieron  contra  aquella  casa,  y  cayó, 
y  su  derrumbamiento  fué  grande. 


Impresión  del  sermón  en  las  turbas. 
7,  28-29 

28  Y  acaeció  que,  cuando  Jesús  dió 
fin  a  estos  razonamientos,  se  pas- 
maban las  turbas  de  su  enseñanza, 
29  porque  les  enseñaba  como  quien 
tiene  autoridad,  y  no  como  sus  es- 
cribas. 


Curación  de  un  leproso.  8,  1-4 
(  =  Mc.  1,  40-45  =Lc.  5,  12-16) 

o  1 Y  habiendo  El  bajado  de  la 
"  montaña,  le  siguieron  turbas  nu- 
merosas. 2  Y  de  pronto  un  ñeproso, 
llegándose,  le  adoraba,  diciendo  : 

— Señor,  si  quieres,  puedes  lim- 
piarme. 


*1-2'  Conclusión  del  discurso,  que  es  a  la  vez  la  inauguración  del  género  parabó- 
lico. La  parábola  consta  de  dos  elementos  :  la  imagen  y  la  moralidad,  que  son 
como  los  dos  términos  de  una  comparación  desarrollada  dramáticamente.  En  la 
parábola  de  La  casa  sobre  peña  y  la  casa  sobre  arena  la  imagen  es  diáfana.  Tam- 
bién es  clara  la  moralidad.  Varón  prudente  es  el  que  escucha  las  palabras  del 
Maestro  con  seriedad,  tomándolas  como  norma  de  vida  con  el  firme  propósito  de 
cumplirlas.  Hombre  necio  es  el  que  las  oye  por  oír,  por  pasatiempo,  aunque  sea 
admirando  la  alteza  de  sus  enseñanzas  o  recreándose  estérilmente  en  sus  encantos 
estéticos. 

2S-a'  Esta  observación  del  evangelista  refleja  la  enorme  impresión  que  el  sermón 
hizo  en  los  oyentes.  A  diferencia  de  los  escribas,  cuya  enseñanza  era  mera  repetición 
de  dichos  ajenos  apoyados  en  autoridad  ajena,  el  Maestro  hablaba  por  propia  auto- 
ridad, expresando  su  pensamiento  propio  y  personal. 

Q  M  Los  dos  capítulos  siguientes,  en  que  se  interrumpe  la  serie  cronológica  de  los 
O  hechos,  son  una  colección  de  milagros,  entresacados  de  la  primera  mitad  de  la 
vida  pública  del  Salvador.  El  plan  del  evangelista  es  magnífico.  Presentado  Jesús 
como  Maestro  en  el  sermón,  se  presentan  ahora  en  estos  milagros  las  credenciales 
divinas  que  acreditan  su  mesianidad. 

'  Los  leprosos,  alejados  por  la  ley  de  toda  sociedad  humana,  si  tal  vez  se  en- 
contraban con  alguno,  para  que  no  se  les  acercase  clamaban  :  tlmpuro,  impuro.» 
Este  leproso  pasó  por  encima  de  la  ley. 


—  37  — 


8  3-11 


SAN  MATEO 


8  12'17 


*  Y  extendiendo  su  mano  le  tocó, 
diciendo  : 

— Quiero,  sé  limpio. 

Y  al  punto  fué  curada  su  lepra. 
'  Y  le  dice  Jesús  : 

— Mira,  no  lo  digas  a  nadie,  sino 
anda,  muéstrate  al  sacerdote  y  ofre- 
ce el  don  que  ordenó  Moisés,  para 
que  les  sirva  de  testimonio. 


Sana  al  siervo  del  centurión.  8,  5-13 
(  =  Lc.  7,  i-id) 

6  Y  habiendo  entrado  en  Cafar- 
naúm,  se  llegó  a  él  un  centurión, 
rogándole  "  y  diciendo  : 

— Señor,  mi  muchacho  yace  en  ca- 
sa paralítico,  presa  de  atroces  tor- 
turas. 

'  Y  le  dice  Jesús  : 

— Allá  voy,  y  le  curaré. 

8  Y  respondiendo  el  centurión,  dijo  : 

— Señor,  no  soy  digno  de  que  en- 
tres debajo  de  mi  techo  ;  mas  or- 
dénalo con  una  sola  palabra,  y  que- 
dará sano  mi  muchacho.  0  Que  tam- 
bién yo  soy  un  simple  subordinado, 
que  tengo  soldados  a  mi  mando,  y 
digo  a  éste  :  «Ve»,  y  va  ;  ya  otro  : 
«Ven»,  y  viene  ;  y  a  mi  esclavo  : 
«Haz  esto»,  y  lo  hace. 

10  Al.  oír  esto  Jesús  se  maravilló, 
y  dijo  a  los  que  le  seguían  : 

— En  verdad  os  digo  que  en  nadie 
hallé  tan  grande  fe  en  Israel.  n  Y  os  I 


digo  que  vendrán  muchos  del  orien- 
te y  del  occidente  y  se  recostarán  a 
la  mesa  con  Abrahán,  Isaac  y  Ja- 
cob en  el  reino  de  los  cielos  ;  12  en 
cambio,  los  hijos  del  reino  serán 
echados  a  las  tinieblas  de  allá  fue- 
ra :  allí  será  el  llanto  y  el  rechinar 
de  los  dientes. 
13  Y  dijo  Jesús  al  centurión  : 
— Anda;  como  creíste,  hágase  con- 
tigo. 

Y  sanó  el  muchacho  en  aquella 
hora. 


Sana  a  la  suegra  de  Pedio.  8,  14-15 
(  =  Mc.  1,  29-31  =Lc.  4,  3-39) 

"  Y  venido  Jesús  a  la  casa  de  Pe- 
dro, vió  a  la  suegra  de  éste  postrada 
en  cama  y  calenturienta.  15  Y  la  to- 
mó de  la  mano,  y  la  dejó  la  calen- 
tura ;  y  se  levantó,  y  le  servía. 


Libra  endemoniados  y  cura  enfermos. 
8,  16-17  (  =  Mc.  32-34  =Lc.  4,  40-41) 

"  Y  llegado  el  atardecer,  le  pre- 
sentaron muchos  endemoniados ,  y 
lanzó  los  espíritus  con  su  palabra, 
v  a  todos  los  que  se  hallaban  mal 
los  curó,  "  para  que  se  cumpliese 
lo  anunciado  por  el  profeta  Isaías, 
cuando  dice  (53,  4)  : 


4  Para  que  les  sirva  de  testimonio  :  para  que  el  reconocimiento  oficial  de  tu 
curación,  base  indispensable  de  las  ofrendas  y  sacrificios  prescritos,  sirva  a  todos 
de  atestado  auténtico  de  que  estás  curado  de  tu  lepra. 

0  Se  llegó  a  él  :  la  presentación  del  centurión  puede  entenderse  de  dos  maneras  : 
o  en  sentido  físico  (él  en  persona)  o  en  sentido  moral  (en  la  persona  de  los  judíos 
y  de  los  amigos,  que,  según  San  Lucas,  mandó  él  a  Jesús).  Salva,  por  tanto,  la 
veracidad  de  los  evangelistas,  pueden  admitirse  ambas  hipótesis.  Parece,  con  todo, 
más  probable  la  presentación  moral.  San  Lucas,  que  tan  minuciosamente  precisa  la 
doble  delegación  de  los  judíos  y  de  los  amigos,  no  hubiera  callado  la  presentación 
personal  del  centurión,  de  haberse  ésta  efectuado  realmente.  En  este  supuesto,  la 
expresión  de  San  Mateo  significa  simplemente  que  el  centurión  acudió  a  Jesús.  Esto 
era  lo  que  le  interesaba  para  su  objeto,  y  esto  quiso  expresar,  sin  determinar  el 
modo  de  la  presentación. 

8  Señor,  no  soy  digno  :  la  Iglesia  no  ha  hallado  palabras  más  apropiadas  que 
las  de  este  soldado  gentil  para  disponer  inmediatamente  los  fieles  a  la  devota  re- 
cepción de  los  sacrosantos  Misterios. 

10  Se  maravilló  :  110  sólo  manifestó  admiración,  sino  que  pudo  sentirla.  Toda  la 
ciencia  sobrenatural  no  inhibía  en  Cristo  el  funcionamiento  normal  de  la  inteli- 
gencia, combinada  con  la  acción  de  la  fantasía  y  de  los  sentidos,  y  su  espontánea 
repercusión  en  las  facultades  afectivas.  Según  esto,  el  fenómeno  extraordinario  de  la 
fe  del  centurión,  al  presentarse  a  los  sentidos  de  Jesús,  y  por  los  sentidos  a  su 
fantasía  y  a  su  inteligencia,  provocó  espontáneamente  el  sentimiento  de  la  admi- 
ración. 

Este   milagro  es  uno  de  los  primeros  obrados  por  Jesús. 
"  iAl  atardecer»  :   con  esto  terminaba  el  reposo  sabático. 


—  28  — 


8  18-27 


SAN  MATEO 


8  28-9  2 


El  tomó  nuestras  flaquezas 
y  llevó  nuestras  enfermedades. 


Dos  vocaciones :  condiciones  para  el 
apostolado.  S,  18-22  (  =  Lc.  9,  57-62) 

"  Y  viendo  Jesús  grandes  muche- 
dumbres en  derredor  suvo,  mandó 
partir  a  la  ribera  opuesta.  19  Y  lle- 
gándose un  escriba,  le  dijo  : 

— Maestro,  te  seguiré  adondequie- 
ra que  partas. 

20  Y  le  dice  Jesús  : 

— Las  zorras  tienen  madrigueras, 
3-  las  aves  del  cielo,  nidos  ;  mas  el 
Hijo  del  hombre  no  tiene  donde  re- 
clinar la  cabeza. 

23  Otro  de  los  discípulos  le  dijo  : 

— Señor,  permíteme  que  vaya  pri- 
mero y  entierre  a  mi  padre. 

Si  Mas  Jesús  le  dice  : 

— Sigúeme,  y  deja  a  los  muertos 
enterrar  sus  muertos. 

La  tempestad,  sosegada.  8,  23-27 
(  =  Mc.  4,  35-40  =Lc.  8,  22-25) 

23  Y  habiendo  El  subido  a  la  nave, 
le  siguieron  sus  discípulos.  11  De 
pronto  se  produjo  una  gran  agita- 
ción en  el  mar,  de  suerte  que  las 
olas  cubrían  la  nave.  El,  en  tanto, 
dormía.  26  Y  llegándose  los  discípu- 
los, le  despertaron,  diciendo  : 

— Señor,  ¡socorro!,  nos  perdemos. 

M  Y  les  dice  : 

— ¿  Por  qué  estáis  acobardados, 
hombres  de  poca  fe  ? 

Entonces,  levantándose,  habló  con 
imperio  a  los  vientos  y  al  mar,  y  se 
produjo  grande  bonanza.  *  Y  los 
hombres  se  maravillaron,  diciendo  : 

— ¿  Quién  es  éste,  que  aun  los  vien- 
tos y  el  mar  le  obedecen  ? 


Los  dos  endemoniados  gadarenos. 
8,  28-34  (  =  Mc.  5,  1-20  =Lc.  8,  26-39.) 

a  Y  llegado  que  hubo  a  la  ribera 
opuesta,  a  la  región  de  los  gadare- 
nos,  se  encontraron  con  él  dos  en- 
demoniados, que  salían  de  los  sepul- 
cros, bravios  por  demás,  hasta  el 
punto  de  no  poder  uno  pasar  por 
aquel  camino.  29  Y  de  pronto  se  pu- 
sieron a  gritar,  diciendo  : 

— ¿Qué  tenemos  que  ver  nosotros 
contigo,  Hijo  de  Dios  ?  ¿  Viniste  acá 
antes  de  tiempo  a  atormentarnos  ? 

Había  lejos  de  ellos  una  piara  de 
cerdos  que  pacía.  31  Y  los  demonios 
le  rogaban,  diciendo  : 

— Si  nos  echas,  mándanos  a  la  pia- 
ra de  los  cerdos. 

32  Y  les  dijo  : 

—Id. 

Y  ellos  en  saliendo  se  fueron  a  los 
cerdos,  y  he  aquí  que  la  piara  entera 
se  lanzó  despeñadero  abajo  al  mar, 
y  murieron  en  las  aguas.  n  Y  los 
pastores  huyeron,  y  en  llegando  a  la 
ciudad  dieron  aviso  de  todo  y  de  lo 
ocurrido  con  los  endemoniados.  84  Y 
al  punto  la  ciudad  entera  salió  al  en- 
cuentro de  Jesús,  y,  como  le  vieron, 
le  rogaron  que  se  ausentase  de  sus 
confines. 


El  paralítico  de  Cajarnaúm.  9,  1-8 
(=Mc.  2,  1-12  =Lc.  5,  17-26) 

q    1  Y  subiendo  en  la  nave,  hizo  la 
travesía  y  vino  a  su  ciudad. 
'  Y  he  ^qui  que  le  traían  un  para- 
lítico echado  sobre  una  camilla.  Y 


a-21  DoT>le  tempestad  :  en  las  olas,  en  el  corazón  de  los  discípulos.  Con  calma 
divina,  con  poderío  divino,  se  enfrenta  Jesús  con  la  doble  tempestad  :  sosiega  la 
turbulencia  de  las  olas  y  la  turbación  de  los  discípulos.  Bonanza  en  el  mar,  fe  en 
los  discípulos,  asombrados. 

26  La  región  de  los  gadarenos  tomaba  su  nombre  de  la  ciudad  de  Gadara,  situa- 
da ai  SE.  del  lago. 

*°  Una  piara  :  rebaño  ilegal  y  nefando  en  tierra  de  Israel. 

»2  La  permisión  de  Jesús  estaba  justificada.  Esa  piara  de  2.000  cerdos  era  un 
desprecio  de  la  ley  de  Moisés.  Y  la  grosería  que  sus  dueños  cometieron  luego  con 
Jesús  delataba  su  bajo  nivel  moral. 

Q  2  Perdonados  te  son  tus  pecados  :  esta  declaración  es  un  acto  no  sólo  de  bondad, 
&  sino  tamuién  de  gallarda  osadía.  La  presencia  del  paralítico  creaba  un  problema :  el 
ite  los  poderes  taumatúrgicos  de  Jesús.  Jesús,  lejos  de  arredrarse,  se  complace  en 
agudizar  el  problema,  arrogándose  otros  poderes  más  divinos. 


—  29  — 


9  3-10 


SAN  MATEO 


9  u"17 


viendo  Jesús  la  fe  de  ellos,  dijo  al 
paralítico  : 

— Buen  ánimo,  hijo  ;  perdonados 
te  son  tus  pecados. 

3  Y  he  aquí  que  algunos  de  los  es- 
cribas dijeron  para  sí  : 

— Este  blasfema. 

4  Y  conociendo  Jesús  los  pensa- 
mientos de  ellos,  dijo  : 

— ¿  A  qué  revolvéis  malos  pensa- 
mientos en  vuestros  corazones  ? 5  Pues 
¿  cuál  es  más  fácil,  decir  «Perdona- 
dos te  son  tus  pecados»  o  decir  «Le- 
vántate y  anda  ?»  6  Pues  para  que 
entendáis  que  el  Hijo  del  hombre 
tiene  en  la  tierra  potestad  de  perdo- 
nar ,pecados,  entonces  dice  al  para- 
lítico :  Levántate,  toma  tu  camilla  y 
marcha  a  tu  casa. 

*  Y  levantándose,  marchó  a  su  ca- 
sa. 8  Y  viéndolo  las  turbas,  se  espan- 
taron y  glorificaron  a  Dios,  que  ha- 
bía dado  tan  grande  potestad  a  los 
hombres. 

Vocación  de  Mateo,  g,  9-13  (  =  Mc.  2, 
13-17  =Lc.  5,  27-32) 

9  Y  partiendo  de  allí,  vió  Jesús  a 
su  paso  un  hombre,  llamado  Mateo, 
sentado  en  su  despacho  de  aduanas, 
y  le  dice  : 

— Sigúeme. 

Y  levantándose  le  siguió.  10  Y  acon- 
teció que,  estando  él  a  la  mesa  en  la 


casa,  he  aquí  que  muchos  publica- 
nos  y  pecadores,  que  habían  acudi- 
do, estaban  a  la  mesa  con  Jesús  y 
sus  discípulos.  11  Y  como  le  vieron 
los  fariseos,  decían  a  sus  discípulos : 

— ¿  Cómo  es  que  vuestro  maestro 
come  con  publícanos  y  pecadores  ? 

13  El,  como  lo  oyó,  dijo  : 

— No  tienen  los  robustos  necesi- 
dad de  médico,  sino  los  que  están 
mal.  18  Andad  y  aprended  qué  quie- 
re decir  «Misericordia  quiero,  que  no 
sacrificio»  (Os.  6,  6).  Que  no  vine  a 
llamar  justos,  sino  pecadores. 


Cuestión  sobre  el  ayuno.  9,  14-17 
(  =  Mc.  2,  18-22  =Lc.  5,  33-39) 

"  Entonces  se  le  acercan  los  dis- 
cípulos de  Juan,  diciendo  : 

— ¿  Por  qué  nosotros  y  los  fariseos 
ayunamos  frecuentemente  y,  en  cam- 
bio, tus  discípulos  no  ayunan  ? 

15  Y  les  dijo  Jesús  : 

— ¿Acaso  pueden  afligirse  los  hi- 
jos de  la  sala  nupcial  en  tanto  que 
está  con  ellos  el  esposo  ?  Días  ven- 
drán cuando  les  haya  sido  arrebata- 
do el  esposo,  y  entonces  ayunarán. 
"  Nadie  echa  un  remiendo  de  pa- 
ño tieso  sobre  un  vestido  viejo,  por- 
que la  pieza  sobrepuesta  lleva  algo 
del  vestido  y  se  hace  un  desgarrón 
peor.  "  Ni  echan  vino  nuevo  en  odres 


3-1  A  la  declaración  de  Jesús  siguió  el  escándalo  de  los  escribas.  Ante  el  doble 
problema,  la  expectación  fué  enorme.  Jesús  debia  dar  satisfacción  a  la  fe  del  pa- 
ralítico y  al  escándalo  de  los  escribas.  ¿  Qué  haría  ? 

M  La  solución  fué  magistral.  Enlazando  y  acoplando  los  dos  problemas,  Jesús, 
con  un  período  desconocido  por  la  retórica  humana,  corta  de  un  tajo  el  nudo  del 
doble  problema  :  el  doctrinal  en  la  prótasis,  el  práctico  en  la  apódosis.  Mudez  en 
los  escribas,  asombro  en  las  turbas. 

•Mateo:  llamábase  también  Leví.  ||  Sigúeme:  voz  de  atracción  y  de  imperio. 
Es  verosímil  que  ya  de  antes  conociera  Mateo  a  Jesús. 

10  Publícanos  y  pecadores:  los  publícanos  eran  los  compañeros  de  oficio;  los  po- 
cadores,  ¿  serán  hombres  de  negocios,  sospechosos  de  complicidades  turbias  con  los 
publícanos  ? 

12-u  Con  tres  razones  rebate  Jesús  la  cobarde  censura  de  los  fariseos.  La  pri- 
mera es  una  parábola  en  miniatura,  tan  transparente  como  intencionada.  La  segunda 
es  una  contracensura,  que  tilda  la  ignorancia  y  dureza  de  entrañas  de  aquellos 
farsantes.  La  tercera,  finamente  irónica,  viene  a  decir :  Como  yo  he  venido  a  lla- 
mar no  a  justos,  sino  a  pecadores,  natural  es  que  vengan  a  mí  esos  pecadores, 
y  no  vosotros  los  justos. 

"Los  discípulos  de  Juan:  1  coligados  con  los  fariseos!  ||  Ayunamos:  es  proba- 
ble que  aquél  era  para  ellos  día  de  ayuno. 

Responde  Jesús  con  tres  diminutas  parábolas.  La  primera  es  de  altísimo 
valor  teológico.  En  ella  declara  Jesús  su  divinidad  y  su  futura  pasión  :  su  divinidad, 
al  llamarse  el  esposo,  que  en  los  profetas  no  era  otro  que  Yahvé ;  su  pasión,  al 
anunciar  que  el  esposo  les  sería  arrebatado.  La  segunda  parábola  declara  incom- 
patibles la  vejez  judaica  y  la  novedad  evangélica.  La  tercera,  de  sentido  análogo, 
declara  que  el  vino  nuevo  del  Evangelio  no  podía  ponerse  en  los  odres  viejos  del 
fariseísmo. 


—  30  — 


9  18-26 


SAN  MATEO 


9  27-34 


viejos  ;  que  si  no,  revientan  los  odres, 
y  el  vino  se  derrama,  y  los  odres 
se  echan  a  perder  ;  sino  que  echan 
vino  nuevo  en  odres  nuevos,  y  en- 
trambos se  conservan. 


Satia  a  la  hemorroisa  y  resucita  a  la 
hija  de  Jairo.  9,  18-26  (  =  Mc.  5,  21-43 
=  Lc.  8,  40-56) 

u  Mientras  El  les  estaba  diciendo 
estas  cosas,  de  pronto  un  jefe,  que 
acababa  de  llegar,  se  postraba  de- 
lante de  El,  diciendo  que 

— Mi  hija  acaba  de  fallecer  ;  mas 
ven,  pon  tu  mano  sobre  ella  y  vivirá. 

"  Y  levantándose  Jesús,  le  siguió, 
y  con  él  sus  discípulos. 

20  Y  en  esto  una  mujer  que  pade- 
cía flujo  de  sangre  hacía  doce  años, 
acercándosele  por  detrás,  tocó  la 
franja  de  su  manto.  21  Porque  decía 
para  sí  :  «Como  toque  solamente  su 
manto  cobraré  salud.»  22  Mas  Jesús, 
volviéndose  y  viéndola,  dijo  : 

— Buen  ánimo,  hija  ;  tu  fe  te  ha 
dado  la  salud. 

Y  cobró  salud  la  mujer  desde 
aquel  punto. 

23  Y  llegado  Jesús  a  la  casa  del  je- 
fe y  viendo  los  flautistas  y  la  turba 
alborotada,  u  decía  : 

— Retiraos,  que  no  ha  muerto  la 
niña,  sino  duerme. 

Y  se  burlaban  de  El.  a  Y  una  vez 
hubo  sido  despejada  la  turba,  en- 
trando, tomó  a  la  niña  de  la  mano, 
y  ella  se  levantó.  M  Y  se  extendió  la 
"fama  del  hecho  por  toda  aquella  tie- 
rra. 


Abre  Jesús  los  ojos  a  dos  ciegos. 
9.  27-31 

27  Al  partir  Jesús  de  allí,  le  siguie- 
ron dos  ciegos,  que  a  gritos  decían  : 

— Compadécete  de  nosotros,  hijo 
de  David. 

28  Cuando  hubo  llegado  a  la  casa, 
se  le  presentaron  los  ciegos,  y  les 
dice  Jesús  : 

— ¿Creéis  vosotros  que  puedo  ha- 
cer eso  ? 
Dícenle  : 
—Sí,  Señor. 

29  Entonces  les  tocó  los  ojos,  di- 
ciendo : 

— Según  vuestra  fe,  hágase  así  con 
vosotros. 

30  Y  se  les  abrieron  los  ojos.  Y  Je- 
sús les  dió  órdenes  terminantes,  di- 
ciendo : 

— Mirad  que  nadie  lo  sepa. 

83  Mas  ellos,  en  saliendo  de  allí, 
esparcieron  su  fama  por  toda  aque- 
lla tierra. 


Sana  Jesús  a  un  mudo  endemoniado. 
9.  32-34 


82  No  bien  habían  salido  los  cie- 
gos, cuando  le  presentaron  un  hom- 
bre mudo  endemoniado.  83  Y  habien- 
do sido  lanzado  el  demonio,  habló  el 
mudo.  Y  se  maravillaron  las  turbas, 
diciendo  : 

— Nunca  jamás  se  vió  tal  en  Is- 
rael. 

34  Pero  los  fariseos  decían  : 
— Si  lanza  los  demonios,  es  en  vir- 
tud del  príncipe  de  los  demonios. 


u  Un  jefe  :   el  arehisinagogo,  llamado  Jairo.  Tenía  fe,  pero  menguado. 
*-a  Un  milagro  insertado  en  la  narración  de  otro. 

"  La  franja  :  se  refiere  a  las  borlas  que  los  israelitas  llevaban  en  las  extremi- 
dades inferiores  de  los  mantos. 

31  Como  toque...  :  expresión  de  una  fe  tan  viva  como  imperfecta  y  aun  supersticiosa. 
"  Tu  fe...  :  atiende  Jesús  más  a  la  sinceridad  de  la  fe  que  a  su  imperfección. 

23  Los  flautistas  y  las  plañideras  asalariadas  daban  al  luto  de  los  judíos  un  ca- 
lácter  ruidoso  y  espectacular. 

24  No  ha  muerto  :  la  discreta  reserva  del  Maestro,  unida  a  la  sobriedad  de  la 
narración,  es  sello  de  autenticidad  y  de  verdad. 

36  Es  verdaderamente  divina  la  sencillez  y  naturalidad  con  que  Jesús  obra  el 
más  estupendo  de  los  milagros  :   !a  resurrección  de  un  muerto. 

x  La  fe  obra  milagros...  cuando  interviene  una  potencia  divina  que  los  obra.  La  fe 
no  es  la  potencia  que  los  obra,  sino  una  condición  que  Dios  suele  exigir  para  obrarlos. 

"  Los  fariseos  han  hallado  la  fórmula  para  explicar  diabólicamente  los  enojosos 
milagros  da  Jesús.  Pero  esa  fórmula  diabólica  presupone  la  historicidad  de  los  he- 
chos. Precisamente  esta  historicidad  es  lo  que  a  nosotros  más  nos  interesa  :  la  ver- 
dad filosófica  y  teológica  de  los  hechos  podemos  conocerla  nosotros  directamente. 


SAN  MATEO 


10  1-11 


Misión  por  Galilea:  escasez  de  obre- 
ros 9,  35-38  (  =  Mc.  6,  6) 

35  Y  recorría  Jesús  las  ciudades  to- 
das y  las  aldeas,  enseñando  en  sus 
sinagogas  y  predicando  el  Evange- 
lio del  reino  y  curando  toda  enfer- 
medad y  toda  dolencia.  Y  viendo 
¡as  turbas  se  le  enternecieron  las  en- 
trañas para  con  ellas,  pues  andaban 
deshechos  y  echados  por  los  suelos, 
como  ovejas  que  no  tenían  pastor. 
s:  Entonces  dice  a  sus  discípulos  : 

— La  mies  es  mucha,  mas  los  obre- 
ros pocos  ;  38  rogad,  pues,  al  señor 
de  la  mies  que  despache  obreros  a 
su  mies. 


Poderes  otorgados  a  los  doce  após- 
toles. 10,  1-4  (  =  Mc.  6,  7  ;  3,  13-ig 
=  Lc.  6,  12-16) 

1  n  'Y  llamando  a  sí  a  sus  doce 
xv  discípulos,  les  dió  potestad  so- 
bre los  espíritus  impuros  para  lan- 
zarlos y  para  curar  toda  enfermedad 
y  toda  dolencia.  2  Y  los  nombres  de 
los  doce  apóstoles  son  éstos  :  pri- 
mero Simón,  llamado  Pedro,  y  An- 
drés, su  hermano,  y  Santiago  el  del 
Zebedeo,  y  Juan,  su  hermano;  "Fe- 
lipe y  Bartolomé,  Tomás  y  Mateo  el 
publicano,  Santiago  el  de  AJfeo  y 
Tadeo,  4  Simón  el  Cananeo  y  Judas 
el  Iscariote,  el  que  le  entregó. 


Misión  de  los  Doce:  instrucciones.  10,  5-15  (  =  Mc.  6,  8-11  =Lc.  9,  3-5) 


■  A  estos  doce  envió  Jesús,  después  de  darles  instrucciones,  diciendo  : 

No  vayáis  camino  de  los  gentiles 
ni  entréis  en  ciudad  de  samaritanos  ; 

6  id  más  bien  a  las  ovejas  descarriadas  de  la  casa  de  Israel. 

I  Y  durante  vuestro  camino  predicad  diciendo : 
«Está  cerca  el  reino  de  los  cielos.» 

"  Curad  enfermos,  resucitad  muertos, 
limpiad  leprosos,  lanzad  demonios  ; 
de  balde  lo  recibisteis,  de  balde  dadlo. 

0  No  os  procuréis  oro,  ni  plata,  ni  calderilla  en  vuestras  fajas, 
,n  ni  zurrón  para  el  camino,  ni  dos  túnicas,  ni  zapatos,  ni  bastón ; 
porque  digno  es  el  obrero  de  su  mantenimiento. 

II  Y  en  la  ciudad  o  aldea  en  que  entréis, 
averiguad  quién  haya  en  ella  digno, 


>=-3s  Esta  narración  esquemática  cíe  la  tercera  misión  de  Jesús  por  Galilea  pre- 
para las  instrucciones  misionales  que  el  Maestro  va  a  dar  a  los  apóstoles. 

36  ¡Que  contraste  entre  los  malos  pastores,  que  dejaban  perecer  las  ovejas,  y  el 
buen  Pastor,  que  tan  cordialniente  se  interesa  por  su  bien! 

37  La  mies  es  mucha  :  palabras  que  han  provocado  tantos  heroísmos  y  que  cen- 
suran  tantas  cobardías. 

ss  Rogad  :  a  la  oración  están  vinculadas  las  vocaciones  misioneras  y  el  fruto 
de  las  misiones. 

-JA1"4  Consignados  los  estupendos  poderes  otorgados  a  los  apóstoles,  se  propone  la 
-*■"  lista  de  los  Doce,  que  consta  de  tres  cuaternas,  presididas,  respectivamente,  por 
Pedro,  Felipe  y  Santiago  el  Menor.  La  elección  de  los  Doce  había  ocurrido  inme- 
diatamente antes  del  sermón  de  la  Montaña. 

5-15  Las  instrucciones  del  Maestro  abarcan  estos  siete  puntos  :  campo  de  acción, 
tema  de  la  predicación,  obras  de  beneficencia,  total  desinterés,  pobreza  y  austeri- 
dad,  hospedaje,   perspectivas  de  fracaso. 

10  Ni  bastón  :  esta  prohibición  parece  contraria  a  la  permisión  consignada  en 
San  Marcos  (6,  8)  :  isino  sólo  bastón».  A  esta  dificultad  clásica  se  han  dado  varias 
soluciones.  Primera  :  el  Maestro  prohibe  el  palo  (de  defensa)  y  permite  el  bastón 
(de  apoyo).  Segunda  :  ambas  expresiones,  fragmentarias,  serían  parte  de  una  frase 
más  completa  y  matizada,  en  la  cual  se  prohibiría  el  uso  del  bastón  no  absoluta, 
mente.  Tercera  :  se  emplearía  una  frase  aramea,  popular  e  hiperbólica,  que,  al  ser 
traducida,  pudo  indiferentemente  tomar  la  forma  prohibitiva  o  permisiva,  que  ex- 
presase igualmente  lo  que  el  Maestro  deseaba  inculcar,  es  decir,  la  pobreza  en 
el  viajar. 


—  32  — 


10  12-23 


SAN  MATEO 


10  í2-& 


y  quedaos  allí  hasta  que  partáis. 
Y  al  entrar  en  la  casa,  saludadla  ; 

13  y  si  la  casa  fuere  digna,  venga  vuestra  paz  sobre  ella; 
mas  si  no  fuere  digna,  tórnese  a  vosotros  vuestra  paz. 

14  Y  si  alguno  no  os  recibiere  ni  escuchare  vuestras  palabras, 
saliéndoos  afuera  de  aquella  casa  o  ciudad, 

sacudid  el  polvo  de  vuestros  pies. 

"  En  verdad  os  digo,  se  usará  menos  rigor 

con  la  tierra  de  Sodoma  y  Gomorra, 

en  el  día  del  juicio,  que  con  aquella  ciudad. 


/ nstntcciones  para  las  misiones  futuras,  io,  16-23 

16  Mirad,  yo  os  envío  como  ovejas  en  medio  de  lobos  ; 

sed,  pues,  prudentes  como  las  serpientes 

y  sencillos  como  las  palomas. 

Í7  Recataos  de  los  hombres, 

porque  os  entregarán  a  los  sanedrines 

y  en  sus  sinagogas  os  azotarán  ; 

is  seréis  llevados  por  mi  causa  a  los  gobernadores  y  reyes, 
para  que  sirva  de  testimonio  a  ellos  y  a  los  gentiles. 
,9  Y  cuando  os  entregaren,  no  os  preocupéis 
de  cómo  o  qué  habéis  de  hablar, 

porque  os  será  dado  en  aquella  hora  lo  que  hayáis  de  hablar ; 

30  que  no  seréis  vosotros  los  que  hablaréis, 

sino  el  Espíritu  de  vuestro  Padre  quien  hablará  en  vosotros. 

m  Entregará  el  hermano  al  hermano  a  la  muerte,  y  el  padre  al  hijo, 

V  se  alzarán  los  hijos  contra  los  padres  y  los  harán  morir. 

32  Y  seréis  aborrecidos  de  todos  a  causa  de  mi  nombre  ; 

mas  el  que  permanezca  firme  hasta  el  fin,  éste  será  salvo. 

a  Y  cuando  os  persigan  en  esta  ciudad,  huid  a  la  otra  ; 

y  cuando  también  en  esta  otra  os  persigan,  huid  a  otra ; 

porque  de  verdad  os  digo,  no  acabaréis  con  las  ciudades  de  Israel 

hasta  que  venga  el  Hijo  del  hombre. 


16-  2)  Estas  nuevas  instrucciones,  a  diferencia  de  las  anteriores,  miran  a  un  futuro 
algo  lejano.  En  las  anteriores,  el  campo  de  acción  es  Israel,  en  éstas  es  también 
la  gentilidad. 

17-  1»  Serán  perseguidos  los  apóstoles,  no  sólo  por  los  judíos,  sino  también  por 
los  gobernadores  y  reyes.  Es  de  notar  que  estas  persecuciones  se  verificaron  ya 
antes  del  año  70  y  en  tierra  de  Israel.  Gobernadores  fueron  Félix  y  Porcio  Festo  ; 
reyes,  Agripa  I  y  Agripa  II. 

a  Testimonio  :  la  palabra  original  martirio  había  de  ser  el  término  técnico  que 
expresase  este  testimonio  de  sangre. 

a-a  El  Evangelio,  abrazado  por  unos,  rechazado  por  otros,  será  ocasión  de  dis- 
cordias y  persecuciones. 

33  Hasta  que  venga  el  Hijo  del  hombre:  esta  venida  es,  según  unos,  la  parusia 
o  advenimiento  de  Cristo  al  fin  de  los  siglos  ;  según  otros,  la  destrucción  de  Jeru- 
salén  y  del  templo  ocurrida  el  año  70.  Esta  segunda  solución,  bien  entendida,  parece 
preferible.  E»  de  notar  que  la  destrucción  y  la  parusia  no  son  dos  hechos  inco- 
nexos. La  destrucción,  por  una  parte,  se  presenta  como  imagen  simbólica  de  la 
parusia  ;  por  otra,  es  como  la  inauguración  o  primer  acto  del  juicio  de  Dios  sobre 
los  hombres.  Por  esta  doble  conexión,  la  destrucción  y  la  parusia  forman  un  todo 
y  como  un  bloque  único,  que  constituye  la  venida  del  Hijo  del  hombre  en  toda 
su  integridad.  La  destrucción  es  la  venida  iniciada  ;  la  parusia,  la  venida  consu- 
mada. Por  lo  demás,  la  frase  precedente  no  acabaréis  con  las  ciudades  de  Israel, 
ya  se  tomen  como  ciudades  de  refugio,  ya  como  campo  de  evangelización,  ya  más 
probablemente  en  ambos  sentidos  a  la  vez,  pudo  tener  su  verificativo  antes  del 
año  70,  como  antes  se  ha  notado 

—  33  — 


N  T.  2 


10  24-38 


SAN  MATEO 


10  24-38 


Instrucciones  para  todo  tiempo,  io,  24-42;  11,  1 

24  No  es  un  discípulo  más  que  el  maestro, 
ni  un  esclavo  más  que  su  amo; 

25  bastante  es  para  el  discípulo  ser  como  su  maestro, 
y  para  el  esclavo  ser  como  su  amo. 

Si  al  señor  de  casa  llamaron  Belzebú, 

¿  cuánto  más  a  los  de  su  casa  ? 

28  Así  que  no  les  cobréis  miedo, 

pues  no  hay  nada  encubierto  que  no  se  descubra, 

ni  nada  escondido  que  no  se  dé  a  conocer. 

37  Lo  que  os  digo  en  la  oscuridad,  decidlo  a  la  luz  del  día , 

y  lo  que  escucháis  al  oído,  pregonadlo  desde  las  azoteas. 

28  Y  no  temáis  a  los  que  matan  el  cuerpo, 
pero  al  alma  no  la  pueden  matar ; 

sino  temed  más  bien  al  que  puede  arruinar  alma  y  cuerpo  en  la  gehena. 

29  ¿No  se  venden  acaso  dos  gorriones  por  un  sueldo  ? 

Y  ni  uno  de  ellos  caerá  en  tierra  sin  disposición  de  vuestro  Padre. 
80  Y  de  vosotros,  hasta  los  cabellos  de  la  cabeza  están  todos  contados. 
,l  No  temáis,  pues;  más  que  muchos  gorriones  valéis  vosotros. 
12  Todo  aquel,  pues,  que  se  declare  por  mí  ante  los  hombres, 
también  yo  me  declararé  por  él  ante  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos ; 

33  mas  quien  me  niegue  a  mí  ante  los  hombres, 

también  yo  le  negaré  a  él  ante  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos. 

34  No  os  imaginéis  que  vine  a  poner  paz  sobre  la  tierra  ; 
no  viene  a  poner  paz,  sino  espada. 

35  Porque  vine  a  separar  al  hombre  contra  su  padre, 
y  a  la  hija  contra  su  madre, 

y  a  la  nuera  contra  su  suegra ; 

30  y  los  enemigos  del  hombre  serán  los  de  su  casa. 

37  Quien  ama  al  padre  o  a  la  madre  más  que  a  mí,  no  es  digno  de  mí ; 
y  quien  ama  al  hijo  o  a  la  hija  más  que  a  mí,  no  es  digno  de  mí ; 

38  y  quien  no  toma  su  cruz  y  sigue  en  pos  de  mí,  no  es  digno  de  mí. 


21-42  Estas  ulteriores  instrucciones,  más  generales,  se  reparten  en  tres  grupos. 
El  primero  gira  en  torno  a  las  persecuciones  (24-33)  ;  el  segundo  versa  sobre  los 
conflictos  provocados  por  el  Evangelio  y  la  necesidad  de  abrazarse  con  la  cruz 
(34-39)  ¡  el  tercero  encarece  el  galardón  destinado  a  los  que  reciben  los  enviados 
de  Cristo  (40-42). 

24  No  es  un  discípulo  más  QUE  el  Maestro  :  esta  sentencia  proverbial  significa 
aquí  que  un  discípulo  no  puede  pretender  mejor  trato;  que  el  dado  a  su  maestro. 

26  No  hay  nada  encubierto  que  no  se  descubra  :  este  dicho  proverbial,  aducido 
otras  veces  contra  la  hipocresía,  tiene  aquí  otro  sentido  :  que  el  Evangelio,  anun- 
ciado ahora  en  secreto,  110  pretende  disimularse  entre  sombras,  antes  apetece  la  luz 
y  la  publicidad,  para  imponerse  y  triunfar  ;  la  innata  fuerza  expansiva  de  la  ver- 
dad, rompiendo  las  trabas  del  secreto,  se  abrirá  camino,  sin  que  nada  pueda  detener 
su  paso  arrollador. 

31  MÁS  que  muchos  gorriones  valéis  vosotros  :  frases  como  éstas,  tan  pintores- 
cas como  trascendentales,  sólo  el  Maestro  sabe  forjarlas.  Bastaban  ellas  para  auten- 
ticar el  Evangelio. 

82^33  En  el  fondo  de  esta  intimación  hay  una  revelación  de  la  divinidad  de 
Cristo.  La  actitud  que  el  hombre  toma  frente  a  Cristo  es  la  misma  que  debe  tomar 
frente  a  Dios,  hasta  el  punto  que  la  disyuntiva  ineludible  de  declararse  por  El  o 
negarle  sea  necesariamente  la  de  su  eterna  salvación  o  condenación. 

s*  No  vine  A  poner  paz  :  declara  el  Maestro  no  su  intento,  sino  el  resultado  de  su 
palabra,  que,  admitida  por  unos,  rechazada  por  otros,  provocaría  conflictos  y  discor- 
dias entre  sus  partidarios  y  sus  adversarios. 

*»  Quien  ama  al  padre...  más  que  a  mí,  no  es  digno  de  mí:  en  caso  de  conflicto, 
entre  Cristo  y  el  padre  hay  que  optar  por  Cristo.  Nueva  declaración  de  su  divini- 
dad. Semejante  exigencia  sería  exorbitante  si  Cristo  no  fuera  Dios. 

88  El  que  toma  su  cruz  es  el  reo  condenado  a  ser  crucificado.  Amar  a  Cristo  so- 
bre todo  amor,  tomar  su  cruz  y  seguirle,  es  la  suma  de  la  santidad  cristiana. 


—  34  — 


10  39-11  7 


SAN  MATEO 


10  39-11  7 


M  Quien  halla  su  vida,  la  perderá; 

y  quien  pierde  su  vida  por  mi  causa,  la  hallará ; 

40  Quien  os  recibe  a  vosotros,  a  mí  me  recibe ; 

y  quien  me  recibe  a  mí,  recibe  al  que  me  envió. 

■  Quien  recibe  a  un  profeta  a  título  de  profeta, 

obtendrá  recompensa  de  profeta ; 

y  quien  recibe  un  justo  a  título  de  justo, 

obtendrá  recompensa  de  justo. 

12  Y  quien  diere  de  beber  un  vaso  tan  sólo  de  agua  fría 
a  uno  de  estos  pequeñuelos  a  título  de  discípulo, 
en  verdad  os  digo  que  no  perderá  su  recompensa. 

-i  i  1  Y  aconteció  que,  cuando  Jesús  hubo  acabado  de  dar  instrucciones 
-'■•*-  a  sus  doce  discípulos,  pasó  de  allí  a  otra  parte  para  enseñar  y 
predicar  en  las  ciudades  de  ellos. 


Mensaje  de  Juan  a  Jesús,  n,  2-6  (  =  Lc.  7,  18-23) 

-  Y  Juan,  habiendo  en  la  prisión  oído  las  obras  de  Cristo,  enviándole 
un  recado  ipor  medio  de  sus  discípulos,  3  le  dijo  : 

—¿Eres  tú  el  que  ha  de  venir,  o  aguardamos  a  otro? 

*  Y  respondiendo  Jesús,  les  dijo  : 

— Id  y  anunciad  a  Juan  lo  que  visteis  y  oísteis  : 

6  «Los  ciegos  ven,  los  cojos  andan, 

los  leprosos  son  limpiados,  los  sordos  oyen, 

los  muertos  son  resucitados,  los  pobres  evangelizados.» 

6  Y  bienaventurado  aquel  que  no  se  escandalizare  en  mí. 


Elogio  que  Jesiís  hace  de  Juan.  11,  7-15  (  =  Lc.  7,  24-30) 

:  Y  cuando  éstos  se  iban,  comenaó  Jesús  a  decir  a  las  turbas  acerca 
de  Juan  : 


30  Formula  el  Maestro  la  gran  paradoja  que  es  la  gran  verdad  cristiana  sobre  los 
valores  temporales  y  eternos.  Lo  que  parece  ganar  es  perder,  lo  que  parece  perder 
es  ganar.  Es  la  gran  ciencia  de  la  vida  y  de  la  muerte. 

40  Asienta  el  Maestro  el  principio  fundamental  del  respeto  y  obediencia  que  se 
debe  a  la  autoridad  :  que  emana  de  Dios  y  se  ejerce  en  nombre  de  Dios. 

""^  Enseña  el  Maestro,  sin  el  tecnicismo  que  luego  emplearían  los  teólogos,  que 
el  valor  y  el  mérito  de  los  actos  morales  corresponde  proporcional  mente  al  motiv  o 
que  los  determina.  El  secreto  de  elevar  a  gran  perfección  los  actos  más  vulgares 
es  el  ejercitarlos  por  motivos  perfectos. 

■1  -|  **  En  esta  sección  y  en  las  cuatro  siguientes,  que  son  su  desenvolvimiento,  de- 
clara  Jesús  su  mesianidad  y  censura  la  incomprensión  de  los  judíos.  Tal  es  el 
pensamiento  fundamental  que  da  unidad  a  todo  el  capítulo  11. 

1  ¿  Qué  motivo  indujo  a  Juan  a  hacer  semtjante  pregunta  ?  Es  muy  verosímil  que 
el  fogoso  Bautista,  que  tan  lealmente  había  señalado  a  Jesús  como  Mesías,  al  obser- 
var la  reserva  y  lentitud  de  Jesús  en  sus  declaraciones  mesiánicas,  se  sintiese  aJgo 
impaciente  y  quisiese  con  la  urgente  disyuntiva  ponerle  en  la  precisión  de  hacer 
declaraciones  más  explícitas. 

*-*  La  respuesta  de  Jesús  es  de  doble  efecto  :  se  remite  a  sus  milagros  citando 
una  profecía  mesiánica  (Is.  35,  5-6;  6i,  1-2).  El  milagro  y  la  profecía,  los  dos  gran- 
des argumentos  de  la  Apologética  cristiana,  atestiguan  su  mesianidad. 

•  Esta  seria  amonestación  va  dirigida  contra  algunos  discípulos  de  Juan,  envidio- 
sos de  la  popularidad  de  Jesús,  o,  más  generalmente,  contra  los  judíos,  cuyas 
fantasías  mesiánicas   tropezaban   en  la   humildad  de  Jesús. 

,-ls  En  el  fondo  de  estos  elogios,  tan  magníficos  como  sinceros,  que  Jesús  hace 
de  Juan,  late  un  doble  pensamiento  :  Juan  es  el  Precursor  del  Mesías,  y  ésta  es 
su  gloria  ;  Juan  no  ha  sido  comprendido  por  los  judíos. 

:  ¿Una  caña...?  Elogio  de  la  firmeza  de  Juan,  censura  de  la  veleidad  de  los  judíos. 


11  8-21 


SAN  MATEO 


11  8-21 


¿  Qué  salisteis  a  ver  en  el  desierto 

¿  Una  caña  agitada  por  el  viento  ? 

s  ¿  Pues  qué  salisteis  a  ver  ? 

¿  Un  hombre  vestido  de  ropas  muelles  ? 

Mirad  que  los  que  llevan  las  ropas  muelles, 

en  los  regios  palacios  están. 

*  ¿  Pues  a  qué  salisteis  ? 

¿  A  ver  un  profeta  ? 

Sí,  os  digo  y  más  que  profeta. 

10  Este  es  de  quien  se  ha  escrito  iMal.  3,  1)  : 
«Mira  que  yo  envío  mi  mensajero  delante  de  tu  faz, 
el  cual  aparejará  tu  camino  delante  de  ti.» 

11  En  verdad  os  digo,  no  ha  surgido  entre  los  nacidos  de  mujeres 
uno  mayor  que  Juan  el  Bautista; 

mas  el  menor  en  el  reino  de  los  cielos  mayor  es  que  él. 
"  Desde  los  días  de  Juan  el  Bautista  hasta  el  presente, 
el  reino  de  los  cielos  padece  fuerza, 
y  hombres  esforzados  arrebatan  de  él. 

n  Porque  todos  los  profetas  y  la  Ley  hasta  Juan  profetizaron. 
14  Y  si  queréis  creerlo,  él  es  Elias  el  que  ha  de  venir. 
"  Quien  tenga  oídos,  oiga. 

Reprende  Jesús  a  la  generación  actual,  ir,  16-19  (Le.  7,  31-35) 

18  ¿  A  quién  asemejaré  esa  generación  ? 

Es  semejante  a  los  niños  sentados  en  las  plazas, 

los  cuales,  dando  voces  a  los  compañeros,  "  dicen  : 

«Os  tocamos  la  flauta,  y  no  danzasteis; 

entonamos  endechas,  y  no  plañísteis.» 

18  Porque  vino  Juan  sin  comer  ni  beber, 

y  dicen  :  «Demonio  tiene.» 

Í9  Vino  el  Hijo  del  hombre  comiendo  y  bebiendo, 

y  dicen  :  «Ahí  tenéis  un  hombre  comilón  y  bebedor  de  vino, 

amigo  de  publícanos  y  pecadores.» 

Y  quedó  acreditada  la  sabiduría  por  sus  propias  obras. 

Reproches  a  Corozaín,  Betsaida  y  Cajarnaúm.  11,  20-24  (  =  Lc.  10,  12-15) 

20  Entonces  comenzó  a  reprochar  a  las  ciudades  en  que  se  habían  obra- 
do la  mayor  parte  de  sus  prodigios,  porque  no  habían  hecho  penitencia  : 

31  «¡  A  y  de  ti,  Corozaín  !  |  Ay  de  ti,  Betsaida  ! 
Que  si  en  Tiro  y  Sidón  se  hubieran  hecho 
los  prodigios  obrados  en  vosotras, 

u  Ni  al  enaltecerle  ni  al  rebajarle  habla  Jesús  de  la  santidad  de  Juan,  sino  de  su 
ministerio  profético  :  superior  al  de  todos  los  profetas  del  Antiguo  Testamento, 
inferior  a  los  del  Nuevo. 

"  Más  claro  podría  traducirse  :  El  reino  de  los  ciclos  es  invadido  a  viva  fuerza, 
y  los  esforzados  lo  conquistan;  es  decir,  sólo  los  que  con  noble  porfía  pugnan  por 
entrar  en  él  logran  forzar  su  entrada. 

H  Elias  :  no  en  la  persona,  sino  en  el  oficio. 

ifl-10  j£n  ja  imagen  parabólica  se  presentan  dos  grupos  de  niños,  dispuestos  a 
jugar.  Los  primeros  proponen  a  los  segundos  jugar  a  bodas;  como  éstos  no  admiten, 
los  primeros  proponen  jugar  a  funerales ;  como  tampoco  éstos  admiten,  los  prime- 
ros les  cantan  los  versos  proverbiales  :  Os  tocamos  la  klauta...  La  moralidad  es  una 
censura  de  esa  generación  quisquillosa,  que  no  accede  ni  a  las  invitaciones  más 
austeras  de  Juan  ni  a  las  más  amables  de  Jesús. 

i8-1"  Con  estos  dos  latiguillos  picantes,  con  que  rechazaron  las  invitaciones  de 
Juan  y  de  Jesús,  quedaron  los  judíos  satisfechos  de  su  imponderable  sabiduría,  que 
Jesús  ridiculiza  con  la  punzante  ironía  de  la  sentencia  final. 

21  ¡Ay  de  ti,  Corozaín!  Sólo  en  este  lugar  y  en  el  paralelo  de  San  Lucas  uo,  131 
se  menciona  a  Corozaín,  con  haber  sido  una  de  las  ciudades  en  que  se  había  obrado 


-36- 


11  22-12  1 


SAN  MATEO 


tiempo  habría  que  en  cilicio  y  ceniza  hicieran  penitencia. 

"  Pues  bien,  os  digo  que  con  Tiro  y  Sidón 

se  usará  menos  rigor  en  el  día  del  juicio  que  con  vosotras. 

a  Y  tú,  Cafarnaúm,  ¿  por  ventura  serás  exaltada  hasta  el  cielo  ? 

Hasta  el  infierno  serás  hundida. 

Que  si  en  Sodoma  se  hubieran  hecho  los  prodigios  obrados  en  ti, 

subsistiría  aún  hasta  el  día  de  hoy. 

M  Pues  bien,  os  digo  que  con  la  tierra  de  Sodoma 

se  usará  menos  rigor  en  el  día  del  juicio  que  contigo.» 


Júbilos  del  Corazón  dé  Jesits.  u,  25-30  (=Lc.  10,  21-22) 

*  En  aquella  sazón,  tomando  Jesús  la  palabra,  dijo  : 

Bendígote,  Padre,  Señor  del  cielo  y  de  la  tierra, 
porque  encubriste  esas  cosas  a  los  sabios  y  prudentes 
y  las  descubriste  a  los  pequeñuelos. 

*  Bien,  Padre,  que  así  pareció  bien  en  tu  acatamiento. 
31  Todas  las  cosas  me  fueron  entregadas  por  mi  Padre, 
y  ninguno  conoce  cabalmente  al  Hijo  sino  el  Padre, 
ni  al  Padre  conoce  alguno  cabalmente  sino  el  Hijo, 

v  aquel  a  quien  quisiere  el  Hijo  revelarlo. 

*  Venid  a  mí  todos  cuantos  andáis  fatigados  y  agobiados, 
y  yo  os  aliviaré. 

"  Tomad  mi  yugo  sobre  vosotros,  y  aprended  de  mí, 

pues  soy  manso  y  humilde  de  Corazón, 

y  hallaréis  reposo  para  vuestras  almas. 

*°  Porque  mi  yugo  es  suave,  y  mi  carga,  ligera. 


Las  espigas  arrancadas  en  sábado. 
12.  1-8  (  =  Mc.  2,  23-2S  =Lc.  6,  1-5) 

"i  9  1  En  aquella  sazón,  yendo  Je- 
í¿d   sús  de  camino  en  día  de  sá- 


bado, pasó  por  los  sembrados.  Sue 
discípulos  tuvieron  hambre,  y  co- 
menzaron a  arrancar  espigas  y  a  co- 
mer. 2  Los  fariseos,  en  viéndolo,  le 
dijeron  : 

— Mira,  tus  discípulos  hacen  lo  que 


la  mayor  parte  de  los  milagros  de  Jesús.  Estos  milagros  de  Corozaín  son  un  correc- 
tivo contra  el  injustificado  prurito  de  identificar  o  minimizar  los  milagros  evan- 
gélicos. I!  Tiempo  habría  que...  hicieran  penitencia:  conocía  Jesús  lo  que  hubiera 
acontecido,  pero  que  en  realidad  no  aconteció,  es  decir,  los  futuros  contingentes  con- 
dicionados :   objeto  de  la>  llamada  ciencia  media. 

:B-S0  En  tres  estrofas  se  divide  este  cántico  de  júbilo  :  la  primera  es  una  doxología 
al  Padre  ;  la  segunda,  una  magnífica  revelación  ;  la  tercera,  una  invitación  amorosa. 

27  Cuatro  afirmaciones,  a  cuál  más  estupenda,  contiene  esta  revelación  teológica  : 
la  primera  nos  revela  la  potestad  soberana  y  universal  del  Hijo  ;  la  segunda  y  la 
tercera  encarecen  el  recíproco  conocimiento  del  Padre  y  del  Hijo,  igualmente  cabal 
y  comprensivo,  igualmente  divino ;  la  cuarta  atribuye  al  Hijo  la  potestad,  antes 
atribuida  al  Padre,  de  descubrir  o  encubrir  a  los  hombres  las  verdades  divinas. 

26-30  Invita  Jesús  a  todos  los  fatigados  y  agobiados  a  ser  discípulos  de  su  Cora- 
zón, manso  Y  humilde,  si  quieren  hallar  alivio  y  reposo  para  sus  almas, 
-j  c\  '-«o  El  pensamiento  dominante  de  todo  el  capítulo  12  es  la  hostilidad  de  los  ju- 
dios.  La  incomprensión  señalada  en  el  capítulo  11  se  concentra  en  los  jefes  y  se 
conyierte  en  abierta  hostilidad  :  incomprensión  y  hostilidad  que  motivarán  en  el  ca- 
pítulo 13  el  uso  de  la  parábola  para  anunciar  los  misterios  del  reino  de  Dios. 

1  Reanuda  San  Mateo  el  orden  cronológico,  que  en  adelante  apenas  invertirá. — 
Este  episodio  de  las  espigas  arrancadas  acaeció  en  primavera,  cerca  de  la  Pascua  : 
dato  interesante  para  establecer  la  cronología  interna  de  la  vida  pública  de  Jesús. 
Esta  Pascua  no  fué  la  mencionada  por  San  Juan  en  2,  13,  ni  tampoco  la  mencio- 
nada en  6,  4.  Y  si  a  estas  tres  Pascuas  añadimos  la  última,  resultan  cuatro  Pas- 
cuas diferentes,  que  encuadran  los  tres  años  de  la  vida  pública. 

2  Los  fariseos  acusaban  a  los  discípulos  de  violar  el  sábado.  Para  ellos,  arrancar 
las  espigas  era  segar ;  frotarlas  entre  las  manos,  trillar  :  cosas  ambas  vedada» 
en  sábado. 


—  37  — 


12  3-10 


SAN  MATEO 


12  n-21 


no  es  permitido  hacer  en  sábado. 

8  El  les  dijo  : 

— ¿  No  leísteis  qué  hizo  David  cuan- 
do tuvo  hambre  él  y  los  que  con  él 
iban  ?  4  ¿  Cómo  entró  en  la  casa  de 
Dios  y  comió  los  panes  de  la  pro- 
posición, lo  que  no  le  era  permitido 
comer,  ni  a  él  ni  a  los  que  con  él 
iban,  sino  a  solos  los  sacerdotes  ? 
5  ¿  O  no  leísteis  en  la  Ley  que  en  día 
de  sábado  los  sacerdotes  en  el  tem- 
plo violan  el  sábado  y  son  inculpa- 
bles ?  8  Pues  yo  os  digo  que  hay  aquí 
algo  mayor  que  el  templo.  *  Y  si  hu- 
bierais entendido  qué  quiere  decir 
«Misericordia  quiero,  que  no  sacri- 
ficio» (Os.  6,  6),  no  habríais  conde- 
nado a  esos  hombres  sin  culpa. 8  Por- 
que señor  es  del  sábado  el  Hijo  del 
nombre. 

El  hombre  de  la  mano  paralizada. 
12,  9-13  (  =  Mc.  3,  1-5  =Lc.  6,  6-10) 

9  Y  de  allí  se  trasladó  a  la  sinago- 
ga de  ellos.  10  Y  se  encontró  allí  con 
un  hombre  que  tenía  seca  la  manó. 
Y  le  interrogaron,  diciendo  : 

— ¿Si  es  permitido  en  día  de  sá- 
bado curar  ? 


Su  intento  era  tener  de  qué  acu- 
sarle. 11  El  les  dijo  : 

— ¿  Qué  hombre  habrá  entre  vos- 
otros que  tenga  una  oveja,  y  si  ésta 
en  día  de  sábado  cayere  en  una  hoya, 
¿  por  ventura  no  la  cogerá  y  la  le- 
vantará ?  12  Pues  ¡  qué  diferencia  va 
de  un  hombre  a  una  oveja !  Así  que 
es  permitido  en  día  de  sábado  ha- 
cer bien. 

"  Entonces  dice  al  hombre  : 

— Extiende  tu  mano. 

Y  la  extendió,  y  quedó  restableci- 
da sana  como  la  otra. 


Cumplimiento  de  las  profecías  me- 
siánicas.  12,  14-21  (  =  Mc.  3,  6-12 
=  Lc.  6,  11-19) 

14  En  saliendo  los  fariseos,  habido 
consejo  contra  él,  tomaron  la  reso- 
lución de  hacerle  perecer. 

"  Jesús,  como  lo  supo,  se  retiró  de 
allí,  y  le  siguieron  muchos,  y  los 
curó  a  todos,  18  y  les  ordenó  severa- 
mente que  no  le  pusiesen  en  descu- 
bierto, "  para  que  se  cumpliese  lo 
anunciado  por  el  profeta  Isaías,  que 
dice  (42,  1-4)  : 


18  He  aquí  mi  siervo,  a  quien  escogí ; 

mi  amado,  en  quien  se  complació  mi  alma ; 

pondré  mi  Espíritu  sobre  él, 

y  proclamará  justicia  a  las  naciones. 

"  No  porfiará,  ni  dará  voces, 

ni  oirá  alguno  en  las  plazas  su  voz. 

40  La  caña  cascada  no  la  quebrantará, 

Ír  la  mecha  humeante  no  la  apagará, 
íasta  que  haga  triunfar  la  justicia  ; 
"  y  en  su  nombre  pondrán  su  esperanza  las  naciones. 


**  Con  cuatro  razones  rebate  Jesús  la  acusación  farisaica  :  el  ejemplo  de  David, 
el  de  los  sacerdotes,  el  valor  de  la  misericordia,  el  señorío  del  Hijo  del  hombre 
sobre  el  sábado. 

•■m  Un  lisiado  ante  Jesús,  en  sábado.  I-os  taimados  fariseos  comprenden  la  situa- 
ción y  ven  en  ella  para  Jesús  una  tentación  para  violar  el  sábado.  Con  arte  diabólico 
suscitan  un  conflicto  entre  la  ley  del  sábado  y  la  compasión  de  Jesús.  Pero  sobre 
el  arte  del  diablo  está  el  arte  de  Dios.  Jesús,  después  de  rebatir  el  miserable  rigo- 
rismo de  los  fariseos,  sabe  ejercitar  su  compasión  sin  dar  pie  a  ser  acusado  de 
haber  quebrantado  el  reposo  sabático  :  sana  al  lisiado  sin  curarle. 

Entre  los  conflictos  precedentes  y  siguientes,  frente  al  espíritu  pendenciero 
de  los  fariseos,  es  un  sedante  esta  imagen  del  Mesías  bueno,  trazada  por  Isaías. 


-38- 


12  22-23 


SAN  MATEO 


12  24-35 


El  endemoniado  ciego  y  mudo. 
12,  22-23 

'-■  Entonces  le  fué  presentado  un 
endemoniado  ciego  y  mudo,  y  lo  cu- 
ró, de  suerte  que  el  mudo  hablaba 
y  veía.  23  Y  estaban  asombradas  to- 
das las  turbas,  y  decían  :  «¿No  es 
tal  vez  éste  el  hijo  de  David  ?» 


Calumnia  de  los  fariseos  refutada. 
12,  24-30  (  =  Mc.  3,  22-27) 

24  Mas  los  fariseos,  al  oírlo,  dije- 
ron : 

— Este  no  lanza  los  demonios  sino 
en  virtud  de  Belzebú,  príncipe  de  los 
demonios. 

20  Conociendo  sus  pensamientos,  les 
dijo  : 


Todo  reino  dividido  contra  sí  mismo  es  asolado, 

y  toda  ciudad  o  casa  dividida  contra  sí  misma  no  se  mantendrá  en  pie. 

"  Y  si  Satanás  lanza  a  Satanás,  se  dividió  contra  sí  mismo; 

¿  cómo,  pues,  se  mantendrá  en  pie  su  reino  ? 

"  Y  si  yo  lanzo  los  demonios  en  virtud  de  Belzebú, 

¿  en  virtud  de  quién  los  lanzan  vuestros  hijos  ? 

Por  eso  ellos  serán  vuestros  jueces. 

38  Y  si  en  virtud  del  Espíritu  de  Dios  yo  lanzo  los  demonios, 
señal  es  que  ha  llegado  a  vosotros  el  reino  de  Dios. 

28  ¿  O  cómo  puede  uno  entrar  en  la  casa  del  fuerte  y  arrebatarle  su  ajuar, 

si  primero  no  atare  al  fuerte  ? 

Sólo  entonces  saqueará  su  casa. 

*°  Quien  no  está  conmigo,  contra  mí  está ; 

Y  quien  no  allega  conmigo,  desparrama. 


Blasfemia  contra  el  Espíritu  Santo.  12,  31-32  (  =  Mc.  3,  28-30) 
"  Por  esto  os  digo : 

todo  otro  pecado  y  blasfemia  se  perdonará  a  los  hombres  ; 

mas  la  blasfemia  contra  el  Espíritu  no  será  perdonada. 

"  Y  quien  dijere  palabra  contra  el  Hijo  del  hombre,  se  le  perdonará; 

mas  quien  la  dijere  contra  el  Espíritu  Santo, 

no  se  le  perdonará,  ni  en  este  mundo  ni  en  el  venidero. 


Los  fariseos,  condenados  por  sus  propias  obras.  12,  33-37 

**  Una  de  dos :  o  haced  bueno  el  árbol,  y  bueno  también  su  fruto, 
o  haced  malo  el  árbol,  y  malo  también  su  fruto, 
porque  del  fruto  se  conoce  el  árbol. 

"  Engendros  de  víboras,  ¿cómo  podéis  hablar  cosas  buena?, 
siendo  vosotros  malos  ? 

Porque  de  lo  que  rebosa  el  corazón  habla  la  boca. 

K  El  hombre  bueno,  del  buen  tesoro  saca  cosas  buenas, 

y  el  hombre  malo,  del  mal  tesoro  saca  cosas  malas. 


23  Este  milagro  es  distinto  del  antes  mencionado  (9,  32-34)  y  también,  probable- 
mente, del  referido  por  San  Lucas  en  11,  1^23. 

*-aB  De  la  derrota  de  Satanás  deduce  Jesús  el  advenimiento  del  reino  de  Dios. 
*°  Ante  Jesús  no  hay  neutrales  :  o  con  él  o  contra  él. 

M  Blasfemia  contra  el  Espíritu  es  aquí  el  pecado  de  atribuir  de  mala  fe  al  es- 
píritu malo  las  obras  hechas  por  virtud  del  Espíritu  Santo. 

12  Ni  en  este  mundo  ni  en  el  venidero  :  pueden,  por  tanto,  algunos  pecados  ser 
perdonados  después  de  la  muerte  :  afirmación  implícita  de  la  existencia  del  pur- 
gatorio. 

M  Ea  7,  15-20,  se  decía  que  por  los  frutos  podíamos  reconocer  a  los  falsos  pro- 
fetas ;  aquí  se  añade  que  por  los  frutos  seremos  nosotros  juzgados  por  Dios. 


—  39  — 


12  36-46 


SAN  MATEO 


12  *7-48 


*  Os  certifico  que  de  toda  palabra  ociosa  que  hablaren  los  hombre* 

darán  razón  en  el  día  del  juicio. 

"  Porque  por  tus  palabras  serás  absuelto  como  justo 

y  por  tus  palabras  serás  condenado. 


La  señal  de  Jonás  profeta.  12,  38-42  (  =  Lc.  n,  29-32) 

™  Entonces  tomaron  la  palabra  algunos  de  los  escribas  y  fariseos,  di- 
ciendo : 

— Maestro,  queremos  ver  de  ti  una  señal. 
**  El,  respondiendo,  les  dijo  : 

Una  generación  perversa  y  adúltera  reclama  una  señal, 
y  otra  señal  no  se  le  dará  sino  la  señal  de  Jonás  el  profeta. 

40  Porque,  como  Jonás  estuvo  en  el  vientre  de  la  bestia  marina 
tres  días  y  tres  noches, 

así  estará  el  Hijo  del  hombre  en  el  corazón  de  la  tierra 
tres  días  y  tres  noches. 

41  Los  ninivitas  se  alzarán  en  el  juicio 
contra  esa  generación  y  la  condenarán, 

porque  hicieron  penitencia  a  la  predicación  de  Jonás ; 
y  mirad,  hay  algo  más  que  Jonás  aquí. 

42  La  reina  del  Mediodía  se  alzará  en  el  juicio 
contra  esa  generación  y  la  condenará, 
porque  vino  de  los  últimos  confines  de  la  tierra 
para  oír  la  sabiduría  de  Salomón  ; 

y  mirad,  hay  algo  más  que  Salomón  aquí. 


Lo  postrero,  peor  que  lo  primero.  12,  43-45  (  =  Lc.  11,  24-26) 

**  Cuando  el  espíritu  inmundo  ha  salido  del  hombre, 
anda  vagando  por  lugares  áridos, 
buscando  reposo,  y  no  le  halla. 

44  Entonces  dice :  «Me  volveré  a  mi  casa  de  donde  salí.» 

Y  llegando  la  halla  desocupada,  barrida  y  aderezada. 

48  Vase  entonces  y  toma  consigo  otros  siete  espíritus  peores  que  él, 

y  entrando  se  establecen  allí, 

y  resultan  las  postrimerías  de  aquel  hombre  peores  que  los  principios. 
Así  le  acaecerá  también  a  esa  generación  perversa. 


La  madre  y  los  hemiarios  de  Jesús. 
12,  46-50  (  =  Mc.  3,  31-35 
=  Lc.  8,  19-21) 

46  Estando  aún  El  hablando  a  las 
turbas,  he  aquí  que  su  madre  y  sus 


hermanos  estaban  fuera,  buscando 
cómo  hablarle.  "  Díjole  uno  : 

— Sabe  que  tu  madre  y  tus  herma- 
nos están  fuera,  buscando  cómo  ha- 
blarte. 

48  El,  respondiendo,  dijo  al  que  le 
hablaba  : 


17  En  7,  21-23,  se  consideraban  vanas  las  palabras  desmentidas  por  las  obras  ; 
aquí  se  consideran  importantes,  como  expresión  normal  de  nuestro  sentir  y  querer. 

•8-u  Anuncia  Jesns  la  gran  señal  de  su  resurrección  y  reprocha  a  los  adversarios 
de  no  creer  ya  desde  ahora. 

40  Tres  días  y  tres  noches  significaba  simplemente  tres  días  (civiles),  aun  in- 
completos. 

I'ara  entender  este  pasaje  nótese  que  hay  en  él  dos  comparaciones  sobre- 
puestas :  la  de  esa  generación  con  un  poseso  y  la  del  demonio  expulsado  con  un 
hombre  que,  arrojado  violentamente  de  su  casa,  huye  a  parajes  despoblados. 
48  ¿Quién  es  mi  madre?  Habla  Jesús  como  profeta:  su  dignidad  de  Hijo  de  Dios 


—  40  — 


12  45-13  1 


SAN  MATEO 


12  49-13  10 


—¿Quién  es  mi  madre  y  quiénes  "Y  extendiendo  su  mano  a  sus 
son  mis  hermanos  ?  j  discípulos,  dijo  : 

He  aquí  mi  madre  y  mis  hermanos. 

M  Porque  quien  hiciere  la  voluntad  de  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos, 
este  es  mi  hermano  y  hermana  y  madre. 


orilla  del  mar,  2  y  se  congregaron 
junto  a  él  grandes  muchedumbres, 
de  suerte  que,  subiendo  en  una  bar- 
ca, se  sentó,  y  toda  la  turba  queda- 
ba en  la  playa.  3  Y  les  habló  muchas 
cosas  en  parábolas,  diciendo  : 

He  aquí  que  salió  el  sembrador  a  sembrar. 

4  Y  al  sembrar  él,  una  parte  cayó  a  la  vera  del  camino, 
y  viniendo  los  pájaros  se  la  comieron. 

1  Otra  parte  cayó  en  los  peñascales, 
donde  no  tenía  mucha  tierra, 

y  luego  brotó  por  no  tener  profundidad  de  terreno; 
"  y  en  saliendo  el  sol,  se  quemó, 
y  por  no  tener  raigambre  se  secó. 

5  Otra  cayó  entre  espinos, 

y  subieron  los  espinos  y  la  ahogaron. 

'  Mas  otra  cayó  en  la  tierra  buena,  y  daba  fruto, 

cuál  de  ciento,  cuál  de  sesenta,  cuál  de  treinta  por  uno. 

*  Quien  tenga  oídos  para  oír,  oiga. 


raraooia  aei  semoraaor.  13,  1-9 
(  =  Mc.  4,  1-9  =Lc.  8,  4-8) 


i  o  1  En  aquel  día,  habiendo  Jesús 
A"    salido  de  la  casa,  se  sentó  a  la 


Por  que  Jesús  habla  en  parábolas.  13,  10-17  (  =  Mc.  4,  10-12  =Lc.  8,  9-10)' 


10  Y  llegándose  los  discípulos,  le  dijeron  : 
— ¿  Por  qué  les  hablas  en  parábolas  ? 


y  Redentor  queda  aún  en  la  sombra.  En  la  sombra  debían  quedar  entre  tanto  tam- 
bién las  prerrogativas  de  María,  Madre  de  Dios  y  Corredentora.  Por  lo  demás,  la 
sentencia  final,  lejos  de  rebajar  a  María,  la  enaltece  tácitamente  sobre  todos,  ya 
que  mejor  que  todos,  después  de  jesús,  cumplió  la  voluntad  del  Padre  celestial. 

Jesús  creyó  llegado  el  tiempo  de  anunciar  a  los  judíos  los  misterios  del  reino 
de  Dios;  pero  la  indisposición  de  los  oyentes  le  impedía  anunciarlos  con  toda  cla- 
ridad. De  ahí  el  recurso  al  género  parabólico,  que  le  permitía  dosificar  la  claridad 
de  su  enseñanza.  Comienza  a  anunciar  estos  misterios  en  ocho  parábolas,  que  pue- 
den llamarse  las  parábolas  del  reino  de  Dios.  Parábola  es  una  comparación  dramá- 
ticamente desarrollada  con  que  se  declara  una  verdad  referente  al  reino  de  Dios. 
Consta  de  dos  elementos  esenciales  :  la  imagen  parabólica,  que  es  una  historia  fin- 
gida, verosímil,  tomada  de  la  vida  humana,  y  la  sentencia  o  moralidad,  que  es  una 
verdad  moral  o  religiosa.  Para  apreciar  la  ecuación  entre  la  imagen  y  la  moralidad 
hay  que  distinguir  en  la  imagen  tres  suertes  de  elementos  :  el  núcleo  fundamental, 
los  rasgos  integrantes  y  los  pormenores  accesorios  o  puramente  ornamentales.  La 
significación  hay  que  buscarla  no  sólo  en  el  núcleo,  sino  también  en  los  rasaos  in- 
tegrantes, pero  no  en  los  pormenores  ornamentales.  , 

*"*  En  la  parábola  del  sembrador  se  distinguen  cuatro  porciones  de  semilla  que 
corren  suerte  muy  diferente.  La  primera  no  germina,  por  la  dureza  del  terreno  ; 
la  segunda  se  agosta,  por  la  falta  de  raigambre  ;  la  tercera  queda  ahogada  por  los 
espinos  ¡  la  cuarta  fructifica,  porque  cavó  en  la  tierra  buena.  Estos  obstáculos 
diferenciales  de  la  fructificación  son  los  rasgos  integrantes  de  la  imagen,  en  los 
cuales  habrá  que  buscar  la  significación  o  moralidad. 

10  ¿  Por  qué  les  hablas  en  parábolas  ?  El  motivo  de  apelar  al  género  parabólico 
hay  que  buscarlo  no  tanto  en  la  justicia,  ni  siquiera  en  la.  misericordia,  cuanto  en 
la  discreción  o  pedagogía.  La  escasa  disposición  intelectual  y  moral  de  los  oyentes 
pedía  que  se  les  tamizase  la  luz  en  la  revelación  de  los  misterios  del  reino  de  Dios, 
y  para  esto  era  aptísima  la  parábola. 


13  n-23 


SAN  MATEO 


13  u-23 


u  El,  respondiendo,  des  dijo  que 

A  vosotros  se  os  ha  dado  conocer 
los  misterios  del  reino  de  los  cielos, 
mas  a  ellos  no  les  ha  sido  dado. 

12  Porque  a  quien  tiene,  se  le  dará, 

y  se  le  hará  nadar  en  la  abundancia; 

mas  a  quien  no  tiene,  aun  lo  que  tiene  le  será  quitado. 

u  Por  esto  les  hablo  en  parábolas, 

porque  viendo  no  ven  y  oyendo  no  oyen  ni  entienden. 

14  Y  se  cumple  en  ellos  la  profecía  de  Isaías,  que  dice  (6,  g-io) : 

«Con  el  oído  oiréis  y  no  entenderéis ; 

y  mirando  miraréis,  y  no  veréis. 

13  Porque  se  volvió  craso  el  corazón  de  este  pueblo, 
Y  con  sus  oídos  oyeron  torpemente, 

y  entornaron  sus  ojos ; 

no  sea  caso  que  vean  con  los  ojos, 

y  oigan  con  los  oídos, 

y  entiendan  con  el  corazón, 

y  se  conviertan,  y  yo  los  sanaré.» 

16  En  cuanto  a  vosotros,  dichosos  vuestros  ojos,  porque  ven, 
y  vuestros  oídos,  porque  oyen. 

"  Porque  en  verdad  os  digo  que  muchos  profetas  y  justos 
desearon  ver  lo  que  veis,  y  no  lo  vieron, 
y  oír  lo  que  oís,  y  no  lo  oyeron. 


IiUerpretación  de  la  parábola  del  sembrador.  13,  18-23 
(  =  Mc.  4,  13-20  =Lc.  8,  11-15) 

u  Vosotros,  pues,  oíd  la  parábola  del  sembrador: 

19  Quienquiera  que  oye  la  palabra  del  reino  y  no  la  entiende, 

viene  el  maligno  y  roba  lo  sembrado  en  su  corazón : 

éste  es  el  sembrado  a  la  vera  del  camino. 

30  El  sembrado  en  los  peñascales, 

éste  es  el  que  oye  la  palabra  y  luego  la  recibe  con  gozo ; 

a  mas  no  tiene  en  sí  mismo  raigambre,  sino  que  es  efímero, 

y  venida  la  tribulación  o  persecución 

a  causa  de  la  palabra,  luego  se  escandaliza. 

22  El  sembrado  entre  espinos, 

éste  es  el  que  oye  la  palabra ; 

y  la  solicitud  del  siglo  y  la  seducción  de  la  riqueza 
ahogan  a  una  la  palabra,  y  resulta  infructuoso. 
3  Mas  el  sembrado  en  la  tierra  buena, 


11  A  vosotros  se  os  ha  dado...  Dios  a  todos  los  judíos  dió  luz  suficiente,  mas 
no  todos  la  aprovecharon  ;  a  los  discípulos  dió  mayor  luz,  que  ellos  recibieron  dó- 
cilmente. Es  el  misterio  de  la  gracia  de  Dios  y  de  la  cooperación  humana ;  pero 
este  hecho,  anterior  al  empleo  de  la  parábola,  no  explica  directamente  su  motivación. 

™  El  sentido  de  esta  paradoja  es  :  a  quien,  además  del  capital  recibido,  tiene  lo 
que  con  él  ha  negociado,  se  le  dará  mucho  más  ;  mas  a  quien  no  tiene  nada  adqui- 
rido con  su  trabajo,  aun  lo  que  tiene  recibido  como  capital  le  será  quitado. 

Las  palabras  de  Jesús  consignan  un  hecho,  no  expresan  finalidad  ;  el  texto 
de  Isaías  expresa  finalidad,  pero  esta  finalidad  es  de  los  mismos  judíos,  que  cierran 
sus  ojos  para  no  ver.  Y  aun  la  expresión  de  esta  finalidad  es  irónica. 

18-B  La  moralidad  de  la  parábola,  cual  la  declara  el  Maestro,  se  extiende  a  las 
cuatro  porciones  de  semilla,  aun  en  lo  que  tienen  de  diferenciales.  De  ahí  el  criterio 
para  interpretar  las  demás  parábolas  :  la  significación  se  extiende  no  sólo  al  núcleo 
esencial,  sino  también  a  los  rasgos  integrantes.  Y  deberán  considerarse  como  inte- 
grantes (no  puramente  ornamentales)  aquellos  cuya  capacidad  significativa  tenga 
afinidad  con  la  significación  fundamental  de  la  parábola,  dentro  de  cuya  órbiia 
debe  moverse. 


—  42  — 


13^-33 


SAN  MATEO 


13  24-33 


éste  es  el  que  oye  la  palabra  y  la  entiende, 
el  cual  ciertamente  fructifica 

y  produce,  cuál  ciento,  cuál  sesenta,  cuál  treinta  por  uno. 


Parábola  de  la  cizaña.  13,  24-30 


M  Otra  parábola  les  propuso,  diciendo  : 
Se  asemeja  el  reino  de  los  cielos 

a  un  hombre  que  sembró  buena  semilla  en  su  campo. 
26  Y  mientras  dormían  los  hombres,  vino  su  enemigo 
y  sembró  encima  cizaña  en  medio  del  trigo,  y  se  fué. 
"  Y  cuando  brotó  la  hierba  y  produjo  fruto, 
entonces  apareció  también  ía  cizaña. 

Y  presentándose  los  siervos  al  padre  de  familia,  le  dijeron : 
«Señor,  ¿  no  era  buena  la  semilla  que  sembraste  en  tu  campo  ? 
¿De  dónde,  pues,  que  tenga  cizaña?» 
"  El  les  dijo :  «Un  hombre  enemigo  hizo  esto.» 

Dícenle  los  siervos  :  «¿  Quieres,  pues,  que  vayamos  y  la  recojamos  ?» 

29  El  les  dice :  «No,  no  sea  que,  al  recoger  la  cizaña, 

arranquéis  juntamente  con  ella  el  trigo. 

*°  Dejadlos  crecer  juntamente  uno  y  otro  hasta  la  siega, 

y  al  tiempo  de  la  siega  diré  a  los  segadores : 

Recoged  primero  la  cizaña  y  atadla  en  gavillas  para  quemarla, 

pero  el  trigo  recogedlo  en  mi  granero.» 


Farábola  del  granito  de  mostaza.  13,  31-32  (  =  Mc.  4,  30-32  =Lc.  13,  18-19) 

"  Otra  parábola  les  propuso,  diciendo  : 

Semejante  es  el  reino  de  los  cielos  a  un  granito  de  mostaza, 

que  tomándolo  un  hombre  lo  sembró  en  su  campo ; 

3-  el  cual  es  la  más  pequeña  de  todas  las  semillas, 

mas  cuando  se  ha  desarrollado 

es  mayor  que  las  hortalizas,  y  se  hace  un  árbol, 

de  modo  que  vienen  las  aves  del  cielo  y  anidan  en  sus  ramas. 


Parábola  del  fermento.  13,  33  (  =  Lc.  13,  20-21) 

"  Otra  parábola  les  habló  : 

•Semejante  es  el  reino  de  los  cielos  a  la  levadura, 
que  una  mujer  toma  y  mete  en  tres  satos  de  harina, 
con  que  viene  a  fermentar  toda  la  masa. 


M-30  Se  propone  solamente  la  imagen  parabólica,  cuya  significación  se  dará  luego. 
El  elemento  esencial  es  la  cizaña,  que,  como  contraria  al  reino  de  Dios,  deberá 
representar  el  mal.  En  cuyo  desenvolvimiento  se  distinguen  cuatro  momentos  o 
actos  principales  :  1)  su  origen  ;  2)  su  manifestación  ;  3)  la  explicación  del  hecho  ; 
41  los  remedios  prematuros  y  el  remedio  prudente  para  la  extirpación  del  mal. 
En  este  remedio  se  indican  dos  estadios  consecutivos  :  el  de  la  permisión  provisional 
del  mal  y  el  de  su  extirpación  definitiva  ;  es  decir,  la  promiscuidad  y  la  separación 
del  bien  y  del  mal. 

Lo  esencial  de  la  imagen  parabólica  es  la  pequenez  del  granito  de  mostaza 
y  la  grandeza  del  árbol,  o,  mejor,  el  origen  humilde  de  la  grandeza  posterior.  Tul 
es  el  reino  de  Dios  :  «misterio»  para  los  judíos,  que  se  imaginaban  que  el  reino  de 
Dios  se  inaugurarla  de  un  modo  espectacularmente  grandioso. 

■  El  elemento  esencial,  y  principalmente  significativo,  de  la  imagen  es  el  fer- 
mento con  sus  propiedades  características  :  su  fuerza  transformadora,  su  acción  si- 


—  43  — 


13  34 


SAN  MATEO 


13  33-4S 


Jesús  enseña  por  parábolas.  13,  34-35 
(  =  Mc.  4,  33-34) 

14  Todas  estas  cosas  habló  Jesús  en 


parábolas  a  las  turbas,  y  sin  parábo- 
la nada  les  hablaba,  í5  para  que  se 
cumpliese  lo  anunciado  por  el  pro- 
feta que  dice  (Sal.  77,  2)  : 


Abriré  en  parábolas  mi  boca, 

proclamaré  lo  que  estaba  escondido  desde  la  creación  del  mundo. 


Declara  Jesús,  la  parábola  de  la 
cizaña.  13,  36-43 

"  Entonces,  dejando  a  las  turbas, 


entró  en  casa.  Y  llegándose  a  él  sus 
discípulos,  le  decían  : 

— Decláranos  la  parábola  de  la  ci- 
zaña del  campo. 

"  El,  respondiendo,  dijo  : 


El  que  siembra  la  buena  semilla  es  el  Hijo  del  hombre  ; 

88  el  campo  es  el  mundo ; 

la  buena  semilla  son  los  hijos  del  reino ; 

la  cizaña  son  los  hijos  del  malvado, 

*•  y  el  enemigo  que  la  siembra  es  el  diablo  ; 

la  siega  es  la  consumación  del  mundo, 

y  los  segadores  son  los  ángeles. 

40  Así,  pues,  como  se  recoge  la  cizaña 
y  se  echa  al  fuego  para  que  arda, 

así  será  en  la  consumación  del  mundo. 

41  Enviará  el  Hijo  del  hombre  sus  ángeles, 

los  cuales  recogerán  de  su  reino  todos  los  escándalos 
y  todos  los  que  obran  la  iniquidad, 

42  y  los  arrojarán  en  el  horno  de  fuego ; 

allí  será  el  llanto  y  el  rechinar  de  los  dientes. 

43  Entonces  los  justos  brillarán  como  el  sol 
en  el  reino  de  su  Padre. 

El  que  tenga  oídos,  que  oiga. 


Parábolas  del  tesoro  escondido  y  de  la  perla.  13,  44-46 

44  Semejante  es  el  reino  de  los  cielos 

a  un  tesoro  escondido  en  el  campo, 

que  hallándolo  un  hombre  lo  ocultó, 

y  de  gozo  por  el  hallazgo  va  y  vende  todo  cuanto  tiene 

y  compra  aquel  campo. 

48  Asimismo  es  semejante  el  reino  de  los  cielos  a  un  mercader 

que  anda  en  busca  de  perlas  preciosas, 

**  y  habiendo  dado  con  una  perla  de  gran  valor, 

se  fué  a  vender  todo  cuanto  tenía  y  la  comipró. 


lenciosa  y  su  penetración  profunda  :  «misterio»  para  los  que  esperaban  un  reino  de 
Dios  de  aparatosidades  ruidosas. — El  sato  equivalía  a  poco  más  de  doce  litros. 

**-n  Se  consigna  y  justifica  el  hecho  de  la  predicación  por  parábolas. 

*"  Entró  en  casa  :  parece,  por  tanto,  que  la  predicación  parabólica  del  reino  de 
Dios  duró  varios  días. 

"-u  En  la  interpretación  de  la  parábola  de  la  cizaña  resuelve  el  Maestro  el  pro- 
blema del  nial  en  el  mundo.  Tres  cosas  enseña,  que  son  la  clave  de  la  solución  : 
r)  el  origen  del  mal  :  que  se  ha  de  buscar  en  la  perversidad  de  Satanás  ;  2)  la  per- 
misión del  mal:  justificada  por  altísimos  fines  de  la  divina  Providencia;  3)  el  re- 
mate del  mal  :  que  alnún  día  cesará  definitivamente  de  atribular  a  los  justos. 

un  cstas  dos  parábolas  se  inculcan  dos  verdades  :  1)  el  valor  inestimable  de! 
reino  de  Dios  ;  2)  la  estima  que  de  él  hemos  de  hacer,  dispuestos  a  perderlo  todo 
en  razón  de  poseerlo  :  dos  «misterios»  para  los  judíos,  que  fantaseaban  un  reino  de 
Dios  principalmente  terreno,  cuya  posesión  no  les  había  de  costar  trabajo. 


13  4""58 


SAN  MATEO 


14  1-3 


Parábola  de  la  red.  13,  47-50 

"  Es  también  semejante  el  reino  de  los  cielos  a  una  gran  red, 

que,  echada  en  el  mar,  recoge  peces  de  todo  género ; 

"  la  cual,  una  vez  repleta,  la  sacan  a  la  orilla, 

y  allí  sentados  recogen  los  peces  buenos  en  banastas 

y  arrojan  afuera  los  malos. 

■  Así  será  en  la  consumación  del  mundo: 

saldrán  los  ángeles 

y  separarán  los  malos  de  en  medio  de  los  justos, 

40  y  los  arrojarán  en  el  horno  de  fuego ; 

allí  será  el  llanto  y  el  rechinar  de  los  dientes. 


Conclusión  de  las  parábolas :  El  estriba  instruido.  13,  51-52 

51  ¿  Habéis  entendido  todas  estas       Dícenle  : 
cosas  ?  -^Sí. 

53  El  les  dijo  : 

Por  eso  todo  escriba  adoctrinado  en  el  reino  de  los  cielos 

es  semejante  a  un  padre  de  familia 

que  saca  de  su  tesoro  cosas  nuevas  y  viejas. 


En  la  sinagoga  de  Nazaret.  13,  53-58 1 
(  =  Mc.  6,  1-6  =Lc.  4,  16-30) 

M  Y  aconteció  que,  cuando  hubo  Je- 
sús acabado  estas  parábolas,  se  par- 
tió  de  allí.  "  Y  venido  a  su  patria,  J 
les  enseñaba  en  su  sinagoga,  de  mo- 
do que  se  asombraban  y  decían  :  ¡ 
«¿De  dónde  a  éste  esa  sabiduría  y 
esos  milagros  ?  63  ¿  No  es  éste  el  hijo 
del  carpintero  ?  ¿  No  se  llama  su  ma- 
dre María,  y  sus  hermanos  Santia- 
go, José,  Simón  y  Judas?  *  ¿Y  us 
hermanas  no  están  todas  entre  nos- 
otros ?  ¿De  dónde,  pues,  a  éste  to- 
das esas  cosas  ?»  "  Y  se  escandali- 
zaban en  él.  Mas  Jesús  les  dijo  : 

— No  hay  profeta  desprestigiado,  si 
no  es  en  su  patria  y  en  su  casa. 

58  Y  no  obró  allí  muchos  milagros 
a  causa  de  su  incredulidad. 


Llega  hasta  Herodes  la  fama  de  Je- 
sús. 14,  1-2  (  =  Mc.  6,  14-16 
=  Lc.  9,  7-9) 

"1  A  1  Por  aquella  ocasión  oyó  He- 
rodes  el  tetrarca  lo  que  se  de- 
cía de  Jesús,  3  y  dijo  a  sus  criados  : 
— Este  es  Juan  el  Bautista  ;  él  ha 
resucitado  de  entre  los  muertos,  y 
por  eso  las  potencias  actúan  en  él 


Martirio  de  Juan  Bautista. 
(  =  Mc.  6,  17-29  =Lc.  3, 


14,  3- 
19-20) 


3  Y  fué  así  que  por  entonces  He- 
rodes, habiendo  prendido  a  Juan,  le 
había  encadenado  y  echado  en  la  pri- 
sión con  motivo  de  Herodías,  la  mu- 


«,-">  Esta  parábola,  como  la  de  la  cizaña,  revela  el  tmisterio»  de  la  convivencia 
temporal  de  buenos  y  malos  en  el  mundo  y  en  la  Iglesia  y  su  última  y  eterna 
separación. 

a  El  sentido  de  la  parábola  es  que  los  apóstoles,  instruidos  en  la  escuela  del  reino 
de  los  cielos,  han  de  sacar  del  tesoro  de  su  ciencia  las  verdades  antiguas  y  las  nuevas 
arrendidas  de  su  Maestro,  que  tan  oportunamente  ha  sabido  hermanar  lo  antiguo  con 
lo  nuevo. 

55  Sus  hermanos:  es  decir,  según  el  uso  semítico,  parientes  próximos.  Santiago., 
y  Judas  Tadeo  son  los  mismos  que  figuran  en  la  lista  de  los  Doce.  No  es  tan  seguro 
que  Simón  sea  el  apóstol  Simón  Cananeo. 

58  I.a  incredulidad  humana  ata  en  cierto  modo  las  manos  a  Dios. 

14  •  I.»  prisión  :  era  la  fortaleza  de  Maqueronte,  situada  al  E.  del  mar  Muerto. 


—  45  — 


14  4-15 


SAN  MATEO 


14  16-2o 


jer  de  Filipo,  su  hermano.  4  Porque 
le  decía  Juan  :  «No  te  es  lícito  te- 
nerla.» 6  Y  aunque  quería  matarle, 
tuvo  miedo  de  la  turba,  puesto  que 
le  tenían  como  profeta. 

8  Y  recurriendo  el  natalicio  de  He- 
rodes,  danzó  la  hija  de  Herodías  a 
la  vista  de  todos,  y  agradó  a  Hero- 
des  ;  7  tanto,  que  con  juramento  le 
protestó  que  le  daría  cuanto  le  pi- 
diera. 8  Ella,  aleccionada  por  su  ma- 
dre, 

— Dame,  dice,  aquí  sobre  una  ban- 
deja la  cabeza  de  Juan  el  Bautista. 

"  Y,  aunque  entristecido,  el  rey,  a 
causa  de  los  juramentos  y  en  aten- 
ción a  los  comensales,  ordenó"  que 
se  le  diera  ;  10  y  despachó  quien  de- 
capitase a  Juan  en  la  prisión.  "  Y 
fué  traída  su  cabeza  sobre  una  ban- 
deja, y  fué  entregada  a  la  mucha- 
cha, y  ella  la  llevó  a  su  madre.  n  Y 
acudiendo  sus  discípulos,  se  lleva- 
ron su  cadáver  y  lo  sepultaron,  y  vi- 
niendo a  Jesús  se  lo  notificaron. 


Primera  multiplicación  de  los  pa- 
nes. 14,  13-23  (  =  Mc.  6,  30-46  =Lc.  9, 
10-17  =Jn.  6,  1-15) 

13  En  oyéndolo  Jesús,  se  retiró  de 
allí  en  una  barca  a  un  lugar  de- 
sierto a  solas.  Y  habiéndose  entera- 
do las  turbas,  le  siguieron  a  pie  des- 
de las  ciudades.  14  Y  al  desembarcar 
vió  una  gran  muchedumbre  y  se  le 
enterneció  con  ellos  el  corazón,  y 
curó  sus  enfermos.  16  Venido  el  atar- 
decer, llegáronse  a  él  los  discípulos, 
diciendo  : 


—El  lugar  es  solitario  y  la  hora 
ya  pasada  ;  despide,  pues,  las  tur- 
bas, para  que  yendo  a  las  aldeas  se 
compren  algo  de  comer. 

"  Mas  Jesús  les  dijo  : 

— No  tienen  necesidad  de  marchar- 
se ;  dadles  vosotros  de  comer. 

17  Ellos  le  dijeron  : 

— No  tenemos  aquí  sino  cinco  pa- 
nes v  dos  peces. 

18  El  dijo  : 

— Traédmelos  acá. 

19  Y  después  de  ordenar  que  las 
turbas  se  recostasen  sobre  la  hierba, 
habiendo  tomado  los  cinco  panes  y 
los  dos  peces,  alzando  los  ojos  al 
cielo,  recitó  la  bendición,  y  partien- 
do los  panes  los  dió  a  los  discípu- 
los, y  los  discípulos  a  las  turbas. 
20  Y  comieron  todos,  y  se  saciaron  ; 
y  recogieron  lo  sobrante  de  los  pe- 
dazos, doce  canastos  llenos.  23  Y  los 
que  habían  comido  eran  como  cinco 
mil  hombres,  sin  contar  mujeres  y 
niños.  22  E  inmediatamente  obligó  a 
los  discípulos  a  subirse  en  la  barca 
y  adelantársele  con  rumbo  a  la  ri- 
bera opuesta,  en  tanto  que  él  des- 
pidiera las  turbas. 23  Y  habiendo  des- 
pedido las  turbas,  subió  al  monte  a 
solas  para  orar.  Y  entrada  la  noche, 
estaba  solo  allí. 


Sobre  las  ondas  del  mar.  14,  24-34 
(  =  Mc.  6,  47-53  =Jn.  6,  16-21) 

24  La  barca  estaba  ya  en  medio  del 
mar,  azotada  por  las  olas,  porque  el 
viento  era  contrario.  25  Y  a  la  cuarta 
vigilia  de  la  noche  vino  hacia  ellos, 


«  La  hija  de  Herodías  :  llamada  Salomé  y  casada  con  su  tío  1-ilipo,  el  tetrarca 
de  Iturea. 

10  «El  premio  de  una  bailarina  es  el  asesinato  de  un  profeta.,  escribió  San  Am- 
brosio. 

13  A  un  lugar  desierto  :  cerca  de  Betsaida  Julias,  al  NE.  del  lago. 

15  Venido  el  atardecer:  parece  que  aquel  día  era  jueves.  ||  Despide...  las  turbas: 
lo  que  menos  se  ocurrió  a  los  discípulos  fué  la  idea  de  un  milagro.  Eran  más  re- 
fractarios a  admitir  los  milagros  reales  que  propensos  a  fingir  milagros  imaginarios  : 
dato  importante  para  valorar  la  verdad  histórica  de  los  milagros  evangélicos. 

"Sobre  la  hierba  verde:  era  la  primavera.  ||  Partiendo  los  panes...:  los  panes 
y  los  peces,  multiplicados  en  las  manos  de  Jesús,  se  multiplicaron  también  en  las  de 
los  discípulos. 

30  Doce  canastos  :  parece  fueron  los  Doce  quienes,  cada  cual  con  su  capazo,  re- 
cogieron los  pedazos  sobrantes. 

23  Obligó  a  los  discípulos  :  esta  orden  inesperada  tiene  su  explicación  en  los  in- 
tempestivos entusiasmos  de  la  turba,  sobreexcitada  por  el  milagro. 

23  Para  orar  :  necesitaba  Jesús  desahogar  en  la  oración  su  Corazón,  apenado  por 
la  incomprensión  de  los  hombres,  aun  de  sus  discípulos. 

»  A  la  cuarta  vigilia  :  las  vigilias  nocturnas  eran  entonces  cuatro  :  el  atardecer, 
la  media  noche,  el  canto  del  gallo  y  la  alborada. 


-46- 


14  26-33 


SAN  MATEO 


14  34—15  3 


caminando  sobre  el  mar.  M  Los  dis- 
cípulos, como  le  vieron  caminando 
sobre  el  mar,  se  alborotaron,  y  de- 
cían que 
— Es  un  fantasma. 

Y  de  miedo  comenzaron  a  gritar. 
*  Mas  al  punto  les  habló  Jesús,  di- 
ciendo : 

— Tened  buen  ánimo  ;  yo  soy,  nc 
tengáis  miedo. 

58  Respondiéndole  Pedro,  dijo  : 

— Señor,  si  eres  tú,  mándame  ir  a 
ti  sobre  las  agus. 

■  El  le  dijo  : 

—Ven 

Y  bajando  de  la  barca,  comenzó 
Pedro  a  caminar  sobre  las  aguas,  y 
se  fué  hacia  Jesús.  "  Mas  viendo  el 
viento  recio,  cobró  miedo  ;  y  co- 
menzando a  sumergirse,  se  puso  a 
gritar,  diciendo  : 

—Señor,  sálvame. 

"Y  al  punto  Jesús,  extendiendo 
la  mano,  asió  de  él,  y  le  dice  : 

— Poca  fe,  ¿  por  qué  titubeaste  ? 

°  Y  en  subiendo  ellos  a  la  barca, 
amainó  el  viento.  a  Y  los  que  se  ha- 
llaban en  la  barca  se  postraron  de- 
lante de  él,  diciendo  : 

— Verdaderamente,  eres  Hijo  de 
Dios. 


31  Y  habiendo  hecho  la  travesía, 
llegaron  a  tierra  en  Genesaret. 

Sumerosos  milagros.  14,  35-36 
(  =  Mc.  6,  54-56) 

15  Y  habiéndole  reconocido  los  hom- 
bres de  aquel  lugar,  mandaron  re- 
cado a  toda  aquella  comarca,  y  le 
trajeron  todos  los  que  se  hallaban 
mal,  *"  y  le  rogaban  les  permitiese 
tocar  siquiera  la  franja  de  su  man- 
to ;  y  cuantos  tocaron,  cobraron  en- 
tera salud. 

Discusión  con  los  escribas  y  fariseos. 
15,  1-9  (  =  Mc.  7,  1-13) 

1  r  1  Entonces  se  acercan  a  Jesús, 
J.O  venidos  ¿e  Jerusalén,  unos  fa- 
riseos y  escribas,  diciendo  : 

- — ¿  Por  qué  tus  discípulos  traspa- 
san la  tradición  de  los  antepasados  ? 
Pues  que  no  se  lavan  las  manos  al 
comer  su  pan. 

1  El,  respondiendo,  les  dijo  : 


36  Es  um  fantasma  :  los  apóstoles  eran  más  propensos  a  tomar  por  fantasmas  las 
realidades  que  por  realidades  los  fantasmas  :  más  incrédulos  que  visionarios.  De 
aquellas  cabezas  no  salieron  los  milagros  del  Evangelio. 

30  Viendo  el  viento  recio,  cobró  miedo:  ¡extraña  contradicción!  Caminar  sobre 
US  agcas  sin  hundirse  y  temer  el  viento.  Si  el  agua  no  cedía  bajo  sus  pies,  ¿  qué 
mal  podría  causarle  el  viento  ? 

13  Tres  milagTQs  obró  Jesús  :  caminó  él  sobre  las  aguas,  hizo  que  Pedro  también 
caminase,  sosegó  la  tempestad. 

53  Hijo  de  Dios  :  la  impresión  del  triple  milagro  arrancó  a  los  discípulos  esta 
magnífica  profesión  de  fe  en  la  divinidad  de  Jesús. 

**  Llegaron  a  tierra  en  Genesaret  :  combinando  los  datos  de  los  evangelistas  re- 
sulta :  que  los  discípulos  se  dirigían  a  la  vez  a  Betsaida  (Me.  6,  45)  y  a  Cafar- 
naúm  (Jn.  6,  17)  ;  que  llegaron  a  donde  iban  (Jn.  6,  21)  ;  que  de  hecho  llegaron  a  la 
llanura  de  Genesaret  fMt.  14,  34;  Me.  6,  53).  Consecuencias:  que,  además  de  Bet- 
saida Julias,  existía  otra  Betsaida  occidental  ;  que  Betsaida  no  distaba  mucho  de 
Cafarnaúm  ;  que  Cafarnaúm  y  Betsaida  se  hallaban  en  la  llanura  de  Genesaret. 
A  base  de  estos  datos  hay  que  localizar  a  Cafarnaúm.  Khan  Minyeh,  mejor  que  Tell 
Hum,  verifica  estas  condiciones. 

-  La  tradición  :  las  enseñanzas  orales  recibidas  de  los  rabinos  anteriores.  Debe 
aquí  consignarse  un  hecho,  que  no  acredita  las  versiones  protestantes  de  la  Biblia. 
En  este  pasaje  y  en  otros,  en  que  tradición  se  toma  en  sentido  peyorativo,  por  tra- 
tarse de  tradiciones  humanas  opuestas  a  la  palabra  divina,  todas  las  versiones  pro- 
testantes recalcan  la  palabra  tradición,  con  el  intento  de  desprestigiar  la  tradición 
católica ;  en  cambio,  en  los  pasajes  de  las  Epístolas  de  San  rabio  (1  Cor.  11,  2 ; 
2  Tes.  2,  15;  3,  6),  en  que  se  recomienda  la  tradición  apostólica,  las  versiones  pro- 
testantes (castellanas,  italianas,  francesas,  inglesas,  alemanas)  sustituyen  la  enojosa 
palabra  tradición  por  otras  menos  comprometedoras,  como  instrucción,  doctrina  o  en- 
señanza. Semejante  infidelidad  es  más  reprobable  en  los  que  no  reconocen  otra  fuente 
de  la  divina  revelación  más  que  la  Biblia. 

*  En  la  respuesta  de  Jesús,  la  tradición  se  contrapone  al  mandamiento  de  Dios 
(como  después,  y.  6,  a  la  palabra  de  Dios).  Semejante  contraposición  distingue  esen- 
cialmente la  tradición  rabínica  de  la  tradición  cristiana,  que  es  precisamente  la 
transmisión  de  la  palabra  de  Dios  por  el  órgano  instituido  para  ello  por  el  mismo 


—  47  — 


15  4-; 


SAN  MATEO 


15  6-19 


— ¿Por  qué  también  vosotros  tras- 
pasáis el  mandamiento  de  Dios  a 
causa  de  vuestra  tradición  ?  *  Porque 
Dios  dijo  :  «Honra  al  padre  y  a  la 
madre»  (Ex.  20,  12;  Dt.  5,  16),  y  «El 
que  maldijere  al  padre  o  a  la  ma- 
dre, muera  sin  remisión»  (Ex.  21,  17). 
5  Vosotros,  empero,  decís  :  «Quien 
dijere  al  padre  o  a  la  madre:  (Juncia 


declarado  ofrenda  todo  lo  mío  que 
pudieras  reclamar  en  tu  provecho, 
"  no  habrá  ya  de  honrar  a  su  padre 
o  a  su  madre.»  ¡Y  habéis  rescindido 
la  palabra  de  Dios  en  gracia  de  vues- 
tra tradición  !  '  ¡  Farsantes  !  Muy 
bien  profetizó  de  vosotros  Isaías,  di- 
ciendo (39,  13)  : 


'  Ese  pueblo  me  honra  con  los  labios, 
mas  su  corazón  anda  muy  'lejos  de  mí  ; 
9  es  vano  el  culto  que  me  rinden 
enseñando  doctrinas,  preceptos  de  hombres. 


Parábola  a  la  turba,  su  explicación  a  los  discípulos.  15,  10-20  (  =  Mc.  7,  14-23) 


"  Y  llamando  a  sí  la  turba,  les  dijo  : 
Escuchad  y  entended. 

11  No  lo  que  entra  en  la  boca  contamina  al  hombre; 

mas  lo  que  sale  de  la  boca,  eso  es  lo  que  contamina  al  hombre. 

12  Entonces,  llegándose  los  discípulos,  le  dicen  : 

— ¿Sabes  que  los  fariseos  al  oír  tales  palabras  se  escandalizaron  ? 

u  El,  respondiendo,  dijo  : 

1      Todo  plantío  que  no  plantó  mi  Padre  celestial 
será  arrancado  de  raíz. 
14  Dejadlos  :  son  ciegos,  guías  de  ciegos  ; 
y  si  un  ciego  guía  un  ciego, 
ambos  a  dos  caerán  en  la  hoya. 

"  Tomando  Pedro  la  palabra,  dijo  : 
— Decláranos  esta  parábola. 
El  dijo  : 

¿A  estas  alturas,  hasta  vosotros  tenéis  tan  poca  comprensión  ? 

"  ¿  No  comprendéis  que  todo  lo  que  entra  en  la  boca 

pasa  al  vientre  y  se  expele  en  la  letrina  ? 

16  Mas  las  cosas  que  salen  de  la  boca,  del  corazón  salen, 

y  éstas  son  las  que  contaminan  al  hombre. 

19  Pues  del  corazón  salen  los  malos  pensamientos : 

homicidios,  adulterios,  fornicaciones, 


Dios.  Es  antievangélico  equiparar  a  la  tradición  rabínica,  reprobada  por  Cristo,  la 
tradición  apostólica,  creada  por  Cristo,  recomendada  por  San  Pablo  y  tomada  como 
norma  de  fe  por  todo  el  cristianismo  primitivo. 

•Ofrenda:  la  palabra  original  es  korbán  (—don).  No  faltaban  hijos  desnaturali- 
zados, que,  para  eludir  la  obligación  natural  de  socorrer  a  los  padres  indigentes,  pro- 
nunciaban la  fatídica  palabra  korbán  sobre  los  bienes  que  pudieran  destinarse  a  este 
socorro  de  la  piedad  filial.  Con  semejante  voto  declaraban  que  lo  que  pedían  los  pa. 
dres  quedaba  irrevocablemente  consagrado  a  Dios.  ¡Esa  consagración  creaba  la  obli- 
gación de  110  cumplir  el  cuarto  mandamiento!  Y  los  escribas  daban  por  legítimo  ese 
voto  sacrilego. 

10  Jesús  dice  a  la  turba  lo  que  en  realidad  iba  dirigido  contra  los  escribas. 

«  Se  escandalizaron  :  entendieron  muy  bien  la  enigmática  sentencia  de  Jesús,  y 
comprendieron  que  del  principio  sentado  por  El  se  deducía  lógicamente  la  abolición 
de  toda  distinción  entre  manjares  puros  e  impuros,  lo  cual  los  escandalizó. 

u  Todo  plantío...  Toda  empresa  humana  que  no  estribe  en  Dios  está  condenada 
al  fracaso. 


-48- 


15  20-28 


SAN  MATEO 


15  29-30 


hurtos,  falsos  testimonios,  blasfemias. 

■  Esas  son  las  cosas  que  contaminan  al  hombre ; 

que  el  comer  con  las  manos  sin  lavar  no  contamina  al  hombre. 


La  fe  de  la  cantinea.  15,  21-2S 
(  =  Mc.  7.  24-30) 

■  Y  saliendo  de  allí  se  retiró  Je- 
sús a  la  región  de  Tiro  y  de  Sidón. 
23  Y  he  aquí  que  una  mujer  cananea, 
salida  de  aquellos  confines,  daba  vo- 
ces, diciendo  : 

—Apiádate  de  mí,  Señor,  Hijo  de 
David  ;  mi  hija  está  malamente  en- 
demoniada. 

3  Mas  El  no  le  respondió  palabra. 
Y  llegándose  sus  discípulos,  le  ro- 
gaban, diciendo  : 

— Despáchala,  que  viene  gritando 
detrás  de  nosotros. 

M  El,  respondiendo,  dijo  : 

— No  fui  enviado  sino  a  las  ovejas 
descarriadas  de  la  casa  de  Israel. 

■  Mas  ella,  llegando,  se  postraba 
delante  de  él,  diciendo  : 

— Señor,  socórreme. 
x  El,  respondiendo,  dijo  : 
— No  está  bien  tomar  el  pan  de  los 
hijos  y  echarlo  a  los  perrillos. 

■  Ella  dijo  : 

— Sí,  Señor  ;  que  también  los  pe- 
rrillos comen  de  las  migajas  que 
caen  de  la  mesa  de  sus  amos. 

^Entonces,  respondiendo,  díjole 
Jesús  : 

—  ¡Oh  mujer,  grande  es  tu  fe! 
Hágase  contigo  como  quieres. 

Y  quedó  sana  su  hija  desde  aque- 
lla hora. 


Suincrosas  curaciones.  15,  29-31 
(  =  Mc.  7,  31-37) 

*  Y  marchando  de  allí  Jesús,  vino 
a  la  ribera  del  mar  de  Galilea,  y  su- 
biendo a  la  montaña,  se  sentó  allí. 
80  Y  vinieron  a  él  grandes  muche- 
dumbres llevando  consigo  cojos,  cie- 
gos, sordos,  mancos  y  muchos  otros, 
y  los  dejaron  echados  a  sus  pies,  y 
los  curó  ;  M  de  suerte  que  la  muche- 
dumbre se  maravillaba  al  ver  hablar 
los  mudos,  sanos  los  mancos,  cami- 
nar los  cojos,  tener  vista  los  ciegos ; 
y  glorificaban  al  Dios  de  Israel. 


Segunda  multiplicación  de  los  pa- 
nes. 15,  32-39  (  =  Mc.  8,  1-10) 

3-  Llamando  Jesús  a  sus  discípu- 
los, dijo  : 

— Siento  compasión  de  la  turba, 
pues  ha  va  tres  días  no  se  apartan 
de  mi  lado,  y  no  tienen  qué  comer  ; 
y  despedirlos  en  ayunas,  no  quiero, 
no  sea  que  desfallezcan  en  el  ca- 
mino. 

33  Y  le  dicen  los  discípulos  : 
— ¿  De  dónde  habremos  en  despo- 
blado tantos  panes  como  para  har- 
tar a  tanta  muchedumbre  ? 
**  Y  les  dice  Jesús  : 
— ¿  Cuántos  panes  tenéis  ? 
Ellos  dijeron  : 

— Siete  y  unos  pocos  pescadillo.» 

*  Y  habiendo  ordenado  a  la  mu- 
chedumbre recostarse  sobre  el  sue- 
lo, M  tomó  los  siete  panes  y  los  pe- 
ces v,  habiendo  hecho  gracias,  par- 


*>  Maravillosa  sentencia  de  alcance  trascendental,  aplicable  a  tantas  manifestacio- 
nes de  la  vida  humana. 

a  Desde  la  (tercera)  Pascua  hasta  la  siguiente  fiesta  de  los  Tabernáculos,  cas: 
medio  año,  interrumpe  Jesús  su  predicación  para  consagrarse  más  especialmente  a  la 
Instrucción  de  sus  discípulos,  con  vistas  a  la  fundación  de  la  Iglesia. 

*  Jesús,  que  leía  en  el  corazón  de  aquella  buena  mujer,  quiso  con  estas  palabras 
mortificantes  provocar  las  manifestaciones  de  su  fe  y  humildad,  que  habían  de  ser 
una  lección  para  sus  discípulos  y  para  todos. 

"  Es  ya  clásica  esta  retorsión  dialéctica  con  que  la  cananea  concluyó  al  Maestro, 
más,  empero,  con  su  fe  y  su  humildad  que  con  su  lógica. 

u  Grande  es  ni  fe:  no  sin  rubor  oirían  este  elogio  los  discípulos,  cuya  poca  fe 
varias  veces  habla  tildado  el  Maestro.  ||  HAgase  contigo:  la  omnipotencia  de  Dios 
puesta  a  discreción  del  que  ora  con  fe  y  humildad. 

»  Es  sorprendente  que  los  discípulos  parecen  haber  olvidado  el  milagro  de  la  pri- 
mera multiplicación.  No  eran  milagreros 


—  49  — 


15  37-16  12 


SAN  MATEO 


16  i-i3 


tiólos,  y  dábalos  a  los  discípulos,  y 
los  discípulos  a  las  turbas.  "  Y  co- 
mieron todos  y  se  saciaron,  y  de  los 
pedazos  sobrantes  retiraron  siete  es- 
puertas llenas.  38  Y  los  que  comieron 
eran  cuatro  mil  hombres,  sin  contar 
mujeres  y  niños.  39  Y  una  vez  des- 
pedida la  turba,  subió  a  la  barca  y 
vino  a  los  términos  de  Magadán. 


La  señal  del  cielo.  16,  1-4 
(  =  Mc.  8,  11-13) 

1  ¿i  1  Y  llegándose  los  fariseos  y 
xu  saduceos  con  ánimo  de  tentar- 
le, le  demandaron  les  hiciese  ver  al- 
guna señal  procedente  del  cieüo.  "  El, 
respondiendo,  les  dijo  : 


Al  caer  la  tarde  decís  :  «Habrá  buen  tiempo, 
porque  el  cielo  se  arrebola»  ; 

3  y  al  amanecer  :  «Hoy  tormenta, 

porque  el  cielo  se  arrebola  con  aspecto  sombrío.» 
El  semblante  del  cielo  sabéis  discernir, 
l  y  las  señales  de  los  tiempos  no  podéis  ? 

4  Una  generación  perversa  y  adúltera  reclama  una  señal, 
y  señal  no  se  le  dará  sino  la  señal  de  Jonás. 

Y  dejándolos,  se  fué. 


El  fermento  de  los  fariseos  y  sadu- 
ceos. 16,  5-12  (  =  Mc.  8,  14-21) 

5  Al  llegar  los  discípulos  a  la  ri- 
bera opuesta,  resultó  que  se  habían 
olvidado  de  tomar  panes.  6  Jesús  les 
dijo  : 


— Tened  ojo  y  guardaos  de  la  le- 
vadura de  los  fariseos  y  saduceos. 

1  Ellos  discurrían  entre  sí,  di- 
ciendo : 

— Es  que  no  hemos  tomado  panes. 
8  Advirtiéndolo  Jesús,  dijo  : 


¿  A  qué  viene  el  discurrir  entre  vosotros,  menguados  de  fe, 

sobre  que  no  tenéis  panes  ? 

9  ¿No  caéis  aún  en  la  cuenta,  ni  recordáis 

los  cinco  panes  de  los  cinco  mil, 

y  cuántos  canastos  recogisteis  ? 

í0  ¿  Ni  los  siete  panes  de  los  cuatro  mil, 

y  cuántas  espuertas  recogisteis  ? 

11  ¿  Cómo  no  caéis  en  la  cuenta  de  que  no  os  hablé  de  panes  ? 
Pero  guardaos  de  la  levadura  de  los  fariseos  y  saduceos. 


12  Entonces  comprendieron  que  110 
les  había  dicho  que  se  guardasen  de 
la  levadura  de  los  panes,  sino  de  la 
doctrina  de  los  fariseos  y  saduceo*. 


Confesión  y  primado  de  Pedro.  16, 
13-20  (  =  Mc.  8,  27-30  =Lc.  9,  18-21) 

13  Como  llegó  Jesús  a  la  región  de 
Cesárea  de  Filipo,  preguntaba  a  sus 
discípulos,  diciendo  : 


3»  Macarán  :  población  que  probablemente  se  hallaba  al  O.  (o  SO.l  del  lago. 

-I  f*  -  Habrá  buen  tiempo  :  cita  Jesús  algunos  de  los  dichos  casi  proverbiales  que  sir- 
ven  al  pueblo  para  pronosticar  el  tiempo. 

'  Las  señales  de  los  tiempos  :  son  las  señales  precursoras  de  las  grandes  crisis  de 
la  historia,  que  los  espíritus  perspicaces  utilizan  para  prevenirse  con  tiempo. 

*  L.A  señal  de  Jonás  :  es  la  resurrección  de  Jesús. 

'  Tres  defectos  muestran  los  discípulos  :  incomprensión,  preocupación  por  el  pan 
material,  poca  fe.  Semejantes  hombres  no  crearon  la  espiritualidad  del  Evangelio. 

i3-2o  jja  llegado  el  momento  culminante  de  la  vida  pública  de  Jesús.  Ya  la  fe 
de  los  discípulos,  a  pesar  de  todos  sus  defectos,  ha  alcanzado  la  conveniente  madurez. 
T.a  profesión  de  la  fe  apostólica  y  la  institución  del  primado  eclesiástico  son  la 
sustancia  de  esta  página  del  Evangelio. 


—  So  — 


16  i*-21 


SAN  MATEO 


16  16-22 


—¿Quién  dicen  Jas  hombres  que 
es  el  Hijo  del  hombre  ? 
"  Ellos  dijeron  : 

— Unos  que  Juan  el  Bautista,  otros 
que  Elias,  otros  diferentes  que  Je- 
remías o  uno  de  los  profetas. 

15  Díceles  : 


— Y  vosotros ,  ¿  quién  decís  que 
soy  ? 

16  Respondiendo  Simón  Pedro,  dijo  : 
— Tú  eres  el  Mesías,  el  Hijo  del 

Dios  viviente. 

17  Respondiendo  Jesús,  le  dijo  : 


Bienaventurado  eres,  Simón  Bar-Joná, 

pues  que  no  es  la  carne  y  sangre  quien  te  lo  reveló, 

sino  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos. 

18  Y  yo  a  mi  vez  te  digo  que  tú  eres  Pedro, 
y  sobre  esa  piedra  edificaré  mi  Iglesia, 

y  las  puertas  del  infierno  no  prevalecerán  contra  ella. 

19  Te  daré  las  llaves  del  reino  de  los  cielos, 

y  cuanto  atares  sobre  la  tierra,  quedará  atado  en  los  cielos  ; 

y  cuanto  desatares  sobre  la  tierra,  quedará  desatado  en  los  cielos. 


50  Entonces  ordenó  terminantemen- 
te a  los  discípulos  que  a  nadie  dije- 
sen que  El  era  el  Mesías. 

Anuncia  Jesiís  su  muerte  y  resurrec- 
ción. 16,  21-23  (=Mc.  8,  31-33 
=  Lc.  1,  22) 

*  Desde  entonces  comenzó  Jesús 


Mesías  a  manifestar  a  sus  discípulos 
que  El  tenía  que  ir  a  Jerusalén  y 
padecer  muchas  cosas  de  parte  de 
los  ancianos  y  sumos  sacerdotes  y 
escribas  y  ser  entregado  a  la  muer- 
te y  al  tercer  día  resucitar. 

a  Y"  tomándole  consigo  Pedro,  se 
puso  a  reconvenirle,  diciendo  : 

—  ¡  No  lo  consienta  Dios  !  Señor, 
de  ninsrún  modo  te  acaecerá  tal  cosa. 


"  Unos  que  Juan...  :  grandes  nombres,  pero  inmensamente  inferiores  al  nombre 
de  Mesías  e  Hijo  de  Dios,  que  va  a  pronunciar  Pedro. 

"-n  ¿Y  vosotros...  ?  Respondiendo  Simón  Pedro...  Pregunta  Jesús  a  todos,  y  res- 
ponde uno  solo.  Pedro  responde  en  nombre  de  todos  ;  pero  él  solo  responde.  La  fe 
es  común,  mas  la  profesión  de  esta  fe  es  individual  y  personal.  Pedro,  hablando 
en  nombre  de  todos,  se  dispone  para  ser  el  jefe  de  todos. 

"  Tú  eres  el  Mesías,  el  Hijo  del  Dios  viviente.  Dos  prerrogativas  confiesa  Pedro 
en  Jesús  :  la  mesianidad  y  la  divina  filiación.  Con  la  mesianidad  confiesa  que  se 
cumplen  en  Jesús  todas  las  profecías  mesiánicas.  Con  la  divina  filiación,  el  pesca- 
dor de  Galilea,  iluminado  por  la  revelación  del  Padre  celestial,  se  remonta  por  en- 
cima de  todo  lo  humano,  para  clavar  su  mirada  en  la  gloria  del  Hijo  de  Dios. 

w-»  Es  digno  de  notarse  el  énfasis  con  que  Jesús  se  dirige  a  Pedro,  y,  entre  todos 
los  presentes,  a  solo  Pedro.  Suponer,  como  los  antiguos  protestantes,  que  cuando 
Jesús  dice  sobre  esta  piedra,  virando  en  redondo,  habla  de  sí  mismo,  es  el  colmo 
de  la  arbitrariedad  exegética  y  una  tácita  confesión  de  que  cuanto  sigue  expresa 
con  demasiada  evidencia  el  primado  de  autoridad  sobre  la  Iglesia.  Los  modernos 
protestantes,  dando  la  razón  a  la  exegesis  católica,  han  excogitado  otra  solución, 
mas  desesperada  todavía  :  la  de  suponer  que  todo  este  pasaje  papal  es  una  interpo- 
lación tardía  efectuada  en  Roma.  Si  el  testimonio  unánime  de  todos  los  códices  y 
versiones  no  desmintiesen  esa  supuesta  interpolación,  el  subidísimo  color  semítico 
del  pasaje  está  clamando  a  voces  por  la  autenticidad.  En  un  problema  de  crítica 
textual,  comenzar  por  atropellar  todos  los  cánones  fundamentales  de  la  crítica 
es  la  condenación  de  las  hipótesis  basadas  en  semejantes  atropellos. 

Con  tres  metáforas  expresa  Jesús  lo  que  Pedro  es  y  representa  en  la  Igle- 
sia :  la  de  la  piedra  fundamental,  la  de  las  llaves  y  la  de  atar  y  desatar.  La  piedra 
fundamental  es  la  que  da  estabilidad  al  edificio,  que  es  la  Iglesia.  Ahora  bien,  la 
Iglesia,  como  reino  de  Dios  que  es  en  la  tierra,  es  una  sociedad.  Y  el  fundamento 
de  toda  sociedad  es  la  autoridad.  Por  su  autoridad,  pues,  es  Pedro  el  fundamento  de 
la  Iglesia.— Análoga  es  la  significación  de  las  llaves.  Quien  por  derecho  propio 
posee  las  llaves  es  Jesu-Cristo  :  cque  tiene  la  llave  de  David  :  que  abre,  y  nadie 
cierra;  que  cierra,  y  nadie  abre»  (Ap.  3,  7).  Al  prometer  ahora  Jesús  a  Pedro  que 
le  dará  las  llaves  del  reino,  promete  comunicarle  su  potestad  soberana.— Con  la 
metáfora  de  atar  y  desatar  designaban  los  judíos  las  soluciones  doctrinales  y  las 
decisiones  legales.  A  Pedro,  por  tanto,  se  promete  la  autoridad  de  definir  en  los  con- 
flictos doctrinales  y  de  sentenciar  en  los  conflictos  jurídicos. 

a  Anunciada  la  institución  de  la  Iglesia,  anuncia  Jesús  la  redención  de  la  misma 
Iglesia,  tque  El  hizo  suya  con  su  propia  sangre»  (Ac.  20,  a8). 

33  Pedro,  que  acaba  de  reconocer  la  mesianidad  y  divinidad  de  Jesús,  ahora,  ins- 


16  23-17  3 


SAN  MATEO 


1G  24-17  S 


23  Mas  El,  volviéndose,  dijo  a  Pe- 
dro : 

— Vete  de  ahí,  quítateme  de  delan- 
te, Satanás  ;  piedra  de  escándalo  eres 
para  mí,  pues  tus  miras  no  son  las 
de  Dios,  sino  las  de  los  hombres. 


Necesidad  de  la  abnegación.  16,  24-28 
(  =  Mc.  8,  34-39  =Lc.  9,  23-29) 

24  Entonces  Jesús  dijo  a  sus  discí- 
pulos : 


Si  alguno  quiere  venir  en  pos  de  mí, 

niéguese  a  sí  mismo  y  tome  a  cuestas  su  cruz  y  sígame. 

28  Pues  quien  quisiere  poner  a  salvo  su  vida,  la"  perderá  ; 

mas  quien  perdiere  su  vida  por  causa  de  mí,  la  hallará. 

*  Pues  ¿  qué  provecho  sacará  un  hombre 

si  ganare  el  mundo  entero,  pero  malograre  su  alma  ? 

¿  O  qué  dará  un  hombre  en  cambio  por  recuperar  su  alma  ? 

"  Porque  ha  de  venir  el  Hijo  del  hombre  en  la  gloria  de  su  Padre, 

acompañado  de  sus  ángeles, 

y  entonces  dará  en  pago  a  cada  cual  conforme  a  sus  actos. 
28  En  verdad  os  digo  que  hay  algunos  de  los  aquí  presentes 
que  no  gustarán  la  muerte 

sin  que  antes  vean  al  Hijo  del  hombre  viniendo  en  su  realeza. 


Transfiguración  del  Señor.   17,  1-9 
(  =  Mc.  9,  1-8  =Lc.  9,  28-36) 

1  7  1  Y  seis  días  después  toma  Je- 
í  '  sús  consigo  a  Pedro,  a  Santia- 
go y  a  Juan,  su  hermano,  y  sube  con 
ellos  a  un  monte  elevado  a  solas. 
■  Y  se  transfiguró  en  presencia  de 
ellos,  y  comenzó  a  relumbrar  su  faz 
como  el  sol,  y  sus  vestiduras  se  pa- 
raron blancas  como  la  luz.  8  Y  de 
pronto  aparecieron  a  su  vista  Moi- 
sés y   Elias,  conversando  con  E3. 


*  Tomando  Pedro  la  palabra,  dijo  a 
Jesús  : 

—Señor ,  linda  cosa  es  estarnos 
aquí;  si  quieres,  haré  aquí  tres  tien- 
das :  una  para  ti,  una  para  Moisés 
y  una  para  Elias. 

6  Estando  aún  él  hablando,  de 
pronto  una  nube  luminosa  los  cu- 
brió. Y  he  aquí  una  voz  salida  de  la 
nube,  que  decía  : 

— Este  es  mi  Hijo  querido,  en  quien 
me  agradé  ;  escuchadle. 

6  Y  al  oírlo,  los  discípulos  cayeron 
sobre  su  rostro  y  se  atemorizaron 


pirado  por  «la  carne  y  sangre»,  habla  como  un  judío  vulgar,  llena  la  cabeza  de 
quimeras  mesiánicas. 

ai-27  Formula  el  Maestro  «la  palabra  de  la  cruz»  (1  Cor.  1,  18),  nudo  vital  de  la 
santidad  cristiana,  piedra  de  toque  para  valorar  los  quilates  de  los  diferentes  sis- 
temas ascéticos. 

27  Vendrá  el  dia  de  la  verdad  y  de  la  justicia,  en  que  cada  cual  aparecerá  lo  que 
es  y  recibirá  lo  que  merece. 

58  Las  últimas  palabras  se  refieren  probablemente  a  la  transfiguración  de  Jesús, 
que  se  narra  a  continuación. 

-1  fj  1  A  UN  monte  elevado  !  el  Tabor,  graciosa  colina  aislada,  que  se  eleva  unos 
-*-  •  321  metros  sobre  el  llano  adyacente  y  unos  600  sobre  el  nivel  del  Mediterráneo. — 
Atardecía  ya  cuando  Jesús  subía  al  monte  para  pasar  la  noche  en  oración.  De  noche 
y  en  oración  se  transfiguró  el  Señor. 

a  Dos  rasgos  externos  de  la  transfiguración  consignan  los  evangelistas  :  los  ful- 
gores solares  de  su  faz  y  la  blancura  luminosa  de  sus  vestiduras.  Estos  efectos 
nacían  de  dentro.  El  fuego  que  ardía  en  su  Corazón,  penetrando  el  velo  de  la  sa- 
grada carne,  iluminó  su  faz  y  blanqueó  sus  vestiduras. 

8  Moisés  y  Elias  :  eran  «la  ley  y  los  profetas»,  que  venían  a  rendir  homenaje 
al  Hijo  de  Dios.  ||  Conversando  con  El:  de  la  muerte  del  Redentor  (Le.  9,  31). 
Hacia  el  Calvario  se  enfocaba  la  luz  del  Tabor. 

4  Linda  cosa  es  estarnos  aquí  :  las  palabras  de  Pedro  son  más  intencionadas 
de  lo  que  pudiera  creerse  :  son  un  retoño  de  su  horror  a  la  cruz. 

5  Una  nube  luminosa:  señal  visible  de  la  presencia  de  la  divinidad.  ||  Escu- 
chadle :  siempre,  aun  cuando  hable  de  cruz. 


—  52  — 


17  í-a 


SAN  MATEO 


17  10-23 


sobremanera.  J  Y  se  acercó  Jesús  y, 
tocándoles,  dijo  : 

— Levantaos  y  no  tengáis  miedo. 

8  Alzando  sus"  ojos,  a  nadie  vieron 
sino  a  El,  a  Jesús  solamente.  *  Y 
mientras  bajaban  del  monte  les  or- 
denó Jesús,  diciendo  : 

— A  nadie  digáis  la  visión  hasta 
que  el  Hijo  del  hombre  hubiere  re- 
sucitado de  entre  los  muertos. 


Sobre  el  advenimiento  de  Elias. 
i;,  10-13  (  =  Mc.  9,  9-12) 

10  Y  le  interrogaron  los  discípulo», 
diciendo  : 

— ¿Por  qué,  pues,  los  escribas  di- 
cen que  Elias  tiene  que  venir  pri- 
mero ? 

"  El,  respondiendo,  dijo  : 


Elias  ciertamente  viene,  y  restaurará  todas  las  cosas; 
vi  pero  os  digo  que  Elias  ya  vino  y  no  le  reconocieron, 
antes  hicieron  con  él  cuanto  quisieron. 

Así  también  el  Hijo  del  hombre  ha  de  padecer  a  manos  de  ellos 


13  Entonces  comprendieron  los  dis- 
cípulos que  les  había  hablado  de 
luán  el  Bautista. 

Curación  del  muchacho  lunático.  17, 
14-18  (  =  Mc.  9,  13-26  =  Lc.  9,  37-43) 

"  Y  así  que  llegaron  a  la  turba,  se 
le  acercó  un  hombre,  arrodillándo- 
sele 15  y  diciendo  : 

— Señor,  compadécete  de  mi  hijo, 
porque  está  lunático  y  padece  de 
mala  manera  ;  porque  muchas  veces 
cae  en  el  fuego  y  muchas  en  el  agua. 
"  Y  lo  presenté  a  tus  discípulos,  y 
no  lo  pudieron  curar. 

"  Respondiendo  Jesús,  dijo  : 

—  ¡Oh  raza  incrédula  y  perverti- 
da!, ¿hasta  cuándo  estaré  con  vos- 
otros ?  ¿  Hasta  cuándo  os  soportaré  ? 
Traédmele  acá. 

"  Y  le  mandó  Jesús  terminante- 
mente, y  salió  de  él  el  demonio,  y  el 
muchacho  quedó  curado  desde  aquel 
momento. 


Poder  de  la  oración  y  del  ayuno 
17,  19-21  (  =  Mc.  9,  27-28) 

ie  Entonces ,  llegándose  los  discí- 
pulos a  Jesús  a  solas,  dijeron  : 

— ¿Por  qué  nosotros  no  pudimos 
lanzarlo  ? 

20  El  les  dice  : 

— Por  vuestra  poca  fe.  Porque  en 
verdad  os  digo  que  si  tuviereis  fe 
como  un  granito  de  mostaza,  diréis 
a  este  monte  :  «Trasládate  de  aquí 
allá»,  y  se  trasladará,  y  nada  os  será 
imposible.  21  Ese  linaje  de  demonios 
no  sale  si  no  es  con  oración  y  ayuno. 

Segundo  anuncio  de  la  pasión.  17, 
22-23  (  =  Mc.  9,  29-31  =Lc.  9,  44-45) 

"  Mientras  andaban  por  Galilea, 
díjoles  Jesús  : 

— El  Hijo  del  hombre  ha  de  ser 
entregado  en  manos  de  los  hombres, 
0  y  le  darán  la  muerte,  y  al  tercer 
día  resucitará. 

Y  se  entristecieron  sobremanera. 


"  Mientras  bajaban  :    a  la  mañana  siguiente. 

M~a  A  la  pregunta,  deliberadamente  ambigua,  de  los  discípulos  respondió  el  Maes- 
tro :  I)  que  era  cierto  que  Elias  había  de  venir  ;  21  que  Elias  había  ya  venido  en 
la  persona  de  Juan  ;  3)  que  no  fué  reconocido,  antes  maltratado ;  4)  que  la  mism» 
suerte  aguardaba  al  Hijo  del  hombre  :  que  moriría,  pero  que  luego  resucitaría. 
Con  esto  entendieron  los  discípulos  lo  que  realmente  deseaban  saber  :  cómo  el  Hijo 
del  hombre  resucitaría  de  entre  los  muertos. 

a  Lunático  :  así  era  llamado  el  epiléptico,  por  creerse  vulgarmente  que  las  crisis 
de  la  epilepsia  tenían  relación  con  las  fases  de  la  luna.  De  hecho,  el  muchacho 
estaba  endemoniado. 

a  Este  linaje  de  demonios  :  se  dan  casos  de  posesión  en  que  a  los  exorcismos  ri- 
tuales hay  que  juntar  la  oración  y  el  ayuno. 


-53  - 


17  24-26 


SAN  MATEO 


17  27-18  9 


El  estáte}  hallado  en  la  boca  del 
pez.  17,  24-27 

M  Luego  que  llegaron  a  Cafarnaúm, 
se  presentaron  a  Pedro  los  que  co- 
braban las  didracmas  y  dijeron  : 

— ¿  Vuestro  Maestro  no  paga  las 
didracmas  ? 

25  Dice  : 
Sí. 

Y  cuando  llegó  a  casa,  se  le  ade- 
lantó Jesús,  diciendo  : 

— i  Qué  te  parece,  Simón  ?  Los  re- 
yes de  la  tierra,  ¿de  quiénes  cobran 
impuestos  o  tributo  ?  ¿  De  sus  pro- 
pios hijos  o  de  los  extraños  ? 

26  Y  habiendo  dicho  : 
— De  los  extraños, 

díjole  Jesús  : 

— Luego  exentos  están  los  hijos. 


27  Mas  para  que  no  les  escandalice- 
mos, vete  al  mar  y  echa  el  anzuelo, 
y  el  primer  pez  que  saques,  tómalo, 
y  abriéndole  la  boca,  hallarás  un  es- 
tater;  tómalo  y  entrégalo  a  ellos  por 
mí  y  por  ti. 


El  mayor  en  el  reino  de  los  ciclos. 
18,  1-6  (  =  Mc.  9,  32-36,  41 
=  Lc.  9,  46-48) 

"I  O  1  En  aquella  sazón  se  llega- 
ío  ron  los  discípulos  a  Jesús,  di- 
ciendo : 

— ¿  Quién,  en  fin,  es  mayor  en  el 
reino  de  los  cielos  ? 

2  Y  llamando  a  sí  a  un  niño,  lo 
puso  en  medio  de  ellos,  3  y  dijo  : 


En  verdad  os  digo,  si  no  os  tornareis  e  hiciereis  como  los  niños, 

no  entraréis  en  el  reino  de  los  cielos. 

4  Así,  pues,  el  que  se  hiciere  pequeño  como  este  niño. 

éste  es  el  mayor  en  el  reino  de  los  cielos. 

*  Y  quien  recibiere  a  uno  de  tales  niños  en  mi  nombre, 

a  mí  me  recibe. 

6  Y  quien  escandalizare  a  uno  de  estos  pequeñuelos  que  creen  en  mi, 
mejor  fuera  que  le  colgasen  alrededor  del  cuello  una  muela  de  tahona 
y  le  sumergiesen  en  alta  mar. 


El  escándalo.  18,  7-1 1  (  =  Mc.  9,  42-47) 

'  j  Ay  del  mundo  a  causa  de  los  escándalos ! 

Porque  fuerza  es  que  vengan  los  escándalos; 

mas  ¡  ay  del  hombre  por  quien  viene  el  escándalo ! 

8  Si  tu  mano  o  tu  pie  te  escandaliza, 

córtalo  y  échalo  lejos  de  ti; 

mejor  te  vale  entrar  en  la  vida  manco  o  cojo, 

que  con  tus  dos  manos  o  tus  dos  pies  ser  arrojado  al  fuego  eterno. 
"  Y  si  tu  ojo  te  escandaliza, 
sácalo  y  échalo  lejos  de  ti  ; 

mejor  te  vale  con  sólo  un  ojo  entrar  en  la  vida, 

que  con  tus  dos  ojos  ser  arrojado  en  la  gehena  del  fuego. 

21  Las  didracmas:  todos  los  israelitas  varones  pagaban  una  didracma  (=dos  drac- 
mas)  para  el  culto  del  templo.  La  draema  correspondía  a  la  peseta.  Dos  didracmas 
equivalían  al  siclo  hebreo  o  al  estater  griego.  Para  pagar  las  dos  didracmas,  por 
Jesús  y  por  Pedro,  sirvió  el  estater  sacado  de  la  boca  del  pez. 

*  Impuestos  :  contribución  indirecta  ;  tributo  :  contribución  directa. 

"  Abriéndole  la  boca  :  este  pormenor  imposibilita  toda  explicación  naturalista 
del  milagro. 

1  Habían  discutido  los  apóstoles  sobre  quién  era  el  mayor ;  no  habiéndose  pues- 
to de  acuerdo,  apelaron  a  la  solución  del  Maestro,  aunque  sin  decirle  palabra 
sobre  la  discusión  precedente.  No  necesitaba  el  Maestro  que  le  confesaran  su  falta. 
»  Se  enseña  la  necesidad  de  la  infancia  espiritual. 
4  La  esencia  de  la  infancia  espiritual  es  la  humildad. 

M  Declaración  de  dos  verdades  que  deben  ser  un  acicate  y  un  freno  para  los 

educadores  de  la  niñez. 

Otra  vez  se  inculca  la  necesidad  de  no  dar  escándalos  y  de  no  ceder  a  los 
«lados  por  otros. 


—  54  — 


18  i»-21 


SAN  MATEO 


lg  22-23 


"Guardaos  no  menospreciéis  a  uno  de  estos  pequeñuelos, 

porque  os  digo  que  sus  ángeles  en  los  cielos 

ven  sin  cesar  el  rostro  de  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos. 

"  Porque  el  Hijo  del  hombre  vino  a  salvar  lo  que  había  perecido. 


Parábola  de  la  oveja  descarriada.  18,  12-14 

■  ¿  Qué  os  parece  ?  Si  un  hombre  tiene  cien  ovejas 
y  se  le  descarría  una  de  ellas, 

¿  por  ventura  no  dejará  las  noventa  y  nueve  en  los  montes 

y  se  irá  a  buscar  la  descarriada  ? 

u  Y  si  le  aconteciere  hallarla, 

en  verdad  os  digo  que  se  goza  por  ella 

más  que  por  las  noventa  y  nueve  no  descarriadas. 

14  Así  no  es  voluntad  en  él  acatamiento  de  vuestro  Padre,  que  está  en  los 
de  que  perezca  uno  de  esos  pequeñuelos.  [cielos, 


Corrección  fraterna,  potestad  apostólica,  eficacia  de  la  oración.  18,  15-20 

15  Si  pecare  contra  ti  tu  hermano, 
ve  y  corrígele  entre  ti  y  él  solo. 

Si  te  escuchare,  ganaste  a  tu  hermano; 

16  mas  si  no  te  escuchare,  toma  todavía  contigo  a  uno  o  dos, 

para  que  «Sobre  el  dicho  de  dos  o  tres  testigos  estribe  toda  causa»  (Dt. 
"  y  si  no  les  diere  oídos,  dilo  a  la  Iglesia  ;  [19,  15) ; 

y  si  tampoco  a  la  Iglesia  diere  oídos, 
míralo  como  al  gentil  y  al  publicano. 

a  En  verdad  os  digo,  cuanto  atareis  sobre  la  tierra  será  atado  en  el  cielo, 
y  cuanto  desatareis  sobre  la  tierra  será  desatado  en  el  cielo. 
i9  En  verdad  también  os  digo 

que  si  dos  de  entre  vosotros  se  concertaren  sobre  la  tierra 

acerca  de  cualquier  cosa  que  pidan, 

les  será  otorgado  por  mi  Padre,  que  está  en  los  cielos. 

**  Pues  dondequiera  que  estén  dos  o  tres  reunidos  en  mi  nombre, 

allí  estoy  yo  en  medio  de  ellos. 


Perdón  de  las  injurias:  parábola  del 
siervo  cruel.  18,  21-35 


21  Entonces,  llegándose  Pedro,  le 
dijo  : 

— Señor,  ¿  cuántas  veces  pecará  mi 


hermano  contra  mí  y  le  perdonaré  ? 
¿Hasta  siete  veces?' 
"  Dícele  Jesús  : 

— No  te  digo  hasta  siete  veces, 
sino  hasta  setenta  veces  siete. 

23  Por  esto  se  asemejó  el  reino  de 
los  cielos  a  un  rey  que  quiso  ajustar 


10  De  estas  palabras  se  colige  que  Dios  ha  confiado  la  custodia  de  cada  hombre 
ya  desde  su  nacimiento  a  la  vigilancia  y  custodia  de  los  santos  ángeles. 

u  Esta  sentencia  es  a  la  vez  conclusión  de  lo  que  precede  y  transición  para 
lo  que  sigue. 

*-,T  En  el  proceso  de  la  corrección,  tres  pasos  señala  el  Maestro  :  1)  la  corrección 
secreta  ;  2)  la  privada  ante  testigos ;  3)  la  denunciación  pública  ante  la  autoridad. 

*  Dilo  a  la  Iglesia  :  es  decir,  a  la  autoridad  constituida  en  la  Iglesia.  Existe, 
por  tanto,  en  la  Iglesia  la  potestad  de  juzgar.  Y  tal  potestad  sería  irrisoria  sin  el 
correspondiente  poder  de  imponer  sanciones. 

18  Estas  palabras,  comparadas  con  las  dichas  anteriormente  a  Pedro  (16,  19),  son 
como  su  extensión  o  comunicación.  Pero  con  una  diferencia  esencial.  Dichas  a 
Pedro  en  singular,  expresaban  una  función  soberana  ;  dichas  a  todos  los  apóstoles, 
en  plural  y  en  general,  no  expresan  una  función  soberana  e  independiente.  Ni  la 
pueden  expresar ;  pues,  de  lo  contrario,  serían  una  anulación  de  la  potestad  sobe- 
rana   otorgada  antes  a  solo  Pedro 

1*-a)  La  eficacia  de  la  oración  asociada  estriba  en  la  presencia  de  Cristo,  que, 
atraído  por  la  caridad  fraterna,  refrenda  la  oración  hecha  en  caridad. 


18  24-35 


SAN  MATEU 


19  i-i: 


cuentas  con  sus  siervos.  **  Y  como 
comenzó  a  tomarlas,  le  fué  presen- 
tado uno  deudor  de  diez  mil  talen- 
tos. *  No  teniendo  él  con  qué  pagar, 
mandó  el  señor  se  le  vendiese  a  él, 
a  su  mujer,  a  sus  hijos  y  todo  cuan- 
to tenía,  y  con  eso  se  le  pagase. 
"  Postrándose,  pues,  eJl  siervo  aquel, 
le  suplicaba  rendidamente,  dicien- 
do :  «Ten  paciencia  conmigo,  y  to- 
do te  lo  pagaré.»  27  Compadecido  el 
señor  de  aquel  siervo,  le  dejó  ir  li- 
bre y  le  perdonó  la  cantidad  pres- 
tada. 28  Así  que  salió  aquel  siervo  se 
encontró  con  uno  de  sus  consiervos, 
que  le  debía  cien  denarios  ;  y  asien- 
do de  él  le  ahogaba,  diciendo  :  «Pa- 
ga todo  lo  que  debes.»  28  Postrándo- 
se, pues,  su  consiervo,  le  suplicaba, 
diciendo  :  «Ten  paciencia  conmigo, 
y  te  pagaré.»  30  Mas  él  no  quería, 
sino  que  fué  y  le  echó  en  la  cár- 
cel, hasta  que  pagase  lo  que  debía. 
"  Viendo,  pues,  sus  consiervos  lo  que 
pasaba,  se  afligieron  sobremanera  y 
se  fueron  a  enterar  a  su  señor  de 
todo  lo  ocurrido .  32  Entonces ,  lla- 
mándole su  señor,  le  dice  :  «Siervo 
malo,  toda  aquella  deuda  te  perdo- 
né porque  me  lo  suplicaste.  33  ¿No 
era  justo  que  también  tú  te  compa- 
decieses de  tu  consiervo,  lo  mismo 
que  yo  me  compadecí  de  ti  ?»  81 Y 
encolerizado  su  señor,  lo  entregó  a 
los  verdugos  hasta  que  pagase  todo 
lo  que  debía. 

35  Así  también  mi  Padre  celestial 
hará  con  vosotros  si  no  perdonareis 
cada  uno  a  vuestro  hermano  con  to- 
do vuestro  corazón. 


Matrimonio  y  virginidad.  19,  1-12 
(=Mc.  10,  1-12) 

i  q  1  Aconteció  que,  cuando  hubo 
J--'  Jesús  concluido  estos  razona- 
mientos, se  partió  de  Galilea  y  vino 
a  los  confines  de  la  Judea  allende  el 
Jordán,  2  y  le  siguieron  grandes  mu- 
chedumbres, y  los  curó  allí. 

3  Y  se  le  acercaron  unos  fariseos, 
tentándole  y  diciendo  : 

— ¿Si  es  lícito  repudiar  a  su  mu- 
jer por  cualquier  motivo? 

4  El,  respondiendo,  dijo  : 

— ¿No  leísteis  tal  vez  que  el  que 
los  creó  desde  el  principio  los  hizo 
varón  y  hembra  ?  6  Por  esto  dejará  el 
hombre  al  padre  y  a  la  madre  y  se 
unirá  a  la  mujer,  y  serán  los^  dos 
una  sola  carne  (Gén.  2,  24).  6  Así  que 
ya  no  son  dos,  sino  una  carne.  Lo 
que  Dios,  pues,  juntó,  el  hombre  no 
lo  separe. 

1  Dícenle  : 

— ¿Por  qué,  pues,  Moisés  prescri- 
bió dar  libelo  de  divorcio  y  repu- 
diar? (Dt.  24,  1). 

8  Díceles  : 

— Porque  Moisés,  en  razón  de  vues- 
tra dureza  de  corazón,  os  consintió 
repudiar  vuestras  mujeres ;  mas  des- 
de un  principio  no  ha  sido  así.  "  Y 
os  digo  que  quien  repudiare  a  su 
mujer,  no  interviniendo  fornicación, 
y  se  casare  con  otra,  adultera,  y 
quien  se  casare  con  la  repudiada, 
adultera. 

10  Dícenle  los  discípulos  : 

—Si  tal  es  la  situación  del  hombre 
respecto  de  la  mujer,  no  vale  la  pe- 
na de  casarse. 

"  El  les  dijo  : 


*'  El  talento  de  plata  equivalía  próximamente  a  5.000  iiesetas.  Los  diez  mu.  ta- 
lentos importarían  unos  50  millones. 

38  El  denario  osciló  entre  los  78  y  los  87  céntimos  de  peseta. 

M  No  quiere  decir  que  Dios  retracte  el  perdón  una  vez  otorgado  de  los  pecados  ; 
pero  da  a  entender  la  enorme  gravedad  del  pecado  de  quien  se  obstina  en  no  per- 
donar, que  en  cierto  modo  equivale  al  cúmulo  de  los  pecados  antes  cometidos  y  ya 
perdonados. 

1  Q  "  Dos  puntos  hay  que  distinguir  en  esta  pregunta  :  lo  que  se  presupone  y  lo  que 
-'-«'  se  pregunta.  Se  presupone  la  licitud  del  repudio ;  se  pregunta  si  el  repudio 
puede  hacerse  por  cualquier  motivo.  El  Maestro  responde  por  partes. 

*•*  Respondiendo  al  primer  punto,  establece  el  Maestro  la  indisolubilidad  del 
matrimonio. 

•  Distingue  el  Maestro  dos  cosas  esencialmente  distintas  :  la  disolubilidad  del 
vínculo  conyugal  y  la  separación  material.  La  primera  la  niega  en  absoluto ;  la 
segunda  la  reprueba  también,  con  una  sola  excepción  :  en  el  caso  de  adulterio. 

11-12  xres  géneros  de  eunucos  distingue  el  Maestro.  Los  dos  primeros,  los  forzo- 
sos, o  por  naturaleza  o  por  violencia,  se  han  de  entender  en  sentido  natural  o  li- 
teral. El  tercer  género  se  ha  de  entender  en  sentido  metafórico  o  espiritual,  y  son 
los  célibes  voluntarios,  que  escogen  la  continencia  no  por  cualquier  motivo,  sino 

POR   RAZÓN   DEL  REINO  DE  LOS  CIELOS. 


-56- 


19  i2-1^ 


SAN  MATEO 


19  Í9-28 


— No  todos  son  capaces  de  com- 
prender esta  palabra,  sino  aquellos  a 
quienes  ha  sido  dado.  "*  Porque  hay 
eunucos  que  así  nacieron  desde  el 
seno  de  su  madre,  y  hay  eunucos  que 
!o  son  por  obra  de  los  hombres,  y 
hay  eunucos  que  a  sí  mismos  se  hi- 
cieron tales  por  razón  del  reino  de 
los  cielos.  Quien  sea  capaz  de  com- 
prender, comprenda. 


jesiís  y  los  niños.  19,  13-15 
(  =  Mc.  10,  13-6  =  Lc.  18,  15-17) 

™  Entonces  le  fueron  presentados 
unos  niños,  para  que  pusiese  las  ma- 
nos sobre  ellos  y  recitase  una  ora- 
ción ¡  mas  los  discípulos  los  riñeron. 
14  Pero  Jesús  dijo  : 

— Dejad  en  paz  a  los  niños  y  no 
les  impidáis  que  vengan  a  mí,  por- 
que de  los  tales  es  el  reino  de  los 
cielos. 

15  Y  habiendo  puesto  las  manos  so- 
bre ellos,  se  partió  de  allí. 


El  joven  rico.  19,  16-22 
(  =  Mc.  10,  17-22  =Lc.  18,  18-23) 

18  Y  he  aquí  que  uno,  llegándose- 
le, dijo  : 

— Maestro,  ¿  qué  he  de  hacer  de 
bueno  para  obtener  la  vida  eterna  ? 
"  El  le  dijo  : 

— ¿  A  qué  me  preguntas  sobre  lo 
que  es  bueno?  Uno  sólo  es  bueno. 
Mas  si  quieres  entrar  en  la  vida, 
guarda  los  mandamientos. 

"  Dícele  : 

—¿Cuáles? 


Jesús  dijo  : 

— Lo  de  «No  matarás,  no  adultera- 
rás, no  robarás,  no  dirás  falso  testi- 
monio ;  19  honra  al  padre  y  a  la  ma- 
dre», y  «amarás  a  tu  prójimo  como  a 
ti  mismo»  (Ex.  20,  12-16 ;  Lev.  19, 
18  ¡  Dt.  5,  16-20). 

30  Dícele  el  joven  : 

— Todo  esto  lo  guardé.  ¿  Qué  má? 
necesito  ? 

31  Díjole  Jesús  : 

— Si  quieres  ser  perfecto,  ve,  ven- 
de cuanto  posees  y  dalo  a  los  pobres, 
y  tendrás  un  tesoro  en  el  cielo  ;  y 
vuelto  acá,  sigúeme. 

-  Como  el  joven  oyó  esta  palabra, 
se  fué  entristecido,  porque  era  per- 
sona que  poseía  muchos  bienes. 


Peligro  de  la  riqueza,  galardón  de  la 
pobreza.  19,  23-30  (  =  Mc.  10,  23-31 
=  Lc.  18,  24-30) 

38  Jesús  dijo  a  sus  discípulos  : 

—En  verdad  os  digo  que  un  rico 
difícilmente  entrará  en  el  reino  de 
los  cielos.  M  De  nuevo  os  digo  :  más 
fácil  es  pasar  un  camello  por  el  ojo 
de  una  aguja  que  entrar  un  rico  en 
el  reino  de  los  cielos. 

23  Al  oír  esto  los  discípulos,  se  asom- 
braban sobremanera  y  decían  : 

— ¿  Quién,  pues,  podrá  ser  salvo  ? 

26  Fijando  en  ellos  su  mirada,  díjo- 
les  Jesús  : 

— Para  los  hombres  esto  es  impo- 
sible ;  mas  para  Dios  todo  es  posible. 

n  Entonces,  tomando  Pedro  la  pa- 
labra, le  dijo  : 

— Mira,  nosotros  lo  dejamos  todo 
y  te  seguimos  :  ¿  qué  habrá,  pues,  pa- 
ra nosotros? 

58  Jesús  les  dijo  : 


a-n  Es  interesante  la  contraria  manera  como  Jesús  y  los  discípulos  miraban  a 
los  pequeñuelos  :  Jesús,  como  niños  inocentes ;  los  discípulos,  como  chiquillos  im- 
portunos. 

21  Si  ocieres  ser  perfecto  :  sobre  la  observancia  de  los  mandamientos  está  la 
perfección  evangélica,  que  no  se  impone  a  todos  :  es  empresa  de  voluntarios. 

-  El  desordenado  apego  a  las  riquezas  agostó  en  flor  un  llamamiento  de  pre- 
dilección a  la  santidad  y  al  apostolado. 

aM"  Dos  verdades  proclama  el  Maestro  :  1)  son  humanamente  incompatibles  el 
apego  a  la  riqueza  y  la  entrada  en  el  reino  de  Dios ;  2)  es  posible  con  la  gracia 
de  Dios  hermanar  la  santidad  con  la  posesión  de  la  riqueza. 

*  No  reprueba  el  Maestro  las  miras  interesadas  de  Pedro.  El  temor  de  Dios  y 
la  esperanza,  si  no  son  lo  más  perfecto,  son,  con  todo,  buenos.  Ni  deben  conde- 
narse, sino  superarse  con  el  amor  de  Dios. 

*  Al  tiempo  de  la  regeneración  :  la  restauración  final  será  como  una  nueva  genera- 
ción del  universo.  ||  Os  sentaréis...:  como  jueces  asesores.  ||  Las  doce  tribus  de  Israel: 
expresión  figurada  de  la  universalidad  de  los  hombres. 


—  57  - 


19  29-20  4 


SAN  MATEO 


20 


— En  verdad  os  digo  que  vosotros, 
que  rae  seguisteis,  al  tiempo  de  la 
regeneración,  cuando  se  sentare  el 
Hijo  del  hombre  en  el  trono  de  su 
gloria,  os  sentaréis  también  vosotros 
sobre  doce  tronos  para  juzgar  las  do- 
ce tribus  de  Israel.  20  Y  todo  aquel 
que  dejó  casas,  o  hermanos  o  herma- 
nas, o  padre  o  madre,  o  hijos  o  cam- 
pos, por  causa  de  mi  nombre,  recibi- 
rá el  cien  doblado  y  poseerá  en  he- 
rencia la  vida  eterna.  80  Y  muchos 
primeros  serán  postreros,  y  muchos 
postreros  serán  primeros. 


Parábola  de  los  obreros  llamados  a 
trabajar  en  la  viña.  20,  1-16 


OQ  1  Porque  es  semejante  el  reino 
v  de  los  cielos  a  un  hombre  amo 
de  casa,  que  salió  al  amanecer  a  con- 
tratar obreros  para  su  viña.  2  Y  ha- 
biéndose concertado  con  dos  obreros 
en  un  denario  ail  día,  les  envió  a  su 
viña.  3  Y  habiendo  salido  hacia  la  ho- 
ra tercia,  vió  a  otros  que  estaban  en 
la  pilaza  parados,  4  y  les  dijo  :  «Id 
también  vosotros  a  la  viña,  y  os  daré 


lo  que  fuere  justo.»  6  Ellos  fueron. 
Habiendo  salido  otra  vez  hacia  la 
hora  sexta  y  nona,  hizo  lo  mismo. 
"Cerca  de  la  hora -undécima,  habien- 
do salido,  halló  a  otros  por  allí,  y  les 
dice  :  «¿Por  qué  os  estáis  ahí  todo  el 
día  sin  trabajar  ?»  '  Dícenle  :  «Porque 
nadie  nos  ha  contratado.»  Díceles  : 
«Id  también  vosotros  a  la  viña.»  8  Ve- 
nido el  atardecer,  dijo  el  amo  de  la 
viña  a  su  mayordomo :  «Llama  a  los 
obreros  y  págales  el  jornal,  comen- 
zando por  los  últimos  hasta  llegar  a 
los  primeros.»  9  Y  venidos  los  de  la 
hora  undécima,  cobraron  cada  uno  su 
denario.  10  Viniendo  luego  los  prime- 
ros, pensaron  que  cobrarían  más,  y 
cobraron  también  ellos  su  correspon- 
diente denario.  11  Mas  habiéndolo  re- 
cibido, murmuraban  contra  el  amo  de 
casa,  "diciendo:  «Estos  últimos  tra- 
bajaron una  hora  sola,  y  los  igualas- 
te con  nosotros,  los  que  hemos  so- 
portado el  peso  del  día  y  el  calor.» 
13  El,  respondiendo  a  uno  de  ellos, 
dijo  :  «Amigo,  no  te  hago  agravio. 
¿No  te  concertaste  conmigo  por  un 
denario  ?  "  Toma  lo  tuyo  y  vete.  Y  si 
quiero  a  este  último  darle  lo  mismo 
que  a  ti,  18  ¿  no  me  es  permitido  ha- 
I  cer  de  lo  mío  lo  que  quiero  ?  ¿  O  ha 


29  La  promesa  del  ciendoblado,  si  se  cumple  principalmente  en  los  bienes  espi- 
rituales, se  extiende  también  a  los  bienes  temporales  conducentes  a  la  vida  efrna. 

80  Esta  sentencia  tiene  estrecha  conexión  con  lo  que  precede.  Dice  el  Maestro  : 
al  tiempo  de  la  regeneración  no  ocurrirá  lo  que  se  imaginan  los  judíos  :  que  ellos 
serán  los  triunfadores  y  los  primeros,  mientras  que  los  gentiles  serán  los  vencidos 
y  los  últimos ;  antes  muchos  de  esos  primeros  pasarán  a  ser  los  últimos,  y  vice- 
versa. Para  recalcar  esta  sentencia  propone  la  parábola  que  sigue,  de  la  cual  es 
como  la  moraleja. 

1-16  para  orientarse  en  la  interpretación  de  esta  parábola  hay  que  tener  presente 
que  en  ella  lo  sustancial  es  la  inversión  o  trueque  entre  primeros  y  últimos.  Se- 
mejante inversión  resalta  principalmente  cuando  los  obreros  de  última  hora  son 
preferidos  a  los  de  las  primeras  horas  en  dos  cosas  :  en  que  reciben  antes  el  jor- 
nal, en  que  la  paga  es  proporcionalmente  mayor.  De  esto  precisamente  se  querellan 
los  que  habían  soportado  el  peso  del  día  ;  por  lo  cual  presumían  que,  si  a  los  de  la 
última  hora  se  les  había  dado  un  denario,  a  ellos  les  correspondía  más.  La  igualdad 
de  la  paga  les  pareció  una  irritante  desigualdad  y  un  desconocimiento  de  la  pri- 
macía que  se  les  debía.  Con  la  parábola,  el  Maestro  profetizaba  la  historia  futura. 
Que  los  gentiles  fueran  admitidos  en  la  Iglesia,  pero  en  un  plano  de  inferioridad, 
lo  celebraban  loa  judíos  ;  pero  que  la  gentilidad  fuera  equiparada  a  Israel,  eso  no 
podían  tolerarlo.  De  ahí  la  tragedia  de  los  judíos  incrédulos  y  de  los  judaizantes. 

Y  se  verificó  la  sentencia  de  la  parábola  :  que  vinieron  a  ser  los  últimos  primeros 

Y  LOS   PRIMEROS  ÚLTIMOS. 

1  En  un  denario  :  era  el  salario  que  solía  darse  a  los  obreros  por  un  día  de 
trabajo.  Ni  tiene  otra  razón  de  ser  la  mención  del  denario. 

'  Las  horas  se  cuentan  desde  la  salida  del  sol. 

Se  expresa  la  ley  de  la  divina  Providencia,  que  se  desenvuelve  en  dos  planos 
diferentes  :  el  de  la  justicia  y  el  de  la  gracia.  En  el  de  la  justicia,  Dios  da  a  todos 
lo  que  les  debe  (en  cuanto  se  puede  hablar  de  deberes  en  Dios)  ;  pero  en  el  de 
la  gracia,  a  unos  da  más,  a  otros  menos,  según  su  sabiduría  y  beneplácito. 


-58- 


20  16"30 


SAN  MATEO 


20  «-30 


de  ser  malo  tu  ojo  porque  yo  soy 
bueno  ?»  18  Así  serán  los  últimos  pri- 
meros, y  los  primeros  últimos.  Por- 
que muchos  son  llamados,  mas  pocos 
elegidos. 


Tercer  anuncio  de  la  pasión.  20,  17-19 
(  =  Mc.  10,  32-34  =Lc.  18,  31-34) 

"  Al  tiempo  que  subía  a  Jerusalén, 
tomó  Jesús  aparte  a  los  doce  discí- 
pulos, y  en  el  camino  les  dijo  : 


18  Mirad  que  subimos  a  Jerusalén, 

y  el  Hijo  del  hombre  será  entregado  a  los  sumos  sacerdotes  y  escribas 

y  le  condenarán  a  muerte, 

18  y  le  entregarán  a  los  gentiles 

para  que  se  mofen  de  él  y  le  azoten  y  le  crucifiquen. 


Ambición  de  los  hijos  del  Zeoedco. 
20,  20-28  (  =  Mc.  10,  35-45) 

30  Entonces  se  llegó  a  El  la  madre 
de  los  hijos  de  Zebedeo  junto  con 
sus  hijos,  postrándose  y  en  ademán 
de  pedirle  algo.  21  El  le  dijo  : 

— ¿  Qué  quieres  ? 

Dice  le  : 

— Di  que  se  sienten  estos  dos  hi- 
jos míos  uno  a  tu  diestra  y  uno  a 
tu  izquierda  en  tu  reino. 

-  Respondiendo  Jesús,  dijo  : 


— No  sabéis  qué  pedís.  ¿  Podéis  be- 
ber el  cáliz  que  yo  voy  a  beber  ? 
Dicen  le  : 
— Podemos. 
a  Díceles  : 

—  Mi  cáliz  ciertamente  beberéis  , 
mas  el  sentarse  a  mi  derecha  y  a  mi 
izquierda,  no  me  corresponde  a  mi 
otorgarlo,  sino  que  es  para  quienes 
está  reservado  por  mi  Padre. 

24  Y  en  cuanto  oyeron  esto  los  diez, 
se  enojaron  con  los  dos  hermanos. 
25  Mas  Jesús,  llamándoles  a  sí,  dijo  : 


Sabéis  que  los  jefes  de  las  naciones  los  tratan  despóticamente 
v  los  grandes  abusan  con  ellos  de  su  autoridad. 
56  No  ha  de  ser  así  entre  vosotros  ; 

antes  quien  quisiere  entre  vosotros  venir  a  ser  grande, 
será  vuestro  servidor ; 

3  v  quien  quisiere  entre  vosotros  ser  primero, 
será  vuestro  esclavo : 

13  como  el  Hijo  del  hombre  no  vino  a  ser  servido, 
sino  a  servir  y  a  dar  su  vida  como  rescate  por  muchos. 


Los  ciegos  de  Jericó.  20,  29-34 
(  =  Mc.  10,  46-52  =Lc.  18,  35-43) 

M  Y  al  salir  ellos  de  Jericó  les  si- 
guió un  gran  gentío.  "Y  he  aquí  que 


dos  ciegos,  sentados  junto  al  cami- 
no, en  oyendo  decir  que  Jesús  pasa- 
ba por  allí,  se  pusieron  a  gritar,  di- 
ciendo : 

— Señor,  ten  piedad  de  nosotros, 
Hijo  de  David. 


14  Dos  sentencias  enuncia  el  Maestro,  cuya  conexión  parece  debe  explicarse  en 
que  la  secunda  expresa  explícitamente  lo  que  la  primera  sugiere  virtualmente.  La 
primera  sólo  expresa  la  inversión  de  primeros  y  últimos  ;  pero  en  la  realidad  la  in- 
versión debía  convertirse  en  exclusión  de  los  que  de  primeros  pasaban  a  últimos. 

20  La  madre  y  los  hijos  proceden  de  común  acuerdo. 

"  Los  dos  hermanos  pretenden  suplantar  a  Pedro. 

í*-23  En  la  petición  de  los  hermanos  distingue  el  Señor  dos  cosas  :  una  general, 
que  ellos  daban  por  supuesta  ;  otra  particular,  que  ahora  pedían  :  la  preeminencia. 
Respecto  de  la  primera  les  advierte  que,  para  que  la  promesa  de  sentarse  en  los 
tronos  se  haga  efectiva,  es  menester  que  antes  pasen  por  la  pasión.  Respecto  de  la 
segunda  les  da  a  entender  que  semejantes  preeminencias  no  se  otorgan  por  in- 
trigas ambiciosas. 

25-38  Con  ocasión  de  la  poca  humildad  de  los  discípulos  enseña  el  Maestro  lo  que 
habrá  de  ser  la  autoridad  en  la  Iglesia  :  no  un  despotismo  abusivo,  sino  un  cservicio». 

28  A  dar  su  vida  como  rescate  por  muchos  ¡  breve  síntesis  del  dogma  de  la 
redención,  en  que  se  declara  :  1)  que  los  hombres  eran  esclavos  y  cautivos  ;  2)  que 


20  31-21 12 


SAN  MATEO 


21  1*13 


"  Pero  la  gente  les  increpaba,  di- 
ciéndoles  que  callasen.  Mas  ellos  gri- 
taron más,  diciendo  : 

— Señor,  ten  piedad  de  nosotros, 
Hijo  de  David. 

"  Y  deteniéndose  Jesús,  llamólos  y 
dijo  : 

— ¿  Qué  queréis  haga  yo  con  vos- 
otros ? 

a  Dícenle  : 

— Señor,  que  se  abran  nuestros 
ojos. 

u  Compadecido  Jesús,  tocó  sus  ojos. 
Y  al  punto  recobraron  la  vista  y  le 
siguieron. 


Entrada  triunfal  en  Jerusalén.  21, 
1-11  (  =  Mc.  11,  1-11  =Lc.  19,  29-38» 

oí  1  Y  cuando  llegaron  cerca  de 
*iJ-  Jerusalén  y  vinieron  a  Betfa- 
ge,  en  el  monte  de  los  Olivos,  en- 
tonces Jesús  envió  dos  discípulos, 
2  diciéndoles  : 

— Id  a  la  aldea  que  está  frente  a 
vosotros,  y  luego  hallaréis  un  asna 
atada  y  un  pollino  con  ella  ;  des- 
atadla y  traédmelos  acá.  *  Y  si  al- 
guno os  dijere  algo,  le  diréis  que  el 
Señor  tiene  necesidad  de  ellos,  mas 
que  luego  los  devolverá. 

4  Esto  se  ha  hecho  para  que  se 
cumpliese  lo  anunciado  por  el  pro- 
feta que  dice  (Zac.  9,  9)  : 


8  Decid  a  la  hija  de  Sión  : 

Mira  que  tu  Rey  viene  a  ti 

manso  y  montado  sobre  un  asna 

y  sobre  un  pollino  hijo  de  animal  uncido  al 


u  y  o 


'  Habiendo  ido  los  discípulos  y  he- 
cho conforme  les  había  ordenado  Je- 
sús, 7  trajeron  el  asna  y  el  pollino  y 
echaron  los  mantos  encima  de  ellos 
y  montó  sobre  ellos.  8  Los  más  de 
entre  la  turba  tendieron  sus  mantos 


en  el  camino  ;  otros  cortaban  ramas 
de  los  árboles  y  con  ellas  tapizaban 
el  camino.  8  Y  las  turbas  que  mar- 
chaban por  delante  y  las  que  se- 
guían atrás  daban  voces,  diciendo  : 


¡  Hosanna  al  Hijo  de  David  ! 

¡  Bendito  el  que  viene  en  el  nombre  del  Señor 

¡  Hosanna  en  las  supremas  alturas  ! 


10  Y  como  entró  en  Jerusalén,  se 
removió  toda  la  ciudad,  diciendo  : 

— ¿  Quién  es  éste  ? 

11  Y  las  turbas  decían  : 

— Este  es  el  profeta  Jesús,  el  de 
Nazaret  de  Galilea. 


erca- 

19.  11 


dían  y  compraban  en  el  templo,  « 
volcó  las  mesas  de  los  cambistas  y 
las  sillas  de  los  que  vendían  las  pa- 
lomas, 13  y  les  dice  : 

■ — Escrito  está  :  «Mi  casa  será  lla- 
mada casa  de  oración»  (Is.  56,  7)  ; 
mas  vosotros  la  hacéis  «cueva  de  la- 
drones» (Jer.  7,  11). 

"  Y  se  llegaron  a  El  los  ciegos  y 
cojos  en  el  templo,  y  los  curó.  15  Pe- 
ro viendo  los  sumos  sacerdotes  y  los 
escribas  las  maravillas  que  obró  y 
a  los  niños  que  gritaban  en  el  tem- 
plo y  decían  :  «¡  Hosanna  al  Hijo  de 


Son  echados  del  templo  los 
deres.  21,  12-17  (  =  Mc.  11,  1 
=  Lc.  19,  SS  45-46.  39-40) 

12  Y  entró  Jesús  en  el  templo  de 
Dios,  y  echó  a  todos  los  que  ven- 
de esta  esclavitud  y  cautiverio  los 
fué  su  vida  o  su  sangre  ;   4)  que 
chtdumbro  del  género  humano. 

O-l   1  BtrrAGE  :  caserío  situado  en  la  vertiente  oriental  del  monte  de  los  Olivos. 

7  Montó  sobre  ellos  :  es  decir,  sobre  los  mantos  echados  encima  del  pollino.— 
El  Señor,  tan  reservado  en  sus  declaraciones  mesiánicas,  toma  ahora  la  iniciativa  en 
los  preparativos  de  la  entrada  triunfal.  Con  esta  entrada  regia,  que  había  de  irritar 
a  los  sanhedritas,  quiso  señalar  la  causa  de  su  muerte,  que  había  de  inscribirse 
en  la  cruz  :  Rey  de  los  judtns. 

•  Hosanna  al  Hijo  de  David  equivalía  a  ¡Viva  el  Mesías! 

UJ'  Esta  expulsión  de  los  mercaderes  ocurrió  el  día  siguiente. 

u-13  i'reteudían  los  sanhedritas  que  Jesús  desmintiese  las  aclamaciones  que  I* 

—  60  — 


21  16-22 


SAN  MATEO 


21  23-28 


David  !»,  lo  llevaron  a  mal,  "  y  le 
dijeron  : 

— ¿  Oyes  qué  cosa  dicen  ésos  ? 

Mas  Jesús  les  dice  : 

— Sí,  ¿es  que  nunca  leísteis  que 
«de  la  boca  de  los  pequeñuelos  y  de 
los  que  maman  le  aparejaste  ala- 
banza» ?  (Sal.  8,  3). 

"  Y  dejándolos,  se  salió  fuera  de 
la  ciudad  en  dirección  a  Betania,  y 
pernoctó  allí. 

Maldición  de  la  higuera  estéril. 
2i,  18-22  (  =  Me.  11,  12-14.  20-24) 

M  Al  amanecer,  volviendo  a  la  ciu- 
dad, sintió  hambre.  18  Y  viendo  una 
higuera  en  su  camino,  fué  a  ella,  y 
nada  halló  en  ella  sino  hojas  sola- 
mente, y  le  dice :  «¡No  brote  ya  fru- 
to de  ti  por  siempre  jamás!»  Y  se 
secó  de  repente  la  higuera.  20  Y  al 
verlo  los  discípulos,  se  maravillaron 
y  decían  : 

—  ¡Qué  de  repente  se  secó  la  hi- 
guera ! 

21  Mas  respondiendo  Jesús,  les  dijo : 
— En  verdad  os  digo  que  si  tuvie- 
reis fe  y  no  titubeareis,  no  sólo  ha- 
réis eso  de  la  higuera,  sino  que  aun 
si  dijereis  a  este  monte :  «Quítate  de 
ahí  y  échate  al  mar»,  se  hará  ;  22  y 
todo  cuanto  pidiereis  en  la  oración 
con  fe,  lo  recibiréis. 


Los  poderes  de  Jesús.  21,  23-27 
(  =  Mc.  11,  27-33  =Lc.  20,  1-8) 

23  Y  habiendo  El  venido  al  templo, 
se  le  acercaron,  mientras  estaba  en- 
señando, los  sumos  sacerdotes  y  los 
ancianos  del  pueblo,  diciendo  : 

— ¿  Con  qué  potestad  haces  esas 
cosas  ?,  ¿  y  quién  te  dió  esa  potes- 
tad ? 

24  Respondiendo  Jesús,  les  dijo  : 
— Os  preguntaré  también  yo  una 

cosa,  la  cual  si  me  dijereis,  también 
yo  os  diré  con  qué  potestad  hago  es- 
tas cosas.  28  El  bautismo  de  Juan, 
¿  de  dónde  era  ?  ¿  Del  cielo  o  de  los 
nombres  ? 

Ellos  discurrían  consigo,  dicien- 
do :  «Si  dijéremos  :  Del  cielo,  nos 
dirá  :  ¿  Por  qué,  pues,  no  le  creís- 
teis?;  28  mas  si  dijéremos:  De  los 
hombres,  hemos  de  temer  a  la  tur- 
ba, porque  todos  tienen  a  Juan  co- 
mo profeta.»  27  Y  respondiendo  a  Je- 
sús, le  dijeron  : 

— No  lo  sabemos. 

Díjoles  también  El  ; 

—Tampoco  yo  os  digo  con  qué  po- 
testad hago  estas  cosas. 

Parábola  de  los  dos  hijos  enviados  a 
la  viña.  21,  28-32 

28  ¿  Y  qué  os  parece  ?  Un  hombre 
tenía  dos  hijos.   Y  acercándose  al 


declaraban  Mesías  ;  El,  al  contrario,  aplicándose  las  palabras  del  Salmo,  no  sólo  rati- 
fica su  mesianidad,  sino  que  deja  entrever  su  divinidad. 

18-30  La  maldición  de  la  higuera  ocurrió  el  lunes  ;  la  observación  de  los  discípu 
los,  el  martes— Esta  maldición  fué  una  acción  simbólica.  La  parábola  verbal  de  la 
higuera  estéril  (Le.  13,  6-9)  recibe  su  complemento  en  esta  parábola  en  acción.  Le 
vantándose  sobre  las  circunstancias  de  lugar  y  de  tiempo,  vió  el  Señor  en  aquella 
higuera  con  hojas  y  sin  fruto  una  imagen  expresiva  de  la  higuera  parabólica,  cuya 
maldición  definitiva  había  sido  entonces  aplazada.  Cumplido  ya  el  plazo  concedido 
es  ya  hora  de  sentenciar  definitivamente  y  de  amenazar  con  la  inminente  ejecución 
de  la  sentencia.  Con  esta  acción  simbólica  quiso  expresar  lo  que  poco  después  había 
de  decir  a  los  judíos:  «Os  será  quitado  el  reino  de  Dios  y 'se  dará  a  gente  que 
produzca  sus  frutosi  (21,  24). 

21  Este  monte  es  el  de  Ijs  Olivos;  el  mar  es  el  mar  Muerto. 

a-y'  Los  sanhedritas  pretendían  dos  cosas  :  desprestigiar  a  Jesús  reduciéndole 
al  silencio  y  arrancarle  por  sorpresa  alguna  declaración  comprometedora,  que  jus- 
tificase la  sentencia  de  muerte.  Pero  en  lo  uno  y  en  lo  otro  fracasaron  en  toda 
la  linea. 

33  Esta  primera  intimación  no  estaba  mal  elegida,  y  hubiera  puesto  entre  la  espa- 
da y  la  pared  a  otro  que  no  fuera  Jesús. 

24  Habló  Jesús  con  tal  seguridad  y  autoridad,  que  los  sanhedritas  tuvieron  que 
allanarse  a  sus  exigencias. 

as-2*  La  contrapregunta  de  Jesús  entrañaba  un  terrible  dilema,  tan  diáfano  como 
insoluble,  que  ellos  mismos  se  encargaron  de  formular. 

17  Conclusión  bochornosa  para  aquellos  maestros  de  Israel,  forzados  a  decir  que 
ignoraban  lo  que  todo  el  pueblo  sabía.  Nada  les  había  valido  ni  su  número,  ni  su 
representación  oficial,  ni  sus  humos  autoritarios,  ni  su  astuta  habilidad. 

»*  Esta  parábola  es  un  portento  de  habilidad  :  un  lazo  que  los  mismos  judíos 
se  arman  inconscientemente  para  ser  prendidos  en  él.  Y  el  colmo  del  arte  está 


-61  — 


21  29-46 


SAN  MATEO 


21  34—22  l 


primero,  dijo  :  «Hijo,  ve  hoy  y  tra- 
baja en  la  viña.»  28  El,  respondien- 
do, dijo  :  «No  quiero»  ;  mas  luego, 
arrepentido,  fué.  30  Y  acercándose  al 
segundo,  le  habló  de  la  misma  ma- 
nera. Mas  él,  respondiendo,  dijo 
«Voy,  señor»  ;  y  no  fué.  "¿Quién 
de  los  dos  hizo  la  voluntad  de  su 
padre  ? 

Dicen  : 

— .El  primero. 

Díceles  Jesús  : 

— En  verdad  os  digo  que  los  ru- 
blicanos  y  las  rameras  se  os  adelan- 
tan en  el  reino  de  los  cielos.  82  Por- 
que vino  Juan  a  vosotros  enseñán- 
doos el  camino  de  la  justicia,  y  no 
le  creísteis  ;  al  paso  que  los  publí- 
canos y  las  rameras  le  creyeron  ;  y 
vosotros,  viéndolo,  tampoco  os  arre- 
pentisteis después,  de  modo  que  le 
creyeseis. 


Parábola  de  los  pérfidos  viñadores. 

21,  33-46  (  =  Mc.  12,  I-I2 

=  Lc.  20,  9-19) 

"  — Escuchad  otra  parábola.  Un 
hombre  había,  amo  de  casa,  que 


«plantó  una  viña,  y  la  cercó  con  un 
vallado,  y  cavó  en  ella  un  lagar,  y 
edificó  una  torre»  (Is.  5,  112),  y  la 
arrendó  a  unos  labradores,  y  se  au- 
sentó de  aquel  país.  84  Cuando  se 
acercó  el  tiempo  de  los  frutos,  en- 
vió sus  siervos  a  los  labradores  para 
recoger  sus  frutos.  36  Y  asiendo  los 
labradores  a  sus  siervos,  a  cuál  gol- 
pearon, a  cuál  mataron,  a  cuál  ape- 
drearon. 36  De  nuevo  envió  otros  sier- 
vos, más  numerosos  que  los  prime- 
ros, e  hicieron  con  ellos  otro  tanto. 
37  Posteriormente  envió  a  ellos  su 
propio  hijo,  diciendo  :  «Respetarán 
a  mi  hijo.»  38  Mas  los  labradores,  en 
viendo  al  hijo,  se  dijeron  entre  sí  : 
«Este  es  el  heredero  ;  venid,  maté- 
mosle y  quedémonos  con  su  heren- 
cia.» *Y  asiendo  de  él,  le  echa- 
ron fuera  de  la  viña  y  le  mataron. 
40  Cuando  venga,  pues,  el  dueño  de 
la  viña,  ¿qué  hará  con  aquellos  la- 
bradores ? 

41  Dícenle  • 

— A  los  malos  los  hará  perecer  ma- 
lamente, y  arrendará  la  viña  a  otros 
labradores,  que  le  pagarán  los  fru- 
tos a  sus  tiempos. 

42  Díceles  Jesús  : 


¿No  habéis  leído  nunca  en  las  Escrituras  (Sal.  117,  22-23)  '• 
La  piedra  que  desecharon  los  constructores, 
ésta  vino  a  ser  piedra  angular ; 
por  obra  del  Señor  se  hizo  esto, 
y  es  maravilloso  a  nuestros  ojos  ? 


**  Por  eso  os  digo  que  os  será  qui- 
tado el  reino  de  Dios  y  se  dará  a 
gente  que  produzca  sus  frutos.  44  Y 
el  que  cayere  sobre  esta  piedra  se 
hará  trizas,  y  sobre  quien  cayere  le 
triturará. 

*  Y  cuando  oyeron  los  sumos  sacer- 
dotes y  los  fariseos  sus  parábolas, 
comprendieron  que  lo  decía  (por  ellos  ; 
4*  y  por  más  que  buscaban  manera 


de  apoderarse  de  El,  temieron  a  las 
turbas,  puesto  que  le  tenían  por  pro- 
feta. 


Parábola  de  las  bodas  reales.  22, 


00   1  Y  tomando  Jesús  de  nuevo  la 

palabra,  les  habló  en 
las,  diciendo  : 


en  que  el  Maestro  les  sonsaca  una  respuesta  que  es  precisamente  la  que  en  el 
incidente  anterior  temieron  dar  los  sanhedritas.  Y  habida  la  fatal  respuesta,  el  Maes- 
tro, rápido  y  resuelto,  rasga  el  velo  de  la  parábola  para  ponerles  ante  los  ojos  la 
tremenda  realidad. 

33-1*'  Esta  parábola  es  la  más  trágica  de  todo  el  Evangelio.  El  tema  lo  ofrece 
una  alegoría  de  Isaías  :  la  realidad  histórica,  no  tanto  velada  cuanto  revelada  en  la 
parábola,  salta  a  los  ojos. 

»'  Su  propio  hijo  :  el  Mesías  no  es  uno  de  los  profetas  :  ellos  son  siervos,  EX 
es  el  Hijo. 

89  Fuera  de  la  viña  :  patético  anuncio  de  la  muerte  de  Jesús  en  el  Calvario  fuera 
de  las  puertas  de  la  ciudad. 

,_M  Esta  parábola,  análoga  a  la  anterior,  difiere  de  ella  no  sólo  en  la  imagen,  sino 
en  la  mayor  precisión  de  la  moralidad.  Su  punto  de  partida  es  la  concepción 
tradicional  del  reino  de  Dios  bajo  la  imagen  de  un  banquete.  En  los  invitados  se  se- 


22  2-i4 


SAN  MATEO 


22  i5"23 


2  Se  ha  asemejado  el  reino  de  los 
cielos  a  un  rey  que  dispuso  unas  bo- 
das para  su  hijo.  a  Y  despachó  6us 
esclavos  para  llamar  a  los  que  ha- 
bían sido  convidados  a  las  bodas.  Y 
no  quisieron  venir.  J  De  nuevo  des- 
pachó otros  esclavos,  diciendo  :  «De- 
cid a  los  convidados  :  He  aquí  que 
tengo  preparado  mi  convite  ;  mis  to- 
ros y  animales  cebados  han  sido  sa- 
crificados, y  todo  está  a  punto  ;  ve- 
nid a  las  bodas.»  6  Mas  ellos,  no  ha- 
ciendo caso,  se  marcharon,  quién  a 
su  granja,  quién  a  su  comercio;  8  los 
demás,  echando  mano  a  sus  esclavos, 
los  ultrajaron  y  mataron.  7  El  rey  se 
encolerizó,  y  enviando  sus  ejércitos, 
hizo  perecer  a  aquellos  homicidas  e 
incendió  su  ciudad.  8  Entonces  dice 
a  sus  esclavos  :  «Las  bodas  están  a 
punto,  pero  los  convidados  no  eran 
dignos  ;  9  id,  pues,  a  las  encrucijadas 
de  los  caminos,  y  a  cuantos  hallareis, 
llamadlos  a  las  bodas.»  10  Y  habien- 
do salido  aquellos  esclavos  a  los  ca- 
minos, reunieron  a  cuantos  hallaron, 
malos  y  buenos  ;  y  se  llenó  de  co- 
mensales la  sala  de  bodas.  u  Y  en- 
trando el  rey  a  ver  a  los  que  esta- 
ban a  la  mesa,  vió  allí  un  hombre 
no  vestido  con  traje  de  boda,  12  y  le 

I  '  dice  :  «Compañero ,  ¿  cómo  entraste 

1  acá,  no  teniendo  traje  de  boda?»  El 
no  desplegó  los  labios.  13  Entonces  el 
rey  dijo  a  los  sirvientes  :  «Atadle  de 
pies  y  manos  y  arrojadle  a  las  ti- 

i  nieblas  de  allá  afuera  ;  allí  será  el 
llanto  y  el  rechinar  de  los  dientes.» 
14  Porque  muchos  son  los  llamados, 

I  mas  pocos  los  elegidos. 


Cuestión  de  los  fariseos  sobre  ei 
tributo.  22,  15-22  (  =  Mc.  12,  12-17 
=  Lc.  20,  20-26) 

15  Entonces,  habiéndose  retirado  los 
fariseos,  tomaron  consejo  cómo  le  ar- 
marían lazos  para  cogerle  en  ^  pala- 
bras. 16  Y  envían  a  El  sus  discípulos 
junto  con  los  herodianos,  que  dije- 
sen : 

— Maestro,  sabemos  que  eres  veraz 
y  enseñas  el  camino  de  Dios  en  ver- 
dad y  no  te  importa  de  nadie,  por- 
que no  eres  aceptador  de  personas  ; 
"  dinos,  pues,  ¿qué  te  parece?  ¿Es 
lícito  dar  tributo  a  César  o  no  ? 

18  Conociendo  Jesús  su  bellaquería, 
dijo  : 

— ¿  Por  qué  me  tentáis,  farsantes  ? 

19  Mostradme  la  moneda  del  tributo. 
Ellos  le  presentaron  un  denario. 

20  Y  les  dijo  Jesús  : 

— ¿De  quién  es  esa  imagen  e  ins- 
cripción ? 
Dícenle  : 

—De  César. 

Díceles  entonces  : 

— Pagad,  pues,  a  César  lo  que  es 
de  César,  y  a  Dios  lo  que  es  de  Dios. 

22  Y  oyendo  esto  se  maravillaron,  y 
dejándole,  se  fueron. 

Cuestión  de  los  saduceos  sobre  la 
resurrección.  22,23-33  (  =  Mc.  12,18-27 
=  Lc.  20,  27,  40) 

23  En  aquel  día  se  le  acercaron  unos 
saduceos,  que  dicen  no  haber  resu- 


ñalan  dos  grupos  :  los  primeros,  que  desdeñan  la  invitación,  criminalmente,  y  los 
últimos,  que  la  aceptan,  si  bien  no  todos  son  definitivamente  admitidos  al  banquete. 
I    Los  primeros  y  los  últimos  son  los  judíos  y  los  gentiles.  Mas,  no  contento  el  Maes- 
I    tro  con  recalcar  esta  significación  de  la  parábola  anterior,  añade  :  «Muchos  son  11a- 
j   Diados,  mas  pocos  elegidos.!  En  la  interpretación  de  esta  sentencia  hay  que  guar- 
darse de  temerarias  determinaciones  numéricas,  cuyo  secreto  Dios  se  ha  reservado. 
I  No  quiere  el  Señor  decir  que  o  todos  los  judíos  sean  reprobados  o  todos  los  genti- 
I  les,  a  excepción  de  uno  solo,  elegidos ;  ni  tampoco  que  sean  más  o  que  sean  menos 
los  elegidos  que  los  reprobados ;   lo  que  desea  recalcar  es  que  no  todos  los  Ua- 
I  mados  son  elegidos. 

Los  episodios  que  siguen  son  un  pugilato  de  todos  los  primates  judíos  contra 
I  el  joven  Maestro.  Inician  la  lucha  los  fariseos,  confabulados  con  los  herodianos.  El 
problema  que  le  proponen  no  podía  ser  más  comprometedor  :  el  de  los  tributos. 
Y  lo  proponen  los  que  le  dan  soluciones  contradictorias  :  dispuestos,  por  tanto,  los 
unos  o  los  otros  a  impugnar  ia  solución  afirmativa  o  negativa  que  diera  Jesús.  Lo 
que  sigue  no  necesita  comentario ;  sólo  la  sentencia  final,  síntesis  maravillosa  de 
toda  la  política  cristiana  :  Pagad  a  César  lo  que  es  de  César,  y  a  Dios  lo  que  es 
de  Dios,  pide  serias  reflexiones. 

3-43  A  los  fariseos  suceden  los  saduceos,  que  negaban  la  resurrección  o,  lo  que 
para  ellos  era  lo  mismo,  la  inmortalidad  del  alma.  Sin  más  le  proponen  su  gran 
dificultad  contra  la  resurrección,  seguros  de  que  Jesús  no  les  daría  una  solución 
adecuada,  cuando  nunca  la  habían  sabido  dar  los  fariseos.  Pero  Jesús  se  la  dió, 
luminosa  y  aplastante.  Y  fué  doble  :   negativa,  solventando  la  objeción  ;  positiva, 


22  24-3S 


SAN  MATEO 


22  34-M 


rrección ,  y  le  interrogaron ,  24  di- 
ciendo : 

— Maestro,  Moisés  dijo  :  aSi  uno 
muriere  sin  tener  hijos,  su  herma- 
no se  casará  con  su  cuñada  la  viu- 
da, y  suscitará  prole  a  su  herma- 
no» (Dt.  25,  5-6).  25  Había  entre 
nosotros  siete  hermanos,  y  el  prime- 
ro, después  de  casado,  murió,  y,  co- 
mo no  tenía  prole,  dejó  su  mujer 
a  su  hermano  ;  26  asimismo  también 
el  segundo  y  el  tercero,  hasta  les 
siete.  21  Posteriormente  a  todos  mu- 
rióse la  mujer.  29  En  la  resurrección, 
pues,  ¿de  quién  de  los  siete  será 
mujer  ?  Pues  todos  la  tuvieron. 
39  Respondiendo  Jesús,  díjoles  : 
— Errados  andáis  por  no  conocer 
las  Escrituras  ni  el  poder  de  Dios. 
,0  Pues  en  la  resurrección  no  se  ca- 
sarán ellos  ni  ellas,  sino  que  serán 
como  ángeles  de  Dios  en  el  cielo. 
81  Y  acerca  de  la  resurrección  de  los 
muertos,  ¿no  leísteis  lo  que  os  fué 
dicho  por  Dios,  al  hablar  así  :  32  «Yo 
soy  el  Dios  de  Abrahán,  y  el  Dios 
de  Isaac,  y  el  Dios  de  Jacob»  ?  (Ex.  3, 
6).  No  es  Dios  de  muertos,  sino  de 
vivos. 

38  Y  oyendo  esto  las  turbas,  se  pal- 
maban de  su  enseñanza. 


Cuestión  de  un  legista  sobre  el  gran 
mandamiento.  22,  34-40 
(  =  Mc.  12,  28-34) 

"  Los  fariseos,  habiendo  oído  que 
había  hecho  tascar  el  freno  a  los  sa- 
duceos,  se  juntaron  en  grupo,  35  v 
preguntó  uno  de  ellos,  que  era  le- 
gista, con  ánimo  de  tentarle  : 

36  — Maestro,  ¿cuál  es  el  gran  man- 
damiento de  la  ley  ? 

37  El  le  dijo  : 

— «Amarás  al  Señor  tu  Dios  con 
todo  tu  corazón,  con  toda  tu  alma  y 
con  toda  tu  mente»  (Dt.  6,  4-5). 
38  Este  es  el  gran  mandamiento  y  el 
primero.  39  El  segundo  es  semejante 
a  él  :  «Amarás  al  prójimo  como  a  ti 
mismo»  (Lev.  19,  18).  40  De  estos  dos 
mandamientos  penden  la  ley  entera 
y  los  profetas. 

Cuestión  de  Jesús  sobre  la  filiación 
del  Mesías.  22,  41-46  (  =  Mc.  12,35-37 
=  Lc.  20,  41-44) 

u  Hallándose  reunidos  los  fariseos, 
interrogóles  Jesús,  42  diciendo  : 

— ¿  Qué  os  parece  del  Mesías  ?  ¿  De 
quién  es  hijo  ? 

Dícenle  : 

—De  David. 

43  Díceles  : 

— ¿Cómo,  pues,  David  en  espíritu 
le  llama  Señor,  cuando  dice  (Sal- 
mo 109,  1)  : 


44  Dijo  el  Señor  a  mi  Señor:  «Siéntate  a  mi  diestra, 
hasta  que  ponga  tus  enemigos  a  mis  pies»  ? 

demostrando  por  la  Escritura  la  verdad  contraria.  Con  razón  aoyendo  esto  las  turbas 
se  pasmaban  de  su  enseñanza»,  tan  sencilla  como  inaudita. 

M-*>  Nuevo  ataque  de  los  fariseos,  que,  no  atreviéndose  a  medir  las  armas  con 
Jesús,  delegan  a  un  escriba.  Este,  que  había  admirado  la  respuesta  de  Jesús  a  los 
saduceos,  quiere  ahora  ponerle  de  nuevo  a  prueba.  Propónele  una  cuestión  de  escuela. 
Contaban  los  rabinos  en  la  ley  de  Moisés  613  preceptos  :  248  positivos,  365  negativos  ; 
entre  los  cuales  establecían  ciertas  categorías  de  dignidad,  lo  cual  daba  pie  a  re- 
ñidas controversias.  Una  de  éstas  era:  ¿cuál  es  el  principal  mandamiento  de  la  ley? 
La  respuesta  de  Jesús  es  tan  obvia  como  genial.  Con  un  sencillo  gesto  señala  con  el 
dedo  lo  que  todos  veían  y  nadie  advertía.  La  gran  verdad  de  la  vida  moral  y  re- 
ligiosa .  el  doble  amor  a  Dios  y  al  prójimo,  sabíanla  todos  de  memoria  y  repetíanla 
diariamente,  sin  entender  que  allí  estaba  «el  gran  mandamiento  de  la  ley».  Jesús 
con  una  palabra  la  saca  del  informe  montón  de  los  613  preceptos,  y  todos  ven  en  un 
momento  lo  que  durante  tantos  años  no  habían  sabido  ver. 

4,-w  Ahora  es  Jesús  quien  ataca.  Su  táctica  es  la  de  siempre  :  arrancarles  una 
declaración  que  entrañe  una  contradicción  no  prevista  por  ellos.  Dos  solas  preguntas 
les  hace.  La  primera  parece  inofensiva  •  ¿  De  quién  es  hijo  el  Mesías  ?  La  respuesta 
se  impone  :  De  David.  Aquí  les  aguardaba  Jesús ;  y  con  otra  pregunta  les  hace 
ver  que  no  se  compagina  su  respuesta  con  lo  que  el  mismo  David,  inspirado  por 
el  Espíritu  Santo,  dice  en  el  Salmo  109,  llamando  Señor  al  Mesías.  No  supieron  qué 
responder.  Pero  a  un  cristiano,  no  menos  que  la  habilidad  dialéctica  de  Jesús,  in- 
teresan las  cuatro  verdades  que  aquí  enseña  el  Maestro  :  1)  la  autenticidad  davídica 
del  Salmo  109 ;  2)  su  carácter  mesiánico ;  3)  su  divina  inspiración  ;  4)  el  señorío  y 
divinidad  del  Hijo  de  David. 


-64- 


22 


SAN  MATEO 


23  1-20 


"  Si,  pues,  David  le  llama  Señor, 
¿  cómo  puede  ser  hijo  suyo  ? 

4*Y  nadie  podía  responderle  pala- 
bra, ni  osó  nadie  desde  aquel  día 
interrogarle  ya  más. 


Invectivas  contra  los  escribas  y  fa- 
riseos. 23,  1-39  (  =  Mc.  12,  38-40 
=  Lc.  20,  45-47) 

no  '  Entonces  Jesús  habló  a  las 
^ 0  turbas  y  a  sus  discípulos,  -  di- 
ciendo : 


Sobre  la  cátedra  de  Moisés  se  sentaron  los  escribas  y  fariseos. 
8  Así,  pues,  todas  cuantas  cosas  os  dijeren,  hacedlas  y  guardadlas  ; 
mas  no  hagáis  conforme  a  sus  obras,  porque  dicen  y  no  hacen. 

I  Lían  cargas  pesadas  e  insoportables, 

y  las  cargan  sobre  las  espaldas  de  los  hombres, 

mas  ellos  ni  con  el  dedo  las  quieren  mover. 

■  Todas  sus  obras  hacen  para  hacerse  ver  de  los  hombres, 

porque  ensanchan  sus  filaclerias  y  agrandan  las  franjas  de  sus  mantos  ; 

6  son  amigos  del  primer  puesto  en  las  cenas 

v  de  los  primeros  asientos  en  las  sinagogas, 

*  y  de  ser  saludados  en  las  plazas, 

y  ser  apellidados  por  lo¿  hombres  Rabí. 

"  Mas  vosotros  no  os  hagáis  llamar  Rabí, 

porque  uno  es  vuestro  maestro,  mas  todos  vosotros  sois  hermanos  ; 

"  y  entre  vosotros  a  nadie  llaméis  padre  sobre  la  tierra, 

porque  uno  es  vuestro  Padre,  el  celestial. 

10  Ni  hagáis  que  os  llamen  preceptores, 

porque  vuestro  preceptor  es  uno,  el  Cristo. 

"  El  mayor  de  vosotros  será  vuestro  servidor. 

°  El  que  se  exaltare,  será  humillado, 

y  el  que  se  humillare,  será  exaltado. 

13  Mas  ¡  ay  de  vosotros,  escribas  y  fariseos  farsantes!, 

porque  cerráis  el  reino  de  los  cielos  delante  de  los  hombres ; 

que  ni  entráis  vosotros,  ni  a  los  que  entran  dejáis  entrar. 

'"'-15  ¡  Ay  de  vosotros,  escribas  y  fariseos  farsantes  !, 

porque  rodeáis  el  mar  y  la  tierra  en  razón  de  hacer  un  prosélito, 

y  cuando  ya  lo  es,  lo  hacéis  hijo  de  la  gehena,  doble  más  que  vosotros. 

,c  |  Ay  de  vosotros,  guías  ciegos  !,  los  que  decís: 

«Si  uno  jurare  por  el  santuario,  eso  es  nada ; 

pero  si  uno  jurare  por  el  oro  del  santuario,  queda  obligado.» 

17  ¡  Necios  y  ciegos  !  Pues  ¿  cuál  es  mayor  ? 

¿  El  oro  o  el  santuario,  que  santificó  eí  oro  ? 

ls  Y  «Si  uno  jurare  por  el  altar,  eso  es  nada ; 

pero  si  uno  jurare  por  la  ofrenda  que  está  sobre  él,  queda  obligado.» 

II  ¡  Ciegos  !  Pues  ¿  qué  es  mayor  ? 

I  La  ofrenda  o  el  altar  que  santifica  la  ofrenda  ? 

20  Así,  pues,  quien  juró  por  el  altar, 

jura  por  él  y  por  todo  lo  que  hay  sobre  él ; 

OO  1"3!>  Todo  este  capítulo  es  una  invectiva  contra  los  escribas  y  fariseos,  una  pública 
denuncia  de  sus  vicios,  sin  una  réplica  de  nadie:  tal  era  la  superioridad  y  yerdad 
con  que  hablaba  Jesús.  En  tres  partes  puede  dividirse  esta  acta  de  acusación.  En 
la  primera  (1-12)  habla  de  ellos  en  tercera  persona,  delatando  su  hipocresía,  egoísmo, 
vanidad  y  ambición.  En  la  segunda  (13-38)  se  encara  con  ellos  y  fulmina  siete  ayes, 
que  son  como  botones  de  fuego.  La  tercera  (33-39)  es  una  sangrienta  conminación, 
templada  al  fin  con  vislumbres  de  misericordia. 

-  La  cátedra  de  Moisés  debieran  ocuparla  los  sacerdotes  ;  pero  éstos,  saduceos  en 
su  mayoría,  habían  abandonado  la  instrucción  del  pueblo  a  los  escribas  y  fariseos. 

4  Cargas  pesadas  eran  las  prescripciones  que,  con  el  nombre  de  tradición,  habían 
sobrepuesto  a  la  ley ;  que  ellos,  empero,  sabían  eludir  con  sutiles  argucias. 

6  FlLACTERIAS  :  eran  unas  cápsulas  con  largas  tiras  de  pergamino,  en  que  estaban 
escritos  algunos  pasajes  del  Pentateuco.  Las  cápsulas  se  fijaban  en  la  frente ;  las 
tiras  envolvían  el  brazo  izquierdo.  ¡|  Franjas  :  eran  unas  borlas  cosidas  a  los  cuatro 
ángulos  o  puntas  del  manto. 

,3  El    mayor   obstáculo   del    cristianismo   fué    la   oposición  farisaica. 

-65- 


N.  T.  3 


23  21-37 


SAN  MATEO 


23  21-37 


y  quien  juró  por  el  santuario, 
jura  por  él  y  por  el  que  en  él  puso  su  morada; 
■■  y  quien  juró  por  el  cielo, 

jura  por  el  trono  de  Dios  y  por  el  que  está  sentado  sobre  él. 

a  ¡  A  y  de  vosotros,  escribas  y  fariseos  farsantes!, 

porque  pagáis  el  diezmo  de  la  menta,  del  eneldo  y  del  comino, 

y  dejasteis  a  un  lado  las  cosas  más  graves  de  la  Ley: 

el  justo  juicio,  la  misericordia  y  la  buena  fe ; 

éstas  había  que  practicar,  y  aquéllas  no  descuidarlas. 

"  ¡Guías  ciegos,  que  filtráis  el  mosquito  y  os  tragáis  el  camello  I 

85  ¡  Ay  de  vosotros,  escribas  y  fariseos  farsantes!, 

porque  limpiáis  lo  exterior  de  la  copa  y  del  plato, 

y  de  dentro  están  rebosando  de  rapiña  y  de  incontinencia. 

56  Fariseo  ciego,  limpia  primero  lo  interior  de  la  copa, 

para  que  también  su  exterior  quede  limpio. 

•''  ¡  Ay  de  vosotros,  escribas  y  fariseos  farsantes!, 

porque  os  semejáis  a  sepulcros  encalados, 

que  de  fuera  parecen  vistosos, 

mas  de  dentro  están  repletos  de  huesos  de  muertos  y  de  toda  inmundicia 

28  Así  también  vosotros  por  de  fuera  parecéis  justos  a  los  hombres, 

mas  de  dentro  estáis  rep'.etos  de  hipocresía  e  iniquidad. 

"  ¡  Ay  de  vosotros,  escribas  y  fariseos  farsantes!, 

porque  edificáis  los  sepulcros  de  los  profetas 

y  adornáis  los  monumentos  de  los  justos, 

50  y  decís :  «Si  viviéramos  en  los  días  de  nuestros  padres, 

no  fuéramos  cómplices  de  ellos  en  la  sangre  de  los  profetas.» 

01  De  modo  que  os  dais  testimonio  a  vosotros  mismos 

de  que  sois  hijos  de  los  que  mataron  a  los  profetas. 

82  Así  que  vosotros  colmad  la  medida  de  vuestros  padres. 

63  ¡  Serpientes,  engendros  de  víboras  ! 

¿  Cómo  esperáis  escapar  de  la  condenación  de  la  gehena  ? 

w  Por  eso,  mirad,  yo  envío  a  vosotros  profetas  y  sabios  y  letrados: 

de  ellos  mataréis  y  crucificaréis, 

y  de  ellos  azotaréis  en  vuestras  sinagogas 

v  perseguiréis  de  ciudad  en  ciudad, 

fo  para  que  recaiga  sobre  vosotros 

toda  la  sangre  justa  derramada  sobre  la  tierra, 

desde  la  sangre  de  Abel  el  justo 

hasta  la  sangre  de  Zacarías  hijo  de  Baraquias, 

a  quien  matasteis  entre  el  santuario  y  el  altar. 

36  En  verdad  os  digo,  vendrán  todas  estas  cosas  sobre  esta  generación. 
87  ¡  Jerusalén,  Jerusalén,  la  que  mata  los  profetas 
y  apedrea  a  los  que  le  han  sido  enviados, 


2S-M  Los  escribas  y  fariseos  tenían  verdadera  manta  por  la  limpieza  ritual  :  no 
por  la  limpieza  higiénica  o  moral. 

3:-u8  Esta  acusación  reviste  la  forma  de  parábola.  Los  sepulcros  encalados  eran 

una  imagen  exacta  de  aquellos  «sepulcros  blanqueados». 

2"-3-'  La  mención  de  los  sepulcros  da  pie  a  este  último  ¡Ay!,  el  más  irónico  y  san- 
griento de  lodos. 

K  Zacarías  hijo  de  Haraquías  :  así  se  llamaba  el  profeta  Zacarías ;  pero  no  se 
habla  de  él,  sino  de  Zacarías  hijo  de  Joyada.  Parece,  por  tanto,  que  la  expresión 
es  inexacta.  Pero  el  error  hay  que  achacarlo  no  a  Jesús  ni  al  evangelista,  sino  o  bien 
a!  traductor  griego  del  Evangelio  o  a  los  copistas. 

86  Esta  generación  :  tres  sentidos  puede  tener  esta  discutida  expresión  :  etnoló- 
gico, cronológico,  mixto.  En  el  etnológico  significaría  la  raza  de  los  judíos  ;  en  el 
cronológico,  el  espacio  de  tiempo  de  una  generación  ;  en  el  mixto,  entrambas  cosas 
a  la  vez.  Este  tercer  sentido  es  el  único  que  conserva  el  valor  de  las  palabras  y  se 
ajusta  al  contexto.  En  los  judíos  de  aquella  generación  se  cumplieron  efectivamente 
las  profecías  de  Jesús. 

*'  (Cuántas  veces  quise...!  Esta  declaración  confirma  la  historicidad  de  las 
anteriores  idas  de  Jesús  a  Jerusalén,  referidas  por  San  Juan.  ||  ¡Y  no  quisisteis! 
La  perdición  del  hombre  es  obra  de  su  propia  y  libre  voluntad. 


—  66- 


23  33-24  3 


SAN  MATEO 


24  4-6 


cuántas  veces  quise  recoger  a  tus  hijos 

de  la  manera  que  la  gallina  recoge  sus  pollitos  debajo  de  las  alas, 
y  no  quisisteis  ! 

f  He  aquí  que  vuestra  casa  se  os  deja  desamparada. 

30  Porque  os  digo  :  no  esperéis  verme  a  partir  de  ahora 

hasta  que  digáis : 

Bendito  el  que  viene  en  el  nombre  del  Señor  (Sal.  117,  20). 


Apocalipsis  sinóptica 


Ocasión  de  la  profecía.  24,  1-3 
(Me.  13,  1-4  =Lc.  2i,  5-7) 

94,  1  ^  saliendo  Jesús  del  templo, 
se  iba,  y  se  le  acercaron  sus 
discípulos  para  mostrarle  las  cons- 
trucciones del  templo.  :  El,  respon- 
diendo, les  dijo  : 

— ¿  No  veis  todo  eso  ?  En  verdad 
os  digo,  no  quedará  ahí  piedra  so- 
bre piedra  que  no  sea  demolida. 

3  Estando  él  sentado  en  el  monte 


de  los  Olivos,  se  le  acercaron  los 
discípulos  en  particular,  diciendo:  ^ 
— Dinos  cuándo  será  esto  y  cuál 
la  señal  de  tu  advenimiento  y  del 
fin  del  mundo. 

Señales  precursoras  de  la  destruc- 
ción del  teniplo  y  de  la  ciudad.  24, 
4-14  (  =  Mc.  13,  5-13  =Lc.  21,  8-igj 

1  V  respondiendo  Jesús,  les  dijo  : 


Mirad  que  nadie  os  extravíe, 

diciendo  :  «Yo  soy  el  Mesías.» 

5  Porque  muchos  vendrán  en  mi  nombre, 

diciendo:  «Yo  soy  el  Mesías», 

y  a  muchos  extraviarán. 

*  Habréis  de  oír  guerras  y  noticias  de  batallas ; 
mirad  no  os  alarméis,  porque  así  tiene  que  suceder; 


**  Vuestra  casa...  :  la  que  hasta  ahora  ha  sido  «casa  de  Dios»,  en  adelante,  des- 
amparada de  la  divina  presencia,  se  os  deja  a  vosotros,  será  exclusivamente  «vues- 
tra casa». 

39  Bendito  el  que  viene...  :  es  una  profecía  de  la  conversión  final  de  los  judíos, 
anunciada  también   por  San    Pablo    (Rom.   ir,  25-32). 

3  La  pregunta  de  los  discípulos  se  refiere  a  dos  hechos:  a  la  destrucción  del  tem- 
plo y  al  fin  del  mundo  ;  pero  lo  que  directamente  preguntan  es  el  cuándo  y  la 
señal  precursora  de  estos  dos  hechos.  De  ahí  que  el  Señor,  respondiendo  (aunque 
por  orden  inverso)  a  lo  que  directamente  preguntan,  divida  su  declaración  en  dos 
partes  :  la  primera,  relativa  a  las  señales;  la  segunda,  relativa  al  tiempo.  La  dis- 
tinción de  los  dos  hechos  se  introduce  como  subdivisión  de  cada  una  de  las  dos 
partes.  El  siguiente  esquema  podrá  ayudar  a  la  inteligencia  de  la  Apocalipsis  si- 
nóptica : 

I.   Señales  de  los  hechos: 

1.  De  la  ruina  del  templo  (4-22)  ; 

2.  De  la  parusía  (23-31). 
II.    Tiempo  de  los  dos  hechos: 

1.  De  la  ruina  del  templo  (32-35)  ; 

2.  De  la  parusía  (36-41). 

1  Las  construcciones  :  la  construcción  del  templo,  comenzada  por  los  años  20-19 
antes  de  Cristo,  no  se  terminó  hasta  los  años  62-64  de  nuestra  era. 

*  Sentado  en  el  monte  de  los  Olivos,  ve  Jesús  erguirse  frente  a  sí  la  grandiosa 
mole  del  templo,  iluminado  con  los  rojizos  rayos  del  sol  poniente. 

En  esta  sección  pueden  distinguirse  seis  puntos  :  1)  seducción  de  los  falsos 
mesías ;  2)  calamidades  públicas ;  3)  persecución  de  los  discípulos ;  4)  seducción  de 
los  falsos  profetas ;  5)  predicación  universal  del  Evangelio ;  6)  el  fin.  Todos  estos 
puntos  parece  deben  interpretarse  como  señales  precursoras  de  la  ruina  del  templo. 
Si  los  dos  últimos  se  quieren  referir  a  la  parusía  final,  entonces  habría  de  inter- 
pretarse esta  sección  introductoria  como  una  previa  visión  de  conjunto. 


-67- 


24  7-28 


SAN  MATEO 


24  7-2« 


mas  no  es  todavía  el  fin. 

7  Porque  se  levantará  raza  contra  raza  y  reino  contra  reino, 

y  habrá  hambres  y  terremotos  por  diferentes  lugares ; 

*  mas  todo  esto  no  es  sino  principio  de  los  grandes  dolores. 

9  Entonces  os  entregarán  a  malos  tratamientos  y  os  matarán, 
y  seréis  odiados  de  todas  las  gentes  por  causa  de  mi  nombre. 

10  Y  entonces  se  escandalizarán  muchos, 

y  unos  a  otros  se  entregarán,  y  se  aborrecerán  unos  a  otros. 

11  Y  surgirán  muchos  falsos  profetas  y  extraviarán  a  muchos 
11  Y  por  haberse  multiplicado  la  iniquidad, 

se  resfriará  la  caridad  de  las  multitudes. 

13  Mas  el  que  fuere  constante  hasta  el  fin,  éste  se  salvará. 

14  Y  será  predicado  este  Evangelio  del  reino  en  todo  el  orbe, 
para  que  sirva  de  testimonio  a  todas  las  gentes. 

Y  entonces  vendrá  el  fin. 


Inminente  ruina  del  templo  y  de  ¡a  ciudad.  24,  15-22 
(  =  Mc.  13,  14-20  =Lc.  21,  20-24) 

,r'  Cuando  viereis,  pues,  la  abominación  del  asolamiento, 

anunciada  por  el  profeta  Daniel  (9,  27;  11,  31;  12,  11), 

estar  en  el  lugar  santo — el  que  lee,  entienda — , 

10  entonces  los  que  estén  en  la  Judea  huyan  a  los  montes; 

"  los  que  estén  en  la  azotea,  no  bajen  para  tomar  algo  de  su  casa, 

18  y  el  que  esté  en  el  campo,  no  torne  atrás  para  tomar  su  manto. 

19  ¡  Ay  de  las  mujeres  que  estén  encinta 
y  de  las  que  críen  en  aquellos  días  ! 

20  Rogad  que  vuestra  fuga  no  sea  en  invierno  ni  en  sábado, 
41  porque  habrá  entonces  tribulación  grande, 

cual  no  la  hubo  desde  el  comienzo  del  mundo  hasta  ahora,  ni  la  habrá. 

Y  si  no  se  acortaran  aquellos  días, 
no  se  salvara  hombre  viviente ; 

mas  en  atención  a  los  elegidos  serán  acortados  aquellos  días. 


Señales  precursoras  del  segundo  advenimiento  de  Cristo.  24,  23-29 
(  =  Mc.  13,  21-25  =Lc.  21,  25-26) 

3  Entonces  si  alguno  dijere  : 

«Mirad,  aquí  está  el  Mesías»,  o  «allí»,  no  lo  creáis, 

M  porque  se  levantarán  falsos  mesía's  y  falsos  profetas 

y  exhibirán  grandes  señales  y  portentos, 

hasta  el  punto  de  ser  seducidos,  si  posible  fuera,  aun  los  elegidos. 

23  Mirad  que  os  lo  tengo  predicho. 

2,1  Si  os  dijeren,  pues  : 

«Mirad,  está  en  el  desierto»,  no  salgáis; 

«Mirad,  está  en  las  recámaras»,  no  lo  creáis. 

21  Pues  como  el  relámpago  parte  del  oriente  y  brilla  hasta  el  occidente, 

así  será  el  advenimiento  del  Hijo  del  hombre. 

28  Dondequiera  que  esté  el  cadáver,  allá  se  juntarán  las  águilas. 

15  La  abominación  del  asolamiento  :  había  de  ser  la  abominable  profanación  del 
templo,  seguida  de  su  total  destrucción. 

23~7S'  Dos  señales  de  la  parusía  se  anuncian  :  la  aparición  de  falsos  mesías  y  pro- 
fetas; los  trastornos  cósmicos. 

28  Este  proverbio  es  una  comparación  tácita,  en  que  los  términos  comparados  no 
son  el  cadáver  y  Cristo,  sino  la  rapidez  con  que  los  buitres  se  precipitan  sobre  los 
cadáveres  y  la  velocidad  fulmínea  con  que  los  hombres  volarán  o  se  sentirán  arras- 
trados hacia  Cristo. 


—  68  — 


24  29-37 


SAN  MATEO 


24  29-37 


29  Luego,  después  de  la  tribulación  de  aquellos  días, 

el  sol  se  entenebrecerá,  y  la  luna  no  dará  su  resplandor, 

v  las  estrellas  caerán  del  cielo, 

V  las  fuerzas  de  los  cielos  se  tambalearán. 


Advenimiento  del  Hijo  del  hombre.  24,  30-31  (  =  Mc.  13,  26-27  =Lc.  21,  27) 

"°  Entonces  aparecerá  la  señal  del  Hijo  del  hombre  en  el  cielo, 

v  entonces  se  herirán  los  pechos  todas  las  tribus  de  la  tierra, 

y  verán  al  Hijo  del  hombre  venir  sobre  las  nubes  del  cielo 

con  grande  poderío  y  majestad. 

31  Y  enviará  sus  ángeles  con  sonora  trompeta, 

v  congregarán  sus  elegidos  de  los  cuatro  vientos 

desde  un  extremo  del  cielo  hasta  el  otro  extremo. 


Tiempo  de  la  ruina  de  Jerusalen.  24,  32-35  (  =  Mc  13,  2S-31  =Lc.  21,  28-33) 
32  De  la  higuera  aprended  la  parábola. 

Cuando  ya"  sus  ramas  se  ponen  tiernas  y  las  hojas  brotan, 
conocéis  que  está  cerca  el  verano : 

■  así  también  vosotros,  cuando  viereis  todas  estas  cosas, 

conoced  que  está  cerca,  a  las  puertas. 

M  En  verdad  os  digo  que  no  pasará  esta  generación 

sin  que  todas  estas  cosas  se  hayan  realizado. 

"  El  cielo  y  la  tierra  pasarán, 

pero  mis  palabras  no  pasarán. 


Tiempo  del  segundo  advenimiento.  24,  36-41  (=»Mc.  13,  32) 

:fi  Lo  que  toca  a  aquel  día  y  hora  nadie  lo  sabe, 

ni  los  ángeles  de  los  cielos',  ni  el  Hijo,  sino  el  Padre  sólo. 

;"  Porque  como  los  días  de  Noé, 


29  Luego  :  no  tiene  en  el  lenguaje  apocalíptico  el  sentido  ordinario  del  lenguaje 
vulgar.  ||  Las  señales  cósmicas  anunciadas  son  cuatro:  tinieblas  en  el  sol,  oscuri- 
dad en  la  luna,  caída  de  las  estrellas  (cometas  o  meteoros),  desquiciamiento  de  las 
fuerzas  o  ejércitos  de  los  cielos,  es  decir,  del  mundo  sideral. 

30-31  Con  cinco  rasgos  se  describe  la  parusía  :  i)  la  aparición  de  la  señal  del 
Hijo  del  hombre  en  el  cielo,  no  otra  que  «la  señal  de  la  santa  cruz»  ;  2)  la  ansie- 
dad que  sobrecogerá  a  todos  los  hombres;  3)  la  visión  del  Hijo  del  hombre,  que 
vendrá  a  juzgar  a  los  vivos  y  a  los  muertos  ;  4)  el  sonido  de  la  trompeta,  con  que 
despertarán  los  que  dormían  el  sueño  de  la  muerte  ;  5)  la  reunión  de  todos  los 
hombres  ante  el  tribunal  del  Juez  supremo.  Los  dos  últimos  se  desarrollarán  para- 
lelamente a  los  primeros. 

sus  Después  de  responder  a  la  pregunta  de  los  discípulos  sobre  las  señales  de 
los  dos  hechos  anunciados,  va  a  responder  ahora  sobre  el  tiempo.  Las  dos  partes 
de  la  respuesta  sobre  las  seriales  se  corresponden  paralelamente ;  las  dos  sobre  el 
tiempo  son  diametralmente  opuestas.  En  esta  sección  (32-35)  afirma  el  Maestro  que 
el  tiempo  de  la  ruina  del  templo  podrá  preverse  y  que  no  pasará  esta  generación 
sin  que  se  cumpla;  en  la  siguiente  (36-+1),  en  cambio,  asegura  que  el  tiempo  de 
la  parusía  no  sólo  será  repentino  e  imprevisto,  sino  que  nadie  absolutamente,  fuera 
ile  Dios,  lo  conoce.  Tal  parece  la  interpretación  más  probable. 

OT  Nadie  lo  sabe...,  ni  el  Hijo  :  Cristo,  aun  como  hombre,  conocía  el  día  y  la  hora 
de  su  advenimiento  ;  pero  la  conocía  como  juez,  esto  es,  con  secreto  de  oficio  ;  y 
considerado  como  maestro,  no  sólo  no  había  recibido  la  misión  de  revelarlo,  sino 
más  bien  el  encargo  de  mantenerlo  oculto.  Podía,  pues,  y  debía  decir  que  ignoraba 
aquel  día,  sin  que  tal  declaración  arguya  en  él  ignorancia  real. 


-69- 


24  3*-25  2  SAN  MATEO   25^ 

así  será  el  advenimiento  del  Hijo  del  hombre. 

38  Porque  como  en  los  días  que  precedieron  al  diluvio 

seguían  comiendo  y  bebiendo,  casándose  v  poniendo  en  casamiento, 

hasta  el  día  en  que  entró  Noé  en  el  arca', 

y  no  se  dieron  cuenta  hasta  que  sobrevino  el  diluvio 
y  los  arrastró  a  todos, 

así  será  también  el  advenimiento  del  Hijo  del  hombre. 

40  Entonces  serán  dos  en  el  campo  : 
uno  es  tomado  y  uno  abandonado  ; 

41  dos,  que  molerán  con  la  mueía  : 
una  es  tomada  y  una  abandonada. 


Necesidad  de  estar  en  vela.  24,  42-44  («Me.  13,  33   =Lc.  ai,  34-361 

r-  Velad,  pues,  porque  no  sabéis 
en  qué  día  viene  vuestro  Señor. 

43  Esto  sabed,  que  si  el  amo  de  la  casa  supiera 
a  qué  hora  de  'la  noche  viene  el  ladrón, 
velaría  y  no  dejaría  perforar  su  casa. 

44  Por  esto  también  vosotros  estad  prestos, 

porque  a  la  hora  que  no  penséis  viene  el  Hijo  del  hombre. 


Parábola  del  siervo  fiel  y  del  infiel.  24,  45-51 

15  ¿Quién  es,  pues,  el  siervo  fiel  y  prudente, 
a  quien  puso  el  señor  al  frente  de  su  servidumbre, 
para  que  les  diese  el  mantenimiento  a  su  tiempo? 
*  Dichoso  el  siervo  aquel 

a  quien  su  señor,  a  su  vuelta,  hallare  obrando  así  ; 

*'  en  verdad  os  digo  que  le  pondrá  al  frente  de  toda  su  hacienda. 

"Mas  si  dijere  aquel  mal  siervo  en  su  corazón  :  «Se  tarda  mi  señor». 

49  y  comenzare  a  golpear  a  sus  consiervos, 

y  comiere  y  bebiere  con  los  borrachos, 

00  vendrá  el  señor  de  aquel  siervo 

en  el  día  que  no  aguarda  y  a  la  hora  que  no  conoce, 

61  y  le  partirá  ipor  la  mitad 

y  le  deparará  la  misma  suerte  de  los  hipócritas  : 
allí  será  el  llanto  y  el  rechinar  de  dientes. 


Parábola  de  las  diez  vírgenes. 

orr    no  de  los  cielos  a  diez  vírgenes, 
1  Entonces  se  asemejará  el  rei- 
las  cuales,  tomadas  sus  lámparas,  sa- 
lieron ail  encuentro  del  esposo.  2  Cin- 


co de  ellas  eran  necias  y  cinco  pru- 
dentes. *  Porque  las  necias,  tomadas 
sus  lámparas,  no  tomaron  aceite  con- 
sigo ;  4  mas  las  prudentes  tomaron 
aceite  en  las  alcuzas  junto  con  sus 
lámparas.  '  Y  como  se  tardase  el  es- 
poso, se  adormecieron  todas  y  se 
durmieron.  *  A  la  media  noche  le- 


42  Velad,  pues  :  desde  este  punto  hasta  la  descripción  del  juicio  universal  (25, 
31-46),  todo  es  una  exhortación  a  la  vigilancia  y  buenas  obras. 

typr  M»  En  los  vv.  1-2  se  enuncia  esquemáticamente  la  parábola  ;  en  3-12  se  desarrolla 
la  imagen  parabólica,  en  que  se  distinguen  tres  momentos  :  el  inicial,  de  tomar 
o  no  aceite  en  las  alcuzas  (3-5)  ;  el  crítico,  de  hallarse  las  vírgenes  prevenidas  o 
desprevenidas  a  la  llegada  del  esposo  (6-9)  ",  el  resolutivo,  en  que  se  recibe  el  premio 
de  la  previsión  o  el  castigo  de  la  imprevisión  (10-12).  Sigue  la  moraleja  (13),  en  que 


25  T-19 


SAN  MATEO 


25  so-*1 


vantóse  nn  clamor  :  «He  aquí  el  es- 
poso, salid  al  encuentro.»  '  Entonces 
despertáronse  todas  aquellas  vírge- 
nes y  aderezaron  sus  lámparas.  8  Las 
necias  dijeron  a  las  prudentes  :  «Dad- 
nos de  vuestro  aceite,  pues  nues- 
tras lámparas  se  apagan.»  "  Respon- 
dieron las  prudentes,  diciendo  :  «No 
sea  caso  que  no  baste  para  nosotras 
y  para  vosotras  ;  id  más  bien  a  los 
que  venden  y  comprad  para  vos- 
otras.» ,0  Mas  mientras  ellas  iban  a 
comprar,  llegó  el  esposo,  y  las  que 
estaban  prontas  entraron  con  él  a 
las  bodas,  y  cerróse  la  puerta.  u  Mas 
tarde  vienen  también  las  demás  vír- 
genes, diciendo  :  «Señor,  Señor,  ábre- 
nos.» 12  Mas  El,  respondiendo,  dijo  : 
«En  verdad  os  digo,  no  os  conozco.» 
13  Velad,  pues,  porque  no  sabéis  el 
día  ni  la  hora. 


Parábola  de  los  talentos.  25,  14-30 

"  Porque  es  así  como  nn  hombre 
que,  estando  para  emprender  un  via- 
je, llamó  a  sus  siervos  y  les  entregó 
sus  bienes,  15  y  a  uno  le  dió  cinco 
talentos,  a  otro  dos,  a  otro  uno,  a 
cada  cual  según  su  propia  capaci- 
dad, y  emprendió  su  viaje.  En  se- 
guida a  se  fué  el  que  había  recibido 
los  cinco  talentos,  negoció  con  ellos 
y  ganó  otros  cinco.  "Asimismo,  tam- 
bién el  que  había  recibido  los  dos 
ganó  otros  dos.  18  Mas  el  que  recibió 
uno  se  fué,  cavó  en  la  tierra  y  es- 
condió el  dinero  de  su  señor.  "  Des- 
pués de  mucho  tiempo  llega  el  se- 


ñor de  aquellos  siervos  y  ajusta  cuen- 
tas con  ellos.  20  Y  llegándose  el  que 
había  recibido  los  cinco  talentos,  pre- 
sentó otros  cinco  talentos,  diciendo : 
«Señor,  cinco  talentos  me  entregas- 
te ;  mira,  otros  cinco  talentos  ga- 
né.» 21  Díjole  su  señor:  «Bien,  siervo 
bueno  y  fiel.;  en  cosas  pocas  fuiste 
fieil,  sobre  muchas  te  pondré  :  en- 
tra en  efl  gozo  de  tu  señor.»  22  Y  lle- 
gándose también  el  que  había  reci- 
bido los  dos  talentos,  dijo  :  «Señor, 
dos  talentos  me  entregaste  ;  mira, 
otros  dos  talentos  gané.»  23  Díjole  su 
señor  :  «Bien,  siervo  bueno  y  fiel ; 
en  cosas  pocas  fuiste  fiel,  sobre  mu- 
chas te  pondré  :  entra  en  el  gozo  de 
tu  señor.»  21 Y  llegándose  también 
el  que  había  recibido  un  talento,  di- 
jo :  «Señor,  conocí  que  eres  hombre 
duro,  que  cosechas  donde  no  sem- 
braste y  allegas  de  donde  no  espar- 
ciste ;  25  y,  atemorizado,  me  fui  y 
escondí  tu  talento  en  la  tierra  :  ahí 
tienes  lo  tuyo.»  "  Y  respondiendo  su 
señor,  le  dijo  :  «Siervo  malo  y  ha- 
ragán, ¿  sabía?  que  cosecho  donde 
no  siembro  y  allego  de  donde  no  es- 
parcí ?  27  Razón,  pues,  era  que  tú 
consignaras  mis  dineros  a  los  ban- 
queros, y  yo  en  llegando  hubiera  re- 
cobrado lo  mío  con  los  intereses.» 
28  Quitadle,  pues,  el  talento  y  dadlo 
al  que  tiene  los  diez  talentos.  29  Por- 
que a  todo  el  que  tiene  se  le  dará  y 
andará  sobrado  ;  mas  al  que  no  tie- 
na,  aun  lo  que  tiene  le  será  quita- 
do. 30  Y  a'l  siervo  desaprovechado 
arrojadle  a  las  tinieblas  de  allá  fue- 
ra :  allí  será  el  llanto  y  el  rechina- 
miento de  los  dientes. 


El  juicio  final.  25,  31-46 

"  Y  cuando  viniere  el  Hijo  del  hombre  en  su  gloria, 

y  todos  los  ángeles  con  él, 

entonces  se  sentará  en  el  trono  de  su  gloria, 

la  palabra  velad  no  significa  no  dormir,  sino  estar  siempre  apercibido.  Tal  es  la 
significación  de  esta  parábola  :  poner  de  manifiesto  el  doble  error,  hijo  de  la  ne- 
cedad, de  los  que  descuidan  el  prevenirse  a  tiempo  y  de  los  que  tarde  y  precipita- 
damente quieren  remediar  lo  irremediable.  Otras  consideraciones  serán  buenas, 
pero  no  son  lecciones  dadas  aquí  por  el  divino  Maestro. 

Esta  parábola  inculca  la  necesidad  de  no  tener  baldíos  los  dones  de  Dios, 
para  que  el  día  postrero  nos  halle  no  sólo  prevenidos,  sino  también  llenos  de  buenas 
obras.  Tras  una  breve  introducción  (14-15),  divídese  la  parábola  en  dos  partes.  La 
primera  (16-18)  describe  la  industria  con  que  dos  de  los  siervos  negocian  con  los 
talentos,  y  la  torpeza  del  otro,  que  entierra  el  talento.  I.a  segunda  (19-30)  es  un 
juicio,  en  que  el  señor  galardona  el  trabajo  de  los  dos  siervos  buenos  y  fieles  y 
castiga  la  pereza  del  siervo  malo  y  haragáv.  Este  juicio  prepara  la  descripción  del 
juicio  universal. 

s1-4"  La  distribución  de  este  maravilloso  cuadro  no  puede  ser  más  sencilla  y  na- 


—  71  — 


25  32-46 


SAN  MATEO 


25  32-46 


32  v  serán  congregadas  en  su  presencia  todas  las  gentes, 
y  las  separará  unas  de  otras, 

como  el  pastor  separa  las  ovejas  de  los  cabritos; 

33  y  colocará  las  ovejas  a  su  derecha 
y  los  cabritos  a  la  izquierda. 

34  Entonces  dirá  el  Rey  a  los  de  su  derecha  : 
«Venid,  vosotros  los  benditos  de  mi  Padre, 
entrad  en  posesión  del  reino 

que  os  está  preparado  desde  la  creación  del  mundo ; 

3  porque  tuve  hambre,  y  me  disteis  de  comer ; 

tuve  sed,  y  me  disteis  de  beber; 

peregrino  era,  y  me  hospedasteis ; 

"  desnudo,  y  me  vestísteis; 

enfermé,  y  rae  visitasteis; 

en  prisión  estaba,  y  vinisteis  a  mí.» 

31  Entonces  le  responderán  los  justos,  diciendo: 

«Señor,  ¿  cuándo  te  vimos  hambriento  y  te  dimos  de  comer, 

o  sediento  y  te  dimos  de  beber  ? 

™  ¿Y  cuándo  te  vimos  peregrino  y  te  hospedamos, 

o  desnudo  y  te  vestimos  ? 

30  ¿Y  cuándo  te  vimos  enfermo  o  en  prisión  y  fuimos  a  ti?» 
4"  Y  respondiendo  el  Rey,  les  dirá : 
«En  verdad  os  digo,  cuánto  hicisteis 

con  uno  de  estos  mis  hermanos  más  pequeñuelos,  conmigo  lo  hicisteis.» 
a  Entonces  dirá  también  a  los  de  la  izquierda: 
«Apartaos  de  mí,  vosotros  los  malditos,  al  fuego  eterno, 
preparado  para  el  diablo  y  para  sus  ángeles. 

42  Porque  tuve  hambre,  y  no  me  disteis  de  comer; 
tuve  sed,  y  no  me  disteis  de  beber; 

43  peregrino  era,  y  no  me  hospedasteis  ; 
desnudo,  y  no  me  vestísteis ; 

enfermo  y  en  prisión,  y  no  me  visitasteis.» 

44  Entonces  responderán  también  ellos,  diciendo: 
«Señor,  ¿  cuándo  te  vimos  hambriento  o  sediento, 
o  peregrino  o  desnudo, 

o  enfermo  o  en  prisión,  y  no  te  asistimos  ?» 

"  Entonces  les  responderá  diciendo: 

«En  verdad  os  digo,  cuanto  dejasteis  de  hacer 

con  uno  de  estos  más  pequeñuelos, 

también  conmigo  lo  dejasteis  de  hacer.» 

48  E  irán  éstos  al  tormento  eterno, 

mas  los  justos,  a  la  vida  eterna. 


tural.  Tras  una  introducción,  que  es  como  su  marco  (31-33),  sigue  la  doble  sentencia  : 
a  los  justos  (3.1-40)  y  a  los  injustos  (41-45),  que  termina  con  la  ejecución  (46). 

Este  pasaje  está  lleno  de  enseñanzas.  Primeramente  llama  la  atención  la  ausencia 
de  terrorismo.  Es  el  juicio,  no  una  escena  igualmente  espantable  a  todos,  sino  un 
acto  de  serena  justicia,  objeto  no  menos  de  esperanza  que  de  temor.  Y  lo  que  se 
premiará  o  castigará  no  serán  las  dotes  personales  o  los  cargos  desempeñados,  sino 
las  obras  buenas  o  malas ;  entre  las  cuales  se  dará  singular  relieve  a  las  de  mi- 
sericordia y  a  sus  contrarias.  La  sentencia  del  Juez  eterno  recaerá  no  sobre  las  razas 
o  los  organismos  sociales,  sino  sobre  los  individuos,  que  tendrán  que  dar  cuenta  di 
sus  actos  personales.  Además,  todo  el  pasaje  es  una  declaración  de  la  divinidad  del 
Juez  o  del  Rey,  a  quien  se  atribuye  la  función  divina  de  juzgar  a  los  hombres  y 
decidir  de  su  suerte  eterna.  Es  de  notar  también  la  declaración  que  hace  el  Juez 
sobre  la  eternidad  de  la  sanción,  no  sólo  de  la  vida  eterna,  sino  también  del  supli- 
cio eterno.  El  carácter  judicial  de  la  declaración,  en  que  no  caben  impropiedades  di 
lenguaje,  y  la  contraposición  entre  el  tormento  eterno  y  la  vida  eterna  obligan  a 
entender  en  sentido  propio  la  eternidad  de  las  penas  del  infierno. 


26!-8 


SAN  MATE.) 


26  9"17 


Nuevo  anuncio  de  la  pasión.  26,  1-2 
(  =  Mc.  14,  1  =  22,  1) 

eyf-  1  Y  fué  así  que,  cuando  hubo 
Jesús  acabado  todos  estos  ra- 
zonamientos, dijo  a  sus  discípulos  : 
2  — Sabéis  que  de  aquí  a  dos  días 
se  celebra  la  Pascua,  y  el  Hijo  del 
hombre  va  a  ser  entregado  para  ser 
crucificado. 

El  sanhedrín  decreta  la  muerte  de 
Jesús.  26,  3-5  (  =  Mc.  14,  1-2 
=  Lc.  22,  1-2) 

*  Por  entonces  se  reunieron  los  su- 
mos sacerdotes  y  los  ancianos  del 
pueblo  en  el  palacio  del  sumo  sacei- 
dote,  llamado  Caifas,  4  y  acordaron 
prender  a  Jesús  con  engaño  y  darle 
la  muerte  ;  6  pero  decían  :  «Ño  du- 
rante la  fiesta,  no  sea  que  se  arme 
alboroto  en  el  pueblo.» 

En  Betania:  María  unge  al  Señor. 
26,  6-13  (=Mc.  14.  3-9  =Jn-  12,  1-8) 

6  Hallándose  Jesús  en  Betania,  en 
casa  de  Simón  el  leproso,  1  llegóse  a 
El  una  mujer  con  un  frasco  de  ala- 
bastro lleno  de  perfume  de  subido 
precio,  y  lo  derramó  sobre  la  cabeza 
de  Jesús,  que  estaba  puesto  a  la  me- 
sa. 8  Como  vieron  esto  los  discípulos, 
lo  llevaron  pesadamente,  diciendo  : 

— ¿  A  qué  viene  tal  despilfarro  ? 


5  Porque  podía  esto  haberse  vendido 
a  mucho  precio  y  darse  a  los  pobres. 
10  Adviniéndolo  Jesús,  les  -dijo  : 
— ¿Por  qué  importunáis  a  esta  mu- 
jer? Pues  obra  buena  es  la  que  hizo 
conmigo.  11  Porque  siempre  tenéis 
pobres  entre  vosotros,  mas  a  mí  no 
siempre  me  tenéis.  12  Que  al  echar 
ella  este  perfume  sobre  mi  cuerpo, 
lo  hi/o  con  el  fin  de  embalsamarme. 
13  En  verdad  os  dia:o,  dondequiera 
que  en  todo  el  mundo  fuere  predica- 
do este  Evangelio,  se  hablará  tam- 
bién de  lo  que  hizo  ella,  para  memo- 
ria suya. 

Judas  se  ofrece  a  entregara  su  Maes- 
tro. 26,  14-16  (  =  Mc.  14,  10-11 
=  Lc.  22,  3-6) 

"  Entonces  uno  de  los  Doce,  el 
llamado  Judas  Iscariote,  yendo  a  los 
sumos  sacerdotes,  15  dijo  : 

— ¿  Qué  me  queréis  dar,  y  yo  os  le 
entregaré  ? 

Ellos  fijaron  treinta  siclos.  "  D=s- 
de  entonces  andaba  buscando  buena 
coyuntura  para  entregarlo. 

Preparativos  para  la  cena  pascual. 
26,  17-19  (  =  Mc.  14,  12-16 
=  Lc.  22,  7-13) 

"  El  primer  día  de  los  Azimos  se 
llegaron  los  discípulos  a  Jesús,  di- 
ciendo :  • 


p¿»  -  De  aquí  a  dos  días  :  entrada  ya  la  noche  y  comenzado  para  los  judíos  el  13  de 
Nisán,  las  palabras  de  Jesús  son  exactas. 
**  Por  entonces:  el  martes  por  la  tarde  o  la  mañana  siguiente.  ||  Se  reunieron  : 
la  reunión  no  parece  haber  sido  oficial.  ||  Lo  que  acordaron  fué  apelar  al  engaño 
para  prender  a  Jesús.  j|  La  observación  No  durante  la  fiesta  supone  alguna  perple- 
jidad en  los  sanhedritas.  Las  ofertas  de  Judas  fueron  posteriores  a  la  reunión. 

*-u  Este  hecho  es  el  mismo  referido  por  San  Juan  (12,  i-S),  según  el  cual  tuvo 
lugar  tseis  días  antes  de  la  Pascua».  San  Mateo  lo  retrasó  por  la  conexión  que  tiene 
con  la  traición  de  Judas. 

7  Una  mujer  :  era  María  la  hermana  de  Lázaro.  Su  identificación  con  María  Mag- 
dalena es  objeto  de  antiguas  controversias.  Parece,  con  todo,  más  verosímil  la  iden- 
tidad. Prescindiendo  de  otras  razones,  es  increíble  que  esta  mujer,  tan  solícita  en  un- 
gir al  Señor,  no  se  halle  días  más  tarde  entre  las  miróforas.  Y  entre  ellas  no  puede 
ser  otra  que  María  Magdalena. 

8  Los  discípulos  :  el  primero  en  murmurar  sería  Judas,  quien  con  su  mal  ejemplo 
arrastró  a  algunos  de  los  discípulos. 

u  La  oferta  de  Judas  movió  a  los  sanhedritas  a  precipitar  los  acontecimientos. 

15  Treinta  siclos  :  San  Mateo  es  el  único  que  precisa  esta  cantidad.— El  siclo  equi- 
valía próximamente  a  cuatro  pesetas. 

17  La  fiesta  de  los  Azimos  era  la  misma  Pascua,  que  duraba  siete  días,  durante 
los  cuales  estaba  vedado  comer  panes  fermentados.  Por  tanto,  el  primer  día  de  los 
Azimos  era  el  15  de  Nisán,  y  comenzaba  al  anochecer  del  que,  según  nuestra  cuenta, 


—  73  — 


26  18"23 


SAN  MATEO 


26  s*-28 


— ¿  Dónde  quieres  te  preparemos 
lo  necesario  para  comer  la  Pascua  ? 
lb  El  dijo  : 

— Id  a  la  ciudad  a  casa  de  Fulano 
y  decidle  :  «El  Maestro  dice  :  Mi 
tiempo  está  cerca:  en  tu  casa  hago 
la  Pascua  con  mis  discípulos.» 

'■'  E  hicieron  los  discípulos  como 
les  había  ordenado  Jesús,  y  prepara- 
ron la  Pascua. 

Es  descubierto  el  traidor.  26,  20-25 
(  =  Mc.  14,  17-21  =Lc.  22,  14,  21-23 
=  Jn.  13,  18-30) 

:o  Venido  el  atardecer,  se  puso  a 
la  mesa  con  los  Doce.  a  Y  estando 
ellos  comiendo,  dijo  : 

— En  verdad  os  digo  que  uno  de 
vosotros  me  entregará. 

22  Y  entristeciéndose  sobremanera, 
comenzaron  a  decirle  cada  uno  : 

— ¿  Qué  ?  ¿  Soy  yo,  Señor  ? 

23  El,  respondiendo,  dijo  : 

— El  que  metió  conmigo  la  mano 


en  el  plato,  éste  me  entregará.  24  El 
Hijo  del  hombre  se  va,  según  está 
escrito  de  El  ;  mas  ¡  ay  de  aquel 
hombre  por  cuyas  manos  el  Hijo  del 
hombre  es  entregado !  Mejor  le  fue- 
ra a  aquel  hombre  no  haber  nacido. 

25  Respondiendo  Judas,  el  que  le 
entregaba,  dijo  : 

— ;  Qué  ?  i  Soy  yo,  Rabí  ? 

Dícele  : 

— Tú  lo  has  dicho. 

Institución  de  la  Sagrada  Eucaris- 
tía. 26,  26-30  (  =  Mc.  14,  22-26 
=  Lc.  22,  15-20) 

"  Estando  ellos  comiendo,  toman- 
do Jesús  un  pan,  y  habiendo  pro- 
nunciado la  bendición,  lo  partió,  y 
dándolo  a  los  discípulos,  dijo  :  «To- 
mad, comed  :  éste  es  mi  cuerpo  » 
27  Y  habiendo  tomado  un  cáliz,  y  ha- 
biendo dado  gracias,  se  lo  dió,  di- 
ciendo :  «Bebed  de  él  todos,  28  por- 
que ésta  es  mi  sangre  de  la  alian- 


sena  el  14.  Mas  como  durante  el  día  14  a  media  mañana  debían  desaparecer  de  las 
casas  los  panes  fermentados,  por  esto  la  denominación  de  primer  día  de  los  Azimos 
se  extendió  a  significar  todo  el  día  14.  Y  este  sentido  extensivo  tiene  la  expresión 
en  San  ¡Mateo.  Según  él  y  los  otros  sinópticos,  Jesús  murió  el  15  de  Nisán,  que  era 
viernes.  La  contraria  indicación  de  San  Juan,  de  que  Jesús  murió  el  sábado  (supo- 
niéndola fundada),  se  explicaría  admitiendo  oue  Jesús,  con  los  fariseos  y  la  gene- 
ralidad de  los  judíos,  celebró  la  Pascua  un  día  antes  que  los  sumos  sacerdotes,  que 
aquel  año  la  retrasaron  un  día.  El  modo  empírico  de  señalar  el  primer  día  del  mes 
(o  la  luna  nueva)  daba  lugar  a  semejantes  discrepancias,  que  constan  históricamente. 

18  A  casa  de  Fulano  :  lo  enigmático  de  la  indicación  tenía  por  objeto  que  Judas 
no  conociera  previamente  el  lugar  de  la  cena  pascual.  El  dueño  de  la  casa,  que  fué 
luego  el  Cenáculo,  era,  al  parecer,  discípulo  de  Jesús  y'  probablemente  el  padre  de 
San  MafCos. 

■O"*  Tres  declaraciones  sucesivas  hace  el  Maestro  para  denunciar  al  traidor  :  la 
primera,  general  ;  la  segunda,  más  particular,  pero  algo  ambigua  ;  la  tercera,  indi- 
vidual, pero  secreta. 

3  El  plato  a  que  se  alude  pudo  ser  que  estuviese  al  alcance  de  tres  o  cuatro  so- 
lamente. Sería  el  que  contenía  la  salsa  o  compota  llamada  Kharoseth,  compuesta  de 
frutas  secas  cocidas  en  vinagre. 

28  Estando  ellos  comiendo  :  cuando  la  cena  pascual  tocaba  a  su  fin. — Este  ES  mi 
CUERPO  :  más  literalmente,  Esto  es  el  cuerpo  mío.  No  dijo  Jesús  iAquí  está  mi  cuer- 
po» ;  ni  tampoco  «Este  Pan  es  mi  cuerpo»  ;  sino  tEsto  es  el  cuerpo  mío».  No  dijo, 
l>or  tanto,  que  en  el  pan  estaba  su  cuerpo;  ni  que  el  mismo  pan,  ni  sustancial  ni 
simbólicamente,  era  su  cuerpo;  sino  que  «esto»,  lo  que  entonces  tenía  en  las  manos 
y  todos  miraban  atentamente,  era  su  propio  cuerpo.  Y  como  una  misma  cosa  no 
puede  a  un  mismo  tiempo  ser  pan  y  ser  cuerpo  humano,  de  ahí  que  «esto»  que  el 
Señor  mostraba,  ya  no  era  pan  ;  conservaba  las  propiedades  sensibles  o  especies  de 
lian,  mas  no  la  sustancia  de  'pan.  Además,  si  «esto»  antes  era  pan  y  ahora  es  el 
cuerpo  de  Cristo,  fuerza  es  que  lo  uno  se  haya  transmutado  en  lo  otro  :  transmuta- 
ción sustancial,  que  con  toda  propiedad  ha  sido  llamada  t ransustanciación.  En  con- 
secuencia, las  dos  verdades  dogmáticas,  la  de  la  presencia  real  del  cuerpo  de  Cristo 
bajo  las  especies  eucarísticas  y  la  de  la  transustanciación,  están  claramente  expre- 
sadas con  las  palabras  del  divino  Maestro. 

'■"  Como  la  consagración  del  cáliz  siguió  inmediatamente  a  la  cena,  el  cáliz  que 
tomó  el  Señor  seria  la  tercera  copa  de  vino,  que  entonces  habían  de  beber  los  co- 
mensales, y  .ie  llamaba  el  «cáliz  de  la  bendición». 

-s  ESTA  es  mi  sangre  :  más  litralmente,  «Esto  es  la  sangre  mía»  ;  es  decir,  «esto» 
que  está  en  el  cáliz,  que  antes  era  vino,  es  ahora  mi  propia  sangre  ;  el  vino  se  ha 


-  74  - 


26  29"36 


SAN  MATEO 


26  32"38 


za,  que  por  muchos  es  derramada 
para  remisión  de  los  pecados.  58  Y  os 
digo  que  a  partir  de  ahora  no  bebe- 
ré de  este  fruto  de  la  vid  hasta  el 
día  aquel  en  que  lo  beba  con  vos- 
otros nuevo  en  el  reino  de  mi  Pa- 
dre. 30  Y  cantados  los  himnos,  salie- 
ron al  monte  de  los  Olivos. 

Anuncio  del  escándalo  y  negaciones. 
26,  31-35  (    Me.  14,  27-31   =Lc.  22, 
31-3.}  =Jn.  13,  36-38) 

31  Entonces  díceles  Jesús  : 
--'lodos  vosotros  padeceréis  escan- 
da!" en  mí  e-ta  noche,  porque  es- 


crito está  :   «Heriré  al  pastor  y  se 
dispersarán  las  ovejas  del  rebaño» 
(Zac.  13,  7)  ;  32  mas  después  que  hu- 
biere sido  resucitado,  iré  antes  que 
vosotros  a  Galilea. 
33  Respondiendo  Pedro,  le  dijo  : 
— Cuando  todos  se  escandalicen  en 
ti,  yo  nunca  jamás  me  escandalizaré. 
**Díjole  Jesús  : 

—En  verdad  te  digo  que  en  esta 
noche,  antes  de  cantar  el  gallo,  me 
negarás  tres  veces. 

35  Dícele  Pedro  : 

— Aunque  me  vea  en  el  trance  de 
morir  contigo,  no  será  que  yo  te  nie- 
gue. 

Otro  tanto  dijeron  todos  los  discí- 
pulos. 


Pasión  de  Nuestro  Señor  Jesu  Cristo 


Llegada  al  huerlo.  26,  36-3S 
(  =  Mc.  14.  52,34  =Lc.  22,  39-40) 

*?  Entonces  llega  Jesús  con  ellos  a 
ana  granja  llamada  Getsemaní,  y  di- 
ce a  los  discípulos  :  I 


— Sentaos  aquí  mientras  voy  allá 
para  hacer  oración. 

31  Y  llevando  consigo  a  Pedro  y  a 
los  dos  hijos  de  Zebedeo,  comenzó 
a  ponerse  triste  y  a  sentir  abatimien- 
I  to.  38  Entonces  les  dice  : 


mudado  en  mi  sanare  :  nueva  afirmación  de  la  presencia  real  y  de  la  transustan- 
eiaeión.  II  Esia  es  mi  sangre  de  ia  alianza:  estas  palabras,  reproducción  deliberada 
de  aquellas  de  Moisés  :  «Esta  es  la  sangre  de  la  alianza  que  Yahvé  ha  concertado 
con  vosotros»  (Ex.  2.|,  8),  contienen  dos  afirmaciones  :  1)  que  como  aquella  sangre 
era  la  del  sacrificio  que  acababa  de  ofrecerse,  así  ésta  es  la  sangre  del  sacrificio  de 
la  redención  que  va  a  consumarse  ;  2)  que  como  con  aquélla  se  concertó  la  alianza 
de  Yahvé  con  Israel,  así  con  ésta  se  concierta  la  alianza  de  Dios  con  todo  el  linaje 
humano.  |!  Que  por  muchos  es  derramada:  el  presente  «es»  expresa  la  actualidad  del 
sacrificio  :  preciosa  declaración  de  la  sacrifiralidad  inherente  a  la  misma  Eucaristía. 
La  expresión  por  muchos  es  de  tendencia  universal.  II  Para  remisión  de  ios  pecados: 
al  paso  que  corrobora  el  carácter  sacrifical  de  la  Eucaristía,  pone  de  relieve  su  valor 
propiciatorio  y  expiatorio.— Recogiendo  las  diferentes  circunstancias  y  alusiones  del 
sacrificio  eucarístico,  descúbrese  en  él  la  triple  relación  con  los  grandes  sacrificios 
de  Israel  :  el  de  la  Pascua,  el  de  la  Alianza  y  el  anual  de  la  Expiación.  El  simbo- 
lismo prefigurativo  de  los  tres  grandes  sacrificios  mosaicos,  el  de  la  liberación,  el 
de  la  alianza  y  el  del  perdón,  se  concentra  y  realiza  en  el  único  y  definitivo  sacrifi- 
cio de  la  redención  humana,  místicamente  incruento  en  el  Cenáculo  y  en  el  altar, 
dolorosamente  cruento  en  el  Calvario.  II  Por  fin,  la  invitación  «Comed,  bebed»  expre- 
sa la  sacramcnijHdad  de  la  Eucaristía.  Si  sacramento  es  «signo  sensible  de  la  gracia», 
símbolo  patente  son  el  cuerpo  y  la  sangre  bajo  las  especies  de  pan  y  de  vino  ;  y  gra- 
cia divina  es  la  significada  por  este  símbolo  :  la  liberación  espiritual,  la  alianza 
concertada  entre  Dios  y  los  hombres,  la  expiación  y  «remisión  de  los  pecados». 

*°  Los  himnos  cantados  fueron  los  Salmos  que  formaban  la  segunda  parte  del 
Hal-lel  1113  bis-117). 

»i-s5  ei  Maestro  anuncia  la  defección  de  los  discípulos  sin  recriminaciones,  sin  ira, 
sin  amenazas  :  expresión,  tan  consoladora  como  instructiva,  de  la  inefable  bondad 
de  su  Corazón. 

36  Getsemaní  :  era  un  predio  cercado,  situado  en  el  monte  de  los  Olivos  y  separado 
de  Jerusalén  por  el  torrente  Cedrón.  El  nombre  de  Getsemaní  supone  haber  allí  un 
molino  de  aceite.  Hay  que  recordar  que  la  Pascua  coincidía  con  el  plenilunio  y  que 
entonces  serían  como  las  nueve  de  la  noche. 

a  Triste...  hasta  la  muerte  :  esta  tristeza,  real  y  verdadera,  alcanzó  no  sólo  la 
sensibilidad  inferior,  sino  también  la  voluntad  racional  de  Jesús.  Las  causas  que  la 
determinaron  fueron  tres  principalmente  :  su  pasión  y  muerte,  los  pecados  del  mun- 
do, que  sobre  si  había  tomado  ;  la  perdición  de  tantos  hombres. 


—  75  — 


26  39-46 


SAN  MATEO 


26  47"55 


— Triste  en  gran  manera  está  mi 
alma  hasta  la  muerte  ;  quedad  aquí 
v  velad  conmigo. 


La  oración.  26,  39-46  (  =  Mc.  14, 
35-42  =Lc.  22,  41,  46) 

3"  Y  adelantándose  un  poco,  cayó 
sobre  su  rostro,  y  oraba  diciendo  : 

— Padre  mío,  si  es  posible,  pase  de 
mí  este  cáliz  ;  mas  no  como  yo  quie- 
ro, sino  como  quieres  tú. 

w  Y  viene  a  los  discípulos  y  los 
halla  durmiendo,  y  dice  a  Pedro  : 

—  ¿  Así  no  pudisteis  velar  una  hora 
conmigo?  41  Velad  y  orad,  para  que 
no  entréis  en  tentación  ;  el  espíritu, 
sí,  está  animoso,  mas  la  carne  es 
flaca. 

42  De  nuevo  por  segunda  vez,  ha- 
biéndose apartado,  se  puso  a  orar, 
diciendo  : 

— Padre  mío,  si  no  es  posible  que 
pase  este  cáliz  sin  que  yo  le  beba, 
hágase  tu  voluntad. 

45  Y  viniendo  otra  vez,  los  halló 
durmiendo,  porque  estaban  sus  ojos 
cargados.  *'Y  habiéndolos  dejado,  re- 
tirándose de  nuevo,  oró  por  tercera 
vez,  repitiendo  de  nuevo  las  mismas 
palabras.  i¿  Entonces  viene  a  los  dis- 
cípulos y  les  dice  : 

—  Ya  por  mí,  dormid  v  descan- 
sad... ¡  Ea  !  Ha  llegado  la  "hora,  y  el 
Hijo  del  hombre  es  entregado  en 
manos  de  pecadores.  "Levantaos,  va- 
mos ;  mirad  que  está  aquí  cerca  el 
que  me  entrega. 


Beso  de  traición.  26,  47-50  (  =  Mc.  14, 
43-46  =Lc.  22,  47-48  =Jn.  18,  2-9) 

17  Y  estando  él  hablando  todavía, 
he  aquí  que  llegó  Judas,  uno  de  los 
Doce,  y  con  él  una  turba  numerosa 
con  espadas  y  bastones,  enviada  por 
los  sumos  sacerdotes  y  los  ancianos 
del  pueblo.  48  Y  el  que  le  entregaba 
les  había  dado  la  contraseña,  dicien- 
do :  «A  quien  yo  besare,  El  es  :  su- 
jetadle.»  49  Y  al  punto,  acercándose  a 
lesús,  dijo  : 

— Salud,  Maestro. 

Y  le  dió  rtn  fuerte  beso.  60  Mas  Je- 
sús le  dijo  : 

— Amigo,  ¡  a  lo  que  has  venido  ! 

Entonces,  acercándose,  echaron  las 
manos  sobre  él  y  le  sujetaron. 

Valentías  de  Pedro  y  prendimiento 
de  Jesús.  26,  51-56  (  =  Mc.  14,  47-52 
=Lc,  22,  49-53  =Jn.  18,  10-12) 

51  Y  he  aquí  que  uno  de  los  que 
estaban  con  Jesús,  alargando  la  ma- 
no, desenvainó  su  espada,  e  hirien- 
do al  siervo  del  sumo  sacerdote,  le 
cortó  la  oreja.  "  Entonces  dícele  Je- 
sús : 

—Vuelve  la  espada  a  su  lugar,  por- 
que todos  los  que  empuñan  espada, 
por  espada  perecerán.  63  ¿O  piensas 
que  no  puedo  rogar  a  mi  Padre,  y 
pondrá  ahora  mismo  a  mi  disposi- 
ción más  de  doce  legiones  de  ánge- 
les? "¿Cómo,  pues,  se  cumplirán  las 
Escrituras,  que  dicen  ha  de  suceder 
así  ? 

65  En  aquella  hora  dijo  Jesús  a  las 
turbas  : 


m  Si  es  posible  :  dentro  de  los  designios  de  Dios  ;  pase  de  mí  esie  cáliz  :  expresión 
de  la  repugnancia  natural  de  la  voluntad  humana  ;  no  como  yo  quiero...  :  aceptación 
definitiva  de  la  voluntad  deliberada.  Esta  aceptación  es  la  obediencia  con  que  Cristo 
repara  la  desobediencia  de  Adán,  y  es  la  oblación  sacerdotal  y  saerifical  con  que  el 
Redentor  acepta  y  ofrece  al  Padre  la  inmolación  de  la  cruz.— Son  sorprendentes  las 
afinidades  entre  esta  oración  y  la  oración  dominical. 

41  Para  que  no  entréis  en  tentación  :  es  decir,  para  que  no  seáis  vencidos  de  la 
tentación,  cayendo  incautamente  en  sus  redes. 

45  Ya  por  mí  dormid  :  más  literalmente,  «Dormid  lo  que  resta»,  desde  ahora  po- 
déis dormiros  ;  palabras  de  grave  y  mansa  ironía. 

60  ¡A  1.0  que  has  venido!  :  expresión  elíptica,  irónicamente  imperativa;  como  si 
dijera:  «Haz  tu  hecho.»  ||  Le  sujetaron:  fué  el  primer  conato  o  momento  del  pren- 
dimiento. 

62-M  Con  tres  razones  reprende  Jesús  la  temeridad  de  Pedro.  Primera  :  la  ley  divina 
del  talión.  Segunda  :  la  inutilidad  de  la  defensa  humana.  Tercera  :  necesidad  de  que 
se  cumplieran  las  Escrituras.— La  legión  romana  constaba  de  diez  cohortes,  cada  una 
de  las  cuales  solía  tener  de  500  a  600"  soldados. 

Este  razonamiento  contiene  una  querella,  un  reproche  de  cobardía  y  una 
advertencia. 

_76- 


26  56-«  SAN  MATEO  26  64- 


— -j  Como  contra  un  salteador  ha- 
béis salido  con  espadas  y  bastones  a 
prenderme  !  Cada  día  en  el  templo 
me  sentaba  para  enseñar,  y  no  me 
prendisteis.  ■*  Mas  todo  esto  ha  pa- 
sado para  que  se  cumplan  las  Escri- 
turas de  los  profetas. 

Entonces  los  discípulos  todos,  aban- 
donándole, huyeron. 


Auto  Caifas  :  primer  interrogatorio. 
26,  57-66  (  =  Mc.  14,  53-64  =Lc.  22, 
54  =>.  18,  14) 

"  Los  que  habían  prendido  a  Jesús 
le  llevaron  a  Caifás,  el  sumo  sacer- 
dote, donde  se  habían  congregado  los 
?scribas  y  los  ancianos.  "  Pedro  te 
labia  ido'  siguiendo  desde  lejos  has- 
:a  el  palacio  del  sumo  sacerdote,  y 
entrando  adentro,  se  sentó  con  los 
■riados  para  ver  el  desenlace. 

59  Los  sumos  sacerdotes  y  el  sanhe- 
Irín  entero  buscaban  algún  falso  tes- 
imonio  contra  Jesús  con  el  objeto  de 
larle  la  muerte,  60  y  no  le  hallaron, 
j-on  haberse  presentado  muchos  fal- 
os testigos.  Posteriormente,  compa- 
eciendo  dos,  61  dijeron  : 
— Este  dijo  :  «Pueda  derribar  el 
antuario  de  Dios  y  en  tres  días  re- 
ctificarlo.» 

82  Y  poniéndose  de  pie  el  sumo 
ncerdote,  le  dijo  : 

— ¿  Nada  respondes  ?  ¿  Qué  es  lo 
ue  éstos  testifican  contra  ti? 

63  Mas  Jesús  se  mantenía  callado. 
'  el  sumo  sacerdote  le  dijo  : 


— Te  conjuro  por  el  Dios  vivo  que 
nos  digas  si  tú  eres  el  Mesías,  el 
Hijo  de  Dios. 

64  Dícele  Jesús  : 

— Tú  lo  dijiste  ;  empero,  os  digo 
que  a  partir  de  ahora  veréis  al  Hijo 
del  hombre  sentado  a  la  diestra  del 
Poder  y  viniendo  sobre  las  nubes  del 
cielo. 

**  Entonces  el  sumo  sacerdote  ra*- 
gó  sus  vestiduras,  diciendo  : 

— Blasfemó  ;  ¿qué  necesidad  tene- 
mos ya  de  testigos  ?  Ahora  mismo 
oísteis  la  blasfemia.  m  ¿  Qué  os  pa- 
rece ? 

Ellos,  respondiendo,  dijeron  : 
— Reo  es  de  muerte. 


Indignos  ultrajes.  26,  67-68 
(  =  Mc.   14,  65   =Lc.   22,  63-65) 

67  Entonces  escupieron  en  su  ros- 
tro y  le  dieron  de  puñadas,  y  otros 
le  abofetearon,  68  diciendo  : 

— Profetízanos,  Mesías,  ¿quién  es 
e!  que  te  dió  ? 


Triple  negación  de  Pedro.  26,  6g-75 
(  =  Mc.  14,  66-72  =Lc.  22,  55-62 
=  Jn5  18,  25-27) 

w  Pedro  estaba  sentado  fuera  en 
el  atrio,  y  se  le  acercó  una  mucha- 
cha diciendo  : 

— También  tú  estabas  con  Jesús  el 
Galileo. 


s:-tt  El  lugar  en  que  se  tuvo  el  proceso  no  fué  la  sala  ordinaria  de  sesiones,  sino 
.  palacio  del  sumo  SACERDOTE  Caifás.  La  reunión  del  sanhedrín  fué  plenaria. 

BMa  Esta  sesión  nocturna,  ilegal  según  el  derecho  procesal  consignado  en  el  Tal- 
ud, parece  tuvo  por  objeto  encauzar  el  proceso.  En  su  desenvolvimiento  cabe  se- 
dar tres  actos  principales  :  la  prueba  testifical,  la  interpelación  del  juez,  la  sen- 
ncia  capital. 

ISM1  La  prueba  testifical  comienza  con  el  soborno  y  acaba  con  el  fracaso. 

La  interpelación  de  Caifás  fué  doble  :  la  primera,  para  completar  la  prueba 
stifical  ;  la  segunda,  para  suplirla  :  ambas,  inicuas  e  inhumanas.  A  la  primera  res- 
•ndió  Jesús  con  el  silencio  ;  a  la  segunda,  con  una  franca  declaración  de  su  mesia- 
dad  y  divina  filiación,  consciente  de  que  con  ella  firmaba  la  sentencia  de  su 
uerte. 

La,  sentencia  capital  fué  tan  tumultuosa  como  injusta.  Pero  era  nula  :  para 
cerse  efectiva  debía  someterse  la  causa  al  tribunal  del  procurador  romano. 
91  Los  que  escupieron  a  Jesús  fueron  algunos  de  los  sanhedritas  ;  los  otros,  men- 
mados  a  continuación,  fueron  los  satélites  o  criados  de  los  sumos  sacerdotes. 

Las  negaciones  de  Pedro  no  fueron  tres  actos  aislados,  sino  más  bien  tres 
nipos,  en  cada  uno  de  los  cuales  el  discípulo,  acosado  por  varias  preguntas,  repetía 
a  y  otra  vez  la  misma  negación.  Ponderadas  todas  las  circunstancias,  en  la  culpa 
Pedro  hubo  más  atolondramiento  y  fragilidad  que  malicia. 


—  77  — 


26  70-27  » 


SAN  MATEO 


27  4-n 


10  Pero  él  lo  negó  delante  de  to- 
dos, diciendo  : 

— No  sé  qué  dices. 

"  Como  hubiese  salido  al  portal, 
viole  otra,  y  dice  a  los  que  allí  ha- 
bía : 

— Este  andaba  con  Jesús  el  Naza- 
reno. 

"  Y  otra  vez  negó  con  juramento, 
diciendo  que 

— No  conozco  tal  hombre. 

73  De  allí  a  poco,  acercándose  los 
que  allí  estaban,  dijeron  a  Pedro  : 

— De  verdad  que  también  tú  eres 
de  ellos,  pues  tu  modo  de  hablar  le 
delata. 

"  Entonces  comenzó  a  echar  im- 


Y  al  punto  un  gallo  cantó. 

75  Y  acordóse  Pedro  de  la  palabra 
de  Jesús,  que  le  había  dicho  que 
«Antes  que  el  gallo  cante,  me  nega- 
rás tres  veces.»  Y  saliendo  afuera, 
lloró  amargamente. 


Segundo  interrogatorio.  27,  1-2 
(  =  Mc.  15,  1  =Lc.  22,  67-71  ;  23,  1 
=  Jn.  18-28) 


27 


1  Llegado  el  amanecer,  toma- 
ron consejo  todos  los  sumos 
sacerdotes  y  los  ancianos  del  pueblo 
contra  Jesús  ail  efecto  de  darle  muer- 
te ;  2  y  habiéndole  atado,  le  llevaron 
v  entregaron  a  Poncio  Pilato,  el  go- 
bernador. 


Desesperación  de  Judas.  27,  .-5-6 
(  =  Ac.  i,  18-19) 


*  Entonces  Judas,  el  que  le  entre- 
gó, viendo  que  Jesús  había  sido  sen- 


tenciado  a  muerte,  arrepentido,  de- 
volvió a  los  sumos  sacerdotes  y  a 
los  ancianos  los  treinta  siclos,  4  di- 
ciendo : 

— Pequé  entregando  sangre  ino- 
cente. 

Pero  ellos  dijeron  : 

— i  A  nosotros  qué  ?  Tú  lo  verás. 

"  Y  arrojando  en  el  santuario  los 
siclos,  se  retiró,  y,  marchándose  de 
allí,  se  ahorcó. 

"  Los  sumos  sacerdotes,  tomando 
los  siclos,  dijeron  : 

— No  es  lícito  echarlos  en  el  arca 
de  las  ofrendas,  pues  es  precio  de 
sangre. 


El  campo  de  sangre.  27,  7iio 
(  =  Ac.  i,  19) 


7  Y  habido  consejo,  compraron  con 
ellos  el  campo  del  alfarero  para  se- 
pultura de  los  forasteros.  8  Por  lo 
cual  aquel  campo  fué  llamado  hasta 
el  día  de  hoy  Campo  de  Sangre.  *  En- 
tonces se  cumplió  lo  anunciado  por 
el  profeta  Jeremías,  que  dice  :  «Y 
tomaron  los  treinta  siclos,  el  precio 
del  apreciado,  a  quien  apreciaron  los 
hi  jos  de  Israel.  "  Y  los  destinaron 
para  el  campo  del  alfarero,  según  lo 
que  me  ordenó  el  Señor»  (Jer.  32, 
6-9  ;  Zac.  11,  13). 


Jesús  ante  Pilato.  27,  11-14  (  =  Mc.  15 
2-5  =Lc.  23,  2-5  =Jn.  18,  28-38) 


"  Y  Jesús  compareció  delante  del 
gobernador,  y  le  interrogó  el  gober- 
nador diciendo  : 

— ¿Tú  eres  el  Rey  de  los  judíos? 

Jesús  le  dijo  : 

— Tú  lo  dices. 


cyj  '  Esta  secunda  sesión  se  tuvo  ya  de  día,  para  que  no  fuera  ilegal. 

*  '  Poncio  Pilato,  oobkrnador  de  la  Judea  desde  el  año  26,  residía  entonces  en 
la  llamada  Torre  Antonia,  construida  en  el  ángulo  NO.  de  la  explanada  del  templo. 

El  arrepentimiento  de  Judas  no  fué  leal,  como  el  de  Pedro;  por  esto  no  fué 
un  principio  de  rehabilitación,  sino  un  despecho  abrumador  que  le  hundió  en  el 
abismo  de  la  desesperación. 

wo  En  esta  cita  profética,  atribuida  a  Jeremías,  se  funden  en  uno  dos  textos  .  uno 
de  Jeremías  (32,  6-q)  y  otro  de  Zacarías  (11,  12-13).  La  atribución  a  Jeremías  está  Jus- 
tificada, por  corresponderá  a  él  1os  principales  ráseos  de  la  cita  y  por  ser  él  uno 
de  los  profetas  más  queridos  de  Israel. 

1'-'4  Esta  primera  presentación  ante  Pilato  contiene  dos  actos,  condensados  en  las 
dos  preguntas  del  juez.  A  la  primera,  hecha  en  secreto  dentro  del  pretorio,  contestó 
Jesús  con  la  afirmación  ;  a  la  segunda,  hecha  en  público,  con  el  silencio.  Con  esto 


-78- 


SAN  MATEO 


27  20:24 


M  Y  en  el  acto  de  ser  acusado  por 
los  sumos  sacerdotes  y  ancianos,  na- 
da respondió.  "  Entonces  dícele  Pi- 
lato  : 

— ¿No  oyes  cuántas  cosas  testifi- 
can contra  ti  ? 

11  Y  no  le  respondió  ni  a  una  sola 
palabra,  hasta  el  punto  de  maravi- 
llarse el  gobernador  en  extremo. 


¿Jesi'ts  o  Barrabás?  27,  15-18 
(  =  Mc.  15,  6-10  =Lc.  23,  13-17 
=Jn.  18,  39) 

"Cada  año,  por  la  fiesta,  acostum- 
braba el  gobernador  soltar  en  gracia 
del  pueblo  un  preso,  el  que  querían. 
*  Tenían  entonces  un  preso  notable, 
llamado  Barrabás.  "  Reunidos,  pues, 
ellos,  díjoles  Pilato  : 

— ¿  A  quién  queréis  que  os  suelte, 
a  Barrabás  o  a  Jesús,  llamado  el  Me- 
sías ? 

18  Porque  sabía  que  le  habían  en- 
tregado por  envidia. 


La  mujer  de  Pilato.  27,  19 


"  Mientras  estaba  él  sentado  en  el 
tribunal,  le  mandó  un  recado  su  mu- 
jer, diciendo  : 

— No  te  metas  con  ese  justo,  por- 
que he  sufrido  mucho  hoy  en  sueños 
con  motivo  de  él. 


Jesús  pospuesto  a  Barrabás.  27,  20-21 
(  =  Mc.  15,  11  =Lc.  23,  18-19 
=  Jn.  18,  40) 

"  Los  sumos  sacerdotes  y  los  an- 
cianos persuadieron  a  Jas  turbas  que 
iemandasen  a  Barrabás  y  que  a  Je- 
sús le  hiciesen  perecer.  a  Tomando 
la  palabra  el  gobernador,  les  dijo  : 

— ¿  A  quién  de  los  dos  queréis  que 
os  suelte  ? 

Ellos  dijeron  : 

— A  Barrabás. 

*¡Que  sea  crucificado!»  27,  22-23 
(  =  Mc.  15,  12-14  =Lc.  23,  20-23) 

-  Díceles  Pilato  : 

— ¿Qué  haré,  pues,  de  Jesús,  el 
llamado  Mesías  ? 
Dicen  todos  : 
— Que  sea  crucificado. 
23  El  dijo  : 

— Pues  ¿  qué  mal  ha  hecho  ? 
Mas  ellos  más  y  más  gritaban,  di- 
ciendo : 
— Que  sea  crucificado. 

Sentencia  de  cruz  y  flagelación.  27, 
24-26  (=Mc.  15,  15  =Lc.  23,  24-25 
=  Jn.  19,  1-16) 

44  Viendo  Pilato  que  nada  aprove- 
chaba, antes  bien  se  promovía  albo- 


cl  proceso  propiamente  dicho,  en  San  Mateo,  ha  terminado  ;  lo  que  sigue,  hasta  la 
sentencia,  es  un  pugilato  entre  el  juez,  que  desea  librar  a  Jesús,  y  el  pueblo,  que 
reclama  su  crucifixión. 

1  15  Sobre  el  hecho  de  soltar  un  preso  recoge  el  evangelista  varios  pormenores  . 
1)  que  se  hacía  cada  año  ;  2)  en  honor  de  la  fiesta  pascual  ;  3I  que  se  acostumbraba 
hacerlo  ;  .4»  que  el  cjue  propiamente  lo  soltaba  era  el  gobernador  ;  5)  que  se  hacía 

i     en  gracia  del  pueblo  ;  6)  que  el  agraciado  era  el  que  ellos  querían. 

17  La  designación  de  Barrabás  provenía  del  pueblo ;  la  de  Jesús  proviene  de  Pilato, 
que  por  este  medio  esperó  poder  librar  a  Jesús. 

18  A  la  envidia  de  los  jefes  quiere  oponer  el  favor  popular.  Fué  para  Jesús  una 
tremenda  humillación  ser  equipáralo  a  un  facineroso. 

a  Su  mujer  :  según  tradiciones  nosteriores,  se  llamaba  Procla  o  Prócula  y  estaba 
I  afiliada  al  judaismo.  Los  griegos  la  s-eneran  como  santa.  ||  En  sueños:  no  se  deseu- 
b  bre  en  ellos  ningún  indicio  de  esp'ntu  diabólico,  antes  varias  señales  de  buen  es- 
:¡  píritu.  El  efecto  del  recado  de  su  mujer  parece  no  fué  pequeño  en  el  ánimo  de  Pilato. 
ti  a>-23  Tres  preguntas  hace  Pilato,  que,  aunque  extrajudiciales,  decidieron  la  causa 
de  Jesús  ante  el  tribunal  humano  y  también  la  causa  de  los  judíos  ante  el  tribunal 
divino.  Por  tres  veces  responde  el  pueblo  judaico,  azuzado  por  sus  jefes,  demandando 
*     la  lioertad  para  un  asesino  y  la  muerte  de  cruz  para  su  Mesías. 

ji         H-x  Antes  de  pronunciarse  la  sentencia  se  presenta  el  problema  de  la  responsabi- 
lidad :  el  juez,  hipócritamente,  trata  de  esquivarla  ;  el  pueblo,  inhumanamente,  la 
la     asume  por  entero.  La  sangre  del  Justo,  Pilato  no  la  quiere  ver  en  sus  manos ;  los 
si    judíos  piden  que  caiga  sobre  sus  cabezas. 

r 

—  70  — 


27  25-30 


SAN  MATEO 


27  31-38 


roto,  tomando  agua,  se  lavó  las  ima- 
nos en  presencia  de  la  muchedum- 
bre, diciendo  : 

— Soy  inocente  de  esta  sangre ;  vos- 
otros lo  veréis. 

*  Y  respondiendo  todo  el  pueblo, 
dijo  : 

— Sea  su  sangre  sobre  nosotros  y 
sobre  nuestros  hijos. 

20  Entonces  les  soltó  a  Barrabás,  y 
a  Jesús,  después  de  azotarle,  lo  en- 
tregó para  que  fuera  crucificado. 


Coronación  de  espinas.  27,  27-30 
(  =  Mc.  15,  16-20  =Jn.  19,  2-3) 


81  Entonces  los  soldados  del  go- 
bernador, tomando  a  Jesús  y  con- 
duciéndole al  pretorio,  reunieron  en 
torno  de  él  toda  la  cohorte.  28  Y  ha- 
biéndole quitado  sus  vestidos,  le  en- 
volvieron en  una  clámide  de  grana, 
29  y  trenzando  una  corona  de  espinas, 
la  pusieron  sobre  su  cabeza,  y  una 
caña  en  su  mano  derecha  ;  y  do- 
blando la  rodilla  delante  de  El,  le 
mofaban,  diciendo  : 

— Salud,  Rey  de  los  judíos. 

3°  Y  escupiendo  en  El,  tomaron  la 
caña  y  le  daban  golpes  en  la  cabeza. 


En  el  Calvario:  crucifixión.  27,  31-38 
(  =  Mc.  15,  20-28  =Lc  23,  26-38  ' 
=  Jn.  19,  16-24) 

31  Y  cuando  le  hubieron  mofado,  le 
despojaron  de  la  clámide  y  le  vis- 
tieron sus  propios  vestidos,' y  le  lle- 
varon de  allí  a  crucificar 

32  Y  cuando  salían,  encontraron  un 
hombre  de  Cirene,  por  nombre  Si- 
món ;  a  éste  le  requirieron  para  que 
llevase  a  cuestas  su  cruz.  33  Y  llega- 
dos a  un  lugar  llamado  Gólgota,  que 
es  decir  Lugar  del  Cráneo,  34  le  die- 
ron a  beber  vino  mezclado  con  hiél  ; 
y  habiéndolo  gustado,  no  quiso  be- 
berle.  35  Y  una  vez  le  hubieron  cru- 
cificado, repartieron  entre  sí  sus  ves- 
tiduras echando  suertes.  M  Y,  senta- 
dos, le  guardaban  allí.  37  Y  por  en- 
cima de  su  cabeza  pusieron  escrita 
su  causa  : 

ÉSTE  ES  JESÚS, 
EL  REY  DE  LOS  JUDÍOS 

3S  Entonces  son  crucificados  con  El 
dos  ladrones,  uno  a  la  derecha  y  uno 
a  la  izquierda. 


28  Se  pronuncia  la  sentencia  y  se  procede  a  su  ejecución. — Con  una  sola  palabra 
menciona  el  evangelista  el  horrible  suplicio  de  la  flagelación.  Bastaba  esta  palabra 
para  los  contemporáneos,  que  conocían  la  ignominia  y  la  crueldad  de  este  tormento. 
Conforme  al  uso  romano,  la  flagelación  hubo  de  ser  pública. 

2'-30  Esta  lastimosa  escena,  previa  una  introducción,  consta  de  dos  partes  :  la  im. 
posición  de  las  insignias  reales,  los  homenajes  de  los  soldados  al  Rey  de  los  judíos. 

27  Los  soldados  :  ellos  fueron  Jos  autores  de  este  suplicio,  aunque  no  sin  conni- 
vencia del  juez.  ||  Al  pretorio  :  «dentro  del  atrio»  del  pretorio  (Me.  15,  16). 

"  La  CLÁMIDE  militar  era  una  pieza  cuadrada  de  tela  que  se  prendía  al  hombro 
derecho.  Su  color  era  de  grana  :  rojo  más  claro  que  el  de  la  púrpura. 

28  La  corona  era,  probablemente,  no  un  simple  aro,  sino  un  capacete.  ||  Las  es- 
pinas parece  fueron  de  azufaifo. 

M  El  irrisorio  homenaje  comienza  con  un  doble  sarcasmo  (acatamiento  y  salu- 
tación) y  acaba  con  una  doble  crueldad  (de  afrenta  y  de  dolor). 

tum  ei  orden  con  que  se  describe  la  crucifixión  es,  en  parte  a  lo  menos,  más 
bien  lógico  que  histórico. 

33  El  Gólgota  o  Calvario  parece  era  así  llamado  por  ser  una  prominencia  rocosa 
que  recordaba  el  cráneo. 

31  El  vino  mezclado  con  hiél  o  tyino  mirrado»  (Me.  15,  23)  (o  aromatizado)  solía 
darse  a  los  sentenciados  a  muerte  como  narcótico. 

33  La  forma  de  la  cruz  fué  la  llamada  cruz  latina  («immissa»),  que  constaba  de 
un  poste  vertical  y  un  travesano  horizontal  en  la  parte  superior  del  poste.  Solía  tam- 
bién ajiadirse  hacia  la  mitad  del  poste  'un  saliente  o  palo  fijado,  sobre1  el  cual  se 
apoyaba  el  cuerpo. 

37  El  título  de  la  cruz  conservado  por  San  Mateo,  si  no  es  la  fórmula  misma  de 
la  inscripción,  expresa  los  dos  elementos  esenciales  de  su  contenido  :  el  nombre  del 
reo  y  la  causa  de  su  condenación  a  muerte. 


-80- 


27  33-44 


SAN  MATEO 


27  45-52 


Agonía  ultrajada.  27,  39-44  {  =  Mc.  15, 
29-32  =Lc.  23,  35-43) 

19  Y  los  que  por  allí  pasaban  le  ul- 
trajaban moviendo  sus  cabezas,  40  y 
diciendo  : 

— Tú,  el  que  destruye  el  santuario 
y  en  tres  días  le  reedifica,  sálvate  a 
ti  mismo,  si  es  que  eres  Hijo  de 
Dios,  y  baja  de  la  cruz. 

41  De  semejante  manera  también 
los  sumos  sacerdotes,  a  una  con  los 
escribas  y  ancianos,  en  son  de  burla 
decían  : 

"  — A  otros  salvó,  a  sí  mismo  no 
puede  salvarse  ;  Rey  es  de  Israel  : 
baje  ahora  de  la  cruz,  y  nos  com- 
prometemos a  creer  en  él.  43  Ha  pues- 
to en  Dios  su  confianza:  líbrele  aho- 
ra, si  de  verdad  le  quiere ;  como  que 
dijo  :  «De  Dios  soy  hijo.» 

41  Otro  tanto  también  los  ladrones 
que  con  él  habían  sido  crucificados 
le  ultrajaban. 


Desamparo  y  muerte  del  Redentoi. 
27.  15-50  (  =  Mc.  15,  33-37  =Lc.  23, 
44-45  =j*.  19.  28-30) 

45  Desde  la  hora  sexta  hubo  tinie- 
blas sobre  toda  la  tierra  hasta  la 
hora  nona.  46  Y  hacia  la  hora  nona 
clamó  Jesús  con  gran  voz,  diciendo  : 
tEU,  Elí,  lemá  sabakhthánh,  esto  es, 
«Dios  mío,  Dios  mío,  ¿  por  qué  me 
desamparaste?»  (Sal.  21,  2).  *  Algu- 
nos de  los  que  allí  estaban,  al  oírlo 
decían  :  «A  Elias  llama  éste.»  tó  Y 
al  punto,  corriendo  uno  de  ellos  y 
tomando  una  esponja  y  empapándo- 
la  en  vinagre  e  introduciendo  en  ella 
una  caña,  le  daba  de  beber.  "  Mas 
los  demás  decían  : 

— Deja,  veamos  si  viene  Elias  a 
salvarle. 

60  Mas  Jesús,  habiendo  clamado  con 
gran  voz,  exhaló  el  espíritu. 

Honras  fúnebres.  27,  51-56  (  =  Mc.  15, 
38-41  =Lc.  23,  45-49) 

Y  he  aquí  que  el  velo  del  santua- 
rio se  rasgó  en  dos  de  arriba  abajo,  y 
la  tierra  tembló,  y  las  peñas  se  hen- 
dieron, 53  y  los  monumentos  se  abrie- 


Tres  géneros  de  personas  ultrajaron  la  agonía  de  Jesús  :  los  que  pasaban 
junto  a  la  cruz,  los  sanhedritas  y  los  ladrones.  Las  palabras  de  los  sanhedritas,  re- 
producción de  las  que  en  los  Salmos  (21,  9)  y  en  la  Sabiduría  (z,  13-1S)  dirigen  lo* 
impíos  contra  el  Justo,  más  que  insultos,  son  el  cumplimiento  de  una  profecía  me- 
siánica. 

44  tLos  ladrones»  parece  plural  de  categoría.  Aunque  110  imposible,  no  es  verosí- 
mil que  el  buen  ladrón  poco  antes  de  confesar  la  inocencia  y  realeza  de  Jesús  le 
insultase. 

45-60  Como  antecedentes  inmediatos  de  la  muerte  se  mencionan  las  tinieblas  y  la 
voz  de  Jesús  con  el  episodio  a  que  dió  ocasión. 

*  Las  tinieblas  fueron  probablemente  un  siroco  de  extraordinaria  oscuridad  o  sim- 
plemente una  acumulación  de  nubes  espesísimas,  que  entenebrecieron  el  horizon- 
te. ||  La  expresión  toda  la  tierra  parece  debe  entenderse  en  sentido  restringido. 

44  Las  palabras  de  Jesús,  tomadas  del  Salmo  zi,  son  a  la  vez  expresión  de  sus 
sentimientos  y  cumplimiento  de  una  profecía  mesiánica.  Quien  habla  no  es  precisa, 
mente  la  humanidad,  que  se  dirija  al  Verbo,  sino  la  persona  del  Mesías,  el  Hijo  de 
Dios,  que,*en  cuanto  hombre,  se  dirige  al  Padre  celestial  para  manifestarle  la  desola- 
ción y  el  desamparo  de  su  Corazón. 

*'  Las  palabras  de  Jesús  Eli,  Elí,  mal  entendidas,  fueron  ocasión  de  que  algunos 
supusieran  que  llamaba  a  Elias. 

48  El  motivo  de  ofrecer  al  Señor  la  esponja  empapada  en  vinagre  fué  la  palabra 
cTengo  sed»  (Jn.  19,  281,  que  Jesús  acababa  de  proferir. 

50  Sin  exclamaciones,  sin  lamentos,  sin,  censuras,  sin  contemplaciones  teológicas, 
consigna  el  evangelista  la  muerte  del  Redentor.  ¡  Divina  sencillez  en  referir  el  hecho 
más  trascendental  de  la  historia  humana !  Es  el  sello  inconfundible  de  la  verdad. 

61  El  velo  del  saniuario  :  había  dos  velos  en  el  santuario  de  Jerusalén  :  uno  que 
separaba  el  vestíbulo  del  Lugar  Santo,  otro  que  separaba  el  Santo  del  Santísimo.  La 
opinión  más  común  y  más  fundada  es  que  el  velo  rasgado  era  el  segundo,  el  más 
importante  y  significativo. 

52  La  «pertura  de  los  monumentos  parece  fué  efecto  del  temblor  de  tierra,  acaecido 
inmediatamente  después  de  la  muerte  del  Señor.  En  cambio,  la  resurrección  de  los 
muertos  hubo  de  seguir  a  la  resurrección  del  que  es  «Primogénito  de  entre  los  muer- 
tos» (Col.  1,  18),  y  parece  que  fué,  como  la  de  Jesús,  para  una  vida  inmortal.  Entre 
los  muchos  que  entonces  resucitaron  es  verosímil  se  hallase  San  José. 


—  8l  — 


27  53-59 


SAN  MATEO 


27  60-66 


ron,  y  muchos  cuerpos  de  los  santos 
que  descansaban  resucitaron,  53  y  sa- 
liendo de  los  monumentos  después 
de  la  resurrección  de  Jesús  entraron 
en  la  santa  ciudad  y  se  aparecieron 
a  muchos. 

M  El  centurión  y  los  que  con  él 
estaban  guardando  a  Jesús,  viendo  el 
temblor  y  las  cosas  que  pasaban,  se 
amedrentaron  terriblemente,  y  de- 
cían : 

— -Verdaderamente  Hijo  de  Dios  era 
éste. 

55  Estaban  allí  unas  mujeres  miran- 
do desde  lejos,  las  cuales  habían  se- 
guido a  Jesús  desde  Galilea  sirvién- 
dole ;  156  entre  las  cuales  estaba  María 
la  Magdalena  y  María  la  madre  de 
Santiago  y  de  José  y  la  madre  de 
los  hijos  de  Zebedeo. 


Sepultura  27,  57-61  (  =  Mc.  15,  42-47 
=  Lc.  23,  50-56  =Jn.  19,  38-42) 

51  Llegado  el  atardecer,  vino  un 
hombre  rico  de  Arimatea,  por  nom- 
bre José,  que  también  él  había  sido 
discípulo  de  Jesús  ;  68  éste  presen- 
tándose a  Pilato  demandó  el  cuerpo 
de  Jesús.  Entonces  Pilato  dió  orden 
que  se  le  entregase.  68  Y  tomando  el 


cuerpo  José  lo  envolvió  en  una  sá- 
bana limpia,  '"y  lo  depositó  en  su 
propio  sepulcro,  nuevo,  que  había 
excavado  en  la  peña,  y  habiendo 
hecho  rodar  una  gran  losa  hasta  la 
entrada  del  monumento,  se  retiró. 
™  Estaban  allí  María  la  Magdalena  y 
la  otra  María  sentadas  frente  al  se- 
pulcro. 


Guardia  en  el  sepulcro.  27,  62-66. 


ea  Al  día  siguiente,  que  es  después 
de  la  Parasceve,  reunidos  los  sumos 
sacerdotes  y  los  fariseos,  se  presen- 
taron a  Pilato,  63  diciendo  : 

— Señor,  hemos  recordado  que  aquel 
embaucador,  viviendo  aún,  dijo  :  «Des- 
pués de  tres  días  resucito.»  N  Man- 
da, pues,  que  quede  asegurado  el  se- 
pulcro hasta  el  día  tercero,  no  suceda 
que  viniendo  sus  discípulos  le  hur- 
ten y  digan  al  pueblo  :  «Resucitó  de 
entre  los  muertos»,  y  será  el  último 
engaño  peor  que  el  primero.» 

65  Díjoles  Pilato  : 

— Ahí  tenéis  guardia  ;  id  y  asegu- 
radle conforme  sabéis. 

66  Ellos  fueron  y  aseguraron  bien 
el  sepulcro,  tras  de  sellar  la  losa,  po- 
niendo guardia. 


w  Esta  confesión  de  los  soldados  es  otro  prodigio,  de  orden  moral. 
61  Llegado  el  atardecer  :  pero  antes  de  comenzar  el  sábado.  Podrían  ser  las  cuatro 
o  cinco  de  la  tarde. 

68  La  osadía  que  no  tuvo  José  para  declararse  discípulo  del  gran  taumaturgo,  la 
tuvo  ahora  para  presentarse  como  partidario  del  Crucificado. 

t*-*0  Cuatro  actos  indica  el  evangelista  :  el  descendimiento  de  la  cruz,  la  mortaja, 
la  sepultura,  la  colocación  de  la  losa.  El  sepulcro  distaba  del  lugar  de  la  crucifixión 
unos  cuarenta  metros.  La  losa  era  parecida  a  una  rueda  de  molino,  que  tendría  como 
un  metro  de  diámetro.  Como  la  ranura  en  que  se  movía  estaba  en  declive,  con 
poco  esfuerzo  pudo  arrimarse  a  la  entrada  del  sepulcro,  haciéndola  rodar. 

M  Las  piadosas  mujeres  habían  acompañado  la  fúnebre  comitiva  desde  la  cruz  al 
sepulcro.  Una  vez  llegadas,  después  de  ayudar  tal  vez  a  los  varones  en  lo  que  pu- 
dieron, se  sentaron  frente  al  sepulcro  para  contemplar  la  sepultura  del  adorado 
Maestro.  Entre  ellas  se  hallaba,  aunque  no  lo  digan  explícitamente  los  evangelistas, 
la  Madre  de  Jesús.  La  que  tuyo  ánimo  para  asistir  a  la  agonía  mortal  del  Hijo,  no 
pudo  abandonarle  antes  de  la  sepultura. 

Cuatro  puntos  señala  el  evangelista  :  a)  la  presentación  de  los  sanhedritas  al 
gobernador  ;  b)  la  demanda  razonada  que  le  hacen  ;  c)  la  concesión  de  Pilato  ;  d)  su 
ejecución.  La  presentación  fué  el  sábado,  en  que  ellos  probablemente  celebraban  la 
Pascua.  La  demanda  revela  en  los  sanhedritas  honda  preocupación.  La  concesión 
de  Pilato  está  salpicada  de  fina  ironía.  En  la  ejecución  se  precisan  las  dos  provi- 
dencias que  tomaron  para  asegurar  el  sepulcro  :  el  sello  de  la  losa  y  La  guardia. 
Esas  precauciones,  destinadas  a  prevenir  el  hurto  del  cadáver,  habían  de  servir  para 
que  la  desaparición  del  cadáver  no  pudiera  atribuirse  a  fraude  o  violencia.  Aouel 
sello  había  de  sellar  la  verdad  de  la  resurrección.  Al  testimonio  de  los  discípulos, 
que  luego  afirmaron  el  hecho  de  la  resurrección,  no  pudieron  oponer  los  judíos  la 
presentación  del  cadáver,  que  ellos  mismos  se  habían  encargado  de  custodiar  con 
todas  las  de  la  ley. 


28  i-? 


SAN  MATEO 


28  8-n 


G  1  o  r  i  f  i 

/;/  ángel  mensajero  de  la  resurrec- 
ción. 28,  i-8  (  =  Mc.  16,  1-18  =Lc.  24, 

1-11  =Jn.  20,  1-2) 
eyo   1  Pasado  el  sábado,  cuando  al- 

boreaba  el  primer  día  de  la  se- 
mana, vino  María  de  Magdalena  y  la 
otra  María  a  ver  el  sepulcro.  *  De 
pronto  se  produjo  un  gran  temblor 
de  tierra,  pues  un  ángei  del  Señor, 
bajando  del  cielo  y  acercándose,  hizo 
rodar  de  su  sitio  la  losa,  y  se  sentó 
sobre  ella.  3  Era  su  aspecto  como  re- 
lámpago, y  su  vestidura  blanca  co- 
mo la  nieve.  4  Del  miedo  de  él  se 
pusieron  a  temblar  los  guardias  y 
quedaron  como  muertos.  6  Tomando 
la  palabra  el  ángel,  dijo  a  las  mu- 
jeres : 

— Xo  tengáis  miedo  vosotras,  que 
ya  sé  que  buscáis  a  Jesús  el  cruci- 
ficado ;  8  no  está  aquí  ;  resucitó,  co- 
mo dijo.  Venid,  ved  el  luajar  donde 
estuvo  puesto.  '  Y  marchando  a  toda 
prisa,  decid  a  sus  discípulos  que  re- 
sucitó de  entre  los  muertos,  y  he 
aquí  que  se  os  adelanta  en  ir  a  Ga- 
lilea :  allí  le  veréis.  Conque  os  lo 
tengo  dicho. 


c  a  c  i  ó  n 

8  Y  partiendo  a  toda  prisa  del  mo- 
numento, con  temor  y  grande  gozo 
corrieron  a  dar  la  nueva  a  sus  dis- 
cípulos. 


Aparición  a  ¡as  piadosas  mujeres. 
28,  9-10 

8  De  pronto  les  salió  Jesús  al  en- 
cuentro, diciendo  : 

—  ¡  Dios  os  guarde  ! 

Ellas,  llegándose,  se  abrazaron  a 
¿us  pies  y  le  adoraron.  10  Entonces 
díceles  Jesús  : 

— No  temáis  :  id,  anunciad  a  mis 
hermanos  que  se  vayan  a  Galilea,  y 
allí  me  verán. 


La  guardia  del  sepulcro,  sobornada. 
28,  11-15 

11  Mientras  las  mujeres  iban,  he 
aquí  que  algunos  de  la  guardia,  vi- 
niendo a  la  ciudad,  dieron  aviso  a 


OO  '-^  Este  relato  de  la  resurrección  de  Jesús  comprende:  el  mensaje  del  ángel  (1-8)  ¡ 
la  aparición  privada  a  las  mujeres  (9-101  ;  la  aparición  oficial  a  los  Once  (16-20I. 
Entre  las  dos  apariciones  se  intercala  el  soborno  de  los  guardas  (11-15).  La  notab'e 
parsimonia  de  este  relato  es  la  más  firme  garantía  de  su  verdad.  Si  la  creencia  en  la 
resurrección  de  Jesús  hubiera  sido  fruto  de  alucinaciones  o  visiones  fantásticas,  en 
yez  de  estas  narraciones  concretas  y  realistas  tendríamos  difusas  especulaciones  sobre 
la  persona  del  resucitado,  objeto  de  semejantes  visiones  deslumbradoras  o  crepuscu- 
lares. Por  lo  demás,  la  resurrección  dentro  de  la  vida  del  Salvador  forma  categoría 
aparte.  Los  Apóstoles  eran  ante  todo  «testigos  de  la  resurrección»  de  Jesús  lAc.  t,  22; 
4.  2  ;  4.  33l  :  de  aquí  que  ésta  era  la  primera  verdad  cristiana  que  ellos  anunciaban 
y  demostraban.  Una  vez  admitida  esta  verdad,  se  procedía  en  la  catequesis  oral  a 
completar  la  instrucción  de  los  neófitos  con  el  relato  de  la  vida  de  Jesús  anterior 
a  la  resurrección,  no  incluida,  por  tanto,  en  la  tradición  oral  del  Evangelio. 

1  El  primer  día  be  la  semana  :  el  que  muy  pronto,  por  razón  de  la  resurrección, 
se  llamó  domingo  o  día  del  Señor. 

6  No  está  aout  :  magnífica  antítesis  de  los  epitafios  grabados  en  los  sepulcros  hu 
manos  :  aquí  yace. 

•  A  Galilea  :  allí  había  de  ser  la  aparición  oficial,  mejor  que  entre  las  zozobras 
y  alborotos  de  Jerusalén. 

»"10  Se  ha  pretendido  identificar  esta  narración  con  la  de  San  Juan  referente  a  la 
aparición  a  María  Magdalena.  ¿Fundamentos?  Dos:  el  prurito  de  evitar  los  dupli- 
cados evangélicos  y  la  aplicación  del  llamado  plural  de  categoría.  El  primero  supone 
que  se  trata  de  hechos  naturalmente  conciliables  ;  el  segundo  está  sujeto  a  ciertos 
límites.  Pero  en  el  caso  presente  se  trata  de  dos  narraciones  irreductibles,  y  los 
numerosos  plurales  de  la  relación  de  San  Mateo  no  sufren  el  tratamiento  de  cate- 
goría. Sobre  todo,  el  intento  de  identificación  deja  muy  malparada  la  verdad  de  uno 
de  los  dos  evangelistas. 

u-15  Explica  San  Mateo  el  origen  del  absurdo  rumor  que  corrió  entre  los  judíos 
de  que  el  cadáver  de  Jesús,  desaparecido,  había  sido  hurtado  por  los  discípulos. 
¡Testimonio  de  testigos  dormidos!  No  son  más  verosímiles  otras  explicaciones  na- 
turales y  científicas  de  la  fe  en  la  resurrección  de  Jesús.  La  resurrección  de  Jesús 
es  un  hecho  que  la  historia  y  la  ciencia  no  pueden  recusar.  Y  admitida  la  resurrec- 
ción, lógicamente  hay  que  admitir  la  verdad  del  cristianismo. 


-83- 


28  12-15 


SAN  MATEO 


28  16-20 


los  sumos  sacerdotes  de  todo  lo  ocu- 
rrido. 12  Ellos,  reunidos  con  los  an- 
cianos, y  habido  consejo,  dieron  una 
buena  suma  de  dinero  a  los  solda- 
dos, 13  diciéndoles  : 

— Decid  que  «vinieron  sus  discí- 
pulos de  noche  y  lo  hurtaron,  mien- 
tras nosotros  dormíamos».  14  Y  si  eso 
llegare  a  oídos  del  procurador,  nos- 
otros le  convenceremos,  y  haremos 
que  nadie  os  inquiete. 

u  Ellos,  tomando  los  dineros,  obra- 
ron conforme  a  las  instrucciones  re- 
cibidas. Y  se  esparció  semejante  ru- 


mor entre  los  judíos  hasta  el  día  de 
hoy. 

Transmisión  de  poderes  a  los  após- 
toles. 28,  16-20  (=Mc.  16,  15-18 
=  Lc.  24,  44-49) 

10  Los  once  discípulos  se  fueron  a 
Galilea,  al  monte  donde  Jesús  les 
había  ordenado.  17  Y  en  viéndole,  le 
adoraron  :  ellos  que  antes  habían  du- 
dado. 18  Y  acercándose  Jesús,  les  ha- 
bló diciendo  : 


Me  fué  dada  toda  potestad  en  el  cielo  y  sobre  la  tierra. 
"  Id,  pues,  y  amaestrad  a  todas  las  gentes, 

bautizándoles  en  el  nombre  del  Padre  y  del  Hijo  y  del  Espíritu  Santo, 

'M  enseñándoles  a  guardar  todas  cuantas  cosas  os  ordené. 

Y  sabed  que  estoy  con  vosotros 

todos  los  días  hasta  la  consumación  de  los  siglos. 


16~M  Lo  esencial  de  este  final  del  primer  Evangelio  es  la  comunicación  de  sus  po- 
deres soberanos  y  las  últimas  instrucciones  que  el  Señor  da  a  los  Apóstoles. 

n  Ellos,  que  antes  habían  dudado  :  alusión  a  las  primeras  dudas  que  habían  te- 
nido los  Apóstoles,  disipadas  luego  por  la  evidencia  de  los  hechos. 

u  Me  fué  dada  toda  potestad  :  reivindica  para  sí  el  Señor  la  potestad  soberana 
y  universal,  como  fiase  jurídica  de  la  misión  que  va  a  confiar  a  sus  «Enviados».  Al 
usar  de  esta  potestad  soberana,  sustrae  sus  Enviados  en  el  ejercicio  de  su  misión 
a  toda  autoridad  terrena. 

19  Id:  es  el  imperativo  y  como  la  investidura  de  la  misión.  ||  Id,  pues:  la  par- 
tícula ilativa  presenta  la  misión  de  los  Apóstoles  como  derivada  de  la  potestad 
soberana  de  quien  los  envía.  ¡|  Amaestrad:  otro  imperativo,  que  constituye  a  los 
Apóstoles  maestros  autorizados  y  los  inviste  de  la  función  docente  para  enseñar  la 
verdad  revelada;  enseñanza  que  nadie  puede  impedir  ni  recusar.  ||  Id,  pues,  y  amaes- 
trad :  el  acoplamiento  de  los  dos  imperativos  postula  como  función  normal  y  prin- 
cipal de  los  Apóstoles  110  la  enseñanza  escrita,  sino  la  personal  y  oral.  Que  no  crea 
el  Señor  un  colegio  de  escritores,  ni  menos  una  sociedad  bíblica,  sino  un  cuerpo  de 
maestros  que,  recorriendo  personalmente  todo  el  mundo,  han  de  enseñar  de  palabra 
la  verdad  revelada.  La  economía  normal  de  la  enseñanza  apostólica  será  el  magiste- 
rio oral,  la  tradición  apostólica.  ||  Bautizándolos:  el  bautismo  en  agua  y  Espíritu 
Santo  será  el  rito  externo  con  que  los  hombres  manifestaran  su  aceptación  de  la 
enseñanza  apostólica  y  serán  incorporados  a  la  Iglesia.  ||  En  el  nombre  del  Padre 
y  del  Hijo  y  del  Espíritu  Santo  :  al  prescribir  la  fórmula  sacramental  del  bautismo, 
condensa  el  Maestro  la  fe  cristiana  en  el  misterio  de  la  augusta  Trinidad.  ||  EN  El 
nombre,  en  singular,  expresa  la  unidad  de  naturaleza  del  Padre,  del  Hijo  y  del  Es- 
píritu Santo.  Pero  sin  detrimento  de  la  unidad  son  tres  :  tres  personas,  divinas, 
distintas,  iguales.  Puestos  los  tres  en  una  serie  ternaria  homogénea,  de  igual  cate- 
goría :  si  persona,  y  divina,  y  distinta,  es  el  Padre,  personas  divinas  y  distintas  son 
igualmente  el  Hijo  y  el  Espíritu  Santo;  y  la  uniformidad  de  la  serie  declara  su  más 
perfecta  igualdad.  Y  los  tres  son  un  solo  principio  de  regeneración  sobrenatural  y  de 
vida  divina. 

20  Enseñándolos  a  guardar  :  no  solamente  las  verdades  que  deben  creer,  sino 
también  los  preceptos  que  deben  observar.  Con  esto  quedan  los  Apóstoles  constituí- 
dos  maestros  no  sólo  de  la  fe,  sino  también  de  la  moral.  ||  Todas  cuantas  cosas  os 
ordené  :  no  solamente  los  misterios  de  la  fe  y  los  preceptos  morales,  sino  también 
la  constitución  jerárquica  de  la  Iglesia,  la  celebración  del  sacrificio  eucarístico,  la 
administración  de  los  sacramentos,  y  generalmente  todo  cuanto  atañe  al  buen  régi- 
men de  la  Iglesia  ;  todo  lo  cual,  a,unque  no  consignado  en  la  Escritura,  se  conservó 
por  medio  de  la  tradición.  1 1  Estoy  con  vosotros  :  promete  el  Señor  su  asistencia 
perenne  en  la  Tglesia.  Esta  presencia  es  triple  :  jurídica,  en  la  persona  de  sus 
representantes  jerárquicos ;  sacramental,  en  la  Eucaristía  ;  espiritual,  con  su  divino 
Espíritu.  Y  esta  presencia  será  asistencia  activa,  con  que  los  iluminará  en  la  plena 
inteligencia  de  la  verdad,  los  guiará  por  el  camino  de  la  santidad  y  los  protegerá 
contra  los  asaltos  de  las  puertas  del  infierno  :  presencia  incesante,  todos  los  días  ; 
presencia  eterna,  hasta  la  consumación  de  los  siglos. 


-84- 


INTRODUCCION 
A.  L  EVANGELIO  DE  SAN  MARCOS 


L  autor. — Juan,  apellidado  Marcos  (Ac.  12,  12;  12,  25;  75,  57/,  o  sim- 


plemente Juan  (Ac.  75,  5;  1 3,  75),  era  más  generalmente  designado 


por  el  apellido  romano  de  Marcos  (Ac.  75,  39;  Col.  4,  10;  2  Tim.  4, 
1;  Flm.  24;  1  Pe.  5,  13).  Era  primo  de  Bernabé  (Col.  4,  10).  Su  madre 
;e  llamaba  María,  a  cuya  casa  se  dirigió  San  Pedro  al  ser  liberado  de  la 
-.árccl  (Ac.  12,  12).  Esta  casa,  según  todas  las  probabilidades,  era  el 
'cuácalo,  donde  se  celebró  la  últi'ma  Cena  (Me.  14,  15;  Le.  22,  12)  y 
idondc  se  recogieron  los  discípulos  después  de  la  Ascensión  del  Señor 
'Ac.  1,  73;  2,  2),  y  fué  contó  la  sede  de  la  primitiva  Iglesia  de  Jerusa- 
én  (Ac.  4,  23;  4,  37;  5,  42;  12,  12).  • 

Se  cree,  a  lo  que  parece,  con  razón,  que  aquel  joven  «envuelto  en  una 
úba>ia»  (Me.  14,  57-52),  que  en  Getsemaní  fué  asido  por  los  satélites 
f  «desnudo  se  escapó  de  ellos»,  no  era  otro  que  el  mismo  Marcos,  único 
\uc  refiere  este  episodio.  Acompañó  con  Bernabé  a  Pablo  en  su  primera 
nisión  (Ac.  13,  ¡);  mas  pronto  se  retiró  (Ac.  73,  73).  En  la  segunda  mi- 
tón, Bernabé  quería  llevarle  otra  vez  consigo;  pero  Pablo  no  lo  consin- 
ió.  Entonces  Bernabé,  «lomando  a  Marcos»  y  separándose  de  Pablo,  «se 
•mbarcó  para  Chipre»  (Ac.  75,  37-39).  Más  tarde  se  le  halla  con  Pablo 
Jurante  su  primera  prisión  romana  (Col.  4,  10-11;  Flm.  24),  y>poco  des- 
pués con  Pedro,  que  le  llama  cariñosamente  «su  hijo»  (1  Pe.  5,  73).  Sobre 
H  escribía  Pablo  durante  su  segunda  prisión  romana  a  Timoteo:  «A  Mar- 
:os  tómale  y  tráete  contigo,  pues  me  va  a  ser  útil  para  el  ministerio» 
'2  Tim.  4,  11).  Según  la  tradición,  Marcos  fué  quien,  enviado  por  Pedro, 
'undó  la  Iglesia  de  Alejandría.  La  misma  tradición  le  llama  «intérprete 
le  Pedro». 

Su  obra. — La  obra  o  labor  literaria  de  San  Marcos  en  ¡a  composición 
le  su  Evangelio  fué  mínima.  Sería,  sin  duda,  exagerado  decir  que  el 
egundo  Evangelio  es  el  disco  fonográfico  de  la  catcquesis  evangélica  de 
■>an  Pedro;  pero  tampoco  puede  negarse  que  ¡as  actividades  que  princi- 
palmente puso  en  juego  el  intérprete  de  Pedro  fueron  su  memoria  y  su 
Huma.  En  absoluto  el  segundo  Evangelio  pudo  haberse  obtenido  con  la 
•scritura  estenográfica ;  como  que  en  sustancia  no  es  sino  la  transposi- 
ción gráfica  del  Evangelio  oral  de  San  Pedro.  Con  todo,  la  labor  de  San 
Tarcos  no  fué  puramente  mecánica  ni  ininteligente.  Él,  que,  además  de 
yedro,  había  oído  frecuentemente  a  Bernabé  y  a  Pablo  y  se  había  ejer- 
itado  también  en  la  predicación  evangélica,  se  allanó  modesta  y  abne- 
'adamente  a  reproducir  la  predicación  de  Pedro  en  su  forma  romana. 


-85- 


SAN  MARCOS 


Esta  humilde  fidelidad,  empero,  no  impidió  que  la  catcquesis  de  Pedro 
se  matizase  aquí  y  allá  de  ciertas  reminiscencias  paulinas. 

Destinatarios  y  objeto. — San  Marcos  escribió  su  Evangelio  movido 
por  las  instancias  de  los  fieles  de  Roma,  en  su  mayoría  gentiles,  que  vi- 
vamente se  lo  rogaron,  deseosos  de  conservar  por  escrito  la  predicación 
oral  de  San  Pedro.  Los  frecuentes  latinismos,  además  de  otros  indicios, 
confirman  este  origen  romano  del  segundo  Evangelio.  Dirigido  princi- 
palmente a  gentiles,  pone  de  relieve,  más  que  la  mesianidad,  la  divina 
filiación  de  Jesús.  De  ahí  la  cabida  que  en  él  se  da  a  la  narración  de  los 
milagros,  y  singularmente  a  la  expulsión  de  los  demonios. 

Plan. — Ya  los  antiguos  advirtieron  la  sencillez  del  plan  seguido  por 
San  Marcos,  ajeno  enteramente  a  aquellas  ordenaciones  o  composiciones 
sistemáticas,  que  pusieron  de  su  parte  San  Mateo  y  San  Lucas.  El  plan 
de  San  Marcos,  como  el  de  la  predicación  oral  de  San  Pedro,  es  pura- 
mente itinerario  y,  consiguientemente ,  cronológico.  En  esta  fidelidad 
cronológica  consiste  en  gran  parte  el  valor  que  para  nosotros  tiene  el 
segundo  Evangelio.  San  Marcos,  combinado  con  San  Juan,  ha  de  ser  ta 
base  de  la  ordenación  cronológica  de  los  Evangelios. 

Integridad. — Algunos  críticos  han  dudado  de  la  autenticidad  del  lla- 
mado final  de  Marcos.  La  diferencia  de  estilo  de  los  últimos  versículos 
(ib,  Q-20),  que  ha  dado  pie  a  estas  dudas,  se  explica  perfectamente.  Has- 
ta ib,  8,  Marcos  reproduce  la  predicación  de  Pedro  con  su  estilo  popular, 
vivo  y  dramático;  desde  ib,  9,  escribe  ya  Marcos  por  su  cuenta  y  cov. 
su  estilo  propio,  que  no  es  el  de  Pedro.  Como  la  predicación  oral  no 
incluía  el  relato  de  la  resurrección,  San  Marcos  quiso  añadirlo,  para  no 
dejar  mutilado  su  Evangelio. 


-86- 


11-14 


SAN  MARCOS 


1  10-15 


EVANGELIO  DE  SAN  MARCOS 


Período  de  preparación 

Ministerio  del  Precursor,  i,  i-8  (  =  Mt.  3,  1-12  =Lc.  3,  1-18) 

1  Comienzo  del  Evangelio  de  Jesu-Cristo,  Hijo  de  Dios.  :  Como  está 
escrito  en  el  profeta  Isaías  : 

Mira,  envío  mi  mensajero  delante  de  tu  faz, 
el  cual  aparejará  tu  camino  (Mal.  3,  1). 
*  Voz  de  uno  que  clama  en  e'  desierto : 
preparad  el  camino  del  Señor, 
enderezad  sus  sendas  (Is.  40,  3) ; 


*  se  presentó  Juan  el  Bautista  en 
el  desierto  predicando  bautismo  de 
penitencia  para  remisión  de  los  pe- 
cados. 5  Y  salía  a  El  toda  la  región 
de  la  Judea  y  los  jerosolimitanos 
todos,  y  eran  bautizados  por  él  en 
el  río  Jordán,  confesando  sus  peca- 
dos. *  Y  andaba  Juan  vestido  de  pe- 
los de  camello  con  una  faja  de  cue- 
ro en  torno  de  sus  lomos,  y  comía 
langostas  y  miel  silvestre.  7  Y  pre- 
dicaba diciendo  :  «Viene  detrás  de 
mí  el  que  es  más  fuerte  que  vo, 
ante  quien  no  soy  digno  de  desatar 
agachado  la  correa  de  sus  zapatos. 
6  Yo  os  bauticé  con  agua,  mas  El  os 
bautizará  en  Espíritu  Santo.» 

Bautismo  de  Jesús.  1,  9-11  (  =  Mt.  3, 
13-17  =Lc.  3,  21-22  =Jn.  1,  31-34) 

'  Y  aconteció  por  aquellos  días  que 
vino  Jesús  desde  Nazaret  de  Galilea 


v  fué  bautizado  en  el  Jordán  por 
Juan.  10  Y  al  punto  subiendo  del 
agua,  vió  rasgarse  los  cielos  y  venir 
sobre  El  el  Espíritu  como  paloma  ; 
u  y  una  voz  vino  de  los  cielos  :  «Tú 
eres  mi  Hijo  amado,  en  Ti  me 
agradé.» 


Ayuno  y  tentaciones.  1,  12-13 
(  =  Mt.  4,  i-n  =Lc.  4,  1-13) 

"  Y  al  punto  el  Espíritu  le  impe- 
le a  irse  al  desierto.  u  Y  estuvo  en 
el  desierto  durante  cuarenta  días,  en 
que  fué  tentado  por  Satanás  ;  y  vi- 
vía entre  las  fieras,  y  los  ángeles  le 
servían.  u 


Vida  pública 


Jesús  en  Galilea.  1,  14-15  (=Mt.  4, 
12-17  =Lc.  4,  14-15) 

14  Y  después  que  Juan  hubo  sido 
entregado,  vino  Jesús  a  Galilea,  y 


allí  predicaba  el  Evangelio  de  Dios, 
15  y  decía  que  «Se  ha  cumplido  el 
tiempo  y  está  cerca  el  reino  de  Dios  : 
arrepentios  y  creed  en  el  Evange- 
lio». 


-I   1  Evangelio  :  no  significa  aquí  el  libro  escrito  por  San  Marcos,  sino  la  predica- 
ción  de  la  Buena  Nueva. 

ío-ii  voz  del  Padre  sobre  el  Hijo  y  venida  de!  Espíritu  Santo  :  manifestación  sen- 
sible de  la  Trinidad,  en  cuyo  nombre  se  había  de  administrar  el  bautismo  cristiano. 


1  16-28 


SAN  MARCOS 


129-; 


Los  primeros  discípulos,  i,  1Ó-20 
(  =  Mt.  4,  18-22  =Lc.  1-11) 

K  Y  pasando  por  la  ribera  del  mar 
de  Galilea,  vió  a  Simón  y  a  Andrés, 
hermano  de  Simón,  echando  la  red 
en  el  mar,  pues  eran  pescadores.  "  Y 
díjoles  Jesús  :  «Venid  en  pos  de  mí, 
y  os  haré  ser  pescadores  de  hom- 
bres.» 18  Y  al  punto,  dejadas  las  re- 
des, le  siguieron.  19  Y  siguiendo  un 
poco  adelante,  vió  a.  Santiago  el  del 
Zebedeo  y  a  Juan,  su  hermano,  ellos 
también  en  la  nave  recomponiendo 
sus  redes.  20  Y  al  punto  los  llamó  ; 
y  dejando  a  su  padre  Zebedeo  en  la 
nave  con  los  jornaleros,  se  fueron 
tras  él. 


El  endemoniado  de  Cafarnaúm. 
1,  21-28  (  =  Lc.  4,  31-37)  ~ 

21  Y  entran  en  Cafarnaúm  ;  y  lue- 
go que  fué  sábado  enseñaba  en  la 
sinagoga.  22  Y  se  asombraban  de  su 
enseñanza,  porque  les  estaba  ense- 
ñando como  quien  tiene  autoridad,  y 
no  como  los  escribas.  23  Y,  de  pron- 
to, había  en  su  sinagoga  un  hombre 
poseído  de  un  espíritu  inmundo,  y 
se  puso  a  gritar,  21  diciendo  : 

— ¿Qué  tenemos  nosotros  que  ver 
contigo,  T»*ús  Nazareno  ?  Viniste  a 
perdernos.  Te  conozco  quién  eres, 
el  Santo  de  Dios. 

25  Y  le  ordenó  Jesús  resueltamente  : 

— Enmudece  y  sal  de  él. 

M  Y  sacudiéndole  violentamente  v 
dando  alaridos,  salió  de  é[  el  espí- 
ritu inmundo.  27  Y  quedaron  todos 
pasmados,  de  suerte  que  se  pregun- 
taban unos  a  otros,  diciendo  : 

— ¿  Qué  es  esto  ?  Un  modo  nuevo 
de  enseñar...  con  autoridad...  Y  a. 
los  espíritus  inmundos  los  manda... 
y  le  obedecen. 

28  Y  se  extendió  rápidamente  su 
renombre  por  todas  partes  a  toda  la 
comarca  de  Galilea. 


La  suegra  de  Pedro.  1,  29-31 
(  =  Mt.  8,  1-X5  =Lc.  4,  38-39) 

20  Y  luego,  en  saliendo  de  la  sina- 
goga, vinieron  a  la  casa  de  Simón 
y  de  Andrés  juntamente  con  Santia- 
go y  Juan.  30  La  suegra  de  Simón 
yacía  en  cama  con  calentura,  y  al 
momento  le  hablan  de  ella.  31  Y  lle- 
gándose la  levantó,  tomándola  de  la 
mano  ;  y  le  dejó  la  fiebre,  y  ella  les 
servía. 


Sana  a  muchos  enfermos.  i,  32-34 
(  =  Mt.  8,  16-17  =Lc.  4,  40-41) 

32  Ya  tarde,  cuando  se  puso  el  sol, 
llevaban  a  El  todos  los  que  se  ha- 
llaban mal  y  los  endemoniados  ;  33  y 
estaba  toda  la  ciudad  agolpada  a  la 
puerta.  31  Y  curó  a  muchos  aqueja- 
dos de  diversas  enfermedades,  y  lan- 
zó muchos  demonios,  y  no  permitía 
que  dijesen  los  demonios  que  sabían 
quién  era. 


Sale  a  un  lugar  solitario  para  orar, 
h  35-39  (=Mt.  4,  23  =Lc.  4,  42-44) 

35  Y  al  amanecer,  muy  oscuro  to- 
davía, levantándose,  salió  y  se  fué 
a  un  lugar  solitario,  y  allí  hacía  ora- 
ción. 36  Y  fué  en  su  busca  Simón  v 
los  que  con  él  estaban,  3T  y  le  ha- 
llaron, y  le  dicen  que 

— Todos  andan  buscándote. 

38  Y  díceles  : 

— Vamos  a  otra  parte,  a  las  pobla- 
ciones inmediatas,  para  que  también 
allí  pueda  yo  predicar;  que  para  es- 
to salí. 

3"  Y  marchó,  y  anduvo  predicando 
en  sus  sinagogas  por  toda  la  Galilea 
y  lanzando  los  demonios. 


22  Jesús  habla  con  autoridad  :  los  escribas  se  apoyaban  en  la  autoridad  ajena. 
94  El  choque  de  la  santidad  contra  su  propia  impureza  hacía  presentir  a  los  espí- 
ritus inmundos  la  presencia  del  «Santo  de  Dios». 

32  Cuando  se  ruso  Et  soi.  :  con  lo  cual  terminaba  el  reposo  del  sábado. 


—  88  — 


140-2  7 


SAN  MARCOS 


2  8-18 


Curación  de  un  leproso,  i,  40-45 
(  =  Mt.  8,  2-4  =Lc  s,  12-16) 

*°  Y  viene  a  El  un  leproso  que,  ro- 
gándole y  doblando  las  rodillas,  le 
decía  que 

—Si  quisieres,  puedes  limpiarme. 

41  Y  profundamente  compadecido, 
extendiendo  la  mano  le  tocó  y  le 
dice  : 

—Quiero,  sé  limpio. 

43  Y  al  instante  desapareció  de  él 
la  lepra,  y  quedó  limpio.  43  Y  toman- 
do con  él  un  tono  de  severidad,  le 
despidió  luego  de  sí,  44  y  dícele  : 

— Mira,  no  digas  nada  a  nadie,  si- 
no anda,  muéstrate  al  sacerdote,  y 
ofrece  por  tu  purificación  lo  que 
prescribió  Moisés,  para  que  les  sir- 
va de  testimonio. 

45  Mas  él,  así  que  marchó,  comen- 
zó a  publicar  sin  rebozo  y  divulgar 
la  cosa,  hasta  el  punto  de  no  poder 
Jesús  entrar  manifiestamente  en  ciu- 
dad alguna,  sino  que  se  quedaba  fue- 
ra en  parajes  solitarios  ;  y  venían  a 
El  de  todas  partes. 

El  paralítico  de  Cafarnaúm.  2,  1-12 
(  =  Mt.  9,  1-18  =Lc.  5,  17-26) 

<y  1  Y  habiendo  entrado  de  nuevo 
*  en  Cafarnaúm,  al  cabo  de  días 
corrió  la  noticia  de  que  estaba  en 
casa.  2  Y  se  aglomeraron  muchos, 
hasta  el  punto  de  que  ya  no  se  cabía 
ni  siquiera  a  la  'puerta,  y  les  propo- 
nía la  palabra.  3  Y  vienen  conducien- 
do a  El  un  paralítico  llevado  por 
cuatro.  4  Y  como  no  ¡pudiesen  llevar- 
lo hasta  El  por  ¡la  afluencia  de  las 
turbas,  destecharon  el  techo  del  si- 
tio donde  se  hallaba  Jesús,  y  por  el 
boquete  abierto  descuelgan  la  cami- 
lla en  crue  el  paralítico  estaba  ten- 
dido. 6  Y  como  vió  Jesús  la  fe  de 
aquellos  hombres,  dice  al  paralítico: 
— Hijo,  perdonados  son  tus  peca- 
dos. 

6  Estaban  algunos  de  los  escribas 
allí  sentados,  y  pensando  en  sus  co- 
razones : 

1 — ¿  Cómo  habla  éste  así  ?  Está  blas- 
femando. ¿Quién  puede  perdonar  pe- 
cados sino  sólo  Dios  ? 


8  Y  al  punto,  conociendo  Jesús  en 
su  espíritu  que  así  pensaban  en  su 
interior,  díceles  : 

— ¿Por  qué  pensáis  eso  en  vues- 
tros corazones  ?  *  ¿  Qué  es  más  ha- 
cedero, decir  al  paralítico  :  «Perdo- 
nados son  tus  pecados»,  o  decir:  «Le- 
vanta, y  toma  a  cuestas  tu  camilla, 
v  anda»  ?  10  Mas  para  que  sepáis  que 
tiene  potestad  el  Hijo  del  hombre 
de  perdonar  pecados  sobre  la  tierra, 
dice  al  paralítico  :  u  Yo  te  lo  digo  : 
Levanta,  toma  a  cuestas  tu  camilla 
y  marcha  a  tu  casa. 

12  Y  se  levantó,  y  al  punto,  carga- 
do con  su  camilla,  salió  en  presen- 
cia de  todos,  de  suerte  que  estaban 
todos  fuera  de  sí  y  glorificaban  a 
Dios,  diciendo  que  «Nunca  tal  vi- 
mos». 

Vocación  de  Mateo.  2,  13-17 
(  =  Mt.  9,  9-13  =Lc.  5,  27-32) 

13  Y  salió  otra  vez  a  la  ribera  del 
mar  ;  y  toda  la  muchedumbre  venía 
a  El,  y  les  enseñaba.  14  Y  pasando 
vió  a  Leví  el  de  Alfeo  sentado  en 
su  despacho  de  aduanas,  y  le  dice  : 

— Sigúeme. 

Y  levantándose  le  siguió.  16  Y  su- 
cedió que  estaba  El  a  la  mesa  en 
casa  de  Leví,  y  muchos  publícanos 
v  pecadores  estaban  a  la  mesa  jun- 
to con  Jesús  y  sus  discípulos,  pues 
eran  muchos,  y  le  seguían.  19  Y  los 
escribas  de  los  fariseos,  al  ver  que 
comía  con  los  pecadores  y  publica- 
nos,  decían  a  sus  discípulos  : 

— ¿Cómo  es  que  come  con  los  pu- 
blícanos y  pecadores  ? 

"Y  habiéndolo  oído  Jesús,  les  dice  : 

— No  tienen  necesidad  de  médico 
los  robustos,  sino  los  que  se  hallan 
mal  ;  no  vine  a  llamar  justos,  sino 
pecadores. 

Cuestión  sobre  el  ayuno.  2,  18-22 
(  =  Mt.  9,  14-17  =Lc.  5,  33-39) 

*  Y  estaban  los  discípulos  de  Juan 
y  los  fariseos  ayunando.  Y  vienen  y 
le  dicen  : 


2"  Leví  es  el  futuro  apóstol  y  evangelista  Mateo. 
18  Los  escribas  de  ios  farisfos  :   es  decir,  los  pertenecientes  al  partido  de  los 
fariseos. 


-89- 


2  19-28 


SAN  MARCOS 


31-11 


— ¿Por  qué  los  discípulos  de  Juan 
y  los  discípulos  de  los  fariseos  ayu- 
nan, y,  en  cambio,  tus  discípulos  no 
ayunan  ? 

"  Y  les  dijo  Jesús  : 

— ¿  Acaso  pueden  ayunar  los  hijos 
de  la  sala  nupcial  en  tanto  que  el 
esposo  está  con  ellos  ?  Cuanto  tiem- 
po tienen  el  esposo  consigo,  no  pue- 
den ayunar.  20  Vendrán  días  cuando 
les  sea  arrebatado  el  esposo,  y  en- 
tonces ayunarán  en  aquel  día.  **  Na- 
die zurce  un  remiendo  de  paño  tie- 
so sobre  un  vestido  viejo  ;  de  lo  con- 
trario, la  pieza  sobrepuesta  lleva  al- 
go de  él,  lo  nuevo  de  lo  viejo,  y  se 
hace  un  desgarrón  peor.  22  Y  nadie 
echa  vino  nuevo  en  odres  viejos  ; 
de  lo  contrario,  romperá  el  vino  los 
odres,  y  se  pierde  el  vino  y  también 
los  odres  ;  sino  que  vino  nuevo  en 
odres  nuevos. 


Las  espigas  arrancadas  en  sábado. 
2,  23-28  (=Mt.  12,  1-8  =Lc.  6,  1-5) 

23  Y  aconteció  que  pasaba  El  en 
día  de  sábado  por  los  sembrados,  y 
sus  discípulos  comenzaron  a  cami- 
nar arrancando  las  espigas.  *  Y  los 
fariseos  le  decían  : 

— Mira,  ¿  cómo  hacen  en  sábado  lo 
que  no  está  permitido  ? 

*5  Y  les  dice  : 

— ¿Nunca  leísteis  qué  hizo  David 
cuando  tuvo  necesidad  y  sintió  ham- 
bre y  los  que  con  él  se  hallaban  ? 
""¿Cómo  entró  en  la  casa  de  Dios 
en  tiempo  de  Abiatar,  sumo  sacer- 
dote, y  comió  los  panes  de  la  pro- 
posición, que  no  es  lícito  comer  sino 
a  los  sacerdotes,  y  los  dió  además  a 
los  que  con  él  estaban  ? 

OT  Y  les  decía  : 

— El  sábado  por  el  hombre  fué  ins 
tituído,  y  no  el  hombre  por  el  sá- 
bado. 28  Así  que  señor  es  el  Hijo  del 
hombre  también  del  sábado. 


Sana  la  mano  paralizada.  3,  1-6 
(  =  Mt.  12,  9-14  =Lc.  6,  6-11) 

o  1  Y  entró  de  nuevo  en  la  sinago- 
*-*  ga,  y  había  allí  un  hombre  que 
tenía  paralizada  la  mano.  2  Y  le  es- 
taban acechando  si  en  sábado  le  cu- 
raría, con  eí  fin  de  acusarle.  8  Y  dice 
al  hombre  que  tenía  la  mano  rígida  : 

— Levántate  y  ponte  en  medio. 

4  Y  les  dice  : 

— ¿  Es  lícito  en  sábado  hacer  bien 
o  hacer  mal?  ¿Salvar  un  alma  o  ma- 
tar? 

Ellos  se  callaban.  "  Y  echando  en 
torno  una  mirada  sobre  ellos  con  in- 
dignación, entristeciéndose  por  el  en- 
canecimiento de  su  corazón,  dice  al 
hombre  : 

— Extiende  tu  mano. 

Y  la  extendió,  y  quedó  restableci- 
da su  mano.  '  Y  saliendo  los  fari- 
seos, habido  luego  consejo  con  los 
heródianos,  tomaron  la  determina- 
ción de  acabar  con  El. 

Junto  al  mar  de  Galilea:  numerosas 
curaciones.  3,  7-12  (  =  Mt.  4,  24-25  ; 
12,  15-21  =Lc.  6,  17-19) 

*  Y  Jesús,  en  compañía  de  sus  dis- 
cípulos, se  retiró  al  mar;' y  gran  mu- 
chedumbre, gente  de  Galilea,  le  si- 
guió ;  y  de  la  Judea,  8  de  Jerusalén, 
de  la  ídumea,  de  allende  el  Jordán, 
de  los  contornos  de  Tiro  y  de  Si- 
dón,  grande  muchedumbre,  oyendo 
decir  cuanto  El  hacía,  vinieron  a  El. 
8  Y  dijo  a  sus  discípulos  que  estuvie- 
se preparada  a  su  disposición  una 
lancha  a  causa  de  la  turba,  para  que 
no  le  atropellasen ;  "pues  curó  a  mu- 
chos, de  suerte  que  se  le  "echaban 
encima  para  tocarle  cuantos  pade- 
cían el  azote  de  la  enfermedad.  11  Y 
los  espíritus  inmundos,  en  cuanto  le 
veían,  caían  a  sus  pies  y  gritaban 


10  Los  hijos  de  la  sal»  nupcial  :  los  jóvenes  que  formaban  el  cortejo  del  novio 
en  la  fiesta  de  las  bodas.  Inicia  Jesús  el  género  parabólico,  en  que  había  de  mos- 
trarse maestro  insuperable 

20  Primer  anuncio,  velado,  de  la  pasión  y  muerte. 

2I-~  Dos  lindas  parábolas,  tan  diáfanas  como  intencionadas. 

28  Amatar  :  en  vez  de  Aquimelec  (1  Sam.  ai,  1-6)  se  menciona  a  su  hijo  Abiatar, 
que  se  hallaba  presente  y  había  de  sucederle  en  el  oficio  del  sumo  sacerdocio,  y  era 
más  conocido  que  su  padre 

28  El  Hijo  del  HOMBRE  :  con  esta  expresión  designaba  Jesús  su  mesianidad  (Dan.  7, 
13),  al  mismo  tiempo  que  la  velaba  discretamente. 


—  90  — 


3  12-24 


SAN  MARCOS 


3  25-35 


diciendo  que  «Tú  eres  el  Hijo  de 
Dios».  "  Y  les  mandaba  severamen- 
te que  no  le  diesen  a  conocer. 


Elección  de  los  Doce.  3,  13-19 
(  =  Mt.  5,  1  ;  io,  1-14  =Lc.  6,  12-16) 

a  Y  sube  a  la  montaña,  y  llama  a 
sí  a  los  que  El  quiso,  y  se  fueron 
para  El.  "  Y  destinó  a  doce  para  que 
anduviesen  con  El  y  para  enviarles 
a  predicar  15  y  que  tuviesen  potestad 
de  lanzar  demonios.  "  Y  estableció 
los  Doce  ;  e  impuso  a  Simón  por 
nombre  Pedro  ;  11  y  a  Santiago  el  del 
Zebedeo  y  a  Juan  el  hermano  de 
Santiago,  y  les  impuso  por  nombre 
Boanergés,  que  es  decir  «hijos  del 
trueno»  ;  18  y  a  Andrés,  y  Felipe,  y 
Bartolomé,  y  Mateo,  y  Tomás,  y  San- 
tiago el  de  Alfeo,  y  Tadeo,  y  Simón 
el  Cananeo,  19  y  Judas  Iscariote,  el 
mismo  que  le  entregó. 

Tentóres  de  los  parientes  de  Jesús. 
5,  20-21 

"  Y  vuelve  a  casa,  y  concurre  de 
nuevo  la  turba,  hasta  no  poder  ellos 
ni  comer  su  pan.  21  Y  como  lo  ove- 
ron  sus  deudos,  se  fueron  allá  para 
apoderarse  de  El,  porque  decían  qut 
«Está  fuera  de  sí». 


Calumnia  de  los  escribas.  3,  32-27 
(  =  Mat.  12,  31-32) 

22  Y  los  escribas  que  habían  baja- 
do de  Jerusalén  decían  que  «Tiene  a 
Belzefcúj  y  que  «en  virtud  del  prín- 
cipe de  los  demonios  lanza  los  demo- 
nios». 23  Y  habiéndoles  llamado,  de. 
cíales  en  parábolas  : 

"  — ;  Cómo  puede  ser  que  Satanás 


lance  a  Satanás  ?  Y  si  un  reino  se 
dividiere  contra  sí  mismo,  no  puede 
mantenerse  el  reino  aquel.;  *  y  si 
una  casa  se  dividiere  contra  sí  mis- 
ma, no  podrá  la  casa  aquella  quedar 
en  pie  ;  20  y  si  Satanás  se  alzó  con- 
tra sí  mismo,  se  dividió  y  no  puede 
quedar  en  pie,  sino  que  toca  a  su  fin. 

27  Ahora  bien,  nadie  puede,  entran- 
do en  la  casa  del  fuerte,  saquear  su 
ajuar  si  primero  no  atare  al  fuerte  ; 
y  entonces  saqueará  su  casa. 

Pecado  contra  el  Espíritu  Santo. 
3,  28-30  (  =  Mt.  12,  31-32) 

28  En  verdad  os  digo  que  se  les 
iperdonarán  a  los  hijos  de  los  hom- 
bres todos  los  pecados  y  las  blasfe- 
mias, cuanto  quiera  que  blasfema- 
ren ;  39  pero  quien  blasfemare  conira 
eQ  Espíritu  Santo,  no  tiene  perdón 
eternamente,  sino  que  será  reo  de 
pecado  eterno. 

30  Es  que  decían  :  «Tiene  espíritu 
inmundo.» 

La  madre  y  los  hermanos  de  Jesús. 
3.  3i-35  (=Mt.  12,  46-50  =Lc.  8, 
19-21) 

n  Y  vienen  su  madre  y  sus  herma- 
nos, y  quedándose  fuera  le  manda- 
ron recado  llamándole .  32  Y  estaba 
sentada  en  torno  de  El  la  turba,  y 
le  dicen  : 

— Mira  que  tu  madre  y  tus  her- 
manos y  tus  hermanas  están  fuera 
y  te  buscan. 

33  Y  respondiendo,  les  dijo  : 

— ¿Quién  es  mi  madre  y  mis  her- 
manos ? 

34  Y  dirigiendo  en  torno  su  mirada 
a  los  que  alrededor  de  El  estaban 
sentados  en  círculo,  dice  : 

— Ahí  tenéis  mi  madre  y  mis  her- 
manos. 55  Pues  el  que  hiciere  la  vo- 
luntad de  Dios,  éste  es  mi  hermano 
v  hermana  y  madre. 


3"  Estableció  los  Doce  :  creó  el  Colegio  apostólico.  El  número  de  los  Apóstoles  re- 
cordaba el  de  los  doce  patriarcas  de  Israel. 

B  Sus  deudos  :  algunos  de  su  parentela,  que  todavía  no  creían  en  El  (Jn.  7,  5). 

29  Blasfemar  contra  el  Espíritu  Santo  es  atribuir  por  malicia  al  espíritu  malo  las 
obras  del  Espíritu  de  Dios.  Este  y  otros  pecados  no  tienem  perdón,  porque  con  ellos 
el  pecador  se  hace  moralmente  incapaz  de  arrepentirse. 

«s-35  Si  el  Señor  debía  entonces  mostrarse  desprendido  de  la  ccarne  y  sangrei,  no 
dejó  de  enaltecer  indirectamente  la  dignidad  de  su  Madre,  que  cumplió  como  nadie 
la  voluntad  de  Dios. 


—  91  — 


4 


SAN  MARCOS 


4  8-22 


Parábola  del  sembrador.  4, 


f  =  Mt. 


-9  =Lc.  8,  4-8) 


A  1  Y  otra  vez  comenzó  a  enseñar  a 
^  orillas  del  mar.  Y  concurre  a  El 
una  turba  numerosísima,  tanto  que 
subiendo  en  una  barca  estaba  El  sen- 
tado, mar  adentro,  y  toda  la  turba 
se  estaba  a  la  orilla  en  tierra.  2  Y  les 
enseñaba  por  parábolas  muchas  co- 
sas, y  decíales  en  su  enseñanza  : 

*  — Escuchad.  He  aquí  que  salió  el 
sembrador  a  sembrar.  4  Y  sucedió 
que,  al  sembrar,  una  parte  cayó  a  la 
vera  del  camino,  y  vinieron  los  pá- 
jaros y  se  la  comieron.  6  Y  otra  par- 
te cayó  en  el  peñascal,  donde  no  te- 
nía mucha  tierra,  y  al  punto  brotó 
por  no  tener  profundidad  de  terre- 
no, 0  y  cuando  salió  el  sol,  se  que- 
mó,_  y  por  no  tener  raigambre  se 
secó   '  Y  otra  cayó  en  los  espinos, 


y  subieron  los  espinos  v  la 
ron,  y  no  dió  fruto.  •  Y  otras  partes 
cayeron  en  la  tierra  buena  y  daban 
fruto  que  subía  y  crecía,  y  rendían 
una  treinta,  v  una  sesenta,  y  una 
ciento. 
"  Y  decía  : 

— Quien  tenga  oídos  para  oír,  es- 
cuche. 


Motivación  de  las  parábolas.  4,  10- 
12  (  =  Mt.  13,  10-17  =Lc.  8,  9-10) 

10  Y  cuando  se  quedó  a  solas,  los 
que  se  hallaban  con  El  junto  con  los 
Doce  le  preguntaban  las  parábolas. 
"  Y  les  decía  : 

— A  vosotros  os  ha  sido  comunica- 
do el  misterio  del  reino  de  Dios  ; 
mas  a  aquellos  de  fuera  todo  se  les 
presenta  en  parábolas, 


a  fin  de  que  mirando  miren,  y  no  vean ; 
y  oyendo  oigan,  y  no  entiendan  ; 

no  sea  que  se  conviertan  y  se  les  perdone  (Is.  6,  9-10). 


Declaración  de  la  parábola.  4,  13-20 
(  =  Mt.  13,  18-23  =Lc.  8,  11-15) 

13  Y  les  dice  : 

—  ¿  No  entendéis  esta  parábola  ? 
¿  Y  cómo  entederéis  todas  las  demás 
parábolas  ?  14  Lo  que  el  sembrador 
siembra  es  la  palabra.  15  Unos  son 
aquellos  que  están  a  la  vera  del  ca- 
mino donde  es  sembrada  la  pala- 
bra ;  y  cuando  la  han  oído,  al  pun~ 
to  viene  Satanás  y  quita  la  palabra 
sembrada  en  ellos.  16  Y  otros  son 
asimismo  los  que  son  sembrados  en 
los  peñascales  ;  los  cuales,  así  que 
han  oído  la  palabra,  luego  la  reci- 
ben con  gozo,  "  y  no  tienen  raigam- 
bre en  sí  mismos,  sino  que  son  efí- 
meros ;  después,  en  sobreviniendo 
tribulación  o  persecución  por  razón 
de  la  palabra,  al  punto  se  escandali- 
zan. 14  Y  otros  son  los  que  son  sem- 


brados en  los  espinos :  éstos  son  los 
que  oyeron  la  palabra  ;  "  y  las  soli- 
citudes del  siglo,  y  la  seducción  de 
la  riqueza,  y  las  codicias  acerca  de 
las  demás  cosas,  entrando,  ahogan 
la  palabra,  y  ésta  se  hace  infructuo- 
sa. 20  Y  otros  son  los  que  fueron 
sembrados  sobre  la  tierra  buena,  los 
cuales  oyen  la  palabra  y  la  acogen, 
y  fructifican  :  uno  treinta,  urfo  se- 
senta y  uno  ciento. 


Avisos  saludables.  4,  21-25 
(  =  Lc.  8,  16-18) 

a  Y  les  decía  que  : 

— ¿  Por  ventura  es  la  lámpara  pa- 
ra ser  colocada  debajo  del  celemín 
o  debajo  del  lecho  ?  ¿  No  para  ser  co- 
locada encima  del  candelero  ?  a  Por- 


4 a  Parábola  es  una  comparación  dramáticamente  desarrollada.  El  género  parabólico 
era  aptísimo  para  graduar  convenientemente  la  luz  de  las  enseñanzas  sobre  el 
reino  de  Dios. 

12  A  fin  de  que  :  sólo  fragmentariamente  reproduce  Sa*i  Marcos  las  palabras  <le 
Isaías,  en  el  cual  la  finalidad  debe  entenderse  irónicamente. 

n-20  Esta  explicación  auténtica  del  Maestro  nos  enseña  que  en  la  interpretación 
de  las  parábolas  hay  que  evitar  dos  extremos  :  el  de  coartar  su  significación  a  un 
exiguo  núcleo  elemental  y  el  de  atribuir  sentidos  recónditos  a  los  más  insignifi- 
cantes pormenores  de  la  imagen  parabólica. 


4  23-32 


SAN  MARCOS 


4  33-5  2 


que  no  hay  cosa  escondida,  antes 
tiene  que  ser  descubierta ;  ni  se  hizo 
secreta,  antes  tiene  que  salir  al  des- 
cubierto. 23  Quien  tenga  oídos  para 
oír,  escuche. 
24  Y  les  decía  : 

— Mirad  bien  lo  que  oís.  La  medi- 
da que  empleéis  para  con  los  de- 
más, ésa  misma  se  empleará  para 
con  vosotros,  y  con  creces.  25  Porque 
al  que  tiene,  se  le  dará  ;  y  al  que  no 
tiene,  aun  lo  que  tiene  se  le  quitará. 


Parábola  de  la  semilla.  4,  26-29 
24  Y  decía  : 

— Así  es  el  reino  de  Dios,  como 
cuando  un  hombre  echa  la  semilla 
en  la  tierra  ;  ^  y  duerme  y  se  levan- 
ta, de  noche  y  de  día  ;  y  la  semilla 
germina  y  va  creciendo,  sin  que  él 
sepa  cómo.  *  Por  sí  misma  la  tie- 
rra fructifica,  primero  hierba,  luego 
espiga,  luego  grano  lleno  en  la  es- 
piga. 28  Y  cuando  el  fruto  brinda 
consigo,  luego  echa  la  hoz,  porque 
está  a  punto  ¡a  mies  (Jl.  3,  13), 


Parábola  del  granito  de  mostaza. 
4,  30-32  (=Mt.  13,  31-32) 

»  Y  decía  :  • 
— ¿Cómo  asemejaremos  el  reino 
de  Dios  ?  ¿  O  en  qué  parábola  lo  en- 
cerraremos ?  a  Es  como  un  granito 
de  mostaza,  que,  cuando  se  ha  sem- 
brado en  la  tierra,  es  la  más  peque- 
ña de  las  semillas  de  sobre  la  tie- 
rra ;  ■*  y  cuando  se  ha  sembrado, 
sube  y  se  hace  mayor  que  todas  las 
hortalizas,  y  echa  grandes  ramas, 
hasta  poder  bajo  su  sombra  anidar 
las  aves  del  ciclo  (Dan.  4,  g.  18  ; 
Ez.  17,  23  ;  31,  6). 


Enseñanza  por  parábolas.  4,  33-34 
(  =  Mt.  13,  34-35) 

38  Y  con  muchas  parábolas  seme- 
jantes les  hablaba  la  palabra,  según 
que  eran  capaces  de  entender  ;  34  y 
sin  parábola  no  les  hablaba  ;  pero 
en  particular  a  sus  discípulos  se  lo 
declaraba  todo. 


Tempestad  sosegada.  4,  35-41 
(  =  Mt.  8,  18.  23-27  =Lc.  8,  22-25) 

35  Y  díceles  aquel  mismo  día,  ve- 
nido el  atardecer  : 

— Pasemos  a  la  otra  banda. 

36  Y  habiendo  dejado  la  turba,  le 
llevan  consigo,  cual  se  hallaba  en  la 
barca  ;  y  otras  barcas  había  con  El. 
31  Y  sobreviene  una  gran  tempestad 
de  viento,  y  las  olas  se  echaban  den- 
tro de  la  barca,  hasta  el  punto  de 
inundarse  ya  la  barca.  33  Y  El  esta- 
ba en  la  popa  sobre  el  cabezal  dur- 
miendo, y  le  despiertan  y  le  dicen  : 

— Maestro,  ¿  no  se  te  da  nada  que 
nos  vayamos  a  pique  ? 

39  Y  despertando  se  encaró  con  el 
viento  y  dijo  a  la  mar:  «¡Calla! 
¡Enmudece!»  Y  amainó  el  viento  y 
sobrevino  gran  bonanza .  40  Y  les 
dijo  : 

— ¿  Por  qué  sois  tan  cobardes  ? 
¿  Aun  no  tenéis  fe  ? 

"  Y  quedaron  sobrecogidos  de  gran 
temor,  v  se  decían  unos  a  otros  : 

— ¿Quién,  pues,  será  éste,  que  aun 
el  viento  y  la  mar  le  obedecen  ? 


El  endemoniado  geraseno.  5,  1-30 
(=Mt.  8,  28-34  =Lc.  8,  2-39) 

r  1  Y  abordaron  a  la  otra  banda  del 
"  mar  en  la  región  de  los  gerase- 
nos.  2  Y  en  saliendo  El  de  la  barca, 


3  Al  que  no  tiene,  aun  lo  que  tiene  se  le  quitara  :  al  que  no  rinde  o  produce 
con  el  capital  que  se  le  ha  confiado,  aun  el  mismo  capital  se  le  quitará. 

28-28  Bellísima  parábola  que  expresa  la  fuerza  innata,  callada,  progresiva,  del 
reino  de  Dios. 

3°-3'-  El  reino  de  Dios  había  de  inaugurarse  no  con  la  aparatosidad  que  fantasea- 
ban los  judíos,  sino  con  la  humildad,  comparable  a  la  pequeñez  de  un  granito  de 
mostaza. 

83  Según  que  eran  capaces:  esta  capacidad  o  incapacidad,  moral  e  intelectual,  de 
los  judíos  era  la  que  motivaba  el  empleo  discreto  de  las  parábolas. 


—  93  — 


5  3-19 


SAN  MARCOS 


5  20-33 


luego  se  encontró  con  El  un  hombre 
salido  de  los  monumentos  poseído 
de  espíritu  inmundo,  3el  cual  tenía 
su  habitación  en  dos  monumentos,  y 
ni  con  cadena  podía  ya  nadie  atarle  ; 
1  porque,  si  bien  había  sido  muchas 
veces  sujetado  con  grillos  y  cadenas, 
él  había  forzado  las  cadenas  y  he- 
cho añicos  los  grillos,  y  nadie  era 
capaz  de  domeñarle  ;  B  y  continua- 
mente, noche  y  día,  6e  estaba  en  los 
monumentos  y  en  los  montes,  dan- 
do gritos  y  cortándose  con  piedras. 
"  Y  como  vió  a  Jesús  desde  lejos,  co- 
rrió y  se  postró  delante  de  El,  7  y  a 
grandes  gritos  dice  : 

— ¿  Qué  tienes  que  ver  conmigo,  Je- 
sús, hijo  del  Dios  Altísimo?  Te  con- 
juro por  Dios,  no  me  atormentes. 

s  Es  que  le  decía  : 

— Sal,  espíritu  inmundo,  de  este 
hombre. 

9  Y  le  preguntaba  : 

— ¿  Cuál  es  tu  nombre  ? 
Y  le  dice  : 

—«Legión»  es  mi  nombre,  porque 
somos  muchos. 

10  Y  le  rogaban  instantemente  que 
no  los  mandase  fuera  de  aquella  re- 
gión. 11  Y  había  allí  a  la  falda  de) 
monte  una  gran  piara  de  cerdos  que 
pacía,  12  y  le  rogaron  diciendo  : 

— Envíanos  a  los  cerdos,  para  que 
entremos  en  ellos. 

13  Y  se  lo  consintió.  Y  saliendo  los 
espíritus  inmundos,  entraron  en  los 
cerdos,  y  se  lanzó  la  piara  despeña- 
dero abajo  al  mar,  como  unos,  dos 
mil,  y  se  ahogaron  en  el  mar.  11  Y 
los  que  los  apacentaban  huyeron  y 
dieron  noticia  del  hecho  en  la  ciu- 
dad y  por  los  campos  ;  y  vinieron  a 
ver  qué  era  lo  ocurrido  con  eí  en- 
demoniado. "  Y  llegándose  a  Jesús, 
contemplaban  al  endemoniado  sen- 
tado, vestido  y  en  su  sano  juicio,  el 
que  había  tenido  toda  una  legión,  y 
temieron.  19  Y  los  testigos  les  refe- 
rían el  suceso  del  endemoniado  y 
también  lo  de  los  cerdos.  "  Y  se  pu- 
sieron a  rogarle  que  so  aumentase  de 
sus  confines.  "  Y  al  subir  El  a  la 
barca  le  rogaba  el  que  había  sido  en- 
demoniado poder  estarse  con  El.  10  Y 
no  se  lo  consintió,  sino  le  dice  : 

— Ve  a  tu  casa,  a  los  tuyos,  y  en- 
térales de  cuanto  el  Señor  ha  hecho 


contigo  y  cómo  tuvo  misericordia  de 
ti.  50  Y  se  fué  y  se  puso  a  publicar 
por 'la  Decápolis  cuanto  Jesús  había 
hecho  con  él,  y  todos  se  maravilla- 
ban. 


Jairo  ruega  por  su  hija.  5,  21-24 
(  =  Mt.  9,  18-19  =Lc.  8,  40-42) 

"Y  habiendo  Jesús  hecho  la  tra- 
vesía en  la  barca  de  nuevo  y  llegado 
h  la  ribera  opuesta,  concurrió  a  El 
una  muchedumbre  numerosa,  j  El 
estaba  a  orillas  del  mar.  22  Y  viene 
uno  de  los  jefes  de  sinagoga,  por 
nombre  Jairo,  y  en  viéndole,  cae  a 
sus  pies  23  y  le  ruega  instantemente, 
diciendo  que 

— Mi  hijita  está  al  cabo;  ten  a  bien 
venir  y  poner  las  manos  sobre  ella, 
para  que  se  salve  y  viva. 

M  Y  se  fué  con  él.  Y  le  seguía  mu- 
cho gentío,  y  le  estrujaban. 


La  hemorroísa.  5,  25-34  (  =  Mt.  9, 
20-22  =Lc.  8,  42-48) 

28  Y  una  mujer  que  andaba  con  flu- 
jo de  sangre  hacía  doce  años,  26  y 
había  padecido  mucho  de  parte  de 
muchos  médicos  y  gastado  todo  lo 
que  tenía,  sin  mejoría  alguna,  antes 
bien  había  empeorado,  27  como  hu- 
biese oído  lo  que  decían  de  Jesús, 
viniendo  entre  la  turba  tocó  por  de- 
trás su  manto  ;  28  pues  se  decía  que 
«Como  yo  toque  no  más  que  sus  ves- 
tidos, cobraré  salud».  20  Y  al  instan- 
te se  secó  la  fuente  de  su  sangre,  y 
sintió  en  su  cuerpo  que  estaba  cu- 
rada de  su  achaque.  80  Y  al  punto  Je- 
sús, conociendo  en  sí  mismo  la  vir- 
tud que  de  El  había  salido,  volvién- 
dose en  medio  del  gentío,  decía  : 

31  — ¿  Quién  me  tocó  los  vestidos  ? 
Y  le  decían  sus  discípulos  : 

— ¿  Ves  el  gentío  que  te  está  es- 
trujando, y  dices  :  Quién  me  tocó? 

32  Y  miraba  en  torno  para  ver  la 
que  esto  había  hecho.  Mas  la  mu- 
jer, atemorizada  y  temblando,  sa- 


5"-'  Antes  el  viento  y  la  mar  le  obedecen  ;  ahora  el  indomable  endemoniado  se  pos- 
tra ante  El,  y  toda  una  legión  de  demonios  tiembla  de  espauto  :  ¿  quién,  pues, 
será  éste  ? 


—  94  - 


5  34-6  1 


SAN  MARCOS 


6  2-13 


hiendo  lo  que  había  pasado  ron  ella, 
vino  y  se  postró  delante  de  El  y  le 
declaró  toda  la  verdad.  84  Pero  El  le 
dijo  : 

— Hija,  tu  fe  te  ha  salvado  ;  vete 
en  paz  y  queda  sana  de  tu  achaque. 

Resurrección  de  la  hija  de  Jairo. 
5,  35-43  (  =  Mt.  9,  23-26  =Lc.  8,  49-56) 

85  Mientras  El  estaba  todavía  ha- 
blando, vienen  de  casa  del  jefe  de 
sinagoga  diciendo  que 

— Tu  hija  ha  muerto;  ¿para  qué 
molestar  ya  al  Maestro  ? 

38  Pero  Jesús,  habiendo  entreoído  lo 
que  se  hablaba,  dice  al  jefe  de  sina- 
goga : 

—No  temas  ;  cree  tan  solamente. 

"Yno  dejó  que  nadie  siguiese  con 
El,  sino  Pedro,  Santiago  y  Juan,  el 
hermano  de  Santiago.  88  Y  llegan  a 
la  casa  del  jefe  de  sinagoga,  y  ve  el 
alboroto  y  los  que  lloraban  y  daban 
grandes  alaridos;  m.  y  entrando  les 
dice  : 

— ¿  Por  qué  os  alborotáis  y  lloráis  ? 
La  niña  no  murió,  sino  duerme. 

40  Y  se  burlaban  de  El.  Mas  El, 
echándolos  a  todos,  toma  consigo  al 
padre  de  la  niña  y  a  la  madre  y  a 
los  que  con  El  iban,  y  entra  a  don- 
de estaba  la  niña.  u  Y  tomando  la 
mano  de  la  niña,  le  dice  : 

— Talithá  kum(i),  que,  traducido, 
significa  :  «Niña,  te  lo  digo,  leván- 
tate.» 

42  Y  al  instante  se  levantó  la  niña, 
y  caminaba,  pues  tenía  doce' años. 
43  Y  de  repente  quedaron  fuera  de  sí 
con  grande  asombro.  Y  les  mandó 
encarecidamente  que  nadie  lo  supie- 
se, y  dijo  que  se  la  diese  de  comer. 


En  ¡a  sinagoga  de  Nazaret.  6,  1-6 
(  =  Mt.  13,  53-58  =Lc.  4,  16-30) 

z:  1  Y  salió  de  allí,  y  se  va  a  su  pa- 
u    tria,  y  le  siguen'sus  discípulos. 


2  Y  venido  el  sábado,  comenzó  a  en- 
señar en  la  sinagoga  ;  y  los  más,  al 
oírle,  se  asombraban,  diciendo  :  «¿  De 
dónde  a  éste  estas  cosas  ?  ¿  Y  qué  sa- 
biduría es  ésta  que  le  ha  sido  dada? 
¿  Y  tales  milagros,  obrados  por  sus 
manos?  3  ¿No  es  éste  el  carpintero, 
el  hijo  de  María  y  hermano  de  San- 
tiago, de  José,  de  Judas  y  de  Simón  ? 
¿Y  no  se  hallan  sus  hermanas  aquí 
entre  nosotros  ?»  Y  se  escandaliza- 
ban en  El.  4  Y  les  decía  Jesús  que 

— No  hay  profeta  desprestigiado,  si 
no  es  en  su  patria  y  entre  sus  pa- 
rientes y  en  su  casa. 

6  Y  no  podía  allí  obrar  milagro  al- 
guno, salvo  que  a  unos  pocos  enclen- 
ques, imponiéndoles  las  manos,  los 
curó.  8  Y  se  maravillaba  de  su  incre- 
dulidad. 

Y  recorría  las  aldeas  en  torno  en- 
señando. 


Misión  de  los  apóstoles.  6,  7-13 
(  =  Mt.  10,  1-15  =Lc.  9,  1-6) 

'  Y  llama  a  sí  a  los  Doce,  y  co- 
menzó a  enviarlos  dos  a  dos,  y  les 
laba  potestad  sobre  los  espíritus  in- 
mundos ;  8  y  les  ordenó  que  nada  to- 
masen para  el  camino  sino  un  bas- 
tón solamente,  no  pan,  no  alforja, 
no  calderilla  en  la  faja  ;  ■  sino  cal- 
cados con  sandalias,  y  que  no  vistie- 
sen dos  túnicas.  10  Y  les  decía  : 

— Dondequiera  que  entrareis  en  una 
casa,  quedaos  allí  hasta  que  salgáis 
de  aquel  lugar.  u  Y  si  algún  lugar 
no  os  acogiere,  y  no  os  escucharen, 
saliendo  de  allí  sacudid  el  polvo  de 
debajo  de  vuestros  pies  como  testi- 
monio contra  ellos. 

12  Y  saliendo,  predicaron  que  hicie- 
sen penitencia  ;  18  y  lanzaban  mu- 
chos demonios,  y  ungían  con  óleo  a 
muchos  enfermos  y  los  curaban. 


88  La  niña  duerme:  este  velo  de  modestia,  con  que  el  Señor  disimula  sus  por- 
tentos, no  sólo  descubre  la  humildad  de  su  Corazón,  sino  que  es  una  garantía  de 
la  verdad  histórica  de  los  milagros  evangélicos. 

41  Taliihá  kum(i)  :  son  las  mismas  palabras  arameas  que  pronunció  el  Señor. 

6 5  No  podía  :  en  virtud  de  la  norma,  que  El  mismo  se  había  impuesto,  de  exigir 
ordinariamente  la  fe  como  condición  previa  del  milagro. 


—  95  — 


6  14-26 


SAN  MARCOS 


6  27-38 


Martirio  del  Bautista.  6,  14-29  I 
(=Mt.  14,  1-12  =Lc.  9,  7-9;  3,  10-20) 

"  Y  oyó  hablar  el  rey  Herodes, 
porque  su  nombre  se  había  hecho 
notorio,  y  decían  que  «Juan  el  Bau- 
tista ha  resucitado  de  entre  los  muer- 
tos, y  por  eso  las  potencias  actúan 
en  él».  15  Pero  otros  decían  que  «Es 
Elias»  ;  otros ,  empero ,  decían  que 
«Es  profeta,  como  uno  de  los  profe- 
tas». "  Y  habiéndolo  oído  Herodes, 
decía  :  «El  que  yo  decapité,  Juan, 
éste  ha  resucitado.» 

"  En  efecto,  el  mismo  Herodes  ha- 
bía enviado  a  prender  a  Juan  y  le 
había  puesto  en  cadenas  en  la  pri- 
sión con  motivo  de  Herodías,  la  mu- 
jer de  Filipo,  su  hermano,  pues  se 
había  casado  con  ella.  18  Porque  de- 
cía Juan  a  Herodes  que  «No  te  es 
permitido  tener  la  mujer  de  tu  her- 
mano». 19  Herodías  se  la  guardaba  y 
quería  matarle,  y  no  podía  ;  20  por- 
que Herodes  miraba  con  respeto  a 
Juan,  sabiendo  que  era  hombre  jus- 
to y  santo,  y  le  protegía,  y  con  lo 
que  le  oía  andaba  muy  perplejo,  y 
le  escuchaba  con  gusto.  21  Y  llega- 
do un  día  oportuno,  cuando  Herodes 
con  ocasión  de  su  natalicio  dió  un 
banquete  a  sus  magnates  y  a  los  tri- 
bunos y  a  los  primates  de  Galilea, 
"  entró  la  hija  de  la  misma  Hero- 
días, y  danzó  y  agradó  a  Herodes  y 
a  los  comensales.  Y  el  rey  dijo  a  la 
muchacha  : 

— Pídeme  lo  que  quisieres,  v  te  lo 
daré. 

23  Y  le  juró  : 

-^Cualquiera  cosa  que  me  pidie- 
res, te  la  daré,  hasta  la  mitad  de  mi 
reino. 

Y  habiendo  salido,  dijo  a  su  ma- 
dre : 

— i  Qué  debo  pedir  ? 
— Ella  dijo  : 

— La  cabeza  de  Juan  el  Bautista. 

25  Y  entrando  luego  apresurada- 
mente al  rey,  hizo  su  petición,  di- 
ciendo : 

— Quiero  que  ahora  mismo  me  des 
sobre  una  bandeja  la  cabeza  de  Juan 
el  Bautista. 

"  Y,  bien  que  muy  contristado,  el 


rey,  en  atención  a  los  juramentos  y 
a  "los  comensales,  no  quiso  darle  un 
desaire.  27  Y  al  punto  despachando 
el  rey  un  satélite,  le  mandó  traer 
su  cabeza.  Y  habiendo  ido,  le  deca- 
pitó en  la  cárcel,  28  y  trajo  su  cabe- 
za sobre  una  bandeja  y  la  dió  a  la 
muchacha,  y  la  muchacha  la  dió  a 
su  madre.  29  Y  habiéndolo  oído  sus 
discípulos,  vinieron  y  se  llevaron  su 
cadáver  y  le  dieron  sepultura. 

Primera  multiplicación  de  los  panes. 
6,  30-46  (  =  Mt.  14,  13-23  =Lc.  9,  10- 
17  =Jn.  6,  1-15) 

•°  Y  vienen  los  apóstoles  a  juntar- 
se con  Jesús,  y  le  refirieron  todo 
cuanto  habían  hecho  y  cuanto  ha- 
bían enseñado.  31  Y  les  dice  : 

— Venid  vosotros  solos  aparte  a 
un  lugar  solitario  y  tomad  un  poco 
de  reposo. 

Porque  eran  muchos  los  que  iban 
y  venían,  y  ni  siquiera  para  comer 
tenían  tiempo  desocupado.  32  Y  se 
fueron  en  la  barca  a  un  lugar  reti- 
rado a  solas.  33  Y  les  vieron  que  se 
iban  y  los  reconocieron  muchos,  y 
a  pie,  de  todas  las  ciudades,  concu- 
rrieron allá  y  llegaron  antes  que 
ellos.  34  Y  al  desembarcar  vió  Jesús 
gran  muchedumbre,  y  se  compade- 
ció entrañablemente  de  ellos,  por- 
que andaban  como  ovejas  que  no 
tienen  pastor,  y  se  puso  a  enseñar- 
les largamente. 

35  Y  siendo  ya  muy  avanzada  la 
hora,  llegándose  a  El  sus  discípulos 
le  decían  que 

— El  lugar  es  solitario  y  la  hora 
ya  muy  avanzada  ;  30  despídelos,  pa- 
ra que  yendo  a  los  cortijos  y  aldeas 
del  contorno  puedan  comprarse  algo 
que  comer. 

31  El,  respondiendo,  les  dijo  : 

— Dadles  vosotros  de  comer. 

Y  le  dicen  : 

— ¿  Habremos  de  ir  a  comprar  pa- 
nes por  doscientos  denarios,  y  les 
daremos  de  comer? 

38  El  les  dice  : 

— ¿  Cuántos  panes  tenéis  ? 


"  En  u  prisión  :  en  la  fortaleza-palacio  de  Maqueronte,  al  E.  del  mar  Muerto. 
En  la  fortaleza  estaba  preso  Juan,  en  el  palacio  celebró  Herodes  el  banquete. 

»>-»  «El  premio  de  una  bailarina  es  la  muerte  de  un  profeta»,  comenta  terri- 
blemente San  Ambrosio. 

-96- 


6  39-52 


SAN  MARCOS 


6  53—7  6 


Y  habiéndolo  averiguado,  le  dicen  : 

— Cinco  y  dos  peces. 

30  Y  mandó  que  los  acomodasen  a 
todos  repartidos  en  ranchos  sobre  la 
verde  hierba.  40  Y  se  recostaron  dis- 
tribuidos en  cuadros  por  grupos  de 
ciento  y  de  cincuenta. 

41  Y  habiendo  tomado  los  cinco  pa- 
nes y  los  dos  peces,  alzados  los  ojos 
al  cielo,  recitó  la  bendición,  y  par- 
tió los  panes  y  los  iba  dando  a  los 
discípulos,  para  que  se  los  sirvie- 
sen ;  también  los  dos  peces  los  re- 
partió a  todos.  42  Y  comieron  todos 
y  se  saciaron.  43  Y  recogieron  los 
pedazos,  que  llenaban  doce  canas- 
tos, y  las  sobras  de  los  peces.  44  Y 
eran  los  que  habían  comido  los  pa- 
nes cinco  mil  hombres. 

4o  Y  al  punto  ordenó  apremiante- 
mente  a  sus  discípulos  que  se  em- 
barcasen y  que  se  le  adelantasen 
con  rumbo  a  la  ribera  opuesta  hacia 
Betsaida,  en  tanto  que  El  disolvía 
la  turba.  46  Y  habiéndose  despedido 
de  ellos,  se  fué  al  monte  para  orar. 


Sobre  las  oudas  del  mar.  6,  47-52 
(  =  Mt.  14,  24-33  =Jn.  6,  16-21) 


4'  Y  cuando  hubo  anochecido,  es- 
taba la  barca  en  alta  mar,  v  El  solo 
en  tierra.  tó  Y  como  les  viese  que  se 
fatigaban  en  el  empeño  de  avanza!, 
orque  el  viento  les  era  contrario, 
acia  la  cuarta  vigilia  de  la  noche 
viene  a  ellos  caminando  sobre  el 
mar,  y  les  iba  ya  a  pasar  de  largo. 

Ellos,  como  le  vieron  que  camina- 
ba sobre  el  mar,  creyeron  que  era 
un  fantasma,  y  se  pusieron  a  gri- 
tar ;  50  porque  todos  le  vieron,  v  se 
alborotaron.  Mas  El  en  seguida" ha- 
bló con  ellos,  y  les  dice  : 

— -Tened  buen  ánimo,  sov  vo,  no 
tengáis  miedo. 

™  Y  subió  a  la  barca  con  ellos,  v 
amainó  el  viento.  Y  estaban  des- 
mesuradamente atónitos,  mirándose 
unos  a  otros  ;  52  pues  no  se  habían 


dado  cuenta  cabal  de  lo  acaecido  con 
los  panes,  sino  que  su  corazón  esta- 
ba embotado. 


Curaciones  en  Genesaret.  6,  53-56 
(=Mt.  14,  34-36) 

M  Y  habiendo  hecho  la  travesía, 
llegaron  a  tierra  en  Genesaret,  y 
atracaron.  "  Y  apenas  habían  salido 
de  la  barca,  cuando  algunos,  reco- 
nociendo luego  a  Jesús,  "  se  fueron 
a  recorrer  toda  aquella  comarca,  y 
comenzaron  a  trasladar  en  camillas 
a  todos  los  que  se  hallaban  mal,  a 
donde  oían  que  El  estaba.  M  Y  don- 
dequiera que  entraba,  en  las  aldeas, 
o  en  las  ciudades,  o  en  los  cortijos, 
ponían  los  enfermos  en  las  plazas, 
y  le  rogaban  les  dejase  tocar  siquie- 
ra la  franja  de  su  manto  ;  y  cuan- 
tos le  tocaron  cobraban  salud. 


Hipocresía  de  los  fariseos  y  escri- 
bas. 7,  1-13  (=Mt.  15,  1-9) 

n  1  Y  se  reúnen  los  fariseos  y  algu- 
*  nos  de  los  escribas  venidos  de  Je- 
rusalén,  y  se  ¡presentan  a  Jesús.  2  Y 
viendo  a  algunos  de  sus  discípulos 
comer  sus  panes  con  manos  profa- 
nas, esto  es,  no  lavadas — 3  porque 
los  fariseos  y  todos  los  judíos,  si  no 
se  lavan  las"  manos  a  fuerza  de  pu- 
ños, no  comen,  aferrados  a  la  tradi- 
ción de  los  ancianos  ;  4  y  al  volver 
de  la  plaza,  si  primero  no  se  bañan, 
no  comen  ;  y  hay  otras  cosas  cuya 
observancia  recibieron  por  tradición, 
lavatorios  de  copas,  jarros,  vajilla 
de  cobre,  lechos — ,  5  y  le  preguntan 
los  fariseos  y  los  escribas  : 

— ¿Por  qué  no  caminan  tus  discí- 
pulos conforme  a  la  tradición  de  los 
ancianos,  sino  que  comen  su  pan  con 
manos  profanas  ? 
0  El  les  dijo  : 

— Muy  bien  profetizó  Isaías  de  vos- 
otros, farsantes,  según  está  escrito 
que  (Is.  29,  13) 


45  Los  discípulos,  contagiados  por  los  intempestivos  entusiasmos  de  la  turba,  hu- 
bieron de  ser  alejados  bruscamente.  No  entendieron,  como  luego  se  dice  (v.  52),  la 
significación  del  milagro. 

48  Un  fantasma  :  los  discípulos  eran  más  propensos  a  tomar  por  fantasma  la  rea 
lidad  que  a  tomar  por  realidad  un  fantasma.  No  existirían  los  milagros  evangéli- 
cos si  hubieran  tenido  <iue  ser  fantaseados  por  los  discípulos. 


—  97  — 


7  7-18 


SAN  MARCOS 


7  19-27 


Ese  pueblo  me  honra  con  los  labios, 

mas  su  corazón  anda  muy  lejos  de  mí; 
1  es  vano  el  culto  que  me  rinden, 
enseñando  doctrinas,  preceptos  de  hombres. 


*  Dejando  a  un  lado  el  mandamien- 
to de  Dios,  os  aferráis  a  la  tradi- 
ción de  los  hombres. 

°  Y  les  decía  : 

— Donosamente  rescindís  el  man- 
damiento de  Dios,  para  mantenei 
vuestra  tradición.  10  Porque  Moisés 
dijo  :  «Honra  a  tu  padre  y  a  tu  ma- 
dre» y  «El  que  maldijere  al  padre  o 
a  la  madre,  muera  sin  remisión» 
(Ex.  20,  12;  Dt.  5,  16;  Ex.  21,  17). 

11  Vosotros,  empero,  decís  :  «Si  un 
hombre  dijere  al  padre  o  a  la  ma- 
dre :  Queda  declarado  horbáu,  que 
es  decir  :  ofrenda,  todo  lo  mío  que 
pudieras  reclamar  en  tu  provecho, 

12  no  le  dejáis  ya  hacer  nada  por  el 
padre  o  por  la  madre,  13  anulando  la 
palabra  de  Dios  con  vuestra  tradi- 
ción que  os  transmitisteis  de  unos  a 
otros  ;  y  semejantes  a  éstas  en  este 
género  'hacéis  muchas  cosas. 


Lo  que  contamina  y  lo  que  no. 
7,  14-23  (  =  Mt.  15,  10-20) 

11  Y  llamando  de  nuevo  a  sí  la  tur- 
ba, les  decía  : 

— Escuchadme  todos  y  entended. 
15  Ninguna  cosa  hay  que  de  fuera  del 
hombre  entre  en  él,  que  sea  capaz 
de  contaminarle,  sino  que  las  que 
del  hombre  salen  son  las  que  conta- 
minan al  hombre.  16  Quien  tenga  oí- 
dos para  oír,  escuche. 

"  Y  cuando  entró  en  casa,  dejada 
la  turba,  le  preguntaban  los  discí- 
pulos esta  parábola.  18  Y  les  dice  : 


— ¿  Así  también  vosotros  estáis  fal- 
tos de  inteligencia  ?  ¿  No  compren- 
déis que  todo  lo  que  de  fuera  entra 
en  el  hombre  no  es  capaz  de  conta- 
minarle, "'  pues  que  no  entra  en  su 
corazón,  sino  en  su  vientre,  v  de 
allí  va  a  parar  a  la  letrina  ? 

Con  esto  declaraba  puros  todos  los 
alimentos.  20  Y  decía  que 

— Lo  que  del  hombre  sale,  esto 
contamina  al  hombre.  23  Porque  de 
dentro,  del  corazón  de  los  hombres, 
salen  los  malos  pensamientos  :  forni- 
caciones, hurtos,  homicidios,  "  adul- 
terios, codicias,  maldades,  dolo,  li- 
bertinaje, mal  ojo,  maledicencia,  so- 
berbia, privación  del  sentido  moral ; 
23  todas  esas  cosas  malas  de  dentro 
salen  y  contaminan  al  hombre. 


Fe  de  la  cananca.  7,  24-30 
(  =  Mt.  15,  21-28) 

M  Y  levantándose,  partió  de  allí  a 
los  confines  de  Tiro  y  de  Sidón. 
Y  entrando  en  una  casa,  no  quería 
que  nadie  lo  supiese  ;  mas  no  logró 
pasar  inadvertido,  26  sino  que  en  se- 
guida una  mujer,  cuya  pobre  hija 
tenía  un  espíritu  inmundo,  habien- 
do oído  de  él,  viniendo  se  postró  a 
sus  pies.  26  Esa  mujer  era  gentil,  si- 
rofenicia  de  raza  ;  y  le  rogaba  que 
lanzase  el  demonio  de  su  hija.  27  Y 
le  decía  : 

— Deja  que  primero  se  sacien  los 
hijos  ;  que  no  está  bien  tomar  el 
pan  de  los  hijos  y  echarlo  a  los  pe- 
rrillos. 


7"  Cuando  un  hijo  desnaturalizado  quería  sacudir  de  sí  la  obligación  de  socorrer  a 
sus  padres  indigentes,  apelaba  al  recurso,  enseñado  por  los  escribas,  de  pronun- 
ciar sobre  sus  bienes  la  palabra  Icorbán,  con  que  quedaban  noniinalmente  consagra, 
dos  a  Dios;  consagración  impía,  que  creaba  el  deber  de  no  socorrer  a  los  padres 
necesitados,  es  decir,  de  quebrantar  el  cuarto  mandamiento  del  Decálogo. 

u  Justamente  condena  el  Señor  la  tradición  humana  opuesta  a  la  ley  divina  . 
pero  no  es  meramente  humana,  ni  opuesta  a  la  verdad  divina,  la  tradición  cristia- 
na, que  no  es  sino  la  transmisión,  divinamente  garantizada,  de  la  enseñanza  oral 
de  los  Apóstoles. 

10  Declaraba  puros  todos  los  alimentos  :  esta  observación,  que  en  su  predicación 
oral  intercalaba  San  Pedro  a  las  palabras  del  Señor,  la  hacía  el  Apóstol  recordando 
la  maravillosa  visión  de  Jope  (Ac.  10,  9-16). 

a*-23  Entre  la  casuística  grosera  y  arbitraria  de  los  escribas  y  '.a  moral  elevada, 
sensata,  espiritual,  de  Jesús  media  un  abismo. 


-98- 


7  28-8  i 


SAN  MARCOS 


82-13 


"  Ella  respondió  y  le  dice  : 
— Sí,  señor  ;  también  los  perrillos, 
debajo  de  la  mesa,  comen  de  las  mi- 
gajas de  los  niños. 
20  Y  le  dijo  : 

— Por  eso  que  has  dicho,  anda,  ha 
salido  de  tu  hija  el  demonio. 

10  Y  marchándose  a  su  casa,  halló 
a  la  niña  echada  sobre  la  cama  y 
salido  el  demonio. 


Jesús  sana  a  un  sordomudo.  7,  31-37 


31  De  nuevo  saliendo  de  los  confi- 
nes de  Tiro,  se  encaminó  por  Sidón 
hacia  el  mar  de  Galilea,  pasando  por 
medio  de  los  términos  de  la  Decá- 
polis.  32  Y  le  presentan  un  sordo  y 
tartamudo  y  le  ruegan  que  ponga 
sobre  él  su  mano.  33  Y  tomándole 
aparte  lejos  de  la  turba,  introdujo 
sus  dedos  en  las  orejas  del  sordo  y 
con  su  saliva  tocó  su  lengua  ;  34  y 
levantando  sus  ojos  al  cielo  suspiró, 
v  le  dijo  : 

— Effatá  (esto  es,  «Abrete»). 

35  Y  al  punto  se  abrieron  sus  oí- 
dos, y  se  soltó  la  atadura  de  su  len- 
gua, y  hablaba  correctamente.  38  Y 
les  ordenó  que  a  nadie  lo  dijesen  ; 
pero  cuanto  más  se  lo  ordenaba,  tan- 
to más  y  más  ellos  lo  divulgaban. 
81  Y  se  asombraban  sobremanera,  di- 
ciendo : 

— Todo  lo  ha  hecho  bien,  y  hace 
oír  a  los  sordos  y  hablar  a  los  mu- 
dos. 


Segunda  multiplicación  de  los  pa- 
nes. 8,  1-10  (  =  Mt.  15,  32-39) 

O  1  Por  aquellos  días,  como  de  nue- 
0  vo  hubiese  mucho  gentío  y  no 
tuviesen  qué  comer,  llamando  a  sí  a 
los  discípulos,  díceles  : 


"  Siento  compasión  de  esta  mu- 
chedumbre, pues  ya  tres  días  per- 
manecen conmigo  y  no  tienen  qué 
comer  ;  3  y  si  los  despidiere  ayunos 
a  sus  casas,  desfallecerán  en  el  ca- 
mino, y  algunos  de  ellos  han  venido 
de  lejos. 

4  Y  le  respondieron  sus  discípulos 
que 

— ¿  De  dónde  podrá  uno  aquí  en  la 
soledad  saciar  a  éstos  de  panes  ? 
6  Y  les  preguntaba  : 
— ¿  Cuántos  panes  tenéis  ? 
Ellos  dijeron  : 
— Siete. 

0  Y  manda  a  la  turba  recostarse 
en  el  suelo  ;  y  tomando  los  siete  pa- 
nes, haciendo  gracias,  los  partió,  y 
dábalos  a  sus  discípulos  para  que  se 
los  sirviesen  ;  y  los  sirvieron  a  la 
turba.  7  Y  tenían  unos  pocos  pesca- 
dillos,  y  Habiéndolos  bendecido,  di- 
jo que  también  éstos  los  sirviesen. 
8  Y  comieron  y  se  saciaron,  y  reco- 
gieron las  sobras  de  los  pedazos, 
siete  espuertas.  9  Eran  como  unos 
cuatro  mil,  y  los  despidió. 

10  Y  luego"  subiendo  en  la  barca 
con  sus  discípulos,  vino  a  la  región 
de  Dalmanuta. 


{.a  señal  del  cielo.  8,  11-13 
(=Mt.  16,  1-4) 

11  Y  salieron  los  fariseos  y  comen- 
zaron a  discutir  con  él,  demandan- 
do de  El  alguna  señal  procedente 
del  cielo,  con  ánimo  de  tentarle.  12  Y 
gimiendo  en  su  espíritu,  dice  : 

— ¿  Para  qué  esa  generación  de- 
manda una  señal  ?  En  verdad  os  di- 
go, no  se  dará  señal  a  esa  genera- 
ción. 

"  Y,  dejados  ellos,  embarcando  de 
nuevo,  se  fué  a  la  ribera  opuesta. 


25-29  jrs  ya  ciásica  esta  retorsión  dialéctica  de  la  cananea  ;  pero,  más  que  i>or 
la  retorsión,  el  Señor  se  dejó  concluin  por  la  fe  de  la  mujer. 

S3-34  Esta  especie  de  ceremonial  parece  tuvo  por  objeto  inspirar  la  fe  en  e'  sot- 
domudo,  que  tal  vez  era  gentil. 

37  Todo  lo  hí  hecho  bien,  o  más  literalmente,  thermosamente  lo  ha  hecho  todo»  : 
hermosa  síntesis  de  toda  la  vida  de  Jesús. 

O  4  Es  notable  que  a  los  discípulos,  después  de  la  primera  multiplicación  de  los  pa- 
O  nes,  no  se  les  ocurriera  la  posibilidad  de  repetirse  el  milagro.  No  eran  milagreros. 
Conclusión  lógica  es  que  no  crearon  ellos  los  milagros  del  Evangelio. 


—  99  — 


8  14-24 


SAN  MARCOS 


8  25-32 


El  fermento  de  los  fariseos.  8,  14-21 
(  =  Mt.  16,  5-12) 

M  Y  se  olvidaron  de  tomar  panes, 
y  no  tenían  consigo  en  la  barca  sino 
un  solo  pan.  15  Y  les  prevenía  di- 
ciendo : 

—Tened  ojo  y  guardaos  de  la  le- 
vadura de  los  fariseos  y  de  la  leva- 
dura de  Herorles. 

10  Y  departían  entre  sí  sobre  que 
no  tenían  panes.  "  Y  advirtiéndolo 
Jesús,  les  dice  : 

— ¿  A  qué  viene  el  departir  entre 
vosotros  sobre  que  no  tenéis  panes  ? 
¿Todavía  no  reflexionáis  ni  enten- 
déis ?  ¿  Tenéis  encallecido  vuestro 
corazón  ?  ls  ¿  Teniendo  ojos,  no  veis, 
y  teniendo  oídos,  no  oís?  ¿  Y  no  re- 
cordáis, 18  cuando  partí  los  cinco  pa- 
nes entre  los  cinco  mil,  cuántos  ca- 
nastos llenos  de  pedazos  recogisteis? 

Dícenle  : 

—Doce. 

-"  Y  cuando  los  siete  entre  los  cua- 
tro mil,  ¿  cuántas  espuertas  llenas  de 
pedazos  recogisteis  ? 

Y  dicen  : 

—Siete. 

21  Y  decíales  : 

— ¿No  comprendéis  todavía? 


El  ciego  de  Betsaida.  8,  22-26 


"  Y  vienen  a  Betsaida.  Y  tráenle 
un  ciego,  y  le  ruegan  que  le  toque. 
~~  Y  tomando  de  la  mano  al  ciego, 
le  sacó  fuera  de  la  aldea  ;  y  habien- 
do escupido  en  sus  ojos,  puestas  sus 
manos  sobre  él,  le  preguntaba  : 

— ¿  Yes  algo  ? 

24  Y  habiendo  alzado  los  ojos,  de- 
cía : 


— Veo  los  hombres...  Me  parecen 
árboles...  Los  veo  caminar. 

25  Luego  de  nuevo  puso  las  manos 
sobre  sus  ojos,  y  distinguía  los  ob- 
jetos, y  quedó  restablecido,  y  veía 
de  lejos  claramente  todas  las  cosas. 
26  Y  le  despachó  a  su  casa,  diciendo: 

— Que  nó  entres  siquiera  en  el  pue- 
blo. 

Confesión  de  Pedro.  8,  27-30 
(=Mt.  16,  13-20  =Lc.  9,  18-21) 

2Í  Y  salió  Jesús  y  sus  discípulos 
hacia  las  aldeas  de  Cesárea  de  Fili- 
po,  v  en  el  camino  interrogaba  a  sus 
discípulos,  diciéndoles  : 

— ¿Quién  dicen  los  hombres  que 
sov  ? 

*  Ellos  le  contestaron  diciendo  que 
— Juan  el  Bautista;  y  otros,  Elias; 
otros,  que  uno  de  los  profetas. 

29  Y  El  les  preguntaba  a  ellos  : 
—  Y  vosotros,  ¿quién  decís  que 

soy  ? 

Respondiendo  Pedro,  le  dice  : 
— Tú  eres  el  Mesías. 

30  Y  les  ordenó  terminantemente 
que  a  ninguno  dijesen  esto  de  El. 

Primer  anuncio  de  la  pasión.  8,  31- 
33  (  =  Mt.  16,  21-23  =Lc.  9,  22) 

"  Y  comenzó  a  enseñarles  que  el 
Hijo  del  hombre  tenía  que  padecer 
muchas  cosas  y  ser  desechado  por 
los  ancianos,  y  por  los  sumos  sacer- 
dotes, y  por  los  escribas,  y  ser  en- 
tregado a  la  muerte,  y  a  los  tres  días 
resucitar.  82  Y  les  declaraba  la  cosa 
abiertamente. 

Y  tomándole  consigo  Pedro,  co- 


15-n  Merece  reflexión  el  rudo  contraste  entre  la  espiritualidad  del  Maestro  y  la 
materialidad,  por  no  decir  materialismo,  de  los  discípulos.  Tampoco  el  espiritualismo 
del  Evangelio  pudo  ser  creación  de  esos  pobres  galileos. 

23-25  Es  gradual  la  curación,  porque  gradualmente  se  despertaba  la  fe  en  el  ciego. 

28  Para  ir  a  su  casa  sin  entrar  en  el  pueblo,  el  ciego  debía  de  tener  su  casa 
fuera  del  pueblo. 

27-40  Ha  llegado  el  momento  decisivo  de  manifestar  abiertamente  la  mesianidad 
de  Jesús.  Eos  discípulos  están  ya  preparados,  y  Pedro  la  proclama  en  nombre  de 
todos.  San  Marcos,  mera  transmisor  de  la  predicación  de  Pedro,  calla  la  promesa 
del  primado,  porque  Pedro  modestamente  la  callaba. 

81  Confesada  la  mesianidad  de  Jesús,  era  necesario  despojar  esta  fe  de  las  fanta- 
sías mesiánicas  que  la  desfiguraban.  Para  ello  revela  el  Maestro  a  los  atónitos  dis- 
cípulos el  misterio  de  la  cruz. 

88  No  concibe  Pedro  que  tRey  de  los  judíos»  pueda  ser  el  título  de  la  cruz  en 
que  muera  el  Mesías.  Y  tardará  en  comprenderlo. 


—  100  — 


8  33-9  6 


SAN  MARCOS 


8  34-9  13 


menzó  a  reconvenirle.  83  Mas  El,  vol- 
viéndose y  viendo  a  sus  discípulos, 
increpó  a  Pedro  y  dice  : 

— Vete  de  aquí,  quítateme  de  de- 
lante, Satanás,  pues  tus  miras  no  son 
las  de  Dios,  sino  las  de.  los  hombres. 


Necesidad  de  llevar  la  cruz.  8,  34-38 ; 
9,  1  (  =  Mt.  16,  2.1-28  =Lc.  9,  23-27) 

31  Y  llamando  a  sí  la  turba  junto 
con  sus  discípulos,  (lijóles  : 


Si  alguno  quiere  seguir  en  pos  de  mí, 

niegúese  a  sí  mismo  y  tome  a  cuestas  su  cruz,  y  sígame. 
35  Porque  quien  quisiere  poner  a  salvo  su  vida,  la  perderá ; 
mas  quien  perdiere  su  vida  por  el  Evangelio,  la  salvará. 
3,5  Pues  ¿qué  aprovecha  al  hombre  ganar  el  mundo  entero 
y  malograr  su  alma  ? 

37  Pues  ¿  que  podrá  dar  un  hombre  a  cambio  por  recuperar  su  alma  ? 

3S  Porque  quien  se  avergonzare  de  mí  y  de  mis  palabras 

en  esa  generación  adúltera  y  pecadora, 

también  el  Hijo  del  hombre  se  avergonzará  de  él 

cuando  viniere  en  la  gloria  de  su  Padre  con  los  ángeles  santos. 


9'  Y  les  decía  : 
— -En  'verdad  os  digo  que  hay  all- 
t;unos  de  los  aquí  presentes  que  no 
gustarán  la  muerte  sin  que  antes 
vean  el  reino  de  Dios  venido  en  po- 
der. 

Transfiguración  de  Jesús.  9,  2-13 
(  =  Mt.  17,  1-13  =Lc.  9,  28-36) 

3  Y  seis  días  después  toma  consi- 
go Jesús  a  Pedro  y  a  Santiago  y  a 
Juan,  y  sube  con  ellos  solos  aparte 
a  un  monte  elevado.  Y  se  transfor- 
mó delante  de  ellos ;  3  y  sus  vestidu- 
ras se  tornaron  centelleantes,  blan- 
cas en  extremo,  cuales  ningún  ba- 
tanero sobre  la  tierra  es-  capaz  de 
blanquearlas  así.  4  Y  aparecieron  a 
su  vista  Elias  y  Moisés,  y  estaban 
conversando  con  Jesús.  6  Y  tomando 
Pedro  la  palabra,  dice  a  Jesús  : 

— Rabí,  linda  cosa  es  estarnos  aquí, 
y  vamos  a  hacer  tres  tiendas  :  una 
para  ti,  una  para  Moisés  y  una  para 
Iílías. 

"  Porque  no  sabía  qué  decir,  pues 


quedaron  fuera  de  sí  por  el  espanto. 
1  Y  se  formó  una  nube  que  los  cu- 
bría, y  vino  una  voz  de  la  nube  : 

— Este  es  mi  Hijo  querido  ;  escu- 
chadle. 

s  Y  súbitamente,  echando  una  mi- 
rada en  derredor,  a  nadie  ya  vieron 
sino  a  Jesús  solo  con  ellos. 

9  Y  mientras  bajaban  del  monte, 
les  previno  Jesús  que  a  nadie  refi- 
riesen las  cosas  que  habían  visto,  si- 
no cuando  el  Hijo  del  hombre  hu-^ 
biera  resucitado  de  entre  los  muer- 
tos. 10  Y  guardaron  la  cosa  para  sí. 
Y  se  preguntaban  qué  era  aquello  de 
resucitar  de  entre  los  muertos. 

11  Y  le  preguntaban  diciendo  : 

— ¿  Cómo  dicen  ¡os  escribas  que 
Elias  ha  de  venir  primero  ? 

B  El  les  dijo  : 

— Elias  ciertamente,  viniendo  pri- 
mero, restaurará  todas  las  cosas;  ¿y 
cómo  está  escrito  del  Hijo  del  hom- 
bre que  ha  de  padecer  muchas  cosas 
y  ser  menospreciado?  13  Pues,  bien, 
os  digo  que  sí  ha  venido  Elias  y  que 
hicieron  con  él  cuanto  quisieron,  se- 
gún está  escrito  de  él. 


Propone  el  Maestro  la  «palabra  de  la  cruz»,  síntesis  de  la  auténtica  espiritua- 
lidad cristiana. 

9>  Estas  palabras  parecen  un  anuncio  de  la  transfiguración. 
M  Linda  cosa  es  estarnos  aquí  :  Pedro  no  sabía  lo  que  se  decía,  pero  respiraba 
por  la  llaga  :  le  parecía  más  lindo  gozar  en  el  Tabor  que  padecer  en  el  Calvario. 
La  voz  del  Padre  :  escuchadle,  intima  a  Pedro,  y  a  todos,  que  hay  que  escuchar 
a  Jesús  no  menos  cuando  habla  de  su  cruz  que  cuando  reyela  su  mesianidad. 

10-13  En  la  cabeza  de  los  discípulos  había  un  enorme  embrollo.  Dos  puntos  espe- 
cialmente les  desconcertaban  :  la  resurrección  del  Mesías  y  la  venida  previa  de 
Elias.  El  Maestro  les  dió  a  entender  que  Elias  era  Juan  y  que,  como  Juan,  el  Me- 
sías también  había  de  morir,  pero  que  después  resucitaría.  La  muerte  del  Mesías 
era  la  clave  de  todo. 


—  101  — 


9  14-26 


SAN  MARCOS 


9  27-37 


/*.'/  niño  lunático,  9,  14-29  (  =  Mt.  17, 
14-20  =Lc.  9,  37-43) 

H  Y  en  viniendo  a  los  discípulos, 
vió  gran  gentío  en  torno  de  ellos  y 
a  unos  escribas  que  discutían  con 
ellos.  15  Y  al  punto  todo  aquel  gen- 
tío, al  verle,  quedaron  estupefactos, 
y  corriendo  hacia  El  le  saludaron. 

"  Y  les  preguntó  : 

— i  Qué  es  lo  que  discutís  con  ellos  ? 

17  Y  le  respondió  uno  de  entre  la 
turba  : 

— Maestro,  traje  a  ti  mi  hijo,  que 
tiene  un  espíritu  mudo,  18  y  donde- 
quiera que  se  apodera  de  él,  le  echa 
por  tierra,  y  echa  espumarajos,  y  da 
diente  con  diente,  y  se  pone  rígido  ; 
y  dije  a  tus  discípulos  que  lo  lanza- 
sen, y  no  pudieron. 

19  El,  respondiendo,  les  dijo  : 

— ¡Oh  generación  incrédula!,  ¿has- 
ta cuándo  estaré  con  vosotros  ?  ¿  Has. 
ta  cuándo  os  soportaré  ?  Traédmele. 

2U  Y  se  lo  trajeron.  Y,  cuando  le 
vió,  al  punto  el  espíritu  le  sacudió 
violentamente,  y  cayendo  en  tierra 
se  revolcaba  espumajeando.  21  Y  pre- 
guntó a  su  padre  : 

— ¿  Cuánto  tiempo  hace  que  comen, 
.zó  a  estar  así  ? 
*   El  le  dijo  : 

— Desde  la  infancia  ;  52  y  muchas 
veces  le  echó  ya  en  el  fuego,  ya  en 
el  agua,  para  hacerle  perecer.  Pero 
si  algo  puedes,  socórrenos,  compade- 
cido de  nosotros. 

23  Mas  Jesús  le  dijo  : 

— ¿  Que  «si  puedes»  ?  Todo  es  po- 
sible al  que  cree. 

M  Al  punto  el  padre  del  niño  a  gri- 
tos decía  : 

— Creo  ;  socorre  a  mi  fe,  aunque 
sea  poca. 

31  Mas  viendo  Jesús  que  crecía  el 
concurso  de  la  gente,  habló  con  im- 
perio al  espíritu  inmundo,  dicién- 
dole  : 

— Espíritu  mudo  y  sordo,  yo  te  lo 
mando  :  sal  de  él,  y  no  entres  ya 
más  en  él. 

20  Y  dando  gritos  y  sacudiéndole 
con  extremada  violencia,  salió,  y  que- 
dó el  niño  como  muerto,  de  suerte 
que  los  más  decían  que 

— Ha  muerto. 


"  Mas  Jesús,  tomándole  de  la  ma- 
no, lo  levantó,  y  él  se  puso  en  pie. 

"  Y  cuando  hubo  entrado  en  casa, 
sus  discípulos  en  particular  le  pre- 
guntaban : 

— ¿Cómo  es  que  nosotros  no  pudi- 
mos lanzarlo  ? 

28  Y  les  dijo  : 

— Ese  linaje  con  nada  puede  salir, 
si  no  es  con  oración  y  ayuno. 

Segundo  anuncio  de  la  pasión.  9,  30- 
32  (  =  Mt.  17,  21-31  =Lc.  9,  44-45) 

M  Y  saliendo  de  allí  atravesaban 
sin  detenerse  la  Galilea,  y  no  quería 
que  nadie  lo  supiese  ;  31  porque  ins- 
truía a  sus  discípulos  y  les  decía  que 

— El  Hijo  del  hombre  va  a  ser  en- 
tregado en  manos  de  los  hombres,  y 
le  matarán  ;  y  después  de  muerto,  a 
los  tres  días  resucitará. 

32  Ellos  no  entendían  tales  pala- 
?.>ras,  y  tenían  miedo  de  preguntarle. 


Quién  es  el  mayor.  9,  33-37 
(  =  Mt.  18,  1-5  =Lc.  9,  46-48) 

33  Y  llegan  a  Cafarnaúm.  Y  una 
vez  en  casa  les  preguntaba  : 

— ¿Sobre  qué  altercabais  en  el  ca- 
mino ? 

34  Ellos  callaban.  Es  que  en  el  ca- 
mino habían  altercado  unos  con  otros 
sobre  quién  era  el  mayor.  33  Y  ha- 
biendo tomado  asiento,  llamó  a  los 
Doce,  y  les  dice  : 

— Si  alguno  quiere  ser  el  primero, 
ha  de  ser  el  último  de  todos  y  cria- 
do de  todos. 

86  Y  tomando  un  niño  lo  puso  ,  en 
medio  de  ellos,  y  habiéndole  abra- 
zado les  dijo  : 

31  — Quien  a  uno  de  semejantes  ni- 
ños recibiere  en  mi  nombre,  a  mí 
me  recibe  ;  y  quien  me  recibe  a  mí, 
no  me  recibe  a  mí,  sino  al  que  me 
envió. 


30  La  exacta  coincidencia  de  esta  indicación  con  Jn.  7,  1,  parece  dar  a  entcndti 
que  el  Señor  se  dirigía  a  Jerusalén  para  la  fiesta  de  los  Tabernáculos. 
"  Parece  que  el  Señor  vuelve  de  la  fiesta  de  los  Tabernáculos. 


—  102  — 


9  38-1Q3 


SAN  MARCOS 


9  4«-10  12 


El  exorcista  extraño,  g,  38-41 
(  =  Lc.  g,  49-50) 

2"  Díjole  Juan  : 

— Maestro,  vimos  a  uno,  que  no 
anda  con  nosotros,  lanzar  demonios 
en  tu  nombre,  y  se  lo  estorbamos. 

30  Mas  Jesús  dijo  : 


— No  se  lo  estorbéis,  pues  no  ha- 
brá nadie  que  obre  un  milagro  en 
mi  nombre,  y  puede  en  seguida  ha- 
blar mal  de  mí.  40  Pues  quien  no  es- 
tá contra  nosotros,  con  nosotros  es- 
tá. "  Y  quien  os  diere  de  beber  un 
vaso  de  agua  a  título  de  ser  vosotros 
de  Cristo,  en  verdad  os  digo  que  no 
perderá  su  galardón. 


Contra  el  escándalo.  9,  42-50  (  =  Mt.  18,  6-9) 


'-  Y  quien  escandalizare  a  uno  de  estos  pequeñuelos  que  creen  en  mí, 
más  vale  que  le  cuelguen  al  cuello  una  muela  de  tahona  y  lo  echen  al  mar. 

43  Y  si  te  escandalizare  tu  mano,  córtala : 
más  vale  que  entres  manco  en  la  vida 

que  con  las  dos  manos  irte  a  la  gehena,  al  fuego  inextinguible, 
donde  «su  gusano  no  muere  y  su  fuego  no  se  extingue»  (Is.  63,  24). 

44  Y  si  tu  pie  te  escandalizare,  córtalo: 
46  más  vale  que  entres  cojo  en  la  vida, 

que  con  los  dos  pies  ser  arrojado  en  la  gehena, 

donde  «su  gusano  no  muere  y  su  fuego  no  se  extingue»  (Is.  63,  24). 

"  Y  si  tu  ojo  te  escandalizare,  sácalo: 

17  más  vale  que  con  un  ojo  entres  en  el  reino  de  Dios 

que  no  con  dos  ojos  ser  arrojado  a  la  gehena, 

■  donde  «su  gusano  no  muere  y  su  fuego  no  se  extingue»  (Is.  63,  24). 


45  Porque  todos  serán  salados  con 
el_  fuego,  y  toda  víctima  con  sal  se- 
rá salada.  60  Buena  ,es  la  sal  ;  mas 
si  la  sal  se  desalare,  ¿con  qué  la  sa- 
zonaréis ?  Tened  en  vosotros  sal,  y 
estad  en  paz  unos  con  otros. 


Indisolubilidad  del  matrimonio.  10, 
1-12  (  =  Mt.  19,  1-12) 


"i  f\  1  Y  levantándose  de  allí,  se  va 
íyj  a  los  confines  de  ila  Judea  y 
allende  el  Jordán,  y  de  nuevo  se  le 
juntan  muchedumbres  en  el  cami- 
no, y,  como  solía,  de  nuevo  los  en- 
señaba. 

1 Y  acercándose  unos  fariseos,  le 
preguntaban  con  ánimo  de  tentarle : 

— ¿Si  es  lícito  al  marido  repudiar 
a  su  mujer  ? 

'J  El,  respondiendo,  les  dijo  : 


— ¿  Qué  os  mandó  Moisés  ? 
*  Ellos  dijeron  : 

— Moisés  permitió  escribir  libelo  de 
divorcio  y  repudiar  (Dt.  24,  1). 

6  Mas  Jesús  les  dijo  : 

— -En  razón  de  vuestra  dureza  de 
corazón  os  escribió  este  precepto . 
6  Mas  desde  el  principio  de  la  crea- 
ción «varón  y  hembra  los  hizo ;  1  por 
causa  de  esto  dejará  el  hombre  su 
padre  y  madre,  8  y  se  harán  los  dos 
una  sola  carne»  (Gén.  2,  24).  Así  que 
ya  no  son  dos,  sino  una  carne.  *  Lo 
que  Dios,  pues,  juntó,  el  hombre  no 
lo  separe. 

10  Y  en  llegando  a  casa  de  nuevo, 
los  discípulos  le  interrogaban  acer- 
ca de  esto.  11  Y  les  dice  : 

— Quien  repudiare  a  su  mujer  y 
se  casare  con  otra,  comete  adulterio 
contra  la  primera.;  12  y  si  la  mujer 
repudiare  a  su  marido  y  se  casare 
con  otro,  comete  adulterio. 


La  mayoría  de  los  códices  griegos,  a  una  con  la  Vulgata,  después  de  loa 
43  y  45  añaden,  y  probablemente  con  razón,  el  texto  de  Isaías  citado  en  el  v.  48. 


Con  esto  el  ritmo  de  la  frase  resulta  más  impresionante 
■J^Q  1  Saliendo  de  su  retiro  de  Efrén,  el  Señor  se  dirige 


Jerusalén  para  celebrar 


—  103  — 


10  13-23 


SAN  MARCOS 


10  24-32 


Jesús  y  los  niños,  io,  13-16  (  =  Mt.  19, 
13-15  =Lc.  18,  15-17) 

13  Y  le  presentaban  unos  niños  para 
que  los  tocase  ;  pero  los  discípulos 
reñían  a  los  que  los  traían.  "  Vién- 
dolo Jesús,  se  enojó  y  les  dijo  : 

— Dejad  a  los  niños  que  vengan  a 
mí,  no  se  lo  estorbéis  ;  pues  de  los 
tales  es  el  reino  de  Dios.  15  En  ver- 
dad os  digo,  quien  no  reciba  el  reino 
de  Dios  como  niño,  no  entrará  en  él. 

18  Y  después  de  abrazarlos  los  ben- 
decía poniendo  las  manos  sobre  ellos. 

El  joven  rico.  10,  17-22  (  =  Mt.  19, 
16-22  =Lc.  18,  18-23) 

,:  Y  cuando  salía  para  proseguir  su 
camino,  corriendo  uno  hacia  él  y 
arrodillándose,  le  preguntaba  : 

— Maestro  bueno,  ¿  qué  he  de  ha- 
cer para  poseer  la  vida  eterna  ? 

18  Jesús  le  dijo  : 

— ¿  A  qué  me  llamas  bueno  ?  Na- 
die es  bueno  sino  sólo  Dios.  10  Cono- 
ces los  mandamientos  :  «No  mates, 
no  adulteres,  no  robes,  no  des  falso 
testimonio,  no  defraudes,  honra  a  tu 
padre  v  a  tu  madre»  (Ex.  20,  13-16  ; 
Dt.  5,  "17-20). 

20  El,  respondiendo,  dijo  : 

— Maestro,  todas  estas  cosas  las 
guardé  desde  mi  juventud. 

a  Jesús,  fijando  en  él  la  mirada,  le 
amó,  y  le  dijo  : 

— Una  cosa  te  falta  :  anda,  vende 
cuanto  tienes  y  dalo  a  los  pobres,  y 
poseerás  un  tesoro  en  el  cielo,  y 
vuelto  acá,  sigúeme,  cargando  con 
la  cruz. 

22  El,  frunciendo  el  ceño  a  estas 
palabras,  se  marchó  malhumorado, 
porque  era  persona  que  poseía  mu- 
chos bienes. 

Peligros  de  la  riqueza.  10,  23-27 
(  =  Mt.  19,  23-26  =Lc.  18,  24-27) 

ra  y  echando  en  torno  una  mirada, 
dice  Jesús  a  sus  discípulos  : 


— ¡Cuán  difícilmente  los  que  po- 
sean riquezas  entrarán  en  el  reino 
de  Dios  ! 

24  Los  discípulos  se  asombraban  al 
oír  estas  palabras.  Mas  Jesús,  to- 
mando de  nuevo  la  palabra,  les  dice: 

— Hijos,  ¡  cuán  difícil  es  que  los 
que  tienen  puesta  su  confianza  en  las 
riquezas^ entren  en  el  reino  de  Dios! 
25  Más  fácil  es  pasar  un  camello  por 
el  ojo  de  la  aguja  que  entrar  un  ri- 
co en  el  reino  de  Dios. 

26  Ellos  más  y  más  se  pasmaban, 
diciéndose  entre  sí  : 

— ¿  Y  quién  podrá  salvarse  ? 

27  Fijando  en  ellos  su  mirada,  dí- 
celes  Jesús  : 

— Para  los  hombres,  imposible,  mas 
no  para  Dios  :  que  todo  es  posible 
para  Dios. 


Calardón  de  la  pobreza.  10,  28-31 
(  =  Mt.  19,  27-30  =Lc.  18,  28-30) 

25  Pedro  comenzó  a  decirle  : 
— Nosotros  ya  ves  que  hemos  de- 
jado todas  las  cosas  y  te  hemos  se- 
guido a  ti. 
28  Dijo  Jesús  : 

— En  verdad  os  digo,  nadie  hay 
que  dejó  casa,  o  hermanos,  o  herma- 
nas, o  madre,  o  padre,  o  hijos,  o 
campos  por  causa  de  mí  y  por  causa 
del  Evangelio,  3U  que  no  reciba  el 
cien  doblado  ahora  en  este  tiempo, 
casas,  y  hermanos,  y  hermanas,  y 
madres,  e  hijos,  y  campos,  junto  con 
persecuciones,  y  en  el  siglo  venide- 
ro vida  eterna.  31  Y  muchos  primeros 
serán  postreros,  y  los  postreros  pri- 
meros. 


S'itevo  anuncio  de  la  pasión.  10,  32-34 
(  =  Mt.  20,  17-19  =Lc.  18,  31-34) 

Iban  su  camino  subiendo  a  Jeru- 
salén,  y  Jesús  marchaba  delante  de 
ellos,  y  se  asombraban,  y  ellos  le  se- 
guían, pero  tenían  miedo.  Y  toman- 


18  Jesús,  poniéndose  en  el  orden  de  ideas  del  que  le  interpela,  rehusa  la  alabanza 
de  bueno,  como  hombre.  Si  semejante  alabanza  le  corresponde  como  a  Dios,  aquí 
ni  lo  afirma  ni  lo  niesa  ¡  en  otras  ocasiones  lo  dijo. 

»*>  Todo  este  pasaje  es  un  comentario  de  aquella  doble  sentencia  del  misino 
Maestro:  tUienaventurados  los  pobres,  porque  vuestro  es  el  reino  de  Dios...;  ¡Ay 
de  vosotros  los  ricos,  porque  os  tenéis  vuestra  consolación!»  (Le.  6,  20,  24). 


—  104  — 


10  33-41 


SAN  MARCOS 


10  42"52 


do  consigo  .le  nuevo  a  los  Doce, 
comenzó  a  decirles  lo  que  iba  a  su- 
cederle  : 

33 — Porque  mirad,  subimos  a  Jeru- 
salén,  y  el  Hijo  del  hombre  será  en- 
tregado a  los  sumos  sacerdotes  y  a 
losescribas,  y  le  condenarán  a  muer- 
te, y  le  entregarán  a  los  gentiles, 
34  y  le  escarnecerán,  y  le  escupirán, 
v  le  azotarán,  y  matarán,  y  tres  días 
después  resucitará. 

Ambición  de  Santiago  y  Juan,  io,  35- 
40  (  =  Mt.  20,  20-23) 

a  Y  se  vienen  a  él  Santiago  y  Juan, 
los  hijos  de  Zebedeo,  y  le  dicen  : 

—Maestro,  queremos  que  hagas  con 
nosotros  lo  que  te  pidiéremos. 
36  El  les  dijo  : 

— ¿Qué  queréis  que  haga  yo  con 
vosotros  í 
31  Ellos  le  dijeron  : 
— Otórganos  que,  uno  a  tu  diestra 
y  uno  a  tu  izquierda,  nos  sentemos 
en  tu  gloria. 
38  Mas  Jesús  les  dijo  : 
— No  sabéis  qué  cosa  pedís.  ¿Po- 
déis beber  el  cáliz  que  yo  bebo  o  ser 
bautizados  con  el  bautismo  con  que 
yo  soy  bautizado  ? 
33  Ellos  le  dijeron  : 
— Podemos. 
Mas  Jesús  les  dijo  : 
— El  cáliz  que  yo  bebo,  beberéis, 
y  con  el  bautismo  con  que  yo  soy 
bautizado  seréis  bautizados  ;  40  mas 
el  sentarse  a  mi  diestra  o  a  mi  iz- 
quierda no  es  incumbencia  mía  otor- 
garlo, sino  que  es  para  quienes  está 
preparado. 

Indignación  de  los  demás  apóstoles. 
10,  41-45  (  =  Mt.  20,  24-28) 

a  Y  como  oyeron  esto  los  diez,  co- 
menzaron a  enojarse  con  Santiago  y 
Juan. 


42  Y  llamándolos  a  sí  Jesús,  les  dice  : 
— Sabéis  que  los  que  figuran  co- 
mo jefes  de  las  naciones  los  tratan 
despóticamente,  y  los  grandes  entre 
ellos  abusan  contra  ellos  de  su  au- 
toridad. 43  No  es  así  entre  vosotros  ; 
antes  el  que  quisiere  hacerse  gran- 
de entre  vosotros,  será  vuestro  ser- 
vidor ;  44  y  el  que  quisiere  entre  vos- 
otros ser  primero,  será  esclavo  de 
todos,  45  puesto  que  el  Hijo  del  hom- 
bre no  vino  a  ser  servido,  sino  a 
servir  y  a  dar  su  vida  como  rescate 
Dor  muchos. 


El  ciego  de  Jericó.  10,  46-52 
(  =  Mt.  20,  29-34  =Lc.  18,  35-43) 

46  Y  Hegan  a  Jericó.  Y  al  salir  de 
Jericó  él  y  sus  discípulos  y  una  tur- 
ba considerable,  el  hijo  de  Timeo, 
Bartimeo,  un  ciego  mendigo,  estaba 
sentado  a  la  vera  del  camino.  47  Y 
cuando  oyó  decir  que  era  Jesús  el 
Nazareno,  comenzó  a  dar  gritos  y 
decir  : 

— Hijo  de  David,  ten  compasión  de 
mí. 

48  Y  le  increpaban  muchos  para  que 
ae  callase.  Pero  él  gritaba  mucho 
más  : 

— Hijo  de  David,  ten  compasión  de 
mí. 

49  Y  deteniéndose  Jesús,  dijo  : 
—Llamadle. 

Y  llaman  al  ciego,  diciéndole  : 

— Buen  ánimo,  levántate,  te  llama. 

w  El,  tirando  de  sí  la  capa,  levan- 
tándose de  un  salto,  se  vino  a  Je- 
sús. 

61  Y  dirigiéndose  a  él,  dijo  Jesús  : 
— ¿  Qué  quieres  que  haga  contigo  ? 
El  ciego  le  dijo  : 

— Rabbuní,  que  yo  recobre  la  vista. 

"  Y  Jesús  le  dijo  : 

— 'Anda,  tu  fe  te  ha  salvado. 

Y  al  instante  recobró  la  vista,  v 
le  seguía  en  el  camino. 


58-10  Después  del  patético  anuncio  de  la  pasión  parece  inconcebible  la  presunción 
fie  los  dos  chijos  del  trueno»,  que,  no  contentos  con  ser  de  los  predilectos,  no  sufren 
les  sea  antepuesto  Pedro.  Contra  semejante  ambición  se  revuelven  los  otros  diez, 
y  no  por  sobra  de  humildad.  Tales  eran  aún  los  discípulos,  después  de  estar  tres 
años  en  la  escuela  del  que  era  «manso  y  humilde  de  Corazón». 

15  A  dar  su  VIDA  COMO  rescate  por  [los]  muchos:  expresión  significativa,  que  nos 
revela  el  gran  misterio  de  la  redención  humana. 


—  105  — 


11  1-15 


SAN  MARCOS 


11  4-20 


Entrada  triunfal  en  Jerusalén.  u,  i- 
ii  (=Mt.  2i,  i-ii  ;  14-17  =  Lc.  ig, 
29-40  =Jn.  12,  12.19) 

i  i  1  Y  cuando  llegan  cerca  de  Je- 
í  A  rusalén  y  de  Betania,  junto  al 
monte  de  los'  Olivos,  envía  dos  de 
sus  discípulos,  2  y  les  dice  : 

— Id  a  la  aldea  que  está  frente  a 
vosotros,  y  luego  que  entréis  en  ella 
hallaréis  un  pollino  atado,  sobre  el 
cual  ningún  hombre  jamás  se  sen- 
tó ;  desatadle  y  traedle.  3  Y  si  al- 
guien os  dijere  :  «¿  Por  qué  hacéis 
eso?»,  decid:  «El  Señor  tiene  ne- 
cesidad de  él,  y  luego  lo  hace  traer 
de  nuevo  acá.» 


4  Y  fueron  y  hallaron  un  pollino 
atado  junto  a  la  puerta,  fuera  en  el 
camino  que  daba  la  vuelta,  y  lo  des- 
atan. 6  Y  algunos  de  los  allí  presen- 
tes les  decían  : 

— ¿Qué  hacéis  con  desatar  el  po- 
llino ? 

6  Ellos  les  dijeron  según  que  Je- 
sús les  había  dicho,  y  les  dejaron 
hacer.  '  Y  traen  el  pollino  a  Jesús, 
y  le  echan  encima  sus  mantos,  y 
montó  en  él.  8  Y  muchos  tendieron 
sus  mantos  en  el  camino,  y  otros  fo- 
llaje, cortado  de  los  campos.  0  Y  tan- 
to los  que  precedían  como  los  que 
seguían  clamaban  : 


¡  Hosanna ! 

¡  Bendito  el  que  viene  en  el  nombre  del  Señor  ! 

10  ¡  Bendito  el  reino,  que  viene,  de  nuestro  padre  David 

¡  Hosanna  en  las  supremas  alturas  ! 


"  Y  entró  en  Jerusalén  en  el  tem- 
plo, y  echando  en  torno  una  mirada 
sobre  todo,  como  fuese  ya  tardía  la 
hora,  salió  para  Betania  con  los  Doce. 


La  higncra  maldita,  u, 
(  =  Mt.  21,  18-19) 


J:  Y  al  otro  día,  salidos  de  Beta- 
nia, tuvo  hambre.  13  Y  viendo  de  le- 
jos una  higuera  que  tenía  hojas,  fué 
allá  por  si  acaso  hallaba  en  ella  al- 
guna cosa  ;  y  llegado  a  ella,  nada 
halló  sino  hojas,  porque  no  era  el 
tiempo  de  higos.  14  Y  tomando  la  pa- 
labra le  dijo  :  «¡No  más  para  siem- 
pre coma  nadie  fruto  de  ti !»  Y  lo 
estaban  oyendo  sus  discípulos. 


Los  mercaderes  echados  del  templo. 
11,  15-19  (  =  Mt.  2i,  12-13  =Lc.  19, 
45-48) 


echar  de  allí  a  los  que  vendían  y  a 
los  que  compraban  en  el  templo  y 
volcó  las  mesas  de  los  cambistas  y 
las  sillas  de  los  que  vendían  las  pa- 
lomas, 16 }'  no  consentía  que  nadie 
trasladase  objeto  alguno  pasando  por 
el  templo;  "  y  ensenaba  y  les  decía  : 

— ¿Es  que  no  está  escrito  que  «Mi 
casa  será  llamada  casa  de  oración 
para  todas  las  gentes»?  (Is.  56,  7). 
Mas  vosotros  la  habéis  hecho  «cue- 
va de  ladrones»  (Jer.  7,  11). 

18  Y  lo  oyeron  los  sumos  sacerdo- 
tes y  los  escribas,  y  buscaban  ma- 
nera como  acabar  con  él  ;  porque  le 
tenían  miedo,  pues  todo  el  pueblo 
andaba  asombrado  de  su  enseñanza. 
19  Y  cuando  se  hizo  tarde,  se  salía 
fuera  de  la  ciudad. 


Eficacia  de  la  je 
(  =  Mt.  21,  : 


16  Y  llegan  a  Jerusalén.  Y  hablen-  M  Y  al  pasar  por  allí,  a  la  madru- 
do  entrado  en  el  templo,  comenzó  a   gada,  vieron  que  la  higuera  se  había 


"1  "I    7-11  Jesús  consiente,  finalmente,  en  ser  aclamado  rey,  cuando  su  realeza  va  a  ser 
*-  la  causa  de  su  muerte  y  el  título  de  su  cruz.  El  Mesías  había  de  reinar  redi- 
miendo a  los  hombres  con  la  muerte  de  cruz.  Su  crucifixión  debía  ser  su  entronización. 

La  maldición  de  la  higuera  es  una  parábola  en  acción.  En  este  sentido 
es  indiferente  que  el  tiempo  no  fuese  de  higos.  Lo  sustancial  era  un  árbol  con  hojas 
prometedoras  y  sin  fruto  :  imagen  del  judaismo,  que  en  la  higuera  estéril  era  objeto 
de  maldición. 

^J»  I-as  numerosas  notas  locales,  cronológicas  y  personales  en  que  está  encuadrada 
esta  expulsión  de  los  profanadores  del  templo  hace  imposible  su  identificación  con 
la  narrada  por  San  Juan  (2,  13-12). 


11  21-31 


SAN"  MARCOS 


11  32-12  11 


secado  desde  las  raíces  :l  Y  acordán- 
dose Pedro,  le  dice  : 

— Rabí,  mira  ;  la  higuera  que  mal- 
dijiste se  ha  secado. 
=  Y  respondiendo  Jesús,  les  dice  : 
—Tened  fe  de  Dios.  13  En  verdad 
os  digo  que  quien  dijere  a  este  mon- 
te :  «Quítate  de  ahí  y  échate  en  el 
mar»,  y  no  titubeare  en  su  corazón, 
sino  que  tuviere  fe  de  que  lo  que 
dice  se  hace,  lo  alcanzará.  •*  Por  es- 
to os  digo  :  Todo  cuanto  roeáis  y 
pedís,  creed  que  lo  habéis  recibido, 
y  lo  alcanzaréis. 


Perdón  de  las  ofensas,  u,  25-26 


■  Y  cuando  estáis  en  pie  orando, 
perdonad,  si  algo  tenéis  contra  algu- 
no, para  que  también  vuestro  Padre, 
que  está  en  los  cielos,  os  perdone 
vuestros  pecados.  "  Pero  si  vosotros 
no  perdonáis,  tampoco  vuestro  Pa- 
dre, que  está  en  los  cielos,  perdona- 
rá vuestros  pecados. 


Los  poderes  de  Jesús.  11,  27-33 
(=Mt.  2i,  23-27  =Lc.  20,  1-8) 


"  Y  llegan  de  nuevo  a  Jerusalén. 
Y  en  el  templo,  estando  él  pasean- 
do, vienen  a  él  los  sumos  sacerdo- 
tes y  los  escribas  y  los  ancianos,  a  y 
le  decían  : 

— ¿  Con  qué  potestad  haces  esas  co- 
sas ?  ¿  O  quién  te  dió  esa  potestad  de 
hacerlas  ? 

38  Jesús  les  dijo  : 

— Os  preguntare  una  cosa,  y  res- 
pondedme,  y  os  diré  con  qué  potes- 
tad hago  estas  cosas.  "  El  bautismo 
de  Juan,  ¿era  del  cielo  o  de  los  hom- 
bres ?  Respondedme. 

51  Y  discurrían  consigo,  diciendo  : 


«¿  Qué  vamos  a  decir  ?  Si  dijéremos  : 
Del  cielo,  dirá  :  ¿  Por  qué.  pues,  no 
le  creísteis?  "Pero...  ¿vamos  a  de- 
cir :  De  los  hombres  ?» 

Tenían  miedo  al  pueblo,  porque 
todos  tenían  a  Juan  como  que  real- 
mente era  profeta.  53  Y  respondien- 
do, dicen  a  Jesús  : 

— No  lo  sabemos. 

Y  Jesús  les  dice  : 

— Tampoco  yo  os  digo  con  qué  po- 
testad hago  estas  cosas. 

Parábola  de  los  pérfidos  viñadores. 
12,  1-12  (=Mt.  2i,  33-46 
=  Lc.  20,  9-19) 

-|  9  1  Y  comenzó  a  hablarles  en 
J-¿<  parábolas. 

Una  viña  plantó  un  hombre,  v  la 
rodeó  con  una  cerca,  y  cavó  un  la- 
gar, y  edificó  una  torre  (Is.  5,  1-2', 
y  la  arrendó  a  unos  labradores,  y  se 
ausentó  de  aquel  país.  2  Y  envió  a 
los  labradores  a  su  tiempo  un  sier- 
vo, para  que  recibiese  de  los  labra- 
dores su  tanto  de  los  frutos  de  la 
viña  ;  3  y  cogiéndole  le  maltrataron 
a  golpes  y  le  despidieron  con  las  ma- 
nos vacías.  4  Y  de  nuevo  envió  a  ellos 
otro  siervo,  y  también  a  éste  desca- 
labraron y  ultrajaron. 5  Y  envió  otro  : 
también  a  éste  mataron.  Y  muchos 
otros  :  de  los  cuales  a  unos  golpean, 
a  otros  matan.  6  Todavía  uno  tenía, 
su  hijo  querido  ;  envióle  el  último  a 
ellos,  diciendo  :  «Respetarán  a  mi 
hijo.»  7  Mas  aquellos  labradores  se 
dijeron  entre  sí  :  «Este  es  el  here- 
dero ;  venid,  matémosle,  y  nuestra 
será  la  herencia.»  8  Y  asiendo  de  él 
lo  mataron  y  lo  echaron  fuera  de  la 
viña.  8  ¿Qué  hará,  pues,  el  dueño  de 
la  viña  ?  Yendrá  y  hará  perecer  n 
los  labradores  y  entregará  su  viña 
a  otros.  10  ¿Nunca  leísteis  esta  escri- 
tura (Sal.  117,  22-23)  : 


La  piedra  que  reprobaron  los  constructores, 
ésta  vino  a  ser  piedra  angular. 
"  Por  obra  del  Señor  se  hizo  esto, 
3'  es  maravilloso  a  nuestros  ojos  ? 


-i  O  -i:  Esta  parábola  es  terriblemente  diáfana.  Sin  que  el  Maestro  la  declarase,  la 
entendieron  perfectamente  los  interesados.  Su  significación  coincide  sustancial- 
mente  con  1a  de  la  higuera  maldita,  que  es  como  su  preludio. 


—  107  — 


12  12-!9 


SAN  MARCOS 


12  20-32 


"  Y  buscaban  manera  de  apoderar- 
se de  él,  y  temieron  a  la  turba,  por- 
que entendieron  que  por  ellos  había 
dicho  la  parábola.  Y  dejándole,  se 
fueron. 


El  tributo  del  Cesar.  12,  13-17 
(=Mt.  22,  15-22  =Lc.  20,  20-26) 

"  Y  envían  a  él  algunos  de  los  fa- 
riseos y  de  los  herodianos  con  el  fin 
de  cogerle  en  palabras.  "  Y  vinien- 
do le  dicen  : 

— Maestro,  sabemos  que  eres  veraz 
y  no  te  importa  de  nadie  ;  porque 
no  eres  aceptador  de  personas,  sino 
que  enseñas  el  camino  de  Dios  en 
verdad..  ¿Es  lícito  dar  tributo  a  Cé- 
sar o  no  ?  ¿  Lo  damos  o  no  lo  da- 
mos ? 

"  El,  conociendo  su  bellaquería,  les 
dijo  : 

— ¿Por  qué  me  tentáis?  Traedme 
un  denario  para  que  lo  vea. 

10  Ellos  se  lo  trajeron.  Y  les  dice  : 

— ¿  De  quién  es  esta  imagen  o  ins- 
cripción ? 

Ellos  dijeron  : 

— De  César. 

"  Jesús,  respondiendo,  les  dijo  : 
— Lo  eme  es  de  César  restituidlo  a 
César,  y  lo  que  es  de  Dios  a  Dios. 
Y  se  maravillaban  de  él. 

La  resurrección.  12,  18-27  (  =  Mt.  22, 
23-23  =Lc.  20,  27-40) 

u  Y  vienen  a  él  unos  saduceos,  esos 
que  dicen  no  haber  resurrección,  y 
le  preguntaban  diciendo  : 

19  Maestro,  Moisés  nos  dejó  escrito 
que  «Si  el  hermano  de  uno  muriere 
y  dejare  mujer  sin  dejar  hijo,  que 
tome  su  hermano  la  mujer  y  suscite 
prole  a  su  hermano»  (Dt.  2.5,  5-6). 


10  Siete  hermanos  había  :  y  el  pri- 
mero tomó  mujer,  y  al  morir  no  de- 
jó descendencia  ;  21  y  el  segundo  la 
tomó,  y  murió  sin  dejar  descenden- 
cia, y  el  tercero  lo  mismo  ;  22  y  loa 
siete  no  dejaron  descendencia.  Pos- 
teriormente a  todos  también  la  mu- 
jer murió.  23  En  la  resurrección,  cuan- 
do resucitaren,  ¿  de  quién  de  ellos 
será  mujer  ?  Porque  los  siete  la  tu- 
vieron por  mujer. 
24  Díjoles  Jesús  : 

— ¿No  andaréis  errados,  por  no  co- 
nocer las  Escrituras  ni  el  poder  de 
Dios  ?  25  Pues  cuando  resuciten  de 
entre  los  muertos,  no  se  casan  ni 
ellos  ni  ellas,  sino  que  son  como  án- 
geles en  los  cielos.  26  Y  acerca  de 
los  muertos,  de  que  resucitan,  ¿  no 
leísteis  en  el  libro  de  Moisés  en  I.a 
zarza,  cómo  le  habló  Dios,  diciendo: 
«Yo  el  Dios  de  Abraham,  y  el  Dios  de 
Isaac,  y  el  Dios  de  Jacob»?  (Ex.  3, 
6).  27  No  es  Dios  de  muertos,  sino 
de  vivos.  Muy  errados  andáis. 

El  gran  mandamiento.  12,  28-34 
(=Mt.  22,  34-40) 

28  Y  llegándose  uno  de  los  escribas, 
que  les  había  oído  discutir,  viendo 
que  les  había  contestado  muy  bien, 
le  preguntó  : 

— ¿Cuál  es  el  mandamiento  prime- 
ro de  todos  ? 

20  Respondió  Jesús  que 

— El  primero  es  :  «Escucha,  Israel ; 
el  Señor,  nuestro  Dios,  es  un  solo 
Señor,  50  y  amarás  ail  Señor  Dios  tu- 
yo con  todo  tu  corazón,  y  con  toda 
tu  alma,  y  con  toda  tu  mente,  v  con 
toda  tu  fuerza»  (Dt.  6,  4-5).  n  Él  se 
gundo  es  éste  :  «Amarás  a  tu  próji- 
mo como  a  ti  mismo»  (Lev.  ig,  18). 
Mayor  que  éstos  otro  mandamiento 
no  le  hay. 

f2Y  le"  dijo  el  escriba  : 

— Muy  bien,  Maestro,  con  verdad 
dijiste  que  «Uno  es,  y  no  hay  otro 

el  axioma  fundamenta)  y 

.'eos  pretendían  probar  que 
i  que  el  Maestro  les  iba  a 
:ontrincantes  los  fariseos, 
se  habla  de  la  zarza  desde 


"  Esta  maravillosa  sentencia  del  divino  Ma 
principio  fecundísimo  de  la  política  cristiana. 

ls*-a  Este  era  el  argumento  Aquiles,  con  que 
no  habría  resurrección.  No  se  esperaban  los  ai 
dar  una  solución,  cual  nunca  habían  sabido  dar 

M  La  zarza  es  el  título  del  pasaje  del  Exodo 
la  cual  habló  Dios  a  Moisés  (3,  3-6). 


—  108  — 


12  33-13  2 


SAN  MARCOS 


12  35-13  4 


fuera  de  él»  ;  "  y  el  «amarle  con  tok 
do  el  corazón,  y  con  toda  la  inteli- 
gencia, y  con  toda  la  fuerza»,  y  el 
«amar  al  prójimo  como  a  sí  mismo», 
vale  más  que  todos  los  holocaustos 
v  sacrificios. 

m  Y  Jesús,  viendo  que  había  res- 
pondido sensatamente,  díjole  : 

—No  andas  lejos  del  reino  de  Dios. 

Y  nadie  ya  osaba  interrogarle 


El  Hijo  de  David.  12,  35-37 
(  =  Mt.  22,  41-46  =Lc.  20,  41-44) 

33  Y  tomando  Jesús  la  mano,  de- 
cía, mientras  estaba  enseñando  en  el 
templo  : 

— ;  Cómo  dicen  los  escribas  que  el 
.Mesías  es  hijo  de  David  ?  30  El  mis 
mo  David  dijo,  movido  del  Espíritu 
Santo  (Sal.  109,  1)  : 


Dijo  el  Señor  a  mi  Señor:  «Siéntate  a  mi  diestra, 

hasta  que  ponga  tus  enemigos  como  escabel  de  tus  pies.» 


3;  El  mismo  David  le  dice  Señor, 
l  v  de  dónde  es  hijo  suyo  ? 

Y  la  turba,  que  era  numerosa,  le 
escuchaba  con  gusto. 


invectiva  contra  los  escribas.  12,  38- 
40  (=Mt.  23,  1-7  =Lc.  20,  45-47) 


"  Y  en  su  enseñanza  decía  : 
— Guardaos  de  los  escribas,  que 
gustan  de  pasearse  con  su  amplio  ro. 
paje  y  de  ser  saludados  en  las  pla- 
zas, 3S  y  de  los  primeros  asientos  en 
las  sinagogas  y  de  los  primeros  pues- 
tos en  las  cenas  ;  40  que  devoran  las 
casas  de  las  viudas,  y  por  afectación 
recitan  largas  oraciones  :  ésos  reci- 
birán rigoros.'.  sentencia. 


El  cornadillo  de  la  viuda.  12,  41-44 
(  =  Lc.  2i,  1-4) 

41  Y  habiéndose  sentado  frente  al 
gazofilacio,  miraba  atentamente  có- 
mo la  gente  iba  echando  moneda- 
de  cobre  en  el  gazofilacio  ;  y  muchos 
ricos  echaban  mucho  ;  ,J  y  llegando 
una  viuda  pobre,  echó  dos  ochavos, 
que  hacen  un  cuarto.  **  Y  llamando 
a  sí  sus  discípulos,  les  dijo  : 

— En  verdad  os  digo  que  esa  viu- 
da pobre  echó  más  que  todos  los  que 
echan  en  el  gazofilacio ;  4J  porque  to- 
dos los  demás  echaron  de  lo  que  les 
sobraba,  ella,  empero,  de  su  indi- 
gencia echó  cuanto  tenía,  todo  el  sus- 
tento de  su  vida. 


Apocalipsis  sinóptica 


Ocasión  de  la  profecía.  13,  1-4 
(  =  Mt.  24,  1-3  =Lc.  21,  5-7) 

i  o  1  Y  cuando  él  salía  del  templo, 
dícele  uno  de  sus  discípulos  : 

— Maestro,  mira  qué  tales  piedras 
y  qué  tales  construcciones. 

*  Y  Jesús  le  dijo  : 

— ¿  Yes  esas  grandes  construccio- 


nes ?  No  va  a  quedar  piedra  sobre 
piedra  que  no  sea  derruida. 

3  Y  como,  llegado  al  monte  de  los 
Olivos,  se  hubiera  sentado  frente  a 
frtnte  del  templo,  le  preguntaba  en 
particular  Pedro,  y  con  él  Santiago, 
Juan  y  Andrés  : 

4 — Dinos':  ¿cuándo  será  eso,  y 
cuál  la  señal,  cuando  todas  esas  co- 
sas estén  para  cumplirse  ? 


*•  Hos  verdades  enseña  aquí  el  Maestro  :  la  inspiración  divina  de  las  Escrituras 
y   e¡  carácter  mesiánico  del   salmo  109. 

1  O  1-37  Pítra  la  inteligencia  de  este  discurso,  que  había  sido  denominado  Apocalipsis 
sinóptica,  hay  que  tener  presente  su  doble  tema  y  su  singular  estructura  litera- 
ria. El  doble  tema  es  la  destrucción  de  Jerusalén  y  la  parusía.  Lo  singular  de  la  estruc- 
tura es  que  desarrolla  los  dos  temas  alternativamente:  primero,  las  señales  pre- 
cursoras y  el  hecho  mismo  Í5-20,  21-27)  ;  luego,  el  tiempo  de  cada  uno  de  los  dos 
acontecimientos  (28-31,  32-37). 


—  109  — 


13  5-22 


SAN  MARCOS 


13  5-22 


Señales  de  la  destrucción  del  templo.  13,  5-13  (  =  Mt.  24,  4-14  =  Lc.  21,8-19) 

b  Jesús  comenzó  a  decirles  : 
Mirad  que  nadie  os  seduzca. 

"  Muchos  vendrán  en  mi  nombre  diciendo  que  «Yo  soy», 
y  a  muchos  seducirán. 

5  Y  cuando  oyereis  guerras  y  noticias  de  batallas,  no  os  alarméis: 

asi  tiene  que  suceder,  mas  ño  es  todavía  el  fin. 

*  Porque  se  levantará  raza  contra  raza  y  reino  contra  reino ; 

habrá  terremotos  por  diferentes  lugares,  habrá  hambres: 

principio  de  los  grandes  dolores  serán  estas  cosas. 

"  ¡  Ojo  con  vosotros  mismos  !  Os  entregarán  a  los  sanhedrines, 

y,  llevados  a  las  sinagogas,  seréis  azotados, 

y  compareceréis  ante  los  gobernadores  y  reyes  por  causa  de  mí 
para  dar  testimonio  ante  ellos. 

'"Y  primero  tiene  que  ser  predicado  el  Evangelio  a  todas  las  gentes. 

u  Y  cuando  os  condujeren  para  entregaros,  no  andéis  preocupados 

pensando  de  antemano  qué  habréis  de  hablar; 

sino  lo  que  os  fuere  dado  en  aquella  hora,  eso  hablad  ; 

cjue  no  sois  vosotros  los  que  habláis,  sino  el  Espíritu  Santo. 

Y  entregará  para  la  muerte  el  hermano  al  hermano  y  el  padre  al  hijo, 
y  se  levantarán  hijos  contra  padres  y  les  darán  la  muerte; 
13  y  seréis  aborrecidos  de  todos  a  causa  de  mi  nombre ; 
nías  el  que  fuera  constante  hasta  el  fin,  éste  se  salvará. 


Destrucción  de  ferusalén.  13,  14-20  (=Mt.  2},  15-22  =Lc.  21,  20-24) 

"  Y  cuando  viereis  la  abominación  del  asolamiento  (Dan.  9,  : ¡ ;  12,  11) 
estar  donde  no  debía — el  que  lee,  entienda — , 
entonces  los  que  estén  en  la  Judea  huyan  a  los  montes 
13  v  el  que  esté  en  la  azotea  no  baje 
ni  entre  para  tomar  algo  de  su  casa, 
"  y  el  que  hubiere  ido  al  campo 
no  torne  atrás  para  tomar  su  manto. 
"  ¡  A  y  deVas  mujeres  que  estén  encintas 


"  Rogad  que  no  sea  en  invierno; 

porque  serán  aquellos  días  tal  tribulación 
cual  no  ha  habido  semejante 

desde  el  principio  de  la  creación,  que  Dios  creó, 

hasta  ahora,  ni  la  habrá. 

"Y  si  no  acortara  el  Señor  esos  días, 

110  se  salvara  hombre  viviente ; 

mas  en  atención  a  los  elegidos,  que  se  eligió,  acortó  esos  días. 


Señales  del  fin  del  mundo.  13,  21-25  (  =  Mt.  24,  23-29  =Lc.  21,  25-26) 


"  Y  entonces  si  alguno  os  dijere: 

«Mira,  aquí  está  el  Mesías»,  o  «allí  está»,  no  lo  creáis. 
22  Pues  se  levantarán  falsos  Mesías  y  falsos  profetas, 

y  obrarán  señales  y  portentos,  

m  La  abominación  de  la  desolación  :  parece  referirse  a  las  horrendas  profanacio- 
nes del  templo  en  los  últimos  días  de  Jerusalén.  ||  El  que  lee:  es  una  advertencia 
del  Maestro  al  o,ue  lea  la  profecía  de  Daniel  n,  27;   ra,  it. 


—  IIO  — 


13  23-37 


SAN  MARCOS 


13  23-37 


en  razón  de  seducir,  si  posible  fuera,  a  los  elegidos. 

a  Vosotros  andad  alerta:  de  antemano  os  lo  he  dicho  todo. 

"  Mas  en  aquellos  días,  después  de  aquella  tribulación, 

el  sol  se  entenebrecerá  y  la  luna  no  dará  su  esplendor, 

M  y  las  estrellas  irán  cayendo  del  cielo, 

y  las  fuerzas  que  están  en  los  cielos  se  tambalearán. 


El  advenimiento  del  Hijo  del  hombre.  13,  26-27 
(  =  Mt.  24,  30-31  =Lc.  2i,  27) 

36  Y  entonces  verán  al  Hijo  del  hombre 
viniendo  en  las  nubes  con  gran  poderío  y  gloria. 

37  Y  entonces  enviará  los  ángeles, 

y  congregará  los  escogidos  de  los  cuatro  vientos 

desde  el  extremo  de  la  tierra  hasta  el  extremo  del  cielo. 


Tiempo  de  la  destrucción  de  Jerusale'n.  13,  28-31 
(=Mt.  24,  32-35  =Lc.  2,  28-39) 

38  De  la  higuera  aprended  esta  parábola. 

Cuando  ya  sus  ramas  se  ponen  tiernas  y  brotan  las  hojas, 

conocéis  que  está  cerca  el  verano : 

29  así  también  vosotros,  cuando  viereis  realizarse  estas  cosas, 
conoced  que  está  cerca,  a  las  puertas. 

30  En  verdad  os  digo  que  no  pasará  esta  generación 
sin  que  todas  estas  cosas  se  hayan  realizado. 

81  El  cielo  y  la  tierra  pasarán,  pero  mis  palabras  no  pasarán. 


Tiempo  del  advenimiento  de  Cristo.  13,  32-37 
(  =  Mt.  24,  36-51  =Lc.  2i,  34-36) 

33  Lo  que  toca  a  aquel  día  y  aquella  hora  nadie  lo  sabe, 
ni  los  ángeles  en  el  cielo  ni  el  Hijo,  si  no  es  el  Padre. 

33  Estad  alerta,  velad ;  pues  no  sabéis  cuándo  es  el  tiempo. 

34  Es  como  un  hombre  que,  emprendiendo  un  viaje,  dejó  su  casa 
y  lo  puso  todo  en  manos  de  sus  siervos, 

señalando  a  cada  cual  su  labor, 
y  al  portero  ordenó  que  velase. 

3(5  Velad,  pues,  porque  no  sabéis  cuándo  va  a  venir  el  dueño  de  la  casa, 

si  a  primeras  horas  de  la  noche,  o  a  la  media  noche, 

o  al  canto  del  gallo,  o  a  la  madrugada; 

38  no  sea  que,  llegando  de  improviso,  os  halle  durmiendo. 

37  Y  ¡lo  que  a  vosotros  digo,  a  todos  lo  digo  :  velad. 


32  Cristo,  aun  como  hombre,  conocía  aquel  día,  pero  no  podía  revelarlo  a  los 
hombres  ;  como  un  sacerdote,  que,  interrogado  sobre  algo  que  sólo  conoce  en  secreto 
de  confesión,  puede  afirmar  que  lo  ignora. 

83-31  Todo  este  discurso,  más  que  una  satisfacción  de  la  curiosidad,  es  una  ex- 
hortación a  la  vigilancia. 


14  1-12 


SAN  MARCOS 


14  4-16 


El  sanhedrín  decreta  la  muerte  de 
Jesús.  14,  1-2  (  =  Mt.  26,  3-5 

=  Lc.    22,  1-2) 

"I  A  1  Era  la  Pascua  y  los  Azimos 
x^  de  allí  a  dos  días.  Y  andaban 
los  sumos  sacerdotes  y  los  escribas 
buscando  manera  cómo  prenderle 
con  astucia  para  matarle.  2  Porque 
decían  :  «No  durante  la  fiesta,  no 
sea  caso  que  se  arme  tumulto  del 
puebllo.» 


María  unge  al  Sefwr.  14,  3-9 
(  =  Mt.  26,  6-13  =Jn.  12,  1-8) 

Y  estando  él  en  Betania,  en  casa 


de  Simón  el  leproso,  mientras  estu- 
,ba  a  la  mesa,  vino  una  mujer  lle- 
gando un  frasco  de  alabastro  lleno 
de  perfume  de  nardo  legítimo  de  su- 
,bido  precio  ;  quebrando  el  alabastro, 
lo  derramó  sobre  su  cabeza.  '  Había 
allí  algunos  que,  llevándolo  pesada- 
mente, decían  entre  sí  : 

— ¿  A  qué  viene  ese  despilfarro  del 
perfume  ?  3  Porque  podía  este  períu- 
me  haberse  vendido  por  más  de  tres 
.cientos  denarios  y  darse  a  los  po- 
bres. 

Y  trinaban  contra  ella.  *  Mas  Je- 
sús dijo  : 


Dejadla  en  paz;  ¿por  qué  la  molestáis? 
Buena  obra  es  la  que  ha  hecho  conmigo. 

7  Pues  a  los  pobres  siempre  los  tenéis  con  vosotros, 
y  siempre  que  quisiereis  les  podéis  hacer  bien; 
mas  a  mí  no  siempre  me  tenéis. 

8  Lo  que  tuvo  en  su  mano,  hizo : 

se  adelantó  a  perfumar  mi  cuerpo  para  la  sepultura. 
"  En  verdad  os  digo, 

dondequiera  que  fuere  predicado  el  Evangelio  por  todo  el  mundo, 
se  hablará  también  de  lo  que  ésta  hizo,  para  memoria  saya. 


Judas  se  ofrece  a  entregar  a  Jesús. 
14,  ro-n  (=Mt.  26,  14-16 
=  Lc.  22,  3-6) 

10  Y  Judas  Iscariote,  uno  de  los 
Doce,  se  fué  a  los  sumos  sacerdotes 
para  entregárselo.  u  Ellos,  como  lo 
oyeron,  se  alegraron,  y  le  prometie- 
ron darle  dinero.  Y  andaba  buscan- 
do manera  cómo  entregarle  en  al- 
guna buena  coyuntura. 


P  re  paral  ¡eos  de  la  cena  pascual.  14, 
12-16  (  =  Mt.  26,  17-19  =Lc.  22,  7-13) 

12  Y  el  día  primero  de  los  Azimos, 
cuando  sacrificaban  la  Pascua,  dícen- 
le  sus  discípulos  : 


— ¿  Adonde  quieres  que  vayamos  a 
prepararte  lo  necesario  para  comer 
la  Pascua  ? 

13  Y  envía  dos  de  sus  discípulos  y 
les  dice  : 

— Id  a  la  ciudad,  y  os  saldrá  al 
encuentro  un  hombre  llevando  un 
cántaro  de  agua ;  id  tras  él  ;  "y  don- 
dequiera que  entrare,  decid  al  amo 
de  casa  que  «El  Maestro  dice :  ¿  Dón- 
de está  mi  estancia,  en  que  coma  la 
Pascua  con  mis  discípulos  ?»  15  Y  él 
os  mostrará  una  sala  superior,  gran- 
de, provista  de  mesas  y  divanes,  a 
punto  ya.  Y  allí  preparadnos  lo  ne- 
cesario. 

16  Y  salieron  los  discípulos  y  se 
fueron  a  la  ciudad,  y  lo  hallaron 
como  él  les  había  dicho,  y  prepa- 
raron la  Pascua. 


■J  A  M  Este  hecho,  acaecido  unos  días  antes,  se  refiere  en  este  lugar  por  haber  dado 
ocasión  a  la  traición  de  Judas. 

a  Una  mujer  :  María,  la  hermana  de  Marta  y  de  Lázaro.  Es  muy  probable  que  esta 
mujer  no  sea  otra  que  María  Magdalena. 

*  El  que  inició  la  murmuración  fué  Judas. 

"-15  Con  este  modo  enigmático  de  hablar  se  proponía  Jesús  que  Judas  no  cono- 
ciese de  antemano  el  lugar  de  la  cena  y  lo  denunciase  a  los  sanhedritas. 


14  17-26 


SAN  MARCOS 


14  27-35 


Ks  descubierto  el  traidor.  14,  17-21 
l  =  Mt.  26,  20-25  =Lc.  22,  14-  21-23 
=  Jn.  13,  18-30) 

11  Y  llegado  el  atardecer,  viene  con 
los  Doce^  18  Y  estando  ellos  a  la  me- 
sa v  comiendo,  dijo  Jesús  : 

—En  verdad  os  digo  que  uno  de 
vosotros,  el  que  come  conmigo,  me 
entregará. 

10  Y  empezaron  a  entristecerse  y  a 
decirle  uno  por  uno  : 

— ¿  Por  ventura  soy  yo  ? 

Y  otro  : 

— ¿Por  ventura  vo? 

»  Mas  El  les  dijo  : 

— .Uno  de  los  Doce,  el  que  moja  su 
bocado  conmigo  en  el  plato.  21  Por- 
que el  Hijo  del  hombre  se  va,  se- 
£Ún  está  escrito  de*El  ;  mas  ¡  ay  de 
aquel  hombre  por  cuyas  manos  el 
Hijo  del  hombre  es  entregado!  Me- 
jor le  fuera  a  aquel  hombre  si  no 
hubiera  nacido. 

Institución  de  la  Sagrada  Eucaristía. 
14,  22-26  (  =  Mt.  26,  26-30  =Lc.  22, 
15-20  =1  Cor.  11,  23-26) 

**  Y  estando  con  ellos  comiendo, 
tomando  un  pan,  y  habiendo  pro- 
nunciado la  bendición,  lo  partió  y 
se  lo  dió  a  ellos,  y  dijo  :  «Tomad  ; 
éste  es  mi  cuerpo.»  23  Y  habiendo 
tomado  un  cáliz  y  dado  gracias,  se 
lo  dió,  y  bebieron  de  él  todos.  24  Y 
les  dijo  :  «Esta  es  mi  sangre  de  la 
alianza,  que  es  derramada  por  mu- 
chos. 23  En  verdad  os  digo  que  no 
beberé  ya  más  del  fruto  de  la  vid 
hasta  el  día  aquel  en  que  le  beba 
nuevo  en  el  reino  de  Dios.»  "  Y  can- 
tados los  himnos,  salieron  al  monte 
de  los  Olivos. 


Anuncio  de  escándalo  y  negaciones. 
14,  27-31  (  =  Mt.  26,  31-35  =Lc.  22, 
31-34  =Jn.  13,  36-38) 

27  Y  les  dice  Jesús  que 

— Todos  os  escandalizaréis,  porque 
escrito  está  :  «Heriré  al  pastor,  y  las 
ovejas  se  dispersarán»  (Zac.  13,  7)  ; 
28  mas  después  que  hubiere  sido  re- 
sucitado, iré  antes  que  vosotros  a 
Galilea. 

28  Mas  Pedro  le  dijo  : 

— Aun  cuando  todos  se  escandali- 
zaren, pero  no  yo. 

30  Y  le  dice  Jesús  : 

— En  verdad  te  digo  que  tú  hoy, 
en  esta  noche,  antes  de  cantar  el  ga- 
llo dos  veces,  tres  veces  me  negarás. 

31  Mas  El  con  excesiva  porfía  de- 
cía : 

— Aunque  me  viere  en  trance  de 
morir  contigo,  no  seré  yo  quien  te 
niegue. 

Y  otro  tanto  decían  también  to- 
dos los  demás. 

Llegada  al  huerto.  14,  32-34 
(  =  Mt.  26,  36-38  =Lc.  22,  39-40) 

32  Y  llegan  a  una  granja,  cuyo 
nombre  es  Getsemaní,  y  dice  a  sus 
discípulos  : 

— Sentaos  aquí  mientras  hago  ora- 
ción. 

33  Y  lleva  consigo  a  Pedro  y  a  San. 
tiago  y  Juan,  y  comenzó  a  sentir 
espanto  y  abatimiento  ;  34  y  les  dice  : 

— Triste  en  gran  manera  está  mi 
alma  hasta  la  muerte.;  quedad  aquí 
y  velad.  • 

La  oración.  14,  35-42  (  =  Mt.  26,  39-46 
=  Lc.  22,  41-46) 

35  Y  adelantándose  un  poco,  caía 
sobre  la  tierra,  y  rogaba  que,  a  ser 


31  Parece  que  Judas  salió  del  Cenáculo  antes  de  la  institución  de  la  Eucaristía. 

22  Este  es  mi  cuerpo  :  afirmación  categórica  de  la  presencia  real  de  Cristo  en 
la  Eucaristía  y  de  la  conversión  del  pan  en.  su  cuerpo. 

23  Y  bebieron...  :  afirmación  anticipada  de  lo  que  sólo  aconteció  después  de  pro- 
nunciadas las  palabras  de  la  consagración  del  cáliz. 

Jl  Mi  sangre  de  la  Alianza  :  la  Eucaristía  no  sólo  es  sacramento,  sino  también 
verdadero  sacrificio,  sustancialmente  idéntico  al  de  la  cruz. 

M  Los  himnos  eran  los  salmos  que  solían  cantarse  al  fin  de  la  cena  pascual. 

a  Dos  sentimientos,  además  de  la  tristeza,  acongojaban  el  Corazón  de  Jesús  :  el 
eskanto  o  terror  y  el  abatimiento  o  caimiento  de  ánimo. 

31  Triste  hasta  la  muerte  :  con  tristeza  que  me  causa  angustias  mortales  y  me 
pone  en  trance  de  muerte. 

■  Caía  sobre  la  tierra  :  el  imperfecto  «caía»  es  sumamente  expresivo.  Para  orar, 
el  Señor  no  se  arrodilló  pausadamente,  sino  que  cayó  de  rodillas  ;  y  una  vez  arro- 

—  II?  — 


14  36-45 


SAN  MARCOS 


14  46-54 


posible,  pasase  de  El  aquella  hora, 
36  y  decía  ¡ 

— Abba,  Padre,  todas  las  cosas  te 
son  posibles  :  traspasa  de  mí  este 
cáliz  ;  mas  no  lo  que  yo  quiero,  sino 
lo  que  tú. 

37  Y  viene,  y  los  halla  durmiendo, 
y  dice  a  Pedro  : 

— ¡Simón!  ¿Duermes?  ¿No  pudis- 
te velar  una  hora  ?  88  Velad  y  orad, 
para  que  no  entréis  en  tentación  ; 
el  espíritu,  sí,  está  pronto,  mas  la 
carne  es  flaca. 

3"  Y  de  nuevo  habiéndose  retirado, 
se  puso  a  orar,  repitiendo  las  mis- 
mas palabras.  40  Y  volviendo  los  ha- 
lló otra  vez  durmiendo,  porque  es- 
taban sus  ojos  cargados,  y  no  sabían 
qué  responderle.  41 Y  viene  tercera 
vez  y  les  dice  : 

— Ya  por  mí,  dormid  y  descan- 
sad... Ya  está:  llegó  la  hora;  he 
aquí  que  es  entregado  el  Hijo  del 
hombre  en  las  manos  de  los  pecado- 
res. 4-  Levantaos,  vamos  ;  mirad,  el 
que  me  entrega  está  aquí  cerca. 


Beso  de  traición.  14,  43-46  (  =  Mt.  26, 
47-50  =Lc.  22,  47-48  =Jn.  18,  2-9) 

43  Y  luego,  estando  El  hablando  to- 
davía, se  presenta  Judas,  uno  de  los 
Doce,  y  con  él  una  turba  con  espa- 
das y  bastones,  de  parte  de  los  su- 
mos sacerdotes  y  de  los  escribas  y 
de  los  ancianos.  41  Había  dado  el  que 
le  entregaba  una  contraseña,  dicién- 
doles  :  «A  quien  yo  besare,  El  es  ; 
sujetádle  y  llevadle  bien  asegurado.» 
*  Y  así  que  llegó,  luego  acercándose 
dijo  : 

—Rabí. 


Y  le  dió  un  fuerte  beso. 
"  Ellos  le  echaron  las  manos  y  le 
sujetai'on. 


Valentías  de  Pedro  y  prendimiento 
de  Jesús.  14,  47-52  (=Mt.  26,  51-26 
=  Lc.  22,  49-53  =Jn.  18,  10-12) 

"  Un  cierto  sujeto  de  los  presen- 
tes, desenvainando  la  espada,  hirió 
al  siervo  del  sumo  sacerdote  y  le  cor- 
tó la  oreja.  48  Y  tomando  la  palabra 
Jesús,  les  dijo  : 

—i  Como  contra  un  salteador  ha- 
béis salido  con  espadas  y  bastones  a 
prenderme!  '"Cada  día  estaba  yo  con 
vosotros  en  el  templo  enseñando,  y 
no  me  prendisteis  ;  pero  tenían  qu'e 
cumplirse  las  Escrituras. 

M  Y  abandonándole,  huyeron  todos. 

61  Y  un  cierto  ioven  le  seguía,  en- 
vuelto en  una  sábana  sobre  el  cuer- 
po desnudo,  y  le  detienen  ;  ™  mas 
él,  soltando  la  sábana,  desnudo,  se 
escapó. 


Ante  Caifas:  primer  interrogatorio. 
M.  53-64  (=Mt.  26,  57-66  =Lc.  22, 
54  =Jn.  18,  14) 
53  Y  de  allí  conducen  a  Jesús  al 

sumo  sacerdote,  y  se  juntan  todos 
los  sumos  sacerdotes  y  los  ancianos 
3'  los  escribas. 

m  y  Pedro,  desde  lejos,  le  fué  si- 
guiendo hasta  entrar  dentro  del  atrio 
del  sumo  sacerdote,  y  estaba  senta- 
do entré  los  criados,  calentándose  a 
la  lumbre. 


dillado,  el  peso  de  la  tristeza  le¡  fué  inclinando  hacia  la  tierra,  hasta  que  por  fin 
quedó  postrado.  Se  ye.  Q«e  Pedro,  de  quien  procede  el  relato  de  San  Marcos,  fué 
siguiendo  atentamente  todos  los  pasos  y  movimientos  de  Jesús,  hasta  que  se  durmió. 

80  Dos  fuerzas  contrarias  luchaban  en  el  Corazón  de  Cristo  y  lo  torturaban  :  una 
vehemente  repugnancia  a  la  pasión  y  la  voluntad  predominante  de  cumplir  el  be- 
neplácito del  Padre. 

El  tono  irónico  y  familiar  hace  sumamente  difícil  la  versión  exacta  de  las 
expresiones  originales.  Comienza  el  Señor  irónicamente  :  Ya  por  mí,  o  más  literal- 
mente, «desde  este  momento»,  dormid  cuanto  queráis.  Pero  cambiando  de  tono, 
dice  seriamente  :  Ya  está  :  frase  familiar,  con  que  se  significa  que  una  cosa,  termi- 
nados todos  los  preparativos  o  preliminares,  está  ya  a  punto. 

4'  Un  cierto  sujeto  :  San  Pedro  al  referir  este  hecho,  en  los  primeros  tiempos 
de  la  predicación  evangélica,  tenía  suficientes  motivos  para  no  decir  que  era  él  el 
autor  de  la  hazaña. 

61  1>n  cierto  joven  :  según  todas  las  probabilidades  es  el  mismo  evangelista 
San  Marcos,  en  casa  de  cuyo  padre  parece  haberse  celebrado  la  última  cena  del 
Señor.  Así  se  explicaría  su  presencia  *n  el  huerto. 


14  55-65 


SAN  MARCOS 


14  ««-15  1 


56  Y  los  sumos  sacerdotes  y  todo  el 
sanhedrín  buscaban  contra  Jesús  al- 
gún falso  testimonio  para  poder  dar- 
le la  muerte,  y  no  le  hallaban;  í6 por- 
que muchos  testificaban  en  falso  con- 
tra El,  y  los  testimonios  no  eran 
acordes.  61  Y  algunos,  levantándose, 
testificaban  en  falso  contra  El,  di- 
ciendo M  que  «nosotros  le  oímos  decir 
que  Yo  derribaré  este  santuario  he- 
cho  por  mano  de.  hombre  y  en  tres 
días  edificaré  otro  no  hecho  por  ma- 
nos humanas.»  60  Y  ni  aun  así  era 
acorde  su  testimonio.  80  Y  levantán- 
dose el  sumo  sacerdote  y  adelantán- 
dose al  medio,  interrogó  a  Jesús,  di- 
ciendo : 

— ¿No  respondes  nada?  ¿Qué  es 
lo  que  éstos  testifican  contra  ti  ? 

01  Mas  El  se  mantenía  callado  y  no 
respondía  nada.  De  nuevo  el  sumo 
sacerdote  le  interrogaba  y  le  dice  : 

— ¿Tú  eres  el  Mesías,  el  Hijo  del 
Bendito? 

62  Jesús  dijo  : 

— Yo  soy,  y  veréis  al  Hijo  del  hom- 
bre sentado  a  la  diestra  del  Poder 
y  viniendo  entre  ¡as  nubes  del  cielo 
(Sal.  109,  1  ;  Dan.  7,  13). 

03  Y  el  sumo  sacerdote,  rasgando 
sus  túnicas,  dice  : 

— ¿  Qué  necesidad  tenemos  ya  de 
testigos?  '"Oísteis  la  blasfemia. "¿  Qué 
os  parece  ? 

Todos  ellos  le  condenaron,  dicien- 
do ser  El  reo  de  muerte. 


Indignos  ultrajes.  14,  65  (  =  Mt.  20, 
67-68  =Lc.  22,  63-65) 

85  Y  comenzaron  algunos  a  escupir- 
le, y  a  envolverle  el  rostro,  y  a  dar- 
le puñadas,  y  a  decirle  :  «Profetiza)) , 
y  los  criados  le  recibieron  a  bofe- 
tadas. 


Triple  negación  de  redro.  14,  66-72 
(  =  Mt.  26,  69-75  =Lc.  22,  55-62 
=  Jn.  18,  15-18.;  25-27) 

88  Y  hallándose  Pedro  abajo  en  el 
atrio,  viene  una  de  las  muchachas 
del  sumo  sacerdote,  07  y  como  vió  a 
Pedro  calentándose,  mirándole  fija- 
mente, le  dice  : 

— También  tú  andabas  con  el  Na- 
zareno, ese  Jesús. 

08  El  negó,  diciendo  : 

— Ni  sé  ni  entiendo  qué  es  lo  que 
tú  dices. 

Y  salió  fuera  al  vestíbulo,  y  un 
gallo  cantó. 

69  Y  la  muchacha,  en  viéndole,  co- 
menzó de  nuevo  a  decir  a  los  pre- 
sentes que 

—Este  es  de  ellos. 

70  Y  él  otra  vez  negaba.  Y  de  alli 
a  poco  de  nuevo  los  presentes  de- 
cían a  Pedro  : 

— Verdaderamente  que  eres  de  ellos, 
porque  eres  galileo. 

71  El  comenzó  a  echar  imprecacio- 
nes y  a  jurar  que 

— No  conozco  a  ese  hombre  que 
decís. 

72  Y  al  punto  cantó  un  gallo  por 
segunda  vez.  Y  recordó  Pedro  la  pa- 
labra como  le  había  dicho  Jesús,  que 
«Antes  que  el  gallo  cante  dos  veces, 
tres  veces  me  negarás».  Y  rompien- 
do en  llanto  no  cesaba  de  llorar. 


Segundo  interrogatorio.  15,  1 
(  =  Mt.  27,  1-2  =Lc.  22,  67-71;  23,  1 
=Jn.  18,  28) 

"I  C  1  Y  luego  al  amanecer,  des- 
A"  ¡pués  de  celebrar  consejo,  los 
sumos  sacerdotes  con  los  ancianos 


a  Por  un  escrúpulo  excesivo,  los  judíos  evitaban  el  pronunciar  el  nombre  fie 
Dios,  que  sustituían  con  otras  denominaciones  equivalentes,  cual  era  esta  de  el 
Bendito. 

62  Con  noble  intrepidez,  el  Salvador,  que  no  había  querido  declarar  abierta- 
mente su  mesianidad,  cuando  sin  peligro  pudiera  hacerlo,  la  declara  solemnemente 
ahora,  cuando  con  su  declaración  firma  la  sentencia  de  su  muerte. 

66  Algunos  :  éstos,  distintos  de  los  criados,  que  luego  se  mencionan,  debieron 
de  ser   de   los   mismos  sanhedritas. 

88-™  Para  apreciar  la  culpabilidad  de  Pedro  no  hay  que  olvidar  que,  si  el  atolon- 
drado discípulo  echó  imprecaciones  sobre  sí,  contra  el  buen  Maestro  no  dijo  una  sola 
palabra  ;  sólo  afirmó  y  juró  que  él  no  le  conocía. 

72  Rompiendo  en  llanto...  :  aunque  perifrástica,  tal  parece  ser  la  versión  exacta  de 
Ih*  dos  palabras  originales. 


—  115  — 


15  2-12 


SAN  MARCOS 


15  13-23 


y  los  escribas,  es  decir,  todo  el 
sanhedrín,  atando  a  Jesús,  le  lleva- 
ron de  allí  y  le  entregaron  a  Pilato. 


Jesús  atde  Pilato.  15,  2-5  (  =  Mt.  27, 
11-14  =Lc.  23,  2-5  =Jn.  18,  28-3S) 

-  Y  le  interrogó  Pilato  : 

— ¿Tú  eres  el  Rey  de  los  judíos? 

El,  respondiendo,  le  dice  : 

— Tú  lo  dices. 

3  Y  le  acusaban  los  sumos  sacerdo- 
tes de  muchas  cosas.  4  Pilato  de  nue- 
vo le  interrogaba,  diciendo  : 

— ¿  No  respondes  nada  ?  Mira  en 
cuántas  cosas  te  acusan. 

5  Jesús  no  respondió  ya  nada  más, 
hasta  el  punto  de  maravillarse  Pi- 
lato. 


Jesús,  pospuesto  a  Barrabás.  15,  6-15 
(=--Mt.  27,  15-26  =Lc.  23,  13-25 
=Jn.  18,  39-40) 

8  Cada  año  por  la  fiesta  les  solta- 
ba un  preso,  el  que  ellos  demanda- 
sen. 7  Estaba  en  prisiones  un  tal  lla- 
mado Barrabás  junto  con  los  amoti- 
nados, que  en  el  motín  habían  per- 
petrado un  homicidio.  s  Y  subiendo 
ta  turba, _  comenzó  a  demandar,  se- 
gún que  él  solía  hacer  con  ellos.  9  Pi- 
lato les  respondió,  diciendo  : 

— ¿Queréis  que  os  suelte  al  Rey  de 
los  judíos  ? 

10  Pues  conocía  que  por  envidia  le 
habían  entregado  los  sumos  sacerdo- 
tes. u  Mas  los  sumos  sacerdotes  con- 
citaron a  la  turba  para  que  más  bien 
les  soltase  a  Barrabás.  12  Pilato  de 
nuevo  respondiendo,  les  dijo  : 


— ¿Qué  queréis  que  haga  con  este 
que  llamáis  Rey  de  los  judíos  ? 
13  Ellos  de  nuevo  gritaron  : 
— Crucifícale. 
"  Mas  Pilato  les  decía  : 
— Pues  ¿  qué  mal  ha  hecho  ? 
Ellos  más  y  más  gritaban  : 
— Crucifícale. 

'"  Pilato,  queriendo  dar  satisfacción 
a  la  turba,  les  soltó  a  Barrabás. 


Flagelación  y  coronación  de  espinas. 
r5,  15-19  (  =  Mt.  27,  26-30  =Jn.  19,  1-3) 

Y  entregó  a  Jesús,  después  de  azo- 
tarle, para  que  fuese  crucificado. 

1C  Los  soldados  se  lo  llevaron  den- 
tro del  palacio,  que  es  el  pretorio, 
y  convocan  a  toda  la  cohorte,  17  y  le 
revisten  de  púrpura  y  le  ciñen  una 
corona  de  espinas  que  habían  tren- 
zado. 18  Y  comenzaron  a  saludarle  : 

—  ¡Salud,  Rey  de  los  judíos! 

19  Y  le  golpeaban  la  cabeza  con  una 
caña,  y  le  escupían,  y  doblando  las 
rodillas  le  hacían  acatamiento. 


Crucifixión.  15,  20-28  (=Mt.  27,  31- 
38  =Lc.  22,  26-38  =Jn.  19,  16-24) 

20  Y  cuando  le  hubieron  mofado,  le 
despojaron  de  la  púrpura  y  le  vistie- 
ron sus  propios  vestidos.  Y  le  sacan 
para  crucificarle. 

11  Y  a  uno  que  por  allí  pasaba,  ciei- 
to  Simón  de  Cirene,  que  venía  del 
campo,  el  padre  de  Alejandro  y  de 
Rufo,  requiérenle  para  que  lleve  a 
cuestas  su  cruz.  85  Y  llevan  a  Jesús 
al  lugar  del  Gólgota,  que,  traducido, 
es  «Lugar  del  Cráneo».  23  Y  le  da- 


-J  pr  '  :  El  interrogatorio  del  v.  2  es  secreto  ;  el  de  los  vv.  3-5,  público. 
J-tJ  1:.  Qon  jos  palabras,  «azotar»,  «crucificar»,  a  cual  mas  terrible  para  los  contem- 
poráneos, expresa  el  evangelista  el  suplicio  del  Señor. 

10  El  palacio  era  la  Torre  Antonia,  que  era  el  pretorio  donde  entonces  se  hallaba 
el  gobernador. 

H-*>  si  la  flagelación  pudo  considerarse  como  suplicio  legal,  la  coronación  oe 
espinas  fué  un  desahogo  brutal  de  la  soldadesca. 

a  Rufo  parece  ser  el  mencionado  por  San  Pablo  en  su  carta  a  los  Roma- 
nos (16,  13)  :  indicio  del  origen  romano  del  segundo  Evangelio.  ||  Requiérenle:  im- 
posición autoritaria  de  un  servicio  personal. 

23  Gólgota  o  Calvario  equivale  a  Cráneo.  Recibió  probablemente  tal  denomina- 
ción por  ser  una  prominencia  roqueña  y  pelada. 

"  El  vino  HX8RAD0  era  un  anestesiante,  que  Jesús  no  quiso  aceptar.  Su  paciencia 
sobrehumana  no  había  de  atribuirse  al  embotamiento  de  la  sensibilidad. 


—  Il6  — 


15  24  "33 


SAN  MARCOS 


15  34-41 


ban  vino  mirrado  ;  mas  El  no  lo 
aceptó.  M  Y  le  crucifican,  y  se  repai- 
ten  sus  vestiduras,  echando  suerte 
sobre  ellas,  para  decidir  qué  tocaba 
a  cada  cual.  25  Era  la  hora  tercia,  y 
le  crucificaron.  28  Y  estaba  inscrita  la 
inscripción  de  su  causa  :  El  Rey  dl 
los  jt'DÍos.  27  Y  con  El  crucificaron 
dos  ladrones,  uno  a  la  derecha  y  uno 
a  la  izquierda  de  El.  28  Y  fué  cum- 
plida la  Escritura  que  dice  :  «Y  fué 
contado  entre  los  inicuos»  (Is.  53,  12). 

Agoitía  ultrajada.  15,  29-32  (  =  Mt.  27, 
59-44  =Lc  23,  35-43) 

29  Y  los  que  por  allí  pasaban  le  ul- 
trajaban moviendo  sus  cabezas  y  di- 
ciendo : 

— ¡  Ea !  El  que  destruye  el  san- 
tuario y  le  reedifica  en  tres  días, 
3"  sálvate  a  ti  mismo  bajando  de  la 
cruz. 

"  De  semejante  manera  también  los 
sumos  sacerdotes,  a  una  con  los  escri- 
bas, en  son  de  burla  decían  entre  eí  : 

— A  otros  salvó,  a  sí  mismo  no 
puede  salvarse  ;  32  el  Mesías,  el  Rey 
íle  Israel,  baje  ahora  de  la  cruz,  pa- 
ra que  lo  veamos  y  creamos. 

También  los  que  habían  sido  cru- 
cificados con  El  le  ultrajaban. 

Desamparo  y  muerte  del  Redentot. 
15.  33-37  -Mt.  27,  45-50  =Lc.  23, 
44-45  =Jn.  19,  28-30) 

33  Y  llegada  la  hora  sexta,  se  pro- 
dujeron tinieblas  sobre  toda  la  tie- 


rra hasta  la  hora  nona.  31  Y  a  la  hora 
nona  clamó  Jesús  con  gran  voz  : 
«Eloí,  Eloí,  lamá  sabakhthani»,  que, 
traducido,  es  :  »Dios  mío,  Dios  mío, 
¿porqué  me  desamparaste?  (Sal.  21, 
2).  35  Y  algunos  de  los  presentes,  al 
oírlo,  decían  :  «Mira,  a  Elias  llama.» 
x  Corriendo  uno  y  empapando  en  vi- 
nagre una  esponja,  introduciendo  en 
ella  una  caña,  le  daba  de  beber,  di- 
ciendo : 

— Dejad,  veamos  si  viene  Elias  a 
descolgarle. 

3!  Mas  Jesús,  lanzando  una  gran 
%-oz,  expiró. 

Honras  fúnebres.  15,  38-41  (  =  Mt.  27, 
51-56  =Lc.  23,  45-49) 

58  Y  el  velo  del  santuario  se  rasgó 
en  dos  de  arriba  abajo.  39  Y  viendo 
el  centurión,  que  allí  estaba  de  pie 
frente  a  El,  que  de  tal  manera  ha- 
bía -expiroulo,  dijo  : 

— Verdaderamente  este  hombre  era 
Hijo  de  Dios. 

40  Había  también  unas  mujeres  mi- 
rando desde  lejos,  entre  las  cuales 
estaban  también  María  la  Magdale- 
na y  María  la  madre  de  Santiago  el 
menor  y  de  José  y  Salomé,  "las  cua- 
les, cuando  estaba  El  en  Galilea,  le 
seguían  y  le  servían,  y  otras  mucha;, 
que  habían  subido  con  El  a  Jeru- 
salén. 


25  La  hora  tercia,  el  espacio  comprendido  entre  las  nueve  y  las  doce,  no  había 
terminado  aún,  aunque  ya  estaba  cerca  de  su  fin,  cuando  crucificaron  a  Jesús. 

*  Ei,  Rey  de  los  judíos  :  San  Marcos  reproduce  solamente  las  palabras  sustan- 
ciales de  la  inscripción  :  palabras,  únicas  invariables  en  las  varias  redacciones  de 
los  evangelistas.  El  Mesías  en  cruz:  acoplamiento  de  ideas,  que  los  judíos  rechaza- 
ban obstinadamente. 

33  Los...  crucificados  :  plural  de  categoría.  De  hecho,  uno  solo  de  los  dos  la- 
drones le  ultrajó;  el  otro  reconoció  su  realeza. 

83  Se  produjeron  tinieblas  :  no  consta  la  naturaleza  ni  el  origen  de  estas  tinie- 
blas. |¡  Toda  la  tlerra  :  en  sentido  limitado:  toda  Palestina,  o  todo  el  horizonte 
visible. 

M  El  Señor  quiso  expresar  los  sentimientos  de  su  Corazón  con  las  palabras  del 
salmo  21,  que  recitó  en  arameo  ;  y  es  de  creer  que  no  se  limitaría  a  solas  las  pri- 
meras palabras,  reproducidas  por  San  Mateo  y  San  Marcos. 

*>  La  afinidad  o  parecido  de  las  palabras  Eloí  (o  «Eli»  i  y  «Elias»  hicieron  creer 
(o  fingir  que  se  creía)  que  Jesús  llamaba  en  su  auxilio  al  gran  profeta. 

M  Este  hecho,  que  no  tiene  conexión  alguna  con  la  supuesta  invocación  de  Elias, 
sólo  se  explica  por  la  palabra  que,  según  San  Juan  (19,  :8),  pronunció  el  Salvador  : 
•Tengo  sed.» 

38  El  velo  :  fué  seguramente  el  segundo  velo,  que  separaba  el  lugar  Santo  (o  pri- 
mera estancia)  del  lugar  Santísimo  (segunda  estancia). 


—  117  — 


15  42-16  5 


SAN  MARCOS 


15  «—16  ¡> 


16 


Sepultura.  15,  42-47  (  =  Mt.  27,  57-61 
=  Le.  23,  50-56  =Jn.  19,  38-42) 

a  Y  habiendo  «tardecido,  puesto 
que  era  Parasceve,  que  es  antesába- 
do, "  viniendo  José  el  de  Arimatea, 
ilustre  sanhedrita,  que  también  él  es- 
taba esperando  el  reino  de  Dios,  co- 
brando osadía,  entró  a  la  presencia 
de  Pila t o  y  le  demandó  el  cuerpo  de 
Jesús.  "  Püato  se  maravilló  de  que 


va  hubiera  muerto;  45  y  habiendo  he- 
cho llamar  al  centurión,  otorgó  el 
cadáver  a  José.  **  Y  habiendo  com- 
prado una  sábana,  descolgándolo,  lo 
envolvió  en  la  sábana  y  lo  depositó 
en  un  monumento,  que  había  sido 
excavado  en  la  peña,  e  hizo  rodar 
una  losa  hasta  la  entrada  del  monu- 
mento. ■"  María  la  Magdalena  y  Ma- 
ría la  de  José  observaban  dónde  que- 
daba colocado. 


Glorificación 


E!  ángel  mensajero  de  la  resurrec- 
ción. 16,  1-8  (  =  Mt.  28,  1-8  =  Lc.  24, 
1-11  =Jn.  20,  1-2) 

I  A  1  Y  pasado  el  sábado,  María  la 
10  Magdalena  y  María  la  de  San- 
tiago y  Salomé  compraron  perfumes 
con  ©1  fin  de  ir  a  ungirle.  '*  Y  muy 
de  madrugada,  el  primer  día  de  la 
semana  vienen  al  monumento,  sali- 
do ya  el  sol.  3  Y  se  decían  unas  a 
otras  : 

— ¿  Quién  nos  correrá  la  losa  de  la 
entrada  del  monumento  ? 

4  Y  mirando  atentamente,  Obser- 
van que  la  losa  había  sido  corrida 
a  un  lado  ;  porque  era  enormemente 
grande.  5  Y  entrando  en  el  monu- 
mento, vieron  un  joven  sentado  a 
la  derecha,  vestido  de  un  largo  ro- 


paje blanco,  v  quedaron  espantadas 
0  El  les  dice  : 

— No  os  espantéis.  A  Jesús  buscáis 
el  Nazareno,  el  crucificado  ;  resuci 
tó,  no  está  aquí.  Mirad  el  lugar  don- 
de le  pusieron.  7  Pero  id,  decid  a  sus 
discípulos,  y  a  Pedro,  que  va  delan- 
te de  vosotros  a  Galilea  ;  allí  le  ve- 
réis, conforme  os  dijo. 

8  Y  saliendo,  huyeron  del  monu- 
mento, pues  se  había  apoderado  de 
ellas  temblor  y  estupor,  y  a  nadie 
dijeron  nada,  porque  tenían  miedo. 


Varias  apariciones,  16,  9-14 
(=Lc.  24,  13-43  =  Jn-  20,  11-18) 

"  Habiendo  resucitado  al  amanecer 
el  primer  día  de  la  semana,  se  apa- 


Paras 
i  n  eme  de 

16  LA* 


aracion,  y  se  decía  del 
hado. 

inarse  el  reposo  sabático,  pudieron  hacerse  las  compras 
madrugada,  y  llegan  al  sepulcro  salido  V» 
os  otros  sepulcros  se  escribe  :  «Aquf  yace»  , 


.  ule 


ente 


ficat 
firm 
que 


prc 


:nas  de  temrlí 


a  Galilea  da  a  entender 
Maestro  para  completa: 

ir  Y  estupor,  no  era  la 
y  visiones  que  algunos 
jnces  :   más  tarde,  reco- 


de alguna  manera  su  Evangelio. 

9  Ai.  amanecer  :   parece  indicar  el  momento  de 


—  118  — 


16  W-15 


SAN  MARCOS 


16  16-20 


recio  primeramente  a  María  la  Mag- 
dalena, de  la  cual  había  lanzado  sie- 
te demonios.  10  Ella  fué  a  dar  la  nue- 
va a  los  que  habían  andado  con  él, 
que  estaban  afligidos  y  lloraban.  11  Y 
ellos,  oyendo  decir  que  vivía  y  que 
había  sido  visto  por  ella,  no  lo  cre- 
veron. 

12  Tras  esto,  a  dos  de  ellos  que 
iban  de  camino  se  apareció  en  dife- 
rente figura,  mientras  iban  al  cam- 
po. 13  También  ellos  se  fueron  a  dar 
la  nueva  a  los  demás  ;  y  ni  a  ellos 
creyeron. 

"  Posteriormente,  estando  ellos  a 
la  mesa,  se  apareció  a  los  Once  y 
les  echó  en  cara  su  incredulidad  y 
dureza  de  corazón,  porque  no  habían 
creído  a  los  que  le  habían  visto  re- 
sucitado de  entre  los  muertos. 

Misión  de  los  apóstoles.  16,  15-18 
(  =  Mt.  28,  16-20  =Lc.  24,  44-49) 

,5  Y  les  dijo  : 

— Id  al  mundo  entero  y  predicad 


el  Evangelio  a  toda  la  creación.  19  El 
que  creyere  y  fuere  bautizado,  se  sal- 
vará ;  mas  el  que  no  creyere,  será 
condenado.  11  Y  a  los  que  hubieren 
creído  les  acompañarán  estas  seña- 
les :  en  mi  nombre  lanzarán  demo- 
nios, hablarán  lenguas  nuevas,  18  en 
sus  manos  tomarán  serpientes,  y  si 
l>ebieren  ponzoña  mortífera,  no  les 
dañará.;  pondrán  sus  manos>  sobre 
los  enfermos,  y  se  hallarán  bien. 


Ascensión  del  Señor.  16,  19-20 
(  =  Lc.  24,  50-53  =Ac.  1,  r-11) 

19  Con  esto  el  Señor  Jesús,  después 
de  hablarles,  fué  elevado  al  cielo  y 
se  sentó  a  la  diestra  de  Dios.  "  Y 
ellos,  partiéndose  de  allí,  predicaron 
por  todas  partes,  cooperando  el  Se- 
ñor y  confirmando  la  palabra  con  las 
señales  que  la  acompañaban. 


antes  de  llegar  las  mujeres  al  sepulcro.  ||  El  primer  día  de  la  semana  era  el  que 
después  se  llamó  domingo  o  día  del  Señor  por  haber  tenido  lugar  en  él  la  resu- 
irección  de  Jesús.  La  aparición  de  Jesús  a  la  Magdalena  fué  la  primera  de  la  serie 
de  las  apariciones  a  los  testigos  de  la  resurrección  ;  fuera  de  esta  serie  y  por  encima 
de  ella  está  la  visita  del  Hijo  a  la  Madre.  En  la  hipótesis  probable  de  que  María 
la  Magdalena  sea  la  «pecadora»  de  que  habla  San  Lucas  ¡7,  37),  no  otra  que  la 
hermana  de  Lázaro,  la  expulsión  de  los  siete  demonios  podría  entenderse  meiafó- 
ricamente. 

11  No  lo  creyeron  :  incrédulos  se  muestran  los  discípulos,  que  no  visionarios. 

12  Ai  campo  :  a  Emaús. 

M  Esta  aparición  a  los  Once  parece  ser  la  del  día  mismo  de  la  resurrección,  más 
extensamente  relatada  por  San  Lucas  (24,  36-45)  y  por  San  Juan  (20,  19-23). 

15-18  Este  discurso  de  despedida  es  el  mismo  referido  con  algunos  pormenores  di- 
ferentes por  San  Mateo  (28,  16-20).  La  frase  inicial  y  les  dito  sugiere  o  supone  un 
intervalo  entre  los  vv.  14  y  15. 

15  Id  al  mundo  entero  :  misión  universal,  misión  autoritativa,  encomendada  por 
aquel  a  quien  «ha  sido  dada  toda  potestad  en  el  cielo  y  en  la  tierra»  (Mt.  28,  18;, 
misión,  por  consiguiente,  que  no  puede  ser  estorbada  por  ninguna  autoridad  de  la 
tieira.  Con  estas  palabras  crea  el  Señor  las  Misiones  católicas. 

M  El  que  creyere  y  fuere  bautizado  se  salvará:  a  la  fe  y  al  bautismo  está 
■vinculada  la  salud  eterna  ;  mas  de  diferente  manera.  La  fe  es  insustituible  ;  el  bau- 
tismo de  agua,  en  cambio,  puede  ser  suplido  por  el  voto  del  bautismo,  es  decir, 
por  el  deseo  del  bautismo,  nacido  de  la  fe  y  acompañado  de  la  contrición  de  los 
pecados.  Por  esto  añade  el  Señor  :  el  que  no  creyere  serA  condenado.  No  dice  :  «el 
que  no  creyere  y  no  fuere  bautizado». 

"  A  los  que  hubieren  creído  :  plural  colectivo.  Promete  el  Señor  la  potestad 
de  hacer  milagros,  cuando  sea  conveniente  para  acreditar  o  propagar  la  fe,  a  la 
colectividad  de  los  fieles,  no  precisamente  a  cada  individuo  en  particular.  El  hablar 
en  lenguas  nuevas  es  el  carisma  de  la  glosolalía,  descrito  por  San  Pablo  (1  Cor.  14), 
tan  frecuente  en  la  primitiva  Iglesia. 

10  La  ascensión  es  el  glorioso  coronamiento  de  la  vida  terrestre  del  Salvador,  y 
su  entronización  es  la  inauguración  de  su  vida  celeste,  donde  como  Señor  y  Rey 
está  sentado  A  la  diestra  de  Dios  Padre  y  desde  donde  ha  de  venir  un  día  a  juzgar 
a  los  vivos  y  a  los  muertos. 

30  Con  la  predicación  universal  del  Evangelio,  la  Iglesia,  una,  santa  y  apostólica, 
se  hace  católica.  Comienza  la  era  de  las  Misiones,  que  no  se  cerrará  hasta  el  fin  de 
los  siglos. 


—  119  — 


INTRODUCCION 
AL    EVANGELIO    DE    SAN  LUCAS 


l  autor. — Un  antiquísimo  prólogo  a  los  Evangelios  escribe:  ¿Lucas, 


de  nación  siró,  antioqueno,  de  profesión  médico,  discípulo  de  los 


apóstoles,  después  siguió  a  Pablo.»  En  el  libro  de  los  Hechos,  sin 
nombrarse ,  habla  repetidas  veces  de  si  usando  el  plural  «nosotros».  La 
primera  mención  de  este  «nosotros*  ocurre  ya,  probablemente  (según  el 
llamado  texto  occidental),  en  Ac.  11,  27-28,  por  estas  palabras:  «Por 
aquellos  días  bajaron  de  Jerusalén  unos  profetas  a  Antioquía,  y  había 
grande  alegría.  Estando  nosotros  reunidos,  levantándose  uno  de  ellos  por 
nombre  Agabo...*  Esto  acontecía  liacia  el  año  40.  Y  si  así  es,  San  Lu- 
cas pertenecía  a  la  primera  generación  de  los  fieles  antioquenos,  amaes- 
trados, si  no  conquistados,  por  Bernabé.  En  otras  tres  ocasiones  habla  de 
sí  el  autor  de  los  Hechos :  en  el  viaje  de  Tróade  a  Filipos,  d:irante  la 
segunda  misión  de  San  Pablo  (Ac.  16,  io-ij);  en  el  viaje  de  Filipos  a 
Jerusalén  al  fin  de  la  tercera  misión  (Ac.  20,  5-15;  21,  1-1S),  y  en  el 
viaje  de  Cesárea  a  Roma  (Ac.  2j,  1-44;  28,  1-16).  Durante  su  primera 
prisión  romana  dos  veces  menciona  San  Pablo  a  San  Lucas,  llamándole 
su  colaborador  y  médico  querido  (Col.  4,  14;  Flm.  24).  Y  en  su  última 
prisión,  en  vísperas  de  su  martirio,  recuerda  el  Apóstol,  agradecido,  que 
«sólo  Lucas  está  con  éh  (2  Tim.  4,  11).  Otras  noticias  sobre  San  Lucas 
no  son  ya  tan  seguras. 

Su  obra. — El  evangelista  médico  pudo  haber  hecho  con  Bernabé  o 
con  Pablo,  cuya  predicación  oral  se  proponía  consignar  por  escrito,  lo 
que  Marcos  había  hecho  no  mucho  antes  con  San  Pedro:  reproducirla 
simplemente.  Mas  su  cultura  helénica  le  inspiró  otros  pensamientos,  hu- 
manamente más  altos. 

Lucas  no  había  visto  al  Señor:  para  conocer  su  obra  y  su  doctrina 
hubo  de  apelar  a  informaciones  ajenas.  Y  lo  hizo  en  grande  escala.  Si 
con  su  investigación  erudita  no  podía  obtener  la  visión  real  y  viviente 
de  la  vida  de  Jestts,  podía,  en  cambio,  atesorar  noticias  no  conocidas 
aun  por  algunos  de  los  que  habían  visto  al  Señor.  Lo  que  uno  ignoraba 
o  no  recordaba,  lo  sabía  o  recordaba  otro;  de  ahí  que  Lucas,  interrogan- 
do a  unos  y  a  otros,  logró  recoger  tal  cantidad  de  datos,  que,  aquilatados 
y  ordenados,  justificaban  la  publicación  de  un  tercer  Evangelio.  La  base 
o  punto  de  referencia  de  todos  estos  datos  recogidos  era  la  catcquesis 
oral  de  Bernabé  y  de  Pablo,  que  era  para  Lucas  la  fuente  principal  de 
sus  informaciones.  Tal  es  en  Lucas  la  manera  característica  de  enfocan 
el  Evangelio  oral:  no  como  obra  ya  hecha  y  acabada,  sino  como  docu- 
mento informativo  o  fuente  de  una  obra  más  vasta. 


—  121  — 


SAN  LUCAS 


Ya  cu  este  acopio  de  datos  y  uso  de  las  fuentes  se  muestra  Lucas 
original.  Adquiere  nuevo  relieve  esta  originalidad  con  la  composición  u 
ordenación  sistemática  del  material  recogido,  con  las  natas  cronológicas, 
que  conectan  la  vida  del  Salvador  con  la  historia  universal,  con  la  sobria 
elegancia  de  su  lengua  y  estilo,  unida  a  la  más  escrupulosa  fidelidad  en 
reproducir  los  documentos  históricos. 

Otras  cualidades  pudieran  mencionarse,  que  caracterizan  la  obra  de 
Sun  Lacas,  entre  las  cuales  no  ocupa  cl  último  lugar  aquel  espíritu  de 
suavidad  y  delicadeza,  que  le  lia  merecido  el  título  de  Scriba  mansue- 
tudinis  Ghristi. 

Destinatarios  y  objeto. — San  Lucas  dedica  su  Evangelio  al  «exce- 
lentísimo Teófiloi)  (i,  ¡),  hombre  ilustre  recién  convertido  al  cristia- 
nismo; pero  en  realidad  se  dirige  a  las  Iglesias  fundadas  por  San  Pablo, 
principalmente  a  los  fieles  venidos  de  la  gentilidad,  pero  sin  olvidar  a 
los  judíos.  El  fin  que  se  propone  en  la  redacción  de  su  Evangelio  ex- 
présalo él  mismo  en  cl  prólogo:  «para  que  reconozcas  la  firmeza  de  las 
enseñanzas  que  recibiste»  (i,  4).  Más  generalmente ,  la  tesis  del  tercer 
Evangelio  es  la  universalidad  de  la  salud  por  Cristo;  es  el  tema  de  la 
Epístola  de  San  Pablo  a  los  Romanos :  El  Evangelio  «es  una  fuerza  de 
Dios  ordenada  a  la  salud  para  todo  el  que  creen  (1,  ib).  Si  el  Evangelio 
de  San  Mateo  podría  llamarse  mesiánico  ;  el  de  San  Marcos,  taumatúr- 
gico ;  el  de  San  Juan,  teológico  ;  el  de  San  Lucas  es  cl  soteriológico  por 
antonomasia. 

Orden. — Promete  San  Lucas  escribir  su  Evangelio  «por  su  orden» 
(1,  3).  Este  «orden»,  acorde  generalmente  con  el  de  San  Marcos,  es,  sin 
duda,  cronológico ;  mas  no  es  esto  precisamente  lo  que  él  quiere  expre- 
sar, sino  más  bien,  como  él  mismo  lo  declara  en  el  prólogo,  «el  trabaje 
de  coordinar  [sistemáticamente]  una  narración»  (1,  1).  Semejante  or- 
denación lleva  consigo  algunas  veces  ciertas  inversiones  cronológicas. 
/,a.s  más  características  son  ciertas  anticipaciones  en  razón  de  concluir 
o  redondear  un*  materia  antes  de  pasar  a  otra  diferente.  Ejemplo  tipien 
de  este  procedimiento  de  anticipación  es  la  relación  de  la  prisión  de 
Juan  Bautista  (3,  ig-20)  antes  del  relato  del  bautismo  de  Jesús  (3,  21-22), 
en  que  ya  no  se  menciona  a  Juan. 

La  lengua. — El  griego  usado  por  San  Lucas  es  más  castizo  y  ele- 
gante que  cl  de  los  otros  evangelistas.  Su  prólogo  es  un  período  cuadri- 
membre,  harmónicamente  construido,  que  recuerda  cl  de  Dioscórides  a 
su  obra  médica.  Pero  más  que  por  su  relativa  elegancia  interesa  la  len- 
gua de  San  Lucas  en  cuanto  es  sello  de  autenticidad  y  garantía  de  ver- 
dad v  escrupulosidad  histórica.  Su  tecnicismo  médico  señala  como  autor 
al  «médico  querido»,  compañero  de  San  Pablo.  Sus  frecuentes  términos 
paulinos  delatan  al  discípulo  y  colaborador  del  grande  Apóstol.  Razón, 
pues,  tiene  la  tradición  cristiana  cuando  afirma  que  el  autor  del  tercer 
Evangelio  es  Lucas,  el  médico  y  discípulo  de  San  Pablo.  Más  interesan- 
tes son  todavía  los  numerosos  aramaísmos,  que  tan  rudamente  contras- 
tan con  el  lenguaje  que  usa  San  Lucas  cuando  escribe  por  su  cuenta. 
Estos  aramaísmos  son  efecto  de  su  escrupulosa  fidelidad  en  utilizar  h>s 
documentos  o  cu  traducir  las  informaciones  oídas  en  aramco.  El  tránsito 
brusco  del  elegantísimo  prólogo  a  los  aramaísmos  de  los  dos  primeros 
capítulos  acreditan  la  verdad  histórica  del  tercer  Evangelio. 


—  132  — 


1  1-9 


SAN  LUCAS 


13-17 


EVANGELIO  DE   SAN  LUCAS 


Prólogo  del  evangelista,  i,  1-4 

-1  1  Puesto  que  muchos  han  em- 
prendido  el  trabajo  de  coordinar 
la  narración  de  'las  cosas  verificadas 
entre  nosotros,  *  según  que  nos  las 
transmitieron  los  que  desde  el  prin- 
cipio fueron  testigos  oculares  y  des- 


pués ministros  de  la  palabra,  s  he 
resuelto  yo  también,  después  de  ha- 
berlas investigado  todas  escrupulo- 
samente desde  su  origen,  escribírte- 
las por  su  orden,  excelentísimo  Teó- 
filo, 4  para  que  reconozcas  la  verdad 
incontrastable  de  las  enseñanzas  que 
has  recibido. 


Evangelio  de  la  infancia 


Anuncia  el  ángel  el  nacimiento  de 
Juan  Bautista,  i,  5-25 

6  Hubo  en  los  días  de  Herodes,  rey 
de  la  Judea,  un  sacerdote  por  nom- 
bre Zacarías,  del  turno  de  Abías,  ca- 
sado con  una  de  las  hijas  de  Aarón, 
llamada  Isabel.  6  Eran  ambos  justos 
a  los  ojos  de  Dios,  caminando  irre- 
prensibles en  todos  los  mandamien- 
tos y  ordenanzas  del  Señor.  7  Y  no 
tenían  hijo,  por  ser  Isabel  estéril  y 
ambos  avanzados  en  sus  días. 

*  Y  aconteció  que,  ejerciendo  ti  su 
ministerio  sacerdotal  por  el  orden 
de  su  turno  delante  de  Dios,  le  cupo 
en  suerte,  9  conforme  a  la  costumbre 
de  los  sacerdotes,  entrar  en  el  san- 
tuario del  Señor  para  ofrecer  el  in- 


cienso ;  10  y  toda  la  muchedumbre 
del  pueblo  a  la  hora  del  incienso  es- 
taba fuera  orando.  11  Y  se  le  apareció 
un  ángel  del  Señor  puesto  de  pie  a 
la  derecha  del  altar  del  incienso.  12  Y 
se  turbó  Zacarías  en  viéndole,  y  el 
temor  le  sobrecogió.  13  Mas  el  ángel 
le  diio  : 

— No  temas,  Zacarías,  pues  ha  sido 
escuchada  tu  oración  ;  y  tu  mujer 
Isabel  te  dará  un  hijo,  a  quien  pon- 
drás por  nombre  Juan ;  14  y  será  para 
ti  de  gozo  y  alegría,  y  muchos  se  go- 
zarán en  su  nacimiento.  15  Porque  se- 
rá grande  a  los  ojos  del  Señor,  y  no 
beberá  vino  ni  sidra,  y  será  lleno  del 
Espíritu  Santo  ya  desde  el  seno  de 
su  madre,  16  y  convertirá  a  muchos 
de  los  hijos  de  Israel  al  Señor  Dios 
de  ellos  ;  "  y  él  precederá  delante 


•1  1_»  Aunque  la  base  del  tercer  Evangelio  es  la  catequesis  evangélica  de  San  Paolo, 
San  Lucas,  empero,  no  se  limita  a  reproducirla,  como  hizo  San  Marcos  con  la 
lie  San  Pedro,  sino  la  amplió  notablemente  con  sus  investigaciones  personales.  La 
expresión  por  su  orden  no  significa  precisamente  orden  cronológico,  que  a  las 
veces  se  invierte  en  el  tercer  Evangelio,  sino  más  bien  orden  de  composición,  que 
puede  en  ocasiones  ser  simplemente  lógico. 

5  El  turno  de  Abías  era  el  octavo  de  los  24  grupos  en  que  David  había  distri- 
buido los  sacerdotes  para  que  semanalmente  se  turnasen  en  el  servicio  del  templo 
s-°  El  oficio  de  ofrecer  el  incienso,  como  más  honroso,  se  asignaba  por  suerte 
entre  los  sacerdotes.  El  altar  del  incienso  *-  hallaba  en  ex  santuario,  es  decir,  en 
el  Lugar  Santo  o  primera  lestaucia,  separada  por  un  velo  de  la  segunda  o  Lugar 
Santísimo. 

11  A  i.a  derecha  :  parece  debe  entenderse  respecto  del  mismo  altar,  que,  por  tanto, 
quedaba  a  la  izquierda  del  ángel. 

13  Tu  oración  :  lera  la  oración  oficial  del  sacerdote,  que  en  nombre  del  pueblo  pe- 
día a  Dios  el  remedio  de  las  tribulaciones  que  afligían  a  Israel. 

a  Sidra  es  aquí  toda  bebida  fermentada  distinta  del  vino. 

"  El  texto  integro  de  Malaquías,  fragmentariamente  citado  por  San  Lucas,  lo 
mismo  que  por  Eci.  4S,  10,  habla  de  la  recíproca  reconciliación  de  padres  e  hijos, 
la  cual  debe  ir  acompañada  de  la  reconciliación  de  unos  y  otros  con  Dios. 


—  123  — 


1  18-24 


SAN  LUCAS 


1  25-32 


de  él  con  el  espíritu  y  fortaleza  de 
Elias,  «para  retornar  los  corazones  de 
los  padres  hacia  los  hijos»  (Mal.  4, 
5-6)  y  los  rebeldes  a  la  prudencia  de 
ios  justos,  para  preparar  al  Señor  un 
pueblo  perfectamente  dispuesto. 
"  Dijo  Zacarías  al  ángel  : 
— ¿  En  qué  conoceré  eso  ?  Porque 
yo  soy  viejo  y  mi  mujer  avanzada 
en  sus  días. 

10  Y  respondiendo,  díjole  el  ángel  : 
— Yo  soy  Gabriel,  que  asisto  en  la 

presencia  de  Dios,  y  he  sido  enviado 
a  hablarte  y  darte  estas  buenas  nue- 
vas ;  20  y  he  aquí  que  estarás  callado 
y  sin  poder  hablar  hasta  el  día  en 
que  se  verifiquen  estas  cosas,  por 
cuanto  no  diste  fe  a  mis  palabras, 
las  cuales  se  cumplirán  a  su  tiempo. 

11  Y  estaba  el  pueblo  aguardando  a 
Zacarías  y  se  maravillaban  de  que  se 
detuviese  tanto  tiempo  en  el  santua- 
rio. "  Y  cuando  salió  no  podía  ha- 
blarles, y  conocieron  que  había  visto 
una  visión  en  el  santuario.  Y  él  les 
hablaba  por  señas,  y  quedó  mudo. 

Y  acaeció  que,  cuando  se  cumplie- 
ron los  días  de  su  sagrado  ministe- 
rio, se  marchó  a  su  casa.  M  Y  pasa- 
dos estos  días,  concibió  Isabel,  su 
mujer,  y  se  mantuvo  escondida  du- 


rante cinco  meses,  diciendo:  "«Así 
!o  ha  hecho  el  Señor  conmigo  en  los 
días  en  que  puso  sus  ojos  sobre  mí 
para  quitar  mi  afrenta  entre  los  hom- 
bres.» 


Gabriel  anuncia  a  María  el  naci- 
miento de  Jesús.  1,  26-38 


*  En  el  sexto  mes  fué  enviado  el 
ángel  Gabriel  de  parte  de  Dios  a  una 
ciudad  de  Galilea,  llamada  Nazaret, 
27  a  una  doncella  desposada  con  un 
varón  llamado  José,  de  la  familia  de 
David,  y  el  nombre  de  la  doncella 
era  María. 

28  Y  habiendo  entrado  a  ella,  dijo  : 
— Dios  te  salve,  llena  de  gracia,  el 

Señor  es  contigo,  bendita  tú  entre 

las  mujeres. 

*  Ella,  al  oír  estas  palabras,  se  tur- 
bó, y  discurría  qué  podría  ser  esta 
salutación.  80  Y  le  dijo  el  ángel  : 

— No  temas,  María,  pues  hallaste 
gracia  a  los  ojos  de  Dios.  31  lie  aquí 
que  concebirás  en  tu  seno  y  darás  a 
luz  un  Hijo,  a  quien  darás  por  nom- 
bre Jesús.  82  Este  será  grande,  y  será 


En  las  negociaciones  en  que  se  va  a  tratar  y  decidir  el  ¡jran  negocio  de  los 
siglos,  da  salud  eterna  de  los  hombres,  intervienen  un  ángel  y  una  mujer  :  él,  re- 
representante de  Dios  ;  ella,  representante  de  Israel  y  de  toda  la  humanidad. 

--7  Desposada  :  los  desposorios,  según  la  ley  de  Moisés,  no  er: 
matrimonio  futuro,  sino  verdadero  matrimonio  rato,  si  bien 
seguir  a  la  celebración  de  las  bodas.  iKl  matrimonio  de  María  con  Jusc  había  <!i 
ser  como  un  velo  o  sombra,  que,  encubriendo  discretamente  la  generación  virginal 
del  Hijo  de  Dios,  pusiese  a  salvo  el  honor  de  la  Madre  y  del  Hijo.  La  etimología 
del  nombre  de  María  es  muy  controvertida.  Entre  las  diversas  etimologías  científicas 
que  se  han  propuesto  son  las  más  probables  las  de  Amada  de  Yahvé,  Robusta  y 
Hermosa.  Entre  las  etimologías  populares,  la  más  verosímil  es  la  de  llununadti , 
aunque  no  son  improbables  las  de  Señora  y  Excelsa. 

38  La  salutación  del  ángel,  que  habla  en  uombre  de  Dios,  es  verdaderamente 
asombrosa  e  inaudita.  Jamás  un  ángel  de  Dios  había  saludado  tan  honoríficamente 
a  hombre  alguno.  Consta  la  salutación  de  cuatro  expresiones.  Primera  :  Dios  ti: 
salve,  o  más  literalmente,  gózate.  Trae  el  ángel  un  mensaje  de  gozo  para  María, 
para  todo  Israel  y  para  la  humanidad  entera.  Segunda  :  lElvna  de  gracia,  o  más  a  la 
letra,  plenamente  agraciada,  es  decir,  favorecida  por  Dios  con  la  plenitud  de  su 
gracia,  de  su  amor  y  de  sus  dones.  Crece  el  valor  significativo  de  esta  expresión 
al  ser  empleada  como  sustituto  del  nombre  propio  ;  con  que  se  da  a  entender  que 
tal  plenitud  de  gracia  es  tan  excelsa  y  tan  peculiarniente  propia  de  María,  que  jus- 
tamente puede  ser  llamada  «la  llena  de  gracia».  Tercera  :  el  Señor  es  contigo  :  esto 
es,  Yahvé  tiene  puestos  sobre  ti  sus  ojos  y  su  corazón,  dispuesto  a  favorecerte,  asis- 
tirle y  protegerte  con  el  poder  de  su  brazo.  Cuarta  :  bendita  tú  entre  las  mujeres  : 
escogida  entre  todas  y  bienaventurada  sobre  todas  ellas  :  la  Mujer  por  excelencia. 

28  Dos  efectos  produjeron  las  palabras  del  ángel  en  María  :  turbación  y  reflexión. 
La  turbación  nacía  de  la  humildad ;  la  reflexión,  de  la  prudencia.  No  entendí. 1 
María  el  objeto  o  razón  de  ser  de  aquellos  elogios,  tan  impropios,  según  su  enten- 
der, «le  su  pequeñez  y  bajeza. 

30  Hallaste  gracia  :  el  primer  origen  de  la  excelsa  grandeza  de  María  fué  la  bon- 
dad con  que  Dios  tuvo  a  bien  poner  sus  ojos  sobre  ella. 

31  Jesús  o  Yehoshuah  es  lo  mismo  que  Salud  de  Yahvé  (o  Yahvé  salva).  El  Hijo 
de  Dios  hecho  Hijo  del  hombre  es  esencialmente  Salvador. 

ss-'3  Cuatro  prerrogativas  del  Hijo  de  María  anuncia  el  ángel:  1)  su  incomparable 


—  124  — 


1  33-38 


SAN  LUCAS 


1  39-43 


llamado  Hijo  del  Altísimo,  y  le  dará 
el  Señor  Dios  el  trono  de  David  su 
padre,  33  y  reinará  sobre  la  casa  de 
Jacob  eternamente,  y  su  reinado  no 
tendrá  fin. 

31  Dijo  María  al  ángel  : 

— ¿Cómo  será  eso,  pues,  no  conoz- 
co varón  ? 

35  Y  respondiendo  el  ángel,  le  dijo: 

— El  Espíritu  Santo  descenderá  so- 
bre ti,  y  el  poder  del  Altísimo  te  co- 
bijará ^  con  su  sombra  ;  por  lo  cual 
también  lo  que  nacerá  será  llamado 
santo,  Hijo  de  Dios.  56  Y  he  aquí  que 
Isabel,  tu  parienta,  también  ella  ha 
concebido  un  hijo  en  su  vejez,  y  éste 
es  el  sexto  mes  para  ella,  la  que  lla- 
maban estéril,  31  porque  no  habrá  pa- 
ra Dios  cosa  imposible. 

38  Dijo  María  : 


— He  aquí  la  esclava  del  Señor  ; 
hágase  en  mí  según  tu  palabra. 
Y  se  retiró  de  ella  el  ángel. 

Visit ación  de  la  Virgen  María  a  Isa- 
bel, i,  39-45 

89  Por  aquellos  días,  levantándose 
María,  se  dirigió  presurosa  a  la  mon- 
taña, a  una  ciudad  de  Judá,  4°  y  en- 
tró en  la  casa  de  Zacarías  y  saludó 
a  Isabel.  41  Y  aconteció  que,  al  oír 
Isabel  la  salutación  de  María,  dió  sal- 
tos de  gozo  el  niño  en  su  seno,  y  fué 
llena  Isabel  del  Espíritu  Santo,  42  y 
levantó  la  voz  con  gran  clamor  y 
dijo  : 

— Bendita  tú  entre  las  mujeres  y 
bendito  el  fruto  de  tu  vientre.  "  ¿  Y 


grandeza  ;  2)  su  filiación  divina ;  3)  su  realeza  raesiánica  ;  41  la  universalidad  y 
eternidad  de  su  reinado.  ||  La  cas»  de  Jacob  es  el  «Israel  de  Dios»  (Gál.  6,  16),  es 
decir,  la  humanidad  creyente  o  |la  Iglesia. 

34  ¿  Cómo  sera  eso  ?  Esta  pregunta  parece  semejante  a  la  que  seis  meses  antes 
liabfa  dirigido  Zacarías  al  mismo  Gabriel:  «¿En  qué  conoceré  eso?»  Pero  aguda- 
mente notó  San  Agustín  que  «semejante  es  la  yoz,  pero  desemejante  el  corazóm 
(ML  39,  131S).  Zacarías  preguntó  pidiendo  indiscretamente  una  señal  ;  María  pregunta 
deseando  discretamente  informarse  sobre  el  modo  de  la  concepción,  a  la  que  natu- 
ralmente parece  oponerse  el  (propósito  y  aun  el  voto  que  tenía  hcho  de  guardar 
virginidad  ;  pues  éste  es  el  único  sentido  posible  de  la  expresión  No  conozco  varón. 

35  El  poder  del  Altísimo  es,  por  apropiación,  el  Espíritu  Santo,  como  virtud  o 
energía  (=podcr)  de  Dios  Padre  (= Altísimo) ;  virtud  a  la  vez  santificadora  y  fecun- 
dante del  seno  virginal  ;  la  cual  suplió  sobrenaturalmente  el  concurso  del  varón  y 
unió  hipostaticamente  la  naturaleza  humana  con  la  persona  del  Hijo  de  Dios.  ||  Por 
lo  cual,  esto  es,  por  esta  doble  acción  apropiada  al  Espíritu  Santo  como  virtud  de 
Dios  Padre,  el  fruto  de  la  concepción  será  a  la  vez  sanio  e  Hijo  de  Dios.  Es  tan 
íntima  la  conexión  entre  la  concepción  virginal  y  la  divina  filiación,  que  frecuente- 
mente afirman  los  Santos  Padres  que  ni  Dios  podía  nacer  sino  de  Madre  Virgen,  ni 
Madre  Virgen  podía  engendrar  sino  a  Dios. 

**  El  ángel  da  a  María  una  señal  que  ella  no  había  pedido  :  la  milagrosa  mater- 
nidad de  Isabel.  El  parentesco  de  María,  de  la  tribu  de  Judá,  con  Isabel,  de  la  tribu 
de  Leví,  sólo  podía  ser  por  parte  de  madre. 

88  Con  las  palabras  más  humildes  y  rendidas  da,  finalmente,  María  su  libre  asen- 
timiento :  asentimiento  solicitado  por  Dios  y  ansiosamente  esperado  por  toda  la  hu- 
manidad. Este  asentimiento,  término  de  las  negociaciones  con  el  ángel  y  dado  en  re- 
presentación de  todo  el  linaje  humano,  constituye  a  María  Mediadora  de  la  salud 
eterna  entre  Dios  y  los  hombres.  Y  también  verdadera  Corredentora.  Desde  el  mo- 
mento que  el  consentimiento  virginal  tenía  por  objeto  no  ya  solamente  la  encarnación 
del  Hijo  de  Dios,  sino  también  el  cumplimiento  de  las  profecías  mesiánicas  y  la  rea- 
lización de  los  divinos  consejos  sobre  la  salud  humana,  el  vincular  y  como  condicionar 
Dios  esta  realización  al  consentimiento  virginal  era  solicitar  para  ella  la  cooperación 
personal  de  María,  la  cual,  al  darlo,  iniciaba  y  ponía  en  movimiento  la  economía 
entera  de  la  redención.  A  la  acción  de  María  se  debió  que  los  misericordiosos  de- 
signios de  Dios  se  convirtiesen  en  venturosa  realidad.  Pudo  haber  sido  de  otra 
manera  ;  mas  Dios  quiso  que  fuera  así.  Apenas  pronunció  María  sus  palabras,  «el 
Verbo  se  hizo  carne»  para  salvar  al  hombre. 

M  A  la  montaña,  o  región  montañosa,  a  una  ciudad  de  Judá,  que  fundadamente 
se  cree  fué  Ain-Karim,  situada  a  unos  siete  kilómetros  al  O.  de  Jerusalén. 

41  Dió  saltos  de  gozo  :  con  la  salutación  de  María,  vehículo  de  la  bendición  de 
Jesús,  se  cumplió  la  promesa  del  ángel  a  Zacarías,  que  el  niño  sería  «lleno  del  Es- 
píritu Santo  ya  desde  el  seno  de  su  madre».  Esta  cumplida  santificación  y  alborozo 
del  niño  Juan  anduvieron  acompañados,  según  opinan  muchos  Padres  y  teólogos,  del 
uso  anticipado  de  la  razón,  bien  fuese  momentáneo,  bien  permanente. 

48  La  misteriosa  expresión  mi  Señor,  eco  del  salmo  109,  1,  y  pronunciada  por  Isa- 
bel «llena  del  Espíritu  Santo»,  significa  algo  más  que  la  simple  mesianidad  de  Je- 
sús (cfr.  Mt.  22,  45  =  Me.  12,  37  =  Le.  20,  44).  Esas  vislumbres  teológicas  convierten 
la  frase  Madre  de  mi  Señor  en  una  discreta  profesión  de  fe  en  la  maternidad  divina 
de  María. 


—  125  — 


SAN  LUCAS 


1  45-48 


de  dónde  a  mí  esto  que  venga  la 
madre  de  mi  Señor  a  mí  ?  **  Porque 
lie  aquí  que,  como  sonó  la  voz  de  tu 
salutación  en  mis  oídos,  dió  saltos 


de  alborozo  el  niño  en  mi  seno.  *  Y 
dichosa  la  que  creyó  que  tendrán 
cumplimiento  las  cosas  que  le  han 
í-ido  dichas  de  parte  del  Señor. 


Cántico  de  la  Virgen,  i,  46-55 


Y  dijo  Mari 
Eng 


ece  mi  alma  al  Señor, 
se  regocijó  mi  espíritu  en  Dios,  mi  Salvador; 
porque  puso  sus  ojos  en  la  bajeza  de  su  esclava. 


Dichosa  la  que  creyó  :  melancólica  alus: 
tícado  elogio  de  la  fe  de  María.  Contribuye  a 
de  lia  expresión  i.a  que  creyó.  lista  contraposi 
lidad  de  Zacarías  determina  el  sentido  expos 
tendrán  (y  no  porque  tendrán)  ;  pues  Zacarí; 
le  cumplieran  las  promesas  que  le  habían  si 
cumplieron),  sino  porque  no  creyó  en  ellas 
no  sólo  fué  dichosa  por  el  cumplimiento  de  1 
fe  con  que  ella  la  recibió. 

*3-65  La  inteligencia  de  este  maravilloso  cán 
tcnticiíiaJ.  La  atribución  del  cántico  a  Isab 
está  inspirada  en  motivos  que  nada  tienen  di 


11  a  la  incredulidad  de  Zacarías  y  de- 
sta  delicadeza  lo  indirecto  y  universal 
ión  de  la  fo  de  María  con  la  incredu- 
ivo  (no  causal)  de  la  frase  creyó  que 
.  no  dejó  de  ser  dichoso  porque  no  se 
o  hechas  (puesto  que  de  hecho  se  le 
desagradó  a  Dios.  María,  por  tanto, 
palabra  de  Dios,  sino  también  por  la 

1)  tiu- 


que 


pocos 
■5  bíblicos.  Las 
está  entretejido 
)  más  profundo 

la  inspiración. 


co.  De  ahí  la  división  algo  borrosa  de 
visión  estrófica,  incierta,  no  puede  ser, 
mpre  más  seguro  tomar  el  cántico  tal 
:nto  sentimental.  El  cántico,  humilde 
2  Isabel,  comienza  respondiendo  punto 
e*go  del  plano  subjetivo  al  plano  obje- 
ufo  lógico.  La  base  del  sentimiento  es 
salud  humana.  Desde  este  punto  de 
indcs  estrofas  :  más  personal  la  prime- 
ra (46-50),  más  impersonal  la  segunda  (51-55)  ;  cada  una,  a  su  vez,  subdividida  en  dos 
períodos. 

<wo  Pfimfr¡i  parte.  Consta  de  dos  períodos,  desiguales  en  extensión,  pero  per- 
fectamente paralelos.  Lo  más  característico  de  ellos,  lógicamente,  es  la  triple 
partícula  causal,  de  valor  muy  diferente,  que  los  enlaza.  El  siguiente  esquema  abre- 
viado podrá  servir  para  apreciar  su  encadenamiento  lógico  : 


las  estrofas,  que  más  bien  se  adivinan.  La  di 
por  tanto,  principio  de  interpretación.  Es  su 
cual  se  nos  ha  conservado.  4)  Desenvohilmi 
reacción  del  Corazón  virginal  a  los  elogios  d 
por  punto  a  sus  palabras,  para  remontarse  li 
tivo  de  ilos  divinos  consejos.  5)  Desenvolvithit 
la  visión  luminosa  del  plan  divino  sobre  1; 


Engrandece  mi  alma 
porque   puso  sus  i 

Pues  me  llamarán  di 
porque  hizo  en  m 


d  Señor, 

os  en   la  bajeza  de  su  esclava, 
íosa  todas  las  generaciones, 
favor  grandes  cosas. 


La  lóg 
ha  puesti 
Dios  hizi 


en  virtud  de  la 
apreciar  la  fuerz; 
se  prueba.  La  te: 
la  dignación  de 
tanto  la  felicitad 
grandes  cosas.  / 
dad,  el  desenvoi' 
grandece  al  Seño 
dignación  son  la 
todos  me  llamar 
mera  parte  son  < 


le  cada  período  es  diáfana.  María  engrandece  a  Dios,  porque 
su  bajeza,  y  todos  los  hombres  felicitarán  a  María  porque 
ir  grandes  cosas.  Evidentemente,  como  se  corresponden  en- 
íán  dichosa,  así  también  se  corresponden  porque  puso  sus 
Puso  sus  ojos  expresa  leí  afecto  de  la  bondad  divina  ;  hizo 
os  dos  períodos  están  enlazados  por  la  partícula  causal  pues, 
el  segundo  es  la  razón  o  demostración  del  primero.  Para 
esta  demostración  hay  que  fijar  la  tesis  y  la  razón  con  que 
irincipalmente  a  lo  menos,  es  porque  puso  sus  ojos,  es  decir, 
en  mirar  benignamentt  a  María.  La  razón  aducida  es  no 
!  todas  las  generaciones  cuanto  el  que  Dios  hizo  en  su  favor 
lando  el  movimiento  poético  del  cántico  a  nuestra  mentali- 
nto  lógico  podría  expresarse  de  esta  manera.  «Mi  alma  en- 
r  haberse  dignado  poner  en  mí  sus  ojos.  Argumento  de  esta 
indes  cosas  que  en  mi  favor  ha  hecho,  tales,  que  por  ellas 
idiosa.»  La  base,  pues,  y  el  pensamiento  capital  de  la  pri- 
grandes  cosas  que  Dios  ha  hecho  en  favor  de  María.  Cuáles 


—  126  — 


1  49-57 


SAN  LUCAS 


158-59 


Pues  he  aquí  que  desde  ahora 

me  llamarán  dichosa  todas  las  generaciones ; 

**  porque  hizo  en  mi  favor  grandes  cosas  el  Poderoso, 

y  cuyo  nombre  es  «Santo» ; 

50  y  su  misericordia  por  generaciones  y  generaciones 
para  con  aquellos  que  le  temen. 

"  Hizo  ostentación  de  poder  con  su  brazo : 

desbarató  a  los  soberbios  en  los  proyectos  de  su  corazón ; 

í2  derrocó  de  su  trono  a  los  potentados 

y  enalteció  a  los  humildes; 

"3  llenó  de  bienes  a  los  hambrientos 

y  despidió  vacíos  a  los  ricos. 

M  Tomó  bajo  su  amparo  a  Israel,  su  siervo, 
para  acordarse  de  la  misericordia, 
55  como  lo  había  anunciado  a  nuestros  padres, 
a  favor  de  Abrahán  y  su  linaje  para  siempre. 


Nacimiento  de  Juan  Bautista,  i, 
56-66 

5"  Permaneció  María  con  ella  como 
ires  meses,  y  volvió  a  su  casa. 
"  A  Isabel  se  le  cumplió  el  tiempo 


de  su  parto  y  dió  a  luz  un  hijo.  K  Y 
se  enteraron  sus  vecinos  y  parientes 
de  que  el  Señor  había  usado  con  ella 
de  gran  misericordia,  y  le  daban  el 
parabién.  69  Y  acaeció  que  al  octavo 
día  vinieron  a  circuncidar  al  niño,  y 
le  llamaban  con  el  nombre  de  su  pa- 


sean estas  cosas  se  expresará  en  la  segunda  parte  ;  entre  tanto  se  declaran  por 
los  divinos  atributos  que  en  ellas  intervienen  :  su  potencia,  su  santidad,  su  mi- 
sericordia. 

t*-*6  Segunda  parte.  Consta  de  dos  períodos.  El  primero,  más  general,  pone  de 
relieve  la  intervención  del  poder  y  de  la  santidad  de  Dios  en  la  inversión  o  true- 
que de  las  suertes  humanas  (51-53)  ;  el  segundo,  más  particular,  enaltece  la  mise- 
ricordia de  Dios  en  el  cumplimiento  de  la  promesa  hecha  a  Israel  (54-55).  Lo 
esencial  para  la  inteligencia  del  cántico  es  la  correspondencia  lógica  y  verbal 
del  v.  51  :  Hizo  ostentación  de  poder,  con  el  v.  49  :  hizo  grandes  cosas  el  Po- 
deroso ;  con  lo  cual  toda  la  segunda  parte  resulta  ser  una  explanación  del  pensa- 
miento fundamental  de  la  primera.  Con  esto  queda  formulado,  y  radicalmente 
resuelto,  el  gran  problema  mariológico  del  cántico  :  ¿  en  qué  sentido  esta  osten- 
tación del  poder,  de  la  santidad  y  de  la  misericordia  de  Dios,  es  decir,  la  obra 
de  la  redención  humana,  pueda  decirse  hecha  en  favor  de  María  ?  Atenuar  o  pasar 
por  alto  el  dativus  commodi  «oniíií»  (=en  mi  favor)  sería  un  procedimiento  más 
expeditivo  que  científico;  sobre  todo,  dado  el  énfasis  intencionado  del  dativo,  eco 
de  otro  dativo  análogo  len  el  asentimiento  de  María  :  fiat  mihi.  Si  se  tratase  ex- 
clusivamente de  la  maternidad  divina  o  de  las  prerrogativas  personales  a  ella  inhe- 
rentes, no  habría  dificultad  ;  pero  se  trata  de  la  obra  redentora,  la  cual  dice  María 
hecha  en  su  favor.  Tres  circunstancias  o  particularidades  de  María  podrán  desci- 
frar el  misterio.  Primeramente,  María  es  la  primera  favorecida  con  el  beneficio 
de  la  redención.  En  segundo  lugar,  ella,  por  su  bondad  y  caridad,  más  deseosa 
de  la  salud  eterna  de  los  hombres  que  de  su  propia  exaltación,  mira  como  hecho 
a  sí  el  bien  que  a  los  hombres  se  hace.  Por  fin,  principalmente,  María  habla 
como  quien  lleva  en  sí  la  representación  de  Israel  y  de  toda  la  humanidad.  Tor 
>.ste  triple  respecto  se  considera  hecho  a  fayor  de  María  lo  que  se  hace  a  favor 
de  toda  la  humanidad. 

54  Como  tres  meses  :  María,  por  tanto,  permaneció  con  Isabel  hasta  poco  antes 
o  poco  después  del  nacimiento  de  Juan.  En  este  supuesto  se  hace  increíble  que 
María  abandonase  a  Isabel  pocos  días  antes  de  su  alumbramiento,  precisamente 
cuando  más  oportunos  habían  de  ser  los  buenos  servicios  de  María.  ¿  Y  por  qué 
la  había  de  abandonar  entonces?  Ni  lo  exigía  su  decoro  o  modestia  ni  lo  consentía 
la  bondad  de  su  Corazón.  También  ella  era  ya  madre.  El  que  San  Lucas  mencione 
la  vuelta  de  María  antes  de  narrar  el  nacimiento  de  Juan  es  uno  de  los  casos 
en  <jue  el  evangelista  usa  el  sistema  de  anticipación,  que  tan  frecuentemente  re 
aparece  en  todo  su  Evangelio. 


—  137  — 


1  60-65 


SAN  LUCAS 


166-80 


dre,  Zacaría6.  "  Intervino  su  madre, 
diciendo  : 
— No,  sino  que  se  llamará  Juan. 

61  Dijéronle  : 

— Nadie  hay  de  tu  familia  que  se 
llame  con  ese  nombre. 

"2  Hacían ^  señas  a  su  padre  sobre 
como  quería  que  ee  llamase.  68  El, 
pidiendo  una  tablilla,  escribió  en  es- 
tos términos  :  «Juan  es  su  nombre.» 
V  se  maravillaron  todos.  M  Abrióse 
su  boca  de  improviso,  y  su  lengua 
quedó  expedita,  y  hablaba  bendicien- 
do a  Dios.  66  Y  se  espantaron  todos 
los  que  vivían  en  su  vecindad,  y  en 


toda  la  montaña  de  la  Judea  se  di- 
vulgaban todas  estas  cosas,  68  y  todos 
los  que  las  oían  las  guardaron  en  su 
corazón,  diciendo  :  «¿  Qué  será,  pues, 
este  niño?»  Porque,  a  la  verdad,  la 
mano  del  Señor  estaba  con  él. 


Cántico  de  Zacarías,  i,  67-80 


r'~  Y  Zacarías,  su  padre,  fué  llenu 
del  Espíritu  Santo,  y  profetizó  di- 
ciendo : 


"s  Bendito  sea  el  Señor,  Dios  de  Israel, 
perqué  visitó  y  rescató  a  su  pueblo, 

y  suscitó  una  fuerza  de  salud  para  nosotros 
en  la  descendencia  de  David,  su  siervo, 
'"'  según  lo  había  anunciado  desde  antiguo 
por  boca  de  sus  santos  profetas: 
;'  salud  que  nos  liberase  de  nuestros  enemigos 
y  de  manos  de  todos  los  que  nos  odian ; 

"  para  hacer  misericordia  con  nuestros  padres 

y  acordarse  de  su  alianza  santa; 

13  para  cumplir  su  juramento, 

que  juró  a  Abrahán,  nuestro  padre  : 

de  darnos  74  que  sin  temor, 

liberados  de  mano  de  nuestros  enemigos, 

le  sirvamos  ra  en  santidad  y  justicia, 

en  su  acatamiento,  todos  nuestros  días. 

K  Y  tú,  ¡oh  niño!,  profeta  del  Altísimo  serás  llamado, 
pues  irás  delante  del  Señor  para  preparar  sus  caminos  : 
"  para  dar  a  su  pueblo  el  conocimiento  de  la  salud 
en  la  remisión  de  sus  pecados, 

"  por  las  entrañas  de  misericordia  de  nuestro  Dios, 
por  las  cuales  nos  visitará  un  sol  naciente  desde  lo  alto, 

para  iluminar  a  los  que  están  sentados  en  tinieblas  y  sombra  de  muerte, 
para  enderezar  nuestros  pies  por  el  camino  de  la  paz. 


80  Y  el  niño  crecía  y  se  fortalecía  en  el  espíritu  y  vivía  en  los  desiertos 
hasta  el  día  de  su  manifestación  a  Israel. 


60  Isabel  pudo  conocer,  aun  naturalmente,  lo  que  el  ángel  había  dicho  a  Za- 
carías sobre  el  nombre  que  debía  llevar  el  niño. 

w  Hablaba  bendiciendo  a  Dios  :  refiérese  el  evangelista  al  cántico  de  Zacarías, 
que  luego  reproduce.  La  inserción  proléptica  de  lo  que  a  él  siguió,  contenido  en 
los  vv.  65-66,  responde  al  mismo  sistema  de  anticipación  antes  señalado. 

**-*»  El  cántico  de  Zacarías  es  el  cántico  de  la '  salud  mesiániea  :  a)  anunciada 
por  los  projetas  (6&71)  ;  b)  prometida  con  juramento  a  los  patriarcas  (72-75)  ;  c)  pro 
clamada  y  preparada  por  el  Precursor  (76-79).  Es  interesante  que  todo  el  Cántico 
está  inspirado  en  la  significación  etimológica  de  los  nombres  de  Jesiis  (=salud  de 
Yahvvh),  Juan  (=gracia  o  misericordia  de  Yahveh),  Zacarías  (=recuerdo  de  Yahveh), 
Isabel  (=juramento  de  Dios)  ;  la  alusión  al  nombre  de  María,  que  parece  no  podía 
faltar,  se  llalla  probablemente  en  Sol  naciente  o  para  iiuminak. 

""Siguiendo  su  sistema  de  anticipación,  despacha  San  Lucas  todo  lo  concerniente 
a  Juan,  antes  de  pasar  a  narrar  el  nacimiento  de  Jesús. 


-128- 


21-7 


SAN  LUCAS 


2  8-14 


Nacimiento  de  Nuestro  Señor  Jesu- 
cristo. 2,  1-7 

ey  1  Aconteció  que  por  aquellos  días 
"  emanó  un  edicto  de  parte  de  Cé- 
sar Augusto  en  que  ordenaba  que  se 
inscribiesen  en  el  censo  los  habitan- 
tes de  todo  el  orbe.  "  Este  primer 
censo  se  hizo  siendo  Ouirinio  pro- 
pretor de  la  Siria.  '  Y  se  ponían  to- 
dos en  viaje  para  incribirse,  cada 
uno  a  su  propia  ciudad. 

4  Subió  también  José  desde  la  Ga- 
lilea, de  la  ciudad  de  Nazaret,  a  la 
Judea,  a  la  ciudad  de  David  que  se 
llama  Belén,  por  ser  él  del  linaje  y 
familia  de  David,  6  para  inscribirse 
en  el  censo  juntamente  con  María  su 
esposa,  que  estaba  encinta.  8  Y  su- 
cedió que  estando  ellos  allí  se  le  cum- 
plieron a  ella  los  días  del  parto,  '  y 
dió  a  luz  su  hijo  primogénito,  y  le 
envolvió  en  pañales  y  le  recostó  en 
un  pesebre,  pues  no  había  para  ellos 
lugar  en  el  mesón. 


Anuncio  de  los  ángeles  a  los  pasto- 
res. 2,  8-14 

*  Y  había  unos  pastores  en  aquella 
misma  comarca,  que  pernoctaban  al 
raso  y  velaban  por  turno  para  guar- 
dar su  ganado,  9  y  un  ángel  del  Se- 
ñor se  presentó  ante  ellos,  y  la  glo- 
ria del  Señor  los  envolvió  en  sus  ful- 
gores, y  se  atemorizaron  con  gran 
temor.  10  Y  les  dijo  el  ángel  :  «No 
temáis,  pues  he  aquí  que  os  traigo 
una  buena  nueva,  que  será  de  gran- 
de alegría  para  todo  el  pueblo :  "  que 
os  ha  nacido  hoy  en  la  ciudad  de  Da- 
vid un  Salvador,  que  es  el  Mesías, 
el  Señor.  12  Y  esto  os  servirá  de  se- 
ñal :  hallaréis  al  niño  envuelto  en 
pañales  y  recostado  en  un  pesebre.» 
a  Y  de  improviso  se  juntó  con  el  án- 
gel gran  muchedumbre  del  ejército 
celestial,  que  alababan  a  Dios  y  de- 
cían : 


14  Gloria  a  Dios  en  las  alturas, 

y  en  la  tierra  paz  a  los  hombres  del  [divino]  agrado. 


2 3  Este  primer  censo  :  llámase  primero  respecto  de  un  segundo  censo  que  unos 
diez  años  más  tarde  hizo  el  mismo  Quirinio.  Otros  traducen  :  cEste  censo  fué 
anterior  al  que  se  hizo...i  :  versión  tal  vez  posible  gramaticalmente,  pero  violenta. 
No  dice  San  Lucas  que  el  primer  censo  fué  hecho  por  el  mismo  Quirinio,  sino 
siendo  Quirinio  propretor  (o  jefe  militar).  Lo  cual  pudo  ser  de  una  de  tres  ma- 
neras :  1)  o  siendo  Quirinio  legado  extraordinario  de  Augusto,  como  jefe  militar  de 
la  expedición  contra  los  homonadenses ;  2)  o  siendo  propretor  de  Siria  por  los 
años  11-10  a.  de  C,  antes  de  Cayo  Sentio  Saturnino  ;  3)  o  desempeñando  el  mismo 
cargo  después  de  P.  Quintilio  Varo  por  los  años  4-2  a.  de  C. 

■  A  su  propia  ciudad  :  el  empadronamiento  se  hizo  no  en  las  poblaciones  del 
domicilio  actual,  según  la  costumbre  romana,  sino  en  el  lugar  de  origen,  conforme 
a  la  usanza  judaica. 

4  La  distancia  de  Nazaret  a  Belén  era  de  unos  120  kilómetros. 
'  Primogénito  :  término  técnico  que  se  aplica  al  hijo  en  quien  se  han  de  cum 
plir  las  leyes  relativas  a  los  primogénitos,  respecto  de  las  cuales  es  indiferente  que 
al  primogénito  sucedan,  o  no,  otros  hermanos.  Jesús,  legalmente  primogénito,  fué 
realmente  unigénito  de  María,  lo  mismo  que  de  Dios  Padre.  El  que  María  lp 
envolvió  en  pañales  v  le  recostó  EN  un  pesebre  por  sí  misma,  es  claro  indicio  de 
que  el  sagrado  parto  se  vió  exento  de  los  dolores  anejos  a  los  alumbramientos 
ordinarios.  El  pesebre  se  hallaba  en  la  gruta  próxima  a  Belén,  a  la  cual  se 
acogieron  María  y  José  por  no  hallar  lugar  conveniente  y  decoroso  en  el  mesón 
público  o  caravanera. 

8  En  aquella  misma  comarca  :  San  Jerónimo  localiza  la  aparición  del  ángel  a  los 
pastor:  *  en  Migdal-Eder  o  Torre  del  rebaño  a  unos  dos  kilómetros  al  E-N'E.  de  Belén. 

10  T'na  buena  nueva  :   primicias  del  Evangelio. 

11  Salvador,  Mesías,  Señor  :  tres  nombres  gloriosísimos.  Salvador,  título  fun- 
damenta' o  sustantivo,  anuncia  ya  el  nombre  de  Jesús  y  declara  su  misión  sal- 
vadora ;  Mesías  o  Ungido  expresa  su  realeza  mesiánica ;  Señor,  su  señorío  tras- 
cendente y  divino.  El  que  nace  es  el  Hijo  del  Altísimo,  hecho  Hijo  de  David,  para 
ser  el   Redentor  de  los  hombres. 

12  Señales  extrañas  para  el  sentido  humano  :  el  Salvador,  niño ;  el  Mesías,  en- 
vuelto en  pañales ;  el  Señor,  recostado  en  un  pesebre.  Se  anuncia  la  paradoja 
de  las  bienaventuranzas. 

"Se  corresponden  perfectamente  los  tres  elementos  de  cada  uno  de  los  dos 
hemistiquios  :  gloria  y  paz,  Dios  y  los  hombres,  las  alturas  y  la  tierra.  La  gloria 
a  Dios  y  la  paz  o  plenitud  de  bienes  a  los  hombres  (literalmente  en  o  entre  los 
hombres)  compendian  los  frutos  de  la  redención.  Los  hombres  del  [divino]  agrado 

—  129  — 


X.  T.  5 


2  15-21 


SAN  LUCAS 


2  22-25 


Adoración  de  los  pastores.  2,  15-20 


*  Y  acaeció  que,  al  partirse  de  ellos 
los  ángeles  al  cielo,  los  pastores  Se 
decían  unos  a  otros  :  «Ea,  pasemos 
hasta  Belén,  y  veamos  este  aconteci- 
miento que  el  Señor  nos  manifestó.» 
18  Y  se  vinieron  a  toda  prisa,  y  ha- 
llaron a  María  y  a  José,  y  al  niño 
recostado  en  el  pesebre.  "  Y  habién- 
dole visto,  dieron  a  conocer  la  de- 
claración que  se  les  había  hecho  acer- 
ca de  este  niño.  18  Y  todos  los  que 
les  oyeron  se  maravillaron  de  las  co- 
sas que  les  habían  dicho  los  pasto- 
res. 19  Pero  María  guardaba  todas  es- 
tas palabras  confiriéndolas  en  su  co- 
razón. 20  Y  se  tornaron  los  pastores 
glorificando  y  alabando  a  Dios  por 
todas  las  cosas  que  oyeron  y  vieron, 
conforme  les  habían  sido  anunciadas. 


Circuncisión  de  Jesús.  2,  21 


a  Y  cuando  se  cumplieron  los  ocho 
días  en  que  debían  circuncidarle,  le 
pusieron  por  nombre  Jesús,  como  ha- 


bía sido  llamado  por  el  ángel  antes 
de  que  fuese  concebido  en  el  seno 
materno. 


Purificación  de  María  y  presentación 
de  Jesús.  2,  22-24 


22  Y  cuando  se  les  cumplieron  los 
días  de  la  purificación  según  la  ley 
de  Moisés  (Lev.  12,  6),  le  subieron 
a  Jerusalén  para  presentarle  al  Se- 
ñor, 23  según  está  escrito  en  la  Ley 
del  Señor  que  «todo  primogénito  del 
sexo  masculino  será  consagrado  al 
Señor»  (Ex.  13,  2;  12,  15),  24  y  para 
ofrecer  como  sacrificio,  según  lo  que 
se  ordenaba  en  la  Ley  del  Señor, 
«un  par  de  tórtolas  o  dos  palominos» 
(Lev.  12,  8  ;  5,  11). 


El  anciano  Simeón.  2,  25-35 


26  Y  he  aquí  había  un  hombre  en 
Jerusalén  por  nombre  Simeón.  Y  era 
este  hombre  justo  y  temeroso  de  Dios, 


son  los  israelitas,  entendidos  en  el  sentido  de  San  Pablo  :  ni  todos  ni  solos  los 
judíos ;  no  el  Israel  de  la  carne  o  de  la  ley,  sino  el  Israel  del  espíritu  o  de  la 
promesa  (Gál.  6,  16).  Otros  traducen  :  «a  los  hombres  de  buena  voluntad». 

19  Esta  observación  del  evangelista  es  doblemente  reveladora.  Por  una  parte, 
indica  el  espíritu  atento  y  reflexivo  de  la  Madre,  que  todo  lo  observaba,  retenía 
y  confería,  cotejando  unas  cosas  con  otras.  Por  otra  parte,  señala  discretamente  la 
fuente  de  sus  informaciones.  «El  eco  más  fiel  de  todas  estas  palabras,  la  penetra- 
ción más  íntima  de  todas  estas  cosas,  estaban  en  el  Corazón  de  María,  adonde 
convergían  todos  los  designios  de  Diosi  (Lagrange,  L'ÉvanKilc  de  Jésus-Clirist,  p.  35). 

21  La  circuncisión  legalizaba  la  situación  de  Jesús  bajo  doble  respecto  :  como 
hijo  de  Abrahán  y  como  Redentor.  Como  •Descendencia  de  Abrahán»  por  antono- 
masia, que  había  de  concentrar  en  sí  y  recapitular  toda  la  posteridad  del  gran 
patriarca  y  había  de  ser  el  depositario  de  la  promesa,  convenía  llevase  en  su  carne 
la  marca  de  la  circuncisión,  por  la  cual  los  judíos  quedaban  legalmente  constituidos 
hijos  de  Abrahán.  Y  como  Redentor,  que  había  de  morir  en  virtud  de  'la  ley  de 
Moisés  (Jn.  19,  7 ;  Gál.  2,  19),  debía  recibir  la  circuncisión,  por  la  cual  el  hombre 
quedaba  sometido  a  la  ley  de  Moisés  y  a  sus  sanciones  (Gál.  5,  3  ;  4,  4).  Habilitado 
legalmente  por  la  circuncisión  para  el  oficio  de  Salvador,  recibió  en  ella  el  glorioso 
nombre  de  Jesús. 

22  Se  les  cumplieron  los  días  de  la  purificación  (literalmente...  la  purificación 
de  ellos)  :  aun  cuando  sola  María  debía  ser  purificada,  el  asunto  de  la  purificación 
concernía  también  a  José,  que,  como  jefe  de  la  familia,  debía  cuidar  del  exacto 
cumplimiento  de  la  ley  que  la  imponía.  En  cuanto  a  María,  aunque  no  estaba 
comprendida  por  la  ley,  convenía  se  sometiese  a  ella  por  dos  motivos  principales  : 
para  que  la  Virgen  Inmaculada  apareciese  a  los  ojos  de  los  hombres  exenta  tam 
bién  de  toda  sombra  de  impureza  legal  y  para  que  el  cumplimiento  de  la  ley  fuese 
un  velo  que  encubriese  discretamente  el  misterio  de  la  concepción  virginal.  A  la 
ley  de  la  purificación,  que  tocaba  a  la  Madre,  se  juntaba  la  de  la  presentación  y  del 
rescate  del  Primogénito,  a  la  cual,  por  análogos  motivos,  quiso  someterse  el  Hijo, 
aun  sin  estar  obligado  a  ello. 

28  Simeón  :  no  consta  que  fuera  sacerdote,  ni  menos  que  fuese  el  Simeón  hijo 
de  Hillel  y  padre  de  Gamaliel.  ||  La  consolación  de  Israel  es  la  salud  mesiánica. 


—  130  — 


2  26-36 


SAN  LUCAS 


2  28-39 


que  aguardaba  la  consolación  de  Is- 
rael, y  el  Espíritu  Santo  estaba  so- 
bre él  ;  M  y  le  había  sido  revelado 
por  el  Espíritu  Santo  que  no  vería 
la  muerte  antes  de  ver  al  Ungido  del 
Señor.  *  Y  vino  al  templo  impulsado 


por  el  Espíritu.  Y  cuando  sus  pa- 
dres introducían  al  niño  Jesús  para 
cumplir  las  prescripciones  usuales 
de  la  ley  tocantes  a  El,  28  Simeón 
le  recibió  en  sus  brazos  y  bendijo  a 
Dios  diciendo  : 


29  Ahora  dejas  ir  a  tu  siervo,  Señor, 
según  tu  palabra,  en  paz  ; 

30  pues  ya  vieron  mis  ojos  tu  salud, 

51  que  preparaste  a  la  faz  de  todos  los  pueblos : 
3:  luz  para  iluminación  de  los  gentiles, 
y  gloria  de  tu  pueblo  Israel. 


33  Y  el  padre  y  la  madre  del  ni- 
ño estaban  maravillados  de  las  cosas 
que  se  decían  de  él.  34  Y  les  bendijo 
Simeón,  y  dijo  a  María,  su  madre  : 
«He  aquí  que  éste  está  puesto  para 
caída  y  resurgimiento  de  muchos  en 
Israel,  y  como  6eñal  a  quien  se  con- 
tradice— 35  y  a  ti  misma  una  espada 
te  traspasará  el  alma — ,  para  que 
salgan  a  luz  de  muchos  corazones  los 
pensamientos.» 


Ana  la  profetisa.  2,  36-38 

86  Había  también  una  profetisa,  Ana, 
hija  de  Fanuel,  de  la  tribu  de  Aser, 
que  era  de  edad  muy  avanzada.  Ha- 


biendo vivido  con  su  marido  siete 
años  desde  que  se  casó,  31  y  quedando 
viuda,  había  llegado  hasta  los  ochen, 
ta  y  cuatro  años.  La  cual  no  se  apar- 
taba del  templo,  sirviendo  a  Dios  en 
ayunos  y  oraciones  noche  y  día.  38  Y 
a  la  misma  hora,  sobreviniendo,  ala- 
baba también  a  Dios  y  hablaba  de  El 
a  todos  los  que  esperaban  la  reden- 
ción de  Jerusalén. 

Vuelta  a  Nazaret.  2,  39. 

88  Y  así  que  cumplieron  todas  las 
cosas  ordenadas  en  la  Ley  del  Se- 
ñor, se  volvieron  a  Galilea,  a  su  ciu- 
dad de  Nazaret. 


M-27  Merece  notarse  la  triple  mención  del  Espíritu  Santo,  que  favorecía  a  Simeón 
con  su  inhabitación,  sus  revelaciones  y  sus  divinas  mociones. 

2*-32  La  salud  mesiánica  se  presenta  a  los  ojos  de  Simeón  como  universal  y  es- 
piritual ;  no  como  la  imaginaban  entonces  la  mayoría  de  los  judíos  :  nacional  y 
carnal.  • 

33  Estaban  maravillados  :  no  de  las  cosas  mismas  que  se  decían,  sino  de  que 
inesperadamente  las  dijera  aquel   hombre  desconocido. 

34  A  María  :  a  ella  personalmente  se  dirige  Simeón,  conocedor  tal  vez  de  su 
maternidad  virginal.  Prevé  el  anciano  que  el  Mesías  sería  ocasión  de  caída  para 
los  que  no  le  recibiesen  y  principio  de  resurgimiento  para  los  que  creyesen  en 
El  ;  para  los  primeros,  por  su  propia  culpa ;  para  los  segundos,  por  la  gracia  de 
Dios.  Será  también  el  Mesías  una  señal  a  quien  se  contradice;  es  decir,  no  sim- 
plemente blanco  de  contradicción,  sino  una  señal  dada  por  Dios,  la  cual  todos  de- 
bían reconocer,  y  convertirse,  pero  que  muchos  habían  de  recusar  y  aun  atacar 
impíamente. 

35  Y  a  ti  misma  una  espada  te  traspasará  el  alma  :  es  notable  el  paralelismo  entre 
el  Hijo  y  la  Madre.  Del  Hijo  se  dice  :  He  aquí  que  éste...;  y  de  la  Madre:  Y  a  ti 
misma..  Del  Hijo:  una  señal  a  quien  se  contradice;  de  la  Madre:  una  espada  te 
traspasará  el  alma.  La  espada  anunciada  a  la  Madre  es  la  repercusión  dolorosa  de 
las  contradicciones  del  Hijo.  tLa  espada  es  la  del  dolor  maternal  compasivo.  Jus- 
tamente ha  sido  mirada  la  espada  como  símbolo  del  dolor  de  María  en  el  momento 
de  la  Pasión»  (Lagrange,  Évangile  sclon  Saint  Luc,  2,  35).  cComo  Jesús  salva  al 
mundo  por  sus  padecimientos,  María  debe  a  la  espada  que  traspasa  su  Corazón 
el  ser  asociada  a  la  obra  redentora»  (Prat,  Jcsus-Christ,  1,  2,  IV).  Esta  interpreta 
ción  es  un  eco  fiel  de  la  genuina  tradición  cristiana.  Las  últimas  palabras  para 
que  salgan  a  luz...  empalman  con  el  v.  34,  y  con  ellas  se  expresa  el  motivo  por 
qué  unos  acogerán  al  Mesías  y  otros  le  repudiarán,  según  sean  rectos  o  perversos 
los  pensamientos  y  sentimientos  de  sus  corazones. 

36-33  El  desaliño  de  la  frase  en  esta  narración  delata  dos  cosas  :  la  utilización 
de  una  fuente  aramea,  tal  vez  escrita,  y  la  escrupulosidad  con  que  San  Lucas 
reproduce  sus  fuentes. 

39  Esta  vuelta  a  Nazaret  puede  coincidir  con  la  referida  por  San  Mateo,  termi- 
nado el  destierro  de  Egipto. 


2  40-46 


SAN  LUCAS 


2  47-3  1 


Jesús  entre  los  doctores.  Vida  oculta. 
2,  40-52 

40  El  niño  crecía  y  se  robustecía, 
llenándose  de  sabiduría,  y  la  gracia 
de  Dios  estaba  sobre  El. 

41  Iban  sus  padres  cada  año  a  Je- 
rusalén  por  la  fiesta  de  la  Pascua. 
42  Y  cuando  fué  de  doce  años,  ha- 
biendo ellos  subido,  según  la  costum- 
bre de  la  fiesta,  43  y  acabados  los 
días,  al  volverse  ellos,  quedóse  el 
niño  Jesús  en  Jerusalén,  sin  que  lo 
advirtiesen  sus  padres.  44  Y  creyendo 
ellos  que  El  andaría  en  la  comitiva, 
caminaron  una  jornada  ;  y  le  busca- 
ban entre  los  parientes  y  conocidos  ; 
45  y  no  hallándole,  se  tornaron  a  Je- 
rusalén para  buscarle.  48  Y  sucedió 
que  después  de  tres  días  le  hallaron 
en  el  templo,  sentado  en  medio  de 


los  maestros,  escuchándoles  y  ha- 
ciéndoles preguntas  ;  47  y  se  pasma- 
ban todos  los  que  le  oían  de  su  in- 
teligencia y  de  sus  respuestas.  48  Y 
sus  padres,  al  verle,  quedaron  sor- 
prendidos ;  y  le  dijo  su  madre  : 

— Hijo,  ¿  por  qué  lo  hiciste  así  con 
nosotros  ?  Mira  que  tu  padre  y  yo, 
llenos  de  aflicción,  te  andábamos  bus- 
cando. 

48  Díjoles  El  : 

— ¿  Pues  por  qué  me  buscabais  ? 
¿  No  sabíais  que  había  yo  de  estar 
en  casa  de  mi  padre  ? 

80  Y  ellos  no  comprendieron  lo  que 
les  dijo.  61  Y  bajó  en  su  compañía  y 
se  fué  a  Nazaret,  y  vivía  sometido  a 
ellos.  Y  su  madre  guardaba  todas  es- 
tas cosas  en  su  corazón. 

"  Y  Jesús  progresaba  en  sabiduría, 
en  estatura  y  en  gracia  delante  de 
Dios  y  de  los  hombres. 


Vida  pública 

El  Precursor.  3,  1-6  (=Mit.  3,  i-tó  =Mc.  1,  1-6) 

31  En  el  año  decimoquinto  del  im-  I  Poncio  Pilato  procurador  de  la  Ju- 
perio  de  Tiberio  César,  siendo  |  dea,  y  Herodes  tetrarca  de  la  Gali- 

42  La  prótas¡9  cuando  fué  de  doce  años  tiene  como  apódosis  quedóse  en  Jerusalén. 
No  se  deduce,  por  tanto,  de  la  narración  de  San  Lucas  que  Jesús  subiese  entonces 
por  primera  vez  a  Jerusalén  para  la  Pascua. 

44  Se  supone  fundadamente  que  el  término  de  la  primera  jornada  fué  El-Bireh, 
a  15  kilómetros  al  N.  de  Jerusalén. 

«-48  después  de  tres  días:  al  tercer  día  de  haber  perdido  al  Niño.  ||  Le  halla- 
ron :  no  en  un  grupo  de  oyentes  que  escuchasen  a  un  maestro,  sino  en  medio  de 
los  maestros,  es  decir,  en  un  grupo  de  rabinos  que  discutían  entre  sí.  Admitido  el 
Niño  en  la  reunión,  y  sentado,  comenzó  escuchando  las  discusiones ;  luego  hizo  al- 
gunas preguntas,  tan  atinadas,  que  los  rabinos,  maravillados,  le  hicieron  a  su  vez 
otras  preguntas,  a  las  cuales  respondió  el  Niño  tan  certeramente,  que  los  dejó  más 
asombrados  todavía.  Con  razón,  pues,  sus  padres,  al  verle  discutiendo  así  con  aque- 
llos rabinos,  quedaron  sorprendidos  por  la  novedad  del  caso. 

40  En  casa  de  mi  Padre  :  tal  es  la  interpretación  de  los  Santos  Padres  y  la  que  me- 
jor ata  con  el  contexto.  Sonriendo  amablemente,  diría  el  Niño  a  la  Madre :  ¿  por 
qué  me  buscabais  en  otra  parte,  sabiendo  que  yo  había  de  estar  en  mi  casa  ? 

00  No  es  fácil  determinar  lo  que  María  y  José  no  comprendieron  en  las  palabras 
de  Jesús.  Que  el  templo  era  casa  de  Dios  y  que  Jesús  era  Hijo  de  Dios,  lo  sabían 
ellos  perfectamente.  Lo  que  tal  vez  no  acabaron  de  comprender  fué  el  motivo  de 
quedarse  Jesús  en  Jerusalén  sin  su  conocimiento,  y  con  tanta  pena  suya,  y  terciar 
luego  en  las  discusiones  de  los  rabinos,  dando  muestras  de  su  sabiduría,  cosas  todas 
tan  opuestas  a  su  habitual  reserva. 

62  El  progreso  de  Jesús  en  sabiduría,  si  bien  real,  fué  muy  limitado.  En  cuanto 
Dios,  claro  está  que  no  podía  progresar  en  sabiduría.  Aun  en  cuanto  hombre,  dotado 
de  la  visión  intuitiva  de  Dios  y  del  conocimiento  infuso  de  todas  las  cosas,  desde 
el  instante  mismo  de  su  concepción,  tampoco  progresó  en  esta  múltiple  sabiduría. 
Pudo,  empero,  progresar,  y  progresó,  en  el  conocimiento  experimental  y  aun  en  el 
conocimiento  racional,  que  su  inteligencia  humana  iba  adquiriendo,  con  el  progre- 
sivo desenvolvimiento  de  sus  facultades  orgánicas  y  con  los  datos  cada  vez  más  ricos 
de  sus  experiencias  personales.  De  un  modo  análogo  habrá  que  explicar  el  progreso 
en  gracia. 

31  El  año  décimoquinto  debe  contarse  tomando  como  punto  de  partida  la  asociación 
de  Tiberio  al  imperio,  que  tuvo  lugar  a  principios  del  año  765  de  Roma,  que 
coincide  con  el  12  de  nuestra  era  ;  y  es,  por  tanto,  el  779  de  Roma  o  el  26  de  la 
era  cristiana. 

—  132  — 


3  2-10 


SAN  LUCAS 


3  3-35 


lea,  y  Filipo,  su  hermano,  tetrarca 
de  la  Iturea  y  de  la  Traconítide,  y 
Lisanias  tetrarca  de  la  Abilina,  8  al 
tiempo  del  sumo  sacerdote  Anás  y 
Caifas,  vino  la  palabra  de  Dios  sobre 
Juan,  efl  hijo  de  Zacarías,  en  el  de- 


sierto. 8  Y  recorrió  toda  la  comarca 
del  Jordán  predicando  bautismo  de 
penitencia  para  remisión  de  los  pe- 
cados, 4  según  está  escrito  en  el  li- 
bro de  los  discursos  del  profeta 
Isaías  (40,  3-5)  : 


Voz  de  uno  que  clama  en  el  desierto: 

Aparejad  el  camino  del  Señor, 

enderezad  sus  sendas; 

5  todo  barranco  se  rellenará 

y  todo  monte  y  collado  se  rebajará ; 

y  lo  tortuoso  se  hará  recto, 

y  lo  áspero,  caminos  llanos ; 

•  y  verá  toda  carne  la  salud  de  Dios. 


Exhortación  a  la  penitencia,  3,  7-9 
(  =  Mt.  3,  7-io) 

'  Decía,  pues,  a  las  turbas  que  sa- 
lían para  ser  bautizadas  por  él :  «En- 
gendros de  víboras,  ¿  quién  os  mos- 
tró el  modo  de  huir  de  la  ira  inmi- 
nente ?  8  Haced,  pues,  frutos  dignos 
de  penitencia.  Y  no  comencéis  a  de- 
cir dentro  de  vosotros :  Tenemos  por 
padre  a  Abrahán.  Porque  os  digo 
que  poderoso  es  Dios  para  hacer  sur- 
gir de  estas  piedras  hijos  a  Abraj 
hán.  8  Y  ya,  además,  el  hacha  está 
puesta  a  la  raíz  de  los  árboles.  Todo 
árbol,  pues,  que  no  lleva  fruto  bue- 
no es  cortado  y  echado  al  fuego.» 

Recomienda  la  caridad  y  la  justicia. 
3.  10-14 

t0  Y  le  preguntaban  las  turbas,  di- 
ciendo : 
— ¿  Qué  haremos,  pues  ? 


"  Respondíales,  diciendo  : 

— El  que  tenga  dos  túnicas,  com- 
parta con  el  que  no  tiene  ;  y  el  que 
tenga  provisiones  haga  lo  mismo. 

12  Vinieron  también  unos  publica- 
nos  a  ser  bautizados  y  le  dijeron  : 

— Maestro,  ¿  qué  hemos  de  hacer  ? 

u  Y  él  les  dijo  : 

— No  exijáis  nada  sobre  la  tasa 
que  os  ha  sido  fijada. 

14  Le  preguntaron  también  algunos 
agentes  armados  diciendo  : 

— ¿Qué  hemos  de  hacer  también 
nosotros  ? 
Y  él  les  dijo  : 

— A  nadie  hagáis  extorsión,  ni  de- 
nunciéis injustamente,  y  contentaos 
con  vuestros  estipendios. 

Anuncia  a  Cristo.  3,  15-18 
(  =  Mt.  3,  11-12  =Mc.  1,  6-8) 

15  Estando  el  pueblo  en  expecta- 
ción y  discurriendo  todos  en  sus  co- 
razones acerca  de  Juan,  si  por  ven- 


1  El  sumo  sacerdote  era  propiamente  Caifás  ;  pero  su  suegro  Anás,  que  lo  habla 
sido  desde  el  año  6  hasta  el  15,  gozaba  de  extraordinario  crédito  y  ejercía  notable 
influjo  en  toda  la  clase  sacerdotal.  De  ahí  la  frase,  a  primera  vista  extraña,  de 
San  Lucas. 

*  El  bautismo  predicado  y  administrado  por  Juan  no  producía,  como  el  de  Cris- 
to, la  remisión  de  los  pecados  :  sólo  era  bautismo  de  penitencia,  que  disponía  para 
recibir  de  Cios  el  don  de  la  justificación. 

*  Voz  :  en  ser  voz  está  toda  la  grandeza  y  también  toda  la  pequeñez  de  Juan.  E9 
voz  potente,  que  conmueve  todo  Israel  ;  pero  es  también  soplo  fugaz,  comparado  con 
el  que  es  la  Palabra  subsistente  de  Dios. 

5  Con  estas  vivas  imágenes  se  expresan  las  disposiciones  morales  con  que  debe 
6er  recibido  el  Mesías. 

«Haced  frutos  dignos  de  penitencia:  penitencia,  la  transformación  total  de  vues- 
tra mentalidad  y  sentir,  es  el  fruto  que  Dios  os  pide.  El  gran  obstáculo  para  la 
humilde  penitencia  era  para  los  judíos  su  orgullo  de  raza.  Semejante  presunción 
había  de  perderles. 

10-14  Con  la  dureza  con  que  habló  a  los  fariseos  y  saduceos  contrasta  la  blandura 
con  que  responde  a  las  turbas  en  general  y  a  los  publícanos  y  soldados  en  particu- 
lar. Preludia  el  Precursor  el  proceder  del  Mesías.  Pero,  aunque  llanos  y  caseros,  los 
consejos  del  Bautista,  lealmente  aplicados,  reformarían  el  mundo. 


3  16-21 


SAN  LUCAS 


3  22-32 


tura  no  sería  él  el  Mesías,  "  respon- 
dió diciendo  a  todos  Juan  :  «Yo  os 
bautizo  en  agua;  viene  el  que  es  más 
fuerte  que  yo,  ante  quien  no  soy  dig- 
no de  desatar  la  correa  de  sus  zapa- 
tos ;  El  os  bautizará  en  Espíritu  San- 
to y  fuego.  "  En  su  mano  tiene  su 
bieldo  para  limpiar  su  era  y  allegar 
el  trigo  en  su  granero  ;  mas  la  paja 
la  quemará  con  fuego  inextinguible.» 
a  Y  así,  con  estas  y  con  otras  mu- 
chas exhortaciones  anunciaba  al  pue- 
blo la  Buena  Nueva. 

Es  encarcelado.  3,  19-20  (  =  Mt.  4,  12 
=Mc.  i,  14) 

19  Mas  Herodes  el  tetrarca,  repren- 
dido por  él  con  motivo  de  Herodías, 
la  mujer  de  su  hermano,  y  de  todas 
las  maldades  que  Herodes  había  he- 
cho, 20  añadió  a  todo  lo  demás  tam- 
bién esto  :  que  encerró  a  Juan  en  la 
prisión. 

Bautismo  de  Jesús.  3,  21-22 
(  =  Mt.  3,  13-17  =Mc.  1,  9-11) 

"  Y  aconteció,  al  tiempo  que  todo 
el  pueblo  era  bautizado,  que,  habien- 


do sido  también  Jesús  bautizado  y 
estando  en  oración,  se  abrió  el  cie- 
lo, 22  y  descendió  el  Espíritu  Santo 
en  figura  corporal  a  manera  de  palo- 
ma sobre  El,  y  una  voz  vino  del  cie- 
lo :  «Tú  eres  mi  Hijo  amado,  en  ti 
me  agradé.» 

Genealogía  de  Jesús.  3,  23-38 
(=Mt.  1,  1-17) 

23  Y  era  el  mismo  Jesús,  al  comen- 
zar, como  de  treinta  años,  hijo,  se- 
jíún  se  creía,  de  José,  que  lo  era  de 
Helí,  el  de  Matat,  24  el  de  Leví,  el 
de  Melquí,  el  de  Jannái,  el  de  José, 
26  el  de  Matatías,  el  de  Amós,  el  de 
Nahum,  el  de  Eslí,  el  de  Naggái, 
26  el  de  Maat,  el  de  Matatías,  el  de 
Semeín,  el  de  Josec,  el  de  Jodá,  27  el 
de  Joanán,  el  de  Resá,  el  de  Zoro- 
babel,  el -de  Salatiel,  el  de  Nerí,  28  el 
de  Melquí,  el  de  Addí,  el  de  Cosam, 
el  de  Elmadam,  el  de  Er,  29  el  de  Je- 
sús, el  de  Eliezer,  el  de  Jorim,  el  de 
Matat,  el  de  Leví,  80  el  de  Simeón, 
el  de  Judá,  el  de  José,  el  de  Jonam, 
el  de  Eliacim,  "el  de  Meleá,  el  de 
Mená,  el  de  Matatá,  el  de  Natán,  el 
de  David,  32  el  de  Jesé,  el  de  Jobed, 


16  Es  admirable  la  humildad  con  que  Juan  no  sólo  rechaza  la  tentación  de  alzarse 
con  ¡a  dignidad  de  Mesías,  que  el  pueblo  se  mostraba  dispuesto  a  reconocerle,  sino 
rebaja  su  bautismo  y  su  persona  ante  la  persona  y  el  bautismo  de  Jesús.  La  expre- 
sión El  los  bautizará  en  Espíritu  Santo  y  fuego  no  es  una  descripción  del  bautismo 
cristiano  con  todos  sus  elementos,  sino  una  contraposición  que  pone  de  relieve  los 
elementos  característicos  de  los  dos  bautismos  :  el  de  Juan,  de  sola  agua  ;  el  de  Cris- 
to, de  agua  y  Espíritu  Santo.  La  adición  Y  fuego  es  una  imagen  expresiva  de  una 
purificación  total  y  radical.  Gramaticalmente  es  una  aposición  exegética,  que  declara 
el  efecto  producido  por  el  Espíritu  Santo. 

10  Herodes  Antipas,  con  doble  crimen  de  adulterio  y  de  incesto,  había  tomado  por 
mujer  a  Herodías,  esposa  de  su  hermano  Filipo,  distinto  de  Filipo  el  tetrarca  de 
Iturea  ;   hijos  los  tres,  y  nieta  ella,  de  Herodes  el  Grande. 

20  Siguiendo  su  sistema  de  anticipaciones,  narra  San  Lucas  la  prisión  de  Juan 
antes  de  referir  el  bautismo  de  Jesús,  anterior  al  encarcelamiento. 

El  bautismo  de  Jesús  es  un  misterio  de  humillación  y  de  gloria  :  humillación 
y  gloria  propias  del  Redentor.  Como  Redentor,  que  había  tomado  sobre  sí  los  pe- 
cados del  mundo  para  expiarlos,  quiso  someterse  al  bautismo  de  penitencia,  propio 
de  pecadores.  Y  como  Redentor  también,  quiso  prefigurar  en  sí  los  frutos  de  la  re- 
dención :  la  apertura  del  cielo,  la  efusión  del  Espíritu  Santo,  la  filiación  divina, 
que  se  aplicarán  por  otro  bautismo  en  agua  y  en  Espíritu  Santo.  Por  la  humillación, 
la  gloria. 

23  Al  comenzar  :  se  refiere  San  Lucas  al  comienzo  de  la  vida  pública  de  Jesús, 
que  era  entonces  como  de  treinta  años.  Dada  la  precisión  habitual  de  San  Lucas  en 
contar  los  años,  no  podía  entonces  Jesús  tener  ni  menos  de  veintinueve  años  ni  más 
de  treinta  y  uno.  Como  el  Señor  comenzó  probablemente  su  predicación  el  año  780 
de  Roma  (27  de  nuestra  era),  su  nacimiento  habrá  que  colocarlo  el  año  749  ó  748  de 
Roma. 

La  genealogía  de  San  Lucas,  lo  mismo  que  la  de  San  Mateo,  es  la  de  José. 
La  divergencia  entre  ambos  evangelistas,  en  principio,  es  fácil  de  explicar.  Uno  de 
los  dos,  si  ya  no  los  dos,  a  la  generación  natural  juntan  la  legal,  en  virtud  de  la 
ley  del  levirato,  o  tal  vez  también  de  la  adopción.  Lo  que  hasta  ahora  no  se  ha 
explicado  satisfactoriamente  es,  en  concreto,  cuál  de  los  dos,  y  en  qué  forma,  <w 
refiere  a  la  generación  legal. 


—  134  — 


3  33  -  4  2 


SAN  LUCAS 


4  3-11 


el  de  Booz,  el  de  Sala,  el  de  Naasón, 
**  el  de  Aminadab,  el  de  Admín,  el 
de  Arní,  el  de  Esrón,  el  de  Fares,  el 
de  Judá,  "el  de  Jacob,  el  de  Isaac, 
el  de  Abrahán,  el  de  Tara,  el  de  Na- 
cor,  56  el  de  Seruc,  el  de  Ragáu,  el  de 
Fálec,  el  de  Eber,  el  de  Saia,  *  el  de 
Cainam,  el  de  Arfaxad,  el  de  Sem, 
el  de  Noé,  el  de  Lámec,  "  el  de  Ma- 
tusalá,  el  de  Enoc,  el  de  Járet,  el  de 
Maleleel,  el  de  Cainán,  38  el  de  Enós, 
el  de  Set,  el  de  Adán,  el  de  Dios. 


Ayuno  y  tentaciones  de  Jesús.  4,  1-13 
(=Mt.  4,  i-ii  =Mc.  1,  12-13) 


a  1  Jesús,  lleno  del  Espíritu  Santo, 
^  volvió  del  Jordán,  y  era  con- 
ducido por  eil  Espíritu  al  desierto, 
2  donde  estuvo  cuarenta  días,  y  era 
tentado  ipor  el  diablo.  Y  no  comió 
nada  durante  aquellos  días,  y  aca- 


bados ellos  sintió  hambre.  *  Di  jóle 
el  diablo  : 

_ — Si  eres  Hijo  de  Dios,  di  a  esta 
piedra  que  se  convierta  en  pan. 

4  Y  respondióle  Jesús  : 

— Escrito  está  que  «No  de  sólo  pan 
vivirá  el  hombre»  (Dt.  8,  3). 

5  Y  habiéndole  llevado  a  un  sitio 
alto,  le  mostró  todos  los  reinos  de 
la  tierra  en  un  instante,  "  y  díjole  el 
diablo  : 

— Te  daré  toda  esta  potencia  y  la 
gloria  de  ellos,  puesto  que  a  mí  me 
ha  sido  entregada,  y  a  quien  quiero 
la  doy  ;  '  si,  pues,  tú  te  postrares 
delante  de  mí,  será  tuya  toda. 

8  Y  respondiendo  Jesús,  le  dijo  : 
— Escrito  está  :   «Adorarás  al  Se- 
ñor tu  Dios  y  a  El  sólo  darás  cul- 
to» (Dt.  6,  13). 

9  Y  le  llevó  a  Jerusalén,  y  le  puso 
sobre  el  alero  del  templo  y  le  dijo  : 

— Si  eres  Hijo  de  Dios,  échate  de 
aquí  abajo  ;  10  porque  escrito  está 
(Sal.  90,  11-12)  : 


11  y  que 


A  sus  ángeles  ordenará  acerca  de  ti 
que  te  guarden; 


en  las  manos  te  tomarán, 

no  sea  que  tropieces  con  tu  pie  en  alguna  piedra. 


A  1  Llenó  de  Espíritu  Santo  :  la  plenitud  del  Espíritu  Santo,  que  Jesús  en  cuanto 

hombre  poseía  desde  el  instante  de  la  concepción,  menciónala  aquí  San  Lucas  para 
señalar  la  nueva  acción  que  el  Espíritu  Santo  iba  a  ejercer  desde  ahora  en  la  ac- 
tuación mcsiánica  de  Jesús,  toda  ella  dirigida  por  el  Espíritu  Santo.  ||  El  desierto 
a  que  fué  conducido  Jesús  parece  haber  sido  el  que  más  tarde  se  llamó  el  monte 
de  la  Cuarentena,  al  O.  de  Jericó. 

1  Era  tentado  :  la  estructura  desaliñada  de  la  frase  (literalmente  en  el  desierto 
cuarenta  días,  siendo  tentado)  no  permite  concluir  que  se  hable  de  tentaciones 
diferentes  de  las  que  luego  se  refieren  en  particular.  El  que  sintió  hambre,  acabados 
los  cuarenta  días,  parece  indicar  que  no  la  sintió  durante  ellos  :  verdadero  milagro, 
que  connaturalmente  debe  explicarse  por  la  altísima  contemplación  en  que  estuvo 
absorto  el  Salvador,  y  que  le  sustraía  a  las  necesidades  de  la  naturaleza. 

J-'2  Las  tres  tentaciones  coinciden  sustancialmente  con  las  referidas  por  San  Ma- 
teo, con  la  sola  diferencia  del  orden,  invertido  probablemente  por  San  Lucas.  Son 
tentaciones  antimesiánicas,  con  que  el  diablo  se  propone  desnaturalizar  el  programa 
mesiánico  de  Jesús,  a  quien  pretende  inspirar  un  mesianismo  terreno  o  espec- 
tacular y  aun  convertirle  en  un  antimesías. 

3_J  El  arte  del  diablo  es  astuto  y  refinado.  Disimulando  sus  intentos,  se  apro- 
vecha de  las  circunstancias,  halaga  la  vanidad  y  propone  una  cosa  no  mala  :  todo 
para  llevar  a  Jesús  al  mesianismo  carnal  de  los  judíos.  Contra  la  astucia  redomada, 
el  prudente  disimulo.  Con  un  texto  de  la  Escritura  deshace  Jesús  todos  los  trampan- 
tojos de)  diablo.  Queda  en  pie  su  programa. 

M  Esta  tentación,  verdadero  acto  de  desesperación,  quiere  trocar  a  Cristo  en 
un  anticristo.  Contra  la  temeraria  desfachatez  del  tentador,  la  serena  firmeza  de 
Jesús,  expresada  con  otro  texto  bíblico. 

*-'2  Esta  tentación  probablemente  precede  a  la  anterior,  como  en  San  Mateo. 
Así  lo  persuaden  :  a)  la  actitud  del  tentador,  que  en  esta  tentación,  como  en  la 
primera,  es  de  disimulo,  mientras  que  en  la  segunda  es  de  descaro;  bl  la  conexión 
o  gradación  de  las  tentaciones  :  la  tercera  toma  pie  de  la  confianza  en  Dios,  con 
que  Jesús  responde  a  la  primera  ;  c)  el  desenlace  de  la  segunda,  que,  según  San  Ma- 
teo, es  algo  definitivo  UVete  de  aquí,  Satanás»)  ;  d)  el  carácter  mismo  de  las  ten- 
taciones :  pseudo-mesiánicas  la  primera  y  la  tercera ;  antimesiánica  la  segunda. 


4  12-21 


SAN  LUCAS 


4  16-23 


"  Y  respondiendo,  díjole  Jesús  que 
— Dicho  está :  «No  tentarás  al  Se- 
ñor tu  Dios»  (Dt.  6,  16). 

a  Y  habiendo  dado  fin  a  toda  ten- 
tación, el  diablo  se  retiró  de  El  has- 
ta otro  tiempo  oportuno. 


Vuelta  a  Galilea.  4,  14-5 
(  =  Mt.  4,  12-17  =Mc.  1,  14-15) 


14  Y  volvió  Jesús  con  la  fuerza  del 
Espíritu  a  Galilea,  y  su  fama  se  ex- 
tendió por  toda  la  comarca.  *Y  El 


enseñaba  en  sus  sinagogas,  y  era 
glorificado  de  todos. 


En  la  sinagoga  de  Nazaret.  4,  16-30 
(  =  Mt.  13,  53-58  =Mc.  6,  1-6) 

"  Y  fué  a  Nazaret,  donde  se  había 
criado,  y  entró,  según  su  costumbre, 
el  día  de  sábado  en  la  sinagoga,  y 
se  levantó  a  leer.  "  Y  le  fue  entre- 
gado el  libro  del  profeta  Isaías,  y 
abriendo  el  libro,  halló  el  lugar  en 
que  estaba  escrito  (61,  1-2  ;  58,  6)  : 


18  El  Espíritu  del  Señor  sobre  mí, 
por  cuanto  me  ungió; 

para  evangelizar  a  los  pobres  me  ha  enviado, 

para  pregonar  a  los  cautivos  remisión, 

y  a  los  ciegos,  vista ; 

para  enviar  con  libertad  a  los  oprimidos, 

"  para  pregonar  un  año  de  gracia  del  Señor. 


M  Y  habiendo  arrollado  el  volumen, 
lo  entregó  al  ministro  y  se  sentó.  Y 
los  ojos  de  todos  en  la  sinagoga  es- 
taban clavados  en  El.  21  Y  comenzó 
a  decirles  que 

— Hoy  se  ha  cumplido  esta  escri- 
tura que  acabáis  de  oír. 


22  Y  todos  daban  testimonio  a  su 
favor  y  se  maravillaban  de  las  pala- 
bras de  gracia  que  salían  de  sus  la- 
bios, y  decían  : 

— ¿  Pues  no  es  éste  el  hijo  de  José  ? 

23  Y  les  dijo  : 

— Indudablemente  me  aplicaréis  es- 


14-16  Mirada  de  conjunto  sobre  la  vida  pública  de  Jsús.  Su  campo  de  acción  fué 
Galilea,  en  particular  las  sinagogas  ;  el  impulso  que  le  movía  y  dirigía  era  la 
fuerza  del  Espíritu  Santo ;  su  actuación  principal,  la  predicación  :   enseñaba  ;  su 

FAMA   SE   EXTENDIÓ   POR  TODA   LA   COMARCA,   Y   ERA  GLORIFICADO   DE  TODOS. 

i«-*>  Este  episodio  es  el  mismo  narrado  más  compendiosamente  por  San  Ma- 
teo (3,  53-58)  y  por  San  Marcos  (6,  1-6) ,  quienes  lo  colocan  hacia  el  fin  del  segundo 
año.  San  Lucas  lo  adelanta,  probablemente  por  ver  en  él  como  un  tipo  o  programa 
de  lo  que  fué  la  predicación  del  Salvador.  En  él  se  ve  además  cómo  los  judíos 
pasaron  gradualmente  del  entusiasmo  inicial  al  repudio  final. 

18  Se  levantó  a  leer  :  probablemente  invitado  por  el  jefe  de  la  sinagoga. 

17  Halló  el  lugar  :   el  pasaje  de  Isaías  que  tocaba  leer  aquel  sábado. 

i»-»  Este  pasaje,  estrictamente  mesiánico,  caracteriza  admirablemente  la  obra 
del  Mesías. 

20  El  volumen  o  rollo  se  abría  desenrollándolo  y  se  cerraba  volviéndolo  a  arro- 
llar. ||  El  ministro  de  la  sinagoga,  llamado  khazzán,  a  los  oficios  de  custodio  y 
sacristán  añadía  a  las  veces  los  de  alguacil  y  maestro  de  primeras  letras. 

21  Hoy  se  ha  cumplido  :  manera  delicada  de  decir  que  él  era  el  Mesías  y  que 
entonces  cumplía  con  ellos  su  oficio. 

22  Las  palabras  de  gracia:  cjamás  hombre  habló  así,  como  este  hombre»  (Jn.  7,  46). 

23  Cuantas  cosas  hemos  oído  hechas  en  Cafarnaúm  :  estas  cosas  son  los  milagro 
narrados  posteriormente,  que  son,  por  tanto,  anteriores  a  esta  predicación  en 
Nazaret. 

80  Habiendo  pasado  por  en  medio  de  ellos  :  milagro  de  orden  moral,  con  que  el 
Señor  les  ató  las  manos,  para  que  no  ejecutasen  sus  criminales  designios. 

2°-30  Es  instructivo  notar  cómo  se  desenvuelve  y  varía  gradualmente  el  estado 
de  opinión  de  los  nazaretanos  respecto  de  Jesús.  Al  principio,  los  ojos  de  todos 
estaban  clavados  en  El  :  curiosa  expectación.  Oído  el  discurso,  todos  daban  testi- 
monio a  su  favor  :  aprobación  general.  Y  se  maravillaban  .  admiración,  que  de- 
genera en  vulgar  extrañeza,  motivada  por  el  humilde  origen  de  Jesús,  i  No  ES 
éste  el  hijo  de  José  ?  La  extrañeza  se  conyierte  en  escándalo.  Sigue  la  presuntuosa 
demanda  de  milagros  :  ..Médico,  cúrate  a  ti  mismo.  Ante  la  negativa  de  Jesús 
se  llf_varon  de  cólera  todos,  y  concibieron  proyectos  homicidas.  Es  la  trayectoria 
que  había  de  seguir  la  actitud  del  pueblo  judío  frente  a  Jesús. 

-136- 


4  24-34 


SAN  LUCAS 


4  35-41 


te  proverbio  :   «Médico,  cúrate  a  ti 
mismo.»  Cuantas  cosas  hemos  oído 
hechas  en  Cafarnaúm ,  hazlas  tam- 
bién aquí  en  tu  patria. 
*  Dijo  empero  : 

— En  verdad  os  digo  que  ningún 
profeta  es  acepto  en  su  patria.  26  De 
verdad  os  digo,  muchas  viudas  ha- 
bía por  los  días  de  Elias  en  Israel, 
cuando  se  cerró  el  cielo  por  tres 
años  y  seis  meses,  con  que  vino  gran- 
de hambre  sobre  toda  la  tierra,  28  y 
a  ninguna  de  ellas  fué  enviado  Elias 
sino  a  Sarepta,  ciudad  de  Sidonia,  a 
una  mujer  viuda.  21  Y  muchos  lepro- 
sos había  en  Israel  al  tiempo  de  Elí- 
seo profeta,  y  ninguno  de  ellos  fué 
curado  sino  Naamán  el  siró. 

28  Y  se  llenaron  de  cólera  todos  en 
la  sinagoga  al  oír  estas  cosas.  29  Y  le- 
vantándose le  arrojaron  fuera  de  la 
ciudad  y  le  llevaron  hasta  la  cima 
del  monte  sobre  el  cual  estaba  edifi- 
fada  su  ciudad,  con  el  intento  de 
despeñarle.  30  Mas  El,  habiendo  pa- 
sado por  en  medio  de  ellos,  iba  su 
camino. 


El  endemoniado  de  Cafarnaúm. 
4,  3!-37  (  =  Mt.  i,  21-28) 

"  Y  bajó  a  Cafarnaúm,  ciudad  de 
Galilea.  Y  les  enseñaba  el  día  de  sá- 
bado. 32  Y  se  asombraban  de  su  en- 
señanza, porque  su  palabra  estaba  re- 
vestida de  autoridad. 

83  Y  había  en  la  sinagoga  un  hom- 
bre que  tenía  un  espíritu  de  demonio 
inmundo  y  se  puso  a  dar  grandes 
gritos  : 

34  — ¡  Ah  !  ¿  Qué  tienes  que  ver  con 


nosotros,.  Jesús  Nazareno  ?  ¿  Viniste 
a  perdernos  ?  Te  conozco  quién  eres, 
el  Santo  de  Dios. 

35  Y  Jesús  le  ordenó  resueltamente, 
diciendo  : 

— Enmudece  y  sal  de  él. 

Y  habiéndole  arrojado  al  suelo  allí 
en  medio,  el  demonio  salió  de  él  sin 
haberle  hecho  ningún  daño.  38  Y  so- 
brecogió el  espanto  a  todos,  y  ha- 
blábanse unos  a  otros  diciendo  : 

— ¿  Qué  palabra  es  ésta  ?  Porque 
con  autoridad  y  poder  manda  a  los 
espíritus  impuros  y  salen. 

"  Y  se  propagaba  su  renombre  a 
todo  lugar  de  la  comarca. 


La  suegra  de  Pedro.  4,  38-39 
(  =  Mt.  8,  14-15  =Mc.  1,  29-31). 

88  Levantándose  y  partiendo  de  la 
sinagoga,  entró  en  la  casa  de  Simón. 
Y  la  suegra  de  Simón  estaba  con 
una  gran  fiebre,  y  le  rogaron  por 
ella  39  Y  viniendo  cabe  ella,  mandó 
resueltamente  a  la  fiebre,  y  ésta  la 
dejó  ;  y  ella,  levantándose  al  instan- 
te, les  servía. 


Curaciones  numerosas.  4,  40-41 
(  =  Mt.  8,  16-17  =Mc.  1,  32-34) 

40  Y  al  ponerse  el  sol,  todos  cuan- 
tos tenían  enfermos  de  diferentes  en- 
fermedades los  llevaron  a  El  ;  y  El, 
poniendo  las  manos  sobre  cada  uno 
de  ellos,  los  curaba.  41  Y  salían  de 
muchos  los  demonios  gritando  y  di- 


81-37  Jesús  enseña  y  libra  a  un  endemoniado.  Desde  el  primer  momento  se  ma- 
nifiesta «poderoso  en  obra  y  en  palabra»  (24,  19).  Al  oírle  los  cafarnaftas,  6F 
asombraban  de  su  enseñanza  ;  al  presenciar  el  milagro,  sobrecogió  el  espanto  a 
iodos.  La  impresión  es  de  algo  nuevo,  jamás  visto  ni  oído.  Es  el  principio  de  la 
vida  pública. 

**  Entró  en  la  casa  de  Simón  :  invitado,  sin  duda,  por  él.  Le  acompañaban,  ade- 
más de  Andrés,  Santiago  y  Juan.  Es  de  notar,  para  precisar  la  discutida  localiza- 
ción de  Cafarnaúm,  que  Simón  y  Andrés,  pescadores,  tenían  su  casa  en  Cafar- 
naúm, que,  por  tanto,  había  de  ser  ciudad  «marítima»  (Mt.  4,  13). 

58  Les  servía  :  deliciosa  escena  de  familia,  realzada  por  un  milagro  hecho  en 
familia. 

40  Milagros  a  granel,  pero  hechos  por  pura  bondad  y  sin  exhibición  espectacular. 
Tales  son  los  milagros  de  Jesús. 

41  «Tú  eres  el  Hijo  de  Dios»  :  no  consta  con  certeza  que  el  demonio  conociera 
la  divina  filiación  de  Jesús  ni  siquiera  su  mesianidad.  No  hay  que  olvidar  que 
la  inteligencia  del  demonio,  aunque  naturalmente  penetrante,  padecía  tremendas 
ofuscaciones.  Por  lo  demás,  Jesús  no  admitía  a  su  favor  el  testimonio  del  padre 
de  la  mentira 


—  1.37  — 


4  42-5  3 


SAN  LUCAS 


5  4-11 


ciendo  que  «Tú  eres  el  Hijo  de  Dios». 
E  increpándolos,  no  les  permitía  de- 
cir que  sabían  que  El  era  el  Mesías. 


Oración  solitaria.  4,  42-44 
(  =  Mt.  i,  35-38) 

41  Y  cuando  se  hizo  de  día,  salien- 
do se  fué  a  un  lugar  desierto  ;  y  las 
turbas  le  anclaban  buscando,  y  die- 
ron con  El,  y  querían  retenerle  que 
no  se  les  fuese.  43  Mas  El  les  dijo 
que 

—También  a  las  otras  ciudades  ten- 
go que  anunciar  el  Evangelio  del  rei- 
no de  Dios,  pues  para  esto  fui  en- 
viado. 

44  Y  andaba  predicando  por  las  si- 
nagogas de  Galilea. 


Pesca  milagrosa.  5,  1-8 


r  1  Y  aconteció  que,  como  la  turba 
J  se  agolpase  sobre  El  y  escuchase 
la  ipalabra  de  Dios,  El  estaba  de  pie 
junto  al  lago  de  Genesaret.  2  Y  vió 
dos  lanchas  que  estaban  junto  al  la- 
go ;  los  pescadores,  que  habían  baja- 
do de  ellas,  estaban  lavando  las  re- 
des. *  Y  subiendo  en  una  de  las  bar- 
cas, que  era  de  Simón,  le  rogó  que 
bogase  un  poco  apartándose  de  la 
playa  ;  y  sentado  en  la  barca  ense- 


ñaba a  las  turbas.  4  Y  en  cuanto  cesó 
de  hablar,  dijo  a  Simón  : 

— Boga  mar  adentro  y  soltad  vues- 
tras redes  para  la  pesca. 
6  Y  respondiendo  Simón,  dijo  : 
— Maestro,  con  haber  estado  bre- 
gando toda  la  noche,  nada  cogimos  ; 
pero  sobre  tu  palabra  soltaré  las  re- 
des. 

*  Y  como  esto  hicieron,  prendieron 
gran  cantidad  de  peces,  y  se  rom- 
pían sus  redes.  '  E  hicieron  señas  a 
los  compañeros  que  estaban  en  la 
otra  barca,  para  que  viniendo  les 
ayudasen.  Y  vinieron  y  llenaron  am- 
bas barcas,  tanto  que  se  hundían.  8  Y 
viendo  esto  Simón  Pedro,  postróse  a 
los  pies  de  Jesús,  diciendo  : 

— Retírate  de  mí,  porque  soy  hom- 
bre pecador,  Señor. 

Vocación  de  los  primeros  discípulos. 
5,  9-11  (  =  Mt.  4,  18-22  =Mc.  1,  16-20) 

*  Era  que  el  espanto  le  había  in- 
vadido, y  no  menos  a  todos  los  que 
con  él  estaban,  con  motivo  de  la  pes- 
ca de  los  peces  que  habían  cogido, 
10  y  lo  mismo  también  a  Santiago  y 
a  Juan,  hijos  de  Zebedeo,  que  for- 
maban sociedad  con  Simón.  Y  dijo 
a  Simón  Jesús  : 

— No  temas  ;  de  ahora  en  adelan- 
te serán  hombres  los  que  pescarás. 

11  Y  habiendo  sacado  las  barcas  a 
tierra,  abandonándolo  todo  le  siguie- 
ron 


**-*4  La  enorme  popularidad  conquistada  el  día  anterior  en  Cafarnaúm  no  fascinó 
a  Jesús.  Apenas  se  hlzo  de  día,  se  fué  a  un  lugar  desierto  para  orar  (Me.  1,  35) 
y  luego  a  otras  ciudades  para  anunciar  el  Evangelio. 

5»  Sentado  en  la  barca  enseñaba  :  hermoso  pulpito,  apropiado  a  la  predicación  del 
joven  Maestro,  cuya  palabra  era  tan  espontánea  y  natural  como  inefablemente 
bella. 

7  Los  compañeros  :  eran  el  Zebedeo  y  sus  dos  hijos,  que  formaban  compañía  con 
Simón  y  Andrés. 

Esta  vocación,  según  todas  las  probabilidades,  es  la  misma  referida  por 
San  Mateo  y  San  Marcos.  Para  conciliar  las  ligeras  discrepancias  redaccionales  no 
hay  que  olvidar  que  toda  esta  escena,  enlazada  con  la  pesca  milagrosa,  duró  varias 
horas,  y  que  los  evangelistas  se  refieren  a  distintos  momentos  de  ella.  San  Lucas 
habla  de  dos  pescas  :  una  nocturna,  frustrada,  y  una  matinal,  bien  lograda.  Entre 
las  dos  presenta  a  los  pescadores  lavando  las  redes.  San  Mateo  y  San  Marcos  ha- 
blan de  alguna  pesca,  sin  más  distinciones,  y  presentan  a  Simón  y  Andrés 
echando  las  redes  al  mar,  a  Santiago  y  Juan  recomponiendo  sus  redes.  La  acción 
de  Simón  y  Andrés  puede  referirse  tanto  a  la  primera  pesca  o  a  la  secunda  como 
sintéticamente  a  entrambas  a  la  vez.  La  acción  de  Santiago  y  Juan  puede  ser  pos- 
terior tanto  a  la  pesca  nocturna  como  a  la  matinal.  No  es  imposible,  por  tanto, 
la  conciliación  de  los  relatos  evangélicos ;  al  contrario,  la  multiplicidad  de  las 
combinaciones  posibles  nos  deja  inciertos  sobre  el  modo  concreto  o  histórico 
con  que  realmente  se  desarrolló  la  acción.  Para  apreciar  el  sentido  y  los  efectos 
de  este  llamamiento  conviene  recordar  que  ya  anteriormente  las  dos  binas  de 
hermanos   hablan  seguido  a  Jesús  como  discípulos.  Pero  el   anterior  seguimiento 


-138- 


5  12-!7 


SAN  LUCAS 


5  18-24 


Curación  de  un  leproso.  5,  12-16 
(  =  Mt.  8,  2-4  =Mc.  1,  40-45) 

"  Y  aconteció  que,  hallándose  El 
en  cierta  ciudad,  se  le  presenta  de 
pronto  un  hombre  todo  lleno  de  le- 
pra ;  y  al  ver  a  Jesús,  cayendo  so- 
bre su  rostro,  le  rogó,  diciendo  : 

— Señor,  si  quieres,  me  puedes  lim- 
piar. 

13  Y  extendiendo  la  mano,  le  tocó, 
diciendo  : 

— Quiero,  sé  limpio. 

Y  al  instante  la  lepra  desapareció 
de  él.  "  Y  El  le  ordenó  no  decirlo 
a  nadie,  sino 

— Anda,  muéstrate  al  sacerdote  y 
ofrece  por  tu  purificación  según  lo 
que  prescribió  Moisés,  para  que  ks 
sirva  de  testimonio. 

15  Pero  se  extendía  cada  vez  más 
su  fama,  y  concurrían  grandes  mu- 
chedumbres para  oír  y  para  ser  cura- 
dos de  sus  enfermedades  ;  19  mas  El 
se  retiraba  a  sitios  solitarios  y  se 
daba  a  la  oración. 


El  paralítico  de  Cafarnaúm.  5,  17-26 
(=Mt.  g,  1-8  =Mc.  2.  1-12) 


17  Y  aconteció  un  día  que  El  estaba 
enseñando,  y  estaban  sentados  unos 


fariseos  y  doctores  de  la  Ley,  que 
habían  venido  de  todas  las  aldeas  de 
Galilea,  de  Judea  y  de  Jerusalén  ;  y 
el  poder  del  Señor  estaba  en  El  para 
sanar.  18  Y  he  aquí  unos  hombres  lle- 
vando sobre  una  camilla  un  hombre 
que  estaba  paralítico  y  buscaban  ma- 
nera de  introducirle  y  ponerle  delan- 
te de  El.  19  Y  no  hallando  por  dón- 
de introducirle  a  causa  de  la  muche- 
dumbre, subidos  a  la  terraza,  por  en- 
tre las  tejas  le  descolgaron  junto  con 
su  camilla  hasta  ponerle  en  medio 
delante  de  Jesús.  20  Y  viendo  la  fe 
de  ellos,  dijo  : 

— Hombre,  perdonados  te  son  tus 
pecados. 

;J  Y  comenzaron  a  pensar  los  escri- 
bas y  los  fariseos,  diciendo  : 

— ¿  Quién  es  éste,  que  habla  blas- 
femias ?  ¿  Quién  puede  perdonar  pe- 
cados sino  sólo  Dios  ? 

22  Conociendo  Jesús  sus  pensamien- 
tos, respondiendo  les  dijo  : 

— ¿Qué  andáis  pensando  en  vues- 
tros corazones  ?  23  ¿  Qué  es  más  ha- 
cedero, decir :  «Perdonados  te  son  tus 
pecados»,  o  decir  :  «Levántate  y  an- 
da» ?  21  Mas  para  que  sepáis  que  el 
Hijo  del  hombre  tiene  potestad  de 
perdonar  pecados  sobre  la  tierra— di- 
jo al  paralizado — ,  yo  te  lo  digo  : 
Levántate  y,  tomando  a  cuestas  tu 
camilla,  anda  a  tu  casa. 


había  sido  espontáneo  y  ocasional  ;  el  de  ahora  en  adelante  va  a  ser  definitivo 
y  profesional.  Los  pescadores  de  peces  van  a  ser  pescadores  de  hombres. 

12-"  La  oración  del  leproso,  tan  discreta. en  la  forma,  es  en  el  fondo  apremiante 
y  comprometedora  :  va  derecha  al  Corazón  de  Jesús,  cuya  bondad  casi  pone  en  tela 
de  juicio.  Jesús  no  podía  responder  sino  cQuieroj. 

14  Le  ordenó  no  decirlo  a  nadie  :  para  no  sobreexcitar  intempestivamente  los 
entusiasmos  populares. 

16  Se  complace  San  Lucas  en  recordar  la  frecuencia  con  que  Jesús  se  daba  a  la 
oración. 

17  El  I-Oder  del  Señor...  :  literalmente  la  virtud  del  Señor  (=Yahvé)  era  (o 
estaba  |allí])  para  sanar  él;  es  decir,  Jesús  poseía  el  poder  de  Dios  para  sanar  las 
enfermedades.  Es  una  observación  del  evangelista  médico,  que  reconoce  en  Jesús 
un  poder  de  curar  superior  a  toda  medicina  humana. 

"-*>  La  presencia  del  paralítico,  introducido  de  una  manera  tan  insólita,  puesto 
allí  en  medio  de  todos,  despertó  una  enorme  expectación.  Los  ojos  de  todos  estaban 
clavados  en  Jesús.  Para  demostrar  su  mesianidad,  Jesús,  sin  más,  hubiera  podido 
sanar  al  paralítico.  Pero  no  menos  que  demostrar  su  mesianidad  interesaba  a  Jesús 
afirmar  su  trascendencia  divina  y  subrayar  su  índole  espiritual  :  que  era  el  Hijo 
de  Dios,  venido  no  a  restaurar  reinos  terrenos,  sino  a  perdonar  pecados.  Por  esto, 
vuelto  al  paralítico,  que  le  miraba  suplicante,  díjole  :  Perdonados  te  son  rus  pecados. 
La   expectación  se  convirtió  en   vivísima  ansiedad. 

"-^  La  reacción  de  los  fariseos  y  escribas  fué  la  que  era  de  esperar  :  censuras 
acerbas,  acusación  de  blasfemia.  Pero  ellos  mismos,  incautos,  formulan  el  principio 
del  argumento  con  que  Jesús  va  a  demostrar  sus  poderes  divinos  :  ¿  Quién  puede 
perdonar  pecados  sino  sólo  Dios?  La  réplica  de  Jesús  es  tan  asombrosa  como  el 
milagro  que  va  a  obrar  :  dos  preguntas  y  un  período  de  nuevo  cuño.  La  primera 
pregunta  es  un  contraataque  personal.  La  segunda  es  el  planteamiento  del  doble 
problema  :  de  evidencia  fulgurante.  El  período  es  mitad  razonamiento,  mitad  im- 
perio. El  milagTo  que  sigue  inmediatamente  es  el  sello  que  acredita  la  verdad  del 
razonamiento  y  la  divina  potestad  del  imperio  :   argumento  ineludible  de  la  tesis 


5  2ñ-29 


SAN  LUCAS 


5  30-37 


26  Y  al  instante,  habiéndose  levan- 
tado a  vista  de  ellos,  tomando  a 
cuestas  aquello  sobre  que  había  es- 
tado tendido,  se  marchó  a  su  casa 
glorificando  a  Dios.  26  Y  se  apoderó 
de  todos  e!  estupor  y  glorificaban  a 
Dios  y  se  llenaron  de  temor,  con  que 
decían  :  «Hoy  hemos  visto  cosas  in- 
creíbles.» 


Vocación  de  Mateo.  5,  27-32 
(  =  Mt.  9,  9-13  =Mc.  2,  13-17) 


cano  por  nombre  Leví  sentado  en  su 
despacho  de  aduanas,  y  le  dijo  : 
—Sigúeme. 

*  Y  abandonándolo  todo,  levantán- 
dose le  seguía. 

**  Y  le  hizo  Leví  un  gran  convite 
en  su  casa,  y  había  gran  muchedum- 
bre de  publícanos  y  de  otros  que  es- 


taban con  ellos  a  la  mesa.  *°  Y  mur- 
muraban los  fariseos  y  sus  escribas, 
diciendo  a  los  discípulos  de  Jesús  : 
— ¿  Cómo  es  que  coméis  y  bebéis 
con  los  publícanos  y  pecadores  ? 
81  Y  respondiendo  Jesús,  les  dijo  : 
— No  tienen  necesidad  de  médico 
los  sanos,  sino  los  que  se  hallan  mal ; 
32  no  he  venido  a  llamar  justos,  sino 
pecadores  a  penitencia. 


Cuestión  sobre  el  ayuno.  5,  33-39 
(  =  Mt.  9,  14-17  =Mc.  2,  18-22) 


33  Ellos  le  dijeron  : 

— Los  discípulos  de  Juan  ayunan 
frecuentemente  y  hacen  oraciones, 
asimismo  también  los  de  los  fari- 
seos ;  los  tuyos,  en  cambio,  comen 
y  beben. 

34  Mas  Jesús  les  dijo  : 


¿Por  ventura  podéis  hacer  ayunar  a  los  hijos  de  la  sala  nupcial 
en  tanto  que  el  esposo  está  con  ellos  ? 

16  Mas  días  vendrán,  y  cuando  les  sea  arrebatado  el  esposo, 
entonces  ayunarán  en  aquellos  días. 


Y  les  decía  también  una  parábola  a  ellos  :  que 

Nadie  echa  sobre  un  vestido  viejo  un  remiendo 

cortándolo  de  un  vestido  nuevo  ; 

de  lo  contrario,  fuera  de  que  rasga  el  nuevo, 

tampoco  con  el  viejo  dice  bien  el  remiendo  tomado  del  nuevo. 

87  Y  nadie  echa  vino  nuevo  en  odres  viejos  ; 


latente  :  que  Jesús,  poderoso  para  perdonar  pecados,  es  Dios.  El  efecto  fué  la 
mudez  de  los  fariseos  y  el  estupor  de  todos  y  la  glorificación  de  Dios. 

a  Vio  :  más  exactamente,  consideró  o  contempló.  Parece,  pues,  que  Jesús  se  de- 
tuvo al  pasar  junto  al  despacho  de  Levi  o  Mateo  y  se  puso  a  mirar  amablemente 
la  faena  del  aduanero.  Conclusión  tal  vez  de  otras  palabras  que  se  cruzaron  fué  el 
llamamiento  con  que  le  invitó  a  dejar  aquella  odiosa  ocupación  y  a  seguirle  como 
discípulo.  Mateo  respondió  al  llamamiento  con  prontitud  y  gozo.  Muestra  de  este 
trozo  fué  el  convite  que  luego  hizo  en  obsequio  al  Maestro. 

"Sus  escribas:  es  decir,  los  escribas  afiliados  al  partido  de  los  fariseos.  ||  Di- 
ciendo a  los  discípulos  :  cobardes,  atacan  a  los  discípulos,  temerosos  de  habérselas 
con  el  Maestro. 

n"aí  La  respuesta  del  Maestro,  al  paso  que  justifica  su  conducta,  zahiere  iróni- 
camente a  aquellos  farsantes,  que  no  se  consideraban  enfermos  ni  pecadores. 

*'-*•  A  la  nueva  acusación  de  los  fariseos  responde  el  Maestro  con  cuatro  lindas 
parábolas.  La  primera  y  la  tercera  coinciden  con  las  respectivas  de  San  Mateo  y 
San  Marcos,  la  segunda  ofrece  una  divergencia  redaccional,  la  cuarta  es  nueva. 
En  la  segunda,  en  vez  del  remiendo  de  paño  tieso  pone  San  Lucas  un  remiendo 
cortado  de  un  vestido  nuevo,  que  hace  más  expresiva  la  parábola.  Pudo  ser  que 
el  Maestro  emplease  sucesivamente  ambas  expresiones,  reproducidas  luego  par- 
cialmente por  cada  uno  de  los  evangelistas.  La  cuarta,  comparando  los  fariseos  a 
los  bebedores  de  vino  añejo,  con  finísima  ironía  parece  darles  la  razón  en  rechazar 
la  novedad  del  Evangelio ;  como  diciendo  :  no  es  de  maravillar  que  vosotros,  como 
cuerdos  bebedores,  desechéis  de  plano  el  vino  nuevo  que  yo  os  ofrezco,  inferior, 
sin  duda,  al  añejo  a  que  estáis  habituados.  A  través  de  la  ironía  enseña  el  prudente 
Maestro  que,  si  es  peligroso  el  hipo  de  novedades,  puede  ser  no  menos  pernicioso 
et  apego  irracional  a  las  vetusteces. 


—  140  — 


538-65 


SAN  LUCAS 


6  6-10 


de  lo  contrario,  romperá  el  vino  nuevo  los  odres, 
y  él  se  derramará  y  los  odres  se  echarán  a  perder  ; 
38  sino  que  vino  nuevo  en  odres  nuevos  se  ha  de  echar. 
88  Y  nadie  después  de  beber  añejo  le  quiere  nuevo  ; 
porque  dice :  «Bueno  es  el  añejo.» 


Las  espigas  arrancadas  en  sábado. 
6,  1-5  (  =  Mt-  12,  i-8  =Mc.  2,  23-28) 

¿i    1  Y  aconteció  en  el  sábado  segun- 
0    do-iprimero  pasar  El  por  unos 
sembrados,  y  arrancaban  sus  discí- 
pulos .las  espigas  y  las  comían,  fro- 
tándolas con  las  manos. 
*  Y  algunos  de  los  fariseos  dijeron  : 
— ¿Por  qué  hacéis  lo  que  no  está 
permitido  en  día  de  sábado  ? 
'  Y  respondiendo  Jesús,  les  dijo : 
— ¿  Es  que  no  leísteis  siquiera  lo 
que  hizo  David  cuando  tuvo  hambre 
él  y  los  que  con  él  iban  ?  4  ¿  Cómo 
entró  en  la  casa  de  Dios  y  tomó  los 
panes  de  la  proposición  y  los  comió 
y  los  dió  a  los  que  con  él  iban,  los 
cuales  no  es  permitido  comer  sino  a 
solos  los  sacerdotes  ? 
6  Y  les  decía  que 
— Señor  es  el  Hijo'del  hombre  tam- 
bién del  sábado. 


Curación  de  la  mano  paralizada. 
6,  6-11  (  =  Mt   12,  9-14  =Mc.  3,  1-6) 

'  Y  aconteció  en  otro  sábado  en- 
trar El  en  la  sinagoga  y  enseñar.  Y 
había  un  hombre  allí,  y  su  mano  de- 
recha estaba  rígida.  1  Y  observaban 
los  escribas  y  los  fariseos  si  en  sá- 
bado curaba,  para  hallar  de  qué  acu- 
sarle. 8  Pero  El  conocía  sus  pensa- 
mientos, y  dijo  al  hombre  que  te- 
nía rígida  la  mano  : 

—  Levántate  y  ponte  de  pie  en 
medio. 

Y  levantándose  púsose  de  pie.  *  Dí- 
joles  Jesús  : 

— Os  pregunto  si  es  permitido  en 
sábado  hacer  bien  o  hacer  mal,  sal- 
var un  alma  o  perderla. 

10  Y  echando  en  torno  una  mirada 
sobre  todos  ellos,  le  dijo  : 

— Extiende  tu  mano. 

El  lo  hizo,  y  quedó  restablecida  su 


61  El  sábado  segundo-primero  parece  ser  el  que  seguía  al  día  segundo  de  la  se- 
mana pascual  o  bien  el  que  seguía  al  gran  sábado  que  ocurría  dentro  de  ella. 
De  todos  modos,  el  episodio  tuvo  lugar  entrada  la  primavera. 

*-*  Enseña  el  Maestro,  humanamente,  que  la  observancia  de  los  días  festivos  no 
debe  degenerar  en  superstición,  y,  más  generalmente,  que  la  obligación  de  ciertas 
leyes  cesa  si  su  observancia  ha  de  ser  perjudicial. 

Hay  que  analizar  este  breve  episodio  para  apreciar  su  fuerza  dramática  y 
su  profundo  sentido.  Situación  inicial  :  es  sábado ;  un  pobre  lisiado  frente  al  tau- 
maturgo bueno  :  la  desgracia  suplicante  frente  a  la  bondad  benéfica.  Si  más  no 
hubiera,  la  solución  se  imponía  :  Jesús  hubiera  curado  al  lisiado.  Pero  se  complica 
la  situación.  Allí  están  los  escribas  y  fariseos  observando  los  pasos  de  Jesús  con 
animo  malévolo:  la  perversidad  frente  a  la  rectitud.  ¿Qué  hará  Jesús/  Afronta 
gallardamente  a  la  vez  las  dos  situaciones.  Ve  ante  sí  al  lisiado  y  conoce  los  pen- 
samientos de  los  adversarios.  Y  obra  rápidamente.  Primero  :  manda  al  lisiado  que 
salga  al  medio  :  subraya  y  agudiza  la  situación  inicial.  Segundo  :  se  encara  con 
los  adversarios.  Ellos  preguntaban:  t¿  Es  lícito  curar  en  sábado?»  El,  remontán- 
dose de  un  vuelo  a  un  plano  superior,  les  pregunta  :  t¿  Es  lícito  en  sábado  hacer 
bien  o  hacer  mal  ?»  Pregunta  habilísima,  que  no  admitía  otra  respuesta  más  que 
un  silencio  bochornoso.  Tercero  :  Jesús  echa  en  torno  una  mirada  sobre  todos 
ellos,  con  ira  y  tristeza  a  la  vez  (Me.  3,  5)  :  mirada  de  superioridad  y  de  reto. 
Cuarto  :  con  solas  dos  palabras^  sin  un  solo  acto  que  ni  siquiera  a  aquellos  legule- 
yos pudiera  semejar  infracción  del  reposo  sabático,  sana  al  lisiado.  Efectos  :  el  li- 
siado queda  curado,  los  escribas  y  fariseos  se  llenaron  de  insensatez.  Tal  es  este 
maravilloso  episodio,  suficiente  por  sí  solo  para  autenticar  el  Evangelio.  Tales  ma- 
ravillas no  podían  inventarlas  los  evangelistas.  Una  enseñanza  conviene  recoger. 
Para  los  escribas,  entre  la  cura  de  un  enfermo  y  la  observancia  del  sábado  existía 
un  conflicto  insoluble,  porque  se  movían  en  un  plano  de  mezquindades  humanas ; 
para  Jesús,  que  se  eleva  al  plano  de  las  generosidades  divinas,  el  conflicto  ni  existe 
siquiera.  ¡Cuántos  conflictos  humanos  se  solucionarían,  o,  mejor,  desaparecerían,  si 
los  hombres  supieran  elevarse  del  plano  humano  al  plano  divino! 


—  141  — 


6  "-16 


SAN  LUCAS 


6  17-23 


mano.  u  Y  ellos  se  llenaron  de  in- 
sensatez, y  hablaban  unos  con  otros 
sobre  qué  iban  a  hacer  con  Jesús. 


Elección  de  los  Doce.  6,  i 
:Mt.  5,  i  ;  io,  1-4  =Mc.  3, 


-16 
13-19) 


.  "  Y  aconteció  por  aquellos  días  sa- 
lir £1  al  monte  para  orar,  y  pasaba 
la  noche  en  la  oración  de  Dios.  13  Y 
en  cuanto  se  hizo  de  día,  llamó  a  sí 
sus  discípulos,  y  escogió  entre  ellos 
doce,  a  quienes  dió  el  nombre  de 
apóstoles  :  11  Simón,  a  quien  dió  el 
nombre  de  Pedro,  y  Andrés,  su  her- 
mano, y  Santiago  y  Juan,  y  Felipe 
y  Bartolomé,  16  y  Mateo  y  Tomás,  y 
Santiago  de  Alfeo  y  Simón  el  apelli- 
dado Zelotes,  16  y  Judas  de  Santiago 
y  Judas  Iscariote,  que  fué  traidor. 


El  sermón  de  la  montaña:  antece- 
dentes. 6,  17-19  (  =  Mt.  4,  24-25;  5,  1 
=  Mc.  3,  7-13) 

"  Y  bajando  con  ellos,  se  detuvo 
en  un  paraje  llano,  y  con  El  turba 
numerosa  de  sus  discípulos  y  gran 
muchedumbre  del  pueblo,  venido  de 
toda  la  Judea  y  de  Jerusalén  y  de  la 
marina  de  Tiro  y  de  Sidón  ;  los  cua- 
les habían  venido  a  oírle  y  a  ser  cu- 
rados de  sus  enfermedades  ;  18  y  los 
que  eran  vejados  por  espíritus  in- 
mundos eran  curados  ;  19  y  toda  la 
turba  procuraba  tocarle,  porque  salía 
de  El  una  virtud  y  sanaba  a  todos. 


Bienaventuranzas  y  desventuras. 
6,  20-26  (  =  Mt.  5,  2-12) 

20  Y  El,  levantando  sus  ojos  a  sus 
discípulos,  decía  : 


Bienaventurados  los  pobres, 
porque  vuestro  es  el  reino  de  Dios. 

Bienaventurados  los  que  tenéis  hambre  ajiora, 
porque  seréis  saciados. 
Bienaventurados  los  que  lloráis  ahora, 
porque  os  reiréis. 

a  Bienaventurados  sois  cuando  os  aborrecieren  los  hombres 
y  cuando  os  arrojaren  de  sí  y  ultrajaren 

y  desecharen  vuestro  nombre  como  malo  por  causa  del  Hijo  del 
53  gózaos  en  aquel  día  y  dad  saltos  de  placer  ; 
pues  sabed  que  vuestra  recompensa  es  grande  en  el  cielo  ; 
porque  así  fué  como  sus  padres  hacían  con  los  profetas. 


hombre 


"  Salir  El  al  monte  :  esta  expresión,  combinada  con  la  que  sigue  al  sermón  : 
«entró  en  Cafarnaúm»  (7,  i),  parece  indicar  que  el  monte  de  que  se  habla  no 
distaba  mucho  de  Cafarnaúm.  No  era,  pues,  el  llamado  Monte  de  las  Bienaventu- 
ranzas (Qurn  Hattin),  demasiado  lejano  de  la  ciudad.  Es  instructivo  considerar 
que  el  Maestro,  antes  del  sermón  y  de  la  elección  de  los  apóstoles,  pasó  la  noche 

ENTERA    EN    LA    ORACIÓN    DE  DlOS. 

u-'9  Se  comienza  a  dibujar  la  jerarquía  de  la  Iglesia.  De  la  masa  de  los  judíos 
que  creían  en  El  llama  Jesús  a  algunos  que  le  siguieran  como  discípulos  ;  entre  los 
discípulos  se  escoge  ahora  doce,  a  quienes  llama  apóstoles  o  enviados;  entre  los 
apóstoles  destacará  más  tarde  a  Pedro  como  su  lugarteniente  y  jefe  de  toda  la  Igle- 
sia. La  institución  de  la  Jerarquía  implica  un  rompimiento  con  la  sinagoga  o  el 
judaismo  oficial,  que,  latente  ahora,  no  tardará  en  estallar. 

17  El  paraje  llano  hay  que  situarlo  en  el  monte  mismo  adonde  Jesús  había  salido. 
Es  uno  mismo  el  sermón  del  llano,  consignado  por  San  Lucas,  y  el  sermón  del 
monte,  conservado  por  San  Mateo.  La  turba  numerosa,  que  va  a  escuchar  el  gran 
sermón,  fué,  sin  duda,  la  más  abigarrada  que  jamás  se  reunió  en  torno  al  Maestro. 
A  los  procedentes  de  Judea  y  de  Fenicia,  mencionados  por  San  Lucas,  hay  que 
agregar,  además  de  los  galileos,  a  los  venidos  de  Siria,  de  la  Decápolis,  de  la 
Perea  y  de  la  Idumea,  mencionados  por  San  Mateo  y  San  Marcos. 

2o-M  De  las  ocho  bienaventuranzas  consignadas  por  San  Mateo,  San  Lucas  sólo 
conserva  cuatro.  El  motivo  de  la  selección  no  carece  de  osadía.  De  las  ocho  bien- 
aventuranzas, cuatro  se  refieren  a  otras  tantas  situaciones  aflictivas,  cuatro  a  otras 
tantas  disposiciones  morales.  San  Lucas  consigna  solamente  las  cuatro  primeras, 
precisamente  las  más  estridentes  a  los  oídos  humanos.  Y  para  recalcarlas  les  con- 
trapone otras  tantas  malaventuranzas.  La  segunda  persona,  empleada  por  San  Lu- 
cas, en  vez  de  la  tercera,  empleada  generalmente  por  San  Mateo,  parece  reproducir 
más  literalmente  la  palabra  del  divino  Maestro. 


—  142  — 


6  24-38 


SAN  LUCAS 


6  24-38 


M  Mas  ¡  ay  de  vosotros  los  ricos, 

porque  os  tenéis  vuestra  consolación ! 

a  1  Ay  de  vosotros  los  que  estáis  hartos  ahora, 

porque  padeceréis  hambre  ! 

¡  Ay  de  los  que  reís  ahora, 

porque  os  afligiréis  y  lloraréis  ! 

M  ¡  Ay  cuando  dijeren  bien  de  vosotros  todos  los  hombres, 
porque  así  fué  como  sus  padres  hacían  con  los  falsos  profetas  l 


Amor  a  los  enemigos.  6,  27-36  (  =  Mt.  5,  38-48) 
*  Mas  a  vosotros  digo,  los  que  escucháis  : 

amad  a  vuestros  enemigos,  haced  bien  a  los  que  os  aborrecen  ; 

s  bendecid  a  los  que  os  maldicen,  rogad  por  los  que  os  maltratan. 

0  Al  que  te  hiera  en  la  mejilla,  preséntale  también  la  otra  ; 

y  al  que  te  quite  tu  manto,  no  le  impidas  tomarte  también  la  túnica. 

20  A  todo  el  que  te  pida,  da  ; 

y  a  quien  tome  lo  tuyo,  no  se  lo  reclames. 

"  Y  como  queréis  que  hagan  con  vosotros  los  hombres, 

también  vosotros  haced  con  ellos  de  igual  manera. 

K  Y  si  amáis  a  los  que  os  aman,  ¿qué  gracia  hallaréis? 

Que  también  los  pecadores  aman  a  los  que  los  aman. 

33  Y  si  hiciereis  bien  a  los  que  os  hacen  bien,  ¿qué  gracia  hallaréis  ? 
También  los  pecadores  hacen  eso  mismo. 

34  Y  si  diereis  prestado  a  aquellos  de  quienes  esperáis  cobrar, 
¿qué  gracia  hallaréis? 

También  los  pecadores  dan  prestado  a  los  pecadores, 

con  la  intención  de  recobrar  lo  equivalente. 

36  Antes  bien  amad  a  vuestros  enemigos, 

y  haced  bien  y  dad  prestado,  sin  esperar  retorno  ; 

y  será  grande  vuestra  recompensa,  y  seréis  hijos  del  Altísimo, 

pues-  El  es  bueno  con  los  ingratos  y  perversos. 

38  Sed  misericordiosos,  como  vuestro  Padre  es  misericordioso. 


Juicios  temerarios.  6,  37-38  (  =  Mt.  7,  1-2) 


37  Y  no  juzguéis,  y  no  seréis  juzgados  ; 
y  no  condenéis,  y  no  seréis  condenados  ; 
absolved,  y  seréis  absueltos  ; 

38  dad,  y  se  os  dará  : 

medida  buena,  apretada,  remecida,  desbordante 

será  la  que  os  den  en  vuestro  seno  ; 

porque  la  medida  que  empleareis  para  con  los  demás, 

esa  misma  recíprocamente  se  empleará  para  con  vosotros. 


21-aa  j)ej  cuerpo  del  sermón  de  la  montaña,  dividido  en  tres  partes  en  San  Ma- 
teo (5,  17-6,  34I,  San  Lucas  sólo  ha  conservado  en  este  lugar  los  dos  últimos 
de  los  seis  puntos  que  integran  la  primera  parte  :  la  cesión  de  los  propios  derechos 
y  el  amor  a  los  enemigos,  fundiéndolos  en  un  solo  razonamiento.  Su  disposición  o 
estructura  es  .  sencilla.  Se  enuncian  las  dos  tesis  del  amor  a  los  enemigos  (27-2S) 
y  de  la  cesión  de  los  propios  derechos  (29-30),  a  los  cuales  se  acopla  la  llamada 
Regla  de  oro  (31)  ;  tras  la  demostración  conjunta  de  las  dos  tesis  (32-34),  se  enuncian 
y  demuestran  entrambas  con  nuevas  razones  (35)  y  se  concluye  con  la  sentencia  : 
Sed  misekicordiosos,  como  vuestro  Padre  es  misericordioso,  que  es  una  expresión 
concreta  o  particular  de  la  sentencia  más  universal  de  San  Mateo. 

sj-38  Acaba  de  decir  el  Maestro  :  tSed  misericordiosos,  como  lo  es  Dios»  ;  ahora 
añade  :  «Sed  generosos,  no  juzgando,  no  condenando,  absolviendo,  dando,  y  Dios 
lo  será  con  vosotros.! 


—  143  — 


6  39-49 


SAN  LUCAS 


7l-2 


Dos  sentencias.  6,  39-40 
89  Díjoles  también  una  parábola  : 

i  Por  ventura  puede  un  ciego  guiar  un  ciego  ? 
¿  No  caerán  acaso  entrambos  en  la  hoya  ? 
,0  No  hay  discípulo  sobre  el  maestro  ; 

aunque  una  vez  cumplidamente  formado,  cualquiera  será  como  su  maestro 


Corrección  indiscreta.  6,  41-42  (  =  Mt.  7,  3-5) 

"  ¿  A  qué  miras  la  brizna  que  está  en  el  ojo  de  tu  hermano 

y  no  adviertes  la  viga  que  está  en  tu  propio  ojo  ? 

42  ¿  O  cómo  puedes  decir  a  tu  hermano  : 

«Hermano,  deja  que  saque  la  brizna  que  está  en  tu  ojo», 

no  viendo  tú  mismo  la  viga  que  está  en  tu  ojo  ? 

Farsante,  saca  primero  la  viga  de  tu  propio  ojo, 

y  entonces  verás  claro  para  sacar  la  brizna 

que  está  en  el  ojo  de  tu  hermano. 


Obras  buenas.  6,  43-49  (7,  15-23) 

43  Porque  no  hay  árbol  bueno  que  dé  fruto  malo, 
ni,  al  contrario,  árbol  malo  que  dé  fruto  bueno. 

44  Pues  cada  árbol  por  su  fruto  se  conoce  ; 
que  ni  de  los  espinos  se  cogen  higos, 

ni  de  la  zarza  se  cosecha  uva. 

40  El  hombre  bueno,  del  buen  tesoro  de  su  corazón  saca  lo  bueno ; 
y  el  malo,  del  malo  saca  lo  malo  ; 

porque  de  la  plenitud  rebosante  del  corazón  habla  su  boca. 
46  ¿  A  qué  viene  llamarme  «¡Señor,  Señor!», 
y  no  hacéis  lo  que  yo  digo  ? 


"  Todo  el  que  viene  a  mí  y  escu- 
cha mis  palabras  y  las  pone  por  obra, 
os  voy  a  mostrar  a  quién  es  seme- 
jante. 48  Es  semejante  a  un  hombre 
que  edifica  una  casa,  el  cual  cavó  y 
ahondó  y  puso  el  fundamento  sobre 
la  peña  ;  y  sobreviniendo  una  inun. 
dación,  rompió  el  río  contra  aquella 
casa,  y  no  pudo  conmoverla,  por  es- 
tar ella  tan  bien  edificada.  48  Pero 
el  que  oyó  y  no  puso  por  obra  es 
semejante  a  un  hombre  que  edificó 
una  casa  sobre  la  tierra,  sin  fun- 
damento, contra  la  cual  rompió  el 


río,  y  al  instante  se  desplomó,  y  fué 
grande  el  derrumbamiento  de  aque- 
lla casa. 


El  siervo  del  centurión.  7,  1-10 
(  =  Mt.  8,  1.  5-13) 

1-1  1  Y  cuando  hubo  acabado  d'e  ha- 
•  blar  todas  estas  sus  palabras  a 
los  oídos  del  pueblo,  entró  en  Ca- 
farnaúm. 

2  Había  cierto  centurión,  cuyo  sier- 
vo, enfermo,  estaba  para  morir,  el 


40  Dos  partes  tiene  esta  sentencia.  La  primera  rebaja  los  humos  de  los  discípulos 
presuntuosos ;  la  segunda  alienta  a  los  discípulos  modestos  y  laboriosos. 

*'~tí  Bajo  la  imagen  del  árbol,  bueno  o  malo,  enseña  el  Maestro  que  normal- 
mente el  hombre  habla  y  obra  como  es:  bien,  si  es  bueno;   mal,  si  es  malo. 

*7-40  El  hombre  resistirá  victoriosamente  el  embate  de  la  tentación  si  ha  tomado 
seriamenU  como  norma  de  vida  moral  la  palabra  del  Maestro 

7*  Le  era  de  mucha  estima  :  en  una  época  en  que  tan  inhumanamente  se  trataba 
a  los  esclavos  es  admirable  en  un  soldado  gentil  este  aprecio  de  un  esclavo  y  la 
solicitud  que  muestra  por  su  salud  y  su  vida. 


—  144  — 


7  3-11 


SAN  LUCAS 


7  12-20 


cual  le  era  de  mucha  estima.  *  Y  co- 
mo hubiese  oído  hablar  de  Jesús,  en- 
vió a  El  algunos  ancianos  de  los  ju- 
díos, rogándole  que  viniese  a  sacar 
de  peligro  a  su  siervo.  4  Ellos,  pre- 
sentándose a  Jesús,  le  rogaban  en- 
carecidamente, diciéndole  que 

— Es  digno  de  que  le  otorgues  es- 
to, 6  pues  ama  nuestra  raza,  y  la 
sinagoga  él  nos  la  edificó. 

"  Jesús  iba  con  ellos.  Y  cuando  ya 
El  se  hallaba  no  lejos  de  la  casa, 
envió  unos  amigos  el  centurión,  di- 
ciéndole : 

— Señor,  no  te  molestes,  que  no 
soy  digno  de  que  entres  debajo  de 
mi  techo  ;  *  por  lo  cual  tampoco  me 
consideré  digno  de  ir  a  ti  ;  mas  or- 
dénalo con  una  sola  palabra,  y  quede 
sano  mi  muchacho. 8  Que  también  yo, 
simple  subordinado  a  las  órdenes  de 
la  autoridad,  que  tengo  soldados  a 
mi  mando,  digo  a  éste:  «Ve»,  y  va; 
y  a  otro  :  «Ven»,  y  viene  ;  y  a  mi 
esclavo  :  «Haz  esto»,  y  lo  hace. 

8  Al  oír  esto  Jesús,  se  maravilló  de 
él,  y,  vuelto  a  la  turba  que  le  seguía, 
dijo  : 

— Os  aseguro  que  ni  siquiera  en 
Israel  hallé  fe  tan  grande. 

10  Y  vueltos  a  la  casa  los  enviados, 
hallaron  el  siervo  con  buena  salud. 


En  Naím:  resucita  al  hijo  de  una 
viuda.  7,  11-17 

"  Y  aconteció  poco  tiempo  después 
que  marchó  Jesús  a  una  ciudad  lla- 


mada Naím,  y  caminaban  con  él  sus 
discípulos  y  gran  tropel  de  gente. 
12  Y  como  llegó  cerca  de  la  puerta 
de  la  ciudad,  he  aquí  que  sacaban  a 
enterrar  a  un  difunto,  hijo  único  pa- 
ra su  madre — y  ella  era  viuda — ,  y 
estaba  con  ella  mucha  gente  de  la 
ciudad.  13  En  viéndola  el  Señor,  sin- 
tió que  se  le  enternecía  el  corazón 
con  ella,  y  le  dijo  : 
— No  llores. 

14  Y  llegándose  al  féretro,  lo  tocó 
— y  los  que  lo  llevaban  se  detuvie- 
ron— ,  y  dijo  : 

— Muchacho,  te  lo  digo,  levántate. 

16  Y  se  incorporó  el  difunto  y  co- 
menzó a  hablar  ;  y  se  lo  entregó  a 
su  madre. 

16  Sobrecogió  un  temor  a  todos,  y 
glorificaban  a  Dios,  diciendo  : 

— Un  gran  profeta  se  ha  levantado 
en  medio  de  nosotros. 

Y  añadían  : 

— Visitó  Dios  a  su  pueblo. 

"  Y  6e  difundió  esta  voz  acerca  de 
El  por  toda  la  Judea  y  por  todos  los 
países  comarcanos. 


Mensaje  del  Bautista.  7,  18-23 
(  =  Mt.  n,  2-6) 

16  E  informaron  a  Juan  sus  discípu- 
los de  todas  estas  cosas.  Y  llaman- 
do a  sí  dos  de  entre  sus  discípulos, 
19  enviólos  Juan  al  Señor,  diciendo  : 
«¿  Eres  tú  el  que  ha  de  venir  o  aguar- 
damos a  otro  ?»  20  Presentándose  a 
él  los  hombres,  dijeron  : 


M  Doble  relación  de  este  soldado  con  la  Eucaristía  :  él  fué  quien  edificó  la  si- 
nagoga, en  que'  Jesús  habla  de  anunciar  el  pan  eucarístico  ;  y  de  él  son  las  pala- 
bras con  que  los  fieles  se  disponen  a  la  comunión  :  Señor,  no  soy  digno. 

7  Ordénalo  :  no  carece  de  gracia  este  modo  militar  de  concebir  el  poder  de  Jesú» 
sobre  las  enfermedades,  como  el  de  un  jefe  sobre  sus  soldados. 

u_"  Esta  maravillosa  narración  bastaba  por  si  sola  para  motivar  la  fe  en  el 
Evangelio  y  en  Jesu-Cristo.  Los  variadísimos  pormenores  de  lugar  y  de  tiempo,  de 
personas  y  de  costumbres,  de  acciones  y  de  movimientos  ;  el  tono  de  viviente  rea- 
lismo y  de  penetrante  intimidad,  la  naturalidad  y  espontaneidad  de  cuanto  se  dice 
y  se  hace,  la  sencillez  y  sobriedad  del  relato  :  todo  este  conjunto  es  un  sello 
irrecusable  de  verdad  histórica.  Semejantes  narraciones  no  se  inventan.  Y,  supuesta 
la  verdad  de  la  narración,  fuerza  es  admitir  la  verdad  del  portentoso  milagro,  clave 
maestra,  sin  la  cual  todo  el  edificio  se  derrumba.  Comparado,  además,  este  relato 
con  el  de  las  otras  dos  resurrecciones,  la  de  la  hija  de  Jairo  y  la  de  Lázaro,  salta 
luego  a  la  vista  su  enorme  diferencia,  así  en  la  estructura  literaria  como  en  la 
tonalidad  :  no  son  tres  narraciones  fabricadas  en  serie.  Nuevo  sello  de  autenticidad 
y  de  verdad  histórica.  La  consecuencia  se  impone  :  o  hay  que  cerrar  los  ojos  a  la 
realidad  o  hay  que  reconocer  la  mesianidad  y  la  divinidad  del  bondadoso  taumaturgo. 

M  Informaron  a  Juan  sus  discípulos  :  no  consta  con  qué  ánimo  le  informaron 
de  los  milagros  de  Jesús ;  pero  no  es  inverosímil  que  mirasen  con  malos  ojos  la 
creciente  popularidad  del  joven  Maestro  (Jn.  3,  25-26),  que  tanto  contrastaba  con  la 
desgracia  del  Bautista.  Esta  rivalidad  de  sus  discípulos  tal  vez  movió  a  Juan  a 


—  145  — 


SAN  LUCAS 


7  22-32 


—Juan  el  Bautista  nos  ha  enviado  de  enfermedades,  achaques  corpora- 

a  ti  diciendo  :  «¿  Eres  tú  el  que  ha  les  y  espíritus  malos,  v  a  muchos 

de  venir  o  aguardamos  a  otro?»  ciegos  hizo  merced  de  ver  a  Y  res- 

-'  En  aquella  hora  curó  a  muchos  pondiendo,  les  dijo  : 

Id  e  informad  a  Juan  de  lo  que  visteis  y  oísteis : 

«Los  ciegos  cobran  vista,  los  cojos  andan, 

los  leprosos  son  limpiados,  los  sordos  oyen, 

los  muertos  son  resucitados,  (los  pobres,  evangelizados.» 

23  Y  bienaventurado  aquel  que  no  se  escandalizare  en  mí. 


Elogio  de  Juan,  7,  24-30  (  =  Mt.  11,  7-15) 

M  Partidos  los  mensajeros  de  Juan,  comenzó  a  decir  a  las  turbas  acerca 
de  Juan  : 

¿Qué  salisteis  a  ver  en  el  desierto? 
¿  Una  caña  agitada  por  el  viento  ? 
M  Pues  ¿  qué  salisteis  a  ver  ? 
¿  Un  hombre  vestido  de  ropas  muelles  ? 

Mirad  que  los  que  andan  con  ropaje  espléndido  y  entre  regalo», 

en  los  regios  alcázares  están. 

26  Pues  ¿a  qué  salisteis?  ¿  A  ver  un  profeta  f 

Sí,  os  digo,  y  más  que  profeta. 

"  Este  es  de  quien  se  ha  escrito  (Mal.  3,  1)  : 

«Mira  que  envío  mi  mensajero  delante  de  tu  faz, 

el  cual  aparejará  tu  camino  delante  de  ti.» 

28  Porque  os  lo  digo,  mayor  profeta  que  Juan 
entre  los  nacidos  de  mujeres  no  le  hay  ; 

mas  el  menor  en  el  reino  de  Dios,  mayor  es  que  él. 

29  Y  todo  el  pueblo  que  le  oyó  y  los  publícanos 
dieron  a  Dios  la  gloria  de  justo, 

siendo  bautizados  con  el  bautismo  de  Juan  ; 

30  los  fariseos,  en  cambio,  y  los  legistas 
desbarataron  el  consejo  de  Dios  en  orden  de  ellos, 
no  haciéndose  bautizar  por  él. 


Son  censurados  los  judíos.  7,  31-35  (  =  Mt.  11,  16-19) 

81  ¿  A  quién,  pues,  asemejaré  los  hombres  de  esa  generación  ? 
¿Ya  quién  son  semejantes? 

32  Semejantes  son  a  los  niños  sentados  en  la  plaza 


tomar  la  resolución  de  mandarlos  a  Jesús  con  la  esperanza  de  obtener  de  él  de- 
claraciones mesiánicas,  que  quizás  se  conquistarían  la  adhesión  de  los  envidiosos 
discípulos. 

ffl  A  las  declaraciones  verbales  prefiere  el  prudente  Maestro  las  pruebas  reales, 
menos  ruidosas,  pero  más  eficaces  :  el  milagro,  que  es  a  un  mismo  tiempo  el 
cumplimiento  de  una  profecía  mesiánica   (Is.  35,  5-6;   61,  1). 

M"-30  Este  movidísimo  discurso,  portento  de  elocuencia,  es  todo  él  un  tejido  de 
vivísimos  contrastes,  matizados  de  sangrienta  ironía  :  contraste  entre  la  austeridad 
de  Juan  y  la  molicie  de  Herodes  ;  contraste  entre  la  firmeza  de  Juan  y  la  veleidad 
de  los  judíos ;  contraste  entre  la  rectitud  de  Juan  y  la  presumida  justicia  de  los 
fariseos  y  legistas  ;  contraste  entre  el  pueblo  sencillo  y  los  orgullosos  jefes  ;  doble 
contraste  del  ministerio  de  Juan,  superior  al  de  los  antiguos  profetas,  pero  incom- 
parablemente inferior  al  de  los  mensajeros  del  reino  de  Dios. 

»1-3S  En  esta  intencionadísima  parábola,  la  imagen  o  término  de  comparación 
la  forman  dos  grupos  de  niños  dispuestos  a  jugar  :  el  de  los  que  invitan  compla- 
cientes y  el  de  los  que  rehusan  malhumorados.  Los  primeros  representan  a  Juan 


—  146  — 


7  33-40 


SAN  LUCAS 


7  41-17 


y  que  se  dan  voces  los  unos  a  los  otros,  diciendo  : 
6s  tocamos  la  flauta,  y  no  danzasteis  ; 
entonamos  endechas,  y  no  llorasteis. 

"  Porque  ha  venido  Juan  el  Bautista  sin  comer  pan  ni  beber  vino 
y  decís  :  «Demonio  tiene.» 

**  Ha  venido  el  Hijo  del  hombre  comiendo  y  bebiendo, 

y  decís  :  «Ahí  tenéis  un  hombre  comilón  y  bebedor  de  vino, 

amigo  de  publícanos  y  pecadores.» 

35  Y  quedó  acreditada  la  sabiduría  por  todos  sus  hijos. 


Una  mujer  pecadora  unge  los  pies  a 
Jesús.  7,  36-50 

"  Rogó  a  Jesús  uno  de  los  fariseos 
que  comiese  con  él,  y  entrando  en 
la  casa  del  fariseo,  se  recostó  a  la 
mesa.  37  Y  he  aquí  que  se  presenta 
una  mujer,  que  era  conocida  en  la 
ciudad  como  pecadora  ;  la  cual,  en- 
terándose que  comía  en  casa  del  fa- 
riseo, tomó  consigo  un  botecillo  de 
alabastro  lleno  de  perfume,  "y  pues- 
ta detrás  junto  a  sus  pies,  llorando, 
comenzó  con  sus  lágrimas  a  bañarle 
los  pies,  y  con  los  cabellos  de  su 
cabeza  se  los  enjugaba,  y  le  besaba 
fuertemente  los  pies  y  se  los  ungía 
con  el  perfume.  s*  Viendo  esto  el  fa- 
riseo que  le  había  invitado,  dijo  para 
sí  :  «Ese,  si  fuera  profeta,  conocería 
quién  y  qué  tal  es  la  mujer  que  le 
toca,  cómo  es  una  pecadora.» 
40  Y  respondiendo,  díjole  Jesús  : 
— Simón,  tengo  una  cosa  que  de- 
cirte. 


El  dijo  : 

— Maestro,  di. 

a  —Un  prestamista  tenía  dos  deu- 
dores :  el  uno  le  debía  quinientos 
denarios,  el  otro  cincuenta.  42  No  te- 
niendo ellos  con  qué  pagarle,  les 
perdonó  a  entrambos.  ¿  Quién,  pues, 
de  ellos  le  amará  más  ? 

43  Respondiendo  Simón,  dijo  : 

— Supongo  que  aquel  a  quien  más 
perdonó. 
El  le  dijo  : 

—Rectamente  juzgaste. 

44  Y  vuelto  a  la  mujer,  dijo  a  Si- 
món : 

— ¿  Ves  esta  mujer  ?  Entré  en  tu 
casa,  no  me  diste  agua  a  los  pies  ; 
mas  ésta  bañó  mis  pies  con  sus  lá- 
grimas y  los  enjugó  con  sus  cabe- 
llos. 45  No  me  diste  ósculo  ;  mas  és- 
ta, desde  que  entré,  no  cesó  de  besar 
fuertemente  mis  pies.  46  No  ungiste 
con  óleo  mi  cabeza  ;  mas  ésta  ungió 
mis  pies  con  perfume.  47  Por  lo  cual 
te  digo  le  son  perdonados  sus  mu- 
chos pecados,  porque  amó  mucho  ; 


y  a  Jesús  ;  los  segundos,  a  esa  generación.  La  sentencia  final  es  de  una  ironía 
finísima.  Quiere  decir  :  vosotros,  los  hijos  de  la  Sabiduría,  con  esos  vuestros  dichos 
agudos  habéis  acreditado  a  vuestra  Madre. 

47  Le  son  perdonados  sus  muchos  pecados,  porque  amó  mucho  :  el  sentido  obvio 
de  esta  declaración  es  que  el  amor  a  Jesu-Cristo  es  la  causa  del  perdón  de  los  pe- 
cados. Verdad  consoladora  para  el  que  ama  a  Jesu-Cristo.  Y  si  es  cierto  que  el 
perdón  obtenido  por  el  amor  no  exime  de  la  obligación  de  confesar  los  pecados,  no 
es  menos  cierto  que  quien,  por  cualquier  causa,  no  pudiera  luego  confesarlos,  no 
por  eso  quedaba  menos  perdonado.  Otros,  violentando  el  sentido  obvio,  interpretan 
la  declaración  de  diferente  manera.  Suponen  que  el  amor  no  es  causa,  sino  muestra 
o  efecto  del  perdón  previamente  obtenido.  Contra  semejante  interpretación  se  opone 
el  hecho  de  que  la  pecadora  antes  de  la  declaración  de  jesús  y  antes  de  las  muestras 
de  amor  no  podía  conocer  el  perdón  de  sus  pecados.  La  razón  que  alegan,  que  en 
la  precedente  parábola  del  prestamista  y  en  la  sentencia  siguiente  a  quien  poco  se 
perdona,  poco  ama,  el  amor  es  efecto  del  perdón  previo,  se  basa  en  una  confusión.  Se 
confunden  dos  relaciones  muy  diferentes  :  la  relación  entre  el  amor  y  el  perdón 
de  la  pecadora  y  la  relación  entre  este  amor  y  perdón  con  el  amor  y  perdón  de» 
fariseo.  La  primera  relación  es  de  causalidad,  como  lo  exige  el  sentido  mani- 
fiesto de  las  palabras ;  la  segunda  relación  es  de  comparación  o  contraposición 
entre  !o  mucho  que  amó  y  se  perdonó  a  la  pecadora  y  lo  Poco  que  se  perdonó  al 
fariseo,  poco  agradecido  por  el  perdón  de  lo  poco.  Si  en  esta  segunda  relación  lo 
esencial  es  la  proporción  de  lo  mucho  y  de  lo  poco,  no  la  de  causa  o  efecto  ;  en 
la  primera,  en  cambio,  lo  esencial  es  la  causalidad,  no  la  proporción  cuantitativa. 
Sin  paralogismo,  por  tanto,  pudo  decir  el  Maestro  que  a  la  pecadora  se  hablan 
perdonado  muchos  pecados  porque  amó  mucho,  y  que  el  fariseo  amaba  poco  porque, 
a  su  juicio,  se  la  hablan  perdonado  pocos  pecado». 


—  147  — 


7  4&^8i 


SAN  LUCAS 


§2-10 


mas  a  quien  poco  se  perdona,  poco 
ama. 
44  Y  dijo  a  ella  : 

— Quedan  perdonados  tus  pecados. 

49  Y  empezaron  a  decir  entre  sí  los 
que  con  El  estaban  a  la  mesa  : 

— ¿  Quién  es  éste,  que  también  per- 
dona pecados  ? 

60  Y  dijo  a  la  mujer  : 

— Tu  íe  te  ha  salvado ;  vete  en  paz. 


Piadosas  mujeres  que  sirven  al  Se- 
ñor. 8,  1-3 

O  1  Y  aconteció  luego  de  esto  que 
°  recorrió  El  una  tras  otra  las  ciu- 
dades y  aldeas  predicando  y  anun- 


ciando la  buena  nueva  del  reino  de 
Dios  ;  y  con  El  iban  los  Doce  1  y  al- 
gunas mujeres  que  habían  sido  cu- 
radas de  espíritus  malos  y  enferme- 
dades :  María  la  llamada  Magdalena, 
de  la  cual  habían  salido  siete  demo- 
nios, *  y  Juana  la  mujer  de  Cusa, 
procurador  de  Herodes,  y  Susana,  y 
otras  muchas,  las  cuales  les  servían 
de  sus  haberes. 


Parábola  del  sembrador,  8,  4-8 
(  =  Mt.  13,  1-9  =Mc.  4,  1-9) 

*  Como  concurriese  gran  muche- 
dumbre y  viniese  a  El  gente  de  toda 
ciudad,  díjoles  por  vía  de  parábola  : 


5  Salió  el  sembrador  a  sembrar  su  semilla. 

Y  al  sembrar  él,  una  parte  cayó  a  lo  largo  del  camino, 

y  fué  pisoteada,  y  los  pájaros  del  cielo  se  la  comieron. 

4  Y  otra  cayó  sobre  la  peña, 

y  en  naciendo,  se  secó  por  no  tener  humedad. 

*  Y  otra  cayó  en  medio  de  espinos, 

y  brotando  juntamente  los  espinos,  la  ahogaron 

*  Y  otra  cayó  en  la  tierra  buena, 

y  una  vez  nacida,  dió  fruto  centuplicado. 


Esto  diciendo,  clamaba  : 

— Quien  tenga  oídos  para  oír,  escuche. 


Motivo  de  las  parábolas.  8,  9-10  (  =  Mt.  13,  10-7  =Mc.  4,  10-12; 

•  Preguntábanle  sus  discípulos  qué  cosa  significase  la  parábola.  10  El 
dijo  : 

A  vosotros  se  os  ha  dado  conocer  los  misterios  del  reino  de  Dios  ; 
pero  a  los  demás,  en  parábolas, 

para  que  «viendo  no  vean  y  oyendo  no  entiendan»  (Is.  6,  9-10). 


8 2  La  mención  de  María  en  primer  lugar,  el  sobrenombre  singular  de  la  Magda- 
lena y  la  circunstancia  de  que  habían  salido  de  ella  siete  demonios,  parecen  una 
discreta  identificación  de  esta  mujer  con  la  pecadora  de  quien  se  acaba  de  hablar. 
Las  objeciones  que  se  han  hecho  valer  en  contra  no  logran  borrar  la  impresión  de 
identidad,  confirmada  por  la  liturgia. 

4-8  De  las  muchas  parábolas  concernientes  al  reino  de  Dios  que  en  esta  ocasión 
propuso  el  divino  Maestro,  San  Lucas  sólo  conserva  en  este  lugar  la  del  sembrador. 
Otras  dos,  las  del  granito  de  mostaza  y  del  fermento,  las  reproduce  en  otro  con- 
texto (13,  18-21),  tal  vez  porque  entonces  las  repitió  el  Maestro  a  un  auditorio 
diferente. 

10  Para  que...  :  San  Lucas  abrevia  notablemente  las  palabras  de  Jesús  y  las  de 
Isaías,  que  San  Mateo  reproduce  más  extensamente.  A  la  luz  de  Isaías  y  de 
San  Mateo,  la  finalidad  expresada  hay  que  atribuirla,  irónicamente  además,  a  los 
mismos  judíos,  que  cierran  los  ojos  para  no  ver. 


—  148  — 


8  11-20 


SAN  LUCAS 


Declaración  de  la  parábola  del  sembrador.  8,  11-15 
(  =  Mt.  13,  18-23  =Mc.  4,  13-20) 

u  Y  ésta  es  la  significación  de  la  parábola. 

La  semilla  es  la  palabra  de  Dios. 

a  Los  de  a  lo  largo  del  camino 

son  los  que  la  oyeron,  mas  luego  viene  el  diablo 

y  quita  la  palabra  de  su  corazón, 

no  sea  que,  creyendo,  se  salven. 

18  Y  los  que  sobre  la  peña, 

son  los  que,  cuando  oyen,  acogen  con  gozo  la  palabra  ; 
V  éstos  no  tienen  raigambre : 

los  que  por  un  tiempo  creen  y  en  tiempo  de  tentación  se  retiran. 
14  Lo  que  cayó  sobre  los  espinos, 
éstos  son  los  que  oyeron, 

y  andando,  andando,  son  ahogados  por  las  solicitudes 

y  la  riqueza  y  los  placeres  de  la  vida, 

y  no  llegan  a  dar  fruto  sazonado. 

18  Y  los  que  en  la  tierra  buena, 

éstos  son  los  que,  con  corazón  bueno  y  excelente, 

habiendo  oído  la  palabra,  la  retienen 

y  llevan  fruto  en  virtud  de  la  constancia. 


Varias  sentencias.  8,  16-18  (  =  Mt.  4,  21-25) 

"  Nadie  hay  que,  habiendo  encendido  una  lámpara, 
la  cubra  con  una  vasija  o  la  ponga  debajo  del  lecho, 
sino  que  la  pone  sobre  el  candelero, 
para  que  los  que  entren  vean  la  luz. 

"  Porque  no  hay  nada  escondido  gue  no  se  haga  manifiesto, 
ni  nada  secreto  que  no  sea  conocido  y  venga  a  ser  manifiesto. 
,s  Mirad,  pues,  como  oís  ; 
'porque  al  que  tiene,  se  le  dará  ; 

y  al  que  no  tiene,  aun  lo  que  parece  tener  se  le  quitará. 


La  madre  y  los  hermanos  de  Jesús. 
8,  19-21  (  =  Mt.  12,  46-50  =Mc.  3, 
31-35) 

a  Vinieron  a  El  su  madre  y  sus 
hermanos,  y  no  podían  llegar  hasta 
El  a  causa  de  la  muchedumbre.  20  Y 
ee  le  avisó  que  «Tu  madre  y  tus  her- 
manos están  allá  fuera  deseando  ver- 
te». a  El,  respondiendo,  les  dijo  : 


— Mi  madre  y  mis  hermanos  son 
los  que  oyen  la  palabra  de  Dios  y 
la  ponen  por  obra. 

La  tempestad  sosegada.  8,  22-25 
(  =  Mt.  8,  23-27  =Mc.  4,  35-40) 

22  Aconteció  en  cierto  día  que  El 
subió  a  la  barca,  y  con  El  sus  dis- 
cípulos, y  les  dijo  : 


"-a  Esta  declaración  del  Maestro  nos  enseña  el  criterio  para  la  interpretación  de 
las  parábolas  evangélicas  :  no  empeñándose  en  descubrir  sentidos  en  cualquier  por- 
menor puramente  ornamental,  ni  tampoco  reduciéndola  a  un  exiguo  núcleo  elemental. 

íe-is  Tres  sentencias.  Primera  (16)  :  la  luz  es  para  iluminar.  Segunda  (17)  :  fuerza 
innata  de  la  verdad,  que  pugna  por  la  manifestación  :  que  ni  puede  ser  ahogada 
por  la  persecución  ni  disimulada  por  la  hipocresía.  Tercera  (18)  :  a  quien  se  ha 
confiado  un  capital,  si  rinde  con  él,  se  le  dará  más  ;  si  lo  tiene  baldío,  se  le  quitará. 

Q-M  Esta  tempestad  es  símbolo  de  las  que  padece  la  Iglesia.  Jesús  por  un  tiempo 
parece  estar  dormido.  Mas,  llegado  el  momento  providencial,  Jesús  despierta  y  so- 
siega la  tempestad.  Y  lo  que  pasa  a  la  Iglesia  se  reproduce  en  la  vida  Intima  de  las 
almas. 


—  149  — 


8  23-31 


SAN  LUCAS 


8  32-43 


— Pasemos  a  la  otra  banda  del  lago. 

Y  se  hicieron  a  la  mar.  23  Y  mien- 
tras navegaban,  se  durmió.  Y  se  pre- 
cipitó sobre  el  lago  una  tempestad 
de  viento,  y  se  inundaban  y  peligra- 
ban. 24  Llegándose  a  El,  le  desper- 
taron diciendo  : 

— Maestro,  Maestro,  nos  vamos  a 
pique. 

El,  despertando,  habló  imperiosa- 
mente al  viento  y  al  oleaje  del  agua 
y  se  calmaron  y  se  hizo  bonanza. 

Y  les  dijo  : 

— ¿  Dónde  está  vuestra  fe  ? 

Y  despavoridos  se  maravillaron,  di- 
ciéndose unos  a  otros  : 

— ¿Quién,  pues,  será  éste,  que  aun 
a  los  vientos  manda  y  al  agua,  y  le 
obedecen  ? 


El  endemoniado  geraseno.  8,  26-39 
(  =  Mt.  8,  28-34  =Mc.  5,  1-20) 

"  Y  abordaron  a  la  región  de  los 
gerasenos,  la  cual  está  de  frente  a 
Galilea.  21  Y  en  saliendo  El  a  tierra, 
se  encontró  con  El  un  hombre  salido 
de  la  ciudad,  que  tenía  demonios,  y 
por  bastante  tiempo  no  se  puso  ves- 
tido, y  no  habitaba  en  casa,  sino  en 
los  monumentos.  28  Y  viendo  a  Je- 
sús, prorrumpiendo  en  gritos,  se  pos- 
tró ante  El  y  a  grandes  voces  dijo  : 

— ¿  Qué  tienes  que  ver  conmigo,  Je- 
sús, Hijo  del  Dios  Altísimo  ?  Te  su- 
plico que  no  me  atormentes. 

29  Es  que  mandaba  al  espíritu  in- 
mundo que  saliese  de  aquel  hombre ; 
pues  durante  muchas  temporadas  le 
había  causado  arrebatos,  y  era  atado 
con  cadenas  y  grillos,  custodiado  al 
mismo  tiempo;  y  rompiendo  las  ata- 
duras, era  empujado  por  el  demonio 
hacia  los  desiertos.  30  Y  le  preguntó 
Tesús  diciendo  : 

— I  Cuál  es  tu  nombre  ? 

El  dijo  : 

— «Legión». 

Porque  habían  entrado  muchos  de- 
monios en  él.  81  Y  le  rogaban  que  no 
les  mandase  marcharse  al  abismo. 


22  Había  por  allí  una  piara  de  mu- 
chos cerdos  que  pacían  en  el  monte, 
y  le  rogaban  que  les  consintiese  en- 
trar en  ellos;  y  se  lo  consintió.  33  Sa- 
liendo los  demonios  del  hombre,  en- 
traron en  los  cerdos,  y  se  lanzó  la 
piara  despeñadero  abajo  al  lago,  y 
se  ahogó. 

34  Los  que  los  apacentaban,  viendo 
lo  acaecido,  huyeron  y  dieron  la  no- 
ticia del  hecho  en  la  ciudad  y  por 
los  campos.  18  Salieron  a  ver  lo  acae- 
cido, y  vinieron  a  Jesús,  y  hallaron 
sentado  al  hombre,  de  quien  habían 
salido  los  demonios,  vestido  y  en  su 
sano  juicio,  a  los  pies  de  Jesús,  y  les 
entró  miedo.  36  Y  les  contaron  los 
que  lo  habían  visto  cómo  se  vió  sal- 
vo el  endemoniado.  "  Y  le  rogó  toda 
la  muchedumbre  de  la  comarca  de 
lo»  gerasenos  que  se  ausentase  de 
ellos,  por  el  gran  miedo  de  que  es- 
taban poseídos.  Y  El,  subiendo  en 
la  nave,  se  volvió.  38  Y  le  pedía  el 
hombre  de  quien  habían  salido  los 
demonios  estarse  con  El  ;  pero  le 
despidió  diciendo  : 

39 — Vuelve  a  tu  casa  y  refiere  cuan- 
to ha  hecho  Dios  contigo. 

Y  se  fué,  y  publicaba  por  toda  la  ciu- 
dad cuanto  Jesús  había  hecho  con  él. 

Enfermedad  de  la  hija  de  Jairo.  8, 
40-42  (  =  Mt.  9,  18-19  =Mc.  5,  21-24) 

40  Y  aconteció  que  al  volver  Jesús 
le  acogió  la  muchedumbre,  pues  es- 
taban todos  aguardándole.  41  Y  en 
esto  vino  un  hombre,  por  nombre 
Jairo,  que  era  jefe  de  la  sinagoga, 
y,  postrándose  a  los  pies  de  Jesús, 
le  rogaba  que  entrase  en  su  casa, 
42  pues  tenía  una  hija  única  como  de 
doce  años,  y  ésta  se  estaba  murien- 
do. Y  mientras  El  iba,  las  turbas  le 
ahogaban. 

La  hemorroísa.  8,  43-48  (  =  Mt.  9, 
20-22  =Mc.  5,  24-34) 

41  Y  una  mujer  que  andaba  con  flu- 
jo de  sangre  desde  hacía  doce  años, 


26  Una  misma  región,  que  en  San  Mateo  se  llama  «de  los  gadarcnos»,  es  aquí 
llamada  de  i.os  gerasenos,  probablemente  con  relación  a  la  ciudad  de  Khersa  o 
Kursi,  situada  al  E.  del  lago. 

™»  En  todo  este  pasaje  se  manifiesta  la  furia  y  la  impotencia  del  demonio, 
sus  instintos  maléficos  y  sus  ofuscaciones. 

Lo  ilegal  de  esa  piara  justifica  plenamente  la  permisión  de  Jesús.  Ni  mereciah 
consideraciones    los   que   luego   tan    groseramente   se  portaron. 

■  En  médicos  :  rasgo  interesante  de  imparcialidad  en  el  evangelista  médico. 

—  150  — 


8  14-49 


SAN  LUCAS 


8  a>-3  4 


la  cual,  habiendo  gastado  en  médi- 
cos toda  su  hacienda,  por  ninguno 
había  podido  ser  curada,  44  acercán- 
dose por  detrás  tocó  la  franja  de  su 
manto,  y  al  instante  se  paró  el  flujo 
de  su  sangre.  45  Y  dijo  Jesús  : 

— ¿Quién  es  el  que  me  ha  tocado? 

Como  todos  lo  negasen,  dijo  Pe- 
dro y  los  que  con  él  estaban  : 

— Maestro,  las  turbas  te  están  opri- 
miendo y  estrujando. 

46  Mas  Jesús  dijo  : 

— Alguien  me  tocó,  pues  yo  me  di 
cuenta  que  una  energía  lía  6alido 
de  mí 

47  Viendo  la  mujer  que  no  había 
pasado  inadvertida,  temblando  vino 
y,  postrándose  ante  El,  declaró  de- 
lante de  todo  el  pueblo  por  qué  mo- 
tivo le  había  tocado  y  cómo  instan- 
táneamente quedó  sana.  48  El  la  dijo: 

— Hija,  tu  fe  te  ha  salvado  ;  vete 
en  paz. 


Resurrección  de  la  hija  de  Jairo. 
8,  49-56  (  =  Mt.  9,  23-26  =Mc.  5,  35-43) 

49  Mientras  El  estaba  todavía  ha- 
blando, viene  uno  de  casa  del  jefe 
de  la  sinagoga,  diciendo  que 

— Ha  muerto  tu  hija  ;  no  moleste* 
ya  al  Maestro. 


60  Jesús,  habiéndolo  oído,  le  res- 
pondió : 

— No  temas,  cree  tan  solamente,  y 

será  salva. 

"  Y  habiendo  llegado  a  la  casa,  ne 
dejó  que  nadie  entrase  con  El,  sino 
Pedro  y  Juan  y  Santiago  y  el  padre 
de  la  niña  y  la  madre.  t2  Lloraban 
todos  y  la  plañían.  Mas  El  dijo  : 

—No  lloréis ;  no  murió,  sino  duerme. 

"Y  se  burlaban  de  El,  ciertos  co- 
mo estaban  de  que  había  muerto. 
M  El,  tomándola  de  la  mano,  alzó  la 
voz,  diciendo  : 

— Niña,  levántate. 

M  Y  tornó  a  ella  su  espíritu,  y  se 
levantó  al  instante.  Y  mandó  que  se 
le  diera  de  comer.  69  Y  quedaron  fue- 
ra de  sí  sus  padres  ;  pero  El  les  or- 
denó que  a  nadie  dijeran  lo  acae- 
cido. 


Misión  de  los  Doce.  9,  1-6  (=Mt.  9, 
35-38  ;  io,  1-5  =Mc.  6,  7-13) 

Q  1  Habiendo  convocado  los  doce 
apóstoles,  les  dió  poder  y  auto- 
ridad sobre  todos  los  demonios  y 
para  curar  enfermedades.  2  Y  los  en- 
vió a  predicar  el  reino  de  Dios  y  sa- 
I  nar  los  enfermos.  '  Y  les  dijo  : 


No  toméis  nada  para  el  camino, 

ni  bastón,  ni  alforja,  ni  pan,  ni  plata  ; 

y  que  no  tuviesen  dos  túnicas  de  recambio  ; 

4  y  en  la  casa  en  que  entrareis, 

allí  permaneced  y  de  allí  salid. 


44  La  franja  :  era  una  de  las  borlas  cosidas  en  las  extremidades  del  manto. 

46  Una  energía  ha  salido  de  mí  :  expresión  popular  y  pintoresca,  que  presenta  la 
virtud  de  hacer  milagros  como  si  fuera  un  fluido  que  saliese  del  cuerpo  de  Jesús. 
Es  lo  mismo  que  antes  ha  dicho  el  evangelista  (5,  17)  :  que  «el  poder  del  Señor 
estaba  en  él  para  sanar». 

48  Tü  fe  te  ha  salvado  :  como  siempre,  Jesús  mira  más  a  la  sinceridad  de  la  fe 
que  a  sus  imperfecciones. 

<»-«•  Esta  resurrección,  comparada  con  la  del  hijo  de  la  viuda  o  con  la  de  Lázaro, 
forma  un  tipo  de  narración  marcadamente  distinto,  que  desmiente  las  fantasías  de 
la  Formgeschichte.  En  vez  de  la  melancolía  y  las  hondas  emociones  de  Naím  o  de 
los  estremecimientos  y  lágrimas  de  Betania,  la  nota  dominante  en  la  actitud  de 
Jesús  es  aquí  cierta  amable  jovialidad,  que  da  a  la  narración  un  encanto  idílico, 
que  «puiifica»  la  lobreguez  del  ambiente  fúnebre.  Hay  que  leer  y  releer  reposada- 
mente la  deliciosa  narración  de  San  Lucas,  cuya  ingenua  sencillez  lleva  impreso 
el  sello  inconfundible  de  la  verdad.  Tales  narraciones  no  las  crea  la  fe  exaltada 
de  una  anónima  colectividad. 

Q  s  No  toméis...  y  que  no  tuviesen  :  este  cambio  de  segunda  en  tercera  persona  re- 
*7  vela  la  manera  como  San  Lucas  acoplaba  las  diversas  informaciones  que  recibía. 
De  ahí  resultaban  a  las  veces  algunas  incoherencias  gramaticales,  que  el  evange- 
lista dejaba  sin  afinar,  o  por  descuido  literario  o  por  escrupulosidad  histórica. 


9  5-12 


SAN  LUCAS 


g  13-19 


'  Y  cuando  quiera  que  algunos  no  os  acogieren, 

saliendo  de  aquella  ciudad,  sacudid  el  polvo  de  vuestros  pies 

para  testimonio  contra  ellos. 


*  Y  saliendo,  recorrían  aldea  por 
aldea,  evangelizando  y  curando  por 
doquiera. 

Desorientación  de  Herodes.  9,  7-9 
(=Mt.  14,  1-2  =Mc.  6,  14-16) 

'  Oyó  Herodes  el  tetrarca  todo  lo 
que  pasaba,  y  andaba  desorientado, 
ya  que  algunos  decían  que  Juan  ha- 
bía resucitado  de  entre  los  muertos  ; 
*  otros,  que  Elias  había  aparecido  ; 
otros,  que  había  resucitado  algún 
profeta  de  los  antiguos.  0  Dijo  Hero- 
des :  «A  Juan  yo  lo  decapité ;  ¿  quién 
es  éste,  de  quien  oigo  decir  tales  co- 
sas ?»  Y  buscaba  manera  de  verle. 

Primera  multiplicación  de  los  panes. 
9,  10-17  (=Mt.  14,  13-23  =Mc.  6,  30-46 
=  Jn.  6,  1-15) 

14  Y  habiendo  vuelto  los  apóstoles, 
le  refirieron  cuanto  habían  hecho  ; 
y  tomándolos  consigo,  se  retiró  a  so- 
las con  ellos  hacia  una  ciudad  lla- 
mada Betsaida.  11  Y  las  turbas,  al  sa- 
berlo, le  siguieron.  Y  acogiéndolos, 
les  hablaba  acerca  del  reino  de  Dios, 
y  a  los  que  tenían  necesidad  de  cu- 
ración los  sanaba.  12  El  día  comenzó 
a  declinar.  Y  llegándose  los  Doce,  le 
dijeron  : 

— Despide  a  la  turba,  para  que  yen-  1 


do  a  las  aldeas  y  cortijos  del  con- 
torno se  alberguen  y  hallen  provisio- 
nes, pues  aquí  estamos  en  un  lugar 
solitario. 
13  Díjoles  : 

— Dadles  de  comer  vosotros. 
Ellos  dijeron  : 

— No  tenemos  más  que  cinco  pa- 
nes y  dos  peces ;  si  ya  no  es  que 
vamos  nosotros  y  compramos  vitua- 
llas para  todo  este  pueblo. 

"Porque  eran  como  unos  cinco  mil 
hombres.  Y  dijo  a  sus  discípulos  : 

— Hacedlos  recostar  por  ranchos  así 
como  de  cincuenta  cada  uno. 

"Y  lo  hicieron  así,  y  los  hicieron 
recostar  a  todos.  M  Y  habiendo  toma- 
do los  cinco  panes  y  los  dos  peces, 
alzando  los  ojos  al  cielo,  los  bendi- 
jo y  partió,  y  los  iba  dando  a  los  dis- 
cípulos para  que  los  sirviesen  a  la 
turba.  "Y  comieron  y  se  saciaron  to- 
dos, y  se  recogió  lo  que  les  había 
sobrado  de  los  pedazos,  doce  canas- 
tos. 

Confesión  de  Pedro.  9,  18-20 
(  =  Mt.  16,  13-19  =Mc.  8,  27-29) 

18Y  aconteció  que,  estando  El  oran- 
do a  solas,  se  hallaban  con  El  los 
discípulos,  y  les  preguntó  diciendo  : 

— ¿  Quién  dicen  las  turbas  que  soy  ? 

10  Ellos,  respondiendo,  dijeron  : 

— Juan  el  Bautista  ;  otros,  Elias  ; 
otros,  que  algún  profeta  de  los  an- 
tiguos ha  resucitado. 


M  Es  repugnante  la  frivolidad  del  adúltero  asesino,  a  quien  mueye  más  la 
curiosidad  por  ver  a  Jesús  que  los  remordimientos  por  haber  decapitado  a  Juan. 

10-"  La  primera  multiplicación  de  los  panes  es  el  único  milagro  narrado  por  todos 
cuatro  evangelistas.  El  cotejo  de  esta  cuádruple  narración  es  altamente  instructivo. 
La  de  Mateo  es  concisa,  de  trazos  vigorosos ;  la  de  Marcos,  difusa  y  pintoresca ; 
la  de  Juan,  la  más  pormenorizada  y  dramática  ;  todas  tres  son  de  testigos  presen- 
ciales :  ninguna  depende  de  la  otra.  La  de  Lucas,  en  cambio,  templada,  culta,  re- 
dondeada, casi  estilizada,  presupone  una  larga  transmisión  oral  hecha  pot  na- 
rradores fieles  (Pablo,  Bernabé),  pero  que  no  fueron  testigos  del  hecho.  Con  estas 
discrepancias  literarias  contrasta  la  uniformidad  histórica  :  absoluta  identidad  sus- 
tancial con  variedades  accidentales.  Los  tres  testigos  directos,  tan  dispares  entre  sf, 
y  el  investigador  erudito  coinciden  plenamente  en  la  afirmación  del  hecho,  en  la 
consignación  del  milagro.  Una  particularidad  merece  subrayarse  :  desde  el  primer 
estadio  de  la  narración,  representado  por  Marcos,  hasta  el  último,  representado  por 
Lucas,  no  se  descubre  la  más  mínima  evolución  en  los  rasgos  o  elementos  milagrosos. 
Bastaba  este  solo  hecho,  constantemente  repetido  en  los  Evangelios,  para  desmentir 
todas  las  fantasías  evolucionistas 

a  Es  característico  de  San  Lucas  notar  la  oración  de  Jesús  antes  de  los  setos 
mís  trascendentales. 


—  152  — 


9  20-28 


SAN"  LUCAS 


9  23-30 


20  Díjoles  : 

— ¿  Y  vosotros  quién  decís  que  soy  ? 
Pedro,  respondiendo,  dijo  : 
— El  Mesías  de  Dios. 

Primer  anuncio  de  la  Pasión,  g,  21-22 
(  =  Mt.  16,  20-23  =Mc.  8,  30-33) 

n  Y  El,  con  órdenes  terminantes, 
les  mandó  que  a  nadie  dijeran  esto, 
a  diciendo  : 


— El  Hijo  del  hombre  tiene  que 
padecer  muchas  cosas  y  ser  desecha- 
do por  los  ancianos,  y  sumos  sacer- 
dotes, y  escribas,  y  ser  entregado  a 
la  muerte  y  al  tercer  día  resucitar. 


Necesidad  de  la  abnegación.  9,  23-27 
(  =  Mt.  16,  24-28  =Mc.  8,  34-39) 

23  Y  decía  a  todos  : 


Si  alguno  quiere  venir  en  pos  de  mí, 

niegúese  a  sí  mismo  y  tome  a  cuestas  su  cruz  cada  día  y  sígame. 

**  Porque  quien  quisiere  poner  a  salvo  su  vida,  la  perderá  ; 

mas  quien  perdiere  su  vida  por  mí,  éste  la  salvará. 

26  Pues  ¿  qué  provecho  saca  el  hombre  ganando  el  mundo  entero, 

pero  perdiéndose  o  perjudicándose  a  sí  mismo  ? 

M  Porque  quien  se  avergonzare  de  mí  y  de  mis  palabras, 

de  él  se  avergonzará  el  Hijo  del  hombre 

cuando  viniere  en  su  gloria  y  en  la  de  su  Padre  y  de  los  santos  ángeles. 

"Yos  digo  de  verdad  :  hay  algunos  de  los  que  aquí  están 

que  no  gustarán  la  muerte  sin  que  antes  vean  el  reino  de  Dios. 


Transfiguración  de  Jesiís.  9,  28-36 
(  =  Mt.  17,  1-13  =  Mc.  9,  1-12) 

*  Y  aconteció  después  de  estos  ra-  | 
zonamientos,  como  unos  ocho  días,  1 
que,  habiendo  tomado  consigo  a  Pe-  i 


dro  y  Juan  y  Santiago,  subió  al  mon- 
te para  orar.  a  Y  mientras  estaba 
orando,  el  aspecto  de  su  rostro  se 
demudó  y  sus  vestidos  adquirieron 
una  blancura  relampagueante.  30  Y  he 
aquí  que  dos  varones  hablaban  con 
El,  los  cuales  eran  Moisés  y  Elias, 


*>  El  Mesías  :  sobre  la  mesianidad  de  Jesús  recaía  directamente  la  confesión  de 
Pedro.  El  silencio  de  San  Lucas  sobre  la  promesa  del  primado  hecha  a  San  Pedro 
se  explica  sin  dificultad,  sin  que  este  silencio  comprometa  en  lo  más  mínimo  la 
historicidad  del  hecho.  Primeramente,  la  terminante  prohibición  de  Jesús,  que  sigue 
inmediatamente,  comprende  también  la  promesa  del  primado,  que  no  podía  descu- 
brirse sin  revelar  la  mesianidad  de  Jesús.  El  conocimiento  del  hecho  no  salió,  por 
tanto,  del  círculo  de  los  Doce.  En  segundo  lugar,  es  muy  natural  que  Pedro,  por 
modestia,  al  constituir  la  catequesis  oral,  callase  lo  que  redundaba  en  propia  ala- 
banza. Según  esto,  San  Lucas  no  pudo  conocer  el  hecho  de  la  promesa,  ni  por  la 
catequesis  oral,  que  no  la  contenía,  ni  por  otros  informadores,  que,  fuera  de  los 
Doce,  tampoco  la  conocían.  Por  fin,  cuando  se  escribió  el  tercer  Evangelio,  después 
del  año  60,  hacía  ya  más  de  treinta  años  que  Pedro  actuaba  como  jefe  supremo  de 
la  Iglesia.  Convencidos  todos  de  que  esta  autoridad  la  había  Pedro  recibido  del 
Maestro,  no  se  preocupaban  por  saber  cómo  y  cuándo  la  había  recibido.  Es  lo  que 
6iempre  acaece  en  casos  semejantes.  Providencialmente,  San  Mateo,  en  consonancia 
con  el  carácter  eclesiológico  de  su  Evangelio,  reveló  el  hecho  a  la  posteridad,  a 
quien  tanto  había  de  interesar. 

a  A  la  declaración  de  la  mesianidad  sigue  el  primer  anuncio  explícito  de  ta 
pasión.  El  Ungido  de  Dios  había  de  ser  no  solamente  Rey  y  Maestro,  sino  también 
Sacerdote  y  Redentor,  que  con  su  sangre  había  de  rescatar  y  pacificar  el  reino 
de  Dios. 

23  Cada  día  :   pormenor  interesante,  conservado  por  San  Lucas. 

17  Esta  declaración,  al  referirse,  probablemente,  a  lo  que  sigue,  caracteriza  la 
transfiguración  como  una  manifestación  del  reino  de  Dios. 

Esta  narración  de  San  Lucas  es  más  completa  y  más  profunda  que  las  pa- 
ralelas de  San  Mateo  y  San  Marcos,  a  las  cuales  añade  interesantes  pormenores. 
El  tiempo,  respecto  de  lo  que  precede,  fué  como  unos  ocho  días  después.  La  blan- 
cura de  los  vestidos  era  relampagueante.  De  los  discípulos  se  dice  que,  dormidos 
primero,   despertados  después,   vieron  la  gloria  de  Jesús.   Según   San  Lucas,  ss 


—  153  — 


9  31-39 


SAN  LUCAS 


9  40-48 


que ,  apareciendo  circundados  de 
gloria,  trataban  del  tránsito  de  Je- 
sús, que  El  iba  a  realizar  en  Jerusa- 
lén.  s-  Pedro  y  sus  compañeros  esta- 
ban cargados  de  sueño  ;  mas  desper- 
tando a  la  mitad  de  su  sueño,  vie- 
ron la  gloria  de  Jesús  y  a  los  dos 
varones  que  con  El  estaban.  83  Y  acón, 
teció  que,  al  retirarse  ellos  de  El, 
dijo  Pedro  a  Jesús  : 

—Maestro,  linda  cosa  es  estarnos 
aquí,  y  vamos  a  hacer  tres  tiendas  : 
una  para  ti,  una  para  Moisés  y  una 
para  Elias. 

No  sabiendo  lo  que  se  decía.  04  Y 
habiendo  él  dicho  esto,  se  formó  una 
nube  y  los  cubría,  v  se  llenaron  de 
miedo  al  entrar  en  la  nube.  "Y  se 
dejó  oír  una  voz  de  la  nube,  que 
decía  : 

—Este  es  mi  Hijo,  el  elegido  :  es- 
cuchadle. 

86  Y  al  dejarse  oír  la  voz  se  halló 
Jesús  solo.  Y  ellos  se  callaron,  y  a 
nadie  por  aquellos  días  contaron  na- 
da de  lo  que  habían  visto. 


El  niño  lunático,  g,  37-43  (  =  Mt.  17, 
14-20  =Mc.  9,  13-28) 

*'  Y  aconteció  al  día  siguiente  que, 
habiendo  ellos  bajado  del  monte,  vi- 
no al  encuentro  de  El  gran  muche- 
dumbre. 88  Y  de  pronto  un  hombre 
de  entre  la  turba  se  puso  a  dar  vo- 
ces, diciendo  : 

— Maestro,  te  ruego  que  mires  a 
este  hijo  mío,  porque  es  el  único  que 
tengo,  **  y  mira,  se  apodera  de  él  un 
espíritu,  y  en  seguida  grita,  y  le  re- 
tuerce entre  espumarajos,  y  a  duras 
penas  se  va  de  él,  dejándole  magu- 


llado 40  Y  rogué  a  tus  discípulos  que 
lo  echasen,  y  no  pudieron. 
"  Respondiendo  Jesús,  dijo  : 
— ¡  Oh  generación  incrédula  y  per- 
versa !,  ¿  hasta  cuándo  estaré  con  vos. 
otros  y  os  soportaré?  Trae  acá  tu 
hijo. 

*  Y  al  tiempo  mismo  en  que  El  se 
acercaba,  le  estrelló  el  demonio  con- 
tra el  suelo  y  le  dió  una  violenta  sa- 
cudida ;  mas  Jesús  habló  imperiosa, 
mente  al  espíritu  inmundo,  y  sanó 
f'  7nin°  y  se  lo  entregó  a  su  padre. 

Y  todos  quedaban  atónitos  ante  la 
grandeza  de  Dios. 


Nuevo  anuncio  de  la  pasión.  9,  43-45 
(  =  Mt.  17,  21-22  =Mc.  9,  29-31) 

Y  maravillándose  todos  por  todas 
las  cosas  que  hacía,  dijo  a  sus  dis- 
cípulos : 

44 —  Poned  vosotros  en  vuestros  oí- 
dos estas  palabras,  porque  el  Hijo 
del  hombre  va  a  ser  entregado  en 
las  manos  de  los  hombres. 

40  Y  ellos  no  entendían  esta  pala- 
bra, y  estaba  cubierta  con  un  velo 
para  ellos,  de  suerte  que  no  alcan- 
zaban su  sentido  ;  y  tenían  miedo 
de  preguntarle  sobre  esta  palabra. 

El  mayor.  9,  46-48  (  =  Mt.  18,  1-5 
=  Mc.  9,  32-36) 

4*  Y  entró  en  ellos  un  pensamien- 
to sobre  quién  de  ellos  sería  el  ma- 
yor. 47  Mas  Jesús,  conociendo  el  pen- 
samiento de  su  corazón,  tomando  por 
la  mano  un  niño,  lo  puso  cabe  sí, 
48  y  dijo  a  ellos  : 


llenaron  de  miedo  al  entrar  en  la  nube  ;  según  San  Marcos,  ya  antes  estaban 
espantados  ;  según  San  Mateo,  al  oír  la  voz  de  la  nube  se  atemorizaron  sobremanera. 
Pero  los  dos  rasgos  propios  de  San  Lucas  más  importantes  son  la  oración  de 
Jesús,  dos  veces  mencionada,  y  el  tránsito  de  Jesús,  que  El  había  de  realizar  en 
Terusalén  :  oración  transfigurante,  transfiguración  de  gloria  contrapuesta  a  otra 
transfiguración  de  dolor. 

81  Al  día  siguiente  :  este  rasgo,  unido  a  otros,  da  a  entender  que  la  transfigu- 
ración fué  durante  la  noche. 

*8-u  Esta  narración,  no  obstante  su  brevedad,  ha  conservado  dos  rasgos  profun- 
damente humanos,  muy  característicos  de  San  Lucas.  Al  principio  el  padre  del  niño 
ruega  por  él,  porque,  dice,  es  el  único  que  tengo.  Al  fin  Jesús,  después  de  sanarle, 

BE  LO   ENTREGÓ   A   SU  PADRE. 

48-46  xres  rasgos  propios  presenta  en  San  Lucas  este  anuncio  de  la  pasión  :  los 
antecedentes  de  gloria  (43),  el  toque  de  atención  que  lo  prepara  (44),  la  negrura 
de  tintas  con  que  se  pinta  la  inverosímil  incomprensión  de  los  discípulos  (45). 

*6"4"  En  los  discípulos,  tras  la  incomprensión,  las  rivalidades  ambiciosas ;  sobre 
el  fondo  de  esas  mezquindades  resalta  en  Jesús  la  divina  alteza  de  sus  pensa- 
mientos y  la  inefable  mansedumbre  de  su  Corazón. 


—  T5-l  — 


9  49-34 


SAN'  LILAS 


9  55-60 


Quien  recibiere  a  este  niño  en  mi  nombre,  a  mí  me  recibe ; 

y  quien  a  mí  me  recibiere,  recibe  al  que  me  envió. 

Porque  el  que  es  más  pequeño  entre  vosotros,  éste  es  grande. 


El  exorcista  extraño,  g,  49-50 
(  =  Mc.  9,  37-4°) 

*  Tomando  Juan  la  palabra,  dijo  : 
— Maestro,  vimos  a  uno  lanzando 
demonios  en  tu  nombre  y  se  lo  es- 
torbamos, pues  no  anda  con  nosotros. 
60  Díjole  Jesús  : 

— No  se  lo  estorbéis,  pues  quien 
no  está  con  vosotros,  por  vosotros 
está. 


En  Samaría:  mala  acogida  de  los 
samaritanos.  9,  51-56 

"  Y  aconteció  que,  cuando  se  cum- 
plían los  días  de  su  partida  de  este 
mundo,  tomó  Jesús  la  firme  resolu- 
ción de  encaminarse  a  Jerusalén.^ 61 Y 
envió  mensajeros  delante  de  sí.  Y 
puestos  en  camino,  entraron  en  una 
aldea  de  samaritanos  para  disponer- 
le alojamiento.  65  Y  no  le  acogieron, 
porque  su  aspecto  era  de  quien  iba 
a  Jerusalén.  M  Viéndolo  los  discípu- 
los Santiago  y  Juan,  dijeron  : 

— Señor,  ¿  quieres  que  digamos  que 
baje  fuego  del  cielo  y  los  consuma  ? 


66  Vuelto  a  ellos,  les  reprendió,  di 

ciendo  : 

— No  sabéis  a  qué  espíritu  perte- 
necéis ;  64  porque  el  Hijo  del  hom- 
bre no  vino  a  perder  las  almas  de 
los  hombres,  sino  a  salvarlas. 

Y  se  marcharon  a  otra  aldea. 


Vocación  de  tres  discípulos.  9,  57-62 
(=Mt.  8,  18-22) 

61  Y  mientras  iban  de  camino,  dí- 
jole uno  : 

— Te  seguiré  adondequiera  que  par- 
tas. 

68  Y  le  dijo  Jesús  : 

— Las  zorras  tienen  madrigueras, 
y  las  aves  del  cielo  mansiones  ;  mas 
el  Hijo  del  hombre  no  tiene  donde 
reclinar  la  cabeza. 

59  Y  dijo  a  otro  : 
— Sigúeme. 
Mas  él  dijo  : 

— Señor,  permíteme  que  primero 
vaya  yo  a  enterrar  a  mi  padre. 

60  Pero  le  dijo  : 

— Deja  los  muertos  enterrar  a  sus 
muertos  ;  pero  tú  marcha  a  anunciar 
el  reino  de  Dios. 


«»-so  Nuevo  contraste  entre  la  mezquindad  de  los  discípulos  y  la  amplitud  de 
miras  del  Maestro.  Quien  no  estA  contra  vosotros,  por  vosotros  está  :  esta  sen- 
tencia, confrontada  con  la  otra  :  cQuien  no  está  conmigo,  contra  mí  está»  (11,  23), 
muestra  que,  según  las  circunstancias,  para  estar  con  alguno  y  declararse  por  él, 
unas  veces  será  necesario  ponerse  a  su  lado,  otras  bastará  no  situarse  frente  a  él. 

a  Sv  partida...  :  literalmente  «su  asunción»,  término  equivalente  a  «tránsi- 
to» (9,  31).  ||  Tomó  la  firme  resolución:  literalmente  «afirmó  (=puso  firme)  su 
rostro».  Estas  dos  expresiones  insólitas  y  solemnes  indican  que  en  los  planes  de 
Jesús  el  largo  viaje  que  emprende  tiene  algo  de  definitivo  :  va  a  morir. 

62  Envió  mensajeros  :  esta  circunstancia  y  otras  que  siguen  prueban  que  este 
viaje  no  pudo  ser  el  que  hizo  de  incógnito  a  la  fiesta  de  los  Tabernáculos  (Jn.  7,  10), 
que  además  distaba  mucho  de  la  Pascua  siguiente.  Hubo  de  ser,  por  tanto,  el  que 
hizo  a  la  fiesta  de  las  Encenias  (Jn.  10,  22).  Los  tres  meses  que  faltan  aún  para 
la  Pascua  se  llenan  bien  con  los  episodios  narrados  en  los  diez  capítulos  siguientes. 

w  üue  baje  fuego  del  cielo...  :  alusión  al  hecho  de  Elias  (2  Re.  1,  1014).  La 
mayoría  de  los  códices  añaden  :  «Como  también  lo  hizo  Elias»  ;  pero  semejante 
adición  suena  a  glosa. 

No  sabéis...  :  esta  bellísima  sentencia  del  Maestro  omítenla  generalmente  los 
críticos.  Es  cierto  que  la  utilizó  Marción  para  probar  la  antítesis  entre  el  Antiguo 
r  el  Nuevo  Testamento ;  pero  es  más  verosímil  que  por  esto  la  suprimiesen  algunos 
meticulosos  que  no  que  la  inventase  Marción  descarada  y  tontamente,  cuando  tan 
fácil  era  convencerle  de  superchería. 

"-**  Las  dos  primeras  de  estas  vocaciones  las  sitúa  San  Mateo  en  otro  contexto  ; 
ta  tercera  es  propia  de  San  Lucas.  De  ahí  que  su  cronología  es  algo  insegura.  Pero 
más  que  la  cronología  interesan  las  tres  sentencias  del  Maestro,  dignas  de  seria 
reflexión  para  todos  los  que  se  sientan  llamados  a  la  vida  apostólica. 


—  155  — 


9  61-62 


SAN  LUCAS 


10  1-16 


"  Dijo  también  otro  : 

— Te  seguiré,  Señor  ;  mas  prime- 
ro permíteme  irme  a  despedir  de  los 
de  mi  casa. 

"  Pero  le  dijo  Jesús  : 

— Nadie  que  ha  puesto  su  mano  en 
el  arado  y  mira  hacia  atrás  es  a  pro- 
pósito para  el  reino  de  Dios. 


En  la  Perca:  misión  de  los  setenta 
y  dos  discípulos,  io,  1-12 

1Q  1  Y  tras  esto  designó  el  Señor 
también  a  otros  setenta  y  dos, 
y  Jos  envió  de  dos  en  dos  delante  de 
sí  a  toda  ciudad  y  lugar  a  donde  El 
había  de  ir.  2  Y  les  decía  : 


La  mies  es  mucha,  y  los  obreros,  pocos  ; 

rogad,  pues,  al  Señor  de  la  mies  que  mande  obreros  a  su  mies. 
'  Id  ;  mirad  que  os  envío  como  corderos  en  medio  de  lobos. 

*  No  llevéis  bolsa,  ni  alforja,  ni  zapatos, 
y  a  nadie  saludéis  por  el  camino. 

Y  en  la  casa  en  que  entrareis,  primero  decid  :  tPaz  a  esta  casa.» 

*  Y  si  allí  hubiere  un  hijo  de  paz, 
reposará  sobre  él  vuestra  paz  ; 

si  no,  retornará  sobre  vosotros. 
'  Y  en  esa  misma  casa  quedaos, 
comiendo  y  bebiendo  de  lo  que  allí  hubiere, 
porque  digno  es  el  obrero  de  su  salario. 
No  os  paséis  de  una  casa  a  otra. 

8  Y  en  cualquiera  ciudad  en  que  entrareis  y  os  recibieren, 

comed  lo  que  os  presenten, 

'  curad  a  los  enfermos  que  hubiere  en  ella, 

y  decidles  :  «Está  ya  cerca  de  vosotros  el  reino  de  Dios.» 

ío  Y  en  la  ciudad  en  qne  entrareis  y  no  os  recibieren, 

saliendo  a  sus  plazas,  decid  : 

a  «Hasta  el  polvo  que  se  nos  ha  pegado  de  vuestra  ciudad  a  nuestros  piet 

lo  sacudimos  sobre  vosotros  ; 

sabed,  empero,  que  está  cerca  el  reino  de  Dios.» 

"  Os  aseguro  que  en  aquel  día 

se  usará  menos  rigor  con  Sodoma  que  con  aquella  ciudad. 


Reproches  a  las  ciudades  incrédulas.  10,  13-16  (  =  Mt.  11,  20-24) 

u  |  Ay  de  ti,  Corozaín  !  j  Ay  de  ti,  Betsaida ! 

Que  si  en  Tiro  y  Sidón  hubieran  sido  hechos 

los  prodigios  obrados  en  vosotras, 

tiempo  habría  que  en  cilicio  y  ceniza, 

sentados  en  el  suelo,  hubieran  hecho  penitencia. 

"  Pues  bien,  con  Tiro  y  con  Sidón 

se  usará  menos  rigor  en  el  juicio  que  con  vosotras. 

"Y  tu,  Cafarnaúm,  ¿por  ventura  serás  exaltada  hasta  el  ctelof 

Hasta  el  infierno  serás  hundida  (Is.  14,  13-15). 

M  El  que  a  vosotros  oye,  a  mí  me  oye  ; 

y  el  que  a  vosotros  desecha,  a  mí  me  desecha  : 

pero  el  que  a  mí  me  desecha,  desecha  al  que  me  envió. 


-I  A  1"12  Hace  el  Maestro  a  los  setenta  y  dos  discípulos  sustancialmente  las  mismas 
J.V  recomendaciones  hechas  anteriormente  a  los  doce  apóstoles  (9,  1-6).  Debemos  a 
la  diligencia  de  San  Lucas  este  y  tantos  otros  episodios,  omitidos  por  San  Mateo  y 
San  Marcos  por  ser  en  gran  parte  una  repetición  hecha  como  de  pasada  de  lo 
mismo  que  de  asiento  habla  hecho  Jesús  en  Galilea. 

No  es  del  todo  segura  la  cronología  de  estas  querellas  de  Jesús,  situada» 
por  San  Mateo  (n,  21-23)  en  otro  contexto.  Varios  indicios,  empero,  parecen  dar 
mayor  probabilidad  a  la  cronología  de  San  Mateo.  Como  el  v.  16  lógicamente  se 
enlaza  con  el  12,  resulta  que  los  w.  13-15  son  un  paréntesis  motivado  por  la  men- 
ción de  Sodoma. 


-156- 


10  i7"26 


SAN  LUCAS 


10  27-28 


Vuelta  de  los  discípulos,  io,  17-20 

"  Volvieron  los  setenta  y  dos  muy  contentos,  diciendo  : 
— Señor,  hasta  los  demonios  se  nos  someten  en  tu  nombre. 
18  Díjoles  : 

Contemplaba  yo  a  Satanás  caer  del  cielo  como  un  rayo. 

"  Ved  que  os  he  dado  potestad  de  caminar  sobre  serpientes  y  escorpiones 

y  contra  toda  la  potencia  del  enemigo,  y  nada  podrá  dañaros  ; 

"  mas  no  os  gocéis  en  eso,  que  los  espíritus  se  os  someten  ; 

sino  gózaos  de  que  vuestros  nombres  están  escritos  en  los  cielos. 


Júbilos  del  Corazón  de  Jesús.  10,  21-24  (  =  Mt.  11,  25-30  ;  13,  16-17) 

*  En  aquella  hora  se  estremeció  de  gozo  en  el  Espíritu  Santo  y  dijo  : 

Bendígote,  Padre,  Señor  del  cielo  y  de  la  tierra, 
porque  encubriste  esas  cosas  a  los  sabios  y  prudentes 
y  las  descubriste  a  los  pequeñuelos. 

Bien,  Padre,  que  así  ha  parecido  bien  en  tu  acatamiento. 

22  Todas  las  cosas  me  fueron  entregadas  por  mi  Padre, 

y  ninguno  conoce  quién  es  el  Hijo  sino  el  Padre, 

y  quién  es  el  Padre  sino  el  Hijo 

y  aquel  a  quien  quisiere  el  Hijo  revelarlo. 

■  Y  vuelto  a  los  discípulos  en  particular,  les  dijo  : 

Dichosos  los  ojos  que  ven  lo  que  veis. 
M  Porque  os  digo  que  muchos  profetas  y  reyes 
quisieron  ver  lo  que  veis,  y  no  lo  vieron, 
y  oír  lo  que  oís,  y  no  lo  oyeron. 


Junto  a  Jericó:  parábola  del  buen 
samaritano.  10,  25-37 

*  Y  he  aquí  que  un  legista  se  le- 
vantó, y  con  el  fin  de  tentarle  dijo  : 

— Maestro,  ¿  qué  haré  para  entrar 
en  posesión  de  la  vida  eterna  ? 

x  El  le  dijo  : 


—En  la  Ley,  ¿qué  está  escrito? 
¿  Cómo  lees  ? 

*  El,  respondiendo,  dijo  : 

— «Amaras  al  Señor  Dios  tuyo  de 
todo  tu  corazón,  y  con  toda  tu  alma, 
y  con  toda  tu  fuerza,  y  con  toda  tu 
mente»,  y  «a  tu  prójimo  como  a  ti 
mismo»  (Dt.  6,  5  ;  Lev.  19,  18). 

a  Díjole  : 


18  Las  palabras  del  Maestro  no  deben  Interpretarse  como  un  frenazo  a  la  so- 
berbia o  vanagloria  de  los  discípulos  (que  no  asoma  por  ningún  lado),  sino  una 
revelación  del  sentido  profundo  encerrado  en  la  sujeción  de  los  demonios  al  nombre 
de  Jesús  :  la  victoria  de  Cristo  sobre  Satanás. 

ai-M  De  las  tres  estrofas  de  que  constan  estos  Júbilos  en  San  Mateo  (11,  25-30}, 
San  Lucas  conserva  las  dos  primeras  :  la  doxología  al  Padre  y  la  revelación  de  bu 
propia  divinidad ;  la  amorosa  invitación,  que  forma  la  tercera  estrofa,  la  omite. 
Además  de  esta  omisión,  son  propios  de  San  Lucas  el  preludio  (21),  expresión  del 
gozo  de  Jesús  en  el  Espíritu  Santo,  y  el  epilogo  (23-24),  declaración  de  la  bienaven- 
turanza de  los  que  le  ven  y  le  oyen. 

as-2»  Este  vivo  diálogo  está  matizado  de  finísima  ironía.  El  incauto  legista  queda 
envuelto  en  la  misma  red  en  que  él  quería  envolver  al  Maestro  :  él  mismo  hubo 
de  responder,  y  muy  bien,  a  su  inconsiderada  pregunta.  Para  sincerarse  de  haber 
preguntado  inútilmente,  sale  con  otra  pregunta  más  ociosa  todavía,  pero  que  da 
pie  al  Maestro  para  la  maravillosa  parábola  del  buen  samaritano. 


—  157  — 


10  29-36 


SAN  LUCAS 


10  37-12 


— Muy  bien  respondiste  :  «Haz  es- 
to y  vivirás»  (Lev.  i8,  5). 

28  El,  queriendo  justificarse,  dijo  a 
Jesús  : 

— Y  ¿quién  es  mi  prójimo? 
80  Tomando  la  mano  Jesús,  dijo  : 
— Bajaba  un  hombre  de  Jerusalén 
a  Jericó  y  cayó  en  manos  de  saltea- 
dores,^ los  cuales  le  despojaron,  y 
después  de  cargarle  de  heridas  se 
marcharon,  dejándole  medio  muer- 
to. 31  Por  casualidad,  un  sacerdote 
bajaba  por  el  mismo  camino,  y  ha- 
biéndole visto,  dió  un  rodeo  y  pasó 
de  largo.  82De  la  misma  manera  tam- 
bién un  levita,  habiendo  venido  por 
aquel  lugar  y  vístole,  dió  un  rodeo 
y  pasó  de  largo.  83  Pero  un  samari- 
tano que  iba  de  viaje  llegó  cerca  de 
él,  y  así  que  le  vió  se  le  enterneció 
el  corazón,  34  y  llegándose,  le  vendó 
las  heridas  después  de  echar  en  ellas 
aceite  y  vino  ;  y  colocándole  encima 
de  su  propio  jumento,  le  llevó  a  la 
hospedería  y  le  cuidó.  85  Y  al  día  si- 
guiente, sacando  dos  denarios,  los 
dió  al  hospedero,  y  le  dijo  :  «Cuída- 
le, y  lo  que  gastares  de  más,  a  mi 
vuelta  yo  te  lo  abonaré.»  30  ¿Quién 
de_  estos  tres  te  parece  haber  sido 
prójimo  del  que  cayó  en  manos  de 
los  salteadores  ? 


37  El  dijo  : 

—El  que  usó  de  misericordia  con  él. 
Díjole  Jesús  : 

—Anda  y  haz  tú  de  la  misma  ma. 
ñera. 


En  Betania:  Marta  y  María,  io,  38-41 

38  Mientras  iban  de  camino,  entró 
El  en  cierta  aldea,  y  una  mujer,  por 
nombre  Marta,  le  dió  hospedaje  en 
su  casa.  "  Esta  tenía  una  hermana 
llamada  María,  la  cual,  sentada  a  los 
pies  del  Señor,  escuchaba  sus  pala- 
bras. 40  Pero  Marta  andaba  muy  afa- 
nada con  los  muchos  quehaceres  del 
servicio.  Y  presentándose,  dijo  : 

— Señor,  ¿  nada  te  importa  que  mi 
hermana  me  haya  dejado  sola  con 
todo  el  servicio  ?  Dile,  pues,  que  ven- 
ga a  ayudarme. 

"Y  respondiendo,  le  dijo  el  Señor: 

— Marta,  Marta,  te  inquietas  y  te 
azoras  atendiendo  a  tantas  cosas, 
12  cuando  una  sola  es  necesaria  ;  con 
razón  María  escogió  para  sí  la  me- 
jor parte,  la  cual  no  le  será  quitada. 


30  Jericó:  la  costumbre  de  Jesús  de  aludir  en  su  enseñanza  a  las  circunstancias 

permite  suponer  fundadamente  que  el  encuentro  con  el  legista  fué  no  lejos  de  Jericó. 
Con  esto  la  parábola  resulta  más  real. 

33  Un  samaritano  :  nada  tan  humillante  para  un  presumido  legista  como  tener  que 
recibir  lecciones  de  un  aborrecido  samaritano.  Es  el  colmo  de  la  humillación  para 
el  legista,  y  el  colmo  de  la  habilidad  en  el  Maestro. 

86  Otra  vez  obliga  el  Maestro  al  legista  a  que  él  mismo  responda  a  su  atolon- 
drada pregunta. 

37  Et.  que  usó  djí  misericordia  :  con  este  rodeo  tiene  que  confesar  el  legista  que 
uno  cuyo  nombre  abominable  no  puede  pronunciar  es  el  que  le  ha  enseñado  lo  que 
é'  no  sabía  o  fingía  no  saber.  Las  últimas  palabras  del  Maestro  :  «Haz  lo  que  te 
ha  enseñado  un  samaritano»,  hubieran  enfurecido  al  legista  si  la  humillación  no  le 
tuviera  anonadado. 

AVendido  sólo  su  sentido  obvio,  ya  la  parábola  resulta  intencionadísima.  ¿  Tuvo 
además  otra  intención  más  honda?  No  hacía  mucho,  los  judíos,  creyendo  denigrar 
a  Jesús  con  el  ultraje  más  afrentoso,  le  llamaron  samaritano  (Jn.  8,  48).  ¿Aludió 
ahora  Jesús  a  este  ultraje?  No  es  nada  inverosímil.  Y  si  así  es,  la  parábola  no 
es  ya  solamente  una  lección  de  misericordia  con  el  prójimo,  sino  también  una 
imagen  de  la  inefable  misericordia  con  que  el  Redentor  dió  a  la  humanidad,  mor- 
talmente  herida,  el  remedio  que  los  sacerdotes  y  levitas  no  habían  sabido  darle. 

•>  La  aldea  de  que  se  habla  es  Betania,  distante  de  Jerusalén  unos  dos  kilóme- 
tros. Con  esta  indicación  es  posible  reconstruir  el  probable  itinerario  de  Jesús. 
Quiso  pasar  por  Samaría  ;  pero,  rechazado  por  los  samaritanos,  tomó  el  camino 
de  la  Perea,  pasó  el  río  cerca  de  Jetlcó,  y  se  halla  ya  a  las  puertas  de  Jerusalén. 

SB-'2  Esta  íntima  escena  de  familia  es  un  sedante  de  las  inquietudes  y  azora- 
mientos  humanos.  ¡Si  los  hombres  cayesen  finalmente  en  la  cuenta  de  que  db 
una  sola  cosa  hav  necesidad,  y  que  esta  cosa  necesaria  es  la  mejor  parte,  y  que 
esta  porción  escogida  no  le  será  quitada  al  que  una  vez  la  alcanzare !  Es  proverbial 
entre  los  escritores  ascéticos  considerar  a  Marta  como  tipo  de  la  vida  activa  y  a 
María  como  tipo  de  la  vida  contemplativa.  La  tan  discutida  identificación  de  María 
la  hermana  de  Marta  con  la  Magdalena  y  la  anónima  pecadora  no  ofrece  6erias 
dificultades,  que  no  logran  desvanecer  la  impresión  de  que  con  diferentes  nombres 
o  sin  nombre  se  habla  de  una  misma  persona  fuertemente  caracterizada. 


ni 


SAN  LUCAS 


11  213 


En  el  monte  de  las  Olivas:  modo  de 
orar  y  eficacia  de  la  oración,  n,  1-13 

i  i  1  Y  aconteció  que  estando  El 
■LJ-   en  cierto  lugar  orando,  como 


hubo  acabado,  le  dijo  uno  de  sus  dis- 
cípulos : 

— Señor,  enséñanos  a  orar,  lo  mis- 
mo que  Juan  enseñó  a  sus  discípulos. 
2  Díjoles  : 


Cuando  os  pongáis  a  orar,  decid  : 
«Padre,  sea  santificado  tu  nombre  ; 
venga  tu  reino  ; 

I  el  pan  de  nuestra  subsistencia  dánoslo  cada  día  ; 
4  y  perdónanos  nuestros  pecados, 

porque  también  nosotros  perdonamos  a  todo  el  que  nos  debe  ; 
y  no  nos  metas  en  la  tentación.» 

•  Y  les  dijo  : 

¿Quién  habrá  de  vosotros  que  tenga  un  amigo, 
V  le  viene  éste  a  media  noche  y  le  dice  : 
«Amigo,  préstame  tres  panes, 

*  porque  un  amigo  mío  llegó  de  viaje  a  mi  casa 
y  no  tengo  que  presentarle»  ; 

'  y  él,  desde  dentro  respondiendo  dice  : 
«No  me  des  fastidio  ;  ya  la  puerta  se  ha  cerrado, 
y  mis  muchachos,  lo  mismo  que  yo,  están  en  cama  ; 
no  puedo  levantarme  para  dártelos»... 

8  Os  digo  que  si  no  se  levanta  y  se  los  da  por  ser  su  amigo, 

a  lo  menos  por  su  desvergüenza  se  levantará  y  le  dará  cuantos  necesite. 

"  Y  yo  os  digo  :  Pedid,  y  se  os  dará  ; 

buscad,  y  hallaréis  ; 

llamad  a  golpes,  y  se  os  abrirá  ; 

10  porque  todo  el  que  pide  recibe, 
y  el  que  busca  halla, 

y  al  que  llama  a  golpes,  se  le  abre. 

II  Y  ¿  a  quién  de  vosotros,  que  sea  padre, 
le  pedirá  su  hijo  un  pan..., 

por  ventura  le  dará  una  piedra  ? 
O  también  un  pescado..., 

¿por  ventura  en  vez  de  pescado  le  dará  una  serpiente  ? 

11  O  si  le  pide  un  huevo, 

¿  por  ventura  le  dará  un  escorpión  ? 

™  Si,  pues,  vosotros,  malos  como  sois, 

sabéis  dar  buenos  regalos  a  vuestros  hijos, 

¿  cuánto  más  vuestro  Padre  celestial  dará  desde  el  cielo 

el  Espíritu  Santo  a  los  que  se  lo  pidieren  ? 


-J  -J  1  En  cierto  lugar  :  la  iglesia  iPater  noster»,  existente  en  el  monte  Olívete,  se- 
ñala  el  lugar  tradicional  en  que  Jesús,  en  esta  ocasión,  enseñó  la  oración  domi- 
nical. Jesús  ha  llegado  a  Jerusalén  para  celebrar  la  fiesta  de  la  Dedicación.  ||  Uno 
de  los  discípulos  :  debió  de  ser  uno  que  no  había  oído  el  sermón  del  monte,  en 
que  ya  el  Maestro  había  enseñado  su  oración. 

La  fórmula  conservada  por  San  Lucas  es  más  breve  que  la  transmitida  por 
San  Mateo  (6,  9-13).  La  mayor  brevedad  puede  explicarse  de  dos  maneras  :  o  porque 
el  Maestro,  sin  atarse  a  una  fórmula  fija,  la  dió  aquí  más  breve,  o  porque  el  evan- 
gelista o  el  informador  que  se  la  comunicó  quisieron  dar  la  sustancia  más  bien  que 
la  fórmula  precisa. 

^u  La  estructura  de  asta  instrucción  es  muy  original.  Consta  de  dos  parábolas, 
seguidas  de  sus  correspondientes  moralejas.  En  la  primera,  la  imagen  parabólica 
comienza  por  una  interrogación  inacabada  (5-7),  equivalente  a  una  condicional,  y 
termina  con  una  afirmación  (8).  En  la  segunda,  la  imagen  se  compone  de  una 
serie  de  interrogaciones  mixtas  o  heterogéneas  (11-12),  resumidas  luego  en  una  con- 
dicional (13  a).  La  interrogación  y  la  condicional,  fundidas  en  la  primera,  se  di- 
socian en  la  segunda.  Es  notable  también  que  ambas  parábolas  están  concebidas  en 
segunda  persona.  La  palabra  del  Maestro,  popular,  movida  y  pintoresca,  sería,  sin 


11  14-27 


SAN  LUCAS 


11  16-28 


Lanza  Jesús  un  demonio  mudo: 
calumnia  de  sus  adversarios,  n,  14-23 

11  Y  lanzaba  un  demonio  y  éste  era 
mudo.  Y  sucedió  que,  salido  el  de- 
monio, habló  el  mudo  ;  y  se  mara- 
villaron las  turbas.  "  Mas  algunos  de 
entre  ellos  dijeron  : 


— En  virtud  de  Belzebú,  príncipe 
de  los  demonios,  lanza  los  demonios. 

16  Otros,  con  ánimo  de  tentarle,  re»- 
querían  de  El  una  señal  procedente 
del  cielo. 

"El,  entendiéndoles  los  pensamien- 
tos, les  dijo  : 


Todo  reino  dividido  contra  sí  mismo  es  devastado, 
y  cae  casa  sobre  casa. 

18  Y  si  también  Satanás  se  dividió  contra  sí  mismo, 
¿  cómo  se  sostendrá  su  reino  ? 

Pues  que  decís  que  en  virtud  de  Belzebú  lanzo  yo  los  demonios. 

"Y  si  yo  en  virtud  de  Belzebú  lanzo  los  demonios, 

¿  vuestros  hijos  en  virtud  de  quién  los  lanzan  ? 

Por  esto  ellos  serán  vuestros  jueces, 

M  Mas  si  con  el  dedo  de  Dios  lanzo  los  demonios, 

luego  llegó  a  vosotros  el  reino  de  Dios. 

c  Si  el  hombre  valiente,  bien  armado,  defiende  el  atrio  de  su  casa, 
seguro  queda  cuanto  posee  ; 

2J  mas  cuando  uno  más  fuerte  que  él  sobreviene  y  le  vence, 

le  quita  toda  su  armadura  en  que  confiaba  y  reparte  sus  despojos. 

M  Quien  no  está  conmigo,  contra  mí  está  ; 

y  quien  no  allega  conmigo,  desparrama. 


Lo  postrero,  peor  que  lo  primero.  11,  24-26  (  =  Mt.  12,  43-45) 

24  Cuando  el  espíritu  inmundo  ha  salido  del  hombre, 

anda  vagando  por  lugares  áridos  buscando  reposo, 

y  no  hallándolo,  dice  :  «Me  volveré  a  mi  casa  de  donde  salí.» 

26  Y  llegando  la  halla  barrida  y  aderezada. 

a  Vase  entonces  y  toma  consigo  otros  siete  espíritus  peores  que  él, 
y  entrando  se  establecen  allí, 

y  resultan  las  postrimerías  de  aquel  hombre  peores  que  los  principios 


Bienaventurada  la  madre  de  Jesús. 
11,  27-28 

"  Aconteció  que,  diciendo  El  estas 
cosas,  levantando  la  voz  una  mujer 
de  entre  la  turba,  le  dijo  : 


— Bienaventurado  el  seno  que  te 
llevó  y  los  pechos  que  mamaste. 
»  El  dijo  : 

—Bienaventurados  más  bien  los  que 
escuchan  la  palabra  de  Dios  y  la 
guardan. 


duda,  más  diáfana  en  el  original.  Al  traducirla  al  griego,  o  San  Lucas  o  su  infor- 
mador, la  enturbiaron  algo. 

14-2»  Es  incierta  la  "identidad  o  la  distinción  entre  este  relato  y  el  correspondiente 
de  San  Mateo  (12,  22-30).  A  favor  de  la  identidad  puede  alegarse  la  semejanza  entre 
ambos  pasajes  ;  a  favor  de  la  distinción,  la  ceguera  del  endemoniado  en  San  Mateo 
y  la  diversidad  del  contexto.  Pero  ni  unas  ni  otras  razones  son  decisivas.  Más  fuerza 
tiene,  a  favor  de  la  distinción,  la  repetición  de  milagros  semejantes  obrados  por  Je- 
sús. Y  una  vez  supuesta  la  repetición  del  milagro,  es  natural  que  los  fariseos  repi- 
tiesen su  explicación  diabólica  y  que  el  Maestro  refutase  la  calumnia  de  manera 
parecida. 

z<~™  En  esta  singular  parábola  se  sobreponen  dos  comparaciones  muy  diferentes  : 
se  compara  a  «esta  generación»  (Mt.  12,  45)  con  un  poseso  reincidente,  y  se  compara 
al  demonio  que  después  de  haber  sido  expulsado  vuelve  a  poseerle  con  un  hombre 
expulsado  violentamente  de  su  casa  y  que  luego  logra  volver  a  ella. 

28  La  sentencia  del  Maestro,  más  que  correctivo  del  dicho  de  la  buena  mujer,  es 
un  tácito  encomio  de  su  bendita  Madre,  que,  mejor  que  nadie,  escuchó  y  guardó 
la  palabra  de  Dios  (1,  38;  2,  19;  2,  51). 


—  160  — 


11  29-37 


SAN  LUCAS 


11  38-39 


La  señal  de  Jonás.  n,  29-32  (=Mt.  12,  38-42) 

"  Y  como  las  turbas  se  apiñasen,  comenzó  a  decir  : 

Esta  generación  es  generación  perversa  ; 
busca  una  señal,  y  otra  señal  no  se  le  dará 
sino  la  señal  de  Jonás. 

30  Porque  como  Jonás  fué  señal  para  los  ninivitas, 

así  lo  será  también  el  Hijo  del  nombre  para  esta  generación. 

31  La  reina  del  Mediodía  se  alzará  en  el  juicio 

contra  los  hombres  de  esta  generación  y  los  condenará  ; 

porque  vino  de  los  últimos  confines  de  la  tierra 

para  oír  la  sabiduría  de  Salomón  ; 

y  mirad  que  hay  algo  más  que  Salomón  aquí. 

3-  Los  ninivitas  se  alzarán  en  el  juicio 

contra  esa  generación  y  la  condenarán, 

porque  hicieron  penitencia  a  la  predicación  de  Jonás  ; 

y  mirad  que  hay  algo  más  que  Jonás  aquí. 


El  ojo,  lámpara  del  cuerpo,  ri,  33-36 

83  Nadie  que  enciende  la  lámpara 

la  pone  en  sitio  oculto  o  debajo  de  la  medida, 

sino  sobre  el  candelero,  para  que  los  que  entran  vean  la  luz. 

31  La  lámpara  del  cuerpo  es  tu  ojo. 

Cuando  tu  ojo  fuere  bueno, 

también  todo  tu  cuerpo  quedará  iluminado  ; 

mas  cuando  fuere  malo, 

también  tu  cuerpo  quedará  en  tinieblas. 

35  Mira,  pues,  no  sea  que  la  luz  que  hay  en  ti  sea  oscuridad. 

3,!  Si,  pues,  todo  tu  cuerpo  está  iluminado, 

sin  tener  parte  alguna  oscura, 

estará  enteramente  iluminado, 

como  cuando  la  lámpara  te  ilumina  con  su  fulgor. 


Convidado  por  un  fariseo,  reprende 
a  los  fariseos  y  escribas.  11,  37-54 

81  Mientras  hablaba,  le  invita  un 
fariseo  a  comer  en  6U  casa.  Y  ha- 


biendo entrado,  se  puso  a  la  mesa. 
*  Mas  el  fariseo,  viéndolo,  se  extra- 
ñó de  que  antes  de  la  comida  hu- 
biese omitido  las  abluciones.  89  Díjole 
el  Señor  : 


aw>2  Responde  el  Maestro  a  la  demanda  formulada  anteriormente  (16).  ||  La 
señal  de  Jonás  :  se  declara  a  Joñas  tipo  o  figura  de  la  resurrección  de  Cristo.  |j  Algo 
más  que  Salomón..,  que  Jonás:   velada  declaración  de  su  mesianidad  y  divinidad. 

83  Esta  diminuta  parábola,  tan  expresiva,  la  había  enunciado  ya  el  Maestro 
dos  veces  :  en  el  sermón  del  monte  (Mt.  5,  15)  y  después  de  propuesta  la  parábola 
del  Sembrador  (Me.  4,  21  =  Le.  8,  16).  Y  es  fácil  que  la  repitiera  en  otras  varias 
ocasiones.  Es  muy  importante  entender  que  los  dones  de  Dios  son  para  iluminar 
y  no  para  lucirlos  ni  para  tenerlos  baldíos. 

a*-36  El  pensamiento  es:  si  el  ojo  interior  ve  bien,  si  ve  y  aprecia  las  cosas 
como  son,  toda  la  vida  del  hombre  queda  iluminada. 

3M2  j£ste  pasaje  es  sustancialmente  idéntico  a  Mt.  23,  1-36.  En  el  supuesto,  ge- 
neralmente admitido,  de  que  en  Mt.  estas  invectivas  estén  en  su  propio  lugar,  surge 
la  duda:  ¿lanzó  Jesús  dos  veces  estas  invectivas  o  bien  San  Lucas  las  anticipó' 
En  principio  podría  admitirse  esta  anticipación  ;  pero  en  San  Lucas  estas  invectivas 
están  tan  estrechamente  ligadas  con  el  contexto  que  antecede  y  que  sigue,  que 
resulta  demasiado  violento  considerarlas  como  palabras  dichas  en  otra  ocasión. 
Sólo  el  prurito  de  evitar  los  «duplicados»  puede  aceptar  semejante  anticipación.— Estas 

—  IÓI  — 


N.  T.  6 


11  40-52 


SAN  LUCAS 


11  40-52 


Ahora,  vosotros,  fariseos,  limpiáis  lo  exterior  de  la  copa  y  del  plato  ; 

mas  vuestro  interior  está  repleto  de  rapiña  v  perversidad. 

10  Insensatos,  quien  hizo  lo  de  fuera,  ¿  no  hizo  también  lo  de  dentro  ? 

41  Pero  sí,  de  lo  que  hay  dad  limosna, 

y  sin  más,  todo  queda  limpio  para  vosotros. 

12  }Ias  ¡  ay  de  vosotros,  fariseos,  que  dais  el  diezmo  de  la  hierba  buena, 

de  la  ruda  y  de  toda  clase  de  hortalizas, 

y  pasáis  por  alto  la  justicia  y  el  amor  de  Dios  ! 

Esto  es  lo  que  convenía  hacer,  y  aquello  no  omitirlo. 

¡J  ¡Ay.de  vosotros,  fariseos,  que  ambicionáis  el  primer  asiento  en  las 

y  las  salutaciones  en  las  plazas  !  [sinagogas 

"  ¡  Ay  de  vosotros,  porque  sois  como  los  sepulcros  disimulados, 

y  los  hombres  pasan  por  encima  sin  saberlo  ! 

4Z  Tomando  lia  palabra  uno  de  los  legistas,  le  dice  : 

— Maestro,  diciendo  eso  también  a  nosotros  nos  ultrajas. 

4fi  El  dijo  : 

¡  Ay  también  de  vosotros  los  legistas  !, 

que  abrumáis  a  los  hombres  con  cargas  insoportables, 

y  vosotros  ni  con  uno  de  vuestros  dedos  focáis  las  cargas. 

',:  ¡  Ay  de  vosotros  !,  que  edificáis  los  sepulcros  de  los  profetas, 

y  fueron  vuestros  padres  quienes  los  mataron. 

4S  Conque  testigos  sois,  y  aprobáis  las  obras  de  vuestros  padres, 

porque  ellos  los  mataron,  y  vosotros  levantáis  los  edificios. 

40  Por  eso  mismo  dijo  la  Sabiduría  de  Dios  : 

«Enviaré  a  ellos  profetas  y  apóstoles 

y  de  ellos  matarán  y  perseguirán, 

"  para  que  la  sangre  de  todos  los  profetas 

derramada  desde  la  creación  del  mundo 

sea  demandada  a  esta  generación  : 

51  desde  la  sangre  de  Abel  hasta  la  sangre  de  Zacarías, 

el  que  pereció  entre. el  altar  de  los  holocaustos  y  el  santuario.» 

Sí,  os  lo  digo,  será  demandada  a  esta  generación. 

w  ¡  A  y  de  vosotros  los  legistas, 

porque  os  alzasteis  con  la  llave  de  la  ciencia  !  ; 

vosotros  no  entrasteis,  y  a  los  que  entraban  se  lo  estorbasteis. 

invectivas  se  dividen  en  dos  series.  La  primera  (39-44I,  tras  una  censura  inicial,  con- 
tiene tres  Ayes  contra  los  fariseos.  La  segunda  (46-52),  provocada  por  la  airada 
intervención  de  un  legista,  contiene  otros  tres  Aves  contra  los  escribas.  Esta  dis- 
tribución en  dos  series  distingue  estas  invectivas  de  las  contenidas  en  el  pasaje 
paralelo  de  San  Mateo,  globalmente  dirigidas  a  escribas,  y  fariseos.  Es  éste  otro 
indicio  de  la  repetición  de  estas  invectivas. 

43  Ha  sido  muy  ponderada  la  dificultad  de  esta  sentencia,  que  ha  dado  lugar  a 
muchas  y  muy  diversas  interpretaciones.  Tal  vez  la  interpretación,  sustancialmentc 
acorde,  de  Maldonado  y  de  Toledo  simplifique  la  dificultad  y  explique  acertada- 
mente la  sentencia.  Según  ellos  dice  Jesús  :  a  las  rapiñas  sustituya  la  limosna  ;  en 
vez  de  robar  lo  ajeno  dad  de  lo  vuestro  a  los  pobres  ;  semejante  limosna  purificará 
vuestro  interior,  con  lo  cual  todo  quedará  limpio  para  vosotros.  Lo  que  luego  dice 
el  Maestro  (42),  que  los  fariseos  pasaban  por  alto  la  justicia  y  el  amor  de  Dios, 
da  a  entender  que  la  limosna  por  él  recomendada  debe  estar  basada  en  la  justicia 
y  movida  por  la  caridad.  Y  es  cierto  que  así  entendida  purifica  el  corazón.  Esto  es 
precisamente  lo  que  hará  Zaqueo,  y  el  Señor  alabará  en  él  (19,  8-9).  Por  lo  demás, 
esta  sentencia  o  recomendación  se  repite  frecuentemente  en  la  Escritura  (Tob.  4,  11; 
ia,  19;  Ece.  3,  15 ;  3,  33;  29,  15;  Dan.  4,  24;  Le.  ib,  9;  Ac.  10,  4). 

49  Dijo  la  Sabiduría  de  Dios:  Enviare...:  el  sentido  inmediato  o  superficial,  que 
pudieron  entender  los  escribas,  parece  ser  :  «Dios  en  su  sabiduría  concibió  y  expresó 
el  designio  de  enviar...»  Pero  el  sentido  es  más  hondo.  Esta  manifestación  de  los 
designios  de  Dios  no  es  otra  que  la  palabra  misma  de  Jesús,  que  ahora  revela  (y 
tal  vez  ya  antes  había  revelado)  los  designios  de  la  sabiduría  de  Dios.  Hay  más. 
La  expresión  correspondieñte  en  San  Mateo  (23,  34)  es:  «Yo  envío  a  vosotros...» 
Según  esto,  Cristo  no  sólo  revela  los  designios  de  Dios,  sino  que  El  mismo  es  quien 
ha  concebido  estos  designios.  Al  fin  El  es  por  especial  apropiación  la  «sabiduría 
de  Dios»   (1  Cor.  1,  24). 


—  162  — • 


11  53-12  14 


SAN  LUCAS 


12  i-M 


■  Desde  entonces,  como  El  hubo 
salido,  comenzaron  los  escribas  y  fa- 
riseos a  urgirle  implacablemente  61  y 
tirarle  de  la  lengua  sobre  muchos 
puntos,  tendiéndole  lazos  para  coger 
algo  de  sus  labios. 


La  levadura  de  los  fariseos  h i póc li- 
tas. 12,  I-I2 

i  o'  3  En  esto,  como  se  hubiesen 
aglomerado  millares  y  más  mi- 
llares de  gente,  hasta  el  punto  de 
pisotearse  unos  a  otros,  comenzó  a 
decir  a  sus  discípulos  en  primer  lu- 
gar : 


Guardaos  de  la  levadura  de  los  fariseos,  que  es  la  hipocresía. 

:  Nada  hay  encubierto  que  no  se  descubra 

ni  nada  oculto  que  no  >e  conozca. 

3  Por  lo  cual,  cuanto  dijisteis  en  la  oscuridad 

será  oído  en  la  luz, 

y  lo  que  hablasteis  al  oído  en  las  recámaras, 

se  pregonará  desde  lo  alto  de  los  terrados. 

'  Y  a  vosotros,  mis  amigos,  os  digo  : 

no  tengáis  miedo  de  los  que  matan  el  cuerpo 

y  tras  eso  no  tienen  poder  para  más. 

:  Os  voy  a  mostrar  a  quién  habéis  de  temer  : 

temed  a  aquel  que  después  de  matar 

tiene  poder  para  lanzar  a  los  infiernos. 

Sí,  os  digo,  temed  a  éste. 

,;  ¿  Por  ventura  no  se  venden  cinco  gorriones  por  dos  cuartos  ? 
Y  ni  uno  de  ellos  está  olvidado  en  el  acatamiento  de  Dios. 
7  Pero  también  los  Cabellos  de  vuestra  cabeza  están  to  los  contados. 
No  temáis  :  valéis  más  que  muchos  gorriones. 

*  Os  digo  además :  todo  aquel  que  se  declarare  por  mí  delante  de  los  hombres, 
también  el  Hijo  del  hombre  se  declarará  por  éL  delante  dé  los  ángeles  Je 
''pero  el  que  me  negare  delante  de  los  hombres,  [Dios  ; 

será  negado  delante  de  los  ángeles  de  Dios. 

"  Y  todo  el  que  hablare  contra  el  Hijo  del  hombre,  se  le  perdonará  ; 
:nas  al  que  blasfemare  contra  el  Espíritu  Santo,  no  se  le  perdonará. 
"  Cuando  os  conduzcan  a  las  sinagogas 
y  ante  los  magistrados  y  autoridades, 

no  os  preocupéis  cómo  o  con  qué  razones  os  defenderéis  o  qué  diréis  ; 

u  porque  el  Espíritu  Santo  os  enseñará  en  aquella  hora  lo  que  hay  que  decir. 


Guardarse  dz  la  avaricia:  parábola 
del  rico  necio.  12,  13-21 

13  Díjole  uno  de  la  turba  : 

— -Maestro,  di  a  mi  hermano  que 
reparta  conmigo  la  herencia. 

14  El  le  dijo  : 

— Hombre,  ¿quién  me  ha  consti- 


tuido juez  o  repartidor  sobre  vos- 
otros '. 

15  Y  dijo  a  ellos  : 

— Atended  y  guardaos  de  toda  co- 
di(  ta  ;  porque  aun  cuando  uno  ande 
sobrado,  no  depende  su  vida  de  os 
bienes  que  posee. 

16  Y  les  propuso  una  parábola,  di- 
ciendo : 


Este  razonamiento  es  un  toque  de  alarma  contra  la  hipocresía.  La  redacción 
abreviada  de  -San  Lucas,  si  no  pone  de  relieve  su  cohesión  interna,  permite  vis- 
lumbrarla. Se  divide  en  dos  secciones  (1-.;,  4-12).  La  primera  previene  contra  la  hipo- 
cresía, señalando  la  impotencia  de  sus  conatos  por  encubrir  la  verdad.  La  segunda 
ts  una  serie  de  cinco  avisos,  más  o  menos  directamente  relacionados  con  el  temor 
dt  Dios.  Primero  u-5)  :  no  temer  a  los  hombres.  Segundo  Í6-7I  :  providencia  de  Dios. 
Tercero  (^-9)  :  necesidad  de  declararse  por  Cristo.  Estos  tres  avisos  se  hallan  en 
San  Mateo  seguidos  por  el  mismo  orden  (10,  2S-35).  Los  dos  últimos,  más  desligados, 
tienen  relación  con  el  Espíritu  Santo.  El  cuarto  (10  =  Mt.  12,  32)  es  una  amenaza 
contra  la  blasfemia.  El  quinto  (n-12  =  Mt.  10,  19-20!  promete  la  asistencia  del  Es- 
píritu Santo  en  las  ocasiones  críticas. 


-  163  - 


12  17-20 


— Había  un  hombre  rico,  cuyos  cam- 
pos rindieron  abundantes  frutos.  17  Y 
razonaba  consigo  mismo,  diciendo  : 
«¿Qué  haré,  pues  no  tengo  donde 
recoger  mis  frutos  ?»  18  Y  dijo  :  «Es- 
to haré  :  derribaré  mis  graneros,  y 
los  edificaré  mayores,  y  recogeré  allí 
todas  mis  cosechas  y  mis  bienes ;  18  y 
diré  a  mi  alma  :  Alma  mía,  tienes 
muchos  bienes  repuestos  para  mu- 
chos años  ;  huelga,  come,  bebe,  date 
a  la  buena  vida.»  20  Pero  díjole  Dios  : 


12  21-3$ 


«Insensato,  esta  misma  noche  te  exi- 
gen tu  alma  ;  y  lo  que  allegaste,  ¿de 
quién  será  ?»  *;  Así  es  el  que  atesora 
para  sí  y  no  es  rico  para  con  Dios. 


Desprendimiento  de  los  bienes  tem- 
porales. 12,  22-34 


22  Y  dijo  a  sus  discípulos  : 


Por  esto  os  digo  : 

No  os  acongojéis  por  la  vida,  pensando  qué  comeréis, 
ni  por  el  cuerpo,  con  qué  os  vestiréis. 

23  Porque  la  vida  más  es  que  el  alimento, 
y  el  cuerpo,  más  que  el  vestido. 

-'  Considerad  los  cuervos,  que  ni  siembran  ni  siegan, 
que  no  tienen  despensa  ni  granero, 
y"  Dios  los  sustenta  ; 

¡  cuánto  más  valéis  vosotros  que  las  aves  1 

20  ¿Y  quién  de  vosotros  con  acongojarse 

puede  añadir  un  codo  a  la  duración  de  su  vida  ? 

M  Pues  si  ni  siquiera  podéis  lo  mínimo, 

¿  a  qué  apuraros  por  lo  demás  ? 

a  Considerad  los  lirios,  cómo  crecen  ;  no  trabajan  ni  hilan  ; 

y  os  digo  que  ni  Salomón  en  toda  su  gloria  se  vistió  como  uno  de  ellos. 

24  Y  si  la  hierba,  que  hoy  está  en  el  campo  y  mañana  se  echa  al  horno, 
Dios  así  la  viste, 

¿  cuánto  más  a  vosotros,  hombres  de  poca  fe  ? 

"  Tampoco  andéis  vosotros  buscando  qué  comeréis  o  qué  beberéis, 
ni  estéis  con  ansia  ; 

3"  porque  todas  ésas  son  cosas  tras  las  cuales  andan  las  gentes  del  mundo, 
y  vuestro  Padre  sabe  que  necesitáis  de  ellas. 

31  Sino  buscad  el  reino  de  Dios, 

y  esas  cosas  se  os  darán  por  añadidura. 

32  No  temas,  rebañito  pequeño, 

porque  pflugo  a  vuestro  Padre  daros  el  reino. 

33  Vended  vuestras  haciendas  y  dad  limosna  ; 
haceos  bolsas  que  no  se  envejezcan, 

tesoro  que  no  se  agote  en  los  cielos, 


iG-21  jesús  es  el  gran  Maestro  de  la  parábola.  Con  asombrosa  habilidad,  unas  vecen 
la  emplea  para  insinuar  discretamente  la  verdad,  otras  para  ponerla  en  evidencia. 
A  este  segundo  género  pertenece  la  parábola  del  rico  necio,  cuya  imagen  parabólica, 
de  vivísimo  dramatismo,  está  encuadrada  en  la  doble  proposición  de  la  moralidad, 
que  es  la  desventura  de  ila  codicia. 

¿1  Se  declara  quién  es  el  rico  insensato.  Es  el  que  atesora,  el  que  amontona  ávi- 
damente riquezas  sobre  riquezas,  para  sí,  para  gozarlas  él  solo,  sin  acordarse  de  Dio;> 
ni  de  los  pobres,  y  no  es  rico  para  con  Dios.  «Ser  rico  para  con  Dios»,  según  "a 
fuerza  de  la  expresión  original,  es  mirar  y  tender  hacia  Dios  como  término  o  fin  en 
la  adquisición  y  uso  de  las  riquezas.  Pero  quien  así  mira  a  Dios,  guardará  la  justi- 
cia, practicará  la  beneficencia,  tratará  de  merecer  la  vida  eterna  (i  Tim.  6,  17-19). 

23-31  Este  bellísimo  razonamiento  corresponde  a  Mt.  6,  25-33.  Algunas  expresiones 
peculiares  de  San  Lucas  parecen  indicar  que  el  Maestro,  ante  un  auditorio  diferente, 
repitió  lo  que  había  dicho  en  el  sermón  del  monte.  La  expresión  ni  estéis  con  an- 
sia (29),  más  literalmente  podría  traducirse  «ni  andéis  suspensos»  entre  el  miedo 
y  la  esperanza. 

33  La  confianza  en  el  Padre  celestial,  que  nos  mantendrá  y  vestirá  en  esta  vida, 
sube  de  punto  con  la  confianza  en  nuestro  Padre,  que  nos  quiere  dar  el  reino  de 

los  cielos. 


—  164  — 


12  34-12 


SAN  LUCAS 


12  43-4G 


donde  no  llega  el  ladrón  ni  estraga  la  polilla  ; 
I  porque  donde  está  vuestro  tesoro, 
allí  estará  también  vuestro  corazón. 


Parábola  de  los  siervos  vigilantes.  12,  35-40 

u  Estén  ceñidos  vuestros  lomos 
y  encendidas  vuestras  lámparas, 

56  y  vosotros  semejantes  a  hombres  que  aguardan  a  su  señor, 
cuando  vuelva  de  las  bodas, 

para  que,  así  que  llegue  y  llame,  le  abran  al  punto. 

"  Bienaventurados  aquellos  siervos 

a  quienes  en  viniendo  hallare  el  señor  velando  ; 

en  verdad  os  digo  que  se  ceñirá  y  los  hará  poner  a  la  mesa, 

y  pasando  de  uno  a  otro  les  servirá. 

3S  Y  aunque  viniere  en  la  segunda  vigilia,  y  aunque  en  la  tercera 

si  los  hallare  así,  bienaventurados  son  ellos. 

89  Y  sabed  esto  :  que  si  supiese  el  amo  de  casa 

a  qué  hora  viene  el  ladrón, 

vigilaría  y  no  dejaría  que  se  perforase  su  casa. 

40  Vosotros  también  estad  apercibidos, 

porque  a  la  hora  que  no  penséis  va  a  venir  el  Hijo  del  hombre. 


Parábola  del  ad))ünistrador  fiel  y 
del  siervo  infiel.  12,  41-48 

"  Dijo  Pedro  : 

— Señor,  ¿esa  parábola  nos  la  di- 
riges a  nosotros,  o  también  a  los  de- 
más ? 

42  Dijo  el  Señor  : 

— ¿Quién  es,  pues,  el  administrador 
fie1,  y  prudente,  a  quien  dará  el  Ce- 
rnir cargo  sobre  su  servidumbre,  pa- 
ra que  a  su  tiempo  distribuya  la  ra- 


ción de  trigo  ?  "Bienaventurado  aquel 
siervo  a  quien  su  amo,  al  venir,  ha- 
llare obrando  así.  44  En  verdad  o> 
digo  que  le  dará  cargo  sobre  todos 
sus  bienes.  45  Mas  si  aquel  siervo  di- 
jere en  su  corazón  :  «Mi  amo  tarda 
en  venir»,  y  comenzare  a  golpear  c 
los  muchachos  y  a  las  muchachas,  y 
a  comer  y  beber  y  embriagarse, 44  ven- 
drá el  amo  de  aquel  criado  en  el  día 
en  que  no  aguarda  y  a  la  hora  que 
no  sabe,  y  le  partirá  por  medio,  y 
le  deparará  la  misma  suerte  que  a 


**•  Esta  parábola  tiene  alguna  semejanza  con  la  de  las  diez  vírgenes  ;  de  la 
cual,  empero,  se  distingue  radicalmente.  Allí  son  doncellas  (no  esclavas)  que  aguar- 
dan la  venida  del  esposo  para  celebrar  el  banquete  de  bodas  ;  aquí  son  esclavos  que 
aguardan  a  su  amo  que  vuelve  de  unas  bodas  a  las  cuales  ha  sido  invitado.  En 
cuanto  a  la  moralidad,  allí  se  distinguen  dos  categorías  contrarias  ;  aquí  sólo  se 
habla  de  los  siervos  vigilantes,  cuya  bienaventuranza  se  proclama.  En  la  imagen 
parabólica  existe  un  rasgo  singular  :  la  extraordinaria  bondad  y  llaneza  del  amo, 
que  sirve  por  sí  mismo  a  sus  siervos,  como  si  deseara  hacer  participantes  a  los 
siervos  de  los  relieves  del  convite.  De  todos  modos,  este  rasgo  ha  sido  introducido 
en  la  imagen  parabólica  para  que  pueda  reflejar  menos  deficientemente  la  soberana 
realidad  significada. 

Se  introduce  una  nueva  parábola,  totalmente  distinta,  cuya  moralidad,  empero, 
refuerza  o  completa  la  de  la  parábola  precedente. 

*■  Esa  parábola  :  parece  referirse  Pedro  a  la  primera  de  las  dos  parábolas  anterio- 
res, dado  el  carácter  adicional  de  la  segunda.  De  hecho,  en  la  respuesta  del  Maes- 
tro sólo  se  haf>la  de  siervos.  ||  A  los  demás:  literalmente  <a  todos  (los  demás)».  No 
se  ve  claro  si  Pedro  contrapone  los  apóstoles  a  los  demás  discípulos  o  bien  todos 
los  discípulos  a  los  demás  oyentes.  La  respuesta  del  Maestro  parece  abarcar  a  todo.*- 
los  discípulos  propiamente  dichos,  si  bien  se  refiere  especialmente  a  los  apóstole- 
y  aun  más  en  particular  al  mismo  Pedro.  Parece  ser  una  respuesta  graduada,  en 
que  caben  diferentes  aplicaciones. 

42-48  Propone  el  Maestro  una  parábola  doble  o  compuesta  (más  bien  que  una  pa- 
rábola simple  o  dos  parábolas  distintas),  cuya  moralidad  se  ilustra  con  dos  sentencia- 
afines  (47-48). 


-165- 


12  47-53 


SAN  LUCAS 


12  54-13  i 


lo^  infieles.  ,;  Aquel  siervo  que  co- 
nociere la  voluntad  de  su  amo  y  no 
se  dispusiere  u  obrare  conforme  a 
su  voluntad,  recibirá  muchos  azotes; 
a  mas  el  que  no  la  conociere,  si  hi- 
ciere algo  digno  de  a/.otes,  recibirá 
pocos.  A  todo  aquel  a  quien  mucho 
se  dió,  muoho  se  le  exigirá ;  y  a  quien 
mucho  entregaron  en  depósito,  más 
le  pedirán. 


Varias  sentencias.  12,  49-53 


i,J  — Fuego  vine  a  echar  sobre  la 
tierra,  ¿y  qué  quiero,  si  ya  prendió? 
50  Con  bautismo  tengo  que  ser  bau- 
tizado, ¡  y  qué  angustias  las  mías 
hasta  que  se  cumpla  ! 

61  — ¿  Pensáis  que  vine  a  traer  paz 
a  la  tierra  ?  No,  os  lo  aseguro,  sino 
más  bien  división.  '"-  Porque  a  par- 
tir de  ahora  serán  cinco  en  una  ca- 
sa, divididos  :  tres  contra  dos  y  dos 
contra  tres.  ™  Se  dividirán  el  padre 
contra  el  hijo,  y  el  hijo  contra  el 
padre,;  la  madre  contra  la  hija,  y  ia 
hija  contra  la  madre ;  la  suegra  con- 
tra la  nuera,  y  la  nuera  contra  ia 
suegra. 


Señales  de  los  tiempos.  12,  54-59 

="'  Decía  también  a  las  turbas  : 
— Cuando  veis  levantarse  una  nu- 
be por  el  poniente,  al  punto  decís  : 
«Viene  aguacero»,  y  asi  sucede  ;  ■*  y 
cuando  sopla  el  viento  del  sur,  de- 
cís :  «Habrá  bochorno»,  y  se  cum- 
ple. 56  Hipócritas,  sabéis  reconocer  el 
semblante  de  la  lierra  y  del  cielo,  ¿  y 
el  tiempo  en  que  estamos,  cómo  no 
lo  reconocéis  ?  "  ¿  Y  cómo  de  vos- 
otros mismos  no  discernís  lo  que  es 
justo  ?  58  Porque  mientras  vas  con  tu 
contrincante  al  magistrado,  procura 
por  el  camino  librarte  de  él,  no  sea 
que  te  arrastre  ante  el  juez,  y  el  juez 
te  entregará  al  alguacil,  y  el  algua- 
cil te  echará  en  la  cárcel.  511  Te  lo 
aseguro,  no  saldrás  de  allí  hasta  que 
hayas  pagado  el  último  ochavo 

En  la  Pcrea :  necesidad  de  la  peni- 
tencia; parábola  de  la  higuera  esté- 
ril. 13,  1-9 

1  o   1  Se  presentaron  por  este  mis- 
ano  tiempo  algunos  que  le  re- 


Estos  dos  versículos  han  sido  objeto  de  encontradas  interpretaciones.  Forman 
dos  versos,  en  que  los  hemistiquios,  así  los  impares  como  los  pares,  se  correspon- 
den entre  sí.  La  expresión  fuego,  evidentemente  metafórica,  deberá  interpretarse  por 
el  contexto  inmediato,  dado  que  la  conexión  con  el  remoto  es  muy  problemática. 
Dos  cosas  dice  Jesús  de  este  fuego  :  que  El  mismo  vino  a  echarlo  sobre  la  lierra 
y  que  es  objeto  de  sus  ardientes  deseos.  Ambas  cosas  se  hallan  en  el  Espíritu  San- 
to, mucho  mejor  que  en  cualquiera  de  las  otras  interpretaciones  que  se  han  pro- 
puesto. Y  en  el  supuesto,  generalmente  admitido,  que  bautismo  designa  la  pasión 
de  Jesús  (Me.  10,  38*39),  la  conexión  entre  fuego  y  bautismo,  entre  el  Espíritu  Santo 
y  la  pasión,  es  la  misma  que  poco  antes  había  expresado  el  Maestro  por  San  Juan 
17,  39)  :  «Todavía  no  había  Espíritu,  porque  Jesús  todavía  no  había  sido  glorificado. » 

r.1-53  ¡£Sios  tres  versículos  corresponden  a  Mt.  10,  34-36.  Esta  identidad  no  es  razón 
suficiente  para  afirmar  que  uno  de  los  dos  evangelistas  ha  sacado  de  su  propio  lugar 
este  dicho  del  Maestro.  Es  más  verosímil  la  repetición. 

k4-50  Esta  especie  de  parábola  meteorológica  no  es  la  misma  que  la  propuesta 
en  Mt.  16,  2-4.  Allí  los  fenómenos  indicadores  eran  los  arreboles,  aquí  son  las  nubes 
y  el  viento.  Allí  el  tiempo  pronosticado  era  buen  tiempo  o  tormenta,  aquí  es  agua- 
cero o  bochorno. 

S7-68  Este  pasaje  suele  interpretarse  como  una  parábola,  cuya  moralidad  sería  la 
necesidad  de  ponerse  en  regla  con  Dios  durante  esta  vida  antes  del  juicio.  Pero 
contra  semejante  interpretación  militan  razones  muy  serias.  El  uso  del  imperativo 
i'KOCUKA  (v.  58)  imposibilita  la  forma  propiamente  parabólica  :  habría  de  ser  una 
alegoría,  y  entonces  habría  de  señalarse  la  significación  partieulat  de  cada  uno  de 
lo»  téiminos  de  que  consta.  ¿Cómo?  Además,  la  moralidad  que  se  le  asigna  ni  se 
expresa  en  el  texto  ni  puede  deducirse  del  contexto.  Por  fin,  las  mismas  expresiones 
del  Maestro  en  Mt.  5,  25-26  son  una  exhortación  a  la  amigable  avenencia  con  el 
contrincante  :    ¿  por  qué  no  pueden  serlo  aquí,  también  ? 

Dos  hechos  trágicos  recientes  :  uno  que  le  refieren,  otro  que  él  mismo  recuer- 
da, dan  pie  al  Maestro  para  declararles  que  lasi  víctimas  de  estas  tragedias  no 
un  más  pecadores  que  los  demás;  que  toda  la  nación  es  pecadora  y  que,  si  no  hiciere 
onta  penitencia,  perecerá.  La  inminencia  del  castigo  divino  se  pinta  con  vivos 
lores  en  la  parábola  de  la  higuera  estéril. 


13 


13  2-H 


SAN  LUCAS 


13  15-22 


firieron  el  caso  de  los  galileos,  cuya 
sangre  había  mezclado  Filato  con  la 
de  "sus  víctimas.  2  Y  respondiendo 
les  dijo  : 

— ¿Pensáis  que  estos  galileos,  por 
haber  padecido  esta  desgracia,  fue- 
ron más  pecadores  que  todos  los  de- 
más galileos  ?  3  No,  os  lo  aseguro  ; 
antes  si  no  hiciereis  penitencia,  to- 
dos igualmente  pereceréis.  1  O  aque- 
llos dieciocho  sobre  quienes  se  des- 
plomó la  torre  de  Siloé  y  los  mató, 
;  pensáis  que  eran  más  culpables  que 
lodos  los  otros  habitantes  de  Jeru- 
salén  ?  5  No,  os  lo  aseguro  ;  antes  si 
no  hiciereis  penitencia,  todos  igual- 
mente pereceréis. 
0  Y  proponía  esta  parábola  : 
— Un  hombre  tenía  una  higuera 
plantada  en  su  viña.  Vino  a  buscar 
fruto  en  ella  y  no  lo  halló.  '  Y  dijo 
al  viñador  :  «Ya  van  tres  años  desde 
que  vengo  a  buscar  fruto  en  esta 
higuera  y  no  lo  hallo.  Córtala  ;  ¿  pa- 
ra" qué,  además,  ha  de  esterilizar  la 
tierra  ?»  s  El,  respondiendo,  le  dice  : 
«Señor,  déjala  este  año  todavía,  y 
entre  tanto  cavaré  en  torno  de  ella 
y  echaré  abono  ;  9  y  si  diere  fruto  en 
adelante...,  que  si  no,  la  cortará».» 


I.a  mujer  encorvada.  13,  10-17 

,u  Estaba  enseñando  en  una  sina- 
goga un  día  de  sábado.  "  Y  he  aquí 
una  mujer  que  tenía  un  espíritu  de 
enfermedad  hacía  dieciocho  años,  y 
estaba  encorvada  y  no  podía  abso- 
lutamente levantar  la  cabeza.  "  En 
viéndola  Jesús,  la  llamó  y  la  dijo  : 

— Mujer,  estás  libre  de  tu  enfer- 
medad. 

13  Y  puso  sus  manos  sobre  ella.  Y 
al  instante  se  enderezó  y  glorificaba 
a  Dios.  "  Interviniendo  el  arquisina- 


gogo,  enojado  de  que  Jesús  hubiera 
curado  en  sábado,  decía  a  la  turba  : 
— Hay  seis  días  para  trabajar  :  en 
éstos,  pues,  venid  y  haceos  curar, 
pero  no  en  día  de  sábado. 

15  Respondióle  el  Señor  y  dijo  : 
— Hipócritas,  cualquiera  de  vos- 
otros en  sábado,  ¿  no  desata  a  su  buey 
o  su  asno  del  pesebre  y  lo  lleva  a 
abrevar?  16  Y  a  ésta,  que  es  hija  de 
Abrahán,  a  quien  ató  Satanás  hace 
ya  dieciocho  anos,  ¿  no  era  razón  des- 
atarla de  esta  cadena  en  día  de  sá- 
bado ? 

"Y  diciendo  El  estas  cosas,  se  aver- 
gonzaban todos  sus  adversarios,  y 
toda  la  muchedumbre  se  gozaba  de 
todos  los  hechos  gloriosos  obrados 
por  El. 

Parábola  de  la  mostaza  y  de  la  leva- 
dura. 13,  1S-21 

1S  Decía,  pues  : 

— ¿A  qué  es  semejante  el  reino  de 
Dios  ?  ¿  Y  a  qué  lo  compararé  ?  19  Es 
semejante  a  un  granito  de  mostaza, 
que  tomándolo  un  hombre  lo  echó  en 
su  huerta,  y  creció  y  se  hizo  árbol 
grande,  y  las  aves  del  cielo  se  co- 
bijaron en  sus  ramas. 

*°  Y  añadía  : 

— ¿Con  qué  compararé  el  reino  de 
Dios?  a  Es  semejante  a  la  levadura, 
que  una  mujer  tomó  y  metió  en  tres 
satos  de  harina,  con  que  toda  la  ma- 
sa fermentó. 


El  número  de  los  elegidos.  13,  22-30 

"  Y  pasaba  por  ciudades  y  aldeas 
enseñando  y  caminando  hacia  Jeru- 
salén. 


*  En  una  sinagoga  :  es  la  última  vez  que  se  menciona  la  enseñanza  de  Jesús  en 
una  sinagoga. 

"  La  enfermedad  era  una  parálisis  agitante  (o  enfermedad  de  ParkinsonK  La  ex- 
presión ESPÍRITU  de  enfermedad,  comparada  con  lo  que  después  (16)  se  dice,  que  a 
esta  mujer  la  ató  Satanás,  parece  indicar  que  la  enfermedad  era  efecto  del  influjo 
maléfico  del  demonio,  pero  no  que  la  mujer  estuviera  propiamente  endemoniada. 

12  Jesús,  sin  ser  rogado,  tomó  la  iniciativa  en  obrar  el  milagro. 

19  La  mostaza  o  brasska  nigra  alcanza  en  Palestina  las  proporciones  de  un  árbol 
chande  de  hasta  tn>  o  cuatro  metros  de  altura.  ||  Las  aves  del  cielo  que  más  acu- 
den a  la  mostaza  son  los  jilgueros,  golosos  de  su  semilla.  Los  rasgos  particulares  de 
la  parábola  en  San  Lucas  favorecen  la  hipótesis  de  que  el  Maestro  repitió  esta  linda 
parábola,  ya  propuesta  anteriormente.  Lo  mismo  hay  que  decir  de  la  parábola  ge- 
mela de  la  levadura  (20-21). 

*  Este  viaje  a  Jerusalén,  distinto  del  mencionado  antes  (9,  51)  y  del  que  luego  se  men- 
cionará 117,  11),  no  puede  ser  otro  que  el  emprendido  para  resucitar  a  Lázaro  [Jn.  11,  f). 

_  !67  — 


13  23-30 


SAN  LUCAS 


13  31-35 


*  Y  le  dijo  tino  : 

— Señor,   ¿  son  pocos  los  que  se 

salvan  ? 
El  les  dijo  : 

24 — Procurad  con  empeño  entrar 
por  la  puerta  estrecha,  porque  mu- 
chos, os  lo  aseguro,  tratarán  de  en- 
trar, y  no  lo  lograrán.  25  Una  vez  que 
el  amo  de  casa  se  levante  y  cierre 
la  puerta,  si  os  quedáis  afuera,  por 
más  que  os  pongáis  a  golpear  la 
puerta,  diciendo  :  «Señor,  ábrenos», 
El  os  responderá  diciendo  :  «No  sé 
de  dónde  sois  vosotros.»  26  Entonces 
comenzaréis  a  decir  :  «Comimos  y 
bebimos  en  tu  presencia,  y  enseñas- 
te en  nuestras  plazas.»  27  Y  os  dirá  : 
«No  sé  de  dónde  sois  ;  apartaos  de 
mí  todos  los  que  obráis  la  iniquidad» 
(Sal.  6,  9).  28  Allí  será  el  llanto  y  el 
rechinar  de  los  dientes,  cuando  vie- 
reis a  Abrahán,  Isaac  y  Jacob  y  a 
todos  los  profetas  en  el  reino  de  Dios, 
v  que  vosotros  sois  echados  afuera. 
29  Y  vendrán  del  oriente  y  del  po- 
niente, del  septentrión  y  del  medio- 
día, y  serán  admitidos  al  banquete 
en  el  reino  de  Dios.  80  Y  mirad  que 
hay  últimos  que  serán  primeros,  y 
hay  primeros  que  serán  últimos. 


Junto  a  la  Judea:  amenazas  de  He- 
rodes.  ¡Jerusalén,  Jerusalén! 
13,  31-35 


"En  aquel  mismo  punto  se  le  acer- 
caron algunos  fariseos,  diciéndole  : 

— Retírate  y  marcha  de  aquí,  por- 
que Herodes  te  quiere  matar. 

32  Díjoles  : 

— Id  y  decid  a  ese  zorro  :  «Mira, 
lanzo  demonios  y  llevo  a  cabo  cu- 
raciones hoy  y  mañana  y  al  tercer 
día  se  acaba  conmigo.  83  Es  menes- 
ter, con  todo,  que  hoy  y  mañana  y 
el  día  siguiente  prosiga  yo  mi  viaje, 
porque  no  cabe  que  un  profeta  pe- 
rezca fuera  de  Jerusalén.»  84  ¡  Jeru- 
salén, Jerusalén,  la  que  mata  los  pro- 
fetas y  apedrea  a  los  que  le  han  sido 
enviados  !  ¡  Cuántas  veces  quise  re- 
unir a  tus  hijos  de  la  manera  que  la 
clueca  a  su  pollada  debajo  de  las 
alas,  y  no  quisisteis  !  85  He  aquí  que 
vuestra  casa  se  os  deja.  Y  os  certi- 
fico que  no  me  veréis  ya  hasta  que 
venga  el  día  en  que  digáis  :  «Ben- 
dito el  que  viene  en  el  nombre  del 
Señor»  (Sal.  117,  26 j . 


De  todos  modos,  estas  tres  marchas  no  son,  en  la  intención  de  Jesús,  sino  tres 
etapas  del  que  El  consideraba  como  el  viaje  definitivo  para  consumar  en  Jerusalén 
la  obra  de  la  redención.  Además,  no  es  del  todo  seguro  que  San  Lucas  en  esta 
parte  de  su  Evangelio  siga  un  orden  cronológico  riguroso.  En  ella  principalmen- 
te recoge  y  coordina  las  variadas  informaciones  que  fué  recibiendo  de  fuentes  muy 
diversas. 

73  Le  dijo  uno  :  probablemente  alguno  de  los  rabinos,  a  quienes  intrigaba  el  pro- 
blema sobre  el  número  de  los  elegidos.  Dando  por  supuesto  que  los  buenos  judíos, 
los  escribas  y  los  fariseos,  erau  los  que  se  salvaban,  su  pregunta  se  refiere  única- 
mente al  número. 

*M0  El  Maestro,  sin  responder  a  la  impertinente  curiosidad  del  rabino,  le  advierte 
que  no  todos  los  judíos  ni  solos  €1105  serán  los  que  se  salven.  Le  enseña,  además, 
el  modo  de  salvarse  :  esfuerzo  personal  y  diligencia,  pues  la  puerta  es  estrecha 
y  llegará  un  momento  en  que  se  cerrará.  Al  fin  se  anuncia  proféticamente  la  en- 
trada de  los  gentiles  y  cierta  primacía  sobre  la  masa  de  los  judíos  (29-30).  Aunque 
recoge  varios  elementos  dispersos  en  San  Mateo,  la  respuesta  de  Jesús  es  un  dis- 
curso coherente. 

a  Retírate  :  no  es  difícil  adivinar  la  intención  de  esos  fariseos.  Jesús  se  hallaba 
en  la  Perea,  pero  no  estaba  lejos  de  Jerusalén,  adonde  se  dirigía.  Trataban,  pues,  de 
disuadir  a  Jesús  que  fuese  a  Jerusalén,  fingiendo  designios  homicidas  de  Herodes. 

35  Decid  a.  ese  zorro:  la  respuesta  de  Jesús  a  los  benévolos  consejos  de  los  astu- 
tos fariseos  es  la  que  debía  ser  :  indirecta  y  enigmática.  El  zorro  a  quien  han  de 
llevar  la  respuesta  es  no  tanto  Herodes  cuanto  el  inventor  de  la  patraña.  ||  Hoy 
y  mañana  :  en  el  sentido  indeterminado  de  un  día  y  otro  día.  ||  Al  tercer  día  :  es 
decir,  terminado  este  plazo,  que  no  será  muy  largo.  ||  Se  acaba  conmigo:  más  lite- 
ralmente, soy  consumado:  expresión  enigmática  de  la  muerte. 

33  Irónicamente  dice  :  He  de  seguir  mi  camino  a  Jerusalén,  que  tiene  el  privilegio 
de  matar  a  los  profetas. 

ai_35  Esta  sentida  querella  se  halla  en  San  Mateo  al  fin  de  las  invectivas  dirigidas 
a  los  fariseos  y  escribas  (23,  37-39).  Cuadra  tan  perfectamente  en  ambos  contestos, 
que  eliminarla  de  uno  de  ellos  resulta  una  vivisección.  Es,  por  tanto,  más  vero- 
símil que  el  Señor  la  repitiera  en  dos  ocasiones  distintas. 


—  168  — 


14  1-9 


SAN  LUCAS 


14  10-16 


¡cricó  (?):  en  casa  de  un  jefe  de  los 
fariseos  sana  a  un  hidrópico.  14,  1-6 

1  A  1  ^  aconteció  que  entrando  El 
en  casa  de  uno  de  los  jefes  de 
los  fariseos  en  sábado  a  comer,  ellos 
le  estaban  observando.  2  Y  he  aquí 
que  un  hombre  hidrópico  estaba  de- 
lante de  El.  3  Y  tomando  Jesús  la 
palabra,  dijo  así  a  los  legistas  y  fa- 
riseos : 

— ¿  Es  permitido  en  sábado  curar, 
o  no? 

4  Ellos  se  callaron.  Y  tomándole 
de  la  mano,  le  sanó  y  le  despachó. 
5  Y  a  ellos  les  dijo  : 

— ¿  A  quién  de  vosotros  se  le  cae 
en  un  pozo  el  hijo  o  el  buey  y  no 
lo  saca  inmediatamente  en  día  de 
sábado  ? 

6  Y  no  sabían  qué  replicar  a  esto. 

Recomienda  la  humildad  y  la  cari- 
dad. 14,  7-14 

'  Reparando  cómo  los  convidados 
se  escogían  los  primeros  asientos,  les 
proponía  una  parábola,  diciéndoles  : 

8  —Cuando  fueres  por  alguno  con- 
vidado a  bodas,  no  te  recuestes  en 
el  primer  asiento,  no  sea  acaso  que 
haya  sido  invitado  por  él  uno  de  más 
consideración  que  tú,  9  y  venga  el 
que  a  ti  y  a  él  convidó  y  te  diga  : 


«Cede  el  lugar  a  éste»,  y  comiences 
entonces  con  gran  confusión  a  ir  ba- 
jando hasta  ocupar  el  último  lugar. 
10  Sino  que,  cuando  fueres  invitado, 
ve  y  recuéstate  en  el  último  lugar, 
para  que,  Cuando  venga  el  que  te 
convidó,  te  diga  :  «Amigo,  sube  más 
arriba.»  Entonces  te  verás  honrado 
a  los  ojos  de  todos  los  comensales. 
n  Porque  todo  el  que  se  ensalza  se- 
rá humillado,  y  el  que  se  humilla 
será  ensalzado. 

12  Decía  también  al  que  le  había 
convidado  : 

—Cuando  des  una  comida  o  una 
cena,  no  llames  a  tus  amigos,  ni  a 
tus  hermanos,  ni  a  tus  parientes,  ni 
a  los  vecinos  ricos,  no  sea  que  ellos 
también  a  su  vez  te  inviten  y  te  sir- 
va de  recompensa.  13  Sino  que,  cuan- 
do hagas  un  convite,  llama  a  los  po- 
bres, mancos,  cojos,  ciegos,  14  y  se- 
rás dichoso,  porque  no  tienen  con 
qué  recompensarte,  porque  se  te  da- 
rá la  recompensa  en  la  resurrección 
de  los  justos. 


Parábola  de  la  gran  cena.  14,  15-24 


18  Como  hubiese  oído  esto  uno  de 
los  comensales,  le  dijo  : 

. — Dichoso  el  que  participará  del 
convite  en  el  reino  de  Dios. 

w  El  le  dijo  : 

— Un  hombre  hizo  una  gran  cena 


1-6  La  repetición  de  semejantes  milagros  en  sábado  va  dirigida  contra  la  supersti- 
ción sabática  de  los  escribas  y  fariseos.  Pero  el  Maestro,  que  más.  que  mortificar 
pretendía  enseñar,  justifica  el  milagro  con  dos  preguntas,  a  las  cuales  nada  pudie- 
ron responder  sus  .adversarios. 

'  Les  proponía  una  parábola  :  tal  puede  llamarse  esta  lección  del  Maestro,  por 
cuanto,  en  vez  de  ser  una  reprensión  directa  de  los  que  en  este  convite  se  escogían 
los  primeros  asientos,  es  un  consejo  de  lo  que  deberían  hacer  en  un  convite  de  bodas 
al  cual  .fuesen  invitados.  En  esta  historia  fingida  o  imaginada  brilla  la  moralidad 
que  al  fin  inculca  el  Maestro  (11). 

13-14  También  esta  lección  puede  llamarse  parábola,  por  cuanto  no  se  refiere  direc- 
tamente a  la  comida  presente,  sino  a  otra  que  se  imagina. 

Algunos  exegetas,  aun  católicos,  han  querido  identificar  esta  parábola  de  la 
gran  cena  con  la  de  las  bodas  regias  propuesta  por  San  Mateo  (22,  1-14).  Los  moti- 
vos alegados  para  la  identificación  son  dos  :  la  semejanza  de  las  dos  redacciones  y 
el  principio  unificativo  o  eliminativo  de  los  supuestos  duplicados.  Pero  la  semejanza 
no  es  unidad  o  identidad,  y  el  principio  referente  a  los  duplicados  es  un  postulado 
apriorista,  contrario  a  la  realidad  evangélica.  Más  serias  y  graves  son  las  razones 
que  militan  a  favor  de  la  distinción.  Tales  son,  entre  otras,  el  diferente  contexto  en 
que  están  encuadradas  las  parábolas,  el  carácter  mucho  más  trágico  de  la  parábola 
en  San  Mateo  y  las  discrepancias  irreductibles  de  las  dos  redacciones  en  los  ele- 
mentos esenciales  de  la  parábola.  La  parábola  es  un  género  literario  en  que  no  es 
menos  esencial  la  imagen  parabólica  que  la  moralidad.  En  estas  dos  redacciones,  aun 
cuando  la  moralidad  fuera  idéntica— que  no  lo  es—,  bastaba  la  diversidad  de  la 
1mam.11  parabólica  para  distinguir  las  parábolas.  Y  aunque  se  demostrase  que  las 
dos  redacciones  coincidían  plenamente,  no  quedaba  con  ello  demostrado  que  el  Maes- 
tro no  pudo  repetir  en  dos  ocasiones  distintas  una  misma  parábola.  , 


-169- 


14  17-27 


SAN  LUCAS 


14  28-15  2 


y  convidó  a  muchos.  "  A  la  hora  de 
la  cena  mandó  a  su  criado  que  dije- 
se a  los  convidados  :  «Venid,  que  ya 
está  lodo  a  punto.»  m.  Y  comenzaron 
todos  por  igual  a  excusarse.  El  pri- 
mero le  dijo :  «He  comprado  un  cam- 
po, y  necesito  ir  a  verlo  ;  te  ruego 
me  tengas  por  excusado.»  10  Otro  di- 
jo :  «He  comprado  cinco  yuntas  de 
bueyes,  y  voy  a  probarlas  ;  te  ruego 
me  des  por  excusado.»  20  Y  otro  dijo: 
«He  tomado  mujer,  y  por  esto  no 
puedo  ir.»  21  Venido  el  criado,  ente- 
ró de  esto  a  su  señor.  Entonces,  eno- 
jado el  amo  de  casa,  dijo  a  su  cria- 
do :  «Sal  presto  a  las  plazas  y  ca- 
lles de  la  ciudad,  y  a  los  pobres,  y 
mancos,  y  ciegos,  y  cojos  hazlos  en- 
trar acá.»  22  Dijo  el  criado  :  «Señor, 
se  ha  hecho  lo  que  ordenaste  y  to- 
davía queda  sitio.»  23  Dijo  el  amo  al 
criado  :  «Sal  a  los  caminos  y  valla- 
dos y  obliga  a  la  gente  a  entrar,  pa- 
ra que  se  llene  mi  casa.  21  Porque  os 
digo  que  ninguno  de  aquellos  que 
habían  sido  convidados  ha  de  pro- 
bar mi  cena.» 


La  abnegación :  las  dos  parábolas  de 
la  torre  y  del  rey.  14,  25-33 

a  Caminaban  con  él  grandes  mu- 
chedumbres, y,  vuelto  a  ellas,  les 
dijo  : 

2<i —  Si  uno  viene  a  mí  y  no  abo- 
rrece a  su  padre  y  _  a  su  madre,  a 
su  mujer  y  a  sus  hijos,  a  sus  her- 
manos y  hermanas  y  hasta  su  pro- 
pia vida,  no  puede  ser  mi  discípu- 
lo. 27  Quien  no  carga  con  su  cruz  y 
se  viene  en  pos  de  mí,  no  puede  ser  I 


mi  discípulo.  Porque  ¿  quién  de  en- 
tre vosotros,  queriendo  edificar  una 
torre,  no  se  sienta  primero  y  calcu- 
la los  gastos  y  mira  si  tiene  para 
acabarla  ?  29  No  sea  caso  que,  habien- 
do puesto  los  fundamentos  y  no  pu- 
diendo  terminar,  comiencen  "todos  los 
que  lo  ven  a  hacer  burla  de  él,  30  di- 
ciendo :  «Este  hombre  comenzó  a 
edificar  y  no  pudo  terminar.»  31  ¿  O 
qué  rey,  si  marcha  para  entrar  en 
guerra  con  otro  rey,  no  se  sienta  pri- 
mero a  deliberar  si  tiene  fuerzas  pa- 
ra hacer  frente  con  diez  mil  al  que 
viene  sobre  él  con  veinte  mil  ?  32  De 
lo  contrario,  mientras  él  está  lejos 
todavía,  despacha  una  embajada  pa- 
ra negociar  la  paz.  33  Así,  pues,  todo 
aquel  de  entre  vosotros  que  no  re- 
nuncia a  todos  sus  bienes,  no  pue- 
de ser  mi  discípulo. 


Parábola  de  la  sal.  14,  34-35 


34  Buena,  pues,  es  la  sal  ;  mas  si 
también  la  sal  se  vuelve  sosa,  ¿  con 
qué  se  aderezará  ?  83  Ni  para  la  tie- 
rra ni  para  el  estercolero  es  a  pro- 
pósito ;  afuera  la  echan.  Quien  tie- 
ne oídos  para  oír,  oiga. 

Parábolas  de  la  oveja  descarriada  y 
de  la  dracma  perdida.  15,  1-10 

i  r  3  Acercábanse  a  El  todos  los 
-L,J  publícanos  y  los  pecadores  pa- 
ra oírle.  2  Y  murmuraban  ios  fari- 
seos y  los  escribas,  diciendo  : 


25  Cambia  el  escepario.  Jesús  se  va  acercando  a  Jerusalén. 

3>-'-7  listas  exigencias,  inauditas  en  un  maestro  humano,  son  una  implícita  declara- 
ción de  divinidad.  Sólo  Dios  puede  hablar  así. 

33  Es  sorprendente  e  inesperada  la  moralidad  de  las  dos  parábolas  precedentes. 
Los  recursos  para  acabar  la  torre  o  para  hacer  frente  al  enemigo  no  son  otra  cosa 
que  la  total  renuncia  y  abnegación. 

**  *  I.a  parábola  de  la  sal,  enunciada  enigmáticamente,  confirma  la  moralidad  de 
las  dos  parábolas  precedentes  :  la  necesidad  de  la  abnegación.  El  discípulo  que,  des- 
corazonado, volviese  atrás,  sería  como  la  sal  echada  a  perder  :  para  nada  ya  ser- 
viría. 

-j  jr  '--  En  este  preámbulo  se  contienen  dos  antecedentes,  esenciales  para  la  inteligen- 
-L'-'  cía  de  las  parábolas  que  se  siguen  :  un  hecho  y  una  acusación.  Por  una  parte, 

ACERCÁBANSE    A    Jesús    TODOS    LOS    PUBLICANOS    Y    LOS    PECADORES  ¡     por    Otra,    LOS  FARISEOS 

y  los  escribas  murmuraban  de  El  porque  acogía  A  los  pecadores  y  comía  con  ellos. 
Del  olvido  de  estos  antecedentes  históricos  ha  resultado  falsear  la  interpretación  de 
estas  maravillosas  parábolas.  En  ellas  se  trata  del  mismo  Jesús.  La  denominación  de 
parábolas  de  la  misericordia  divina  no  es  del  todo  propia,  a  no  ser  que  se  entienda  de 
la  divina  misericordia  del  divino  Salvador.  Se  ha  censurado  la  actitud  de  Jesús  con 


15  3-12 


SAN  LUCAS 


15  13-25 


— Ese  acoge  a  los  pecadores  y  co- 
me con  ellos. 

J  Mas  les  propuso  esta  parábola  di- 
ciendo : 

4 — ¿Qué  hombre  de  vosotros,  que 
tenga  cien  ovejas,  si  pierde  una  de 
ellas,  no  deja  las  noventa  y  nueve 
en  el  desierto  y  se  va  a  buscar  la 
Ltrdida,  hasta  que  la  halla  ?  •  V  en 
hallándola,  pónesela  sobre  los  hom- 
bros, 6  y  llegado  a  su  casa  convoca 
a  los  amigos  y  a  los  vecinos  y  les 
dice  :  «Dadme  el  parabién,  porque 
hallé  mi  oveja  perdida.»  '  Os  digo 
que  de  igual  manera  habrá  en  el  cie- 
lo mayor  gozo  por  un  solo  pecador 
penitente  que  no  por  noventa  y  nue- 
ve justos  que  no  tienen  necesidirl 
de  penitencia.  k  ¿  O  qué  mujer  que 
tenga  diez  dracmas,  si  pierde  una 
dracma,  no  enciende  la  lámpara  y 
barre  la  casa  y  la  busca  cuidadosa- 
mente hasta  que  la  halla  ?  9  Y  en 
habiéndola  hallado,  convoca  a  las 
amigas  y  vecinas  y  las  dice  :  «Dad- 
me el  parabién,  porque  hallé  la  drac- 
ma que  había  perdido.»  10  Así,  os  di- 
go, es  motivo  de  gozo  para  los  án- 
geles de  Dios  un  solo  pecador  que 
haga  penitencia. 


Parábola  del  hijo  pródigo.  15,  11-3:2 


11  Y  dijo  : 

—  Un  hombre  tenía  dos  hijos.  12  Y 
dijo  el  menor  de  ellos  a  su  padre  . 
«Padre,  dame  la  parte  de  la  hacien- 


da que  me  corresponde.»  El  Jes  re- 
partió la  hacienda.  "  De  allí  a  no 
muchos  días,  el  hijo  menor,  habién- 
dolo recogido  todo,  se  partió  a  le- 
janas tierras,  y  allí  malbarató  su 
hacienda  viviendo  licenciosamente. 
14  Mas  cuando  lo  hubo  gastado  todo, 
sobrevino  en  aquellas  tierras  grande 
hambre,  y  él  comenzó  a  sentir  nece- 
sidad. 15  Conque  fué  y  se  arrimó  a 
uno  de  los  ciudadanos  de  aquella  re- 
gión, el  cual  le  envió  a  sus  campos 
a  apacentar  puercos.  16  Y  ansiaba  lle- 
nar su  vientre  de  las  algarrobas  (pie 
comían  los  puercos,  y  nadie  se  las 
daba.  17  Y  entrando  en  sí  mismo,  di- 
jo :  «¡Cuántos  jornaleros  de  mi  pa- 
dre andan  sobrados  de  pan,  y  yo 
aquí  perezco  de  hambre  !  4)1  Me  le- 
vantaré y  me  iré  a  mi  padre,  y  le 
diré  :  Padre,  pequé  contra  el  cielo  y 
ante  ti  ;  19  no  soy  digno  de  llamarme 
hijo  tuvo  ;  tómame  como  uno  de  tus 
jornaleros.»  20  Y  levantándose  f-.iése 
a  su  padre.  Estando  él  muy  lejos 
todavía,  viole  su  padre,  y  se  le  en- 
terneció el  corazón,  y  corriendo  ha- 
cia él  echósele  al  cuello  y  se  lo  co- 
mía a  besos.  21  Díjole  el  hijo  :  «Pa- 
dre, pequé  contra  el  cielo  y  ante  ti  ; 
no  soy  ya  digno  de  llamarme  hijo 
tuyo.»  22  Dijo  el  padre  a  sus  criados  : 
«Presto,  sacad  el  mejor  vestido  y 
vestídselo,  y  ponedle  una  sortija  en 
su  mano  y  calzado  en  los  pies  ;  23  y 
traed  el  novillo  cebado  y  matadle,  y 
comamos  y  hagamos  fiesta  ;  31  poi- 
que este  mi  hijo  estaba  muerto  y  re- 
vivó, estaba  perdido  y  fué  hallado.» 
Y  dieron  principio  al  festín.  26  Su  hi. 


los  pecadores,  y  esta  actitud  es  1 
en  particular,  intervienen  tres 
censores  impertinentes.  Estos  p< 
las  parábolas. 

3-10  En  estas  dos  parábolas  paralelas 
las  pecadores  ;  pero  no  es  menos  claro  > 
pide,  son  la  antítesis  o  el  reverso  de  los 

v-3*  La  perla  de  las  parábolas:  tal  es 
literario  cuanto  de  la  inefable  bondad  y 
tos  corazones  humanos  ha  conmovido  y 
de  que  «acoge  a  los  pecadores  y  come  c< 
ción,  responde  Jesús:    ¿Recibir  yo-  a  lo 
pasivamente  a  los  pecadores,  sino  (pu- 
yo con  ellos  i  Tampoco  es  eso  verdad  : 
preparo  un  banquete  y  los  invito  a  come 
hacéis  mal  en  censurar  mi  conducta.  1) 
expresión  de  bondad,  no  menos  admirat 
dre  de  la  parábola  no  sólo  acoge  al  hijo 
puntilloso  y  descomedido,  antes  le  invita 
acoge  a  todos  los  publícanos  y  pecadores,  si 
razones  a  sus  mismos  censores,  dispuesto  a 
la  segunda  parte  es  adicional  o  sobrepuesta 
y  mutilarla  feamente. 


on  las  parábolas  quiere  Jesús  justificar.  Más 
Íes  (o  categorías)  :  Jesús,  los  pecadores,  los 
s  habrán  de  aparecer  de  alguna  manera  en 


n  representa  a  Jesús,  quién  a 
as  y  vecinos,  cuyo  parabién  se 
;cnsores  de  Jesús. 
;a  creación,  no  tanto  del  genio 
del  Corazón  de  Jesús,  que  tan- 
rchabililado.  Ha  sido  acusado 


ak.n.,1. 


holgarse  y  re 
sino  que  trato 
.•¡birlos  tamb 


.  audi 


TI  ^  ibn 


>ja  con  el  hijo 
Jesús  no  sólo 
r  con  blandas 


desconocer  el  sentido  de  la  parábola 


15  26-16  2 


SAN  LUCAS 


16  3-12 


jo  mayor  estaba  en  el  campo  ;  y  co- 
mo al  volver  llegó  cerca  de  la  casa, 
oyó  la  sinfonía  y  las  danzas  ;  26  y 
llamando  a  sí  a  uno  de  los  mucha- 
chos, le  preguntó  qué  era  aquello. 
27  El  le  dijo  :  «Ha  vuelto  tu  herma- 
no, y  tu  padre  mató  el  novillo  ce- 
bado, porque  le  recobró  sano.»  aEno- 
jóse  y  no  quería  entrar  ;  mas  su  pa- 
dre, saliendo,  le  instaba.  29  El,  res- 
pondiendo, dijo  a  su  padre  :  «Tan- 
tos años  como  te  sirvo,  sin  haber 
jamás  traspasado  tu  mandato,  y  ja- 
más me  diste  un  cabrito  para  hol- 
garme  con  mis  amigos  ;  80  mas  así 
que  vino  ese  tu  hijo  que  ha  consu- 
mido tu  hacienda  con  malas  muje- 
res, mataste  para  él  el  novillo  ce- 
bado.» 31  Mas  él  le  dijo  :  «Hijo,  tú 
siempre  estás  conmigo,  y  todas  mis 
cosas  son  tuyas  ;  32  mas  era  razón 
holgarse  y  regocijarse,  porque  este 
hermano  tuyo  estaba  muerto  y  revi- 
vió, estaba  perdido  y  fué  hallado.» 

Parábola  del  mayordomo  infiel. 
i6,  1-13 

"i  ¿  1  Decía  también  a  los  discípu- 
-Lt'    los  : 

— Era  un  hombre  rico  que  tenía 
un  mayordomo,  el  cual  fué  acusado 
ante  él  de  que  disipaba  su  hacien- 
da. 2  Y  habiéndole  llamado,  le  dijo  : 


«¿Qué  es  eso  que  me  cuentan  de  ti? 
Ríndeme  cuentas  de  tu  administra- 
ción, porque  no  podrás  en  adelante 
seguir  de  mayordomo.»  3  Dijo  para  sí 
el  mayordomo  :  «¿Qué  voy  a  hacer, 
ya  que  mi  amo  me  quita  la  mayor- 
domía  ?  ¿  Cavar  ?  No  puedo.  ¿  Mendi- 
gar? Me  da  vergüenza.  'Ya  sé  qué 
haré  para  que,  cuando  sea  destituido 
de  la  mavordomía,  me  reciban  en 
mis  casas.»  5  Y  llamando  a  cada  uno 
de  los  deudores  de  su  amo,  decía 
al  primero  :  «¿Cuánto  debes  a  mi 
amo  ?»  6  El  dijo  :  «Cien  batos  de  acei- 
te.» El  le  dijo  :  «Toma  tu  factura, 
v  siéntate  al  punto  y  escribe  :  Cin- 
cuenta.» '  Luego  dijo  a  otro  :  «¿Y  tú 
cuánto  debes  ?»  El  dijo  :  «Cien  co- 
ros de  trigo.»  Dícele :  «Toma  tu  fac- 
tura y  escribe  :  Ochenta.»  8  Y  alabó 
el  amo  al  mayordomo  infiel,  porque 
había  obrado  sagazmente  ;  porque 
los  hijos  de  este  siglo  son  más  sa- 
gaces que  los  hijos  de  la  luz  en  el 
trato  con  sus  semejantes.  9  Yo  tam- 
bién os  digo  :  granjeaos  amigos  con 
esa  riqueza  de  iniquidad,  para  que, 
cuando  os  venga  a  faltar,  os  reci- 
ban en  las  moradas  eternas. 

10  — Quien  es  fiel  en  lo  mínimo, 
también  en  lo  mucho  es  fiel ;  y  quien 
en  lo  mínimo  es  infiel,  también  en 
lo  mucho  es  infiel.  11  Si,  pues,  en 
las  riquezas  de  iniquidad  no  fuisteis 
fieles,  ¿quién  os  confiará  los  verda- 
deros bienes  ?  12  Y  si  en  lo  ajeno  no 


-i  f*  M  El  valor  o  capacidad  del  bato  fué  variando  con  el  tiempo.  Antiguamente  el 
4-"  bato  contenía  36,  44  (ó  36,92)  litros  ;  posteriormente,  39,55  (ó  40,05)  litros.  El 
coro  equivalía  a  10  batos. 

8  Alabó  el  amo  :  no  es  Jesús,  sino  el  amo  quien  alaba  ;  y  lo  que  alaba  no  es 
el  fraude,  sino  la  sagacidad  ;  y  esta  alabanza  no  pudo  ser  muy  cordial.  La  sagacidad 
de  los  hijos  de  este  siglo  para  el  mal  es  un  reproche  de  la  indolencia  o  inepcia 
de  los  hijos  de  la  luz  para  el  bien. 

•Granjeaos  amigos...:  es  la  moralidad  de  la  parábola,  que  se  saca,  directamente, 
de  la  sagacidad  del  mayordomo  infiel  ;  pero  se  alude  también  a  su  fraude,  1  ior 
cuanto  la  riqueza  se  llama  riqueza  de  iniquidad.  Los  amigos  que  se  granjean  son 
los  pobres  socorridos,  a  quienes  se  atribuye  la  estupenda  prerrogativa  de  recibir 
en  las  moradas  eternas  a  los  ricos  bienhechores.  Como  los  ricos  reciben  de  Dios  los 
bienes  temporales  no  sólo  para  sí,  sino  también  para  los  pobres,  así  los  pobres 
reciben  los  bienes  eternos  no  sólo  para  sí,  sino  también  para  los  ricos,  a  quienes, 
por  sus  limosnas,  hacen  partícipes  del  galardón  prometido  a  la  pobreza. 

10  La  fidelidad  en  lo  pequeño  es  la  mejor  disposición  para  la  fidelidad  en  lo  gran- 
de. Y  también,  proporcionalmente,  la  infidelidad.  Esta  sentencia  del  Maestro  ha 
creado  grandes  santidades  y  ha  prevenido  grandes  crímenes. 

11  Consecuencia  o  aplicación  de  la  sentencia  precedente.  Lo  mínimo  son  las  ri- 
quezas ;  1.0  mucho  son  los  verdaderos  bienes,  es  decir,  los  espirituales,  los  propios 
del  reino  de  Dios. 

12  Nueva  expresión  de  la  misma  consecuencia.  Lo  temporal  se  llama  ajeno  o  ex- 
traño, por  cuanto  cae  fuera  de  nosotros  ;  lo  espiritual  se  llama  vuestro,  porque  es 
algo  perteneciente  a  nuestra  integridad  o  constitución  personal.  En  absoluto,  em- 
pero, la  expresión  podría  tener  sentido  o  matiz  diferente.  Si  en  el  manejo  de 
bienes  extraños,  en  que  el  respeto  a  los  derechos  ajenos  o  el  temor  de  la  justicia 
podría  cohibir  el  despilfarro,  fuisteis  infieles,  ¿  cómo  se  os  va  a  permitir  la  libre 
disposición  de  vuestros  propios  bienes  ? 


—  172  — 


16  13-18 


SAN  LUCAS 


16  19-28 


fuisteis  fieles,  ¿lo  vuestro  quién  os 
lo  dará? 

u  — Ningún  criado  puede  servir  a 
dos  amos ;  porque  o  bien  al  uno  abo- 
rrecerá y  al  otro  amará,  o  bien  se 
entregará  al  primero  y  tendrá  en  po- 
co al  segundo.  No  podéis  servir  a 
Dios  y  al  dinero. 


Son  reprendidos  los  fariseos  por  su 
avaricia.  16,  14-18 

14  Oían  todas  estas  cosas  los  fari- 
seos, que  eran  amigos  del  dinero,  y 
hacían  mofa  de  él. 

16  Y  les  dijo  : 

— Vosotros  sois  los  que  blasonáis 
de  justos  delante  de  los  hombres  ; 
mas  Dios  conoce  vuestros  corazones ; 
porque  lo  encumbrado  a  juicio  de 
los  hombres  es  abominación  a  los 
ojos  de  Dios.  16  La  Ley  y  los  profe- 
tas terminan  en  Juan  ;  desde  enton. 
ees  es  anunciada  la  buena  nueva  del 
reino  de  Dios,  y  todos  forcejean  por 
entrar  en  él.  17  Pero  más  fácil  es  que 
pasen  el  cielo  y  la  tierra  que  no  que 
caiga  una  sola  tilde  de  la  Ley.  18  To- 
do el  que  repudia  a  su  mujer  y  se 
casa  con  otra,  comete  adulterio  ;  y 
quien  se  casa  con  la  que  ha  sido 
repudiada  por  su  marido,  comete 
adulterio. 


Parábola  del  epulón  y  de  Lázaro. 
16,  19-31 

"  Era  un  hombre  rico,  que  vestía 
púrpura  y  lino  fino  y  banqueteaba 
cada  día  espléndidamente.  *  Por  el 
contrario,  un  pobre,  por  nombre  Lá- 
zaro, estaba  tendido  junto  a  su  puer. 
ta,  cubierto  de  úlceras,  21  y  desean- 
do hartarse  de  lo  que  caía  de  la  me- 
sa del  rico  ;  pero  hasta  los  perros 
venían  y  lamían  sus  úlceras.  22  Su- 
cedió que  murió  el  pobre  v  fué  lle- 
vado por  los  ángeles  al  seno  de  Abra, 
hán.  Murió  también  el  rico  y  fué 
sepultado.  22  Y  estando  en  el  infier- 
no, en  medio  de  tormentos,  levanta 
sus  ojos  y  ve  a  Abrahán  a  lo  le- 
jos y  a  Lázaro  en  su  seno.  24  Y  le- 
vantando la  voz,  dijo  :  «Padre  Abra- 
hán, compadécete  de  mí  y  manda  a 
Lázaro  para  que  moje  la  punta  de 
su  dedo  en  agua  y  refresque  mi  len- 
gua, porque  me  abraso  en  estas  lla- 
mas.» 25  Dijo  Abrahán  :  «Hijo,  re- 
cuerda que  recibiste  tus  bienes  en 
tu  vida,  y  Lázaro  asimismo  los  ma- 
les ;  ahora,  en  cambio,  él  aquí  es 
consolado  y  tú  eres  atormentado. 
26 Y  a  todo  eso,  entre  nosotros  y  vos- 
otros se  interpone  una  sima  infran- 
queable, de  suerte  que  los  que  quie- 
ran pasar  de  aquí  a  vosotros  no 
puedan,  ni  tampoco  de  ahí  pasan  a 
nosotros.»  27  Y  dijo:  «Te  ruego,  pues, 
padre,  que  le  envíes  a  casa  de  mi 
padre —  pues  tengo  cinco  herma- 
nos— ,  para  que  les  dé  testimonio  de 


13  El  Dinero,  contrapuesto  a  Dios,  rival  de  Dios,  se  presenta  como  un  Idolo  a 
quien  se  rinde  culto  sacrilego. 

16-18  x0  se  ve  fácilmente  el  nexo  lógico  de  estos  cuatro  versículos,  que  tanto 
pueden  ser  fragmentos  desligados  de  un  discurso  más  largo  como  sentencias  toma- 
das de  varios  discursos  pronunciados  en  aquella  ocasión. 

u  Sentencia  severísima,  que  descalifica  tantas  justicias  orgullosas  y  tantos  en- 
cumbramientos humanos. 

"  La  ley  y  los  profetas  son  el  Antiguo  Testamento ;  el  Nuevo  se  inaugura  con 
la  buena  nueva  del  reino  de  Dios,  esto  es,  el  Evangelio.  ||  Todos  forcejean  por 
■OTRAS  en  él,  menos  vosotros  los  fariseos  (Mt.  11,  12-19 ;  21,  3*-38). 

>»-s>  La  complejidad  de  esta  parábola  ha  desorientado  a  no  pocos  intérpretes. 
En  su  concepto  simplista  y  unitario  de  la  parábola  no  encajaba  esta  riquísima 
parábola,  repleta  de  enseñanzas,  y,  no  obstante,  tan  homogénea,  coherente  y  na- 
tural. Más  razonable  es  amoldar  las  teorías  a  los  hechos  que  no  violentar  los  hechos 
para  que  se  adapten  a  las  teorías.  La  parábola  del  epulón  lleva  el  cuño  incon- 
fundible del  gran  Maestro  del  género  parabólico,  que  ha  sabido  asociar  y  fundir 
la  riqueza  y  variedad  doctrinal  con  la  máxima  sencillez  dramática.  Los  antece- 
dentes y  circunstancias  explican  la  complejidad  doctrinal  y  también,  a  lo  que  pa- 
rece, la  selección  de  la  imagen  parabólica.  Se  ha  mencionado  poco  antes  (16,  14) 
la  avaricia  de  los  fariseos,  se  ha  insinuado  su  incredulidad,  se  ha  hablado  de  la 
ley  y  los  profetas  (16,  15-16)  ;  sobre  esto,  muy  pronto  va  a  ser  resucitado  un  muerto 
llamado  precisamente  Lázaro.  Todas  estas  circunstancias  toman  cuerpo  en  la  ma- 
ravillosa parábola,  que  en  virtud  de  ellas  adquiere  mayor  realismo  y  significación. 
Mucho  se  ha  discutido  si  es  ésta  una  parábola,  o  una  historia,  o  una  narración 


—  173  — 


16  29-17  4 


SAN  LUCAS 


17  5-1 1 


estas  cosas,  no  sea  que  también  ellos 
vengan  a  este  lugar  de  la  tortura.» 
-"'  Dii-e  Abrahán  :  «Tienen  va  a  Moi- 
sés y  a  los  profetas  ;  escúchenlos.» 
3"  El  dijo  :  «No,  padre  Abrahán,  si- 
no que,  si  fuere  a  ellos  alguno  de 
los  muertos,  harán  penitencia.»  31  Dí- 
jole  :  «Si  no  escuchan  a  Moisés  y 
a  los  profetas,  tampoco  se  dejarán 
persuadir  si  alguno  resucitare  de  en- 
tre los  muertos.» 


Evitar  los  escándalos ,  perdonar  loa, 
ofensas.  17,  1-4 

-1  1-1  1  Y  dijo  a  sus  discípulos  : 
-*-  '  — Es  imposible  que  los  escán- 
dalos no  vengan  ;  mas  ¡  ay  de  aquel 
por  quien  vienen  !  :  Más  le  valiera 
que  le  colgaran  al  cuello  una  rueda 
de  molino  y  le  precipitaran  en  <?1 
mar,  antes  que  escandalizar  a  uno 
de  estos  pequeñuelos.  3  Mirad  por 
vosotros. 

— Si  pecare  tu  hermano,  reprénde- 
le ;  y  si  se  arrepintiere,  perdónale. 
4  Y  si  siete  veces  al  día  pecare  con- 
tra ti  y  siete  veces  se  volviere  a  ti, 
diciendo  :  «Me  arrepiento»,  le  perdo- 
narás. 


Eficacia  de  la  fe.  «Siervos  inúliles 
somos».  17,  5-10 

r'  Dijeron  los  apóstoles  al  Señor  : 
—Auméntanos  la  fe. 
0  Dijo  el  Señor  : 

— Si  tuvierais  fe  como  un  granito 
de  mostaza,  diríais  a  este  moral  : 
■  Arráncate  de  raíz  y  plántate  en  el 
mar»,  y  os  ol>edecería. 

'  — Si  uno  de  vosotros  tiene  un  es- 
clavo ocupado  en  la  labranza  o  en 
el  pastoreo,  cuando  llega  a  casa_  a 

«Presto,  ven  acá,  ponte  a  la  mesa»  ? 
8  ¿No  le  dirá  más  bien  :  «Prepárame 
de  cenar  y  ciñéndote  sírveme,  has- 
ta que  yo  coma  y  beba,  y  después 
comerás  y  beberás  tú»  ?  •  ¿  Por  ven- 
tura queda  reconocido  al  esclavo  por- 
que cumplió  lo  que  le  ha  ordenado  ? 
"'  Así  también  vosotros,  cuando  hu- 
biereis hecho  todo  lo  que  se  os  ha 
ordenado,  decid  :  «Siervos  somos  sin 
provecho  ;  lo  que  debíamos  hacer, 
eso  hemos  hecho.» 

Camino  de  Jernsale'n :  sana  Jesús  a 
diez  leprosos.  17,  11-19 

"  Acaeció  que,  al  dirigirse  El  a  Je- 
rusalén,  pasaba  por  entre  los  confi- 
nes de  Samaria  y  Galilea. 


17 


parte  histórica,  parir  fingida.  Hoy,  generalmente,  se  cree  que  se  trata  <lc  una 
simple  parábola;  pero  110  es  esto  razón  de  mucho  peso  para  quien  tiene  presentes 
los  capricho^  de  la  moda  exegétiea.  Si  es  parábola,  pudo  aludir  a  un  hecho  histó- 
rico ;  si  es  historia,  no  hay  duda  de  que  se  describe  con  muchos  rasgos  metafó- 
ricos. De  todos  modos,  la  elección  del  nombre  de  Lázaro,  sea  histórico,  sea  fingido, 
es  intencionada  y  preludia  la  resurrección  de  Lázaro  de  Betania.  A  la  luz  de  esta 
intención,  la  conclusión  de  la  parábola  adquiere  visos  trágicos  y  es  una  profecía 
de  la  incredulidad  de  los  judíos,  que  no  creerán  ni  con  la  resurrección  de  Lázaro 
ni  con  la  del  mismo  Jesús.  Esta  sentencia,  que  suena  a  paradoja,  encierra  una 
triste   verdad,    que   la   incredulidad    moderna   confirma  diariamente. 

dos  instrucciones  sobre  los  escándalos  y  el  perdón  de  las  ofensas  pa- 
ulas en  el  retiro  de  Efrén  IJn.  11,  54)  después  de  la  resurrección  de  Láza- 
ro, y  coinciden  con  las  propuestas  en  San  Mateo  (18,  6-7.  15,  21-221  por  el  mismo 
tiempo,  si  ya  no  son  su  repetición  reiterada. 

Señor  que  se  la  acreciente.  Esta  fe  no  es  precisamente  la  fe  teologal,  sino  más 
bien  la  llamada  fe  Je  los  milagros ;  aunque,  por  otra  parte,  no  hay  que  exagerar 
la,  distinción  de  esta  doble  fe.  La  fe  teologal,  si  es  plena  y  lógica,  entraña  en  sí 
la  fe  de  los  milagros,  que  espontáneamente  se  manifestará  y  actuará,  siempre  que 

de  la  palabra  de  Jesús,  que  tomaba  pie  de  las  circunstancias  actuales. 

'-10  La  moraleja  de  esta  parábola  casera  se  reduce  a  que  la  genuina  humildad 
es  una  verdad  de  sentido  comúii.  La  expresión  final  Sirrvos  somos  sin  PROVECHO 
debe  interpretarse  por  el  contexto,  y  quiere  decir  que  el  cumplimiento  del  deber 
no  da  derecho  a  gloriarse.  Y  tratándose  del  servicio  a  Dios,  al  cual  definitivamente 
se  refiere  la  sentencia,  las  palabras  son  rigurosamente  exactas,  dado  que  nuestro 
servicio  no  acarrea  a  Dios  ningún  provecho. 

u  A  Jerusalén  :  es  ya  la  última  etapa  del  largo  viaje. 


—  174  — 


17  12-22 


SAN  LUCAS 


17  23-31 


12  Y  al  entrar  El  en  cierta  aldea, 
le  salieron  al  encuentro  diez  hom- 
bres leprosos,  los  cuales,  mantenién- 
dose a  distancia,  "levantaron  la  voz, 
diciendo  : 

— Jesús,  Maestro,  compadécete  de 
nosotros. 

"  Luego  que  los  vió,  les  dijo  : 

— Id  y  mostraos  a  los  sacerdotes. 

Y  sucedió  que  mientras  iban  que- 
daron limpios.  15  Uno  de  ellos,  vien. 
do  que  había  sido  curado,  volvió 
atrás,  glorificando  a  Dios  a  grandes 
voces,  "  v  cayendo  sobre  su  rostro  a 
los  pies  de  Jesús,  le  dió  gracias.^  Era 
un  samaritano.  17  Tomando  Jesús  la 
palabra,  dijo  : 

— ¿  No  quedaron  limpios  los  diez  ? 
Y  los  otros  nueve,  ¿  dónde  están  ? 
18  ¿No  se  hallaron  quienes  volviesen 
a  dar  gloria  a  Dios,  sino  ese  extran- 
jero ?  19  Y  le  dijo  : 

— Levántate  y  vete  ;  tu  fe  te  ha 
salvado. 

Advenimiento  dei  reino  de  Dios. 


50  Preguntado  por  los  fariseos  : 

— ¿Cuándo  viene  el  reino  de  Dios  ? 

Les  respondió  y  dijo  : 

—No  viene  el  reino  de  Dios  con 
aparato,  21  ni  dirán  :  «Aquí  está»,  o 
«Allí»  ;  mirad  que  el  reino  de  Dios 
está  dentro  de  vosotros. 

*  Y  dijo  a  los  discípulos  : 


— Vendrán  días  en  que  deseéis  ver 
uno  de  los  días  del  Hijo  del  hom- 
bre, y  no  lo  veréis.  25  Y  os  dirán  : 
«Aquí  está»,  «Allí  está»  ;  no  vayáis 
ni  andéis  tras  ello.  24  Porque  como 
el  relámpago,  al  relampaguear,  re- 
corre con  su  brillo  todo  el  cielo  de 
un  extremo  al  otro,  así  será  el  Hijo 
del  hombre  en  su  día.  35  Pero  antes 
es  menester  que  El  padezca  mucho 
y  sea  reprobado  por  esta  generación. 
26  Y  como  aconteció  en  los  días  de 
Noé,  así  será  también  en  los  días 


del  Hijo  del  hombre 


en 


be. 


que  Xoé  entró 
luvio,  que  aca- 


bó con  todos.  ■«Asi-ni 
,teció  en  los  días  de  Lot :  comían,  be- 
bían, compraban,  vendían  ;  planta- 
ban, edificaban  ;  20  mas  el  día  que 
salió  Lot  de  Sodoma  llovió  fuego  y 
azufre  del  cielo,  que  acabó  con  to- 
dos. 30  Esto  mismo  pasará  el  día  en 
que  el  Hijo  del  hombre  aparezca. 
31  En  aquel  día,  si  uno  se  hadla  en  ^1 
terrado  y  tiene  sus  cosas  dentro  de 
casa,  no  baje  a  tomarlas  ;  y  asimis* 
mo  quien  esté  en  el  campo  no  vuel- 
va atrás.  32  Acordaos  de  la  mujer  de 
Lot.  23  Quien  buscare  poner  en  co- 
bro su  vida,  la  perderá  ;  y  quien  la 
perdiere,  la  salvará.  31  Os  aseguro 
que  en  esa  noche  estarán  dos  en 
una  cama  :  el  uno  í 


el 


"  Mostraos 
curación  de  la 
de  llegar  a  Je 
el  leproso  sa 


LOS   SACERDOTES  :    como  la 

?ra,  Jesús  promete  implíe 
alen.  Ellos  creyeron,  y 
taño  se  sometió  a  la  ordt 


¡.n.-or 


presentarse 


13  Uno  de  ellos...  volvió  atrás  :  parece  que  la  eur: 
muy  pronto  después  de  su  encuentro  con  Jesús.  Así  s 
de  Jesús  de  que  con  el  samaritano  no  hubieran  vuelto 
nueve. 

19  Tu  FE  TE  HA  salvado  :  si  la  fe  en  la  palabra  de  Jesús  había  sido  principio  de 


cerdote  exigía  la  previa 
osos  que  curarían  antes 
is  curioso  que  también 
1  sacerdote  judío, 
de  los  leprosos  ocurrió 
explica  mejor  la  extrañeza 
darle  las  gracias  los  otros 


su  curación,  la  plena  fe  en  su  persona  fué  pn 
21  Dentro  de  vosotros  :  es  decir,  en  vuest: 
es  el  sentido  propio  de  la  expresión  original, 
puesto  a  la  aparatosidad  exterior,  el  reino  de  : 
tspiritjal  e  interior.  Otros  interpretan  «en  mee 
los  términos  ni  el  contexto  favorecen  semejant 
z*-*  El  sentido  de  este  pasaje  oscuro  parece 
ción  en  que  deseéis  volver  a  ver  y  vivir  uno  so 
días  en  que  el  esposo  os  habrá  sido  arrebatad 
como  ahora,  lo  que  tantos  profetas  y  reyes  des 
tal  día  ya  no  lo  veréis.  Os  dirán  entonces  :  «Aq 
e%  relámpago,  tal  será  en  su  día  la  venida  del  Hijo  del  hombre.  Mas  antes,  muy 
pronto,  ha  de  padecer.  Para  entender  la  ilación  de  este  razonamiento,  en  que  se 
pasa  de  la  primera  venida,  silenciosa,  a  la  segunda,  fulgurante,  hay  que  tenei 
presente  la  estrecha  conexión  de  estas  dos  venidas,  que  no  son  sino  dos  fases  elel 
advenimiento  del  Hijo  del  hombre  o  del  único  reino  de  Dios.  Si  es  funesto  con- 
fundir las  dos  fases,  también  puede  serlo  desvincularlas. 

32  Acordaos  de  la  mujer  df.  Lot  :  como  en  los  elías  de  Lot  sobrevino  inesperada- 
mente el  castigo  del  cielo,  así  sobrevendrá  súbitamente  el  día  del  Hijo  del  hombre. 


ipio  de  su  salud  espiritual, 
interior,  en  vuestro  corazón.  Tal 
así  lo  exige  el  contexto.  Contra 
ds  no  puede  ser  aquí  sino  el  reino 
de  vosotrosi  ;  pero  ni  el  valor  de 
interpretación. 

er  éste  :  Vendrán  días  de  tribula- 

DE  LOS  DÍAS  DEL  HlJO  DEL  HOMBRE  ¡ 

(5i  35)i  días  en  que  ya  no  veréis, 
ron  ver,  y  no  vieron  (10,  24)  ;  pero 
está  :  NO  lo  creáis.  Porque,  como 


17  35  -18  8 


SAN  LUCAS 


18  9"1G 


otro  será  dejado.  38  Estarán  dos  mu- 
jeres moliendo  juntas  :  la  una  será 
lomada  y  la  otra  será  dejada. 

36  Y  tomando  la  palabra,  le  dicen  : 

— ¿  Dónde,  Señor  ? 

31  El  les  dijo  : 

—Donde  estuviere  el  cuerpo,  alH 
también  se  juntarán  las  águilas. 

Parábola  del  juez  inicuo  y  de  la 
viuda.  18,  i-8 

1  O  1  Les  proponía  una  parábola 
ío  en  orden  a  que  es  menester 
siempre  orar  y  no  desfallecer,  3  di- 
ciendo : 

— Había  un  juez  en  cierta  ciudad, 
que  ni  temía  a  Dios  ni  respetaba  a 
hombre.  3  Había  también  en  aquella 
ciudad  una  viuda,  que  venía  a  él  y 
le  decía:  «Hazme  justicia  de  mi  con- 
trario.» 4  Y  por  algún  tiempo  no  que. 
ría.  Pero  luego  se  dijo  para  sí :  «Ver. 
dad  es  que  ni  temo  a  Dios  ni  respe- 
to a  hombre  ;  6  con  todo,  porque  esa 
viuda  me  importuna,  le  haré  justi- 
cia, no  sea  que  al  fin  venga  y  me 
abofetee.» 

6  Y  dijo  el  Señor  : 

— ( lid  lo  que  dice  el  juez  inicuo. 
'  ¿Y  Dios  no  hará  justicia  a  sus  es- 
cogidos, que  claman  a  él  día  y  no- 
che, y  se  mostrará  remiso  en  su  cau- 
sa ?  8  Os  digo  que  les  hará  justicia 
sin  tardar.  Pero  el  Hijo  del  nombre 
al  venir,  ¿  por  ventura  hallará  la  fe 
sobre  la  tierra  ? 


Parábola  del  fariseo  y  del  publicano. 
18,  9-14 

"Propuso  también  esta  parábola  pa- 
ra algunos  que  presumían  de  sí  mis- 
mos como  de  hombres  justos  y  me- 
nospreciaban a  los  demás  : 

10  — .Dos  hombres  subieron  al  tem- 
plo a  orar  :  el  uno  fariseo  y  el  otro 
publicano.  n  El  fariseo,  de  pie,  ora- 
ba para  sí  de  esta  manera  :  « ¡  Oh 
Dios!,  gracias  te  doy  porque  no  soy 
como  los  demás  hombres  :  ladrones, 
injustos,  adúlteros,  o  también  como 
ese  publicano;  "ayuno  dos  veces  por 
semana ,  pago  el  diezmo  de  todo 
cuanto  poseo.»  13  Mas  el  publicano, 
manteniéndose  a  distancia,  no  osa- 
ba siquiera  alzar  los  ojos  al  cielo, 
sino  que  golpeaba  su  pecho,  dicien- 
do :  «¡Oh  Dios,  ten  piedad  de  este 
pecador !»  14  Os  digo  que  éste  bajó  a 
su  casa  justificado  más  bien  que 
aquél  ;  porque  todo  el  que  se  ensal- 
za será  humillado,  v  el  que  se  humi- 
lla será  ensalzado. 


Jesús  y  los  niños.  18,  15-17 
(  =  Mt.  19,  13-15  =Mc.  10,  13-16) 

"  Y  le  presentaban  también  los 
tiernos  niños  para  que  los  tocase  ; 
pero  viéndolo  los  discípulos,  les  re- 
ñían. 38  Mas  Jesús  los  llamó  a  sí,  di- 
ciendo : 

— Dejad  que  los  niños  vengan  a 


Para  que  este  tifa  no  os  halle  desprevenidos,  estad  preparados.  La  principal  prepa- 
ración ha  de  ser  tener  el  corazón  totalmente  despegado  de  los  bienes  terrenos.  De 
lo  contrario,  el  apego  a  esos  bienes  os  hará  volver  la  vista  atrás,  como  a  la  mujer 
de  Lot,  y,  como  la  mujer  de  Lot,  pereceréis.  Tal  es  el  recuerdo  de  la  mujer  de 
I.ot  que  inculca  el  Maestro. 


La  moraleja  de  esta  parábola  realista  se  expresa  al  principio  y  al  fin  :  que  es 

MENESTER   SIEMPRE   ORAR   Y   NO   DESFALLECER    (V.    i);    porque   DlOS,  SIN   TARDAR,  HARÁ 

justicia  A  sus  escogidos.  Esto  explica  el  sentido  de  la  sentencia  final.  Por  una  parte, 
la  fuerza  de  la  oración  estriba  en  la  fe  ;  por  otra,  el  tiempo  de  la  justicia  divina 
será  el  segundo  advenimiento  de  Cristo.  Pregunta,  pues,  el  Maestro  :  cuando  venga 
el  Hijo  del  hombre,  que  será  el  tiempo  de  hacer  justicia,  ¿serán  muchos  los  que, 
como  la  mujer  de  la  parábola,  clamen  a  Dios  con  fe  pidiendo  justicia  contra  sus 
injustos  opresores  ? 

a-14  También  esta  parábola  está  encuadrada  por  la  doble  expresión,  inicial  y  final, 
de  la  moraleja,  que  es,  no  precisamente  la  eficacia  de  la  oración,  sino  el  valor  de 
la  humildad  a  los  ojos  de  Dios.  El  díptico  contrapuesto,  del  fariseo  soberbio  y  del 
publicano  humilde,  es  bajo,  todos  aspectos,  una  maravilla.  Es  también  esta  pará- 
bola, diáfana,  una  prueba  palpable  de  la  claridad  que  puede  alcanzar  el  género 
parabólico. 

Es  un  idilio  encantador,  que,  iluminado  con  la  palabra  del  Maestro,  reviste 
Inmensa  trascendencia  de  pensamiento  y  entraña  enormes  consecuencias,  no  ain 


-176- 


18  !7-25 


SAN  LUCAS 


18  -6-35 


mí,  y  no  se  lo  estorbéis,  pues  de  los 
tales  es  el  reino  de  Dios.  17  En  vei- 
dad  os  digo,  quien  no  reciba  el  rei- 
no de  Dios  como  niño,  no  entrará 
en  él. 

El  ¡oven  rico    18,  18-23  (  =  Mt.  ig, 
16-22  =Mc.  10,  17-22) 

"Y  le  preguntó  cierta  persona  prin- 
cipal : 

— Maestro  bueno,  ¿  qué  he  de  ha- 
cer para  poseer  la  vida  eterna  ? 
"  Díjole  Jesús  : 

— ¿  A  qué  me  llamas  bueno  ?  Nadie 
es  bueno  sino  sólo  Dios.  20  Conoces 
los  mandamientos:  «No  adulteres, 
no  mates,  no  robes,  no  des  falso  tes- 
timonio, honra  a  tu  padre  y  a  tu  ma- 
dre» (Ex.  20,  12-16  ;  Dt.  5,  16-20) 

21  El  dijo  : 

— Todas  estas  cosas  guardé  desde 
mi  juventud. 

-  Oyendo  esto  Jesús,  le  dijo  : 

— Una  cosa  te  falta  :  vende  todo 
cuanto  tienes  y  distribuyelo  a  los  po. 
bres,  y  tendrás  un  tesoro  en  los  cie- 
los ;  y  vuelto  acá,  sigúeme. 

23  El,  al  oír  esto,  se  jjuso  muv  tris- 
te, porque  era  enormemente  rico. 

Veligro  de  la  riqueza,  galardón  de 
la  pobreza.  18,  24-30  (=Mt.  19,  23-30 
=  Mc.  io,  23-31) 

24  Viéndole  Jesús,  dijo  : 

—  ¡  Cuán  difícilmente  \o<  que  po- 
seen riquezas  entran  en  el  reino  de 
Dios  !  25  Más  fácil  es  entrar  un  ca- 
mello por  un  ojo  de  aguja  que  en- 


trar un  rico  en  el  reino  de  Dios. 
26  Dijeron  los  que  esto  oyeron  : 
— ¿  Y  quién  podrá  salvarse  ? 
21  El  dijo  : 

— Lo  imposible  para  los  hombres, 
posible  es  para  Dios. 
25  Dijo  Pedro  : 

— Nosotros  ya   ves  que,  dejadas 
nuestras  cosas,  te  seguimos. 
29  El  les  dijo  : 

— En  verdad  os  digo,  nadie  hay 
que  dejó  casa,  o  mujer,  o  hermanos, 
o  padres,  o  hijos  ipor  causa  del  rei- 
no de  Dios,  30  que  no  lo  recobre  mul- 
tiplicado en  el  tiempo  presente,  y 
en  el  siglo  venidero  la  vida  eterna. 

Nuevo  anuncio  de  la  pasión.  18,  31-34 
(  =  Mt.  20,  17-19  =Mc.  10,  32-34) 

81  Tomando  consigo  a  los  Doce,  les 
dijo  : 

— Mirad,  subimos  a  Jerusalén,  y  se 
cumplirán  para  el  Hijo  del  hombre 
todas  las  cosas  escritas  por  los  pro- 
fetas ;  32  porque  será  entregado  a  los 
gentiles,  y  escarnecido,  y  ultrajado, 
y  escupido  ;  "  y  después  de  azotarle 
íe  matarán,  y  al  tercer  día  resuci- 
tará. 

31  Y  ellos  nada  de  esto  entendie- 
ron, y  era  este  lenguaje  encubierto 
para  ellos,  y  no  sabían  lo  que  se  les 
decía. 

El  ciego  de  Jericó.  18,  35-43 
(  =  Mt.  20,  29-34  =Mc.  io,  46-52) 

M  Y  aconteció  que,  al  acercarse  El 
a  Jericó,  un  ciego  estaba  sentado  a 


vislumbres  trágicas.  ¡Qué  contraste  entre  el  amor  del  Maestro  a  la  inocencia  infan- 
til y  el  enojo  de  los  discípulos  por  las  impertinencias  de  los  chiquillos !  En  la  pa- 
labra del  Maestro  se  halla  expresada  la  doctrina  de  la  infancia  espiritual  ;  de  ella 
arrancan  todas  estas  obras  maravillosas  a  favor  de  la  niñez,  que  son  una  de  las  más 
puras  glorias  de  los  siglos  cristianos ;  y  ella  nos  da  la  clave  de  la  incredulidad  de 
muchos  hombres,  que,  no  resignándose  a  hacerse  niños,  se  hacen  incapaces  de  entrar 
en  el  reino  de  Dios. 

'  18-3!  Esta  escena,  que  comienza  idílicamente,  acaba  trágicamente,  por  la  negra 
codicia  de  las  riquezas,  que  tantas  vocaciones  apostólicas  ha  agostado  en  flor. 

M-a  Recalca  el  Maestro  la  significación  moral  del  hecho  precedente  :  la  incom- 
patibilidad entre  la  codicia  de  riquezas  y  la  entrada  en  el  reino  de  los  cielos. 

x~30  La  interesada  espontaneidad  de  Pedro  provoca  la  generosa  declaración  del' 
Maestro,  que  es  un  comentario  de  aquella  sentencia  :  tBuscad  el  reino  de  Dios,  y 
esas  cosas  se  os  darán  por  añadidura»  (12,  31). 

»-»»  Otra  vez,  con  nuevos  pormenores,  anuncia  el  Maestro  su  .inminente  pasión. 
Con  la  clarividencia  del  Maestro  contrasta  la  inverosímil  incomprensión  y  cerrazón 
de  los  discípulos. 

"  Al  acercarse  a  Jericó  :  la  discrepancia  entre  San  Lucas  y  los  otros  dos  sinóp- 
ticos, que  colocan  el  milagro  a  la  salida  de  Jericó  ¡Mt.  20,  :q  ;  Me.  io,  46),  lia  dado 


18  36-19  3 


SAN  LUCAS 


19  4-12 


la  vera  del  camino  mendigando.  x  Y 
oyendo  la  turba  que  por  allí  pasa- 
ba, preguntaba  qué  era  aquello.  37  Y 
le  enteraron  de  que  pasaba  Jesús  el 
de  Nazaret.  3,1  Y  se  puso  a  gritar,  di- 
ciendo : 

— Jesús,  Hijo  de  David,  ten  com- 
pasión de  mí. 

3J  Y  los  que  marchaban  delante  le 
increpaban  para  que  se  callase.  Pero 
él  gritaba  mucho  más  : 

— Hijo  de  David,  ten  compasión 
de  mí. 

4"  Deteniéndose  Jesús,  mandó  que 
se  le  trajeran.  Y  cuando  se  hubo 
acercado,  le  preguntó  : 

41 —  ¿Qué  quieres  has^a  yo  contigo? 

El  dijo  : 

— Señor,  que  recobre  la  vista. 

42  Y  Jesús  le  dijo  : 

— Recobra  la  vista;  tu  fe  te  ha  sal- 
vado. 

43  Y  al  instante  la  recobró,  y  le  se- 
guía glorificando  a  Dios.  Y  todo  el 
pueblo,  al  verlo,  dió  alabanzas  a 
Dios. 


¡■'.n  Jcricó:  es  liospedado  por  Zaqueo. 
10,  1-10 


"JO  '  ^  habiendo  entrado  en  Jeri- 
coy  atravesaba  la  ciudad.  2  Y 
he  aquí  que  un  hombre  llamado  por 
nombre  Zaqueo,  que  era  jefe  de  pu- 
blícanos y  estaba  rico,  3  buscaba  co- 


lino ver  quién  era  Jesús,  y  no  lo  lo- 
graba a  causa  del  gentío,  "porque  era 
pequeño  de  estatura.  4  Y  echando  a 
correr  hasta  ponerse  delante,  se  su- 
bió a  un  sicómoro  para  verle,  pues 
debía  ipasar  por  allí.  6  En  llegando  a 
aquel  sitio,  Jesús,  alzando  la  vista, 
le  dijo  : 

— Zaqueo,  date  prisa  en  bajar,  por- 
que hoy  he  de  parar  en  tu  casa. 

a  Bajó  a  toda  prisa,  y  le  recibió 
gozoso.  1  Viendo  esto,  murmuraban 
todos,  diciendo  : 

— Entró  a  hospedarse  en  casa  de 
un  hombre  pecador. 

s  De  pie  Zaqueo,  dijo  al  Señor  : 

— Mira,  Señor  :  la  mitad  de  mis 
bienes  doy  a  los  pobres,  y  si  algo 
defraudé  a  alguno,  le  restituyo  el 
cuádruple. 

"  Di  jóle  Jesús  : 

— Hoy  vino  la  salud  a  esta  casa, 
por  cuanto  también  él  es  hijo  de 
Abrahán  ;  1u  porque  vino  el  Hijo  del 
hombre  a  buscar  y  salvar  lo  que  ha- 
bía perecido. 


Parábola  de  Ids  minas.  19,  11-27 


u  Oyendo  ellos  esto,  prosiguió  pro- 
poniéndoles una  parábola  con  moti- 
vo de  estar  El  cerca  de  Jerusalén  y 
creer  ellos  que  luego  en  seguida  i  e 
había  de  manifestar  el  reino  de  Dio-, 
12  Dijo,  pues  : 


lucrar  a 
ticipacic 
sículos 
guíente; 


19 


is  sencilla 
«ferido  en 
n  Jcricó; 


■crerse.  Sus  propósitos  de 
r  defraudado  eran  irreal  i- 
>  mal  adquiridas  :  indicie 

ola  y  el  motivo  que  tuvo 
as  o  fantasías  de  los  que 


San  Mateo  (25,  : 
parábolas  distinto 


<le  las  minas  es  semejante  a  la  de  los  talentos,  que  en 
forma  parte  de  la  Apocalipsis  sinóptica.  Son,  con  todo,  dos 
bien  su  moralidad  es  parecida,  la  imagen  parabólica  es  de- 


19  !3-27 


SAN  LUCAS 


— Cierto  hombre  de  noble  linaje  se 
partió  para  un  país,  lejano  con  el  fin 
de  asegurarse  la  posesión  ile  un  rei- 
no y  volver  luego.  u  Y  habiendo  lla- 
mado a  diez  siervo-  suyos,  les  en 
tiegó  diez  minas,  y  les  dijo  :  «Ne- 
gociad en  'tanto  que  vuelvo.»  "  Pero 
sus  ciudadanos  le  aborrecían  y  en- 
viaron una  embajada  tras  él,  dicien- 
do :  «No  queremos  que  éste  reine 
sobre  nosotros.»  "  Y  acaeció,  al  vbt- 
ver  él  después  de  recibido  el  reino, 
que  ordenó  fuesen  llamados  a  su  pre. 
sencia  aquellos  siervos  a  quienes  ha- 
bía entregado  el  dinero,  para  sabet 
cuánto  habían  granjeado  cada  uno. 
"  Se  presentó  el  primero,  diciendo  , 
«Señor,  tu  mina  ha  producido  diez 
minas.»  1!  Díjole  :  «Bien,  siervo  bue. 
no  ;  puesto  que  en  cosa  muy  peque- 
ña has  sido  fiel,  te  doy  autoridad  so- 
bre diez  ciudades.»  '*  Yino  el  segun- 
do, diciendo  :  «Tu  mina,  Señor,  ha 
rendido  cinco  minas.»  Dijo  tam- 
bién a  éste  :  «También  tú  gobierna 
cinco  ciudades.»  a'  Y  el  otro  vino  di- 
ciendo :  «Señor,  ahí  tienes  tu  mina, 
que  tenía  guardada -en  un  sudario 
21  porque  tenía  miedo  de  ti ,  pues 
eres  hombre  exigente  ;  tomas  lo  que 
no  depositaste  y  siegas  lo  que  ño 
sembraste.»  a  Pícele  :  «De  tu  propia 
boca  te  juzgo,  siervo  perverso.  ¿  Sa- 
bías que  yo  soy  hombre  exigente, 
que  tomo  lo  que  no  deposité  y  sie- 
go lo  que  no  sembré  ?  *¿  Y  por  qué 
no  pusiste  mi  dinero  en  el  banco,  y 
yo,  al  venir,  le  hubiera  cobrado  con 
los  intereses  ?»  24  Y  dijo  a  los  pre- 
sentes :  «Quitad  a  ése  la  mina  v  dad- 
la al  que  tiene  diez  minas.»  25  Dijé- 
ronle  :  «Señor,  ya  tiene  diez  minas.» 
*  Os  digo  que  a  todo  el  que  tiene  se 
le  dará,  y  al  que  no  tiene,  aun  eso 
que  tiene  le  será  quitado .  2T  Y  en 


cuanto  a  aquellos  enemigos  míos, 
que  no  quisieron  que  yo  reinase  •so- 
bre ello--,  traédmelos  acá  y  degollad- 
los  en  mi  presencia. 

Enirada  triunfal  en  Jerusaléñ.  ig, 
28-40  (=Mt.  21,  1-9  =~Slc.  11,  1-10 
=  Jn.  12,  12-19) 

-s  Y  dicho  esto,  caminaba  delante, 
subiendo  a  Jerusaléñ.  "  Y  aconteció 
que,  al  acercarse  a  Betfage  v  Beta- 
nia,  a  la  falda  del  monte  llamado  de 
los  Olivos,  envió  dos  de  los  discípu- 
los, 30  diciendo  : 

— Id  a  la  aldea  que  está  enfrente, 
en  la  cual,  así  que  entréis,  hallaréis 
un  pollino  atado,  sobre  el  cual  nin- 
gún hombre  jamás  se  sentó  ;  y  des- 
atándolo, traedlo  acá.  31  Y  si  alguno 
os  preguntare  :  «¿  Por  qué  lo  des- 
atáis ?»;  le  diréis  así  :  «Porque  el  Se- 
ñor tiene  necesidad  de  él.» 

3-  Habiendo  ido  los  enviados,  ha- 
llaron como  les  había  dicho.  33  Y 
mientras  ellos  desataban  el  pollino, 
les  dijeron  sus  amos  : 

— ¿Por  qué  desatáis  el  pollino? 

31  Iíllos  dijeron  : 
.    — Porque  el  Sentir  tiene  necesidad 
de  él. 

"  Y  lo  llevaron  a  Jesús,  y  echan- 
do sus  mantos  encima  del  pollino, 
hicieron  montar  a  Jesús.  M  Y  según 
que  iba  avanzando,  tendían  sus  man- 
tos en  el  camino.  31  Y  cuando  El  se 
acercaba  ya  al  descenso  del  monte 
de  los  Olivos,  toda  la  muchedumbre 
de  los  discípulos  comenz.aron  gozo- 
sos a  alabar  a  Dios  con  grandes  vo- 
ces por  todos  los  prodigios  que  ha- 
bían visto,  38  diciendo  : 


¡Bendito  el  Rey  que  viene  en  nombre  del  Señor!  (Sal.  117,  26I. 
¡  Paz  en  el  cie'.o  y  gloria  en  las  supremas  alturas' 


mas  lado  diferente  para  que  se  las -pueda  confundir.  Y  sin  ninguna  necesidad.  Dis- 
tinto también  es  el  marco  histórico  que  las  encuadra  y,  a  lo  que  parece,  el  objeto 
que  con  ellas  se  propuso  Jesús. 

IS  Cierto  hombre  de  noble  linaje  :  este  rasco  y  bastantes  otros  de  la  parábola 
son  alusiones  al  viaje  de  Arquelao  a  Roma  y  a  las  gestiones  que  allí  hizo  en  razón 
de  asegurarse  el  reino  heredado  de  su  padre  Hcrodes. 

"  Alusión  a  los  enemigos  de  Arquelao. 

-7  Nueva  alusión  a  las  atroces  represalias  de  Arquelao  contra  sus  enemigos  po- 
líticos. 

**  Al  descenso  del  monte  de  los  Olivos:  el  camino  de  Betania  a  Jerusaléñ  sube 
por  la  vertiente  oriental  del  Olívete,  para  bajar  luego  por  su  vertiente  occidental. 
La  proximidad  de  la  santa  ciudad,  que  iba  a  presentarse  de  repente  ante  su-  ojos, 
determinó  esta  explosión  del  entusiasmo  popular. 


—  179  — 


19  39-46 


SAN  LUCAS 


19  «-20  8 


30  Y  algunos  de  los  fariseos  de  en- 
tre» la  turba  le  dijeron  : 

— Maestro,  increpa  a  tus  discípulos. 

M  Y  respondiendo,  dijo  : 

— Os  digo  que  si  éstos  callaren, 
las  piedras  clamarán. 


Llora  Jesús  sobre  Jerusalén.  19,  41-44 


11  Y  cuando  estuvo  cerca,  viendo 
la  ciudad,  lloró  sobre  ella,  diciendo  : 

'~ — ¡Si  conocieras  también  tú  en 
este  día  lo  que  lleva  a  la  paz !  Mas 
ahora  se  ocultó  a  tus  ojos.  **  Porque 
vendrán  días  sobre  ti  en  que  levan- 
tarán una  valla  tus  enemigos  contra 
ti,  y  te  cercarán  y  te  estrecharán  por 
todas  partes,  44  y  te  arrasarán  y  es- 
trellarán a  tus  hijos  en  ti,  y  no  de- 
jarán en  ti  piedra  sobre  piedra,  en 
razón  de  no  haber  conocido  el  tiem- 
po oportuno  de  tu  visitación. 


Los  mercaderes,  arrojados  del  tem- 
plo. 19,  45-48  (  =  Mt.  21,  12-13 
=  Mc.  11,  15-19 

u  Y  habiendo  entrado  en  el  tem- 
plo, comenzó  a  echar  a  los  que  ven- 
dían, 48  diciéndoles  : 

— Escrito  está  :  «Y  será  mi  casa 
casa  de  oración»  (Is.  56,  7).;  mas 
vosotros  la  hicisteis  «cueva  de  ladro- 
nes» (Jer.  7,  11). 


*'  Y  estábase  cada  día  enseñando 
en  el  templo  ;  y  los  sumos  sacerdo- 
tes y  los  escribas  buscaban  manera 
de  acabar  con  El,  y  también  los  pri- 
mates del  pueblo  ;  48  y  no  acertaban 
en  lo  que  habían  de  hacer,  pues  el 
pueblo  todo,  oyéndole,  estaba  pen- 
diente de  sus  labios. 


Los  poderes  de  Jestís.  20,  1-8 
(=Mt  2i,  23-27  =Mc.  11,  27-33) 

OH  1  Y  aconteció  en  uno  de  aque- 
<iv/  líos  días  que,  estando  El  en- 
señando al  pueblo  en  el  templo  y 
anunciando  Ja  buena  nueva,  se  pre- 
sentaron de  pronto  los  sumos  sacer- 
dotes y  los  escribas  con  los  ancia- 
nos, 2  y  le  hablaron,  diciendo  : 

— Dinos  con  qué  potestad  haces 
esas  cosas  o  quién  es  el  que  te  dió 
esa  potestad. 

3  Respondiendo,  les  dijo  : 

— Os  preguntaré  también  yo  una 
cosa,  y  decídmela.  4  ¿  El  bautismo  de 
Juan  era  del  cielo  o  de  Jos  hombres  ? 

6  Ellos  discurrieron  para  sí,  dicién- 
dose :  «Si  dijéremos  :  Del  cielo,  di- 
rá :  ¿Por  qué  no  lo  creísteis?  6  Si, 
en  cambio,  dijéremos  :  De  los  hom- 
bres, el  pueblo  entero  nos  apedrea- 
rá ;  porque  está  en  la  persuasión  de 
que  Juan  era  profeta.» 

'  Y  respondieron  no  saber  de  dón- 
de. 8  Y  Jesús  les  dijo  : 

— Tampoco  yo  os  digo  con  qué  po- 
testad hago  estas  cosas. 


3"-,°  Esta  impertinente  intervención  de  los  fariseos  es  diferente  de  la  de  los 
sumos  sacerdotes  y  escribas,  narrada  por  San  Mateo  (21,  15-16). 

*>  Viendo  la  ciudad  lloró  sobre  ella  la  vista  de  Jerusalén,  que  había  provocado 
los  entusiasmos  de  los  discípulos,  arranca  lágrimas  al  Maestro.  Son  conmovedoras, 
y  reveladoras,  estas  lágrimas  del  triunfador  en  medio  de  las  aclamaciones  triun- 
fales :  reveladoras  de  la  humildad  y  de  la  inefable  misericordia  del  Corazón  de 
Jesús. 

*^íl  Elegía  profética  de  la  catástrofe  de  Jerusalén,  que  es,  además,  provechosa 
lección  de  altísimas  verdades.  La  perdición  del  hombre  es  efecto  no  de  la  arbitraria 
prepotencia  o  de  la  iniciativa  de  Dios,  sino  de  la  culpable  ceguedad  del  hombre, 
que  voluntariamente  cierra  los  ojos  para  no  conocer  el  camino  de  la  paz  y  el 
tiempo  de  la  divina  visitación. 

«mi  jesús  actúa  con  autoridad,  habla  con  dureza.  El  contraste  entre  la  casa  nr 
oración  y  la  cueva  de  ladrones  era  un  bolón  de  fuego.  Aunque  exasperados,  los 
primates  se  sentían  impotentes  y  andaban  desorientados. 

OA  1  En  uno  de  aquellos  días:  era  el  martes  12  del  mes  de  Nisán.  Se  inicia  un  ataque 
™"  general  de  todos  los  adversarios,  empeñados  en  sonsacar  a  Jesús  alguna  palabra 
comprometedora,  que  justifie-a.se  ante  el  pueblo  la  sentencia  de  muerte  que  contra 
El  tenían  ya  decretada.  Pero  se  las  habían  con  un  mal  contrincante,  que  con  pas- 
mosa habilidad  hizo  fracasar  todas  sus  martingalas.  Es  éste  uno  de  los  pasajes 
más  deliciosos  de  todo  el  Evangelio. 

M  Rompen  el  fuego  los  sanhedritas  en  peso.  Su  plan  no  estaba  mal  tramado; 
pero  una  sencilla  contrapregunta  de  Jesús  lo  desbarató  completamente. 


-  180  — 


20  9-20 


SAN  LUCAS 


20  13-25 


Parábola  de  los  pérfidos  viñadores. 
20,9-19  (  =  Mt.  21,33-46  =Mc.  12,  1-12) 

•  Y  comenzó  a  decir  al  pueblo  esta 
parábola  : 

—Un  hombre  plantó  una  viña,  y 
la  arrendó  a  unos  labradores,  y  se 
ausentó  de  aquel  país  para  bastante 
tiempo.  10  Y  a  su  tiempo  envió  a  los 
labradores  un  siervo,  para  que  le 
diesen  del  fruto  de  la  viña  ;  mas  los 
labradores,  después  de  maltratarle  a 
golpes,  le  despidieron  con  las  ma- 
nos vacías.  u  Y  tornó  a  enviar  otro 
siervo  ;  mas  ellos  también  a  éste, 
después  de  maltratarle  a  golpes  y 
ultrajarle,  le  despidieron  con  las  ma- 
nos vacías.  12  Y  tornó  a  enviar  otro 
tercero  ;  mas  ellos  también  a  éste, 


después  de  herirle,  le  echaron.  "  Di- 
jo el  amo  de  la  viña  :  «¿Qué  voy  a 
hacer  ?  Enviaré  a  mi  hijo  querido  ; 
tal  vez  a  éste  respetarán.»  "En  vién- 
dole los  labradores,  razonaban  unos 
con  otros,  diciendo  :  «Este  es  el  he- 
redero ;  matémosle,  para  que  venga 
a  nuestras  manos  la  herencia.»  15  Y 
echándole  fuera  de  la  viña,  le  mata- 
ron. ¿Qué  hará,  pues,  con  ellos  el 
dueño  de  la  viña  ?  16  Vendrá  y  hará 
perecer  a  esos  labradores  y  entrega- 
rá su  viña  a  otros. 

Habiendo  oído  esto,  dijeron  : 

—  ¡No  quiera  Dios! 

17  Mas  El,  mirándoles  fijamente, 
dijo  : 

— ¿Qué  significa,  pues,  esto  que 
¡  está  escrito  (Sal.  117,  22-23)  : 


La  piedra  que  desecharon  los  constructores, 
ésta  vino  a  ser  piedra  angular  ? 


18  Todo  el  que  cayere  sobre  aque- 
lla piedra,  se  hará  trizas  ;  y  sobre 
quien  cayere,  le  triturará. 

"  Y  trataron  los  escribas  y  los  su- 
mos sacerdotes  de  echar  las  manos 
en  El  en  aquella  misma  hora,  y  te- 
mieron al  pueblo  ;  porque  entendie- 
ron que  por  ellos  había  dicho  esta 
parábola. 


El  tributo  del  César.  20,  20-26 
(=Mt.  22,  15-22  =Mc.  12,  13-17) 

"  Y  habiendo  estado  en  acecho , 
enviaron  unos  espías  que  represen- 
tasen el  papel  de  hombres  justos, 
con  el  designio  de  cogerle  en  algu- 


na palabra,  a  fin  de  poderle  entregar 
al  poder  y  jurisdicción  del  goberna- 
dor. a  Y  le  preguntaron,  diciendo  : 
— Maestro,  sabemos  que  hablas  y 
enseñas  con  rectitud  y  que  no  eres 
aceptador  de  personas,  sino  que  en- 
señas con  verdad  el  camino  de  Dios. 
-  ¿  Nos  es  lícito  dar  tributo  a  César 
o  no  ? 

23  Echando  de  ver  su  bellaquería, 
les  dijo  : 

24 — Mostradme  un  denario.  ¿De 
quién  es  la  imagen  e  inscripción  que 
lleva  ? 

Ellos  dijeron  : 

— De  César. 

23  El  les  dijo  : 

— Así,  pues,  pagad  a  César  lo  que 
es  de  César  y  a  Dios  lo  que  es  de 
Dios. 


*-19  Es  la  más  trágica,  y  tal  vez  la  más  hábil  e  intencionada,  de  todas  las  pa- 
rábolas de  Jesús.  Partiendo  de  unas  palabras  de  Isaías  y  acabando  con  otras  de  los 
Salmos,  sintetiza  en  ella  el  Maestro  la  historia  pasada  y  la  suerte  futura  de  Israel. 
En  ella  responde  veladamente  a  la  insidiosa  pregunta  formulada  anteriormente  por 
los  sanhedritas  sobre  los  poderes  con  que  obraba.  Estos  poderes  son  los  del  Hij« 
de  Dios,  enviado  por  su  Padre;  confesión  implícita  de  su  mesianidad  y  divinidad. 
El  pueblo  parece  no  haberla  entendido ;  pero  bien  la  entendieron  aquellos  contra 
quienes  iba  dirigida. 

"o-2*  Derrotados  los  sanhedritas,  quieren  probar  fortuna  otros  adversarios,  que, 
según  San  Mateo  (22,  15-16)  y  San  Marcos  (12,  rj),  eran  los  fariseos  confabulados 
con  los  herodianos,  la  extrema  derecha  con  la  extrema  izquierda.  Dejando  el  tono 
autoritario  que  habían  empleado  los  sanhedritas,  apelan  a  la  lisonja,  y,  envuelta 
en  zalamerías,  formulan  la  pregunta  más  capciosa  y  comprometedora.  Otro  que  Jesús 
hubiera  caído  en  la  trampa,  dando  ocasión  a  tremendas  acusaciones.  Pero  la  astucia 
humana  es  impotente  ante  la  sabiduría  de  Dios.  Con  actitud  imperativa,  Jesús  les 
obliga  a  dar  ellos  mismos  la  respuesta.  Lo  que  El  hace  es  sublimar  esta  respuesta 
vulgar,  transformándola  en  una  maravillosa  sentencia,  que  había  de  ser  la  base  y  la 
síntesis  de  toda  la  política  cristiana.  Con  razón  se  maravillaron  de  ella  los  que  la 
oyeron. 


-181- 


20  2(5-45 


SAN  LUCAS 


20  36-47 


*  Y  no  lograron  cogerle  en  pala- 
bra delante  del  pueblo,  y,  maravi- 
llados de  su  respuesta,  se  callaron. 


duceos,  los  que  niegan  haber  resu- 
rrección, le  preguntaron,  "diciendo: 
— Maestro,  Moisés  nos  dejó  escri- 
to :  «Si  el  hermano  de  uno  muriere 
teniendo  mujer  y  sin  tener  hijos, 
que  su  hermano  tome  la  mujer  y 
suscite  prole  a  su  hermano»  (Dt.  25, 
5-6).  "  Eranse,  pues,  siete  hermanos. 
Y  el  primero,  habiendo  tomado  mu- 
jer, murió  sin  hijos  ;  3"  3-  el  segundo 
31  y  el  tercero  la  tomaron,  y  asimis- 
mo también  los  siete  ;  no  dejaron 
hijos  y  murieron.  3S  Posteriormente 
también  la  mujer  se  murió.  33  La 
mujer,  pues,  en  la  resurrección,  ¿de 
cual  de  ellos  viene  a  ser  mujer  ? 
Porque  los  siete  la  tuvieron  por  mu- 
jer. 

31  Y  les  dijo  Jesús  : 
— Los  hijos  de  este  siglo  toman 
mujer  y  toman  marido  ;  35  mas  los 


Dijo  el  Señor  a  1 
13  hasta  que  pong 


Se 


"  David,  ipues,  le  llama  Señor,  ¿ 
.•ómo  es  hijo  suyo  ? 


Invectiva  conlia  los  escribas.  20,45-47 
(  =  Mt.  23,  1-36  «Me.  12,  38-40) 

45  Y  oyéndolo  todo  el  pueblo,  dijo 
a  los  discípulos  . 


que  fueren  hallados  dignos  de  tener 
parte  en  aquel  siglo  y  en  la  resu- 
rrección de  entre  los  muertos,  ni  to- 
man mujer  ni  toman  marido;  ";  pues 
ni  morir  ya  pueden,  como  que  son 
iguales  a  los  ángeles,  y  son  hijos 
de  Dios  por  ser  hijos  de  la  resurrec- 
ción. 37  Y  en  cuanto  a  que  resucitan 
los  muertos,  también  Moisés  lo  in- 
dicó en  el  pasaje  de  la  «zarza»,  en 
que  llama  «al  Señor  el  Dios  de  Abra- 
hán  y  Dios  de  Isaac,  y  Dios  de  Ja- 
cob» (Ex.  3,  6)  ;  38  y  ño  es  Dios  de 
muertos,  sino  de  vivos,  pues  todos 
viven  para  El. 

w  Y  respondiendo  algunos  de  los 
escribas,  dijeron  : 

— Maestro,  dijiste  muy  bien. 

40  Y  fué  así  que  ya  no  se  atrevían 
más  a  preguntarle  nada. 


El  hijo  de  David. 
(  =  Mt.  22,  41-46  =M< 


"  Y  les  dijo  : 

■ — ¿  Cómo  dicen  que  el  Mesías  es 
Hijo  de  David?  "  Pues  el  mismo 
David  dice  en  el  libro  de  los  Sal- 
mos (109,  i)  : 

¡iéntate  a  mi  diestra, 

js  como  escabel  de  tus  pies». 

w  —Guardaos  de  los  escribas,  que 
gustan  de  pasearse  con  su  amplio 
ropaje,  y  son  amigos  de  los  saludos 
en  las  plazas,  y  de  los  primeros 
asientos  en  las  sinagogas,  y  de  los 
primeros  puestos  en  las  cenas  ;  JI  que 
devoran  las  casas  de  las  viudas  y 
por  afectación  recitan  largas  oracio- 
nes ;  ésos  recibirán  más  rigurosa 
condenación. 


5í-io  Entran  en  escena  i.os  saduckos,  esos  materialistas  y  epicúreos  que  indigna 
mente  desempeñaban  las  funciones  sacerdotales.  Proixmen  su  argumento  Aquilc- 
contra  la   inmortalidad  del  alma,  que  ellos  confundían  con  la  resurrección  de  ln 


no  previeron  la  inesperada  consecuencia  que  con  evidencia  fulgurante  iba  a  sacar 
Jesús  :    que  el   Mesías,  el  mismo  Jesús,  era  alsio  más  que  hijo  de   David.  No  es 

La  brevedad  y  relativa  blandura  de  estas  invectivas  contrasta  con  la  extensión 
y  dureza  de  las  consignadas  por  San  Mateo  (23,  t -.?(>).  Parece  que  San  Lucas,  contento 
con  haber  referido  otras  semejantes  (11,  y>-~2),  no  creyó  necesario  reproducirlas  ahora 


—  182  — 


211-6 


SAN  LUCAS 


214-15 


El  cornadillo  de  la  viuda.  21,  1-4 
(  =  Mc.  12-41-44) 

o]  1  Alzando  los  ojos,  vió  los  ri- 
^  eos  que  echaban  sus  ofrendas 
en  el  gazofilacio.  2  Y  vió  una  viu- 
da menesterosa  que  echaba  allí  dos 
ochavos  ;  3  y  dijo  : 


— En  verdad  os  digo  que  esta  viu- 
da pobre  echó  más  que  todos ;  1  pues 
todos  ésos  echaron  en  las  ofrendas 
de  Dios  de  lo  que  les  sobraba  ;  ella, 
empero,  de  su  indigencia  echó  todo 
lo  que  tenía  para  vivir. 


Apocalipsis  sinóptica 


Ocasión  de  la  profecía.  21,  5-7 
(  =  Mt.  24,  1-3  =Mc.  13,  1-4) 

'  Y  como  algunos,  hablando  del 
templo,  dijesen  que  estaba  adornado 
con  hermosas  piedras  y  con  ofrendas 
votivas,  dijo  : 

6 — De  todo  eso  que  contempláis, 
días  vendrán  en  que  no  quede  pie- 
dra sobre  piedra ,  que  no  sea  de  - 
rruída. 


'  Y  le  preguntaron  diciendo  : 
— Maestro,  ¿  cuándo,  pues,  será  eso  i 

i  Y  cuál  la  señal  cuando  eso  e.sté  1 

punto  de  realizarse  ? 


la  destrucción  del  templo, 
i-ig  (  =  .Mt.  24,  4-14 
-13) 


Me 


El  dijo  : 


Mirad  no  seáis  seducidos, 

porque  muchos  vendrán  en  mi  nombre,  diciendo  : 
«Yo  soy»,  y  «El  tiempo  ha  llegado»  ; 
no  vayáis  tras  ellos. 

0  Y  cuando  oyereis  hablar  de  guerras  y  de  revolu. -iones,  no  os  alarméis  ; 
pues  estas  cosas  tienen  que  suceder  primero, 
pero  no  es  que  en  seguida  venga  el  fin. 


"'  Entonces  les  decía  : 

Se  levantará  raza  contra  raza  y  reino  contra  reino, 

11  y  habrá  grandes  terremotos, 

y  por  diferentes  lugares,  hambres  y  pestilencias, 

y  fenómenos  espantables,  y  grandes  señales  del  cielo. 

12  Mas  antes  de  todo  esto  echarán  las  manos  sobre  vosotros 
y  os  perseguirán,  entregándoos  a  las  sinagogas  y  prisiones, 
llevándoos  ante  los  reyes  y  gobernadores  por  causa  de  mi  nombre  ; 

13  mas  esto  os  proporcionará  a  vosotros  ocasión  de  dar  testimonio. 
'-'  Asentad,  pues,  en  vuestros  corazones 

que  no  os  ensayéis  de  antemano  en  el  modo  de  defenderos  ; 

pues  yo  os  daré  lengua  y  sabiduría, 
a  la  cual  no  podrán  resistir  o  contradecir  todos  vuestros  adversarios. 


O-l    1    La  reflexión  del  Muestro  es  una  lección,  humillante  a  la  vez  y  alentadora,  de 
que  Dios  atiende  al  corazón  más  que  a  la  materialidad  de  la  obra.  Se  ha  obser- 
vado, no  sin  fundamento,  el  relieve  que  alcanza  en  San  Lucas  la  bondad  y  la  virtud 
de  las  mujeres. 

5  Dos  cosas  preguntan  los  discípulos  :  el  tiempo  y  las  señales  de  la  destrucción 
del  templo,  A  las  dos  preguntas  responde  el  Maestro,  si  bien  por  orden  inverso, 
ttesponde  también  a  otra  pregunta,  omitida  por  San  Lucas,  pero  conservada  por 
San  Mateo  (;.|,  51,  sobre  el  fin  del  mundo.  De  hecho,  la  respuesta  a  esta  pregunta 
tiene  en  San  Lucas  menos  relieve  que  en  San  Mateo  y  aun  que  en  San  Marcos. 

*-19  Más  que  a  satisfacer  la  curiosidad  de  los  discípulo>  atiende  el  Maestro  a 
enseñarles  el  modo  de  portarse  en  medio  de  los  trastornos  y  persecuciones. 

»  El  fin  :    el  de  Jerusalén  o  de  la  nación  judaica. 


21  16-27 


SAN  LUCAS 


21  16-27 


"  Seréis  entregados  por  los  padres,  y  hermanos,  y  parientes,  v  amigos. 
V  matarán  a  algunos  de  entre  vosotros, 
7  y  seréis  aborrecidos  por  todos  a  causa  de  mi  nombre  ; 
18  y  no  perecerá  un  cabello  de  vuestra  cabeza. 
"  Con  vuestra  constancia  adquiriréis  la  salud  de  vuestras  almas-. 


Destrucción  de  Jerusalén.  21,  20-24  (  =  Mt.  24,  15-22  =Mc.  13,  14-30) 

'-'0  Y  cuando  viereis  cercada  de  ejércitos  a  Jerusalén, 

entonces  conoced  que  es  llegado  su  asolamiento. 

21  Entonces  los  que  estén  en  la  Judea  huyan  a  los  montes, 

y  los  que  estén  en  medio  de  Jerusalén  aléjense  de  ella, 

3?  los  que  estén  en  los  campos  no  entren  en  ella  ; 

-  porque  días  de  venganza  son  éstos, 

para  que  se  cumpla  todo  lo  que  está  escrito. 

23  ¡  Ay  de  las  mujeres  que  estén  encinta 
y  de  las  que  críen  en  aquellos  días  I 
Porque  vendrá  gran  necesidad  sobre  el  país 
y  cólera  contra  este  pueblo  ; 

24  y  caerán  al  filo  de  la  espada, 

y  serán  llevados  cautivos  a  todas  las  naciones, 

y  Jerusalén  será  pisoteada  por  los  gentiles, 

hasta  que  alcancen  su  plenitud  los  tiempos  de  los  gentiles. 


Señales  del  fin  del  mundo.  21,  25-27  (  =  Mt.  24,  23-29  =Mc.  13,  21-25) 


*  Y  habrá  señales  en  el  sol,  y  la  luna,  y  las  estrellas, 
y  en  la  tierra  angustia  de  las  gentes, 

desatinadas  por  el  mugido  del  mar  y  del  oleaje, 
-c  perdiendo  los  hombres  el  sentido 

por  el  terror  v  la  ansiedad  de  lo  que  va  a  sobrevenir  al  mundo, 
porque  los  ejércitos  de  los  cielos  se  bambolearán. 

*  Y  entonces  verán  al  Hijo  del  hombre 
viniendo  en  una  nube  con  gran  poderío  y  gloria. 


18  No  perecerá  un  cabello...  '.  después  de  hablar  de  muertes  (v.  16)  parece  extraña 
esta  afirmación.  Pero  la  conciliación  no  es  difícil.  Con  esa  frase  proverbial  les  ad- 
vierte el  Maestro  que  nada  les  acontecerá  que  no  venga  dispuesto  y  colado  por  la 
divina  Providencia,  y  que  cuanto  así  les  aconteciere  no  será  en  perjuicio  suyo.  Es 
!o  mismo  que  con  otras  palabras  había  enseñado  anteriormente  (12,  4-7  =  Mt.  io,  28-31). 

Este  pasaje,  más  claro  y  preciso  que  el  de  los  paralelos  de  San  Mateo  y 
San  Marcos,  ha  de  servir  de  criterio  para  su  interpretación. 

21  Este  consejo  del  Maestro  lo  aprovecharon  cuarenta  años  más  tarde  los  cristianos 
de  Jerusalén,  que,  huyendo  de  la  ciudad,  se  refugiaron  en  Pella. 

24  Los  tiempos  de  Los  gentiles  !  había  dicho  Jesús  aquella  misma  mañana  que 
Dios  daría  «su  viña  a  otros»  (20,  16),  y  más  claramente  por  San  Mateo  :  iOs  será 
quitado  el  reino  de  Dios  y  se  dará  a  gente  que  produzca  sus  frutos»  (21,  43).  Se 
cumplirán,  por  tanto,  o  alcanzarán  su  plenitud  o  madurez  los  tiempos  de  los  gen- 
tiles cuando  el  Evangelio  se  haya  predicado  a  toda  la  gentilidad  y  ésta  haya 
rendido  o  podido  rendir  sus  frutos.  Esta  advertencia  del  Maestro  señala  una  larga 
época,  que  lleva  ya  casi  veinte  siglos  de  duración,  entre  la  destrucción  de  Jeru- 
salén y  la  parusía  o  fin  del  mundo.  ¿  Cuándo  se  habrá  alcanzado  la  plenitud  de  los 
tiempos  de  la  gentilidad  ?  Dios  solo  es  el  que  sabrá  apreciar  esta  madurez  o  sazón 
pretendida  y  prevista. 

t-w  Más  sobrio  en  la  descripción  de  los  trastornos  cósmicos,  San  Lucas  se  ex- 
tiende más  en  sus  repercusiones  humanas  o  psicológicas. 

31  Nada  dice  San  Lucas  sobre  los  inmediatos  preparativos  del  juicio  universal, 
al  cual  sólo  una  ligera  alusión  se  hace  después   (v.  36). 


—  184  — 


21  28-3T 


SAN  LUCAS 


21  38 


Eí  advenimiento  del  Hijo  del  hombre.  21,  28  (  =  Mt.  24,  30-31  =Mc.  13,  26-27) 

*  Cuando  estas  cosas  comenzaren  a  suceder, 
erguios  y  alzad  vuestras  cabezas, 
pues  se  llega  vuestra  liberación. 

Tiempo  de  la  destrucción  de  Jerusálén.  21,  29-33 
(  =  Mt.  24,  32,  35  =Mc.  13,  28-31) 

Y  les  dijo  una  parábola  : 

Ved  la  higuera  y  todos  los  árboles  : 

80  cuando  echan  brotes  ya, 

al  verlo,  por  vosotros  mismos  conocéis 
que  ya  está  cerca  el  verano. 

Así  también  vosotros,  cuando  viereis  realizarse  estas  cosas, 
cunoced  que  cerca  está  el  reino  de  Dios. 

81  En  verdad  os  digo  que  no  pasará  esta  generación 
sin  que  antes  todo  se  haya  realizado. 

M  El  cielo  y  la  tierra  pasarán, 
pero  mis  palabras  no  pasarán. 

Tiempo  del  advenimiento  de  Cristo.  21,  34-36 
(  =  Mt.  24,  36-44  =Mc.  13,  32-33) 

"  Guardaos,  no  sea  que  se  apesguen  vuestros  corazones 

con  la  glotonería  y  la  borrachera  y  las  preocupaciones  de  la  vida, 

y  os  saltee  repentino  aquel  día,  85  como  lazo  ; 

porque  sobrevendrá  sobre  todos 

los  que  moran  sobre  la  haz  de  toda  la  tierra. 

x  Velad  en  todo  tiempo  orando, 

para  que  logréis  escapar  de  todas  estas  cosas  que  van  a  suceder, 
y  manteneros  en  pie  en  presencia  del  Hijo  del  hombre. 


Ministerio  de  los  últimos  días. 

87  Se  estaba  los  días  en  el  templo 
enseñando,  y  las  noches,  saliendo, 


las  pasaba  en  el  monte  llamado  de 
los  Olivos .  88  Y  todo  el  pueblo  de 
madrugada  acudía  a  El  en  el  tem- 
plo para  oírle. 


29  No  es  fácil  determinar  si  este  versículo,  exclusivo  de  San  Lucas,  es  conclusión 
de  lo  que  precede  o  introducción  de  lo  que  sigue,  es  decir,  si  se  refiere  a  la  parusía 
o  bien  a  la  destrucción  de  Jerusálén.  La  Indole  de  la  Apocalipsis  sinóptica  y  el 
procedimiento  reilaccional  propio  de  San  Lucas  no  permiten  insistir  mucho  en  la 
conexión  con  el  contexto. 

'"'Se  habla  aquí  claramente  de  la  crisis  judaica  o  destrucción  de  Jerusálén, 
que  podrá  preverse  con  alguna  antelación. 

31  El  reino  de  Dios  no  se  consolidará  definitivamente  mientras  con  Jerusálén 
subsista  el  poderío  adverso  de  los  judíos  y  el  influjo  funesto  de  los  judaizantes. 

32  Esta  generación  :  no  significa  esta  raza  de  los  judíos,  es  decir,  no  tiene  sen- 
tido puramente  etnológico,  sino  más  bien  cronológico. 

s4-3"5  Esta  exhortación  se  refiere  al  segundo  advenimiento,  principalmente  a  lo 
menos,  como  lo  prueba  la  expresión  final  (v.  36)  y  el  paralelismo  con  los  otro» 
dos  sinópticos. 

87-38  Esta  observación  se  refiere  a  la  predicación  de  los  días  precedentes.  Tarece 
que  Jesús  ya  no  volvió  a  la  ciudad  «Ino  para  celebrar  la  última  cena. 


-185- 


22  i-io 


SAN  LUCAS 


22  u-is 


Traición  de  Judas.  22,  1-6  (=Mt.  26, 
1-5  ;  14-16  =Mc.  14,  1-2  ;  10-11) 

99  1  Se  acercaba  la  fiesta  de  los 
Azimos,  llamada  Pascua.  "  Y 
andaban  los  sumos  sacerdotes  y  los 
escribas  buscando  manera  cómo  ha- 
cerle desaparecer  ;  porque  temían  al 
pmeblo. 

3  Y  entró  Satanás  en  Judas  el  lla- 
mado Iscariote,  que  era  del  número 
de  los  Doce  ;  '  y  se  fué  a  hablar  con 
los  sumos  sacerdotes  v  los  jefes  de 
la  policía  sobre  cómo  se  le  entre- 
garía. 5  Y  se  alegraron,  y  se  concer- 
taron en  que  le  darían  dinero.  6  Y 
se  comprometió.  Y  andaba  buscan- 
do buena  coyuntura  para  entregárse- 
le sin  alboroto  de  la  turba. 


Preparación  de  la  cena  pascual.  22, 
7-13  (  =  Mt.  26,  17-19  =JIc.  14,  12-16) 

1  Y  llegó  el  día  de  los  Azimos,  en 
que  debía  sacrificarse  la  Pascua  ;  8  y 
envió  a  Pedro  y  Juan,  diciendo  : 

— Id  a  prepararnos  la  Pascua,  pa- 
ra que  la  comamos. 

'  Ellos  le  dijeron  : 

— ¿Dónde  quieres  que  la  prepare- 
mos ? 

10  El  les  dijo  :  ^ 

— Cuando  entréis  en  la  ciudad,  ve- 


téis que  os  sale  al  encuentro  un  hom- 
bre llevando  un  cántaro  de  agua  ;  id 
tras  él  hasta  la  casa  en  que  entre  ; 
"  y  diréis  al  amo  de  la  casa  :  «Te 
dice  el  Maestro  :  ¿  Dónde  está  la  es- 
tancia donde  coma  la  Pascua  con  mis 
discípulos?»  12  Y  él  os  mostrará  una 
sala  superior,  grande,  provista  de 
mesas  y  divanes  ;  allí  preparad  lo 
necesario. 

u  Y  habiendo  ido,  lo  hallaron  co- 
mo El  les  había  dicho  ;  y  prepara- 
ron la  Pascua. 


Principio  de  la  cena.  22,  14-18 
(  =  Mt.  26,  20  =Mcl  14,  17) 

14  Y  cuando  fué  la  hora,  se  puso  a 
la  mesa,  y  los  apóstoles  con  El.  15  Y 
les  dijo  : 

—  Con  deseo  deseé  comer  esta  Pas- 
cua con  vosotros  antes  de  padecer. 
1  Porque  os  digo  que  no  la  comeré 
hasta  que  tenga  su  cumplimiento  en 
el  reino  de  Dios. 

"  Y  tomando  un  cáliz,  habiendo 
dado  gracias,  dijo  : 

— Tomadle  y  distribuidle  entre  vos- 
otros. 1!i  Porque  os  digo  que  a  partir 
de  ahora  no  beberé  del  fruto  de  la 
vid  hasta  que  venga  el  reino  de  Dios. 


22 


en  el  día  legal.  Si  los  pontífices,  como  parece  indicar  San  Juan  (iS,  28),  comieron 
la  Pascua  el  dia  siguiente,  ello  fué  un  retraso  o  traslado  deliberado  <le  la  fiesta. 

*  PEDRO  y  Juan  :  es  San  Lucas  epuien  nos  ha  conservado  los  nombres  de  los  dos 
enviados  a  preparar  la  Pascua.  Es  interesante  bajo  muchos  conceptos  ver  a  Pedro 
acompañado  ordinariamente  de  Juan. 

ln  Se  vale  Jesús  de  esta  designación  indirecta  y  misteriosa  para  que  Judas  no 
st  enterase  antes  de  hora  del  lugar  de  la  cena. 

"  Te  dice  EL  Maestro  :  esta  expresión  supone  que  Jesús  se  dirige  a  uno  de  los 
discípulos  domiciliados  en  Jcrusalén,  conocido,  sin  duda,  de  Pedro  y  de  Juan,  pero 
no  identificado  entonces  por  ellos.  Este  hombre  era,  según  todas  las  probabilida- 
des, el  padre  de  Marcos  ;  y  su  casa,  tí  Cenáculo,  fué  la  cuna  de  la  primitiva  Iglesia. 

a  Con  deseo  deseé  :  esta  patética  declaración,  conservada  por  sólo  San  Lucas, 
muestra  los  inmensos  deseos  que  tenía  el  Maestro  de  celebrar  esta  última  cena  con 
sus  discípulos.  El  motivo  de  tan  vehementes  deseos  fué  la  institución  de  la  sagrada 
Eucaristía,  preludio  y  representación  de  la  pasión  y  muerte,  con  que  se  establecerla 

**  Tomando  un  cáliz  :  fué  probablemente  la  primera  (o  la  segunda)  de  las  cuatro 
copas  rituales  que  se  bebían  durante  la  cena  pascual.  De  todos  modos,  no  es  el 
táliz  que  se  había  de  consagrar,  del  cual  se  habla  después  (v.  20). 


—  186  — 


22  1!)-24 


SAN  LUCAS 


22  25"31 


Institución  de  la  Eucaristía.  22,  19-20 
(  =  Mt.  26,  26-29  =Mc.  14,  22-25 
1  Cor.  1 1,  23-26) 

"  Y  tomando  un  pan,  habiendo  da- 
do gracias,  lo  partió  y  se  lo  dió  a 
e  líos,  diciendo  : 

. — Este  es  mi  cuerpo,  que  por  vos- 
otros es  entregado  ;  haced  esto  en 

M  Y  el  cáliz  asimismo  después  de 
haber  cenado,  diciendo  : 

— Este  cáliz  es  la  nueva  alianza  en 
mi  sangré,  el  que  por  vosotros  es 
derramado. 

Es  denunciado  el  traidor.  22,  21-23 
(=Mt.  26,  21-25  =Mc.  14,  18-21 
=  Jn.  13,  18-30) 

31  — Pero  he  aquí  que  la  mano  del 
que  me  entrega  está  conmigo  sobre 
la  mesa.  -  Porque  el  Hijo  del  hom- 
bre, según  lo  que  está  decretado,  se 
va  ;  mas  j  ay  del  hombre  aquel  por 
cuyas  manos  es  entregado ! 

23  Y  ellos  comenzaron  a  discutir 
unos  con  otros  sobre  quién  era  de 
ellos  el  que  iba  a  hacer  esto. 


Contienda  entre  ios  apóstoles. 

Y  se  suscitó  entre  ellos  una  ri- 
validad sobre  quién  de  ellos  era  con- 


siderado como  el  mayor.  25  Mas  El 
íes  dijo  : 

— Los  reyes  de  las  naciones  les 
hacen  sentir  su  dominación,  y  los 
que  ejercen  el  mando  sobre  ellas  son 
apellidados  bienhechores.  -Mía-  vos- 
otros no  así  ;  antes  bien,  el  mayor 
entre  vosotros  hágase  como  el  me- 
nor, y  el  que  manda  como  el  que 
sirve.  27  Pues  ¿  quién  es  mayor  :  el 
que  está  sentado  a  la  mesa  o  el  que 
sirve  ?  ¿  No  es  verdad  que  el  que  es- 
tá sentado  a  la  mesa  ?  Mas  yo  en 
medio  de  vosotros  estoy  como  quien 
sirve  ;  *  y  vosotros  sois  los  que  ha- 
béis perseverado  conmigo  en  mis 
pruebas  ;  *•  y  yo  dispongo  -a  favor 
vuestro,  como  dispuso  a  mi  favor  mi 
Padre,  un  reino,  3"  para  que  comáis 
y  bebáis  a  mi  mesa  en  mi  reino,  y 
os  sentaréis  en  tronos  para  juzgar  a 
las  doce  tribus  de  Israel. 


Anuncio  de  defecciones  y  negaciones. 
22,  31-38  (  =  Mt.  26,  31-35  =Mc  14, 
^7-3 1  =Jn.  33,  36-38) 

31 — Simón,  Simón,  mira,  Satanás  os 
reclamó  para  zarandearos  como  el  tri- 
go ;  82  pero  yo  rogué  por  ti,  que  no 
desfallezca  tu  fe  ;  y  tú  un  día,  vuel- 
to sobre  ti,  conforta  a  tus  hermanos. 

33  Pero  él  le  dijo  : 

— Señor,  contigo  pronto  estoy  a  ir 
aun  a  la  cárcel  v  a  la  muerte. 

31  El  dijo  : 


WWPrSon  dfi  notar  los  rasgos  propios  del  relato  de  San  Lucas  :  i)  Que  por  vosotros 
t»  entregado  :  el  pan  eucaristico  es  el  cuerpo  de  Jesús  en  cnanto  entregado  a  la 
muerte,  es  decir,  sacrificado:  nueva  confirmación  del  carácter  sacrifical  de  la  Euca- 
ristía. »)  Haied  esto  :  con  el  mandato  confiere  Jesús  a  los  apóstoles  La  potestad.  La 

(evado1:  'era,1  por'  tanto,  Va  tercera  copa"  ritual,  el  llamado  «cali/-  dé  1¡V  bendición'' 
li  Cor.  10,  16),  que  se  servía  inmediatamente  después  de  terminada  la  comida  del 
cordero.  4)  El  que  por  vosotros  es  derramado  :  para  justificar  esta  metonimia  e* 
menester  que  la  sangre  sea  derramada  precisamente  cu  cuanto  está  contenida  en 
el  cáliz  :  otra  confirmación,  y  más  espléndida,  de  la  sacrificalidad  eucarística.  La 
consagración  del  cáliz  es  una  efusión,  mística  en  la  forma,  real  en  el  fondo,  de  la 
sangre  redentora  de  Cristo. 

31-23  Esta  denuncia  del  traidor  precedió,  a  lo  que  parece,  a  la  institución  de  la 
Eucaristía,  Judas,  por  tanto,  ni  participó  de  los  misterios  eucarísticos  ni  recibió  la 
consagración  sacerdotal. 

3WW  También  esta  contienda  hubo  de  preceder  a  la  institución  de  la  Eucaristía. 
Suscitada  verosímilmente  por  la  apetencia  de  los  primeros  puestos  en  la  mesa,  hubo 
de  ocurrir  al  principio  de  la  cena.  De  hecho,  el  Maestro  parece  aludir  al  lavatorio 
de  los  pies  (v.  27).  Pero  más  que  la  distribución  cronológica  interesa  la  blandura 
con  que  el  Maestro  corrige  las  mezquindades  de  los  discípulos  y  la  enseñanza  de 
que  la  autoridad  debe  ser  un  servicio. 

a  La  oración  de  Jesús  para  que  no  desfalleciera  la  fe  de  Pedro  fué  eficaz.  En 
este  supuesto  encarga  el  Maestro  al  discípulo  que  él  a  su  vez  confirme  en  la  fe  a 
sus  hermanos.  De  la  firmeza  de  Pedro  en  la  fe  cuida  el  mismo  Cristo  ;  de  la  fir- 
meza de  los  demás  ha  de  cuidar  Pedro.  Y  esta  prerrogativa  se  otorgó  a  Pedro,  no 


-187- 


22  35-40 


SAN  LUCAS 


22  37-44 


— Dígote,  Pedro,  no  cantará  hoy  el 
gallo  antes  que  tres  veces  hayas  ne- 
gado conocerme. 

36  Y  les  dijo  : 

— Cuando  os  envié  sin  bolsa,  alfor- 
ja y  sandalias,  ¿  acaso  os  faltó  algo  ? 
Kilos  dijeron  : 
— Nada. 
30  Di  joles  : 

— Mas  ahora  quien  tenga  bolsa  tó- 
mela ;  asimismo  también  alforja  ;  y 


quien  no  tenga  espada,  venda  su 
manto  y  cómprese  una.  37  Porque  os 
digo  que  tiene  que  cumplirse  en  mí 
esto  que  está  escrito  :  «Y  fué  con- 
tado entre  los  delincuentes»  (Is.  53, 
12).  Porque  lo  que  a  mí  se  refiere, 
toca  a  su  fin. 
38  Ellos  dijeron  : 

- — Señor,  mira,  hay  dos  espadas. 
El  les  dijo  : 
—  ¡  Basta  ya  ! 


Pasión  de  Nuestro  Señor  Jesu-Cristo 


Llegada  al  huerto.  22,  39-40 
(  =  Mt.  26,  36  =Mc.  14,  32) 

**  Y  saliendo  de  allí,  se  dirigió,  se- 
gún costumbre,  al  monte  de  los  Oli- 
vos ;  y  le  siguieron  también  los  dis- 
cípulos. 40  Y  en  llegando  al  lugar,  dí- 
joles  : 

— Orad,  para  que  no  entréis  en  ten- 
tación. 


Oración  y  agonía.  22,  41-46 
(  =  Mt.  26,  37-46  =Mc.  14,  33-42) 

"  Y  El,  arrancándose  de  ellos,  se 
apartó  a  la  distancia  como  de  un  tiro 
de  piedra,  y  puestas  las  rodillas,  ora- 
ba 42  diciendo  : 

— Padre,  si  quieres,  traspasa  de  mí 
este  cáliz  ;  mas  no  se  haga  mi  vo- 
luntad, sino  la  tuya. 

43  Y  se  le  apareció  un  ángel  venido 
del  cielo,  que  le  confortaba.  44  Y  ve- 


en  atención  a  su  persona,  sino  por  razón  de  su  oficio.  La  misma  prerrogativa,  por 
tanto,  corresponde  a  los  sucesores  de  Pedro,  los  Romanos  Pontífices.  De  ahí  la 
infalibilidad  pontificia.  De  ahí  también  en  los  obispos  de  Roma  la  obligación  y  el 
derecho  de  fortalecer  en  la  fe  a  los  demás  obispos  y  a  todos  los  fieles. 

*  Las  palabras  de  Jesús  son  metafóricas.  Viene  a  decir  :  ahora  cada  cual  tendrá 
que  mirar  por  sí. 

38  Los  discípulos,  como  de  ordinario,  entendieron  a  la  letra,  materialmente,  las 
palabras  del  Maestro.  Como  no  era  entonces  hora  de  entrar  en  razones,  Jesús  les 
responde:  ¡Basta  va  I  No  se  hable  más  de  esto.  O  tal  vez  mejor,  sonriendo  triste- 
mente, al  ver  su  incomprensión,  les  dice  :  Para  lo  que  se  necesitan,  bastan  ya  esas 
dos  espadas. 

39  Según  su  costumbre  :  según  esto,  el  ir  al  monte  de  los  Olivos,  y  más  concre- 
tamente al  huerto  de  Getsemaní,  era  entregarse  en  manos  de  sus  enemigos,  quienes, 
como  lo  mostraron  los  hechos,  allá  irían  a  buscarle,  guiados  por  Judas,  que  conocía 
muy  bien  aquel  lugar  (Jn.  18,  2). 

41  Arrancándose  de  ellos  :  expresión  de  la  violencia  que  el  Maestro  tuvo  que  ha- 
cerse para  apartarse  en  aquellas  circunstancias  de  sus  queridos  discípulos.  ||  Puestas 
las  rodillas  :  así  comenzó  Jesús  su  oración,  que  luego,  abrumado  por  la  desolación, 
prosiguió  postrado,  el  rostro  sobre  el  suelo. 

42  Esta  oración  no  es  sino  la  misma  que  él  había  enseñado  a  sus  discípulos.  El 
Padre  nuestro  ha  de  ser  la  oración  de  cada  día  y  de  cada  hora,  y  también  la  oración 
de  las  grandes  crisis  del  alma.  ||  No  se  haga  mi  voluntad,  sino  la  tuya  :  de  estas 
palabras  coligieron  los  Santos  Padres  la  coexistencia  de  dos  voluntades  en  Cristo, 
correspondientes  a  su  doble  naturaleza,  la  humana  y  la  diYina,  en  la  unidad  de 
persona. 

43  Como  no  distingue  San  Lucas  los  tres  tiempos  de  la  oración  del  huerto,  no  es 
posible  saber  con  entera  certeza  con  cuál  de  ellos  coincide  la  aparición  del  ángel. 
Parece,  con  todo,  más  verosímil  que  fuese  en  el  tercer  tiempo.  Muy  grande  debió 
de  ser  la  desolación  de  Jesús,  cuando  se  vió  en  el  trance  de  ser  confortado  por  un 
ángel.  Pesaba  entonces  sobre  su  Corazón  la  carga  inmensa  de  los  pecados  del  mundo, 
que  Él  se  había  dignado  tomar  sobre  sí  para  satisfacer  por  ellos  a  la  divina  justicia. 

44  Con  la  oración  creció  la  agonía  ;  pero  también  a  mayor  agonía,  más  intensa 
oración.  Agonía  significa  tlucha»,  y  en  este  caso  es  la  vivísima  angustia  del  Salva- 
dor provocada  por  la  exacerbación  del  terror  y  de  la  tristeza,  que  había  invadido 
su  Corazón,  y  por  la  violenta  reacción  de  su  voluntad  contra  estos  sentimientos.  Esta 
agonía  determinó  leí  sudor  de  sangre.  Recogiendo  las  indicaciones  del  evangelista 
médico,  parece  ser  que  con  el  sudor  copioso  se  mezcló  gran  cantidad  de  sangre, 


—  188  — 


22  45-53 


SAN  LUCAS 


22  54-60 


nido  en  agonía,  oraba  más  intensa- 
mente. Y  se  hizo  su  sudor  como  gru. 
mos  de  sangre,  que  caían  hasta  el 
suelo.  46  Y  levantándose  de  la  ora- 
ción, vino  a  los  discípulos  y  los  halló 
durmiendo  por  efecto  de  la  tristeza. 
16  Y  les  dijo  : 

—  ¿  Cómo  dormís  ?  Levantaos  y 
orad,  para  que  no  entréis  en  tenta- 
ción. 

Prendimiento  de  Jesús.  Í2,  47-53 
(  =  Mt.  26,  47-56  =Mc.  14,  43-49 
=  Jn.  18,  2-11) 

"  Estando  El  hablando  todavía,  he 
aquí  una  turba,  y  el  que  se  llamaba 
Judas,  uno  de  los  Doce,  iba  delante 
de  ellos.  Y  se  llegó  a  Jesús  para  be- 
sarle. 48  Mas  Jesús  le  dijo  : 

—  ¡Judas!  ¿Con  un  beso  entregas 
al  Hijo  del  hombre  ? 

40  Y  viendo  los  que  estaban  con  El 
lo  que  iba  a  pasaf,  dijeron  : 

—Señor,  ¿  qué  ?  ¿  Herimos  con  la 
espada  ? 

t0  E  hirió  uno  de  ellos  al  siervo  del 
sumo  sacerdote  y  le  cortó  la  oreja 
derecha.  51  Respondiendo  Jesús,  dijo  : 

— Dejadles,  no  haya  más. 

Y  tocando  la  oreja,  le  sanó. 

52  Y  dijo  Jesús  a  los  que  habían 
venido  contra  El,  sumos  sacerdotes 
y  jefes  de  la  policía  del  templo  y 
ancianos  : 

—  ¡  Como  contra  un  salteador  sa- 
listeis con  espadas  y  bastones  I  "Es- 


tando yo  cada  día  entre  vosotros  en 
el  templo,  no  extendisteis  las  ma- 
nos contra  mí.  Pero  ésta  es  vuestra 
hora  y  el  poder  de  las  tinieblas. 

Negaciones  de  Pedro.  22,  54-62 
(  =  Mt.  26,  57-58  ;  69-75  =Mc.  14, 
53-54  ;  66-72  =Jn.  18,  15-18  ; 
25-27) 

64  Y  como  le  hubieron  prendido,  le 
llevaron  y  le  introdujeron  en  la  casa 
del  sumo  sacerdote.  Y  Pedro  le  iba 
siguiendo  de  lejos.  65  Y  como  hubie- 
sen encendido  fuego  en  medio  del 
atrio  y  se  hubiesen  sentado  juntos, 
sentóse  Pedro  entre  ellos. 

60  Viéndole  una  muchacha  sentado 
a  la  lumbre  y  mirándole  fijamente, 
dijo  : 

— También  éste  andaba  con  El. 

57  Mas  él  le  negó,  diciendo  : 

— No  le  conozco,  mujer. 
.  68  Y  tras  breve  espacio,  otro,  vién- 
dole, dijo  : 

— También  tú  eres  de  ellos. 

Mas  Pedro  dijo  : 

— Hombre,  no  lo  soy. 

68  Y  habiendo  pasado  cosa  de  una 
hora,  otro  de  allí  se  afirmaba  en  ello, 
diciendo  : 

— De  veras  que  también  éste  anda- 
ba con  El,  pues  es  galileo. 

60  Dijo  Pedro  : 

— Hombre,  no  sé  lo  que  dices. 
Y  al  instante,  estando  él  hablan- 


cuyas  gotas,  coaguladas  al  contacto  del  aire,  caían  hasta  el  suelo.  Esta  última  cir- 
cunstancia se  explica  mejor  si  se  recuerda  que  el  Señor  oraba  con  el  rostro  pegado 
a  la  tierra.  Esta  tremenda  agonía,  que  parece  haber  empalmado  con  la  desolación 
o  desamparo  de  la  cruz,  fué  el  más  profundo  abatimiento  y  anonadamiento  a  que 
llegó  el  Hombre-Dios,  y  es  el  más  oscuro  misterio  de  su  psicología.  Pero  es  también 
la  lección  más  elocuente  de  lo  que  es  la  gravedad  del  pecado  y  la  demostración  más 
conmovedora  del  amor  de  aquel  Corazón  «que  tanto  ha  amado  a  los  hombresi.  La 
comunión  «con  Cristo  doloroso  en  la  agonía  de  Getsemaní  es  donde  culmina  la 
devoción  al  Corazón  de  Jesús. 

il~la  Son  numerosos  los  rasgos  característicos  de  San  Lucas:  a)  "Judas,  como  capi- 
tán de  aquella  tropa,  iba  delante  de  ellos,  b)  Las  sentidas  palabras  de  Jesús  al  trai- 
dor (48).  c)  La  pregunta  de  los  discípulos,  no  contestada  (49).  d)  La  orden  de  Jesús  : 
Uejadi.es,  no  haya  más;  y  la  curación  de  la  temeraria  herida  (51).  e)  La  designación 
de  las  personas  a  quienes  se  dirige  la  querella  (52 1.  f)  La  sentencia  final:  Esta  es 
vuestra  hora  y  el  í'oder  de  las  tinieblas,  es  decir,  de  Satanás,  que,  como  antes  había 
entrado  en  Judas  (22,  3),  así  ahora  azuzaba  a  los  judíos  contra  el  Salvador,  sin  saber 
que  con  ello  arruinaba  su  imperio  de  tinieblas.  El  conjunto  de  todos  estos  rasgos 
o  toques  da  singular  interés  al  relato  de  San  Lucas. 

w  San  Lucas  omite  la  sesión  nocturna  del  sauhedrín,  si  bien  la  supone  en  el 
lelato  que  luego  hace  de  la  sesión  matinal. 

l3  conciliación  del  relato  de  las  negaciones  de  Pedro  con  los  relatos  de  los 
otros  evangelistas  no  es  difícil  si  se  tiene  en  cuenta  que  las  negaciones  no  fueron 
tres  actos  o  momentos  aislados,  sino  más  bien  tres  tiempos  o  escenas  de  alguna  du- 
ración, en  que  el  discípulo,  acosado  por  varios,  tuvo  qúe  responder  a  unos  y  a  otros. 


-189- 


22  G1-G7 


SAN  LUCAS 


22  68-23  2 


do  todavía,  cantó  un  gallo.  61  Y  vol- 
viéndose el  Señor,  miró  a  Pedro  ; 
y  recordó  Pedro  la  palabra  del  Se- 
ñor, tal  como  le  había  dicho,  que 
«Antes  que  el  gallo  cante,  hoy  me 
negarás  tres  veces».  6- Y  saliéndose 
afuera  lloró  amargamente. 


Crueles  ultrajes.  22,  63-65  (  =  Mt.  26, 
67-68  =Mc.  14,  65) 

1,8  Y  los  hombres  que  le  tenían  apri- 
sionado le  escarnecían  hiriéndole,  1,1  y 
habiéndole  envuelto  con  un  velo,  le 
preguntaban  diciendo  : 

— Profetiza  :  ¿  quién  es  el  que  te 
iíó? 

66  Y  otras  muchas  cosas  con  que 
le  insultaban  decían  contra  él. 


El  sanhedrín  condena  a  Jesús. 
22,  66-71  (  =  Mt.  27,  1  =Mc.  i's,  1) 

66  V  en  cuanto  se  hizo  de  día,  se 
reunió  en  junta  el  senado  del  pue- 
blo y  sumos  sacerdotes  y  escribas, 
y  le  llevaron  a  su  sanhedrín  ;  ™  y  de- 
cían : 


— Si  tú  eres  el  Mesías,  dínoslo. 
Díjoles  : 

— Si  os  lo  dijere,  no  me  creeréis  ; 
w  >'  si,  por  otra  parte,  os  interroga- 
re, no  me  responderéis.  No  obs- 
tante, a  partir  de  ahora  estará  el 
Hijo  del  nombre  sentado  a  la  dies- 
tra del  poder  de  Dios  (Sal.  loo.  1  ; 
Dan.  7,  13). 

''"  Dijeron  todos  : 

— ¿  Conque  tú  eres  el  Hijo  de  Dios  ? 
El  les  dijo  : 

— Vosotros  decís  que  yo  soy. 
71  Ellos  dijeron  : 

— ¿  A  qué  necesitamos  ya  de  tes- 
timonio? Pues  nosotros  mismos  lo 
oímos  de  su  propia  boca. 


Jesús  ante  PHato.  23,  1-7  (  =  Mt.  27, 
2;  11-14  =^c.  15,  í-5  =  Jn.  18,  28-3SI 

90    '  Y  levantándose  toda  la  mu- 
chedumbre  de  ellos,  le  lleva- 
ron a  Pilaito. 

'■  Y  comenzaron  a  acusarle,  di- 
ciendo : 

— A  éste  hemos  hallado  amotinan- 
do nuestra  gente,  y  prohibiendo  dar 
tributos  al  César,  y  diciendo  que  El 
es  el  Mesías  rey. 


u  Volviéndose  el  Señor  miró  a  Pedro  :  no  hay  razón  alguna  para  desvirtuar  o 
espiritualizar  el  sentido  natural  de  estas  palabras.  Jesús,  pues,  volvió  su  rostro  a 

Ctnhcdrínty"!'alfUpasar  por  el  paUoVtrca  de  donde  'estaba  Pedro^  tuviera^astón  de 

tOéú  que  quien  había  tenido' osadía  para  entrar  en  el  palacio  del  sumo  sacerdote 
y  meterse  entre  sus  criados,  la  tuviese  ahora  para  llegarse  al  aposentillo  donde  el 
Señor  era  ultrajado.  De  todos  modos,  el  Maestro  miró  al  discípulo,  y  esta  mirada 
le  traspaso  el  corazón. 

tt-44  Kstos  ultrajes,  los  más  humillantes  tal  vez  que  sufrió  Jesús  en  el  decurso 
de  su  pasión,  refiérelos  San  Lucas  después  de  las  negaciones  de  Pedro,  a  dife- 
rencia de  San  Mateo  y  San  Marcos,  que  los  refieren  antes.  En  realidad  acaecieron 
entre  la  primera  y  la  tercera  de  las  negaciones,  es  decir,  entre  la  doble  sesión 

m  En  cuanto  se  Hizo  DE  día  :  lo  más  pronto  que  fué  posible  para  que  la  sesión 
fuera  legal.  La  sesión  precedente,  nocturna,  había  sido  ilegal. 

*"  Interrogan  directamente  al  reo,  prescindiendo  de  la  prueba  testifical,  que  no 
nanía  dado  resultado.  Fué  inicuo  e  inhumano  querer  sonsacar  al  reo  una  confesión 

^  «7-70  jesús  pudiera  haber  callado,  o  responder  con  una  ev  asiva,  o  desconcertarles 
ron  una  contrapregunta,  como  El  sabía  bien  hacerlo  ;   pero  «había  llegado  su  hora». 

cita  de  su  mesianidad  y  divina  filiación,  ahora,  cuando  la  declaración  va  a  deter- 
minar su  muerte,  se  confiesa  abiertamente  Mesías  e  Hijo  de  Eios. 

"¿A  oué  necesitamos  ya  de  TESTIMONIO?  Es  una  alusión  a  los  falsos  testimonios 
tolicitados  en  la  sesión  nocturna. 

no  -  Es  San  Lucas  quien  nos  ha  transmitido  la  triple  acusación  formulada  contra 
.Ksús  en  el  tribunal  de  Pilato.  El  presidente,  despreciando  las  dos  primeras  acu- 
saciones, sólo  toma  en  consideración  la  tercera. 


—  190  — 


23  3-12 


SAN  LUCAS 


23  13-25 


3  Pilato  le  interrogó,  diciendo  : 
— ¿  Tú  eres  el  Rey  de  los  judíos  ? 
El,  respondiendo,  le  dijo  : 
— Tú  lo  dices. 

'  Pilato  dijo  a  los  sumos  sacerdo- 
tes y  a  las  turbas  : 

— Ningún  delito  hallo  en  este  hom- 
bre. 

;  Ellos  insistían  con  fuer/.a,  dicien- 
do que 

— Amotina  el  pueblo,  enseñando 
por  toda  la  Judea,  y  habiendo  co- 
menzado por  Galilea  ha  llegado  has- 
ta acá. 

6  Pilato,  como  lo  oyese,  preguntó 
si  el  hombre  era  galileo.  1  Y  enten- 
diendo que  era  de  la  jurisdicción 
de  Herodes,  le  remitió  a  Herodes, 
que  estaba  también  él  en  Jerusalén 
por  aquellos  días. 


Jesús  ante  Herodes.  23,  8-12 


'  Herodes,  viendo  a  Jesús,  se  re- 
gocijó en  extremo ;  porque  desde  ha- 
cía mucho  tiempo  estaba  deseoso  de 
verle,  pues  había  oído  decir  muchas 
cosas  de  El,  y  esperaba  verle  hacer 
algún  prodigio.  9  Y  le  hacía  nume- 
rosas preguntas.  Mas  El  no  respon- 
dió nada.  10  Estaban  allí  los  sumos 
sacerdotes  y  los  escribas  acusándo- 
le con  ahinco.  11  Menosprecióle  tam- 
bién Herodes,  juntamente  con  su 
cuerpo  de  guardia,  y  haciendo  bur- 
la de  El,  le  vistió  un  ropaje  lucien- 
te y  le  remitió  a  Pilato.  u  Hiciéron- 
se  amigos  uno  de  otro,  Herodes  y 
Pilato,  aquel  día,  pues  antes  eran 
enemigos  entre  sí. 


Segunda  presentación  ante  Pilato. 
Le  castigare  y  soltaré.  23,  13-16 

"  Pilato,  habiendo  convocado  a  los 
sumos  sacerdotes,  a  los  jefes  y  al 
pueblo,  les  dijo  : 

14  — Me  presentasteis  a  ese  hombre 
como  amotinador  del  pueblo,  y  he 
aquí  que  yo,  habiéndole  interrogado 
delante  de  vosotros,  no  hallé  en  es- 
te hombre  ninguno  de  los  delitos  de 
que  le  acusáis.  55  Pero  ni  Herodes 
tampoco,  pues  lo  remitió  a  nosotros  ; 
v  he  aquí  que  nada  digno  de  muer- 
te se  le  ha  probado.  18  Le  castigaré, 
pues,  y  le  soltaré. 

Jesús  y  Barrabás.  23,  17-25  (=Mt.  27, 
15-26  =Mc.  15,  6-15  =Jn.  18,  39-40) 

"  Y  tenía  necesidad  de  soltarles  un 
preso  cada  año  por  la  fiesta.  18  Le- 
vantaron el  grito,  toda  la  muche- 
dumbre a  una,  diciando  : 

— Quita  de  en  medio  a  éste  y  suél- 
tanos a  Barrabás. 

'*  El  cual,  con  motivo  de  un  motín 
acaecido  en  la  ciudad  y  de  un  homi- 
cidio, había  sido  echado  en  la  cár- 
cel. w  De  nuevo  les  habló  Pilato,  de- 
seando soltar  a  Jesús.  *  Mas  ellos 
clamaron  diciendo  : 

—Crucifica,  crucificad . 

~  El  por  tercera  vez  les  dijo  : 

— ¿Pues  qué  mal  ha  hecho  éste? 
Ningún  delito  digno  de  muerte  ha- 
llé en  él.  Así  que,  después  de  ha- 
berle castigado,  le  soltaré. 

a  Mas  ellos  instaban  a  grandes  vo- 
ces, exigiendo  que  fuera  crucifica- 
do, y  sus  voces  se  hacían  más  vio- 
lentas. 11  Y  Pilato  dió  orden  de  que 
se  efectuase  su  demanda  :  15  soltó  al 


3  Por  San  Juan  (iS,  33I  sabemos  que  este  interrogatorio  fué  secreto. 
7  Es  la  primera  evasiva  a  oue  apela  Pilato  para  salirse  de  aquel  proceso,  para 
éi  enojoso. 

v12  Este  episodio  es  exclusivo  de  San  Lucas.  Ante  las  numerosas  preguntas  del 
frivolo  tetrarca  y  las  persistentes  acusaciones  de  los  enemigos  es  impresionante 
el  mutismo  cerrado  de  Jesús. 

11  Este  ropaje  luciente  y  principesco  era  en  la  intención  de  Herodes  doblemente 
burlesco  :  era  un  disfraz  de  carnaval,  con  que  hacía  chacota  de  Jesús  y  con  que  6e 
resarcía  del  pasatiempo  que  le  había  defraudado  la  rustiquez  de  aquel  pobre  loco. 

Dice  el  juez:  Considerando  que  en  ese  hombre  no  se  halla  delito  alguno, 
i.e  castigaré.  Nueva  lógica  y  nueva  justicia.  Es  el  segundo  expediente  o  evasiva. 

17-25  ¡Jesús  puesto  en  competencia  con  Barrabás  y  pospuesto  a  él !  Es  el  tercer 
expedieme  de  una  política  de  compromisos,  que  termina  fatalmente  en  una  co- 
barde capitulación  :  en  vez  de  sacar  las  tropas  para  reprimir  los  desmanes  de  aquel 
populacho  insolente. 

*  Lo  entregó  A  su  VOLUNTAD:  toda  la  pasión  es  una  serie  de  entregas:  Judas 
entrega  a  Jesús  a  los  judíos  ;  los  judíos  lo  entregan  a  Pilato  ;  Pilato  lo  entrega  a 
la  voluntad  de  la  turba  y  a  los  soldado*  y  verdugos  para  que  lo  azoten  y  cruci- 


—  191  — 


23  2«-32 


SAN  LUCAS 


23  s3-39 


que  demandaban,  al  que  por  motín 
y  homicidio  había  sido  echado  en  la 
cárcel  ;  y  a  Jesús  se  lo  entregó  a  su 
voluntad! 


Camino  del  Calvario.  23,  26-32 
(=Mt.  27,  31-32  =Mc.  15,  20-21 
=  Jn.  19,  16-17) 

'■'"Y  como  le  hubieron  sacado,  echan- 
do mano  a  un  tal  Simón  de  Cirent 
que  venía  del  campo,  le  pusieron  en 
hombros  la  cruz  para  que  la  llevase 
detrás  de  Jesús.  27  Seguíale  gran  mu- 
chedumbre de  pueblo  y  de'mujeres, 
las  cuales  le  plañían  y  lamentaban. 
28  Volviéndose  Jesús  a  ellas,  les  dijo  : 

— Hijas  de  Jerusalén  :  no  lloréis 
sobre  mí,  sino  llorad  más  bien  so- 
bre vosotras  mismas  y  sobre  vues- 
tros hijos.  29  Porque,  mirad,  vendrán 
días  en  que  dirán  :  «Dichosas  las  es- 
tériles, y  los  vientres  que  no  engen- 
draron, y  los  pechos  que  no  cria- 
ron.» 80  Entonces  comenzarán  a  de- 
cir a  los  montes  :  «Caed  sobre  nos- 
otros», y  a  los  collados  :  «Sepultad- 
nos»  (Os.  io,  8).  81  Porque  si  en  el 
leño  verde  esto  hacen,  ¿en  el  seco 
qué  se  hará  ? 

32  Eran  también  llevados  otros  dos, 
que  eran  malhechores,  para  ser  ajus- 
ticiados con  El. 


Crucifixión.  23,  33-38  (  =  Mt.  27, 
33-44  =Mc.  15,  22-32  =Jn.  19,  16-24) 

"  Y  cuando  hubieron  llegado  al  lu- 
gar llamado  «Cráneo»,  allí  crucifica- 
ron a  El  y  a  los  malhechores,  uno 
a  la  derecha  y  otro  a  la  izquierda. 

84  Y  Jesús  decía  : 

— Padre,  perdónalos,  porque  no  sa- 
ben lo  que  hacen. 

Y  al  repartir  sus  vestidos,  echaron 
suertes  (Sal.  21,  19).  85  Y  estaba  allí 
el  pueblo  mirando  ;  y  hacían  befa 
de  El  también  los  jefes,  diciendo  : 

— A  otros  salvó  ;  sálvese  a  sí  mis- 
mo, si  El  es  el  Mesías  de  Dios,  el 
Elegido. 

80  Burlábanse  de  El  también  los  sol- 
dados, acercándose,  ofreciéndole  vi- 
nagre 81  v  diciendo  : 

— -Si  tú  eres  el  Rey  de  los  judíos, 
sálvate  a  ti  mismo. 

88  Había  también  por  encima  de  El 
una  inscripción  escrita  en  letras  grie- 
gas, latinas  y  hebreas  : 

ÉSTE  ES  EL  REY  DE  LOS  JUDÍOS 


El  buen  ladrón.  23,  39-43 

89  Uno  de  los  malhechores  que  esta- 
ban colgados  le  insultaba,  diciendo  : 

— ¿  No  eres  tú  el  Mesías  ?  Sálvate 
a  ti  mismo  y  a  nosotros. 


fiquen.  Mas  todas  esas  entregas  hubieran  sido  ineficaces  si  antes  el  Padre  no  hu- 
biera entregado  a  su  propio  Hijo  por  nosotros  (Rom.  8,  32)  o  si  el  Hijo  mismo 
no  se  hubiera  entregado  por  nosotros  (Ef.  5,  2).  Con  razón,  pues,  San  Pablo 
condensa  la  pasión  de  Cristo  en  esta  frase  :  tfué  entregado  por  nuestros  deli- 
tos»  (Rom.  4,  25). 

Z7-31  Debemos  a  la  diligencia  de  San  Lucas  el  habernos  conservado  este  intere- 
sante episodio.  Las  palabras  de  Jesús  son  una  sentida  lamentación  de  la  ruina 
de  Jerusalén,  que  era  una  espina  clavada  en  su  Corazón.  Son  también  una  apre- 
miante invitación  a  la  penitencia.  Porque  si  tan  terriblemente  descargó  la  justicia 
de  Dios  sobre  Cristo  por  pecados  ajenos,  ¿  con  cuánta  severidad  descargará  sobre 
nosotros  si  no  hiciéremos  penitencia  de  los  pecados  propios? 

34  Padre,  perdónalos  :  tal  vez  no  haya  en  todo  el  Evangelio  palabras  más  reve- 
ladoras de  la  inefable  misericordia  del  Corazón  de  Jesús.  Presa  de  atrocísimos 
tormentos  en  el  cuerpo  y  de  tremenda  desolación  en  el  alma,  no  piensa  en  si,  no 
pide  misericordia  para  sí,  sino  piensa  en  otros,  pide  misericordia  para  otros,  para 
aquellos  mismos  que  le  aborrecen  de  muerte  y  le  acaban  de  crucificar.  Y  no  las 
dijo  una  vez  solamente,  sino  que  las  decía  y  repetía  mientras  le  estaban  clavando 
en  la  cruz,  mientras  se  estaban  repartiendo  sus  vestidos,  mientras  ultrajaban  su 
agonía.  Pero  más  significativa  que  la  súplica  misma  es  la  excusa  :  porque  no  saben 
qué  es  lo  que  hacen.  ¡Qué  consolador  es  pensar  que  nuestro  juez  será  este  Jesús, 
tan  amigo  de  perdonar,  tan  inclinado  a  excusar  nuestros  pecados!  El  nos  había 
enseñado  a  orar  diciendo  :  tPadre...,  perdónanos»  ;  mas,  no  con  contento  con  esto, 
cuando  nosotros  no  oramos  como  debíamos,  El  mismo  ruega  por  nosotros  :  Padre, 
perdónalos.  ¡Y  qué  lección  y  qué  ejemplo  para  movernos,  para  forzarnos  a  perdonar 
nosotros  a  nuestros  enemigos! 

8e-13  Otra  de  las  joyas  del  tercer  Evangelio.  Sobre  el  negro  fondo  de  las  blas- 

ra  de  la  gracia  divina,  que  en  un  instante  sabe  hacer  de  un  ladrón  1111  confesor 
intrépido  de  la  fe.  Entre  los  denuestos  de  los  enemigos  y  el  silencio  de  los  amigo*, 


—  192  — 


23  40"48 


SAN  LUCAS 


23 


w  Mas  el  otro,  respondiendo,  le  re- 
convenía, diciendo  : 

— ¿  Ni  siquiera  temes  tú  a  Dios,  es- 
tando en  el  mismo  suplicio  ?  **  Nos- 
otros, a  la  verdad,  lo  estamos  jus- 
tamente, pues  recibimos  el  justo  pa- 
go de  lo  que  hicimos  ;  mas  éste  na- 
da inconveniente  ha  hecho. 

°  Y  decía  a  Jesús  : 

— Acuérdate  de  mí  cuando  vinie- 
res en  la  gloria  de  tu  realeza. 

43  Díjole  : 

— En  verdad  te  digo  que  hoy  esta- 
rás conmigo  en  el  paraíso. 


Muerte  de  Jesús.  23,  44-49  (=Mt.  27, 
45-56  =Mc.  15,  33-41  =Jn.  19,  28-30) 

11  Y  era  ya  como  la  hora  sexta,  y 
se  produjeron  tinieblas  sobre  toda  la 
tierra  hasta  la  hora  nona, 45  habiendo 
faltado  el  sol  ;  y  se  rasgó  por  me- 
dio el  velo  del  santuat  ;o.  46  Y  cla- 
mando con  voz  poderosa,  Jesús  dijo  : 

— Padre,  en  tus  manos  encomien- 
do mi  espíritu  (Sal.  30,  6). 

Y,  dicho  esto,  expiró. 

17  Viendo  el  centurión  lo  acaecido, 
glorificó  a  Dios,  diciendo  : 

— Realmente  este  hombre  era  ;usto. 

18  Y  todas  las  turbas  allí  reunidas 


para  este  espectáculo,  considerando 
las  cosas  que  habían  acaecido,  se 
volvían  golpeando  los  pechos. 

,,J  Estaban  allí  a  bastante  distancia 
todos  sus  conocidos  y  las  mujere9 
que  le  habían  acompañado  desde  Ga- 
lilea, mirando  estas  cosas. 


Sepultura  del  Señor.  23  50-56 
(  =  Mt¡  27,  57-61  =Mc.  15,42-47 
=  Jn-  19.  38-42) 

50  Y  en  esto  un  hombre  por  nom- 
bre José,  que  era  sanhedrita  y  varón 
bueno  y  justo  51 — éste  no  había  dado 
su  asentimiento  al  consejo  y  al  acto 
de  los  judíos — ,  natural  de  Arimatea, 
ciudad  de  los  judíos,  el  cual  espe- 
raba el  reino  de  Dios,  52  éste,  presen- 
tándose a  Pilato,  demandó  el  cuer- 
po de  Jesús.  53  Y  habiéndolo  descol- 
gado, lo  envolvió  en  una  sábana  y 
le  depositó  en  un  monumento  exea- 
cavado  en  la  peña,  en  donde  nadie 
todavía  había  sido  puesto.  51  Era  día 
de  Parasceve  y  r?yaba  el  sábado. 

65  Y  las  mujeres  que  habían  veni- 
do ron  El  desde  Galilea,  habiendo 
seguido  de  cerca,  inspeccionaron  el 
monumento  y  cómo  había  sido  colo- 
cado su  cuerpo. 66  Y  habiéndose  vuel- 


¡qué  dulcemente  sonarían  en  los  oídos  y  en  el  Corazón  de  Jesús  aquelH  aix>logía 
y  aquella  humilde  plegaria  del  buen  ladrón !  No  quedó  confundida  la  confianza 
del  ladrón  ni  se  desmintió  la  generosidad  del  Rey  divino,  quien,  sin  acordarse  de 
toda  una  vida  de  crímenes,  tan  espléndidamente  galardona  aquella  momentánea 
profesión  de  fe. 

45  Habiendo  faltado  el  sol  :  la  expresión  original,  que  pudiera  significar  eclipse, 
no  quiere  decir  sino  que  faltó  la  luz  del  sol  a  causa  de  las  espesas  tinieblas  que 
durante  tres  horas  envolvieron  la  tierra.  M  Se  rasgó  por  medio  el  velo  interior  del 
santuario  •  San  Lucas  antepone  a  la  muerte  del  Salvador  este  milagro,  que  San  Ma- 
teo y  San  Marcos  refieren  después  de  ella.  Esta  diferente  colocación  parece  indicar 
que  el  milagro  coincidió  con  el  momento  de  la  muerte. 

**  Padre,  en  tus  manos  encomiendo  mi  espíritu  :  parece,  a  nuestro  modo  de  ha- 
blar,  que,  consumada  la  obra  de  la  redención,  se  disipan  las  tinieblas  que  habían 
envuelto  el  Corazón  del  Redentor,  y  renace  la  serenidad.  Satisfecha  ya  plenamente 
la  divina  justicia,  el  Hijo  ve  ante  sí  a'  Padre  de  su  amor,  y  con  filial  confianza 
deposita  en  sus  manos  su  último  aliento  y  su  alma.  De  quién  recogió  el  evan- 
gelista estas  postreras  palabras  del  Salvador  ?  Al  pie  de  la  cruz  estaba  la  Madre, 
que  1as  oyó  y  las  conservó  en  su  maternal  Corazón.  Y  es  sabido  cuánto  debe  el 
tercer  Evangelio  a  la  Madre  de  Jesús. 

48  Todas  las  turbas...  se  volvían  golpeando  los  pechos  :  San  Lucas  es  el  único 
evangelista  que  habla  de  esta  penitencia  general.  Entre  las  turbas  no  estaban  ya 
los  jefes  de  los  judíos,  a  quienes  las  espesas  tinieblas  habían  alejado  del  Calvario. 

**  Todos  sus  conocidos  :  parece,  pues,  que  también  los  apóstoles  y  otros  discípu- 
los se  hallaron  presentes  a  la  muerte  del  Maestro. 

51  Advierte  explícitamente  San  Lucas  lo  que  los  otros  evangelistas  ya  dejan  en- 
tender :  que  José  de  Arimatea  no  había  dado  su  asentimiento  al  CONSEJO  Y  al  acto 
de  los  judíos,  con  ser  miembro  del  sanhedrín. 

w  Rayaba  el  sábado  :  la  aparición  de  las  tres  primeras  estrellas  señalaba  al  prin- 
cipio del  sábado  judío. 

56  Las  mujeres...,  habiendo  seguido  de  cerca...:  desde  el  Calvario,  las  piadosas 
mujeres  acompañaron  el  cadáver  del  Maestro  hasta  el  sepulcro. 


193 


N.  T,  7 


24  M 


SAN  LUCAS 


24  8-13 


to,  prepararon  aromas  y  perfumes  ; 
y  durante  el  sábado  guardaron  re- 
poso conforme  al  precepto  de  la  Ley. 


Las  piadosas  mujeres  en  el  sepul- 
cro. 24,  i-ii  (  =  Mt.  28,  1-8  =  Me.  16, 
1-8  =Jn.  20,  1-2) 

<r/A  1  Mas  el  primer  día  de  la  se- 
^*  mana,  apenas  rayó  el  alba,  se 
vinieron  al  monumento  llevando  con- 
sigo los  aromas  que  habían  prepa- 
rado. 2  Y  hallaron  la  losa  corrida  a 
un  lado  del  monumento ;  3  y  habien- 
do entrado,  no  hallaron  el  cuerpo 
del  Señor  Jesús.  4  Y  aconteció,  es- 
tando ellas  desconcertadas  sobre  es- 
to, de  ipronto  se  les  presentaron  dos 
varones  con  vestidura  refulgente. 
c  Quedando  ellas  amedrentadas  e  in- 
clinando sus  rostros  a  la  tierra,  di- 
jéronles  : 

— ¿  A  qué  buscáis  al  vivo  entre  los 
muertos  ?  0  No  está  aquí,  sino  que  re- 
sucitó. Recordad  cómo  os  habló  cuan- 
do estaba  aún  en  Galilea,  '  diciendo 
que  el  Hijo  del  hombre  había  de  ser 
entregado  en  manos  de  hombres  pe- 


cadores y  ser  crucificado  y  al  tercer 
día  resucitar. 

8  Y  se  acordaron  de  sus  palabras. 
9  Y  vueltas  del  monumento,  anuncia- 
ron todas  estas  cosas  a  los  Once  y 
a  todos  los  demás.  10  Y  eran  María 
la  Magdalena,  y  Juana,  y  María  la  de 
Santiago  ;  y  las  demás  que  iban  con 
ellas  dijeron  esto  mismo  a  los  após- 
toles. "  Y  parecieron  a  sus  ojos  co- 
mo delirio  estas  palabras,  y  no  las 
creyeron. 


Pedro  en  el  sepulcro.  24,  12 
(  =  Jn.  20,  3-10) 

"  Y  Pedro,  levantándose,  se  fué 
corriendo  al  monumento,  y  agachán- 
dose ve  los  lienzos  solos,  y  se  volvió 
a  casa,  admirándose  de  lo  acaecido. 

Aparición  a  los  dos  que  iban  a 
Emaús.  24,  13-35  (  =  Mc.  16,  12-13) 

13  He  aquí  que  aquel  mismo  día  dos 
de  los  discípulos  iban  de  camino  a 
una  aldea  llamada  Emaús,  distante 


OA  ,_u  Divídese  este  relato  en  tres  partes  :  la  ida  de  las  mujeres  al  sepulcro  (1-3),  la 
aparición  de  los  ángeles  (4-8),  la  vuelta  y  el  mensaje  a  los  Once  (9-11).  Es 
clásica  la  dificultad  de  conciliar  las  narraciones  divergentes  de  los  evangelistas. 
Pero  esta  dificultad  es  tan  fácil  de  resolver  apologéticamente  como  difícil  de  resolver 
históricamente.  Es  decir,  precisamente  por  ser  muchos  los  modos  de  conciliación, 
no  sabemos  cuál  es  de  ellos  el  que  corresponde  a  la  realidad. 

1-3  Van  las  mujeres  al  sepulcro  con  más  amor  que  fe  y  esperanza.  Es  de  notar 
la  sencillez  y  objetividad  de  la  narración. 

*-*  Desconcertadas...,  amedrentadas...  :  no  son  éstas  las  disposiciones  de  ánimo 
más  propicias  para  extasiarse  en  visiones  o  para  alucinaciones  colectivas.  Las 
hipótesis  racionalistas  para  explicar  naturalmente  el  fenómeno  de  la  fe  en  la  re- 
surrección de  Jesús  no  son  resultado  del  análisis  crítico  de  los  documentos.  ¿  Serán 
una  proyección  de  las  alucinaciones  subjetivas  de  ciertos  críticos  en  el  mundo 
de  las  realidades  históricas? 

8  Se  acordaron  de  sus  palabras,  que  nunca  habían  acabado  de  entender,  ni 
querían  oírlas,  y  se  les  habían  olvidado.  La  fe  en  la  resurrección  no  les  nació  de 
dentro,  sino  les  vino  de  fuera.  No  muestran  las  mujeres  ilusiones  de  ver  un  re- 
sucitado, sino  obsesión  de  ungir  un  cadáver.  Esto  dicen  los  documentos,  cuyo  testi- 
monio no  es  lícito  suplantar  con  hipótesis  aprioristas  y  arbitrarias. 

10  A  los  nombres  de  las  mujeres  mencionadas  por  San  Marcos  añade  San  Lucas 
el  de  Juana,  «la  mujer  de  Cusa,  procurador  de  Herodesi  Antipas  (8,  3),  y  agrega 
que  estaban  allí  i.as  demAs  que  iban  con  ellas. 

11  Lejos  de  mostrarse  crédulos  o  propensos  a  imaginar  visiones,  los  apóstoles 
tuvieron  como  delirio  el  relato  de  las  mujeres.    lExcelente  disposición  para  pro- 

12  Resume  San  Lucas  lo  que  ampliamente  refiere  San  Juan.  Pedro  quiso  compro- 
bar por  sí  el  dicho  de  las  mujeres.  Vió  que  era  verdad,  pero  no  creyó  todavía  :  ee 
maravilló  de  lo  acaecido,  que  él  no  atinaba  a  explicarse. 

J*-*°  E.-í  uno  de  los  más  deliciosos  relatos  de  San  Lucas,  recogido,  sin  duda,  de 
labios  de  uno  de  los  dos  favorecidos  por  la  aparición  de  Jesús. 

13  Iban  de  camino  :  hubieron  de  emprenderlo  bastante  de  mañana,  cuando  los 
discípulos  no  conocían  todavía  la  aparición  de  Jesús  a  Magdalena.  II  Emaús:  esta 
localidad  ha  sido  identificada  principalmente  con  la  antigua  Emaús-Nicópolis,  dis- 
tante de  Jerusalén   unos   160  estadios  (unos  29  kilómetros),   y   Kubeibeh,  distante 


—  194  — 


24  "-22 


SAN  LUCAS 


24  23-31 


de  Jerusalén  ciento  sesenta  estadios. 
M  Iban  conversando  entre  sí  sobre 
todos  estos  acontecimientos.  13  Y  su- 
cedió que  mientras  ellos  conversaban 
v  discutían,  el  mismo  Jesús  se  les 
acercó  y  caminaba  con  ellos.  M  Pero 
sus  ojos,  inhibidos,  no  estaban  en 
disposición  de  reconocerle.  37  Di  joles  : 
— ¿Qué  pláticas  son  esas  que  cam- 
biáis entre  vosotros  mientras  vais 
caminando? 

Y  ellos  se  detuvieron  entristecidos. 
18  Y  tomando  la  palabra  uno  de  ellos, 
llamado  Cleofás,  le  dijo  : 

— ¿  Eres  tú  el  único  forastero  en 
Jerusa'.én  que  no  te  enteraste  de  las 
cosas  que  estos  días  ocurrieron  en 
la  ciudad  ?  _ 
El  les  dijo  : 
"  — ¿  Cuáles  ? 
Ellos  le  dijeron  : 

— Las  de  Jesús  de  Nazaret,  que  fué 
un  profeta  poderoso  en  obra  y  en 
palabra  delante  de  Dios  y  de  todo 
el  pueblo  ;  20  y  cómo  le  entregaron 
nuestros  sumos  sacerdotes  y  magis- 
trados para  que  fuese  condenado  a 
muerte,  y  le  crucificaron.  21  Nosotros 
esperábamos  que  El  era  el  que  ha- 
bía de  liberar  a  Israel.  Pero,  con  to- 
do esto,  éste  es  ya  el  tercer  día  des- 
de que  estas  cosas  ocurrieron.  22  Ver- 
dad es  que  algunas  mujeres  de  las 


que  están  con  nosotros  nos  sobre- 
saltaron ;  las  cuales  estuvieron  muy 
de  mañana  en  el  monumento,  23  y 
no  habiendo  hallado  el  cuerpo  de  Je- 
sús, volvieron  diciendo  que  hasta  vi- 
sión de  ángeles  habían  visto,  los  cua- 
les aseguran  que  El  vive.  24  Y  fueron 
algunos  de  los  nuestros  al  monumen- 
to, y  hallaron  las  cosas  como  las  mu- 
jeres habían  dicho.  Mas  a  El  no  le 
vieron. 
55  Y  El  les  dijo  : 

—  ¡  Oh  insensatos  y  lerdos  de  co- 
razón para  creer  en  todo  lo  que  di- 
jeron los  profetas  !  26  ¿  Por  ventura 
no  era  necesario  que  estas  cosas  pa- 
deciese el  Mesías  y  así  entrase  en  su 
gloria  ? 

21  Y  comenzando  por  Moisés  y  si- 
guiendo por  todos  los  profetas,  les 
iba  interpretando  en  todas  las  Es- 
crituras lo  que  a  El  se  refería.  28  Y 
llegados  cerca  de  la  aldea  adonde  se 
dirigían,  El  hizo  ademán  de  seguir 
adelante.  MJIas  ellos  le  hicieron  fuer- 
za, diciéndole  : 

— Quédate  con  nosotros,  pues  atar- 
dece y  el  día  ya  declinó. 

30  Y  entró  a  quedarse  con  ellos.  Y 
acaeció  que,  puesto  a  la  mesa  con 
ellos,  tomando  el  pan,  lo  bendijo,  y 
después  de  partirlo  se  lo  daba.  31  A 
ellos  se  les  abrieron  los  ojos  y  le  re- 


solos 6o  estadios  (unos  n  kilómetros).  La  tradición  más  antigua  se  declara  a  favor 
de  Nicópolis.  Esta  localización  supone  auténtica  la  variante  ciento  sesenta,  que,  si 
bien  menos  extendida,  está,  con  todo,  representada  por  excelentes  códices  y  se 
recomienda  por  su  misma  dificultad.  Esta  dificultad,  empero,  se  disminuye  supo- 
niendo que  los  dos  caminantes  siguieron  el  camino  de  atajos,  que  era  de  unos  144  es- 
tadios   (unos   26  kilómetros). 

16  Sus  ojos  inhibidos  :  la  venda  que  les  impedía  ver  a  Jesús  no  era  otra  que 
la  propia  incredulidad. 

17  Se  detuvieron  entristecidos  :  la  intromisión  de  un  desconocido  detuvo  natu- 
ralmente sus  pasos  y  removió  la  tristeza  que  llevaban  en  el  fondo  de  su  corazón. 

19  ¡  Cuáles  ?  :  amable  disimulo  del  Maestro,  que,  antes  de  abrir  los  ojos  a  lo» 
discípulos,  quiere  que  abran  y  desahoguen  su  corazón.  II  Ellos  le  dijeron:  no 
habla  ya  sólo  Cleofás,  como  antes,  sino  que  ambos  a  porfía  iban  diciendo  lo  que 
se  les  ofrecía  sobre  lo  ocurrido  aquellos  días  en  la  ciudad.  Aunque  San  Lucas  ha 
fundido  las  declaraciones  de  ambos,  no  carece  de  fundamento  atribuir  a  uno  de 
ellos  las  expresiones  más  pesimistas  y  al  otro  las  más  optimistas.  De  hecho,  antes 
discutían  o  altercaban  entre  sí,  mostrando  diferente  sentir  sobre  los  acontecimientos. 

35  ¡Oh   insensatos...!:    dura  reconvención,   pero  merecida. 

28  Formula  el  Maestro  el  gran  principio:  Por  la  pasión  a  la  gloria;  que  se  ve- 
rificó en  el  Redentor  y  se  ha  de  verificar  en  los  redimidos. 

37  Sería  interesantísimo  conocer  los  pasajes  bíblicos  que  el  Maestro  interpretó 
como  mesiánicos.  Pero  no  pudieron  ser  otros  que  los  que  El  mismo  había  inter- 
pretado en  este  sentido  durante  su  predicación  y  los  que  luego  los  apóstoles  inter- 
pretaron en  el  mismo  sentido  en  su  predicación  y  en  sus  escritos. 

29  Atardece...  :  serían  de  las  dos  a  las  tres  de  la  tarde.  Si  los  discípulos  salieron 
de  la  ciudad  hacia  las  ocho  o  las  nueve  de  la  mañana,  tuvieron  tiempo  de  sobra 
para  recorrer  los  160  (o  144)  estadios. 

30  Tomando  ei.  pan...:  algunos,  siguiendo  a  San  Agustín,  han  supuesto  que  se 
trata  del  pan  eucarístico ;  pero  ni  el  examen  del  texto  ni  la  autoridad  de  lo» 
Santos  Padres  imponen  semejante  interpretación,  que,  por  otra  parte,  ofrece  serias 
dificultades. 


—  195  — 


24  33  S8 


SAN  LUCAS 


24  39-46 


conocieron  ;  mas  El  se  les  hizo  in- 
visible. K  Dijeronse  entonces  el  uno 
al  otro  : 

— ¿Por  ventura  nuestro  corazón  no 
estaba  que  ardía  dentro  de  nosotros 
cuando  El  nos  hablaba  en  el  cami- 
no, cuando  nos  abría  el  sentido  de 
las  Escrituras?  33  Y  levantándose,  a 
la  misma  hora  se  volvieron  a  Je- 
rusalén,  y  hallaron  reunidos  a  los 
Once  y  a  sus  compañeros,  34  que  de- 
cían :  «Realmente  resucitó  el  Señor 
y  se  apareció  a  Simón.»  35  Y  ellos  a 
su  vez  referían  lo  acaecido  en  el 
camino,  y  cómo  le  reconocieron  en 
la  fracción  del  pan. 

Aparición  a  ios  discípulos  cu  el  Ce- 
náculo. 24,  36-45  (  =  Mt.  16,  14 
=  Jn.  20,  19-23) 

M  Estando  ellos  diciendo  estas  co- 
sas, El  se  presentó  en  medio  de  ellos 
y  les  dice  : 

— Paz  sea  con  vosotros. 

31  Sobresaltados  y  despavoridos , 
creían  ver  un  espíritu.  38  Y  les  dijo  : 

— ¿  Por  qué  estáis  conturbados  ?  ¿  Y  I 
por  qué  se  levanta  ese  vaivén  de 


pensamientos  en  vuestros  corazones  ? 
33  Ved  mis  manos  y  mis  pies,  que  yo 
mismo  soy;  palpadme,  y  ved  que  un 
espíritu  no  tiene  carne  y  huesos,  co- 
mo veis  que  yo  tengo.  40  Y  esto  di- 
ciendo, les  mostró  las  manos  y  los 
pies.  41  Como  todavía  no  acabasen  de 
creer  de  puro  gozo  ni  saliesen  de 
su  asombro,  díjoles  : 
— ^¿  Tenéis  aquí  algo  de  comer? 

43  Ellos  le  presentaron  parte  de  un 
pez  asado  ;  43  y  tomándolo,  en  pre- 
sencia de  ellos  lo  comió 

44  Y  les  dijo  : 

— Estas  son  las  palabras  que  os  u¿. 
blé,  estando  aún  con  vosotros  :  que 
tenían  que  cumplirse  todas  las  cosas 
escritas  en  la  ley  de  Moisés  y  en 
los  profetas  y  Salmos  acerca  de  mi. 

13  Entonces  les  abrió  la  inteligen- 
cia para  que  entendiesen  las  Escri- 
turas. 


Ultimas  instrucciones.  24,  46-49 
(  =  Ac.  i,  4-8  ) 

Y  les  dijo  que 
— .Así  está  escrito  :  que  el  Mesías 
había  de  padecer  y  resuci^r  de  en- 


;)lcua   concii  ncia 


.   k  i  No  ESTABA  que  ardía...?:    es  frecuente  tardar  en  ad 
de  un  sentimiento  que  embargaba  secretamente  nuestro  corazón. 

33  A  la  misma  hora  :  la  prontitud  en  emprender  la  vuelta  y  la  mayor  rapidez  de 
la  marcha  les  permitieron  llegar  a  Jerusalén  entre  las  ocho  y  las  nueve  de  la  noche. 

**  REALMENTE  resucitó...  :  merece  notarse  el  crédito  que  clan  al  dicho  de  Simón  los» 
mismos  que  habían  tomado  como  delirio  el  dicho  de  las  mujeres.  Y  es  de  lamentar 
que  de  la  aparición  de  Jesús  a  Pedro  no  tengamos  más  noticia  que  esta  referencia 
y  la  de  San  Pablo  en  su  primera  a  los  Corintios   (15,  5). 

36-15  Ksta  aparición,  omitida  por  San  Mateo  y  sólo  indicada  por  San  Marcos, 
por  no  formar  parte  de  la  catcquesis  oral,  recogióla  San  Lucas  de  labios  de  alguno 


de  los 


s  :  tales  fueron  los  efectos  de  la  aparición,  no  lo» 
.."reían  ver  un  espíritu  :   no  un  cuerpo  resucitado. 

sados  y  preparados  con  las  apa- 
s  mujeres,  a  Simón,  a  los  dos 


ban  previamente 
aleña,  a  las  piad 
creer  en  la  resurr 
:ia  de  los  hechos 
,'  los  grados  com< 
is,  les  habla,  Ies 
heridas  de  los  1 


los 


el  Maestro  poco  antes  de  su  Ascei 
pálmente,  referentes  a  la  misión  y 
y  resurrección  del  Mesías,  tenitenc 
que  habían  de  predicar :  en  su  1 
NACIONES,   COMENZANDO    POR  JERUSAIÍ 


nde  blandamente,  les  muestra 
,  les  invita  a  que  le  toquen, 
come.  Son  como  frenazos  de  la  sensatez 
anifestaciones  alucinantes. 
3  (libros  históricos  y  proféticos),  LOS  Salmos 
ación  tripartita  se  designaba  toda  la  Es- 
cía  de  Cristo. 

cplicación  externa  y  con  la  luz  interna  del 
San   Lucas  a  la>  instrucciones  dada*  poi 


d)  carácter  de  su  ministerio  :  ser 


24  47  49 


SAN  LUCAS 


24  50-52 


tre  los  muertos  al  tercer  día,  "y 
que  se  había  de  predicar  en  su  nom- 
bre penitencia  y  remisión  de  los  pe- 
cados a  todas  las  naciones,  comen- 
zando por  Jerusalén.  c  Y  vosotros 
sois  testigos  de  estas  cosas.  "Y  he 
aquí  que  yo  envío  la  Promesa  de  mi 
Padre  sobre  vosotros ;  y  vosotros  per- 
maneced quietos  en  la  ciudad,  hasta 
que  seáis  revestidos  de  fortaleza  des- 
de lo  alto. 


Ascensión.  24,  50-52  f=Mc.  16,  19-20 
Ac.  1,  g-12) 

50  Y  los  sacó  afuera  hasta  llegar 
lunto  a  Betania,  y  alzando  sus  ma- 
nos los  bendijo.  "  Y  aconteció  que, 
mientras  los  bendecía,  se  desprendió 
de  ellos,  y  era  llevado  en  alto  al  cie- 
lo. 53  Y  ellos,  habiéndole  adorado,  se 
tornaron  a  Jerusalén  con  grande  go- 
zo, y  estaban  continuamente  en  el 
templo  bendiciendo  a  Dios. 


ej  la  promesa  del  Padre,  es  decir,  el  Espíritu  Santo,  con  ti  cual  hablan  de  ser 

REVESTIDOS    DE  FORTALEZA. 

5*-51  lireve  descripción  de  la  Ascensión,  que  el  mismo  San  Lucas  ampliara  en  el 
libro  de  los  Hechos  (i,  9-12). 

50  Los  sacó  afuera  de  jerusalén  hasta  llegar  al  monte  de  los  Olivos,  junto  a 
Bltania.  Una  iglesia  edificada  en  la  cumbre  del  monte  el  siglo  IV  perpetuó  y  con- 
sagró el  lugar  de  la  Ascensión. 

61  Tres  rasgos  de  la  Ascensión  :   bendición,  separación,  elevación. 

K  Conclusión  del  Evangelio  :  adoración  del  Maestro  glorificado,  grande  gozo, 
incesantes  bendiciones  a  Dios.  Con  los  discípulos  estaba  la  Madre  de  Jesús,  su- 
pliendo '   consolando  ¡a  ausencia  del  Maestro 


—  197  — 


INTRODUCCION 
AL     EVANGELIO     DE     SAN  JUAN 


L  autor. — San  Juan,  discípulo  del  Bautista,  fué  uno  de  los  dos  pri- 


meros que  entraron  en  contacto  con  Jesús.  Meses  más  tarde  fué  uno 


de  los  cuatro  primeros  llamados  a  seguir  a  Jesús  como  discípulos.  Ele- 
gido luego  entre  los  Doce,  mereció  del  Maestro  especiales  muestras  de 
confianza.  Pero  sus  dos  mayores  privilegios  fueron  el  haber  reclinado  su 
cabeza  sobre  el  Corazón  de  Jesús  y  el  haber  sido  el  representante  y  pro- 
totipo de  los  espirituales  hijos  de  María.  Merece  consignarse  el  hecho  de 
que  durante  la  vida  terrestre  del  Maestro  y  después  de  su  Ascensión, 
hasta  la  dispersión  de  los  Doce,  Juan  y  Pedro  forman  como  una  bina  in- 
separable. Habiendo  asistido  a  la  Madre  de  Jesús  y  Madre  suya  en  su 
tránsito,  él  fué  quien  reveló  a  los  fieles  la  gloriosa  Asunción  de  María 
a  los  cielos.  Después  de  la  muerte  de  San  Pablo  se  retiró  a  Efeso  para 
hacerse  cargo  de  las  Iglesias  del  Asia  proconsular.  Relegado  por  Domi- 
ciano  a  la  isla  de  Patmos,  pudo  poco  después,  en  tiempo  de  Nerva,  volver 
a  Efeso,  donde  murió  ya  muy  anciano,  después  del  año  gS.  En  la  primi- 
tiva Iglesia  era  designado  con  el  título  de  Juan  el  Presbítero,  que  luego 
se  trocó  en  el  de  Juan  el  Teólogo. 

Su  obra. — En  un  principio,  Juan  adoptaría  el  esquema  de  predicación 
evangélica  prefijado  por  Pedro.  Mas  pasaron  los  tiempos,  y  las  herejías 
nacientes  hicieron  necesario  completar  el  Evangelio  sinóptico.  El  cambio 
sufrido  por  la  predicación  escrita  de  Pablo,  desde  las  Epístolas  a  los 
Tesalonicenses  hasta  la  Epístola  a  los  Efesios,  hubo  de  operarse  a  su 
modo  en  el  Evangelio  oral.  Los  que,  como  Juan,  conocían  personalmente 
el  material  evangélico,  no  necesitaron,  como  Lucas,  de  instrucciones 
complementarias,  sino  que,  sacando  del  inagotable  tesoro  de  su  memoria, 
pudieron  incorporarlas  a  la  predicación  oral.  Trasladado  precisamente  al 
Asia  proconsular,  y  concretamente  a  Efeso,  en  contacto  con  los  destinata- 
rios de  las  Epístolas  a  los  Efesios  y  a  los  Colosenses,  San  Juan  hubo  de 
adaptar  su  Evangelio  oral  a  la  mentalidad  de  sus  nuevos  oyentes.  Los 
hechos  y  dichos  omitidos  por  los  Sinópticos,  señaladamente  la  predica- 
ción del  Señor  en  Jerusalén,  parecieron  a  Juan  responder  admirablemente 
a  las  necesidades  o  preocupaciones  de  aquellas  Iglesias.  De  ahí  la  nueva 
forma  que  tomó  el  Evangelio  oral  en  el  apóstol  predilecto  de  Jesús.  Más 
tarde,  ya  fuera  por  propia  iniciativa,  ya  por  ruegos  ajenos,  se  determinó 
a  poner  por  escrito  su  Evangelio  oral.  Y  bien  porque  su  predicación  oral 
se  había  ido  desprendiendo  gradualmente  del  material  sinóptico,  ya  su- 


—  199  — 


SAN  JUAN 


ficientemente  conocido,  bien  porque,  publicados  los  Evangelios- sinópticos , 
no  quiso  repetir  lo  que  en  ellos  estaba  ya  narrado,  el  hecho  es  que  el 
Evangelio  escrito  de  San  Juan  se  mantiene  al  margen  de  la  tradición 
sinóptica,  que  sólo  incidentalmente  toca  para  precisarla  o  completarla. 

Carácter. — Habían  pasado  más  de  sesenta  años  desde  la  Ascensión  del 
adorado  Maestro.  Juan  no  era  ya  el  joven  impetuoso  que  a  manera  de 
caño  transmitía  el  agua  de  la  fuente:  el  agua  de  la  vida  eterna  se  había 
como  embalsado  en  su  corazón.  Con  la  constante  predicación  evangélica 
y  más  aún  con  la  profunda  contemplación,  Juan  había  convertido  en  sus- 
tancia propia  el  Evangelio  del  Maestro.  La  palabra  de  Jesús  se  había 
encarnado  en  la  palabra  de  Juan,  y  la  fusión  de  ambas  palabras  dió  origen 
a  la  palabra  personal,  única,  inimitable,  del  discípulo  amado.  Bajo  el 
influjo  transformador  del  Maestro,  los  relámpagos  del  «.Hijo  del  trueno» 
se  fiabían  trocado  en  plácida  luz  de  mediodía.  Los  ancianos  viven  de  re- 
cuerdos, y  Juan  «.el  Anciano»  vivía  enteramente  de  los  recuerdos  del 
Maestro,  sobre  cuyo  Corazón  había  reclinado  en  otro  tiempo  su  juvenil 
cabeza.  Recuerdos  de  anciano,  recuerdos  de  remotos  días  juveniles,  te- 
'dáérdós  fijos,  imborrables,  precisos,  pero  envueltos  en  una  atmósfera  de 
luz  difusa  y  cálida:  tales  son  los  recuerdos  de  Juan  consignados  en  su 
Evangelio.  Son  recuerdos  de  hechos  reales,  más  aún.  realistas,  de  contor- 
nos marcados,  de  aristas  vivas;  pero  no  de  hechos  brutos,  sino  rebosantes 
de  altísima  significación,  refulgentes  de  trascendencia:  idealizados,  no 
por  un  idealismo  advenedizo,  creado  por  Juan,  sino  por  la  idealidad  in- 
nata, que  posee  Jesús.  Realidad  ideal,  historia  trascendente :  tal  es  el 
cuarto  Evangelio,  en  que  lo  ideal,  lejos  de  minar  o  menguar  la  realidad, 
antes  se  basa  en  ella;  en  que  la  trascendencia  del  pensamiento,  lejos  de 
enturbiar  o  eclipsar  la  historia,  antes  la  ilumina  y  clarifica.  Hechos  que 
son  signos,  hechos  que  son  palabra:  tales  son  los  que  caracterizan  la  na- 
rración de  San  Juan,  en  que  se  dan  la  mano  historicidad  y  simbolismo. 
El  dibujo  de  su  narración  no  está  formado  de  rasgos  indecisos,  borrosos 
o  difluentes,  sino  de  trazos  firmes,  vigorosos  y  enérgicos.  Si  en  el  colo- 
rido no  iguala  a  Marcos,  le  supera  en  plasticidad  y  más  aún  en  idealidad 
diáfana  y  trascendente. 

El  estilo. — Lo  primero  que  llama  la  atención  en  el  estilo  de  San  Juan 
es  la  atomización  del  pensamiento.  En  vez  del  período  clásico,  que  señala 
la  jerarquía  de  las  frases  y  pone  de  relieve  el  pensamiento  principal,  nos 
hallamos  con  una  serie  desligada  y  casi  anárquica  de  incisos,  en  que  lo 
principal  y  lo  secundario  aparecen  en  un  mismo  plano.  A  esto  se  añade 
que  el  evangelista,  tan  analítico  al  disolver  en  sus  primeros  elementos  los 
que  podrían  ser  períodos  normales,  apenas  separa  ni  distingue  estos  pe- 
ríodos entre  sí. 

Mas,  afortunadamente,  todo  ese  embrollo  no  pasa  de  la  corteza.  Por 
poco  que  se  ahonde,  pronto  se  encuentra  el  hilo  conductor  que  nos  guíe 
en  ese  imaginado  laberinto  de  incisos.  Aquellas  frases  vibrantes,  expre- 
sión del  pensamiento  fundamental,  repetidas,  sabiamente  distribuidas  y 
progresivamente  desarrolladas,  comunican  tal  luz  a  todo  el  conjunto  y  tal 
relieve  a  sus  parles,  que,  en  virtud  de  este  influjo  poderoso,  los  diminu- 
tos incisos  parece  se  buscan  y  llannan  unos  a  otros,  y  se  traban  y  se 
combinan  jerárquicamente  hasta  construir  períodos  ideales,  harmónicos, 
luminosos. 

Pero  estas  repeticiones  no  se  limitan  a  reproducir  una  frase,  un  pen- 
samiento más  o  menos  fundamental;  señalan,  además,  las  fases  de  un 
desenvolvimiento  progresivo;  son  como  los  pasos  del  movimiento  lógico 


—  200  — 


SAN  JUAN 


del  discurso.  Este  sistema  de  repeticiones,  en  que  a  intervalos  reaparece 
el  mismo  pensamiento,  cada  vez  enriquecido  con  elementos  nuevos,  cons- 
tituye una  manera  original  de  síntesis,  que,  sabiamente  combinada  y 
como  fundida  con  el  análisis,  nos  hace  asistir  simultáneamente  a  todo  el 
desarrollo  del  pensamiento. 

Tal  es  la  ley,  tal  el  principio  sintético  que  regula  el  estilo  de  San  Juan: 
es  una  especie  de  reproducción  progresiva,  una  ondulación  concéntrica 
del  pensamiento,  que,  sin  perder  su  fisonomía  original,  crece  y  se  agran- 
da, más  rico  cada  vez,  más  acabado  y  vigoroso.  Colocados  en  el  centro 
mismo,  obtenemos  la  presencia  simultánea  de  toda  la  verdad  y  de  todas 
las  fases  de  su  desenvolvimiento  en  nuestro  espíritu.  La  lógica  se  da  la 
mano  con  la  estética. 

Orden  y  plan. — El  orden  del  cuarto  Evangelio  es  estrictamente  cro- 
nológico. Habla  explícitamente  de  tres  pascuas,  que  encuadran  la  vida 
pública  de  Jesús;  y  si  la  fiesta  mencionada  en  5,  1,  no  es  otia  pascua, 
presupone  una  pascua  intermedia  entre  2,  15,  y  6,  4.  Suponer  una  inver- 
sión de  los  capítulos  $  y  6  es  un  recurso  tan  desesperado  cómo  indocu- 
mentado. 

El  cuarto  Evangelio  es  un  choque  entre  la  luz  y  las  tinieblas.  De  ahí 
¡a  división  en  dos  partes:  lucha  verbal- (1,  12),  lucha  sangrienta  (13,  21) 
La  oposición  de  las  tinieblas  tío  logra  extinguir  la  luz.  La  luz  triunfa  de 
las  tinieblas  con  la  difusión  de  sus  claridades  doctrinales  y  con  la  resu- 
rrección a  vida  eterna. 


—  201  — 


SAN  JUAN 


EVANGELIO   DE  SAN  JUAN 


iEl  Verbo  de  Dios  hecho  carne» 


"i    1  En  el  principio  existía  el  Verbo, 
A    y  el  Verbo  estaba  caibe  Dios, 
y  el  Verbo  era  Dios. 

'Este  estaba  en  el  principio  cabe  Dios. 

*  Todas  las  cosas  fueron  hechas  por  El : 

y  sin  El  nada  se  hizo  de  cuanto  ha  sido  hecho. 

4  En  El  había  vida, 

y  la  vida  era  la  luz  de  los  hombres . 

•y  la  luz,  en  las  tinieblas,  brilla, 

y  las  tinieblas  no  la  acogieron. 


■i  í-is  El  prólogo  del  cuarto  Evangelio  es  la  parte  más  personal  del  evangelista  Su 
-*-  tema  o  pensamiento  fundamental  es  la  manifestación  del  Verbo.  Esta  manifesla- 
ción  se  desenvuelve  no  por  proceso  rectilíneo,  sino  por  círculos  concéntricos,  en  cada 
uno  de  los  cuales  reaparece  el  pensamiento  fundamental,  si  bien  cada  vez  con  nuevos 
rasgos  y  nuevas  precisiones.  Tres  son  estos  ciclos,  que  por  la  elevación  del  in-nsa- 
miento  y  por  la  diafanidad  y  tersura  del  lenguaje  pueden  llamarse  estrofas. 

1-4  Primer  ciclo. — En  él  se  declara:  a)  la  eternidad  y  divinidad  del  Verbo  (i-a)  ; 
b)  su  acción  creadora  (3)  ;  c)  su  manifestación  en  el  mundo  (4-5). 

1-iEn  el  principio:  cuando  Dios  creó  el  cielo  y  la  tierra.  ||  Existía:  antes  que 
el  mundo  fuera  hecho,  eternamente,  ya  El  existía.  ¡|  El  Verbo:  la  Palabra  y  la 
razón  de  Dios,  expresión  adecuada  y  como  concreción  viviente  del  pensar  y  del  ser 
de  Dios.  Todo  cuanto  sabe  y  piensa,  todo  cuanto  es  Dios,  converge  y  se  concentra  en 
el  Verbo  como  en  un  nuevo  foco  de  divinidad.  Esta  procedencia  o  dimanación  por 
vía  de  inteligencia  o  imagen  es  verdadera  y  propia  generación.  Por  esto  el  Verbo 
es  el  Hijo.  ||  Estaba  cabe  Dios:  según  la  fuerza  de  la  expresión  original,  así  estaba 
en  Dios,  que  estaba  como  vuelto  hacia  Dios  o  frente  a  frente  de  Dios.  Es  la  inma- 
nencia del  Verbo  en  Dios  y  la  relación  o  referencia  del  Hijo  al  Padre.  ||  El  Verbo 
era  Dios  :  declaración  categórica  de  la  divinidad  del  Verbo.  Es  de  notar  la  diferen- 
cia entre  la  expresión  articulada  el  Dios,  con  que  se  designa  al  Padre,  y  la  in- 
articulada Dios,  que  se  atribuye  al  Verbo.  Esta  diferencia,  lógicamente,  es  la  que 
media  entre  el  sujeto  y  el  predicado  ;  oncológicamente,  es  la  que  va  de  persona  a 
esencia  o  naturaleza.  La  ausencia  del  artículo  se  encierra  en  el  orden  de  la  esen- 
cia o  naturaleza,  pero  no  la  atenúa  o  rebaja.  La  expresión  inarticulada  hombre 
no  designa  una  naturaleza  humana  inferior  a  la  designada  por  la  expresión  nrticu- 
lada  el  hombre,  si  bien  ésta,  además  de  la  naturaleza,  sugiere  la  personalidad. 

a  Todas  las  cosas  creadas,  distintas  del  Verbo  increado,  fueron  hechas  o  sacadas 
de  la  nada  por  El.  El  Verbo  es  como  el  mediador  o  agente  intermedio  entre  Dios 
Padre  y  el  mundo  creado,  pero  no  propiamente  instrumento ;  es  decir,  interviene 
sin  las  imperfecciones  o  deficiencias  inherentes  a  la  causa  instrumental.  El  titulo 
apropiado  con  que  interviene  el  Verbo  en  la  creación,  en  consonancia  con  su  pro- 
piedad personal  de  Palabra  divina,  es  especialmente  el  de  causa  ejemplar. 

*-*  En  El  había  vida  para  dar  y  comunicar,  es  decir,  estaba  la  vida  original,  el 
manantial  de  la  vida,  de  donde  había  de  proceder  toda  la  vida  del  mundo,  señala- 
damente la  vida  sobrenatural,  participación  de  la  vida  divina.  ||  Y  la  vida  era  la 
luz  de  los  hombres  :  el  que  era  el  manantial  de  la  vida  era  también  el  foco  de  la 
luz.  Era  vida,  en  cuanto  divinamente  vivificaba  el  espíritu  ;  era  luz,  en  cuanto  ilu- 
minaba la  inteligencia  :  vida  luminosa,  que  irradiaba  luz  vital.  Aunque  las  expre- 
siones de  San  Juan  rebasan  nuestros  conceptos  esquemáticos  y  términos  abstractos, 
no  cabe  duda  de  que  la  vida  y  la  luz  de  que  él  habla  son  principalmente  la  vida  de 
la  gracia  santificante  y  la  luz  de  la  fe  divina.  ||  Y  la  luz,  en  las  tinieblas,  brilla: 
«tinieblast  son  aquí  no  mera  oscuridad,  sino  como  espesas  nieblas  refractarias  a  la 
luz  ;  pero  en  medio  de  tales  tinieblas  la  luz  no  pierde  su  brillo  ni  su  eficacia  ilu- 
minadora. ||  Y  las  tinieblas  no  la  acogieron  :  entre  los  dos  extremos  de  «no  la  re- 
cibieron» (pasivamente)  *  y  «no  la  sofocaron»  (o  extinguieron),  es  más  probable  el 
sentido  intermedio  de  «la  rechazaron»,  desecharon  o  repelieron.  La  manifestación  de 


1  6-14 


SAN  JUAN 


16-14 


'  Apareció  un  hombre, 

enviado  de  parte  de  Dios : 

su  nombre  era  Juan. 

:  Este  vino  como  testigo, 

para  dar  testimonio  de  la  luz, 

a  fin  de  que  todos  creyesen  por  él. 

s  No  era  él  la  luz, 

sino  quien  había  de  dar  testimonio  de  la  luz. 

"Existía  la  luz  verdadera, 

la  que  ilumina  a  todo  hombre, 

viniendo  a  este  mundo. 

10  En  el  mundo  estaba, 

y  el  mundo  fué  hecho  por  El, 
y  el  mundo  no  le  conoció. 
u  Vino  a  lo  que  era  suyo, 
y  los  suyos  no  le  recibieron. 

12  Mas  a  cuantos  le  recibieron, 
a  los  que  creen  en  su  nombre, 

les  dió  potestad  de  ser  hijos  de  Dios  ; 

13  los  cuales  no  de  la  sangre, 
ni  de  la  voluntad  de  la  carne, 
ni  de  la  voluntad  del  hombre, 
sino  de  Dios  nacieron. 

11  Y  el  Verbo  se  hizo  carne, 
y  habitó  entre  nosotros  ; 


!a  luz,  <le  que  se  ha  hablado  en  el  primer  ciclo,  no  es  otra  que  la  que  más  deter- 
minada y  concretamente  se  expresara  en  los  ciclos  siguientes. 

o-13  Segutido  ciclo.— Desarrolla  dos  pensamientos:  a)  Juan,  testigo  de  la  luz  (6-8)  ; 
b-  venida  de  la  luz  al  mundo  (0-13). 

Apareció  un  hombre  :  la  presentación  de  Juan  se  designa  con  una  palabra,  que 
expresa  el  comienzo  de  su  existencia  en  el  tiempo,  a  diferencia  del  Verbo,  que  ante- 
riormente a  todo  tiempo  ya  existía.  ||  Enviado  de  parte  de  Dios...  como  testigo:  carác- 
ter de  la  divina  misión  de  Juan  :  ser  embajador  acreditado  de  Dios  y  testigo  oficial 
del  Mesías.  ||  Para  dar  testimonio  de  la  luz:  misterioso  objetivo  del  ministerio  de 
Juan.  ¿  Es  que  necesita  el  sol  quien  dé  testimonio  de  su  presencia  en  el  cielo  ?  Pero 
vino  la  luz  tan  velada  con  la  Humildad  y  estaban  las  inteligencias  de  los  hombres 
tan  envueltas  en  densas  tinieblas,  que  fué  menester  quien  diese  testimonio  de  su 
aparición  en  el  mundo.  ||  A  fin  de. que  todos  creyesen  por  él:  la  fe,  y  fe  univer- 
sal, provocada  por  la  palabra  de  Juan,  era  el  blanco  de  su  testimonio.  II  No  era  él 
la  luz  :  fué  tal  el  brillo  y  el  prestigio  de  Juan,  que  fué  necesario  advertir  no  ser  él 
la  luz,  sino  simplemente  quien  había  de  dar  testimonio  de  la  luz. 

Existía,  otro  era,  la  luz  verdadera  y  original,  la  que  ilumina  a  todo  hom- 
bre. ||  Viniendo  a  este  mundo:  el  participio  griego  correspondiente  al  gerundio  vi- 
niendo puede  referirse  o  al  verbo  principal  existía  (y  entonces  debería  traducirse 
y  venía)  o  bien  al  verbo  inmediato  ilumina,  que  parece  más  probable  y  significa 
«ilumina  con  su  venida  a  este  mundo».  II  En  el  mundo  estaba  :  podía,  por  tanto,  el 
mundo  conocerle  ;  y  el  mundo  fué  hecho  por  El  :  debía,  por  consiguiente,  cono- 
cerle como  a  su  propio  Hacedor  ;  sin  embargo,  el  mundo,  que  podía  y  debía  conocer- 
le, de  hecho  no  ie  conoció.  Desconocimiento  culpable.  II  Vino  a  lo  que  era  suyo  :  al 
mundo,  obra  de  sus  manos  ;  a  Israel,  su  heredad  ;  Y  los  suyos,  los  hombres  en  ge- 
neral y  los  judíos  en  particular,  no  le  recibieron  :  amaron  las  tinieblas  y  aborrecie- 
ron la  luz.  Mas  no  todos  fueron  tan  insensatos  y  descomedidos  :  no  faltaron  quienes 
le  recibieron.  A  todos  éstos,  a  cuantos  le  recibieron,  que  son  los  que  creen  en  su 
nombre,  los  que  le  reconocieron  como  Mesías  e  Hijo  de  Dios  (20,  31),  a  éstos  les  dió 
potestad  de  ser  hijos  de  Dios,  les  otorgó  los  derechos  y  la  gloria  de  la  divina  filia- 
ción. Los  cuales  nacieron,  no  de  la  sangre  o  de  semilla  material,  Ni  de  la  voluntad 
instintiva  de  la  carne,  ni  de  la  voluntad  racional  del  hombre,  sino  de  Dios  nacie- 
ron. La  filiación  divina  adoptiva,  si  no  es  una  generación  como  la  del  Unigénito,  en 
igualdad  o  más  bien  identidad  de  naturaleza,  tampoco  es  una  mera  adopción  externa 
o  jurídica,  cual  es  la  adopción  humana.  Entre  una  y  otra  está  nuestra  filiación  adop- 
tiva, que  San  Juan  califica  de  nacimiento,  «por  cuanto  el  germen  de  Dios  permanece 
en  nosotros»  (r  Jn.  3,  9).  Este  germen  de  Dios  o  semilla  divina  es  la  gracia  santifi- 
cante, por  la  cual  de  alguna  manera  somos  «participantes  de  la  divina  naturaleza» 
(2  Pedr.  1,  41. 

m-ib  Tercer  ciclo.—  Tres  pensamientos  dominantes  :    a)   la  gloria  de  la  encarna- 


—  203  — 


1  15-18 


SAN  JUAN 


1  15-18 


y  contemplamos  su  gloria. 

gloria  cual  del  Unigénito  procedente  del  Padre  : 

lleno  de  gracia  y  de  verdad. 

u  Juan  da  testimonio  acerca  de  El, 

y  clama  diciendo  : 

«Este  era  el  que  dije  : 

El  que  viene  detrás  de  mí 

ha  sido  puesto  delante  de  mi, 

porque  era  primero  que  yo.» 

"  Pues  de  su  plenitud 

nosotros  todos  recibimos, 

y  gracia  por  gracia. 

"  Porque  la  ley  por  mano  de  Moisés  fué  transmitida, 
la  gracia  y  la  verdad  por  mano  de  Jesu-Cristo  fué  hecha. 
u  A  Dios  nadie  le  ha  visto  jamás  : 
el  Unigénito  Hijo, 

el  que  está  en  el  regazo  del  Padre  mirándole  cara  a  cara, 
El  es  quien  le  dió  a  conocer. 


ción  (14I  ;  b)  el  testimonio  de  Juan  (15)  ;  el  la  plenitud  desbordante  de  gracia  y  de 
verdad  (16-18». 

14  El  Verbo  sf.  hizo  carne:  expresión  audaz,  que  si  no  significa,  como  imaginaron 
los  monofisitas,  que  el  Verbo  se  convirtió  en  carne  o  se  mezcló  o  se  fundió  con  la 
carnea — absurdo  mclafísico— ,  menos  aún  sufre  la  interpretación  nestoriana,  según  la 
cual  el  Verbo  se  hubiera  unido  al  hombre  con  unidad  puramente  moral  o  accidental 
tSe  hizo»  significa  asumió  c  hizo  suya  en  unidad  de  persona  la  naturaleza  humana. 
expresada  con  el  nombre  de  acame».  ||  Y  habitó  o  fijó  su  tienda  entre  nosotros  : 
que,  si  no  fué  su  mansión  definitiva  y  eterna,  tampoco  fué  fugaz  o  momentánea.  I 
Y  contemplamos  sosegada  y  fruitivamente  su  gloria  :  aquella  su  radiación  luminosa 
de  divinidad  ;  gloria  cual  del  Unigénito  procedente  del  Padre,  cual  correspondía 
al  que  era  Hijo  de  Dios,  lleno  de  gracia  y  de  verdad.  Es  difícil  declarar  comprensi- 
vamente todo  el  contenido  real  de  esta  plenitud  de  gracia  y  de  verdad.  El  orden  so- 
brenatural, la  elevación  al  consorcio  de  la  vida  divina,  es  una  «gracia»,  por  cuanto 
es  un  don  soberano,  graciosamente  dado,  nacido  del  beneplácito  y  del  amor  de 
Dios,  cuyo  efecto  es  hacernos  agradables  o  agraciados  a  sus  divinos  ojos.  Es  también 
la  «verdad»  :  no  un  mundo  de  ensueños  o  ficciones,  sino  el  mundo  de  laa  realidades 
divinas,  el  de  las  supremas  realidades,  ante  las  cuales  son  pura  sombra  las  más  sóli- 
das realidades  del  mundo  natural. 

a  Cuatro  incisos  comprende  el  testimonio  de  Juan  :  a)  Este  es  el  que  dije  :  iden- 
tificación personal  del  Mesías ;  b)  El  que  viene  detrás  de  mí  :  el  esperado  Mesías, 
de  quien  soy  precursor  ;  c)  ha  sido  PUESTO  delante  de  mi  :  ocupa  una  posición,  des- 
empeña una  función,  superior  a  la  mía  ;  d)  porque  era  primero  oue  yo  :  ante»  que 
yo  viniese  a  este  mundo,  El  ya  existía  (8,  58). 

i«-ia  pUES  de  su  plenitud  nosotros  todos  recibimos  :  «lleno  de  gracia  y  de  verdad» 
estuvo  el  Verbo  hecho  carne  :  lleno  para  sí  y  lleno  para  nosotros  :  plenitud  inma- 
nente y  plenitud  desbordante ;  pues  cuanta  gracia  y  verdad  hemos  recibido,  de  su 
plenitud  la  hemos  recibido.  ||  Y  gracia  pok  guacia:  expresión  difícil  y  controvertida, 
cuya  interpretación  más  probable  parece  ser  :  «gracia  correspondiente  a  gracia», 
nuestra  gracia  derivada  y  hecha  al  talle  de  la  gracia  de  Cristo;  gracia  cuya  causa 
ejemplar  o  prototipo  sea  la  gracia  del  Verbo  hecho  carne.  ||  Porque  la  ley  por  mano 
he  Moisés  fué  transmitida  ;  la  gracia  y  la  verdad  por  mano  de  Jesu-Cristo  fué  he- 
cha. Triple  contraste.  Real:  a  la  ley  se  contrapone  la  gracia  y  la  verdad.  Personal: 
a  Moisés  se  opone  Jesu-Cristo.  Funcional:  a  una  acción  meramente  transmisora  su- 
cede una  acción  verdaderamente  eficiente.  El  contraste  real  precisa  el  sentido  de 
«gracia»  y  de  «verdad».  I.a  ley  era  un  régimen  de  justicia  y  una  economía  figurativa 
y  umbrátil.  Al  antiguo  régimen  justiciero  se  contrapone  la  gracia,  que  es  amor  y 
generosidad  ;  a  la  antigua  economía  de  sombras  y  figuras  se  contrapone  la  verdad. 
que  es  realidad  consistente  y  maciza.  A  Dios  cual  es  en  sí,  en  su  divina  esencia, 
nadie  le  ha  visto  jamás  en  este  mundo,  ni  con  los  ojos  del  cuerpo  ni  siquiera  con  los 
ojos  del  espíritu:  el  Unigénito  Hijo  si  le  ha  visto,  porque  está  eternamente  en  Ef. 
regazo  del  Padrr  como  vuelto  el  rostro  hacia  El  y  mirándole  cara  a  cara;  por  esto 
El  le  dió  a  conocer,  hablando  de  lo  que  sabía  como  testigo  de  vista.  De  ahí  la  di- 
ferencia entre  la  revelación  del  Antiguo  Testamento,  transmitida  por  medio  de  sier- 
vos, y  la  revelación  del  Nuevo  Testamento,  dada  i>or  el  Hijo. 

Lo  más  característico  de  este  prólogo  es  la  denominación  de  Logos  o  Verbo,  con 
que  es  designado  el  Hijo  de  Dios.  En  este  sentido  el  término  Verbo  es,  en  todo  el 
Nuevo  Testamento,  exclusivo  de  San  Juan  (1,  1.  14  i  1  Jn.  1,  1  ;  Ap.  iq,  13).  En  lo  cual 
es  digna  de  consideración  una  particularidad,  que  justamente  ha  sido  apreciada  corno 


—  204  — 


119-: 


Legación  del  saiihedrin  al  Bautista: 
testimonio  de  Juan,  i,  19-28 

**  Y  éste  es  el  testimonio  de  Juan, 
cuando  enviaron  a  él  los  judíos  des- 
de Jerusalén  algunos  sacerdotes  y  le- 
vitas, que  le  preguntasen  : 

— Tú,  ¿  quién  eres  t 

20  Y  confesó  la  verdad  y  no  la  ne- 
gó ;  y  confesó  que 

— Yo  no  soy  el  Mesías. 

aY  le  preguntaron  . 

— ¿  Qué,  pues  ?  ¿  Eres  Elias  tú  ? 

Y  dice  : 

— No  lo  soy. 

— ¿  Eres  tú  el  profeta  f 

Y  respondió  : 
—No. 

"  Dijéronle,  pues  : 

— ¿Quién  eres?  Para  que  demos 
respuesta  a  los  que  nos  enviaron. 
¿  Qué  dices  de  ti  ? 
' 23  Dijo  : 


— Yo  soy  rvoz  de  quien  clama  en 
el  desierto  :  Enderezad  el  camino 
del  Señor»,  según  dijo  el  profeta 
Isaías  (40,  3). 

M  Y  los  enviados  eran  fariseos. 
26  Y  le  preguntaron  y  Je  dijeron  : 

— ¿  Por  qué,  pues*  bautizas,  si  tú 
no  eres  el  Mesías,  ni  Elias,  ni  el 
profeta  ? 

M  Respondióles  Juan,  diciendo  : 

— Yo  bautizo  en  agua  ;  en  medio 
de  vosotros  está  quien  vosotros  no 
conocéis,  21  el  que  viene  detrás  de 
mí,  a  quien  no  soy  yo  digno  de  des- 
atar la  correa  de  su  calzado. 

28  Estas  cosas  pasaron  en  Betania, 
a  la  otra  parte  del  Jordán,  donde 
Juan  estaba  bautizando. 

Nuevo  testimonio  de  Juan,  r,  20-31 

29  Al  día  siguiente  ve  a  Jesús  ve- 
nir hacia  él,  y  dice  :    «He  aquí  al 


indicio  de  probidad  y  fidelidad  histórica,  y  es  que  ni  una  sola  vez.  atribuye  el  evan- 
gelista a  Jesús  el  empleo  de  este  término.  Los  rasgos  característicos  del  Verbo  (el 
contenido  real  de  su  significación)  son  tres  principalmente  :  la  divinidad,  la  perso- 
nalidad, la  encarnación.  Estos  tres  rasgos  no  son  una  novedad  :  se  hallan  también  en 
los  Sinópticos  y  en  San  Pablo.  La  novedad  es  el  empleo  del  término.  Su  sentido  for- 
mal  es  el  de  Palabra  de  Dios  creadora  y  reveladora:  «Todas  las  cosas  fueron  hechas 
por  El»  (t,  3)  ;  «El  es  quien  dió  a  conocer»  a  Dios  (1,  18).  Bajo  este  doble  aspecto, 
el  uso  del  término  tiene  sus  rafees  o  precedentes  en  el  Antiguo  Testamento.  Su  ori- 
gen, por  tanto,  es  bíblico.  Otro  origen  no  se  ha  probado.  A  lo  más,  pudo  favorecer 
su  uso  la  tendencia  rabínica  a  personificar  la  Palabra  de  Dios  (Memra).  Tampoco 
es  inverosímil  cierto  influjo,  indirecto  u  ocasional,  da  la  filosofía  dominante  (con- 
cretamente, la  alcjandrinai,  en  la  cual  era  corriente  el  término  Verbo  (o  Logos),  qu¿ 
San  Juan  pudo  adoptar  por  considerarlo  apto  para  expresar  la  propiedad  personal 
y  la  doble  función,  creadora  y  reveladora,  del  Hijo  de  Dios.  De  todos  modos,  el 
Verbo  de  San  Juan  nada  tiene  que  ver  con  el  Logos  del  alejandrino  Filón,  que  o  no 
es  Dios  o  carece  de  personalidad  propia,  y  es  además  ajeno  a  toda  idea  de  encarna- 
ción. Las  flotantes  e  indecisas  personificaciones  del  Logos  filoniano  no  llevan  a  la 
personalidad  del  Verbo  juanístieo  hecho  carne. 

"Los  iudíos  :  son  frecuentemente  en  San  Juan  los  jefes.  ||  ¿  Quién  eres?  Por  las 
circunstancias  y  por  la  respuesta,  el  sentido  de  la  pregunta  era  :  ¿  Eres  tú  el  Me- 
sías ? 

21  El  Profeta  :  estaba  anunciado  en  el  Deuteronomio  (18,  15)  que  vendría  un  pro- 
feta extraordinario,  de  la  categoría  de  Moisés,  que,  como  él,  había  de  inaugurar  un 
nuevo  régimen  en  Israel.  No  tenían  los  judíos  ideas  claras  sobre  este  misterioso 
profeta,  que  parecen  distinguir  del  Mesías. 

23  Yo  soy  voz  :  Voz  en  la  intención  de  Juan  es  una  humillación  ;  como  diciendo  : 
Soy  un  soplo  que  se  disipa  ;  en  la  realidad  es  una  gloria  :  Juan  era  la  encarnación 
o  personificación  de  la  profecía,  era  la  profecía  viviente  ;  en  la  mente  del  evangelis- 
ta, Juan  era  un  sonido  fugaz,  Jesús  la  palabra  subsistente.  ||  El.  camino  del  Señor  : 
el  Señor,  que  en  la  profecía  es  Yahveh,  en  el  Evangelio  es  Jesús  :  testimonio  in- 
equívoco de  su  divinidad. 

11  Y  ios  enviados  eran  de  los  fariseos  :  expresión  doblemente  ambigua.  No  se  ve 
claro  si  se  habla  de  una  nueva  delegación  o  bien  se  recuerda  la  mencionada  ante- 
riormente (19)  para  notar  la  presencia  de  los  fariseos.  En  esta  segunda  hipótesis, 
que  parece  ser  la  verdadera,  no  es  claro  si  los  fariseos  componían  toda  la  delega- 
ción o  eran  sólo  parte  de  ella.  Si  es  difícil  la  interpretación  de  totalidad,  la  de  par- 
cialidad es  violenta. 

Noble  humildad  la  del  Bautista.  El  que  frente  a  los  jefes  judíos  se  yergue 
altivamente,  frente  a  Jesús  se  anonada. 

*  Esta  Betania  transjordárica,  distinta  de  la  aldea  de  Lázaro,  no  ha  logrado  to- 
davía ser  identificada  o  localizada  con  entera  seguridad.  La  variante  propuesta  por 
Orígenes  Betábara  no  ha  hecho  fortuna. 

"■"No  son  dos  testimonios  distintos  de  Juan,  sino  uno  solo,  presentado  por  e! 

—  205  — 


1  30-35 


SAN  JUAN 


1  36-41 


Cordero  de  Dios,  que  quita  el  peca- 
do del  mundo.  30  Este  es  aquel  de 
quien  yo  dije  :  Detrás  de  mí  viene 
un  hombre,  que  ha  sido  puesto  de- 
lante de  mí,  porque  era  primero  que 
yo.  a  Y  yo  no  le  conocía  ;  mas  pa- 
ra que  El  sea  mostrado  a  Israel,  pa- 
ra esto  vine  yo  bautizando  en  agua.» 

32  Y  testificó  Juan  diciendo  que  «He 
visto  el  Espíritu  que  descendía  del 
cielo  como  paloma,  y  se  posó  sobre 
El.  33  Y  yo  no  le  conocía,  mas  el  que 
me  había  enviado  a  bautizar  en  agua, 
El  me  dijo  :  'Aquel  sobre  quien  vie- 
res descender  el  Espíritu  y  posarse 
sobre  El,  éste  es  el  que  bautiza  en 
el  Espíritu  Santo'.  M  Y  yo  lo  he  vis- 
to, y  he  dado  testimonio  de  que  éste 
es  el  Hijo  de  Dios.» 

Los  primeros  discípulos  de  Jesús. 
i.  35-40 

36  Al  día  siguiente,  de  nuevo  esta- 
ba Juan,  y  con  él  dos  de  sus  discí- 


pulos ;  38  y  fijando  los  ojos  en  Jesús, 
que  caminaba,  dice  :  «He  aquí  el 
Cordero  de  Dios.»  31  Y  le  oyeron  ha- 
blar los  dos  discípulos,  y  se  fueron 
en  pos  de  Jesús.  3S  Vuelto  Jesús  y 
viendo  que  le  iban  siguiendo,  les 
dice  : 

— ¿  Qué  buscáis  ? 

Ellos  le  dijeron  : 

— Rabí  (que  traducid»  quiere  de- 
cir «Maestro»),  ¿dónde  moras? 
38  Díceles  : 

—Venid  y  lo  veréis. 

Vinieron,  pues,  y  vieron  dónde  mo- 
raba, y  se  quedaron  con  El  aquel  día. 
Sería  la  hora  décima.  40  Andrés,  el 
hermano  de  Simón  Pedro,  era  uno 
de  los  dos  que  oyeron  las  palabras 
de  Juan  y  siguieron  a  Jesús. 

Primera  entrevista  de  Pedro  con 
Jesús,  i,  41-42 

a  Andrés  halla  primero  a  su  her- 
mano Simón,  y  le  dice  : 


evangelista,  según  su  estilo  característico,  en  dos  ciclos  sucesivos,  de  los  cuales 
el  segundo  es  declaración  y  complemento  del  primero. 

a>-31  Primer  ciclo.— Al  día  siguiente:  después  de  la  delegación  de  los  judíos.  II  Ve 
a  Jesús:  que  había  vuelto  del  desierto,  donde  había  permanecido  cuarenta  días.  ||  El 
cordero  de  Dios  :  alusión  a  Is.  53,  7,  como  antes  (v.  26)  ha  aludido  a  Is.  40,  3.  El 
sentido,  pues,  de  cordero  es  sacrifical,  como  en  Ac.  8,  32  ;  1  Pedr.  1,  19;  Ap.  5,  6; 
5,  12;  7.  14;  12,  11;  13,  8.  Así  lo  entendió  San  Agustín:  «Este  es  el  Cordero  de 
Dios,  porque  con  sola  la  sangre  de  este  Cordero  pudieron  ser  los  hombres  redimidos» 
(ML  35,  1439).  Y  así  también  la  generalidad  de  los  Padres  y  de  los  intérpretes  ca- 
tólicos. Y  se  llama  de  Dios,  porque  fué  enviado  por  Dios  como  víctima  por  los 
pecados  (Rom.  8,  3;  Hebr.  10,  5-10).  ||  Que  quita  el  pecado  del  mundo:  podría  tam- 
bién traducirse  Que  lleva  (o  toma  sobre  sí).  El  sentido  real  es  tquita  tomando  sobre 
sí»  (cf.  Is.  53,  4-6.  8.  11-12  ;  1  Pedr.  2,  24).  Se  dice,  en  singular,  el  pecado  en  sentido 
colectivo  o  global.  |]  Este  es  aquel...  :  es  el  testimonio  a  que  antes  (v.  15)  se  ha  alu- 
dido prolépticamente.  ||  Yo  no  le  conocía:  Juan  reconoció  a  Jesús  aun  antes  del 
bautismo  ;  pero  no  se  toma  en  cuenta  esta  corta  anticipación  del  conocimiento  per- 
sonal al  conocimiento  oficial.  Además,  Juan  no  le  conocía  al  tiempo  en  que  se  le 
dió  la  señal  para  conocerle.  Por  qué  Juan,  sin  conocer  a  Jesús,  vino  para  mostrarle  a 
Israel  y  por  qué  vino  bautizando  en  agua  se  explica  a  continuación  en  el  segundo 
ciclo. 

33-31  Segundo  ciclo.— Juan  vino  a  bautizar  en  agua  no  sólo  para  disponer  al  pueblo 
con  la  penitencia,  sino  también  para  que  en  el  bautismo  de  Jesús,  que  debía  ser 
bautizado  por  Juan,  recibiesen  ambos  las  señales  divinas  que  acreditasen  su  misión  : 
Jesús  las  de  Mesías,  Juan  las  de  testigo  oficial  de  su  niesianidad.  Es  de  notar  en 
todo  este  pasaje  la  equivalencia  real  da  los  términos  «Cordero  de  Dios»,  «primero 
que  yo»,  «el  que-  bautiza  en  el  Espíritu  Santo»,  «el  Hijo  de  Dios»,  que  son  cuatro 
rasgos  característicos  del  Mesías. 

36  Dos  de  sus  discípulos  :  Andrés  y  otro,  que  no  puede  ser  sino  el  mismo  evan- 
gelista, que  recuerda  su  primera  entrevista  con  Jesns. 

36  Fijando  los  ojoá...  :  mirada  absorta,  que  atrae  hacia  Jesús  las  miradas  de  los 
discípulos. 

17  Los  discípulos  oyen  a  Juan  y  siguen  a  Jesús  :  humilde  desinterés  del  Bautista, 
dechado  de  predicadores  evangélicos. 

38  ¿  Qué  buscáis?:  delicada  pregunta  de  quien  sabe  que  no  buscaban  algo,  sino 
a  alguien.  Igual  delicadeza  en  la  respuesta:  ¿Dónde  moras?  No  les  interesaba  el 
lugar,  sino  la  persona. 

**  Venid  y  lo  veréis  :  dulce  invitación  a  iniciar  con  El  trato  de  amistosa  familia- 
ridad. ||  Se  quedaron  con  El:  que  era  lo  que  buscaban.  |¡  La  hora  décima:  a  con- 
tar desde  la  salida  del  sol.  No  debió  de  ser  corta  la  entrevista.  Han  pasado  más  de 
sesenta  años,  y  el  discípulo  recuerda  todos  sus  pormenores. 

**  Halla  primero  a  su  hermano  :  esta  observación  parece  indicar  que  también  el 


—  206  — 


1  42-46 


SAN  JUAN 


1  47-51 


—Hemos  hallado  al  Mesías  (que 
quiere  decir  «Cristo»  o  «Ungido»). 

42  Llevóle  a  Jesús.  Poniendo  en  él 
los  ojos,  dijo  Jesús  : 

— Tú  eres  Simón,  el  hijo  de  Juan  ; 
tú  te  llamarás  Cefas  (que  significa 
«Pedro»  o  «Piedra»). 


Vocación  de  Felipe  y  Natanael. 
i.  43"5* 

43  Al  día  siguiente  determinó  Jesús 
salir  para  Galilea,  y  halla  a  Felipe, 
y  le  dice  : 

— Sigúeme. 

44  Era  Felipe  de  Betsaida,  la  ciu- 
dad de  Andrés  y  de  Pedro. 

46  Halla  Felipe  a  Natanael ,  y  le 
dice  : 

— Aquel  de  quien  escribió  Moisés 
en  la  ley,  y  los  profetas  igualmen- 
te, le  hemos  hallado  :  Jesús,  hijo  de 
José,  el  de  Nazaret. 

48  Y  le  dijo  Natanael  : 


— ¿  De  Nazaret  puede  salir  algo 
bueno  > 
Dícele  Felipe  : 
— Ven  y  lo  verás. 

a  Vió  Jesús  a  Natanael  venir  hacia 
sí  y  dice  de  él  : 

— Ahí  tenéis  verdaderamente  un  is- 
raelita, en  quien  no  hay  dolo. 

48  Dícele  Natanael  : 

— ¿  De  dónde  me  conoces  ? 

Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 

— Antes  de  que  Felipe  te  llamase, 
cuando  estabas  debajo  de  la  higuera, 
yo  te  vi. 

48  Respondióle  Natanael  : 

— Rabí,  tú  eres  el  Hijo  de  Dios,  tú 
eres  el  Rey  de  Israel. 

00  Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 

— ¿  Porque  te  dije  que  te  vi  deba- 
jo de  Ja  higuera,  crees?  Mayores  co- 
sas que  éstas  verás. 

51  Y  le  dice  : 

— En  verdad,  en  verdad  os  digo, 
veréis  el  cielo  abierto  y  a  los  ánge- 
les del  cielo  que  suben  y  bajan  so- 
bre el  Hijo  del  hombre. 


otro  discípulo,  Juan,  halló  después  a  su  hermano  Santiago.  Es  muy  verosímil  que, 
como  Simón  acompañaba  a  Andrés,  también  Santiago  acompañase  a  Juan  y  que  lo» 
cuatro  amigos  fueran  juntos  al  Bautista,  como  más  tarde  pescaban  juntos,  y  juntos 
fueron  llamados  por  Jesús.  ||  Hemos  hallado  al  Mesías  :  es  la  conclusión  que  Andrés 
ha  sacado  de  la  entrevista  con  Jesús.  La  palabra  griega  heurékamen  recuerda  el 
F.urcka  de  Arquímedes,  no  menos  venturoso  el  del  discípulo  que  el  del  matemático. 

42  Jesús  mira  cariñosamente  al  recién  llegado,  le  llama  por  su  nombre  y  apellido, 
le  anuncia  un  nombre  nuevo  :  rasgos  todos  de  estima  y  delicadeza,  que  cautivaron 
para  siempre  el  corazón  de  Pedro. 

45  Natanael  parece  ser  el  apóstol  Bartolomé.  Los  motivos  de  esta  identificación  son  : 
a)  los  discípulos  mencionados  o  aludidos  precedentemente  figuran  luego  en  la  lista 
de  los  Doce  :  es,  mies,  natural  que  también  Natanael,  que  tan  gallardamente  pro- 
clama la  realeza  y  divina  filiación  de  Jesús  (v.  47),  sea  contado  en  el  número  de  los 
apóstoles  ;  entre  los  cuales  no  puede  ser  otro  que  Bartolomé ;  b)  de  hecho,  más 
tarde  se  halla  Natanael  en  el  grupo  de  apóstoles  a  quienes  se  aparece  Jesús  junto 
a!  mar  de  Tiberíades  (21,  2)  ;  c)  en  las  listas  de  los  apóstoles,  dada  su  particular 
estructura,  al  lado  de  Felipe,  que  ocupa  indefectiblemente  el  quinto  lugar,  habría 
de  aparecer  Natanael  ;  ahora  bien,  este  sexto  lugar  lo  ocupa  Bartolomé  fMt.  10,  3  ; 
Me.  3,  18 ;  Le.  6,  14)  ;  d)  Bartolomé  (Bar-Tholmai)  parece  ser  el  apellido  patroní- 
mico del  que  por  nombre  propio  se  llamaba  Natanael. 

46  Es  notable  la  precisión  con  que  Felipe  declara  la  noción  de  mesianidad  y  la 
identificación  personal  del  Mesías. 

46  El  descrédito  de  la  que  se  creía  ciudad  natal  de  Jesús  repercutió  en  el  nombre 
de  tNazareno»  (Mt.  2,  23). 

48  Cuando  estabas  debajo  de  la  higuera  :  se  trata  de  algo  íntimo  y  secreto,  cuyo 
conocimiento  en  Jesús  no  podía  ser  natural. 

48  Tú  eres  el  Hijo  de  Dios  :  no  es  justo  rebajar  el  significado  de  esta  exclama- 
ción, más  expresiva  que  la  profesión  de  fe  de  Pedro  (Mt.  16,  16).  Pudo  Natanael  co- 
nocer por  Felipe  la  declaración  del  Bautista  :  cEste  es  el  Hijo  de  Dios»  (1,  34),  ni 
hay  razón  para  que  la  entendiese  de  diferente  manera  de  como  la  haíila  entendido 
Juan,  es  decir,  de  una  filiación  propia,  no  meramente  adoptiva. 

91  Este  anuncio  del  Maestro,  en  sentido  literal,  se  verificó  en  la  resurrección  y  en 
la  ascensión;  en  sentido  espiritual,  más  profundo,  se  verificó  en  toda  su  vida,  en 
la  cual  fué  una  realidad  aquella  comunicación  del  cielo  con  la  tierra,  que  Jacob 
vió  en  sueños  bajo  la  imagen  de  la  escala  por  la  cual  los  ángeles  subían  y  bajaban 
(Gén.  28,  12). 


21-8 


SAN  JUAN 


2  9-12 


Bodas  de  Cand.  2,  1-1 


o  1  Y  al  día  tercero  se  celebraron 
unas  bodas  en  Caná  de  Galilea, 
y  estaba  allí  la  madre  de  Jesús. 
2  Fueron  también  invitados  a  las  bo- 
das Jesús  y  sus  discípulos.  3  Y  como 
faltase  el  vino,  dice  Jesús  a  su  ma- 
dre : 

— No  tienen  vino. 

4  Y  le  dice  Jesús  : 

— ¿Qué  tenemos  que  ver  tú  y  yo, 
mujer  ?  Todavía  no  ha  llegado  mi 
hora. 

5  Dice  su  madre  a  los  que  servían  . 
— Todo  cuanto  El  os  diga,  hacedlo. 

6  Había  allí  seis  hidrias  de  piedra, 
destinadas  a  la  purificación  de  los 
judíos,  cada  una  de  las  cuales  podía 
contener  de  dos  a  tres  metretas. 

1  Díceles  Jesús  : 
— Llenad  de  agua  las  hidrias. 
Y  las  llenaron  hasta  arriba.  8  Y  les 
dice  : 


— Sacad  ahora  y  llevadlo  al  maes. 
tresala 

Y  lo  llevaron.  0  Mas  cuando  gustó 
I  el  maestresala  el  agua  hecha  vino — y 
no  sabía  de  dónde  era,  pero  sabían- 
lo los  que  servían,  que  habían  sa- 
cado el  agua — ,  llama  al  esposo  el 
maestresala  19  y  le  dice  : 

— Todo  hombre  pone  primero  el 
buen  vino,  y  cuando  están  ya  bebi- 
dos, pone  el  peor  ;  tú  has  reservado 
el  vino  bueno  hasta  ahora. 

u  Este  primer  milagro  hízolo  Je- 
sús en  Caná  de  Galilea,  y  manifestó 
su  gloria,  y  creyeron  en  El  sus  dis- 
cípulos. 


se  traslada  a  Calarnaúm.  2,  12 


a  Después  de  esto  bajó  Jesús  a  Ca- 
farnaúm,  y  con  El  su  madre  y  sus 
hermanos  y  sus  discípulos,  y  perma- 
necieron allí  no  muchos  días 


la  actual  Kcfr  Kenna,  a  unos  siete  kilómetros  al 
lí,  como  invitada,  la  madre  de  Jesús  :  el  motivo  de  la 


2'  Caná  :    es  probablci 
NE.  de  Nazaret.  ||  Es 
invitación  pudo  ser  la  amistad  o  tal  vez  el  parentesco  de  las  familias 

s  El  motivo  de  ser  invitados  los  discípulos  pudo  ser  por  atención  a  Jesús,  a  quien 
acompañaban  ;  si  ya  no  es  que  intervino  la  buena  diligencia  de  Natanael,  que  era 
natura!  de  Cana.  Tal  vez  la  presencia  de  estos  nuevos  convidados,  con  quienes  no 
se  contaba,  determinó  la  falta  del  vino. 

3  No  tienen  vino  :  modelo  de  oración  discreta  y  confiada.  Muestra  también  la 
perspicacia  de  María  en  advertir  lo  que  otros  no  habían  notado,  y  más  aún  la  bondad 
de  su  Corazón. 

4  i  Qué  tenemos  que  ver  tú  y  yo?  Literalmente:  ¿qué  a  mi  y  a  tif  Es  la  ex- 
presión espontánea  de  cierta  contrariedad  o  sorpresa,  que  por  el  tono  de  la  voz 
admite  gran  variedad  de  sentidos  o  matices,  desde  la  queja  o  réplica  cariñosa  hasta 
la  áspera  repulsa.  El  apelativo  Mujer,  lejos  de  ser  despectivo,  es  más  bien  expre- 
sión de  respeto.  ||  Todavía  no  ha  llegado  mi  hora:  la  de  manifestarme  al  mundo 
por  los  milagros.  Esta  observación  de  Jesús  descubre  el  sentido  o  la  tendencia  de 
la  oración  de  María.   De  hecho,  a  continuación  María  agencia  un  milagro. 

0  Dice  su  Madre  a  los  que  servían  :  con  esta  gestión  María  da  a  entender  que 
Jesús  o  ha  accedido  ya  a  su  demanda  o  que  accederá.  Por  tanto,  o  el  uvhji  elisia 
ha  abreviado  el  diálogo,  o  la  Madre,  conocedora  como  nadie  del  Corazón  del  Hijo, 
da  por  supuesto  que  Jesús  no  se  resistirá  a  su  demanda  maternal.  ||  Cuanto  El  os 
diga,  hacedlo  :  María  ejerce  el  oficio  de  mediadora  entre  Jesús  y  los  sirvientes.  La 
frreta  dió  el  resultado  apetecido.  Dice  San  Cirilo  de  Alejandría  que  Jesús  epor  respeto 
n  la  Madre  hace  lo  que  no  quería  hacer»  (MG  73,  226).  Más  aún,  María  adelantó 
la  hora  de  Dios ;  no  porque  Dios  cambie  sus  determinaciones,  sino  porque,  pre- 
viendo eternamente  la  intervención  de  María,  determinó  hacer  antes  lo  que  sin  ella 
húbiera  hecho  después  o  nunca. 

0  A  la  purificación  de  los  judíos  :  es  decir,  a  las  purificaciones  o  lociones  usuales 
entre  los  judíos.  La  metreta  (correspondiente  al  bato  hebreo)  contenía  próximamen- 
te unos  40  litros.  Tomando  el  término  medio  entre  dos  y  tres  metretas,  las  seis 
hidrias  contendrían  unos  600  litros. 

8  El  maestresala  o  arquitriclino  solía  ser  un  pariente  o  amigo  a  quien  se  con- 
fiaba el  cuidado  de  atender  al  buen  orden  del  servicio. 

11  Las  circunstancias  y  efectos  de  este  primer  milagro  realzan  la  eficacia  y  sig- 
nificación de  la  mediación  de  María,  que,  si  bien  ejercida  en  un  acto  singular,  tiene 
vislumbres  de  universalidad.  Con  este  milagro  inaugural,  Jesús  no  sólo  manifestó  su 
gloria  y  consolidó  la  fe  de  sus  discípulos,  sino  que  preludió  simbólicamente  el  vino 
eucarístico,  con  que  habían  de  regocijarse  los  desposorios  y  las  mística  lillas  de 
Cristo  y  de  la  Iglesia.  La  trascendencia  del  milagro  repercute  en  la  mediación  que 
la  determinó. 

"  Cafarnaúm  seré  luego  el  centro  de  la  predicación  en  Galilea.  ||  Sus  hermanos: 
término  hebreo  con  que  se  designan  los  parientes.  ||  Sus  discípulos:   aunque  no 


—  208  — 


2  Í3-21 


SAN  JUAN 


2  22-3  2 


Durante  la  Pascua,  Jesús  arroja  del 
templo  a  los  compradores  y  vende- 
dores. 2,  13-22 

a  Y  estaba  cerca  la  Pascua  de  los 
judíos,  y  subió  Jesús  a  Jerusalén. 
"  Y  halló  en  el  templo  a  los  que  ven- 
dían bueyes,  y  ovejas,  y  palomas,  y 
a  los  cambistas  sentados  ;  15  y  ha- 
biendo hecho  un  azote  de  cordeles, 
echólos  a  todos  del  templo,  y  con 
ellos  las  ovejas  y  los  bueyes,  y  des- 
parramó las  monedas  de  los  cambis- 
tas y  volcó  sus  mesas  ;  16  y  a  los  que 
vendían  las  palomas  dijo  : 

— Quitad  eso  de  ahí  ;  no  hagáis  la 
casa  de  mi  Padre  casa  de  tráfico. 

"  Recordaron  sus  discípulos  que  es- 
tá escrito  :  «El  celo  por  tu  casa  me 
devora»  (Sal.  68,  9).  18  Respondieron, 
pues,  los  judíos  y  le  dijeron  : 

—  ¿Qué  señal  nos  muestras  que 
acredite  tu  modo  de  obrar  ? 

10  Respondió  Jesús  y  les  dijo  : 

— Destruid  este  santuario,  y  en  tres 
días  le  levantaré. 

M  Dijeron,  pues,  los  judíos  : 

— En  cuarenta  y  seis  años  se  ha 
edificado  este  santuario,  ¿y  tú  en 
tres  días  lo  'evantarás  ? 

a  El,  empero,  hablaba  del  santua- 


rio de  su  cuerpo.  22  Cuando,  pues,  re- 
sucitó de  entre  los  muertos,  recorda- 
ron sus  discípulos  que  había  dicho 
esto,  y  dieron  fe  a  la  Escritura  y  a 
la  palabra  que  había  dicho  Jesús. 

Fe  insegura  de  muchos  judíos  que 
creen  en  Jesús.  2,  23-25 

23  Mientras  estuvo  Jesús  en  Jerusa- 
lén durante  la  fiesta  de  la  Pascua, 
muchos  creyeron  en  su  nombre,  vien- 
do los  milagros  que  hacía ;  34  mas  Je- 
sús, por  su  parte,  no  se  fiaba  de  ellos, 
como  quien  conocía  a  todos,  25  y  que 
no  tenía  necesidad  de  que  uno  diese 
testimonio  acerca  del  hombre  ;  pues 
El  conocía  lo  que  había  en  el  hombre. 


Entrevista  de  Nicodemo.  3,  1-21 

o  1  Había  un  hombre  de  la  secta 
"  de  los  fariseos,  llamado  Nicode- 
mo, magistrado  de  los  judíos.  2  Este 
vino  a  Jesús  de  noche  y  le  dijo  : 

— Rabí,  sabemos  que  vienes  de  par- 
te de  Dios  como  maestro  ;  porque 
nadie  puede  hacer  esas  señales  que 


definitiva  o  profesionalmente  todavía,  ya  los  discípulos  acompañaban  habitualmente 
al  Maestro.  ||  No  muchos  días:  aunque  algo  elástica,  esta  expr -sión  supone  que  no 
distaba  mucho  la  Pascua. 

14  Los  pueves  y  ovejas  Y  palomas  se  vendían  a  los  que  necesitaban  estas  víctimas 
para  sus  sacrificios.  Los  cambistas  proporcionaban  a  los  forasteros  la  moneda  hebrea 
a  cambio  de  la  griega  o  romana. 

J6-10  jrt  sorprendente  que  nadie,  ni  los  traficantes  ni  los  sacerdotes  que  autoriza- 
ban su  negocio,  se  resistiese  a  las  severas  órdenes  de  un  desconocido  ni  protestase 
contra  ellas.  Sólo  después  los  jefes  pidieron  a  Jesús  alguna  explicación  de  su  hecho. 
De  milagro  moral  debe  calificarse  el  terror  de  los  judíos,  que  no  basta  a  explicar 
su  mala  conciencia.  No  era  muy  sensible  o  delicada  la  conciencia  de  los  que  tan 
indignamente  profanaban  !a  casa  de  Dios.  ||  Al  llamar  el  templo  la  casa  de  III  Padre 
se  declira  Jesús  verdadero  Hijo  de  Dios. 

19  Este  santuario  :  la  palabra  original  naos  se  dice  del  templo  propiamente  dicho, 
a  diferencia  de  la  palabra  hierón,  que  comprende  además  todos  los  edificios  y  atrios 
circunstantes. 

20  En  cuarenta  y  seis  años  :  había  iniciado  la  reconstrucción  del  templo  actual 
Herodes  el  Grande  el  año  734  de  Roma.  Esta  fecha  es  importante  para  fijar  la 
cronología  evangélica.  Sumados  estos  cuarenta  y  seis  años  a  los  734,  llegamos  aJ 
año  780  de  Roma,  27  de  la  era  cristiana,  que  señala  el  comienzo  de  la  vida  pública 
de  Jesús. 

23  En  su  nombre  :  este  nombre,  término  u  objeto  de  esta  fe  vacilante,  no  era 
todavía  el  de  Mesías  o  Hijo  de  Dios,  sino  meramente  el  de  maestro  o  jefe  de  partido 
o  a  lo  más  de  profeta  o  enviado  de  Dios. 

24  No  se  fiaba  de  ellos  :  es  decir,  no  fiaba  en  su  adhesión  ni  les  otorgaba  su 
confianza. 

3'  Magistrado  de  los  judíos  :  miembro  del  sarthedrín,  del  grupo  o  categoría  de 
los  escribas. 

2  Reconoce  Nicodemo  a  Jesús  como  rabí  o  maestro,  pero  con  una  superioridad 
sobre  los  demás  rabinos  :  la  de  su  divina  misión,  acreditada  por  los  milagros.  Tras 
el  saludo  debió  de  entablar  la  conversación  preguntando  algo  sobre  el  reino  de  Dios, 
como  se  deduce  de  la  respuesta  de  Jesús. 


—  209  — 


SAN  JUAN 


3  4-13 


tú  haces,  si  no  es  que  Dios  estuvie- 
re con  él. 
*  Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 
— En  verdad,  en  verdad  te  digo,  si 
uno  no  fuere  engendrado  de  nuevo, 
110  puede  ver  el  reino  de  Dios. 


4  Dícele  Nicodemo  : 

— ¿Cómo  puede  un  hombre  nacer, 
si  ya  es  viejo  ?  ¿  Acaso  puede  entrar 
segunda  vez  en  el  seno  de  su  madre 
y  nacer  ? 

e  Respondió  Jesús  : 


En  verdad,  en  verdad  te  digo, 

quien  no  naciere  de  agua  y  Espíritu 

no  puede  entrar  en  el  reino  de  Dios. 

*  Lo  que  nace  de  la  carne,  carne  es  ; 

V  lo  que  nace  del  Espíritu,  espíritu  es. 

f  No  te  maravilles  de  que  te  haya  dicho  : 

Es  necesario  que  nazcáis  de  nuevo. 

8  El  aire  sopla  donde  quiere,  y  oyes  su  voz, 

y  no  sabes  de  dónde  viene  ni  adonde  va  ; 

así  es  todo  el  que  ha  nacido  del  Espíritu. 

*  Respondió  Nicodemo  y  dijo  : 

— ¿  Cómo  puede  ser  eso  ? 

10  Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 

¿  Tú  eres  el  maestro  de  Israel,  y  esto  no  sabes  ? 

"  En  verdad,  en  verdad  te  digo 

que  lo  que  sabemos,  esto  hablamos  ; 

y  lo  que  hemos  visto,  esto  testificamos  ; 

y  nuestro  testimonio  no  lo  aceptáis. 

12  Si  cuando  os  he  dicho  cosas  terrenas  no  me  creéis, 

¿  cómo  me  vais  a  creer  si  os  dijere  cosas  celestiales  ? 

"  Y  nadie  ha  subido  al  cielo,  si  no  es  el  que  ha  bajado  del  cielo, 

el  Hijo  del  hombre,  que  está  en  el  cielo. 


3  De  nuevo  :  otros  traducen  «de  arriba»  o  tde  lo  alto»  :  versión  posible,  pero  que 
no  cuadra  tan  bien  con  el  contexto.  De  todos  modos,  la  regeneración  de  que  habla 
Jesús  es  a  la  vez  nueva  y  celeste.  ||  Ver  :  es  aquí  lo  mismo  que  experimentar, 
gozar,  participar. 

5  Procima  Jesús  la  absoluta  necesidad  de  la  regeneración  bautismal. 

8  Ei.  aire  :  otros  traducen  «el  Espíritu».  El  sentido  real  no  varía.  Hay  en  las 
palabras  de  Jesús  una  comparación  latente  entre  el  Espíritu  y  la  brisa.  Por  esto, 
si  se  traduce  »airei,  debe  entenderse  como  símbolo  del  Espíritu  ;  y  si  se  traduce 
«Espíritu»,  debe  entenderse  como  simbolizado  por  el  aire.  Diría  tal  vez  Jesús  : 
«;  Has  advertido  con  qué  libertad  sopla  el  viento?  Tú  bien  oyes  su  voz  en  lns  hojas 
de  los  árboles  ;  'mas  al  fin  ignoras  su  origen  y  su  término.  Pues  tal  es  el  Espíritu, 
y  tal  también  el  que  del  Espíritu  nace.  Imitando  al  viento  y  al  Espíritu,  descubrirá 
por  sus  obras  un  nuevo  nacimiento,  pero  no  sabrás  de  dónde  ni  cómo  ha  nacido.» 

10  El  maestro  de  Israel  :  la  ironía  de  este  elogio,  contrapuesto  a  la  ignorancia 
crasa  o  afectada  del  rabino,  no  obliga  a  suponer  que  Nicodemo  fuera  considerado 
como  el  maestro  por  excelencia.  Bastan  las  circunstancias  para  explicar  el  uso  del 
artículo,  que  de  suyo  significa  singularidad. 

"Sabemos...:  de  muchas  maneras  se  ha  explicado  este  plural,  que  en  el  versículo 
siguiente  se  convierte  en  singular.  Parece  ser  una  especie  de  plural  de  categoría  o 
de  clase.  Hablan  solos  Jesús  y  Nicodemo.  Como  éste  ha  comenzado  hablando  en 
plural  :  «Sabemos...»,  y  Jesús  le  dice,  en  plural  también,  «no  ¡o  aceptáis»,  como  re- 
presentante de  los  judíos  incrédulos,  así  Jesús,  asociándose  a  los  que  en  nombre 
de  Dios  han  hablado  a  Israel,  pudo  decir,  en  plural,  «Sabemos...».  Pudo  además 
Jesús  aludir  a  la  respuesta  dada  por  Juan  a  los  fariseos  delegados  por  el  sanhedrín, 
que  Nicodemo,  como  fariseo  y  como  sanhedrita,  no  podía  ignorar.  Y  en  esta  res- 
puesta Juan  dió  testimonio  de  lo  que  sabía  y  había  visto. 

12  Jesús  habla  ahora  en  nombre  propio  y  exclusivo  al  anunciar  la  revelación  de 
cosas  celestiales  :   la  encarnación  y  la  redención. 

33-21  Algunos  modernos,  «nescio  quo  argumento  ducti»  (Toledo,  In  Jn.  3,  16,  en- 
not.  23),  suponen  que  ya  no  es  Jesús  quien  habla,  sino  el  evangelista  quien  refle- 
xiona por  su  cuenta.  Semejante  hipótesis  es  del  todo  inadmisible.  De  este  cambio 
no  existe  ningún  indicio,  si  no  son  ciertos  prejuicios  minimistas.  Existen,  por  el 
contrario,  indicios  positivos  de  ser  Jesús  el  que  prosigue  hablando.  Por  dos  veces 
se  emplea  la  expresión  «el  Hijo  del  hombre»,  que  siempre  se  pone  en  boca  del 

—  2IO  — 


3  14-23 


SAN  JUAN 


3  24-27 


14  Y  como  Moisés  puso  en  alto  la  serpiente  en  el  desierto, 

así  es  necesario  que  sea  puesto  en  alto  el  Hijo  del  hombre, 

14  para  que  todo  el  que  crea  en  El  alcance  la  vida  eterna. 

"  Porque  así  amó  Dios  al  mundo, 

que  entregó  a  su  Hijo  Unigénito, 

a  fin  de  que  todo  el  que  crea  en  El  no  perezca, 

sino  alcance  la  vida  eterna. 

17  Porque  no  envió  Dios  a  su  Hijo  al  mundo  para  juzgar  al  mundo, 
sino  para  que  el  mundo  sea  salvo  por  El. 

a  Quien  cree  en  El,  no  es  juzgado  ; 
quien  no  cree,  ya  está  juzgado, 

porque  no  creyó  en  el  nombre  del  Unigénito  Hijo  de  Dios. 

18  Este  es  el  juicio  :  que  la  luz  ha  venido  al  mundo, 
y  amaron  los  hombres  más  las  tinieblas  que  la  luz, 
porque  eran  malas  sus  obras. 

■  Porque  todo  el  que  obra  el  mal,  aborrece  la  luz, 

y  no  viene  a  la  luz,  para  que  no  sean  puestas  en  descubierto  sus  obras; 

30  pero  el  que  obra  la  verdad,  viene  a  la  luz, 

para  que  se  manifiesten  sus  obras  como  hechas  en  Dios. 


Predicación  de  Jcsits  en  Judea. 
tfltinw  testimonio 'de  Juan.  3,  22-30 

=  Después  de  esto  vino  Jesús,  y 
con  El  sus  discípulos,  a  la  región  de 
Judea ;  y  allí  moraba  con  ellos  y  bau- 
tizaba. 23  Juan  también  seguía  bauti- 
zando en  Enón,  cerca  de  Salim,  por- 
que había  allí  aguas  abundantes  ;  y 
acudía  gente ,   y  eran  bautizados  ; 


:l  porque  todavía  Juan  no  había  sido 
echado  en  la  cárcel. 

25  Se  originó,  pues,  una  contienda 
de  parte  de  los  discípulos  de  Juan 
con  un  judío  acerca  de  la  ablución. 
28  Y  vinieron  a  Juan  y  le  dijeron  : 

— Rabí,  aquel  que  estaba  contigo  a 
la  otra  parte  del  Jordán,  a  favor  de 
quien  tu  diste  testimonio,  mira,  El 
bautiza  y  todos  acuden  a  El. 

27  Respondió  Juan  y  dijo  : 


Salvador  y  que  jamás,  ni  una  sola  vez,  emplean  los  evangelistas  hablando  por  su 
propia  cuenta.  Además  ha  dicho  Jesús  que  estaba  dispuesto  a  revelar  cosas  celestia- 
les :  ahora  bien,  estas  cosas  celestiales  son  las  que  en  estos  versículos  se  declaran. 

13  El  sentido  de  este  versículo  es  :  tNingúu  hombre  ha  subido  al  cielo  para  cono- 
cer de  vista  las  cosas  celestes  ;  sólo  las  conoce  el  que  ha  bajado  del  cielo,  es  decir, 
el  que  como  Huo  del  hombre  ha  aparecido  entre  los  hombres,  el  cual,  empero, 
como  Dios  sigue  estando  en  el  cielo». 

14-15  No  vió  tal  vez  Nicodemo  todo  el  alcance  de  este  símil  :  sólo  Cristo  crucificado 
podía  descubrirnos  su  asombrosa  exactitud.  La  serpiente,  imagen  de  aquellos  vent 
nosos  reptiles  que  tanta  mortandad  hicieron  en  los  hijos  de  Israel,  levantada  sobre 
un  palo,  fué,  para  cuantos  la  miraron,  remedio  único  contra  la  muerte  :  tal  Cristo 
Jesús,  tomando  la  figura  abominable  de  pecador,  fué  levantado  en  la  cruz,  para  li 
brar  del  pecado  y  de  la  muerte  eterna  a  los  miserables  hijos  de  Adán  que  con  fe 
y  amor  le  mirasen. 

u-n  rjn  misterio  se  explica  por  otro  misterio  :  el  misterio  de  la  cruz  por  el  mis 
terio  del  amor  de  Dios  a  los  hombres. 

ís-a  otro  misterio  :  el  del  juicio  del  mundo  :  el  de  la  incredulidad,  que  por  amai 
las  tinieblas  prejuzga  su  destino  eterno. 

22-23  j€SUS)  salido  de  Jerusalén,  se  quedó  en  la  región  de  Judea  ;  no  precisa  más 
el  evangelista,  ni  es  posible  determinarlo.  Juan  se  trasladó  más  hacia  el  N.  y  se 
estableció  en  Enón  (Fuentes),  entre  la  frontera  septentrional  de  Samaría  y  la  ciudad 
de  Escitópolis. 

J7-3"  Este  último  testimonio  de  Juan  contiene  dos  partes  :  un  contraste  entre  Jesús 
y  Juan  (27-30),  un  espléndido  elogio  de  Jesús  (31-36). 

I7-30  Primer  contraste  (27)  :  sentencia  general,  que  se  aplica  tanto  a  Jesús,  que 
recibió  lo  que  tiene,  porque  el  cielo  se  lo  ha  dado,  como  a  Juan,  que  no  lo  recibió, 
porque  el  cielo  no  se  lo  dió.  El  don  del  cielo  es  la  causa  y  la  medida  de  la  superio- 
ridad de  Jesús  sobre  Juan.  Segundo  contraste  (28*  :  Jesús  es  el  Mesías,  Juan  su  pre 
cursor.  Es  un  argumento  ai  hominem.  Tercer  contraste  (29)  :  Jesús  es  el  Esposo  de 
Israel,  Juan  su  paraninfo.  Es  una  hermosa  confesión  de  la  divinidad  de  Jesús.  El 
Esposo  de  Israel  no  era  otro  que  Yahyeh.  Crfarto  contraste  (30)  :  Jesús,  con  ser  tan 
grande,  ha  de  crecer  más  aún  ;  Juan,  con  ser  tan  pequeño  en  su  comparación,  to- 
davía debe  disminuir. 

—  211  — 


3  28-36 


SAN  JUAN 


3  28-36 


No  puede  un  hombre  recibir  nada 

si  no  le  fuere  dado  del  cielo. 

28  Vosotros  mismos  me  sois  testigos  que  dije  : 

«No  soy  yo  el  Mesías»,  sino  que  «He  sido  enviado  delante  de  El». 

*  Quien  tiene  la  esposa,  ése  es  el  esposo  ; 

mas  el  amigo  del  esposo,  el  que  asiste  y  oye  su  voz, 

se  goza  en  gran  manera  por  la  voz  del  esposo. 

Así,  pues,  este  gozo  mío  me  ha  sido  cumplido. 

30  El  conviene  que  crezca,  yo  que  disminuya. 

31  El  que  viene  de  arriba  está  por  encima  de  todos  ; 

el  que  es  de  la  tierra,  de  la  tierra  es  y  de  la  tierra  habla. 
El  que  viene  del  cielo  está  por  encima  de  todos  ; 

32  lo  que  ha  visto  y  oído,  esto  testifica, 
y  su  testimonio  nadie  lo  acepta. 

83  El  que  acepta  su  testimonio  pone  un  sello  a  la  veracidad  de  Dios. 
M  Porque  aquel  a  quien  Dios  envió  habla  las  palabras  de  Dios, 
porque  no  con  medida  da  el  Espíritu. 
85  El  Padre  ama  al  Hijo, 

y  todas  las  cosas  ha  entregado  en  sus  manos. 
36  Quien  cree  en  el  Hijo  posee  vida  eterna, 
mas  el  que  niega  su  fe  al  Hijo  no  gozará  la  vida, 
sino  que  la  ira  de  Dios  pesa  sobre  él. 


ai-36  También  estos  versículos  atribuyanlos  algunos  modernos  al  evangelista,  i  Ra 
zones  ?  Porque  ya  no  se  habla  en  primera  persona...,  porque  los  conceptos  son  de- 
masiado elevados  para  ser  dichos  por  el  Bautista.  Como  si  Juan  hubiera  de  hablai 
siempre  en  primera  persona...  Como  si  ya  anteriormente  él,  el  mayor  de  los  profe- 
tas (Le.  7,  28),  no  hubiera  dicho  equivalentemente  (1,  20-34)  lo  que  aquí  declara. 

31  El  que  es  de  la  tierra,  de  la  tierra  es...  :  no  hay  tautología.  El  primer  inciso 
expresa  el  origen  terreno,  el  segundo  la  calidad  terrena.  O  bien,  el  primero  expresa 
el  hecho,  el  segundo  la  razón  de  lo  que  sigue.  El  sentido  es  :  Quien  procede  de  Ib 
tierra,  no  es  extraño  que,  siendo  terreno,  hable  de  la  tierra. 

33  Su  testimonio  nadie  lo  acepta  :  los  envidiosos  discípulos  habían  dicho  :  «todos 
acuden  a  El»  ;  al  humilde  y  leal  Bautista  «todos»  ésos  le  parecen  tan  pocos  como  si 
«nadie»  acudiese  a  Jesús. 

33  Aceptar  el  testimonio  de  Jesús  es  reconocer  y  confesar  la  veracidad  de  Dios.  D« 
ahí  el  mérito  de  la  fe:  ser  una  glorificación  de  Dios  (Kom.  4,  20). 

34  No  con  medida  da  el  Espíritu  :  el  sujeto  de  la  frase  es  «Dios».  Así  lo  entiende 
la  generalidad  de  los  intérpretes,  y  así  también  la  casi  unanimidad  de  los  códices, 
que  intercalan  «Deus»  ;  glosa  probablemente,  pero  indicio  de  cómo  se  entendía  la 
frase  en  la  antigüedad.  Muchos  entienden  la  sentencia  como  dicha  particularmente 
de  Cristo ;  pero  esta  interpretación  ofrece  dos  inconvenientes  :  que  añade  lo  que  no 
está  en  el  texto  y  que  no  toma  en  cuenta  el  presente  da,  diferente  del  pretérito  «ha 
entregado»  (literalmente  ha  dado)  del  versículo  siguiente.  Hay  que  entenderla,  poi 
tanto,  como  sentencia  general,  si  bien  dicha  con  vistas  a  Cristo,  de  quien  se  habla  en 
todo  el  contexto.  La  ilación  lógica  parece  ser  ésta:  (33)  el  que  acepta  el  testimonio  del 
Hijo,  confiesa  la  veracidad  de  Dios  ;  (34)  porque  el  Hijo,  enviado  por  Dios,  habla  las 
palabras  de  Dios  ;  Dios  mismo  habla  por  El  ;  como  la  misión  de  los  profetas  no  es 
como  la  misión  del  Hijo  (Rom.  8,  3  ;  Gal.  4,  4),  así  la  palabra  de  los  profetas  no  es 
como  la  palabra  del  Hijo  (Hebr.  1,  1-2),  que  es  inmensamente  más  divina,  más  de 
Dios;  y  esta  superioridad  de  la  palabra  del  Hijo  es  muy  conforme  al  poder  y  gene 
rosidad  de  Dios,  que  no  tiene  en  la  donación  de  su  Espíritu  medida  fija  y  limitada, 
antes  puede  dar  y  da  sin  medida  su  Espíritu  ;  y  así  lo  ha  hecho  con  el  Hijo,  aun 
considerado  como  hombre  ;  en  efecto,  el  Padre  ama  al  Hijo,  y  todas  las  cosas,  par- 
ticularmente la  plenitud  de  su  Espíritu,  ha  entregado  en  sus  manos». 

36  Quien  cree  en  el  Hijo  :  es  lo  mismo  que  ha  dicho  antes  :  «el  que  acepta  su  tes- 
timonio» (33).  Este  sencillo  cotejo  de  textos  demuestra  que  la  fe  cristiana  es  una 
aceptación  del  testimonio  divino,  una  adhesión  de  la  inteligencia  a  la  palabra  de 
Dios.  Chocan  contra  este  concepto  evangélico  de  la  fe  las  nociones  protestante  y  mo- 
dernista de  una  fe  sentimental. 

—  212  — 


4  i-io 


SAN  JUAN 


4  11-22 


Vuelve  jesús  a  Galilea.  4,  i-¿ 
(  =  Mt.  4,  12  =Mc.  i,  14  =  Lc.  4,  14) 

a  1  En  cuanto,  pues,  se  enteró  el 
"  Señor  hal>er  llegado  a  oídos  de 
los  fariseos  que  «Jesús  hace  más  dis- 
cípulos que  Juan,  y  bautiza»  2 — bien 
que  Jesús  mismo  no  bautizaba,  sino 
sus  discípulos...,  3  abandonó  la  Ju- 
dea  y  se  fué  de  nuevo  a  Galilea. 


Junto  al  pozo  de  Jacob:  Jesús  y  la 
samaritana.  4,  4-26 


'  Debía  El  pasar  por  la  Samaría. 
5  Llega,  pues,  a  una  ciudad  de  la  Sa- 
maría, llamada  Sicar,  cerca  de  la  po- 
sesión que  dió  Jacob  a  su  hijo  José. 
c  Estaba  allí  la  fuente  de  Jacob.  Je- 
sús, pues,  fatigado  del  camino,  «« 
sentó,  sin  más,  junto  a  la  fuente  ; 
sería  como  la  hora  sexta. 

;  Llega  una  mujer  de  la  Samaria 
a  sacar  agua.  Dícele  Jesús  : 

— Dame  de  beber. 

8  Porque  sus  discípulos  se  habían 
ido  a  la  ciudad  a  comprar  provisio- 
nes. 

"Dícele-,  pues,  la  mujer  samaritana  : 
— I  Cómo  tú,  siendo  judío,  me  pi- 
des de  beber  a  mí,  que  soy  mujer 
samaritana  ? 

En  efecto,  los  judíos  no  tienen  tra- 
to con  los  samaritanos. 
10  Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 
—  ¡Si  conocieses  el  don  de  Dios  y 
quién  es  el  que  te  dice  «Dame  de 


beber»,  tú  le  hubieras  pedido,  y  El 
te  hubiera  dado  agua  viva ! 

11  Dícele  la  mujer  : 

— Señor,  no  tienes  pozal,  y  el  pozo 
está  hondo  ;  ¿  de  dónde,  pues,  trenes 
el  agua  viva  ?  12  ¿  Acaso  eres  tú  ma- 
yor que  nuestro  padre  Jacob,  que  nos 
dió  el  pozo,  y  él  mismo  bebió  de  él 
y  sus  hijos  y  sus  ganados  ? 

u  Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 

— Todo  el  que  bebiere  de  esa  agua, 
tendrá  sed  otra  vez  ;  mas  quien  be- 
biere del  agua  que  yo  le  diere,  no 
tendrá  sed  eternamente,  14  sino  que 
el  agua  que  yo  le  daré  se  hará  en 
él  fuente  de  agua  que  salte  para  la 
vida  eterna. 

13  Dícele  la  mujer  : 

— Señor,  dame  esa  agua,  para  que 
se  me  quite  la  sed  y  no  tenga  que 
venir  acá  a  sacarla. 

19  Dícele  Jesús  : 

— Ve,  llama  a  tu  marido  y  ven  acá. 
"  Respondió  la  mujer  y  le  dijo  : 
— No  tengo  marido. 
Dícele  Jesús  : 

— Bien  dijiste  :  «No  tengo  mari- 
do» ;  18  porque  cinco  maridos  tuvis- 
te, y  ahora  el  que  tienes  no  es  ma- 
rido tuyo  ;  en  eso  has  dicho  verdad. 

18  Dícele  la  mujer  : 

— Señor,  veo  que  tú  eres  profeta. 
50  Nuestros  padres  adoraron  a  Dios 
en  este  monte,  y  vosotros  decís  que 
en  Jerusalén  está  el  lugar  donde  hay 
que  adorarle. 

21  Dícele  Jesús  : 

— Créeme,  mujer,  que  viene  la  ho- 
ra en  que  ni  a  ese  monte  ni  a  Jeru- 
salén estará  vinculada  la  adoración 
al  Padre.  22  Vosotros  adoráis  lo  que 


41  Estas  suspicacias  de  los  fariseos,  que  motivan  la  retirada  de  Jesús,  dan  a  enten- 
der la  parte  que  tuvieron  las  intrigas  farisaicas  en  la  prisión  del  Bautista,  narrada 
por  los  Sinópticos.  De  hecho,  Jesús  se  suarda  de  los  fariseos  más  que  de  Herodes,  a 
cuyo  territorio  precisamente  se  retira. 

6  Sicar  :  recientes  excavaciones  confirman  la  indicación  de  San  Jerónimo,  que 
identificaba  a  Sicar  con  la  antigua  Siquem,  situada  a  la  entrada  del  valle  que  corre 
entre  los  montes  Ebal  al  N.  y  Garizim  al  S.,  y  que  luego,  trasladada  más  hacia 
el  O.,  recibió  el  nombre  de  Fiaría  Xcápolis  (hoy  Nablusa).  Junto  a  Sicar  se  halla  el 
sepulcro  de  José. 

6  La  fuente  de  Jacob  :  era  un  pozo,  de  unos  32  metros  de  profundidad,  alimentado 
por  una  fuente  subterránea. 

10  ¡Si  conocieses...  !  Dos  cosas  ignoraba  la  samaritana  :  el  don  de  Dios  y  el  Da- 
dor. El  don  era  el  agua  viva,  símbolo  del  Espíritu  Santo  ;  el  Dador,  el  mismo  Jesús. 

^"Preciosas  son  las  propiedades  del  agua  prometida  por  el  Salvador;  1)  apaga 
la  sed  para  siempre ;  2)  sacia  Intimamente  el  alma ;  3)  es  como  un  manantial  pe- 
renne ;  4)  y  como  un  surtidor  que  salta  caudaloso  ;  5)  que  comunica  vida  eterna.  . 

20  En  este  monte  :  señalaría  la  samaritana  el  monte  Garizim,  donde  los  samanta- 
nos  tributaban  a  Yahveh  un  culto  ilegítimo  y  cismático. 

21  Ni  Garizim  ni  Jerusalén  serán  en  adelante  el  lugar  único  y  exclusivo  en  que 
se  adorará  a  Dios. 


—  213  — 


4  23-27 


SAN  JUAN 


4  28-38 


no  conocéis  ;  nosotros  adoramos  lo 
que  conocemos  ;  porque  la  salud  vie- 
ne de  los  judíos.  23  Pero  llega  la  ho- 
ra, y  es  ahora,  en  que  los  verdade- 
ros adoradores  adorarán  al  Padre  en 
espíritu  y  en  verdad,  porque  el  Pa- 
dre tales  quiere  que  sean  los  que  le 
adoren.  24  Espíritu  es  Dios;  y  los  que 
le  adoran,  en  espíritu  y  verdad  le 
deben  adorar. 

25  Dícele  la  mujer  : 

— Sé  que  va  a  venir  el  Mesías,  eí 
que  se  llama  Cristo  ;  cuando  El  vi- 
niere, nos  manifestará  todas  las  co- 
sas. 

26  Dícele  Jesús  : 

— Soy  vo,  el  mismo  que  hablo  con- 
tigo. 

Muchos  samaritanos  creen  en  Cristo. 
4,  27-42 

"Y  en  esto  vinieron  sus  discípu- 
los, y  se  maravillaban  de  que  habla- 


se con  una  mujer  ;  nadie,  empero, 
le  dijo:  «¿Qué  preguntas?»  o  «¿Qué 
hablas  con  ella  ?» 

28  Dejó,  pues,  su  cántaro  la  mujer, 
v  se  marchó  a  la  ciudad  ;  y  dice  a 
los  hombres  : 

29  — Venid  a  ver  un  hombre  que 
me  ha  dicho  todo  cuanto  he  hecho. 
I  Acaso  es  éste  el  Mesías  ? 

so  Salieron  de  la  ciudad  v  venían 
a  El. 

31  Entretanto  le  rogaban  los  discí- 
pulos, diciendo  : 
— Rabí,  come. 
82  El  les  dijo  : 

— Yo  tengo  para  comer  un  manjar 
que  vosotros  no  sabéis. 

23  Decíanse ,  pues,  los  discípulos 
unos  a  otros  : 

— ¿Acaso  alguien  le  trajo  de  co- 
mer ? 

34  Díceles  Jesús  : 


Mi  manjar  es  hacer  la  voluntad  del  que  me  envió 
y  llevar  al  cabo  su  obra. 

*  ¿  No  decís  vosotros  que  «Cuatro  meses  aún,  y  llega  la  siega»  ? 

Mirad,  os  digo,  alzad  vuestros  ojos  y  contemplad  los  campos, 

que  ya  están  blancos  para  la  siega. 

"El  segador  cobra  su  jornal 

y  recoge  fruto  para  la  vida  eterna, 

para  que  el  sembrador  y  el  segador  se  gocen  juntamente 
37  Porque  en  esto  resulta  verdadero  aquel  proverbio 
que  «Uno  es  el  que  siembra  y  otro  ti  que  siega». 
"  Yo  os  envié  a  segar  lo  que  vosotros  no  habéis  labrado  ; 
otros  labraron,  y  vosotros  habéis  entrado  en  su  labor. 


a3-24  En  espíritu  y  en  verdad  :  «Espíritu»  se  contrapone  a  materialidad  o  letra 
muerta  ;  «verdad»,  a  sombra  o  figura.  Espíritu  y  verdad  no  es,  por  tanto,  lo  mismo 
que  culto  puramente  interno,  contrapuesto  a  culto  externo.  Uno  y  otro  son  necesarios 
para  adorar  a  Dios  en  espíritu  y  verdad. 

M  Esta  declaración  de  la  samaritana  demuestra  cuán  extendida  estaba  entonces  en 
el  Oriente  la  expectación  de  la  próxima  venida  del  Mesías. 

33  Esta  conjetura,  tan  material  y  rastrera,  de  los  discípulos  muestra  a  las  claras 
que  toda  la  espiritualidad  del  cristianismo  es  obra  exclusiva  de  Jesús.  Las  fantasías 
racionalistas  que  atribuyen  a  otro  que  a  Jesús  de  Nazarct  las  maravillas  de  la  es- 
piritualidad cristiana  chocan  demasiado  contra  los  documentos  históricos. 

34  Mi  manjar...  :  muéstrase  el  Maestro  dechado  e  ideal  de  la  cuarta  bienaventuran- 
za :  el  hambre  y  sed  de  la  justicia  ;  que  no  es  otra  cosa  sino  hacer  la  voluntad 
de  Dios. 

35  «Cuatro  meses  aún...»  :  los  discípulos,  viendo  el  estado  de  las  mieses,  calculaban 
que  de  allí  a  cuatro  meses  podrían  segarse.  Algunos,  sin  suficiente  fundamento,  ven 
en  estas  palabras  de  los  discípulos  un  proverbio  corriente.  Basta  comparar  este 
versículo  con  el  37,  en  que  se  cita  un  proverbio  popular,  para  ver  la  diferencia  que 
media  entre  uno  y  otro.  ||  Ya  están  blancos  para  la  siega:  las  mieses  materiales,  de 
que  hablaban  los  discípulos,  dan  pie  al  Maestro  para  hablar  de  la  mies  espiritual, 
que  son  los  samaritanos  que  a  él  vienen.  Y  en  esta  mies  presente  de  los  samarita- 
nos contempla  además  el  Maestro  una  imagen  de  la  futura  labor  evangélica  de  los 
discípulos. 

38  Otros  :  son  los  profetas,  Juan  Bautista  y  el  mismo  Salvador. 


—  214  — 


4  39-46 


SAN  JUAN 


4  47-5  2 


"  De  aquella  ciudad  muchos  de  los 
samaritanos  creyeron  en  El  por  la 
palabra  de  la  mujer,  que  atestigua- 
ba :  «Me  dijo  todo  cuanto  hice.»  40  Así, 
pues,  como  llegaron  a  El  los  sama- 
ritanos, le  rogaban  se  quedase  con 
ellos.  Y  se  quedó  allí  dos  días.  41  Y 
muchos  más  creyeron  por  la  palabra 
de  El,  42  y  decían  a  la  mujer  que  «Ya 
no  creemos  por  tu  dicho,  pues  por 
nosotros  mismos  hemos  oído  y  sabe- 
mos que  El  es  verdaderamente  el 
Salvador  del  mundo». 


Llega  Jesús  a  Galilea.  4,  43-45 


45  Pasados  los  dos  días,  salió  de  allí 
para  Galilea.  44  Porque  Jesús  mismo 
había  testificado  que  un  profeta  no 
tiene  estima  en  su  propia  patria. 
■  Cuando  llegó,  pues,  a  Galilea,  le 
hicieron  buena  acogida  los  galileos, 
como  quienes  habían  visto  todo  cuan- 
to El  había  hecho  en  Jerusalén  du- 
rante la  fiesta  ;  pues  también  ellos 
habían  ido  a  la  fiesta. 

Sana  Jesús  al  hijo  de  un  oficial  real. 
4,  46-5-l 

48  Llegó,  pues,  Jesús  a  Caná  de  Ga- 
lilea, donde  había  convertido  el  agua 
en  vino.  Y  estaba  allí  un  funciona- 
rio real,  cuyo  hijo  estaba  enfermo 


en  Cafarnaúm.  47  Este,  habiendo  oído 
que  Jesús  llegaba  de  Judea  a  Gali- 
lea, se  fué  a  El  y  le  rogaba  que  ba- 
jase y  sanase  a  su  hijo,  porque  es- 
taba para  morir. 

48  Díjole,  pues,  Jesús  ¡ 

— Si  no  viereis  señales  y  prodigios, 
no  queréis  creer. 

48  Dícele  el  funcionario  : 

— ^Señor,  baja  antes  que  se  muera 
mi  hijo. 

50  Dícele  Jesús  : 

— Anda,  tu  hijo  vive. 

Creyó  el  hombre  a  la  palabra  que  le 
había  dicho  Jesús,  y  se  marchó.  61  Y 
cuando  él  ya  bajaba,  le  encontraron 
sus  criados,  que  le  notificaron  que 
su  hijo  vivía.  52  Informóse,  pues,  de 
ellos  sobre  la  hora  en  que  había  sen- 
tido la  mejoría.  Dijcronle,  pues,  que 

— Ayer  a  las  siete  le  dejó  la  ca- 
lentura. 

63  Conoció,  pues,  el  padre  que  aqué- 
lla fué  la  hora  en  que  le  dijo  Jesús  : 
«Tu  hijo  vive.»  Y  creyó  él  y  toda 
su  familia. 

54  Este  segundo  milagro  hízolo  nue- 
vamente Jesús  a  su  vuelta  de  Judea 
a  Galilea. 


Sana  Jesús  al  paralitico  de  la  pts- 
cina.  5,  1-18 

r   1  Después  de  esto  se  celebraba 
"  'la  fiesta  de  los  judíos,  y  subió 
Jesús  a  Jerusalén. 
-  Hay  en  Jerusalén.  junto  a  la  puer- 


44  En  su  propia  patria  :  habla  Jesús  de  la  Judea,  en  que  estaba  Belén,  su  ciudad 
natal.  * 

*  Un  funcionario  real:  dignatario  civil  o  militar  de  la  corte  de  Herodes  Antipas. 
No  han  faltado  quienes  lo  han  identificado  con  Cusa,  de  cuya  mujer  Juana  habla 
San  Lucas  (3,  3;  24,  10!,  o  con  Manahén,  de  quien  se  habla  en  los  Hechos  (13,  1). 

51  Cuando  él  ya  bajaba  :  cuando  el  camino,  cerca  de  los  Cuernos  de  Hattín,  co- 
mienza su  descenso.  La  distancia  de  Caná  a  Cafarnaúm  era  de  unos  30  kilómetros, 
de  seis  a  siete  horas  de  camino. 

42  Ayer  a  las  siete  :  a  las  trece  horas  de  nuestro  reloj.  La  expresión  ayer  parece 
suponer  que  el  funcionario  emprendió  el  viaje  de  vuelta  al  día  siguiente  de  obrado 
el  milagro.  En  absoluto,  empero,  en  la  hipótesis  de  que  se  hubiera  vuelto  la  misma 
tarde,  se  habría  encontrado  con  sus  criados  al  día  siguiente,  según  la  cuenta  de 
los  judíos,  para  quienes  con  la  puesta  del  sol  comenzaba  el  nuevo  día. 

53  Creyó  :  la  fe  de  este  funcionario  fue  creciendo  por  grados.  Primero  creía  en 
la  potencia  sobrenatural  de  Jesús.  Luego  creyó  en  su  palabra.  Finalmente  creyó  en 
El,  esto  es,  en  su  divina  misión,  reconociéndole  como  Mesías. 

51  La  fiesta  :  si  se  admite  la  autenticidad  del  artículo,  la  fiesta  sería  la  Pascua  ;  de 
lo  contrario,  se  trataría  de  una  fiesta  innominada,  difícil  de  determinar.  Lo  que 
uo  parece  pueda  admitirse  es  la  hipótesis  de  algunos  modernos  que  suponen  o  una 
inversión  textual  entre  los  capítulos  5  y  6  (de  la  cuaJ  no  hay  el  menor  indicio  en 
los  códices)  o  una  inversión  cronológica  (que  sería  única  en  todo  el  cuarto  Evangelio). 

2  Bethesda  :  significa  icasa  de  misericordia!.  No  es  del  todo  seguro  este  nombre. 
Otros  leen  Bcthzatha,  Bezatha,  Bethsaida...  ||  Cinco  pórticos:  recientemente  se  han 


—  215  — 


5  3-11 


SAN  JUAN 


5  12-™ 


ta  de  las  Ovejas,  un  estanque,  por 
sobrenombre  en  hebreo  Bethesda,  que 
tiene  cinco  pórticos.  3  En  éstos  ya- 
cía gran  muchedumbre  de  enfermos, 
ciegos,  cojos,  impedidos,  que  aguar- 
daban la  agitación  del  agua.  4  Por- 
que, de  tiempo  en  tiempo,  un  ángel 
del  Señor  bajaba  al  estanque  y  re- 
movía el  agua.  El  primero,  pues,  que 
después  de  la  agitación  del  agua  en- 
traba en  ella,  quedaba  sano  de  cual- 
quiera enfermedad  que  le  aquejase. 

6  Estaba  allí  un  hombre  que  lleva- 
ba treinta  y  ocho  años  en  su  enfer- 
medad. 6  A  éste,  como  viese  Jesús 
tendido  en  el  suelo  y  conociese  que 
llevaba  ya  mucho  tiempo,  le  dice  : 

— ¿  (Juieres  ponerte  sano  ? 

7  Respondióle  el  enfermo  : 

— Señor,  no  tengo  un  hombre  que, 
cuando  se  remueva  el  agua,  me  eche 
en  el  estanque,  y  en  tanto  que  yo 
llego,  otro  baja  antes  que  yo. 

8  Dícele  Jesús  : 

— Levántate,  toma  tu  camilla  y 
anda. 

8  Y  al  instante  quedó  sano  aquel 
hombre,  y  tomó  su  camilla  y  anda- 
ba. Era  sábado  aquel  día.  10  Decían, 
pues,  los  judíos  al  que  había  sido 
curado  : 

— Es  sábado,  y  no  te  es  permitido 
llevar  la  camilla. 
"  El  les  respondió  : 

19  En  verdad,  en  verdad  os  digo, 
no  puede  er  Hijo  hacer  nada  de  sí 


— El  que  me  sanó,  El  me  dijo  : 
«Toma  tu  camilla  y  anda.» 

IS  Le  preguntaron  : 

— ¿Quién  es  el  hombre  que  te  di- 
jo :  «Toma  y  anda»  ? 

u  El  que  había  sido  sanado  no  sa- 
bía quién  era,  porque  Jesús  se  ha- 
bía retirado  sin  ser  notado,  gracias 
a  la  mucha  gente  que  había  en  aquel 
sitio. 

14  Tras  esto  le  halla  Jesús  en  el 
temp'.o,  y  le  dice  : 

— Mira,  has  sido  curado  ;  no  pe- 
ques ya  más,  no  sea  que  te  acaezca 
algo  peor. 

15  Se  fué  aquel  hombre  y  manifes- 
tó a  los  judíos  que  Jesús  era  el  que 
le  había  sanado.  18  Y  por  esto  per- 
seguían los  judíos  a  Jesús,  porque 
hacía  tales  cosas  en  sábado.  17  Mas 
Jesús  les  respondió  : 

— Mi  Padre  sigue  hasta  el  presente 
obrando,  y  yo  también  obro. 

15  Por  esto,  pues,  más  aún  preten- 
dían los  judíos  matarle,  porque  no 
sólo  violaba  el  sábado,  sino  también 
decía  ser  Dios  Padre  suyo,  hacién- 
dose a  sí  igual  a  Dios. 

Discurso  apologético  de  Jesús. 
5.  19-47 

Respondió,  pues,  Jesús  y  les  dijo  : 


mismo 


descubierto  (junto  a  la  iglesia  de  Santa  Ana)  los  restos  de  este  estanque,  que  no 
es  un  pentágono,  sino  un  rectángulo  rodeado  de  pórticos  con  un  quinto  pórtico 
transversal,  que  lo  divide  en  dos. 

3-4  Que  aguardaban...  :  la  autenticidad  de  esta  frase  y  de  todo  el  versículo  4  la 
ponen  en  duda  o  la  desechan  algunos  críticos  modernos.  Sin  motivo  suficiente.  Omi- 
ten este  fragmento  sólo  unos  pocos  códices,  excelentes,  pero  propensos  a  las  omisio- 
nes. Entre  los  Padres  lo  admiten  Taciano,  Tertuliano,  Dídimo,  San  Cirilo  de  Ale- 
jandría, San  Ambrosio,  San  Crisóstomo,  sin  que  uno  sólo  lo  deseche.  La  crítica 
interna  exige  la  autenticidad.  Los  cuatro  elementos  que  integran  el  fragmento  (la 
expectación  de  los  enfermos,  la  agitación  repentina  del  agua,  la  curación  de  sólo  el 
primero  que  entraba,  la  generalidad  de  las  enfermedades  curadas)  se  presuponen 
en  la  narración  que  sigue,  que  sin  ellos  resultaría  mutilada  e  inexplicable. 

17  Dice  Jesús  :  la  prohibición  de  trabajos  serviles  en  sábado  nada  tiene  que  ver 
con  la  acción  de'  Dios  Creador  y  conservador,  que  sigue  hasta  el  presente  obrando. 
Ksto  lo  admitían  los  judíos  ;  lo  que  rechazaban  era  que  la  obra  de  Jesús  perteneciese 
a  la  categoría  de  la  acción  divina  y  no  a  la  de  los  trabajos  serviles.  Jesús  ha  asen 
tado  un  antecedente,  la  igualdad  de  su  obra  con  la  obra  de  Dios,  del  cual  van  n 
sacar  los  judíos  una  consecuencia. 

18  Haciéndose  a  sí  igual  a  Dios:  la  consecuencia  era  perfectamente  lógica;  y  es 
para  nosotros  un  argumento  de  que  Jesús  se  presentaba  realmente  como  igual  a 
Dios.  Los  judíos  no  admitían  la  verdad  de  la  consecuencia,  porque  tampoco  admi- 
tían el  antecedente  asentado  por  Jesús.  Hay  que  tener  presente  esta  interpretación 
de  los  judíos  para  entender  la  apología  de  Jesús,  que  ni  retracta  el  principio  ni 
niega  la  consecuencia,  antes  ratifica  lo  uno  y  lo  otro. 

19-17  En  este  discurso  se  distinguen  tres  partes  principales:  ii  afirma  Jesús  su 
identidad  de  acción  y  su  comunión  de  vida  con  Dios  Padre,  y  su  oficio  de  juez 
universal  de  vivos  y  muertos;  2)  con  hábil  preterición  apoya  sus  afirmaciones  en  el 


—  216  — 


5  ¿0-30 


SAN  JUAN 


5  20-30 


si  no  lo  viere  hacer  al  Padre. 

Porque  cuanto  aquél  hace, 

esto  igualmente  hace  también  el  Hijo. 

20  Porque  el  Padre  ama  al  Hijo. 

y  le  muestra  todo  cuanto  El  hace, 

y  le  mostrará  mayores  obras  que  éstas, 

para  que  vosotros  os  maravilléis. 

a  Porque  como  el  Padre  resucita  a  los  muertos  y  los  vivifica, 

así  también  el  Hijo  a  los  que  quiere  vivifica. 

-  A  la  verdad,  el  Padre  no  juzga  a  nadie, 

sino  que  todo  el  juicio  lo  ha  entregado  al  Hijo, 

3  a  fin  de  que  todos  honren  al  Hijo 

lo  mismo  que  honran  al  Padre 

El  que  no  honra  al  Hijo 

no  honra  al  Padre,  que  le  envió. 

24  En  verdad,  en  verdad  os  digo 

que  el  que  escucha  mi  palabra  y  cree  al  que  me  envió, 

tiene  vida  eterna  y  no  incurre  en  sentencia  de  condenación, 

sino  que  ha  pasado  de  la  muerte  a  la  vida. 

23  En  verdad,  en  verdad  os  digo 

que  se  llega  la  hora,  y  es  ahora, 

cuando  los  muertos  oirán  la  voz  del  Hijo  de  Dios, 

y  los  que  la  oyeren  vivirán. 

"  Porque  como  el  Padre  tiene  vida  en  sí  mismo, 
así  también  dió  al  Hijo  tener  vida  en  sí  mismo  ; 
31  y  le  dió  poder  de  ejercer  juicio, 
por  cuanto  es  el  Hijo  del  hombre. 
28  No  os  maravilléis  de  esto, 

pues  llega  la  hora  en  que  todos  los  que  están  en  los  sepulcros 
oirán  su  voz,  29  y  saldrán  ; 

los  que  hubieren  obrado  el  bien,  para  resurrección  de  vida  ; 

los  que  hubieren  obrado  el  mal,  para  resurrección  de  condenación. 

50  No  puedo  yo  hacer  por  mí  mismo  nada  ; 

según  que  oigo,  doy  sentencia. 


cuádruple  testimonio  de  Juan  Bautista,  de  sus  propias  obras,  del  Padre  y  de  las 
Escrituras ;  31  señala  el  motivo  de  la  incredulidad  de  los  judíos,  que  es  su  am- 
bición de  gloria  mundana.  I.a  conclusión  es  trágicamente  irónica. 

B.No  puede...  :  no  por  impotencia  física,  sino  por  imposibilidad  metafísica,  por 
cuanto,  siendo  una  misma  la  acción  de  entrambos,  nada  puede  hacer  el  Hijo  que  no 
lo  haga  también  el  Padre.  En  esta  acción  común  corresponde  al  Padre  cierta  prio- 
ridad, no  cronológica  o  natural,  sino  lógica  o  de  origen.  !|  Si  no  lo  viere...  :  no 
quiere  decir  que  el  Hijo  necesita  ver  primero  lo  que  hace  el  Padre  para  hacerlo 
El  después — lo  cual  sería  opuesto  a  la  unidad  de  acción — ,  sino  que  el  Hijo  por  la 
misma  generación  recibe  del  Padre  su  pensamiento  o  sus  ideas,  míe.  siendo  unas 
mismas  en  ambos,  determinan  la  comunidad  de  acción.  Esta  prioridad  de  la  visión 
respecto  de  la  acción  prueba  que  la  generación  del  Hijo  se  realiza  intelectualmente 
o  por  vía  de  inteligencia.  I!  Esio  igualmente  :  es  decir,  lo  mismo  y  de  la  misma 
manera.  Tan  perfecta  y  divina  es  la  acción  del  Hijo  como  la  del  Padre. 

*  Le  muestra  :  le  comunica  su  pensamiento,  y  con  él  la  propia  naturaleza  y  om 
nipotencia. 

a  El  honor  debido  a  la  divinidad  no  podría  tributarse^AL  Hijo  1.0  mismo  que  ai 
Padre  si  el  Hijo  no  fuera  Dios  como  el  Padre. 
"  La  fe  es  principio  y  raíz  de  la  vida  eterna. 

28  Habla  Jesús  de  una  resurrección  presente  y  espiritual,  tránsito  de  la  muert* 
del  pecado  a  la  vida  de  la  gracia.  II  Tener  vida  en  si  mismo,  no  recibirla  de  fuera, 
es  propio  de  Dios ;  el  recibirla  inmanentemente  por  la  generación  es  propio  del 
Hijo.  Por  lo  primero  el  Hijo  se  distingue  de  las  creaturas  ;  por  lo  segundo,  del  Padre. 

28_2*  Aquí  habla  Jesús  de  la  resurrección  de  la  carne  al  fin  de  los  siglos.  Esta 
resurrección,  universal  y  simultánea,  será  doble:  una  de  vida,  otra  de  CONDENACIÓN. 
Esta  afirmación  del  divino  Maestro  desvanece  la  fantástica  suposición  de  una  previa 
resurrección  de  los  justos,  anterior  de  mil  años  a  la  resurrección  final,  como  imagi- 
naron  algunos  milenaristas. 


5  31-47 


SAN  JUAN 


5  31-47 


y  mi  sentencia  es  justa, 

porque  no  busco  yo  mi  voluntad, 

sino  la  voluntad  del  que  me  envió. 

"  Si  soy  yo  quien  da  testimonio  de  mí, 

mi  testimonio  no  es  verídico  ; 

83  otro  es  el  que  da  testimonio  de  mí, 

y  sé  que  es  verídico  el  testimonio  que  da  de  mí. 

33  Vosotros  enviasteis  una  delegación  a  Juan, 
y  él  dió  testimonio  a  favor  de  la  verdad  ; 

34  no  que  sea  un  hombre  de  quien  yo  recibo  el  testimonio, 
sino  digo  esto  para  que  vosotros  seáis  salvos. 

35  El  era  la  antorcha  que  ardía  y  brillaba, 

y  vosotros  quisisteis  por  un  instante  regocijaros  en  su  luz. 
m  El  testimonio  que  yo  tengo  es  mayor  que  el  de  Juan  ; 
porque  las  obras  que  el  Padre  me  dió  llevar  al  cabo, 
estas  mismas  obras  que  hago, 

testifican  acerca  de  mí  que  el  Padre  me  ha  enviado. 

37  Y  el  Padre,  que  me  envió, 

El  ha  dado  testimonio  acerca  de  mí. 

Ni  su  voz  habéis  oído  jamás,  ni  visto  su  aspecto, 

38  y  su  palabra  no  la  tenéis  permanente  en  vosotros, 
porque  a  quien  El  envió,  a  éste  vosotros  no  creéis. 

39  Escudriñad  las  Escrituras, 

ya  que  creéis  vosotros  poseer  en  ellas  la  vida  eterna  ; 
ahora  bien,  ellas  son  las  que  dan  testimonio  de  mí. 

40  ¡  Y  no  queréis  venir  a  mí  para  tener  vida  ! 

41  Gloria  de  los  hombres  yo  no  la  recibo  ; 

42  pero  os  conozco,  y  sé  que  no  tenéis  en  vosotros  el  amor  de  Dios. 

43  Yo  he  venido  en  el  nombre  de  mi  Padre,  y  no  me  recibís  ; 
si  otro  viniere  en  su  propio  nombre,  a  él  recibiréis. 

44  ¿  Cómo  podéis  vosotros  creer 

recibiendo  como  recibís  gloria  los  unos  de  los  otros, 
y  no  buscáis  la  gloria  que  viene  del  único  Dios  ? 

45  No  penséis  que  os  voy  a  acusar  delante  del  Padre  ; 
hay  quien  os  acusa,  Moisés, 

en  quien  vosotros  tenéis  puesta  la  confianza. 

"  Porque  si  creyerais  a  Moisés,  me  creyerais  a  mí, 

ya  que  de  mí  escribió  él. 

47  Pero  si  no  creéis  a  sus  escritos, 

¿  cómo  vais  a  creer  a  mis  palabras  ? 


83-30  Testimonio  de  Juan  :   suficiente,  pero  no  el  principal. 
M  Testimonio  irrecusable  de  las  obras  divinas. 

17  38  Testimonio  del  Padre,  dado  en  el  bautismo  junto  al  Jordán. 

"Testimonio  de  las  Escrituras.  ||  Escudriñad...:  en  vez  del  imperativo,  admitido 
casi  unánimemente  por  los  Santos  Padres  y  por  los  expositores  antiguos,  los  mo- 
dernos prefieren  generalmente  el  indicativo  «escudriñáis».  Con  razón  advierte  Mal- 
donado  que  precisamente  en  el  imperativo  está  tía  fuerza  del  testimonio  y  la 
gracia  del  razonamiento».  Si  fuera  indicativo,  el  pronombre  vosotros  debería  co 
locarse  antes  de  él,  como  se  hace  poco  antes  en  los  versículos  33  y  35. 

4e~"  El  testimonio  del  Maestro  a  favor  de  la  autenticidad  mosaica  del  Pentateuco 
es  claro  y  definitivo.  ¿  Qué  representan  frente  a  él  las  negaciones  de  los  racionalistas 
o  las  vacilaciones  o  medias  tintas  de  algunos  críticos  católicos? 


—  218  — 


61-n 


SAN  JUAN 


6  12-20 


Primera  multiplicación  de  los  panes. 
6,  1-15  (  =  Mt.  14,  13-23  =Mc.  6,30-46 
=  Lc.  9,  10-17) 

z:  1  Tras  esto  se  fué  Jesús  a  la  otra 
0  banda  del  mar  de  Galilea  o  de 
Tiberíades.  -  Seguíale  gran  muche- 
dumbre, porque  veían  los  prodigios 
que  obraba  en  los  enfermos.  3  Subió 
al  monte  Jesús,  y  allí  se  sentó  con 
sus  discípulos.  4  Estaba  cerca  la  Pas- 
cua, la  fiesta  de  los  judíos.  5  Alzan- 
do, pues,  los  ojos  Jesús  y  viendo  que 
viene  a  El  gran  muchedumbre,  dice 
a  Felipe  : 

— ¿  De  dónde  vamos  a  comprar  pa- 
nes para  que  coman  éstos  ? 

*  Esto  decía  para  probarle,  que  bien 
sabía  El  lo  que  iba  a  hacer.  '  Res- 
pondióle Felipe  : 

— Con  doscientos  denarios  no  tie- 
nen suficientes  panes  para  que  cada 
uno  tome  un  bocado. 

"  Dícele  uno  de  sus  discípulos,  An- 
drés, el  hermano  de  Simón  Pedro  : 

9  — Hay  un  muchachuelo  aquí  que 
tiene  cinco  panes  de  cebada  y  dos 
pescadillos  ;  pero  eso,  ¿  qué  es  para 
tantos  ? 

10  Dijo  Jesús  : 

— Haced  que  los  hombres  se  colo- 
quen en  el  suelo. 

Había  mucha  hierba  en  aquel  lu- 
gar. Se  colocaron,  pues,  los  varones, 
en  número  como  unos  cinco  mil.  11  To- 
mó, pues,  los  panes  Jesús,  y,  ha- 
biendo dado  gracias,  los  distribuyó 


entre  los  que  estaban  recostados,  y 
asimismo  de  los  pescadillos  cuanto 
querían.  ,:  Y  cuando  se  hubieron  sa- 
ciado, dice  a  sus  discípulos  : 

— Recoged  los  pedazos  sobrantes, 
para  que  nada  se  pierda. 

13  Recogiéronlos,  pues,  y  llenaron 
doce  canastos  con  los  pedazos  de  los 
cinco  panes  de  cebada  que  sobraron 
a  los  que  habían  comido. 

14  Los  hombres,  pues,  al  ver  el  pro- 
digio que  había  obrado,  decían  :  que 

— Este  es  verdaderamente  el  pro- 
feta que  ha  de  venir  al  mundo. 

15  Jesús,  pues,  conociendo  que  iban 
a  venir  y  arrebatar  de  El  para  ha- 
cerle rev,  se  retiró  de  nuevo  al  mon- 
te El  solo. 


Camina  Jesús  sobre  las  agitas.  6,  16-21 
(=Mt.  14,  24-33  =Mc.  6,  47-52) 

16  Cuando  se  hizo  tarde,  bajaron  sus 
discípulos  al  mar,  "  y  subiendo  en 
la  barca,  se  iban  a  la  otra  banda  del 
mar  hacia  Cafarnaúm.  Y  se  había 
hecho  ya  oscuro,  y  todavía  Jesús  no 
había  venido  a  ellos  ;  18  y  la  mar, 
con  el  gran  viento  que  soplaba,  se 
iba  encrespando.  19  Y  cuando  hubie- 
ron avanzado  como  unos  veinticinco 
o  treinta  estadios,  ven  a  Jesús  ca- 
minando sobre  el  mar  y  acercándo- 
se a  la  barca,  y  se  asustaron.  50  Pero 
El  les  dice  : 


61  A  la  otra  banda  :  a  la  ribera  nordeste,  cerca  de  la  desembocadura  del  Jordán  en 
el  lago,  no  lejos  de  Betsaida  Julias. 

3  Subió  al  monte  :  a  alguna  de  las  colinas  vecinas  a  la  llanura  El-Batiha. 

6-13  Son  dignas  de  notarse  algunas  circunstancias  de  esta  narración.  Su  diafanidad 
y  viveza  delatan  la  mano  de  un  testigo  de  vista.  Aunque  tan  diferente  de  las  na- 
rraciones paralelas  de  los  Sinópticos,  la  harmonización  con  ellas  es  obvia  y  espon- 
tánea. Pero  lo  más  notable  es  que  de  todos  los  milagros  narrados  por  los  Sinópticos 
sea  éste  el  único  reproducido  por  San  Juan,  110  obstante  su  empeño  en  evitar 
repeticiones.  La  razón  de  esta  singularidad  hay  que  buscarla  en  el  simbolismo 
eucarístico  de  esta  multiplicación  de  los  panes,  que  prepara  el  discurso  eucarístico 
que  sigue  poco  después.  Si  este  discurso  se  tuvo  en  sábado,  como  parece,  la  mul- 
tiplicación de  los  panes,  separada  de  él  por  un  día  intermedio,  hubo  de  ser  el 
jueves  por  la  tarde  :  como  la  institución  de  la  Eucaristía. 

1+15  Si  consoló  a  Jesús  el  que  aquella  turba  le  reconociese  como  el  profeta  que 
ha  de  venir  al  mundo,  sus  propósitos  descabellados  de  arrebatar  de  él  para  hacerle 
rey  le  dejaron  profundamente  desolado.  Aquella  pobre  gente,  fuera  de  sí  por  la 
doble  sobreexcitación  del  milagro  y  la  fiesta  nacional  que  iban  a  celebrar,  concibió 
la  idea  de  inaugurar,  con  Jesús  a  la  cabeza,  el  suspirado  reino  mesiánico  de  bienan- 
danzas terrenas  y  materiales. 

a  El  gran  viento  que  soplaba  :  sería  el  N.  o  NO.,  que  les  era  contrario  (Mt  14  "4  : 
Me.  6,  48). 

"Veinticinco  o  treinta  estadios:  unos  cinco  kilómetros.  La  travesía  directa  era  de 
unos  siete  u  ocho  kilómetros  ;  pero  desviados  hacia  el  S.  por  el  viento  contrario,  se 
hallarían  entonces  literalmente  «en  medio  del  mari  (Me.  6,  47).  La  distancia  má- 
xima de  las  riberas  occidental  y  oriental,  en  la  parte  central,  es  de  unos  11  kiló- 
metros y  medio. 


—  219  — 


6  21-32 


SAN  JUAN 


6  24  35 


— Soy  yo,  no  tengáis  miedo. 

a  Querían,  pues,  recogerle  en  la 
barca,  y  en  breve  se  halló  la  barca 
junto  a  la  tierra  a  la  cual  iban. 


La  muchedumbre  vuelve  a  Cafar- 
naúm  en  busca  de  Jesús.  6,  22-24 


~  Al  día  siguiente,  la  muchedum- 
bre que  estaba  al  otro  lado  del  mar 
echó  de  ver  que  no  había  allí  otra 
lancha,  sino  una,  y  que  Jesús  no  ha- 
bía entrado  en  la  barca  junto  con  sus 
discípulos,  sino  que  los  discípulos  se 
habían  marchado  solos.  23  Otras  lan- 


chas llegaron  de  Tiberíades  cerca  del 
lugar  donde  habían  comido  el  pan, 
después-  que  hubo  dado  gracias  el 
Señor.  24  Cuando  vió,  pues,  la  turba 
que  ni  Jesús  ni  sus  discípulos  esta- 
ban allí,  subieron  ellos  a  las  lanchas 
y  se  dirigieron  a  Cafarnaúm  en  bus- 
ca de  Jesús. 


El  pan  de  Dios.  6,  25-33 

a  Habiéndole  hallado  al  otro  lado 
del  mar,  le  dijeron  : 

— Maestro,  ¿cuándo  has  venido 
acá  ? 

Respondióles  Jesús  y  dijo  : 


En  verdad,  en  verdad  os  digo  :  me  buscáis 

no  porque  visteis  señales  maravillosas, 

sino  porque  comisteis  de  los  panes  y  os  hartasteis. 

Trabajad  no  por  el  manjar  que  perece, 
sino  por  el  que  dura  hasta  la  vida  eterna, 
el  que  os  da  el  Hijo  del  hombre  ; 

porque  a  éste,  el  Padre,  Dios  mismo,  acreditó  con  su  sello. 


*  Dijéronle,  pues  : 

— ¿Qué  hemos  de  hacer  para  obrar 
las  obras  de  Dios  ? 

Respondió  Jesús  y  les  dijo  : 

— Esta  es  la  obra  de  Dios  :  que 
creáis  en  aquel  a  quien  El  envió. 

30  Le  dijeron,  pues  ; 

— ¿  Qué  señal,  pues,  haces  tú  pa- 
ra que  lo  veamos  y  creamos  en  ti  ? 
¿  Cuál  es  tu  obra  ?  31  Nuestros  pa- 
dres comieron  el  maná  en  el  desier- 
to, según  que  está  escrito  (Sal.  77, 
24)  :  «Pan  venido  del  cielo  les  dió 
a  comer.» 

32  Dijoles,  pues,  Jesús  : 


— En  verdad,  en  verdad  os  digo  : 
no  fué  Moisés  quien  os  dió  el  pan 
bajado  del  cielo,  sino  mi  Padre  es 
quien  os  da  el  pan  verdadero,  que 
viene  del  cielo  ;  33  porque  el  pan  de 
Dios  es  el  que  desciende  del  cielo  v 
da  vida  al  mundo. 


«Yo  soy  el  pan  de  la  vida».  6,  34-47 

"*'  Dijéronle,  pues  : 

—Señor,  danos  siempre  ese  pan. 

33  Díceles,  pues,  Jesús  : 


--Al  día  siguiente:  el  viernes,  que  siguió  a  la  multiplicación  de  los  panes.  ||  Ai. 
OIRO  lado  del  mar  :  en  la  llanura  de  El-I)atiha,  donde  se  obró  la  multiplicación. 

25  Habiéndole  hallado  :  pudo  ser  el  viernes  por  la  tarde  o  el  silbado  por  la  mañana 
antes  de  ir  al  oficio  sabático  de  la  sinagoga. 

25-53  Este  diálogo,  preludio  de  la  gran  promesa  eucarfstica,  anuncia  ya  los  dos 
motivos  fundamentales  :  Jesús,  pan  de  Dios  ;  necesidad  de  la  fe  para  recibir  este  pan. 

30  i  Qué  señal...?  Olvidados  de  sus  entusiasmos  por  la  multiplicación  de  los  panes, 
piden  ahora,  en  vez  del  pan  de  cebada,  pan  del  cielo,  es  decir,  que  se  repita  el 
milagro  del  maná. 

aa-33  rjos  cosas  responde  Jesús  :  1)  que  el  maná  no  se  lo  dió  Moisés,  sino  Dios  ; 
2)  que  el  pan  que  ahora  les  ofrece  Dios  es  incomparablemente  superior  a!  maná. 

J1-'7  Se  precisa  y  desarrolla  el  doble  tema  fundamental  anunciado  anteriormente  : 
1)  se  ofrece,  veladamente  aún,  el  pan  eucarístico ;  2)  se  recalca  hasta  tres  veces,  al 
principio,  al  medio  y  al  fin,  la  necesidad  de  la  fe. 

35  Yo  soy  el  pan  de  la  vida:  antes  de  explanar  este  pensamiento  fundamental,  lo 
encuadra  Jesús  en  el  marco  de  la  providencia  sobrenatural  de  Dios.  Dios  tiene  su 
plan,  su  VOLUNTAD  :  enviar  a  su  Hijo  y  atraer  a  El  todos  los  hombres,  para  que  El, 
que  es  pan  de  vida,  les  dé  la  vida  eterna.  Mas  el  hombre,  por  su  parte,  para  al- 
canzar la  vida  ha  de  creer  en  el  Hijo  y  aceptar  rendidamente  sus  palabras.  Tal  es 
la  conexión  de  la  fe  con  la  Eucaristía,  que  es  el  «misterio  de  la  fe». 


—  220  — 


36-42 


SAN  JUAN 


6  43-52 


Yo  soy  el  pan  de  la  vida  ; 

el  que  viene  a  mí  no  padecerá  hambre, 

y  el  que  cree  en  mí  no  padecerá  sed  jamás. 

58  Pero  ya  os  dije  que  me  habéis  visto,  y  no  creéis. 

"Todo  lo  que  me  da  el  Padre  vendrá  a  mí, 

y  al  que  viniere  a  mí  no  le  echaré  fuera, 

38  pues  he  bajado  del  cielo  no  para  hacer  mi  propia  voluntad, 
sino  la  voluntad  del  que  me  envió. 

39  Y  ésta  es  la  voluntad  del  que  me  envió  : 
que  de  todo  lo  que  me  dió  no  pierda  nada, 
sino  que  lo  resucite  en  el  último  día. 

40  Porque  ésta  es  la  voluntad  de  mi  Padre  : 

que  todo  el  que  ve  al  Hijo  y  cree  en  él,  tenga  vida  eterna 
y  le  resucite  yo  en  el  último  día.. 


a  Murmuraban,  pues,  los  judíos  de 
El,  porque  había  dicho  :  «Yo  soy  el 
pan  bajado  del  cielo»,  42  y  decían  : 

— ¿  No  es  éste  Jesús,  el  hijo  de  Jo- 


sé, cuyo  padre  y  cuya  madre  nos- 
otros conocemos  ?  ¿  Cómo  dice  aho- 
ra :  «He  bajado  del  cielo»  ? 
43  Respondió  Jesús  y  les  dijo  : 


No  murmuréis  entre  vosotros. 

44  Nadie  puede  venir  a  mí  si  no  le  trajere  el  Padre,  que  me  envió  ; 
v  yo  le  resucitaré  en  el  último  día. 

45  Está  escrito  en  los  profetas  (Is.  54,  13  ;  Jer.  31,  33-34!  : 
«Y  serán  todos  enseñados  por  Dios.» 

Todo  el  que  oye  al  Padre  y  recibe  sus  enseñanzas,  viene  a  mí. 

46  No  que  al  Padre  le  haya  visto  alguien  ; 
sólo  el  que  viene  de  parte  de  Dios, 

ése  es  el  que  ha  visto  al  Padre. 

41  En  verdad,  en  verdad  os  digo  :  el  que  cree,  tiene  vida  eterna. 


Mi  carne  es  verdadero  manjar.  6,  48-59 


48  Yo  soy  el  pan  de  la  vida. 

40  Vuestros  padres  en  el  desierto  comieron  el  maná,  y  murieron  ; 

50  éste  es  el  pan  que  baja  del  cielo, 

para  que  quien  comiere  de  él  no  muera. 

il  Yo  soy  el  pan  viviente,  el  que  del  cielo  ha  bajado  ; 

83  quien  comiere  de  este  pan  vivirá  eternamente, 


4*'59  Dos  órdenes  de  consideraciones  sugiere  este  pasaje  capital  :  unas  dogmática?, 
otras  ascético-místicas. 

Desde  el  punto  de  vista  dogmático,  las  declaraciones  de  Jesús  sobre  la  presencia 
real  de  su  cuerpo  y  de  su  sangre  en  la  Eucaristía  no  pueden  ser  más  explícitas 
y  categóricas.  Para  apreciar  toda  la  fuerza  de  estas  declaraciones  hay  que  notar 
que  se  desenvuelven  en  dos  ciclos,  separados  por  las  protestas  de  los  judíos.  En 
el  primer  ciclo  dice:  Yo  soy  el  pan  de  la  vida...  Quien  comiere  de  este  pan,  vivirá 
eternamente...  El  pan  que  yo  daré  es  mi  carnl.  Las  palabras  son  claras,  y  los  judíos 
las  entienden  como  suenan,  en  sentido  propio,  sin  metáforas ;  y  se  escandalizan, 
protestan.  Ante  semejante  actitud  protestante,  ¿qué  hace  Jesús?  ¿Atenúa  sus  pa- 
labras ?  ¿  Las  explica  en  sentido  metafórico  ?  Todo  lo  contrario.  Al  comer  de  la 
carne  agrega  el  beber  de  la  sangre  :  El  que  come  mi  carne  y  bebe  mi  sangre,  tiene 
vida  eterna.  Y  para  que  todos  entiendan  que  no  habla  de  comida  y  bebida  metafórica, 
añade  :  Porque  mi  carne  es  verdadero  manjar  y  mi  sangre  verdadera  bebida.  No 
hay  que  olvidar  el  escándalo  y  las  protestas  que  separan  los  dos  ciclos  de  las  de- 
claraciones. Si  en  el  primero  hablara  Jesús  metafóricamente,  el  medio  de  deshacer 
el  escándalo  era  bien  sencillo,  era  el  único  medio:  explicar  la  metáfora  o  repetir 
la  misma  enseñanza  sin  metáforas.  Pero  hace  todo  lo  contrario.  Más  aún,  al  decir 
verdadero  manjar  y  verdadera  bebida  excluye  positivamente  la  metáfora.  Debieran 
reflexionar  los  protestantes  la  tremenda  consecuencia  de  su  interpretación  metafó- 
rica. Si  Jesús  habla  metafóricamente,  y,  sin  embargo,  deliberadamente  y  de  propó- 
sito habla  de  manera  cue  los  judíos  no  puedan  entender  la  metáfora,  toda  la  respon- 
sabilidad del  escándalo  y  de  la  incredulidad  de  los  judíos  recaería  sobre  el  divino 


6  53-61 


SAN  JUAN 


6  62-64 


y  el  pan  que  yo  daré  es  mi  carne  por  la  vida  del  mundo. 

w  Se  peleaban,  pues,  entre  sí  los  judíos,  diciendo  : 

— ¿  Cómo  puede  éste  darnos  a  comer  su  carne  ? 

51  Díjoles,  pues,  Jesús  : 

En  verdad,  en  verdad  os  digo  : 

si  no  comiereis  la  carne  del  Hijo  del  hombre  y  bebiereis  su  sangre, 
no  tenéis  vida  en  vosotros. 

M  El  que  come  mi  carne  y  bebe  mi  sangre,  tiene  vida  eterna, 

y  yo  le  resucitaré  en  el  último  día. 

™  Porque  mi  carne  es  verdadero  manjar, 

v  mi  sangre  es  verdadera  bebida. 

s'  El  que  come  mi  carne  y  bebe  mi  sangre, 

en  mí  permanece  y  yo  en  él. 

M  Como  es  fuente  de  vida  el  Padre,  que  me  envió,  y  yo  vivo  del  Padre, 

así  quien  me  come  a  mí,  también  él  vivirá  de  mí. 

59  Este  es  el  pan  que  bajó  del  cielo  : 

no  como  le  comieron  los  padres,  y  murieron  ; 

el  que  come  este  pan  vivirá  eternamente. 


Efectos  del  sermón  cucarístico  en 
los  oyentes.  6,  60-72 

u0Esto  dijo  en  Cafarnaúm,  enseñan- 
do en  la  sinagoga.  61  Muchos,  pues, 
de  los  discípulos,  que  lo  oyeron,  di. 
jeron  : 

— Duro  es  este  lenguaje.  ¿Quién 
sufre  el  oírlo  ? 


62  Sabiendo  Jesús  por  sí  mismo  que 
sus  discípulos  murmuraban  de  esto, 
les  dijo  : 

— ¿Esto  os  escandaliza?  63  ¿Qué  si 
viereis  al  Hijo  del  hombre  subir  a 
donde  estaba  primero  ?  M  El  Espíritu 
es  el  que  vivifica  ;  la  carne  de  nada 
aprovecha.  Las  palabras  que  yo  os 
he  hablado  son  Espíritu  y  son  vida. 


Maestro.  ¡Como  si  el  Hijo  de  Dios  hubiera  venido  a  perder  las  ovejas  de  la  casa 
de  Israel ! 

Desde  el  punto  de  vista  ascético-místieo,  son  regalados  los  frutos  de  la  Eucaristía  : 
dos  frutos  mas  generales,  dos  más  particulares.  Más  generales  son  :  la  vida  eterna, 
iniciada  con  la  gracia  y  consumada  con  la  gloria,  y  la  resurrección  de  la  carne 
en  el  último  día.  Más  regalados  son  los  frutos  particulares,  que  sólo  en  la  vida 
mística  hallan  su  pleno  desenvolvimiento.  El  primero  es  :  El  que  come  mi  carne  y 
bebe  mi  sangre,  en  mí  PERMANECE  Y  yo  en  Él..  Es  la  mutua  inmanencia  del  hombre 
en  Cristo  y  de  Cristo  en  el  hombre,  análoga  a  la  inmanencia  o  circumincesión  de  las 
personas  divinas  en  el  seno  de  la  augusta  Trinidad.  El  segundo  es:  Como  yo 
vivo  del  Padre,  así  quien  me  come  a  mí,  también  él  vivirá  de  mí.  Que  es  decir  :  como 
yo  recibo  y  vivo  la  vida  misma  del  Padre,  así  quien  me  come  recibirá  y  vivirá  mi 
misma  vida.  Estos  dos  efectos  particulares  están  en  función  de  la  unidad  y  de  la 
vida  del  cuerpo  místico  de  Cristo,  cuya  unidad  estrechan,  cuya  vida  intensifican.  La 
Eucaristía  es  con  singular  propiedad  el  sacramento  del  cuerpo  místico. 

"2-04  ¿  Esto  os  escandaliza  ?  Dos  parece  que  fueron  los  motivos  de  este  escándalo  : 
1)  el  que  anteriormente  expresaron  cuando  dijeron:  ¿Cómo  dice  ahora  cHe  bajado 
del  ciei.Oj  ?  ;  2)  el  que  declararon  después  entre  protestas  :  ¿  Cómo  puede  éste  darnos 
a  comer  su  carne  ?  A  los  dos  motivos  de  escándalo  responde  Jesús.  Al  primero, 
cuando  dice  :  ¿  Qué,  si  viereis  al  Hijo  del  hombre  subir  a  donde  estaba  primero  ? 
El  hecho  de  la  ascensión  a  los  cielos  será  una  prueba  convincente  de  la  previa 
descensión.  Para  entender  la  respuesta  al  segundo  motivo  de  escándalo  conviene  tener 
presentes  las  tres  maneras  como  se  han  interpretado  las  palabras  del  Maestro  : 
i)  metafóricamente,  despojándolas  de  su  propio  sentido,  como  lo  han  hecho  muchos 
protestantes ;  2)  real,  pero  espiritualmente,  como  lo  hacen  los  católicos ;  3)  real, 
pero  grosera  y  earnalmente,  como  lo  hicieron  los  cafarnaítas,  imaginándose  que  el 
Señor  iba  a  darles  materialmente  a  comer  sus  carnes  cuales  ellos  las  veían  con  sus 
ojos.  A  la  interpretación  protestante,  irreal  y  desvaída,  ya  ha  contestado  Jesús. 
Ahora  contesta  a  la  interpretación  cafarnaíta,  burdamente  materialista,  diciendo  : 
Ei.  Espíritu  es  el  que  vivifica,  la  carne  de  nada  aprovecha.  Asegurada  antes  la  in- 
terpretación real,  recalca  ahora  la  interpretación  espiritual.  La  carne  sola,  y  ear- 
nalmente comida,  dice,  de  nada  aprovecharía  ;  lo  que  aprovecha  es  el  Espíritu  que 
con  la  carne  os  comunico.  La  divinidad  de  Cristo  y  el  Espíritu  Santo,  cuya  pleni- 
tud El  posee  y  comunica  a  los  hombres,  es  lo  que  da  eficacia  vital  y  espiritual  a 
la  carne  eucarística.  Ni  sólo  el  Espíritu  ni  sola  la  carne,  sino  el  Espíritu  vincu'ado 
a  la  caí  ne,  o  la  carne  como  vehículo  del  Espíritu.  En  este  sentido  prosigue  :  Las 

—  222  — 


6  65-72 


SAN  JUAN 


•  Pero  es  que  hay  algunos  de  entre 
vosotros  que  no  creen. 

Porque  sabía  Jesús  desde  un  prin- 
cipio quiénes  eran  los  que  no  crefan 
y  quién  era  el  que  le  había  de  en- 
tregar. w  Y  decía  : 

— Por  esto  os  he  dicho  que  nadie 
puede  venir  a  mí  si  no  le  fuere  con- 
cedido por  mi  Padre. 

61  Desde  este  momento,  muchos  de 
sus  discípulos  volvieron  atrás,  y  no 
andaban  ya  en  su  compañía.  65  Dijo, 
pues,  Jesús  a  los  Doce  : 

— ¿Acaso  también  vosotros  queréis 
marcharos  ? 

*•  Respondióle  Simón  Pedro  : 

— Señor,  ¿  a  quién  iremos  ?  Tú  tie- 
nes palabras  de  vida  eterna,  ™  y  nos- 
otros hemos  creído  y  conocido  que 
tú  eres  el  Santo  de  Dios. 

"  Respondióles  Jesús  : 

— ¿Por  ventura  no  os  he  elegido 
yo  a  los  doce  ?  Sin  embargo,  de  vos- 
otros uno  es  diablo. 

75  Hablaba  de  Judas,  hijo  de  Simón 
Iscariote,  porque  éste  era  quien  le 
había  de  entregar,  con  ser  uno  de 
los  Doce. 


En  ¡a  fiesta  de  los  Tabernáculos : 
sube  Jesús  a  Jerusalén.  -,  i-io 

n  1  Y  tras  esto  andaba  Jesús  por 
'  Galilea,  pues  no  quería  andar 
por  la  Judea,  puesto  que  le"  busca- 
ban los  judíos  para  matarle. 

2  Se  aproximaba  la  solemnidad^  de 
los  judíos,  la  Escenopegia.  3  Así  le 
dijeron  sus  hermanos  : 

—Parte  de  aquí  y  dirígete  a  la  Ju- 
dea, para  que  también  tus  discípu- 
los vean  esas  obras  que  haces.  4  Por- 
que nadie  hace  las  cosas  ocultamen- 
te si  quiere  adquirir  publicidad.  Ya 
que  esas  cosas  haces,  manifiéstate  al 
mundo. 

s  El  caso  era  que  ni  siquiera  sus 
hermanos  creían  en  El.  6  Díceles, 
pues,  Jesús  : 

— MÍ  tiempo  todavía  no  ha  llega- 
do ;  vuestro  tiempo  siempre  está  a 
punto.  7  No  puede  el  mundo  aborre- 
ceros, pero  a  mí  me  aborrece,  por- 
que doy  testimonio  de  él  que  sus 
obras  son  perversas.  8  Vosotros  su- 
bid a  la  fiesta  ;  yo  no  subo  a  esta 
fiesta,  porque  mi  tiempo  todavía  no 
se  ha  cumplido. 

"  Habiéndoles  dicho  esto,  se  que- 


PALABRAS  QUE  YO  OS  HE  HABLADO  SON  ESPÍRITU  Y  SON  VIDA.   «Son  Espíritu*  no  significa 

■se  han  de  entender  en  sentido  místico  o  alegórico»,  sino  más  bien  tcontienen  en 
sí  una  realidad  superior  a  la  realidad  de  la  carne  y  de  la  materia».  Para  hacer  más 
creíble  esta  realidad  espiritual  de  la  Eucaristía  preparó  Jesús  su  primer  anuncio 
y  promesa  con  dos  milagros  profundamente  simbólicos  :  la  multiplicación  de  los 
panes  y  el  caminar  sobre  las  ondas  del  mar  :  doble  ostentación  de  su  dominio 
soberano  sobre  las  leyes  del  mundo  material. 

10  Hemos  creído  y  conocido  :  magnífica  expresión  de  la  fe  de  Pedro,  preludio  de 
la  otra  confesión  de  fe,  que  le  merecerá  el  primado  sobre  toda  la  Iglesia.  La  yuxta- 
posición de  las  dos  palabras  «creído  \-  conocido»  nos  enseña  que  la  fe  no  es  un 
sentimiento  ciego  del  corazón,  sino  un  acto  consciente  de  la  inteligencia,  como  ha 
enseñado  la  Iglesia  contra  el  sentimentalismo  protestante  o  modernista. 

7*  No  quería  andar  por  la  Judea  :  este  año  Jesús  no  fué  a  Jerusalén  para  ce'e- 
brar  la  Pascua.  La  hipótesis  de  algunos  modernos  que  colocan  en  este  lugar  el 
milagro  de  la  piscina  de  Bethesda  se  basa  en  otra  hipótesis  :  la  inversión  de  los 
capítulos  5  y  b ;  hipótesis  destituida  de  todo  fundamento  documental,  arbitraria- 
mente creada  y  aceptada  para  poder  reducir  con  menos  inverosimilitud  a  dos  años 
la  vida  pública  de  Jesús.  Es  sintomática  la  facilidad  con  que  ha  cundido  esa  hi- 
pótesis indocumentada. 

-  La  Escenopegia  :  se  llamaba  también  fiesta  de  los  Tabernáculos,  y  duraba 
ocho  días,  desde  el  15  al  22  del  séptimo  mes  (Tishrí  =  septiembre-octubre'.  Durante 
estos  días  habitaban  los  judíos  en  chozas  de  ramaje,  para  recordar  y  en  cierta  ma- 
nera reproducir  el  modo  como  habían  vivido  sus  padres  bajo  tiendas  por  espacio  de 
cuarenta  años  en  el  desierto. 

2  Sus  hermanos  :  algunos  de  sus  parientes,  que  todavía  no  creían  en  El. 
11  Mi  tiempo  todavía  no  ha  llegado  :  el  tiempo  de  entrar  en  Jerusalén  con  la  os- 
tentación que  deseáis.   Llegó  este  tiempo  cuando  el  domingo  de  Ramos  entró  el 
Señor  como  Rey  en  la  ciudad,  mas  para  morir  en  ella. 

8  Yo  no  subo  A  esta  fiesta  :  por  varias  razones  pudo  decir  el  Señor  con  toda 
verdad  que  no  subía  a  la  fiesta,  aunque  después,  de  hecho,  subió.  Prescindiendo  de 
que  no  asistió  a  la  solemnidad  del  primer  día,  quiso  decir  que  no  subía  entonces 
en  compañía  de  ellos  y  del  modo  y  con  el  fin  que  ellos  le  proponían.  La  otra 
variante  «yo  todavía  no  subo»,  si  no  es  auténtica,  es  una  excelente  glosa. 


7  10-12 


SAN  JUAN 


7  13-21 


dó  en  Galilea.  10  Mas  cuando  hubie- 
ron subido  sus  hermanos  a  la  fiesta, 
entonces  también  El  subió,  no  ma- 
nifiestamente, sino  de  incógnito. 

Sube  Jesús  al  templo,  donde  enseña. 
7,  "-29 

11  Así  que  los  judíos  le  buscaban 
durante  la  fiesta  y  decían  : 

— ¿  Dónde  está  aquél  ? 

12  Y  había  sobre  El  mucho  mur- 
murio en  las  turbas.  Unos  decían  : 


— Es  bueno. 
Mas  otros  decían  : 
— No,  sino  que  embauca  a  la  mul- 
titud. 

u  Nadie,  empero,  hablaba  de  El  pú- 
blicamente por  miedo  a  los  judíos. 

"  Cuando  ya  la  fiesta  estaba  a  la 
mitad,  subió  Jesús  al  templo  y  en- 
señaba. 15  Se  maravillaban  los  judíos, 
diciendo  : 

— i  Cómo  éste  sabe  de  letras,  sin 
haberlas  aprendido? 

™  Respondióles ,  pues  ,  Jesús ,  di- 
ciendo : 


Mi  doctrina  no  es  mía,  sino  de  aquel  que  me  envió. 

17  Quien  quisiere  cumplir  su  voluntad, 
conocerá  si  mi  doctrina  es  de  Dios 

o  si  yo  hablo  por  mi  propia  cuenta. 

18  El  que  habla  por  su  cuenta,  busca  su  propia  gloria  ; 
mas  quien  busca  la  gloria  del  que  le  envió, 

éste  es  veraz  y  no  hay  en  él  injusticia. 

"  ¿  Por  ventura  no  tenéis  la  ley  que  os  dió  Moisés  ? 

Y  nadie  de  vosotros  cumple  la  ley. 

20  ¿  Por  qué  tratáis  de  matarme  ? 

Respondió  la  turba  : 

— Endemoniado  estás  ;  ¿  quién  trata  de  matarte  ? 
*  Respondió  Jesús  y  les  dijo  : 

10  No  manifiestamente,  sino  de  incógnito  :  estas  declaraciones  no  pueden  refe- 
rirse al  viaje  de  que  habla  San  Lucas  (9,  51-52).  Consiguientemente,  el  viaje  men- 
cionado por  San  Lucas  no  puede  ser  el  que  ahora  emprende  Jesús  a  la  fiesta  de 
los  Tabernáculos,  sino  otro  posterior,  que  no  puede  ser  otro  que  el  viaje  a  la 
fiesta  de  la  Dedicación.  Sobre  esta  base  hay  que  construir  la  harmonía  evangélica 
de  este  último  período  de  la  vida  pública  de  Jesús. 

13  Nadie...  hablaba  de  El  públicamente  :  ni  en  pro  ni  siquiera  en  contra,  por  no 
contravenir  a  la  conjura  del  silencio.  II  Los  judíos:  los  jefes  o  diri"entes.  Ks  fre- 
cuente en  San  Juan  este  sentido  restrictivo  y  peyorativo  de  la  palabra. 

15  Era  un  enigma,  para  los  escribas  principalmente,  la  ciencia  escriturística  de 
Jesús.  Sabían  ellos  muy  bien,  como  quienes  se  habían  alzado  con  el  monopolio  rie- 
la ciencia  (Le.  n,  52),  que  sin  frecuentar  sus  escuelas  nadie  alcanzaba  el  conoci- 
miento de  las  Escrituras.  Y  Jesús  las  conocía  a  fondo,  y  no  las  había  aprendido  en 
sus  escuelas.   ¿  Cómo  ?   ¿  Dónde  ? 

16  Mi  doctrina  no  es  mía  :  esta  respuesta  va  derecha  al  blanco.  Como  quien  dice  : 
<  Queréis  saber  de  quién  aprendí  lo  que  sé  ?  No  de  ninguno  de  vuestros  maestros, 
sino  de  aquel  que  me  envió,  de  Dios,  como  bien  entendieron  ellos. 

17  Quien  quisiere  cumplir  su  voluntad,  conocerá...:  sentencia  profundísima,  pero 
que  hay  que  entender  en  su  justo  sentido.  Dice  Jesús  que  el  sincero  'deseo  de  cum- 
plir la  divina  voluntad  es  condición  indispensable  para  conocer  el  origen  divino  de 
su  doctrina  ;  pero  no  que  esta  sinceridad  subjetiva  sea  el  principio  de  semejante 
conocimiento.  El  principio  o  motivo  de  este  conocimiento  es  objetivo  y  aseauible 
directamente  a  la  inteligencia  :  son  principalmente  los  milagros  obrados  por  Cristo 
y  las  profecías  cumplidas  en  Cristo  ;  sólo  que,  para  que  los  rayos  de  la  verdad  ob- 
jetiva lleguen  a  iluminar  la  inteligencia,  es  menester  que  las  disposiciones  subjeti- 
vas o  afectivas  del  hombre  sean  tales,  que  dejen  libre  el  acceso  de  la  luz,  que  no 
se  interpongan  como  niebla  entre  la  verdad  objetiva  y  la  inteligencia  humana. 

18  El  que  habla  por  su  propia  cuenta  y  por  propia  iniciativa,  busca  su  gloria  : 
la  ciencia  autónoma,  el  sabio  que  se  imagina  plenamente  autor  de  su  ciencia,  no 
puede  buscar  la  gloria  de  Dios,  li  No  hay  en  El  injusticia:  la  falsedad,  mas  o  me- 
nos voluntariamente  admitida  y  enseñada,  es  una  injusticia  :  injusticia  contra  el 
orden  objetivo  de  la  verdad  ;  injusticia  contra  Dios,  verdad  suprema  ;  injusticia  con- 
tra los  hombres,  que  tienen  derecho  a  que  se  les  enseñe  la  verdad. 

10  ¿  Por  ventura  no  tenéis  la  lev...  ?  Este  salto  brusco  es  más  aparente  cue  real. 
Quiere  decir  que  los  judíos,  no  cumpliendo  la  ley  de  Moisés  ni,  por  tanto,  la  divina 
voluntad,  no  están  dispuestos  para  conocer  que  la  doctrina  de  Jesús  es  de  origen 
divino  ;  y  que  llega  a  tanto  este  desconocimiento,  que  aun  desean  matarle. 


—  224  — 


7  22-31 


SAN  JUAN 


7  27-34 


Una  obra  hice,  y  todos  os  maravilláis. 

"  Por  eso  Moisés  os  dió  la  circuncisión, 

no  que  provenga  de  Moisés,  sino  de  los  patriarcas, 

v  en  sábado  circuncidáis  a  un  hombre. 

a  Si  la  circuncisión  recibe  un  hombre  en  sábado, 

para  que  no  pierda  su  vigor  la  ley  de  Moisés, 

¿os  encolerizáis  conmigo  porque  en  sábado  sané  a  todo  el  hombre 
No  juzguéis  por  apariencias,  sino  juzgad  juicio  recto. 


-5  Decían,  pues,  algunos  de  los  de 
Jerusalén  : 

— ¿  No  es  éste  a  quien  tratan  de 
matar?  :,!Piies  ya  veis  si  habla  con 
libertad,  y  nadie  le  dice  nada.  ¿Es 
que  por  fin  habrán  conocido  de  ve- 


ras los  jefes  que  éste  es  el  Mes>ías  ? 

*  Pero  éste  sabemos  de  dónde  es  ; 
mas  el  Mesías,  cuando  venga,  nadie 
sabe  de  dónde  es. 

25  Clamó,  pues,  Jesús  en  el  tem- 
plo mientras  enseñaba,  diciendo  : 


Conque  me  conocéis  a  mí  y  sabéis  de  dónde  soy... 
Pues  no  he  venido  de  mí  mismo, 
sino  que  otro  es  real  y  verdadero,  quien  me  envió, 
a  quien  vosotros  no  conocéis. 

"  Yo  le  conozco,  porque  de  El  procede  mi  existencia  y  El  me 


Intentan  los  judíos  apoderarse  de 
Jesús.  7,  30-36 


*°  A  causa  de  esto  buscaban  cómo 
apresarle  ;  mas  nadie  le  echó  mano, 
pues  todavía  no  había  llegado  su  ho. 
ra.  "  De  la  multitud,  muchos  creye- 
ron en  El,  v  decían  : 


— El  Mesías,  cuando  venga,  ¿aca- 
so obrará  más  señales  de  las  que  és- 
te obró? 

3-  Oyeron  los  fariseos  a  la  turba 
repetir  por  lo  bajo  esas  cosas  sobre 
El,  y  despacharon  los  sumos  sacer- 
dotes y  los  fariseos  alguaciles  que  le 
prendiesen.  33  Dijo,  pues,  Jesús  : 


Un  poco  de  tiempo  todavía  estoy  con  vosotros, 

y  me  voy  al  que  me  envió. 

31  Me  buscaréis  y  no  me  hallaréis, 

y  a  donde  yo  estoy,  vosotros  no  podéis  venir. 


—  Por  eso...  :  este  Por  eso  ha  dado  mucho  que  entender  a  los  intérpretes.  Algunos 

10  suprimen,  apoyados  en  la  autoridad  de  S*  (primera  mano  del  Sinaítico)  :  endeble 
apoyo  para  una  solución  tan  radical  y  tan  cómoda.  Otros  lo  juntan  con  lo  que  pre- 
cede :  Os  maravilláis  por  eso  :  solución  demasiado  fácil,  y  por  lo  mismo  sospecho- 
sa, además  de  trivial.  Hay  que  admitir,  pues,  la  autenticidad  del  por  eso  y  juntarlo 
con  lo  que  sigue.  Y  no  es  tan  difícil  explicarlo  si,  mas  que  a  la  corteza  de  las 
palabras,  se  atiende  a  su  sentido  y  al  desenvolvimiento  del  pensamiento.  El  punto 
de  partida  es  ti  sentido  peyorativo  del  verbo  os  maravilláis,  que  expresa  una  extra- 
ñeza  unida  al  escándalo  y  seguida  de  censura  o  condenación.  Quiere,  pues,  decir 
el  Señor  :  cSané  al  paralitico  en  sábado,  y  por  eso  os  escandalizáis  y  me  condenáis 
como  transgresor  del  sábado.  Pues  bien,  por  eso,  por  la  misma  razón,  os  podría  yo 
acusar  a  vosotros  como  transgresores  del  sábado,  dado  que  vosotros  en  sábado  cir- 
cuncidáis a  un  hombre.»  Y  continúa,  formulando  más  tajantemente  el  argumento 
<i  fortiori:  Si  la  circuncisión  recibe  un  hombre  en  sábado,  para  que  no  pierda  su 
vigor  la  ley  de  Moisés,  ¿  os  encolerizáis  conmigo  poroue  en  sábado  sané  a  iodo 

11  hombre  ?  Con  esta  interpretación  se  conserva  el  sentido  obvio  y  natural  de  por 
eso;  sólo  que  no  afecta  a  la  frase  que  sigue  inmediatamente,  meramente  introducto- 
ria, sino  a  todo  el  razonamiento  siguiente. 

17  Este  sabemos  de  dónde  es...  :  dos  cosas  afirman  :  1)  que  ellos  conocen  el  origen 
de  Jesús  ;  2)  que  nadie  conoce  el  origen  del  Mesías  ;  de  donde  concluyen  que  Jesú* 
no  puede  ser  el  Mesías.  Jesús,  prescindiendo  de  la  segunda  afirmación,  que  tiene 
un  fondo  de  verdad,  aunque  desfigurada  por  el  mesianismo  apocalíptico,  se  limita 
a  rebatir  la  primera,  mostrándoles  que  no  saben  de  dónde  viene  El. 

"  Me  buscaréis...  :  de  suyo  estas  palabras,  repetidas  casi  idénticamente  a  los  dis- 
cípulos (13,  33),  no  son  una  amenaza,  ni  tienen  el  sentido  peyorativo  que  tendrán 
poco  después,  por  razón  del  contexto,  al  ser  dichas  de  nuevo  a  los  mismos  ju- 
díos (8,  ;i>.  En  este  lugar,  dichas  inmediatamente  después  de  la  orden  de  prisión, 


—  225  — 


7  35-40 


SAN  JUAN 


7  37-44 


*  Al  oír  esto  se  dijeron  los  judíos 
unos  a  otros  : 

— ¿Adonde  se  va  a  ir  éste,  que 
nosotros  no  le  hallaremos  ?  ¿  Por  ven- 
tura se  va  a  ir  a  la  dispersión  de  los 
gentiles  para  enseñar  a  los  genti- 
les ?  86  ¿  Qué  es  esto  que  ha  dicho  : 
«Me  buscaréis  y  no  me  hallaréis  y 


a  donde  yo  estov  vosotros  no  podé 
venir»  ? 


El  último  día  de  la  fiesta.  7,  37-39 

"  El  último  día,  el  mayor  de  la 
fiesta,  estaba  allí  Jesús  y  daba  vo- 
ces, diciendo  : 


Quien  tiene  sed,  venga  a  mí  v  beba. 
"Quien  cree  en  mí,  como  dijo  la  Escritura  (Ls.  44,  3  ;  S5   I  :  Ez 
manarán  de  sus  entrañas  ríos  de  agua  viva.  "  '  ' 


**  Esto  dijo  del  Espíritu  que  ha- 
bían de  recibir  los  que  creyeran  en 
El.  Porque  todavía  no  había  Espí- 
ritu, puesto  que  Jesús  no  había  sido 
aún  glorificado. 


División  en  la  turba  por  causa  de 
Jcsiís.  7,  40-44 


M  Algunos,  pues,  de  la  turba,  oí- 
das estas  palabras,  decían  : 

— Este  es  verdaderamente  el  pro- 
feta. 


41  Otros  decían  : 

— Este  es  el  Mesías. 

Mas  algunos  decían  : 

— ¿Pues  acaso  el  Mesías  viene  de 
Galilea?  42  ¿No  dijo  la  Escritura  (2 
Reg.  7,  12  ;  Sal.  88,  3...  Miq.  5,  2) 
que  «De  la  descendencia  de  David, 
y  de  la  aldea  de  Belén,  donde  esta- 
ba David,  viene  el  Mesías»  ? 

43  Se  originó,  pues,  escisión  en  el 
pueblo  a  causa  de  El.  J'  Y  algunos 
de  entre  ellos  querían  prenderle,  mas 
nadie  echó  las  manos  sobre  El. 


parecen  querer  decir  :  «Mientras  estoy  con  vosotros,  y  cuando  sea  llegada  mi  hora, 
podréis  prenderme  ;  mas  después,  cuando  me  hubiere  ido  al  que  me  envió,  por  más 
que  me  busquéis,  no  me  hallaréis ;  porque  a  donde  yo  voy,  vosotros  no  podéis 
venir.» 

"  Quien  tiene  sed,  venga  a  mí  y  beba  :  las  palabras  de  Jesús  eran  frecuentemente 
motivadas  por  las  circunstancias  de  lugar  y  tiempo.  Según  esto,  la  declaración  de 
Jesús  adquiere  mayor  relieve  si  se  la  considera  relacionada  con  la  significativa  ce- 
remonia que  había  tenido  lugar  durante  los  siete  días  precedentes  de  la  festividad 
de  los  Tabernáculos.  Cada  mañana  un  sacerdote,  acompañado  de  una  muchedumbre 
regocijada,  iba  a  la  fuente  de  Siloé  con  una  jarra  de  oro  para  sacar  agua,  que  luego 
vertía  en  el  templo  delante  del  altar.  Mientras  el  sacerdote  sacaba  agua  de  la  fuen- 
te, cantaba  el  coro  aquel  verso  de  Isaías  (12,  3)  :  «Sacaréis  agua  con  gozo  de  las 
fuentes  de  la  salud.»  Esta  agua,  símbolo  de  las  bendiciones  mesiánicas,  era  la  que 
prometía  Jesús  :   El  era  la  fuente  de  la  salud  mesiánica  y  divina. 

«  Manarán  de  sus  entrañas  ríos  de  agua  viva  :  no  tendrá  que  acudir  fuera  de  st 
liara  hallar  el  agua  que  apague  su  sed  ;  dentro  de  sí  hallará  el  agua  ;  del  fondo  de 
6u  corazón  brotará  la  fuente,  fuente  bullidora,  de  donde  manará  a  torrentes  el  agua 
de  la  vida  eterna. 

Esto  dijo  del  Espíritu  :  esta  fuente  de  aguas  vivas  es  el  mismo  Espíritu  San- 
to, que,  recibido  del  Corazón  de  Cristo,  morará  de  asiento  en  el  corazón  de  los  cre- 
yentes. ||  Todavía  no  había  espíritu:  espíritu  es  aquí  no  la  persona  del  Espíritu 
Santo,  eternamente  existente,  sino  su  plena  comunicación  concedida  a  los  hombres. 
Esta  plena  comunicación,  la  promesa  mesiánica  por  antonomasia,  estaba  vinculada 
a  la  glorificación  del  Mesías,  es  decir,  a  su  pasión  y  muerte,  a  su  resurrección  y 
gloriosa  ascensión.  Pentecostés  había  de  ser  el  día  de  esta  plenaria  comunicación 
del  Espíritu  Santo  a  los  hombres. 

*"  El  profeta  :  se  refieren  al  anunciado  por  Moisés  (Dt.  18,  15-18),  que  ellos  supo- 
nían distinto  del  Mesías. 

42  De  la  descendencia  de  David  :  hablan  los  partidarios  del  mesianismo  rabínico, 
que,  ignorando  que  Jesús  era  hijo  de  David  y  nacido  en  Belén,  concluían  errónea- 
mente no  poder  Jesús  ser  el  anunciado  Mesías. 

**  Algunos  de  entre  ellos  :  no  eran  los  alguaciles,  mandados  por  los  sanhedritas, 
como  luego  se  verá,  sino  algunos  espontáneos  del  pueblo. 


—  226  — 


7  45-50 


SAN  JUAN 


7  5i-8  2 


División  en  el  sanhedrín  por  causa 
de  Jesús.  7,  45-53 

45  Vinieron,  pues,  los  alguaciles  a 
los  sumos  sacerdotes  y  fariseos,  los 
cuales  les  dijeron  : 

— ¿Por  qué  no  le  habéis  traído? 

40  Respondieron  los  alguaciles  : 

— Jamás  hombre  habló  así,  como 
este  hombre. 

47  Respondiéronles,  pues,  los  fari- 
seos : 

— ¿  Qué  ?  ¿  También  vosotros  ha- 
béis sido  embaucados?  48  ¿  Por  ven- 
tura alguno  creyó  en  El  entre  los 
jefes  o  entre  los  fariseos  ?  49  Pero 
esa  turba,  que  no  conoce  la  ley,  son 
unos  malditos. 

*°  Díceles  Nicodemo,  el  que  antes 


había  venido  a  El,  que  era  uno  de 
ellos  : 

"  — ¿  Por  ventura  nuestra  ley  con- 
dena al  reo  si  primero  no  oye  su 
declaración  y  viene  en  conocimiento 
de  lo  que  hizo  ? 

M  Respondieron  y  le  dijeron  : 

— ¿  Acaso  también  tú  eres  de  Ga- 
lilea ?  Investiga,  y  verás  que  de  Ga- 
lilea no  surge  ningún  profeta. 

53  Y  se  marchó  cada  uno  a  su  casa. 

Pasada  la  fiesta  de  los  Tabernácu- 
los :  la  mujer  adúltera.  8,  i-ii 

O  1  Jesús  se  marchó  al  monte  de 
°  los  Olivos.  -  Al  amanecer  se  pre- 
sentó otra  vez  en  el  templo  y  todo 


«Jamás  hombre  habló  así:  magnifica  confesión  del  maravilloso  poder  de  la  pala- 
bra que  poseía  el  divino  Maestro. 

■  c  Alguno  creyó  en  El  entre  los  jefes  ?  Ignoraban  los  que  tal  decían  que  en  el 
seno  del  mismo  sanhedrín  había  algunos  que  creían  en  Jesús. 

*"  Esa  turba  que  No  conoce  la  ley  :  no  se  muestran  muy  demócratas  esos  legule- 
yos infatuados. 

"Nicodemo:  sin  declararse  todavía  partidario  de  Jesús,  se  atreve  ya  a  salir  en 
su  defensa. 

a  De  Galilea  no  surge  NINGÚN  profeta  :  ignoraban  los  que  tal  dijeron  que  los 
profetas  Jonás  y  Nalium  habían  nacido  en  Galilea.  Suponían  ademas  falsamente  que 
Jesús  era  nacido  en  Galilea. 

83.  *v"  Los  críticos  acatólicos  se  declaran,  generalmente,  contrarios  a  la  autentici- 
dad de  este  pasaje.  Ante  todo,  auténtico  no  es  lo  mismo  que  canónico  o  histórico. 
La  canonicidact,  que  suponerla  divina  inspiración,  ha  sido  definida  por  la  Iglesia 
(Denz.  7S4).  La  historicidad  no  ofrece  dificultad  especial.  Todo  el  problema  versa 
sobre  la  autenticidad,  que  ha  sido  negada  o  puesta  en  duda  principalmente  por  la 
omisión  de  este  pasaje  en  muchos  de  los  mejores  códices  y  versiones  más  antiguas. 
Pero  la  solución  adecuada  del  problema  exige  que  se  tomen  en  cuenta  todos  los 
hechos  y  que  se  expliquen  de  la  manera  más  razonable.  En  absoluto,  de  tres  ma- 
neras puede  explicarse  el  hecho  de  la  omisión  :  1)  porque  el  pasaje,  existente  en  el 
original  redactado  por  San  Juan,  fué  suprimida  en  algunas  o  muchas  de  sus  copias; 
2)  porque,  no  incluido  en  la  primera  redacción,  fué  posteriormente  adicionado,  bien 
por  el  mismo  San  Juan,  bien  por  alguno  de  sus  discípulos  con  su  aprobación  ;  j)  por- 
que la  adición  se  hizo  sin  conocimiento  de  San  Juan  o  después  de  su  muerte.  Ahora 
bien,  esta  tercera  hipótesis  es  inadmisible  para  un  católico,  dado  que  en  ella  queda 
sin  explicar  la  canonicidad  del  pasaje,  que  presupone  la  atestación  de  un  apóstol  : 
atestación  imposible  en  esta  hipótesis.  Y  es  de  lamentar  que  algunos  no  hablen  con 
suficiente  claridad  y  distinción  en  un  punto  tan  delicado.  Quedan  las  dos  primeras 
hipótesis,  que  explican  igualmente  el  hecho  de  la  omisión.  Pero,  además  de  este 
hecho,  hay  que  tomar  en  consideración  otro,  consignado  por  San  Ambrosio  (ML  14, 
92Q)  y  por  San  Agustín  (ML  40,  474)  :  el  de  que  algunos,  sobradamente  meticulosos 
o  puritanos,  suprimieron  el  pasaje,  que  juzgaban  excesivamente  indulgente  con  el 
crimen  de  adulterio.  Recuérdese  el  predominio  que  alcanzó  el  montañismo,  precisa- 
mente a  fines  del  siglo  11,  época  a  la  cual  se  remontan  los  arquetipos  de  los  códices 
más  antiguos  que  ahora  poseemos.  ¿  Es  una  hipótesis  arbitraria  suponer  que  Monta- 
no o  Tertuliano  suprimiesen  en  sus  códices  el  pasaje  de  la  mujer  adúltera,  que  pa- 
recía justificar  la  indulgencia  de  los  católicos  en  admitir  a  penitencia  a  los  reos  de 
adulterio  ?  Otro  hecho  hay  que  tener  presente,  consignado  por  San  Jerónimo  (ML  23, 
553)  :  Que  en  su  tiempo  este  pasaje  se  leía  ten  muchos  códices  así  griegos  como  la- 
tinosi  ;  de  donde  se  sigue  que  la  autoridad  de  los  más  antiguos  códices  que  ahora 
existen  queda  contrapesada  por  otros  tan  antiguos  o  más,  aunque  no  se  hayan  con- 
servado. En  suma,  que  al  hecho  de  la  omisión  en  muchos  códices  hay  que  contra- 
poner otros  tres  hechos  :  la  inclusión  en  otros  muchos  igualmente  antiguos,  la  ca- 
nonicidad del  pasaje  y  la  ojeriza  de  los  montañistas  contra  él,  precisamente  en  el 
período  de  mayor  libertad  en  la  transcripción  de  los  códices.  Considerados  en  con- 
junto todos  estos  luchos,  resulta  incomparablemente  más  verosímil  la  supresión  del 
pasaje  que  110  su  adición  posterior. 


—  227  — 


SAN  JUAN 


8  10-12 


el  ipueblo  venía  a  El.  Y  habiéndose 
sentado,  les  enseñaba.  3  Traen  los 
escribas  y  fariseos  una  mujer  sor- 
prendida en  adulterio,  y  habiéndola 
puesto  en  medio,  *  le  dicen  : 

— Maestro,  esta  mujer  ha  sido  sor- 
prendida en  flagrante  delito  de  adul- 
terio. 5  En  la  ley,  Moisés  nos  mandó 
que  a  semejantes  mujeres  las  ape- 
dreásemos.; tú,  pues,  ¿qué  dices? 

"  Esto  decían  tentándole,  para  te- 
ner de  qué  acusarle.  Pero  Jesús,  in- 
clinándose hacia  el  suelo,  escribía 
con  el  dedo  en  la  tierra.  '  I\Ias  como 
ellos  persistiesen  preguntándole,  se 
irguió  y  les  dijo  : 

— Quien  de  vosotros  esté  sin  peca- 
do, sea  el  primero  en  apedrearla. 

"  E  inclinándose  de  nuevo  hacia 
abajo,  escribía  en  la  tierra.  8  Ellos, 
como  esto  oyeron,  se  iban  retirando 


uno  a  uno,  comenzando  por  los  más 
viejos ;  y  quedó  solo  Jesús,  y  la  mu- 
jer de  pie  en  medio.  10  Alzando  Je- 
^ús  la  cabeza,  la  dijo  : 

— Mujer,  ¿dónde  están?  ¿Nadie  te 
condeno ? 

u  Ella  dijo  : 

— Nadie,  Señor. 

Dijo  Jesús  : 

— Tampoco  yo  te  condeno  :  anda, 
y  desde  ahora  no  peques  más. 

En  el  gazojilacio  del  templo:  testi- 
monio que  da  Jesús  de  sí  mismo. 

8,  12-20 

"  De  nuevo,  pues,  les  habló  Jesús, 
diciendo  : 


3  Sorprendida  ln  adulterio:  la  vida  de  los  judíos  durante  la  fiesta  de  los  Ta- 
bernáculos, en  que  vivían  casi  al  aire  libre,  era  más  expuesta  a  semejantes  desma- 
nes ;  que  era,  por  lo  mismo,  más  fácil  descubrir  o  sorprender.  1 1  En  medio  :  en  el 
espacio  libre  entre  Jesiis  y  la  turba  que  le  rodeaba. 

6  Esto  decían  tentándole  :  presuponían,  no  sin  fundamento,  que  el  Maestro  ab- 
solvería a  la  pobre  mujer,  ya  arrepentida  de  su  pecado  ;  lo  cual  les  daría  pie  para 
acusarle  de  contrario  a  la  ley  de  Moisés.  Conocían  aquellos  taimados  el  punto  flaco 
de  Jesús:  su  clemencia  con  los  pecadores  arrepentidos.  ||  Escribía  con  el  dedo  en 
la  tierra  :  algunos  códices  añaden  que  Jesús  escribía  «los  nombres  y  los  pecados 
de  los  acusadores»  :  explicación  admitida  por  San  Jerónimo  |ML  23-  553)  ;  pero  el 
texto  no  favorece  tal  explicación,  dado  que  Jesús  repite  esta  acción  dos  veces,  y  des- 
pués de  la  primera  los  judíos  persisten  en  la  demanda,  cosa  que  no  hubieran  hecho 
si  hubiesen  leído  allí  sus  nombres  y  pecados  ;  además  dice  el  texto  que  se  retira- 
ron los  acusadores  «habiendo  oído»  lo  que  Jesús  les  dijo,  no  «habiendo  leído»  lo  que 
escribió.  El  ¿esto  del  Salvador  debe  interpretarse  como  la  actitud  de  uno  que  quiere 
desentenderse  de  preguntas  importunas.  Tácitamente  les  decía  :  si  esa  mujer  pecó, 
ahí  está  el  sanhedrín  para  juzgar  de  esos  delitos  :  a  él  habéis  de  ir,  no  a  mí,  que 
no  soy  juez. 

'Sea  el  primero  en  apedrearla:  así  estaba  prescrito  en  la  ley  (Dt.  13,  10;  17,  7). 

"Se  iban  retirando...:  los  miserables  quedaron  prendidos  en  el  lazo  que  habían 
armado  contra  Jesús,  cuyo  divino  ingenio,  al  servicio  de  su  infinita  clemencia,  halló 
medio  de  salvar  a  la  pobre  mujer  sin  contravenir  a  la  ley  de  Moisés.  Son  verdade- 
ramente sangrientos  los  rasgos  trazados  por  el  evangelista  :  se  iban  retirando,  uno 
a  uno,  comenzando  por  los  más  viejos,  sin  quedar  uno  solo  de  los  acusadores,  en 
medio  del  asombro  mudo  de  la  turba,  que  presenciaba  este  singular  juicio  :  hecho 
revelador  de  la  podredumbre  moral  y  de  la  farsa  repugnante  de  aquellos  celadores 
de  la  ley.  ||  Quedó  solo  Jesús,  y  la  mujer  de  pie  en  medio  de  la  turba  :  «quedaron 
dos  :  la  miserable  y  la  misericordia»,  comenta  San  Agustín  (ML  35,  1650). 

11  Tampoco  yo  te  condeno  :  «pues  ellos  no  te  condenaron,  no  seré  yo  más  cruel 
que  ellos»,  como  glosa  La  Puente  (Mcd.  esp.,  3,  27,  4,  2).  ||  No  peques  más:  Dios 
perdona  el  pecado,  pero  exige  la  enmienda.  Lo  primero  inspira  confianza ;  lo  se- 
cundo, saludable  temor. 

12  Yo  soy  la  luz  del  mundo  :  pudo  dar  ocasión  a  esta  declaración  la  grande  ilu- 
minación nocturna  con  que  se  solemnizaba  la  festividad  de  los  Tabernáculos.  Si  son 
exactas  las  referencias  del  Talmud,  la  primera  noche  de  la  festividad  se  colocaban 
en  el  atrio  de  las  mujeres,  accesible  a  todos  los  israelitas,  cuatro  enormes  cande- 
labros de  cieu  codos  (unos  cincuenta  metros),  sobre  los  cuales  ardían  grandes  lámpa- 
ras, con  cuya  luz  quedaba  iluminada  toda  la  ciudad.  El  lugar  en  que  habla  ahora 
Jesús,  el  gazofilacio  (o  sala  del  tesoro),  situado  en  el  atrio  de  las  mujeres,  confirma 
esta  suposición.  ||  Luz  del  mundo:  es  uno  de  los  títulos  metafóricos  del  Mesías. 
Como  declaración  mesiánica  entendieron  los  judíos  las  palabras  de  Jesús.  Pero  el 
pensamiento  de  Jesús  tenía  mayores  alcances.  El  Mesías  era  el  Hijo  de  Dios.  A  la 
verdad,  sólo  Dios  puede  ser  en  sentido  plenario  la  luz  del  mundo,  del  mundo  moral 
y  espiritual.  |j  Tendrá  la  luz  de  la  vida:  expresión  pletórica  de  altísimo  sentido, 
imposible  de  aprisionar  con  nuestras  fórmulas  esquemáticas.  Luz  y  vuio  son  en  el 
lenguaje  de  San  Juan  eco  fiel  del  de  Jesús,  dos  categorías  supremas,  cuya  plena 


-  228  - 


813-25 


SAN  JUAN 


8  "-25 


—Yo  soy  la  luz  del  mundo  ;  el  que 
me  sigue  no  tema  caminar  en  tinie- 
blas,  sino  que  tendrá  la  luz  de  la 
vida. 


"  A  esto  le  dijeron  los  fariseos  : 
—Tú  das  testimonio  de  ti  mismo, 
tu  testimonio  no  es  verídico. 
11  Respondió  Jesús,  y  les  dijo  :# 


Aunque  yo  dé  testimonio  de  mí  mismo,  mi  testimonio  es  verídico, 

porque  se  de  dónde  vine  y  adonde  voy  ; 

mas  vosotros  no  sabéis  de  dónde  vengo  ni  adonde  voy. 

11  Vosotros  juzgáis  según  la  carne  ;  yo  no  juzgo  a  nadie. 

10  Y  aun  cuando  yo  juzgue,  mi  juicio  es  conforme  a  verdad  ; 

porque  no  soy  solo,  sino  yo  y  el  Padre,  que  me  envió. 

"  Y  en  vuestra  ley  está  escrito 

que  el  testimonio'  de  dos  personas  hace  fe. 

ls  Yo  soy  quien  doy  testimonio  de  mí  mismo, 

y  también  da  testimonio  de  mí  el  Padre,  que  me  envió. 


16  üícenle,  pues  : 

— ¿  Dónde  está  tu  Padre  ? 

Respondió  Jesús  : 

Ni  me  conocéis  a  mí  ni  tampoco  a  mi  Padre  ;  t 
que  si  me  conocierais  a  mí,  también  a  mi  Padre  conoceríais. 


20  Estas  palabra.-  habló  en  el  gazo- 
filacio,  mientras  enseñaba  en  el  tem- 
plo ;  y  nadie  le  prendió,  porque  to- 
davía no  había  llegado  su  hora. 


«.-1  donde  yo  coy,  vosotros  no  podéis 
venir».  8,  21-30 

-1  Díjoles,  pues,  de  nuevo  : 


Yo  me  voy,  y  me  buscaréis, 

y  moriréis  en  vuestro  pecado. 

A  donde  yo  voy,  vosotros  no  podéis  venir. 


-  Decían,  pues,  los  judíos  : 

— ¿Por  ventura  se  quitará  la  vida,  pues  dice  :  «A  donde  yo  voy,  vos- 
otros no  podéis  venir»  ? 
■  Y  les  decía  : 

Vosotros  sois  de  aquí  abajo,  yo  soy  de  allá  arriba  ; 
vosotros  sois  de  este  mundo,  yo  no  soy  de  este  mundo. 
34  Os  dije,  pues,  que  moriréis  en  vuestros  pecados  ; 
porque  si  no  creyereis  que  yo  soy, 
moriréis  en  vuestros  pecados. 


-  Decíanle,  pues  : 
— ¿  Tú  quién  eres  ? 
Díjoles  Jesús  : 


realidad  sólo  se  halla  cu  Dios.  Luz  es  el  esplendor  radiante  de  la  verdad  divina  en 
la  inteligencia  humana.  Vida  es  la  vibración  o  palpitación  dulce  y  amorosa  del 
-cr  divino,  que  repercute  en  el  corazón  humano.  Y  la  luz  de  la  vida  es  la  claridad 
viviente  y  vital,  que  destierra  las  tinieblas  y  sombras  de  muerte,  faro  fulgente  que 
nos  señala  el  puerto  de  la  ciudad  de  Dios,  donde  eternamente  florece  la  vida. 

14  Mi  testimonio  es  verídico:  comenta  hermosamente  San  Agustín:  «La  'uz 
muestra  las  otras  cosas  y  también  a  sí  misma...  :  ella  misma  se  es  testigo»  (ML  35, 
1659).  Como  Luz  del  mundo,  Jesús  puede  dar  testimonio  de  sí  mismo. 

11  Me  buscaréis:  en  los  días  de  la  gran  tribulación,  de  la  gran  catástrofe,  que  se- 
ñalara la  ruina  de  vuestra  ciudad  y  de  vuestro  templo,  buscaréis  uu  Mesías,  uno 
que  sea  lo  que  yo  soy,  y  que  vosotros  no  habéis  creído  ;  y  en  pena  de  esa  infide- 
lidad, ni  me  hallaréis  a  mí  ni  hallaréis  otro  que  os  salve  :  v  moriréis  en  vuestro 

PECADO. 

26  Pues  ni  más  ni  menos,  eso  mismo  que  os  vengo  diciendo  :  son  muchaí  y  muy 
variadas  las  versiones  y  las  interpretaciones  que  se  han  dado  de  esta  frase,  dclibe- 


—  229  — 


8  26-33 


SAN  JUAN 


8  26-33 


Pues  ni  más  ni  menos,  eso  mismo  que  os  vengo  diciendo. 

Muchas  cosas  tengo  que  hablar  y  juzgar  acerca  de  vosotros  ; 
pero  el  que  me  envió  es  veraz, 
y  yo,  lo  que  oí  de  El,  esto  hablo  al  mundo. 

27  No  entendieron  que  les  hablaba  del  Padre.  *  Dijo,  pues,  Jesús  : 

Cuando  levantareis  en  alto  al  Hijo  del  hombre, 

entonces  conoceréis  que  yo  soy  y  que  de  mí  mismo  nada  hago, 

sino  que,  según  me  enseñó  el  Padre,  eso  hablo. 

■°  Y  el  que  me  envió  está  conmigo, 

y  no  me  dejó  solo,  porque  yo  hago  siempre  lo  que  le  agrada. 
3"  Al  hablar  El  así,  muchos  creyeron  en  El. 


Los  judíos  no  son  hijos  de  Abrahán  o  de  Dios,  sino  del  diablo.  8,  31-47 


81  Decía,  pues,  Jesús  a  los  judíos  que  habían  creído  en  El  : 

Si  vosotros  perseverareis  en  mi  enseñanza, 
sois  verdaderamente  discípulos  míos, 
**  y  conoceréis  la  verdad, 
y  la  verdad  os  hará  libres, 

"  Le  respondieron  : 

— Somos  linaje  de  Abrahán,  y  de  nadie  jamás  hemos  sido  esclavos  ; 
¿  cómo  dices  tú  :  «Seréis  libres»  ? 


íadameute  enigmática,  que  para  unos  es  una  afirmación,  para  otros  una  contra- 
pregunta. Muchas  de  estas  versiones  e  interpretaciones,  si  bien  diferentes  gramati- 
calmente, y  aun  lógicamente,  coinciden,  empero,  en  e'  sentido  real.  En  vez  de 
pues  ni  más  ni  menos,  otros  traducen  :  en  suma  (o  en  definitiva),  absolutamente, 
precisamente  (o  exactamente),  desde  luego,  desde  un  principio.  En  vez  de  eso  mismo 
UUE,  otros  traducen  :  ¿por  que?  o  ¿para  quét  Pero  si  la  interrogación  se  entiende 
como  una  afirmación  implícita  (=¿con  Qué  otro  objeto  os  hablo  sino  para  deciros  lo 
que  soy?),  la  diferencia  es  más  formal  que  real.  Otra  cosa  sería  si  la  interrogación 
se  entendiera  como  una  exclamación  melancólica  de  desaliento:  Pero  ¿es  que  debe- 
ría yo  siquiera  hablaros?  Todo  considerado,  la  versión  que  proponemos  parece  ser 
la  más  apropiada  o  aproximada. 

3  Cuando  levantareis  en  alto  al  Hijo  del  hombre  :  expresión  enigmática  entonces 
para  los  judíos,  pero  diáfana  y  luminosa  ahora  para  nosotros,  para  quienes  Cristo 
crucificado  «s  «fuerza  de  Dios  y  sabiduría  de  Dios»  (i  Cor.  i,  24).  ||  Conoceréis  que 
yo  SOY  :  puede  entenderse  en  dos  sentidos  :  mesiánico  o  divino.  En  sentido  niesiá- 
nico  es  una  respuesta  al  interrogante  que  por  entonces  flotaba  en  el  ambiente  del 
judaismo:  «¿Será  el  Mesías  Jesús  de  Nazaret  ?»  Dentro  de  este  ambiente  de  univer- 
sal expectación  decir  yo  soy  era  una  declaración  inequívoca  de  mesianidad.  En  sen- 
tido divino  o  trascendente  era  una  declaración  de  divinidad,  con  que  Jesús  decía  de 
sí  lo  que  Yahveh  haTn'a  dicho  a  Moisés  :  «Yo  soy  el  que  soy»  (Ex.  3,  14).  Lo  que 
poco  después  dirá  J'esíts  :  «Antes  que  Abrahán  viniese  a  ser,  yo  soy»  (Jn.  8,  58), 
favorece  esta  segunda  interpretación. 

'M  Yo  hago  siempre  lo  QUE  le  agrada  :  síntesis  maravillosa  de  toda  la  vida  de 
Cristo  e  ideal  supremo  de  la  vida  cristiana. 

31  La  verdad  OS  hará  libres  :  la  verdad,  harmonía  del  pensamiento  con  la  reali- 
dad, no  esclaviza,  antes  libera  y  ennoblece  la  inteligencia.  Es  una  alucinación  del 
orgullo  imaginarse  libre  cuando  se  rompen  los  lazos  que  ligan  la  inteligencia  a  la 
verdad...  para  dejarse  esclavizar  por  el  error. 

31  Le  RESPONDIERON  :  Somos  linaje  de  Abrahán  :  los  que  esto  dijeron  no  parecen 
ser  los  «que  habían  creído  en  El»  (v.  31),  sino  otros  interlocutores,  los  eternos  ad- 
versarios de  Jesús,  siempre  en  acecho  y  siempre  a  punto  para  contradecirle  y,  si  pu- 
dieran, cogerle  en  palabras.  En  el  decurso  del  diálogo,  estos  interlocutores  tienen 
expresiones  propias  de  quien  jamás  ha  creído  en  Jesús. 


—  230  — 


8  34-46 


SAN  JUAN 


8  34-46 


**  Respondióles  Jesús  : 
En  verdad,  en  verdad  os  digo 

que  todo  el  que  obra  el  pecado,  esclavo  es  del  pecado. 

■  El  esclavo  no  queda  en  la  casa  para  siempre  ; 
el  hijo  queda  para  siempre. 

3"  Si,  pues,  el  Hijo  os  diere  libertad,  seréis  realmente  libres. 
37  Bien  sé  que  sois  linaje  de  .Vbrahán  ; 

l>ero  tratáis  de  matarme,  porque  mi  palabra  no  prende  en  vosotros. 

■  Lo  que  yo  vi  cabe  mi  Padre,  eso  hablo  ; 

y  vosotros,  por  vuestra  parte,  lo  que  oísteis  de  vuestro  padre,  eso  hacéis. 

30  Respondieron  y  le  dijeron  : 
— Nuestro  padre  es  Abraham. 
Díceles  Jesús  : 

Si  hijos  fuerais  de  Abrahán,  haríais  las  obras  de  Abralián  ; 

40  mas  ahora  pretendéis  matarme, 

a  mí  que  os  he  dicho  la  verdad,  que  oí  de  Dios  ; 
eso  Abrahán  no  lo  hizo. 

41  Vosotros  hacéis  las  obras  de  vuestro  padre. 
Dijéronle  : 

— Nosotros  no  hemos  nacido  de  fornicación  ;  un  solo  padre  tenemos, 
Dios. 

*-  Díjoles  Jesús  : 

Si  Dios  fuera  vuestro  padre,  me  amaríais  a  mí, 
porque  yo  de  Dios  salí  y  he  venido  ; 

pues  no  he  venido  de  mí  mismo,  sino  que  El  me  envió. 

43  ¿Por  qué  no  reconocéis  mi  habla? 

Porque  no  estáis  en  disposición  de  oír  mis  palabras. 

41  Vosotros  tenéis  por  padre  al  diablo, 

y  deseáis  cumplir  los  deseos  de  vuestro  padre. 

El  era  homicida  desde  el  principio 

y  no  se  mantuvo  en  la  verdad,  porque  no  hay  verdad  en  él. 

Cuando  habla  la  mentira,  habla  de  su  cosecha, 

porque  es  mentiroso  y  padre  de  la  mentira. 

to  Mas  a  mí,  por  lo  mismo  que  os  digo  la  verdad,  no  me  creéis. 

46  ¿Quién  de  vosotros  me  convence  de  pecado? 


**  El  que  obra  el  pecado,  esclavo  es  del  pecado  :  los  pródigos,  que,  por  amor  a  la 
libertad,  no  soportan  la  amorosa  autoridad  del  Padre,  caen  en  la  esclavitud  de  amos 
sin  entrañas. 

86  Si  el  Hijo  os  diere  libertad  :  expresión  velada  del  rescate  o  redención,  que 
sólo  el  Hijo  podía  efectuar. 

37  Mí  palabra  no  prende  en  vosotros  :  la  palabra  de  Cristo  se  representa  como  se- 
milla, que  no  prende  o  cose  ni  echa  raíces  en  los  judíos  por  su  mala  disposición, 
conforme  a  la  parábola  del  sembrador. 

38  Lo  QUE  oísteis  de  vuestro  padre...  '.  es  maravilloso  el  arte  con  que  Jesús  man- 
tiene la  suspensión  de  los  judíos,  que  reclaman  para  si  ya  la  paternidad  de  Abralián, 
ya  la  de  Dios  :  posiciones  insostenibles,  de  las  cuales  El  con  implacable  serenidad 
les  va  desalojando. 

«*  i  Por  qué  no  RECONOCÉIS  mi  habla?  Si  fuerais,  como  decís,  hijos  de  Dios,  no  se 
os  haría  tan  extraña  el  habla  del  Hijo  de  Dios  :  reconoceríais  el  acento  de  familia. 

**  No  se  mantuvo  en  la  verdad  :  verdad  en  el  Nuevo  Testamento,  especialmente 
en  San  Juan,  es  frecuentemente  la  realidad,  la  situación  objetiva  de  las  cosas.  Su- 
puesta la  creación  de  Dios,  la  situación  real  de  la  creatura  frente  al  Creador  es  la 
de  absoluta  dependencia.  Al  querer  sacudir  esta  de-pendencia,  el  diablo  desconoció 
su  situación  real,  no  se  mantuvo  en  la  verdad.  Hay,  por  tanto,  en  estas  palabra.» 
una  alusión  a  la  defección  primordial  del  diablo.  ||  Padre  de  la  mentira  :  literal- 
mente, «padre  suyo».  El  pronombre  suyo  gramaticalmente  puede  referirse  a  uno  de 
los  dos  sustantivos  precedentes  :  «mentira.,  «mentiroso».  La  mayoría  de  los  intérpre- 
tes lo  refieren  a  «mentira». 


—  231  — 


8  47"59   SAN  JUAN   8  «-59 

Si  digo  verdad,  ¿  por  qué  vosotros  no  me  creéis  ? 

El  que  es  de  Dios,  escucha  las  palabras  de  Dios  ; 
por  eso  vosotros  no  escucháis,  porque  no  sois  de  Dios 


«Antes  que  Abrahán  naciese,  yo  existo.»  8,  48-59 
Respondieron  los  judíos  y  le  dijeron  : 

-¿No  decimos  bien  nosotros  que  eres  tú  samaritano  v  tienes  demonio  ? 
Respondió  Jesús  :  " 

Yo  no  tengo  demonio,  sino  que  honro  a  mi  Padre  ; 
y  vosotros  me  deshonráis  a  mí. 

w  Yo  no  busco  mi  gloria  ;  hay  quien  la  busca  y  juzqa 
"En  verdad,  en  verdad  os  digo, 

si  uno  guardare  mi  palabra,  no  verá  la  muerte  eternamente. 


so  eres  tu  mayor  que  nuestro  padre 
Abrahán,  que  murió?  Y  los  profe- 
tas también  murieron.  ¿  Quién  pre- 
sumes ser  ? 
"  Respondió  Jesús  : 


62  Dijéronle  los  judíos  : 

—  Ahora  sí  hemos  conocido  que 
tienes  demonio.  Abrahán  murió,  y 
también  los  profetas  ;  ¡  y  tú  dices  : 
«Si  uno  guardare  mi  palabra,  no 
gustará  la  muerte  jamás»  !  M  ¿  Aca- 

Si  yo  me  glorifico  a  mí  mismo,  mi  gloria  es  nada  ; 

mi  Padre  es  quien  me  glorifica, 

el  que  vosotros  decís  ser  vuestro  Dios  ; 

65  y  no  le  habéis  conocido,  mas  yo  le  conozco. 

Y  si  dijere  que  no  le  conozco,  seré  mentiroso  como  vosotros  ; 

pero  le  conozco  y  guardo  su  palabra. 

D"  Abrahán,  vuestro  padre,  se  regocijó  con  la  esperanza  de  ver  mi  di 
lo  vió  y  se  alegró. 


61  Dijéronle,  pues,  los  judíos  : 
— No  tienes  aún  cincuenta  años, 
C8  Díjoles  Jesús  : 


¿y  has  visto  a  Abraham  ? 


En  verdad,  en  verdad  os  digo  : 

Antes  que  Abrahán  viniese  a  ser,  yo  soy. 


™  Tomaron,  pues,  piedras 
ocultó  y  se  salió  del  temple 


para  arrojarlas   sobre  El  ;    mas  Jesús 


te  Mi  día  :  la  venida  de  aquel  de  su  posteridad  en  quien  se  habían  de  cumplir 
las  promesas  de  Dios,  es  decir,  la  edad  mesiánica.  ||  Lo  vió  :  esta  visión  de  Abrahán 
se  ha  interpretado  de  dos  maneras  :  o  1.0  vió  durante  su  vida  o  1.0  vió  después  de 
su  muerte  desde  el  limbo.  La  primera  visión,  en  vida,  no  dice  bien  con  el  contexto. 
Dos  gozos  de  Abrahán  se  mencionan  :  uno  anterior  a  la  visión  :  se  regocijó  con  la 
esperanza  de  VER  ;  otro  posterior  a  ella  :  lo  vió,  v  se  alegró.  La  visión,  por  tanto, 
no  puede  ser  simplemente  la  fe  o  alguna  ilustración  divina  que  precedió  necesaria- 
mente a!  primer  gozo.  Podría  ser  alguna  visión  ulterior  en  que  Dios  mostrase  a 
Abrahán  la  feliz  realización  de  la  promesa  ;  pero  semejante  visión  anticipada  de  lo 
futuro,  además  de  que  no  consta  ni  pareoe  necesaria,  no  es  fácil  distinguirla  de  la 
previa  revelación  que  motivó  el  gozo  primero.  La  visión,  por  tanto,  motiyo  del 
segundo  gozo  habrá  de  ser  la  revelación  hecha  a  los  Padres  del  limbo  de  haber 
llegado  ya  el  cumplimiento  de  la  promesa  mesiánica. 

"Cincuenta  años:  estos  cálculos  de  los  judíos  en  números  redondos  carecen  de 
valor  para  fijar  la  cronología  de  la  vida  de  Cristo  ;  a  lo  más  podrían  indicar  que 
Jesús,  por  su  madurez  y  superioridad,  representaba  mayor  edad  de  la  que  realmente 
tenía. 

08  Yo  soV  :    magnífica   expresión   de  existencia  eterna,  eco  de  las   palabras  de 

Yahveh  a  Moisés  (Ex.  3,  i.-]). 


—  232  — 


91-10 


SAN  JUAN 


9  3-16 


El  ciego  de  nacimiento.  o,  1-41 

1   1  Pasando  vió  Jesús  un  hombre 
ciego  de  nacimiento.  2  Y  le  pre- 


guntaron sus  discípulos,  diciendo 
— Maestro,  ¿quién  pecó:  éste  o  su 

padres,  para  que  naciese  ciego? 
3  Respondió  Jesús  : 


Ni  Qecó  éste  ni  sus  padres, 

sino  que  se  habían  de  manifestar  en  él  las  obras  de  Dios. 
'  Es  preciso  que  obre  yo  las  obras  del  que  me  envió,  mientras 
viene  la  noche,  en  que  nadie  puede  trabajar. 
5  Mientras  estoy  en  el  mundo,  luz  soy  del  mundo. 


de  día ; 


"  Dicho  esto,  escupió  en  tierra  e 
hizo  lodo  con  la  saliva  y  le  ungió 
con  el  lodo  los  ojos,  7  y  le  dijo  : 

— 'Anda,  lávate  en  la  piscina  de  Si- 
loé  (que  significa  «Enviado»).  ^ 

Fué,  pues,  y  se  lavó,  y  volvió  con 
vista. 

8  Con  esto  los  vecinos  y  los  que 
antes  le  veían  mendigar  decían  : 

— ¿No  es  éste  acaso  el  que  estaba 
sentado  y  mendigaba  ? 

Unos  decían  : 

— Este  es. 

•  Otros  decían  : 

— No,  sino  que  es  uno  que  se  le 
parece. 

El  decía  : 

— Soy  yo. 

10  Decíanle,  pues  : 

— ¿Cómo,  pues,  te  fueron  abiertos 
los  ojos  ? 


11  El  respondió  : 

— Aquel  hombre  que  se  llama  Je- 
sús hizo  lodo,  y  me  ungió  los  ojos, 
y  me  dijo  :  «Ve  a  Siloé  y  lávate»  ; 
conque  fui,  y  habiéndome  lavado,  re- 
cobré la  vista. 

12  Y  le  dijeron  : 

— ¿  Dónde  está  El  ? 

Dice  : 

— No  lo  sé. 

13  Llevan  a  los  fariseos  al  que  ha- 
bía estado  ciego.  "  Era  sábado  el  día 
que  Jesús  hizo  lodo  y  le  abrió  los 
ojos.  a  De  nuevo,  pues,  le  pregunta- 
ban también  los  fariseos  cómo  ha- 
bía recobrado  la  vista.  El  les  dijo  : 

— Me  puso  barro  sobre  los  ojos,  y 
me  lavé,  y  veo. 

1S  Decían,  pues,  algunos  de  entre 
los  fariseos  : 


9 "i  Esta  deliciosa  narración  es  un  drama  en  miniatura,  en  que  es  fácil  distinguir 
los  actos  y  hasta  las  escenas.  Podría  titularse  Crítica  dé  Un  milagro.  E?  interesan- 
te ver  cómo  los  judíos  atacan  la  verdad  del  milagro  por  todos  sus  flancos  :  la  realidad 
del  hecho,  su  sobrenaturalidad,  su  carácter  de  señal  divina,  es  decir,  la  triple 
verdad,  histórica,  filosófica  y  teológica,  del  milagro.  Y  es  instructivo  ver  cómo 
en  este  ataque  obstinado  van  cambiando  continuamente  de  táctica,  abandonando  una 
posición  para  volver  luego  sobre  ella,  sin  más  lógica  que  la  del  prejuicio  o  la 
desesperación.  Si  en  las  peripecias  que  se  van  sucediendo  no  faltan  los  rasgos 
cómicos,  el  desenlace  tiene  vislumbres  trágicas,  destacadas  por  la  sentencia  final, 
que  es  como  la  diánoia  o  pensamiento  del  drama.  Esta  crítica  de  un  milagro  es  una 
lección  que  deberían  aprovechar  los  que  se  resisten  a  creer  en  los  milagros  del 
Evangelio,  porque  ellos  ahora  no  pueden  comprobarlos  críticamente.  La  crítica  ya 
está  hecha,  y  por  críticos  sagaces,  malévolos  por  añadidura. 

2  i  Quién  pecó...  ?  Los  discípulos,  presuponiendo,  sin  razón,  que  todo  mal  físico 
era  efecto  o  castigo  de  algún  pecado  personal,  preguntan  sobre  el  pecado  que  aca- 
ireó  aquella  ceguera  congénita.  La  suposición  de  que  el  ciego  pudo  haber  pecado 
antes  de  nacer  no  prueba  que  ellos,  o  los  judíos  en  general,  creyesen  en  la  pre- 
existencia de  las  almas  o  en  la  rueternpsicosis,  de  lo  cual  no  se  descubre  rastro 
en  todo  el  Nuevo  Testamento.  La  pregunta  parece  más  bien  hija  de  la  irreflexión. 

» Ni  pecó  éste  Ni  sus  padres  :  quiere  decir  el  Maestro  que  ni  los  pecados  del 
ciego  ni  los  de  sus  padres  fueron  la  causa  de  la  ceguera. 

4  La  variante  yo,  como  más  coherente,  parece  preferible  a  la  rival  nosotros,  pre- 
ferida de  los  críticos.  ]|  Mientras  es  de  día:  metafóricamente,  por  emientras  dura 
la  vida».  ||  Viene  la  noche...  :  comparación  tácita  :  como  llegada  la  noche  cesa  todo 
trabajo  (entonces  de  noche  no  se  trabajaba!,  así  llegada  la  muerte...  Es  una  senten- 
cia general  que  Jesús  aplica  a  su  actuación  visible  en  este  mundo. 

8-13  Primera  comprobación  crítica  del  milagro,  espontánea  y  popular. 

Comprobación  científica  del  milagro. 
11  Le  preguntaban...  cómo...  r  por  ver  si  hallaban  alguna  explicación  natural  del 
hecho.  Atacan  la  verdad  filosófica. 

"  No  viene  de  Dios  :  apuntan  contra  la  verdad  teológica  ;  pero  chocan  contra  la 
dificultad  de  que  pueda  un  hombre  pecador  obrar  semejantes  señales.  Y  se  origina 


—  233  — 


9  17^24 


SAN  JUAN 


9  25-34 


— Este  hombre  no  viene  de  Dios, 
pues  no  guarda  el  sábado. 

Mas  otros  decían  : 

— ¿  Cómo  puede  un  hombre  peca- 
dor obrar  semejantes  señales? 

V  había  escisión  entre  ellos.  11  Di- 
cen, pues,  al  ciego  otra  vez  : 

— ¿Tú  que  dices  de  El  cuanto  a 
que  te  abrió  los  ojos? 

El  dijo  : 

— Que  es  profeta. 

18  No  creyeron,  pues,  los  judíos 
acerca  de  él  que  era  ciego  y  recobró 
la  vista  hasta  que  llamaron  a  los 
padres  del  mismo  que  había  reco- 
brado la  vista,  10  y  les  preguntaron, 
diciendo  : 

— ¿Es  éste  vuestro  hijo,  que  vos- 
otros decís  que  nació  ciego  ?  ¿  Cómo, 
pues,  ve  ahora  ? 

20  Respondieron  sus  padres  y  di- 
jeron : 

— Sabemos  que  éste  es  nuestro  hi- 
jo y  que  nació  ciego  ;  23  cómo  ahora 
ve,' no  lo  sabemos,  o  quién  abrió  sus 
ojos,  nosotros  no  lo  sabemos  ;  pre- 
guntadle a  él,  edad  tiene  ;  él  dirá 
de  sí. 

*a  Esto  dijeron  sus  padres,  porque 
temían  a  los  judíos  ;  pues  ya  se  ha- 
bían concertado  los  judíos  en  que, 
si  alguno  le  reconociera  por  Mesías, 
fuese  expulsado  de  la  sinagoga. 
23  Por  eso  dijeron  sus  padres :  «Edad 
tiene  ;  preguntadle  a  él.»  "  Llama- 
ron, pues,  por  segunda  vez  al  hom- 
bre que  había  estado  ciego,  y  le  di- 
jeron : 


— Da  gloria  a  Dios.  Nosotros  sa- 
bemos que  este  hombre  es  pecador. 

25  A  esto  respondió  él  : 

— Si  es  pecador,  no  lo  sé  ;  una  co- 
sa sé  :  que  yo  estaba  ciego  v  aho- 
ra veo. 

20  Dijéronle,  pues  : 

—  ¿  Qué  hizo  contigo  ?  ¿  Cómo  te 
abrió  los  ojos  ? 

27  Respondióles  : 

—Os  lo  dije  ya,  y  no  me  escuchas- 
teis ;  ¿  a  qué  lo  queréis  oír  de  nuevo  ? 
¿  Acaso  también  vosotros  queréis  ha- 
ceros discípulos  suyos  ? 

28  Le  cargaron  de  denuestos  y  le 
dijeron  : 

— Tú,  discípulo  suyo  eres  ;  nos- 
otros, de  Moisés  somos  discípulos. 
251  Nosotros  sabemos  que  a  Moisés  le 
ha  hablado  Dios  ;  mas  ése  no  sabe- 
mos de  dónde  es. 
80  Respondió  el  hombre  y  les  dijo  : 
—En  esto  precisamente  está  lo  ex- 
traño :  que  vosotros  no  sabéis  de 
dónde  es,  y,  no  obstante,  me  abrió 
los  ojos.  31  Sabemos  que  Dios  no  es- 
cucha a  los  pecadores,  sino  que,  si 
uno  honra  a  Dios  y  cumple  su  vo- 
luntad, a  éste  escucha.  33  Nunca  ja- 
más se  oyó  decir  que  uno  abriese  los 
ojos  de  un  ciego  de  nacimiento.  j"  Si 
éste  no  viniera  de  Dios,  no  pudiera 
hacer  nada. 
"  Respondieron  y  le  dijeron  : 
— Empecatado  naciste  tú  de  pies  a 
cabeza,  ¿  y  tú  nos  das  lecciones  a 
nosotros  ? 
Y  le  echaron  afuera. 


la  escisión  entre  ellos.  La  respuesta  del  ciego  acaba  de  desconcertarles.  Tero  no  se 
dan  por  vencidos. 

La  pregunta,  de  los  fariseos  tiene  doble  objetivo  :  averiguar  la  historicidad 
del  hecho,  buscar  manera  de  explicarlo  naturalmente.  La  respuesta  de  los  padres 
comprueba  la  verdad  del  hecho  y  no  tes  suministra  ningún  dato  que  les  permita 
eliminar  el  milagro. 

íh-m  da  gloria  a  Dios  :  con  el  sacrosanto  nombre  de  Dios  quieren  intimidar  al 
ciego  y  sonsacarle  alguna  declaración  que  les  saque  del  atolladero.  Su  posición  dia- 
léctica en  este  momento  es  :  partiendo  del  postulado  de  que  la  obra  no  puede  ser 
de  Dios,  sigúese  la  disyuntiva  :  o  el  hecho  será  falso  o  tendrá  su  explicación  natural. 
En  la  respuesta  del  ciego  habla  la  sensatez  :  «contra  un  hecho  averiguado  no  hay 
argumento  que  valga».  Del  olvido  de  esta  verdad  de  sentido  común  se  han  origina- 
do todas  las  aberraciones  filosóficas. 

28  ¿  Qué  hizo  contigo?  No  pudiendo  ya  negar  el  hecho  y  no  muy  seguros  en  el 
fondo  de  su  conciencia  de  su  intangible  postulado,  se  ven  precisados  a  buscar  ma- 
nera de  explicar  naturalmente  la  curación. 

""Es  simpática  la  serenidad  y  gallardía  con  que  responde  el  ciego,  no  sin  ribe- 
tes de  ironía. 

28  Le  cargaron  de  denuestos  :  recurso  socorrido  :  suplir  con  sobra  de  denuestos 
la  falta  de  argumentos. 

Cerrando  los  ojos  a  toda  ■evidencia,  se  obstinan  en  su  primer  postulado: 
se  hallan  en  el  punto  mismo  de  partida.  La  maravillosa  respuesta  del  ciego  pulveriza 
ese  postulado. 

"Empecatado  naciste  tú...  ¡Es  la  serena  conclusión  de  una  crítica  objetiva  e 
impareiall  i  Son  más  serenas,  objetivas  e  imparciales  las  modernas  críticas  racio- 
nalistas de  los  milagros  evangélicos? 


—  211  — 


9  35-39 


SAN  JUAN 


9  4°-10  7 


,s  Oyó  Jesús  que  le  habían  echado 
afuera,  y  habiéndose  encontrado  con 
él,  le  dijo  : 

— ¿Tú  crees  en  el  Hijo  de  Dios? 

m  Respondió  él  y  dijo  : 

— ¿Y  quién  es,  Señor,  para  que 
crea  en  El  ? 

3:  Díjole  Jesús  : 

—Le  has  visto,  v  el  que  habla  con- 
tigo, El  es. 
M  El  dijo  : 
— Creo,  Señor. 

Y  le  adoró.  39  Y  dijo  Jesús  : 


— Para  juicio  vine  yo  a  este  mun- 
do :  para  que  los  que  no  ven,  vean  ; 
y  los  que  ven,  se  vuelvan  ciegos. 

i0  Oyeron  esto  algunos  de  los  fari- 
seos que  estaban  con  El,  y  le  di- 
jeron : 

— ¿  Es  que  también  nosotros  esta- 
mos ciegos  ? 
a  Díjoles  Jesús  : 

— Si  fuerais  ciegos,  no  tuvierais  pe- 
cado ;  mas  ahora  decís  ¡  «Vemos»  ; 
vuestro  pecado  subsiste. 


«Yo  soy  la  puerta»,  «Yo  soy  el  buen  pastor»,  io,  1-21 


-1  f\l  En  verdad,  en  verdad  os  digo, 

•*-^el  que  no  entra  ipor  la  puerta  en  el  redil  de  las  ovejas, 
sino  que  salta  por  otra  parte, 
ése,  ladrón  es  y  salteador  ; 

■  mas  el  que  entra  por  la  puerta  es  pastor  de  las  ovejas. 

*  A  éste  el  portero  le  abre,  y  las  ovejas  oyen  su  voz, 

y  llama  a  sus  ovejas  a  cada  una  por  su  nombre,  y  las  saca  afuera. 

4  Cuando  ha  sacado  afuera  todas  las  suyas, 
va  delante  de  ellas, 

y  las  ovejas  le  siguen,  porque  conocen  su  voz  ; 

5  mas  al  extraño  no  le  seguirán,  sino  que  huirán  de  él, 
porque  no  conocen  la  voz  de  los  extraños. 

'  Esta  alegoría  les  propuso  Je.^ús  :  mas  ellos  no  entendieron  qué  era 
lo  que  les  hablaba. 

7  Díjoles,  pues,  de  nuevo  Jesús  : 


*"*>  Ha  terminado  el  proceso  humano  y  sigue  el  juicio  divino.  Es  la  ii&naia  del 
drama  :  la  luz  divina  que  abre  los  ojos  a  los  ciegos  humildes  y  ofusca  y  ciega  la 
clarividencia  de  los  soberbios.  |  ¡  Para  un  juicio  vine  yo  a  este  mundo  :  para  que  los 
que  no  ven,  vean,  y  los  que  ven,  se  vueivan  ciegos.  Ante  la  diafanidad  de  la  sentencia 
huelgan  los  comentarios. 

'-21  Este  pasaje  se  divide  marcadamente  en  tres  partes  :  1)  el  verdadero  pas- 
tor (1-6);  2)  la  puerta  del  redil  (7-10);  3)  el  buen  pastor  Í11-18).  Sigue  la  conclu- 
sión (19-21).  La  primera  es  una  parábola  enigmática,  en  que  se  expone  solamente  la 
imagen  parabólica  sin  ninguna  indicación  de  su  moralidad.  Esta  moralidad  se  ex- 
pone en  la  segunda  y  en  la  tercera  partes  en  forma  de  alegoría.  Los  dos  puntos 
más  salientes  de  la  imagen  parabólica,  la  puerta  y  el  pastor,  en  vez  de  aplicarse 
a  Jesús  como  suele  hacerse  en  las  parábolas  comunes,  se  transforman  en  dos  ale- 
gorías, conexas  por  el  sentido,  pero  literariamente  independientes.  De  ahí  el  ca- 
rácter singular  de  este  pasaje,  mitad  parábola  y  mitad  alegoría.  La  originalidad  de 
este  género  literario  ha  desorientado  a  algunos  intérpretes,  que  no  han  sabido 
apreciar  su  carácter  y  su  valor  estético.  También  ha  sido  objeto  de  controversias 
la  conexión  lógica  de  este  pasaje  con  el  final  del  capítulo  precedente.  Lo  más 
probable  parece  que  ni  es  una  simple  continuación  ni  tampoco  un  nuevo  discurso 
enteramente  desligado,  sino,  en  un  sentido  intermedio,  et  desarrollo  de  un  tema 
lógicamente  nuevo,  dentro  de  la  misma  situación  y  delante  de  los  mismos  oyentes. 

1-4  El  realismo  y  la  belleza  se  dan  la  mano  en  esta  imagen  parabólica.  San  Juan 
la  llama  paroimía,  que  podría  traducirse  por  semejanza  (o  símil),  parábola,  enigma. 
La  versión  adoptada  tiene  la  ventaja  de  responder  mejor  al  predominio  de  la  ale- 
goría en  el  pasaje  y  al  uso  alegórico  que  se  hace  de  la  puerta  y  el  pastor. 

T-10La  inteligencia  de  este  pasaje,  bastante  difícil,  depende  de  la  previa  deter- 
minación de  su  estructura.  Se  enuncia  el  tema  :  Yo  soy  la  puerta  de  las  ovejas  (v.  71, 
que  se  desenvuelve  em  dos  ciclos  paralelos  (vv.  8-9,  v.  10),  cada  uno  de  los  cuales 
es  un  contraste  entre  los  ladrones  y  Cristo.  Este  contraste  binario  se  anuncia  ya 
en  la  sección  precedente  (1-6)  y  a  su  modo  se  reproduce  en  la  siguiente  (11-18).  Otra 


—  235  — 


10  8-17 


SAN  JUAN 


1Q8-17 


En  verdad,  en  verdad  os  digo 
que  yo  soy  la  puerta  de  las  ovejas. 

*  Todos  cuantos  vinieron  antes  de  raí,  ladrones  son  y  salteadores  ; 
mas  no  les  escucharon  las  ovejas. 

*  Yo  soy  la  puerta  ;  quien  entrare  por  mí  será  salvo, 
y  entrará  y  saldrá,  y  hallará  pasto. 

10  El  ladrón  no  viene  sino  para  robar,  y  matar,  y  destruir  ; 
yo  vine  para  que  tengan  vida  y  anden  sobrados. 
"  Yo  soy  el  buen  pastor. 

El  buen  pastor  expone  su  vida  por  las  ovejas  ; 

12  el  que  es  asalariado  y  no  pastor, 

de  quien  no  son  propias  las  ovejas, 

ve  venir  al  lobo  y  abandona  las  ovejas  y  huye, 

y  el  lobo  las  arrebata  y  dispersa, 

u  porque  es  asalariado  y  no  le  importa  de  las  ovejas. 

14  Yo  soy  el  buen  pastor, 

y  conozco  las  mías,  y  las  mías  me  conocen, 

15  como  me  conoce  mi  Padre  y  yo  conozco  a  mi  Padre  ; 
y  doy  mi  vida  por  las  ovejas. 

"  Y  otras  ovejas  tengo  que  no  son  de  este  aprisco  : 

ésas  también  tengo  yo  que  recoger,  y  oirán  mi  voz, 

y  vendrá  a  ser  un  solo  rebaño,  un  solo  pastor. 

"  Por  esto  me  ama  mi  Padre, 

iporque  yo  doy  mi  vida,  para  volverla  a  tomar. 

18  Nadie  me  la  quita,  sino  que  yo  por  mí  mismo  la  doy. 


tercera  categoría  de  personas,  pastores  subalternos  legítimos,  es  ajena  a  la  pará- 
bola o  alegoría,  y  contraria  además  a  la  unidad  de  pastor,  tan  enfáticamente  pro- 
clamada al  fin  (18).  Por  tanto,  el  sentido  de  la  expresión  temática  puerta  db  las 
ovejas  no  puede  significar  por  donde  se  entra  a  las  ovejas,  pues  semejante  interpre- 
tación introduciría  una  tercera  categoría  de  personas,  sino  más  bien  por  donde 
entran  y  salen  las  ovejas.  Este  sentido  habrá  de  ser  la  base  de  la  interpretación 
de  todo  el  pasaje. 

8  Cuantos  vinieron  :  conforme  al  sentido  casi  técnico  de  la  expresión  E;  auc  ha 
de  venir,  equivalente  a  «Mesías»,  esos  que  vinieron  son  los  que  se  presentaron 
como  Mesías. 

*  Quien  entrare...  :  la  expresión  metafórica  se  sustituye  por  la  propia.  Las 
ovejas  de  que  se  habla  son  los  hombres. 

10  Anden  sobrados  :  más  bien  que  «tengan  [la  vida]  abundante»,  como  frecuente- 
mente se  traduce.  Las  dos  expresiones  tengan  vida  y  anden  sobrados,  correspon- 
dientes a  las  dos  anteriores  será  salvo  y  hallará  pasto,  se  contraponen  a  la  doble 
acción  del  ladrón,  de  matar  y  robar. 

"-"Este  pasaje,  uno  de  los  más  bellos  de  todo  el  Evangelio,  contiene  la  mora- 
lidad de  la  parábola  inicial  bajo  la  imagen  alegórica  del  Buen  Pastor.  Puede  divi- 
dirse en  dos  secciones  :  la  primera  comprende  dos  ciclos  paralelos  encabezados  por 
la  expresión  temática  Yo  soy  el  buen  pastor;  la  segunda  (16-18)  contiene  dos  de- 
claraciones :  una  sobre  la  universalidad  del  rebaño,  otra  sobre  la  muerte  del  Pastor. 

"  Yo  soy  el  Buen  Pastor  :  esta  bellísima  denominación,  además  de  su  significado 
naiural  e  histórico,  es  un  eco  de  dos  series  divergentes  de  textos  bíblicos,  en  los 
cuales  se  denomina  «Pastor»  ya  al  esperado  «Mesías»,  ya  al  mismo  Yahveh.  En  labios 
de  Jesús  esta  denominación,  tan  hábilmente  preparada  y  tan  enfáticamente  reitera- 
da, es  una  declaración  inequívoca  de  su  mesianidad  y  de  su  divinidad.  ||  Expone 
y  da  su  vida  :  es  la  señal  suprema  del  amor  del  Pastor  a  su  grey.  Se  entrega  a  la 
muerte,  para  que  no  perezcan  sus  ovejas. 

El  vigoroso  contraste  entre  el  Buen  Pastor  y  el  asalariado  nos  lleva  derecha- 
mente al  Corazón  del  Pastor,  a  quien  sí  le  importa  de  las  ovejas. 

«-«  Conozco  las  ovejas  mías  :  intimidad  de  vida  entre  el  Pastor  y  la  grey,  com- 
parable a  la  que  existe  entre  el  Hijo  y  el  Padre. 

"Otras  ovejas:  son  los  gentiles.  II  Este  rebaño:  es  Israel,  al  cual  será  incor- 
porada la  gentilidad.  ||  Recoger  :  el  verbo  original  podría  también  traducirse  traer 
lal  rebaño],  conducir  o  guiar.  ||  Un,  solo  rebaño,  un  solo  pastor:  declaración  so- 
lemne de  la  unidad  y  universalidad  de  la  Iglesia  y  de  la  unidad  de  régimen  su- 
premo, que  poco  antes  se  ha  prometido  y  poco  después  se  conferirá  a  Pedro,  el  pri- 
mero de  los  obispos  de  Roma. 

17-is  Dos  particularidades  nota  Jesús  en  el  hecho  de  dar  su  vida:  la  libertad  con 
que  la  da  y  la  resurrección  que  coronará  su  sacrificio.  Tal  es,  concluye,  la  dispo- 
sición del  Padre. 


—  236  — 


10  18-21 


SAN  Jl'AX 


10  22-34 


Poder  tengo  para  darla 

y  poder  tengo  para  tomarla  otra 

Esta  orden  recibí  de  mi  Padre. 

"Otra  vez  se  originó  escisión  entre 
los  judíos  con  motivo  de  estas  pa- 
labras. 10  Y  decían  muchos  de  ellos : 

— Demonio  tiene  y  disparata.  ¿Pa- 
ra qué  le  escucháis  ? 

a  Otros  decían  : 

— Esas  palabras  no  .-*on  de  ende- 
moniado. ¿  Es  que  un  demonio  pue- 
de abrir  los  ojos  de  los  ciegos  ? 


vez. 

En  la  fiesta  de  la  Dedicación. 
io,  22-42 

23  Se  celebraba  por  entonces  en  Je- 
rusalén  la  fiesta  de  la  Dedicación. 
Era  invierno,  23  y  se  paseaba  Jesús 
en  el  templo  por"  el  pórtico  de  Salo- 
món. M  Le  rodearon,  pues,  los  ju- 
díos y  le  decían  : 

— ¿Hasta  cuándo  tienes  suspendo 
miestro  espíritu  ?  Si  tú  eres  el  Me- 
sías, dínoslo  abiertamente. 

2Í¡  Respondióles  Jesús  : 


Os  lo  dije,  y  no  me  creéis. 

Las  obras  que  yo  hago  en  el  nombre  de  mi  Padre, 
éstas  dan  testimonio  de  mí. 

w  Sin  embargo,  vosotros  no  creéis,  porque  no  sois  de  mis  ovejas. 

27  Mis  ovejas  oyen  mi  voz,  y  yo  las  conozco,  y  me  signen, 

*  y  yo  les  doy  la  vida  eterna, 

y  no  perecerán  eternamente, 

y  no  las  arrebatará  nadie  de  mi  mano. 

20  Mi  Padre,  que  me  las  ha  dado,  mayor  es  que  todo, 

y  nadie  puede  arrebatarlas  de  mano  de  mi  Padre. 

30  El  Padre  y  yo  somos  una  misma  cosa. 


31  Cogieron  de  nuevo  piedras  los 
judíos  para  apedrearle.  32  Respondió- 
les Jesús  : 

— Muchas  obras  buenas  hice  a  fa- 
vor vuestro  de  parte  de  mi  Padre  : 
¿  por  cuál  de  estas  obras  me  ape- 
dreáis ? 


33  Respondiéronle  los  judíos  : 

— No  te  apedreamos  por  obra  al- 
guna buena,  sino  por  blasfemia  y 
porque  tú,  siendo  hombre,  te  haces 
Dios-. 

34  Respondióles  Jesús  : 

— ¿  No  está  acaso  escrito  en  vuestra 


■**«  Se  nota  la  nueva  escisión  entre  los  judíos  motivada  por  las  palabras  de  Jesús. 

12-23  Antecedentes  históricos  y  composición  de  lugar.  La  fiesta  de  la  Dedicación, 
llamada  también  de  las  Enceuias,  fué  instituida  por  Judas  Macabeo  el  año  164  a.  d.  C, 
y  se  celebraba  el  25  del  mes  de  Kasleu  (diciembre). 

M  No  creéis,  porque  no  sois  de  mis  ovejas  :  el  sentido  es  :  ahora  no  creéis,  porque 
antes,  cuando  os  di  suficientes  señales  de  quien  yo  era,  no  quisisteis  creer  y  con  ello 
haceros  del  numero  de  mis  ovejas  ;  no  tenéis  la  fe  propia  de  mis  ovejas,  porque  no 
tuvisteis  antes  la  fe  con  que  os  hicierais  de  mis  ovejas. 

39  Existen  dos  variantes  :  a)  Mi  Padre  oue  me  [las]  ha  dado../;  b)  Lo  que  hí 
Padre  me  ha  dado...  La  primera  se  rechaza  por  varios  críticos  por  ser  trivial  ;  la 
secunda  se  acepta  por  ser  difícil.  Pero  ni  la  primera  es  trivial  ni  la  segunda  simple- 
mente difícil,  sino  incoherente.  No  es  trivial  la  primera,  sino  elemento  necesario 
del  raciocinio  que  hace  Jesús  para  probar  que  no  las  arrebatará  nadie  de  mi  mano. 
Es  incoherente  la  segunda,  tanto  si  por  lo  Que...  se  entienden  las  ovejas,  cuanto  si 
se  entiende  la  potencia  Que  el  Padre  ha  dado  al  Hijo. 

"Una  cosa:  el  género  neutro  de  la  palabra  original  excluye  la  unidad  de  per- 
dona, excluida  también  por  el  plural  somos  y  por  la  distinción  entre  el  Padre  y  yo. 
Por  otra  parte,  lo  enfático  de  la  expresión,  el  contexto,  el  sentido  obvio  entendido 
por  los  mismos  judíos  y  la  aiiología  que  luego  hace  Jesús,  todo  coincide  en  probar 
que  no  se  trata  de  una  unidad  meramente  moral  o  accidental  :  ha  de  ser,  por  tanto, 
unidad  de  potencia  y  de  naturaleza  o  esencia.  Con  razón,  pues,  vieron  los  Santo? 
Padres,  contra  los  arríanos,  expresada  en  e«tas  palabras  la  consustancialidad  del 
Hijo  con  el  Padre. 

*4-s*  A  la  acusación  de  blasfemia  opone  Jesús  el  testimonio  de  la  Escritura  y  el 
de  sus  obras.  Con  el  primero  decide  la  cuestión  nominal,  con  el  segundo  la  cuestión 


10  35-Hl 


SAN  JUAN 


112-11 


ley  (Sal.  Si,  6)  que  «Yo  dije  :  Sois 
dioses»?  35  Si  llamó  dioses  a  aque- 
llos a  quienes  se  dirigió  la  palabra 
de  Dios — y  no  puede  fallar  la  Escri- 
tura— ,  M  ¿  a  quien  el  Padre  santificó 
v  envió  al  mundo  decís  vosotros  : 
«Blasfemas»,  porque  dije:  «Soy  Hijo 
de  Dios»  ?  87  Si  no  hago  las  obras  de 
mi  Padre,  no  me  creáis  ;  38  mas  si 
las  hago,  ya  que  a  mí  no  me  creáis, 
•creed  a  las  obras,  para  que  sepáis  y 
entendáis  que  mi  Padre  está  en  mí 
y  yo  en  mi  Padre. 

30  Buscaban,  pues,  de  nuevo  cómo 
apoderarse  de  El,  y  se  escapó  de  sus 
manos. 

40  Y  se  marchó  otra  vez  al  otro  la. 
do  del  Jordán,  al  lugar  donde  Juan 
había  estado  primero  bautizando,  y 
moraba  allí.  41  Y  venían  muchos  a 
El,  y  decían  : 

—Juan  no  obró  ningún  milagro,  y 
todo  cuanto  dijo  Juan  de  éste  era 
verdad. 

Y  muchos  creyeron  allí  en  El. 


Lázaro  enferma  y  initcrc.  n,  1-16 

i  i  1  Había  un  enfermo,  Lázaro  de 
LJ-   Betania,  'la  aldea  de  María  y 


Marta,  su  hermana.  4  Era  María  la 
que  había  ungido  con  perfume  al 
Señor  y  enjugado  sus  pies  con  sus 
propios  cabellos,  cuyo  hermano  lá- 
zaro estaba  ahora  enfermo.  3  Envia- 
ron, pues,  las  hermanas  a  El  un  re- 
cado, diciendo  : 

— Señor,  mira,  el  que  amas  está 
enfermo. 

*  Oído  esto,  Jesús  dijo  : 

— Esta  enfermedad  no  es  para 
muerte,  sino  para  gloria  de  Dios,  a 
fin  de  que  por  ella  sea  glorificado  el 
Hijo  de  Dios. 

6  Estimaba  Jesús  a  Marta  y  a  sil 
hermana  y  a  Lázaro.  0  Como  oyó, 
pues,  que  estaba  enfermo,  por  en- 
tonces quedó  aún  dos  días  en  el  lu- 
gar donde  estaba  ;  '  luego  tras  esto 
dice  a  los  discípulos  : 

— Vamos  a  la  Judea  otra  vez. 

s  Dícenle  los  discípulos  : 

—Maestro,  ahora  trataban  de  ape- 
drearte los  judíos,  ¿v  otra  vez  vas 
allá? 

9  Respondió  Jesús  : 

— ¿No  son  doce  las  horas  del  día  ? 
Si  uno  camina  de  día,  no  tropieza, 
porque  ve  la  luz  de  este  mundo  ; 
10  mas  si  uno  camina  de  noche,  tro- 
pieza, porque  le  falta  la  luz. 

11  Esto  dijo,  y  tras  eso  les  dice  : 


real.  Con  el  primero  les  prueba  que  ellos  no  tendrían  derecho  a  acusarle  de  blasfe- 
mia, aun  cuando  él  crudamente  se  hubiera  aplicado  el  nombre  de  Dios.  Con  el 
segundo  les  prueba  que  el  nombre  de  Dios  en  El  no  es  una  pura  denominación 
destituida  de  realidad.  Esta  realidad  divina  la  expresa  con  tres  fórmulas  :  A  quien 
ei.  Padre  santificó,  Soy  Hijo  de  Dios,  Mi  Padre  está  en  mí  y  yo  en  mi  Padre, 
análogas  a  la  fórmula  precedente  Eí  Padre  y  yo  somos  una  cosa. 

36  No  puede  fallar  la  Escritura  :  indcfectibilidad  e  infalibilidad  de  la  Escritura, 
aun  en  pormenores  como  éste  de  que  se  trata. 

36  A  quien  el  Padre  santificó  :  triple  santidad  puede  señalarse  en  Cristo  :  i)  la 
santidad  de  su  naturaleza  divina,  recibida  del  Padre  por  la  eterna  generación  ;  2)  la 
santidad  sustancial  de  su  naturaleza  humana,  derivada  de  su  unión  hipostática  con 
el  Verbo  ;  3)  la  santidad  accidental  de  la  misma  naturaleza  humana,  efecto  de  la 
plenaria  infusión  del  Espíritu  Santo.  I.as  palabras  A  quien  kl  Padre  santificó  pare- 
cen expresar  preferentemente  la  santidad  sustancial  de  la  naturaleza  humana.  Así 
entendidas  resultan  más  propias. 

-J  -J   1  Betania  distaba  de  Jerusalén  unos  15  estadios,  es  decir,  de  dos  a  tres  kiló- 
metros. 

2  La  que  había  ungido  :  parece  una  alusión  a  la  unción  de  la  mujer  pecadora 
de  que  habla  San  Lucas  (7,  37-38) .  Si  así  es,  habrá  de  identificarse  María  de  Betania 
con  la  anónima  pecadora.  Otros  traducen  la  que  ungió,  y  creen  que  se  alude  pro- 
lépticamente  a  la  unció™  de  que  luego  (¡2,  3)  habla  el  mismo  San  Juan.  Pero  se- 
mejantes aoristos  prolépticos  no  se  hallan  en  el  cuarto  Evangelio. 

'Señor,  mira,  el  que  amas  está  enfermo:  ejemplo  del  modo  de  orar  que  llaman 
de  insinuación  (La  Puente,  NIed.  esp.,  3,  41.  1).  cuya  fuerza  está  en  su  delicadeza. 
Es  conocida  la  glosa  de  San  Agustín  :  «Basta  que  lo  sepas  ;  pues  no  sabes  amar  v 
desamparar.» 

6  Quedó  aún  dos  días  :  dice  San  Agustín  :  «Dilató  el  sanar  para  poder  resuci- 
tar.» ||  En  el  lugar  donde  estara:  «al  otro  lado  del  Jordán...,  donde  Juan  había 
estado  primero  bautizando»  (10,  40!. 

»-io  Hay  en  estas  palabras  una  doble  comparación.  Como  son  doce  las  iioras  del 
día,  así  están  fijados  los  días  de  mi  vida  ;  y  como  sí  uno  camina  de  día,  no  tromeza, 
así  puedo  yo  ahora  ir  sin  peligro  a  la  Judea. 


-238- 


Ü  12-26 


SAN  JUAN 


11  27-38 


— Lázaro,  nuestro  amigo,  se  ha  dor- 
mido, pero  voy  a  despertarle. 

M  Dijéronle,  pues,  los  discípulos  : 

— Señor,  si  duerme,  sanará. 

13  Jesús  había  hablado  de  su  muer- 
te, mas  ellos  pensaron  que  hablaba 
del  sueño  natural.  "  Entonces,  pues, 
díjoles  Jesús  abiertamente  : 

— Lázaro  murió,  13  y  me  alegro  por 
vosotros  de  no  haber  estado  allí,  pa- 
ra que  creáis.  Pero  vamos  a  él. 

"Dijo,  pues,  Tomás,  el  llamado 
Dídimo  (o  Mellizo),  a  los  condiscí- 
pulos : 

— Vamos  también  nosotros  para 
morir  con  El. 


EJ  luto  de  Marta  y  María,  u,  17-37 

"  Venido,  pues,  Jesús,  le  halló  que 
llevaba  ya  cuatro  días  en  el  sepul- 
cro. 18  Estaba  Betania  cerca  de  Je- 
rusalén,  como  a  unos  quince  esta- 
dios. 18  Muchos  de  los  judíos  habían 
venido  a  Marta  y  María  para  darles 
el  pésame  de  su  hermano.  20  Marta, 
pues,  así  que  oyó  que  Jesús  llegaba, 
le  fué  a  ^encontrar  ;  María,  en  tanto, 
quedaba  en  casa.  *  Dijo,  pues,  Mar. 
ta  a  Jesús  : 

— Señor,  si  estuvieras  aquí  no  se 
hubiera  muerto  mi  hermano  ;  *  nc 
obstante,  ahora  sé  que  cuanto  pidie- 
res a  Dios,  Dios  te  lo  otorgará. 

3  Dícela  Jesús  : 

— Resucitará  tu  hermano. 

54  Dícele  Marta  : 

— Sé  que  resucitará  cuando  la  re 
surrección  universal  el  último  día. 

*  Díjola  Jesús  :  . 

— Yo  soy  la  resurrección  y  la  vi 
da  ;  quien  cree  en  mí,  aun  cuando 
se  muera,  vivirá  ;  26  y  todo  el  que 
vive  y  cree  en  mí,  no  morirá  para 
siempre.  ¿Crees  esto? 


"  Dícele  : 

— Sí,  Señor  ;  yo  creo  que  tú  eres  el 
Mesías,  el  Hijo  de  Dios,  que  viene 
al  mundo. 

*  Y  habiendo  dicho  esto,  6e  fué  y 
llamó  secretamente  a  María,  su  her. 
mana,  diciendo  : 

— El  Maestro  está  aquí  y  te  llama. 

38  Ella,  como  lo  oyó,  se  levanta  al 
instante  y  se  va  para  El.  30  Todavía 
Jesús  no  había  llegado  a  la  aldea* 
sino  que  estaba  aún  en  el  sitio  don- 
de Marta  le  había  encontrado.  81  Los 
judíos,  pues,  que  se  hallaban  con  ella 
en  la  casa  y  la  consolaban,  viendo 
que  María  se  levantó  de  presto  y 
salió,  siguieron  tras  ella,  pensando 
que  se  iba  al  sepulcro  para  llorar 
allí.  3:  María,  pues,  como  vino  a  don- 
de estaba  Jesús,  en  viéndole,  se  le 
echó  a  los  pies,  diciéndole  : 

— Señor,  si  estuvieras  aquí,  no  se 
me  hubiera  muerto  el  hermano. 

83  Jesús,  pues,  como  la  vió  llorar, 
y  que  lloraban  también  los  judíos 
que  con  ella  habían  venido,  se  estre- 
meció en  su  espíritu  y  se  conturbo, 
*  y  dijo  : 

— ¿  Dónde  le  habéis  puesto  ? 

Dicen  le  : 

— Señor,  ven  y  lo  verás. 

35  Lloró  Jesús."  38  Decían,  pues,  los 
judíos  : 

— Mira  cómo  le  quería. 

37  Mas  algunos  de  ellos  dijeron  : 

— ¿No  podía  éste,  que  abrió  los 
ojos  del  ciego,  hacer  que  también 
éste  no  muriese  ? 


38-46 


38  Jesús,  pues,  estremeciéndose  otra 
vez  en  su  interior,  se  dirige  al  se- 
pulcro. Era  éste  una  cueva,  sobre  la 


15  Me  alegro  de  no  haber  estado  allí:  confiesa  el  Señor  su  debilidad,  que,  de 
estar  allí,  no  hubiera  resistido  a  las  lágrimas  de  las  dos  hermanas  del  enfermo. 
Con  ello  nos  enseña  el  Maestro  la  diferencia  entre  la  oración  ausente  y  la  oración 
presente.  I 

*  Yo  soy  la  resurrección  Y  la  vida  :  es  la  didnoia  o  significación  trascendental 
del  milagro  que  va  a  obrar.  No  están  reñidos  historicidad  y  simbolismo. 

"  Yo  creo  :  magnífica  profesión  de  fe  por  razón  del  objeto,  no  tanto  por  su 
firmeza,  como  pronto  se  mostrará. 

»  Te  llama  :  sin  duda  que  el  Maestro  había  dado  a  Marta  este  encango,  aun 
cuando  no  lo  exprese  el  evangelista. 

a  Se  estremeció  :  la  múltiple  ciencia  sobrenatural  que  poseía  no  impedía  en  el 
Salvador  que  la  sensibilidad  se  excitase  normalmente  en  todo  lo  que  no  argüía 
imperfección  moral. 

33  Las  cuevas  sepulcrales  eran  de  dos  maneras.  Cuando  la  roca  se  levantaba,  se 
excavaban  lateralmente;  cuando  el  terreno  rocoso  era  llano,  se  excavaban  vertical- 


-  2.3Q  — 


11  39-47 


SAN 


JUAN 


11  48-56 


cual  había  una  losa  puesta.  "  Dice 
Jesús  : 

—Quitad  la  piedra. 

Dicele  Marta,  la  hermana  del  di- 
funto : 

— Señor,  ya  huele  mal,  que  es  niuei- 
to  de  cuatro  días. 
40  Dícele  Jesús  : 

— ¿No  te  dije  que,  si  creyeres,  ve- 
rás la  gloria  de  Dios  ? 
*  41  Quitaron,  pues,  la  piedra.  Jesús 
alzó  sus  ojos  al  cielo,  y  dijo  : 

—Padre,  gracias  te  doy  porque  me 
oíste.  42  Yo  ya  sabía  que  siempre  me 
oyes  ;  mas  lo  dije  por  la  muchedum- 
bre que  me  rodea,  a  fin  de  que  crean 
que  tú  me  enviaste. 

43  Y  dicho  esto,  con  voz  poderosa 
clamó  : 

— Lázaro,  ven  afuera. 

44  Y  salió  el  difunto  atado  de  pies 
y  manos  con  vendas,  y  su  rostro  es- 
taba envuelto  en  un  sudario.  Díceles 
Jesús  : 

— Desatadle  y  dejadle  andar. 

46  Muchos,  pues,  de  los  judíos,  que 
habían  venido  a  casa  de  María,  vien- 
do lo  que  hizo  creyeron  en  El.  40  Mas 
algunos  de  entre  ellos  se  fueron  a 
los  fariseos  y  les  contaron  lo  que 
Jesús  había  hecho. 

Determinan  los  judíos  dar  muerte 
a  Jesús,  n,  47-53 

47  Convocaron,  pues,  los  sumos 
sacerdotes  y  ilos  fariseos  el  sanhe- 
drín,  y  decían  : 


— ¿Qué  hacemos?,  pues  ese  hom- 
bre obra  muchas  maravillas.  48  Si  le 
dejamos  así,  todos  creerán  en  El,  y 
vendrán  los  romanos  y  arruinarán 
nuestro  templo  y  nuestra  nación. 

4UUrio  de  ellos,  Caifás,  que  era  aquel 
año  sumo  sacerdote,  les  dijo  : 

— Vosotros  no  sabéis  nada,  60  ni  re- 
flexionáis que  os  interesa  que  muera 
un  solo  hombre  por  el  pueblo  y  que 
no  perezca  toda  la  nación. 

61  Esto  dijo  no  por  su  propio  impul- 
so, sino  que,  como  era  sumo  sacer- 
dote aquel  año,  profetizó  que  Jesús 
había  de  morir  por  la  nación,  62y  no 
por  la  nación  solamente,  sino  para 
que  los  hijos  de  Dios  que  estaban 
dispersos  los  juntase  en  uno. 63  A  par- 
tir, pues,  de  aquel  día,  resolvieron 
hacerle  morir. 


Jesús  se  retira  a  Efrén.  íi,  54-56 

61  Jesús,  pues,  no  se  presentaba  ya 
en  público  entre  los  judíos,  sino  que 
se  retiró  de  allí  a  la  región  vecina  al 
desierto,  a  la  ciudad  llamada  Efrén, 
y  allí  demoraba  con  sus  discípulos. 

65  Se  aproximaba  ya  la  Pascua  de 
los  judíos,  y  subieron  muchos  del 
país  a  Jerusalén  antes  de  la  Pascua 
con  el  fin  de  purificarse.  í<s  Busca 
ban,  pues,  a  Jesús,  y  se  decían  unos 
a  otros  estando  en  el  templo  : 

— ¿  Qué  os  parece  ?  ¿  Que  no  ven- 
drá a  la  fiesta  ? 

Los  príncipes  de  los  sacerdotes  y 


mente  o  hacia  abajo.  El  sepulcro  de  Lázaro,  probablemente  de  este  segundo  tipo, 
sería  una  cavidad  subterránea,  sobre  cuya  entrada  había  una  losa  puesta. 

12  Antes  de  obrar  este  milagro,  el  mayor  de  cuantos  obró  en  su  vida  mortal,  quiere 
Tesús  subrayar  su  valor  apologético.  La  verdad  histórica  del  milagro  iba  a  ser 
patente  ;  no  menos  patente  sería  su  verdad  filosófica  ;  lo  que  Jesús  quiso  recalcar 
fué  su  verdad  teológica  :  que  era  obra  de  Dios.  Al  presentar  Jesús  este  milagro 
como  argumento  decisivo  de  su  mesianidad  comprometía  la  verdad  de  Dios,  que  en 
tales  circunstancias  no  podía  garantizar  con  el  milagro  las  pretensiones  de  ui: 
falso  Mesías. 

«-«  es  singular  la  lógica  con  que  discurren  los  sanhedritas.  Primeramente,  si 
Jesús  obraLa  muchos  milagros  en  prueba  de  su  divina  misión,  la  lógica  exigía  que 
creyesen  en  El,  en  vez  de  revolverse  contra  el  taumaturgo.  En  segundo  lugar,  si 
Jesús  era  el  Mesías  que  iba  a  inaugurar  el  reino  de  Dios,  ¿  qué  podrían  contra  El 
los  romanos  ni  todos  los  poderes  de  la  tierra  ? 

48  No  tenía  razón  Caifás  para  llamar  insolentemente  ignorantes  a  los  demás, 
ruando  no  hace  sino  expresar  brutalmente  lo  que  ellos  habían  ya  insinuado. 

M  Se  invoca  la  razón  de  estado  para  atrepellar  la  justicia.  Mas  la  justicia  atro- 
pellada arruina,  al  fin,  a  los  estados. 

M-62  Caifás  dijo  más  que  supo.  Instrumento  inconsciente  de  Dios,  es  decir,  movido 
por  cierto  instinto  profético,  no  por  el  carisma  de  la  verdadera  profecía,  como  ad- 
vierte Santo  Tomás  (2-2,  q.  173,  a.  4),  profetizó  que  Jesús  iiabía  de  morir  por  la 
salud  de  los  judíos  y  de  todos  los  hombres. 

64  Efrén  o  Efralm  (llamada  también  Ofra,  Efrón...,  hoy  Taycbeh)  dista  de  Je- 
rusalén, hacia  el  NE.  20  millas  romanas  (unos  30  kilómetros),  a  unos  siete  kilóme- 
tros al  NE.  de  Betel. 


—  240  — 


SAN  JUAN 


12  7-15 


los  fariseos  habían  dado  órdenes  de 
que  si  alguno  supiese  dónde  estaba 
le  denunciase,  a  fin  de  apoderarse 
de  Él. 


María  unge  al  Señor.  íz,  i-n 

i  o  1  Jesús,  pues,  seis  días  antes 
de  la  Pascua  vino  a  Betania, 
donde  se  hallaba  Lázaro,  a  quien  Je- 
sús había  resucitado  de  entre  los 
muertos.  2  Dispusieron,  pues,  en  su 
obsequio  una  cena  allí,  y  Marta  ser- 
vía, y  Lázaro  era  uno  de  los  que  es- 
taban a  la  mesa  con  El.  8  María, 
pues,  tomando  una  libra  de  perfume 
de  nardo  legítimo  de  subido  precio, 
ungió  los  ipies  de  Jesús  y  los  enjugó 
con  sus  cabellos,  y  la  casa  se  llenó 
de  la  fragancia  del  perfume.  4  Dice, 
pues,  Judas  Iscariote,  uno  de  sus 
discípulos,  el  que  le  iba  a  entregar  ¡ 

5 — ¿Por  qué  no  se  vendió  este  per- 
fume en  trescientos  denarios  y  se 
dió  a  los  pobres  ? 

a  Dijo  esto  no  porque  le  importase 
de  los  pobres,  sino  porque  era  la- 


drón, y  como  guardaba  la  bolsa, 
hurtaba  lo  que  en  ella  se  echaba. 
7  Dijo,  pues,  Jesús  : 

—Déjala  que  lo  haya  guardado  pa- 
ra el  día  de  mi  sepultura.  s  Porque 
a  los  pobres  siempre  los  tenéis  con 
vosotros,  mas  a  mí  no  siempre  me 
tenéis. 

0  Enteróse,  pues,  la  turba  numero- 
sa de  los  judíos  de  que  estaba  allí, 
y  vinieron  no  por  Jesús  solamente, 
sino  también  por  ver  a  Lázaro,  a 
quien  había  resucitado  de  entre  lo* 
muertos.  10  Y  resolvieron  los  sumos 
sacerdotes  matar  también  a  Lázaro, 
u  pues  muchos  de  los  judíos,  a  cau- 
sa de  él,  se  les  iban  y  creían  en  Je- 
sús. 


Entrada  triunfal  en  Jerusalén. 
12,  12-19 

a  Al  día  siguiente,  la  gran  muche- 
dumbre que  había  venido  a  la  fies- 
ta, al  oír  que  venía  Jesús  a  Jerusa- 
lén, 13  tomaron  palmas,  y  salieron  a 
su  encuentro,  y  clamaban  : 


¡  Hosanna ! 

Bendito  el  que  viene  en  el  nombre  del  Señor, 
y  el  Rey  de  Israel. 


11  Hallando  Jesús  un  asnillo,  montó  sobre  éQ,  según  está  escrito  (Za- 
carías, 9,  9I  : 

15  No  temas,  hija  de  Sión  ; 

mira,  tu  Rey  viene 

montado  sobre  un  pollino  de  asna. 


-j  o  1  Seis  días  antes  de  i.a  Pascua  :  probablemente  el  S  de  Nisán,  que  era  viernes.  La 
■*«  cena  pudo  ser  al  anochecer,  comenzado  ya  el  sábado  judío,  o  más  verosímil- 
mente el  día  siguiente. 

2  Por  San  Mateo  (26,  6)  y  San  Marcos  (14,  3)  sabemos  que  el  que  dió  la  cena 
fué  Simón  el  leproso.  El  hecho  de  que  Marta  servía  supone  cierta  intimidad  entre 
Simón  y  la  familia  de  Lázaro. 

3  La  libra  romana  equivalía  a  327  gramos  y  medio.  ||  El  perfume  de  nardo,  bi 
era  legítimo  o  auténtico,  era  el  más  apreciado  de  los  perfumes. 

4  Judas  fué  el  que  inició  la  murmuración,  que  contagió  luego  a  otros  discípulos. 

5  El  valor  de  trescientos  denarios,  fijado  por  un  avaro  despechado,  parece  algo 
fantástico.  San  Mateo,  más  entendido  en  estas  materias,  no  habla  de  esos  trescientos 
denarios. 

'Para  el  día  de  mi  sepultura:  delicadamente  espiritualiza  Jesús  esta  unción  al 
considerarla  no  como  un  lujoso  regalo  convival,  sino  como  un  obsequio  funera- 
rio. I|  María,  tan  solícita  y  generosa  en  ungir  a  Jesús,  y  que  ademas  oyó  esta 
alusión  a  la  unción  sepulcral,  no  podía  menos  de  hallarse  en  el  grupo  de  las  mi- 
róforas,  tan  solicitas  y  generosas  en  sus  propósitos  de  ungir  el  cadáver  del  Maestro. 
Y  si  era  una  de  ellas,  no  podía  ser  otra  que  María  Magdalena. 

12  Al  día  siguiente:  era  el  domingo  io  de  Nisán.  ||  La  gran  muchedumbre:  eran 
principalmente  los  forasteros  que  habían  venido  a  la  fiesta,  entre  los  cuales  pre- 
dominarían los  galileos.  El  motivo  determinante  de  recibir  a  Jesús  en  palmas  fué 
la  noticia  de  la  resurrección  de  Lázaro.  Esta  muchedumbre  venida  de  Jerusalén 
se  reunió  con  la  que  venía  con  Jesús  desde  Betania. 

u  El  Rev  de  Israel  :  el  Mesías.  San  Juan  da  mayor  relieve  al  sentido  de  realeza 
expresado  eu  las  aclamaciones  populares. 


—  241  — 


12  16-19 


SAN  JUAN 


12  20-32 


"  Estas  cosas  no  las  conocieron  sus 
discípulos  desde  un  principio,  sino 
que,  cuando  fué  glorificado  Jesús, 
entonces  recordaron  que  tales  cosas 
estaban  escritas  sobre  El,  y  éstas 
fueron  las  que  con  El  hicieron.  "Da- 
ba, pues,  testimonio  la  turba  que 
con  El  estaba  cuando  llamó  a  Láza- 
ro del  sepulcro  y  le  resucitó  de  en- 
tre los  muertos.  18  Por  esto  también 
le  salió  al  encuentro  la  muchedum- 
bre, por  haber  oído  que  El  había 
obrado  este  portento. 

19  Los  fariseos ,  pues  ,  se  dijeron 
unos  a  otros  : 

— Veis  que  nada  lográis  ;  he  aquí 
que  el  mundo  se  fué  tras  El. 


Unos  gentiles  desean  ver  a  Jesús 
12,  20-36 

;"  Había  unos  griegos  de  los  que 
subían  a  honrar  a  Dios  en  la  solem- 
nidad. 23  Estos  se  acercaron  a  Feli- 
pe, que  era  de  Betsaida  de  Galilea, 
y  le  rogaban  diciendo  : 

- — Señor,  deseamos  ver  a  Jesús. 

2a  Viene  Felipe  y  se  lo  dice  a  An- 
drés ;  vienen  Andrés  y  Felipe  y  se 
lo  dicen  a  Jesús.  -1  Jesús  tes  respon' 
de  diciendo  : 


Ha  llegado  la  hora  de  que  sea  glorificado  el  Hijo  del  hombre. 
11  En  verdad,  en  verdad  os  digo, 

si  el  grano  de  trigo  no  cae  en  tierra  y  muere,  queda  él  solo  ; 
mas  si  muere,  lleva  mucho  fruto. 
''''  Quien  ama  su  vida,  la  pierde  ; 

y  quien  aborrece  su  vida  en  este  mundo,  la  guardará  para  la  vida  eterna. 
''  Quien  me  sirve,  sígame  ; 

v  donde  estoy  yo,  allí  también  estará  mi  servidor. 

A.  quien  me  sirviere,  mi  Padre  le  honrará. 

°;  Ahora  mi  alma  se  ha  turbado  ;  y  ¿qué  diré? 

Padre,  sálvame  de  esta  hora. 

Mas  para  esto  vine  a  esta  hora. 

a  Padre,  glorifica  tu  nombre. 


Vino,  pues;  una  voz  del  cielo  :  y  lo  oyó,  decía  que  había  sido  un 

— Le  glorifiqué  y  de  nuevo  le  glo-  "trueno.  Otros  decían  : 

rificaré.  ■ — Un  ángel  le  ha  hablado. 

39  La  turba,  pues,  que  allí  estaba  3"  Respondió  Jesús  y  dijo  : 

No  por  mí  ha  venido  esta  voz,  sino  por  vosotros. 

sl  Ahora  es  el  juicio  de  este  mundo  ; 

ahora  el  príncipe  de  este  mundo  será  arrojado  fuera. 

Y  yo,  cuando  fuere  levantado  de  la  tierra, 
a  todos  arrastraré  hacia  mí. 


18  Advierte  oportunamente  el  evangelista  que  el  cumplimiento  de  la  profecía  no 
fué  estudiado,  sino  espontáneo  e  inconsciente. 

"o-30  Esta  sección  se  divide  en  tres  partes  :  demanda  de  unos  gentiles  (20-28),  la 
voz  del  cielo  (28-33),  desorientación  de  los  judíos  (34-36). 

31  Unos  griegos:  eran  gentiles,  que,  sin  ser  prosélitos  o  estar  afiliados  al  judais- 
mo, adoraban  al  verdadero  Dios  y  reconocían  la  superioridad  de  la  religión  judaica. 

22  No  dice  el  evangelista  si  Jesús  ¿iccedió  a  la  demanda  de  los  griegos.  Ni  los 
intérpretes  están  de  acuerdo. 

23-M  Tres  pensamientos  resaltan  en  las  palabras  de  Jesús,  todos  relacionados  con 
su  próxima  muerte  :  que  será  su  glorificación  y  el  principio  de  su  eficacia  sal- 
vadora (23-24)  ;  ejemplo  que  todos  deberán  imitar  para  lograr  la  vida  eterna  (25-26)  ; 
que  de  presente  le  conturba  (27-28). 

3,-28  Preludio  de  las  agonías  de  Getsemaní :  la  turbación,  la  petición  condiciona- 
da y  la  aceptación  definitiva  de  la  voluntad  del  Padre.  Opinan  algunos  que  la  ora- 
ción «sálvame...»  es  interrogativa.  Semejante  interpretación  parece  alambicada. 

S1-32  Dos  frutos  de  la  muerte  de  Jesús  :  la  victoria  sobre  -Satanás,  EL  PRÍNCIPE  de 
este  mundo,  y  la  atracción  universal  hacia  Cristo  crucificado. 


—  2.12  — 


12  33-45 


SAX  JUAN 


12  35-49 


M  Esto  decía  significando  con  cuál  te,  y  ¿  cómo  dices  tú  que  «Tiene  que 

muerte  había  de  morir.  31  Respon-  ser  exaltado  el  Hijo  del  hombre»  ? 

dióle,  pues,  la  turba  :  ¿  Quién  es  ese  Hijo  del  hombre  ? 

— Nosotros  hemos  oído  de  la  Ley  "  Díjoles,  pues,  Jesús  : 
que  el  Mesías  permanece  eternamen- 

Todavía  breve  tiempo  está  la  luz  con  vosotros. 

Caminad  mientras  tenéis  la  luz,  para  que  las  tinieblas  no  os  sorprendan 
Y  quien  camina  en  las  tinieblas  no  sabe  dónde  va. 
*  Mientras  tenéis  la  luz,  creed  en  la  luz, 
para  que  seáis  hijos  de  la  luz. 

Esto  habló  Jesús,  y  retirándose  se  escondió  de  ellos. 


Conclusión  del  ministerio  público:  la  incredulidad  de  los  judíos.  12,  37-50 

37  Habiendo  obrado  tan  grandes  maravillas  en*  presencia  de  ellos,  no 
creían  en  El,  38  para  que  se  cumpliese  la  palabra  del  profeta  Isaías,  cuan- 
do dijo  (53,  1)  : 

Señor,  ¿quién  dió  fe  a  nuestro  mensaje? 

¿Ya  quién  ha  sido  revelado  el  Brazo  del  Señor  ? 

39  Por  esto  eran  incapaces  de  creer,  porque  también  dijo  Isaías  (6,  9-10)  : 

w  Cegó  sus  ojos  y  endureció  su  corazón, 

para  que  no  vean  con  los  ojos  ni  entiendan  con  el  corazón, 

y  se  vuelvan  a  mí,  y  yo  los  sane. 


41  Esto  dijo  Isaías,  cuando  vió  su 
gloria  y  habló  de  El. 

0  Con  todo,  aun  de  los  jefes  mu- 
chos creyeron  en  El  ;  mas  por  mie- 
do a  los  fariseos  no  se  declaraban, 
para  no  ser  expulsados  de  las  sina- 
gogas, 43  porque  amaron  la  gloria  de 
los  hombres  más  que  la  gloria  de 
Dios.  44  Mas  Jesús  levantó  la  voz  y 
dijo  : 

— Quien  cree  en  mí  no  cree  en  mf, 
sino  en  aquel  que  me  envió.  46  Y 
quien  me  ve,  ve  al  que  me  envió. 


16  Yo  vine  como  luz  al  mundo,  para 
que  todo  el  que  crea  en  mí  no  quede 
en  las  tinieblas.  Y  quien  oyere  mis 
palabras  y  no  las  guardare,  yo  no  le 
juzgo,  porque  no  vine  para  juzgar 
al  mundo,  sino  para  salvar  al  mun- 
do. **  Quien  me  desecha  y  no  recibe 
mis  palabras,  ya  tiene  quien  le  juz- 
ga. La  palabra  que  hablé,  ésa  le  juz- 
gará en  el  último  día.  49  Que  yo  no 
hablé  por  mi  iniciativa,  sino  el  Pa- 
dre, que  me  envió,  El  me  dió  la  or- 
den de  qué  había  de  decir  y  qué  ha- 


rtadas de  los  j li- 
es amonesta  que 


Sí-*i  En  vez  de  contestar  directamente  a  las  preguntas  descoi 
dios,  a  las  cuales  pronto  los  hechos  darían  cumplida  respuesta 
aprovechen  el  breve  iie.\ipo  que  TODAVÍA  está  la  luz  con  ellos. 

38  P*ra  que  se  cumpliese:  expresa  simple  consecuencia,  o  bien  la  finalidad  inhe- 
rente a  la  conexión  lógica  de  los  hechos. 

"  Por  esto  eran  incapaces  de  creer  :  es  la  incapacidad  consecuente  de  la  ceguera 
de  que  habla  Isaías. 

40  Cfgó  sus  ojos...  :  la  acción  de  Dios  no  intenta  la  ceguera  del  hombre  ;  pero  (te 
hecho  la  produce  en  los  que  la  reciben  culpablemente  indispuestos. 

"  Cuando  vió  su  gloria  :  la  sublime  visión  del  Rey  divino,  Yahvé  de  los  ejérci- 
tos (Is.  6,  5),  es  la  visión  de  la  gloria  de  Cristo  :  magnífico  testimonio  de  su  divi- 
nidad. '  |J  j 

4i-«o  contra  el  unánime  sentir  de  todos  los  antiguos  intérpretes,  muchos  modernos 
consideran  este  íszonamiento  como  una  síntesis  compuesta  por  el  evangelista.  Se- 
mejante hipótesis,  que  a  primera  vista  parece  plausible,  miiada  más  de  cerca  resulta 
innecesaria  y  ofrece  serias  dificultades.  Ya  la  fórmula  introductoria  Mas  Jfsvs  levantó 
la  voz  y  dijo  choca  demasiado  contra  la  hipótesis  moderna.  Por  lo  demás,  entre  las 
dos  indicaciones  cionológicas  del  evangelista  12,  12  (=domingo),  y  13,  1  (=jiuewes), 
queda  amplio  margen  en  que  colocar  este  razonamiento  de  Jesús. 


—  243  — 


12  50-13  io 


SAN  JUAN 


13 


bía  de  hablar.  60  Y  sé  que  su  manda- 
miento es  vida  eterna.  Lo  que  3'o 
hablo,  pues,  así  lo  hablo,  conforme 
me  lo  ha  encargado  el  Padre. 


Lava  Jesiís  los  pies  a  sus  discípulos. 
i3.  i-i7 

"i  o  1  Ell  día  antes  de  la  fiesta  de  la 
•*-"  Pascua,  sabiendo  Jesús  que  era 
llegada  su  hora  de  pasar  de  este  mun- 
do al  Padre,  como  hubiese  amado  a' 
los  suyos  que  estaban  en  el  mundo, 
los  amó  hasta  el  extremo.  2  Y  co- 
menzada la  cena,  como  ya  el  diablo 
hubiese  puesto  en  el  corazón  a  Ju- 
das, hijo  de  Simón,  el  Iscariote, 
que  le  entregase,  3  sabiendo  que  to- 
das las  cosas  las  entregó  el  Padre 
en  sus  manos  y  que  de  Dios  salió  y 
a  Dios  vuelve,  1  levántase  de  la  cena 
y  deja  los  vestidos,  y  tomando  un 
lienzo,  ciñóse  con  él.  5  Luego  echa 
agua  en  un  barreño  y  comenzó  a  la- 
var los  pies  de  los  discípulos  y  en- 
jugarlos con  el  lienzo  con  que  esta- 
ba ceñido.  6  Llega,  pues,  a  Simón  Pe- 
dro. Y  dícele  éste  : 

— Señor,  ¿tú  a  mí  lavas  los  pies? 

'  Respondió  Jesús  y  le  dijo  : 

— Lo  que  yo  hago  tú  no  lo  sabes 
ahora,  mas  lo  entenderás  después. 

8  Pedro  le  dice  : 

— No  lavarás  mis  pies  nunca  jamás. 

Respondióle  Jesús  : 

— Si  no  te  lavare,  no  tienes  parte 
conmigo. 

0  Dícele  Simón  Pedro  : 

— Señor,  no  mis  pies  solamente, 
sino  también  las  manos  y  la  cabeza. 

10  Dícele  Jesús  : 

— El  que  se  ha  bañado  no  necesita 
lavarse  sino  los  pies;  antes  bien,  es- 
tá limpio  todo.  Y  vosotros  limpios 
estáis,  aunque  no  todos. 


"  Pues  conocía  al  que  le  entrega- 
ba ;  por  esto  dijo  :  «No  todos  estáis 
limpios.»  12  Pues  como  les  hubo  la- 
vado los  pies,  tomó  sus  vestiduras 
y,  puesto  de  nuevo  a  la  mesa,  les 
dijo  : 

— ¿  Entendéis  qué  es  lo  que  he  he- 
cho con  vosotros  ?  13  Vosotros  me  lla- 
máis «el  Maestro  y  el  Señor»,  y  de- 
cís bien,  pues  lo  soy.  u  Si,  pues,  os 
lavé  los  pies,  yo,  el  Señor  y  el  Maes- 
tro, también  vosotros  debéis  unos 
a  otros  lavaros  los  pies.  15  Porque 
ejemplo  os  di,  para  que  como  yo  hi- 
ce con  vosotros,  así  vosotros  lo  ha- 
gáis. 10  En  verdad,  en  verdad  os  di- 
go :  no  es  el  siervo  mayor  que  su 
señor,  ni  el  enviado  mayor  que  el 
que  le  envió.  u  Si  esto  sabéis,  bien- 
aventurados sois  si  lo  hiciereis. 

Denuncia  al   traidor.   13,  18-30 
(  =  Mt.  26,  21-25  =M'c.  14,  18-21 
=  Lc.  22.  21-23) 

15  No  de  todos  vosotros  lo  digo  : 
yo  sé  a  quiénes  me  escogí ;  sino  que 
se  había  de  cumplir  la  Escritura 
(Sal.  40,  10)  :  «El  que  come  mi  pan, 
levantó  contra  mí  su  calcañar.» 
19  Desde  ahora  os  lo  digo,  antes  de 
que  suceda  para  que,  cuando  suce- 
diere creáis  que  yo  soy.  20  En  ver- 
dad, en  verdad  os  digo  :  quien  reci- 
be al  que  yo  envío,  a  mí  me  recibe  ; 
y  quien  a  mí  me  recibe,  recibe  al 
que  me  envió. 

21  En  diciendo  esto,  Jesús  se  con- 
turbó en  su  espíritu  y  declaró  y  dijo  : 

— En  verdad,  en  verdad  os  digo 
que  uno  de  vosotros  me  entregará. 

22  Se  miraban  unos  a  otros  los  dis- 
cípulos, perplejos  por  no  saber  de 
quién  lo  decía.  23  Estaba  recostado 
en  el  seno  de  Jesús  uno  de  sus  dis- 


-10  '  Kl  día  antes  de  la  fiesta:  partee  que  aquel  año  hubo  discrepancia  en  la  celebra- 
-«-O  tióu  de  la  Pascua.  La  mayoría  de  los  judíos  la  celebraron  el  jueves-viernes  (Pas- 
cua real)  ;  los  sacerdotes,  el  viernes-sábado  (Pascua  oficial).  San  Juan,  refiriéndose 
a  la  Pascua  oficial,  llama  día  antes  de  la  fiesta  el  que  los  Sinópticos  llaman  «primer 
día  de  los  Azimos»  o  de  la  Pascua  real.  ||  Hasta  el  extremo  :  hasta  el  colmo,  hasia 
lo  sumo  :  expresión  del  amor  de  aquel  Corazón  que  tanto  ha  amado  a  los  hombres. 

2  Comenzada  la  cena  :  entendiendo  cena  en  sentido  amplio,  desde  que  se  escan- 
ciaba ta  primera  cofia  de  vino,  el  lavatorio  de  los  pies  pudo  seguir  inmediatamente 
al  de  las  manos,  que  precedía  la  comida  del  cordero. 

*  Sabiendo...  :  el  Hijo  de  Dios  se  humilla  a  ejercer  un  oficio  servil  con  plena 
conciencia  de  su  grandeza  divina. 

El  Maestro  da  de  palabra  la  eran  lección  de  humildad  y  seryieialidad  que 
acaba  de  darles  con  el  ejemplo. 

3-26  En  la  cena  pascual  los  comensales  estaban  recostados  sobre  lechos  o  divanes 
Con  qué  orden,  no  lo  sabemos,  De  lo  que  dice  el  evangelista  deducimos  que  Juan 


—  244  — 


13  25-27 


SAN  JUAN 


13  28-38 


cípulos,  a  quien  Jesús  amaba.  24  Há- | 
cele,  pues,  señas  Simón  Pedro  : 

— Di  quién  es  aquel  de  quien  ha- 
bla. 

25  El,  dejándose  caer  confiadamen- 
te sobre  e.1  pecho  de  Jesús,  le  dice  : 

— Señor,  ¿  quién  es  ? 

M  Responde,  pues,  Jesús  : 

— Aquel  es  a  quien  daré  el  bocado 
que  voy  a  mojar. 

Mojando,  pues,  el  bocado,  lo  toma 
y  da  a  Judas,  hijo  de  Simón  Isca- 
riote. 27  Y  tras  el  bocado,  en  el  mis- 


I  mo  instante  entró  en  él  Satanás.  Dí- 
cele,  pues,  Jesús  : 

— Lo  que  vas  a  hacer,  date  pri.-,a 
en  hacerlo. 

28  Esto  nadie  de  los  que  estaban  a 
la  mesa  entendió  para  qué  se  lo  di- 
jo ;  20  pues  pensaban  algunos  que, 
como  Judas  guardaba  la  bolsa,  le 
decía  Jesús  :  «Compra  las  cosas  de 
que  tenemos  necesidad  para  la  fies- 
ta», o  que  diera  algo  a  los  pobres. 
80  En  habiendo,  pues,  tomado  el  bo- 
cado, se  salió  él  inmediatamente. 
Era  de  noche. 


Sermón  de  la  Cena 


Glorificación  de  Jesús,  el  nuevo  mandamiento.  13,  31-35 

31  Cuando  hubo,  pues,  salido,  dice  Jesús  : 

Ahora  ha  sido  glorificado  el  Hijo  jdel  hombre, 
y  Dios  ha  sido  glorificado  en  El. 
82  Si  Dios  ha  sido  glorificado  en  El, 
Dios,  a  su  vez,  le  glorificará  en  sí, 
y  pronto  le  glorificará. 

33  Hijuelos,  ya  poco  tiempo  voy  a  estar  con  vosotros. 

Me  buscaréis,  y  como  dije  a  los  judíos 

que  «a  donde  yo  voy,  vosotros  no  podéis  venir», 

también  a  vosotros  os  lo  digo  ahora  (Jn.  7,  33  ;  8,  21). 

w  Un  nuevo  mandamiento  os  doy  :  que  os  améis  unos  a  otros  ; 

que  como  yo  os  he  amado, 

también  vosotros  os  améis  mutuamente. 

26  En  eso  conocerán  todos  que  sois  discípulos  míos, 

si  os  tuviereis  amor  unos  a  otros. 


Anuncia  las  negaciones  de  Pedio. 
13,  36-38  (  =  Mt.  26,  31-35  =  Mc.  14, 
27-31  =Lc  22,  31-38) 

n  Dícele  Simón  Pedro  : 

— Señor,  ¿  adonde  te  vas  ? 

Respondió  Jesús  : 

— A  donde  voy  no  puedes  ahora  se- 


guirme, pero  me  seguirás  más  tarde. 
37  Dícele  Pedro  : 

-;-Señor,  ¿  por  qué  no  puedo  se- 
guirte ahora?  Mi  vida  daré  por  ti. 

88  Resiponde  Jesús  : 

— ¿  Tú  vida  por  mí  darás  ?  En  ver- 
dad, en  verdad  te  digo,  no  cantará 
el  gallo  antes  de  que  me  hayas  n  - 
gado  tres  veces. 


estaba  a  la  derecha  o  delante  de  Jesús.  Pedro  estaba  en  sitio  desde  donde  podía 
entenderse  por  señas  con  Juan.  Judas  no  estaba  muy  lejos  de  Jesús,  para  poder 
recibir  el  bocado  que  le  ofreció.  Lo  demás  son  conjeturas  más  o  menos  plausibles 

31-30  preludio  del  sermón,  en  que  se  desarrollan  estos  tres  pensamientos  :  inmi- 
nencia de  la  muerte,  que  es  una  glorificación  (31-32),  despedida  (33),  el  nuevo  man- 
damiento del  amor  (34-35). 

M  El  mandamiento  del  amor  antes  era  :  «Amarás  a  tu  prójimo  como  a  ti  mismo»  ; 
ahora  es  :  «Os  amaréis  como  yo  os  ue  amado.»  De  ahí  su  novedad. 

3MS  La  interpelación  de  Pedro  motiva  el  anuncio  de  su  triple  negación,  que  CS 
como  un  paréntesis  entre  el  preludio  y  el  cuerpo  del  sermón. 


—  245  — 


14  1-14 


SAN  JUAN 


14  1-14 


Palabras  de  consuelo:  «Volveré».  14,  1-4 

1  A    1  No  se  turbe  vuestro  corazón. 

¿Creéis  en  Dios?  También  en  mí  creed. 

2  En  la  casa  de  mi  Padre  hay  muchas  moradas  : 
que  si  no,  os  lo  hubiera  dicho, 

oues  voy  a  prepararos  lugar. 

8  Y  si  me  fuere  y  os  preparare  lugar, 

otra  ve/,  vuelvo  y  os  tomaré  conmigo, 

para  que  donde  yo  estoy,  estéis  también  vosotros. 

*  Y  a  donde  yo  voy,  ya  sabéis  el  camino. 


Interpelación  de  Tomás  y  de  Felipe.  14,  5-11 
6  Dícele  Tomás  : 

— Señor,  no  sabemos  a  dónde  vas,  ¿  cómo  podemos  saber  el  camino  ? 
6  Dícele  Jesús  : 

Yo  soy  el  camino,  y  la  verdad,  y  la  vida. 
Nadie  va  al  Padre  sino  por  mí. ' 

7  Si  me  habéis  conocido,  también  a  mi  Padre  conoceréis  ; 
y  ya  desde  ahora  le  conocéis  y  le  habéis  visto. 

8  Dícele  Felipe  : 

— Señor,  muéstranos  al  Padre  y  nos  basta. 

9  Díceles  Jesús  : 

Tanto  tiempo  estoy  con  vosotros, 
¿y  no  me  has  conocido,  Felipe? 
Quien  me  ha  visto,  ha  visto  al  Padre. 
¿  Cómo  dices  t.ú  :  Muéstranos  al  Padre  ? 

,0  ¿No  crees  que  yo  estoy  en  el  Padre,  y  el  Padre  está  en  mí? 
Las  palabras  que  yo  os  "hablo,  de  mí  mismo  no  las  hablo  ; 
mas  el  Padre,  que  mora  en  mí,  El  hace  las  obras. 
u  Creedme,  que  yo  estoy  en  el  Padre,  y  el  Padre  en  mí  ; 
y  si  no,  por  las  obras  mismas  creedlo. 


Frutos  de  la  fe.  14,  12-T4 

"  En  verdad,  en  verdad  os  digo  :  Quien  cree  en  mí, 
las  obras  que  yo  hago,  también  él  las  hará, 

y  mayores  que  éstas  hará,  porque  yo  voy  al  Padre. 

"Y  cualquier  cosa  que  ipidiéredes  en  mi  "nombre,  eso  haré, 

para  que  sea  glorificado  el  Padre  en  efl  Hiio. 

14  Si  algo  me  (pidiereis  en  mi  nombre,  yo  lo  haré. 


U1-31  Este  capítulo  es  a  su  modo  un  discurso  acabado,  en  que  predominan  las  con- 
solaciones: unas  en  función  de  la  fe  (1-14),  otras  en  función  de  la  caridad  (15-24), 
seguidas  de  un  epílogo  (25-31).  En  todo  él  las  palabras  parecen  fluir  del  Corazón 
del  Maestro. 

1-4  Primer  motivo  de  consuelo  :   la  separación  no  es  definitiva  ni  será  larga  . 

OTRA  VEZ  VUELVO   Y   OS  TOMARÉ  CONMIGO. 

YO  SOY  EL  CAMINO,   porque  NADIE   VA   AL  PADRE  SINO   POR   MÍ.   Yo  soy  LA  VERDAD, 

porque  si  me  habéis  conocido,  también  a  mi  Padre  conoceréis.  Yo  soy  la  vida,  porque 
«ésta  es  la  vida  eterna  :  que  te  conozcan  a  ti,  el  único  verdadero  Dios,  y  a  quien 
enviaste,  Jesu-Cristo»  (17,  3).  Fuera  de  Cristo  no  hay  sino  descamino,  mentira  y 
muerte. 

12-14  Doble  fruto  de  la  fe  :  participación  de  las  obras  de  Cristo,  eficacia  (Je  la 
oración. 


—  246  — 


14  15-26 


SAN  JUAN 


14  15-26 


Otro  Consolador.  14,  15-17 

•*  Si  me  amareis,  guardaréis  mis  mandamientos  ; 

14  y  yo  rogaré  al  Padre,  y  os  dará  otro  Abogado, 

para  que  esté  con  vosotros  perpetuamente  : 

"  el  Espíritu  de  la  Verdad,  que  el  mundo  no  puede  recibir, 

porque  no  le  ve  ni  conoce  ; 

vosotros  le  conocéis,  pues  con  vosotros  mora  y  en  vosotros  estará. 


«No  os  dejaré  huérfanos».  14,  18-24 

,J  No  os  dejaré  huérfanos  ;  vuelvo  a  vosotros. 

*  Todavía  un  poco,  y  el  mundo  ya  más  no  me  ve  ; 

pero  vosotros  me  veis,  porque  yo  vivo  y  vosotros  viviréis. 

"  En  aquel  día  conoceréis  vosotros  que  estoy  en  mi  Padre, 

y  vosotros  en  mí  y  yo  en  vosotros. 

51  Quien  tiene  mis  mandamientos  y  los  guarda,  ése  es  el  que  me  ama  ; 
y  quien  me  ama,  será  amado  de  mi  Padre, 
y  yo  también  le  amaré  y  me  manifestaré  a  él. 

■  Dícele  Judas,  no  el  Iscariote  : 

— Señor,  ¿y  qué  ha  pasado,  que  vas  a  manifestarte  a  nosotros,  y  al 
mundo  no  ? 

*  Respondió  Jesús  y  díjale  : 

Si  alguno  me  amare,  guardará  mi  palabra,  y  mi  Padre  le  amará, 
y  a  El  vendremos  y  en  El  haremos  mansión. 
:l  Quien  no  me  ama,  no  guarda  mis  palabras. 
Y  la  palabra  que  oís  no  es  míai 
sino  del  Padre,  que  me  ha  enviado. 


Nueva  promesa  del  Paráclito:  la  paz  de  Cristo.  14,  25-31 

26  Estas  cosas  os  he  hablado,  mientras  permanecía  con  vosotros ; 
K  mas  el  Paráclito,  el  Espíritu  Santo, 
que  enviará  el  Padre  en  mi  nombre, 


1(1  Os  dará  oiro  Abogado  o  Defensor  :  el  Espíritu  de.  la  verdad.  El  nombre  dt 
Abogado  indica  personalidad.  Será  otro  :  distinto  del  Padre  y  de  Jesu-Cristo  y  de 
igual  categoría.  Es,  pues,  el  Espíritu  Santo  persona  divina,  distinta  de  las  otras  dos 
personas  e  igual  a  ellas. 

18  No  os  dejaré  huérfanos  :  expresión  regaladísima  del  amor  paterno  a  la  vez  y 
materno  de  Jesús  a  los  discípulos. 

Vuelvo  a  vosotros...,  me  veréis...,  conoceréis  que  yo  estoy  en  vosotros...,  mi 
manifestaré...  :  cumplimiento  de  estas  promesas  serán  no  sólo  las  apariciones  des 
pues  de  la  resurrección,  sino  también,  y  principalmente,  la  perenne  presencia  > 
asistencia  de  Jesús  en  los  discípulos,  la  experiencia  íntima  y  como  sensación  de  esra 
presencia  espiritual,  la  comunión  de  vida  con  el  Maestro. 

Aunque  algo  indirectamente,  responde  Jesús  a  la  pregunta  de  Judas  Tadeo. 
Me  manifestaré,  dice,  a  vosotros  y  no  al  mundo,  porque  vosotros  me  amáis  y  guar 
dáis  mi  palabra,  y  el  mundo  no.  ||  En  él  haremos  mansión  :  esta  promesa,  unida  a  la 
anterior,  referente  al  Espíritu  Santo,  habla  de  la  inhabitación  de  toda  la  adorable 
Trinidad  en  el  corazón  del  cristiano. 

"  El  os  enseñará  todas  las  cosas  :  se  anuncia  la  asistencia  del  Espíritu  Santo, 
garantía  divina  de  infalibilidad,  a  los  que  han  de  ser  los  Maestros  auténticos  de 
la  verdad  revelada.  Respecto  de  los  apóstoles,  el  Espíritu  Santo  completará  la  divina 


—  247  — 


14  27-15  6  SAN  JUAN  14  27-15 

El  os  enseñará  todas  las  cosas 

y  os  recordará  todas  las  cosas  que  os  dije  yo. 

-'  La  paz  os  dejo,  mi  paz  os  doy  ; 

no  como  el  mundo  la  da,  yo  os  la  doy. 

No  se  conturbe  vuestro  corazón,  ni  se  acobarde. 

^  Oísteis  que  yo  os  dije  :  «Me  voy  y  volveré  a  vosotros.» 

Si  me  amaseis,  os  holgaríais  de  que  voy  al  Padre, 

porque  el  Padre  es  mayor  que  yo. 

'-"  Y  ahora  os  lo  he  dicho  antes  de  que  suceda, 

para  que,  cuando  sucediere,  creáis. 

*"  Ya  no  hablaré  muchas  cosas  con  vosotros, 

porque  viene  el  príncipe  del  mundo  ; 

mas  contra  mí  no  pued?  nada  ; 

31  pero  es  menester  conozca  el  mundo  que  amo  al  Padre, 
y  que,  como  me  lo  mandó  el  Padre,  así  lo  hago. 
Levantaos,  vamos  de  aquí. 


15 


Alegoría  de  la  vid  y  los  sarmientos.  15,  i-ii 

Yo  soy  la  vid  verdadera,  y  mi  Padre  es  eil  labrador. 
Todo  sarmiento  que  en  mí  no  lleva  fruto,  !o  arranca  ¡ 
y  todo  el  que  lleva  fruto,  lo  poda, 
para  que  lleve  fruto  más  copioso. 

5  Ya  vosotros  estáis  limpios, 

en  virtud  de  la  palabra  que  os  he  hablado. 

1  Permaneced  en  mí,  y  yo  en  vosotros. 

Como  el  sarmiento  no  puede  llevar  fruto  de  sí  mismo 

si  no  permaneciere  en  la  cepa, 

así  tampoco  vosotros  si  no  permaneciereis  en  mi. 

6  Yo  soy  la  vid,  vosotros  los  sarmientos. 
Quien  permanece  en  mí  y  yo  en  él, 
éste  lleva  fruto  abundante, 

porque  fuera  de  mí  nada  podéis  hacer. 

0  Si  alguno  no  permanece  en  mí, 

es  arrojado  fuera  como  el  sarmiento  y  se  seca  ; 

revelación,  hasta  enseñarles  todas  las  cosas;  pero  sobre  todo  les  recordara  todas 
las  cosas  que  ya  Jesús  les  había  enseñado,  mas  ellos  no  habían  acabado  de  com- 
prender. 

28  El  Padre  es  mayor  que  Jesu-Cristo  en  cuanto  hombre  :  como  se  dice  en  el 
Símbolo  Atanasiano  :  Jesu-Cristo  es  ligual  al  Padre  según  la  divinidad,  menor  que 
el  Padre  según  la  humanidad»  y  también,  por  cuanto  «se  anonadó  a  sí  mismo,  to- 
mando forma  de  esclavo...!   (Fiip.  2,  7). 

al  Levantaos,  vamos  de  aquí  :  estas  palabras  parecen  dar  por  terminado  el  razona- 
miento, que,  sin  embargo,  se  prosigue  en  los  dos  capítulos  siguientes.  ¿Qué  son, 
pues,  los  capítulos  xv  y  xvi  ?  Para  unos,  la  conversación  de  sobremesa,  continuada 
en  el  mismo  Cenáculo  ;  /para  otros,  la  conversación  habida  durante  el  camino,  antes 
de  salir  de  la  ciudad  ;  muchos  protestantes  suponen  que  estos  dos  capítulos  están 
luera  de  lugar ;  algunos  católicos  modernos  creen  que  son  una  segunda  redacción 
complementaria,  en  que  o  bien  se  consignan  nuevos  recuerdos  referentes  al  mismo 
discurso,  o  bien  se  recopilan  otros  discursos  anteriores.  La  primera  explicación  es 
la  más  sencilla  y  natural  y  la  más  conforme  al  texto  evangélico,  a  no  ser  que  las 
palabras  vamos  de  aquí  se  interpreten,  contra  la  naturaleza  de  las  cosas,  como  una 
orden  perentoria  ejecutada  fulminantemente. 

-I  pr  Literariamente,  este  pasaje  es  una  alegoría,  si  bien  apuntan  algunos  elemen- 
tos  o  rasgos  parabólicos  (vv.  4  y  6).  Teológicamente,  bajo  la  imagen  de  la  cepa  y 
los  sarmientos  se  expresa  lo  que  con  términos  paulinos  se  llama  el  cuerpo  místico  de 
Cristo,  con  sus  dos  elementos  esenciales  :  la  mutua  inmanencia  entre  los  hombres 
y  Cristo  y  el  influjo  capital  de  Cristo  en  los  hombres.  Dentro  de  esta  concepción 
mística,  la  riqueza  teológica  de  esta  bellísima  alegoría  es  inagotable.  En  ella  se 
pone  de  relieve  la  doble  necesidad  :  la  de  la  erracia  para  toda  obra  meritoria  y  la 
de  la  libre  cooperación  humana. 


—  248  — 


35  7-24 


SAN  JUAN 


15  7-24 


y  a  ésos  recógenlos  y  arrójanlos  al  fuego  y  arden. 

'  Si  permaneciereis  en  rní,  y  mis  palabras  permanecieren  en  vosotros, 

cuanto  quisiereis  pedidlo,  y  lo  obtendréis. 

5  En  esto  es  glorificado  mi  Padre,  en  que  llevéis  fruto  abundante  ; 

con  esto  seréis  discípulos  míos. 

"  Como  me  amó  el  Padre,  también  yo  os  amé  ; 

permaneced  en  mi  amor  ; 

"'como  yo  he  guardado  Jos  mandamientos  de  mi  Padre, 
y  permanezco  en  su  amor. 

11  Estas  cosas  os  he  dicho  para  que  mi  gozo  esté  en  vosotros 


11  Este  es  el  mandamiento  mío  : 

que  os  améis  unos  a  otros,  así  como  os  amé. 

"  Mayor  amor  que  éste  nadie  le  tiene  : 

que  dar  uno  la  vida  por  sus  amigos. 

"  Vosotros  sois  mis  amigos, 

si  hiciereis  lo  que  yo  os  mando. 

15  Ya  no  os  llamo  siervos, 

pues  el  siervo  no  sabe  qué  hace  su  señor  ; 

mas  a  vosotros  os  he  llamado  amigos, 

pues  todas  las  cosas  que  de  mi  Padre  oí  os  las  di  a  conocer. 

18  No  me  escogisteis  vosotros  a  mí, 

antes  yo  os  escogí  a  vosotros, 

y  os  destiné  para  que  vayáis  y  llevéis  fruto, 

y  vuestro  fruto  permanezca, 

para  que  cuanto  pidáis  al  Padre  en  nombre  mío,  os  lo  dé. 
17  Esto  os  mando  :  que  os  améis  los  unos  a  los  otros. 


Odia  del  mundo  contra  los  discípulos  de  Jesús.  15,  18-27  ;  J6,  1-4 
18  Si  el  mundo  os  aborrece, 

sabed  que  a  mí  me  ha  aborrecido  primero  que  a  vosotros. 

15  Si  fuerais  del  mundo,  el  mundo  amaría  lo  que  era  suyo  ; 

mas  pues  no  sois  del  mundo,  sino  que  yo  os  entresaqué  del  mundo, 

por  eso  os  aborrece  el  mundo. 

20  Acordaos  de  la  palabra  que  os  dije  : 
«No  es  el  siervo  mayor  que  su  señor.» 

Si  a  mí  me  persiguieron,  también  a  vosotros  os  perseguirán  ; 
si  mi  palabra  guardaron,  también  la  vuestra  guardarán. 

21  Mas  todas  esas  cosas  harán  con  vosotros  a  causa  de  mi  nombre, 
porque  no  conocen  al  que  me  envió. 

22  Si  yo  no  viniera  y  les  hablara,  no  tuvieran  pecado  ; 
mas  ahora  no  tienen  excusa  de  su  pecado. 

"  Quien  a  mí  me  aborrece,  también  aborrece  a  mi  Padre. 
24  Si  yo  no  hubiera  hecho  entre  ellos 


12  El  mandamiento  mío  :   personal,  peculiar  y  característico  mío. 

u  Suprema  señal  de  amor  :  dar  la  vida  por  aquellos  a  quienes  amamos,  aun  cuan- 
do no  seamos  amados  de  ellos.  Tal  fué  el  amor  de  Cristo. 

34  Todas  las  cosas...;  todo  cuanto  Dios  quiso  revelar  a  los  hombres,  lo  comunicó 
Cristo  a  los  apóstoles.  Las  ulteriores  revelaciones  del  Espíritu  Santo  (a  los  apósto- 
les, no  a  otros)  habían  de  ser  simplemente  complementarias  :  o  declaración  de  lo 
enseñado  por  Cristo  o  aplicación  a  hechos  particulares. 

u-™  El  mundo  odiará  a  ios  discípulos  como  odió  y  porque  odió  al  Maestro.  Por 
esto  el  odio  del  mundo  ha  de  ser  materia  de  gozo  y  de  noble  orgullo. 


Mandamiento  del  amor  fraterno.  15,  12-17 


—  249  — 


15  25-16  12 


SAN  JUAN 


15  25-16  12 


obras  cuales  ninguno  otro  hizo, 

no  tuvieran  pecado  ; 

mas  ahora  si  las  han  visto, 

y  han  aborrecido  lo  mismo  a  mí  que  a  mi  Padre. 

*  Mas  había  de  cumplirse  la  palabra  escrita  en  su  Ley  : 
que  «me  aborrecieron  sin  motivo»  (Sal.  34,  19  ;  68,  5). 

*  Mas  cuando  viniere  el  Paráclito, 
que  yo  os  enviaré  de  cabe  el  Padre, 

el  Espíritu  de  la  verdad,  que  procede  del  Padre, 
El  dará  testimonio  de  mí. 
-1  Y  vosotros  también  podéis  dar  testimonio, 
ya  que  desde  el  principio  estáis  conmigo. 

"i  /:  1  Estas  cosas  os  he  dicho  por  que  no  os  escandalicéis. 

^  2  Os  expulsarán  de  las  sinagogas  ; 
más  aún,  llega  hora  en  que  todo  aquel  que  os  matare 
piense  rendir  culto  a  Dios. 

3  Y  esto  harán,  porque  no  conocieron  al  Padre  ni  a  mí. 

J  Pero  estas  cosas  os  he  hablado 

para  que,  cuando  llegare  su  hora, 

os  acordéis  de  ellas  que  yo  os  las  dije. 

Y  no  os  las  dije  desde  un  principio, 

dado  que  estaba  con  vosotros. 


Acción  del  Espíritu  Santo.  16,  5-15 

5  Mas  ahora  voy  al  que  me  envió, 

y  ya  ninguno  de  vosotros  me  pregunta  :  ¿  Adonde  vas  ? 

6  Antes,  por  haberos  yo  dicho  estas  cosas, 
la  tristeza  ha  llenado  vuestro  corazón. 

7  Pero  yo  os  digo  la  verdad  : 
os  cumple  que  yo  me  vaya  ; 

porque,  si  no  me  fuere,  el  Paráclito  no  vendrá  a  vosotros; 
mas  si  me  fuere,  os  lo  enviaré. 

8  Y  El,  cuando  viniere,  convencerá  al  mundo 

cuanto  al  pecado,  cuanto  a  la  justicia  y  cuanto  al  juicio. 

8  Cuanto  al  pecado, 

por  razón  de  que  no  creen  en  mí  ; 

Cuanto  a  la  justicia, 
porque  me  voy  al  Padre  y  ya  no  me  veis  más, 
"  y  cuanto  al  juicio, 

porque  el  príncipe  de  este  mundo  ha  sido  ya  juzgado. 
12  Todavía  muchas  cosas  tengo  que  deciros, 


1  fi  1-1  Al  odio  seguirá  la  persecución. 

-LO  i-si  Vuelve  Jesús  a  los  dos  temas  fundamentales  desarrollados  en  el  capítu- 
lo XIV  :  la  presencia  del  Espíritu  Santo  y  el  retorno  de  Cristo. 

'  Os  cumple  que  me  vaya  :  la  razón  es  porque,  si  no  me  fuere,  el  Paráclito  no 
vendrá  A  vosotros.  La  venida  del  Espíritu  Santo  estaba  condicionada  a  la  muerte  y 
a  la  resurrección  de  Cristo.  Y  este  mundo  ya  no  es  la  morada  propia  de  un  hombre 
que  ha  muerto  y  cuyo  estado  glorioso  pide  la  ascensión  a  las  moradas  celestes.  So- 
bre todo,  Cristo  desde  la  gloria  del  Padre  y  a  una  con  el  Padre  había  de  enviar  el 
Espíritu  Santo.  En  este  sentido  añade  :  mas  si  me  fuere,  os  le  enviaré.  Esta  misión 
del  Espíritu  Santo  de  parte  del  'Hijo  prueba  que  el  Espíritu  Santo  procede  no  sólo 
del  Padre,  sino  también  del  Hijo  como  de  un  solo  principio. 

El  Espíritu  Santo  pondrá  en  evidencia  tres  hechos  :  a)  el  pecado  del  muudo 
por  no  haber  creído  en,  mí  ;  b)  la  verdad  y  justicia  de  mis  reclamaciones  como  Me- 
sías e  Hijo  de  Dios  ;  c)  la  condenación  fulminada  contra  Satanás  y  contra  todos  los 
que  le  sigan. 

«Mi  Muchas  cosas...  :  no  son  precisamente  verdades  nuevas,  sino  ulteriores  decla- 
raciones de  las  verdades  ya  enseñadas.  Toda  la  historia  evangélica  señala  cuáles  eran 


—  250  — 


16  13-24 


SAN  JUAN 


16  13"24 


mas  no  las  podéis  sobrellevar  ahora  ; 

13  mas  cuando  viniere  El,  el  Espíritu  de  verdad, 

os  guiará  en  el  camino  de  la  verdad  integral. 

Pues  no  hablará  de  sí  mismo, 

sino  lo  que  oyere,  eso  hablará, 

y  os  anunciará  lo  por  venir. 

M  El  me  glorificará, 

porque  recibirá  de  lo  mío  y  os  lo  anunciará. 

15  Todo  cuanto  tiene  el  Padre,  mío  es  ; 

por  eso  dije  que  recibe  de  lo  mío  y  os  lo  anunciará. 


tOtra  vez  me  veréis».  16,  16-24 

16  Un  poquito,  y  ya  no  me  veréis  ; 
y  otro  poquito,  y  me  veréis. 


"  Dijeron,  pues,  entre  si  algunos 
de  sus  discípulos  : 

— -¿  Qué  será  esto  que  nos  dice  : 
«Un  poquito,  y  no  me  veréis ;  y  otro 
poquito  y  me  veréis  ?»  y  que  «Me 
voy  al  Padre»  ? 


Decían,  pues  : 

18  ¿Qué  será  eso  que  dice  :  «Un  po- 
quito» ?  No  entendemos  lo  que  dice. 

19  Conoció  Jesús  que  tenían  ganas 
de  preguntarle,  y  les  dijo  : 


Andáis  averiguando  unos  con  otros  sobre  esto  que  os  dije  : 

«Un  poquito,  y  no  me  veréis  ;  y  otro  poquito,  y  me  veréis.» 

20  En  verdad,  en  verdad  os  digo 

que  vosotros  lloraréis  y  os  lamentaréis, 

y  el  mundo  se  regocijará  ; 

vosotros  os  afligiréis, 

pero  vuestra  aflicción  se  tornará  en  gozo. 

a  La  mujer,  cuando  está  de  parto, 

tiene  congoja,  pues  llegó  su  hora  ; 

mas  cuando  ha  dado  a  luz  al  niño, 

ya  no  se  acuerda  del  aprieto, 

por  el  gozo  de  que  nació  un  hombre  al  mundo. 

"  Pues  así  taiwbién  vosotros,  ahora  cierto  tenéis  congoja  ; 

mas  otra  vez  os  veré,  y  se  gozará  vuestro  corazón, 

y  vuestro  gozo  nadie  os  lo  quita. 

33  Y  en  aquel  día  no  rae  preguntaréis  cosa  alguna. 

En  verdad,  en  verdad  os  digo  : 

si  alguna  cosa  pidiereis  al  Padre, 

os  la  concederá  en  nombre  mío. 

M  Hasta  ahora  no  habéis  pedido  cosa  alguna  en  nombre  mío. 
Pedid  y  recibiréis,  por  que  vuestro  gozo  sea  cumplido. 


estas  verdades  .principalmente  :  la  espiritualidad  del  reino  mesiánico  y  la  «palabra 
de  la  cruz»,  que  los  discípulos  ahora  no  podían  sobrellevar.  Sólo  la  muerte  del  Maes- 
tro, seguida  de  la  resurrección,  y  la  ilustración  del  Espíritu  Santo  habían  de  ca- 
pacitar a  los  discípulos  para  sobrellevar  estas  verdades. 

"-15  Recibe  de  lo  mío...  Todo  cuanto  tiene  el  Padre,  mío  es  :  con  estas  palabras 
demostraron  los  Padres  y  teólogos  contra  los  griegos  que  el  Espíritu  Santo  procede 
del  Hijo  lo  mismo  que  del  Padre. 

"  Este  gracioso  acertijo,  que  para  los  discípulos  era  un  enigma,  los  hechos  debían 
descifrarlo  bien  pronto.  Un  poquito,  de  aquí  a  la  muerte,  V  ya  no  me  veis  ;  otro 
poquito,  de  la  muerte  a  la  resurrección,  y  de  nuevo  me  veréis. 


—  251  — 


16  25-17  3 


SAN  JUAN 


16  25-17  S 


Conclusión.  16,  25-33 

"  Estas  cosas  os  he  hablado  en  parábolas  ; 

llega  hora  en  que  ya  no  os  hablaré  en  parábolas, 

sino  que  declaradamente  os  daré  nuevas  acerca  del  Padre. 

M  En  aquel  día  pediréis  en  mi  nombre, 

y  no  os  digo  que  yo  rogaré  al  Padre  por  vosotros, 

puesto  que  el  Padre,  El  mismo,  os  ama, 
porque  vosotros  me  habéis  amado 
y  habéis  creído  que  yo  de  Dios  salí. 
*  Salí  del  Padre  y  he  venido  al  mundo  ; 
otra  vez  dejo  el  mundo  y  me  voy  al  Padre. 


"  Dícenle  sus  discípulos  : 

— Ahora  sí  que  hablas  abiertamen- 
te y  no  dices  ninguna  parábola. 
í0  Ahora  conocemos  que  lo  sabes  to- 


do y  no  tienes  necesidad  de  que  na- 
die te  pregunte  :  en  esto  creemos  que 
saliste  de  Dios. 

31  Respondióles  Jesús  : 


¿  Ahora  creéis  ?  32  Mirad  que  llega  hora — y  ya  ha  llegado — 

en  que  os  disperséis  cada  cual  por  su  lado  y  a  mí  me  dejéis  solo. 

Mas  no  estoy  solo,  pues  el  Padre  está  conmigo. 

83  Estas  cosas  os  he  hablado  para  que  en  mí  tengáis  paz. 

En  el  mundo  tendréis  apretura  ; 

mas  tened  buen  ánimo,  yo  he  vencido  al  mundo. 


Oración  sacerdotal 


Jesús  ruega  por  sí.  17,  1-5 

1  Estas  cosas  habló  Jesús,  y  alzando  sus  ojos  al  cielo,  dijo  : 

Padre,  ha  llegado  la  hora  :  glorifica  a  tu  Hijo, 

para  que  tu  Hijo  te  glorifique  a  ti  ; 

-  así  como  antes  le  diste  el  señorío  sobre  toda  carne, 

para  que  a  todo  lo  que  le  has  dado,  a  éstos  dé  vida  eterna. 

8  Y  ésta  es  la  vida  eterna  : 


25  En  parábolas  :  en  lenguaje  más  o  menos  figurado.  Esta  declaración  se  refiere 
a  todo  el  sermón  y  aun  a  su  modo  a  todo  el  Evangelio.  ||  Llega  hora:  será  esto 
durante  los  cuarenta  días  entre  la  resurrección  y  la  ascensión. 

28  Palabras  diáfanas,  que,  sin  embargo,  esconden  profundos  misterios.  Porque  el 
Hijo  así  salió  del  Padre,  que  no  se  apartó  de  El  ;  y  vino  al  mundo,  en  el  cual 
ya  estaba.  Quiere  decir  que  procedía  del  Padre  y  era  enviado  por  el  Padre,  y  que 
visiblemente  en  cuanto  hombre  se  manifestó  en  el  mundo. 

■i  rr       Esta  oración  sacerdotal  es  como  el  Memento  del  Sumo  Sacerdote  cuando  está 
•   ya  para  consumar  el  sacrificio  de  la  redención. 

M  Es  necesario  precisar  el  valor  de  los  términos  y  su  mutua  conexión.  El  pen- 
samiento fundamental  es  :  Glorifica  a  tu  Hijo,  para  que  iu  Hijo  te  glorifique  a  ti. 
Se  pide  la  glorificación  del  Hijo  para  la  glorificación  del  Padre.  La  glorificación  del 
Hijo  es  1.a  extensión  o  comunicación  de  la  gloria  eterna  de  Cristo  Dios  a  Cristo 
hombre,  que  se  iniciará  con  la  resurrección  y  se  consumará  con  la  entronización 
celeste.  La  razón  y  medida  de  esta  glorificación  comienza  a  expresarse  en  el  ver- 
sículo  2  :    ASÍ    COMO    ANTES  LE   DISTE  EL   SEÑORÍO   SOBRE   TODA   CARNE   PARA  QUE...   DÉ  VIDA 

i  tfrna  ;  es  decir,  conforme  al  poder  universal  de  dar  a  los  hombres  la  vida  eterna, 
consistente  en  el  conocimiento  de  Dios  y  de  su  Enviado.  Esta  divina  misión,  que 
es  la  obra  de  Dios,  de  parte  de  Cristo  ya  está  consumada  ;  mas  para  que  sea  efec- 
tiva, para  que  de  hecho  redunde  en  gloria  de  Dios,  necesita  ser  refrendada  con  la 
glorificación  del  Hijo,  con  la  resurrección,  que  será  el  sello  divino  de  su  misión  y 
de  su  obra.  Con  esto,  la  glorificación  del  Hijo  será  la  glorificación  del  Padre. 


—  25?  — 


17  4-19 


SAN  JUAN 


17  4"19 


que  te  conozcan  a  ti,  el  único  verdadero  Dios, 
y  a  quien  enviaste,  Jesu-Cristo. 
'  Yo  te  glorifiqué  sobre  la  tierra, 

consumando  la  obra  que  tú  me  has  encomendado  que  hiciese  ; 

5  y  ahora  glorifícame  tú,  Padre,  cabe  ti  mismo 

con  la  gloria  que  cabe  ti  yo  tenía  antes  que  el  mundo  fuese. 


Jesús  ruega  por  sus  discípulos.  17,  6-19 


6  Manifesté  tu  nombre  a  los  hombres  que  me  diste  del  mundo  , 
tuyos  eran,  y  tú  me  los  diste  ; 
v  tu  palabra  han  guardado. 

T  Ahora  han  conocido  que  todo  cuanto  me  has  dado  de  ti  viene  ; 
8  pues  las  palabras  que  me  confiaste, 
yo  las  he  comunicado  a  ellos, 
y  ellos  las  recibieron, 

y  conocieron  verdaderamente  que  de  ti  salí, 

y  creyeron  que  tú  me  enviaste. 

"  Por  ellos  yo  ruego  :  no  ruego  por  el  mundo, 

sino  por  aquellos  que  me  has  encomendado,  pues  tuyos  son  ; 

19 y  mis  cosas  todas  tuyas  son,  y  las  tuyas,  mías  ; 

y  he  sido  glorificado  en  ellos. 

*"  Y  desde  ahora  no  estoy  en  el  mundo, 

y  éstos  quedan  en  el  mundo  y  yo  voy  a  ti. 

Padre  santo,  guárdalos  en  tu  nombre,  que  tú  me  has  dado, 

rjara  que  sean  uno  como  nosotros. 

12  Cuando  estaba  con  ellos,  yo  los  guardaba  en  tu  nombre  : 
a  los  que  me  has  dado,  los  guardé  ; 

y  ninguno  de  ellos  pereció,  sino  el  hijo  de  la  perdición, 
para  que  la  Escritura  se  cumpla. 

13  Mas  ahora  voy  a  ti  ; 

y  digo  estas  cosas  estando  en  el  mundo, 

para  que  tengan  mi  gozo  cumplido  dentro  de  sf. 

"  Yo  les  he  comunicado  tu  palabra, 

y  el  mundo  los  aborreció, 

porque  no  son  del  mundo,  como  ni  yo  soy  del  mundo. 

16  No  pido  que  los  saques  del  mundo, 

sino  que  los  preserves  del  malo. 

16  No  son  del  mundo,  como  ni  yo  soy  del  mundo. 

1T  Conságralos  en  la  verdad  :  tu  palabra  es  verdad. 

1S  Como  tú  me  enviaste  al  mundo, 

yo  también  los  envié  al  mundo. 

19  Y  por  ellos  me  consagro  a  mí  mismo, 

para  que  ellos  también  sean  consagrados  en  la  verdad. 


*~n  E'  Maestro  recomienda  a  sus  discípulos  (6-8),  y  ruega  por  ellos  (9-11),  y  pide 
al  Padre  que  los  guarde  y  los  preserve  del  malo  (n-16)  y  los  consagre  en  la  vcr- 
ilad  (17-iQ). 

Conságralos  en  la  verdad:  más  literalmente,  santifícalos  en  la  verdad.  San- 
tificar es  consagrar  una  cosa  al  servicio  de  Dios,  disponiéndola  para  que  entre  dig- 
namente en  contacto  o  comunión  con  la  divinidad.  La  santidad  del  Antiguo  Testa- 
mento era  sombra  y  figura ;  la  del  Nuevo  Testamento  es  realidad  y  verdad.  El 
principio  real  de  la  santificación  es  el  «Espíritu  de  la  verdad».  Con  esta  santificación 
pide  Jesús  al  Padre  que  santifique  a  los  discípulos  :  consagrados  en  la  verdad  para 
anunciar  la  palabra  de  Dios,  que  es  verdad.  ||  Y  por  ellos  me  consagro  o  santifico 
a  mí  mismo  :  la  santificación  por  excelencia  es  la  inmolación  de  la  víctima  a  Dios. 
El  Sumo  Sacerdote,  consagrado  por  la  unión  hipostática  y  con  la  plenitud  del  Es- 
píritu Santo,  se  consagró  con  la  inmolación  para  consagrar  a  sus  enviados  con  la 
cantidad  de  la  verdad. 


—  253  — 


17  20-i8  i 


SAN  JUAN 


18  2-3 


Jesús  ruega  por  la  Iglesia  futura.  17,  20-26 
M  No  ruego  por  éstos  solamente, 

sino  también  por  los  que  crean  en  mí  por  medio  de  su  palabra  ; 

-'  que  todos  sean  uno  ; 

como  tú,  Padre,  en  mí  y  yo  en  ti, 

para  que  sean  uno  como  nosotros  somos  uno. 

para  que  el  mundo  crea  que  tú  me  enviaste. 

"  Y  yo  les  he  comunicado  la  gloria  que  tú  me  has  dado, 

para  qu  sean  uno  como  nosotros  somos  uno. 

10  Yo  en  ellos  y  tú  en  mí, 

para  que  sean  consumados  en  la  unidad  ; 

para  que  conozca  el  mundo  que  tú  me  enviaste 

y  les  amaste  a  ellos  como  me  amaste  a  mí. 

M  Padre,  lo  que  has  dado,  quiero  que,  donde  estoy  yo, 

también  ellos  estén  conmigo, 

para  que  contemplen  mi  gloria  que  me  has  dado, 
porque  me  amaste  antes  de  la  creación  del  mundo. 

Padre  justo,  y  el  mundo  no  te  conoció,  pero  yo  te  conocí ; 
y  éstos  también  conocieron  que  tú  me  enviaste". 
M  Y  yo  les  manifesté  tu  nombre,  y  se  lo  manifestaré, 
para  que  el  amor  con  que  me  amaste  sea  en  ellos, 
y  yo  también  esté  en  ellos. 


Pasión  de  Nuestro  Señor  Jesu-Cristo 


Prendimiento  en  Gelsemaní.  18,  1-12 
(  =  Mt.  26,  36-56  =Mc.  14,  32-52 
=  Lc.  22,  39-53) 

i  o  1  Dicho  esto,  salió  Jesús,  junto 
ío  con  sus  discípulos,  a  la  otra 
parte  dél  torrente  Cedrón,  donde  ha- 
bía un  huerto,  en  el  cual  entró,  y  con 


él  .sus  discípulos.  -  También  Judas,  él 
que  le  entregaba,  sabía  aquel  lugar, 
puesto  que  muchas  veces  se  había 
reunido  allí  Jesús  con  sus  discípu- 
los. 3  Judas,  pues,  habiendo  tomado 
la  cohorte  y  gendarmes  proporcio- 
nados por  los  sumos  sacerdotes  y  pol- 
los fariseos,  llega  allá  con  linternas, 
antorchas  y  armas. 


20-21  Oración  por  la  unidad  universal.  Que  iodos:  sin  distinción  de  raza,  de  na- 
ción o  de  clase,  absolutamente  todos.  Sean,  no  simplemente  unidos,  sino  uno,  redu- 
cidos a  la  unidad  :  unidad  que  refleje  o  reproduzca  la  del  Padre  y  del  Hijo  :  COMO 
rú,  Padre,  en  mí  y  yo  en  ti.  Fin  y  resultado  de  esta  unidad,  la  fe  del  mundo. 

22-23  Ye  les  he  comunicado  la  gloria...  :  la  gloria  divina  del  Hijo  se  ha  comunicado 
a  tos  hombres,  asociados  a  El,  incorporados  a  El  en  la  unidad  de  su  cuerpo  mís- 
tico. ||  Yo  en  ellos  y  tú  en  mí  :  frase  maravillosamente  expresiva.  En  su  forma  es 
terna,  yo...  en  mí  encierra  y  une  a  ellos  y  tú,  como  lazo  de  unión  de  los  hombres 
con  Dios,  como  principio  y  término  de  la  unidad.  En  su  significado  interno,  Cristo 
es  el  punto  donde  convergen  Dios  y  los  hombres,  Mediador  de  la  unidad,  para  que 

SEAN  CONSUMADOS  EN   LA  UNIDAD.   ||   LES  AMASTE  A  ELLOS  COMO   ME  AMASTE  A  MÍ  ¡    porque  los 

hallas  en  mí,  inefablemente  identificados  conmigo. 

21  Oración  fina1,  por  los  presentes  y  por  los  venideros.  En  ella  el  Hijo  pide  al 
Tadre  que  todos  los  suyos  sean  asociados  a  su  gloria  bienaventurada,  término  feliz 
de  la  obra  redentora. 

ai-:»  conclusión  en  que  el  Hijo  representa  al  Padre  lo  que  son  los  discípulos  para 
el  Corazón  del  Maestro. 

1  8  San  Juan,  suponiendo  conocida  la  relación  de  los  Sinópticos,  quiso  completar- 
lo la.  Su  narración,  diáfana  y  pormenorizada,  delata  la  mano  de  un  testigo  presen 
ciál.  Entre  los  rasgos  propios  de  San  Juan  hay  que  consignar  la  presencia  de  la  co- 
horte con  su  tribuno.  La  palabra  «cohorte»  (en  griego,  sprint)  parece  significa  aquí 

un  manípulo  o  destacamento  de  unos  200  hombres. 


—  254  — 


18  4-n 


SAN  JUAN 


18  12-15 


4  Jesús,  pues,  sabiendo  todo  lo  que 
iba  a  sobrevenirle,  salió  a  ellos  v  les 
dice  : 

— ¿  A  quién  buscáis  ? 

5  Respondiéronle  : 

— A  Jesús  de  Nazaret. 


— Mete  la  espada  en  la  vaina  ;  el 
cáliz  que  me  ha  dado  el  Padre,  ¿no 
lo  he  de  beber  ? 

12  La  cohorte,  pues,  y  el  tribuno  y 
los  satélites  prendieron  a  Jesús  y  le 
ataron. 


Esquema  topográfico  de  Getsemaní,  según  el  padre  H.  Vincent,  O.  P. 


Díceles  Jesús  : 
— Yo  soy. 

Estaba  también  con  ellos  Judas, 
que  le  entregaba.  •  Pues  como  les 
dijo  «Yo  soy»,  retrocedieron  y  caye- 
ron en  tierra.  7  De  nuevo,  pues,  les 
preguntó  : 

— ¿  A  quién  buscáis  ? 

Ellos  dijeron  : 

— A  Jesús  de  Nazaret. 

8  Respondió  Jesús  : 

— Os  dije  que  yo  soy.  Si,  pues,  me 
buscáis  a  mí,  dejad  marchar  a  éstos. 

*  Para  que  se  cumpliera  la  pala- 
bra que  había  dicho  :  «De  cuantos 
me  diste  no  he  perdido  a  nadie.» 

10  Simón  Pedro,  pues,  como  tuvie- 
se una  espada,  tiró  de  ella,  dió  con 
ella  al  siervo  del  sumo  sacerdote  y 
le  cortó  la  oreja  derecha.  El  nombre 
del  siervo  era  Maleo.  11  Dijo,  pues, 
Tesús  a  Pedro  : 


Jesús  ante  Anás.  18,  13-14 


"  Y  le  llevaron  primeramente  ante 
Anás,  pues  era  suegro  de  Caifás,  que 
era  pontífice  aquel  ano.  14  Era  Caifás 
quien  había  dado  a  los  judíos  aquel 
consejo  :  que  «Conviene  que  muera 
un  hombre  solo  por  el  pueblo». 


Primera  negación  de  Pedro.  18,  15-18 
(  =  Mt.  26,  58-69  =Mc.  14,  54,  66-68 
=  Lc.  22,  55-57) 

15  Seguían  a  Jesús  Simón  Pedro  y 
otro  discípulo.  El  discípulo  aquel 
era  conocido  del  sumo  sacerdote,  y 
entró  junto  con  Jesús  en  el  atrio  del 


13-11  Entre  estos  dos  versículos,  algunos  intercalan  el  versículo  24.  Dentro  de  los 
principios  normales  de  la  crítica  textual  son  demasiado  endebles  los  motivos  de  esta 
inversión,  que  tiene  por  objeto  el  evitar  innecesariamente  una  dificultad  exegética. 

14  Oiro  discípulo  :  la  especial  intimidad  de  este  discípulo  con  Pedro,  la  precisión 
del  relato  y  la  manera  misma  de  su  designación  anónima,  han  inducido  general- 
mente a  los  intérpretes  a  creer,  no  sin  razón,  que  este  misterioso  discípulo  no  es 
otro  que  el  mismo  evangelista.  |l  El  atrio  o  patio  del  sumo  sacerdote  parece  era 


18  1«"24 


SAN  JUAN 


18  25-32 


sumo  sacerdote  ;  16  Pedro,  en  cam- 
bio, se  había  quedado  fuera  a  la 
puerta.  Salió,  pues,  el  otro  discípu- 
lo, el  conocido  del  sumo  sacerdote, 
y  habló  a  la  portera,  e  hizo  entrar  a 
Pedro.  "  Dice,  pues,  a  Pedro  la  mu- 
chacha portera  : 

— ¿  Por  ventura  también  tú  eres  de 
los  discípulos  de  ese  hombre? 

Dice  él  : 

— No  lo  soy. 

18  Estaban  allí  los  siervos  y  los 
gendarmes,  que  habían  hecho  fue- 
go, porque  hacía  frío,  y  se  calenta- 
ban ;  estábase  también  Pedro  entre 
ellos  de  pie  y  calentándose. 


Jcsils  ante  el  tribunal  del  pontífice. 
J.8,  19-24 

"  El  pontífice,  pues,  interrogó  a 
Tesús  acerca  de  sus  discípulos  y  de 
su  doctrina.  20  Respondióle  Jesús  : 

— Yo  he  hablado  públicamente  al 
mundo ;  yo  siempre  enseñé  en  la  si- 
nagoga y  en  el  templo,  adonde  con- 
curren todos  los  judíos,  y  a  escondi- 
das no  hablé  nada.  21  ¿  Por  qué  me 
interrogas  a  mí  ?  Interroga  a  los  que 
lian  oído  lo  que  les  hablé  ;  mira, 
ésos  saben  lo  que  dije  yo. 

22  En  habiendo  El  dicho  esto,  uno 
de  los  satélites  allí  presente  dió  una 
bofetada  a  Jesús,  diciendo  : 

— ¿  Así  respondes  al  pontífice  ? 

23  Respondióle  Jesús  : 

— Si  hablé  mal,  da  testimonio  de 
lo  malo  ;  mas  si  bien,  ¿por  qué  me 
hieres  ? 

24  Anás,  pues,  le  envió  atado  a  Cai- 
fas, el  pontífice. 


Segunda  y  tercera  negación  de  Pe- 
dro. 18,  25-27  (  =  Mt.  26,  71-75 
=  Mc.  14,  69-72  =Lc.  22,  58-621 

28  Estaba  allí  mismo  Simón  Pedro 
de  pie  y  calentándose.  Dícenle,  pues  : 

— ¿Qué?  ¿También  tú  eres  de  sus 
discípulos  ? 

Nególo  él,  y  dijo  : 

— No  lo  soy. 

M  Dícele  uno  de  los  siervos  del  su- 
mo sacerdote,  pariente  que  era  de 
aquel  a  quien  Pedro  había  cortado 
la  oreja  : 

— ¿  Pues  no  te  vi  yo  en  el  huerto 
con  El  ? 

27  De  nuevo,  pues,  lo  negó  Pedro, 
y  al  instante  un  gallo  cantó. 


Primera  presentación  ante  Pilato. 
Evasivas.  18,  28-32 

28  Llevan,  pues,  a  Jesús  desde  Cai- 
fás  al  pretorio.  Era  el  amanecer. 
Y  ellos  no  entraron  en  el  pretorio, 
para  no  contraer  contaminación  que 
les  impidiese  comer  la  Pascua.  29  Sa- 
lió, pues,  Pilato  afuera  a  ellos,  y 
dice  : 

— ¿  Qué  acusación  traéis  contra  es- 
te hombre  ? 

80  Respondieron  y  le  dijeron  : 

— Si  éste  no  fuera  malhechor,  no 
te  lo  hubiéramos  entregado. 

21  Díjoles,  pues,  Pilato  : 

— Tomadle  vosotros  y  juzgadle  se- 
gún vuestra  ley. 

Dijéronle,  pues,  los  judíos  : 

■ — A  nosotros  no  nos  es  permitido 
dar  muerte  a  nadie. 

82  Para  que  se  cumpliese  la  pala- 
bra que  había  dicho  Jesús,  significan- 
do de  qué  muerte  había  de  morir. 


común  a  los  dos  edificios  o  departamentos  habitados  por  Anás  y  por  Caifás.  Asi  se 
explica  que  la  primera  negación  de  Pedro  pudo  ser  en  el  atrio  de  Anás,  como  indica 
San  Juan,  y  en  el  de  Caifás,  como  refieren  los  Sinópticos. 

San  Juan,  en  vez  de  referir  el  doble  interrogatorio  ante  Caifás,  conocido  ya 
por  los  otros  evangelistas,  prefirió  consignar  este  interrogatorio  previo  ante  Anás. 
En  consecuencia,  hay  que  admitir  que  el  versículo  24  no  está  dislocado,  y  que  hay 
que  traducir  ENVIÓ,  y  no  había  enviado,  como  algunos  pretenden. 

El  tono  de  las  negaciones,  que  en  San  Marcos  alcanza  su  máxima  crudeza, 
se  suav  iza  notablemente  en  San  Juan. 

28  El  pretorio  era  la  torre  Antonia,  construida  en  el  ángulo  NO.  de  la  explanada 
en  cuya  parte  central  se  levantaba  el  templo.  ||  Para  no  contraer  contaminación, 
entrando  en  la  casa  de  un  gentil,  que  les  impidiese  comer  la  Pascua,  que  ellos,  los 
sacerdotes,  hablan  de  celebrar  la  larde  de  aquel  día. 


—  256  — 


18  33-38 


SAN  JUAN 


18  39-19  5 


Interrogatorio  secreto.  18,  33-38 
(=Mt.  27,  11  =Mc.  15,  2  =Lc.  23,  3) 

33  Entró,  pues,  Pilato  otra  vez  en 
el  pretorio,  y  llamó  a  Jesús.  Y  le 

i.lijo  : 

— ¿  Tú  eres  el  rey  de  los  judíos  ? 

"  Respondió  Jesús  : 

— ¿De  ti  mismo  dices  tú  esto,  o 
bien  otros  te  lo  dijeron  de  mí  ? 

35  Respondióle  Pilato  : 

— ¿Por  ventura  soy  yo  judío?  Tu 
nación  y  los  pontífices  te  entregaron 
a  mí ;  ¿  qué  hiciste  ? 
Respondió  Jesús  : 

— Mi  reino  no  es  de  este  mundo. 
Si  de  este  mundo  fuera  mi  reino, 
mis  ministros  lucharían  para  que  yo 
no  fuera  entregado  a  los  judíos.  Mas 
ahora  mi  reino  no  es  de  aquí. 

"  Díjole,  pues,  Pilato  : 

— ¿  Luego  rey  eres  tú  ? 

Respondió  Jesús  : 

— Tú  dices  que  yo  soy  rey.  Yo  pa- 
ra esto  he  nacido  y  para  esto  he  ve- 
nido al  mundo  :  para  dar  testimonio 
a  favor  de  la  verdad.  Todo  el  que 
es  de  la  verdad,  oye  mi  voz. 

38  Dícele  Pilato  : 

— ¿  Qué  es  verdad  ? 

Ex  faltado  Barrabás.  18,  38-40 
(  =  Mt.  27,  15-26  =Mc.  15,  6-15 
=  Lc.  23,  17-25) 

Dicho  esto,  de  nuevo  salió  a  los 
judíos,  y  les  dice  : 


— Yo  no  hallo  en  El  delito  alguno. 
M  Es  costumbre  vuestra  que  yo  os 
suelte  un  preso  por  la  Pascua  :  ¿  que- 
réis, pues,  que  os  suelte  al  rey  de 
los  judíos  ? 

40  Gritaron ,  pues,  de  nuevo,  di- 
ciendo : 

— No  a  ése,  sino  a  Barrabás. 

Era  este  Barrabás  un  salteador. 

Flagelación  y  coronación  de  espinas. 
•19,  1-3  (  =  Mt.  27,  26-30  =Mc.  15, 
16-19) 

i  q  1  Entonces,  pues,  tomó  Pilato 
a  Jesús  y  le  azotó. 

2  Y  los  soldados,  trenzando  una  co- 
rona de  espinas,  se  la  pusieron  so- 
bre la  cabeza,  y  le  vistieron  un  maM- 
to  de  púrpura  ;  '  y  venían  a  El  y 
decían  : 

—  ¡Salud,  rey  de  los  judíos! 

Y  le  daban  bofetadas. 


Eccc  Homo.  19,  4-7 

4  Salió  Pilato  otra  vez  fuera,  y  les 
dice  : 

— Yed,  os  le  traigo  afuera  para  que 
conozcáis  que  no  hallo  en  1-21  delito 
alguno. 

0  Salió,  pues,  Jesús  afuera,  llevan, 
do  la  corona  de  espinas  y  el  manto 
de  púrpura.  Y  les  dice  : 

— Yed  aquí  el  hombre. 


*  Mi  reino  no  es  de  este  mondo  :  ni  por  su  origen  ni  por  su  índole  es  terreno. 
Esto,  con  todo,  no  quita  que  este  reino,  celestial  y  espiritual,  tenga  como  subditos 
los  hombres  que  viven  en  este  mundo.  Este  reino  es  la  Iglesia. 

37  Había  preguntado  Pilato:  «¿Qué  hiciste?»  Responde  Tesús  :  Dar  testimonio  r 
hvor  de  i.a  verdad  :  de  la  verdad  de  las  profecías,  de  la  verdad  de  las  promesa» 
divinas,  de  la  verdad  revelada.  Todo  el  ijue  es  amigo  y  partidario  de  la  verdad,  todo 
el  que  es  hijo  de  la  verdad,  oye  mi  voz. 

38  ¿  Qué  es  verdad?  :  expresión  de  un  escepticismo  utilitario,  con  que  Pilato,  con- 
vencido de  la  inofensividad  de  aquel  hombre,  corta  bruscamente  el  diálogo. 

a*-39  Entre  estos  dos  versículos,  hay  que  colocar  la  presentación  de  Jesús  ante  He 
rodes  y  la  subida  del  pueblo  para  demandar  al  procurador  romano  la  libertad  o  au~; 
nistía  de  un  preso. 

1Q  La  flagelación  fué  una  inútil  condescendencia  de  Pilato  con  los  judíos  ;  la  co- 
-*-«*  ronación  de  espinas  fué  un  desahogo  brutal  de  la  soldadesca,  aunque  no  sin 
connivencia  de  Pilato. 

*  Ved  aquí  el  hombre  :  Pilato  dijo  más  que  supo.  Aquel  hombre  no  era  Solamente 
la  víctima  de  la  envidia  judaica  :  era  también  el  Hombre,  jefe  y  representante  di 
toda  la  humanidad,  cuyos  pecados  había  tomado  sobre  sí,  y  por  los  cuales  debía  morir. 
Pero  hay  que  subir  más  arriba  y  penetrar  más  adentro.  Hay  que  considerar  con 
qué  ojos  contemplaría  el  Padre  celestial  al  Hijo  de  su  amor  en  tanto  abatimiento, 
con  qué  asombro  mirarían  los  ángeles  al  Rey  de  la  gloria  en  tanta  ignominia,  y  que 
sentimientos  embargarían  el  Corazón  del  Redentor. 


—  257  — 


19  6-12 


SAN  JUAN 


19  13-18 


"  Cuando  le  vieron  los  pontífices  y 
los  satélites,  gritaban  diciendo  : 
— Crucifícale,  crucifícale. 
Díceles  Pilato  : 

— Tomadlo  vosotros  y  crucificadle, 
pues  yo  no  hallo  delito  en  El. 
'  Respondiéronle  los  judíos  : 
— Nosotros  Ley  tenemos,  y  según 
la  Ley  debe  morir,  pues  se  hizo  Hi- 
jo de  Dios. 


¿Hijo  de  Dios?  ig,  8-n 


s  Cuando  oyó  Pilato  estas  palabra», 
temió  más.  0  Y  entró  de  nuevo  en  el 
pretorio,  y  dijo  a  Jesú»  : 

— ¿  De  dónde  eres  tú  ? 

Jesús  no  le  dió  respuesta.  10  Díce- 
le*  pues,  Pilato  : 

— ¿A  mí  no  me  hablas?  ¿No  sa- 
bes que  tengo  potestad  para  soltarte 
y  tengo  potestad  para  crucificarte  ? 

11  Respondióle  Jesús  : 

— No  tuvieras  potestad  alguna  con- 
tra mí  si  no  te  hubiera  sido  dada  de 
arriba.  Por  esto  quien  me  entregó  a 
ti,  mayor  pecado  tiene. 


Ultimos  esfuerzos  de  Pilato.  ig,  12-15 


12  A  consecuencia  de  esto,  preten- 
día Pilato  librarle.  Pero  los  judíos 
gritaban,  diciendo  : 

— Si  sueltas  a  éste,  no  eres  amigo 


del  César,  pues  todo  el  que  se  hace 
rey  se  declara  contra  el  César. 

13  Pilato,  pues,  oídas  estas  razones, 
sacó  afuera  a  Jesús,  v  se  sentó  en  el 
tribunal,  en  el  lugar"  llamado  Litós- 
tcoto  (o  «Embaldosado»),  y  en  arameo 
Gabbatha  (o  «Altura»).  "Era  la  Pa- 
rasceve (o  «Preparación»)  de  la  Pas- 
cua, la  hora  cerca  de  sexta,  y  dice  a 
los  judíos  : 

— Ved  ahí  vuestro  rey. 

15  Gritaron,  pues,  ellos  : 

— Quita,  quita  ;  crucifícale. 

Díceles  Pdato  : 

— ¿  A  vuestro  rey  he  de  crucificar  ? 
Respondieron  los  pontífices  : 
— No  tenemos  rey,  sino  César. 


Sentencia  de  cruz  y  crucifixión,  ig, 
16-18  (  =  Mt.  27,  24-34  =Mc.  15,  15-25 
=  Lc.  23,  25-34) 

M  Entonces,  pues,  se  le  entregó  pa- 
ra que  fuera  crucificado. 

Se  apoderaron,  pues,  de  Jesús,  17  y, 
llevando  a  cuestas  su  cruz,  salió  ha- 
cia el  lugar  llamado  el  Cráneo,  que 
en  hebreo  se  dice  Gólgota ;  18  en  don- 
de le  crucificaron,  y  con  El  otros 
dos,  a  una  mano  y  a  otra,  y  en  me- 
dio a  Jesús. 


*  ¡  De  dónde  eres  tú  ?  No  pregunta  Pilato  sobre  el  origen  terreno  de  Jesús,  pue» 
ya  sabia  que  era  galileo,  sino  sobre  su  presunto  origen  sobrehumano.  Mas  Jesús  no 
i.x  dió  respuesta  :  que  el  hombre  gentil  era  incapaz  de  comprender. 

11  Pou  esto...  :  de  muy  diferentes  maneras  ha  sido  explicada  esta  consecuencia. 
Parece  que  Jesús,  refiriéndose  no  sólo  a  las  palabras  inmediatamente  precedentes, 
ciño  también  a  las  anteriores,  quiso  decir  :  «El  pecado  del  injusto  acusador  que  se 
mueve  por  odio  al  reo  es  mayor  que  el  del  juez  que  muestra  buena  voluntad  y  se 
esfuerza  por  salvar  al  inocente  y  sólo  coaccionado  por  la  presión  y  las  amenazas 
le  condena.» 

13  Recientes  investigaciones  han  identificado  el  Lithostrotos  en  el  ángulo  NO.  del 
patio  de  la  torre  Antonia.  El  suntuoso  fmbíiliioíinlo  descubierto  en  el  subsuelo  del 
convento  de  Nuestra  Señora  de  Sión  justifica  plenamente  el  nombre  de  Lithostrotos. 
que  popularmente  era  llamado  Gabbatha  por  hallarse  emplazado  en  la  punta  meri- 
dional de  la  colina  Bezatha,  la  más  alta  de  las  colinas  de  Jerusalén.  (Véase  L.-H.  Vin- 
cent,  O.  P.,  Revue  Biblique,  1933,  110-113.) 

"  No  tenemos  rey  sino  César  :  tremenda  declaración,  que  equivalía  a  decir  :  No 
queremos  mesianismo,  sino  cesarismo.  Cuarenta  años  más  tarde,  cuando  de  Jeru- 
salén no  quedó  piedra  sobre  piedra,  experimentaron  lo  que  del  César  podían  esperar. 

w  Se  le  entregó  :  con  la  sentencia  de  muerte,  Pilato  entregaba  a  Jesús  al  furor 
de  los  judíos;  mas  no  fueron  éstos  los  que  se  entregaron  de  El,  sino  los  ejecutores 
de  la  sentencia,  que  eran  los  soldados. 


-258- 


19  19"27 


SAN  JUAN 


19  22-2 


El  título  de  la  cruz. 
(  =  Mt.  27,  37  =Mc. 
=  Lc.  23,  38 


9,  19-22 

15,  26 


"  Escribió  también  un  título  Pila- 
to  y  le  puso  sobre  la  cruz  ;  v  estaba 
escrito  :  JESUS  EL  NAZARENO  EL 
REY  DE  LOS  JUDIOS.  M  Este  tí- 
tulo, pues,  leyéronle  muchos  de  los 
judíos,  pues  estaba  cerca  de  la  ciu- 
dad el  lugar  donde  fué  crucificado 
Jesús,  y  estaba  escrito  en  hebreo,  en 
latín  y  en  griego.  51  Decían,  pues,  a 
Pilato  los  sumos  sacerdotes  de  los 
judíos  : 

— Xo  escribas  «El  rey  de  los  ju- 
díos», sino  que  «El  dijo  :  Rey  soy 
de  los  judíos». 


"  Respondió  Pilato  : 

— Lo  que  he  escrito,  escrito  está. 

Repartición  de  los  vestidos.  19,  23-24 
(=Mt.  27,  35-36  =Mc.  15,  24 
=  Lc.  23,  34) 


23  Los  soldados,  pues,  como  hubie- 
ron crucificado  a  Jesús,  tomaron  sus 
vestidos,  e  hicieron  cuatro  partes, 
una  parte  para  cada  soldado,  y  la 
túnica.  Era  la  túnica  sin  costura,  te- 
jida desde  arriba  toda  ella.  M  Dije- 
ron, pues,  entre  sí  : 

— No  la  rasguemos,  sino  echemos 
suertes  sobre  ella,  a  ver  de  quién 
será,. 

Para  que  se  cumpliese  la  Escritu- 
ra (Ps.  21,  19),  que  dice  : 

Repartieron  mis  vestiduras  entre  sí 
v  sobre  mi  vestido  echaron  suerte. 


Los  soldados,  pue*,  esto  hicieron. 


Madre  de  Jesús  y  Madre  nuestra. 
19,  25-27 

25  Estaban  junto  a  la  cruz  de  Jesús 
su  Madre  y  la  hermana  de  su  Ma- 
dre, María  de  Cleofás,  y  María  Mag- 
dalena. w  Jesús,  pues,  viendo  a  la 
Madre,  y  junto  a  ella  al  discípulo  a 
quien  amaba,  dice  a  su  Madre  : 

— Mujer,  he  ahí  a  tu  hijo. 

17  Luego  dice  al  discípulo  : 

— He  ahí  a  tu  Madre. 

Y  desde  aquella  hora  la  tomó  el 
discípulo  en  su  compañía. 


Muerte  del  Redentor.  19,  28-30 
(  =  Mt.  27,  45-50  =Mc.  15,  33-37 
=  Lc.  23,  44-46) 

s  Después  de  esto,  sabiendo  Jesús 
que  ya  todas  las  cosas  estaban  cum. 
plidas,  para  que  se  cumpliese  la  Es- 
critura, dice  • 

— Tengo  sed. 

29  Había  allí  un  vaso  lleno  de  vi- 
nagre ;  tomando,  pues,  una  esponja 
empapada  en  el  vinagre  y  clavándo- 

|  la  en  una  cana  de  hisopo,  se  la  acer- 

1  caban  a  la  boca. 


18  El  título  era  la  tablilla  en  que  se  consignaba  la  causa  criminal  del  ajusticiado. 
I.a  fórmula  precisa  del  título  parece  ser  la  conservada  por  San  Juan. 

*>  Los  vestidos,  además  de  la  túnica,  eran  el  manto,  el  ceñidor,  las  sandalias  y 
el  velo  de  la  cabeza.  De  ellos,  rasgando  sin  duda  el  manto,  hicieron  cuatro  partes, 
equivalentes,  pues  eran  cuatro  los  soldados  verdugos,  a  quienes,  según  la  ley,  co- 
rrespondían los  vestidos  del  ajusticiado. 

55  Mujer,  he  ahí  tu  hijo  :  Jesús  encomienda  su  Madre  desolada  a  la  solicitud 
filial  del  discípulo  amado.  Pero  en  esta  recomendación  familiar  no  queda  agotado  el 
profundo  sentido  de  estas  palabras.  La  solemnidad  de  la  ocasión,  el  contexto  histó- 
rico y  literario,  el  simbolismo  característico  del  cuarto  Evangelio  descubren  en  estas 
palabras  del  Redentor  moribundo  más  alta  significación  :  la  de  la  espiritual  ma- 
temidad  de  la  Virgen  Corredentora  respecto  de  todos  los  discípulos  de  Cristo  y 
de  todos  los  hombres  llamados  a  serlo. 

28  Para  que  se  cumpliese  la  Escritura  :  el  salmo  6S,  22  :  En  mi  sed  me  dieron  a 
beber  vinagre.  |]  Tengo  sed  :  manifiesta  el  Salvador  la  sed  que  le  abrasaba,  uno 
de  los  tormentos  más  terribles  de  la  crucifixión,  causado  por  la  fiebre  y  la  pérdida 
de  sangre.  Pero  el  manifestar  esta  sed  para  que  se  cumpliese  la  Escritura  muestra 
en  el  Redentor  moribundo  otra  sed  más  ardiente  :  la  de  cumplir  en  sus  últimos 
pormenores  la  voluntad  del  Padre,  la  de  realizar  plenamente  la  obra  de  la  salud 
de  los  hombres  que  le  había  encomendado. 

«Vinagre:  era  el  vinillo  agrio  y  aguado  que  usaban  los  soldados.  |i  Hisopo 
parece  ser  el  orégano. 


—  259  — 


19  30-37 


SAN  JUAN 


19  38-20  2 


"  Cuando,  pues,  hubo  tomado  el  vi- 
nagre, Jesús  dijo  : 

— Consumado  está. 

E  inclinando  la  cabeza  entregó  el 
espíritu. 


El  costado  abierto.  íg,  31-37 


31  Los  judíos,  pues,  como  era  Pa- 
rasceve, a  fin  de  que  no  quedasen 
los  cuerpos  el  sábado  en  la  cruz,  pues 
era  grande  el  día  de  aquel  sábado, 
rogaron  a  Pilato  que  se  les  quebran- 
tasen las  piernas  y  fuesen  quitados. 
31  Vinieron,  pues,  los  soldados,  y  al 
primero  quebrantaron  las  piernas  y 
luego  al  otro  que  había  sido  cruci- 
ficado juntamente  con  El.  33  Mas  a 
Jesús,  cuando  vinieron,  como  le  vie- 
ron ya  muerto,  110  le  quebrantaron 
las  piernas,  M  sino  que  uno  de  los 
soldados  con  una  lanza  le  traspasó 
el  costado,  y  salió  al  punto  sangre 
y  agua.  36  Y  el  que  lo  ha  visto  lo  ha 
testificado,  y  su  testimonio  es  verí- 
dico, y  él  sabe  que  dice  verdad,  para 
que  también  vosotros  creáis.  "  Pues 
acontecieron  estas  cosas  para  que  se 
cumpliese  la  Escritura  (Ex.  12,  46  ; 
Núm.  9,  12)  :  «No  le  será  quebranta- 
do hueso  alguno.»  37  Y  asimismo  otra 
Escritura  (Zac.  12,  10)  dice  :  «Verán 
al  que  traspasaron.» 


Sepultura.  19,  38-42  (  =  Mt.  27,  57-60 
=  Mc.  15,  42-46  =Lc.  23,  50-54) 

35  Después  de  esto,  José  de  Arima- 
tea,  que  era  discípulo  de  Jesús,  si 
bien  oculto  por  miedo  a  los  judíos, 
rogó  a  Pilato  le  permitiese  quitar  el 
cuerpo  de  Jesús.  Y  se  lo  permitió  Pi. 
lato.  Vino,  pues,  y  quitó  su  cuerpo. 

30  Vino  también  Nicodemo,  el  que 
la  primera  vez  había  venido  a  El  de 
noche,  trayendo  una  mixtura  de  mi- 
rra y  áloe,  como  cien  libras.  ,u  Toma- 
ron, pues,  el  cuerpo  de  Jesús  y  lo 
envolvieron  con  lienzos  junto  con  los 
perfumes,  según  es  costumbre  entre 
los  judíos  sepultar.  41  Había  un  huer- 
to en  el  lugar  donde  fué  crucificado, 
y  en  el  huerto  un  monumento  nue- 
vo, en  el  cual  nadie  todavía  había 
sido  puesto.  42  Allí,  pues,  a  causa  de 
la  Parasceve  de  los  judíos,  puesto 
que  el  monumento  estaba  cerca,  pu- 
sieron a  Jesús. 


María  Magdalena  en  el  sepulcro.  20, 
1-2  (  =  Mt.  28,  1-8  =Mc.  16,  i-S 
=  Lc.  24,  1-11) 

orj  1  Bl  primer  día  de  la  semana, 
al  amanecer,  estando  oscuro 
todavía,  María  la  Magdalena  viene 
al  monumento  y  ve  la  losa  quitada 
del  monumento.  2  Corre,  pues,  y  va 


80  Consumado  está  :  cumplidas  las  Escrituras,  verificadas  las  profecías,  realizado* 
los  consejos  de  Dios,  terminada  la  redención  humana,  que  es  decir,  consumada  la 
Obra  que  el  Padre  le  había  encomendado  (17,  4).  ||  E  inclinando  la  cabeza,  ENTREGÓ 
BL  espíritu  :  divina  sencillez  en  consignar  el  hecho  más  trascendental  de  la  historia 
humana. 

11  Le  traspasó  el  costado,  y  también  el  Corazón,  al  cual  apuntaba  la  lanza.  Canta 
la  Iglesia  : 

Te  vulneratum  caritas 
ictu  patenti  ■voluit, 
amoris  invisibilis 
ut  vencremur  vulnera. 

Y  salió...  sangre  :  como  sello  de  la  redención  ya  consumada  y  símbolo  de  la 
Eucaristía.  Y  agua  :  símbolo  del  bautismo.  En  la  sangre  y  el  agua  que  manan  del 
Corazón  del  Redentor  ven  además  muchos  Santos  Padres  una  viva  imagen  de  la 
Iglesia,  que  como  nueva  Eya  sale  del  costado  y  del  Corazón  del  segundo  Adán. 

M-42  Dos  sanhedritas,  José  y  Nicodemo,  hasta  ahora  discípulos  vergonzantes,  cobran 
inusitado  valor  y  toman  a  su  cargo  las  honras  fúnebres  del  venerado  Maestro.  Las 
prisas  impuestas  por  lo  avanzado  de  la  hora  no  impidieron  que  cumpliesen  con  amor 
y  generosidad  cuanto  era  costumbre  en  la  sepultura  de  los  judío». 

nf\  1  El  primer  día  de  la  semana  :  el  domingo. 

¿"J  J  Se  llevaron  al  Señor  :  esto  es  todo  lo  que  se  le  ocurre  a  la  Magdalena.  ¿  Idra 

de  resurrección  ?  Ni  por  asomo. 


—  260  — 


20  3-12 


SAN  JUAN 


20  13-19 


a  Simón  Pedro  y  al  otro  discípulo  a 
quien  quería  Jesús,  y  les  dice  : 

— Se  llevaron  al  Señor  del  monu- 
mento y  no  sabemos  dónde  lo  pu- 
sieron. 


Pedio  y  Juan  van  al  sepulcro. 
20,  3-10  (  =  Lc.  24,  12) 

1  Salió,  pues,  Pedro  y  con  él  el  otro 
discípulo,  y  se  dirigían  al  sepulcro. 
1  Y  corrían  los  dos  a  una  ;  mas  el 
otro  discípulo,  como  corría  más  apri- 
sa que  Pedro,  le  pasó  delante,  y 
llego  primero  al  sepulcro  ;  6  y  ha- 
biéndose agachado,  ve  los  lienzos  por 
el  suelo;  con  todo,  no  entró.  8  Llega, 
pues,  también  Simón  Pedro  en  pos 
de  él  y  entró  en  el  sepulcro,  y  con- 
templa los  lienzos  por  el  suelo,  T  y 
además  el  sudario,  que  había  estado 
sobre  su  cabeza,  no  por  el  suelo  con 
los  lienzos,  sino  plegado  en  un  lugar 
aparte.  8  Entonces,  pues,  entró  tam- 
bién el  otro  discípulo,  que  había  lie. 
ííado  primero  al  sepulcro,  y  vió  y 
creyó  ;  *  pues  todavía  no  conocían  la 
Escritura,  que  debía  resucitar  de  en- 
tre los  muertos».  10 Volviéronse,  pues, 
de  nuevo  los  discípulos  a  donde  po- 
saban. 


Aparición  a  María  Magdalena. 
20,  11-18  (  =  Mc.  16,  9-11) 

11  María  estaba  de  pie  junto  al  se- 
pulcro, fuera,  llorando.  Y  así  lloran- 
do, inclinóse  para  mirar  dentro  del 
sepulcro,  12  y  ve  dos  ángeles  con  ves-  | 


tiduras  blancas,  sentados  uno  a  la 
cabeza  y  otro  a  los  pies  del  sitio  don- 
de había  sido  puesto  el  cuerpo  de 
Jesús.  13  Y  dícenle  ellos  : 

— Mujer,  ¿  por  qué  lloras  r 

Díceles  : 

— Porque  se  llevaron  a  mi  Señor 
y  no  sé  dónde  lo  pusieron. 

14  Como  hubo  dicho  esto,  volvióse 
atrás  y  ve  a  Jesús  de  pie,  y  no  sa- 
bía que  era  Jesús.  15  Dícele  Jesús  : 

— Mujer,  ¿  por  qué  lloras  ?  ¿  A  quién 
buscas  ? 

Ella,  imaginando  que  era  el  hor- 
telano, le  dice  : 

— Señor,  si  tú  te  lo  llevaste,  dime 
dónde  lo  pusiste,  y  yo  lo  tomaré. 

M  Dícele  Jesús  : 

—  ¡  María ! 

Ella,  volviéndose  a  El,  dícele  en 
hebreo  : 

—  ¡  Rabbuní !  — que  quiere  decir  : 
¡  Maestro ! 

17  Dícele  Jesús  : 

— Suéltame— que  todavía  no  he  su- 
bido al  Padre — ,  mas  ve  a  mis  her- 
manos y  diles  :  «Subo  a  mi  Padre 
y  vuestro  Padre,  a  mi  Dios  y  vues- 
tro Dios.» 

18  Euése  María  Magdalena  a  dar  la 
nueva  a  los  discípulos  : 

—He  visto  al  Señor,  y  me  ha  di- 
cho esto  y  esto. 


Aparición  a  los  discípulos,  ausente 
Tomás.  20,  19-23  (  =  Mc.  16,  14 
-Le.  24,  36-45; 


**  Siendo ,  pues ,  tarde  aquel  día  , 
primero  de  la  semana,  y  estando  ce- 
|  rradas,  por  miedo  a  los  judíos,  las 


1  El  sudario...  plegado  :   indicio  de  que  el  cuerpo  110  había  sido  hurtado. 
8  Creyó  :  en  la  resurrección  del  Maestro.  Esta  fe  es  efecto  de  los  hechos,  no  de 
la  interpretación  del  Antiguo  Testamento ;  pues  todavía  no  CONOCÍAN  la  Escritura. 
.San  Juan  consigna  su  propia  fe  ;  de  la  de  Pedro  nada  dice. 

13  Se  llevaron  a  mi  Señor:  persiste  la  obsesión  por  hallar  un  cadáver,  nada  de 
fantasías  visionarias. 

15  Imaginando  que  era  el  hortelano  :  la  que  no  reconoce  al  resucitado  real  que 
tiene  ante  los  ojos  no  se  muestra  muv  propensa  a  fantasear  resurrecciones  irreales. 

"Dícele  JesOs:  ¡María!  La  voz  conocida  del  Maestro  disipa  la  negra  pesadilla 
de  la  Magdalena.  La  intimidad  de  este  diálogo  recuerda  invenciblemente  la  escena 
de  Betania  (Le.  10,  3S-42). 

17  Suéltame  :  el  haToer  querido  motivar  esta  orden  en  la  frase  que  sigue  ininedia 
tameute  :  €que  todavía  no  he  subido  al  Padre»,  ha  dado  origen  a  interpretaciones 
retorcidas  e  inadmisibles.  En  cambio,  si  se  relaciona  esta  orden  con  lo  que  sigue 
después,  es  decir,  con  el  pensamiento  dominante,  su  explicación  resuha  llana.  Quiere- 
decir  el  Maestro:  «Suéltame,  y  corre  a  decir  a  mis  hermanos  que  Subo  a  mi  Pa- 
dre: pero  que  antes  podrán  verme,  pues  todavía  no  he  subido.. 


—  261  — 


20  2°-25 


SAN  JUAN 


puertas  de  la  casa  donde  estaban  los 
discípulos,  vino  Jesús  y  se  presentó 
en  medio  de  ellos  y  les  dice  : 

— Paz  sea  con  vosotros. 

20  Y  en  diciendo  esto,  les  mostró 
las  manos  y  el  costado.  Se  gozaron, 
pues,  los  discípulos  al  ver  al  Señor. 

Díjoles,  pues,  otra  vez  : 

— Paz  sea  con  vosotros.  Como  me 
ha  enviado  el  Padre,  también  yo  os 
envío  a  vosotros. 

22  Esto  dicho,  sopló  sobre  ellos,  y 
les  dice  : 

— Recibid  el  espíritu  Santo.  23  A 
quienes  perdonareis  los  pecados,  per. 
donados  les  son  ;  a  quienes  los  re- 
tuviereis, retenidos  quedan. 


Aparición  a  ios  apóstoles,  estando 
presente  Tomás.  20,  24-29 

24  Tomás,  uno  de  los  Doce,  el  lla- 
mado Dídimo  (  =  Mellizo),  no  estaba 
con  ellos  cuando  vino  Jesús.  25  Dijé- 
ronle,  pues,  los  otros  discípulos  : 

—Hemos  visto  al  Señor. 

El  les  dijo  : 

— Si  no  viere  en  sus  manos  la 
marca  de  los  clavos,  y  no  metiere 
mi  dedo  en  el  lugar  de  los  clavos, 


y  no  metiere  mi  mano  en  su  costa- 
do, no  lo  creo. 

26  Y  ocho  días  después  estaban  allí 
dentro  otra  vez  sus  discípulos,  y  To- 
más entre  ellos.  Viene  Jesús,  cerra- 
das las  puertas,  y  ipuesto  en  medio 
de  ellos,  les  dijo  : 

— Paz  con  vosotros. 

31  Luego  dice  a  Tomás  : 

— Trae  acá  tu  dedo,  mira  mis  ma- 
nos ;  y  trae  tu  mano  y  métela  en 
mi  costado,  y  no  seas  incrédulo,  si- 
no creyente. 

28  Respondió  Tomás  y  le  dijo  : 

—  ¡  Señor  mío  y  Dios  mío  ! 

29  Dícele  Jesús  : 

—  ¡Porque  me  has  visto,  has  creí- 
do !  Bienaventurados  los  que  no  vie- 
ron y  creyeron. 


Primer  epílogo  del  Evangelio  de 
San  Juan.  20,  30-31 

so  ( >bró,  además,  Jesús  en  presen- 
cia de  sus  discípulos  otros  muchos 
milagros,  que  no  han  sido  escritos 
en  este  libro.  31 Y  éstos  han  sido 
escritos  para  que  creáis  que  Jesús  es 
el  Mesías,  el  Hijo  de  Dios,  y  para 
que  creyéndolo  tengáis  vida  en  nom- 
bre suyo. 


'■*>  Les  mostró  las  manos  y  el  costado  :  con  las  señales  de  los  clavos  y  de  la  lanza 
señales  de  identidad  personal  y  recuerdo  amoroso  de  la  inmolación  redentora. 

2-  Sopló  sobre  ellos  :  símbolo  expresivo  del  Espíritu  Santo,  que  iba  a  comuni- 
carles. |]  Recibid  el  Espíritu  Santo:'  esta  comunicación,  ordenada  a  la  potestad  de 
perdonar  los  pecados,  no  es  todavía  la  plenaria  efusión  reservada  para  Pentecostés. 

-3  Con  estas  palabras,  según  enseña  el  Concilio  Tridentino,  recogiendo  la  tra- 
dición de  los  Santos  Padres,  «el  Señor  instituyó  principalmente  el  sacramento  de  la 
renitencia»  (Denz.  894).  Y  como  esta  potestad  no  podía  ejercerse  arbitrariamente  y 
sin  conocimiento  de  causa,  y  debía  extenderse  al  perdón  de  los  pecados  más  secre- 
tos, de  ahí  la  necesidad  de  la  confesión  sacramental. 

a  Ni  los  discípulos  ni  siquiera  las  mujeres  creyeron  de  ligero  la  resurrección  de 
Jesús.  Pero  dispuso  Dios,  para  cortar  de  raíz  toda  duda  posible,  el  caso  estridente 
de  la  incredulidad  obstinada  y  presuntuosa  de  Tomás.  Y  se  allanó  a  las  condiciones 
señaladas  por  el  temerario  discípulo. 

-1  Trae  tu  mano  y  métela  en  mi  costado  :  blando  castigo  del  incrédulo,  que  mu- 
chos creyentes  han  envidiado.  ¡Oh  feliz  culpa! 

28  ¡Señor  mío  y  Dios  mío!  :  magnífica  confesión  de  la  divinidad  de  Cristo,  con 
que  Tomás  reparó  cumplidamente  su  precedente  incredulidad.  A  la  obstinación  de  la 
incredulidad  siguió  la  explosión  de  la  fe. 

29  Bienaventurados  los  que  no  vieron  y  creyeron  :  seria  advertencia,  que  nos 
enseña  que,  sin  ver,  hay  suficientes  y  sobrados  motivos  para  creer,  como  haya  buena 
voluntad. 

,t,-*1  Este  epílego  contiene  dos  observaciones.  Primera  :  los  milagros  escritos  en 
ei  Evangelio  representan  una  pequeña  parte  solamente  de  los  obrados  por  Jesús. 
De  ahí  muchas  consecuencias,  apologéticas  y  también  exegéticas.  Segunda  :  que  el 
objeto  del  cuarto  evangelio  es  la  fe  :  fe  en  la  mesianidad  y  en  la  divina  filiación 
de  Jesús;  fe  principio  de  vida  eterna.  ||  Tras  este  epílogo,  el  capítulo  siguiente  es 
complementario  a  modo  de  apéndice.  Su  autor  es  el  mismo  San  Juan,  como  lo 
prueba  su  presencia  en  todos  los  códices  y  versiones  y  lo  confirma  la  unidad  del 
estilo. 


-262- 


21  1-7 


SAN  JUAN 


21  8-15 


En  las  riberas  del  mar  de  Tiberíades. 

21,  I-I4 


f) "i  'Tras  esto  se  manifestó  Jesús 
otra  vez  a  los  discípulos  a  ori- 
llas del  mar  de  Tiberíades.  Y  se  ma- 
nifestó así.  3  Estaban  juntos  Simón 
Pedro  y  Tomás,  e<l  llamado  Dídimo, 
y  Natañael  de  Caná  de  Galilea,  y  los 
hijos  del  Zebedeo,  y  otros  dos  de 
sus  discípulos.  3  Y  díceles  Simón 
Pedro  : 

—Voy  a  pescar. 

Dícenle  : 

— Vamos  también  nosotros  contigo. 

Salieron  y  subieron  a  la  barca.  Y 
en  toda  la  noche  no  pescaron  nada. 
4  Y  siendo  ya  de  mañanita,  se  pre- 
sentó Jesús  en  la  ribera  ;  los  discí- 
pulos, empero,  no  conocieron  que 
era  Jesús.  6  Díceles,  pues,  Jesús  : 

— Muchachos,  ¿  tenéis  algo  de  vian- 
da ? 

Respondiéronle  : 
—No. 

6  El  les  dijo  : 

--Echad  la  red  a  la  derecha  de  la 
barca  y  hallaréis. 

Echáronla,  pues,  y  ya  no  podían 
arrastrarla  por  la  gran  cantidad  de 
peces.  7  Dice,  pues,  aquel  discípulo, 
a  quien  amaba  Jesús,  a  Pedro  : 

— Es  el  Señor. 

Simón  Pedro,  pues,  así  que  oyó  ser 
el  Señor,  ciñóse  la  ropa  exterior,  pues 


otra  ropa  no  llevaba,  y  echóse  al 
mar.  8  Los  otros  discípulos  vinieron 
con  la  barca — pues  no  estaban  lejos 
de  tierra,  sino  que  distaban  unos 
doscientos  codos  —  ,  arrastrando  la 
red  de  los  peces.  9  Cuando  saltaron 
a  tierra,  vieron  brasas  puestas  y  un 
pescado  sobre  ellas,  v  pan.  Díceles 
Jesús  : 

10  —Traed  acá  de  los  pescados  que 
acabáis  de  coger. 

11  Subió  Simón  Pedro  y  arrastró 
hasta  la  playa  la  red  llena  de  peces 
grandes,  que  eran  ciento  cincuenta 
y  tres.  Y  con  ser  tantos,  no  se  rom- 
pió la  red.  12  Díceles  Jesús  : 

— Venid,  almorzad. 

Y  nadie  de  los  discípulos  osaba 
interrogarle:  «¿Tú  quién  eres?»,  sa- 
biendo como  sabían  que  era  el  Se- 
ñor. a  Viene  Jesús  y  toma  el  pan  y 
se  lo  reparte,  y  asimismo  el  pesca- 
do. M  Esta  fué  ya  la  tercera  vez  que 
se  manifestó  Jesús  a  los  discípulos 
después  de  resucitar  de  entre  los 
muertos. 

[esús  confiere  el  primado  a  Pedro 
21,  15-23 

*  Cuando,  pues,  hubieron  almor- 
¿ado,  dice  Jesús  a  Simón  Pedro  : 

— Simón,  hijo  de  Juan,  ¿me  amas 
más  que  éstos  ? 


*  Vianda  o  companage  :  término  de  suyo  genérico,  pero  que  concretamente  solía 
entenderse  del  pescado. 
'  La  ropa  exterior  :  el  término  original  designa  una  especie  de  bata  o  blusa  sin 
mangas,  que  solía  ponerse  sobre  la  túnica  ;  pero  que  era  ahora  la  única  ropa  que 
Pedro  llevaba. 

8  Doscientos  codos  :  unos  100  metros. 

'"  Traed  acá  de  los  pe-scados  :  no  para  el  almuerzo,  que  ya  estaba  preparado,  sino 
para  comprobación  del  milagro. 

13  El  pan...,  el  pescado  :  poca  cosa  para  siete  pescadores  después  de  un  trabajo 
prolongado  y  fatigoso.  Es,  por  tanto,  verosímil  que  Jesús  renovase  el  milagro  de  la 
multiplicación. 

"  Esta  fué  la  tercera  aparición  a  los  discípulos  juntos.  No  se  cuentan  las  apari- 
ciones a  algunos  en  particular.  ||  En  este  hecho  suelen  señalarse  varios  simbolis- 
mos, no  suficientemente  fundados.  El  más  aceptable  es  el  de  la  misma  pesca  mila- 
grosa, símbolo,  como  la  primera,  de  la  misión  apostólica. 

15-"  Es  impresionante  el  ritmo  ternario  de  este  diálogo  :  tres  preguntas  con  sus 
respuestas  seguidas  de  tres  encomiendas.  Jesús  había  prometido  a  Pedro  la  autori- 
dad suprema  sobre  su  Iglesia  ;  pero  Pedro  con  su  triple  negación  había  desmerecido 
la  dignidad  prometida.  Reparar  la  triple  negación  con  una  triple  declaración  de 
amor  ;  ratificar  y  hacer  efectiva  la  promesa  :  tal  es  el  objeto  y  el  contenido  de 
este  inmortal  dialogo.  En  él  lo  más  importante,  desde  el  punto  de  vista  teológico, 
es  la  triple  encomienda:  Apacienta  mis  corderos,  pastorea  mis  ovejas  (u  ovejuelas), 
apacienta  mis  ovejas.  Jesús  había  dicho:  .Un  solo  rebaño,  un  solo  Pastor»  (10,  161 
E!  rebaño,  el  único  rebaño,  son  estos  corderos,  son  estas  ovejas  (v  ovejuelas/  que 
ahora  confia  a  Pedro.  El  Pastor,  el  único  Pastor,  es  El,  Jesús,  que  ahora,  a  punto 
de  subir  al  Padre,  deja  su  rebaño  en  manos  de  Pedro,  para  que  él  haga  lo  que 
Jesús  hiciera  por  sí  misino  si  no  se  ausentara,  es  decir,  para  que  en  su  nombre 


-263- 


21  16-20 


SAN  JÜAN 


21  21-25 


Dícele  : 

—Sí,  señor ;  tú  sabes  que  te  quiero. 

Dícele  : 

— .Apacienta  mis  corderos. 
"  1  órnale  a  decir  segunda  vez  : 
— Simón,  hijo  de  Juan,  ¿  me  amas  ? 
Dícele  : 

— Sí,  Señor;  tú  sabes  que  te  quiero. 

Dícel'.e  : 

— Pastorea  mis  ovejas. 
11  Dicelle  por  tercera  vez  : 
— Simón,  hijo  de  Juan,  ¿me  quie- 
res ? 

Entristecióse  Pedro,  porque  le  di- 
jo por  tercera  vez  :  «¿Me  quieres?», 
y  le  dijo  : 

— Señor,  tú  lo  sabes  todo  ;  tú  bien 
sabes  que  te  quiero. 

Dícele  Jesús. 

— Apacienta  mis  ovejas.  18  En  ver- 
dad, en  verdad  te  digo  :  Cuando  eras 
más  joven,  tú  mismo  te  ceñías  y  an- 
dabas donde  querías  ;  mas  cuando 
hubieres  envejecido,  extenderás  tus 
manos,  y  otro  te  ceñirá  y  te  llevará 
a  donde" tú  no  quieras. 

18  Esto  dijo  significando  con  qué 
género  de  muerte  había  él  de  glori- 
ficar a  Dios.  Y  habiendo  dicho  esto, 
le  dice  : 

— Sigúeme. 

20  Vuelto  Pedro,  ve  que  le  seguía 
el  discípulo  a  quien  amaba  Jesús,  el 


mismo  que  en  la  cena  se  recostó  en 
su  pecho,  y  dijo  :  «Señor,  ¿  quién 
es  el  que  te  entrega  ?»  21  A  éste,  pues, 
como  hubiese  visto  Pedro,  dice  a  Je- 
sús : 

— Señor,  ¿  y  éste,  qué  ? 
Dícele  Jesús  : 

~  — Si  quisiere  yo  que  éste  quede 
hasta  que  yo  vuelva,  ¿  a  ti  qué  ?  Tú 
sigúeme. 

23  Divulgóse,  pues,  entre  los  discí- 
pulos esta  voz  :  que  «el  discípulo 
aquel  no  muere».  Y  no  le  dijo  Je- 
sús :  «No  muere»,  sino  «Si  quisiere 
yo  que  éste  quede  hasta  que  yo  vuel- 
va, ¿  a  ti  qué  ?» 


Epílogo  final,  ai,  24-25 


"  Este  es  el  discípulo  que  da  tes- 
timonio de  estas  cosas,  y  el  que  las 
escribió  ;  y  sabemos  que  su  testimo- 
nio es  verídico. 

25  Hay,  además  de  éstas,  otras  mu- 
chas cosas  que  hizo  Jesús,  las  cua- 
les, si  se  escribiesen  una  por  una. 
nien  todo  el  mundo  creo  que  ca- 
brían los  libros  que  se  escribieran. 


y  en  su  hipar  lo  pastoree  y  apaciente,  para  que  haga  sus  veces,  para  que  sea  el 
Pastor  Vicario  del  único  y  soberano  Pastor.  Bajo  esta  hermosa  imagen  Cristo  coi» 
fiere  a  Pedro  la  autoridad  suprema  sobre  todo  su  rebaño,  el  primado  de  jurisdicción 
sobre  toda  la  Iglesia.  Y  como  esta  autoridad  se  confiere  a  Pedro  no  para  su  honor 
personal,  sino  para  el  bien  del  rebaño,  cuando  Pedro  muera,  otro  sucederá  que 
recoja  su  herencia  primacial,  que  gobierne  el  rebaño  de  Cristo  como  Pastor  sobe- 
rano. Y  el  heredero  de  Pedro,  por  disposición  de  Cristo,  es  el  obispo  de  Roma. 

tó  Extenderás  tus  manos  :  cuando  esto  escribía  San  Juan  hacía  ya  más  de  treinta 
años  que  Pedro  había  extendido  sus  manos  en  la  cruz  para  glorificar  a  Dios  con 
una  muerte  parecida  a  la  del  Maestro.  Con  el  cumplimiento  entendió  Juan  e1  sen- 
tido de  la  enigmática  profecía. 

50  Había  dicho  Jesús  a  Pedro  :  «A  donde  voy  no  puedes  seguirme  ahora  ;  pero  me 
seguirás  más  tarde»  (13,  36).  Pedro  comprendió  qué  era  «seguir»  al  Maestro,  y  re- 
plicó animoso  :  «Señor,  ¿  por  qué  no  puedo  seguirte  ahora  ?  Mi  vida  daré  por  ti» 
fij*  37)-  Por  esto  cuando  ahora  le  dice  Jesús  :  Sígueme,  entendió  que  el  Maestro 
le  invitaba  a  seguirle  en  'a  muerte  de  cruz.   Y  para  manifestar  que  aceptaba  la 

28  Tal  vez  escribió  San  Juan  este  capítulo  adicional  para  desacreditar  el  rumor, 
que  no  ha  cesado  hasta  nuestros  días,  de  que  el  discípulo  amado  no  había  de  morir. 

24  Sabemos...  :  supuesto  el  anónimo  que  mantiene  el  autor  en  todo  el  Evangelio, 
este  plural  sabemos  parece  ser  una  figura  de  lenguaje,  cuyo  sentido  sería  :  «tengo 
yo  conciencia,  y  todos  saben,  que  mi  testimonio  es  verídico».  Si  es  algo  difícil  este 
uso  del  plural,  mucho  más  difícil  resulta  creer  que  los  que  hablan  en  este  segundo 
epílogo  sean  los  presbíteros  de  Efeso,  que,  sin  previo  aviso  y  sin  la  menor  indica- 
ción, den  testimonio  de  la  autenticidad  y  de  la  veracidad  del  cuarto  Evangelio. 

20  Con  una  hipérbole  ingenua  se  repite  la  observación  hecha  anteriormente  (20,  3 
sobre  las  otras  muchas  cosas  que  hizo  Jesús  :  observación  que  no  ha  de  olvidarse 
cuando  se  trata  de  identificar  dos  hechos  o  dos  discursos,  dos  milagros  o  dos  pa- 
rábolas del  divino  Maestro,  que  derrochó  bondad  y  sabiduría  durante  su  vida  cntrt 
los  hombres. 


—  264  — 


INTRODUCCION  A  LOS 
HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


uienticidad. — El  testimonio  unánime  y  universal  de  los  escritores 


eclesiásticos  de  los  tres  primeros  siglos  a  favor  de  la  autenticidad 


del  libro  de  los  Hechos  como  obra  de  San  Lucas  es  una  prueba  do- 
cumental cual  no  lo  posee  a  su  favor  ningún  escrito  profano  de  la  anti- 
güedad, y  que  sólo  puede  compararse  con  la  (¡ue  acredita  la  autenticidad 
de  los  Evangelios  o  de  las  Epístolas  de  San  Pablo.  Y  si  callase  la  prueba 
testifical,  bastaba  la  sola  crítica  interna  para  descubrir  al  verdadero  autor 
de  los  Hechos,  que  no  es  otro  que  el  del  tercer  Evangelio,  Lucas  el  mé- 
dico, seguidor  de  San  Pablo.  Los  prólogos  gemelos  de  las  dos  obras,  y  no 
menos  la  identidad  de  lenguaje,  en  la  lexicografía,  en  la  construcción,  en 
los  modismos ,  en  la  tonalidad,  están  diciendo  a  voces  que  el  autor  de  los 
Hechos  es  el  autor  mismo  del  tercer  Evangelio.  Y  los  numerosos  rasgos 
paulinos  delatan  la  mano  del  fiel  discípulo  de  San  Pablo,  como  los  fre- 
cuentes términos  de  medicina  señalan  a  Lucas  el  médico. 

Historicidad. — Los  numerosísimos  datos  acumulados  en  la  variadísima 
y  complejísima  historia  de  los  Hechos,  el  contacto  constante  con  toda  la 
vida  social,  política  y  religiosa  de  tantos  pueblos  diferentes  y  aun  contra- 
rios, nos  permiten  hoy  día  comprobar  la  verdad  y  fidelidad  de  la  narra- 
ción. Pues  bien,  podemos  decir  que  cuanto  ha  podido  comprobarse,  que 
es  poco  menos  que  todo,  ha  resultado  rigurosamente  exacto.  Y  es  inte- 
resante, y  a  las  veces  cómico,  que  las  dudas  suscitadas  contra  algún  por- 
menor de  la  narración  de  los  Hechos  han  stdo  últimamente  disipadas 
por  algún  descubrimiento  arqueológico.  Un  ejemplo  significativo.  Habla 
San  Lucas  de  Sergio  Pablo  procónsul  de  Chipre.  Algunos  críticos  osaron 
atacar  la  exactitud  de  la  expresión,  afirmando  que  Sergio  Pablo  no  fue 
procónsul,  sino  propretor.  Pero  las  inscripciones  recientemente  descu- 
biertas en  Chipre  hablan  del  procónsul  Sergio  Pablo.  Y  es  tanto  más  ad- 
mirable la  exactitud  de  San  Lucas,  por  cuanto  la  provincia  de  Chipre  sólo 
pot  breve  tiempo  fué  senatoria  (o  gobernada  por  un  procónsul),  habiendo 
sido  poco  antes  y  poco  después  imperial  (o  regida  por  un  propretor). 
Y"  esta  exactitud  es  constante  en  San  Lucas.  Con  igual  precisión  habla  del 
procónsul  de  Acaya,  de  los  Asiarcas  y  del  escriba  de  Efeso,  de  los  preto- 
res o  estrategos  de  Filipos,  de  los  ¡politarcas  de  Tesalónica,  del  Primero 
de  Malta.  Y  el  largo  viaje  marítimo  narrado  en  los  dos  i'dtimos  capítulos 
ha  sido  considerado  por  los  técnicos  como  un  portento  de  exactitud  y  prc- 


—  265  — 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


cisión.  Los  mismos  discursos,  que  algunos  consideraron  como  ficciones 
literarias,  son  fiel  expresión  del  carácter  y  de  la  mentalidad  de  aquellos 
a  quienes  se  atribuyen. 

Tiempo  de  su  composición. — El  ano  en  que  se  escribió  el  libro  de  tos 
Hechos  es  la  base  o  punto  de  referencia  para  conocer  la  cronología,  de  los 
tres  primeros  Evangelios.  De  ahí  su  importancia.  Terminan  los  Hechos 

el  bienio  de  la  custodia  libera  en  que  estuvo  San  Pablo  durante  los 
años  61-63  (ó  60-62),  sin  mencionar  la  sentencia  judicial,  que  fué  entonces 
de  absolución.  Al  fin,  por  tanto,  de  este  bienio  hubo  de  terminarse  la 
com>posición  de  los  Hechos.  Cómo  los  Hechos  comienzan  refiriéndose  al 
«.primer  tratado»  (1,  1),  que  es  el  tercer  Evangelio,  sígnese  de  ahí  que 
éste  hubo  de  escribirse  anteriormente,  tal  vez  hacia  el  año  60.  Por  otra 
parte,  sabemos  por  la  tradición  que  los  Evangelios  de  San  Mateo  y 
San  Marcos  son  anteriores  al  de  San  Lucas.  Fueron,  por  tanto,  escritos 
antes  del  año  60,  verosímilmente  hacia  los  años  50  y  55,  respectivamente . 

El  texto. — Unos  pocos  códices,  llamados  occidentales,  representan  un 
tipo  de  texto  algo  más  largo  que  el  de  los  códices  orientales.  Surge,  pues, 
el  problema:  ¿cuál  de  los  dos  textos  es  el  primitivo  y  genuino?  ¿Hay 
interpolaciones  en  el  texto  occidental,  o  más  bien  Imy  omisiones  en  el 
oriental?  No  es  posible  dar  una  solución  simple  y  tajante  a  un  problema 
tan  complejo.  Sólo  en  general  puede  decirse  que,  si  algunas  veces  es  el 
texto  oriental  quien  abrevia  indebidamente  el  texto  primitivo,  las  más  de 
las  veces,  empero,  es  el  occidental  quien  lo  interpola.  Algunas  de  estas 
interpolaciones,  que  en  un  principio  pudieron  ser  glosas  marginales,  si 
críticamente  son  secundarias,  históricamente  merecen  consideración.  Pa- 
recen ser  anotaciones  hechas  al  texto  de  San  Lucas  por  algunos  que  qui- 
sieron enriquecerlo  con  noticias  personales,  que  parecen  fidedignas. 


—  aofi  — 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


16-11 


HECHOS   DE   LOS  APOSTOLES 


I.  Orígenes 


Prólogo,  i,  1-3 

i  1  Mi  primer  tratado  lo  hice,  ¡  oh 
Teófilo!,  acerca  de  todas  las  co- 
sas que  Jesús  desde  un  principio  hizo 
y  enseñó,  2  hasta  el  día  en  que,  des- 
pués de  dar  sus  instrucciones  por  el 
Espíritu  Santo  a  los  Apóstoles  que 
El  se  había  elegido,  fué  llevado  a  lo 
alto  ;  3  a  los  cuales  también,  después 
de  su  pasión,  se  había  presentado 
vivo,  con  muchas  pruebas  evidentes, 
dejándose  ver  de  ellos  dentro  del 
espacio  de  cuarenta  días  y  habién- 
doles de  las  cosas  referentes  al  rei- 
no de  Dios. 


Ultimas  palabras  y  ascensión 
del  Señor.  1,  4-11 

4  Y  estando  con  ellos  a  la  mesa,  les 
ordenó  que  no  se  ausentasen  de  Je- 
rusalén,  sino  que  aguardasen  la  pro- 
mesa del  Padre,  «la  cual  oísteis  de 
mí  ;  6  porque,  como  Juan  bautizó  en 
agua,  vosotros  seréis  bautizados  en 


de  la  Iglesia 


Espíritu  Santo  de  aquí  a  no  muchos 
días».  6  Los  que  se  habían,  pues,  re- 
unido le  preguntaban  diciendo :  «Se- 
ñor, ¿en  esta  sazón  vas  a  restable- 
cer el  reino  a  Israel  ?»  7  Díjoles  : 
«No  os  toca  a  vosotros  conocer  los 
tiempos  o  momentos  oportunos  que 
el  Padre  fijó  con  su  propia  potes- 
tad; 8  mas  recibiréis  la  fuerza  del  Es- 
píritu Santo,  que  vendrá  sobre  vos- 
otros, y  seréis  mis  testigos  así  en 
Jerusalén  como  en  toda  la  Judea  y 
Samaría  y  hasta  el  último  confín  de 
la  tierra.» 

'  Y  como  esto  hubo  dicho,  vién- 
dolo ellos,  fué  llevado  hacia  lo  alto, 
y  una  nube,  tomándolo  sobre  sí,  lo 
ocultó  a  sus  ojos.  10  Y  mientras  es- 
taban con  los  ojos  clavados  en  el 
cielo  mirando  cómo  se  iba,  de  pron- 
to se  les  presentaron  dos  varones 
con  vestiduras  blancas,  11  los  cuales 
además  dijeron  :  «Varones  galileos, 
¿qué  hacéis  ahí  plantados  mirando 
fijamente  al  cielo?  Este  mismo  Je- 
sús, que  ha  sido  quitado  de  entre 
vosotros  para  ser  elevado  al  cielo, 
así  vendrá,  de  la  manera  que  le  ha- 
béis contemplado  irse  al  cielo.» 


•*    1  Mi  primer  tratado  :  es  el  tereer  Evangelio. 

-'Teófilo:  cristiano  distinguido,  que  sólo  conocemos  por  la  mención  que  de  él 
hace  San  Lucas  aquí  y  en  el  proemio  de  su  Evangelio  (1,  3). 

4  La  promesa  del  Padre  por  antonomasia  es  el  Espíritu  Santo. 

6  Ni  con  la  muerte  del  Salvador  se  habían  disipado  en  las  cabezas  de  algunos 
discípulos  las  fantasías  de  un  mesianismo  terreno. 

8  Características  del  apostolado:  1)  su  fuerza  es  la  del  ESPÍRITU  Santo;  2)  su  ca- 
rácter es  ser  enviados  y  testigos  de  Cristo  ;  3)  su  campo  de  acción  es  todo  el  mundo, 
comenzando  por  Jerusalén  ¡Le.  24,  47I. 

10  Dos  varones  :  dos  ángeles  en  forma  humana. 

11  Así  vendrí  :  con  esta  misma  gloria  y  majestad,  para  juzgar  a  los  vivos  y  a  los 
muertos. 

—  267  — 


1  12-18 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


1  19-26 


Vueltos  los  Apóstoles,  perseveran  en 
la  oración,  i,  12-14 


Entonces  se  tornaron  a  Jerusa- 
lén  desde  el  monte  llamado  Olivar, 
tiue  está  cerca  de  Jerusalén,  distan- 
te el  camino  de  sábado. 

13  Y  así  que  entraron,  se  subieron 
a  ja  habitación  superior,  donde  te- 
nían su  alojamiento,  Pedro  3'  Juan, 
v  Santiago  y  Andrés,  Felipe  y  To- 
más, Bartolomé  y  Mateo,  Santiago 
el  de  Alfeo  y  Simón  el  Zelador,' y 
judas  el  de  Santiago.  "  Estos  todos 
perseveraban  unánimemente  en  la 
oración  juntamente  con  las  mujeres 
v  con  María,  la  Madre  de  Jesús,  y 
con  sus  hermanos. 


Elección  de  Matías.  1,  15-26 


"  Durante  estos  días,  levantándo- 
se Pedro  en  medio  de  los  hermano? 
— y  era  la  muchedumbre  de  personas 
allí  reunidas  como  de  ciento  vein- 
te— ,  dijo :  18  «Varones  hermanos,  te- 
nía que  cumplirse  la  Escritura,  que 
el  Espíritu  Santo  había  anunciado 
de  antemano  por  boca  de  David  acer- 
ca de  Judas,  que  se  hizo  guía  de  los 
que  .prendieron  a  Jesús  ;  17  por  cuan- 
to era  contado  como  uno  de  nos- 
otros, y  le  cupo  en  suerte  este  mi- 
nisterio. 18  Este,  pues,  adquirió  un 


campo  con  el  salario  de  la  iniquidad, 
y  habiendo  caído  de  cabeza,  reven- 
tó por  medio  y  se  le  salieron  todas 
sus  entrañas.  19  Y  se  hizo  notorio  a 
todos  los  habitantes  de  Jerusalén,  de 
suerte  que  aquel  campo  fué  llamado 
en  su  propia  lengua  Hakeldamakh, 
esto  es,  Campo  de  sanare.  m  Porque 
escrito  está  en  el  libro  de  los  Sal- 
mos (Sal.  68,  26  ;  108,  8)  : 
Hágase  desierta  su  majada, 
V  no  haya  quien  habite  en  ella; 

y 

su  intendencia  tómela  otro. 

M  Urge,  pues,  que  de  los  varones 
que  anduvieron  con  nosotros  duran- 
te todo  el  tiempo  en  que  entró  y  sa- 
lió entre  nosotros  el  Señor  Jesús, 
-2  a  partir  del  bautismo  de  Juan  has- 
ta el  día  en  que  nos  fué  quitado  y 
llevado  allá  arriba,  que  uno  de  és- 
tos se  asocie  a  nosotros  como  testi- 
go de  su  resurrección.)! 

33  Y  presentaron  dos  :  José  llama- 
do Barsabás,  que  fué  apellidado  Jus- 
to.^ y  Matías.  21  Y  orando  dijeron  . 
«Tú,  Señor,  conocedor  de  los  cora- 
zones de  todos,  muestra  a  cuál  de 
éstos  te  escogiste,  uno  de  los  dos, 
3  para  ocupar  el  puesto  de  este  mi- 
nisterio v  apostolado,  del  cual  pre- 
varicó Judas  para  irse  por  las  su- 
yas.» Y  les  repartieron  suertes,  y 
recayó  la  suerte  sobre  Matías,  y  fué 
declarado  apóstol  y  asociado  a  los 
Once. 


15  Ei.  camino  de  sábado:  era  la  distancia  máxima  que  se  permitía  a  los  judíos  re- 
correr en  día  de  sábado,  algo  más  de  un  kilómetro. 

13  Esta  habitación  superior  u  estancia  alta  de  la  casa  cu  que  aquellos  días  se  alo- 
jaban los  Apóstoles  es,  según  todas  las  probabilidades,  el  mismo  Cenáculo,  en  que  el 
Señor  instituyó  la  Eucaristía  ;  y  es  asimismo  «la  casa  de  María»  la  madre  de  Marcos, 
de  que  se  habla  más  adelante  (12,  12). 

u  Con  María  :  es  muy  significativa  y  providencial  la  presencia  y  la  oración  de 
i.a  Madre  de  Jesús 

lu  La  Escritura  :  son  los  salmos  68  y  108,  que  lueiío  se  citan,  y  acaso  también  el 
salmo  54,  13-16. 

"Por  cuanto...  :  explica  el  motivo  de  referirse  a  Judas  «la  Escritura»  citada. 

21  Entró  y  salió  :  modismo  hebreo,  equivalente  a  «anduvo»  o  «vivió»  entre  nos- 
otros. 

22  Para  que  el  testimonio  apostólico  tuviera  mayor  fuerza  era  conveniente  que  el 
Apóstol  hubiera  viyido  con  Jesús  desde  el  principio  de  su  vida  pública  hasta  su  As- 
censión. Merece  notarse  la  necesidad,  que  supone  San  Pedro,  de  completar  el  miníe- 
lo de  l'is  Doce  :  necesidad,^  de  ^orden^  simbólico,  de  que  fueran  doce  los  patriarcas  del 

M  No  explica  San  Lucas  el  procedimiento  empleado  en  el  sorteo,  el  cual  no  debe 
confundirse  con  un  vulgar  sortilegio.  Tres  circunstancias  principalmente  legitimaban 
el  recurso  a  las  suertes  :  1)  que  se  hizo  por  especial  inspiración  de  Dios  y  con  gran 
fe  en  su  divina  providencia  ;  2)  que  fué  precedido  de  sincera  y  ferviente  oración  ; 
3)  q«e  se  trataba  de  una  designación  que  a  sólo  Dios  competía,  por  cuanto  una  sim- 
ple votación  humana  no  podía  sustituir  a  la  elección  divina  con  que  habían  sido  de- 
signados los  Once,  y  sin  la  cual  Matías  no  podía  obtener  la  plenitud  del  apostolado. 


-  268- 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


*2  10-21 


Venida  del  Espíritu  Sanio.  2,  r-13 


o  1  V  al  cumplirse  el  día  de  Penrte- 
~  costés,  estaban  todos  juntos  en  el 
misino  lugar.  2  Y  se  produjo  de  sú- 
bito desde  el  cielo  un  estruendo  co- 
mo de  viento  que  soplaba  vehemen- 
te, y  llenó  toda  la  casa  donde  se  ha- 
llaban sentados.  3  Y  vieron  aparecet 
lenguas  como  de  fuego,  que,  repar- 
tiéndose, se  posaban  sobre  cada  uno 
de  ellos.  4  Y  se  llenaron  todos  del 
Espíritu  Santo,  y  comenzaron  a  ha- 
blar en  lenguas  diferentes,  según 
que  el  Espíritu  Santo  les  movía  a  ex- 
presarse. s  Hallábanse  en  Jerusalén 
judíos  allí  domiciliados,  hombres  re- 
ligiosos de  toda  nación  de  las  que  es- 
tán debajo  del  cielo  ;  6  y  al  oírse  es- 
te estruendo,  concurrió  la  multitud 
y  quedó  desconcertada,  por  cuanto 
les  oían  hablar  cada  uno  en  la  pro- 
pia lengua.  '  Y  se  pasmaban  todos  y 
maravillaban,  diciendo:  «Mira,  ¿que 
no  son  galileos  todos  esos  que  ha- 
blan ?  8  ¿  Y  cómo  nosotros  oímos  ha- 
blar cada  uno  en  nuestra  propia  len- 
gua en  que  nacimos  * — partos,  me- 
llos y  elamitas,  y  los  pertenecientes 


a  la  Mesopotamia,  a  la  Judea  y  a 
Capadocia,  al  Ponto  y  al  Asia,  10  a 
Frigia  y  a  Panfilia,  a  Egipto  y  a  las 
ipartes  de  la  Libia  junto  a  Cirene, 
y  los  romanos  aquí  residentes,  11  así 
judíos  como  prosélitos,  cretenses  y 
árabes — ,  cómo  les  oímos  hablar  en 
nuestras  lenguas  las  magnificencias 
de  Dios  ?»  12  Y  se  pasmaban  todos  y 
no  sabían  qué  pensar,  diciéndose  el 
uno  al  otro  :  «¿  Qué  querrá  ser  es- 
to?» "Mas  otros,  haciendo  chacota, 
decían  :  «De  mosto  están  llenos.» 


Discurso  de  Pedro.  2,  14-36 


14  Puesto  de  pie  Pedro,  acompaña- 
do de  los  Once,  alzó  su  voz  y  les  ha- 
bló en  estos  términos  : 

«Varones  judíos  y  moradores  to- 
dos de  Jerusalén  :  tened  esto  enten- 
dido, y  prestad  atento  oído  a  mi> 
palabras.  15  No  es  así,  como  vosotros 
presumís,  que  estén  ésjros  embriaga* 
dos,  pues  no  es  sino  la  hora  tercia 
del  día  ;  16  sino  que  esto  es  lo  dicho 
I  por  el  profeta  ]oel  (2,  28-32)  ; 


"  Y  acaecerá  en  los  día»  postreros,  dice  Dios, 

que  derramaré  de  mi  Espíritu  sobre  toda  carne  ; 

y  profetizarán  vuestros  hijos  y  vuestras  hijas, 

y  vuestros  jóvenes  verán_  visiones, 

y  vuestros  ancianos  soñarán  ensueños  ; 

iS  y  aun  sobre  mis  siervos  y  sobre  mis  siervas 

en  los  días  aquellos  derramaré  de  mi  Espíritu,  y  profetizarán. 

*  Y  obraré  portentos  en  el  cielo  arriba 

y  señales  sobre  la  tierra  abajo  : 

sangre  y  fuego  y  exhalación  de  humo. 

w  El  sol  se  tornará  tinieblas,  y  la  luna  sangre, 

antes  que  llegue  el  día  del  Señor,  día  grande  y  deslumbrador. 

=1  Y  será  así  que  todo  el  que  invocare  el  nombre  del  Señor,  se  salvará 


O  M  Es  clásica  la  interpretación  simbólica  de  los  dos  signos  sensibles,  el  VIENTO 
~    uhemexte  y  las  lenguas  de  fuego,  con  que  se  manifestó  la  presencia  y  la  acción 

1  Estas  lenguas  DIFERENTES,  que  providencialmente  coincidían  con  las  de  los  nu- 
merosos judíos  allí  presentes,  no  tenían  por  objeto  facilitar  la  predicación  evangélica 
a  todo  el  mundo  :  eran  más  bien  fenómenos  sobrenaturales  pasajeros,  destinados  a 
llamar  la  atención  y  provocar  el  asombro  de  los  oyentes. 

a  Hablar  las  magnificencias  de  Dios,  o,  como  dice  San  Pablo,  (¡bendecir  a  Dios 
con  el  espíritu»  (1  Cor.  1,  16)  :  tal  era  el  objeto  principal  del  don  de  lenguas. 

n-m  ei  discurso  de  Pedro  consta  de  tres  partes  :  1)  advenimiento  de  los  tiempos 
mecánicos  ;  2)  mesianidad  de  Jesús,  comprobada  por  sus  milagros,  por  su  resurrec- 
ción y  por  la  Escritura  ;  3)  exaltación  del  Mesías,  seguida  de  la  efusión  del  Espíritu 
Santo.  La  elevación  y  profundidad,  la  solidez  y  el  vigor  de  su  razonamiento,  sólo  se 
explica  por  la  acción  del  Espíritu  de  Dios.  Se  inaugura  brillantemente  la  Apologética 
cristiana,  que  ya  en  su  primera  aparición  emplea  los  dos  grandes  argumentos,  el 
milagro  y  la  profecía,  que  minea  envejecerán. 


—  269  — 


2  22-39* 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


2  24-43 


**  Varones  israelitas,  escuchad  es- 
tas palabras  :  a  Jesús  el  Nazareno, 
varón  acreditado  de  parte  de  Dios 
ante  vosotros  con  milagros,  prodi- 
gios y  señales,  que  Dios  obró  por 
El  en  medio  de  vosotros,  según  que 
vosotros  mismos  sabéis,  33  a  este  vos- 
otros, dentro  del  plan  prefijado  y 
de  la  previsión  de  Dios,  habiéndo- 


le entregado,  enclavándole  por  ma- 
no de  hombres  inicuos,  le  disteis  la 
muerte;  "  al  cual  Dios  resucitó,  suel- 
tas las  dolorosas  prisiones  de  la 
muerte,  por  cuanto  no  era  posible 
que  El  quedase  bajo  el  dominio  de 
ella.  15  Porque  David  dice  respecto 
de  El  (Sal.  15,  S-11)  : 


Miraba  yo  al  Señor  delante  de  mí  constantemente, 

porque  a  m¿  derecha  está,  para  que  no  sea  vo  sacudido. 

26  Por  esto  se  regocijó  mi  corazón 
y  se  alborozó  mi  lengua, 

y  hasta  mi  carne  reposará  sobre  la  esperanza 
31  de  que  no  abandonarás  mi  alma  en  los  infiernos, 

ni  consentirás  que  tu  Santo  experimente  corrupción. 
n  Me  mostraste  los  caminos  de  la  vida, 

me  henchirás  de  gozo  con  la  vista  de  tu  faz. 


a  Varones  hermanos,  se  puede  de- 
cir sin  reparo  alguno  ante  vosotros 
acerca  del  patriarca  David,  que  mu- 
rió y  fué  sepultado,  y  que  su  sepul- 
cro subsiste  entre  nosotros  hasta  el 
día  de  hoy.  30  Profeta,  pues,  como 
era,  y  sabiendo  que  Dios  le  había 
jurado  solemnemente  que  asentaría 
sobre  su  trono  a  uno  de  sus  descen- 
dientes (Sal.  88,  4-5  :  131,  11),  31  con 
visión  profética  habló  de  la  resu- 
rrección del  Ungido,  que   ni  sería 


abandonado  en  los  infiernos  ni  su 
carne  experimentaría  corrupción.  32  A 
éste,  que  no  es  otro  que  Jesús,  resu- 
citó Dios,  de  lo  cual  todos  nosotros 
somos  testigos.  53  Exaltado,  pues, 
por  la  diestra  de  Dios  y  habiendo 
recibido  del  Padre  la  promesa  del 
Espíritu  Santo,  le  ha  derramado, 
que  es  esto  que  vosotros  veis  y  oís. 
34  Que  no  fué  David  quien  subió  a 
los  cielos  ;  antes  él  mismo  dice 
(Sal.  109,  1)  : 


Dijo  el  Señor  a  mi  Señor  :  Siéntate  a  mi  diestra, 

■  hasta  que  ponga  a  tus  enemigos  por  escabel  de  tus  pies. 


"  Con  toda  seguridad,  pues,  co- 
nozca todo  Israel  que  Dios  le  cons- 
tituyó Señor  y  Mesías  a  este  mismo 
Jesús  a  quien  vosotros  crucificas- 
teis.» 


Tres  mil  hombres  reciben  el 
bautismo.  1,  37-41 

"  Al  oír  esto,  sintieron  traspasado 
de  dolor  su  corazón  y  dijeron  a  Pe- 
dro y  a  los  demás  Apóstoles:  «¿Qué 
tenemos  que  hacer,  varones  herma- 
nos ?»  88  Pedro  a  ellos  :  «Arrepen- 
tios, dice,  y  bautícese  cada  uno  de 
vosotros  en  el  nombre  de  Jesu-Cris- 
to  para  remisión  de  vuestros  peca- 
dos, y  recibiréis  el  don  del  Espíritu 
Santo.  38  Pues  para  vosotros  es  la 


promesa,  y  también  para  vuestros 
hijos  y  para  todos  los  que  están  le- 
jos, cuantos  quiera  que  llamare  a  sí 
el  Señor  Dios  nuestro.»  40  Y  con 
otras  muchas  razones  dió  su  testi- 
monio, y  los  exhortaba  diciendo  : 
«Salvaos  de  esa  generación  perver- 
sa.» 41  Ellos,  pues,  acogiendo  su  pa- 
labra, fueron  bautizados  ;  y  fueron 
agregados  en  aquel  día  como  unas 
tres  mil  almas. 


Vida  de  los  primeros  fieles.  2,  42-47 

41  Y  perseveraban  asiduamente  en 
la  doctrina  de  los  Apóstoles  y  en  la 
comunión,  en  la  fracción  del  pan  y 
en  las  oraciones. 

43  Y  nacía  de  aquí  temor  en  toda 


v  Doctrina  de  los  Apóstoles  :  así  se  designa  la  enseñanza  cristiana  o  predicación 
oral  de  los  Apóstoles,  que,  transmitida  a  los  sucesores,  recibió  el  nombre  de  tradi- 
cióu.  Con  estos  términos  de  Doctrina,  Enseñanza,  Predicación,  Tradición,  se  intitu- 


—  270  — 


2  44-3  5 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


3  6-13 


alma  ;  y  se  obraban  muchos  prodi- 
gios y  señales  por  medio  de  los 
Apóstoles  en  Jerusalén  ;  y  un  gran 
temor  sobrecogía  a  todos.  41  Y  todos 
los  que  habían  abrazado  la  fe  vivían 
unidos,  y  tenían  todas  las  cosas  en 
común  ;  44  y  vendían  las  posesiones 
y  los  bienes^  y  lo  repartían  entre  to- 
dos, según  que  cada  cual  tenía  ne- 
cesidad. 46  Y  día  por  día,  asiduos  en 
asistir  unánimemente  al  templo  > 
partiendo  el  pan  en  sus  casas,  to- 
maban el  sustento  con  regocijo  y 
sencillez  de  corazón,  41  alabando  a 
Dios  y  hallando  favor  cabe  todo  el 
pueblo.  Y  el  Señor  iba  diariamente 
agregando  y  reuniendo  los  que  se 
salvaban. 


Curación  del  cojo  de  nacimiento. 
3,  i-" 


q  '  Pedro  y  Juan  subían  al  templo 
"  a  la  hora  nona,  hora  de  oración. 
-  Y  había  un  hombre,  cojo  desde  e! 
seno  de  su  madre,  al  cual  llevaban 
y  ponían  cada  día  junto  a  la  puerta 
del  templo  llamada  Hermosa,  para 
pedir  limosna  a  los  que  entraban  en 
el  templo.  3  El  cual,  viendo  a  Pedro 
v  a  Juan  que  iban  a  entrar  en  el 
templo,  pedía  le  diesen  limosna. 
4  Mirándole  fijamente  Pedro  a  una 
con  Juan,  le  dijo  :   «Míranos.»  s  El 


estaba  atento  a  ellos,  aguardando 
recibir  algo  de  ellos.  6  Mas  dijo  Pe- 
dro :  «Plata  y  oro  no  tengo  ;  mas  lo 
que  tengo,  esto  te  doy  ¡  en  el  nom- 
bre de  Jesu-Cristo  Nazareno,  ponte 
a  andar.»  ;  Y  cogiéndole  de  la  mano 
derecha,  lo  levantó  ;  y  en  el  mismo 
instante  se  le  consolidaron  las  plan- 
tas de  los  pies  y  los  tobillos  ;  8  y  de 
un  salto  se  puso  en  pie,  y  echó  a  an- 
dar, y  entró  con  ellos  en  el  templo, 
andando  y  saltando  y  alabando  a 
Dios.  '  Y  viole  todo  el  pueblo  an- 
dando y  alabando  a  Dios.  10  Y  le  re- 
conocían, que  él  era  el  que  para  pe- 
dir limosna  estaba  sentado  junto  a 
la  puerta  Hermosa  del  templo  ;  y 
se  llenaron  de  pasmo  y  asombro  por 
lo  que  le¡  había  acaecido.  11  Y  como 
él  no  soltase  a  Pedro  y  a  Juan,  todo 
el  pueblo,  lleno  de  estupor,  corrió 
hacia  ellos  al  pórtico  llamado  de  Sa- 
lomón. 


Discurso  de  Pedro  al  pueblo. 
3,  12-26 

Al  verlo  Pedro,  tomando  la  pa- 
labra, dijo  al  pueblo  :  «Yarones  is- 
raelitas, ¿qué  os  maravilláis  de  es- 
to, o  por  qué  ponéis  los  ojos  en 
nosotros,  como  si  por  nuestro  pro- 
pio poder  o  piedad  hubiéramos  he- 
cho que  éste  pudiese  andar  ?  13  El 


laron  varios  libros  de  la  primitiva  literatura  cristiana  :  claro  indicio  de  que  en  la 
economía  de  la  revelación  cristiana  ocupa  el  primer  lugar  la  tradición  más  bien  que 
la  Escritura.  ||  Comunión  es  la  solidaridad  espiritual  de  los  fieles,  comúnmente  lla- 
mada comunión  de  los  santos.  \\  La  fracción  del  pan  es  la  cena  eucarística.  ||  Las 
oraciones  parecen  ser  las  plegarias  que  acompañaban  la  celebración  de  la  cena  del 
Señor.  Apenas  constituida  la  Iglesia,  aparecen  ya  los  gérmenes  de  la  sagrada  litur- 
gia, que  tan  gloriosamente  debían  desarrollarse  en  los  siglos  siguientes. 

**  Esta  comunidad  de  bienes  nada  tiene  que  ver  con  el  comunismo  revolucionario, 
del  cual  difiere  radicalmente  por  estas  circunstancias  :  1)  que  era  libre,  no  impuesta, 
y  menos  por  la  violencia  ;  2)  que  se  basaba  no  en  la  negación  del  derecho  de  pro- 
piedad, sino  en  el  libre  uso  de  los  bienes  legítimamente  poseídos  ;  3)  que  nacía  no 
del  excesivo  aprecio  de  los  bienes  terrenos,  sino  más  bien  de  su  menosprecio  ;  4)  que 
aspiraba  no  a  participar  de  los  bienes  ajenos,  sino  a  comunicar  los  propios  a  los 
demás.  Aun  así,  no  prosperó  este  generoso  ensayo,  como  lo  demostró  poco  después 
la  extrema  pobreza  a  que  llegaron  los  fieles  de  Jerusalén.  Sólo  más  tarde  en  las 
comunidades  monásticas  cuajó  esta  cristiana  aspiración  a  la  comunidad  de  bienes. 

31  A  la  hora  nona  :  las  tres  de  la  tarde,  en  que  se  ofrecía  en  el  templo  el  sacri- 
ficio vespertino. 

2  Puerta  Hermosa  :  era  la  que  conducía  desde  el  atrio  de  los  cintiles  al  de  las 
mujeres. 

u  Pórtico  de  Salomón  :  era  el  del  lado  oriental,  hacia  el  cual  caía  la  puerta 
Hermosa. 

i»-»  Divídese,  el  discurso  en  dos  partes  principales.  La  primera,  apologética  (12-18), 
explica  el  milagro  por  la  fe  en  Jesús,  crucificado  y  resucitado.  La  segunda,  parenéti- 
ca  (19-26),  es  una  exhortación  al  arrepentimiento  y  a  la  fe  en  Jesús  Mesías,  para 
participar  de  las  bendiciones  mesiánicas. 


—  271  — 


3  w-m 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


3  e5-4  7 


Dios  de  Abrahán  y  el  Dios  de  Isaac 
y  el  Dios  de  Jacob,  el  Dios  de  nues- 
tros padres,  orlorificó  a  su  Hijo  Je- 
sús, a  quien  vosotros  entregasteis  y 
negasteis  ante  la  faz  de  Piíato,  cuan- 
do él  estaba  resuelto  a  ponerle  en 
libertad  ;  "  mas  vosotros  negasteis 
al  Santo  y  al  Justo,  y  demandasteis 
que  se  os  hiciese  gracia  de  un  hom- 
bre homicida,  15  mientras  que  al  Cau- 
dillo de  la  vida  le  disteis  la  muerte, 
a  quien  Dios  resucitó  de  entre  los 
muertos  ;  de  lo  cual  nosotros  somos 
testigos.  10  Y  por  la  fe  de  su  nom- 
bre, a  léste,  que  estáis  mirando  y  co- 
nocéis, le  consolidó  su  nombre  ;  y 
la  fe,  que  por  él  se  nos  da,  le  dió 
esta  integridad  de  sus  miembros  en 
presencia  de  todos  vosotros.  "  Y  aho- 
ra, hermanos,  bien  sé  que  obrasteis 
por  ignorancia,  como  también  vues- 
tros jefes.  18  Mas  Dios,  lo  que  por 
boca  de  todos  los  profetas  había 
anunciado  de  antemano,  que  su  Uu- 
;;iilo  había  de  padecer,  lo  cumplió 
de  esta  manera.  "  Arrepentios,  pues, 
v  convertios  para  que  sean  borrados 
vuestros  pecados,  *  para  cuando  vi- 
nieren los  tiempos  de  refrigerio  de 
ante  la  faz  de'l  Señor,  y  El  enviare 
el  Mesías  que  os  ha  sido  predesti- 
nado, Jesús,  21  a  quien  es  necesario 
que  el  cielo  reciba,  basta  que  lle- 
guen los  tiempos  de  la  universal 
restauración,  de  los  cuales  (habló 
Dios  por  boca  de  sus  santos  profe- 
tas que  desde  la  más  remota  an- 
tigüedad vistieron.  M  Moisés  dijo 
(Dt.  18,  15-19  ;  Lev.  23,  29)  :  un 
profeta  os  suscitará  el  Scfwr  vues- 
tro Dios  de  entre  vuestros  herma- 
nos, tal  como  yo:  a  él  escucharéis 
en  todas  cuantas  cosas  os  hablare. 
*  Y  será  así  que  toda  alma  que  no 
escuchare  a  este  tal  profeta,  será 
exterminada  del  pueblo.  2i  Y  todos 
los  profetas,  a  partir  de  Samuel,  y 


los^  que  por  su  orden  vinieron  des- 
pués, cuantos  hablaron,  anunciaron 
también  estos  días.  25  Vosotros  sois 
los  hijos  de  los  profetas  y  de  la 
alianza  que  concertó  Dios  con  vues- 
tros padres,  diciendo  a  Abrahán 
(Gén.  12,  3  ;  22,  18)  :  y  en  tu  pos- 
teridad serán  bendecidas  todas  las 
familias  de  la  tierra.  2Í  A  vosotros 
primero  Dios,  habiendo  suscitado  a 
su  Hijo,  le  envió,  portador  de  ben- 
dición, con  que  os  apartéis  cada 
cual  de  vuestras  maldades.» 


Primera  persecución  de  la  Iglesia. 
4,  i-" 

A  1  Estando  ellos  hablando  al  pue- 
blo, se  les  presentaron  los  sacer- 
dotes, el  jefe  de  la  policía  del  tem- 
plo y  los  saduceos,  '  molestados  de 
que  ellos  enseñasen  al  pueblo  y  de 
que  en  la  persona  de  Jesús  anun- 
ciasen la  resurrección  de  entre  los 
muertos  ;  1  y  les  echaron  las  manos 
y  los  pusieron  en  prisión  hasta  el 
día  siguiente,  pues  era  ya  tarde. 4  Y 
muchos  de  los  que  oyeron  el  razo- 
namiento, creyeron  ;  y  vino  a  «er  el 
número  de  los  varones  como  cinco 
millares. 

°  Y  sucedió,  al  día  siguiente,  que 
se  congregaron  sus  jefes,  los  ancia- 
nos y  los  escribas  de  Jerusalén, 
"entre  ellos  Anás,  el  sumo  sacei- 
dotc  ;  Caifás,  Juan  y  Alejandro  y 
cuantos  eran  del  linaje  archisacer- 
dotal  ;  7  y  habiéndoles  hecho  poner 
en  medio,  les  interrogaban:  «¿Con 
¡  cuáles  poderes  o  en  nombre  de  quién 
hicisteis  esto  vosotros  ?j> 


Tanto  o  mas  que  en  el  milagro  se  apoya  San  Pedro  en  las  profecías  mesiá- 

*>  ENVIARE  EL  Mlsías  :  habla  San  Pedro  del  segundo  advenimiento  de  Cristo. 
Tal  como  yo  :  ea  decir,  no  ha  de  ser  un  profeta  ordinario,  sino  que,  como  Moi- 
sés concertó  con  I'ios  la  antigua  alianza  e  inició  un  régimen,  así  Cristo  había  de 

25  Los  hijos  di  la  ALIANZA  :  al  abrazar  la  fe  cristiana,  los  israelitas  siguen  per- 
teneciendo a  Israel,  «al  Israel  de  Dios»  (Gál.  5,  16),  al  paso  que  los  gentiles,  al  ha- 
cerse cristianos,  dejan  de  pertenecer  a  la  gentilidad,  para  incorporarse  al  Israel  de 

^    7  f;  Con  i  l'Áu  s  i-i ii >i  ui  s  .'   Ni  aquí  ni   en  todo  ln  qiu    -iguc  ponen   los  sanludrií.i-- 

Y  esto  nos  basta  a  nosotros  para  poder  ver  por  nosotros  mismos  la  verdad  filosó- 
fica y  la  verdad  teológica  del  milagro,  no  menos  patentes  c  innegables. 


—  272  — 


4  8-16 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


4  17-2(5 


Discurso  de  Pedro  en  el  Sanhedrin. 
4,  8-12 

•  Entonces  Pedro,  lleno  del  Espí- 
ritu Santo,  les  dijo:  «Jefes  del  pue- 
blo y  ancianos  de  Israel,  8  ya  que 
nosotros  hoy  somos  examinados 
acerca  de  la  buena  obra  hecha  a  un 
hombre  enfermo,  en  virtud  de  qué 
o  de  quién  éste  haya  sido  6anado, 
"'  sea  notorio  a  todos  vosotros  y  a  to- 
do el  pueblo  de  Israel,  que  en  el 
nombre  de  Jesu-Cristo  Nazareno,  a 
quien  vosotros  crucificasteis,  a  quien 
Dios  resucitó  de  entre  los  muertos, 
en  este  nombre,  está  ése  aquí  delan- 
te de  vosotros  sano.  11  El  es  la  pie- 
dra desechada  por  vosotros  los  cons- 
tructores,  la  que  ha  venido  a  ser 
piedra  angular  (Sal.  117,  22).  M  Y  no 
se  da  en  otro  ninguno  la  salud, 
pt.esto  que  no  existe  debajo  del  cie- 
lo otro  nombre,  dado  a  los  hom- 
bres, en  el  cual  hayamos  de  ser  sal- 
vos.» 

Los  sanhedritas  amenazan  a  los 
apóstoles  y  los  suelean.  4,  13-22 

u  Considerando  el  ningún  empa- 
cho de  Pedro  y  de  Juan  en  hablar, 
v  enterados  de  que  eran  hombres 
sin  letras  y  gente  vulgar,  se  mara- 
villaban, y  los  reconocían  que  eran 
los  que  andaban  con  Jesús  ;  M  y  co- 
mo veían  que  estaba  con  ellos  el 
hombre  que  había  sido  curado,  no 
tenían  nada  que  oponer.  15  Y  man- 
dándolos retirarse  fuera  del  Sanhe- 
drin, conferían  entre  sí,  16  diciendo  : 
t¿  Qué  vamos  a  hacer  con  esos  hom- 
bres ?  Pues  el  hecho  de  que  un  mi- 


lagro patente  ha  sido  obrado  por 
ellos  es  notorio  a  todos  los  habitan- 
tes de  Jerusalén,  y  no  nos  es  posi- 
ble negarlo  ;  "  mas  a  fin  de  que  no 
se  propague  cada  vez  más  entre  el 
pueblo,  amenacémosles  severamen- 
te que  no  hablen  ya  más  en  ese  nom- 
bre a  ninguno  de  los  hombres.»  ™  Y 
habiéndolos  llamado,  les  intimaron 
que  en  absoluto  uo  hablasen  palabra 
ni  enseñasen  en  el  nombre  de  Je- 
sús. 18  Mas  Pedro  y  Juan,  respon- 
diendo, les  dijeron  :  «Si  es  razón 
delante  de  Dios  escucharos  a  vos- 
otros antes  que  a  Dios,  juzgadlo 
vosotros  mismos ;  20  que  nosotros  no 
podemos  dejar  de  hablar  lo  que  vi- 
mos y  oímos.»  21  Mas  ellos,  profi- 
riendo nuevas  amenazas,  los  solta- 
ron, no  hallando  manera  de  casti- 
garlos a  causa  del  pueblo,  puesto 
que  todos  glorificaban  a  Dios  con 
motivo  de  lo  acaecido.  22  Porque  era 
de  más  de  cuarenta  años  el  hombre 
en  quien  se  había  verificado  este 
milagro  de  la  curación 


Oración  de  la  Iglesia.    ¡,  23-31 

23  Puestos  en  libertad,  se  fueron  a 
los  suyos  y  les  refirieron  cuanto  los 
Mimos  sacerdotes  y  los  ancianos  les 
habían  dicho.  24  Ellos,  como  lo  oye- 
ron, movidos  de  un  mismo  senti- 
miento, elevaron  la  voz  hacia  Dio^ 
v  dijeron  :  «Señor,  tú  eres  el  Dios 
que  hizo  el  cielo,  la  tierra  y  la  mar 
y  todo  cuanto  existe  en  ellos  (Ex.  20, 
11  ;  Sal.  145,  6  ;  Is.  37,  ió  ;  Jer.  23, 
17),  25  el  que  por  el  Espíritu  Santo, 
por  boca  de  nuestro  padre  David, 
tu  siervo,  dijo  (Sal.  2,  1-2)  : 


¿  Por  qué  se  embravecieron  las  naciones 

y  los  pueblos  tramaron  vanidades  ? 

20  Acudieron  los  reyes  de  la  tierra, 

y  los  jefes  juntáronse  en  un  haz, 

en  contra  del  Señor  y  en  contra  de  su  Ungido. 

8  Lleno  del  Espíritu  Santo  :  sólo  la  acción  del  Espíritu  de  Dios  explica  el  con- 
traste entre  aquel  Pedro,  que,  sin  peligro,  tiembla  a  la  voz  de  una  mozuela,  y  este 
Pedro,  que,  con  peligro-  real  de  correr  la  misma  suerte  de  su  Maestro,  se  encara  in- 
trépido con  los  sanhedritas  para  echarles  en  cara  su  crimen  y  decirles  que  el  único 
Salvador  es  el  mismo  Jesús,  a  quien  ellos  crucificaron. 

u  No  nos  es  posible  negarlo  :  ante  la  evidencia  del  milasro,  ¿  qué  debían  haber 
hecho  ?  Creer  en  Jesús.  ¿  Qué  hicieron  ?  Cerrar  obstinadamente  los  ojos  a  la  verdad 
y  pretender  echar  tierra  encima.  No  son  los  prejuicios  o  los  sentimientos  los  que 
crean  el  milagro,  sino  los  que  se  empeñan  en  negarlo. 

Dos  verdades  importantes  se  hallan  consignadas  en  esta  espontánea  expresión 
de  la  primitiva  fe  cristiana  :  1!  la  divina  inspiración  de  la  Sagrada  Escritura;  2l  la 
significación  del  salmo  z. 


—  273  — 


4  27-36 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


4  37^5  9 


21  Porque  en  verdad  se  coligaron 
en  esta  ciudad  contra  tu  santo  Hijo 
Jesús,  a  quien  ungiste,  Herodes  y 
Poncio  Pilato,  a  una  con  los  genti- 
les y  los  pueblos  de  Israel,  24  para 
reallizar  cuanto  tu  mano  y  designio 
habían  decidido  de  antemano  que  se 
hiciese.  29  Y  ahora,  Señor,  mira  sus 
amenazas,  y  da  a  tus  siervos  firme- 
za para  hablar  con  toda  libertad  tu 
palabra,  'M  ayudando  tú  con  exten- 
der tu  mano  para  curar  y  para  que 
se  obren  señales  y  prodigios  por  el 
nombre  de  tu  santo  Hijo  Jesús.» 

31  Y  como  hubieron  acabado  su  ora- 
ción, retembló  el  lugar  en  que  se 
hallaban  reunidos,  y  quedaron  todos 
llenos  del  Espíritu  Santo,  y  habla- 
ban la  palabra  de  Dios  con  osada 
libertad. 


mUfi  solo  corazón  y  una  sola  alma» 
4.  32-37 


SJ  La  multitud  de  los  que  creyeron 
tenía  un  solo  corazón  y  una  sola 
alma,  y  ninguno  decía  ser  propia  su- 
ya cosa  alguna  de  las  que  poseía, 
sino  que  para  ellos  todo  era  común. 
53  Y  con  gran  fortaleza  daban  los 
Apóstoles  el  testimonio  que  se  les 
había  confiado^  acerca  de  la  resu- 
rrección del  Señor  Jesús.  Y  gozaban 
todos  ellos  de  gran  favor.  34  Porque 
tampoco  había  entre  ellos  meneste- 
roso alguno  ;  pues  cuantos  había 
ropietarios  de  campos  o  casas,  ven- 
iéndolo,  traían  el  producto  de  lo 
vendido  35  y  lo  ponían  a  los  pies  de 
los  Apóstoles  y  se  repartía,  dando 
a  cada  cual  según  que  uno  tenía 
necesidad. 

86  Y   José   el   apellidado  por  los 


Apóstoles  Bernabé,  que  traducido  es 
lo  mismo  que  Hijo  de  la  consola- 
ción, levita,  ciprio  de  linaje,  37  como 
poseyese  un  campo,  habiéndolo  ven- 
dido, trajo  el  dinero  y  lo  puso  a  los 
pies  de  los  Apóstoles. 

Castigo  de  la  mentira  de  A  turnias 
y  Safira.  5,  1-11 

r  1  Y  cierto  hombre  por  nombre 
^  Ananías,  de  acuerdo  con  Safira, 
su  mujer,  vendió  una  propiedad,  2  y 
fraudulentamente  reservó  para  sí 
parte  del  precio,  con  la  complicidad 
de  su  mujer,  y  trayendo  una  parle 
la  puso  a  los  pies  de  los  Apóstoles. 
3  Y  dijo  Pedro  :  «Ananías,  ¡  cómo  es 
que  Satanás  se  posesionó  de  tu  co- 
razón, para  que  quisieses  engañar 
a'l  Espíritu  Santo  y  te  quedases  con 
parte  del  precio  del  campo  ?  4  ¿  Es 
que,  de  no  venderse,  dejaba  de  ser 
tuyo,  y  una  vez  vendido,  no  queda- 
ba el  precio  en  tu  poder  ?  ¿  Cómo  es 
que  pusiste  en  tu  corazón  este  enre- 
do ?  No  mentiste  a  los  hombres,  si- 
no a  Dios.»  6  En  oyendo  Ananías 
estas  palabras,  desplomándose  ex- 
piró. Y  se  produjo  gran  temor  en 
todos  los  que  lo  oían  contar.  6  Le- 
vantándose los  más  jóvenes,  le  en- 
volvieron, y  sacándole  lo  sepultaron. 

'  Hubo  un  intervalo  como  de  tres 
horas,  y  su  mujer,  ignorando  lo 
acaecido,  entró.  8  Dirigiéndose  a  ella 
dijo  Pedro  :  «Dime,  ¿es  verdad  que 
disteis  el  campo  a  tal  precio  ?»  Ella 
dijo :  «Sí,  a  este  precio.»  9  Pedro  se 
encara  con  ella  :  «¿Qué  es  eso  que 
os  concertasteis  para  tentar  el  Es- 
píritu del  Señor?  Pues  mira,  a  la 
puerta  están  los  pies  de  los  que  se- 


-*  Los  planes  y  manejos  de  la  impiedad  nunca  lograran  substraerse  a  la  direc- 
ción y  acción  de  la  divina  Providencia,  antes  se  convierten  en  instrumentos  suyos, 
inconscientes  e  involuntarios. 

•J  Un  solo  corazón  :  hermosa  expresión  de  la  comunión  de  los  santos.  Y,  más 
que  cutre  sí  mismos,  forman  los  fieles  con  Cristo  aun  solo  corazón».  Y  este  cora 
zón,  uno  mismo  de  todos,  no  es  otro  que  el  Corazón  de  Jesús. 

m  Al  mencionar  a  liernabé  no  dice  San  Lucas  que  fuese  reciente  su  conversión 
a  la  fe.  Secón  una  antigua  tradición,  conservada  por  Clemente  de  Alejandría  y 
Ensebio,  fué  uno  de  los  setenta  y  dos  discípulos  del  Señor.  Y  si  así  fué,  no  puede 
dudarse  que  sería  uno  de  los  120  reunidos  en  el  Cenáculo  en  vísperas  de  Pente- 
costés. Precisamente  el  Cenáculo  parece  haber  sido  la  estancia  superior  de  la  casa 
de  María,  con  quien  Bernabé  tenía  estrecho  parentesco.  La  expresión  aramea  Hijo 
de  LA  consolación,  trasladada  al  lenguaje  moderno,  equivaldría  a  «Hombre  de  pa 
labra  dulce  y  persuasiva». 

5"-4  Engañar  al  Espíritu  Santo...  No  mentiste  a  hombres,  sino  a  Dios  :  el  cotejo 
de  estas  dos  expresiones  es  un  claro  testimonio  de  la  divinidad  del  Espíritu  Santo 


—  274  — 


5  w-21 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


5  22-30 


pultaron  a  tu  marido,  y  ellos  te  sa- 
carán.» 10  Desplomóse  al  mismo  ins- 
tante a  sus  pies  v  expiró.  Y  entran- 
do los  jóvenes  la  hallaron  muerta, 
v  sacándola  la  sepultaron  junto  a 
su  marido.  11  Y  se  produjo  .erran  te- 
mor en  toda  la  Iglesia  v  en  todos 
los  que  oían  contar  tales  cosas. 


Progreso  de  ¡a  Iglesia.  ¡, 


a  Y  por  las  manos  de  los  Apósto- 
les se  obraban  en  el  pueblo  muchas 
señales  y  prodigios  ;  y  se  reunían 
unánimemente  todos  en  el  pórtico 
de  Salomón.  a  De  los  demás,  nadie 
osaba  juntarse  a  ellos  ;  no  obstante, 
el  pueblo  los  enaltecía.  14  Y  se  iban 
agregando  más  y  más  creyentes  al 
Señor,  muchedumbres  de  hombres  > 
de  mujeres  ;  13  y  llegó  la  cosa  a  tal 
punto  que  sacaban  los  enfermos  a 
las  plazas  y  los  ponían  sobre  cami- 
llas y  angarillas,  para  que,  al  pasar 
Pedro,  su  sombra  siquiera  sombrea- 
se a  alguno  de  ellos.  16  Concurría 
también  la  muchedumbre  de  las  ciu- 
dades circunvecinas  a  Jerusalén, 
trayendo  enfermos  y  vejados  por  es- 
píritus inmundos,  y  eran  curados 
todos. 


Sueva  persecución. 


7-26 


17  Alzándose  el  sumo  sacerdote  y 
todos  los  que  con  él  estaban — que 
era  la  secta  de  los  saduceos — ,  se 
llenaron  de  envidia,  19  y  echaron  las 
manos  sobre  los  Apóstoles  v  los  pu- 
sieron en  la  cárcel  pública.  1S  Mas 
un  ángel  del  Señor  durante  la  no- 
che abrió  las  puertas  de  la  cárcel, 
y  sacándolos  dijo  :  *>  «Marchad,  v 
al  llegar  al  templo  hablad  allí  al 
pueblo  todas  las  palabras  de  esta 
vida.»  21  Oído  esto,  entraban  en  el 
templo  al  alborear  el  día,  y  ense- 
ñaban. 


Llegado  el  sumo  sacerdote  y  los 
que  con  él  estaban,  convocaron  el 
Sanhedrín  y  todo  el  senado  de  los 
hijos  de  Israel,  y  enviaron  emisa- 
rios a  la  prisión' para  que  los  tra- 
jesen. 22  Los  alguaciles  que  allá  lle- 
|  garon  no  los  hallaron  en  la  cárcel, 
|  v,  habiendo  vuelto,  dieron  cuenta 
23  diciendo  :  que  «la  prisión  la  ha- 
llamos cerrada  con  toda  seguridad 
y  los  guardas  de  pie  decante  de  las 
puertas  ;  y  habiendo  abierto,  dentro 
no  hallamos  a  nadie» .  14  Como  oye- 
ron estas  palabras,  así  el  jefe  de  la 
policía  del  templo,  como  los  sumos 
sacerdotes,  estaban  desconcertados 
respecto  de  ellos,  sin  atinar  qué  po- 
dría ser  aquello.  25  Mas  presentán- 
dose uno  les  notificó  que  :  «Mirad, 
los  hombres  que  metisteis  en  la  cár- 
cel se  están  allí  en  el  templo  v  si- 
guen enseñando  al  pueblo».  26  En- 
tonces, marchando  allá  el  jefe  de  la 
policía  acompañado  de  los  alguaci- 
les, los  condujo,  no  por  vías  de 
fuerza,  porque  temían  al  pueblo,  no 
fuera  que  los  apedreasen. 


Los  Apóstoles,  de  nuevo  ante  el 
Sanhedrín.  5,  27-28 


■  Habiéndolos  conducido,  los  pre- 
sentaron en  el  Sanhedrín.  Y  los  in- 
terrogó el  sumo  sacerdote,  2S  dicien- 
do :  «¿  Por  ventura  no  os  intimamos 
severamente  que  no  enseñaseis  en 
ese  nombre  ?  Y  he  aquí  que  habéis 
llenado  a  Jerusalén  con  vuestra  en- 
señanza, y  queréis  hacer  recaer  so- 
bre nosotros  la  sangre  de  ese  hom- 
bre.» 


so  de  San  Pedro. 


*  Respondiendo  Pedro  y  los  Após- 
toles dijeron  : 

«Menester  es  obedecer  a  Dios  an- 
tes que  a  los  hombres.  "  El  Dios  de 


"-'*  Ese  derroche  de  milagros,  si  no  lo  atestiguasen  los  documentos  primitivos, 
habríamos  de  suponerlo  nosotros,  para  explicar  razonablemente  los  rápidos  pro- 
gresos del  cristianismo. 

M  Vida  :  es  una  de  las  varias  expresiones  con  que  se  designaba  el  contenido  doc- 
trinal y  moral  del  Evangelio.  Tales  eran   también  Doctrina,  Palabra,  Camino. 

En  este  caso,  como  en  todos  los  anteriores,  es  siempre  Pedro  quien  habla 
entre  todos  los  Apóstoles.  Actúa  como  Primado  de  la  Iglesia. 


5  31-39 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


5  40-6  6 


nuestros  padres  resucitó  a  Jesús,  a] 
uien  vosotros  matasteis  colgándole 
e  un  madero.  31  Y  a  éste,  como  a 
Caudillo  y  Salvador,  exaltó  Dios  con 
su  diestra  con  el  fin  de  otorgar  a 
Israel  penitencia  y  remisión  de  los 
pecados.  33  Y  nosotros  somos  testi- 
gos de  estas  cosas,  como  lo  es  el 
Espíritu  Santo,  que  Dios  dió  a  los 
que  acatan  sus  mandatos.» 


Intervención  de  Ga-maliel.  5,  33-73? 


**  Ellos,  como  esto  oyeron,  se  par- 
tían de  rabia,  y  trataban  de  acabai 
con  ellos.  w  Mas  levantándose  en  el 
Sanhedrín  cierto  fariseo,  por  nom- 
bre Gamaliel,  doctor  de  la  ley,  hon- 
rado de  todo  el  pueblo,  ordenó  eme 
,por  unos  instantes  sacasen  afuera  a 
aquellos  hombres  ;  35  y  les  dijo  : 
«Varones  israelitas,  mirad  bien  lo 
que  vais  a  hacer  con  esos  hombres. 
"  Porque  estos  días  pasados  se  alzó 
Teudas,  diciendo  de  sí  que  era  al- 
guien, al  cual  se  adhirió  un  núme- 
ro como  de  cuatrocientos  hombres  ; 
el  cual  fué  muerto,  y  todos  cuantos 
obedecían  sus  órdenes  fueron  dis- 
persados y  vinieron  a  parar  en  na- 
da. "  Tras  éste,  en  los  días  del  em- 
padronamiento, se  alzó  Judas  el  Ga- 
lileo  y  arrastró  en  pos  de  sí  gente 
del  pueblo:  pereció  él,  v  todos  cuan- 
tos obedecían  sus  órdenes  fueron 
desbaratados.  38  Y  cuanto  a  lo  de 
ahora,  desistid  de  meteros  con  esos 
hombres,  y  dejadlos  ;  porque  si  pro- 
viene de  hombres  esa  empresa  o  esa 
obra,  se  disolverá  ;  39  mas  si  provie- 
ne de  Dios,  no  podréis  disolverla  ; 
y  guardaos  de  aparecer  como  gente 
que  pelea  contra  Dios.»  Y  se  alle- 
garon a  su  parecer. 


¡.os  Apóstoles,  puestos  de  nuevo  en 
libertad.  5,  40-42 


"  Y  habiendo  llamado  a  los  Após- 
toles, después  de  azotarlos,  les  in- 
timaron que  no  hablasen  en  el  nom- 
bre de  Jesús  y  los  soltaron.  "Ellos 
se  iban  de  la  presencia  del  Sanhe- 
drín gozosos  por  haber  sido  halla- 
dos dignos  de  ser  afrentados  por 
causa  de  tal  nombre.  a  Y  los  días 
enteros,  en  el  templo  y  por  las  ca- 
sas, no  cesaban  de  enseñar  y  de 
Mnunciar  la  buena  nueva  del  Mesías 
Jesús. 


Elección  de  los  siete  diáconos,  fi,  1-7 


¿:  1  Por  estos  días,  como  se  multi- 
pitease  efl  mimero  de  los  discípu- 
los, se  produjo  un  murmullo  de  los 
helenistas  contra  los  hebreos,  sobre 
que  eran  desatendidas  sus  viudas  en 
el  suministro  cotidiano.  2  Habiendo 
los  Doce  convocado  la  multitud  de 
los  discípulos,  dijeron  :  «No  parece 
bien  que  nosotros,  dejando  a  un  la- 
do la  palabra  de  Dios,  nos  emplee- 
mos en  servir  a  las  mesas.  3  Poned, 
pues,  los  ojos,  hermanos,  en  siete 
varones  de  entre  vosotros,  bien  repu- 
tados, llenos  de  Espíritu  y  de  sabi- 
duría, a  quienes  pondremos  al  frente 
de  este  servicio  ;  4  nosotros,  por 
nuestra  parte,  perseveraremos  dedi- 
cados a  la  oración  y  al  ministerio 
de  la  palabra.»  5  Y  pareció  bien  lo 
propuesto  a  los  ojos  de  la  multitud, 
V  escogieron  a  Esteban,  hombre  lle- 
no de  fe  y  de  Espíritu  Santo  ;  a  Fe- 
lipe, Prócoro,  Nicanor,  Timón,  Pár- 
menas  y  Nicolao,  prosélito  antioque- 
no  ;  "  a  los  cuales  presentaron  ante 


**  Gamaliel,  doctor  de  la  ley,  maestro  de  San  Pablo,  y  acaso  también  de  nenia- 
l)t-,  era  el  representante  más  ilustre  y  autorizado  de  la  escuela  de  Hillel.  Según 
antiguas  tradiciones,  se  convirtió  al  cristianismo.  De  hecho,  su  nombre  se  lee  en 
el  Martirologio  y  en  el  Breviario  Romano. 

37  Este  empadronamiento,  distinto  del  mencionado  en  el  tercer  Evangelio  (2,  1-5I, 
tuvo  lugar  hacia  los  años  6-7  de  nuestra  era. 

61  Helbnistas  :  así  eran  denominados  los  judíos  de  raza  (o  también  los  prosélitos 
o  agregados  al  judaismo)  que,  nacidos  fuera  de  Palestina,  hablaban  el  griego. 
•  NICOLAO,  PROSELITO  antioquexo  :  era  gentil  de  origen,  pero  incorporado  al  ju- 
daismo con  la  circuncisión.  No  es  cierto  Que  fuese  el  fundador  de  la  secta  de  los 
nicolaíslas,  de  que  habla  San  Juan  en  el  Apocalipsis. 

0  Conforme  a  las  instrucciones  recibidas  del  Señor,  los  Apóstoles  crearon  los 
siete  primeros  diáconos,  no  principal  ni  exclusivamente  para  servir  a  las  mesas, 
sino,  más  generalmente,  para  que  fueran  ministros  suyo?,  que  les  asistiesen  en  la 


~  276  - 


6  7-15 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


Jos  Apóstoles,  y,  haciendo  oración, 
les  impusieron  las  manos. 

f  Y  la  palabra  de  Dios  iba  cre- 
ciendo, y  se  multiplicaba  asombro- 
samente el  número  de  los  discípulos 
en  Jerusalén,  y  gran  muchedumbre 
de  sacerdotes  se  sometía  a  la  fe. 


Esteban   en   el  Sanhcdrín.  6,  8-ií 


"  Esteban,  lleno  de  gracia  y  reves- 
tido de  poder,  obraba  grandes  pro- 
digios y  señales  entre  el  pueblo. 
'  Pero  se  levantaron  algunos  de  los 
que  pertenecían  a  la  sinagoga  lla- 
mada de  los  Libertinos,  de  los  Ci- 
renenses  y  de  los  Alejandrinos  y  de 
]os  de  Cilicia  y  Asia,  que  discutían 
con  Esteban,  10  y  no  podían  resistir 
a  la  sabiduría  v  al  Espíritu  con  que 
hablaba.  11  Entonces  indujeron  bajo 
mano  a  unos  hombres  que  dijesen  : 
i  Hemos  oído  a  éste  proferir  pala- 
liras  de  blasfemia  contra  Moisés  v 
contra  Dios  » 

u  Y  azuzaron  al  pueblo  y  a  los  an- 
cianos y  a  los  escribas,  y  cavendo 
sobre  él  le  arrebataron  y  conduje- 
ron al  Sanhedrín  ;  "  y  presentaron 
i  esticos  falsos,  que  decían  :  «Este 
hombre  no  cesa  de  proferir  palabras 
contra  este  santo  lugar  y  contra  la 
ley  ;  14  porque  le  hemos  oído  decir 
que  ese  Jesús  Nazareno  destruirá 
este  lugar  y  cambiará  los  usos  tra- 
dicionales que  nos  dió  Moisés.»  16  Y 
mirándole  fijamente  todos  los  que 
estaban  sentados  en  el  Sanhedrín. 
vieron  su  faz  como  la  faz  de  un  án- 
gel. 


Discurso  de  Esteban.  -,  1-53 

n  'Dijo  el  sumo  sacerdote  :  «¿Es 
1  esto  así?»  2  El  dijo:  «Varones 
hermanos  y  padres,  escuchad.  El 
Dios  de  la  gloria  se  mostró  a  nuestro 
padre  Abrahán  estando  en  la  Meso- 
potamia,  antes  de  que  se  establecie- 
se en  Carrán,  *  y  díjolc :  Sal  de  tu 
tierra  y  de  tu  parentela,  y  ven  a  la 
tierra  que  yo  te  mostraré  (Gén.  1, 
21).  4  Entonces,  saliendo  de  la  tierra 
de  los  caldeos,  habitó  en  Carrán.  Y 
de  allí,  una  vez  muerto  su  padre, 
le  hizo  trasladar  su  morada  a  esta 
tierra,  en  que  vosotros  ahora  habi- 
táis ;  5  y  no  le  dió  herencia  en  ella, 
ni  siquiera  lo  que  pisa  un  pie  ;  mas 
prometió  dársela  en  posesión  a  él  y 
a  su  descendencia  después  de  él, 
cuando  aun  no  tenía  hijo.  c  Y  habló 
así  Dios  :  que  su  posteridad  sería 
advenediza  en  tierra  extraña,  y  la 
esclavizarían  v  vejarían  durante  cua- 
trocientos años  (Gén.  15,  13-14 ; 
Ex.  22,  2)  ;  '  mas  a  la  nación  cuyos 
esclavos  serían,  la  juzgaré  yo,  dijo 
Dios,  y  tras  esto  saldrán  y  me  ado- 
rarán en  este  lugar  (Ex.  12,  40  ;  13, 
12).  *Y  le  dió  la  alianza  de  la  cir- 
cuncisión ;  y  así  engendró  a  Isaac 
v  le  circuncidó  el  día  octavo,  e  Isaac 
a  Jacob,  y  Jacob  a  los  doce  patriar- 
cas. ■  Y  los  patriarcas,  envidiosos  de 
José,  le  vendieron  para  Egipto  ;  pe- 
ro estaba  Dios  con  él,  10  y  le  sacó  de 
todas  sus  tribulaciones,  y  le  dió  gra- 
cia y  sabiduría  delante  de  Faraón, 
rey  de  Egipto,  y  le  constituyó  go- 
bernador sobre  Egiptq  y  sobre  toda 
su  casa.  11  Y  sobrevino  hambre  en 
todo  Egipto   y   Canaán   y  grainh- 


celebración  de  los  divinos  misterios  y  fuesen  sus  auxiliares  en  la  predicación  del 
Evangelio.  El  rito  de  la  ordenación  fué  la  oración  y  la  imposición  de  las  manos, 
con  que  los  nuevos  ministros  recibían  el  Espíritu  Santo. 

•  I.a  versión  o  calco  verbal  de  esta  frase  discutida  sería  :  c.  algunos  de  los  de  la 
sinagoga  la  llamada  de  Libertos  y  de  Cirenenses  y  de  Alejandrinos  y  de  los  de 
Cilicia  y  de  Asia».  Según  otra  variante  probable,  habría  que  traducir  :  «...  de  la 
sinagoga  de  los  llamados  Libertos...»  ¿Habla  San  Lucas  de  una  sola  sinagoga,  de 
dos,  de  tres,  de  cinco?  Por  de  pronto  consta  que  existía  en  Jerusalén  una  sinagoga 
llamada  de  los  Libertos  (romanos..  En  este  supuesto  caben  cuatro  hipótesis  más 
o  menos  probables:  11  que  a  la  sinagoga  de  los  Libertos  se  agregasen  los  cuatro 
grupos  nacionales  mencionados,  formando  todos  una  sola  sinagoga ;  2)  que  a  los 
Libertos  sólo  se  agregasen  los  de  Cirene  y  Alejandría,  formando  sinagoga  aparte 
los  de  Cilicia  y  Asia,  con  lo  cual  resultaban  dos  sinagogas  ;  que  también  los  de 
Cirene  y  Alejandría  formasen  sinagoga  propia,  de  donde  resultarían  tres  sinagogas  ; 
«i  que  cada  uno  de  los  grupos  nacionales  mencionados  tuviese  sinagoga  distinta, 
con  lo  cual  tendríamos  chico  sinagogas.  No  existen  argumentos  decisivos  a  favor  de 
ninguna  de  estas  hipótesis. 

Y  Respondiendo  sólo  indirectamente  a  las  acusaciones  contra  él  formuladas, 
1  convierte  Esteban  la  defensa  en  ataque.  Bajo  la  apariencia  de  un  recuento  sumario 
de  la  historia  de  Israel,  principalmente  de  sus  dos  primeras  épocas,  patriarcal  V 


~  277  — 


IIHCHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


aprieto ;  y  no  hallaban  víveres  nues- 
tros padres .  12  Y  oyendo  decir  Jacob 
¡que  había  provisiones  en  Egipto, 
mandó  allá  a  nuestros  padres  una 
primera  vez  ;  "  y  en  la  segunda  se 
dió  a  conocer  José  a  sus  hermanos, 
¡y  vino  a  conocimiento  de  Faraón  el 
"linaje  de  José.  "  Y  mandó  José  avi- 
so que  viniese  a  él  Jacob,  su  padre, 
y  toda  la  parentela,  en  total  setenta 
y  cinco  almas.  15  Y  bajó  Jacob  a 
Egipto,  y  murió  él,  y  también  nues- 
tros padres,  1(1  y  fueron  trasladados 
a  Siquem  y  colocados  en  la  sepultu- 
ra que  había  comprado  Abrahán  a 
(precio  de  plata  a  los  hijos  de  Emor 
en  Siquem. 

11  Y  a  medida  que  se  acercaba  el 
tiempo  de  la  promesa  que  Dios  ha- 
bía formulado  a  Abrahán,  creció  el 
pueblo  y  se  multiplicó  en  Egipto, 
ls  hasta  que  se  alzó  sobre  Egipto 
otro  rey  que  no  tenía  conocimiento 
de  José.  19  Este,  empleando  malas 
artes  contra  nuestro  linaje,  vejó  a 
nuestros  padres  para  forzarlos  a  ex- 
poner sus  niños,  con  el  fin  de  que 
ninguno  quedase  con  vida.  20  En  es- 
ta sazón  nació  Moisés,  y  era  lindo  a 
los  ojos  de  Dios  ;  el  cual  fué  criado 
durante  tres  meses  en  la  casa  de  su 
padre;  21  mas  habiendo  sido  expues- 
to, lo  recogió  la  hija  del  Faraón,  \ 
se  lo  hizo  criar  como  hijo.  22  Y  fué 
educado  Moisés  en  (oda  la  sabiduría 
de  los  egipcios,  y  era  poderoso  en 
sus  palabras  y  obras 

23  Mas  cuando  se  le  cumplía  la 
edad  de  cuarenta  años,  nació  en  su 
corazón  el  deseo  de  visitar  a  sus 
hermanos  los>  hijos  de  Israel.  24  Y 
viendo  a  uno  padecer  agravio,  acu- 
dió a  su  defensa  y  vengó  al  agra- 
viado hiriendo  al  efiocio.  23  Pensaba 
él  que  sus  hermanos  entenderían  que 
por  su  mano  los  iba  Dios  a  salvar  ; 
mas  ellos  no  lo  entendieron.  36  Al 
día  siguiente  presentóseles  mientras 
se  estaban  peleando,  v  trataba  de 
«venirlos  en  paz,  diciendo  :  «Hom- 
bres, sois  hermanos  ;  ¿  por  qué  os 


hacéis  agravio  uno  a  otro  ?»  21  Mas 
el  que  hacía  el  agravio  a  su  prójimo 
lo  echó  de  sí  diciendo  :  «¿  Quién  te 
constituyó  jefe  y  juez  sobre  nos- 
otros ?  28  ¿  Acaso  quieres  tú  matar- 
me, lo  mismo  que  mataste  ayer  al 
egipcio  ?»  20  Huvó  Moisés  al  oír  ta- 
les palabras,  y  vivió  como  advene- 
dizo en  la  tierra  de  Madián,  donde 
engendró  dos  hijos.  30  Y  transcurri- 
dos cuarenta  años  se  le  apareció  en 
el  desierto  del  monte  Sinaí  un  án- 
gel en  la  llama  del  fuego  de  una 
zarza.  31  Moisés,  al  verlo,  se  mara- 
villó de  la  visión  ;  y,  como  se  llega- 
se para  ver  lo  que  era,  sonó  la  voz 
del  Señor  :  33  Yo  soy  el  Dios  de  tus 
padres,  el  Dios  de  Abrahán,  de  Isaac 
y  de  Jacob  (Ex.  3,  6).  Sobrecogido 
de  temblor,  Moisés  no  osaba  mirar. 
fa  Díjole  el  Señor:  «Suelta  el  calzado 
de  tus  pies,  porque  el  lugar  en  que 
estás,  tierra  santa  es.  31  Con  mis 
ojos  vi  la  vejación  de  mi  pueblo, 
que  está  en  Egipto;  oí  su  gemido, 
y  bajé  a  librarlos;  y  ahora  ven  acá, 
que  quiero  enviarte  a  Egipto»  (Ex.  3, 
5-  7-io). 

™  A  este  Moisés,  a  quien  habían 
desechado,  diciendo  :  «¿  Quién  te 
constituyó  jefe  y  juez?»,  a  éste  ha 
enviado  Dios  como  jefe  y  como  li- 
bertador por  mano  del  ángel  que  se 
le  mostró  en  la  zarza.  36  Este  los  sa- 
có haciendo  prodigios  y  señales  en 
la  tierra  de  Egipto,  y  en  el  mar  Ro- 
jo, y  en  el  desierto  durante  cuaren- 
ta años. 

"  Este  es  Moisés,  el  que  dijo  a  los 
hijos  de  Israel  :  Un  profeta  os  sus- 
citará Dios  de  entre  vuestros  her- 
manos, tal  como  yo  (Dt.  18,  15). 
38  Este  es  el  que  en  la  asamblea, 
allá  en  el  desierto,  estuvo  con  el  án- 
gel, que  le  hablaba  en  el  monte  Si- 
naí, y  con  nuestros  padres  ;  el  cual 
recibió  palabras  vivientes  para  trans- 
mitirlas a  nosotros  ;  30  a  quien  no 
quisieron  ser  obedientes  nuestros  pa- 
dres, sino  que  le  rechazaron,  y  en 
sus  corazones  se  tornaron  a  Egipto, 


mosaica,  recalca  Esteban  con  énfasis  progresivo  la  rebeldía  de  Israel,  para  terminar 
ion  una  tremenda  invectiva,  que  pone  furiosos  a  los  sanhedritas  y  determina  su 
muerte.  La  tesis  latente  del  discurso  es  que  Israel  se  ha  rebelado  constantemente 
contra  los  salvadores  enviados  por  Dios,  o  bien,  que  Dios  ha  enviado  como  salva- 

"  s<  di  time  Estillan  especialmente  en  la  historia  de  Moisés,  tipo  de  Cristo 
Salvador  y  Redentor  y  profeta  suyo,  por  haber  sido  repudiado  por  los  israelitas 
antes  (25-3.51  y  después  (39-40)  de  ser  enviado  por  Dios  a  libertar  a  Israel. 

38  Con  el  Angel...  y  con  nuestros  padres  :  en  calidad  de  mediador  de  la  antigua 
alianza  entre  Dios  e  Israel. 


-S78- 


7  40-53 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


7  42-57 


" diciendo  a  Aarón :  tHaznos  dioses 
que  vayan  delante  de  nosotros ;  poi- 
que ese  Moisés,  que  nos  sacó  de  ¡a 
tierra  de  Egipto,  no  sabemos  qué 
ha  sido  de  é'h  (Ex.  32,  1-3).  41  Y  fa- 
bricaron por  aquellos  días  un  bece- 
rro, v  ofrecieron  sacrificio  al  ídolo,  I 


y  se  regocijaban  en  las  obras  de  sus 
ruanos.  42  Y  les  volvió  Dios  las  es- 
paldas y  los  abandonó  para  que  ado- 
rasen al  ejército  del  cielo,  según  es- 
tá escrito  en  el  libro  de  los  profetas 
(Am.  5,  25-27)  : 


¿  Acaso  víctimas  y  sacrificios  me  ofrecisteis 

por  cuarenta  años  en  el  desierto,  casa  de  Israel  ? 

43  Tomasteis  con  vosotros  el  tabernáculo  de  Moloc 

v  la  estrella  del  dios  Retan, 

las  figuras  que  os  hicisteis  para  adorarlas  , 

pues  yo  os  transportaré  más  allá  de  Babilonia. 


44  El  tabernáculo  del  testimonio  te- 
níanlo nuestros  padres  en  el  desier- 
to, tal  como  había  ordenado  el  que 
hablaba  a  Moisés,  diciéndole  que  lo 
hiciera  conforme  al  modelo  que  ha- 
bía visto  ;  43 "el  cual  también,  trans- 
mitido de  padres  a  hijos,  introdujé- 
ronlo  nuestros  padres  con  Jesús  al 
ocupar  la  tierra  de  los  gentiles,  los 
cuales  Dios  expulsó  de  la  presencia 


de  nuestros  padres,  hasta  los  días 
de  David.  46  El  cual  halló  gracia  en 
el  acatamiento  de  Dios,  y  pidió  se 
le  concediese  hallar  morada  para  el 
Dios  de  Jacob.  41  Pero  fué  Salomón 
quien  edificó  casa  para  él.  45  Mas  no 
habita  el  Altísimo  en  obra  hecha  de 
manos,  según  que  el  profeta  dice 
(ts.  66,  1-2)  : 


"  El  cielo  es  mi  trono, 

y  la  tierra,  escabel  de  mis  pies  ; 

¿qué  casa  me  edificasteis?,  dice  el  Señor  ; 

¿  o  cuál  el  lugar  de  mi  reposo  ? 

50  ¿  No  es  mi  mano  quien  hi/o  todo  esto  ? 


"  |  Duros  de  cerviz  e  incircuncisos 
de  corazones  y  de  oídos !  Vosotros 
siempre  chocáis  contra  el  Espíritu 
Santo  ;  como  vuestros  padres,  tam- 
bién vosotros.  52  ¿Qué  profeta  hubo 
a  quien  no  persiguiesen  vuestros 
padres  ?  Y  mataron  a  los  que  de  an- 
temano anunciaron  el  advenimiento 
del  Justo,  del  cual  ahora  vosotros 
os  hicisteis  traidores  y  asesinos  ; 
M  vosotros,  que  recibisteis  la  ley  co- 
mo ordenanzas  de  ángeles,  y  no  la 
guardasteis.» 


El  protoinártir  de  Cristo. 
7,  54-60  ;  S,  1 

w  Oyendo  estas  cosas  se  partían  de 
rabia  sus  corazones  y  rechinaban 
sus  dientes  contra  él.'  M  Mas  como 
estuviese  lleno  del  Espíritu  Santo, 
clavando  los  ojos  en  el  cielo,  vió  la 
gloria  de  Dios  y  a  Jesús  de  pie  a  la 
diestra  de  Dios,  M  y  dijo  :  «He  aquí 
que  contemplo  los  cielos  abiertos  y 
el  Hijo  del  hombre  de  pie  a  la  dies- 
tra de  Dios.»  57  Y  gritando  a  gran- 


0  El  ejército  del  cielo  :   el  sol,  la  luna  y  las  estrellas. 

«Moloc:  dios  de  los  amonitas.  ||  La  estrella  del  dios  Refán  :  el  planeta  Saturno. 
RETÍN  (en  los  LXX  Raiján)  parece  una  deformación  de  Kaiván  (en  asirio  Ka-ai-va-nui, 
conservado  entre  los  árabes  como  nombre  de  Saturno.  Las  otras  variantes  de  los 
códices:  Remfam,  Romfá,  Romfán,  desfiguran  más  aún  el  nombre  primitivo. 

15  Jesús  :  es>Josué.  Jesús  y  Josué  son  dos  transcripciones  de  un  mismo  nombre 
hebreo. 

81-53  Aunque  fulminante  o  inesperada,  esta  peroración  es  el  resultado,  lógico  y 
psicológico,  de  todo  el  discurso.  ¿  Cómo  la  oiría  Saulo  de  Tarso,  allí  presente  ? 

81  Los  que  ante  las  invectivas  de  Esteban,  dirigidas  personalmente  contra  ellos, 
sólo  se  habían  contentado  con  manifestar  su  rabia,  llegan  a  vías  de  hecho  al  oír 
la  gloria  del  Hijo  del  hombre.  Más  les  enfurece  el  nombre  de  Cristo  que  los  ultrajes 
personales.  Y  esta  psicología  de  odio  era  la  de  Saulo  de  Tarso  :  dato  importantísimo 
para  apreciar  la  sobrenaturalidad  de  su  radical  conversión.  El  cambio  del  odio 
furibundo  al  amor  entrañable  no  se  explica  por  las  leyes  de  la  psicología  humana. 


7  58~gS 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


8  2-12 


des  voces,  se  taparon  los  oídos,  y  se 
'precipitaron  todos  con  un  mismo 
furor  contra  él  ;  5S  y  habiéndole  sa- 
cado a  empellones  fuera  de  la  ciu- 
dad, le  apedreaban.  Y  los  testigos 
depusieron  sus  mantos  a  los  pies  de 
un  joven  llamado  Saulo.  89  Y  se- 
guían apedreando  a  Esteban,  que 
rogaba  y  decía  :  «Señor  Jesús,  reci- 
be 'mi  espíritu.»  60  E  hincando  las 
rodillas,  clamó  con  grande  voz:  «Se- 
ñor, no  les  demandes  este  pecado.» 
Y  esto  dicho,  descansó  en  paz. 

q    1  Y  Saulo  estaba  dando  su  asen- 
timiento  a  su  muerte. 


Persecución  y  dispersión  de  la 
Iglesia.  8,  1-3 

Se  levantó  aquel  día  gran  perse- 
cución contra  la  Iglesia  en  Jerusa- 
lén  ;  y  todos  se  dispersaron  por  las 
reglones  de  la  Judea  y  Samaría,  a 
excepción  de  los  Apóstoles.  ■  Y  lle- 
varon a  enterrar  a  Esteban  hombres 
piadosos,  e  hicieron  gran  duelo  so- 
bre él.  *  Y  Saulo  hacia  estragos  en 
la  Iglesia,  entrándose  por  las  casas, 
y  arrastrando  hombres  y  mujeres 
los  entregaba  para  ser  encarcelados. 


II.     Expansión  de  la  Iglesia  en  la  gentilidad 


Predicación  de  Fell[>c  en  Samaría. 
8,  4-8 

4  Así,  pues,  los  que  habían  sido" 
dispersados  fueron  de  una  parte  a 
otra  evangelizando  la  Palabra.  6  Fe- 
lipe, bajando  a  la  ciudad  de  la  Sa- 
maría, les  predicaba  a  Cristo.  0  Pres- 
taban atención  las  turbas  unánime- 
mente a  lo  que  Felipe  decía,  por 
cuanto  oían  y  veían  los  milagros  que 
obraba.  '  Porque  muchos  de  los  que 
tenían  espíritus  impuros — éstos,  gri- 
tando a  grandes  voces,  se  salían  , 
y  muchos  cojos  y  paralíticos  fueron 
curados.  8  Y  hubo  de  ello  grande 
yozo  en  aquella  ciudad. 


Simón  el  Mago.  8,  g-13 

8  Cierto  hombre,  por  nombre  Si- 
món, ya  de  antes  se  hallaba  en  la 
ciudad  practicando  la  magia  y  asom- 
brando a  la  gente  de  la  Samaría,  di- 
ciendo de  sí  ser  alguien  grande  ; 
10  al  cual  prestaban  todos  atención, 
desde  el  menor  hasta  el  mayor,  di- 
ciendo :  «Este  es  la  potencia  de  Dios 
llamada  Grande.»  "  Y  le  prestaban 
atención,  pues  por  bastante  tiempo 
les  había  sorbida  los  sesos  con  sus 
trapacerías  de  magia.  12  Mas  cuan- 
do creyeron  a  Felipe,  que  evangeli- 
zaba acerca  del  reino  de  Dios  y  del 
nombre  de  Jesu-Cristo,  bautizában- 


se-*0 I.as  dos  últimas  palabras  de  Esteban  recuerdan,  respectivamente,  la  séptima 
y  la  primera  de  las  pronunciadas  por  el  Redentor  desde  la  cruz,  ambas  conserva- 
das por  el  mismo  San  Lucas  en  su  Evangelio. 

81  Saulo  aprobaba  la  muerte  de  Esteban  y  guardaba  los  vestidos  de  los  que  le 
apedreaban;  pero  su  sensibilidad  moral  le  retrajo  del  oficio  de  verdugo.  ||  La  gran 
persecución  que  se  levantó  contra  la  Iglesia  sirvió  en  manos  de  la  divina  Provi- 
dencia para  extender  y  acelerar  la  propagación  del  Evangelio.  No  sólo  se  disper- 
saron por  las  regiones  de  la  Judea  v  Samaría,  sino  que,  como  más  adelante  se  re- 
fiere, algunos  «pasaron  hasta  Fenicia,  Chipre  y  Antioquía»,  donde  «hablaban  tam- 
bién a  los  griegos»  o  gentiles.  Pero  el  fruto  más  preciado  de  la  persecución  había 
de  ser  la  conversión  del  más  obstinado  perseguidor,  Saulo. 

6  Felipe  es  el  segundo  en  la  lista  de  los  siete  diáconos.  La  expresión  la  ciudad 
de  la  Samaría  puede  entenderse  «la  ciudad  de  Sumaria»,  o  bien  «KT  capital  de  la 
(región  de)  Samaría».  Pero  como  esta  capital  no  era  otra  que-  la  ciudad  misma  de 
Samaría,  el  sentido  real  de  entrambas  interpretaciones  es  uno  mismo.  Herodes  el 
Grande  había  dado  a  la  ciudad  de  Samaría  el  nombre  de  Scbastc  (=Augusta).  ||  La 
buena  acogida  que  los  samaritanos  hacen  a  Felipe  recuerda  la  que  no  muchos  años 
antes  habían  hecho  a  Jesús. 

*-24  Ei  episodio  de  Simón  Mago  representa  el  primer  encuentro  del  cristianismo 
con  la  superchería.  No  es  la  menor  gloria  de  la  religión  cristiana  el  haberse  opuesto 
constantemente  a  t>.a>  manifestaciones  morbosas  de  una  religiosidad  extraviada,  ati- 
zada y  explotada  por  la  truhanería  humana  y  la  malicia  diabólica. 


—  280  — 


813-20 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


8  21-30 


se  así  los  hombres  como  las  muje- 
res. "  Y  Simón,  también  él  creyó, 
v  una  vez  bautizado  no  se  apartaba 
del  lado  de  Felipe  ;  y  contemplando 
las  señales  y  grandes  portentos  que 
se  obraban,  salía  fuera  de  sí. 


Reciben  los  samaritanos  el  Espíritu 
Santo.  8,  14-17 

"  Como  oyesen  los  Apóstoles,  que 
estaban  en  'jerusalén,  que  la  Sama- 
ría había  recibido  la  palabra  de  Dios, 
enviáronles  a  Pedro  y  a  Juan,  15  los 
cuales,  bajando  allá,  oraron  por  ellos 
para  que  recibiesen  el  Espíritu  San- 
to. "  Pues  todavía  no  había  descen- 
dido sobre  ninguno  de  ellos,  sino 
que  sólo  estaban  bautizados  en  el 
nombre  del  Señor  Jesús.  11  Entonces 
imponían  las  manos  sobre  ellos  y 
recibían  el  Espíritu  Santo. 


Condenación  de  la  simonía.  8,  18-25 


"  Al  ver  Simón  que  por  la  impo- 
sición de  las  manos  de  los  Apósto- 
les 6e  daba  el  Espíritu  Santo,  les 
ofreció  dineros,  "  diciendo  :  «Dad- 
me a  mí  también  ese  poder,  que  a 
quien  yo  impusiere  las  manos  reciba 
el  Espíritu  Santo.»  "  Mas  Pedro  le 
dijo  :  «Tu  dinero  váyase  contigo  a 
la  perdición,  pues  te  imaginaste  po- 
der adquirir  con  dinero  el  don  de 


Dios.  No  hay  para  ti  parte  ni  he- 
rencia en  este  negocio,  pues  tu  co- 
razón no  anda  a  las  derechas  delan- 
te de  Dios.  -  Arrepiéntete,  pues,  de 
esa  tu  maldad,  y  ruega  al  Señor, 
por  si  tal  vez  te  sea  perdonado  el 
pensamiento  de  tu  corazón.  a  Por- 
que en  hiél  de  amargura  y  en  lazo 
de  iniquidad  (Dt.  29,  18  ;  Is.  58,  6> 
veo  que  has  incurrido.»  24  Respon- 
diendo Simón,  dijo  :  «Rogad  vos- 
otros por  mí  al  Señor  para  que  nada 
me  sobrevenga  de  lo  que  habéis  di- 
cho.» 

s  Ellos,  pues,  habiendo  dado  tes- 
timonio y  anunciado  la  palabra  del 
Señor,  se  volvían  a  Jerusalén  v 
evangelizaban  muchas  aldeas  de  los 
samaritanos. 


Es  bautizado  por  Felipe  el  eunuco 
de  Etiopía.  8,  26-40 

■  Un  ángel  del  Señor  habló  a  Fe- 
lipe, diciendo  :  «Levántate  y  diríge- 
te hacia  el  mediodía  al  camino  que 
baja  de  Jerusalén  a  Gaza.  Este  está 
solitario.»  11  Y  levantándose  se  puso 
en  camino.  Y  he  aquí  un  varón  etío- 
pe, eunuco,  ministro  de  Candace, 
reina  de  los  etíopes,  que  tenía  a  su 
cargo  todo  su  tesoro  real,  el  cual 
había  venido  a  Jerusalén  para  ado- 
rar a  Dios,  3  y  ahora  estaba  de 
vuelta  sentado  én  su  coche,  y  leía 
el  profeta  Isaías.  59  Y  dijo  el  Espí- 
ritu a  Felipe  :  «Acércate  y  arrímate 
a  este  coche.»  *°  Corriendo  allá  Fe- 


0  Simón,  también  él  creyó  :  no  fué  verdadera  la  fe  de  Simón,  que  no  vela  en  el 
cristianismo  sino  una  magia  superior  a  la  suya  y  cuyos  secretos  deseaba  conocer. 

14  Los  Apóstoles  enviaron  a  Pedro  v  a  Juan  :  quiere  decir  que  el  colegio  apos- 
tólico, presidido  por  Pedro,  habida  deliberación,  resolvió  que  Pedro  y  Juan  fuesen 
a  Samaría. 

13-17  Oraron...  imponían  las  manos:  la  oración  y  la  imposición  de  manos,  incluida 
en  la  unción,  son  los  elementos  esenciales  del  rito  de  la  confirmación. 

"En  el  nombre  de  Jescs  no  es  la  fórmula  del  bautismo  administrado  en  la  pri- 
mitiva Iglesia,  sino  una  expresión  entonces  usual  para  diferenciar  el  bautismo  cris- 
tiano del  bautismo  de  Juan 

Aquí  descubre  Simón  el  falso  concepto  que  tenía  del  cristianismo  y  la  fal- 
sedad de  su  fe. 

10  Las  palabras  de  San  Pedro  no  son  una  maldición  o  imprecación,  sino  más  bien 
una  severa  intimación  del  peligro  de  condenación  eterna  en  que  se  ha  puesto  el 
mago,  padre  de  la  simonía. 

21  Por  si  tal  vez  te  sea  perdonado  :  no  duda  Pedro  de  la  misericordia  divina  en 
perdonar  al  pecador  arrepentido,  sino  de  la  disposición  necesaria  en  Simón  para  ser 
l>erdonado. 

M  Para  que  nada  me  sobrevenga...:  palabras  nacidas  de  un  temor  groseramente" 
servil  del  castigo.  La  historia  ulterior  de  Simón  Mago  anda  mezclada  con  la  leyenda. 
Parece  ser  que,  apostatando  de  la  fe  cristiana,  se  hizo  jefe  de  una  de  las  primeras 
sectas  pnósticas,  que  recibió  su  nombre. 


-  281  - 


8  31-40 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


8  32-9  8 


lipe,  oyó  que  leía  a  Isaías  el  pro- 
feta, y  dijo  :  «¿Por  ventura  entien- 
des lo  que  lees  ?»  "  El  dijo  ;  «Pues 
¿  cómo  voy  a  poder,  si  no  hay  uno 


que  me  guíe?»  E  instó  a  Felipe 
que,  subiendo,  se  sentara  con  él. 
3Í  El  pasaje  de  la  Escritura  que  leía 
era  éste  (Is.  53,  7-8)  : 


Como  oveja  fué  llevado  al  matadero  ; 

V  como  cordero  delante  del  que  lo  trasquila,  mudo, 

así  no  abre  su  boca. 

"  En  la  humillación  fué  su  causa  atropellada  ; 

¿su  generación  quién  la  describirá?, 

pues  que  su  vida  fué  arrancada  de  la  tierra. 


34  Tomando  el  eunuco  la  palabra, 
dijo  a  Felipe  :  «Ruego  me  digas  de 
quién  dice  esto  el  profeta  :  ¿de  sí 
mismo  o  de  otra  persona  ?»  85  Des- 
plegando Felipe  sus  labios  y  prin- 
cipiando por  esta  escritura,  le  evan- 
gelizó a  Jesús.  36  Y  como  siguiesen 
su  camino,  llegaron  a  un  sitio  de 
agua,  y  dice  el  eunuco  :  «Aquí  hay 
agua  :  ¿  qué  impide  que  yo  sea  bau- 
tizado ?»  37  Dijo  Felipe  :  «Si  crees  de 
todo  corazón,  es  posible.»  Respon- 
diendo él  dijo  :  «Creo  que  Jesu-Cris- 
to  es  Hijo  de  Dios.»  38  Y  mandó  se 
parase  el  coche,  y  bajaron  entram- 
bos al  agua,  Felipe  y  el  eunuco,  y 
le  bautizó.  39  Y  así  que  subieron  del 
agua,  el  Espíritu  del  Señor  arrebató 
a  Felipe,  y  no  le  vió  ya  más  el  eu- 
nuco ;  porque  proseguía  gozoso  el 
camino.  40  Mas  Felipe  compareció  en 
Azoto,  y  partiendo  de  allí,  a  su  paso 
evangelizaba  todas  las  ciudades,  has- 
ta llegar  a  Cesárea. 


Conversión  de  Sanio.  9.  1-19 

q  1  Saulo,  respirando  todavía  ame- 
naza  y  matanza  contra  los  discí- 
pulos del  Señor,  presentándose  al 
sumo  sacerdote,  2  le  pidió  cartas  para 
Damasco,  dirigidas  a  las  sinagogas, 
con  el  objeto  de  que,  si  hallaba  al- 
gunos que  siguiesen  ese  Camino,  así 
hombres  como  mujeres,  atados  los 
condujese  a  Jerusalén.  3  Y  como  an- 
duviese su  camino,  sucedió  que.  al 
llegar  cerca  de  Damasco,  de  súbito 
le  cercó  fulgurante  una  luz  venida 
del  cielo  ;  *  y  cayendo  por  tierra, 
oyó  una  voz  que  le  decía  :  «Saúl, 
Saúl,  ¿por  qué  me  persigues?»  6  Di- 
jo :  «¿  Quién  eres,  Señor  ?»  Y  El  : 
«Yo  soy  Jesús,  a  quien  tú  persigues. 
0  Pero  levántate  y  entra  en  la  ciu- 
dad, y  se  te  dirá  lo  que  debes  ha- 
cer.» 1  Y  los  hombres  que  con  él 
caminaban  se  habían  detenido,  mu- 
dos de  espanto,  oyendo  la  voz,  pero 
sin  ver  a  nadie.  8  Se  levantó  Saulo 


81  La  Sagrada  Escritura,  erizada  de  grandes  dificultades,  no  es,  ni  podía  ser,  el 
medio  normal  y  universal  para  llegar  al  conocimiento  de  la  verdad  revelada  por 
Dios  para  la  salud  eterna  de  los  hombres.  Este  midió  es  el  magisterio  de  la  Iglesia. 

33-33  Este  pasaje  profético  se  refiere  a  la  pasión  del  Mesías. 

31  Aunque  omitido  en  muchas  ediciones  críticas,  parece  auténtico  este  versículo, 
mencionado  ya  por  San  Ireneo  y  San  Cipriano  y  atestiguado  por  excelentes  códices. 

91-w  Tres  relaciones  de  la  conversión  de  Saulo  nos  ha  conservado  el  libro  de  los 
Hebreos:  la  primera,  escrita  por  San  Lucas;  las  otras  dos  (22,  3-16;  26,  9-18),  puestas 
en  boca  del  mismo  Pablo. 

4'6  i  Por  qué  me  persigues?...  V'o  soy  Jesús,  a  quien  tú  persigues:  estas  misterio- 
sas palabras  fueron  para  Saulo  la  primera  revelación  de  la  inefable  compenetración 
e  identificación  de  Cristo  con  la  Iglesia  :  base  de  la  maravillosa  concepción  paulina 
del  Cristo  místico,  que  es  el  rasgo  más  saliente  de  su  Teología. 

"Pero..:  en  vez  de  esta  conjunción,  la  Vulgata  Clemeutina  lee:  iDuro  es  para 
li  cocear  contra  el  aguijón.  Y  tembloroso  y  estupefacto  dijo:  Señor,  ¿qué  quieres 
que  yo  haga?  Y  el  Señor  a  él:  Levántate...»  Aunque  esta  interpolación  no  es 
auténtica,  los  elementos  que  la   integran  se  hallan   sustancialmente  en  las  otras 

7  Oyendo  la  voz  :  esta  afirmación  parece  contraria  a  lo  que  se  dice  en  la  se- 
gunda relación  (22,  9).  La  solución  de  esta  aparente  antinomia  nos  la  da  la  cons- 
trucción gramatical,  diferente  en  ambos  pasajes.  Aquí  afirma  San  Lucas  que  oyeron 
la  voz,  allí  dice  San  Pablo  que  no  la  entendieron:  es  decir,  que  oyeron  la  voz,  pero 
sin  entender  lo  que  decía. 


—  282  — 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


9  17-22 


del  suelo,  y,  abiertos  los  ojos,  nada 
veía  ;  y  llevándole  de  la  mano,  le 
introdujeron  en  Damasco.  9  Y  estu- 
vo tres  días  sin  ver,  y  no  comió  ni 

10  Había  en  Damasco  cierto  discí- 
pulo por  nombre  Ananías,  y  díjole 
en  visión  el  Señor  :  «Ananías.»  El 
dijo  :  «Heme  aquí,  Señor.»  11  Y  el 
Señor  a  él  :  «Levántate;  y  dirígete 
a  la  calle  llamada  Recta,  y  busca  en 
casa  de  Judas  a  uno  que  se  llama 
Saulo  de  Tarso,  pues  he  aquí  que 
está  orando»  ;  "  y  vió  en  visión  un 
hombre  por  nombre  Ananías  que 
entraba  y  ponía  sobre  él  las  manos 
para  que  recobrase  la  vista.  15  Res- 
pondió Ananías :  «Señor,  oí  de  mu- 
chos acerca  de  ese  hombre,  cuántos 
males  causó  a  tus  santos  en  Jerusa- 
lén.  "  Y  aquí  está  con  poderes  de 
parte  de  los  sumos  sacerdotes  para 
aprisionar  a  todos  los  que  invocan 
tu  nombre.»  15  Díjole  el  Señor:  «An- 
da, porque  vaso  de  elección  es  éste 
para  mí,  destinado  a  llevar  mi  nom- 
bre delante  de  las  naciones  y  los 
reyes  y  de  los  hijos  de  Israel.  16  Por- 
que yo  le  mostraré  cuánto  habrá  de 
padecer  por  causa  de  mi  nombre.» 


"  Marchó  Ananías  y  entró  en  la  ca- 
«a,  y  poniendo  sobre  él  las  manos 
'lijo  :  «Saúl,  hermano,  me  ha  envia- 
do el  Señor,  Jesús,  que  se  te  apa- 
reció en  el  camino  en  que  venías, 
para  que  recobres  la  vista  y  seas 
lleno  del  Espíritu  Santo.»  18  Y  al 
TJHnto  se  desprendieron  de  sus  ojos 
unas  como  escamas,  y  volvió  a  ver ; 
v  levantándose,  fué  bautizado.  *  Y 
habiendo  tomado  alimento,  cobró 
fuerzas. 


Comienza  Saulo  a  predicar  a  Jesús. 
9,  19-25 

Y  estuvo  con  los  discípulos  que 
había  en  Damasco  algunos  días.  20  Y 
en  seguida  en  las  sinagogas  predi- 
caba a  Jesús,  que  «Este  es  el  Hijo 
de  Dios».  21  Y  se  asombraban  todos 
los  que  le  oían,  y  decían  :  «¿No  es 
éste  el  que  en  Jerusalén  hizo  estra- 
gos en  los  que  invocan  este  nombre, 
v  aquí  precisamente  había  venido 
para  llevarlos  atados  a  los  sumos 
sacerdotes  ?»  22  Y  Saulo  más  y  más 


12  El  Señor  manifiesta  a  Ananías  que  Saulo,  con  la  visión  recibida,  está  dispuesto 
para  su  visita.  En  absoluto,  puede  ser  una  nota  insertada  por  el  mismo  San  Lucas, 
y  así  parece  entenderlo  la  Vulgata  Clementina,  al  incluir  el  versículo  entre  pa- 
réntesis. 

15  Vaso  de  elección:   modismo  hebreo,  que  significa  instrumento  escogido. 

Llevar  mi  nombre...  padecer  :  tal  es  el  doble  destino  de  Saulo  y  de  todos  los 
apóstoles  de  Cristo. 

1M0  La  combinación  más  probable  de  los  datos  suministrados  aquí  por  San  Lu- 
cas, referentes  a  los  primeros  años  que  siguieron  a  la  conversión  de  Saulo,  con  los 
esparcidos  en  las  Epístolas  del  Apóstol,  parece  ser  ésta  : 

a)  Ac.  9,  19-23  =  Gál.  1,  17  :  «(De  Damasco)  me  retiré  a  la  Arabia,  desde  donde 
volví  otra  vez  a  Damasco.»  Esta  doble  estancia  en  Damasco  la  insinúa  San  Lucas. 
De  la  primera  dice  :  «Estuvo  en  Damasco...  algunos  díasi  (v.  19).  De  la  segunda  : 
«Cuando  hubieron  transcurrido  bastantes  días»  (v.  23).  La  ida  a  la  Arabia  habrá 
que  colocarla  entre  los  vv.  21  y  22. 

b)  Ac.  9,  23-25  =  2  Cor.  ii,  32-33  :  «En  Damasco,  el  jefe  regional  puesto  por  ei 
rey  Aretas  tenía  distribuidas  guardias  en  la  ciudad  de  los  damascenos  con  el  objeto 
de  prenderme,  y  por  una  ventanilla  fui  descolgado  muro  abajo  en  una  espuerta,  y 
escapé  de  sus  manos.» 

c)  Ac.  9,  26.  28  =  Gál.  1,  18.  22-24  :  «Pasados  tres  años,  subía  a  Jerusalén...  Era 
yo  personalmente  desconocido  de  las  Iglesias  de  Judea...» 

d)  Ac.  9,  27  =  Gál.  1,  18  :  «Subí  a  Jerusalén  para  ver  y  hablar  a  Pedro,  con  quien 
permanecí  quince  días.  A  otro  de  los  demás  Apóstoles  no  vi,  a  no  ser  a  Santiago, 
el  hermano  del  Señor.»  Del  cotejo  de  ambos  pasajes  resulta  que,  si  bien  Bernabé 
quiso  presentar  a  Saulo  «a  los  Apóstoles»,  pero  como  Pablo  no  tenía  interés  sino  en 
«ver  y  hablar  a  Pedro»,  de  hecho  no  vió  sino  a  éste  y,  accidentalmente,  a  Santiago 
el  Menor. 

e)  Ac.  9,  29-30  =  Gál.  1,  21  :  «Después  fui  a  las  regiones  de  Siria  y  de  Cilicia.» 
A  acelerar  esta  salida  de  Jerusalén  contribuyó  la  visión  que  el  mismo  Pablo  refiere 
más  adelante,  cuando  narra  su  conversión  a  todo  el  pueblo  de  Jerusalén  (22,  17-21). 

M  En  seguida  predicaba  :  el  verdadero  celo  no  conoce  la  inacción.  No  había  de  ser 
menos  ferviente  el  Apóstol  que  el  perseguidor. 

30---  Este  es  el  Hijo  de  Dios...  Este  es  el  Mesías  :  tal  es  la  doble  tesis  fundamental 
del  cristianismo.  Jesús  es  el  Mesías  anunciado  por  los  profetas;  pero  el  investido 
de  la  realeza  mesiánica  no  es  un  puro  hombre  :  es  el  Hijo  de  Dios. 


-283- 


O  23-30 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


9  31-38 


se  fortalecía,  y  confundía  a  los  ju- 
díos que  habitaban  en  Damasco,  de- 
mostrando que  «Este  es  el  Mesías». 

*■  Cuando  hubieron  transcurrido 
bastantes  días,  tramaron  los  judíos 
el  plan  de  matarle  ;  M  mas  llegó  a 
conocimiento  de  Saulo  su  plan  de 
asechanzas.  Y  vigilaban  día  y  no- 
che, las  puertas  de  la  ciudad  espe- 
cialmente, con  el  designio  de  matar- 
le. 25  Mas  tomándole  los  discípulos 
durante  la  noche,  le  descolgaron  mu- 
ro abajo  en  una  espuerta. 


Es   presentado  Saulo  por  Bernabé 
a  los  Apóstoles,  g,  26-30 


x  Y  habiendo  llegado  a  Jerusalén, 
trataba  de  juntarse  a  los  discípulos; 
mas  todos  se  temían  de  él,  no  cre- 
yendo que  fuera  discípulo.  w  Berna- 
bé, tomándole  consigo,  le  llevó  a  los 
Apóstoles,  y  les  declaró  cómo  en  el 
camino  había  "visto  al  Señor,  y  le 
había  hablado,  y  cómo  en  Damasco 
se  había  despachado  bien  en  el  nom- 
bre de  Jesús.  Y  andaba  con  ellos 
en  Jerusalén  entrando  y  saliendo, 
hablando  con  franca  libertad  en  el 
nombre  del  Señor  ;  M  y  hablaba  y 
discutía  con  los  helenistas  ;  mas  ellos 
intentaban  matarle.  30  Pero  enten- 
diéndolo los  hermanos,  le  conduje- 
ron a  Cesárea  y  desde  allí  le  envia- 
ron a  Tarso. 


Pedro  sana  a  Eneas,  g,  31-35 


La  Iglesia,  pues,  gozaba  de  paz 
por  toda  la  Judea  y  Galilea  y  Sama- 
ría, edificándose  y  caminando  en  el 
temor  del  Señor,'  y  con  el  aliento 
que  infundía  el  Espíritu  Santo  se 
iba  multiplicando. 

3S  Y  sucedió  qué  Pedro,  discurrien- 
do por  todas  partes,  bajó  también 
a  los  santos  que  moraban  en  Lida. 
33  Y  halló  allí  a  un  hombre  por  nom- 
bre Eneas;  tendido  en  una  camilla 
desde  hacia  ocho  años,  que  estaba 
paralítico.  "  Y  díjole  Pedro  :  «Jesús 
el  Mesías  te  da  la  salud  :  levántate 
y  componte  la  cama.»  Y  al  punto  se 
puso  en  pie.  35  Y  viéronle  todos  los 
que  moraban  en  Lida  y  en  el  Sarón, 
los  cuales  se  convirtieron  ni  Señor. 


Pedro  resucita  a  Tabita.  g,  36-43 


"  Y  en  Jope  había  una  discípula 
por  nombre  Tabita,  que,  traducido, 
se  dice  Doreas  o  Gacela.  Esta  esta- 
ba llena  de  buenas  obras  y  de  limos- 
nas que  hacía.  37  Y  sucedió  por  aque- 
llos días  que,  habiendo  enfermado, 
se  murió.  Y  después  de  lavada  la 
pusieron  en  la  estancia  superior.  "Y 
como  Lida  estaba  cerca  de  Jope,  los 
discípulos,  en  oyendo  que  Pedro  es- 
taba allí,  despacharon  a  él  dos  hom- 


a3-;a  No  piulicndo  responder  a  los  argumentos  de  Saulo,  los  judíos  apelan  al  cri- 
men. Ésta  sera  en  adelante  la  táctica  de  los  judíos  :  cobarde  confesión  de  su  derro- 
ta doctrinal  y  de  su  obstinación  en  el  errot. 

"  Esta  intervención  de  Bernabé  supone  no  sólo  su  crédito  y  autoridad  con  los 
Apóstoles,  sino  además  su  antigua  amistad  con  Saulo.  Créese  comúnmente  que  ambos 
habían  sido  a  un  mismo  tiempo  discípulos  de  Gamaliel  ;  ni  es  inverosímil  que  ya 
antes  se  hubieran  conocido  en  Tarso.  Ee  todos  modos  es  gloria  de  Bernabé  el  haber 
sido,  entre  los  principales  personajes  de  la  primitiva  Iglesia,  el  primero  que  adivinó 
lo  que  Saulo  prometía. 

a2l.ir>A:  ciudad  situada  en  el  valle  de  Sarón  (v.  35I,  a  unos  15  kilómetros  del 
Mediterráneo  en  el  cruce  de  los  caminos  de  Siria  a  Egipto  (de  N.  a  S.)  y  de  Jeru- 
salén a  Jope  (de  E  a  O.). 

33-31  La  ingenuidad  encantadora  de  este  milagro  es  la  mejor  garantía  de  su  verdad. 

mJopií:  hoy  Jafa,  puerto  del  Mediterráneo  a  unos  18  kilómetros  al  NO.  de  Lida. 
!¡  La  frase  realista  estaba  llena  de  buenas  obras  y  de  limosnas  expresa  maravillosa- 
mente toda  la  bondad  de  «Gacela»,  tipo  de  las  señoras  cristianas  consagradas  a  las 
obras  de  caridad. 

■■"-12  La  narración  de  la  resurrección  de  Tabita,  que  puede  compararse  ventajosa- 
mente con  las  más  bellas  de  los  poemas  homéricos,  es  un  fenómeno  literario  que 
merece  reflexión.  Ni  las  dotes  estéticas  del  autor  ni  menos  el  ambiente  literario  de 
la  época  explican  suficientemente  esta  belleza,  exquisita  a  la  vez  y  candorosa,  tan 
hondamente  humana  y  tan  altamente  divina,  expresión  viviente  de  la  verdad  :  sólo 
la  verdad  y  la  vida  del  cristianismo  naciente  explican  el  fenómeno  literario,  que,  por 
lo  mismo,  se  convierte  en  argumento  apologético.  Sólo  al  amanecer  el  día  brilla  la 


—  384  — 


9  39-10  6 


HECHOS  DK  LOS  APÓSTOLES 


10  7-18 


bres,  suplicándole  :  «No  tardes  en 
llegarte  a  nosotros.»  39  Levantándose 
Pedro,  se  fué  con  ellos  ;  al  cual,  así 
que  llegó,  le  subieron  a  la  estancia 
superior,  y  se  le  presentaron  todas 
las  viudas"  llorando  y  mostrando  sus 
túnicas  y  mantos,  que,  mientras  es- 
taba con  ellas,  les  labraba  Dorcas. 
"'  Pedro,  habiendo  hecho  salir  a  to- 
dos e  hincando  las  rodillas,  hizo  ora- 
ción y,  vuelto  hacia  el  cadáver,  di- 
jo :  «Tabita,  levántate.»  Ella  abrió 
sus  ojos,  y  viendo  a  redro,  se  incor- 
poró. u  Y  dándole  la  mano,  la  le- 
vantó. Y  llamando  a  los  santos  y  a 
las  viudas,  se  la  presentó  viva.  ta  Y 
se  hizo  público  por  toda  Jope,  y  cre- 
yeron muchos  en  el  Señor.  •  Tras 
esto  permaneció  bastantes  días  en 
jope,  en  casa  de  cierto  Simón  cur- 
tidor. 


Cornelio  el  centurión  y  sus  buenas 
obras,  io,  i-S 

i  rv  1  Cierto  varón  en  Cesárea,  por 
nombre  Cornelio,  centurión  de 
La  cohorte  llamada  Itálica,  2  religioso 
y  temeroso  de  Dios  con  toda  su  casa, 
que  hacía  copiosas  limosnas  al  pue- 
blo y  oraba  a  Dios  continuamente, 
3  vió  en  visión  claramente,  como  ha- 
cia la  hora  nona  del  día,  un  ángel  de 
Dios  que  entró  a  él  y  le  dijo  :  «Cor- 
nelio.» 4  El,  mirándole  fijamente  y 
amedrentado,  dijo  :  «¿Qué  hay,  Se- 
ñor ?»  Díjole  :  «Tus  oraciones  y  tus 
limosnas  subieron  como  memorial 
en  el  acatamiento  de  Dios.  6  Y  aho- 
ra despacha  hombres  a  Jope  y  haz 
venir  a  un  tal  Simón  que  se  apellida 
Pedro.  '  Este  se  hospeda  en  casa  de 


un  tal  Simón,  curtidor,  que  tiene  su 
casa  a  la  orilla  del  mar.»  7  Así  que 
se  partió  el  ángel  que  le  hablaba, 
llamando  a  dos  de  sus  criados  y  a 
un  soldado  piadoso  de  los  que  esta- 
ban constantemente  a  sus  órdenes, 
8  y  habiéndoselo  referido  todo,  los 
despachó  a  Jope. 


Extraña  visión  de  Pedro,   io,  9-23 


'  Al  día  siguiente,  mientras  ellos 
iban  su  camino,  y  cuando  se  acer- 
caban ya  a  la  ciudad,  subió  Pedro  a 
la  azotea  para  orar  hacia  la  hora 
sexta.  Le  entró  hambre,  y  quería 
tomar  algo  ;  mas,  mientras  se  lo 
preparaban,  le  sobrevino  un  éxtasis. 
"  Y  contempla  el  cielo  abierto  y  una 
especie  de  recipiente  que  bajaba,  a 
manera  de  un  lienzo  grande,  y,  co- 
gido por  los  cuatro  cabos,  se  descol- 
gaba hacia  la  tierra  ;  12  en  el  cual 
había  toda  suerte  de  cuadrúpedos, 
reptiles  de  la  tierra  y  volátiles  del 
cielo.  13  Y  sonó  una  voz  a  él  :  «Le- 
vántate, Pedro  ;  sacrifica  y  come.» 
"  Mas  Pedro  dijo  :  «De  ninguna  ma- 
nera, Señor,  pues  jamás  comí  cosa 
profana  e  impura.»  15  Y  una  voz  des- 
de el  cielo  por  segunda  vez  a  él  : 
«Lo  que  Dios  purificó,  tú  no  lo  ha- 
gas profano.»  16  Esto  se  verificó  has- 
ta tres  veces,  y  luego  el  recipiente 
fué  elevado  hacia  el  cielo. 

"  Y  mientras  Pedro  andaba  pen- 
sando, sin  acertar  qué  podría  signi- 
ficar la  visión  que  vió,  de  pronto  los 
hombres  enviados  por  Cornelio,  tras 
de  haber  andado  preguntando  por  la 
casa  de  Simón,  se  presentaron  a  la 
puerta  ;  IS  y  habiendo  llamado  a  vo- 


-|  (\  'Es  interesante  que  el  primer  gentil  solemnemente  admitido  en  la  Iglesia  fué 
-L"     un  soldado.  (Cfr.  Los  soldados,  primicias  de  ta  gentilidad  cristiana.) 

"  Haz  venir  a  Pfdro  :  bien  pudiera  el  ángel  instruir  por  sí  mismo  a  Cornelio  ; 
pero  le  remite  a  Pedro,  para  mostrar  que  el  Evangelio  no  había  de  comunicarse 
a  los  hombres  por  la  acción  directa  de  Dios,  sino  por  medio  de  sus  Enviados,  los 
.Apóstoles,  y  luego  por  sus  sucesores  o  representantes,  es  decir,  por  el  magisterio 
auténtico  de  la  Iglesia. 

1M6 1^  significación  de  esta  exhibición  simbólica  resulta  transparente  por  lo  que 
antecede  y  por  lo  que  se  sigue.  Quiere  Dios  enseñar  a  Pedro,  y  en  él  a  todos,  que 
desde  este  momento  queda  descalificada  la  aprensión  judaica  de  mirar  como  impuros 
a  los  gentiles.  La  sentencia  divina  Lo  que  Dios  purificó,  tú  no  lo  Hagas  profano, 
más  literalmente  suena  :  «...  tú  no  lo  profanes»,  es  decir,  no  lo  mires  y  trates  como 
profano,  o,  mejor,  no  lo  contamines  con  tus  falsas  aprensiones  como  con  manos 
inmundas. 

¡Contraste  palpitante  entre  el  embebecimiento  indeciso  de  Pedro  y  la  actitud 
resuelta  de  los  mensajeros  de  Cornelio  y  la  decisión  tajante  del  Espíritu  Santo! 
Otro  fenómeno  literario  de  grandioso  dramatismo,  que  es  al  mismo  tiempo  de  enorme 
valor  apologético. 


1C  19-27 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


10  28-36 


ees,  preguntaban  si  Simón  el  ape- 
llidado Pedro  se  hos<pedaba  allí.  ™  Y 
estando  Pedro  embebido  en  el  .pen- 
samiento de  la  visión,  díjole  el  Es- 
píritu :  «Ahí  están  tres  hombres  que 
te  buscan  ;  -"  pero...  levántate,  baja 
y  marcha  con  ellos,  dejando  toda 
vacilación,  pues  yo  los  he  enviado.» 
"  Bajando  Pedro  a  los  hombres,  di- 
jo :  «Ahí  me  tenéis,  yo  soy  el  que 
buscáis.  ¿Cuál  es  la  causa  por  que 
habéis  venido?»  22  Ellos  dijeron  : 
«Cornelio  centurión,  varón  justo  3 
que  teme  a  Dios,  acreditado  además 
por  él  testimonio  de  toda  la  nación 
de  los  judíos,  recibió  aviso  de  Dios, 
comunicado  por  un  ángel  santo,  de 
que  te  hiciese  venir  a  su  casa  y  es- 
cuchase lo  que  tú  le  dijeses.»  a  In- 
vitándoles, pues,  a  entrar,  los  hos- 
pedó. 


Pedro  va  a  Cornelio.  10,  23-33 


Al  día  siguiente,  levantándose,  par- 
tió con  ellos,  y  algunos  de  los  her- 
manos de  Jope  fueron  con  él.  24  Y  al 
siguiente  día  entró  en  Cesárea.  Cor- 
nelio estaba  aguardándoles,  habien- 
do convocado  a  sus  parientes  y  a  los 
amigos  íntimos.  20  Y  en  el  momento 
en  que  entraba  Pedro,  saliendo  a  su 
encuentro  Cornelio,  cayendo  a  sus 
pies  le  adoró.  26  Mas  Pedro  le  levan- 
tó, diciendo  :  «Levántate  ;  también 
yo  mismo  soy  hombre.»  21  Y  conver- 
sando con  él,  entró,  y  se  encuentra 
con  los  que  habían  concurrido,  que 


eran  muchos  ;  28  y  les  dijo  :  «Vos- 
otros sabéis  cómo  es  abominación  pa- 
ra un  hombre  judío  juntarse  o  acer- 
carse a  un  extranjero ;  pero  a  mí  me 
enseñó  Dios  a  no  llamar  profano  o 
impuro  a  ningún  hombre.  29  Por  lo 
cual  sin  replicar  palabra  vine  al  ser 
llamado.  Pregunto,  pues,  ¿  por  qué 
motivo  me  mandasteis  llamar  ?»  *"  Y 
Cornelio  dijo  :  «Hace  cuatro  días  aho- 
ra estaba  yo  a  la  hora  nona  haciendo 
oración  en  mi  casa,  cuando  de  pron- 
to se  presentó  delante  de  mí  un  va- 
rón con  vestidura  refulgente  ;  n  y 
dice  :  Cornelio,  fué  escuchada  tu  ora- 
ción, y  tus  limosnas  fueron  recor- 
dadas en  el  acatamiento  de  Dios. 
32  Manda,  pues,  recado  a  Jope  y  haz 
llamar  a  Simón,  que  se  apellida  Pe- 
dro. Este  se  hospeda  en  casa  de  Si- 
món curtidor,  a  la  orilla  del  mar. 
83  Al  ipunto,  pues,  te  mandé  recado, 
y  tú  hiciste  bien  en  venir  acá.  Así 
"que  ahora  todos  nosotros,  en  la  pre- 
sencia de  Dios,  estamos  aquí  dis- 
puestos a  escuchar  todo  lo  que  te  ha 
sido  ordenado  por  el  Señor.» 


Discurso  de  Pedro.  10,  34-43 


*  Y  desplegando  Pedro  sus  labios, 
dijo  : 

«A  la  verdad  entiendo  ahora  que 
no  es  Dios  aceptador  de  personas, 
35  sino  que  en  toda  nación  el  que  le 
teme  y  obra  justicia  le  es  acepto. 
30  La  palabra  que  envió  a  los  hijos 
de  Israel,  anunciando  la  buena  nue- 


28  Esta  simpática  humildad  de  Pedro,  ademas  de  su  valor  moral,  es  de  grande 
alcance  apologético.  Mientras  que  Simón  Mago,  en  su  estúpida  soberbia,  iba  «diciendo 
de  sí  ser  alguien  grande»,  la  «gran  Potencia  de  Dios»  (8,  9-10),  Simón  Pedro  se  reco- 
noce humildemente  hombre  mortal  y  rechaza  el  honor  que  espontáneamente  se  le 
hace.  Este  desinterés  de  la  gloria  mundana,  como  también  de  los  bienes  terrenos 
(8,  20),  da  una  fuerza  incontrastable  al  testimonio  de  los  Apóstoles,  que  es  testimonio 
de  la  verdad. 

28  Pedro  ha  entendido  la  lección  de  Dios,  y  está  resuelto  a  obrar  conforme  a  ella. 
El  judío  ha  superado  sus  preocupaciones  judaicas. 

30-33  Estas  repeticiones  dan  un  sabor  primitivo  y  popular  a  toda  la  narración. 

33  Preparado  con  la  convicción  producida  por  los  motivos  de  credibilidad,  está  dis- 
puesto Cornelio  al  acto  definitivo  de  la  fe. 

í6-«s  La  versión  reproduce  exactamente,  en  lo  posible,  el  original  griego,  conser- 
vando su  estructura  irregular.  Por  lo  demás,  el  pensamiento  es  suficientemente  claro. 
V  es  claro  también  que  este  discurso  no  es  una  ficción  literaria  de  San  Lucas,  que 
algo  más  correctamente  escribía  por  su  cuenta,  sino  una  reproducción  exacta  del 
resumen  oral  que  del  discurso  le  hizo  alguno  de  los  que  lo  habían  oído. 

3C-'a  En  este  breve  compendio  del  discurso  de  San  Pedro  se  traslucen  tres  ele- 
mentos, que,  aunque  mezclados,  no  se  confunden  :  a)  histórico:  un  resumen  del 
Evangelio  de  San  Marcos;  b)  doctrinal:  fragmentos  dispersos  del  Símbolo  de  los 
Apóstoles:  Dios;  Jcsu-Cristo,  Señor,  crucificado,  muerto,  resucitado  de  entre  los  muer- 
tos; el  Espíritu  Santo,  la  remisión  de  los  pecados;  c)  apologético:  el  testimonio  apos- 
tólico de  la  mesianidad  de  Cristo,  confirmado  por  el  milagro  y  la  profecía. 


—  286  — 


10  37-48 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


11  1-13 


va  de  la  paz  por  medio  de  Jesu-Cns- 
to — éste  es  el  Señor  universal — ...  ; 
"  vosotros  conocéis  la  palabra  espar- 
cida por  toda  la  Judea,  comenzando 
por  la  Galilea,  después  del  bautis- 
mo que  Juan  predicó  :  38  a  Jesús  el 
de  Nazaret  cómo  le  ungió  Dios  con 
Espíritu  Santo  y  poder  ;  el  cual  dis- 
currió por  todas  partes  derramando 
bienes  y  sanando  a  todos  los  tirani- 
zados por  el  diablo,  puesto  que  Dios 
estaba  con  El.  39  Y  nosotros  somos 
testigos  de  todo  cuanto  obró  tanto 
en  el  país  de  los  judíos  como  en  Je- 
rusalén  ;  a  quien  llegaron  a  matar, 
colgándole  de  un  madero.  40  A  éste 
Dios  resucitó  al  tercer  día,  e  hizo  la 
gracia  de  que  se  manifestase  visible- 
mente, 41  no  a  todo  el  pueblo,  sino 
a  los  testigos  de  antemano  elegidos 
por  Dios,  a  nosotros,  que  con  El  co- 
mimos v  bebimos  después  de  haber 
El  resucitado  de  entre  los  muertos  ; 
4-  y  nos  ordenó  predicar  al  pueblo  v 
testificar  que  El  es  el  constituido 
por  Dios  juez  de  vivos  y  muertos. 
"  \  éste  rinden  testimonio  todos  los 
profetas,  anunciando  que  por  su  nom- 
bre recibe  remisión  de  los  pecados 
todo  el  que  cree  en  El.» 

Ordena  Pedro  el  bautismo  de 
Cometió,  io,  44-48 

**  Estando  aún  Pedro  hablando  es- 
tas palabras,  cayó  el  Espíritu  Santo 
sobre  todos  los  que  oían  la  palabra. 
45  Y  se  asombraron  los  fieles  de  la 
circuncisión,  cuantos  habían  venido 
con  Pedro,  de  que  aun  sobre  los  gen- 
tiles hubiera  sido  derramado  el  don 
del  Espíritu  Santo ; 46  porque  les  oían 
hablar  en  lenguas  y  engrandecer  a 
Dios.  Entonces  intervino  Pedro,  di- 
ciendo :  ™  «¿Tiene  acaso  alguno  de- 
recho de  impedir  el  acceso  al  agua 
para  que  no  sean  bautizados  éstos, 
que  recibieron  el  Espíritu  Santo  lo 
mismo  que  nosotros  ?»  48  Y  dió  orden 


que  fueran  bautizados  en  el  nombre 
de  Jesu-Cristo.  Entonces  le  rogaron 
que  se  quedase  allí  algunos  días. 


Da  Pedro  razón  de  haber  bautizado 
a  gentiles.  11,  1-18 

Tj  "i  1  Oyeron  los  Apóstoles  y  los 
hermanos  que  estaban  por  la 
Judea  que  también  los  gentiles  ha- 
bían recibido  la  palabra  de  Dios.  2  Y 
cuando  subió  Pedro  a  Jerusalén,  dis- 
cutían con  él  los  de  la  circuncisión, 
3  diciendo  que  había  entrado  en  casa 
de  hombres  incircuncisos  y  comido 
con  ellos.  4  Mas*  Pedro  comenzó  a 
exjponer  la  cosa  por  su  orden,  di- 
ciendo : 

6  «Yo  estaba  en  la  ciudad  de  Jope 
orando,  y  vi  en  éxtasis  una  visión  : 
que  bajaba  una  especie  de  recipien- 
te, a  manera  de  lienzo  grande,  que, 
cogido  por  los  cuatro  cabos,  se  des- 
colgaba desde  el  cielo,  y  llegó  hasta 
mí.  6  Fijos  en  él  los  ojos,  estaba  ob- 
servando, y  vi  los  cuadrúpedos  de 
la  tierra,  y  las  fieras,  y  los  reptiles, 
y  los  volátiles  del  cielo.  1  Y  oí,  ade- 
más, una  i\  oz  que  me  decía  :  Leván- 
tate, Pedro  ;  sacrifica  y  come.  8  Y  di- 
je :  De  ninguna  manera,  Señor,  por- 
que cosa  profana  o  impura  jamás  en- 
tró en  mi  boca.  0  Mas  respondió  la 
voz  por  segunda  vez  desde  el  cielo  : 
Lo  que  Dios  purificó,  tú  no  lo  hagas 
profano.  10  Y  esto  se  repitió  por  tres 
veces  ;  y  fué  arrebatado  de  nuevo 
todo  hacia  el  cielo.  11  Y  he  aquí  que 
en  el  mismo  instante  tres  hombres 
se  presentaron  en  la  casa  que  yo  es- 
taba, enviados  a  mí  desde  Cesárea. 
12  Y  díjome  el  Espíritu  que  fuese  vo 
:on  ellos,  dejada  toda  vacilación.  Vi- 
nieron también  conmigo  estos  seis 
hermanos,  y  entramos  en  la  casa  del 
hombre.  "  Y  nos  refirió  cómo  había 
visto  en  su  casa  al  ángel,  que,  estan- 
do de  pie;  le  decía  :  Manda  recado 
a  Jope  y  haz  venir  a  Simón  que  se 


4*-'s  Interviene  el  Espíritu  Santo,  los  judíos  se  asombran,  Pedro  toma  una  resolu- 
ción decisiva,  y  los  gentiles  son  admitidos  definitivamente  en  la  Iglesia  de  Cristo. 

ni-10  pue  necesaria  toda  la  autoridad,  y  toda  la  razón,  y  toda  la  prudencia  de  Pedro 
para  calmar  el  enorme  revuelo  producido  en  algunos  de  la  circuncisión  por  la 
admisión  de  los  gentiles  en  la  Iglesia.  Sólo  con  las  razones  apodícticas  de  Pedro  se 
quietaron  Y  glorificaron  A  Dios,  si  bien  más  asombrados  que  convencidos.  Gran 
parte  de  Israel,  más  que  un  medio,  es  un  obstáculo  a  la  libre  difusión  del  Evangelio. 
Pablo  será  la  víctima. 


-287- 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


11  20-28 


apellida  Pedro,  11  el  cual  te  hablará 
palabras  con  las  cuales  serás  salvo 
tú  y  toda  tu  casa.  "  Y  al  comenzar 
yo  a  hablar  cayó  sobre  ellos  el  Es- 
píritu Santo,  lo  mismo  que  sobre 
nosotros  en  el  principio.  18  Y  recor- 
dé el  dicho  del  Señor,  de  cuando  de- 
cía :  Juan  bautizó  en  agua,  mas  vos- 
otros seréis  bautizados  en  Espíritu 
Santo.  "  Si,  pues,  el  mismo  don  otor- 
gó Dios  a  ellos  que  a  nosotros,  por 
haber  creído  en  el  Señor  Jesu-Cris- 
to,  ¿  yo  quién  era  para  poner  vetos 
a  Dios  ?» 

18  En  oyendo  esto,  se  quietaron,  y 
glorificaron  a  Dios  diciendo:  «¡Con- 
que también  a  los  gentiles  otorgó 
Dios  la  penitencia  para  alcanzar  la 
vida  !» 


Origen  de  la  Iglesia  de  Antioquía. 
ii,  19-30 

10  Aquellos,  pues,  que  habían  sido 
dispersados  por  la  tribulación  acae- 
cida con  motivo  de  Esteban  pasaron 
hasta  Fenicia,  Chipre  y  Antioquía, 
no  hablando  a  nadie  la  palabra  sino 


a  los  judíos.  M  Eran  algunos  de  en- 
tre ellos  ciprios  y  cirenenses,  los 
cuales,  venidos  a  Antioquía,  habla- 
ban también  a  los  griegos,  anuncian- 
do al  Señor  Jesús.  21  Y  andaba  con 
ellos  la  mano  del  Señor,  y  crecido 
número,  que  recibió  la  fe,  se  convir- 
tió al  Señor.  ~  Llegó  a  los  oídos  de 
la  Iglesia  establecida  en  Jerusalén  la 
noticia  tocante  a  ellos,  y  enviaron  a 
Bernabé  con  destino  a  Antioquía  ; 
23  el  cual,  como  llegó  y  vió  la  grada 
de  Dios,  se  gozó,  y  animaba  a  todos 
a  perseverar  en  ei_  propósito  del  co- 
razón fieles  al  Señor  ;  ™  porque  era 
hombre  de  bien  y  lleno  del  Espíritu 
Santo  y  de  fe.  Y  se  agregó  crecida 
muchedumbre  al  Señor. 

35  Y  salió  para  Tarso  con  el  objeto 
de  buscar  a  Saulo  ;  28  y  habiéndole 
hallado,  le  condujo  a  Antioquía.  Y 
fué  así  que  durante  un  año  entero 
estuvieron  ellos  juntos  en  la  Iglesia 
y  enseñaron  a  notable  muchedum- 
bre, y  en  Antioquía  por  vez  prime- 
ra fueron  los  discípulos  denomina- 
dos cristianos. 

21  Por  estos  mismos  días  bajaron  de 
Terusalén  algunos  profetas  a  Antio- 
quía. 28  Y  levantándose  uno  de  ellos, 
por  nombre  Agabo,  movido  por  el  Es- 


MJcrusalén  iba  a  dejar  de  ser  el  centro  de  la  propagación  del  Evangelio  para 
ceder  su  puesto  a  Antioquía,  y  luego  a  Roma.  La  causa  de  este  desplazamiento  fué 
la  actitud  irreductible  de  gran  parte  de  los  judíos  :  la  de  los_  judíos  incrédulos,  que, 
al  perseguir  a  la  Iglesia,  dispersaron  los  predicadores  evangélicos,  que  llegaron  a 
Antioquía  ;  la  de  los  judíos  creyentes,  que  no  se  decidían  a  entrar  en  contacto  co» 
la  gentilidad.  Los  odres  viejos  no  sufrían  el  vino  nuevo. 

-1  A  pesar  de  que  los  primeros  predicadores  evangélicos  de  Antioquía  eran  unos 
espontáneos  indocumentados,  fué  notable  el  efecto  de  su  palabra,   porque  andaba 

CON  ELLOS  LA  MANO  DEL  SEÑOR. 

22  Para  normalizar  y  legalizar  la  situación  de  Antioquía  mandan  los  Apóstoles 
un  hombre  de  su  confianza  :  liernabé,  que  viene  a  ser,  si  no  precisamente  el  funda- 
dor, sí  el  primer  apóstol  y  jefe  de  la  Iglesia  antioquena.  Esta  misión  delicada, 
confiada  por  los  Apóstoles,  es  reveladora  para  apreciar  la  historia  anterior  y  pos 
terior  de  Bernabé.  Un  caso  concreto,  i  Por  qué  Bernabé,  con  ser  helenista,  no  fue 
elegido  como  uno  de  les  siete  primeros  diáconos?  La  razón  parece  ser  que  ya  enton- 
ces Bernabé  ocupaba  en  la  Iglesia  de  Jerusalén  una  posición  y  ejercía  un  minis- 
terio superior  a  la  posición  y  al  ministerio  de  los  diáconos. 

23-24  Bernabé,  como  «Hijo  de  la  consolación»,  como  «hombre  de  palabra  dulce  t 
insinuante»,  animaba  a  todos.  El  secreto  del  poder  de  su  palabra  estaba  en  que  era 
hombre  de  bien  y  lleno  del  Espíritu  Santo  Y  de  fe,  en  lo  cual  está  incluido  el  ca- 
risma  de  la  profecía  y  de  la  doctrina,  que  más  adelante  se  le  atribuye  explícita- 

*  Bernabé,  que  había  presentado  y  recomendado  a  Saulo  a  los  Apóstoles,  ahora  le 
introduce  definitivamente  en  la  carrera  del  apostolado. 

28  Probablemente  fué  el  pueblo  gentil  de  Antioquía  el  que  comenzó  a  designai 
con  el  apelativo  de  cristianos  a  los  discípulos  de  Cristo. 

2,1  La  profecía  de  Agabo  y  la  muerte  de  Herodes  Agripa  I,  que  poco  después  se 
narra,  sirven  de  puntos  de  referencia  para  la  cronología  de  esta  parte  de  los  Hechos. 
La  profecía  de  Agabo  precedió  al  imperio  de  Claudio,  que  comenzó  el  25  de  enero 
del  año  41,  y  la  muerte  de  Agripa  acaeció  el  6  de  agosto  del  44.  Entre  estas  dos 
fechas  hay  que  colocar,  el  martirio  de  Santiago  el  Mayor,  probablemente  antes  de 
la  Pascua  del  42,  y  la  prisión  v  liberación  de  Pedro.  Con  ésta  anda  enlazada  cro- 
nológicamente la' misión  de  Bernabé  y  de  Saulo  a  Jerusalén  y  su  vuelta  a  Antioquía. 
En  este  viaje  de  Saido  a  Jerusalén  parece  hay  que  colocar  su  extraordinaria  visión. 


—  288  - 


11  29-12  4 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


12  5  10 


píritu  Santo,  significó  que  una  gran- 
de hambre  vendría  sobre  toda  la  tie- 
rra, que  en  efecto  sobrevino  en  el 
imperio  de  Claudio.  ■  lx>s  discípu- 
los, a  la  medida  de  los  propios  re- 
cursos, determinaron,  cada  uno  de 
su  parte,  enviar  un  subsidio  a  los 
hermanos  que  moraban  en  la  Jadea, 
"  lo  cual  efectuaron,  enviándolo  a 
los  presbíteros  por  mano  de  Berna- 
bé v  de  Sanio 


Muerte  de  Santiago  y  prisión 
de  Pedro.  12.  1-10 

i  o  1  Por  aquel  mismo  tiempo,  He- 
rodes  el  rey  puso  manos  en  el 
provecto  de  vejar  a  algunos  miem- 
bros de  la  Iglesia.  ;  Quitó  la  vida  con 
la  espada  a  Santiago  el  hermano  de 
Juan.  3  Y  entendiendo  ser  grato  a 
los  judíos,  siguió  adelante,  prendien- 
do también  a  Pedro. — Eran  los  días 
de  los  ázimos. —  *  Al  cua'l,  habiendo 
detenido,  le  puso  en  la  cárcel,  en- 
tregándole para  su  custodia  a  cuatro 
piquetes  de  a  cuatro  soldados,  con 


el  propósito  de  presentarle  ante  e! 
pueblo  una  vez  pasada  la  Pascua. 
'  Pedro,  pues,  era  custodiado  en  la 
cárcel  ;  mas  por  él  se  hacía  instan- 
temente oración  a  Dios  por  la  Igle- 
sia. 6  Pero  cuando  iba  Herodes  a  pre- 
sentarle, aquella  noche  estaba  Pedro 
durmiendo  entre  dos  soldados,  ata- 
do con  dos  cadenas  ;  y  había  guar- 
das delante  de  la  puerta  que  custo- 
diaban la  cárcel.  7  De  pronto  se  pre- 
sentó un  ántrel  del  Señor,  y  una  luz 
fulgurante  llenó  la  estancia  ;  y  dan- 
do un  golpe  a  Pedro  en  el  costa- 
do, le  despertó,  diciendo  :  «Levánta- 
te aprisa.»  Y  cayeron  de  sus  manos 
las  cadenas.  8  Díjole  el  ángel  :  «Cí- 
ñete, y  cálzate  las  sandalias.»  Y  asi 
lo  hizo.  Y  le  dice  :  «Envuélvete  tu 
manto,  y  sigúeme.»  *Y  saliendo  le 
seguía.  Y  no  sabía  que  era  una  rea- 
lidad la  intervención  del  ángel,  mas 
se  figuraba  ver  una  visión.  10  Y  ha- 
biendo atravesado  la  primera  guar- 
dia y  la  segunda,  llegaron  a  la  puer- 
ta de  hierro  que  llevaba  a  la  ciu- 
dad, la  cual  automáticamente  se  les 
abrió  ;  y  una  vez  salidos,  anduvie- 
ron adelante  una  calle,  y  luego  al 
punto  se  ausentó  de  él  el  ángel. 


en  que  «fué  arrebatado  hasta  el  tercer  ciclo»  (2  Cor.  12,  2\  que  el  Apóstol  hacia 
el  año  56  ó  57,  en  que  escribió  su  segunda  cana  a  los  Corintios,  dice  haberle  acaecido 
«catorce  años  antes,  libíd.i  ;  lo  cual  nos  lleva  al  año  42  ó  43.  En  cuanto  a  los 
hechos  anteriores  a  estas  fechas,  el  «año  entero»  que  Saulo  y  Bernabé  trabajaron 
«juntos  en  la  Iglesia»  de  Antioquia  parece  termina  con  su  misión  a  Jerusalén,  más 
bien  que  con  la  llegada  de  Agabo  a  Antioquia.  En  ambas  hipótesis,  como  no  puede 
precisarse  la  fecha  de  la  misión  ni  tampoco  la  llegada  de  Agabo  a  Antioquia,  queda 
algo  indecisa  la  fecha  de  la  ida  de  Saulo  a  esta  ciudad,  que  debió  de  ser  el 
año  39  o  el  40.  Y  en  el  supuesto  probable  que  la  conversión  de  Saulo  ocurrió  hacia 
el  año  32  (o  33),  su  retiro  en  Tarso,  que  fué  tres  años  más  tarde  (el  35  ó  36),  duraría 
unos  cuatro  (o  cinco»  años,  tiempo  precioso  de  preparación  espiritual  para  su  grande 
apostolado. 

-1  O    1  HERODES  EL  rev  :  Herodes  Agripa  I,  hijo  de  Aristóbulo  y  nieto  de  Herodes  el 
Grande,  recibió  de  Calígula,  su  amigo,  el  titulo  de  rey,  a  diferencia  de  su  tío 
Herodes  Antipas,  que  sólo  obtuvo  el  titulo  de  tetrarca.  Fueron  hijos  de  Agripa  I 
Agripa  II,  Berenice  y  Prusila,  de  quienes  se  habla  más  adelante. 
-'  Con  la  espada  :  con  el  suplicio  de  la  decapitación. 

*  Extendiendo  ser  grato  a  los  judíos  :  política  detestable,  tantas  veces  repetida 
en  la  Historia. 

*  A  cuatro  i'ioftrts  de  A  cuatro  soldados  :  más  literalmente  «a  cuatro  cuaternas 
de  soldados». 

5  Primer  ejemplo  de  la  oración  de  la  Iglesia  Pro  Pontífice. 

Es  sumamente  pintoresca  esta  escena,  en  que  el  ángel  va  dando  una  tras 
otra  sus  órdenes,  que  Pedro,  medio  dormido  aún,  va  cumpliendo  maquinalmeme. 
Puesta  la  narración  en  primera  persona,  reproduce  a  la  letra  las  palabras  mismas 
con  que  la  oiría  San  Lucas  de  labios  de  San  Pedro. 

*  Muestra  San  Pedro  la  misma  disposición  de  ánimo  que  aparece  en  los  Evan- 
gelios :  más  inclinado  a  tomar  por  fantasías  las  realidades  sobrenaturales  que  a 
tomar  por  realidades  las  fantasías.  Fenómeno  psicológico  que  debían  haber  tomado 
en  cuenta  los  que  pretenden  explicar  los  milagros  como  simples  objetivaciones  o 
proyecciones  exteriores  de  la  fantasía  de  los  Apóstoles.  La  fantasía  de  Pedro  actúa 
en  sentido  diametralmente  opuesto  a  esas  hipótesis  fantásticas. 

10  Todo  el  pasaje  es  de  un  subidísimo  realismo  y  de  una  verdad  psicológica,  con 
sus  ribetes  cómicos,  deliciosísimos,  que  excluyen  toda  ficción  literaria.  Otra  vez,  la 
belleza  literaria  es  garantía  de  verdad  histórica. 

—  2S9  — 


N.  T  10 


12  "-18 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


12  19"25 


Pedro  marcha  «a  otro  lugar*. 
12,  n-19 

11  Y  Pedro,  vuelto  en  sí,  dijo  :  «A Ho- 
ra sé  realmente  que  el  Señor  envió 
su  ángel  y  me  sacó  de  las  manos  de 
Herodes  y  de  toda  la  expectación  del 
pueblo  de  los  judíos.»  12  Y  después 
de  reflexionar,  se  dirigió  a  la  casa 
<le  María  la  madre  de  Juan,  apellida- 
do Marcos,  donde  se  hallaban  no  po- 
cos reunidos  y  orando.  13  Y  habiendo 
golpeado  a  la  puerta  de  la  entrada, 
se  acercó  para  escuchar  una  mucha- 
cha por  nombre  Rodé  ;  "  y  recono- 
ciendo la  voz  de  Pedro,  de  "pura  ale- 
gría, se  olvidó  de  abrir  la  puerta,  v 
echando  a  correr  hacia  dentro,  dio 
la  noticia  de  que  Pedro  estaba  a  la 
puerta.  15  Ellos  le  dijeron  :  «Estás 
loca.»  Mas  ella  persistía  en  afirmar 
que  así  era.  Ellos  decían  :  «Será  su 
ángel.»  10  Y  Pedro  seguía  golpean- 
do. Y  habiendo  abierto,  le  vieron,  y 
quedaron  fuera  de  sí.  17  Mas  él,  ha- 
ciéndoles señas  con  la  mano  que  ca- 
llasen, les  enteró  de  cómo  el  Señor 
le  había  sacado  de  la  cárcel  ;  y  di- 
jo :  «Dad  noticia  de  esto  a  Santia- 
go y  a  los  hermanos.»  Y  partiéndose 
de  allí  se  fué  a  otro  lugar: 

En  cuanto  se  hizo  de  día,  ha- 
bía no  pequeño  alboroto  entre  los 


soldados  sobre  qué  se  había  hecho 
de  Pedro.  19  Mas  Herodes,  habiéndo- 
le hecho  buscar,  como  no  le  halló, 
instruido  proceso,  mandó  fuesen  eje- 
cutados los  guardias.  V  bajando  de 
la  Judea  a  Cesárea,  se  detuvo  allí. 


Es  Herodes  herido  [>or  mi  ángel. 
12,  20-25 

"  Tenía  por  entonces  violentas  con- 
tiendas con  los  tirios  y  sidonios ;  los 
cuales  de  común  acuerdo  se  presen- 
taron a  él,  y  habiendo  logrado  ga- 
narse a  Blasto,  el  maestre  de  cáma- 
ra del  rey,  solicitaban  la  paz,  a  cau- 
sa de  que  su  país  era  abastecido  por 
el  del  rey.  a  Y  en  el  día  señalado, 
Herodes,  revestido  de  regia  vestidu- 
ra, tomando  asiento  en  la  tribuna, 
les  dirigía  una  arenga.  a  Y  el  pue- 
blo aclamaba  :  «i  Voz  de  un  dios  y 
no  de  un  hombre  !»  23  Luego  al  pun- 
to le  hirió  un  ángel  del  Señor,  por 
cuanto  no  había  dado  gloria  a  Dios, 
y,  roído  de  los  gusanos,  expiró. 

24  Y  la  palabra  de  Dios  iba  en  au- 
mento y  se  multiplicaba. 

25  Bernabé  y  Saulo  volvieron  de  Je- 
rusalén,  una  ve/  cumplido  su  minis- 
terio, tomando  consigo  a  Juan  ape- 
llidado Marcos. 


17  Se  fué  a  otro  lugar  :  a  Roma.  Como  siempre,  la  persecución  ha  sido  fecunda 
en  bienes.  Gracias  a  la  intentona  de  Agripa,  Pedro,  el  año  42,  inaugura  su  Cátedra 
en  Roma  :  veinticinco  años  de  pontificado  romano,  coronados  con  el  martirio  el 
año  67. 

19  A  Cesárea  :  alguien  ha  supuesto  que  el  «otro  lugar»  adonde  se  dirigió  Pedro  desde 
Jerusalén  fué  Cesárea.  Aunque  así  hubiera  sido,  pronto  habría  tenido  que  buscar 
«otro  lugar»  diferente  fuera  de  los  dominios  de  Agripa,  que  entonces  dominaba  en 
toda  la  Palestina.  Ni  pudo  tampoco  este  «otro  lugar»  ser  Antioquía,  adonde  vuelve 
la  narración  de  los  Hechos,  que  no  mencionan  a  Pedro  entre  los  principales  perso- 
najes de  aquella   Iglesia   (13,  1). 

20  El  motivo  de  las  contiendas  de  Agripa  con  los  fenicios  parece  insinuarse  en 
el  que  éstos  tuvieron  para  solicitar  una  avenencia  con  el  rey,  es  a  saber,  qüe  stj 
país  era  abastecido  por  el  del  rey.  Habría  puesto  Agripa  restricciones  a  la  exportación 
del  trigo  de  Palestina  a  Fenicia,  probablemente  como  represalias  contra  semejantes 
restricciones  impuestas  por  los  fenicios,  naturalmente  comerciantes,  contra  Palestina. 
iLos  intereses  comerciales  origen  de  las  contiendas  y  de  las  guerras  más  sangrientas! 

a  Así  acaban  los  perseguidores  de  la  Iglesia. 

26  Esta  mención  de  la  vuelta  de  Bernabé  y  Saulo  en  este  punto  no  significa  nece- 
sariajnente,  dentro  del  sistema  habitual  de  San  Lucas,  que  fuese  posterior  a  la 
muerte  de  Herodes  :  es  más  bien  una  hábil  transición,  para  llevarnos  de  nuevo  a 
Antioquía.  ||  Juan  apellidado  Marcos  no  es  otro  que  Marcos  el  evangelista. 


—  290  — 


13  i-3 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


13  ' 


III.     Propagación  de  la 

1.  Primera  expedición  apostólica 
de  Pablo 

Sanio  v  Bernabé,  escogidos  para  la 
Predicación.  13,  1-3 

"i  o  1  Había  en  Antioquía,  en  la 
Iglesia  allí  establecida,  profe- 
tas y  doctores  :  Bernabé,  Simeón 
llamado  Negro  y  Lucio  el  cirenense, 
Manahén,  colactáneo  de  Herodes  el 
tetrarca,  y  Saulo.  2  Y  estando  ellos 
celebrando  el  oficio  en  honor  del  Se- 
ñor y  ayunando,  dijo  el  Espíritu 
Santo  :  «Separadme  a  Bernabé  y  a 
Saulo  para  la  obra  para  la  cual  los 
he  llamado.»  3  Entonces,  después  de 
haber  ayunado  y  orado  y  habiéndo- 
les impuesto  las  manos,  los  despi- 
dieron . 


Iglesia  entre  los  gentiles 


En  la  isla  de  Chipre.  13,  4-13 


1  Ellos,  pues,  enviados  por  el  Es- 
píritu Santo,  bajaron  a  Seleucia,  y 
Uesde  allí  se  hicieron  a  la  vela  ha- 
cia Chipre  ;  °  y  llegados  a  Salami- 
nn,  anunciaban  la  palabra  de  Dios 
en  las  sinagogas  de  los  judíos.  Y  te- 
nían a  Juan  como  auxiliar.  6  Y  ha- 
biendo atravesado  toda  la  isla  hasta 
Pafos,  encontraron  a  cierto  hom- 
bre mago  pseudo-profeta  judío,  cu- 
yo nombre  era  Barjesús,  7  que  esta- 
ba con  el  procónsul  Sergio  Paulo, 
hombre  prudente.  Este,  haciéndose 
llamar  a  Bernabé  y  a  Saulo,  mostró 
deseos  de  oír  la  palabra  de  Dios  ; 
1  pero  les  hacía  oposición  Elimas,  el 
Mago — pues  así  se  interpreta  su  nom- 
bre— ,  empeñándose  en  desviar  al 


-J  o  1  Pkoieias  v  doctores  :  favorecidos  con  los  carismas  de  profecía  (don  de  hablar 
-*-0  palabras  de  edificación,  exhortación  y  consolación!  y  de  enseñanza  (=don  de 
enseñar  la  doctrina  cristiana).  Cinco  de  estos  profetas  y  doctores  se  nombran,  repar- 
tidos en  dos  grupos  :  uno  de  tres  y  otro  de  dos.  No  es  enteramente  seguro  que  los 
tres  primeros  sean  precisamente  profetas  y  los  dos  últimos  doctores.  De  todos  ellos 
ocupa  el  primer  lugar  Bernabé,  que  venía  a  ser  como  el  vicario  o  administrador 
apostólico  de  aquella  Iglesia   (n,  22).  Saulo,  recién  venido,  ocupa  el  último  lugar. 

"  Se  discute  si  la  imposición  de  manos,  de  que  aquí  se  habla,  fué  la  consa- 
gración episcopal  de  Bernabé  y  de  Saulo.  Suárez  opina  que  fué  una  imposición  sim- 
plemente deprecativa  (De  Sacr.,  disp.  34,  sect.  1,  n.  7).  Y  con  razón,  parece;  porque 
tanto  Bernabé  como  Saulo,  poseyendo  ya  el  carácter  episcopal,  no  tenían  que  ser 
consagrados  obispos.  Bernabé  era  obispo,  por  lo  menos  desde  que  fué  oficialmente 
enviado  por  los  Apóstoles  para  organizar  y  regir  en  su  nombre  la  Iglesia  de  Antio- 
quía. Saulo  lo  era  por  ser  apóstol  (Gál.  1,  1)  en  sentido  estricto,  y  en  el  apostolado 
se  contiene  eminentemente  el  carácter  y  la  potestad  episcopal.  Además,  en  la  hipótesis 
de  que  Bernabé,  el  jefe  de  la  Iglesia,  no  fuera  obispo,  menos  lo  serían  los  demás 
profetas  y  doctores  aquí  nombrados,  que,  por  consiguiente,  carecían  de  poder  para 
consagrar  obispos.  Pero  si  parece  insuficiente  una  imposición  de  manos  meramente 
deprecativa,  puede  explicarse  de  otra  manera,  sin  apelar  a  la  consagración  sacra- 
mental. Recuérdese  que  el  verdadero  obispo  de  Antioquía  era  San  Pedro,  el  cual,, 
habiendo  constituido  su  sede  como  centro  de  irradiación  evangélica,  habría  dejado 
orden  de  cómo,  en  ausencia  suya,  se  enviasen  a  otras  ciudades  predicadores  del 
Evangelio.  En  cumplimiento  de  estas  órdenes,  y  obedeciendo  al  mandato  del  Espíritu 
Santo,  el  colegio  episcopal  de  Antioquía,  que,  con  Bernabé  a  la  cabeza,  gobernaba 
aquella  Iglesia,  impuso  las  manos  sobre  los  nuevos  expedicionarios,  enviándoles  en 
nombre  de  Pedro  a  la  eyangelización  de  los  gentiles  y  como  consagrando  oficial- 
mente su  misión. 

*  Seleucia  :  era  como  el  puerto  de  Antioquía,  que  distaba  del  mar  unos  25  kiló- 
metros. 

s-6  Salamina,  situada  en  la  costa  NE.,  distaba  de  Pafos,  en  la  costa  SO.,  unos 
1S0  kilómetros. 

"Las  provincias  romanas,  unas  eran  senatoriales,  gobernadas  por  un  procónsul: 
otras  imperiales,  gobernadas  por  un  propretor.  La  provincia  de  Chipre,  que  había  6¡do 
antes  y  fué  después  imperial,  era  en  el  tiempo  de  Sergio  Paulo  senatorial.  La  preci- 
sión con  que  habla  San  Lucas  del  «procónsul  Sergio  Paulo»  es  uno  de  tantos  indicio- 
de  su  exactitud  histórica. 

■  ELIMAS  era  el  nombre  propio,  que,  helenizado,  convirtióse  en  el  Mago.  Bar- 
jtsrs  era  su  nombre  patronímico,  que  San  Pablo,  por  reverencia  al  santo  nombre  de 
Jesús,  sustituyó  por  el  de  «hijo  del  diablo»   (v.  10). 


—  291  — 


13  9-15 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


13  16-25 


procónsul  de  la  fe.  9  Mas  Saulo,  o 
sea  Pablo,  lleno  del  Espíritu  Santo, 
mirándole  fijamente,  10  le  dijo:  «¡Oh 
lleno  de  todo  fraude  y  de  toda  em- 
bustería, hijo  del  diablo,  enemigo 
de  toda  justicia!,  ¿no  acabarás  de 
torcer  los  caminos  derechos  del  Se- 
ñor ?  11  Y  ahora  he  aquí  la  mano  del 
Señor  sobre  ti,  y  quedarás  ciego,  sin 
ver  el  sol  hasta  el  tiempo  señalado.» 
Y  luego  al  punto  cayó  sobre  él  nie- 
bla y  oscuridad,  y  dando  vueltas, 
andaba  buscando  quienes,  tomándo- 
le la  mano,  le  guiasen.  12  Entonces, 
viendo  el  procónsul  lo  acaecido,  cre- 
yó, asombrándose  de  la  doctrina  del 
Señor. 


En  Antioquía  de  Písidia.  13,  13-15 


13  Y  habiendo  zarpado  de  Pafos, 
Pablo  y  los  que  con  él  iban  arriba- 
ron a  Perge  de  Panfilia.  Tero  Juan, 
retirándose  de  ellos,  se  volvió  a  Je- 
rusalén.  "  Mas  ellos,  pasando  ade- 
lante, desde  Perge  llegaron  a  Antio- 
quía la  de  Pisidia,  y  entrando  en  la 
sinagoga  el  día  del  sábado,  tomaron 
asiento.  16  Terminada  la  lectura  de  la 
ley  y  de  los  profetas,  mandáronles 
recado  los  arquisinagogos,  diciendo  : 
«Varones  hermanos,  si  tenéis  algu- 
na palabra  de  exhortación  para  el 
pueblo,  hablad.» 


Discurso  de  Pablo.  13,  10-44 


"  Levantándose  Pablo  y  haciendo 
señal  con  la  mano,  dijo  : 

«Varones  israelitas  y  los  que  te- 
méis a  Dios,  escuchad."  17  El  Dios  de 
este  pueblo  de  Israel  se  escogió  a 
nuestros  [padres,  y  exaltó  al  pueblo 
cuando  eran  advenedizos  en  la  tie- 
rra de  Egipto,  y  con  el  brazo  en  al- 
to los  sacó  de  ella  ;  18  y  por  el  tiem- 
po de  unos  cuarenta  años,  como  al 
niño  la  madre  que  le  cría,,  los  lle- 
vó en  el  desierto;  10  y  exterminando 
siete  naciones  en  la  tierra  de  Ca- 
naán,  les  dió  en  herencia  sus  tie- 
rras :  20  todo  ello  en  el  espacio  de 
unos  cuatrocientos  cincuenta  años. 
Y  tras  esto  les  dió  jueces  hasta  Sa- 
muel profeta.  21  Y  desde  entonces  de- 
mandaron un  rey,  y  Dios  les  dió  a 
Saúl,  hijo  de  Cis,  varón  de  la  tribu 
de  Benjamín,  por  cuarenta  años.  52  Y 
habiéndole  depuesto,  les  suscitó  por 
rey  a  David,  en  cuvo  favor  dió  tes- 
timonio diciendo  :  '«Hallé  a  David, 
el  hijo.de  Isaí,  varón  según  mi  co- 
razón, que  cumplirá  todas  mis  vo- 
luntades» (Sal.  88,  20-21  ;  1  Sam.  13, 
14).  23  De  la  descendencia  de  éste, 
Dios,  según  la  promesa,  envió  a  Is- 
rael un  Salivador,  Jesús,  24  cuyo  adve- 
nimiento había  precedido  Juan,  pre- 
dicando bautismo  de  penitencia  a  to- 
do el  pueblo  de  Israel.  25  Y  cuando 
cumplía  Juan  su  carrera,  decía  :  «Lo 
que  sospecháis  que  soy,  no  lo  soy 
yo,  sino,  ved,  que  viene  en  pos  de 


s  SAULO,  O  si  *  Pablo  :  desde  este  momento  el  Apóstol  deja  el  nombre  hebreo 
de  Sanio  por  el  latino  de  Paulo.  E!  motivo  del  cambio  pudo  ser  el  deseo  de  hacerse 
•  lodo  para  todos»  (1  Cor.  9,  22).  Al  entrar  en  contacto  con  el  mundo  latino,  quiso 
<iue  latino  también  fuera  su  nombre.  ¿  Contribuyó  también  a  este  cambio  el  'nombre 
del  procónsul  Sergio  Paulo f  No  es  inverosímil. 

13  Pablo  y  los  que  con  él  iban  :  desde  este  momento  Pablo  aparece  como  jefe  de 
la  expedición.  ||  Panfilia:  región  meridional  y  costera  del  Asia  Menor,  al  O.  de 
Cilicia. 

"Pisidia:  región  central  del  Asia  Menor,  al  X.  de  Panfilia.  Perge  distaba  de 
Antioquía  unos  160  kilómetros. 

i«~u  ¡¿i  discurso  de  Pablo  puede  dividirse  en  tres  partes  principales  :  1)  preparación 
histórica  de  la  mesianidad  de  Jesús  y  su  atestación  por  parte  del  Bautista  (16-22)  ; 
2)  demostración  de  la  mesianidad  por  el  hecho  de  la  resurrección  de  Jesús,  confir- 
mado por  las  Escrituras  (23-37);  3'  exhortación  a  reconocer  esta  mesianidad  (38-411. 

1S  Como  ai.  niño  la  madre  ijue  le  cría,  (los)  llevó  :  toda  esta  larga  perífrasis  es  la 
traducción  del  verbo  original,  que  unos  códices  leen  etropophóresen,  y  otros  ¿tro- 
phophóresen,  que  probablemente  son  un  mismo  verbo,  con  la  única  diferencia,  me- 
ramente fonética,  que  etropophóresen  atenúa  la  primera  labial,  que  etrophophóresen 
conserva  aspirada.  Los  que  consideran  etropophóresen  como  verbo  diferente,  tradu- 
n  con  la  Válgala  «.mores  sustinuiti,  que  110  cuadra  con  el  contexto. 

"  Sieie  naciones  :  son  los  héteos,  gergeseos,  amorreos,  canancos,  ferezeos,  neveos 
y  jebuseos  (Dt.  7,  1). 

23  Segi'n  la  promesa:   hecha  principalmente  a  Abrahán  y  a  David. 


—  292  — 


13  26-44 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


13  30-47 


mí  otro,  de  quien  no  soy  digno  de 
desatar  el  calzado  de  los  pies.» 

38  Varones  hermanos,  hijos  del  li- 
naje de  Abrahán,  y  los  que  entre 
vosotros  temen  a  Dios  :  a  nosotros 
fné  enviada  la  palabra  de  esta  sa- 
lud. "Porque  los  habitantes  de  Je- 
rusalén  y  sus  jefes,  desconociendo  a 
éste  y  también  las  voces  de  los  pro- 
fetas" que  cada  sábado  se  leen,  al 
condenarle  a  El  cumplieron  éstas  ; 
w  v  con  no  hallar  en  El  causa  algu- 
na" de  muerte,  demandaron  a  Pilato 
que  le  hiciera  matar.  ;9  Y  cuando 
hubieron  cumplido  todo  lo  que  de  El 


estaba  escrito,  bajándole  del  made- 
ro, le  pusieron  en  el  sepulcro.  *°  Mas 
Dios  le  resucitó  de  entre  los  muer- 
tos ;  31  el  cual  durante  muchos  días 
fué  visto  por  los  que  con  El  habían 
subido  de  Galilea  a  Jerusailén,  los 
cuales  ahora  son  testigos  de  El  ante 
el  pueblo.  K  Y  nosotros  os  anuncia- 
mos la  buena  nueva  de  que  la  pro- 
mesa hecha  a  los  padres,  33  ésta  Dios 
la  ha  cumplido  con  sus  hijos,  que 
somos  nosotros,  resucitando  a  Jesús, 
como  ya  en  el  salmo  segundo  (Sal.  2, 
i)  está  escrito  : 


Hijo  mío  eres  tú,  yo  hoy  te  engendré. 


**Y  que  le  resucitó  de  entre  los  I  David,  que  no  fallarán.  35  Puesto  que 
muertos  para  nunca  ya  volver  a  la   también  en  otro  lugar  (Sal.  15,  10) 
corrupción,  así  lo  tiene  dicho  (Is.  55,    dice  : 
3)  :  que  os  daré  los  bienes  santos  de  ■ 

No  permitirás  que  tu  Santo  conozca  corrupción. 


**  Porque  David,  después  de  haber 
servido  en  su  edad  a  los  consejos  de 
Dios,  murió  y  fué  agregado  a  sus  pa- 
dres, y  conoció  la  corrupción  ;  31  pe- 
ro aqiiel  a  quien  Dios  resucitó,  no 
conoció  la  corrupción. 

38  Tened,  pues,  entendido,  varones 
hermanos,  que  por  medio  de  éste  se 


os  anuncia  la  remisión  de  los  peca- 
dos ;  y  de  todo  aquello  de  que  en  la 
lev  de  Moisés  no  pudisteis  ser  jus- 
tificados, 39  en  éste  todo  el  que  cree, 
es  justificado. 

40  Guardaos,  pues,  no  sobrevenga 
lo  dicho  en  los  profetas  (Hab.  1,  5) : 


■  Mirad,  despreciadores,  y  asombraos  y  morios  de  espanto, 
pues  una  obra  voy  yo  a  hacer  en  vuestros  días, 
una  obra  que  no  creeréis  si  alguno  os  la  contare.» 


tí  Y  al  salir  ellos,  rogaban  que  en 
el  próximo  sábado  se  les  hablase  so- 
bre estas  mismas  cosas.  43  Y  una  vez 
disuelta  la  reunión  de  la  sinagoga, 
muchos  de  los  judíos  y  de  los  pro- 
sélitos adoradores  de  Dios  siguieron 
a  Pablo  y  a  Bernabé,  los  cuales,  ha- 
blando con  ellos,  les  persuadían  a 
que  perseverasen  fieles  a  la  gracia 
de  Dios.  *  Y  al  sábado  siguiente  ca- 
si toda  la  ciudad  se  reunió  para  oír 
la  palabra  del  Señor. 


Pablo  y  Bernabé  se  dirigen  a  los 
gentiles.  13,  45-52 

45  Viendo  los  judíos  aquellas  mu- 
chedumbres, se  llenaron  de  envidia, 
y  contradecían  a  lo  que  Pablo  de- 
cía, ultrajándole.  46  Con  franca  osa- 
día, entonces  Pablo  y  Bernabé  dije- 
ron :  «A  vosotros  antes  que  a  los 
demás  era  necesario  se  anunciase  la 
palabra  de  Dios  ;  mas,  puesto  que  la 
repeléis  y  no  os  juzgáis  dignos  de  la 
vida  eterna,  sabed  que  nos  volvernos 
hacia  los  gentiles.  41  Porque  así  nos 
lo  ha  ordenado  el  Señor  (Is.  49,  6)  : 


a-x  De  los  tres  textos  bíblicos  aquí  citado?,  el  primero  se  refiere  a  la  persona 
divina  del  Mesías;  el  sesrundo,  a  los  bienes  niesiánicos  prometidos  a  David;  el  ter- 
<M  ro,  a  la  resurrección  del  Mesías ;  tres  textos  mecánicos,  cada  uno  bajo  un  aspec- 
to diferente,  que,  juntos,  demuestran  la  tesis  de  San  Pablo  en  toda  su  integridad. 

Aquí  los  hechos  resuelven  prácticamente  el  pavoroso  problema  de  la  reproba- 
ción de  los  judíos,  que  especulativamente  trata  San  Pablo  en  su  Epístola  a  los  Ro- 
manos (9-11). 


—  293  — 


13  «-14  ^ 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


14  8-M 


Te  he  puesto  como  luz  de  las  naciones, 

a  fin  de  que  seas  para  salud  hasta  el  extremo  de  la  tierra. 


**  Oyendo  esto  los  gentiles,  se  ale- 
graban y  glorificaban  la  palabra  del 
Señor  ;  y  creyeron  cuantos  estaban 
destinados  para  la  vida  eterna.  48  Y 
6e  esparcía  la  palabra  del  Señor  por 
toda  la  región. 

60  Mas  los  judíos  incitaron  a  las 
mujeres  distinguidas,  que  adoraban 
a  Dios,  y  a  los  primates  de  la  ciu- 
dad, y  levantaron  persecución  contra 
Pablo  y  Bernabé,  y  los  arrojaron  de 
su  territorio.  51  Y  éstos,  habiendo  sa- 
cudido el  polvo  de  los  pies  contra 
ellos,  se  fueron  a  Iconio  ;  62  y  los  dis- 
cípulos se  llenaban  de  gozo  y  de  Es- 
píritu Santo. 


En  las  ciudades  de  Lii 
Listra  y  Derbe. 


14,  1  ^  aconteció  en  Iconio,  según 
su  proceder  habitual,  entrar 
ellos  en  la  sinagoga  de  los  judíos  y 
hablar  de  tal  manera  que  creyó  gran 
multitud,  así  de  judíos  como  de  grie- 
gos. 2  Mas  los  judíos  contumaces  ex- 
citaron y  malearon  los  ánimos  de  los 
gentiles  contra  los  hermanos.  3  De- 
tuviéronse, pues,  allí  bastante  tiem- 
po, actuando  animosa  v  confiada- 
mente en  el  Señor,  que  con  su  tes- 
timonio acreditaba  la  palabra  de  su 
gracia,  otorgando  que  por  manos  de 
ellos  se  obrasen  señales  y  prodigios. 
4  Y  se  dividió  en  bandos"  la  muche- 
dumbre de  la  ciudad,  y  unos  estaban 
por  los  judíos,  otros  por  los  Apósto- 
les. 6  Y  como  se  produjeran  conatos 
de  violencia  tanto  de  los  gentiles 
como  de  los  judíos,  que,  a  una  con 
sus  jefes,  intentaban  ultrajarlos  y 
a,pedrearlos,  a  ellos,  dándose  cuenta 
de  la  situación,  se  refugiaron  con  la 
huida  en  las  ciudades  de  Licaonia, 
Listra  y  Derbe  y  su  comarca.  '  Y  allí 
iban  anunciando  la  Buena  Nueva. 


Las  turbas  quieren  ofrecer  sacrificios 
a  Pablo  y  Bernabé.  14,  S-18 

5  Había  en  Listra  un  hombre  im- 
pedido de  los  pies,  sin  moverse  de 
su  asiento  ;  cojo  desde  el  seno  de  su 
madre,  jamás  había  andado.  "  Este 
escuchaba  a  Pablo  mientras  habla- 
ba :  el  cual,  fijando  en  él  la  vista 
y  viendo  que  tenía  fe  de  obtener 
la_  salud,  10  dijo  con  voz  fuerte  :  «Le- 
vántate sobre  tus  pies  derecho.»  Y 
dió  un  salto  y  se  puso  a  andar.  0  Y 
las  turbas,  al  ver  lo  que  Pablo  ha- 
bía hecho,  levantaron  la  voz,  dicien- 
do en  licaonio  :  «Los  dioses,  toman- 
do figura  de  hombres,  bajaron  a  nos- 
otros.» 12  Y  llamaban  a  Bernabé  Zeus 
y  a  Pablo  Hermes,  por  ser  éste  quien 
llevaba  la  dirección  de  la  palabra. 
13  Y  el  sacerdote  del  Zeus  que  esta- 
ba delante  de  la  ciudad,  habiendo 
traído  toros  y  coronas  a  las  puer- 
tas, juntamente  con  las  turbas  que- 
ría ofrecer  sacrificio.  "  Al  enterarse 
de  esto,  los  Apóstoles  Bernabé  y  Pa- 
blo, rasgando  sus  vestiduras,  se  lan- 
zaron en  medio  de  la  turba,  gritan- 
do ¿3  y  diciendo:  «Hombres,  ¿qué  es 
eso  que  hacéis  ?  También  nosotros 
somos  hombres  de  igual  condición 
que  vosotros,  que  os  predicamos  que, 
dejadas  esas  cosas  vanas,  os  volváis 
al  Dios  viviente,  el  que  hizo  el  cie- 
lo, la  tierra  y  e¡l  mar  y  todo  cuanto 
existe  en  ellos.  10  El  cual  en  las  pa- 
sadas edades  dejó  a  todas  las  gen- 
tes andar  cada  cual  por  su  camino, 
11  si  bien  no  dejó  de  dar  testimo- 
nio de  sí  mismo,  derramando  bienes, 
dándoos  desde  el  cielo  lluvias  y  es- 
taciones fructíferas,  llenando  de  sus- 
tento y  de  alegría  vuestros  corazo- 
nes.» "  Y  diciendo  esto,  a  duras 
penas  lograron  que  ñas  turbas  desis- 
tiesen de  ofrecerles  sacrificios. 


<¡i  Iconio,  antiguamente  ciudad  de  la  Frigia,  reunida  posteriormente  al  distrito 
administrativo  de  Licaonia,  pertenecía  a  la  provincia  romana  de  Galacia. 

U6  Listra  y  Derbe,  pertenecientes  a  la  Licaonia  propiamente  dicha,  se  hallaban 
al  S.  y  al  SE.,  respectivamente,  de  Iconio. 
13  Acaso  la  buena  presencia  de  Bernabé  contribuyó  a  que  lo  identificasen  con 
Zeus  o  Júpiter. 

u  Coronas  :  propiamente  las  *intas  para  entretejer  las  guirnaldas  con  que  se  co- 
ronaban las  victimas  y  los  sacerdotes. 


—  204  — 


14  15-26 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


14  27 -J  5  5 


Lapidación  de  Pablo,  i.j,  19-20 


19  Pero  sobrevinieron  de  Antioquía 
y  de  Iconio  unos  judíos,  y,  habiendo 
persuadido  a  las  turbas,  apedrearon 
a  Pablo  y  le  arrastraron  a  las  afue- 
ras de  la  ciudad,  dándole  ya  por 
muerto.  20  Islas.,  habiéndole  rodeado 
los  discípulos,  levantándose  entró  en 
la  ciudad.  Y  al  día  siguiente  salió 
con  Bernabé  para  Derlje. 


Regreso  a  Antioquía.  14,  21-28 


a  Y  habiendo  evangelizado  aquella 
ciudad  y  hecho  numerosos  discípu- 
los, se  tornaron  a  Listra,  a  Iconio 
y  a  Antioquía,  a  confortando  las  al- 
mas de  los  discípulos,  animándoles 
a  perseverar  en  la  fe,  y  que  «por 
muchas  tribulaciones  hemos  de  en- 
trar en  el  reino  de  Dios».  23  Y  ha- 
biéndoles puesto  de  su  mano  presbí- 
teros en  cada  Iglesia,  hecha  oración 
acompañada  de  ayunos,  los  encomen- 
daron al  Señor,  en  quien  habían  creí- 
do. 24  Y  atravesando  la  Pisidia,  lle- 
garon a  Panfilia  ;  25  y  habiendo  ha- 
blado en  Perge  la  palabra,  bajaron 
a  Atalía.  20  Y  de  allí  se  embarcaron 
para  Antioquía,  desde  donde  habían 
sido  entregados  a  la  gracia  de  Dios 
para  la  obra  a  que  habían  dado  re- 


mate. "  Y  habiendo  llegado  y  con- 
gregado la  Iglesia,  referían  cuanto 
Dios  había  hecho  con  ellos,  y  que 
había  abierto  a  los  gentiles  la  puer- 
ta de  la  fe.  28  Y  demoraron  no  poco 
tiempo  con  los  discípulos. 


Concilio  de  Jerusalén:  ocasión. 
15,  1-6 

i  f  '  Y  bajando  algunos  de  la  Ju- 
dea,  enseñaban  a  los  hermanos 
que  «Si  no  os  circuncidareis  confor- 
me al  uso  de  Moisés,  no  podéis  ser 
salvos».  2  Y  habiéndose  producido  un 
altercado  y  no  leve  discusión  de  Pa- 
blo y  Bernabé  con  ellos,  se  determi- 
nó que  Pablo  y  Bernabé  y  algunos 
otros  de  entre  ellos  subieran  a  Jeru- 
salén a  los  Apóstoles  y  presbíteros 
para  tratar  de  esta  cuestión.  3  Ellos, 
pues,  despedidos  por  la  Iglesia,  atra- 
vesaban la  Fenicia  y  la  Samaría  re- 
firiendo la  conversación  de  los  gen- 
tiles, y  daban  materia  de  gran  gozo 
a  todos  los  hermanos. 

4  Llegados  a  Jerusalén,  fueron  bien 
acogidos  por  la  Iglesia  y  por  los 
Apóstoles  y  los  presbíteros,  y  refi- 
rieron cuanto  Dios  había  hecho  con 
ellos.  0  Pero  se  levantaron  algunos 
de  los  procedentes  de  la  secta  de  los 
fariseos,  que  habían  creído,  dicien- 
do que  «Hay  que  circuncidarlos  y 


19  ¡Azares  de  la  vida  apostólica!  Ayer,  aclamados  como  dioses;  hoy,  apedreados 
y  arrastrados.   Esta   lapidación  recuerda  San  Pablo  en  su   segunda  a   los  Corin- 

30  Derbe  distaba  de  Listra  unos  27  kilómetros  en  la  dirección  ESE.  Parece  que 
m  Derbe  dejaron  predicar  en  paz  a  los  Apóstoles.  A  lo  menos,  al  mencionar  más 
tarde  San  Pablo  las  persecuciones  padecidas  «en  Antioquía,  Iconio  y  Listra»  (2  Tim. 
3,  11),  nada  dice  de  Derbe. 

a-2i  Recorren  en  sentido  inverso  el  mismo  itinerario.  Su  objeto  era  consolidar  su 
obra  y  organizar  las  Iglesias. 

a  El  verbo  griego  kheirotonésantes  (^habiendo  puesto  de  su  mano),  que  poste- 
riormente vino  a  ser  el  término  para  sijuiificar  la  ordenación  sagrada,  significa  aquí 
consagrar  y  colocar  al  frente,  es  decir,  dar  la  doble  potestad  de  orden  y  de  jurisdic- 
ción. Loó  aquí  llamados  PRESBÍTEROS  bien  pudieron  ser  obispos,  a  lo  menos  en  las 
ciudades  principales. 

38  Predican  ahora  el  Evangelio  en  la  ciudad  de  Perge,  en  que  antes  sólo  habían 
estado  de  paso.  Atalía  era  el  puerto  de  Panfilia.  Los  códices  D  614  3S3  2147  257  syh* 
dicen  que  Pablo  y  Bernabé  también  en  Atalía  predicaron  el  Evangelio. 

•K  Dios  había  abifrto  a  los  gentiles  la  puerta  de  la  fe  :  ésta  es  la  significación 
y  la  trascendencia  del  primer  viaje  apostólico  de  Pablo  y  Bernabé  :  la  admisión  de 
la  gentilidad  en  el  cristianismo  sin  pasar  por  la  circuncisión  :  trascendencia  enorme, 
que  no  se  les  pasó  por  alto  a  los  judíos  y  que  fué  origen  de  las  controversias  narra- 
das en  el  capítulo  siguiente. 

-*  C  1  La  tesis  de  esos  judaizantes  era  radical.  Exigían  la  circuncisión  no  ya  para  ser 
-*-*■»  perfectos  cristianos,  sino  para  obtener  la  salud  eterna.  Aunque  venían  de  Jeru- 
salén, no  llevaban  comisión  alguna  ni  menos  representaban  el  Sentir  de  los  Apósto- 
les, sino  el  de  los  fariseos,  de  cuya  secta  procedían. 


—  205  — 


15  6-21 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


1511-22 


ordenarles  guardar  la  ley  de  Moisés» . 
*  Reuniéronse  entonces  ios  Apósto- 
les y  los  presbíteros  para  entender 
en  este  asunto. 


'  Habiéndose  producido  una  larga 
y  viva  discusión,  levantándose  Pe- 
dro les  dijo  : 

«Varones  hermanos,  vosotros  sa- 
béis que  desde  antiguos  días  Dios 
me  escogió  en  medio  de  vosotros 
para  que  por  mi  boca  ovesen  los 
gentiles  la  palabra  del  Evangelio  y 
creyesen.  8  Y  el  conocedor  de  los  co- 
razones, Dios,  dió  testimonio  a  fa- 
vor de  ellos,  dándoles  el  Espíritu 
Santo,  lo  mismo  que  a  nosotros,  0  y 
ninguna  diferencia  hizo  entre  nos- 
otros y  ellos,  purificando  con  la  fe 
sus  corazones.  10  Ahora,  pues,,  ¿por 
qué  tentáis  a  Dios  con  imponer  so- 
bre el  cuello  de  Jos  discípulos  un 


yugo  que  ni  nuestros  padres  ni  nos- 
otros pudimos  sobrellevar?  11  Mas 
por  la  gracia  del  Señor  Jesús  cree- 
mos ser  salvos  <le  la  misma  manera 
que  ellos. 

u  Calló  toda  la  multitud,  v  escu- 
chaban a  Bernabé  y  a  Pablo,  que 
referían  cuantas  señales  y  prodigios 
había  Dios  hecho  entre  los  gentiles 
por  medio  de  ellos. 


Discurso  de  Santiago.  15, 


"  Después  que  ellos  hubieron  ca- 
llado, tomó  la  palabra.  Santiago,  di- 
ciendo : 

«Varones  hermanos,  escuchadme. 
"  Simeón  refirió  cómo  Dios  por  vez 
primera  se  dignó  intervenir  para  es- 
coger de  entre  los  gentiles  un  pue- 
blo para  su  nombre.  15  Con  esto  con- 
cuerdan  las  palabras  de  los  profetas, 
según  que  está  escrito  (Am.  9,  11- 
12,  LXX  ;  Jer.  12.  15  ¡  Is.  45,  21)  : 


16  Después  de  esto  volveré 

y  reconstruiré  la  tienda  de  David,  que  estaba  caída, 
y  lo  que  de  ella  estaba  derruido  lo  reconstruiré, 
y  la  tornaré  a  levantar, 

"ipara  que  busquen  al  Señor  los  demás  hombres 

y  todas  las  naciones  sobre  las  cuales  ha  sido  invocado  mi  nombre, 

dice  el  Señor,  que  obra  e>tas  cosa*, 

"  determinadas  desde  la  eternidad. 


"  Por  lo  cual  yo  juzgo  que  no  se 
perturbe  innecesariamente  a  los  que 
venidos  de  la  gentilidad  se  convier- 
ten a  Dios  ;  30  mas  se  les  escriba  que 
se  abstengan  de  las  contaminaciones 
de  los  ídolos,  de  la  fornicación,  de 
animales  estrangulados  y  de  la  san- 
gre. 21  Porque  Moisés  desde  edades 
antiguas  tiene  en  cada  ciudad  quie- 
nes le  predican,  aíí  ser  cada  sábado 
leído  en  las  sinagogas.» 


Resolución  y  decretal  del  concilio. 
I5i  22-35 

a  Entonces  resolvieron  los  Apósto- 
les y  los  presbíteros,  con  toda  la 
Iglesia,  escoger  algunos  de  entre 
ellos  para  enviarlos  a  Antioquía  con 
Pablo  y  Bernabé,  que  fueron  juda>, 
llamado  Barsabás,  y  Si-las,  personas 
de  autoridad  entre  los  hermanos, 


7  Dksde  antiguos  días:  se  refiere  San  Pedro  a  la  conversión  de  Cornelio,  acaecida 
más  de  diez  años  antes,  y  de  la  cual  se  vale  para  demostrar  la  inutilidad  de  la  ley 
mosaica  en  orden  a  la  justificación. 

ra-31  Santiago  concuerda  enteramente  con  San  Pedro  en  la  tesis  fundamental  del 
cristianismo  :  la  total  abolición  de  la  ley  mosaica.  Pero,  por  bien  de  paz,  sugiere 
cuatro  concesiones  que  los  cristianos  gentiles  deberían  hacer  a  los  judíos  cristianos 
El  motivo  que  para  ellos  propone  es  que,  conociéndose  umversalmente  los  libros 
de  Moisés,  convendría  respetar  algunas  de  sus  prescripciones,  cuya  violación  chocaría 
demasiado  violentamente  contra  los  sentimientos  más  arraigados  de  los  judíos.  Estas 
cuatro  concesiones  las  aceptan  los  Apóstoles  iy  las  consignan  en  su  decreto. 

a°-29  El  decreto  conciliar  presenta  varias  dificultades.  La  primera  se  refiere  al  texto 
mismo  del  decreto.  Existen  de  él  dos  redacciones  diferentes  :  la  llamada  oriental. 
que  es  la  admitida  generalmente  por  los  críticos,  y  la  denominada  occidental,  cuyo 
testigo  más  antiguo  es  San  Ireneo  :   «l'ti  abstineant  a  vanitatibus  idolorum  et  a  for- 


—  296  — 


15  23-29 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


15  30-36 


escribiendo  por  conducto  de  ellos : 
«Los  Apóstoles  y  los  presbíteros 
hermanos  a  los  hermanos  venidos 
de  la  gentilidad  que  están  en  An- 
tioquía,  Siria  y  Cilicia  :  salud. 

-'  I'or  cuanto  hemos  oído  que  al- 
gunos salidos  de  entre  nosotros,  a 
quienes  ninguna  misión  habíamos 
encomendado,  os  perturbaron  con  sus 
palabras,  trastornando  vuestras  al- 
mas, 56  no*  ha  parecido,  de  común 
acuerdo,  enviar  a  vosotros  algunos, 
para  ello  escogidos,  que  acompañen 
a  Bernabé  y  a  Pablo,  "  hombres  que 
han  entregado  sus  vidas  por  el  nom- 
bre de  nuestro  Señor  Jesu-Cristo. 
■  ( )s  liemos,  pues,  enviado  a  Judas 
y  a  Silas,  los  cuales  por  sí  mismos 
de  palabra  os  enterarán  de  lo  mis- 
mo. 35  Porque  pareció  al  Espíritu  San- 
to y  a  nosotros  no  imponeros  otra 
carga  alguna,  a  excepción  de  estas 
cosas  indispensables  :  "  que  os  abs- 
tengáis de  lo  sacrificado  a  los  ído- 
los, de  la  sangre,  de  los  animales 
estrangulados  y  de  la  fornicación. 
De  lo  cual  si  os  guardareis,  obraréis 
bien.  Salud.» 


*'  Ellos,  pues,  habiendo  sido  des- 
pedidos, bajaron  a  Antioquía,  y  con- 
gregando la  muchedumbre,  entrega- 
ron la  carta.  M  Y  habiéndola  leído,  se 
gozaron  con  esta  palabra  de  alien- 
to. *-  V  Judas  y  Silas,  profetas  tam- 
bién como  eran,  hablando  largamente 
alentaron  a  los  hermanos  y  los  con- 
fortaron. **  Pasado  allí  algún  tiem- 
■po,  fueron  despedidos  en  paz  por  los 
hermanos  para  volver  a  los  que  les 
habían  enviado.  w  A  Silas,  empero, 
le  pareció  mejor  quedarse  allí.  85  Pa- 
blo y  Bernabé  se  detuvieron  en  An- 
tioquía, enseñando  y  evangelizando, 
con  otros  muchos  también,  la  pala- 
bra del  Señor. 


2.    Segunda  expedición  apostólica 
de  Pablo 

Bernabé  se  separa  de  Pablo 
15.  36"4i 

*  Al  cabo  de  algunos  días  dijo  Pa- 
blo a  Bernabé  :  «Demos  una  vuelta 


nicatione  et  a  sanguine  ;  et  quaecumque  nolunt  sibi  fieri,  aliis  ne  faciant...  l't  absti- 
neatis  ab  idolothytis  et  sanguine  et  fornicatione ;  et  quaecumque  non  vultis  fieri 
votñs,  alii  ne  faciatis»  {Ad.ii.  hacr.,  3,  12,  14.  MG  7,  90SK  Lo  característico  de  esta 
redacción  occidental  no  esta  precisamente  en  la  omisión  tde  los  animales  estrangu- 
lados», sustituida  por  la  adición  de  U.  llamada  Regla  de  oro,  sino  principalmente  en 
el  carácter  moral  que  da  al  decreto,  en  vez  del  carácter  de  conveniencia  social  que 
preferentemente  presenta  la  redacción  oriental.  Cuál  de  estas  dos  redacciones  sea  la 
origina!  c  auténtica,  criticamente  no  ofrece  duda  razonable.  No  sólo  la  atestación 
casi  unánime  de  los  documentos  está  a  favor  de  la  oriental,  sino  que  esta  sola  res- 
ponde al  problema  discutido  y  está  en  harmonía  con  el  contexto  del  discurso  de 
Sartia^o.  Otra  dificultad  del  decreto  se  refiere*  al  sentido  exacto  y  a  la  razón  de  ser 
de  cada  una  de  'as  cuatro  prohibiciones.  La  abstención  de  las  idolotitos  es  clara  ; 
su  motivación  es  doble  :  el  peligro  de  idolatría  y  la  edificación.  De  ella  trata  am- 
pliamente San  Pablo,  desde  el  punto  de  vista  así  especulativo  como  práctico,  en  su 
primera  a  los  Corintios  1S-101.  La  doble  abstención  ide  la  sangre»  y  «de  los  animales 
estrangulados»  se  funda  en  el  .horror  instintivo  de  los  judíos  y  de  otros  pueblos  a 
comer  la  sangre,  sea  cuajada  en  la  carne,  sea  separada.  Ya  Dios  la  había  prescrito 
n  Xoé  íGén.  9,  4),  «.La  fornicación»  que  se  prohibe  es  interpretada  diferentemente  : 
o  en  el  sentido  de  matrimonio  entre  parientes  próximos  o,  más  probablemente,  en  el 
sentido  de  pecado  carnal.  En  este  segundo  sentido,  único  inteligible  por  los  genti- 
les, el  motivo  de  su  prohibición  explícita  era  la  enorme  laxitud  de  criterio  que  en 
esta  materia  reinaba  entre  los  paganos.  Por  fin,  por  lo  que  toca  al  valor  jurídico  del 
decreto,  hay  que  reconocer  que  era  simple  disposición  ¡oeal  (v.  23I  y  transitoria.  De 
hecho,  algunas  de  sus  disposiciones  han  caducado  ;  sólo  subsiste  lo  que  es  de  derecho 
natural  o  positivo  eclesiástico. 

P*J  Después  del  versículo  33,  la  Válgate  Clementina  añade  :  tVisum  est  autem 
Silae  ibi  remanere  :  ludas  autem  solus  abiit  Ierusalem.»  La  segunda  parte  de  este 
versículo,  endeblemente  documentada,  parece  una  interpolación  motivada  por  la  pri- 
mera, cuya  documentación  es  seria.  Y  desde  el  punto  de  vista  de  la  crítica  interna, 
de  suyo  tan  posible  es  su  interpolación,  para  explicar  lo  que  luego  sigue,  como  su 
Supresión,  por  parecer  contradecir  a  lo  que  precede.  Con  todo,  parece  más  probable 
su  autenticidad.  Más  fácilmente  se  conciben  los  escrúpulos  de  contradicción  con  lo 
que  precede  que  el  deseo  de  preparar  lo  que  sigue.  Pero,  en  realidad,  la  resolución 
de  Silas  de  quedarse  en  Antioquía  puede  muy  bien  compaginarse  con  la  despedida 
del  versículo  33,  en  la  hipótesis,  por  ejemplo,  de  qne,  antes  de  ponerse  en  viaje, 
Pablo  le  invitase  a  quedarse,  con  el  objtto  de  que  luego  le  acompañase  en  su  sé- 
tunda  expedición  apostólica,  como  en  efecto  lo  hizo. 

■  Ai.  cabo  j>e  algunos  días  :  dentro  de  este  espacio  de  tiempo  hay  que  colocar  el 


—  297  — 


15  37-16  i 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


16  2-a 


y  visitemos  a  los  hermanos  por  to- 
das las  ciudades  en  que  anunciamos 
la  palabra  del  Señor,  a  ver  cómo 
andan.  31  Bernabé  quería  resuelta- 
mente tomar  consigo  también  a  Juan 
llamado  Marcos  ;  38  Pablo,  empero, 
estimaba  que  a  quien  se  había  se- 
parado de  ellos  desde  Panfilia  y  no 
había  ido  con  ellos  al  trabajo,  a  éste 
no  debían  tomarle  consigo.  39  Y  se 
produjo  un  agudo  conflicto,  hasta  el 
punto  que  se  separaron  el  uno  del 
otro,  yi  Bernabé,  tomando  a  Marcos, 
se  embarcó  para  Chipre  ;  40  mas  Pa- 
blo, habiéndose  escogido  a  Silas  por 
compañero,  se  partió,  entregado  a  la 
gracia  de  Dios  por  los  hermanos  ; 
41  y  recorrió  la  Siria  y  la  Ci'licia,  con- 
solidando las  Iglesias. 


Timoteo,  compañero  de  Pablo. 
16,  1-5 

n       'Y  siguió  adelante  hasta  llegar 
a  Derbe  y  a  Listra.  Y  se  en- 
contró allí  con  un  discípulo  por  nom- 
bre Timoteo,  hijo  de  una  mujer  judía 


creyente,  pero  de  padre  gentil,  =  que 
tenía  a  su  favor  el  testimonio  de  los 
hermanos  que  había  en  Listra  v  en 
Iconio.  '  Este  quiso  Pablo  que  vinie- 
se con  él;  y  tomándole,  lo  circuncidó 
a  causa  de  los  judíos  que  había  en 
aquellos  lugares,  pues  sabían  todos 
que  su  padre  era  gentil.  4  Y  como 
iban  pasando  por  ias  ciudades,  les 
entregaban,  para  que  las  observa- 
sen, las  decisiones  decretadas  por 
los  Apóstoles  y  presbíteros  que  es- 
taban en  Jerusalén.  5  Y  las  Iglesias 
se  robustecían  en  la  fe  y  crecían  en 
número  de  día  en  día. 


Con  una  visión  es  llamado  Pablo  a 
Maeedonia.  16,  6-io 


*  Y  atravesaron  la  Frigia  y  la  re- 
gión de  Galacia,  impedidos'  por  el 
veto  del  Espíritu  Santo  de  anunciar 
la  palabra  en  el  Asia.  7  Y  como  lle- 
garon cerca  de  la  Misia,  intentaban 
dirigirse  a  la  Bitinia,  y  no  se  lo  con- 
sintió el  Espíritu  de  Jesús  ;  s  y  de- 
jando a  un  lado  la  Misia,  bajaron  a 


llamado  incidente  Je  Antioquía,  de  que  habla  San  Pablo  en  su  carta  a  los  Gala- 
tas   (2,  11-21). 

w  Esta  compañía  de  Bernabé  y  Marcos  deja  entender  el  profundo  influjo  que  Ber- 
nabé ejerció  en  el  futuro  redactor  del  -segundo  Evangelio.  Por^otra  parte,  la  base  del 
tercer  Evangelio  es  la  predicación  oral  de  Antioquía,  obra  principalmente  del  mismo 
Bernabé.  Por  fin,  su  nuevo  viaje  a  Chipre,  de  donde  era  natural,  hace  verosímil  el 
hecho,  sólidamente  documentado,  de  que  en  tiempo  del  emperador  Zenón  fué  allí 
descubierto  el  sepulcro  de  Bernabé  con  el  Evangelio  de  San  Mateo,  traducido  al 
griego  por  el  mismo  Bernabé.  El  sencillo  cotejo  de  estos  hechos  explica  natural- 
mente, mejor  que  cualquiera  hipótesis  documental,  los  curiosos  fenómenos  del  pro- 
blema sinóptico,  principalmente  las  irregulares  interferencias  verbales  de  los  tres 
primeros  Evangelios.  De  donde  resulta  ser  Bernabé  la  clave  del  problema  sinóptico 

40  Silas  o  Silvano  fué  uno  de  los  auxiliares  más  inteligentes  y  fieles  de  San  Pa- 
blo, y  también  de  San  Pedro,  como  que  él  fué  quien  como  secretario  redactó  la  pri- 
mera carta  del  Príncipe  de  los  Apóstoles  (i  Pedr.  5,  12). 

41  Este  segundo  viaje  comenzó  por  tierra,  no  por  mar,  como  el  anterioi. 

1  íí  "La  Frigia  y  la  rkgión  de  Galacia:  esta  expresión  ha  dado  lugar  a  vivas  contro- 
versias,  importantes  por  su  repercusión  en  la  interpretación  de  la  Epístola  a  los 
Gálatas.  El  punto  principal  del  problema  es  :  ¿  La  región  de  Galacia  es  la  Galacia 
propiamente  dicha  (septentrional),  o  bien  la  provincia  romana  de  Galacia?  La  opi- 
nión hoy  más  común,  y  más  probable,  es  que  la  Galacia  debe  aquí  entenderse  en 
sentido  etnográfico  y  no  en  sentido  político.  Prescindiendo  de  otros  argumentos,  la 
expresión  misma  de  «la  región  de  Galacia»  favorece  esta  opinión.  En  este  supuesto, 
el  itinerario  de  San  Pablo  parece  debe  reconstruirse  de  esta  manera  :  una  vez  reco- 
rridas las  ciudades  antes  evangelizadas  (Derbe,  Listra,  Iconio  y  Antioquía  de  Pisi- 
dia),  se  proponía  seguir  adelante  en  dirección  O.,  hacia  Efeso,  capital  del  Asia  pro- 
consular;  pero  el  veto  del  Espíritu  Santo  les  obliga  a  modificar  sus  planes,  y  piensan 
en  Bitinia  ;  tomando  la  dirección  N.  y  NO.,  atravesaron  la  Frigia  y  la  región  de 
Galacia,  sin  intención  de  evangelizar  estas  regiones;  pero  una  enfermedad  obliga  a 
I'aT>lo  a  detenerse,  detención  que  él  aprovecha  para  evangelizar  a  los  Gálatas  (Gal.  4. 
13)  ;  una  vez  restablecido,  retrocede  hacia  el  O.,  y  al  llegar  a  la  frontera  de  Misia 
o  cerca,  otro  veto  del  Espíritu  Santo  les  impide  entrar  en  Bitinia ;  entonces,  si- 
guiendo adelante  Y  dejando  a  un  lado  l\  Misia  (o  atravesándola  por  su  parte  sep- 
tentrional), BAJARON  A  TRÓADE. 


-298- 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


16  «-i» 


Tróade.  9  Y  una  visión  durante  la 
noche  se  le  mostró  a  Pablo:  un  hom- 
bre macedonio  estaba  allí  de  pie,  ro- 
gándote y  diciendo  :  «Pasa  a  Mace- 
donia  y  socórrenos.»  ,0  En  cuanto 
hubo  visto  esta  visión,  al  punto  tra- 
tamos de  salir  para  Macedonia,  coli- 
giendo que  Dios  nos  había  llamado 
a  evangelizarles. 


Fundación  de  la  Iglesia  de  Filipos. 
i6,  11-15 


0  Dándonos,  pues,  a  la  vela,  des- 
de Tróade  nos  fuimos  con  rumbo  di- 
recto a  Samotracia,  y  al  día  siguien- 
te a  la  Ciudad  Nuera,  12  y  de  allí  a 
Filipos,  que  es  la  primera  ciudad 
del  distrito  de  Macedonia,  colonia 
romana.  Y  nos  detuvimos  en  esta 
ciudad  durante  algunos  días.  13  Y  al 
llegar  el  día  del  sábado,  salimos  fue- 
ra de  la  ciudad  a  la  orilla  de  una 
corriente,  donde  pensábamos  habría 
un  lugar  de  oración,  y  sentándonos 
hablábamos  a  las  mujeres  que  ha- 
bían concurrido.  M  Y  cierta  mujer 
por  nombre  Lidia,  vendedora  de  púr- 
pura, de  la  ciudad  de  Tiatira,  que 


adoraba  a  Dios,  estaba  escuchando  ; 
cuyo  corazón  abrió  Dios  para  que 
prestase  atención  a  lo  que  Pablo  de- 
cía. u  Y  así  que  fué  bautizada,  lo 
mismo  que  su  familia,  nos  instó  di- 
ciendo :  «Si  habéis  juzgado  que  ten- 
go de  veras  fe  en  el  Señor,  entrad 
en  mi  casa  y  posad  en  ella.»  Y  nos 
forzó  a  ello. 


Pablo  lanza  de   una   muchacha  un 
espíritu  pitón.  16,  16-18 

16  Y  aconteció  que,  yendo  nosotros 
al  lugar  de  oración,  vino  a  nuestro 
encuentro  una  muchacha  que  tenía 
un  espíritu  pitón,  la  cual,  ejercien- 
do la  adivinación,  proporcionaba  a 
sus  amos  mucha  ganancia.  "  Esta, 
siguiendo  tras  Pablo  y  tras  de  nos- 
otros, gritaba  diciendo  :  «Estos  hom- 
bres son  siervos  del  Dios  Altísimo, 
los  cuales  os  anuncian  el  camino  de 
la  salud.»  "  Y  esto  hacía  durante 
muchos  días.  Incomodado,  por  fin, 
Pablo  y  vuelto  al  espíritu,  dijo  :  «Te 
intimo  en  eil  nombre  de  Jesu-Cristo 
que  salgas  de  ella.»  Y  salió  en  el 
mismo  instante. 


•Otra  nueva  intervención  del  cielo  señala  a  San  Pablo  el  campo  de  su  predicación 
evangélica  en  este  segundo  viaje. 

10  Tratamos  :  es  la  primera  vez  que  el  autor  de  los  Hechos  habla  en  primera  per- 
sona, como  testigo  ocular  de  los  hechos  que  refiere.  Aunque,  según  el  códice  D  y 
otros  documentos  occidentales,  ya  ante?,  en  n,  28,  emplea  San  Lucas  la  primera 
persona.  San  Agustín  |ML  34,  1:195)  transcribe  así  este  pasaje  :  «In  illis  autem  diebus 
dcscenderunt  ab  Ierosolymis  prophetae  Antiochiam,  eratque  magna  exsultatio.  Con- 
gregatis  autem  nobis,  surgens  unus  ex  illis  nomine  Agabus...»  (11,  27-28).  Si  Lucas, 
«el  médico  querido»  (Col.  4,  14),  se  asoció  a  Pablo  por  primera  vez  en  Tróade  o  le 
había  acompañado  desde  Antioquía,  no  consta  con  certeza.  Pablo,  pues,  cuenta  con 
tres  excelentes  auxiliares  :  Silas  (o  Silvano),  Timoteo  y  Lucas.  Otros  se  le  irán 
agregando. 

"Tróade:  ciudad  edificada  a  18  kilómetros  al  S.  de  la  Troya  homérica.  ||  Samo 
trocía  :  pequeña  isla  en  el  N.  del  mar  Egeo,  casi  a  medio  camino  entre  Tróade  y  la 
Ciudad  Nueva.  |[  Ciudad  Nueva  (Nca  Polis):  puerto  al  N.  del  Egeo,  hoy  Kavala. 

12  FiLrPos  :  a  unos  12  kilómetros  al  NO.  de  Nea  Polis.  La  expresión  la  primera 
cruDAD  del  distrito  de  Macedonia  (literalmente  «la  primera  de  la  parte  de  Mace- 
donia») es  interpretada  de  diferentes  maneras.  La  más  sencilla  seria  que  para  quien 
entraba  en  Macedonia  ]K>r  Nca  Polis  (que  por  entonces  pertenecía  a  la  Tracia),  la 
primera  ciudad  que  se  encontraba  era  Filipos.  Otros,  en  vez  de  «la  primera  ciudad 
del  distrito»,  leen  «ciudad  del  primero  de  los  (cuatro)  distritos»  en  que  estaba  divi- 
dida Macedonia  :  interpretación  enteramente  satisfactoria  si  no  careciese  de  base 
documental.  ||  Colonia  romana  :  a  consecuencia  de  la  victoria  de  Filipos  (42  a.  de  C), 
el  vencedor  Octavio  (Augusto)  elevó  la  ciudad  a  la  categoría  de  colonia,  donde  esta- 
bleció a  numerosos  veteranos  de  sus  tropas,  con  todos  los  privilegios  del  lus  ita- 

13  Lugar  de  oración  :  sinagoga,  o  que  hacía  sus  veces. 

"  Tiatira  :  ciudad  del  Asia  proconsular,  una  de  las  siete  a  las  cuales  van  dirigidas 
¡a.s  Cartas  preliminares  del  Apocalipsis.  lj  Adoraba  a  Dios:  adherida  al  monoteísmo 
de  Israel. 

*  Pitón  :  así  se  llamó  al  dragón  fabuloso  (muerto  por  Apoioi  cuya  piel  recubría 
el  trípode  en  -que  se  sentaba  la  adivina  (pitonisa)  de  Delfos  para  pronunciar  los 
oráculos.   Pe  ahí  vino  a  significar  espíritu  de  adivinación. 


—  299  — 


16  19-29 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


16  30-40 


Pablo  y  Silas  son  encarcelados. 
16,  19-24 

"  Al  ver  sus  amos  que  se  les  ha- 
bía ido  la  esperanza  de  su  ganancia, 
asiendo  r.  Pabio  y  a  Silas,  los  arras- 
traron al  foro  anie  los  magistrados  ; 
M  y  presentándolos  a  los  pretores, 
dijeron  :  «Estos  hombres  revuelven 
nuestra  ciudad,  judíos  como  son,  ny 
predican  usanzas  que  no  nos  es  lí- 
cito aceptar  ni  practicar,  romanos 
como  somos.»  "  Y  se  amotinó  la  tur- 
ba contra  ellos  ;  y  los  pretores,  ha- 
biéndoles arrancado  las  vestiduras, 
dieron  orden  de  apalearlos  ;  "  y  des- 
pués de  haberles  cargado  de  golpes, 
los  echaron  en  la  cárcel,  ordenando 
al  carcelero  los  guardase  bien  ase- 
gurados ;  M  el  cual,  recibida  seme- 
jante orden,  los  metió  en  el  cala- 
bozo interior  y  sujetó  sus  pies  me- 
tiéndolos en  el  cepo. 


Es  bautizado  el  carcelero.  16,  25-34 


26  Mas  hacia  la  media  noche,  Pa- 
blo y  Silas,  haciendo  oración,  can- 
taban himnos  a  Dios,  y  los  escucha- 
ban los  presos.  26  De  improviso  vino 
un  gran  terremoto,  tal  que  se  con- 
movieron los  cimientos  de  la  cárcel  ; 
y  abriéronse  en  un  instante  todas 
las  puertas,  y  las  prisiones  de  todos 
se  soltaron.  -1  Despertado  el  carce- 
lero y  viendo  abiertas  las  puertas  de 
la  cárcel,  tirando  de  la  espada,  iba 
ya  a  matarse,  imaginándose  que  se 
habían  fugado  los  presos.  *  Gritó 
Pablo  a  grandes  voces,  diciendo  : 
«No  te  hagas  mal  alguno,  que  todos 
estamos  aquí.»  29  Y  habiendo  pedido 


luz,  entró  de  un  salto,  y  todo  tem- 
blando se  echó  a  los  pies  de  Pablo 
y  de  Sillas;  80  Y  sacándolos  afuera 
dijo  :  «Señores,  ¿  qué  tengo  que  ha- 
cer para  ser  salvo  ?»  31  Ellos  dije- 
ron :  «Cree  en  el  Señor  Jesús,  y  se- 
rás  salvo  tú  y  tu  casa.»  3- Y  le  ha- 
blaron la  palabra  del  Señor,  y  con 
él  a  todos  los  de  su  casa.  33  Y  to- 
mándolos consigo  en  aquella  misma 
hora  de  la  noche,  lavó  sus  heridas, 
y  fué  bautizado  él  y  todos  los  su- 
yos inmediatamente.  31  Y  habiéndo- 
los hecho  subir  a  su  casa,  les  puso 
la  mesa,  y  se  regocijó  con  toda  su 
familia  de  haber  creído  en  Dios. 


Pablo  y  Silas  salen  de  la  cárcel  y  de 
la  ciudad.  16,  35-40 

86  Y  cuando  se  hizo  de  día,  envia- 
ron los  pretores  a  los  lictores,  di- 
ciendo :  «Pon  en  libertad  a  aquellos 
hambres.»  *  Comunicó  el  carcelero 
estas  órdenes  a  Pablo  :  que  «Han 
enviado  a  decir  los  pretores  que  se 
os  ponga  en  libertad.  Ahora,  pues, 
salid  e  idos  en  paz.»  37  Mas  Pablo 
les  dijo  :  «Después  de  azotarnos  pú- 
blicamente, sin  sentencia  judicial, 
con  ser  hombres  romanos,  nos  echa- 
ron en  la  cárcel,  y  ahora  ¿  secreta- 
mente nos  echan  fuera?  No  tal,  sino 
vengan  ellos  mismos  y  sáquennos.» 
"  Refirieron  los  lictores  a  los  preto- 
res estas  palabras.  Y  temieron  al  oír 
que  eran  romanos.  38  Y  viniendo,  les 
dieron  satisfacción,  y  habiéndolos  sa- 
cado, les  rogaban  que  se  partiesen 
ile  la  ciudad.  En  saliendo  de  la 
cárcel  entraron  en  casa  de  Lidia,  y 
viniendo  a  los  hermanos  los  anima- 
ron y  salieron. 


*"  Pretores  :  literalmente  estrategos  o  generales:  así  se  llamaban,  a  lo  menos 
en  el  lenguaje  corriente,  los  dmmviros  o  supremos  magistrados  de  las  colonias. 

*  Cantaban  himnos:  era  para  sorprender  y  asombrar  el  que  dos  presos,  en  el  ca- 
labozo, a  media  noche,  en  vez  de  echar  imprecaciones,  prorrumpiesen  en  dulces 
himnos,  que,  en  el  profundo  silencio  de  las  sombras,  parecerían  ecos  de  otro  mundo. 
Desde  los  primeros  días  del  cristianismo  se  manifestó  en  la  Iglesia  el  cansina 
divino  de  los  himnos  sagrados,  de  los  cuales  quedan  varios  vestigios  y  fragmentos 
en  las  Epístolas  de  San  Pablo. 

33  Lavóles  de  sus  heridas  :  probablemente  en  el  aljibe  que  habría  en  el  atrio  de 
la  cárcel  ;  y  en  esta  agua,  teñida  realmente  con  la  sangre  de  Pablo  y  de  Silas,  y 
kimbólicamente  con  la  sangre  de  Cristo,  fué  bautizado  el  carcelero. 

04  Este  convite,  previas  las  explicaciones  de  Pablo,  se  convirtió  en  ágape  coa  la 

40  Salieron  :   Pablo  y  Silas.  Las  otros  dos  compañeros,  Timoteo  y  Lucas,  pareoe 

quedaron  todavía  algún  tiempo  en  FilipOS. 


—  30O  — 


17  i-io 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


17  ii-i' 


El  Evangelio  en  Tesalónica.  17,  1-10 

-1  -  1  Habiendo  hecho  el  viaje  pa- 
'  sandopor  Anfípolis  y  Apolonia, 
llegaron  a  Tesa  Iónica,  donde  había 
sinagoga  de  judíos.  2  Y,  según  su 
costumbre,  Pablo  se  entró  en  su  re- 
unión, y  por  tres  sábados  discutió 
con  ellos  a  base  de  las  Escrituras, 
1  declarándolas  y  poniendo  de  mani- 
fiesto que  el  Mesías  había  de  padecer 
v  resucitar  de  entre  los  muertos,  y 
que  «tal  es  el  Mesías,  Jesús,  a  quien 
yo  os  anuncio».  4  Y  algunos  de  en- 
tre ellos  quedaron  convencidos,  y  se 
pusieron  en  manos  de  Pablo  y  de 
Silas  ;  y  de  los  griegos  adoradores 
de  Dios,  gran  multitud  ;  y  de  las 
mujeres  principales,  no  pocas.  6  Lle- 
nos de  envidia  los  judíos  y  echando 
mano  de  algunos  hombres  malean- 
tes, gente  del  arroyo,  y  armando 
motines,  alborotaron  la  ciudad  ;  y 
presentándose  en  la  casa  de  Jasón, 
los  buscaban  para  llevarlos  ante  el 
pueblo  ;  '  y  no  habiéndolos  hallado, 
arrastraron  a  Jasón  y  a  algunos  her- 
manos ante  los  politarcas,  vocife- 
rando que  «Esos  que  han  trastorna- 
do todo  el  mundo,  también  acá  _se 
han  presentado,  7  a  los  cuales  Jasón 
ha  acogido ;  y  todos  éstos  obran 
contra  los  edictos  del  César,  dicien- 
do que  hay  otro  rey,  Jesús».  s  Y  al- 
borotaron al  vulgo  y  a  los  politarcas, 
que  esto  oían  ;  8  y  habiendo  re- 
cibido fianza  de  Jasón  y  de  los  de- 
más, los  soltaron.  10  Los  hermanos 
inmediatamente,  de  noche,  hicieron 
salir  a  Pablo  y  a  Silas  para  Berea. 


Pablo  en  Boca.  17,  10-15 


Ellos,  en  llegando,  se  fueron  a  la 
sinagoga  de  los  judíos.  11  Estos  eran 
de  más  buen  natural  que  los  de  Te- 
salónica,  y  así  acogieron  las  pala- 
bras con  toda  prontitud  de  ánimo, 
escudriñando  diariamente  las  Escri- 
turas, a  ver  si  esto  era  así.  u  Mu- 
chos, pues,  de  entre  ellos  creyeron, 
v  de  las  mujeres  griegas  distingui- 
das y  también  de  los  hombres  no 
pocos.  13  Mas  en  cuanto  supieron  los 
judíos  de  Tesalónica  que  también  en 
Berea  había  sido  anunciada  por  Pa- 
blo la  palabra  de  Dios,  fueron  tam- 
bién allá,  y  agitaron  y  alborotaron 
las  turbas.  11  Al  punto  entonces  lo- 
hermanos  hicieron  salir  a  Pablo,  pa- 
ra que  se  fuese  hasta  el  mar  ;  y  se 
quedaron  allí  Si'fas  y  Timoteo.  15  Los 
que  conducían  a  .Pablo  le  llevaron 
hasta  Atenas,  y  habiendo  recibido 
para  Sillas  y  Timoteo  orden  de  que 
cuanto  antes  se  viniesen  a  él,  se  par- 
tieron. 


Pablo  en  Atenas.  17,  10-21 


"Ya  en  Atenas,  mientras  los  aguar- 
daba, se  irritaba  el  espíritu  de  Pa- 
blo en  su  interior,  viendo  cómo 
estaba  llena  de  ídolos  la  ciudad. 
11  Discutía,  pues,  por  una  parte,  en  la 
sinagoga  con  los  judíos  y  con  los  ado- 
radores de  Dios,  y  en  el  ágora  cada 
día  con  los  que  allí  se  encontraban. 
18  Por  otra  parte,  algunos  también 
de  los  filósofos  epicúreos  y  estoicos 
trababan  conversación  con  él;  y  uno» 


■17  1  AnpIpolís  (en  el  golfo  de  Estrimón,  hoy  Orfanil  distaba  de  Filióos  a»  kilómc- 
J-*  tros.  ||  Apolonia  (al  N.  de  la  península  Catódica)  distaba  de  Anfípolis  jó  kilóme- 
tios  y  medio.  |!  Tesalónica,  hoy  Salónica  (en  el  golfo  del  misino  nombre)  distaba 
de  Apolonia  57  kilómetros. 

6 Jasón:  hospedador  de  rabio  y  Silas.  Xo  parece  hay  motivo  suficiente  para  iden- 
tificarlo con  el  Jasón  de  que  se  habla  en  Rom.  16,  21. 

•Politarcas:  así  se  denominaban  los  supremos  magistrados  de  Tesalónica,  como 
ha  podido  comprobarse  por  las  inscripciones  :  nuevo  indicio  de  la  escrupulosa  exac- 
titud de  San  Lucas. 

11  Timoteo  había  vuelto  entre  tanto  de  Filipos,  dejando  allí  solo  a  Lucas. 

>»-»  Nos  da  aquí  San  Lucas  una  pintura,  maravillosamente  exacta,  de  la  Atena? 
de  entonces  bajo  su  aspecto  religioso,  filosófico  y  social. 

"Se  imaginaron  los  atenienses  que  la  Klsurrixcióx  de  que  hablaba  Pablo  seria 
una  nueva  divinidad  por  ellos  desconocida.  X¡  es  inverosímil  que  los  atenienses,  tan 
ligeros  como  supersticiosos,  entendieran  tan  disparatadamente  las  palabras  del  Após- 
tol. ||  La  palabra  BUFON  responde  al  griego  spemiologps,  que  no  significa  sembrador 
de  palabras,  como  traduce  la  Vulgata,  sino  recogedor  tic  semillas  o  granos,  y  se 
decía  de  los  holgazanes,  que  para  vivir  sin  trabajar  se  iban  por  los  mercados  para 
recoger  lo  que  se  caía  por  los  suelos  ;  y  se  aplicaba  a  los  parásitos,  plagiario.-,  char- 
latanes sabidillos  y  otra  gente  de  semejante  ralea. 


—  301  — 


17  19-24 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


17  25-30 


decían  :  «¿Qué  querrá  decir  ese  bu- 
fón ?»  ;  mas  otros :  «Parece  ser  anun- 
ciador de  divinidades  extranjeras.» 
Porque  les  anunciaba  a  Jesús  y  la 
resurrección.  1UY  asiendo  de  él  le  lle- 
varon al  Areópago,  diciendo  :  «¿Po- 
dríamos saber  cuál  es  esa  nueva  doc- 
trina que  tú  enseñas  ?  20  Porque  nos 
metes  por  los  oídos  ciertas  cosas  ex- 
trañas. Deseamos,  por  tanto,  sabei 
qué  quieren  ser  esas  cosas.»  21  Los 
atenienses  todos  y  los  forasteros  do>- 
miciliados  en  ninguna  otra  cosa  se 
ocupaban  sino  en  decir  o  en  oír  la 
última  novedad. 


Discurso  de  Pablo  en  el  Areópago. 
17,  22-34 

"  De  pie  Pablo  en  medio  del  Areó- 
pago, dijo  : 

«Varones  atenienses,  en  todas  co- 
sas os  veo  respetuosos,  como  nadie, 
de  lo  divino.  a  Porque,  pasando  y 
considerando  atentamente  vuestros 
monumentos  sagrados,  me  encontré 
también  con  un  ara  en  la  cual  se  leía 
esta  inscripción  :  al  dios  descono- 
cido. Lo  que,  pues,  sin  conocerlo, 
veneráis,  esto  os  anuncio  yo.  24  Bl 


Dios  que  hizo  el  mundo  y  todo  cuan- 
to hay  en  él,  éste,  que  es  el  Señor 
de  cielo  y  tierra,  no  tiene  su  habi- 
tación en  templos  fabricados,  25  ni  es 
servido  de  manos  humanas,  como  si 
de  algo  necesitara,  El  que  a  todos 
da  vida,  respiración  y  todas  las  co- 
sas ;  M  e  hizo,  procedentes  de  uno 
solo,  toda  raza  de  hombres,  desti- 
nados a  habitar  sobre  toda  la  haz 
de  la  tierra  —  habiendo  establecido 
fijamente  los  tiempos  v  los  linde- 
ros de  su  habitación— ,"27  con  el  fin 
de  que  buscasen  a  Dios — si  es  que 
por  ventura  le  buscaban  a  tientas  y 
le  hallaban — ,  por  más  que  no  se 
halla  lejos  de  cada  uno  de  nosotros. 
"  Porque  en  El  vivimos,  nos  move- 
mos y  existimos,  como  alguno-,  tam- 
bién de  vuestros  propios  poetae  lo 
han  dicho  : 

Pues  de  El  también  linaje  somos. 

=l>  Siendo,  pues,  como  somos,  lina- 
je de  Dios,  no  hemos  de  pensar  que 
lo  divino  sea  algo  .semejante  a  oro 
o  plata  o  piedra,  escultura  labrada 
por  el  arte  y  la  fantasía  de  un  hom- 
bre. 30  Dios,  pues,  habiendo  disimu- 
lado los  tiempos  de  la  ignorancia, 
ahora  intima  a  los  hombres  que  to- 
dos en  todo  lugar  se  arrepientan, 


>'■'  El  Areó-pago  o  Collado  de  Marte  era  una  colina,  situada  al  O.  de  Atenas,  en 
ciue  antiguamente  se  reunía  el  tribunal  supremo,  que  fué  también  denominado 
Areópago.  Se  discute  si  San  Lucas  entiende  por  Areópago  la  colina  o  el  tribunal. 
Lo  segundo  parece  más  probable.  Ni  obsta  el  que  no  se  entable  contra  Pablo  pro- 
ceso criminal  ;  pues  ipudo  muy  bien  ser  que,  como  Atenas  habla  perdido  su  inde- 
pendencia polític-a,  también  su  tribunal  supremo  hubiera  perdido  su  carácter  pri- 

0-31  Este  discurso  es  un  portento  de  inteligencia  y  de  fina  habilidad.  Tomando 
pie,  en  t-l  exordio,  de  la  proverbial  religiosidad  de  los  atenienses  y  del  ara  AL 
DIOS  DESCONOCIDO,  establece  la  proposición  :  tEste  Dios  desconocido  es  el  que  yo 
vengo  a  anunciaros.»  Dos  partes  tiene,  o  había  de  tener,  el  discurso,  truncado  por 
la  frivola  incomprensión  de  aquellos  epicúreos  y  estoicos.  La  primera  es  una  síntesis 
de  la  Teodicea  cristiana,  antiepicúrea  y  antiestoica.  En  ella  no  tanto  se  propone  de- 
mostrar la  existencia  de  Dios,  ya  admitida  por  sus  oyentes,  cuanto  su  unidad,  perso- 
nalidad y  espiritualidad,  su  acción  creadora  y  su  providencia.  La  segunda  parte  había 
de  ser  una  amplia  declaración  de  la  revelación  cristiana,  que  no  quisieron  oír  aque- 
llos filósofos. 

31  Los  riEMros  :  son,  según  unos,  las  edades  y  épocas  do  la  historia  humana  ;  según 
otros,  los  períodos  de  las  estaciones  anuales.  La  primera  interpretación  cuadra  mejor 
con  el  contexto.  ||  Los  mnderos  :  las  fronteras  naturales  de  las  naciones. 

"  De  los  tres  incisos  de  este  versículo,  el  primero  expresa  el  fin  de  Dios  ;  el  se- 
gundo, la  duda  de  que  los  hombres  respondieran  a  este  fin  ;  el  tercero,  corrección 
del  segundo,  la  facilidad  de  hallar  a  Dios  cuando  sinceramente  se  le  busca. 

28  Dos  citas  de  poetas  griegos  hay  en  este  versículo  :  una  implícita  y  otra  ex- 
plícita. La  primera  es  una  reproducción  casi  literal  de  este  hexámetro  de  Epiménides 
en  su  poema  Minos: 

'Kv  3o't  fáp  C<i){uv  y.'j'.  xtveá|>eo6a  zcc.  sfuiv 

La  segunda  cita  es  el  final  de  otro  hexámetro  de  los  Fenómenos,  de  Arato. 

•"Los  tiempos...  en  todo  lugar:  estos  dos  elementos,  cronológico  y  topográfico, 
corresponden  a  los  dos  análogos  señalados  en  el  versículo  26. 


-  302  — 


17  31-18  6 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


18  7-" 


a  por  cuanto  ha  señalado  el  día  en 
que  va  a  juzgar  al  mundo  según  jus- 
ticia, por  medio  de  un  hombre  a 
quien  ha  destinado,  poniendo  al  al- 
cance de  todos  la  fe  con  el  hecho 
de  haberle  resucitado  de  entre  los 
muertos.» 

3-  En  cuanto  oyeron  resurrección 
de  muertos,  unos  se  burlaban,  otros 
dijeron  :  «Te  oiremos  hablar  de  es- 
to todavía  otra  vez.»  33  Con  esto 
Pablo  salió  de  en  medio  de  ellos. 
M  Algunos  hombres,  empero,  adhi- 
riéndose a  él,  creyeron,  entre  los 
cualles  también  Dionisio,  el  Areopa- 
gita,  y  una  mujer  jxjr  nombre  Dá- 
maris,  y  otros  con  ellos. 


Pablo  en  Corinto.  i8.  i-n 


i  o  1  Tras  esto,  partiendo  de  Ate- 
ñas,  llegó  a  Corinto.  a  Y  ha- 
biéndose encontrado  con  cierto  judío, 
por  nombre  Aquilas,  póntico  de  ori- 
gen,  recientemente  venido  de  Italia, 
y  con  Priscila  su  mujer — con  motivo 
de  haber  Claudio  ordenado  que  todos 
los  judíos  abandonasen  a  Roma — , 
se  allegó  a  ellos  ;  3  y  por  ser  del 
mismo  oficio,  se  quedó  con  ellos,  y 
trabajaba  ;  porque  eran  de  oficio  fa- 
bricantes de  tiendas  de  campaña. 
*  Discutía  cada  sábado  en  la  sinago- 
ga, y  se  esforzaba  por  persuadir  a 
judíos  y  a  griegos.  s  Mas  luego  que 
bajaron  de  Macedonia  Silas  y  Timo- 
teo, Pablo  andaba  todo  ocupado  en 
la  predicación  de  la  palabra,  testi- 
ficando a  los  judíos  que  el  Mesías 
era  Jesús.  6  Mas,  como  ellos  le  hi- 


ciesen oposición  y  respondiesen  con 
ultrajes,  él,  sacudiendo  sus  vestidos, 
les  dijo :  «Vuestra  sangre  recaiga  so- 
bre vuestra  cabeza  ;  yo,  inocente  de 
esa  sangre,  desde  este  momento  me 
dirigiré  a  los  gentiles.»  7  Y  trasla- 
dándose de  allí,  entró  en  la  casa  de 
uno  por  nombre  Tito  Justo,  que  ado- 
raba a  Dios,  cuya  casa  estaba -con- 
tigua a  la  sinagoga.  s  Crispo  el  ar- 
quisinagogo  creyó  en  el  Señor  con 
toda  su  casa  ;  y  muchos  de  los  co- 
rintios, al  oír  la  palabra,  creían  y 
eran  bautizados. 

9  Y  dijo  el  Señor  durante  la  no- 
che por  visión  a  Pablo  :  «No  temas, 
sino  continúa  hablando  y  no  te  ca- 
lles ;  10  pues  yo  estoy  contigo,  y  na- 
die pondrá  en  ti  sus  manos  para  ha- 
certe mal,  pues  es  mucho  el  pueblo 
que  tengo  en  esta  ciudad.»  u  Y  per- 
maneció de  asiento  un  año  y  seis 
meses,  enseñando  entre  ellos  la  pa- 
labra de  Dio*. 


Pablo  ante  el  tribunal  de  Gallón. 
18.  12-17 

"  Siendo  Galión  procónsul  de  Aca- 
ya,  los  judíos,  con  una  misma  fu- 
ria, se  echaron  encima  de  Pablo  y 
le  condujeron  ante  el  tribunal,  13  di- 
ciendo que  «éste  persuade  a  los  hom- 
bres a  dar  a  Dios  un  culto  que  está 
fuera  de  la  ley».  14  Mas  cuando  Pa- 
blo iba  a  abrir  su  boca,  dijo  Galión 
a  los  judíos  :  «Si  se  tratara  de  al- 
gún .acto  contra  justicia  o  de  algu- 
na mala  fechoría,  con  razón,  ¡  oh 
judíos!,  os  escucharía  yo  con  cafl- 


31  Doloroso  contratiempo  fué  para  Pablo  no  haber  podido  siquiera  pronunciar 
el  nombre  de  Jesús,  que  (tenía  a  flor  de  labios  ;  tremenda  desilusión,  al  ver  fracasa- 
das su  filosofía,  su  erudición  literaria,  su  hábil  diplomacia.  Mas  no  sin  fruto.  Esta 
decepción  acabará  de  afianzar  en  su  espíritu  aquella  verdad,  trágicamente  lumino- 
sa :  «¿  Por  ventura  no  entonteció  Dios  la  sabiduría  de  este  mundo  ?  Que,  pues,  en 
la  sabiduría  de  Dios  no  conoció  el  mundo  a  Dios  por  el  camino  de  la  sabiduría, 
plugo  a  Dios  salvar  a  los  creyentes  por  la  necedad  de  la  predicación!  (1  Cor.  1,  20-21). 

"  Te  oiremos  otra  vez  :  fórmula  irónica  de  cortesía,  con  que  significaban  a  Pablo 
que  ya  tenían  bastante  con  lo  dicho. 

**  Areopagita  :   miembro  del  tribunal  del  Arcópago. 

-j  O  -  1'ontico  :  natural  del  Ponto.  ||  Según  Orosio,  los  judíos  fueron  expulsados  de 
-■-O  Roma  el  año  noveno  de  Claudio  (25  de  enero  del  49  al  25  de  enero  del  50).  Pablo 
llegaría  a  Corinto  el  año  50  ó  el  51. 

3  Fabricantes  de  tiendas  :  las  fabricaban  con  telas  de  pelos  de  cabra.  Esta  tela 
llamaba  cilicio  por  fabricarse  en  Cilicia,  patria  de  Pablo. 

"  Tito  Justo  :  aunque  gentil,  adoraba  al  verdadero  Dios  y  frecuentaba  la  sina- 
tfoea  de  los  judíos. 

*  Crisi-o  fué  uno  de  los  pocos  bautizados  personalmente  por  Pablo  (1  Cor.  1,  14). 
12  Lucio  Junio  Anneo  Galión  era  cordobés,  como  su  hermano  Lucio  Anneo  Séneca. 
Fué  procónsul  DE  Acaya  desde  abril  del  51  hasta  abril  del  52. 

—  3°3  —  v 


18  !5-23 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


18  24-19  ? 


ma  ;  15  ]>ero  si  son  dimes  y  diretes 
•«obre  palabras,  sobre  nombres  y  so- 
bre vuestra  propia  ley,  allá  lo  ve- 
réis vosotros  ;  juez  yo  de  esas  co- 
sas no  quiero  serlo.»  16  Y  les  orde- 
nó despejar  el  tribunal.  11  Cogiendo 
entonces  todos  a  Sostenes  el  arqui- 
sinagogo,  le  golpeaban  delante  del 
tribunal.  Y  nada  le  importaba  de 
esto  a  Galión. 


Regreso  de  Pablo  a  Antioquia. 

iS,  lS-22 


1S  Pablo,  habiendo  permanecido  allí 
bastantes  días  aun,  despidiéndose  de 
los  hermanos,  se  embarcó  para  la 
Siria,  y  con  él  Priscila  y  Aquilas, 
que  en  Cencreas  se  había  hecho  ra- 
par la  cabeza,  porque  tenía  un  voto. 
"  Y  aportaron  en  Efeso,  y  a  ellos 
dejólos  allí  ;  y  él,  entrando  en  la 
sinagoga,  se  puso  a  hablar  a  los  ju- 
díos. 50  Y  aun  cuando  ellos  le  roga- 
ban que  se  detuviese  allí  más  tiempo, 
él  no  accedió,  31  sino  que,  despi- 
diéndose y  diciendo  :  «Otra  vez  vol- 
veré a  vosotros,  si  Dios  quisiere», 
^e  hizo  a  la  vela  desde  Efeso  ;  22  y 
habiendo  desembarcado  en  Cesárea, 
después  de  subir  y  saludar  a  la  Igle- 
sia, bajó  a  Antioquia. 


3.   Tercera  expedición  apostólica 
de  Pablo 


Principios  del  viaje.  18,  23 

:'3  Y  habiendo  pasado  allí  algún 
tiempo,  se  partió,  y  recorría  sucesi- 


vamente la  región  de  Galacia  y  la 
Frigia,  fortaleciendo  a  todos  los  dis- 
cípulos. 


Primera  predicación  de  Apolo. 
18,  24-28 

^Cierto  judío  por  nombre  Apolo, 
alejandrino  de  origen,  hombre  elo- 
cuente, que  dominaba  las  Escrituras, 
arribó^  a  Efeso.  26  Este  había  sido 
instruido  en  el  camino  del  Señor,  v 
con  el  hervor  de  espíritu  que  le  mo- 
vía, hablaba  y  enseñaba  con  singu- 
lar esmero  lo  tocante  a  [esús,'  si 
bien  no  conocía  otro  bautismo  sino 
el  de  Juan.  30  Y  éste  comenzó  a  ex- 
hibirse gallardamente  en  la  sinago- 
ga. Mas  cuando  le  oyeron  Priscila  y 
Aquilas,  le  tomaron  por  su  cuenta, 
v  con  mavor  exactitud  le  expusieron 
el  Camino  de  Dios.  -;  Y  resolvién- 
dose 61  pasar  a  la  Acava,  animán- 
dole a  ello  los  hermanos;  escribieron 
a  los  discípulos  que  le  acogieran.  El 
cual,  llegado  que  fué,  contribuyó  mu- 
provecho  de  los  que  habían  creído. 
*  Porque  con  gran  vigor  rebatía  en 
público  a  los  judíos,  demostrando 
ipor  las  Escrituras  que  el  Mesías  no 
era  otro  que  Jesús. 

Paulo  en  Efeso  bautiza  a  unos 
discípulos  de  Juan,  iq,  1-7 

"I  Q  '  ^'  aconteció  que,  mientras 
J--'  Apolo  andaba  en  Corinlo,  Pa- 
blo, recorriendo  las  regiones  supe- 
riores, bajó  a  Efeso  y  halló  algunos 
discípulos.  -  Y  les  dijo  : 


17  St'xn'NKS  ti.  aruuisinagogo  :  no  se  sabe  si  fué  sucesor  o  colega  <lc  Crispo  o  bien 
Jefe  o  uno  de  los  jefes  de  otra  sinagoga. 

18  Se  embarcó  :  por  otoño  del  51,  ||  Cencreas:  puerto  oriental  de  Corinlo,  «la  de 
dos  mares».  ||  Se  había  ntoio  rapar  la  cabeza  :  esta  acción  señalaba  el  cumplimiento 
del  tiempo  para  el  cual  se  había  hecho  el  voto.  El  voto  de  que  se  habla  sería  el 
nazircato  o  algún  voto  semejante.  El  texto  aleo  ambiguo  de  San  Lucas  ño  permite 
resolver  con  entera  seguridad  si  el  voto  lo  hizo  Aquila  o  Pablo. 

2-  A  la  Iglesia  :  muchos  suponen  que  se  habla  de  la  Iglesia  madre  de  Jcrusalcn. 
No  es  claro. 

23  Sf.  partió:  era  el  año  52.  ||  Galacia:  literalmente  «la  región  galática»,  que  debe 
tomarse  en  sentido  etnológico.   ||  Frigia  :  al  O.  de  (".alacia. 

25  El  Camino  del  Señor  :  ahora  se  diría  id  Doctrina  cristiana.  Es  singular  el 
conocimiento  que  del  cristianismo  tenía  Apolo  :  aunque  no  inexacto,  muy  incom- 
pleto ;  pues  ignoraba  un  elemento  tan  esencial  como  es  el  bautismo  cristiano. 

19    1  Las  regiones  superiores  :  las  más  elevadas  o  montañosas  del  Asia  Menor. 


—  304  — 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


19  n-V) 


— ¿  Recibiste'.?,  al  creer,  el  Espí- 
ritu Santo? 
Ellos  a  él  : 

— Es  que  ni  siquiera  nos  entera- 
mos de  que  haya  Espíritu  Santo. 

•  El  dijo  : 

— ¿Con  qué  bautismo,  pues,  fuis- 
teis bautizados  ? 
Ellos  dijeron  : 

— Con  el  bautismo  de  Juan. 
4  Dijo  Pablo  : 

—Juan  bautizó  con  bautismo  de 
penitencia,  diciendo  al  pueblo  que 
creyesen  en  el  que  había  de  venir 
tras  él,  es  decir,  en  Jesús. 

'  Oído  esto,  fueron  bautizados  en 
el  nombre  del  Señor  Jesús.  6  Y  ha- 
biéndoles Pablo  impuesto  las  manos, 
vino  el  Espíritu  Santo  sobre  ellos 
v  hablaban  en  lenguas  y  profetiza- 
ban. '  Eran  entre  todos  como  unos 
doce  hombres. 

Dejados  los  judíos,  dirígese  a  los 
gentiles,  ig.  S-io 

•  Y  entrando  en  la  sinagoga,  ha- 
b'aba  con  entera  libertad  por  espa- 
cio de  tres  meses,  discutiendo  y  per- 
suadiendo en  lo  tocante  al  reino  de 
Dios.  *  Mas  como  algunos  se  endu- 
reciesen y  no  se  rindiesen,  diciendo 
mal  del  Camino  en  presencia  de  la 
muchedumbre,  apartándose  de  ellos 
tormo  grupo  aparte  con  los  discípu- 
los, y  razonaba  diariamente  en  la  es- 
cuela de  Tirano.  10  Y  esto  continuó 
por  espacio  de  dos  años,  de  suerte 
que  todos  los  que  habitaban  el  Asia, 
tanto  judíos  como  gentiles,  pudie- 
ron oír  la  palabra  del  Señor. 


Milagros  obrados  por  Pablo,  iq.  11-12 


"  Y  obraba  Dios  por  las  manos  de 
Pablo  milagros  no  vulgares,  B  hasta 
el  punto  de  que,  tomando  los  pa- 
ñuelos o  delantales  que  llevaba  en- 
cima para  aplicarlos  a  los  enfermos, 
eran  ahuyentadas  de  ellos  las  en- 
fermedades v  salían  los  malos  espí- 
ritus. 


Los  exorcistas  judíos.  19,  13-20 

,s  Intentaron  algunos  de  los  mis- 
mos exorcistas  judíos  ambulantes  in- 
vocar sobre  los  que  tenían  los  malos 
espíritus  el  nombre  del  Señor  Je- 
sús, diciendo  :  «Os  conjuro  por  Je- 
sús, el  que  Pablo  predica.»  "  Y  eran 
siete  hijos  de  cierto  Escevas,  sumo 
sacerdote  judío,  los  que  esto  hacían. 
15  Mas  respondiendo  el  espíritu  ma- 
lo, les  dijo  :  «A  Jesús  le  conozco,  y 
Pablo  sé  quién  es  ;  pero  vosotros 
¿quiénes  sois?»  16  Y  echándose  de 
un  salto  sobre  ellos  el  hombre  en 
quien  estaba  el  espíritu  malo,  do- 
minando al  uno  y  al  otro,  pudo  con- 
tra ellos,  hasta  obligarles  a  escapar 
de  aquella  casa  desnudos  y  heridos. 
,:  Y  esto  llegó  a  conocimiento  de  to- 
dos los  habitantes  de  Efeso,  así  ju- 
díos como  griegos,  y  cundió  el  te- 
mor en  todos  ellos,  y  era  engrande- 
cido el  nombre  del  Señor  Jesús.  18  Y 
muchos  de  los  que  habían  creído  ve- 
nían confesando  y  declarando  sus 
prácticas  de  magia.  15  Y  bastantes  de 
los  que  habían  practicado  las  artes 
mágicas,  amontonando  los  libros  que 
habían  traído,  los  quemaban  a  vis- 
ta de  todos.  Y  habiendo  calculado 
sus  precios,  hallaron  ser  de  cincuen- 


3  Kstos  discípulos  estarían  en  el  mismo  caso  que  Apolo. 

»  Tirano  :  sería  un  retórico  que  cedía  su  escuela  a  Pablo,  no  sabemos  con  que 
condiciones.  El  texto  occidental  añade  que  Pablo  enseñaba  desde  la  hora  quinta  a 
la  décima  Idesde  las  once  hasta  las  dieciséis*.  Probablemente  desde  el  amanecer  has- 
ta las  once,  Pablo  trabajaba  en  su  oficio  para  ganar  el  sustento  (:o,  34-35). 

19  Estos  dos  AÑOS,  sumados  a  los  tres  meses  de  que  antes  se  habla  (v.  S)  y  a! 
TitMPo  de  que  se  habla  luego  (v.  2a),  completan  el  trienio  (20,  31)  que  San  Pablo 
estuvo  en  Efeso  (del  53  al  56).  Durante  este  tiempo,  probablemente  hacia  la  Pascua 
del  56,  se  escribió  la  primera  a  los  Corintios. 

15  Delantales  :   serian  los  que  usaba  San  Pablo  en  su  trabajo  manual. 

a  La  declaración  del  divino  Maestro  a  los  fariseos  (Mt.  12,  ;  Le.  11,  19)  da  a 
entender  que  los  exorcismos  de  los  judíos  podían  alguna  vez  ser  eficaces. 

14  Ignoramos  en  qué  sentido  era  sumo  sacerdote  este  Escevas.  ¿  Sería  simplemente 
de  una  de  las  familias  archisacerdotales  ? 

"Los  libros  de  magia  serian  rollos  de  pergamino  que  contendrían  fórmulas  de 
encantamiento,  exorcismos,  palabras  mágicas...  ||  Las  monedas  de  plata  eran  dracma*. 
La  dracma  griega  correspondía  al  denario  romano. 


—  305  — 


19  20-27 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


19  28-39 


ta  mil  monedas  de  plata.  20  Así  con 
tal  pujanza  se  extendía  y  robuste- 
cía la  palabra  del  Señor. 


Planes  de  viajes,  iq,  21-22 


a  Una  vez  realizadas  estas  cosas, 
determinó  Pablo  en  su  espíritu  ir  a 
Jerusalén  pasando  por  Macedonia  y 
Acaya,  diciendo  :  «Después  de  haber 
estado  allí,  tengo  que  ver  también 
a  Roma.»  25  Y  habiendo  despachado 
para  Macedonia  a  dos  de  sus  auxi- 
liares, Timoteo  y  Erasto,  él  se  de- 
tuvo un  tiempo  en  el  Asia. 

Motín  de  los  efesios  contra  Pablo. 
19,  23-40 

a  Ocurrió  por  aquella  sazón  un  tu- 
multo no  pequeño  con  motivo  del 
Camino.  84  Porque  un  tal  Demetrio 
de  nombre,  platero,  labrando  en  pla- 
ta templos  de  Artemis,  proporciona- 
ba a  los  artífices  no  exigua  ganan- 
*  cia  ;  26  a  los  cuales,  habiéndolos  re- 
unido, y  con  ellos  a  los  operarios  de 
semejante  ramo,  dijo  :  «Varones,  sa- 
béis que  de  este  oficio  nos  proviene 
la  abundancia  de  recursos  ;  20  y  es- 
táis viendo  y  ovendo  decir  que  no 
solamente  en  Efeso,  sino  en  casi 
toda  eil  Asia,  ese  Pablo  con  sus  per- 
suasiones ha  seducido  mucha  gente, 
diciendo  que  no  son  dioses  los  que 
con  manos  son  labrados.  27  Y  no  sólo 
se  corre  el  peligro  de  que,  con  per- 
juicio nuestro,  se  hunda  en  el  des- 
crédito este  ramo  de  la  industria, 
sino  también  de  que  el  templo  de 
la  gran  diosa  Artemis  sea  tenido  en 
nada  ;  y  se  va  a  derrumbar  la  ma- 
jestad de  aquella  a  quien  toda  el 


Asia  y  el  mundo  entero  venera.» 
28  Como  esto  oyeron,  llenos  de  furor 
gritaban,  diciendo  :  «¡Grande  es  la 
Artemis  de  los  efesios  !»  28  Y  se  llenó 
la  ciudad  de  confusión,  y  se  lanza- 
ron furiosos  todos  a  una  hacia  el 
teatro,  arrastrando  consigo  a  Gayo 
v  Aristarco,  macedonios,  compañe- 
ros de  viaje  de  Pablo.  30  Y  querien- 
do Pablo  entrar  y  presentarse  al  pue- 
blo, no  se  lo  consentían  los  discí- 
pulos. 31  Y  algunos  también  de  los 
asiarcas,  que  eran  amigos  sayos, 
mandáronle  recado  exhortándole  a 
que  no  se  presentase  en  el  teatro. 
32  Unos,  pues,  gritaban  una  cosa, 
otros  otra  ;  porque  la  asamblea  an- 
daba toda  revuelta,  y  los  más  no  sa- 
bían ñor  qué  razón  se  habían  reuní- 
do.  33  Mas  de  entre  la  turba  salió 
Alejandro,  a  quien,  previamente  ins- 
truido, habían  empujado  hacia  ade- 
lante los  judíos  ;  v  el  tal  Alejan- 
dro, habiendo  hecho  señas  con  la 
mano  quería  hacer  su  defensa  ante 
él  pueblo.  "  Pero,  en  cuanto  reco- 
nocieron que  era  judío,  resonó  una 
voz  general  de  todos,  que  durante 
unas  dos  horas  estuvieron  vociferan- 
do ;  «¡Grande  es  la  Artemis  de  los 
efesios!»  36  Mas,  calmado  que  hubo 
a  la  turba,  el  letrado  dice  :  «Varones 
efesios,  ¿  quién  hav  de  los  hombres 
que  no  sepa  que  la  ciudad  de  los 
efesios  es  la  guardiana  de  la  grande 
Artemis  y  de  la  estatua  caída  del 
cielo  ?  30  Siendo,  por  tanto,  esto  in- 
discutible; es  conveniente  que  os 
mantengáis  sosegados  y  que  nada 
hagáis  precipitadamente.  37  Pues  ha- 
béis traído  acá  estos  hombres  que  ni 
son  sacrilegos  ni  blasfemadores  de 
nuestra  diosa.  33  Si,  pues,  Demetrio 
v  los  artífices  sus  compañeros  tie- 
nen querella  contra  alguno,  audien- 
cias forenses  se  celebran  y  procón- 
sules hay :  presenten  acusación  unos 
I  contra  otros.  39  Y  si  tenéis  alguna 


21  PASANDO  por  Macedonia  y  ACATA  :  para  recocer  la  limosna  destinada  a  los  pobre* 
de  Jerusalén  (1  Cor.  16,  1--,  ;  2  Cor.  8-9)  y  para  poner  orden  en  la  Iglesia  de  Corinto. 

■  Este  Erasto,  compañero  do  San  Pablo,  os  distinto  dol  Erasto  cuestor  de  Co- 
rinto (Rom.  16,  23).  ||  En  el  Asia:  evangelizando  otras  ciudades.  (Cf.  iq,  26;  20,  18.) 

*  Templos  de  Artemis  :  serían  miniaturas  "del  famoso  templo  de  Efeso. 

"  Asurcas  :  así  eran  llamados  los  diez  magistrados  que  presidian  la  asamblea 
ptovincial  del  Asia. 

83  Probablemente  Alejandro  se  proponía  convencer  a  los  efesios  de  que  los  indios 
rio  tenían  parte  alguna  en  la  propaganda  de  Pablo  contra  Artemis  y  su  templo. 

35  El  letrado  era  el  magistrado  con  funciones  de  secretario,  que  dirigía,  si  no 
ptesidía,  las  asambleas  populares.  ||  La  estatua  de  Artemis  so  suponía  caída  del 
cielo.  Era  un  bloque  informe,  que  bien  podría  ser  un  aerolito. 

34  Procónsules  :  plural  de  categoría. 

"F.N  LA  asambifa  legal  :   presidida  por  el  magistrado  romano. 


-306- 


19  *<>-20  ' 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


20  s"16 


ulterior  demanda  que  hacer,  se  pro- 
veerá en  la  asamblea  general.  40  Pues 
corremos  peligro  de  ser  acusados  de 
sedición,  por  esta  de  hoy,  no  exis- 
tiendo motivo  alguno  ;  sobre  lo  cual, 
no  .podremos  dar  razón  que  justifique 
este  concurso  tumultuoso.»  Y  dicho 
esto,  despidió  la  asamblea. 

• 

Viaje  a  Macedonia,  Grecia 
y  Tróade.  20,  1-6 

orv  1  Luego  que  se  hubo  apacigua- 
^  do  el  tumulto,  Pablo,  habiendo 
hecho  llamar  a  los  discípulos,  los 
animó  ;  y  despidiéndose  de  ellos,  sa- 
lió para  ir  a  Macedonia.  "Habiendo 
recorrido  aquellas  regiones  y  exhor- 
tado a  los  de  allí  con  largos  razona- 
mientos, llegó  a  la  Grecia  ;  3  y  pasa- 
dos allí  tres  meses,  como  los  judíos 
ie  hubiesen  armado  asechanzas,  es- 
tando ya  a  punto  de  embarcarse  pa- 
ra Siria,  tomó  la  decisión  de  volver- 
se por  Macedonia.  4  Acompañábale 
hasta  el  Asia  Sópatro  el  de  Pirro  de 
Berea,  y  de  los  tesalonicenses,  Aris- 
tarco y  Segundo  ;  además,  Gayo  de 
Derbe  y  Timoteo  ;  y  del  Asia,  Tíqui- 
co  y  Trófimo.  6  Estos,  habiéndosenos 
adelantado,  nos  aguardaban  en  Tróa- 
de ;  *  nosotros,  después  de  pasados 
los  días  de  los  Azimos,  nos  hicimos 
a  la  vela  desde  Filipos,  y  al  cabo  de 
cinco  días  los  alcanzamos  en  Tróade, 
donde  no^  entretuvimos  siete  días. 


En  Tróade  Pablo  resucita 
a  Eutico.  20,  7-12 

*  El  primer  día  de  la  semana,  es- 
tando nosotros  reunidos  para  partir 


el  pan,  Pablo,  que  iba  a  marchar  el 
día  siguiente,  conversaba  con  ellos 
y  prolongó  su  plática  hasta  la  media 
noche.  5  Había  lámparas  en  abun- 
dancia en  la  estancia  superior,  don- 
de estábamos  reunidos.  8  Estaba  sen- 
tado al  borde  de  la  vfentana  un  joven 
por  nombre  Eutico,  que  iba  sumer- 
giéndose en  profundo  sueño,  a  me- 
dida que  Pablo  iba  alargando  su  dis- 
curso, hasta  que,  derribado  por  el 
sueño,  cayó  desde  el  piso  tercero 
abajo,  y  fué  levantado  ya  cadáver. 
'"Bajando  Pablo,  se  echó  sobre  él, 
v  cogiéndole  entre  sus  brazos,  dijo  : 
«No  os  turbéis,  porque  su  alma  está 
en  él.»  u  Vuelto  arriba,  y  habiendo 
partido  el  pan  y  comido,  y  después 
de  platicar  por  largo  tiempo  hasta 
el  alba,  con  esto  se  partió.  12  Traje- 
ron vivo  al  muchacho  y  se  consola- 
ron en  extremo. 


/i/<j  a  Mileto.  20,  13-16 

■  Nosotros,  habiéndonos  adelanta- 
do para  tomar  la  nave,  zarpamos 
con  rumbo  a  Aso,  desde  donde  ha- 
bíamos de  recoger  a  Pablo,  pues  así 
lo  había  él  ordenado,  que  quería  re- 
correr este  trecho  a  pie.  14  Y  como 
nos  alcanzase  en  Aso,  le  tomamos  a 
bordo  y  arribamos  a  Mitilene.  15  Y 
de  allí,  hechos  a  la  vela,  llegamos 
al  día  siguiente  frente  a  Quío  ;  y  al 
otro  día  costeamos  en  la  dirección 
de  Samo?  ;  y  habiendo  hecho  escala 
en  Trogilio,  al  siguiente  día  arriba- 
mos a  Mileto.  16  Porque  había  resuel- 
to Pablo  pasar  de  largo  a  Efeso,  pa- 
ra no  verse  en  la  precisión  de  gastar 
tiempo  en  Asia,  porque  tenía  prisa 
en  hallarse,  si  ie  fuese  posible,  en 
Terusalén  para  el  día  de  Pentecostés. 


*?n   '  v's'to  'as  Islesias  de  I-"iMpo.«,  Tesalónica  y  Berea.  Desde  Macedonia  escribió  la 
seprunda  a  los  Corintios.  Meses  después,  desde  Corinto,  escribió  la  Epístola  a  los 
Romanos.  Es  probable  también  que  por  este  mismo  tiempo  escribiese  la  Epístola 
a  los  Gálatas. 

5  Estos  :  no  se  ve  claro  si  son  solos  Tíquico  y  Trófimo,  o  los  siete  mencionados, 
los  que  se  adelantaron. 

6  Nosotros  :  rabio  y  Lucas,  o  solos  o  acompañados  de  los  cinco  primeros  antes 
nombrados. 

'•  El  primer  día  de  la  semana  es  el  domingo.  ||  Pariir  el  pan  :  celebrar  el  mis- 
terio eucarístico. 

'  Ya  cadáver  :  este  atestado  de  defunción,  firmado*  por  Lucas  el  médico,  garanti- 
za el  eran  milagro  de  una  resurrección  obrado  por  Pablo. 

B-M  Aso  :   puerto  al  S.  de  Tróade.  ||  Mitilene  :  capital  de  la  isla  de  Lesbos. 
Ovio  :  al  O.  del  golfo  de  Esmirna.  ||  Sanios:   al  SO.  de  Efeso.  ||  Trogilio  :  pro- 
montorio frente  a  Samos.  ||  Mileto:  al  S.  de  Efeso.  -||  Itinerario:  lunes:  a  pie,  de 
Tróade  a  Aso;  por  mar,  de  Aso  a  Mitilene;  martes:  desde  Mitilene  hasta  frente  a 
Guío;   miércoles:  de  Quío  a  Trogilio;  jueves:  de  Trogilio  a  Mileto. 


—  307  — 


20  HW 


Discurso  de  Pablo  a  los 
Presbíteros.  20,  17-38 

"  Desde  Mileto,  mandando  recado 
u  Efeso,  convocó  a  los  presbíteros 
de  la  Iglesia.  *  V  como  hubieron  lle- 
gado a  él,  les  dijo  : 

«Vosotros  sabéis,  desde  el  primer 
día  en  que  puse  pie  en  el  Asia,  cómo 
procedí  con  vosotros  todo  este  tiem- 
o,  19  sirviendo  al  Señor  con  toda 
umildad  y  con  lágrimas  y  en  me' 
dio  de  las  pruebas  que  me  sobrevi- 
nieron por  las  asechanzas  de  los  ju- 
díos ;  20  cómo  en  nada  de  cuanto  os 
pudiera  aprovechar  me  retraje  de 
anunciaros  y  enseñaros,  en  público 
y  por  las  casas,  21  testificando,  tanto 
a  judíos  como  a  griegos,  la  necesi- 
dad de  la  penitencia  para  con  Dios 
y  de  la  fe  en  el  Señor  nuestro  Je- 
sús. 23  Y  ahora  he  aquí  que,  atado 
yo  de  pies  y  manos  por  el  Espíritu, 
me  dirijo  a  Jerusalén,  sin  saber  lo 
que  en  ella  va  a  sobrevenirme,  23  si 
no  es  que  el  Espíritu  Santo  en  cada 
ciudad  me  testifica  diciendo  que  me 
aguardan  prisiones  y  tribulaciones. 
u  Pero  en  nada  tengo  mi  vida  ni  la 
miro  como  cosa  estimable,  en  razón 
de  consumar  mi  carrera  y  el  minis- 
terio que  recibí  del  Señor  Jesús,  de 
dar  testimonio  del  Evangelio  de  la 
gracia  de  Dios.  26  Y  ahora  he  aquí 
que  yo  sé  que  ya  no  veréis  más  mi 
rostro  vosotros  todos,  entre  quienes 
anduve  predicando  el  Reino.  26  Por- 
que yo  os  testifico  en  el  día  de  hoy 
ue  soy  inocente  de  la  sangre  de  to- 
os,  2;  pues  no  me  retraje  de  anun- 
ciaros todo  el  designio  de  Dios.  28  Mi- 
rad por  vosotros  mismos  y  por  toda 
la  grey,  en  medio  de  la  cual  el  Es- 
píritu Santo  os  puso  por  obispos  pa- 
ra pastorear  la  Iglesia  de  Dios,  que 
El  hizo  suya  con  su  propia  sangre. 


20  2r>    21  - 


=*  Yo  sé  que  después  de  mi  partida 
se  introducirán  entre  vosotros  lobos 
bravios,  que  no  perdonarán  la  grey  ; 
í0  y  de  entre  vosotros  mismos  sur- 
girán hombres  que  enseñarán  cosas 
perversas  para  arrastrar  a  los  discí- 
pulos en  pos  de  sí.  51  Por  lo  cual 
vigilad,  recordando  que  durante  un 
trienio,  noche  y  día,  no  cesé  de  amo- 
nestar con  lágrimas  a  cada'uno  en 
particular.  32  Y  ahora  yo  os  dejo  en 
manos  de  Dios  y  de  la  palabra  de 
su  gracia,  que  es  poderosa  para  edi- 
ficar y  para  dar  la  herencia  entre 
lodos  los  que  han  sido  santificados. 
"  Plata,  oro  o  vestido,  de  nadie  lo 
codicié.  34  Vosotros  mismos  bien  sa- 
béis que  a  mis  necesidades  y  a  las 
de  los  que  andan  conmigo  han  pro- 
veído estas  manos.  35  En  todas  cosas 
os  mostré  que  así,  trabajando,  llan- 
que socorrer  a  los  débiles,  y  acor- 
darse de  las  palabras  del  Señor  Je- 
sús, por  cuanto  él  dijo  :  «Mayor  fe- 
licidad  es  dar  que  recibir.» 

*  Dicho  esto,  doblando  sus  rodi- 
llas, oró  con  todos  ellos.  37  Y  hube 
trran  llanto  de  todos,  (¡ue,  echándose 
sobre  el  cuello  de  Pablo,  le  besaban 
con  ardor,  doliéndose  sobre  todo 
por  la  palabra  que  había  dicho,  que 
va  no  habían  de  contemplar  más  su 
rostro.  Y  fueron  con  él  acompañán- 
dole hasta  la  nave. 


Viaje  a  Jerusalén:  llegada 
a  Cesárea.  21,  1-9 


ni  1  Habiéndonos  hecho  a  la  vela, 
"  L  una  vez  arancados  de  ellos,  na- 
vegando con  rumbo  directo  llegamos 
a  Cos, y  al  siguiente  día  a  Rodas,  y 
de  allí  a  Pátara.  2  Y  colno  hallamos 
una  nave  que  hacía  la  travesía  a  Fe- 


HECHOS  DÉ  LOS  APOSTOLES 


17  Presbíteros  :   eran  los  obispos  de  Efeso  y  de  las  ciudades  vecinas. 

W-M  Este  discurso  se  divide  en  dos  partes  principales.  Primera  parte,  referente  a 
Pablo  :  recuerdos  y  temores  (18-24).  Transición  (25-27).  Secunda  parte,  referente  a  los 
obispos  :  exhortación  a  la  vigilancia  y  desinterés  (28-36). 

a  Obispos  :  en  el  sentido  que  hoy  se  da  a  la  palabra.  (Cf.  Teología  de  San  Pa- 
blo, p.  534-559.)  Tal  es  ei  sentido  que  se  da  constantemente  a  este  texto  en  los 
documentos  del  magisterio  eclesiástico.  ||  I.A  Iglesia  de  Dios,  que  El  hizo  suva 
cok  su  propia  sangre  :  testimonio  de  la  divinidad  de  Jesu-Cristo.  Estas  palabras  re- 
cuerdan aquellas  oirás  de  San  Pablo:  «...  del  gran  Dios  y  Salvador  nuestro  Jesu- 
cristo, quien  se  entregó  a  sí  mismo  por  nosotros»  (Tit.  2,  13-14). 

'■">  Enseñarán  cosas  perversas  :  estas  perversas  doctrinas  tuvo  que  refutarlas  luego 
San  Pablo  en  las  Epístolas  a  los  Colosenses  y  Efesios  y  en  las  Pastorales. 

*  Dicho  de  Jesús  no  conservado  en  los  Evangelios. 

O-J    'Cos:  isla  del  mar  Egco,  entre  Patmos  (al  N.)  y  Guido  (al  S.).  ||  Rodas:  isla 
al  SO.  de  Caria.  ||  Pátara:  puerto  de  la  Licia. 


-308- 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


21  10-3C 


nicia,  a  Ixmlo  de  ella  nos  hicimos  a 
la  mar.  3  Después  ile  avistar  a  Chipre 
v  dejarla  a  la  izquierda,  prosegui- 
mos la  navegación  con  rumbo  a  Si- 
ria, y  arribamos  a  Tiro,  pues  allí  la 
nave  tenía  que  descargar  su  carga- 
mento. 4  Habiendo  hallado  a  los  her- 
manos, nos  detuvimos  allí  siete  días; 
ellos,  movidos  del  Espíritu,  decían 
a  Pablo  que  no  pusiese  pie  en  Jeru- 
salén. *  Y  cuando  hubimos  pasado 
aquellos  días,  saliendo  de  alh\  íba- 
mos nuestro  camino,  acompañándo- 
nos todos  con  mujeres  e  hijos  hasta 
las  afueras  de  la  ciudad,  y  puestos 
de  rodillas  en  la  playa,  después  de 
hacer  oración,  e  nos  despedimos  los 
unos  de  los  otros  y  subimos  a  la 
nave  ;  ellos  se  tornaron  a  sus  casas. 
*  Mas  nosotros,  acabando  la  navega- 
ción, de  Tiro  arribamos  a  Tolemai- 
da,  v  habiendo  saludado  a  los  her- 
manos, nos  detuvimos  un  día  con 
ellos.  s  Al  día  siguiente,  partidos  de 
allí,  llegamos  a  Cesárea,  y  entrando 
en  casa' de  Felipe  el  evangelista,  que 
era  uno  de  los  Siete,  nos  hospeda- 
mos en  ella.  9  Este  tenía  cuatro  hijas 
vírgenes,  que  profetizaban. 


A gabo  anuncia  prisiones 
a  Pablo.  2i,  10-14 


10  Como  nos  detuviésemos  allí  bas- 
tantes días,  bajó  de  la  Judea  un  pro- 
feta por  nombre  Agabo  ;  "  y  habien- 
do venido  a  nosotros,  y  tomado  la 
faja  de  Pablo,  atando  sus  pies  y  sus 
manos,  dijo  :  «Esto  dice  el  Espíritu 
Santo  :  Al  hombre  cuya  es  esta  faja, 
así  le  atarán  en  Jerusalén  los  judíos 
y  le  entregarán  en  manos  de  los  gen- 
tilles.»  12  Como  esto  oímos,  le  instá- 
bamos, tanto  nosotros  como  los  de 
aquel  lugar,  que  no  subiese  a  Jeru- 
salén. 13  Entonces  respondió  Pablo  y 
dijo  :  «¿  Qué  hacéis  llorando  y  des- 
trozándome el  corazón  ?  Que  yo  rio 
sólo  para  ser  encadenado,  sino  tam- 
bién para  morir  en  Jerusalén  estoy 
dispuesto  por  el  nombre  del  Señor 
Jesús.»  14  Y  como  él  no  se  dejase 
persuadir,  dejamos  de  insistir,  di- 
ciendo :  «Hágase  la  voluntad  del  Se- 
ñor.» 


IV.     Pablo,  prisionero  y  testigo  de  Jesu  Cristo 


Pablo  en  Jerusalén.  21, 


"  Al  cabo  de  estos  días,  hechos 
nuestros  preparativos  de  viaje,  su- 
bíamos a  Jerusalén.  1C  Vinieron  tam- 
bién con  nosotros  de  Cesárea  algu- 
nos de  los  discípulos  que  nos  con- 
dujesen a  la  persona  en  cuya  casa 
r.os  habíamos  de  alojar,  un  tal  Mna- 
són  de  Chipre,  antiguo  discípulo. 
"  Llegados  nosotros  a  Jerusalén,  nos 
recibieron  los  hermanos  con  gozo. 


Pablo  sigue  el  consejo  de  judíos 
cristianos.  21,  18-26 


15  Al  siguiente  día  entraba  Pablo 
con  nosotros  en  casa  de  Santiago,  y 
acudieron  todos  los  presbíteros.  "  Y 
después  de  saludarles,  refería  una 
por  una  las  cosas  que  por  su  minis- 
terio había  Dios  obrado  entre  los 
gentiles.  10  Ellos,  como  lo  oyeron, 
glorificaban  a  Dios,  y  le  dijeron  : 
«Yes,  hermano,  cuántas  son  entre 
los  judíos  las  miríadas  de  los  que 
han  abrazado  la  fe,  y  todos  son  cela- 


:  En  Tolsmaida  acabaron  la  navegación  ;  fie  allí 
5  Evanoelisu  :   predicador  (ambulante)  del  Evangeli 
UNO  dk  tos  Siete  :  diáconos. 

*  Que  profetizaban  :  que,  dotadas  del  carisma  de  la  profecía,  contribuirían  a  la 
difusión  y  consolidación  del  Evangelio  entre  las  mujeres.  Es  uno  de  los  numeroso» 
casos  de  acción  católica  femenina,  consignados  en  la  Escritura. 
10  Agabo  :  parece  ser  el  mismo  de  que  se  ha  hablado  en  ti,  28. 
"'  En  CUYA  cas*  nos  habíamos  de  alojar  :  no  se  ve  claro  si  en  alguna  parada  de» 
viaje  (de  102  kilómetros*  o  bien  en  Jerusalén.  ||  Anticuo  discípulo  :  tal  vez  de  los 
convertidos  el  día  de  Pentecostés. 


—  309  — 


21  21-28 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


21  29-39 


dores  de  la  ley  ;  a  y  han  sido  infor- 
mados acerca  de  ti  que  enseñas  la 
apostasía  de  Moisés  a  todos  los  ju- 
díos diseminados  entre  los  gentiles, 
diciendo  que  no  circunciden  a  sus 
hijos  ni  observen  los  usos  tradicio- 
nales. 22  ¿Qué  hay,  pues,  que  hacer? 
Inevitablemente  oirán  que  has  veni- 
do. 23  Haz,  pues,  esto  que  te  deci- 
mos. Tenemos  aquí  cuatro  hombres 
que  tienen  un  voto  que  cumplir  ; 
"  tomando  a  éstos  contigo,  purifíca- 
te con  ellos,  y  hazles  tú  la  costa  para 
que  rapen  sus  cabezas,  y  conocerán 
todos  que  de  estas  cosas  de  que  han 
sido  informados  acerca  de  ti  no  hay 
nada,  sino  que  procedes  tú  también 
guardando  la  ley.  25  Y  en  cuanto  a 
los  gentiles  que  han  abrazado  la  fe, 
nosotros  les  escribimos  la  resolución 
que  tomamos  de  que  se  abstuviesen 
de  lo  inmolado  a  los  ídolos,  de  la 
sangre,  de  lo  estrangulado  y  de  la 
fornicación.»  26  Entonces  Pablo,  to- 
mando consigo  a  los  hombres,  al  si- 
guiente día,  purificado  con  ellos,  en- 
traba en  el  templo,  para  declarar  el 
cumplimiento  de  los  días  de  la  pu- 
rificación, a  contar  desde  entonces 
hasta  que  se  ofreciera  por  cada  uno 
de  ellos  la  ofrenda. 


Motín  de  los  judíos  contra 
Pablo.  21,  27-30 

■  Cuando  estaban  ya  para  cum- 
plirse los  siete  días,  los  judíos  veni- 
dos del  Asia,  habiéndole  visto  en  el 
templo,  revolvían  toda  la  turba  y 
echaron  las  manos  sobre  él,  28  voci- 
ferando :  «Varones  israelitas,  venid 
■a  nuestro  socorro  :  éste  es  eil  hom- 
bre que  contra  el  pueblo,  contra  la 
ley  y  contra  este  lugar  anda  por 
todas  partes  enseñando  a  todos  ;  y 
además  hasta  unos  gentiles  ha  in- 


troducido en  el  templo  y  profanado 
este  santo  lugar.»  28  Era  que  habían 
visto  anteriormente  con  él  en  la  ciu- 
dad a  Trófimo  el  de  Efeso,  a  quien 
pensaban  haber  Pablo  introducido  en 
el  templo.  30  Y  se  alborotó  la  ciudad 
entera,  y  hubo  corridas  y  aglomera- 
ción del  pueblo,  y  trabando  de  Pablo, 
le  arrastraban  fuera  del  templo,  e 
inmediatamente  fueron  cerradas  las 
puertas. 


Pablo,  en  prisiones,  ¿i,  31-40 


31  Y  mientras  ellos  trataban  de  ma- 
tarle, subió  denuncia  al  tribuno  de  la 
cohorte  de  que  toda  Jerusalén  estaba 
revuelta  ;  32  el  cual  al  instante,  to- 
mando consigo  soldados  y  centurio- 
nes, se  bajó  corriendo  a  ellos.  Ellos, 
en  viendo  al  tribuno  y  a  los  soldados, 
cesaron  de  golpear  a  Pablo.  33  En- 
tonces, llegándose  el  tribuno,  asió  de 
él,  y  mandó  le  atasen  con  dos  ca- 
denas, y  preguntaba  qué  hombre  era 
aquél  y  qué  había  hecho.  31  Y  en  la 
turba,  todos  gritando,  unos  decían 
una  cosa,  otros  otra.  El,  no  pudien- 
ílo  sacar  en  limpio  la  verdad  a  causa 
del  tumulto,  mandó  le  llevasen  al 
cuartel.  33  Y  cuando  alcanzó  las  gra- 
das, llegó  la  cosa  a  tal  punto,  que 
tin  o  que  ser  llevado  en  peso  por  los 
soldados  a  causa  de  la  violencia  de  la 
turba.  30  Porque  le  seguía  la  muche- 
dumbre del  pueblo  gritando:  «¡Quí- 
tale de  en  medio!» 

"  Y  cuando  iba  ya  a  ser  introducido 
en  el  cuartel,  Pablo  dice  al  tribuno  : 
«¿Se  me  permite  tal  vez  decirte  aí- 
go?»  El  dijo  :  «¿Conoces  el  griego? 
™  ¿No  eres  tú,  por  tanto,  el  egipcio 
que  estos  días  pasados  amotinó  y  sa- 
có al  despoblado  a  aquellos  cuatro 
mil  hombres  de  los  sicarios?»  38  Dijo 
Pablo  :  «Yo  soy  judío,  tarsense,  ciu- 


a  Tienen  sobre  sí  un  voto  :  parece  era  el  del  nazircato. 

M  Purifícate  con  ellos  :  conságrate  con  ellos.  No  parece  verosímil  que  San  rabio 
hiciera  el  mismo  voto.  Para  que  pudiera  decirse  purificado  o  consagrado  bastaba  que 
se  asociase  o  solidarizase  con  los  que  tenían  el  voto,  haciéndoles  las  costas  o  tal 
vez  además  absteniéndose  él  libremente  aquellos  días  de  toda  bebida  fermentada. 

a  El  cumplimiento  de  los  días...  :  es  decir,  el  plazo  en  que  terminaba  la  obliga- 
ción del  voto,  que,  por  lo  que  a  continuación  se  dice,  parece  eran  siete  días. 

"Venidos  del  Asia:  para  celebrar  la  fiesta  de  Pentecostés.  El  hecho  de  que 
reconocieron  a  Trófimo  prueba  que  algunos  de  ellos  eran  de  Efeso. 

n  El  tribuno  con  la  cohorte  residía  en  la  torre  Antonia,  que  tenía  comunicación 
con  el  recinto  del  templo. 

"  El  egipcio  :  revolucionario  exaltado,  que  poco  tiempo  antes  habla  soñado  con 
apoderarse  de  Jerusalén,  y  fué  fácilmente  batido  por  las  tropas. 


—  310  — 


21  w-22  10 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


22  n-2i 


dadano  de  una  ciudad  no  oscura  de 
Cilicia.  Ruégote  me  permitas  hablar 
al  pueblo.»  40  Y  habiéndole  dado  li- 
cencia, Pablo,  de  pie  sobre  las  gra- 
das, hizo  señas  con  la  mano  al  pue- 
blo. Hecho  gran  silencio,  les  dirigió 
la  palabra  "en  lengua  hebrea,  di- 
ciendo : 


Disanto  de  Pablo  al  pueblo. 
22.  1-21 

fjo  1  «Varones  hermanos  y  padres, 
escuchad  mi  presente  defensa 
ante  vosotros.»  — ~  Así  que  oyeron  que 
les  hablaba  en  lengua  hebrea,  presta- 
ron mayor  atención  y  silencio.  Y  di- 
ce :  — '  «Yo  soy  un  hombre  judío,  na- 
cido en  Tarso  de  Cilicia,  pero  criado 
en  esta  misma  ciudad,  instruido  a 
los  pies  de  Gamaliel  en  todo  el  rigor 
de  la  ley  de  nuestros  padres,  celador 
de  Dios,  como  todos  vosotros  lo  sois 
el  día  de  hoy  ;  1  que  perseguí  de 
muerte  este  Camino,  aprisionando  y 
entregando  en  las  cárceles  así  hom- 
bres como  mujeres,  c  de  lo  cual  me 
es  testigo  el  mismo  sumo  sacerdote 
v  todo  el  consejo  de  los  ancianos  ; 
de  quienes  además  habiendo  recibi- 
do cartas  para  los  hermanos,  iba  yo 
a  Damasco  para  traer  encadenados 
a  Jerusalén  a  los  que  allí  también 
había,  a  fin  de  que  fueran  castiga- 
dos. 6  Mas  me  acaeció  que,  yendo  mi 
camino  y  llegando  ya  cerca  de  Da- 
masco, hacia  el  mediodía,  de  súbito 
una  gran  luz  venida  del  cielo  brilló 
en  torno  de  mí,  envolviéndome  en 
sus  fulgores;  'y  caí  en  el  suelo  y 
oí  una  voz  que  me  decía  :  «Saúl, 
Saúl,  ¿por  qué  me  persigues?»  8  Yo 
respondí  :  «¿Quién  eres,  Señor?»  Y 
me  dijo  :  «Yo  soy  Jesús  Nazareno, 
a  quien  tú  persigues.»  9  Los  que  con- 
migo estaban,  vieron  sí  la  luz,  mas 
la  voz  del  que  me  hablaba  no  la  en- 
tendieron. 10  Y  dije:  «¿Qué  he  de 
hacer,  Señor  ?»  Y  el  Señor  me  düo  : 
«Levántate  y  sigue  hasta  Damasco, 
v  allí  se  te  dirá  todo  cuanto  te  está 


ordenado  que  hagas.»  11  Mas  como  yo 
no  veía,  deslumhrado  por  el  resplan- 
dor de  aquella  luz,  llevado  de  la  ma- 
no por  los  que  conmigo  andaban, 
entre  en  Damasco.  12  Y  cierto  Ana- 
nías,  hombre  piadoso  según  la  ley, 
recomendado  por  el  testimonio  de 
todos  los  judíos  que  allí  habitaban, 
"viniendo  a  mí  y  puesto  a  mi  lado, 
díjome  :  «Saúl,  hermano,  recobra  tu 
vista.»  Y  yo  en  el  mismo  instante, 
recobrada  la  vista,  miré  hacia  él. 
"  Y  él  dijo  :  «El  Dios  de  nuestros 
padres  te  eligió  para  que  conocieras 
su  voluntad  y  vieras  al  Justo  y  oye- 
ras la  voz  de  su  boca,  15  pues  le  se- 
rás testigo  ante  todos  los  hombres 
de  lo  que  has  visto  y  de  lo  que  oíste. 
10  Y  ahora  ¿qué  te  detienes?  Leván- 
tate, bautízate  y  lava  tus  pecados, 
invocando  su  nombre.»  "  Y  me  acon- 
teció, vuelto  ya  a  Jerusalén,  que, 
estando  en  oración  en  el  templo,  fui 
arrebatado  en  éxtasis,  18  y  le  vi  a 
El,  que  me  decía  :  «Date  prisa  y  sal 
inmediatamente  de  Jerusalén,  pues 
no  recibirán  tu  testimonio  acerca  de 
mí.»  19  Y  yo  dije  :  «Señor,  ellos  sa- 
ben que  yo  andaba  por  las  sinago- 
gas encarcelando  y  azotando  a  los 
que  creían  en  ti  ;  20  y  cuando  se  de- 
rramaba la  sangre  de  Esteban  tu 
testigo,  yo  mismo  estaba  allí  presen- 
te, asintiendo  y  guardando  los  ves- 
tidos de  los  que  le  mataban.»  a  Y 
díjome  :  «Anda,  que  yo  te  enviaré  a 
leianas  naciones.» 


Los  judíos  se  enfurecen  con  las 
palabras  de  Pablo.  22,  22-74 

"  Habían  estado  escuchándole  has- 
ta llegar  a  esta  palabra  ;  mas  al  oír- 
la, levantaron  la  voz  diciendo  :  «Haz 
desaparecer  de  la  tierra  a  ese  hom- 
bre, que  fuera  razón  que  no  viviese.» 
23  Y  como  ellos  siguiesen  vociferan- 
do y  agitasen  sus  vestidos  y  arroja- 
sen polvo  al  aire,  *  mandó  el  tribuno 
que  le  llevasen  dentro  del  cuartel, 
diciendo  que  le  sometiesen  a  tor- 


"'  En  LENGUA  hebrea  :  en  arameo. 

pp  9  Se  precisa  lo  que  se  dice  en  9,  7.  Allí  no  vieron  a  nadie,  aquí  vieron  la  luí  ; 
allí  oyeron  la  voz,  aquí  no  la  entendieron. 

'•  Vuelto  ya  a  Jerusalén  :  parece  referirse  al  viaje  narrado  en  9,  26. 

M  Hasta  lleoar  a  esta  palabra  :  los  que  hasta  entonces  habían  escuchado  paciente- 
mente, al  oír  hablar  de  la  misión  a  la  gentilidad  se  enfurecieron. 


—  3"  — 


22  25—23  1 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


23  2"10 


memo  de  azotes,  a  fin  de  averiguar 
por  qué  motivo  gritaban  así  con- 
tra él 


Apela  Pablo  a  su  ciudadanía 
romana.  22,  25-30 

*  Mas  cuando  le  hubieron  estira- 
do p;tra  los  azotes,  dijo  Pablo  al 
centurión  allí  presente  :  «¿  Es  que  a 
un  hombre  romano  y  sin  previa  sen- 
tencia judicial  os  es  a  vosotros  per- 
mitido azotarle  ?»  "  Esto  que  oyó  el 
centurión,  presentándose  al  tribuno, 
se  lo  avisó,  diciendo:  «¿Qué  vas  a 
hacer  ?  Porque  ese  hombre  es  roma- 
no.» "  Acudiendo  el  tribuno,  le  dijo: 
«Di  me  :  ¿tú  eres  romano?»  El  dijo: 
«Sí.»  28  Respondió  el  tribuno  :  «Yo 
por  una  fuerte  suma  obtuve  esta  ciu- 
dadanía.» Pablo  dijo  :  «Pues  yo  me 
nací  con  ella.»  88  Al  punto,  pues,  se 
retiraron  de  él  los  que  iban  a  ator- 
mentarle ;  y  el  tribuno  temió  cuando 
entendió  que  era  romano  y  que  él 
le  halbía  encadenado. 

*°  Al  día  siguiente,  queriendo  re- 
sueltamente averiguar  a  punto  fijo 
de  qué  era  acusado  por  los  judíos, 
le  hizo  desatar,  y  mandó  que  se  re- 
uniesen los  sumos  sacerdotes  y  todo 
el  Sanhedrín,  y  bajando  a  Pablo  le 
presentó  ante  ellos. 

Discurso  de  Pablo  en  el  Sanhedrín. 
23,  1-10 

<rjo  1  Pablo,  fijos  los  ojos  en  el 
— '-'   Sanhedrín,  dijo  ; 

«Varones  hermanos,  yo  con  toda 


buena  conciencia  he  procedido  ante 
Dios  hasta  este  día.» 

:  El  sumo  sacerdote  Ananías  dió 
orden  a  los  que  estaban  a  su  lado 
de  que  le  hiriesen  en  la  boca.  1  En- 
tonces Pablo  le  dijo  : 

«¡A  ti  te  va  a  herir  Dios,  muro 
blanqueado!  Y  tú  estás  sentado  juz- 
gándome según  la  ley,  ¿y  traspasan- 
do la  ley  me  mandas  herir  ?» 

4  Los  que  estaban  allí  presentes  di- 
jeron :  «¿  Al  sumo  sacerdote  de  Dios 
ultrajas  ?»  '-  Y  dijo  Pablo  : 

«No  sabía,  hermanos,  que  es  el  su- 
mo sacerdote  ;  puesto  que  está  es- 
crito (Ex.  22,  28)  :  Del  jefe  de  tu 
Pueblo  no  hablarás  mal.» 

8  Mas  sabiendo  Pablo  que  la  una 
parte  era  de  saduceos  y  la  otra  de 
fariseos,  gritó  en  el  Sanhedrín  : 

«Varones  hermanos,  yo  fariseo  soy, 
hijo  de  fariseos  :  por  la  esperanza  y 
la  resurrección  de  los  muertos  soy 
yo  juzgado.» 

'  En  diciendo  él  esto,  se  promovió 
un  altercado  entre  los  fariseos  y  los 
caduceos,  y  se  produjo  escisión  en 
la  asamblea.  8  Porque  los  saduceos 
dicen  no  haber  resurrección,  ni  ángel 
111  espíritu  ;  mas  los  fariseos  confie- 
san lo  uno  y  lo  otro.  3  Y  se  levantó 
una  gran  gritería,  y  poniéndose  en 
pie  algunos  de  los  escribas," del  par- 
tido de  los  fariseos,  pugnaban,  di- 
ciendo :  «Nada  malo  hallamos  en  es- 
te hombre  :  ¿  le  habrá  hablado  tal 
vez  un  espíritu  ó  un  ángel  ?»  10  Y  co- 
mo se  armase  grande  alboroto,  te- 
miendo el  tribuno  no  fuese  Pablo 
despedazado  por  ellos,  ordenó  que 
bajase  la  tropa  y  le  arrebatase  de  en 
medio  de  ellos  y  le  condujese  al 
cuartel. 


*  ESTIRADO  para  los  azotes  :  literalmente  extendido  para  (o  con)  las  correas.  El 
articulo  (antes  de  correas)  parece  exigir  el  sentido  de  para. 

80  Bajando  a  Pablo  :  desde  la  torre  Antonia  hasta  el  lugar  donde  se  reunía  el 
Sanhedrín. 

OQ  Comienza  Pablo  su  declaración  con  seriedad  y  modestia  (v.  1!  ;  herido  por  or- 
~W  ,]in  de  Ananías,  se  yergue  y  apela  a  la  invectiva  (2-3)  ;  excusa  su  ultraje  (¿  iró- 
nicamente?) (4-5)  ;  con  gran  habilidad  da  a  la  acusación  un  giro  nuevo,  que  obtiene 
el  resultado  apetecido. 

8  No  sabía  :  puede  explicarse  esta  ignorancia  por  la  falta  de  vista  de  Pablo,  o 
porque  realmente  no  suj>o  de  quién  había  partido  la  orden  de  golpearle,  o  tal  vez 
mejor  irónicamente  :  o  aludiendo  a  la  ilegitimidad  del  sumo  sacerdocio  de  Ananías, 
o  bien  diciendo  :  no  creía  yo  que  pudiera  ser  el  sumo  sacerdote  quién  dió  orden 
tan  injusta. 

"  Por  LA  esperanza...  :  hendíadis,  en  vez  de  «por  la  esperanza  de  la  resurrección». 
(Cf.  .'4,  IS-) 

*  Lo  uno  :   resurrección  ;  LO  otro  :  ángel  y  espíritu. 


—  3"  — 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


23  21-30 


El  Señor  esfuerza  a  Pablo.  23,  11 


"  A  la  noche  siguiente,  presentán- 
dosele el  Señor,  le  dijo  :  aTen  buen 
ánimo  ;  pues  como  diste  testimonio 
en  Jerusalén  de  lo  que  a  mí  se  re- 
fiere, así  es  menester  que  lo  des 
también  en  Roma.» 


Conjuración  de  los  judíos.  23,  12-22 


'"  En  llegando  el  día,  confabulán- 
dose los  judíos,  se  comprometieron, 
echando  sobre  sí  imprecaciones,  a  no 
comer  ni  beber  hasta  que  hubiesen 
matado  a  Pablo.  "  Eran  más  de  cua- 
renta los  que  hicieron  esta  conjura- 
ción, 14  los  cuales,  presentándose  a 
los  sumos  sacerdotes  y  a  los  ancla- 
nos,  dijeron  :  «Echando  imprecacio- 
nes sobre  nosotros  nos  comprometi- 
mos a  no  gustar  cosa  alguna  hasta 
que  hayamos  matado  a  Pablo.  15  Aho- 
ra, por  tanto,  vosotros  con  el  Sanhe- 
drín  sugerid  al  tribuno  que  le  haga 
bajar  a  vosotros,  so  color  de  que  vais 
a  examinar  con  más  exactitud  lo  re- 
ferente a  él  ;  y  nosotros,  antes  de 
que  él  se  acerque,  estamos  preveni- 
dos para  hacerle  desaparecer.» 

"  Enterado  de  esta  emboscada  el 
hijo  de  la  hermana  de  Pablo,  pre- 
sentándose y  entrando  en  el  cuartel,  1 
dió  aviso  a  Pablo.  "  Haciendo  lla- 
mar Pablo  a  uno  de  los  centuriones, 
dijo  :  «A  este  joven  llévalo  al  tri- 
buno, porque  tiene  algo  que  mani- 
festarle.). "  Con  esto  él,  tomándole 
consigo,  llevólo  al  tribuno,  y  dice  : 
«El  preso  Pablo,  habiéndome  hecho 
llamar,  me  rogó  que  te  trajese  este 
muchacho,  que  tiene  algo  que  ha- 
blarte.» 18  Tomándole  de  la  mano  el 
tribuno  y  retirándose  aparte,  le  pre- 
guntaba :  «¿Qué  es  lo  que  tienes  que 
manifestarme  ?»  '■"  Dijo  :  «Los  judíos 
Se  han  concertado  para  rogarte  que  . 
mañana  hagas  Viajar  a  Pablo  al  San-  I 


hedrín,  con  el  pretexto  de  querer 
informarse  más  exactamente  de  al- 
go acerca  de  él.  21  Tú,  pues,  no  ac- 
cedas a  su  demanda,  porque  le  tie- 
nen preparada  una  emboscada  más 
de  cuarenta  hombres  de  entre  ellos, 
los  cuales  se  comprometieron  echán- 
dose imprecaciones  a  no  comer  ni 
beber  hasta  que  le  hayan  matado  ; 
y  ahora  están  apercibidos,  aguardan- 
do la  promesa  de  tu  parte.»  B  El 
tribuno,  pues,  despidió  al  muchacho, 
después  de  ordenarle  que  a  nadie 
manifestase  «que  has  denunciado  es- 
las  cosas». 


Pablo  es  conducido  a  Cesárea. 


23  Y  haciendo  llamar  a  dos  deter- 
minados centuriones,  dijo  :  «Prepa- 
rad para  la  tercera  hora  de  la  noche 
doscientos  soldados  para  que  vayan 
hasta  Cesárea,  y  setenta  de  caballe- 
ría y  doscientos  lanceros»,  24  que  ade- 
más tuviesen  prontas  cabalgaduras, 
para  que,  haciendo  montar  a  Pablo, 
le  librasen  del  peligro  conduciéndo- 
le al  procurador  Félix  ;  "  escribien- 
do una  c^rta  del  tenor  siguiente  : 
•'c  «Claudio  Lisias  al  egregio  procu- 
rador Félix,  salud.  21  A  este  hombre, 
que  había  sido  cogido  por  los  judíos 
v  a  punto  ya  de  ser  matado  por 
tilos,  acudiendo  yo  con  la  tropa,  se 
!o  quité  de  las  manos,^  al  enterarme 
de  que  era  romano  ;  25  v  queriendo 
conocer  el  crimen  de  que  le  acusa- 
ban, le  hice  bajar  a  su  Sanhedrín  ; 
28  y  hallé  que  le  acusaban  de  cues- 
tiones de  su  lev,  pero  sin  que  le  hi- 
ciesen cargo  de  cosa  alguna  digna 
de  muerte  o  de  prisión.  30  Mas  ha- 
biendo llegado  a  mí  la  denuncia  de 
las  asechanzas  que  se  fraguaban  con- 
tra este  hombre  de  parte  de  ellos, 
'o  remito  a  ti,  notificando  además  a 
los  acusadores  que  formulen  sus  que- 
rellas contra  él  ante  ti.  Buena  sa- 


11  Ex  Roma  :  esta  orden  del  Señor  confirmó  a  Pablo  en  sus  antiguos  deseos  de 
llegar  hasta  Roma,  y  contribuyó  quizás  más  tarde  a  su  decisión  de  apelar  al  César. 

16  De  este  sobrino  de  San  Pablo  no  se  sabe  sino  lo  que  aquí  se  dice. 

3ü  itiuiua  hora  de  la  noche:  tres  horas  después  de  puesto  el  sol.  II  Doscientos 
soldados  :  de  armadura  pesada.  ||  Y  setenta  de  caballería...  :  también  éstos  debían 
ir  hasta  Osarla.  Después  (v.  32),  empero,  creyóse  que  para  el  objeto  propuesto  no 
era  necesario  que  los  cuatrocientos  de  infantería  llegasen  hasta  allá. 

24  Félix  :  de  este  liberto  escribió  Tácito  :  «Per  omnem  saevitiam  ac  libidinem  ius 
regium  servil  i  ingenio  exercuit»  (Hist.  5,  9). 

*  Egregio  :   podría  traducirse  también  «excelentísimo». 


—  313  — 


23  31-24  s 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


24  9-19 


u  Los  soldados,  pues,  conforme  a 
como  se  les  había  ordenado,  toman- 
do a  Pablo,  lo  condujeron  de  noche 
a  Antípatris  ;  3:  y  a  la  mañana  si- 
guiente, dejando  "que  los  de  caballe- 
ría se  fuesen  con  él,  se  tornaron  al 
cuartel.  33  Aquéllos,  entrando  en  Ce- 
sárea y  entregada  la  carta  al  procu- 
rador, le  presentaron  también  a  Pa- 
blo. 34  Habiéndola  leído,  le  preguntó 
de  qué  provincia  era  ;  y  hallando 
que  de  Cilicia,  35  «Te  oiré,  dijo,  cuan- 
do tus  acusadores  se  presenten».  Y 
mandó  que  fuese  custodiado  en  el 
pretorio  de  Herodes. 

Pablo,  acusado  ante  Félix  por'los 
judíos.  24,  i-q 

a¿l  1  Cinco  días  después  bajó  el 
sumo  sacerdote  Ananías  con  al- 
gunos ancianos  y  un  cierto  Tértulo 
orador,  los  cuales  presentaron  ante 
el  procurador  acusación  contra  Pa- 
blo. 2  Citado  éste,  dió  principio  Tér- 
tulo  a  su  acusación,  diciendo  : 

«La  mucha  paz  de  que  por  ti  go- 
zamos y  las  mejoras  que  se  hacen  en 
beneficio  de  esta  nación,  gracias  a 
tus  acertadas  providencias,  '  en  to- 
das cosas  y  en  todo  lugar,  las  aco- 
demos, excelentísimo  Félix,  con  todo 
nacimiento  de  gracias.  1  Mas  para  no 
fatigarte  ya  mas  tiempo,  ruego  que 
uos  escuches  compendiosamente  se- 
gún tu  clemencia.  5  Porque  habien- 
do hallado  que  ese  hombre  es  una 
peste,  que  promueve  alborotos  con- 
tra todos  los  judíos  que  existen  por 
todo  el  orbe  de  la  tierra,  que  es  ade- 
más jefe  principal  de  la  secta  de  los 
nazarenos,  6  que  aun  el  templo  ten- 
tó de  profanar,  al  cual  justamente 
apresamos  :  s  de  cuyas  declaraciones 
podrás  tú  mismo,  interrogándole,  ve- 
nir en  entero  conocimiento  de  todas 


las  cosas  de  que  nosotros  le  acusa- 
mos.» 

•  Dieron  a  una  su  conformidad  tam- 
bién los  judíos,  diciendo  v  repitien- 
do ser  estas  cosas  así. 


Defensa  de  Pablo.  24,  10-21 


10  Y  Pablo,  habiéndole  sido  conce- 
dida la  palabra  por  el  procurador, 
respondió  : 

«Sabiendo  que  de  muchos  años  a 
esta  parte  eres  juez  de  esta  nación, 
confiadamente  voy  a  exponer  en  mi 
defensa  lo  que  a  mí  mismo  se  refie- 
re ;  "  pndiendo  tú  comprobar  que  no 
hace  más  de  doce  días  que  subí  a 
Terusalén  para  adorar  a  Dios,  "  y  ni 
en  el  templo  me  hallaron  discutiendo 
con  nadie,  ni  ocasionando  concurso 
de  la  turba,  ni  tampoco  en  las  sina- 
gogas ni  por  la  ciudad  ;  13  ni  pueden 
presentarte  pruebas  de  las  cosas  de 
que  ahora  me  acusan.  "  Pero  esto  te 
confieso  que  según  el  Camino,  que 
ellos  llaman  secta,  de  esta  manera 
rindo  culto  al  Dios  de  nuestros  pa- 
dres, creyendo  todo  cuanto  es  con- 
forme a  la  ley  y  cuanto  está  escrito 
en  los  profetas  ;  13  teniendo  en  Dios 
la  esperanza,  que  también  ellos  mis- 
mos aguardan,  de  que  ha  de  haber 
resurrección,  tanto  de  justos  como  de 
injustos.  10  Siendo  esto  así,  también 
yo  me  esfuerzo  por  conservar  sin 
tropiezo  la  conciencia  para  con  Dios 
y  para  con  los  hombres  constante- 
mente. 17  Al  cabo  de  muchos  años  vi- 
ne para  hacer  limosnas  a  los  de  la 
nación,  y  también  ofrendas  ;  1S  en  me- 
dio de  las  cuales  me  hallaron  puri- 
ficado en  el  templo,  no  con  tropel 
de  gente  ni  con  alíx>roto  ;  19  y  los 
que  me  hallaron  eran  ciertos  judíos 
venidos  de'l  Asia,  los  cuales  razón 
fuera  que  compareciesen  ante  ti  y 


3J  Aniípatris  :  ciudad  saniaritana  al  NE.  de  Jope,  casi  a  medio  camino  entre  Je- 
rtisalén  y  Cesárea. 

35  El  pretorio  de  Herodes  r  el  palacio  de  Herodes,  que  servia  de  pretorio  y  era 
la  residencia  habitual  de  los  procuradores  romanos  en  la  Judea. 

<yA  1  TÉKrfi.o  :  era  probablemente  romano  o  griego.  ||  Orador:  abogado  de  oficio. 
¿rt    a-i  pjeza  oratoria  modelo  de  retórica  hueca  e  insulsa. 

6  Nazareno  :  término  despectivo  con  que  los  judíos  solían  designar  a  los  cristianos. 

"  El  versículo  7  no  se  halla  en  el  original  griego. 

jo-a  pespués  de  un  discreto  exordio  (10-11)  refuta  Pablo  los  tres  cargos  que  le 
hizo  Tértulo  :  el  de  alborotador  (12-13),  el  de  sectario  (14-16)  y  el  de  profanador  del 
templo  (17-18)  ;  al  fin  nota  oportunamente  la  ausencia  de  los  que  debieran  »w 
testigos  (19)  y  que  los  judíos  mismos  en  el  sanhedrín  no  habían  hallado  en  él  crimen 
alguno  (20-21). 


—  314  — 


HECHOS  DE  EOS  APOSTOLES 


25  I"" 


denunciasen  si  algo  tenían  contra  mí. 
"O  si  no,  estos  mismos  digan  que 
crimen  hallaron  en  mí,  cuando  yo 
comparecí  ante  el  Sanhedrín,  a  si  ya 
no  es  por  esta  sola  voz  que  yo  lancé 
a  gritos  estando  en  medio  de  ellos  : 
Por  la  resurrección  de  los  muertos 
soy  yo  juzgado  hoy  ante  vosotros.» 


Dilación  de  ¡a  causa.  24,  22-23 


22  Félix,  como  conociese  con  bas- 
tante exactitud  lo  referente  al  Cami- 
no, les  dió  largas,  diciendo :  «Cuan- 
do el  tribuno  Lisias  bajare,  resolveré 
vuestro  asunto.»  23  Y  dió  orden  al 
centurión  de  que  le  custodiase,  que 
le  permitiese  cierta  libertad  y  que 
no  estorbase  a  ninguno  de  los  suyos 
el  asistirle. 


Dos  años  de  prisión  en  Cesárea. 
24,  24-27 

*  De  allí  a  algunos  días,  presen- 
tándose Félix  con  Drusila,  su  espo- 
sa, que  era  judía,  envió  a  llamar  a 
Pablo,  y  le  oyó  acerca  de  la  fe  en 
el  Mesías  Jesús.  "  Y  al  hablar  él  so- 
bre la  justicia,  la  continencia  y  el 
juicio  venidero,  aterrorizado  Félix, 
respondió  :  «Por  ahora  puedes  irte  ; 
así  que  logre  alguna  buena  ocasión, 
te  haré  llamar»  ;  26  esperando  tam- 
bién al  mismo  tiempo  recibir  dinero 
de  Pablo  ;  por  lo  cual  con  relativa 
frecuencia,  enviándole  a  buscar,  con- 
versaba con  él.  21  Cumplido  un  bie- 
nio, Félix  recibió  por  sucesor  a  Por- 
cio  Festo ;  y  deseando  con  este  favor 
hecho  a  los  judíos  asegurarse  su  be- 
nevolencia, Félix  dejó  a  Pablo  en 
prisiones. 


Nueva  acusación  ante  Festo.  25,  1-8 


or  1  Festo,  pues,  una  vez  llegado  a 
la  provincia,  de  allí  a  tres  días 
subió  desde  Cesárea  a  Jerusalén  ;  2  y 
los  sumos  sacerdotes  y  los  primates 
de  los  judíos  le  presentaron  acusación 
contra  Pablo,  y  le  instaban,  3  deman- 
dando favor  contra  él,  que  le  hiciese 
venir  a  Jerusalén,  mientras  prepa- 
raban una  emboscada  para  matarle 
en  el  camino.  4  Festo,  pues,  contestó 
que  Pablo  se  hallaba  custodiado  en 
Cesárea,  y  que  él  mismo  iba  a  par- 
tir en  breve.  5  «Los  de  más  autori- 
dad, pues,  entre  vosotros — dice — , 
bajándose  conmigo,  si  hay  algo  irre- 
gular en  este  hombre,  que  le  acu- 
sen.» e  Y  habiéndose  detenido  entre 
ellos  no  más  allá  de  ocho  o  diez 
días,  bajó  a  Cesárea  ;  y  al  día  si- 
guiente, sentado  en  el  tribunal,  dió 
orden  de  que  fuese  traído  Pablo. 
'  Una  vez  él  llegado,  le  rodearon  los 
judíos  que  habían  bajado  de  Jeru- 
salén, presentando  contra  él  muchos 
y  graves  cargos,  que  no  podían  pro- 
bar ;  8  alegando  Pablo  en  su  defen- 
sa que  «Ni  contra  la  ley  de  los  ju- 
díos, ni  contra  el  templo,  ni  contra 
César,  he  pecado  en  cosa  alguna». 

Apelación  de  Pablo  al  Cesar. 
25,  9-12 

•  Festo,  deseando  interesadamente 
prestar  un  favor  a  los  judíos,  con- 
testando a  Pablo,  dijo  :  «¿Quieres 
subir  a  Jerusalén  para  ser  juzgado 
allí  de  estas  cosas  en  mi  tribunal?» 
10  Dijo  Pablo  :  «Ante  el  tribunal  del 
César  estoy,  que  es  donde  tengo  que 
ser  juzgado.  A  los  judíos  ningún 
agravio  hice,  como  tú  mismo  mejor 
sabes.  u  Si,  pues,  soy  reo  de  crimen 
y  he  cometido  algo  digno  de  muer- 


—  Como  conociese...  :  procurador  desde  el  año  52,  tuvo  ocasión  de  conocer  el  cris- 
tianismo. En  Cesárea  existía  una  Iglesia  cristiana  ;  y  en  el  mismo  pretorio  se  con- 
servaría el  recuerdo  del  centurión  Cornelio.  ||  Dió  largas:  Félix,  lo  mismo  que 
Pilato,  conoció  la  inocencia  del  reo,  mas  por  consideraciones  con  los  acusadores  no 
se  atrevió  a  soltarle. 

M  Drusila  :  hija  de  Herodcs  Agripa  I,  era  la  tercera  esposa  reina  que  tenía  Félix, 
el  anticuo  esclavo. 

25  Se  deja  entender  el  terror  que  se  apoderaría  de  Félix,  «ladrón  y  adúltero»,  al 
oír  hablar  a  Pablo  sobre  la  justicia  y  la  continencia. 

ns   s  Los  tres  capítulos  de  la  defensa  de  Pablo  dan  a  entender  que  las  acusaciones 
irán  ahora  las  mismas  del  proceso  anterior. 


—  315  — 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


25  23  -26  I 


te,  no  rehuso  el  morir  ;  pero  si  na- 
da hay  de  1o  que  éstos  me  acusan, 
nadie  puede  entregarme  a  ellos,  pa- 
ra hacerles  merced.  A  César  apelo.» 
i:  Entonces  Festo,  tras  deliberación 
con  el  consejo,  respondió  :  «A  Cé- 
sar has  apelado,  a  César  irás.» 


Festo  habla  de  Pablo  a  Agripa. 
25,  13-22 


"Pasados  algunos  días,  el  rey  Agri- 
pa y  Bernice  llegaron  a  Cesárea  pa- 
ra saludar  a  Fésto.  11  Y  como  se  en- 
tretuviesen allí  bastantes  días,  tes- 
to informó  al  rey  sobre  el  asunto 
de  Pablo,  diciendo  :  «Hay  aquí  cier- 
to hombre  dejado  en  prisiones  por 
Félix,  15  acerca  del  cual,  cuando  fui 
a  Jerusalén,  presentaron  acusación 
los  sumos  sacerdotes  y  los  ancianos 
de  los  judíos,  demandando  contra  él 
.sentencia  de  condenación  ;  1B  a  los 
cuales  contesté  que  no  es  costumbre 
entre  'los  romanos  de  entregar  por 
vía  de  merced  a  hombre  alguno,  sin 
que  antes  el  acusado  tenga  frente  a 
sí  a  los  acusadores  y  se  le  otorgue 
lugar  a  defenderse  del  delito  que  se 
!e  inculpa.  11  Llegados,  pues,  juntos 
acá,  suprimiendo  toda  dilación,  al  si- 
guiente día,  sentado  en  el  tribu- 
nal, mandé  fuera  traído  el  hombre  ; 
18  acerca  del  cual  los  acusadores,  ha- 
biendo comparecido,  no  presentaban 
ninguna  acusación  de  las  maldades 
que  yo  me  sospechaba  ;  "  sólo  eran 
ciertas  discusiones  que  con  él  tenían 
acerca  de  la  propia  religión  y  de  un 
tal  Jesús,  muerto,  que  Pablo  se  em- 
peñaba en  que  vivía.  20  Estando  yo 
perplejo  cuanto  al  modo  de  inquirir 
sobre  esas  cosas,  proponíale  si  que- 
ría ir  a  Jerusalén  y  ser  allí  juzgado 
de  ellas.  21  Mas  como  Pablo  apeló, 
reclamando  que  se  le  reservase  para 
la  decisión  del  Augusto,  mandé  que 
se  le  custodiase  hasta  que  yo  le  re- 
mita a  César.»   "  Agripa  a  Festo  : 


«Quisiera  también  yo  oír  a  ese  hom- 
bre.» «Mañana — dice— le  oirás.» 


Hace  Fcsto  relació 
Pablo.  2  = 


de  la  causa  de 
23-27 


■"  Así  que  al  día  siguiente,  veni- 
dos Agripa  y  Bernice  con  gran  fas- 
tuosidad, y  entrando  en  la  sala  de 
la  audiencia,  junto  con  los  tribunos 
y  los  personajes  de  más  relieve  de  la 
ciudad,  tras  la  orden  dada  por  Pes- 
io fué  traído  Pablo.  -4  Y  dice  Festo  : 
«Rey  Agripa  y  varones  todos  aquí 
presentes  con  nosotros  :  veis  aquí  a 
éste,  acerca  del  cual  la  multitud  en- 
tera de  los  judíos  me  interpeló,  tan- 
to en  Jerusalén  como  aquí,  diciendo 
a  voces  que  no  debía  ya  vivir  más. 

Tero  yo  comprendí  que  nada  digno 
de  muerte  había  él  cometido  ;  mas 
habiendo  él  apelado  al  Augusto,  de- 
cidí enviarlo.  "  Sobre  el  cual  no  ten- 
go cosa  cierta  que  escribir  al  Señor  ; 


por  le 


111, 


:ual  . 
>rroe 


■-i/llW 


fin  de  que,  hecha  la  ce 
averiguación,  tenga  ye 
Pues  me  parece  eos; 
zón  que,  enviando  yo 
signifique  juntamente 
nes  formuladas  contra  él. 


ante  vosotros, 
rey  Agripa,  a 
rrespondiente 
qué  escribir. 
1  fuera  de  ra- 
un  preso,  no 
las  acusacio- 


Discitvso  de  Pablo  a  Agripa.  26,  1-23 


-Se  te 
nton. 
mano,  pro- 


o/r    '  Agripa  dijo  a  Pable 
permite  hablar  por  ti 
ees  Pablo,  extendida  1 
nunciaba  esta  defensa 

2  «Me  considero  feliz,  rey  Agripa, 
al  tener  hoy  que  defenderme  ante  ti 
de  todos,  los  delitos  de  que  soy  acu- 
sado por  los  judíos,  3  mayormente 
siendo  tú  conocedor  de  todo  lo  re- 
ferente a  los  judíos,  así  usos  como 
cuestiones  ;  por  lo  cual  te  ruego  me 
escuches  pacientemente. 


'-Con  ei.  consejo:   con  los  asesores  consejeros. 

13  Agüita  :  Marco  Julia  Agripa  II,  hijo  de  Herodes  Agripa  I.  ||  Bernice:  hermana 
do  Agripa,  famosa  no  menos  por  sus  escándalos  que  por  su  belleza. 
'      Con  oran  fastuosidad  :  como  a  un  espectáculo. 

:c  Tenga  yo  que  escribir  :  se  traía  de  las  letras  dimisorias  que  debían  remitirse 
a  aquel  a  quien  se  apelaba. 

p/»  2-38  Tras  un  hábil  exordio  (2-3)  divídese  el  discurso  en  tres  partes:  Pablo  fariseo 
+1™  y  perseguidor  (3-11 ) ;  conversión  y  misión  apostólica  (12-1S) ;  historia  de  su  apos- 
tolado (19-23). 


-316  — 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


26  19-a0 


1  .Mi  vitla,  pues,  a  partir  Je  la  ju- 
ventud, cual  la  pasé  desde  el  prin- 
cipio en  mi  nación  y  en  Jerusaléi., 
la  saben  todos  los  judíos,  6  que  ya 
de  antes  y  muy  de  atrás  me  cono- 
cen, y  saben,  si  quisieren  dar  tes- 
timonio,  que  conforme  a  la  secta  más 
estricta  de  nuestra  religión  viví  co» 
mo  fariseo.  6  Y  ahora  por  la  espe- 
ranza de  la  promesa  hecha  por  Dios 
a  nuestros  padres  estoy  aquí  proce- 
sado ;  7  la  cual  promesa  nuestro  pue- 
blo de  las  doce  tribus  espera  alcan- 
zar dando  asiduamente  culto  a  Dios 
noche  y  día.  Pues  por  esta  esperan- 
za soy  acusado  por  los  judíos,  ¡  oh 
rey !  8  ¿  Por  qué  entre  vosotros  se 
juzga  increíble  el  que  Dios  resucite 
los  muertos  ? 

a  Yo,  pues,  había  creído  que  con- 
tra el  nombre  de  Jesús  Nazareno  de- 
bía  oponerme  con  redoblados  actos 
de  hostilidad;  "'y  esto  -fué  lo  que 
hice  en  Jerusaléii,  y  a  muchos  de 
los  santos  yo  los  encerré  en  prisio- 
nes, con  autoridad  recibida  de  los 
f unio;.  sacerdotes;  y  cuando  eran 
¿¡justiciados,  yo  contribuí  con  mi  vo- 
to ;  "  y  recorriendo  todas  las  sina- 
gogas, repetidas  veces,  ensañándome 
en  ellos,  les  forzaba  a  blasfemar  ;  y 
enfureciéndome  más  y  más,  les  per- 
seguía aun  hasta  en  las  ciudades  ex- 
tranjeras. 13  En  este  empeño,  cami- 
r.ando  hacia  Damasco,  con  autoridad 
y  comisión  de  los  sumos  sacerdotes, 
13  al  mediodía,  yendo  yo  mi  camino, 
vi,  ¡  oh  rey!,  venida  del  cielo,  más 
fulgurante  que  la  del  sol,  una  luz 
que  con  sus  fulgores  nos  envolvía 
a  mí  y  a  los  que  conmigo  iban.  14  Y 
habiendo  caído  por  tierra  todos  nos- 
otros, oí  una  voz  que  me  decía  en 
lengua  hebrea  :  «Saúl,  Saúl,  ¿por 
qué  me  persigues  ?  Duro  es  para  ti 
cocear  contra  el  aguijón.»  15  Yo  dije: 
t¿  Quién  eres,  Señor?»  El  Señor  di- 
jo :  «Yo  soy  Jesús,  a  quien  tú  per- 
sigues. 16  Mas  levántate  y  tente  so- 
bre tus  pies  ;  pues  para  esto  me  ma- 
nifesté a  ti,  para  constituirte  minis- 
tro y  testigo,  así  de  las  cosas  que  de 
mí  viste  como  de  las  que  de  mí  ve- 
rás ;  n  sacándote  de  tu  pueblo  y  de 
Jos  gentiles,  a  los  cuales  yo  te  en- 
vío, 38  para  abrirles  los  ojos,  a  fin  de 
que  se  conviertan  de  las  tinieblas  a 
Ja  luz  y  del  poder  de  Satanás  a  Dios, 


a  fin  de  que  reciban  la  remisión  de 
los  pecados  y  la  herencia  entre  los 
santificados  por  la  fe  en  mí.»  u  Por 
donde,  rey  Agripa,  no  fui  desobe- 
diente a  la  celeste  visión,  80  sino  que 
a  los  de  Damasco  primeramente  y 
a  los  de  Jerusalén,  por  todo  el  país 
de  la  Judea  y  a  los  gentiles  anuncié 
que  se  arrepintiesen  y  convirtiesen  a 
Dios,  haciendo  obras  correspondien- 
tes al  arrepentimiento.  31  Por  causa 
de  estas  cosas,  los  judíos,  habiéndo- 
me prendido,  mientras  estaba  yo  en 
el  templo,  trataban  de  matarme. 
"  Favorecido,  pues,  con  el  auxilio  de 
Dios,  hasta  este  día,  me  mantengo 
en  pie,  dando  testimonio  al  peque- 
ño como  al  grande,  ninguna  cosa  di- 
ciendo fuera  de  las  que  los  profetas 
y  Moisés  mismo  dijeron  que  iban  a 
sobrevenir  :  a  sobre  que  el  Mesías 
estaría  sujeto  a  padecimientos  ;  so- 
bre que,  resucitado  el  primero  de 
entre  los  muertos,  había  de  anunciar 
la  'luz,  así  al  pueblo  como  a  los  gen- 
tiles.» 


Intervención  de  Fcsto  y  de  Agripa. 
26,  24-32 

31  Mientras  estaba  él  diciendo  esto 
en  su  defensa,  Eesto,  a  grandes  vo- 
ces, dice  :  «Estás  loco,  Pablo  ;  las 
muchas  letras  te  trastornan  hasta 
dar  en  locura.»  36  Y  Pablo  :  «No  es- 
toy loco — dice — ,  excelentísimo  Ees- 
to, antes  profiero  palabras  de  ver- 
dad y  de  sano  juicio.  36  Que  bien  en- 
tiende de  estas  cosas  el  rey,  ante 
quien  puedo  hablar  con  franca  osa- 
día ;  pues  no  me  persuado  de  que 
nada  de  esto  se  le  oculte,  dado  que 
no  se  ha  realizado  esto  en  algún 
rincón.  27  ¿  Crees,  rey  Agripa,  a  los 
profetas  ?  Ya  sé  que  crees.»  34  Y  Agri- 
pa a  Pablo  :  «ror  poco  me  persua- 
des a  que  me  haga  cristiano.»  30  Y 
Pablo  :  ¡  «Pluguiera  a  Dios  que,  sea 
por  poco,  sea  por  mucho,  no  sólo  tú, 
sino  también  todos  cuantos  me  escu- 
chan hoy,  viniesen  a  ser  tales  cual 
}'o  mismo  soy,  a  excepción  de  estas 
cadenas  !» 

30  Levantáronse  el  rey  y  el  procu- 
rador, Bernice  y  los  que  con  ellos  es- 


M-20  En  este  interesante  diálogo,  con  la  vulgaridad  de  Festo  y  la  frivolidad  de 
AfTipa  contrasta  la  alteza  de  pensamientos,  la  convicción,  la  sensatez  de  Pablo,  y  no 
menos  su  habilidad  y  cortesía.  El  rasgo  final  es  de  una  exquisita  delicadeza. 


—  317  — 


26  31—27  8 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


27  hi- 


taban sentados  ;  31  y  habiéndose  re- 
tirado hablaban  unos  con  otros,  di- 
ciendo :  «Nada  absolutamente  come- 
te ese  hombre  digno  de  muerte  o  de 
prisiones.»  32  Agripa  dijo  a  Festo  : 
«Podía  ese  hombre  haber  sido  pues- 
to en  libertad,  a  no  haber  apelado 
a  César.» 


Camino  de  Roma:  escala  en  Creta. 
27,  i-8 


tyn  'Cuando  se  huibo  decidido  que 
^  '  emprendiésemos  la  navegación 
para  Itallia,  encomendaron  la  custo- 
dia, así  de  Pablo  como  de  algunos 
otros  presos,  a  un  centurión  por 
nombre  Julio,  de  la  cohorte  augusta. 

2  Y  subidos  a  una  nave  adramitena, 
que  iba  a  emprender  el  viaje  hacia 
los  lugares  costeros  del  Asia,  nos  hi- 
cimos a  la  vela,  estando  con  nosotros 
Aristarco,  maeedonio  de  Tesalónica  ; 

3  y  afl  otro  día  arribamos  a  Sidón  ;  y 
Julio,  tratando  humanamente  a  Pa- 
blo, íe  permitió  que,  dirigiéndose  a 
sus  amigos,  fuese  atendido  por  ellos. 

4  Y  de  allí,  llevadas  anclas,  navega- 
mos al  abrigo  de  Chipre,  por  ser  con- 
trarios los  vientos  ;  6  y  hecha  la  tra- 
vesía por  alta  mar,  a  lo  largo  de  Ci- 
licia  y  Panfilia,  llegamos  a  Mira  de 
Licia.  6  Y  allí,  habiendo  encontrado 
el  centurión  una  nave  alejandrina 
que  se  dirigía  a  Italia,  nos  hizo  en- 
trar en  ella.  7  Y  como  durante  bas- 
tantes días  navegásemos  lentamen- 
te y  a  duras  penas  llegásemos  fren- 
te a  Gnido,  no  siéndonos  propicio 
el  viento,  navegamos  al  abrigo  de 
Creta  por  la  parte  de  Salmone  ;  8  y 
con  dificultad,  costeándola,  llegamos 


a  cierto  lugar  llamado  Puertos  Her- 
mosos, cerca  del  cual  estaba  la  ciu- 
dad de  Lasea 


E)i  busca  de  otro  puerto.  27,  9-13 

'J  Habiendo  transcurrido  bastante 
tiempo  y  siendo  ya  insegura  la  na- 
vegación, por  haber  pasado  ya  el  día 
mismo  del  ayuno,  les  advertía  Pa- 
blo, 10  diciéndoles  :  «Hombres,  veo 
que  la  navegación  va  a  ser  con  atro- 
pello y  mucho  daño,  no  sólo  del  car- 
gamento y  de  la  nave,  sino  también 
de  nuestras  personas.»  u  Mas  el  cen- 
turión daba  mayor  crédito  al  piloto 
y  al  patrón  de  la  nave  que  no  a  lo 
que  Pablo  decía.  a  Y  como  el  puer- 
to no  era  acomodado  para  invernar, 
los  más  fueron  de  parecer  que  se 
zarpase  de- allí,  por  si  acaso  logra- 
ban, para  invernar,  alcanzar  a  Feni- 
ce,  puerto  de  Creta  que  mira  al 
ábrego  y  al  cauro.  13  Y  como  se  hu- 
biese levantado  una  brisa  del  sur, 
creyéndose  dueños  de  realizar  su 
proyecto,  levando  anclas,  fueron  cos- 
teando más  de  cerca  a  Creta. 


Furiosa  tempestad.  27,  14-20 

"  Mas  de  allí  a  poco  se  desenca- 
denó contra  ella  un  viento  huraca- 
nado, el  llamado  euroaquilón.  a  Y 
siendo  la  nave  arrastrada  y  no  pu- 
diendo  hacer  frente  al  viento,  deja- 
da toda  resistencia,  íbamos  a  la  de- 
riva. 16  Y  corriendo  a  sotavento  de 
una  isleta  llamada  Clauda,  pudimos 
con  mucha  dificultad  hacernos  due- 
ños del  bote  ;  "  y  una  vez  subido 


27 


Augusta  :  título  honorífico  que  se  otorgaba  a  algunas  cohortes. 
Adramitena  :  de  Adraniitio*'  puerto  de  la  Misia,  al  pie  del  monte  Ida. 
4  Al  abrico  de  Chipre  :  entre  la  isla  de  Chipre  (al  S.)  y  la  costa  de  Cilicia  y 
Panfilia  (al  N.). 

'Gnido:  ciudad  marítima  de  la  Caria,  al  NO.  de  la  isla  de  Rodas.  ||  Salmona  : 
promontorio  oriental  de  Creta.  . 

"Puertos  Hermosos:  en  la  costa  meridional  de  Creta.  ||  Lasea:  ciudad  al  K.  de 
Puertos  Hermosos. 

9  El  día  dkl  ayuno  :  la  gran  solemnidad  de  la  Expiación,  ro  del  mes  Tishri  (sep- 
tiembre-octubre), que  era  día  de  ayuno. 

"Fenice-  en  la  costa  meridional  de  Creta  al  O.  de  Tuertos  Hermosos.  ||  Abrj.oo 
o  garbino:  viento  SO.  ||  Cauro  o  regañón:  viento  NO.  Parece  decir  San  Lucas  que 
la  disposición  del  puerto  defendía  contra  estos  vientos. 

"  Euroaquilón  o  gregal  :  viento  NE. 

>«  Clauda  :  islote  al  S.  de  Creta. 

«  Sirte  (bajío  de  arena)  :  se  trata  de  la  Gran  Sirtr  de  la  costa  africana,  cerca 
de  la  Cirenaica. 

-318- 


7  1S-27 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


27  28-39 


é>te  a  bordo,  se  valían  de  cables  de 
refuerzo  para  ceñir  el  casco  de  la 
nave  ;  y  temiendo  no  ir  a  dar  con- 
tra la  Sirte,  soltando  el  áncora  flo- 
tante, de  esta  manera  iban  a  la  de- 
riva. 18  Y  como  el  temporal  seguía 
sacudiéndonos  reciamente,  al  día  si- 
guiente fueron  alijando  ;  "  y  al  ter- 
cer día  con  sus  propias  manos  echa- 
ron al  mar  el  aparejo  de  la  nave. 
a'  Y  como  ni  sol  ni  estrellas  se  de- 
jasen ver  por  muchos  días,  y  pesa- 
se sobre  nosotros  una  tempestad  no 
ligera,  ya  se  desvanecía  toda  espe- 
ranza de  llegar  a  salvamento. 

Pablo  infunde  alientos  a  los 
navegantes.  27,  21-26 

a  Y  como  hiciese  mucho  tiempo 
que  no  habían  comido,  entonces  Pa- 
blo, puesto  de  pie  en  medio  de 
ellos,  dijo  :  «Razón  fuera  ciertamen- 
te, ¡oh  hombres!,  que,  escuchando 
mi  consejo,  no  os  lanzarais  al  mar 
desde  Creta,  y  os  ahorrarais  esta  ve- 
jación y  perjuicio.  22  Y  ahora  os  re- 
comiendo que  tengáis  buen  ánimo, 
pues  no  habrá  de  entre  vosotros  pér- 
dida alguna  personal,  sino  sólo  de 
la  nave.  33  Porque  se  me  presentó 
esta  noche  un  ángel  de  Dios,  de 
quien  soy,  a  quien  además  adoro, 

diciendo  :  «No  temas,  Pablo  :  ante 
César  tienes  que  comparecer  ;  y  mi- 
ra, Dios  te  ha  hecho  gracia  de  to- 
dos los  que  navegan  contigo.»  "  Por 
lo  cual  tened  buen  ánimo,  nombres  ; 
porque  tengo  fe  en  Dios  de  que  así 
será,  exactamente  como  se  me  ha 
dicho.  28  Y  hemos  de  ir  a  dar  en  una 
isla.» 


Se  comprueba  la  proximidad  de 
tierra.  27,  27-32 

*  Al  llegar  la  decimocuarta  noche 
que  éramos  llevados  sin  rumbo  fijo 
por  el  Adriático,  hacia  la  media  no- 


che sospecharon  los  marineros  que 
alguna  tierra  se  les  avecinaba.  a  Y 
habiendo  sondeado,  hallaron  veinte 
brazas;  a  corta  distancia  de  allí,  son- 
deando de  nuevo,  hallaron  quince 
brazas.  33  Y  temiendo  no  fuésemos 
tal  vez  a  dar  entre  escollos,  habien- 
do echado  desde  popa  cuatro  ánco- 
ras, estaban  en  ansias  por  que  se 
hiciese  de  día.  3"  Y  como  los  mari- 
neros tratasen  de  escapar  de  la  na- 
ve y  hubiesen  ya  arriado  el  bote  al 
agua,  con  el  pretexto  de  que  iban  a 
tender  desde  proa  los  cables  de  las 
áncoras,  31  dijo  Pablo  al  centurión  y 
a  los  soldados  :  «Si  éstos  no  se  que- 
dan en  la  nave,  vosotros  no  podéis 
salvaros.»  33  Entonces  cortaron  los 
soldados  las  cuerdas  del  bote  v  lo 
dejaron  caer. 

Pablo  exhorta  a  los  compañeros  que 
coman.  27,  33-38 

"  Y  mientras  estaba  para  hacerse 
de  día,  exhortaba  Pablo  a  todos  que 
tomasen  alimento,  diciendo  :  «El  de- 
cimocuarto día  es  hoy  que,  en  con- 
tinua expectación,  os  pasáis  en  ayu- 
nas, sin  haber  tomado  nada.  34  Por 
lo  cual  os  aconsejo  que  toméis  ali- 
mento, porque  esto  importa  para  que 
lleguéis  a  salvo  ;  que  de  ninguno  de 
vosotros  perecerá  un  cabello  de  la 
cabeza.»  33  Dicho  esto,  y  tomando 
pan,  hizo  gracias  a  Dios  a  vista  de 
todos,  y  partiéndolo  comenzó  a  co- 
mer. 88  Cobrando  todos  buen  áni- 
mo, también  ellos  tomaron  alimento. 
37  Eramos  entre  todos  en  la  nave  dos- 
cientas setenta  y  seis  personas.  38 Una 
vez  hubieron  comido  a  satisfacción, 
fueron  alijando  la  nave,  echando  el 
trigo  al  mar. 

Náufragos,  alcanzan  la  isla  de  Malta. 
27.  39-44 

39  Cuando  ya  se  hizo  de  día,  la  tie- 
rra que  veían  no  la  reconocían  :  sólo 


n  No  habían  comido  :  5t  entiende  de  las  comidas  ordinarias  y  regulares.  Literal- 
mente, «siendo  mucha  la  abstinencia  (o  inapetencia)». 

*  Te  ha  hecho  gracia  :  la  concesión  de  esta  gracia  supone  que  San  Pablo  había 
rogado  a  Dios  por  el  salvamento  de  los  pasajeros. 

27  Adriático  :  con  este  nombre  se  designaba  el  Mediterráneo  central,  compren- 
dido entre  Sicilia,  Grecia  y  Africa. 

83  Sin  haber  tomado  nada  :  hipérbole  análoga  a  la  usada  entre  nosotros,  cuando 
a  uno  que  come  poco  se  le  dice  que  no  come  nada. 


—  319  — 


27  40-28  3 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


28 


divisaban  una  ensenada  con  su  pla- 
ya, hacia  la  cual  se  proponían,  co- 
mo pudiesen,  empujar  la  nave.  40  Y 
habiendo  soltado  las  áncoras,  las  de- 
jaban caer  en  el  mar,  aflojando  al 
mismo  tiempo  las  ataduras  de  los 
timones  ;  y  una  vez  izada  la  vela  de 
artimón,  iban  con  rumbo  a  la  playa. 
"  Mas  topando  con  un  saliente,  ba- 
ñado por  el  mar  por  ambos  lados, 
encallaron  la  nave  ;  y  la  proa,  hin- 
cándose, quedó  inmoble,  mientras  la 
popa  se  desvencijaba  por  la  violen- 
cia de  las  olas. 

42  Los  soldados  tuvieron  el  desig- 
nio de  matar  a  los  presos,  no  fuera 
que  alguno,  salvándose  a  nado,  se 
encapase  ;  43  pero  el  centurión,  que- 
riendo salvar  a  Pablo,  les  impidió  la 
ejecución  de  su  plan,  y  dio  orden 
de  que  los  que  supiesen  nadar  se 
echasen  los  primeros  al  agua  y  sa- 
liesen a  tierra,  41  y  que  los  demás  se 
valiesen  unos  de  tablas,  otros  de  al- 
guna pieza  de  la  nave.  Y  con  esto 
se  logró  que  todos  llegasen  salvos  a 
tierra. 


Son  acogidos  humanamente  por  Io¡ 
molieses.  28,  1-2 


00  1  Y  puestos  en  salvo,  supina 
"°  entonces  que  la  isla  se  llamaba 
Malta.  2  Y  los  bárbaros  nos  mostra- 
ban una  humanidad  no  común  ;  por- 
que habiendo  encendido  una  hogue- 
ra, a  causa  de  la  lluvia  que  caía  y 
del  frío,  nos  acogieron  a  todos. 


Pablo,  mordido  por  una  víbora  sin 
recibir  daño.  28,  3-6 

3  Como  hubiese  Pablo  recogido  una 
cantidad  de  ramas  secas  y  las  hubie- 
se echado  en  la  hoguera,  una  víbo- 


ra, que  salió  huyendo  del  calor,  se 
le  asió  de  la  mano.  4  Cuando  vieron 
los  bárbaros  la  bestia  colgando  de 
su  mano,  se  decían  unos  a  otros  : 
«Seguramente  homicida  es  este  hom- 
bre, a  quien,  salido  a  6alvo  del  mar, 
la  Justicia  no  le  consintió  vivir.» 
5  Mas  él,  habiendo  sacudido  la  bes- 
tia en  el  fuego,  no  padeció  daño  al- 
guno. "Ellos  estaban  aguardando  que 
se  hincharía  o  que  se  caería  muer- 
to de  repente.  Pero  como  estuviesen 
largo  rato  aguardando,  y  viesen  que 
nada  anormal  le  pasaba,  cambian- 
do de  parecer,  decían  de  él  que  era 
un  dios. 


Pablo  a  muchos  enfermos. 
28,  7-10 


'  En  los  contornos  de  aquel  lugar 
tenía  unas  posesiones  el  Primero  de 
la  isla,  por  nombre  Publio,  el  cual, 
habiéndonos  acogido,  nos  hospedó 
tres  días  amablemente.  8  Y  coincidió 
hallarse  en  cama,  aquejado  de  fie- 
bres y  de  disentería,  el  padre  de  Pu- 
blio ;  al  cual  Pablo,  habiendo  entra- 
do a_  verle,  haciendo  oración  e  im- 
poniéndole las  manos,  le  sanó.  *  Es- 
to ocurrido,  también  los  demás,  que 
en  la  isla  tenían  enfermedades,  acu- 
dían y  eran  curados  ;  10  los  cuales 
guardaron  con  nosotros  toda  suerte 
de  consideraciones,  y,  al  hacernos  a 
la  vela,  nos  proveyeron  de  todo  lo 


Camino  de  Roma.  :S, 


11  Transcurridos  tres  meses,  nos 
hicimos  a  la  vela  en  una  nave,  que 
había  invernado  en  la  isla,  de  Ale- 
jandría, la  cual  llevaba  por  enseña 


40  Artimón  :  mástil  y  vela  de  proa. 

OO    -  Bárbaros  :  lo  eran  por  razón  de  la  lengua,  no  por  falta  de  cultura.  I  os  mal- 

¿iO    teses,  de  origen  fenicio,  hablarían  el  púnico. 

4  La  justicia  vengadora  :  personificada  o  divinizada.  La  reflexión  de  estos  ibár- 
baros»  es  un  testimonio  espontáneo  de  la  razón  natural  a  favor  de  la  divina  Pro- 
videncia. 

I  El.  Primero  :  tal  era  el  título  del  que  gobernaba  la  isla  como  delegado  de! 
pretor  de  Sicilia. 

M  La  curación  del  padre  de  Publio  fué  milagrosa.  De  todas  las  demás  curaciones 
110  puede  afirmarse  lo  mismo  con  igual  seguridad. 

II  Dioscuros  :    Cástor  y  Pólux. 

—  320  — 


HECHOS  DE  LOS  APOSTOLES 


28  19"27 


los  Dioscuros.  '■  Y  habiendo  apor- 
rado a  Siracusa,  permanecimos  allí 
I  res  días  ;  "  desde  donde,  costean- 
lío,  arribamos  a  Regio.  Y  un  día 
llespués  habiéndose  levantado  viento 
Uur,  al  segundo  día  llegamos  a  Pu- 
lid.; "donde,  habiendo  encontrado 
algunos  hermanos,  nos  rogaron  que 
nos  quedásemos  con  ellos  siete  días. 
Y  con  esto  nos  dirigimos  a  Roma. 
15  Y  desde  allí  los  hermanos,  al  te- 
ner noticias  de  nosotros,  vinieron  a 
nuestro  encuentro  hasta  el  Foro  de 
Apio  y  las  Tres  Tabernas  ;  en  vién- 
dolos," Pablo,  haciendo  gracias  a  Dios, 
cobró  ánimo. 


En  Roma.  Pablo  convoca  a  ¡os 
judíos.  28,  16-22 

14  Cuando  hubimos  entrado  en  Ro- 
ma, se  permitió  a  Pablo  vivir  en  ca- 
sa particular  con  un  soldado  que  le 
custodiase. 

"  Y  sucedió,  tres  días  después,  que 
él  convocó  a  los  que  eran  principa- 
les entre  los  judíos  ;  y  una  vez  re- 
unidos, les  decía  :  «Yo,  varones  her- 
manos, sin  haber  hecho  nada  con- 
tra el  pueblo  ni  'contra  los  usos  tra- 
dicionales de  nuestros  padres,  preso 
desde  Jerusalén  fui  entregado  en 
manos  de  los  romanos  ;  1!>  los  cua- 
les, habiéndome  interrogado,  querían 
ponerme  en  libertad,  por  no  hallar- 
se en  mí  causa  alguna  de  muerte  ; 


14  mas,  contradiciéndolo  los  judíos, 
me  vi  forzado  a  apelar  a  César,  no 
como  que  yo  tuviese  alguna  cosa  de 
que  acusar  a  los  de  mi  nación.  20  Por 
esta  causa,  pues,  os  rogué  poder  ve- 
ros y  hablaros,  pues  por  la  esperan- 
za de  Israel  estoy  rodeado  de  esta 
cadena.»  a  Ellos  le  dijeron  :  «Nos- 
otros ni  cartas  acerca  de  ti  hemos 
recibido  de  la  Judea,  ni  nadie  de  los 
hermanos,  que  haya  venido,  nos  ha 
referido  o  hablado'  de  ti  nada  malo. 
a  Todavía  deseamos  oír  de  ti  lo  que 
piensas  ;  pues  acerca  de  esa  secta 
nos  es  conocido  que  en  todas  partes 
se  la  contradice.» 


Pablo  anuncia  el  Evangelio  a  los 
pldtos.  28,  23-28 

a  Habiéndole  fijado  día,  vinieron  a 
él  a  su  alojamiento  en  mayor  nú- 
mero, a  los  cuales  exponía  el  reino 
de  Dios,  dando  testimonio  y  esfor- 
zándose por  persuadirles  acerca  de 
Jesús  así  por  la  ley  de  Moisés  como 
por  los  profetas,  y  esto  desde  el  ama- 
necer hasta  el  atardecer.  -*  Y  unos  se 
convencían  de  la  verdad  de  lo  que 
decía,  otros  permanecían  incrédulos. 
26 Y  estando  desacordes  unos  de  otros, 
se  retiraban,  no  sin  decirles  Pablo 
una  palabra  :  «Con  razón  el  Espíri- 
tu Santo  habló  por  boca  del  profeta 
Isaías  (6,  9-10)  a  vuestros  padres, 
diciendo  : 


54  Ve  a  este  pueblo,  y  diles  : 

Con  el  oído  oiréis,  y  no  entenderéis  , 

y  mirando,  miraréis  y  no  veréis. 

•:  Porque  se  embotó  el  corazón  de  este  pueblo, 

y  con  los  oídos  pesadamente  oyeron, 

v  sus  ojos  cerraron  : 

no  sea  que  vean  con  sus  ojos, 


13  Regio  :  ciudad  de  la  Italia  meridional  junto  al  estrecho  de  Mcsina.  |!  Ptjzol : 
ciudad  vecina  a  Nápoles. 

11  FÓRO  de  Apio  :  a  65  kilómetro»  de  Roma.  1  TRES  TABERNAS  :  a  ^9  kilómetros 
de  Roma. 

M  Con  un  soldado  qvf  le  custodiase:  era  la  llamada  custodia  libera  o  militaris.. 
Ex  todas  partes  se  LA  CONTRADICE  :  los  judíos  i>or  las  noticias  recibidas  de  otros 
judíos  no  saben  del  cristianismo  sino  <|Ue  se  le  contradice  ;  !a  contradicción  era,  en 
efecto,  la  disposición  general  del  judaismo  respecto  del  cristianismo. 

•3  I'ablo  demostraba  a  los  judíos  por  las  profecías  inesiánicas  la  mesianidad  de 
Jesús. 

26  La  aplicación  de!  texto  de  Isaías  supone  que  el  número  de  los  judíos  incrédulos 
fué  notablemente  mayor  que  el  de  los  creyentes. 

Aplica  ahora  San  Pablo  a  los  judíos  el  mismo  texto  aplicado  antes  por  el 
rliyino  Maestro  (Mt.  13,  14-15;  Me.  4,  12-13)  V  luego  por  San  Juan  (12,  40). 

—  321  — 


N.  T.  U 


28  28-31 


HECHOS  DE  LOS  APÓSTOLES 


28  28"31 


y  con  sus  oídos  oigan, 

y  con  su  corazón  entiendan, 

y  se  conviertan,  —  y  yo  los  sane. 

"  Tened,  'pues,  entendido  que  a  los  gentiles  fué  enviada  esta  Salud  de 
Dios  :  ellos  sí  oirán.»  {*•] 


Bienio  de  prisión  y  de  predicación.  28,  30-31 

"Y  permaneció  un  bienio  entero  en  6U  casa,  que  se  había  alquilado, 
y  recibía  a  todos  los  que  acudían  a  él,  M  predicando  el  reino  de  Dios  y 
'enseñando  lo  tocante  al  Señor  Jesu-Cristo,  con  franca  libertad,  sin  que 
nadie  se  lo  estorbase. 


38  Vocación  de  la  gentilidad  afirmada  por  el  Apóstol  de  los  gentiles. 

[201  La  Vulgata  latina  añade  :  «Y  como  esto  hubo  dicho,  salieron  de  él  los  judíos, 
teniendo  entre  sf  mucha  discusión.» 

30  Termina,  el  T>ienio  de  la  custodia  libera,  y  con  él  la  historia  de  los  Hechos: 
indicio  de  que  entonces,  el  año  63  (ó  62),  acabó  San  Lucas  de  redactar  su  libro. 
(Cf.  Decreto  de  la  Comisión  Bíblica  de  12  de  junio  de  1913,  n.  IV.  Denz.  2169.) 


—  322  — 


INTRODUCCION  GENERAL 
A  LAS  EPISTOLAS  DE  SAN  PABLO 


I.     La  persona  del  Apóstol 


rimeros  años. — Pablo  nació  en  Tarso  de  Cilicia,  en  los  primeros  años 


de  la  era  cristiana,  de  una  familia  judia  oriunda  probablemente  de 


Galilea.  Por  su  nacimiento  y  por  su  educación  Pablo  era  judío  de 
raza  y  de  corazón:  ^circuncidado  al  octavo  día,  del  linaje  de  Israel,  de 
la  tribu  de  Benjamín,  hebreo  hijo  de  hebreos,  fariseo' según  la  lef»,  como 
él  mismo  escribía  tnós  tarde  a  los  Filipcnses  (3,  5).  En  la  circuncisión 
recibió  el  nombre  de  Saulo  (Shaúl),  que  más  adelante  cambió  por  el  nom- 
bre romano  de  Pablo,  con  ocasión  quizás  de  sus  primeras  relaciones  con 
el  procónsul  Sergio  Paulo.  Después  de  su  primera  educación  en  la  casa 
paterna  o  en  alguna  de  las  sinagogas  de  Tarso,  hacia  los  catorce  años 
de  edad  se  trasladó  a  Jerusalén,  en  donde  «.a  los  pies  de  Gamalieh  com- 
pletó su  formación  científica  y  religiosa.  El  joven  escriba  no  imitó  la 
prudente  moderación  de  su  célebre  maestro.  «.Celador  de  la  ley  y  de  las 
tradiciones  paternas»  (Ac.  22,  3),  «se  aventajaba  en  el  judaismo  sobre 
muchos  de  los  jóvenes  de  su  edad»  (Gál.  1,  14).  Afiliado  a  la  secta  de 
los  fariseos,  «perseguía  enconadamente  y  devastaba  la  Iglesia  de  Dios» 
(Gál.  1,  13).  Mas,  por  fin,  plugo  a  Dios,  que  le  había  escogido  desde  el 
seno  de  su  madre,  llamarle  por  su  gracia  y  revelarle  a  su  Hijo  para  que 
fuese  su  apóstol  entre  los  gentiles.  Después  de  asistir  a  la  muerte  de 
Esteban,  mientras  caminaba  a  Damasco  con  la  misión  oficial  de  prender 
a  los  cristianos,  se  le  apareció  aquel  jesús,  a  quien  él  perseguía.  La  gra- 
cia de  Cristo  rindió  al  perseguidor  e  hizo  de  él  su  más  fervoroso  apóstol. 

EL  Prepxración  para  el  apostolado  —La  conversión  de  Saulo  acaeció 
entre  los  años  34  y  36  de  nuestra  era,  a  los  treinta,  más  o  menos,  de  su 
edad.  Bautizado  en  Damasco  por  Atianías,  de  allí  a  pocos  días  se  retiró 
a  la  Arabia,  probablemente  al  Sinaí,  donde  permaneció  un  año  por  lo 
menos,  y  quizás  dos.  Vuelto  a  Damasco,  se  consagró  a  la  predicación  del 
Evangelio,  hasta  que,  perseguido  por  los  judíos,  tuvo  que  huir  hacia  los 
años  37  ó  35.  Subió  entonces  a  jerusalén  para  ver  y  hablar  a  Pedro;  mas 
a  los  quince  días  tuvo  que  escaparse  de  nuevo.  Desde  aquella  fecha  hasta 
el  año  42  ó  43  vivió,  según  parece,  retirado  en  Tarso.  Invitado;  por  Ber- 


—  323  — 


SAN  PABLO 


nabé,  se  trasladó  a  Antioquía  de  Siria,  donde  trabajó  un  año  entero  en 
aquella  naciente  Iglesia,  la  primera  de  los  gentiles.  Hacia  el  año  43  ó  44 
fué  enviado  con  Bernabé  a  Jerusaléu  para  llevar  a  los  fieles  pobres  de 
aquella  Iglesia  las  limosnas  de  sus  hermanos  de  Antioquía.  Eran  aquéllos 
dias  de  prueba  para  la  Iglesia  madre;  para  Sanio  fueron,  en  cambio,  días 
de  gracia:  entonces  fué  citando  tuvo  aquella  sublime  visión  en  que  fué 
arrebatado  hasta  el  tercer  cielo.  Vuelto  a  Antioquía,  continuó  su  predi- 
cación, hasta  que  por  especial  vocación  del  Espíritu  Santo  fué  destinado 
a  la  evangelización  de  la  gentilidad. 

III.  Las  tres  grandes  misiones  apostólicas. — Al  prolongado  retiro  y 
primeros  ensayos  de  apostolado  siguió  el  período  de  mayor  y  más  vasta 
actividad  apostólica,  el  de  las  tres  grandes  expediciones,  en  que  Saulo, 
llamado  desde  entonces  Pauto  o  Pablo,  después  de  recorrer  repetidas  veces 
el  Asia  Menor,  lleva  el  Evangelio  hasta  Europa.  No  conocemos  con  en- 
tera seguridad  los  límites  extremos  de  este  período.  La  primera  misión 
comenzó  hacia  el  año  45,  y  la  tercera  terminó  con  la  prisión  del  Apóstol 
hacia  el  año  57  ó  ¡S. 

A)  Primera  misión. — Con  Bernabé  y  Marcos  se  embarcó  el  Apóstol 
con  rumbo  a  Chipre,  en  donde  convirtió  a  la  fe  al  procónsul  Sergio  Paulo. 
Desde  Chipre,  Pablo  y  Bernabé  navegaron  a  las  costas  del  Asia  Menor. 
Internándose  en  la  provincia  romana  de  (¿alacia,  evangelizaron  las  re- 
giones de  Panfilia,  Pisidia  y  Licaonia.  Vueltos  a  Antioquía,  referían  a  los 
Heles  de  aquella  Iglesia  cómo  Dios  «había  abierto  a  ¡os  gentiles  la  puerta 
dt  la  fe»  (Ac.  14,  27).  «1'  se  detuvo  no  poco  tiempo  con  los  discípulos» 
(Ibíd.,  28).  Eo  vago  de  esta  nota  final  de  San  Lucas  nos  hace  imposible 
conocer  exactamente  el  tiempo  que  duró  esta  primera  misión.  Y  crece 
esta  ¡ncertidumbre  por  no  poder  fijar  precisamente  el  año  en  que  se  tuvo 
el  llamado  Concilio  de  Jerusaléu. 

Entre  la  primera  y  la  segunda  expedición ,  hacia  el  año  50;  no  antes 
del  4Q  ni  después  del  5;,  tuvo  lugar  el  primer  concilio  de  Jerusalén,  en 
que  los  apóstoles,  habiendo  oído  a  Pablo  y  Bernabé  y  después  de  madura 
deliberación,  dieron  un  decreto  im portatilísimo,  en  virtud  del  cual  los 
cristianos  venidos  de  la  gentilidad  quedaban  eximidos  de  la  circuncisión 
y  de  oirás  observancias  de  la  ley  mosaica:  decreto  trascendental,  que 
abría  de  par  en  par  las  puertas  de  la  fe  a  los  gentiles. 

I!)  Segunda  misión. — En  la  segunda  expedición,  que  comenzó  el  año 
jo  ó  5/  y  terminó  el  año  53  ó  54,  llegó  San  Pablo  a  Europa.  Acompañado 
de  Sitas  o  Silvano,  y  luego  también  de  Timoteo,  recorrió  ¡as  provincias 
antes  evangelizadas  y  llegó  hasta  el  extremo  opuesto  del  Asia  Menor,  a 
Tróade,  don-de  se  le  juntó  Lucas.  Amonestado  por  una  visión  del  cielo, 
resolvió  Pablo  pasar  a  Europa.  Habiendo  desembarcado  en  Macedonia, 
fundó,  en  medio  de  continuas  persecuciones,  las  Iglesias  de  Eilipos,  Te- 
salónica  y  Berea.  De  Macedonia  bajó  a  Acaya,  donde,  después  de  visitar 
Atenas,  se  estableció  en  Corinto.  El  encuentro  de  Pablo  con  el  procónsul, 
el  cordobés  Gallón,  que,  según  los  lillimos  descubrimientos,  debió  de  ser 
hacia  el  año  ¡2,  ayuda  a  fijar  algo  la  cronología  de  esta  segunda  misión. 
E andada  con  muchos  sudores  la  cristiandad  de  Corinto,  Pablo  se  embarcó 
de  nuevo;  y,  después  de  hacer  escala  en  Efeso,  desembarcó  en  Cesárea; 
y  se  retiró  a  Antioquía. 

C)  Tercera  misión. — Después  de  breve  intervalo,  emprendió  Pablo  su 
leí  cera  expedición ,  que  duró  desde  el  año  53  ó  54  hasta  el  57  ó  58,  cuyo 
principUl  resallado  fué  la  fundación  de  la  Iglesia  de  Efeso.  Pasando  por 
la  Galacia  v  la  Frigia,  se  encaminó  el  Apóstol  hacia  el  Asia  proconsular, 


—  324  — 


SAN  PABLO 


en  cuya  capital,  Efeso,  se  detuvo  caca  de  tres  aíios.  Obligado  a  huii 
por  un  motín  popular,  visitó  las  Iglesias  de  Macedonia  y  Acaya;  y  pa- 
sando de  nuevo  por  el  Asia  occidental,  se  despidió  en  Mileto  de  los  pres- 
bíteros-obispos de  Efeso  y  de  las  ciudades  vecinas.  Tristes  presagias 
anunciaban  a  Pablo  cárceles  y  tribulaciones  en  Jerusaléu;  mas  el  intré- 
pido Apóstol  no  se  amedrentó.  Fué  a  Jerusalén,  y  en  efecto  le  sobrevinie- 
ron las  tribulaciones  anunciadas. 

IV.  Ültimos  años.- — Después  de  muchas  peripecias  ocurridas  en  Je- 
rusalén, fué  Pablo  conducido  a  Cesárea,  donde  estuvo  en  prisiones  -dos 
años  enteros:  desde  57  a  50  ó  desde  58  a  60.  Habiendo  apelado  al  César, 
fué  trasladado  a  Roma.  Medio  año  duró  aquel  viaje  Heno  de  azares:  desde 
el  otoño  del  ¿o  (ó  6o)  hasta  la  primavera  del  60  (ó  61).  En  Roma  perma- 
neció arrestado  otros  dos  años:  60-62  (ó  61-63).  -4'  /'»•  absuelto  y  puesto 
en  libertad,  emprendió  una  nueva  expedición  apostólica  a  España,  donde 
predicó  el  Evangelio  por  los  años  63  y  64.  De  España  volvió  al  Oriente 
para  visitar  las  Iglesias  fundadas  y  consolidar  su  obra  apostólica.  Efeso, 
Macedonia,  Tróade,  Mileto,  Corinto,  Creta,  vieron  sucesivamente  al  an- 
ciano Apóstol.  Aprisionado  en  Roma  juntamente  con  San  Pedro,  fué  mar- 
tirizado, imperando  Serón,  a  jg  de  junio  del  año  67,  el  mismo  día,  aunque 
en  distinto  lugar  y  con  diferente  suplicio,  que  el  Príncipe  de  los  Apóstoles. 


II.    Las  Epístolas  de  San  Pablo 

I.  Forma  EXTERNA. — La  disposición  o  estructura  de  las  Epístolas  de 
San  Pablo  es  bastante  uniforme.  Tres  partes  se  distinguen  en  ellas:  ¡a 
introducción ,  el  cuerpo  de  la  Epístola  y  la  conclusión.  La  introducción, 
además  de  los  nombres  del  remitente  y  de  los  destinatarios  y  de  la 
salutación,  como  se  observaba  geni  raímente  en  las  cartas  de  los  griegos 
\  latinos,  suele  contener  una  bendición,  en  la  cual  se  dan  gracias  a  Dios 
por  los  favores  otorgados  a  los  destinatarios.  El  cuerpo  de  la  Epístola, 
en  que  se  desenvuelve  el  lema  o  argumento,  consta  ordinariamente  de 
dos  parles:  una  dogmática  o  didáttica,  otra  moral  o  par  enética.  Frecuen- 
temente las  exhortaciones  morales  son  una  deducción  o  aplicación  de  las 
verdades  establecidas  en  la  primera  parte;  otras  veces  son  más  indepen- 
dientes y  responden  más  bien  a  las  necesidades  espirituales  de  los  desti- 
natarios. A  las  exhortaciones  propiamente  dichas  se  añaden  a  veces  algu- 
nas avisos  particulares.  La  conclusión  comprende,  junto  con  las  noticias 
persoriales  que  algunas  veces  se  dan,  los  saludos  a  las  personas  y  la 
bendición  final. 

II.  Distribución  cronológica  e  histórica. — Las  Epístolas  de  San 
Pablo  no  fueron  escritas  por  el  mismo  orden  con  que  se  leen  actualmente 
en  nuestras  Biblias.  En  cuatro  grupos  pueden  distribuirse,  atendido  su 
orden  cronológico  y  su  origen  histórico. 

El  primer  grupo  comprende  las  dos  Epístolas  a  los  Tesalonicenses, 
escritas  durante  la  segunda  expedición  apostólica,  probablemente  poco 
después  de  la  llegada  del  Apóstol  a  Corinto,  hacia  el  año  57.  Son  las 
Epístolas  escatológicas  por  excelencia. 

El  segundo  grupo  abarca  las  cuatro  grandes  cartas,  que  actualmente 
encabezan  la  colección,  y  fueron  escritas  durante  la  tercera  expedición 


—  325  — 


SAN  PABLO 


apostólica.  La  primera  a  los  Corintios  fué  escrita  desde  Efeso  cerca  de 
la  Pascua  el  año  56  (ó  57);  la  segunda  a  los  Corintios,  desde  Macedonia 
a  fines  del  mismo  año  o  principios  del  siguiente;  la  Epístola  a  Ips  Ro- 
manos, desde  Corinto  pocos  meses  más  tarde.  No  puede  establecerse  con 
la  misma  seguridad  la  cronología  de  la  Epístola  a  los  Gálatas.  Es  pro- 
bable que  se  escribiese  poco  antes  que  la  Epístola  a  los  Romanos.  Las 
dos  a  los  Corintios  son  en  gran  parte  apologéticas  y  disciplinares ;  las 
otras  dos  exponen  el  dogma  de  la  justificación. 

El  tercer  grupo  comprende  las  llamadas  Epístolas  de  la  cautividad, 
escritas  desde  Roma  durante  la  primera  prisión  de  San  Pablo,  entre  los 
años  60-62  (ó  61-62).  Son  cuatro:  las  dos  Epístolas  gemelas  a  los  Colo- 
senses  y  a  los  Efesios,  el  billete  a  Filemón,  que  las  acompañó,  y  la  Epís- 
tola a  los  Filipenses.  En  estas  Epístolas  desarrolló  San  Pablo  más  am- 
pliamente su  maravillosa  crislología.  A  este  grupo  se  agrega  la  Epístola 
a  los  Hebreos,  crist alógica  y  sacerdotal,  que  parece  se  escribió  desde 
Italia  poco  después  de  la  primera  cautividad  romana  hacia  el  año  62 
(é  63). 

El  cuarto  grupo  es  el  de  las  llamadas  Epístolas  pastorales,  escritas, 
a  lo  que  parece,  por  este  orden:  Primera  a  Timoteo  y  Epístola  a  Tito, 
por  los  años  de  65  ó  66;  segunda  a  Timoteo,  durante  su  última  prisión 
en  Roma,  a  fines  del  año  66  o  principios  del  67. 

III.  Lengua  y  estilo.— San  Pablo  escribió  todas  sus  Epístolas  en 
griego.  Su  lengua  no  es  el  griego  clásico  de  Platón  o  Jenofonte  ni  el  de 
los  aticistas  de  su  tiempo,  sino  el  común  o  helenista,  que  usaban  por 
entonces  generalmente  las  personas  cultas. 

El  estilo  de  San  Pablo  merece  muy  distinta  apreciación,  según  sea  el 
punto  de  vista  desde  el  cual  se  considera.  Si  se  atiende  a  la  estructura 
de  la  frase,  es  extremadamente  irregular,  incorrecto,  escabroso.  Inver- 
siones violentas,  elipsis  tenebrosas,  paréntesis  desconcertantes,  transicio- 
nes bruscas,  períodos  desarticulados,  anacolutos  formidables,  oraciones  sin 
verbo  m  sujeto,  verdaderos  montones  de  complementos  indirectos:  estas 
y  otras  escabrosidades  del  lenguaje  hacen  sumamente  desapacible  y  di- 
fícil la  lectura  de  San  Pablo.  Su  palabra  es  además  austera:  inútil  buscar 
en  ella  frescura  y  colorido.  Y,  sin  embargo,  a  pesar  de  esas  deficiencias, 
el  estilo  de  San  Pablo  es  personal,  expresivo,  viviente,  rico,  matizado. 
Que  a  las  veces  sea  enérgico,  vigoroso,  fulminante,  aplastante,  no  es  tanto 
de  maravillar.  Lo  que  verdaderamente  maravilla  es  encontrarse  a  cada 
paso  con  rasgos  de  una  delicadeza  exquisitamente  suave,  que  blandamente 
se  insinúa.  Y  las  mismas  asperezas  que  poco  antes  señalábamos  no  tanto 
son  efecto  de  impericia  o  desaliño  cuanto  de  la  noble  seriedad  con  que 
el  Apóstol,  apasionado  y  obsesionado  por  la  verdad,  desdeñaba  todo  ar- 
tificio literario:  lo  cual,  en  definitiva,  contribuye  al  valor  estético  de  su 
estilo,  ajeno  a  todo  convencionalismo  y  refinamiento  retórico.  Y,  sobre 
todo,  quien  tras  largos  afanes  y  sudores  logre  romper  la  ruda  corteza  de 
su  palabra  y  entrar  en  comunicación  directa  con  su  elevado  pensamiento 
y  noble  corazón,  verá  brotar  por  todas  partes  raudales  de  luz  cálida  que 
ilumina  horizontes  vastísimos  de  verdad  y  de  gracia  y  hace  sentir  in- 
ti  lisamente  la  vida  palpitante  de  un  nuevo  mundo  antes  no  imaginado, 
el  mundo  de  las  realidades  divinas. 

IV.  La  teología  de  San  Paulo. — Las  Epístolas  del  Apóstol  son  un  ar- 
senal riquísimo  y  un  venero  inagotable  para  la  Teología.  Apenas  se  ha- 
llará una  sola  de  las  verdades  fundamentales  del  cristianismo  que  no  haya 


-  326  - 


SAN  PABLO 


sido  enseñada,  afirmada  y  explicada  por  San  Pablo.  El  misterio  de  la 
Trinidad,  la  encarnación  del  Hijo  de  Dios,  la  divinidad  de  Jesu-Cristo,  la 
redención  de  los  hombres,  la  economía  de  la  gracia,  la  importancia  de  la 
fe,  d¿  la  esperanza  y  de  la  caridad;  la  eficacia  de  los  sacramentos,  el 
sacrificio  eucarístico,  la  unidad  de  la  Iglesia,  la  autoridad  suprema  de 
redro:  estas  y  otras  verdades  centrales  de  la  revelación  cristiatia  hallan 
su  más  espléndida  confirmación  y  su  más  firme  apoyo  en  la  enseñanza 
de  San  Pablo. 

Aunque,  por  otra  parte,  si  la  doctrina  de  San  Pablo  coincide  con  la 
enseñanza  de  los  demás  Apóstoles,  no  puede  negarse  que  el  Apóstol,  en 
conformidad  con  la  misión  especial  que  el  cielo  le  confió,  tiene  su  Teo- 
logía propia  y  personal.  El  punto  céntrico  y  como  la  síntesis  de  su  ma- 
ravillosa  Teología  es  el  «misterio  de  Cristo».  Este  misterio  es  la  inefable 
unión  y  comunión  de  los  hombres  «por  la  fe»  «en  Cristo  jesús».  Fruto 
de  esta  unión  es  la  Iglesia,  cuerpo  místico  cuya  cabeza  es  el  mismo  Jesu- 
cristo, de  quien  recibe  su  ser  sobrenatural  y  su  vida  divina.  La  justicia 
de  Cristo  por  la  fe  de  Cristo;  la  persona  divina  de  Cristo.  Dios  y  hombre, 
y  su  obra  redentora;  ¡a  participación  mística  de  la  muerte  y  de  la  vida 
de  Cristo  en  un  organismo  que  es  el  cuerpo  místico  de  Cristo:  tales*son 
los  tres  elementos  principales  que  integran  la  Teología,  o,  mejor,  la  Cris- 
tología  o  Soteriología  de  San  Pablo. 

V.  Autenticidad  de  las  Epístolas  de  San  Pablo. — Hoy  día  no  puede 
ya  ponerse  seriamente  en  duda  la  autenticidad  de  las  Epístolas  de 
San  Pablo.  Sólo  el  testimonio  de  Ensebio,  quien  a  principios  del  siglo  iv 
aseguraba  que  las  14  FZpístolas  eran  umversalmente  reconocidas  como 
auténticas,  bastaba  para  desvanecer  la  menor  sombra  de  duda.  Por  lo 
demás,  las  afirmaciones  generales  o  las  citas  particulares  de  los  Padres 
anteriores,  aun  de  los  Padres  apostólicos,  principalmente  el  catálogo  del 
Fragmento  de  Muratori  combinado  con  las  numerosas  citas  de  San  Ire- 
neo,  comprueban  plenamente  la  verdad  del  testimonio  de  Ensebio.  Con 
los  testimonios  históricos  de  la  crítica  externa  coincide  el  análisis  de  la 
crítica  interna.  Quien  conozca  el  estilo  tan  personal  y  característico  de 
San  Pablo  no  puede  dudar  un  solo  momento  de  que  todas  las  cartas  que 
llevan  su  nombre  son  obra  suya.  Sólo  la  Epístola  a  los  Hebreos,  escrita 
no  por  un  simple  amanuense  como  las  otras,  sino  por  un  secretario  o  re- 
dactor, presenta  ciertas  variedades  estilísticas  que  la  distinguen  de  las 
demás  Epístolas  Pero  esta  circunstancia  ya  fué  notada  por  la  tradición 
patrística.  Y  si  se  comparan  las  pocas  epístolas  apócrifas  atribuidas  al 
Apóstol,  crece  la  convicción  de  que  las  canónicas,  tan  radicalmente  dife- 
rentes de  las  apócrifas  y  tan  parecidas  entre  sí,  son  genuinamente  pau- 
linas. Ni  deja  de  ser  significativo  el  que  la  misma  crítica  heterodoxa,  que 
a  mediados  del  siglo  pasado  sólo  admitía  como  auténticas  las  cuatro 
grandes  cartas  a  los  Romanos ,  Corintios  y  Calatas,  haya  ido  paso  por 
paso  volviendo  a  la  tradición  antigua. 


-   327  ~ 


INTRODUCCION 
A.  LA    EPISTOLA    A    LOS  ROMANOS 


a  IGLESIA  de  Roma. — Los  orígenes  cíe  la  Iglesia  romana  quedan  en- 


vueltos en  cierta  oscuridad,  en  razón  de  su  misma  antigüedad.  Es 


muy  probable  que  «los  forasteros  romanos,  así  judíos  como  proséli- 
tos» (Ac.  i,  io-jj),  que  oyeron  el  primer  discurso  de  Pedro  el  día  de 
Pentecostés  y  se  convirtieron  a  la  fe,  llevaron  a  Roma  la  primera  semilla 
del  Evangelio.  Hacia  el  año  q2,  el  Príncipe  de  los  Apóstoles,  libertado 
milagrosamente  por  un  ángel  de  la  cárcel,  en  que  le  había  encerrado 
Ilcrodcs  Agripa  I,  partió  de  Jerusalén  «a  otro  país»,  según  los  Hechos 
I12,  i~);  a  Roma,  según  la  tradición  cristiana,  conservada  por  San  Irenco, 
Clemente  de  Alejandría,  Ensebio,  San  Jerónimo  y  Orosio.  El  apostolado 
de  Pedro  en  Roma  se  ejerció  especialmente  entre  los  judíos  y  prosélitos, 
de  modo  que  el  primer  núcleo  de  la  Iglesia  romana  se  compuso  princi- 
palmente de  judío-crist ¡anos.  El  decreto  del  emperador  Claudio,  que  hacia 
e!  año  49  expulsó  a  los  judíos  de  Roma,  comprendió  sin  duda  a  muchos 
cristianos  venidos  del  judaismo.  Desde  entonces  los  gentiles  comenzaron 
a  predominar  en  la  Iglesia  de  Roma,  que  en  pocos  años  alcanzó  un  con- 
solador florecimiento.  Cuando  en  el  invierno  del  año  56  (ó  57)  les  escribía 
San  Pablo  desde  Corinto,  la  fe  de  los  romanos  era  ya  conocida  en  todo 
el  mundo  (Rom.  1,  8).  Sin  duda  que  a  la  muerte  de  Claudio  el  año  54, 
muchos  de  los  ludios  o  judio-cristianos  desterrados  cinco  años  antes  vol- 
vieron a  Roma;  pero  aun  así,  los  cristianos  venidos  de  la  gentilidad  pre- 
dominaban hasta  formar  la  masa  y  casi  la  totalidad  de  la  Iglesia  romana. 
Esta  ausencia  de  los  judíos  durante  los  años  del  mayor  desarrollo  de  la 
Iglesia  romana  fué  providencial,  pues  preservó  a  los  fieles  de  Roma  d. 
aquel  fermento  judaizante,  que  tanto  trastornó  las  Iglesias  de  Galacia 
y  de  Corinto. 

Ocasión  de  LA  Epístola. — ¡Ir  a  Roma!  Aun  cuando  él  no  lo  dijera 
(Ac.  iq,  21),  era  evidente  que  San  Pablo  deseaba  visitar  a  Roma.  El 
año  56,  al  fin  de  su  tercera  misión  apostólica ,  dejaba  evangelizadas  las 
más  importantes  ciudades  de  Asia  y  Grecia:  Efeso,  Atenas,  Corinto.  Des- 
de Jerusalén  hasta  el  llírico  se  había  anunciado  ya  la  buena  nueva:  tocaba 
ahora  su  lugar  al  Occidente.  España,  en  ¡os  últimos  confines  del  mundo 
occidental,  atrajo  hacia  sí  los  ojos  -y  el  corazón  de  Pablo.  De  paso  para 
España,  Pablo  quería  detenerse  en  Roma.  Sin  duda  que  la  Iglesia  de 
Roma  estaba  va  sólidamente  fundada  y  floreciente;  pero  él,  el  Apóstol 
de  la  gentilidad,  deseaba  confirmarlos  en  la  fe,  adelantarlos  en  el  cono- 


-328- 


ROMANOS 


cimiento  del  Evangelio  y  comunicarles  algún  aumento  de  gracia  espiri- 
tual. Para  preparar,  pues,  su  visita,  escribió  el  Apóstol  esta  carta,  que 
le  ponía  en  relación  directa  con  los  fieles  de  Roma,  y  les  declaraba  lo 
más  fundamental  de  su  Evangelio. 

Tima  y  plan.— Pocas  veces  ha  precisado  el  Apóstol  el  tema  de  su  carta 
con  tanta  claridad  como  en  la  Epístola  a  los  Roma-ios.  Va  a  exponer  su 
(Evangelio*.  El  Evangelio  de  Pablo  no  es  aquí  la  exposición  de  los  pri- 
meros clem  Mitos  de  la  fe  cristiana,  cual  se  proponía  a  ¡os  que  se  deseaba 
convertir  a  Cristo  o  instruir  para  el  bautismo ;  ni  es  tampoco  la  más 
sublime  Teología  del  cuerpo  místico  de  Cristo,  cual  se  declara  en  las 
lípístolas  de  la  cautividad ;  entre  ambos  extremos  es  aquí  el  Evangelio 
de  Pablo  el  Evangelio  de  la  salud  universal  ofrecida  graciosamente  por 
Dios  a  todos  los  hombres,  judíos  y  gentiles,  que  por  medio  de  la  fe,  en 
virtud  de  la  sangre  redentora  de  Cristo,  alcanzan  la  justicia  de  Dios.  La 
justicia  y  la  salud,  que  buscaban  los  judíos;  la  virtud  y  la  felicidad  que 
soñaban  los  gentiles,  eran  aspiraciones  irrealizables,  utópicas.  La  filo- 
sofía y  la  política  de  Grecia  y  Roma,  la  Ley  y  los  ritos  de  Israel,  habían 
fiacasado.  Dios,  en  su  misericordia,  ofrecía  ahora  el  medio  único  y  eficaz 
en  el  Evangelio,  que  es.  según  su  enérgica  expresión,  «una  fuerza  de 
Dios,  ordenada  a  la  salud  y  puesta  a  disposición  de  todo  el  que  creyere; 
pues  en  él  se  revela  la  justicia  de  Dios  que  parte  de  la  fe»  (Rom.  i,  i6-ij). 

Sin  contar  el  prólogo  ti,  1-17 )  y  el  epílogo  {15.  14-16,  27),  se  divide 
la  carta  en  dos  parces  claramente  deslindadas :  una  más  especulativa  o 
dogmática  (1.  1S-11)  y  otra  más  práctica  o  moral  (12-15.  13). 


—  329  - 


11-6 


ROMANOS 


1  K 


EPISTOLA    A    LOS  ROMANOS 


Prólogo 


Salutación  epistolar.  Síntesis  del  Evangelio  de  San  Pablo,  i,  1-7 

i  1  Pablo,  esclavo  de  Jesu-Cristo, 
1  llamado  [a  ser]  apóstol, 
escogido  para  el  Evangelio  de  Dios, 

'-  que  de  antemano  había  [El]  prometido 

por  medio  de  sus  profetas 

en  las  Escrituras  santas 

3  acerca  de  su  Hijo, 

EL  QUE  NACIÓ  DE  LA  ESTIRPE  DE  DAVID 
SEGÚN  LA  CARNE, 

*  EL  QUE  FUÉ  CONSTITUÍDO  HlJO  DE  DlOS 

CON  [ostentación  de]  poder 

según  íl  Espíritu  de  santidad 

desde  [su]  resurrección  de  [entre]  los  muertos, 

Jesu-Cristo,  Señor  nuestro; 

6  por  quien  recibimos  la  gracia  y  el  apostolado 
para  obediencia  de  la  fe  * 
entre  todas  las  gentes 
en  el  nombre  de  El, 

"entre  las  cuales  os  contáis  también  vosotros, 
llamados  de  Jesu-Cristo : 


-I  1-7  La  fórmula  de  la  salutación  epistolar  pudiera  haber  sido  :  Pablo,  Apóstol  de 
Jesu-Cristo,  a  los  fieles  de  Koma  :  gracia  a  vosotros  v  paz.  Pero  dentro  de  la  fór- 
mula ordinaria  ha  querido  San  Pablo  introducir  y  condensar  la  sustancia  de  su 
Evangelio.  Tres  puntos  señala  en  él  especialmente  :  i)  su  objeto  principal,  Cristo, 
que  ocupa  el  centro  de  la  salutación  ;  2)  su  promesa  en  las  Escrituras  proféticas, 
y  3)  su  propagación  entre  los  gentiles  por  obra  de  los  apóstoles. 

3-4  Cristo,  antecedentemente  a  toda  manifestación  temporal,  independientemente  de 
todo  mérito  adquirido,  es  el  Hijo  de  Dios.  Este  Hijo  de  Dios,  preexistente  desde 
toda  la  eternidad,  se  hace  hombre  en  la  encarnación,  y,  hecho  hombre,  es  entroni- 
zado en  calidad  de  Hijo  de  Dios  en  su  resurrección.  La  misteriosa  frase  según  el 
Espíritu  de  santidad  parece  significar  que,  si  la  raíz  primera  de  esta  glorificación 
externa  es  la  filiación  divina  de  Cristo,  su  principio  inmediato  y  medida  fué  la  ple- 
nitud de  santidad  y  carismas  que  el  Espíritu  Santo  atesoró  sin  medida  en  su  natu- 
raleza humana. 

6  Magnífica  definición  del  oficio  apostólico.  Su  origen  es  la  elección  divina  :  es 
una  gracia,  recibida  por  mediación  de  Cristo.  Su  misión  es  representar  a  Cristo  y 
hablar  en  el  nombre  de  El.  Su  campo  de  acción,  entre  todas  las  gentes,  el  mundo 
entero.  Su  objeto,  rendir  todas  las  inteligencias  para  OBEDIENCIA  de  la  fe. 


—  330  — 


1  7-13 


ROMANOS 


1  14-17 


'  a  todos  los  que  están  en  Roma, 
llamados  [a  ser]  santos  : 

racia  a  vosotros  y  paz 

e  parte  de  Dios,  l'adre  nuestro, 
y  del  Señor  Jesu-Cristo. 

Acción  de  fiadas  y  deseos  de  ii  a 
Roma,  t,  8-13 

8  Primeramente  hago  gracias  a  mi 
Dios,  por  mediación  de  Jesu-Cristo, 
acerca  de  todos  vosotros,  de  que 
vuestra  fe  es  celebrada  en  el  mun- 
do entero.  9  Pues  testigo  me  es  Dios, 
a  quien  sirvo  en  mi  espíritu  en  la 
predicación  del  Evangelio  de  su  Hi- 
jo, cómo  sin  cesar  hago  memoria  de 
vosotros  10  continuamente  en  mis  ora- 
ciones, rogando  si  por  ventura  alsjún 
día  por  fin  tuviere  yo  la  fortuna, 
con  la  voluntad  de  Dios,  de  ir  a 
vosotros.  u  Porque  ansio  veros,  a  fin 
de  comunicaros  alguna  gracia  espi- 
ritual con  que  seáis  corroborados, 
12  quiero  decir  que  estando  entre  vos- 
otros seamos  juntamente  consolados 
con  la  fe,  los  unos  con  la  de  los 
otros,  la  vuestra  y  la  mía.  *  Pues 
no  quiero  que  ignoréis,  hermanos, 
que  muchas  veces  me  propuse  ir  a 


vosotros — y  hasta  el  presente  me  sa- 
lió al  paso  algún  obstáculo — ,  a  fin 
de  lograr  algún  fruto  también  entre 
vosotros,  lo  mismo  que  entre  los  de- 
más gentiles. 


lema  de  ¡a  Epístola.  1,  14-17 


11  Tanto  a  griegos  como  a  bárba- 
ros, tanto  a  sabios  como  a  simples, 
soy  deudor  ;  15  así.  cuanto  de  mí  de- 
pende, hay  ánimo  pronto  para  anun- 
ciar el  Evangelio  también  a  vosotros 
los  que  habitáis  en  Roma.  16  Porque 
no  me  avergüenzo  del  Evangelio. 
Pues  es  una  fuerza  de  Dios,  ordena- 
da a  la  salud,  para  todo  el  que  cree, 
así  para  el  judío,  primeramente,  co- 
mo para  el  gentil.  17  Porque  la  jus- 
ticia de  Dios  en  El  se  revela  de  fe 
en  fe  ;  según  está  escrito  ;  «Mas  el 
justo  vivirá  por  la  fe»  (Hab.  2,  4). 


*  Ya  entonces  era  celebrada  en  todo  el  mundo  cristiano  la  fe  de  Roma,  que,  a  di- 
ferencia de  la  fe  de  otras  iglesias  particulares,  aun  apostólicas,  nunca  había  de 
desfallecer,  por  ser  la  fe  de  Pedro  (Le.  22,  32)  y  de  sus  sucesores  en  el  primado. 

16  El  Evangelio  que  Pablo  desea  anunciar  a  los  Romanos  no  es  la  primera  catc- 
quesis cristiana,  sino  un  conocimiento  más  profundo  de  la  persona  y  de  la  obra 
de  Jesu-Cristo.  A  continuación  da  el  Apóstol  una  definición  del  Evangelio,  cuyos 
elementos  conviene  notar.  Es  el  Evangelio  una  fuerza,  una  energía,  un  instrumento 
poderoso  ;  de  Dios,  que  es  su  autor  ;  su  objeto  es  la  salud  o  felicidad  suprema  de 
los  hombres  ;  su  destino  o  extensión  es  universal,  con  cierta  primacía  o  prioridad  de 
los  judíos  ;   condición  esencial  de  su  eficacia  salvadora  es  la  fe. 

,T  Ha  dicho  San  Pablo  que  por  el  Evangelio  la  fe  alcanza  la  salud.  Pero  la  cone- 
xión entre  la  fe  y  la  salud  no  es  inmediata  :  entre  ellas  media  la  justicia  de  Dios, 
la  justicia  con  que  Dios  hace  justos  a  los  hombres.  ||  De  fe  en  fe.  Esta  expresión 
significa  que  la  justicia  de  Dios  brota  de  la  fe  y  recae  en  la  fe  ;  tiene  en  la  fe  su 
raíz  y  su  principio,  y  es  otorgada  por  Dios  a  la  fe  del  hombre  creyente.  La  conexión 
de  estos  tres  elementos  :  fe,  justicia,  vida,  la  halla  San  Pablo  admirablemente  ex- 
presada en  aquellas  palabras,  que  él  cita,  de  Habaeuc  (2,  4)  :  «El  justo  vivirá  por  la 
fe»  ;  la  justicia,  nacida  de  la  fe  y  arraigada  en  la  fe,  alcanzará  la  vida  eterna. 

En  estos  dos  versículos  queda  propuesto  el  tema  de  la  parte  dogmática  de  la 
Epístola  y  se  enuncia  el  argumento  de  las  tres  secciones  en  que  se  subdivide.  «La 
justicia  de  Dios,  revelada  en  el  Evangelio,  por  la  fe»  ;  es  el  argumento  de  la  pri- 
mera sección  (1,  1&-4)  ;  «el  Evangelio  como  fuerza  de  Dios  en  orden  a  la  salud»  : 
es  la  materia  de  la  segunda  (5-8)  ;  «la  participación  de  los  judíos  en  la  salud»  : 
es  el  tema  de  la  tercera  (9-11I.  En  la  primera  se  demuestra  el  hecho  de  la  jus- 
ticia por  la  fe,  justicia  que  no  pudieron  realizar  la  ley  natural  y  la  ley  mosaica  ; 
en  la  segunda  se  expone  con  maravillosa  amplitud  la  fecunda  vitalidad  de  la  jus- 
ticia cristiana;  en  la  tercera,  por.-*ía  de  objeción  que  se  solventa,  se  trata  el 
pavoroso  problema  de  la  reprobación  de  Israel.  —  Sección  primera  :  Su  tesis  fun- 
damental de  la  justicia  de  Dios  por  la  fe  la  demuestra  San  Pablo  por  dos  vías  : 
una  más  indirecta  y  negativa,  otra  más  directa  y  positiva.  Indirectamente  muestra 
que  ni  en  los  gentiles  ni  en  los  judíos,  ni  en  la  razón  natural  ni  en  la  ley  mosaica, 
existe  la  justicia.  Directamente  prueba  cómo  en  el  Evangelio  por  la  fe  se  alcanza 

—  331  — 


1  18-20 


ROMANOS 


1  21-33 


Parte  primera:  Dogmática 


Sección  I:  La  justicia  por  la  fe 

1.     LOS  GENTILES,  PRIVADOS  DE 
JUSTICIA 


"  Se  revela,  en  efecto,  la  cólera 
de  Dios  desde  el  cielo  contra  toda 
impiedad  e  injusticia  de  los  hombres 
que  oprimen  la  verdad  con  la  injus- 
ticia. 


'idad  conocida. 


™  Pues  lo  que  se  conoce  de  Dios 
se  halla  claro  en  ellos,  ya  que  Dios 
se  lo  manifestó.  20  Porque  los  atri- 


butos invisibles  de  Dios  resultan  vi- 
sibles por  la  creación  del  mundo,  al 
ser  percibidos  por  la  inteligencia  en 
sus  hechuras  :  tanto  su  eterna  po- 
tencia como  su  divinidad  ;  de  suerte 
que  son  inexcusables. 


rdad  oprimida  por  la  impiedad. 

í,  21-23 


-1  Por  cuanto,  habiendo  conocido  a 
Dios,  no  le  glorificaron  como  a  Dios, 
ni  le  hicieron  gracias,  antes  se  des- 
vanecieron en  sus  pensamientos  v 
se  entenebreció  su  insensato  corazón. 
"  Alardeando  de  sabios,  se  embru- 
tecieron ;  28  y  trocaron  la  gloria  del 
Dios  inmortal  por  un  simulacro  de 
imagen  de  hombre  corruptible,  v  de 
volátiles,  y  de  cuadrúpedos,  y  de 
reptiles. 


la  justicia  de  Di 
estriba  en  ella. 

18  La  conexión  de  este  vet 
vez  de  la  justicia  salvadora, 

»-»  Merece  notarse  la  tral 
pléndida  confirmación  de  la 
OPRIMEN  LA  VKRDAD  CON  LA  li 
de  la  verdad.  Porque  lo  que 
nocimiento  no  sólo  es  posibk 
cimiento  dudoso  o  indeciso, 
ciencia.  ¡Y  de  dónde  nos  coi 
Dios  se"  lo  manifestó  :  tambic 


isticia   que,   lejos  de  anular 


e  contraste.  En 
?ngadora. 
San  Pablo,  es- 
que  los  impíos 
el  conocimiento 
ellos.  Este  co- 
no es  un  cono- 


sto 


lllu.ll 


\A  QUE 

i  natural 
modo  y 

S    DE    DIOS  RESULTAN 

isible  se  hace  visible 
^cto'a'íá^causa.'ne'c'a 


oí, 


este 


onocimieuto 
eneia  creado 


su   injusticia  ahogan   la  voz  de  la  verdad  conocida  ><m  inkxccsari.es. 

M-M  Ha  demostrado  San  Pablo  que  los  gentiles  conocieron  la  verdad  ;  ahora  va  a 
declarar  cómo  oprimieron  esta  verdad  conocida.  Su  pecado  capital  fué  la  impiedad, 
con  que  negaron  a  Dios  el  doble  tributo  que  le  debían  :  de  glorificación  por  ser 
Dios  quien  es  y  de  nacimiento  de  gracias  por  los  bienes  de  El  recibidos.  A  esta 
depravación 
abismo  de 


i)  la  vanidad 
nieblas  que  el 
corazón  ;  4)  la 


la  voluntad  siguió  la  aberración  de  la  inteligencia  hasta  llegar  al 
legradación.  Cuatro  grados  señala  San  Pablo  en  esta  degradación  : 
3  tontería  de  sus  pensamientos ;  2)  el  entenebrecimiento  o  espesa 
volvieron  su  inteligencia  ; 
idolatría  más  vil  y  repulsiví 


estupidez  o  embrutecimiento  de  su 


—  332  — 


1  21-32 


ROMANOS 


21-12 


La  ley  del  talión:  la  corrupción, 
castigo  de  la  impiedad,  i,  24-3.2 

21  Por  lo  cual  los  entregó  Dios  en 
manos  de  las  concupiscencias  de  sus 
corazones,  dejándolos  ir  tras  la  tor- 
peza hasta  afrentar  entre  sí  sus  pro- 
pios cuerpos  ;  13  a  ellos,  que  troca- 
ron la  verdad  de  Dios  por  la  menti- 
ra y  adoraron  y  rindieron  culto  a  la 
criatura  antes  que  al  Criador,  el  cual 
es  bendito  por  los  siglos.  Amén. 

M  Por  esto  los  entregó  Dios  a  pa- 
siones afrentosas.  Pues,  por  una  par- 
te, sus  hembras  trocaron  el  uso  na- 
tural por  , otro  contra  naturaleza 
:T  Igualmente,  por  otra,  también  los 
varones,  abandonando  el  uso  natu- 
ral de  la  hembra,  se  abrasaron  con 
sus  impuros  deseos,  unos  de  otros, 
ejecutando  varones  con  varones  la 
infamia  y  recibiendo  en  sí  mismos 
el  pago  de  su  extravío. 

*  Y  como  ellos  no  tuvieron  a  bien 
tener  de  Dios  cabal  conocimiento, 
entrególos  Dios  en  manos  de  una 
mentalidad  reproba,  de  manera  que 
hiciesen  lo  que  no  cumplía:  ^reple- 
tos de  toda  injusticia,  perversidad, 
codicia,  maldad  ;  henchidos  de  en- 
vidia, homicidio,  contienda,  dolo, 
mala  entraña  ;  chismosos,  30  detrac- 
tores, abominadores  de  Dios,  insolen- 
tes, altaneros,  fanfarrones,  invento- 
res de  maldades,  desobedientes  a  lo? 
padres,  31  desatinados,  desleales,  des- 
amorados, despiadados  ;  3"  quienes, 
conociendo  el  justo  decreto  de  Dios, 
que  los  que  tales  cosas  hacen  son 
dignos  de  muerte,  no  solamente  las 
hacen  ellos,  mas  aun  dan  plácemes 
a  los  que  las  hacen. 


2.     LXJS  JUDÍOS,  TAMBIÉN  PRIVADOS  DE 
JUSTICIA 

El  judio,  lo  misino  que  el  gentil, 
juzgado  según  sus  obras.  2,  1-11 

O  1  Por  lo  cual  eres  inexcusable,  ¡oh 
hombre!,  quienquiera  que  seas 
tú  que  juzgas  ;  pues  en  'o  que  juz- 
gas ail  otro,  a  ti  mismo  te  condenas, 
ya  que  haces  lo  mismo  tú  que  juzgas. 
;  Ahora  bien,  sabemos  <iue  el  juicio 
de  Dios  es  conforme  a  verdad- sobre 
los  que  tales  cosas  hacen.  3¿V  te 
figuras  eso,  oh  hombre  que  juz- 
gas a  los  que  tales  cosas  hacen,  y 
tú  mismo  las  haces,  que  tú  esca- 
parás del  juicio  de  Dios?  4  ¿O  es 
que  menosprecias  las  riquezas  de  su 
benignidad,  de  su  paciencia  y  de  su 
longanimidad,  desconociendo  que  la 
benignidad  de  Dios  te  lleva  al  arre- 
pentimiento? 6  Pues  según  tu  dureza 
e  impenitente  corazón  atesoras  para 
ti  ira  para  en  el  día  de  la  ira  y  de  la 
manifestación  del  justo  juicio  de 
Dios,  6  el  cual  dará  a  cada  uno  el  pa- 
go conforme  a  sus  obras  :  '  a  los 
que  con  la  perseverancia  del  bien 
obrar  buscan  gloria  y  honor  e  in- 
mortalidad, vida  eterna  ;  8  mas  para 
los  amigos  de  porfía  y  que,  rebel- 
des a  la  verdad,  se  rinden  a  la  in- 
justicia, ira  e  indignación.  "Tribu- 
lación y  angustia  sobre  toda  alma 
humana  que  obra  el  mal,  así  judío, 
primeramente,  como  gentil ;  10  gloria, 
en  cambio,  honor  y  paz  para  todo  el 
que  obra  el  bien,  así  judío,  primera- 
mente, como  gentil.  "  Que  110  hay 
aceptación  de  personas  para  Dios 

¡.os  gentiles  tienen  ley.  según  la 
cual  serán  juzgados.  2,  12-16 

a  Pues  cuantos  sin  ley  pecaron,  sin 
ley  también  perecerán,  y  cuantos  con 
ley  pecaron,  por  la  ley  serán  juzga- 


J1~a'  l'or  tres  veces  (vv.  .'4,  -'6,  2?)  dice  San  Pablo  que  Dios  entregó  a  los  impíos 
en  manos  de  sus  instintos  bastíales  :  es  la  ley  del  talión.  Los  que  no  quisieron  aflo- 
rar a  Dios,  caen  :  primero,  en  torpezas  infames  ;  luego  en  los  vicios  más  nefandos 
contra  la  naturaleza ;  por  fin,  en  una  perversión  total  del  sentido  moral. 

3S  El.  justo  decreto  de  Dios  es  la  sanción  eterna  contra  el  pecado  grave  :  sanción 
conocida  por  los  prevaricadores.  Lo  que  aquí  insinúa  San  Pablo  sobre  la  ley  natural, 
lo  declara  y  completa  poco  después  (2,  14-16). 

Q  1  San  Pablo,  imaginando  tener  delante  de  sí  a  un  judío,  que  aplaude  sus  invecti- 
*  vas  contra  la  inmoralidad  pagana,  se  vuelve  bruscamente  contra  él.  . 
12  Sin  lev  :  la  ley  mosaica  no  comprendía  a  los  gentiles. 


—  333  — 


2  13-22 


ROMANOS 


2  23-29 


dos.  13  Que  no  los  oidores  de  la  ley 
son  justos  ante  Dios  ;  mas  los  obra- 
dores de  la  ley  serán  justificados. 
M  Pues  cuando  los  gentiles,  que  no 
tienen  ley,  guiados  por  la  naturaleza 
obran  los  dictámenes  de  la  ley,  és- 
tos, sin  tener  ley,  para  sí  mismos 
son  ley  ;  15  como  quienes  muestran 
tener  la  obra  de  la  ley  escrita  en  sus 
corazones,  por  cuanto  su  conciencia 
da  juntamente  testimonio,  y  sus  pen- 
samientos, 'litigando  unos  con  otros, 
ora  acusan,  ora  también  defienden, 
16  cual  se  descubrirá  en  el  día  en  aue 
juzgará  Dios  los  secretos  de  los  hom- 
bres, según  mi  Evangelio,  por  Jesu- 
cristo. 


~Mnyor  culpa  la  de  los  judíos,  que 
violan  la  ley.  2,  17-24 


17  Que  si  tú  te  apellidas  judío,  y 
descansas  satisfecho  en  la  ley,  y  té 
ufanas  en  Dios,  18  y  conoces  su  vo- 
luntad, y  sabes  aquilatar  lo  mejor, 
siendo  adoctrinado  por  la  ley,  19  y 
presumes  de  ti  ser  guía  de  ciegos, 
luz  de  los  que  andan  en  tinieblas, 
™  educador  de  necios,  maestro  de  ni- 
ños, como  quien  posees  la  expresión 
de  la  ciencia  y  de  la  verdad  plasma- 
das en  la  ley  :  21  tú,  pues,  que  a  otro 
enseñas,  ¿  a  ti  mismo  no  te  enseñas  ? 
Tú,  que  predicas  no  hurtar,  ¿hur- 
tas ?  22  Tú,  que  prohibes  adulterar, 


i  adulteras  ?  Tú,  que  abominas  de  los 
ídolos,  ¿  saqueas  los  templos  ?  28  ¡  Tú, 
que  te  ufanas  en  la  ley,  por  la  trans- 
gresión de  la  ley  afrentas  a  Dios! 
24  Porque  «el  nombre  de  Dios  por 
causa  de  vosotros  es  blasfemado  en- 
tre las  gentes»,  según  está  escrito 
(Is.  52,  5,  i.xx  ;  Ez.  36,  20). 


La  verdadera  circuncisión  es  la  del 
corazón.  2,  25-29 

28  Porque  la  circunc  isión,  cierto, 
aprovecha,  como  observes  la  ley  ; 
mas  si  fueres  transgresor  de  la  ley, 
tu  circuncisión  se  ha  trocado  en  in- 
circuncisión.  26  Si,  pues,  la  incircun- 
cisión  guardare  los  justos  dictáme- 
nes de  la  ley,  ¿  por  ventura  no  será 
su  incircuncisión  computada  como 
circuncisión  ?  27  Y  juzgará  la  que  por 
naturaleza  es  incircuncisión,  si  cum- 
pliere la  ley,  a  ti,  que  con  letra  y 
circuncisión  eres  transgresor  de  la 
ley.  28  Que  no  el  que  se  parece  de 
fuera  es  judío  ni  la  que  se  parece 
de  fuera  en  la  carne  es  circuncisión, 
29  sino  más  bien  el  judío  que  es  tal 
en  lo  escondido,  y  la  circuncisión 
del  corazón,  en  espíritu,  no  en  le- 
tra ;  cuya  es  la  alabanza,  no  de  los 
hombres,  sino  de  Dios. 


14  Para  sí  mismos  son  ley  :  con  estas  palabras,  después  de  haber  mencionado  tre> 
veces  la  ley  positiva  de  Moisés,  testifica  San  Pablo  la  existencia  de  la  ley  natural  : 
ley  interna,  ley  innata,  ley  identificada  con  la  misma  naturaleza  racional  del  hom- 
bre ;  ley,  empero,  cuyo  autor  no  es  el  mismo  hombre,  sino  Dios.  El  hombre  es  sub- 
dito, no  legislador,  de  la  ley  natural  :  no  es  autónomo.  San  Pablo  no  era  kantiano 
Tampoco  era  pelagiano.  I.a  expresión  por  la  naturaleza,  que  precede,  contrapuesta 
no  a  gracia,  sino  a  ley  positiva,  no  significa  que  las  prescripciones  de  la  ley  natural 
puedan  cumplirse  sin  gracia  divina,  sino  sin  ley  positiva. 

16  Análisis  delicado  de  la  ley  natural  y  de  sus  manifestaciones.  En  vez  de  lev 
simplemente,  dice  el  Apóstol  la  obra  de  la  ley  ;  esto  es,  no  la  fórmula,  sino  el  con- 
tenido ;  no  la  rígida  prescripción,  sino  la  bondad  o  justicia  prescrita.  Y  esta  obra  di 
la  ley  está  escrita,  no  en  tablas  de  piedra  como  las  de  Moisés,  ni  sólo  en  la  inteli- 
gencia, mostrando  lo  justo,  sino  en  el  corazón,  inclinándolo  a  lo  bueno.  Es  a  la  vez 
una  ordenación  y  un  impulso.  Sus  manifestaciones  son  ora  más  espontáneas  por  e4 
testimonio  de  la  conciencia,  ora  más  reflexivas  por  los  pensamientos,  que,  acaso  tras 
reñido  debate,  muestran  la  malicia  o  bondad  de  las  obras,  ya  acusando,  ya  defen- 
diendo. 

16  Según  mi  Evangelio  :  llama  Evangelio  suyo  San  Pablo  no  a  un  Evangelio  dife- 
rente del  que  predicaban  los  demás  Apóstoles,  sino  a  la  forma  especial  que  él  daba, 
por  razón  de  las  circunstancias,  a  la  predicación  del  único  Evangelio,  en  la  cual, 
a'  anunciarse  el  juicio  universal,  se  ponían  de  relieve  dos  puntos  :  que  la  materia 
del  juicio  comprendía  singularmente  los  secretos  de  los  corazones  y  que  su  juez 
había  de  ser  el  mismo  Jesu-Cristo. 

28  Alabanza  :  alusión  a  la  significación  etimológica  del  nombre  de  judío,  derivado 
de  Judá  (en  hebreo,  Yehudá),  que  significa  alabanza. 


—  334  — 


3l-8 


ROMANOS 


3  3-19 


Prerrogativas  y  prevaricaciones 
de  Israel.  3,  1-8 

o  1  ¿Cuál  es,  pues,  la  ventaja  del 
■*  judío  ?  ¿  ü  cuál  el  provecho  de 
la  circuncisión  ? 

'  — Mucho  de  todas  maneras.  Pri- 
meramente, porque  les  fueron  con- 
fiados los  oráculos  de  Dios... 


3  — Pues  ¿  qué,  si  algunos  de  ellos 
fueron  incrédulos  ?  ¿  Por  ventura  su 
infidelidad  anulará  la  fidelidad  de 
Dios  ? 

* — ¡Eso,  no!,  antes  quede  senta- 
do que  Dios  es  veraz ;  mas  todo  hom- 
bre, mentiroso  ;  según  está  escrito 
(Sal.  50,  6)  : 


Para  que  seas  reconocido  justo  en  tus  palabras, 
y  venzas,  si  alguien  osare  juzgarte. 


*  — Pero  si  nuestra  injusticia  real- 
za la  justicia  de  Dios,  ¿  qué  dire- 
mos ?  ¿Que  será  tal  vez  injusto  Dios 
al  descargar  su  cólera  ?  Hablo  según 
el  criterio  humano. 

*  — ¡  Eso,  no  !  Pues  de  otro  modo, 
¿  cómo  va  Dios  a  juzgar  el  mundo  ? 

7 — ...  Quiero  decir  que  si  la  ver- 
dad de  Dios  redunda  con  mi  mentira 
en  mayor  gloria  suya,  ¿  por  qué  to- 
davía yo  mismo  he  de  ser  juzgado 
como  pecador  ? 

8  — ¿  Y  por  qué  no,  como  se  nos 
calumnia,  y  como  dicen  algunos  que 
nosotros  enseñamos,   «Hagamos  el 


mal  para  que  resulte  el  bien»  ?  Cu- 
ya condenación  es  justa. 

Todos,  judíos  y  gentiles,  reos  ante 
Dios.  3,  g-20 

9 — ¿En  definitiva,  qué?  ¿Llevamos 
ventaja  ? 

— No  del  todo.  Porque  dejamos  ya 
probado  que  judíos  y  gentiles,  todos, 
están  bajo  pecado  ;  10  según  está  es- 
crito :  que 


No  hay  quien  sea  justo,  ni  siquiera  uno  solo  ; 

"  no  hay  quien  tenga  seso,  no  hay  quien  busque  a  Dios  ; 

'"'  todos  se  extraviaron,  a  una  se  echaron  a  perder  ; 

no  hay  quien  haga  bondad,  no  hay  siquiera  uno  (Sal.  13,  1-3). 

13  Sepulcro  abierto  es  su  garganta", 

con  sus  lenguas  urden  engaños  (Sal.  5,  11), 

"  ponzoña  de  áspides  bajo  sus  labios  (Sal.  139,  4), 

15  cuya  boca  revienta  maldición  y  amargura  (Sal.  10,  7). 

"  Agiles  6on  sus  pies  para  derramar  sangre  ; 

11  quebranto  y  desventura  en  sus  caminos  ; 

,s  y  el  camino  de  la  paz  no  lo  conocieron  (Is.  59,  7-8). 

19  Ño  hay  temor  de  Dios  ante  sus  ojos  (Sal.  35,  2). 


3'-*  Este  pasaje  es,  literariamente,  uno  (le  los  más  embrollados  de  San  Pablo.  La 
raíz  de  la  dificultad  está  en  su  doble  carácter,  de  panegírico  a  la  vez  y  de  diatriba. 
Ve  ahí  la  constante  oscilación  del  pensamiento  entre  las  prerrogativas  de  Israel  y  sus 
prevaricaciones.  Efecto  de  esta  oscilación  es  la  forma  dialogada  que  adopta,  pero 
a  medias  nada  más.  En  general,  los  versos  impares  expresan  las  objeciones  de  un 
interlocutor  imaginario;  los  pares  contienen  las  soluciones  del  Apóstol.  Pero  entre 
las  dificultades  y  las  soluciones  apenas  existe  línea  divisoria  que  las  deslinde.  La 
materia  es  al  principio  la  fidelidad  y  verdad  de  Dios,  luego  su  justicia,  al  fin  otra 
vez  la  verdad.  Sobre  esto,  la  tendencia  de  las-  dificultades  varía  radicalmente,  por 
cuanto  el  interlocutor  unas  veces  toma  la  defensa  de  Dios,  y  otras  parece  dirigir 
contra  El  sus  ataques.  Por  fin,  como  si  todo  eso  no  bastara,  interviene  un  tercer 
interlocutor  plural,  no  se  sabe  si  para  urgir  la  dificultad  o  para  ayudar  a  solventarla. 

8  La  máxima,  que  calumniosamente  atribuían  a  San  Pablo,  y  que  él  justamente 
condena  :  cHagamos  el  mal  para  que  resulte  el  bien»,  coincide  con  aquella  otra,  no 
menos  reprobable,  que  luego  han  achacado,  no  menos  calumniosamente,  a  otros  :  «El 
fin  justifica  los  medios.» 

»  A  una  misma  pregunta  del  interlocutor  judío  respondía  antes  (y.  1)  :  «Mucho  de 
todas  maneras»,  y  ahora  responde  :  «No  del  todo.»  Es  que  primero  miraba  solamente 
a  los  privilegios  de  Israel,  y  ahora  mira  además  a  sus  prevaricaciones. 

10-18  Con  este  tejido  de  pasajes  bíblicos  demuestra  San  Pablo  la  universalidad  del 
pecado 


3  20-22 


ROMANOS 


Ahora  bien,  sabemos  que  cuanto 
dice  la  ley,  con  aquellos  habla  que 
están  dentro  de  la  ley  :  para  que 
toda  boca  se  cierre  y  el  mundo  to- 
do se  reconozca  reo  ante  la  justicia 
de  Dios  ;  30  dado  que  en  virtud  de 
las  obras  de  la  ley  «no  será  mortal 
alguno  justificado  en  su  presencia» 
(Sal.  142,  2)  ;  pues  por  la  ley  no  se 
alcanza  sino  el  conocimiento  del  pe- 
cado. 


3.    La  justicia  dé  Dios  se  alcanza 

l'OK  LA  FIÍ 

La  justicia  por  la  fe,  mediante  la 
redención  de  Cristo.  3,  21-26 

M  Ahora,  empero,  independiente- 
mente de  la  ley,  la  justicia  de  Dios 
se  ha  manifestado,  abonada  por  el 
testimonio  de  la  ley  y  de  los  profe- 
tas ;  -  pero  una  justicia  de  Dios  me- 
diante la  fe  de  Jesu-Cristo,  para  to- 
llos y  sobre  todos  los  que  creen  ; 


pues  no  hay  distinción.  33  Porque  to- 
dos pecaron,  y  se  hallan  privados  de 
la  gloria  de  Dios,  11  justificados  co-  ¡ 
rao  son  gratuitamente  por  su  gra- 
cia, mediante  la  redención  que  se 
da  en  Cristo  Jesús,  28  al  cual  exhibió 
Dios  como  monumento  expiatorio, 
mediante  la  fe,  en  su  sangre,  para 
demostración  de  su  justicia,  a  causa 
de  la  tolerancia  con  los  pecados  pre- 
cedentes "  en  el  tiempo  de  la  pa- 
ciencia de  Dios  ;  para  la  demostra- 
ción de  su  justicia  en  el  tiempo  pre- 
sente, con  el  fin  de  mostrar  ser  El 
justo  y  quien  justifica  al  que  radica 
en  la  fe  en  Jesús. 

La  ley  de  tas  obras  sustituida  por  ¡a 
ley  de  la  fe.  3,  27-31 

21  ¿Dónde,  pues,  está  el  orgullo? 
Quedó  eliminado.  ¿  Por  cuál  ley  ?  ¿  La 
de  las  obras  ?  No,  sino  por  la  ley 
de  la  fe.  *  Pues  razonamos  ser  por 
la  fe  justificado  el  hombre  indepen- 
dientemente de  las  obras  de  la  ley. 
"¿O  es  que  Dios  lo  es  de  los  judíos 
solamente  ?  ¿No  lo  es  también  de  los 


Antes  (2,  13)  lia  dicho  San  rabio  que  «los  obradores  de  la  ley  serán  justifica- 
dos» ;  ahora,  en  cambio,  afirma  que  POR  LAS  obras  de  la  ley  no  será  mortal  ALGUNO 
justificado.  I.a  contradicción,  con  todo,  no  es  más  que  aparente.  Allí,  contraponiendo 
el  cumplimiento  de  la  ley  a  su  mero  conocimiento,  enseña  que  no  el  que  conoce  la 
ley,  sino  el  que  la  cumple,  es  justo  delante  de  Dios  ;  aquí,  en  cambio,  partiendo  del 


as  ha 


quebrantado 


km!. 


su  ulte 


euni- 
ítado. 
idea 


Dio: 


hombre 

TODOS  I 

esto  es 


den  violado  por  el  pecado ;  es,  finalmente,  la  jus 
al  pecador.  Pero  esta  justicia  envuelve  una  gracia 
o  no  la  merecían,  sino  que  positivamente  la  desn 
todos,  consiguientemente,  se  hallaban  privados  de  lí 
:1  reflejo  de  divinidad  que,  con  la  justicia  original,  la  inmortalidad 
brillaba  cu  el  hombre  antes  del  pecado.  Es  a  la  vez  justicia  y  gra- 
a  especie  de  paradoja,  que  los  hombres  sean  justificados  gratuita- 
acia  de  Dios    La  solución  de  esta  paradoja  se  halla  en  la  redención 


Kiora  que 
•nhechora 
uanto  los 
;  PORQUE 
DE  Dios, 


es  gracia  : 
10  poseía  de 
a  sangre  de 
a  el  pecado. 

al  hombre, 

meanzas  en 


judío  que  se  jactaba  de  s 
ponde  resueltamente  :  Qu: 
diatriba.  Esta  eliminación 
realidad  un  Tjeneficio.  En 
I.F.Y   DE  LAS  OBRAS  ?   No,  COH 

saludablemente,  otra  es  la 


1  aquella  «formidable 
humillante  para  un 


336- 


3  30-4  10 


ROMANOS 


4  2-11 


gentiles  ?  Sí,  también  de  los  genti- 
les ;  30  puesto  que  uno  mismo  es  el 
Dios  que  justificará  la  circuncisión 
en  virtud  de  la  fe,  y  la  incircunci- 
sión  por  medio  de  la  fe.  31  ¡  Anula- 
mos con  esto  la  le}-  por  medio  de  la 
fe  ?  ¡  Eso,  no !  Antes  bien  afianza- 
mos la  lev. 


¡.    La  justicia  de  Dios,  abonada  pok 

LA  LEY 

Abrahán,  justificado  por  Ja  fe. 
4,  i-8 

A  1  ¿  Qué  diremos,  pues,  haber  ha- 
*  liado  Abrahán,  progenitor  nues- 


tro según  la  carne  ?  -Porque  si  Abra- 
hán fué  en  virtud  de  las  obras  justi- 
ficado, tendrá  de  que  ufanarse,  pero 
no  ante  Dios.  '  ¿Qué  dice,  en  efecto, 
la  Escritura  ?  «Creyó  Abrahán  a  Dios, 
y  le  fué  abonado  a  cuenta  de  justi- 
cia» (Gen.  15,  6).  J  Ahora  bien,  al 


que  trabaja  no  se  le  abona  t 
|  como  favor,  sino  como  deuc 
cambio,  a!  que  no  trabaja,  11 
en  aquel  que  justifica  al  iv 
le  abona  su  fe  a  cuenta  de  j 
'  como  también  David  expreí 
rabien  del  hombre  a  quien  D 
na  la  justicia  sin  contar  co 
(Sal.  31,  1-2)  : 


jornal 


:  Bienaventurados  aquellos  a  quienes  fueron  perdonadas  las  iniquidades, 
y  a  quienes  fueron  encubiertos  los  pecados  ; 

s  bienaventurado  el  hombre  a  quien  el  Señor  no  le  toma  a  cuenta  el  pecado. 


La  circuncisión,  señal  de  la  justicia 
por  la  fe.  4,  9-12 


•Pues  bien,  ¿este  parabién  recae 
sólo  sobre  la  circuncisión  o  también 
sobre  la  incircuncisión  ?  Decimos,  en 
efecto,  que  «a  Abrahán  se  le  abonó 
la  fe  a  cuenta  de  justicia».  "¿Có- 


mo, pues,  se  le  abonó  ?  ¿  En  estado 
de  circuncisión  o  bien  de  incircunci- 
sión? No  de  circuncisión,  sino  de 
incircuncisión.  u  Y  tomó  la  señal 
de  la  circuncisión  como  sello  de  la 
justicia  de  la  fe  obtenida  en  el  es- 
tado de  incircuncisión  ;  a  fin  de  que 
fuese  él  padre  de  todos  los  que  cre- 
vesen  en  el  estado  de  incircuncisión, 


30  Matiza  San  Pablo  diferentemente  la  ; 
judíos  y  en  la  de  los  gentiles.  Los  judíos 
rente  a  las  promesas  mesiánicas  ;  los  genti 
por  un  remedio  venido  de  fuera. 

31  Afianzamos  la  ley,  dándole  su  verdadera  signific 
y  abonar  la  justicia  de  la  fe. 


lar,  preparar 


Todos  estos  razonamientos  provocaban 


.leí 


■*   justicia  no 
dificultad  saca 
raciocinio,  hay 
«obras»,  «circuí 
que  Abrahán  a 
cisión,  como  tí 
Después  de  est 
de  la  fe,  con  1e 
demos  tributar  por  mee 
3  La  expresión  abona 
nifica  abonar,  anotar  e 
ción,  significa  que  Dio> 


M.rah.i 


tiene  ya  la  ley  ?  De  esta 
is.  Para  mejor  seguir  su 
los  judíos  eran  términos  casi  equivalente- 
ajo  estos  tres  aspectgs  demuestra  San  Pablo 
irtud  de  sus  obras,  ni  menos  por  la  circun- 
por  la  ley  el  cumplimiento  de  la  promesa, 
leclara  positivamente  la  eficacia  maravillosa 
a  Dios  :  gloria  que  también  nosotros  le  i>o- 


habla 


un  término  de  contaduría  comercial  que  sig- 
que,  aplicado  metafóricamente  a  la  justifica- 
de  Abrahán  la  fe,  aceptándola  como  cquiva- 
atención  al  valor  de  la  sangre  redentora  de 
ablo  de  la  «justicia  imputada»  o  ficticia  que 
lo  toda  la  Teología  de  San  Pablo  no  protestase  contra  esas 
disiparía  completamente  el  v.  4,  en  que  el  mismo  término  se 
lo  al  jornalero  ;  y  no  menos  el  v.  S,  en  que  el  verbo  (tomar 
¡bjeto  el  pecado.  Si  la  justicia  «abonada  a  cuenta»  fuese  pura- 
habría  de  ser  igualmente  el  pecado  ;    consecuencia  que  110 


lente  de  la  justicia  q 
Cristo.  Evidentemente 
imaginó  Lutero.  Cuan 
fantasías  luteranas,  la- 
aplica  al  jornal  abona 
a  cuenta»  tiene  como 
mente  ficticia,  ficticic 
admitirán  los  protestantes. 

u-u  En  la  justificación  de  Abrahán  intervienen  tanto  la  incircuncisión  como  la 
circuncisión  :  la  primera,  porque  en  ella  recibió  la  justicia ;  la  segunda,  porque  se 
tomó  como  señal  de  la  justicia  recibida.  ¿Y  esto  por  qué?  Porque  Abrahán  había  de 
ser  padre  de  todos  los  creyentes,  así  incircuncisos  o  gentiles  como  circuncisos  o  judíos. 


—  337  — 


4  12-17 


ROMANOS 


4  18-25 


para  que  también  a  ellos  se  les  abo- 
nase la  justicia  ;  12  y  padre  de  la 
circuncisión  para...  no  solamente  los 
que  están  circuncidados,  sino  tam- 
bién para  los  que  siguen  las  huellas 
de  la  fe  que  en  el  estado  de  incir- 
cuncisión  tenía  nuestro  padre  Abra- 
hán 


La  promesa  cumplida,  no  por  la  ley, 
sino  por  la  fe.  4,  13-22 

13  En  efecto,  no  por  la  ley  le  fué 
hecha  a  Abrahán  y  a  su  posteridad 
la  promesa  de  ser  él  heredero  del 
mundo,  sino  por  la  justicia  de  la  fe. 
14  Porque  si  los  hijos  de  la  ley  son 
herederos,  anulada  queda  la  fe  y  abo- 
lida la  promesa,  15  pues  la  ley  pro- 
duce cólera  ;  que  donde  no  hay  ley, 
tampoco  transgresión.  1U  Por  esto  es 
en  virtud  de  la  fe,  para  que  sea  por 
gracia,  a  fin  de  que  sea  firme  la  pro- 
mesa a  toda  la  posteridad,  no  sola- 
mente a  la  que  radica  en  la  ley,  sino 
también  a  la  que  procede  de  la  fe  de 
Abrahán,  que  es  padre  de  todos  nos- 
otros, 17  según  está  escrito,  que  «pa- 
dre de  muchas  naciones  te  he  cons- 
tituido» (Gén.  17,  5),  ante  el  acata- 
miento de  aquel  a  quien  creyó,  de  | 


Dios,  que  da  vida  a  los  muertos  y 
llama  a  las  cosas  que  no  son  como 
si  fueran.  18  El  cual,  fuera  de  toda 
esperanza,  estribando  en  la  esperan- 
za, creyó  que  sería  padre  de  nume- 
rosas naciones,  según  lo  que  está 
dicho  :  «Así  será  tu  descendencia» 
(Gén.  15,  5).  J°  Y  sin  desmayar  en 
la  fe,  consideró  estar  su  cuerpo  ya 
amortecido,  siendo  casi  centenario, 
y  el  amortecimiento  del  seno  de  Sa- 
ra ;  20  mas  ante  la  promesa  de  Dios 
no  titubeó  con  la  incredulidad,  an- 
tes cobró  vigor  con  la  fe,  dando  glo- 
ria a  Dios,  21  y  plenamente  persuadi- 
do de  que  lo  que  ha  prometido,  po- 
deroso es  también  para  cumplirlo. 
22  Por  lo  cual  también  le  fué  abona- 
do a  cuenta  de  justicia. 


Conclusión:  nuestra  justificación  por 
la  fe.  4,  23-25 

23  Y  no  se  escribió  por  él  solamen- 
te que  «se  le  abonó»,  a  sino  también 
por  nosotros,  a  quienes  se  ha  de  abo- 
nar, a  los  que  creemos  en  aquel  eme 
resucitó  a  Jesús,  Señor  nuestro,  de 
entre  los  muertos  ;  26  el  cual  fué  en- 
tregado por  nuestros  delitos  y  fué 
resucitado  por  nuestra  justificación. 


13-17  Contra  la  confusión  de  judíos  y  judaizantes,  que  vinculaban  a  la  ley  el  cum- 
plimiento de  la  promesa,  establece  el  Apóstol  la  distinción,  capital  en  su  Teología, 
entre  la  promesa  y  la  ley  ;  y  afirma  que  las  bendiciones  prometidas  a  Abrahán  no 
estaban  vinculadas  a  la  ley,  sino  a  la  justicia  de  la  fe. 

Se  complace  el  Apóstol  en  ponderar  la  fe  de  Abrahán,  cuya  eficacia  pone, 
empero,  no  en  su  heroísmo  personal,  sino  en  que  su  fe  incomparable  fué  la  suprema 
glorificación  de  Dios,  poderoso  para  dar  vida  a  los  muertos. 

a-M  Con  penetrante  sagacidad  muestra  San  Pablo  en  la  fe  de  los  cristianos  una 
reproducción  de  la  fe  de  Abrahán.  Por  esta  fe  y  por  la  gloria  que  con  ella  tributan 
a  Dios,  son  ellos  justificados,  como  lo  fué  Abrahán. 

a  En  pocas  palabras  nos  da  aquí  San  Pablo  otra  síntesis  de  su  Soteriología.  Dos 
actos  señala  en  la  obra  redentora  de  Cristo  :  su  muerte  y  su  resurrección  ;  y  dos 
aspectos  también  en  su  objeto  :  la  expiación  de  nuestros  delitos  y  nuestra  justifica- 
ción. Al  atribuir  la  expiación  a  la  muerte  y  la  justificación  a  la  resurrección,  no 
habla  el  Apóstol  en  sentido  exclusivo,  pues  muerte  y  resurrección  forman  un  todo 
inseparable,  al  cual  se  han  de  atribuir  ¡11  solidum  tanto  la  expiación  como  la  justi- 
ficación, que  no  son  sino  dos  aspectos,  negativo  y  positivo,  de  una  misma  realidad. 
La  justificación  de  que  habla  el  Apóstol  es  la  justificación  por  la  fe,  y  la  fe  que 
justifica  es  la  fe  en  la  resurrección  de  Cristo.  Es  aquí,  pues,  la  fe  lazo  de  unión 
entre  la  resurrección  de  Jesu-Cristo  y  nuestra  justificación. 

En  los  cuatro  capítulos  que  siguen  expone  San  Pablo  la  vitalidad  fecunda  de  la 
justicia  cristiana,  enumerando  los  frutos  de  vida  que  brotan  de  la  justicia  por  la  fe. 
Cuatro  son  en  particular  estos  frutos  :  la  comunión  de  justicia  con  Jesu-Cristo,  la 
vida  integral,  la  potencia  moral  de  la  gracia,  el  espíritu  de  filiación  ;  o,  bajo  otra 
imagen,  son  una  cuádruple  liberación  o  victoria  contra  cuatro  tiranos  que  nos  es- 
clavizaban :  el  pecado,  la  muerte,  la  ley,  la  carne.  Mas,  antes  de  entrar  en  materia 
y  como  por  vía  de  transición,  entre  el  hecho  de  la  justificación  y  la  consumación  de 
la  vida  pone  San  Pablo  el  gozo  de  la  esperanza. 


-  338  - 


51-5 


ROMANOS 


5  6-13 


Sección  II:  Vitalidad  de  la  justicia 
cristiana 

Introducción  ;  la  paz  con  Dios  y  la 
esperanza  por  la  fe  y  la  sangre 
de  Cristo 

Tesis:  la  esperanza  no  engaña. 

5,  i-5 

r  1  Justificados,  pues,  en  virtud  de 
*^  la  fe,  mantengamos  la  paz  con 
Dios  por  mediación  de  nuestro  Señor 
Jesu-Cristo,  2  por  quien  hemos  obte- 
nido con  la  fe  el  acceso  también  a 
esta  gracia  en  la  cual  nos  mantene- 
mos, y  nos  gozamos  estribando  en 
la  esperanza  de  la  gloria  de  Dios. 
*  Y  no  sólo  esto,  sino  que  también 
nos  gozamos  en  las  tribulaciones,  sa- 
biendo que  la  tribulación  engendra 
constancia  ;  4  la  constancia,  aquila- 
tamiento  ;  el  aquilatamiento,  espe- 
ranza, 6  y  la  esperanza  a  nadie  deja 
corrido. 

El  amor  de  Dios,  prenda  de  nuestra 
esperanza.  5,  5.-11 

Porque  el  amor  de  Dios  ha  sido 
derramado  en  nuestros  corazones  por 
el  Espíritu  Santo  que  nos  fué  dado. 


•  Pues,  i  para  qué  Cristo,  siendo  to- 
davía nosotros  impotentes,  a  su  tiem- 
po murió  por  unos  impíos  ?  7  Porque 
a  duras  penas  morirá  uno  por  un 
justo,  pues  por  el  bueno  tal  vez  uno 
se  anime  a  morir.  8  Mas  acredita  Dios 
su  amor  para  con  nosotros  en  que, 
siendo  nosotros  todavía  pecadores, 
Cristo  murió  por  nosotros.  9  Con  mu- 
cha más  razón,  pues,  justificados 
ahora  en  su  sangre,  seremos  por  El 
salvados  de  la  cólera.  10  Porque,  si, 
siendo  enemigos,  fuimos  reconcilia- 
dos con  Dios  por  la  muerte  de  su 
Hijo,  con  mucha  más  razón,  una  vez 
reconciliados,  seremos  salvos  en  su 
vida.  11  Y  no  sólo  esto,  sino  que  aun 
nos  gozamos  en  Dios  por  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo,  por  quien  ahora 
obtuvimos  la  reconciliación. 


1.    La  justicia  del  hombre  pok  la 
comunión  con  Jesu-Cristo 

Paralelismo  iniciado  entre  Adán 
y  Cristo.  5,  12-14 

a  Por  esto,  como  por  un  solo  hom- 
bre el  pecado  entró  en  el  mundo,  y 
por  el  pecado  la  muerte,  y  así  a  to- 
dos los  hombres  alcanzó  la  muerte, 
por  cuanto  todos  pecaron  ;  13  porque 


5 1-11  Esta  introducción  es  a  su  modo  un  discurso  acabado,  en  que  el  Apóstol  asienta 
como  tesis  la  infalibilidad  de  la  esperanza,  la  cual  demuestra,  primero  generalmen- 
te, por  el  amor  de  Dios,  y  luego  más  particularmente,  por  el  hecho  de  la  muerte  de 
Cristo. 

2  Gloria  de  Dios  es  aquí  la  ostentación  que  Dios  hace  de  su  poder  en  beneficio 
del  hombre  :  es  la  irradiación  benéfica  del  ser  divino. 

5  El  amor  dl  Dios  es  aquí  una  expresión  compleja  que  comprende  a  la  vez  tanto 
el  amor  con  que  Dios  nos  ama  como  el  amor  con  que  nosotros  amamos  a  Dios.  El 
primer  sentido  lo  exige  el  contexto,  como  se  ve  por  el  v.  8.  Este  amor  con  que  Dios 
nos  ama  es  el  que  presenta  aquí  San  Pablo  como  fundamento  de  nuestra  esperanza. 
Mas,  por  otra  parte,  el  texto  mismo  :  ha  sido  derramado  en  nuestros  corazones, 
exige  evidentemente  el  segundo  sentido  :  la  virtud  «infusa»  de  la  caridad. 

<s~u  He  aquí  la  ilación  de  este  razonamiento  :  v.  5  :  el  amor  de  Dios,  principio 
y  fundamento  de  todo  el  raciocinio  ;  vv.  6-7  :  el  hecho,  o  sea,  la  muerte  de  Cristo 
por  los  impíos  ;  v.  8  :  repetición  del  principio  combinado  con  el  hecho  ;  v.  9  :  conse- 
cuencia de  lo  pasado  a  lo  futuro  ;  v.  10  :  demostración  de  esta  consecuencia  :  si  Dios 
hizo  lo  más  por  los  enemigos,  mejor  hará  lo  menos  por  los  amigos;  v.  11  :  júbilos 
de  la  esperanza,  para  la  cual  Dios,  antes  objeto  de  terror,  es  ahora  objeto  de  íntimo 
gozo. 

13-3  Condición  previa  para  entender  este  pasaje  es  conocer  su  estructura  irregular. 
El  pensamiento  es  de  suyo  sencillo:  Jesu-Cristo  es  para  los  hombres  principio  de 
justicia  y  de  vida.  Para  darle  mayor  relieve,  establece  San  Pablo  un  paralelismo  en- 
tre Adán  y  Jesu-Cristo.  Pero  este  paralelismo,  si  por  una  parte  declaraba  bien  su 
pensamiento,  por  otra  le  pareció  casi  ofensivo  a  la  dignidad  incomparable  de  Cristo. 
Por  efecto  de  este  escrúpulo,  el  paralelismo  se  convierte  en  contraste  vigoroso.  Qui- 
tado el  escrúpulo,  reanuda  el  paralelismo.  Por  fin,  en  la  conclusión  el  paralelismo 
se  combina  con  el  contraste.  Pero  en  medio  de  este  razonamiento  tormentoso  ful- 
guran dos  grandes  verdades  :  la  existencia  y  naturaleza  del  pecado  original,  la  mara- 
villosa concepción  o  figura  del  segundo  Adán,  contrapuesto  al  primero. 


—  339  — 


5  I*"" 


ROMANOS 


5  18-20 


anteriormente  a  la  ley  había  pecado 
en  el  mundo  ;  mas  el  pecado  no  se 
imputa  donde  no  hav  lev  ;  "  sin  era- 
banjo,  reinó  la  muerte  desde  Adán 
a  Moisés,  aun  sobre  los  que  no  ha- 
bían peea_do  a  imitación  de  Adán,  el 
cual  es  figura  del  venidero... 

Doble  contraste  entre  Adán  y  Cristo. 
5,  15-17 

'"  .Alas  no  cual  fué  el  delito,  así 
también  fué  el  don  ;  pues  si  por  el 
delito  de  uno  solo  los  que  eran  mu- 
chos murieron,  mucho  más  .la  gracia 
de  Dios  y  la  dádiva  de  la  gracia  de 
un  solo  nombre,  Jesu-Cristo,  se  des- 
bordó sobre  los  que  eran  muchos. 

"  Y  no  como  por  uno  que  pecó 
así  fué  el  don  ;  porque  la  sentencia, 
arrancando  de  uno  solo,  remata  en 
condenación  ;  mas  el  don,  partiendo 
de  muchas  ofensas,  se  resuelve  en 
justificación.  17  Pues  si  por  el  delito 


de  uno  solo  reinó  la  muerte  por  cul- 
pa de  este  solo,  mucho  más  los  que 
reciben  la  sobreabundancia  de  la 
gracia  y  del  don  de  la  justicia  reina- 
rán en  la  vida  por  uno  solo,  Jesu- 
Cristo. 


Paralelismo  reanudado  v  concluido. 
5,  18-21 

a  Así,  pues,  como  por  el  delito  de 
uno  solo  para  todos  los  hombres  to- 
lo remata  en  condenación,  así  tam- 
bién por  el  acto  de  justicia  de  uno 
solo  para  todos  los  hombres  todo 
acaba  en  justificación  de  vida.  18  Pues 
como  por  la  desobediencia  de  un  so- 
lo hombre  fueron  constituidos  pe- 
cadores los  que  eran  muchos,  así 
también  por  la  obediencia  de  uno  so- 
lo serán  constituidos  justos  los  que 
son  muchos.  w  Mas  la  ley  se  atrave- 
só para  que  aumentase  el  delito  ; 
mas  donde  aumentó  el  delito,  sobre- 


ls-™  En  estos  tres  versículos  enuncia  San  Pablo 
tra  la  existencia  del  pecado  original  (Cfr.  Trid.,  sess.  5,  nn.  2  y  4.  Penz.  7R0.  ron. 
En  el  v.  12  propone  la  mayor  del  silogismo  :  «Todos  murieron,  porque  todos  peca- 
ron.»   K11   los  dos  versículos   siguientes  prueba  la  menor  implícita  :    «Este  pecado 

«Antes  de'  la  ley  de  Moisés  no  existí^ley  que 'castigase* con  ^muerte'  el  pecado 
personal.»  Segunda  prueba  :  «Han  existido  muchos  que  no  cometieron  pecados  per- 
sonales, y,  no  obstante,  murieron.»  Conclusión  :  luego  el  pecado  origen  de  la  muerte 
es  el  primer  pecado,  que  fué  a  la  vez  pecado  de  Adán  y  pecado  de  toda  su  descen- 
dencia :  que  es  lo  que  se  llama  pecado  original. 

11  Queda  sin  acabar  el  paralelismo  iniciado  en  el  v.  12.  La  conclusión  normal 
hubiera  sido  :  «...  Así  por  un  solo  hombre  la  justicia  entró  en  el  mundo,  y  por  la 
justicia,  la  vida  ;  y  así  la  vida  alcanzó  a  todos  los  hombres,  por  cuanto  todos  fueron 
justificados»,  radical  o  virtualmente,  en  Cristo.  Esta  conclusión  está  implícita  en  la 
frase  anacolútica  el  cuai.  es  figura  dei.  venidero,  esto  es,  Adán  es  figura  o  tipo 
de  Cristo. 

15  El  paralelismo  iniciado  se  convierte  en  antítesis  :  doble  contraste,  personal 
y  real,  entre  el  primero  y  el  segundo  Adán. 

}.-\  doble  contraste  insinuado  en  el  versículo  anterior  entre  el  pecado  y  la 
gracia,  entre  Adán  y  Cristo,  se  reproduce  en  estos  dos  versículos.  Una  circunstancia 
que  pone  de  relieve  la  eficacia  de  la  gracia  es  que  la  gracia  de  Cristo  fué  tanto  mayor 
que  el  delito  de  Adán,  cuanto  que  tuyo  que  contrarrestar  y  reparar  no  sólo  el  pecado 
original,  sino  también  los  pecados  actuales,  cometidos  después  por  todos  los  hom- 
bre--. Cuantitativamente  la  gracia  tuvo  que  ser  inmensamente  mayor  que  el  pecado 
de  Adán.  Este  exceso  de  la  gracia  sobre  el  pecado  fué  efecto  de  la  inmensa  ventaja 
que  Cristo  tuvo  sobre  Adán. 

33  Este  versículo  explica  y  demuestra  el  anterior.  Por  el  pecado  de  uno  son  todos 
condenados,  porque  el  pecado  de  este  uno  es  también  pecado  de  todos;  y  por  la 
justicia  de  uno  sou  todos  justificados,  porque  la  justicia  de  este  uno  se  hace  también 
justicia  de  lodos.  T.a  razón  de  esto  es  la  misteriosa  solidaridad  e  inefable  identidad 
de  todos  con  uno  :  con  Adán  para  el  pecado,  con  Jesu-Cristo  para  la  justicia. 

^  Conclusión  :  paralelismo  matizado  de  contraste.  La  ley  es  la  ley  de  Moisés, 
no  tanto  en  sí  misma  cuanto  según  la  ftdsa  idea  que  de  ella  se  habían  forjado  mu- 
chos judíos.  Para  que  la  ofensa  creciese:  esta  finalidad  de  la  ley,  lo  mismo  que  su 
personificación,  es  una  figura  de  lenguaje.  La  expresión  final  indica  que  el  nuevo 
Adán,  precisamente  en  calidad  de  tal,  es  el  Mediador  de  la  Nueva  Alianza,  el  Me- 
diador de  la  gracia,  rroporcionalmente,  María,  como  segunda  Eva,  umversalmente 
asociada  al  segundo  Adán,  es,  en  calidad  de  tal,  la  Medianera  universal  de  la  gracia. 


—  340  — 


5  21-6  8 


ROMANOS 


69-16 


rrebosó  la  gracia,  a  a  fin  de  que, 
como  reinó  el  pecado  en  la  muerte, 
así  también  reinase  la  gracia  por  la 
justicia  para  vida  eterna  por  Jesu- 
cristo, Señor  nuestro. 


2.   Por  la  muerte  a  la  vida 


lisiamos  muertos  al  pecado.  6,  1-14 


1  ¿Qu¿  diremos,  pues?  ¿Perma- 
nezcamos  en  el  pecado,  para  que 
la  gracia  aumente  ?  ■  ¡Eso,  no!  Los 
que  morimos  al  pecado,  ¿cómo  to- 
davía viviremos  en  él  ? 

*  ¿  O  es  que  ignoráis  que  cuantos 
fuimos  bautizados  en  Cristo  Jesús,  en 
su  muerte  fuimos  bautizados  ?  4  Con- 
sepultados, pues,  fuimos  con  El  por 
el  bautismo  en  orden  a  la  muerte, 
para  que  como  fué  Cristo  resucitado 
de  entre  los  muertos  por  la  gloria 
del  Padre,  así  también  nosotros  en 
novedad  de  vida  caminemos. 6  Porque 
si  hemos  sido  hechos  una  cosa  con 
El  por  lo  que  es  simulacro  de  su 
muerte,  pero  también  lo  seremos  por 
lo  que  lo  es  de  su  resurrección  ; 

6  sabiendo  esto,  que  nuestro  hom- 
bre viejo  fué  con  El  crucificado,  pa- 
ra que  sea  eliminado  el  cuerpo  del 
pecado,  a  fin  de  que  en  adelante 
no  seamos  ya  esclavos  del  pecado  : 
:  pues  quien  murió,  absuelto  queda 
del  pecado.  s  Y  si  morimos  con  Cris- 


to, creemos  que  también  viviremos 
con  El  ; 

9  Sabiendo  que  Cristo,  resucitado  de 
entre  los  muertos,  no  muere  ya  mas, 
la  muerte  sobre  El  no  tiene*  ya  se- 
ñorío. 10  Porque  eso  que  murió,  al 
pecado  murió  de  una  vez  para  siem- 
pre ;  mas  eso  que  vive,  vive  para 
Dios.  a  Así,  también  vosotros  haceos 
cuenta  que  estáis  muertos  para  el 
pecado,  pero  vivos  para  Dios  en  Cris- 
to Jesús. 

u  Xo  reine,  pues,  el  pecado  en  vues- 
tro cuerpo  mortal,  de  suerte  que  obe- 
dezcáis a  sus  concupiscencias  ;  13  ni 
presentéis  vuestros  miembros  como 
armas  de  iniquidad  al  servicio  del 
pecado,  antes  presentaos  a  vosotros 
mismos  a  Dios  como  muertos  retor- 
nados a  la  vida,  y  vuestros  miem- 
bros como  armas  de  justicia  al  ser- 
vicio de  Dios.  11  Porque  el  pecado  no 
ha  de  dominar  sobre  vosotros,  pues 
no  estáis  bajo  la  ley,  sino  bajo  la 
gracia. 

Muertos  al  pecado,  hemos  de  servir 
a  la  justicia.  6,  15-23 

a  Pues  ¿qué?  ¿Pequemos,  ya  que 
no  estamos  bajo  la  ley,  sino  bajo  la 
gracia  ?  ¡  Eso,  no  !  15  ¿  Xo  sabéis  que 
cuando  os  entregáis  a  uno  como  es- 
clavos para  obediencia,  esclavos  sois 
de  aquel  a  quien  obedecéis,  ya  sea 
del  pecado  para  muerte,  ya  de  la 


£*  P  La  expresión  bautizados,  al  recibir  la  significación  específicamente  cristiana,  no 
"  se  desi>ojó  de  -u  significación  etimológica  de  sumergirse.  Por  el  bautismo  queda  el 
creyente  como  sumergido  en  Cristo  y  en  su  muerte  :  místicamente  compenetrado  con 
Cristo  y  muerto  con  Cristo. 

*  La  inmersión  bautismal  sugiere  al  Apóstol  la  idea  de  sepultura,  la  cual,  comple- 
tando la  idea  de  muerte,  sirve  además,  como  en  Cristo,  de  punto  de  partida  de  la 
resurrección.  ||  La  gloria  del  Padre  es  la  ostentación  esplendorosa  de  su  poder.  ||  La 
novedad  de  vida  es  aquí  la  vida  santa.  Para  entender  el  razonamiento  de  San  Pablo 
hay  que  recordar  que  en  todo  este  pasaje  habla,  según  un  procedimiento  muy  carac- 
terístico suyo,  de  la  vida  integral,  que  comprende  así  la  vida  habitual  de  la  gracia 
santificante  y  el  ejercicio  de  la  vida  santa  como  la  vida  eterna  de  la  gloria  y  la 
resurrección  de  la  carne  a  nueva  vida.  Estas  cuatro  manifestaciones  forman  un  todo 
indivisible,  que  San  Pablo  denomina  simplemente  vida.  Por  esto  en  su  razonamiento 
pasa  el  Apóstol  insensiblemente  df  un  matiz  a  otro,  sin  que  eso  sea  un  paralogismo. 

*  Hombre  viejo  y  cuerpo  del  pecado  son  dos  expresiones  equivalentes,  que  expre- 
san la  herencia  recibida  del  viejo  Adán  :  el  uceado  original  con  todas  sus  funestas 
consecuencias. 

7  La  frase  es  una  comparación  latente  de  la  muerte  mística,  que  justifica  al  hom- 
bre de  sus  pecados,  con  la  muerte  natural,  que  corta  de  una  vez  todos  los  víncu'os 
que  le  ligaban  en  esta  vida. 

10  Cristo  murió  al  pecado.  Cristo,  por  su  inefable  donación,  antes  de  su  muerte 
estaba  en  cierto  modo  sometido  al  pecado  :  no  a  pecado  alguno  personal,  pues  era 
la  misma  inocencia,  sino  tal  pecado  del  mundo»,  que  sobre  sí  había  tomado  y  por 
el  cual,  muriendo,  había  de  satisfacer  a  la  justicia  divina. 


—  341  — 


6  17-7  i 


ROMANOS 


obediencia  para  justicia  ?  17  Pero  gra- 
cias a  Dios  de  que,  habiendo  sido 
esclavos  del  pecado,  obedecisteis  de 
corazón  a  aquella  forma  de  doctrina, 
a  la  cual  fuisteis  entregados ;  18  y  li- 
berados del  pecado,  fuisteis  esclavi- 
zados a  la  justicia.  19  Cosa  humana 
digo  a  causa  de  la  flaqueza  de  vues- 
tra carne.  En  efecto,  como  entregas- 
teis vuestros  miembros  como  escla- 
vos a  la  impureza  y  a  la  iniquidad 
para  la  iniquidad,  así  ahora  entre- 
gad vuestros  miembros  como  escla- 
vos a  la  justicia  para  la  santidad. 
20  Pues  cuando  erais  esclavos  del  pe- 
cado, erais  libres  «respecto  de  la  jus- 
ticia. "  ¿Qué  fruto,  pues,  lograbais 
entonces  ?  Cosas  son  de  que  ahora 
os  ruborizáis,  ya  que  el  paradero  de 
ellas  es  muerte. 22  Mas  ahora,  liljera- 
dos  del  pecado  y  esclavizados  a  Dios, 
tenéis  vuestro  fruto  en  la  santidad, 
y  el  paradero,  la  vida  eterna.  23  Por- 
que el  sueldo  del  pecado  es  muerte  ; 
mas  la  dádiva  de  Dios,  vida  eterna 
en  Cristo  Jesús,  Señor  nuestro. 


3.    De  la  ley  a  la  gracia 

[.os  cristianos .  muertos  a  ta  ley  de 
IMoisés.  7.  1-6 

n  '¿O  es  que  ignoráis,  hermanos 
'  — pues  hablo  a  quienes  saben  lo 
que  es  ley — ,  que  la  ley  mantiene  su 


dominio  sobre  el  hombre  por  todo  él 
tiempo  que  vive  ?  2  En  efecto,  la  mu- 
jer casada  está  atada  por  la  ley  al 
marido  mientras  éste  vive  ;  mas  una 
vez  muerto  el  marido,  queda  des- 
ligada de  la  ley  del  marido.  3  Así 
ue,  mientras  vive  el  marido,  será 
eclarada  adúltera  si  se  junta  a  otro 
hombre  ;  mas,  una  vez  muerto  el 
marido,  queda  libre  de  la  ley,  de 
suerte  que  no  es  adúltera  si  se  junta 
a  otro  hombre.  4  Así  es  que,  herma- 
nos míos,  también  vosotros  quedáis 
muertos  a  la  ley  por  el  cuerpo  de 
Cristo,  a  fin  de  que  pertenezcáis  a 
otro,  a  aquel  que  fué  resucitado  de 
entre  los  muertos,  con  el  fin  de  que 
llevemos  fruto  para  Dios.  6  Porque 
cuando  estábamos  en  la  carne,  las 
pasiones  de  los  pecados,  atizadas  por 
la  ley,  obraban  en  nuestros  miem- 
bros para  llevar  fruto  en  pro  de  la 
muerte  ;  8  mas  ahora  nos  desenten- 
dimos de  la  ley,  habiendo  muerto  a 
aquello  que  nos  tenía  apresados,  de 
modo  que  sirvamos  en  novedad  de 
espíritu  y  no  en  veiez  de  letra. 


La  ley,  ocasión  de  pecado.  7,  7-12 


'  ¿Qué  diremos,  pues?  ¿La  ley  es 
pecado  ?  ¡  Eso,  no  !  Sin  embargo,  el 
pecado  no  lo  conocí  sino  por  la  ley. 
Porque  ni  la  concupiscencia  conocie- 


17  La  palabra  doctrina,  Didakhé,  vino  a  ser  como  técnica  para  expresar  el  come- 
nido  doctrinal  de  la  revelación  cristiana.  Aauí  San  Pablo,  personificándola,  la  pre- 
senta como  maestra  a  quien  son  entregados  los  cristianos  para  su  instrucción  re- 
ligiosa. 

23  El  pecado  se  representa  como  un  general  que  da  como  sueldo  a  los  que  le  si- 
guen la  muerte.  A  este  general  se  contrapone  Dios,  que  da  a  los  que  le  sirven  la 
vida  eterna,  no  como  simple  sueldo,  sino  como  dádiva,  en  que  a  la  justicia  se  suma 
la  liberalidad.  Hay  aquí  una  alusión  a  los  donativos  aue  hacían  los  emperadores  ro- 
manos a  los  soldados. 

7 1-1  El  razonamiento  de  San  Pablo  es:   la  ley  pierde  todo  su  dominio  sobre  los 
muertos  ;  vosotros  habéis  muerto  jurídica  y  místicamente  :  luego  la  ley  de  Moisés 
ha  perdido  todo  su  dominio  sobre  vosotros. 

En  estos  dos  versículos  condensa  el  Apóstol  cuanto  va  a  exponer  en  este  ca- 
pítulo y  el  siguiente.  Aparecen  ya  aquí  los  principales  factores  fisiológicos,  psicoló- 
gicos, morales  y  espirituales  de  la  palpitante  tragedia  de  la  justificación.  Por  una 
parte,  el  pecado,  el  original  principalmente  ;  la  carne,  en  que  se  encastilla  el  pe- 
cado ;  la  ley.  Por  otra  parte,  el  espíritu  :  espíritu  de  justicia  y  de  vida,  luz  y  fuerza 
del  hombre  :  que  destruye  el  pecado,  castifica  la  carne,  frena  las  pasiones,  elimina 
la  muerte,  completa  o  sustituye  la  ley. 

7-n  Tres  términos,  relacionados  entre  sí,  predominan  en  todo  este  pasaje  :  iley», 
«yo»,  (pecado».  La  «ley»  es  la  ley  de  Moisés.  En  efecto,  el  precepto  de  la  ley  que 
cita  San  Pablo  :  No  codiciarás,  está  tomado  de  la  ley  de  Moisés.  Este  sentido  de  la 
ley  determina  el  sentido  del  «yo».  Aun  cuando  hable  en  primera  persona,  habla  en 
nombre  de  la  humanidad  sometida  a  la  ley  antes  mencionada.  El  «pecado»  es,  prin- 
cipalmente,  el  original  ;  si  bien  nq  sólo  en  cuanto  es  privación  de  la  justicia  origi- 
nal, sino  además  en  cuanto  es  principio  de  depravación. 


—  342  — 


7  8-14 


ROMANOS 


7  15-23 


ra  si  la  ley  no  dijera  :  «No  codicia- 
rás» (Ex.  20,  17).  8  Mas  tomando  oca- 
sión el  pecado  por  medio  del  man- 
damiento, obró  en  mí  toda  concu- 
piscencia. Porque  sin  ley  el  pecado 
estuviera  muerto.  9  Y  yo  vivía  sin 
ley  un  tiempo  ;  mas,  venido  el  man- 
damiento, el  pecado  revivió,  10  y  yo 
morí  ;  y  me  resultó  que  el  manda- 
miento dado  para  vida,  éste  fué  pa- 
ra muerte.  "  Porque  el  pecado,  to- 
mando ocasión,  por  medio  del  man- 
damiento me  sedujo,  y  por  él  me 
mató.  u  Así  que  la  ley  es  santa,  y 
el  mandamiento  es  santo,  y  justo,  y 
bueno... 

La  concupiscencia,  verdadera  causa 
del  pecado.  7,  13-23 

a  ¿  Luego  lo  bueno  vino  a  ser  para 
mí  muerte  ?  ¡  Eso,  no  !  Mas  el  peca- 
do, para  mostrarse  pecado,  por  me- 
dio de  una  cosa  buena  me  acarreó  la 
muerte,  a  fin  dé  que  viniese  a  ser  el 
pecado  desmesuradamente  pecador 
por  medio  del  mandamiento.  M  Por- 
que sabemos  que  la  ley  es  espiritual. 


mas  yo  soy  carnal,  vendido  por  es- 
clavo al  pecado. 

"  Porque  lo  que  hago  no  me  lo 
explico,  pues  no  lo  que  quiero  es  lo 
que  obro  ;  antes  lo  que  aborrezco, 
eso  es  lo  que  hago.  16  Y  si  lo  que  no 
quiero  eso  es  lo  que  hago,  convengo 
con  la  ley  en  que  es  buena.  17  Mas 
ahora  ya  no  soy  yo  quien  lo  hago, 
sino  el  pecado  que  habita  en  mí. 

18  Porque  sé  que  no  habita  en  mí, 
quiero  decir  en  mi  carne,  cosa  bue- 
na, pues  el  querer  a  la  mano  lo  ten- 
go ;  mas  el  poner  por  obra  lo  bueno, 
no.  19  Porque  no  es  el  bien  que  quie- 
ro lo  que  hago  ;  antes  el  mal  que  no 
quiero  es  lo  que  obro.  20  Y  si  lo  que 
no  quiero  vo  eso  hago,  ya  no  soy  yo 
quien  lo  obro,  sino  el  pecado  que  ha- 
bita en  mí. 

21  Hallo,  pues,  esta  ley,  que  al  que- 
rer yo  hacer  el  bien,  me  encuentro 
con  el  mal  en  las  manos  ;  ~  pues  me 
complazco  en  la  ley  de  Dios  según 
el  hombre  interior  ;  23  mas  veo  otra 
ley  en  mis  miembros,  que  guerrea 
contra  la  ley  de  mi  razón  y  me  tiene 
aprisionado  como  cautivo  en  la  ley 
del  pecado,  que  está  en  mis  miem- 
bros. 


13-3  Para  facilitar  la  inteligencia  de  este  pasaje  ayudarán  dos  observaciones.  Pri- 
mciamente,  habla  aquí  San  Pablo  como  judío  sujeto  a  la  ley.  De  ahí  la  ausencia  de 
la  palabra  «espíritu»  en  todo  el  pasaje.  En  segundo  lugar,  hay  que  precisar  la  es- 
tructura y  desenvolvimiento  lógico  del  razonamiento.  En  los  vv.  13-14  se  propone  el 
enigma  de  la  ley  ocasión  de  pecado  y  se  enuncia  la  clave  de  la  solución,  que  es  la 
esclayitud  de  la  carne  al  pecado.  Sigue  la  explicación,  propuesta  en  forma  paradójica 
y  repartida  en  tres  ciclos,  de  esta  esclavitud  de  la  carne.  En  los  dos  primeros  ci- 
clos, w.  15-17  y  18-20,  idénticos  más  que  paralelos,  se  pinta  vivamente  la  anomalía  de 
quien  quiere  el  bien  y  obra  el  mal.  En  el  tercero,  vv.  21-23,  se  recogen  las  observa- 
ciones precedentes  y  se  formula  la  psicología  moral  del  hombre  caído,  dejado  a  sus 
propias  fuerzas. 

Tres  cosas  principales  dice  aquí  San  Pablo,  que  parecen  una  contradicción  : 
que  él  obra  el  mal,  que  lo  obra  contra  su  voluntad  y  que  no  es  él  quien  propia- 
mente lo  obra.  La  solución,  en  principio,  es  obvia.  La  responsabilidad  del  hombre 
depende  esencialmente  de  su  libre  consentimiento.  Ahora  bien,  puede  haber  consen. 
timitnto  plenamente  deliberado,  perfectamente  compatible  con  dos  cosas  :  con  volun- 
tad ineficaz  o  complacencia  contraria  y  con  la  ausencia  de  propia  iniciativa.  Y  éste 
es  el  caso  que  presenta  San  Pablo  :  de  uno  que  se  complace  en  la  ley  de  Dios 
según  el  hombre  interior,  de  uno  que  siente  en  sí  un  estímulo  en  cierta  manera 
extrínseco  que  le  impulsa  al  pecado,  pero  que  al  fin  consiente  libremente  en  el 
pecado. 

a-*>  Cinco  veces  menciona  San  Pablo  la  ley,  en  tres  sentidos  diferentes  :  1)  Hallo, 
pues,  esta  ley  :  es  ésta  una  ley  de  experiencia  interna,  es  la  constatación  de  un  fe- 
nómeno psicológico  desconcertante  ;  2)  me  complazco  en  la  ley  de  Dios,  la  ley  de  mi 
razón  :  es  ésta  la  ley  eterna  de  Dios  y  su  derivación  o  repercusión  en  la  razón 
humana,  que  se  llama  ley  natural;  3)  veo  otra  ley  en  mis  miembros,  que...  me  tiene 
aprisionado. ..  en  la  ley  del  pecado  :  es  la  concupiscencia,  que  reside  en  la  carne  y  de 
hecho  es  una  derivación  del  pecado  original.  Las  dos  expresiones,  sustancialmente 
equivalentes  :  uo.mbre  interior  y  razón,  no  hay  que  confundirlas  con  el  espíritu. 
Mientras  la  razón  representa  las  luces  y  energías  puramente  naturales  de  la  porción 
superior  del  hombre,  el  espíritu  comprende  las  luces  y  energías  sobrenaturales  que 
el  hombre  recibe  del  Espíritu  de  Dios.  En  este  cap.  7  la  lucha  es  entre  la  carne  y  la 
razón  ;  en  el  cap.  8  intervendrá  otro  factor  :  el  Espíritu,  que,  iluminando  y  corro- 
borando la  razón  y  contrarrestando  las  inclinaciones  de  la  carne  con  otras  tenden- 
cias más  nobles,  dará  a  la  razón  ía  victoria  sobre  la  carne. 


—  343  — 


7  24-8  3 


ROMANOS 


Conclusión.  7,  24-25 

*  ¡Desventurado  de  mí!  ¿Quién 
nie  librará  del  cuerpo  de  esta  muer- 
te ?  *  Gracias  sean  dadas  a  Dios  por 
Jesu-Cristo,  Señor  nuestro. 

Así  que  yo  por  mí  mismo  con  la 
razón  sirvo,  a  la  ley  de  Dios,  mas 
con  la  carne  a  la  ley  del  pecado. 


4.     Dr.  LA  CARNE  AL  ESPÍRITU  :  d)  ES- 
PÍRITU   DE    SANTIDAD,    DE    FUERZA  Y 
DE  VIDA 

La  justicia  de  la  ley  asequible  po¡ 
el  Espíritu.  8,  1-4 

O  1  Ninguna  condenación,  pues,  pe- 
0  sa  ahora  sobre  los  que  están  en 
Cristo  Jesús.  2  Porque  la  ley  del  Es- 
píritu de  la  vida  en  Cristo  Jesús  me 
liberó  de  'la  /ley  del  pecado  y  de  la 
muerte.  3Pues  lo  que  era  imposible  a 
la  Jey,  por  cuanto  estaba  reducida  a 
la  ¡impotencia  ipor  la  carne, — Dios, 
habiendo  enviado  a  su  propio  Hijo 
en  semejanza  de  carne  de  pecado  y 
como  víctima  por  el  pecado,  condenó 


al  pecado  en  la  carne,  1  para  que  el 
ideal  de  justicia  de  la  ley  se  realiza- 
se plenamente  en  nosotros,  los  que 
caminamos  no  según  la  carne,  sino 
según  el  Espíritu.  ' 


Tendencias  opuestas  de  la  carne  y 
del  Espíritu.  8,  5-8 

5  Porque  los  que  son  según  la  car- 
ne aspiran  a  las  cosas  de  la  carne  ■ 
mas  los  que  son  según  el  Espíritu, 
a  las  del  Espíritu.  ü  Porque  la  aspi- 
ración de  la  carne  es  muerte  ;  mas 
la  aspiración  del  Espíritu,  vida  v 
paz.  1  Por  cuanto  la  aspiración  de  la 
carne  es  enemistad  con  Dios,  puesto 
que  no  se  somete  a  la  lev  de  Dio*, 
como  que  ni  siquiera  puede.  s  Y  los 
que  están  en  la  carne  no  pueden 
agradar  a  Dios 


El  Espíritu  vivificante.  8,  o-n 


0  Mas  vosotros  no  estáis  en  la  car- 
ne, sino  en  el  Espíritu,  si  es  que  el 
Espíritu  de  Dios  habita  en  vosotros. 


36  I.a  variante  occidental,  conservada  en  la  Yulgata  :  tLa  gracia  de  Dios...»,  si 
criticamente  es  secundaria,  es,  con  todo,  una  excelente  explicación  de  la  variante 
auténtica 

O  1  La  condenación  de  que  habla  aquí  San  I>al>lo  es  la  triste  impotencia  moral,  dra- 
0  máticamente  descrita  en  el  cap.  7. 

-  Contrapone  San  Pablo  dos  leyes  :  la  del  espíritu  y  la  de  la  carne.  La  frase 
completa  sería:  «Porque  la  ley  del  Espíritu,  que  lo  is  de  la  justicia  y  de  la  vida 
en  Cristo  Jesús,  me  libertó  de  la  ley  de  la  carne,  que  lo  es  del  pecado  y  de  la 


situación  Dios  quiso 
undo  para  que  destruy> 


fortaleza  domíc  estaba  encastillado  :' en  la  carne.  Y  allí  1.0  condenó,  lo  derrocó,  lo 
redujo  a  la  impotencia.  Libertada  la  carne  de  la  esclavitud  del  pecado,  quedaba  a  su 
vez  la  ley  libre  de  los  obstáculos  que  la  carne  oponía  a  la  realización  de  sus  ideales 
de  justicia. 

6-3  Las  expresiones  originales  «phroneín»  y  «phronema»,  que  traducimos  ASPIRAR 
y  aspiración,  tienen  sentido  complejo  y  expresan  a  la  vez  lo  que  los  psicólogos  de- 
nominan  sentimientos  y   tendearlas,   \o<   gustos   y   propensiones  y  aun  los  juicios 

cias. — La  antítesis  entre  la  carne  y  el  espíritu  e^  muy  compleja.  En  su  análisis 
señala  San  Pablo  cuatro  grados  en  cada  uno  de  los  dos  extremos  de  la  antítesis  : 
estar  en  la  carne  o  en  el  espíritu,  ser  según  la  carne...,  aspirar  a  las  cosas  de  la 
carne...,  caminar  según  la  carne... 

o-i'  Estos  tres  versículos  contienen  muchos  elementos  de  la  Pnenmatología  de 
San  Pablo.  El  Espíritu  Santo  es  a  la  vez  Espíritu  de  Dios  Padre  y  Espíritu  de 
Cristo ;    y   como  es   Espíritu  del   Padre,   porque  procede  del   Padre,   asi  también 


—  344  — 


8  10-13 


ROMANOS 


8  i*-" 


Que  si  alguno  no  tiene  el  Espíritu 
de  Cristo,  ese  tal  no  es  de  El.  ,0  Y  si 
Cristo  está  en  vosotros,  el  cuerpo, 
ciertamente,  está  muerto  a  causa  del 
pecado  ;  mas  el  Espíritu  es  vida  a 
causa  de  la  justicia.  "Y  si^  el  Espí- 
ritu del  que  resucitó  a  Jesús  de  en- 
tre los  muertos  habita  en  vosotros, 
el  que  resucitó  a  Cristo  Jesús  de  en- 
tre los  muertos  vivificará  también 
vuestros  cuerpos  mortales  por  obra 
de  su  Espíritu,  que  habita  en  vos- 
otros. 


b)   Espíritu  de  filiación  y  prenda 

DE  VIDA  ETERNA 

Transición  parenc'tica :  vivir  segun 
el  Espíritu.  S,  12-13 

'•'  Asi,  pues,  hermanos,  deudores 
somos  no  a  la  carne  :  de  vivir  se- 
gún la  carne.  13  Porque  si  según  la 
carne  vivís,  habréis  de  morir  ;  mas 
si  con  el  Espíritu  hacéis  morir  las 
fechorías  del  cuerpo,  viviréis. 


Viviréis,  como  hijos  de  Dios  y  here- 
deros de  Dios,  por  el  Espíritu  de 
Dios.  8,  14-17 

"  Pues  cuantos  son  llevados  por  el 
Espíritu  de  Dios,  éstos  son  hijos  de 
Dios.  10  Porque  no  recibisteis  espíri- 
tu de  esclavitud  para  reincidir  de 
üuevo  en  el  temor  ;  antes  recibisteis 
Espíritu  de  filiación  adoptiva,  con 
el  cual  clamamos  :  ¡  Abba  !  ¡  Padre  ! 

El  Espíritu  mismo  testifica  a  una 
con  nuestro  espíritu  que  somos  hi- 
jos de  Dios.  17  Y  si  hijos,  también 
herederos  :  herederos  de  Dios,  cohe- 
rederos de  Cristo  ;  si  es  que  junta- 
mente padecemos,  para  ser  junta- 
mente glorificados. 


O    Espíritu  de  esperanza 

Expectación  de  la  creación 
inanimada.  8,  18-22 

"  Porque  entiendo  que  los  pade- 
cimientos del  tiempo  presente  no 
guardan  proporción  con  la  gloria  que 


ib  Espíritu  Je  Cristo,  porque  procede  de  Cristo  en  cuanto  Dios.  De  este  Espíritu 
tres  veces  dice  San  Pablo  que  habita  ex  nosotros.  Efecto  de  esta  inhabitación  es  la 
justicia,  y  por  la  justicia  la  vida  :  la  vida  inicial  de  la  gracia  y  santidad  y  la  vida 
consumada  de  la  gloria,  y  de  un  modo  especial  la  resurrección  final  de  la  carne. 
Es  además  el  Espíritu  Santo  el  principio  de  cohesión  y  de  actividad  del  cuerpo 
místico  de  Cristo.  Son  de  notar  'as  tres  fórmulas,  sustancialmente  equivalentes,  con 
que  el  Apóstol  expresa  las  relaciones  de  los  hombres  con  Cristo,  dentro  de  la  unidad 
de  su  cuerpo  místico ;  «nosotros  en  Cristo»,  «Cristo  en  nosotros»,  «nosotros  (miem- 
bros o  parte)  de  Cristo». 

La  última  palabra,  viviréis,  es  la  tesis  que  va  a  demostrar  en  los  párrafos 
siguientes. 

Estos  versículos  contienen  un  silogismo.  La  mayor  es  un  principio  jurídico  : 
«Los  hijos  son  herederos.»  La  menor  es  un  hecho  :  «Nosotros  somos  hijos  de  Dios.» 
La  conclusión  es  evidente  :  «Luego  nosotros  somos  herederos  de  Dios»  ;  conclusión 
equivalente  a  la  tesis  :  Viviréis  eternamente.  El  nervio  de  la  demostración  está  eu 
que  el  Espíritu  Santo  es  Espíritu  de  filiación,  que  nos  hace  hijos  adoptivos  de 
Dios.  En  lo  cual  hay  profundas  y  misteriosas  harmonías.  Procedente  del  Padre  y 
del  Hijo  como  aspiración  amorosa  de  entrambos,  es,  consiguientemente,  en  Dios 
Padre  Espíritu  de  amor  paterno  hacia  nosotros,  y  en  nosotros  Espíritu  de  amor 
filial  para  con  Dios.  Por  esto  despierta  en  nuestros  corazones  sentimientos  filiales, 
que  son  un  testimonio  de  nuestro  espíritu  de  que  somos  hijos  de  Dios.  A  este 
testimonio  íntimo  de  nuestro  propio  espíritu  dice  San  Pablo  que  une  su  testimonio 
el  Espíritu  Santo ;  si  bien  no  dice  que  cada  uno  de  los  fieles  perciba  experimen- 
talmente  este  testimonio  del  Espíritu  Santo,  como  pretendían  los  protestantes;  su- 
posición que  justamente  condenó  el  concilio  Tridentino. 

San  Pablo,  insensible,  al  parecer,  a  los  encantos  de  la  naturaleza,  se  muestra 
aquí  sensibilísimo  a  las  ansias  y  gemidos  de  la  creación  visible,  que,  violentada 
por  el  hombre  y  sujeta  al  servicio  del  pecado,  forcejea  por  sacudir  esta  degradante 
esclavitud.  Dios,  autor  de  la  naturaleza,  ha  señalado  un  término  a  ese  estado  de 
violencia  y  ha  vinculado  la  rehabilitación  de  la  naturaleza  a  la  gloria  que  se  ha 

DE    MANIFESTAR   y   A   LA   LIBERTAD   DE   LA   GLORIA    DE   LOS  HIJOS  DE   DlOS.   Por  eStO   para  el 

Apóstol  la  expectación  ansiosa  de  la  creación  es  un  motivo  de  esperanza  y  una 
prenda  de  nuestra  futura  glorificación.  La  personificación  de  la  naturaleza,  contenida 
en  el  v.  19  y  completada  en  el  v.  22,  es  de  una  "fuerza  trágica  palpitante,  trazada 
con  rasgos  fulgurantes. 


—  345  — 


8  19-25 


ROMANOS 


8  26-30 


se  ha  de  manifestar  en  orden  a  nos- 
otros. 19  Pues  la  expectación  ansiosa 
de  la  creación  está  aguardando  la  re- 
velación de  los  hijos  de  Dios.  M  Por- 
que la  creación  fué  sometida  a  la 
vanidad  no  de  grado,  sino  en  aten- 
ción al  que  la  sometió,  con  esperan- 
za 21  de  que  también  la  creación  mis- 
ma será  liberada  de  la  servidumbre 
de  la  corrupción,  pasando  a  la  liber- 
tad de  la  gloria  de  los  hijos  de  Dios. 
B  Porque  sabemos  que  la  creación 
entera  lanza  un  gemido  universal  y 
anda  toda  ella  con  dolores  de  parto 
hasta  el  momento  presente. 


Nuestros  propios  gemidos 
y  expectación.  8,  23-25 

M  Y  no  sólo  ella,  sino  también  nos- 
otros mismos,  que  poseemos  las  pri- 
micias del  Espíritu,  nosotros  mis- 
mos también  gemimos  dentro  de 
nosotros  mismos,  anhelando  la  adop- 
ción filial,  el  rescate  de  nuestro  cuer- 
po. 24  Porque  en  esperanza  es  como 
liemos  sido  salvados  ;  ahora  bien  : 
la  esperanza  que  se  tiene  al  ojo  no 
es  esperanza  ;  pues  lo  que  uno  ve, 
¿  a  qué  viene  el  esperarlo  ?  25  Mas  si 
lo  que  no  vemos  lo  esperamos,  por 
la  paciencia  lo  aguardamos. 


Inefables  gemidos  del  Espíritu 
Santo.  8,  26-27 

M  Y,  asimismo,  también  el  Espíri- 
tu acude  en  socorro  de  nuestra  fla- 
queza. Pues  qué  hemos  de  orar,  se- 
gún conviene,  no  lo  sabemos  ;  mas 
el  Espíritu  mismo  interviene  a  fa- 
vor nuestro  con  gemidos  inefables. 
27  Y  el  que  sondea  los  corazones  sa- 
be cuál  es  la  aspiración  del  Espíri- 
tu, por  cuanto  según  Dios  interviene 
a  favor  de  los  santos. 


Desenvolvimiento  de  los  planes 
divinos.  8,  28-30 

a  Y  sabemos  que  Dios  coordena 
toda  su  acción  al  bien  de  los  que  le 
aman,  de  los  que  según  su  designio 
son  llamados.  Porque  a  los  que  de 
antemano  conoció,  también  los  pre- 
destinó a  ser  conformes  con  la  ima- 
gen de  su  Hijo,  en  orden  a  que  fue- 
se El  primogénito  entre  muchos 
hermanos.  30  Y  a  los  que  predestinó, 
a  ésos  también  llamó  ;  y  a  ios  que 
llamó,  a  éstos  también  justificó  ;  y 
a  los  que  justificó,  a  éstos  también 
glorificó. 


*  i-As  primicias  dll  Espíritu  :  el  Espíritu  o  su  actual  efusióu  sobre  los  fieles 
es  como  las  primicias  de  la  efusión  integral  y  eterna  de  la  gloria.  ||  La  adopción- 
filial  no  es  aquí  la  misma  filiación  adoptiva,  sino  su  consumación  en  la  gloria, 
como  lo  declara  el  mismo  Apóstol  al  añadir  por  el  rescate  de  nuestro  cuerpo  en 
la  resurrección  de  la  carne. 

24  La  expresión  en  esperanza  es  ambigua  o  deficiente.  Por  esperanza  se  entiende 
aquí  toda  la  realidad  compleja  de  la  economía  de  la  redención.  Dentro  de  esta  mag- 
nífica realidad,  y  conforme  a  su  gradual  realización,  es  como  se  ha  verificado 
nuestra  salud.  Esta  realidad  se  llama  esperanza,  porque  su  mejor  parte  está  todavía 
en  perspectiva,  porque  su  consumación  está  reservada  al  porvenir.  Según  esto,  el 
pensamiento  del  Apóstol  se  traduciría  más  exactamente  :  cEn  perspectiva»  o  ccon 
vistas  al  porvenir  es  como  liemos  sido  salvados». 

25  La  palabra  paciencia  suele  expresar  en  San  Pablo  el  aspecto  subjetivo  de  la 
esperanza,  en  cuanto  es  una  espera  sufrida  y  constante. 

a*-*  En  estos  versículos  abre  San  Pablo  horizontes  dilatadísimos,  en  que  entran 
los  más  elevados  estadios  de  la  mística.  Los  gemidos  inefables  se  atribuyen  al  Es- 
píritu Santo,  no  porque  se  producen  en  El,  sino  porque  El  los  produce  en  nuestro 
espíritu.  De  semejante  manera  hay  que  entender  la  «intervención»  o  interpelación 
del  Espíritu  Santo,  el  cual  no  ora  por  nosotros,  sino  que  pone  la  oración  en  nues- 
tros corazones  y  en  nuestros  labios. 

28  Esta  acción  comprende  los  cinco  actos  que  se  enumeran  en  los  w.  29-30.  Los 
que  según  su  designio  son  llamados  son  los  mismos  que  le  aman.  Ambas  frases 
tienen  la  misma  amplitud  o  extensión:  no  es  la  segunda  una  limitación  de  la  primera. 

a°-30  Cinco  actos  comprende  la  acción  salvadora  de  Dios  :  la  presciencia,  la  pre- 
destinación, la  vocación,  la  justificación,  la  glorificación.  La  presciencia,  si  no  se 
quiere  violentar  la  significación  de  los  términos,  es  un  acto  de  la  inteligencia,  si 
bien  connota  el  beneplácito  divino. — La  predestinación  tiene  como  término  la  filia- 
ción adoptiva.  Mas,  como  poco  antes  ha  dicho  San  Pablo  que  nosotros  ahora  anhe- 
lamos la  adopción  filial,  esto  es,  su  gloriosa  manifestación,  que  sólo  tendrá  lugar 


—  346  — 


8  31-38 


ROMANOS 


8  35-39 


d)    Himno  triunfal  del  amor 

Cristo,  Redentor  y  Mediador,  pren- 
da de  esperanza.  8,  31-34 

■  ¿  Qué  diremos,  pues,  a  estas  co- 
sas ?  Si  Dios  esta  por  nosotros, 
¿  quién  contra  nosotros  ?  ■  Quien  a 
su  propio  Hijo  no  perdonó,  antes 
uor  nosotros  todos  le  entregó,  ¿  có- 
mo no  juntamente  con  El  nos  dará 
de  gracia  todas  las  cosas  ?  53  ¿  Quién 
presentará  acusación  contra  los  es- 
cogidos ile  Dios  ?  Dios  es  quien  jus- 
tifica ;  34  ¿  quién  será  el  que  conde- 


.  ne  ?  Cristo  Jesús,  el  que  murió— o 
más  bien  el  que  resucitó — ,  es  quien 
j  asimismo  está  a  la  diestra  de  Dios 
[  v  quien  además  intercede  por  nos- 
otros. 


El  amor,  más  fuerte  que  ¡a  muerte 
8,  35-30 

e¿  Quién  nos  apartará  del  amor  de 
Cristo?  ¿Tribulación?,  ¿angustia?, 
¿persecución?,  ¿hambre?,  ¿desnu- 
dez?, ¿peligro?,  ¿espada?  "Según 
está  escrito  (Sal.  43,  22)  :  que 


por  tu  causa  somos  matados  todo  el  día, 

fuimos  contados  como  ovejas  destinadas  al  degüello. 

r  Mas  en  todas  estas  cosas  sobera-  |  futuras,  ni  poderíos,  "  ni  altura  ni 
ñámente  vencemos  por  obra  de  aque'  profundidad,  ni  otra  alguna  criatu- 
que  nos  amó.  55  Porque  seguro  estoy  ra  será  capaz  de  apartarnos  del  amor 
que  ni  muerte  ni  vida,  ni  ángeles  de  Dios  que  está  en  Cristo  Jesús, 
ni  principados,  ni  cosas  presentes  ni   Señor  nuestro 


en  la  vida  eterna,  de  ahí  que  también  la  gloria  es  aquí  término  de  la  predestina- 
ción. Habla,  por  tanto,  San  Pablo  en  primer  término  de  la  predestinación  a  la 
gracia,  y  en  segundo  término  de  la  predestinación  a  la  gloria. — La  vocación  a  la  fe 
y  la  justificación  son  actos  temporales  (terminativo,  a  diferencia  de  la  presciencia 
y  de  la  predestinación,  que  son  actos  eternos.— La  glorificación  la  presenta  San  Pablo 
como  acto  pretérito  :  glorificó  ;  indicando  con  ello  que  para  los  que  aman  a  Dios 
la  glorificación  es  ya  un  hecho.  Y  esto  por  tres  motivos.  Primero,  porque  la  gracia 
es  la  raíz  de  la  gloria,  o  la  gloria  en  germen  o  en  flor.  Segundo,  porque  la  gracia 
da  derecho  a  la  gloria  :  es  un  ius  ad  rem.  Tercero,  porque  la  esperanza  es  ya  una 
posesión  anticipada  de  la  gloria. 

M  La  estructura  lógica  de  la  última  frase  ofrece  cierta  dificultad.  Los  cuatro 
verbos  que  la  integran  pueden  considerarse  de  tres  maneras  :  o  todos  como  parte 
del  sujeto,  o  todos  como  predicado,  o  los  dos  primeros  como  parte  del  sujeto  y  los 
dos  últimos  como  predicado.  La  tercera  hipótesis  es  la  adoptada  ;  y  su  sentido  es  : 
«Cristo  Jesús,  el  que  murió,  es  también  nuestro  abogado.»  Dos  razones  recomiendan 
esta  interpretación.  Primera  :  el  mismo  San  Pablo  establece  diferencia  entre  los 
dos  primeros  verbos  murió,  resucitó,  que  en  el  original  son  dos  participios  de 
aoristo  precedidos  de  artículo,  y  los  dos  últimos  está,  intercede,  que  son  dos  verbos 
finitos  de  presente  precedidos  del  relativo.  Segunda  :  los  dos  primeros  forman 
un  todo,  aislado  de  los  dos  últimos,  que  forman  también  un  todo  homogéneo,  ('ité- 
rente del  primero.  En  efecto,  el  segundo  verbo,  resuciió,  se  presenta  como  una 
simple  corrección  del  primero,  murió.  Y  el  tercero,  está  a  la  diestra  de  Dios,  es 
como  la  composición  de  lugar  del  cuarto,  intercede  por  nosotros  ;  y  entrambos 
nos  presentan  a  Cristo  en  función  de  abogado  nuestro  en  el  acatamiento  del  Padre. 

35-w  Es  curioso  e  instructivo  notar  la  sustitución  de  frases,  que  San  Pablo  evi- 
dentemente emplea  como  equivalentes.  En  el  v.  35  habla  del  amor  de  Cristo  ;  en 
el  v.  39,  del  amor  de  Dios  que  está  en  Cristo.  Es  que  el  amor  de  Cristo  es  amor 
de  Dios,  y  el  amor  de  Dios  no  se  halla  sino  en  Cristo  Jesús.  Lo  que  no  es  claro 
es  si  este  amor  es  el  de  Dios  para  con  nosotros  o  el  nuestro  para  con  Dios.  Con 
todo,  un  poco  de  reflexión  disipa  las  dudas.  Por  una  parte,  en  el  v.  37  habla  de 
aquel  que  nos  amó,  que  es  Dios  o  Cristo.  Por  otra,  en  el  v.  28  habla  de  los  que  aman 
a  Dios,  que  son  los  mismos  en  nombre  de  los  cuales  habla  aquí  el  Apóstol.  Por 
consiguiente,  el  amor  de  Dios  de  que  aquí  se  habla  es  el  amor  recíproco  con  que 
Dios  ama  a  los  hombres  y  los  hombres  aman  a  Dios.  San  Pablo  emplea  aquí  su 
procedimiento  característico  de  hablar  de  las  cosas  complejas,  no  en  sentido  pre- 
cisivo  o  formal,  sino  eu  sentido  integral  y  global. 


—  347  — 


9  1-5 


Sección  III:  Participación  de  los 
judíos  en  el  Evangelio 


Introducción :  tristeza  del  Apóstol. 
9.  i-5 

q  1  Verdad  digo  en  Cristo,  no  mien- 
lo,  como  que  testifica  conmigo  mi 
propia  conciencia  en  el  Espíritu  San- 
to, 1  que  es  grande  mi  tristeza  e  in- 
cesante el  dolor  de  mi  corazón. 3  Pues 
desearía  ser  yo  mismo  anatema  por 
parte  de  Cristo  en  bien  de  mis  her- 
manos según  la  carne  ;  4  quienes  son 
israelitas,  de  quienes  es  la  adopción 
filial,  y  la  gloria,  y  las  alianzas,  y 
la  legislación,  y  el  culto,  y  las  pro- 
mesas ;  5  cuyos  son  los  patriarcas,  -v 
de  quienes  desciende  el  Mesías  se- 


gún la  carne,  quien  es  sobre  todas 
las  cosas  Dios  bendito  por  los  siglos. 


Dios,  fiel  y  justo  en  sus  dones, 

QUE  DA  GRACIOSAMENTE 

Fidelidad  de  Dios,  tj,  6-13 


*  No  tal,  que  ande  por  los  suelos 
la  palabra  de  Dios.  Que  no  todos  los 
descendientes  de  Israel,  ésos  son  Is- 
rael ;  7  ni  porque  son  descendencia 
de  .Abrahán,  son  todos  hijos  ;  sino 
que  «en  Isaac  será  llamada  tu  des- 
cendencia» (Gén.  21,  12).  s  Esto  es, 
no  los  hijos  de  la  carne  ésos  son  hi- 
jos de  Dios,  sino  los  hijos  de  la  pro- 


cargando  sobre  sí  sus  pecados  para  pagar  por  ellos  y  así  salvar 
Enumera  San  rabio  nueve  prerrogativas  o  privilegios  de  los 
i.HAS  :  es  el  nombre  glorioso,  que  aun  hoy  día  prefieren  los  judío 
FILIAL  :  que  recae  sobre  Israel  colectivamente,  j)  La  gloria  :  es 
Dios  en  medio  de  Israel,  visiblemente  manifestada  en  ocasiones  s 
niebla  que  envolvía  el  tabernáculo  o  el  templo.  4)  Las  alianzas  :  s 
hizo  Dios  con  Israel  en  la  persona  de  Abrahán  o  de  Moisés.  5)  L 
la  constitución  teocrática,  que  hizo  de  Israel  pueblo  de  Dios.  6)  E 
instituciones  religiosas  dadas  por  el  mismo  Dios.  7)  I.as  promesas 
sas  mesiánicas  hechas  a  Abrahán  y  a  David.  8)  Los 
las  mayores  glorias  de  Israel.  9)  El  Mesías  :  que  es  1 
expresión  final  :   El  Mesías  segí 

BENDITO   POR   LOS   SIGLOS,    es   UllO  <' 


sus  hermano». 

udíos.    I)  ISRAK- 

2)  La  adopción 
a  presencia  de 

los  pactos  que 
legislación  :  es 
culto  :  son  las 
son  las  prome- 
\  i  r  URCAS  :   que  son  una  de 


San 


se  hallan 
desvirtuar  el  valor  de 
Mesías  según  la  carne 
siglos»  ;  o  bien  :  ,...< 
(sea)  benditc 


Tero 


duc 


contexto.  Uue  no  mei 
rué  provoca  las  doxo 
actual  incredulidad  d 
0  Comienza  a  trata 
lín  tres  partes  se  di 
Dios  no  es  responsab 
dclidad  ni  su  justicia 
recae  sobre  los  misnw 
zado  la  fe.  En  la  ter 
mostrando  que  la  repi 


CARNE,    QUIEN  ES 

sobre  todas  las  cosas  Dios 

s  testimonios  más 

explícitos  y  categóricos  que 

1  Nuevo  Testamci 

puntuando  la  fr¡ 

re  todas  las  cosas 

Dios,  (sea)  bendito  por  los 

la  carne,  que  es 

•ras  de  dividir  la  : 

stan  para  rechaza 

s  en  San  Pablo,   en  frases 

antítesis,  cuyo  se 

-rundo  extremo  es,  según  los 

es,  la  antítesis  iniciada  con 

bruscamente  tru 

icada.  Además,  la  doxología 

ía  normal  de  las  doxologías. 

(a  Cor.  r,  3  ;  Ef. 

1,  3...),  ni  menos  dice  con  el 

>  los  privilegios  d 

Israel  con  espíritu  jubiloso 

0  amargo  contras 

e  entre  los  privilegios  y  la 

ablema, 
li  perpel 
apítulo- 


descendencia  carnal. 


-  348  - 


9  9"15 


ROMANOS 


9  16--.il 


mesa  son  contados  como  descenden- 
cia. 0  Que  tal  fué  la  palabra  de  la 
promesa  :  «Hacia  este  tiempo  ven- 
dré, y  tendrá  Sara  un  hijo»  (Gén.  i8, 
io.  14).  10  Ni  sólo  esto,  sino  que  tam- 
bién Rebeca,  habiendo  concebido  de 
uno  solo,  de  Isaac  nuestro  padre 
— "  pues  cuando  todavía  no  habían 
nacido  ni  hecho  cosa  buena  o  mala 
(para  que  el  designio  de  Dios,  he- 
cho por  libre  elección,  se  mantuvie- 
se, 1"  no  en  virtud  de  obras,  sino  por 
gracia  del  que  llama) — ,  le  fué  di- 
cho a  ella  que  «el  mayor  servirá  al 
menor»  (Gén.  25,  23)  ;  13  según  está 
escrito  :  «Amé  a  Jacob  v  odié  a 
Esaú»  (Mal.  1,  2-3). 


No  hay  injusticia  en  Dios.  9,  14^18 


M  i  Qué  diremos,  pues  ?  ¿  Por  ven- 
tura hay  injusticia  en  Dios?  ¡liso, 
no  !  15  Porque  a  Moisés  dice  :  «Me 
compadeceré  de  quien  me  compa- 
dezca y  me  apiadaré  de  quien  me 


apiade»  (Ex.  33,  19).  '"Así,  pues,  no 
está  en  que  uno  quiera  ni  en  que 
uno  corra,  sino  en  que  se  compadez- 
ca Dios.  "Porque  dice  la  Escritura 
a  Faraón  :  «Para  esto  precisamente 
te  enaltecí,  para  ostentar  en  ti  mi 
poder  y  para  que  sea  celebrado  mi 
nombre  en  toda  la  tierra»  (Ex.  o, 
16).  18  Así,  pues,  de  quien  quiere  ne 
compadece  y  a  quien  quiere  endu- 
rece. 


Objeción  absurda.  9,  19-23 


10  Me  dirás,  pues  ;  ¿  a  qué,  pues, 
se  querella  todavía  ?  Pues  a  su  re- 
solución, ¿quién  se  opuso?  20 — Hom- 
bre, hombre,  ¡vamos!  ¿Tú  quién 
eres,  que  le  plantas  cara  a  Dios  ? 
¿  Tor  ventura  dirá  la  pieza  de  barro 
al  que  la  modela  :  ¿  Por  qué  me  hi- 
ciste así  ?  21  ¿  O  es  que  no  tiene  el 
alfarero  dominio  sobre  el  barro  para 
de  una  misma  masa  hacer  tal  vaso 
para  honor  y  tal  otro  para  vileza  ? 


11V13  ¡jos  Cosas,  además  de  su  extremada  complejidad,  oscurecen  este  pasaje  :  su 
construcción  ánacolútica  y  el  doblado  paréntesis  intercalado.  El  esqueleto  lógico  esta 
en  estas  frases  :  Rebeca,  habiendo  concebido...,  le  fué  picho  a  ella  que...  El  paréntesis 
consta  de  dos  oraciones  :  una  temporal  y  otra  final,  ambas  independientes  entre  si 
y  directamente  ligadas  con  la  apódosis  le  fué  dicho...  El  último  inciso  del  paréntesis 
no  en  virtud  DE  obras...  declara  o  determina  lo  que  precede,  no  lo  que  sigue... 
Por  fin,  el  inciso  final,  según  estA  escrito...,  no  esta  ligado  lógicamente  con  el 
período  que  precede,  sino  que  es  una  confirmación  independiente.  Las  últimas 
palabras  :  Amé  a  Jacob...,  están  tomadas-  de  Malaquías  (1,  2),  que  habla  de  los  dos 
pueblos  hermanos  en  una  situación  histórica  muy  posterior.  En  la  situación  anterior, 
antes  de  nacer  los  dos  gemelos,  Dios  concedió  libremente  a  Jacob  los  privilegios  que, 
sin  hacerle  ningún  agravio,  negó  a  Esaú.  En  la  situación  posterior,  de  que  habla 
Malaquías,  cuando  ambos  pueblos  hermanos  habían  pecado,  Dios,  que  pudo  casti- 
gar igualmente  a  entrambos,  perdonó  misericordiosamente  a  Jacob  y  castigó  justa- 
mente a  Esaú.  Por  tanto,  si  los  beneficios  de  Dios  son  efecto  de  su  libre  elección, 
en  cambio,  los  castigos  van  precedidos  de  los  pecados  de  los  hombres.  Por  lo  demás, 
no  hay  que  olvidar  que  San  Pablo  no  habla  de  la  reprobación  eterna  de  Esaú,  sino 
de  los  castigos  temporales  y  terrenos,  y  éstos  no  individuales,  sino  sociales. 

"'•  Dios  da  sus  dones  de  pura  gracia,  sin  que  la  voluntad  ni  la  industria  humana 

18  A  quien  quiere  endurece  :  Dios  a  nadie  endurece  positivamente  y  de  propósito  ; 
sólo  permite  el  endurecimiento  del  hombre  que  por  su  mala  voluntad  abusa  para 
su  mal  de  los  favores  divinos.  Precisamente  la  historia  de  Faraón,  a  que  alude  el 
Apóstol,  lo  prueba  evidentemente.  Repetidas  veces  nota  la  Escritura  que  Faraón 
se  endurecía  con. los  mismos  castigos  que  Dios  le  enviaba  para  ablandarle.  _No  era 
la  acción  de  Dios  por  sí  misma,  sino  su  propia  indisposición,  la  que  endurecía  a 
Faraón. 

19--'  Responde  San  Pablo  a  la  objeción  rechazándola  como  absurda  y  tapando  la 
boca  al  que  la  propone.  La  comparación  del  alfarero  sólo  tiende  a  declarar  que, 
como  él  dispone  del  barro  según  su  voluntad,  así  Dios  dispone  de  sus  dones  según 
su  libre  beneplácito.  Por  lo  demás.  Dios  nada  hace  por  su  propia  iniciativa  para 
el  mal  del  hombre. 


—  349  — 


9  22-33 


ROMANOS 


9  22-áo 


■  ¿  Y  si  Dios,  aun  queriendo  ostentar  su  ira  v  manifestar  su  poder 
soportó  con  mucha  longanimidad 
los  vasos  de  ira 

dispuestos  para  la  perdición  ; 
23  y  [si],  para  manifestar  las  riquezas  de  su  gloria, 
[quiso  usar  de  misericordia] 

sobre  los  vasos  de  misericordia, 

que  El  de  antemano  se  preparó  para  la  gloria...? 


Misericordia  de  Dios  sobre  los  gentiles  y  sobre  las  reliquias  de  Israel. 
9»  24-29 

34  A  los  cuales  llamó  también  no  sólo  de  entre  los  judíos,  sino  también 
de  entre  los  gentiles.  25  Como  también  en  Oseas  (2,  23-24  ;  i,  10)  dice  : 

Llamaré  al  que  no  era  mi  pueblo,  pueblo  mió  ; 
y  a  la  no  amada,  amada. 

*  Y  será  así  que  en  el  lugar  donde  les  fué  dicho  : 

No  sois  pueblo  mío  vosotros ; 

allí  serán  llamados  hijos  del  Dios  viviente. 

27  Isaías,  por  su  parte,  clama  so-  dúo  será  salvo ;  28  porque  sin  me- 

bre  Israel  (10,  22-23)  :  «Cuando  fue-  noscabo  y  sin  tardanza  ejecutará  el 

re  el  número  de  los  hijos  de  Israel  Señor  su  palabra  sobre  la  tierra.» 

como  la  arena  del  mar,  sólo  el  resi-  29  Y  según  ha  predicho  Isaías  (1,  g)  : 

Si  el  Señor  de  los  ejércitos  no  nos  dejara  semilla, 
quedáramos  como  Sodoma  y  nos  asemejáramos  a  Gomorra. 


2.   Responsabilidad  humana 

Los  judíos  buscan  por  mal  camino 
la  justicia.  9,  30-33 

"¿Qué  diremos,  pues?  Que  los 
gentiles,  los  que  no  andaban  tras  la 
justicia,  alcanzaron  la  justicia  ;  pe- 


ro la  justicia  que  nace  de  la  fe  ; 
31  Israel,  empero,  que  andaba  tras 
una  ley  de  justicia,  no  acertó  con 
esa  ley.  32  ¿  Por  qué  ?  Porque  no  que- 
ría justicia  nacida  de  la  fe,  sino  co- 
mo si  fuera  fruto  de  las  obras.  Tro- 
pezaron en  la  piedra  de  tropiezo, 
33  según  que  está  escrito  (Is.  8,  14)  : 


Mirad,  pongo  en  Sión  piedra  de  tropiezo  y  peña  de  escándalo, 
y  quien  creyere  en  El  no  quedará  confundido. 


,M'  En  este  mutilado  período  falta  no  sólo  la  apódosis,  sino  también  la  oración 
principal  del  segundo  miembro  de  la  prótasis.  Una  ligera  reflexión  muestra  la 
enorme  diferencia  entre  la  actitud  de  Dios  con  los  vasos  de  ira  y  su  proceder  con 
los  vasos  de  misericordia.  Respecto  de  los  primeros,  Dios  no  tiene  la  iniciativa,  y 
aun  su  justicia  la  templa  con  la  longanimidad.  En  cambio,  respecto  de  los  se- 
gundos es  El  quien  toma  la  iniciativa,  v  derrama  sus  misericordias  con  divina  pro- 
digalidad. 

M-a>  En  estos  versículos,  que  son  la  apódosis  lógica  del  período  precedente,  se 
declara  que  muchos  gentiles  han  sido  preparados  por  Dios  como  vasos  de  miserl- 
cordiá  ;  al  paso  que  muchos  judíos  se  han  convertido  por  su  propia  culpa  en  vasos 
de  ira.  La  misericordia  brota  de  las  entrañas  mismas  de  Dios  ;  la  ira  es  provocada 
por  los  pecados  del  hombre. 

»•  Apunta  San  Pablo  la  íazón  de  la  reprobación  de  Israel  :  el  orgullo  en  querer 
labrar  ellos  mismos  su  propia  justicia  con  sus  propias  obras.  Mayor  obstáculo  ofreció 
a  las  misericordias  divinas  el  orgullo  judaico  que  la  más  abyecta  corrupción  de  la 
gentilidad.  < 


—  350  — 


10  1-8 


ROMANOS 


10  9-15 


Quieren  hacer  valer  su  propia  jus- 
ticia, io,  1-4 

1  f\  1  Hermanos,  la  inclinación  de 
mi  corazón  y  mi  oración  a  Dios 
es  a  favor  de  ellos  para  .;u  salvación. 
'-  Porque  doy  fe  de  ellos  de  que  tie- 
nen celo  de  Dios,  mas  no  según 
ciencia  ;  3  por  cuanto  desconociendo 
la  justicia  de  Dios,  y  empeñándose 
en  mantener  los  fueros  de  su  propia 
justicia,  no  se  rindieron  a  la  justicia 
de  Dios.  4  Porque  el  fin  de  la  ley  es 
Cristo,  principio  de  justicia  para  to- 
do creyente. 

La  justicia  de  ¡a  ley  y  la  justicia  de 
la  fe.  10,  5-13 

'  Porque  Moisés  escribe  de  la  jus- 
ticia que  proviene  de  la  ley  que  «el 
hombre  que  estas  cosas  practicare, 
vivirá»  por  ella  (Lev.  18,  5-6).  6  Mas 
la  justicia  que  nace  de  la  fe  habla 
así :  No  digas  en  tu  corazón  :  «¿  Quién 
subirá  al  cielo?»  (Dt.  30,  12),  esto 
es,  para  hacer  bajar  a  Cristo  ;  '  o 
«¿Quién  bajará  al  abismo?»  (Dt.  30, 
13),  esto  es,  para  hacer  subir  a  Cris- 
to de  entre  los  muertos.  8  Mas  ¿  qué 


dice?  «Cerca  de  ti  está  la  palabra, 
en  tu  boca  y  en  tu  corazón»  (Dt.  30, 
14).  Tal  es  "la  palabra  de  la  fe  que 
predicamos.  9  Porque  si  confesares 
con  tu  boca  a  Jesús  por  Señor  y  cre- 
yeres en  tu  corazón  que  Dios  le  re- 
sucitó de  entre  los  muertos,  será? 
salvo.  10  Porque  con  el  corazón  se 
cree  para  justicia  y  con  la  boca  se 
confiesa  la  fe  para  salud.  "  Pues  di- 
ce la  Escritura  :  «Todo  el  que  cre- 
yere en  él,  no  se  verá  confundido» 
"(Is.  28,  16).  12  Que  no  hay  distinción 
entre  judío  y  gentil,  dado  que  uno 
mismo  es  el  Señor  de  todos,  esplén- 
dido para  con  todos  los  que  le  invo- 
can. 13  Porque  «todo  el  que  invocare 
el  nombre  del  Señor,  será  salvo» 
(Jl.  2,  32). 


Los  judíos  oyen  la  predicación,  ma* 
no  creen.  10,  14-21 


14  ¿Cómo,  pues,  invocarán  a  aquel 
en  quien  no  creyeron  ?  ¿Y  cómo 
creerán  en  aquel  de  quien  no  ove- 
ron?  ¿Y  cómo  oirán  sin  haber  quien 
predique  ?  15  ¿  Y  cómo  predicarán  si 
no  fueren  enviados  ?  Según  que  está 
escrito:  «¡  Cuán-  lindos  los  pies  de 


-|  A  3  Esta  es  la  razón  profunda  de  la  reprobación  de  los  judíos:  que,  por  su  soberbia, 
no  se  resignaron  a  recibir  la  justicia  de  manos  de  Dios.  Obstinados  en  mantener 
los  fueros  de  su  personalidad  autónoma,  empeñados  en  conquistar  a  punta  de  lanza 
la  justicia,  que  a  nadie  querían  deber  sino  a  sus  propias  fuerzas,  repudiaron  el  don 
de  la  justicia  que  Dios  liberalmente  les  ofrecía. 

4  Fin  es,  según  unos,  remate  o  conclusión  ;  según  otros,  blanco  o  meta  :  según 
otros,  más  probablemente,  ambas  cosas  a  la  vez  :  término  hacia  el  cual  tiende  la  ley 
y  que,  una  vez  alcanzado,  determina  su  anulación  o  cesación. 

,  e-30  La  profundidad  del  pensamiento,  la  sutileza  del  raciocinio  y,  más  que  nada, 
la  atrevida  acomodación  de  las  palabras  mismas  de  la  ley,  oscurecen  notablemente 
el  sentido  de  todo  este  pasaje.  He  ahí  el  desenvolvimiento  de  los  conceptos. 

En  el  v.  5,  con  las  palabras  mismas  de  Moisés,  establece  la  condición  esencial 
para  que  la  ley  pueda  ser  principio  de  vida,  que  es  su  perfecto  cumplimiento.  Calla 
aquí  el  Apóstol,  pero  lo  supone,  que  en  la  antigua  economía  a  la  ley  acompañaba 
la  gracia  interna,  que  hacía  posible  su  cumplimiento.  Mas  en  la  nueva  economía 
no  queda  ya  de  ella  más  que  la  letra  estéril,  desprovista  de  la  gracia  interna,  sin 
la  cual  es  imposible  el  perfecto  cumplimiento  de  la  ley.  Por  esto  es  ahora  una  obs- 
tinación temeraria  aspirar  a  la  justicia  que  proviene  de  la  ley.  En  cambio,  la 
justicia  que  nace  de  la  fe  está  ahora  al  alcance  de  todo  hombre  de  buena  voluntad. 
Para  demostrarlo,  San  Pablo  apela  a  las  mismas  expresiones  empleadas  por  Moisés 
para  convencer  a  los  israelitas  de  cuán  fácil  les  era  la  observancia  de  la  ley.  Aque- 
llas preguntas:  i  Quién  subirá  al  cielo?  ¿Quién  bajará  al  abismo?,  ligeramente  mo- 
dificadas, las  aplica  felizmente  a  los  misterios  de  la  Encarnación  y  Resurrección, 
en  los  cuales,  mediante  una  fe  sincera,  halla  el  hombre  resuelto  el  problema  de  su 
justificación.  Porque  a  la  fe  sigue  lógicamente  la  invocación  de  Dios;  y  Dios,  de- 
rramando las  riquezas  de  su  gracia  sobre  todos  los  que  le  invocan,  hace  asequible 
la  justicia. 

n-21  por  una  serie  de  interrogaciones  dispuestas  en  forma  de  climax,  y  seguida.' 
de  un  rudo  contraste  entre  la  gentilidad  e  Israel,  pone  de  relieve  el  Apóstol  la 
responsabilidad  de  los  judíos  en  cerrar  los  ojos  a  la  fe. 


—  351  — 


10  16-11  2 


ROMANOS 


10  17-11  10 


los  que  anuncian  bienes!»  (Is.  52,  audición?»  17  Luego  la  fe  viene  de  la 

7).  "Pero  no  todos  prestaron  oído  al  audición  ;  v  la  audición,  por  la  pa- 

Evangeho.  Porque  Isaías  dice    (53  labra  de  Cristo.  18  Mas  digo  :  ¿  Es  que 

1)  :  «Señor,  ¿quién  dió  fe  a  nuestr»  no  oyeron?  Antes  bien  (Sal.  18,  5)  : 

Por  toda  la  tierra  se  difundió  su  voz, 

y  hasta  los  confines  del  mundo  sus  palabras. 

M  Mas  digo  :  ¿  Acaso  Israel  no  entendió  ?  Moisés  es  el  primero  en  de- 
cir (Dt.  32,  21)  : 

Yo  os  meteré  celos  de  una  que  no  es  nación, 
y  con  una  nación  estúpida  os  enfureceré. 

30  Isaías  a  su  vez  cobra  osadía  y  dice  (65,  1-2)  : 

Fui  hallado  entre  los  que  no  me  buscaban, 

y  me  manifesté  entre  los  que  no  me  preguntaban. 


23  Mas  cuanto  a  Israel  dice  (65,  2) 
«Todo  el  día  extendí  mis  manos  a 
un  pueblo  rebelde  y  contumaz.» 


v    La  reprobación  dp.  los  judíos 

NO  ES  UNIVERSAL,  NI  ABSOLUTA, 
NI  PERPETUA 

No  es  universal.  11,  1-12 


i  i  1  Digo,  (pues:  ¿por  ventura  re- 
A  pudió  Dios  a  su  pueblo  ?  ¡  Eso, 
no  !  Que  también  yo  israelita  soy,  del 
linaje  de  Aibrahán,  de  la  tribu  de  Ben- 
jamín. 2  No  repudió  Dios  a  su  pue- 
blo, en  quien  de  antemano  puso  los 


ojos.  ¿  O  no  sabéis  qué  dice  en  «Elias» 
la  Escritura,  cómo  interpela  a  Dios 
contra  Israel  ?  3  «Señor,  a  tus  profe- 
tas mataron,  tus  altares  socavaron  ; 
y  quedé  yo  solo,  y  acechan  a  mi  vi- 
da» (3  Re.  19,  10).  'Mas  ¿qué  le 
dice  el  oráculo  ?  «Me  reservé  sie- 
te mil  hombres,  quienes  no  doblaron 
la  rodilla  ante  la  imagen  de  Baal» 
(3  Re.  19,  18).  c  Pues  así  también  en 
el  tiempo  presente  ha  quedado  un 
residuo  según  la  selección  de  la  gra- 
cia. 0  Ahora  bien,  si  es  por  gra- 
cia, va  no  es  por  obras  ;  que  si  no, 
la  gracia  ya  no  resulta  gracia.  *  ¿Lue- 
go qué?  Que  lo  que  busca  Israel, 
eso  no  lo  alcanzó,  mientras  que  la 
selección  lo  alcanzó  :  cuanto  a  los 
demás,  se  endurecieron  ;  s  según  que 
está  escrito  (Is.  29.  10)  : 


Dióles  Dios  espíritu  de  embotamiento, 
ojos  de  no  ver  y  orejas  de  no  oír, 
hasta  el  día  de  hoy. 

•  Y  David  dice  (Sal.  68,  23-24)  : 

Tórneseles  su  mesa  en  lazo,  y  en  red, 
.  y  en  ocasión  de  tropiezo,  y  en  justo  pago  ; 

10  entenebrézcanse  sus  ojos  para  no  ver 
y  su  espalda  doblégala  continuamente. 


"  Este  versículo,  con  los  que  le  preceden  y  siguen,  demuestra  que  el  conducto 
normal  de  la  fe  no  es,  como  quieren  los  protestantes,  la  palabra  de  Dios  escrita, 
sino  la  palabra  viviente,  predicada  y  oída. 

■1-1  2  En  quien  de  antemano  ruso  los  ojos  :  más  a  la  letra,  «a  quien  conoció  de  antc- 
-L-L  mano».  No  es  posible  dar  a  esta  expresión,  sin  violentarla,  el  sentido  de  «pie- 
destinar».  aConocer»  es  acto  de  la  inteligencia  ;  y  «conocer  de  antemano»  es  tener 
la  prioridad  en  el  conocimiento.  Con  todo,  este  conocimiento  previo  de  Dios  no  es 
pasivo,  sino  activo,  y  equivale  a  «poner  tos  ojos»,  lo  cual  en  Dios  connota  o  sugiere 
el  beneplácito. 


—  352  — 


11  11-30 


ROMANOS 


11 


"  Digo,  pues  :  ¿  acaso  tropezaron 
para  caer  ?  |  Eso,  no !  Mas  por  su 
caída  ha  venido  la  salud  a  los  gen- 
tiles para  meterles  celos.  "  Pues  va, 
si  su  caída  es  riqueza  del  mundo,  y 
su  mengua,  riqueza  de  los  gentiles, 
,  cuánto  más  lo  será  su  plenitud  ? 


Ni  es  absoluta,  n,  13-24 

"  A  vosotros  lo  digo,  los  gentiles. 
En  tanto,  pues,  que  yo  soy  apóstol 
de  los  gentiles  acredito  mi  ministe- 
rio, 14  por  si  de  algún  modo  meto 
celos  a  los  de  mi  sangre  y  salvo  a 
algunos  de  entre  ellos.  15  Porque  si 
su  repudio  es  reconciliación  del  mun- 
do, ¿qué  será  su  acogimiento  sino 
un  retornar  de  muerte  a  vida  ?  18  Y 
si  las  primicias  son  santas,  también 
la  masa  ;  y  si  la  raíz  es  santa,  tam- 
bién las  ramas.  "  Que  si  algunas  dt 
las  ramas,  quebradas,  se  desgajaron, 
v  tú,  siendo  de  acebuche,  fuiste  in- 
jertado entre  ellas,  y  entraste  a  par- 
ticipar con  ellas  de  la  raíz  y  de  la 
grosura  del  olivo,  18  no  te  enorgu- 
llezcas contra  las  ramas  ;  que  si  te 
enorgulleces,  no  eres  tú  quien  sos- 
tiene la  raíz,  sino  la  raíz  a  ti.  19  Di- 
rás, pues  :  Fueron  quebradas  las 
ramas  para  que  yo  fuese  injertado. 


20  Muy  bien  :  por  la  incredulidad  se 
desgajaron,  y  tú  por  la  fe  te  man- 
tienes... No  seas  altanero,  antes  te- 
me. 23  Pues  si  a  las  ramas  naturales 
Dios  no  perdonó,  no  sea  que  tampo- 
co te  perdone  a  ti.  22  Considera,  pues 
la  bondad  y  la  severidad  de  Dios  .- 
con  los  que  cayeron,  la  severidad  ; 
contigo,  la  bondad  de  Dios,  con  tal 
de  que  te  mantengas^  en  la  bondad  ; 
que  si  no,  también  tú  serás  cortado. 
■  Y  ellos  a  su  vez,  si  no  persistieren 
en  la  incredulidad,  serán  injertados. 
Que  poderoso  es  Dios  para  de  nuevo 
injertarlos.  M  Porque  si  tú  fuiste  cor- 
tado del  que  naturalmente  era  ace- 
buche, v  fuera  de  tu  natural  fuiste 
injertado  en  el  olivo  bueno,  ¿  cuánto 
más  ellos,  los  naturales,  serán  in- 
jertados en  el  propio  olivo  ? 


Ni  tampoco  perpetua.  11,  25-33 


M  Porque  no  quiero  que  ignoréis, 
hermanos,  este  misterio — para  que 
no  seáis  prudentes  a  vuestros  ojos—, 
que  el  encanecimiento  ha  sobreve- 
nido parcialmente  a  Israel,  hasta  que 
la  totalidad  de  las  naciones  haya 
entrado  ;  "  y  así,  todo  Israel  será 
salvo,  según  que  está  escrito  : 


Vendrá  de  Sión  el  Libertador, 
removerá  de  Jacob  las  impiedades  (Is.  59,  20). 
n  Y  ésta  será  con  ellos  la  alianza  de  parte  mía, 
cuando  hubiere  quitado  sus  pecados  ijer.  31,  31-34) 


58  Respecto  del  Evangelio,  son  ene- 
migos en  atención  a  vosotros  ;  mas 
por  lo  que  toca  a  la  selección,  son 
amados  en  atención  a  sus  padres  ; 
20  pues  son  sin  arrepentimiento  los 
dones  y  la  vocación  de  Dios.  30  Por- 
que como  vosotros  fuisteis  un  tiem- 
po rebeldes  a  Dios,  mas  ahora  fuis- 
teis objeto  de  misericordia  con  oca- 


sión de  la  rebeldía  de  ellos,  81  así 
también  ellos  ahora  fueron  rebeldes 
con  ocasión  de  la  misericordia  hecha 
a  vosotros,  para  que  también  ellos 
ahora  sean  objeto  de  misericordia. 
32  Porque  a  todos  igualmente  ence- 
rró Dios  dentro  de  la  rebeldía,  para 
usar  de  misericordia  con  todos. 


Estos  dos  versículos  se  completan  e  ilustran  mutuamente.  Por  un  parte,  la 
caída  de  Israel  fué  ocasión  de  que  se  acelerase  la  conversión  de  la  gentilidad.  Por 
otra  parte,  la  conversión  de  los  gentiles  despierta  los  celos  de  Israel.  Israel,  con- 
vertido a  su  vez,  consuma  y  universaliza  la  conversión  de  la  gentilidad. 

Anuncia  claramente  San  Pablo  la  conversión  futura  de  Israel.  Esta  conversión 
será  universal,  moralmente  a  lo  menos;  y  vendrá  después  que  la  universalidad  de 
las  naciones  haya  aceptado  el  Evangelio. 

30  La  elección  de  Dios,  cuando  es  incondicional,  es  irrevocable. 

*3  Razón  profundísima,  que  nos  permite  vislumbrar  el  misterio  «le  la  providencia 
divina.  Dios,  en  sus  altísimos  designios,  permitió  la  defección,  de  la  gentilidad  pri- 
mero, luego  de  Israel,  para  que  todos  indistintamente,  reconociéndose  reos  ante  la 
divina  justicia,  se  acogiesen  humildemente  a  su  misericordia. 


—  353  — 


11  33-12  2 


ROMANOS 


12  3-6 


Conclusión :  profundidad  de  los  juicios  de  Dios,  u,  33-36 

™{ Oh  profundidad  de  lia  riqueza  y  de  la  sabiduría  y  ciencia  de  Dio-! 
¡  Cuán  insondables  son  sus  juicios  e  irrastreables  sus  caminos  !  s'  Pues 

¿quién  conoció  el  pensamiento  del  Señor? 
¿O  quién  se  hizo  consejero  suyo?  (Is.  40,  13). 

*  ¿O  quién  le  dió  primero,  y  se  le  pagará  en  retorno?  (Jb.  41,  3). 

*  Porque  de  El,  y  por  El,  y  para  El,  son  todas  las  cosas  :  a  El  la  gloria 
por  los  siglos.  Amén. 


Segunda  parte:  Moral 


Sección  I:  Justicia  y  caridad 
social 


Compendio  de  la  vida  cristiana. 
13,  1-2 

i  o  1  Os  recomiendo,  pues,  herma- 
i-f1  nos,  por  Jas  misericordias  de 
Dios,  que  presentéis  vuestros  cuer- 
pos como  víctima  viviente,  santa, 
agradable  a  Dios,  que  ha  de  ser  el 
culto  vuestro  espiritual.  "Y  no  os 
configuréis  a  semejanza  de  este  mun- 
do, antes  transformaos  con  la  reno- 
vación de  vuestra  mente  para  que 
sepáis  aquilatar  cuál  sea  la  voluntad 
de  Dios,  que  es  lo  bueno  y  agrada- 
ble y  perfecto. 


Cada  uno  obre  conforme  al  don 
recibido.  12,  3-8 

3  Pues  digo,  en  virtud  de  la  gracia 
que  me  fué  dada,  a  todos  v  cada  uno 
de  vosotros  ¡  no  sentir  de  sí  más  al- 
tamente de  lo  que  conviene  sentir, 
sino  sentir  aspirando  a  un  sobrio 
sentir,  según  que  a  cada  cual  repar- 
tió^  Dios  la  medida  de  la  fe.  1  Porque 
así  como  en  un  solo  cuerpo  tenemos 
muchos  miembros,  y  no  todos  los 
miembros  tienen  una  misma  fun- 
ción, 8  así  los  que  somos  muchos  so- 
mos un  solo  cuerpo  en  Cristo  ;  \ 
por  lo  que  mira  a  cada  uno.  miem- 
bros los  unos  de  los  otros.  6  Pues  te- 
niendo dones,  que,  según  la  gracia 
a  nosotros  dada,  son  diferentes,  si 


33  Tres  atributos  de  Dios  enaltece  San  Pablo  :  la  riqueza  de  la  divina  misericor- 
dia, i.a  sabiduría  o  prudencia  con  que  Dios  gobierna  el  mundo,  la  ciencia  o  conoci- 
miento perfectísimo  que  suministra  los  datos,  por  así  decir,  a  su  prudencia.  Los 
juicios  de  Dios  son  aquí  sus  consejos  eternos  de  prodigar  sobre  todos  la  riqueza  de 
su  misericordia  ;  sus  caminos  son  los  medios  que  Dios  conoce  por  su  ciencia  y  escoge 
por  su  sabiduría  para  la  realización  de  sus  designios  misericordiosos. 

'■*>  Todas  las  cosas  proceden  de  Dios  Creador,  subsisten  por  Dios  Conservador,  miran 


-|  O  1-2  Estos  dos  versículos  son  un  programa  de  vida  espiritual.  En  lo  exterior,  la 
vida  de  los  sentidos  ha  de  ser  una  inmolación  viviente,  santa,  agradable  a  Dios, 
un  culto  espiritual  incomparablemente  superior  a  los  ritos  externos  de  un  culto 
material.  En  lo  interior,  el  hombre  se  ha  de  transformar  en  otro  ser  mediante  la 
renovación  de  la  mente  por  el  Espíritu  Santo,  cuyo  fruto  ha  de  ser  el  fino  dis- 
cernimiento y  cumplimiento  constante  de  la  divina  voluntad,  en  cuyo  objeto  señala 
tres  grados  :  lo  bueno  que  Dios  manda,  lo  agradable  que  aconseja,  lo  perfecto  que 
propone  como  supremo  ideal  de  santidad. 

3  Hay  en  el  original  un  juego  de  palabras  imposible  de  traducir.  Bárbaramente 
calcado  sería  uno  sobresentir  (de  sí)  más  de  lo  que  conviene  sentir,  sino  sentir 
hasta  sanamente  sentir».  Por  fe  suelen  entenderse  los  carismas  espirituales.  Más  bien 
se  designa  el  estado  psicológico  de  convicción  y  efervescencia  espiritual  que  pro- 
ducían los  carismas. 

°-s  Enumera  San  Pablo,  por  vía  de  ejemplo,  siete  cansinas  ;  para  cuya  inteligencia 
nótese  :  1)  en  cuanto  a  la  construcción,  que  cada  uno  de  los  miembros  de  la  enu- 


—  354  — 


12  7-13  i 


ROMANOS 


12  13-13  3 


es  profecía,  sea  guardando  propor- 
ción con  la  fe  ;  :  si  ministerio,  en  el 
ministerio  ;  el  que  enseña,  en  la  en- 
señanza ;  "el  que  exhorta,  en  la  ex- 
hortación ;  el  que  reparte  de  lo  suyo, 
con  liberalidad  ;  el  que  preside,  con 
solicitud  ;  el  que  hace  misericordia, 
con  jovialidad 

Caridad  con  los  fieles  y  con  lodos. 

12.  0-21 

•  La  caridad,  sin  fingimiento  :  abo- 
minando lo  malo,  apegándoos  a  lo 
bueno  ;  10  en  el  amor  fraterno,  tier- 
namente cariñosos  los  unos  con  los 
otros  ;  en  el  honor,  dándoos  mutua- 
mente la  ventaja;  "en  la  solicitud, 
no  haraganes  ;  en  el  espíritu,  hir- 
vientes  ;  al  Señor,  servidle  ;  12  con 
la  esperanza,  gózaos  ;  en  la  tribula- 
ción, perseverad  constantes  ;   a  la 


oración,  aplicaos  asiduamente;  13  en 
las  necesidades  de  los  santos,  entrad 
a  la  parte  aliviándolas  ;  la  hospita- 
lidad, buscad  ejercitarla.  11  Bendecid 
a  los  que  os  persiguen  :  bendecid,  y 
no  maldigáis.  '"'  Gozarse  con  los  que 
gozan,  liorar  con  los  que  lloran. 
10  Tened  los  mismos  sentimientos 
unos  para  con  otros  ;  no  fomentan- 
do sentimientos  de  altivez,  antes  de- 
jándoos arrastrar  <por  lo  humilde. 
«No  os  hagáis  sabios  a  vuestros  pro- 
pios ojos»  (Prv.  3,  7).  "A  nadie  vol- 
váis mal  por  mal :  «próvidos  en  pro- 
curar lo  bueno  a  los  ojos  de  todos 
los  hombres»  (Prv.  3,  4);  "en  lo 
posible,  de  vuestra  parte,  mantened 
la  paz  con  todos  los  hombres.  19  No 
os  toméis  la  venganza  por  vuestras 
manos,  amados  ;  antes  bien,  dad  lu- 
gar a  ia  ira  de  Dios  ;  porque  escrito 
está  :  «Para  mí,  la  venganza  :  yo 
daré  el  pago  merecido,  dice  el  Se- 
ñor» (Lev.  19,  18).  20  Antes  (Prv.  2í, 
I  21)  : 


Si  tuviere  hambre  tu  enemigo,  dale  de  comer  ; 
si  tuviere  sed,  dale  de  beber  ; 

porque  esto  haciendo,  ascuas  de  fuego  amontonarás  sobre  su  cabeza. 


a  No  dejes  vencerte  por  el  mal  ; 
antes  vence  el  mal  a  fuerza  de  bien. 


Sumisión  a  las  autoridades 


13 


'Toda  alma  se  someta  a  las  au- 


hay  autoridad  que  no  sea  instituida 
por  Dios;  y  las  que  existen,  por  Dio» 
han  sido  ordenadas.  -  Así  que  el  que 
se  insubordina  contra  la  autoridad 
se  opone  a  la  ordenación  de  Dios,  y 
los  que  se  oponen,  su  propia  conde- 
nación recibirán.  3  Porque  los  ma- 
gistrados no  son  objeto  de  temor 


toridades  supriores.  Porque  no  |  para  la  buena  acción,  sino  para  la 


meración  es  una  oración  lógicamente  completa,  con  sus  prótasis  (en  que  se  espe- 
cifica el  carisma)  y  su  apódosis,  gramaticalmente  elíptica  (en  que  se  prescribe  el 
modo  de  su  uso)  ;  2)  la  significación  de  cada  uno  de  los  carismas  parece  ser  ésta  : 
la  profecía  es  el  don  de  hablar  palabras  de  edificación,  exhortación,  consolación, 
bajo  la  actual  moción  del  Espíritu  Santo  ;  el  ministerio  es  el  trabajo  personal  en 
servicio  de  la  Iglesia;  el  que  diseña  es  el  maestro  de  la  doctrina  crisñana;  el  que 
exhorta  es  el  predicador  que  posee  el  carisma  de  la  elocuencia  sagrada ;  el  que 
reparte  de  lo  suyo  es  el  que  se  consagra  a  las  obras  de  beneficencia  ;  el  que  preside 
es  el  que  posee  el  don  de  dirigir  a  los  demás  en  servicio  de  la  Iglesia  ;  o,  más  pro- 
bablemente, traduciendo  «el  que  asiste»,  es  el  que  a  manera  de  patrono  defiende 
a  los  desvalidos;  por  fin,  el  que  hace  misericordia  es  el  que  se  consagra  universal- 
mente  a  las  obras  de  misericordia. 

o-3  Catálogo  maravilloso  de  las  virtudes  cristianas,  que  San  Pablo  desea,  no  en  un 
grupo  privilegiado,  sino  en  todo9  los  fieles. 

*>  Ascuas  de  fuego  amontonarás  sobre  su  cabeza  :  estas  palabras,  tomadas  de 
Prv.  25,  21-22,  se  han  de  tomar  en  sentido  favorable  :  no  son  uua  venganza,  sino 
un  amontonamiento  de  beneficios  que  obliguen  al  enemigo  a  dolerse  de  sus  malas 
obras.  Dádivas  quebrantan  peñas. 

21  Vencer  el  mal  con  el  mal  es  aumentar  el  mal.  Según  San  Pablo,  fiel  intérprete 
del  pensamiento  de  Cristo,  el  mal  se  ha  de  vencer  a  fuerza  de  bien. 

-JO    1  I.a  autoridad,  en  abstracto,  es  de  origen  divino  ;  y,  en  concreto,  los  que  ac- 
tualmtntc  la»poseen  la  han  recibido  de  Dios. 
'■>-*  Es  digno  de  consideración  este  optimismo  de  San  Pablo  respecto  de  la  auto- 
ridad, cuando  imperaba  Nerón.  Las  excepciones  de  esta  ley  general,  introducidas 


—  355  — 


13  4-10 


ROMANOS 


13  n-14  3 


mala.  ¿Quieres  no  temer  a  la  au- 
toridad? Obra  el  bien,  y  obtendrá? 
de  ella  elogio  ;  4  porque  de  Dios  es 
ministro  respecto  de  ti  para  bien. 
Mas  si  obrares  el  mal,  teme  ;  que  ni 
en  vano  lleva  la  espada  ;  porque  de 
Dios  es  ministro,  vengador  para  cas- 
tigo del  que  obra  el  mal.  5  l'or  lo 
cual  fuerza  es  someterse,  no  ya  sólo 
por  el  castigo,  sino  también  por  la 
conciencia.  Que  por  eso  también 
pagáis  tributos,  ya  que  funcionarios 
son  de  Dios,  asiduamente  aplicados 
a  eso  mismo.  '  Pagad  a  todos  las 
deudas  :  a  quien  contribución,  con- 
tribución ;  a  quien  impuesto,  im- 
puesto ;  a  quien  respeto,  respeto  ;  a 
quien  honor,  honor. 

La  ley,  recapitulada  en  el  amor. 
13,  8-io 

8  A  nadie  quedéis  debiendo  nada, 
si  no  es  el  amaros  los  unos  a  los 
otros  ;  porque  él  que  ama  al  otro  ha 
cumplido  plenamente  la  ley.  'Por- 
que aquello  de  «No  adulterarás,  no 
mataras,  no  hurtarás,  no  codicia- 
rás», y  si  algún  otro  mandamiento 
hay,  en  esta  palabra  se  recapitula 
es  ti  saiber  :  «Amarás  a  tu  prójimo 
como  a  ti  mismo»  (Ex.  20,  13-17  ; 
Jxv.  19,  18).  10  La  caridad  no  hace 
mal  al  prójimo.  Plenitud,  pues,  át 
la  ley  es  la  caridad. 


Las  obras  de  la  ¡it~.  13,  71-14 

"Y  esto  tanto  más,  sabiendo  el 
tiempo  en  que  estamos  ;  que  hora  eb 
ya  que  despertéis  del  sueño  ;  puesto 
que  ahora  más  cerca  está  de  nos- 
otros la  salud  que  cuando  abraza- 
mos la  fe.  "  La  noche  está  avanza- 
da, el  día  se  avecina.  Lancemos, 
pues,  de  nosotros  las  obras  de  las 
tinieblas  y  revistámonos  las  armas 
de  la  luz.  "  Como  eu  pleno  día,  an- 
demos decorosamente,  no  en  comi- 
lonas v  borracheras,  no  en  fornica- 
ciones y  desenfrenos,  no  en  rivali- 
dad y  envidia  ;  "sino  revestios  del 
Señor  Jesu-Cristo  ;  y  no  os  toméis 
solicitud  por  la  carne  para  dar  pá- 
bulo a  sus  concupiscencias. 


Sección  II:  Deberes  mutuos  entre 
los  fuertes  y  los  débiles  en  la  fe 

Fuertes  y  débiles:  no  juzgar  a  otro 
ni  menospreciarle.  14,  1-12 

-ia  1  Al  que  es  débil  en  la  fe  hace.l- 
le  buena  acogida,  sin  meteros 
a  dar  fallos  sobre  modos  de  pensar. 
2  Hay  quien  cree  poder  comer  de  to- 
do;  mas  el  que  es  débil  come  verdu- 
ras. *E1  que  come,  al  que  no  coma  no 


por  la  malicia  humana,  no  lian  de  cambiar  el  criterio  cristiano  sobre  la  sumisión 
debida  a  las  autoridades. 

;  Las  dos  clases  de  tributos  mencionados  corresponden  a  los  que  más  técnicamente 
se  llaman  directos  e  indirectos. 

*  Es  delicado  el  pensamiento  de  San  Pablo.  Pagad,  dice,  todas  las  deudas,  sin  que 
ouedéis  debiendo  nada  a  nadie,  si  no  es  en  la  deuda  del  amor,  que  nunca  acabaréis 
de  .pagar. 

"-10  La  caridad  es  una  «anacefaleosisi  o  síntesis  de  toda  ¡a  ley  y  es  también  su 
PLENITUD ;  esto  es,  110  sólo  su  pleno  cumplimiento,  sino  también  la  sustancia  que 
llena  sus  huecos  y  completa  sus  deficiencias,  el  espíritu  que  informa  la  letra,  !a 
energía  que  da  eficacia  a  sus  preceptos. 

J1  Cada  hora  que  pasa  nos  acerca  a  la  salud  definitiva,  así  de  la  resurrección 
universal  como  de  la  vida  eterna  esencial  que  ha  de  seguir  a  la  muerte  de  cada 
uno,  momentos  ambos  cuya  proximidad  ignoramos.  Deducir  de  esta  declaración  que 
San  Pablo  creyese  inminente  el  segundo  advenimiento  de  Cristo  es,  además  de  ar- 
bitrario, contrario  a  las  declaraciones  que  otras  veces  hace  el  mismo  Apóstol. 

-  A  las  obras  de  LAS  tinieblas  opone  San  Pablo  no  simplemente  las  obras.  6¡no 
las  armas  DE  i.a  luz  :   correspondientes  al  carácter  militante  de  la  vida  cristiana. 

M  Revestí  Os  .DE  Jesu-Cristo  es  una  expresión  favorita  de  San  Pablo,  que  expresa 
la  transformación,  compenetración  y  mística  identificación  de  los  fieles  con  Jesu- 
cristo, esto  es,  la  asimilación  de  su  pensamiento  y  de  sus  sentimientos,  la  imita- 
ción de  sus  virtudes,  la  comunión  de  su  misma  vida.  Revestirse  de  Cristo  es  re- 
vestirse de  las  «armas  de  la  luzi. 

M-    Knlre  los  fieles  de  Roma  existían  peligrosas  discrepan<?ias  sobre  la  obliga- 
ción de  celebrar  las  fiestas  religiosas  de  los  judíos  y  de  abstenerse  de  las  carnes 
y  del  vino  que  se  vendían  públicamente.  Los  espíritus  tdébilesi  se  creían  obligado' 


-  356- 


14  4-12 


ROMANOS 


14  13-23 


le  menosprecie  ;  y  el  que  no  come, 
al  que  coma  no  'Je  juzgue,  ipues  Dios 
le  acogió.  4  ¿  Tú  quién  eres,  que  juz- 
gas al  criado  ajeno  ?  Para  SVL  propio 
Señor  es  para  quien  está  en  pie  o 
cae  ;  mas  será  sostenido  en  pie,  pues 
poderoso  es  el  Señor  para  sostener- 
le. 6  Hay  quien  da  preferencia  a  un 
día  sobre  otro  día,  hay  quien  da  la 
misma  preferencia  a  todo  día  :  cada 
cual  en  su  propio  sentir  tenga  con- 
ciencia segura.  6  El  que  6¡ente  pro- 
pensión a  tal  día,  para  el  Señor  la 
siente  ;  y  el  que  come,  para  el  Se- 
ñor come,  pues  da  gracias  a  Dios  ; 
y  el  que  deja  de  comer,  para  el  Se- 
ñor deja  de  comer,  y  da  gracias  a 
Dios.  '  Porque  nadie  de  nosotros  vi- 
ve para  sí,  y  nadie  muere  para  sí. 
5  Pues  ya  sea  que  vivamos,  para  el 
Señor  vivimos  ;  ya  sea  que  mura- 
mos, para  el  Señor  morimos.  Tanto, 
pues,  si  vivimos  como  si  morimos, 
del  Señor  somos.  9  Pues  para  esto 
Cristo  murió  y  retornó  a  la  vida,  pa- 
ra que  así  de  los  muertos  como  de 
los  vivos  tenga  señorío.  ,0  Y  tú,  ¿por 
qué  juzgas  a  tu  hermano  ?  O  tú  tam- 
bién, ¿  por  qué  menosprecias  a  tu 
hermano  ?  Pues  que  todos  hemos  de 
comparecer  ante  el  tribunal  de  Dios. 
"  Porque  escrito  está  (Is.  43,  24)  : 

Vivo  yo,  dice  el  Señor, 

que  ante  mí  se  doblará  toda  rodilla, 

y  toda  lengua  alabará  a  Dios. 

12  Así  .que  cada  cual  de  nosotros  da- 
rá cuenta  de  sí  mismo  a  Dios. 


No  escandalizar  a  los  débiles  en-  el 
uso  de  la  libertad.  14,  13-23 

™  En  adelante,  pues,  no  nos  iuz- 
guemos  los  unos  a  los  otros  ;  antes 
juzgad  esto  más  bien,  que  no  debéis 
poner  a  vuestro  hermano  tropiezo  o 
escándalo.  "  Sé,  y  estoy  persuadido 
en  el  Señor  Jesús,  que  nada  de  suyo 
hay  impuro;  sino  que  para  quien  es- 
tima ser  impura  una  cosa,  para  él 
es  impura.  15  Y  cierto,  si  por  un 
manjar  se  contrista  tu  hermano,  no 
andas  ya  conforme  a  la  caridad.  No 
hagas  que  por  tu  comida  se  pierda 
aquel  por  quien  Cristo  murió.  16  No 
hagáis,  pues,  que  sea  objeto  de  cri- 
ticas lo  que  es  vuestro  bien.  "  Que 
no  es  el  reino  de  Dios  comida  ni 
bebida,  sino  justicia  y  paz  y  gozo  en 
el  Espíritu  Santo  ;  15  pues  quien  en 
esto  sirve  a  Cristo,  es  grato  a  Dios 
y  acepto  a  los  hombres.  "  Así,  pues, 
sigamos  lo  que  fomenta  la  paz  y  la 
edificación  de  unos  para  con  otros. 
x  No  arruines  por  causa  de  un  man- 
jar la  obra  de  Dios.  Todo,  sin  duda, 
es  puro  ;  pero  es  malo  para  el  hom- 
bre que  come  inducido  por  el  escán- 
dalo. a  Bueno  es  no  comer  carne  ni 
beber  vino,  ni  hacer  cosa  en  que  tu 
hermano  tropiece,  o  se  escandalice, 
o  pierda  la  firmeza. 22  ¿  Tú  tienes  fe  ? 
Guárdala  para  ti  delante  de  Dios. 
Bienaventurado  aquel  que  no  tiene 
que  condenarse  a  sí  mismo  en  las 
resoluciones  que  toma.  23  Mas  el  que 
no  sale  de  dudas,  si  come,  queda 
condenado,  porque  no  se  rige  por 
fe.  Ahora  bien,  todo  lo  que  no  pro- 
cede de  fe  es  pecado. 


a  celebrar  aquellas  fiestas,  por  respeto  a  la  ley  de  Moisés,  y  a  abstenerse  de  la  carne 
y  del  vino,  probablemente  contaminados  por  actos  idolátricos.  Los  espíritus  «fuer- 
tes», por  el  contrario,  se  creían  desobligados  de  lo  uno  y  de  lo  o+ro.  Especulativa- 
mente, estos  últimos  tenían  razón.  Pero  prácticamente  esas  discrepancias  traían 
consigo  graves  peligros.  Por  una  parte,  los  «débiles»  juzgaban  temerariamente  de 
los  «fuertes»  ;  por  otra,  los  «fuertes»  despreciaban  a  los  «débiles»  y,  lo  que  era 
peor,  a  las  veces  eran  para  ellos  piedra  de  escándalo,  por  cuanto  con  su  ejemplo 
los  inducían  a  que,  sin  deponer  su  juicio  erróneo,  comiesen  de  las  carnes  que  ellos 
se  imaginaban  contaminadas.  Como  el  conflicto  nacía  no  de  prejuicios  doctrinales, 
sino  más  bien  de  escrúpulos,  la  solución  de  San  Pablo  es  indulgente  y  conciliadora. 

Este  es  uno  de  los  frecuentes  testimonios  que  da  San  Pablo  sobre  la  divinidad 
de  Jesu-Cristo,  a  quien  presenta  como  señor  de  la  vida  y  de  la  muerte  y  como 
supremo  fin  de  nuestras  acciones,  prerrogativas  ambas  de  la  divinidad. 

16  El  bien  de  los  cristianos  es  la  serenidad  de  criterio  que  mira  todas  las  cria- 
turas como  obra  de  Dios  y  buenas  en  sí,  capaces,  consiguientemente,  de  ser  orde- 
nadas a  la  glorificación  de  Dios  (1  Tim.  4,  3-5).  Este  bien  quiere  San  Pablo  que, 
por  la  indiscreción  de  algunos,  no  sea  expuesto  a  los  reproches  y  vituperios  de 
los  «débiles»^ 

n-a  Enseña  San  Pablo  que  no  es  lícito  obrar  con  conciencia  prácticamente  dudosa, 
y  que  lo  que  se  hace  contra  el  dictamen  de  la  propia  conciencia,  aun  cuando  sea 
errónea,  es  pecado.  Fe  es  aquí  la  persuasión  de  la  conciencia. 


—  357  — 


15  i-" 


ROMANOS 


15  6-H 


Tolerancia  mutua  a  ejemplo  de 
Cristo.  15,  1-6 

i  r  1  Debemos  nosotros  los  fuertes 
sobrellevar  las  flaquezas  de  los 
débiles  y  no  complacernos  a  nosotros 
mismos.  -'Cada  uno  Je  nosotros  trate 
de  complacer  al  prójimo  para  lo  bue- 
no mirando  a  la  edificación  ;  3  pues- 
to que  Cristo  no  trató  de  complacer- 
le a  sí  mismo,  sino  que,  como  está 
escrito,  «Los  ultrajes  de  los  que  te 
ultrajaron  recayeron  sobre  mi»  (Sal. 
68,  10).  4  Porque  cuantas  cosas  fue- 
ron antes  escritas,  para  nuestra  en- 
señanza se  escribieron,  a  fin  de  que 
por  la  paciencia  y  la  consolación  de 
las  Escrituras  mantengamos  la  es- 
peranza. 6  Y  el  Dios  de  la  paciencia 
y  de  la  consolación  os  dé  tener  un 
mismo  sentir  de  unos  ipara  con  otros 


según  Cristo  Jesús  ;  6  para  que  uná- 
nimemente, a  una  voz,  glorifiquéis 
al  Dios  y  Padre  de  nuestro  Señor 
Jesu-Cristo. 

Cristo  acoge  a  todos  para  gloria  de 
Dios.  15,  7-13 

'  Por  lo  cual  acogeos  los  unos  a 
los  otros,  como  Cristo  por  su  parle 
os  acogió  a  vosotros  para  gloria  de 
Dios.  8  Digo,  en  efecto,  que  Cristo 
ha  sido  hecho  ministro  de  la  cir- 
cuncisión a  favor  de  la  veracidad  de 
Dios,  ipara  hacer  firmes  las  prome- 
sas hechas  a  los  patriarcas  ;  -y  que 
a  su  vez  los  gentiles  glorifiquen  a 
Dios  por  razón  de  su  misericordia, 
según  que  está  escrito  (2  Sam.  22, 
50)  : 


Por  eso  te  bendeciré  entre  los  gentiles, 
y  cantaré  tu  nombre. 

10  Y  otra  vez  dice  (Dt.  32,  43)  : 

.Regocijaos,  naciones,  juntamente  con  su  pueblo  ; 

"  y  de  nuevo  (Sal.  116,  1)  : 

-Alabad,  naciones  todas,  al  Señor, 
y  ensálcenle  todos  los  pueblos  ; 

12  y  otra  vez  dice  Isaías  (11,  1-10)  : 

Aparecerá  la  raíz  de  Jesé, 

y  el  que  -se  levanta  para  imperar  en  las  naciones  : 
en  El  las  naciones  esperarán. 

15  Y  el  Dios  de  la  esperanza  os  col-  1  esperanza  por  la  virtud  del  Espíritu 
me  de  todo  gozo  y  paz  en  el  creer,  Santo, 
para  que  abundéis"  más  y  más  en  le  I 


Epílogo 


Excusas  por  haber  escrito.  15,  14-21. 

"  Persuadido  estoy,  hermanos  míos, 
también  yo  mismo  acerca  de  vos- 


otros, de  que  ya  vosotros  mismos  es- 
táis colmados  de  bondad,  henchidos 
de  toda  ciencia,  capaces  también  de 
amonestaros  los  unos  a  los  otros. 


-|  K  *  Tres  frutos  de  las  divinas  Escrituras  :  nuestra  enseñanza,  nuestra  paciencia 
J- "    y  nuestra  consolación. 

5  Llama  San  Pablo  a  Dios  el  Dios  de  i.a  PACIENCIA  Y  DE  i.a  consolación,  como  des- 
pués (v.  13)  «el  Dios  de  la  esperanza»  :  sólo  el  cristianismo  descubre  en  Dios  estos 
atributos  tan  dulces  para  el  corazón  humano. 

*-»  Dos  judíos  debeif  su  salvación  a  la  veracidad  o  fidelidad  de  Dios;  los  genti 
les,  a  la  misericordia. 


-  358  - 


15  15-28 


ROMANOS 


15  19-16  1 


15  Todavía,  con  algún  atrevimiento, 
os  escribí,  hermanos,  en  parte  a  lo 
menos,  como  quien  os  trae  a  la  me- 
moria lo  que  ya  sabéis,  en  virtud  de 
la  gracia  que  me  fué  dada  por  Dios 
'"  de  ser  agente  de  Cristo  Jesús  ante 
los  gentiles,  ejerciendo  la  función 
sagrada  del  Evangelio  de  Dios,  a  fin 
de  que  la  oblación  de  los  gentiles 
sea  acepta,  santificada  en  el  Espíri- 
tu Santo.  "  Tengo,  pues,  de  qué  glo- 
riarme en  Cristo  Jesús  por  lo  que 
mira  a  Dios  ;  IS  pues  no  me  atreveré 
a  hablar  de  cosa  que  no  haya  obra- 


do Cristo  por  mí  en  orden  a  la  obe- 
diencia de  los  gentiles,  por  palabra 
y  por  obra,  19  por  la  virtud  de  seña- 
les y  portentos,  por  la  virtud  del  Es- 
píritu Santo  ;  tanto  que  desde  Je- 
rusalén,  y  en  todas  direcciones,  has- 
ta el  Ilírico  lo  he  llenado  todo  del 
Evangelio  de  Cristo  ;  20  imponiéndo- 
me, empero,  como  punto  de  honra 
la  norma  de  no  predicar  el  Evan- 
gelio sino  donde  Cristo  no  había  si- 
do nombrado,  para  no  edificar  sobre 
fundamento  ajeno,  21  antes  bien,  se- 
gún está  escrito  (Is.  52,  15)  : 


.Los  que  ninguna  nueva  recibieron  de  El,  le  verán  ; 
y  los  que  nada  han  oído,  alcanzarán  inteligencia. 


Proyectos  de  viaje  a  Jerusalén  y  a 
España.  15,  22-29 

-  Por  esto  mismo  me  veía  impe- 
dido las  más  de  las  veces  de  ir  a 
vosotros  ;  23  mas  ahora,  no  tenien- 
do ya  campo  de  acción  en  estas  re- 
giones, y  teniendo  vivos  deseos  de 
ir  a  vosotros  desde  hace  bastantes 
años,  31  cuando  me  dirigiere  a  Espa- 
ña, —  porque  espero  a  mi  paso  veros 
y  ser  por  vosotros  encaminado  para 
allá,  después  que  primero,  en  par- 
te, hubiere  disfrutado  de  vosotros  a 
mi  satisfacción.  25  Por  ahora,  empe- 
ro, voy  a  ir  a  Jerusalén,  atendiendo 
al  servicio  de  los  santos.  28  Pues  tu- 
vieron a  bien  Macedonia  y  Acaya 
disponer  cierta  colecta  a  favor  de 
los  pobres  que  hay  entre  los  santos 
de  Jerusalén.  2:  Sí,  lo  tuvieron  a  bien 
}•  les  son  deudores  de  ello  ;  pues 
que,  si  de  sus  bienes  espirituales 
han  participado  los  gentiles,  deben 
éstos  a  su  vez  consagrar  a  su  servi- 
cio los  propios  bienes  temporales. 
24  Así,  pues,  que  hubiere  concluido 
este  negocio  y  consignado  en  sus 
manos  el  fruto  de  esta  colecta,  me 
partiré  de  allí,  pasando  por  vosotros, 


ipara  Esipaña.  28  Y  sé  que  en  llegan- 
do a  vosotros,  llegaré  con  la  pleni- 
tud da  la  bendición  de  Cristo. 


Pide  oraciones.  15,  30-33 


"  Os  recomiendo,  hermanos,  por 
nuestro  Señor  Jesu-Cristo  y  por  la 
caridad  del  Espíritu,  que  luchéis  a 
mi  lado  con  vuestras  oraciones  a 
Dios  por  mí,  31  para  que  escape  de 
los  rebeldes  que  hay  en  la  Judea,  y 
que  el  ministerio  que  se  me  ha  con- 
fiado para  Jerusalén  sea  bien  reci- 
bido de  los  santos,  32  a  fin  de  que, 
llegado  con  gozo  a  vosotros  por  vo- 
luntad de  Dios,  me  huelgue  en  com- 
pañía de  vosotros.  33  Y  el  Dios  de  la 
paz  sea  con  todos  vosotros.  Amén. 


Recomendaciones  y  saludos.  16,  1-16 


-1      1  Os  recomiendo  a  Febe,  nues- 
tra  hermana,  que  es,  además, 
diaconisa  de  la  Iglesia  de  Cencreas, 


■  Kl  ministerio  evangélico  es  para  San  Pablo  un  oficio  litúrgico,  un  acto  sagrado 
cuyo  fruto  es  una  oblación  acepta  a  Dios  y  santificada  por  el  Espíritu  Santo.  Ape- 
nas se  podía  declarar  con  mayor  relieve  la  santidad  de  tan  excelso  ministerio. 

19  La  expresión  original  «llenar  el  Evangelio»  parece  significar  «llenarlo  todo  del 
Evangelio». 

31  El  proyecto  de  San  Pablo  de  venir  a  España  se  realizó  después  de  su  primera 
cautividad  romana.  A  este  deseo  de  venir  a  España,  pasando  por  Roma,  se  debe 
el  que  San  Pablo  escribiera  su  carta  a  los  Romanos. 

1C    1  Pebe  tenía  los  carismas  del  ministerio  y  de  la  asistencia;  que  fuese  verdadera 
diaconisa,  en  el  sentido  técnico  que  más  tarde  se  dió  a  esta  palabra,  no  consta. 
Cénenos  era  el  puerto  de  Corinto  en  el  mar  Egeo. 


—  359  — 


16  2-15 


ROMANOS 


16  16-21 


I  ipara  que  la  recibáis  en  el  Señor  de 

una  manera  digna  de  los  santos  y  la 
asistáis  en  cualquiera  cosa  en  que 
necesitare  de  vosotros  ;  puesto  que 
ella  también  ha  sido  favorecedora 
de  muchos,  y  de  mí  en  particular. 

8  Saludad  a  Prisca  y  Aquila,  mis  co- 
laboradores en  Cristo  Jesús,  4 — quie- 
nes por  mi  vida  expusieron  su  ca- 
beza ;  a  los  cuales  no  sólo  yo  doy 
gracias,  sino  también  todas  las  Igle- 
sias de  los  gentiles — ,  6  y  a  la  Igle- 
sia que  se  congrega  en  su  casa.  Sa- 
ludad a  Epéneto,  mi  amado,  que  es 
primicias  del  Asia  para  Cristo.  •  Sa- 
ludad a  María,  la  cual  se  tomó  mu- 
chos afanes  por  vosotros.  1  Saludad 
a  Andrónico  y  a  Junias,  mis  parien- 
tes y  mis  compañeros  de  prisión,  los 
cuales  gozan  de  gran  consideración 
entre  los  apóstoles,  y  que  aun  antes 
que  yo  han  sido  en  Cristo.  8  Saludad 
a  Ampliato,  mi  querido  en  el  Señor. 
"Saludad  a  Urbano,  mi  colaborador 
en  Cristo  y  a  Estaquis,  mi  amado. 
10  Saludad  a  Apeles,  que  ha  dado 
buenas  ipruebas  de  sí  en  Cristo.  Sa- 
ludad a  los  de  casa  de  Aristóbulo. 

II  Saludad  a  Herodión,  mi  pariente. 
Saludad  a  los  de  casa  de  Narciso, 
que  son  en  el  Señor.  12  Saludad  a 
Trifena  y  a  Trifosa,  las  cuales  tra- 
bajan con  afán  en  el  Señor.  Sa- 
ludad a  Pérside,  la  amada,  que  mu- 
chos afanes  se  tomó  en  el  Señor. 
"  Saludad  a  Rufo,  el  escogido  en  el 
Señor,  y  a  su  madre,  que  también 
lo  es  mía.  14  Saludad  a  Asíncrko,  a 
Flegonte,  a  Hermes,  a  Patrobas,  a 
Hermas  y  a  los  hermanos  que  con 
ellos  están.  13  Saludad  a  Filólogo  y 


a  Julias,  a  Nereo  y  a  su  hermana, 
y  a  Olimpias  y  a  todos  los  santos 
que  con  ellos  están.  "Saludaos  los 
unos  a  los  otros  con  el  ósculo  yan- 
to. Os  saludan  las  Iglesias  todas  de 
Cristo. 


Exhortación  a  que  se  aparten  de 
los  que  promueven  disensiones. 
16,  17-20 

"  Os  recomiendo,  hermanos,  que 
estéis  alerta  sobre  los  que  promue- 
,ven  las  disensiones  y  los  escánda- 
los apartándose  de  la  doctrina  que 
yosotros  aprendisteis,  y  desviaos  de 
ellos  ;  18  porque  esos  tales  no  sirven 
a  Cristo,  Señor  nuestro,  sino  a  6u 
propio  vientre  ;  y  con  blandas  pa- 
labras y  lisonjas  seducen  los  cora- 
zones de  los  inocentes.  "  Pues  vues- 
tra sumisión  a  la  fe  ha  llegado  a  co- 
nocimiento de  todos ;  me  gozo,  pues, 
en  vosotros  ;  mas  quiero  que  seáis 
listos  para  lo  bueno  y  Cándidos  pa- 
ra lo  malo.  aY  el  Dios  de  la  paz 
aplastará  en  breve  a  Satanás  debajo 
de  vuestros  pies. 

La  gracia!  de  nuestro  Señor  Jesu- 
cristo sea  con  vosotros. 


Saludos  de  los  que  están  con  Pablo. 
16,  21-24 

M  Os  saluda  Timoteo,  mi  colabora- 
dor, y  Lucio  y  Jasón  y  Sosípatro, 


De  Prisca  (o  Priscila)  y  Aquila  se  habla  frecuentemente  en  los  Hechos  y  en 
Sun  Pablo.  En  qué  ocasión  expusieron  su  vida  para  salvar  la  del  Apóstol,  no  nos 

consta. 

8  Epéneto  fué  el  primero  del  Asia  proconsular  que  se  convirtió  a  la  fe. 

'  Andrónico  y  Junias  (nombre  de  varón)  parecen  haber  sido,  lo  mismo  que  He- 
rodión (v.  11),  de  la  tribu  de  Benjamín,  y  en  este  sentido  parientes  de  San  Pablo. 

10-11  Aristóbulo  era  nieto  de  Herodes  el  Grande  ;  Narciso  fué  liberto  favorito  de' 
emperador  Claudio.  San  Pablo  saluda  a  los  siervos  que  habían  formado  parte  de  la 
familia  de  estos  dos  personajes,  que  por  entonces  habían  ya  muerto,  por  lo  menos 
Narciso.  Herodión  había  sido  uno  de  los  siervos  de  Aristóbulo. 

13  Este  Rufo  parece  ser  uno  de  los  hijos  de  Simón  el  de  Cirene.  Las  antiguas  y 
amistosas  relaciones  con  esta  buena  familia  son  causa  de  que  San  Pablo  llama 
madre  suya  a  la  madre  de  Rufo,  de  quien  parece  haber  recibido  atenciones  mater- 
nales durante  su  primera  juventud  en  Jerusalén. 

,T-°°  Estos  agitadores,  contra  los  cuales  previene  San  Pablo  a  los  Romanos,  son 
los  judaizantes. 

10  La  «docilidad»  u  obediencia  de  los  Romanos,  reconocida  en  todo  el  mundo,  es 
su  fe.  Ordenó  Dios  en  su  providencia  que  ya  desde  los  principios  fuese  inmaculada, 
y  dechado  para  todo  el  mundo,  la  fe  de  Roma.— Sabiduría  "para  lo  bueno,  sencillez 
para  lo  malo  :  son  dos  virtudes  que  con  otras  palabras  recomienda  San  Pablo  a 
los  Corintios  (1  Cor.  r4,  20). 

21  Lucio,  Jasón   y  Sosípatro  eran  judíos  de  la  tribu  de   Benjamín.  Jasón  parece 


—  360  — 


16  22-27 


ROMANOS 


16  22-27 


mis  parientes.  22  Os  saludo  yo,  Ter-  I  mío  y  de  toda  la  Iglesia.  Os  saluda 
(.io,  que  escribí  la  carta,  en  el  Se-  Erasto,  el  cuestor  de  la  ciudad,  y 
ñor.  *  Os  saluda  Gayo,  hospedador  |  Cuarto  el  hermano.  [24.] 


Doxologta  final.  16,  25-27 


"  Al  que  puede  consolidaros 

en  orden  a  mi  Evangelio  y  a  la  predicación  de  Jesu-Cristo, 
en  orden  a  la  revelación  del  Misterio, 

por  tiempos  eternos  mantenido  secreto, 

*  mas  ahora  manifestado, 

y  por  las  Escrituras  proféticas, 

según  la  ordenación  del  eterno  Dios, 

para  obediencia  de  la  fe 

a  todos  los  gentiles  notificado, 

27  al  solo  sabio,  Dios,  por  Jesu-Cristo  — 

a  quien  sea  la  gloria  por  los  siglos  de  los  siglos.  Amén. 


haber  sido  el  hospedador  de  San  Pablo  en  Tesalónica  (Ac.  17,  5-9).  Sosípatro  parece 
era  el  mismo  Sópatro  (forma  contracta)  de  Berea  (Ac.  20,  4). 

*  Este  Cayo  es  el  mismo  que  fué  bautizado  por  San  Pablo  (1  Cor.  i,  14).  Erasto 
no  parece  ser  el  compañero  del  Apóstol  de  quien  se  habla  en  Ac.  19,  22. 

26-27  Este  pasaje  es  uno  de  los  que  expresan  sintéticamente  el  pensamiento  fun- 
damental de  la  Teología  de  San  Pablo.  Mi  Evangelio  llama  el  Apóstol  no  un  Evan- 
gelio diferente,  sino  su  manera  particular  de  enfocar  el  único  Evangelio,  en  conso- 
nancia con  su  misión  especial  de  Apóstol  de  los  gentiles.  Este  Evangelio  no  es  otra 
cosa  que  la  predicación  de  Jesu-Cristo,  cuyo  objeto  es  Jesu-Cristo.  Ni  es  invención 
de  Pablo,  sino  en  orden  a  la  revelación  del  misterio.  Este  misterio  por  antono- 
masia es  la  salud  universal  de  los  hombres  ten  Cristo  Jesús»  mediante  la  fe.  Este 
MISTERIO  pasó  por  tres  estadios  o  fases.  Primero,  fué  por  tiempos  eternos  mantenido 
secreto.  Ahora,  con  el  advenimiento  y  la  redención,  de  Jesu-Cristo,  ha  sido  mani- 
festado. Por  fin,  ha  sido  notificado  o  divulgado  umversalmente.  En  esta  divulga- 
ción señala  San  Pablo  cuatro  elementos.  Su  principio  es  la  ordenación  del  ^eterno 
Dios;  su  medio  o  instrumento  son  las  Escrituras  proféticas;  sus  destinatarios  son 
todos  los  gentiles;  su  objeto  es  la  obediencia  de  la  fe,  esto  es,  que  todos  se  rindan 
a  la  fe. 


-361- 


INTRODUCCION 
A    LA    I    EPISTOLA    A    LOS  CORINTIOS 


\  Iglesia  de  CORINTO.-C0nn.to,  aquella  «lumbrera  de  toda  la  Cre- 


cían que,  como  decía  Cicerón,  habían  extinguido  los  romanos,  bri- 


llaba ya  de  nuevo.  Floreciente  por  el  comercio,  por  el  arte,  la 
elocuencia  y  la  filosofía,  era  aún  más  famosa  por  la  espantosa  corrupción 
de  las  costumbres.  Su  cultura  y  su  ventajosa  posición  geográfica  hacían 
de  Corilibo  «la  de  los  dos  mares»,  como  la  llamaba  Horacio,  un  centro 
de  primer  orden  para  la  predicación  del  Evangelio.  Estas  ventajas  atm- 
jeron  las  miradas  y  el  celo  de  Pablo,  quien  llegaba  a  Corinto  hacia  el 
año  51  de  nuestra  era,  durante  su  segunda  misión  apostólica. 

Casi  dos  años  empleó  el  Apóstol  en  evangelizar  a  Corinto  y  fundar  su 
Iglesia.  Y  no  fué  sin  fruto.  Ni  la  corrupción  de  las  costumbres,  ni  siquie- 
ra la  ruda  oposición  que  hicieron  los  judíos,  fueron  obstáculo  para  que 
surgiese  vigorosa,  floreciente ,  ta  Iglesia  de  Corinto.  No  fueron,  con  todo, 
los  ricos  comerciantes,  los  oradores  o  los  filósofos,  los  que  abrazaron  el 
Evangelio ;  tampoco  fueron  ¡os  judíos  los  que  formaron  el  núcleo  de  la 
nueva  comunidad  cristiana;  gentiles  y  pobres  fueron  en  su  mayoría  los 
que  Dios  escogió  como  primicias  de  la  fe  en  Grecia. 

Eos  primeros  años  fueron  prósperos.  Pero  pronto  surgieron  dificultades 
más  peligrosas  que  la  inmoralidad  pagana  o  la  perfidia  judaica.  Discor- 
dias internas,  abusos  lamentables ,  ponían  en  peligro  la  prosperidad  y  aun 
la  existencia  misma  de  aquella  Iglesia.  Pablo  estaba  entonces  en  Efcso. 
Desde  allí  había  ya  escrito  una  primera  carta,  que  por  desgracia  se  ha 
perdido,  y  mandó  luego  allá  a  su  discípulo  Timoteo,  para  que  pusiese 
remedio  á  aquellos  viales.  Entre  tanto  llegaron  de  Corinto  tres  cristianos, 
Estjífanas,  Fortunato  y  Acaico,  con  cartas  de  la  Iglesia  al  Apóstol,  en  las 
cuales  le  hacían,  varias  consullas.  Aprovechando  esta  oportunidad,  Pablo 
escribió  una  segunda  carta,  que  es  nuestra  nprimera  Epístola  a  los  Co- 
riulios».  Era  probablemente  la  Pascua  del  aíio  56. 

La  Epístola. — Si  no  iguala  en  amplitud  dogmática  a  ¡a  Epístola  a  ¡os 
Romanos,  es,  en  cambio,  ¡a  primera  a  los  Corintios  la  más  interesante 
desde  el  punto  de  vista  histórico.  Un  atento  lector  lee  en  ella,  mejor  que 
en  otra  parte,  el  estado  de  las  primitivas  Iglesias,  con  sus  luces  y  som- 
bras, sus  virtudes  y  sus  defectos,  sus  fervores  y  sus  peligros,  su  vida 
intima  y  su  culto,  y,  sobre  todas  las  deficiencias  humanas,  ¡as  maravi- 
llosas comunicaciones  del  Espíritu  divino. 


-  362  - 


1  1-10 


I  CORINTIOS 


1  5-11 


En  medio  de  la  variedad  de  puntos  que  toea  San  Pablo  y  de  la  apa- 
rente irregularidad  con  que  los  va  exponiendo  unos  tras  otros,  se  divide 
claramente  la  Epístola  en  dos  partes:  los  abusos  y  las  consultas.  Los 
varios  abusos,  que  por  diferentes  conductos  habían  llegado  a  oídos  de 
Pablo,  llenan  los  seis  primeros  capítulos;  los  diez  restantes  responden 
a  las  múltiples  consultas  que  los  Corintios  propusieron  al  Apóstol. 


EPISTOLA  I  A  LOS  CORINTIOS 


Introducción 


Salutación  epistolar,  i,  1-3 

i  1  Pablo,  llamado  a  ser  apóstol 
de  Cristo  Jesús,  ]xn-  voluntad  de 
Dios,  y  Sostenes  el  hermano,  2  a  la 
Iglesia  de  Dios  que  está  en  Corinto, 
a  Jos  santificados  en  Cristo  Jesús, 
llamados  a  ser  santos,  con  todos  los 
que  invocan  el  nombre  de  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo  en  todo  lugar,  de 
ellos  y  también  nuestro  :  B  gracia  a 
vosotros  y  paz  de  parte  de  Dios,  Pa- 
dre nuestro,  y  del  Señor  Jesu-Cristo. 


Acción  de  gracias.  1,  4-9 

'  Gracias  hago  a  mi  Dios  sin  cesar 
acerca  de  vosotros  por  la  gracia  de 


Dios  que  os  fué  dada  en  Cristo  Je- 
sús, •  pues  en  todo  fuisteis  enrique- 
cidos en  El,  en  toda  palabra  y  en 
todo  conocimiento,  6  conforme  a  co- 
mo el  testimonio  de  Cristo  se  afian- 
zó en  vosotros  ;  7  hasta  el  punto  de 
no  quedaros  vosotros  atrás  en  nin- 
gún cansina,  en  tanto  que  aguar- 
dáis la  revelación  de  nuestro  Señor 
Jesu-Cristo  ;  8  el  cual  también  os 
mantendrá  firmes  hasta  el  fin,  ha- 
llados sin  culpa  en  el  día  de  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo.  0  Fiel  es  Dios, 
por  quien  fuisteis  llamados  a  la  co- 
munión de  su  Hijo,  Jesu-Cristo,  Se- 
ñor nuestro. 


Primera  parte:  abusos  que  necesitan  reforma 

L    Primer    abuso:    discordias    y  I  que  digáis  todos  una  misma  cosa  y 
partidos  ¡  que  no  haya  entre  vosotros  escisio- 

nes, sino  que  seáis  consumados  en 
Lo  que  debía  ser  y  lo  que  es.  1,  10-12    tener  un  mismo  pensamiento  y  un 
mismo  sentir.  11  Pues  se  me  hizo  en- 
"'Os  ruego,  hermanos,  por  el  nom-    tender  aceñ  a  de  vosotros,  hermanos 
bre  de  nuestro  Señor  Jesu-Cristo,  I  míos,  por  los  de  Cloe,  que  hay  con- 


-J    1  Sostenes  :   Es  probablemente-  el  archisinairogo  de  que  se  habla  en  Ac.  iS,  17. 

z  De  ellos  y  también  .nuestro  :  son  las  Iglesias  de  la  Acaya,  que  San  l'ablo  llama 
suyas  por  haberlas  é!  fundado. 

e  Palabra...  conocimiento  :  los  cansinas  de  la  palabra  y  de  la  inteligencia,  que 
sustituyen  con  ventaja  las  glorias  literarias  y  filosóficas,  de  que  tanto  se  precia- 
ban los  Corintios. 

0  L«  COMUNIÓN  de  su  Hijo  es  la  inefable  comunicación  de  la  vida  divina  con 
Cristo  y  en  Cristo. 

11  Cloe  parece  ser  una  señora  cristiana  de  Corinto. 


-  363  - 


1  12-24 


I  CORINTIOS 


1  17-27 


tiendas  entre  vosotros.  "  Quiero  de- 
cir, que  cada  cual  de  vosoTros  dice  : 
«Yo  sov  de  Pablo»  ;  «Yo,  de  Apo- 
lo» ;  «Yo,  de  Cefas»  ;  «Yo,  de  Cristo». 


¡ta  del  Apóstol  contra  el 
ritu  de  partido,  i,  13-17 


18  ¿  Está  dividido  Cristo  ?  ¿  Por  ven- 
tura fué  Pablo  crucificado  por  vos- 
otros ?  i  O  en  el  nombre  de  Pablo 
fuisteis  bautizados  ?  M  Doy  gracias  a 
Dios  de  que  a  ninguno  de  Vosotros 
bauticé,  si  110  es  a"  Crispo  y  Gayo  ; 
lj  para  que  nadie  diga  que  en  mi 
nombre  fuisteis  bautizados.  ,u  Bauti- 
cé también  a  la  familia  de  Estéfa- 


nas  ;  fuera  de  esto  no  sé  si  bauticé 
a  algún  otro. 

11  Que  no  me  envió  Cristo  a  bauti- 
zar, smo  a  evangelizar  ;  no  con  sa- 
biduría de  palabra,  para  que  no  se 
desvirtúe  la  cruz  de  Cristo. 


A)   La  enseñanza  de  Pablo 

La  cruz,  fuerza  de  Dios  y  sabiduría 
de  Dios.  1,  18-25 

18  Pues  la  palabra  de  la  cruz,  para 
los  que  perecen  es  una  insensatez  ; 
mas  para  los  que  se  salvan,  para 
nosotros,  es  una  fuerza  de  Dios. 
19  Porque  escrito  está  (Is.  19,  H-14) : 


Arruinaré  la  sabiduría  de  los  sabios, 
y  la  inteligencia  de  los  inteligentes  anularé. 
i0  ¿  Dónde  está  el  sabio  ?  ¿  Dónde  el  escriba  ? 
¿  Dónde  el  disputador  de  este  mundo  ? 


¿Por  ventura  no  atontó  Dios  la 
sabiduría  de  este  mundo?  21  Que, 
pues  en  la  sabiduría  de  Dios  no  co- 
noció di  mundo  a  Dios  por  el  cami- 
no de  la  sabiduría,  tuvo  a  bien  Dios 
por  la  necedad  de  la  predicación 
.salvar  a  los  creyentes.  22  Puesto  que 
los  judíos  por  su  parte  demandan 
señales,  y  los  griegos  por  la  suya 
buscan  sabiduría  ;  23  mas  nosotros 
predicamos  un  Cristo  crucificado  : 
para  los  judíos,  escándalo  ;  para  los 
gentiles,  necedad  ;  2-1  mas  para  los 
mismos  que  han  sido  llamados,  así 
judíos  como  griegos,  un  Cristo  fuer- 
za  de   Dios  y  sabiduría  de  Dios. 


"  Pues  lo  necio  de  Dios  es  más  sa- 
bio que  los  hombres  ;  y  lo  flaco  de 
Dios,  más  fuerte  que  los  hombres. 


La  grandeza  del  mundo,  reprobada 
por  Dios.  1,  26-31 


26  Porque  mirad,  hermanos,  quié- 
nes habéis  sido  llamados.  Que  no 
hay  entre  vosotros  muchos  sabios 
según  la  carne,  no  muchos  podero- 
sos, no  muchos  nobles  ;  27  antes  lo 
necio  del  mundo  se  escogió  Dios, 


Corinto :  1)  el  de  Pablo,  su  primer  predicador ; 
luchos  con  su  palabra  brillante ;  ?)  el  de  Cefas  o 
por  los  judaizantes  ;  4)  el  de  Cristo  :  nuevo  bando, 
afiliarse  a  ningún  bando. 

¡volverse  contra  el  espíritu  de  bandería,  calla  el 
de  Cefas,  reservando  todas  sus  invectivas  para  des- 
u  propio  nombre. 

ESCRIBA  significa  los  legisperitos  judíos;  DISPUTADOS 


"  Cuatro  bandos 
el  de  Apolo,  que 


Apóstol  los  nombres  de  Apolo  y 
calificar  el  partido  que  llevaba 

20  Sabio  es  término  líenérieo  ; 
»e  refiere  a  los  filósofos  o  sofistas  griegos. 

21  Por  el  camino  de  la  SABIDURÍA  :  esto  es,  pues  el  mundo  por  su  propia  sabi 
durfa  no  entendió  la  sabiduría  de  Dios,  manifestada  en  las  maravillas  de  la  rebe- 
lación y  de  la  creación,  Dios,  para  salvar  al  mundo,  optó  por  el  medio  contrario, 
o  por  la  necedad  DE  LA  PREDICACIÓN,  por  la  cruz,  que  no  busca  ciencia  inflada, 
sino  fe  humilde. 

Cristo  es  la  encarnación  viviente  de  Dios 
que  ceñirse  al  aspecto  hipostático  :    hay  que 

FUERZA   DE   DIOS   Y   SABIDURÍA  DE  DlOS 

a*-as  A  los  sabios,  poderosos  y  nobles  opone  San  Pablo  lo  necio,  lo  débil  y  lo  vil 
o  lo  que  no  es.  Al  paso  que  rebaja  los  humos  de  los  infatuados  Corintios,  ños  des- 
cubre el  Apóstol  los  misterios  de  la  divina  elección. 

—  364  — 


las  en  cata  encarnación  no  hay 
templar  encarnada  en  Cristo  la 


1  28  -2  4  I  CORINTIOS  2  5 


para  confundir  a  los  sabios  ;  y  lo 
débil  del  mundo  se  escogió  Dios,  pa- 
ra confundir  lo  fuerie  ;  *  y  lo  vil 
del  mundo  y  lo  tenido  en  nada  se 
escogió  Dios,  lo  que  no  es,  para 
anular  lo  que  es  ;  *  a  fin  de  que  no 
se  gloríe  mortal  alguno  en  el  acata- 
miento de  Dios.  *  De  él  os  viene 
lo  que  vosotros  sois  en  Cristo  Je- 
sús, el  cual  fué  hecho  por  Dios  pa- 
ra nosotros  sabiduría,  como  también 
justicia,  santificación  y  redención, 
51  para  que,  según  está  escrito,  «el 
que  se  gloría,  gloríese  en  el  Señor» 
(Jer.  b,  23*. 


o  1  Y  yo,  venido  a  vosotros,  her- 
T  manos,  vine  no  con  superemi- 
nencia de  .palabra  o  de  sabiduría  al 
anunciaros  el  misterio  de  Dios.  aPor- 
que  resolví  no  saber  cosa  ertre  vos- 
otros sino  a  Jesu-Cristo,  v  éste  cru- 
cificado. 3  Y  yo  me  presenté  anie 
vosotros  con  sensación  de  impoten- 
cia,  y  con  miedo,  y  con  mucho  tem- 
blor ;  *  y  mi  (palabra  y  mi  predica- 
ción no  fué  con  persuasivas  palabra» 


de  sabiduría,  sino  con  demostración 
de  Espíritu  y  de  fuerza  ;  5  para  que 
vuestra  fe  no  estribe  en  sabiduría  de 
hombres,  sino  en  la  fuerza  de  Dios. 


La  sabiduría  cristiane 


'  Sabiduría,  sí,  hablamos  entre  los 
perfectos;  sabiduría,  empero,  no  de 
este  mundo  ni  de  los  jefes  de  este 
mundo,  condenados  a  perecer;  ;  sino 
que  hablamos  sabiduría  de  Dios,  en- 
cerrada en  el  misterio,  la  escondida, 
la  que  predestinó  Dios  antes  de  los 
siglos  para  gloria  nuestra  ;  s  la  cual 
ninguno  de  los  jefes  de  este  mundo 
conoció,  que,  si  la  conocieran,  ja- 
más al  Señor  de  la  gloria  crucifica- 
ran ;  *  sino  que,  como  está  escrito 
(Is.  64,  3), 

Lo  que  ojo  no  vió,  ni  oído  oyó, 
ni  a  corazón  de  hombre  se  antojó, 
tal  preparó  Dios  a  los  que  le  aman. 


10  Porque  a  nosotros  1 
Dios  por  medio  del  Es 
el  Espíritu  todo  lo  son 
profundidades  de  Dios.  11  A  la  ver- 
dad, ¿quién  conoce  de  los  hombre- 


lo  reveló 
tu  ;  pues 
aun  las 


13  En  este  versículo  se  expresa  el  axioma  fundamental  de  la  economía  de  la  graci 
de  la  ascética  cristiana  :  Dios  quiere  dar  su  gracia  y  el  hombre  debe  recibir! 
;  tul  modo  que  toda  la  gloria  sea  para  solo  Dios. 


poco  dt 


variante  misterio,  probablemente'  la  verdadera,  preludia  lo  que 
J)  se  anuncia  acerca  del  «misterio»  por  antonomasia,  que  es  el 
■'ios  sobre  la  salud  humana  en  Cristo  Jesús. 

éste  crucificado  es  el  contenido  en  cierta  manera  integral  del 


-  JESU-Cuisro, 
misterio  de  Dios. 

6  A  la  decadente  filosofía  y  retórica  de  su  tiempo  contrapone  San  Pablo  la  sabi 
duría  de  Dios. 

*  El  misterio  es  el  modo  inefable  de  la  redención  por  la  unión  o  conipenetració; 
con  Cristo,  por  la  incorporación  y  vida  divina  en  Cristo. 


•  1.a  expresión  Señor  Dt  U  gloria,  I 
ción  del  nombre  inefable  de  «Yahvch»,  c 
cación  de  la  «gloria  de  Yahveln,  que  ser 
rae!  (Ex.  40,  34 ;  1  Re.  8,  11...),  es  ui 
San  Pablo  a  favor  de  la  divinidad  de  J 
CRUCIFICARAN,  es  acaso  el  texto  bíblico  1 
la  llamada  comunicación  de  idiomas  en  1 

10-1;  j£n  cstos  tres  versículos  nos  re 
Pueumatologia  cristiana  :   la  divinidad 


ación  de  Señor,  reproduc- 


nto  DE 


nente  se  manifestaba  en  medio  de  Is- 
los  testimonios  más  inequívocos  de 
risto.  Y  la  frase  entera,  con  el  verbo 
más  explícito  y  más  eficaz  para  demostrar 
la  persona  del  Verbo  encarnado, 
la  San  Pablo  las  principales  verdades  de  la 
el  Espíritu  Santo,  su 


el  Padre,  su  personalidad  y  su  origen.  Su  divinidad  se  despi 
miento  privativamente  divino  ;  pues  el  Espíritu  todo  lo  sondea 

DADES   DE    DIOS,   y   LAS   COSAS    DE   DIOS   NADIE   LAS   CONOCE   SINO  EL 

Conocimiento  exclusivo  de  Dios  supone  ser  o  naturaleza  de  Dii 
lidad  con  el  Padre  resulta  clara  de  la  comparación  entre  el  espír 
Espíritu  de  Dios.  Como  el  espíritu  del  hombre  es  consustancia 
Espíritu  de  Dios  es  consustancial  a  Dios.  Su  personalidad  di 
Apóstol  al  decir  que  Dios  nos  reveló  sus  consejos  eternos  por 
V  al  añadir  que  nosotros  recibimoí 
sión  nos  descubre  también  la  proc 


lu  del  hombre  y  el 
al  hombre,  así  el 
itinta  la  afirma  el 
.iedio  del  Espíritu 


-  365  - 


2  13-3  3 


I  CORINTIOS 


3  4-12 


lo  íntimo  del  hombre,  sino  el  espí- 
ritu del  hombre  que  está  en  él  ?  Así 
también  las  cosas  de  Dios  nadie  las 
conoce  sino  el  Espíritu  de  Dios. 
a  Mas  nosotros  recibimos  no  el  es- 
píritu del  mundo,  sino  el  Espíritu 
que  viene  de  Dios,  para  que  conoz- 
camos las  cosas  que  Dios  graciosa- 
mente nos  dió,  B  las  cuales  asimis- 
mo hablamos  no  con  aprendidas  pa- 
labras de  sabiduría  humana,  sino  con 
las  aprendidas  del  Espíritu,  adap- 
tando lo  espiritual  a  lo  espiritual. 
31  Mas  el  hombre  animal  no  coge  las 
cosas  del  Espíritu  de  Dios,  pues  son 
necedad  para  él ;  ni  es  capaz  de  en- 
tenderlas, como  que  sólo  espiritual- 
mente  se  disciernen.  15  En  cambio, 
el  espiritual  todo  lo  discierne,  mas 
él  de  nadie  es  discernido.  16  Porque 
«¿  quién  conoció  el  pensamiento  del 
Señor,  de  modo  que  pueda  instruir- 
le ?»  (Is.  40,  13).  Mas  nosotros  po- 
seemos el  pensamiento  de  Cristo. 


Ni/ñez   espiritual   de  los  Corintios. 

O  'Y  yo,  hermanos,  no  pude  habla- 
0  ros  como  a  espirituales,  sino  co- 
mo a  'carnales,  como  a  niños  en  Cris- 
to. 2  Leche  os  di  a  beber,  no  manjar 
sólido,  pues  todavía  no  erais  capaces. 
Pero  ni  aun  ahora  lo  sois,  3  porque 
todavía  sois  carnales.  Porque  mien- 
tras haya  en  vosotros  emulación  y 
contienda,  ¿no  sois  por  ventura  car- 


nales y  procedéis  conforme  a  crite- 
rio humano  ?  1  Porque  cuando  uno 
dice:  «Yo  soy  de  Pablo»,  y  el  otro: 
«Yo,  de  Apolo»,  ¿acaso  no  sois 
hombres  ? 


B)     K\.  MJMSTKRIO  DE  P.VBl.O 


l'ablo,  colaborador  de  Dios.  3,  5-9 


"¿Qué  es,  pues,  Apolo?  ¿Y  qué 
Pablo  ?  Ministros  por  cuyo  medio 
creísteis,  y  cada  uno  según  el  Señor 
le  dió.  6  Yo  planté,  Apolo  regó  ;  mas 
Dios  obró  el  crecimiento.  7  De  ma- 
nera que  ni  el  que  planta  es  algo, 
ni  el  que  riega,  sino  el  que  obra  el 
crecimiento,  que  es  Dios.  8  Y  el  que 
¡llanta  y  el  que  riega,  una  cosa  son, 
si  bien  cada  cual  recibirá  su  propia 
paga  según  su  propio  trabajo.  0  Pues 
de  Dios  somos  colaboradores  :  de 
Dios  sois  labranza  ;  de  Dios,  edi- 
ficio. 


Constructores  evangélicos.  3,  10-13 


10  Según  la  gracia  de  Dios  que  me 
fué  dada,  yo,  cual  sabio  arquitecto, 
puse  el  fundamento,  y  otro  sobre- 
edifica. Cada  cual,  em]>ero,  mire  có- 
mo sobreedifica.  11  Pues  fundamen- 
to, nadie  puede  poner  otro  fuera  del 
ya  puesto,  que  es  Jesu-Cristo.  12  Mas 
si  uno  edifica  sobre  este  fundamen- 


13  Adatando  1.0  espiritual  a  1.0  espiritual.  Si  se  atiende  al  contexto  antecedente, 
<ine  es  el  verdadero,  el  sentido  será  :   (Acomodando  las  palabras  espirituales  a  las 

"  Como  que  sólo  éspirixualmente  se  disciernen  :  sólo  por  Quien  posea  el  Espíritu 
de  Dios  pueden  percibirse  distintamente  las  cosas  del  Espíritu  de  Dios. 

a  El  pensamiento  de  Dios.  Al  sustituir  a  continuación  esta  expresión  por  la  otra, 
EL  pensamiento  de  Cristo,  como  equivalente,  atribuye  San  Pablo  a  Cristo  la  divinidad 
y  la  consustancialidad  con  el  Padre,  que  antes  ha  atribuido  al  Espíritu  Santo. 

O    6-7  Tres  razones  apunta  San  Pablo,  suficientes  para  cortar  de  raíz  toda  presunción 
en  los  ministros  evangélicos  :   1)  que  son  puro  instrumento  de  Dios;  2)  que  eso 
mismo  es  un  favor  recibido  de  Dios  ;  3)  que  su  acción  es  puramente  externa,  que 
sería  completamente  estéril  si  Dios  no  la  fecundase  con  su  acción  interna. 

11  La  imagen  metafórica  de  fundamento,  idéntica  en  la  significación,  varía  en  la 


aplicación  según  el  contexto.  Aquí  se  aplica  a  Jesu-Cristo  exclusivamente.  En  JIt.  16, 
18,  se  aplica  por  comunicación  exclusivamente  también,  aun  entre  los  Apóstoles,  a 
Tedro.  En  Ap.  21,  14,  se  aplica  por  extensión  atenuada  a  los  doce  apóstoles. 

>-  La  construcción  de  que  habla  San  Pablo  es  la  predicación  del  Evangelio.  Quien 


predica  el  genuino  Evangelio,  construye  con  materiales  preciosos  ;  quien  predica  un 
Evangelio  más  o  menos  desnaturalizado,  construye  con  materiales  deleznables,  tai- 
propios  del  edificio  que  se  ha  de  levantar. 


-366- 


S  13-19 


I  CORINTIOS 


3  20-4  5 


to  oro,  plata,  piedras  preciosas,  ma- 
dera, heno,  paja,  13  la  obra  de  cada 
cual  se  pondrá  de  manifiesto  ;  por- 
que el  día  lo  descubrirá,  por  cuanto 
en  fuego  se  ha  de  revelar  ;  y  la  obra 
de  cada  uno,  qué  tal  sea,  el  fuego 
mismo  lo  aquilatará.  14  Si  la  obra  de 
uno,  que  él  sobreedificó,  subsistiere, 
recibirá  recompensa  ;  M  si  la  obra 
de  uno  quedare  abrasada,  sufrirá  de- 
trimento ;  él  sí  se  salvará,  aunque 
así  como  a  través  del  fuego. 


Los 


destructores  del  templo  de 
Dios.  3,  16-17 


16  ¿  No  sabéis  que  sois  templo  de 
Dios,  y  el  Espíritu  de  Dios  habita 
en  vosotros  ?  17  Si  alguno  destruye 
el  templo  de  Dios,  Dios  lo  destruirá 
a  él  ;  porque  santo  es  el  templo  de 
Dios,  que  sois  vosotros 


Sabiduría  mundana  y  parcialidadt 
injustificadas.  3,  18-23 


18  Nadie  a  sí  mismo  se  engañe.  Si 
alguno  entre  vosotros  piensa  ser  sa- 
bio en  este  mundo,  hágase  necio 
para  que  se  haga  sabio.  19  Porque  la 


sabiduría  de  este  mundo  necedad 
es  a  los  ojos  de  Dios.  Que  escrito 
está  :  «Prende  a  los  sabios  en  su 
propia  astucias  (Jb.  5,  13).  20  Y  otra 
vez  :  «El  Señor  conoce  los  pensa- 
mientos de  los  sabios  cuán  vanos 
son»  (Sal.  93,  11).  21  Así  que  nadie 
ponga  su  gloria  en  hombres,  pues 
todas  las  cosas  vuestras  son  :  a  ya 
sea  Pablo,  ya  Apolo,  ya  Cefas,  ya 
sea  el  mundo,  ya  la  "vida,  ya  la 
muerte,  ya  las  cosas  presentes,  ya 
las  venideras,  todo  es  vuestro ; 23  mas 
vosotros  de  Cristo,  y  Cristo,  de  Dios. 


Ministros  de  Cristo.  4, 


A  1  Asi  nos  considere  todo  hombre, 
*  como  a  servidores  de  Cristo  y 
administradores  de  los  misterios  de 
Dios.  -  En  tal  supuesto,  lo  que,  en 
resumidas  cuentas,  buscáis  en  los 
administradores  es  que  a  uno  se  le 
halle  fiel.  3  Aunque  a  mí  lo  que  me- 
nos me  importa  es  el  ser  juzgado 
por  vosotros  o  por  algún  tribunal 
humano.  Pero  tampoco  yo  mismo 
me  juzgo  ;  4  porque  aun  cuando  de 
nada  tenga  conciencia,  mas  no  por 
esto  quedo  justificado,  sino  que  quien 
me  juzga  es  el  Señor.  6  Así  que  no 
os  hagáis  antes  de  tiempo  jueces_  de 
nada  hasta  que  viniere  el  Señor, 


33  El  día  por  antonomasia  es  el  del  juicio  universal.  Dos  veces  en  este  versículo 
se  menciona  el  fuego.  En  la  primera  frase  :  por  cuanto  (el  día)  en  fuego  se  ha  de 
revelar,  fuego  es  la  misma  conflagración  ;  en  la  segunda  :  el  fuego  mismo  lo  aqui- 
etará, el  fuego  se  presenta  como  instrumento  de  la  divina  justicia,  que,  si  no  es  el 
mismo  juicio,  es  su  manifestación  y  ejecución. 

15  Como  a  través  del  fuego  :  aquí  fuego  es  el  fuego  ordinario,  tomado  en  sentido 
propio,  como  término  de  una  comparación.  De  todo  este  pasaje  toman  los  teólogos  ca- 
tólicos un  argumento  a  favor  del  purgatorio.  Al  afirmar  el  Apóstol  el  castigo,  tem- 
poral a  la  vez  y  escatológico,  de  pecados  leves  no  perdonados  previamente,  supone 
un  principio  o  ley  general  :  que  todo  pecado  leve  no  perdonado  es  castigado  tempo- 
ralmente después  de  esta  vida.  Y  no  dice  otra  cosa  el  dogma  católico  sobre  la  exis- 
tencia del  purgatorio. 

"  Templo  de  Dios  se  ha  de  entender  del  cuerpo  social  de  la  Iglesia,  si  bien,  por 
i  xtensión,  puede  aplicarse  a  cada  uno  de  los  fieles.  La  razón  de  ser  la  Iglesia  templo 


de  Dios  es  que  el  Espíritu  de  Dios  habita  en  vosotros  :  argumento 
la  divinidad  del  Espíritu  Santo. 

B  A  los  incautos  constructores  del  edificio  evangélico  opone  aquí  ; 
rriminales  destructores  del  templo  de  Dios. 

****  Los  Corintios  decían  :  «Yo  soy  de  Pablo...»  Pablo  replica  :  110  SO 
Pablo  ;  antes  bien,  Pablo  y  los  demás  ministros  evangélicos  son  yuestr 
la  Iglesia  para  los  ministros,  sino  éstos  para  la  Iglesia.  Y  aun  todas  1 
das,  añade,  son  vuestras,  dado  que  todas  las  ordena  Dios  íara  vuestro 
cuenta  110  entra  Cristo.  Si  no  habéis  de  decir  que  sois  de  Pablo,  sí  h¡ 
que  sois  de  Cristo.  Y  Cristo  (es)  de  Dios.  Habla  aquí  San  Pablo  de  Cri 
hombre,  que,  como  tal,  depende  de  Dios. 

A    1  Misterios  de  Dios  :  son  las  enseñanzas  e  instituciones  que  integran  la  economía 
de  la  redención  ;  el  depósito  de  la  revelación  divina  bajo  todos  sus  aspectos,  así 
doctrinal  como  práctico. 


ifiesto  de 


Jtros  de 
e  no  es 
is  crca- 
En  esta 
le  decir 
cuanto 


-  367  - 


4  6-12 


I  CORINTIOS 


4  13-5  3 


el  cual  sí  sacará  a  luz  los  secretos 
de  las  tinieblas  y  pondrá  al  descu- 
bierto los  designios  de  los  corazo- 
nes, y  entonces  le  vendrá  a  cada 
uno  la  alabanza  de  parte  de  Dios. 


Sin  figuras.  4,  6-7 


6  Estas  cosas,  hermanos,  las  he 
trasladado  figuradamente  a  mí  y  a 
Apolo  a  causa  de  vosotros,  para  que 
en  nosotros  aprendáis  aquello  de 
«No  traspasar  los  límites  de  lo  que 
está  escrito»,  a  fin  de  que  no  os  in- 
fléis uno  a  favor  del  uno  contra  el 
otro.  *  Pues  ¿  quién  reconoce  en  ti 
ventaja  que  te  distinga  de  los  de- 
más ?  ¿Y  qué  tienes  q>»e  no  hayas 
recibido  ?  Y  si  es  así  que  lo  recibis- 
te, 1  a  qué  gloriarte,  cual  si  no  lo 
hubieras  recibido  ? 


Ironías  y  contrastes.  4,  8-16 


*  Ya  estáis  hartos,  ya  os  enrique- 
cisteis;  sin  nosotros  llegasteis  a  rei- 
nar... ¡Y  ojalá  que  reinaseis,  para 
que  también  nosotros  reinásemos  con 
vosotros  !  *  Porque  pienso  que  Dios 
u  nosotros  los  apóstoles  nos  exhibió 
como  los  .  últimos,  cual  condenados 
a  muerte,  pues  fuimos  puestos  como 
espectáculo  al  mundo,  tanto  a  los 
ángeles  como  a  los  hombres.  10  Nos- 
otros, necios  por  causa  de  Cristo  ; 
vosotros,  sensatos  en  Cristo  ;  nos- 
otros, débiles  ;  vosotros,  fuertes  ; 
vosotros,  en  gloria  ;  nosotros,  sin 
honor.  11  Hasta  la  hora  presente  pa- 
samos hambre,  y  padecemos  sed,  y 
andamos  desnudos,  y  somos  abofe- 
teados, y  en  ninguna  parte  hallamos 
seguridad  ;  12  y  nos  fatigamos  tra- 
bajando con  nuestras  propias  ma- 
nos. Ultrajados,  respondemos  con 
bendiciones  ;  perseguidos,  aguanta- 


mos ■  "  difamados,  rogamos  ;  como 
basuras  del  mundo  hemos  venido  a 
ser  desperdicio  de  todos  hasta  ahora. 

"  No  os  escribo  esto  para  sonro- 
jaros, sino  que  como  a  hijos  míos 
queridos  os  amonesto.  16  Pues  aun 
cuando  diez  mil  pedagogos  tuvierais 
en  Cristo,  no,  empero,  muchos  pa- 
dres ;  porque  en  Cristo  Jesús,  por 
medio  del  Evangelio,  yo  os  engen- 
dré. 16  Os  lo  suplico,  pues  ;  sed  imi- 
tadores míos. 


Medios  prácticos.  4,  17-21 

"  Por  esto  mismo  os  envié  a  Ti- 
moteo, que  es  mi  hijo  querido  y  fiel 
en  el  Señor,  el  cual  os  recordará  mis 
normas  de  conducta  que  sigo  en 
Cristo  Jesús,  según  que  enseño  don- 
dequiera en  toda  Iglesia.  u  Como  si 
no  hubiera  yo  de  ir  a  vosotros,  se 
inflaron  algunos.  M  Pues  iré  presto  á 
vosotros,  sí  el  Señor  quisiere  ;  y  co- 
noceré no  la  palabrería  de  esos  in- 
flados, sino  la  eficiencia  ;  20  que  no 
está  en  la  palabrería  el  reino  de 
Dios,  sino  en  la  eficiencia.  23  ¿Qué 
queréis  ?  ¿  Que  vaya  yo  a  vosotro-. 
con  vara  o  bien  con  amor  y  espíritu 
de  mansedumbre  ? 


U.    Segundo  abuso:  un  escándalo 
tolerado 


Excomunión  del  escandaloso.  5,  1-8 

r  'Resueltamente  se  oye  decir  que 
"  hay  en  vosotros  fornicación,  y  tal 
fornicación,  cual  ni  siquiera  entre 
gentiles,  hasta  el  punto  de  tener  uno 
la  mujer  de  su  padre.  2  ¿Y  vosotros 
andáis  inflados,  y  no  más  bien  oí 
pusisteis  de  luto,  para  que  sea  qui- 
tado de  en  medio  de  vosotros  quien 
tal  acción  cometió?  'Pues  yo,  por 


'  No  traspasar  i.os  LÍMITES. . .  :  expresión  proverbial  con  que  San  Pablo  recomienda 
la  moderación  en  los  sentimientos  de  la  propia  estimación. 

1  Satiriza  San  Pablo  la  tonta  vanidad  en  pavonearse  de  glorias  ajenas.  Aunque  no 
se  habla  anuí  de  la  gracia  de  Dios  claro  está  que  a  ella  se  aplican,  >  con  mayor 
razón  todavía,  los  principios  de  humildad  recomendados  por  el  Apóstol. 

pr    1       MUJER  de  su  PADRE  :  la  propia  madrastra. 

fj  3-6  sjc  reproduce  en  la  versión  el  orden  de  los  incisos  cual  se  halla  en  el  original, 
a  pesar  de  su  desaliño.  Kn  ki.  NOMBRE...  significa  autoridad  :  tal  cual  hoy  poseo  la 
jerarquía  eclesiástica  ;  con  EL  poder  significa  potencia  física,  que  es  aquí  la  potestad 


-  368- 


5  4-12 


I  CORINTIOS 


513-6  8 


mi  parte,  ausente  con  el  cuerpo, 
mas  presente  con  el  espíritu,  ya  he 
resuelto,  como  si  presente  me  halla- 
se, al  que  así  tal  obró,  1  en  el  nom- 
bre del  Señor  nuestro  Jesu-Cristo 
— congregados  vosotros  y  mi  espíri- 
tu—, con  el  poder  del  Señor  nuestro 
Jesús  4  entregar  a  ese  tal  a  Satanás 
para  perdición  de  la  carne,  a  fin  de 
ijue  el  espíritu  sea  salvo  en  el  día 
del  Señor  Jesús. 

"  No  es  tan  bueno  eso  de  que  bla- 
sonáis. ¿No  sabéis  que  poca  leva- 
Jura  fermenta  toda  la  masa  ?  '  Ex- 
purgad la  vieja  levadura,  para  que 
seáis  una  masa  nueva,  así  como  sois 
í/imos.  Puesto  que  nuestro  Cordero 
pascual  fué  inmolado,  que  es  Cris- 
to. *  Así  que  hagamos  fiesta,  no  con 
levadura  vieja,  ni  con  levadura  de 
malicia  y  perversidad,  sino  con  ázi- 
mos de  pureza  y  de  verdad. 


Una  mala  inteligencia.  5,  9-13 

*  Os  escribí  en  la  carta  que  no  os 
mezclaseis  con  fornicarios  :  lu  no  ab- 
solutamente con  los  fornicarios  de 
este  mundo  o  con  los  codiciosos  y 
ladrones  o  idólatras,  pues  entonces 
os  rveríais  forzados  a  salir  de  este 
mundo.  u  Ahora,  pues,  lo  que  os  es- 
cribí fué  que  no  os  mezclaseis  con 
quien,  llamándose  hermano,  fuese 
fornicario,  o  codicioso,  o  idólatra,  o 
ultrajador,  o  borracho,  o  ladrón  :  con 
ese  tal,  ni  comer.  13  Pues  ¿qué  me 
va  a  mí  en  juzgar  a  los  de  fuera  ? 


¿Acaso  no  es  a  los  de  dentro  a  los 
que  vosotros  juzgáis  ?  13  A  los  de 
fuera  ya  Dios  los'  juzgará.  Expeled 
al  malvado  de  entre  vosotros 


III.    Tercer  abuso:   pleitos  cris- 
tianos en  tribunales  paganos 


Procesos  escandalosos.  6,  1-8 

£L  1  ¿Se  atreve  alguno  de  vosotros, 
u  si  tiene  pleito  con  el  otro,  a  de- 
mandar justicia  ante  los  injustos  y 
no  ante  los  santos?  2  ¿O  no  sabéis 
que  'los  santos  juzgarán  al  mundo  ?  Y 
si  por  vosotros  va  a  ser  juzgado  el 
mundo,  ¿seréis  indignos  de  senta- 
ros en  tribunales  ínfimos  ?  *  ¿No  sa- 
béis que  a  los  ángeles  juzgaremos  ? 
¡  Pues  no  los  asuntos  cotidianos ! 
'  Si  tuviereis,  pues,  tribunales  para 
asuntos  cotidianos,  a  los  que  nada 
representan  en  la  Iglesia,  a  ésos  po- 
ned por  jueces.  5  Para  sonrojo  vues- 
tro os  lo  digo.  ¿  Conque  no  hay  en- 
ere vosotros  uno  siquiera  sabio,  que 
iea  capaz  de  mediar  como  arbitro 
entre  sus  hermanos  ?  6  ¡  Sino  que 
hermano  con  hermano  litiga,  y  eso 
inte  infieles  !  1  Ya  por  cierto,  pues, 
2S  de  todo  punto  mengua  para  vos- 
otros el  que  entre  vosotros  tengáis 
pleitos.  ¿Por  qué  no  os  dejáis  más 
bien  atropellar  ?  ¿Por  qué  no  os  de- 
jáis más  bien  despojar  ?  ■  Antes  vos- 
otros sois  los  que  atropelláis  y  des- 
pojáis, y  eso  a  hermanos. 


carismálica  de  entregar  el  culpado  a  Satanás.  Es  de  notar  :  1)  que  la  pena  de  que 
habla  San  Pablo  es  algo  más  grave  que  la  simple  excomunión  :  es  la  excomunión 
con  el  agravante  de  entregar  al  incestuoso  en  manos  de  Satanás  ;  21  que  semejante 
sentencia  San  Pablo  no  la  había  fulminado  definitivamente,  sino  sólo  había  resuelta 
fulminarla,  caso  que  los  Corintios  no  excomulgasen  al  reo  ;  3)  que  la  pena  medicinal 
iba  ordenada  a  la  salud  eterna  del  pecador.  De  todo  este  pasaje  se  colige  la  potestad 
que  posee  la  Iglesia  jerárquica  de  excomulgar  a  los  que  por  sus  delitos  se  han  hecho 
indignos  de  la  comunión  eclesiástica. 

"  Expeled  al  malvado  :  conclusión  de  todo  lo  dicho  :  que  los  Corintios  excomul- 
guen al  incestuoso. 

fi  1  Injustos  :  nombre  dado  a  los  infelices  para  [>oner  de  relieve  el  absurdo  de  pedir 
u   justicia  a  los  injustos. 

*"*  Los  sanios  juzgarán  al  mundo...  A  los  ángei  es  :  juez  con  autoridad  propia,  su- 
prema y  definitiva  lo  será  Cristo  exclusivamente.  Xo  obstante,  Cristo,  como  cabeza 
de  los  santos,  así  como  habrá  asociado  todos  sus  miembros  a  su  muerte,  a  su  vida, 
a  su  divina  filiación,  a  su  sacerdocio  y  realeza,  así  también  los  asociará  a  su  potes- 
tad judicial. 

4  A  los  que  nada  representen...  poned  por  jueifs:  antes  que  llevar  vuestros  pleitos 
a  tribunales  infieles,  tomad  como  jueces  a  los  últimos  de  los  fieles.  La  frase  es  iró- 
nica ;  quiere  decir  el  Apóstol  que  busquen  entre  los  fieles  jueces  árbitros  de  su": 
litigios. 


—  369  — 


I  CORINTIOS 


6  14— 7  4 


Castigo  de  tos  injustos.  6,  g-n 


■  ¿O  no  sabéis  que  los  injustos  no 
heredarán  el  reino  de  Dios  ?  No  os 
forjéis  ilusiones.  Ni  fornicarios,  ni 
idólatras,  ni  adúlteros,  ni  afemina- 
dos, ni  sodomitas,  10  ni  ladrones,  ni 
codiciosos,  ni  borrachos,  ni  ultraja- 
dores, ni  salteadores  heredarán  el 
reino  de  Dios.  "  Y  eso  erais  algu- 
nos;  pero  fuisteis  lavados,  pero  fuis- 
teis santificados,  pero  fuisteis  justi- 
ficados en  el  nombre  de  nuestro  Se- 
ñor Jesu-Cristo  y  en  el  Espíritu  de 
nuestro  Dios. 


La  pureza  cristiana,  o.  12-20 


'- — «Todo  me  es  lícito...» 
— Pero  no  todo  es  conveniente. 
— «Todo  me  es  lícito...» 
— Pero  no  me  dejaré  yo  dominar 
por  nada. 

13  — «Los  manjares  para  el  vien- 


tre, y  el  vientre  para  los  manjares...» 

— Pero  Dios  a  éste  y  a  aquéllos  los 
exterminará.  «Y  el  cuerpo»  no  «pa- 
ra la  fornicación»,  sino  para  el  Se- 
ñor, y  el  Señor,  «para  el  cuerpo». 
14  Y  Dios,  como  resucitó  al  Señor, 
también  a  nosotros  nos  resucitará 
con  su  poder.  15  ¿  No  sabéis  que  vues- 
tros cuenpos  son  miembros  de  Cris- 
to ?  ¿  Tomando,  pues,  los  miembros 
de  Cristo,  los  voy  a  hacer  miem- 
bros de  una  ramera  ?  ¡  Eso  no  !  10  ¡  O 
no  sabéis  que  quien  se  ayunta  a  la 
ramera  es  un  cuerpo  con  ella  ?  Por- 
que «serán — dice — los  dos  una  car- 
ne» (Gén.  2,  24).  37  Mas  quien  se 
adhiere  al  Señor,  un  espíritu  es  con 
El.  18  Huid  la  fornicación.  Todo  otro 
pecado  que  hiciere  un  hombre,  fue- 
ra del  cuerpo  queda;  mas  quien  for- 
nica, contra  el  propio  cuerpo  peca. 
19  ¿  O  no  sabéis  que  vuestro  cuerpo 
es  templo  del  Espíritu  Santo,  que 
está  en  vosotros,  el  cual  tenéis  re- 
cibido de  Dios,  y  no  sois  vuestros  ? 
10  Porque  fuisteis  comprados  a  costa 
de  precio  ;  pues  glorificad  a  Dios 
en  vuestro  cuerpo. 


Segunda  parte:  consultas  de  los  Corintios 


I.    Primera  consulta:  matrimonio 
y  continencia 

Relaciones  conyugales.  7,  1-7 

n  'Acerca  de  las  cosas  que  escribis- 
*    teis,  bien  le  está  al  hombre  no 


tocar  mujer ;  2  con  todo,  por  razón  de 
las  fornicaciones,  cada  uno  conserve 
su  propia  mujer,  y  cada  una  con- 
serve su  propio  marido.  3  El  marido 
a  la  mujer  páguele  lo  que  le  es  de- 
bido, e  igualmente  también  la  mu- 
jer al  marido.  4  La  mujer  no  es  due- 


11  Lavados:  por  el  bautismo;  santificados:  con  la  gracia  interna,  que  hace  al 
hombre  digno  de  allegarse  a  Dios  y  le  consagra  a  su  servicio  ;  justificados  :  con  jus- 
ticia real,  que  borra  los  pecados.  Estas  tres  expresiones  son  una  condenación  de  la 
justicia  meramente  imputada  y  forense  de  los  protestantes.  ||  En  el  nombre  :  por  la 
acción  moral  ;  en  El  Espíritu  :  por  la  acción  física  del  Espíritu  Santo. 

12-13  j-jyy  aqtl¡  un  dialocismo,  en  que  San  Pablo  replica  a  ciertos  dichos  de  algu- 
nos Corintios  despreocupados,  que  miraban  la  fornicación  como  cosa  indiferente.  1.a 
frase  ros  manjares  para  ei.  vientre...  es  el  primer  miembro  de  una  comparación  cuyo 
segundo  miembro  calla  el  Apóstol  por  delicadeza  o  por  indignación,  pero  que  se 
trasluce  en  la  réplica  vehemente  .  Y  el  cuerpo  no  para  la  fornicación... 

14-1»  j¿ste  pasaje  es  una  apremiante  recomendación  de  la  pureza.  Cinco  motivos 
principales  propone  San  Pablo  :  1)  nuestra  futura  resurrección,  que  ha  de  espirituali- 
zar nuestra  carne  ;  2)  el  ser  nosotros  miembros  del  cuerpo  místico  de  Cristo  ;  3)  el 
respeto  debido  a  nuestros  propios  cuerpos ;  4)  el  ser  nuestros  cuerpos  templos  del 
Espíritu  Santo  ;  5)  el  ser  nosotros  propiedad  de  Cristo,  que  nos  compró  con  su  san- 
gre. La  impureza,  por  el  contrario,  es  un  materialismo  grosero,  un  sacrilegio  que 
deshonra  los  miembros  de  Cristo,  una  degradación  del  propio  cuerpo,  una  profana- 
ción que  viola  el  templo  del  Espíritu  Santo,  una  injusticia  que  desconoce  los  dere- 
chos de  Cristo  sobre  nosotros. 

T        Por  razón  de  las  fornicaciones  :  para  evitar  el  peligro  de  la  incontinencia. 


7  5-11 


I  CORINTIOS 


7  12-21 


ña  (k  su  propio  cuerpo,  sino  el  ma- 
rido ;  e  igualmente  tampoco  el  ma- 
rido es  dueño  de  su  propio  cuerpo, 
sino  la  mujer.  6  No  os  defraudéis  el 
uno  al  otro,  a  no  ser  de  común 
acuerdo  por  un  tiempo,  con  el  fin 
de  vacar  a  la  oración,  y  luego  tor- 
nar a  juntaros,  no  sea  que  os  tiente 
Satanás  a  causa  de  vuestra  inconti- 
nencia. '  Esto,  empero,  lo  digo  ha- 
ciéndome cargo  de  la  situación,  no 
imponiendo  precepto.  ;  Mi  voluntad 
sería  que  lodos  los  hombres  fueran 
como  yo  soy  ;  mas  cada  cual  tiene 
de  Dios  su  propio  don  :  quién  de 
una  manera,  quién  de  otra. 


Matrimonio  menos  perfecto,  pero 
indisoluble.  8-n 

8  Y  digo  a  los  solteros  y  a  las  viu- 
das :  bien  les  está,  si  se  quedan  lo 
mismo  que  yo  ;  9  pero  si  no  pueden 
guardar  continencia,  que  se  casen  ; 
(pie  mejor  es  casarse  que  abrasarse. 
10  Mas  a  los  ya  casados  ordeno  no 
yo,  sino  el  Señor,  que  la  mujer  no 
se  separe  del  marido,  11  — y  caso  que 
llegare  a  separarse,  que  no  piense 
en  otro  casamiento  o  que  haga  las 
paces  con  su  marido — ,  y  el  marido 
no  despida  a  la  mujer. 


Privilegio  paulino.  12-34 


13  Pero  a  los  demás  digo  yo,  no  el 
Señor  :  Si  algún  hermano  está  ca- 
sado con  mujer  no  cristiana,  y  ella 
se  contenta  de  vivir  con  él,  no  la 
despida  ;  13  y  la  mujer,  si  alguna  es- 
tá casada  con  marido  no  cristiano, 
y  él  se  contenta  de  vivir  con  ella, 
no  despida  al  marido.  M  Pues  santi- 
ficado queda  el  marido  no  cristiano 
en  la  mujer,  y  santificada  queda  la 
mujer  no  cristiana  en  el  hermano  ; 
pues  entonces  vuestros  hijos  fueran 
inmundos,  mientras  que  ahora  son 
santos.  15  Mas  si  el  no  cristiano  se 
separa,  que  se  separe  ;  no  está  es- 
clavizado el  hermano  o  la  hermana 
en  semejantes  casos  ;  antes  a  vivir 
en  paz  nos  ha  llamado  Dios.  16  Pues 
¿  qué  sabes ,  mujer ,  si  salvarás  al 
marido  ?  ¿  O  qué  sabes,  marido,  si 
salvarás  a  la  mujer  ?  17  Sólo  que  se- 
gún que  a  cada  uno  repartió  el  Se- 
ñor, según  que  a  cada  uno  llamó 
Dios,  así  proceda.  Y  así  lo  ordeno 
en  todas  las  Iglesias.  "¿Fué  uno 
llamado  estando  circuncidado?  No 
disimule  su  circuncisión.  ¿Ha  sido 
uno  llamado  siendo  incircunciso  ?  No 
se  circuncide.  10  La  circuncisión  na- 
da es,  y  la  incircuncisión  nada  es, 
sino  la  guarda  de  los  preceptos  de 
Dios.  20  Cada  cual,  en  la  vocación 
con  que  fué  llamado,  en  ésta  fperma- 
nezca.  21  ¡  Fuiste  llamado  siendo  es- 
clavo? No  te  dé  cuidado  ;  antes  bien, 
aun  cuando  puedas  obtener  la  liber- 


6  Si  sk  uutDAX...  :  esto  es, 
;,'óriea  afirmación  desvanece 
Tablo. 

12  Digo  yo,  no  el  Señor  : 
diatamente  divina,  como  lo 
apostólica.  Pero  si  la  ordena 
autoridad  con  que  los  apóstol 

lidad  extrínseca,  que  comiei: 


facili 


aue,  si  el  cónyuge  infiel 
sin  contumelia  del  Cread< 
bertad  para  contraer  segu 
mer  matrimonio  (can.  1.1 

19  Los  buenos  deseos  c 
continuar  en  el  primer  m 

11  Desea  el  Apóstol  que 
social  en  que  antes  de  él 

»  MÁS  BIEN  APROVECHAD 

trarios.  Los  antiguos  y  n: 

estado  de  esclavitud  para 
es  :  «aprovéchate  de  la  oc 
tán  a  favor  de  la  interpn 


que  a  continuación  ordena  no  es  ordenación  Hijue- 
la indisolubilidad  del  matrimonio,  sino  ordenación 

D  misma  no  emana  de  Dios,  de  Dios  se  deriva  la 

flieron  semejantes  ordenaciones. 

e  con  la  gracia  santificante,  pero  sí  con  cierta  san- 
a  sustraerle  al   imperio  de  Satanás,  por  cuanto  le 

itienc  el  llamado  Privilegio  paulino.  Consiste  éste  en 
ira  o  no  quiere  cohabitar  con  el  fiel  (pacificamente, 
J.  Iur.  Can.,  1.120-1.121),  el  cónyuge  fiel  queda  en  li- 
upcias,  con  las  cuales  se  disuelve  el  vínculo  del  pri- 

nr  al  cónyuge  no  son  razón  suficiente  para  querer 

•les^  no  pretendan  con  el  bautismo  cambiar  el  estado 

expresión  ha  sido  interpretada  en  dos  sentidos  con- 
modernos creen  que  el  sentido  es  :  «aprovéchate  del 
a  Dios».  Bastantes  modernos  creen  que  el  sentido 
para  recobrar  la  libertad».  El  texto  y  el  contexto  es- 
tradicional. 


—  3/1  — 


7  22-30 


I  CORINTIOS 


7  31-38 


lad,  más  bien  aprovéchate.  "  Por- 
que el  que  fué  llamado  en  el  Señor 
siendo  esclavo,  liberto  es  del  Señor ; 
asimismo,  el  que  fué  llamado  siendo 
libre,  esclavo  es  de  Cristo.  23  A  pre- 
cio fuisteis  comprados  :  no  os  ha- 
gáis esclavos  de  hombres.  "  Cada 
cual  en  el  estado  en  que  fué  llama- 
do, hermanos,  en  este  permanezca 
ante  Dios. 


Excelencia  de  la  virginidad  sobre  el 
matrimonio.  7,  25-38 

*  Acerca  de  las  vírgenes  no  tengo 
precepto  del  Señor  ;  pero  doy  con- 
cejo como  quien  misericordiosamen- 
te ha  alcanzado  del  Señor  el  ser 
fiel.  25  Entiendo,  pues,  ser  esto  bue- 
no a  causa  de  la  urgente  necesidad ; 
a  saber  :  que  es  bueno  al  hombre  el 
estarse  así.  ¿  Estás  ligado  a  la  mu- 
jer ?  No  busques  ser  desligado.  ¿  Es- 
tás desligado  de  mujer?  No  bus- 
ques mujer.  28  Pero  si  ya  te  hubieres 
casado,  no  pecaste  ;  y  si  se  hubiere 
casado  la  doncella,  no  pecó  ;  tribu- 
lación, empero,  en  la  carne  tendrán 
estos  tales  ;  mas  yo  os  la  ahorro. 

Esto,  pues,  digo,  hermanos  :  el 
tiempo  es  limitado.  Por  lo  demás, 
que  aun  los  que  tienen  mujeres  se 
hayan  como  si  no  las  tuviesen  ;  **y  I 


los  que  lloran,  como  si  no  llorasen  ; 
y  los  que  se  gozan,  como  si  no  se 
gozasen  ;  y  los  que  compran,  como 
si  no  poseyesen  ;  31  y  los  que  usan 
leí  mundo,  como  quien  no  abusa. 
Porque  pasa  la  configuración  de  es- 
te mundo.  Y  quiero  que  viváis  sin 
preocupaciones.  El  soltero  se  pre- 
ocupa por  las  cosas  del  Señor  ¡  có- 
mo agradará  al  Señor.  33  Mas  el  ca- 
sado se  preocupa  por  las  cosas  del 
mundo  :  cómo  agradará  a  la  mu- 
jer ¡  y  anda  dividido.  "  También  la 
mujer  soltera  y  la  virgen  se  preocu- 
pa por  las  cosas  del  Señor  :  cómo 
ser  santa  en  el  cuerpo  y  en  el  es- 
píritu. Mas  la  casada  se  preocupa 
por  las  cosas  del  mundo  :  cómo 
agradará  al  marido.  35  Y  esto  dígolo 
por  vuestro  propio  interés,  no  para 
armaros  un  lazo,  sino  mirando  a  lo 
que  os  cumple  y  facilita  el  trato  fa- 
miliar con  el  Señor  sin  distraimien- 
to. 30  Mas  si  alguno  piensa  ser  mal 
visto  a  causa  de  su  hija  doncella, 
si  pasa  ya  de  la  edad  nubil,  y  es  pre- 
ciso que  así  se  haga,  ejecute  su  de- 
signio ;  no  peca  :  cásense.  3T  Mas  el 
que  se  mantiene  firme  en  su  cora- 
zón, no  viéndose  forzado,  sino  que 
es  dueño  de  hacer  su  voluntad,  \ 
esto  ha  resuelto  en  su  corazón  : 
guardar  su  hija  doncella,  hará  bien. 
,is  De  suerte  que  el  que  casa  su  hija 
doncella,  hace  bien,  y  el  que  no  la 
casa,  hará  mejor. 


lesión  se  significan  las 

impedir  el  libre  servicie 
¡dad. 


)ién  la  duración 
•cedad  poner  en 
abstengan  de  la 


f  El  peasi 
mejor  es  la  < 
claridad  no  t 
dera  Iglesia  < 
dado  a  la  vir 
cía  que  de  al 
la  virginidad. 


1  nación  ite  casar  o  no  casar  a  la  doncella  parece  dejarse  en 
tor,  se  presupone  justamente  que  nada  se  hace  sin  el  libre 

contra  la  inclinación  de  la  misma  interesada.  Habla  San  Pa- 
os, que  no  querrán,  por  satisfacer  caprichos  despóticos,  labrar 

e  San  Pablo  es  bien  claro  :  bueno  es  el  matrimonio,  pero 
.  Todos  los  sofismas  de  los  protestantes  para  oscurecer  esta 
1  efecto  que  convertir  la  virginidad  en  una  nota  de  la  verda- 
Y  como  sola  la  Iglesia  católica  es  la  que  constantemente  ha 
ido  el  honor  que  le  tributa  la  Escritura  divina,  la  consecuen- 
rende  no  es  menos  clara  que  la  doctrina  de  San  Pablo  sobre 


-  372  - 


7  39— g  5 


I  CORINTIOS 


8  6-13 


liudez  y  segundas  nupcias,  y,  39-401  quienes  son  llamados  dioses,  sea  en 
el  cielo,  sea  en  la  tierra— cuales  hay 
~u~s  dioses  y  muchos  señores — , 


30  La  mujer  está  sujeta  al  vínculo  6  1 
todo  el  tiempo  que  viva  su  marido;  D 
nías  si  el  marido  muriere,  queda  li-  ta 
bre  para  casarse  con  quien  quiera,  |  d< 
sólo  que  sea  en  el  Señor.  "  Será, 
con  todo,  más  dichosa  si  permane- 
ciere así,  siguiendo  mi  consejo.  Que 
también  yo  pienso  tener  Espíritu 
de  Dios. 


II.    Segunda  consulta:  uso  de  las 
carnes  inmoladas  a  los  ídolos 


Introducción  digresiva:  ciencia 
v  caridad.  S,  1-3 


O  '  Acerca  de  las  víctimas  sacrifica- 
"  das  a  los  ídolos  sabemos...  (porque 
todos  tenemos  ciencia.  La  ciencia 
infla,  mas  la  caridad  cría  robustez 
maciza.  2  Si  alguno  se  figura  saber 
algo,  todavía  no  ha  sabido  como 
conviene  saber.  3  Mas  si  uno  ama  a 
Dios,  éste  es  conocido  por  El. 


Los  principios  y  los  hechos.  8;  4- 


'  Acerca,  pues,  del  con 
timas  sacrificadas  a  los 
bemos  que  nada  es  un 
mundo  y  que  no  hay  nuL  ~ 
uno  solo.    Puesto  que,  si  bien  ha_\ 


:n  el 
que 


destinados  hacia 
ñor,  Jesu-Cristo, 
das  las  cosas,  y  n. 
El.  7  Pero  no  "en 
ciencia  ;  antes  a 
del  hábito,  pers 
del  ídolo,  comen 
rrificada  al  ídok 
débil  como 


nay  sino  un 
¡en  proceden 
tros  estamos 

un  solo  Se- 
uien  son  to- 

también  por 

se  halla  esa 
,  por  efecto 
aún  ahora, 
ne  como  sa- 


se 


cándalo.  8,  S-i 


*  Tal  o  cual  manjar  no  nos  hará 
recomendables  a  Dios.  Ni,  si  no  co- 
memos, somos  menos  ;  ni,  si  come- 
mos, somos  más.  8  Mas  mirad  que 
esa  libertad  que  os  tomáis  no  ven- 
ga a  ser  tropiezo  para  los  débiles. 
"  Porque  si  alguno  te  viere  a  ti,  que 
tienes  ciencia,"  en  un  templo  idolá- 
trico tomando  parte  en  el  banque- 
te, ¿su  conciencia,  débil  como  es  él, 
no  será  inducida  a  comer  de  las  car- 
nes sacrificadas  al  ídolo  ?  u  ¡  Y  se 
pierde  el  débil  por  tu  ciencia,  el 
Hermano  por  quien  Cristo  murió ! 
11  Y  pecando  así  contra  los  herma- 
nos, y  sacudiendo  a  golpes  su  con- 
ciencia, que  es  débil,  contra  Cristo 
pecáis.  u  Por  lo  cual,  si  tal  o  cual 
manjar  escandaliza  a  mi  hermano, 
no  comeré  carne  nunca  jamás,  para 
ño  escandalizar  a  mi  hermano. 


59  En  el  Señor  :  es  decir,  si  quiere  de  nuevo  casarse,  ha  de  ser  necesariamente 
con  un  cristiano. 

Q   1  -Sabemos...  :  aquí  se  corta  bruscamente  la  frase,  que  se  reanuda  en  el  v.  4.  T.o 
Que  Sigue  :  porque  iodos  TENEMOS  ciENtiA,  es  una  fina  ironía  contra  !a  presunción  de 
ciencia,  de  que  adolecían  no  pocos  Corintios,  ciencia  que  aplicaban  mal  en  el  uso 
de  las  carnes  inmoladas  a  los  ídolos. 

s  Conocido  :  Dios  le  conoce  o  reconoce  por  suyo,  pone  sus  ojos  en  él,  le  mira 
complacido. 

4-*  A  los  llamados  dioses,  así  los  olímpicos  como  los  imperiales,  unos  y  otros  lla- 
mados también  señores,  contrapone  el  Apóstol  el  único  verdadero  Dios  y  el  único 
\trdadtro  Señor.  En  virtud  de  esta  contraposición,  el  término  Señor  no  es  menos 
idiviilOi  que  el  mismo  término  Dios,  como  que  ambos  responden  igualmente,  pov 
vía  de  contraste,  a  los  que  indiferente  o  equivalentemente  son  apellidados  dioses 
o  señores.  La  atribución  .leí  término  Dios  al  Padre  no  es  exclusiva,  como  no  lo  es 
la  del  termino  Señor  a  Jc-su-Cristo. 

Tres  cosas  enseña  aquí  San  Pablo  :  1)  que  los  manjares  son  de  suyo  moral- 
mente  indiferentes;  21  que  lo  que  es  de  suyo  indiferente  puede  convertirse  en  malo, 
siempre  que  sea  ocasión  de  escándalo;  s)  que  los  pecados  de  escándalo  no  sólo  per- 
judican a  nuestros  hermanos,  sino  que  ofenden  a  Cristo. 


—  373  — 


9  1-14 


I  CORINTIOS 


9  15-21 


El  ejemplo  de  Pablo,  q,  1-2?, 

Q  '  c  No  soy  yo  libre  ?  ¿  No  soy  após- 
-*  lol  ?  ¿  Es  que  no  he  visto  a  Jesús, 
Señor  nuestro  ?  ¿  No  sois  vosotros 
obra  mía  en  el  Señor  ?  1  Si  para 
otros  no  soy  apóstol,  para  vosotros 
sí  lo  soy.  Porque  el  sello  de  mi  apos- 
tolado vosotros  sois  en  el  Señor. 
8  Tal  es  mi  defensa  para  los  que  me 
discuten.  ''¿Acaso  no  tenemos  de- 
recho a  comer  y  beber?  c  ¿Acaso  no 
tenemos  derecho  a  traer  con  nos- 
otros una  mujer  hermana,  lo  mismo 
que  los  demás  apóstoles  y  los  her- 
manos del  Señor,  y  Cefas  ?  6  ¿  O  sólo 
yo  y  Bernabé  no  tenemos  derecho  a 
no  trabajar  ?  7  ¿  Quién  milita  jamás 
a  su  propia  costa?  ¿Quién  planta 
una  viña  y  no  come  su  fruto  ?  ¿  Quién 
apacienta  un  rebaño  y  no  se  alimen- 
ta de  la  leche  del  rebaño  ?  8  ¿  Acaso 
hablo  así  con  criterio  humano,  y  no 
dice  esto  también  la  ley  ?  °  Porque 
en  la  ley  de  Moisés  está  escrito  : 
«No  pondrás  bozal  al  buey  que  tri- 
lla» (Dr.  25,  4).  ¿  F.s  que  íe  importa 
a  Dios  de  los  bueyes?  10  ¿O  lo  dice, 
ni  más  ni  menos,  por  nosotros?  Sí 
que  por  nosotros  se  escribió  que  de- 
be con  esperanza  arar  el  que  ara  ; 
y  el  que  trilla,  con  esperanza  de  te- 
ner su  parte.  11  Si  nosotros  sembra- 
mos en  vosotros  bienes  espirituales, 
¿  será  mucho  que  nosotros  cose- 
dhemos  vuestros  bienes  materiales? 
r-  Si  otros  se  toman  este  derecho 
sobre  vosotros,  ¿  no  con  más  ra- 
zón nosotros  ?  Con  todo,  no  hici- 
mos uso  de  semejante  derecho  ;  an- 
tes bien,  todo  lo  sobrellevamos  por 
no  crear  obstáculo  alguno  al  Evan- 
gelio de  Cristo.  13  ¿  No  sabéis  que 
los  que  ejercen  funciones  sagradas, 
del  sagrado  lugar  sacan  su  susten- 
to? ¿Que  los  que  al  altar  asisten, 
con  el  altar  entran  a  la  parte  ?  11  Así  1 


también  ordenó  el  Señor  a  los  que 
anuncian  el  Evangelio  vivir  del 
Evangelio.  15  Mas  yo  no  me  he  apro- 
vechado de  nada  de  eso.  Y  no  os 
escribí  esto  con  el  intento  de  que 
así  se  haga  conmigo;  que  mejor  me 
fuera  antes  morir  que...  —  mi  gloria 
nadie  la  anulará — .  "Porque,  si  pre- 
dico el  Evangelio,  no  es  para  mí  glo- 
ria ninguna  ;  coacción  es  la  que  pe- 
•sa  sobre  mí  ;  pues  ¡  av  de  mí  si  no 
predicare  el  Evangelio !  "  Pues  si 
por  mi  propia  iniciativa  hiciera  es- 
to, recibiría  mi  salario  ;  mas  si  por 
imposición  ajena,  eso  es  puro  des- 
empeño de  un  carero  que  me  ha  sido 
confiado.  ls  ¿  Cuál  es,  pues,  mi  sala- 
rio ?  Que  al  predicar  el  Evangelio 
lo  ponga  de  balde,  para  no  hacer 
valer  mi  estricto  derecho  en  la  pre- 
dicación del  Evangelio.  VJ  Porque, 
siendo  yo  libre  de  todos,  a  todos  me 
esclavicé,  para  ganar  a  los  más.  20  Y 
me  hice  con  los  judíos  como  judío, 
para  ganar  a  los  judíos  ;  con  los 
que  están  bajo  ley,  como  quien  está 
bajo  ley,  no  estando  yo  bajo  lev.  lia- 
ra ganar  a  los  que  están  bajo  ley  ; 
21  con  los  que  están  sin  ley,  como 
quien  está  sin  ley,  no  estando  sin 
ley  de  Dios,  sino  con  la  ley  de  Cris- 
to, para  ganar  a  los  que  están  sin 
ley  ;  22  me  hice  con  los  débiles  dé- 
bil, para  ganar  a  los  débiles  ;  me  he 
hecho  todo  a  todos,  para  de  todos 
modos  salvar  a  algunos.  23  Y  todo 
esto  lo  hago  por  causa  del  Evange- 
lio, para  tener  también  yo  alguna 
parte  en  él. 

Ejemplo  tomado  de  los  certámenes 
ístmicos,  g,  24-27 

M¿No  sabéis  que  los  que  corren 
en  el  estadio,  todos,  sin  duda,  co- 
rren, mas  uno  solo  recibe  'el  pre- 


9'-=  Elocuentísimo  alegato,  en  que  San  Pablo  pone  <le  relieve  sus  derechos  de 
apóstol  para  decir  luego  que  a  todos  ellos  ha  renunciado  en  bien  de  sus  hermano-. 
Lo  mismo  deben  hacer  los  Corintios  «ilustrados»  renunciando  a  la  libertad  de  comer 
cualquiera  clase  de  manjares  para  no  escandalizar  a  los  DÉBILES. 

10-17  Bajo  esas  apariencias  serviles  muestra  San  Pablo  la  nobilísima  generosidad  de 
su  corazón.  Si  se  mira  como  un  esclavo  que,  sin  derecho  ninguno  a  la  retribución, 
debe  de  antemano  todos  sus  servicios  y  su  vida  misma  a  su  Señor,  el  mismo  con- 
siderarse  como  esclavo  es  efecto  de  aquella  absoluta  sujeción  con  que  se  ha  entre- 
gado irrevocablemente  a  Jcsu-Cristo.  Siente  que  pesa  sobre  él  una  coacción  que  le 
subyuga  ;  mas  esta  misma  coacción  es  la  fuerza  irresistible  que  sobre  su  corazón 
ejerce  el  amor  de  Jesu-Cristo. 

20  Lev  :  la  ley  de  Moisés. 

21  Los  que  están  sin  ley  :  los  gentiles,  no  sujetos  a  la  ley  mosaica. 

M-21  Todo  este  pasaje  está  entretejido  de  términos  técnicos  propios  de  los  certáme- 
nes gímnicos.  Para  los  Corintios,  espectadores  entusiastas  de  esos  certámenes  en  el 


—  374  — 


9  25-10  2 


I  CORINTIOS 


10  3-10 


mió?  De  tal  modo  corred,  que  lo 
alcancéis.  26  Y  todo  el  que  toma  par- 
te en  el  certamen,  de  todo  se  abs- 
tiene ;  y  ellos,  al  fin,  lo  hacen  por 
obtener  una  corona  que  se  marchi- 
ta ;  mas  nosotros,  una  que  no  se 
marchita.  m  Yo,  pues,  así  corro,  no 
como  a  la  aventura  ;  así  lucho  en  el 
pugilato,  no  como  quien  da  en  el 
aire  ;  j;  sino  que  abofeteo  mi  cuer- 
po y  lo  reduzco  a  esclavitud,  no  sea 
que,  después  de  pregonar  el  premio 
para  otros,  quede  yo  descalificado. 


Peligro  de  idolatría.  io,  r-13 


i  rv  1  Pues  no  quiero  que  ignoréis, 
hermanos,  que  nuestros  padres 
todos  estuvieron  debajo  de  la  nube, 
y  todos  atravesaron  el  mar,  =  y  to- 
dos fueron  bautizados  en  Moisés  en 


la  nube  y  en  el  mar,  3  y  todos  co- 
mieron un  mismo  manjar  espiri- 
tual, 4  y  todos  bebieron  una  111  i 
ma  bebida  espiritual,  puesto  que 
bebían  de  una  piedra  espiritual  que 
les  seguía  ;  y  la  piedra  era  Cristo. 
6  Sin  embargo,  en  la  mayor  parte 
de  ellos  no  se  agradó  Dios,  pues 
quedaron  tendidos  en  el  desierto. 
6  Estas  cosas  fueron  figuras  referen- 
tes a  nosotros,  a  fin  de  que  110  fué- 
ramos codiciadores  de  lo  malo,  co- 
mo ellos  lo  codiciaron.  7  Ni  os  ha- 
gáis idólatras,  como  alguno  de  ellos, 
según  que  está  escrito  :  «Sentóse  el 
pueblo  a  comer  y  beber,  y  levan- 
tóse a  divertirse»  (Ex.  32,  6).  8  Ni 
forniquemos,  como  algunos  de  ellos 
fornicaron,  y  caveron  en  un  solo  día 
veintitrés  millares.  6  Ni  tentemos  al 
Señor,  como  algunos  de  ellos  le  ten- 
taron, y  perecieron  mordidos  por 
las  serpientes.  10  Ni  murmuréis,  co- 
mo murmuraron  algunos  de  ellos, 


estadio  del  Istmo,  junto  al  cual  se  hallaba  Corinto,  tenían  semejantes  términos  un 
colorido  y  un  realismo  que  para  nosotros  han  perdido. 

1  O  W"  *  'os  ,llot'VOs  anteriormente  expuestos  añade  San  Pablo  otro  más  apremian- 
■W  te  :  el  propio  peligro  ;  peligro  que  él  les  pone  ante  los  ojos  recordándoles  la  his- 
toria de  los  israelitas,  a  quienes  los  favores  divinos  no  inmunizaron  contra  la  tenta- 
ción y  la  caída. 

1  Nuestros  padres  :  los  hijos  de  Israel.  La  Iglesia,  como  ael  Israel  de  Dios» 
(Gál.  6,  16),  si  nada  tiene  que  ver  con  la  ley  de  Moisés,  sí  tiene  que  ver  con  la 
«promesa»  hecha  a  los  patriarcas,  cuyos  hijos  y  herederos  son  oen  Cristo  Jesús» 
todos  los  cristianos.  ||  La  nube:  era  aquella  nube  que  en  forma  de  columna  guiaba 
a  los  israelitas  por  el  desierto. 

*  El  doble  hecho  de  estar  bajo  la  nube  y  atravesar  el  mar  es  para  San  Pablo 
una  doble  figura  del  bautismo  cristiano. 

3-4  Manjar  espiritual  :  el  maná  ;  bebida  espiritual  :  el  agua  que  dos  veces  brotó 
de  la  peña,  herida  con  la  vara  de  Moisés  :  doble  figura  de  la  Eucaristía.  ||  Piedra 
espiritual  que  les  seguía  :  la  roca  material,  que  suministró  abundante  bebida  a  los 
hijos  de  Israel,  era  imagen  de  otra  cPeña»  viviente,  como  le  llama  frecuentemente 
la  Escritura  :  Yahveh,  defensa  inexpugnable  de  Israel  y"  fuente  de  todo  bien  ;  Peña, 
110  inmóvil,  como  las  rocas  del  monte  Horeb,  sino  que  les  acompañaba  en  su  ca- 
mino por  el  desierto.  Y  la  piedra  era  Crisio,  añade  solemnemente  el  Apóstol ;  esta 
Peña,  Yahveh,  sostén,  guía  y  sustento  de  Israel,  era  el  mismo  Cristo.  Así  entendido, 
como  debe  entenderse,  este  misterioso  pasaje,  es  una  de  las  más  gloriosas  confesio- 
nes de  la  divinidad  de  Jesu-Cristo. 

6  De  los  seiscientos  tres  mil  israelitas  varones  que  dos  años  después  del  éxodo 
habían  cumplido  los  veinte  de  edad,  sólo  dos,  Josué  y  Caleb,  entraron  en  la  tierra 
prometida. 

9  Figuras  o  tipos  :  aquí  enseña  San  Pablo  el  carácter  figurativo  o  típico  del  An- 
tiguo Testamento.  ||  Codiciadores  de  lo  malo:  como  los  israelitas,  que  codiciaron 
las  carnes  y  pescados  de  Egipto  :  concupiscencia,  que  Dios  castigó,  euviándoles  las 
codornices ;  con  cuyas  carnes  aun  entre  los  dientes  fueron  heridos  por  la  cólera 
divina  (Núni.  11,  4-34). 

7  Idólatras:  son  los  que  adoraron  el  becerro  de  oro  (Ex.  32,  1-6).  ||  Comer. 
completaron  la  idolatría  comiendo  las  carnes  de  las  víctimas  inmoladas  al  becerro. 
DIVERTIRSE :   después  del  banquete  cantaron  y  danzaron  en  toruo  al  ídolo. 

8  Fornicaron  :  con  las  hijas  de  Moab,  y  se  iniciaron  en  los  impuros  ritos  de 
Ilcelfcg.ir,  el  ídolo  de  la  torpeza.  ||  Cxyeron  :  castigados  por  los  jueces  de  Israel 
íXi'im.  25,  1-9). 

■  Le  tentaron  :  cuando  hablaron  contra  Moisés,  porque  los  había  sacado  de  Egip- 
to, y  contra  Dios,  porque  no  les  daba  otra  comida  que  el  maná  (Núm.  21,  4-91. 

1U  Como  murmuraron  algunos  :  como  Coré,  Datan  y  Abirón,  quienes  en  castigo 
de  su  sedición  fueron  tragados  vivos  por  la  tierra  juntamente  con  sus  familias,  sus 
bienes  y  sus  partidarios;  o  como  la  muchedumbre  de  los  hijos  de  Israel,  quienes 


—  37.S  — 


10 


I  CORINTIOS 


10  16-21 


y  perecieron  a  manos  del  Exter- 
-minador.  11  Y  estas  cosas  todas  Jes 
acaecían  figurativamente,  y  fueron 
escritas  como  amonestación  para 
nosotros,  que  hemos  alcanzado  las 
postrimerías  de  los  siglos.  a  Así  que 
quien  piense  estar  en  pie,  mire  no 
caiga.  18  No  os  ha  sobrevenido  ten- 
tación que  no  sea  humana  ;  mas  fiel 
es  Dios,  quien  no  permitirá  que 
seáis  tentados  más  de  lo  que  po- 
déis ;  antes  hará  que  con  la  tenta- 
ción tengáis  el  buen  suceso  de  po- 
derla sobrellevar 


Huid  de  la  idolatría,  io,  14-22 

11  Por  lo  cua'l,  queridos  míos,  huid 
de  la  idolatría.  15  Como  a  pruden- 


tes hablo  ;  juzgad  vosotros  mismos 
lo  que  digo. 

M  El  cáliz  de  la  bendición  que 
bendecimos,  ¿no  es  acaso  comunión 
con  la  sangre  de  Cristo  ?  El  pan  que 
partimos,  ¿no  es  acaso  comunión 
con  el  cuerpo  de  Cristo  ?  11  Puesto 
que  uno  es  el  pan,  un  cuerpo  so- 
mos la  muchedumbre  ;  pues  todos 
de  un  solo  pan  participamos.  15  Mi- 
rad al  Israel  según  la  carne  :  ¿por 
ventura  los  que  comen  de  las  víc- 
timas no  entran  en  comunión  con 
el  altar  ? 

10  ¿  Qué  digo,  pues  ?  ¿  Que  lo  in- 
molado a  los  ídolos  es  algo  ?  ¿  O  que 
el  ídolo  es  algo  ?  20  Pero  es  que  lo 
que  inmolan  los  gentiles,  a  los  de- 
monios, y  no  a  Dios,  lo  inmolan. 
Y  no  quiero  que  vosotros  entréis  en 
comunión  con  los  demonios.  21  No 


furiosos  por  este  castigo  de  los  rebeldes,  se  amotinaron  contra  Moisés  y  Aarón,  y 
perecieron  más  de  catorce  mil  de  ellos  en  manos  del  ángel  exterminador. 

11  Hemos  alcanzado  las  postrimerías  de  los  siglos  :  versión  algo  libre  de  la  frase 
original  «a  quienes  han  venido  al  encuentro  los  fines  de  los  siglos»,  esto  es,  a  cuyo 
encuentro  han  llegado  los  últimos  siglos,  o  sea  la  plenitud  de  los  tiempos  me- 
BÍánicos. 

13  Humana  :  esto  es,  proporcionada  a  las  fuerzas  humanas  con  el  socorro  ordinario 
de  la  gracia  divina. 

14-2:  Quiere  el  Apóstol  persuadir  a  los  Corintios  que  el  comer  de  las  victimas 
inmoladas  a  los  ídolos  no  sólo  entraña  el  peligro  de  la  idolatría,  sino  que  es  en  si 
mismo  idolatría  formal.  Y  lo  prueba  por  el  principio  general,  que  el  comer  las 
carnes  de  la  víctima  es  asociarse  al  sacrificio  y  entrar  en  comunión  con  la  divi- 
nidad, verdadera  o  falsa,  a  quien  ha  sido  inmolada  la  víctima.  Este  principio  general 
lo  presenta  San  Pablo  en  dos  casos  concretos  :  el  sacrificio  eucarístico  y  los  sa- 
crificios de  Israel.  A  la  objeción  de  que  en  los  sacrificios  gentílicos  no  existe  obje- 
tivamente divinidad  alguna  con  la  cual  se  pueda  entrar  en  comunión,  responde  el 
Apóstol  que  esos  sacrificios  en  realidad  se  ofrecen  a  los  demonios,  con  los  cuales 
por  medio  de  ellos  se  entra  en  verdadera  comunión. 

10  El  cáliz  de  la  bendición  :  así  se  llama  el  cáliz  eucarístico,  o  simplemente  pot 
razón  de  las  preces  que  acompañan  la  consagración,  o,  mejor,  por  haber  consa. 
grado  el  Señor  en  la  última  cena  la  copa  de  vino  denominada  por  los  judíos  tel 
cáliz  de  la  bendición». 

El  principal  interés  de  este  versículo  está  en  lo  que  enseña  el  Apóstol  sobre  el 
sacrificio  eucarístico.  La  cena  del  Señor,  la  participación  del  pan  y  del  cáliz  de  la 
bendición,  ¡u  comunión  del  cuerpo  y  de  la  sangre  de  Cristo,  supone  e  incluye  un 
verdadero  sacrificio.  Si  esto  no  fuera  así,  el  razonamiento  del  Apóstol  sería  un 
paralogismo.  En  efecto,  San  Pablo  establece  una  paridad  perfecta  entre  el  banquete 
eucarístico  y  el  banquete  idolátrico,  para  probar  que  como  el  primero  es  una  co- 
munión con  Cristo,  así  el  segundo  es  una  comunión  con  los  demonios.  Y  ¿  por  qué 
el  banquete  idolátrico  pone  al  que  de  ¿1  participa  en  comunicación  con  los  de- 
monios? Porque  es  una  extensión  del  sacrificio  idolátrico,  ofrecido  a  los  demonios. 
Por  medio  de  las  carnes  inmoladas  entra  el  que  las  come  en  comunión  con  la  vícti 
ma,  con  el  altar,  con  el  sacrificio  y  con  la  divinidad,  en  cuyo  honor  se  ha  ofrecido. 
Ahora  bien,  para  que  sea  exacta  la  paridad  establecida  entre  el  banquete  eucarístico 
y  el  idolátrico,  ambos  igualmente  vínculos  de  unión  con  la  divinidad,  verdadera  o 
falsa,  es  menester  que  también  la  carne  y  la  sangre  de  Cristo  sean  la  víctima 
inmolada  de  otro  sacrificio,  por  medio  del  cual  el  que  de  ellas  participa  entre  en 
comunión  con  Cristo.  La  paridad  recibe  nueva  luz  y  confirmación  decisiva  con 
la  comparación  entre  el  banquete  eucarístico  y  los  banquetes  sacrifícales  de  Israel. 
«Los  que  comen  de  las  víctimas — dice  San  Pablo—,  comunican  con  el  altar»  y  con 
el  sacrificio,  lo  cual  supone  que  la  carne  y  la  sangre  eucarística  son  igualmente 

"  Aquí  presenta  San  Pablo  la  comunión  con  Cristo  como  vínculo  de  la  comunión 
de  los  santos,  los  cuales,  al  participar  de  un  mismo  pan,  al  entrar  en  comunión  to- 
dos ellos  con  el  mismo  Cristo,  quedan  por  el  mismo  caso  estrechamente  unidos 
entre  sí. 


-37<5- 


10  22-30 


I  CORINTIOS 


10  31-11  6 


podéis  beber  el  cáliz  del  Señor  y  el 
cáliz  de  los  demonios  ;  no  podéis 
participar  de  la  mesa  del  Señor  y 
de  la  mesa  de  los  demonios.  8¿Ües 
que  pretendemos  meter  celos  al  Se- 
ñor ?  i  Por  ventura  somos  más  fuer- 
tes que  El ? 


Solución  práctica,  io,  23-33  ;  11 »  1 


"  «Todo  es  lícito...»  Pero  no  todo 
es  conveniente.  «Todo  es  lícito...» 
Pero  no  todo  edifica.  24  Nadie  bus- 
que su  propio  interés,  sino  el  ajeno. 

115  Todo  cuanto  se  vende  en  la  car- 
nicería, comedio,  sin  más  averigua- 
ciones motivadas  por  la  conciencia. 
26  Que  «del  Señor  es  la  tierra  y  todo 
cuanto  la  llena»  (Sal.  23,  1). 

"  Si  alguno  de  los  infieles  os  in- 
vita a  comer,  y  queréis  ir,  comed 
todo  lo  que  se  os  presente,  sin  más 
averiguaciones  motivadas  por  la  con- 
ciencia. 

28  Mas  si  alguno  os  dijere  ;  «Esto 
fué  inmolado  a  los  ídolos»,  no  co- 
máis de  ello,  por  causa  del  que  hizo 
la  indicación  y  por  la  conciencia. 
-a  Conciencia,  digo,  no  la  propia,  si- 
no la  ajena.  Pues  ¿por  qué  mi  li- 
bertad ha  de  ser  juzgada  por  ajena 
conciencia  ?  so  Si  yo  participo  con  ac- 
ción de  gracias,  ¿  por  qué  soy  cen- 
surado por  lo  que  tomo  con  haci- 
mieJito  de  gracias  ? 


M  Ora,  pues,  comáis,  ora  bebáis, 
ora  hagáis  cualquier  otra  cosa,  ha- 
cedlo  todo  a  gloria  de  Dios.  12  No 
deis  ocasión  de  tropiezo  a  judíos  ni 
a  gentiles  ni  a  la  Iglesia  de  Dios  ; 
83  como  yo  también  en  todo  com- 
plazco a  todos,  no  buscando  mi  pro- 
pia utilidad,  sino  la  de  los  demás, 
a  fin  de  que  sean  salvos. 

1 1    1  Haceos  imitadores  míos,  co- 
mo  yo  lo  soy  de  Cristo. 

III.    Tercera  consulta:  reuniones 
litúrgicas 

El  velo  de  las  mujeres.  11,  2-16 


1  Os  alabo,  porque  en  todo  os  acor- 
dáis de  mí  y  mantenéis  las  tradicio- 
nes tales  cuales  yo  os  las  transmití. 
3  Mas  quiero  que  sepáis  que  de  todo 
varón  la  cabeza  es  Cristo,  y  que  la 
cabeza  de  la  mujer  es  el  varón,  y  la 
cabeza  de  Cristo  es  Dios.  *  Todo  va- 
rón que  ora  o  profetiza  con  la  cabeza 
cubierta,  afrenta  su  cabeza.  6  Mas  to- 
da mujer  que  ora  o  profetiza  con  la 
cabeza  descubierta,  afrenta  su  cabe- 
za ;  pues  es  una  misma  cosa  con  la 
mujer  rapada.  *  Pues  si  la  mujer  no 
se  cubre  la  cabeza,  que  se  haga  tam- 
bién trasquilar.  Mas  si  es  afrento- 
so para  una  mujer  ser  trasquilada  o 


as-M  Aquí,  finalmente,  San  Pablo  da  la  solución  práctica  al  problema  propuesto 
distinguiendo  tres  casos  :  i)  respecto  de  las  carnes  que  se  venden  públicamente,  per. 
mite  que  las  coman  libremente,  sin  preocuparse  de  su  procedencia;  2)  en  el  caso 
de  ser  invitados,  si  -nada  se  dice  de  la  procedencia  de  las  carnes,  coman  también  sin 
más  averiguaciones  ;  3)  mas  si  en  el  convite  se  indicase  que  las  carnes  son  de  vic- 
timas sacrificadas  a  los  ídolos,  absténganse  en  absoluto. 

2B-30  Distinguiendo  entre  el  acto  externo  y  la  conciencia  interna,  recomienda 
San  Pablo  que  en  la  conducta  externa  nos  acomodemos  a  la  conciencia  ajena,  siem- 
pre que  así  lo  exija  la  caridad  ;  pero  añade  que  esa  acomodación  en  lo  exterior  no 
implica  una  abdicación  o  una  condenación  de  la'propia  conciencia,  siempre  que  sea 
recta,  como  en  el  caso  presente. 

-J  -t  Al  prescribir  San  Pablo  que  las  mujeres  asistan  a  las  reuniones  litúrgicas  con 

-LA  ve]D  en  )a  cabeza,  razona  su  prescripción  de  esta  manera  :  por  una  parte,  la  mu- 
jer, sometida  al  varón  por  ordenación  divina,  debe  mostrar  siempre  esta  sumisión;  por 
otra  parte,  el  cubrir  la  cabeza  con  velo  era  considerado  cuino  señal  de  la  potestad 
del  varón  sobre  la  mujer,  tanto  que  el  velo  mismo  recibió  el  nombre  de  «potestad». 
A  esta  razón  fundamental  añade  otras  dos  :  1)  el  respeto  debido  a  los  Angeles,  cela- 
dores de  la  subordinación  jerárquica  establecida  por  Dios  entre  el  varón  y  la  mu- 
jer; 2)  el  hecho  mismo  que  la  naturaleza  ha  poblado  la  cabeza  de  la  mujer  con  más 
abundante  cabellera  ;  a  lo  cual  agrega  el  motivo  estético-moral  :  que  la  larga  cabe- 
llera al  varón  le  afemina  ;  a  la  mujer,  en  cambio,  la  hermosea  y  ennoblece. 

*  De  una  manera  la  mujer  tiene  por  cabeza  al  varón,  y  de  otra,  el  varón  tiene 
por  cabeza  a  Cristo.  La  mujer  tiene  por  cabeza  al  varón,  por  cuanto  reconoce  en  él 
superioridad  y  autoridad  sobre  sf  ;  el  varón,  en  cambio,  tiene  por  cabeza  a  Cristo, 
por  cuanto  de  El  recibe  la  potestad  que  ejerce  sobre  la  mujer. 


—  377  — 


11  7-18 


I  CORINTIOS 


11  19-28 


rapada,  cúbrase.  '  El  varón  no  debe 
ciertamente  cubrir  la  cabeza,  siendo 
como  es  imagen  y  gloria  de  Dios  ; 
mas  la  mujer  es  gloria  del  varón. 
6  Porque  no  procede  el  varón  de  la 
mujer,  sino  la  mujer  del  varón. 
0  Pues  que  no  fué  creado  el  varón 
por  causa  de  la  mujer,  sino  la  mu- 
jer por  causa  del  varón.  10  Por  esto 
debe  llevar  la  mujer  sobre  su  ca- 
beza la  potestad  por  causa  de  los 
ángeles.  u  Sin  embargo,  ni  la  mu- 
jer sin  el  varón,  ni  el  varón  sin  la 
mujer,  en  el  Señor.  12  Porque  como 
la  mujer  procede  del  varón,  así  tam- 
bién el  varón  por  medio  de  la  mu- 
jer ;  y  todas  las  cosas,  de  Dios. 
13  Juzgad  por  vosotros  mismos.  ¿  Es 
decente  que  la  mujer  ore  a  Dios 
descubierta?  "¿Y  no  os  enseña  la 
naturaleza  misma  que  si  el  varón 
deja  crecer  la  cabellera,  es  un  des- 
honor para  él  ;  15  mas  si  la  mujer 
la  deja  crecer,  es  un  honor  para 
ella  ?  Porque  la  cabellera  le  ha  sido 
ilada  a  guisa  de  velo.  16  Si,  con  todo 
eso,  hay  alguno  amigo  de  porfiar, 
nosotros  no  tenemos  tal  costumbre, 
ni  las  Iglesias  de  Dios. 


Agape  y  Eucaristía,  ir,  17-34 


"  Y  esto  prescribo,  no  alabando 
el  que  os  reunís,  no  para  lo  me- 
jor, sino  para  lo  peor.  18  Porque  pri- 


meramente oigo  decir  que.  cuando 
os  reunís  en  la  Iglesia,  existen  en- 
tre vosotros  escisiones,  y  en  parte 
lo  creo.  19  Porque  es  fuerza  que  aun 
bandos  haya  entre  vosotros,  para 
ue  también  se  pongan  de  mani- 
esto  entre  vosotros  los  que  son  de 
temple  acrisolado.  20  Cuando  os  re- 
unís, pues,  en  común,  ya  no  es  eso 
comer  la  cena  del  Señor.  21  Porque 
cada  cual,  al  comer,  se  adelanta  a 
tomar  su  propia  cena,  y  uno  pasa 
hambre  y  otro  se  embriaga.  22  ¿Pues 
qué?  ¿Ño  tenéis  casas  para  comer 
y  beber  ?  ¡O  es  que  menospreciáis 
la  Iglesia  de  Dios  y  avergonzáis  a 
los  que  no  tienen  ?  ¿  Qué  os  diré  ? 
¿  Os  alabaré  ?  En  esto  no  os  alabo. 

23  Pues  yo  recibí  del  Señor  lo  mis- 
mo que  os  transmití  a  vosotros  : 
que  el  Señor  Jesús,  la  noche  que 
era  entregado,  tomó  pan,  24  v  ha- 
biendo dado  gracias,  lo  partió  v  di- 
jo :  «Este  es  mi  cuerpo,  que  se  da 
por  vosotros  ;  haced  esto  en  memo- 
ria de  mí.»  25  Asimismo  el  cáliz, 
después  de  haber  cenado,  diciendo  : 
«Este  cáliz  es  el  Nuevo  Testamen- 
to en  mi  sangre  ;  haced  esto,  cuan- 
tas veces  bebiereis,  en  memoria  de 
mí.»  26  Porque  cuantas  veces  coméis 
este  pan  y  bebéis  el  cáliz,  anunciáis 
la  muerte  del  Señor,  hasta  que  ven- 
ga. 27  De  suerte  que  quien  comiere 
el  pan  o  bebiere  el  cáliz  del  Señor 
indignamente,  reo  será  del  cuerpo 
v  de  la  sangre  del  Señor.  28  Prué- 
bese el  hombre  a  sí  mismo,  y  así 


11  En  el  plan  divino,  el  varón  y  la  mujer  se  complementan  mutuamente  no  sólo 
en  el  orden  natural,  sino  también  en  el  social. 

17-ii  Tenemos  en  este  pasaje  un  testimonio  de  la  existencia  y  legalidad  de  los 
llamados  ágapes  en  la  primitiva  Iglesia.  Era  el  ágape  una  cena  fraternal  y  sobria, 
que,  como  la  última  cena  del  Señor,  precedía  inmediatamente  a  la  celebración  de  lo- 
saurados  misterios.  Suministraban  los  manjares  los  fieles  más  ricos  ;  todos,  empero, 
participaban  igualmente.  Y  los  manjares  no  se  tomaban  separadamente,  sino  que  se 
aguardaban  unos  a  otros.  Era,  pues,  una  cena  litúrgica  :  era  «la  cena  del  Señor».  En 
Corinto  se  introdujeron  dos  abusos  :  que  algunos,  6Ín  aguardar  a  sus  hermanos,  se 
adelantaban  a  comer  lo  que  habían  traído,  y  que  no  guardaban  la  debida  moderación. 

Tres  cosas  principalmente  contiene  esta  instrucción  acerca  de  la  Eucaristía  : 
la  historia  de  la  institución,  el  misterio  de  la  presencia  real  y  su  carácter  de  sacri- 
ficio. En  cuanto  a  la  historia,  a  la  narración  de  los  Sinópticos  añade  San  Pablo 
aquel  rasgo  patético  de  que  el  Señor  instituyó  la  Eucaristía  la  noche  que  era  entre- 
hado.  El  misterio  de  la  presencia  real  del  cuerpo  y  sangre  de  Cristo  bajo  las  espe- 
cies de  pan  y  vino  lo  expresa  el  Apóstol  con  tanta  claridad  como  los  Sinópticos  ;  en 
términos  tan  precisos  y  categóricos,  que  deshacen  todas  las  argucias  protestantes-. 
Y  este  sentido  reconoció  en  estas  expresiones  unánimemente  la  tradición  cristiana, 
solemnemente  confirmada  por  el  concilio  Tridentino  (Sess.  13,  cap.  1,  can.  r).  El  ca- 
rácter de  sacrificio  lo  enseña  San  Pablo  con  mayor  relieve  que  los  evangelistas.  Pues 
aquellas  palabras  Haced  esto  en  memoria  de  mí,  en  las  cuales,  como  definió  el  mismo 
Tridentino  (Sess.  22,  cap.  1,  can.  2),  fueron  instituidos  el  sacerdocio  cristiano  y  el 
sacrificio  eucarístico,  las  repite  dos  veces  el  Apóstol,  mientras  que  San  Lucas  las 
inserta  una  sola  vez,  y  San  Mateo  y  San  Marcos  las  omiten.  Y  esta  reiterada  orde- 
nación del  Señor  Haced  esto  en  memoria  de  mí  adquiere  mayor  relieve  con  la  de- 
claración que  a  continuación  hace  el  Apóstol  :  Cuantas  veces  coméis  este  pan-  y  be- 


-  378  - 


11  29-12  2 


I  CORINTIOS 


12  3-10 


coma  del  pan  y  1)eba  del  cáliz. 
"  Porque  quien  come  y  bebe,  su  pro- 
pia condenación  come  y  bebe,  si  no 
discierne  el  cuerpo  del  Señor.  30  Por 
esto  hay  entre  vosotros  muchos  en- 
fermos v  achacosos,  y  mueren  bas- 
tantes. 31  Que  si  nos  "examinásemos 
bien  a  nosotros  mismos,  no  seria- 
mos juzgados.  *~  Mas  al  ser  juzga- 
dos, somos  corregidos  por  el  Señor, 
a  fin  de  que  no  seamos  condenados 
con  el  mundo. 

M  Así  que,  hermanos  míos,  cuan- 
do os  juntéis  para  comer,  aguar- 
daos mutuamente.  **  Si  alguno  tie- 
ne hambre,  coma  en  su  casa,  a  fin 
de  que  no  os  juntéis  para  condena- 
ción. Lo  demás,  cuando  vaya,  lo 
arreglaré. 


IV.    Cuarta  consulta:  los  caris- 
mas  espirituales 


Criterio.  12,  1-3 


in  'Lo  que  toca  a  los  carismas  es- 
*•*  pirituales  no  quiero,  hermanos, 
que  lo  ignoréis.  2  Sabéis  que,  cuando 


erais  gentiles,  erais  arrastrados,  se- 
gún que  os  impelían,  a  los  ídolos 
mudos.  3  Por  eso  os  hago  saber  que 
nadie,  hablando  con  Espíritu  de 
Dios,  dice  :  «Anatema  Jesús»  ;  y  na- 
die puede  decir  :  «Señor  Jesús»,  si- 
no por  el  Espíritu  Santo. 


Distribución,  objeto  y  origen  ¡le  los 
carismas.  12,  4-11 


4  Distribuciones  hay  de  carisma.-, 
pero  un  mismo  Espíritu  ;  0  y  distri- 
buciones hay  de  ministerios,  pero 
un  mismo  Señor  ;  "  y  distribuciones 
hay  de  operaciones,  pero  un  mismo 
Dios,  quien  obra  todas  las  cosas  en 
todos.  7  A  cada  cual  se  da  la  mani- 
festación del  Espíritu  para  el  pro- 
vecho común.  8  Porque  a  uno  se  le 
da  lenguaje  de  sabiduría  por  el  Es- 
píritu ;  a  otro,  lenguaje  de  cien- 
cia según  el  mismo  Espíritu  ;  9  al 
otro,  fe  en  virtud  del  mismo  Espí- 
ritu ;  a  otro,  carismas  de  curaciones 
en  un  mismo  Espíritu  ;  10  a  otro, 
operaciones  de  milagros ;  a  otro,  pro- 
fecía ;  a  otro,  discernimientos  de  es- 
píritus ;  al  otro,  variedades  de  len- 


bíis  ÉL  cáliz,   anunciáis  la  muerte   del  Señor  :    anuncio  que  no  es  mero  recuerdo 
histórico,  sino  una  viva  reproducción  del  sacrificio  mismo  de  la  cruz. 
-J  9    1  Carismas  espirituales  son  las  gracias  que  Dios  concede  al  hombre  para  dispo- 
■M*    nerle  a  que  coopere  en  la  santificación  de  los  demás.  Más  brevemente  podría 
decirse  que  son  gracias  sociales. 

J  El  criterio  positivo  para  discernir  el  Espíritu  de  Dios  es  la  confesión  de  la  di- 
vina soberanía  de  Jesu-Crísto  ;  que  eso  significa  la  fórmula  Señor  Jesús.  Ha  habido 
en  las  diversas  épocas  del  cristianismo  distintas  fórmulas"  de  fe,  que,  en  virtud  de 
las  circunstancias,  eran  como  el  «santo  y  seña»  de  la  ortodoxia.  Como  la  «consustan- 
cialidad»  del  Verbo  a  principios  del  siglo  IV,  o  la  «infalibilidad  pontificia»  o  también 
ta  «historicidad  de  la  fe»  en  nuestros  días,  así  el  «señorío  soberano  de  Jesús»  com- 
pendiaba en  tiempo  de  San  Pablo  toda  la  fe  cristiana. 

Las  comunicaciones  carismáticas  se  distribuyen  en  tres  grupos  :  carismas,  mi- 
nisterios, operaciones.  Los  carismas  se  atribuyen  por  especial  apropiación  al  Espíritu 
Santo  ;  los  ministerios  son  como  servicios  que  se  prestan  a  las  órdenes  del  que  es 
neñor,  Jesu-Cristo  ;  las  operaciones  u  obras  del  poder  divino  corresponden  por  apro- 
piación a  Dios  Padre,  primer  origen  del  ser  y  del  poder. 

No  hay  que  desperdiciar  este  testimonio  (leí  Apóstol  sobre  la  Trinidad  de  las  di- 
vinas Personas.  Como  el  Padre  es  principio  de  las  operaciones  carismáticas,  así  Cristo 
lo  es  de  los  ministerios  espirituales,  y  el  Espíritu  Santo,  de  los  carismas  sobrenatu- 
rales :  los  tres  por  igual  autores  de  efectos  análogos  ;  los  tres,  por  tanto,  iguales  en 
la  acción  y,  consiguientemente,  también  en  el  ser.  Por  otra  parte,  como  Dios  Padre 
y  Cristo  son  dos  personas  distintas,  otra  tercera  persona  es  el  Espíritu  Santo,  por 
cuanto  se  presenta  en  un  mismo  orden  con  ellos  y  con  una  actividad  análoga.  En 
buma  :  tres  personas  igualmente  divinas  y  distintas  entre  sí. 

*-10  Combinando  este  catálogo  de  carismas  con  el  que  sigue  poco  después  (12, 
2S-30)  y  con  los  que  se  hallan  en  las  Epístolas  a  los  Romanos  (12,  6-S)  y  a  los  Efe- 
sios  U,  11),  se  obtiene  una  lista  más  completa  de  los  carismas.  Distribuidos  por  los 
tres  grupos  antes  indicados,  resulta  la  división  siguiente:  1)  Carismas:  el  don  de 
lenguas,  la  interpretación  de  estas  lenguas  y  la  inspiración  de  los  cánticos  espiri- 
tuales. 21  Ministerios  :  el  apostolado,  el  carisma  de  los  evangelistas  o  propagandistas 
del  Evangelio,  la  profecía,  la  enseñanza,  el  ministerio  pastoral,  el  don  de  gobierno 


—  379  — 


12  ^-21 


I  CORINTIOS 


12  22-29 


guas  ;  a  otro,  interpretación  de  len- 
guas. "  Mas  todas  estas  cosas  obra 
un  mismo  y  solo  Espíritu,  repar- 
tiendo en  particular  a  cada  uno  se- 
gún quiere. 

Variedad  de  miembros  en  la  unidad 
del  cuerpo.  12,  12-26 

12  Pues  a  la  manera  que  el  cuer- 
po es  uno  y  tiene  muchos  miem- 
bros, y  todos  los  miembros  del  cuer- 
po, con  ser  muchos,  constituyen  un 
solo  cuerpo,  así  también  Cristo. 
B  Porque"  en  un  mismo  Espíritu  to- 
dos nosotros  fuimos  bautizados,  ya 
'udíos,  ya  griegos,  ya  esclavos,  ya 
ibres,  en  razón  de  formar  un  solo 
Cuerpo.  Y  a  todos  se  nos  dió  a  be- 
ber un  mismo  Espíritu.  14  Porque  el 
cuerpo  no  es  un  solo  miembro,  sino 
muchos.  "  Si  dijere  el  pie  :  «Pues- 
to que  no  soy  mano,  no  soy  del 
cuerpo»,  no  por  eso  deja  de  ser  del 
cuerpo.  J"  Y  si  dijere  el  oído  :  «Pues- 
to que  no  soy  ojot  no  soy  del  cuer- 
po», no  por  eso  deja  de  ser  del  cuer- 
po. "  Si  todo  el  cuerpo  fuera  ojo, 
¿  dónde  estaría  el  oído  ?  Y  si  todo 
oído,  ¿  dónde  el  olfato?  18  Mas  ahora 
Dios  dispuso  los  miembros,  cada  uno 
de  ellos  en  el  cuerpo,  como  quiso. 
"  Que  si  fueran  todos  ellos  un  solo 
miembro,  ¿  dónde  estaría  el  cuerpo  ? 
!0  Mas  ahora  muchos  son  los  miem- 
bros, uno,  empero,  el  cuerpo.  23  Ni 
puede  el  ojo  decir  a  la  mano  :  1N0 


tengo  necesidad  de  ti»  ;  ni  tampo- 
co la  cabeza  a  los  pies  :  «No  tengo 
necesidad  de  vosotros».  22  Antes  mu- 
cho más  los  miembros  del  cuerpo 
que  parecen  ser  más  débiles,  son 
necesarios  ;  23  y  los  que  pensamos 
ser  menos  honrosos  del  cuerpo,  a 
ésos  los  cercamos  de  mayor  honor  ; 
y  los  indecorosos  en  nosotros  son 
tratados  con  mayor  decoro.  24  Que 
los  decorosos  en  nosotros  no  lo  ne- 
cesitan. Mas  Dios  concertó  el  cuer- 
po, dando  mayor  honor  a  lo  que 
más  lo  necesitaba,  26  a  fin  de  que 
no  haya  escisión  en  el  cuerpo,  sino 
que  los  miembros  tengan  la  misma 
solicitud  los  unos  de  los  otros.  28  Y  si 
padece  un  miembro,  juntamente  pa- 
decen todos  los  miembros  ;  y  si  se 
goza  un  miembro)  juntamente  se  go- 
zan todos  los  miembros. 


El  cuerpo  místico  de  Cristo. 
12,  27-31 

*'  Y  vosotros  sois  cuerpo  de  Cris- 
to y  miembros  cada  uno  por  su  par- 
te. 28  Y  a  unos  puso  Dios  en  la  Igle- 
sia primeramente  apóstoles  ;  en  se- 
gundo lugar,  profetas  ;  en  tercero, 
doctores  ;  luego,  poderes  de  mila- 
gros ;  luego,  carismas  de  curacio- 
nes, asistencias,  gobiernos,  varieda- 
des de  lenguas.  "¿Por  ventura  son 
todos  apóstoles  ?  ¿  Por  ventura  todos 
profetas  ?  ¿  Por  ventura  todos  docto- 
res ?  1  Por  ventura  todos  obran  mi- 


y  presidencia,  el  de  los  servicios  subalternos  y  el  carisma  de  la  beneficencia,  asf 
personal  como  económica  e  intelectual  o  técnica.  De  estos  ministerios,  los  más  fre- 
cuentemente mencionados  por  San  Pablo  son  la  profecía  y  la  enseñanza.  A  la  pro- 
fecía están  subordinados  los  carismas  del  discernimiento  de  espíritus,  la  palabra  de 
sabiduría  y  de  exhortación  o  elocuencia  sagrada.  A  la  enseñanza,  carisma  propio  de 
los  doctores,  esta  subordinada  la  palabra  de  ciencia.  3)  Operaciones  :  el  don  de  obrar 
milagros,  el  de  curaciones  y  la  fe,  que  es  aquí  la  llamada  fe  de  los  milagros. 

11  A  la  divinidad  y  distinción  de  las  tres  Personas  añade  aquí  San  Pablo  la  mutua 
consustancialidad.  Porque  los  carismas  atribuidos  antes  al  Padre  y  al  Hijo  se  atri- 
buyen aquí  al  Espíritu  Santo,  lo  cual  supone  en  todos  tres  una  misma  acción  y,  con- 
siguientemente, un  mismo  principio  de  acción,  que  es  la  misma  naturaleza.  La  ex- 
presión según  .quiere  pone  de  relieve  la  personalidad  del  Espíritu  Santo. 

12  Para  declarar  la  organización  del  cuerpo  místico  de  Cristo,  toma  como  término 
de  comparación  el  organismo  humano.  Asi  también  Cristo  :  el  Cristo  místico,  o  sea, 
la  muchedumbre  organizada  de  los  fieles  en  un  solo  cuerpo,  que  es  la  Iglesia,  cuya 
cabeza  es  el  Cristo  personal. 

13  Hos  acciones  se  atribuyen  aquí  al  Espíritu  Santo  :  la  primera,  en  el  bautismo, 
cuyo  efecto  es  incorporarnos  a  Cristo,  en  el  cual  todos  los  fieles  forman  un  BOXG 
iueri'o;  la  segunda,  en  la  confirmación,  en  la  cual  se  comunica  profusamente  el 
Espíritu,  fuente  de  todos  los  carismas. 

M-a  Con  frase  pintoresca  y  dramática  expone  San  Pablo  las  propiedades  del  orga. 
nismo  humano  :  la  variedad  necesaria  de  los  miembros,  la  necesidad  que  unos  tie- 
nen de  otros  y  la  mutua  concordia  que  entre  elios  reina. 


1—  380  — 


12  30-13  5 


i  corintios 


13  6-13 


lagros  ?  M  ¿  Por  ventura  todos  poseen 
carismas  de  curaciones  ?  ¿  Por  ventu- 
ra todos  hablan  lenguas?  ¿  Por  ven- 
tura todos  interpretan?  31  Codiciad, 
empero,  los  carismas  más  excelen- 
tes. 


Necesidad  de  la  caridad.  12,  32  ; 
13,  i-3 

3-  Y  todavía  os  muestro  un  cami- 
no sobre  toda  ponderación. 

i  o  1  Si  hablare  las  lenguas  de  los 
hombres  y  de  los  ángeles,  mas 
no  tuviere  icaridad,  no  soy  sino  un 
bronce  resonante  o  un  címbalo  es- 
truendoso. 2  Y  si  poseyere  la  profe- 
cía y  conociere  todos  los  misterios 
y  toda  la  ciencia,  y  si  tuviere  toda  la 
fe  hasta  trasladar  "montañas,  mas  no 
tuviere  caridad,  nada  soy.  *  Y  si  re- 
partiere todos  mis  haberes,  y  si  en- 
tregare mi  cuerpo  para  ser  abrasa- 
do, mas  no  tuviere  caridad,  ningún 
provecho  saco. 


Imagen  de  la  caridad.  13,  4-7 

4  La  caridad  es  sufrida,  es  benig- 
na ;  la  caridad  no  tiene  celos,  no  se 
pavonea,  no  se  infla,  *  no  traspasa 


el  decoro,  no  busca  lo  suyo,  no  se 
exaspera,  no  toma  a  cuenta  el  mal. 
6  No  se  goza  de  la  injusticia,  antes 
se  goza  con  la  verdad.  "'  Todo  lo  disi- 
mula, todo  lo  cree,  todo  lo  espera, 
todo  lo  tolera. 


Soberanía  eterna  de  la  caridad. 
13,  8-iJ 


*  La  caridad  jamás  decae.  Que  si 
profecías,  se  desvanecerán  ;  que  si 
lenguas,  cesarán  ;  que  si  ciencia,  se 
desvanecerá.  "  Porque  parcialmente 
conocemos  y  parcialmente  profeti- 
zamos ;  10  mas  cuando  viniere  'lo  in- 
tegral, lo  parcial  se  desvanecerá. 
"  Cuando  era  yo  niño,  hablaba  co- 
mo niño,  sentía  como  niño,  razona- 
ba como  niño  ;  cuando  me  he  hecho 
hombre,  me  he  despojado  de  las  ni- 
ñerías. 12  Porque  ahora  vemos  por 
medio  de  espejo  en  enigma;  mas  en- 
tonces, cara  a  cara.  Ahora  'conozco 
parcialmente,  entonces  conoceré  ple- 
namente, al  modo  que  yo  mismo  fui 
conocido.  13  Ahora  subsisten  fe,  es- 
peranza, caridad,  esas  tres  ;  mas  la 
mayor  de  ellas  es  la  caridad. 


-j  q  1-13  Este  capítulo  es  una  digresión,  destinada  a  mostrar  el  altísimo  valor  de  la 
-MJ  caridad,  superior  a  todos  los  carismas.  Por  su  inspiración  bien  pudiera  apellidar- 
se himno  en  loor  de  la  caridad.  En  tres  partes  se  divide.  En  la  primera  afirma  que 
carismas  sin  caridad  nada  son.  En  la  segunda,  que  caridad  sin  carismas  lo  es  todo. 
En  la  tercera,  cotejando  los  carismas  y  la  caridad,  enaltece  la  supremacía  eterna  de 
la  caridad. 

l-*  Ni  las  lenguas  con  sus  asombrosas  exhibiciones,  ni  la  profecía  con  sus  esplen- 
dores de  inteligencia,  ni  la  fe  de  los  milagros  con  todas  sus  estupendas  energías,  ni 
las  obras  de  beneficencia  con  todos  sus  heroísmos,  son  nada  si  no  van  acompañada- 
de  la  caridad. 

■•-'"Quince  propiedades  de  la  caridad,  distribuidas  en  esta  forma:  dos  propiedades 
más  generales,  expuestas  en  forma  positiva  (v.  4)  ;  siete  cualidades  más  particulares, 
presentadas  en  forma  negativa  (yv.  4-5)  ;  una  antitesis  que  pone  de  relieve  la  rela- 
ción de  la  caridad  con  la  justicia  y  la  verdad  (v.  6)  ;  por  fin,  cuatro  manifestaciones 
de  su  eficacia  universal. 

13  Dos  veces  contrapone  San  Pablo  el  conocimiento  que  de  Dios  poseemos  ahora 
en  la  vida  presente  al  que  poseeremos  entonces  en  la  vida  futura.  El  conocimiento 
de  ahora  es  por  medio  de  espejo,  por  cuanto  las  criaturas  sirven  de  espejo  en  que 
se  reflejan  los  atributos  divinos  ;  es,  además,  en  enigma,  por  razón  de  su  oscuridad  ; 
a  ese  conocimiento  contrapone  San  Pablo  el  de  entonces,  que  será  cara  a  cara,  esto 
es,  intuitivo.  Lo  que  ha  dicho  por  imágenes  lo  repite  en  términos  propios.  Al  cono- 
J  miento  presente,  que  es  parcial  o  imperfecto,  contrapone  el  conocimiento  futuro, 
que  será  pleno  o  perfecto  ;  tanto,  que  conoceremos  a  Dios  a  la  manera  que  nosotros 
somos  conocidos  por  El  :  conocimiento  inmediato  y  directo,  aunque  no,  de  parte 
nuestra,  comprehensivo. 

■  Tres  verdades  contiene  este  versículo  :  1)  fe,  esperanza  y  caridad,  esas  tres 
forman  un  grupo  aparte  entre  las  virtudes  y  superior  a  todas  ellas ;  2)  que  estas 
<res  ahora  subsisten,  esto  es,  que  son  hábitos  permanentes  y  no  impulsos  pasajeros  ; 
3>  que  dentro  del  grupo  ternario  de  las  virtudes  teologales  la  mayor  de  ellas  es  la 
caridad,  tanto  por  su  excelencia  intrínseca  cuanto  por  su  duración  eterna. 


-381- 


14  1-9 


I  CORINTIOS 


14  10-19 


Profecía  y  don  de  lenguas.  14,  1-12 

i  a  'Id  iras  la  caridad  ;  codiciad,  no 
í^>  obstante,  Jos  carismas  espiri- 
tuailes ;  pero  preferentemente  eí  pro- 
fetizar. -  Porque  el  que  aabla  en  len- 
guas, no  habla  a  hombres,  sino  a 
Dios  ;  pues  nadie  entiende,  sino  que 
en  Espíritu  habla  misterios.  3  Mas 
el  que  profetiza,  a  hombres  habla 
edificación, exhortación,  consolación. 
1  PjI  que  habla  en  lenguas,  a  sí  mis- 
mo ,se  edifica  ;  mas  el  que  profetiza, 
a  la  Iglesia  edifica.  5  Deseo  que  to- 
dos vosotros  habléis  en  lenguas,  pe- 
ro más  todavía  que  profeticéis.  Ma- 
yor es  el  que  profetiza  que  el  que 
habla  en  lenguas,  a  no  ser  que  in- 
terprete, a  fin  de  que  la  Iglesia  re- 
ciba edificación. 

'  Y  ahora,  hermanos,  si  fuere  yo  a 
vosotros  hablando  en  lenguas,  ¿  qué 
provecho  os  traeré,  como  no  os  hi- 
ble  o  con  revelación,  o  con  ciencia, 
o  con  profecía  o  enseñanza  ?  7  Con 
todo  eso,  las  cosas  inanimadas  que 
dan  un  sonido,  sea  flauta,  sea  cita- 
tara,  si  no  dan  distinción  a  los  so- 
nido: ,  ¿  cómo  se  conocerá  lo  que  con 
la  flauta  o  la  cítara  se  toca  ?  '  Y  a 
la  verdad,  si  una  trompeta  diere  un 
sonido  indefinido,  ¿quién  se  apres- 
tará para  la  batalla  ?  "  Así  también 
vosotros  con  la  lengua,  si  no  profe- 
rís un  lenguaje  que  tenga  buen  sen- 
tido, ¿  cómo  se  va  a  entender  lo  que 
se  habla  ?  Porque  estaréis  hablando 


al  aire.  10  Son  tantos,  si  a  mano  vie- 
ne, los  linajes  de  lenguas  en  el  mun- 
do, ni  hay  quien  no  tenga  su  len- 
gua. "Si  yo,  pues,  desconociere  la 
significación  del  sonido,  seré  para 
el  que  me  habla  un  bárbaro,  v  el 
que  me  habla,  un  bárbaro  para  raí. 
12  Así  también  vosotros,  ya  que  es- 
táis ávidos  de  espíritus,  procurad, 
para  edificación  de  la  Iglesia,  aven- 
tajaros en  ellos. 

Deficiencias  del  don  de  lenguas. 
14,  13-25 

"  Por  tanto,  el  que  habla  de  lengua 
pida  el  don  de  interpretar.  "  Por- 
que si  orare  en  lengua,  mi  espíritu 
ora,  pero  mi  mente  se  queda  sin 
fruto.  15  En  suma,  ¿qué?  Oraré  con 
el  espíritu,  mas  oraré  también  con 
la  mente;  cantaré  con  el  espirita, 
mas  cantaré  también  con  la  mente. 
"  Pues  de  otro  modo,  si  bendices  a 
Dios  con  el  espíritu,  el  que  está  en 
situación  de  simple  particular,  ¿  có- 
mo dirá  el  Amén  a  tu  nacimiento 
de  gracias  ?  Pues  no  entiende  qué 
dices.  "  Porque  tú,  sin  duda,  linda- 
mente haces  gracias  a  Dios,  mas  el 
otro  no  se  edifica.  "Gracias  doy  a 
Dios,  que  hablo  en  lengua  más  que 
todos  vosotros  ;  la  pero  en  la  Iglesia 
más  quiero  hablar  cinco  palabras  con 


1  4.  I"M  Volviendo  a  los  carismas  y  dejando  todos  Jos  demás,  se  fija  en  solos  dos:  el 
-*-  *  don  de  lenguas,  por  ser  el  preferido  de  los  Corintios,  y  el  don  de  profecía,  por 
ser  el  más  importante  a  los  ojos  del  Apóstol.  En  qué  consiste  el  don  de  lenguas  o  glu- 
solalía,  se  deja  entender  por  los  rasgos  esparcidos  por  todo  este  capítulo,  y  se  redu- 
cen a  estos  cinco  :  su  principio  es  el  Espíritu,  es  decir,  cierta  efervescencia  espiritual 
que  hace  prorrumpir  en  expresiones  prodigiosas  ;  su  término  es  Dios,  no  los  hom- 
bres, que  nada  entienden  ;  su  instrumento  es  una  lengua  extraña,  desconocida  asi 
del  que  habla  como  de  los  que  oyen  ;  su  materia  son  los  misterios  divinos  ;  el  fruto 
es  más  bien  personal  que  social  o  colectivo.  Muy  diverso  es  el  cansina  de  la  pro- 
tciía.  Su  principio  es  también  el  Espíritu,  pero  más  reposado ;  su  término  es  la 
Iglesia  ;  su  Instrumento,  la  lengua  común  ;  su  materia,  las  verdades  de  la  fe,  nece- 
sarias para  la  salud  eterna ;  su  fruto  es,  en  general,  la  edificación  de  la  Iglesia, 
más  en  particular  su  exhortación  y  consolación.  Esta  profecía  no  se  ha  de  confun- 
dir con  la  de  los  profetas  del  Antiguo  Testamento,  mensajeros  autorizados  que  ha- 
blaban en  nombre  de  Dios,  ni  tampoco  con  la  inspiración  bíblica  de  los  hagiógral'os 
del  Nuevo  Testamento. 

11  No  es  fácil  determinar  qué  diferencia  exista  aquí  entre  espíritu  y  mente.  Se^ún 
algunos,  mente  es  la  inteligencia  ;  espíritu,  el  sentimiento.  Más  exacto  parece  decir 
aue  ambos  significan  la  misma  inteligencia  según  dos  tendencias  radicalmente  di- 
versas. Mente  es  la  inteligencia  en  cuanto  forma  conceptos  precisos  y  determinados  ; 
espíritu,  en  cuanto  aprehende  con  vislumbres  imprecisas.  I.os  conceptos  de  la  mente 
ion  como  los  trazos  firmes  de  un  dibujo  ;  los  del  espíritu  podrían  compararse  a  las 
indecisas  imágenes  musicales.  En  la  esfera  de  la  mente  se  desenvuelve  la  ascética  ; 
la  región  del  espíritu  está  reservada  a  la  mística. 


—  382  — 


14  20-33 


I  CORINTIOS 


14  21-15  2 


ini  seso,  en  razón  de  instruir  tara-  en  las  mientes  ;  antes  en  la  malicia 
bién  a  otros,  que  no  diez  mil  pala-  sed  niños,  pero  en  las  mientes,  nom- 
bras en  lengua.  bres  maduros.  21  En  la  ley  escrito 
*  Hermanos,  no  os  hagáis  niños  está  (Is.  28,  11)  que 

Por  gentes  de  otras  lenguas  y  por  labios  de  extraños 
hablaré  a  este  pueblo, 

y  ni  aun  así  me  escucharán,  dice  el  Señor. 


*  De  modo  que  las  lenguas  sirven 
de  señal,  no  para  los  creyentes,  si- 
no para  los  incrédulos  ;  mas  la  pro- 
fecía, no  para  los  incrédulos,  sino 
para  los  creyentes.  23  Si,  pues,  se 
congrega  la  Iglesia  entera  en  asam- 
blea, y  todos  hablan  en  lenguas,  y 
entran  hombres  profanos  o  infieles, 
¿no  dirán  que  estáis  locos?  "  Si,  en 
cambio,  todos  profetizan,  y  entra  al- 
gún infiel  o  profano,  es  convencido 
por  todos,  es  sondeado  por  todos  ; 
"  los  secretos  de  su  corazón  se  ha- 
cen patentes,  y  así,  cayendo  sobre  su 
rostro,  adorará  a  Dios,  proclamando 
que  verdaderamente  está  Dios  entre 
vosotros. 


Reglas  prácticas.  14,  26-36 


"En  suma,  ¿qué,  hermanos?  Ca- 
da vez  que  os  reunís,  cada  cual  trae 
un  salmo,  trae  una  enseñanza,  trae 
una  revelación,  trae  lengua,  trae  in- 
terpretación :  hágase  todo  para  edi- 
ficación. 57  Si  alguien  habla  en  len- 
gua, sean  cada  vez  dos  o  a  lo  más 
tres,  y  por  turno,  y  uno  intérprete. 
"Que  si  no  hubiere  intérprete,  calle 
en  la  Iglesia,  mas  hable  para  sí  y 
para  Dios.  30  En  cuanto  a  los  profe- 
tas, hablen  dos  o  tres,  y  los  demás 
dictaminen.  "Y  si  a  otro  que  esté 
Sentado  le  fuere  revelado  algo,  el 
primero  calle.  "  Pues  podéis  todos 
uno  por  uno  profetizar,  a  fin  de  que 
todos  aprendan  y  todos  cobren  alien- 
tos. 32  Y  los  espíritus  de  los  profe- 
tas se  sujetan  a  los  profetas. 33  Pues 


no  es  amigo  Dios  de  trastorno,  sino 
de  paz. 

Como  en  todas  las  iglesias  de  los 
santos,  31  las  mujeres  en  las  igle- 
sias callen,  pues  no  les  es  permiti- 
do hablar  ;  antes  muestren  sujeción, 
como  también  'la  ley  lo  dice  (Gén. 
16).  35  Que  si  algo  desean  aprender, 
pregunten  en  casa  a  sus  propios  ma- 
ridos, porque  es  indecoroso  a  la  mu- 
jer hablar  en  la  iglesia.  3"  ¿O  es  que 
salió  de  vosotros  la  palabra  de  Dios 
o  a  vosotros  solos  llegó  ? 


Conclusión.  14,  37-40 


"  Si  alguno  piensa  ser  profeta  o  es- 
piritual, reconozca  que  lo  que  os  es- 
cribo es  ordenanza  del  Señor.  35  Mas 
si  lo  desconoce,  que  lo  desconozca. 
*  Así  que,  hermanos  míos,  codiciad 
el  profetizar  ;  y  cuanto  al  hablar  en 
lenguas,  no  lo  estorbéis.  40  Todo,  em- 
pero, se  haga  decorosamente  y  con 
orden. 

V.    Quinta  consulta:  la  resurrec- 
ción de  los  muertos 

Cristo  resucitó.  15,  1-11 


-1  r    'Os  notifico,  hermanos,  el  Evan- 
geflio  que  os  evangelicé,  el  que 
también  recibisteis,  en  el  que  asimis- 
mo perseveráis,  2  por  el  cual  también 


10  Distingue  San  Pablo  dos  infancias  diametraimente  opuestas  :  la  infancia  en  ia 
malicia  y  la  infancia  en  la  discreción. 

a  En  Isaías,  los  judíos  remedaban  balbuceando  las  palabras  de  los  profetas  ;  Dios 
con  justa  ironía  les  responde  que  también  les  hablará  por  labios  balbucientes,  por 
los  asirios,  que  invadirán  su  tierra.  Con  esa  lengua  de  los  asirios  compara  tácita- 
mente San  Pablo  el  don  de  lenguas. 

22  Señal...  paka  los  incrédulos  :  tal  fué  el  don  de  lenguas,  infundido  por  el  Es- 
píritu Santo  a  los  apóstoles  el  día  de  Pentecostés  :  despertó  la  atención  de  los  in- 
crédulos, los  cuales,  empero,  no  se  convirtieron  sino  por  la  exhortación  de  San  Pedro. 


-  383  - 


15  3-12 


I  CORINTIOS 


15  13-23 


6ois  salvos  :  em  qué  forma  os  lo  evan- 
gelicé, si  es  que  lo  retenéis,  a  no  ser 
que  hayáis  creído  en  vano.  8  Porque 
os  transmití  en  primer  lugar  lo  que 
a  mi  vez  recibí  :  que  Cristo  murió 
por  nuestros  pecados,  según  las  Es- 
crituras, *  y  que  fué  sepultado,  y  que 
ha  resucitado  al  tercer  día,  según 
las  Escrituras,  5  y  que  fué  visto  por 
Cefas,  luego  por  los  Doce.  *  Después 
fué  visto  por  más  de  quinientos  her- 
manos de  una  vez,  de  los  cuales  lo? 
más  quedan  aún  ahora,  algunos  ya 
murieron.  *  Después  fué  visto  por 
Santiago,  luego  por  todos  los  após- 
toles ;  8  últimamente,  después  de  to- 
dos, siendo  como  soy  el  abortivo,  fué 
visto  también  por  mí.  8  Porque  yo 
soy  el  menor  de  los  apóstoles,  que 
no  soy  digno  de  ser  apellidado  após- 
tol, pues  que  perseguí  la  Iglesia  de 
Dios.  10  Mas  por  gracia  de  Dios  soy 
eso  que  soy,  y  su  gracia,  que  recayó 
en  mí,  no  resultó  vana  ;  antes  me 
afané  más  que  todos  ellos  ;  bien  que 
no  yo,  sino  la  gracia  de  Dios  que 
está  conmigo.  11  Sea,  pues,  yo,  sean 
ellos,  así  lo  predicamos,  y  así  lo 
creísteis. 

Conexión  entre   la  resurrección  de 
Cristo  y  ta  nuestra.  15,  12-ig 

"  Ahora,  pues,  si  de  Cristo  se  pre- 
dica que  ha  resucitado  de  entre  los 
muertos,  ¿  cómo  dicen  algunos  entre 
vosotros  que  no  hay  resurrección  de 


muertos  ?  u  Mas  si  no  hay  resurrec- 
ción de  muertos,  tampoco  Cristo  ha 
resucitado.  14  Y  si  Cristo  no  ha  re- 
sucitado, vana  es,  por  tanto,  nues- 
tra predicación,  vana  también  vues- 
tra fe  ;  15  y  somos  hallados,  además, 
falsos  testigos  de  Dios,  pues  testi- 
ficamos contra  Dios  que  resucitó  a 
Cristo,  a  quien  no  resucitó,  si  es 
verdad  que  los  muertos  no  resuci- 
tan. "  Porque  si  los  muertos  no  re- 
sucitan, tampoco  Cristo  ha  resuci- 
tado. "  Y  si  Cristo  no  ha  resucitado, 
baldía  es  vuestra  fe  :  aun  estáis  en 
vuestros  pecados.  18  Por  donde  tam- 
bién los  que  ya  reposaron  en  Cris- 
to, perecieron.  19  Si  en  esta  vida  so- 
lamente tenemos  puesta  en  Cristo 
nuestra  esperanza,  somos  los  más 
dignos  de  lástima  de  todos  los  hom- 
bres. 

Cristo,  primicias  de  la  resurrección. 
15,  20-23 

*°  Mas  ahora  Cristo  ha  resucitado 
de  entre  los  muertos,  primicias  de 
los  que  ya  reposan.  21  Pues  ya  que 
por  un  hombre  vino  la  muerte,  por 
un  hombre  también  la  resurrección 
de  los  muertos.  82  Porque  como  en 
Adán  mueren  todos,  asi  también  en 
Cristo  serán  todos  vivificados.  23  Ca- 
da uno  en  su  propio  rango  :  las  pri- 
micias, Cristo  ;  después  los  de  Cris- 
ta, en  su  advenimiento. 


1C  H  E^te  testimonio  sobre  el  hecho  de  la  resurrección  de  Cristo,  en  su  redacción, 
dista  del  hecho  sólo  veinticinco  años  ;  mas  indirectamente,  como  este  testimonio 
es  una  simiile  reproducción  del  que  más  de  veinte  años  atrás  recibió  ti  mismo  Pablo 
al  convertirse  a  la  fe,  resulta  que  acerca  de  la  resurrección  del  Salvador  poseemos 
una  prueba  testifical  contemporánea  al  hecho  mismo;  prueba,  además,  que  subsistía 
al  escribirse  esta  Epístola,  por  cuanto  vivían  aún  muchos  de  los  que  habían  visto  al 
Señor  resucitado.  Contra  este  testimonio  se  ha  estrellado  siempre,  y  siempre  se  es- 
trellará, la  crítica  racionalista. 

13-19  I-a  conexión  que  existe  entre  la  resurrección  de  Cristo  y  la  nuestra  se  debe 
a  la  unidad  del  cuerpo  místico  de  Cristo,  cuya  cabeza  e3  el  mismo  Salvador,  euyoe 
miembros  son  todos  los  fieles ;  y  sería  alt'o  monstruoso  cabeza  viva  de  un  eiu  rpo 
muerto. 

30-23  Bajo  la  imagen  de  primicias  y  recolección  presenta  San  rabio  la  resurrección 
de  Cristo  como  las  primicias,  y  la  de  todos  los  fieles  como  la  recolección  al  fin  de 
(os  siglos.  Pero,  además  de  esta  sucesión  cronológica,  muestra  una  conexión  mas 
íntima  entre  las  primicias  y  las  restantes  mieses.  Esta  conexión  la  declara  apelando 
al  contraste  entre  Adán  y  Cristo.  La.  fase  más  externa  de  este  contraste  está  en  que, 
como  Adán  fué  instrumento  de  muerte,  así  Cristo  es  instrumento  de  vida  (v.  21).  La 
razón  íntima  de  este  doble  hecho  es  la  misteriosa  solidaridad  de  todos  los  hombres  : 
primero  en  Adán  para  la  muerte,  luego  en  Cristo  para  la  vida  (v.  22). 

f1  Aquí  apunta  San  rabio  un  argumento  solidísimo  a  favor  de  la  resurrección  nn 
ticipuda  y  asunción  corporal  de  la  Virgen  María  n  los  cielos.  En  efecto,  María,  como 
segunda  Eva,  estrechamente  asociada  al  segundo  Adán,  pertenece,  como  éste,  al  01- 
den  de  las  PRIMICIAS.  Anticipada  fué,  por  tanto,  su  resurrección,  como  lo  fué  la  de 
Cristo. 


-384- 


15 


I  CORINTIOS 


15 


El  fin.  15,  24-28 

-'  Luego,  el  fin  :  cuando  hará  en- 
trega de  su  reino  al  Dios  y  Padre, 
cuando  habrá  destruido  todo  princi- 
pado y  toda  potestad  y  fuerza.  25  Por- 
que es  menester  que  El  reine,  hasta 
que  haya  puesto  todos  sus  enemigos 
debajo  de  sus  pies.  x  El  último  ene- 
migo que  será  destruido  es  la  muer- 
te. 27  Porque  «todas  las  cosas  some- 
tió debajo  de  sus  pies»  (Sal.  8,  8). 
Y  al  decir  que  todas  las  cosas  le 
han  sido  sometidas,  claro  es  que 
excepto  aquel  que  sometió  a  El  to- 
das las  cosas.  a  Y  cuando  le  hubie- 
ren sido  sometidas  todas  las  cosas, 
entonces  también  el  Hijo  mismo  se 
someterá  al  que  todas  las  cosas  le 
cometió,  para  que  sea  Dios  todas  las 
cosas  en  todos. 


Nuevas  confirmaciones  de  la  resu- 
rrección final.  15,  29-34 

29  Pues  si  no,  ¿  qué  lograrán  los  que 
se  bautizan  por  los  difuntos  ?  Si  de- 
finitivamente los  muertos  no  resu- 
citan, ¿  a  qué  viene  el  bautizarse  por 
ellos  ?  :"  ¿  Y  por  qué  nosotros  anda- 
mos entre  peligros  a  todas  horas  ? 
31  Cada  día  vengo  a  trance  de  muer- 
te :  a  fe,  hermanos,  por  la  gloria 
que  en  vosotros  tengo  en  Cristo  Je- 
sús, Señor  nuestro.  32  Si  por  miras 
humanas  luché  con  fieras  en  Efeso, 
¿qué  provecho  saco  yo  de  eso?  Si 
los  muertos  no  resucitan,  «Comamos 
y  bebamos,  que  mañana  nos  mori- 
mos» (Is.  22,  13).  53  No  os  dejéis  en- 
gañar : 


Malas  compañías  estragan  costumbres  buenas. 


zi  Despertad,  como  es  razón,  de  esa 
modorra,  y  dejad  de  pecar ;  pues  ig- 
norancia de  Dios  es  lo  que  algunos 
tienen.  Para  confusión  vuestra  lo 
digo. 


Modo  de  la  resurrección.   15,  35-49 

*  Mas  dirá  alguno  :  ¿  Cómo  resu- 
citan los  muertos  ?  ¿  Y  con  qué  li- 
naje de  cuerpo  se  presentan  ?  "  Ne- 
cio, lo  que  tu  siembras  no  cobra  vi- 
da si  primero  no  muere.  "  Y  lo  que 


siembras  no  es  el  cuerpo  que  ha  de 
ser,  sino  un  simple  grano,  pongo 
por  caso,  de  trigo  o  de  alguna  de  las 
otras  semillas.  3S  Y  Dios  le  da  un 
cuerpo  como  quiso,  y  a  cada  una  de 
las  semillas  su  propio  cuerpo.  19  No 
toda  carne  es  una  misma  carne,  si- 
no que  una  es  la  carne  de  los  hom- 
bres, otra  la  carne  de  las  bestias, 
otra  la  carne  de  las  aves  y  otra  la 
de  los  peces.  w  Hay  también  cuer- 
pos celestes  y  cuerpos  terrestres  ; 
pero  diferente  es  el  esplendor  de 
los  celestes  y  diferente  el  de  los  te- 
rrestres. 41  Üno  es  el  esplendor  del 


J'  Har.í  entrega  de  su  reino...  Esta  expresión,  que  luego  se  repite  en  el  v.  2^, 
parece  una  dificultad  contra  la  eternidad  de  la  realeza  de  Cristo.  Esta  dificultad  sr 
desvanece  distinguiendo  en  el  reino  de  Cristo  dos  aspectos  :  su  potestad  real  y  su 
gobierno  militante.  Su  reída  potestad  será  eterna;  mas  su  gobierno  militante  cesar* 
al  fin  de  los  siglos.  Una  vez  acabado  este  mundo  temporal,  ¿qué  extraño  es  que 
acabe  también  con  él  el  gobierno  que  en  él  ejerce  Cristo  ? 

36  Afirma  aquí  San  Pablo  que  el  reinado  de  Cristo  (en  el  sentido  expuesto)  tei- 
minará  «cuando  haya  rendido  a  todos  sus  enemigos»  ;  no  ata  con  esto  la  suposición 
milenarista,  que  el  reinado  de  Cristo  sobre  la  tierra  comenzará  precisamente  en  el 
momento  en  que  haya  rendido  a  sus  enemigos. 

39  Los  que  se  bautizan  por  los  difuntos  :  el  hecho  mencionado  por  San  Pablo,  sin 
reprobarlo  ni  aprobarlo,  parece  haber  consistido  en  que,  cuando  moría  un  catecúmeno 
sin  haber  recibido  el  bautismo,  otro  suplía  en  sí  las  ceremonias  del  bautismo  con 
el  fin  de  testificar  delante  de  la  Iglesia  con  esta  acción  simbólica  que  el  catecúmeno 
Había  muerto  en  la  fe  de  Cristo. 

32  Luché  con  fieras:  estas  luchas  hay  que  entenderlas  metafóricamente  de  sus 
contiendas  con  algunos  fieros  adversarios  de  su  apostolado. 

33  Verso,  ya  proverbial,  de  la  comedia  Tais,  de  Menandro. 

el~fi  El  modo  de  la  resurrección  sugiere  dos  problemas  :  cómo  se  concibe  la  resu- 
rrección y  cuáles  serán  las  cualidades  del  cuerpo  resucitado.  Ambos  resuelve  San  Pa. 
blo  por  la  analogía  de  la  resurrección  con  la  germinación  de  las  plantas. 


-385- 


15  *!-51 


I  CORINTIOS  15  42-5S 


sol,  y  otro  el  esplendor  de  la  luna,  I  diferencia  de  esplendor  *  \sí  será 
v  otro  el  esplendor  de  las  estrellas,  también  la  resurrección  de  los  muer- 
Porque  entre  estrella  v  estrella  hav  |  tos 


Siémbrase  en  corrupción,  surge  en  incorruptibilidad  ■ 

siémbrase  en  vileza,  surge  en  gloria  ; 
siémbrase  en  debilidad,  surge  en  vigor'; 
44  siémbrase  cuerpo  animal,  surge  cuerpo  espiritual. 


Si  hay  cuerpo  animal,  le  hav  tam- 
bién espiritual.  "5  Así  también  está 
escrito  :  «Fué  hecho  el  primer  hom- 
bre, Adán,  alma  viviente»  (Gén.  2,  7)  ; 
el  ipostrero,  Adán,  espíritu  vivifi- 
cante. 48  Ahora  que  no  es  primero 
lo  espiritual,  sino  lo  animal ;  luego, 
lo  espiritual.  47  El  primer  hombre, 
de  la  tierra,  terrestre  ;  el  segundo 
hombre,  del  cielo.  48  Cual  el  terres- 
tre, tales  también  los  terrestres  ;  y 
cual  el  celeste,  tales  también  los  ce- 
lestes. 49  Y  como  llevamos  la  ima- 
gen del  terrestre,  llevaremos  tam- 
bién la  imagen  del  celeste. 


Transformación  gloriosa  en  la 
resurrección .  15,  50-58 


60  Esto  digo,  hermanos  :  que  la  car- 
ne y  sangre  no  puede  heredar  el  rei- 
no de  Dios  ni  la  corrupción  hereda  la 
incorruptibilidad.  51  Mirad,  un  mis- 
terio os  digo.  Todos  no  moriremos, 
pero  todos  seremos  transmutados  ; 


en  un  instante,  en  un  pestañear 
de  ojos,  al  son  de  la  última  trompe- 
ta ;  pues  sonará  la  trompeta,  y  los 
muertos  resucitarán  incorruptibles, 
y  nosotros  seremos  transmutados. 
"  Porque  es  necesario  que  esto  co- 
nuptible  se  revista  de  incorruptibi- 
lidad y  que  esto  mortal  se  revista 
de  inmortalidad.  w  Y  cuando  esto 
corruptible  se  revistiere  de  incorrup- 
tibilidad y  esto  mortal  se  revistie- 
re de  inmortalidad,  entonces  se  rea- 
lizará la  palabra  que  está  escrita  : 
«Sumióse  la  muerte  en  la  vitoria» 
(Is.  25,  8).  55  «¿Dónde  está,  ¡oh  muer- 
te!, tu  victoria?  ¿Dónde,  ¡oh  muer- 
te!, tu  aguijón?»  (Os.  13,  14).  66  El 
aguijón  de  la  muerte  es  el  pecado,  y 
la  fuerza  del  pecado,  la  ley.  67  Pero  a 
Dios  gracias,  que  nos  dió  la  victoria 
por  nuestro  Señor  Jesucristo.  68  Así 
que,  hermanos  míos  amados,  pro- 
curad estar  firmes,  inconmovibles, 
aventajándoos  en  la  obra  del  Señor 
continuamente,  sabiendo  que  vues- 
tra fatiga  no  es  vana  en  el  Señor. 


Cuatro  cualidades  atribuye  aquí  San  Pablo  a  los  cuerpos  glorificados.  La  fu» 
damental  es  la  espiritualidad  o  sutileza,  opuesta  a  la  grosería  o  animalidad  presente. 
A  esta  espiritualidad  simún  las  otras  tres  propiedades  :  una,  en  cierto  modo,  nega- 
tiva, la  incorruptibilidad,  impasibilidad  o  inmortalidad  ;  y  otras  dos  positivas  :  la 
claridad  radiante  de  la  hermosura  y  la  energía  vigorosa  en  la  acción  y  el  movimiento. 

4,1  Cuerpo...  espiritual  :  atrevida  paradoja,  con  que  se  expresa  el  dominio  prepo 
tente  del  espíritu  en  el  cuerpo  glorificado,  sustraído  con  ello  a  las  leyes  más  di  pri- 
mentes  de  la  materia. 

*  Alma  viviente...,  espíritu  vivificante  :  doble  superioridad  de  Cristo  sobre  Adán. 
Alma  y  espíritu,  si  sustaneialmente  son  una  misma  cosa,  la  expresan,  empero,  bajo 
dos  conceptos  diferentes.  Es  alma,  en  cuanto  informa  la  materia  ;  es  espíritu,  ya  er¡ 
cuanto  por  sus  energías  de  inteligencia  y  libertad  se  levanta  incomparablemente  so- 
bre la  materia,  ya  principalmente  en  cuanto  recibe  en  sí  el  influjo  del  Espíritu 
divino.  Vivificante  supera  a  «viviente»,  por  cuanto  no  sólo  posee  la  vida,  sino  que 
también  la  comunica  a  otros. 

H  En  este  pasaje  habla  el  Apóstol  de  solos  los  fieles,  los  cuales  divide  en  do» 
grupos  :  el  de  los  anteriormente  muertos,  que  resucitarán  gloriosos,  y  el  de  los  so- 
brevivientes, que,  sin  pasar  por  la  muerte,  se  transformarán  gloriosamente. 

82  Nosotros  :  el  uso  de  la  primera  persona  del  plural  no  implica  que  San  Pablo 
esperase  vivir  hasta  el  día  de  la  parusía;  es  una  simple  figura  de  lenguaje,  por  la 
cual  el  Apóstol,  trasladándose  con  la  imaginación  a  la  época  ignorada  del  segundo 
advenimiento  de  Cristo,  habla  en  representación  de  los  que  entonces  vivirán. 

62-53  Esto  es  el  sujeto  permanente  y  común  a  entrambos  estados  de  mortalidad 
y  de  inmortalidad.  I.a  permanencia  de  un  mismo  sujeto  en  ambo»  estados  arguye 
manifiestamente  la  identidad  entre  el  cuerpo  mortal  y  el  cuerpo  resucitado. 


-386- 


16  1-10 


I  CORINTIOS 


16  11-30 


Epíl 

Colecta  para  los  fieles  de  Jerusalén. 
16,  1-4 

"i  z:  1  Acerca  de  la  colecta  para  los 
santos,  como  lo  ordené  a  las 
Iglesias  de  Galacia,  así  también  ha- 
cedlo  vosotros.  2  Cada  primer  día  de 
la  semana,  cada  uno  de  vosotros  re- 
serve en  su  poder  y  vaya  atesorando 
lo  que  lograre  ahorrar,  no  sea  que 
cuando  llegue  yo  se  hayan  de  hacer 
entonces  las  colectas.  3  Y  cuando  yo 
llegare,  los  que  vosotros  tuviereis 
por  bien,  a  ésos  enviaré  yo  con  car- 
tas para  que  lleven  vuestra  gene- 
rosidad a  Jerusalén.  *  Y  si  valiere  la 
]>ena  de  que  también  yo  vaya,  irán 
conmigo. 


Planes  de  viaje.  16,  5-0 


s  Iré  a  vosotros  después  de  pasar 
por  Macedonia.  Pues  por  Macedonia 
séflo  pienso  pasar.  6  Mas  con  vosotros 
tal  vez  me  detendré  y  aun  pasaré 
el  invierno,  para  que  vosotros  pre- 
paréis mi  viaje  a  donde  tenga  que 
ir.  :  Pues  no  quiero  ahora  veros  de 
paso,  porque  espero  permanecer  al- 
gún tiempo  con  vosotros,  si  el  Se- 
ñor lo  concediere.  8  Quedaré  en  Efe- 
_so  hasta  Pentecostés.  0  Pues  se  me 
ha  abierto  una  puerta  grande  y  efi- 
ciente, y  los  que  se  oponen  son  mu- 
chos. 


Timoteo  y  Apolo.  16,  10-12 


10  Si  fuere  Timoteo,  mirad  que  es- 
té con  vosotros  sin  temor,  dado  que 


o  g  O 


en  la  obra  del  Señor  trabaja  lo  mis- 
mo que  yo.  "  Que  nadie,  pues,  le 
menosprecie.  Y  preparadle  el  viaje 
en  paz,  para  que  se  venga  a  mí,  pues 
le  estoy  aguardando  con  los  herma- 
nos. 12  En  cuanto  a  Apolo  el  herma- 
no, mucho  le  insté  para  que  vaya  a 
vosotros  junto  con  los  hermanos,  y 
decididamente  no  había  voluntad  de 
ir  ahora  ;  irá  cuando  tuviere  buena 
oportunidad. 


Ultimas  recomendaciones.  16,  13-18 


"  Vigilad,  manteneos  en  la  fe,  te- 
ned ánimo  varonil,  confortaos.  14  To- 
das vuestras  cosas  se  hagan  en  cari- 
dad. Os  recomiendo,  hermanos — co. 
nocéis  la  casa  de  Estéfanas,  que  es 
primicias  de  la  Acaya,  y  se  consa- 
graron al  servicio  de  los  santos — , 
10  que  también  vosotros  os  mostréis 
sumisos  a  los  tales  y  a  todo  el  que 
trabaja  con  ellos  y  "se  fatiga.  17  Me 
gozo  con  la  llegada  de  Estéfanas,  y 
de  Fortunato,  y  de  Acaico,  puesto 
que  lo  que  de  vuestra  parte  me  fal- 
taba, ellos  lo  suplieron  plenamente, 
a  porque  aquietaron  mi  espíritu  y  el 
vuestro.  Reconoced,  pues,  a  los  que 
son  tales. 

Saludos  finales  y  bendición  apostó- 
lica. 16,  ig-2.| 

"  Os  saludan  las  Iglesias  dél  Asia. 
Os  envían  muchos  saludos  en  el  Se- 
ñor Aquilas  y  Prisca  junto  con  la 
Iglesia  que  está  en  su  casa.  30  Os 
saludan  los  hermanos  todos.  Salu- 
daos unos  a  otros  en  el  ósculo  santo. 


-|  f»    -  I'kimer  DÍA  de  LA  semana  !  el  domingo  o  «día  del  Señor»,  el  cual  ya  desde  los 
tiempos  apostólicos  había  sustituido  al  sábado  judaico. 
"  Estos  HERMANOS  x>n  Estéfanas  y  sus  compañeros,  de  que  después  se  habla. 
l"~M  Estéfanas,  acompañado  de  Fortunato  y  Acaico,  eran  los  mensajeros  enviados 
a  San  Pablo  por  los  Corintios.  |l  Lo  suplieron  plenamente:  como  si  dijera:  ausente 
de  vosotros,  sentía  yo  soledad  ;  ellos,  al  venir  en  representación  vuestra,  llenaron  el 
vacío  que  vuestra  ausencia  dejaba  en  mi  corazón. 

ls  AQUILAS  y  Trisca,  su  mujer,  habían  hospedado  a  Pablo  la  primera  vez  que  fut 
a  Corinto,  y  de  allí  le  acompañaron  a  Kfeso. 


-  387  - 


16  21-22 


I  CORINTIOS 


16  23-24 


a  La  salutación  ya  de  mi  propia 
mano  :  Pablo.  a  Si  alguno  no  ama 
al  Señor,  sea  anatema.  Morana  tha. 


I  *  La  gracia  del  Señor  Jesús  sea  con 
vosotros.  -4  Mi  caridad  con  todos  vos- 
I  otros  en  Cristo  Jesús. 


=-  Maraña  tha  :  expresión  aramaica,  que  significa  «Señor  nuestro,  ven»,  análoga 
a  la  que  termina  e'.  Apocalipsis  :  «Ven,  Señor  Jesús»  (22,  20).  Esta  venida  que  se  desea 
es  ti  secundo  advenimiento  del  Señor. 

M  La  caridad  de  Pablo  es  dechado  de  la  caridad  cristiana,  que  ha  de  ser  universa» 
y  en  Ckisio  Jesís. 


-388- 


I  N  T  R  O  D  ü  C  C.ION 
A    LA    TI    EPISTOLA    A    LOS  CORINTIOS 


NTECEDENTES  HisiÓRicos. — La  segunda  Epístola  a  los  Corintios  es 


la  más  personal  de  las  cartas  de  San  Pablo:  por  eso  cxigv,  más  que 


ninguna  otra,  fijar  con  la  mayor  exactitud  posible  sus  antecedentes 
históricos. 

Según  la  probable  cronología  adoptada,  San  Pablo  escribía  su  primera 
Epístola  a  los  Corintios  hacia  la  Pascua  del  año  56.  Estaba  en  Efeso, 
donde  pensaba  permanecer  hasta  Pentecostés.  Desde  Efeso,  algunas  ser 
manas  después  de  Pascua,  mandó  a  Tito  a  Corinto  para  que  se  enterase 
del  efecto  que  había  producido  cu  aquellos  neófitos  la  carta  que  acababa 
de  escribirles ;  él  poco  después  partiría  por  tierra  hacia  Tróade,  donde 
le  aguardaría  para  recibir  noticias  y  determinar  lo  que  conviniera  Itacer. 
El  hombre  propone  y  Dios  dispone.  Pablo  tuvo  que  salir  de  Efeso  preci- 
pitadamente antes  de  lo  que  había  determinado.  Los  plateros  de  Efeso, 
furiosos  de  ver  las  quiebras  de  su  industria  en  objetos  idolátricos,  oca- 
sionadas por  la  difusión  del  Evangelio,  promovieron  en  la  ciudad  un 
terrible  motín,  que  quitó  por  entonces  a  Pablo  la  posibilidad  de  predicar 
libremente ,  y  aun  amenazaba  su  seguridad  personal.  Adelantó,  pues,  su 
viaje;  así  fué  que,  cuando  llegó  a  Tróade,  no  halló  aún  a  Tito.  Preocu- 
pado por  los  Corintios,  no  pudo  reposar  en  Tróade,  y  partió  para  Mace- 
donia,  donde,  finalmente,  encontró  a  Tito.  Las  noticias  que  éste  le  trajo, 
sin  dejar  de  ser  consoladoras,  tío  eran  del  todo  satisfactorias.  La  mayoría 
de  la  Iglesia,  sin  duda,  había  recibido  con  sumisión  la  carta  de  su  Apóstol 
y  su  padre,  cuyo  amor  reconocían  y  cuyas  disposiciones  acataban  y  po- 
nían en  ejecución.  Lo  pasado,  pues,  quedaba  en  gran  parte  remediado ; 
pero  había  aparecido  un  nuevo  peligro,  un  fermento  de  rebeldía  y  oposi- 
ción, más  temible  que  los  desórdenes  anteriores.  Un  grupo  de  judaizantes, 
adversarios  descarados  de  Pablo,  con  el  objeto  de  arruinar  su  obra,  ata- 
caban descubiertamente  su  persona  y  sus  títulos  de  Apóstol. 

Pablo,  en  tales  condiciones,  no  podía  presentarse  en  Corinto  con  el 
espíritu  de  blandura  paternal  y  franca  confianza  que  deseaba.  Para  poner, 
pues,  las  cosas  en  orden  y  preparar  su  viaje  a  Corinto,  escribió  esta  nueva 
carta,  la  segunda  de  las  canónicas,  pero  en  realidad  la  tercera  de  las  que 
escribió  a  los  Corintios. 

La  carta. — Para  conseguir  su  objeto  principal,  dos  cosas  había  de  ha- 
cer San  Pablo:  disipar  las  prevenciones  que  contra  él  luibían  concebido 


-  389  - 


11-6 


II  CORINTIOS 


17-11 


algunos  Corintios,  y  desacreditar  a  sus  desleales  adversarios.  De  ahí  el 
doble  carácter,  apologético  y  polémico,  de  la  Epístola.  Pero  no  podía 
olvidar  el  Apóstol  lo  que  ya  había  recomendado  en  la  Epístola  anterior, 
a  saber,  la  gran  colecta  que  se  estaba  organizando  en  beneficio  de  los 
cristianos  pobres  de  Palestina.  Esta  exhortación  a  la  limosna,  casi  a 
modo  de  digresión,  la  intercala  San  Pablo  entre  la  apología  que  hace 
de  sm  conducta  apostólica  y  la  polémica  con  que  ataca  a  sus  adversarios. 
De  ahí  la  división  de  la  Epístola  en  tres  partes  principales,  que,  com- 
prendidos el  prólogo  y  el  epilogo,  se  distribuyen  de  esta  manera:  i)  apo- 
logética: r-7 ;  2)  parenética :  S-o;  $)  polémica:  10-13. 


EPISTOLA  II   A  LOS  CORINTIOS 


Salutación 


Inscripción.  1,  1-2 


1  1  Pablo,  Apóstol  de  Cristo  Jesús 
■*•  por  voluntad  de  Dios,  y  Timoteo 
el  hermano,  o  la  iglesia  de  Dios  que 
está  en  Corinto,  y  juntamente  a  to- 
dos los  santos  que  residen  en  toda 
la  Acaya  ;  2  gracia  a  vosotros  y  paz 
de  parte  de  Dios,  Padre  nuestro,  y 
del  Señor  Jesu-Cristo. 


Acción  de  gracias.  1,  3-11 


3  Bendito  di  Dios  y  Padre  de  nues- 
tro Señor  Jesu-Cristo,  el  Padre  de  las 
misericordias  y  Dios  de  toda  consola- 
ción, 4  que  nos  consuela  en  toda  tri- 
bulación nuestra,  hasta  el  punto  de 
poder  nosotros  consolar  a  los  que 
están  en  toda  tribulación,  con  la 
consolación  con  que  somos  nosotros 
mismos  consolados  por  Dios.  6  Por- 
que según  que  rebosan  sobre  nos- 
otros los  padecimientos  de  Cristo, 
así  por  mediación  de  Cristo  rebosa 
también  nuestra  consolación.  '  Pero 
ora  seamos  atribulados,  es  por  vues- 


epistolar 


tra  consolación  y  salud  ;  ora  seamos 
consolados,  es  por  vuestra  consola- 
ción, la  cual  muestra  su  eficacia  en 
el  sufrimiento  de  los  mismos  padeci- 
mientos, que  también  nosotros  pa- 
decemos ;  ''  y  nuestra  esperanza  es 
firme  acerca  de  vosotros,  sabiendo 
que  así  como  sois  compañeros  de 
los  padecimientos,  así  también  de  la 
consolación.  8  Porque  no  queremos 
que  ignoréis  vosotros,  hermanos,  ta 
tribulación  que  nos  sobrevino  en 
Asia,  pues  sobre  toda  ponderación 
más  de  lo  que  sufrían  nuestras  fuer- 
ais nos  vimos  abrumados,  hasta  tal 
punto  que  aun  de  la  vida  desespe- 
ramos. *  Antes  bien  nosotros  dentro 
de  nosotros  mismos  sentimos  la  sen- 
tencia de  muerte,  para  que  no  ten- 
gamos puesta  la  confianza  en  nos- 
otros mismos,  sino  en  Dios,  que  re- 
sucita los  muertos,  lu  el  cual  de  tan 
grande  muerte  nos  libró,  y  nos  li- 
brará ;  en  el  cual  tenemos  esperan- 
za que  también  en  adelante  nos  li- 
brará, 11  coadyuvando  también  vos- 
otros a  favor  nuestro  con  la  oración, 
a  fin  de  que  de  parle  de  muchos  la 
gracia  otorgada  a  nosotros  por  me- 
dio de  muchos  sea  regraciada  en 
nombre  nuestro. 


-J  1  Santos  :  equivalente  <le  fieles,  en  cuanto  santificados  por  sil  unión  con  Cristo 
-l-    en  el  Espíritu  Santo. 

■  Nuestra  comunión  con  Cristo  paciente  es  condición  esencial  de  nuestra  comunión 
con  Cristo  glorioso. 

•  Parece  aludir  a  la  revuelta  promovida  en  Efeso  por  Demetrio,  que  le  obligó 
a  salir  d*  la  ciudad  (Ac.  19,  23-20,  1). 


—  390  — 


12-19 


II  CORINTIOS 


120—2* 


Primera  parte:  Apología  del  ministerio  apostólico 
de  Pablo 


I.    Singularidad  y  verdad  del 
Apóstol 

Testimonio  de  la  conciencia,  i,  12-14 

Porque  ésta  es  nuestra  gloria, 
el  testimonio  de  nuestra  conciencia: 
que  con  santidad  y  sinceridad  de 
Dios,  y  no  con  sabiduría  carnal,  si- 
no con  el  favor  de  Dios,  hemos  pro- 
cedido en  este  mundo,  y  mucho  más 
con  vosotros.  13  Porque  no  os  escri- 
bimos otra  cosa  que  lo  que  leéis, 
que  es  lo  mismo  que  entendéis  ;  y 
espero  que  del  todo  conoceréis,  14  co- 
mo ya  nos  conocisteis  en  parte,  que 
poínos  gloria  vuestra,  lo  mismo  que 
vosotros  nuestra,  en  el  día  del  Se- 
ñor nuestro  Jesús. 


Cambio  de  itinerario.  1,  15-22 


11  Y  en  esta  persuasión,  quería  pri- 
mero ir  a  vosotros,  a  fin  de  que  tu- 
vierais una  segunda  gracia,  19  y  pa- 
.-ando  por  vosotros  ir  a  Macecíonia, 
y  <le  nuevo  desde  Macedonia  volver 
.i  vosotros,  y  que  vosotros  tomaseis 
a  vuestro  cuidado  mi  viaje  a  la  Ju- 
•<lea.  "Al  querer,  pues,  esto,  ¿por 
ventura  usé  de  ligereza?  ¿  O  lo  que 
yo  determino,  según  la  carne  lo  de- 
termino, de  suerte  que  se  encuen- 
tren en  mí  el  Sí  y  el  No  ?  18  Mas 
fiel  es  Dios,  que  nuestra  palabra 
propuesta  a  vosotros  no  es  Sí  y  No. 
''  Porque  el  Hijo  de  Dios,  Jesu-Cris- 


to,  el  que  entre  vo-otros  fué  por 
nosotros  predicado,  por  mí,  por  Sil- 
vano y  por  Timoteo,  no  resultó  Sí 
y  A'o,  antes  Sí  en  él  se  ha  verifica- 
do. 20  Porque  cuantas  promesas  hay 
de  Dios,  en  El  son  el  Sí;  por  lo  cual 
también  por  mediación  de  El  se  re- 
torna el  Amén  a  Dios  para  gloria 
por  medio  de  nosotros.  21  Mas  el  que 
nos  conforta,  juntamente  con  vos- 
otros, en  orden  a  Cristo,  y  el  que 
nos  ungió,  Dios  es  ;  -  el  cual  ade- 
más nos  marcó  con  su  sello  y  nos 
dió  las  arras  del  Espíritu  en  nues- 
tros corazones. 

Ra:ón  del  cambio  de  itinerario. 
1,  23-24;  2,  1-4 

23  Yo  invoco  a  Dios  por  testigo  so 
bre  mi  a'lma,  que  por  miramiento  a 
vosotros  todavía  no  fui  a  Corinto  ; 
24  no  porque  seamos  déspotas  de 
vuestra  fe,  sino  que  somos  coope- 
radores de  vuestro  gozo,  pues  en 
cuanto  a  la  fe  os  mantenéis  firmes. 

f)  1  Porque  me  impuse  esta  deter- 
^  minación  :  que  mi  ida  a  vosotros 
no  fuera  de  nuevo  objeto  Je  tristeza. 
:  Porque  si  yo  os  entristezco  a  vos- 
otros, ¿  y  quién  será  el  que  me  alegre 
a  mí,  sino  el  que  recibe  tristeza  de 
mí  ?  8  Y  os  escribí  esto  mismo,  no 
sea  que,  yendo  a  vosotros,  reciba 
tristeza  de  parte  de  aquellos  de  quie- 
nes me  había  de  gozar,  confiando 
de  todos  vosotros  que  mi  gozo  lo  es 
de  todos  vosotros.  4  Porque  a  impul- 


SEGUNDA  gracia  :  quiere  decir  la  gracia  de  la  doble  visita  apostólica,  la  una  de 
p;¡so  para  Macedón ia,  la  otra  al  volver  de  allí  a  Corinto. 

El  Si.  Jesu-Cristo  es  el  sí  absoluto  y  universal  :  el'  sí  de  las  promesas  divi- 
nas, el  sí  de  las  aspiraciones  humanas,  el  sí  de  los  oráculos  proféticos,  de  las  espe- 
ranzas de  Israel,  de  los  suspiros  de  todas  las  naciones.  No  hay  en  Jesu-Cristo  un  no 
desesperante  ;  en  El  todo  es  sf. 

20  Amén  :  al  sí  de  Cristo  responde  la  Iglesia  con  el  Amén,  que  es  profesión  de  fe, 
crilo  triunfal  de  la  esperanza,  expansión  del  amor. 

Unción,  sello  y  arras  son  tres  imáKenes  metafóricas  de  la  vocación  al  apos- 
tolado con  todas  las  gracias  que  la  acompañan.  V  en  esta  vocación  toman  parte  las 
tres  divinas  Personas. 


—  391  — 


2  5-14 


II  CORINTIOS 


2  15-3  * 


so  de  una  gran  congoja  y  apretura 
de  corazón  os  escribí  con  abundan- 
tes lágrimas,  no  para  que  os  entris- 
tezcáis, sino  para  que  conozcáis  el 
amor  que  os  tengo,  a  vosotros  más 
que  a  otro*;. 


El  perdón  del  incestuoso.  2,  5-11 


5  Que  si  alguno  contristó,  no  me 
contristó  a  mí,  sino — en  parte,  para 
no  exagerar — a  todos  vosotros. 8  Bás- 
tale a  este  tal  esta_  corrección,  he- 
cha por  los  más  ;  '  de  suerte  que, 
al  contrario,  antes  bien  le  perdo- 
néis y  consoléis,  no  sea  que  por  la 
excesiva  tristeza  sea  devorado  este 
tal.  8  Por  esto  os  exhorto  a  que  otor- 
guéis para  con  él  vuestra  caridad. 
9  Pues  para  esto  mismo  os  escribo, 
para  conocer  vuestros  quilates,  a  ver 
si  ipara  todo  sois  obedientes.  10  A 
quien  algo  perdonáis,  yo  también  ; 
puesto  caso  que  lo  que  yo  he  perdo- 
nado, si  algo  he  perdonado,  por  vos- 
otros ha  sido,  en  persona  de  Cristo  ; 
u  no  sea  que  nos  veamos  envueltos 
por  la  astucia  de  Satanás,  pues  no 
desconocemos  sus  designios. 

Ansiedades  y  consuelos:  de  Tróade 
a  Macedonia.  2,  12-17 

u  Y  venido  a  Tróade  para  el  Evan- 
gelio de  Cristo,  y  habiéndoseme 
abierto  puerta  en  el  Señor,  12  no  ha- 
llé sosiego  para  mi  espíritu,  por  no 
haber  encontrado  yo  a  Tito,  mi  her- 
mano, sino  que,  despidiéndome  de 
ellos,  salí  para  Macedonia.  14  Pero  a 


Dios  gracias,  que  continuamente  no< 
hace  triunfar  en  Cristo  y  descubre 
la  fragancia  de  su  conocimiento  por 
medio  de  nosotros  en  todo  lugar  ; 
15  porque  somos  buen  olor  de  Cristo 
para  Dios,  entre  los  que  se  salvan 
y  entre  los  que  se  pierden  ;  18  para 
los  unos,  olor  de  muerte  para  muer- 
te ;  para  los  otros,  olor  de  vida  pa- 
ra vida.  11  Y  para  esto,  ¿quién  es 
idóneo  ?  Porque  no  somos  como  los 
muchos  que  desnaturalizan  la  pala- 
bra de  Dios,  sino  que  cual  de  pecho 
sincero,  sino  que  cual  de  parte  de 
Dios,  en  presencia  de  Dios,  habla- 
mos en  Cristo. 


II.    Altísima  dignidad  drt  minis- 
terio apostólico 

Ims  cartas  de  recomendación  de 
Pablo.  3,  1-6 

o  '¿Comenzamos  otra  vez  a  recó- 
mendarnos  a  nosotros  mismos  ? 
¿O  por  ventura  necesitamos,  como 
algunos,  de  cartas  de  recomendación 
para  con  vosotros  o  de  vosotros  ? 
=  NüeStra  carta  vosotros  sois,  escri- 
ta en  nuestros  corazones,  conocida  y 
leída  por  todos  los  hombres  ;  5  co- 
mo que  es  manifiesto  que  sois  car- 
ta de  Cristo,  escrita  por  ministerio 
nuestro,  y  escrita  no  con  tinta,  sino 
con  Espíritu  de  Dios  vivo  ;  110  en 
tablas  de  piedra,  sino  en  tablas  que 
¡■ion  corazones  de  carne.  1  Y  esta  tal 
confianza  la  tenemos  por  Cristo  pa- 
ra con  Dios.  0  No  que  por  nosotros 
mismos  seamos  capaces  de  discurrir 
algo  como  de  nosotros  mismos,  sino 
que  nuestra  capacidad  nos  viene  de 


2S  Alude  San.  Pablo  al  incestuoso  (cf.  1  Cor.  5,  1-13). 
a  Tróade  :  ciudad  de  la  Misia,  en  la  costa  NO.  del  Asia  Menor,  no  lejos  de  la 
antigua  Troya,  célebre  por  la  Ilíada.  ||  Puerta:  ocasión  favorable  para  la  predica- 
ción del  Evangelio 

*»  Triunfar  :  se  comparan  las  expediciones  apostólicas  a  las  carreras  triunfales 
de  los  antiguos  vencedores. 

1T  Desnaturalizan  :   metáfora  tomada  de  los  taberneros  que  falsifican  el  vino. 

3'-=  Cartas  de  recomendación  :  caso  típico  de  la  libertad  con  que  San  Pablo  varía 
una  misma  imagen.  Cuatro  veces  recurre  en  estos  tres  versos  la  imagen  de  rarfa. 
La  primera  se  toma  en  sentido  propio ;  la  segunda  es  metafóricamente  la  Iglesia 
de  Corinto,  grabada  espirilualmente  en  el  corazón  de  Pablo ;  la  tercera  es  la  Iglesia 
en  sí  misma  ;  la  cuarta  es  el  Evangelio  escrito  en  los  corazones  de  los  Corintios. 

*-*  Es  digno  de  notarse  el  énfasis  con  que  enseña  San  Pablo  que  la  eficacia  de; 
ministerio  apostólico  proviene  totalmente  de  Dios.  El  hombre  ha  de  poner  todo 
su  trabajo ;  pero  el  resultado  se  ha  de  atribuir  exclusivamente  a  Dios.  Y  esto  se 
aplica  umversalmente  a  toda  la  vida  sobrenatural. 


—  392  — 


3  6-W 


II  CORINTIOS 


313-42 


Dios,  *  quien  asimismo  nos  capaci- 
tó para  ser  ministros  de  una  nueva 
alianza,  no  de  letra,  sino  de  Espí- 
ritu ;  porque  la  letra  mata,  mas  el 
Espíritu  vivifica. 

El  ministerio  evangélico,  superior  al 
'    de  Moisés.  3,  7-1 1 

7  (Jue  si  el  ministerio  de  la  muer- 
te, grabado  con  letras  en  piedras,  re- 
sultó glorioso,  hasta  el  punto  de  no 
poder  los  hijos  de  Israel  fijar  su 
vista  en  el  rostro  de  Moisés  a  cau- 
sa de  'la  gloria  de  su  rostro,  si  bien 
evanescente,  8  ¿cómo  no  con  más  ra- 
zón será  glorioso  el  ministerio  del 
Espíritu  ?  "  Porque  si  para  el  minis- 
terio de  la  condenación  hubo  gloria, 
mucho  más  rebosa  de  gloria  el  mi 
nisterio  de  la  justicia.  ,"  Porque  lo 
glorificado  no  fué  glorificado  en  es- 
te respecto,  a  causa  de  la  sobrepu- 
jante gloria.  u  Porque  si  lo  perece- 
dero tuvo  su  momento  de  gloria, 
mucho  más  lo  permanente  cercado 
está  de  gloria. 

Manifestación,  (ranea  y  sin  velos, 
del  Evangelio.  3,  12-1S 

,:  Teniendo,  pues,  semejante  es- 
peranza, usamos  en  el  hablar  de  mu- 


cha claridad  ;  13  y  no  a  la  manera 
que  Moisés  ponía  un  velo  sobre  su 
rostro,  para  que  no  fijasen  su  vis- 
ta los  hijos  de  Israel  en  el  remate 
ie  lo  que  se  desvanecía.  M  Mas  se 
embotaron  sus  inteligencias.  Porque 
hasta  el  día  de  hoy  en  la  lectura 
de:  Antiguo  Testamento  perdura  el 
mismo  velo,  sin  removerse,  porque 
sólo  en  Cristo  desaparece.  15  Mas  has- 
ta hoy  siempre  que  es  leído  Moisés, 
un  velo  está  puesto  sobre  el  cora- 
zón de  ellos.  10  «Mas  cuando  se  vuel- 
va al  Señor,  es  quitado  el  velo» 
(Ex.  34,  34).  "Y  el  Señor  es  el  Es- 
píritu' Y  donde  está  el  Espíritu  del 
Señor  hay  libertad.  18  Mas  nosotros 
todos,  con  el  rostro  descubierto  re- 
verberando como  espejos  la  gloria 
del  Señor,  nos  vamos  transfiguran- 
do en  la  misma  imagen  de  gloria 
en  gloria,  conforme  a  como  obra  el 
Espíritu  del  Señor. 


Aliento  que  inspira  a  los  apóstoles 
su  ministerio.  4,  1-6 

a  'Por  esto,  teniendo  este  ministe- 
*  rio,  según  la  misericordia  con 
que  fuimos  favorecidos,  no  desfalle- 
cemos ;  "  antes  bien,  desechamos  los 
tapujos  de  la  ruindad,  no  procedien- 
do con  astucia  ni  falsificando  la  pa- 


1  La  letra  de  la  ley  mosaica  daba  preceptos,  pero  no  fuerzas  para  cumplirlas : 
con  eso  era  ocasión  de  pecado",  mas  el  Espíritu  del  Evangelio  juntamente  con  el 
precepto  da  fuerzas. 

,J  El  ministerio  de  Moisés  era,  en  la  intención  de  Dios,  ministerio  de  salud ; 
pero,  ror  la  mala  disposición  de  los  israelitas,  se  convirtió  en  ministerio  de  con- 
denación. 

,a  Al  hecho  de  cubrirse  Moisés  la  cara  con  el  velo  para  no  deslumhrar  los  ojos 
de  los  hijos  de  Israel,  San  Pablo,  viendo  en  eso  el  carácter  transitorio  del  régimen 
del  Sinaí,  le  da  una  interpretación  inesperada,  presentando  este  velo  como  destinado 
110  tanto  para  ocultar  aquella  irradiación  fulgurante,  cuanto  para  impedir  que  se 
diesen  cuenta  de  que  aquel  resplandor  se  iba  desvaneciendo. 

13-is  otro  caso  de  la  variabilidad  de  las  imágenes  en  San  Pablo.  El  velo  que  co- 
mienza tapando  la  cara  de  Moisés  pasa  a  cubrir  el  Antiguo  Testamento  y  acaba 
envolviendo  el  corazón  de  los  judíos. 

18  La  Escritura  dice  de  Moisés  que,  «cuando  volvía  a  la  montaña  para  hablar 
ion  el  Señor,  se  quitaba  el  velo»  ;  San  Pablo,  aplicándole  a  los  judíos,  dice  que, 
cuando  se  conviertan  al  Señor,  se  verán  libres  del  velo  que  envolvía  su  corazón. 

'■  No  quiere  decir  San  Pablo  que  el  Señor,  es  decir,  Cristo,  sea  la  persona  del 
Espíritu  Santo.  Espíritu  significa  aquí  la  plenitud  del  Espíritu  Santo,  que  Cristo 
poseía  y  nos  comunicó  a  nosotros.  ||  Libertad  :  es  la  verdadera  libertad  del  Espí- 
ritu, redimido  de  los  terrores  y  de  las  prácticas  estériles  de  la  ley  mosaica.  Esta 
libertad  evangélica  no  es  la  libertad  pseudo-evangélie-a  de  los  protestantes. 

)S  ¡Grandiosa  concepción  del  ministerio  apostólico!  Cristo  es  la  luz  increada,  el 
Espíritu  es  la  irradiación  de  esta  luz  en  los  hombres.  Pero  esta  luz  no  desciende 
directamente  sobre  sus  corazones:  Dios  ha  dispuesto  que  los  apóstoles,  a  modo  de 
espejos,  recojan  los  rayos  de  la  luz  divina  y  la  difundan  por  toda  la  tierra.  Y  en 
«-ta  iluminación  evangélica,  los  apóstoles,  revestidos  de  la  luz  divina,  crecen  de 
esplendor  en  esplendor  hasta  transformarse  en  la  misma  imagen  del  Señor. 


—  393  — 


4  3-10 


II  CORINTIOS 


4  11-18 


labra  de  Dios,  sino  con  la  manifes- 
tación de  la  verdad,  recomendándo- 
nos a  nosotros  mismos  ante  toda 
conciencia  de  hombres  en  el  acata- 
miento de  Dios.  3  Que  si  todavía 
queda  velado  nuestro  Evangelio,  pa- 
ra los  que  perecen  está  velado,  4  pa- 
ra los  incrédulos,  cuyas  inteligencias 
cegó  el  dios  de  este  siglo,  para  que 
no  columbrasen  la  esplendorosa  irra- 
diación del  Evangelio  de  la  gloria 
de  Cristo,  que  es  imagen  de  Dios. 
6  Porque  no  nos  predicamos  a  nos- 
otros mismos,  sino  a  Jesu-Cristo  Se- 
ñor ;  que  a  nosotros  mismos  nos 
consideramos  como  esclavos  vues- 
tros por  causa  de  Jesús.  0  Porque 
Dios,  que  dijo  :  «Del  seno  de  las  ti- 
nieblas fulgurará  la  luz»,  es  quien 
la  hizo  fulgurar  en  nuestros  corazo- 
nes, para  que  irradiásemos  el  cono- 
cimiento de  la  gloria  de  Dios,  que 
reverbera  en  la  faz  de  Cristo  Jesús. 


III.    El  proceder  del  Apóstol:  sus 
fines  y  sus  móviles 

El  tesoro  divino  en  vasos  de  barro. 


'  Mas  tenemos  este  tesoro  en  va- 
sos terrizos  ,para  que  la  sobre/pu- 
janza de  'la  fuerza  se  muestre  ser  de 
Dios,  que  no  de  nosotros.  5  En  to- 
do atribulados,  mas  no  reducidos  al 
último  extremo  ;  perplejos,  mas  no 
desconcertados  ;  0  perseguidos,  mas 
no  abandonados  ;  derribados,  mas  no 
rematados  ;  10  siempre  llevando  por 
doquiera  en  nuestro  cuerpo  el  esta- 
do de  muerte  de  Jesús,  a  fin  de  que 
también  la  vida  de  Jesús  se  mani- 


fieste en  nuestro  cuerpo.  11  Porque 
siempre  nosotros  los  que  vivimos 
somos  entregados  a  la  muerte  por 
causa  de  Jesús,  a  fin  de  que  tam- 
bién la  vida  de  Jesús  se  manifieste 
en  nuestra  carne  mortal.  12  De  suer- 
te que  la  muerte  obra  en  nosotros 
y  la  vida  en  vosotros. 


La  fe  de  la  resurrección,  móvil  de 
los  predicadores  evangélicos.  4,  13-15 

13  Mas  teniendo  nosotros  el  mismo 
espíritu  de  la  fe,  según  aquello  que 
está  escrito  :  «Creí,  y  por  esto  ha- 
blé», también  nosotros  creemos,  \ 
por  esto  también  hablamos  ;  14  sa- 
biendo que  el  que  resucitó  al  Señor 
Jesús,  también  a  nosotros  con  Jesús 
nos  resucitará  y  pondrá  a  su  lado 
juntamente  con  vosotros.  15  Porque 
todo  es  para  bien  de  vosotros,  a  fin 
de  que  la  gracia,  habiéndose  acre- 
centado, por  boca  de  los  más  pro- 
duzca más  abundante  el  nacimiento 
de  gracias  para  la  gloria  de  Dios. 


Esperanza  de  gloria  en  las  mansio- 
}ies  celestes.  4,  16-18  ;  5,  1-5 

"  Por  lo  cual  no  desfallecemos,  an- 
tes bien,  aun  cuando  nuestro  hom- 
bre exterior  se  desmorone,  empero, 
nuestro  hombre  interior  se  renueva 
día  tras  día.  11  Porque  eso  momen- 
táneo, ligero,  de  nuestra  tribulación 
nos  produce,  con  exceso  incalcu- 
lable siempre  creciente,  un  eterno 
caudal  de  gloria  ;  18  y  en  esto  no  po- 
nemos nosotros  la  mira  en  las  cosas 


A  La  imagen  de  la  iluminación  evangélica,  antes  esbozada,  recibe  aquí  su  perfeo 
*  ción.  La  gloria  esplendorosa  de  Dios  era  inaccesible  a  los  ojos  mortales  ;  pero, 
reverberando  en'  el  rostro  de  Cristo,  tuzóse  accesible.  Estos  divinos  fulgores  los  con- 
centró el  Señor  en  el  corazón  de  los  apóstoles,  como  en  foco  que  irradiase  aquella 
luz  soberana.  ||  Imagen  de  Dios:  Jesu-Cristo  es  imagen  de  Dios  Padre,  como  Dios 
y  como  hombre.  Como  Dios,  es  imagen  adecuada  ;  como  hombre,  es  imagen  visi- 
ble ;  y  estas  dos  propiedades,  adecuación,  visibilidad,  hacen,  que  Jesu-Cristo  sea  la 
única  imagen   perfecta  de  Dios. 

iK-12  ei  ministerio  apostólico  se  declara  con  relación  a  la  muerte  de  Cristo.  Como 
esta  muerte  es  el  principio  de  nuestra  vida  divina,  aȒ  los  ministros  del  Evangelio 
han  de  reproducir  en  sí  la  muerte  de  Cristo  para  reproducir  en  los  hombres  la 
vida  de  Cristo. 

13  Cita  -San  Pablo  el  salmo  ir^,  1,  según  la  versión  Alejandrina,  porque  esta  ver- 
sión era  la  usada  entre  los  judíos  helenistas. 

"Caudal  (literalmente  «peso»)  significa  aquí  el  capital  con  sus  intereses;  esto 
es,  la  gloria  inmensa  del  cielo,  que  nos  producen  las  tribulaciones  de  e>tn  vida 


—  394  — 


5i-io 


II  CORINTIOS 


5  11-16 


que  se  ven,  sino  en  las  que  no  se 
ven.  Porque  las  que  se  ven  son  pa- 
sajeras ;  mas  las  que  no  se  ven, 
eternas. 

C  1  Porque  sabemos  que  si  nuestra 
"  t  asa  terrena,  en  que  vivimos  co- 
mo en  tienda,  se  viniere  abajo,  edifi- 
cio tenemos  de  Dios,  casa  no  hecha 
de  manos,  eterna,  en  los  cielos.  2 Por- 
que estando  en  ella  gemimos,  anhe- 
lando sobrevestirnos  de  nuestra  mo- 
rada celeste,  3  con  tal  de  que  sea- 
mos hallados  vestidos,  no  desnudos. 
'  Porque  los  que  estamos  en  esta 
tienda  gemimos  agobiados,  por  cuan- 
to no  queremos  ser  despojados,  sino 
más  bien  sobrevestidos,  a  fin  de  que 
eso  mortal  quede  absorbido  por  la 
vida.  5  Y  quien  nos  dispuso  para 
esto  mismo  es  Dios,  el  cual  nos  dió 
las  arras  del  Espíritu. 


Gnsto,  objeto  de   ansias  ardientes 
y  de  santo  temor,  5,  6-10 

'  Confiados,  pues,  osadamente  en 
todo  tiempo  y  sabiendo  que  mien- 
tras estamos  domiciliados  en  el  cuer- 
po andamos  ausentes  lejos  del  Se- 
ñor, 7 — como  quiera  que  por  fe  ca- 
minamos, no  por  vista — ,  8  confia- 
mos, pues,  y  vemos  con  agrado  más 
Ijien  ausentarnos  lejos  del  cuerpo  y 
estar  domiciliados  cabe  el  Señor. 
*  Por  lo  cual  tomamos  como  punto 
de  honra,  ora  sea  estando  domicilia- 
dos, ora  sea  estando  ausentes,"  ser 
aceptos  a  El.  10  Porque  todos  nos- 
otros hemos  de  aparecer  de  mani- 


fiesto delante  de  Cristo,  para  que 
reciba  cada  cual  el  pago  de  lo  he- 
cho viviendo  en  el  cuerpo,  en  pro- 
porción a  lo  que  obró,  ya  sea  bue- 
no, ya  sea  malo. 

La  caridad,  resorte  del  apostolado. 

.s.  "-15 

11  Sabiendo,  pues,  lo  que  es  el  te- 
mor del  Señor,  tratamos  de  since- 
rarnos ante  los  hombres,  que  a  Dios 
patentes  le  estamos  ;  y  espero  que 
también  en  vuestras  conciencias  es- 
tamos patentes.  12  No  es  que  de  nue- 
vo nos  recomendemos  a  vosotros, 
sino  que  os  damos  ocasión  de  glo- 
riaros en  nosotros,  a  fin  de  que  ten- 
gáis que  responder  a  los  que  se  glo- 
rían en  la  faz  y  no  en  el  corazón. 
13  Porque  si  perdimos  el  tino,  fué  con 
miras  a  Dios  ;  si  nos  moderamos,  es 
en  atención  a  vosotros.  ™  Porque  el 
amor  de  Crieto  nos  apremia,  al  pen- 
sar esto  :  que  uno  murió  por  todos  ; 
luego  todos  murieron  ;  15  y  por  todos 
murió,  para  que  los  que  viven  no 
vivan  ya  para  sí  mismos,  sino  para 
aquel  que  por  ellos  murió  y  resucitó. 


La  nueva  creación.  5,  16-17 


16  De  suerte  que  nosotros  desde 
ahora  a  nadie  conocemos  según  lo 
carne.  Aun  cuando  hemos  conocido 
según  la  carne  a  Cristo,  ahora,  em- 


K  1-1  Para  los  antiguos  orientales,  la  ¡masen  de  una  tienda  de  lona  y  'a  de  un  ves- 
"  tirio,  que  para  ellos  era  una  amplia  árnica  o  una  capa,  no  eran  tan  diferentes 
como  i>ura  nosotros.  Así  no  es  tan  extraño  que  La  gloria  se  represente  con  la  fusión 
de  las  dos  imágenes  de  la  casa  y  del  vestido.  ||  Supone  San  Pablo  que  algunos  de 
los  líeles  de  la  última  generación  no  morirán.  Si  no  fuera  así,  no  hablaría  de  la 
posibilidad  de  ser  sobrevestidos  de  la  nueva  vida  sin  ser  antes  despojados  de  este 
cuerpo  mortal. 

•  Presenta  San  Pablo  el  Espíritu  Santo  como  principio  de  nuestra  resurrección, 
como  lo  fue  de  la  de  Cristo.  Siendo  el  alma  del  cuerpo  místico  de  Jesu-Cristo,  como 
determino  la  resurrección  de  la  Cabeza,  así  determinará  la  resurrección  de  los 
miembros. 

Según  el  Apóstol,  la  muerte  de  Cristo  tiene  doble  eficacia  :  mística  y  moral. 
Mística,  en  cuanto,  muriendo  Cristo,  morimos  en  El  y  con  El  todos  los  hombres  ; 
moral,  en  cuanto  que,  habiendo  muerto  Cristo  por  nosotros,  nosotros  en  retorno 
hemos  de  morir  por  El.  ||  Resucitó  por  ellos:  es  uno  de  los  puntos  más  interesan- 
tes de  la  Teología  de  San  Pablo  la  eficacia  redentora  de  la  resurrección  de  Cristo, 
principalmente  porque  a  ella  estaba  vinculada  la  efusión  del  Espíritu  Santo,  de  la 
cual  depende  ahora  nuestra  resurrección  espiritual  y  después  la  resurrección  corporal. 

"  No  qukre  decir  San  Pablo  que  antes  hubiera  conocido  personalmente  a  Jesús, 
sino  que  la  idea  que  tenía  del  Mesías,  la  de  la  escuela  rabínica,  era  según  la  carne. 


—  395  — 


5  17-6  2 


H  CORINTIOS 


¡►ero,  ya  no  lo  conocemos  así.  11  Por 
manera  que  si  uno  está  en  Cristo, 
es  una  nueva  creación.  Lo  viejo  pa- 
só :  mirad,  se  ha  hecho  nuevo. 


La  embajada  de  reconciliación. 
5,  18-21 

u  Y  todo  procede  de  Dios,  quien 
nos  reconcilió  consigo  por  mediación 
de  Cristo,  y  a  nosotros  nos  dió  el 
ministerio  de  la  reconciliación ;  "  co- 
mo que  Dios  en  Cristo  estaba  recon- 
ciliando el  mundo  consigo,  no  to- 
mándoles a  cuenta  sus  delitos,  y 
puso  en  nosotros  el  mensaje  de  la  re- 
conciliación. 80  En  nombre,  pues,  de 
Cristo  somos  embajadores,  como  que 
os  exhorta  Dios  por  medio  de  nos- 
otros. Os  rogamos  en  nombre  de 
Cristo  :  Reconciliaos  con  Dios.  -'  Al 
que  no  conoció  pecado,  por  nosotros 
le  hizo  pecado,  a  fin  de  que  nos- 
otros viniésemos  a  ser  justicia  de 
Dios  en  El. 


Azares  apostólicos  sostenidos  por  ta 
caridad.  6,  1-10 

z:  1  Secundando  la  obra  de  Dios,  os 
"  exhortamos  (por  nuestra  parte 
que  no  hayáis  recibido  en  vano  la 
gracia  de  Dios.  2  Porque  dice  : 

En  tiempo  favorable  te  escuché 
y  en  día  de  salud  te  socorrí. 


Mirad,  ahora  es  tiempo  favorable  ; 
mirad,  ahora  es  día  de  salud.  'Por 
nuestra  parte,  nosotros  trabajamos 
no  dando  en  nada  ocasión  alguna  de 
tropiezo,  para  que  no  sea  mofado  el 
ministerio,  *  antes  bien  acreditándo- 
nos en  todo  como  ministros  de  Dios, 
con  mucha  paciencia,  en  tribulacio- 
nes, en  necesidades,  en  apreturas, 
5  en  golpes,  en  prisiones,  en  moti- 
nes, en  fatigas,  en  noches  sin  dor- 
mir, en  días  sin  comer,  "en  pure- 
za, en  ciencia,  en  longanimidad,  en 
amabilidad,  en  Espíritu  Santo,  en 
caridad  sin  fingimiento  ;  7  con  pala- 
bra de  verdad,  con  fuerza  de  Dios  ; 
manejando  las  armas  de  la  justicia, 
las  de  la  diestra  y  las  de  la  sinies- 
tra ;  *  por  gloria  y  por  afrenta,  por 
crédito  y  por  descrédito  ;  como  se- 
ductores, aunque  veraces  ;  como  des. 
conocidos,  aunque  bien  conocidos  ; 
9  como  quienes  se  están  muriendo,  y 
ya  veis  que  vivimos  ;  como  castiga- 
dos, aunque  no  ajusticiados;  10  co- 
mo contristados,  aunque  siempre  re- 
gocijados  ;  como  pobres,  pero  que  a 
muchos  enriquecen  ;  como  quienes 
nada  tienen,  aunque  todo  lo  poseen. 


IV.    Conclusión  de  la  apología 

Amor  con  amor  se  paga.  6,  11-13 

u  Nuestro  lenguaje  ha  sido  con 
vosotros  abierto,  corintios  ;  nuestro 
corazón  se  ha  dilatado  ;  12  no  estáis 
apretados  dentro  de  nosotros,  sino 
estáis  apretados  en  vuestras  entra- 


os! uno  1^1 
meramente  jurí 
una  verdadera  < 
cuanto  forma  p¡ 


es  una  modalidad  de  ordeu 
ablemeute  superior,  efecto  á< 
la  recibe  el  hombre  sino  en 


hombres,  misericordiosa  inu 
toles. 

'£í  Señala  San  l*ablo  aquí 
dáridad  y  mística  identific; 
dores ;  Jesu-Cristo,  la  pura 
dos,  pareció  hundirle  en  es 
tidad  de  Cristo  fué  más  ih> 
mató  <-l   pecado.   Y   su  luSt 


Dios,  rede 
nofundo  d 


5n  :  la  soli- 
ramos  peca- 
estros  peca- 
rinscca  san- 
sa muerte 

JUSTICIA  TIF. 


6*  Las  DE  LA  diestra  y  las  de  la  SINIESTRA  :  es  lo  mismo  que  ofensivas  y  defensivas. 
San  Pablo  usa  como  términos  equivalentes  no  sólo  corazón  y  entrañas,  sino 
también  nosotros  :  para  indicar  que  en  el  corazón  está  concentrada  toda  la  persona 
moral  y  psicológica  del  hombre.  Luego  con  inuchu  razón  adoramos  en  el  Corazón 
de  Jesús  toda  su  persona    Añade  San  Pablo  que  tenia  a  todos  los  Corintios  dentro 


—  396  — 


613—7  7 


II  CORINTIOS 


6  13-7  12 


ñas  ;  13  recíprocamente,  en  pago,  to- 
mo a  hijos  hablo  ;  dilataos  también 
vosotros. 

Santidad  incontaminada. 
6,  14-18  ;  7,  1 

"  No  os  juntéis  bajo  un  mismo  yu- 
go con  los  infieles,  que  os  son  tan 


desiguales.  Pues  ¿qué  participación 
entre  la  justicia  y  la  iniquidad?  ¿O 
qué  comunicación,  de  la  luz  con  las 
tinieblas  ?  13  ¿  Y  qué  armonía  de  Cris, 
qué  comunicación  de  la  luz  con  las 
con  el  infiel  ?  "  ¿  Y  qué  acuerdo  en- 
tre el  templo  de  Dios  y  los  ídolos  ? 
Sí  que  nosotros  somos  templo  de 
Dios  vivo,  según  que  dijo  Dios  : 


Moraré  entre  ellos,  y  en  medio  de  ellos  andaré, 

y  yo  seré  su  Dios  y  ellos  serán  mi  pueblo. 

"  Por  lo  cual,  salid  de  en  medio  de  ellos 

y  apartaos,  dice  el  Señor  ; 

y  cosa  impura  no  la  toquéis, 

v  yo  os  acogeré  ; 

u  y  seré  para  vosotros  Padre, 

y  vosotros  seréis  para  mí  hijos  e  hijas, 

dice  el  Señor  Todopoderoso. 


•n  1  Teniendo,  pues,  estas  /prome- 
*  sas,  queridos  míos,  purifiquémo- 
nos de  toda  suciedad  Je  carne  y  de 
espíritu,  realizando  el  ideal  de  san- 
tidad en  el  temor  de  Dios. 


Consolación  sobre  consolación.  7,  2-7 


*  Dadnos  cabida  en  vuestro  cora- 
zón :  a  nadie  hicimos  agravio,  a  na- 
die ocasionamos  ruina,  a  nadie  son- 
sacamos nada.  3  No  digo  esto  para 
condenación  ;  que  ya  antes  tengo 
dicho  que  estáis  en  nuestros  corazo- 
nes para  juntos  morir  y  juntos  vi- 
vir. *  Mucha  es  la  confianza  que  uso 
con  vosotros  ;  henchido  estoy  de 
consolación,  estoy  que  reboso  de  go- 
zo en  medio  de  toda  esta  tribulación 
nuestra.  '  Porque,  llegados  nosotros 
a  Macedonia,  no  ha  tenido  ningún 
reposo  nuestra  carne,  antes  en  todo 
atribulados  :  de  fuera,  luchas  ;  de 
dentro,  miedos.  6  Mas  el  que  con- 
suela a  los  humildes,  Dios,  nos  con- 
soló con  la  venida  de  Tito  ;  7  ni  sólo 
con  su  venida,  sino  también  con  la 
consolación  con  que  él  se  consoló 
por  causa  de  vosotros...,  refiriéndo- 


nos vuestra  añoranza,  vuestro  llan- 
to, vuestro  celo  por  mí,  de  suerte 
que  más  me  alegré. 


Tristeza  convertida  en  gozo,  j,  S-13 


8  Porque  si  bien  os  contristé  con 
la  carta,  no  me  pesa  ;  y  aun  cuan- 
do me  pesaba,  viendo  que  aquella 
carta,  si  bien  por  breve  tiempo,  os 
contristó,  9  ahora  me  gozo  no  de  que 
os  contristasteis,  sino  de  que  os 
contristasteis  para  penitencia  ;  por- 
que os  contristasteis  según  Dios,  de 
suerte  que  en  nada  recibieseis  per- 
juicio de  parte  nuestra.  10  Porque  la 
tristeza  según  Dios  obra  arrepenti- 
miento para  salud,  en  que  no  cabe 
pesar  ;  mas  la  tristeza  del  mundo 
engendra  muerte.  11  Porque  ved,  eso 
mismo  de  haberos  contristado  se- 
gún Dios,  ¡  cuánta  solicitud  obró  en 
vosotros!  ;  ni  esto  sólo,  sino  since- 
ramiento,  sino  indignación,  sino  te- 
mor, sino  añoranza,  sino  celo,  sino 
vindicta.  En  todo  os  acreditasteis 
estar  exentos  de  culpa  en  este  nego- 
cio. 12  De  manera  que,  si  bien  os  es- 
cribí, no  fué  por  razón  del  que  hizo 


de  su  corazón.  Mucho  más  dentro  del  Corazón  de  Jesús  tiene  ancha  cabida  toda  la 
humanidad. 

ij  '  .\iirma  San  Pablo  que  tiene  a  los  Corintios  tan  adentro  en  su  corazón,  que  de  él 
'  y  de  ellos  es  una  misma  la  muerte  y  una  misma  la  vida.  ¡Con  cuánta  más  razón 
se  dirá  esto  de  Jesu-Cristo  y  de  su  Corazón,  cuya  muerte  es  nuestra  muerte  y  cuya 
vida  es  nuestra  vida ! 


—  397  — 


7  13-8  7 


II  CORINTIOS 


7  "-~8  " 


el  agravio  ni  por  ra/ón  del  que  lo 
recibió,  sino  a  fin  de  que  se  hiciese 
patente  vuestra  solicitud,  la  que  a 
favor  de  nosotros  existe  entre  vos- 
otros en  el  acatamiento  de  Dios. 
u  Por  esto  nos  hemos  consolado. 


Nueva  consolación  por  el  acogimien- 
to hecho  a  Tito,  7,  14-16 

Y  sobre  nuestra  consolación  exce 
sivamente  más  nos  gozamos  por  el 
gozo  de  Tito,  por  cuanto  su  espíritu 


ha  quedado  refocilado  por  parte  de 
todos  vosotros.  M  Porque  si  de  algo 
me  glorié  con  él  respecto  de  vos- 
otros, no  quedé  avergonzado,  sino 
que,  así  como  en  todo  os  hemos  ha- 
blado con  verdad,  así  también  Ico 
encomios  que  de  vosotros  hicimos 
delante  de  Tito  resultaron  verdad. 
"  Y  su  corazón  se  le  va  más  y  más 
hacia  vosotros  al  recordar  la  obe 
diencia  de  todos  vosotros,  cómo  con 
temor  y  temblor  le  recibisteis.  ,s  Me 
gozo  de  que  en  todo  puedo  contar 
confiadamente  con  vosotros. 


Segunda  parte:  Colecta  a  favor  de  los  cristianos  pobres 
de  Jerusalén 


La  liberalidad  de  los  Tésalo nicen> 
ses,  motivo  de  emulación.  8,  1-15 

8'Os  hacemos  saber,  hermanos,  la 
gracia  de  Dios  otorgada  a  las 
Iglesias  de  Macedonia,  !  porque  en 
ía  gran  tribulación  con  que  han  sido 
acrisolados  sobreabunda  sn  gozo,  y 
su  pobreza  desde  su  fondo  se  des- 
bordó en  las  riquezas  de  su  genero- 
sidad. a  Porque  según  su  posibili- 
dad, yo  doy  fe,  y  más  allá  de  su 
posibilidad,  de  su  propia  iniciativa, 
'  rogándonos  con  mucha  instancia 
la  gracia  de  tomar  parte  en  este  so- 
corro destinado  a  los  santos,  6  die- 
ron, y  no  según  que  habíamos  es- 
perado, sino  que  a  sí  mismos  se  die- 
ron, primero  al  Señor  y  luego  a  nos- 
otros por  voluntad  de  Dios  ;  6  así  es 
que  recomendamos  a  Tito  que,  co- 
mo antes  la  había  iniciado,  así  tam- 
bién lleve  hasta  el  cabo  entre  vos- 
otros esta  misma  obra  de  caridad. 

7  Mas,  como  en  todo  os  aventajáis, 
en  la  fe,  y  en  la  palabra,  v  en  la 
ciencia,  y  en  toda  solicitud,  y  en 
vuestro   amor    para    con  nosotros, 


aventajaos  también  en  esta  obra  de 
caridad.  'No  digo  esto  en  son  de 
mando,  sino  que,  valiéndome  de  la 
solicitud  de  otros,  pongo  a  prueba 
también  lo  hidalgo  de  vuestra  cari- 
dad. "Que  ya  conocéis  la  gracia  de 
nuestro  Señor  Jesu-Cristo,  por  cuan- 
to por  vosotros,  siendo  rico,  se  em- 
pobreció ;  para  que  vosotros  con  su 
pobreza  os  enriquecieseis.  10  Y  en 
esto  os  doy  consejo,  porque  eso  os 
cumple  a  vosotros,  como  quienes  no 
sólo  en  el  poner  manos  a  la  obra, 
sino  también  en  el  querer,  fuisteis 
los  primeros  en  tomar  la  iniciativa 
desde  el  año  anterior  ;  "  y  ahora  la 
misma  ejecución  llevadla  al  cabo  ; 
de  suerte  que,  según  fué  la  pronti- 
tud del  querer,  así  sea  también  el 
llevarlo  al  cabo,  conforme  al  propio 
ttiaber.  "  Porque,  como  exista  la 
pronta  voluntad,  es  bien  acogida,  en 
razón  de  lo  que  uno  tiene,  no  en  ra- 
zón de  lo  que  no  se  tiene.  13  No  que 
haya  de  haber  para  otros  holgura, 
para  vosotros  estrechez,  sino  por 
igual  ;  14  que  en  la  presente  ocasión 
vuestra  sobra  remedie  la  falta  que 
ellos  tienen,  para  que,  a  su  vez.  su 


O  1  Ks  digno  <]c  consideración  que  en  todo  este  pasaje  no  aparece  ni  una  sola  vez 
&  la  palabra  «dinero»,  ni  siquiera  «limosna»  o  «colecta»,  sustituidas  por  los  términos 
más  espirituales  de  «bendición»,  «ministerio»,  «liturgia»  y  «gracia  de  Dios». 

*  Jesu-Crislo,  que  como  Dios  era  infinitamente  rico  y  como  hombre  era  Señor  de 
todas  las  riquezas  de  la  tierra,  cuando  vino  a  este  mundo  despojóse,  en  lo  posible, 
de  las  riquezas  divinas  y  renunció  completamente  a  las  riquezas  terrenales  :  doble 
pobreza,  a  la  cnal  voluntariamente  se  sometió  para  comunicarnos  sus  riquezas  celes- 
tiales y  para  darnos  ejemplo  de  generosidad 


-39S- 


S  15-9  2 


II  CORINTIOS 


9  3-12 


so'ora  pueda  remediar  la  falta  que 
vosotros  tenéis,  de  donde  resulte 
igualdad,  "  según  está  escrito  :  «El 
que  mucho,  no  tuvo  más,  y  el  que 
poco,  no  tuvo  menos.» 

Recomendación  de  Tito  y  de  sus 
compañeros.  8,  16-24 

"  Y  gracias  a  Dios,  que  inspira  en 
el  corazón  de  Tito  la  misma  solici- 
tud por  vosotros,  "  ¡porque  _  no  sólo 
recibió  bien  la  recomendación,  sino 
que,  teniendo  él  mayor  solicitud,  de 
su  propia  voluntad  partió  para  vos- 
otros. IS  Y  enviamos  con  él  al  her- 
mano cuyo  renombre  por  la  predi- 
cación del  Evangelio  se  extiende  por 
todas  las  Iglesias  ;  19  y  no  sólo  esto, 
.-ino  que  fué  además  designado  por 
sufragio  de  las  Iglesias  compañero 
de  nuestro  viaje  en  esta  obra  de  ca- 
ridad administrada  por  nosotros  a 
gloria  del  mismo  Señor  y  en  prue- 
ba de  nuestra  prontitud  de  ánimo, 
"  evitando  esto :  que  nadie  nos  pue- 
da poner  tacha  con  motivo  de  esta 
importante  suma  que  pasa  por  nues- 
tras manos  ;  a  porque  atendemos  a 
hacer  lo  que  es  bueno  no  sólo  a  los 
ojos  del  Señor,  sino  también  a  los 
ojos  de  los  hombres.  "  Y  enviamos 
con  ellos  a  nuestro  hermano,  a  quien 
en  muchas  cosas  y  muchas  veces 
hemos  hallado  por  experiencia  ser 
solícito,  y  ahora  mucho  más  solíci- 
to por  la  mucha  confianza  que  tiene 
en  vosotros  a  Que  si  se  trata  de 
Tito,  compañero  mío  es  y  colabora- 
dor para  con  vosotros ;  y  si  de  nues- 
tros hermanos,  delegados  son  de  las 
Iglesias,  gloria  de  Cristo.  "4  Haced 
demostración  ante  ellos  de  vuestra 
caridad  y  acreditad  los  encomios  que 
de  vosotros  hicimos  a  la  faz  de  las 
Iglesias. 


Pundonor  lastimado,  o,  1-5 

Q  1  Poique  acerca  de  este  ministerio 
™  a  favor  de  los  santos,  por  demás 
es  que  yo  os  escriba ;  :  porque  conoz- 
co vuestra  prontitud  de  ánimo,  por 


razón  de  la  cual  me  glorío  de  vos- 
otros delante  de  los  macedonios,  que 
la  Acaya  está  apercibida  desde  el 
año  anterior,  y  vuestro  celo  estimu- 
ló a  la  mayor  parte.  8  Envié,  empe- 
ro, a  los  hermanos  para  que  nues- 
tro encomio  acerca  de  vosotros  no 
resulte  fallido  en  este  punto,  para 
que,  como  decía,  estéis  apercibidos, 
'  no  sea  que,  si  vinieren  conmigo 
macedonios  y  os  hallaren  desaperci- 
bidos, quedemos  nosotros,  para  no 
decir  vosotros,  avergonzados  en  este 
asunto.  6  Juzgué,  por  tanto,  necesa- 
rio recomendar  a  los  hermanos  que 
se  fuesen  por  delante  a  vosotros  v 
de  antemano  preparasen  esta  lar- 
gueza vuestra  anteriormente  prome- 
tida, de  suerte  que  esté  a  punto  y 
sea  como  una  largueza  y  no  como 
una  tacañería. 


Frutos  de  la  limosna.  9,  6-15 

6  Esto  digo  :  quien  siembra  mezqui- 
namente, mezquinamente  también 
cosechará  ;  y  quien  siembra  con  lar- 
guezas, con  larguezas  también  cose- 
chará. '  Cada  uno,  según^  que  tiene 
determinado  en  su  corazón  :  no  de 
mala  gana  ni  por  fuerza,  que  «al 
dador  jovial  ama  Dios».  8  Y  pode- 
roso es  Dios  para  acumular  sobre 
vosotros  toda  gracia,  a  fin  de  que, 
teniendo  en  todas  las  cosas  en  todo 
tiempo  toda  suficiencia,  tengáis  pa- 
ra derramar  en  toda  obra  buena, 
"  según  que  está  escrito  : 

Desparramó,  dió  a  los  pobres  ; 
su  justicia  subsiste  eternamente. 

10  Y  el  que  suministra  «la  semilla 
al  que  siembra  y  pan  para  comer», 
suministrará  y  multiplicará  vuestra 
sementera  y  acrecentará  los  frutos 
de  vuestra  "justicia  ;  11  ricos  en  todo 
para  toda  largueza,  la  cual,  pasando 
por  nuestras  manos,  produce  naci- 
miento de  gracias  a  Dios.  u  Por- 
que la  prestación  de  este  servicia 
sagrado  no  sólo  remedia  colmada- 
I  mente  las  privaciones  de  los  santos, 


'  El  Kxoilo  (10,  1S1  habla  de  los  israelitas  que  recogían  el  mana,  los  cuales,  re- 
cogieran  mucho  0  i>oco,  todos  por  igual  tenían  suficiente.  La  igualdad  que  de  eso 
resultaba  es  para  el  Apóstol  figura  de  la  doble  igualdad,  material  y  espiritual,  que 
resalla  de  la  limosna.  Material,  por  cuanto  lo  que  a  los  unos  sobra  pasa  a  reme- 
diar la  falta  de  los  otros;  espiritual,  por  cuanto  las  riquezas  sobrenaturales  de  lo* 
pobres  socorridos  se  comunican  a  los  ricos  limosneros. 


9  12-10  7 


II  CORINTIOS 


9  »-10  14 


sino  también  se  desborda  en  múlti- 
ples hacimientos  de  gracias  a  Dios  ; 
"  por  cuanto,  vistos  por  experiencia 
los  quilates  de  esa  obra  de  caridad, 
glorifican  a  Dios  a  causa  de  la  ¿su- 
misión de  la  fe  que  profesáis  al 
Evangelio  de  Cristo,  y  por  la  lar- 


gueza con  que  comunicáis  lo  vues- 
tro a  ellos  y  a  todos ;  "  y  correspon- 
den con  su  oración  por  vosotros,  co- 
mo que  os  aman  entrañablemente 
por  la  sobrepujante  gracia  de  Dios 
sobre  vosotros.  ™  ¡  Gracias  a  Dios 
por  su  inenarrable  dádiva  ! 


Tercera  parte:  Polémica  del  Apóstol  contra 
sus  adversarios 


I.    Potestad  apostólica  de  Pablo 


Ruegos  y  amenazas,  io,  i-6 


-|  f\  '  Yo  mismo,  Pablo,  os  ruego  por 
Ay  la  mansedumbre  y  blandura  de 
Cristo ;  yo,  que  en  ¡presencia  soy  hu- 
milde entre  vosotros,  pero  qué  au- 
sente me  atrevo  con  vosotros,  2  os 
ruego,  pues,  que  en  presencia  no 
tenga  yo  que  atreverme,  con  aque- 
lla osadía  con  que  pienso  obrar  re- 
sueltamente, contra  algunos  que  nos 
consideran  como  hombres  que  ca- 
minan según  la  carne.  3  Porque,  si 
bien  caminamos  en  carne,  no  mili- 
tamos según  la  carne ;  *  pues  las  ar- 
mas de  nuestra  milicia  no  son  car- 
nales, sino  poderosas  por  virtud  de 
Dios  para  allanamiento  de  fortale- 
zas ;  con  ellas  desbaratamos  sofis- 
mas 6  y  toda  altivez  que  se  yergue 
contra  la  ciencia  de  Dios,  y  escla- 
vizamos toda  inteligencia  bajo  la 
obediencia  de  Cristo,  6  y  estamos 
dispuestos  a  vengar  toda  desobe- 
diencia, una  vez  que  fuere  completa 
vuestra  obediencia. 

Las   amenazas   pueden  convertirse 
en  hechos,  io,  7-11 

:  No  miráis  sino  la  sobrehaz.  Si 
alguno  presume  de  sí  ser  de  Cristo, 


piense  esto  a  su  vez  consigo  mis- 
mo :  que  como  él  es  de  Cristo,  así 
también  nosotros.  8  Pues,  aun  cuan- 
do me  gloriare  algo  más  todavía  de 
nuestra  potestad,  la  cual  dió  el  Se- 
ñor para  edificación  y  no  para  des- 
trucción vuestra,  no  quedaré  corri- 
do. 8  Para  que  nadie  se  imagine  co- 
mo si  quisiera  yo  intimidaros  con 
las  cartas  —  10  porque  «Las  cartas, 
hay  quien  dice,  son  graves  y  fuer- 
tes ;  pero  la  presencia  del  cuerpo  es 
poca  cosa,  y  la  palabra  no  vale  na- 
da»— ,  u  piense  ese  tal  que  cuales 
somos  con  la  palabra  por  cartas  en 
ausencia,  tales  seremos  también  en 
presencia  con  la  obra. 


Su  potestad  no  es  una  usurpación. 
10,  12-18 

a  Porque  no  osamos  equipararnos 
o  compararnos  con  algunos  de  aque- 
llos que  se  recomiendan  a  sí  mis- 
mos ;  mas  ellos,  al  medirse  a  sí  mis- 
mos por  sí  mismos  y  compararse  a 
sí  mismos  consigo  mismos,  han  per- 
dido el  juicio.  13  Nosotros,  empero,  no 
nos  gloriaremos  traspasando  la  me- 
dida, sino  conforme  a  la  medida  del 
límite — medida  que  Dios  nos  seña- 
ló— ,  dentro  de  la  cual  cabía  llega* 
también  hasta  vosotros.  11  Porque  no 
traspasamos  nuestros  propios  lími- 
tes, cual  si  no  llegáramos  hasta  vos- 
otros, pues  hasta  vosotros  también 


9"  La  idea  dominante  es  que  los  fieles  de  Jerusalén  glorificarán  a  Dios  por  la 
limosna  de  los  Corintios.  El  motivo  de  la  glorificación  es  doble  :  la  fe  de  los  Co- 
rintios y  su  generosidad. 

10    3-3  No  es  Io  n,ismo  «caminar  en  carne«  que  ceaminar  según  la  carne».  «En  car- 
ne»  quiere  decir  vivir  la  vida  natural  ;  •según  la  carne»,  vivir  una  vida  natu- 
ralista. 

u-10  Es  singularmente  oscuro  este  pasaje,  por  razón  del  estilo,  y  por  la  aplica- 
ción minuciosa  de  una  imagen  tomada  de  la  agrimensura.  El  pensamiento  es  éste  : 


—  400  — 


10  15-11* 


II  CORINTIOS 


11  5-1* 


arribamos  en  la  predicación  del 
Evangelio  de  Cristo  ;  15  no  traspa- 
sando la  medida  al  gloriarnos  en 
ajenos  trabajos,  antes  abrigando  la 
esperanza  de  que,  como  se  acrecien- 
te vuestra  fe,  seremos  engrandeci- 
dos entre  vosotros,  siempre  confor- 
me a  nuestra  norma,  rebasando  los 
límites  actuales  ;  16  esperanza  de  lle- 
var el  Evangelio  más  allá  de  vos- 
otros, que  no  será  gloriarnos  dentro 
de  territorio  ajeno,  entrando  en  cam- 
pos ya  labrados.  17  «El  que  se  glo- 
ría, gloríese  en  el  Señor»  ;  ls  que  no 
el  que  a  sí  mismo  se  recomienda, 
ése  queda  abonado,  sino  aquel  a 
quien  el  Señor  recomienda. 


II.    Superioridad  de  Pablo  sobre 
sus  adversarios 


Excusas  previas,  n,  i-6 


-i  "i  1  ¡Ojalá  me  sufrierais  un  po- 
quillo  de  desatino!  Pero,  ¡ea!, 
sufridme.  '  Porque  celoso  estoy  de 
vosotros  con  celos  de  Dios,  pues  os 
desposé  con  un  solo  varón,  para  pre- 
sentaros como  casta  virgen  a  Cristo. 
3  Pero  me  temo  no  sea  que,  como  la 
serpiente  sedujo  a  Eva  con  su  astu- 
cia, sean  estragadas  vuestras  inteli- 
gencias, perdida  la  lealtad  y  santi- 
dad que  debéis  a  Cristo.  1  Porque  si 
ése  que  viene  predica  otro  Jesús  que 
nosotros  no  hayamos  predicado,  o 
recibís  un  espíritu  diferente  que  no 
hayáis  recibido,  o  un  Evangelio  di- 


ferente que  no  hayáis  abrazado, 
bien  hacéis  en  sufrirlo.  0  Pues  pien- 
so que  en  nada  les  voy  en  zaga  a 
esos  supereminentes  apóstoles.  0  Que 
si  bien  inculto  en  la  palabra,  mas  no 
en  la  ciencia  ;  pero...  bastante  nos 
hemos  dado  a  conocer  a  vosotros  de 
todas  maneras  y  en  todas  las  cosas. 


Desinterés  del  Apóstol.  li,  7-15 


7  ¿  O  es  que  cometí  pecado  reba- 
jándome a  mí  mismo  para  que  vos- 
otros fuerais  enaltecidos,  por  haber 
de  balde  anunciado  el  Evangelio  de 
Dios  ?  8  A  otras  Iglesias  despoje,  re- 
cibiendo socorros  para  vuestro  ser- 
vicio, y  hallándome  entre  vosotros 
y  reducido  a  la  necesidad,  a  nadie 
fui  gravoso ; 0  porque  mi  necesidad  la 
remediaron  cumplidamente  los  her- 
manos venidos  de  Macedón ia,  y  en 
todo  me  conservé,  y  me  conservaré, 
sin  seros  cargoso.  10  Por  la  verdad 
de  Cristo,  que  está  en  mí,  os  asegu- 
ro que  esta  gloria  no  se  me  truncará 
por  impedimento  alguno  en  las  re- 
giones de  Acaya.  11  ¿Por  qué?  ¿Por- 
qué no  os  amo?  Dios  bien  lo  sabe. 
u  Mas  lo  que  hago  lo  seguiré  hacien- 
do, para  cortar  de  raíz  todo  pre- 
texto a  los  que  buscan  pretextos, 
con  el  objeto  de  aparecer  iguales  a 
nosotros  en  aquello  de  que  blaso- 
nan. 13  Porque  esos  tales  son  pseu- 
doapóstoles,  obreros  tramposos,  que 
se  transfiguran  en  apóstoles  de  Cris- 
to. M  Y  no  es  maravilla,  ya  que  el 
mismo  Satanás  se  transfigura  en  án- 


el  apostolado  se  puede  comparar  a  un  campo  aparcelado,  que  el  amo  ha  distribuido 
a  diversos  trabajadores,  para  que  cada  uno  cultive  una  determinada  porción  de 
terreno,  dentro  de  cuyos  términos  debe  mantenerse.  Los  adversarios  de  Pablo  le 
acusaban  de  extralimitarse  traspasando  los  límites  a  él  señalados.  Rechaza  él  esta 
acusación,  afirmando  que  no  se  sale  del  terreno  que  Dios  le  había  marcado.  Y  ase- 
gura que  no  sólo  los  territorios  de  los  Corintios  le  corresponden,  sino  además  otras 
regiones  más  allá,  a  las  cuales  tiene  él  intención  de  extender  su  apostolado. 

-1  -J  1  Alabarse  a  si  mismo  Miele  ser  indicio  de  poco  seso.  San  Pablo,  forzado  a  ala- 
■L-L  barse  por  la  frialdad  de  los  Corintios  en  defenderle,  dice  irónicamente  que  se  ve 
precisado  a  mostrar  poco  seso. 

»  Celos  de  Dios  :  Dios,  como  esposo  que  es  de  la  Iglesia,  tiene  celos  de  su  es- 
nosa  ;  San  Pablo,  intermediario  entre  el  esposo  v  la  esposa,  participa  de  los  celos 
de  Dios.  ||  Un  SOLO  varón:  en  todo  el  Antiguo  Testamento,  el  esposo  único  de  Is- 
rael es  el  Señor.  En  el  Nuevo  estos  desposorios  no  sólo  duran,  sino  que  toman 
mas  realce.  La  esposa,  que  es  el  Israel  de  Dios,  la  Iglesia,  no  podía  ser  entregada 
por  Dios  a  otro  esposo.  Ahora  bien,  este  esposo  en  el  Nuevo  Testamento  es  siemprr 
/esu-Cristo  :   señal  manifiesta  que  Jesu-Cristo  es  el  mismo  Dios. 

*  Supereminentes  apóstoles  :  esta  expresión  tiene  sus  ribetes  de  ironía,  la  cual 
tío  recae,  sin  embargo,  sobre  estos  supereminentes  apóstoles,  sino  sobre  los  misinos 
adversarios  de  San  Pablo,  que  abusaban  de  ella  para  deprimirle  a  él. 


—  401  — 


11  15-25 


II  CORINTIOS 


1J  26-12  3 


gel  de  luz.  10  No  es  mucho,  pues, 
que  también  sus  ministros  6e  trans. 
liguren  cual  ministros  de  la  justi- 
cia, cuyo  remate  será  conforme  a 
sus  obras. 


Nuevas  excusas,  n,  16-21 


"  Otra  vez  lo  diré  :  que  nadie  me 
tome  por  hombre  sin  juicio  ;  pero 
S1  no,  aunque  sea  como  a  hombre 
sin  juicio,  atendedme,  para  que  tam- 
bién yo  pueda  jactarme  un  poquillo. 
17  Lo  que  yo  hable,  no  lo  hablo  se- 
gún el  Señor,  sino  como  perdido  el 
juicio  en  este  punto  de  la  jactancia. 
IS  Pues  que  muchos  se  glorían  se- 
gún la  carne,  también  yo  me  gloria- 
ré. "  Porque  con  gusto  soportáis  a 
los  necios,  por  lo  mismo  que  sois 
cuerdos.  Porque  soportáis  si  uno 
OS  esclaviza,  si  uno  os  devora  la  ha- 
cienda, si  uno  os  defrauda,  si  uno 
se  engríe,  si  uno  os  hiere  en  el  ros- 
tro. 21  Para  sonrojo  lo  digo  :  como 
que  nosotros  hemos  sido  apocados. 
En  lo  que  alguien  se  atreva,  desati- 
nando lo  digo,  me  atrevo  también  yo. 


Osadías   y   tribulaciones,    n,  22-33 


22  ¿  Hebreos  son  ?  También  yo.  ¿  Is- 
raelitas son?  También  yo.  ¿Lina- 
je son  de  Abrahán  ?  También  yo. 
**  ¿Ministros  de  Cristo  son?  (Deli- 
rando hablo.)  Más  yo  :  en  trabajos, 
más  ;  en  cárceles,  más  ;  en  golpes, 
mucho  más  ;  en  peligros  de  muerte, 
muchas  veces.  24  Cinco  veces  recibí 
de  los  judíos  cuarenta  golpes  me- 
nos uno  ;  25  tres  veces  fui  apaleado, 


una  vez  apedreado,  tres  veces  nau- 
fragué, un  día  y  una  noche  pasé  ho- 
bre  el  abismo  del  mar  ;  M  caminos 
hechos  a  pie,  muchas  veces  ;  peli- 
gros de  ríos,  peligros  de  salteado- 
res, peligros  de  los  de  mi  raza,  pe- 
ligros de  los  gentiles,  peligros  en  la 
ciudad,  peligros  en  despoblado,  pe- 
ligros en  el  mar,  peligros  entre  fal- 
sos hermanos  ;  *  en  trabajo  y  fati- 
ga, en  noches  sin  dormir,  muchas 
veces  ;  en  hambre  y  sed,  en  días 
sin  comer,  muchas  veces  ;  en  frío  y 
sin  abrigo  ;  28  fuera  de  otras  cosas, 
las  atenciones  de  cada  día  que  rne 
asaltan,  la  ansiosa  solicitud  por  to- 
das las  Iglesias.  20  ¿  Quién  desfalle- 
ce, que  yo  no  desfallezca  ?  ¿  Quién 
padece  escándalo,  que  yo  no  me 
abrase  ?  30  Si  es  fuerza  gloriarse,  en 
lo  que  es  de  mi  flaqueza  me  gloria- 
ré. "  El  Dios  y  Padre  del  Señor  Je- 
sús, que  es  digno  de  bendición  por 
todos  los  siglos,  sabe  que  no  mien- 
to. 32  En  Damasco,  el  jefe  regional 
puesto  por  el  rey  Aretas  tenía  dis- 
tribuidas guardias  en  la  ciudad  de 
los  damascenos  con  el  objeto  de 
prenderme,  33  y  por  una  ventanilla 
fui  descolgado  muro  abajo  en  una 
espuerta,  y  escapé  de  sus  manos. 

¡iones  divinos  y  flaquezas  humanas. 
12,  1-10 

t  o  1  ¿  Fuerza  es  gloriarse  ? — cosa,  a 
la  verdad,  no  conveniente —  ; 
vendré  a  las  visiones  y  revelaciones 
del  Señor.  "Sé  de  un  hombre  en  Cris- 
to que  catorce  años  atrás — si  en  el 
cuerpo,  no  lo  sé ;  si  fuera  del  cuerpo, 
no  lo  sé :  Dios  lo  sabe — fué  arrebata- 
do este  tal  hasta  el  tercer  cielo. 3  Y  sé 
del  tal  hombre— si  en  el  cuerpo  o  si 


a~'"  IX'  muchos  de  estos  trabajos  y  tribulaciones  no  nos  queda  mas  noticia  que 

*°  Insinúa  aquí  San  rabio  el  pensamiento  que  después  desarrolla  :  que  la  intima 
omvuvión  <le  la  propia  debilidad  es  la  mejor  disposición  del  hombre  para  la  acción 
de  Dius.  Asi  puede  decir  San  Pablo  que  nunca  es  más  fuerte  que  cuando  se  siente 

-JO  -  CATORCE  años  airas  :  parece  que  este  rapto  tuvo  luyar  hacia  el  iño  44,  cuando 
Pablo,  en  c-ompañía  de  Bernabé,  llevó  a  Jerusalén  la  limosna  enviada  i>or  los 
fieles  de  Antioquía.  ¡|  Arrebatado  :  este  rapto  es  el  que  Santa  Teresa  llama  «vuelo  de] 
espíritu»,  descrito  en  las  Sextas  moradas,  capítulo  5.  ||  Tercer  tino  :  muchos  rabinos 
distinguían  tres  cielos  :  el  atmosférico  o  del  aire,  el  astral  o  del  éter,  el  espiritual 
o  el  empíreo. 

3-1  Parece  que  San  Pablo  habla  de  la  misma  visión  de  que  se  traía  en  el  versículo 
precedente.  En  esta  suposición,  paraíso  y  «tercer  cieloi  son  una  misma  cosa. 


—  402  — 


12 


II  CORINTIOS 


12  15-13 


separadamente  del  cuerpo,  no  lo  sé : 
Dios  lo  sabe — 1  que  fué  arrebatado 
al  paraíso,  y  oyó  palabras  inefables 
que  no  es  concedido  al  hombre  ha- 
blar. 5  Por  lo  que  toca  a  este  tal, 
me  gloriaré  ;  mas  por  lo  que  toca  a 
mi  mismo,  no  me  gloriaré  sino  en 
las  flaquezas.  0  Porque  si  quisiere 
-loriarme,  no  seré  necio,  pues  que 
diré  verdad  ;  pero  me  abstengo,  no 
sea  que  alguien  forme  de  mí  un  jui- 
cio superior  a  lo  que  ve  en  mí  u 
oye  de  mi  boca.  7  Y  a  causa  de  la 
sublimidad  de  las  revelaciones,  por 
esto,  para  que  no  me  levante  sobre 
mí,  se  me  dió  una  espina  en  mi  car- 
ne, emisario  de  Satanás,  para  que 
me  apuñee,  a  fin  de  que  no  me  le- 
vante sobre  mí.  *  Sobre  esto  tres  ve- 
ces rogué  al  Señor  que  se  alejase  de 
mí.  •  Y  me  ha  dicho  :  «Te  basta  mi 
gracia,  porque  la  fuerza  culmina  en 
ía  flaqueza.»  Con  sumo  gusto,  pues, 
me  gloriaré  más  bien  en  mis  flaque- 
zas, para  que  fije  en  mí  su  morada 
la  fuerza  de  Cristo.  30  Por  lo  cual 
me  agrado  en  las  flaquezas,  en  las 
afrentas,  en  las  necesidades,  en  las 
jiersecuciones,  en  los  aprietos,  por 
el  nombre  de  Cristo.  Porque  cuando 
flaqueo,  entonces  soy*  fuerte. 


Las  señales  de  su  apostolado,  uni- 
das a  su  amor  y  desinterés.  12,  n-18 

"  He  estado  desatinado  :  vosotros 
me  forzasteis.  Que  yo  debía  ser  por 
vosotros  recomendado.  Porque  en 
nada  les  fui  en  zaga  a  esos  super- 
eminentes apóstoles,  si  bien  nada 
soy.  Las  señales  del  apóstol  se  ve- 
rificaron entre  vosotros  con  una 
constancia  a  toda  prueba,  con  seña- 
les y  portentos  y  milagros.  13  Pues 
l  qué  cosa  hay  en  que  fuisteis  infe- 
riores respecto  de  las  demás  Igle- 
sias, como  no  sea  que  yo  personal- 
mente no  os  he  sido  cargoso  ?  Per- 
donadme este  agravio.  14  Mirad :  por 


tercera  vez  estoy  ahora  a  punto  pa- 
ra ir  a  vosotros,  y  no  os  seré  cargo- 
so ;  que  no  busco  lo  vuestro,  sino  a 
vosotros.  Porque  no  deben  los  hijos 
atesorar  para  los  padres,  sino  los 
padres  para  los  hijos.  15  Y  vo  con 
sumo  gusto  gastaré  y  me  desgasta- 
ré a  mí  mismo  en  bien  de  vuestras 
almas  ;  aunque...  amándoos  yo  más 
a  vosotros,  soy  menos  amado.  18  Sea, 
pues  ;  yo  no  os  fui  gravoso  ;  mas, 
astuto  como  soy,  con  dolo  os  cogí. 

17  ¿  Acaso  valiéndome  de  alguno  de 
los  que  os  he  enviado  os  sonsaqué  ? 

18  Rogué  a  Tito,  y  con  éi  mandé  al 
hermano.  ¿  Qué  ?  ¿  Os  sonsacó  algo 
Tito  ?  ¿  Por  ventura  no  procedimo; 
con  un  mismo  Espíritu  ?  ¿  No  por 
las  mismas  pisadas  ? 


Temores  del  Apóstol.  12,  10-21 


19  Hace  rato  estaréis  pensando  que 
hacemos  nuestra  apología  delante 
de  vosotros.  Hablamos  en  presencia 
de  Dios  en  Cristo,  y  todo,  queridos, 
por  vuestra  edificación.  '-"Porque  me 
temo  no  sea  que,,  en  llegando,  os 
halle  a  vosotros  no  cuales  quiero, 
y  vosotros  me  halléis  a  mí  cual  no 
queréis  ;  no  sea  que  halle  contien- 
da, emulación,  enojos,  riñas,  male- 
dicencias, chismerías,  engreimien- 
tos, alborotos  ;  a  no  sea  que,  en  lle- 
gando otra  vez,  me  humille  mi  Dios 
ante  vosotros  y  tenga  yo  que  llorar 
a  muchos  de  los  que  habían  antes 
pecado  y  no  hicieron  penitencia  de 
la  impureza  y  fornicación  y  disolu- 
ción a  que  se  entregaron. 


Amenazas  de  severidad.  13,  1-6 

i  9    1  Por  tercera  vez  ahora  voy  a 
vosotros:  «Sobre  la  declaración 
de  dos  o  de  tres  testigos  se  resolverá 
en  firme  todo  asunto.»  'A  He  dicho  an- 


•  San  Pablo  distingue  en  sí  mismo  dos  hombres  :  el  hombre  en  cuanto  recibe 
de  fuero  los  dones  espirituales  y  el  hombre  en  cuanto  de  si  mismo  no  tiene  otra 
cosa  que  flaquezas.  No  hay  que  confundir  esta  distinción,  puramente  moral,  con  la 
doble  personalidad  de  la  psicología  experimental  moferna. 

*  Espina  en  mi  carne  :  no  significa,  cerno  dicer.  muchos  escritores  ascéticos,  los 
estímulos  de  la  concupiscencia.  Probablemente  se  trata  de  alguna  enfermedad,  que 
él  creía  serle  obstáculo  para  su  apostolado.  Jinchos  piensan  que  era  una  oftalmía 
purulenta.  Llámala  emisario  de  Satanás,  en  cuanto  el  mal  espíritu  se  aprovecha 
rte  las  miserias  humanas  para  hacernos  caer  en  el  pesimismo. 


—  403  — 


13  3-12 


II  CORINTIOS 


1S  7-14 


les  y  digo  de  antemano — como  pre- 
sente la  segunda  vez,  también  aho- 
ra ausente — a  los  que  habían  antes 
pecado  y  a  todos  los  demás  que  si 
voy  otra  vez  no  guardaré  miramien- 
tos ;  3  ya  que  buscáis  una  compro- 
bación de  ser  Cristo  quien  habla  en 
mí,  el  cual  no  es  débil  en  orden  a 
vosotros,  sino  poderoso  en  vosotros. 
'  A  la  verdad,  fué  crucificado  a  cau- 
sa de  la  flaqueza,  mas  vive  en  vir- 
tud del  poder  de  Dios.  A  la  verdad, 
nosotros  somos  flacos  en  El,  mas 
viviremos  con  El  en  virtud  del  po- 
der de  Dios  para  con  vosotros.  5  Ha- 
ced experiencia  de  vosotros  mismos 
si  estáis  en  la  fe,  contrastaos  a  vos- 
otros mismos.  ¿O  no  reconocéis  en 
vosotros  mismos  que  Cristo  Jesús 
está  en  vosotros  ?  A  no  ser  que  es- 
téis descalificados.  6  Y  espero  que 
conoceréis  que  nosotros  no  somos 
descalificados. 


La  blandura  es  preferible  a  la 
severidad.  13,  7-1 1 

'  Y  rogamos  a  Dios  que  no  hagáis 
vosotros  mal  alguno,  no  para  que 
nosotros  aparezcamos  calificados,  si- 
no que  vosotros  obréis  el  bien  v 
nosotros  seamos,  si  se  quiere,  des- 
calificados. 8  Porque  no  pódeme»  na- 
da contra  la  verdad,  sino  a  favor 
de  la  verdad.  9  Porque  nos  gozamos 
cuando  nosotros  somos  flacos  ;  vos- 
otros, empero,  fuertes.  10  Esto  mis- 
mo pedimos  a  Dios  :  vuestra  cabal 
perfección.  11  Por  eso  estas  cosas  es- 
cribo en  ausencia,  a  fin  de  que  en 
presencia  no  tenga  que  usar  de  se- 
veridad, según  la  potestad  que  me 
dió  el  Señor,  para  edificación  y  no 
para  destrucción. 


Conclusión 


Ultimas  recomendaciones  y  saludos. 

n  Por  lo  demás,  hermanos,  gózaos, 
trabajad  en  vuestra  perfección,  con- 
solaos, tened  un  mismo  sentir,  con- 
servad la  paz,  y  el  Dios  de  la  cari- 


dad y  de  la  paz  estará  con  vosotros. 
13  Saludaos  los  unos  a  los  otros  con 
el  ósculo  santo.  Os  saludan  a  vos- 
otros todos  los  santos. 

"  La  gracia  del  Señor  Jesu-Cristo, 
y  la  caridad  de  Dios,  y  la  comuni- 
cación del  Espíritu  Santo  sean  ion 
todos  vosotros. 


-I  O  San  Pablo,  como  ministro  de  Cristo,  se  compara  al  mismo  Cristo;  porque  asi 
-LO   como  Cristo  fué  crucificado  por  la  flaqueza  humana,  pero,  una  vez  resucitado, 

vive  por  la  fuerza  de  Dios,  así  también  su  ministro  en  medio  de  sus  flaquezas  posee 

la  fuerza  de  Cristo. 

M  Contrastaos  :  metáfora  tomada  del  «contraste»  que  se  hace  de  los  metales. 
Quiere  decir  que,  si  hacen  ellos  la  prueba  de  sí  mismos,  espera  que  hallarán  ser 
cristianos  de  «buena  ley»  ;  como,  inversamente,  no  le  hallarán  a  él  apóstol  de 
mala  ley. 

6  No  dice  San  Pablo  que  no  «quiere»,  sino  que  no  «puede»  nada  contra  la  verdad. 
Es  el  «Non  possumus»  tantas  veces  repetido  por  la  Santa  Sede.  A  este  «Non  possu- 
mus»  del  Papa  respondió  Enrique  VIII  de  Inglaterra  con  la  rebelión  de  que  nació 
la  Iglesia  anglicana. 

13  Son  estas  palabras  un  luminoso  resumen  de  la  doctrina  revelada  sobre  la  unidad 
y  Trinidad  de  Dios.  Coloca  San  Pablo  en  una  misma  linca  a  Jesu-Cristo  y  al  Espíritu 
Ssnto  con  Dios  Padre,  y  presenta  a  los  tres  por  igual  como  principio  de  la  gracia. 
Esta  igualdad  lleva  consigo  la  unidad  de  la  divina  esencia  y  la  distinción  de  las 
personas.  La  distinción  entre  la  persona  de  Dios  Padre  y  la  de  Jesu-Cristo  es  evidente. 
I.a  persona  del  Espíritu  Santo  no  podría  ser  la  tercera  de  la  misma  serie  si  no  fuera 
distinta  de  la  primera  y  de  la  segunda.  Es  digna  de  consideración  la  parte  que, 
por  apropiación,  atribuye  a  cada  una  de  las  divinas  personas  en  la  obra  de  nuestra 
salud  :  a  Dios  Padre  apropia  la  caridad,  primer  origen  de  la  reparación  humana  ;  a 
Jesu-Cristo,  la  gracia,  síntesis  de  toda  la  economía  sobrenatural  ;  al  Espíritu  Santo, 
la  comunicación,  última  ejecución  de  la  salud. 


—  404  — 


I N TRODUCCI O N 
A    LA    EPISTOLA    A    LOS  CALATAS 


os  GAlatas. — Hacia  el  año  2S0  antes  de  la  era  cristiana,  varias  tribus 


celtas,  procedentes  de  la  Galia,  invadieron  la  Iliria,  la  Grecia  y  la 


Tracia,  y  pasando  el  Helcsponto — los  Dardanelos — se  establecieron 
en  el  Asia  Menor,  ocupando  parte  de  la  Frigia,  la  Capadocia  y  ¡a  Paf'.a- 
gonia,  que  de  ellos  tomó  el  nombre  de  Galacia.  Dos  siglos  jnás  tarde,  su 
jete,  Deyótaro,  conocido  por  la  oración  de  Cicerón,  obtuvo  de  Pompeyo, 
ccm^el  título  de  rey,  el  dominio  de  nuevas  regiones.  Atilintas,  sucesor 
de  Deyótaro,  recibió  de  Augusto  la  Pisidia,  la  Licaonia  y  la  Pan  filia, 
situadas  al  sur  de  la  primitiva  Galacia.  A  la  muerte  de  A  minias,  el 
23  antes  de  Cristo,  el  dilatado  reino  de  Galacia  quedó  reducido  a  provin- 
cia rom-ana,  dependiente  del  emperador  y  gobernada  en  su  nombre  por 
un  legado  proprctor,  que  residía  en  Ancira.  Dos  sentidos,  pu-cs,  tenía  la 
denominación  de  Galacia:  uno  etnológico,  que  comprendía  la  Galacia 
primitiva,  al  norte,  y  otro  político-administrativo,  que  se  extendía  además 
a  las  regiones  meridionales.  Se  pregunta,  pues:  ¿quiénes  eran  los  desti- 
natarios de  la  Epístola  a  los  Gálatas?  ¿Los  habitantes  de  la  primitiva 
Galacia  septentrional  o  bien  los  de  las  regiones  meridionales,  sobre  todo 
de  Pisidia,  Licaonia  y  Panfilia,  comprendidas  en  la  provincia  romana  de 
Galacia  ? 

Mucho  se  lia  discutido  sobre  este  problema;  hoy  día  la  mayoría  de  los 
críticos  se  inclinan  a  la  hipótesis  de  la  Galacia  septentrional.  Y  con  ra- 
zón, a  lo  que  parece.  Primeramente,  los  nombres  de  Galacia  y  Gálatas, 
tanto  en  el  uso  oficial  como  en  el  lenguaje  ordinario,  se  aplicaban  ex- 
clusivamente a  la  región  septentrional  y  a  sus  habitantes.  En  segundo 
lugar,  lo  que  escribe  el  mismo  Apóstol  en  la  Epístola  (4,  /j):  «Ya  sabéis 
que  a  causa  de  ¡a  debilidad  o  enfermedad  de  la  carne  os  anuncié  el  ¡Evan- 
gelio la  primera  vez»;  no  puede  aplicarse  a  las  cuatro  ciudades  de  la 
región  meridional,  que  él  evangelizó  no  por  una  ocasión  imprevista,  sino 
muy  de  propósito  y  conforme  a  un  plan  preconcebido.  Por  lo  demás,  la 
solución  de  este  problema  no  afecta  grandemente  a  la  interpretación, 
principalmente  doctrinal,  de  la  Epístola,  con  tal  que  se  admita  que  la 
Iglesia  de  Galacia  estaba  integrada  en  su  casi  totalidad  por  gentiles  o 
prosélitos. 

Los  adversarios  oe  Pablo. — Un  fenómeno  extraño  dió  mucho  que  pen- 
sar y  que  padecer  al  Apóstol.  Mientras  los  gentiles  y  aun  los  judíos 
piosélitos  recibían  el  Evangelio,  por  el  contrario,  los  judíos  de  raza,  no 
contentos  con  rechazarle,  perseguían  encarnizadamente  a  su  celoso  pre- 


—  405  — 


CALATAS 


dicador.  Esta  constitución  de  las  Iglesias  de  (¡alacia,  formadas  casi  ex- 
clusivamente de  gentiles  y  prosélitos,  en  una  palabra,  de  incircuncisos, 
levantó  contra  Pablo  otros  adversarios  más  temibles  que  los  mismos  ju- 
díos rebeldes. 

¿Quiénes  eran?  ¿Cuántos?  ¿De  dónde  venían  ?  Una  sola  cosa  sabemos, 
y  es  que  eran  cristianos  judíos,  y  más  judíos  que  cristianos.  Al  ver  que 
Pablo  admitía  a  los  gentiles  en  la  Iglesia  sin  obligarles  a  la  circuncisión 
ni  negarles  una  sola  de  las  prerrogativas  de  los  cristianos  judíos,  com- 
prendieron, y  con  razón,  que  la  conducta  del  Apóstol  era  la  negación 
práctica  de  los  privilegios  de  Israel,  era  la  destrucción  misma  de  la  ley. 
Su  celo  farisaico  se  convirtió  en  furor  contra  Pablo.  ¿Cómo  lo  conse- 
guirían ? 

La  Epístola  a  los  Gálatas  nos  ha  conservado  los  manejos  a  que  ape- 
laron los  adversarios  del  Apóstol  para  arruinar  su  obra.  A  través  de  la 
briosa  refutación  de  Pablo  se  oyen  todavía  las  calumnias,  las  insinua- 
ciones maliciosas,  los  razonamientos  envenenados  de  aquellos  judaizan 
tes.  Verdaderamente,  su  arte  era  diabólico.  Ante  todo,  atacaban  la  auto- 
ridad apostólica  de  Pablo.  «¿Quién  era  esc  intruso  sin  vocación  divina, 
que  nanea  había  visto  ni  oído  al  Señor,  para  oponerse  a  los  Doce,  a  los 
A  póstales,  que  habían  recibido  directamente  del  Señor  la  enseñanza  v  la 
misión?  ¿Quién  era  ese  perseguidor  de  ayer  para  oponerse  a  las  colum- 
nas de  la  Iglesia,  a  Pedro,  a  Juan,  a  Santiago  ?»  Minada  así  su  autoridad 
de  apóstol,  atacaban  abiertamente  su  doctrina.  «Pues  su  Evangelio,  lo 
que  él  llama  su  Evangelio,  es  una  impiedad.  Contra  la  ley  de  Dios, 
contra  las  promesas  y  alianzas  divinas,  contra  todo  el  Testamento  Anti- 
guo, se  atreve  a  blasfemar  este  apóstata.  El  Evangelio  que  niega  la  ley 
no  es  Evangelio.»  Y  na  contentos  con  atacar  en  su  principio  mismo  el 
Evangelio  de  Pablo,  sacaban  de  él  las  más  desaforadas  consecuencias. 
«Lo  peor  es — añadían — que  su  enseñanza  es  inmoral  y  escandalosa .  Sin 
ley  que  oponga  una  barrera  a  los  perversos  instintos  del  hombre,  ¿  qué 
resta  sino  una  libertad  desenfrenada,  que  se  lance  sin  obstáculos  a  los 
mayores  crímenes?  Sin  ley  que  lo  condene,  el  pecado  queda  justificado.» 

La  Epístola. — La  oposición  daba  alientos  a  San  Pablo.  A  los  cargos 
que  le  achacaban  sus  adversarios  respondió  con  una  caria  admirable .  cu 
que  reveló  todo  el  temple  de  su  espíritu,  toda  la  fogosidad  de  su  alma, 
toda  la  ternura  de  <u  corazón,  toda  la  alteza  de  sus  pensamientos.  Sin 
descender  a  mezquindades  personales,  indignas  de  su  noble  cárdela, 
concreta  su  apología  a  tres  puntos  principales.  Primeramente  defiende 
su,  autoridad  apostólica  y  el  origen  divino  de  su  Evangelio.  En  segundo 
lugar  demuestra  la  tesis  fundamental  de  su  Evangelio,  esto  es,  la  justifi- 
cación por  la  fe  viva  en  Cristo,  independientemente  de  la  ley  mosaica. 
Por  fin.  hace  ver  que  su  Evangelio,  lejos  de  dar  libertad  a  la  carne,  la 
condena  y  refrena  con  dos  principios  poderosos  y  altísimos  de  santidad  : 
la  caridad  y  el  Espíritu. 

De  ahí  tres  partes  en  la  Epístola:  i)  apologética ;  1-2;  2)  dogmáti- 
ca ■  3'4'>  3)  moral:  5-6. 


—  406  — 


1 1-11 


GÁIATAS 


1  7-13 


EPISTOLA  A  LOS  GALATAS 


Salutación  epistolar,   i,  1-5 

-i  1  Pablo,  apóstol,  no  de  parte  de 
»  hombres  ni  por  mediación  de 
ningún  hombre,  sino  por  Jesu-Cristo 
y  por  Dios  Padre,  que  le  resucitó  de 
entre  los  muertos,  '  y  todos  los  her- 
manos que  están  conmigo  : 
A  las  Iglesias  de  Galacia. 
3  Gracia  a  vosotros  y  paz  de  par- 
te de  Dios  Padre  y  del  Señor  nues- 
tro Jesu-Cristo,  4  quien,  según  la  vo- 
luntad de  Dios  y  Padre  nuestro,  se 
entregó  a  sí  mismo  por  nuestros  pe- 
cados, a  fin  de  arrancarnos  de  este 
presente  siglo  perverso.  ¿  A  Dios  la 
gloria  por  los  siglos  de  los  siglos. 
Amén. 


Exordio  ex  abrupto.  1,  6-10 

'■  Me  maravillo  de  que  tan  de  re- 
líente os  paséis  del  que  os  llamó 


por  la  gracia  de  Cristo  a  un  Evan- 
gelio diferente;  :que...  no  es  otro 
Evangelio,  sino  que  hay  algunos  que 
os  alborotan  y  pretenden  desquiciar 
el  Evangelio  de  Cristo.  5  Pero,  aun 
cuando  nosotros  o  un  ángel  bajado 
del  cielo  os  anuncie  un  Evangelio 
fuera  del  que  os  hemos  anunciado, 
sea  anatema.  '  Como  antes  lo  tene- 
mos dicho,  ahora  también  lo  digo 
de  nuevo  :  si  alguno  os  anuncia  un 
Evangelio  diferente  del  que  recibis- 
teis, sea  anatema. 

1U  Pues  ahora,  ¿trato  de  concillar- 
me el  favor  de  los  hombres  ?  ¿O 
más  bien  de  Dios?  ¿O  busco  com- 
placer a  hombres  ?  Si  todavía  trata- 
se de  complacer  a  hombres.,  no  se- 
ría siervo  de  Cristo. 


I.     El  Evangelio  de  Pablo  es  el  Evangelio  de  Jesu-Cristo 


Evangelio  divino.  1,  11-24         I  110  es  conforme  al  gusto  de  los  hom- 
I  bres  ;  12  pues  yo  no  lo  recibí  ni  lo 
"  Porque  os  hago  saber,  hermanos,    aprendí  de  hombre  alguno,  sino  por 
que  el  Evangelio  predicado  por  mí  1  revelación  de  Jesu-Cristo.  "  Porque 


-|  w  Insinúa  San  Pablo  los  tres  cargos  que  le  oponían  los  judaizantes  y  que  de- 
™  terminan  las  tres  partes  en  que  se  divide  la  Epístola.  Atacaban  la  legitimidad  de 
mi  misión  apostólica,  la  verdad  de  su  Evangelio,  la  moralidad  de  su  enseñanza.  A  la 
primera  acusación  responde  que  su  misión  apostólica  no  se  deriva  de  ningún  hom- 
bre, sino  de  Dios  Padre  y  de  Jesu-Cristo.  A  la  segunda  contesta  proponiendo  la  sín- 
tesis de  su  Evangelio:  la  muerte  redentora  y  la  resurrección  de  Jesu-Cristo,  que, 
|X>r  voluntad  de  Dios  Padre,  es  el  instrumento  de  nuestra  justificación.  A  la  tercera 
•  pon<  que  este  Evangelio,  lejos  de  inducirnos  a  la  libertad  de  la  carne,  nos  arranca 
dé  este  siglo  perverso  y  de  todas  sus  concupiscencias. 

*■*  Establece  el  Apóstol  como  norma  de  toda  enseñanza  ulterior  su  predicación 
01  al.  Consta,  pues,  por  la  misma  Escritura  la  legitimidad  de  la  tradición  oral. 

10  Como  si  dijese:  ¿Qué  os  parece?  ¿Este  lenguaje  mío  es  de  uno  que  desea  con- 
graciarse con  los  hombres,  como  andan  diciendo  mis  adversarios? 

El  contraste  tantas  veces  repetido  entre  los  hombres  y  Jesu-Cristo  es  uno  de 
los  muchos  indicios  que,  además  de  los  testimonios  más  solemnes,  delatan  a  cada 
paso  el  pensamiento  del  Apóstol  sobre  la  divinidad  de  Jesu-Cristo. 

—  407  — 


1  14-24 


CALATAS 


habréis  oído  mi  vida  un  tiempo  en 
el  judaismo  :  con  cuánto  exceso  per- 
seguía yo  la  Iglesia  de  Dios  y  la 
asolaba  ;  M  y  me  aventajaba  en  el 
judaismo  sobre  muchos  de  mi  edad 
en  mi  linaje,  siendo  excesivamente 
celador  de  las  tradiciones  de  mis 
padres. 

a  Mas  cuando  plugo  a  Dios,  que 
me  reservó  para  sí  desde  el  seno  de 
mi  madre  y  me  llamó  por  su  gra- 
cia, "revelar  en  mí  a  su  Hijo,  para 
que  le  predicase  entre  los  gentiles, 
17  desde  luego  no  me  aconsejé  de 
hombre  mortal  ni  subí  a  Jerusalén 
para  ver  a  los  que  me  precedieron 
en  el  apostolado,  sino  que  me  retiré 
a  la  Arabia,  desde  donde  volví  otra 
vez  a  Damasco. 

IS  Luego,  pasados  tres  años,  subí 
a  Jerusalén  para  ver  y  hablar  a  Ce- 
fas,  con  quien  permanecí  quince 
días.  18  A  otro  de  los  demás  apósto- 
les no  vi,  a  no  ser  a  Santiago,  el 
hermano  del  Señor.  20  Y  lo  que  os 
escribo,  os  certifico  delante  de  Dios 
que  no  miento. 

a  Después  fui  a  las  regiones  de 
Siria  y  de  Cilicia.  83  Y  era  yo  perso- 
nalmente desconocido  de  las  Iglesias 
de  Judea,  congregadas  en  Cristo. 
■  Solamente  oían  decir  que  «el  que 
nos  perseguía  en  otro  tiempo,  aho- 
ra predica  la  fe  que  antes  destruía». 
*  Y  glorificaban  a  Dios  en  mí. 


En  el  concilio  de  Jerusalén.  2,  1-10 


n  '  Después,  transcurridos  catorce 
^  años,  subí  de  nuevo  a  Jerusalén 
en  compañía  de  Rernabé,  llevando 
también  a  Tito.  ■'Subí  conforme  a 
una  revelación.  Y  les  expuse  el  Evan- 
gelio que  predico  entre  los  gentiles, 
y  en  particular  a  los  que  figuraban, 
para  que  me  dijesen  si  yo  corría  o 
había  corrido  en  vano.  3  Mas  ni  si- 
quiera Tito,  mi  compañero,  con  ser 
gentil,  fué  forzado  a  circuncidarse. 
'  Por  más  que,  a  causa  de  los  falsos 
hermanos  intrusos,  que  solapada- 
mente se  habían  introducido  para 
espiar  miestra  liljertad,  que  tenemos 
en  Cristo  Jesús,  con  el  intento  de 
esclavizarnos...  "  A  los  cuales  ni  por 
un  instante  cedimos  dejándonos  sub- 
yugar, a  fin  de  que  la  verdad  del 
Evangelio  se  sostenga  en  orden  a 

6  Mas  de  parte  de  los  que  repre- 
sentaban algo... — cuál  fuera  al  fin 
su  situación,  a  mí  nada  me  interesa; 
no  es  Dios  con  el  hombre  aceptador 
de  personas — ,  '  pues  los  que  figu- 
raban nada  me  impusieron  ;  antes  al 
contrario,  viendo  que  me  ha  sido 
confiado  el  Evangelio  de  la  incir- 
cuncisión,  como  a  Pedro  el  de  la 
circuncisión,  s — pues  el  que  infundió 
fuer/a  a  Pedro  para  el  apostolado 


Ver  v  hablar  :  es  decir,  visitar  y  t-ntrevistar.sc-  con  Pedro.  Este  interés  d<  ver 
sólo  a  Pedro  revela  la  posición  eminente  del  Príncipe  de  !os  Apóstoles  ;  tanto  más, 
rpie  de  los  demás  apóstoles  no  tenía  intención  de  ver  a  ninguno  ;  y  si  se  encontró 
con  Santiago,  sólo  fué  incidentalnientc. 

23  Predica  la  fe  :  poco  antes  (1,  16)  ha  dicho  «predicar  a  Jesu-Cristo».  La  equiva- 
lencia objetiva  de  ambas  expresiones  muestra  que  Jesu-Cristo  es  el  objeto  central 
de  la  fe. 

O  1-2  La  ocasión  de  subir  a  Jerusalén  se  refiere  en  los  Hechos  (15,  1-:?).  A  la  ocasión 
~*  exterior  se  añadió  una  revelación  de  Dios.  La  reunión  a  que  dió  lugar  esta  contro- 
versia suele  denominarse  concilio  de  Jerusalén. 

3  A  los  que  figuraban  :  son  Pedro,  Santiago  el  Menor  y  Juan.  Emplea  San  r.iblo 
una  frase  inventada  por  sus  adversarios.  Este  procedimiento  característico  nos  hace 
comprender  qué  sentido  hay  que  dar  a  la  ironía  :  que  recae  no  sobre  los  apóstoles, 
sino  sobre  los  mismos  adversarios,  que  se  valían  de  esa  expresión  con  el  intento  de 
rebajar  a  San  Pablo. 

*  Tenemos  aquí  un  anacoluto,  una  prótesis  sin  apódosis.  Pero  si  la  gramática  no 
conserva  toda  su  regularidad,  la  lógica,  en  cambio,  nunca  la  pierde  en  San  Pablo. 
Kl  versículo  siguiente  nos  da,  bajo  una  forma  gramatical  independiente,  la  apódosis 
lógica  de  la  frase. 

6  La  partícula  adversativa  «mas»  con  que  comienza  el  período  se  convierte  des- 
pués del  paréntesis  en  la  causal  tPUES».  Es  que  mientras  tanto,  perdido  el  hilo  de 
lo  que  iba  diciendo,  viénele  a  la  mente  la  tesis  fundamental  de  la  verdad  de  su 
Evangelio,  en  orden  a  la  cual  aquello  mismo  que  quería  decir  sírvele  de  confirmación. 

1  Esta  distribución  entre  los  judíos  y  los  gentiles,  entre  San  Pedro  y  San  Pablo, 
no  se  refiere  a  la  suprema  autoridad,  cual  si  estuviera  repartida  entre  ambos,  sino 
Eeñala  el  cami»  de  operación  en  que  preferentemente  han  de  desplegar  su  actividad 
evangélica. 

Este  pasaje  nos  ofrece  una  prueba  del  primado  de  San  Pedro  sobre  toda  la  Igle- 
sia. En  primer  lugar,  se  deduce  este  primado  por  lo  que  toca  a  los  judíos  ;  pues 


—  408  — 


2913 


GALATAS 


2 


de  la  circuncisión,  me  la  infundió 
también  a  mí  para  el  de  los  genti- 
les— ,  9  y  reconociendo  la  gracia  que 
me  ha  sido  dada,  Santiago,  Cefas  y 
Juan,  los  que  eran  considerados  co- 
mo columnas,  nos  dieron  las  dies- 
tras en  prenda  de  comunión  a  mí  y 
a  Bernabé,  de  suerte  que  nosotros 
nos  dirigiésemos  a  los  gentiles  y 
ellos  a  la  circuncisión  ;  10  solamente 
que  nos  acordásemos  de  los  pobres, 
lo  cual  por  mi  parte  me  esmeré  en 
hacerlo. 


El  incidente  de  Ant ioquía. 


"  Mas  cuando  vino  Cefas  a  Antio- 
quía,  abiertamente  me  le  opuse,  por- 
que era  culpable.  u  Pues  antes  que 
viniesen  ciertos  hombres  de  parte 
de  Santiago,  comía  con  los  genti- 
les ;  mas  cuando  vinieron,  se  retraía 
y  recataba  de  ellos,  temiendo  a  los 
de  la  circuncisión.  13  Y  le  imitaron 
en  esta  simulación  también  los  de- 
más judíos,  tanto  que  el  mismo  Ber- 


nabé se  vió  arrastrado  por  esta  si- 
mulación. M  Mas  cuando  yo  vi  que 
no  andaban  a  las  derechas  confor- 
me a  la  verdad  del  Evangelio,  dije 
a  Cefas  en  presencia  de  todos  : 


El  discurso  de  Pablo. 


Si  tú,  judío  como  eres,  vives  a  lo 
gentil  y  no  a  lo  judío,  ¿  cómo  fuer- 
zas a  los  gentiles  a  judaizar  ?  15  Nos- 
otros..., judíos  de  nacimiento,  y  no 
pecadores  venidos  de  la  gentili- 
dad..., 16  entendiendo,  empero,  que 
no  es  justificado  un  hombre  por  las 
obras  de  la  ley,  sino  ipor  la  fe  de 
Cristo  Jesús,  también  nosotros  creí- 
mos en  Cristo  Jesús,  para  ser  justi- 
ficados por  la  fe  de  Cristo,  que  no 


s  obras  de  la  1< 
las  obras  de  la  ley  nc 
cado  mortal  alguno. 

11 Y  si  al  buscar  se 
en  Cristo  nos  hemos 
bién  nosotros  pecador* 
Cristo  es  agente  de  pe 


y  ;  pues  por 
será  justifi- 

justificados 
íallado  tam- 
s,  ¿será  que 
a  do  ?  Jamás, 


ninguna  manera.  Poique 


San  P;i 
solo  ni 
judíos. 


se 


ulr* 


ilc  la  circuiuiMi 


pr< 


puede  referirse  al 
e  la  Iglesia  de  los 
ñe  a  los  gentiles ; 
ipostolado,  recono, 
nsultarle.  Primado 
obre  la  Iglesia. 


«Ira.. 


de  una  falta 
actitud  que 


'.,1,1o 


por 


Y<iro 


do, 


Ixnrdici 


tomaba. 

No  dice  aquí 

él,  ni  menos  aún  que  fueran  enviados  con  el  objeto  de  d 
comiera  con  los  gentiles. 

13  Otra  prueba  concluyentc  de  la  suprema  autoridad  de  .' 
su  ejemplo,  puramente  negativo  y  determinado  por  el  m 
mente  a  tomar  la  misma  actitud  aun  al  mismo  Bernabé. 

11  El  no  andar  a  las  derechas  conforme  a  la  verdad  di 
error  en  la  doctrina,  sino  inconsecuencia  en  la  práctica.  |l 
mentó  :  la  inconsecuencia  práctica  de  Pedro. 

1D-16  S::  precisa  la  tesis  del  discurso,  intercalada  en  el  segundo  argumento.  I.a  tesis 

es  :  N'O  ES  JUSTIFICADO  UN"  HOMBRE  POR  LAS  OBRAS  DE  LA  LEY,  SINO  POR  LA  FE  DE  JESU- 
CRISTO. Tiene  dos  partes  :  una  negativa  y  otra  positiva.  En  la  primera  no  excluye 
la  necesidad  de  las  buenas  obras,  las  cuales  recomienda  encarecidamente;  sólo  afir- 
ma que,  por  más  que  el  hombre  multiplique  las  prácticas  de  la  ley  mosaica,  nunca 
pasará  del  estado  de  pecador  al  estado  de  justo.  En  la  segunda  no  expresa  todo  el 
proceso  de  la  justificación,  sino  solamente  su  principio  y  raíz,  el  cual  exige  como 
complemento  normal  el  sacramento  del  Bautismo. 

Por  lo  que  toca  al  argumento,  hay  que  leerlo  reproduciendo  mentalmente  las  va- 
riadas inflexiones  de  voz.  con  que  el  Apóstol  ¡ría  pronunciando  los  diferentes  incisos 
de  este  i>eríodo,  medio  irónico  y  medio  patético. 

La  última  frase  de  este  verso  es  una  confirmación  escriturística  de  la  tesis. 

*M*  Este  nuevo  argumento  pone  de  relieve  la  contradicción  de  los  Gálatas  en  vol- 
ver a  las  prácticas  de  la  ley.  Díceles  San  Pablo  :  vosotros,  considerando  la  ley  como 
ineficaz,  para  justificar  al  hombre,  la  abandonasteis  y  os  acogisteis  a  Cristo,  atraídos 
por  El.  Cristo,  pues,  fué  la  causa  de  que  abandonaseis  la  ley.  Ahora,  al  volver 
a  aquellas  prácticas,  consideráis  un  crimen  el  haberlas  dejado.  ¿No  veis,  pues,  que 


—  409  — 


2  19—3  3 


GÁLATAS 


2  21-3  r> 


que  antes  derribé,  eso  lo  edifico  de 
nuevo,  me  declaro  transgresor. 

Porque  yo  por  medio  de  la  ley 
morí  a  la  ley,  para  vivir  a  Dios. 
Con  Cristo  estoy  crucificado,  20  pero 
vivo...  no  ya  yo,  sino  que  Cristo  vi- 
ve en  mí.  Y  eso  que  ahora  vivo  en 


II.  El 


Introducción:  Evidencia  de  los  he- 
chos. 3,  i-6 

o  1  ¡  Oh  insensatos  Gálatas !  ¿  Quién 
"  os  fascinó  a  vosotros,  ante  cu- 
yos ojos  fué  presentada  la  figura  de 
Jesu-Cristo  clavado  en  cruz  ?  a  Esto 
sólo  quiero  saber  de  vosotros  :  ¿  re- 
cibisteis el  Espíritu  en  virtud  de  las 
obras  de  la  lev  o  bien  por  la  fe  que 
habéis  oído?  "¿Hasta  tal  extremo 


carne,  lo  vivo  en  la  fe  de  Dios  y  dé 
Cristo,  que  me  amó  y  se  entregó 
por  mí. 

-n  No  repudio  como  nula  la  gracia 

canzase  la  justicia,  entonces  Cristo 
hubiera  muerto  en  vano. 


llega  vuestra  insensatez  ?  Tras  la 
iniciación  por  el  Espíritu,  ¿buscáis 
ahora  la  consumación  por  la  carne  ? 
1  ¿  Habréis  padecido  en  vano  tanta- 
cosas  ?  Si  es  que  se  puede  decir  en 
vano.  5  El  que  os  suministra,  pues, 
el  Espíritu  y  obra  prodigios  entre 
vosotros,  ¿  hace  eso  en  virtud  de  las 
/prácticas  de  la  ley  o  bien  por  la  fe 
que  halléis  oído  ?  "  Así  fué  como 
«Abrahán  creyó  a  Dios  y  le  fué  to- 
mado a  cuenta  de  justicia». 


Evangelio,  cumplimiento  de  la  promesa  hecha 
a  Abrahán 


con  eso  hacéis  recaer  este  crimen  sobre  el  mismo  Cristo  ?  Señal  cjuc  entonces 
lucisteis  bien  en  repudiar  aquellas  prácticas  y  ahora  hacéis  mal  en  querer  volver 
a  ellas. 

3*-?0  La  idea  fundamental  de  este  argumento  teológico  se  reduce  a  que,  habiendo 
nosotros  muerto  a  la  ley,  estamos  ya  totalmente  desligados  de  ella.  Pero  San  Pablo 
en  sus  argumentaciones  suele  ir  más  allá  de  lo  que  exige  la  estricta  demostración  de 
la  tesis.  Tres  cosas  añade  aquí.  La  primera  es  que,  si  hemos  muerto  a  la  ley,  es 
precisamente  en  virtud  de  la  misma  ley.  Eu  efecto,  la  ley  fué  violada  por  el  pecado. 
Esta  violación  debía  ser  reparada,  y,  en  todo  rigor  de  justicia,  no  podía  serlo  sino 
por  la  muerte  del  Hombre-Dios.  Ahora  bien,  la  muerte  del  Redentor  éralo  juntamen- 
te de  todos  los  hombres,  místicamente  incorporados  e  identificados  con  El.  Por 
tanto,  la  misma  ley,  que  determinó  la  muerte  de  Cristo,  por  el  mismo  caso  determinó 
la  muerte  de  todos  los  hombres.  La  segunda  es  que  esta  muerte  no  acaba  en  muerte, 
sino  en  vida.  Es  notable  el  énfasis  con  que  San  Pablo,  hasta  tres  veces,  nos  pone 
ante  los  ojos  este  tránsito  de  muerte  a  vida.  La  tercera  es  que  esta  muerte  no  es  do 
carácter  físico,  sino  místico.  Subsisten  la  vida  y  la  personalidad  física,  que  no  han 
de  ser,  empero,  independientes  de  Jcsu-Cristo,  sino  se  han  de  desarrollar  dentro 
de  su  fe. 

■  Tres  veces  expresa  San  Pablo  la  idea  de  que  el  amor  de  Cristo  fué  el  principio 
determinante  de  su  pasión.  Aquí  dice  :  Me  amó  y  se  entregó  por  mí.  A  los  Efesios 
escribe  :  «Nos  amó  y  se  entregó  por  nosotros»  (5,  2)  ;  «Amó  a  la  Iglesia  y  se  entregó 
por  ella»  (5,  25).  Con  eso  nos  da  a  entender  que  el  amor  de  Cristo  a  los  hombres  fué, 
al  mismo  tiempo,  singular  y  universal,  individual  y  colectivo  :  amor  que,  por  tanto, 
reclama  de  todos  y  cada  uno  de  nosotros  un  reconocimiento  amoroso,  lo  mismo  que 
si  hubiera  muerto  por  cada  uno  en  particular. 

31  Ultimo  argumento  con  que  el  Apóstol  prueba  su  tesis.  Quiere  decir  que  si  la  ley 
nos  justificase,  sería  inútil  la  muerte  de  Cristo.  Por  tanto,  buscar  en  la  ley  la  jus- 
tificación es  repudiar  como  inútil  la  gracia  que  Dios  nos  hizo  dándonos  a  su  Hijo 
para  que  muriera  por  nosotros. 

31  «Fascinar»  :  quiere  decir  trastornar  el  juicio  con  encantamientos.  Se  maravilla 
San  Pablo  de  que  la  viva  imagen  de  Jesús  crucificado,  que  les  había  puesto  delante 
de  los  ojos,  no  hubiera  bastado,  cual  divino  talismán,  para  contrarrestar  la  fascina- 
ción de  las  prácticas  mosaicas. 

6  La  justicia  que  por  la  fe  alcanzó  Abrahán,  lo  mismo  que  nuestra  justicia  por  la 
fe  en  Jesu-Cristo,  no  es  meramente  ficticia  o  imputada,  como  quieren  los  protestan- 
tes, sino  una  verdadera  justicia  que  Dios  concede  en  atención  a  la  fe.  La  expresión 
«tomar  a  cuenta»  pertenece  al  lenguaje  comercial,  en  el  cual  no  tiene  nada  de 
ficticio. 


—  410  — 


I.    La  ley  y  la  fe,  la  ley  y  la 
promesa 

l'or  la  fe  hijos  de  Abrahán,  bende- 
cidos en  Abrahán.  3,  7-9 


:  Entended,  pues,  que  los  que  vi- 
ven de  la  fe,  éstos  hijos  son  de 
Abrahán.  8  Además,  previendo  la  Es- 
critura que  por  la  fe  justifica  Dios 
a  los  gentiles,  dió  de  antemano  a 
Abrahán  la  feliz  nueva  de  que  «Ben- 
decidas serán  en  ti  todas  las  gen- 
tes». "De  modo  que  los  que  viven 
de  la  fe  son  bendecidos  con  el  fiel 
Abrahán. 


La  ley  es  régimen  de  maldición,  de 
la  cual  nos  libertó  Cristo.  3,  10-14 

Pues  cuantos  quieren  vivir  por 
las  obras  de  la  ley,  caen  bajo  la 
maldición  ;  porque  escrito  está :  que 
«Maldito  todo  el  que  no  persevera 
constante  en  todas  las  cosas  escri- 
tas en  el  libro  de  la  ley,  de  modo 
que  las  cumpla». 

a  Y  que  en  virtud  de  la  ley  nadie 
se  justifica  en  el  acatamiento  de 
Dios  es  cosa  manifiesta,  porque  «el 
justo  por  la  fe  vivirá».  "  Ahora 
bien,  la  ley  no  procede  por  vía  de 
fe,  sino  que  «el  que  hiciere  estas 
cosas  vivirá  por  ellas». 

13  Cristo  nos  rescató  de  la  maldi- 
ción de  la  ley,  hecho  por  nosotros 
objeto  de  maldición  ;  porque  escrito 


i'^tá  :  «Maldito  todo  el  eme  está  col- 
gado de  un  palo»  ;  14  todo,  para  que 
¡a  bendición  de  Abrahán  alcanzase 
a  los  gentiles  en  Cristo  Jesús,  a  fin 
de  que  recibiésemos  la  promesa  del 
Espíritu  por  medio  de  la  fe. 


La  ley  y  la  promesa.  3,  15-18 

15  Hermanos,  hablo  según  las  le- 
yes humanas.  Aun  tratándose  de  un 
hombre,  un  testamento  legítima- 
mente otorgado  nadie  puede  anu- 
larlo ni  añadirle  nuevas  cláusulas. 
"  Ahora  bien,  a  Abrahán  le  fueron 
hechas  las  promesas,  y  en  él  a  su 
Descendencia.  No  dice  :  «Y  a  las 
Descendencias»,  como  hablándose  de 
muchos,  sino  de  uno  solo  :  «Y  a  tu 
I  descendencia »  ,  la  cual  es  Cristo  . 
,:  Digo,  pues,  esto:  el  testamento  ya 
válidamente  otorgado  por  Dios  no 
puede  ser  anulado  por  la  ley,  que 
vino  cuatrocientos  treinta  años  más 
tarde,  de  suerte  que  la  promesa  que- 
dase anulada.  15  Porque  si  de  la  ley 
dependiera  la  herencia,  ya  no  pro- 
cedería de  la  promesa.  Y  es  así  que 
a  Abrahán  hízole  Dios  merced  de 
la  herencia  por  medio  de  una  pro- 
mesa. 

Transición :  el  problema  de  la  ley. 
3»  19-22 

"  Pues  ¿  y  la  ley,  qué  ?  En  razón 
de  las  transgresiones  fué  adiciona- 
da a  la  promesa  hasta  que  viniese 


■  lie  la  Escritura  deduce  el  Apóstol  que  no  es  la  circuncisión,  como  querían  lo, 
judaizantes,  sino  la  fe,  la  que  constituye  verdaderos  hijos  de  Abrahán. 

•*-»?  I.os  elementos  esenciales  de  esta  sutil  argumentación  se  reducen  a  dos  :  qui- 
la ley  es  ocasión  de  ideado,  pero  que  en  si  misma,  para  levantar  al  hombre  del 
pecado,  no  ofrece  ningún  recurso. 

a-lt  La  maldición  de  la  ley  se  trocó  por  la  fe  en  bendición.  La  clave  de  este  mis- 
terio nos  la  da  Jesu-Cristo  crucificado,  que  reducido  por  nuestros  pecados,  de  los 
cuales  quiso  hacerse  responsable,  a  ser  objeto  de  la  maldición  divina,  muriendo  y  dan- 
do satisfacción  a  la  justicia  de  Dios,  trocó  la  maldición  en  bendición  :  bendición 
prometida  antes  al  gran  patriarca  y  ahora  realizada  por  la  efusión  del  Espíritu  Santo. 

'*""  En  el  Antiguo  Testamento  ve  San  Pablo  dos  cosas  radicalmente  distintas  :  la 
promesa  y  la  ley.  La  promesa  es  un  elemento  esencial,  que,  lejos  de  anularse-,  halla 
su  plena  realización  en  el  Evangelio.  La  ley,  en  cambio,  es  un  régimen  provisional, 
que,  al  llegar  el  Evangelio,  perdía  toda  su  razón  de  existir. 

'»  En  razón  de  las  transgresiones  :  la  dureza  de  esta  frase  desaparece  teniendo 
en  cuenta  :  i»  que  en  el  lenguaje  de  la  Escritura  tales  frases  no  tienen  precisamente 
el  sentido  de  finalidad,  sino  el  de  consecuencia  o  resultado  ;  ;\  aquí  la  ley  no  es 
sólo  el  código  moral,  sino  la  institución  político-religiosa  inaugurada  en  el  Sinai, 
régimen  de  terror;  3)  San  Pablo  tiene  presente  no  precisamente  la  ley  en  sí  misma. 
>ino  tal  como  la  concebían  los  escribas  :  absurda  personificación,  objeto  exclusivo  de 
su  ciencia  y  casi  de  su  culto. 

—  411  — 


3  20-24 


GÁLATAS 


325-44 


la  Descendencia,  a  quien  fué  hecha 
la  promesa,  promulgada  por  minis- 
terio de  ángeles  por  intervención  de 
un  mediador.  -'°  Ahora  bien,  el  me- 
diador no  lo  es  de  uno  solo,  y  Dios 
es  uno  solo. 

23  ¿  La  ley,  pues,  será  contraria  a 
las  promesas  de  Dios  ?  De  ninguna 
manera.  Porque  si  hubiera  sido  dada 
una  ley  capaz  de  vivificar,  enton- 
ces realmente  de  la  ley  procedería 
la  justicia.  BSino  que  la  Escritura  lo 
encerró  todo  bajo  el  dominio  del  pe- 
cado, para  que  la  bendición  de  la 
promesa  se  otorgara  a  los  creventes 
en  virtud  de  la  fe  de  Cristo. 


2.    La  ley  en  el  plan  de  Dios 

La  ley,  pedagogo  que  nos  lleva  a 
Cristo.  Hijos  de  Dios  por  la  fe,  cu 
Cristo  Jesús.  3,  23-29 

*  Mas  antes  de  venir  la  fe  está- 
bamos bajo  la  custodia  de  la  ley, 
encerrados  con  vistas  a  la  fe  que 
debía  ser  revelada.  M  De  manera 
que  la  ley  ha  sido  pedagogo  nues- 


tro con  vistas  a  Cristo,  para  que  por 
la  fe  seamos  justificados  ;  a  mas, 
venida  la  fe,  ya  no  estamos  someti- 
dos al  pedagogo.  26  Porque  todos 
sois  hijos  de  Dios,  por  la  fe,  en 
Cristo  Jesús.  "  Pues  cuantos  en  Cris- 
to fuisteis  bautizados,  de  Cristo  fuis- 
teis revestidos.  28  No  hay  ya  judío 
ni  gentil,  no  hay  esclavo  ni  libre, 
no  hay  varón  ni  hembra,  pues  to- 
dos vosotros  uno  sois  en  Cristo  Je- 
sús. 39  Y  si  vosotros  sois  de  Cristo, 
descendencia  sois,  por  tanto,  de 
Abrahán,  herederos  conforme  a  Ja 
promesa. 


La  menor  y  ¡a  mayor  edad  del 
heredero.  4,  1-7 

a  1  Digo,  pues  :  todo  el  tiempo  que 
^  el  heredero  es  niño,  en  nada  se 
diferencia  del  esclavo,  con  ser  dueño 
de  todo,  2  sino  que  está  sometido  a 
tutores  y  administradores  hasta  el 
tiempo  prefijado  por  el  padre.  3  Así 
también  nosotros,  cuando  éramos  ni- 
ños, esclavizados  estábamos  bajo  los 
elementos  del  mundo. 
4  Mas,  cuando  vino  la  plenitud  del 


Dios  es  uno  solo  :  con  esto  indica  San  Pablo  que,  además  de  Dios,  era  nece- 
saria otra  parte  contratante,  que  es  aquí  Israel.  El  mediador  entre  ambas  partes  fué 
Moisés.  De  ahí  la  distinción  entre  la  promesa  y  la  ley  :  la  promesa,  unilateral  y  ab- 
soluta ;  la  ley,  bilateral  y  condicionada. 

"  San  Pablo  propone  aquí  como  una  dificultad  la  oposición  entre  la  ley  y  la  pro- 
mesa. La  solución  que  da  es  :  en  la  hipótesis  de  que  la  ley  justificara,  realmente 
sería  contraria  a  la  promesa,  pues  la  dejaría  sin  objeto.  En  cambio,  no  hay  oposi- 
ción si  la  ley  en  nada  toca  la  promesa. 

—  Do  encerró  todo  bajo  el  pominio  DLL  pecado  :  es  decir,  testifica  que  todos  eran 
reos  de  pecado. 

'a~zi  La  ley  tenía  doble  objeto.  Por  una  parte,  hacía  que  los  hombres  se  sintiesen 
pecadores  ;  por  otra,  los  disponía  a  la  fe.  Este  secundo  aspecto  lo  expresa  San  Pablo 
con  la  doble  metáfora  do  «prisión»  y  de  «pedagogo».  Pedagogo  era  el  esclavo  que 
acompañaba  el  niño  a  la  escuela. 

25  Continuando  la  misma  metáfora,  la  fe  representa  la  mayor  edad,  al  llegar  a  la 
cual  el  joven  romano  quedaba  libre  de  la  tutela  del  pedagogo. 

28  La  idea  fundamental  es  :  sois  hijos  de  Dios,  ya  no  esclavos.  Tal  filiación  di- 
vina es,  en  los  designios  de  Dios,  universal  :  iodos  sois  hijos.  Mas  Dios  exige,  como 
condición  indispensable  de  esta  filiación,  la  fe.  Mas  la  fe  es  sólo  un  medio  por  el 
cual  los  hombres,  incorporados  en  Cristo  Jesús,  quedan  hechos  hijos  de  Dios. 

Bautizados  :  tómase  aquí  en  el  sentido  etimológico  de  «sumergir».  El  hombre 
en  el  bautismo  es  sumergido  no  sólo  en  el  agua,  sino  también  en  Cristo.  La  realidad 
expresada  bajo  esta  imagen  es  la  mística  incorporación  del  hombre  en  Cristo. 

a  Todas  las  diferencias  puramente  humanas,  de  raza,  de  condición  social,  de  na- 
turaleza, son  superadas  por  la  unidad  del  cristianismo. 

20  Aquí  San  Pablo  saca  la  última  consecuencia  de  su  argumentación  :  si  Cristo  es 
la  Descendencia  de  Abrahán,  lodos  los  que  están  en  Cristo  son  hijos  de  Abrahán 
y  herederos  de  la  promesa. 

41  Habla  San  Pablo  según  el  Derecho  romano.  La  metáfora  de  la  prisión,  pasando 
por  la  del  pedagogo,  ha  venido  a  parar  en  la  de  la  menor  edad. 
3  Elementos  del  mundo  :  son  los  primeros  rudimentos  de  la  educación  religiosa. 
*•*  Cuatro  cosas  enseña  San  Pablo  sobre  la  encarnación  del  Hijo  de  Dios  :  1)  El 
tiempo  (Ir  su  venida:  el  mundo  estaba  ya  en  disposición  de  recibir  al  Salvador:  eso 


—  412  — 


4  5-12 


G.4  LATAS 


4  13-22 


tiempo,  envió  Dios  depile  el  cielo  de 
cabe  sí  a  su  propio  Hijo,  hecho  hijo 
de  Mujer,  sometido  a  la  sanción  de 
la  ley,  6ipara  rescatar  a  los  que  es- 
taban sometidos  a  la  sanción  de  la 
ley,  a  fin  de  que  recobrásemos  la 
filiación  adoptiva. 

6  Y  pues  sois  hijos,  envió  Dios 
desde  el  cielo  de  cabe  sí  a  nuestros 
corazones  el  Espíritu  de  su  Hijo,  el 
cual  clama  :  ¡  Abba  !  ¡  Padre  !  7  De 
manera  que  ya  no  eres  esclavo,  sino 
hijo  ;  y  si  hijo,  también  heredero 
por  intervención  de  Dios. 

No  es  razón  volver  a  los  rudimentos. 

4,  «-ir 

■  Mas  entonces,  no  conociendo  a 
Dios,  servísteis  a  los  que  por  natura- 
leza no  son  dioses;  9  mas  ahora,  des- 
pués de  conocer  a  Dios,  o  más  bien, 
habiendo  sido  conocidos  por  Dios, 
¿  cómo  os  tornáis  de  nuevo  a  los  ru- 
dimentos impotentes  y  miserables, 
a  los  cuales  de  nuevo  queréis  otra 
vez  servir  como  esclavos  ?  10  ¡  An- 
dáis observando  los  días,  los  meses, 
las  estaciones,  los  años  !  11  Temo  de 
vosotros,  no  sea  que  inútilmente  me 
haya  afanado  con  vosotros. 


Desahogos  paternales.  4,  1.2-20 

Haceos  como  yo,  pues  también 
yo  me  hice  como  vosotros,  herma- 


nos ;  os  lo  suplico.  Ningún  agravio 
me  hicisteis.  *  Ya  sabéis  que  a  cau- 
sa de  la  debilidad  de  la  carne  os 
anuncié  el  Evangelio  la  primera  vez  ; 
14  y  lo  que  era  tentación  para  vos- 
otros en  mi  carne,  no  lo  menospre- 
ciasteis ni  escupisteis,  antes  como  a 
un  ángel  de  Dios  me  acogisteis,  co- 
mo a  Cristo  Jesús.  «  ¿  Dónde  están, 
pues,  aquellos  parabienes  que  os  da- 
bais ?  Porque  testigo  os  soy  de  que, 
a  ser  posible,  los  ojos  os  arrancarais 
y  me  los  dierais  a  mí.  In  ¿  De  modo 
que  me  he  hecho  enemigo  vuestro 
por  tratar  verdad  con  vosotros  ?  17  No 
son  buenos  los  celos  que  tienen  de 
vosotros,  sino  os  quieren  aislar  pa- 
ra que  los  queráis  con  celos.  18  Bue- 
no es  ser  querido  con  celos,  en  cosa 
buena,  siempre,  y  no  sólo  mientras 
me  hallo  entre  vosotros,  19  hijuelos 
míos,  por  quienes  siento  de  nuevo 
los  dolores  del  parto,  hasta  que  se 
forme  Cristo  en  vosotros.  M  Y  qui- 
siera hallarme  entre  vosotros  ahora 
y  matizar  las  inflexiones  de  mi  voz, 
pues  no  sé  qué  hacerme  con  vos- 
otros. 

Agar  y  Sara:  Esclavitud  y  libertad. 
4,  21-31 

-l  Decidme  vosotros,  los  que  de- 
seáis estar  bajo  la  ley,  ¿no  habéis 
oído  leer  la  ley  ?  22  Pues  escrito  es- 
tá que  Abrahán  tuvo  dos  hijos :  uno 
de   la  esclava  y  otro  de  la  libre. 


significa  la  PLENITUD  del  tiempo.  2)  El  hecho  de  la  venida:  el  Hijo  de  Dios,  cuantío 
fué  enviado,  existía  ya  en  el  ciclo  cabe  Dios  :  preexistencia  eterna,  propia  del  que 
era,  no  i<n  hijo  adoptivo,  sino  el  Hijo,  único  y  natural,  de  Dios  Padre.  3)  Doble 
condición  de  la  -ceñida:  hecho  hijo  de  mujer  y  sometido  a  la  sanción  de  la  lev.  Es- 
tas dos  condiciones  indican  la  doble  solidaridad  de  Cristo  :  con  todo  el  linaje  hu- 
mano, con  el  linaje  de  Israel.  4I  El  jin  de  la  venida:  es  también  doble  y  corresponde 
inversamente  a  las  dos  condiciones  sobredichas. 

6  Para  significar  la  misión  del  Espíritu  Santo  empica  San  Pablo  la  misma  palabra 
que  empleó  al  hablar  del  Hijo,  palabra  que  expresa  su  preexistencia  divina.  Además, 
el  Espíritu  Santo,  enviado  por  el  Padre,  es  llamado  Espíkiiu  de  su  Hijo,  lo  cual 
supone  que  el  Espíritu  Santo  procede  no  sólo  del  Padre,  sino  también  del  Hijo. 
Abba  es  palabra  aramaica  que  significa  Padre. 

■  De  nuevo  :  los  Calatas  antes  de  la  conversión  eran  gentiles.  Al  decirles  San  Pa- 
blo que  ahora  quieren  volver  a  los  rudimentos,  equipara  las  prácticas  mosaicas  a  las 
prácticas  gentílicas;  pues  unas  y  otras  convienen  en  representar  un  estadio  rudi- 
mentario de  la  religión. 

10  Estas  cuatro  palabras  se  refieren  a  las  principales  fiestas  judaicas.  Días  son  los 
sábados ;  meses,  las  neomenias ;  estaciones,  las  fiestas  de  Pascua,  Pentecostés  y  Ta- 
bernáculos; años,  cada  siete,  el  sabático;  cada  cincuenta,  el  jubilar. 

a  Debilidad:  es  decir^  enfermedad  (2  Cor.  12,  7).  Esta  enfermedad  fué  la  ocasión 
de  que  San  Pablo  predicara  en  Galacia. 

Lo  que  era  tentación  :  la  misma  enfermedad. 

17  Anota  Santo  Tomás  :  «Tienen  celos  de  vosotros,  pero  malamente,  porque  no 
rrctenden  vuestro  bien  ;   y  eso  se  manifiesta  en  cuanto  quieren  que  os  mantengáis 


—  413  — 


4  23-5  7 


GÁ LATAS 


4  25-5 


■  Mas  el  de  la  esclava  nacido  es  se- 
gún la  carne  ;  pero  el  de  la  libre, 
mediante  la  promesa.  M  Estas  cosas 
están  dichas  alegóricamente,  pues 
esas  mujeres  son  dos  alianzas  :  la 
una  desde  el  monte  Sinaí,  que  en- 
gendra para  la  esclavitud,  la  cual  es 


Agar.  *  Y,  en  efecto,  el  Sinaí  es  un 
monte  en  la  Arabia  ;  y  corresponde 
a  la  presente  Jerusalén,  pues  es  es- 
clava lo  mismo  que  sus  hijas.  "  Mas 
la  Jerusalén  de  arriba  es  libre,  la 
cual  es  madre  nuestra.  _'T  Porque  es- 
crito está  : 


Regocíjate,  estéril,  tú  que  no  engendras  ; 

prorrumpe  y  da  voces,  tú  que  no  conoces  los  dolores  del  parto  ; 
pues  muchos  terán  los  hijos  de  la  que  está  en  soledad, 
más  que  los  de  la  que  tiene  marido. 


a  Y  vosotros,  hermanos,  a  seme- 
janza de  Isaac,  sois  hijos  de  la  pro- 
mesa. 28  Mas  como  entonces  el  que 
nació  según  la  carne  perseguía  al 
que  nació  según  el  espíritu,  así  tam- 
bién ahora.  80  Pero  ¿  qué  dice  la  Es- 


critura ?  Echa  fuera  a  la  esclava  v 
a  su  hijo,  pues  no  heredará  el  hijo 
de  la  esclava  con  el  hijo  de  la  libre. 
"  Así  que,  hermanos,  no  somos  hi- 
jos de  la  esclava,  sino  de  la  libre. 


III.     Consecuencias  morales 


La  libertad  cristiana.  5,  i-ia 

r  1  Para  la  libertad  nos  libertó  Cris- 
"  to  ;  manteneos,  pues,  firmes,  y 
no  os  sometáis  de  nuevo  al  vugo  de 
la  esclavitud. 

2  Mirad  :  yo,  Pablo,  os  digo  que, 
si  os  circuncidáis,  Cristo  de  nada  os 
aprovechará.  3  Y  testifico  de  nuevo 
a  todo  hombre  que  se  circuncida  que 
queda  obligado  a  practicar  toda  la 
ley.  4  Rompisteis  con  Cristo  cuan- 
tos os  justificáis  dentro  de  la  ley  ; 
caísteis  desgajados  de  la  gracia. 
6  Que  nosotros  por  el  Espíritu,  en 
virtud  de  la  fe,  aguardamos  la  es- 
peranza de  la  justicia.  u  Porque  en 
Cristo  Jesús  ni  la  circuncisión  tiene 
eficacia  alguna  ni  la  incircuncisión, 
r-ino  la  fe  que  actúa  por  la  caridad. 
1  Lindamente  corríais  :  ¿  quién  os 


atajó  los  pasos  para  no  obedecer  a 
la  verdad  ?  *  Tal  persuasión  no  vie- 
ne del  que  os  llama.  9  Poca  levadu- 
ra fermenta  toda  la  masa.  10  Yo  con- 
fío de  vosotros  en  el  Señor  que  no 
otra  cosa  pensaréis  ;  y  ese  que  os  al- 
borota llevará  su  condenación,  quien- 
quiera que  sea.  u  Y  en  cuanto  a  mí, 
hermanos,  si  predico  todavía  la  cir- 
cuncisión ,  ¿  por  qué  soy  todavía 
perseguido?  ¡Conque  se  ha  anulado 
el  escándalo  de  la  cruz !  u  ¡  Ojalá 
que  acaben  por  mutilarse  esos  que 
os  revuelven  ! 

Los  dos  frenos  de  la  libertad,  ¡a 
caridad  y  el  espíritu.  5,  13-26 

a  Pues  vosotros  fuisteis  llamados 
a  la  libertad,  hermanos  ;  sólo  que 


apartados  de  mí,  a  fin  de  que  los  queráis  a  ellos  celosamente,  es  decir,  que  110  ad- 
mitáis a  nadie  lucia  de  ellos.. 

En  el  paralelismo  que  establece  entre  Asar  y  Sara,  Acal  representa  la  ley  de 
esclavitud,  dada  en  el  Sinaí.  San  Pablo  refuerza  esta  significación  notando  que  el 
Sinaí  está  en  la  Arabia,  donde  viven  los  hijos  de  Aear. 

5"  Predico  todavía  la  circuncisión  :  tal  era  la  calumnia  de  los  judaizantes,  porque 
había  circuncidado  a  Timoteo.  Circuncidó  a  Timoteo,  mas  no  consintió  en  que  fue- 
se circuncidado  Tito.  En  el  primer  caso  se  trataba  de  una  inofensiva  condescenden- 
cia ;  en  el  secundo  íK-licraba  el  principio  mismo.  ||  Se  ha  anulado  el  escándalo  DE 
LA  CRUZ  :  acerba  ironía  con  que  San  Pablo,  colocándose  en  la  absurda  hipótesis  de  sus 
adversarios,  parece  conceder  que,  si  la  justicia  procede  de  la  circuncisión,  es  ya  in- 
útil la  cruz,  objeto  de  escándalo  para  los  judíos. 

a  Con  sangriento  sarcasmo  les  dice  que  si  tanto  aprecian  la  circuncisión,  mutila- 
ción parcial,  bien  podrían  llegar  a  la  mutilación  total. 


—  414  — 


g  14-26 


GALA TAS 


6  1-12 


no  toméis  esa  libertad  como  pre- 
texto para  solfcir  las  riendas  a  la 
carne,  sino  que  por  la  caridad  ha- 
ceos esclavos  los  unos  de  los  otros. 
"  Porque  Ta  ley  entera  condensa  su 
plenitud  en  una  sola  palabra,  en 
aquello  de  «Amarás  a  tu  prójimo 
como  a  ti  mismo».  "  Mas  si  los  unos 
a  los  otros  os  mordéis  y  devoráis, 
mirad  no  os  aniquiléis  los  unos  a 
los  otros. 

16  Digo,  pues  :  caminad  en  espíri- 
tu, y  no  daréis  satisfacción  a  la 
concupiscencia  de  la  carne.  "  Pues 
la  carne  codicia  contra  el  espíritu, 
y  el  espíritu  contra  la  carne  ;  como 
que  esas  cosas  son  entre  sí  contra- 
rias ;  de  manera  que  no  hagáis  lo 
que  queréis.  )s  Y  si  os  dejáis  llevar  | 
del  Espíritu,  no  estáis  bajo  la  pre- 
sión de  la  ley.  18  Y  son  patentes  las 
obras  de  la  carne  ;  cuales  son  :  forni- 
cación, impureza,  libertinaje,  30  ido- 
latría, hechicería,  enemistades,  con- 
tiendas, emulaciones,  furores,  pro- 
vocaciones, banderías,  sectas,  21  en- 
vidias, homicidios,  borracheras,  co- 
milonas y  cosas  semejantes  a  éstas ; 
sobre  las  cuales  os  prevengo,  como 
ya  os  previne,  que  los  que  tales 
obras  hacen  no  heredarán  el  reino 
de  Dios.  22  Mas  la  fructificación  del 
Espíritu  es:  caridad,  gozo,  paz,  lon- 
ganimidad, benignidad,  bondad,  le, 
23  mansedumbre,  continencia  ;  frente 
a  tales  cosas  no  tiene  objeto  la  ley. 
*  Mas  los  que  son  de  Cristo  Jesús 
crucificaron  la  carne  con  las  pasio- 
nes y  las  concupiscencias.  25  Si  en 
espíritu  vivimos,  en  espíritu  tam- 
bién caminemos.  24  No  nos  hagamos 
vanidosos,  provocándonos  unos  a 
otros,  envidiándonos  unos  a  otros. 


Aplicaciones  particulares,  b,  i-io 


zr  1  Hermanos,  si  acaso  fuere  un 
hombre  sorprendido  en  algún 
desliz,  vosotros  los  espirituales  en- 
derezad a  ese  tal  con  espíritu  de  man- 
sedumbre, considerándote  a  ti  mismo, 
no  sea  que  tú  también  seas  tentado. 
2  .Llevad  los  unos  las  cargas  de  los 
otros,  y  así  cumplid  plenamente  la 
ley  de  Cristo.  -;  Porque,  si  alguno 
piensa  ser  algo,  siendo  nada,  se  en- 
gaña a  sí  mismo.  4  Que  cada  uno  exa- 
mine sus  propios  actos,  v  entonces  el 
motivo  que  tenga  de  gloriarse  lo  ten- 
drá con  relación  sólo  a  sí  mismo,  v 
no  con  relación  a  otro  ;  D  pues  cada 
cual  llevará  su  propia  carga.  s  Y  el 
que  es  instruido  en  la  palabra  llame 
a  la  parte  en  todos  sus  bienes  al 
que  le  instruye.  7  No  os  engañéis  : 
de  Dios  nadie  se  burla.  s  Pues  lo  que 
siembre  uno,  eso  mismo  cosechará. 
Porque  el  que  siembra  en  su  propia 
carne,  de  la  carne  cosechará  corrup- 
ción ;  y  el  que  siembra  en  el  Espí- 
ritu, del  Espíritu  cosechará  vida 
eterna.  *  Y  en  el  obrar  el  bien  no 
desmayemos,  porque  a  su  tiempo  co- 
secharemos sin  desfallecer.  10  Así, 
pues,  según  tengamos  oportunidad, 
obremos  el  bien  para  con  todos,  ma- 
yormente con  los  hermanos  en  la  fe. 


Conclusión.  6,  11-18 


u  Mirad  con  qué  tamañas  letras 
escribo  de  mi  propia  mano.  12  Cuan- 
tos quieren  parecer  bien  en  la  car- 
ne, ésos  os  fuerzan  a  circuncidaros, 
con  el  único  objeto  de  no  ser  ellos 
perseguidos  por  la  cruz  de  Cristo. 


,:  De  manera  que  no  hagáis  lo  uue  queréis  :  la  frase  admite  dos  sentidos  posi- 
bles :  consecutivo  o  final.  En  el  consecutivo  es  una  reflexión,  con  la  cual  nos  ad- 
vierte que  nuestros  primeros  impulsos  hacia  el  bien  o  el  mal  se  deben  comúnmente 
a  la  sugerencia  o  del  Espíritu  o  de  la  carne.  En  el  sentido  final,  indica  el  objeto 
que  se  proponen  estos  dos  asientes  antagonistas  :  el  Espíritu,  que  no  hagamos  lo  que 
a  nuestra  voluntad  sugiere  la  carne ;  la  carne,  que  no  hagamos  lo  que  a  nuestra 
voluntad  sugiere  el  Espíritu.  Ambas  interpretaciones  cuentan  a  su  favor  con  autori. 
dades  respetables  ;  con  todo,  parece  más  aceptable  la  segunda  interpretación. 

18  Bajo  la  presión  be  la  LEV  :  los  que  se  dejan  gobernar  por  el  Espíritu  no  se 
sienten  agobiados  bajo  el  peso  de  la  ley. 

36  El  Espíritu  es  no  sólo  el  primer  principio  de  la  vida  divina  en  nosotros,  sino 
también  principio  inmediato  de  nuestra  actividad  sobrenatural. 

f*    6  Antes  ha  dicho  que  lleven  los  unos  las  cargas  de  los  oíros  :  aquí  dice  que  cada 
"    CUAL  llevará  su  PROPIA  carga.  Allí  habla  de  las  cargas  externas,  que  la  caridad 
hace  comunes  ;  aquí,  de  la  responsabilidad  de  la  propia  conciencia. 
'-  Parrer  bien  en  la  car-ne  :  congraciarse  con  los  hombres. 


—  415  — 


6  13-15 


CALATAS 


6  16-18 


"Pues  ni  aun  los  mismos  que  se 
circuncidan  guardan  la  ley,  sino 
que  pretenden  que  seáis  vosotros 
circuncidados  para  gloriarse  en  vues- 
tra carne.  "  Pero  a  mí  jamás  me 
acaezca  gloriarme  en  otra  cosa  sino 
en  la  cruz  de  nuestro  Señor  Jesu- 
cristo, por  la  cual  el  mundo  está 
crucificado  para  mí  y  yo  para  el 
mundo.  "  Porque  ni  la  circuncisión 


es  nada  ni  la  iucircuncisión,  sino  la 
nueva  creación.  1-5  Y»  cuantos  cami- 
naren siguiendo  esta  norma,  paz  y 
misericordia  sobre  ellos  ^  sobre  el 
Israel  de  (Dios. 

17  De  hoy  más,  que  nadie  me  im- 
portune ;  pues  yo  llevo  en  mi  cuer- 
po las  marcas  de  Jesús.  18  La  gracia 
de  nuestro  Señor  Jesu-Cristo  sea  con 
vuestro  espíritu,  hermanos.  Amén. 


»  Nueva  creación  :  es  la  nueva  existencia  sobrenatural,  es  la  elevación  del  hombre 
por  la  incorporación  en  Cristo. 

10  El  Israel  de  Dios,  contrapuesto  al  Israel  según  la  carne,  es  la  Iglesia  de  Jesu- 
cristo; 

17  Nadie  me  importune  :  déjense  de  decir  si  predico  o  no  predico  la  circuncisión  ; 

DE  HOY  MÁS  SEPAN  TODOS  QUE  SOY   ESCLAVO  DE  CRISTO,   PUES  LLEVO   IMPRESAS  EN   MI  CUERPO 

ns  marcas  de  Jesús,  como  los  esclavos  las  marcas  de  sus  amos.  Los  esclavos  esconden 
estas  marcas ;  yo  las  llevo  patentes  como  trofeos  de  victoria. 


-  410  — 


INTROD  U  C C  I  O  N 
A    LA     EPISTOLA    A    LOS    E  FES  IOS 


estin  ata  ríos  de  la  Ehístola. — So  están  acordes  los  críticos  sobre 


quienes  sean  los  destinatarios  de  ta  llamada  Epístola  a  los  Efesios 


"^^^  Tres  soluciones  principales  se  han  dado  a  este  problema:  la  tra- 
dicional, según  la  eual  la  carta  se  escribió  a  la  Iglesia  de  E/eso;  la  que 
supone  liabcr  sido  dirigida  a  la  Iglesia  de  I.aodicca,  y  la  que  considera  la 
Epístola  como  una  carta  circular  o  encíclica,  enviada  a  todas  las  Iglesias 
del  Asia  proconsular.  cuya  metrópoli  era  Efeso.  En  vez  de  discutir  en 
particular  las  razone*  aducidas  en  pro  y  en  contra  de  cada  una  de  estas 
tres  hipótesis,  será  más  breve  y  eficaz  presentar  los  hechos,  para  adoptar 
en  definitiva  la  hipótesis  que  mejor  los  explique  todos.  Estos  hechos  se 
distribuyen  naturalmente  en  tres  grupos:  los  antecedentes  históricos, 
los  datos  de  la  misma  carta,  los  testimonios  históricos  posteriores. 

Entre  los  antecedentes  históricos  hay  que  tener  presente  las  relaciones 
singularmente  íntimas  de  San  Pablo  con  la  Iglesia  de  Efeso.  Tres  años 
enteros  empleó  San  Pablo  en  fundar  y  evangelizar  esta  Iglesia.  Por 
otra  parte,  su  acción  apostólica,  o  personal  o  ejercida  por  medio  de  sus 
discípulos,  se  extendió  a  toda  el  Asia  proconsular.  como  consta  por  los 
Hechos  <  iq,  io;  2o,  25;.  So  mucho  después,  al  fin  de  la  tercera  misión, 
al  dirigirse  a  Jerusalén,  convocó  San  Pablo  en  Milclo  a  los  presbíteros- 
obispos  de  Efeso  y  de  las  ciudades  vecinas  para  despedirse  de  ellos  y  pre- 
venirlos contra  los  peligros  doctrinales  que  amenazaban  a  sus  Iglesias 
(Ac.  20,  25-31,).  Otro  hecho  también  hay  que  recordar,  y  es  que  algunas  de 
las  Epístolas  de  San  Pablo  son  en  realidad  cartas  circulares:  tales  son  la 
primera  a  ¡os  Corintios  {1,  2),  la  segunda  a  los  Corintios  (1.  í),  la  escrita 
a  las  «Iglesias  de  Galacia»  (1.  2)  y  a  los  Colosenses  14,  161. 

En  la  misma  Epístola  a  los  Efesios  llaman  ¡a  atención  tres  hechos 
muy  significativos :  t)  el  tono  exclusivamente  didáctico,  enteramente  des- 
provisto de  aquellos  rasgos  afectuosos  tan  característicos  de  San  Pablo: 
¿)  la  ausencia  total  de  salutaciones  personales,  que  tanto  abundan  en 
otras  cartas;  3)  ciertas  frases  que  parecen  suponer  que  San  Pablo  no 
conocía  de  vista  o  personalmente  a  los  destinatarios,  ni  ellos  a  él  (1.  J5  ; 
j.  2).  Además,  para  apreciar  el  valor  de  la  hipótesis  que  supone  que  la 
llamada  Epístola  a  los  Efesios  fué  en  realidad  escrita  a  los  fieles  de  teodi- 
cea, hay  que  tener  en  cuenta  lo  que  sobre  los  Laodícenses  dice  el  Apóstol 
en  su  Epístola  a  los  Colosenses .-  «Quiero  que  sepáis  cuán  grajide  lucha 
sostengo  por  vosotros,  y  por  los  de  Laodicea,  y  por  cuantos  no  han  visto 
mi  rostro  en  carne»  {2.  1);  «.Le  soy  testigo  [a  Epafras]  de  que  se  toma 
mucho  trabajo  por  vosotros,  y  por  los  de  Laodicea...  Saludad  a  los  her- 
manos de  Ijjodieea  y  a  Ninfas  y  a  la  Iglesia  que  se  congrega  en  su  casa. 


—  -ti?  — 


N  L\M 


EFESIOS 


5  cuando  hubiere  sido  leída  entre  vosotros  esta  carta,  haced  que  también 
en  la  Iglesia  de  los  Laodicenses  sea  leída;  y  la  que  recibiereis  de  Lao- 
dicea,  que  también  vosotros  la  leáis»  (4,  13-16). 

Entre  los  testimonios  posteriores,  todos  los  códices  griegos  (a  excep- 
ción de  B*  S*  7739  42ic;  y  todas  las  versiones  leen  ua  los  santos  y  fieles 
en  Cristo  Jesiís  que  están  en  Efeso»  (í,  j);  y  aun  los  mismos  códices 
exceptuados  tienen  al  principio  el  título  «A  los  Efesios»,  que  reproducen 
al  fin.  No  es  menos  unánime  a  favor  de  Efeso  la  tradición  patrística  a  par- 
tir de  .San  ¡renco.  Solamente  Orígenes  y  San  Basilio  desconocieron  o  pu- 
sieron en  lela  de  juicio  la  autenticidad  de  la  frase  ten  Efeso».  Marción 
fué  el  único  que  en  vez  de  tEfeso*  leyó  uLaodicca».  Confirma  la  univer- 
salidad de  la  tradición  respecto  de  Efeso  la  ficción  de  la  Epístola  (o  epís- 
tolas) a  los  Laodicenses :  no  se  concibe  una,  epístola  apócrifa  dirigida  a 
éstos,  si  se  hubiera  considerado  como  tal  la  actual  Epístola  a  los  Efesios. 

Aplicados  todos  estos  dalos  a  las  tres  hipótesis  antes  mencionadas 
sobre  los  destinatarios  de  la  Epístola,  resulta:  1)  que  éstos  no  pueden' 
ser  exclusivamente  los  Efesios;  2)  que  tampoco  pueden  ser  otros  con 
exclusión  de  los  Efesios;  3)  consiguientemente ,  que  fueron  los  fieles  de 
Efeso  y  juntamente  los  de  otras  Iglesias:  con  lo  cual  la  Epístola  puede 
muy  bien  denominarse  carta  circular.  Y  ésta  parece  ser  la  que  menciona 
San  Pablo  escribiendo  a  los  Colosenses,  donde  no  dice  que  fuera  diri- 
gida precisamente  a  los  Laodicenses,  sino  que  la  «recibirían  de  Laodi- 
cea»,  adonde  ¡legaría  antes  que  a  Colosas. 

Ocasión  de  la  Epístola. — ¡a  ocasión  parece  haber  sido  la  triste  reali- 
zación de  aquel  anuncio  profético,  que  San  Pablo  no  mucho  antes  había 
hecho  en  Mileto  a  los  presbíteros-obispos  de  Efeso  y  ciudades  vecinas: 
«Yo  sé  que  han  de  entrar  después  de  mi  partida  lobos  crueles  entre  vos- 
otros, que  no  perdonen  al  rebaño;  y  de  entre  vosotros  mismos  se  han  de 
levantar  hombres  que  hablen  cosas  perversas,  para  arrastrar  en  pos  de 
sí  a  los  discípulos»  (Ac.  20,  29-30).  Se  introdujeron,  en  efecto,  en  el  re- 
baño de  Cristo  los  lobos  rapaces.-  espíritus  extravagantes,  última  gene- 
ración de  judaizantes  cristianos  y  primeros  representantes  del  naciente 
gnosticismo,  los  cuales,  amalgamando  ciertas  prácticas  judaicas  con  es- 
peculaciones teosóficas,  desquiciaban  la  revelación  cristiana,  rebajando 
la  divina  persona  de  Jesu-Cristo  y  desfigurando  su  obra  redentora.  A  esos 
desvarios  respondió  San  Pablo  con  la  Epístola  a  los  Efcsiós,  exponiendo 
su  maravillosa  concepción  sobre  el  Cristo  místico  o  el  misterio  de  Cristo. 

La  Epístola. — En  un  cuadro  de  divina  belleza,  aunque  a  veces  algo 
rudo  en  la  ejecución,  presenta  San  Pablo  el  misterio  por  excelencia  de  los 
consejos  divinos,  el  plan  magnífico  de  la  redención ,  el  designio  miseri- 
cordioso que  Dios  acaricia  desde  toda  la  eternidad,  y  luego  realiza  en  la 
plenitud  de  los  tiempos,  y  revela  a  toda  la  creación.  El  designio  miste- 
rioso de  Dios  era  pacificar  toda  la  creación  y  reunir,  fundir  la  humanidad 
entera,  y  por  extensión  los  ángeles  mismos,  «.en  Cristo  jesús».  Es  ver- 
daderamente sublime  contemplar  a  Cristo-Jesús,  hombre  y  Dios  a  la  vez, 
como  centro  adonde  todo  converge,  lazo  que  todo  lo  une,  cabeza  mística 
de  este  organismo  viviente,  donde  se  asocian  en  un  cuerpo,  en  una  vida, 
en  un  amor,  judíos  y  gentiles,  hómbres  y  ángeles,  las  crcaturas  y  el 
Creador. 

Plan  de  la  EPÍSTOLA.— Se  divide  en  dos  partes  sensiblemente  iguales, 
una  más  especulativa,  sobre  el  misterio  mismo  de  Cristo  (1-3),  otra  más 
práctica,  sobre  la  vida  cristiana  como  prolongación  del  misterio  (4-6). 


—  418  — 


11-4 


EFESIOS 


EPISTOLA    A    LOS  EFESIOS 


Salutación  epistolar,   i,  1-2 

I1  Pablo,  apóstol  de  Cristo  Jesús  I  tán  en  Efeso  :  1  gracia  a  vosotros  y 
por  la  voluntad  de  Dios,  a  los    paz  de  parte  de  Dios,  Padre  nues- 
santos  v  fieles  en  Cristo  Jesús  que  es-  |  tro,  y  del  Señor  Jesu-Cristo. 


Primera  parte:  Dogmática.  El  misterio  de  Cristo 


1.    El  misterio  de  los  designios  eternos  de  Dios 


Bendición  y  elección,  filiación  y  predestinación.  1,  3-6 

'  Bendito  sea  el  Dios  y  Padre  del  Señor  nuestro  Jesu-Cristo, 
quien  nos  bendijo  con 'toda  bendición  espiritual  en  los  cielos  en  Cristo, 
'  según  que  nos  escogió  en  El  antes  de  la  fundación  del  mundo, 
para  ser  santos  e  inmaculados  en  su  presencia,  a  impulsos  del  amor, 


I3-"  Esta  introducción,  por  la  elevación  del  pensamiento  y  por  el  aliento  lírico  que 
la  informa,  bien  puede  llamarse  himno.  Comprende  tres  estrofas  iguales,  subdivi- 
•lidas  en  dos  períodos,  también  sensiblemente  iguales. 

Ks  riquísimo  el  contenido  dogmático  de  este  maravilloso  himno.  Kl  pensamiento 
dominante  es  la  economía  de  la  redención,  el  plan  divino  sobre  la  salud  eterna  de 
■os  hombres.  Este  plan  se  atribuye  bajo  diferentes  aspectos  a  cada  una  de  las  Per- 
:.onas  divinas.  Al  Padre  corresponde  la  iniciativa,  la  concepción  y  disposición  eterna. 
M  Hijo,  su  realización  en  el  tiempo.  Al  Espíritu  Santo,  su  última  consumación.  La 
fórmula  que  sintetiza  toda  la  economía  es  aquella  tan  típica  de  San  Pablo  en  Cristo 
Jesús,  que,  equivalentemente,  reaparece  hasta  diez  veces  en  este  breve  pasaje.  Todo 
lo  que  el  Apóstol  llama  su  Evangelio  se  halla  aquí  condensado.  Y  en  este  Evangelio 
*eñala  como  dos  estadios  :  el  más  elemental,  que  es  la  redención  de  nuestros  pecados 
por  la  sangre  de  Cristo,  y  el  suiK.rior  o  místico,  que  él  llama  el  MISTERIO,  que  es  la 
recapitulación  de  todas  las  cosas  en  Cristo. 

•  Nos  bendijo  con  toda  bendición  :  la  junta  del  complemento  bendk  ion  al  verbo 
rlndijo,  la  adición  del  adjetivo  toda  y  la  significación  misma  de  bendición,  que  sig- 
nifica también  largueza  (2  Cor.  9,  5),  son  una  triple  expresión  de  la  plenitud  con  que 
L'ios  nos  ha  bendecido. 

*-«  Nos  bendijo...  en  Cristo,  según  que  nos  escogió  en  El:  la  bendición  realizada 
en  el  tiempo  tuvo  como  razón  y  medida  la  elección  eterna  :  una  y  otra,  en  Cristo. 

*■*  Nos  escogió...  predestinándonos  :  la  predestinación  se  presenta  como  una  de- 
terminación de  la  elección  eterna  de  Dios.  En  la  realidad  ambas  coinciden,  si  bien 
con  diferentes  matices  :  en  la  elección  sobresalen  los  matices  de  favor  y  selección 
o  predilección,  al  paso  que  en  la  predestinación  predominan  los  matices  de  voluntad 
firme,  de  previa  resolución  y  de  ordinación  o  destinación  a  un  fin  determinado. 


—  419  — 


1  5-12 


EFESIOS 


\  .VIL* 


6  predestinándonos  a  la  adopción  de  hijos  suyos  por  Jesu-Cristo, 
según  el  beneplácito  de  su  volnntad, 
0  para  alabanza  de  la  gloria  de  su  gracia, 
con  la  cual  nos  agració  en  el  Amado. 


Redención  por  Cristo,  recapitulación  en  Cristo,  i,  7-10 


'  En  el  cual  tenemos  la  redención  por  su  sangre,  la  remisión  de  los  pecado-, 

según  la  riqueza  de  su  gracia, 

s  que  hizo  desbordar  sobre  nosotros, 

en  toda  sabiduría  e  inteligencia, 

*  notificándonos  el  misterio  de  su  voluntad, 

,-egún  su  beneplácito,  que  se  propuso  en  El, 

10  en  orden  a  su  realización  en  la  plenitud  de  ios  tiempos, 

de  recapitular  en  Cristo  todas  las  cosas,  las  de  los  cielos  y  las  de  la  tierra. 


Judíos  y  gentiles,  constituidos  herederos.  1  n-i] 


11  En  El,  en  el  cual  fuimos  además  constituidos  herederos, 
ipredestinados  según  la  disposición 

de  quien  obra  todas  las  cosas  según  el  consejo  de  su  voluntad, 
'•  para  que  seamos  encomio  de  su  gloria, 
nosotros  los  que  ya  antes  habíamos  esperado  en  Cristo  ; 


0  Adopción  de  hijos  o  filiación  adoptiva  110  parece  aquí  ni  la  sola  gracia  santi- 
ficante ni  tampoco  la  gracia  y  la  gloria,  ambas  por  igual  y  en  primer  término,  sino 
la  gracia  directamente  y  en  primer  término  y  la  gloria  virtualmente  y  en  segundo 
término.  ||  Según  el  beneplácito  de  su  voluntad:  el  beneplácito  divino  es,  a  nuestro 
modo  de  entender,  el  primer  momento  de  la  predestinación,  y  significa  la  bondad 
o  benevolencia  de  Dios,  que  se  complace  en  hacer  bien,  y  en  orden  a  hacerlo  fija 
amorosamente  sus  ojos  en  el  hombre. 

6  Para  alabanza  de  la  gloria  de  su  guacia  :  Gloria  aquí  tiene  sentido  objetivo 
y  significa  la  ostentación,  o  irradiación  esplendorosa  de  las  perfeceioues  divinas.  || 
En  el  Amado  :  nombre  exquisitamente  delicado  que  designa  a  Jesu-Cristo  y  equi- 
vale al  «Hijo  de  su  amor»  (Col.  1,  13).  El  amor  del  Padre  al  Hijo  amado,  al  exten- 
derse a  los  que  se  hallan  incorporados  en  Cristo,  es  el  origen  de  la  gracia  que  se 
derrama  sobre  ellos. 

Este  período  habla  de  la  redención,  de  la  cual  dice  San  Pablo  que  la  tenemos 
en  Cristo  ;  que  se  efectuó  por  su  sangre ;  que  con  tila  obtenemos  la  remisión  de  los 
pecados  ;  que  todo  esto  tiene  como  causa  y  medida  la  riqueza  o  espléndida  largueza 
de  la  gracia  divina. 

*"10  Este  período,  el  más  sublime  de  toda  la  introducción,  presenta,  en  cuatro  in- 
cisos gradualmente  dispuestos,  los  rasgos  característicos  del  misterio,  que  es  la 
recapitulación  de  todas  las  cosas  en  Cristo.  Primero  :  es  el  misterio  de  su  voluntad, 
oculto  a  toda  criatura.  Segundo  :  el  origen  lógico  del  misterio  es  el  divino  beneplá- 
cito. Tercero  :  este  beneplácito  y  propósito  eterno  estaba  ordenado  a  su  realización 
en  la  plenitud  de  los  tiempos.  Estos  tiempos  son  las  edades  que  precedieron  a  la 
realización,  que,  como  vacías  en  un  principio,  fueron  llenándose  progresivamente, 
hasta  llegar  a  su  plenitud  y  madurez.  Cuarto  :  la  sustancia  del  misterio  es  la  reca- 
pitulación de  todas  las  cosas  en  Cristo  ;  recapitulación  misteriosa,  eme  presenta  dos 
fases  :  una,  radical,  por  cuanto  en  la  persona  de  Cristo,  Dios  y  hombre,  están  re- 
unidos y  compendiados  el  espíritu  y  la  materia,  Dios  y  el  mundo  ;  otra,  universal, 
por  cuanto  todos  los  seres  del  universo  convergen  hacia  Cristo,  se  abrazan  y  harmo- 
nizan en  Cristo,  que  es  su  principio  de  cohesión  y  unidad,  su  centro  a  la  vez  y  su 
cabeza  :  prolongación  del  Cristo  místico,  que  no  sólo  comprende  la  humanidad  in- 
corporada a  Cristo,  sino  todo  cuanto  existe,  inefablemente  también  adherido  a  Cristo. 

U_,J  Este  periodo  presenta  la  economía  del  misterio  desde  el  punto  de  vista  ju 
daico. 


—  420  — 


1  13-?0 


1  21-2  i 


a  en  el  cual  también  vosotros,  habiendo  oído  la  palabra  de  la  verdad, 
el  Evangelio  de  vuestra  salud, 
en  el  cual  habiendo  también  creído, 
fuisteis  sellados  con  el  Santo  Espíritu  de  la  promesa, 
"  que  es  arras  de  nuestra  herencia, 
para  la  recuperación  de  su  patrimonio, 
para  alabanza  de  su  gloria. 


El   misterio,    realizado  en  la 
Iglesia 


El  misterio,  iniciado  cu  Cristo. 
i,  15-23 

*  Por  esto  también  yo,  habiendo 
oído  hablar  de  vuestra  fe  en  el  Se- 
ñor Jesús  y  de  vuestra  caridad  para 
con  todos  los  santos,  16  no  ceso  de 
dar  gracias  por  vosotros,  haciendo 
memoria  de  vosotros  en  mis  oracio- 
nes, "  para  que  el  Dios  de  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo,  el  Padre  de  la  glo- 
ria, os  conceda  espíritu  de  sabidu- 
ría y  de  revelación  con  pleno  cono- 
cimiento de  El,  18  iluminados  los 
ojos  de  vuestro  corazón,  para  que 
conozcáis  cuál  sea  la  esperanza  de 
su  vocadión,  cuáles  las  riquezas  de 
la  gloria  de  su  herencia  en  los  san- 
tos 19  y  cuál  la  sobrepujante  grande- 
za de  su  poder  para  con  nosotros 
los  creyentes,  según  la  energía  de 
la  potencia  de  su  fuerza,  50  que  des- 
plegó en   Cristo,   resucitándole  de 


entre  los  muertos  y  sentándole  a  su 
diestra  en  los  cielos,  a  por  encima 
de  todo  principado,  y  potestad,  y 
virtud,  y  dominación,  y  de  todo  tí- 
tulo de  honor  reconocido  no  sólo  en 
este  siglo,  sino  también  en  el  veni- 
dero. 25  Y  todas  las  cosas  rindió  de- 
bajo de  sus  pies,  y  a  El  le  consti- 
tuyó por  encima  de  todo  cabeza  de 
la  Iglesia,  a  la  cual  es  el  cuerpo 
suyo,  la  plenitud  del  que  recibe  de 
ella  su  complemento  total  v  univer- 
sal. 


Los  liombrcs,  asociados  al  misterto 
de  Cristo.  2,  1-10 

n  1  V  a  vosotros,  que  estabais  muer- 
^  tos  por  vuestros  delitos  y  peca- 
dos, s  en  los  cuales  un  tiempo  cami- 
nasteis conforme  a  la  corriente  de  es- 
te mundo,  conforme  al  príncipe  de  la 
Dotencia  del  aire,  el  espíritu  que 
ejerce  ahora  su  acción  en  los  hijos 
de   la   rebeldía,   'entre   los  cuales 


Economía  del  misterio  aplicada  a  los  gentiles.  He  aquí  los  pasos  por  donde 
llegan  los  gentiles  a  la  participación  del  misterio  :  primero,  oyen  el  Evangelio,  que 
es  la  palabra  de  la  verdad  y  el  mensaje  de  la  salud  ;  segundo,  creen  en  el  Evange- 
lio ;  tercero,  son  mareados  con  el  Espíritu  Santo,  que  es  el  Espíritu  de  la  promesa  ; 
cuarto,  este  Espíritu  es  arras  de  la  herencia  de  la  vida  eterna.  Este  derecho  a  la 
herencia  celeste  lo  expresa  a  continuación  el  Apóstol  con  una  frase  familiar  en  el 
lenguaje  bíblico  :  para  la  recuperación  de  su  patrimonio,  que  nos  presenta  a  Dios 
.'orno  Pastor,  que  marca  a  las  ovejas  de  su  grey  i>ara  reunirías  a  su  tiempo  en  sus 
apriscos  eternos  y  haberlas  definitivamente  suyas. 

*~a  I-a  fe  en  el  Señor  Jesús,  la  caridad  para  con  todos  los  santos...,  la  esperanza 
de  su  vocación.  Se  complace  San  Pablo  en  mencionar  juntas  las  tres  virtudes  teolo- 
gales, y  con  frecuencia  por  este  mismo  orden  :  fe,  caridad  y  esperanza.  Esperanza 
significa  aquí  el  objeto  de  la  esperanza. 

"  El.  Dios  de  Nuestro  Señor  Jesu-Cristo  significa  el  Dios  que  Jesu-Cristo  nos  ha 
revelado. 

""^  Las  maravillas  que  el  poder  de  Dios  obró  en  Cristo,  modelo  de  las  que  habla 
de  obrar  a  favor  nuestro,  se  reducen  a  seis  :  1)  la  resurrección  ;  2)  la  entronización 
a  su  diestra  ;  3)  la  eminencia  soberana  sobre  toda  la  creación  ;  4)  el  señorío  univer- 
sal ;  5)  la  dignidad  (le  cabeza  suprema  de  la  Iglesia  ;  b)  el  misterioso  complemento 
que  de  la  Iglesia  recibe. 

O       Estos  versículos  forman  un  amplio  período,  tan  maravilloso  en  la  doctrina  como 
irregular  en  la  estructura.  Su  prótasis,  1-3,  pone  de  relieve  nuestra  muerte  por  el 
pecado  ;  su  apódosis,  nuestra  espiritual  resurrección  y  glorificación  en  Cristo. 

•  Eramos  huos  de  ira.  objeto  de  la  ira  divina,  pecadores;  por  naturaleza:  no 
por  petados  personales  precisamente,  sino  por  la  generación  misma  que  nos  inoculó 


—  421  — 


2  4-10 


EFESIOS 


2  n-16 


también  nosotros  todos  nos  hallamos 
en  otro  tiempo,  en  manos  de  las 
concupiscencias  de  nuestra  carne, 
cumpliendo  las  voluntades  de  la  car- 
ne y  de  los  pensamientos,  y  éramos 
por  naturaleza  hijos  de  ira,  lo  mis- 
mo que  los  demás  ;  4  mas  Dios,  rico 
como  es  en  misericordia,  por  el  ex- 
tremado amor  con  que  nos  amó, 
'  aun  cuando  estábamos  nosotros 
muertos  por  los  pecados,  nos  vivi- 
ficó con  la  vida  de  Cristo — que  por 
la  gracia  habéis  sido  salvados — ,  6  y 
con  él  nos  resucitó  y  juntamente 
nos  sentó  en  los  cielos  en  Cristo  Je- 
sús, 1  para  ostentar  en  los  siglos  que 
habían  de  venir  las  soberanas  ri- 
quezas de  su  gracia  a  impulsos  de 
su  bondad  para  con  nosotros  en 
Cristo  Jesús.  8  Sí  que  por  la  gracia 
habéis  sido  salvados  mediante  la  fe ; 
y  esto  no  de  vosotros,  que  de  Dios 
es  el  don  ;  "  no  en  virtud  de  obras, 
para  que  nadie  se  gloríe.  10  Porque 
de  El  somos  hechura,  creados  en 
Cristo  Jesús  a  base  de  obras  buenas, 
que  de  antemano  dispuso  Dios  para 
que  nos  ejercitásemos  en  ellas. 


l.os  gentiles,  incorporados  a  Israel 
en  Cristo  Jesús.  2,  11-22 

u  Por  lo  cual  recordad  que  un  tiem- 
po vosotros,  los  gentiles  según  la 
carne,  los  llamados  incircuncisión 
por  la  que  se  llama  circuncisión — en 
la  carne,  hecha  por  mano  de  hom- 
bre— ,  M  que  estabais  en  aquel  tiem- 
po desconectados  de  Cristo,  excluí- 
aos^ de  la  ciudadanía  de  Israel  y  ex- 
traños a  las  alianzas,  sin  esperanza 
de  la  promesa,  sin  Dios  en  el  mun- 
do ;  "  mas  ahora  en  Cristo  Jesús 
vosotros,  los  que  un  tiempo  estabais 
lejos,  habéis  sido  aproximados  por 
la  sangre  de  Cristo.  14  Porque  El  es 
nuestra  paz  ¡  el  que  de  los  dos  hizo 
uno  y  derribó  el  muro  interpuesto 
de  la  valla,  la  enemistad,  anulando 
en  su  carne  16  la  ley  de  los  manda- 
mientos formulados  como  edictos, 
para  hacer  en  sí  mismo  de  los  dos 
un  solo  hombre  nuevo,  haciendo 
paz,  "  y  reconciliar  a  entrambos  en 
un  solo  cuerpo  con  Dios  por  medio 
de  la  cruz,  matando  en  ella  la  ene- 


el  pecado  de  Adán  ;  LO  mismo  que  ios  demás  :  expresa  universalidad.  Estos  tres  rasgos 
juntos  son  un  testimonio  inequívoco  de  la  existencia  y  universalidad  del  pecado 
origina'.. 

Los  tres  verbos  del  original  :  CONVIVIFICÓ,  conkesucitó,  conentronizó,  tan  extra- 
ños en  el  griego  como  en  el  castellano,  sirven  maravillosamente  para  expresar  la 
inefable-  «comunión»  o  consorcio  de  los  hombres  con  Cristo. 

*-*  Por  la  gracia  habéis  sido  salvados  medíame  la  fe  :  con  admirable  precisión, 
San  Pablo  presenta  la  salud  eterna  como  producto  de  dos  factores  :  la  gracia  de  Dios, 
romo  agente  principal,  y  la  fe  del  hombre,  como  agente  instrumental.  Mas,  i>ara 
que  nadie  creyese  que  la  fe,  contrapuesta  a  la  gracia,  era  obra  propia  del  hombre, 
añade  el  Apóstol  :  no  en  virtud  de  obras  que  vosotros  hubierais  hecho  :  no  por 
vuestras  fuerzas,  industrias  o  merecimientos. 

10  Somos  HEcnüRA  o  creación  de  Píos  :  magnifica  expresión  que  presenta  la  justi- 
ficación y  la  salvación  como  «obra  de  arte»  o,  según  la  palabra  original  «poema»,  de 
la  sabiduría,  de  la  bondad  y  del  poder  de  Dios.  Mas  si  las  buenas  obras  no  tienen 
la  virtud  de  justificar  al  pecador,  no  por  eso  quedan  excluidas  de  la  vida  cristiana, 
como  pretendió  Lutero  ",  antes  al  contrario,  como  a  continuación  enseña  el  Apóstol, 
fuimos  crudos  EN  Cristo  Jesús  a  base  de  obras  buenas,  oue  de  antemano  dispuso 
Dios  para  uue  nos  ejercitásemos  en  ellas. 

u-—  En  esta  sección  se  expone  la  admisión  de  los  gentiles  a  las  promesas  y  alian- 
zas de  Israel,  con  el  cual  forman  un  solo  pueblo,  un  solo  hombre  nuevo,  que  por 
Cristo  en  el  Espíritu  Santo  se  llega  al  Padre. 

B  Con  cinco  rasgos  pinta  San  Pablo  la  degradación  de  los  gentiles  :  privados  de 
Cristo,  extraños  a  la  ciudadanía  de  Israel,  ajenos  a  las  alianzas  concertadas  por  Dios 
con  Abrahán  y  Moisés,  sin  esperanza,  sin  Dios.  A  estas  calamidades  pasadas  se  con- 
traponen las  bendiciones  presentes. 

u  Ahora  en  Cristo  Jesús...  A  la  primera  desgracia  de  los  gentiles,  la  privación 
de  Cristo,  ha  sucedido  ahora  la  primera  bendición,  que  es  la  inefable  comunión  en 
Cristo  Jesús.  Lo  que  sigue,  que  en  virtud  de  la  sangre  de  Cristo  se  han  suprimido 
las  distancias,  es  como  la  tesis  de  la  demostración  desarrollada  en  los  tres  versículos 
siguientes. 

M-i»  Porque  El  es  nuestra  paz  ;  y  lo  es,  porque  El  es  el  que  de  los  dos  hizo  uno 
solo ;  y  para  hacerlo,  derribó  el  muro  interpuesto  de  la  valla,  la  enemistad.  Este 
muro  de  separación,  esta  enemistad,  era  la  ley  de  Moisés  :  por  esto  Cristo  concertó 
la  amistad  entre  judíos  y  gentiles,  anulando  la  ley  de  los  mandamientos  con  sus 
prescripciones.  El  doble  objeto  de  anular  la  ley  fué  reconciliar  a  judíos  y  gentiles 
entre  sí  y  reconciliar  a  entrambos,  unidos,  con  Dios. 


—  422  — 


2  17-3  2 


EFESIOS 


3  3-11 


mistad  ;  "  y,  venido,  anunció  paz  a 
vosotros,  que  estabais  lejos,  y  paz  a 
los  que  estaban  cerca  ;  a  pues  poi 
El  tenemos  abierta  la  entrada  en- 
trambos en  un  mismo  Espíritu  al 
Padre.  19  Así,  pues,  ya  no  sois  ex- 
tranjeros ni  forasteros,  sino  que  sois 
conciudadanos  de  los  santos  y  miem- 
bros de  la  familia  de  Dios,  "  edifi- 
cados sobre  el  fundamento  de  los 
apóstoles  y  profetas,  siendo  la  pie- 
dra angular  el  mismo  Cristo  Jesús, 
n  en  ell  cual  todo  el  edificio,  harmó- 
nicamente trabado,  se  alza  hasta  ser 
templo  santo  en  el  Señor  ;  -  en  el 
cual  también  vosotros  sois  junta- 
mente edificados  para  ser  morada 
de  Dios  en  el  Espíritu. 


3.    El  misterio,  anunciado  por 
Pablo 

Misión  del  Apóstol.  3,  1-13 

o  1  Por  causa  de  esto,  yo,  Pablo,  el 
"  prisionero  de  Cristo  Jesús  por 
vosotros  los  gentiles,  ...  2  si  es  que 
habéis  oído  la  economía  de  la  gracia 
de  Dios  que  me  fué  dada  en  orden 


a  vosotros,  *  y  es  que  por  revelación 
se  me  dió  a  conocer  el  misterio,  se- 
gún os  lo  acabo  de  escribir  en  pocas 
palabras,  *  conforme  a  lo  cual,  le- 
yéndolo, ipodéis  conocer  mi  inteli- 
gencia en  el  misterio  de  Cristo;  6  el 
cual  en  otras  generaciones  no  fué 
dado  a  conocer  a  los  hijos  de  los 
hombres,  cual  ahora  fué  revelado  a 
sus  santos  apóstoles  y  profetas  por 
el  Espíritu  ;  6  a  saber,  que  los  gen- 
tiles son  coherederos  y  miembros  de 
un  mismo  cuerpo  y  juntamente  par- 
tícipes de  la  promesa  en  Cristo  Je- 
sús por  medio  del  Evangelio,  '  del 
cual  fui  constituido  ministro  según 
el  don  de  la  gracia  de  Dios,  que  me 
fué  dada  según  la  energía  de  su  po- 
der. 8  A  mí,  menor  que  el  más  pe- 
queño de  todos  los  santos,  me  fué 
otorgada  esta  gracia,  la  de  anunciar 
a  los  gentiles  las  riquezas  de  Cris- 
to, imposibles  de  rastrear,  9  y  de  ilu- 
minar a  todos,  dando  a  conocer  cuál 
sea  la  economía  del  misterio,  escon- 
dido desde  el  origen  de  los  siglos 
en  Dios,  que  creó  todas  las  cosas, 
10  a  fin  de  que  se  dé  a  conocer  ahora 
a  los  principados  y  a  las  potestades 
en  los  cielos,  por  medio  de  la  Igle- 
sia, la  multiforme  sabiduría  de  Dios, 
"  según  el  designio  eterno  que  se 
había  propuesto  en  Cristo  Jesús,  Se- 


Nueva  proposición  de  la  tesis  y  nueva  demostración.  Proposición  :  Y,  venido, 
anunció  faz  a  vosotros,  que  estabais  lejos,  y  paz  a  los  que  estaba??  cerca.  Demostra- 
ción :  Pues  pok  El  tenemos  abierta  la  entrada  entrambos  en  un  mismo  Espíritu  al 
Padre.  La  mutua  concordia  y  la  reconciliación  con  Dios  se  declara  en  función  de  la 
Trinidad.  El  Mediador  de  esta  doble  unión  es  Jesu-Cristo  :  su  agente  íntimo  es  el 
Espíritu  Santo  ;  su  término  es  Dios  Padre. 

Conclusión  :  Así,  pues,  ya  no  sois  extranjkros ...  Y  apelando  a  una  compara- 
ción favorita,  empleada  también  por  el  mismo  Cristo  (Mt.  16,  16)  y  por  San  Pedro 
fi  Pe.  2,  5),  añade  :  porque  sois  edificados...  Concretando  la  imagen  de  edificio  en 
la  de  templo,  prosigue  :  en  el  cual  (Cristo)...  Los  fieles  son  templo  de  Dios  a  la  vez 
en  Cristo  y  en  el  Espíritu  Santo.  En  Cristo,  porque  es  la  piedra  angular  y  funda- 
mental ;  en  el  Espíritu  Santo,  porque  es  el  principio  íntimo  de  harmonía  y  solidez  : 
como  en  la  imagen  del  cuerpo  místico,  los  fieles  forman  este  cuerpo  en  Cristo  a  la 
vez  y  en  el  Espíritu  Santo.  En  Cristo,  porque  es  su  Cabeza  ;  en  el  Espíritu  Santo, 
porque  es  su  alma.  Templo  de  Dios  Padre  en  Cristo  y  en  el  Espíritu  Santo  :  otra 
vez  se  encarece  la  dignidad  de  la  Iglesia  en  función  de  la  Trinidad. 

31  El  hilo  del  razonamiento,  iniciado  en  este  versículo,  se  rompe  bruscamente,  para 
reanudarse  en  el  v.  14. 

*-»  Estos  versículos  son  como  un  inmenso  paréntesis,  que  en  dos  ciclos  parale- 
los. ;-7  y  8-13,  describe  las  maravillas  del  misterio  de  Crisio. 

3-7  Primera  descripción  del  misterio.  Dos  géneros  de  rasgos  integran  la  descrip- 
ción :  unos  extrínsecos,  como  son  el  desconocimiento  del  misterio  en  el  tiempo  pa- 
sado y  su  revelación  en  el  presente,  la  inteligencia  que  de  él  alcanzó  San  Pablo 
y  su  particular  vocación  para  anunciarlo  ;  los  intrínsecos  están  admirablemente  con- 
densados  en  el  v.  6.  Organizando  con  más  orden  estos  elementos,  puede  desenvolverse 
así  la  descripción  :  los  gentiles  son  equiparados  a  los  judíos  en  tres  cosas  :  en  el 
presente,  forman  con  ellos  un  mismo  cuerpo  ;  mirando  a  lo  pasado,  participan  por 
igual  de  la  promesa  hecha  a  Israel  ;  mirando  a  lo  por  venir,  están  destinados  a  po- 
seer una  misma  herencia. 

*-u  Segunda  descripción  del  misterio.  Más  que  el  misterio  mismo,  se  describe  la 

ICONOMÍA   DEL  MISTERIO. 


—  423  — 


3  13-4  - 


EFESIOS 


3  18-4  <5 


ñor  nuestro,  12  en  quien  tenemos  la 
franca  seguridad  y  libre  entrada  con 
confianza  por  medio  de  la  fe  en  El. 
13  Por  lo  cual  pido  que  no  caigáis  de 
ánimo  con  motivo  de  las  tribulacio- 
nes que  por  vosotros  padezco,  como 
que  son  gloria  vuestra. 

Oración  del  Apóstol  del  misterio. 
3,  14-19 

11  Por  causa  de  esto  doblo  mis  ro- 
dillas ante  el  acatamiento  del  Pa- 
dre, "  de  quien  toma  su  nombre  to- 
da familia  en  los  cielos  y  sobre  la 
tierra,  16  para  que  os  conceda,  según 
las  riquezas  de'  su  gloria,  que  seáis 
firmemente  corroborados  por  la  ac- 
ción de  su  Espíritu  en  el  hombre 
interior,  "  que  habite  Cristo  por  la 
fe  en  vuestros  corazones,  enraizados 


y  cimentados  en  la  caridad,  18  a  fin 
de  que  seáis  capaces  de  compren- 
der, con  todos  los  santos,  qué  cosa 
sea  la  anchura  y  longitud  y  alteza 
y  profundidad,  á  y  de  conocer,  cosa 
que  sobrepuja  todo  conocimiento,  la 
caridad  de  Cristo,  para  que  seáis 
colmados  de  toda  plenitud,  cuyo 
blanco  sea  la  plenitud  de  Dios. 


Doxología  solemne.  3,  20-31 


20  Al  que  es  poderoso  para  hacer 
sobre  toda  medida  con  incompara- 
ble exceso  más  de  lo  que  pedimos  o 
pensamos,  según  la  potencia  que 
despliega  en   nosotros  su  energía, 

a  El  la  gloria  en  la  Iglesia  y  en 
Cristo  Jesús  por  todas  las  generacio- 
nes del  siglo  de  los  siglos.  Amen. 


Segunda  parte:  Moral.  —  La  vida  cristiana,  prolongación 
del  misterio 


1.    Unidad  en  la  variedad 

Múltiples  la¿os  de  la  unidad 
cristiana.  4,  1-6 

A  1  Os  ruego,  pues,  yo,  el  prisione- 
^  ro  del  Señor,  que  procedáis  cual 
conviene  a  la  vocación  con  que  fuis- 
teis llamados,  2  con  toda  humildad 
y  mansedumbre,  con  longanimidad, 


sufriéndoos  los  unos  a  los  otros  coit 
caridad,  '  mostrándoos  solícitos  por 
mantener  la  unidad  del  espíritu  con 
el  v  ínculo  de  la  paz.  4  Un  solo  cuer- 
po y  un  solo  Espíritu,  como  tam- 
bién fuisteis  llamados  con  una  mis- 
ma esperanza  de  vuestra  vocación. 
"  Un  solo  Señor,  una  sola  fe,  un  solo 
bautismo.  6  Un  solo  Dios  y  Padre  de 
todos,  que  está  sobre  todos,  que  ac- 
túa por  medio  de  todos,  que  habita 
en  todos. 


Reanudando  el  razonamiento  interrumpido,  San  Pablo  formula  su  oración  por 
los  Efesios,  en  la  cual  son  dignos  de  consideración  los  altísimos  ideales  de  santidad 
que  desea  ver  realizados  en  la  vida  cristiana. 

1^14  ei  padre,  de  quien  toma  su  nombre  toda  familia.  Como  los  hijos  de  Aarón,  por 
ejemplo,  juntamente  con  el  ser  recibían  el  nombre  de  su  progenitor  y  formaban  la 
familia  de  Aarón,  así  los  ángeles  y  los  hombres,  al  ser  llamados  a  la  participación 
sobrenatural  del  ser  divino,  reciben  el  glorioso  nombre  de  familia  de  Dios. 

m-ib  ygis  gracias  <fesea  el  Apóstol  a  los  fieles.  Las  tres  primeras  son  :  robustez 
del  hombre  interior  por  el  Espíritu  Santo  ;  la  habitación  de  Cristo  en  nuestjos  cora- 
zones por  medio  de  la  fe  ;  el  estar  arraigados  y  cimentados  en  la  caridad,  como  los 
Árboles  arraigan  en  la  tierra,  como  los  edificios  se  fundan  en  los  cimientos.  Las  tres 
últimas,  de  orden  más  elevado,  son  :  vigor  mental  para  abarcar  las  inmensas  di- 
mensiones del  misterio  ;  conocer  el  amor  de  Cristo,  superior  a  todo  conocimiento  ; 
una  colmada  plenitud  espiritual,  cuyo  límite  sea  la  plenitud  misma  de  Dios. 

41_e  Esta  sección  es  a  la  vez  un  panegírico  de  la  unidad  esencial  y  espiritual  que 
existe  en  la  Iglesia  y  una  exhortación  a  la  unidad  moral  que  los  fieles  deben  fo- 
mentar con  su  propia  colaboración.  Para  que  los  fieles  no  frustren  con  sus  discor- 
dias la  unidad  del  Espíritu,  les  propone  San  Pablo  los  múltiples  principios  de  unidad, 
distribuidos  en  tres  series.  Primera  serie,  en  función  del  Espíritu  Santo :  Un  solo 


—  424  — 


4  7-12 


EFESiaS 


4  13-14 


Í.OS  diferentes  dones  ordenados  a  la  formación  del  cuerpo  místico  de 
Cristo.  4,  7-1 6 

'  A  cada  uno  de  nosotros  le  fué  dada  la  gracia  según  la  medida  con  que 
la  da  Cristo.  Por  lo  cual  dice  : 

Subiendo  a  lo  alto,  llevó  consigo  cautiva  la  cautividad  ; 
repartió  dádivas  a  los  hombres. 


*Y  eso  de  que  asubió»,  ¿por  (luc- 
es sino  porque  descendió  primero  a 
las  partes  más  bajas  de  la  tierra  ? 
"  El  que  descendió  es  el  mismo  que 
también  subió  por  encima  de  todos 
los  cielos,  para  llenarlo  todo.  11  Y  El 
dió  a  unos  ser  apóstoles  ;  a  otros, 
profetas  ;  a  otros,  evangelistas  ;  a 
otros,  pastores  y  doctores,  u  en  or- 
den a  la  perfección  consumada  de 
los  santas  para  la  obra  del  ministe- 
rio, para  la  edificación  del  cuerpo 


de  Cristo,  hasta  que  lleguemos 
todos  juntos  a  encontrarnos  en  la 
unidad  de  la  fe  y  del  pleno  conoci- 
miento del  Hijo  de  Dios,  a  la  ma- 
durez del  varón  perfecto,  a  un  des- 
arrollo orgánico  proporcionado  a  la 
plenitud  de  Cristo,  14  para  que  no 
seamos  ya  niños,  fluctuando  de  acá 
para  allá,  dando  vueltas  a  todo  vien- 
to de  doctrina,  por  la  trampería  de 
•los  hombres,  por  la  truhanería  que 
hace  caer  en  las  añagazas  de  la  se- 


cuerpo  v  un  solo  Espíritu...  una  misma  esperanza  :  existe  de  parte  <le  Dios,  y  ha  de 
subsistir  de  parte  nuestra,  este  triple  lazo  de  unidad,  cuyo  principio  es  el  Espíritu 
Santo,  alma  del  cuerpo  místico  de  la  Iglesia  y  prenda  de  la  vida  eterna  que  espera- 
mos. Segunda  serie,  en  función  de  Jcsu-Cristo  :  Un  solo  Señor,  una  sola  ee,  un  solo 
MUTISMO.  Esta  orden  categórica  y  terminante  :  una  sola  fe,  condena  de  antemano  h 
todos  los  herejes,  y  singularmente  al  protestantismo,  que  ni  respecto  de  la  gran  Igle- 
sia ni  dentro  de  sí  mismo  conserva  una  sola  fe.  Tercera  serie,  en  función  de  Dios 
Padre  :  Un  solo  Dios  v  Padre  de  iodos,  oue  está  sobre  todos,  que  actúa  por  medio 
DE  todos,  oue  habita  en  todos.  Magnífica  declaración  de  la  trascendencia  de  Dios 
y  de  su  doble  inmanencia,  de  presencia  y  de  acción. 

*  El  sentido  es  :  no  se  recibe  otra  gracia  que  la  que  Cristo  da. 

*"*_Se  aplica  a  Cristo  un  verso  del  Salmo  (6-,  io),  estrictamente  teológica:  confe- 
sión implícita  de  su  divinidad.  La  razón  de  la  cita  se  halla  en  el  segundo  hemisti- 
quio ;  el  primero,  que  San  Pablo  entiende  de  la  Ascensión,  da  lugar  a  un  breve 
paréntesis,  en  que  se  presenta  la  Ascensión  como  recompensa  del  descendimiento 
a  las  partes  MÁS  bajas  de  la  tierra.  Estas  partes  no  son  simplemente  la  tierra  con- 
trapuesta al  cielo,  sino  los  infiernos.  Así  lo  persuade  el  sentido  obvio  de  la  expresión 
y  la  antítesis  del  versículo  siguiente. 

"  Para  llenarlo  iodo  :  con  la  largueza  de  sus  dádivas. 

"  Cuatro  géneros  de  ministerios  se  enumeran  :  i)  los  apóstoles,  que  son  los  Doce, 
y  algunos  otros  que  los  imitaron  en  la  fundación  de  las  Iglesias,  como  Pablo  y  Ber- 
nabé ;  2)  los  profetas  o  maestros  carisniáticos,  que  hablaban  inspirados  por  Dios ; 
3)  los  evangelistas  o  misioneros  ambulantes,  que  predicaban  el  Evangelio ;  4)  los 
pastores  y  doctores,  que  son  los  obispos  residentes  en  sede  fija,  cuya  principal  misión 
es  gobernar  y  enseñar. 

12  El  primer  inciso  expresa  un  fin  inmediato,  ordenado,  a  su  vez,  a  los  otros  dos 
fines  expresados  en  los  dos  incisos  siguientes.  La  palabra  sanios  es  una  designación 
genérica  de  los  apóstoles,  profetas,  evangelistas,  pastores  y  doctores,  mencionados 
anteriormente.  Todo  el  inciso  significa  que  Cristo  repartió  los  varios  carismas  para 
que  los  santos  en  sus  miembros  más  distinguidos  se  hallen  dispuestos  para  los  dos 
fines  expresados  en  los  incisos  siguientes;  es  a  saber:  en  general,  para  realizar  la 
obra  propia  de  cada  ministerio,  y  en  particular,  para  llevar  adelante  la  edificación 
de  la  Iglesia,  cuerpo  místico  de  Jesu-Cristo.  La  palabra  edificación  está  tomada  de  la 
arquitectura  paia  ser  aplicada  al  desenvolvimiento  biológico  del  organismo  humano. 

Hasta  uue  lleguemos  iodos  juntos  \  ENCONTRARNOS :  quiere  decir  que  todos  los 
fieles  converjamos,  nos  reunamos,  en  la  unidad  de  la  fe.  Esta  uni.lad  de  la  fe  no  se 
ha  de  tomar  en  sentido  negativo,  en  cuanto  excluya  simplemente  las  disensiones  ; 
sino  que  ha  de  ser  concordia  absoluta  y  universal  en  la  fe,  y  tal  fe,  que,  ilustrada 
por  el  pleno  conocimiento  de  Jesu-Cristo,  abarque  íntegramente  toda  la  verdad  reve- 
.ada  acerca  del  Hijo  de  Dios  bajo  todos  sus  aspectos.  Con  tal  unidad  de  la  fe,  lógica- 
mente vivida,  todos  juntos  venimos  a  ser  un  varón  perfecto,  esto  es,  que,  salidos  de 
la  mflez  espiritual,  alcanzamos  la  madurez  varonil. 


—425  — 


4  15-23 


EFESIOS 


4  24  -32 


ducción  ;  15  sino  que,  andando  en 
verdad,  por  la  caridad  crezcamos  en 
todos  sentidos  para  ser  como  El, 
que  es  la  cabeza,  Cristo,  "  por  quien 
todo  el  cuerpo,  bien  concertado  ^ 
trabado,  gracias  al  íntimo  contacto 
que  suministra  el  alimento  al  orga- 
nismo, según  la  actividad  corres- 
pondiente a  cada  miembro,  va  obran- 
do su  propio  crecimiento  en  orden 
a  su  plena  formación  en  virtud  de 
la  caridad. 


2.    Altos  ideales  de  la  moral 
cristiana 


No  imitar  a  los  gentiles.  4,  17-21 

"  Esto,  pues,  diijo  y  testifico  en 
el  Señor :  que  no  andéis  ya  como  an- 
dan los  gentiles,  en  la  vanidad  de 
su  mente,  "que  tienen  entenebreci- 
do el  entendimiento,  ajenos  eom- 

Í defámente  a  la  vida  de  Dios,  por 
a  ignorancia  en  que  se  hallan,  por 
el  encallecimiento  de  su  corazón  ; 
13  los  cuales,  perdida  toda  sensibi- 
lidad moral,  se  entregaron  a  la  di- 
solución para  obrar  toda  impureza 
a  impulsos  de  la  concupiscencia. 
"Mas  vosotros  no  así  aprendisteis 
a  Cristo,  n  si  es  que  oísteis  de  El 
y  en  El  fuisteis  adoctrinados,  según 
es  la  verdad  que  está  en  Jesús,  22  a 
despojaros,  respecto  de  vuestra  vida 
anterior,  del  hombre  viejo,  que  se 
corrompe  siguiendo  las  concupiscen- 
cias de  la  seducción,  *  y  a  renova- 


ros en  el  espíritu  de  vuestra  men- 
te "  y  revestiros  del  hombre  nuevo, 
creado  según  el  ideal  de  Dios  en  la 
justicia  y  santidad  de  la  verdad. 


Evitar  la  mentira,  la  ira,  el  hurto, 
las  palabras  malas.  4,  25-30 

35  Por  lo  cual,  desechada  toda  men- 
tira, hablad  verdad  cada  uno  con 
su  prójimo,  ya  que  somos  los  unos 
miembros  de  los  otros.  M  «Enojaos 
y  no  pequéis»  :  no  se  ponga  el  sol 
y  caiga  la  noche  sobre  vuestra  ira, 
n  ni  deis  lugar  al  diablo.  El  que 
hurtaba,  ya  no  hurte  ;  antes  trabaje, 
obrando  con  sus  manos  el  bien,  para 
tener  que  compartir  con  el  que  pa- 
dece necesidad.  "  No  salga  de  vues- 
tra boca  palabra  alguna  dañada,  si- 
no la  que  sea  buena  para  la  oportu- 
na edificación,  para  que  comunique 
gracia  a  los  que  la  oyen.  50  Y  no  con- 
tristéis al  Espíritu  Santo  de  Dios, 
con  el  cual  fuisteis  marcados  para 
el  día  del  rescate. 


Indiligencia  como  la  de  Dios,  amor 
como  el  de  Cristo.  4,  31-32  ;  5,  1-2 

31  Toda  amargura,  cólera,  ira,  gri- 
tería, maledicencia,  destiérrense  le- 
jos de  vosotros  con  todo  género  de 
malicia.  12  Sed  más  bien  los  uno--  con 
los  otros  benignos,  entrañablemen- 


"-M  El  sentido  de  estos  dos  versículos  es  :  viviendo  sin  ficciones  ni  inconsecuen- 
cias la  vida  verdadera  de  la  caridad,  crezcamos  en  todos  los  órdenes,  teniendo  como 
meta  e  ideal  a  aquel  que  es  la  Cabeza,  por  cuyo  influjo  todo  el  cuerpo,  harmónica- 
mente organizado  y  sólidamente  trabado,  por  medio  de  todos  los  contactos  y  ligamen- 
tos que  mantienen  la  cohesión  y  suministran  la  nutrición,  conforme  a  la  actividad 
Dropia  de  cada  una  de  las  partes,  va  obrando  su  propio  desenvolvimiento  vital  hasta 
llegar  a  la  madurez  varonil,  todo  en  virtud  de  la  caridad.  El  sentido  real,  envuelto 
en  las  imágenes,  que  parecen  tomadas  de  la  biología  moderna,  es  que  todo  el  orden 
jurídico  y  toda  la  vida  espiritual  de  la  Iglesia  proceden  de  Jesu-Cristo,  externamente 
por  medio  de  la  Jerarquía  y  de  los  Sacramentes,  internamente  por  la  acción  del 
Espíritu  Santo;  orden  y  vida  que  no  pueden  alcanzar  su  pleno  desenvolvimiento, 
tanto  individual  como  social,  sin  el  concurso  de  la  caridad,  que  en  el  cuerpo  místico 
<ie  la  Iglesia  es  el  principio  de  cohesión  y  actividad. 

Hace  San  Pablo  una  pintura  pavorosa  de  la  perversión  moral  de  los  gentiles. 

a°-11  A  la  perversión  pacana  opone  San  Pablo  como  síntesis  de  la  moral  cristiana 
■  Jesu-Cristo.  Cristo  es  toda  la  moral. 

"■"Es  interesantísima  la  doctrina  de  San  Pablo  sobre  el  hombre  viejo  y  el  hom- 
bre nuevo.  El  hombre  viejo  es  la  perversión  moral  que  proviene  del  pecado  origina! 
y  lleva  al  pecado  actual.  El  hombre  nuevo  es  la  renovación  espiritual  del  hombre, 
que,  partiendo  de  la  justificación  de  los  pecados,  le  inclina  a  las  obras  de  justicia 
y  santidad. 


—  426  — 


51-9  EFESIOS  510-21 


te  compasivos,  perdonándoos  recí- 
procamente, así  como  Dios  en  Cris- 
to os  perdonó  a  vosotros. 

¡-  1  Haceos,  >pues,  imitadores  de 
Dios,  como  hijos  queridos,  2  y 
caminad  en  el  amor,  así  como  Cris- 
to os  amó,  y  se  entregó  a  sí  mismo 
por  nosotros  como  ofrenda  y  vícti- 
ma a  Dios  en  fragancia  de  suavidad. 


Huir  de  toda  impureza.  5,  3-7 


'  Mas  la  fornicación  y  toda  impu- 
reza o  codicia  ni  se  nombren  entre 
vosotros,  cual  cumple  a  santos  ;  4  lo 
mismo  que  la  torpeza  y  las  conver- 
saciones tontas  y  la  chocarrería,  co- 
sas éstas  que  no  estarían  bien,  sino 
antes  bien  hacimiento  de  gracias. 
•  Porque  sabed  y  entended  que  todo 
fornicario,  o  impuro,  o  codicioso,  que 
equivale  a  idólatra,  no  tiene  parte 
en  la  herencia  del  reino  de  Cristo  y 
de  Dio»  '  Que  nadie  os  seduzca  con 
fútiles  razonamientos  ;  que  por  esas 
cosas  viene  la  ira  de  Dios  sobre  los 
hijos  de  la  rebeldía.  *  No  entréis  a 
la  parte  con  ellos. 


Hijos  de  ¡a  luz.  5,  8-14 


'  Porque  erais  un  tiempo  tinieblas  ; 
mas  ahora,  luz  en  el  Señor.  Cami- 
nad como  hijos  de  la  luz — 9  porque 


el  ÍTuto  de  la"  luz  consiste  en  toda 
bondad  y  justicia  y  verdad—,  10  aqui- 
latando qué  cosa  sea  agradable  al 
Señor  ;  "  y  guardaos  de  tener  parte 
en  las  obras  infructuosas  de  las  ti- 
nieblas, antes  bien  desenmascaradlas 
y  reprochadlas  ;  12  pues  las  cosas  que 
ellos  ocultamente  hacen,  vergüenza 
es  aun  el  decirlas.  "  Y  todas  esas 
cosas,  al  ser  desenmascaradas,  son 
manifestadas  por  la  luz  ;  que  todo  lo 
que  se  manifiesta,  luz  es.  M  Por  lo 
cual  dice  : 

Despierta,  tú  que  duermes, 

y  levántale  de  entre  los  muertos, 

y  te  iluminará  Cristo. 


Prudencia  y  fervor  espiritual.  5,  15-21 


•  T  ^'ra<lj  pues,  con  gran  circunspec- 
ción cómo  andáis,  no  como  necios, 
sino  como  sabios,  16  rescatando  el 
tiempo,  porque  los  días  son  malos. 
"  Por  eso  no  os  hagáis  insensatos, 
sino  entended  cuál  sea  la  voluntad 
del  Señor.  w  Y  no  os  embriaguéis 
con  vino,  que  lleva  al  desenfreno, 
sino  llenaos  del  Espíritu,  J9  habién- 
doos los  unos  a  los  otros  con  salmos 
e  himnos  y  cánticos  espirituales, 
cantando  y  tañendo  en  vuestro  cora- 
zón al  Señor,  10  haciendo  gracias  con- 
tinuamente por  todo  al  que  es  Dios 
y  Padre  en  el  nombre  de  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo,  3  sometiéndoos 
los  unos  a  los  otros  en  el  temor  de 
Cristo. 


K    >  Habla  el  Apóstol  del  sacrificio  de  la  cruz,  en  el  cual  Cristo  fué  a  la  vez  la  víeti- 
nía  y  el  sacerdote. 

•■*  Dos  series  ternarias  de  vicios  enumera  San  Pablo  ;  pero  las  califica  diferente- 
mente. Con  ello  prácticamente  distingue  dos  géneros  de  pecados  :  unos  graves,  otros 
leves. 

•"•  ¡Hermoso  ideal  de  la  santidad  cristiana,  que  es  una  irradiación  esplendorosa 
de  verdad,  bondad  y  justicia ! 

u  Despierta...  Estas  palabras  parecen  ser  un  fragmento  de  un  himno  cristiano 
primitivo. 

M  Los  días  malos  son  representados  como  poseedores  avaros  del  tiempo,  que  no  lo 
venden  sino  a  precio  de  trabajo.  El  rescatar  el  tiempo  es,  por  tanto,  trabajar  por 
aprovecharlo. 

Insinúa  aquí  San  Pablo  el  carisma  de  la  inspiración  sagrada,  poética  o  mu- 
sical. La  diferencia  entre  salmos,  himnos  y  cánticos  espirituales  puede  entenderse  por 
la  aplicación  de  estas  denominaciones  a  las  diferentes  composiciones  poéticas  del 
Oficio  Alvino.  Salmos  son  los  de  David ;  himnos,  los  de  San  Ambrosio,  Venancio 
Fortunato...  ;  cánticos,  los  de  la  Virgen,  Zacarías... 

20  En  EL  nombre  de  nuestro  Señor  Jesu-Cristo  :  al  Padre  celestial  le  hemos  de 
glorificar  principalmente  en  nombre  de  Jesu-Cristo.  Jesu-Cristo,  al  incorporarnos  con- 
sigo, se  ha  dignado  apropiarse  nuestras  acciones.  Consiguientemente,  hemos  de  pre- 
sentarlas al  Padre  en  cuanto  son  acciones  de  su  divino  Hijo. 


—  427  — 


5  22-31 


EFESIOS 


5  32-  6  8 


3.    Moral  social:  la  familia 
cristiana 

Obligaciones  de  his  mujeres  casada*. 
5.  22-24 

58  Las  mujeres  sométanse  a  sus 
propios  maridos,  como  al  Señor  ; 
a  pues  el  varón  es  cabeza  de  la  mu- 
jer, como  también  Cristo  es  cabeza 
de  la  Iglesia,  cuerpo  suyo,  del  cual 
El  es  Salvador.  24  Mas  así  como  la 
Iglesia  se  sujeta  a  Cristo,  así  tam- 
bién las  mujeres  a  sus  maridos  en 
todo. 


Obligaciones  de  los  maridos.  5,  25-33 


26  Los  varones  amad  a  vuestras  es- 
posas, como  también  Cristo  amó  a 
la  Iglesia  y  se  entregó  a  sí  mismo 
por  ella,  56  para  santificarla,  purifi- 
cándola con  el  baño  del  agua  por  la 
palabra,  2T  a  fin  de  hacer  parecer 
ante  sí  gloriosa  a  la  Iglesia,  sin  que 
tenga  mancha  ni  arruga  ni  cosa  pa- 
recida, sino  que  sea  .santa  e  inmacu- 
lada. **  Así  deben  también  los  varo- 
nes amar  a  sus  esposas  como  a  sus 
propios  cuerpos.  Quien  ama  a  su  es- 
posa, a  sí  mismo  se  ama.  20  Porque 
nadie  jamás  aborreció  su  propia 
carne,  antes  la  mantiene  y  regala, 
como  también  Cristo  a  la  Iglesia, 
*°  puesto  que  somos  miembros  de  su 
cuerpo.  "  «En  razón  de  esto  abando- 
nará el  hombre  al  padre  y  a  la  ma- 


dre, y  se  adherirá  a  su  esposa,  v  se- 
rán los  dos  una  sola  carne.»  "  Este 
misterio  es  grande,  mas  yo  lo  decla- 
ro de  Cristo  y  de  la  Iglesia.  n  Mas 
fuera  de  esto,  vosotros  también,  ca- 
da uno  en  particular  así  ame  a  su 
esposa  como  a  sí  mismo  ;  la  mujer, 
a  su  vez,  que  reverencie  al  marido. 


Obligaciones  de  los  hijos  y  de  los 
padres.  6,  1-4 

¿  1  Los  hijos  obedeced  a  vuestros 
"  padres  en  el  Señor,  pues  esto  es 
justo.  2  Honra  a  tu  padre  y  a  tu  ma- 
dre»— que  es  el  primer  mandamien- 
to en  la  promesa — ,  3  «para  que  todo 
te  suceda  bien  y  vivas  largo  tiempo 
sobre  la  tierra».  4  Y  los  padres  no 
exacerbéis  a  vuestros  hijos,  sino 
educadlos  en  la  disciplina  y  en  la 
instrucción  del  Señor. 


Obligaciones  de  los  esclavos  y  de 
los  amos.  6,  5-9 


5  Los  siervos  obedeced  a  vuestros 
amos  temporales  con  temor  y  tem- 
blor, con  sencillez  de  vuestro  cora- 
zón, como  a  Cristo,  8  no  con  servicio 
al  ojo,  como  quienes  buscan  agradar 
a  hombres,  sino  como  siervos  de 
Cristo,  haciendo  la  voluntad  de  Dios 
con  toda  el  alma,  :  sirviendo  con 
buena  voluntad,  como  al  Señor,  y 
no  a  hombres  ;  8  sabiendo  que  cada 


"  Aquí  asienta  San  Pablo  el  principio  fundamental  del  cual  se  deriva  toda  la 
excelencia  sobrenatural  del  matrimonio  cristiano  :  que  es,  y  ha  de  ser,  un  trasunto 
de  la  unión  de  Cristo  con  la  Iglesia. 

31-33  En  este  pasaje  expone  San  Pable  s,i  altísima  concepción  sobre  el  matrimonio 
cristiano,  cuyo  carácter  sacramental  declara  en  función  de  los  místicos  desposorios  de 
Cristo  con  la  Iglesia.  Como  Cristo  se  unió  con  la  Iglesia,  tomando  como  ejemplar  el 
matrimonio  natural,  así  a  su  vez  el  matrimonio  cristiano  se  ha  de  modelar  conform* 
al  ideal  de  los  desposorios  de  Cristo  con  la  Iglesia.  El  amor  con  que  el  marido  ha 
de  amar  a  su  mujer  ha  de  ser  una  realización  del  altísimo  sentido  que  Cristo  ha  dado 
al  matrimonio  cristiano.  Ahora  bien,  la  unión  de  Cristo  con  la  Iglesia  es  por  la 
gracia.  Por  consiguiente,  las  mutuas  relaciones  de  los  esposos  cristianos  no  son  sino 
el  desenvolvimiento  de  la  gracia  inicial  que  entraña  en  su  mismo  origen  el  matri- 
monio cristiano.  Esta  gracia  inicial,  vinculada  al  matrimonio  cristiano  y  que  es  tftulo 
de  las  gracias  actuales  y  particulares  necesarias  para  la  vida  conyugal,  ha^e  de  él 
verdadero  sacramento  de  la  Nueva  Ley. 

*  Baño  del  agua  por  la  palabra  :  es  la  definición  clásica  del  bautismo. 

6 -  En  la  promesa  :  indica  San  Pablo  la  división  del  Decálogo  en  dos  series  de  man- 
damientos. La  segunda,  que  comienza  en  el  cuarto,  se  llama  la  promesa,  por  las 
promesas  vinculadas  al  cumplimiento  de  los  preceptos  en  ella  contenidos. 


—  428  — 


6  9-22 


EFESIOS 


6  13-24 


cual,  según  lo  bueno  que  hiciere, 
eso  recibirá  del  Señor,  que  sea  es- 
clavo, que  sea  libre.  "  Y  los  amos 
haced  otro  lauto  con  ellos,  no  recu- 
rriendo tanto  a  la  amena/a,  sabien- 
do que  el  Señor,  tanto  de  ellos  co- 
mo vuestro,  está  en  los  cielos,  y  que 
no  hay  en  Kl  aceptación  de  perso- 


Ascética  militante 


l.a  armadura  del  cristiano.  6, 


10  Por  lo  demás,  confortaos  en  el 
Señor  y  en  el  poder  de  su  fuer/a. 
11  Revestios  de  La  armadura  de  Dios 
para  que  podáis  sosteneros  ante  las 
asechanzas  del  diablo.  i:  Que  no  es 
nuestra  lucha  contra  carne  y  sangre, 
sino  contra  los  principados,  contra 
las  potestades,  contra  los  poderes 
mundanales  de  las  tinieblas  de  este 
siglo,  contra  las  huestes  espirituales  I 
de  la  maldad  que  andan  en  las  re- 1 


giones  aéreas.  13  Por  esto,  tomad  la 
armadura  de  Dios  para  que  podáis 
oponer  resistencia  en  el  día  malo  v, 
prevenidos  con  todos  los  aprestos, 
sosteneros.  "  Manteneos,  pues,  fir- 
mes, ceñidos  vuestros  lomos  con  la 
verdad,  y  revestidos  con  la  coraza 
de  la  justicia,  15  y  calzados  los  pies 
con  la  preparación  pronta  para  el 
Evangelio  de  la  paz,  "embrazando 
en  todas  ocasiones  el  escudo  de  la 
fe,  con  que  podáis  apagar  todos 
los  dardos  encendidos  deí  malvado. 
"  Tomad  también  el  yelmo  de  la  sa- 
lud y  la  espada  del  espíritu,  que  es 
la  palabra  de  Dios  ;  s*  orando  con 
toda  oración  y  súplica  en  todo  tiem- 
po en  espíritu,  y  para  ello  velando 
con  toda  perseverancia  y  súplica  por 
todos  los  santos  18  y  por  mí,  para 
que  al  hablar  se  me  pongan  pala- 
bras en  la  boca  con  que  anuncias 
con  franca  osadía  el  misterio  del 
Evangelio,  10  del  cual  soy  mensaje- 
ro, en  cadenas,  a  fin  de  que  halle 
vo  en  él  fuerzas  para  anunciarlo  con 
libre  entereza,  como  es  razón  que  yo 
hable. 


Conclusión 


Nuevas  personales,  b,  21-22 

a  Mas  para  que  sepáis  también 
vosotros  mi  situación,  qué  es  lo  que 
hago,  todo  os  lo  hará  saber  Tíqui- 
co,  el  hermano  querido  y  fiel  minis- 
tro en  el  Señor,  ■  a  quien  envié  a 
vosotros  para  esto  mismo,  a  fin  de 
que  estéis  al  cabo  de  nuestras  cosas, 
y  que  conhorte  vuestros  corazones. 


Maldición  final,  o,  23-24 

23  Paz  a  los  hermanos  y  candad 
acompañada  de  la  fe  de  parte  de 
Dios  Padre  y  del  Señor  Jesu-Cristo. 
-1  La  gracia  sea  con  todos  los  que 
aman  a  nuestro  Señor  Jesu-Cristo 
con  inmortalidad. 


14-17  Describe  San  Pablo  la  «panoplia  de  Dios».  Las  piezas  son  :  ti  cinto,  que  es  la 
verdad;  la  coraza,  que  es  la  justicia;  el  calzado,  que  es  la  prontitud  para  predicar 
el  Evangelio;  el  escudo,  que  es  la  fe;  el  yelmo,  que  es  la  esperanza  de  la  salud  , 
la  espada  del  espíritu,  que  es  la  palabra  de  Dios. 

19  El  misterio  dfx  Evangelio  es  el  misterio  de  Cristo  anunciado  en  el  Evangelio 
34  El  sentido  más  probable  de  toda  la  frase  parece  ser  :  Sea  con  todos  los  qn< 
.unan  a  nuestro  Señor  Jesu-Cristo  la  gracia  que  se  consuma  en  la  inmortalidad 


INTRODUCCION 
A  LA  EPISTOLA  A  LOS  FILI  PENSES 


La  Iglesia  de  Filipos.  —  La  ¿glesia  de  Filipos  fue  la  primera  que 
fundó  San  Pablo  en  Europa.  Esta  circunstancia,  y  el  carácter  noble, 
sincero,  afectuoso  de  aquella  colonia  romana,  explica  la  predilec- 
ción del  Apóstol  a  los  Filipcnscs.  San  Lucas,  en  una  de  las  páginas  más 
admirables  de  los  Hechos  apostólicos,  refiere  la  ocasión,  el  motivo,  las 
peripecias  de  esta  fundación.  Era  hacia  el  año  51  cuando  San  Pablo, 
durante  su  segunda  misión  evangélica,  movido  por  una  visión  celeste, 
determinó  pasar  de  Tróade  a  Maccdonia ;  y  habiendo  desembarcado  cu 
Neápolis  (hoy  Cávala),  se  fué  directamente  a  Filipos.  Allí,  después  de 
numerosas  conversiones  y  de  maravillosos  prodigios,  un  motín  popular, 
provocado  por  unos  farsantes,  le  obligó  a  retirarse  de  la  ciudad,  después 
de  padecer  los  azotes  y  la  cárcel.  Pero  dejaba  allí  fundada  una  cristian- 
dad, adicta  como  ninguna  al  Apóstol,  usu  gozo  y  su  coronan,  como  él  la 
llama.  En  otras  varias  ocasiones  visitó  San  Pablo  a  los  Filipcnscs. 

Ocasión  y  objeto  de  la  carta. — Unos  diez  años  más  tarde,  hacia  el  ói, 
los  Filipcnscs ,  enterados  de  que  el  Apóstol  estaba  prisionero  cu  Roma, 
le  enviaron  a  Epafrodilo  con  una  buena  limosna  para  socorrer  a  sus  ne- 
cesidades. Epafrodito,  después  de  cumplir  su.  misión,  se  quedó  con 
San  Pablo  para  ayudarle  en  su  ministerio  apostólico.  Pero  cayó  enfermo 
de  peligro  este  «colaborador  y  compañero  de  armas»,  como  le  llama  el 
Apóstol;  y  después  de  restablecido,  en  la  convalecencia  sintió  la  nostalgia. 
Pablo,  para  consolar  a  Epafrodito,  y  para  calmar  a  los  Füipenses,  pre- 
ocupados con  su  enfermedad ,  le  envió  a  su  ciudad  natal,  confiándole  al 
mismo  tiempo  la  presente  carta. 

Su  objeto  es  dar  gracias  a  los  Filipcnscs  por  su  caridad,  manifestar- 
les la  ternura  de  su  afecto  paternal  y  exhortarlos  juntamente  a  perseve- 
rar en  el  camino  comenzado.  Las  advertencias  que  les  hace  contra  los 
judaizantes  y  contra  ciertos  epicúreos  prácticos  parecen  más  bien  pre- 
ventivas. Lo  que  principalmente  les  recomienda  es  la  concordia  y  la  ca- 
ridad acompañada  de  humildad . 

División  de  la  carta. — La  Epístola  a  los  Filipcnscs  en  nada  se  pa- 
rece a  un  tratado  doctrinal :  es  una  expansión  afectuosa  de  confianza,  de 
gozo,  de  cariño,  envuelto  en  consejos  paternales.  Además  de  la  intro- 
ducción y  de  la  conclusión,  en  el  cuerpo  de  la  Epístola  se  pueden  distin- 
guir dos  partes,  cada  una  de  las  cuales  contiene  noticias  personales  se- 
guidas de  exhortaciones. 


—  430  — 


1  1-12 


FILIPENSES 


18-14 


EPISTOLA   A   LOS  FILIPENSES 


Introducción 


Salutación  epistolar,  i,  1-2 

I1  Pablo  y  Timoteo,  esclavos  de 
Cristo  Jesús,  a  todos  los  santos 
en  Cristo  Jesús  que  se  hallan  en  Fi- 
lióos con  los  obispos  y  diáconos. 
a  Gracia  a  vosotros  y  paz  de  parte  de 
Dios,  padre  nuestro,  y  del  Señor  Je- 
su-Cristo. 


Acción  de  gracias,  cariñosos  elogios, 
oraciones.  1,  3-11 


s  Hago  gracias  a  mi  Dios  todas  las 
veces  que  me  acuerdo  de  vosotros, 
'  siempre,  en  toda  oración  mía  por 
todos  vosotros,  haciendo  con  gozo 
mi  oración,  5  por  la  parte  que  habéis 
tomado  en  el   Evangelio  desde  el 


primer  día  hasta  ahora,  6  con  la  se- 
gura confianza  de  que  quien  comen- 
zó en  vosotros  obra  buena  la  llevará 
al  cabo  hasta  el  día  de  Cristo  Jesús, 
7  según  es  justicia  para  mí  sentir 
eso  de  todos  vosotros,  por  cuanto  os 
tengo  en  mi  corazón,  a  vosotros,  que 
tanto  en  mis  cadenas  como  en  la 
defensa  y  consolidación  del  Evange- 
lio sois  todos  partícipes  de  mi  gra- 
cia. 8  Porque  testigo  me  es  Dios  de 
cuánta  soledad  siento  de  todos  vos- 
otros en  las  entrañas  de  Cristo  Je- 
sús. •  Y  esto  pido  en  mi  oración  : 
que  vuestra  caridad  rebose  todavía 
más  y  más  en  cabal  conocimiento  y 
en  todo  discernimiento,  10  para  que 
sepáis  aquilatar  lo  mejor,  a  fin  de 
que  os  mantengáis  sin  tacha  v  sin 
tropiezo  hasta  el  día  de  Cristo,  11  col- 
mados del  fruto  de  justicia  que  .se 
logra  por  Jesu-Cristo,  a  gloria  v  ala- 
banza de  Dios. 


I.  Noticias 


Difusión   del   Evangelio  en   Roma.  I  avance  del  _  Evangelio,  13  de  suerte 
j    i->.-50  I  que  mis  prisiones  se  han  hecho  en 

Cristo  notorias  en  todo  ti  pretorio  \ 
a  todos  los  demás,  u  y  los  más  de 
12  Mas  quiero  que  sepáis,  herma-  |  tos  hermanos,  alentados  en  el  Señor 
nos,  flne  las  cosas  que  me  han  so-   con  mis  prisiones,  se  atreven  más  y 
brevenido  han  servido  más  para  el  i  más  a  anunciar  intrépidamente  la 


■j    1  Obispos  :  en  las  Kpístolas  de  San  Pablo  se  denominan  indiferentemente  obispos 
y  presbíteros  todos  los  sacerdotes,  ya  sean  del  arado  inferior,  ya  del  superior.  En 
I'ilipos,  ia  pluralidad  de  OBISPOS  se  verifica  con  la  existencia  de  un  colegio  presbite- 
rial  presidido  por  un  obispo. 

5  Desde  et.  primer  día  :  la  Iglesia  de  Filipos  fué  la  primera  fundada  por  San  Pa- 
blo en  Europa. 

Os  tengo  en  mi  corazón,  en  las  ENTRAÑAS  de  Cuisto  Jesvs.  Estas  dos  frases  en- 
señan tres  cosas:  1)  la  identidad  de  significación  entre  CORAZÓN  y  ENTRAÑAS;  2)  si 


—  431  — 


1  15-30 


FILIPENSES 


121  ¿J 


palabra  del  Señor:  15  Algunos  cierta- 
mente por  pura  envidia  y  rivalidad, 
mas  otros  también  por  benevolencia 
predican  a  Cristo  ;  P  los  unos  por 
amor,  sabiendo  que  estoy  puesto  pa- 
ra la  defensa  del  Evangelio,  "  mas 
los  otros  por  emulación'  anuncian  a 
Cristo,  no  limpiamente,  imaginando 
suscitar  aflicción  a  mis  prisiones. 
18  Pues  ¿qué?  Que  en  todo  caso,  de 
todas  maneras,  sea  por  pretexto,  sea 
con  verdad,  Cristo  es  anunciado,  \ 
de  ello  me  gozo  ;  más  aún,  me  go- 
zaré siempre  ;  19  porque  sé  que  esto 
resultará  en  beneficio  de  mi  salud, 
gracias  a  vuestra  oración  y  a  la  su- 
ministración del  Espíritu  de  Jesu- 
cristo, 20  según  mi  expectación  y 
esperanza  de  que  en  nada  quedaré 
confundido,  sino  que,  con  toda  segu- 
ridad, ahora  lo  mismo  que  siempre, 
será  Cristo  engrandecido  en  mi  cuer- 
po, ya  sea  por  vida,  ya  sea  por 
muerte. 


Esperanzas  de  una  próxima 
liberación,  i,  _»i-26 

21  Pues  para  mí  el  vivir  es  Cristo 
y  el  morir,  ganancia.  22  Por  otro  la- 
do, si  hay  que  vivir  en  carne,  esto 
será  para  mí  rendir  fruto  con  mi 
trabajo  ;  y  qué  haya  de  escoger,  no 
lo  sé.  aY  me  siento  estrechado  di- 
ambos lados  :  teniendo  el  deseo  de 
ser  desatado  y  estar  con  Cristo  (co- 
sa, en  verdad,  mucho  más  preferi- 
ble), M  mas  el  quedarme  en  la  carne 
es  más  necesario  en  atención  a  vos- 
otros. 25  Y  esto  sé  con  seguridad  : 
que  me  quedaré  y  permaneceré  con 
todos  vostros  para  vuestro  adelanta- 
miento y  gozo  íle  la  fe,  20  a  fin  de 
que  tengáis  en  mí  mayor  motivo  de 
gloriaros  en  Cristo  Jesús  por  mi  pre- 
sencia de  nuevo  en  vosotros. 


II.  Exhortaciones 


Constancia  en  el  combate  por  la  fe 


*  Solamente  comportaos  de  una 
manera  digna  del  Evangelio  de  Cris- 
to, para  que,  o  de  vista,  si  voy,  o  de 
oídas,  si  no  voy,  sepa  en  todo  caso 
de  vosotros  que  os  mantenéis  firmes 
en  un  mismo  espíritu,  luchando  jun- 
tos con  una  sola  alma  por  la  fe  del 
Evangelio,  24  y  no  dejándoos  ame- 
drentar en  nada  por  los  adversarios, 
lo  cual  es  para  ellos  señal  de  perdi- 
ción, mas  para  vosotros  de  salud, 
y  esto  por  obra  de  Dios  ;  23  ya  que  I 
a  vosotros  se  os  concedió  graciosa-  j 
mente  que  j>or  Cristo...  no  solamen- 
te que  creyeseis  en  El,  sino  también 
que  por  El  padecieseis,  "'teniendo 


el  misino _ combate  cual  el  que  vis- 
teis en  mí  y  ahora  oís  que  tiene  lu- 
gar en  mí. 


Caridad   humilde   y  desintt. 
j,  1-4 


n  1  Si  hay,  pues,  alguna  consola- 
*  ción  en  Cristo,  si  algún  solaz  de 
caridad,  si  alguna  comunión  de  espí- 
ritu, si  algunas  entrañas  y  ternuras 
de  misericordia,  2  colmad  mi  gozo,  de 
suerte  que  sintáis  una  misma  cosa, 
teniendo  una  misma  caridad,  siendo 
una  sola  alma,  aspirando  a  una  sola 
cosa ;  3  nada  por  rivalidad  ni  por 
vanagloria,  antes  bien  por  la  humil- 
dad, estimando  los  unos  a  los  otro= 


todos  los  Filípenses  caben  en  él  corazón  de  San  Pablo,  mucho  más  cabrán  todos  los 
hombres  en  el  Corazón  de  Cristo  ;  3)  es  muy  íntima  la  compenetración  de  corazones 
I>ara  que  el  Apóstol  pueda  decir  <iuc  ama  con  el  Corazón  de  Jesús. 

a  Para  mí  el  vivir  es  Cristo  :  esto  es,  el  pensar,  el  sentir,  el  amar,  el  querer  ; 
toda  mi  vida,  intelectual  y  sensible,  racional  y  afectiva,  moral  y  social,  es  siempre 
Cristo  y  sólo  Cristo.  Ahora  bien,  como  la  vida  es  inmanente,  el  que  la  vida  de 
Pablo  sea  Cristo  supone  que  Cristo  se  ha  hecho  inmanente  en  Pablo,  que  se  ha 
identificado  místicamente  con  Pablo. 

a  Ser  desatado  :  es  una  imagen  tomada  de  la  navegación,  en  la  cual  !a  nave, 
sueltas  las  amarras,  se  lanza  a  alta  mar. 


2  4-Hl 


FILIPENSES 


2  12  2S 


como  superiores  a  sí,  1  mirando  ca- 
da cual  no  por  sus  propias  ventajas, 
sino  también  por  las  de  los  otros. 


Humillación  y  exaltación  de  disto. 
5~XI 

'  Tened  en  vosotros  estos  senti- 
mientos, los  mismos  que  en  Cristo 
Jesús,  '  el  cual,  subsistiendo  en  la 
forma  de  Dios,  no  consideró  como 
una  presa  arrebatada  el  ser  al  igual 
de  Dios,  7  antes  se  anonadó  a  sí 
mismo,  tomando  forma  de  esclavo, 
hecho  a  semejanza  de  los  hombres ; 
y  en  su  condición  exterior,  presen- 
tándose como  hombre,  "se  abatió  a 
sí  mismo,  hecho  obediente  hasta  la 
muerte,  y  muerte  de  cruz.  *  Por  lo 
cual  a  su  vez  Dios  soberanamente 
le  exaltó,  y  le  dió  el  nombre  que  es 
sobre  todo  nombre,  10  para  que  en  el 
nombre  de  Jesús  se  doble  toda  rodi- 
lla de  los  seres  celestes,  y  de  los  te- 
rrenales, y  de  los  infernales,  11  y  to- 
da lengua  confiese  que  Jesu-Cristo 
es  Señor,  encumbrado  a  la  gloria  de 
Dios  Padre. 


i  Cooperación  a  la  gracia  en  la  obra 
de  la  salud.  2,  12-18 

a  Así  que,  amados  míos,  según 
que  siempre  obedecisteis,  no  como 
en  mi  presencia  solamente,  sino  aho- 
ra mucho  más  en  mi  ausencia,  con 
temor  y  temblor  obrad  vuestra  pro- 
pia salud  ;  "  porque  Dios  es  el  que 
obra  en  vosotros  así  el  querer  como 
el  obrar,  en  virtud  de  su  benepláci- 
to. 11  Hacedlo  todo  sin  murmuracio- 
nes ni  discusiones,  15  para  que  seáis 
irreprochables  y  sencillos,  hijos  de 
Dios  sin  tacha  en  medio  de  una  ge- 
neración aviesa  y  pervertida,  entre 
los  cuales  brilláis  como  antorchas  en 
el  mundo,  10  exhibiendo  la  palabra 
de  vida,  .lo  cual  será  para  gloria  mía 
en  el  día  de  Cristo,  de  que  no  corrí 
en  vano  ni  en  vano  me  afané.  17  Y 
más,  aun  cuando  se  derrame  mi  san- 
gre como  libación  sobre  el  sacrifi- 
cio y  sagrado  ministerio  de  vuestra 
fe,  me  gozo  y  congratulo  con  todos 
vosotros;  18  recíprocamente,  también 
vosotros  gózaos  y  congratulaos  con- 
migo. 


III.     Nuevas  noticias 


Próximo  viaje  de  Timoteo  a  Filipos. 
2.  19-24 

!*  Confío  en  el  Señor  Jesús  envia- 
ros dentro  de  poco  a  Timoteo,  para 
que  yo  también  cobre  buen  ánimo  al 
saber  nuevas  de  vosotros.  20  Pues  no 
tengo  otro  de  iguales  sentimientos 


que  hidalgamente  se  preocupe  por 
vuestras  cosas.  *  Porque  todos  bus- 
can sus  propios  intereses,  no  los  de 
Jesu-Cristo.  22  Mas  lo  acendrado  de 
su  bondad  ya  lo  conocéis,  como  que 
cual  hijo  con  su  padre  ha  trabajado 
conmigo  en  servicio  del  Evangelio. 
3  A.  éste,  pues,  espero  enviar,  así 
que  barrunte  el  desenlace  de  mi  si- 


2*-a  Este  pasaje  es  uno  de  los  testimonios  más  espléndidos  de  la  divinidad  de  Jesu- 
Cristo.  La  expresión  subsistiendo  ex  la  forma  de  Dios,  antitéticamente  paralela 
a  esta  otra  :  tomando  forma  de  esclavo,  no  puede  tener  otro  sentido  que  el  de  que 
Cristo  poseía  antes  de  su  encarnación  la  naturaleza  divina.  Que  si  forma  de  esclavo 
es  la  naturaleza  humana,  form\  de  Dios  no  puede  ser  sino  la  naturaleza  divina.  E! 
que  Cristo,  al  hacerse  hombre,  se  anonadó,  no  quiere  decir  que  se  desposeyese  de  la 
forma  de  Dios,  sino  que  escondió  la  «loria  externa  de  la  forma  de  Dios.  ||  El  nom- 
bre oue  es  sobre  iodo  nombre  es  el  de  Señor  en  su  significación  trascendente.  Este 
nombre  y  la  exaltación  soberana  a  él  correspondiente  se  la  dió  el  Padre  a  Jesu- 
Cristo.  Aquellas  expresiones  se  doble  ioda  rodilla,  toda  lengua  confiese,  si  se 
comparan  con  Isaías  '.15,  24),  son  un  testimonio  irrecusable  de  la  divinidad  de  Cristo. 
Las  últimas  palabras:  Jesu-Cristo  es  Señor  en  la  gloria  de  l  íos  Padre,  significan 
que  Cristo  es  el  Yahyeh  del  Antiguo  Testamento,  que  entra  en  la  posesión  de  la 
grloria  divina  al  igual  que  Dios  Padre. 

•T  Con  imágenes  litúrgicas  se  presenta  la  fe  de  los  Filipenses,  acompañada  de  la 
.-aridad  \   buenas  obras,  como  un  sacrificio  ofrecido  a  Dios. 


2  24— 3  8 


FILIPENSES 


2  27-3  is 


litación,  sin  demora  ;  -4  si  bien  con- 
fío en  el  Señor  que  yo  mismo  pron- 
to iré  a  vosotros. 

Enfermedad  y   restablecimiento  de 
Epafrodito.  2,  25-30 

-6  Entre  tanto,  estimé  necesario  en- 
viaros a  Epafrodito,  el  hermano  y 
colaborador  y  compañero  mío  de  ar- 
mas, y,  de  parte  de  vosotros,  dele- 
gado y  empleado  en  atender  .1  mi 
necesidad  ;  28  pues  estaba  con  año- 
ranza de  todos  vosotros  y  en  angus- 
tias, por  cuanto  os  habíais  enterado 


de  que  estuvo  enfermo.  Y  así  fué, 
que  estuvo  enfermo  a  punto  de  muer- 
te ;  mas  Dios  tuvo  piedad  de  él,  y 
no  sólo  de  él,  sino  también  de  mí, 
para  que  no  tuviese  yo  tristeza  so- 
bre  tristeza.  28  Con  tanta  más  pre- 
mura, pues,  os  le  envío,  a  fin  de 
que,  al  verle,  de  nuevo  os  gocéis  -\ 
yo  quede  con  menos  tristeza.  28  Re- 
cibidle, pues,  en  el  Señor  con  toda 
alegría,  y  a  tales  hombres  raostrad- 
Jes  toda  estima,  s0  ya  que  por  la  obra 
de  Cristo  llegó  a  punto  de  muerte, 
habiendo  puesto  a  riesgo  su  vida, 
en  razón  de  suplir  por  vosotros, 
prestándome  los  servicios  que  vos- 
otros no  podíais. 


IV.     Nuevas  exhortaciones 


Prevenirse    contra   los  judaizantes. 
3,  1-16 

31  Por  lo  demás,  hermanos  míos, 
gózaos  en  el  Señor.  Escribiros 
las  mismas  cosas  a  mí  no  me  es  eno- 
joso.;  a  vosotros  os  puede  dar  segu- 
ridad. 

x  ¡  Ojo  con  los  perros,  ojo  con  los 
malos  obreros,  ojo  con  la  mutila- 
ción !  s  Que  nosotros  somos  la  cir- 
cuncisión, los  que,  en  el  Espíritu  de 
Dios,  le  damos  culto,  y  nos  gloria- 
mos en  Cristo  Jesús,  y  no  ponemos 
nuestra  confianza  en  la  carne  ;  4  si 
bien  yo  podría  tener  confianza  tam- 
bién en  la  carne.  Si  otro  alguno  se 
cree  poder  confiar  en  la  carne,  yo 
más;  '  circunciso  del  octavo  día,  del 
linaje  de  Israel,  de  la  tribu  de  Ben- 
jamín, hebreo  de  hebreos  ;  por  lo 
que  mira  a  la  ley,  fariseo  ;  6  en 
cuanto  a  celo,  perseguidor  de  la  Igle- 
sia ;  en  cuanto  a  la  justicia  que  pue- 
da darse  en  la  ley,  hombre  sin  ta- 
cha. :  A  pesar  de  todo,  cuantas  co- 
sas eran  para  mí  ganancias,  ésas 
por  Cristo  las  he  reputado  pérdida. 
''Que  sí,  que  aun  todas  las  cosas  es- 


timo ser  una  pérdida,  comparadas 
con  la  eminencia  del  conocimiento 
de  Cristo  Jesús,  mi  Señor,  por  quien 
di  al  traste  con  todas,  y  las  tengo 
por  basuras,  a  fin  de  ganarme  a 
Cristo  9  y  ser  hallado  en  El,  no  po- 
seyendo  una  justicia  propia,  aquella 
que  viene  de  la  ley,  sino  la  que  vie- 
ne por  la  fe  de  Cristo,  la  justicia 
que  procede  de  Dios,  fundada  sobre 
la  fe  ;  10  a  fin  de  conocerle  a  El  1 
sentir  en  mí  el  (poder  de  su  resu- 
rrección y  la  comunicación  de  sus 
padecimientos,  configurándome  con- 
forme a  su  muerte,  "  por  si  llego  a 
encontrarme  con  la  resurrección  de 
entre  los  muertos.  a  No  que  ya  lo 
haya  obtenido  o  que  ya  sea  yo  per- 
fecto ;  mas  sigo  adelante,  por  si  lo- 
gro apresarlo,  va  que  yo  a  mi  vez 
fui  apresado  por  Cristo  Jesús.  13  Her- 
manos, yo  no  me  hago  cuenta  toda- 
vía de  haberlo  yo  mismo  apresado  ; 
una  cosa  hago,  empero  :  olvidando 
lo  que  dejo  atrás  y  lanzándome  a  lo 
que  me  queda  por  delante,  14  pues- 
tos los  ojos  en  la  meta,  sigo  corrien- 
do hacia  el  premio  de  la  soberapa 
vocación  de  Dios  en  Cristo  Jesús. 
Cuantos,    pues,    somos  perfectos, 


3>°-M  En  estos  versículos  pasa  San  Pablo  insensiblemente  del  orden  especulativo  al 
orden  efectivo.  . 
ia-M  El  pensamiento  de  San  Pablo,  expresado  con  imágenes  tomadas  do  la  ca- 
rrera, es  éste:  Pablo  corría  tras  la  justicia;  Cristo  corrió  tras  él,  le  dio  un  alcance 
v  le  derribó,  v  siguió  corriendo;  Pablo  se  levanta,  y  corre  tros  Cristo,  no  ya  para 
derribarle,  sino  para  alcanzar  la  justicia  de  la  fe  y  la  corona  de  la  vida  eterna  en 
Cristo  Jesús. 


—  434  — 


3  16—4  i» 


FILIPENSES 


4  2-4  12 


tendamos  estos  sentimientos  ;  y  si 
sobre  algo  sentís  de  diferente  ma- 
nera, también  sobre  eso  Dios  os  ilus- 
trará. 16  Fuera  de  esto,  desde  el  pun- 
to adonde  hemos  llegado,  sigamos 
adelante  por  los  mismos  pasos. 


Ejemplo  de  Pablo,  los  enemigos  de 
la  cruz,  la  ciudadanía  celeste.  3,  17-21 

i;Sed,  hermanos,  todos  a  una  imi- 
tadores míos,  y  observad  a  los  que 
así  proceden  según  el  dechado  que 
tenéis  en  nosotros.  15  Porque  muchos 
andan  por  ahí,  de  quienes  a  menu- 
do os  decía — y  ahora  aun  con  lágri- 
mas lo  digo^-los  enemigos  de  la 
cruz  de  Cristo,  10  cuyo  paradero  es 
perdición,  cuyo  Dios  es  el  vientre  v 
cuya  gloria  está  en  su  vergüenza  : 
esos  que  tienen  puesto  el  corazón  en 
las  cosas  terrenas.  20  Porque  nuestra 
ciudadanía  en  los  cielos  está,  desde 
donde  también  aguardamos  un  Sal- 
vador, el  Señor  Jesu-Cristo,  21  el  cual 
transfigurará  nuestro  cuerpo  de  ba- 
jeza, hecho  según  la  forma  de  su 
cuerpo  de  gloria,  según  su  poderosa 
acción,  capaz  aun  de  subyugar  a  sí 
todas  las  cosas. 


Concordia.  4,  1-3 

4 5  Así  que,  hermanos  míos  queri- 
dos y  entrañablemente  deseados, 
gozo  y  corona  mía,  manteneos  así  fir- 
mes en  el  Señor,  queridos  míos. 
*  Recomiendo  a  Evodia  y  recomien- 


do a  Síntique  que  tengan  un  mismo 
sentir  en  el  Señor.  3  ¡Ea!,  a  ti  tam- 
bién te  ruego,  mi  leal  compañero, 
que  les  prestes  tu  ayuda,  ya  que 
ellas  lucharon  a  mi  lado  en  pro  del 
Evangelio  a  una  con  Clemente  y 
los  demás  colaboradores  míos,  cuyos 
nombres  están  en  el  libro  de  la  vida. 


Gozo  espiritual.  4,  4-7 


'  Gózaos  en  el  Señor  en  todo  tiem- 
po; otra  vez  lo  diré:  Gózaos.  6  Vues- 
tra moderación  dése  a  conocer  a  to- 
dos los  hombres.  El  Señor  está  cer- 
ca. De  nada  os  acongojéis,  9  sino  que 
en  toda  coyuntura  sean  presentadas 
vuestras  demandas  en  el  acatamien- 
to de  Dios  por  la  oración  y  plegaria, 
acompañada  de  nacimiento  de  gra- 
cias. 7  Y  la  paz  de  Dios,  la  que  so- 
brepuja toda  inteligencia,  guardará 
vuestros  corazones  y  vuestros  pen- 
samientos en  Cristo  Jesús. 


9  Por  lo  demás,  hermanos,  cuantas 
cosas  haya  verdaderas,  cuantas  de- 
corosas, cuantas  justas,  cuantas  pu- 
ras, cuantas  amables,  cuantas  bien 
reputadas,  si  alguna  virtud  hay,  si 
cosa  digna  de  alabanza,  tales  cosas 
pensad  :  3  lo  que  aprendisteis,  y  re- 
cibisteis, y  oísteis,  y  visteis  en  mí_ 
eso  haced  ;  y  el  Dios  de  la  paz  será 
con  vosotros 


onclusion 


Sentimientos  de  Pablo  por 
quio  de  los  Filipenscs.  < 


-f  obsL 
10-20 


*  Me  gocé  en  el  Señor  grande- 
mente de  que  ya  por  fin  retoñó  < 


ínteres  que  por  mi  sentís,  como  que 
ya  lo  sentíais,  sino  que  os  faltaba 
oportunidad  de  mostrarlo.  11  No  es 
que  lo  diga  yo  por  mi  indigencia, 
pues  yo  aprendí  a  bastarme  con  lo 
que  tengo.  12  Bien  sé  vivir  con  estre- 


4 2  Evodia  y  Síntique  eran  dos  señoras  entre  las  cuales  había  ciertas  di 
'  Leal  compañero:  ignoramos  quién  sea  este  personaje.  ||  Clemente  parece  ser  el 
que  después  fué  Papa. 

i».»  t0{j0  este  pasaje  es  de  una  delicadeza  íntima  y  exquisita,  que  lleca  a  su 
colmo  cuando  se  recuerdan  las  cuentas  del  haber  v  debe  (v.  15)  y  los  intereses  del 
capital  'v.  17). 


—  435  — 


4  13-18 


FIUPENSES 


4  19-23 


cha/,  y  sé  también  nadar  en  la  abun- 
dancia ;  en  todo  caso  y  en  todas  co- 
sas he  aprendido  el  secreto  lo  mis- 
mo de  estar  harto  que  de  andar 
hambriento,  lo  mismo  de  estar  so- 
brado que  ile  andar  escaso.  13  Para 
todo  siento  tuerzas  en  aquel  que  me 
conforta.  "  Por  más  que  hicisteis 
bien  entrando  a  la  parte  conmigo 
en  mi  tribulación. 

M  Y  sabéis  también  vosotros,  Fi- 
lipenses,  que  en  los  comienzos  del 
Evangelio,  cuando  salí  de  Macedo- 
nia,  ninguna  Iglesia  abrió  conmigo 
cuentas,  de  haber  y  debe,  sino  vos- 
otros solos  ;  16  pues  ya  en  Tesalóni- 
ca  una  vez  y  dos  veces  me  envias- 
teis con  que  atender  a  mis  necesi- 
dades. "  No  es  que  yo  busque  el 
don  ;  lo  que  busco  es  que  el  interés 
vaya  multiplicándose  a  cuenta  vues- 
tra. 18  Lo  recibí  todo,  y  ando  sobra- 


do ;  quedo  repleto,  después  de  re- 
cibir de  Epafrodito  lo  que  de  parte 
vuestra  venía,  fragancia  de  suavi- 
dad, sacrificio  acepto,  agradable 
Dios.  1S  Mi  Dios,  por  su  parte,  pro- 
veerá colmadamente  a  todas  vues- 
tras necesidades  según  su  esplendi- 
dez, con  gloria  en  Cristo  Jesús.  30  Al 
Dios  y  Padre  nuestro  sea  la  gloria 
por  los  siglos  de  los  siglos.  Amén. 


Saludos  v  bendición.  4,  2i-2¿ 


:l  Saludad  a  todos  los  santos  en 
Cristo  Jesús.  Os  saludan  los  herma- 
nos que  están  conmigo.  58  Os  salu- 
dan todos  los  santos,  singularmente 
los  de  la  casa  del  César. 

La  gracia  del  Señor  Jesu-Cristo 
sea  con  vuestro  espíritu.  Amén. 


"  En  el  palacio  mismo  de  Nerón  había  r^netrado  el  Evangelio. 


-4J6- 


I  N  T  R  O  D  U  C  C  I  C)  N 
A  LA  EPISTOLA  A  LOS  COLOSENSES 


a  IGLESIA  de  Colosas. — Colosas,  ciudad  de  la  Frigia,  situada  junto 


al  río  Uco,  luida  el  extremo  oriental  del  Asia  proconsular.  fué, 


según  el  testimonio  de  Herodoto  y  Jenofonte,  grande  y  opulenta, 
i'.u  tiempo  de  San  Pablo  había  perdido  su  esplendor  y  preponderancia. 
Las  ruinas  que  se  conservan  junio  a  Chonas  señalan  el  lugar  que  anti- 
guamente ocupó. 

I.a  Iglesia  de  Colosas  no  fué  fundada  por  San  Pablo,  sino  por  su  dis~ 
cipulo  Kpafras.  natural  de  aquella  ciudad,  convertido  por  el  Apóstol  en 
Efeso.  Prisionefo  San  Pablo  en  Roma,  fué  visitado  por  Epafras,  con  el 
objeto  de  informarle  sobre  el  estado  peligroso  en  que  se  hallaba  su  Iglesia. 

Ocasión  de  la  Epístola. — La  ocasión  de  escribir  la  Epístola  fué  el 
peligro  que  amenazaba  a  la  Iglesia  de  Colosas,  invadida  por  las  propa- 
gandas malsanas  de  los  primeros  representantes  o  precursores  del  gnos- 
ticismo. Esos  extravagantes  hci  ejes  son  los  mismos  adversarios  comba- 
tidos por  San  Pablo  en  la  Epístola  a  los  Efesios. 

Los  herejes  de  Colosas. — A  un  cristianismo  más  o  menos  desfigurado 
añadían  esos  espíritus  noveleros  varios  elementos  exóticos:  unos  prácti- 
cos. i>l ros  especulativos.  Los  elementos  prácticos,  eran,  por  una  parte,  un 
culto  exagerado  y  supersticioso  de  los  ángeles,  y,  por  otra,  un  rigorismo 
ascético  que  proscribía  el  uso  de  ciertos  manjares  e  imponía  la  observan- 
cia del  sábado  y  de  otras  festividades  judaicas  y  acaso  también  de  la 
circuncisión.  Los  especulativos,  que  ellos  denominaban  pomposamente 
«filosofía»,  no  eran  otra  cosa  que  fantasías  de  visionarios ,  análogas  a  las 
que  poco  después  habían  de  forjar  los  gnósticos.  Lo  más  irritante  de 
esas  novelerías  fantásticas  eran  las  deficiencias  que  suponían  en  la  per- 
sona y  en  la  obra  de  Cristo:  deficiencias  que  pretendían  llenar  con  esos 
elementos  exóticos.  A  semejantes  desvarios  opone  San  Pablo  su  maravi- 
llosa Epístola  a  los  Colosenses. 

Plan  de  la  Epístola. — Además  de  la  introducción  y  de  la  conclusión, 
que  son  bastante  extensas,  se  divide  la  Epístola  en  dos  partes una  es- 
peculativa, en  que  se  expone  el  «misterio  de  Cristo»,  esto  es,  la  tras- 
cendencia divina  de  su  persona  y  la  eficacia  de  su  obra  redentora,  en  con- 
traposición a  las  vanas  filosofías  de  aquellos  visionarios;  otra  práctica, 
en  que  se  desenvuelve  la  idea,  tan  hermosa  como  fecunda,  de  la  «vida 
nueva  en  Cristo*. 


—  437  — 


11-7 


COLOSENSES 


EPISTOLA  A  LOS  COLOSENSES 


Introducción 


Salutación  epistolar,  i,  1-4 


i  1  Pablo,  apóstol  de  Cristo  Jesús 
-*■  por  voluntad  de  Dios,  y  Timoteo, 
el  hermano,  -  a  los  santos  de  Colosas 
y  fieles  hermanos  en  Cristo  :  gracia 
a  vosotros  y  paz  de  parte  de  Diot 
nuestro  Padre. 


Acción  de  gracias  por  lo  pasado 
1,  3-8 


'  Hacemos  gracias  al  Dios  Padre 
de  nuestro  Señor  Jesu-Cristo,  ro- 
gando en  todo  tiempo  por  vosotros, 
4  habiendo  oído  vuestra  fe  en  Cristi, 
Jesús  y  la  caridad  que  tenéis  con 
todos  los  santos,  0  por  la  esperanza 
que  os  está  reservada  en  los  cielos, 
la  cual  oísteis  antes  en  la  palabra 
de  verdad  del  Evangelio,  6  que  ha 
llegado  a  vosotros,  como  también 
está  fructificando  y  progresando  en 
todo  el  mundo,  lo  mismo  que  entre 
vosotros,  desde  el  día  que  oísteis  \ 
conocisteis  la  gracia  de  Dios  en  la 
verdad,  7  según  aprendisteis  de  Epa- 


fras,  nuestro  amado  consiervo,  que 
es  fiel  ministro  de  Cristo  para  con 
vosotros,  *  el  cual  también  nos  ma- 
nifestó vuestro  amor  en  el  Espíritu. 


Oración  por  lo  futuro.  1,  9-14 


*  Por  esto  también  nosotros,  des- 
de el  día  que  esto  oímos,  no  cesa- 
mos de  rogar  por  vosotros  y  pedir 
que  alcancéis  el  pleno  conocimiento 
de  su  voluntad  en  toda  sabiduría  e 
inteligencia  espiritual,  10  a  fin  de  que 
sigáis  una  conducta  digna  del  Se- 
ñor, puesta  la  mira  en  agradarle 
enteramente,  fructificando  en  toda 
obra  buena  v  creciendo  en  el  cono- 
cimiento de  Dios,  11  fortalecidos  con 
toda  fortaleza  según  el  poder  de  su 
gloria  en  orden  a  adquirir  toda  pa- 
ciencia y  longanimidad  con  gozo  ; 

12  haciendo  gracias  al  Padre,  que  os 
hizo  capaces  de  entrar  a  la  parte  en 
la  herencia  de  los  santos  en  la  luz, 

13  el  cual  nos  libertó  de  la  potestad 
de  las  tinieblas  y  nos  trasladó  al 
reino  del  Hijo  de  su  amor,  "  en 
quien  tenemos  la  redención,  la  re- 
misión de  los  pecados. 


1"  Las  tres  virtudes  teologales  no  se  presentan  coordinadas,  sino  en  cierto  modo 
subordinadas  :  la  fe  y  la  caridad  por  la  espt-ranza. 

u  Es  inefablemente  bella  la  designación  de  Cristo  como  el  Hijo  DEL  amor. 


-  438  - 


1  15-17 


COLOSENSES 


1  18-20 


Primera  parte:  Dogmática.  El  (  Misterio  de  Cristo  » 
y  los  rudimentos  del  mundo 


1.    Principios:  Cristo,  su  persona  j 
y  su  obra 

Cristo  e)i  la  creación,  i,  15-17 

a  El  cual  es  imagen  del  Dios  invi- 
sible, primogénito  de  toda  la  crea- 
ción ;  m  como  que  en  él  fueron  crea- 
das todas  las  cosas  en  los  cielos  % 
sobre  la  tierra,  tanto  las  visibles  co- 
mo las  invisibles,  ya  sean  los  tro- 
nos, ya  las  dominaciones,  ya  los 
principados,  ya  las  potestades  ;  to- 
das las  cosas  han  sido  creadas  por 
medio  de  El  y  para  El.  11  Y  El  es 
antes  que  todas  las  cosas,  y  todas 
tienen  en  El  su  consistencia. 


cristo  en  la  Iglesia.  1,  18-20 

18  El  es  la  cabeza  del  cuerpo,  de  la 
Iglesia,  como  quien  es  principio,  pri- 
mogénito de  entre  los  muertos;  pa- 
ra que  en  todas  las  cosas  obtenga 
El  la  primacía,  59  porque  en  El  tuvo 
a  bien  Dios  que  morase  toda  la  ple- 
nitud, 30  y  por  medio  de  El  reconci- 
liar todas  las  cosas  consigo,  hacien- 
do las  paces  mediante  la  sangre  de 
su  cruz  ;  por  medio  de  El,  así  las 
que  están  sobre  la  tierra  como  las 
que  hay  en  los  cielos. 


Es  éste  uno  de  los  pasajes  cristológicos  más  importantes  de  San  Pablo.  En  él 
se  enumeran  en  dos  series  los  excelsos  atributos  de  Cristo  :  como  Dios,  en  la  crea- 
ción (15-17)  ;  como  hombre,  eñ  la  Iglesia  (18-20). 

*  Imagen  del  Dios  invisible.  En  cuanto  Dios,  Cristo  es  imanen  adecuada,  pero  in- 
visible, del  Padre  ;  y  ésta  es  precisamente  su  propiedad  personal.  Pero  San  Pablo 
habla  de  Cristo  como  imagen  visible,  por  cuanto  en  su  misma  humanidad  resplan- 
decían sus  perfecciones  divinas.  ¡|  Primogénito  de  toda  la  creación  :  es  decir.  Pri- 
mogénito a  Mayorazgo  respecto  de  toda  la  creación,  o  de  todas  las  criaturas,  que 
junto  con  el  Primogénito,  y  a  inmensa  distancia  de  El,  forman  la  casa  y  familia 
de  Dios. 

"  En  El  fueron  creadas  todas  las  cosas  :  a  semejanza  de  la  fórmula  EN  Crisio 
Jesús,  significa  que  toda  la  creación,  como  prolongación  del  cuerpo  místico  de  Cristo, 
forma  como  un  inmenso  organismo,  cuya  cabeza  es  Jesu-Cristo.  También  es  probable 
la  significación  de  causalidad  ejemplar,  por  cuanto  todas  las  criaturas  fueron  como 
vaciados  y  moldeadas  en  Cristo.  ¡|  Todas  las  cosas  fueron  creadas  por  El  o  por 
medio  de  El.  Esta  acción  de  Cristo  en  la  creación  no  implica  dependencia  instru- 
mental, sino,  según  nuestra  imperfecta  manera  de  concebir,  cierta  posición  inter- 
media entre  Dios  Padre  y  el  mundo.  ||  Todas  las  cosas  han  sido  creadas...  para  El  : 
esto  es,  orientadas  hacia  El,  que  es  el  centro  adonde  todas  tienden  y  convergen,  el  fin 
adonde  están  ordenadas.  ||  Estas  tres  relaciones  del  mundo  con  Cristo,  expresadas 
con  las  fórmulas  en  El,  por  El,  para  El,  son  otro  testimonio  de  la  divinidad  de 
Cristo  (cf.  Rom.  11,  36). 

11  El  es  antes  que  todas  las  cosas  :  así  por  su  eterna  preexistencia  como  por  su 
eminente  dignidad.  I|  Todas  las  cosas  tienen  en  El  su  consistencia:  en  E4  tienen  su 
cohesión,  estabilidad  y  harmonía  ;  El  es  la  base  de  sustentación,  el  vinculo  de  uni- 
dad y  el  principio  de  orden  del  universo  entero,  que  por  El  es  un  sistema  coherente 
y  harmónico  y  no  un  montón  de  seres  desligados  y  caedizos. 

™  El  es  la  cabeza  :  tres  prerrogativas  señala  Santo  Tomás  en  la  cabeza  :  1)  su 
posición  elevada  o  eminente  dignidad  ;  2)  su  influjo  vital  sobre  los  demás  miem- 
bros;  31  el  ser  la  sede  de  los  principales  sentidos,  en  ella  concentrados.  ||  Es  prin- 
cipio: de  él  derivan  su  ser  y  sus  perfecciones  todas  las  criaturas.  ||  Para  que  en 
ro:n~  las  cosas  obtenga  El  la  primacía  :  esto  es,  el  primer  lugar  y  la  soberanía. 

■  Porque  en  El  tuvo  a  bien  Dios  que  morase  toda  la  plenitud  :  toda  la  plenitud 
de  las  perfecciones  divinas  y  humanas  en  el  sentido  más  amplio,  la  plenitud  de  la 
deidad  y  de  la  gracia,  la  plenitud  de  la  inteligencia  y  de  la  fuerza,  la  plenitud  de 
la  soberanía  y  de  la  santidad  y  del  amor,  halló  sus  complacencias  en  fijar  su  mo- 
rada-estable y  eterna  en  Jesu-Cristo. 

30  Y  por  medio  de  El  reconciliar  todas  las  cosas  consigo  :  Jesu-Cristo  es  el  Me- 
diador de  la  reconciliación  de  todas  las  cosas  con  Dios,  restableciendo  el  orden  pri- 
mordial, puesto  por  Dios  creador  y  trastornado  por  el  pecado.  Es  asombrosa  la 
amplitud  que  atribuye  el  Apóstol  a  la  redención  obrada  por  la  sangre  de  Jesu-Cristo 
Las  guerras  encendidas  en  los  cielos  por  la  rebelión  de  los  ángeles  prevaricadores 


—  439  — 


1  21-27 


COLOSTENSES 


128~2 


La  rédate 


"Ya  vosotros,  que  erais  un  tiem- 
po completamente  extraños  y  ene- 
migos en  vuestro  pensamiento  por 
las  malas  obras,  °  ahora,  con  todo, 
os  ha  reconciliado  en  el  cuerpo  de 
su  carne  por  medio  de  la  muerte, 
para  presentaros  santos  e  inmacu- 
lados e  irreprochables  en  su  acata- 
miento, a  con  tal  que  permanezcáis 
cimentados  y  estables  en  la  fe  e  in- 
conmovibles de  la  esperanza  del 
Evangelio  que  oísteis,  que  ha  sido 
predicado  en  toda  la  creación  que 
está  debajo  del  cielo,  del  cual  yo 
Pablo  fui  Constituido  ministro. 


Pablo,  mensajero  del 
"misterio" 


La  obra  de  Pablo 


24  Ahora  me  gozo  en  mis  padeci- 
mientos sufridos  por  vosotros  y  cum- 
plo, por  mi  parte,  lo  que  faltaba  de 
las  fatigas  de  Cristo  en  mi  carne 
por  el  bien  de  su  cuerpo,  que  es  la 
Iglesia.  35  De  la  cual  raí  yo  hecho 
ministro  por  la  disposición  de  Dios, 
que  me  fué  dada  en  orden  a  vos- 
otros, de  anunciar  cumplidamente  la 
palabra  de  Dios,  28  el  misterio,  que 
ha  estado  escondido  desde  el  origen 
de  los  siglos  y  generaciones,  mas 
ahora  fué  manifestado  a  sus  santos, 
"  a  los  cuales  quiso  Dios  dar  a  co- 
nocer cuál  sea  la  riqueza  de  la  glo- 
ria de  este  misterio  en  los  gentiles, 


|  que  es  Cristo  en  vosotros,  la  espe- 
ranza de  la  gloria.  28  Al  cual  nos- 
otros anunciamos,  amonestando  a 
todo  hombre  y  enseñando  a  todo 
hombre  en  toda  sabiduría,  para  pre- 
sentar a  todo  hombre  perfecto  en 
Cristo.  28  Para  lo  cual  me  fatigo  tam- 
bién, luchando  según  la  eficacia  de 
su  acción,  que  actúa  en  mí  podero- 
samente. 


Solicitud,  para  los  Colosenses.  2,  1--, 


9  1  Pues  quiero  eme  sepáis  cuán 
^  grande  lucha  sostengo  por  vos- 
otros y  por  los  de  Laodicea,  y  por 
cuantos  no  han  visto  mi  rostro  en 
carne,  2  para  que  sean  consolados  sus 
corazones,  estrechamente  unidos  por 
la  caridad,  y  en  orden  a  alcanzar  to- 
da la  riqueza  de  la  plena  convicción 
de  la  inteligencia,  hasta  llegar  a  un 
pleno  conocimiento  del  misterio  de 
Dios,  Cristo,  3  en  el  cual  se  hallan 
todos  los"  tesoros  de  la  sabiduría  \ 
de  la  ciencia  escondidos. 


Aplicación  de  los  principios  a 
los  rudimentos  del  mundo 


rienda  preliminar.  2,  4- 


'  Esto  digo  para  que  nadie  os  se- 
luzca  con  falsas  razones  propues- 
as  con  persuasiva  elocuencia.  6  Por- 
.  que,  si  bien  con  el  cuerpo  estov  au- 
I  senté,  mas  con  el  espíritu  estov  con 


la  lu 


host 


las  suscitadas  en  la  tierra  por  la  insubordinad 
geles  santos  contra  los  hombres  prevaricadores 
sible  violentada  por  el  pecado  :  todas  esas  guci 
del  Redentor,  que  reconcilió  entre  sí  y  con  Di< 

M  CUMrLO   POR    MI    PARTE   I.O   QUK    FALTABA   DE  U 

habla  aquí  San  Pablo  de  los  padecipiientos  co 
en  los  cuales  no  hubo  deficiencia  ;  sino  de  los 
dicación  del  Evangelio,  los  cuales  habían  de  si 
'•^■^  Descripción  del  misterio.  Cristo  en  el  h 
tiles  llamados  a  esta  mutua  inmanencia  y  comunión  con  Cristo,  comunión  que  s< 
desarrolla  hasta  la  madurez  varonil  :  tales  son  los  elementos  esenciales  del  misterio 
expuestos  aquí  por  San  Pablo. 


lidad  de  los  un- 
tad de  la  naturaleza  insen- 
ilidades  apaciguó  la  sangre 

->e  Cristo  en  mi  carne.  No 
ito  redimió  a  los  hombres, 
ue  tomó  en  orden  a  la  prc- 
dos  por  los  apóstoles, 
hombre  en  Cristo,  los  gen- 


la 


i-  de 


El 


de  Dios, 


exacto  de  esta  fórmula 
directamente  los  tesor 
Dios  Padre  en  la  con. 


—  440  — 


9  6-12 


COLOSENSES 


vosotros,  gozándome  y  viendo  el 
buen  orden  con  que  procedéis  y  la 
solidez  de  vuestra  fe  en  Cristo. 

La  vana  filosofía  de  los  rudimentos 
y  Cristo.  2,  6-12 

•  Así,  pues,  como  recibisteis  a  Cris- 
to Jesús,  el  Señor,  caminad  en  El, 
:  arraigados  en  El,  y  edificándoos 
sobre  El,  y  fortaleciéndoos  en  la  fe, 
según  fuisteis  enseñados,  rebosando 
en  hacimiento  de  gracias.  6  Mirad 
no  haya  quien  os  coja  como  presa 
]x>r  medio  de  la  filosofía  y  vana  fa- 
lacia, conforme  a  la  tradición  de  los 
hombres,  según  los  rudimentos  del 
mundo  y  no  según  Cristo.  "  Porque 
en  El  habita  toda  la  plenitud  de  la 
deidad  corporalmente,  10  y  vosotros 
en  El  estáis  cumplidamente  llenos, 
el  cual  es  la  cabeza  de  todo  princi- 
pado y  potestad  ;  11  en  el  cual  tam- 
bién fuisteis  circuncidados  con  cir- 
cuncisión no  hecha  por  mano  de 
hombre,  con  la  eliminación  del  cuer- 
po de  la  carne,  con  la  circuncisión 
de  Cristo  ;  °  sepultados  con  El  en 
el  bautismo,  en  el  cual  fuisteis  tam- 
bién juntamente  resucitados  median- 


te la  fe  en  la  poderosa  acción  de 
Dios,  que  le  resucitó  a  El  de  entre 
los  muertos. 


Abolición  de  los  rudimentos.  2,  13-15 

■  Y  a  vosotros,  como  estuvieseis 
muertos  por  los  delitos  y  por  la  in- 
circuncisión  de  vuestra*  carne,  os 
vivificó  con  El,  perdonándoos  todos 
los  delitos,  14  cancelando  el  acta  es- 
crita contra  nosotros  con  sus  pres- 
cripciones, que  nos  era  contraria,  y 
la  quitó  de  en  medio  clavándola  en 
la  cruz  ;  13  habiendo  despojado  a  los 
principados  y  a  las  potestades,  los 
exhibió  a  la  vista  del  mundo  con 
osada  gallardía,  triunfando  de  ellos 
por  la  cruz. 

Abandonar    los    vanos    ¡  udimcntos, 
2,  16-19 

"  Que  nadie,  pues,  os  juzgue  en 
cuanto  al  comer  y  beber  o  en  mate- 
ria de  fiestas  o  neomenias  o  sába- 
dos, 17  que  no  son  sino  sombra  de 
las  cosas  que  habían  de  venir,  mas 
ser  el  cuerpo  es  exclusivo  de  Cristo. 


"  Kecibi>tki>  a  Cristo  Jesús,  el  Skñor  :  el  contenido  predominante  del  Evangelio 
es  Jesu-Cristo,  como  Mesías  y  como  Señor. 

1  Cristo  es  representado  como  el  suelo  en  que  arraigan  y  como  el  cimiento  sobre 
que  se  fundan  los  fieles,  a  manera  de  árboles  o  de  edificios. 

s  La  doctrina  de  los  adversarios  la  califica  San  Pablo  de  filosofía  y  vana  falacia, 
conforme  a  la  tradición  de  los  hombres  (opuesta  a  la  tradición  divina  o  apostólica) 
y  conforme  a  los  ELEMENTOS  del  mundo,  esto  es,  a  los  primeros  rudimentos  religiosos 
contenidos  en  el  mosaísmo  o  en  el  culto  gentílico. 

*  En  El  11  abita,  tiene  su  morada  fija,  toda  la  plenitud  de  la  deidad,  no  simple- 
mente la  divinidad  (derivada  del  adjetivo  divino),  sino  la  deidad  (derivada  del  sus- 
tantivo Dios),  más  aún,  toda  la  plenitud  de  la  deidad.  Y  habita  CORPORALMENTE !  no 
en  sombra  y  figura,  sino  en  realidad  y  verdad. 

Kl  bautismo  es  una  circuncisión  espiritual  ;  una  ex]>oliación  del  cuerpo  de 
la  carne,  esto  es,  del  hombre  viejo ;  una  comunión  o  participación  de  la  muerte 
y  sepultura  de  Cristo  para  resucitar  a  una  con  El. 

u-,s  Pintura  viva  y  atrevida  de  la  redención.  Estando  nosotros  muertos,  Dios  nos 
vivificó  con  Cristo,  condonándonos  nuestros  pecados.  Ksta  condonación  se  hizo  can- 
celando la  escritura  que  nos  condenaba,  que  era  la  ley  de  Moisés.  Para  ello,  Dios 
canceló  el  documento  que  nos  era  contrario  y  lo  clavó  en  la  cruz.  Lo  que  sigue  sobre 
los  principados  y  potestades,  algunos  lo  han  interpretado  de  los  espíritus  infernales  ; 
pero  San  rabio  habla  de  los  ángeles,  que,  por  haber  sido  los  mediadores  de  la  ley 
mosaica  (Gal.  3,  19I,  eran  venerados  por  los  Colosenses  con  culto  supersticioso.  De 
ellos,  pues,  dice  que  Dios  los  expuso  en  público  espectáculo,  dándolos  u  Cristo  como 
escolta  de  su  carroza  triunfal. 

>«-'«  En  estos  versículos  se  precisa  la  doctrina  de  los  adversarios,  cuyas  observan- 
cias judaicas  y  cuyo  culto  ilegítimo  de  los  ángeles  los  delata  como  judaizantes  a  la 
vez  y  gnósticos 

M  Las  prácticas  judaicas  aquí  mencionadas  son  :  la  abstención  de  ciertos  manja- 
res y  bebidas  y  las  fiestas,  que  San  Pablo  distingue  en  tres  grupos  :  las  grandes 
fiestas  anuales,  las  mensuales  y  las  semanales. 

"  Cuerpo,  contrapuesto  a  sombra,  significa  realidad  y  verdad  :  como  corporal- 
mente en  el  v.  9.  Con  estos  términos  caracteriza  San  Pablo  las  dos  alianzas  :  umbrá- 
til la  antigua,  sólida  y  consistente  la  nueva. 

—  44*  — 


2  18—3  4 


COLOSEN SES 


2*1-3 


"  Que  ninguno  os  defraude  de  vues- 
tro galardón,  haciendo  alarde  de  hu- 
mildad y  culto  de  los  ángeles,  en- 
tregado a  sus  visiones,  vanamente 
hinchado  por  la  mente  de  su  carne, 
"  y  no  estando  adherido  a  la  cabeza, 
de  la  cual  todo  el  cuerpo,  alimenta- 
do y  trabado  por  medio  de  las  co- 
yunturas y  ligamentos,  crece  con 
crecimiento  de  Dios. 

t  oncluslón :  no  dejarse  imponer  ¡as 
leyes  perniciosas.  2,  20-23 

"  Si  moristeis  con  Cristo  desligán- 
doos de  los  rudimentos  del  mundo, 


¿por  qué,  cual  si  vivieseis  en  el 
mundo,  os  dejáis  imponer  leyes  ? 
"  «No  tomes,  no  gustes,  no  toques» 
38  — cosas  todas  destinadas  a  la  co- 
rrupción con  el  uso — ,  conforme  a 
los  preceptos  y  enseñanzas  de  los 
hombres.  a  Las  cuales  cosas  tienen 
ciertamente  color  de  sabiduría  por 
su  afectada  piedad  y  humildad  y  se- 
veridad con  el  cuerpo  ;  mas  no  Bon 
de  ninguna  estima  :  sólo  sirven  pa- 
ra la  hartura  de  la  carne. 


Segunda  parte:  Moral.  La  vida  nueva  en  Cristo 


1.    Recomendaciones  generales 


Principio  fundamental.  3,  1-4 


<>  1  Así,  pues,  si  resucitasteis  con 
Cristo,  buscad  las  cosas  de  arri- 
ba, donde  está  Cristo  sentado  a  la 
diestra  de  Dios ;  a  aspirad  a  las  cosas 
de  arriba,  no  a  las  que  están  sobre  la 
tierra.  3  Porque  moristeis,  y  vuestra 
vida  está  escondida  con  Cristo  en 
Dios.  *  Cuando  Cristo  se  manifesta- 
re, que  es  vuestra  vida,  entonces 
también  vosotros  seréis  con  El  ma- 
nifestados en  gloria. 


Vicios  que  deben  evitarse.  3,  5-11 

6  Mortificad,  pues,  los  miembros 
terrenos  :  fornicación,  impureza,  pa- 
sión, concupiscencia  mala  y  la  co- 
dicia, que  es  una  idolatría  ;  ■  por  las 
cuales  cosas  viene  la  ira  de  Dios  so- 
bre los  hijos  de  la  rebeldía  ;  7  en  las 
cuales  también  vosotros  anduvisteis 
un  tiempo,  cuando  vivíais  en  ellas. 
•Mas  ahora  deponed  también  vos- 
otros todo  eso  :  ira,  cólera,  malicia, 
maledicencia,  palabras  torpes,  lejos 
de  vuestra  boca.  "No  mintáis  los 
unos  a  los  otros,  va  que  os  habéis 
despojado  del  hombre  viejo,  con  sus 
fechorías,  10  y  revestido  del  nuevo, 
que  se  va  renovando  en  orden  al 
pleno  conocimiento,  conforme  a  la 
imagen  del  que  lo  creó,  11  donde  no 


M  Reprueba  aquí  San  Pablo  el  culto  ilc  los  ángeles  como  intermediarios  que  si. 
interponen  entre  Cristo  y  nosotros  y  eclipsan  la  persona  y  la  obra  del  que  en  todo 
rigor  es  el  único  Mediador.  No  es  así  como  la  Iglesia  considera  la  mediación  de  los 
santos  y  singularmente  la  mediación  universal  de  la  Virgen  María.  La  mente  de  la 
carne  es  la  mente  carnalizada  o  hundida  en  las  concupiscencias  carnales. 

ava  Nueva  declaración  de  los  ELEMENTOS  del  mundo,  entre  los  cuales  se  comprenden 
ciertas  abstinencias,  de  las  cuales  dice  San  Pablo  que,  a  pesar  de  sus  apariencias  <k 
austeridad  y  piedad,  son  cosas  en  sí  perecederas  y  cuyo  efecto  es  adelgazar  el  cuerpo 
y  engrosar  la  carne  :  desprovistas,  por  tanto,  de  todo  valor  moral. 

O   «-1  Como  Cristo,  resucitado  y  viviente,  queda  oculto  a  las  miradas  de  los  hombres, 
así  nuestra  vida  queda  en  tanto  oculta  cox  Ciusro  en  Dios  ;  mas,  cuando  se  mani- 
festare Cristo,  también  se  manifestará  gloriosamente  nuestra  vida. 

5  La  codicia  parece  ser  aquí,  por  razón  del  contexto,  la  avidez  insaciable  de  la  sen- 
sualidad. 

6  Todas  las  diferencias  etnológicas,  nacionales,  sociales,  quedan  absorbidas  en  la 
unidad  predominante  de  Cristo,  que  en  todos  lo  es  todo. 


—  442  — 


3  12~4  3 


3  18~4  * 


hay  griego  ni  judío,  circuncisión  e 
incircuncisión,  bárbaro,  escita,  es- 
clavo, libre,  sino  todas  las  cosas,  y 
en  todos.  Cristo. 


que  deben  ejerciten 
3.  12-17 


1  Revestios,  pues,  como  elegidos 
de  Dios,  santos  y  amados,  de  entra- 
s  de  misericordia,  de  benignidad, 
humildad  ,  mansedumbre  ,  longani- 
midad, "  sobrellevándoos  los  unos  a 
los  otros  y  perdonándoos  reciproca- 
mente siempre  que  alguno  tuviere 
alguna  querella  contra  otro.  Comd 
de  su  parte  Cristo  os  perdonó  a  vos- 
otros, así  también  vosotros.  14  Y  so- 
bre todas  estas  cosas  revestios  de  la 
caridad,  que  es  el  vínculo  de  la  per- 
fección. "  Y  la  paz  de  Cristo  sea 
quien  dé  la  ley  en  vuestros  corazones, 
para  la  cual  fuisteis  también  llama- 
dos en  un  solo  cuerpo.  Y  mostraos 
agradecidos.  "  La  palabra  de  Cristo 
more  en  vosotros  opulentamente,  en 
toda  sabiduría,  enseñándoos  y  amo- 
nestándoos unos  a  otros  con  sal- 
mos, himnos,  cánticos  espirituales, 
antando  con  nacimiento  de  gracias 
en  vuestros  corazones  a  Dios.  "  Y 
todo  cuanto  hiciereis,  de  palabra  o 
de  obra,  hacedlo  todo  en  el  nombre 
del  Señor  Jesús,  haciendo  gracias  a 
Dios  Padre  por  mediación  de  El. 


2.    Recomendaciones  particulares 

Esposos.  3,  18-19 

18  Las  mujeres,  someteos  a  los  ma- 
ridos, como  convendría  en  el  Señor. 
:"  Los  maridos,  amad  a  vuestras  es- 
posas y  no  mostréis  amargura  con 


Hijos  y  padi 


3,  20-21 


"  Los  hijos,  obedeced  a  vuestros 
padres  en  todo,  porque  esto  es  cosa 
que  agrada  en  el  Señor.  "  Los  pa- 
dres no  exacerbéis  a  vuestros  hijos, 
para  que  no  se  tornen  pusilánimes. 

Esclavos  y  amos.  3,  22-25  !  4.  1 

22  Los  esclavos  obedeced  en  todo 
a  vuestros  amos  según  la  carne,  no 
con  servicios  al  ojo,  como  quienes 
buscan  agradar  a  hombres,  sino  con 
sencillez  de  corazón,  temiendo  al  Se- 
ñor. 23  Cuanto  hiciereis,  hacedlo  de 
corazón,  como  obsequio  del  Señor  y 
no  de  hombres,  24  sabiendo  que  del 
Señor  recibiréis  la  debida  recom- 
pensa de  la  herencia.  Servid  al  Se- 
ñor Cristo.  25  Pues  quien  hace  injus- 
ticia recibirá  según  la  injusticia  que 
obró,  y  no  hay  aceptación  de  per- 
sonas. 

a  1  Los  amos  dad  a  los  siervos  lo 
^  justo  y  equitativo,  sabiendo  que 

también  vosotros  tenéis  Señor  en  el 

cielo. 


Conclusión 


Oración  y  prudencia.  4,  2-6 

Perseverad  constantemente  en  la 
oración,  velando  en  ella  con  naci- 
miento de  gracias,  1  rogando  al  mis- 


mo tiempo  también  por  nosotros,  a 
fin  de  que  Dios  nos  abra  la  puerta 
de  la  palabra  para  anunciar  el  mis- 
terio de  Cristo,  por  lo  cual  estov 
también  en  prisiones,  4  para  que  lo 


'-  Kevesiios  :  por  este  pasaje  se  ve  que  la  palabra 
mente  cubrirse  por  de  fuera,  sino  compenetrarse  íntii 

M  La  caridad,  como  norma  suprema,  ES  EL  vínculo 
principio  vital  que  da  unidad,  cohesión  y  vigor,  en  qi 
del  organismo. 

41  Los  amos  han  de  dar  no  sólo  lo  justo,  sinc 
sobre  los  amos  de  la  tierra  está  el  Amo  del 


ibién  lo  equitativo,  sabiendo  que 


—  443  — 


4  5-11 


COLOSENSES 


4  12-18 


dé  a  conocer  como  es  razón  que  yo 
hable.  6  Proceded  prudentemente  con 
los  de  fuera,  rescatando  el  tiempo. 
•  Vuestra  palabra  sea  siempre  con 
buena  gracia,  sazonada  con  sal,  de 
modo  que  sepáis  cómo  conviene  res- 
ponder a  cada  uno. 


Misión  de  Tíqnico  y  Onésvmo.  4,  7-9 


'  En  cuanto  a  mis  cosas,  de  todas 
os  informará  Tíquico,  el  hermano 
querido  y  ministro  fiel  y  consiervo 
en  el  Señor,  s  a  quien  envié  a  vos- 
otros con  este  mismo  objeto,  para 
que  conozcáis  nuestra  situación  v 
consuele  vuestros  corazones  ;  0  jun- 
tamente con  Onésimo,  el  hermano 
fiel  y  querido,  que  es  de  vosotros  ; 
de  todo  lo  de  por  acá  ellos  os  ente- 
rarán. 


Saludos.  4,  10-17 


"  Os  saluda  Aristarco,  1111  compa- 
ñero de  prisión,  y  Marcos,  el  primo 
de  Bernabé,  acerca  del  cual  recibis- 
teis algunos  encargos  ;  si  fuere  a 
vosotros,  hacedle  buena  acogida ;  11  v 
Jesús,  el  apellidado  Justo.  Entre  los 


que  son  de  la  circuncisión,  éstos  son 
los  únicos  colaboradores  míos  en  la 
propagación  del  reino  de  Dios,  los 
cuales  han  sido  para  mí  de  consue- 
lo. r-  Os  saluda  Epafras  el  vuestro, 
siervo  de  Cristo  Jesús,  que  no  cesa 
de  luchar  por  vosotros  en  sus  ora- 
ciones, para  que  os  mantengáis  per- 
fectos y  firmemente  decididos  a  cum- 
plir todo  lo  que  es  voluntad  de  Dios. 
13  Pues  yo  le  soy  testigo  de  que  se 
toma  mucho  trabajo  por  vosotros,  v 
por  los  de  Laodicea,  v  por  los  de 
Hierápolis.  14  Os  saluda  Lucas,  el 
médico  querido,  y  Demás.  56  Saludad 
a  los  hermanos  de  Laodicea  v  a  Nin- 
fas y  a  la  Iglesia  que  se  congrega 
en  su  casa.  16  Y  cuando  hubiere  sido 
leída  entre  vosotros  esta  carta,  ha- 
ced que  también  en  la  Iglesia  de  los 
Laodicenses  sea  leída  ;  y  la  que  re- 
cibiréis de  Laodicea,  que  también 
vosotros  la  leáis.  Y  decid  a  Arqui- 
po  :  "  considera  el  ministerio  que 
recibiste  en  el  Señor,  para  que  lo 
llenes  cumplidamente. 


Salutación  final.  4,  iS 


18  El  saludo  va  de  mi  propia  ma- 
no :  Pablo.  Acordaos  de  mis  cade- 
nas. La  gracia  sea  con  vosotros. 


10  La  presencia  de  San  Marcos  y  de  San  Lucas  (v.  14)  en  compañía  de  San  Pablo 
es  muy  importante  para  la  historia  de  la  composición  de  los  Evangelios. 

1§  La  (carta  que  os  será  remitida)  de  Laodicea  :  no  es  la  carta  apócrifa  que  corrió 
con  este  título,  sino,  a  lo  que  parece,  la  dirigida  a  los  Efesios,  que  de  Efeso  serla 
mandada  a  Laodicea  y  de  aquí  a  Colosas. 


-  444  — 


I  X  T  RODUCCIO N 
A  LA  I  EPISTOLA  A  LOS  TESALONICENSKS 


a  Iglesia  de  Tesalónica. — Tesalónica,  hoy  Salónica,  puerto  del  mar 


Egeo  y  una  de  las  principales  ciudades  de  Macedonia,  que  en  ri- 


quezas  y  corrupción  competía  con  Corinto,  fué  la  segunda  ciudad 
de  Europa  que  en  su  segunda  expedición  apostólica,  hacia  el  año  51, 
evangelizó  San  Pablo.  Sus  habitantes  eran  en  su  mayoría  gentiles,  grie- 
gos y  romanos;  no  faltaban,  empero,  los  judíos,  atraídos  por  el  flore- 
ciente comercio  de  Tesalónica  y  por  el  espíritu  de  proselitisnio.  Tres  se- 
manas escasas  pudo  el  Apóstol  permanecer  cu  Tesalónica.  Comenzó  a 
predicar,  según  su  costumbre,  a  los  judíos  en  su  sinagoga,  probándoles 
por  las  Escrituras  que  Jesús  era  el  Mesías.  Tres  sábados  consecutivos 
había  empleado  el  Apóstol  en  evangelizar  a  los  judíos;  mas  el  fruto  no 
respondió  a  sus  trabajos.  Entre  tanto  no  se  había  descuidado  Pablo  de 
predicar  el  Evangelio  a  los  gentiles  y  prosélitos  de  los  judíos,  y  fué  tanta 
¡a  muchedumbre  de  los  que  se  convirtieron  a  Cristo,  que,  envidiosos  y 
furiosos,  los  judíos  no  lo  pudieron  sufrir.  Secundados  por  unos  cuantos 
hombres  perdidos,  asalariados,  armaron  un  motín,  que  forzó  a  San  Pablo 
a  abandonar  la  ciudad. 

La  Epístola. — Pablo,  arrojado  de  Tesalónica,  y,  poco  después,  de 
Berea  también,  se  dirigió  a  Atenas.  Desde  aquí,  algo  preocupado  por  el 
peligro  de  los  neófitos  Tcsaloniccnscs,  expuestos  a  los  embates  de  tan 
ruda  persecución,  les  envió  a  su  discípulo  Timoteo.  Entre  tanto,  el  Após- 
tol, no  hallando  en  Atenas  el  campo  preparado  para  la  palabra  evangéli- 
ca, partió  para  Corinto,  donde  le  encontró  Timoteo  a  su  vuelta  de  Te- 
salónica. Las  noticias  que  éste  le  dio  fueron  en  extremo  consoladoras: 
los  neófitos,  en  medio  de  la  persecución  se  mantenían  firmes  en  la  verdad 
del  Evangelio.  Quedaban,  empero,  algunas  nubecillas.  La  precipitada 
salida  de  San  Pablo  había  impedido  que  la  instrucción  religiosa  de  los 
Tcsaloniccnscs  fuera  completa.  De  ahí  la  infundada  preocupación  de 
aquellos  neófitos  por  la  suerte  de  los  ya  difuntos,  que  ellos  consideraban 
inferior  a  la  de  los  vivos  en  el  segundo  advenimiento  de  Jesu-Cristo . 
Para  desvanecer  este  error,  y  de  paso  corregir  algunos  defectos,  reliquias 
de  su  antigua  vida  gentílica,  les  escribe  el  Apóstol  esta  carta,  una  de  las 
más  afectuosas  que  salieron  de  su  pluma. 

División  de  la  carta.— En  dos  partes  se  divide  la  Epístola:  la  prime- 
ra ( 1-3)  es  un  himno  de  acción  de  gracias,  en  que  andan  envueltos  mil 
dulces  recuerdos  y  delicados  elogios  con  algo  también  de  propia  apología; 
¡a  segunda  (4-5)  es  una  exhortación,  parte  dogmática  y  parte  moral. 


—  445  — 


-ESALOXICEXSES 


EPISTOLA  I  A  LOS  TESALONICENSES 


.Salutación  epistolar,  i,  i 


1  Pablo,  Silvano  y  Timoteo,  a  la  Igilesia  de  los  Tesalonicenses  en  Dios 
Padre  y  en  el  Señor  Jesu-Cristo  ;  gracia  a  vosotros  y  paz. 


Primera  parte:  Acción  de  gracias 


Acción  de  gracias  por  la  conversión  y 
perseverancia  de  los  Tesalonicenses. 
i,  2-io 

-  Damos  gracias  a  Dios  en  todo 
tiempo  por  todos  vosotros,  haciendo 
memoria  de  vosotros  en  nuestras 
oraciones  sin  cesar,  3  recordando  la 
actividad  de  vuestra  fe,  y  el  trabajo 
de  vuestra  caridad,  y  ¿1  tesón  de 
vuestra  esperanza  en  nuestro  Señor 
Jesu-Cristo,  en  presencia  de  Dios  v 
Padre  nuestro  ;  4  sabiendo,  hermanos 
amados  de  Dios,  vuestra  elección  ; 
6  porque  nuestro  Evangelio  no  fué 
de  palabra  solamente,  sino  también 


con  fuerza  y  Espíritu  Santo  y  plena 
convicción,  según  que  sabéis  cómo 
nos  hubimos  en  medio  de  vosotros 
por  vosotros.  6  Y  vosotros  os  hicis-- 
teis  imitadores  de  nosotros  y  del  Se- 
ñor, acogiendo  la  palabra  en  medio 
de  mucha  tribulación  con  gozo  del 
Espíritu  Santo,  '  hasta  llegar  a  ser 
vosotros  dechado  para  todos  los  que 
creen  en  Macedonia  y  en  Acaya. 
s  Así  es  que,  partiendo  de  vosotros, 
ha  resonado  la  palabra  del  Señor  no 
sólo  en  Macedonia  y  en  Acaya,  sino 
que  en  todo  lugar  se  ha  extendido 
la  fama  de  vuestra  fe  para  con  Dios, 
hasta  el  punto  de  no  tener  nosotros 
necesidad  de  hablar  palabra.  'Pues 


1»  Fe...,  caridad...,  esperanza.  :  las  cualidades  que  reconoce  San  Pablo  en  las  vir- 
tudes de  sus  neófitos  son  a  la  vez  un  elogio  y  una  exhortación.  Es  instructivo  re- 
cordar que  la  primera  vez  que  habla  de  la  fe  recomienda  en  ella  la  eficacia  obradora, 
como  para  desmentir  de  antemano  a  cuantos  habían  de  falsear  el  pensamiento  del 
Apóstol,  atribuyéndole  una  fe  sin  obras.  San  Pablo,  lo  mismo  que  Santiago,  creía 
y  enseñaba  que  «la  fe  sin  obras  es  una  fe  muertai   (Sant.  2,  26). 

4  Vuestra  elección  :  es  característico  en  San  Pablo  dar  sentido  complejo  a  ciertas 
palabras  que  aparecen  empleadas  bajo  un  solo  aspecto.  Así,  la  palabra  elección  no  es 
solamente  el  acto  con  que  Dios  elige  a  los  Tesalonicenses,  sino  que  incluye  además 
la  acción  ministerial  del  Apóstol  y  la  correspondencia  de  los  Tesalonicenses. 

"-10  Tenemos  aquí  un  resumen  o  un  eco  de  la  primitiva  catequesis  de  San  Pa- 
blo. Comprende  dos  partes  :  una  teológica,  antipagana,  y  otra  cristológica,  antiju- 
daica. Los  elementos  estrictamente  teológicos  se  mueven  entre  dos  extremos  opues- 
tos :  los  ídolos,  dioses  falsos  y  muertos,  y  el  Dios  vivo  y  verdadero.  Los  elementos 
cristológicos  son  cuatro  :  la  divina  filiación  de  Jesu-Cristo,  su  muerte  redentora, 
su  resurrección  de  entre  los  muertos  y  su  segundo  advenimiento  para  juzgar  a 
los  hombres.  Juntando  estos  elementos  a  los  insinuados  en  los  versículos  precedentes, 
obtenemos  los  puntos  esenciales  del  Símbolo  Apostólico,  formado  ya,  por  tanto, 
cuando  hacia  el  año  51  se  escribió  esta  carta. 


—  446  — 


110-2  8 


I  TESALONICENSES 


o  9-16 


ellos  mismos  andan  refiriendo  de 
nosotros  cuál  fué  la  entrada  que  tu- 
vimos con  vosotros  y  cómo  os  con- 
vertisteis de  los  ídolos  a  Dios  para 
servir  al  Dios  vivo  y  verdadero,  lu  \ 
aguardar  de  los  cielos  a  su  Hijo,  a 
quien  resucitó  de  entre  los  muertos, 
Jesús,  el  cual  nos  salva  de  la  ira 
venidera. 


Nueva  acción  de  gracias  por  la  fe  ■ 
la  constancia  de  ¡os  Tesalonlcevscs. 
2,  i-io 

21  Vosotros  mismos,  en  efecto,  sa- 
béis, hermanos,  que  nuestra  en- 
trada a  vosotros  no  ha  sido  estéril, 
=  sino  que  maltratados  y  ultrajados, 
como  sabéis,  en  Filipos,  osamos,  con- 
fiados en  nuestro  Dio*,  anunciaros  a 
vosotros  el  Evangelio  de  Dios  en 
medio  de  mucha  contradicción.  *  Por- 
que nuestra  exhortac  ión  no  procede 
cíe  error,  ni  de  torpe  concupiscen- 
cia, ni  con  dolo,  4  sino,  según  hemos 
sido  juzgados  dignos  por  Dios  de 
que  se  nos  confiase  el  Evangelio, 
así  hablamos  no  como  deseosos  de 
complacer  a  hombres,  sino  a  Dios, 
que  sondea  nuestros  corazones.  6  Por- 
que jamás  fuimos  en  hablar  lison- 
jas :  como  sabéis ;  ni  con  pensamien- 
tos solapados  de  codicia  :  Dios  es 
te-tigo  ;  6  ni  pretendiendo  gloria  de 
los  hombres,  ni  de  vosotros,  ni  de 
otros  ; — 7  bien  que  pudiendo  presen- 
tarnos con  autoridad,  como  apósto- 
les de  Cristo —  ;  antes  nos  hicimos 
pequeñuelos  en  medio  de  vosotros, 
como  cuando  una  madre  que  cría, 
calienta  en  su  regazo  a  sus  propios 
hijos;  8  así,  prendados  de  vosotros, 
nos  complacíamos  en  entregaros  no 


sólo  el  Evangelio  de  Dios,  sino  tam- 
bién nuestras  propias  vidas,  puesto 
que  nos  habíais  ganado  el  corazón. 
*  Y  si  no,  recordad,  hermanos,  nues- 
tro trabajo  y  fatiga  :  trabajando  no- 
che y  día,  para  no  ser  gravosos  a 
alguno  de  vosotros,  os  predicamos 
el  Evangelio  de  Dios.  10  Vosotros  sois 
testigos,  y  Dios  también,  de  cuán 
santa,  justa  e  intachablemente  pro- 
cedimos con  vosotros  los  que  creéis ; 
"  según  sabéis,  cómo  a  cada  uno  de 
vosotros,  lo  mismo  que  un  padre  a 
sus  hijos,  u  os  alentábamos  y  con- 
solábamos y  os  conjurábamos  a  que 
caminaseis  de  una  manera  digna  de 
Dios,  que  os  llama  a  su  reino  y  glo- 
ria. 

13  Por  esto  también  nosotros  hace- 
mos gracias  a  Dios  incesantemente 
de  que,  habiendo  vosotros  recibido 
la  palabra  de  Dios,  que  de  nosotros 
oísteis,  la  abrazasteis  no  como  pa- 
labra de  hombre,  sino  tal  cual  es 
verdaderamente,  como  palabra  de 
Dios,  la  cual  ejerce  su  eficacia  en 
vosotros  los  creyentes.  14  Pues  que 
vosotros,  hermanos,  os  hicisteis  imi- 
tadores de  las  Iglesias  de  Dios  que 
están  en  la  Judea  en  Cristo  Jesús, 
por  cuanto  las  mismas  cosas  pade- 
cisteis también  vosotros  de  parte  de 
vuestros  compatriotas  que  ellos  mis- 
mos de  parte  de  los  judíos,  15  los 
cuales,  no  contentos  con  matar  al 
Señor  Jesús  y  a  los  profetas,  tam- 
bién a  nosotros  nos  persiguieron  ; 
que  no  agradan  a  Dios  y  son  contra- 
rios a  todos  los  hombres  ;  K  que  nos 
estorban  a  nosotros  al  predicar  a 
los  gentiles  para  que  se  salven,  obs- 
tinados siempre  en  colmar  la  medi- 
da de  sus  pecados  ;  pero  está  para 
descargar  sobre  ellos  la  ira  hasta  el 
colmo. 


2  •  Pfqueñuelos  :  existen  dos  variantes:  vrr¡z  <,i  (pequeñuelos)  y  jjIKoi  (mansos  o 
blandos).  I-a  mayoría  de  los  críticos  modernos  da  la  preferencia  a  la  segunda  va- 
riante. Con  todo,  la  prueba  documental  parece  decisiva  a  favor  de  la  primera  va- 
riante. 1-a  razón  por  la  cual  esta  variante  de  tan  firme  apoyo  documental  ha  sido 
repudiada  por  tantos  críticos  es  la  incoherencia  que  existe  entre  pequeñuelos  y 
madre  que  cría.  Pero  esa  incoherencia  de  imágenes,  lejos  de  ser  una  dificultad  contra 
fi-queñuelos,  es  más  bien  un  argumento  positivo  a  su  favor  ;  y  esto  por  dos  razones. 
Primera  :  precisamente  por  esta  incoherencia,  pequeñuelos  es  una  variante  ardua  o 
difícil,  y,  como  tal,  preferible.  En  efecto,  en  el  supuesto  que  el  original  tuviera 
«blandos»,  a  nadie  se  hubiera  ocurrido  cambiarlo  en  pequeñuelos  ;  en  cambio,  era 
obvio  cambiar  pequeñuelos  en  «blandos»  para  evitar  la  incoherencia  en  las  imágenes. 
Segunda  :  esta  incoherencia  de  imágenes,  tan  frecuente  en  San  Pablo  y  tan  carac- 
terística de  su  estilo,  es  como  un  sello  de  autenticidad,  que  acredita  el  origen  paulino 
de  la  variante  pequeñuelos. 

"  La  ira  :  amenaza  enigmática,  que  anuncia  proféticamente  la  próxima  ruina  de 
Jeiusalcn 


—  447  — 


2  17— 4  1 


I  TESALONICENSES 


Buenas  nuevas  traídas  por  Timoteo. 
2,  17-20  ;  3,  1-13 

11  En  cuanto  a  nosotros,  herma- 
nos, lejos  como  huérfanos  de  vos- 
otros por  breves  momentos,  con  el 
cuerpo,  no  con  el  corazón,  tanto  más 
nos  dimos  prisa  por  veros  cara  a 
cara  a  impulsos  de  un  ardiente  de- 
seo. 18  Porque  tuvimos  intento  de  ir 
a  vosotros,  yo,  Pablo,  en  particular, 
una  vez  y  otra  vez  ;  pero  nos  atajó 
Satanás.  19  Pues  ¿cuál  es  nuestra  es- 
peranza, o  gozo,  o  corona  de  gloria 
— ¿acaso  no  vosotros  también? — en 
la  presencia  de  nuestro  Señor  Jesús 
en  su  advenimiento  ?  20  Sí  que  vos- 
otros sois  nuestra  gloria  y  gozo. 


o  '  Por  lo  cual,  no  sufriendo  ya  más, 
*-*  preferimos  quedar  en  Atenas  so- 
los, 2  y  enviamos  a  Timoteo,  ese  her- 
mano nuestro  y  ministro  de  Dios  en 
el  Evangelio  de  Cristo,  para  conso- 
lidaros y  alentaros  en  orden  a  vues- 
tra fe,  3  a  fin  de  que  ninguno  titu- 
bease en  esas  tribulaciones.  Pues 
vosotros  mismos  sabéis  que  a  eso  es- 
tamos destinados.  4  Puesto  que  cuan- 
do estábamos  con  vosotros  ya  os 
predecíamos  que  hemos  de  ser  atri- 
bulados, como  así  aconteció,  y  bien 
lo  sabéis.  6  Por  eso  yo  también,  no 
sufriendo  ya  más,  envié  quien  se  in- 
formase de  vuestra  fe,  no  fuera  que 


os  hubiese  tentado  el  tentador  y  hu- 
biese resultado  estéril  nuestro  tra- 
bajo. 

B  Mas  ahora,  venido  Timoteo  a 
nosotros  de  vosotros  y  habiéndonos 
traído  buenas  nuevas  de  vuestra  fe 
y  caridad,  y  que  conserváis  buena 
memoria  de  nosotros  en  todo  tiem- 
po, deseando  vivamente  vernos — co- 
mo también  nosotros  a  vosotros — , 
'  con  eso  nos  hemos  consolado,  her- 
manos, en  vosotros,  en  medio  de  to- 
dos nuestros  aprietos  y  tribulacio- 
nes, gracias  a  vuestra  fe;  8  puesto 
que  ahora  vivimos,  si  vosotros  os 
mantenéis  firmes  en  el  Señor.  a  Pues 
i  qué  nacimiento  de  gracias  pode- 
mos en  retorno  pagar  a  Dios  res- 
pecto de  vosotros  por  todo  el  gozo 
con  que  nos  gozamos  a  causa  de 
vosotros  en  el  acatamiento  de  nues- 
tro Dios,  1U  pidiendo  noche  y  día  con 
la  mayor  instancia  veros  cara  a  cara 
y  completar  las  deficiencias  de  vues- 
tra fe  ?  11  Mas  el  mismo  Dios  y  Pa- 
dre nuestro  y  el  Señor  nuestro  Jesús 
enderece  nuestro  camino  hacia  vos- 
otros. a  Y  a  vosotros,  que  os  haga 
el  Señor  crecer  y  aventajar  en  la 
caridad  de  unos  para  con  otros  v 
para  con  todos — cual  es  la  nuestra 
para  con  vosotros — ,  13  en  orden  a 
fortalecer  vuestros  corazones,  irre- 
prochables en  santidad  en  el  acata- 
miento del  Dios  y  Padre  nuestro,  en 
el  advenimiento"  de  nuestro  Señor 
Jesús  con  todos  sus  santos. 


Segunda  parte:  Exhortación 


Primer  grupo  de  exhortaciones. 
Santidad  y  pureza.  4,  1-8 

A  1  Por  lo  demás,  pues,  hermanos, 
^  os  rogamos  y  exhortamos  en  él 
Señor  Jesús  a  que,  según  la  enseñan- 
za que  recibisteis  de  nosotros,  de  qué 


manera  habéis  de  proceder  y  agra- 
dar a  Dios — como  procedéis  ya — , 
que  os  (aventajéis  más  y  más.  5  Por- 
que sabéis  qué  preceptos  os  dimos 
al  anunciaros  al  Señor  Jesús.  3  Por- 
que ésta  es  la  voluntad  de  Dios, 
vuestra  santificación  :  que  os  abs- 
tengáis de  la  fornicación,  4  que  sepa 


3,u  Deficiencias  de  vuestra  fk  c  lo  que  todavía  falta  para  una  instrucción  más  cabal 
acerca  de  las  verdades  de  la  fe. 

A    »  Santificación  :  en  el  sentido  particular  y  concreto  de  «pureza». 

*  Esfosa  :  la  palabra  original  azaü'it  significa  «vaso,  instrumento»,  que  en  este 
pasaje  unos  interpretan  «el  propio  cuerpo»,  otros  «la  propia  esposa».  En  la  frase, 
aisladamente  considerada,  ambas  interpretaciones  son  igualmente  posibles ;  pero  el 
contexto  hace  mucho  mas  probable  la  interpretación  de  ESPOSA. 

-448- 


4  5-12 


I  TESALONICENSES 


4  13-5  1 


cada  uno  de  vosotros  poseer  su  pro- 
pia esposa  en  santificación  y  honor, 
no  con  pasión  de  concupiscencia, 
como  esos  gentiles  que  no  conocen 
a  Dios  ;  *  que  en  este  punto  mngu 
no,  con  violencia  o  con  engaño,  ¡na 
ga  injuria  a  su  hermano,  puesto  qut 
vengador  justiciero  de  todas  esa:- 
cosas  es  el  Señor,  como  ya  antes  o- 
dijimos  y  conjuramos.  1  Que  no  nos 
llamó  Dios  para  la  impureza,  sini 
para  vivir  en  santidad.  *  Así  que 
quien  esto  reprueba  no  reprueba  a 
un  hombre,  sino  a  Dios,  el  cual  os 
dió  también  su  santo  Espíritu,  en- 
viándolo  a  vosotros. 


Caridad  y  laboriosidad.  4,  9-12 

*  En  lo  que  toca  a  la  caridad  fra- 
terna no  tenéis  necesidad  de  que  se 
os  escriba,  puesto  que  vosotros  mis- 
mos sois  amaestrados  de  Dios  a 
amaros  los  unos  a  los  otros.  *•  Y,  en 
efecto,  eso  hacéis  con  todos  los  her- 
manos en  toda  la  Macedonia.  Sin 
embargo,  os  exhortamos,  hermanos 
a  que  os  aventajéis  más  y  más,  u  y 
que,  pundonorosos,  os  esmeréis  en 
vivir  sosegados,  y  en  ocuparos  en  lo 
vuestro,  y  en  trabajar  con  vuestras 
propias  manos,  como  os  encarga- 
mos, 15  a  fin  de  que  procedáis  deco- 
rosamente a  vista  de  los  de  fuera,  v 
de  nadie  tengáis  necesidad. 


Segundo  grupo.  Ventajas  de  los  ya 
dijuntos  en  el  advenimiento  de 
Cristo.  4,  13-18 

"  No  queremos  que  estéis  en  la 
ignorancia,  hermanos,  acerca  de  los 
que  duermen,  a  fin  de  que  no  os 
entristezcáis,  como  esos  otros  que 
no  tienen  esperanza.  "  Porque  si 
creemos  que  Jesús  murió  y  resucitó, 
así  también  Dio>  a  los  que  durmie- 
ron por  Jesús  los  llevará  consigo. 
13  I'orque  esto  os  afirmamos  conior- 
me  a  la  palabra  del  Señor  :  que  nos- 
otros, los  vivos,  los  supervivientes 
hasta  el  advenimiento  del  Señor,  110 
nos  adelantaremos  a  los  que  dur- 
mieron. 18  I'orque  el  mismo  Señor, 
con  voz  de  mando,  a  la  voz  del  ar- 
cángel y  al  son  de  la  trompeta  de 
Dios,  bajará  del  cielo,  y  los  muertos 
en  Cristo  resucitarán  primero;  11  lue- 
^o  nosotros,  los  vivos,  lo>  supervi- 
vientes, juntamente  con  ellos  sere- 
mos arrebatados  sobre  nubes  al  aire 
hacia  el  encuentro  del  Señor  ;  y  así 
siempre  estaremos  con  el  Señor. 
m  Así  que  con>olaos  mutuamente  con 
estas  palabras. 

Idvenimiento  repentino  del  Señor. 
5,  i"" 

r  1  Por  lo  que  toca  a  los  tiempos  y 
"   a  las  circunstancias,  hermanos, 


*-*  Acumula  aquí  San  Pablo  los  motivos  más  apremiantes  para  conservar  la 
pureza.  Además  de  otros  motivos  más  humanos,  insinúa  otros  más  altos  :  el  precepto 
de  Jesu-Cristo,  la  voluntad  de  Dios  Padre  y  la  presencia  del  Espíritu  Santo. 

Trabajar  :  algunos  de  aquellos  neófitos,  imaginando  inminente  el  seüundo  ad- 
venimiento del  Señor,  suspendieron  como  inútil  todo  trabajo  humano. 

Estaban  los  Tesalonicenses  preocupados  por  la  suerte  de  los  ya  difuntos, 
suponiendo  que  no  tendrían  la  dicha  de  presenciar  la  gloria  del  segundo  adveni- 
miento. Respóndeles  -san  l'ablo  que  la  >ueric  >it  !■•>  mi  dilunto!-  stn¡.  in;<.-  ¡...11a- 
¡ada,  por  cuanto  a  la  glorificación  de  los  supervivientes  precederá  la  resurrección 
gloriosa  de  los  muertos  en  el  Señor. 

14  Por  Jesús  afecta  al  verbo  llevara  en  el  sentido  obvio  de  tpor  mediación  de 
Jesusi  o  tpor  los  merecimientos  de  Jesúsi. 

"Los  vivos,  los  supervivientes:  aquí,  como  en  a  Cor.  5,  2-4,  se  traslada  con  la 
imaginación  al  tiempo  del  segundo  advenimiento,  como  si  fuera  uno  de  los  que 
entonces  vivirán.  O,  acaso  mejor,  la  frase  dos  veces  repetida  expresa  no  el  pensa- 
miento del  mismo  Pablo,  sino  el  de  los  Tesalonicenses,  de  cuyos  labios  toma  el  la 
frasccilla  no  sin  cierto  asomo  de  ironía.  , 

10  Voz  DE  mando  :  es  la  \oz  del  Hijo  de  Dios  que  oirán  todos  los  muertos,  como 
dice  el  mismo  Señor  por  San  Juan  (5,  28).  I|  Son  de  la  trompeta  de  Dios:  de  esta 
trompeta  habla  el  Salvador  en  la  Apocalipsis  sinóptica  (Mt.  24,  31),  y  más  enfática- 
mente el  mismo  San  Pablo  en  1  Cor.  15,  52.  ||  Voz  del  arcángel:  no  es  fácil  de- 
terminar si  esta  voz  y  el  son  de  la  trompeta  son  dos  realidades  distintas  o  más  bien 
dos  imágenes  de  una  misma  realidad. 

La  mención  de  los  vivos  después  de  recordar  la  resurrección  de  los  muertos 
da  a  entender  que  los  fieles  supervivientes  de  la  última  ceneración  no  morirán. 

—  449  — 


N.  T.  15 


5  2-12 


I  TESALON1CENSES 


5  13-28 


no  tenéis  necesidad  de  que  se  os  es- 
criba, '-'  pues  vosotros  mismos  sabéis 
perfectamente  que  el  día  del  Señor, 
como  ladrón  por  la  noche,  así  ven- 
drá. 3  Así  que  digan  :  «Paz  y  segu- 
ridad», entonces  de  improviso  se  les 
echa  encima  el  exterminio,  como  los 
dolores  del  parto  a  la  que  se  halla 
encinta,  y  no  escaparán.  4  Mas  vos- 
otros, hermanos,  no  estáis  en  tinie- 
blas para  que  ese  día  como  ladrón 
os  sorprenda.  6  Que  todos  vosotros 
sois  hijos  de  la  luz  e  hijos  del  día. 
No  somos  de  la  noche  ni  de  las  ti- 
nieblas. 8  Así  que  no  durmamos  co- 
mo los  otros,  sino  velemos  v  sea- 
mos sobrios.  'Pues  los  que  duer- 
men, de  noche  duermen,  y  los  que 
se  embriagan,  de  noche  se  embria- 
an  ;  8  mas  nosotros,  que  somos  del 
ía,  seamos  sobrios,  revestidos  de 
la  coraza  de  la  fe  y  la  caridad,  y 
como  yelmo,  la  esperanza  de  la  sa- 
lud, 9  puesto  que  no  nos  destinó  el 
Señor  para  la  cólera,  sino  para  la 
adquisición  de  la  salud  por  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo,  10  que  murió  por 
nosotros  para  que,  ya  velemos,  ya 
durmamos,  vivamos  juntamente  con 
El.  11  Por  lo  cual  animaos  recípro- 
camente y  edifícaos  el  uno  al  otro, 
como  ya  lo  hacéis. 


Tercer  grupo.  Recomendaciones 
diversas.  5,  12-22 


"Os  rogamos,  hermanos,  que  re- 
conozcáis a  los  que  trabajan  entre 
vosotros  y  os  gobiernan  en  el  Señor 


y  os  instruyen,  18  y  que  los  estiméis 
en  el  más  alto  grado  con  amor  a 
causa  de  su  obra.  Vivid  en  paz  en- 
tre  vosotros.  "  Os  exhortamos  asi- 
mismo, hermanos,  que  amonestéis 
a  los  revoltosos,  que  alentéis  a  los 
pusilánimes,  que  sostengáis  a  los 
débiles,  que  tengáis  longanimidad 
con  todos.  16  Mirad  que  ninguno 
vuelva  a  otro  mal  por  mal,  sino  an- 
dad siempre  tras  lo  bueno,  así  en- 
tre vosotros  como  entre  todos.  14  Gó- 
zaos siempre,  17  orad  sin  cesar,  18  en 
todas  las  cosas  dad  gracias,  pues  és- 
ta es  la  voluntad  de  Dios  en  Cristo 
Jesús  respecto  de  vosotros.  19  El  es- 
píritu no  le  apaguéis,  20  las  profecías 
no  las  menospreciéis.  21  Probadlo  to- 
do, quedaos  con  lo  bueno.  22  Abste- 
neos de  toda  apariencia  de  mal. 


Conclusión.  5,  23-28 


33  Y  el  Dios  de  la  paz  El  mismo  os 
santifique  íntegros,  y  que  todo  ente- 
ro vuestro  espíritu,  y  vuestra  alma, 
y  vuestro  cuerpo  se  conserven  irre- 
prensiblemente para  el  advenimiento 
de  nuestro  Señor  Jesu-Cristo.  24  Fiel 
es  el  que  os  llama,  el  cual  así  lo 
hará. 

20  Hermanos,  rogad  también  por 
nosotros. 

28  Saludad  a  los  hermanos  todos 
con  el  ósculo  santo.  27  Os  conjuro 
por  el  Señor  que  sea  leída  esta  car- 
ta a  todos  los  hermanos  santos. 

28  La  gracia  de  nuestro  Señor  Jesu- 
Cristo  sea  con  vosotros.  Amén. 


5 -  Manifiesta  aquí  San  Pablo  su  ignorancia,  y  la  de  todos,  acerca  del  tiempo  de 
la  paiusía;  manifestación  que  alude  evidentemente  a  las  declaraciones  del  mismo 
Señor  sobre  la  incertidumbre  del  último  día  (Mt.  24,  36  =  Me.  13,  32  =  Le.  17,  26), 
y  que  desvanece  las  fantasías  de  los  que  atribuyen  al  Apóstol  la  creencia  sobre  la 
inminente  proximidad  de  la  parusía. 

8  De  la  panoplia  o  armadura  del  soldado  cristiano,  que  mas  por  menudo  describe 
en  Ef.  6,  14-17,  menciona  aquí  San  Pablo  solas  dos  piezas  :  la  coraza,  cuyas  dos 
partes  son  la  fe  y  la  caridad,  y  kl  yelmo,  que  es  la  esperanza. 
"  Kspíritu  es  aquí  la  acción  carismatica  del  Espíritu  Santo. 
"Profecías:  es  el  carisma  que  tanto  se  enaltece  en  1  Cor.  14. 
31  Probadlo  todo  :  no  quiere  decir  que  se  lancen  curiosa  y  temerariamente  a  pro- 
bar cualquier  cosa,  sino  que  cautamente  examinen "  lo  que  se  les  presente  antes 
de  admitirlo. 

20  Vuestro  espíritu,  y  vuestra  m  \ia,  y  vuestro  cuerpo  :  espíritu  y  alma  no  son 
dos  partes  distintas  del  compuesto  humano,  como  lo  son  cuerpo  y  alma,  sino  dos 
actividades  de  la  misma  alma  :  la  actividad  intelectual,  sometida  al  influjo  del 
Espíritu  Santo,  y  la  actividad  sensitiva  ly  vegetativa).  Querer  ver  en  los  tres  tér- 
minos empleados  por  San  Pablo  una  derivación  de  la  tricotomía  platónica  es  des- 
conocer el  dualismo  antropológico  de  San  Pablo  y  de  toda  la  Escritura. 


—  450  — 


INTRODUCCION 
A  LA  II  EPISTOLA  A  LOS  TESALONICENSES 


casión  de  la  Epístola. — Tranquilizados  ya  los  Tesalonicenses  de  sus 


temores  infundados  acerca  de  la  suerte,  que  ellos  habían  creído 


desventajosa,  de  los  fieles  ya 1  difuntos,  en  el  advenimiento  de 
Cristo,  en  cambio  se  alborotaron  más  con  la  aprensión  exaltada  de  que 
el  día  del  Señor  iba  a  venir  de  un  momento  a  otro.  Y  llegó  a  tanto  esa 
fascinación  apocalíptica,  que  habían  ya  abandonado  el  cuidado  de  aten- 
der, como  cosa  superfina,  a  las  más  imprescindibles  necesidades  de  la 
vida.  De  ahí  que,  entregados  a  la  ociosidad,  pasaban  el  día  vagando  de 
casa  en  casa  y  hablando  sin  duda  de  la  tremenda  catástrofe  que  iba  a 
sobrevenir.  Temeroso  el  Apóstol  de  que  esas  extravagancias  diesen  al 
traste  con  la  fe  y  la  moralidad  de  sus  impresionables  neófitos,  les  escribe 
una  segunda  carta,  en  que  les  declara  que  el  día  del  Señor  no  es  tan 
inminente  como  ellos  se  imaginaban antes  han  de  sobrevenir  dos  gran- 
des crisis,  la  apostasía  universal  y  la  aparición  del  anticristo. 

División  de  la  Epístola. — La  Epístola  se  divide  en  tres  partes,  co- 
rrespondientes exactamente  a  sus  tres  capítulos.  En  la  primera,  intro- 
ductoria, después  de  dar  gracias  a  Dios  por  la  fe,  la  caridad  y  la  cons- 
tancia de  los  Tesalonicenses,  les  recuerda  el  justo  juicio  de  Dios,  que 
dará  a  cada  uno  su  merecido.  Este  recuerdo  del  juicio  divino  prepara  la 
segunda  parte,  dogmática,  sobre  el  advenimiento  del  Señor,  precedido 
por  la  aparición  del  anticristo.  La  tercera  parte,  moral,  contiene  diver- 
sas recomendaciones,  derivadas  más  o  menos  directamente  de  la  doctri- 
na antes  establecida. 


—  451  — 


II  TESALONICENSES 


1  3-11 


EPISTOLA  II  A  LOS  TESALONICENSES 


Salutación  epistolar 


Inscripción,  i,  1-2 

"i  1  Pablo,  Silvano  y  Timoteo  a  la 
Iglesia  de  los  Tesalonicenses  en 
Dios,  Padre  nuestro,  y  en  el  Señor 
Jesu-Cristo :  2  gracia  a  vosotros  y  paz 
de  parte  de  Dios  Padre  y  del  Señor 

(esu-Cristo. 


Acción  de  gracias.  1,  3-4 

*  Gracias  debemos  dar  a  Dios  en 
todo  tiempo  acerca  de  vosotros,  her- 
manos, como  es  razón,  porque  se 
acrecienta  más  y  más  vuestra  fe  y 
aumenta  la  mutua  caridad  de  cada 
uno  de  vosotros,  4  hasta  tal  punto 
que  nosotros  mismos  nos  gloriamos 
de  vosotros  en  las  Iglesias  de  Dios 
por-  vuestra  constancia  y  fe  en  me- 
dio de  todas  vuestras  persecuciones 
y  de  las  tribulaciones  que  toleráis. 


Primera  parte:  El  justo  juicio  de  Dios 


El  juicio  de  Dios  en  el  advenimiento 
de  Cristo.  1,  5-10 

"  Eso  es  demostración  del  justo 
juicio  de  Dios,  de  que  vosotros  se- 
réis juzgados  dignos  del  reino  de 
Dios,  por  el  cual  y  bien  que  pade- 
céis :  8  si  es  que  es  justo  a  los  ojos 
de  Dios  dar  en  retorno  tribulación 
a  los  que  os  atribulan,  '  v  a  vos- 
otros, los  que  sois  atribulados,  hol- 
gura juntamente  con  nosotros,  en  la 
revelación  del  Señor  Jesús,  cuando 
vendrá  desde  el  cielo  con  los  ánde- 
les de  su  poder  8  en  fuego  llamean- 
te, v  tomará  venganza  de  los  que 


no  conocen  a  Dios  y  no  dan  oídos 
al  Evangelio  del  Señor  nuestro  Je- 
sús ;  *  los  cuales  pagarán  la  pena 
con  perdición  eterna  ante  la  presen- 
cia del  Señor  y  ante  la  gloria  de  su 
fuerza,  10  cuando  viniere,  en  el  día 
aquel,  a  ser  glorificado  en  sus  san- 
tos y  mostrarse  admirable  en  todos 
los  que  creyeron  —  pues  que  creído 
fué  nuestro  testimonio  ante  vos- 
otros. 

Oración  del  Apóstol.  1,  11-12 

11  En  orden  a  lo  cual  oramos  asi- 
mismo en  todo  tiempo  por  vosotros, 


■1    '  Demostración  :  el  hecho  de  que  los  justos  sean  atribulados,  mientras  que  los 
impíos  triunfan,  no  imede  ser  duradero  y  definitivo,  si  es  que  hay  justicia  en 
Dios,  quien  no  puede  menos  de  dar  a  enda  cual  su  merecido,  trocando  las  suertes 
e  invirtiendo  los  valores  de  este  siglo  perverso. 

"  Dignos  de  la  vocación  :  esto  es,  que  llevéis  una  vida  santa,  cual  corresponde 
a  la  vocación  con  que  Dios  os  favoreció. 


—  452  - 


1  12-2  3 


II  TESALONTCENSES 


que  nuestro  Dios  os  haga  dignos  de 
la  vocación  y  realice  plenamente 
con  poder  toda  complacencia  en  la 
bondad  y  toda  obra  de  fe,  12  de  suer- 
te que  sea  el  nombre  del  Señor 


nuestro  Jesús  glorificado  en  vosotros 
y  vosotros  en  El,  según  la  gracia 
de  nuestro  Dios  y  del  Señor  Jesu- 
cristo. 


Segunda  parte:  Las  señales  del  advenimiento  de  Cristo 


Xo  es  inminente  el  advenimiento  de 
Cristo.  2,  1-2 

21  Os  rogamos,  hermanos,  por  lo 
que  atañe  al  advenimiento  de 
nuestro  Señor  Jesu-Cristo  y  a  nues- 
tra reunión  con  El,  2  que  no  os  dejéis 
tan  pronto  impresionar,  abandonan- 
do vuestro  sentir,  ni  os  alarméis,  ni 
por  espíritu,  ni  por  dicho,  ni  po 
carta,  cual  si  fuera  de  nosotros,  co 
mo  que  esté  inminente  el  día  del 
Señor. 


La  apostasía  general  y  el  anticristo, 
precursores  del  último  día.  2,  3-7 

'  Que  nadie  os  engañe  de  ninguna 
manera  ;  porque  si  primero  no  vi- 
niere la  apostasía  y  se  manifestare 
el  hombre  del  pecado,  el  hijo  de  la 


perdición,  4  el  que  hace  frente  y  se 
levanta  contra  todo  el  que  se  llama 
Dios  o  tiene  carácter  religioso,  has- 
ta llegar  a  invadir  el  santuario  de 
Dios  y  poner  en  él  su  trono,  osten- 
tándose a  sí  mismo  como  quien  es 
Dios...  6  ¿No  recordáis  que,  estando 
todavía  con  vosotros,  os  decía  yo 
esto  ?  6  Y  ahora  ya  sabéis  lo  que  le 
detiene,  con  el  objeto  de  que  no  se 
manifieste  sino  a  su  tiempo.  '  Por- 
que  el  misterio  de  la  iniquidad  está 
va  en  acción  ;  sólo  falta  que  el  que 
lo  detiene  ahora,  desaparezca  de  en 
medio. 


Manifestación  y  destrucción  del 
anticristo.  2,  8-12 

'  Y  entonces  se  manifestará  el  im- 
pío, a  quien  el  Señor  Jesús  destrui- 
rá con  el  soplo  de  su  boca  y  aniqui* 


2 2  Espíritu...,  dicho...,  carta  :  tres  causas  de  donde  pudo  originarse  el  rumor  sobre 
la  proximidad  de  la  parasía.  ||  Espíritu  :  sería  una  profecía  referente  a  la  paru- 
sía.  ||  Como  que  esté  inminente...  :  nueva  declaración  del  Apóstol,  que  demuestra  que 
no  sólo  no  creía  ser  inminente  la  parusía,  sino  todo  lo  contrario. 

3-12  La  historia  del  anticristo,  en  su  relación  con  el  segundo  advenimiento  de 
Cristo,  seguirá  estos  pasos  :  1)  existe  ya  y  actúa  el,  germen  de  la  apostasía,  que 
San  Pablo  llama  misterio  de  la  iniquidad  ;  2)  existe  también',  en  sentido  contrario, 
algo  o  alguien  que  detiene  o  estorba  la  aparición  del  anticristo  ;  3)  vendrá  día  en 
que  desaparecerá  este  obstáculo,  y  entonces  surgirá  el  anticristo  en  medio  de  la 
apostasía  universal  ;  4)  entonces  será  cuando  sobrevendrá  el  día  del  Señor,  y  el 
Señor  Jesús  aniquilará  al  anticristo  con  el  esplendor  de  su  advenimiento. 

3  El  hombre  del  pecado...  :  calificaciones  del  anticristo.  Será  el  anticristo,  según 
el  común  sentir  de  los  Santos  Padres  y  teólogos,  una  persona,  no  una  colectividad 
o  tendencia  personificada ;  aunque  claro  está  que  la  persona  del  anticristo  concen- 
trará en  sí  y  representará  una  tendencia  y  una  colectividad.  Esta  tendencia  parece 
será  un  sindiosismo  militante  y  comunista,  más  radical  y  exacerbado  que  cuanto 
hasta  ahora  se  ha  conocido,  encarnado  además  en  una  personalidad  irresistiblemente 
fascinadora  y  avasalladora  y  satánicamente  orgullosa. 

*  La  frase,  no  acabada,  es  una  simple  prútasis,  cuya  apódosis,  no  obstante,  .se 
adivina,  y  sería  :  mo  vendrá  el  día  del  Señori. 

5  Lástima  que  San  Pablo,  en  Yez  de  remitirse  a  lo  que  de  palabra  les  había 
dicho,  no  lo  repitiese  aquí  en  la  carta.  Efecto  de  esta  preterición  es  la  oscuridad 
que  envuelve  todo  este  pasaje. 

Lo  que  le  detiene...,  el  que  lo  detiene  ¡  estas  expresiones,  claras  para  los  Te- 
salonicenses,  son  para  nosotros  enigmáticas.  Entre  las  numerosas  interpretaciones 
que  se  han  propuesto  sigue  siendo  la  más  aceptable,  «i  bien  convenientemente  ma 
tirada,  la  que  generalmente  adoptaron  los  Santos  Padres,  los  cuales  creyeron  que  lo 


—  453  — 


2  9-3* 


II  TESALONICENSES 


2  14-  3  6 


lará  con  el  esplendor  de  su  adveni- 
miento ;  '  este  impío,  cuyo  adveni- 
miento será,  por  la  enérgica  acción 
de  Satanás,  en  toda  suerte  de  obras 
maravillosas  y  portentos  y  prodigios 
de  mentira,  10  y  en  toda  seducción 
de  iniquidad  en  daño  de  los  que  pe- 
recen, en  pago  de  no  haber  abierto 
su  corazón  al  amor  de  la  verdad 
para  ser  salvos.  11  Y  por  esto  envía- 
les Dios  eficiencia  de  seducción,  pa- 
ra que  den  fe  a  la  mentira,  "  a  fin 
de  que  sean  juzgados  todos  aque- 
llos que  no  dieron  fe  a  la  verdad, 
antes  se  complacieron  en  la  iniqui- 
dad. 

Exhortación  a  perseverar  en  la  je 
del  Evangelio.  2,  13-17 

a  En  cuanto  a  nosotros,  debemos 
hacer  gracias  a  Dios  en  todo  tiempo 


acerca  de  vosotros,  hermanos  ama- 
Jos  del  Señor,  por  cuanto  os  esco- 
gió Dios  como  primicias  para  la  sa- 
lud mediante  la  santificación  del 
Espíritu  y  la  fe  en  la  verdad,  "  pa- 
ra lo  cual  os  llamó  también  por  me- 
dio de  nuestro  Evangelio,  a  fin  de 
que  fueseis  adquisición  gloriosa  del 
Señor  nuestro  Jesu -Cristo.  a  Así, 
pues,  hermanos,  sed  constantes  y 
mantened  firmemente  las  tradicio- 
nes en  que  fuisteis  adoctrinados,  ya 
sea  de  viva  voz,  ya  sea  por  carta 
nuestra.  "  Y  el  mismo  Señor  nues- 
tro Jesu-Cristo  y  Dios,  Padre  nues- 
tro, que  nos  amó  y  dió  consolación 
eterna  y  esperanza  buena  por  su 
gracia,  "  consuele  vuestros  corazo- 
nes y  los  afiance  en  toda  obra  y  pa- 
labra buena. 


Tercera  parte:  Recomendaciones  diversas 


Pablo  pide  oraciones  y  expresa  sus 
sentimientos  de  confianza.  3,  1-5 

O  1  Por  lo  demás,  rogad,  hermanos, 
^  por  nosotros,  para  que  la  palabra 
del  Señor  se  propague  rápidamente 
y  sea  acogida  con  honor,  como  lo 
fué  entre  vosotros,  2  y  para  que  nos 
veamos  libres  de  esos  hombres  ab- 
surdos y  malvados,  que  no  de  todos 
es  la  fe.  '  Más  fiel  es  el  Señor,  el 
cual  os  fortalecerá  y  os  preservará 
del  malvado.  *  Y  confiamos  de  vos- 
otros en  el  Señor,  que  lo  que  os  en- 


comendamos ya  lo  hacéis  y  lo  ha- 
réis. 0  Y  el  Señor  enderece  vuestros 
corazones  hacia  el  amor  de  Dios  y 
la  firme  esperanza  en  Cristo. 


Exhortación  al  trabajo  y  al  orden. 
3,  6-iS 

'  Os  encomendamos,  hermanos,  en 
el  nombre  de  nuestro  Señor  Jesu- 
Cristo,  que  os  retraigáis  de  todo 
hermano  que   anda  desconcertada- 


que  detenía  la  aparición  del  anticristo  era  el  Imperio  romano,  y  el  que  lo  detenía,  el 
emperador  :  no  en  su  concreta  realidad  histórica,  sino  más  bien  lo  que  con  ello 
se  representaba,  que  es  el  principio  de  autoridad  normal  y  legítima,  en  cuanto 
mantiene  con  mano  firme  el  orden  social  y  político. 

"Tradiciones:  es  triste  el  fenómeno  que  acuí  y  un  poco  más  abajo  (3,  61 
ofrecen  las  versiones  protestantes,  la9  cuales,  mientras  traducen  indefectiblemente 
tradición  siempre  que  se  trata  de  tradiciones  reprobables,  cuales  eran  las  tradi- 
ciones farisaicas,  esquivan,  en  cambio,  la  enojosa  palabra  cuando,  como  aquí,  se 
trata  de  tradiciones  recomendadas,  cuales  eran  las  tradiciones  apostólicas.  Con  este 
procedimiento,  no  muy  leal,  las  versiones  protestantes  del  Nuevo  Testamento  dan 
¡a  falsa  impresión  de  que  la  tradición  es  cosa  reprobada  en  la  Sagrada  Escritu- 
ra. j|  De  viva  voz...,  por  carta:  dice  San  Juan  Crisóstomo  sobre  estas  palabras:  tDe 
aquí  resulta  claro  que  no  todas  las  cosas  nos  las  transmitieron  (los  apóstolesl  por 
carta,  sino  muchas  cosas  también  oralmente,  y  tanto  éstas  como  aquéllas  son  igual- 
mente fidedignas.  Así  que  también  la  tradición  de  la  Iglesia  hemos  de  mirarla 
i-omo  fidedigna,  i  Es  tradición  ?  No  busques  más.i 

3  *  Osl  malvado  :  de  Satanás,  príncipe  del  mal.  Otros  traducen  tde  (todo)  mal». 


—  454  — 


3  7"12 


II  TESALONICENSES 


3  13-18 


mente  y  no  según  la  tradición  que 
recibieron  de  nosotros.  '  Porque  vos- 
otros mismos  sabéis  cómo  nos  ha- 
béis de  imitar,  por  cuanto  no  pro- 
cedimos desconcertadamente  entre 
vosotros,  8  ni  de  balde  comimos  el 
pan,  recibiéndolo  de  nadie,  sino  con 
fatiga  y  cansancio,  trabajando  no- 
che y  día  para  no  ser  cargosos  a  nin- 
guno de  vosotros  ¡  *  no  que  no  ten- 
gamos derecho,  sino  para  darnos  a 
vosotros  como  dechado  que  podáis 
imitar.  10  Y,  cierto,  cuando  estába- 
mos con  vosotros  esto  os  encomen- 
dábamos :  que  quien  no  quiera  tra- 
bajar, tampoco  coma.  11  Porque  oímos 
decir  que  algunos  de  vosotros  an- 
dan desconcertadamente,  no  ocu- 
pados en  ningún  trabajo,  sino  ocu- 
pados en  mariposear.  12  Pues  a  esos 
tales  recomendamos  y  exhortamos 
en  el  Señor  Jesu-Cristo  que,  traba- 
jando con  sosiego,  coman  su  propio 


pan.  a  Y  vosotros,  hermanos,  no  re- 
moloneéis en  obrar  el  bien.  14  Mas 
si  alguno  no  obedece  a  nuestra  pa- 
'abra  transmitida  por  esta  carta,  a 
éste  señaladle  para  no  juntaros  con 
él,  a  fin  de  que  quede  corrido  ;  u  y 
no  le  miréis  como  enemigo,  sino 
amonestadle  como  hermano. 

Salutaciones  y  bendiciones  finales. 
3,  16-18 

"  Y  el  Señor  de  la  ,paz  os  conce- 
da El  mismo  la  paz  en  todo  tiempo, 
bajo  todo  aspecto.  El  Señor  sea  con 
todos  vosotros. 

™  La  salutación  va  de  mi  propia 
mano  ;  Pablo  ;  lo  cual  es  contrase- 
ña en  toda  carta  mía,  así  escribo. 

15  La  gracia  de  nuestro  Señor  Je- 
su-Cristo sea  con  todos  vosotros. 


11  No  ocupados...  :  en  el  original  griego  hay  un  lindo  juego  de  palabras  intra- 
ducibie en  nuestra  lengua. 

"  El  objeto  de  esta  contraseña  parece  ser  el  evitar  que  nadie  con  cartas  apócrifas 
pueda  alborotar  a  los  Tesalonicenses. 


—  455  — 


INTRODUCCION 
A     LA     I    EPISTOLA    A  TIMOTEO 


pistolas  pastorales.— Con  este  nombre,  insinuado  ya  por  Santo  To- 


más y  empicado  por  la  Pontificia  Comisión  Bíblica,  se  designan 


comúnmente  desde  mediados  del  siglo  XVUI  las  dos  Epístolas  a 
Tiirtotco  y  la  dirigida  a  Tito.  Son,  en  efecto,  instrucciones  dadas  por  el 
Apóstol  a  sus  dos  discípulos  para  el  buen  gobierno  de  las  Iglesias  a  ellos 
confiadas  o  para  el  ejercicio  de  su  ministerio  pastoral. 

Autenticidad. — La  crítica  racionalista,  que,  una  tras  otra,  ha  ido  re- 
conociendo la  autenticidad  de  las  demás  Epístolas  de  San  Pablo,  se  re- 
siste todavía  a  reconocer  el  origen  paulino  de  las  pastorales.  Mas  sin 
razón.  Los  testimonios  históricos  a  favor  de  las  pastorales  no  son  menos 
antiguos  y  constantes  que  a  favor  de  las  otras  cartas  de  San  Pablo.  Por 
este  lado  es  inexpugnable  la  autenticidad  de  las  pastorales.  De  otro  orden 
son  los  motivos  aducidos  contra  ella.  Tres  son  los  principales ;  la  índole 
de  los  falsos  doctores  en  ellas  combatidos,  el  estado  de  la  jerarquía  ecle- 
siástica que  ellas  suponen,  y  su  lengua  y  estilo,  diferente  del  de  las  Epís- 
tolas paulinas.  Pero  esos  motivos  de  negación  o  de  duda,  bien  conside- 
rados, lejos  de  oponerse  a  la  autenticidad,  antes  la  corroboran.  El  estado 
de  la  jerarquía,  en  vías  todavía  de  formación,  dista  radicalmente  del  que 
a  principios  del  siglo  JI  suponen  las  Epístolas  de  San  Ignacio  Mártir. 
Los  falsos  doctores,  combatidos  en  las  pastorales,  nada  tienen  que  ver 
con  los  gnósticos  del  siglo  II,  como  suponen  esos  críticos.  Por  fin,  las 
ponderadas  diferencias  de  lenguaje  se  reducen  casi  exclusivamente  a  los 
terminas  o  vocablos  nuevos,  no  empleados  en  las  otras  Epístolas;  fe- 
nómeno muy  natural,  al  tratarse  de  materias  no  tratadas  en  las  cartas 
anteriores.  En  cambio,  lo  que  hay  de  más  personal  y  característico  en  el 
lenguaje,  que  es  la  sintaxis,  el  desenvolvimiento  dialéctico  del  pensa- 
miento, ciertas  imágenes  o  frases  favoritas,  delata  la  mano  de  San  Pablo. 

Los  falsos  doctores. — Eran  judíos  y  judaizantes,  aunque  no  aquellos 
judaizantes  taimados  y  obstinados,  desenmascarados  y  combatidos  en  las 
Epístolas  a  los  Romanos,  Corintios  y  Gálatas,  sino  más  bien  unos  insul- 
sos charlatanes,  que  perdían  el  tiempo  y  desvirtuaban  el  Evangelio  con 
disputas  acerca  de  la  ley,  con  fábulas  o  cuentos  de  viejas,  con  genealo- 
gías interminables,  con  prescripciones  arbitrarias  referentes  al  uso  o 
abstención  de  ciertos  alimentos  y  a  la  purificación  legal;  cuestiones  todas 
ellas  hijas  de  una  curiosidad  malsana  y  más  tontas  que  falsas.  El  daño 


—  456  — 


I  TIMOTEO 


principal  de  ese  charlatanismo  quimérico  era  hacer  perder  el  gusto  a  la 
sana  doctrina  del  Evangelio  y  preparar  el  camino  a  otros  maestros  más 
perversos,  a  otras  propagandas  propiamente  heréticas,  que.  San  Pablo 
anuncia  para  lo  porvenir. 

Timoteo. — Nacido  en  Listra  de  Licaonia  de  padre  gentil  y  de  madre 
judía,  fué  convertido  a  la  fe  por  San  Pablo  durante  su  primera  expedi- 
ción apostólica.  A  partir  de  la  segunda  expedición  le  tomó  el  Apóstol 
como  compañero,  y  desde  entonces  fué  uno  de  sus  más  fieles  y  fervoro- 
sos colaboradores  en  la  predicación  del  Evangelio.  Libre  de  la  primera 
prisión  de  Roma,  Pablo  se  dirigió  al  Oriente  con  Timoteo,  a  quien  dejó 
en  Efeso  para  que  en  su  nombre  gobernase  aquella  Iglesia.  Desde  allí  le 
llamó  el  Apóstol  a  Roma  durante  su  segunda  prisión,  ya  próximo  a  sellar 
con  su  sangre  el  Evangelio  de  Cristo. 

Ocasión  y  objeto  de  la  Epístola. — La  ocasión  de  la  Epístola  fueron 
las  propagandas  malsanas  antes  mencionadas  y  otras  dificultades  que  Ti- 
moteo había  de  encontrar  en  el  fiel  desempeño  de  su  ministerio  pastoral. 
Su  objeto  era,  no  sólo  darle  instrucciones,  que  sin  duda  poco  antes  le 
había  dado  de  palabra,  sino  además  poner  en  su  mano  un  documento 
autorizado,  que  Timoteo  pudiera  utilizar  oportunamente  para  vencer  más 
eficazmente  las  resistencias  que  se  le  opusieran. 

División. — Puede  la  Epístola  dividirse  en  dos  partes:  una  más  didác- 
tica, otra  más  parenctica. 


—  457  — 


1  2-10 


EPISTOLA    I    A  TIMOTEO 


Introducción 


Inscripción  epistolar,  i,  1-2 

1  Pablo,  apóstol  de  Cristo  Jesús, 
según   la  ordenación   de  Dios, 


nuestro  Salvador,  y  de  Cristo  Jesús, 
esperanza  nuestra,  2  a  Timoteo,  ge- 
nuino hijo  en  la  fe :  gracia,  miseri- 
cordia, paz  de  parte  de  Dios  Padre  y 
de  Cristo  Jesús,  Señor  nuestro. 


Primera  parte 


Cortar  la  propaganda  de  doctrinas 
malsanas.  1,  3-7 

*  Conforme  te  encargué  que  per- 
manecieses en  Efeso,  mientras  yo 
partía  para  Macedonia,  para  que  in- 
timases a  ciertos  hombres  que  no 
enseñasen  otras  doctrinas  4  ni  pres- 
tasen atención  a  fábulas  y  a  genea- 
logías interminables,  cosas  esas  más 
a  propósito  para  promover  dispu- 
tas que  no  para  realizar  los  desig- 
nios de  Dios,  que  se  apoyan  en  la 
fe,  hazlo  como  lo  dije.  5  Mas  el  fin 
de  esta  intimación  es  la  caridad, 
nacida  de  un  corazón  puro,  y  de  una 
conciencia  buena,  y  de  una  fe  sin- 
cera ;  *  de  las  cuales  cosas  algunos 
habiéndose  desviado,  se  perdieron 


en  vana  palabrería,  7  pretendiendo 
ser  doctores  de  la  ley,  cuando  no 
entienden  ni  lo  que  dicen  ni  qué  es 
lo  que  tan  categóricamente  aseve- 
ran. 


Uso  legítimo  de  la  ley.  1,  8- 


8  Sabemos,  sí,  que  la  ley  es  bue- 
na, con  tal  que  uno  use  de  ella  le- 
gítimamente ;  9  sabiendo  esto,  que 
no  se  ha  puesto  la  ley  para  el  jus- 
to, sino  para  los  prevaricadores  y 
rebeldes,  impíos  y  pecadores,  irre- 
ligiosos y  profanos,  parricidas  y  ma- 
tricidas, homicidas,  fornicarios,  in- 
fames,  secuestradores,  mentirosos, 


I4  Genealogías  interminables  :  referentes  a  los  personajes  bíblicos  ;  a  no  ser  que 
preludien  las  syzygías  de  los  eones. 

6  Esta  intimación  :  es  la  que  San  Pablo  encarga  a  Timoteo  que  haga  a  los  de 
Efeso  en  el  versículo  3. 

8  No  dice  el  Apóstol  que  la  ley  no  obligue  a  los  justos,  sino  que  no  ha  sido  es- 
tablecida y  acompañada  de  su  correspondiente  sanción  en  atención  a  los  justos,  que 
ya  sin  la  coacción  de  la  ley  obran  el  bien 

10  Sana  doctrina:  abundan  en  las  Epístolas  pastorales  expresiones  tomadas  de  la 
Medicina. 


-  458  - 


111-19 


I  TIMOTEO 


1  20—2  9 


perjuros,  y  si  hay  otra  cosa  que  se 
oponga  a  la  sana  doctrina,  "  como 
lo  enseña  el  Evangelio  de  la  gloria 
del  Dios  bienaventurado,  que  me  fué 
confiado. 

\ 

Pablo,  pecador,  hecho  apóstol  por 
la  misericordia  de  Cristo,  i,  12-17 

'•'  Doy  gracias  al  que  me  dió  fuer- 
zas, a  Cristo  Jesús,  Señor  nuestro, 
porque  me  consideró  digno  de  su 
confianza,  poniéndome  en  el  minis- 
terio, 15  a  mí  que  primero  fui  blasfe- 
mo y  perseguidor  insolente  ;  mas 
hallé  misericordia  porque  obré  por 
ignorancia  en  mi  infidelidad  ;  "  so- 
breabundó, empero,  la  gracia  de 
nuestro  Señor  con  la  fe  y  caridad 
que  está  en  Cristo  Jesús.  ,5  Palabra 
es  digna  de  fe  v  de  toda  aceptación : 
que  Cristo  Jesús  vino  al  mundo  pa- 
ra salvar  a  los  pecadores,  de  los 
cuales  el  primero  soy  yo.  16  Mas  por 
esto  alcancé  misericordia,  para  que 
en  mí  primero  mostrare  Cristo  Jesús 
toda  su  longanimidad,  para  ejem- 
plo viviente  de  los  que  habían  dt 
creer  en  El  para  la  vida  eterna. 
"  Al  Rey  de  los  siglos,  inmortal,  in- 
visible, único  Dios,  honor  y  gloria 
por  los  siglos  de  los  siglos.  Amén. 


El  buen  combate  por  la  fe.  1,  18-20 

"  Este  mandato  te  confío,  hijo  mío 
Timoteo,  conforme  a  las  profecía* 
hechas  precedentemente  sobre  ti, 
para  que  milites  conforme  a  ellas  la 
noble  milicia,  19  conservando  la  fe 
y  la  buena  conciencia,  la  cual  ha- 


biendo algunos  desechado  naufraga- 
ron acerca  de  la  fe  ;  50  de  los  cuales 
es  Himeneo  y  también  Alejandro, 
a  quienes  entregué  en  manos  de  Sa- 
tanás para  que  aprendan  a  no  blas- 
femar. 


Orar  por  todos  para  que  todos  se 
salven.  2,  1-7 

o  1  Recomiendo,  pues,  lo  primero 
~  de  todo,  que  se  hagan  plegarias, 
oraciones,  intercesiones,  acciones  de 
gracias  por  todos  los  hombres,  ~  por 
los  revés  y  por  todos  los  que  ocu- 
pan altos  puestos,  a  fin  de  que  pa- 
semos una  vida  tranquila  y  sosega- 
da con  toda  piedad  y  dignidad.  'És- 
to es  bueno  y  acepto  a  los  ojos  de 
Dios  nuestro  Salvador,  *  el  cual  quie- 
re que  todos  los  hombres  sean  sal- 
vos y  vengan  al  pleno  conocimiento 
de  la  verdad.  3  Porque  uno  es  Dios, 
uno  también  el  Mediador  de  Dios  y 
de  los  hombres,  un  hombre,  Cristo 
Jesús,  6  que  se  dió  a  sí  mismo  como 
precio  de  rescate  por  todos  ;  divino 
testimonio  dado  en  el  tiempo  opor- 
tuno, *  para  cuya  promulgación  fui 
yo  constituido  heraldo  y  apóstol  (di- 
go la  verdad,  no  miento!,  maestro 
de  los  gentiles  en  la  fe  y  la  verdad. 


Oración  del  raid»,  modestia  y  su- 
misión de  la  mujer.  2,  8-1.5 

8  Quiero,  pues,  que  los  varones 
oren  en  todo  lugar,  alzando  puras 
las  manos,  sin  ira  y  sin  altercados. 
9  Asimismo  que  las  mujeres  se  pre- 


11  El  sentido  exacto  parece  ser  :  conforme  al  Evangelio  o  Buena  Nueva,  que  es 
muestra  de  la  gloria  de  Dios,  esto  es,  manifestación  esplendorosa  de  su  sabiduría, 
bondad  y  poder. 

u  Profecías  no  son  precisamente  vaticinios,  sino  declaraciones  hechas  sobre  Ti- 
moteo  por  alguno  que  poseía  el  carisma  de  la  profecía. 

10  Himeneo  y  Alejandro  :  personajes  desconocidos.  Del  primero  se  habla  también 
en  2  Tim.  2,  17-18. 

p  5  Uno  también  el  Mediador  de  Dios  :  sólo  Jesu-Cristo,  por  derecho  propio,  por 
™  representación  propia,  por  méritos  propios,  es  el  Mediador  entre  Dios  y  los  hom- 
bres ;  los  santos,  y  singularmente  la  Virgen  María,  lo  son  en  cuanto  son  asociados 
a  la  mediación  única  de  Jesu-Cristo. 

*  Testimonio  dado  en  el  tiempo  oportüno  :  la  venida  y  la  redención  de  Cristo  son 
un  testimonio  que  Dios  quiso  dar  de  sí  en  la  plenitud  de  los  tiempos.  Cristo  es  por 
antonomasia  el  testigo  de  Dios  y  de  la  verdad. 

»-15  Con  estas  enseñanzas  de  San  Pablo  quedan  condenadas  las  aberraciones  fe- 
ministas. 


—  459  — 


2  io~3  7 


I  TIMOTEO 


3  8-16 


senten  con  traje  decoroso  ;  que  se 
atavíen  con  pudor  y  moderación,  qut- 
no  con  trenzas  y  oro  o  perlas  o  ver- 
tido suntuoso,  10  sino,  cual  cumple 
a  mujeres  que  profesan  piedad,  con 
obras  buenas.  11  La  mujer,  oyendo 
en  silencio,  aprenda  con  toda  sumi- 
sión ;  12  a  la  mujer  no  le  consiento 
enseñar  ni  arrogarse  autoridad  so- 
bre el  varón,  sino  que  ha  de  estarse 
tranquila  en  su  casa  13  Porque  Adán 
fué  formado  el  primero,  luego  Eva. 
"Y  Adán  no  fué  engañado,  sino  la 
mujer  fué  quien,  seducida,  se  hizo 
culpable  de  transgresión  ;  15  será, 
empero,  salva  por  la  maternidad, 
con  tal  que  perseveren  en  la  fe, 
en  la  candad,  y  en  la  santidad,  uni- 
das a  la  moderación. 


Cualidades  del  obispo.  3,  1-7 


o  '  Digna  de  fe  es  esta  palabra.  Si 
"  uno  aspira  al  episcopado,  exce- 
lente función  desea.  2  Es,  pues,  ne- 
cesario que  el  obispo  sea  irreprensi- 
ble, marido  de  una  sola  mujer,  due- 
ño de  sí,  sensato,  digno  en  su  por- 
te, hospitalario,  idóneo  para  enseñar, 
3  no  dado  al  vino,  no  amigo  del  palo, 
sino  indulgente  ;  enemigo  de  pen- 
dencias, desinteresado  ;  4  que  rija 
bien  su  propia  casa,  que  mantenga 
a  sus  hijos  en  sumisión  con  toda  ho- 
nestidad ;  6  que  si  uno  no  sabe  regir 
su  propia  casa,  ¿cómo  va  a  cuidai 
de  la  Iglesia  de  Dios  ?  *  No  neófito, 
no  sea  que,  infatuado,  caiga  en  la 
condenación  del  diablo.  7  Y  es  me- 


nester que  goce  de  buena  reputación 
de  parte  de  los  de  fuera,  no  sea  que 
caiga  en  el  descrédito  y  en  el  lazo 
del  diablo. 


Cualidades  del  diácono.  3,  8-13 


8  Que  los  diáconos,  asimismo,  sean 
respetables,  no  doblados  en  sus  pa- 
labras, no  aficionados  a  mucho  vi- 
no, no  dados  a  sórdidas  ganancias  ; 
9  que  guarden  el  misterio  de  la  fe 
con  una  conciencia  pura.  10  Y  éstos 
sean  probados  primero  ;  luego  ejer- 
zan las  funciones  del  diaconado,  si 
fueren  hallados  irreprensibles.  11  Las 
mujeres,  asimismo,  sean  respeta- 
bles, no  murmuradoras,  circunspec- 
tas, fieles  en  todo.  12  Los  diáconos 
sean  maridos  de  una  sola  mujer, 
que  rijan  bien  a  sus  hijos  y  sus  pro- 
pias casas.  "  Porque  los  que  hubie- 
ren ejercido  bien  el  oficio  de  diácono 
adquieren  para  sí  un  puesto  honro- 
so y  mucha  confianza  en  la  fe  que 
es  en  Cristo  Jesús. 


La  «.casa  de  Dios»  y  el  «misterio  de 
la  piedadn.  3,  14-16 

14  Estas  cosas  te  escribo,  si  bien 
espero  ir  a  ti  bastante  pronto;  "mas, 
por  si  tardare,  para  que  sepas  cómo 
hay  que  portarse  en  la  casa  de  Dios, 
que  es  la  Iglesia  del  Dios  viviente, 
columna  y  sostén  de  la  verdad.  16  Y, 


31  No  dice  San  Pablo  que  es  bueno  desear  el  obispado,  sino  que  es  muy  excelente 
y  elevado  este  oficio,  al  cual,  por  tanto,  no  todos  pueden  aspirar. 
2  No  manda  San  Pab'o  que  el  obispo  tenga  mujer,  sino  en  el  caso,  entonces  or- 
dinario, de  que  esté  casado,  no  tenga  sino  una  sola  mujer. 

"  EL  misterio  de  la  fe  es  la  economía  de  la  redención  humana,  objeto  de  nuestra 
fe.  Este  misterio  o  bien  es  el  objeto  de  la  predicación  evangélica,  confiada  secunda- 
riamente a  los  diáconos,  o  bien,  muy  probablemente,  el  misterio  eucarístico,  cuya 
distribución  estaba  también  confiada  a  los  diáconos.  Parece  que  aquella  frase  paren- 
tética  de  la  consagración  del  cáliz  «Mysterium  fidei»,  que  primitivamente  declan  en 
alta  voz  los  diáconos,  está  tomada  de  este  pasaje  de  San  Pablo. 

11  Las  mujeres  de  que  aquí  se  habla  son  las  esposas  de  los  diáconos. 
13  Un  puesto  honroso  :  el  diaconado  bien  ejercido  es  una  disposición  y  recomen- 
dación para  los  grados  superiores  de  presbítero  y  obispo. 

16  Columna  y  base  de  la  verdad  :  parece  que  se  representa  San  Pablo  la  verdad 
como  una  estatua  (opuesta  a  la  falsa  divinidad  de  Artemis  de  Efeso),  levantada  sobre 
una  columna  apoyada  sobre  una  firme  basa. 

18  El  misterio  de  la  piedad:  es  el  mismo  misterio  de  la  fe,  objeto  de  nuestra 
veneración  y  que  se  cifra  en  la  persona  de  Cristo,  que  es  el  sujeto  tácito  de  los  seis 
Incisos  siguientes.  Estos  incisos  parecen  una  estrofa  de  un  himno  cristiano,  compues- 
to bajo  la  inspiración  carismática.  ||  Fué  manifestado  en  la  carne:  es  lo  mismo  que 
tel  Verbo  se  hizo  carne,  y  habitó  entre  nosotros,  y  vimos  su  gloria»  (Jn.  i,  14).  || 


—  460  — 


4  í-io 


I  TIMOTEO 


4  2-14 


reconocidamente,  grande  es  el  mis- 
terio de  la  piedad,  el  cual 

fué  manifestado  en  la  carne, 
justificado  por  el  Espíritu; 
mostrado  a  los  ángeles, 
predicado  entre  \us  gentiles  ; 
creído  en  el  mundo, 
enaltecido  en  gloria. 


Futuras  herejías  diabólicas.  4,  1-5 


a  1  Mas  el  Espíritu  abiertamente 
Q  dice  que  en  tiempos  posteriores 


apostatarán  algunos  de  la  fe,  dando 
oídos  a  espíritus  seductores  y  a  doc- 
trinas de  demonios,  1  inducidos  por 
la  hipocresía  de  algunos  impostores, 
que  llevan  marcado  con  fue<*o  en  su 
conciencia- el  estigma  de  su  ignomi- 
nia, 3  que  proscribirán  el  matrimo- 
nio y  el  uso  de  manjares,  que  Dios 
crió  para  que  los  tomasen  con  naci- 
miento de  gracias  los  fieles,  que  son 
los  que  han  conocido  plenamente  la 
verdad.  '  Porque  toda  criatura  de 
Dios  es  buena,  y  nada  hay  que  me- 
rezca repudiarse,  como  se  tome  con 
nacimiento  de  gracias,  5  pues  san- 
tifícase por  la  palabra  de  Dios  y  por 
la  oración. 


Segunda  parte 


Oponerse  a  las  malas  doctrinas  con 
la  je  y  la  piedad.  4,  6-10 

*  Si  estas  cesas  sugieres  a  los  her- 
manos serás  excelente  ministro  de 
Cristo  Jesús,  nutriéndote  con  la  pa- 
labra de  la  fe  y  de  la  buena  doctri- 
na que  has  seguido.  1  En  cambio, 
esas  fábulas  profanas  y  propias  de 
viejas,  evítalas.  Ejercítate  a  ti  mis- 
mo en  orden  a  la  piedad.  8  Porque 
el  ejercicio  corporal  para  poco  es 
provechoso  ;  mas  la  piedad  para  to- 
das las  cosas  es  provechosa,  ya  que 
tiene  vinculada  promesa  relativa  a 
la  vida  presente  y  a  la  venidera. 
*  Digna  de  fe  y  de  toda  aceptación 
es  esta  palabra.  10  Pues  para  esto 
nos  fatigamos  y  luchamos,  pues  te- 


nemos puesta  la  esperanza  en  el 
Dios  viviente,  que  es  Salvador  de 
todos  los  hombres,  mayormente  de 
los  fieles 


«Atiende  a  ti  y  a  la  enseñanza». 
4,  11-16 

11  Intima  estas  cosas  y  enséñalas. 
12  Que  nadie  te  menosprecie  por  tu 
juventud  ;  antes  bien,  hazte  decha- 
do de  los  fieles  en  la  palabra,  en  el 
comportamiento,  en  la  caridad,  en 
la  fe,  en  la  pureza.  13  En  tanto  que 
llego,  aplícate  a  la  lectura,  a  la  ex- 
hortación, a  la  enseñanza.  "  No  mi- 
res con  negligencia  la  gracia  que  hay 


I-'ué  justificado  por  el  Espíritu  :  por  cuanto  el  Espíritu  Santo  testificó  la  justicia, 
verdad  y  santidad  de  Jesu-Cristo  :  lo  cual  hizo  ya  en  la  resurrección,  atribuida  al 
Espíritu  Santo  (Rom.  i,  4 ;  8,  n...),  ya  el  día  de  Pentecostés,  ya  en  las  variadas 
manifestaciones  carismaticas.  ||  Mostrado  a  los  ángeles  como  Hijo  de  Dios  (Hcbr.  1, 
O!   Ef.  3,  10). 

41  El  Espíritu  Santo  :  lo  dice  por  medio  de  los  que  poseen  el  carisma  profético. 
5  La  palabra  de  Dios  que  santifica  los  alimentos  es  la  que  enseña  la  verdadera 
naturaleza  de  los  alimentos,  obra  de  Dios,  y  prescribe  su  recto  uso  para  la  c'oria  de 
Dios. 

'  Ejercítate  :  la  palabra  original  significa  gimnasia,  aplicada  aquí  metafórica- 
mente al  ejercicio  espiritual.  Con  esto  condena  San  Pablo  la  pasividad  erigida  en 
sistema  exclusivo  de  vida  espiritual. 

U_I6  Excelentes  consejos  sobre  la  doctrina  y  la  vida  de  los  ministros  evangélicos. 

14  La  gracia  QUE  haz  en  ti  :  se  expresan  aquí  los  dos  elementos  más  esenciales 
del  sacramento  del  Orden  :  1)  el  rito  exterior,  que  es  la  imposición  de  las  manos  del 
colegio  presbiteral,  en  el  cual  el  jefe  por  lo  menos  era  obispo;  2)  la  gracia  per- 
manente producida  instrumentalmente  por  el  rito  exterior.  ||  Las  profecías  son  las- 
que señalaban  a  Timoteo  como  candidato  del  episcopado. 


-461- 


4  15-5  9 


I  TIMOTEO 


5  10-21 


en  ti,  la  cual  te  fué  dada  a  causa  de 
las  profecías  con  la  imposición  de 
las  manos  del  colegio  presbiteral. 
13  Medita  estas  cosas,  anda  metido 
en  ellas  para  que  tu  adelantamiento 
sea  patente  a  todos.  "  Atiende  a  ti 
mismo  y  a  la  enseñanza,  insiste  en 
estas  cosas  ;  pues  eso  haciendo,  sal- 
varás tanto  a  ti  mismo  como  a  los 
que  te  escuchan. 

Modo  de  haberse  con  los  ancianos 
V  jóvenes.  Situación  de  las  viudas. 
5,  i-8 

r  1  Al  anciano  no  le  increpes  con 
"  dureza,  sino  exhórtale  como  a 
padre  ;  a  los  jóvenes,  como  herma- 
nos;  -  a  las  ancianas,  como  madres; 
a  las  jóvenes,  como  hermanas,  con 
toda  pureza.  3  A  las  viudas  hónralas, 
como  sean  verdaderas  viudas.  4  Que 
si  una  viuda  tiene  hijos  o  nietos, 
aprendan  éstos  primero  el  cariñoso 
respeto  que  deben  a  su  propia  fa- 
milia y  el  reconocimiento  con  que 
deben  recompensar  a  sus  progenito- 
res, porque  esto  es  acepto  a  los  ojos 
de  Dios.  6  Mas  la  que  es  verdadera- 
mente viuda  y  ha  quedado  sola,  tie- 
ne puesta  su  esperanza  en  Dios  y 
persevera  en  las  plegarias  y  oracio- 
nes noche  y  día.  6  En  cambio,  la 
que  se  da  a  los  placeres,  viviendo 
está  muerta.  7  Intímales  estas  cosas, 
a  fin  de  que  sean  irreprensibles. 
8  Que  si  uno  no  se  interesa  por  los 
suyos,  y  particularmente  por  los  de 
su'  casa,  ha  renegado  de  la  fe  y  es 
peor  que  un  infiel. 


Viudas:  ancianas,  jóvenes,  con 
familia.  5,  9-16 

'  Una  viuda,  para  que  sea  inscrita 
en  la  lista,  no  ha  de  tener  menos  de 


sesenta  años,  mujer  que  haya  sido 
de  un  solo  marido,  10  acreditada  por 
sus  buenas  obras  :  si  crió  bien  a  sus 
hijos,  si  ejercitó  la  hospitalidad,  si 
lavó  los  pies  de  los  santos,  si  soco- 
rrió a  los  atribulados,  si  anduvo  so- 
lícita tras  toda  obra  buena.  11  Mas  a 
las  viudas  jóvenes  descártalas  ;  por- 
que si  una  vez  los  estímulos  de  la 
sensualidad  les  ponen  hastío  de  Cris- 
to, quieren  casarse,  12  incurriendo  en 
condenación  por  haber  quebrantado 
su  primera  fe,  "  y  al  mismo  tiempo, 
ociosas  también,  aprender  a  ir  de 
casa  en  casa  ;  ni  sólo  ociosas,  sino 
además  chocarreras  y  entrometidas, 
hablando  lo  que  no  conviene.  "  De- 
seo, pues,  que  las  jóvenes  se  casen, 
que  críen  hijos,  que  sean  amas  de 
casa,  que  no  den  al  adversario  nin- 
guna ocasión  de  hablar  mal  ;  15  que 
ya  algunas  se  han  extraviado  yéndo- 
se en  pos  de  Satanás.  18  Si  alguna 
mujer  fiel  tiene  viudas  allegadas, 
socórralas  de  lo  suyo  y  no  sea  gra- 
vada la  Iglesia,  a  fin  de  que  se  pue- 
da socorrer  a  las  que  verdaderamen- 
te son  viudas. 


Modo  de  proceder  con  los 
presbíteros.  5,  17-25 

11  Los  presbíteros  que  gobiernan 
bien,  sean  considerados  dignos  de 
doblado  honor,  mayormente  los  que 
se  afanan  en  la  palabra  y  en  la  en- 
señanza. 1S  Pues  dice  la  Escritura  : 
«Al  buey  que  trilla  no  le  pondrás 
bozal»  y  «Digno  es  el  trabajador  de 
su  jornal».  10  Contra  un  presbítero 
no  admitas  acusación,  a  no  ser  so- 
bre el  testimonio  de  dos  o  tres.  20  A 
los  que  pecaren  repréndelos  en  pre- 
sencia de  todos,  para  que  también 
los  demás  cobren  temor.  a  Te  con- 
juro en  presencia  de  Dios  y  de  Cris- 
to Jesús  y  de  los  ángeles  escogido^ 


5 4  Aprendan  :  este  consejo  mira  a  los  hijos  o  nietos  respecto  de  sus  madres  o  abue- 
las viudas. 

*-10  Enumera  San  Pablo  las  condiciones  que  ha  de  reunir  una  viuda  para  ser 
inscrita  como  tal  en  el  registro  de  la  Iglesia.  Las  viudas  así  inscritas  eran  susten- 
tadas por  la  Iglesia,  a  la  cual  ayudaban  contribuyendo  a  la  catequesis  de  las  jóve- 
nes. Las  demás  viudas  eran  también  socorridas  por  la  Iglesia,  si  carecían  de  otro 
medio  de  sustentación. 

11  Razón  por  la  cual  no  deben  ser  inscritas  las  viudas  jóvenes  :  para  que  no  que- 
branten el  propósito  de  guardar  continencia,  lo  cual  sería  afrentar  a  Cristo. 

"  El  doblado  honor  se  refiere  a  los  subsidios  u  «honorarios!,  más  copiosos.  La 
razón  que  se  da  de  este  honor  en  el  versículo  siguiente  exige  esta  interpretación 

—  462  — 


5  22-6  3 


I  TIMOTEO 


6  4-13 


a  que  observes  estas  cosas,  depues- 
to todo  prejuicio,  no  haciendo  nada 
por  inclinación  a  una  de  las  partes. 
■  A  nadie  impongas  las  manos  de 
ligero  ni  te  hagas  cómplice  de  los 
pecados  ajenos  ;  a  ti  mismo  consér- 
vate puro.  3  En  adelante  no  bebas 
más  agua  sola,  sino  toma  un  poco 
de  vino  a  causa  de  tu  estómago  y 
de  tus  frecuentes  achaques.  **  En 
ciertos  hombres,  los  pecados  son  del 
todo  notorios  aun  antes  de  ser  lle- 
vados a  juicio  ;  los  de  otros,  en 
cambio,  sólo  por  el  juicio  se  descu- 
bren. 3  Asimismo,  las  obras  buenas 
son  a  las  veces  del  todo  notorias,  y 
las  que  no  lo  fueren  no  pueden  en- 
cubrirse. 


Deberes  de  los  esclavos.  6,  1-2 


61  Cuantos  están  bajo  yugo  como 
esclavos  miren  a  sus  propios 
amos  como  dignos  de  todo  honor, 
para  que  el  nombre  de  Dios  y  la  doc- 
trina no  sean  blasfemados.  :  Mas  los 
que  tienen  amos  fieles  no  los  ten- 
gan en  menos  por  ser  hermanos  : 
antes  bien,  sírvanlos  con  mayor  su- 
misión, por  cuanto  son  fieles  y  ama- 
dos los  que  reciben  sus  buenos  ser- 
vicios. 


Doctrinas  y  codicias  contrarias  a  la 
piedad.  6,  2-10 


Esto  es  lo  que  has  de  enseñar  v 
recomendar.  '  Si  alguno  enseña  otra 
doctrina  y  no  se  allega  a  las  pala- 
bras de  salud,  las  de  nuestro  Señor 


Jesucristo,  y  a  la  doctrina  que  es 
conforme  a  la  piedad,  4  está  infatua- 
do, siendo  así  que  nada  sabe  ;  antes 
bien,  padece  el  prurito  morboso  de 
promover  cuestiones  y  contiendas  de 
palabras,  de  las  cuales  resultan  en- 
vidia, riña,  insultos,  sospechas  ma- 
lignas, 5  interminables  disputas,  pro- 
pias de  hombres  corrompidos  en  su 
mente  y  privados  de  la  verdad,  que 
piensan  ser  la  verdad  una  granje- 
ria. *  Es,  sí,  grande  granjeria  la  pie- 
dad, contenta  con  lo  que  basta  ; 
*  pues  nada  hemos  traído  al  mundo, 
como  tampoco  podemos  llevarnos 
cosa  de  él  ;  8  y  como  tengamos  ali- 
mentos y  abrigos,  con  eso  nos  con- 
tentaremos. "  Mas  los  que  pretenden 
ser  ricos  caen  en  la  tentación  y  en 
el  lazo  y  en  muchas  codicias  insen- 
satas y  perniciosas,  las  cuales  hun- 
den a  los  hombres  en  el  abismo  de 
la  ruina  y  de  la  perdición.  10  Porque 
raíz  es  de  todos  los  males  el  amor 
al  dinero,  tras  el  cual  afanados  al- 
gunos se  descarriaron  de  la  fe  y  se 
envolvieron  a  sí  mismos  en  muchos 
dolores  punzantes. 


Exhortación  a  Timoteo:  santidad  di- 
vida, lucha  por  la  fe,  fidelidad  <in 
tacha.  6,  11-16 

"Mas  tú,  ¡oh  hombre  de  Dios!, 
huye  de  esas  cosas  ;  anda  más  bien 
tras  la  justicia,  la  piedad,  la  fe,  la 
caridad,  la  paciencia,  la  mansedum- 
bre. 12  Lucha  el  noble  certamen  d« 
la  fe,  conquista  la  vida  eterna,  para 
la  cual  fuiste  llamado  e  hiciste  aque- 
lla noble  profesión  de  fe  en  presen- 
cia de  numerosos  testigos.  "  Ordeno 
en  presencia  de  Dios,  que  vivifica 


teconómica».  Los  ministerios  sagrados  no  se  venden;  mas  los  que  los  desempeñan 
tienen  derecho  a  su  dee-oroso  sustento. 

Estos  dos  versículos  son  una  declaración  del  versículo  22.  El  sentido  es  : 
hay  algunos  cuya  dignidad  o  indignidad  para  el  sacerdocio  es  manifiesta,  sin  ne- 
cesidad de  nuevas  informaciones  ;  de  otros,  en  cambio,  no  consta  claramente  :  antes 
de  ordenar  a  éstos  son  necesarias  previas  informaciones. 

f*  11  Hombre  de  Dios  :  así  eran  apellidados  en  el  Antiguo  Testamento  los  profetas 
"  que  por  vocación  estaban  consagrados  al  servicio  divino.  ||  Paciencia  es  aquí  la  fir- 
meza de  la  esperanza  ;  por  eso  sigue  inmediatamente  a  la  fe  y  la  caridad. 

12  Habla  aquí  San  Pablo  de  las  realidades  espirituales  bajo  las  imágenes,  tan 
frecuentes  en  sus  Epístolas,  tomadas  de  los  certámenes  gímnicos. 

a-u  La  noble  confesión  de  fe  hecha  por  Timoteo  al  ser  consagrado  obispo  es 
comparada  con  la  nobi  f  CONFESIÓN  que  de  su  realeza  mesiánica  y  filiación  divina 
hizo  Jesús  ante  Pilato. 


-  46>  - 


6  14-20 


I  TTMOTEO 


6  17-21 


todas  las  cosas,  y  de  Cristo  Jesús, 
que  dió  testimonio  de  la  verdad  an- 
te Poncio  Pilato  con  tan  noble  con- 
fesión, 14  que  conserves  el  mandato 
inmaculado,  irreprensible  hasta  la 
manifestación  de  nuestro  Señor  Jesu. 
Cristo,  15  la  cual  en  sus  tiempos  mos- 
trará el  bienaventurado  y  único  so- 
berano, el  Rey  de  los  que  reinan  y 
Señor  de  los  que  dominan,  16  el  úni- 
co que  posee  la  inmortalidad,  que 
mora  en  luz  inaccesible,  a  quien  nn 
vió  ninguno  de  los  hombres  ni  pue- 
de ver,  a  quien  sea  honor  y  poderío 
sempiterno.  Amén. 


Advertencia  a  los  ricos.  6, 


17-19 


"  A  los  que  son  ricos  en  este  pre- 
sente si^lo  recomiéndales  que  m> 
nutran  sentimientos  de  altanería  ni 
tengan  puesta  su  esperanza  en  la  ri- 
queza, tan  insegura,  sino  en  Dios, 
que  nos  provee  de  todo  espléndida- 
mente para  que  disfrutemos  de  ello  ; 
18  que  se  den  a  la  beneficencia,  que 
=ean  ricos  en  buenas  obras,  lardos 
en  repartir,  amigos  de  comunicar 
=us  bienes,  18  atesorando  para  sí  un 
excelente  fondo  para  lo  por  venir,  a 
fin  de  alcanzar  aquella  que  verdade- 
ramente es  vida. 


Epílogo 


iGuarda  el  depósito  de  la  fe». 
6,  20-21 


*°  ¡Oh  Timoteo!,  guarda  el  depó- 
sito, dando  de  mano  a  las  profanas 


palabrerías  y  contradicciones  de  la 
mal  llamada  ciencia,  21  de  la  cual 
algunos  haciendo  alarde,  erraron  en 
'a  fe. 

La  gracia  sea  con  vosotros. 


es  como  el  código  de  las  instrucciones  episcopales  que  en  esta 
carta  da  Pablo  a  Timoteo. 

'+-'«  La  elevación  y  tono  poético  de  estos  versículos  permite  suponer  que  sus 
expresiones  están  tomadas  de  algún  himno  cristiano  primitivo. 

19  Fondo  :  la  palabra  original,  que  significa  fundamento,  designa  aquí  los  fon- 
dos atesorados  con  las  buenas  obras  ^ara  la  vida  eterna. 

20  Guarda  el  dei-ósito  :  como  si  dijera  :  lo  que  enseñas,  lo  que  mandas,  no  es 
tuyo  ;  es  un  depósito  sagrado  que  te  ha  sido  confiado  ;  cual  lo  has  recibido,  tal  lo 
has  de  transmitir  :  íntegro,  intacto.  Tal  ha  sido  siempre  la  voz  de  la  Iglesia 
ante  las  novedades  profanas  que  han  atentado  contra  la  sagrada  integridad  del 
depósito  divino.  Tal  es  también  la  divisa  de  la  tradición  católica. 


INTRODUCCION 
A    LA    II    EPISTOLA    A  TIMOTEO 


casión  de  la  Epístola. — Pablo  está  de  nuevo  en  Roma,  encarcelado 


y  encadenado  por  Cristo.  Su  muerte  es  inminente.  Se  halla  ade- 


más  casi  solo:  a  excepción  de  Lucas,  que  permanece  constante  a 
su  lado,  los  demás  o  han  partido  a  otras  regiones  o  le  han  abandonado 
cobardemente.  Pero  lo  que  más  le  llega  al  alma  son  los  peligros  a  que  se 
ve  expuesta  la  Iglesia:  no  principalmente  los  peligros  de  persecución 
sangrienta,  sino  los  de  doctrinas  perversas  o  de  propagandas  malsanas.  Es 
el  Getscmaní  del  Apóstol  en  vísperas  de  su  Calvario.  Las  angustias,  los 
temores,  la  soledad  invaden  su  alma.  Mas  esos  sentimientos  penosos  no 
le  abaten  ni  acobardan.  A  imitación  de  Cristo,  su  corazón  reacciona;  la 
fe,  la  esperanza,  el  amor,  el  celo  apostólico  se  sobreponen.  A  impulso  de 
estos  encontrados  sentimientos  escribe  Pablo  esta  Epístola,  que  es  como 
su  testamento  apostólico. 

Objeto. — til  parte,  pero  antes  de  partir  quiere  legar  y  como  transfun- 
dir su  espíritu  apostólico  a  su  querido  discípulo,  a  su  hijo  Timoteo:  a  la 
manera  que  Elias  dejó  a  Elíseo  su  doblado  espíritu  profetico.  Para  esto 
le  llama  a  Roma,  para  tenerlo  a  su  lado  cuando  derrame  su  sangre  como 
libación  a  honor  de  su  Señor  Jesu-Cristo.  Mas,  por  si  se  frustran  esos 
deseos,  traslada  a  esta  carta  todos  los  sentimientos  de  su  corazón  de 
padre  y  de  apóstol.  La  nota  dominante  es  la  de  constancia  e  intrepidez 
en  luchar  por  el  Evangelio  y  la  firmeza  en  desenmascarar  y  combatir  el 
error:  Lo  uno  y  lo  otro,  guardando  fielmente  la  tradición  y  custodiando 
intacto  el  depósito  de  la  verdad  revelada. 

División. — Entre  la  introducción  (i,  1-5),  notable  por  la  intimidad  del 
sentimiento,  y  la  conclusión  (4,  g-22),  en  que  los  encargos  y  nuevas  per- 
sonales se  mezclan  cun  los  saludos,  el  cuerpo  de  la  Epístola  puede  divi- 
dirse en  dos  partes,  no  bien  deslindadas  por  razón  de  sus  múltiples  afi- 
nidades. En  la  primera,  de  carácter  más  general,  exhorta  San  Pablo  a 
su  discípulo  a  la  constancia  e  intrepidez  en  su  ministerio  pastoral  (1,  6-2, 
¡3).  En  la  segunda,  más  concreta,  le  instruye  sobre  el  modo  de  proceder 
contra  la  propaganda  de  doctrinas  malsa>u2S  (2,  14-4,  8). 


—  465  — 


1  1-6 


II  TIMOTEO 


14-á 


EPISTOLA    II    A  TIMOTEO 


Introducción 


Inscripción  epistolar,  i,  1-2 

"i  1  Pablo,  apóstol  de  Cristo  Jesús 
por  la  voluntad  de  Dios  para 
anunciar  la  promesa  de  la  vida,  que 
se  halla  en  Cristo  Jesús,  2  a  Timoteo, 
mi  querido  hijo  :  gracia,  misericor- 
dia, paz,  de  parte  de  Dios  Padre  y 
de  Cristo  Jesús,  Señor  nuestro. 


Recuerdos  personales.  6,  3-5 

*  Hago  gracias  a  Dios,  a  quien  sir- 
vo, siguiendo  la  tradición  de  mis 


progenitores,  con  pura  conciencia, 
por  cuanto  conservo  sin  cesar  el  re- 
cuerdo de  ti  en  mis  oraciones  noche 
y  día,  4  suspirando  por  verte,  al 
acordarme  de  tus  lágrimas,  para 
sentirme  colmado  de  gozo,  B  habien- 
do recibido  nuevas  que  me  han  re- 
cordado la  fe  no  fingida  que  hay  en 
ti,  la  cual  arraigó  primero  en  tu 
abuela  Loide  y  en  tu  madre,  Euni- 
ce,  y  estoy  seguro  de  que  también 
en  ti. 


Primera  parte 


Intrepidez  sacerdotal  en  la  predica- 
ción del  Evangelio  a  ejemplo  de 
Pablo.  1,  6-14 

*  Por  esta  causa  te  amonesto  que 
reavives  la  gracia  de  Dios,  que  está 


en  ti  por  la  imposición  de  mis  ma- 
nos. '  Que  no  nos  dió  Dios  un  es- 
píritu de  timidez,  sino  de  fortaleza, 
y  de  caridad,  y  de  templanza.  8  No 
te  avergüences,  pues,  del  testimo- 
nio que  debes  dar  a  nuestro  Señor, 
ni  de  mí,  su  prisionero  ;  antes  bien, 


I1  En  pocas  palabras  define  San  Pablo  su  apostolado  :  1)  es  una  misión  y  re- 
presentación de  Jesu-Cristo ;  2)  su  origen  es  la  voluntad  de  Dios  Padre,  no  la 
elección  humana  ;  3)  su  objeto  característico  es  anunciar  a  los  hombres  la  promesa 
de  la  vida  eterna  ;  4)  su  obra  es  la  «edificación  del  cuerpo  de  Cristo»  (Ef.  4,  12), 
expresada  por  la  fórmula  en  Cristo  Jesús.  Estas  declaraciones  del  Apóstol  son  una 
condenación  de  la  herejía  liberal,  que  pretende  someter  la  Iglesia  a  la  potestad 
civil.  La  potestad  apostólica,  ejercida  en  nombre  de  Jesu-Cristo,  instituida  por  vo- 
luntad expresa  de  Dios  Padre,  destinada  a  fines  incomparablemente  superiores  a  los 
de  toda  sociedad  humana,  en  ninguna  manera  puede  estar  sometida  a  la  potestad 
civil.  La  Iglesia  es,  por  derecho  divino,  independiente  de  toda  autoridad  humana, 
y  con  esta  total  independencia  debe  desempeñar  su  divina  misión. 

*-*  Estos  recuerdos  y  sentimientos  de  Pablo,  próximo  ya  a  su  martirio,  son  de 
una  ternura  conmovedora  y  arrancarían  lágrimas  a  Timoteo. 

Como  en  1  Tim.  5,  19,  nos  da  aquí  San  Pablo  la  definición  del  sacramento 
del  Orden.  Lo  que  de  nuevo  añade  es  la  determinación  de  la  gracia  sacramental, 
que  es  espíritu...  de  fortaleza...,  de  caridad  y  de  templanza,  o  moderación. 

8  La  predicación  del  Evangelio  es  un  testimonio  sobre  Jesu-Cristo,  testimonio  que, 
en  virtud  de  la  palabra  original,  puede  ser  un  «martirio». 

•-"Este  es  uno  de  los  pasajes  en  que  San  Pablo  expone  sintéticamente  lo  que 
él  llama  su  Evangelio. 


—  466  — 


i  9-15 


II  TIMOTEO 


116-2  5 


comparte  mis  padecimientos  por  la 
causa  del  Evangelio,  estribando  en 
la  fuer/a  de  Dios,  0  el  cual  nos  salvó 
y  nos  llamó  con  vocación  santa,  no 
según  nuestras  obras,  sino  según  su 
propia  determinación  y  según  la  gra- 
cia dada  a  nosotros  en  Cristo  Jesús 
antes  de  los  tiempos  eternos,  10  y 
que  se  manifestó  ahora  por  la  apa- 
rición de  nuestro  Salvador,  Cristo 
Jesús,  que  destruyó  la  muerte  e  irra- 
dió luz  de  vida  y  de  inmortalidad 
por  medio  del  Evangelio.  u  Para 
cuya  predicación  fui  yo  constituido 
heraldo  y  apóstol  y  maestro  de  los 
gentiles.  a  Y  por  esta  causa  también 
padezco  estas  cosas  ;  mas  no  me 
avergüenzo,  porque  sé  a  quién  he 
creído  y  estoy  firmemente  persuadi- 
do de  que  es' poderoso  para  guardar 
mi  depósito  hasta  aquel  día.  u  Con- 
serva sin  deformarlo  el  tipo  de  las 
palabras  sanas  que  de  mí  oíste,  con 
la  fe  y  la  caridad  que  está  en  Cristo 
Jesús.  "  Guarda  el  precioso  depósi- 
to por  el  Espíritu  Santo,  que  habita 
en  nosotros. 


Los  cobardes  y  los  leales,  i,  15-18 

"  Sabes  ya  que  me  han  vuelto  las 
espaldas  todos  los  que  hay  en  el 


Asia,  entre  los  cuales  está  Figelo  v 
también  Hermógenes.  19  Conceda  el 
Señor  misericordia  a  la  familia  de 
Onesíforo,  por  cuanto  muchas  veces 
me  alivió  y  no  se  avergonzó  de  mi 
cadena,  1?  antes  bien,  llegado  a  Ro- 
ma, solícitamente  me  Uuscó  y  halló. 
a  Concédale  el  Señor  que  alcance 
misericordia  de  manos  del  Señor  en 
aquel  día.  Y  cuantos  buenos  servi- 
vios  prestó  en  Efeso,  mejor  tú  lo 
sabes. 

Buscar  colaboradores,  luchar  y  Ira- 
bajar  con  la  esperanza  del  fruto. 
2,  1-7 

o,  1  Tú,  pues,  hijo  mío,  confórtate 
^  en  la  gracia  que  se  halla  en  Cris- 
to Jesús  ;  2  y  lo  que  oíste  de  mí,  ga- 
rantido por  muchos  testigos,  esto 
confíalo  a  hombres  fieles,  quienes 
sean  idóneos  para  enseñar  a  su  vez  a 
otros.  '  Entra  denodadamente  a  com- 
partir las  fatigas,  como  bizarro  sol- 
dado de  Cristo  Jesús.  4  Nadie  que 
se  dedica  a  la  milicia  se  deja  enre- 
dar en  los  negocios  de  la  hacienda, 
a  fin  de  contentar  al  que  lo  alistó 
en  el  ejército.  6  Y  también,  si  uno 


13  Mi  depósito  :  son  las  buenas  obras,  aquí  especialmente  los  trabajos  apostólicos, 
con  la  recompensa  merecida,  que  Pablo  deposita  confiado  en  la  fidelidad  y  poder 
de  Dios. 

a-u  Recomienda  aquí  San  Pablo  la  fidelidad  a  la  tradición  apostólica.  Su  punto 
de  partida  son  las  PALABRAS  sanas  que  de  mí  oíste  :  la  enseñanza  oral  de  los  após- 
toles ;  estas  palabras  sanas  son  el  precioso  depósito  que  hay  que  custodiar  y  trans- 
mitir fielmente  ;  son  también  el  modelo,  la  norma  de  la  enseñanza  episcopal  ;  su 
conservación  y  transmisión  incorrupta  está  garantida,  de  parte  de  Dios,  por  el  Es 
píritu  Sanio,  que  habita  en  nosotros  ;  de  parte  del  hombre,  con  la  fe  y  la  caridad. 
Decir,  como  dicen  los  protestantes,  que  sola  la  Escritura  es  regla  de  fe,  es  diame- 
tralmente  opuesto  a  lo  que  aquí  enseña  San  Pablo. 

15  Figelo   y...   Hermógenes:    personajes  desconocidos. 

18-is  De  Onesíforo  sólo  sabemos  lo  que  aquí  dice  San  Pablo  en  su  elogio 
18  Con  su  ejemplo  enseña  el  Apóstol  a  orar  por  los  difuntos. 

O  •  Garantido  por  muchos  tfsiigos  :  para  acreditar  la  verdad  de  su  palabra. 
™  San  Pablo  apelaba  al  testimonio  de  los  que  habían  visto  y  oído  al  Salvador,  prin- 
cipalmente después  dé  su  resurrección  (1  Cor.  15,  5-7).  Aquí  describe  el  proceso  de 
la  tradición,  en  el  cual,  como  cadena  no  interrumpida,  señala  hasta  cinco  anillos  : 
1)  los  testigos  de  vista  que  vieron  a  Cristo  resucitado ;  2)  el  mismo  Pablo,  que  de 
ellos  lo  había  oído,  fuera  de  que  también  él  lo  había  visto  glorioso  ;  3)  Timoteo, 
que  lo  oye  de  Pablo  ;  4)  los  hombres  fieles,  a  quienes  Timoteo  confía  el  testimonio  ; 
5)  los  otros,  que  lo  reciben  de  los  hombres  fieles.  Y  claro  está  que  éstos  a  su  vez 
han  de  transmitir  a  otros  lo  que  ellos  recibieron.  ¿  A  qué  esta  constante  transmisión 
del  testimonio  apostólico,  si  bastaban  como  norma  de  fe  las  Escrituras  ?  En  vez  de 
testigos,  San  Pablo  hubiera  buscado  escribientes ;  en  vez  de  instruir  hombres,  se 
hubiera  ocupado  de  hacer  copiar  y  divulgar  libros  ;  en  vez  de  crear  iglesias,  hubie- 
ra fundado  editoriales. 

*-*  Todo  apóstol,  y  más  generalmente  todo  cristiano,  ha  de  ser  un  bizarro  soldado 
de  Cristo  Jesús.  Es  muy  conforme  a  esta  concepción  paulina  el  carácter  militante 
de  la  vida  cristiana. 

—  467  — 

1 


2  6-16 


II  TIMOTEO 


2  9-21 


lucha  como  atleta,  no  es  coronado 
si  no  lucha  conforme  a  ley.  6  El  la- 
brador que  se  fatiga,  razón  es  que 
sea  el  primero  en  participar  de  los 
frutos.  7  Piensa  lo  que  di°;o,  porque 
te  dará  el  Señor  inteligencia  en 
todo. 

Sufrir  como  Pablo  a  ejemplo  de 
Cristo  para  reinar  con  Cristo.  2,  8-13 

8  Pon  delante  de  tus  ojos  a  Jesu- 
cristo, resucitado  de  entre  los  muer- 
tos, del  linaje  de  David,  conforme 


a  mi  Evangelio  ;  0  por  cuva  predi- 
cación padezco  trabajos  hasta  ser 
encadenado  como  malhechor  ;  mas 
la  palabra  de  Dios  no  está  encade- 
nada. 10  Por  esto  todo  lo  sufro  por 
los  escogidos,  para  que  también 
ellos  alcancen  la  salud  que  se  halla 
en  Cristo  Jesús  con  la  gloria  eterna. 
11  Digna  es  de  fe  esta  palabra.  Pues 
si  con  El  morimos,  también  con  El 
viviremos  ;  12  si  constantemente  su- 
frimos, también  con  El  reinaremos  ; 
si  le  negáremos,  también  El  nos  ne- 
gará ;  13  si  somos  infieles,  El  per- 
manece fiel,  puesto  que  no  puede 
desmentirse  a  sí  mismo. 


Segunda  parte 


Enseñar  la  verdad  y  huir  de  vanas 
palabrerías   que  degeneran  en  im- 
piedad. 2,  14-21 

"  Jrae  a  la  memoria  e=tas  cosas, 
conjurándolos  en  presencia  de  Dios 
a  no  perderse  en  logomaquias — cosa 
que  para  nada  aprovecha — ,  para  el 
completo  trastorno  de  los  oyentes. 
15  Procura  diligentemente  presentar- 
te tal  ante  Dios,  que  merezcas  su 
aprobación,  obrero  que  no  tiene  de 
qué  ruborizarse,  que  reparte  recta- 
mente la  palabra  de  la  verdad.  36  A 
las  profanas  palabrerías  húrtales  el 
cuerpo,  porque  los  que  se  dan  a 
ellas  irán  avanzando  con  creciente 


aumento  de  impiedad,  "  y  su  pala- 
bra como  gangrena  se  cebará  ;  de 
los  cuales  es  Himeneo  lo  mismo  que 
Fileto,  18  los  cuales  se  desviaron  de 
la  verdad  diciendo  que  la  resurrec- 
ción ya  se  ha  efectuado,  y  trastor- 
nan la  fe  de  algunos.  19  Mas  en  ver- 
dad, el  sólido  fundamento  de  Dios 
^e  mantiene  firme  teniendo  este  se- 
llo :  «Conoció  el  Señor  a  los  que  son 
suyos»  y  «Aléjese  de  la  iniquidad 
todo  el  que  nombre  el  nombre  del 
Señor»  (Núm.  16,  5).  20  Mas  en  una 
casa  grande  no  hay  solamente  ob- 
jetos de  oro  y  de  plata,  sino  tam- 
bién de  madera  y  de  barro,  y  de  ellos 
unos  son  para  usos  honrosos  ;  otros, 
para  usos  viles.  a  Así,  pues,  si  uno 


0  Sentencia  algo  enigmática,  cuyo  sentido  más  natural  es  que  el  predicador 
evangélico  ha  de  ser  el  primero  en  participar  de  los  frutos  espirituales  del  Evangelio. 

8  La  resurrección  de  Cristo  y  su  origen  davídico  eran  elementos  importantísimos 
de  lo  que  San  Pablo  llamaba  mi  Evangelio 

13-12  1  ey  fundamental  de  la  vida  cristiana  :  padecer  con  Cristo  para  vivir  y  reinar 
con  Cristo. 

15  Que  reparte  rectamente  :  la  palabra  original,  que  significa  cortar  recto—como 
el  labrador,  que  corta  rectos  los  surcos—,  se  aplica  al  predicador  que,  evitando  rodeos 
superfinos,  va  derecho  a  la  instrucción  y  fruto  espiritual  de  los  oyentes. 

17  De  Himeneo  se  habla  también  en  1  Tim.  1,  20;  de  Fileto  no  se  tienen  más 
noticias 

i*-'9  Cuál  sea  el  sólido  fundamento  de  Dios,  se  entiende  por  lo  que  precede. 
Himeneo  y  Fileto,  como  errando  el  tiro,  se  desvian  de  la  verdad  ;  otros,  seducidos 
por  ellos,  fallan  en  la  fe.  Al  desacierto  de  los  primeros  y  a  la  inestabilidad  de  los 
segundos  se  contrapone  la  sólida  firmeza  de  la  verdad  de  Dios.  Esta  verdad  la 
expresa  San  Pablo  con  la  metáfora  del  fundamento  de  un  edificio. 

z»-23  La  inteligencia  de  este  pasaje  difícil  depende  del  contexto.  El  problema 
principal  está  en  si  la  doble  categoría  de  objetos  :  unos  de  oro  o  de  plata  ;  otros  de 
madera  o  de  barro  ;  unos  para  honor,  otros  para  ignominia,  expresa  simple  gra- 
dación de  mejor  o  menos  bueno  o  bien  oposición  entre  bueno  y  malo.  Lo  que 
sigue  y  lo  que  antecede  demuestra  que  en  la  mente  de  San  Pablo  la  doble  cate- 
goría es  de  oposición.  Ni  se  opone  a  esta  interpretación  el  que  en  la  vida  real  los 
llamados   vasos  de  ignominia   presten  su  utilidad,   pues  no  enfoca  San  Pablo  la 


—  468  — 


2  22-3  5 


II  TIMOTEO 


3  6-16 


se  purificare  de  esas  cosas,  será  ob- 
jeto destinado  a  usos  honrosos,  san- 
tificado y  útil  a  su  dueño,  aparejado 
para  toda  obra  buena. 


Mansedumbre  pastoral.  2,  22-26 


a  De  los  caprichos  juveniles  hu- 
ye ;  sigue  más  bien  tras  la  justicia, 
la  fe,  la  caridad,  la  paz  con  los  que 
invocan  al  Señor  con  limpio  cora- 
zón. 3  Las  discusiones  tontas  e  in- 
doctas rehuyelas,  sabiendo  que  en- 
gendran peleas  ;  "y  el  siervo  del 
Señor  no  debe  pelearse,  sino  ser 
manso  para  con  todos,  atento-  a  en- 
señar, sufrido,  26  que  con  manse- 
dumbre instruya  a  los  adversarios, 
por  si  acaso  les  inspira  Dios  arre- 
pentimiento que  los  lleve  al  pleno 
conocimiento  de  la  verdad  24  y  vuel- 
ven sobre  sí,  escapando  al  lazo  del 
diablo,  el  cual  los  tenía  prendidos  y 
rendidos  a  su  voluntad. 


Desbordamiento  futuro  de  corrup- 
ción so  capa  de  piedad.  3,  i-q 


0  1  Y  has  de  saber  eso,  que  en 
"  los  postreros  días  se  presentarán 
tiempos  difíciles  ;  3  porque  serán  los 
hombres  amadores  de  sí  mismos, 
amigos  de',  dinero,  fanfarrones,  so- 
berbios, difamadores,  desot^dientes 
a  sus  padres,  ingratos,  irreligiosos, 
•  desamorados,  desleales,  calumnia- 
dores, incontinentes,  despiadados, 
enemigos  de  todo  lo  bueno,  4  trai- 
dores, arrojados,  infatuados,  amigos 
del  placer  más  que  amisros  de  Dios, 

1  que  tendrán  cierta  compostura  de 
piedad,  mas  que  habrán  renegado  de 
su  verdad  y  eficacia  ;  a  éstos  tam- 


bién rehuyelos.  6  Porque  de  ésos  son 
los  que  se  cuelan  por  las  casas  y  se 
llevan  cautivas  a  mujercillas  carga- 
das de  pecados,  traídas  y  llevadas 
de  toda  suerte  de  concupiscencias, 
'  que  siempre  están  aprendiendo  y 
nunca  pueden  llegar  al  pleno  cono- 
cimiento de  la  verdad.  *  De  la  ma- 
nera que  Yannés  y  Yambrés  se  opu- 
sieron a  Moisés,  así  también  ésos  se 
oponen  a  la  verdad,  hombres  co- 
rrompidos en  su  mente,  descalifica- 
dos en  materia  de  fe.  "  Mas  no  lo- 
grarán nuevos  avances,  puesto  que 
su  demencia  se  hará  patente  a  to- 
dos, como  también  la  de  aquéllos  lo 
fué. 


La  tradición  y  la  Escritura  ei 
ministerio  pastoral,  a  ejemplo 
Pablo.  3,  10-17 


M  Tú,  empero,  me  has  seguido  asi- 
duamente en  la  doctrina,  en  el  mo- 
do de  vivir,  en  los  planes,  en  la  fe, 
en  la  longanimidad,  en  la  caridad, 
en  la  paciencia,  11  en  las  persecu- 
ciones, en  los  padecimientos,  cuales 
los  que  me  acaecieron  en  Antioquía, 
en  Iconio,  en  Listras  ;  cuales  fueron 
las  persecuciones  que  padecí,  y  de 
todas  me  libró  el  Señor.  u  Y  tam- 
bién todos  los  que  quieren  vivir  pia- 
dosamente en  Cristo  Jesús,  serán 
nerseguidos.  13  Mas  los  hombres  mal- 
vados y  embaucadores  adelantarán 
de  mal  en  peor,  seductores  a  la  vez 
v  seducidos.  "  Tú,  en  cambio,  per- 
manece constante  en  lo  que  apren- 
diste y  acogiste  como  verdadero,  sa- 
biendo de  quiénes  lo  aprendiste,  Jí  y 
que  desde  niño  conoces  las  sagra- 
las  letras,  las  cuales  pueden  hacer- 
te sabio  en  orden  a  la  salud  por 
medio  de  la  fe  que  se  halla  en  Cris- 
to Jesús.  16  Toda  la  Escritura,  divi- 


imagen  o  comparación  desde  este  punto  de  vista.  Pero  hay  que  advertir  que  el 
ser  objeto  de  honor,  si  radical  y  principalmente  depende  de  la  gracia  de  Dios, 
también  depende  secundariamente  de  la  libre  cooperación  del  hombre,  como  lo 
expresa  el  Apóstol  claramente  en  el  versículo  21. 

3'  Los  nombres  de  Yannés  y  Yamdrés,  magos  de  Faraón,  no  constan  en  la  Es- 
critura ;  San  Pablo  los  conoció  por  la  tradición  de  los  judíos. 
10  El  verbo  me  has  seguido  asiduamente  varia  de  matiz  con  los  diferentes  com- 
plementos que  rige  :  has  imitado  mi  fe.  .,  has  estado  a  mi  lado  en  las  persecuciones... 

M-»  Enumera  San  Pablo  las  dos  fuentes  de  la  verdad  revelada  :  la  tradición  y  la 
sagrada  Escritura. 

16  La  frase  puede  construirse  de  dos  maneras  :  1)  Toda  la  Escritura  es  divina- 
mente inspirada  y  útil...;   2)  toda  la  Escritura,  divinamente  inspirada   (como' es), 


—  469  — 


3  "-4  w 


II  TIMOTEO 


4  3-18 


ñámente  inspirada,  es  también  pro- 
vechosa para  'la  enseñanza,  para  la 
reprensión,  para  la  corrección,  para 
la  educación  en  la  justicia,  "  para 
que  sea  cabal  el  hombre  de  Dios, 
dispuesto  y  a  punto  para  toda  obra 
buena. 


Santa  obstinación  en  volver  por  lo¡> 
fueros  de  la  verdad  con  la  esperan- 
za de  la  corona.  4,  1-8 

41  Te  conjuro  en  la  presencia  de 
Dios  y  de  Cristo  Jesús,  que  ha  de 
juzgar  a  vivos  y  muertos,  y  por  6u 
advenimiento  y  por  su  reino  :  2  pre- 
dica la  palabra,  insta  a  tiempo  y  a 
destiempo,  reprende,  exhorta,  incre 
pa  con  toda  longanimidad  y  no  ce- 


jando en  la  enseñanza.  a  Porque  ven- 
drá tiempo  cuando  no  soportarán  la 
sana  doctrina,  antes  a  medida  de 
sus  concupiscencias  tomarán  para  sí 
maestros  sobre  maestros,  con  la  co- 
mezón de  oídos  que  sentirán,  *  y  por 
un  lado  desviaran  sus  oídos  de  la 
verdad  y  por  otro  se  volverán  hacia 
las  fábulas.  6 Mas  tú  anda  sobre  ti  en 
todo,  arrostra  los  trabajos,  haz  obra 
de  evangelista,  desempeña  cumpli- 
damente tu  ministerio.  6  Pues  yo  voy 
a  ser  derramado  como  libación  3^  el 
momento  de  mi  partida  es  inminen- 
te. '  He  luchado  la  noble  lucha,  he 
finalizado  la  carrera,  he  mantenido 
la  fe  ;  8  por  lo  demás,  reservada  me 
está  la  corona  de  la  justicia,  con  la 
cual  me  galardonará  en  aquel  día  el 
Señor,  el  justo  Juez ;  y  no  sólo  a  mí, 
sino  también  a  todos  los  que  ha- 
brán aguardado  con  amor  su  adve- 
nimiento. 


Conclusión 


Encargos  varios  y  nuevas  persona- 
les. 4,  9-18 


*  Procura  venir  a  mí  pronto,  10  pues 
Demás  me  abandonó  por  amor  a  es- 
te siglo  y  se  marchó  a  Tesalónica  ; 
Crescente,  a  la  Galia  ;  Tito,  a  Dal- 
macia  ;  11  Lucas  solo  queda  conmi- 
go. A.  Marcos  tómale  y  tráele  con- 
tigo, pues  me  va  a  ser  útil  para  el 
ministerio.  12  A  Tíquico  le  mandé  a 
Efeso.  "  El  abrigo  que  me  dejé  en 
Tróade,  en  casa  de  Carpo,  cuando 
vengas,  tráelo,  y  también  los  libros, 
mayormente  los  pergaminos.  14  Ale- 
jandro el  metalúrgico  me  ocasionó 


muchos  males  :  el  Señor  le  dará  el 
pago  según  sus  obras  ;  15  del  cual 
guárdate  tú  también,  pues  ha  hecho 
obstinada  oposición  a  nuestras  pala- 
bras. M  En  mi  primera  defensa  na- 
die me  patrocinó,  antes  me  desam- 
pararon :  que  no  se  les  tome  en 
cuenta  ;  17  mas  el  Señor  me  asistió 
y  me  confortó,  para  que  por  mi  me- 
dio sea  cumplidamente  anunciada  la 
predicación  y  la  oigan  los  gentiles  ; 
y  fui  librado  de  la  boca  del  león. 
"  El  Señor  me  librará  de  toda  obra 
mala  y  me  salvará,  llevándome  a  su 
reino  "celeste  ;  a  quien  sea  la  gloria 
I  por  los  siglos  de  los  siglos.  Amén. 


es  útil...  La  segunda  construcción  es  más  probable.  Pero  en  ambas  el  adjetivo  theo- 
pncustos  es  pasivo  (divinamente  inspirada)  y  tiene  extensión  universal,  por  cuanto 
se  refiere  a  toda  la  Escritura. 

4"  Declara  el  Apóstol  su  próxima  muerte  con  dos  imágenes  expresivas  :  la  de  la 
libación  y  la  de  la  nave  que,  sueltas  las  amarras,  sale  del  puerto. 
J0  Demás,  primero  fiel  compañero  de  Pablo  (Col.  4,  14  ¡  Film,  24),  al  fin  le  aban 
donó  cobardemente.  ||  Galia:  otra  variante  lee  Galacia. 

»No  consta  la  identidad  entre  este  Alejandro  y  el  mencionado  en  1  Tim.  1,  ~o. 
"  En  mi  primera  defensa  delante  del  tribunal  del  César,  nadie  me  patrocinó  de 
los  que  vo  presentaba  como  testigos 

11  De  la  boca  del  león  :  metáfora  usada  o  frase  hecha  para  designar  un  inmi- 
nente peligro  de  la  vida.  Aunque  desamparado  de  los  hombres,  Pablo  fué  ampa- 
rado por  Dios  en  su  primera  defensa. 


—  470  — 


4  19-20 


II  TIMOTEO 


4  21-22 


Saludos  y  bendición.  4,  19-22 


"  Saluda  a  Prisca  y  a  Aquila  y  a 
la  familia  de  Onesíforo.  M  Erasto  se 
quedó  en  Corinto,  a  Trófimo  le  dejé 


en  Mileto  enfermo.  u  Procura  venir 
antes  del  invierno.  Te  saluda  Eubu- 
lo,  y  también  Pudente,  y  Lino,  y 
Claudia,  y  los  hermanos  todos. 

a  El  Señor  Jesu-Cristo  sea  con  tu 
espíritu.  La  gracia  sea  con  vosotros. 


"  Este  Erasio  es  probablemente  el  mencionado  junto  con  Timoteo  en  Ac.  19,  22, 
mi\s  bien  que  el  mencionado  en  Rom.  16,  23.  Sobre  Trófimo  cfr.  Ac.  20,  4;  21,  29. 
21  Pudente  y  Lino  :   personajes  bien  conocidos  en  la  primitiva  Iglesia  romana. 


—  471  — 


INTRODUCCION 
A     LA     EPISTOLA     A  TITO 


'ITO. — Nació  Tito  de  padres  gentiles,  acaso  en  Antioquía.  Aparece 


por  vez  primera  asociado  a  San  Pablo  en  su  viaje  al  Concilio  de 


Jerusalén,  donde  los  judaizantes  intentaron  en  vano  circuncidarle. 
Durante  la  tercera  expedición  del  Apóstol  fué  enviado  por  éste  dos  veces 
a  Corinto ;  una  desde  Efeso,  otra  desde  Macedonia.  Años  más  tarde,  a 
su  vuelta  de  España,  San  Pablo  evangelizó  rápidamente  a  Creta,  donde 
dejó  a  Tito  para  que  completase  su  obra.  De  allí  le  llamó  San  Pablo  a 
Nicópolis,  en  el  Epiro.  Más  tarde  le  hallamos  en  Dalmacia.  Según  una 
tradición,  conservada  por  Eusebio,  murió  en  Creta.  Fué  Tito  el  hombre 
de  confianza  de  San  Pablo. 

Ocasión  y  objeto  de  la  carta. — La  Epístola  a  Tifo  guarda  estrecha 
afinidad  con  la  primera  a  Timoteo.  Salvo  las  diferencias  de  lugares  y 
personas,  ambas  Epístolas  fueron  escritas  con  ocasión  parecida  y  con 
idéntico  objeto  resistir  a  la  propaganda  de  doctrinas  malsanas,  organi- 
zar definitivamente  las  Iglesias,  custodiar  intacto  el  depósito  de  la  fe. 

División. — Después  de  la  introducción,  más  solemne  que  de  ordina- 
rio (i,  1-4),  el  cuerpo  de  la  Epístola  consta  de  dos  partes  principales. 
En  la  primera  se  proponen  las  cualidades  de  los  presbíteros  (1,  5-16). 
En  la  segunda  se  inculcan  los  deberes  propios  de  cada  estado  (2,  1-15), 
los  generales  a  todos  los  fieles  (3,  1-8)  y  los  particulares  del  pastor  (3, 
8-11).  Cierran  la  carta  algunas  recomendaciones,  seguidas  de  saludos  y  de 
la  bendición  (3,  12-15). 


TITO 


13-7 


EPISTOLA     A  TITO 


ntroducción 


Inscripción  epistolar,  i,  1-4 


i  .  1  Pablo,  siervo  de  Dios  y  apóstol 
*■  de  Jesu-Cristo  en  orden  a  la  fe  de 
los  escogidos  de  Dios  y  al  pleno  co- 
nocimiento de  la  verdad  que  es  con- 
forme a  la  piedad,  '  con  la  esperan- 
za de  la  vida  eterna,  que  prometió 


el  Dios,  que  no  miente,  antes  de 
tiempos  eternos,  s  y  manifestó  en  su 
lleuipo  su  palabra  por  la  predica- 
ción que  me  tué  confiada  por  la  or- 
denación de  Dios  nue.-tro  Salvador  : 
'a  lito,  hijo  genuino  según  la  fe 
común  a  entrambos,  gracia  y  paz  de 
parte  de  Dios  Padre  y  de  Cristo  Je- 
sús, nuestro  Salvador. 


Primera  parte 


Cualidades  de  los  presbíteros- 
obispos.  1,  5-9 

•  Con  este  objeto  te  dejé  en  Cre- 
ta, para  que  acabases  de  poner  en 


regla  lo  que  faltaba  y  establecieses 
en  cada  ciudad  presbíteros,  según 
vo  te  ordené  :  "  si  uno  es  inculpa- 
ble, mando  de  una  sola  mujer,  que 
tenga  sus  hijos  fieles,  no  tachados 
de   libertinaje  ni   insumisos.   :  l'ur- 


1~  Apusiol  Dt  Jtsu-»_Risio...  .  magnifica  concepción  del  apostolado  relacionado  con 
la  fe  y  con  la  esperanza.  II  En  orden  a  la  fe:  para  anunciarla  a  unios  los  hombres, 
de  modo  que  la  abracen  los  escogidos  de  Dios.  Esta  fe  lleva  consigo  el  pleno  cono- 
cimiento de  la  verdad,  pues  no  es  la  fe  un  ciego  sentimiento  del  corazón,  sino 
un  acto  de  la  inteligencia  que  conoce  la  verdad  ;  si  bien  no  una  verdad  profana, 
sino  la  verdad  yUt  ta  iu.\tuKME  A  la  piedad,  que  somete  y  juma  el  uoiubit  a  ¿.i^s.  1 
Con  la  esperanza,  o  más  literalmente,  u  base  de  la  esperanza,  Esta  esperanza  de 
la  vida  eterna,  si  no  es  motivo  de  la  fe,  es  si  un  estimulo  poderoso  y  normalmente 
necesario  para  abrazarla  de  todo  corazón.  En  pocas  palabras  propone  San  Pablo 
el  objeto  y  el  motivo  de  la  esperanza.  El  objeto  es  la  vida  eterna,  es  decir,  Dios, 
en  cuanto  es  nuestro  sumo  bien.  El  motivo  es  la  fidelidad  de  Dios  en  cumplir  sus 
promesas.  La  expresión  uue  no  miente,  tratándose  de  esperanza  y  de  promesa,  equi- 
vale a  que  no  falta  a  su  palabra.  ||  Antes  de  iiempos  eternos  :  expresión  hiperbólica, 
para  significar  la  más  remota  antigüedad. 

*■*  Por  la  ordenación  Dt  Dios  :  el  apostolado  presupone  la  elección,  la  vocación 
y  la  misión  recibida  de  Dios,  sin  la  cual  carecería  de  toda  autoridad  Por  lalla  de 
esta  misión  divina,  de  esta  apóstol icidad,  carece  de  base  el  protestantismo. 

•  Establecieses  en  cada  uüi  ai.  PKtsBirtKOs     tal  era  \u  pruviiu  n  .11  Pablo: 

no  dejar  libros,  sino  formar  hombres  ;  no  confiar  el  porvenir  de  la  Iglesia  a  la  lec- 
tura de  la  Biblia,  sino  a  la  enseñanza  oral  de  macsLrus  autorizados.  El  camino  pri- 
mario y  principal  para  hacer  llegar  a  los  hombres  la  palabra  revelada  por  Dios  no 
es  la  Escritura,  sino  la  tradición. 

1  El  obispo  :  la  lógica  obliga  aquí  a  identificar  estos  obispos  con  los  presbíteros 
mencionados  anteriormente.  Un  mismo  nombre  se  aplicaba  indiferentemente  por 
entonces  a  los  dos  grados  del  sacerdocio  cristiano,  que  posteriormente  recibieron  los 
nombres  diferentes  de  obispos  y  presbíteros. 


—  473  - 


1&-2  3 


TITO 


112-2  6 


que  es  menester  que  el  obispo  sea 
inculpable,  como  administrador  de  la 
casa  de  Dios  ;  no  arrogante,  no  co- 
lérico, no  dado  al  vino,  no  amigo 
del  palo,  no  codicioso  de  sórdidas 
ganancias,  8  sino  hospitalario,  ami- 
go de  lo  bueno,  moderado,  justo, 
santo,  dueño  de  sí,  '  que  muestre 
adhesión  a  la  palabra  fiel  que  es  con- 
forme a  la  doctrina  recibida,  para 
que  sea  capaz  aun  de  exhortar  con- 
forme a  la  sana  doctrina  y  de  re- 
batir a  los  que  contradicen. 

Judaizantes  charlatanes,  propagan, 
distas  de  doctrinas  malsanas. 
r,  10-16 

10  Porque  hay  muchos  insubordi- 
nados, vanos  charlatanes  y  seducto- 
res, mayormente  los  de  la  circun- 
cisión, u  a  quienes  es  preciso  tapar 


la  boca  ;  hombres  que  revuelven  ca- 
sas enteras,  enseñando  lo  que  no  se 
ha  de  enseñar,  por  codicia  de  sór- 
dida ganancia.  12  Dijo  uno  de  los  de 
su  tierra,  estimado  por  ellos  como 
profeta  suyo  : 

Cretenses,  siempre  embusteros, 
malas   bestias,    panzas  holgazanas. 

u  Este  testimonio  es  verdadero. 
Por  esta  causa  repréndelos  severa- 
mente, para  que  se  conserven  sanos 
en  la  fe,  "  no  dando  oídos  a  las  fá- 
bulas judaicas  y  a  preceptos  de  hom- 
bres que  vuelven  sus  espaldas  a  la 
verdad.  15  Todo  es  limpio  para  los 
limpios  ;  mas  '  para  los  contamina- 
dos e  infieles  nada  hay  limpio,  antes 
están  contaminados  tanto  su  mente 
como  su  conciencia.  16  Hacen  profe- 
sión de  conocer  a  Dios  ;  mas  con  los 
hechos  reniegan  de  El,  hombres  al 
fin  abominables  y  rebeldes  y  desca- 
lificados para  toda  obra  buena. 


Segunda  parte 


Lo  que  hay  que  enseñar  a  los  an- 
cianos y  jóvenes  y  a  los  esclavos. 
2,  1-10 

p  1  Mas  tú  habla  lo  que  dice  bien 
^  con  la  sana  doctrina.  2  Que  los 
ancianos  sean  sobrios,  graves,  mode- 
rados, sanos  en  la  fe,  en  la  caridad, 
en  la  paciencia.  3  Que  las  ancianas, 
asimismo,  muestren  en  su  porte  de- 


cencia religiosa  ;  que  no  sean  mur- 
muradoras, no  esclavizadas  por  el 
excesivo  vino,  maestras  de  toda  bon- 
dad, 4  de  modo  que  inspiren  a  las 
jóvenes  seriedad  de  sentimientos, 
enseñándolas  a  amar  a  sus  maridos, 
a  amar  a  sus  hijos,  5  a  ser  modera- 
das, castas,  dadas  a  los  quehaceres 
domésticos,  bondadosas,  sumisas  a 
sus  maridos,  para  que  la  palabra  de 
Dios  no  sea  calumniada.  6  A  los  jó- 


9  La  adhesión...  a  la  doctrina  recibida,  a  la  tradición  apostólica,  es  la  cualidad 
del  obispo  que  más  encarece  San  Pablo.  Los  obispos  son  los  maestros,  instituidos 
por  Cristo,  de  la  palabra  divina ;  en  otros  términos,  los  anillos  principales  de  la 
tradición  cristiana. 

"Cretenses...:  hexámetro  del  poeta  cretense  Epiménides  (s.  6  a.  Cr.),  que  se 
hizo  proverbial.  Llama  San  Pablo  profeta  a  Epiménides  por  la  afinidad  remota 
entre  la  inspiración  profética  y  la  poética. 

16  Todo  es  limpio  para  los  limpios  :  maravillosa  sentencia,  pero  que,  mal  enten- 
dida y  peor  practicada,  ha  dado  origen  a  errores  groserísimos. 

16  Este  versículo  pudiera  considerarse  como  un  comentario  de  aquella  sentencia 
de  Santiago:  «la  fe  sin  obras  está  muertai  (2,  26).  Lo  cual  prueba  que  para  San  Pa. 
blo,  lo  mismo  que  para  Santiago,  la  fe  que  justifica,  no  es  una  fe  puramente  inte- 
lectual, sino  una  fe  plenaria  y  lógicamente  coherente,  que,  partiendo  de  la  inte- 
ligencia, penetra  y  avasalla  todo  et  hombre. 

2 2  Fe...,  caridad...,  paciencia  :  es  la  triada  de  las  virtudes  teologales,  que  tantas 
veces  enuncia  San  Pablo,  y  por  este  mismo  orden. 

4  Es  digno  de  notarse  este  consejo  del  Apóstol.  Mientras  encarga  a  Tito  que  a  los 
ancianos,  a  las  ancianas  y  a  los  jóvenes  les  instruya  por  sí  mismo,  en  cambio  a  las 
jóvenes  quiere  que  las  instruyan  las  ancianas. 


—  474  — 


2  7-10 


TITO 


2  i!-" 


venes,  asimismo,  exhórtalos  a  que 
estén  sobre  sí,  1  en  todo  mostrándo- 
te a  ti  mismo  dechado  de  buenas 
obras  :  integridad  incorruptible  en 
la  doctrina,  gravedad,  8  palabra  sa- 
na, intachable,  a  fin  de  que  el  de  la 
parte  contraria  quede  confundido, 
no  teniendo  que  decir  de  nosotros 
!  nada  malo.  8  Que  los  siervos  sean 
,  sumisos  a  sus  amos,  que  en  todo 
se  muestren  complacientes,  que  no 
contradigan,  "que  no  sisen  ;  antes 
bien,  muestren  toda  buena  fe,  para 
que  acrediten  en  todo  la  doctrina  de 
Dios  nuestro  Salvador. 


La  santidad,  fruto  de  la  gracia  y 
disposición  de  la  gloria.  2,  n-15 

a  Porque  se  manifestó  la  gracia 
salvadora  de  Dios  a  todos  los  hom- 
bres, u  enseñándonos  que,  dando  de 
mano  a  la  impiedad  y  a  las  concu- 
piscencias mundanas,'  vivamos  mo- 
derada, justa  y  piadosamente  en  e! 
presente  siglo,'13  aguardando  la  bien- 
aventurada esperanza  y  manifesta- 
ción de  la  gloria  del  gran  Dios  y  Sal- 
vador nuestro,  Jesu-Cristo,  "  quien 
se  entregó  a  si  mismo  por  nosotros 
para  redimirnos  de  toda  iniquidad 
y  purificar  para  sí  un  pueblo  que 


Es  éste  uno  de  los  pasajes  en  que  San  Pablo  sintetiza  los  principales  elemen- 
tos de  su  Teología.  Su  carácter  distintivo  podría  expresarse  con  este  título  :  La 
doble  Epifanía:  la  de  la  gracia  y  la  de  lo  gloria.  El  versículo  11  contiene  la  primera 
Epifanía  ;  el  12,  las  enseñanzas  morales  de  esta  primera  Epifanía  ;  el  13  nos  presenta 
la  segunda  Epifanía  ;  el  14  retrocede  a  la  primera  Epifanía,  cuyo  aspecto  dogmático 
completa  y  cuyo  aspecto  moral  establece  :  lógicamente  se  intercala  entre  el  11 
y  el  12. 

11  Cada  palabra  merece  consideración.  Se  manifestó  :  como  una  Epifanía  luminosa, 
con  palabras  y  con  hechos.  ||  La  gracia:  es  decir,  el  amor  benéfico,  o  el  beneficio 
nacido  del  amor.  ||  Salvadora:  cuyo  objeto  es  la  salvación  humana.  ||  De  Dios: 
primer  origen  de  la  gracia,  de  la  salud  y  de  la  manifestación.  ||  A  iodos  los  hom- 
bres :  universalidad  de  la  salud  humana. 

u  Enseñándonos  :  toda  la  obra  de  la  salud  humana  es  una  enseñanza  moral.  I.a 
santidad  no  es  algo  accesorio  a  la  manifestación  de  la  gracia  divina  :  es  algo  esen- 
cia!, que  está  en  su  misma  entraña. 

u  La  bienaventurada  esperanza  se  toma  aquí  objetivamente  :  es  el  bien  esperado, 
cuya  posesión  nos  ha  de  hacer  bienaventurados. 

La  expresión  el  gran  Dios  y  Salvador  se  refiere  íntegra  a  Jesu-Cristo.  Semejante 
interpretación  (o  puntuación)  se  apoya  en  estas  razones  :  1)  en  el  original  griego, 
exactamente  reproducido  en  la  versión  castellana,  el  artículo  inicial  afecta  y  da 
unidad  a  toda  la  frase  ;  si  gran  Dios  no  apelase  a  Jesu-Cristo,  San  Pablo  hu- 
biera escrito  :  tdel  gran  Dios  y  del  Sal%-ador...i  ;  2)  ambos  títulos,  Dios  y  Salvador, 
eran  aplicados  indiferentemente  en  tiempo  de  San  Pablo  a  las  divinidades  gentílicas, 
y  ambos  también  a  las  divinidades  imperiales  :  formaban,  por  tanto,  un  título  doble 
o  compuesto  de  la  divinidad  ;  3)  el  mismo  San  Pablo  une  frecuentemente  ambos  tí- 
tulos, refiriéndolos  a  una  sola  persona  (2,  10;  3,  4...);  4)  la  manifestación  que  pre- 
cede inmediatamente  a  gran  Dios,  la  atribuye  San  Pablo  constantemente  a  Jesu- 
Cristo  (2  Tes.  2,  8 ;  1  Tim.  6,  14  ;  2  Tim.  1,  10;  4,  1,  4,  8)  ;  a  Cristo  igualmente, 
y  nunca  a  Dios  Padre,  atribuye  el  mismo  Apóstol  el  segundo  advenimiento  o  Carli- 
sta;  5)  la  hipótesis  contraria  introduciría  en  la  frase  una  escisión  e  incoherencia 
lógica,  impropia  de  San  Pablo  :  en  su  primera  parte,  ascendente,  hasta  gran  Dios, 
st  referiría  a  Dios  Padre,  y  en  su  segunda  parte,  descendente,  desde  Salvador,  se  re- 
feriría ya  exclusivamente  a  Jesu-Cristo.  Y  sabido  es  que  San  Pablo,  cuanto  es  más 
irregular  en  la  construcción  gramatical,  tanto  es  más  coherente  y  lógico  en  el  razo- 
namiento. Así  entendida,  como  debe  absolutamente  entenderse,  nos  da  esta  frase  uno 
de  los  testimonios  más  elocuentes  de  la  divinidad  de  Cristo. 

"  Este  versículo  es  un  resumen  de  la  Soteriología  de  San  Pablo.  Se  entregó  a  sí 
mismo:  dió  su  sangre  y  su  vida,  como  precio  de  nuestro  rescate.  II  Por  nosotros, 
cautivos  del  pecado:  tomando  sobre  sí  nuestros  pecados  y  la  pena  debida  i>or  ellos.  || 
Redimirnos  :  rescatarnos  de  la  esclavitud  a  precio  de  su  sangre.  ||  De  toda  iniqui 
dad  r  que  era  el  tirano  que  nos  tenía  esclavizados.  ||  Purificar  :  es  el  aspecto  moral 
Positivo  de  la  redención.  ||  Para  si  :  la  redención  es  un  nuevo  título  del  señorío  de 
Cristo  sobre  nosotros.  ||  Un  pueblo  :  fruto  social  de  la  redención  :  crear  el  nuevo 
pueblo  de  Dios,  la  Iglesia.  ||  Que  fuese  suyo  :  propiedad  o  peculio  de  Cristo,  como 
el  pueblo  de  Israel  era  peculio  de  Yahveh.  Estos  últimos  rasgos  son  una  nueva  com- 
probación de  la  divinidad  de  Cristo.  Si  el  reino  de  Dios  en  su  estadio  imperfecto  era 
peculio  de  Yahveh,  el  mismo  reino  de  Dios  en  su  estadio  definitivo  no  había  de  ser 
peculio  de  un  puro  hombre.  |l  Celador  de  obras  buenas:  fruto  moral  de  la  reden- 
ción :  buenas  obras,  que  no  sólo  fe,  como  imaginaron  los  protestantes. 


—  475  — 


2  15-3  s 


TITO 


36-ll 


fuese  suyo,  celador  de  obras  bue- 
nas. 

15  Habla  tales  cosas  y  exhorta  y 
reprende  con  toda  autoridad.  Que 
nadie  te  menosprecie. 


Deberé  ^  de  los  cristianos,  regenera- 
dos por  Cristo.  3,  1-7 

o  1  Recuérdales  que  se  sometan  a 
"  los  príncipes,  a  las  autoridades  ; 
que  les  obedezcan,  que  estén  prontos 
para  toda  obra  buena,  s  que  no  ultra- 
jen a  nadie,  que  sean  pacíficos,  con- 
descendientes, mostrando  toda  man- 
sedumbre con  todos  los  hombres. 
"  Porque  éramos  un  tiempo  tam- 
bién nosotros  insensatos,  rebeldes, 
descarriados,  esclavizados  por  con- 
cupiscencias y  placeres  de  toda  suer- 
te, odiando  los  unos  a  los  otros. 
'  Mas  cuando  se  manifestó  la  bon- 
dad y  amor  a  los  hombres  de  Dios, 
nuestro  Salvador,  5  no  por  obras  he- 
chas en  justicia  que  nosotros  hubié- 
ramos practicado,  sino  según  su  mi- 


sericordia, nos  salvó  por  el  baño  de 
la  regeneración  y  de  la  renovación 
del  Espíritu  Santo,  *  que  derramó 
sobre  nosotros  opulentamente  por  Je- 
su-Cristo,  nuestro  Salvador,  7  para 
que,  justificados  por  su  gracia,  sea- 
mos constituidos,  conforme  a  la  es- 
peranza, herederos  de  la  vida  eterna. 


Obras  buenas  y  doctrina  sana.  3,  8-1 1 


"  Digna  de  fe  es  esta  palabra  ;  y 
acerca  de  ello  quiero  que  te  pongas 
firme,  para  que  anden  solícitos  en 
aventajarse  en  las  obras  buenas  los 
que  han  creído  en  Dios.  Tales  co- 
sas son  nobles  y  provechosas  a  los 
hombres.  '  En  cambio,  cuestiones 
tontas  y  genealogías  y  contiendas  y 
disputas  relativas  a  la  ley  evítalas, 
pues  son  inútiles  y  vanas.  "Al  hom- 
bre que  introduce  escisiones,  tras 
la  primera  y  la  segunda  amonesta- 
ción, rehuyele,  u  sabiendo  que  está 
ese  tal  enteramente  pervertido  y  pe- 
ca, condenado  por  su  propia  sen- 
tencia. 


31  A  los  príncipes,  A  las  autoridades  :  en  el  supuesto  de  la  distinción  entre  los 
dos  términos,  parece  habla  San  Pablo  de  las  autoridades  supremas  y  de  las  subal- 

^  Otra  síntesis  de  la  Soteriología  de  San  Pablo.  La  base  es  el  hecho  de  nuestra 
salvación,  expresado  por  el  verbo  principal  de  todo  el  pasaje  :  nos  salvó.  El  princi- 
pio de  nuestra  salud  es  Dios,  las  tres  divinas  personas.  A  Dios  Padre  corresponde- 
la  primera  iniciativa,  Jesu-Cristo  es  el  Mediador,  el  Espíritu  Santo  es  el  agente  in- 
mediato y  físico.  Dios  Padre  manifiesta  su  «Bondad»  o  blanda  benignidad  y  su  amor 
a  los  hombres  (según  el  original,  su  filantropía),  nos  salva  según  su  misericordia 
y  por  su  gracia  ;  por  esto  se  le  apellida  nuestro  Salvador.  La  obra  propia  de  Jesu- 
cristo es  la  de  Mediador  entre  el  Padre  y  los  hombres  :  por  esta  mediación  se  le 
llama  también,  lo  mismo  que  al  Padre,  el  Salvador  nuestro.  El  Espíritu  Santo  es 
el  agente  de  nuestra  salud,  la  cual  obra  derrainándose  sobre  nosotros  y  dentro  de 
nosotros.  Para  realzar  esta  acción  libérrima  y  gratuita  de  Dios,  declara  el  Apóstol 
que  fuimos  hechos  salvos  no  por  obras  hechas  en  justicia  que  nosotros  hubiésemos 
practicado.  El  hecho  mismo,  la  salud,  es  justificación  de  nuestros  pecados  :  justifi- 
cados por  su  gracia.  Pero  esta  justificación  no  es,  como  imaginaron  los  protestantes, 
meramente  putativa  o  ficticia  ;  ni  siquiera  es  de  orden  puramente  moral  :  antes  lleva 
consigo  una  verdadera  regeneración  interna  y  espiritual,  una  renovación  de  todo  el 
hombre  interior,  causada  por  el  Espíritu  Santo.  A  esta  justificación  sigue  el  ser 
constituidos  herederos  de  la  vida  eterna  :  lo  cual  supone  nuestra  filiación  divina 
adoptiva.  El  medio  de  que  Dioa  se  vale  para  nuestra  justificación  y  salud  es  el  baño 
de  la  regeneración  :  hermosa  definición  del  bautismo,  que  expresa  sus  tres  elemen- 
tos principales:  1)  la  materia  próxima,  que  es  el  baño;  2)  el  agente,  que  es  el  Es- 
píritu Santo;  3)  el  efecto,  que  es  la  regeneración  y  renovación  espiritual. 

8  I-a  fe  y  las  buenas  obras,  sólo  apuntadas  eu  el  anterior  pasaje  teológico,  reciben 
aquí  el  conveniente  relieve. 


—  476  — 


3  12-13 


TITO 


3  1M* 


Epílogo 


Encargos,  saludos  y  bendición. 
3.  12-15 

■  Cuando  te  haya  enviado  a  Arte- 
mas  o  Tíquico,  date  prisa  en  venir 
a  mí  a  Nicópolis,  porque  allí  he  re- 
suelto pasar  el  invierno.  13  A  Zenas 
el  jurisconsulto  y  a  Apolo  provéelos 
solícitamente  de'  lo  necesario  para 
el  viaje,  de  manera  que  nada  les 


falte.  "  Y  aprendan  también  los 
nuestros  a  tener  iniciativas  en  las 
obras  buenas,  atendiendo  a  las  ne- 
cesidades apremiantes,  para  que  no 
*ean  gente  inútil. 

16  Te  saludan  todos  los  que  están 
conmigo.  Saluda  a  los  que  nos  aman 
en  la  fe. 

La  gracia  sea  con  todos  vosotros. 
Amén. 


13  De  Ariemas  no  tenemos  más  noticias.  Sobre  Tíquico  cfr.  Ac.  20,  4  ;  Ef.  6,  21  ; 
2  Tim.  4,  12.  ||  Nicópolis  :  ciudad  del  Epiro. 

13  Sobre  Zenas  no  nos  quedan  noticias. 

14  En  medio  de  sus  altas  especulaciones  teológicas  y  de  sus  vastas  empresas  apos- 
tólicas no  descuidaba  San  Pablo  las  menudencias  de  la  vida  ordinaria.  Quería  que 
los  suyos  fueran  hombres  prácticos  y  de  recursos. 

16  Nos  aman  en  la  fe  :  hermosa  fórmula  de  la  genuina  caridad. 


—  477  - 


INTRODUCCION 
A    LA    EPISTOLA    A    F  I  L  E  M  O  N 


casión  de  la  Epístola. — La  ocasión  de  la  carta  es  un  asunto  de  fa- 


milia. Onésimo,  esclavo  de  Filemón,  se  había  escapado  de  casa 


de  su  amo  después  de  haberle  robado.  Llegado  a  Roma,  tuvo  la 
fortuna  de  encontrarse  con  San  Pablo,  a  quien  probablemente  había  visto 
en  Efeso,  o  de  quien  por  lo  menos  había  oído  hablar  en  Colosas,  donde 
vivía  Filemón.  San  Pablo,  prisionero  entonces  de  Jesu-Cristo,  acogió  al 
fugitivo,  y,  después  de  convertirle  a  la  fe  y  bautizarle,  se  encargó  de  re- 
cabarle el  perdón  de  su  amo,  justamente  irritado.  Escribió  para  ello 
una  cartita,  que  él  mismo  había  de  llevar  a  su  amo. 

La  Carta.—  Contiene,  como  las  demás  Epístolas  de  San  Pablo,  su  in- 
troducción, su  parte  principal  y  central  y  su  epílogo.  En  la  introducción, 
después  de  un  afectuoso  saludo,  explaya  San  Pablo  su  corazón,  bendi- 
ciendo a  Dios  por  la  fe,  la  caridad,  la  generosidad  de  Filemón,  a  quien 
elogia  con  noble  delicadeza.  Viniendo  a  su  objeto,  le  pide  sin  ambages 
que  acoja  al  esclavo  fugitivo  como  a  él  mismo.  Se  lo  pide  Pablo,  an- 
ciano ya  y  ahora  prisionero  de  Jesu-Cristo.  Podría  muy  bien  mandárse- 
lo, pero  prefiere  rogárselo,  apelando  para  ello  a  los  más  nobles  motivos 
de  la  generosidad,  del  interés  temporal  y  eterno,  de  la  justicia,  de  la 
caridad  cristiana,  seguro  de  que  Filemón  hará  aún  más  de  lo  que  le  pide. 
Concluye  la  carta  pidiéndole  que  le  prepare  hospedaje,  y,  después  de 
transmitirle  los  saludos  de  sus  compañeros,  le  da  su  bendición. 


-47«~ 


11-7 


FILEMÓN 


18-14 


EPISTOLA    A  FILEMON 


Inscripción  epistolar.  1-3 


1  Pablo,  prisionero  de  Cristo  Jesús, 
y  Timoteo,  el  hermano,  a  Filemón, 
el  amigo  querido  y  colaborador  nues- 
tro, 'y  a  Apia,  la  hermana,  y  a  Ar- 
quipo,  nuestro  compañero  de  armas, 
y  a  la  Iglesia  que  se  reúne  en  tu 
casa  :  *  gracia  a  vosotros  y  paz  de 
parte  de  Dios,  Padre  nuestro,  y  del 
Señor  Jesu-Cristo. 


Delicados  elogios  de  Filemón.  4-7 


*  Hago  gracias  a  mi  Dios,  hacien- 
do continua  memoria  de  ti  en  mis 
oraciones,  5  al  oír  tu  caridad  y  la  fe 
que  tienes  para  con  el  Señor  Jesús 
y  en  beneficio  de  todos  los  santos, 
•  para  que  la  generosidad  de  tu  fe 
se  haga  eficaz  en  el  conocimiento 
de  todo  lo  bueno  que  hay  en  vosotros 
con  miras  a  Cristo.  1  Y  es  así  que 
tuve  grande  gozo  y  consolación  con 


motivo  de  tu  caridad,  por  cuanto  las 
entrañas  de  los  santos  han  hallado 
alivio  por  ti,  hermano. 


Apremiante  intercesión  a  favor  del 
esclavo  fugitivo.  8-20 

•  Por  lo  cual,  aun  cuando  tengo  en 
Cristo  entera  franqueza  para  orde- 
narte lo  que  convenga,  9  te  ruego 
más  bien  a  título  de  amor,  en  aten- 
ción a  quien  yo  soy,  como  Pablo, 
anciano,  y  ahora,  además,  prisione- 
ro de  Cristo  Jesús,  10  te  ruego  por 
mi  hijo,  a  quien  engendré  en  las 
prisiones,  Onésimo,  "  el  que  un 
tiempo  te  fué  desaprovechado,  mas 
ahora  tanto  a  ti  como  a  mí  nos  es 
bien  provechoso,  12  el  cual  te  remi- 
to, a  él,  es  decir,  a  mis  propias  en- 
trañas. 13  Al  cual  yo  quisiera  retener 
a  mi  lado,  para  que  en  tu  lugar  me 
sirviese  en  estas  prisiones  del  Evan- 
gelio ;  14  mas  sin  tu  asentimiento 
nada  quise  hacer,  para  que  tu  bene- 


'-2  Es  probable  que  Apia  sea  la  esposa  de  Filemón,  y  Arquipo  sea  su  hijo.  Pa- 
rece también  que  Arquipo  presidía  las  reuniones  de  los  fieles  de  Colosas  en  casa 
de  Filemón  (Col.  4,  17). 

'  La  interpretación  más  sencilla  v  natural  es  :  tAL  oír  tu  caridad  y  tu  fe, 
caridad  y  fe  que  tiene  puesta  la  mira  en  el  Señor  Jesús,  caridad  y  fe  que  se  ejerce 
y  redunda  en  bereficio  de  iodos  los  santosi. 

•  Todo  el  versículo  es  una  oración  final,  dependiente  del  verbo  rogar,  implícito 
en  el  versículo  4.  Su  sentido  exacto  parece  ser  éste  :  «para  que  la  generosa  comu- 
nicación o  beneficencia,  nacida  de  tu  fe,  contribuya  eficazmente  a  dar  a  conocer 
umversalmente  todo  el  bien  que  existe  en  la  Iglesia,  de  modo  que  este  conocimiento 
atraiga  los  hombres  a  Cristo».  Así  entendido,  este  versículo  es  una  explicación 
y  una  ampliación  del  precedente. 

*-a  Difícilmente  se  hallará  en  ninguna  literatura  ejemplo  de  genuina  delicadeza 
comparable  con  este  billete  de  San  Pablo.  ¡Y  qué  fuerza  persuasiva  la  de  esta 
delicadeza,  tan  sentida  e  insinuante  y,  al  mismo  tiempo,  tan  sobria  y  recatada ! 

10  Onésimo,  esclavo  de  Filemón,  pero  ladrón  y  fugitivo,  llegado  a  Roma,  se  había 
acogido  a  Pablo,  quien  le  convirtió  a  la  fe,  y  trata  ahora  de  reconciliarle  con  su  amo. 

11  Provechoso  :  delicado  juego  de  palabras,  fundado  en  el  significado  de  la  palabra 
griega  onisimós,  que  significa  útil  o  provechoso. 


—  479  — 


1  15-20 


FILEMÓN 


1  21-25 


ficio  no  fuera  como  por  fuerza,  sino 
de  grado.  15  Que  quizás  por  esto  se 
escapó  por  un  tiempo,  para  que  lo 
recobres  para  siempre,  "  no  ya  co- 
mo esclavo,  sino,  más  que  esclavo, 
como  hermano  querido,  singular- 
mente para  mí,  pero  ¡cuánto  más 
para  ti,  tanto  en  la  carne  como  en 
el  Señor!  "Si,  pues,  me  consideras 
como  una  cosa  contigo,  acódele  a 
él  como  a  mí.  18  Que  si  en  algo  te 
perjudicó  o  alijo  te  debe,  eso  ponió 
a  mi  cuenta.  s*  «Yo,  Pablo,  lo  firmo 
de  mi  puño  y  letra,  yo  lo  pagaré» . 
por  no  decirte  que  aun  a  ti  mismo 
te  me  debes.  M  Sí,  hermano  ;  reciba 
yo  de  ti  pozo  en  el  Señor ;  alivia 
mis  entrañas  en  Cristo. 


Encargos,  saludos,  bendición.  21-25 

*  Seguro  de  tu  obediencia,  te  es- 
cribo esto,  sabiendo  que  harás  aún 
más  de  lo  que  te  digo.  a  Y  al  mismo 
tiempo  prepárame  hospedaje,  ya  que 
ospero  que,  gracias  a  vuestras  ora- 
ciones, seré  regalado  a  vosotros. 

23  Te  saludan  Epafras,  mi  compa- 
ñero de  prisión  en  Cristo  Jesús  ; 
M  Marcos,  Aristarco,  Demás,  Lucas, 
mis  colaboradores. 

18  La  gracia  de  nuestro  Señor  Je- 
<u-Cnsto  sea  con  vuestro  espíritu. 
\mén. 


16  Tanto  en  LA  carne  como  en  el  Señor  :  es  decir,  tanto  desde  el  pnuto  de  vista 
natura!  como  desde  el  punto  de  vista  sobrenatural.  Subiere  Pablo  a  Filemón  que, 
en  vez  de  castigar  a  Onésimo,  le  otorgue  la  libertad. 

"  Como  a  mí  :  a  mi,  viene  a  decir  el  Apóstol,  ni  me  castigarlas  ni  siquiera  me 
considerarías   como  esclavo. 

18  Esta  fórmula  de  pagaré,  tan  fría  y  prosaica  ordinariamente,  adquiere  aquí  ma- 
tices de  exquisita  delicadeza,  a  través  de  la  cual  se  vislumbran  pensamientos  profun- 
dísimos. Lo  que  Pablo  se  propone  hacer  por  Onésimo,  eso  mismo,  y  mucho  más, 
es  lo  que  hizo  Cristo  por  otros  esclavos,  condenados  a  más  terribles  suplicios.  II  Por 
no  DECIRTE...  :  esta  osada  inversión  o  trueque  de  papeles,  si  fuese  obra  del  ingenio 
de  Pablo,  delataría  una  diplomacia  finísima  ;  pero  más  que  obra  del  ingenio  es  una 
reacción  de  la  caridad,  capaz  de  avasallar  el  corazón  de  Filemón,  que  recibirá  a 
Onésimo  no  con  azotes,  sino  con  el  acta  de  manumisión. 

M  Llega  aquí  a  su  colmo  la  delicadísima  osadía  de  esta  carta.  La  frase  reciba  yo 
de  ti  gozo,  según  el  valor  etimológico  del  verbo  original  onaimen,  viene  a  decir  a 
Filemón  :  «sé  tú  mi  Onésimo»  ;  como  si  dijera  :  «proporcióname  tú  a  mí  el  gozo 
y  el  provecho  que  yo  te  prometo  hallarás  en  Onésimo  si  le  acoges  amorosamente  y 
le  concedes  la  libertad». 

21  Harás  aún  más  :  más  de  lo  que  mando  harás  por  mi  respeto  y  por  tu  propio 
interés  espiritual.  Este  más  incluye  la  manumisión,  si  es  que  no  estaba  ya  expresada 
anteriormente. 

23  Sobre   Epafras  cfr.   Col.   r,   7  ;    4,  12. 

*  De  Aristarco  se  habla  en  Ae.  19,  29  ;  20,  4  ;  27,  2.  Col.  4,  10.  Sobre  Demás  cfr. 
Col.  4,  14 ;   2  Tim.  4,  10. 


—  480  — 


INTRODUCCION 
A    LA    EPISTOLA    A    LOS  HEBREOS 


Antecedentes  hi.stüricos. — El  estado  de  ánimo  de  los  Hebreos  pa- 
lestinenses  era  verdaderamente  excepcional.  No  se  trataba  de  un 
peligro  ordinario,  como  las  disensiones  de  los  Corintios  o  las  pre- 
ocupaciones escatológicas  de  los  Tesaloniccnses ;  se  trataba  de  una  crisis 
gravísima .  decisiva,  de  la  Iglesia  de  Palestina.  En  un  esfuerzo  supremo, 
presagio  de  la  última  catástrofe ,  el  judaismo  se  empeñó  en  restaurar  su 
nacionalidad  y  esplendor  religioso.  Terminado  ya,  o  a  "punto  de  terminar- 
se, el  templo  de  ¡erusalén,  comenzado  más  de  ochenta  años  antes  por 
Herodes  el  Grande,  el  culto  divino  podía  ostentar  toda  su  magnificencia. 
Los  judíos  cristianos,  que  no  habían  roto  aún  definitivamente  con  el  ju- 
daísmo  oficial,  no  podían  quedar  impasibles  ante  este  aparente  resurgi- 
miento; y  cuando  cotejaban  la  pompa  del  culto  levítico  con  la  sencillez 
y  pobreza  de  la  naciente  liturgia  cristiana,  se  apoderaba  de  ellos  una  nos- 
talgia religiosa  que  comprometía  su  fe.  Y  no  sólo  echaban  menos  la  es- 
plendidez del  culto  mosaico,  sino  también  las  purificaciones  rituales  y 
observancias  tradicionales ,  en  que  una  ascética  desorientada  hacía  consis- 
tir principalmente  la  santidad.  A  todo  esto  se  añadía  el  temor  de  los  odios 
y  persecuciones,  con  que  sus  antiguos  correligionarios,  en  aquellos  mo- 
mentos de  exacerbación  nacionalista,  habían  de  responder  a  su  defección 
del  judaismo.  En  suma:  sentían  un  gran  vacío  moral  y  religioso,  aumen- 
tado por  el  terror  de  la  persecución. 

Argumento  de  la  Epístola. — Puestos  los  Hebreos  al  borde  del  abismo, 
que  les  atraía  irresistiblemente .  necesitaban  de  una  mano  amiga  y  fuerte 
que  los  detuviese :  Pablo,  que  había  deseado  ser  anatema  de  Cristo  por  sus 
llámanos  según  la  carne,  voló  en  su  socorro.  Valiéndose  del  anónfyno  y 
velándose  con  el  incógnito,  si  bien  más  aparente  que  real,  les  escribió 
una  carta,  o,  mejor,  lo  que  en  lenguaje  moderno  llamaríamos  un  mensaje 
de  aliento,  para  desvanecer  sus  preocupaciones  y  sus  temores.  La  tesis 
del  escrito  es  eminentemente  práctica,  y  consta  de  dos  afirmaciones  ínti- 
mamente relacionadas  entre  sí.  La  primera  y  principal  establece  la  virtud 
santificadora  de  la  nueva  religión:  virtud  más  poderosa  de  una  santidad 
más  perfecta;  la  segunda,  consecuencia  de  la  primera,  infunde  valor  para 
tío  desmayar  anle  las  persecuciones.  Al  anhelo  de  perfección,  aunque  algo 
extraviado,  de  los  Hebreos,  responde  San  Pablo,  no  refrenando  esos  ím- 
petus del  corazón  religioso,  antes  bien  dando  al  espíritu  mayores  vuelos 

—  481  — 


N.  T.  16 


HEBREOS 


y  levantándole  a  alturas  jamás  imaginadas,  donde  la  luz  es  más  radiante 
y  el  aire  más  diáfano. 

Para  presentar  en  toda  su  dignidad  y  eficacia  la  santidad  cristiana, 
inmensamente  superior  a  la  santidad  mosaica,  establece  un  parangón,  que 
fácilmente  se  convierte  en  antítesis,  entre  la  antigua  y  la  nueva  alianza. 
Esta  comparación  entre  las  dos  alianzas,  presente  siempre  a  los  ojos  del 
autor,  es  la  base  y  la  síntesis  de  toda  su  demostración :  la  antigua  alian- 
za, pasajera,  preparatoria,  imperfecta;  la  nueva  alianza,  eterna,  definitiva, 
perfectísima.  Pero  este  cotejo  o  contraste  apenas  sale,  diríamos,  a  la  su- 
perficie; no  quiere  Pablo  herir  demasiado  en  lo  vivo  los  sentimientos  de 
los  judíos;  lo  que  aparece  radiante  en  primer  término  es  la  persona  ama- 
ble de  Cristo,  Autor  y  consumador  de  la  fe.  En  la  antigua  alianza,  Dios 
se  comunicó  al  pueblo  por  medio  de  los  ángeles  y  Moisés,  siervo  de  Dios; 
en  la  nueva  habla  a  los  hombres  por  Cristo,  hijo  de  Dios,  inmensamente 
superior  a  los  ángeles  y  a  Moisés.  En  la  antigua  alianza  los  hombres  se 
comunicaban  con  Dios  por  medio  del  sacerdocio  de  Aarón,  ineficaz  y  tran- 
sitorio; en  la  nueva  alianza  se  comunica  por  medio  de  Cristo,  sacer- 
'dote  único  y  eterno  según  el  orden  de  Melquisedec.  En  la  antigua  alianza 
los  ministerios  de  mensajero  y  pontífice  estaban  repartidos ;  en  la  nueva. 
Cristo  los  asume  todos  en  sí,  Apóstol  y  pontífice  de  nuestra  fe.  Pero  llega 
más  alto  el  vigor  sintético  y  elevación  teológica  del  autor.  Si  Cristo  re- 
une  en  su  persona,  toda  la  grandeza  religiosa  de  la  nueva  alianza,  su 
sacrificio  en  la  cruz  condensa  a  su  vez  toda  la  obra  de  Cristo.  El  sacrificio 
del  Pontífice  eterno,  punto  central  de  toda  la  demostración  y  de  toda  la 
Epístola,  es  juntamente  la  clave  de  los  dos  problemas  que  en  ella  se  des- 
envuelven: Cristo  crucificado  es  la  fuente  primera  de  toda  santidad  y  el 
supremo  modelo  de  paciencia  en  la  tribulación. 

Autor,  lengua,  tiempo  y  lugar. — Que  el  autor  de  la  Epístola  a  los 
Hebreos  sea  San  Pablo,  no  admite  duda;  no  es,  con  todo,  improbable  que 
a  las  órdenes  del  Apóstol,  bajo  su  dirección  y  responsabilidad,  colabo- 
rase un  redactor,  cuyo  nombre  no  ha  llegado  hasta  nosotros.  La  lengua 
original  en  que  se  escribió  la  Epístola  no  es  la  hebrea  o  la  aramca,  como 
alguno  imaginó,  sino  la  griega,  más  pura  aquí  que  en  otros  escritos  del 
Nuevo  Testamento.  Escribióse  la  Epístola,  según  todas  las  probabilidades , 
después  de  haber  sido  martirizado  Santiago  el  Menor,  obispo  de  Jerusalén, 
a  cuya  muerte  se  alude  en  75,  7,  y  después  también  de  la  primera  cautivi- 
dad romana  de  San  Pablo,  inmediatamente  antes  o  después  de  su  viaje 
a  España.  La  frase  final  «Os  saludan  los  de  Italiay,  (13,  24)  parece  indicar 
haberse  escrito  la  carta  desde  alguna  ciudad  de  Italia,  acaso  desde  Roma. 

División. — El  cuerpo  de  la  Epístola  consta  de  dos  partes.  La  primera, 
dogmática,  presenta  a  Jesu-Cristo  como  Dios,  sacerdote  y  víctima  (1, 
5-10,  18);  la  segunda,  parenética,  contiene  exhortaciones  a  la  perseveran- 
cia en  la  fe  y  a  la  constancia  en  la  tribulación .  seguidas  de  recomendacio- 
nes particulares  (10,  19-13,  17). 


—  482  — 


11 


HEBREOS 


12-3 


EPISTOLA   A   LOS  HEBREOS 


Introducción 


Atribuios  divinos  del  Hijo,   i,  1-4 


"i  1  Dios,  que  en  los  tiempos  pasa- 
*■  dos  muy  fragmentaria  y  varia- 
damente había  hablado  a  los  padres 


por  medio  de  los  profetas,  2  al  fin 
de  estos  días  nos  habló  a  nosotros 
en  la  persona  del  Hijo,  a  quien 
constituyó  heredero  de  todas  las  co- 
sas, por  quien  hizo  también  los 
mundos;  3  el  cual,  siendo  irradia- 


-|  1  En  la  revelación  divina  del  Antiguo  Testamento  nota  el  Apóstol  tres  circuns- 
tancias  que  la  hacen  inferior  a  la  del  Nuevo  :  que  fué  fragmentaria  y  como  por 
entregas  ;  que  fué  de  maneras  muy  diferentes,  por  visiones,  sueños,  símbolos  y  fi- 
guras ;  que  fué  por  mediación  de  los  profetas,  simples  siervos  de  Dios.  La  del  Nuevo 
Testamento,  en  cambio,  fué  plenaria,  con  palabras  claras,  por  mediación  del  Hijo. 

2  A  cuitN  CONSTITUYÓ  HEREDERO  :  el  Hijo,  en  cuanto  hombre,  ha  sido  constituido 
por  Dios  heredero,  esto  es,  dueño  soberano  de  todas  las  cosas.  La  universalidad  de 
la  creación,  la  visible  y  la  invisible,  la  natural  y  la  sobrenatural,  ha  sido  puesta 
debajo  de  sus  pies.  Todo  cuanto  tiene,  ti  Padre  lo  ha  entregado  en  manos  del  Hijo.  || 
Por  QUIEN  hizo  TAMBIÉN  i.os  mundos  :  toda  la  universalidad  de  la  creación  es  obra 
juntamente  del  Hijo  y  de  Dios  Padre,  si  bien  cada  uno  de  los  dos  interviene  con- 
forme a  su  propiedad  personal  :  el  Padre  como  primera  fuente  de  todo  ser  y  de  toda 
acción,  el  Hijo  como  agente  que  recibe  del  Padre  su  actividad,  lo  mismo  que  su  ser. 

3  Irradiación  de  su  gloria  :  la  gloria  de  Dios  es  aquí  la  majestad  radiante  de 
la  divinidad.  De  esta  esplendorosa  gloria  es  el  Hijo  una  irradiación,  un  destello:  es 
«Luz  de  luz».  La  consustancialidad  del  Hijo  con  el  Padre,  la  eternidad  y  necesidad 
de  su  inefable  generación,  no  podían  expresarse  más  felizmente.  La  luz  divina,  eter- 
na y  necesariamente  brilla  e  irradia.  Y  Dios  eterna  y  necesariamente  no  irradia  sino 
divinidad  ;  por  eso  la  generación  del  Hijo  es  comunicación  de  la  misma  divinidad  del 
Padre.  ||  Sello  de  su  sustancia:  la  palabra  original  «hypóstasis»  no  tienen  aquí  el 
sentido  técnico  que  tuvo  más  tarde  de  subsistencia  o  «persona»,  sino  simplemente 
de  «sustancia»  o  de  «ser».  De  este  ser  divino  es  el  Hijo  como  un  sello  o  marca, 
esto  es,  tiene  impresa  en  su  misma  sustancia  la  forma  del  ser  divino ;  es  imagen 
perfecta  y  adecuada  de  Dios.  Si  la  irradiación  expresaba  la  consustancialidad  del 
Hijo  con  el  Padre,  el  sello  y  la  imagen  expresan  la  distinción  personal  :  el  Hijo 
es  una  persona  en  quien  se  imprime  la  figura  de  otro  distinto,  Dios  Padre.  ||  Sus- 
tentando todas  las  cosas...  :  aquí  ya  no  es  el  Padre  quien  sustenta  el  mundo  por 
medio  del  Hijo,  sino  el  mismo  Hijo  quien  sustenta  el  mundo  con  su  palabra.  Y  lo 
conserva  en  su  ser  no  con  esfuerzo  fatigoso  y  con  puntales  extraños,  sino  con  la 
palabra  de  su  poder,  con  el  imperio  de  su  voluntad  omnipotente.  ||  Después  df  rea- 
lizar la  purificación  de  los  pecados  :  estábamos  hundidos  en  el  cieno  de  nuestros 
crímenes  y  necesitábamos  purificación  :  el  Hijo  con  su  sangre  preciosísima  nos  pu- 
rificó de  nuestros  pecados.  El  que  redime  el  mundo  como  hombre  es  el  mismo  que 
como  Dios  sustenta  todas  las  cosas  con  la  palabra  de  su  poder.  Atribuir  a  uno  mis- 
ino obras  humanas  y  obras  divinas  es  confesar  su  doble  naturaleza  en  la  unidad  de 
su  divina  persona.  ||  A  la  diestra  de  la  Grandeza  :  como  Señor  soberano  y  univer- 
sal, el  Hijo  está  sentado  en  las  alturas  de  los  cielos  a  la  diestra  de  Dios.  Junto  al 
Padre,  por  encima  de  todas  las  jerarquías  angélicas,  tiene  su  trono  el  Hijo  :  trono 
incomparable,  que,  además  de  merecerlo  por  la  dignidad  de  su  persona  divina,  ha 
conquistado  con  las  hazañas  de  su  obra  redentora. 

Estas  ocho  expresiones  del  Apóstol  contienen  otros  tantos  títulos  o  excelencias 
del  Hijo,  que  se  distribuyen  cómodamente  en  cuatro  grupos  binarios.  Dos  expre- 


-  483  - 


HEBREOS 


14-7 


ción  esplendorosa  de  su  gloria  v  se- 
llo de  su  sustancia,  sustentando  to- 
das las  cosas  con  la  palabra  de  su 
poder,  después  de  realizar  por  sí 
mismo  la  purificación  de  los  peca- 


dos se  sentó  a  la  diestra  de  la  Gran- 
deza en  las  alturas  ;  1  hecho  tanto 
más  excelente  que  los  ángeles,  cuan- 
to con  preferencia  a  ellos  ha  here- 
dado un  nombre  más  aventajado. 


Primera  parte:  Dogmática.  Jesu-Cristo,  Dios,  sacerdote 
y  víctima 

I.    Jesu-Cristo,  Dios 


El  Hijo,  inmensamente  superior  a  ¡os  ángeles,  i,  5-14 


6  Porque  ¿a  quién  de  los  ángeles  dijo  alguna  vez  (Sal.  2,  7)  : 
Hijo  mío  eres  tú,  yo  hoy  te  he  engendrado  ; 

o  también  (2  Sam.  7,  14)  : 

Yo  para  El  seré  Padre,  y  El  para  mí  será  Hijo  ? 

6  V  de  nuevo,  al  introducir  al  Primogénito  en  el  mundo,  dice  (Sal.  96,  7) : 

Y  adórenle  los  ángeles  de  Dios. 

7  Y  cierto,  respecto  de  los  ángeles  dice  (Sal.  103,  4)  : 

El  hace  a  sus  ángeles  vientos, 
y  a  sus  ministros  llama  de  fuego. 


siones  nos  revelan  la  naturaleza  misma  del  Hijo  :  irradiación  de  su  gloria  y  sello 
de  su  sustancia  ;  otras  dos  nos  señalan  su  acción  creadora  y  conservadora  en  el 
mundo  :  por  quien  hizo  los  mundos,  sustentando  todas  las  cosas  con  la  palabra  de 
su  poder  ;  otras  dos  se  refieren  a  su  obra  redentora  :  nos  ha  hablado  por  medio 
del  Huo,  después  de  realizar  la  purificación  de  los  pecados  ;  otras  dos,  finalmente, 
ponen  de  relieve  la  glorificación  de  Cristo  hombre  :  a  quien  constituyó  heredero 

DE  TODAS  LAS  COSAS,   SE  SENTÓ   A  LA   DIESTRA   DE  LA  GRANDEZA   EN   LAS  ALTURAS. 

1  Este  versículo,  conclusión  de  lo  que  precede,  es  la  tesis  que  se  demuestra  en 
los  que  siguen.  Un  nombre  más  aventajado  :  Cristo  es  inmensamente  superior  a  los 
ángeles,  y  la  medida  de  esta  superioridad  es  el  nombre  mismo  de  Hijo,  de  Señor, 
de  Dios  eterno  e  inmutable,  que  por  derecho  de  nacimiento  posee.  Estos  títulos  divi- 
nos va  a  declarar  San  Pablo,  aplicando  a  Cristo  numerosos  pasajes  del  Antiguo 
Testamento. 

5  De  los  dos  testimonios  citados,  el  segundo,  menos  importante,  se  refiere  en 
sentido  literal  a  Salomón,  y  en  sentido  típico,  al  Hijo  de  David  por  antonomasia,  el 
Mesías.  El  primer  testimonio,  mucho  más  glorioso,  se  refiere  al  Mesías  en  sentido 
literal,  y  declara  no  sólo  la  filiación  propia  y  natural  de  Cristo,  sino  también  la 
complacencia  fruitiva  con  que  el  Padre  le  llama  Hijo  suyo  y  la  misteriosa  actualidad 
de  la  generación  eterna,  siempre  de  hoy,  sin  ayer  ni  mañana,  sin  antes  ni  después. 

"De  nuevo:  simple  transición,  que  no  expresa  tiempo.  ||  Ai.  introducir:  por  la 
encarnación.  ||  Primogénito  :  heredero  o  mayorazgo,  que  se  ha  dignado  asociar  a  si 
ionio  hermanos  a  los  hijos  adoptivos  de  Dios.  ||  Adórenle:  por  lo  que  en  sí  sig- 
nifican y  por  su  contexto  y  atribución  a  Yahveh,  estas  palabras  comprueban  la  divi- 
nidad de  Cristo. 

7  El  texto  del  salmo  está  tomado  directamente  de  la  versión  alejandrina.  Aun 
concediendo  al  texto  el  sentido  meteorológico,  la  argumentación  del  Apóstol  es  le- 
gítima, fundada  en  la  identidad  de  nombre  y  de  oficio  entre  los  ángeles  y  los  vientos 
y  los  rayos,  puesto  que  tanto  unos  como  otros  son  ángeles  o  mensajeros  y  ministros 
Ue  Dios. 


-484- 


18-2  3 


HEBREOS 


6  En  cambio,  respecto  del  Hijo  (Sal.  44,  7-8)  : 

Tu  trono,  ¡oh  Dios  !,  por  los  siglos  de  los  siglos, 

y  la  vara  de  la  rectitud,  vara  de  tu  realeza. 

*  Amaste  la  justicia  y  aborreciste  la  iniquidad  ; 

por  esto  te  ungió,  ¡oh  Dios!,  tu  Dios  con  óleo  de  alegría 

con  preferencia  sobre  tus  compañeros. 


"  Y  también  (Sal.  101,  26-28)  : 

Tú,  al  principio,  Señor,  pusiste  los  cimientos  de  la  tierra, 
y  obras  de  tus  manos  son  los  cielos. 

11  Ellos  se  disolverán,  mas  tú  subsistes, 

y  todos,  como  un  manto,  se  envejecerán  ; 

12  y  como  un  vestido  los  arrollarás, 
como  un  manto,  y  serán  cambiados. 

Mas  tú  eres  el  mismo,  y  tus  años  no  fenecerán. 


Y  a  quién  de  los  ángeles  ha  dicho  jamás  (Sal.  109,  1)  : 
Siéntate  a  mi  diestra, 

(hasta  que  ponga  tus  enemigos  como  escabel  de  tus  pies  ? 


M  ¿  Acaso  no  son  todos  ellos  espíri- 
tus ministrantes,  enviados  para  ser- 
vicio a  favor  de  aquellos  que  han 
de  alcanzar  la  herencia  de  la  salud  ? 


Conclusión  parenética:  perseveran- 
cia en  la  fe.  2,  1-4 

o  1  Por  esto  es  menester  que  pres- 
^  temos  mayor  atención  a  las  cosas 
oídas,  no  sea  que  seamos  arrastrados 
a  la  deriva.  :  Porque  si  la  palabra  ! 
transmitida  por  ministerio  de  los  án- 
geles obtuvo  fuerza  de  ley,  y  toda 
prevaricación  y  desobediencia  reci- 
bió su  justa  retribución,  3  ¿  cómo 
nosotros  escaparemos  del  castigo  si 


menospreciáremos  tan  grande  sa- 
lud ?  La  cual,  anunciada  inicialmen- 
te  por  el  Señor,  llegó  hasta  nosotros 
refrendada  por  los  que  la  habían 
oído,  *  acreditándola  a  su  vez  Dios 
con  señales  y  portentos,  y  variedad 
de  milagros,' y  repartición  de  dones 
del  Espíritu  Santo,  a  medida  de  su 
voluntad. 

La  nueva  economía,  sometida  a 
Cristo.  2,  5-9 

6  Porque  no  a  los  ángeles  sometió 
Dios  el  mundo  que  había  de  venir, 
del  cual  estamos  hablando.  6  Allá 
uno  testificó  diciendo  (Sal.  8,  5-7)  : 


8  Magnífico  testimonio  no  sólo  de  la  mesianidad,  sino  también  de  la  divinidad 
de  Jesu-Cristo,  a  quien  se  da  el  nombre  de  Dios  y  cuya  realeza  eterna  se  reconoce, 
simbolizada  en  el  trono  y  en  el  cetro  de  justicia. 

9  Al  testimonio  de  la  divinidad  de  Jesu-Cristo,  nuevamente  confesada,  se  añade 
el  de  su  personalidad  distinta  de  la  personalidad  del  Padre,  que  le  ha  ungido  como 
a  hombre  con  el  Espíritu  Santo.  La  fórmula  dogmática  de  Nicea  tDios  de  Diosi  se 
halla  aquí  expresada  poéticamente. 

la~1:!  Señor,  Creador  de  cielos  y  tierra,  inmutable  y  eterno:  tales  son  los  atributos 
verdaderamente  divinos  de  Jesu-Cristo,  atributos  que  en  el  salmo  se  cantan  de 
Yahveh  y  que  San  Pablo  aplica  al  Salvador. 

M  El  Hijo,  sentado  a  la  diestra  de  Dios ;  los  ángeles,  enviados  a  una  y  otra 
parte  como  criados.  No  quiere  decir  el  Apóstol  que  ni  el  Hijo  fué  enviado  al  mundo 
para  la  salud  de  los  hombres  ni  que  los  ángeles  no  gocen  del  reposo  de  la  gloria ; 
pero  afirma  que  ni  la  misión  del  Hijo  fué  puramente  ministerial,  como  la  de  los 
ángeles,  ni  éstos  alcanzan  en  los  cielos  la  gloria  de  la  divinidad. 

21  Seamos  arrastrados  a  la  deriva  :  como  la  nave  arrebatada  por  la  corriente. 
;  Et.  mundo  que  había  de  venir  :  la  nueva  economía  de  la  gracia,  anunciada  como 
futura  en  el  Antiguo  Testamento. 

El  salmo  8  se  refiere  a  Cristo,  no  propiamente  en  sentido  literal  o  típico,  ni 
tampoco  en  sentido  meramente  acomodaticio,  sino  en  un  sentido  intermedio,  que 


-485- 


2  7-15 


HEBREOS 


2  10-17 


¿  Quién  es  el  hombre  que  te  acuerdas  de  El, 

o  el  hijo  del  hombre,  que  miras  por  El? 

'  Le  rebajaste  un  poquito  respecto  de  los  ángeles, 

de  gloria  y  honor  le  coronaste  ; 

8  todas  las  cosas  sometiste  debajo  de  sus  pies. 


Pues  al  someter  a  El  todas  las  co- 
sas, nada  dejó  no  sometido  a  El. 
Ahora,  empero,  todavía  no  vemos 
todas  las  cosas  sometidas  a  El.  9  Mas 
al  que  fut  rebajado  un  poquito  res- 
pecto de  los  ángeles,  Jesús,  vemos, 
por  causa  de  la  muerte  padecida, 
coronado  de  gloria  y  de  honor,  a  fin 
de  que,  por  gracia  de  Dios,  gustase 
la  muerte  en  bien  de  todos. 


Humanidad  del  Salvador.  2,  10-13 

10  Pues  le  estaba  bien  a  aquel  pa- 
ra quien  es  todo  y  por  quien  es  todo 
que,  al  paso  que  llevaba  muchos 
hijos  a  la  gloria,  consumase  por  me- 
dio de  los  padecimientos  al  autor  de 
su  salud.  11  Pues  tanto  el  que  santi- 
fica como  los  que  son  santificados 
de  uno  vienen  todos  ;  por  cuya  cau- 
sa no  se  avergüenza  de  llamarlos 
I  hermanos,  diciendo  (Sal.  21,  23)  : 


12  Anunciaré  tu  nombre  a  mis  hermanos, 
en  medio  de  la  asamblea  cantaré  tus  loores. 

*  Y  además  (Is.  8,  17-18)  : 

Yo  pondré  mi  confianza  en  El. 

Y  de  nuevo  (Is.  8,  17-18)  : 

Heme  aquí  a  mí  y  a  los  hijos  que  Dios  me  dió. 


Pontífice  compasivo.  2,  14-18 


"  Por  tanto,  pues,  los  hijos  parti- 
cipaban de  la  sangre  y  -de  la  carne, 
también  El  igualmente  participó  de 
las  mismas,  para  destruir  por  me- 
dio de  la  muerte  al  que  tenía  el  se- 
ñorío de  la  muerte,  esto  es,  al  dia- 
blo, 16  y  libertar  a  todos  aquellos  que 


con  el  miedo  de  la  muerte  estaban 
durante  toda  su  vida  sujetos  a  la 
esclavitud.  16  Porque,  en  fin,  no  son 
los  ángeles  a  quienes  alarga  la  ma- 
no, sino  el  linaje  de  Abrahán  es  a 
quien  alarga  la  mano.  17  Por  donde 
debió  ser  en  todo  asemejado  a  sus 
hermanos,  para  ser  compasivo  y  fiel 
pontífice  en  las  cosas  que  miran  a 
Dios,  a  fin  de  expiar  los  pecados 


los  intérpretes  llaman  consecuente,  puesto  que  procede  por  vía  de  consecuencia.  En 
efecto,  eJ  salmo  8  celebra  la  gloria  de  Dios  en  la  creación  y  la  glorificación  del 
hombre  sobre  todas  las  obras  de  las  manos  de  Dios.  Prescindiendo  de  la  gloria  di- 
vina de  Cristo,  la  glorificación  del  hombre  no  se  realiza  plenamente  sino  en  el 
homire  por  excelencia,  Cristo,  único  que  domina  en  el  mundo  de  la  naturaleza  y  en 
el  mundo  de  la  gracia. 

10  Este  versículo  no  carece  de  misterio.  El  sentido  general  es  que  Dios  Padre,  pri- 
mer principio  y  último  fin,  se  propuso  dos  fines  en  los  padecimientos  de  Cristo  : 
salvar  a  los  hombres  y  consumar  al  Salvador.  Así,  en  los  planes  de  Dios,  los  pade- 
cimientos de  Cristo  no  son  medio  solamente  de  la  salud  ajena,  sino  también  con- 
sumación del  misma  Cristo.  Por  estos  padecimientos,  Cristo  queda  constituido  y  con- 
sagrado como  víctima  consumada,  capaz  de  expiar  los  pecados,  aplacar  a  Dios  y 
santificar  a  los  hombres.  Así  consumado,  Cristo  es  autor,  es  decir,  según  la  fuerza 
de  la  palabra  original,  principio  y  guía  de  la  salud  humana. 

u  De  uno  :  de  un  mismo  Dios  y  de  un  mismo  padre,  Adán. 

13  Quien  habla  es  Isaías  ;  con  todo,  como  el  pasaje  es  mesiánieo  y  el  profeta  in- 
terviene como  señal  en  Israel,  está  justificada  la  aplicación  que  de  él  hace  San  Pa- 
blo al  Mesías.  Dos  rasgos  de  Isaías  aplica  a  Cristo  :  su  confianza  en  Dios  y  la  so 
lidaridad  con  sus  hijos.  La  confianza  de  Isaías  figura  la  que  tiene  Cristo  en  su 
glorificación  y  en  el  buen  suceso  de  su  obra.  Da  solidaridad  del  profeta  con  sus 
hijos  es  figura  de  la  de  Cristo  con  los  hombres. 


—  486  — 


HEBREOS 


3  4-15 


del  pueblo.  18  Pues  por  cuanto  E¿ 
mismo  fué  probado  con  lo  que  pade- 
ció ,  puede  socorrer  a  los  que  son 
probados. 


Ventaja  de  Cristo  sobre  Moisés. 
3,  1-6 

o  1  Por  donde,  hermanos  santos, 
partícipes  del  llamamiento  celes- 
tial, considerad  al  apóstol  y  pontífice 
de  la  fe  que  profesamos,  Jesús,  2  fiel 
al  que  le  hizo,  como  también  lo  fué 
Moisés  en  toda  su  casa.  3  Porque  de 
mayor  gloria  ha  sido  El  juzgado 
digno  en  comparación  de  Moisés, 
cuanto  tiene  mayor  honra  que  la  ca- 


sa el  que  la  fabricó.  4  Pues  toda  casa 
es  fabricada  por  alguno,  y  quien  to- 
das las  cosas  fabricó  es  Dios.  •  Y 
Moisés,  cierto,  fué  fiel  en  toda  la 
casa  de  Dios,  como  criado,  para  dar 
testimonio  de  las  cosas  que  se  ha- 
bían de  decir ;  •  mas  Cristo,  como 
Hijo  sobre  su  propia  casa  ;  cuya  ca- 
sa somos  nosotros,  como  mantenga- 
mos firme  hasta  el  fin  la  confianza 
y  orgullo  de  la  esperanza. 


íNo  endurezcáis  vuestros  corazones». 
3.  7-11 


'  Por  esto,  como  dice  el  Espíritu 
Santo  (Sal.  94,  7-11)  : 


Hoy,  si  oyereis  su  voz,  , 

8  no  endurezcáis  vuestros  corazones,  como  en  la  provocación, 

como  en  el  día  de  la  tentación  en  el  desierto, 

'donde  me  tentaron  vuestros  padres  sometiéndome  a  prueba  ; 

y  esto  que  vieron  mis  obras  10  durante  cuarenta  años. 

Por  lo  cual  me  irrité  contra  esa  raza, 

y  dije  :  Siempre  andan  extraviados  en  su  corazón  ; 

y  ellos  no  conocieron  mis  caminos. 

u  Y  así  juré  en  mi  indignación  : 

¡  Si  van  a  entrar  en  mi  reposo  ! 


Guardaos  de  la  incredulidad.  3,  12-ry 


a  Mirad,  hermanos,  no  se  halla  en 
alguno  de  vosotros  un  corazón  per- 
verso de  incredulidad,  que  os  haga 
apostatar  del  Dios  viviente,  13  antes 
bien  alentaos  los  unos  a  los  otros 


cada  día,  mientras  se  verifica  aquel 
«hoy»,  a  fin  de  que  no  se  endurezca 
nadie  entre  vosotros  con  la  seduc- 
ción del  pecado.  "  Pues  hemos  sido 
hechos  partícipes  de  Cristo,  con  tal 
de  que  mantengamos  firme  hasta  el 
fin  la  segura  confianza  del  princi- 
pio, 16  mientras  se  dice  (Sal.  04,  8)  : 


Hoy,  si  oyereis  su  voz, 

no  endurezcáis  vuestros  corazones,  como  en  la  provocación. 


O  1  Los  diferentes  oficios  que  en  la  antigua  alianza  estuvieron  repartidos  entre  los 
**  ángeles,  Moisés  y  Aarón,  están  ahora  concentrados  en  la  persona  del  Hijo.  Cristo 
es  a  la  vez  Apóstol,  o  enviado  de  Dios  a  los  hombres,  y  Pontífice  o  sacerdote  de 
los  hombres  ante  Dios  :  misión  y  sacerdocio  que  integran  la  Mediación  de  Jesu- 
cristo. 

1  Al  que  le  hizo  o  constituyó,  en  cuanto  hombre,  apóstol  y  pontífice. 

**  La  comparación  iniciada  de  Cristo  con  Moisés  se  convierte  en  antítesis.  Cristo, 
a  diferencia  de  Moisés,  ha  edificado  la  casa  de  Dios  :  prueba  manifiesta  de  su  divi- 
nidad. Cristo,  además,  en  esta  casa  de  Dios  es  el  Hijo,  donde  Moisés  es  un  criado. 

•  Casa  :  del  sentido  de  edificio  pasa  al  de  familia. 

■  Provocación,  Tentación  :  son  nombres  propios,  traducidos  de  las  palabras  he- 
breas Mcriba  y  Massa,  que  se  dieron  al  lugar  donde  los  hijos  de  Israel  provocaron 
y  tentaron  a  Dios,  como  se  narra  en  el  Exodo,  17,  1-7. 

13  Tres  son  los  conceptos  que  en  la  aplicación  del  salmo  desenvuelve  el  Apóstol  : 
el  reposo  de  la  eterna  bienaventuranza ;  la  fe,  como  condición  para  entrar  en  el 
reposo,  y  el  tiempo  de  hoy,  el  de  la  presente  vida,  concedido  para  caminar  por  la 
fe  al  eterno  reposo.  De  la  ki;  habla  en  lo  que  resta  del  capítulo  ;  del  reposo  y  de 
hoy,  en  el  capítulo  siguiente. 


-487  - 


3  16-4  5 


HEBREOS 


4  6-14 


w  Pues  ¿quiénes  fueron  los  que, 
habiendo  oido,  provocaron  ?  Pero 
¿es  que  no  fueron  todos  los  que  sa- 
lieron de  Egipto  por  mano  de  Moi- 
sés ?  17  ¿  Y  contra  quiénes  se  irritó 
durante  cuarenta  años?  ¿No  fué 
contra  los  que  pecaron,  cuyos  miem- 
bros quedaron  tendidos  en  el  desier- 
to ?  18  ¿  Y  a  quiénes  juró  que  no  en- 
trarían en  su  reposo  sino  a  los  con- 
tumaces ?  "  Y  vemos  que  no  pudie- 
ron entrar  a  causa  de  su  incredu- 
lidad. 

La  entrada  por  la  fe,  hoy,  en  el 
reposo  de  Dios.  4,  1-10 

a  1  Temamos,  pues,  no  sea  que, 
^  subsistiendo  la  promesa  de  en- 
trar en  su  reposo,  parezca  alguno  de 
vosotros  haberse  quedado  rezagado. 
*  Pues  a  nosotros  se  nos  ha  dado  la 
buena  nueva,  lo  mismo  que  a  ellos  ; 
mas  a  aquéllos  no  Jes  aprovechó  la 
palabra  de  la  predicación,  por  no  ir 
acompañada  de  la  fe  por  parte  de 
los  que  oyeron.  3  Porque  entramos 
en  el  reposo  los  que  creímos,  según 
que  tiene  dicho  : 

Y  así  juré  en  mi  indignación  ; 
¡  Si  van  a  entrar  en  mi  reposo  ! 

Y  por  cierto  que  desde  la  funda- 
ción del  mundo  estaban  acabadas 
las  obras.  4  Porque  en  un  lugar  tie- 
ne dicho  así,  hablando  del  día  sép- 
timo :  «Y  reposó  Dios  en  el  día  sép- 
timo de  todas  sus  obras»  (Gén.  2,  2). 
6  Y  en  este  sitio,  de  nuevo  : 

i  Si  van  a  entrar  en  mi  reposo ! 


0  Ya  que  está,  pues,  reservado  a 
algunos  el  entrar  en  El,  y  aque- 
llos a  quienes  primero  se  dió  la 
buena  nueva  no  entraron  a  causa  de 
su  contumacia,  7  de  nuevo  determi- 
na un  día,  «hoy»,  diciendo  por  Da- 
vid al  cabo  de  tanto  tiempo,  según 
antes  queda  dicho  (Sal.  94,  7-8)  : 

Hoy,  si  oyereis  su  voz. 

no  endurezcáis  vuestros  corazones. 

8  Porque  si  Josué  les  hubiera  pro- 
porcionado el  reposo,  no  hablaría 
tras  esto  de  otro  día.  0  Queda,  pues, 
reservado  un  reposo  sabático  al  pue- 
blo de  Dios.  10  Porque  el  que  ha  en- 
trado en  su  reposo,  también  él  re- 
posa de  sus  trabajos,  lo  mismo  que 
Dios  de  los  suyos. 


Epílogo:  eficacia  de  la  palabra  de 
Dios.  4,  11-16 

"  Trabajemos,  pues,  por  entrar  en 
aquel  reposo,  a  fin  de  que  nadie,  a 
ejemplo  de  ellos,  caiga  en  la  misma 
contumacia.  12  Porque  viviente  es  la 
Palabra  de  Dios,  y  obradora,  y  más 
tajante  que  espada  alguna  de  dos 
filos,  y  que  penetra  hasta  la  divi- 
sión del  alma  y  del  espíritu,  y  de 
las  coyunturas  y  de  las  medulas,  y 
discierne  los  sentimientos  y  pensa- 
mientos del  corazón  ;  13  y  no  hay 
creatura  invisible  en  su  presencia, 
antes  todo  está  desnudo  y  descubier- 
to a  sus  ojos,  delante  de  quien  ha- 
bremos de  dar  cuenta.  14  Teniendo, 


"  Véase  Ex.  17,  1-7. 
11  Véase  Núm.  14,  29-32. 
18  Véase  Núm.  14,  22-23. 

A  *-m  El  razonamiento  del  Apóstol  se  reduce  a  estos  puntos  principales  :  Dios  des- 
tinó  al  hombre  a  participar  de  su  eterno  reposo.  La  entrada  de  Israel  en  la  tierra 
de  promisión  no  era  la  entrada  en  este  reposo,  sino  sólo  su  fisura  profética  ;  pero 
aun  de  ese  reposo  figurativo  fueron  excluidos  los  israelitas  incrédulos.  De  suerte  que 
antes  de  Cristo  nadie  entró  de  hecho  en  el  reposo  de  Dios  :  unos  porque  fueron  in- 
crédulos, otros  porque  sólo  entraron  como  en  sombra  y  figura  ;  la  verdadera  entrada 
estaba  reservada  para  ahora,  en  este  hoy  de  los  días  mesiánicos,  al  nue%'0  pueblo  de 
Dios.  El  reposo  divino  está  preparado  desde  la  creación  del  mundo,  pero  su  entrada 
es  de  hoy. 

"Viva  personificación  de  la  palabra  divina,  con  la  cual  quiere  significar  el  Após- 
tol que  Dios,  que  todo  lo  ve,  nos  ha  de  juzgar  conforme  a  su  palabra.  ||  La  división 
del  alma  y  del  espíritu  :  no  significa  distinción  sustancial,  sino  oixisieión  de  dos 
tendencias,  inferiores  y  superiores,  animales  y  espirituales.  ||  Descubierto:  es  digna 
de  notarse  la  gallardía  con  que  el  Apóstol  expresa  en  la  lengua  original  el  hecho 
de  estar  todas  las  cosas  patentes  a  Dios,  diciendo  que  están  con  el  cuello  erguido 
y  la  cabeza  echada  hacia  atrás,  como  para  mostrar  el  pecho  y  descubrir  el  corazón. 


—  488  — 


4  15-5  M 


HEBREOS 


5  2-12 


pues,  un  Pontífice  grande,  que  ha 
penetrado  los  cielos,  Jesús,  el  Hijo 
de  Dios,  mantengamos  firme  la  fe 
que  profesamos.  "  Pues  no  tenemos 
un  Pontífice  incapaz  de  compade- 
cerse de  nuestras  flaquezas,  antes 
bien  probado  en  todo  a  semejanza 
nuestra,  excluido  el  pecado.  16  Lle- 
guémonos, pues,  con  segura  con- 
fianza al  trono  de  la  gracia,  para 
que  alcancemos  misericordia  y  ha- 
llemos gracia  en  orden  a  ser  soco- 
rridos en  el  tiempo  oportuno. 


II.    Jesu -Cristo,  sacerdote 

Propiedades  del  sacerdote.  5,  1-4 

1  Porque  todo  pontífice  escogido 
de  entre  los  hombres  es  consti- 

Hijo  mío  eres  tú,  yo  hoy  te  h< 


tuído  en  pro  de  los  hombres,  cuanto 
a  las  cosas  que  miran  a  Dios,  para 
ofrecer  dones  y  sacrificios  por  los  pe- 
cados, 2  capaz  de  ser  indulgente  con 
los  ignorantes  y  extraviados,  dado 
que  también  él  está  cercado  de  fla- 
queza ;  3  razón  por  la  cual  debe,  por 
sí  mismo  no  menos  que  por  el  pue- 
blo, ofrecer  sacrificios  por  los  peca- 
dos. 4  Y  nadie  se  apropia  este  honoi 
sino  cuando  es  llamado  por  Dios, 
como  lo  fué  Aarón. 


Cristo,  Pontífice  soberano.  5,  5-10 

5  Así  tambiéji  Cristo  no  se  glorifi- 
có a  sí  mismo  en  hacerse  Pontífice, 
sino  el  que  le  habló  (Sal.  2,  7)  : 

e  engendrado. 


"  Como  también  en  otro  lugar  dice  :  (Sal.  109,  4)  : 

Tú  eres  sacerdote  para  siempre  según  el  orden  de  Melquisedec. 


'  El  cual  en  los  días  de  su  carne, 
habiendo  ofrecido  plegarias  y  súpli- 
cas con  poderoso  clamor  y  lágrimas 
al  que  le  podía  salvar  de  la  muerte, 
y  habiendo  sido  escuchado  por  ra- 
zón de  su  reverencia,  5  aun  con  ser 
Hijo,  aprendió  de  las  cosas  que  pa- 
deció lo  que  era  obediencia ;  0  y  con- 
sumado, vino  a  ser  para  todos  los 
que  le  obedecen  causa  de  salud  eter- 
na, 10  proclamado  por  Dios  sumo 
sacerdote  según  el  orden  de  Mel- 
quisedec. 


Mala  disposición  de  los  Hebreos. 
5,  "-14 

11  Acerca  de  lo  cual  es  mucho  lo 
que  tenemos  que  decir,  y  no  fácil 
de  declarar,  ya_  que  os  habéis  torna- 
do torpes  de  oído.  12  Porque  debien- 
do, en  razón  del  tiempo,  ser  maes- 
tros, de  nuevo  tenéis  necesidad  de 
que  os  enseñen  los  primeros  rudi- 
mentos de  los  oráculos  de  Dios,  y 
habéis  llegado  a  tener  necesidad  de 


51  En  esta  definición  del  sacerdote,  cuatro  propiedades  señala  San  Pablo  :  1)  la  elec- 
ción divina;  2)  la  índole  y  representación  humana  del  sacerdote,  tomado  de  entre 
los  hombres  y  representante  suyo ;  3)  las  cosas  en  que  se  ejerce  su  ministerio,  que 
son  las  que  miran  a  Dios  ;  4)  su  función  esencial  y  característica,  que  es  la  oblación 
de  dones  (incruentos)  y  de  sacrificios  (cruentos). 

5  La  vocación  de  Cristo  al  sacerdocio  incluye  dos  actos  divinos  :  la  generación  y 
la  investidura.  La  filiación  divina  es  como  una  vocación  natural  que  dispone  a  Cristo 
al  sacerdocio  ;  el  decreto  jurado  e  irrevocable  es  como  la  consagración  que  le  con- 
fiere el  oficio  sacerdotal. 

7  En  los  días  de  su,  carne  :  alude  San  Pablo  a  la  oración  de  Cristo  en  la  cruz,  y 
también  a  la  oración  del  huerto,  en  la  cual  el  Señor,  además  de  sudar  sangre,  cla- 
maría y  lloraría.  ||  Habiendo  sido  escuchado  :  el  Señor  fué  escuchado,  por  cuanto 
se  le  mostró  un  ángel,  venido  del  ciclo,  el  cual  le  confortaba  (Le.  22,  43).  II  Por 
razón  de  su  reverencia  :  en  atención  a  la  sumisión  incondicional  con  que  oraba. 

8  Aprendió  obediencia:  conoció  práctica  y  experimentalmente  lo  que  cía  obe- 
decer, lo  que  cuesta  la  perfecta  obediencia  hasta  la  muerte,  y  muerte  de  cruz. 

»  Consumado  :  Cristo,  al  ser  inmolado,  alcanzó  la  consumación  de  su  condición 
de  víctima  :  consumación  que  fué  para  El  principio  de  su  glorificación,  y  para  nos- 
otros CAUSA   DE  SALUD  ETERNA. 

11  No  fácil  de  declarar  :  por  vuestra  escasa  disposición. 


—  489  — 


5  13-6  5 


HEBREOS 


6 


leche  y  no  de  manjar  sólido.  13  Pues 
todo  el  que  está  a  leche  es  inexper- 
to para  la  doctrina  de  la  justicia, 
como  niño  que  es.  M  Mas  de  los 
hombres  maduros' es  el  manjar  sóli- 
do, de  aquellos  que  por  el  hábito 
tienen  los  sentidos  ejercitados  para 
el  discernimiento  del  bien  y  del  mal. 


*T  cu-da  utos  a  la  perfección».  6,  i-8 

¿l  1  Por  lo  cual,  dejada  la  enseñanza 
"  eQe  mental  acerca  de  Cristo,  ten- 
damos a  lo  perfecto,  no  echando  de 
nuevo  el  fundamento,  es  decir,  la 
penitencia  de  las  obras  muertas,  y 
la  fe  en  Dios,  2  las  abluciones  de  la 
doctrina,  y  la  imposición  de  las  ma- 
nos, y  la  resurrección  de  los  muer- 
tos, y  el  juicio  eterno.  3  Y  esto  va- 
mos a  hacer,  si  lo  permitiere  Dios. 
*  Porque  a  los  que  una  vez  fueron 
iluminados,  y  gustaron  el  don  ce- 
leste, y  fueron  hechos  partícipes  del 
Espíritu  Santo,  6  y  gustaron  la  her- 
mosa palabra  de  Dios  y  las  maravi- 
llas del  poder  propias  de  la  edad 


venidera,  6  y  recayeron,  es  imposi- 
ble renovarlos  segunda  vez,  convir- 
tiéndolos a  penitencia,  cuando  ellos, 
cuanto  es  de  su  parte,  crucifican  de 
nuevo  al  Hijo  de  Dios  y  le  exponen 
a  pública  ignominia.  7  Porque  la  tie- 
rra que  bebe  la  lluvia  que  frecuen- 
temente cae  sobre  ella,  si  produce 
plantas  provechosas  a  aquellos  poi 
quienes  es  además  labrada,  participa 
de  la  bendición  de  parte  de  Dios  ; 
8  mas  la  que  lleva  espinas  y  abrojos 
es  reprobada  y  cerca  está  de  ser 
maldecida,  cuyo  paradero  es  ir  a  las 
llamas. 


Palabras  de  aliento.  6,  g-12 

*  Mas  respecto  de  vosotros,  carí- 
simos, pensamos  resueltamente  co- 
sas mejores  y  allegadas  a  la  salud, 
por  más  que  hablemos  así.  10  Que  no 
es  injusto  Dios  para  echar  en  olvido 
vuestra  labor  y  el  amor  que  mos- 
trasteis para  con  su  nombre,  con  los 
servicios  que  habéis  prestado  a  los 
santos  y  continuáis  prestando.  11  Mas 


6J-2  Estos  seis  puntos  de  la  doctrina  elemental  son  de  sumo  interés  histórico,  puesto 
que  nos  revelan  el  principal  contenido  de  la  primitiva  catequesis  apostólica.  En  tres 
grupos  binarios  se  distribuyen  claramente.  Los  dos  primeros,  dogmático-morales,  so» 
la  penitencia  de  los  pecados  y  la  FE  en  Dios :  los  mismos  que  comprendía  ya  la 
primera  predicación  del  Salvador  y  aun  la  del  Bautista  :  «Haced  penitencia  y  creed 
en  el  Evangelio»  (Me.  1,  15).  Los  dos  siguientes,  rituales,  son  el  bautismo  y  la 
imposición  de  las  manos  propia  de  la  confirmación.  Se  habla  en  plural  de  las  ablu- 
ciones, i>orque  se  alude  a  su  rito  de  trina  inmersión.  Los  dos  últimos  puntos  6on 
escatológicos  :  la  resurrección  de  los  muertos  y  el  juicio  universal,  llamado  eterno 
por  su  sentencia  definitiva. 

3  Y  esto:  dar  la  enseñanza  superlot. 

4-6  Si  es  irracional  dar  a  las  palabras  del  Apóstol  el  sentido  de  los  montañistas 
y  novacianos,  que  cerraban  a  los  cristianos  caídos  en  pecado  la  puerta  de  la  peni- 
tencia, tampoco  es  justo  atenuarlas  excesivamente.  No  habla  San  Pablo  de  cualquier 
pecado,  sino  de  la  apostasía  plenamente  deliberada.  El  apóstata,  salido  del  únio» 
camino  de  salvación,  que  es  la  fe,  y  obstinado  en  no  volver  a  él,  no  tiene  human» 
remedio.  Ni  puede  apelar  a  la  mediación  del  Redentor.  Cuanto  es  de  su  parte,  ha 
renovado  el  crimen  de  los  judíos  crucificando  de  nuevo  al  Hijo  de  Dios.  De  mod» 
que  los  medios  ordinarios  de  salud  los  ha  inutilizado  él  con  su  abuso,  y  el  reeurs» 
supremo  de  una  gracia  extraordinaria  lo  tiene  desmerecido  con  su  crimen  y  1« 
rechaza  con  su  soberbia. 

4  Iluminados  :  con  la  luz  del  Evangelio  y  con  el  bautismo.  ||  El  don  celeste: 
es,  principalmente  a  lo  menos,  la  Eucaristía.  ||  Partícipes  del  Espíritu  Santo:  por 
la  confirmación,  acompañada  frecuentemente  en  la  primitiva  Iglesia  de  los  carismas 
extraordinarios. 

5  Palabra  de  Dios:  el  Evangelio.  ||  Las  maravillas  del  poder  divino  propias  dü 
la  edad  venidera  o  de  la  era  mesiánica,  anunciada  como  futura  en  los  vaticinios  del 
Antiguo  Testamento.  ||  Crucifican  al  Hijo  de  Dios:  señala  el  Apóstol  dos  circuns- 
tancias que  agravan  el  pecado  del  cristiano. 

m  Doctrina  altamente  consoladora,  con  que  nos  enseña  San  Pablo  que  los  mere- 
cimientos pretéritos  y  las  obras  de  misericordia  presentes  no  los  echa  Dios  en  olvido 
cuando  el  hombre  peca  por  fragilidad. 

Combinando  todos  los  rasgos  aquí  apuntados  se  obtiene  esta  noción  de  la 
esperanza  :  es  como  un  eco  afectivo  de  la  fe  intelectual  ;  una  firme  persuasión,  cuya 
propiedad  característica  es  la  constancia  o  longanimidad,  cuyo  objeto  es  la  herencia 
prometida  por  Dios. 


—  490  — 


6  12-20 


HEBREOS 


7l-8 


deseamos  que  cada  cual  de  vosotros 
muestre  ese  mismo  empeño  en  or- 
den a  la  plena  firmeza  de  la  espe- 
ranza hasta  el  fin  ;  12  de  suerte  que 
no  os  volváis  indolentes,  antes  bien 
seáis  imitadores  de  aquellos  que  por 
la  fe  y  la  longanimidad  llegan  a  la 
herencia  de  las  promesas. 


Firmeza  de  la  esperanza.  6,  13-20 


a  Porque  al  formular  Dios  sus  pro- 
mesas a  Abrahán,  como  no  hubiese 
nadie  superior  por  quien  jurase,  ju- 
ró por  sí  mismo,  M  diciendo  :  «¡Por 
mi  fe,  a  manos  llenas  te  bendeciré 
v  con  innumerable  prole  te  multi- 
plicaré!» (Gén.  22,  16-17).  "Y  as*' 
aguardando  con  longanimidad,  al- 
canzó la  promesa.  10  Porque  los  hom- 
bres juran  por  uno  superior,  y  para 
ellos  es  el  juramento  término  de  to- 
do litigio  como  garantía.  17  En  lo 
cual,  queriendo  Dios  mostrar  más 
cumplidamente  a  los  herederos  de  la 
promesa  lo  inmutable  de  su  resolu- 
ción, interpuso  el  juramento,  18  con 
el  fin  de  que,  por  medio  de  dos  co- 
sas inmutables,  tengamos  vehemen- 
te consolación  los  que  hemos  busca- 
do nuestro  salvamento  en  asirnos 
de  la  esperanza  puesta  delante  de 
nosotros  ;  19  a  la  cual  nos  cogemos 
como  áncora  del  alma,  segura  y  fir- 
me, y  que  penetra  hasta  lo  interior 
del  velo,  "  adonde  como  precursor 
entró  por  nosotros  Jesús,  hecho,  se- 
gún el  orden  de  Melquisedec,  sumo 
sacerdote  para  siempre. 


Melquisedec,  figura  de  Cristo 
sacerdote.  7,  1-3 

i-i  1  Porque  este  Melquisedec,  rey  de 
*  Salén,  sacerdote  del  Dios  Altísi- 
mo ;  el  que  salió  al  encuentro  de 
Abrahán  cuando  volvía  de  la  derrota 
de  los  reyes,  y  le  bendijo;  !  a  quien, 
además,  repartió  Abrahán  el  diez- 
mo de  todo  ;  que  es  primeramente, 
según  la  interpretación  de  su  nom- 
bre, rej*  de  justicia,  y  luego,  ade- 
más, rey  de  Salén,  que  es  rey  de 
paz  ;  3  sin  padre,  sin  madre,  sin  ge- 
nealogía ;  que  ni  tiene  principio  de 
días  ni  fin  de  vida  ;  hecho  semejan- 
te al  Hijo  de  Dios,  permanece  sacer- 
dote perennemente. 


Ventajas  de  Melquisedec  sobre 
Lcví.  7,  4-10 

*  Y  considerad  cuáu  grande  es  és- 
te, a  quien,  además,  Abrahán,  el 
patriarca,  dió  diezmo  de  lo  más  rico 
de  los  despojos.  5  Y  cierto,  los  que 
de  entre  los  hijos  de  Leví  reciben  el 
sacerdocio  tienen  orden,  según  la 
Ley,  de  cobrar  el  diezmo  del  pue- 
blo, esto  es,  de  sus  hermanos,  bien 
que  procedentes  de  la  estirpe  de 
Abrahán  ;  6  mas  el  que  no  deriva  de 
ellos  su  genealogía  percibió  diezmo 
de  Abrahán,  y  al  que  tenía  las  pro- 
mesas le  bendijo.  1  Ahora  bien,  fue- 
ra de  toda  controversia,  lo  que  es 
inferior  es  bendecido  por  lo  que  es 
superior.  8  Y  aquí,  por  cierto,  reci- 


19  Como  áncora...:  con  esta  comparación,  algo  incoherente  en  su  forma  literaria, 
significa  San  Pablo  que  la  esperanza  penetra  hasta  lo  interior  del  velo,  hasta  el 
Sánela  Samtorum  de  la  gloria  celeste,  a  manera  de  áncora,  que  se  clava  en  la 
arena  o  en  la  roca. 

7'  Melqtjisedec  :  etimológicamente  es  rey  de  justicia.  Reproduce  San  Pablo  com- 
pendiosamente la  narración  del  Génesis,  14,  18-20.  ||  Salem  :  parece  ser  Jerusalén. 
II  Reyes  :  los  cuatro  reyes  de  que  habla  el  Génesis  14,  1-17  ;  uno  de  los  cuales,  Amra- 
fel,  parece  ser  el  famoso  Hammurabi,  cuyo  admirable  código  ha  sido  descubierto  y 
publicado  recientemente 

2  El  diezmo  de  todo  el  botín  cogido  a  los  reyes. 

*  Sin  padre  :  no  quiere  decir  San  Pablo  que  Melquisedec  no  tuvo  padre,  o  que 
no  nació  ni  murió,  mas  quiere  significar  que  el  silencio  de  la  Escritura  sobre  la 
generación  de  Melquisedec  hace  a  éste  más  apto  para  simbolizar  a  Cristo,  verdadero 
Rey  de  la  justicia  y  de  la  paz  y  sacerdote  eterno,  sin  principio  de  días  en  cuanto 
Dios  y  sin  fin  en  la  gloria  de  su  realeza  y  sacerdocio. 

*-10  Demuestra  el  Apóstol  la  superioridad  de  Melquisedec  sobre  Leví  por  tres 
ventajas  que  le  hace  :  porque  recibió  de  él  diezmos  en  la  persona  de  su  padre 
Abrahán,  porque  le  bendijo  y  porque  eternamente  vive. 

8  Aqüí  :  en  la  ley  de  Moisés,  en  el  sacerdocio  de  Leví ;  allí  :  en  la  narración  del 
Génesis,  en   el  sacerdocio  de  Melquisedec. 


—  491  — 


7  9-18 


HEBREOS 


7  19-26 


ben  diezmo  hombres  que  mueren  ; 
mas  allí  uno  de  quien  testifica  que 
vive.  9  Y,  por  así  decir,  por  medio 
de  Abrahán  también  Leví,  el  que 
percibe  los  diezmos,  fué  diezmado ; 
10  pues  estaba,  todavía  en  germen, 
en  su  padre,  cuando  fué  a  su  en- 
cuentro Melquisedec. 


El  sacerdocio,  transferido  de  Aarón 
a  Melquisedec.  y,  ii-iq 

11  Si,  pues,  se  hubiera  realizado 
la  perfección  mediante  el  sacerdocio 
levítico,  ya  que  a  base  de  él  ha  re- 
cibido el  pueblo  la  legislación,  ¿  qué 
necesidad  había  de  que  surgiese  otro 
sacerdote  según  el  orden  de  Melqui- 
sedec y  no  se  denominase  según  el 
orden  de  Aarón  ?  12  Porque,  transfe- 
rido el  sacerdocio,  fuerza  es  que  se 
produzca  también  la  transferencia 
de  la  ley.  u  Pues  aquel  de  quien  se 
dicen  esas  cosas  a  otra  tribu  perte- 
necía, de  la  cual  nadie  se  ha  llegado 
al  altar;  14  porque  es  cosa  manifies- 
ta que  el  Señor  nuestro  es  retoño 
de  Judá,  a  cuya  tribu  para  nada  se 
refirió  Moisés  al  hablar  de  sacer- 
dotes. 16  Y  esto  es  mucho  más  evi- 
dente todavía  si,  a  semejanza  de 
Melquisedec,  surge  un  sacerdote  di- 
ferente, 10  que  ha  sido  creado  no  se- 
gún la  ley  de  disposición  carnal, 
sino  según  la  pujanza  de  una  vida 
indestructible.  "  Que  tal  es  el  tes- 
timonio :  «Tú  eres  sacerdote  para 
siempre  según  el  orden  de  Melqui- 
sedec» (Sal.  iog,  4)-  18  Y  es  así  que 
la  derogación  de  la  prescripción 
precedente  se  produce  a  causa  de 


su  ineficacia  e  inutilidad  ;  lu  pues 
nada  llevó  la  ley  a  la  perfección,  si- 
no que  fué  introducción  a  una  esipe- 
ranza  mejor,  por  medio  de  da  cual 
nos  acercamos  a  Dios. 


Sacerdocio  de  Cristo,  único  y  eterno, 
confirmado  con  juramento,  y,  20-25 

M  Y  por  cuanto  no  fué  sin  jura- 
mento— pues  aquéllos  sin  juramen- 
to fueron  hechos  sacerdotes,  21  mas 
éste  con  juramento,  por  boca  del 
que  dijo  (Sal    iog,  4)  ; 

Turó  el  Señor,  y  no  se  arrepentirá  ; 
tú  eres  sacerdote  para  siempre — , 

"en  la  misma  proporción  Jesús  se 
ha  hecho  fiador  también  de  una 
alianza  mejor.  23  Además,  entre  ellos 
son  muchos  los  sacerdotes  que  se 
han  sucedido,  por  cuanto  la  muer- 
te iles  impedía  perdurar ;  24  mas  El,  a 
causa  de  subsistir  perpetuamente, 
posee  el  sacerdocio  intransferible  ; 
25  por  donde  puede  también  salvar 
perennemente  a  los  que  por  El  se 
llegan  a  Dios,  siempre  viviente  pa- 
ra interceder  a  favor  de  ellos. 


Cristo,  sacerdote  santo  y  consumado. 
7.  26-2S 


x  Porque  tal  Pontífice  nos  conve- 
nía, sin  duda,  a  nosotros  :  santo, 
inocente,    incontaminado,  separado 


La  institución  del  sacerdocio  según  el  orden  de  Melquisedec  entrañaba  dos 
consecuencias  :  la  abrogación  del  sacerdocio  levítico  y  la  abolición  de  la  ley  de 
Moisés,  que  se  basaba  en  él.  Prueba  evidente  de  la  traslación  del  sacerdocio  es  el 
hecho  de  que  el  nuevo  sacerdote,  Jesu-Cristo,  no  pertenecía  a  la  tribu  de  Leví 
Tero  la  razón  fundamental  de  la  traslación  es  la  impotencia  del  sacerdocio  levítico 
para  dar  la  consumación  de  la  santidad,  que  sólo  podría  comunicar  un  sacerdote  eter- 
no, en  virtud  de  su  vida  imperecedera. 

"  Un*  esperanza  mejor  :  una  alianza  nueva,  por  la  cual  nos  llegamos  confiada- 
mente a  Dios.  ¡Magnífica  concepción!  La  antigua  alianza  es  una  ley':  un  yugo 
moral  impuesto  al  pueblo  de  Israel  ;  la  nueva  alianza  es  una  esperanza:  una  prima- 
vera espiritual  que  promete  frutos  abundantes  de  vida  eterna,  una  aurora  esplendo- 
rosa de  un  día  sin  fin. 

22  Alianza  mejor  :  la  nueva  alianza  aventaja  tanto  a  la  antigua  cuanto  el  sacer- 
docio de  Cristo  aventaja  al  de  Aarón. 

a  Cristo,  en  cuanto  hombre,  es  no  sólo  nuestro  Redentor,  sino  también  nuestro 
Abogado  Ambos  conceptos,  de  Redentor  y  de  Abogado,  se  resumen  en  el  de  Mediador. 

28  Separado  de  los  pecadores  :  por  razón  de  su  santidad  inmaculada  ;  si  bien  por 
su  inefable  dignación  quiso  tomar  sobre  sí  nuestros  pecados. 


HEBREOS 


84-10 


de  los  pecadores  y  encumbrado  por 
encima  de  los  cielos  ;  "7  que  no  tie- 
ne necesidad  de  ofrecer  víctimas  día 
tras  día,  como  los  pontífices,  pri- 
mero por  los  pecados  propios,  luego 
por  los  del  pueblo  ;  porque  esto 
hizo  de  una  vez  para  siempre,  ofre- 
ciéndose a  sí  mismo.  31  Es  que  la 
ley  constituye  sacerdotes  a  hombres 
sujetos  a  fragilidad  ;  mas  la  pala- 
bra del  juramento,  que  vino  después 
de  la  ley,  a]  Hijo  consumado  para 
siempre. 


El  santuario  celeste  del  nuevo 
Sacerdote.  8,  1-5 

o  '  El  punto  capital  sobre  lo  que 
"  vamos  diciendo  es  que  tenemos 
un  Pontífice  tal,  que  se  sentó  a  la 
diestra  del  trono  de  la  Majestad  en 
los  cielos,  5  ministro  del  santuario  y 
del  tabernáculo  verdadero,  que  erigió 
el  Señor,  no..e'l  hombre.  3  Porque  to- 
do pontífice  es  constituido  para  ofre- 
cer dones  y  víctimas ;  por  donde  era 
necesario  que  también  éste  tuviera 


algo  que  ofreciese.  *  Si  estuviera, 
pues,  sobre  la  tierra,  ni  siquiera  se- 
ría sacerdote,  como  quiera  que  ha- 
bía quienes  según  la  ley  ofrecen  do. 
nes  ;  6  los  cuales  practican  un  culto 
que  es  trasunto  y  sombra  del  ideal 
celeste,  según  fué  dicho  a  Moisés  por 
el  oráculo  divino  cuando  estaba  pa- 
ra emprender  la  construcción  del  ta- 
bernáculo. Porque  «Mira,  dice,  harás 
todas  las  cosas  conforme  al  modelo 
que  te  fué  mostrado  en  ed  monte» 
(Ex.  25,  40).  / 


Superioridad  de  la  nueva  alianza. 
8,  6-13 

*  Mas  ahora  posee  un  ministerio 
sagrado  tanto  más  excelente,  por 
cuanto  es  mediador  de  una  alianza 
también  mejor,  como  que  ha  sido 
establecida  a  base  de  promesas  me- 
jores. '  A  la  verdad,  si  aquella  pri- 
mera fuera  irreprochable,  no  se  bus- 
cara lugar  para  una  segunda.  8  Y  es 
así  que  en  son  de  reproche  dice 
(Jer.  31,  31-34)  : 


Mirad,  días  vendrán,  dice  el  Señor, 

en  que  concluiré  una  alianza  nueva 

con  la  casa  de  Israel  y  con  la  casa  de  Judá, 

:'  no  conforme  á  la  alianza  que  concerté  con  sus  padres 

el  día  que  los  tomé  de  la  mano 

para  sacarlos  de  la  tierra  de  Egipto  ; 

porque  ellos  no  permanecieron  fieles  a  mi  alianza, 

y  yo  me  desentendí  de  ellos,  dice  el  Señor. 

10  Porque  esta  es  la  alianza  que  concertaré  con  la  casa  de  Israel, 
después  de  aquellos  días,  dice  el  Señor  : 


■  De  una  vez  para  siempre  :  en  la  nueva  alianza  no  existe  propiamente  sino  un 
solo  sacrificio,  el  de  Jesu-Cristo  en  la  cruz ;  mas  este  único  sacrificio  se  renueva 
y  reproduce  cada  día  incruentamente  en  la  Santa  Misa,  en  la  cual  el  mismo  Jesu- 
Cristo  por  ministerio  de  hombres  inmola  y  ofrece  la  misma  víctima,  su  cuerpo  y  su 
sangre,  como  lo  enseña  el  Concilio  Tridentino  (Denz.  93S,  9.18)  en  conformidad  con 
la  Sagrada  Escritura  y  con  toda  la  tradición  cristiana,  recibida  de  los  apóstoles. 

8 3-1  En  las  palabras  de  San  Pablo  hay  que  dar  no  pequeña  parte  a  la  metáfora. 
Como  serfa  ridículo  afirmar  que  existe  en  el  cielo  un  tabernáculo  verdadero  que 
hirviera  de  modelo  al  construido  por  Moisés,  así  sería  irracional  pretender  deducir 
de  las  palabras  del  Apóstol  que  Jesu-Cristo  solamente  en  el  cielo  consumó  su  sacri- 
ficio. Lo  que  inculca  San  Pablo  es  que  el  sacerdocio  y  el  sacrificio  de  Jesu-Cristo  no 
son  terrenos,  a  la  manera  de  los  levíticos,  y  que  además  se  perpetúan  de  alguna 
manera  en  los  cielos,  no  porque  en  ellos  consume  el  sacrificio,  consumado  ya  en  la 
cruz,  sino  porque  allí  Cristo,  Sacerdote  eterno,  con  la  aplicación  de  los  frutos  de  la 
cruz  y  con  la  continuada  renovación  del  sacrificio  eucarístico,  da  cierta  perpetuidad 
moral  al  sacrificio  del  Calvario. 

8  En  6,  19,  habla  San  Pablo  de  una  esperanza  mejor  ;  en  6,  22.  de  una  alianza 
mejor  :  aquí,  relacionando  ambos  conceptos,  habla  de  una  alianza  mejor  basada  en 
promesas  meiores.  Esta  doble  identidad  de  esperanza  con  alianza  y  con  promesas,  al 
paso  que  expresa  el  aspecto  objetivo  de  esperanza,  insinúa  su  objeto,  que  son  los 
bienes  prometidos  por  Dios  y  su  motivo  que  es  (parcialmente*  la  fidelidad  divina. 


—  493  — 


8  11-9* 


HEBREOS 


Pondré  mis  leyes  en  su  mente 

y  sobre  sus  corazones  las  inscribiré, 

y  yo  seré  su  Dios 

y  ellos  serán  mi  pueblo. 

11  Y  no  habrá  de  instruir  cada  cual  a  su  conciudadano, 

ni  cada  cual  a  su  hermano, 

diciendo  :  Conoce  al  Señor  ; 

porque  todos  me  conocerán, 

desde  el  menor  hasta  el  mayor  de  ellos. 

Porque  seré  propicio  con  sus  iniquidades, 
y  de  sus  pecados  no  me  acordaré  más. 


13  Al  decir  «nueva»  ha  anticuado 
la  primera  ;  y  lo  que  se  vuelve  an- 
tiguo y  envejece,  cerca  está  de  la 
desaparición. 


III.    Jesu-Cristo,  víctima 

El  santuario  y  los  ritos  del  Antiguo 
Testamento,  g,  i-io 

q  1  Tenía,  pues,  también  la  primera 
prescripciones  relativas  ail  culto 
y  su  santuario  terrestre.  2  Porque  se 
construyó  un  tabernáculo,  cuya  pri- 
mera estancia,  en  la  cual  estaba  el 
candelabro  y  la  mesa  y  la  exposi- 
ción de  los  panes,  era  llamada  «Lu- 
gar santo»  ;  3  y  detrás  del  segundo 
velo,  otra  estancia,  que  era  llamada 
«Lugar' santísimo»,  *  la  cual  tenía 


un  altar  de  oro  para  el  incienso  y 
el  arca  de  la  alianza  recubierta  de 
oro  por  todos  lados,  en  la  cual  es- 
taban una  urna  de  oro  con  el  ma- 
ná dentro,  y  la  vara  de  Aaróu  que 
retoñó,  y  las  tablas  de  la  alianza  ; 
6  y  por  encima  de  ella  los  querubi- 
nes de  la  gloria,  que  cobijan  con  su 
sombra  el  propiciatorio  ;  acerca  de 
lo  cual  no  hay  para  qué  hablar  aho- 
ra en  particular.  6  Dispuestas  así  es- 
tas cosas ,  en  la  primera  estancia 
del  tabernáculo  entran  continuamen- 
te los  sacerdotes  al  desempeñar  las 
funciones  del  culto  ;  T  mas  en  la  se- 
gunda una  sola  vez  al  año  sólo  el 
sumo  sacerdote,  no  sin  sangre,  la 
cual  ofrece  por  sí  y  por  los  pecados 
del  pueblo  ;  8  significando  con  ello 
el  Espíritu  Santo  que  todavía  no 
está  abierto  el  camino  para  el  Lugar 
santo,  mientras  subsiste  aún  la  pri- 
mera estancia  del  tabernáculo,  "  la 
cual  es  figura  que  se  refiere  al  tiem- 


u  No  habrá  de  insiruir...  :  estas  palabras  no  se  han  de  tomar  materialmente 
a  la  letra  como  lo  han  hecho  muchos  protestantes,  con  el  empeño  de  suprimir  el 
magisterio  eclesiástico.  Despojados  de  su  hipérbole  oriental,  significan  que  en  la 
nueva  economía  el  conocimiento  de  Dios  había  de  ser  más  universal  y  más  com- 
pleto que  en  la  antigua  alianza.  Si  excluyeran  todo  magisterio  externo,  ¿qué  signi- 
ficarían las  palabras  de  Jesu-Cristo  a  los  apóstoles  :  Id  y  amaestrad  a  todas  las 
naciones  7  (Mt.  28,  19-20).  ¿Y  qué  razón  de  ser  tendría  esta  misma  carta  de  San  Pa 
blo  a  los  Hebreos? 

9 2  El  tabernáculo  comprendía  dos  estancias  principales,  separadas  entre  sí  poi 
un  velo  y  precedidas  de  un  vestíbulo.  En  la  primera  estancia,  separada  del  vestíbulo 
por  un  primer  velo,  se  hallaba  el  candelabro  de  oro  a  la  izquierda,  y  la  mesa,  sobre 
la  cual  se  ponían  los  panes  de  la  proposición,  a  la  derecha. 

4  El  altar  de  oro,  aunque  moralmente  pertenecía  al  Lugar  santísimo,  estaba, 
con  todo,  colocado  delante  del  segundo  velo,  para  que  los  simples  sacerdotes,  que 
no  podían  pasar  del  Lugar  santo,  pudiesen  ofrecer  el  incienso  sobre  este  altar. 

6  El  propiciatorio  era  una  plancha  de  oro  puro  con  que  se  cubría  el  arca  de  la 
alianza.  Sobre  el  propiciatorio  se  rociaba  la  sangre  de  las  víctimas  ofrecidas  por  los 
pecados  de  los  sacerdotes  y  de  todo  el  pueblo  el  día  solemne  de  ¡a  Expiación  : 
función  privativa  del  sumo  sacerdote,  sólo  el  cual  y  sólo  en  aquel  día  podía  entrat 
en  el  Sanct'a  Sanctorum 

7  No  sin  sangre  :  de  los  novillos  y  machos  cabríos  que  se  inmolaban  en  la  gran 
solemnidad  de  la  Expiación. 

**  El  Lugar  santo,  separado  del  Lugar  santísimo  por  un  velo  impenetrable, 
aparece  a  los  ojos  de  San  Pablo  como  símbolo  del  culto  levítico,  que,  incapaz  de 
santificar  interiormente  al  hombre,  en  vez  de  acercarle  a  Dios,  es  una  barrera  que 
le  cierra  el  paso.  Era  menester  que  este  velo  se  rasgase,  como  de  hecho  se  rasgó, 
con  la  muerte  de  Cristo. 


—  594  — 


10-15 


HERREOS 


9  16-25 


po  présenle,  conforme  a  la  cual  se  I 
ofrecen  dones  v  víctimas  impoten- 
tes para  dar  la  consumada  perfec- 
ción en  lo  que  toca  a  la  conciencia 
al  que  practica  ese  culto,  10  consis- 
tiendo únicamente  en  manjares  y 
bebidas  v  diferentes  abluciones,  ob- 
servancias, en  fin,  de  una  justicia 
carnal,  impuestas  hasta  el  tiempo 
de  la  reformación. 


El  santuario  celeste  y  eficacia  del 
sacrificio  de  Cristo,  g,  11-14 

u  Mas  Cristo,  habiéndose  presen- 
tado como  Pontífice  de  los  bienes 
venideros,  penetrando  en  el  taber- 
náculo más  amplio  y  más  perfecto, 
no  hecho  de  manos,  esto  es,  no  de 
esta  creación,  11  v  no  mediante  san- 
gre de  machos  'cabríos  y  de  bece- 
rros, sino  mediante  su  propia  san- 
gre, entró  de  una  vez  para  siempre 
en  el  santuario,  consiguiendo  una 
redención  eterna.  u  Porque  si  la  san- 
gre de  machos  cabríos  y  de  toros  y 
la  ceniza  de  la  becerra  santifican 
con  su  aspersión  a  los  contaminados 
en  orden  a  la  purificación  de  la  car- 
ne, 14  ¡  cuánto  más  la  sangre  de  Cris- 
to, que  por  el  Espíritu  Eterno  se 
ofreció  a  sí  mismo  inmaculado  a 
Dios,  purificará  vuestra  conciencia 
de  obras  muertas,  para  que  rindáis 
culto  al  Dios  viviente ! 


La  sangre  de  Cristo,  sello  del  Nuevo 
Testamento.  9,  15-22 

,s  Y  por  esto  es  mediador  de  un 
Nuevo  Testamento,  a  fin  de  que,  ha- 
biendo intervenido  muerte  para  res- 


cate de  las  transgresiones  ocurridas 
durante  la  primera  alianza,  reciban 
los  que  han  sido  llamados  la  pro- 
mesa de  la  herencia  eterna.  "  Pues 
donde  hay  testamento,  menester  es 
que  conste  la  muerte  del  testador  ; 
"  pues  un  testamento  es  válido  en 
caso  de  defunción,  como  quiera  que 
nunca  tiene  valor  mientras  el  testa- 
dor vive.  18  Por  donde  tamjpoco  el  pri- 
mero se  inauguró  sin  sangre.  19  Por- 
que Moisés,  después  de  recitar  todos 
los  mandatos  a  tenor  de  la  ley  a  oídos 
de  todo  el  pueblo,  habiendo  tomado 
la  sangre  de  los  becerros  y  machos 
cabríos  con  agua  y  lana  teñida  en 
grana  e  hisopo,  roció  así  el  libro  co- 
mo a  todo  el  pueblo,  20  diciendo  :  «Es- 
ta es  da  sangre  de  la  alianza  que  pa- 
ra vosotros  dispuso  Dios»  (Ex.  24,  8) . 
21  De  semejante  manera  roció  tam- 
bién con  la  sangre  eil  tabernáculo  y 
todos  los  objetos  del  culto.  22  Y  casi 
todo  según  la  ley  se  purifica  con 
sangre,  y  sin  efusión  de  sangre  no 
se  obtiene  remisión. 

Excelencia  y  eficacia  eterna  del  sa- 
crificio tínico  de  Cristo,  o,  23-28 

3  Era,  pues,  necesario  que  las  que 
eran  figuras  de  lo  que  existe  en  los 
cielos,  con  estas  cosas  se  purifica- 
sen, mas  las  cosas  mismas  celestia- 
les con  víctimas  más  excelentes  que 
no  éstas.  M  Pues  no  entró  Cristo  en 
un  santuario  hecho  de  mano,  ima- 
gen del  verdadero,  sino  en  el  cielo 
mismo,  para  presentarse  ahora  en 
el  acatamiento  de  Dios  a  favor  nues- 
tro ;  28  y  no  con  el  fin  de  ofrecerse 
a  sí  mismo  repetidas  veces,  a  la 
manera  que  el  sumo  sacerdote  entra 
en  el  santuario  año  tras  año  con 


11  Los  biínes   venideros  son  las  bendiciones  mesiánieas. 

u  El  santuario  del  versículo  12  es  el  mismo  tabernáculo  mencionado  en  el  ver- 
sículo 11.  El  llamar  al  cielo  tabernáculo  o  santuario  es  una  metáfora  que  no  hay 
que  extremar. 

"El  Espíriiu  Eterno  es  el  Espíritu  Santo.  ||  Obras  muertas  son  los  pecados. 

"-"La  doble  significación  de  la  palabra  griega  diathéke  (alianza  y  testamento) 
permite  a  San  Pablo  pasar  insensiblemente  de  la  una  a  la  otra,  dado  que  la  nueva 
alianza  es  un  verdadero  testamento,  que  recibe  su  validez  con  la  muerte  de  Cristo. 

1B  La  sangre  con  agua  y  lana  teñida  en  grana  e  hisopo  :  esto  es,  la  sangre  mez- 
clada con  agua  y  recogida  en  la  lana  que  envolvía  la  caña  del  hisopo.  El  hisopo 
liobablemente  era  el  orégano. 

23  Las  mismas  cosas  celestiales  con  víctimas  más  excelentes  que  no  éstas  se  habían 
de  purificar  :  bastaba  esta  sola  frase  para  convencer  de  que  cuanto  dice  San  Pablo 
.•obre  el  santuario  celeste  hay  que  entenderlo  metafóricamente  ;  de  lo  contrario,  habría 
de  admitirse  que  en  el  cielo  mismo  había  manchas  que  era  menester  lavar  con  la 
sangre  de  Cristo. 


—  495  — 


9  26-lQ  § 


HEBREOS 


10  2"10 


sangre  ajena  ¡  **  puesto  que  hubiera 
sido  necesario  que  él  padeciera  mu- 
chas veces  desde  la  fundación  del 
inundo  ;  mas  ahora  de  una  sola  vez 
en  la  consumación  de  los  siglos  se 
ha  manifestado  para  la  abolición  del 
pecado  mediante  su  propia  inmola- 
ción. 27  Y  así  como  está  reservado  a 
los  hombres  morir  una  sola  vez,  y 
tras  esto,  juicio,  28  así  también  Cris- 
to, después  de  haberse  ofrecido  una 
sola  vez  para  tomar  sobre  sí  los  pe- 
cados de  la  muchedumbre,  por  se- 
gunda vez,  sin  intervención  de  pe- 
cado, se  manifestará  a  los  que  le 
esperan  para  su  salud. 


Esterilidad  de  la  expiación  anual 
io,  1-4 

1  f\  1  Pues  conteniendo  la  lev  una 
sombra  de  los  bienes  que  ha- 


bían de  venir,  no  la  expresión  real 
de  las  cosas,  no  puede  jamás,  con  los 
mismos  sacrificios  que  sin  cesar  ofre- 
ce año  tras  año,  dar  cumplida  per- 
fección a  los  que  se  llegan  ;  -  de  lo 
contrario,  ¿  no  hubieran  cesado  de 
ofrecerse,  por  no  tener  ya  ninguna 
conciencia  de  pecados  los  que  ren- 
dían este  culto,  una  vez  purifica- 
dos ?  3  Al  contrario,  con  ellos  se  re- 
nueva el  recuerdo  de  los  pecados 
año  tras  año.  1  Porque  es  imposible 
que  la  sangre  de  toros  y  machos 
cabríos  quite  los  pecados. 

Obediencia   y  oblación  del  Mesías. 
10.  s-10 

5  Por  lo  cual  al  entrar  en  el  mun- 
do dice  (Sal.  39,  7-9)  : 


Sacrificio  y  ofrenda  no  quisiste, 

pero  me  diste  un  cuerpo  a  propósito  ; 

"  holocaustos  y  sacrificios  por  el  pecado  no  te  agradaron  ; 

1  entonces  dije  :  Heme  aquí  presente. 

En  el  pomo  del  libro  está  escrito  de  mí  ; 

quiero  hacer,  ¡oh  Dios!,  tu  voluntad. 


8  Diciendo  más  arriba:  «Sacrificios 
y  ofrendas»  y  «holocaustos  y  sacrifi- 
cios por  el  pecado  no  los  quisiste  ni 
te  agradaron»,  los  que  según  la  ley 


se  ofrecen,  '  «entonces»  ha  dicho  : 
«Heme  aquí  que  vengo  a  hacer  ta 
voluntad.»  Suprime  lo  primero  para 
establecer  lo  segundo.  1,1  En  virtud 


t  ¡cu  lar. 

sión,  que  da  a  entender  que  se  habla 
muerte  es  aquí  la  muerte  individual  de 
es  igualmente  el  juicio  que  sigue  a  la 
énfasis  con  que  habla  el  Apóstol,  as 
de  la  única  vez  que 
Por  tanto,  asi  como 
ición  huni 


tratando  de  Cristo 
como  algo  dec 
la  obra  de  la 
que  decide  de- 
que no  es  otn 
juicio  no  llev¡ 
y  de  tanto  reí 


;>leada  aquí 
En  efecto. 


ando 


la  palabr 


1  conexión  de  suce- 
de dos  términos  análogos.  Ahora  bien,  la 
cada  hombre.  Luego  el  juicio  que  la  sigue 
Tiucrte  de  cada  uno.  Es,  además,  de  notar 
tratando  de  los  hombres  en  general  como 
se  muere,  considerando  una  y  otra  muerte 
1  muerte  de  Cristo  concluye  definitivamente 
ana,  así  la  muerte  de  cada  hombre  es  algo  definitivo 
1  :  decisión  que  supone  algún  juicio  de  parte  de  Dios, 
particular.  Ni  carece  de  importancia  el  que  la  palabra 
bía  de  llevarlo  si  designase  un  hecho  tan  determinado 
uicio  universal.  Finalmente,  la  misma  palabra  original 
1  Pablo  para  expresar  juicio,  parece  excluir  el  juicio 
habla  del  juicio  universal,  nunca  lo  llama  crisis;  y 
sis,  nunca  habla  del  juicio  universal. 

mido  de  la  palabra 


-J  f\    '  Kxi'Ki  sion  real  o  realización,  verificación:   tal  es  el  sentido 
imagen,  empleada  aquí  por  San  Pablo  en  oposición  a  sombró. 
5  Ai.  entrar  en  ei.  mundo  :  en  el  momento  de  la  encarnación.  En  el  seno  de  la 
Virgen  Madre,  el  primer  sentimiento  del  Corazón  de  Jesu-Cristo  es  la  oblación  de  su 
vida  por  la  redención  de  los  hombres  :   oblación  que,  consumada  en  la  cruz,  se 
perpetúa  de  alguna  manera  con  su  actual  e  incesante  ratificación  en  su  vida  celeste. 

7  El.  pomo  Di:i.  1.1RR0  parece  ser  el  pomo  o  esfera  que  remataba  la  parte  superior 
de  la  vara  cilindrica,  en  torno  de  la  cual  se  arrollaba  el  volumen. 

30  Santificados...  de  una  vez  para  siempre:  no  quiere  decir  el  Apóstol  que  la 
muerte  del  Redentor,  sin  más,  santificó  personalmente  a  cada  uno  de  los  hombres. 


—  496  — 


10  11 -20 


HEBREOS 


10  i2-2i 


de  la  cual  «voluntad»  hemos  sido 
santificados  mediante  la  «oblación 
del  cuerpo»  de  Jesu-Cristo  de  una 
ve/  para  siempre. 

Ineficacia  de  los  sacrificios  diarios 
contrapuesta  a  ta  eficacia  del  sacri- 
ficio único  de  Cristo,  io,  ii-iS 

11  Y  cierto,  todo  sacerdote  está  día 
tras  día  desempeñando  sus  funcio- 


nes y  ofreciendo  muchas  veces  unos 
mismos  sacrificios,  que  no ,  pueden 
jamás  hacer  desaparecer  los  peca 
dos  ;  ]-  mas  éste,  habiendo  ofrecido 
por  los  pecados  un  solo  sacrificio  de 
eficacia  eterna,  se  sentó  a  la  diestra 
de  Dios,  13  aguardando,  por  lo  de- 
más, a  que  sus  enemigos  sean  pues- 
tos como  escabel  de  sus  pies.  "  Por- 
que con  una  sola  oblación  ha  con- 
sumado para  siempre  a  los  que  son 
santificados.  15  Y  nos  lo  testifica 
también  el  Espíritu  Santo.  Pues  des- 
pués de  haber  dicho  (Jer.  31,  33)  : 


w  Esta  es  la  alianza  que  concertaré  con  ellos, 
después  de  aquellos  días,  dice  el  Señor, 
pondré  mis  leyes  sobre  sus  corazones, 
y  sobre  su  mente  las  inscribiré, 

"añade  :   «Y  de  sus  pecados  y  del  hay  remisión  de  esas  cosas  no  hay 
sus  iniquidades  no  me  acordaré  más»    va  más  oblación  por  el  pecado. 
(Jer.  31,  34).  "  Ahora  bien,  donde  ' 


Segunda  parte:  Parenética 


I.    Exhortación  general:  Perseve- 
rancia en  la  fe 

Primer  motivo  de  perseverancia:  la 
mediación  de  Cristo.  10,  10-25 

"  Teniendo,  pues,  hermanos,  se- 
gura confianza  de  entrar  en  el  san- 
tuario en  virtud  de  la  sangre  de  Je- 
sús, 20  entrada  que  él  inauguró  para 


nosotros  como  camino  nuevo  y  vi- 
viente a  través  del  velo,  esto  es,  de 
su  propia  carne,  M  y  teniendo  un 
sacerdote  grande  sobre  la  casa  de 
Dios,  22  lleguémonos  con  sincero  co- 
razón con  plena  convicción  de  fe, 
purificados  los  corazones  de  con- 
ciencia mala  y  lavados  los  cuerpos 
con  agua  pura.  23  Mantengamos  in- 
conmovible la  confesión  de  la  espe- 
ranza, pues  fiel  es  quien  hizo  la  pro- 
mesa ;  21  y  considerémonos  los  unos 
a  los  otros,  para  estímulo  de  la  ca- 


Lo  que  quiere  decir  es  que  su  muerte  redentora  es  el  principio  único  de  la  santi- 
ficación de  todos  los  hombres. 

14  Los  que  son  santificados  significa  los  que  con  el  tiempo  van  siendo  santificados 
individualmente. 

*•  No  hay  ya  más  oblación  por  EL  pecado  :  después  del  sacrificio  de  la  cruz  no  es 
menester  ya  otro  sacrificio  distinto  para  expiar  los  pecados  de  los  hombres.  Se 
reproducirá  cada  día  en  nuestros  altares  el  mismo  sacrificio,  para  aplicarnos  sus 
frutos  ;   mas  no  se  ofrecerá  ya  otro  sacrificio  diferente. 

i»-2»  Las  alusiones  y  atrevidas  metáforas  de  este  pasaje  reclaman  alguna  declara- 
ción. Ante  todo  hay  una  alusión  al  segundo  velo  del  templo,  a  través  del  cual 
penetraba  el  Pontífice  con  la  sangre  de  las  víctimas  en  el  Lugar  santísimo.  Otra 
segunda  alusión  recuerda  el  velo  del  templo,  que  se  rasgó  de  alto  a  bajo  al  morir  el 
Redentor.  Luego,  una  osada  metáfora  presenta  la  carne  del  Salvador,  rasgada  con 
los  clavos  y  con  la  lanza,  como  el  velo  rasgado,  a  través  del  cual  entramos  en  el 
santuario  celeste.  Pero,  además,  las  palabras  del  Apóstol  sugieren  una  aplicación  a 
la  abertura  del  sagrado  costado,  que  nos  brinda  franca"  entrada  al  santuario  de  su 
Santísimo  Corazón. 

-  Lavados  los  cuerpos  con  agua  pura  :  por  el  santo  bautismo. 

M  Para  estímulo  de  la  caridad  :  lo  que  puede  estimular  la  caridad  de  unos  con 
otros  es,  bajo  distintos  aspectos,  los  buenos  ejemplos  y  las  necesidades  que  se  padecen. 


—  497  — 


10  25-30 


HEBREOS 


10  31-H  1 


ridad  y  de  las  buenas  obras  ;  25  no 
desamparando  vuestra  común  re- 
unión, según  es  costumbre  de  algu- 
nos, antes  bien  alentándoos,  y  tanto 
más  cuanto  veis  que  se  acerca  el  dia. 


Segundo  motivo:  castigos  de  la 
apostasía.  io,  26-31 

26  Porque  si  deliberadamente  peca- 
mos, después  de  haber  recibido  el 
conocimiento  de  la  verdad,  no  queda 
ya  sacrificio  por  los  pecados,  27  an- 
tes una  pavorosa  expectación  del 
juicio  y  el  ardor  vengativo  del  fue- 
go dispuesto  a  devorar  a  los  ene- 
migos. ffl  En  atrepellando  uno  la  Cey 
de  Moisés,  sin  compasión  es  llevado 
a  la  muerte  sobre  el  dicho  de  dos  o 
tres  testigos  :  *  ¿  de  cuánto  peor 
castigo  pensáis  será  juzgado  digno 
el  que  pisoteó  al  Hijo  de  Dios,  y 
consideró  como  profana  la  sangre 
de  la  alianza  con  que  fué  santifica- 
do, y  ultrajó  al  Espíritu  de  la  gra- 
cia ?  M  Pues  conocemos  al  que  dijo : 
«A  mí  me  corresponde  la  venganza, 
vo  daré  a  cada  uno  su  merecido»  ;  v 


otra  vez  :  «Juzgará  el  Señor  a  su 
pueblo»  (Dt.  32,  35-36).  "Horrenda 
cosa  es  caer  en  las  manos  del  Dios 
viviente. 


Tercer  motivo:   recuerdos  y  espe- 
ranzas. 10,  32-39 

32  Acordaos  de  los  días  pasados,  en 
que,  habiendo  sido  iluminados,  so- 
portasteis recio  combate  de  padeci- 
mientos ;  33  hechos,  por  una  parte, 
blanco  de  ludibrios  y  tribulaciones 
como  en  público  espectáculo,  y  por 
otra,  hechos  solidarios  de  los  que 
se  hallaban  en  semejante  situación. 
31  Porque  compartisteis  los  padeci- 
mientos de  los  encarcelados,  y  reci- 
bisteis con  gozo  el  robo  de  vuestros 
bienes,  sabiendo  que  poseéis  una  ha- 
cienda mejor  y  permanente.  35  No 
perdáis,  pues,  vuestra  confianza,  a 
la  cual  está  vinculada  una  gran  re- 
compensa. 30  Porque  tenéis  necesi- 
dad de  paciencia  ;  a  fin  de  que, 
habiendo  cumplido  la  voluntad  de 
Dios,  alcancéis  la  promesa.  31  Por- 
que (Hab.  2,  3-4) 


Todavía  un  poquito,  tantico  tantico, 

v  el  que  ha  de  venir  vendrá,  y  no  tardará  ; 

58  y  mi  justo  por  la  fe  vivirá  ; 

y  si  se  acobardare,  no  se  agradará  mi  alma  en  él. 


**  Mas  nosotros  no  somos  hombres 
de  cobardía  para  perdición,  sino  de 
fe  para  salvamento  del  alma. 


Cuarto  motivo:  ejemplos  de  fe  de 
los  antiguos:  Abel,  Enoc,  Noé. 
11.  1-7 

1  Es  la  fe  una  convicción  de  la* 
cosas  que  se  esperan,  argumen- 


11 


20  El  día  del  juicio  de  Dios.  Ignoraban  los  hebreos  cristianos,  deslumhrados  por 
el  esplendor  de  la  liturgia  levítica,  que  aquel  templo  dentro  de  pocos  años  iba  a 
ser  pasto  de  las  llamas,  y  con  él  todos  los  ritos  de  la  ley.  La  destrucción  de  Jerus«- 
lén  y  del  templo  es  para  el  Apóstol  imagen  y,  a  la  vez,  inauguración  del  último 
juicio  de  Dios. 

26  No  queda  ya  sacrificio...  :  no  el  de  Cristo,  voluntariamente  rechazado  ;  no  lofc 
de  la  ley,  ineficaces  para  borrar  los  pecados.  Tal  es  el  sentido  de  estas  palabras, 
no  el  de  que  el  pecador  no  pueda  ya  obtener  perdón  para  sus  pecados. 

29  Tres  circunstancias  señala  San  Patio  en  el  pecado  de  apostasía,  que  revelan 
toda  su  gravedad  ;  circunstancias  que  proporcionalmente  se  hallan  en  todo  pecado 
mortal. 

32  Iluminados  :  cf.  6,  4. 

n1  La  fe.  de  que  habla  aquí  el  Apóstol  es  la  actual,  es  decir,  el  acto  de  fe.  De  dos 
maneras  la  define.  Es,  primeramente,  una  convicción  de  las  cosas  que  se  espe- 
ran, esto  es,  una  persuasión  racional  que  nos  hace  mirar  como  real  y  subsistente  el 
mundo  sobrenatural;  o,  en  términos  más  teológicos,  un  asentimiento  de  la  inteligencia 
a  la  palabra  de  Dios,  que  nos  ha  revelado  la  economía  de  la  salud  humana.  Es  además 
un  argumento  de  las  cosas  que  no  se  ven,  es  decir,  tiene  la  eficacia  de  la  demos- 
tración más  convincente,  por  cuanto  comunica  por  sí  misma  al  espíritu  la  certidumbre 


-498- 


11  2-13 


HEBREOS 


11  8-15 


to  de  las  que  no  se  ven.  :  Pues  por 
ella  merecieron  testimonio  favorable 
los  antepasados.  3  Por  la  fe  entende- 
mos haber  sido  los  mundos  apareja- 
dos por  la  palabra  de  Dios,  de  suerte 
que  no  de  cosas  que  estuvieran  a  la 
vista  ha  sido  producido  eso  que  se 
ve.  4  Por  la  fe  ofreció  Abel  a  Dios 
un  sacrificio  superior  al  de  Cuín,  en 
razón  del  cual  mereció  testimonio 
de  que  era  justo,  dando  Dios  testi- 
monio favorable  sobre  sus  ofrendas ; 
y  por  ella,  muerto  ya,  habla  toda- 
vía. 5  Por  la  fe  fué  Énoc  trasladado 
para  que  no  viese  la  muerte  ;  y  «no 
compareció,  puesto  que  Dios  le  ha- 
bía trasladado»  ÍC>én.  5,  24I.  Porque 
anteriormente  al  traslado  había  me- 
recido testimonio  de  haber  sido  gra- 
to a  Dios.  *  Ahora  bien,  sin  fe  es 
imposible  ser  grato,  pues  es  nece- 
sario que  quien  se  llega  a  Dios  crea 
que  existe  y  que  es  remunerador 
para  los  que  le  buscan.  '  Por  la  fe, 
Noé,  avisado  por  Dios  de  cosas  que 
todavía  no  se  veían,  inspirado  por 
un  religioso  temor  construyó  un  ar- 
ca para  salvación  de  su  casa;  fe  por 


la  cual  condenó  al  mundo  y  fué 
constituido  heredero  de  la  justicia 
que  es  según  la  fe. 


Abrahán  y  Sara,  ti,  8-19 


8  Por  la  fe,  Abrahán,  al  ser  llama- 
do, obedeció  saliendo  para  el  lugar 
que  había  de  recibir  en  herencia,  y 
salió  sin  saber  a  dónde  iba.  °  Por  la 
fe  emigró  a  la  tierra  de  la  promesa, 
como  a  tierra  extraña,  habitando  en 
tiendas  de  campaña,  lo  mismo  que 
Isaac  y  Jacob,  los  coherederos  de  la 
.misma  promesa  ;  '"  porque  aguarda- 
ba aquella  ciudad  asentada  sobre  los 
fundamentos,  cuyo  artífice  y  cons- 
tructor es  Dios.  11  Por  la  fe  también 
la  misma  Sara  cobró  vigor  para  la 
fundación  de  un  linaje,  aun  fuera 
de  la  sazón  de  la  edad,  pues  tuvo 
por  fiel  al  que  había  hecho  la  pro- 
mesa. 12  Por  lo  cual  también  de  uno 
solo,  y  éste  amortecido,  procedie- 
ron (Gén.  22,  17) 


como  las  estrellas  del  cielo  en  muchedumbre, 

y  como  la  arena  que  está  en  la  ribera  del  mar,  innumerable. 


"  En  la  fe  murieron  todos  éstos 
sin  haber  ellos  logrado  las  prome- 
sas, sólo  de  lejos  viéndolas  y  salu- 
dándolas, y  confesando  que  eran  ex- 


traños y  forasteros  sobre  la  tierra. 
u  Pues  los  que  tal  dicen,  dan  bien 
a  entender  que  andan  en  busca  de 
una  patria.  15  Y  si  se  refirieran  a 


que  normalmente  producen  los  argumentos.  No  es,  por  tanto,  la  fe,  como  pretendían 
los  antiguos  protestantes,  una  ciega  confianza  de  la  voluntad,  ni  tampoco,  como 
pretenden  los  protestantes  liberales,  un  sentimiento  del  corazón. 

3  Por  ei.la  merecieron  testimonio...:  por  semejante  fe  los  antiguos  santos  del 
pueblo  de  Dios  obtuvieron  testimonio  de  que  eran  justos  y  gratos  al  Señor. 

3  Los  mundos  :  literalmente  los  siglos,  esto  es,  el  universo  entero,  sujeto  a  las 
vicisitudes  de  los  siglos.  ||  Aparejados  :  artificiosamente  dispuestos  y  ordenados. 

En  el  primer  hemistiquio  de  este  versículo  habla  San  Pablo,  principalmente,  de  la 
segunda  creación,  esto  es,  de  la  obra  sucesiva  de  los  seis  días.  En  cambio,  en  el 
segundo  habla  de  la  primera  creación  :  donde  la  expresión  no  de  cosas  que  estuvie- 
ran a  la  vista  quiere  decir  no  de  materia  preexistente.  Es  la  creación  ex  nihilo. 

*  Habla  todavía  :  el  clamor  de  su  sangre,  que  pedía  venganza,  pronto  cesó ;  mas 
no  ha  cesado,  ni  cesará  jamás,  el  clamor  de  su  fe  y  de  su  justicia. 

s  Que  Enoc  no  murió,  lo  afirma  San  Pablo.  Adonde  fué  trasladado,  no  lo  sa- 
bemos. Que  volverá  al  fin  del  mundo,  juntamente  con  Elias,  como  precursor  de 
Cristo  Juez,  es  tradición  antiquísima  y  respetable. 

'  La  fe,  condición  y  raíz  de  la  justificación,  es  necesaria  para  la  salvación.  Pues 
es  necesario  que  quien  se  llega  a  Dios  con  el  espíritu,  con  la  oración,  con  el  culto, 
crea  dos  cosas  :  que  existe,  y  que  es  remunerador  para  los  que  le  buscan.  Porque 
quien  no  cree  en  la  existencia  de  Dios,  ¿  cómo  pensará  en  llegarse  a  El  ?  Y  quien 
no  cree  en  un  Dios  remunerador,  ¿con  qué  alientos  emprenderá  el  arduo  camino 
de  la  justicia? 

T  Las  cosas  que  todavía  no  se  veían  :  esto  es,  el  diluvio  que  había  de  sobrevenir 
ciento  veinte  años  más  tarde.  ||  Condenó  al  mundo  :  la  fe  de  Noé,  contrastando  con 
la  incredulidad  universal,  puso  de  manifiesto  la  perversidad  del  mundo. 

10  Aquella  ciudad  :  la  celeste  y  eterna,  en  la  cual  tenía  Abrahán  puestos  los  ojos 
de  su  fe,  mientras  moraba  en  tiendas  portátiles. 

a-,<  Señala  San  Pablo  la  espiritualidad  de  la  fe  de  aquellos  primitivos  patriarcas. 


—  49Q  — 


11  16-23 


HEBREOS 


11  2Í-34 


aquella  de  la  cual  habían  salido, 
ocasión  tuvieran  de  retornar ;  18  mas 
ahora  suspiran  por  una  mejor,  esto 
es,  celestial.  Por  lo  cual  Dios  no  se 
avergüenza  de  ellos  ni  tiene  a  me- 
nos el  ser  apellidado  Dios  suyo  : 
como  que  les  había  preparado  una 
ciudad.  17  Por  la  fe,  Abrahán,  pues- 
to a  prueba,  oireció  a  Isaac  ;  y  el 
que  había  recibido  las  promesas  ofre- 
cía al  unigénito,  18  respecto  del  cual 
le  fué  dicho  que  «En  Isaac  tendrás 
una  posteridad  que  llevará  tu  nom- 
bre» (Gén.  22,  1-10)  ;  19  pensando  pa- 
ra sí  qué  poderoso  es  Dios  aun  para 
resucitar  de  entre  los  muertos  :  por 
donde  le  recobró  también  en  figura. 

La  fe  de  Isaac,  Jacob  y  José, 
ti,  20-22 

M  Por  la  fe  bendijo  Isaac  a  Jacob 
y  a  Esaú  aun  acerca  de  cosas  por 
venir.  21  Por  la  fe,  Jacob,  al  morir, 
bendijo  a  cada  uno  de  los  hijos  de 
José  y  adoró  apoyado  sobre  la  ex- 
tremidad de  su  vara.  22  Por  la  fe, 
José,  a  punto  de  morir,  recordó  el 
éxodo  de  los  hijos  de  Israel  y  dió 
disposiciones  acerca  de  sus  restos. 


La  fe  de  Moisés,  ti,  23-2CJ 

23  Por  la  fe,  Moisés,  así  que  nació, 
fué  tenido  oculto  durante  tres  me- 
ses por  sus  padres,  como  vieron  lin- 


do al  niño,  y  no  temieron  el  edicto 
del  rey.  M  Por  la  fe,  Moisés,  hecho 
mayor,  repudió  el  ser  llamado  hijo 
de  la  hija  de  Faraón,  26  eligiendo 
antes  ser  maltratado  con  el  pueblo 
de  Dios  que  tener  el  goce  pasajero 
del  pecado,  M  reputando  por  riqueza 
mayor  el  oprobio  de  Cristo  que  no 
los  tesoros  de  Egipto  ;  dado  que  te- 
nía puesta  la  mira  en  el  galardón. 
*  Por  la  fe  abandonó  el  Egipto,  sin 
temer  la  cólera  del  rev,  pues,  como 
si  viera  al  invisible,  cobró  esfuerzo. 
38  Por  la  fe  celebró  la  Pascua  y  la 
aspersión  de  la  sangre,  a  fin  de  que 
el  exterminador  no  tocase  sus  pri- 
mogénitos. 28  Por  la  fe  pasaron  el 
mar  Rojo  como  por  tierra  enjuta, 
en  el  cual,  habiéndose  aventurado, 
los  egipcios  fueron  tragados. 


Otras  ejemplos  de  fe.  11,  30-4U 

30  Por  la  fe  se  derrumbaron  los  mu- 
ros de  Jericó,  después  de  dar  vuel- 
tas en  torno  de  ellos  por  siete  días. 

31  Por  la  fe,  Rahab  la  ramera  no  pe- 
reció con  los  rebeldes,  por  haber 
acogido  en  paz  a  los  exploradores. 

32  Y  ¿a  qué  seguir  diciendo  ?  Por- 
que me  faltará  el  tiempo  si  me  pon- 
go a  discurrir  acerca  de  Gedeón, 
Barac,  Sansón,  Jefté,  David  y  Sa- 
muel y  los  profetas,  53  los  cuales 
por  la  fe  conquistaron  reinos,  obra- 
ron justicia,  alcanzaron  promesas, 
taparon   bocas  de   leones,  31  extin- 


n  En  figura  :  la  preservación  de  Isaac  se  convirtió  en  tipo  de  la  resurrección  de 
Jesu-Cristo ;  como  también  el  sacrificio  del  unigénito,  espiritualmente  consumado  en 
el  corazón  del  padre  y  místicamente  realizado  en  la  inmolación  del  carnero,  figuró 
el  sacrificio  sangriento  del  Redentor. 

21  Adoró...  :  esta  expresión  ambigua,  literalmente  traducida,  suena  :  adoró  in- 
clinado sobre  (o  hacia)  la  extremidad  de  su  vara.  El  sentido  más  obvio  es  :  (Jacob) 
inclinado  adoró   (a  Dios)    (aloyándose)   sobre  la  extremidad  de  su   (propio)  báculo. 

28  El  oprobio  de  Cristo  :  prefigurado  en  las  persecuciones  de  que  era  objeto  el 
pueblo  de  Israel.  ||  El  tener  puesta  la  mira  en  el  galardón  divino  en  ninguna  ma- 
nera se  opone  a  la  perfección  del  amor  de  Dios  ;  de  lo  contrario,  no  lo  contara 
San  Pablo  entre  los  méritos  de  Moisés.  La  esperanza  y  la  caridad  hermanas  son, 
que  no  rivales. 

27  Ab\ndonó  el  Egipto  :  sacando  de  allí  el  pueblo  de  Israel. 

31  Por  la  fe,  Rahab...  :  Santiago  en  su  Epístola  atribuye  la  justificación  de  Rahab 
a  sus  obras,  mientras  que  San  Pablo  atribuye  a  su  fe  su  salvación.  Ambas  afirma- 
ciones, lejos  de  contradecirse,  se  completan  y  suponen  mutuamente.  Pues  las  obras, 
que  ensalza  Santiago,  nacían  de  la  fe  ;  y  la  fe,  que  enaltece  San  Pablo,  se  traducía 
en  obras. 

33  Conquistaron  reinos:  como  los  jueces  y  David.  ||  Obraron  justicia:  como 
Samuel  y  David.  ||  Alcanzaron  promesas  :  como  el  mismo  David  la  de  un  trono 
eterno.  ||  Taparon  bocas  de  leones:  como  Daniel  en  el  lago  de  Babilonia. 

M  Extinguieron  la  violencia  del  fuego  :  como  los  tres  jóvenes  hebreos  de  Ba- 
bilonia. ||  Escaparon  al  filo  de  la  espada  :  como  David,  que  escapó  de  las  mano; 
de  Saúl;  Elias,  de  las  iras  de  Jezabel  ;  Eliseo,  de  la  espada  de  Jorán.  ||  Convale- 
cieron :  como  el  piadoso  rey  Ezequías.  ||  Fuertes  en  la  guerra  :  como  los  jueces 


—  5°0  — 


11  35-40 


HEBREOS 


12  1-5 


guieron  la  violencia  del  fuego,  es- 
caparon al  filo  de  la  espada,  conva- 
lecieron de  la  enfermedad,  se  hicie- 
ron fuertes  en  la  guerra,  abatieron 
campamentos  de  extranjeros.  38  Re- 
cobraron algunas  mujeres  a  sus  di- 
funtos, gracias  a  una  resurrección. 
Mas  otros  fueron  estirados  en  el  po- 
tro, no  admitiendo  la  liberación  por 
rescate,  a  fin  de  alcanzar  más  aven- 
tajada resurrección.  30  Otros  experi- 
mentaron ludibrios  y  azotes  y  además 
cadenas  y  cárcel.  37  Fueron  apedrea- 
dos, sometidos  a  prueba,  aserrados, 
murieron  al  filo  de  la  espada,  andu- 
vieron errantes,  cubiertos  de  zama- 
rras, de  pieles  de  cabras,  faltos  de 
todo,  atribulados,  vejados  :  33  de  los 
cuales  no  era  digno  el  mundo  ;  ex- 
traviados por  despoblados  y  montes 
y  cuevas  y  cavernas  de  la  tierra.  39  Y 
todos  éstos,  si  bien  recomendados 
con  tales  testimonios  por  razón  de 
su  fe,  no  vieron  cumplida  en  sí  mis- 
mos Ja  promesa  ;  **  disponiendo  Dios 
con  su  providencia  algo  mejor  acer- 
ca de  nosotros,  a  fin  de  que  no  lle- 
gasen sin  nosotros  a  la  consumación. 


II.    Exhortación  especial:  Cons- 
tancia en  las  tribulaciones 

El  ejemplo  de  Cristo.  12,  1-3 

1  9  '  Por  tanto,  también  nosotros, 
teniendo  tantos  testigos  que  a 
manera  de  nube  nos  rodean,  sacu- 
diendo toda  carga  y  el  pecado  que 
apretadamente  nos  asedia,  corramos 
por  medio  de  la  paciencia  la  carrera 
que  tenemos  delante,  1  fijos  los  ojos 
en  el  jefe  iniciador  y  consumador  ¿e 
la  fe,  Jesús ;  el  cual,  en  vez  del  gozo 
que  se  le  ponía  delante,  sobrellevó 
la  cruz,  sin  tener  cuenta  de  la  con- 
fusión, y  está  sentado  a  la  diestra 
del  trono  de  Dios.  3  Porque  recapa- 
citad mirando  al  que  tal  contradic- 
ción sostuvo  contra  sí  de  parte  de 
los  pecadores,  a  fin  de  que  no  des- 
fallezcáis, aflojada  la  resistencia  de 
vuestras  almas. 

Las  tribulaciones,  muestra  del  amor 
paternal  de  Dios.  12,  4-13 

1  Todavía  no  habéis  resistido  hasta 
derramar  sangre  luchando  contra  el 
pecado  ;  6  y  os  habéis  olvidado  de 
la  exhortación,  que  habla  con  vos- 
otros como  con  hijos  (Prov.  3,  11-12) : 


y  David.  ||  Abatieron  campamentos  de  extranjeros:  como  principalmente  los  Ma- 
cabeos. 

36  Algunas  mujeres  :  como  la  viuda  de  Sarepta  y  la  Sunamitis,  cuyos  hijos  fueron 
resucitados  por  los  profetas  Elias  y  Elíseo.  I|  Estirados  en  el  potro  :  como  el  in 
tegérrimo  anciano  Eleázaro. 

M  Experimentaron  ludibrios:  como  Eliseo,  Job,  Tobías.  ||  Azotes:  como  los  hijos 
de  Israel  en  Egipto.  ||  Cadenas  y  cárcel  :  como  Miqueas  y  Jeremías. 

37  Apedreados:  como  Nabot  jezraelita  y  Zacarías,  hijo  de  Joiadas.  ||  Sometidos  a 
prueba  :  como  el  paciente  Job.  ||  Aserrados  :  como  Isaías,  según  la  tradición  ||  Al 
filo  de  la  espa,da  :  como  tantos  profetas  bajo  el  reinado  del  impío  Acab.  II  Anduvie- 
ron errantes  :  como  Dayid  y  Elias.  ||  Cubiertos  de  zamarras...  :  como  Elias  y  Eli- 
seo. |)  Faltos  de  todo...  :  como  David,  Elias  y  muchos  fieles  israelitas  en  tiempos 
de  los  Macabeos. 

31  Extraviados...     como  David,  perseguido  por  Saúl,  y  Matatías  con  sus  hijos. 

*»  No  vieron...  la  promesa:  no  lograron  ver  con  sus  ojos  al  Mesías  prometido. 

40  Disponiendo  Dios...  :  que  ellos  aguardasen  la  realización  de  la  promesa,  para 
dar  tiempo  a  la»  generaciones  de  justos  que  habían  de  venir,  a  fin  de  que  todos 
juntos  llegasen  a  la  consumación  de  la  vida  eterna  por  la  universal  resurrección. 

-1  o   1  Testigos:  son  los  héroes  de  la  fe,  que  el  Apóstol  acaba  de  celebrar;  los  cuales, 
como  los  espectadores  en  las  gradas  del  circo,  a  manera  de  nube,  nos  cercan, 
contemplando  nuestro  esfuerzo  en  la  lucha.  Todo  este  pasaje  está  lleno  de  alusiones 
a  los  certámenes  gímnicos.  ||  Toda  carga  :  que  nos  pueda  embarazar  en  la  carrera. 

'Jesús  es  jefe  iniciador  o  caudillo  y  conductor  de  la  fe,  por  cuanto  con  su  palaDra 
y  con  su  ejemplo  nos  guía  y  vigoriza  para  correr  la  carrera  de  la  fe,  que  El  mismo 
ha  inaugurado  y  recorrido  hasta  alcanzar  la  meta.  Es  también  consumador  de  la  fe, 
por  cuanto  con  su  sangre  ha  comunicado  a  nuestra  fe  la  capacidad  de  merecer  la 
corona  de  la  vida  eterna.  Estas  dos  expresiones  corresponden  a  las  empleadas  an- 
teriormente (3,  1)  por  el  mismo  Apóstol,  al  llamar  a  Jesu-Cristo  Apóstol  y  Pontífice 
de  nuestra  fe. 

*  De  la  imagen  de  la  carrera  pasa  San  Fablo  a  la  de  la  lucha  o  pugilato. 

•  Otro  cambio  de  imágenes  :  de  los  certámenes  gímnicos  a  la  educación  paterna. 


—  50T  — 


12  6-14 


HEBREOS 


12  15 


Hijo  mío,  no  tengas  en  poco  la  corrección  del  Señor, 
ni  caigas  de  ánimo  al  ser  reprendido  por  él  ; 
*  porque  a  quien  ama  corrígele  el  Señor, 
y  azota  a  todo  hijo  que  por  suyo  reconoce. 


'  A  vuestra  corrección  va  encami- 
nado cuanto  sufrís  :  como  con  hijos 
se  ha  Dios  con  vosotros  ;  porque, 
¿  qué  hijo  hay  a  quien  no  corrige 
su  padre  ?  8  Y  si  os  quedáis  sin  co- 
rrección, de  la  cual  han  participado 
todos,  será  que  sois  bastardos  y  no 
hijos.  0  Además,  a  nuestros  padres 
según  la  carne  los  teníamos  como 
correctores  y  los  reverenciábamos  : 
¿  no  nos  sujetaremos  con  mucha  más 
razón  al  Padre  de  los  espíritus,  y 
viviremos  ?  10  Porque  ellos  educaban 
para  pocos  días,  según  su  propio  ar- 
bitrio ;  mas  él  con  miras  a  lo  pro- 
vechoso para  participar  de  su  san- 
tidad. 11  Toda  educación,  mirando  a 
lo  presente,  no  parece  ser  cosa  de 
gozOj  antes  de  pena  ;  pero  más  tar- 
de rinde  fruto  apacible  de  justicia 
a  los  ejercitados  en  ella.  n  Por  lo 
cual,  «enderezad  las  manos  relajadas 
y  las  rodillas  aflojadas»  (Is.  35,  3), 
13  y  «no  deis  pisadas  torcidas  con 
vuestros  pies»  (Prv.  4,  26,  lxx),  a 
fin  de  que  lo  cojo  no  se  esguince, 
sino  más  bien  se  cure. 


Necesidad  de  la  paz  y  la  santidad. 
12,  14-17 

14  Procurad  con  empeño  la  paz  con 
todos  y  la  santidad,  sin  la  cual  na- 


die verá  al  Señor,  "estando  a  la 
mira,  110  sea  que  alguno,  por  andar 
rezagado,  se  quede  sin  la  gracia  de 
Dios  ;  no  sea  que  alguna  raíz  de 
amargura  retoñe  y  cause  turbación 
y  sean  por  ella  inficionados  muchí- 
simos ;  16  no  sea  que  se  halle  algún 
fornicario  o  irreligioso  como  Esaú, 
que  por  una  vianda  entregó  su  ma- 
yorazgo. "  Pues  ya  sabéis  que  más 
tarde,  por  más  que  quiso  heredar  la 
bendición,  fué  reprobado  ;  y  no  ob- 
tuvo el  arrepentimiento,  por  mucho 
que  aun  con  lágrimas  lo  buscó. 


Ventajas  y  obligaciones  de  la  mteia 
alianza.  12,  18-29 


M  Porque  no  os  habéis  llegado  a 
un  fuego  y  niebla  y  lobreguez  y 
tempestad,  en  que  todo  ardía  y  se 
andaba  a  tientas,  19  y  a  un  son  de 
trompeta  y  voz  de  palabras,  la  cual 
los  que  la  oyeron  demandaron  que 
no  se  les  añadiese  palabra  ;  20  por- 
que no  podían  soportar  lo  que  se  les 
ordenaba  :  «Aun  si  una  bestia  toca- 
re el  monte,  será  apedreada»  (Ex.  ig, 
12-13)  ;  ay — ¡tan  espantoso  era  el 
espectáculo  ! — Moisés  dijo  :  «Espan- 


Es  lindo  el  comentario  del  P.  Alonso  Rodríguez  :  iComo  vemos  acá,  que  cuando 
un  padre  halla  a  su  hijo  haciendo  alguna  travesura,  luego  le  reprende  y  castiga, 
porque  es  su  hijo  y  le  ama  como  a  hijo,  y  desea  que  sea  bueno  y  virtuoso ;  pero  al 
que  no  es  su  hijo,  aunque  le  vea  hacer  alguna  cosa  mal  hecha,  déjale  y  no  le  dice 
nada  ni  hace  caso  de  él,  porque  no  es  su  hijo  :  allá  su  padre  mire  por  él  y  le  doc- 
trine bien,  que  a  mí  no  me  toca»  (Ejercicio  de  perfección  y  virtudes  cristianas, 
p.  in,  tr.  8,  c.  1). 

9  NUESTROS  padres  según  la  carne  :  más  a  la  letra  «los  padres  de  nuestra  carne». 
La  expresión  correlativa  :  Padre  de  los  espíritus,  indica  que  el  alma  humana  no 
procede  de  los  padres  carnales  por  vía  de  generación,  sino  inmediatamente  de  Dios 
por  vía  de  creación. 

10  Doble  contraste  entre  la  educación  de  los  padres  carnales  y  la  del  Padre  ce- 
lestial. Los  padres  carnales  proceden  a  las  veces  en  sus  castigos  por  capricho;  el 
Padre  celestial  modera  los  castigos  con  su  infinita  sabiduría  y  bondad.  Además, 
el  fruto  de  la  educación  humana  no  se  extiende  más  allá  de  esta  vida  ;  los  provechos 
de  la  corrección  divina  alcanzan  la  eternidad. 

11  Deberían  tener  presente  esta  sentencia  de  San  Pablo  los  que  se  empeñan  en 
suprimir  de  la  educación  toda  penalidad.  Si  es  loable  el  suavizarla,  es  temerario  el 
querer  reducirla  a  puro  juego.  Mas  si  la  raíz  es  amarga,  los  frutos  son  regaladísimos. 

"  El  arrepentimiento  de  que  se  habla  no  es  el  de  Esaú,  sino  el  de  Isaac,  quien, 
a  pesar  de  las  lágrimas  de  Esaú,  no  retractó  la  bendición  dada  a  Jacob,  no  se 
arrepintió  de  ella. 

m-ai  pintura  magnífica  de  las  circunstancias  terroríficas  que  acompañaron  la  pri- 
mera alianza  del  Sinaí. 


—  502  — 


2  22-28 


HEBREOS 


12  28-13  6 


ado  estoy»  y  estremecido  ;  a  sino 
me  os  habéis  llegado  al  monte  Sión 
•  a  la  ciudad  del  Dios  viviente,  la 
íerusalén  celeste,  a  miríadas  de  án- 
deles, a  la  festiva  asamblea  3  y  a  la 
[glesia  de  los  primogénitos  inscri- 
tos en  el  censo  de  los  cielos,  y  al 
Juez,  Dios  de  todos,  y  a  los  espíri- 
tus de  los  justos  llegados  a  la  con- 
;    stimación,  M  y  al  Mediador  de  la 
Nueva  Alianza,  Jesús,  y  a  la  sangre 
de  la  aspersión,  que  "habla  mejor 
que  la  de  Abel.  35  Mirad  no  recuséis 
ü  que  habla  ;  porque  si  aquéllos  no 
escaparon,  por  haber  recusado  al  que 
en  nombre  de  Dios  hablaba  sobre  la 
tierra,  mucho  más  nosotros  los  que 
rechacemos  al  que  habla  desde  los 
cielos  ;  35  cuya  voz  entonces  conmo- 
vió la  tierra,  y  ahora  ha  prometido 
diciendo  :  «Una  vez  más  yo  sacudiré 
no  solamente  la  tierra,  sino  también 
el  cielo»   (Ag.  2,  6-7).  "  Y  eso  de 
«una  vez  más»  declara  el  cambio  de 
las  cosas  que  son  conmovidas,  como 
hechas  que  son,  a  fin  de  que  sub- 
sistan las  que  no  son  conmovidas. 
58  Por  lo  cual,  recibiendo  un  reino 
inconmovible,  mostremos  reconoci- 
miento, por  el  cual  demos  a  Dios 


cuito  agradable,  con  reverencia  y  te- 
mor. 39  Porque  nuestro  Dios  es  "fue- 
go devorador. 


m.  Recomendaciones  particulares 

Caridad,  pureza,  desinterés.  13,  1-6 

-1  o  1  Consérvese  la  caridad  frater- 
ío  na.  -  De  la  hospitalidad  no  os 
olvidéis  ;  pues  por  ella  algunos,  sin 
saberlo,  hospedaron  ángeles.  *  Acor- 
daos de  los  prisioneros,  como  com- 
pañeros de  sus  prisiones  ;  de  los  que 
sufren  vejaciones,  como  que  también 
vosotros  arrastráis  ese  cuerpo.  1  Sea 
para  todos  el  matrimonio  cosa  digna 
de  honor,  y  el  trato  conyugal  sea 
inmaculado  ;  porque  a  fornicarios  y 
adúlteros  los  juzgará  Dios.  6  Sea 
vuestro  proceder  exento  de  avaricia, 
contentándoos  con  lo  que  de  presen- 
te tenéis  ;  puesto  que  El  ha  dicho  : 
«No,  no  te  dejaré  ni  te  abandona- 
ré» (Dt.  31,  6-8)  ;  6  de  suerte  que 
con  osada  confianza  podamos  de- 
cir (Sal.  117,  6)  : 


¿  qué  me  podrá  hacer  el  hombre  ? 

El  Señor  es  mi  auxiliador  ;  no  temeré  ; 


Pintura  no  menos  espléndida  de  la  nueva  alianza,  que,  sin  ser  un  régimen  de 
terrorismo,  como  la  antigua,  no  ha  de  inspirar  menos  reverencia. 

=  Sión'  :  como  símbolo  de  la  nueva  alianza,  contrapuesto  al  Sinaí,  símbolo  de  la 
antigua ;  contraste  análogo  al  de  Jerusalén  y  Sinaí  en  la  Epístola  a  los  Gálatas 
14,  21-31 1.  ¡i  La  ciudad  del  Dios  viviente  o  la  Jerusalén  celeste  es  la  Iglesia  en  toda 
su  integridad.  :;  A  miríadas  de  ángeles,  a  la  festiva  asamblea...  :  estas  frases  pueden 
puntuarse  e  interpretarse  de  tres  diferentes  maneras  :  a)  A  miríadas  de  ángeles  eu 
festiva  asamblea...  ;  bi  A  miríadas,  a  la  festiva  asamblea  de  los  ángeles...  ;  c)  la  pun- 
tuación adoptada  en  el  texto,  que  parece  preferible. 

3  Primogénitos  :  todos  los  fieles  en  la  ciudad  y  casa  de  Dios  tienen  la  dignidad 
y  derechos  de  primogénitos.  !|  Inscritos  en  el  C£.nso  de  los  cielos  :  como  ciudadanos, 
a  par  de  los  ángeles.  ||  Al  Juez,  Dios  de  iodos  :  tal  es  el  orden  de  las  palabras  en 
el  texto  origina],  y  tal  parece  ser  también  su  puntuación  más  obvia  y  natural.  Y  si 
así  es,  el  Juez  parece  ser  Jesu-Cristo,  quien  es,  consiguientemente.  Dios  de  todos,  o, 
como  dice  el  mismo  Apóstol  a  los  Romanos  (9,  5),  tDios  sobre  todas  las  cosas».  ||  Los 
|  espíritus  de  los  justos  :  las  almas  de  los  fieles  que  descansan  en  el  Señor  ;  llega- 
dos a  la  consumación  :  de  la  bienaventuranza  esencial  antes  de  la  resurrección  de 
los  muertos. 

M  Completa  este  cuadro  la  amable  figura  del  Mediador  de  la  nueva  alianza,  Jesu- 
Cristo,  cuya  sangre  habla  mejor  que  la  de  Abel  :  no  clamando  venganza,  sino  pi- 
diendo misericordia  y  clemencia. 

"  Como  hechas  que  son  :  es  decir,  hechas  de  tal  condición,  que  su  misma  muta- 
bilidad sea  principio  de  su  desaparición 

39  Fuego  devorador  :  expresión  metafórica,  que  pinta  al  vivo  lo  terrible  de  la 
justicia  de  Dios. 

-j  O    ;  Hospedaron  ángeles  :  como  Abrahán  y  Lot. 

■*-0  5  La  caridad  y  la  propia  posibilidad  son  dos  vínculos  que  nos  asocian  a  las  pe- 
nalidades de  nuestros  hermanos. 

*-«  Es  digno  de  notarse  el  valor  moral  de  la  pobreza  de  espíritu,  que  aquí  señala 
e'.  Apóstol  :  que  dispone  al  hombre  a  poner  toda  su  confianza  en  Dios.  Los  ricos 
confian  en  sus  riquezas  ;  los  pobres  confían  en  el  Señor. 


—  503  — 


HEBREOS 


13  12-17 


Sumisión  a  los  maestros  en  la  fe  y 
fidelidad  a  sus  enseñanzas.  13,  7-17 

'  Acordaos  de  vuestros  guías,  los 
cuales  os  hablaron  la  palabra  de 
Dios ;  de  quienes  considerando  el  re- 
mate de  su  vida,  imitad  la  fe.  "Jesu- 
cristo ayer,  y  el  mismo  es  hoy,  y 
también  por  todos  los  siglos.  0  Por 
doctrinas  abigarradas  y  peregrinas 
no  os  dejéis  arrastrar  ;  porque  bue- 
no es  que  se  corrobore  el  corazón 
con  la  gracia,  no  con  manjares,  de 
los  cuales  ningún  provecho  sacaron 
los  que  siguieron  ese  camino.  10  Te- 
nemos un  altar,  del  cual  no  tienen 
derecho  a  comer  los  que  se  em- 
plean en  el  misterio  del  tabernáculo. 
"  Porque  los  cuerpos  de  aquellos  ani- 
males, cuya  sangre  derramada  por 
el  pecado  es  introducida  en  el  san- 
tuario por  medio  del  sumo  sacerdote, 


son  quemados  fuera  del  campamen- 
to. "  Por  lo  cual  también  Jesús,  a 
fin  de  santificar  al  pueblo  por  me- 
dio de  su  sangre,  padeció  fuera  de 
la  puerta.  13  Salgamos,  pues,  a  El 
fuera  del  campamento,  llevando  su 
oprobio  ;  "  pues  no  tenemos  aquí 
ciudad  permanente,  sino  que  anda- 
mos en  busca  de  la  venidera.  15  Por 
medio,  pues,  de  El  ofrezcamos  a 
Dios  perennemente  sacrificio  de  ala- 
banza, esto  es,  fruto  de  labios  que 
bendicen  su  nombre.  16  De  la  bene- 
ficencia y  mutuo  socorro  no  os  olvi- 
déis, pues  en  semejantes  víctimas  se 
complace  Dios.  17  Obedeced  a  vues- 
tros guías  y  mostradles  sumisión, 
pues  ellos  se  desvelan  por  el  bien 
de  vuestras  almas,  como  quienes  han 
de  dar  razón,  a  fin  de  que  hagan 
eso  con  alegría  y  no  gimiendo  ;  por- 
que esto  a  vosotros  no  os  trae  cuenta. 


7  Vuestros  guías  :  es  decir,  vuestros  jefes  o  superiores  espirituales  :  tales  como 
Esteban,  Santiago  el  hijo  del  Zebedeo  y  el  otro  Santiago  hermano  del  Señor,  los 
cuales  os  hablaron  la  palabra  de  Dios  y  sellaron  con  su  sangre  la  palabra  que  pre- 
dicaron. 

J°-16  A  los  hebreos,  que  echaban  menos  los  sacrificios  levíticos,  propone  San  Pablo 
otros  sacrificios  cristianos  más  nobles  y  agradables  a  Dios  :  el  de  la  Eucaristía, 
representación  y  renovación  del  sacrificio  de  la  cruz ;  el  de  las  alabanzas  divinas 
y  el  de  la  beneficencia. 

10  Tenemos  un  aliar  :  el  del  sacrificio  eucarístico.  Que  tal  sea  el  pensamiento  del 
Apóstol,  se  prueba  por  dos  razones  :  1)  habla  San  Pablo  de  una  comida  litúrgica, 
que  proviene  de  un  altar.  Ahora  bien,  no  hay  en  el  cristianismo  otra  comida  litúr- 
gica que  la  eucarística  :  luego  la  comida  eucarística  proviene  de  un  altar  y  de  un 
sacrificio;  existe,  por  tanto,  el  sacrificio  eucarístico.  2)  Habla  el  Apóstol  de  un  altar 
que  tenemos  de  presente,  de  un  sacrificio  actual,  capaz  de  contrapesar  los  sacrificios 
actuales  levíticos,  capaz,  por  tanto,  de  dar  plena  satisfacción  a  las  aspiraciones  re- 
ligiosas y  litúrgicas  de  los  hebreos.  Ahora  bien,  el  sacrificio  de  la  cruz  era  un  sa- 
crificio pretérito.  Luego  de  otro  sacrificio  habla,  que  no  es  otro  que  el  sacrificio 
eucarístico.  ||  Del  cual  no  tienen  derecho  a  comer  los  que  se  emplean  en  va.  minis- 
ierio  del  tabernáculo  levítico,  por  ser  comparable  al  sacrificio  solemne  de  la  Ex- 
piación, de  cuyas  carnes  no  podían  comer  los  sacerdotes,  como  lo  prueba  el  Apóstol 
en  el  versículo  11. 

13  En  el  hecho  de  morir  Cristo  fuera  de  la  ciudad  descubre  San  Pablo  una  repre- 
sentación figurativa  del  carácter  expiatorio  de  su  sacrificio.  El  Calvario,  que  hoy  cae 
dentro  de  los  muros  de  Jerusalén,  estaba  en  tiempo  de  Jesu-Cristo  fuera  de  la  ciudad. 

a  Aplicación  moral  de  las  ceremonias  que  acompañaban  el  sacrificio  de  la  Expia- 
ción :  hay  que  salir  de  Jerusalén,  esto  es,  hay  que  abandonar  el  culto  levítico.  |i 
Llevando  su  oprobio  :  alusión  a  los  oprobios  de  que  era  objeto  el  cabrón  emisario  el 
mismo  día  de  la  Expiación.  Es  de  gran  consolación  para  todo  cristiano  saber  que 
los  oprobios  padecidos  por  el  nombre  de  Cristo  son  una  participación  en  los  oprobios 
mismos  de  Cristo. 

18  Las  obras  de  caridad  y  misericordia,  elevadas  a  la  condición  de  sacrificios  ofre- 
cidos a  Dios,  adquieren  subidísimos  quilates  de  valor  moral. 

17  Recomienda  San  Pablo  la  obediencia  y  sujeción  a  los  Pastores  de  la  Iglesia  por 
tres  razones  eficaces,  que  con  su  habitual  maestría  desenvuelve  el  P.  Alonso  Rodrí- 
guez (Ejercicio  de  perfección...,  p.  ni,  tr.  5,  c.  10). 


—  504  — 


13  18-21 


HKBREOS 


13  22-25 


o  g  O 


Pide  y  o/rece  oraciones 


t3,  IO-2I 


u  Rogad  por  nosotros  ;  porque  es- 
tamos seguros  de  que  tenemos  bue- 
na conciencia,  con  voluntad  de  pro- 
ceder en  todo  rectamente.  18  Y  con 
mayor  insistencia  os.  exhorto  que 
hagáis  eso,  en  razón  de  que  más 
presto  sea  yo  restituido  a  vosotros. 
20  Y  el  Dios  de  la  paz,  el  que  levan- 
tó de  entre  los  muertos  en  virtud 
de  la  sangre  de  una  alianza  eterna 
al  gran  Pastor  de  las  ovejas,  el  Se- 
ñor nuestro  Jesús,  22  os  dé  cabal  per- 
fección en  todo  bien,  para  que  cum- 
pláis su  voluntad,  obrando  él  en 
nosotros  lo  que  es  agradable  a  6us 
ojos  por  mediación  de  Jesu-Cristo, 


a  quien  sea  la  gloria  por  los  siglos 
de  los  siglos.  Amén. 


Excusas,  nuevas  y  saludos.  13,  22-25 

22  Os  ruego,  hermanos,  llevéis  bien 
esta  palabra  de  exhortación,  pues  a 
la  verdad  os  he  escrito  compendio- 
samente. 

23  Sabed  que  nuestro  hermano  Ti  - 
moteo  ha  sido  puesto  en  libertad  ; 
con  el  cual,  si  viniere  presto,  os  iré 
a  ver. 

24  Saludad  a  todos  vuestros  guías 
y  a  todos  los  santos.  Os  saludan  los 
de  Italia. 

25  Sea  la  gracia  con  todos  vosotros. 
Amén. 


50  Dios...  levantó  de  entre  i.os  muertos  en  virtud  de  la  sangre  de  una  alianza 
eterna  al  gran  Pastor  de  las  ovejas.  ¡Misterios  de  la  sangre  de  Jesu-Cristo!  Es  la 
sangre  de  la  alianza  definitiva  y  eterna  entre  Dios  y  los  hombres.  En  virtud  de  esta 
sangre,  pagado  ya  el  precio  de  nuestro  rescate,  Jesu-Cristo  se  levanta  de  entre  los 
muertos  para  tomar  posesión,  en  nombre  suyo  y  nuestro,  de  la  vida  eternamente 
bienaventurada.  En  virtud  de  esta  misma  sangre,  Cristo  es,  por  nuevo  título,  Pastor 
supremo  de  las  ovejas  que  con  ella  se  conquistó  (Ac.  20,  28). 

a  Este  hermoso  versículo  es  una  síntesis  de  la  ascética  cristiana.  El  ejercicio  y 
materia  de  la  virtud  es  todo  bien  ;  su  ideal  es  una  cabal  perfección  ;  su  norma  direc- 
tiva, la  voluntad  de  Dios ;  su  fin  y  objeto,  el  divino  beneplácito.  Todo  acto  virtuoso 
es  a  la  vez  obra  nuestra  y  obra  de  Dios,  que  con  su  gracia  nos  dispone  y  coopera 
con  nosotros.  Mas  todo  ha  de  ser  por  mediación  de  Jesu-Cristo,  por  quien  Dios  nos 
otorga  su  gracia  y  por  quien  nosotros  agradamos  a  Dios.  Digno  es,  por  tanto,  nues- 
tro divino  Mediador  de  la  solemne  doxología  con  que  termina  el  Apóstol. 

"Palabra  de  exhortación  o  de  conhorte:  expresión  que  caracteriza  admirable- 
mente la  Epístola  a  los  Hebreos. 

23  Ninguna  otra  noticia  poseemos  de  la  prisión  de  Timoteo  a  que  alude  aquí 
San  Pablo. 

"  Los  de  Italia  :  los  fieles  de  Italia,  desde  donde  se  escribió  esta  carta. 


—  SOS  — 


INTRODUCCION 
A  LAS  EPISTOLAS  CATOLICAS 


o.mbre. — Las  siete  Epístolas  apostólicas,  distintas  de  las  de  San  Pa- 


blo, recibieron  en  la  antigüedad  diferentes  denomitiaciones.  Se  las 


~  llamó  canónicas,  por  estar  incluidas  en  el  Canon  de  las  Sagradas 
Escrituras,  y  más  comúnmente  católicas,  aunque  no  siempre  en  el  mismo 
sentido.  Prevaleció  el  de  universales,  porque  las  más  de  ellas  iban  dirigi- 
das no  a  una  sola  Iglesia,  sino  a  muchas,  a  manera  de  circulares  o  encí- 
'  clicas.  En  nuestras  Biblias  se  leen  por  este  orden:  la  de  Santiago  el  Me- 
nor, dos  de  San  Pedro,  tres  de  San  Juan  y  la  de  San  Judas  Tadeo. 

Canonicidad  y  autenticidad. — Tratándose  de  Epístolas  apostólicas,  que 
en  tanto  se  recibían  como  Escritura  inspirada  en  cuanto  se  reconocían 

'  como  obra  del  apóstol  a  quien  se  atribuían,  la  canonicidad  arguye  auten- 
ticidad. Dada  la  índole  de  estos  breves  escritos,  era  natural  que  su  cono- 
cimiento no  llegase  a  todas  las  Iglesias  con  ¡a  misma  rapidez  que  los 
Evangelios ,  por  ejemplo.  De  ahí  que  su  atestación  no  sea  en  todas  tan 

I  universal  como  la  de  otros  libros  inspirados.  Es,  con  todo,  más  que  su- 
ficiente para  garantizar  su  autenticidad. 

Los  testimonios  de  la  antigüedad  que  la  acreditan  pueden  distribuirse 

i  en  dos  series:  unos,  que  las  comprenden  a  todas  juntas;  otros,  que  se 
refieren  a  algmia  o  algunas  en  particular. 

Entre  los  testimonios  comunes  a  todas,  los  más  importantes  son  los 
dogmáticos  o  provenientes  del  magisterio  eclesiástico.  Tales  son  los  de  los 
Romanos  Pontífices  San  Dámaso,  San-  Gelasio,  San  Hormisdas,  San  Ino- 
cencio I,  Nicolás  I  e  Hilaro  y  los  de  los  Concilios  Laodiceno  (de  360), 

I  Hiponense  (de  393),  Cartaginense  (de  397  y  de  419),  Romano  (de  3S2), 
Trulano  (de  697),  Florentino,  Tridentino  y  Vaticano.  A  los  dogmáticos  se 
asocian  los  históricos.  Mencionan  las  siete  Católicas  Clemente  Alejandri- 
no, Orígenes,  Hipólito,  Dionisio  Alejandrino,  Teófilo  Antioqucno,  San  Je- 
rónimo, San  Agustín,  San  Atanasio,  San  Cirilo  Alejandrino,  San  Basilio... 

Fuera  de  estos  testimonios,  la  Primera  de  San  Pedro  y  la  Primera  de 
San  Juan  eran  umversalmente  admitidas.  La  de  Santiago  cítanla  San  Cle- 
mente Romano,  San  Ignacio  Mártir,  San  Policarpo,  la  Epístola  a  Diog- 
neto,  el  Pastor  de  Hermas,  San  Ireneo,  Tertuliano... ;  la  Segunda  de 
San  Pedro,  San  Clemente  Romano,  la  Epístola  de  Bernabé,  el  Pastor  de 
Hermas,  San  Justino,  San  Ireneo...;  la  Segunda  de  San  Juan,  San  ¡renco, 
el  Canon  de  Muratori,  Tertuliano,  San  Efrcn...;  la  Tercera  de  San  Juan 
y  la  de  San  Judas,  el  Canon  de  Muratori  y  Terttdiano. 


—  SO?  — 


A  LA 


INTRODUCCION 
EPISTOLA     DE  SANTIAGO 


El  autor. — En  el  Nuevo  Testamento,  además  de  Santiago  el  hijo  de 
Zebedeo,  se  habla  del  apóstol  Santiago  el  de  Alfeo  (Mt.  10,  3; 
Me.  3,  18;  Le.  6,  15;  Ac.  1,  13)  y  de  Santiago  el  hermano  del  Se- 
ñor (Mt.  13,  55;  Me.  6,  3;  Ac.  12,  77;  75,  13;  21,  28;  Gál.  1,  iq...).  Admí- 
tese generalmente  que  el  autor  de  la  Epístola  es  Santiago  el  llamado  her- 
mano, es  decir,  pariente,  del  Señor.  Pero  se  pyegunta:  ¿este  Santiago  es 
el  apóstol  Santiago ,  el  de  Alfeo?  Hay  que  admitir  la  identidad,  de  la  cual 
depende  la  apostolicidad,  y  consiguientemente  la  canonicidad  de  la  Epís- 
tola. 

San  Pablo  afirma  la  identidad.  Escribiendo  a  los  Gálatas,  después  de 
decir  que  a  raíz  de  su  conversión  110  subió  a  Jcrusalén  para  ver  a  los 
apóstoles  que  lo  fueron  antes  que  él  (1,  17),  añade  a  continuación :  «Lue- 
go, pasados  tres  años,  subí  a  Jerusalén  para  entrevistarme  con  Pedro,  con 
quien  pemanecí  quince  días.  A  otro  de  los  apóstoles  no  vi,  a  no  ser  a 
Santiago  el  hermano  del  Señor»  (1,  18-10).  Esta  última  expresión  no  tiene 
sentido  apto  si  Santiago  no  es  uno  de  los  apóstoles.  Traducir,  como  al- 
guno ha  intentado :  «mas  vi  a  Santiago...»,  además  de  ser  una  incoheren- 
cia o  salida  de  tono,  cs[  enteramente  Contrario  al  contexto,  en  que  San  Pa- 
blo está  hablando  de  sus  primeros  contactos  precisamente  con  los  após- 
toles. 

Prescindiendo  de  otras  razones  exegéticas,  hay  otras  más  graves,  de 
carácter  dogmático,  que  fuerzan  a  admitir  la  identidad  o  la  apostolicidad 
del  hermano  del  Señor.  En  el  canon  bíblico  contenido  en  el  decreto  Dá- 
maso-Gclasiano  (Denz.  84,  162)  y  en  el  Concilio  Tridentino  (Denz.  784, 
qoS,  Qio,  Q26,  Q28),  al  nombre  de  Santiago,  autor  de  la  Epístola,  se  añade 
el  calificativo  de  apóstol.  El  misma  calificativo  le  dan  el  Concilio  Carta- 
ginense de  418  (Denz.  107)  y  los  Papas  Inocencio  I,  Inocencio  IV  y  Eu- 
genio IV  (Denz.  qq,  3042,  700).  Más  grave  es  todavía  la  afirmación  del 
Tridentino  al  fundar  la  sacramentalidad  de  la  Extremaunción  en  la  pro- 
mulgación de  Santiago  Apóstol  (Denz.  go8,  926),  que  seríai  nula  si  el  que 
la  promulgó  no  fuera  uno  de  los  apóstoles.  Y  la  misma  canonicidad  de 
la  Epístola  sería  absolutamente  imposible  de  verificar  sin  la  apostolicidad 
de  su  autor. 

Destinatarios. — El  autor  de  la  Epístola  los  declara  al  escribir:  «.4  la:, 
doce  tribus  que  viven  en  la  dispersión»  (1,  1).  Escribe,  por  tanto,  a  los 
judíos  que  viven  dispersos  fuera  de  Palestina  o  entre  la  gentilidad.  Dar 
a  sus  palabras  sentido  metafórico  es  enteramente  arbitrario.  Por  otra 
parte,  el  tenor  de  la  carta  deja  entender  claramente  que  se  dirige  a  los 
judíos  que  habían  abrazado  el  cristianismo. 


—  508  — 


SANTIAGO 


Ocasión.—  Mucho  se  ha  discutido  sobre  la.  oposición  entre  Santiago  y 
San  Pablo,  por  no  liaberse  enfocado  con  exactitud  el  punto  de  vista  de 
los  dos  apóstoles.  San  Pablo,  sin  duda,  habla  de  la  justificación  por  la  fe 
independientemente  de  las  obras  de  la  ley  (Gál.  2,  jó;  Rom.  3,  28...). 
mientras  que  Santiago  afirma  que  tía  fe  sin  abras  está  muerta»  (2,  26); 
pero  San  Pablo  se  refiere  a  la  circuncisión  y  niega  su  eficacia  para  salir 
del  pecado,  mientras  que  Santiago  habla  de  las  obras  o  actos  morales 
y  dice  que  son  efecto  y  señal  de  la  vida  de  la  fe.  Por  otra  parte,  San  Pa- 
blo, no  menos  que  Santiago,  recomienda  instantemente  las  buenas  obras 
radicadas  en  la  fe.  y  Santiago  en  toda  la  Epístola  no  dice  una  palabra 
sobre  la  circuncisión. 

Muy  diferente  es  el  problema  de  la  relación  de  dependencia  que  pueda 
haber  entre  la  Epístola  de  Santiago  y  las  de  San  Pablo.  Pero  la  solución 
de  este  problema  está  en  función  de  la  cronología  de  las  Epístolas.  Si 
Santiago  hubiera  escrito  después  de  publicarse  las  grandes  Epístolas  de 
San  Pablo,  podría  admitirse  que  Santiago  aludía  a  ellas;  mas  si  fué  San~ 
tiago  quien  escribió  antes.  las  referencias  liabrán  de  entenderse  en  sen- 
tido inverso. 

Tiempo  de  la  composición. — Dos  son  las  opiniones  principales.  Según 
unos,  Santiago  escribió  poco  antes  de  su  muerte  (61-62),  cuando  ya  se 
habían  apaciguado  las  controversias  judaizantes ;  según  otros,  al  con- 
trario, antes  del  año  50,  cuando  estas  controversias  aun  no  se  habían 
suscitado.  Si  ambas  opiniones  pueden  admitirse  como  probables,  la  se- 
gunda tiene  a  su  favor  algunas  razones  de  consideración,  que  en  defi- 
nitiva parecen  hacerla  preferible.  Primeramente,  los  cristianos  judíos 
de  la  dispersión,  a  quienes  se  escribe  la  Epístola,  parecen  conservar  res- 
pecto de  la  Iglesia  madre  de  Jerusalén  una  dependencia  o  posición  que 
no  tuvieron  después  del  año  60.  Además,  nada  se  dice  sobre  la  convi- 
vencia con  los  gentiles  cristianos,  cual  si  éstos  no  existiesen  en  la  Igle- 
sia. Y  a  pesar  de  que  se  reprende  el  hipo  de  hacerse  maestro,  no  apun- 
ta en  loda  la  Epístola  el  menor  indicio  de  peligros  doctrinales,  cuales 
se  previenen  hacia  el  año  60  en  las  Epístolas  de  San  Pablo,  de  San  Pedro 
y  de  San  Judas.  Por  fin,  la  teología  de  la  Epístola  es  sumamente  ele- 
mental y,  por  así  decir,  arcaica,  ajena  a  la  vasta  concepción  sotcriológi- 
ca  de  San  Pablo,  que  tan  poderoso  influjo  había  de  ejercer  en  la  men- 
talidad cristiana. 

Carácter. — La  Epístola  de  Santiago  es  profundamente  israelita.  Más 
que  en  ningún  otro  libro  del  Nuevo  Testamento  se  perciben  en  ella  cons- 
tantes reminiscencias  del  Antiguo  Testamento,  mayormente  de  los  li- 
aros sapienciales.  Por  otra  parte,  es  como  un  eco  de  la  predicación  gali- 
laica  de  Jesús,  y  especialmente  del  sermón  de  la  montaña.  Diríase  que 
gran  parte  de  la  Epístola  es  una  homilía  de  las  bienaventuranzas.  El  len- 
guaje es  sentencioso.  Sin  un  plan  prefijado,  las  sentencias  fluyen  espon~ 
táneamente,  como  van  ofreciéndose  a  la  memoria.  Su  estilo  es  vivo,  ex- 
presivo, pintoresco,  a  las  veces  cáustico  y  con  sus  puntas  cómicas,  ani- 
mado de  imágenes  variadísimas,  singularmente  agrícolas.  En  suma,  la 
Epístola  tiene  ciertos  dejos  sabrosos,  que  recuerdan  la  palabra  insupe- 
rable del  divino  Maestro.  El  hermano  del  Señor  conservaba  el  acento 
de  familia. 


—  509  — 


1  1-5 


1  6-10 


EPISTOLA    DE  SANTIAGO 


Inscripción. 


1  Santiago,  siervo  de  Dios  y  del  Señor  Jesu-Cristo, 
que  viven  en  Ja  dispersión  :  salud. 


las  doce  tribus 


Introducción:  Palabras  de  consuelo 


Gozo  en  las  t ribulaciom 


2-4 


-  Considerad,  hermanos  míos,  co- 
mo dicha  colmada  cuando  os  viereis 
cercados  de  diferentes  tribulaciones, 
3  entendiendo  que  lo  acendrado  de 
vuestra  fe  engendra  constancia.  4  Mas 
la  constancia  ha  de  tener  obra  per- 
fecta, para  que  seáis  perfectos  y  ca- 
bales, no  faltos  en  cosa  alguna. 


/i/  don  de  la  sabiduría,  i,  5-8 


6  Que  si  alguno  de  vosotros  se  ve 
falto  de  sabiduría,  pídala  a  Dios,  qué 
da  a  todos  generosamente  y  no  za- 


hiere, y  le  será  otorgada  ;  8  mas  pí- 
dala con  fe,  sin  titubear  en  lo  más 
mínimo;  pues  el  que  titubea  se  ase- 
meja al  oleaje  del  mar,  levantado 
por  el  viento  y  llevado  acá  y  allá. 
1  Pues  no  piense  ese  hombre  que  re- 
cibirá nada  del  Señor  :  8  hombre  de 
ánimo  doblado,  inestable  en  todos 
sus  caminos. 


Exaltación  de 
Ilación  de 


humildes,  humi- 
ricos.  1,  9-11 


Gloríese  el  hermano  de  condición 
humilde  en  su  exaltación,  10  mas  el 
rico  en  su  humillación,  pues  como 


•  >-,  judíos  de  la 


o  Eispersión,  es  decir,  residentes 


'■•Tribulaciones:  literalmente,  tentaciones  o  pruebas.  Esta  dicha  colmada  es  un 
eco  de  la  bienaventuranza  «Bienaventurados  los  perseguidos...!  (Mt.  5,  9-12). 

3-1  Las  pruebas  acrisolan  la  fe  ;  la  fe  acrisolada  vigoriza  la  constancia  o  firmeza 
<le  la  esperanza  ;  mas  la  constancia  ha  de  ser  tal,  que  tenga  cumplida  eficacia  en 
el  bien  obrar.  Se  apunta  ya  la  tesis  fundamental  de  la  Epist-Xa  :   la  fe  obradora. 

0  Pídala  a  Dios  :   no  la  busque  en  los  maestros  intrusos. 

6  Pídala  con  fe:  la  fe  nc  es  la  confianza,  pero  la  excita  y  sostiene;  se  insinúa 
otra  eficacia  de  la  fe. 

9  Gloríese,  es  decir,  tengase  por  dichoso :  expresión  de  la  primera  bienaventu- 
ranza (Mt.  s,  3).  I|  El  de  condición  humilde,  contrapuesto  a  rico,  equivale  a  pobre.  || 
En  su  exaltación  :  en  su  ennoblecimiento  y  riquezas  eternas,  por  cuanto  «escogió 
Dios  a  los  pobres  de  este  mundo  para  que  fuesen  ricos  en  la  fe  y  herederos  del 
reino»  de  los  cielos  (2,  5). 

10  En  su  humillación  :  depreciadas  y  desestimadas  las  riquezas,  ya  el  rico  no 
puede  gloriarse  en  ellas,  sino  en  esta  misma  depreciación  y  desestima,  que  es  un 
saludable  desengaño. 


—  510  — 


1  11-20 


SANTIAGO 


1  15-21 


flor  de  heno  pasará.  11  Porque  salió 
el  sol  con  sus  ardores  y  «secó  el  he- 
no, y  su  flor  se  cayó»  (Is.  40,  6-7),  y 
la  hermosura  de  su  semblante  pere- 
ció ;  así  también  el  rico  en  sus  em- 
presas se  marchitará. 


Corona  de  la  tribulación.  1,  12-16 


"Bienaventurado  el  hombre  que  so- 
brelleva la  tentación,  porque,  aqui- 
latado con  ella,  recibirá  la  corona  de 
la  vida,  que  Dios  prometió  a  los  que 
le  aman.  13  Nadie,  cuando  es  tentado, 
diga  que  «Por  Dios  soy  tentado»  ; 
porque  Dios  no  es  tentador  de  cosa 
mala.  El  a  nadie  tienta,  "sino  que 
cada  cual  es  tentado  al  ser  arrastra. 


do  y  encebado  por  la  propia  concu- 
piscencia;  13  luego  la  concupiscencia, 
después  que  ha  concebido,  pare  pe- 
cado ;  y  el  pecado,  una  vez  consu- 
mado, engendra  muerte.  m  No  os  en- 
gañéis, hermanos  míos  queridos. 


Dios,  fuente  de  toda  dádiva.  1,  17-18 


17  Toda  dádiva  buena  y  todo  don 
perfecto  de  arriba  desciende,  del  Pa- 
dre de  las  luces,  en  el  cual  no  existe 
vaivén  ni  oscurecimiento,  efecto  de 
la  variación.  1S  De  su  voluntad  nos 
engendró  con  la  palabra  de  la  ver- 
dad, para  que  fuéramos  como  pri- 
I  micias  de  sus  criaturas. 


I.     La  palabra  de  Dios 


Palabra  que  hay  que  recibir.  1,  19-21 

10  Ya  lo  sabéis,  hermanos  míos  que- 
ridos. Sea  todo  hombre  pronto  para 
oír,  tardo  para  hablar,  tardo  para  la 
ira  ;   "  porque  la  ira  del  varón  no 


obra  justicia  de  Dios.  21  Por  lo  cual, 
lanzando  lejos  de  vosotros  toda  in- 
mundicia y  redundancia  de  malicia, 
acoged  con  mansedumbre  la  palabra 
sembrada  en  vosotros,  que  es  pode- 
rosa para  salvar  vuestras  almas. 


13  Bienaventurado  :  otra  bienaventuranza.  ||  Sobrelleva:  la  tentación  es  a  la  vez 
molesta  v  atractiva  ;  sobrellevarla  es  soportar  sus  molestias  sin  ceder  a  su  atracción. 
Así  es  como  acrisola.  Como  principio  de  resistencia  se  insinúan  aquí  las  tres  grandes 
virtudes  :  fe,  esperanza  y  caridad. 

a  No  es  tentador  :  otros,  para  evitar  la  aparente  tautología  con  el  inciso  siguiente, 
traducen  :  «no  es  tentado»  ;  versión  extraña  y  que  no  cuadra  con  el  contexto.  Con 
un  simple  cambio  de  puntuación  se  evita  toda  sombra  de  tautología  y  se  da  nuevo 
vigor  a  la  frase.  ||  El  a  nadie  tienta  :  en  el  sentido  ordinario  o  vulgar  de  la  ten- 
tación, que  suele  entenderse  como  incitación  al  mal.  Mas  en  el  sentido  de  probar 
Dios  í filió  a  Abrahán  (Gén.  22,  1  ;  Hebr.  11,  17). 

14  Concupiscencia  es  aquí,  generalmente,  la  innata  inclinación  al  mal.  Esta  con- 
cupiscencia, ya  violenta,  ya  halagadora,  es  la  que  da  eficacia  a  la  tentación. 

15  Bajo  la  imagen  alegórica  de  la  generación  se  describe  el  proceso  psicológico  del 
pecado,  que,  iniciado  por  la  concupiscencia,  remata  en  la  muerte  espiritual  del  alma. 

11  Lo  que  antes  (5)  se  dice  de  la  sabiduría,  dícese  ahora  de  toda  dádiva  buena  : 
que  en  Dios  tiene  su  origen.  ||  Padre  de  las  luces:  hermosa  imagen  de  Dios,  re- 
presentado como  foco  de  luz  o  sol  que  irradia  bienes.  1 1  No  existe  vaivén  :  alterna- 
tivas o  vicisitudes,  cuales  son  las  salidas  y  puestas  del  sol.  ||  Ni  oscurecimiento 
(efecto]  de  la  variación  :  más  literalmente  «ni  ensombrecimiento  de  vuelta,  giro  o 
rotación»,  que  parece  aludir  a  los  menguantes  de  la  luna. 

18  De  su  voluntad  :  por  su  beneplácito  y  amor.  ]  |  Nos  engendró  :  la  adopción  de 
hijos  de  Dios  no  es  meramente  extrínseca  o  jurídica,  como  la  adopción  humana.  ||  La 
PALABRA  de  la  verdad:  el  Evangelio  (Ef.  r,  13),  que  es  como  el  germen  de  la  gene- 
ración espiritual.  ||  Primicias  :  la  selección,  la  flor  y  nata  de  la  creación,  o,  en 
sentido  litúrgico,  la  oblación  y  consagración  de  sus  criaturas. 

•sva  preludia  las  varias  exhortaciones  que  luego  se  desarrollarán. 

31  La  palabra  :  la  que  poco  antes  (18)  ha  llamado  «palabra  de  la  verdad»,  que  es 
como  semilla  sembrada  en  los  corazones. 


—  511  — 


1  22—2  2 


SANTIAGO 


2  3-1' 


Palabra  que  hay  que  poner  por  obra. 

I,  22-25 

22  Pero  sed  obradores  de  la  palabra, 
y  no  oidores  solamente,  engañándoos 
a  vosotros  mismos.  23  Porque  si  uno 
es  oidor  de  la  palabra  y  no  obrador, 
este  tal  es  semejante  a  un  hombre 
que  mira  su  rostro  natural  en  el  es- 
pejo ;  24  porque  miróse  y  fuése,  y  al 
punto  se  olvidó  de  cómo  era.  25  Mas 
el  que  se  para  a  considerar  la  ley 
perfecta,  ley  de  libertad,  y  en  ello 
persevera,  hecho  no  oidor  olvidadi- 
zo, sino  obrador  ejecutivo,  este  tal 
sera  bienaventurado  en  su  obra. 


Religión  verdadera,  r,  26-27 


26  Si  alguno  piensa  ser  hombre  re- 
ligioso, no  frenando  su  lengua,  sino 
engañando  su  corazón,  vana  es  la  re- 
ligión de  éste.  27  Religión  pura  e  in- 
maculada a  los  ojos  del  que  es  Dios 
y  Padre,  ésta  es  :  asistir  a  los  huér- 
fanos y  viudas  en  su  tribulación,  con- 
servarse a  sí  mismo  incontaminado 
del  mundo. 


Fe  sin  acepción  de  personas.  2,  1-4 


o  1  Hermanos  míos,  no  juntéis  con 
^  acepciones  de  'personas  la  fe  de 
nuestro  Señor  Jesu-Cristo,  Señor  de 
la  gloria.  2  Porque  si  entrare  en  vues- 
tra reunión  un  personaje  con  sortija 


de  oro  y  vestido  flamante,  y  entrare 
también  un  pobre  con  vestido  mu- 
griento, 3  y  atendiereis  al  que  lleva 
el  vestido  flamante  y  le  dijereis :  «Tú 
siéntate  aquí  honrosamente»,  y  al  po- 
bre dijereis :  «Tú  quédate  allí  de  pie 
o  siéntate  en  el  suelo  junto  a  mi  es- 
trado», 4  ¿no  es  verdad  que  hacéis 
distinciones  dentro  de  vosotros  mis-  | 
mos  y  os  convertís  en  jueces  anima- 
dos de  pensamientos  perversos? 

Criterio  cristiano  sobre  pobres 
y  ricos.  2,  5-7 

6  Oíd,  hermanos  míos  queridos. 
¿  Por  ventura  no  se  escogió  Dios  a 
los  pobres  del  mundo  para  que  fue- 
sen ricos  en  la  fe  y  herederos  del  rei- 
no que  prometió  a  los  que  le  aman  ? 
6  Vosotros,  empero,  habéis  afrentado 
al  pobre.  ¿No  son  los  ricos  los  que 
os  tratan  despóticamente  y  los  que 
os  arrastran  a  los  tribunales?  7  ¿No 
son  ellos  los  que  blasfeman  el  her- 
moso nombre  con  que  sois  apellida- 
dos ? 


La  ley  y  el  juicio  de  Dios.  2,  8-13 


8  Cierto,  si  cumplís  la  regia  ley  con- 
forme a  la  Escritura  :  «Amarás  a  tu 
prójimo  como  a  ti  mismo»  (Lev.  19, 
18),  muy  bien  hacéis;  9  pero  si  acep- 
táis personas,  obráis  pecado,  conven- 
cidos por  la  ley  como  transgresores. 
10  Pues  quienquiera  que  guarda  los 


22-25  Sin  nombrar  la  fe,  anuncia  lo  que  después  dirá  sobre  la  fe  obradora. 

20  La  que  antes  se  ha  llamado  «palabra  de  la  verdad»  (18)  es  ahora  la  ley,  prin- 
cipio y  norma  de  la  acción.  Esta  ley  evangélica  es  perfecta,  por  cuanto  lleva  a  la 
perfección  moral.  Es  también  ley  de  libertad  :  notable  coincidencia  de  Santiago 
con  San  Pablo  (Gál.  5,  131-14)..  Y  es  digno  de  notarse,  para  entender  la  mente  de 
Santiago,  que,  al  recordarse  la  ley,  para  nada  se  menciona  la  circuncisión  ni  las 
prácticas  mosaicas. 

2U-2;  ge  determinan  las  obras  buenas,  de  que  es  raíz  la  fe. 

O  'No  juntéis...:  más  literalmente,  uno  tengáis  (o  pongáis)  la  fe  en.,.».  ||  StSoR 
^  de  la  gloria  :  expresión  paulina  (1  Cor.  2,  8),  doblemente  expresiva  de  la  divinidad 
de  Jesu-Cristo. 

2-1  Se  expresa  gráficamente  en  qué  está  la  acepción  de  personas. 

6  Pobres  :  cf.  1  Cor.  1,  26-28.  ||  Ricos  en  la  fe  :  cf.  1  Cor.  1,  5-8. 

7  El  hermoso  nombre  :  es  el  título  de  cristiano,  derivado  del  nombre  de  Cristo. 

8  Como  en  San  Pablo  (Rom.  13,  8-10;  Gál.  5,  14),  la  ley  se  presenta  como  reca- 
pitulada en  la  caridad. 

10  Reo  de  todos  :  la  ley  es  como  un  sistema  solidario,  un  bloque  compacto.  Quien 
quebranta  un  mandamiento,  repudia  la  autoridad  del  legislador.  Con  esto,  traspa- 
sando lo  formal  de  la  ley,  equivalentemente  se  traspasan  todos  sus  precepto». 


—  512  — 


2  n-3  i 


SANTIAGO 


219-3  3 


demás  preceptos  de  la  ley,  pero  tro- 
pieza en  uno  solo,  se  ha  hecho  rec 
de  todos.  "  Porque  el  mismo  que  di- 
jo :  «No  adulteres»  (Ex.  20,  14),  dije 
también  :  «No  mates»  (Ex.  20,  13)  ; 
y  si  tú  no  adulteras,  pero  matas,  te 
íias  hecho  transgresor  de  la  ley.  "  As 
hablad  y  así  obrad,  como  quienes  han 
de  ser  juzgados  por  la  ley  de  la  li- 
bertad. 13  Porque  el  juicio  será  sin 
misericordia  para  quien  no  hizo  mi- 
sericordia ;  la  misericordia  blasona 
frente  al  juicio. 


Fe  y  obras.  2,  14-19 

¿Qué  aprovecha,  hermanos  míos, 
que  uno  diga  que  tiene  fe,  pero  que 
no  tenga  obras  ?  ¿  Puede  -acaso  la  fe 
alvarle  ?  M  Si  un  hermano  o  una  her- 
mana andan  desabrigados  y  despro- 
istos  del  sustento  cotidiano,  16  y  uno 
de  vosotros  les  dijere  :  «Id  en  paz, 
calentaos  y  saciaos»,  mas  no  les  die- 
reis lo  necesario  para  el  cuerpo,  ¿  qué 
aprovecha  ?  "  Así  también  la  fe,  si 
no  tuviere  obras,  muerta  está  por  sí 
misma.  18  Aun  podrá  uno  cualquie- 
ra decir  :  «Tú  tienes  fe  y  yo  tengo 
obras  ;  muéstrame  esa  tu  fe  despro- 
vista de  obras,  y  yo  te  mostraré  por 


mis  obras  la  fe.»  "  ¿  Tú  crees  que 
Dios  es  uno?  Haces  muy  bien  i  tam. 
iién  los  demonios  creen  y  se  estre- 
mecen. 


Fe  de  Abrahán  y  de  Rahab.  2,  20-26 


20  ¿  Quieres  conocer,  ¡  oh  hombre  va- 
rio!, que  la  fe  desconectada  de  las 
>bras  es  estéril?  21  Abrahán,  nuestro 
padre,  ¿  no  fué  justificado  por  las 
obras,  ofreciendo  a  Isaac  su  hijo  so- 
ire  el  altar?  (Gén.  22,  9).  22  Ves  có- 
mo la  fe  contribuía  eficazmente  a  sus 
obras,  y  que  por  las  obras  alcanzó  la 
fe  su  perfección  ;  23  y  se  cumplió  la 
iscritura  que  dice  :  «Creyó  Abrahán 
1  Dios,  y  le  fué  tomado  a  cuenta 
le  justicia»  (Gén.  15,  6)  y  fué  lláma- 
lo «amigo  de  Dios»  (2  Par.  20,  7  ; 
Is.  41,  8).  24  Veis  cómo  por  las  obras 
es  justificado  el  hombre  y  no  por  la 
fe  solamente.  25  De  semejante  mane- 
a  también  Rahab  la  ramera,  ¿no 
fué  por  las  obras  justificada,  dando 
acogida  a  los  mensajeros  y  hacién- 
doles salir  por  otro  camino  ?  2"  Por- 
que así  como  el  cuerpo  sin  espíritu 
está  muerto,  así  también  la  fe  sin 
obras  está  muerta. 


II.    Contra  la  ambición  de  ser  maestros 


Prurito  de  ser  maestro:  malicia  de 
la  lengua.  3,  1-12 


o     'No  queráis  muchos  haceros 
maestros,   hermanos  míos,  sa- 


biendo que  nos  está  reservado  más 
severo  juicio.  2  Porque  en  muchas  co- 
sas tropezamos  todos :  si  uno  no  tro- 
pieza en  ila  pailabra,  ese  tal  es  perfec- 
to varón,  capaz  de  regir  con  el  freno 
también  todo  el  cuerpo.  3  Si  a  los  ca- 


Es  profuuda- 


'-  L'uk  la  ley  de  la  liberiad  :  que  manila  caridad  y  miseri< 
mente  paulina  esta  conexión  de  la  ley,  la  libertad  y  la  caridad 

13  La  misericordia  busona  trente  al  juicio  :  ante  el  tribunal  del  Juez  supremo  la 
misericordia  alza  impávida  la  cabeza,  segura  de  alcanzar  misericordia  (Mt.  5,  7  , 
7.   i;    25.  34-35Í   Le.  6,  3<>?3«). 

14  Se  formula,  finalmente,  la  tesis  fundamenta!  de  toda  la  Epístola:  la  de  la  ra 
fecunda  en  obras  buenas.  Obras  son  el  cumplimiento  de  la  ley  de  Dios  y  especial- 
mente las  obras  de  misericordia.  Siguen  los  argumentos  con  que  se  prueba  la  tesis. 

Primer  argumento  :   comparación  expresiva. 
"  Muerta  :  como  la  actividad  es  señal  de  vida,  la  inercia  es  indicio  de  muerte. 
Fe  que  no  da  señales  de  vida  con  la  actividad,  muerta  está. 

18  Segundo  argumento.  A  esos  encomiadores  de  la  fe  cualquiera  les  puede  replicar 
«Tú  tienes  fe,  yo  tengo  obras  ;  pero  con  una  diferencia  :  que  yo  con  mis  obras  mues- 
tro mi  fe,  tú- sin  obras  no  puedes  mostrar  esa  tu  fe.» 

Tercer  argumento  :  paridad  entre  la  fe  sin  obras  con  la  fe  de  los  demonios. 
ao-3'  Cuarto  argumento  :  ejemplos  de  Abraban  y  de  Kahab. 

O  Peligros  de  la  ambición  de  ser  maestro,  nacidos  de  los  peligros  de  la  lengua, 
**  que  se  encarecen  con  pintorescas  comparaciones.  Es  una  invectiva  contra  los  vicios 
de  la  lengua. 

—  513  - 

N  T.  17 


3  4-14 


SANTIAGO 


3  15-4  6 


I tallos  les  ponemos  el  freno  en  la  bo- 
ta para  que  nos  obedezcan,  también 
todo  el  cuerpo  llevamos  y  traemos. 
'  Mirad,  también  las  naves,  tan  gran- 
des como  son,  empujadas  además  por 
recios  vientos,  son  gobernadas  por 
un  timón  pequeñísimo  adonde  quie- 
re el  impulso  del  que  la  dirige;  °  así 
también  la  lengua  es  un  miembro 
pequeño  y  se  ufana  de  cosas  gran- 
des. Mirad  qué  fuego  tan  pequeño 
qué  selva  tan  grande  incendia.  "  Y 
la  lengua  fuego  es,  todo  un  mundo 
de  iniquidad  ;  la  lengua  está  puesta 
como  uno  de  nuestros  miembros,  ella 
que  contamina  todo  el  cuerpo  e  in- 
flama desde  el  nacer  la  carrera  de 
la  vida  y  es  inflamada  por  el  fuego 
infernal.  '  Porque  toda  naturaleza  de 
fieras  y  de  aves,  de  reptiles  y  de 
bestias  marinas,  puede  domarse,  y  ha 
#ido  domada  por  la  naturaleza  huma- 
na ;  8  pero  la  lengua  ninguno  de  los 
hombres  es  capaz  de  domarla  :  mal 
turbulento,  rebosante  de  veneno  mor- 
tífero. 9  Con  ella  bendecimos  al  que 
es  Señor  y  Padre  y  con  ella  maldeci- 
mos a  los  hombres,  a  los  que  han  sido 
hechos  a  semejanza  de  Dios  ;  10  de 
una  misma  boca  sale  la  bendición  y 
la  maldición.  No  está  bien,  herma- 
nos míos,  que  eso  sea  así.  11  ¿  Por 
ventura  la  fuente  brota  de  un  mismo 
agujero  agua  dulce  y  agua  amarga  ? 
12  ¿Acaso  puede,  hermanos  míos,  pro- 
ducir olivas  la  higuera  o  higos  la 
vid  ?  Ni  manantial  salado  puede  dar 
agua  dulce. 


Contiendas  entre  maestros.  3,  13-18 

13  ¿Quién  hay  sabio  y  docto  entre 
vosotros  ?  Muestre  por  su  buen  pro- 
ceder sus  obras  hechas  eíi  manse- 
dumbre de  sabiduría.  11  Pero  si  te- 


néis en  vuestro  corazón  celos  amar- 
gos y  espíritu  de  contienda,  no  os 
jactéis  ni  mintáis  contra  la  verdad. 
15  No  es  esa  sabiduría  tal  que  des- 
cienda de  arriba,  sino  terrena,  ani- 
mal, endemoniada  ;  10  pues  donde  hay 
celos  y  contienda,  allí  hay  turbulen- 
cia y^  toda  obra  ruin.  "  Mas  la  sa- 
biduría que  viene  de  arriba  prime- 
ramente es  casta,  luego  pacífica,  con. 
descendiente,  que  se  allana  a  razo- 
nes, llena  de  misericordia  y  de  fru- 
tos buenos,  no  amiga  de  criticar,  no 
solapada.  18  Y  el  fruto  de  la  justicia 
se  siembra  en  paz  para  los  que  obran 
paz. 


Origen  de  las  contiendas.  4,  1-3 

A  1  ¿  De  dónde  esas  guerras  y  de 
^  dónde  esas  contiendas  entre  vos- 
otros ?  ¿  No  provienen  acaso  de  vues- 
tras codicias,  que  militan  en  vuestros 
miembros  ?  2  Codiciáis,  y  no  tenéis  ; 
matáis  y  envidiáis,  y  no  lográis  al- 
canzar ;  lucháis  y  guerreáis,  y  no 
tenéis,  porque  no  pedís  ;  8  pedís  y  no 
recibís,  porque  pedís  mal,  para  gas- 
tarlo en  vuestras  codicias. 


Amor  del  mundo  y  amor  de  Dios. 
4,  4-10 

4  ¡Esposas  adúlteras!,  ¿no  sabéis 
que  el  amor  para  con  el  mundo  es 
enemistad  para  con  Dios  ?  El  que, 
por  tanto,  quiera  ser  amigo  del  mun- 
do, se  constituye  enemigo  de  Dios. 
5  ¿O  pensáis  que  vanamente  dice  la 
Escritura  :  Hasta  con  celos  se  afi- 
ciona el  Espíritu  que  en  nosotros 
puso  su  morada  ?  6  Pero  mayor  es  la 


j3~is  St.  aplica  a  la  sabiduría  lo  que  antes  se  ha  dicho  de  la  fe  :  que  por  las  obra* 
se  muestra  la  genuina  sabiduría. 

15  La  sabiduría  de  esos  intrusos  maestros  es  terrena,  no  celeste  ;  animal,  no  espiri- 
tual ;  endemoniada,  no  cristiana;  viene  del  mundo,  de  la  carne,  del  demonio,  no  del 
Padre  celestial,  no  del  Espíritu  Santo,  no  de  Cristo. 

u  La  justicia  es  eruto  que  se  siembra  en  paz  para  que  lo  gocen  los  que  obran  paz. 

4M  La  raíz  amarga  de  esas  contiendas  entre  maestros  y  de  todas  las  contiendas 
humanas  es  la  triple  codicia  de  dineros,  de  honores,  de  placeres.  Esa  codicia  es  el 
amor  del  mundo,  de  jue  se  habla  a  continuación. 

*■?  El  mundo  es  el  rival  de  Uios,  como  la  codicia  es  la  antítesis  de  la  caridad. 
Por  esto  el  alma,  esposa  de  Dios,  si  ama  y  codicia  al  mundo,  se  hace  enemiga  de 
Dios  y  suscita  los  celos  de  Dios.  (Cf.  Ex.  20,  3-5  ;  Gal.  5,  17.) 

6  Mayor  es  la  gracia  con  que  Dios  ama  y  favorece  que  el  celo  y  el  enojo  con 
que  castiga.  Como  haya  humildad,  Dios  es  más  propenso  a  la  gracia  que  al  castigo. 


—  514  — 


4  ^-5  i 


SANTIAGO 


4  n-5  6 


gracia  que  da  ;  por  lo  cual  dice  : 
«Dios  se  opone  a  los  soberbios,  mas 
a  los  humildes  otorga  su  gracia» 
(Prv.  3,  34,  lxx).  'Someteos,  pues, 
a  Dios;  resistid  al  diablo,  y  huirá 
de  vosotros.  8  Allegaos  a  Dios,  y  se 
allegará  a  vosotros.  Limpiad  las  ma- 
nos, pecadores,  y  purificad  los  cora- 
zones, hombres  de  ánimo  doblado. 
Reconoced  que  sois  unos  miserables, 
y  afligios  y  llorad  ;  9  trueqúese  vues. 
Ira  risa  en  duelo,  y  vuestra  alegría 
en  caimiento  de  rostro.  10  Humillaos 
en  el  acatamiento  del  Señor,  y  os 
exaltará. 


La  detracción,  efecto  de  la  soberbia. 
4.  "-i* 

11  No  digáis  mal  unos  de  otros,  her- 
manos. El  que  dice  mal  de  su  her- 
mano o  juzga  a  su  hermano,  dice 
mal  de  la  ley  y  juzga  la  ley.  Y  si 
juzgas  la  ley,  no  eres  cumplidor  de 
la  íey,  sino  juez.  12  Uno  es  el  legis- 
lador y  juez,  el  que  puede  salvar  y 
hacer  perecer.  Pero  tú,  ¿quién  eres, 
que  juzgas  al  prójimo  ? 


III.     Varios  avisos 


Vana  presunción.  4,  13-17 

IS  Ahora,  pues,  los  que  decís :  «Hoy 
o  mañana  iremos  a  tal  ciudad,  y  pa- 
saremos allí  un  año,  y  comerciare- 
mos y  ganaremos»  ;  14  vosotros  que 
no  sabéis  lo  del  día  de  mañana.  Pues 
¿  qué  cosa  es  vuestra  vida  ?  Porque 
sois  una  emanación  vaporosa  que  por 
un  instante  parece  y  luego  desapa- 
rece. 15  En  lugar  de  decir  :  «Si  el 
Señor  quisiere,  viviremos  y  haremos 
esto  o  aquello.»  11  Mas  ahora  os  jac- 
táis con  vuestras  fanfarronerías.  To- 
da jactancia  semejante  es  mala.  "  El 
que  sabe,  pues,  obrar  lo  bueno,  y  no 
lo  obra,  es  reo  de  pecado. 

Desventura  de  los  ricos  de  este 
mundo.  5,  1-6 

:r  1  Ahora,  pues,  vosotros  los  ricos, 
•*    llorad  dando  alaridos  por  las  des- 


venturas que  están  para  sobrevenir. 
-  Vuestra  riqueza  se  ha  podrido  y 
vuestros  vestidos  se  han  apolillado  ; 
3  vuestro  oro  y  vuestra  plata  se  ha 
enmohecido,  y  su  moho  servirá  de 
testimonio  contra  vosotros  y  devora- 
rá vuestras  carnes  como  fuego.  Ate- 
sorasteis para  los  días  postrimeros. 
'  He  aquí  que  el  jornal  de  los  tra- 
bajadores que  segaron  vuestros  cam- 
pos ,  defraudado  por  vosotros ,  está 
clamando,  y  las  voces  de  los  que  se- 
garon han  llegado  a  los  oídos  del  Se- 
ñor de  los  ejércitos.  5  Regaladamen- 
te vivisteis  sobre  la  tierra  y  os  dis- 
teis a  placeres,  cebasteis  vuestros  co- 
razones para  el  día  de  la  matanza. 
8  Condenasteis,  matasteis  al  justo  : 
no  os  resiste. 


'-'"Se  recomienda  la  humildad  en  el  sentido  amplio  y  profundo  que  tiene  cu 
San  Ignacio  cuando  habla  de  las  tres  maneras  de  humildad  [164-16S].  Es  de  conside- 
rar esta  recomendación  de  la  humildad  y  sujeción  cuando  se  habla  del  amor  entre 
Dios  y  el  hombre,  que  nunca  puede  ser  de  igual  a  igual. 

u  Dice  mal  de  la  ley,  censurando  o  descalificando  prácticamente  sus  prescripciones 
j3-i«  ESta  presunción  es  una  nueva  forma  o  manifestación  de  la  soberbia  que  acaba 
de  reprenderse. 

"  Esta  excelente  definición  del  pecado  es  como  un  epifoncma  que  se  refiere  a 
todo  lo  precedente  y  va  directamente  contra  los  que,  blasonando  de  sabiduría,  no 
obran  justicia. 

51-6  Tremenda  invectiva  contra  los  ricos  del  mundo,  en  los  cuales  se  denuncian  cua- 
tro delitos  :  insensata  avaricia  (2-3I,  inicuos  latrocinios  (4),  torpe  voluptuosidad  (¿1, 
..ránenes  de  sangre  (6). 

3  Atesorasteis,  no  tanto  riquezas  para  esta  vida,  cuanto  ira  de  Dios  (Rom.  2,  5) 

PARA   LOS    DÍAS  POSTRIMEROS. 


—  515  — 


5  7-12 


SANTIAGO 


5  13-18 


Bienaventuranza  de  la  paciencia. 
5,  7-n 

'  Tened,  pues,  longanimidad,  her- 
manos, hasta  el  advenimiento  del 
Señor.  Mirad,  el  labrador  espera  el 
fruto  precioso  de  la  tierra,  puestos 
en  él  los  ojos  con  longanimidad,  en 
tanto  que  recibe  la  lluvia  temprana 
y  la  seronda.  c  Tened  también  vos- 
otros longanimidad,  esforzad  vues- 
tros corazones,  porque  el  advenimien- 
to del  Señor  está  cercano.  *  No  des- 
ahoguéis, hermanos,  vuestros  resen- 
timientos los  unos  contra  los  otros, 
para  que  no  seáis  juzgados.  Mirad 
que  el  juez  está  a  las  puertas.  10  To- 
mad, hermanos,  como  dechado  de  la 
vida  trabajosa  y  de  la  longanimidad 
a  los  profetas,  los  cuales  hablaron 
en  el  nombre  del  Señor.  11  He  aquí 
que  llamamos  bienaventurados  a  los 
que  fueron  pacientes  ;  oísteis  la  pa- 
ciencia de  Job  y  visteis  el  desenla- 
ce que  le  dió  el  Señor,  porque  entra- 
ñablemente compasivo  es  el  Señor  y 
misericordioso. 


No  jurar.  5,  12 


"  Pero  ante  todo,  hermanos  míos, 
no  juréis,  ni  por  el  cielo  ni  por  la 
tierra,  ni  otro  juramento  alguno  ; 


sino  sea  en  vosotros  el  sí  sí  y  el  no 
no,  para  que  no  incurráis  en  con- 
denación 


Extremaunción.  5,  13-16 


a  ¿Está  atribulado  alguno  entre 
vosotros  ?  Ore.  ¿  Está  de  buen  áni- 
mo ?  Cante.  "¿Está  alguno  enfer- 
mo entre  vosotros  ?  Mande  llamar  a 
los  presbíteros  de  la  Iglesia,  y  ellos 
oren  sobre  él,  ungiéndole  con  óleo 
en  el  nombre  del  Señor.  16  Y  la  ora- 
ción d<-  la  fe  salvará  al  doliente,  y 
le  reanimará  el  Señor  ;  y  si  hubie 
re  cometido  pecados,  le  serán  per- 
donados. 16  Confesad,  Dues,  los  peca- 
dos los  unos  a  los  otros  y  orad  unos 
por  otros,  para  que  alcancéis  la  sa- 
lud. Mucha  fuerza  tiene  .a  plegaria 
del  justo  hecha  con  fervor. 


Poder  de  la  oración.  5,  17-18 


"  Elias  hombre  era  de  igual  con- 
dición que  nosotros,  y  oró  instante- 
mente que  no  lloviese,  y  no  llovió 
Jurante  tres  años  y  seis  meses  ;  18  y 
otra  vez  oró,  y  el  cielo  dió  lluvia  y 
la  tierra  germinó  su  fruto. 


A  la  codicia  de  riquezas  se  contrapone  la  longanimidad  de  la  esperanza  de 
los  bienes  eternos. 

7  Lluvia  temprana  :  la  de  otoño  ;  seronda  o  tardía  :  la  de  primavtra. 

8  Está  cercano  :  para  cada  individuo,  por  la  proximidad  de  la  muerte  ;  para  todo 
el  mundo,  por  la  vertiginosa  rapidez  con  que  pasa  la  figura  de  este  mundo  (1  Cor.  7, 
31)  ;  en  particular  para  los  judíos,  por  la  inminencia  de  la  ruina  de  Jerusalén. 

10  Hablaron  en  el  nombre  del  Señor  :  los  profetas,  enviados  e  inspirados  por  Dios, 
hablaron  palabras  de  Dios  en  nombre  y  representación  de  Dios.  Tal  es  la  noción 
de  la  piofecía  y  la  misión  de  los  profetas. 

ls  Es  una  referencia  al  sermón  de  la  montaña  (Mt.  5,  35-37).  El  Sí  sí  v  el  No  no  : 
podría  traducirse  también  «Sí  por  sí  y  No  por  no». 

"Cante:  cánticos  espirituales  (Ef.  5,  19;  Col.  3,  16). 

Como  lo  definió  el  Concilio  Tridentino  (Denz.  90S,  926),  el  apóstol  Santiago 
promulga  aquí  el  sacramento  de  la  Extremaunción.  La  doctrina  del  apóstol  y  del 
Concilio  se  reduce  a  estos  puntos  principales  :  1)  la  Extremaunción  es  verdadero 
sacramento  instituido  por  Cristo ;  21  el  sujeto  que  lo  recibe  es  el  enfermo  grave ; 
3)  el  ministro  es  el  sacerdote  ;  4)  la  materia  remota  es  el  óleo,  la  próxima  la  unción  ; 
5)  la  forma  es  la  oración  de  la  fe,  que  se  ha  concretado  en  la  fórmula  ritual  pres- 
crita por  la  Iglesia;  6)  sus  efectos  son  tres:  a)  la  salud  corporal,  si  conviene;  b)  el 
alivio,  esfuerzo  y  consuelo  espiritual  ;  c)  el  perdón  de  los  pecados  y  de  sus  reliquias. 

w  Confesad  los  pecados  :  no  se  trata  aquí  de  la  confesión  sacramental,  sino  de  la 
humildad  en  reconocer  las  propias  faltas  y  declararlas  ante  los  demás,  en  ve;  dr 
excusarlas  inpertinentemente  o  de  achacarlas  a  otros  injustamente 

"-"Cf.  3  Re.  17-18. 


-  .SI6  - 


SANTIAGO 


Epílogo 


Conversión  de  los  extraviados. 
5,  19-20 

■  Hermanos  míos,  si  alguno  entre 
vosotros  se  hubiere  extraviado  de  la 


verdad  y  alguno  le  convirtiere,  "  en- 
tienda que  el  que  convierte  un  pe- 
cador del  extravío  de  su  camino  sal- 
vará su  alma  de  la  muerte  y  cubri- 
rá la  muchedumbre  de  lo*  pecados. 


"Salvará  su  alma:  la  del  pecador  a  quien  se  convirtiere.  ||  (La)  MUCHEDUMBRE  :>e 
(los)  pecados  :  expresión  genérica  e  indeterminada,  que  tanto  puede  entenderse  de', 
pecador  convertido  como  del  que  lo  convierte,  como  también  de  entrambos  a  la  vez. 


—  517  — 


INTRODUCCION 
A    LA    I    EPISTOLA    DE    SAN  PEDRO 


UTOR. — Desde  Roma,  hacia  el  año  6j  (o  64),  escribió  San  Pedro  a 


las  Iglesias  del  Asia  Menor.  Le  daba  título  para  dirigirse  autorita. 


tivamente  a  estas  Iglesias,  fundadas  y  evangelizadas  por  San  Pablo, 
su  autoridad  suprema  sobre  toda  la  Iglesia  de  Cristo.  No  es  improbable 
que  para  redactarla  se  valiese  de  Sitas  o  Silvano,  antiguo  colaborador  de 
San  Pablo,  que  ahora  estaba  con  Pedro. 

Destinatarios. — Los  nombres  de  Ponto,  Galacia,  Capadocia,  Asia  (pro- 
consular)  y  Bitinia  parecen  indicar  las  regiones  (en  sentido  etnográfico) 
más  bien  que  las  provincias  romanas  (en  sentido  político-administrativo). 
De  todos  modos  comprenden  casi  toda  el  Asia  Menor  (o  Anatolia),  a  ex- 
cepción de  Cilicio,  relacionada  más  bien  con  la  Siria  y  la  Fenicia.  No 
es  seguro,  como  insinuó  Orígenes,  que  San  Pedro  evangelizase  personal- 
mente estas  regiones. 

Ocasión  v  fin. — Ciertas  tribulaciones,  señaladamente  las  calumnias 
de  los  gentiles  y  los  primeros  chispazos  de  persecución,  podían  poner  en 
peligro  la  fe  de  aquellas  jóvenes  Iglesias.  San  Pedro,  deseoso  de  preve- 
nir el  mal,  los  exhorta  a  la  constancia  en  la  fe  y  la  esperanza,  les  re- 
comienda que  deshagan  las  absurdas  calumnias  con  la  ejcmplaridad  de 
SU  vida  y  les  recuerda  que  padecer  como  cristiano  es  una  gloria.  El  mo- 
tivo de  haber  escrito  San  Pedro  pudo  haber  sido  la  ausencia  de  San  Pa- 
blo, que  por  entonces  se  hallaba  en  España. 

El  paulinismo  de  San  Pedro.— Si  San  Pedro  era  el  Apóstol  Pontífice 
supremo,  San  Pablo  era  el  Apóstol  Teólogo.  Si  el  pescador  del  mar  de  Ga- 
lilea había  sido  constituido  Pastor  soberano  de  toda  la  grey  de  Cristo,  el 
antiguo  discípulo  de  Gamaliel  había  sido  favorecido  con  la  misión  y  la 
«.gracia  de  anunciar  a  los  gentiles  las  riquezas  de  Cristo,  imposibles  de 
rastrear»  (Ef.  3,  S).  Por  la  palabra  y  por  los  escritos,  Pablo  irradió  sobre 
toda  la  Iglesia  la  luz  recibida  de  lo  alto.  Y  esta  luz  alcanzó  también 
a  los  mismos  apóstoles,  gozosos  de  ver  cómo  la  luz  de  Pablo  revelaba 
toda  la  profundidad  de  las  enseñanzas  que  ellos  habían  recibido  del 
Maestro.  San  Pedro  singularmente,  que  había  tenido  frecuente  comuni- 
cación con  San  Pablo  y  ahora  tenía  en  su  compañía  a  dos  de  sus  dis- 
cípulos y  colaboradores,  Silvano  y  Marcos,  conocía  también  las  Epístolas 
del  grande  Apóstol  (2  Pe.  3,  16)  y  admiraba  su  «sabiduría»  (Ib.  3,  15). 
Con  todo  esto  se  explica  el  origen' de  los  frecuentes  rasgos  paulinos  que 
matizan  el  pensamiento  del  Príncipe  de  los  Apóstoles.  Mas,  como  era  de 
suponer,  las  fulguraciones  de  San  Pablo  se  truecan  en  claridades  más 
templadas,  que  elevan  y  ennoblecen  las  enseñanzas  cristológicas  y  so- 
teriológicas  contenidas  en  la  primera  Ep'istola  de  San  Pedro. 


-518- 


11-5 


I  SAN  PEDRO 


1  6-11 


EPISTOLA    I    DE    SAN  PEDRO 


E  x  o 


Salutación  epistolar.  1,-2 

-i  1  Pedro,  apóstol  de  Jesu-Cristo,  a 
los  elegidos  extranjeros  de  ia 
dispersión  en  el  Ponto,  Galacia,  Ca- 
padocia,  Asia  y  Bitinia,  2  escogidos 
según  la  presciencia  de  Dios  Padre, 
en  'la  santificación  del  Espíritu,  para 
la  obediencia  y  la  aspersión  de  la 
sangre  de  Jesu-Cristo:  gracia  a  vos- 
otros y  paz,  multiplicada. 


La  economía  de  la  salud,  r,  3-5 

s  Bendito  sea  el  Dios  y  Padre  de 
nuestro  Señor  Jesu-Cristo,  que,  se- 
gún su  gran  misericordia,  nos  reen- 
gendró para  una  esperanza  viviente 
mediante  la  resurrección  de  Jesu- 
Cristo  de  entre  los  muertos,  4  para 
una  herencia  incorruptible,  inconta- 
minable  e  inmarcesible,  reservada 
en  los  cielos  para  vosotros,  6  los  que 
por  la  virtud  de  Dios  sois  custodia- 
dos mediante  ta  fe  para  la  salud  que 
está  dispuesta  para  ser  manifestada 
en  el  último  tiempo. 


r  d  i  o 

Valor  soteriológico  de  la  tribulación. 
1,  6-9 

6  En  lo  cual  os  regocijáis,  bien  que 
ahora  por  breve  tiempo,  si  es  me- 
nester, afligidos  con  diferentes  prue- 
bas, 1  para  que  los  quilates  de  vues- 
tra fe,  mucho  más  preciosos  que  los 
del  oro  perecedero,  pero  que  es  aqui- 
latado por  el  fuego,  sean  hallados 
dignos  de  alabanza,  gloria  y  honor 
en  la  revelación  de  Jesu-Cristo  ;  8  al 
cual,  sin  haberle  visto,  amáis  ;  en  el 
cual  ahora,  sin  verle,  pero  creyen- 
do, os  regocijáis  con  gozo  inenarra- 
ble y  rebosante  de  gloria,  '  alcan- 
zando la  meta  de  vuestra  fe,  la  sa- 
lud de  las  almas. 

Nueva  exposición  de  la  economía  de 
la  salud.  1,  10-12 

10  Acerca  de  la  cual  salud  indaga- 
ron y  escudriñaron  los  profetas,  que 
profetizaron  acerca  de  la  gracia  a 
vosotros  destinada ,  "  escudriñando 
para  qué  tiempo  y  sazón  les  indica- 


I1  Extranjeros  :  peregrinos  en  este  mundo.  (Cf.  2,  11.)  ||  Dispersión  o  Diáspora  • 
la  gentilidad  en  la  cual  estAn  dispersos.  ||  Ponto,  Galacia...  :  ya  se  tomen  como 
regiones,  ya  como  provincias  romanas,  comprenden  casi  toda  el  Asia  Menor 

-Triple  principio  de  la  salud:  LA  PRESCIENCIA  y  predestinación,  atribuida  a  Dios 
Padre  ;  la  santificación,  apropiada  al  Espíritu  Santo  ;  la  aspersión  de  la  sangre 
redentora,  vinculada  a  Jesu-Cristo.  De  parte  del  hombre,  la  obediencia  al  divino  lla- 
mamiento por  la  fe. 

3-4  Nueva  descripción  de  la  salud  :  cuyo  primer  principio  es  la  gran  misericordia 
de  Dios,  cuyo  principio  inmediato  es  la  resurrección  de  Jesu-Cristo,  cuyo  estadio 
inicial  es  la  regeneración,  cuyo  estadio  final  es  una  esperanza  viviente,  una  heren- 
cia en  los  cielos. 

*-°  Se  enaltecen  la  fe,  la  esperanza  y  la  caridad,  las  cuales,  relacionadas  ron 
Jesu-Cristo,  se  acrisolan  con  la  tribulación  (Rom.  5,  3-5;  Sant.  1,  3-4). 

Jo-»  Como  en  3-5  se  subraya  la  acción  de  Dios  Padre,  en  6-9  la  de  Jesu-Cristo,  así 
dhora  la  del  Espíritu  Santo.  El  fué  quien  reveló  a  los  profetas  lo  que  testificaron 
y  revistió  de  su  virtud  a  los  apóstoles  para  que  lo  anunciasen. 


—  519  — 


1  12-21 


I  SAN  PEDRO 


122—2  2 


ba  el  Espíritu  de  Cristo  que  en  ellos 
estaba  testificando  anticipadamente 
los  padecimientos  reservados  a  Cris- 
to y  la  glorificación  que  a  ellos  ha- 
bía de  seguir ;  12  a  los  cuales  fué  re- 
velado que  no  para  sí  mismos,  sino 
para   vosotros  administraban  estas 


cosas,  que  ahora  os  fueron  anuncia- 
das por  los  que  os  predicaron  el 
Evangelio  en  virtud  del  Espíritu 
Santo,  enviado  desde  el  cielo  ;  las 
cuales  con  avidez  los  ánge'.es  con- 
templan. 


I.    Avisos  generales 


Santidad  de  vida,  i,  13-21 

"  Por  lo  cual,  ceñidos  los  lomos 
de  vuestra  mente,  señores  de  vues- 
tros sentimientos,  poned  totalmen- 
te vuestra  esperanza  en  la  gracia 
que  os  será  traída  en  la  revelación 
de  Jesu-Cristo,  14  como  hijos  de  obe- 
diencia, no  amoldándoos  a  los  ape- 
titos de  antes  en  el  tiempo  de  vues- 
tra ignorancia,  15  sino  conforme  al 
que  os  llamó,  que  es  santo;  también 
vosotros  sed  santos  en  toda  vuestra 
conducta,  18  por  cuanto  escrito  está: 
«Seréis  santos,  pues  yo  soy  santo» 
(Lev.  ii,  44...).  "Y  si  apellidáis  Pa- 
dre al  que  sin  acepción  de  personas 
juzga  según  la  obra  de  cada  cual, 
vivid  en  temor  durante  el  tiempo 
de  vuestra  peregrinación,  18  sabiendo 
que  no  con  cosas  corruptibles,  con 
plata  o  con  oro,  fuisteis  rescatados 
de  vuestra  vana  manera  de  vivir, 
recibida  por  tradición  de  vuestros 
padres,  10  sino  con  la  preciosa  san- 
gre de  Cristo,  como  de  cordero  sin 
tacha  ni  mancilla,  20  predestinado 
antes  de  la  creación  del  mundo  y 
manifestado  al  final  de  los  tiempos 
en  gracia  de  vosotros,  21  los  que  por 
El  sois  creyentes  en  Dios,  que  le 
resucitó  de  entre  los  muertos  y  le 


glorificó,  de  suerte  que  vuestra  fe 
v  vuestra  esperanza  se  dirigiesen  a 
Dios. 


Santidad  de  amor.  1,  22-25 

22  Habiendo  purificado  vuestras  al- 
mas con  la  obediencia  a  la  verdad 
para  un  amor  fraternal  no  fingido, 
amaos  de  corazón  intensamente  los 
unos  a  los  otros.  23  como  quienes  han 
sido  reengendrados  de  simiente,  no 
corruptible,  sino  incorruptible,  por 
la  palabra  de  Dios  viviente  y  dura- 
dera. "  Por  cuanto 

Toda  carne  es  como  heno, 
y  toda  su  gloria  como  flor  de  heno: 
secóse  el  heno,  y  la  flor  cayó  : 
a  mas  la  palabra  del  Señor  subsiste 
[eternamente  (Is.  40,  6-8), 

Y  ésta  es  la  palabra  que  os  fué 
anunciada  por  el  Evangelio. 


Infancia  espiritual.  2,  1-3 

9  1  Depuesta,  pues,  toda  malicia  y 
"  toda  falsía,  y  fingimientos,  v  en- 
vidias, y  toda  suerte  de  maledicen- 
cias, 'como  niños  recién  nacidos  ape- 


12  Los  ángeles  contemplan  el  insondable  misterio  de  la  redención,  como  lo  declaró 
también  San  Pablo   (Ef.  3,  10). 

°ra  Por  tres  motivos  se  recomienda  la  santidad  de  la  vida,  que  son  :  la  santidad 
de  Dios,  la  rectitud  del  Padre  celestial,  la  redención  de  Cristo. 

"Guacia:  es  el  beneficio  de  la  vida  eterna.  I!  Revelación:  es  la  parusla. 

19  Se  i>resenta  la  muerte  de  Cristo  como  sacrificio  y  como  rescate. 

20  Ai.  final  de  los  tiempos  :  en  la  edad  mesiánica. 

21  Cristo  resucitado  es  Mediador  de  nuestra  fe  y  esperanza  para  con  Dios  :  1)  Por- 
que su  resurrección  es  el  objeto  característico  de  nuestra  fe  ;  21  porque  es  el  motivo 
determinante  de  credibilidad  ;  3)  porque  es  prenda  de  la  verdad  y  fidelidad  de  Dios. 

22  La  obediencia  a  la  verdad  del  Evangelio  purificando  el  alma  la  dispone  para 
la  caridad  fraterna. 

23  Reengendrados...  por  la  palabra  de  Dios,  que  es  como  la  semilla  de  la  regene- 
ración espiritual.  (Cf.  Le.  8,  11;  Sant.  1,  18;  1,  21  ;  1  Jn.  3,  q.) 

2 2  Como  niños  :  recomienda  San  Pedro  la  infancia  espiritual,  como  la  habían  re- 
comendado el  divino  Maestro  (Mt.  18,  3-4;   iq,  14;  Me.  10,  14-15;  Le-  18,  ib-17)  y 
San  Pablo  (1  Cor.  14,  20).  |]  La  leche  espiritual  es  el  Evangelio  (1  Cor.  3,  1-2).  ||  No 


—  520  — 


2  3-11 


I  SAN  PEDRO 


2  5-12 


teeed  la  leche  espiritual  no  falsifica- 
da, para  que  con  ella  crezcáis  en  or- 
den a  vuestra  salud,  '  si  es  que  «gus- 
tasteis lo  suave  que  es  el  Señor» 
(Sal.  33,  9). 

Templo  santo  espiritual.  2,  4-10 

4  Y  vosotros,  llegándoos  a  El,  pie- 
dra viviente  desechada  por  los  hom- 


los  cuales  tropiezan  por  no  recibir 
sumisos  la  palabra,  para  lo  cual  ha- 
bían sido  ya  destinados  ;  ■  mas  vos- 
otros sois  «linaje  escogido»  (Is.  43, 
20-21),  «real  sacerdocio,  nación  san- 
ta» (Ex.  19,  6),  «pueblo  de  su  patri- 
monio» (Ex.  23,  22  LXX),  para  que 
«proclaméis  las  grandezas»  (Is.  43, 


bres,  mas  a  los  ojos  de  Dios  escogi- 
da, preciosa,  *  ofreceos  de  vuestra 
parte  como  piedras  vivientes  con  que 
se  edifique  una  casa  espiritual  pa- 
ra un  sacerdocio  santo,  para  ofrecer 
víctimas  espirituales  aceptas  a  Dios 
por  mediación  de  Jesu-Cristo.  8  Por 
lo  cual  se  contiene  en  la  Escritura 
(Is.  28,  16)  : 


21  LXX)  de  aquel  que  de  las  tinie- 
blas os  llamó  a  su  admirable  luz  ; 
10  los  que  un  tiempo  «no  erais  pue- 
blo», mas  ahora  sois  «pueblo  de 
Dios»  ;  los  que  erais  «mirados  sin  mi- 
sericordia», mas  ahora  fuisteis  «mi- 
rados con  misericordia»  (Os.  2,  44). 


Mirad  que  pongo  en  Sión  una  piedra  angular,  escogida,  preciosa  ; 
y  quien  en  ella  cree,  no  será  confundido. 

'  A  vosotros,  pues,  los  que  creéis,  el  honor  ;  mas  a  los  que  no  cree 

la  piedra  que  desecharon  los  constructores, 

ésta  vino  a  ser  piedra  angular  (Sal.  117,  22), 

'  y  piedra  de  tropiezo,  y  roca  de  escándalo  (Is.  8,  14)  ; 


II.    Avisos  especiales 


Vida  ejemplar.  2,  11-12 


u  Amados  míos,  os  exhorto  a  que, 
como  forasteros  y  extranjeros,  os 
abstengáis  de  las  concupiscencias  de 
la  carne,  que  hacen  guerra  contra  el 


alma  ;  u  conservando  vuestra  con- 
ducta ejemplar  entre  los  gentiles, 
para  que  en  aquello  en  que  os  ca- 
lumnian como  a  malhechores,  ob- 
servando vuestras  buenas  obras,  glo- 
rifiquen por  ellas  a  Dios  en  el  día 
de  la  visitación. 


falsificada  :  desgraciadamente,  no  todo  lo  que  se  presenta  como  Evangelio  es  el 
auténtico  Evangelio  de  Jesu-Cristo  (2  Cor.  2,  17  ;  IT,  13-15  ;  Gál.  1,  6-9). 

a  El  Señor  :  en  el  Salmo  es  Yahyeh,  aquí  es  Cristo  :  argumento  de  su  divinidad. 
*-«Cf.  Ef.  2,  19-22. 

■  Tropiezan  por  no  recibir  :  dos  cosas  se  afirman  :  el  hecho  de  tropezar  y  bu 
causa,  que  es  la  indocilidad  en  no  recibir.  I.o  que  a  continuación  se  añade  :  el  haber 
sido  destinados  a  ello,  se  refiere  no  a  la  indocilidad,  sino  al  tropiezo.  En  la  divina 
predestinación  no  hay  ninguna  iniciativa  para  cosa  mala  ;  si  se  da  alguna  predes- 
tinación para  algo  malo,  siempre  es  presupuesta  la  malicia  humana.  (Cf.  Kom.  o, 

31-33  ;  10,  1-4.) 

»  Real  sacerdocio  :  todos  los  fieles  participan  a  su  modo  del  sacerdocio  de  Cristo. 
Cristo  es  sacerdote  como  Cabeza  en  representación  de  todo  su  Cuerpo  místico  (Heb.  5, 
1)  ;  y  los  sacerdotes  ministeriales  son  vicarios  de  Cristo  y  actúan  en  representación 
de  toda  la  Iglesia. 
10  Cf.  Rom.  9,  24-26. 

12  Os  calumnian  :  conocidas  son  las  calumnias  propaladas  contra  el  naciente  cris- 
tianismo. ||  En  el  día  de  la  VISITACIÓN  :  en  que  Dios  con  su  gracia  abra  los  ojos 
a  los  gentiles  y  los  convierta  a  la  fe. 


—  521  — 


2  13-3  i 


I  SAN  PEDRO 


218-3  6 


Sumisión  a  las  autoridades.  2,  13-17 

13  Mostrad  sumisión  a  toda  institu- 
ción humana  por  respeto  al  Señor, 
ya  sea  al  emperador,  como  a  sobe- 
rano ;  "ya  sea  a  los  gobernadores,, 
como  mandados  por  él  para  castigo 
de  los  que  obran  el  mal  y  para  ala- 
banza de  los  que  obran  el  bien  ; 
15  pues  tal  es  la  voluntad  de  Dios, 
que  obrando  el  bien  hagáis  enmu- 
decer la  ignorancia  de  los  insensa- 
tos ;  16  como  libres,  y  no  como  quie- 
nes toman  la  libertad  como  velo  que 
encubra  la  malicia,  sino  como  sier- 
vos de  Dios.  "  Honrad  a  todos,  amad 
a  los  hermanos,  «temed  a  Dios,  hon- 
rad al  rey»  (Prv.  24,  21). 


Comportamiento  de  los  esclavos 
2,  18-20 

u  Los  siervos  someteos  con  todo 
respeto  a  los  amos,  no  sólo  a  los  bue- 
nos y  afables,  sino  también  a  los  de 
2¡enio  áspero.  "  Pues  esto  es  lo  que 
halla  gracia  [a  los  ojos  de  Dios], 
cuando  por  conciencia  que  mira  a 
Dios  sufre  uno  las  vejaciones  que 
injustamente  padece.  *  Pues  ¿qué 
gloria  es  si,  golpeados  por  vuestros 
pecados,  lo  sufrís?  Mas  si,  padecien- 
do por  obrar  el  bien,  lo  sufrís,  esto 
halla  gracia  a  los  ojos  de  Dios. 

Ejrmplo.de  Cristo.  2,  21-25 

aPues  para  esto  fuisteis  llamados; 
por  cuanto  también  Cristo  padeció 
por  vosotros,  dejándoos  ejemplo,  pa- 
ra que  sigáis  sus  pisadas  ; 


22  el  cual  no  hizo  pecado, 

ni  se  halló  engaño  en  su  boca  (Is.  53,  9) ; 


23  que,  siendo  ultrajado,  no  respon- 
día con  otros  ultrajes  ;  siendo  mal- 
tratado, no  prorrumpía  en  amenazas, 
sino  que  ponía  su  causa  en  manos 
del  que  juzga  justamente;  24  que  lle- 
vó nuestros  pecados  en  su  propio 
cuerpo  sobre  el  madero,  para  que, 
muertos  a  los  pecados,  vivamos  pa- 
ra la  justicia  ;  con  cuyas  «heridas 
fuisteis _  sanados»  (Is.  53,  .s).  25  Por- 
que erais  «como  ovejas  descarriadas» 
(Is.  53,  6),  mas  ahora  retornasteis  al 
pastor  y  vigilante  de  vuestras  almas. 


Consejos  a  las  mujeres.  3,  1-6 

1  Asimismo,  las  mujeres  estén  su- 
jetas a  sus  maridos,  para  que  si 


algunos  no  se  rinden  a  la  palabra,  sin 
palabra  sean  ganados  por  el  com- 
portamiento de  las  mujeres,  2  al  ob- 
servar vuestro  comportamiento  cas- 
to, lleno  de  respeto.  3  Cuyo  atavío  ha 
de  ser,  no  el  exterior,  de  trenzas  de 
cabellos  y  aderezos  de  oro  o  gala  de 
vestidos,  'sino  el  hombre  interior  del 
corazón,  ataviado  con  la  incorrup- 
ción de  un  espíritu  apacible  y  sose- 
gado, que  es  de  mucho  precio  a  los 
ojos  de  Dios.  5  Porque  así  en  otro 
tiempo  se  ataviaban  también  las  san- 
tas mujeres  que  esperaban  en  Dios, 
estando  sujetas  a  sus  maridos,  8  co- 
mo Sara  obedeció  a  Abrahán,  lla- 
mándole señor  (Gén.  18,  22  ;  Prv.  3, 
25)  ;  de  la  cual  vinisteis  a  ser  hijas, 
haciendo  el  bien  y  no  temiendo  es- 
panto alguno. 


13  Institución  (literalmente  creación):  forma  de  autoridad  civil  o  régimen  político 
establecido.  Es  digno  de  considerarse  que  esto  se  escribía  en  tiempo  de  Nerón. 

14  Los  cobernadores  o  magistrados  de  las  provincias  romanas  eran  los  procónsules, 
propretores  y  procuradores. 

>"Cf.  Gál.  5,  IJ. 

ifr-20  Es  la  octava  bienaventuranza,  de  aplicación  bien  práctica. 
vo  En  manos  del  que  juzga  justamente  :  es  decir,  Dios. 

-1  Cristo  llevó  sobre  sí  nuestros  pecados  por  el  inefable  amor  con  que  quiso  salir 
responsable  de  ellos.  En  virtud  de  la  estrecha  solidaridad  con  que  nos  asoció  a  sí, 
él  murió  por  nuestros  pecados,  y  nosotros  fuimos  sanados  con  sus  heridas. 

26  Ai.  Pastor  :  a  Cristo.  Ha  comenzado  a  cumplirse  el  deseo  del  Buen  Pastor. 
(Cf.  Jn.  10,  16.)  ||  Vigilante:  más  a  la  letra,  obispo,  que  etimológicamente  significa 
inspector  o  visitador. 

3    "No  temiendo...:  sin  temer  cosa  que  os  pudiera  arredrar  de  hacer  el  bien. 


—  522  — 


3  7-16 


I  SAN  PEDRO 


3  8-21 


Consejos  a  los  varones.  3,  7 

7  Los  varones  igualmente,  tratad  a 
conciencia  con  la  mujer,  como  con 
un  ser  más  endeble,  dándoles  el  de- 
bido honor,  como  a  coherederas  tam- 
bién de  la  gracia  de  la  vida,  para 
que  no  hallen  estorbo  vuestras  ora- 
ciones. 


Consejos  generales.  3,  8-12 

8  En  fin,  sed  todos  de  un  mismo 
sentir,  compasivos,  amantes  de  vues- 
tros hermanos,  de  blandas  entrañas, 
de  humildes  sentimientos,  9  no  de- 
volviendo mal  por  mal  ni  afrenta 
por  afrenta  ;  antes  al  contrario,  ben- 
diciendo, ya  que  para  esto  fuisteis 
llamados,  para  ser  herederos  de  la 
bendición. 


M  Pues  quien  desea  gozar  la  vida 

y  ver  días  felices, 

refrene  su  lengua  del  mal 

y  sus  labios  de  palabras  engañosas  ; 

u  desvíese  del  mal  y  obre  el  bien, 

busque  la  paz  y  corra  tras  ella  ; 

n  porque  los  ojos  del  Señor  están  sobre  los  justos. 

y  sus  oídos,  atentos  a  su  plegaria  ; 

mas  el  rostro  del  Señor  contra  los  que  obran  e¡  mal  (Sal.  33,  13-17). 


Obrar  el  bien  sin  temor.  3,  13-1Ó 

,s  ¿  Y  quién  será  el  que  os  dañe  si 
fuereis  celadores  de  lo  bueno  ?  "  Pe- 
ro si  todavía  padeciereis  por  causa 
de  la  justicia,  dichosos  vosotros.  No 
os  acobardéis  ante  sus  fieros,  ni  os 
conturbéis,  15  sino  «santificad  al  Se- 
ñor» Cristo  (Is.  8,  12-13)  en  vues- 
tros corazones ,  dispuestos  siempre 
para  la  defensa  de  la  esperanza  que 
abrigáis,  respondiendo  a  todo  el  que 
os  pida  razón  acerca  de  ella,  M  pe- 
ro con  mansedumbre  y  miramiento, 
conservando  buena  conciencia,  para 
que  en  aquello  en  que  hablan  mal 
de  vosotros  queden  confundidos  los 
que  maltratan  vuestra  manera  bue- 
na de  vivir  en  Cristo. 


Poner  los  ojos  en  Cristo.  3,  17-22 

"  Que  mejor  es,  si  así  lo  dispu- 
siere la  voluntad  de  Dios,  padecer 
obrando  bien  que  obrando  mal.  ,sPues 
también  Cristo  una  vez  murió  por 
los  pecados,  el  justo  por  los  injus- 
tos, para  llevarnos  a  Dios  :  muerto 
en  la  carne,  pero  vivificado  en  el  es- 
píritu ;  19  en  el  cual  también  a  los 
espíritus  que  estaban  en  prisión,  ido 
allá,  predicó  ;  20  a  los  que  un  tiem- 
po fueron  rebeldes,  cuando,  en  los 
días  de  Noé,  la  longanimidad  de 
Dios  estaba  aguardando,  mientras  se 
construía  el  arca  ;  entrando  en  la 
cual  pocos,  esto  es,  ocho  almas,  se 
salvaron  por  medio  del  agua.  21  Cuyo 
antitipo,  el  bautismo,  también  a  vos- 


:  Dos  consejos  se  dan  a  los  maridos  sobre  el  modo  de  tratar  a  sus  mujeres.  Pri- 
mero :  tratarlas  con  miramiento,  por  ser  la  mujer  un  ser  (literalmente  un  vaso) 
más  endeble.  Secundo  :  darles  el  debido  honor,  por  ser  ellas  coherederas  de  la 
gracia.  De  lo  contrario,  hallarán  estorbo  sus  oraciones.  Ni  ellos  estarán  dispuestos 
para  orar  como  conviene,  ni  Dios  los  escuchará. 

•Imitando  a  San  Pablo  (Rom.  12,  17;  1  Tes.  5,  15),  renueva  San  Pedro  el  gran 
precepto  del  Maestro  (Mt.  5,  39)  de  no  devolver  mal  por  mal. 
1(>-12Se  cita  el  Salmo  33,  13-17,  según  la  versión  de  los  Setenta. 
u  Otra  vez  la  octava  bienaventuranza. 

"Santificad  al  Señor  :  palabras  tomadas  de  Isaías  (8,  13),  que  significan  «Temed 
y  reverenciad  [como  santo]  a  Yahveh»,  y,  aplicadas  a  Cristo,  son  un  claro  testimonio 
de  su  divinidad.  ||  Dispuestos  siempre  para  la  defensa  (literalmente  para  la  apolo- 
gía): lo  cual  supone  conocimientos  religiosos  no  escasos  para  saber  dar  razón  de  los 
misterios  de  la  fe. 

19  Vivificado  en  el  espíritu  :  conservado  vivo  en  cuanto  al  alma. 

u>-20  Cristo,  descendido  a  los  infiernos  (al  seno  de  Abrahán  o  limbo  de  los  Pa- 
dres), anunció  la  redención  y  la  salud  a  las  almas  allí  encerradas,  entre  las  cuales 
se  hallaban  las  de  muchos  contemporáneos  de  Noé,  que,  incrédulos  tn  un  principio, 
hicieron  luego  penitencia  al  ver  cumplidas  las  divinas  amenazas. 

a  Más  literalmente:  tLa  cual  [agua),  (como]  antitipo  [o  realidad  prefigurada 
por  el  agua  del  diluvio],  también  a  vosotros  ahora  os  salva;   (esta  agua  es]  el  bau- 


—  523  — 


3  22--4B 


I  SAN  PEDRO 


4  7- 


otros  os  salva  ahora,  que  es,  no  eli- 
minación de  inmundicia  de  la  car- 
ne, sino  prenda  de  buena  concien- 
cia para  con  Dios,  mediante  la  re- 
surrección de  Jesu-Cristo,  22  que  es. 
tá  a  la  diestra  de  Dios,  después  que 
se  fué  al  cielo  y  se  le  sometieron  los 
ángeles,  las  potestades  y  las  virtu- 
des. 


Romper  con  el  pecado.  4,  1-6 

A  1  Habiendo,  pues,  Cristo  padeci- 
^  do  en  la  carne,  armaos  también 
vosotros  del  mismo  pensamiento,  que 
quien  padeció  en  la  carne  ha  roto 
ya  con  el  pecado,  8  para  vivir  el 
tiempo  que  le  resta  de  vivir  en  car- 
ne, no  ya  para  las  concupiscencias 
de  los  hombres,  sino  para  la  volun- 
tad de  Dios.  3  Que  basta  el  tiempo 
pasado  para  haber  ejecutado  la  vo- 
luntad de  los  gentiles,  cuando  an- 
dabais en  lascivias,  concupiscencias, 
borracheras,  orgías,  bebidas  v  ne- 
fandas idolatrías.  4  Sobre  lo  cual  se 
extrañan  de  que  no  concurráis  vos- 
otros al  mismo  desbordamiento  de 
libertinaje,  desatándose  en  vitupe- 
rios ;  °  los  cuales  rendirán  cuentas 
al  que  está  preparado  para  juzgar  a 
los  vivos  y  a  los  muertos.  8  Pues  pa- 
ra esto  también  a  los  muertos  fué 
anunciado  el   Evangelio,  para  que 


sean  juzgados  según  los  hombres  en 
la  carne,  pero  vivan  según  Dios  en 
el  espíritu. 


Ideal  de  vida  santa.  4,  7-11 

*  El  fin  de  todo  está  cerca.  Sed, 
pues,  sensatos  y  guardad  sobriedad 
para  poder  daros  a  la  oración.  *  An- 
te todas  cosas  mantened  tensa  la  ca- 
ridad unos  con  otros,  porque  «la  ca- 
ridad cubre  la  muchedumbre  de  los 
pecados»  (Prv.  io,  12) ;  9  ejerced  amo- 
rosa hospitalidad  los  unos  con  los 
otros,  sin  murmuración  ;  10  cada  cual, 
conforme  al  don  que  recibió,  servid 
con  él  a  los  demás,  como  buenos  ad- 
ministradores de  la  multiforme  gra- 
cia de  Dios  ;  11  si  uno  habla,  sean 
como  palabras  de  Dios  ;  si  uno  sir- 
ve, sea  como  en  virtud  de  la  capa- 
cidad que  Dios  suministra,  para  que 
en  todas  cosas  sea  Dios  glorificado 
por  mediación  de  Jesu-Cristo,  a  quien 
es  la  gloria  y  el  poderío  por  los  si- 
glos de  los  siglos.  Amén. 

Padecer  por  Cristo  y  con  Cristo. 
4,  12-19 

12  Amados  míos,  no  os  extrañéis  de 
ese  incendio  que  arde  en  medio  de 


tismo...  II  Prenda  de  buena  conciencia  para  con  Dios,  o  prenda  para  con  Dios  de 
buena  conciencia.  La  palabra  original  (eperotema),  correspondiente  a  prenda,  es  de 
significación  dudosa  y  controvertida,  si  bien  más  en  el  matiz  que  en  la  sustancia. 
Dos  son  los  sentidos  principales  que  se  le  dan  en  este  pasaje  :  a)  el  de  petición 
(demanda  o  pedimento)  ;  b)  el  de  estipulación  (transacción  o  compromiso).  Mas  por 
razón  del  contexto  y  por  la  naturaleza  de  las  cosas,  cualquiera  de  estos  dos  sentidos 
presupone  o  connota  el  otro,  y  ambos  coinciden  en  expresar  firmeza,  seguridad, 
eficacia.  De  ahf  que  el  sentido  real  pueda  expresarse  por  prenda.  II  Mediantf.  u 
rfsuruección...  Sobre  el  influjo  de  la  resurrección  de  Cristo  en  nuestra  justifica- 
ción cf.  Rom.  4,  25;  6,  3-1 1 . 

23  .Se  le  sometieron:  Ef.  1,  20-21;  Filp.  2,  10. 

4'  Quien  padeció  en  la  carne  :  Rom.  6,  7. 
8  lis  bastante  oscuro  el  sentido  exacto  de  este  pasaje.  Probablemente,  refiriéndose 
ni  descendimiento  de  Cristo  a  los  infiernos  (3,  19-20),  dice  San  Pedro  que  también 
a  estos  muertos,  y  a  todos  los  que  como  ellos  hicieron  penitencia,  les  fué  dada  la 
buena  nueva  de  la  redención,  en  razón  de  que,  como  antes  fueron  castigados  con 
lti  muerte  temporal,  asf  ahora  gocen  la  vida  eterna. 

'  El  fin  de  todo  está  cerca  :  llegada  ya  la  edad  mesiánica,  última  edad  del 
mundo,  el  desenlace  de  los  consejos  divinos  sobre  el  mundo  se  avecina.  (Cf.  Sant.  5,8.' 

8  La  caridad  ctiiire  la  muchedumbre  de  los  pecados  :  el  sentido  de  esta  senten- 
cia en  los  Prov.  es  :  «la  caridad  cubre  (como  con  un  discreto  velo  o  disimulo)  los 
pecados  ajenos».  San  Pedro,  recordando  la  sentencia  del  Maestro  :  «Pe.donad,  y  se- 
réis perdonados»  (Le.  6,  37),  supera  el  sentido  de  los  Prov.  extendiéndolo  a  los  peca- 
dos propios.  Tal  vez  se  haya  de  dar  idéntico  sentido  a  la  misma  sentencia  en 
Sant.  5,  20,  si  bien  allí  el  contexto  no  es  tan  decisivo. 

Es  notable  la  afinidad  de  esta  enseñanza  sobre  el  uso  de  los  carismas  con 
la  de  San  Pablo  en  Rom.  12,  4-9. 

"  Ese  incendio  :  es  decir,  las  tribulaciones  y  persecuciones 


—  534  — 


4  13—5  5 


I  SAN  PEDRO 


4  "-5  9 


vosotros,  ordenado  a  vuestra  prue- 
ba, como  si  os  aconteciese  cosa  ex- 
traña ;  "  antes  bien,  a  la  medida  que 
compartís  los  padecimientos  de  Cris- 
to, gózaos,  para  que  también  en  la 
revelación  de  su  gloria  os  gocéis  al- 
borozados. "Si  sois  ultrajados  en 
nombre  de  Cristo,  dichosos  vosotros, 
porque  el  Espíritu  de  la  gloria,  que 
es  el  Espíritu  de  Dios,  reposa  sobre 
vosotros.  '5  Porque  ninguno  de  vos- 
otros ha  de  padecer  como  homicida, 
o  ladrón,  o  malhechor,  o  como  en- 
trometido en  lo  ajeno  ;  M  pero  si  pa- 


dece como  cristiano,  no  se  avergüen- 
ce,  antes  glorifique  a  Dios  con  este 
nombre.  "  Porque  tiempo  es  de  que 
comience  el  juicio  por  la  casa  de 
Dios.  Y  si  el  comienzo  es  por  nos- 
otros, ¿  cuál  será  el  fin  de  los  que 
son  rebeldes  al  Evangelio  de  Dios  ? 
1S  Y  si  «el  justo  a  duras  penas  se  sal- 
va, el  impío  y  pecador,  ¿  dónde  pa- 
recerá ?»  (Prv.  ii,  31).  13  Así  que  aun 
'.os  que  padecen  según  la  voluntad 
de  Dios  pongan  sus  almas  en  ma- 
nos de  su  fiel  Creador,  sin  dejar  de 
obrar  el  bien. 


íí¡.    Avisos  particulares 


Pastores  y  fieles.  5,  1-5 


r  1  A  los  presbíteros,  pues,  de  en- 
**  tre  vosotros  exiiorio  yo,  pret-oi- 
tero  también  y  testigo  de  los  padeci- 
mientos de  Cristo,  participante,  ade- 
más, de  la  gloria  que  va  a  manifes- 
tarse :  2  Apacentad  la  grey  de  Dios 
que  está  en  vosotros,  gobernando  110 
por  fuerza,  sino  de  grado  según  Dios  ; 
y  no  por  torpe  lucro,  sino  por  incli- 
nación del  corazón  ;  '  ni  como  do- 
minando despóticamente  en  las  que 
son  porciones  de  la  heredad  [de 
Dios],  sino  haciéndoos  modelos  de  la 
grey  ;  4  y  cuando  apareciere  el  su- 
premo Pastor,  obtendréis  la  inmar- 
cesible corona  de  la  gloria.  5  Asimis- 
mo, los  más  jóvenes,  sujetaos  a  los 


presbíteros.  Y  todos  revestios  de  sen- 
timientos de  humildad,  como  escla- 
vos los  unos  de'  los  otros  ;  por- 
que «Dios  resiste  a  los  soberbios, 
mas  da  su  gracia  a  los  humildes» 
(Prv.  3,  34). 


Varios  consejos.  5,  6-11 


*  Humillaos,  pues,  bajo  la  poderosa 
mano  de  Dios,  para  que  a  su  tiem- 
po os  exalte,  7  «arrojando  en  El  to- 
da vuestra  solicitud»  (Sal.  54,  23), 
que  El  cuida  de  vosotros.  8  Sed  so- 
brios, vigilad  ;  vuestro  adversario  el 
diablo,  como  león  rugiente,  anda  en 
torno  buscando  a  quién  devorar ;  *  al 


M  El  Espíritu  de  la  gloria  :  el  Espíritu  Santo  es  el  agente  de  la  gloriosa  resu- 
rrección de  los  muertos  [Kom.  8,  11  ;  1  Cor.  15,  43;  Ef.  1,  : 3-14  ;  4,  30. ..1. 

11  Por  la  casa  de  Dios  :  por  nosotros,  que  somos  «casa  espiritual»  (2,  5). 

15  El  texto  de  Prov.  según  los  Setenta  es  :  «Mirad,  el  justo  en  la  tierra  (la]  paga  ; 
icuánto  más  el  impío  y  pecador!»  Con  esta  sentencia  proverbial  nos  avisa  San  Pe- 
dro que  a  la  gloria  celeste  no  se  llega  sino  por  las  tribulaciones  (Ac.  14,  21).  No 
hay  que  olvidar  que  en  Prov.  se  habla  de  los  castigos  temporales  de  los  justos,  no 
de  su  eterna  salud.  No  es  lícito,  pues,  deducir  de  aquí  que  apenas  los  justos  alcan- 
zan la  salud  eterna  :  suposición  injuriosa  a  la  misericordia  y  aun  a  la  justicia  de 
Dios. 

K   1  Los  presbíteros  so:i  los  superiores  eclesiásticos,  principalmente  los  obispos. 
*J   2  Apacentad  la  grev  :   eco  de  las  palabras  de  Jesús  a  Pedro  (Jn.  21,  15-17!.  II 
(jOberxando  :   literalmente,  inspeccionando  o  visitando  como  obispos. 

•  Los  más  jóvenes  :  probablemente  los  diáconos  u  otros  ministros  eclesiásticos  in- 
teriores. |!  Revestios...  como  esclavos:  el  verbo  original  se  deriva  del  sustantivo 
cncómboma,  vestido  corto  y  sin  mangas,  que  usaban  lo*,  esclavos  a  manera  de  de- 
lantal. Como  si  dijera  :  «Ceñios  el  delantal  de  la  humildad.» 

•  Conforme  a  esta  sentencia  del  Apóstol,  enseña  Santo  Tomás  que  la  humildad 
cristiana  entraña  en  sí  sujeción  s  reverencia  a  Dios  ;  sujeción  y  reverencia  que  1  - 
raíz  y  principio  de  la  humildad  (2-2.  q.  roí,  a.  ;,  ad  5;  a.  2,  ad  3;  a.  3,  c;  a.  6,  c). 

•  La  firmeza  en  la  fe  es  la  iírau  arma  contra  todas  las  tentaciones.  (Cf.  1  Jn.  5, 
4  ;  Ef.  6,  16. 1 


—  525  — 


5  ío-n 


1  SAN  PEDRO 


5  12-14 


cual  resistid  firmes  en  la  fe,  sabien- 
do que  los  mismos  padecimientos  que 
a  vosotros  alcanzan  a  vuestros  her- 
manos esparcidos  por  el  mundo.  10  Y 
el  Dios  de  toda  gracia,  el  que  os  lla- 
mó a  su  eterna  gloria  en  Cristo,  des- 
pués que  hayáis  padecido  breve  tiem- 
po, El  os  perfeccionará,  consolidará, 
esforzará,  dará  estabilidad.  11  A  El  la 
gloria  y  el  poderío  por  los  siglos  de 
los  siglos.  Amén. 


Epílogo.  5,  12-14 

"  Por  medio  de  Silvano,  el  herma- 
no fiel,  que  como  a  tal  le  tengo,  os 
he  escrito  en  pocas  palabras,  exhor- 
tando y  sobre  ello  testificando  ser 
ésta  la  verdadera  gracia  de  Dios,  en 
la  cual  permaneced  firmes.  13  Os  sa- 
luda la  Iglesia  de  Babilonia,  elesrida 
igualmente  que  vosotros,  y  Marcos, 
mi  hijo.  "  Saludaos  unos  a  otros  con 
el  ósculo  de  la  caridad. 

La  paz  sea  con  vosotros  todos  los 
que  estáis  en  Cristo. 


12-14  Lo  que  sisue  escríbelo  Pedro  de  su  propia  mano. 

13  Por  medio  de  Silvano  :  Silvano  o  Silas.  compañero  que  fué  de  San  Pablo,  no 
fué  simple  amanuense,  sino  más  bien  secretario  o  redactor  literario,  como  el  que 
probablemente  redactó  la  Epístola  de  San  Pablo  a  los  Hebreos.  Con  todo,  San  Pedro 
no  se  asocia  a  Silvano,  como  se  lo  asocia  San  Pablo  en  las  dos  Epístolas  a  los  Te- 
salonicenses 

13  Babilonia  :  es  Roma,  la  Roma  imperial  pagana,  considerada  como  sucesora  o 
representante  de  la  anticua  Babilonia,  la  antagonista  del  pueblo  de  Dios.  II  Maucos, 
mi  hijo  :  asi  llamado,  probablemente,  por  haber  sido  bautizado  por  el  mismo  Pedro. 


-  520  - 


INTRODUCCION 
A   LA   II   EPISTOLA   DE   SAN  PEDRO 


utor. — El  autor  de  esta  Epístola  es  el  mismo  San  Pedro.  Las  dife- 


rencias de  lenguaje  y  estilo  entre  esta  Epístola  y  la  anterior,  que 


ya  llamó  la  atención  en  la  antigüedad,  puede  explicarse,  como  ya 
indicó  San  Jerónimo,  con  la  diferencia  de  redactor.  Si  la  redacción  de 
la  primera  se  debe  en  gran  parte  a  Silvano,  la  de  la  segunda  pudo  se> 
exclusivamente  del  mismo  San  Pedro  o  de  otro  colaborador  distinto, 
Marcos,  por  ejemplo. 

Destinatarios. — La  indicación  de  que  ésta  es  la  segunda  carta  din- 
gida  a  los  mismos  (3,  1)  permite  concluir  probablemente  que  los  destt- 
notarios  da  la  segunda  son  los  mismos  de  la  primera:  los  fieles  del  Pon- 
to, Galacia,  Capadocia,  Asia  ( proconsular)  y  Bitinia,  venidos  en  su  ma- 
yor parte  de  la  gentilidad.  Los  falsos  doctores,  contra  quienes  se  escri- 
be, confirman  esta  suposición: 

Ocasión  y  fin. — Se  había  cumplido  la  predicción  de  San  Pablo:  lobos 
rapaces  invadieron  la  grey  del  Señor  (Ac.  20,  2g).  Esos  precursores  del 
gnosticismo,  desconociendo  el  señorío  soberano  de  Jesu-Cristo  y  negando 
su  segundo  advenimiento,  blasfemaban  de  los  ángeles  y  se  entregaban  a 
todos  los  desenfrenos.  Contra  los  manejos  de  tales  hombres,  San  Pedro 
previene  a  los  fieles,  exhortándoles  a  la  constancia  en  la  fe  y  a  la  prác- 
tica de  las  virtudes  cristianas. 

Tiempo  y  lugar. — Como  se  indica  en  la  misma  carta  (1,  ¡4-15),  escri- 
bióla el  apóstol  cuando  tenía  ya  el  presentimiento  de  una  muerte  cerca- 
na, probablemente  entre  los  años  64  y  67.  Es  posible  que  la  escribiese 
desde  Roma. 


—  527  — 


11-4 


II  SAN  PEDRO 


EPISTOLA    II    DE    SAN  PEDRO 


Salutación  epistolar,  i,  1-2 

-1  1  Simeón  Pedro,  esclavo  y  após- 
-1-  tol  de  Jesu-Cristo,  a  cuantos  ha 
cabido  en  suerte  una  fe  igualmente 


preciosa  que  a  nosotros  por  la  justi- 
cia de  nuestro  Dios  y  Salvador  Jesu- 
Cristo  :  2  gracia  y  paz  sea  con  vos- 
otros multiplicada  por  el  conocimien- 
to de  Dios  y  de  Jesús,  Señor  nuestro. 


I.     Dones  de  Dios  y  fe  del  hombre 


Dones  de  Dios  y  virtudes  del  hom- 
bre.  1,  3-11 

3  Como  quiera  que  su  divino  poder 
nos  ha  dado  graciosamente  todas  la? 
cosas  conducentes  a  la  vida  y  a  la 
piedad  mediante  el  conocimiento  del 
que  noy  llamó  por  su  propia  gloria 
y  virtud,  4  por  las  cuales  graciosa- 
mente nos  ha  dado  los  preciosos  \ 


sumos  bienes  prometidos,  para  que 
por  éstos  os  hagáis  participantes  de 
la  divina  naturaleza,  una  vez  esca- 
pados de  la  corrupción  que  reina  en 
el  mundo,  nacida  de  la  concupiscen- 
cia :  5  a  este  mismo  modo  también 
vosotros,  poniendo  de  vuestra  parte 
toda  diligencia,  mostrad  en  vuestra 
fe  la  energía,  en  la  energía  la  cien- 
cia, 6  en  la  ciencia  la  templanza,  en 
la  templanza  la  paciencia,  en  la  pa- 


-t  1  Una  fe...  :  la  misma  te  que  a  nosotros,  tan  preciosa  para  ellos  como  lo  es  para 
nosotros.  |¡  FE  parece  ser  aquf  la  gracia  de  la  fe,  es  decir,  el  Evangelio  con  la  gra- 
cia interna  para  creer  en  él.  ||  Nuestro  Dios  y  Salvador  :  literalmente,  el  Dios  nues- 
tro y  Salvador...  El  único  articulo  para  los  dos  sustantivos  indica  que  entrambos  se 
refieren  igualmente  a  Jesu-Cristo  :  magnífico  testimonio  de  su  divinidad.  (Cf.  v.  11.) 
en  este  supuesto,  i.a  justicia  de...  Dios  es  la  justicia  de  Jesu-Cristo,  es  decir,  el 
mérito  de  su  redención. 

s"1  Período  complicado,  cuya  prótasis  (3-.1)  expresa  la  acción  de  Dios  en  la  obra 
de  la  gracia,  y  cuya  apódosis  (5-7)  señala  la  correspondencia  o  cooperación  del  hom- 
bre a  la  acción  de  Dios. 

wIa  obra  de  la  gracia  comprende:  1)  los  dones  de  Dios,  graciosamente  dados, 
que  son  los  preciosos  y  sumos  bienes  prometidos,  todas  las  cosas  conducentes  a  la 
vida  y  a  la  piedad  ;  2)  el  principio  de  estos  dones,  que  es  divino  poder,  su  propia 
gloria  Y  virtud  ;  el  medio,  que  es  el  conocimiento  del  i>ue  nos  llamó  ;  4)  el  tér- 
mino, que  es  hacernos  participantes  de  la  divina  naturaleza.  Esta  última  expresión,  de 
subidísimos  quilates  teológicos,  presenta  la  gracia  santificante  como  una  participación 
del  ser  divino  cual  es  en  sí,  como  una  sobrenatural  elevación  a  la  condición  divina, 
como  una  inefable  comunión  con  la  vida  íntima  de  la  augusta  Trinidad. 

En  este  climax  de  virtudes  aparecen,  algo  veladas,  las  tres  virtudes  teologa- 
les :  fe,  paciencia  (=esperanza)  y  caridad  ;  y  las  cuatro  virtudes  cardinales  :  ciencia 
^prudencia),  justicia  (=piedad),  energía  (-fortaleza)  y  templanza.  En  la  concate- 
nación, el  enlace  de  unas  virtudes  con  otras  está  en  que  la  precedente  es  raíz  de  la 
siguiente,  o  bien  en  que  la  siguiente  es  condición  o  limitación  de  la  precedente.  La 
fe  es  la  primera  y  la  base  de  todas  ;  la  caridad,  la  última  y  la  corona  ;  las  inter- 
medias son  las  disposiciones  morales  para  que  «la  fe  actúe  por  la  caridad»  (Gál.  5,  6). 


-  S28  - 


1^-21 


II  SAN  PEDRO 


116-2  1 


ciencia  la  piedad,  1  en  la  piedad  el 
amor  fraterno,  en  el  amor  fraterno 
la  caridad.  8  Pues  tales  cosas,  si  se 
hallan  en  vosotros  y  van  en  aumen- 
to, no  os  dejan  inactivos  e  infruc- 
tuosos en  orden  al  conocimiento  de 
nuestro  Señor  Jesu  -  Cristo;  8  pues 
quien  estas  cosas  no  tiene,  ciego  es 
tá  y  corto  de  vista,  habiendo  dado 
al  olvido  la  purificación  de  sus  an- 
tiguos pecados.  10  Por  lo  cual  más 
bien,  hermanos,  procurad  ahincada- 
mente asegurar  vuestra  vocación  \ 
elección  ;  porque  esto  haciendo,  no 
tropezaréis  jamás.  u  Pues  así  se  os 
facilitará  espléndidamente  la  entra- 
da en  el  reino  eterno  de  nuestro  Se- 
ñor y  Salvador  Jesu-Cristo. 


Motivos  de  escribir  Ja  carta,  i,  12-15 

"  Por  lo  cual  habré  siempre  de 
traeros  a  la  memoria  estas  cosas,  si 
bien  ya  las  sabéis  y  estáis  afianza- 
dos en  la  verdad  que  de  presen- 
te conocéis.  13  Creo  justo,  empero, 
mientras  permanezco  en  esta  tienda 
terrena,  despertaros  con  mi  recuer- 
do, M  sabiendo  que  muy  en  breve  se 
va  a  deshacer  mi  tienda,  según  que 
el  mismo  Señor  nuestro,  Jesu-Cris- 
to, me  lo  manifestó.  "  Pero  pondré 


empeño  en  que  aun  después  de  mi 
partida  tengáis  siempre  cómo  reno- 
var el  recuerdo  de  estas  cosas. 

La  transfiguración  de  Jesu-Ciislo. 
prenda  de  su  advenimiento.  1,  i6-:i 

la  Pues  os  dimos  a  conocer  el  pode- 
río y  advenimiento  de  nuestro  Señor 
Jesu-Cristo,  no  siguiendo  mitos  ar- 
tificiosamente combinados,  sino  he- 
chos testigos  oculares  de  su  majes- 
tad. 17  Pues  al  recibir  de  Dios  Padre 
honor  y  gloria,  cuando  desde  aque- 
lla magnífica  gloria  se  le  hizo  llegar 
esta  voz  :  «Este  es  mi  Hijo  querido, 
en  quien  me  agradé»,  18  esta  misma 
voz  la  oímos  nosotros  enviada  desde 
el  cielo,  estando  con  El  en  el  santo 
monte.  10  Y  tenemos  por  más  firme 
la  palabra  profética,  a  la  cual  hacéis 
bien  en  prestar  vuestra  atención,  co- 
no a  lámpara  que  brilla  en  lugar  te- 
nebroso, hasta  que  alboree  el  día  v 
el  lucero  de  la  mañana  despunte  en 
vuestros  corazones  ;  20  sabiendo  esto 
inte  todo  :  que  toda  profecía  de  la 
Escritura  no  es  obra  de  la  propia 
iniciativa ;  21  que  no  por  voluntad  de 
hombre  fué  traída  la  profecía,  sino 
que,  llevados  del  Espíritu  Santo,  ha- 
blaron los  hombres  de  parte  de  Dios 


II.     Contra  las  malas  doctrinas 


Vendrán  falsos  doctores.  2,  1-3 

1  Hubo  también  falsos  profetas 
en  el  pueblo,  como  también  entre 


vosotros  habrá  falsos  maestros,  que 
disimuladamente  introducirán  sectas 
de  perdición,  y,  negando  al  Señor, 
que  los  rescató,  atraerán  sobre  sí  una 


,u  Asegurar  :  la  adición  de  la  Vulgata,  apoyada  por  numerosos  .códices  griegos, 
«por  medio  de  buenas  obras»,  es  una  excelente  glosa. 

15  Pondré  empeño...  :  no  especifica  la  manera  de  realizar  este  empeño.  Podría  ser 
haciendo  que  lleguen  a  ellos  sus  dos  cartas  (cf.  3,  1-2)  o  también  el  Evangelio  de 
San  Marcos,  c;ue  sustancialmente  es  obra  de  San  Pedro. 

"  El  poderío  v  advenimiento  !  hendíadis,  por  «el  advenimiento  en  poderíoi,  con 
que  se  expresa  la  parusía  o  segundo  advenimiento  de  Cristo. 

1T-16  presenta  la  transfiguración  como  imagen  y  prenda  de  la  parusía.  La  frase 
es  algo  irregular  y  desaliñada. 

*•  Tenemos  por  más  firme  la  palabra  profética  :  significa  que  la  profecía  se  hace 
más  firme  con  el  cumplimiento,  con  que  se  comprueba  su  verdad. 

30  La  propia  iniciativa  (más  literalmente,  solución,  explicación)  no  se  refiere,  di- 
recta y  principalmente  a  lo  menos,  a  nuestra  interpretación  o  execesis.  sino  más 
bien  a  la  declaración  o  explicación  que  de  sus  propios  pensamientos  hacen  los  pro- 
fetas. Así  lo  exige  el  contexto.  ||  Llevados  del  Espíritu  Santo  :  tales  son  los  pro- 
fetas :  los  que  impulsados  por  el  Espíritu  Santo  hablan  palabras  de  Dios  en  nombre 
y  representación  de  Dios. 

2  '-3  Previene  a  los  fieles  contra  los  falsos  maestros,  cuyo  pronto  castigo  denuncia. 


—  S2Q  — 


2  2-12 


II  SAN  PEDRO 


2  13-22 


pronta  perdición.  '  Y  muchos  se  irán 
tras  sus  lascivias,  por  causa  de  los 
cuales  el  camino  de  la  verdad  será 
blasfemado  ;  3  y  movidos  de  codicia, 
con  artificiosas  palabras  traficarán 
con  vosotros  ;  contra  los  cuales  la 
condenación  ya  de  antiguo  no  anda 
ociosa,  y  su  perdición  no  dormita. 


Castigo  de  los  falsos  doctores.  2,  4-22 

4  Forque  si  Dios  no  perdonó  a  los 
ángeles  que  pecaron,  antes  hundién- 
dolos en  el  tártaro  los  entregó  en 
cavernas  de  tinieblas,  reservándolos 
para  el  juicio  ;  6  y  si  no  perdonó  al 
mundo  antiguo — si  bien  a  Noé,  pre- 
gonero de  la  justicia,  le  preservó  con 
otros  siete — ,  desencadenando  el  di- 
luvio sobre  el  mundo  de  los  impíos  ; 
0  y  si  a  las  ciudades  de  Sodoma  y 
Comorra,  reduciéndolas  a  cenizas, 
las  condenó  a  total  destrucción,  pues- 
tas como  ejemplar  de  los  impíos  ve- 
nideros ;  7  y  si  libró  al  justo  Lot, 
atormentado  por  la  desenfrenada  con- 
ducta de  aquellos  libertinos,  — 8  pues 
por  lo  que  veía  y  oía,  el  varón  pisto 
día  tras  día  sentía  el  alma  justa  tor- 
turada con  las  inicuas  obras  de  aque- 
llos entre  quienes  habitaba —  ;  8  sabe 
el  Señor  sacar  incólumes  de  la  prue- 
ba a  los  piadosos,  a  los  injustos,  em- 
pero, al  paso  que  los  castiga,  reser- 
varlos para  el  día  del  juicio,  10  ma- 
yormente a  los  que  se  van  tras  la 
inmundicia  de  la  carne,  estimula- 
dos por  la  concupiscencia,  y  menos- 
precian el  señorío.  Osados,  satisfe- 
chos de  sí,  no  tiemblan  de  blasfe- 
mar las  glorias  ;  11  donde  los  ánge- 
les, con  ser  superiores  en  fuerza  y 
poder,  no  pronuncian  contra  ellas  en 
presencia  del  Señor  sentencia  con- 
tumeliosa. 12  Mas  éstos,  como  brutos 
animales,  nacidos  naturalmente  pa- 
ra presa  y  corrupción,  blasfemando 


de  lo  que  ignoran,  se  corromperán 
con  la  misma  corrupción  de  aqué- 
llos, 13  sufriendo  como  castigo  lo  que 
será  el  pago  de  su  injusticia  :  ellos, 
que  consideran  como  una  dicha  el  go- 
ce de  un  día  ;  manchas  y  tachas,  que 
se  deleitan  en  sus  engaños,  mientras 
alegremente  banquetean  con  vos- 
otros ;  M  que  tienen  los  ojos  llenos 
de  la  mujer  adúltera  e  insaciables  de 
pecado  ;  que  enceban  las  almas  po- 
co firmes ;  que  tienen  el  corazón  cur- 
tido en  la  codicia,  hijos  de  maldi- 
ción. 15  Abandonando  el  camino  rec- 
to, se  extraviaron,  siguiendo  el  ca- 
mino de  Balaán,  el  hijo  de  Bosor, 
que  amó  el  salario  de  la  injusticia  ; 
18  pero  halló  la  reprensión  de  su  pro- 
pia transgresión  :  un  jumento  mu- 
do, hablando  con  voz  de  hombre,  im- 
pidió la  insensatez  del  profeta.  "  Es- 
tos son  fuentes  sin  agua  y  nieblas 
empujadas  por  el  torbellino,  a  los 
cuales  está  reservada  la  lobreguez 
de  las  tinieblas.  18  Porque  voceando 
pomposidades  hueras,  ceban  con  las- 
civias, atizando  las  concupiscencias 
de  la  carne,  a  los  que  apenas  esca- 
pan de  los  que  pasan  la  vida  en  el 
error,  19  prometiéndoles  la  libertad, 
ellos  que  son  esclavos  de  la  corrup- 
ción ;  porque  de  quien  es  uno  ven- 
cido, a  éste  queda  esclavizado.  20  Por- 
que si,  después  de  haber  escapado 
de  las  inmundicias  áel  mundo  por 
el  conocimiento  de  nuestro  Señor  y 
Salvador  Jesu-Cristo,  envueltos  nue- 
vamente en  ellas  son  vencidos,  re- 
sultan para  ellos  las  postrimerías 
peores  que  los  principios.  a  Que  me- 
jor les  fuera  no  haber  conocido  el 
camino  de  la  justicia  que,  después 
de  haberle  conocido,  volverse  atrás 
de  la  ley  santa  a  ellos  enseñada.  32  Y 
les  ha  acontecido  aquello  del  prover- 
bio verdadero  :  «Perro  que  vuelve  a 
su  propio  vómito»  (Prv.  16,  11)  y 
«Puerca  lavada,  al  revolcadero  del 
cieno». 


*~10  Período  desaliñado,  cuya  prótasis  recuerda  los  castigos  divinos  mencionados 
en  la  Escritura,  y  cuya  apódosis  (lógica)  hace  la  aplicación  a  los  falsos  maestros. 

10  El  señorío  :  es  la  soberanía  divina,  de  la  cual  es  reflejo  la  legítima  autoridad 
humana.  ||  Las  glorias:  parecen  ser  los  ángeles.  Kn  qué  sentido  esos  maestros  blas- 
femaban de  los  ángeles,  no  se  especifica  ;  tal  vez  porque  les  achacaban  sus  propios 
vicios  y  desórdenes. 

uCf.  Jds.  9;  Zac.  3,  3- 

u  En  sus  engaños  :  en  sus  fraudes  y  seducciones.  Otros  leen  «en  sus  ágapes»  : 
lección  más  fácil  y  harnionística  con  Jds.  12. 
ic-10  Cf    Núm.  22-24. 

22  El  primer  proverbio  es  bíblico  (Prov.  26,  11);  el  segundo  es  un  refrán  popular. 
Estos  dos  animales  son  precisamente  los  mencionados  por  el  divino  Maestro  en 
Mt.  7,  6. 


3  i"15 


II   SAN  PEDRO 


38-lB 


Negación  opuesta  a  la  tradición. 
3,  i-7 

o  1  Esta  es  ya,  queridos  míos,  la  se- 
"  gunda  epístola  que  os  escribo,  en 
la  cual,  lo  mismo  que  en  la  anterior, 
despierto  con  mi  recuerdo  vuestra 
sincera  inteligencia,  2  para  que  os 
acordéis  de  las  palabras  anteriormen- 
te dichas  por  los  santos  protetas  y 
del  mandamiento  del  Señor  y  Salva- 
dor, comunicado  por  vuestros  apósto- 
les; 3  esto  entendiendo  ante  todo  que 
vendrán  en  los  últimos  días  burla- 
dores con  burlerías,  dados  a  vivir 
conforme  a  sus  propias  concupiscen- 
cias, *  y  diciendo  :  «¿Dónde  está  la 
promesa  de  su  advenimiento  ?  Por- 
que desde  que  los  padres  murieron, 
todo  continúa  de  la  misma  manera, 
lo  mismo  que  desde  el  principio  de 
la  creación.»  5 Porque  esto  se  les  ocul- 
ta deliberadamente  :  que  existieron 
originariamente  cielos  y  tierra,  que, 
salida  del  agua  y  sujeta  a  la  acción 
del  agua,  adquirió  su  consistencia  por 
la  palabra  de  Dios,  6  por  las  cuales 
cosas  el  mundo  de  entonces  pereció 
inundado  por  el  agua ;  7  y  los  cielos  y 
la  tierra  de  ahora  quedan  en  reserva 
por  la  misma  palabra,  guardados  pa. 
ra  el  fuego  para  el  día  del  juicio  y 
del  exterminio  de  los  hombres  im- 
píos. 


Vendrá  el  día  del  Señor.  3,  8-13 


8  Esto  solo  no  se  os  esconda,  ama- 
dos míos,  que  un  día  es  para  el  Se- 
ñor como  mil  años,  y  mil  años  co- 
mo un  día  (Sal.  89,  4).  "No  anda  el 
Señor  remiso  en  la  promesa,  al  mo- 
do que  algunos  califican  de  remi- 
sión su  proceder,  sino  que  usa  de 
longanimidad  con  vosotros,  no  que- 
riendo que  algunos  perezcan,  sino 
que  todos  vengan  a  penitencia.  10  Pe- 
ro vendrá  el  día  del  Señor  como  la- 
drón, día  en  que  los  cielos  estrepi- 
tosamente pasarán,  y  ios  elementos 
abrasados  se  disolverán,  y  la  tierra, 
con  cuantas  obras  hay  en  ella,  será 
alcanzada  por  el  fuego.  11  Pues  que 
todas  esas  cosas  así  se  han  de  disol- 
ver, ¿  cuáles  conviene  que  seáis  en 
santas  costumbres  y  obras  de  pie- 
dad, 12  aguardando  y  apresurando  el 
advenimiento  del  día  de  Dios,  por 
el  cual  los  cielos,  abrasados,  se  di- 
solverán, y  los  elementos,  ardiendo, 
se  derretirán  ?  13  «Nuevos  cielos,  em- 
pero, y  nueva  tierra»  (Is.  65,  17  ; 
66,  22)  aguardamos,  según  su  pro- 
mesa, en  los  cuales  habita  la  jus- 
ticia. 


Epílogo 


Exhortación  final.  3,  14-18 


M  Por  lo  cual,  amados  míos,  mien- 
tras aguardáis  estas  cosas,  procurad 
con  empeño,  conservándoos  inmacu- 
lados e  intachables,  ser  hallados  por 
él  en  paz,  "y  la  longanimidad  de 
nuestro  Señor  consideradla  como  sal- 


vación, como  también  nuestro  ama- 
do hermano  Pablo,  según  la  sabidu- 
ría que  le  fué  dada,  os  escribió  ; 
"  como  asimismo  lo  hace  en  todas 
las  epístolas,  hablando  de  esto  ;  en 
las  cuales  hay  algunas  cosas  difíci- 
les de  entender,  las  cuales  los  indoc- 
tos y  poco  asentados  tuercen,  lo  mis- 
mo que  las  demás  Escrituras,  para 


3*  Pou  las  cuales  (cosas)  :  la  palabra  de  Dios  (principalmente)  y  el  agua  (ínstru- 
mentalmente)  causaron  la  catástrofe  del  diluvio. 

8  La  sensación  de  lentitud  relativa  con  que  el  hombre  aprecia  el  curso  de  los 
acontecimientos  no  coincide  con  la  apreciación  del  Dios  eterno. 
9Cf.  Rom.  2,  4;  9,  22-23;  Ef.  4,  30;  5,  5-6. 

54  En  paz  :  con  Dios,  es  decir,  en  su  gracia.  . 

w  Difíciles  :  porque,  dificultosas  de  entender,  pueden  dar  pie  a  torcidas  inteli- 
gencias. De  hecho,  la  torcida  inteligencia  de  algunas  expresiones  de  San  Pablo  dió 
origen  al  protestantismo. 'II  Como  las  demás  Escrituras:  con  esta  declaración,  con 
que  son  equiparadas  a  los  demás  libros  divinamente  inspirados,  San  Pedro  canoniza,. 
por  así  decir,  las  Epístolas  de  San  Pablo. 

-531  — 


3" 


II  SAN  PEDRO 


su  propia  perdición.  l:  Vosotros,  pues,  I 
amados  míos,  conociéndolo  de  ante-  | 
mano,  guardaos,  no  sea  que,  arras-  I 
trados  por  el  extravío  de  hombres 
sin  ley,  decaigáis  de  vuestra  firme- 1 


za  ;  18  antes  bien  creced  en  la  gracia 
v  conocimiento  de  nuestro  Señor  y 
Salvador  Jesu-Cristo.  A  El  la  gloria, 
ahora  y  hasta  el  día  de  la  eternidad. 
Amén. 


,s  Nuestro  Señor  y  Salvador  :  es  la  cuarta  vez  que  aparece  esta  expresión  (cf.  i, 
ti  ;  2,  ao  ;  %,  que,  así  por  lo  que  significa  como  por  la  gracia  que  le  precede  y  por 
la  doxologfa  que  le  sigue,  es  un  nuevo  testimonio  de  la  divinidad  de  Jesu-Cristo. 


INTRODUCCION 
A    LA    I    EPISTOLA    DE    SAN  JUAN 


L  autor. — El  autor  de  la  Epístola  no  es  otro  que  el  autor  de!  cuarto 


Evangelio.  Aun  cuando  la  tradición  no  lo  afirmara,  bastaba  la  cri- 


M— '  tica  interna  para  convencerse  plenamente.  La  identidad  dé  pensa- 
miento y  de  estilo — y  se  trata  del  pensamiento  y  del  estilo  de  San  Juan, 
inimitables — delatan  la  mano  del  autor.  Es  Juan,  acl  Presbítero» ,  el  An- 
ciano por  antonomasia,  el  único  apóstol  superviviente,  el  discípulo  predi- 
lecto del  Señor,  que  ha  agrupado  en  torno  suyo  a  todos  ¡os  fieles  del  Asia 
Menor,  que  creen  escuchar  en  su  palabra  la  voz  misma  del  adorado  Maes- 
tro y  la  reciben  con  igual  reverencia  y  amor. 

Ocasión  y  objeto. — Pero  de  entre  los  discípulos  de  Cristo  habían  co- 
menzado a  surgir  los  anticristos.  El  principal  de  ellos  era  Cerinto,  que 
rebajaba  torpemente  la  persona  del  Salvador.  Imaginando  que  el  Cristo 
era  un  ser  superior,  un  eón,  enseñaba  que  se  unió  a  él  en  el  bautismo 
de  Juan,  pero  que  le  desamparó  en  la  cruz;  admitía  que  Cristo  había 
venido  en  agua,  pero  no  en  sangre.  Contra  esas  novelerías  blasfemas  alza 
su  voz  el  apóstol  para  afirmar  que  «éste  es  el  que  vino  por  agua  y  san- 
gre, Jesús  Mesías:  no  en  el  agua  solamente,  sino  en  el  agua  y  en  la 
sangre»  (5,  6):  Mesías  en  el  bautismo  y  Mesías  en  la  cruz.  Y  también 
Hijo  de  Dios.  Naturalmente,  a  la  heterodoxia  de  la  doctrina  seguía  el 
desarreglo  de  las  costumbres.  Por  esto  el  apóstol,  además  de  volver  por 
los  fueros  do  la  verdad  y  de  la  tradición  apostólica  (2.  24;  11),  inculca 
el  apartamiento  del  mundo  y  la  observancia  de  los  mandamientos,  sin- 
gularmente del  gran  mandamiento,  antiguo  y  nuevo,  del  amor. 

Carácter.— La  Epístola,  que  apenas  tiene  la  forma  de  carta  ordina- 
ria, es  más  bien  un  mensaje  y  un  testimonio :  mensaje  apostólico  y  men- 
saje divino,  que  es  testimonio  de  agua  y  sangre,  testimonio  del  Espíritu, 
testimonio  de  Dios.  Y  al  transmitir  este  mensaje.  Juan  se  remonta  a  Jas 
mpremas  categorías  de  la  verdad,  de  la  vida  y  del  amor.  No  menos  que 
la  verdad,  el  amor  es  luz.  Dios  es  luz,  y  luz  también  su  revelación  y  sus 
mandamientos ;  y  quien  los  observa  está  en  la  luz*  y  caimina  en  la  luz. 
A  la  alteza  trascendente  del  pensamiento  responde  la  luminosa  diafani- 
dad de  la  palabra.  Reaparecen  en  la  Epístola  aquellas  repeticiones  rítmi- 
cas y  orientadoras  del  Evangelio  y  aquellas  ondulaciones  concéntricas 
y  ¡¡armónicas.  Y  todo  esto  en  un  lenguaje  sereno,  plácido,  sugestivo,  ma- 
ravilla literaria,  só¡o  superada  por  la  palabra  del  Maestro. 


-  533  - 


1  1-4 


I  SAN  JUAN 


11-4 


EPISTOLA    I    DE    SAN  JUAN 


Prólogo 


Mensaje  apostólico  sobre  la  manifestación  de  la  vida,  i,  1-4 

1  1  Lo  que  era  desde  el  principio, 

lo  que  hemos  oído,  lo  que  hemos  visto  con  nuestros  ojos, 
lo  que  contemplamos  y  nuestras  manos  tocaron, 
acerca  del  Verbo  de  la  vida 

2  — y  la  vida  se  manifestó, 

y  la  hemos  visto,  y  damos  testimonio, 
y  os  anunciamos  la  vida  eterna, 

la  que  estaba  cabe  el  Padre,  y  se  manifestó  a  nosotros — , 

3  lo  que  hemos  visto  y  oído, 

os  lo  anunciamos  también  a  vosotros, 

para  que  también  vosotros  tengáis  comunión  con  nosotros 

Y  nuestra  comunión  es  con  el  Padre 

y  con  su  Hijo  Jesu-Cristo. 

*  Y  estas  cosas  escribimos  nosotros, 

para  que  nuestro  gozo  sea  cumplido. 


-J  >~3  Es  notable  la  afinidad  de  este  prólogo  con  el  del  cuarto  Evangelio.  En 
-*•  cuanto  a  su  estructura,  el  versículo  3  empalma  con  el  versículo  1,  pasando  por 
encima  del  2,  que  es  un  paréntesis. 

1  Lo  que  era  desde  el  principio  :  es  lo  mismo  me  en  el  Evangelio  «En  el  prin- 
cipio existía  el  Verbo»  (r,  1).  ||  Lo  que  hemos  oído...  :  los  apóstoles  se  presentan 
como  testigos,  no  sólo  de  oídas,  sino  también  de  vista  y  aun  de  manos.  De  ahí  el 
valor  incomparable  de  su  testimonio.  ||  El  Verbo  de  i.»  vida  :  tres  sentidos  posibles  : 
1)  intencional:  el  Verbo  es  la  palabra  o  revelación  de  Dios;  2)  personal:  es  la  per- 
sona del  Hijo  de  Dios,  como  en  el  Evangelio  (i,  i  ;  1,  14)  y  en  el  Apocalipsis  (19,  i¡)  ; 
j)  compuesto  o  combinado  :  es  el  Verbo  hecho  carne,  como  expresión  o  concreción 
viviente  de  la  divina  revelación  ;  o  es  la  divina  revelación,  en  cuanto  cifrada  o  com- 
pendiada en  la  persona  misma  del  Verbo,  en  su  acción  y  en  su  palabra.  Este  tercer 
sentido  es  preferible. 

2  La  vida  se  manifestó  :  fórmula  abreviada,  que  inmediatamente  se  desarrolla  : 
«la  virla  eterna,  la  que  é*staba  cabe  el  Padre,  y  $t-  manifestó  a  nosotros».  Esta  fór- 
mula es  la  síntesis  de  toda  la  Teología  de  San  Juan.  En  ella  se  distinguen  dos 
elementos:  1)  la  vida  con  su  múltiple  acción  vivificante;  2)  su  manifestación  va- 
riada y  graduada.  Esta  fórmula  responde  a  esta  otra  del  Evangelio  (1,  41  :  «La 
Vida  era  la  luz  de  los  hombres.»  Manifestación  es  iluminación  (Ef.  5,  13). 

'Comunión:  es,  a  base  de  la  recíproca  inmanencia,  la  íntima  comunicación,  pat- 
ticipación,  consorcio  o  solidaridad  de  vida.  El  termino  de  esta  comunión  es  el  PTdre 
y  el  Hijo.  Se  dice  también  comunión  con  nosotros,  por  cuanto  de  ella  participan 
(o  están  llamados  a  participar)  a  una  todos  los  fieles.  Así  entendida,  esta  comunión 
es  como  la  prolongación  o  sublimación  de  la  unión  en  Cristo  Jesús,  preconizada  por 
San  Pablo.  El  decir  para  que  ieng.íis  comunión  supone  que  esta  comunión  se  des- 


—  534  - 


1  5-10 


I  SAN  JUAN 


1  5-10 


I.    Dios  es  Luz 


Caminemos  en  la  luz.  i,  5-7 

*  Y  éste  es  el  mensaje  que  hemos  oído  de  El, 
y  os  anunciamos  a  vosotros  : 
que  Dios  es  luz, 

v  tiniebla  en  él  no  hay  ninguna. 

'  Si  dijéremos  que  tenemos  comunión  con  El 

y  camináremos  en  las  tinieblas, 

mentimos  y  no  obramos  la  verdad  ; 

7  mas  si  camináremos  en  la  luz, 

como  El  está  en  la  luz, 

tenemos  comunión  recíproca  con  El, 

y  la  sangre  de  Jesu-Cristo,  su  Hijo,  nos  purifica  de  todo  pecado. 


Confesión  de  nuestros  pecados.  1,  S-10 

*  Si  dijéremos  que  no  tenemos  pecado, 
a  nosotros  mismos  nos  engañamos, 
y  la  verdad  no  está  en  nosotros. 
*Si  confesáremos  nuestros  pecados, 
fiel  es  y  justo, 

para  perdonarnos  los  pecados 

y  purificarnos  de  toda  iniquidad. 

"  Si  dijéremos  que  no  tenemos  pecado, 

le  hacemos  mentiroso, 

y  su  palabra  no  está  en  nosotros. 

envuelve  gradualmente.  Si  sustancialmente  ya  existe,  todavía  puede  y  debe  anudarse 
más  estrechamente  hasta  alcanzar  su  plenitud  o  consumación. 

6  Dios  es  luz  :  es  la  luz  primordial  y  original,  el  foco  de  la  luz.  De  esta  luz 
fontal  emana  la  luz  que  ilumina  (objetivamente)  el  mundo  de  la  gracia  y  la  luz 
que  alumbra  (subjetivamente)  los  ojos  del  espíritu  humano.  Con  esta  luz  tiene  eu 
.San  Juan  estrecha  conexión  la  verdad.  La  luz  original  es  Dios,  verdad  primera  ; 
la  luz  que  brilla  en  el  mundo  es  la  verdad  de  la  palabra  divina  ;  la  luz  que  esclarece 
la  inteligencia  humana  es  la  verdad  del  conocimiento.  En  otros  términos  :  la  luz 
increada  es  el  resplandor  de  la  verdad  divina  ;  la  luz  irradiada  en  el  mundo  sobre- 
natural es  la  verdad  esplendorosa  del  Evangelio ;  la  luz  de  los  ojos  humanos  es 
la  verdad  luminosa  de  la  fe.  Hay  que  tener  presentes  estas  equivalencias  o  corres- 
pondencias para  entender  la  terminología  característica  de  San  Juan.  A  esta  luz 
6e  oponen  las  tinieblas.  En  Dios  no  las  hay  ;  mas  las  hay  en  el  mundo  y  puede 
haberlas  en  el  hombre.  Además,  la  luz  y  las  tinieblas,  la  verdad  y  la  mentira,  se 
hallan  no  sólo  en  la  inteligencia,  sino  también  en  el  corazón  ;  no  sólo  en  la  con- 
templación, sino  también  en  la  acción.  Para  San  Juan,  la  rectitud  moral  es  verdad, 
como  el  pecado  es  mentira. 

6  Si  dijéremos...:  esta  expresión  inicial,  tres  veces  repetida  (vv.  6,  8,  10),  señala 
el  principio  de  otros  tantos  ciclos  o  períodos  en  que  se  desenvuelven  pensamientos 
análogos.  ||  Mentimos  y  no  obramos  la  verdad:  verdad  es  conformidad  con  la 
realidad  ;  por  esto,  como  no  hay  verdad  en  el  conocimiento  que  no  es  conforme  con 
la  realidad  objetiva,  tampoco  la  hay  en  el  acto  que  no  es  conforme  con  el  orden 
objetivo  de  la  bondad  y  justicia.  Y  tanto  en  lo  uno  como  en  lo  otro,  la  privación  di 
verdad  es  y  se  llama  mentira.  Para  San  Juan,  la  verdad  no  sólo  se  conoce,  sino  tam- 
bién se  obra  ;  y  el  no  obrarla  es  mentir. 

'  Tenemos  comunión...  :  fruto  de  la  luz  y  de  la  verdad  es  la  comunión  con 
Dios.  I|  Contra  lo  que  algunos  han  supuesto,  la  soteriología  de  San  Juan  está  teñida 
con  LA  sangre  DE  Jesu-Crisio,  no  menos  que  la  soteriología  de  San  Pablo. 

»-io  parece  una  paradoja  que,  siendo  el  pecado  la  antítesis  de  la  verdad,  no  obs- 
tante, el  reconocimiento  del  propio  pecado  es  como  la  entrada  que  nos  introduce 
en  el  reino  de  la  verdad.  La  humildad  es  la  verdad. 

•Fiel  es  Dios  en  el  perdón  de  los  pecados,  porque  cumple  lo  prometido;  Y  justo 
también,  porque  este  perdón  lo  mereció  Jesu-Cristo  con  su  sangre. 


—  535  — 


2  U7  I  SAN  JUAN  2  !"7 


Jesu-Cristo,  abogado  de  los  pecadores.  2,  1-2 


o  1  Hijuelos  míos,  esto  os  escribo  para  que  no  pequéis 
^    si  todavía  alguno  pecare, 

abogado  tenemos  ante  el  Padre  a  Jesu-Cristo,  justo. 
s  Y  él  es  propiciación  por  nuestros  pecados, 
y  no  por  nuestros  pecados  solamente, 
sino  también  por  los  de  todo  el  mundo. 


Guardemos  sus  mandamientos.  2,  3-6 

•  Y  en  esto  sabemos  que  le  hemos  conocido  : 
si  guardáremos  sus  mandamientos. 

4  Quien  dice  :  «Le  he  conocido», 
y  no  guarda  sus  mandamientos, 
mentiroso  es,  y  en  él  no  está  la  verdad  ; 

5  mas  quien  guardare  su  palabra, 

de  verdad  en  éste  la  caridad  de  Dios  está  consumada  : 
en  esto  conocemos  que  estamos  en  El. 

6  Quien  dice  que  permanece  en  El, 

debe,  como  El  caminó,  también  él  caminar  así. 


El  mandamiento  antiguo  y  nuevo.  2,  7-11 

'  Carísimos,  no  os  escribo  un  mandamiento  nuevo, 
sino  un  mandamiento  antiguo, 
que  tenéis  desde  un  principio  : 

el  mandamiento  antiguo  es  la  palabra  que  oísteis. 


2i  Es  altamente  consoladora  la  enseñanza  de  San  Jua.i  sobre  el  pecado.  Por  un» 
parte  nos  exhorta  a  que  no  pequemos  ;  mas  por  otra  nos  advierte  que  ni  el  pecado 
pretérito  ni  tampoco  el  que  eventualmente  pueda  sobrevenir,  como  se  reconozca 
humildemente,  es  un  obstáculo  insuperable  para  la  salud  eterna.  Si  no:/>tros  no  me- 
recemos el  perdón  de  nuestros  pecados,  abogado  tenemos  ante  el  Paduf  aue  nos  lo 
mereció,  como  Redentor,  y  ahora  nos  lo  alcanza,  como  Intercesor. 

2  El  es  propiciación...  :  todo  Jesu-Cristo  es  no  sólo  propiciador  o  propiciatorio,  sino 
propiciación.  Es  de  notar  la  conexión  que  sugiere  San  Juan  entre  la  intercesión  celeste 
de  Cristo  Abogado  y  la  propiciación  terrestre  de  Cristo  Redentor.  (Cf.  Rom.  8,  34  ; 
Ilebr.  6,  19-20 ;  7,  24-25. 1  Como  en  la  Virgen  María  la  mediación  actual  tiene  sus 
raíces  en  la  corredención. 

*-*  El  conocimiento  de  Jesu-Cristo,  la  caridad  de  Dios  y  la  observancia  de  sus 
mandamientos,  si  en  sentido  precisivo  son  cosas  distintas,  en  sentido  pleuario  y  pro- 
fundo son  para  San  Juan  una  misma  realidad  ;  y  esta  triple  realidad  es  el  criterio 
y  la  manifestación  de  nuestra  comunión  con  Dios.  Por  esto  puede  afirmar  San  Jiiañ 
que  en  esto  sabemos  que  le  hemos  conocido,  si  guardáremos  sus  mandamientos.  Es 
que  no  habla  de  un  conocimiento  abstracto,  frío  y  superficial,  sino  de  un  ■conoci- 
miento interno»,  cálido  y  penetrante,  de  una  verdadera  comunión  vital  de  nuestra 
inteligencia  con  la  mente  y  la  verdad  de  Dios.  Siempre  será  verdadera  la  sentencia 
del  Maestro  :  «Donde  está  tu  tesoro,  allí  estará  tu  corazón»  (Mt.  6,  21  ;  Le.  12,  34). 
Que  es  decir  :  lo  que  se  conoce  y  estima  como  tesoro,  lleva  tras  sí  el  corazón. 

'-"  Este  trozo  es  un  bellísimo  poemita,  dividido  en  dos  partes.  En  la  primera 
(7-8)  se  enuncia  un  mandamiento  antiguo  a  la  vez  y  nuevo.  En  la  segunda  (9-11)  se 
enaltece  el  amor  fraterno  contrapuesto  al  odio. 

1  En  el  mandamiento  antiguo,  que  es  la  caridad,  se  recapitula  no  sólo  toda  la  ley 
(Rom.  13,  8-10;  Gál.  5,  14),  sino  también  todo  el  Evangelio  que  ES  la  palabra  qup 
oísteis.  Con  esta  expresión  se  remite  San  Juan  no  al  Evangelio  escrito,  sino  al 
Evangelio  predicado,  a  la  enseñanza  oral  de  los  apóstoles,  a  la  tradición  apostólica. 


-536- 


2  8-15 


I  SAN  JUAN 


2  8-15 


*  Todavía  también  os  escribo  un  mandamiento  nuevo, 

10  cual  se  verifica  en  El  y  en  vosotros  ; 
porque  las  tinieblas  pasan, 

v  la  luz  verdadera  ya  brilla. 
5  Quien  dice  estar  en  la  luz 
y  aborrece  a  su  hermano, 
está  en  las  tinieblas  hasta  ahora. 
M  El  que  ama  a  su  hermano, 
permanece  en  la  luz 
v  no  hay  tropiezo  en  él. 

11  Mas  quien  aborrece  a  su  hermano, 

en  las  tinieblas  está,  y  en  las  tinieblas  anda, 

y  no  sabe  adonde  va, 

pues  las  tinieblas  cegaron  sus  ojos. 


Declaración  y  aplicaciones.  2,  12-14 

13  Os  escribo  a  vosotros,  hijuelos, 

que  os  son  perdonados  los  pecados  por  su  nombre. 

"  Os  escribo  a  vosotros,  padres. 

que  habéis  conocido  al  que  es  desde  el  principio. 

Os  escribo  a  vosotros,  adolescentes, 

que  habéis  vencido  al  malo. 

14  Os  escribo  a  vosotros,  niños, 
que  habéis  conocido  al  Padre. 
Os  escribo  a  vosotros,  padres, 

que  habéis  conocido  al  que  es  desde  el  principio. 
Os  escribo  a  vosotros,  adolescentes, 
que  sois  fuertes, 

y  la  palabra  de  Dios  permanece  en  vosotros, 
y  habéis  vencido  al  malo. 


No  hay  que  amar  al  mundo.  2,  15-17 

■  No  améis  al  mundo, 

ni  las  cosas  que  hay  en  el  mundo. 

Si  alguno  amare  al  mundo, 


•  Lo  «.UAL  :  d  anteccdent*  lógico  de  este  .dativo  es  la  novfduJ  del  mandamiento 
nuevo.  Ksta  novedad,  es  decir,  el  que  el  mandamiento  sea  algo  nueyo,  se  VERIFICA 
en  él  Y  en  vosotros.  Y  da  la  razón  algo  enigmáticamente  :  porque  las  tinieblas  pasan 
y  la  luz  verdadera  ya  brilla.  Quiere  decir  :  este  mandamiento  es  nuevo,  por  parte 
de  Criszo,  porque  es  una  irradiación  de  la  luz  nueva  rué  brilla  después  de  las 
viejas  tinieblas.  Y  es  también  nuevo,  por  parte  de  vosotros,  porque  es  nuevo  para 
vosotros  el  vivir  en  la  luz  después  de  haber  permanecido  en  las  tinieblas. 

Hay  aquf  una  curiosa  antítesis  ternaria,  muy  del  gusto  de  San  Juan,  en  que, 
por  así  decir,  los  extremos  se  tocan  :   aborrece-ama-aborrece  ;  tinikbi.as-luz-tinieblas. 

°"M  La  principal  dificultad  de  este  pasaje,  dividido  en  dos  ciclos  enteramente 
paralelos,  está  en  la  triple  denominación  de  hijuelos  (o  niños),  adolescentes  y  pa- 
dres. ¿Designan  tres  categorías  distintas  o  bien  cada  una  de  las  tres  denominaciones 
representa  la  totalidad  de  los  fieles  ?  Una  explicación  intermedia  parece  preferible  : 
hijuelos  (y  niños)  son  denominaciones  comunes  que  comprenden  a  todos  los  fieles; 
ADOLESCENTES  y  padres  distinguen  dos  categorías  de  fieles  conforme  a  su  edad.  Kl 
motivo  de  semejante  interpretación  es  que  las  dos  denominaciones  de  hijuelos  y 
niños  el  anciano  Juan  las  emplea  constantemente  en  sentido  metafórico  refiriéndose 
a  todos  los  fieles  (2,  1;  2,  18;  2,  28;  3,  7  ",  5,  iS  ;  4,  4  ;  5,  21);  y,  por  otra  parte,  lo 
que  a  ellos  dice  no  es  propio  y  peculiar  de  los  niños,  sino  común  a  todos  los  fieles. 
Inversamente,  las  denominaciones  de  adolescentes  o  padres  nunca  las  emplea 
San  Juan  refiriéndose  a  todos  los  fieles  ;  y,  por  otra  parte,  lo  que  a  ellos  dice  está 
en  consonancia  con  la  diferencia  de  edad. 

» Cf.  Rom.  8,  b-7  ;  Sant.  4,  4-5. 


—  537  — 


2  16-22 


I  SAN  JUAN 


216-22 


no  está  en  él  la  caridad  del  Padre  ; 

pues  todo  lo  que  hay  en  el  mundo 
— la  concupiscencia  de  la  carne, 
y  la  concupiscencia  de  los  ojos, 
y  la  jactancia  de  los  bienes  terrenos — 
no  procede  del  Padre, 
sino  que  procede  del  mundo. 
"  Y  el  mundo  se  pasa  y  su  concupiscencia  ; 

mas  el  que  hace  la  voluntad  de  Dios  permanece  para  siempre. 


Im  última  hora  y  el  anticristo.  2,  18-25 


Hijuelos,  es  la  última  hora, 
y,  según  oísteis  que  el  anticristo  viene, 
ahora,  pues,  han  aparecido  muchos  anticristos, 
de  donde  conocemos  que  es  la  última  hora. 
14  De  nosotros  salieron,  mas  no  eran  de  nosotros  ; 
pues  si  de  nosotros  fueran, 
hubieran  permanecido  con  nosotros  ;» 
pero  acontece  así  para  que  se  ponga  de  manifiesto 
que  no  todos  son  de  nosotros. 
Ju  Y  vosotros  tenéis  la  unción  del  que  es  Santo, 
y  lo  sabéis  todo 

-'  No  os  escribí  porque  no  sepáis  la  verdad, 
sino  porque  la  sabéis 

y  porque  toda  mentira  no  viene  de  la  verdad. 

•'-  ¿  Quién  es  el  mentiroso 

sino  el  que  niega  que  Jesús  sea  el  Mesías  ? 

liste  es  el  anticristo, 

el  que  niega  al  Padre  y  al  Hijo. 

*  Todo  el  que  niega  al  Hijo, 

tampoco  admite  al  Padre  ; 


16  La  concupiscencia  de  los  ojos  se  refiere  a  los  espectáculos  mundanos  y  diversio- 
nes inmorales  o  carnavalescas.  ||  La  jactancia  de  los  bienes  [terrenos]  o  arrogancia 
de  la  opulencia  es  el  orgullo  que  la  riqueza  cría  y  ceba. 

18  La  última  hora:  la  última  edad  del  mundo.  |l  El  anticristo...  muchos  anti- 
cristos :  la  denominación  de  anticristo  se  usa  en  diferentes  sentidos.  En  sentido 
propio  es  el  gran  rival  o  antagonista  de  Cristo,  ael  hombre  del  pecado,  el  hij'o  de  la 
perdición»  (2  Tes.  2,  3),  cuya  aparición  precederá  inmediatamente  el  segundo  adve- 
nimiento de  Cristo.  En  sentido  derivado  o  menos  propio  es  la  colectividad  o  tenden 
cias  satánicas,  que  encarnará  en  sí  el  anticristo  personal  o  también  algunos  indi 
viduos  de  singular  perversidad  y  prepotencia  que  en  el  curso  de  la  historia  humana 
van  preludiando  la  acción  del  anticristo  por  antonomasia. 

10  No  eran  de  nosotros:  son  los  que,  como  Simón  Mago  (Ac.  8,  18-24),  abrazaron 
el  cristianismo  con  ánimo  fingido  y  torcido  y  luego  apostatan. 

20  Tenéis  la  unción  del  que  es  Santo  :  la  unción  es  consagración  o  santificación  , 
por  esto  el  Ungido  es  el  Santo.  Esta  correspondencia  se  expresa  en  la  misma  signi- 
ficación etimológica  :  unción  es  chrisma.  Ungido  es  Christo.  En  sentido  real,  la 
unción  representa  el  Espíritu  Santo,  por  el  cual  Cristo  fué  ungido  y  constituido 
Mesías  (Sal.  2,  2  ;  44,  8;  Le.  4,  18;  Ac.  2,  36;  4,  27;  10,  38).  Los  fieles,  en  Cristo, 
participan  de  esta  unción  o  chrisma  del  Espíritu  Santo,  uno  de  cuyos  efectos  es  la 
ilustración  de  la  inteligencia.  Por  esto  continúa  San  Juan  :  Y  lo  sabéis  todo,  es 
decir,  todo  lo  que  os  interesa  conocer  para  vuestra  salud  eterna,  sin  que  tengáis 
oue  mendigarlo  de  los  maestros  del  error,  de  los  anticristos,  cuya  doctrina  es  una 

-"-Alude  San  Juan  a  los  cerintianos,  que  fantaseaban  que  sobre  el  hombre  Jesús 
en  el  bautismo  descendió  el  Eón  Cristo,  y  que  se  retiró  de  él  en  la  pasión.  Con  esto, 
si  se  admitía  cierta  mesianidad  de  Jesús,  se  negaba  la  identidad  personal  entre 
Jesús  y  Cristo.  San  Juan,  no  contento  con  afirmar  esta  identiadd  personal,  añade 
que  Jesús  era  no  sólo  Mesías,  sino  también  Hijo  de  Dios. 

a  El  que  niega  al  Hijo,  tampoco  admite  al  Padre  :  tomando  los  términos  Hijo 
y  Padre  en  sentido  formal,  dice  con  razón  que  quien  niega  al  Hijo  de  Dios  no  puede 


-  538- 


2  23-3  i 


I  SAN  JUAN 


2  23-3  1 


quien  reconoce  al  Hijo, 
también  al  Padre  admite. 

M  Vosotros  —  lo  que  oísteis  desde  el  principio, 
que  se  mantenga  entre  vosotros. 
Si  se  mantuviere  entre  vosotros 
lo  que  oísteis  desde  el  principio, 

también  vosotros  permaneceréis  en  el  Hijo  y  en  el  Padre. 
*  Y  ésta  es  la  promesa  que  El  nos  ha  prometido  : 
la  vida  eterna. 


Unción  del  espíritu.  2,  26-29 


Estas  cosas  os  escribí  acerca  de  los  que  os  seducen. 
'•'  Y  vosotros  —  la  unción  que  recibisteis  de  El 
permanece  en  vosotros 

y  no  tenéis  necesidad  de  que  nadie  os  enseñe  ; 

sino,  como  su  unción  os  enseña  sobre  todas  las  cosas, 

así  es  verdad  y  no  hay  mentira  ; 

v  según  que  os  enseñó,  permaneced  en  El. 

™  Y  ahora,  hijuelos,  permaneced  en  El, 

para  que,  cuando  se  manifestare,  tengamos  confianza 

v  no  seamos  avergonzados  por  El  en  su  advenimiento. 

to  Si  conocéis  que  es  justo, 

sabed  también  que  todo  el  que  obra  la  justicia, 
de  El  ha  nacido. 


II.     Dios  es  Padre;  nosotros,  hijos  de  Dios 


Hijos  de  Dios.  3,  1-3 


o    1  Mirad  qué  tal  amor  nos  ha  dado  el  Padre, 
"    que  seamos  llamados  hijos  de  Dios,  y  lo  somos 
Por  eso  el  mundo  no  nos  conoce  a  nosotros, 
porque  no  le  conoció  a  El. 


lógicamente  admitir  la  paternidad  natural  de  Dios.  Aunque  admita  a  Dios,  no  ad- 
mite al  Padre. 

M  Nueva  recomendación  de  la  tradición  oral,  vehículo  y  criterio  de  la  doctrina 
apostólica. 

■  No  tenéis  necesidad  de  que  nadie  os  enseñe  l  quiere  decir  :  no  tenéis  necesidad 
de  que  venga  uno  de  esos  maestros  indocumentados  y  privados  de  la  unción  del 
Espíritu  Santo  a  enseñaros,  como  a  ignorantes,  a  vosotros,  que  ya  conocéis  la  verdad, 
internamente  ilustrados  por  la  unción  del  Espíritu  y  externamente  amaestrados  por 
la  enseñanza  apostólica.  No  enseña,  por  tanto,  San  Juan  la  inutilidad  del  magisterio 
eclesiástico.  La  razón  es  clara.  Porque  :  i)  al  excluir  la  enseñanza  ajena  se  refiere  a 
la  doctrina  de  los  anticristos ;  2)  porque  varias  veces  recomiendá  la  adhesión  a  la 
tradición  apostólica  ;  j)  porque  él  mismo,  con  la  carta  que  escribe,  ejerce  y  acredita 
el  magisterio  eclesiástico  externo ;  4)  ad  hominetn,  contra  los  protestantes,  que  in- 
terpretan torcidamente  estas  palabras  de  San  Juan,  porque  también  ellos,  no  con- 
tentos con  la  secreta  acción  del  Espíritu  Santo,  difunden  sus  biblias  y  predican  sti 
Evangelio. 

'M  Transición  de  la  primera  a  la  segunda  parte. 

O  1  No  nos  conoce:  no  conoce  lo  que  somos,  es  decir,  hijos  de  Dios;  y  no  pue.k 
O  conocernos  como  a  tales,  puesto  c¡ue  desconoce  a  Dios  como  Padre.  Es,  inversa- 
mente, la  misma  razón  antes  propuesta  (2,  23). 


—  539  — 


3  2"10 


I  SAN  JUAN 


3  2-10 


-  Carísimos,  desde  ahora  somos  hijos  de  Dios, 

y  todavía  no  se  mostró  qué  seremos  ; 

sabemos  que,  cuando  se  mostrare, 

seremos  semejantes  a  El, 

porque  le  veremos  tal  como  es. 

"  Y  todo  el  que  tiene  esta  esperanza  en  El, 

se  purifica  a  sí  mismo,  como  El  es  puro. 


Los  hijos  de  Dios  no  obran  el  pecado.  3,  4-10 


4  Todo  el  que  obra  el  pecado,  hace  también  lo  que  es  contra  ley, 

y  el  pecado  es  el  quebrantamiento  de  la  ley. 

'  Y  sabéis  que  El  se  manifestó 

para  quitar  de  en  medio  nuestros  pecados, 

v  en  El  no  existe  pecado. 

JTodo  el  que  permanece  en  El,  no  peca  ; 

todo  el  que  peca,  no  le  ha  visto  ni  le  ha  conocido. 

'  Hijuelos,  nadie  os  engañe  : 

quien  obra  la  justicia  es  justo, 

como  El  es  justo  ; 

8  quien  obra  el  pecado,  del  diablo  procede, 

porque  el  diablo  peca  desde  el  principio. 

Para  esto  se  manifestó  el  Hijo  de  Dios, 

para  destruir  las  obras  del  diablo. 

s  Todo  el  que  ha  nacido  de  Dios  no  obra  pecado, 

porque  el  germen  de  Dios  permanece  en  él, 

y  no  puede  pecar, 

porque  ha  nacido  de  Dios. 

10  En  esto  se  manifiestan  los  hijos  de  Dios  y  los  hijos  del  diablo : 
todo  el  que  no  obra  justicia  no  es  de  Dios, 
y  tampoco  el  que  no  ama  a  su  hermano. 


2  No  se  mostró  qué  seremos  :  nuestra  divina  filiación,  recogida  y  escondida  en  el 
interior,  no  ha  ostentado  todavía  toda  su  magnificencia  y  gloria.  |l  Seremos  seme- 
jantes a  El  :  la  gracia  y  la  gloria  son  una  elevación  sobrenatural  al  orden  divino, 
una  semejanza  fle  Dios  cual  es  en  sí,  una  participación  «de  la  divina  naturaleza» 
(2  Pe.  1,  4).  ||  Porque  le  veremos  tal  como  es:  se  promete  la  visión  intuitiva  de 
Dios  cual  es  en  sí,  cara  a  cara  (1  Cor.  13,  12;  2  Cor.  5,  7-8).  Semejante  visión  facial 
de  Dios  se  aduce  no  precisamente  como  la  razón  formal  de  la  semejanza  con  Dios, 
sino  como  señal  o  prenda  de  ella. 

4-9  Este  pasaje  consta  de  dos  ciclos  paralelos  (4-6  =  7-9),  que  mutuamente  se 
explican.  En  cada  uno  de  ellos  predominan  estos  tres  pensamientos  :  naturaleza  del 
pecado,  fin  de  la  \enida  del  Hijo  de  Dios,  ausencia  de  pecado  en  los  hijos  de  Dios 

4  El  pecado  es  el  quebrantamiento  de  la  ley  :  exacta  definición  del  pecado.  En 
el  versículo  paralelo  (S)  se  añade  que  «quien  obra  el  pecado,  del  diablo  procede», 
es  decir,  es  hijo  del  diablo  (10). 

6  Se  manifestó  para  quitar  he  en  medio  nuestros  pecados  :  supuesta  la  relación 
del  pecado  con  el  diablo,  esta  afirmación  coincide  con  la  del  versículo  paralelo  (8)  : 
«para  destruir  las  obras  del  diablo». 

8  Todo  el  que  permanece  en  El,  no  peca  :  en  el  versículo  paraltlo  (91  se  afirma  no 
sólo  la  ausencia  de  pecado,  sino  la  impotencia  de  pecar  ;  y  se  da  como  razón  «porque 
el  germen  de  Dios  permanece  en  él».  Esta  impotencia  no  es  física,  sino  puramente 
moral  ;  y  consiste  en  que  la  gracia,  que  es  germen  de  Dios,  cuando  prende  en  ei 
alma  y  arraiga  firmemente  en  ella  y  se  desenvuelve  normalmente  y  sin  obstáculos 
que  la  neutralicen,  de  tal  manera  la  corrobora  y  estabiliza  en  el  bien,  que  la  hace 
superior  a  todas  las  violencias  o  seducciones  del  mal.  Los  hechos  confirman  esta 
afirmación  de  San  Juan  y  la  explican.  I.os  santos,  después  que  se  entregaron  ple- 
namente a  Dios,  ya  no  pecaron  mortalmente.  Este  hecho,  tan  frecuente  y  constante, 
no  se  explica  sin  una  imposibilidad  interna  de  pecar.  Mas  no  por  esto  pierden  la 
libertad  en  el  obrar  el  bien.  Incomparablemente  mayor  era  la  imposibilidad  de  pecado 
en  Jesu-Cristo  y  en  su  divina  Madre,  los  cuales,  no  obstante,  conservaron  toda  su 
libertad  en  el  bien  obrar. 

10  Conclusión  de  lo  que  precede  y  transición  que  prepara  lo  que  sigue. 


—  540  — 


3  11-22 


1  SAN  JUAN 


311-22 


Los  hijos  de  Dios  aman  a  sus  hermanos.  3,  11-18 


"  Porque  éste  es  el  mensaje  que  oísteis  desde  el  principio  : 

que  nos  amemos  los  unos  a  los  otros  ; 

u  no  como  Caín  era  de  la  raza  del  malo 

y  asesinó  a  su  hermano. 

¿  Y  por  qué  razón  le  asesinó  ? 

Porque  sus  obras  eran  perversas, 

y  las  de  su  hermano,  justas. 

a  No  os  maravilléis,  hermanos,  si  os  aborrece  el  mundo. 

14  Nosotros  sabemos  que  hemos  pasado  de  la  muerte  a  la  vida, 

porque  amamos  a  los  hermanos  ; 

quien  no  ama,  permanece  en  la  muerte. 

,s  Todo  el  que  aborrece  a  su  hermano  es  homicida, 

y  sabéis  que  todo  homicida 

no  tiene  vida  eterna  permanente  en  sí  mismo. 
10  En  esto  hemos  conocido  la  caridad, 
en  que  El  dió  su  vida  por  nosotros  ; 

también  nosotros  debemos  dar  las  vidas  por  los  hermanos. 

"  Pues  quien  poseyere  los  bienes  del  mundo, 

y  viere  a  su  hermano  tener  necesidad, 

y  cerrare  sus  entrañas,  desviándose  de  él, 

¿  cómo  la  caridad  de  Dios  mora  en  él  ? 

u  Hijuelos  míos,  no  amemos  de  palabra  y  con  la  lengua, 

sino  con  obra  y  de  verdad 


Confianza  en  Dios.  3,  19-32 


M  Y  en  esto  conoceremos  que  somos  de  la  verdad, 

y  delante  de  él  aquietaremos  nuestros  corazones  ; 

•Aporque  si  nos  condenare  el  corazón..., 

pues  mayor  es  Dios  que  nuestro  corazón, 

y  conoce  todas  las  cosas. 

a  Carísimos,  si  el  corazón  no  condena, 

confianza  tenemos  con  Dios, 

25  y  cuanto  le  pidiéremos  lo  recibimos  de  El, 

pues  observamos  sus  mandamientos 

y  hacemos  lo  que  es  grato  a  sus  ojos. 


w  En  esto  hemos  conocido  la  caridad  :  es  decir,  qué  cosa  es  amar,  hasta  dónde 
se  extiende  la  caridad.  ||  En  üUE  El...  :  es  frecuente  en  toda  la  Epístola  designar 
a  Cristo  por  el  simple  pronombre  tEl».  Estaba  el  discípulo  ainado  tan  Heno  de  Cristo, 
c.ue  pensaba  que  con  decir  «El»  ya  todos  entenderían  de  quién  hablaba. 

11  ¿Cómo  la  caridad  de  Dios  mora  en  ÉL?  :  con  esta  consecuencia  encarece  San  Juan 
el  carácter  o  temple  teológico  de  la  caridad  fraterna. 

^  Doble  antítesis  :  entre  palabra  y  obra,  entre  lengua  y  verdad  :  ¡como  si  la  len- 
gua fuese  instrumento  de  mentira! 

"En  esto:  en  que  amamos  a  nuestros  hermanos  «con  obra  y  de  verdad».  ||  Que 
somos  de  la  verdad:  del  bando  de  la  verdad,  como  hijos  de  la  verdad.  ||  Auuieta- 
kemos  nuestros  corazones  :  hallaremos  la  paz  de  la  conciencia. 

>,Ma\or  es  Dios...:  si  despreciáremos  las  acusaciones  de  la  propia  conciencia, 
no  podremos  despreciar  los  reproches  de  Dios. 

3  Fruto  de  la  buena  conciencia  es  la  confianza  en  Dios. 


—  541  - 


3       4  6 


I  SAN  JUAN 


3  23-4 


Transición.  3,  23-24 


23  V  éste  es  su  mandamiento, 

que  creamos  en  el  nombre  de  su  Hijo  Jésn-Crislo 
y  nos  amemos  los  unos  a  los  otros, 
según  que  nos  dió  mandamiento  de  ello. 

24  Y  el  que  observa  sus  mandamientos, 
tu  E]  permanece,  y  El  en  él  ; 

y  en  esto  conocemos  que  permanece  en  nosotros, 
por  el  Espíritu  que  nos  dió. 


Espíritu  de  verdad  y  espíritu  de  'error.  4,  1-6 


a    1  Carísimos,  no  creáis  a  todo  espíritu, 

antes  contrastad  los  espíritus  si  son  de  Dios, 
porque  muchos  falsos  profetas  salieron  al  mundo. 
-  En  eso  conoced  el  espíritu  de  Dios  : 
todo  espíritu  que  confiesa  a  Jesús 
como  Cristo  venido  en  carne, 
es  de  Dios  ; 

5  y  todo  espíritu  que  rompe  la  unidad  de  Jesús, 
no  es  de  Dios  ; 

y  éste  es  el  espíritu  del  anticristo, 

el  cual  habéis  oído  que  viene, 

y  ahora  está  ya  en  el  mundo. 

1  Vosotros  sois  de  Dios,  hijuelos, 

y  los  habéis  vencido  ; 

porque  mayor  es  el  que  en  vosotros  está 

que  el  que  está  en  el  mundo. 

5  Ellos  del  mundo  son  : 

por  eso  hablan  inspirados  por  el  mundo, 
V  el  mundo  los  escucha. 

6  Nosotros  somos  de  Dios  : 

el  que  conoce  a  Dios,  nos  escucha  ; 
el  que  no  es  de  Dios,  no  nos  escucha. 
De  esto  conocemos  el  espíritu  de  la  verdad 
y  el  espíritu  de  la  seducción. 


a-li  En  estos  dos  versículos  se  recapitulan  las  principales  enseñanzas  de  la  Epís- 
tola :  la  fe  en  Jesu-Cristo,  la  caridad  fraterna,  la  observancia  de  los  mandamientos, 
la  recíproca  comunión  con   Dios,  el  don  del  Espíritu  Santo. 

4'  Acaba  de  decir  que  conocemos  nuestra  comunión  con  Dios  apor  el  Espíritu  qui 
nos  dió»  ;  mas  el  Espíritu  puede  contrahacerse  o  simularse  :  ¿  cuál  será,  pues,  el 
criterio  o  contraseña  para  conocer  el  genuino  Espíritu  de  Dios?  Responde:  la  fe 
en  la  unidad  personal  de  Jesu-Cristo.  II  Contrastad  los  espíritus:  cf.  1  Cor.  2,  12-15; 
2  Cor    11,  3;   11,  13-14;  Ef.  4,  14;  Col.  2,  8 ;   1  Tes.  5,  21... 

3  Rompe  la  unidad  de...  :  más  literalmente,  desata  o  disticlve.  Tal  parece  ser  la 
genuina  lección  conservada  por  los  Padres  más  anükuos  :  San  Ireneo,  Clemente 
Alejandrino,  Orígenes,  Tertuliano...,  en  vez  de  la  vulgar  tno  confiesa  a...».  Alude 
San  Juan  al  error  de  los  cerintianos  (2,  22)  y  previene  el  de  los  nestorianos.  ||  Este 
es  el  lespíritu]  del  anticristo  :  podría  también  traducirse  y  entenderse  oEsto  es  lo 
[propio  o  característico]  del...».  II  Y  ahora  ya  está  en  el  mundo:  cf.  2,  18. 

4  Porque  mayor  es  el  que  en  vosotros  está  :  es  la  razón  de  todas  las  victorias 
del  espíritu  cristiano  :  la  presencia  y  asistencia  del  Omnipotente. 

4  Del  mundo  son  :  es  instructiva  la  conexión  o  identidad  que  establece  San  Juan 
entre  el  anticristo,  el  espíritu  del  error,  el  mundo  y  el  diablo. 


—  542  — 


4  7-16 


I  SAN  JUAN 


4  7-16 


III. 


Dios  es  amor 


El  amo, 


nace  de  Dios  4,  7- 


[O 


7  Carísimos,  arriémonos  los  unos  a  los  otros, 
porque  el  amor  procede  de  Dios  ; 
y  todo  el  que  ama,  de  Dios  ha  nacido, 
v  conoce  a  Dios. 

'  Quien  no  ama  no  conoció  a  Dios, 
porque  Dios  es  amor. 

"En  esto  se  manifestó  el  amor  de  Dios  en  nosotros, 
en  que  al  Hijo  suyo  unigénito  envióle  Dios  ai  mundo, 
para  que  vivamos  por  El. 

En  esto  está  el  amor  : 
no  que  nosotros  hubiéramos  amado  a  Dios, 
sino  que  El  nos  amó  a  nosotros 
y  envió  al  Hijo  suyo, 
propiciación  por  nuestros  pecados. 


El  amor  de  Dios  pide  amor  a  los  hermanos.  4,  11-21 

11  Carísimos,  si  Dios  nos  amó  así  a  nosotros, 
también  nosotros  debemos  amarnos  unos  a  otros. 
u  A  Dios  nadie  jamás  le  ha  visto  : 
si  nos  amáremos  unos  a  otros, 
Dios  permanece  en  nosotros, 

y  su  amor  ha  llegado  en  nosotros  a  su  perfección. 
13  Encesto  conocemos 

que  permanecemos  en  El  y  El  en  nosotros, 

en  que  nos  ha  dado  de  su  Espíritu. 

"  Y  nosotros  hemos  visto,  y  testificamos, 

que  el  Padre  envió  su  Hijo 

como  Salvador  del  mundo. 

*  Quien  confesare  que  Jesús  es  el  Hijo  de  Dios, 
Dios  permanece  en  él,  y  él  en  Dios. 
16  Y  nosotros  hemos  conocido  y  creído 
el  amor  que  Dios  tiene  con  nosotros. 


I  Conocer  a  Dios,  amar  a  Dios,  ser  nacido  de  Dios,  estar  en  comunión  con  Dios  : 
todo  esto  en  San  Juan  son  diferentes  aspectos  de  una  misma  realidad. 

•  Quien  no  ama  no  conoció  a  Dios  :  hay  verdades  que  no  se  conocen  si  no  se 
sienten.  Tal,  por  ejemplo,  la  belleza  literaria  ;  tal  también  la  bondad  moral.  ||  Dios 
es  amor  :  jamás  la  filosofía  formuló  tal  definición  de  Dios. 

*"M  En  dos  como  ciclos  concéntricos,  según  su  estilo  característico,  desenvuelve 
San  Juan  el  mismo  pensamiento  :  la  manifestación  (u  ostentación)  y  la  iniciativa 
del  Dios  amor. 

Su  amor  ha  llegado...  A  su  perfección:  el  amor  fraterno  es  la  perfección  o 
consumación  del  amor  a  Dios,  no  por  razón  de  su  término,  sino  por  razón  de  su 
principio,  que  es  el  mismo  Dios.  Quiere  decir  que  el  amor  a  Dios  alcanza  su  per- 
fección cuando  es  tan  intenso  y  poderoso,  que  se  extiende  a  todo  lo  que  es  de  Dios,  y 
particularmente  a  los  hijos  de  Dios,  que  son  hermanos  nuestros.  De  ahí  la  alteza 
de  la  caridad  fraterna,  que  es  no  una  simple  consecuencia  extrínseca,  sino  una  pro- 
longación o  desenvolvimiento  intrínseco  del  amor  a  Dios,  precisamente  cuando  este 
amor  lleca  a  su  plenitud  y  consumación.  ¡Cuántas  enseñanzas  teológicas  y  ascéticas 
en  esta  afirmación  del  discípulo  amado! 

10  Hf.mos  conocido  v  creído  el  amor...:  dos  enseñanzas  en  estas  palabras.  Trí- 
mera :  la  conjunción  de  conocido  y  creído,  tan  frecuente  en  todo  el  Nuevo  Testa- 


—  543  — 


4  17-5  2 


I  SAN  JUAN 


4  "-5  2 


Dios  es  amor, 

y  quien  permanece  en  el  amor, 
en  Dios  permanece,  y  Dios  en  él. 

11  En  esto  ha  llegado  a  su  colmo  el  amor  para  con  nosotros, 
en  que  tengamos  segura  confianza  en  el  día  del  juicio  ; 
porque  cual  es  El, 

tales  somos  también  nosotros  en  este  mundo. 
18  Temor  no  le  hay  en  el  amor  ; 
antes  el  perfecto  amor  lanza  afuera  el  temor, 
pues  el  temor  mira  al  castigo, 

v  quien  teme  no  ha  alcanzado  la  perfección  en  el  amor. 

Nosotros  amemos, 
porque  El  primero  nos  amó. 
2uSi  uno  dijere  :  «Arao  a  Dios», 
y  aborrece  a  su  hermano, 
mentiroso  es  ; 

pues  quien  no  ama  a  su  hermano,  a  quien  ha  visto, 
a  Dios,  a  quien  no  ha  visto,  no  le  puede  amar. 
21  Y  este  mandamiento  tenemos  de  él  : 
que  quien  ama  a  Dios  ame  también  a  su  hermano 


Fe  y  obras  unidas  al  amor.  5,  1-5 


C    1  Todo  el  que  cree  que  Jesús  es  el  Mesías, 

de  Dios  ha  nacido  ; 
y  todo  el  que  ama  al  que  engendró, 
ama  también  al  que  ha  nacido  de  él. 
2  En  esto  conocemos  que  amamos  a  los  hijos  de  Dios, 
cuando  amáremos  a  Dios 


mentó,  señala  el  carácter  intelectual  de  la  fe,  que  es  una  adhesión  de  la  inteligencia 
a  la  verdad  revelada  por  Dios.  Segunda  :  que  hay  que  tener  le  en  el  amor  de  Dios.  II 
Quien  permanece  en  el  amor...  :  parece  como  que  San  Juan  hasta  ahora  ha  estado 
haciendo  diferentes  tanteos  en  busca  de  esta  fórmula  maravillosa,  hasta  que  por  lin 
ha  dado  con  ella.  La  comunión  de  amor  es  la  expresión  más  alta  de  la  inefable 
comunión  con  Dios.  El  amor  es  no  sólo  el  nudo  más  estrecho,  sino  la  consumación 
de  la  comunión. 

17  Fruto  regalado  del  amor  es  la  segura  confianza.  Y  da  la  razón  :  porque  cual  es 
él,  tales  somos  también  nosotros  :  es  decir,  semejantes  a  Dios,  como  hijos  a  su  Pa- 
dre ;  que  amamos  a  Dios,  como  Dios  nos  ama  a  nosotros.  Y  esto  se  verifica  aun 
estando  en  este  mundo,  sin  esperar  el  abrazo  de  la  bienaventuranza  celeste. 

38  Temor  no  le  hay  en  el  amor  :  es  decir,  temor  servil.  Hay  tres  clases  de  "temoi 
de  Dios  :  temor  servilmente  servil,  que  sólo  mira  al  castigo  ;  temor  simplemente 
servil,  que  se  ayuda  del  miedo  al  castigo  para  sostener  el  amor  ;  temor  filial,  que 
nace  del  mismo  amor.  El  servilmente  servil  es  incompatible  con  el  amor;  el  sim- 
plemente servil  es  sólo  compatible  con  el  amor  imperfecto;  el  filial  no  sólo  es  com- 
patible con  el  más  perfecto  amor,  sino  esencial  a  él.  Nadie  teme  más  ofender  a  Dios 
que  quien  perfectamente  le  ama.  ' 

El  amor  de  Dios  a  nosotros  no  sólo  tiene  la  iniciativa,  sino  que  es  el  principio 
y  el  motivo  de  nuestro  amor  a  El. 

20  Quien  no  ama  a  su  hermano,  a  quien  ha  visto...  :  aunque  toda  la  razón  de  amar 
al  hermano  es  el  amor  de  Dios,  esta  razón,  con  todo,  al  sensibilizarse  en  el  hombre 
visible,  suele  mover  más  eficazmente.  Por  esto  mismo,  el  amor  invisible  de  Cris'o. 
al  presentarse  bajo  el  símbolo  del  Corazón  visible,  atrae  a  s(  más  poderosamente  los 
corazones  humanos.  Ojos  que  no  ven,  corazón  que  no  llora. 

21  Este  mandamiento...:  no  contento  Dicj  con  la  fuerza  innata  del  amor  de  Dios 
para  provocar  o  determinar  la  caridad  fraterna,  quiso,  con  todo,  para  asegurarla  n 
todo  trance,  ordenarla  con  mandamiento  formal. 

51  Ha  nacido...  engendró  :  nuestra  filiación  divina  es  algo  más  que  una  pura 
adopción  jurídica. 

'  En  4,  20,  se  dice  que  la  caridad  fraterna  es  señal  del  amor  de  Dios  ;  aquí,  in- 
versamente, que  el  amor  de  Dios  es  señal  de  la  caridad  fraterna.  No  hay  contra- 
dicción. Allí  se  habla  del  hecho,  aquí  del  principio  o  del  derecho. 


—  544  — 


5  3-13 


I  SAN  JUAN 


5  3-13 


v  pusiéremos  por  obra  sus  mandamientos. 

•  Porque  éste  es  el  amor  de  Dios  : 

que  guardemos  sus  mandamientos, 

y  sus  mandamientos  no  son  pesados. 

4  Pues  todo  el  que  ha  nacido  de  Dios,  vence  el  mundo  ; 

y  ésta  es  la  victoria  que  venció  el  mundo  :  nuestra  fe. 

6  ¿  Y  quién  es  el  que  vence  el  mundo 

sino  quien  cree  que  Jesús  es  el  Hijo  de  Dios  ? 


'  Este  es  el  que  vino  por  agua  y  sangre,  Jesús  Mesías  : 
no  en  el  agua  solamente, 


Y  el  Espíritu  es  quien  testifica, 
porque  el  Espíritu  es  la  verdad. 

7  Pues  tres  son  los  que  testifican  : 

8  el  Espíritu,  el  agua  y  la  sangre, 
y  los  tres  coinciden  en  uno. 

6  Si  aceptamos  el  testimonio  de  los  hombres, 
mayor  es  el  testimonio  de  Dios  ; 
porque  éste  es  el  testimonio  de  Dios, 
por  cuanto  testificó  acerca  de  su  Hijo. 

10  Quien  cree  en  el  Hijo  de  Dios, 
tiene  el  testimonio  en  sí. 
Quien  no  cree  a  Dios, 

por  mentiroso  le  tiene, 

por  cuanto  no  ha  creído  en  el  testimonio 

que  Dios  ha  testificado  acerca  de  su  Hijo. 

11  Y  éste  es  el  testimonio  : 
que  Dio«  nos  dió  vida  eterna, 
y  esta  vida  está  en  su  Hijo. 

--  Quien  tiene  al  Hijo,  tiene  la  vida  ; 

quien  no  tiene  al  Hijo  de  Dios,  no  tiene  la  vida 


13  Estas  cosas  os  escribí 

para  que  sepáis  que  tenéis  vida  eterna, 

a  vosotros  los  que  creéis  en  el  nombre  del  Hijo  de  Dios. 


8-12  En  dos  ciclos  se  divide  esta  sección.  En  el  primero  (6-8)  se  mencionan  los 
tres  testigos  :  Espíritu,  agua  y  sangre.  En  el  segundo  (9-12)  se  declara  el  valor 
divino  y  el  objeto  de  su  testimonio. 

•Jesu-Cristo  vino  por  agua,  por  cuanto  el  bautismo  de  Juan  fué  como  la  señal 
oficial  de  su  mesianidad  ;  y  vino  por  sangre,  por  cuanto  su  muerte  redentora  esta- 
bleció el  reino  mesiánico.  ||  Ei.  Espíritu...  testifica  :  no  sólo  en  el  bautismo  de  Juan 
y  en  Pentecostés,  sino  también  constantemente  en  el  corazón  de  los  fieles  (3,  24  ; 
4,  2;  4,  6;   4,  13). 

La  adición  de  la  Vulgata  Clementina  sobre  los  tres  testigos  celestes,  el  Padre, 
el  Verbo  y  el  Espíritu  Santo,  no  se  halla  en  los  códices  griegos,  y,  entre  los  latinos, 
sólo  se  lee  en  algunos  códices  españoles.  Es  probable  que  su  origen  sea  africano 
(Cf.   Denz.  2198.) 

•Mayor  es...:  más  digno  de  fe. 

10  Tiene  el  testimonio  de  Dios  en  sí:  lo  admite  como  verídico  y  idemás  lo  posee 
como  prenda  de  salud  eterna. 

J  Creéis  en  el  nombre...  :  el  nombre,  título  o  dignidad  de  Hijo  de  Dios  es  aquí 
el  objeto  de  la  fe. 


El  testimonio  de  Dios  sobre  el  Hijo.  5,  6-12 


Epílogo 


Confianza.  5,  13-15 


—  545  — 


N.  T  18 


514-21 


I  SAN  JÜAN 


5  14"21 


14  Y  ésta  es  la  segura  confianza  que  tenemos  con  El  : 
que  si  alguna  cosa  pidiéremos, 
según  su  voluntad,  nos  escucha. 

18  Y  si  sabemos  que  nos  escucha  en  cuanto  le  pidiéremos, 
sabemos  que  alcanzamos  las  peticiones  que  le  hemos  pedido. 


Pecado  de  muerte  y  pecado  no  de  muerte.  5,  16-17 

18  Si  uno  viere  a  su  hermano 

cometiendo  un  pecado  no  de  muerte, 

pedirá,  —  y  Dios  le  dará  vida, 

a  los  que  pecan  no  para  muerte. 

Hay  pecado  para  muerte  ; 

no  digo  que  se  ruegue  por  él. 

"  Toda  injusticia  es  pecado, 

y  hay  pecado  que  no  es  para  muerte. 


Los  hijos  de  Dios,  preservados  del  malo.  5,  18-19 

IS  Sabemos  que  todo  el  que  ha  nacido  de  Dios  no  peca, 

mas  el  que  nació  de  Dios  se  guarda  a  si  mismo, 

y  el  malo  no  le  toca. 

"  Sabemos  que  somos  de  Dios, 

y  el  mundo  todo  estriba  en  el  malo. 


Jesu-Cristo,  «cí  verdadero  Dios».  5,  20-21 

-°  Sabemos  que  el  Hijo  de  Dios  ha  venido 

y  nos  ha  dado  inteligencia 

para  que  conozcamos  al  Verdadero, 

y  estamos  en  el  Verdadero, 

en  su  Hijo  Jesu-Cristo. 

Este  es  el  verdadero  Dios  y  vida  eterna. 

21  Hijuelos,  guardaos  de  los  ídolos. 

14  Según  su  voluntad  :  según  su  beneplácito  o  inclinación  a  escucharnos. 

tt-H  Pecado  taua  muerte  no  es  todo  pecado  mortal,  sino  algún  pecado  más  atroz,  en 
que  el  pecador  deliberadamente  se  obstina,  con  lo  cual  se  cierra  el  camino  de  la 
penitencia.  Tal  podría  ser  la  apostasía  o  el  odio  mortal  e  irreconciliable  contra  su 

14  El  que  ha  nacido  de  Dios  no  peca  :  cf.  3,  6 ;  3,  9. 

10  El  mundo  todo  estriba  en  el  malo  :  el  demonio  es  la  base,  el  sostén  y  el  ins- 
pirador de  los  criterios  y  de  los  goces  mundanos. 

20  Este  es  el  verdadero...  :  el  pronombre  éste  se  refiere  a  Jesu-C_isto.  Las  razones 
de  esta  significación  o  atribución  cristológica  son  :  i)  la  denominaciói.  el  Verdadero 
(precedido  de  artículo)  la  emplea  San  Juan  como  propia  y  personal  del  Hijo  (Ap.  3,  7; 
19,  11)  ;  2)  la  denominación  vida  (o  vida  eterna),  predicada  por  identidad  y  como 
sustantivamente,  resérvala  igualmente  a  sólo  el  Hijo  (Jn.  11,  25;  14,  16;  1  Jn.  1,  2; 
5,  11-12...)  ;  3)  el  pronombre  «ésten  se  refiere  al  nombre  inmediatamente  precedente, 
cuando  no  se  refiere  al  sujeto  lógico  de  toda  la  frase  ;  y  aquí  Jesu-Cristo  es  el  sus- 
tantivo precedente  y  el  sujeto  predominante  de  toda  la  frase  ;  4)  tal  es  la  interpreta- 
ción general  de  los  Santos  Padres,  entre  los  cuales  pueden  citarse  San  Atanoslo, 
San  Iiasilio,  Dídimo  Alejandrino,  San  Cirilo  Alejandrino,  San  Ambrosio,  San  Agus- 
tín, San  Jerónimo,  San  Hilario  y  otros  muchos.  En  este  supuesto,  probablemente 
la  frase  entera  parece  debe  interpretarse  y  puntuarse  así  :  iEste,  Jesu-Cristo,  es  el 
Vlrdadero,  es  Dios  y  vida  eterna».  Y  si  así  es,  tenemos  uno  de  los  testimonios  más 
espléndidos  de  la  divinidad  de  Cristo.  Y  este  testimonio  es  tanto  más  significativo 
y  asombroso,  en  cuanto  procede  de  un  judío,  irreductiblemente  monoteísta  y  que  a 
continuación  exhorta  a  los  fieles  que  se  guarden  de  los  ídolos. 


—  546  — 


INTRODUCCION 
A    LA    II    EPISTOLA    DE    SAN  JUAN 


Destinatarios. — La  «.señora  elegida»  y  asus  hijos»  a  quienes  se  dirige 
la  carta  debe  de  ser  una  de  las  Iglesias  o  comunidades  cristianas 
del  Asia  Menor.  No  nos  es  posible  precisar  más. 

Ocasión  y  fin. — Las  recomendaciones  que  en  la  carta  se  hacen  su- 
ponen la  presencia  de  los  mismos  adversarios  o  anticristos  y  de  ¡os  mis- 
mos peligros  doctrinales  y  morales  que  en  la  primera  Epístola,  escrita 
por  el  mismo  tiempo.  En  razón  de  su  misma  brevedad  adquiere  mayor 
relieve  la  apremiante  recomendación  de  mantenerse  dentro  de  los  lími- 
tes de  la  tradición  cristiana  y  apostólica.  Las  expresiones  son  hasta  du- 
ras. Al  *quc  va  más  allá  y  no  se  mantiene  en  la  doctrina  de  Cristo»,  dice, 
a  este  tal  *no  le  recibáis  en  casa  ni  le  digáis  ;Salud!»  (g-io). 

Carácter. — La  segunda  Epístola  es  un  precioso  resumen,  en  que  el 
amplio  mensaje  se  compendia  en  una  breve  carta.  Y  puede  servir  de  in- 
troducción para  leer  más  fructuosamente  la  primera  Epístola. 


11-4 


II  SAN  JUAN 


EPISTOLA    II    DE    SAN  JUAN 


Salutación  epistolar.  1-3 


1  El  presbítero  a  la  Señora  elegi- 
da y  a  sus  hijos,  a  los  cuales  yo  amo 
en  verdad,  y  no  yo  sólo,  sino  tam- 
bién todos  los  que  han  conocido  la 
verdad,  2  por  causa  de  la  verdad, 
que  en  nosotros  permanece  y  con 
nosotros  estará  eternamente.  s  Sea 
con  vosotros  gracia,  misericordia, 
paz,  de  parte  de  Dios  Padre  y  de 
Jesu-Cristo,  el  Hijo  del  Padre,  en 
verdad  y  caridad. 


El  mandamiento  de  la  caridad.  4-6 


4  Me  gocé  en  extremo  porque  he 
hallado  entre  tus  hijos  quienes  ca- 
minan en  verdad,  según  que  recibi- 


mos mandamiento  de  parte  del  Pa- 
dre. ■  Y  ahora  te  ruego,  Señora,  no 
como  quien  te  escribo  mandamiento 
nuevo,  sino  el  que  tuvimos  desde  el 
principio  :  que  nos  amemos  los  unos 
a  los  otros.  *  Y  éste  es  el  amor  :  que 
caminemos  según  sus  mandamien- 
tos.; éste  es  el  mandamiento  :  que, 
como  oísteis  desde  el  principio,  ca- 
minéis en  el  amor. 


Los  falsos  maestros.  7-11 


'  Porque  muchos  seductores  han  sa- 
lido al  mundo:  los  que  no  confiesan 
a  Jesús  como  Mesías  venido  en  car- 
ne. Esa.  gente  es  el  seductor  y  el  an. 
ticristo.  "  Mirad  por  vosotros,  no  sea 
que  perdáis  lo  que  trabajasteis,  an- 
tes bien  recibáis  pleno  galardón.  "To. 


1  El  presbítero  :  Juan  en  sus  últimos  años,  como  único  apóstol  superviviente, 
era  el  presbítero  por  antonomasia.  ||  A  la  Señora  elegida:  el  sentido  real  es  claro: 
se  trata  de  alguna  Iglesia  determinada,  que  no  sabemos  cuál  sea.  El  sentido  formal 
o  verbal  no  es  tan  cierto.  El  sustantivo  Señora  puede  ser  común  o  propio.  Si  es 
propio,  sería,  según  el  original,  Kyria  o  Ciria.  De  todos  modos,  sería  un  nombre 
simbólico.  ||  En  verdad  :  podría  tamDién  traducirse,  tal  yez  más  exactamente,  «en 
la  verdad».  La  verdad  es  la  realidad  de  la  economía  de  la  salud  cristiana,  o,  lo  que 
es  lo  mismo,  la  revelación  divina  objetivamente  considerada.  Dentro  de  esta  verdad 
y  conforme  a  ella  dice  San  Juan  que  ama  a  la  Iglesia  a  quien  escribe. 

3  En  verdad  v  caridad  :   que  son  los  dos  temas  fundamentales  de  la  Epístola. 

4  Caminan  en  [la]  verdad  :  proceden  o  viven  dentro  de  la  verdad  y  en  consonancia 
con  ella. 

°Cf.  1  Jn.  2,  7. 

6  Amar  es  guardar  los  mandamientos,  porque  el  mandamiento  por  antonomasia 
y  que  los  recapitula  todos  es  el  del  amor. 

7  Alude  a  los  cerintianos,  que  separaban  o  desgarraban  la  unidad  personal  de 
Jcsu-Crtsto.  (Ct.  1  Jn.  4,  1-3;   2,  1R-23.1 

8  No  sea  que  perdáis  :  hay  que  tener  presente  esta  declaración  para  entender  la 
mente  de  San  Juan  cuando  dice  que  tel  que  ha  nacido  de  Dios...  no  puede  pecan 
(1  Jn.,  J,  9).  ,.      ,  ,  , 

0  El  que  va  más  allá  :  es  el  que  enseña  como  Evangelio  algo  no  sólo  contrario, 
sino  aun  simplemente  distinto  de  la  doctrina  de  Cristo.  ||  El  que  se  mantiene  en 
la  doctrina:  es  decir,  en  la  tradición  apostólica.  ||  Tiene  al  Padre  y  al  Hijo:  110 
sólo  confesándolos  con  la  fe,  sino  también  poseyéndolos  con  la  esperanza  y  el  amor. 


-548- 


1  10-11 


II  SAN  JUAN 


1  12-13 


do  el  que  va  más  allá  y  no  se  man- 
tiene en  la  doctrina  de  Cristo,  no 
tiene  a  Dios  ;  el  que  se  mantiene  en 
la  doctrina,  éste  tiene  al  Padre  y 
también  al  Hijo.  10  Si  alguno  viene 
a  vosotros  y  no  trae  esta  doctrina, 
no  le  recibáis  en  casa  ni  le  digáis  : 
«¡Salud!»;  "el  que  le  dice:  «¡Sa- 
lud!», entra  en  comunión  con  sus 
malas  obras. 


Conclusión.  12-13 


13  Bien  que  tengo  muchas  cosas  que 
escribirte,  no  quise  hacerlo  por  pa- 
pel y  tinta,  sino  que  espero  ir  a  vos- 
otros y  habí  ir  boca  a  boca,  para  que 
nuestro  gozo  sea  colmado.  u  Te  sa- 
ludan los  hijos  de  tu  hermana  la  ele- 
gida. 


10-»  Dos  cosas  prohibe  San  Juan  con  el  que  no  trae  esta  doctrina  :  hospedarle  con 
la  intimidad  de  los  hospedajes  antiguos  y  saludarle  con  las  efusiones  de  los  saludos 
orientales.  Y  da  la  razón  :  porque  con  semejantes  saludos  se  entra  en  comunión  con 
sus  malas  obras.  Esta  intransigencia  del  Discípulo  amado  justifica  y  acredita  la 
intransigencia  de  la  Iglesia  Católica  con  el  erTor. 

u  Los  hijos  de  tu  hermana  la  elegida  son  los  fieles  de  la  Iglesia  desde  la  cual 
escribe,  probablemente  la  de  Efeso. 


—  549  — 


INTRODUCCION 
A    LA    III    EPISTOLA   DE   SAN  JUAN 


estinatario. — La  carta  va  dirigida  a  Gayo.  Junto  a  él  se  mencionan 


otros  dos  personajes :  Diótrefes,  a  quien  se  vitupera,  y  Demetrio,  a 


quien  se  elogia.  Es  probable  que  Diótrefes  sea  el  obispo  de  la  Igle- 
sia a  la  cual  va  dirigida  la  segunda  Epístola.  Y  parece  que  este  obispo, 
contagiado  por  las  perversas  doctrinas  de  Cerinto,  no  sufría  que  San  Juan 
mandase  misioneros  a  su  Iglesia,  y  así  no  los  recibía  ni  consentía  que 
nadie  los  recibiese'  Muchos,  con  todo,  se  mantenían  fieles  al  apóstol,  en- 
tre ellos  Gayo,  cristiano  influyente  de  aquella  Iglesia. 

Ocasión  y  fin. — Según  esto,  San  Juan  escribe  a  Gayo  recomendándo- 
le que,  sin  atender  al  perverso  Diótrefes,  dé  acogida  a  los  predicadores 
que  él  envíe,  especialmente  ahora  a  Demetrio,  que  parece  ser  el  portador 
de  la  carta  y  tal  vez  también  el  jefe  de  una  expedición  evangélica  en- 
viada por  el  apóstol. 


—  550  - 


11-6 


III  SAN  JUAN 


17-10 


EPISTOLA   III   DE   SAN  JUAN 


Salutación  epistolar,  i 

1  El  presbítero  a  Gayo  el  amado, 
a  quien  yo  amo  en  verdad. 


Afectuosos  elogios.  2-8 

J  Amado  mío,  en  todas  cosas  te 
deseo  prosperidad  y  salud,  a  la  me- 
dida de  la  prosperidad  que  tiene  tu 
alma.  *  Porque  me  gocé  en  extremo 
cuando  vinieron  algunos  hermanos 
y  dieron  testimonio  de  tu  verdad, 
conforme  al  modo  con  que  tú  andas 
en  verdad.  4  Mayor  gozo  no  tengo 
que  el  de  oír  que  mis  hijos  caminan 
en  la  verdad.  6  Amado  mío,  obras  en 
consonancia  con  la  fe  en  cuanto  ha- 
ces con  los  hermanos,  mayormente 
con  los  extranjeros,  8  los  cuales  die- 


ron testimoaio  de  tu  caridad  en  pre- 
sencia de  la  Iglesia,  a  los  cuales  ha- 
rás bien  en  proveer  para  su  viaje  de 
una  manera  digna  de  Dios,  7  pues 
por  su  nombre  salieron,  sin  recibir 
nada  de  los  gentiles.  8  Nosotros, 
pues,  debemos  acoger  a  los  tales, 
para  hacernos  cooperadores  de  la 
verdad. 


Diótrefes  y  Demetrio.  9-12 


'  Escribí  algo  a  la  Iglesia  ;  pero 
el  que  es  amigo  de  tener  el  primer 
puesto  entre  ellos,  Diótrefes,  no  nos 
admite.  10  Por  esto,  si  voy  allá,  le 
haré  presentes  las  obras  que  hace, 
cuando  con  perversas  palabras  dice 
tonterías  de  nosotros,  y,  no  contento 
con  esto,  ni  él  admite  a  los  herma- 


1  El  presbítero  :  cf.  2  Jn.  1.  ||  Gayo  :  sobre  este  personaje  y  sobre  los  otros  dos 
mencionados  en  la  carta,  a  falta  de  noticias  ciertas,  sólo  caben  conjeturas  más  o 
menos  fundadas. 

-  Salud:  es  probable  que  Gayo  estuviera  enfermo  o  enfermizo.  ||  A  la  medida 
de...  :  te  deseo  en  lo  temporal  el  mismo  buen  estado  que  tienes  en  lo  espiritual. 

w  Andís  en"  [la]  verdad  :  es  lo  mismo  que  obras  en  consonancia  con  la  fe,  haces 
obras  nacidas  de  la  fe  y  son  dignas  de  la  fe  que  profesas.  P  Los  extranjeros  a 
quienes  se  refiere  son  los  misioneros  o  predicadores  ambulantes  del  Evangelio  en- 
viados por  el  apóstol  a  diferentes  ciudades.  Gayo  se  distinguía  en  la  caridad  con 
que  hospedaba  generosamente  a  estos  misioneros. 

8  Para  hacernos  cooperadores  de  la  verdad  :  auxiliar  en  lo  temporal  a  los  mi- 
sioneros es  cooperar  personalmente  a  la  difusión  del  Evangelio.  Tal  es  el  principio 
de  la  obra  de  la  Propagación  de  la  Fe. 

*  Escribí  algo  a  la  Iglesia  :  esta  carta  parece  se  ha  perdido,  pues  difícilmente 
puede  ser  la  Epístola  anterior,  j]  Diótrefes:  probablemente  era  el  obispo  de  aquella 
Iglesia,  que,  lejos  de  gobernar  como  había  mandado  el  Maestro  (Mt.  20,  2Ü-2S  ; 
Me.  io,  43-45;  Le.  22,  26-27;  Jn-  13»  12-17),  ambicionaba  tener  el  primer  puesto  y  tra- 
taba despóticamente  a  los  fieles.  ||  No  nos  admite:  primer  chispazo  de  espíritu 
cismático  contra  la  autoridad  apostólica. 

10  Ni  él  admite  a  los  hermanos:  al  contrario  de  Gayo,  Diótrefes  ni  daba  hospedaje 
a  los  misioneros  forasteros  ni  consentía  que  otros  se  lo  diesen  ;  más  aún  :  los  echaba 
de  la  Iglesia,  es  decir,  los  excomulgaba.  Temería,  sin  duda,  Diótrefes  que  los  enviados 
por  el  apóstol  mermasen  su  autoridad  personal. 


1  11-12 


III  SAN  JUAN 


1  13-15 


nos  ni  consiente  que  los  que  quieren 
los  admitan,  y  los  echa  de  la  Igle- 
sia. 11  Amado  mío,  no  imites  lo  ma- 
lo, sino  lo  bueno.  El  que  obra  el 
bien,  es  de  Dios  ;  el  que  obra  el 
mal,  no  ha  visto  a  Dios.  12  A  Deme- 
trio le  abona  el  testimonio  de  todos 
y  el  de  la  misma  verdad,  y  nosotros 
también  damos  testimonio,  y  sabes 
que  nuestro  testimonio  es  veraz. 


Conclusión.  13-15 


11  Muchas  cosas  tenía  que  escribir- 
te, mas  no  quiero  escribirte  con  tin- 
ta y  pluma ;  "  mas  espero  verte  pron- 
to, y  boca  a  boca  hablaremos.  u  La 
paz  sea  contigo.  Te  saludan  los  ami- 
gos. Saluda  a  los  amigos  en  par- 
ticular 


11  Es  de  Dios...  no  ha  visto  a  Dios:  dos  expresiones  yerbalmente  diferentes,  real- 
mente idénticas  para  San  Juan. 

"  l  Era  Demetrio  uno  de  los  fieles  más  influyentes  de  la  Iglesia  a  quien  se  es- 
cribe, o  bien  uno  de  los  misioneros  ambulantes  acogidos  por  Gayo,  tal  vez  el  portador 
de  la  carta  ?  Simples  conjeturas.' 

15  Los  amigos  :  la  fraternidad  cristiana  es  la  más  pura  y  la  más  íntima  de  las 
amistades.  ||  En  particular:  tal  vez  porque  echados,  él  y  ellos,  de»  las  reuniones 
eclesiásticas  por  Diótrefes,  no  tendría  oportunidad  de  saludarlos  en  común. 


INTRODUCCION 
A    LA    EPISTOLA    DE    SAN  IUDAS 


utor. — El  autor  es  «Judas...  hermano  de  Santiago*  (i)  el  obispo  de 


Jerusalén.  Es  apóstol.  En  el  catálogo  de  ¡os  Doce  se  menciona  a 


*■  «Judas  el  [hermano]  de  Santiago*  (Le.  6,  ib;  Ac.  i,  13).  En  el 
canon  tridentino  de  los  libros  inspirados  se  le  llama  «Judas  Apóstol» 
(Denz.  JS4).  Sin  esta  apostolicidad  ni  se  explica  la  autoridad  con  que 
escribe  ni  la  canonicidad  de  la  Epístola.  De  una  indicación  do  San  Pa- 
blo (1  Cor.  q,  5)  parece  deducirse  que  San  Judas  acompañó  a  San  Pedro 
en  sus  expediciones  apostólicas  fuera  de  Palestina. 

Destinatarios. — Probablemente  son  judíos  cristianos,  que  habían  es- 
tado bajo  el  influjo  de  Santiago  el  obispo  de  Jerusalén.  Podrían  ser  es- 
pecialmente los  de  la  Iglesia  de  Antioquía. 

Ocasión  y  fin. — Dieron  ocasión  a  esta  carta  los  mismos  herejes  liber- 
tinos que  motivaron  la  segunda  de  San  Pedro.  Podría  ser  que,  como 
San  Pedro,  para  oponerse  a  los  manejos  de  esos  falsos  profetas,  escribió 
a  los  fieles  del  Asia  Menor,  escribiese  San  Judas  con  análogo  objeto  a 
los  fieles  de  las  regiones  más  vecinas  de  Jerusalén,  no  mucho  después 
de  la  muerte  de  Santiago. 

San  Judas  y  San  Pedro. — £5  innegable  la  afinidad,  aun  verbal,  entre 
esta  Epístola  y  la  segunda  de  San  Pedro.  Hay  dependencia  literaria.  Ge- 
neralmente se  cree  que  fué  San  Pedro  quien  utilizó  el  escrito  de  su  cole- 
ga. Las  expresiones  más  duras  y  difíciles  de  San  Judas  delatan  priori- 
dad. Literariamente,  la  de  San  Judas  es  superior  a  la  de  San  Pedro.  Era 
«hermano*  del  Señor. 


-553  - 


SAN  JUDAS 


15-8 


EPISTOLA    DE    SAN  JUDAS 


Salutación  epistolar.  1-2 

'Judas,  esclavo  de  Jesu- Cristo  y 
hermano  de  Santiago,  a  los  llama- 
dos, amados  en  Dios  Padre  y  con- 
servados para  Jesu-Cristo  :  2  miseri- 
cordia, paz  y  caridad  sean  con  vos- 
otros multiplicadas. 


Aparición  de  falsos  maestros.  3-4 

*  Amados  míos,  poniendo  yo  toda 
mi  diligencia  en  escribiros  acerca  de 
nuestra  común  salud,  sentí  la  nece- 
sidad de  dirigiros  esta  carta  para  ex- 
hortaros a  combatir  por  la  fe,  trans- 
mitida a  los  santos  de  una  vez  para 
siempre. 4  Porque  se  han  filtrado  cier- 
tos hombres,  ya  de  antiguo  señala- 
dos en  la  Escritura  como  destinados 
a  esta  condenación,  impíos,  que  true- 
can en  libertinaje  la  gracia  de  nues- 
tro Dios  y  niegan  al  solo  Dominador 
y  Señor  nuestro,  Jesu-Cristo. 


Sus  precursores  en  el  Antiguo  Tes- 
tamento. 5-7 

8  Mas  quiero  recordaros,  bien  que 
sepáis  todas  estas  cosas  una  vez 
aprendidas,  que  Jesús,  después  de  ha- 
ber salvado  al  pueblo  sacándole  de 
la  tierra  de  Egipto,  luego  exterminó 
a  los  que  no  creyeron  ;  8  y  a  los  án- 
geles que  no  mantuvieron  su  prin- 
cipado, antes  abandonaron  su  propia 
morada,  los  reservó  atados  con  ca- 
denas eternas  en  el  fondo  de  las  ti- 
nieblas para  el  juicio  del  gran  día  ; 
'  como  también  Sodoma  y  Gomorra 
y  las  ciudades  a  ellas  circunvecinas, 
habiéndose  entregado  a  todos  los  ex- 
cesos de  la  fornicación  lo  mismo  que 
éstos,  y  corrido  tras  carne  ajena,  que- 
dan ahí  como  ejemplar,  sometidas 
al  castigo  de  fuego  eterno 


Perversidad  de  esos  hombres.  8-13 

8  Con  todo  esto,  de  semejante  ma- 
nera también  éstos,  en  su  loco  des- 
varío, manchan  la  carne,  no  recono- 


1  De  Santiago  :  el  llamado  hermano  (=pariente)  del  Señor.  Ambo?,  Santiago  y 
Judas  Tadeo,  eran  apóstoles.  ||  Amados  en  Dios  Padre:  a  quienes  Dios  ama  y  tiene 
dentro  de  su  corazón.  ||  Conservados:  por  la  gracia  de  Dios,  que  los  sostiene.  || 
I'ara  Jesu-Cristo  :  cuyo  patrimonio  y  propiedad  han  de  ser. 

3  La  fe,  transmitida...  de  una  vez  para  siempre:  la  revelación  cristiana,  transmi- 
tida a  la  Iglesia  por  los  apóstoles,  es  inmutable  e  invariable  :  no  sufre  adiciones, 
ni  menguas,  ni  alteraciones. 

4  Que  truecan  en  libertinaje  la  gracia  de  la  redención,  que  es  una  liberación  del 
pecado  y  de  la  ley  mosaica  :  que  esto  es  la  libertad  cristiana.  (Cf.  Gál.  5,  13  ;  1  Pe.  2, 
16;  2  Pe.  2,  19.)  ||  Al  solo  Dominador:  testimonio  de  la  universal  soberanía  del  que 
es  «el  solo  Señor»,  Jesu-Cristo  (1  Cor.  8,  6). 

6  Jesús  :  testimonio  de  la  preexistencia  divina  de  Jesu-Cristo. 
*  Su  principado  :  su  rango  de  príncipes  de  la  creación. 
'  Tras  carne  ajena  :  designación  de  los  vicios  nefandos. 
8  Las  glorias:  los  ángeles  (2  Pe.  2,  10). 


19-16 


SAN  JUDAS 


1  17-25 


cen  señorío,  blasfeman  de  las  glo- 
rias. •  El  arcángel  Miguel,  cuando, 
altercando  con  el  diablo,  le  disputa- 
ba el  cuerpo  de  Moisés,  no  osó  pro- 
nunciar sentencia  contumeliosa,  si- 
no dijo  :  «Mándete  callar  el  Señor.» 
10  Estos,  empero,  blasfeman  de  lo  que 
ignoran,  y  lo  que  naturalmente  sa- 
ben, como  los  brutos  animales,  en 
eso  se  corrompen.  11  ¡  Ay  de  ellos!, 
porque  anduvieron  por  el  camino  de 
Caín,  y  por  esperanza  de  lucro  se 
precipitaron  en  los  extravíos  de  Ba- 
laán,  y  perecieron  con  la  sublevación 
de  Co'ré.  a  Estos  son  los  que  man- 
cillan vuestros  ágapes,  cuando  con 
vosotros  banquetean  sin  recato,  hom- 
bres que  se  apacientan  a  6Í  mismos, 
nubes  sin  agua  que  los  vientos  se 
llevan,  árboles  de  otoño  que  fene- 
ce, desprovistos  de  fruto,  dos  veces 
muertos,  arrancados  de  raíz  ;  "  olas 
bravias  del  mar,  que  echan  las  es- 
pumas de  sus  torpezas  ;  astros  erran- 
tes, a  los  cuales  está  reservada  la 
lobreguez  de  las  tinieblas  eterna- 
mente. 


Profecía  de  Enoc.  14-16 

"  Profetizó  también  de  éstos  Enoc, 
el  séptimo  a  partir  de  Adán,  dicien- 
do: «He  aquí  que  el  Señor  vino  con 
sus  miríadas  santas  15  para  entablar 
juicio  contra  todos,  y  convencer  a 
todos  los  impíos  de  todas  sus  obras 
de  impiedad  que  impíamente  come- 
tieron  y  de  todas  las  palabras  inso- 
lentes :jue,  pecadores  impíos,  habla- 
ron contra  El»  (Enoc,  1,  9).  16  Estos 
son  murmuradores,  descontentos  de 
su  suerte,  que  viven  conforme  a  sus 


concupiscencias  y  cuya  boca  habla 
pomposidades,  que  se  hacen  admi- 
radores de  las  personas  con  miras  a 
su  interés. 


Recomendaciones  a  los  fieles.  17-23 

"  Mas  vosotros,  amados  míos,  acor- 
daos de  las  palabras  anteriormente 
dichas  por  los  apóstoles  de  nuestro 
Señor  Jesu-Cristo,  18  en  que  os  de- 
cían :  En  el  último  tiempo  habrá  bur- 
ladores que  vivirán  según  sus  pro- 
pias concupiscencias,  atizadas  por  su 
impiedad.  19  Estos  son  los  que  intro- 
ducen divisiones,  animales,  privados 
del  Espíritu  Santo.  10  Mas  vosotros, 
amados  míos,  edificándoos  sobre  el  ci- 
miento de  vuestra  santísima  fe.  oran- 
do en  el  Espíritu  Santo,  u  conservaos 
en  la  caridad  de  Dios,  aguardando  la 
misericordia  de  nuestro  Señor  Jesu- 
Cristo,  que  os  llevará  a  la  vida  eter- 
na. 22  A  unos,  los  que  vacilan,  con- 
vencedlos ;  23  a  otros  salvadlos  arran- 
cándolos del  fuego  ;  con  otros  tened 
misericordia,  mas  con  temor,  aborre- 
ciendo aun  la  túnica  manchada  por 
la  carne. 


Conclusión.  24-25 

*  Al  que  es  poderoso  para  guarda- 
ros de  tropiezo  y  haceros  parecer  in- 
maculados en  presencia  de  su  gloria 
con  regocijo,  10  al  solo  Dios,  Salva- 
dor nuestro,  por  mediación  de  Jesu- 
Cristo,  Señor  nuestro,  sea  la  gloria, 
la  majestad,  el  imperio  y  el  poderío 
antes  de  todo  siglo  y  ahora  y  por 
todos  los  siglos.  Amén. 


•Este  altercado,  conocido  por  la  tradición  oral,  se  narraba  probablemente  en  el 
libro  apócrifo  Asunción  de  Moisés, 

30  Se  corrompen  :  con  corrupción  moral  y  con  ruina  eterna. 

"Dos  veces  muertos:  con  la  muerte  moral  o  espiritual  y  con  la  muerte  eterna. 
(Cf.  Apoc.  20,  6 ;  30,  14 ;  31,  8.) 

"Profetizó...:  cita  San  Judas  el  apócrifo  de  Enoc,  como  San  Pablo  cita  los 
Oráculos  de  Epiniénides  (Tit.  1,  12),  a  quien  llama  también  profeta.  Ni  el  uno  ni  el 
otro  consideraban  esos  escritos  como  Escritura  divinamente  inspirada.  Pudo,  con 
todo,  San  Judas  considerar  como  verdadera  profecía  las  palabras  de  Enoc,  en  cuanto 
dichas  por  el  patriarca,  no  en  cuanto  accidentalmente  conservadas  en  un  libro  apó- 
crifo. 

17  Se  remite  San  Judas  a  la  tradición  oral  apostólica. 

y>-a  En  la  mención  de  las  tres  divinas  personas  se  halla  implícita  la  hermosa 
fórmula  trinitaria  de  San  Pablo  :  cLa  gracia  del  Señor  Jesu-Cristo  y  la  caridad  de 
Dios  [Padre]  y  la  comunión  del  Espíritu  Santo»  (3  Cor.  13,  13). 

*-a  Se  designan  probablemente  tres  categorías  de  pecadores  :  1)  los  vacilantes  en 
la  fe  o  en  la  vida  cristiana;  3)  los  puestos  en  gravísimo  peligro  moral;  3)  los  total- 
mente corrompidos  y  contagiosos. 

i*-JS  Es  notable  la  afinidad  de  esta  conclusión  con  la  de  la  Epístola  a  los  Roma- 
nos (16,  35-37). 

—  555  — 


INTRODUCCION  AL  APOCALIPSIS 


Datos  históricos. — A  fines  del  imperio  de  Domiciano  (Si-g6),  San  Juan 
Evangelista  fué  relegado  «a  la  isla  de  Patmos  por  la  palabra  di- 
Dios  y  el  testimonio  de  Jesús»  (i-g).  Allí  vio  las  visiones  consig- 
nadas en  el  Apocalipsis,  destinado  a  las  Iglesias  del  Asia  proconsnlar  (i,  4). 

Significación. — Revelación  de  Jesu-Cristo:  tal  es  el  título  con  que 
San  Juan  designa  su  Apocalipsis.  Jesu-Cristo  es,  en  efecto,  no  sólo  el 
autor,  sino  también  el  objeto  primario  y  central  de  la  revelación.  Si  siem- 
pre se  hubiera  leído  el  Apocalipsis  puesta  la  mira  en  Jesu-Cristo,  de 
muy  diferente  manera  se  hubiera  interpretado.  Pero  más  de  una  vez  se 
ha  querido  ver  en  el  Apocalipsis  lo  que  no  era:  un  descomunal  rompeca- 
bezas a  lo  divino  o  una  historia  eclesiástica  en  logogrifos.  En  cambio, 
leído  el  Apocalipsis  sensatamente,  será,  sin  duda,  oscuro  y  misterioso ; 
pero  la  oscuridad  y  el  misterio,  lejos  de  robar  el  sol  a  nuestra  vista,  le 
cercarán  para  liacerle  más  visible:  en  el  centro  brillará  radiante  Jesu- 
Cristo,  victorioso  y  triunfador.  Esta  es  la  visión  divina  que  flota  sobre 
todas  las  nieblas  del  Apocalipsis.  Cristo  vence,  Cristo  reina,  Cristo  impera. 

Simbolismo. — Otro  principio,  tan  sencillo  como  necesario,  nos  preser- 
vará de  fatales  equivocaciones :  hay  que  dar  a  los  símbolos  del  Apocalip- 
sis el  sentido  que  tienen.  No  olvidemos  que  el  Apocalipsis  es  obra  de  un 
escritor  oriental,  de  fantasía  exuberante ;  de  un  profeta,  que  vislumbra 
los  destinos  humanos  en  un  horizonte  de  eternidad ;  de  un  vidente  apo- 
calíptico, que  presencia  las  últimas  convulsiones  de  un  mundo  que  pe- 
rece, el  choque  supremo  de  las  dos  fuerzas  antagónicas  del  bien  y  de! 
mal;  y  reduciremos  sus  itnágenes  simbólicas  a  sus  términos  naturales. 
Nunca  se  insistirá  bastante  en  la  enorme  alteración  que  sufren  los  hechos 
al  ser  traducidos  en  símbolos.  Del  símbolo  hay  que  extraer  la  idea,  que 
suele  ser  muy  simple.  Hay  que  tomar  en  cuenta  la  variabilidad  de  los 
símbolos,  su  elasticidad,  su  inconsistencia  e  incoherencia:  un  símbolo 
para  dos  ideas  distintas,  dos  símbolos  para  una  misma  idea.  Hay  tam- 
bién fusión  de  símbolos  diferentes  y  símbolos  de  segundo  grado.  En  cam- 
bio, en  la  idea  significada  hay  gran  fijeza. 

Sería  además  error  gravísimo  y  principio  de  otros  lamentables  erro 
res  interpretar  plásticamente  las  fugaces  y  difluentes  visiones  del  pro- 
ieta.  Dar  precisión  y  fijeza  de  contornos  a  esas  imágenes  indecisas  sería 
como  querer  traducir  plásticamente  en  bloques  de  piedra  las  melodías 
infinitas  de  Wágncr.  Pintar,  como  hizo  don  Juan  de  Jáuregui.  en  el  Co- 


—  557  — 


APOCALIPSIS 


meutario  del  padre  Luis  de  Alcázar,  el  Hijo  del  hombre  con  una  espada 
qim  sale  de  la  boca,  es  confundir  las  esferas  del  arte  y  de  la  naturaleza, 
es  convertir  una  imagen  grandiosa,  dentro  del  gusto  oriental,  en  una 
ridicula  caricatura.  Las  visiones  de  San  Juan  tienen  contornos  flotantes 
e  inconsistentes:  es  vano  empeño  desojarse  por  distinguir  líneas  que 
no  existen.  Más  prudente  es  clavar  la  mirada  en  la  idea  luminosa  que 
informa  todos  los  símbolos:  Cristo  vencedor.  Ni  es  esto  un  asilo  de  la 
ignorancia:  es  una  medida  de  la  discreción,  es  reconocer  los  linderos 
de  las  diferentes  manifestaciones  estéticas  y  psicológicas ,  que  tan  acer- 
tadamente señaló  Lessing  en  su  Laocoonte. 

Simbolismo  de  los  números. — No  fué  San  Juan  quien  creó  el  simbo- 
lismo de  los  números,  pero  si  lo  utilizó  como  lenguaje  usual  en  el  género 
apocalíptico.  El  valor  simbólico  de  los  números  no  es  proporcional  a  su 
valor  real  o  matemático.  Así,  el  7  es  símbolo  de  plenitud  o  totalidad, 
mientras  que  el  10  lo  es  de  limitación.  El  6  (  =  ~  —  1)  representa  el 
conato  frustrado  por  alcanzar  la  plenitud.  El  12  significa  una  cantidad 
normal;  el  1.000,  una  multitud  inde finida.  Esta  significación  pasa  a  los 
múltiplos  de  estos  números.  Así,  144.000  es  12  x  12  x  1.000. 

Realidad  de  las  visiones. — Las  visiones  referidas  en  el  Apocalipsis 
no  son  una  ficción  literaria,  como  lo  son  en  otras  obras  no  inspiradas 
del  mismo  género,  sino  que  presuponen  visiones  sobrenaturales  real- 
mente tenidas  por  San  Juan.  Sobre  las  imágenes  simbólicas  con  que  se 
describen  las  visiones  cabe  controversia.  Distinguiendo  entre  visión  (o 
revelación)  e  inspiración,  las  imágenes  simbólicas  pueden  concebirse  de 
dos  maneras  sustancialmente  distintas:  objetivamente ,  como  expresión 
imaginaria  de  la  previa  revelación  de  Dios,  a  subjetivamente,  como  imá- 
genes previamente  poseídas  por  el  vidente,  pero  movidas  o  suscitadas  por 
la  acción  de  la  inspiración  divina.  Esta  segunda  hipótesis  parece  proba- 
ble, siempre  que  se  trata  de  imágenes  corrientes  en  el  género  apoca- 
líptico. 

Ciclos  o  sistema  de  la  recapitulación.  —  La  serie  de  ¡as  visiones 
apocalípticas  no  se  ha  de  concebir  corno  rectilínea,  sino  como  cíclica; 
no  es,  por  así  decir,  una  sola  película  seguida  o  continua,  sino  más  bien 
una  sucesión  o  recambio  de  varias  películas,  en  cada  u>ia  de  las  cuales  se 
desarrollan  integramente  unos  mismos  acontecimientos :  con  imágenes 
más  esquemáticas  en  las  primeras,  con  rasgos  más  realistas  y  completos 
en  las  últimas.  Es  una  repetición  cíclica  de  la  misma  historia,  con  fre- 
cuentes anticipaciones  y  retrocesos  dentro  de  cada  película.  Distinción 
en  la  presentación,  unidad  o  identidad  en  lo  representado.  Un  Apocalip- 
sis concebido  en  línea  recta,  única,  más  que  un  enigma  indescifrable,  re- 
sultaría un  absurdo  incoherente.  Sobreponiendo,  en  cambio,  las  diferen- 
tes películas,  se  obtiene  una  imagen  coherente  y  grandiosa  de  la  historia 
humana  contemplada  desde  el  punto  de  vista  divino. 

Audición  y  visión. — Es  importantísimo  para  la  ajustada  interpreta- 
ción del  Apocalipsis  el  hecho  de  que  San  Juan  desdobla  las  representa- 
ciones en  dos  fases  sucesivas:  una  acústica  y  otra  óptica.  Primero  oye 
lo  que  luego  ve.  La  natural  incoherencia  entre  las  imágenes  acústicas  3' 
las  ópticas  puede  desorientar,  y  no  pocas  veces  ha  desorientado,  haciendo 
tomar  como  exhibiciones  objetivamente  diversas  lo  que  no  es  sino  una 
doble  presentación,  primero  acústica  y  luego  óptica,  de  una  misma  rea- 
lidad. Así,  los  ¡44.000  marcados  de  7,  i-S,  son  la  misma  turba  celeste 
de  7,  9-17. 


-  558  - 


APOCALIPSIS 


Otros  procedimientos  literarios. — Además  de  los  indicados,  convie- 
e  tener  presentes  otros  procedimientos  literarios  familiares  a  San  Juan, 
a  antítesis  o  contraste  es  constante  en  el  Apocalipsis,  con  algunas  par- 
cularidades  singulares,  como  es  su  aparición  regular  en  los  sextos  mo- 
mentos del  desenvolvimiento  cíclico.  Son  también  /recuentes  los  anuncios 
rolépticos  de  lo  que  ha  de  venir  y  los  retrocesos  cronológicos,  ya  antes 
¡endonados.  Son  también  orientadores  los  coros  celestes,  que  suelen 
xpresar  el  pensamiento  o  dianoia  de  las  visiones.  Y  así  de  otros  procedi- 
mientos análogos. 

Vértigo  apocalíptico. — Para  no  desorientarse  es  menester  también 
ener  presente  la  rapidez  vertiginosa  con  que  se  presenta  la  historia  hu- 
tana,  presenciada  desde  el  punto  de  vista  divino,  sub  specie  aeternitatis. 
'recipítanse  los  acontecimientos  como  carrera  loca,  como  impetuosa  cas- 
ada, con  celeridad  fulmínea.  Es  pálido  el  ipraeterit  figura  huius  mundi» 
e  San  Pablo  o  el  «pauta  reh  del  otro  filósofo.  En  el  Apocalipsis  el  mun- 
o  corre,  huye,  se  disipa,  desaparece.  Semejante  velocidad  arrebatada  no 
'crmite  señalar  con  demasiada  fijeza  etapas  distintas  o  sucesivas  en  el 
'esenvolvimicnto  histórico  de  los  hechos,  ni  menos  determinar  fechas. 
sn  el  Apocalipsis ,  más  que  en  otra  parte  algufia,  mil  años  son  para 
)íos  como  el  día  de  ayer  que  ya  pasó:  un  abrir  y  cerrar  de  ojos.  Contra- 
puesta a  esa  fugacidad  atropellada  de  la  tragedia  humana  aparece  la 
tema  inmovilidad ,  la  inperturbable  serenidad  celeste,  dentro  de  la  cual 
Jios  todo  lo  ve,  todo  lo  controla,  todo  lo  encauza,  todo  lo  dirige  y  em- 
puja al  fin  que  se  ha  propuesto.  Contra  esta  roca  de  la  providencia  divina 
e  estrellan  y  fracasan  todos  los  conatos  de  la  rebeldía  humana  o  diabó- 
ica.  Este  enfoque  divino  de  los  acontecimientos  humanos  es  una  apre- 
niante  exhortación  a  que,  contemplando  la  tierra  desde  el  cielo,  lejos  de 
lejarnos  arrastrar  por  el  torbellino  humano-;  «ibi  nostra  fixa  sint  corda, 
ibi  vera  sunt  gaudian. 

Fe,  esperanza  y  caridad.— Leído  así  el  Apocalipsis,  lejos  de  despeña) 
m  locas  aberraciones,  ilumina  el  espíritu  y  vigoriza  el  corazón,  y  des- 
pierta en  el  alma  la  fe,  la  esperanza  y  el  amor:  la  profesión  de  fe,  que 
se  declara  impertérrita  ante  los  cobardes  adoradores  de  la  bestia  ;  los 
suspiros  de  la  esperanza,  que  no  desmaya  en  medio  de  la  «gran  tribu- 
lación^; las  expansiones  del  amor,  que  atraído  hacia  Cristo,  el  Esposo 
divino,  desdeña  y  abomina  las  seducciones  de  Babilotiia  la  grande.  C'is- 
to  vencedor,  garantía  de  la  fe,  sostén  de  la  esperanza,  centro  del  amor. 


—  559  — 


11-4 


APOCALIPSIS 


114 


APOCALIPSIS   DE  SAN  JUAN 


Prólogo 


Título  del  libro,  i,  1-3 

•1  1  Revelación  de  Jesu-Cristo, 
que  Dios  le  confió 
para  manifestar  a  sus  siervos 
lo  que  ha  de  sobrevenir  en  breve, 
y  El  significó 
por  mediación  de  un  ángel  sujo  que  envió 
a  su  siervo  Juan, 
2  el  cual  testificó  la  palabra  de  Dios 
y  el  testimonio  de  Jesu-Cristo, 
que  es  cuanto  vió. 
5  Bienaventurado  el  que  lee  y  los  que  oyen 
las  palabras  de  la  profecía 
y  guardan  las  cosas  escritas  en  ella, 
porque  el  tiempo  está  cerca. 


Salutación.  1,  4-6 
4  Juan 

a  las  siete  Iglesias  que  están  en  el  Asia  : 

gracia  a  vosotras  y  paz 
de  parte  del  que  es,  y  que  era,  y  que  viene, 
y  de  parte  de  los  siete  Espíritus 
que  están  en  la  presencia  de  su  trono, 


-I     1  Revelación  (=Apocalipsis)  de  Jesu-Cristo  :  título  del  libro,  que  es  uua  revelación 
divina,  cuyo  autor  y  cuyo  objeto  es  Jesu-Cristo.  » 

2  El  sentido  es  :  Juan  testificó  (por  medio  del  libro  que  escribe)  todo  cuanto  vió 
y  oyó,  todo  lo  cual  es  palabra  de  Dios  y  testimonio  dado  por  Jesu-Cristo. 

3  El  Apocalipsis  es  profecía,  no  sólo  como  vaticinio  de  lo  por  venir,  sino  también 
como  exhortación  y  consolación  (1  Cor.  14,  3).  ||  El  tiempo  está  cerca:  los  aconteci- 
mientos están  ya  en  marcha,  y  su  desenlace,  contemplado  desde  el  punto  de  vista 
divino,  se  avecina  rápidamente. 

4  A  las  siete  Iglesias  :  son  las  que  luego  se  mencionarán.  El  número  simbólico  de 
siete  representa  todas  las  Iglesias  del  Asia  Menor  y  aun  la  Iglesia  universal.  Siete 
es  el  símbolo  de  la  totalidad  o  universalidad.  ||  El  que  es:  traducción  del  nombre 
divino  de  Yahveh  (=*Esi),  con  que  Dios  mismo  se  designó  (Ex.  3,  14)  para  expresar 
la  plenitud  de  su  Ser,  en  cuya  comparación  todo  otro  ser  es  como  si  no  fuese.  ||  Qus 
era  :  desdoblamiento  del  mismo  nombre  de  Yahveh,  para  expresar  la  eternidad  del 
Ser  divino.  II  Que  viene  (o  va  a  venir):  referencia  al  tema  fundamental  del  Apocalip- 
sis, que  es  la  venida  o  advenimiento  de  Dios  en  la  persona  de  Jesu-Cristo  (1,  7;  22, 
7;  22,  12;  22,  20...).  ||  Los  siete  Espíritus:  es  la  persona  del  Espíritu  scptiforme 
(4,  5¡  5»  6;  cfr.  Is.  11,  2-3),  que  luego  hablará  a  las  siete  Iglesias  (2,  7.  11.  17.  29; 
3,  6.  13.  22). 


15-9 


APOCALIPSIS 


1 10- a 


*  y  de  parte  de  Jesu-Cristo, 
el  testigo  fiel, 
el  primogénito  de  los  muertos 
y  el  príncipe  de  los  reyes  de  la  tierra. 
Al  que  nos  ama 
y  nos  rescató  de  nuestros  pecados  con  su  sangre, 
*  e  hizo  de  nosotros  un  reino, 
sacerdotes  para  el  Dios  y  Padre  suyo, 
a  El  la  gloria  y  el  poderío 
por  los  siglos  de  los  siglos.  Amén. 


Lema  y  aprobación  divina,  i,  7-8 

1  He  aquí  que  viene  entre  las  nubes, 
y  le  verá  todo  ojo, 
y  los.  mismos  que  le  traspasaron, 
y  plañirán  sobre  El 
todas  las  tribus  de  la  tierra. 

Sí.  Amén. 
•  Yo  soy  el  Alfa  y  la  Omega, 
dice  el  Señor  Dios, 
el  que  es,  y  que  era,  y  que  viene, 
el  Omnipotente. 


I.    Cartas  a  las  siete  Iglesias  del  Asia 


Visión  inaugural.  1,  9-20 


*  Yo  Juan,  vuestro  hermano  y  com- 
pañero en  la  tribulación,  y  en  el  rei- 
no, y  en  la  firme  esperanza  en  Jesús, 


estuve  en  la  isla  llamada  Patmos  por 
causa  de  la  palabra  de  Dios  y  del 
testimonio  de  Jesús.  10  Fui  arrebata- 
do en  espíritu  el  día  del  Señor,  y  ol 
detrás  de  mí  una  gran  voz  como  de 
trompeta,  u  que  decía  :  «Lo  que  ves 


s  El  testigo  fiel  :  lo  fué,  en  su  vida  mortal,  de  la  palabra  de  Dios,  y  lo  es  ahora 
de  los  misterios  revelados  en  el  Apocalipsis.  |l  El  primogénito  de  entre  los  muer- 
ios  :  cfr.  1  Cor.  15,  20.  ||  El  príncipe  de  los  reyes:  la  suprema  soberanía  es  uno  de 
los  aspectos  de  Cristo  predominantes  en  el  Apocalipsis.  ||  Al  que  nos  ama  :  la  mención 
del  amor  de  Cristo,  en  este  contexto,  es  un  toque  delicado  que  delata  la  mano  de1 
Discípulo  a  quien  amaba  Jesús.  Este  amor,  antiguo  y  presente,  de  Jesús  fué  el  prin- 
cipio de  la  redención  (Gál.  2,  20;  Ef.  5,  2  ;  5,  25),  cuyos  efectos  se  señalan  a  conti- 
nuación. ||  UM  reino  :  es  decir,  no  solamente  vasallos  del  reino  de  Dios,  sino  parti- 
cipes de  su  realeza  (5,  10).  ||  Sacerdotes  :  como  partícipes  del  sacerdocio  de  Cristo 
(1  Pe.  2,  5).  |¡  A  El  la  gloria:  es  muy  significativo  que,  habiéndose  mencionado  las 
tres  divinas  personas,  a  solo  Cristo  se  dirija  esta  doxología,  profesión  de  fe  en  su 
divinidad.  Otras  doxologías  semejantes  se  repetirán  después  15,  9;  5,  12-14;  7,  10). 

7  Esta  solemne  declaración,  fusión  de  dos  textos  de  Daniel  (7,  13)  y  de  Zacarías 
(12,  10-12),  operada  ya  por  el  mismo  Salvador  Mt.  24,  30  ;  cfr.  26,  64  ;  Me.  14,  62),  es 
el  lema  o  tema  fundamental  del  Apocalipsis,  puesto  como  en  la  misma  portada  del 
libro.  ||  Sí  (en  griego  Sai).  Amén:  doble  expresión,  griega  y  hebrea,  de  afirmación, 
como  garantía  de  verdad  y  seguridad. 

•  Esiuve  en  la  isla...  :  San  Juan  fué  deportado  a  Patmos  y  condenado  al  trabajo 
de  minas  hacia  el  año  94  ó  95  por  orden  de  Domiciano.  Patmos  es  un  islote  peñascoso 
del  mar  Egeo,  casi  frente  a  la  desembocadura  del  río  Meandro. 

10  El  día  del  Señor:  el  domingo,  que  sustituyó  al  sábado  judaico.  II  Oí:  es  el 
primer  momento  o  fase  de  las  manifestaciones  sobrenaturales  del  Apocalipsis.  A  la 
audición  seguirá  luego  la  visión,  que  es  la  segunda  fase. 

u  El  orden  de  las  siete  Iglesias  corresponde  exactamente  al  de  la  vía  postal,  que, 
partiendo  de  Efeso,  se  dirige  hacia  el  N.  a  Esmirna  y  Pérgamo  ;  de  allí,  doblando 
hacia  el  E.,  va  a  Tiatira,  desde  donde,  volviéndose  hacia  el  S.,  llega  a  Sardis,  Fi 

LADEIFIA  y  LAOD1CEA. 


1  12-18 


APOCALIPSIS 


1  19—  O  2 


escríbelo  en  un  libro  y  mándalo  a  las 
siete  Iglesias :  a  Efeso,  a  Esmirna,  a 
Pérgarno,  a  Tiatira,  a  Sardis,  a  Fila- 
delfia  y  a  Laodicea.»  12  Y  me  volví  a 
ver  qué  voz  era  aquella  que  hablaba 
conmigo;  y  vuelto,  vi  siete  candela- 
bros de  oro,  13  y  en  medio  de  los  can- 
delabros uno  como  Hijo  de  Hombre, 
vestido  de  túnica  talar  y  ceñido  por 
junto  a  los  pechos  con  cinto  de  oro; 
14  y  su  cabeza  y  sus  cabellos  blancos 
como  'la  lana,  tan  blanca  como  nieve  ; 
y  sus  ojos  como  llama  de  fuego,  15  y 
sus  pies  semejantes  a  oriámbar,  co- 
mo si  ardieran  en  la  fragua  ;  y  su 
voz  como  voz  de  muchas  aguas  ;  16  y 
tenía  en  la  mano  derecha  siete  es- 
trellas, y  de  su  boca  talía  una  espa- 
da de  dos  filos  aguda,  y  su  semblan- 
te como  el  sol  cuando  resplandece 
con  toda  su  fuerza.  "  Y  como  le  vi, 
caí  a  sus  pies  como  muerto  ;  y  puso 
su  diestra  sobre  mí,  diciendo  :  «No 
temas  ;  yo  soy  el  primero  y  el  últi- 
mo, 15  y  el  Viviente  ;  y  estuve  muer- 


to, y  he  aquí  que  estoy  vivo  por  los 
siglos  de  los  siglos  ;  y  tengo  las  lla- 
ves de  la  muerte  y  del  infierno.  18  Es- 
cribe, pues,  lo  que  viste,  y  lo  que  e;>, 
y  ilo  que  ha  de  ser  después  de  esto. 
M  El  misterio  de  las  siete  estrellas 
que  viste  sobre  mi  diestra,  y  los  sie- 
te candelabros  de  oro...  :  las  siete 
estrellas  son  los  ángeles  de  las  siete 
Iglesias,  y  los  siete  candelabros  son 
las  siete  Iglesias. 


i.a   A  la  Iglesia  de  Efeso.  2,  1-7 


9  1  Al  ángel  de  la  Iglesia  que  está 
^    en  Efeso  escribe  : 

Esto  dice  el  que  tiene  cogidas  en 
su  diestra  las  siete  estrellas,  el  que 
camina  en  medio  de  los  siete  can- 
delabros de  oro  : 

2  Sé  tus  obras,  y  tu  trabajo,  y  tu 
paciencia,  y  que  no  puedes  soportar 


"Como  Hijo  de  hombre:  alusión  a  Dan.  7,  13.  ¡|  Vestido  de  túnica  talar:  como 
sacerdote  ;  ceñido...  con  cinto  de  oro  :  como  rey. 

14  Sus  cabellos...  i  a  los  rasgos  del  Hijo  del  hombre  se  asocian  los  del  Anciano  de 
días,  Dios  (Dan.  7,  9).  ||  Blancos  como  la  lana,  tan  blanca  como  nieve:  son  notables 
en  el  Apocalipsis  estas  comparaciones,  por  así  decir,  de  segundo  grado. 

15  Oriámbar  :  el  término  original  khalco-líbano  (bronce-incienso)  parece  indicar  una 
aleación  desconocida  de  oro  con  otras  sustancias. 

16  Tenía  en  la  mano  derecha  siete  estrellas  :  no  precisa  San  Juan  de  qué  manera 
las  tenía,  y  es  inútil  conjeturarlo.  Es  de  notar  la  imprecisión,  frecuentemente,  de  las 
imágenes  apocalípticas.  Lo  que  quiere  significar  es  que  las  tenía  en  su  poder. 

11  El  primero  y  el  último:  primer  principio  y  último  fin  (i,  8;  22,  13). 

38  Tengo  las  llaves:  la  potestad  soberana  (3,  7;  cfr.  Is.  22,  22;  Mt.  16,  19). 

a  Se  insinúa  la  división  del  Apocalipsis  en  tres  partes  desiguales.  Lo  que  viste 
se  refiere  a  la  precedente  visión ;  lo  que  es,  a  las  siete  cartas  que  reflejan  el  estado 
presente  de  las  Iglesias  ;  LO  que  ha  de  ser,  a  lo  que  sigue  desde  el  capítulo  4. 

20  Los  Angeles  :  son  los  obispos  en  cuanto  gobiernan  y  representan  las  Iglesias. 
Muchas  de  las  cosas  que  en  las  cartas  siguientes  se  dicen  de  ellos  no  pueden  apli- 
carse a  los  ángeles.  Es  de  notar  la  complejidad  del  simbolismo  apocalíptico.  Las  es- 
trellas simbolizan  los  ángeles  (9,  1;  12,  4  [=12,  9]);  los  ángeles  designan  metafóri- 
camente los  obispos  ;  los  obispos  representan  toda  la  Iglesia. 

2 1-7  En  esta  carta  (lo  mismo  que  en  las  siguientes,  todas  homogéneas  en  la  estruc- 
tura) se  distinguen  tres  partes:  i)  tiiulos  de  Jesu-Cristo,  que  habla;  2)  cuerpo  de  la 
carta,  que  comprende  tres  puntos  :  a)  examen  de  conciencia ;  b)  recomendaciones  o 
exhortaciones;  c)  sanción  o  amenazas;  3)  conclusión  doble:  voz  del  Espíritu  y  pro- 
mesas (o  viceversa).  En  todas  ellas  es  notable  el  realismo,  no  sólo  por  la  pintura 
exacta  de  su  estado  moral,  sino  también  por  sus  numerosas  alusiones  históricas,  to- 
pográficas, políticas,  sociales  y  religiosas  :  indicio  manifiesto  de  autenticidad. 

1  Efeso  era  la  ciudad  más  importante  del  Asia  Menor  y  como  la  metrópoli  ecle- 
siástica. Si  Pérgamo  era  la  sede  oficial  del  procónsul  romano,  Efeso  era  de  hecho  la 
capital.  Sus  varios  desplazamientos,  motivados  por  los  aluviones  del  rio  Caístro,  la 
caracterizaban  como  ciudad  de  la  movilidad  o  instabilidad.  A  todo  esto  se  alude  lue- 
go en  la  carta.  |]  Las  siete  estrellas  :  símbolo  de  la  soberanía  de  Cristo,  en  relación 
con  la  capitalidad  de  Efeso.  1 1  En  medio  de  los  siete  candelabros  :  símbolo  de  la 
presencia  espiritual  de  Cristo  en  la  Iglesia.  Con  esto  se  prepara  la  amenaza  del  des- 
plazamiento moral  de  la  capitalidad  eclesiástica  de  Efeso. 

2-1  El  estado  moral  de  Efeso  es  cierta  tibieza  iniciada,  un  integTismo  inconse- 
cuente :  ortodoxia  en  la  fe,  relajación  en  la  moral  ;  intransigencia  en  el  Credo,  laxi- 
tud en  los  Mandamientos.  ||  Los  que  se  dicen  apóstoles:  predicadores  ambulantes 
de  doctrinas  no  apostólicas.  ||  Tu  primera  caridad:  los  fervores  de  la  Iglesia  en  los 
primeros  días  de  su  conversión  (Ac.  19,  17-20;  Ef.  1,  15). 


—  562  — 


APOCALIPSIS 


2  9-13 


los  malos,  y  probaste  a  los  que  se 
dicen  apóstoles  y  no  lo  son,  y  los- 
hallaste  mentirosos  ;  3  y  tienes  pa- 
ciencia, y  sufriste  por  mi  nombre,  \ 
no  te  has  rendido;  4  pero  tengo  con- 
tra ti,  que  dejaste  tu  primera  cari- 
dad. 5  Recuerda,  pues,  de  dónde  has 
caído,  y  arrepiéntete  y  haz  las  obras 
primeras ;  que  si  no,  vengo  a  ti  pres- 
to y  removeré  tu  candelabro  de  su 
lugar,  como  no  te  arrepintieres.  'Es- 
to tienes,  empero,  que  aborreces  las 
obras  de  los  nicolaítas,  que  yo  tam- 
bién aborrezco. 

"  Quien  tenga  oído,  oiga  qué  dice 
el  Espíritu  a  las  Iglesias.  Al  que  ven- 
ciere le  daré  a  comer  del  árbol  de  la 
vida,  que  está  en  el  paraíso  de  mi 
Dios. 


2.-'   A  la  Iglesia  de  Esmirna.  2,  8-11 

8  Y  al  ángel  de  la  Iglesia  que  está 
en  Esmirna  escribe  : 

Esto  dice  el  primero  y  el  último, 
el  que  estuvo  muerto  y  revivió  : 


*Sé  tu  tribulación  y  tu  pobreza, 
bien  que  eres  rico,  y  la  blasfemia  de 
los  que  se  dicen  ser  judíos  y  no  lo 
son,  antes  son  sinagoga  de  Satanás. 
10  Nada  temas  de  lo  que  tienes  que 
padecer.  Mirad  que  va  el  diablo  a 
meter  en  prisión  a  alguno  de  vos- 
otros, para  que  seáis  probados,  y  ten- 
dréis tribulación  de  diez  días.  Per- 
manece fiel  hasta  la  muerte,  y  te 
daré  la  corona  de  la  vida. 

11  Quien  tenga  oído,  oiga  qué  dice 
el  Espíritu  a-  las  Iglesias.  El  que 
venciere  será  exento  de  la  muerte 
segunda. 


3.a   A  la  Iglesia  de  Pérgamo.  2,  12-17 

12  Y  al  ángel  de  la  Iglesia  que  está 
en  Pérgamo  escribe  : 

Esto  dice  el  que  tiene  la  espada 
de  dos  filos  aguda  : 

13  Sé  dónde  habitas  :  donde  está  el 
trono  de  Satanás  ;  y  mantienes  mi 
nombre,  y  no  negaste  mi  fe  aun  en 


5  Removeré  tu  candelabro  :  se  alude  a  los  desplazamientos  y  desaparición  de  la 
ciudad,  y  se  le  amenaza  con  la  pérdida  de  su  primacía  religiosa  como  metrópoli  ecle- 
siástica. Hoy  apenas  existe  Efrso  :  no  queda  de  ella  sino  la  villa  de  Ayasoluk  (co 
rrupción  del  nombre  Hdgics  T ¡teólogos,  con  que  los  griegos  designaban  a  San  Juan 
Evangelista,  que  se  cree  sepultado  allíl. 

*  Los  nicolaítas  parecen  ser  los  mismos  falsos  apóstoles  de  que  se  ha  hablado  an- 
tes (v.  2),  y  los  que  en  otras  cartas  «mantienen  la  doctrina  de  Balaán»  (2,  14-15)  y  si- 
guen a  la  falsa  profetisa  Jezabel  (2,  20-24).  Por  lo  que  toca  al  nombre  de  nicolaítas, 
nada  cierto  se  sabe.  Algunos  supusieron  que  eran  seguidores  de  Nicolao,  uno  de  los 
primeros  siete  diáconos  (Ac.  b,  5)  ;  otros,  que  eran  unos  falsarios  que  abusaban  del 
nombre  del  diácono ;  otros  piensan  que  se  trata  de  otro  Nicolao,  discípulo  tal  vez  de 
Simón  Mago ;  ni  faltan  quienes  supongan  que  «Nicolao»  es  un  nombre  simbólico, 
traducción  del  nombre  hebreo  «Balaán». 

7  Del  árbol  de  la  vida  :  probable  alusión  al  árbol  sagrado  que  en  las  monedas  de 
Efeso  se  ve  junto  a  Artemis,  la  gran  diosa  de  Efeso.  En  cuanto  a  la  significación 
real,  el  Arbol  de  la  vida,  que  está  en  el  paraíso  celeste,  es  símbolo  de  la  eterna  bien- 
aventuranza y  tal  vez  también  de  la  Eucaristía. 

s  El  ángel  u  obispo  de  esta  Iglesia  era  tal  vez  ya  San  Policarpo,  que  poco  des- 
pués del  año  107  escribía  su  carta  a  los  Filipenses  y  murió  muy  anciano  en  156.  M 
Esmirna  era  llamada  la  «joya»  o  «ídolo  del  Asia»  por  su  belleza,  y  la  «fiel»  o  «leal» 
por  su  constante  fidelidad  a  Roma.  Destruida  el  siglo  vi  a.  de  C,  resucitaba  poco 
después,  para  ser  una  de  las  ciudades  más  florecientes  de  Asia.  II  El  que  estcto 
«tuerto  Y  revivió  :   probable  alusión  a  la  reconstrucción  o  resurrección  de  Esmirna. 

•  Los  judíos  fueron  medio  siglo  más  tarde  los  que  azuzaron  al  pueblo  para  que 
pidiese  la  muerte  de  San  Policarpo. 

10  Diez  días  :  es  decir,  pocos  :  que  se  podrán  contar  con  los  dedos  de  !a  mnno 
Fiel:  delicada  alusión  al  título  de  «Esmirna  la  leal»,  otorgado  por  Roma.  ||  La  co- 
rona :  doble  alusión  :  a  los  certámenes  gímnicos  y  a  la  famosa  «corona  de  edificios», 
que  literalmente  coronaba  la  herniosa  ciudad.  I!  Vida,  contrapuesta  a  muerte,  es  la 
nota  dominante  de  la  carta.  Esmirna  era  la  ciudad  de  la  vida  y  del  fervor  espiritual 
en  niedi»  de  la  pobreza  y  de  las  persecuciones. 

11  La  muerte  segunda  es  la  eterna  condenación  (20,  6;  20,  14;  21,  8). 

12  Pérgamo  :  antigua  capital  del  reino  de  los  Attálidas,  actualmente  sede  del  pro 
cónsul  de  la  provincia  senatorial  del  Asia,  era,  políticamente,  la  ciudad  regia,  la 
ciudad  de  la  autoridad  ;  moralmente,  la  ciudad  de  las  componendas  o  de  la  conni- 
vencia. |]  La  espada  :  contrapuesta  a  los  «fasces»  o  al  «ius  gladii»  del  procónsul 
romano. 

13  El  trono  de  Satanás  :  lo  era  por  ser  centro  del  paganismo,  en  que  se  daba  culto 
a  los  «muchos  dioses  y  muchos  señores,  los  del  cielo  y  los  de  la  tierra»  (1  Cor.  8,  5)  : 


-  563  - 


2  14-18 


APOCALIPSIS 


2  19-:<5 


los  días  en  que  Antipas,  testigo  mío 
y  fiel  a  mí,  fué  muerto  entre  vos- 
otros, ahí  donde  habita  Satanás. 14  Pe- 
ro tengo  algo  contra  ti,  que  tienes 
ahí  quienes  mantienen  la  doctrina  de 
Balaán,  que  enseñaba  a  Balac  a  po- 
ner escándalo  delante  de  los  hijos  de 
Israel,  para  que  comiesen  lo  inmo- 
lado a  los  ídolos  y  fornicasen.  15  Así 
tienes  también  tú  quienes  mantienen 
la  doctrina  de  los  nicolaítas  de  igual 
manera.  16  Arrepiéntete,  pues ;  que  si 
no,  vengo  a  ti  presto,  y  pelearé  con 
ellos  con  la  espada  de  mi  boca. 

17  Quien  tenga  oído,  oiga  qué  di- 
ce el  Espíritu  a  las  Iglesias.  Al  que 
venciere  le  daré  del  maná  escondido, 
y  le  daré  una  piedrecilla  blanca,  y 
sobre  la  piedrecilla  escrito  un  nom- 
bre nuevo,  que  nadie  sabe  sino  el 
que  lo  recibe. 


4.a    A  la  Iglesia  de  Tiatira.  2,  18-29 


18  Y  al  ángel  de  la  Iglesia  que  está 
en  Tiatira  escribe  : 

Esto  dice  el  Hijo  de  Dios,  el  que 


tiene  los  ojos  como  llama  de  fuego, 
y  sus  pies  son  semejantes  al  oriám- 
bar : 

19  Sé  tus  obras,  y  tu  caridad,  y  tu 
fe,  y  tu  servicio,  'y  tu  paciencia,  y 
tus  obras  postreras,  superiores  a  las 
primeras.  20  Pero  tengo  contra  ti  que 
dejas  hacer  a  tu  mujer  Jezabel,  la 
que  se  dice  profetisa,  y  enseña  y  se- 
duce a  mis  siervos,  haciéndoles  for- 
nicar y  comer  lo  inmolado  a  los  ído- 
los; 21  y  le  di  tiempo  de  arrepentirse, 
y  no  quiere  arrepentirse  de  su  for- 
nicación. 22  Mirad  que  a  ella  la  echo 
en  la  cama  ;  y  a  los  que  con  ella 
adulteran,  en  grande  tribulación,  co- 
mo no  se  arrepientan  de  las  obras 
aprendidas  de  ella  ;  23  y  a  sus  hijos 
los  haré  perecer  de  muerte ;  y  cono- 
cerán todas  las  Iglesias  que  yo  soy 
el  que  escudriño  los  riñones  y  los 
corazones,  y  os  daré  a  cada  uno  con- 
forme a  vuestras  obras.  24  Mas  a  vos- 
otros digo,  los  demás  que  están  en 
Tiatira,  cuantos  no  tienen  esa  doc- 
trina, los  que  no  conocieron  las  pro- 
fundidades de  Satanás,  como  dicen  : 
no  echo  sobre  vosotros  otra  carga  ; 
a  sólo  que,  lo  que  tenéis,  mantened- 
'.o,  hasta  que  yo  viniere. 


a  Zeus,  a  Esculapio,  a  Dioniso,  a  Roma,  al  Augusto.  Y  a  los  cultos  oficiales  o  po- 
pulares se  asociaban  los  más  abominables  misterios,  con  sus  ribetes  proféticos.  ||  An- 
tipas :  en  Pérgamo  se  iniciaron  las  persecuciones  contra  los  cristianos  del  Asia. 

14  Esos  discípulos  de  Balaán  contemporizaban  con  los  cultos  nefandos  de  Esculapio 
y  de  Dioniso,  tomando  parte  en  los  banquetes  idolátricos  y  en  las  fornicaciones 
rituales. 

a  Los  discípulos  de  Balaán  se  identifican  con  los  nicolaítas,  cuya  doctrina  era  un 
sincretismo  religioso  con  pretensiones  de  profetismo. 

"  Maná  escondido  :  contrapuesto  a  los  banquetes  sagrados  de  los  iniciados  en  los 
misterios  paganos.  ||  Piedrecilla  blanca...  nombre  nuevo:  alusiones  a  las  prácticas 
rituales  de  los  misterios.  En  Pérgamo,  Elio  Aristides  (s.  n)  dice  haber  recibido  de 
Esculapio  el  nombre  nuevo  de  Teodoro  y  un  emblema  u  objeto  simbólico. 

18  Tiatira  :  ciudad  fronteriza  de  la  Lidia,  débil  por  su  posición  natural,  pero  con- 
vertida en  fortaleza  militar.  Es,  moralmente,  la  debilidad  convertida  en  fuerza,  la 
ciudad  del  progreso  espiritual,  aunque  con  una  minoría  relajada,  con  la  cual  se  usa 
excesiva  indulgencia.  Florecían  en  Tiatira  numerosas  industrias,  entre  ellas  la  fun- 
dición de  metales.  Es  posible  se  fabricase  en  ella  el  oriámbar  (khalco-líbano),  con 
cuyo  brillo  se  comparan  los  pie»  del  Hijo  de  Dios. 

18  Tres  veces  se  encarecen  las  buenas  obras,  relacionadas  con  la  caridad,  la  fe 
y  la  paciencia  (^esperanza).  Como  en  San  Pablo  (1  Tes.  1,  3).  Se  elogia  singularmen- 
te el  constante  progreso  en  estas  buenas  obras. 

20  Dejas  hacer  a  tu  mujer  :  la  autenticidad  del  pronombre  tu  se  recomienda  por 
su  documentación  y  por  su  misma  dificultad.  El  sentido  puede  ser  :  Como  Acab 
condescendía  con  su  mujer  Jszabel  (3  Re.  16,  31  ;  21,  5-7),  así  tú  dejas  hacer  a  esa 
mujer,  que  viene  a  ser  tu  Jezabel.  Esta  explicación  no  supone  que  esa  falsa  profetisa 
fuese  la  mujer  del  obispo;  aunque  tampoco  es  imposible  que  lo  fuera.  II  Se  dice 
profetisa  :  tal  vez  esa  nueva  Jezaftel  quería  remedar  a  la  Sibila  oriental  del  Sam- 
batheion,  santuario  pagano  de  Tiatira.  Las  doctrinas  y  las  prácticas  de  esa  profetisa 
coincidían  con  las  de  los  nicolaítas. 

a  El  que  escudriño:  guarda  conexión  con  los  lojos  como  llama  de  fuego»  (v.  iS). 

34  Las  profundidadf,s  de  Satanás  :  este  calificativo  de  la  doctrina  de  Jezabel  parece 
dado  por  los  fieles  contrarios  a  ella.  II  Otra  carga:  esta  expresión  parece  un  eco  de 
la  empleada  en  el  decreto  apostólico  de!  concilio  de  Jerusaléa  (Ac.  15,  28),  en  que  se 
halló  San  Juan  (Gál.  í,  9). 


—  564  — 


2  26-3  5 


APOCALIPSIS 


36-H 


su  nombre  del  libro  de  la  vida,  y 
acreditaré  su  nombre  en  presencia  de 
mi  Padre  y  en  presencia  de  sus  án- 
geles. *  Quien  tenga  oído,  oiga  qué 
dice  el  Espíritu  a  las  Iglesias. 

6.a    A  la  Iglesia  de  Filadelfia. 
3,  7-13 

1  Y  al  ángel  de  la  Iglesia  que  está 
en  Filadelfia  escribe  : 

Esto  dice  el  Santo,  el  Verdadero, 
el  que  tiene  la  llave  de  David,  el  que 
abre,  y  nadie  cerrará,  y  que  cierra, 
y  nadie  abrirá  : 

8  Sé  tus  obras  :  he  aquí  que  he  pues- 
to delante  de  ti  una  puerta  abierta, 
que  nadie  puede  cerrar  ;  que  tienes 
escasas  fuerzas,  y  guardaste  mi  pa- 
labra, y  no  negaste  mi  nombre.  0  He 
aquí  que  entrego  parte  de  la  sina- 
goga de  Satanás,  de  los  que  se  dicen 
ser  judíos,  y  no  lo  son,  sino  que 
mienten  ;  he  aquí  que  haré  que  ellos 
vengan  y  se  postren  delante  de  tus 
pies,  y  conozcan  que  yo  te  amé.  10  Por 
cuanto  guardaste  la'  palabra  de  mi 
paciencia,  también  yo  te  guardaré 
de  la  hora  de  la  prueba  que  va  a 
venir  sobre  el  orbe  entero,  para  pro- 
bar a  los  habitantes  de  la  tierra. 
"  Vengo  presto  ;  mantén  lo  que  tie- 


28  La  estrella  de  la  mañana:  es  el  mismo  Jesu-Cristo  (22,  16),  que  en  el  crepúsculo 
matinal  de  esta  vida  se  nos  da  en  la  Eucaristía  y  en  el  pleno  día  de  la  eternidad  se 
nos  dará  en  la  visión  y  fruición  de  su  divinidad. 

29  La  voz  del  EsrÍRiiu,  que  en  las  tres  cartas  anteriores  precedía  a  la  promesa, 
en  ésta  y  en  las  tres  siguientes  se  le  pospone. 

3'  Sardis  :  anticua  capital  de  la  Lidia,  venida  a  menos.  Edificada  sobre  una  colina 
abrupta,  se  creía  fortaleza  inexpugnable.  Fué,  con  todo,  asaltada  dos  veces,  por 
sorpresas  nocturnas,  primero  por  Ciro  y  luego  por  Antíoco  el  Grande.  Era,  bajo  todos 
aspectos,  la  ciudad  de  la  falsa  seguridad  y  de  la  muerte  bajo  apariencias  de  vida. 

*  Vendré  como  ladrón  :  como  Ciro  o  Antíoco  vinieron  sobre  ti. 

*  Nombres  :  es  lo  mismo  que  «personas».  II  Ropas  BLANCAS:  la  blancura  es  en  el 
Apocalipsis  símbolo  de  pureza,  de  fiesta  y  de  felicidad.  Esta  blancura  contrasta  con 
la  negrura  fúnebre  del  estado  moral  de  la  Iglesia. 

*  Filadelfia  :  ciudad  de  la  Lidia,  fundada  por  Attalo  II  Filadelfo,  rey  de  Pérgamo. 
El  año  17  sufrió  un  horrible  terremoto.  Por  entonces  trocó  su  nombre  en  el  de 
S'eocesarca,  al  cual  añadió  más  tarde  el  de  Flavia.  Moralmcnte  es  la  ciudad  del  fer- 
vor y  de  la  expansión  misional.  Filadelfia  y  Esmirna  son  las  únicas  que  no  merecen 
reproches.  Esmirna  era  pobre  I:,  9)  ;  Filadelfia,  de  «escasas  fuerzas»  naturales.  II  El 
Santo,  el  Verdadero  :  atributus  de  divinidad.  ||  La  llave  de  David  :  símbolo  de  so- 
beranía. 

•Puerta  abierta:  expresión  idéntica  a  la  empleada  por  San  Pablo  (1  Cor.  16,  9; 
2  Cor.  2,  12;  Col.  4,  3)  para  significar  la  expansión  misional. 

*  Los  judíos,  que  tantas  persecuciones  movían  contra  los  cristianos,  se  humillaran 
ante  los  fieles  de  Filadelfia. 

10  Mi  paciencia:  expresión  equivalente  a  «paciencia  (—firme  esperanza!  en  Je- 
sús» (1,  9).  ||  La  hora  de  la  prueba:  probable  alusión  al  terremoto  del  año  17.  ||  Los 
habitantes  de  la  tierra  :  son,  en  el  lenguaje  del  Apocalipsis,  los  del  bando  de  la 
bestia. 


■  Y  al  que  venciere  y  guardare  has- 
ta el  fin  mis  obras,  le  daré  potestad 
sobre  las  gentes,  27  y  los  regirá  con 
vara  de  hierro,  de  la  manera  que  se 
quebrantan  los  vasos  de  barro,  28  cual 
yo  también  la  he  recibido  de  mi  Pa- 
dre ;  y  le  daré  la  estrella  de  la  ma- 
ñana. 29  Quien  tenga  oído,  oiga  qué 
dice  el  Espíritu  a  las  Iglesias. 


5*    A  la  Iglesia  de  Sardis.  3,  1-6 


o  1  Y  al  ángel  de  la  Iglesia  que 
"   e*tá  en  Sardis  escribe  : 

Esto  dice  el  que  tiene  los  siete  es- 
píritus de  Dios  y  las  siete  estrellas  : 

Sé  tus  obras  :  que  tienes  nombre 
de  que  vives,  y  estás  muerto.  2  Anda 
vigilante  y  consolida  los  restos,  que 
estaban  para  morir,  pues  no  he  ha- 
llado tus  obras  cumplidas  delante  de 
mi  Dios.  3  Recuerda,  pues,  qué  cosas 
has  recibido  y  oíste,  y  guárdalas  y 
arrepiéntete.  Si,  pues,  no  vigilares, 
vendré  como  ladrón,  y  no  sabrás  a 
qué  hora  vendré  a  ti.  *  Tienes,  em- 
pero, unos  pocos  hombres  en  Sardis 
que  no  mancillaron  sus  vestiduras,  y 
andarán  conmigo  vestidos  de  ropas 
blancas,  pues  que  son  dignos. 

6  El  que  venciere,  éste  se  vestirá 
de  vestiduras  blancas,  v  no  borraré 


-565- 


312-41 


APOCALIPSIS 


3  17-4  2 


nes,  para  que  nadie  se  apropie  tu 
corona. 

12  Al  que  venciere  le  pondré  como 
columna  en  el  templo  de  mi  Dios,  y 
no  saldrá  ya  más  afuera,  y  escribiré 
sobre  él  el  nombre  de  mi  Dios  y  el 
nombre  de  la  ciudad  de  mi  Dios,  la 
nueva  Jerusalén,  la  que  desciende  del 
rielo  de  cabe  mi  Dios,  y  el  nombre 
mío  nuevo.  13  Quien  tenga  oído,  oiga 
qué  dice  el  Espíritu  a  las  Iglesias. 

;.a    A  la  Iglesia  de  Laodicea. 
3,  14-22 

M  Y  al  ángel  de  la  Iglesia  que  esta 
en  Laodicea  escribe  : 

Esto  dice  el  Amén,  el  Testigo  fie' 
y  veraz,  el  principio  de  la  creación 
de  Dios  : 

18  Sé  tus  obras,  que  ni  eres  frío  ni 
caliente.  ¡  Ojalá  fueras  frío  o  calien- 
te !  10  Así,  puesto  que  eres  tibio,  y 


ni  caliente  ni  frío,  estoy  para  vomi- 
tarte de  mi  boca.  "  Pues  dices  que 
«Soy  rico  y  me  he  enriquecido  y  de 
nada  tengo  necesidad»,  y  no  sabes 
que  tú  eres  el  desventurado  y  el  mi- 
serable, y  pobre,  y  ciego,  y  desnudo. 
18  Te  aconsejo  que  compres  de  mí  oro 
acrisolado  por  el  fuego,  para  que  te 
enriquezcas  ;  y  vestidos  blancos,  con 
que  te  cubras,  y  no  se  parezca  la 
vergüenza  de  tu  desnudez  ;  y  coli- 
rio, con  que  ungir  tus  ojos  para  que 
cobres  vista.  10  Yo  a  cuantos  amo  re- 
prendo y  corrijo;  despliega,  pues,  tu 
celo  y  arrepiéntete.  20  Mira  que  estoy 
a  la  puerta  y  doy  aldabadas  :  si  uno 
oyere  mi  voz  y  abriere  la  puerta,  yo 
entraré  a  él  y  cenaré  con  él  y  él  con- 
migo. 

'a  Al  que  venciere  le  daré  que  se 
diente  conmigo  en  mi  trono,  como  yo 
también  vencí  y  me  senté  con  mi 
Padre  en  su  trono.  a  Quien  tenga  oí- 
Jo,  oiga  qué  dice  el  Espíritu  a  las 
Iglesias. 


II.     El  libro  de  los  siete  sellos 


Visión  preliminar :  Dios  en  el  cielo. 

A  1  Tras  esto  vi,  y  he  aquí  una 
"    puerta  en  el  cielo,  y  la  voz  pri- 


mera que  oí,  como  de  trompeta  que 
hablaba  conmigo,  decía  :  «Sube  acá,  y 
te  mostraré  lo  que  ha  de  ser  después 
de  esto.»  2  Al  punto  fui  arrebatado  en 
espíritu,  y  he  aquí  que  un  trono  es- 


"  Columna  en  el  templo  de  Dios  :  firme  y  constante  dentro  de  él,  sin  tener  que 
salir  de  él,  como  tuvieron  que  escapar  de  la  ciudad  los  moradores  de  Filadelfia  al 
6obrevenir  el  terremoto.  II  El  nombke  mío  nuevo  :  suele  buscarse  algún  nombre  de 
Cristo  que  pueda  llamarse  nuevo,  como  el  de  Kyrios  (Señor)  o  Logos  (Verbo)  ;  tal 
vez  más  sencillamente  el  nombre  es  mío,  porque  yo  lo  impondré  ;  y  nuevo,  poroue 
lo  será  para  Filadelfia,  como  lo  fueron  los  de  Neoccsarca  o  Xcoccsarea  Flavia.  Es 
curioso  que  tres  veces  se  menciona  el  nombre,  como  fueron  tres  los  nombres  que  su- 
cesivamente llevó  la  ciudad. 

14  Laodicea  :  ciudad  de  la  Frigia,  junto  al  rio  Lico.  Destruida  por  un  terremoto 
el  año  66,  se  reconstruyó  con  sus  propios  recursos,  sin  mendigar  los  de  Roma.  Era 
ciudad  rica  por  su  industria  y  su  banca.  Fabricación  suya  especial  eran  ciertos  pa- 
ños de  lana,  muy  negros  y  lustrosos.  Era  también  famosa  por  su  escuela  de  medi- 
cina, por  sus  médicos,  oculistas  especialmente  ;  por  sus  aguas  termales  y  por  su  co- 
lirio. Tanta  prosperidad  material  creaba  un  espíritu  de»  autosuficiencia  y  despre- 
ocupación religiosa  en  aquella  rica  burguesía.  Este  estado  social  y  moral  despunta 
en  toda  esta  maravillosa  carta.   |l  El  Amén:  cfr.  Is.  65,  16;  2  Cor.  1,  18-30.  ||  El 

PRINCIPIO   DE   LA   CREACIÓN  :    Jn.   I,   3  \    Col.    I,   IS  ¡    I,  l8. 

18  Erfs  tibio  :  alusión  a  sus  aguas  termales,  que  pronto  se  entibiaban,  y  censura 
de  su  tibieza  espiritual. 

17  De  nada  tengo  necesidad  :  recuerdo  del  orgullo  con  que  quiso  reedificarse  con 
sus  propios  recursos. 

«Oro:  más  acrisolado  oue  el  de  tus  bancos.  II  Vestidos  blancos:  más  preciosos 
que  tus  paños  negros.  M  Colirio:  para  curar  la  ceguera  del  alma. 

50  Expresiones  de  exquisita  ternura,  que  recuerdan  la  parábola  del  hijo  pródigo 
y  que  en  la  Eucaristía  tienen  su  más  cumplida  realización. 

a  Que  se  siente  conmigo  en  mi  trono  :  que  participe  de  mi  realeza. 


-566- 


13-51 


APOCALIPSIS 


48-52 


taba  puesto  en  el  cielo,  y  sobre  el 
:rono  uno  sentado,  *  y  el  que  estaba 
mentado  era  semejante  a  una  visión 
le  color  piedra  jaspe  y  cornalina,  y 
un  arco  iris  cercando  el  trono,  seme- 
jante a  una  visión  esmeraldina.  4  Y 
en  derredor  del  trono  veinticuatro 
tronos,  y  sobre  los  tronos  veinticua- 
tro ancianos  sentados,  vestidos  ae  ro- 
pajes blancos,  y  sobre  sus  cabezas 
coronas  de  oro.  6  Y  del  trono  salen 
relámpagos,  y  voces,  y  truenos  ;  y 
delante  del  trono  arden  siete  lámpa- 
ras de  fuego,  que  son  los  siete  espí- 
ritus de  Dios  ;  6  delante  del  trono  y 
rodeando  el  trono,  cuatro  seres  vi- 
vientes llenos  de  ojos  por  delante  y 
por  detrás.  '  Y  el  ser  viviente  pri- 
mero era  semejante  a  león  ;  3-  el  se- 
gundo ser  viviente,  semejante  a  no- 
villo ;  y  el  tercer  ser  viviente  tenía 
el  semblante  como  de  hombre  ;  y  el 


cuarto  ser  viviente,  semejante  a  un 
águila  volando.  8  Y  los  cuatro  seres 
vivientes,  cada  uno  de  los  cuales  te- 
nía seis  alas,  en  torno  y  por  dentro 
están  llenos  de  ojos,  y  no  descansan 
día  y  noche,  diciendo  : 

Santo,  santo,  santo, 
Señor  Dios  Omnipotente, 
el  que  era,  y  es,  y  ha  de  venir. 

•  Y  siempre  que  los  seres  vivientes 
dieren  gloria  y  honor  y  acción  de 
gracias  al  que  está  sentado  sobre  el 
trono,  al  que  vive  por  los  siglos  de 
los  siglos,  10  se  postrarán  los  veinti- 
cuatro ancianos  en  el  acatamiento  del 
que  está  sentado  sobre  «1  trono,  y 
adorarán  al  que  vive  por  los  siglos 
de  los  siglos,  y  arrojarán  sus  coro- 
nas delante  del  trono,  diciendo  : 


n  Digno  eres,  Señor  y  Dios  nuestro,  Santo, 
de  recibir  la  gloria  y  el  honor  y  la  potencia, 
porque  tú  creaste  todas  las  cosas, 
y  por  tu  voluntad  existieron,  y  fueron  creadas. 

El  cordero  y  el  libro  sellado.  5,  1-14  j  escrito  por  dentro  y  por  el  reverso, 
I  sellado  con  siete  sellos.  2  Y  vi  un  án- 
r     1  Y  vi  sobre  la  diestra  del  que  es-  gel  fuerte  que  pregonaba  con  voz  po- 
"    taba  sentado  en  el  trono  un  libro  |  derosa  :  «¿  Quién  hay  digno  de  abrir 


A    3  Visión  simbólica  de  Dios,  de  luces  y  colores.  San  Juan  se  muestra  un  gran  co- 
lorista. 

*  Ex  derredor:  a  derecha  e  izquierda,  en  semicírculo.  I|  Veinticuatro  ancianos: 
son  como  el  senado  celeste,  con  atributos  regios  y  funciones  sacerdotales.  Sobre  ti 
origen  y  la  significación  precisa  de  los  ancianos  se  han  propuesto  las  más  disparea 
hipótesis.  ¿  Tendrán  su  origen  en  las  veinticuatro  clases  o  turnos  sacerdotales  del 
sacerdocio  levítico  r  No  son  propiamente  una  idealización  simbólica  de  los  doce  pa- 
triarcas y  los  doce  apóstoles,  pero  sí  podrían  ser  una  transposición  celeste  o  angélica 
de  lo  que  son  las  funciones  patriarcales  y  apostólicas  en  la  economía  del  reino  de 
Dios  en  la  tierra.  Serían  un  reflejo  de  las  jerarquías  terrestres  en  las  celestes. 

6  Siete  lámparas  de  fuego:  representación  simbólica  del  Espíritu  septiforme  (1,  4). 

*-*  El  origen  literario  de  los  cuatro  seres  vivientes  hay  que  buscarlo  en  los  que- 
rubines y  ruedas  de  Ezequiel  (1,  4-25)  y  en  los  serafines  de  Isaías  (6,  2-6).  Su  signi- 
ficación no  es  segura.  ¿  Simbolizan  los  cuatro  evangelistas  o  el  Evangelio  anunciado 
a  los  cuatro  vientos  ?  ¿  Representarán  más  bien  las  fuerzas  de  la  creación  o  las  ener- 
gías de  la  naturaleza  viviente,  como  personificadas  en  cuatro  ángeles,  simbolizados 
a  su  vez  por  estos  cuatro  seres  vivientes  ?  Tampoco  es  clara  su  posición  delante  del 
trono  y  rodeando  el  trono.  San  Juan  no  dice  que  sostengan  el  trono  de  Dios  ;  y  el 
que  lo  rodeen  puede  entenderse  en  sentido  horizontal  o  en  sentido  vertical,  como  el 
arco  iris  (v.  3).  En  la  hipótesis  insegura  de  que  sostengan  el  trono,  pueden  colocarse 
(si  la  base  es  rectangular)  en  los  cuatro  ángulos  o  (si  es  circular)  en  los  extremos 
de  dos  diámetros  perpendiculares  :  uno  delante,  otro  detrás  y  los  otros  dos  a  los 
lados.  En  la  hipótesis,  también  insegura,  del  sentido  vertical,  podrían  colocarse  el 
hombre  delante,  el  león  y  el  novillo  a  los  lados,  el  águila  en  la  parte  superior, 
volando,  a  manera  de  dosel. 

8-11  Liturgia  celeste:  el  trisagio  de  los  cuatro  seres  vivientes  y  la  postración, 
adoración  y  doxología  de  los  veinticuatro  ancianos.  Son  como  el  coro  y  los  sacer- 
dotes. Es  de  notar  el  número  triplemente  ternario  del  trisagio  y  de  la  doxología, 
dirigidos  a  la  augusta  Trinidad. 

5»  Un  libro:  en  forma  de  volumen  o  rollo.  ||  Por  dentro  y  por  el  reverso:  por 
ambas  caras.  ||  Sellado..  :  imagen  simbólica  de  los  consejos  secretísimos  de  la  di- 


—  567  — 


5  3-13 


APOCALIPSIS 


57-3 


el  libro  y  desatar  sus  sellos  ?»  3  Y  na- 
die podía,  ni  en  el  cielo,  ni  6obre  la 
tierra,  ni  debajo  de  la  tierra  abrir 
el  libro  ni  verle.  4  Y  yo  lloraba  mu- 
cho, porque  nadie  se  halló  digno  de 
abrir  el  libro  ni  de  verle.  6  Y  uno  de 
los  ancianos  me  dice  :  «No  llores  ; 
mira  que  venció  el  León  de  la  tribu 
de  Judá,  la  kaíz  de  David,  en  abrir 
el  libro  y  sus  siete  sellos.» 

6  Y  vi  en  medio  delante  del  trono 
y  de  los  cuatro  seres  vivientes,  y  en 
medio  de  los  ancianos,  un  Cordero 
de  pie,  como  degollado,  que  tenía  sie- 


te cuernos  y  siete  ojos,  que  6on  los 
siete  Espíritus  de  Dios,  enviados  por 
toda  la  tierra.  7  Y  vino  y  tomó  [el 
libro]  de  la  diestra  del  que  estaba 
sentado  sobre  el  trono.  8  Y  cuando 
tomó  el  libro,  los  cuatro  seres  vi- 
vientes y  los  veinticuatro  ancianos 
se  postraron  delante  del  Cordero,  te- 
niendo cada  uno  de  ellos  una  cíta- 
ra y  copas  de  oro  llenas  de  perfu- 
mes, que  son  las  oraciones  de  los 
santos.  9  Y  cantan  un  cantar  nuevo, 
diciendo  : 


Digno  eres  de  tomar  el  libro  y  de  abrir  sus  sellos, 

•pues  fuiste  degollado  y  nos  rescataste  para  Dios  en  tu  sangre 

de  toda  tribu,  y  lengua,  y  pueblo,  y  nación, 

10  y  los  hiciste  para  nuestro  Dios  reyes  y  sacerdotes, 

y  reinan  sobre  la  tierra. 

u  Y  vi,  y  oí  como  voz  de  muchos  I  y  era  su  número  miríadas  de  mi- 
ángeles  en  derredor  del  trono  y  de  riadas  y  millares  de  millares,  12  que 
los  seres  vivientes  y  de  los  ancianos  ;  |  decían  con  voz  potente  : 

Digno  es  el  Cordero,  que  fué  degollado, 

de  recibir  la  potencia,  y  riqueza,  y  sabiduría, 

y  fuerza,  y  honor,  y  gloria,  y  bendición. 

a  Y  toda  criatura  que  está  en  el  I  cuantas  cosas  hay  en  ellos,  oí  que 
cielo,  y  sobre  la  tierra,  y  debajo  de    decían  : 
la  tierra,  y  sobre  el  mar,  y  todas  | 


vina  Providencia  sobre  la  Iglesia  y  sobre  la  historia  humana  :  es  «el  sacramento 
(o  misterio)  de  su  voluntad»  soberana  (Ef.  1,  q). 

3  Sin  Cristo,  los  planes  de  la  actual  Providencia  divina  serían  un  enigma  indesci- 
frable. ||  Ni  verle:  es  decir,  ver  su  contenido,  leerle. 

6  Venció...  en  abrir  :  era  una  verdadera  victoria  abrir  el  libro  ;  o  bien,  en  virtud 
de  su  victoria  sobre  los  agentes  del  mal,  logró  abrirle.  ||  La  raíz  de  David  :  hay  aquí 
cierta  inversión.  Propiamente,  David  (o  Jesé)  es  raíz  de  Cristo.  Pero  si  en  lo  natural 
Cristo  es  el  retoño  de  la  raíz  de  Jesé  (Is.  11,  1),  en  lo  sobrenatural  toda  la  gloria  de 
David  radica  en  Cristo.  O  bien,  Raíz  de  David  es  una  expresión  compendiada,  que 
equivale  a  «aquel  en  quien  se  verifica  lo  de  la  Raíz  de  David,  es  decir,  que  de  ella 
había  de  brotar  el  Mesías»  (cfr.  Rom.  15,  12). 

*  Y  vi  :  tras  la  audición,  la  visión  de  la  misma  realidad,  si  bien  con  imágenes  di- 
ferentes :  oyó  hablar  de  un  León,  y  ve  un  Cordero.  No  hay  que  olvidar  estos  proce- 
dimientos literarios  para  no  desorientarse.  ||  En  medio  :  en  el  espacio  comprendido 
por  el  semicírculo  de  los  ancianos.  ||  Un  Cordero:  es  «el  Cordero  de  Dios»  (Jn.  1, 
29;  1,  36;  19,  36),  a  la  vez  degollado  (=inmolado)  y  de  pie  (resucitado),  que  después 
de  la  resurrección  conserva  las  señales  de,  su  inmolación  (Le.  24,  39-40 ;  Jn.  20, 
25-27).  ||  Siete  cuernos:  plenitud  de  la  fortaleza;  siete  ojos:  plenitud  de  la  sabidu- 
ría ;  los  siete  Espíritus  :  la  plenitud  del  Espíritu  septiforme,  que  procede  del  Cor- 
dero ;  enviados  por  toda  la  tierra  :  «de  su  plenitud  nosotros  todos  recibimos»  (Jn.  1,. 
16 ;  Col.  2,  10...). 

Liturgia  celeste  en  honor  del  Cordero,  más  solemne  aún  que  la  trinitaria  del 
capítulo  anterior.  A  la  liturgia  de  los  seres  vivientes  y  de  los  ancianos  se  asocian, 
encuadrándose  en  ella,  las  doxologías  de  los  ángeles  y  de  la  creación  entera. 

•  Digno  eres...  pues  fuiste  degollado  :  la  muerte  de  Cristo  es  la  clave  de  toda  la 
actual  providencia  de  Dios.  ||  De  toda  tribu...:  de  entre  toda  la  humanidad,  bajo 
los  cuatro  aspectos  :  racial  (tribu),  lingüístico  (lengua),  político  (pueblo),  etnológico 
(nación). 

11  Una  miríada  de  miríada»  son  cien  millones;  por  tanto,  el  plural  miríadas  db. 
miríadas  equivale  a  cicnmillonadas. 

u  Es  de  notar  el  número  septenario  de  los  atributos  del  Cordero  celebrados  en' 
esta  doxología,  la  más  solemne  de  todas. 

a  Con  los  cuatro  órdenes  de  seres  creados,  que  se  enumeran,  guarda  consonancia 
la  doxología  igualmente  cuaternaria. 


-  568- 


514-6* 


APOCALIPSIS 


Al  que  está  sentado  sobre  el  trono  y  al  Cordero 
la  bendición,  y  el  honor,  y  Ja  gloria,  y  el  poderío 
por  los  siglos  de  los  siglos. 


M  Y  los  cuatro  seres  vivientes  de- 
cían :  «Amén»,  y  los  ancianos  se  pos- 
traron y  rindieron  adoración. 


1.  Ciclo  de  los  siete  sellos 


El  caballo  blanco.  6, 


1  Y  vi  cuando  abrió  el  Cordero  el 
"  primero  de  los  siete  sellos,  y  oí 
al  primero  de  los  cuatro  seres  vivien- 
tes, que  con  voz  de  trueno  decía  : 
«Ven.»  *  Y  vi,  y  he  aquí  un  caballo 
blanco,  y  el  que'  montaba  sobre  él  te- 
nía un  arco,  y  le  fué  dada  una  co- 
rona, y  salió  vencedor  y  para  vencer. 


El  caballo  rojo.  6,  3-4 


*  Y  cuando  abrió  el  segundo  sello, 
oí  al  segundo  de  los  seres  vivientes, 
que  decía  :  «Ven.»  *  Y  salió  otro  ca- 
ballo, rojo,  y  al  que  montaba  sobre 
él  le  fué  dada  orden  de  quitar  la 
paz  de  la  tierra,  y  que  unos  hombres 
a  otros  se  degüellen,  y  le  fué  dada 
una  gran  espada. 


3.°    El  caballo  negro.  6,  5-6 

*  Y  cuando  abrió  el  tercer  sello,  oí 
al  tercero  de  los  seres  vivientes,  que 
decía  :  «Ven.»  Y  vi,  y  he  aquí  un 
caballo  negro,  y  el  que  montaba  so- 
bre él  tenía  una  balanza  en  su  ma- 
no. '  Y  oí  como  una  voz  en  medio  de 
'.os  cuatro  seres  vivientes,  que  de- 
cía :  «Un  cuarto  de  celemín  de  tri- 
go por  un  denario,  y  tres  cuartos 
de  celemín  de  cebada  por  un  dena- 
rio ;  pero  el  aceite  y  el  vino  no  los 
dañes.» 


4.e   El  caballo  amarillento.  6,  7-8 

'  Y  cuando  abrió  el  cuarto  sello,  of 
una  voz  del  cuarto  de  los  seres  vi- 
vientes, que  decía  :  «Ven.»  8  Y  vi,  y 
he  aquí  un  caballo  amarillento,  y  el 
que  montaba  sobre  él  tenía  por  nom- 
bre «Peste»,  y  con  él  iba  en  pos  el 
infierno,  y  les  fué  dado  poder  so- 
bre la  cuarta  parte  de  la  tierra,  pa- 
ra matar  con  espada,  y  con  hambre, 
y  con  peste,  y  con  las  fieras  de  la 
tierra. 


6 El  libro  de  los  siete  sellos  es  uno  de  los  grandes  cielos  septenarios  del  Apocalipsis, 
cada  uno  de  los  cuales  representa  el  plan  integral  de  la  diyina  Providencia  acerca 
del  hombre.  El  de  los  siete  sellos  es  el  más  esquemático. 

1-4  Los  cuatro  primeros  sellos  forman  grupo  aparte,  si  bien  no  del  todo  homogéneo. 
El  origen  literario  de  los  cuatro  caballos  hay  que  buscarlo  en  Zac.  1,  8-10 ;  6,  1-8. 
1  La  orden  Ven  se  dirige  al  caballo  que  luego  aparece. 

a  Este  primer  sello  expresa  el  pensamiento  fundamental  de  todo  el  Apocalipsis  : 
la  victoria  de  Dios,  o  Cristo  vencedor,  o,  si  se  quiere,  el  Evangelio  personificado  en 
Cristo,  que  va  de  victoria  en  victoria.  Eí  color  del  caballo,  el  título  de  vencedor 
y  su  destino  de  vencer,  todo  clama  victoria.  E!  arco  expresa  los  avances  progresivos 
de  estas  victorias  del  principio  del  bien  contra  todos  los  obstáculos  del  mal. 

*"8  Estos  tres  sellos  señalan  los  agentes  de  la  justicia  o  de  la  providencia  de  Dios  : 
son  como  las  arraai  con  «ue  vence.  Contienen,  por  orden  inverso,  las  tres  calamida- 
des de  que  pedimos  nos  libre  Dios  :  ta  peste,  fame  et  bello».  En  los  cuatro  primeros 
sellos  no  se  descubre  orden  cronológico. 

•  Un  cuarto  de  celemín,  en  griego  klwinix  (1.080  litros,  o,  según  otros,  1.228),  con- 
tenía la  cantidad  de  trigo  que  se  consideraba  necesaria  para  el  sustento  diario  do 
una  persona.  El  denario  (correspondiente  a  la  peseta)  era  el  jornal  ordinario  de  un 
obrero.  En  tiempo  normal,  por  un  denario  podían  adquirirse  doce  quenices  de  trigo. 

«Amarillento:  o  gris  verdoso.  I!  Peste:  literalmente,  Mufrte.  La  Muerte,  perso- 
nificada, además  de  sus  armas  propias  (peste  y  fieras),  tiene  a  sus  órdenes  la  espada 
y  el  bambre.  Sigúela,  a  guisa  de  lacayo,  el  Infierno,  dispuesto  a  tragar  todas  sus 
victimas. 


-560- 


6  9-14 


APOCALIPSIS 


615-7  3 


5°    Los  clamores  de  los  mártires. 
6,  g-n 

9  Y  cuando  abrió  el  quinto  sello,  vi 
al  pie  del  altar  las  almas  de  los  que 
habían  sido  degollados  por  causa  de 
la  palabra  de  Dios  y  por  el  testi- 
monio que  mantenían.  lu  Y  clamaron 
a  grandes  voces,  diciendo  :  «¿Hasta 
cuándo,  ¡  oh  Señor!,  tú  el  Santo  y 
Verdadero,  no  haces  justicia  y  ven- 
gas nuestra  sangre  de  los  que  habi- 
tan sobre  la  tierra  ?»  11  Y  les  fué  da- 
da a  cada  uno  una  vestidura  blan- 
cj,  y  les  fué  dicho  que  se  aquietasen 
por  un  poco  de  tiempo  todavía,  has- 
ta que  cumpliesen  también  el  suyo 
sus  consiervos  y  sus  hermanos,  que 
habían  de  ser  muertos  lo  mismo  que 
ellos. 


6.°    El  gran  día  de  la  ira  de  Dios. 
6,  12-17 

12  Y  vi  cuando  abrió  el  sexto  sello, 
y  sobrevino  un  gran  terremoto,  y  el 
sol  se  tornó  negro  como  saco  tejido 
de  crin,  y  la  luna  entera  se  tornó  co- 
mo sangre,  13  y  las  estrellas  del  cielo 
cayeron  en  la  tierra,  como  la  hi- 
guera deja  caer  sus  brevas  sacudidas 
por  un  fuerte  viento ;  11  y  el  cielo  fué 


retirado  como  un  libro  que  se  arro- 
lla, y  todo  monte  e  isla  fueron  re- 
movidos de  sus  sitios.  15  Y  los  reyes 
de  la  tierra,  y  los  magnates,  y  los 
tribunos  militares,  y  los  ricos,  y  los 
poderosos,  y  todo  siervo  y  libre  se 
escondieron  en  las  cavernas  y  en  las 
peñas  de  los  montes ;  16  y  dicen  a  los 
montes  y  a  las  peñas  :  «Caed  sobre 
nosotros  y  escondednos  de  la  faz  del 
que  está  sentado  sobre  el  trono  y  de 
la_  cólera  del  Cordero  ;  "  porque  lle- 
iló  el  gran  día  de  su  cólera,  y  ¿  quién 
puede  sostenerse  ?» 


Doble  intermedio 


Los  144.000  marcados  de  Israel. 
7,  1-8 

n  1  Tras  esto  vi  cuatro  ángeles  de 
*  pie  sobre  los  cuatro  ángulos  de  la 
tierra,  que  frenaban  los  cuatro  vien- 
tos de  la  tierra,  para  que  no  soplase 
viento  sobre  la  tierra,  ni  sobre  el 
mar,  ni  sobre  árbol  alguno.  2  Y  vi 
otro  ángel  que  subía  del  sol  naciente 
teniendo  el  sello  del  Dios  viviente,  y 
clamó  con  voz  poderosa  a  los  cuatro 
ángeles,  a  quienes  fué  dado  dañar  la 
tierra  y  el  mar,  *  diciendo  :  «No  da- 
ñéis la  tierra,  ni  el  mar,  ni  los  ár- 


El  quinto  sello,  que  podría  titularse  tLos  clamores  de  los  mártires»,  expresa 
la  prudente  y  segura  lentitud  de  la  Providencia  divina,  contrapuestas  a  las  prisas  de 
los  justos.  Dios  da  de  contado  a  los  justos  la  recompensa  sustancial  (un*  vestidura 
blanca,  símbolo  de  la  bienaventuranza)  y  les  promete  para  un  plazo  breve  (desde  el 
punto  de  vista  divino)  el  galardón  íntegro.  A  los  impíos  les  tiene  reservado  el  cas- 
tigo, pero  aguarda  :  todo  está  prevenido  de  antemano. 

8  Al  nx  del  altar  (literalmente,  debajo  del  altar)  de  los  holocaustos  se  derramaba 
la  sangre  de  las  víctimas,  en  la  cual  está  la  vida  (Lev.  17,  10-14). 

u  Hasta  que  cumpliesen  [su  tiempo]  :  otros  leen  y  traducen  «hasta  que  se  comple- 
ten», es  decir,  se  complete  el  número  de... 

El.  sexto  sello  nos  traslada  al  fin  :  llegó  el  gran  día  de  la  cólera  de  Dios 
y  del  Cordero.  Así  considerado,  este  sello  derrama  mucha  luz  sobre  la  estructura 
y  la  significación  de  todo  el  Apocalipsis. 

13-15  Es  de  notar  la  doble  serie  septenaria:  una  de  trastornos  cósmicos  (13-14),  otra 
de  personas  (15). 

"¿Quién  puede  sostenerse?  :  a  esta  pregunta  se  contesta  inmediatamente. 

71-"  Entre  el  sexto  sello  y  el  séptimo  se  intercalan  dos  intermedios,  íntimamente 
relacionados  :  la  marca  de  los  144.000  elegidos  de  Israel  y  la  innumerable  turba  ce- 
leste. El  primero  señala  un  retroceso;  el  segundo,  una  anticipación.  Los  144.000  son 
la  misma  turba  celeste. 

i-3  Los  sellos  anteriores  (2,  3,  4,  6)  anuncian  calamidades.  Ocurre  preguntar  :  ¿  al- 
canzarán también  a  los  justos  estas  calamidades?  A  esto  responde  el  primer  inter- 
medio. Las  calamidades  pueden  considerarse  o  como  un  exterminio  o  como  una  prue- 
ba. Como  exterminio,  no  tocarán  a  los  que  lleven  la  marca  divina  ;  como  prueba,  loa 
podrán  alcanzar,  para  su  purificación  y  para  su  mérito.  El  galardón  de  estas  prue- 
bas, de  esta  «gran  tribulación»  (7,  14),  se  pinta  en  el  segundo  intermedio. 


—  570  — 


7  4-11 


APOCALIPSIS 


7  12-15 


boles,  hasta  que  hayamos  marcado]  mero  de  los  marcados:  ciento  cua- 
con  el  sello  en  su  frente  a  los  sier-  renta  v  cuatro  millares  marcados  de 
vos  de  nuestro  Dios.»  *  Y  oí  el  nú- 1  toda  tribu  de  los  hijos  de  Israel  : 

'  de  la  tribu  de  Judá,  doce  millares  marcados  ; 

de  la  tribu  de  Rubén,  doce  millares  ; 

de  la  tribu  de  Gad,  doce  millares  ; 

1  de  la  tribu  de  Aser,  doce  millares  ; 

de  la  tribu  de  Neftalí,  doce  millares  ; 

de  la  tribu  de  Manases,  doce  millares  ; 

7  de  la  tribu  de  Simeón,  doce  millares  ; 
de  la  tribu  de  Leví,  doce  millares  ; 

de  la  tribu  de  Isacar,  doce  millares  ; 

8  de  la  tribu  de  Zabulón,  doce  millares  ; 
de  la  tribu  de  José,  doce  millares  ; 

de  la  tribu  de  Benjamín,  doce  millares  marcados. 


La  innumerable  turba  celeste,  y,  9-17 


'  *  Tras  esto,  vi,  y  he  aquí  una  gran 
muchedumbre,  la  cual  nadie  podía 
contar,  de  todas  las  naciones,  y  tri- 
bus, y  pueblos,  y  lenguas,  de  pie  de- 
lante* del  trono  y  delante  del  Corde- 
ro, vestidos  de  ropas  blancas,  y  pal- 
mas en  sus  manos ;  10  y  clamaban  con 
voz  poderosa,  diciendo  :  «La  salud  a 
nuestro  Dios,  que  está  sentado  en  el 
trono,  y  al  Cordero.»  u  Y  todos  los 
ánge'.es*  estaban  en  derredor  del  tro- 
no y  de  los  ancianos  y  de  los  cuatro 
seres  vivientes,  y  cayeron  sobre  sus 
rostros  en  presencia  del  trono  y  ado- 


raron a  Dios,  u  diciendo :  «Amén.  La 
bendición,  y  la  gloria,  y  la  sabidu- 
ría, y  la  acción  de  gracias,  y  el  ho- 
jor,  y  el  poderío,  y  la  fuerza  a  nues- 
tro Dios  por  los  siglos  de  los  siglos. 
Amén.» 

a  Y  tomó  la  palabra  uno  de  los  an- 
cianos, diciéndome  :  «Estos  que  an. 
dan  vestidos  de  ropas  blancas,  ¿quié- 
nes son  y  de  dónde  vinieron  ?»  "  Y 
le  dije  :  «Señor  mío,  tú  lo  sabes.»  Y 
me  dijo  :  «Estos  son  los  que  vienen 
de  la  gran  tribulación,  y  lavaron  sus 
vestiduras  y  las  blanquearon  con  la 
sangre  del  "Cordero.  15  Por  esto  están 
delante  del  trono  de  Dios,  y  le  rin- 
den culto  día  y  noche  en  su  templo, 


4  Ciento  cuarenta  y  cuatro  millares  :  los  ancianos  eran  12+12  ;  los  marcados  aho- 
ra son  12x12x1.000.  Estos  números  son  simbólicos  :  representan  a  los  12  patriarcas  de 
Israel  multiplicados  en  sus  hijos,  innumerables  como  la  arena  del  mar.  II  De  los 
hijos  de  Israel  :  no  es  el  Israel  de  la  carne,  sino  el  ilsrael  de  Dios»  (Gál.  6,  16. 
Cfr.  Rom.  4,  11-12  ;  9,  6-13;  Gál.  3,  29;  Ef.  2,  11-22...).  Las  razones  de  esta  interpre- 
tación, capital  para  la  recta  interpretación  del  Apocalipsis,  son  muchas  :  11  se  trata 
de  marcar  con  el  sello  de  Dios  a  los  siervos  de  nuestro  Dios  :  a  todns,  por  tanto. 
2)  Aquí  se  dice  :  «Y  oí  el  número»  ;  luego  (v.  9)  se  dice  :  Vi...  una  gran  muchedum- 
bre. Es  la  doble  presentación,  normal  en  el  Apocalipsis,  primero  acústica,  luego  óp- 
tica. Y  es  natural  que  el  número  de  tan  gran  muchedumbre  pueda  precisarse  por 
quien  la  conoce  y  no  pueda  contarse  (v.  9)  por  quien  la  ve  por  primera  vez  toda 
junta.  3)  De  los  fieles  no  israelitas  se  ha  dicho  antes  (2,  12)  :  «Escribiré  sobre  él 
«'I  nombre  de  mi  Dios  y  el  nombre  de  la...  nueva  Jerusalén.t  En  cambio,  de  los  ju 
dios  carnales  se  dice  que  no  son  judíos,  sino  tsinacoga  de  Satanás»  (2,  9;  3,  o). 
4)  Más  adelante  (9,  4),  «los  hombres  que  no  tienen  marcado  el  sello  de  Dios>  no  son 
precisamente  los  no  israelitas,  sino  los  impíos.  Otras  razones  de  esta  significación 
simbólica  y  extensión  universal  de  estos  israelitas  se  señalarán  oportunamente. 

M  En  esta  lista  tiene  la  preferencia  Judá,  porque  de  ella  nació  Cristo.  Se  ha 
conservado  el  desdoblamiento  de  la  tribu  de  José,  cuyo  nombre  sustituye  al  de 
Efraím.  Admitido  este  desdoblamiento  y  mantenido  el  nombre  de  Leví,  para  con- 
servar el  número  tradicional  de  doce  ha  tenido  que  suprimirse  una  tribu,  que  es  la 
de  Dan.  Muchos  han  supuesto  que  con  ello  quiso  San  Juan  indicar  que  de  Dan 
saldría  el  anticristo.  Pudo  influir  en  la  omisión  el  hecho  de  que  esta  tribu  habla 
quedado  casi  completamente  extinguida. 

Esta  bellísima  descripción  de  la  gloria  celeste  es  como  el  esbozo  de  la  más 
amplia  que  coronará  todo  el  Apocalipsis  (21,  1-27;  22,  1-5).  Consta  de  dos  ciclos.  El 
primero  es  una  visión  y  audición  directa.  El  segundo  es  una  explicación  que  da  al 
vidente  uno  de  los  ancianos.  Se  ha  llegado  al  término  de  los  consejos  de  Dios  y  de 
la  historia  humana.  ¿Qué  puede  ya  traer  de  nuevo  el  séptimo  sello? 


—  571  — 


7  i«-8» 


APOCALIPSIS 


8  6-10 


y  el  que  está  sentado  sobre  el  trono 
tenderá  su  tienda  sobre  ellos.  16  No 
tendrán  ya  más  hambre  ni  más  sed, 
ni  caerá  sobre  ellos  el  sol  ni  ardor 
alguno,  "  porque  el  Cordero  que  es- 
tá en  medio  ante  el  trono  los  pasto- 
reará y  los  guiará  a  las  fuentes  de 
las  aguas  de  la  vida ;  y  enjugará  Dios 
toda  lágrima  de  sus  ojos.» 


y.°   Silencio  en  el  cielo.  8,  i 


O  1  Y  cuando  abrió  el  séptimo  se- 
^  lio,  se  hizo  silencio  en  el  cielo 
como  media  hora. 


2.    Ciclo  de  las  siete  trompetas 


Visión  preparatoria.  8,  2-6 


2  Y  vi  los  siete  ángeles  que  están 
en  la  presencia  de  Dios,  y  les  fue- 
ron dadas  siete  trompetas. 

3  Y  otro  ángel  vino  y  se  detuvo 
junto  al  altar,  teniendo  un  incensa- 
rio de  oro,  y  le  fueron  dados  mu- 
chos perfumes,  para  que  hiciese  su 
ofrenda  con  las  oraciones  de  todos 
los  santos  sobre  el  altar  de  oro  que 
está  eri  presencia  del  trono.  *  Y  su- 
bió el  humo  de  los  perfumes  con  las 
oraciones  de  los  santos  de  mano  del 
ángel  en  el  acatamiento  de  Dios.  6  Y 
tomó  el  ángel  el  incensario,  y  lo  lle- 
nó del  fuego  del  altar,  y  lo  arrojó 
a  la  tierra  ;  y  se  produjeron  true- 


nos, y  voces,  y  relámpagos,  y  tem- 
blor de  tierra. 

6  Y  los  siete  ángeles  que  tenían  las 
siete  trompetas  se  aprestaron  para 
tocarlas. 


i.a    En  la  tierra:  granizo  y  fuego. 
8.  7 

7  Y  el  primero  tocó  la  trompeta,  y 
se  produjo  granizo  y  fuego  mezcla- 
dos con  sangre,  y  ello  fué  lanzado  a 
la  tierra  ;  y  la  tercera  parte  de  la 
tierra  se  abrasó,  y  la  tercera  parte 
de  los  árboles  se  abrasó,  y  toda  la 
hierba  verde  se  abrasó. 


2.a    En  el  mar:  sangre  y  naufragios. 
8,  8-Q 

*  Y  el  segundo  ángel  tocó  la  trom- 
peta, y  uno  como  monte  grande  ar- 
diendo en  fuego  fué  lanzado  al  mar, 
y  la  tercera  parte  del  mar  se  convir- 
tió en  sangre,  *  y  murió  la  tercera 
parte  de  las  criaturas  que  hay  en  el 
mar,  las  que  tienen  almas,  y  la  ter- 
cera parte  de  las  naves  perecieron. 


3.a    En  los  ríos  y  fuentes:  ajenjo. 
8,  Ió-ii 

10  Y  el  tercer  ángel  tocó  la  tron* 
peta,  y  cayó  del  cielo  una  estrellí 
grande,  ardiente  como  lámpara,  y  ca- 


81  El  silencio  en  el  cielo  como  media  hora  es  silencio  de  expectativa  :  es  el  prelu- 
dio de  las  siete  trompetas.  El  último  cuadro  de  la  primera  película,  la  de  los  sellos, 
es  un  anuncio  de  la  siguiente.  El  séptimo  sello  comprende,  por  tanto,  el  ciclo  entero 
de  las  trompetas.  Así  lo  exige  la  solemnidad  con  que  se  introduce  la  abertura  del 
libro  de  los  siete  sellos,  cuyo  remate  no  puede  ser  un  silencio  de  media  hora,  en 
que  nada  se  ve  ni  oye,  si  no  es  el  ciclo  de  las  trompetas.  Además,  el  librito  que  se 
mencionará  en  el  capítulo  io  comprende  todo  lo  que  sigue  al  capítulo  n.  Luego  lo 
contenido  hasta  el  fin  de  este  capítulo  n  es  el  contenido  del  libro  de  los  siete  sellos. 

3  Los  siete  ángeles...  :  en  el  libro  de  Tobit  dice  el  ángel  :  tYo  soy  Rafael,  uno 
de  los  siete  ángeles  santos  que  asisten...  en  la  presencia  de  la  gloria  del  Santo»  (12, 

15)  .  ||  Siete  trompetas  :  en  el  Nuevo  Testamento  el  son  de  la  trompeta  es  la  señal  de 
la  parusía,  de  la  resurrección  de  la  carne  y  del  juicio  universal  (Mt,  24,  31  ;  1  Tes.  4, 

16)  .  San  Pablo  precisa  que  será  el  son  de  la  túltima  trompeta»  (1  Cor.  15,  53). 

3  Además  del  altar  de  los  holocaustos,  mencionado  antes  incidentalmente  (6,  9), 
se  habla  del  ai.t»r  de  oro  o  del  incienso  :  altares  simbólicos,  que  recuerdan  los  del 
templo  ele  Jerusalén. 

1-12  Las  cuatro  primeras  trompetas  forman  grupo  aparte,  lo  mismo  que  los  cuatro 
primeros  sellos.  Pero  mientras  los  sellos  contienen  amenazas,  las  trompetas  señalan 
castigos,  que  además  son  más  terribles.  Con  todo,  en  las  cuatro  primeras  trompetas 
los  castigos  sólo  indirectamente  afectan  a  los  hombres. 


—  572  — 


8  n-9  1 


APOCALIPSIS 


Q2-12 


yó  sobre  la  tercera  parte  de  los  río.» 
y  sobre  las  fuentes  de  las  aguas  ;  "  y 
el  nombre  de  la  estrella  se  llama  «el 
Ajenjo»,  y  se  convirtió  la  tercera 
parte  de  las  aguas  en  ajenjo,  y  mu- 
chos de  los  hombres  murieron  a  con- 
secuencia de  las  aguas,  pues  6e  ha- 
bían vuelto  amargas. 

4.a    En  el  sol,  luna  y  estrellas:  ti- 
nieblas. 8,  12 

UY  el  cuarto  ángel  tocó  la  trom- 
peta, y  repercutió  en  la  tercera  par- 
te del  sol,  y  en  la  tercera  parte  de 
la  luna,  y  en  la  tercera  parte  de  la? 
estrellas,  con  que  se  oscureció  su  ter 
cera  parte,  y  el  día  no  brilló  en  si1 
tercera  parte",  y  la  noche  igualmente. 

Intermedio :  anuncio  de  los  tres 
aycs.  8,  13 

u  Y  vi  y  oí  un  águila  volando  en 
el  cénit,  que  decía  a  grandes  voces  ■ 
«¡Ay,  ay,  ay  de  los  que  habitan  so- 
bre la  tierra,  a  causa  de  los  restan- 
tes toques  de  la  trompeta  de  los  tres 
ángeles,  que  están  para  tocar!» 


5.a   Se  abre  el  abismo:  el  Extermi- 
nador.  g,  1-12 

q    1  Y  el  quinto  ángel  tocó  la  trom- 
peta,  y  vi  un  astro  caído  del  cielo 
en  la  tierra,  y  le  fué  entregada  la  llave 


del  pozo  del  abismo.  5  Y  abrió  el  po- 
zo del  abismo,  y  subió  humo  del  po- 
zo, como  humo  de  un  grande  horno, 
y  se  entenebreció  el  sol  y  el  aire  con 
el  humo  del  pozo.  3  Y  del  humo  sal- 
taron langostas  a  la  tierra,  y  se  les 
dió  poder,  como  tienen  poder  los  es- 
corpiones de  la  tierra.  4  Y  les  fué  di- 
cho que  no  dañasen  a  la  hierba  de 
la  tierra,  ni  a  cosa  verde,  ni  a  árbol 
alguno,  sino  a  los  hombres  que  no 
tienen  marcado  el  sello  de  Dios  so- 
bre sus  frentes.  5  Y  les  fué  dado  que 
no  los  matasen,  sino  que  fuesen  ator- 
mentados durante  cinco  meses ;  y  el 
tormento  de  ellos  es  como  tormento 
de  escorpión  cuando  pica  al  hombre. 
6  Y  en  los  días  aquellos  buscarán  los 
hombres  la  muerte,  y  no  la  hallarán  ; 
y  ansiarán  morir,  y  huye  de  ellos  la 
muerte.  1  Y  esas  especies  de  langos- 
tas son  semejantes  a  caballos  apare- 
jados para  la  guerra,  y  sobre  sus  ca- 
bezas unas  como  coronas  que  aseme- 
jaban ser  de  oro,  y  sus  rostros  como 
rostros  de  hombres,  8  y  llevaban  ca- 
bellos como  cabellos  de  mujer,  y  sus 
dientes  eran  como  de  leones,  "  y  te- 
nían lorigas  como  lorigas  de  hierro, 
v  el  sonido  de  sus  alas  como  sonido 
de  carros  de  muchos  caballos  que  co- 
rren a  la  r>elea.  10  Y  tienen  rolas  pa- 
recidas a  escorpiones  y  aguijones,  y 
en  sus  colas  está  el  poder  de  dañar 
a  los  hombres  por  cinco  meses.  11  Y 
tienen  sobre  sí  como  rey  al  ángel  del 
abismo,  cuyo  nombre  es  en  hebreo 
«Abaddón»,  y  en  griego  tiene  por 
nombre  «Apollyon». 

12  El  «ay»  primero  pasó  ;  he  aquí 
que  tras  éí  vienen  todavía  dos  «aves». 


a  Estos  tres  ayes,  tan  diferentes  de  las  cuatro  primeras  trompetas,  forman  un 
grupo  que,  como  lo  indica  la  común  denominación  de  ¡ay!,  deberá  ser  suficiente- 
mente homogéneo.  Ahora  bien,  el  tercer  ¡ay!  nos  lleva  al  fin.  Los  dos  primeros, 
por  tanto,  deberán  tener  especia!  conexión  con  la  catástrofe  final.  Por  esto,  si  las 
cuatro  primeras  trompetas  pueden  llamarse  históricas  y  la  séptima  es  ya  francamente 
escatológica,  la  quinta  y  la  sexta  podrían  denominarse  subescatológicas.  Su  contenido 
justificará  esta  denominación. 

91-2  El  astro  caído  es.  un  ángel  malo,  a  quien  se  entrega  la  llave  del  pozo  del 
abismo  para  que  abra  y  dé  salida  a  los  espíritus  infernales.  Bajo  estas  imágenes  se 
anuncia  la  soltura  o  libertad  de  Satanás  de  que  más  tarde  se  hablará  (20,  7).  Esta 
identificación  orienta  extraordinariamente  en  la  difícil  interpretación  del  Apocalipsis. 
La  libertad  de  Satanás  es  el  principio  del  fin  y  señala  el  comienzo  de  la  época  sub- 
escatológica. 

Esta  descripción  de  las  langostas  infernales,  presididas  por  Abaddón  (Satanás), 
cuanto  más  extraña  es  para  nuestro  gusto  literario,  tanto  es  más  oiientadora,  pues 
prueba  la  parsimonia  con  que  deben  aplicarse  o  interpretarse  las  imágenes  simbóli- 
cas del  Apocalipsis.  Con  la  de  las  langostas  quiere  significarse  la  acción  maléfica  de 
los  espíritus  infernales,  una  vez  sueltos,  en  el  espíritu  de  los  hombres  que  no  lleven 
el  sello  de  Dios,  torturando  terriblemente  sus  conciencias.  Esta  acción  diabólica 
durará  cinco  meses,  es  decir,  un  tiempo  muy  limitado  (que  se  podrá  contar  con  los 
dedos  de  una  ruano). 


—  573  — 


9  13-21 


APOCALIPSIS 


10  i-io 


6.a    Los  cuatro  ángeles  del  Eufra- 
tes: el  ejercito  ecuestre,  c¡,  13-21 

"  Y  el  sexto  ángel  tocó  la  trompe- 
ta, y  oí  salir  de  los  cuatro  cuernos 
del  altar  de  oro,  que  está  delante  de 
Dios,  una  voz,  "  que  decía  al  sexto 
ángel,  que  tenía  la  trompeta  :  «Suel- 
ta los  cuatro  ángeles  que  están  ata- 
dos junto  al  río  grande  Eufrates.» 
15  Y  fueron  soltados  los  cuatro  ánge- 
les, que  estaban  preparados  para  la 
hora,  el  día,  el  mes  y  el  año,  para 
matar  la  tercera  parte  de  los  hom- 
bres. 18  Y  el  número  de  los  ejércitos 
de  la  caballería  se  contaba  por  cen- 
tenares de  millones  :  oí  su  número. 
11  Y  así  vi  los  caballos  en  la  visión, 
y  a  los  que  montaban  en  ellos,  que 
tenían  corazas  ígneas,  y  jacintinas, 
y  sulfúreas  ;  y  las  cabezas  de  los  ca- 
ballos eran  como  cabezas  de  leones, 
y  de  su  boca  sale  fuego,  humo  v  azu- 
fre ;  a  y  por  efecto  de  estas  tres  pla- 
gas fueron  muertos  la  tercera  parte 
de  los  hombres,  por  efecto  dei  fue- 
go, del  humo  y  del  azufre,  que  salía 
de  sus  bocas.  "  Porque  e!  poder  de 
los  caballos  está  en  su  boca  y  en  sus 
colas  ;  pues  sus  colas  son  semejan- 
tes a  serpientes,  por  tener  cabezas, 
y  con  ellas  dañan.  20  Y  los  restan- 
tes de  los  hombres,  que  no  fueron 
muertos  con  estas  plagas,  no  se  arre- 
pintieron de  las  obras  de  sus  manos, 
dejando  de  adorar  los  demonios  y 
los  ídolos  de  oro,  de  plata,  de  bron- 
ce, de  piedra  y  de  madera,  los  cua- 
les no  pueden  ni  ver,  ni  oír,  ni  ca- 
minar ;  21  y  no  se  arrepintieron  de 
sus  homicidios,  ni  de  sus  hechice- 
rías, ni  de  su  fornicación,  ni  de  sus 
robos. 


Doble  intermedio 


El  librito  abierto.  10,  1-11 


10  1  Y  V1  otro  ángel  fuerte,  que  ba- 
±yj  jaba  del  cielo,  envuelto  en  una 
nube,  y  el  arco  iris  por  encima  de  su 
cabeza,  y  su  semblante  como  el  sol, 
y  sus  piernas  como  columnas  de  fue- 
go, 2  y  tenía  en  su  mano  un  librito 
abierto  ;  y  puso  su  pie  derecho  so- 
bre el  mar,  y  el  izquierdo  sobre  la 
tierra,  *  y  clamó  con  voz  potente,  co- 
mo cuando  ruge  el  león.  Y  cuando 
clamó,  hablaron  sus  voces  los  siete 
rueños.  4  Y  cuando  hablaron  los  sie- 
te truenos,  iba  yo  a  escribir,  v  oí 
"na  voz  del  cielo  que  decía  :  «Sella 
lo  que  hablaron  los  siete  truenos  v 
no  lo  escribas.»  8  Y  el  ángel  que  vi 
estar  de  pie  sobre  el  mar  y  sobre  la 
tierra,  levantó  al  cielo  su  mano  de- 
recha, 6  y  juró  por  el  que  vive  por 
los  siglos  de  los  siglos,  que  creó  el 
cielo  y  cuanto  hay  en  él,  y  la  tierra 
v  cuanto  hay  en  ella,  y  el  mar  y 
cuanto  hay  en  él,  que  no  habrá  va 
más  tiempo,  '  sino  que  en  los  días 
de  la  trompeta  del  séptimo  ángel, 
cuando  vaya  a  tocar,  se  consumó  ya 
el  misterio  de  Dios,  sesjún  la  buena 
nueva  que  él  había  dado  a  sus  sier- 
vos los  profetas.  8  Y  la  voz  que  ha- 
bía yo  oído  del  cielo,  otra  vez  habla- 
ba conmigo  y  decía  :  «Ve.  toma  el 
libro  que  está  abierto  en  la  mano  del 
ángel  que  está  de  pie  sobre  el  mar 
v  sobre  la  tierra.»  *  Y  fui  al  ángel, 
v  le  dije  que  me  diera  el  librito.  Y 
me  dice  :  «Toma,  y  devóralo,  y  te 
amargará  las  entrañas,  bien  que  en 
tu  boca  será  dulce  como  miel.»  10  Y 


33-21  Bajo  estas  imágenes  terroríficas  se  significa  la  libertad  permitida  a  la  poten- 
cia diabólica  para  afligir  a  la  humanidad  con  trastornos  sociales.  Efecto  de  la  acción 
diabólica  son  las  invasiones  de  unos  pueblos  en  otros,  con  las  consiguientes  guerras 
y  exterminios.  Nótese  que  este  ejército  infernal  no  es  todavía  el  ejército  que  habrá 
de  luchar  contra  los  santos.  Este  segundo  «¡ay!»  cronológicamente  puede  coexistir 
con  el  primero.  Por  lo  menos  no  se  expresa  claramente  la  sucesión  cronológica. 

■1  A    1-3  Es  impresionante  la  magnífica  descripción  de  este  ángel. 

*  No  LO  escribas  ¡  porque  hablaron  los  siete  truenos,  San  Juan  entendió  mu- 
chas cosas  que  se  dispuso  a  poner  en  escrito ;  pero  recibió  orden  de  mantenerlas 
secretas.  San  Juan,  por  tanto,  en  el  Apocalipsis  se  calla  mucho  de  lo  que  sabe,  tal 
vez  porque  el  mundo  no  tenía  oídos  para  oír  semejantes  estampidos. 

*-'  No  habrá  ya  más  tiempo. . .  se  consumó  ya  el  misterio  de  Dios  :  declaraciones 
preciosas  para  entender  que  en  la  séptima  trompeta  se  llega  ya  al  fin. 

•-"Este  librito  (o,  más  literalmente,  librctillo)  es  como  el  codicilo  anexo  al  libro 
de  los  siete  sellos.  Su  objeto  es  determinar  por  menor  muchas  cosas  sólo  %'agamente 
insinuadas  en  el  gran  libro.  Es  una  profecía  posterior,  pero  no  son  posteriores  los 
hechos  en  él  narrados  a  los  contenidos  en  el  libro  de  los  siete  sellos. 


—  574  — 


10  11-11  5 


APOCALIPSIS 


11  6-11 


tomé  el  librito  de  la  mano  del  án- 
gel y  lo  devoré,  y  era  en  mi  boca 
como  miel  dulce ;  y  cuando  le  hube 
devorado,  se  amargaron  mis  entra- 
ñas. 11  Y  me  dicen  :  aEs  menester 
que  de  nuevo  profetices  sobre  mu- 
chos pueblos,  y  naciones,  y  lenguas, 
y  reyes.» 


Los  dos  testigos,  n,  1-14 


nl  Y  me  fué  dada  una  caña  seme- 
jante a  unatvara,  diciendo  :  «Le- 
vántate y  mide  él  templo  de  Dios,  y 
el  altar,  y  los  que  adoran  en  él.  2  Y 
él  atrio  de  fuera  del  templo,  déjalo 
allá  fuera,  y  no  lo  midas;  porque  ha 
sido  entregado  a  las  gentes,  y  holla- 
rán la  santa  ciudad  cuarenta  y  dos 
meses.  *  Y  daré  orden  a  mis  dos  tes- 
tigos, v  profetizarán  vestidos  de  sa- 
co mil  doscientos  sesenta  días.»  4  Es- 
tos son  los  dos  olivos  y  los  dos  can- 
delabros que  están  en  la  presencia 
del  Señor  de  la  tierra.  6  Y  si  algu- 
no les  quiere  hacer  mal,  saldrá  fue- 
go de  su  boca  y  devorará  a  sus  ene- 


migos. Y  si  alguno  les  quisiese  ha- 
cer mal,  así  él  será  muerto  sin  re- 
medio. 0  Estos  tienen  la  potestad  de 
cerrar  el  cielo  para  que  no  llueva 
durante  los  días  de  su  profecía,  y 
tienen  potestad  sobre  las  aguas  para 
convertirlas  en  sangre,  y  para  herir 
la  tierra  con  todo  linaje  de  plagas, 
siempre  y  cuando  que  quisieren.  1  Y 
una  vez  que  hubieren  terminado  su 
testimonio,  la  bestia  que  sube  del 
abismo  hará  guerra  contra  ellos,  y 
los  vencerá  y  los  matará.  8  Y  su  ca- 
dáver quedará  en  la  plaza  de  la  gran 
ciudad,  llamada  espiritualmente  So- 
doma  y  Egipto,  donde  también  el 
Señor  de  ellos  fué  crucificado.  *  Y 
muchos  de  los  pueblos,  y  tribus,  v 
lenguas,  y  naciones  verán  su  cadá- 
ver durante  tres  días  y  medio,  y  no 
dejarán  que  sus  cadáveres  sean  pues- 
tos en  sepulcro.  10  Y  los  que  habitan 
sobre  la  tierra  se  gozarán  sobre  ellos 
v  andarán  alegres  y  se  enviarán  pre- 
sentes unos  a  otros,;  puesto  que  es- 
tos dos  profetas  habían  atormentado 
a  los  que  habitan  sobre  la  tierra. 
11  Y  al  cabo  de  los  tres  días  y  medio, 
un  espíritu  de  vida  enviado  por  Dio* 
entró  en  ellos,  y  se  levantaron  sobre 


n1  El  templo  de  Dios...  :  imagen  simbólica  de  la  Iglesia,  sobre  la  cual  Dios  tiene 
tomadas  sus  medidas  ;  es  decir,  que  tiene  providencia  de  ella. 
*  El  atrio  de  fuera...  :  imagen  tomada  del  atrio  de  los  gentiles  del  templo  de 
Jerusalén,  símbolo  de  la  humanidad  anticristiana.  ||  Déjalo  allá  fuera  :  no  te  pre- 
ocupes, déjalo  correr.  ||  Cuarenta  y  dos  meses  :  tres  años  y  medio,  o  sea  mil  doscien- 
tos sesenta  días  :  es  la  mitad  de  siete  años  o  de  la  plenitud.  De  este  modo  se  indica 
que  las  persecuciones  de  los  impíos  contra  la  Iglesia  no  llenarán  tedo  el  tiempo  de 
su  historia,  sino  que  alternarán  con  períodos  de  calma. 

2-9  Los  dos  testigos,  los  predicadores  del  Evangelio,  vestidos  de  saco,  es  decir,  de 
vida  austera  y  penitente,  profetizarán  o  anunciarán  la  palabra  de  Dios,  mil  doscienios 
sesenta  días,  aun  en  las  épocas  en  que  los  impíos  perseguirán  a  la  Iglesia.  ¿  Quiénes 
son  estos  dos  testigos?  Los  rasgos  con  que  los  describe  San  Juan  no  lo  expresan,  pues 
son  simbólicos.  Los  dos  olivos...  se  refieren  a  Zorobabel  y  a  Jesús  hijo  de  Josedez  (Zac.  4, 
2-14);  el  fuego  y  la  potestad  de  cerrar  el  cielo  se  refieren  a  Elias  (4  Re.  1,  10. 
3  Re.  17,  1)  ;  la  sangre  y  las  plagas  se  refieren  a  Moisés  'Ex.  7,  17-19).  Si  se  tomasen 
en  sentido  propio  serían  cuatro,  no  dos.  Además,  el  tiempo  de  su  predicación  no  es 
sola  la  época  subescatológica,  que  será  breve  (relativamente),  sino  todo  lo  largo  de 
la  historia  de  la  Iglesia.  Este  intermedio,  por  tanto,  no  se  refiere  exclusivamente 
a  sola  la  sexta  trompeta.  Por  otra  parte,  existe  una  antigua  y  respetable  tradición 
según  la  cual  Elias  y  Enoc  aparecerán  de  nuevo  para  preparar  el  segundo  adveni- 
miento de  Cristo.  Lo  que  dice  San  Juan  no  excluye  la  verdad  de  esta  tradición  ;  nni> 
aún,  aun  cuando  no  hable  concretamente  de  Elias  y  Enoc,  parece  haber  presentado 
a  los  dos  testigos  a  imagen  y  semejanza  de  los  dos  testigos  finales. 

T  Primera  mención,  proléptica,  de  la  bestia,  que  es  la  potencia  política  atea,  la  que 
perseguirá  a  la  Iglesia  en  el  curso  de  su  historia.  Vencerá  a  los  dos  testigos  y  los 
matará  ;  pero  sólo  cuando  hubieren  terminado  su  testimonio.  Dios  permitirá  que  sean 
testigos  de  sangre,  mártires,  pero  no  que  sea  impedido  o  truncado  su  testimonio. 

8  Mención  enigmática  de  Jerusalén;  pero  esta  «santa  ciudad»  (v.  2),  hollada  por 
los  gentiles  o  impíos,  es  a  su  vez  símbolo  de  la  ciudad  anticristiana. 

8  Tres  días  y  medio  :  si  el  conjunto  de  las  persecuciones  dura  tres  años  y  medio 
(media  semana  de  años),  el  triunfo  y  regocijo  de  los  impíos  después  de  cada  perse- 
cución no  dura  sino  tres  días  vmedio  (media  semana  de  días),  tiempo  brevísimo. 
Y  la  Iglesia  reaparece,  vigorizada  por  la  precedente  persecución. 


—  575  — 


11  12-19 


APOCALIPSIS 


11  14-19 


sus  pies,  y  cayó  gran  temor  sobre  los 
que  los  estaban  mirando.  12  Y  oí  una 
gran  voz  venida  del  cielo,  que  les 
decía  :  «Subid  acá.»  Y  subieron  al 
cielo  en  la  nube,  y  sus  enemigos  los 
contemplaron.  13  Y  en  aquella  hora 
sobrevino  un  gran  terremoto,  y  la 
décima  parte  de  la  ciudad  se  cayó, 
y  perecieron  en  el  terremoto  siete 
millares  de  personas  humanas,  y  los 


restantes  quedaron  despavoridos  y 
dieron  gloria  al  Dios  del  cielo.  M 
14  El  «ay»  segundo  pasó  ;  he  aquí 
que  el  «ay»  tercero  viene  pronto. 

7.»    La  consumación.  11,  15-ig 

u  Y  el  séptimo  ángel  tocó  la  trom- 
peta, y  sonaron  grandes  voces  en  el 
cielo,  que  decían  : 


Se  estableció  el  reinado  sobre  el  mundo 
del  Señor  nuestro  y  de  su  Cristo, 
y  reinará  por  los  siglos  de  los  siglos. 


"  Y  los  veinticuatro  ancianos,  que  1  sus  rostros  y  adoraron  a  Dios,  "  di- 
están en  la  presencia  de  Dios  sen-  |  ciendo  : 
tados  en  sus  tronos,  cayeron  sobre  . 


Gracias  te  damos,  Señor,  Dios  omnipotente, 

el  que  eres  y  el  que  eras, 

porque  has  asumido  tu  gran  poder, 

y  comenzaste  a  reinar  ; 

u  y  se  encolerizaron  las  gentes, 

y  llegó  tu  cólera, 

y  el  tiempo  de  que  sean  juzgados  los  muertos, 
y  de  dar  el  galardón  a  tus  siervos  los  profetas, 
y  a  los  santos  y  a  los  que  temen  tu  nombre, 
a  los  pequeños  y  a  los  grandes, 
y  de  arruinar  a  los  que  arruinaron  la  tierra. 


10  Y  se  abrió  el  templo  de  Dios,  I  produjeron  relámpagos,  y  voces,  y 
que  está  en  el  cielo,  y  fué  vista  el  truenos,  y  temblor  de  tierra,  y  fuer- 
arca  de  la  alianza  en  el  templo,  y  se  !  te  granizada. 


13-13  La  gloria  de  los  mártires  y  los  castigos  de  Dios  inspiran  sentimientos  de  pe- 
nitencia a  los  antiguos  perseguidores,  que  al  fin  dan  gloria  a  Dios. 

u  Se  estarleció  el  reinado  pleno  y  definitivo  de  Dios.  A  este  establecimiento  se 
sigue  ya  el  reinado  eterno  :  y  reinará  por  los  siglos  de  los  siglos. 

h-18  Este  cantar  de  los  veinticuatro  ancianos  es  como  la  diánoia  o  el  pensamiento 
de  todo  el  drama  apocalíptico. 

17  El  que  eres  y  el  que  eras:  ya  no  se  añade,  como  antes  u,  4;  1,  8 ;  4,  8),  cy  el 
que  viene»  :  nuevo  indicio  de  que  llegó  el  fin. 

18  Estos  incisos  son  como  el  índice  de  las  narraciones  más  extensas  que  seguirán 
luego.  Se  encolerizaron  las  gentes  :  16,  12-16 ;  19,  19-21  :  es  el  ejército  del  mal  que 
presume  destronar  a  Dios  y  a  Cristo.  ||  Llegó  tu  cólera  :  14,  8-20;  ib,  17-21...  :  es  el 
día  de  la  ira  de  Dios.  ||  De  que  sean  juzgados  los  muertos:  20,  11-15  :  es  el  juicio 
universal.  ||  De  dar  el  galardón...:  21,  1-27;  22,  1-5:  es  la  bienaventuranza  celes- 
te. ||  De  arruinar...:  17,  1-18 ;  18,  1-24;  19,  1-4;  19,  11-21  ;  20,  1-10  :  es  el  exterminio 
de  Babilonia,  de  las  dos  bestias  y  del  dragón. 

"  Este  versículo  puede  interpretarse  de  dos  maneras  :  o  como  conclusión  de  lo 
que  precede,  y  entonces  sería  un  anuncio  proléptico  de  los  capítulos  21  y  22,  o  bien, 
más  probablemente,  como  una  preparación  de  la*  visión  que  sigue  a  continuación. 
Esta  diferencia  no  influye  en  la  interpretación  general  del  libro. 


-576- 


12  M 


APOCALIPSIS 


12  M« 


El  librito  abierto 


Visión  preliminar 


'fíales  cu  e¡ 
él  dragón. 


-i  cf  'Y  una  gran  señal  fué  vista  en 
el  cielo  :'  una  Mujer  vestida  del 
sol,  y  la  luna  debajo  de  sus  pies,  y 
sobre  su  cabeza  una  corona  de  doce 
estrellas,  2  la  cual  llevaba  un  Hijo  en 
mi  seno,  y  clamaba  con  los  dolores 
del  parto  y  con  la  tortura  de  dar 
a  Juz. 

■  Y  otra  señal  fué  vista  en  el  cie- 
lo, y  he  aquí  un  dragón  grande  rojo, 
que  tenía  siete  cabezas  y  diez  cuer- 
nos, y  sobre  sus  cabezas  siete  dia- 
demas ;  4  y  sú  cola  arrastra  la  ter- 
cera parte  de  las  estrellas  del  cielo 
y  las  precipitó  a  la  tierra.  Y  el  dra- 
gón se  ha  colocado  frente  a  la  Mu- 
jer, que  está  a  punto  de  dar  a  luz, 


para  poder,  en  cuanto  dé  a  luz,  de- 
corar a  su  Hijo.  '  Y  dió  a  luz  un 
Hijo  varón,  destinado  a  regir  todas 
las  gentes  con  vara  de  hierro  ;  y 
fué  arrebatado  su  Hijo,  llevado  a 
Dios  y  a  su  trono.  *  Y  la  Mujer  huyó 
al  desierto,  donde  tiene  lugar  prepa- 
rado por  Dios,  para  que  allí  la  sus- 
tenten mil  doscientos  sesenta  días, 
'Y  se  trabó  una  batalla  en  el  cie- 
lo :  Miguel  y  sus  ángeles  iniciaron 
mtra  el  dragón,  "  Y  el 


,mb 


el 

dragón  peleó  y  con  él  sus  ángeles, 
y  no  pudieron  resistir,  y  no  se  ha- 
lló ya  para  ellos  lugar  en  el  cielo. 
"  Y  fué  precipitado  el  dragón  gran- 
de, la  serpiente  antigua,  que  se  lla- 
ma diablo  y  Satanás,  el  que  seduce 
todo  el  mundo  ;  fué  precipitado  a 
la  tierra,  y  sus  ángeles  fueron  con 
él  precipitados. 

10  Y  oí  una  gran  voz  en  el  cielo, 
que  decía  : 


12 


1  Como  el 

aeró,  asi  t 


sell< 


del  Cor- 


lltr 


real 


n  fúndame 
ra  dos  corrientes  o  se- 
otros  que  expresan  la 
is  dos  series  de  textos, 


tas  <le  la  gran  batalla:  de  la  Mujer  con  su  Hijo  por  uní 
bestias  por  otra  ;  cuva  presentación  se  hace  en  los  caí 
esta  Mujer,  Madre  del  Mesías,   no  puede  ser  ni  la  i 
margen  de  la  promesa  mesiánica,  ni  tampoco  la  lides 
ni  Mesías  y  que  en  el  Apocalipsis  se  presenta  como  e; 
son  a  o  colectividad  a  la  cual  en  la  Escritura  se  atril 
generación  del  Mesías.  En  este  sentido  hallamos  en  la 
ríes  de  textos  :  unos  que  hablan  de  la  generación  Pat 
generación  virginal.  Como  sería  arbitrario  descartar  una 
habrá  que  decir  que  la  Mujer  será  o  la  colectividad  patriarca 
centrándose  en  María,  o  bien  María  en  cuanto  recose  y  sintetiz 
patriarcal,  es  decir,  al  Israel  de  la  promesa.  Cotejados  todos 
sus  rasgos  así  reales  como  verbales,  la  conclusión  es  que  la  Mu. 
lleva  la  representación  de  Israel.  Además,  el  contraste  entre  ' 
eserpiente  antie.ua»  (y.  9),  es  una  realización  de  las  hostilida 
Génesis  (3,  15),  donde  la  Mujer  es  María.  Hay  que  notar,  empe 
de  María  es  aquí,  como  lo  fué  en  la  realidad,  no  la  pura  gei: 
maternidad  total  del  Redentor.  Esto,  con  todo,  no  impide  que  < 
la  Mujer  pueda  ser  también  de  alguna  manera  la  Iglesia,  por 
eión  de  Israel.  ||  Vfsiida  del  sol:  es  la  gloria  de  la  divina  r 
debajo  PE  sus  fiF.s  :   símbolo  del  señorío  soberano  o  realeza  d< 
doce  ESTRELLAS  :   es  la  doria  de  los  doce  patriarcas  de  Israel, 
sentada  en  María. 

1  Los  DOLORES  DEL  PARTO  no  son  los  de  la  generación  física,  exenta  de  ellos,  sino 
los.  de  la  maternidad  del  Redentor  crucificado  (I.c.       .55;  Jn.  19,  25-27). 

4  Arrastra...  las  estrellas:  alusión  a  la  defección  de  los  ángeles  rebeldes  en  el 
ciclo.  i¡  Devorar  su  Hijo:  anularle  como  Mesías  iMt.   1,  1-10  ;  I-c.  4,  i-i.v.   22,  :>  ; 

53  Win.  13.  3)-  '  ' 

•Fué  ARREBATADO  SD  BCO :  » derrota  del  dragón,  cuyos  planes  quedan  frustrados 
•  I-A  Mujfr  HUYÓ  al  DESlTRIOi..  ¡   puesta  a  salvo  de  los  asaltos  del  dragón.  Perso- 
nalmente María  estuvo  exent;.  de  todo  influjo  diabólico,  y  representativamente  es  !n 
Iglesia,  perennemente  protegioa  por  Dios. 

'  Y  se  trabo  una  BATALLA  :  se  habla  de  Irt*  batallas  fundidas  c-n  una  :  las  batallas 
contra  Dios,  contra  el  Mesías  y  contra  la  Iglesia.  Son  tre=  episodios  o  aspectos  de  ta 
eterna  guerra  de  Satanás  contra  Cristo.  A>¡  se  explie-a  que  en  7-0  se  describa  la  ba- 


María.  ||  Corona  de 
recapitulada  y  repre- 


12  n-17 


APOCALIPSIS 


12  is-13  4 


Ahora  se  estableció  la  salud,  y  el  poderío, 
y  el  reinado  de  nuestro  Dios, 
y  la  potestad  de  su  Cristo  ; 

porque  fué  precipitado  el  acusador  de  nuestros  hermanos, 

el  que  los  acusaba  ante  nuestro  Dios  día  y  noche, 

11  y  ellos  le  vencieron  en  virtud  de  la  sangre  del  Cordero, 

y  por  la  palabra  del  testimonio  que  dieron, 

y  no  amaron  tanto  su  vida  que  temieran  la  muerte. 

"  Por  esto  estad  alegres,  cielos, 

y  los  que  moráis  en  sus  tiendas. 

¡  Ay  de  la  tierra  y  del  mar  ! , 

porque  bajó  a  vosotros  el  diablo  con  gran  coraje, 
sabiendo  que  cuenta  con  poco' tiempo. 


u  Y  como  vió  el  dragón  que  ha- 
bía 6Ído  precipitado  a  la  tierra,  se 
dió  a  perseguir  a  la  Mujer  que  ha- 
bía dado  a  luz  al  varón.  14  Y  le  fue- 
ron dadas  a  la  Mujer  las  dos  alas 
de  la  grande  águila,  para  que  vola- 
se al  desierto  a  su  lugar,  en  donde 
es  sustentada  un  tiempo  y  dos  tiem- 
pos y  medio  tiempo  lejos  de  la  pre- 
sencia de  la  serpiente.  16  Y  lanzó  la 
serpiente  de  su  boca  tras  la  Mujer 
agua  como  río,  para  hacer  que  Iue- 
ra  arrastrada  por  el  río.  "  Y  soco- 
rrió la  tierra  a  la  Mujer,  y  abrió  la 
tierra  su  boca,  y  sorbió  el  río  que  el 
dragón  había  lanzado  de  su  boca. 
"  Y  se  encolerizó  el  dragón  contra 
la  Mujer,  y  se  fué  a  hacer  guerra 
con  los  demás  de  su  descendencia, 
los  que  guardan  los  mandamientos 
de  Dios  y  mantienen  el  testimonio 
de  Jesús. 


Las  dos  bestias:  la  del  mar  y  la  d* 
la  tierra.  12,  18  ;  13,  1-18 

"  Y  me  puse  en  la  arena  del  mar. 

i  o  1  Y  vi  subir  del  mar  una  bestia 
A"  que  tenía  diez  cuernos  y  6Íete 
cabezas,  y  sobre  sus  cuernos  diez  dia- 
demas, y  sobre  sus  cabezas  un  nom- 
bre de  blasfemia.  2  Y  la  bestia  que  vi 
era  semejante  a  un  leopardo,  y  sus 
pies  como  de  oso,  y  su  boca  como 
boca  de  león.  Y  le  entregó  el  dragón 
su  poder  y  su  trono  y  gran  potestad. 
*  Y  [vi]  una  de  sus  cabezas  como 
herida  mortalmente,  y  su  herida  de 
muerte  había  sido  curada.  Y  admi- 
rada toda  la  tierra  se  fué  tras  la 
bestia,  4  y  adoraron  al  dragón,  ,  por- 
que había  dado  la  potestad  a  la  bes- 


talla  celeste  y  que  en  10-11,  en  el  epinicio  de  la  victoria,  se  aluda  al  triunfo  de  la 
Iglesia.  Tal  es  el  estilo  del  Apocalipsis. 

12  Cuenta  con  poco  tiempo  :  con  la  muerte  de  Cristo  perdió  Satanás  el  imperio  del 
mundo  (Jn.  12,  31  ;  15,  30).  Esta  derrota  es  la  prisión  que  se  presupone  en  9,  1-2, 
y  que  se  refiere  en  20,  1-3.  Con  estas  imágenes  simbólicas  se  quiere  expresar  que 
Dios  cohibe  la  acción  de  Satanás  o  frustra  sus  efectos.  En  virtud  de  todas  estas 
trabas,  cuenta  con  poco  tiempo  para  hacer  su  hecho.  Por  esto  también  busca  sus  agen- 
tes humanos,  que  se  describirán  en  el  capítulo  13. 

14  Las  dos  alas  de  la  grande  Aguila  :  tal  vez  hay  una  alusión  a  Dt.  32,  11.  ||  Un 
tiempo  y  dos  tiempos  y  mfdio  tiempo  :  expresión  tomada  de  Daniel,  equivalente  a 
«un  año,  más  dos  años,  más  medio  año»,  es  decir,  tres  años  y  medio,  que  son  los 
mil  doscientos  sesenta  días  del  versículo  6. 

"  Con  los  demás  de  su  descendencia  :  declaración  implícita  de  la  maternidad  es- 
piritual de  María  respecto  de  los  fieles. 

18  Y  me  puse:  otros  leen  tY  se  puso  [el  dragónji. 

-J  O  1-2  Esta  bestia  del  mar,  la  bestia  por  antonomasia,  símbolo  del  anticristo,  repre- 
senta  las  fuerzas  políticas  o  la  potencia  estatal  contra  Dios  o  contra  Cristo  y  sn 
Iglesia.  Sube  del  mar,  o  viene  del  occidente,  porque  entonces  estaba  representada  [>oi 
la  Roma  imperial  anticristiana.  Su  aspecto  de  leopardo,  oso' y  león  es  una  fusión 
de  las  cuatro  bestias  descritas  por  Daniel  (7,  2-8).  Más  adelante  (17,  7-13)  se  darán 
nuevas  precisiones.  ||  Y  le  entregó  el  dragón  su  poder...  :  esta  entrega  incluye  dos 
cosas  :  la  retirada  o  prisión  relativa  del  dragón  y  la  transmisión  de  poderes  a  la 
bestia,  constituida  como  agente  de  Satanás  en  la  tierra. 

8  Su  herida  de  muerte  :  al  revés  del  Cordero,  que  con  su  herida  simbólica  (5,  6) 
vive  eternamente  (1,  18),  la  bestia  lleva  en  sí  una  herida  mortal,  que,  sobresanada 
superficialmente,  siempre  subsiste. 


-  578- 


13  5-14 


APOCALIPSIS 


13  1&-14  1 


tia,  y  adoraron  a  la  bestia,  dicien- 
do :  «¿Quién  es  semejante  a  la  bes- 
tia y  quién  es  capaz  de  pelear  con 
ella  ?»  '  Y  le  fué  dada  boca  que  ha- 
blase grandes  cosas  y  blasfemias,  y 
le  fué  dada  potestad'  de  actuar  du- 
rante cuarenta  y  dos  meses.  '  Y  abrió 
su  boca  para  lanzar  blasfemias  con- 
tra Dios,  para  blasfemar  de  su  nom- 
bre y  de  su  tabernáculo,  de  los  que 
tienen  su  morada  en  el  cielo.  7  Y  le 
fué  dado  hacer  guerra  contra  los 
santos,  y  vencerlos  ;  y  le  fué  dada 
potestad  sobre  toda  tribu,  y  pueblo, 
y  lengua,  y  nación.  8  Y  la  adorarán 
todos  los  que  habitan  sobre  la  tie- 
rra, cuyo  nombre  no  está  escrito, 
desde  la  creación  del  mundo,  en  el 
libro  de  la  vida  del  Cordero  degolla- 
do. *  Quien  tenga  oído,  oiga.  10  Quien 
lleva  al  cautiverio,  al  cautiverio  irá  ; 
quien  a  espada  matare,  a  espada  tam- 
bién-se  le  matará  irremisiblemente. 
Aquí  está  la  paciencia  y  la  fe  de  los 
santos. 

11  Y  vi  otra  bestia  que  subía  de  la 
tierra,  y  tenía  dos  cuernos  semejan- 
tes a  los  de  cordero,  y  hablaba  co- 
mo dragón.  u  Y  la  potestad  de  la 
primera  bestia  la  ejecuta  toda  en  su 
presencia.  Y  hace  que  la  tierra  y  los 
que  habitan  en  ella  adoren  a  la  bes- 
tia primera,  cuya  herida  de  muerte 
había  sido  curada.  "  Y  hace  gran- 
des prodigios,  de  modo  que  aun  fue- 
go hace  bajar  del  cielo  a  la  tierra  a 
vista  de  los  hombres.  "  Y  seduce  a 
los  que  habitan  sobre  la  tierra  a  cau- 


sa de  los  prodigios  que  le  ha  sido 
dado  obrar  en  presencia  de  la  bes- 
tia, diciendo  a  los  que  habitan  so- 
bre la  tierra  que  hicieran  una  ima- 
gen a  la  bestia,  que  lleva  la  herida 
de  la  espada  y  revivió.  15  Y  le  fué 
dado  dar  espíritu  a  la  imagen  de  la 
bestia,  de  suerte  que  aun  hablase  la 
imagen  de  la  bestia  y  que  hiciese 
que"  cuantos  no  adorasen  la  imagen 
de  la  bestia  fueran  muertos.  "  Y  ha- 
ce que  a  todos,  los  pequeños  y  los 
grandes,  los  ricos  y  los  pobres,  los 
libres  y  los  siervos,  se  les  ponga  una 
marca  sobre  su  mano  derecha  o  so- 
bre su  frente,  "  y  que  nadie  pueda 
comprar  o  vender,  sino  quien  lleve 
la  marca,  que  es  el  nombre  de  la 
bestia  o  el  número  de  su  nombre. 
18  Aquí  de  la  sabiduría.  Quien  ten- 
ga inteligencia  calcule  el  número  de 
la  bestia,  pues  es  número  humano 
Y  su  número  es  seiscientos  sesenta 
y  seis. 


1.    Ciclo  de  las  siete  señales 

i.*    El  Cordero  en  Sión:  los  144.000 
vírgenes.  14,  i-5 

14,  1  Y  vi,  y  he  aquí  el  Cordero  que 
estaba  sobre  el  monte  Sión,  y 
con  él  ciento  cuarenta  y  cuatro  mi- 
llares, que  llevaban  su  nombre  y  el 


*-M  Advertencia  que  señala  la  ley  divina  del  talión  como  objeto  de  temor  para 
los  adversarios  y  de  esperanza  para  los  leales. 

n~M  Si  la  bestia  del  mar  representa  a  los  falsos  cristos,  la  bestia  de  la  tierra  sim- 
boliza los  falsos  profetas  (Mt.  24,  24;  Me.  13,  22],  es  decir,  la  intelectualidad  irreli- 
giosa o  seudorretigiosa. 

"Propone  San  Juan  un  enigma  a  la  sagacidad  de  los  lectores:  ¿cuál  será  el 
nombre  de  la  bestia  ?  Y  le  da  estos  datos  :  las  letras  de  este  nombre,  consideradas 
como  cifras  numéricas,  sumarán  666.  De  todas  las  soluciones  propuestas,  la  que  ma- 
yor aceptación  ha  logrado  es  la  de  César  Xerón,  que,  escrito  en  letras  hebreas,  da 
la  suma  deseada.  Aun  aceptada  esta  solución,  sólo  quiere  decir  San  Juan  que  Nerón 
era  una  imagen  en  pequeño  de  lo  que  habrá  de  ser  el  auténtico  anticristo.  Prescin- 
diendo de  esta  identificación  personal,  el  número  666  es  como  un  triple  conato  deses- 
perado de  llegar  a  la  plenitud  del  número  septenario.  Es  curioso,  y  lo  hicieron 
resaltar  los  antiguos,  que  las  letras  griegas  del  nombre  de  Jesús  suman  SSS,  que  es 
superación  de  plenitud. 

•i  A  Esta  apacible  visión  es  como  la  kátharsis  de  la  penosa  impresión  producida  por 
la  visión  de  las  dos  bestias.  En  su  contenido  es  una  fusión  de  las  dos  visiones  del 
capítulo  7.  Por  ura  parte,  los  144.000  y  el  monte  Sión  recuerdan  los  €144.000  marcados 
de  toda  tribu  de  los  hijos  de  Israel»  (7,  1-8)  ;  por  otra,  los  diferentes  rasgos  celestes 
recuerdan  la  muchedumbre  innumerable  de  los  bienaventurados  (7,  0-17).  Son,  por 
tanto,  la  universalidad  de  los  elegidos,  representados  simbólicamente.  El  nombre 
que  se  les  da  los  rescatados  de  la  tierra,  corrobora  esta  universalidad.  Ni  se  opone 
la  denominación  de  vírgenes,  que  debe  entenderse  metafóricamente.  Si  se  tomase  en 
sentido  propio,  resultaría  el  contrasentido  que  de  este  coro  virginal  quedarían  ex- 
cluidas ¡as  vírgenes,  dado  que  en  todo  el  pasaje  se  emplea  el  género  masculino. 


14  2-n 


APOCALIPSIS 


14  5-14 


nombre  ele  su  Padre  escrito  sobre  sus 
frentes  -  Y  oí  una  voz  venida  del 
cielo,  como  voz  de  muchas  aguas  y 
como  voz  de  un  gran  trueno,  y  la  voz 
que  oí  era  como  de  citaristas  que  ta- 
ñían sus  cítaras.  3  Y  cantan  como  un 
cantar  nuevo  en  presencia  del  tro- 
no y  en  presencia  de  los  cuatro  se- 
res vivientes  y  de  los  ancianos  ;  y 
nadie  podía  aprender  el  cantar,  sino 
los  ciento  cuarenta  y  cuatro  milla- 
res, los  rescatados  de  la  tierra.  1  Es- 
tos son  los  que  no  se  mancharon 
con  mujeres,  como  vírgenes  que  son. 
Estos  son  los  que  siguen  al  Corde- 
ro dondequiera  que  va.  Estos  fue- 


ron _  rescatados  de  los  hombres,  pri- 
micias para  Dios  y  para  el  Corde- 
ro ;  5  y  en  su  boca  no  se  halló  men- 
tira :  son  irreprochables. 


El  ángel  del  Evangelio 

14.  6-7 


°  Yi  otro  ángel  volando  en  el  cé- 
nit, que  tenía  el  Evangelio  eterno 
para  evangelizar  a  los  que  estaban 
sentados  sobre  la  tierra,  y  a  toda 
nación,  tribu,  lengua  y  pueblo,  "  di- 
ciendo con  voz  potente  : 


Temed  a  Dios  y  dadle  gloria, 
mes  llegó  la  hora  de  su  juicio  ; 
adorad  al  que  hizo  el  cielo  y  la  tierra, 
1  mar  v  las  fuentes  de  las  aguas.» 


«Cayó  Babilonia».  i\,  8. 


"  Y  otro  segundo  le  siguió,  dicien- 
do :  «Cayó,  cayó  Babilonia  la  gran- 
de, la  que  con  el  vino  del  furor  de 
su  fornicación  ha  abrevado  todas  las 
naciones.» 


1  menaza*  divinas,  i 


■  Y  otro  tercer  ángel  k>S  siguió,  di- 
ciendo a  grandes  voces  :  «Si  algu- 
no adora  la  bestia  y  su  imagen  y 
recibe  su  marca  sobre  su  frente  o 
sobre  su  mano,  10  también  éste  be- 
berá del  vino  de  la  cólera  de  Dios, 
vino  puro  escanciado  en  la  copa  de 
su  ira,  y  serán  atormentados  con 
fuego  y  azufre  en  presencia  de  los 
ángeles  santos  y  en  presencia  del 
Cordero.  "  Y  el  humo  de  su  tor- 
mento sube  por  siglos  de  siglos,  y 
no  tienen  reposo  ni  de  día  ni  da 
noche  los  que  adoran  la  bestia  y  su 


imagen,  y  si  alguno  recibe  la  mar- 
ca de  su  nombre.  u  Aquí  está  la  pa- 
ciencia de  los  santos,  los  que  guar- 
dan los  mandamientos  de  Dios  y  la 
fe  de  Jesús., 


5."    «Bienaventurados  los  muertos 
cu  el  Señor».  14,  13 

18  Y  oi  una  voz  venida  del  cielo 
que  decía  :  «Escribe  :  ¡  Bienaventu 
rados  los  muertos  que  mueren  en  e 
Señor,  ya  desde  ahora  !  Sí,  dice  e 
Espíritu,  que  descansen  de  sus  tra- 
bajos, porque  sus  obras  los  acom- 
pañan. » 


Y  vi,  y  lie  aquí  una  nube  blan- 
y  sobre  la  nube  sentado  uno  co- 


tí i 


leí  homb 


qut 


lema  so- 


o-' Este  ángel  tiene  estrecha  conexión  con  el  jinete  del  primer  sello  (6,  a).  Su 
significación  simbólica  se  realiza  históricamente  en  los  pregoneros  del  Evangelio, 
r-no  de  éstos  fué  San  Vicente  l'errer,  a  quien  suele  aplicarse  este  símbolo  profético. 

s  Primer  anuncio,  proléptico,  de  la  caída  de  Babilonia,  que  luego  se  describirá 
profusamente. 

Aunque  rápida,  es  impresionante  esta  descripción  de  los  tormentos  infernales. 
Además  de  la  pena  de  sentido  y  de  la  eternidad  de  sjj  TORMENTO,  se  recuerda  la  pena 
de  daño.  En  presencia  de  i.os  ángeles  sanios  y  del  Cordero,  sin  ver  lo  que  pudiera 
recrear  su  vista,  se  sentirán  vistos.  Tremenda  humillación  y  vergüenza. 

"Preciosa  declaración  de  que  va  desde  ahora,  antes  del  juicio  universal,  son 
sustancialmente  menaveniurados  i.os  muertos  que  muerfn  en-  EL  Señor.  Es  éste  un 
dato  importante  para  interpretar  el  reino  de  los  mil  años. 

M-"  Bajo  la  tradicional  imagen  de  la  siega  lis.  iS,  5;  Jer.  51,  .-,3;  Os.  b,  11  ;  Mt.  3, 
12;  9,  .17-3*;   t$.  30 1   13,  ."Q--12 ',   1-c  3,  17;  10,  =1  Jn.  4,  35-3&1  se  representa  el  juicio 

.    ' .  —  ,8o  — 


14  15-15  6 


APOCALIPSIS 


14  2o-15  « 


bre  su  Cabeza  corona  de  oro  y  en 
su  mano  una  hoz  afilada.  16  Y  otro 
ángel  salió  del  templo,  gritando  a 
grandes  voces  al  que  estaba  sentado 
sobre  la  nube  :  «Echa  tu  hoz  y  sie- 
ga, pues  llegó  la  hora  de  segar,  por 
estar  ya  madura  la  mies  de  la  tie- 
rra.» "'  V  el  que  estaba  sentado  so- 
bre la  nube  echó  su  hoz  sobre  la 
tierra,  y  fué  segada  la  tierra. 


El  juicio  bajo  la  imagen  de  ven- 
dimia. 14,  17-20 


"  V  otro  ángel  salió  del  templo 
que  está  en  e!  cielo,  llevando  él  tam- 
bién una  hoz  afilada.  ,s  Y  salió  del 
altar  otro  ángel,  que  tenía  potestad 
sobre  el  fuego,  y  clamó  con  voz  po- 
derosa al  que  llevaba  la  hoz  afilada, 
diciendo  :  «Echa  tu  hoz  afilada  y 
vendimia  los  racimos  de  la  viña  de 
!a  tierra,  pues  llegaron  a  sazón  sus 
uvas.»  **  Y  echó  el  ángel  su  hoz  en 
la  tierra,  y  vendimió  la  viña  de  la 


tierra,  y  lo  echó  en  el  gran  lagar 
de  la  cólera  de  Dios.  "  Y  fué  pisa- 
do el  lagar  fuera  de  la  ciudad,  y  sa- 
lió sangre  del  lagar  hasta  los  frenos 
de  los  caballos,  en  una  extensión  de 
mil  seiscientos  estadio-. 


2.    Ciclo  de  las  siete  copas 


Visión  preparatoria.  t<¡,  i-S  ;   16,  1 


ir  1 Y  vi  en  el  cielo  otra  señal, 
grande  y  maravillosa:  siete  án- 
geles, que  tenían  siete  plagas,  las  úl- 
timas, pues  en  ellas  se  consumó  la 
cólera  de  Dios.  2  Y  vi  como  un  mar 
de  vidrio,  mezclado  de  fuego,  y  a  los 
que  salieron  vencedores  de  la  bestia 
y  de  su  imagen  y  del  número  de  su 
nombre,  de  pie  sobre  el  mar  de  vi- 
drio, teniendo  cítaras  de  Dios.  *  Y 
cantan  el  cantar  de  Moisés,  el  siervo 
de  Dios,  y  el  cantar  del  Cordero,  di- 
ciendo : 


Grandes  y  maravillosas  son  tus  obra«, 

Señor,  Dios  omnipotente  ; 

justos  y  verdaderos  tus  caminos, 

¡  oh  Rey  de  los  siglos  ! 

4  ¿Quién  no  temerá,  Señor, 

y  glorificará  tu  nombre? 

Porque  sólo  tú  eres  santo, 

porque  vendrán  todas  las  naciones 

y  se  postrarán  en  tu  acatamiento, 

porque  tus  juicios  se  hicieron  manifiestos. 


'  Y  tras  esto  vi,  y  se  abrió  el  san-  I  tuario  los  siete  ángeles  que  tenían 
tuarió  del  tabernáculo  del  testimo-  las  siete  plaga>,  vestidos  de  lino  ní- 
nio  en  el  cielo,  '  y  salieron  del  san-  |  tido,  brillante,  y  ceñidos  en  torno  a 


<lc  Dios.  I.os  rasgos  de  la  ncbf.  blanca  y  la  corona  di;  oro  y  la  intervención  perr-onal 
del  Hijo  df.¡.  hombre  parecen  indicar  que  se  trata  especialmente  del  juicio  en  que 
han  de  ser  galardonados  los  buenos. 

"-20  Ei.  lagar  de  la  cólera  de  Dios  y  la  SANGRE  que  de  él  sale  indican  que  bajo 
la  imagen  de  vendimia  (Jl.  3,  13;  Is.  63,  3)  se  simboliza  el  juu  ¡o  de  los  impíos.  ||  Mil 
sfisctfntos  estadios  son  unos  288  kilómetros. 

-I  K     '  Estás  PLAGAS  son   L\>   ÚLTIMAS,  PUES  EN  1.1  l.\s  SÉ  CONSUMÓ  LA  CÓLERA  DE  ClOS.  El 

exterminio  de  los  adversarios,  antes  sólo  indicado,  -e  va  a  describir  circunstan- 
ciadamente. 

3  A  ios  que  sai  leron  vencedores  :  visión  proléptica  del  triunfo  ante*  de  narrarse 
la  batalla. 

■  EL  cantar  de  Moisés  :  alusión  al  cántico  de  los  israelitas  después  de  pasar  el 
mar  kojo  (Ex.  15,  1-18).  Tal  vez  esta  alusión  al  mar  Rojo  explique  por  qué  el  imar 
de  vidrio»  esté  «mezelad  >  de  fuego»  Iv.  Este  cantar  de  Moisés  no  es  otro  que  el 
cantar  DF.I.  CokDFRo,  el  único  que  sigue  inmediatamente.  Como  siempre  en  el  Apo- 
calipsis, Israel  es  símbolo  de  todos  los  elegido?. 


-581- 


15  7-16  5 


APOCALIPSIS 


16  6-12 


los  pechos  de  cintos  de  oro.  7  Y  uno 
de  los  cuatro  seres  vivientes  dió  a 
los  siete  ángeles  siete  copas  rebo- 
santes de  la  cólera  de  Dios,  que  vive 
por  los  siglos  de  los  siglos.  8  Y  se 
llenó  el  santuario  de  humo  produci- 
do por  la  gloria  de  Dios  y  por  su 
potencia,  y  nadie  podía  entrar  en  el 
santuario  hasta  que  se  consumasen 
las  siete  plagas  de  los  siete  ángeles. 

i  ¿:  1  Y  oí  una  gran  voz  venida  del 
santuario,  que  decía  a  los  siete 
ángeles :  «Id  y  derramad  las  6Íete  co- 
pas de  la  colera  de  Dios  sobre  la 
tierra.» 


i.*    En  la  tierra:  úlceras  malignas. 
16,  2 

a  Y  fué  el  primero  y  derramó  su 
copa  sobre  la  tierra,  y  aparecieron 
úlceras  malignas  y  enconadas  en  los 
hombres  que  llevaban  la  marca  de 
la  bestia  y  adoraban  su  imagen. 


2.a    En  el  mar:  sangre.  16,  3 


*  Y  el  segundo  derramó  su  copa 
sobre  el  mar,  y  se  convirtió  en  san- 
gre como  de  muerto,  y  murieron  to- 
dos los  seres  animados  de  vida, 
cuantos  había  en  el  mar. 


3.*    En  los  ríos  y  fuentes:  sangre. 
16,  4-7 

*  Y  el  tercero  derramó  su  copa  so- 
bre los  ríos  y  sobre  las  fuentes  de 
las  aguas,  y  se  convirtieron  en  san- 
gre. 6  Y  oí  al  ángel  de  las  aguas 


que  decía  :  «Justo  eres  tú,  el  que 
eres  y  el  que  eras,  el  santo,  en  ha- 
ber hecho  tal  justicia  ;  8  que  pues 
sangre  de  santos  y  profetas  derra- 
maron, sangre  también  a  ellos  les 
diste  a  beber  :  dignos  son.»  1  Y  oí 
que  una  voz  del  altar  decía :  «Sí,  Se- 
ñor, Dios  omnipotente,  verdaderos  y 
justos  son  tus  juicios.» 


4.  "    En  el  sol:  ardores  de  fuego. 

16,  8-9 

*  El  cuarto  derramó  su  copa  sobre 
el  sol,  y  le  fué  dado  abrasar  a  los 
hombres  en  fuego.  '  Y  se  abrasaron 
los  hombres  en  grandes  ardores,  y 
blasfemaron  el  nombre  de  Dios,  que 
tiene  la  potestad  sobre  estas  plagas, 
e  impenitentes,  no  quisieron  darle 
gloria 

5.  "    Sobre  el  trono  de  la  bestia: 
tinieblas  y  desesperación.  16,  10-n 

30  Y  el  quinto  derramó  su  copa  so- 
bre el  trono  de  la  bestia,  y  quedó 
su  reino  en  tinieblas,  y  se  despeda- 
zaban los  hombres  las  lenguas  por 
la  furia  del  dolor,  11  y  blasfemaron 
contra  el  Dios  del  cielo  por  causa 
de  sus  dolores  y  de  sus  úlceras,  y 
no  se  arrepintieron  de  sus  obras. 


6."    .Sobre  el  Eufrates:  se  va  a  dar 
la  gran  batalla.  16,  12-16 

a  Y  el  sexto  derramó  su  copa  so- 
bre el  gran  río  Eufrates,  y  quedó 
en  seco,  para  que  se  aparejase  el  ca- 
mino de  los  reyes  procedentes  del 


*  Dió  a  los  ángeles  siete  copas  :  por  tanto,  las  expresiones  anteriores  tque  tenían 
[las]  siete  plagas»  (vv.  1  y  6)  significan  solamente  que  estaban  destinados  a  derra- 
marlas. 

1  (i  2  9  Las  CUil'ro  Primeras  copas  forman  grupo  aparte  y  responden  una  por  una  a 
-LO  las  cuatro  primeras  trompetas.  Se  diferencian  de  ellas  en  que  afectan  más  di- 
rectamente a  los  hombres.  La  omisión  del  inciso  «y  el  que  viene»  (cfr.  11,  17)  parece 
indicar  ti  carácter  subescatológico  de  estas  plagas. 

líwl  La  quinta  copa  guarda  estrecha  afinidad  con  la  quinta  trompeta. 
%í?  La  mención  del  Eufrates  sc-hala  la  correspondencia  de  la  sexta  copa  con  la 
sexta  trompeta  (9,  14).  Con  una  diferencia  esencial,  empero:  allí  «fueron  soltados  los 
cuatro  ángeles...  para  matar  la  tercera  parte  de  los  hombres»  (9,  15)  ;  aquí  se  apareja 


-  582  - 


16  13-21 


APOCALIPSIS 


17  1-5 


sol  naciente.  a  Y  vi  salir  de  la  boca 
del  dragón,  y  de  la  boca  de  la  bes- 
tia, y  de  la  boca  del  falso  profeta 
tres  espíritus  inmundos  a  modo  de 
ranas  ;  "  pues  son  espíritus  de  de- 
monios obradores  de  prodigios,  que 
se  dirigen  a  los  reyes  del  mundo 
entero,  con  el  fin  de  congregarlos 
para  la  batalla  del  gran  día  del  Dios 
omnipotente.  a  «He  aquí  que  vengo 
como  ladrón  ;  dichoso  el  que  está 
en  vela  y  conserva  sus  vestidos,  pa- 
ra no  andar  desnudo  y  dejar  ver  su 
vergüenza.»  w  Y  los  congregó  en  el 
lugar  llamado  en  hebreo  «Harmage- 
dón». 

7."   Sobre  el  aire:  la  consumación. 
16,  17-21 

"  Y  el  séptimo  derramó  su  copa 
en  el  aire,  y  de  dentro  del  santua- 
rio salió  una  gran  voz,  procedente 
del  trono,  que  decía  :  «Es  tin  he- 
cho.» 3S  Y  se  produjeron  relámpagos, 
y  voces,  y  truenos,  y  sobrevino  un 
gran  temblor  de  tierra,  cual  no  le 
hubo  desde  que  existieron  hombres 
sobre  la  tierra,  semejante  temblor 
igualmente  grande.  19  Y  la  gran  ciu- 
dad se  hizo  en  tres  partes,  y  las  ciu- 
dades de  las  gentes  se  desplomaron. 
Y  Babilonia  la  grande  se  presentó  a 
la  memoria  de  Dios,  para  darle  la 
copa  del  vino  del  furor  de  su  ira. 
"  Y  toda  isla  huyó,  y  los  montes 
desaparecieron.  21  Y  un  gran  pedris- 


co, de  piedras  como  de  a  quintal, 
cayó  del  cielo  sobre  los  hombres,  y 
blasfemaron  los  hombres  de  Dios  por 
la  plaga  del  pedrisco,  porque  es 
grande  su  plaga  en  extremo. 


3.    Exterminio  de  los  enemigos 


A)    Caída  de  Babilonia 


Presentación  de  Babilonia,  17,  1-18 


-1  n  1  Y  vino  uno  de  los  siete  ánge- 
*  les  que  tenían  las  siete  copas,  y 
habló  conmigo,  diciendo  :  «Ven,  te 
mostraré  el  juicio  de  la  gran  ramera 
que  está  sentada  sobre  muchas  aguas, 
2  con  la  cual  fornicaron  los  reyes  de 
la  tierra  y  se  embriagaron  los  habi- 
tantes de  la  tierra  con  el  vino  de  su 
fornicación.»  '  Y  me  llevó  en  espíri- 
tu a  un  desierto.  Y  vi  una  mujer 
sentada  sobre  una  bestia  roja  escar- 
lata, henchida  de  nombres  de  blas- 
femia, que  tenía  siete  cabezas  y  diez 
cuernos.  4  Y  la  mujer  andaba  vestida 
de  púrpura  y  escarlata  y  ricamente 
engalanada  con  oro  y  piedras  pre- 
ciosas y  perlas,  y  llevaba  en  su  ma- 
no una  copa  rebosante  de  abomina- 
ciones y  de  las  inmundicias  de  su 
fornicación,  e  y  sobre  su  frente  un 
nombre  escrito  :  ¡  Misterio  !  :  Babi- 
lonia LA  GRANDE,  LA  MADRE  DE  LAS  RA- 
MERAS Y  DE  LAS  ABOMINACIONES  DE  LA 


EL  CAMINO   DE   LOS    REYES...   CON   EL   FIN   DE   CONGREGARLOS   PARA   LA    BATALLA    DEL   GRAN  DÍA 

del  Dios  omnipotente.  Dos  cosas  merecen  notarse.  Primera  :  la  singularidad  o  deter- 
minación individual  de  esta  batalla,  expresada  por  la  acumulación  de  artículos  y  por 
la  mención  del  gran  día.  Segunda  :  la  acción  conjunta  del  dragón  con  las  dos  bes- 
tias en  la  preparación  de  esta  batalla.  La  consecuencia  lógica  de  estas  observaciones 
es  capital  para  la  interpretación  del  Apocalipsis.  Esta  única  batalla,  aquí  anunciada, 
se  describirá  luego  dos  veces  (19,  19-21  ;  30,  7-10)  desde  distinto  punto  de  vista.  Pero 
si  la  descripción  es  doble,  la  batalla  descrita  es  una  misma.  El  lugar  de  la  gran 
batalla  será,  simbólicamente,  Harmagedón  (en  el  llano  de  Esdrelón),  el  campo  de  las 
grandes  batallas  catastróficas. 

La  séptima  copa  responde  a  la  séptima  trompeta.  Tanto  allí  como  aquí  se  ha 
llegado  al  fin  :  Es  un  hecho.  Allí  se  da  un  índice  de  los  últimos  acontecimien- 
tos [a,  17-18)  ;  aquí  estos  acontecimientos  van  a  narrarse  particularmente.  La  men- 
ción de  Babilonia  (v.  19)  es  el  anuncio  proléptico  de  los  dos  capítulos  siguientes. 
■1  fj  3  Vi  una  mujer  sentada  sobre  una  bestia  :  interesa  conocer  la  conexión  y. la  opo- 
•  sición  entre  la  mujer  y  la  bestia.  La  mujer,  Babilonia  (denominación  simbólica), 
representa  el  estado  burgués,  las  monarquías,  las  aristocracias,  las  plutocracias,  en  que 
predominan  la  nobleza,  el  capitalismo,  el  lujo.  La  bestia,  en  cambio,  representa  sim- 
plemente la  potencia  estatal  anticristiana,  que  en  un  principio  se  encarna  en  el  es- 
tado burgués,  pero  que  progresivamente  se  va  democratizando  hasta  llegar  a  la 
democracia  más  radical.  Cuando  haya  llegado  a  este  término  de  su  desenvolvimiento, 
la  misma  bestia,  que  había  llevado  sobre  sí  a  la  mujer,  se  revolverá  contra  ella.  La 
historia  de  veinte  siglos  ha  demostrado  la  exactitud  y  profundidad  de  esta  profecía. 


-  583  - 


17  6-30 


APOCALIPSIS 


17 


tierra.  "  Y  vi  la  mujer  ebria  de  la 
sangre  de  los  santos  y  de  la  sangre 
<le  los  mártires  de  Jesús.  Y  me  ma- 
ravillé, al  verla,  con  gran  maravilla. 
7  Y  díjome  el  ángel  :  «¿Por  qué  te 
maravillaste  ?  Yo  te  explicaré  el  mis- 
terio de  la  mujer  y  de  la  bestia  que 
la  lleva,  que  tiene  siete  cabezas  y 
diez  cuernos.  s  La  bestia  que  viste, 
era  y  no  es,  y  va  a  subir  del  abis- 
mo é  ir  a  la  perdición  ;  y  se  mara- 
villarán los  que  habitan  sobre  la  tie- 
rra, cuyo  nombre  no  está  escrito  en 
el  iibro  de  la  vida  desde  la  creación 
del  mundo,  mirando  la  bestia,  que 
era  y  no  es  y  aparecerá.  '  Aquí  de 
la  inteligencia  que  tenga  sabiduría. 
Las  siete  cabezas  son  siete  montes, 
sobre  los  cuales  está  asentada  la  mu- 
jer. Y  son  siete  reyes  :  10  los  cinco 
cayeron  ;  el  uno  es,  el  otro  todavía 
no  vino,  y  cuando  viniere,  tiene  que 


durar  poco.  "  Y  la  bestia,  que  era 
y  no  es,  ella  también  es  el  octavo, 
y  es  uno  de  los  siete,  y  va  a  la  per- 
dición. Y  los  diez  cuernos  que  vis- 
te diez  reyes  son,  los  cuales  toda- 
vía no  recibieron  el  reino  ;  mas  re- 
cibirán potestad  como  reyes  por  una 
hora  junto  con  la  bestia.  *  Ellos  tie- 
nen un  mismo  designio,  y  su  poten- 
cia y  potestad  se  la  entregan  a  la 
bestia.  M  Estos  harán  la  guerra  al 
Cordero,  y  el  Cordero  los  vencerá, 
porque  es  Señor  de  señores  y  Rey 
de  reyes,  y  los  que  con  El  están, 
llamados,  elegidos  y  fieles.»  *  Y  me 
dice  :  «Las  aguas  que  viste,  donde 
está  asentada  la  ramera,  son  pue- 
blos, y  muchedumbre,  y  naciones,  y 
lenguas.  K  Y  los  diez  cuernos  que 
viste  y  la  bestia,  éstos  aborrecerán 
a  la  ramera,  y  la  dejarán  devastada 
y  despojada,  y  devorarán  sus  car- 


Es  tam- 


K  ERA   V   no  rs  :    podría  escribirse  como  si  fuese  un   solo  nombro  : 
Este  nombre  es  ía  antítesis  del  nombre  de  Yahveh  :   ti  yuc  i' 
bien  una  expresión  gráfica  de  la  «herida  de  tnuertei  (13,  j]  de  la  bestia. 

8  Aquí  df  U  intei.igench  :  se  trata  de  descifrar  un  enigma.  ||  Son  siete  montes: 
alusión  transparente  a  las  siete  colinas  sobre  que  estaba  edificada  Roma.  Pero  la 
Roma  de  Nerón  y  de  Pomiciano,  si  en  un  momento  dado  fue  la  concreción  histórica 
de  la  bestia  (y  también  de  la  mujer),  no  agola,  empero,  toda  su  significación  tras- 


,U  iit. 


Y  S( 


caln  . 


simboliza  a  1.' 


>le  de  lo  incierto,  parece  que  el  sexto  de  estos  siete  reyes 
10  tiempo  escribió  San  Juan  el  Apocalipsis ;  el  séptimo 
;nte  a  Domiciano  fueron  diez  los  emperadores  romanos, 
.os  cinco  que  CAYERON,  señalados  por  San  Juan,  lo  igno- 
entran  en  la  cuenta  lns  tres  efímeros  emperadores  Galba, 
edieron  a  Nerón.  Es  posible  que  se  prescindiera  de  ellos 
>,  o  como  dos,  o  como  tres.  En  la  primera  hipótesis,  los 
41),  Claudio  (41-54)1  yerón  (54-6.'),  Vespasiano  (60-79)  V 
1  se  comenzaría  por  Claudio;  en  la  tercera,  por  St  rón: 


"iavo,  V  ES  uno  Dr.  ios  siete  !  esta  expresión,  a  primera  vista  enigmática, 
id  la  clave  para  la  interpretación  de  los  símbolos  apocalípticos.  La  bestia 
sto.  Pero,  como  el  anticristo,  se  toma  en  sentidos  diferentes.  Es  por  an- 
I  anticristo  personal,  que  precederá  inmediatamente  a  la  parusía.  Es 
colectividad  o  sucesión  de  los  personajes  histórk 
(1  preludiarán  al  «hombre  del  pecado»  (2  Tes.  2, 
ristiana,  que  se  encarnará  en  esos  personajes,  y  cada  ui 
uienes  se  manifestará  esa  tendencia.  Así,  la  bestia  es  la 
es  o  emperadores  ;  es  singularmente  uno  de  ellos,  Nerói 
a  anticristiana  ;  y  es  el  OCTAVO;  porque  esa  tendencia,  n<: 
irá  hasta  concentrar  todo  su  virus  en  el  anticristo  final. 
ves  son  :  son  los  reyes  o  jefes  de  las  naciones  que,  a 
;s  de  los  bárbaros,  coexistirán  por  un  tiempo  con  el  Imperio  romano, 
-abarán  con  él  y  le  sucederán. 

ítad  se  la  entregan  a  i.a  bestia  :   los  jefes  de  las  naciones  no  serán  sino 


pur  su  potencia 
también  la  ten- 
no  de  esos  indi- 
j  colectividad  de 
n,  en  quien  eul- 
>  agotada  en  los 


gentes  o 
del  pueblo  soberant 
**  Harán  i.a  guerr; 
fibifá  en  10,  10-21. 

16  Aborrecerán  a  i. 
ués.  Comienzo  e  imagen  de  < 
s  bárbaros ;  seguirán  la 
lías  han  sido  numerosas ;   y  ; 


s  de  la  bestia,  es  decir,  de  los 
en  cuyas  manos  irán  a  parar  t< 
M.  CORDERO  :  es  la  zuerra  anuí 


¡:\\u  r.  \ 


por 


la  desap 
-ta  desaparición  definit 
caídas  de  imperios  y 
pesar  de  los  parciales 


>>.ijo< 

Los  ! 


el  avance  proseguirá  hasta  llegar  a  la  total 
ehos  acreditan  la  verdad  de  la  profecía. 


¡istemas  políticos  y  filosóficos 

Hada  en  16,  14,  y  que  se  des- 

irición  del  imperialismo  but- 
va  será  el  incendio  de  Roma 
monarquías,  que  en  nuestros 
retrocesos,  de  sus  altos  y  sus 
kmocratizarión  internacional. 


-  m  - 


17  «-18  & 


APOCALIPSIS 


18 


nes,  y  la  abracarán  con  fuego ;  "  por- 
que Dios  puso  en  sus  corazones  el 
que  ejecutasen  su  designio,  y  que 
ejecutasen  un  mismo  designio,  y  en- 
tregasen su  reino  a  la  bestia,  hasta 
que  se  cumpliesen  las  palabras  de 
Dios.  ,s  Y  la.  mujer  que  viste  es  la 
ciudad  grande,  la  que  ejerce  reale- 
za sobre  los  reyes  de  la  tierra.» 


«t'i¡vi>  Babilonia».  iS,  i-S 


-i  o  1  Iras  esto  vi  bajar  del  cielo 
otro  ángel,  que  tenía  gran  po- 
testad, y  la  tierra  se  iluminó  con  su 
gloria.  "  Y  clamó  con  voz  poderosa  : 
«Cayó,  cayó  Babilonia  la  grande,  y 
ha  quedado  hecha  morada  de  demo- 
nios, y  guarida  de  todo  espíritu  in- 
mundo, y  guarida  de  todo  pájaro  in- 
mundo y  detestado  ;  1  por  cuanto  del 
vino  del  furor  de  su  fornicación  han 
libido  todas  las  naciones,  y  los  re- 
yes de  ;a  tierra  fornicaron  con  ella, 
y  los  mercaderes  se  enriquecieron 
con  la  pujanza  de  su  lujo.» 

4  Y  oí  otra  voz  venida  del  cielo, 
que  decía  :  «Salid  de  ella,  pueblo 
mío,  para  que  no  os  hagáis  cómpli- 
ces de  sus  pecados  y  no  participéis 
de  sus  plagas  ;  6  pues  sus  pecados 
llegan  a  tocar  el  cielo,  y  se  acordó 
Dios  de  sus  iniquidades.  '  Pagadle 
como  ella  misma  pagó,  y  dobladle 
al  doble  a  la  medida  de  sus  obras  ; 
en  la  copa  en  que  escanció,  escan- 
ciadle doblado  ;  '  cnanto  ella  se  dió 
al  placer  y  al  lujo,  dadle' otro  tanto 
de  tormento  y  duelo.  Por  cuanto  di- 
ce en  su  corazón  :  Sentada  estoy  co- 
mo reina,  y  viuda  no  soy,  y  el  due- 
lo jamás  lo  veré  :  11  por  esto  en  un 
solo  día  vendrán  sus  plagas  :  muer- 
te, duelo  y  hambre,  y  será  abrasa- 
da en  fuego,  porque  fuerte  es  el  Dios 
que  la  juzgó.» 


Lamentaciones  sobic  Babilonia. 
is,  fto 

"  V  llorarán  y  plañirán  sobre  ella 
los  reyes  de  la  tierra,  que  con  ella 
fornicaron  y  se  entregaron  al  lujo, 
cuando  vieren  el  humo  de  su  incen- 
dio, lu  quedándose  lejos  por  el  temor 
de  su  tormento,  diciendo:  «¡Ay!, 
¡ay!,  la  ciudad  grande,  Babilonia, 
la  ciudad  poderosa,  porque  en  una 
sola  hora  ha  venido  tu  juicio.» 

11  Y  los  mercaderes  de  la  tierra  llo- 
ran y  se  lamentan  sobre  ella,  por- 
que su  cargamento  nadie  lo  compra 
ya  :  cargamento  de  oro,  y  de  pla- 
ta, y  de  piedras  preciosas,  y  de  per- 
las, de  lino  finísimo,  y  de  púrpura, 
y  de  seda,  y  de  escarlata,  y  toda 
madera  de  tuya,  y  toda  obra  de  mar- 
fil, y  toda  obra  de  las  maderas  más 
preciosas,  y  de  bronce,  y  de  hierro, 
y  de  mármol,  "  y  cinamomo  y  amo- 
nio, y  especies  aromáticas,  y  perfu- 
me e  incienso,  vino  y  aceite,  y  flor 
de  harina  y  trigo,  bestias  de  carga 
y  ovejas,  de  caballos,  y  de  coches, 
y  de  cuerpos,  y  almas  de  hombres. 
"  Y  aquellos  frutos  en  sazón  que  co« 
diciaba  tu  alma  se  alejaron  de  ti, 
y  todo  lo  opulento  y  espléndido  pe- 
reció para  ti,  y  nunca  jamás  volve- 
rá. 15  Los  mercaderes  de  estas  cosas, 
que  a  costa  de  ellas  se  enriquecieron, 
se  estarán  lejos  por  el  temor  de  su 
tormento,  llorando  y  lamentándose, 
"'diciendo:  «¡Ay!,  ¡ay!,  la  ciudad 
grande,  vestida  de  lino  finísimo  y 
púrpura  y  escarlata,  y  engalanada 
con  oro  y  piedras  preciosas  y  perlas, 

17  pues  en  una  sola  hora  fué  devasta- 
da tanta  riqueza.» 

Y  todo  piloto,  y  todo  el  que  na- 
vega haciendo  escala  en  cada  puer- 
to, y  los  marineros,  y  cuantos  fati- 
gan la  mar,  se  mantuvieron  lejos 

18  y  gritaron  al  ver  el  humo  de  su 
incendio,  diciendo:  «¿Quién  había 
semejante  a  la  gran  ciudad?»  "Y 
echaron  polvo  sobre  sus  cabezas,  y 
gritaban  llorando  y  lamentándose, 
diciendo:    «¡Ay!,   ¡ay!,  la  ciudad 


■  La  eiDDAD  GRANDE  «  la  Komn  imperial  anticristiana,  por  lo  que  es  y  mas  aun 
por  lo  que  representa. 

1  O  7  Se  señalan  los  pecados  de  Babilonio  que  más  provocan  la  ira  de  Dios:  el 
-LCÍ    placer,  el  tojo  y  el  orgullo. 

•••Efeta  triple  lamentación  <.«  una  imitación  de  los  vaticinios  de  Isaías  y  de 

Kzequiel  <zi>-:~'  contra  Tiro. 


lg  20-22 


APOCALIPSIS 


18  23-19  8 


grande,  en  la  cual  se  enriquecieron 
los  que  tenían  naves  en  el  mar,  por 
lo  elevado  de  sus  precios,  porque  en 
una  sola  hora  fué  devastada. 

20  Alégrate  sobre  ella,  ¡oh  cielo!, 
y  vosotros,  los  santos,  y  los  após- 
toles, y  los  profetas,  porque  ha  fa- 
llado en  juicio  Dios  a  favor  vuestro, 
tomando  venganza  de  ella. 


Expresión  simbólica  y  profecía  de 
la  caída  de  Babilonia.  18,  21-24 

n  Y  un  ángel  potente  tomó  en  al- 
to una  piedra,  grande  como  rueda 
de  molino,  y  la  lanzó  al  mar,  di- 
ciendo :  «Así,  de  golpe,  será  arro- 
jada Babilonia,  la  ciudad  grande,  y 
no  se  la  verá  ya  más.  22  Y  voz  de 
citaristas,  y  de  músicos,  y  de  flau- 


tistas, y  de  trompetas  no  se  oirá  ya 
más  en  ti.;  ni  artífice  alguno  de  nin- 
gún arte  se  hallará  más  en  ti  ;  ni 
voz  de  rueda  de  molino  se  oirá  ya 
más  en  ti  ;  a  ni  luz  de  lámpara  res. 
plandecerá  ya  más  en  ti  ;  ni  yoz  de 
desposado  y  desposada  se  oirá  ya 
más  en  ti,  porque  tas  mercaderes 
eran  los  magnates  de  la  tierra,  por- 
que con  tus  hechicerías  fueron  em- 
baucadas todas  las  gentes:  14  y  en 
ella  fué  hallada  la  sangre  de  los  san- 
tos y  profetas  y  de  todos  los  que 
han  sido  degollados  sobre  la  tierra.» 


Aleluya  celeste.  19,  1-10 


i  q  1  Tras  esto  oí  en  el  cielo  como 
una  gran  voz  de  muchedumbre 
numerosa  que  decía  : 


1  Aleluya ! 

La  salud,  y  la  gloria,  y  el  poder  son  de  nuestro  Dios. 

2  porque  verdaderos  y  justos  son  sus  juicios, 
pues  ha  juzgado  a  la  gran  ramera, 

la  que  corrompía  la  tierra  con  su  fornicación, 

y  le  ha  pedido  cuenta  de  la  sangre  de  sus  siervos. 


*  Y  6egunda  vez  dijeron:  «¡Ale- 
luya !»  Y  el  humo  de  ella  va  subien- 
do por  los  siglos  de  los  siglos.  *  Y 
se  postraron  los  veinticuatro  ancia- 
nos, y  los  cuatro  seres  vivientes,  y 


adoraron  a  Dios  sentado  en  el  tro- 
no, diciendo  :  «Amén.  ¡  Aleluya  !» 

8  Y  una  voz  salió  del  trono,  di- 
ciendo : 


Alabad  a  nuestro  Dios  todos  sus  siervos, 

y  los  que  le  temen,  los  pequeños  y  los  grandes. 


1  Y  oí  como  una  voz  de  turba  nu-  j  y  como  voz  de  fuertes  truenos,  que 
merosa,  y  como  voz  de  muchas  aguas,  |  decían  : 

¡  Aleluya!  Porque  estableció  su  reinado  el  Señor, 

el  que  es  Dios  nuestro,  el  Todopoderoso. 

7  Gocémonos  y  regocijémonos, 

y  démosle  la  gloria  ; 

porque  llegaron  las  bodas  del  Cordero. 

y  su  esposa  se  atavió, 

s  y  le  fué  dado  vestirse 

de  finísimo  lino,  reluciente,  nítido. 


20  La  caída  de  los  imperios  mundanos  no  ha  de  ser  motivo  de  tristeza  para  los 
fieles  (cf.  Sant.  2,  6). 

E!  sibaritismo  refinado  y  la  sangre  de  los  santos  determinaron  la  catástrofe 
de  todas  las  Babilonias.  v 

-j  Q  J-J  Este  triplicado  ¡Aleluya!  envuelto  en  el  humo  del  incendio  de  Babilonia 
4-«7  es,  aun  artísticamente,  de  una  sublimidad  y  dramatismo  que  difícilmente  tie- 
nen rival  en  ninguna  literatura. 

"-"Otro  contraste  maravilloso:  a  Babilonia  la  ramera  se  contrapone  la  virgen 
esposa  del  Cordero. 


-  586  - 


19  9-™ 


APOCALIPSIS 


19  "-21 


Porque  el  lino  son  las  obras  jus- 
tas de  los  santos. 

"  Y  me  dice  :  «Escribe  :  Bienaven- 
turados los  que  lian  sido  invitados  al 
banquete  de  las  bodas  del  Cordero.» 

Y  me  dice  :  «Estas  son  las  palabras 
verídicas  de  Dios.»  10  Y  caí  a  sus 
pies  para  postrarme  delante  de  él. 

Y  me  dice  :  «Mira,  no  hagas  eso  ; 
consiervo  tuyo  soy,  como  también 
de  tus  hermanos,  los  que  mantienen 
el  testimonio  de  Jesús.  A.  Dios  ado- 
ra.» Porque  el  testimonio  de  Jesús 
es  el  espíritu  de  profecía. 


B)    Exterminio  de  las  dos  bestias 

El  ejército  celeste.  ig,  ii-ió 

"  Y  vi  abierto  el  cielo,  y  he  aquí 
un  caballo  blanco,  y  el  que  sobre  él 
montaba  era  llamado  Fiel  y  Verda- 
dero, y  con  justicia  juzga  y  hace 
guerra.  12  Eran  sus  ojos  como  llama 
de  fuego,  y  sobre  su  cabeza  llevaba 
muchas  diademas  y  tenía  un  nom- 
bre escrito,  que  nadie  sabe  sino  él  ; 
a  e  iba  envuelto  en  un  manto  sal- 
picado de  sangre,  y  es  llamado  por 
nombre  el  Verbo  de  Dios.  11 Y  las 
huestes  que  hay  en  el  cielo  le  se- 
guían montados  en  caballos  blancos 
y  vestidos  de  finísimo  lino  blanco, 
nítido.  15  Y  de  su  boca  de  él  sale 
una  espada  aguda  con  que  herir  a 
las  gentes,  y  él  las  regirá  con  vara 
de  hierro,  y  él  pisa  el  lagar  del  vino 
del  furor  de  la  cólera  del  Dios  om- 
nipotente. 10  Y  sobre  su  manto  y  so- 


bre su  muslo  lleva  escrito  un  nom- 
bre :  Rey  de  reyes  y  Señor  de  se- 
ñores. 


El  desenlace  previsto,  ig,  17-18 


"  Y  vi  un  ángel  puesto  de  pie  en 
el  sol,  y  gritó  con  voz  potente,  di- 
ciendo a  todas  las  aves  que  volaban 
en  lo  alto  del  cielo  :  «Venid,  con- 
gregaos para  la  gran  cena  de  Dios, 
18  en  que  comáis  carnes  de  reyes,  y 
carnes  de  tribunos  militares,  y  car- 
nes de  poderosos,  y  carnes  de  ca- 
ballos y  de  los  que  montan  en  ellos, 
y  carnes  de  todos,  de  libres  y  de 
siervos,  de  pequeños  y  de  grandes.» 


Derrota  de  las  bestias,  ig,  19-21 


"  Y  vi  a  la  bestia  y  a  los  reyes  de 
la  tierra  con  sus  huestes,  reunidos 
para  dar  la  batalla  al  que  iba  mon- 
tado en  el  caballo  y  a  6u  hueste. 
20  Y  fué  agarrada  la  bestia,  y  con 
ella  el  falso  profeta,  que  había  he- 
cho los  prodigios,  en  presencia  de 
ella,  con  los  cuales  había  embau- 
cado a  los  que  recibieron  la  marca 
de  la  bestia  y  a  los  que  adoraban  su 
imagen  :  vivos  fueron  ambos  arro- 
jados al  lago  de  fuego,  que  arde  con 
azufre.  21  Y  los  demás  fueron  muer- 
tos con  la  espada  del  que  iba  mon- 
tado sobre  el  caballo,  la  que  salía 
de  su  boca.;  y  todas  las  aves  se  har. 
taron  de  las  carnes  de  ellos. 


"  El  testimonio  de  Jesús  es  el  espíritu  de  profecía  :  es  decir,  el  Espíritu  qne  os 
mueve  a  dar  testimonio  de  Jesús  (i  Cor.  12,  3)  es  el  mismo  que  inspira  a  los  profe- 
tas ;  sois,  por  tanto,  iguales  a  mí,  que  hablo  con  espíritu  de  profecía.  Consiervo 
tuyo  soy  :  no  tienes  que  adorarme.  A  solo  Dios  adora. 

11  El  caballo  blanco  es  el  mismo  del  primer  sello  (6,  2). 

bUn  nombre...  que  nadie  sabe:  no  se  trata  de  la  materialidad  del  nombre  (tel 
Verbo  de  Dios»),  que  luego  se  declara,  sino  de  su  plena  inteligencia  o  compren- 
sión (Mt.  11,  27;  Le.  10,  22). 

a-a  Esta  voz  del  ángel  es  una  reminiscencia  de  la  profecía  de  Ezequiel  contra 
Gog  y  Magog  (39,  4;  17-20).  Ya  el  Salvador  apuntó  esta  imagen  en  la  Apocalipsis 
sinóptica  (Mt.  24,  28). 

1»-:a  Esta  derrota  de  las  dos  bestias,  anunciada  antes  (14,  20;  16,  16;  17,  13-14),  es 
la  derrota  de  todas  las  fuerzas  anticristianas,  que  culmina  en  la  del  anticristo  per- 
sonal, ta  quien  el  Señor  Jesús  destruirá  con  el  soplo  de  su  boca  y  aniquilará  con  d 
esplendor  de  su  advenimiento»  (2  Tes.  2,  8). 


20  M 


U'OCALIPSIS 


20  4-6 


C.)     Dkkko'I  \   DE]  DRAGÓN 


/•;/  dragón  atildo.  2n,  1-3 


90  '  ^  v'  ',a.iar  cie¡o  uo  ángel, 
que  tenía  la  llave  del  abismo  y 
una  gran  cadena  en  .su  mano.  '  Y  co- 
¿\ó  al  dragón,  la  serpiente  antigua, 
que  es  el  diablo  y  Satanás,  y  la  ató 
para  mil  años ;  ;'  y  lo  lanzó  al  abismo, 
y  cerró,  y  puso  el  sello  por  encima 
de  él,  para  que  no  seduzca  ya  más 
las  naciones,  hasta  que  se  hayan 
cumplido  Iros  mil  años  ;  pasados  és- 
tos, tiene  que  ser  desatado  por  breve 
tiempo. 


El  reino  de  los  mil  años.  2<i,  4-6 


*  Y  vi  unos  tronos,  y  se  .mentaron 
en  ellos,  y  les  fué  otorgada  potes- 
tad de  juzgar  ;  y  vi  las  almas  de  los 
que  habían  sido  decapitados  con  la 
segur  por  el  testimonio  de  Jesús  y 
por  la  palabra  de  Dios,  y  los  que 
no  habían  adorado  la  bestia  ni  su 
imagen  ni  recibido  su  marca  sobre 
su  frente  o  sobre  su  mano  ;  v  vi- 
vieron y  reinaron  con  Cristo  duran- 
te mil  años.  1  Y  los  restantes  de  los 
muertos  no  vivieron,  hasta  que  se 
hubieron  cumplido  los  mil  años.  Es- 
ta es  la  resurrección  primera.  '  Bien. 
i  aventurado  y  santo  el  que  tenga  par. 


20 


ias  veces  insinuada  anteriormente  (9,  1-2  ;  9, 
o  expulsión  del  príncipe  de  este  mundo,  anun- 
expresada  por  estas  imágenes  son  los  límites 
tx-n,  inhiben  o  esterilizan  la  maléfica  acción 


Mil, 


yidar  la 
palabra  < 


>asaje  ha  dado  lugar  a  jos  múltiples  y  variados  sistemas  del  milenaris- 
ie  semejante  interpretación  müenarista  o  milenista  tuviera  algún  viso  dé- 
se requerían  dos  cosas  :  1)  que  este  pasaje  sucediese  cronológicamente 
de  las  bestias;  2)  que  la  RESURRECCIÓN  PRIMERA  debiera  interpretarse  li- 
?omo  resurrección  corporal.  Ahora  bien,  ninguna  de  estas  hipótesis  es 
'niñeramente,  el  desenvolvimiento  del  Apocalipsis  no  es  rectilíneo,  sino 

>  además  de  anticipaciones  y  retrocesos.  En  segundo  lugar,  la  resurrec- 
*,  contrapuesta  a  la  segunda  muerte,  es  del  mismo  ordeno  carácter  que 
Tiien,  esta  secunda  muerte  no  es  muerte  física,  sino  la  condenación  eter- 
-'o,  14;  2i,  8).  Carece,  por  tanto,  de  base  exegética  todo  milenarismo. 
es    positivas   lo   excluyen   completamente.    En    las   trompetas   quinta  y 

>  ;  g,  14-15)  y  en  la  copa  sexta  (16,  12-14)  se  habla  ya  de  la  suelta  de 
•  aquí  se  menciona  después  I20,  7;  ;   y  en  la  misma  sexta  copa  actúan 

Satanás  y  las  dos  bestias  (16,  12-14),  J  ciertamente  para  los  preparativos 
batalla,  la  única  batalla,  que  allí  preparan  conjuntamente  los  tres  ene- 
ego  se  desdobla  en  la  batalla  contra  las  bestias  (19,  19)  y  contra  el  dra- 

l'ero  ts  un  desdoblamiento  redaccional,  que  no  supone  duplicidad  real, 
légti  se  dice,  que  las  huestes  del  dragón  «cercaron...  la  ciudad  amada», 
ya  en  la  trompeta  sexta  (11,  3).  Ni  hay  que  olvidar  que  la  batalle  del 
■  la  cólera  de  Dios  es  una  misma  batalla,  que,  si  comprende  sintélica- 
i  las  batallas  entre  las  huestes  del  bien  y  las  del  mal,  culmina  singular- 
a  definitiva  batalla  entre  Cristo  y  el  anticTi-to.  lujando 

ístante  actitud  del  magisterio  eclesiástico,  que  nunc  '-■ 


jbación  o  de  benevolencia  con  e¡  mite 
:s  reprobaciones,  algunas  de  ellas  muy 
os  grandes  maestros  de  la  teología.  S 
«Cessct  ergo  mille  annorum  fábula»  1 
1  eclesiástico,  en  Estudios  Htblicos,  193 
le  los  mil  años,  el  mismo  San  Juan  lo 
este  reinado  :  el  juicio  previo,  la 


s  muchas 
lícito  ol- 
enido  una  sola 
fulminado  con- 
1  sido  diferente 
ste  la  tajante  sentencia  de 
C5,  534.  Cf.  El  milcnarism< 
12).  Lo  que  hay  de  realidad 
lara  abiertamente.  Tres  ras- 
primera  y  el  sacerdocio 


,m!.i 


en  el  quinto  sello 
de  alguna  manera 
inado  de  los  santos 


ha  mencionado  y¡ 
.'ular.  La  resurrecc 
la  bienaventuranza  ese: 
111  y  en  la  quinta  señal 
1  la  primera  señal  (14, 
ha  hablado  como  de  co 
7.  i-.ll.  Los  santos  todos 


el  quinto  sello  (6, 
primera,  que,  como 


bl  finen 

sacerdocio  y  del 
veces  (1,  6;  1,  9 
ion  Cristo  en  si 
«1  cielo  sobre  la 

en  este  sentido.  ¿  V  qué  reinado  comparable  con 
en  medio  del  trastorno  y  desquiciamiento  universal,  proclam, 
los  eternos  principios  de  la  justicia  y  de  la  fraternidad  humana  i 


y,  proba- 
fin,  del 
ite  varias 
reinaron 
désele 


a  terrena,  reinan  ahora  más  ploriosamente  en  el  cielo  y  desde 
a.  Todo  el  oficio  de  la  fiesta  de  Tolos  los  Santos  está  concebido 


la  Igl< 


católic-u,  cuando, 
la  faz  del  mundo 


APOCALIPSIS 


20  13  21  a 


be  en  esta  resurrección  primera  :  so- 
bre éstos  no  tiene  poder  la  segunda 
muerte,  sino  que  serán  sacerdotes 
de  Diós  y  de  Cristo  y  reinarán  con 
El  durante  mil  años. 


dragón  suelto  y  denotado 


'  Y  cuando  -e  hubieren  cumplido 
los  mil  años,  será  Satanás  soltado 
de  su  prisión,  s  y  saldrá  a  seducir  a 
las  gentes  que  están  en  los  cuatro 
ángulos  de  la  tierra,  a  Gog  y  a  M'a- 
^Ogi  con  el  fin  de  reunirlos  para  la 
batalla,  cuyo  número  es  como  la  are- 
na del  mar.  *  Y  subieron  a  la  an- 
chura de  la  tierra,  y  cercaron  el 
campamento  de  los  santos  y  la  ciu- 
dad amada  ;  y  bajó  fuego  del  cielo 
v  los  devoró.  "'  Y  el  diablo,  que  los 
seducía,  fué  arrojado  al  estanque  de 
fuego  y  de  azufre,  donde  están  tam- 
bién la  bestia  y  el  falso  profeta,  y 
serán  atormentados  día  y  noche  por 
los  siglos  de  los  siglos. 


-I.    El  juicio  universal 

i\esiurección  y  juicio.  20,  n-15 

"  Y  vi  un  gran  trono  blanco  y  al 
que  sobre  él  estaba  sentado,  de  cava 
faz  huyó  la  tierra  y  el  cielo,  y  no 
.-e  halló  lugar  para  ellos.  "  Y  vi  los 


muertos,  los  grandes  y  los  peque-1 

ños,  que  estaban  de  pie  delante  del 
trono  ;  y  se  abrieron  los  libros  ;  y 
otro  libro  se  abrió,  que  es  el  de  la 
vida  ;  y  fueron  juzgados  los  muer- 
tos por  lo  que  estaba  escrito  en  los 
Ubros,  conforme  a  sus  obras.  "  Y  el 
mar  dió  los  muertos  que  en  él  ha- 
bía, y  la  muerte  y  el  infierno  die- 
ron los  muertos  que  en  ellos  había, 
v  fueron  juzgados  cada  uno  según 
sus  obras.  "  Y  la  muerte  y  el  infier- 
no fueron  arrojados  al  estanque  del 
fuego.  Esta  es  la  muerte  segunda  : 
el  estanque  del  fuego.  '"'  Y  quien  no 
fué  hallado  escrito  en  el  libro  de  la 
vida,  fué  arrojado  al  estanque  del 
fuego. 


5.    La  Jerusálén  celeste 

tfúevo  ciclo  v  nueva  tierra.  21,  i-S- 

p-|  '  V  vi  un  nuevo  cielo  y  una 
4*-  nueva  tierra,  pues  el  primer 
cielo  y  la  primera  tierra  habían  des- 
aparecido ;  y  el  mar  no  existe  ya. 
•  Y  la  santa  ciudad,  la  nueva  Jerusá- 
lén, la  vi  cómo  descendía  del  cielo  de 
cabe  Dios,  preparada  como  desasa- 
da que  se  ha  engalanado  para  su  to- 
poso. 3  Y  oí  una  gran  voz  venida  del 
trono,  que  decía  :  «He  aquí  la  tien- 
da, mansión  de  Dios  con  los  hombre.-, 
y  fijará  su  tienda  entre  ellos,  y  ellos 
I  serán  pueblo  suyo,  y  el  mismo  Dios 


Germinara 
1  SCStológica. 

»Goo  y  Magos:  e± presión  simbólica  de  la  gentilidad  anticristiana,  tomada  de 
Kzcquiel  (38-59).  |i  I-A  batalla,  singular,  es  la  misma  de  las  dos  bestias  (19,  191.  ||  Cuyo 
■HÜMKRO  ES  COMO  LA  ARENA  DES  mar  :  son  ¡dos  reyes  del  mundo  entero»  congregados 
«para  a  batalla  del  gran  día  del  Dios  omnipotente»  116,  14;  ef.  19,  19).  No  han  re 
Bexionado  lo-  milenistas  de  dónde  -alen  ahora  esas  ceníes  que  están  en  los  cuatro 
wcvios  DE  LA  TIERRA,  CUYO  NÚMERO  ES  COMO  LA  ARENA  OKI.  M  \R,  después  de  extermina- 
«los  lodo-  «¡o-  reyes  de  la  tierra  con  sus  huestes»  119,  19).  ¡Donoso  reinado  el  de  lo- 
samos -obre  la  tierra,  -i,  comenzando  ron  el  total  exterminio  de  enemigos,  termi- 
nase con  el  universal  levantamiento  de  :<>.-  hombres  contra  «la  ciudad  amada»! 
;  Magnífico  resultado  de  mil  años  d<  reinado  glorioso! 

"Vi  los  muertos  :  todos  lo-  hombres  resucita»  juntamente  (Mt.  ¿4,  29-31  ;  Me.  : ;. 
-I-:;;  Ju.  5,  28-29;  t  Cor.  15,  51-53;  1  Tes.  1,  1---17.  .1.  ti. a  resurrección  primera»,  de 
que  antes  se  ha  hablado  (20,  5-ftl,  es  puramente  espiritual. 

v  El    MAR    DIÓ   SUS  MUE! 

resucitados  han  sido  ya  ju: 
cede  rectilíneamente. 

o-j  1  Nuevo  cielo,.,  :  el  reino  celeste  será  algo  totalmente  nuevo,  jamas  visto  ni  s>- 
^-L    ñado  ií-.  I  1,  .-,  ;  1  Cor.  2,  o). 

8  I.*  VI  cómo  PESCBNBÍA  :  es  visión  de  deseciw»,  OO  un  dt-een-o  real  :  como  si  el 
.ido  descendiese  a  la  tierra.  ||  Como  desposad»  :  la  Iglesia  -erá  eternamente  la  vir- 
gen esposa  d*  Cristo,  y  eterno  será  el  amor  de  desposados)  apasionado  y  tierno,  cu- 


21  4-9 


APOCALIPSIS 


21  10-16 


estará  con  ellos  como  Dios  suyo,  *  y 
enjugará  toda  lágrima  de  sus  ojos, 
y  la  muerte  no  existirá  ya  más,  ni 
habrá  ya  más  duelo,  ni  grito,  ni  tra- 
bajo ;  lo  primero  pasó.»  6  Y  dijo  el 
que  estaba  sentado  en  el  trono  :  «He 
aquí  que  hago  nuevas  todas  las  co- 
sas.» Y  me  dice  :  «Escribe  que  és- 
tas 6on  las  palabras  fieles  y  verídi- 
cas.» *  Y  me  dijo  :  «Son  un  hecho. 
Yo  soy  el  Alfa  y  la  Omega,  el  prin- 
cipio y  el  fin.  Yo  al  que  tuviere  sed 
le  daré  de  balde  a  beber  de  la  fuen- 
te del  agua  de  la  vida.  *  El  que  ven- 
ciere poseerá  en  herencia  estas  co- 
sas, y  yo  para  él  seré  Dios,  y  él 
para  mí  será  hijo.  8  Mas  para  los 
cobardes,  e  infieles,  y  execrables,  y 
homicidas,  y  fornicarios,  y  hechice- 
ros, e  idólatras,  y  para  todos  los  em. 
busteros,  su  herencia  será  en  el  es- 
tanque que  arde  con  fuego  y  azu- 
fre, que  es  la  segunda  muerte.» 


(.iloria  de  la  ciudad  celeste.  21,  9-14 

•  Y  vino  uno  de  los  siete  ángeles 
que  tenían  las  siete  copas  henchidas 
con  las  siete  plagas  postreras,  y  ha. 
bló  conmigo  diciendo:  «Ven,  te  mos- 


traré la  desposada,  la  esposa  del 
Cordero.»  w  Y  me  llevó  en  espíritu 
a  un  monte  grande  y  alto,  y  me 
mostró  la  ciudad  santa,  Jerusalén, 
que  bajaba  del  cielo  de  cabe  Dios, 

11  radiante  con  la  gloria  de  Dios  :  sn 
lumbrera  era  semejante  a  una  pie- 
dra preciosísima,  tal  como  piedra 
jaspe  "  de    transparencia  cristalina. 

12  Tenía  un  muro  grande  y  alto,  con 
doce  puertas,  y  sobre  las  puertas 
doce  ángeles  y  nombres  inscritos, 
que  son  los  de  las  doce  tribus  de 
los  hijos  de  Israel.  13  Del  lado  de 
oriente  tres  puertas,  del  lado  de  sep- 
tentrión tres  puertas,  del  lado  de 
mediodía  tres  puertas,  del  lado  de 
poniente  tres  puertas.  11  Y  el  muro 
de  la  ciudad  tenía  doce  fundamen- 
tos, y  sobre  ellos  doce  nombres,  los 
de  los  doce  apóstoles  del  Cordero. 


Descripción.  21,  15-27 

a  Y  el  que  hablaba  conmigo  tenía 
una  medida,  una  caña  de  oro,  para 
medir  la  ciudad  y  sus  puertas  y  sn 
muro.  16  Y  la  ciudad  se  asienta  so- 
bre base  cuadrangular,  y  su  longi- 
tud es  tanta  cuanta  es  su  anchura. 


6  Palabras  fieles  y  verídicas  :  la  promesa  del  reino  celeste  no  es  un  sueño  o  fan- 
tasía, es  la  suprema  realidad. 

•  Yo  soy  el  Alfa  y  la  Omega...  :  habla  Dios  como  Dios,  reclamando  para  sí  los 
atributos  divinos  de  ser  el  principio  y  el  fin  (i,  8).  Ahora  bien,  estas  mismas  pa 
labras  s-e  ponen  luego,  y  más  encarecidamente  aún,  en  labios  de  Cristo  :  declaración 
inequívoca  de  su  divinidad.  ||  Le  daré  a  beber  :  sólo  Dios  puede  apagar  la  sed  in- 
mensa de  felicidad  que  atormenta  al  corazón  humano.  También  estas  palabras  se 
atribuyen  a  Cristo  (21,  17.  Cf.  Jn.  4,  13-14;  7,  38).  Y  esta  agua  es  el  Espíritu  San- 
to (Jn.  7,  39).  Por  esto,  del  Corazón  alanceado  del  Redentor  «salió  sangre  y 
agua»  (Jn.  19,  34).  Manantial  de  aguas  vivas,  fuente  del  Espíritu  Santo,  venero  de 
eterna  felicidad  es  para  el  hombre  el  Corazón  abierto  del  Salvador. 

10  Un  monte  grande  y  alto:  hay  que  retener  este  rasgo  para  entender  la  des- 
cripción que  sigue  de  la  celeste  Jerusalén,  tciudad  puesta  sobre  el  montei  (Mt.  5,  14). 

12  Doce  ángeles:  como  custodios  de  la  santa  ciudad  (Gén.  3,  24).  ||  Las  doce  tri- 
bus de  los  hijos  de  Israel  :  es  decir,  la  universalidad  del  Israel  de  Dios.  Como 
siempre  en  el  Apocalipsis,  Israel  simboliza  la  Iglesia  universal. 

14  Doce  fundamentos  :  doce  enormes  bloques,  que  después  se  dirá  que  son  doce 
piedras  preciosas,  correspondientes  a  las  doce  puertas.  Construcción  ultracicló- 
pea.  ||  Los  doce  Apóstoles  del  Cordero  :  apostolicidad  de  la  Iglesia.  En  la  celeste 
Jerusalén  se  perpetúan  las  cuatro  notas  de  la  Iglesia  de  Cristo:  la  unidad:  es  una 
ciudad,  una  esposa  (ai,  2;  21,  9-10)  ;  santidad  (21,  8;  ai,  10 ;  ai,  27...);  catolicidad 
(ai,  12  ;  21,  24-27...)  ;  apostolicidad  (21,  14). 

M  Midió  la  ciudad  :  después  de  especificar  la  longitud  y  la  anchura,  la  ciudad 
parece  ser  el  perímetro,  no  uno  de  los  lados.  En  este  supuesto,  más  probable,  co- 
rresponden a  cada  lado  3.000  estadios,  es  decir,  1.000  a  cada  una  de  las  doce  puertas 
y  a  cada  una  de  las  doce  piedras  fundamentales.  Dando  ai  estadio  el  valor  medio 
de  200  metros,  cada  uno  de  los  cuatro  lados  de  la  ciudad  tendría  unos  boo  kilóme- 
tros, algo  más  que  la  distancia  de  Madrid  a  Barcelona  ;  y  la  superficie  de  la  ciudad 
sería  algo  mayor  que  la  cuarta  parte  de  España.  II  Su  longitud,  su  anchura  y  su 
altura  son  iguales  :  la  altura  igual  a  la  longitud  (que  es  de  3.000  estadios)  no 
puede  ser  la  del  muro  (que  sólo  es  de  144  estadios).  No  es,  por  tanto,  cúbica  la  ciu- 
dad, como  algunos  han  imaginado.  San  Juan  no  era  cubista.  Esta  igualdad  de  la 
altura  de  la  ciudad,  puesta  sobre  un  monte  (ai,  10),  no  puede  ser  otra  que  la  de  la 
distancia  que  media  entre  la  cima  y  la  base,  que  será  igualmente  de  600  kilóme- 


—  590  — 


21  17-24 


APOCALIPSIS 


21  25-22  5 


Y  midió  la  ciudad  con  la  caña,  y 
halló  que  eran  doce  mil  estadios  : 
su  longitud,  su  anchura  y  su  altu- 
ra son  iguales.  "  Y  midió  su  muro, 
que  era  de  ciento  cuarenta  y  cuatro 
codos,  medida  de  hombre,  emplea- 
da por  el  ángel.  w  Y  el  material  de 
construcción  del  muro  era  jaspe,  y 
la  ciudad  oro  puro,  semejante  a  vi- 
drio transparente.  "  Los  fundamen- 
tos del  muro  de  la  ciudad  estaban 
hermosamente  labrados  de  toda  cla- 
se de  piedras  preciosas  :  el  funda- 
mento primero  era  de  jaspe  ;  el  se- 
gundo, de  zafiro  ;  el  tercero,  de  cal- 
cedonia ;  el  cuarto,  de  esmeralda  ; 
"  el  quinto,  de  ónice  ;  el  sexto,  de 
cornalina  ;  el  séptimo,  de  crisólito  ; 
el  octavo,  de  berilo  ;  el  nono,  de  to- 
pacio ;  el  décimo,  de  ágata  ;  el  un- 
décimo, de  jacinto ;  el  duodécimo, 
de  amatista.  21 Y  las  doce  puertas 
eran  doce  perlas  :  cada  una  de  las 
puertas  era  de  una  sola  perla.  Y  las 
calles  de  la  ciudad,  oro  puro,  como 
vidrio  transparente.  22  Y  templo  no 
vi  en  ella,  pues  el  Señor  Dios  om- 
nipotente es  su  templo,  como  tam- 
bién el  Cordero.  aY  la  ciudad  no 
tiene  necesidad  de  sol  ni  de  luna, 
para  que  alumbren  en  ella  ;  porque 
la  gloria  de  Dios  la  ilumina  y  su 
antorcha  es  el  Cordero. 
24  Y  caminarán  las  gentes  guiadas 


por  su  luz,  y  los  reyes  de  la  tierra 
llevan  a  ella  su  gloria  ;  26  y  sus  puer- 
tas no  se  cerrarán  de  día  :  que  no- 
che no  habrá  allí ;  *  y  llevarán  a 
ella  la  gloria  y  el  honor  de  las  na- 
ciones. 21  Y  no  entrará  en  ella. nada 
profano,  ni  quien  obre  abominación 
y  mentira,  mas  solos  los  escritos  en 
el  libro  de  la  vida  del  Cordero. 


El  río  y  el- árbol  de  ¡a  vida.  22,  1-5 

syey  1  Y  me  mostró  un  río  de  agua 
de  vida,  luciente  como  cristal, 
que  salía  del  trono  de  Dios  y  del 
Cordero.  2  En  medio  de  sus  calles,  a 
una  y  otra  mano  del  río,  árboles  de 
vida,  que  dan  fruto  doce  veces  al 
año,  como  que  mes  tras  mes  cada 
uno' de  ellos  rinde  6U  fruto;  y  las  ho- 
jas de  los  árboles  son  para  medicina 
de  las  gentes.  *  Y  nada  habrá  allí  que 
sea  objeto  de  maldición.  Y  estará 
en  ella  el  trono  de  Dios  y  del  Cor- 
dero, y  sus  siervos  le  adorarán  ;  4  y 
verán  su  rostro,  y  el  nombre  de  El 
se  verá  en  sus  frentes.  5  Y  no  ha- 
brá allí  noche,  y  no  tienen  necesi- 
dad de  luz  de  antorcha  ni  de  luz  de 
sol,  porque  el  Señor  Dios  irradiará 
luz  sobre  ellos,  y  reinarán  por  los 
siglos  de  los  siglos. 


tros.  Uc  todos  modos,  la  fisura  piramidal  de  la  ciudad,  lo  mismo  que  los  números 
que  la  determinan,  son  puramente  simbólicos. 

"  Ciento  cuarenta  y  cuatro  codos  :  es  número  simbólico  =  12  x  12,  equivalente 
a  72  metros. 

18  Oro  puro...  :  se  funden  las  dos  imágenes  :  la  del  brillo  del  oro  y  la  de  la 
transparencia  del  vidrio. 

J*-2uil  El  jaspe:  probablemente  es  el  jaspe  transparente  con  matices  verdes;  2)  el 
zafiro  :  es  el  zafiro  antiguo,  o  sea  el  lapislázuli,  de  color  azul  ;  3)  la  calcedonia  :  es 
la  turquesa,  marfil  impregnado  de  sales  de  cobre,  de  color  verde  con  cambiantes 
azulados  ;  4)  la  esmeralda  :  de  color  verde  transparente  ¡  5)  el  ónice  :  de  color  ro- 
sado ;  6)  la  cornalina  :  de  color  rojo  sangre,  algo  transparente  ;  7)  el  crisólito  (eti- 
mológicamente piedra  de  oto):  es  el  topacio  actual  o  berilo  amarillo,  de  color  ama- 
rillo oro  ;  8)  el  berilo  :  es  el  aguamar  o  aguamarina,  verde  transparente,  más  claro 
que  el  de  la  esmeralda  ;  9)  el  topacio  :  es  el  topacio  antiguo,  de  color  verde  dorado , 
10)  el  Agata  :  llámase  también  crisopacio  o  crisoprasa,  de  color  gris  o  amarillento, 
más  pálido  que  el  berilo;  11)  el  jacinto:  es  el  jacinto  antiguo,  el  zafiro  actual,  de 
color  azul  o  violáceo  claro ;  12I  la  amatista  :  es  de  color  violeta. 

'a  Las  doce  puertas  o  portadas  eran  cada  una  de  una  sola  perla. 

M  Y  caminarán  las  gentes...  ¡  estas  expresiones  y  otras  semejantes  (tomadas  de 
Isaías  60,  j-ii...),  referentes  más  bien  a  la  Iglesia  militante,  muestran  la  unidad  de 
la  Iglesia,  la  de  la  tierra  y  la  del  cielo. 

22    1  UN  RÍO  de  agüa  de  vida:  símbolo  probablemente  del  Espíritu  Santo  (cf.  re,  6). 

II  Del  trono  de  Dios  y  del  Cordero  :  uno  es  el  trono,  como  una  es  la  majestad 
y  realeza,  como  una  es  la  divinidad,  de  Dios  Padre  y  de  Cristo.  El  salir  el  río  de 
este  trono  único  simboliza  el  origen  o  procedencia  del  Espíritu  Santo  del  Padre 
y  del  Hijo  como  de  un  solo  principio. 

*  Arboles  de  vida  :  literalmente  «árbol  de  vida»,  tomado  «árbol»  en  sentido  colec- 
tivo. Carece,  por  tanto,  de  fundamento  sólido  la  consideración  de  que  un  solo  árbol 
(símbolo  de  Cristo)  se  halle  a  la  vez  a  entrambas  orillas  del  río.  ||  Su  fruto:  sn 
fructificación  o  cosecha. 

4  Verán  su  rostro  :  se  afirma  la  visión  intuitiva  de  Dios. 


—  591  — 


22  6~13 


APOCALIPSIS 


22  u-'n 


Epílogo 


Triple  garantía  que  acredita  el  libro. 
22,  6-g 

,;  Y  me  dijo  :  «Estas  palabras  son 
fieles  y  verídicas,  y  el  Señor  Dios 
de  los  espíritus  de  los  profetas  en- 
vió su  ángel  para  manifestar  a  sus 
siervos  lo  que  ha  de  suceder  en 
breve.» 

7  «Y  he  aquí  que  vengo'  presto.  Di- 
choso el  que  observa  la--  palabras 
de  la  profecía  de  este  libro.» 

8  Y  yo,  Juan,  el  que  veía  y  oía  es. 
ta-s  cosas.  Y  como  las  hube  oído  y 
visto,  caí  para  postrarme  ante  los 
pies  del  ángel  que  me  las  mostraba. 
:i  Y  me  dice  :  «Mira,  no  liabas  eso  : 
consiervo  tuyo  soy,  como  también 
de  tus  hermanos  los  profetas  y  de 
los  que  observan  las  palabras  de  este 
libro  ;  a  Dios  has  de  adorar.» 

Palabras  de  Cristo  y  respuesta  de  ¡a 
Iglesia.  22,  10-17 

'"  Y  me  dice  :  «No  selles  lás_  pa- 
labras de  la  profecía  de  este  libro, 
porque  el  tiempo  está  próximo.  "  El 
que  agravia,  agravie  todavía,  y  el 
sucio  ensucíese  todavía,  y  el  justo 
obre  justicia  todavía,  y  el  santo  san- 
tifíquese  todavía.  11  He  aquí  que  ven- 
go presto,  y  conmigo  está  mi  re- 
compensa, para  pagar  a  cada  uno, 
segárj  fueren  sus  obras.  "  Yo  so}'  el 
Alfa  y  la  Omega,  el  primero  y  el 


último,  el  principio  y  el  fin.  "  Di- 
chosos los  que  lavan  sus  vestidura- 
para  que  les  pertenezca  el  derecho 
sobre  el  árbol  de  la  vida  v  puedan 
1  entrar  por  las  puertas  en  la  ciudad. 
"  ¡  Afuera  los  perros,  y  los  hechice- 
ros, v  los  fornicarios,  v  los  homici- 
das, y  los  idólatras,  y  todo  el  que 
ama  y  obra  mentira !  "  Yo,  Jesús, 
envié  mi  ángel  para  testificaros  es- 
tas cosas  en  las  Iglesias.  Yo  soy  la 
raíz  y  el  linaje  de  David,  la  reful- 
gente estrella  matutina.» 

"  Y  el  Espíritu  y  la  desposada  di- 
cen :  «Vén.»  Y  el  que  oye,  diga  : 
«Yen.»  Y  el  que  tenga  sed,  venga  ; 
V  el  que  quiera,  lome  de  balde  agua 
de  vida. 


Conehi.sión  del  autor.  22,  1S-21 

1S  Testifico  yo  a  todo  el  que  oiga 
las  palabras  de  la  profecía  de  este 
libro  :  Si  alguno  añadiere  algo  a 
ellas,  Dios  añadirá  sobre  él  las  pla- 
gas escritas  en  este  libro  ;  1B  y  si  al- 
guno quitare  algo  de  las  palabras  de! 
libro  de  esta  profecía,  Dios  quitará 
su  parte  del  árbol  de  la  vida  y  de 
la  ciudad  santa,  que  han  sido  des- 
critas en  este  libro. 

M  Dice  el  que  da  fe  de  estas  cosas  : 
«Sí,  vengo  presto.» 

|      Amén.  Yen,  Señor  Jesús. 

|     '-'  La  gracia  de!  Señor  Jesús  sea 

|  con  todos. 


En  el  vir-xulo 


>roduecn  sus 


palabras  ; 
»Cf.  i 
'»  Hafc 
■  «  líe  1 
la  justiei 
y  la  inn 


>  incisos,  el  tercero  se  contrapone  ni  primero  como  se  contraponen 
íravio  ;  el  cuarto  se  oi>one  al  segundo  como  se  oponen  la  santidad 
Los  dos  primeros  incisos  son  permisivos;  los  dos  últimos,  exihor 
lo  de  la  permisión  y  de  la  exhortación,  dentro  del  contexto,  parece 
unos  en  injusticia  e  inmoralidad,  que  pronto  les  llegará  el  castitro  ; 
en  justicia  y  santidad,  que  no  tardará  su  recompensa, 
ición  de  la  divinidad  de  Cristo  (cf.  21,  6). 

íf.  Ei.  ÍRB0L  DE  la  vida  :  la  bienaventuranza  celeste,  si  radicalmente 
dádiva  de    Dios   (Rom.   6.   23!,   formalmente   es  «corona   de  jilsti- 


16  La  raíz...  de  David  :  cf.  5,  5.  ||  La...  estrella 

Jesús  :  es  la  aspiración  espontánea  del  que  con  í 
oro»,  el  ansia  del  corazón  cristiano,  que  desea  vi 
libertado  de  ala  gran  tribulnci6n>  (7,  14)  partí  estar 
i;''.  Ven,  Señor  Jesús. 


la  la  Revelación.  II  Ven,  SeSok 
ha  leído  «la  profecía  de  este  li- 
el  fin  de  tanta  iujusticia  y  ser 
con  el  Señor  '1  Tc«.  4, 


Jfr  Vi 


V  ¡D  rhf  1  •  \ 
UP'h  fe1  tf         :-  1 


1 

?  n3 


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sobre  Jesucristo.  En  texto  bilingüe. — En  tela,  30  pesetas  ;  en  piel,  65.  (Pu- 
blicado el  tomo  III.) 

10.  — Obras  de  San  Agustín  (t.  1).  Introducción  y  texto  bilingüe  :  Vida 
de  San  Agustín,  por  Posidio  ;  Soliloquios,  Sobre  el  orden,  Sobre  la  vida 
feliz. — En  tela,  30  pesetas  ;  en  piel,  65.  (Publicados  los  tomos  II  y  III.) 

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de  San  Agustín.  Texto  latino  y  versión  castellana  de  las  Confesiones. — En 
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P.  Crisógono  de  Jesús. — En  tela,  45  pesetas  ;  en  piel,  80. 

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17-18. — Teatro  Teológico  Español,  por  don  Nicolás  González  Ruiz. 
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alma.  Del  libre  albedrío,  Contra  los  académicos,  Sobre  la  naturaleza  del 
bien.-  contra  los  maniqueos  y  Del  alma  y  su  orifica. — En  tela,  45  pesetas  ; 
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