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Full text of "Semanario erudito que comprehende varias obras ineditas, criticas, morales, e instructivas, politicas, historicas, satiricas y jocosas de nuestros mejores autores antiguos y modernos"

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V 


*^>  í 


SEMANARIO  ERUBITO, 

QUB    CÓMPREHENDH 

VAKIAS  OBRAS  INÉDITAS, 

CRITICAS,  MORALES,  INSTRUCTIVAS, 
políticas,  históricas,  satíricas,  t  jocosas, 

DE   NUESTROS   MEJORES   AUTORES 

ANTIGUOS,  Y  MODSKNQS. 
BALAS  A  LUZ 

DON  ANTONIO  VALLADARES 

de  Soíomayí^, 

TOMO  UNDECIMa 


^-A\ 


mm 


MADRID  MDCCLXXXVIIL 

POR    DON    BLAS    ROMÁN, 

Se  hallari  en  las  Librerías  de  Maféo  y  Carrera  ie  San  Ger¿niaM>» 
en  la  de  Bartolomé  López  ,  Plazuela  de  Santo  Domingo, 
y  en  la  de  la  Viuda  de  Sánchez,  Calle  de  Toledo, 
y  en  los  puestos  del  Diario. 

l^/l"Kr       'B'OTTrTTVryT/%        n  "K*     ^  '^ 


4 

ra  Jiacer  una  misteriosa  Academia  ie  desengaños^  cinco  per- 
sonas de  las  mas  introducidas  en  la  República  de  Espi- 
na,  y  que  suelen  hacer  los  principales  papeles  ep  todas 
las  Monarquías.  Juntáronse  en  fin  la  Esperanza^^tX  Te- 
mor ,  el  Desprecio  ,  la  Desesperación  y  la  Lealtad  y  y  to- 
mando los  lugares  que  les  convenían  y  st  sentó  la  Deses- 
peración entre  la  Experiencia  y  el  Desprecio  y  y  la  Lealtad 
chtre  el  Temor  y  la  Esperanza.  \  .  .  .  \ 

Saludáronse  con  tan  irregular  y  tan  impropio  esti- 
lo, que*  á  quien  mtrecia  menos  le  honraban  mas.  Al 
Temor  y  al  Desprecio  los  llamaban  de  Excelencia ,  dán- 
doles en  todo  el  tratamiento  de  Grandes.  A  laf  Lealtad 
comunmente  la  trataban  de  merced  :  algunas  vec^  de 
sfciioría,  y  rara  de  Excelencia.  A  la  Experiencia  U  trata«i 
ban  de  tu.  A  la  Esperanza  de  vos  $  y  1q  que  parece  mas 
extraño ,  á  la  Desesperación  de  Paternidad. 

Dio  principio  la  Lealtad  á  la  conferencia  ,  y  sion  to- 
no triste ,  semblante  marchito  y  voz  desmayada ,  habla 
de  esta  matlera.  ?  . 

Bien  sabes  y  ¡ó  doQtSL  Experlencial  que  vivo  ena- 
morada de  un  Príncipe  tan  magnánimo  ,  que  man« 
da  en  este  y  en  el  otro  mandos  que  con  ^^superior  acier- 
to tiene  por  nombré  Carlos ;  porque  como  lascara  del  soi 
alegra  y  viviñca  á  los  corazones  ^  el  ^mio  se  alienta  al 
ver  la  suya.  Hibieñdo  y^  pu^s  ,  este  gran  Príncipe  nacido 
para  mi  corísudo  a  c4>sta  de  mil  ruegos  y  plegarias,  em« 
pezó  desdé  el  principio  á  «sobrissaltarme  con  la  pensión 
natural  de  prepda^no  merecida,  y  desde  la  cuna  fue  pa- 
ra mí  un  semioatio  de  cuidados  y  zozobras.  Fue  crc-^ 
ciendo  hasta  la  edad  en  que  pudiera  reconocer  su  domi- 
nio; y  quancioyó  esperaba  verle  repartir  sus  rayos  por 
los  dilatados  términos  de  su  esfera ,  y  gozar  la  benigni* 
^d  desús  poderosos  influxos,  veo  que  en  nombre  suyo 
tüyna  <leSpdticamerate  quien  no  es  diO  cUo  capaz  poc  su 

.  .  na- 


naciititonto ,  poc  $tts  incliBácion&yqpdc  las;  feytil  f  pot  su 
ambición  ,  poc  ^i^  ¿aváac¡a>9  poetan.  Bgefiaai|.poc  i» 
ingratitud  |r  pot  súdbmuU  y'pói^jighfHamcM^^ 
rezca  que  el  dolor  .me  di¿bi  encáicdnieiitoB )  porgue  vÜ 
misma  me  repites  muchas  veces,  qtxc  es  un  hombre  da^t 
doso  en  ios  padres^  cierto  en  ios  insultos ,  bastardo  en 
las  costumbres ,  legítimo  en  la.  ambición ,  crüell  en  'lai( 
venganzas  ,  furioso  i¿q  ias:seotfifiCÍas  ^  pueril  en.los^hiM 
mes,  desalumbrado  en  las  elecciones  i  teoai^.en  sadida^ 
snen  >  falible  en.  las  promesas ,  infiel  en  los  tratados,  in* 
fausto  en  lo  militar,  descabezado. en  lo  pob'tico,  vario  en 
la^egociacion,  inconstante  en  las  palabcaa,  y  sumamem 
te  desvaratadp  en  todas  sus  oblras.  A^irad  ahoxa.(:on  estd 
cierto  retrato  de  su  propio  original ,  quál  andará  la  he4 
lencia  de r Carlos^  y  si  profesándome  yo  tan  amante 
de  su  belleza ,  tengo  bastantes  motivos  para  lameun 
tarme.  ;  •    -S 

No  me  admiro,,  dlxd  él  7Wnar\,  .^¡ac  cod  tan  mal  pi«w 
loto  zozobre  la  hav4  de  jesra;Monarquía;;yi.SasL  desdó 
luego  nos  debemos  ptcvepir  para,  el  naufragio  .que  no^ 
amenaza  >  más  para  ver  si  nos  podemos  resguardar  de 
tan  próaáma  ruina  ,  quisiera  saber  quién  es  ose  .hom<¡ 
fere  ,  en  quien  se  abrevia.,  tan  .liolriblo  campen^id  do 
tiranos.',   i..  :    ■'        j<  ¿^    .   ;>     ♦  .  -.'^i .    •' .;>  n,::  oi 

Quien  ha  de.  ser  ^  dLio  el  Dapntm  91  sino .  ese ;  que 
hoy  gobiernas  pero  tan  embarazoso  ,  que  ha  sidobas^ 
tante  para  enredar  y  desbaratar  d  acierto  de  tan  dilata- 
do y  tan  bien  ordenado  lmpesio« ;  Este ' sin  duda  es  aquel 
hijo  de.  la  tierra ,  á  quien  por  ironía  le.  pusieíoa  et 
nombre  de  Gracia ,  con  lá  misma  razón  que  á  un  rnqgro 
le  pueden  llamar  Juan  Blanco  i  porque  si  bien  se  mírá;^ 
dista  tanto  de  su  nombre ,  que  antes  parece  que  nacía 
cofKcl  la  desgracia  y  calamidad.de  todos  sus  paysano^ 
Su  nombre  >  dispoiuendo  las.  letras  como  se  debe.,;  no  jes 

el 


f  . 

el  á6¡}pH  ^áan  i  sinp,d  de  D^n  ISm^  poique  con  ht^ 
«edrQapkaa  <lcí  anestcas  cxeccitos ,  quando  i:reyó  ci 
ttítsfi¿é  qoedosplegaba;  la  vandera' dtel v^lor >  tremoló  et 
«»amkrt$'de^la'a)baIdrá.  Huyó  en  la  oiar ,  huyó  ei)^ 
Flándes,  Imyd'  en  Portugal,  huyó  en  Consuegra,  y 
huyó  en  el  Retiro ,  y  en  todas  partes  copiunicó  esta 
propiedad  á> Ips  desú  séquito ,  de  tal  suerte ,  que  en  to« 
da^íquanoas  ¡batalla  se^haa  visto  |  haa  seguido  constan* 
tttténte  sus  eiceiDplos^    ■ 

Ya  conozco^  dixo  la  Desetperaeion ,  i  ese  que  V.  E< 
léñala  con  ese  nombre.  £1  es  por  cierto  aquel  gran  re« 
mediador  del  mundo ,  el  restaurador  de  la  patria ,  el  zei 
toso  deL bien  público ,  el  desinteresado,  el  justo  >  el  san^ 
lo,  el  milagroso ,  y  el  padre  de  los  pobres.  Tal  sea  su  al-i 
na.  Decidme  ,  loca  y  mal  vestida  Esperanza^  pues  con 
ios  cabos,  vecxles  imitáis  á  las  libreas  délos  lacayos ,  ¿dón-^ 
de  están  aquellas  magnificas  promesas  con  que  llegasteis 
áiepgañairá  bi'Simplef¿iMlr^¿  ?Nd  veis  qué  al  juicio  pru- 
dente de  la /jB^^rrl^ior/».  salen  can  falUdas  ,  que  parece 
que  Don  Juan  ha  ido  de  inteqto  á  desmentir  todo  lo  pro** 
flíetido  por  vos  ?  ¿  No  os  acordáis  que  lisonjeando  al  pue- 
blo en  ^todas  aquellas  cartas ,  que  para  inquietar  al  rey* 
00  imprunia.'y  divii%aba  como  Manifiestos ,  se  obsten-» 
tó  tan  desinteresado  ,  que  el  vulgo  le  esperaba  como 
á'  sumas  generosa  bienhechor  ?  Fuei  decidme,  i  á 
que  vino  este  señor  ? 

Enmudeció  ia  Esperanza ,  y  respondió  por  ella  la 
Experiencia  así :  No  vina  a  otra  cosa,  que  i  atesorar  las 
inmensas  cantidades  que  arrebató  del  Escurial,  de  las 
mujítas  iepetidas,.de  los  donativos  violentos,  de  los  ofi- 
cios vendidos  ,  de  los  gages  mal  llevados ,  de  ios  juros 
retenido^  ,  de  las  meit:edes  negadas ,  de  los  nuevos  im- 
puestos ,  y  de  las  universales  y  desaforadas  contribucio- 
nes;, pues  no  conttotándose  con  hacer  tributarios  i  los 

mis- 


0)is<M>8  GiahcUs  ¿c  Esfianai  pone  jsqs*  manoi  í&  sirilgar- 
ras  en«el  deIo$  vidando  la  imimnídad  ec^siáscicQyustti^ 
pando  las  haciendas  de,  laslg^sias  j  sÍDÍ^rdooar  al  sa« 
ccosaqta  y  tremendo  tribonal' de  la  inquisición  ,  coa 
snas  impiedad  qí\^  si  lo  hiciera  el  Turco,  y  ^el  mayor  ^ne* 
fltígo  de  la  fcV  Depi^s  de  esto  v  oid  una.  acf:ioti  ¡Hiya  quq 
sá  corrieran  de  cometer^  ^^  los' infieles.  Viettdo  que 
empezaba  á  recelársela  carestía  de  los  bastimentas  |  coa 
pretexto  de  solicitar  el  ai^asto  de  la  Cortea  despachó  'á 
kis  cercanías  de  Conspegra  qaieo^mbaigaseiel  trigoiai 
precio  mas  acomodado  para  su  intento  |  y  vendiéndole 
>acgo ,'  con  achaque  de  ser  dé  sus^reon^ ,'  sq^u  iá.  tasa 
que  le  puso  su  codicia ,  lo  encareció,  en  la  fomurqu^^  se 
ve»  y  esto  es  tan  cierto ,  que  anualmente  tiene  en  :scts 
tcoxes  mas  de  aod.  fanegas  que  beneficiar.  Sabido  es, 
que  habiéndose  dado  pltqgo  eiañade  ií6jiS  relpaxaodo 
el  carnero  á  x5  quartbs^  Ib'  admitió  con  ¡calidad  de  qup 
se  vendiese á  ip,%sacando  e)  obligado '^us.itf,. y  lleváoM 
dose  el  señor  aliviador  tres  quartos  en  cadalibra  para  sí^. 
¿pero  quien  extrañará  esto,  sabiendo  lo  que.  sacó  de 
Flandesi  lo  cpie  desapareció  eó  Extremadura  ,ccb  ipi^^ 
textóde  tan  inútiles  empresas, .y  de  tan  breves  cááipañas) 
k)  que  le  valió  Galicia  quando  por  ras  idease  déúeádd 
fjartir  i  Flandes,  se  quedó  con  el  dinero  librado  para  Ja 
jornada ,  lo  que  sonsacó  en  Zaragoza ,  fingiéndose  po4 
bre  y  con  mas  de  medio  millón  que  tenia  iqifonces  dp 
renta , , y  lo  que  ha  toando  del  real:  rborp ,  c|ae  aho« 
fa  se  ignora  á;  punto  ';fixo  .^  aunque  ae  sabe  donde 
para? 

Callen ,  señores ,  replicó  el  Temor  ^  y  adviertan  que 
ta  Esperanza  tiene  un  ^Fraylede,ayuda ,  .y  si  le  r  sueltan^ 
los  aturdirá  á  sermonbsr  y  es  poro  política  la  JDeies^ 
praelon ,  que  tan  al  diescubiocto  publica  guerra*  contra 
la  Esperanza. 


- :  Iba  h  áedttmzB?^  jptso  d Desprecio  U  íntcrvim^úf 
¡áickndo^;  Nó  plsiii&y.  &  cspaticac  c6n  c$e  coco ,  pues 
estamos  enáeos^oS  i  atrepellar  por  niayores  fantasmas» 
Miren  que  mas  prueba  dt  que  es  poca  cabeza  la  que  se 
defiende  ooñ.  tai\  debQés .  cascos^  ¿sos  gozquecillos  solo 
pueden  iser «ir  para:  aameatfLcia^  caza  ^:  piles  JK>.  sirVen  ni 
aún  paca  jQS]^antarla«:Diganle.  qáe  no  :sc  canse  .más  en  vi-> 
sitas ,  ni  en  cfisoles ,  potque  la  Esperanza  es  loca  ,  y  fal* 
¿a  poco  para  pegatk  su  achaque  >.  y  no  puede  sec  buen 
trisóla ^^  4^  'pcetcAde.  dar  Iq^s  'qailat)e&.  del  oro  .á  la 

/  i  A  esias  razones sc:  turbo  la  Esferstfízá  con  tal.  extre^ 
iiK>>  que  .tayá  desmayada,  y  tropezando  en  el  Despre^. 
m  I  vino,  á  parar  á  los- pies  de  la  Desesperación  >  pero  sin 
Jiacer  nadie  casa  de  £lla ,  se  encaro  la  ExperUncia  con  la 
Ijudioáf ,Y  'Isbizo esta^adve^nfia :  ¿No repafcá  vmd. 
que  sodas  lái  injusticias  de  Dbn.  Juan < se  firmas,  con  cl 
nombr¿  de  Garlos?  ¿No  ve  que  sus  aliadas  esparcen  vo« 
ees  contra  el  buen  natural  de  nuestro  Rey  y  señor  ,  tra- 
tándole de  poco  agradable  9  de.  menos  piadoso ,  de  mal 
aplitadoiy  y:  peor  instruido  en  las  letras  y  arteidegober^ 
nar  ?  i  lüo  considera  vínd.  como  le  achacan  la  ibñdeU- 
dad  del  tratado  con  Alemania  ,  la '  inoohi&tancia.  en  la 
eiecciop  de  la  boda ,  la  aversión  para  con  sus  deudos ,  y 
la  impiedad  pata  con  su  santa  madre  ?  Pues  ciertamente 
que  en  c&te>panto  hay  mucho  que  discurrir.  .  (. 
•  /  Y  £Ofti(f  que  hay ,  dixoiel  2ía»or  /.porqpoi  tüengp  atra« 
yjssado  él  coraron  con  el  pxeitíplar  dd  pérfido  Menelao 
para  con  su  hermano  Lislmaco.  Tenia  este  el  supremo 
Pontificado  del  Pueblo  de  Dios,  y  deseando.  aqu¿l  su* 
cederle  ,  fe  corrompió  y  perdió  con  stt&  malos  consqos 
para  conseguirlo  y  persuadiéndolo  con  maliciosa  astucia 
las  mas  nefandas  y  sacrilegas  acdbnesi  para  que.  viendo*- 
se  intolerable  al  pueblo ,  pareciese  tolerable  su  tiranía; 


excitando  por  est¿  meoio  k  qué  fe  deseasen  Pontífice  i  ó 
por  lo  menos  á  que  le  sufriesen*  Con  tal  industria  logró 
Menelao  su  intento  i  porque  el  pueblo  ofendido  y  enga* 
ñadO|  dio  muerte  á  Lisimaco^  y  á  el  le  puso  en  el  trona 
Y  aunque  le  dieron  después  d  castigo  merecido  ^,  no.  se 
-{íüdotcparar^ej'daño  de  su  tr'aicion.  ¿Quiéa  i  Qujos  le 
Asegura  de  este  riesgo?^  NO  sexonoce  ia  ambición  y  so- 
berbia de  Don  Juan  ?  ¿no  es  notoria  su  felsedad  1  itxo 
ha  visto  todo  el  mundo  su  desenfrenada  inquietud! 
^  Pues  quien  le  quita  que  como  ha  engañado  al  pueblo 
para  ópfimirie.^  le  engañe  también  para  despojarle  ?  No 
es  prudencia  engrandecer  á.un  vasallo  de  suerte^  que  su 
fortuna  no  quede  en  oíanos  del  Príncipe.  ¿Quien  pensó 
que  se  podia  fiar  el  cordero  de  la  cortesía  del  lobo? 
Siempre  fue  arriesgado  poner  el  agua  en  manos  del  se- 
diento,  la  hacienda  en  las  del  codicioso  ^  y  la.  corona  en 
4as  del  pretendiente. 

Yo«no.jne  pongq  i  discurrir »  dixo  la  Experiencia^ 
pero  no  puedo  disimular  los  sucesos  que  ht  visto  en  el 
míL^da  Hermanos  fueron  Isaac  e  Ismael  i  pero  con  to* 
do. eso  hubo  ra^on  para  que  «pandase  Pips  á  Abr»afi 
^que^apartase  ei  hijo:die  sjx  esdaya  »  del /hijo  de  la 
Señora.  ¡  ! 

Abioselech ,  hijobastat-do  de  Jerohoan ^ dio  muer- 
te i  setenta  hijos  legítimos  de  su  padre  por  suceder  en  el 
reyno. 

Phraátes^ hijo  séptima  de:Micrkh«e«Rey  de  ios  Par- 
iihoB^  miatóÁ  su:  padre^  -y  con  ;stt.  ma<io  sangrienta  empu- 
ñó el  cetro  ,  desheredando  i  ^ns  hermanos  l^ítimos^ 
«Otroadnlttirinó  del  mismo  nombre,  hijo  de  Hetodes,  tam- 
bién Rey  de  los  Parthos,  quitó  la  vida  á  su  padre  >  y.  ¿ 
treinta  hermanos ,  y  se  levantó  con  elxeynó.  :  ^ 

Yugprthai  el  Airicáno  ^  er»  también ;  ba&tardo  y  y 

Tom.Xl.  B  qui- 


quitó  la  corona  á  dos  hijos  Icgitiünos  herederos  del  Rey 
Micipsa  y  matando  al  uno  y  expeliendo. al  otro. 

Ferseo ,  hijo  de  Philipo  ^  habido  en  una  ramera  ^  hi- 
zo matar  con  falsas  calumnias  á  su  hermano  legitimo  De- 
itietrio ,  y  se  apoderó  de  su  coronad 

Lo  mismo  consiguió  k  ambición  deAntipatro,  hi- 
jo de  una  concubina  de  Hérodes ,  haciendo  matat  á 
la  Rey  na  Marieome  ,  y  á  sus  dos  hijos  Príncipes  he- 
rederos» 

Manfredoy  hijo  espúreo  del  Emper^^dor  Federido  11.^ 
ahogó  á  su.paídre ,  y  dio  veneno  á  Conrado,  á  quien  por 
legitimo  se  debiá  la  sucesión. 

Jayme,  otro  espúreo,  hijo  de  Juan  Rey  de  Chipre, 
con  ayuda  de  los  Turcos,  quitó  tiránicamente  el  reyno  á 
la  Princesa  Cariota  á  quien  le  tocaba. 

Don  Enrique  el  bastardo ,  Rey  de  Castilla,  tiñó  su 
purpura  en  la  sangre  de  su  hermano  Don  Pedro,  y  vcTí* 
riéndola  en  los  campos  de  Montiel  i  dexp  manchsída  la 
lealtad  4e  España. 

Don  Ju;in  de  A  vis,  también  era  bastardo ;  y  quitó 
d  reyno  de  Portugal  á  quien  legítimamente  le  tenia*  <  - 

Don  Antonio^  Priora dt  Oürato ,' naéió  como ijiaestto 
Prior:  de  Consuegra.  Pretendió  y  se  proclamó  Jteyde 
Portugal  contra  €l-i¡;gítimó  heredero)  y  aunque  nose  lo- 
gró el  intento  de  saapbicion ,  no  le  faltó  ambición  pasa 
el  intento. 

^     Deitó  otróB  mócfaófi^'  exe mpiaíres  dé '  varias  naciones^ 
porque  estos  son  bastantes ^ara  qnclz  Lealtad  pueda 
4iscutrir  largamente  con  él  l'iphor,         ^  .     : 

Discurran  otros  lo  que  quisieren ,  díxo  la  Desespera^ 
iion  y  que  yo  no  tengo  paciencia  para  callar  el  exemplár 
castigo  que  el  Rey  Don  Pedro  de  Aragón  executó^ 
tíendo  Ptíntipejp  coú  stt  medio  hermano  Don  Fernando* 

-Es- 


II 
£Í5t6 ,  aunque  ñie  de  mejor  macire  que  Don  Juan ,  sa** 
có  las  mañas  de  los  que  se  concibieron  á  traición  ,.  y 
y  contra  la  lealtad  del  matrimonio  ;  y  deseando  imitar- 
los I  poni2^  asechanzas  á  la  vida  ^  y  i  la  herencia  del  que 
era  su  hermano  y^eaor.  Feco.el  buen  Don  Pedro  pre^f 
^ipiundo.al.  bastardo «poi;  las  altas  riberasudd  rio.  Ctnr; 
ca'i  le  previno  :eL  castigo ,  /aliorráBd9le  parce  del  cami-: 
no4e  los  profundos  senos  á  donde  le  coaducian  sus  ínr 
tento^. 

A  este  exempkr  y  replicó  piadosa  la  Lealtad  ,  dicien-» 
do:  todos  los  mediqs  violentos ,  parecen. escándalos  ,  y. 
y  o. quisiera  que  la  justificación  de  las  acciones  de  un  po«< 
deroso  ,  se  oyese  en  los  tribunales  ,  y  que  fueran  tales: 
los  rayos  de  nuestro  Júpiter  y  que  los  mismos  heridos 
los  adorasen ;  porque  executar  sin  oír ,  sin  convencer ,  y 
»n  dar  traslado ,  es  imitar  las  resoluciones  violentas  f  y. 
aún  tiránicas!  de  Don:  Juan ,  que  <:astiga  sin  oír ;  sin  dar 
lugar  á  la  defensa ,  da  sentencias  de  injusto  contra  sí 
propio  I  y  al  reo  le  quita  U  nota  de  culpado»  Por  esto 
reprehende  Cornelio  Tácito  al  Emperador  Galba  ,  mo« 
cqáodole  de  que  en  .el  camino  que  hizo  de  España  á  Ro* 
fl¡ia9<  se  infamó  de  crud  y  dé  sangriento  pot  la  muerte 
de  Gingonlo  Y  von  ^  y  de  Petronio  Turpiliano  ^  por- 
que si  bien  el  primero  habia.  cooperado  á  la  trai« 
clon  de  Njítnphidio ,  y  el  segundo  había  sido  de  los 
parciales  de  Nerón  i  no  obstante  porque  murieron  in- 
defensos y  ¡y  sin  oírlos  ,  pareció  que  murieron  comOi 
inocentes^     .    r.  ,.        . . 

Todo,  esto  áestá  ofuiy  bien  ^  i\iio  el  Temor ;  ^  pero  ca^ 
mo  hemos  de  prevenirnos  contra  la  sospecha  de  tantos^ 
y  tan  horribles  ejemplares  ?  Atienda  vmd.  señora  Leal^ 
tad^  y  estudie  algún  remedio  para  lo  qtte  convence  es^ 
ce  discurso*  Para  intentar  tan  execrable  delito  ^  sola« 
menté  sp  requierb  ambición  ,  .atrevimiento  ,  impic* 

B  2  dad 


12 

dad  y  pbdcx }  pqes  vamos  exínniaándó  cada  co$a  dé 
por  sí.    ' 

La  ambición  de  Don  Jaan  consta  manifiestamente  por 
la  que  ha  reusado  ser  de  la  Iglesia  $  por  las  bodas  que 
ha  intentado  tan  superiores  á.su  esfera»  por  el  ansia 
con  que  quiso  empeñar  á  su  padre  en  la  pretensión  del 
reyno  de  Polonia  s  por  el  alevoso  pronostico  que  se  ha* 
Uó  entre  los  papeles  de  Don  Bernardo  Fatlño  s  por  Jas 
ialsas  revelaciones  que  esparcían  los  de  su  s^quiío^ 
anunciándole  la  corona  ^  por  la  soberbia  con  que  trata 
á  los  Grandes  9  acostumbrándolos  á  que  le  miren  cooró 
á  soberano^  por  las  instancias  tan  oportunas  de  los  ho* 
ñores  de  Infante  >  por  la  silla  y  la  almohada  en,  la  ca^ 
pilla  \  por  los  Ministros  que  ha  mantenido  en  las 
Cortes  de  otros  reynos ,  afedando  inteligencias  en  to« 
das.  ellas  s  y  últimamente  por  tantas  diligencias  co«: 
mo  ha  hecho  para  apoderarse  de  todo  el  gobierno  de 
£spaña«  ,;...: 

Su  atrevimiento  consta  de  la  carta  que  escribió  ame- 
nazando soberbio  á  la  magestad  de  la  Reyna  desde  Con- 
siiegra  á  2 1  de  Septiembre  de  x68S.  Consta  también  de 
todas  las  demás  que  escribió  cph-itan  poco  respeto  ,9  y: 
qaecon  mayor  irreverencia  las  imprimía  paora  infamar 
el  gobierno.  Consta  de  haber  prevenido  y  pagado  los 
asesinos  para  matar  ^crilegamente  á  una  persona  sa«i 
grada  :  consta  del  veneno  con  que  por  medio  de  Malla^ 
i^,  dio  la  muerte  á  Mn  de  Santone:  cdnsta-^de  haber 
hecho  tantas  asonadas  de  guerra ,  viniendo  contente  ar*í 
mada  j  amenazando  al  gobierno  con  la  inArasion  de  la 
Corte :  consta  de  haber  sacado  sin  licencia  y  ó  noticia  del 
General ,  la  caballería  de  Cataluña  ^  apartá*ndola  de  la 
defensa  de  aquel  Principado,  porque  le  viniere  sirviendo 
de  escolta. .  Y  últimamente  consta  de  haber  jumado.,  un 
exi^rcito^  y  coñducidole  hasta  Madrid^  para  apoderar* 

se 


*       * 

se^  eonib.se  a^cto^tk;  la  fiernd»  .^Bccyi    i!,  .  i; 

Su  inhumanidad  se  conoce  y  comprueba  claramcncie 
en  el  modo  con  qae  ha  oprimido  don  tributos  y  nuevas 
extorsiones  álos  pobies  vaaállps/^ijcoa  lá  >preiensionid4 
querer  gobernarías  JBLcligloDCs  áski:antb|0'^:;.  concia  es<> 
travagahda  civil  de  destocf^iHosBiellgioséó  sodo  fxic; 
$u  gusto  y  sin  repaiár  eal&  virtudLy.  canas:,  coa  los.iuK 
justos  donativos  y  desmedidos  tiibuio^  con  que  há  gra« 
vado  de  nuevo  todo  el  esiador .eclesiástico  Icón  eí  arhitr 
tiioi)ue  dio  el  ano-de  Ij5í5&,rdecquepaiá  sococrerle  4el 
cxk  :Flandcs  j  se  alíase  el  Ikcy.  itxp  i  ^is  r  mHtonpS;  d¿  plata 
de poriicubiesí^  que  iripkrícNi icbikufiotá  dé  aqnelr^ñoeí 
caula  irreverente  invasión  del  £scurial:  con  el  iniíole-i 
sable  desprecia  de  tan  religiosa; asilo  ::con  haber  descer-^ 
sado  y  joprimldo  tAabfrbatainente  á  la  esposa  de;nucstro. 
Sjey  (que  est?"  bn  gldria)^  y  jnadüeido  nuestro  Kty^^q^, 
Dios  giiarde).Yüitimatee(ite^con  Violebtarla  tkniiiiedsid> 
de  un  hi)Q^  a|)altán4ole  de  la  vista  cariño^  i  y  de  lat^oun 
fidencia  y  comunkacion.de  su  madre*...    ...     \  :  ^.,  i 

£l  poder  que,  al  presentefie  aAisre!  no.  es  menos;,  ^qufi 
el  4e  toda  la  Moo^quía»  Sitipiiinw.€i¿dado ,  dufgp  qaa 
tomó  el  jtimion  i^rtt^ta cfrbcaaada: taa(V)e.^  fbq zf^ttiJt, * los) 
^ite  rpoclte^n  sci  le  hadan  .^ospodiosos  i»  y  poner  aliilado^ 
del  Rey  ^  y  .'en  ralos  los  puertos  ^.  á  losiqAe  pM  cómtpti<^' 
CC8Í  eu  la  sedicioúi^.tenia  par  cpQ&kht0s»Para  apoderarse 
de  la&  filenas  dejla)s;jQ[^^pa9Q:pQit*jCkfieralm(¿j«^^^^ 
4osviyri^ári«Jc^ic4UC;jtti^éLSQ^  parl^jquAlfc^kUiíir 
to  designio.  Para  señorearse  rile  icís;jexdrcb»|b>í:oMabftfT 
por  cabo^4  wftsbqna^es^y.é  ke  qu^  imagii^ÚDeieif^es- 
tos  á  .^seguir  en  todo  sus  lesQlttfuqnjs^^YporooJientt/qitti 
temer  nitiguo  contraste  9:CgH%ó  UkaUad^y^  talpc.deli 
£r^cipe.dePaíaia  >.a)andétans(9J«iáMjB«KifM0nojQDnr 
quitarictiás.annasrde  ^talum  h-:  teft>rpoJül$iiiiueianfeftri 
puáie£oajá:st(toaiquacio&  la^disdplilnfcmffitare^yi  ^osalsilá 
...  •  á 


á  aquellos  que  póc  ibttzar  s¿  partido  ,  desprecianm  su 
obligación.  Y  por  cerrar  todo  resquicio  á  los  buenos, 
1Ü20  del  Consejo  de  Guerra ,  y  dio  la  Comisaria  de  la 
Milicia  á  un{cci¡ido  suyo  y  i  de  circunstancia»  muy  io&t» 
fkareS'  para*  aquel  gcado  ;  y  solo  experto  jm  d<£Spceciao9|^ 
ho^or  f>er 'darle  gokoi  Asegurósedc  ttis  ptiovtñcia^;  y  de 
kaiclodades ,  p<Muendo  Virrey  cay  Gobecnador^i;'  que 
atecididsen  ipas  á  que  «ran  sus  hechuras  ,  que  á  que  soo^ 
vksaUos  delKcy  ^  y  4le  estos -se  vale  para  atr^c  las  ouer^ 
da9Í;de  :aibaUos  áti»  ^ íeupo  tfn  cielito  ^  ¡que  sUstohtx  i;  cosw 
ia?dl^  Bxy^:y! tiene  f  r^rado^'  paca  la-  ocasiou.  .Phm^ 
haccrsfc.diieñd)de  los  irtdunateiy  ha  ti^ido^giíaiD'euidahti 
4o  de* 'qii:e  codos  los  Secretarios  sean  dersu  parcialidad^ 
yconexcróiBado'rigor -ha  temovidd  á  los^  Ministros^ 
que  atendían  m^  é  U  verdad /que  i  la  lisónjab  ^Paraj 
que  no  Iváyaimas  Jifstici&úquie  ^uvolúxtcad  ^^  crió*4^  V^ 
dtf  un  Prcsidehte  del  GonseJQ  R:o«l  ^  i^Uq  f4e^;  inscru«<. 
tfemo  de  s^  di^xnenes  j  y  c^e  nopudkes^tisnéc  valor> 
para  res{stirle  en  nada.  Hizóse  sefior  de  toda  la  {lacienda^ 
rea) ,  .quitando  los*  bttenos- Presidentes  y  y»  poniéndolos 
tíi9 y'qnt f ekvMíMCi:^  sbjctM  en  todo  á^^soi gasto  ,.  ^ 
optimiendD  por  «s^oisitos' modiós  áias'^eUosf;  (yá  Jos 
pactkúlaiasry  fia  «ece|)CUfipá  los^Míin^ 
nócc^,  ni:¿ tos  B:le8Íáftticc» /  lii{á4á  iüísmr  IrtquisiiidDy 
ha  )unud0  tantos  iitiltoneri  que  no  se-sabo  daode-ios.  ha» 
pddido  esconder;  Lo4:Ierta^e(^i  que  ^1  está^ta^i  apodmdo» 
d¿<ttfdo^qé0<asi^«nf)  I»ay^e$pttdajqu4 nojestcénmTníiaoi^ 
líiil^^nfque  no  est<í)¿n'm43()lsa,t>>^  .¡..I.  .;!:  .  .i. 
¿t  '8{endo.o»n  %^i6  ^  y  tao  públicj^-lg  dicfaoy yqfue  nq 
necpstta  de' mas  prueba ,  que  la  misma  notodlo^ad  deií 
het^o  V  dígame  vmd. ,  $cnotíL^I$eMÍíad  la  bien  iateiá:iow 
isaidas^igpMi  vontartftartgunod  de>  aquellos^  bastardo^^^que 
ftteron  i^triitdasty'  tta&doieVvtüvé-tnas  arralgada^áw^ 
(íisionv  t92^siidcscocad<>;a^&vibiehtxii'^  inásu^adureadoí 

im- 


^5. 

fimpleáaa'p  y  ,«908  absoluto  poder ,  t|üe  d;  señor  \Don 

Jaan?  SuppDÍeodo^pu€sVio^uc.no  se  puede  negar ^  que 
^ambición,  atrevimiento ^  impiedad  y  poder  son  ia& 
causas  mas  proporcionadas  para  efeoos  tan  lamenta*» 
«bles  I  considere  vjnd»  adonde  tiremos  á  p^rar  si  estn 
fiera  qne  está  ya^ppra  ahogarnos  no  se  reptime  con 
tiempol  .        .»  j  ^ 

Oyendo  este  discurso  átiltirntus ,  quedo:  ind^cba  y 
«uspensa  la  Leaitad  j  ^in  ssihcT  que  responder  >  pero  to^ 
«mando  la  inano  el  Desprecio  ^  le  respondió  de  esta  suer^ 
te.  Bien  se  conoce  señor  Temor ,  que  V.  £•  tiene  bien 
coipprehendido  á  Don  Juan ,  y  no  me  admiro  j  aporque 
cS'Utiode  los  vasallos  quo.mas  se  rinden  y  tributan  á 
V«  £.  $  mas  siendo  esto  asi ,  por.  la  misma  razón  me  par 
rece  que,  sp  pueden  asegurar  los  recelos  de  que  Don 
Juan  intente  alguna  empresa  grande  con  c riesgo  suyo» 
Xos  cobardes  I  ni  son  pira^  .mucho  bien  ^  lu  soh  papi 
^nucho  maU  y  el  que  tiene  poco  ánimo  ,!  ni  puede  dat 
que  estimar ,  ni  puede  dar  que  temer»  Acuérdese  V.,  £• 
del  miedo  que  tuvo  á  aquel  Teatino  manso »  y  de  cOp 
*mo  se  estremeció  al  fingido  barreno  de  los  navios  ,  no 
habiendo  n^s  fundamentos  ^  que  los  quécLtipne  eh  siís 
bienes/ Acuérdese  M¿  K  de  aquella  patarata  del  iimicúQ 
en  tiempo  del  Marqjues  de  AyiCpna,  yide^la^imagídacióh 
que  tuvo  después  suponiendo  qne  le  minaban  la  casa  pa- 
ra volarle  con  pólvora;  s  y  dé  los  ridiculos  ademanes  con 
^4ue  se  estremecía  al nombrp  ^de  ila  GbanAerga^lAdtmzs 
^e  esio^y,yuelva  }a  éonsideracida^á  lo&sugetos  tan  débt^ 
les  con  quieries  empezó  .á  estrenas.  los  esfqerzos  de  su 
poder  ^  y  verá  que  no  se  extleríde  -su  corazón  áiuas,  que 
á  las^  materias  y  cavilaciones  de  una  pandilla  de  Prayles; 
peto  demos  caso  que  los  lisonjeros  y  ó  por  mejor  decir, 

Icp  tiisúdoresi,  qi^e  mueven  esui^asca^  1  la  armasen  de 

ma- 


\ 


15 

manifiesta  réi)elidh ,  yo  fío  ensm  ina&ur^  y  en  sú  bueti 
n^tucal  j  que  con  qvutro  tiombres  qiíe  se  le  pongan  .de- 
lante, huirá  coino  tiene  de  costumbre.  Bien  sabe  viiuL 
<iue  el  de  Al  va  con  poca  diferencia  al  idolo  Baal^  fue 
jel  oráculo  que  alentó  su  exaltación  .|  y  que  en>6U<  her« 
onita  se!  hicieron  los  conjuros  con  ¡q^e .  lanzaron  al  duen- 
de j  pues  este  mismo  llegándole  á  proponer  semejaote 
i^esg^yhrespondiá  que  en  táilcaso  bastaban  para  echar- 
le i  los  punzones  de  los  estuches.  ¿  Pues  cómo. se  llego 
á  recelar  á  un  aviso  tan  temerario  de  un  tímido 
Icbíonl     .     .     ,.     ,  ;  ,  '     * 

'  ,  fO  inconsiderado  Desprecia  \^áixo  la  Experiencia)  ^Á 
quán^cos  tiranos  les  dio  paso  para  el  trono  esa  necia  coa<^ 
fianza^!  Cayo.  Caligula  aseguró  á  Tiberio,  siendo. ál 
parecer  insensible ,  y  de  tan  abatido  espíritu ,  que  servia 
como  esclavo  i  pero  en  viendo  la  suya  ^  le  dio  veneno^ 
y  1^  ahc^d  con  la  almohada*  .£1  medio  ll^gó  á  ser  digr 
no  de  cai^pasion  por  despreciable  >. per 6  ep  viéndose  sor- 
Jo  ,.Vio  que  podia  ser  temido.  Galva,  póc  no  dar  sospe- 
cha á  Nerón  ,  abultó  su  proceder  y  floxedad  >  y  con  to- 
do eso  le  ocasionó  la  muerte ,  y  le  arrebató  el  Imperio. 
No  hay  qtte  fíaise  de  /^c^s  apariencias ,  qae^  la  juaUr 
^a  aunca-es  mas  dañosa^  qui3  quaÁdo  mas  diáfraaada^ 
iMuchas  ^óoes  loqwipar^ice.hulr^:  esiacometer.,  y  el 
ánimo  en'  lo  exterior,  aas  abatido,  sude  ^r  en  lo.iiu- 
terior  el  mas  soberbio.  ^  ¿Qíiéf  importati;  las  hazañerías 
del  rendimiento.,  si  vemos  qué  áChristoie  doblaban  la 
rodilla  CDQ.  la  .caña  ?  Advierta  Vmdi  q^^^'^hig^inos  e^ 
tan  msis  expuestos  al  engaño,  «que  los  tles^uidados  .y 
■presuntuosos  ,  y  que  el  Desprecio  es  hermano  .de  la 
Presimcion  y  del  Descuido  >  y  atendiendo  á  qu^  puede 
suceder  otra  vez  lo  que  ha  sucedido  tantas ,  contemple 
los  jexemplaces  ,.pondeEfl.las  razones ,  ;y  .mire^l  lo  qiíe 

tan- 


cifitd  ¡niporta  se  Hetie  confiar  3e  una' tan  peligrosa  con* 
tifigencia. 

.  .   Oyendo  estas  razones  la  I.r^/4^,  que  hasta  este  pun<^ 
to  había  estado  suspensa ,  habló  de  esta  manera.  Con 
aflicción  he  escuchado  los^  discursos  de  la  Experiencia  y 
del  Temor  ^  y  quisiera  que  se  verificase  el  consucio  con 
quG  el  Dispre$Í0'  me  alienra.  Pero  la  desdicha  es ,  que  to* 
do  ló  que  ha  dicho  ñó  me  asegura ,  porque  en  negociis 
tan  grave,  se  debe  temer  hasta  el  peligro  mas  leve»  Otros 
consuelos  discurro  yo  de  mas  conseqüencia ,  y  con  codo 
eso  me  dexan  recelosa.  Para  qualc^iera  alto  designio  es 
necesario  mucho  entehdimieriüó'f  y  nues^cro  Don  Juan 
por  f a  gracia  de  Dios  riene  tan  poco',  que  viendo  loque 
disource  y  lo  que  obra ,.  parece  que  nos  ha  venido  á  go* 
bernar  Corretero  el  de  Salamanca  ^  ó  Pacadan  el  de  Va^^ 
Uadolid»  El  empeño  principal  de  su  venida  fue  corregir 
kM( desordenes .deí  Duende.^  Veamos  pues  x^omo  lo  cum^ 
plió«  Sin  reparar  en  nuevos  gastos ,  y  soto  porque  pare¿* 
cia  bien,  hizo  baxar  el  caballo  de  bronce ,  que  hermo* 
seaba  el  frontispicio  de  palacio;  y  quando  se  presumía 
que  habría  pensado  otra  cosa  mqor ,  puso  en  su  lugar 
unas  seiiaies  coino  de  entierro  de  Moros ,  y  unas  bolas 
á  modo  de  cementerio.'  Con*  este  gjeroglifico  explicólo 
demás  que  había  de  h^cer  $  y  propuso  la  idea  de  como 
fios  habla  de  mejorar. 

Erró  antes  Don  Juan  en  vender  los  puestos,  si  bien 
obraba  con  recato ,  y  buscaba  sugctos  á  proposito.  Y  el 
modo  de  enmendarlo  ahora  es  el  venderlos  coa  todo  des* 
^c>go,  y  darlos  á  hombres  indignos.  Quiso  disponer  de 
la  Monarquía  á  su  modo ,  y  según  el  didamen  de  su  ca« 
pricho  i  y  miren  la  grande  comprehension  de  este  hom« 
bre>  quita  la  Presidencia  de  Castilla  á  un  Ministro  ran» 
capaz  como  VlllaumbrosaVy  dásela  en  gobíerfio  alGa- 
nónigo.  Puente. MontecUlOé  (^uita  de  ia^fresidantia  >dei 
^iTom.XI.  "  C  Ha 


i8 

HadenJaá  Don  Lopc.delós  Bios,.  tan  actedicádo  út 
todos  ;  y  en  puesto  tan  importante  dá  por  esas  paredes 
sin  liallar  sugéto  á  su  gufto  para  el i  y  asi  andaré  de 
ceca  en  meca ,  ya  en  Córdoba  el  bueno  ,  ya  en  Huma* 
ncs  el  bueno )  y  ya  en  Monsa^lve  ni  bueno  ni  oíalo.  De* 
pone  ál  Príncipe  de  ParmadeL  Virrey  nato  dcCaialuiíaf 
y  aunque  condecoraba  el  puesto ,.  y  obcaba  con  tanta,  sa- 
tisfacción y  pone  en  su  luga^:  al  de  Montetsey ,  aquel  es^ 
tólidoy  que  nos  enredó  en  la  guerra  que  tan.  cato  nos  ha 
costado. 

Falces  vendió  á  Don  Juan ,  .vendió  al  Confitsor^ 
vendió  al  Duque  ^  vendió  a  laJK.eyjia<,  :y  se  vendió  4 
sí  mismo  con  la  boda  que  hizo  i  y  á  este  le:  elige  para 
Virrey  de  Galicia,  y  de  allí  le  sube  á£mbaxadocde 
Alemania. 

Si  dicen  que  el  Duque  erró  en  dar  el  Generalato 
4e  hombres  de  armas  de  Milán  al  de  Ver  aguas  ;|.poix}ttC 
teniendo  tercio  en  Cataluña,  no  quiso  pasar  á  SiK:iiia<cótf 
el )  Don  Juan  ha  hecho  Virrey  de  Galicia  al  4e  Fiheii, 
Italiano  ,  y  promoviendo  á  Valerosia ,  recompensó  al  de 
las  Nabas  el  bastón  de  la  costa  con  el  Virrey  nato  de  V^?» 
ler.cia.  A  Pastrana  le  premia  sus  infieles 'Servicios  coa 
C4  impoitante  gobierno  de. Sicilia  ,  en  tiempo  qitt 
pedia  una  gran  cabeza  5  y  no.  reparó  que  es  sobrino  de 
aquel,  en  cuyas  manos  se  perdió  Mecina.  £1  pobre  ca« 
balleto  tiene  tan  mal  conocidos  los  sugetos ,  que  piensa 
en  rodo  su  juicio  que  Monterrey  y  Camatasa  pudieron 
conducir  para  su  exaltación  mas  que  el  Conde  de  la  Bi« 
bera  y  Marques  de  Castromontes  hiendo  así  que  se  po« 
dia  afianzar  mucho  mejor  su  esperanza  en  los  segundos 
que  en  los  primeros.  Por  estos  engaños  se  pueden  dis« 
curtir  los  demás. 

•     ¡O  i  qué  casa  se  le  puso  al  Rey !  Muchos  sintieron  el 
no  entrar  en  cUa  mas  por  carecer  de  ser  contados  entre 


/ 


;  cales  petsoQas^  que  por  otnii  esperaci^.  Tbdas  fucrop 
taícs,  que  nadie  se  atrevió  á  ponerles  excepciones ,  ni  4e 
,  sangre  ni  <le  costumbres.  Y  porque  esus  no  le  acredita- 
.ban  á  Doq  Antonio  de  Toledo ,  previniendo  que  al 
Rey  no  le  tocase  el  contagio  ^  tuvo  al  Duque  por  roe- 
rnos inconveniente  dar  á  D.  Antonio  el  Tuyaon^  y  á  sji 
'padre  el  Gon$ejo  de;  Estado  sapero  sin  reparar  D^n  Juan 
*eo  que  aquel  comiese  á.dos  carrillos ,  did  h  Uave  ao  so- 
lamente al  excluido ,  sino  también  á  su  hermano?  si  bien 
tiene  una  excusa,  que  es  el  habérsela  desdorado ,  igua- 
lándoles á  Arias  la  de  Puñoenrostro ,  y  á  Cobos  la  de 
Ribadabia:  ¿  que  estimación  harán  el  de  Parma  y  el  de 
Osuna  de  tener  Uaves  de  Cámara  ,  quando  su  pundonor 
tropieza  en  estos  bagíos?  Pues  es  decir,  que  faltan  otros 
que  por  sangre  y  servicios  lo  merezcan  >  ¿pero  que  se 
ha  de  hacer ,  si  Don  Juan  no  tiene  comprehension  ,  ni 
conocisnleato  para  poner  cada  cosa  en  su  lug^r?  Quitó 
de  Cataluña  por  inútil  á  Cerralvo,  y  por  apartóte  <de  U 
pretensión  del  Consejo  de  Estado  ^  le  dio  la  Cáma:ra  de 
Indias  $  prcoiió  con  el  Consejo  de  Ests^o  la  inhabilidad 
de  Don  Cosme  ,  y  juntamente  eligió  para  tan  alto  Con* 
scjoai  Marques  del  Viso,  porSa  grande  Hazaña  de  ha?^ 
bjr  deJtado  entrar  aquel  celebre  socorro  de  Francia ,  que 
resucitó  y  fortaleció  la  tebdion  dciMcciniy  y  porque 
á  la  medida  de  su  corta  inceligencia  ,  debe  tener  muy 
•grande  capacidad. 

|4^o  quál  anda  la  casa  del  Rey  ?  Ni  el  Mayordo- 
tiio> mayor,  ni  el  Sumiller  duermen  en  palacio ,  faiiitndo 
al  d¿¿oro  dé  la  Magestad  ,  y  Dop  Juan  se  lo  sufr^, .  j> 
porque  no  le  pidan  ,  ó  porque  el  se  entiende  >  y  Sri  cL  de 
Talara  no  se  di¿ra  por  avisado  de  la  obligación  de  ¿u, 
sangre  para  asistirle,  el  Rey  se  quedara  solo;  y  siendo 
Talara  tan  capaz  y  tart  bien  quisto  >  le  tiene  Don  JwP 

Ca  «°- 


entre  los  píes  de  losrabaltos,  porque  hiiea  de  Io$  suyos, 
tiene,  hecho  voto  dcescc^er  lo  peor. :. 

Los  ayudas  de  Cámara  se  portan  con  tan  poca  re^ 
verencia  al  Rey  j  que  se  ponen  á  hablar  con  el  en  coi>- 
versacion  familiar  I  y  entran  en  su  cámara  á  la  comida 
con  solideo  i  cosa ,  que  si  la .  viera  Felipe  IV.^  la  abomi^ 
nára^y  castigara  como  sacrilegio $. mas  el  señor  Doa 
Juan  tiene  tal  simplicidad ,  que  en  nada  de  esto  ha  sa« 
bido  hacer  reparo. 

Pues  consolémonos  con  la  casa  que  dispone  para 4a 
futura  Reyna«  Despreció  á  una  señora  como  la  Marque^ 
sa  de  los  Velez ,  que  con  tanto  cariño»  tanto  aseo ^  tanta 
áucoTidad  y  con  tan  buena  dodrina  nos  crió  al  Rey< 
Despreció  á  la  Duquesa  del  Infantado  ^  que  por  su  en^ 
tendimiento  y  costumbres  ,  y  por  la  gran  representa* 
cion  de  su  casa,  no  hay  empleo  tan  alto  que  le  pueda  sec 
superior»  Despreció  á  la  Duquesa  de  Alba  la  señora  Ca« 
talina  Pimentel|  tan  conocida  por  su  nacimiento ,  como 
venerada  por  su  victud  y  amada  por  su  piedad.  D^spre* 
ció  á  la  de  VillaverdCi  tan  condecorada  por  su  prudencia 
y  demás  prendas  admirables  que  ia  adornan,  como  por  los 
relevantes  servicios  de  su  marido.  Despreció  á  otras  mu* 
chas  nobilísimas  matronas  y  que  en  el  délo  del  honor  de 
£spáña  resplandecen  como  estrellas  de.  primera  mogni* 
tud.  ¿  Y  dónde  fue  á  dar  con  el  puesto  de  Camarera  ma^ 
.yor?  £n  una  señora  Italiana,  que  entiende  mas  de  cara;* 
binas  y  puñales ,  que  de  dedales  y  abujas. 

Estos  descomedimientos  de  Don  Juan ,  d^scubiient  kt 
sequedad  de  su  ignorancia  >,  y. aunque  es  y^e^dad  que. 
hay  tontos  con  malicia  ,  este  parece  que  obra  coo  ino- 
cencia >  porque  tales  elecciones  no  pueden  dexar  de  ceder 
en  su  dañO)  y  los  maliciosos  no  suelen  ser  tontos  para  su 
ptovt;cho.  pe  todo  lo  dicho  discurro  dos  efcdos  encontra* 
-  i'J  L  ,^  dos; 


doí :  nno ,  et  (fonsttdo  cié  qae  do  pbtide  ádclantatsb  teú^ 
cho  6l  que  guia  «antas  kinciis  pwra- |)ccrfcrt!c  5  y'  otro ,'  d 
desconsuelo  de  v«r  que  todo  se  trabuca  per  la^gnor&in^ 
cía  y  que  to  dispone.  Bien  se  confirma  esta  misma  verdad 
con  su  mala  política.  Algunos  nobles  vasallos  ,  viendo 
al  pueblo  tan  descontento  ,  y  al  Rey  tan^  mal  aslsrído^ 
movidos  de  compasión;  y  lealtad|  ^  haa  dispiiesyro  et  feste-^ 
jo  de«  las  cañas  para  divettic  la  gente  ^  y  festejar  á  ''sti 
dueño  i  y  es  cosa  notable,  que  ninguno  de  los  que  com* 
ponen  la  turba  multa  favorecida  de  Don  Juan ,  se  apll« 
quen  á  un  agasajo  tan  importante  >  y  que  soto  se  em-^ 
pleenen  el  cuidado  de  hacer  este  obsequió  el  de  Talara,] 
Medtna^Sidonia ,  Benavente  y  Baños  >  que  no  le  débete 
nada  ai  nuevo  gobierno  ,  hi  atiora  siquiera  han  visto 
la  menor  seña  de  agradecimiento  por  la  fineza  de  %w 
galantería.  Miren  que  buen  modo  de  obfigar.-  *  ^ 

Últimamente ,  la.  mala  pothiéa  qoe  ha  usado  Dod' 
Juan>  le  tiene  reducido  á  tan  ñaiiserabt^  estado  1  que  no* 
j>uede  tener  muchasvoluntades de  quien  ¿ar^ei  ¿Cdmo- 
los señores  sufrirán  quesea  sol  de  esté  emisferio  el  qú¿ 
siendo  solo  una  exálacion  fant^ticaí  los  abrasa  y  los^ 
eclipsa?  Los  Ministros  ¿tóalo 4tftn  de  querer  á  quien  ib^' 
violenta  y.  desprecia ,  y  á  quien  antepi!rs<>4i  isüi^  antigüe-^ 
dad^  nobleza  y  experiencia  y. un  monigote- Mnexpeíicn-^ 
eiay  nobleza  y  antigüedad?  Los  Españoles  '¿cómo  han 
de  querer  por  arbitro  á  quien  les  quitó  la.  vanguardia^ 
y  ai  Rey  ahora  le  ha  vestido  de  extrángeró?  £1  pueblo 
¿cómo  ha  de  toSerar  al  engañador  ya  expéiimenradb^ 
que  en  vez  de  aliviaile  como  esperaba  ,  k  ha  empobre- 
cido con  nuevos  tributos  f  le  ha  enfiaquecido  con  el 
hambre  y  la  carestía  1  y  le  ha  entristecido  con  los  la- 
mentables sucesos  de  su  mala  fortuna?  Los  soldados  ;tó- 
mo  haa  de  servir  á  qaie»  ni^paga-,  ní^bye ,  á'  <)uiea  cas- 

ti- 


x\g¡^  :I0S  leales  servicios  como  ofensas ,  y  sdo  sabe  pee- 
joaiar  4  chismosos  ,^  trunoes  y  traydoces  i  Los  naturales 
¿cóiuo  \xin  ác  po4pr  bes%c  U.oiano  que  escribió  aqueUa 
f:arta  de  la  roía  de  Bstremo? ,  donde  tancas  veces  infa<' 
pió  á  la  nación  con  voces  i  ^lue  la  ofenderían  xle  nuevo  si 
yo  las  repiíiesej  £1  reyno^  ,có(no  puede  gustar  de  quien 
desprecia  que  se  junten  cones »  y  de  quien  no  ha  visto 
9tro.s  p&dos,  que.  las  pecdidaá  de.  tan  uobks  provincias^ 
el  deshonor  de  tan  infames  paces^  los  donativos ,  iaham- 
bre  y  la  peste  ?.  Qaanclo  hay  convocaciones  para  cortes 
toca  á  las i:iudades  >  que  tienep  voto^en  ellas,  nombrar 
sus  Piocur^ores  que  (as  representen  j  y  el  señor  Kcf  Dp 
¿^Up¿  ly.^  á  petición  del  re  y  no  Iq  mandó  así  poc  ley  ir-? 
revocable;  par  cuya  concesión  Heal  le  concedió  los  m£^ 
Ijones  5  pero  por  usurparlo  todo ,  y  seguir  su  capricho^ 
los  nombra  Don  Juan  de  poder  absoluto,  atropellandot 
por  Iqs  mu(:hos  ioconyenlentcs »  que.  ^o  esté  abuso  se 
^an  experimencado  >  ¿pues  cómo. k  admitirá  gustoso  et 
reyqo  ?  Los  Eclesiásticos  ¿  cómo  /pueden .  aiuorizar  i 
quien  tanto  les  ha  desautorizado  ^  y  cómo  podrán  con* 
sentir  ,  que  los  obliguen  á  nombrar  en  sus.  oraciones  al 
que  los  h^  ofendido ».  sacándolos  contribuciones»  au* 
iBenta.ndorel  $ul>sÍdiQi  y  eastigándolos  de  hecho ^  coaio 
si  no  tuvieran  exención  alguna »  Sin  respetar  los  Cáno- 
nes sagrados  siquiera  con  alguna  aparente  demonstra* 
clon  ?  £n  &n  ,  el  se  ha  portado  de  modo,  disgustando  á 
tantos  que  estaban  indiferentes , .  que  5olo  con  los  agra- 
viados se  ;p)iede  hacer  un  exercico.  No  habiendo,  pues, 
Otra  máxima  mas  cierta  ni  mas  pradlicada  de  los  qup 
^brigán  tan  altos  pensamientos,  que  aplicar  los  de  añan^ 
zar  á  los  amigos ,  aficionar  á  los  neutrales  y  granjear  á 
los  contrarios.  ¿Cómo  puede  ser  que  Don  Juan  la  igno* 
re,  y  que  no  ignorándola  haya  estando  tan. lejos  d&  prac* 

ri« 


*5 

•ticacla ,  que  {xrrecc  que  poire'  toao  só  ^^ftüdio  ti>  háceir 
xncnúgosy  obti^rdo*  áq^e  lo^sea^  tífUchasque'lnfo  !</ 
quieiian  ser(f .y  scmlándx>los<cafncl^oi{>ei  pdrqüb  ^epánP 
los  descontentos  quántos  y  quáles  son  los  que  aboñaá' 
y  siguen  su  partidos  ¿pues cómo  puede  pretender  iztí 
arduos  ívies ,  quien  no  ha^  cabido  ni  querido  aplkat  tati^ 
prontos  y  tan  u&uales^remédlíís?-  »    (   •    -'    '    ^"'  '       ' 
'  Oyendo  raapnesi  mrfticHifiádási^í  7r;^^;>eeMfér£d^ 
á  replicar  de  esta  manera»  A  dos  capítulos  ic  reduce  el 
discurso  que  acaba  de  hacer  la  Lealtad  /que  son  la  Igño-' 
rancia  con^quc  s^  presunieDon  Juan,  y  el  descontenta 
general  ocíáiónadoMi:  stó  desaciértds;'  Eri  quánto  á  íb^ 
prioieroi^  liego  á  t¿c4l&r  qtlá  f^árecen' torcidas  las  lihdjtr 
de  Don  Juap ,  poique^sé  igndra  el  punto  donde  íásgíiiá/v 
Y  que  parecen  disparatadas  si^s  resoluciones ,  porque 
lio  se  advierte  el  diékanien  en  qué  las  causa.  * . 

Suponga  vmkI.  :que  Dóá  Juah  prfecetíde  alzarse  totí^ 
toda^  ly  quesigitítnido  \Ú  faispítacioneá  faófrendas'dc  su 
ambicipn.v  mideelacihtb-ó  el  error  sóiabiéntc  por  la' 
utilidad  ó  condticencia  dé  los  medios  ^  su  fin,  sin  repa-^ 
lar  en  que  sean  violentos  cm  injustos/ Y  coíi  esta  ádver- 
tenciav  vucWa  imd.  losojbsá  sus  acciones  5  y  por.  ve n- 
tttca  ,ao  qlieifc  jpareceUgwtírancfa  séii  íiiaílííaVy '  ío  qué| 
califica  idesiflfipliitídad,  selriá^Ig^na  astutísima  cautela.' 
¿No  ve  vmd.  que  los  qáe  ^sbn  seguramente  leales ,  aun-' 
que  por  < el  engañe  se  hayan  mostrado  maí  fino^,  y 
haya»  jobtzdo  prodigios  por  Don  Juan ,  desde  luegcí 
e^tánaÜstaáostontra  sus  ihtentbi ,  y  serán  sus  mayores. 
tnéroigosíU^lpttMbijae'cl- saque- la  cari','  y  la  experien- 
cia los  alumbre  con  la  luz  del  desengaño?  ^Pues  qü¿ 
conveniencia  tiene  en  favorecer  y  fomentar  á  los  que  for* 
sosamente  le  han  de  contradecir  ?  A  estos  tales  no  pue- 
da dexai  de  abtorrecetios  1  porgue*  no  puede  dcxar  de  te- 

mec^ 


'»4  . 

mer^s^V^^i  V(rá  vmdl«t.queÍos(Iescartsii  mttlt;ai  mal- 

ira^^  7:;^ ^stjgg ,.por(|ue  auaque  parezcan  áio$  ojps  de  la 

i¡tz(m  fpas  inculpables  y  áJos  su  jiros  son  reos  enormisi^ 

mos  por  oponerse  á  sus  intenciones. 

De  este  principio  nace  el  despreciar  en  ,  muchos  qua 
^  prpn;ketxaa  los  f^LVor/ssiJos  jiieritosde  nqbleuy:de  serví- 
dos  y  de  amistad)  y  que^i9Ucl>os^9e.'Ct>ntriston  neciamen»- 
tje;>jjpo^qu^  no  considérate »  qüc  á  lorquc;  cásti^  >  los 
honra^  y^  i  los  que  desíavor(:cQ ,  los  califica*  Los  faom«t 
bj^s  que  con  una  ciega  condpKc;)dencia  aprueban  ^  de«r 
(^ptan.y  elogian,  su^  malas  gpQradjwqs  ,  S0|. verán,  prei- 
ifljajíqs  ,.#unqv?  i^^y^i  Mdft  d».  ofía  parciídidadli  ,po  rt 
cff^c.t^l^  tífltfíbjfi$^ ^  vepden  ppriqiwlquiei f^  intcrcsHíos; 
y^iempre  e$táxi  4i$pue4tos.á  ser\(ir,al.Prínfipe ,  que.  ids 
pueda  adelantar.  £1  Rey  Et^iqqei  hermaao  de  Don  Po^ 
dro  el  cruel.,  á  quien  quitó  Ja  yid^  eo  los  Campos  da 
l^Q9tieL,dex9.eii(;a(^adp  i^sU|(h¡jo^^  fiase  |d¿  los 

lcalcs:i]^ue  icfc^^qji^.y^miifii  tós  f Bytíkosqs  ^^e  Ic 
coronaron  $  porque  ya>gpzal>aiel  ceyao.eni  la  pacifica 
iposesioii  5  y  romo  todos  le  hablan  jurado  la  obediencia^ 
ya  en  tal  caso  necesitaba  mas  dp  la  lealtad  que  de  la 
traición  5  |>e;o  el  iiempo  qu6fOe€6sit«i.de;la.  iraiqon,  la 
acredito  prpmUndola  y  ^ograad^ci^  que 

cpdmló  de  todo  punto  :á  iajes^iud*  Hasta  lAhora  no 
eistá  Don  Juan  en  términos  de  haceü  tegmento  1  sino 
muy  a  los  principios  de  su  pretendida  fortuna  ^  fnra  la 
qual  necesita  de  traidores  1  y  así  no  es  ipucho  que  los' 
aliente  y  favorezca  |  pero  en  llegando ;AqltoUabora^sa'^ 
t>rá  oprimirlos  y  .deshacerlos  j  y  restituir  la  honra  de  los- 
Jcales.  '  .     » 

Siendo  esto  así  ^  no  es  mucho  que  no  agradezca  que* 
festejen  al  Rey  ,  ni  hay  que  culpar  á  los  suyos  que  no 
entren  en  las  cañas  1  porque  biep  sabp/i  i^quJi:Q.  lisoiv»» 


)e^n  en  esto.  Kí  se  áeSc  extrañar  tampoco  que  el  Rey 
cstd  servido  con  tan  poca  autoridad  y  decoro;  por- 
que Don  Juan  no  sicote  los  ajamientos  de  la  ma- 

gestad. 

Hacer  Camarera  á  alguna  señora  de  España  ,  solo 
podía  servirle  de  estorbo,  y  qu^  por  lo  menos  aconsejase 
,al  Rey  que  visitase  las  estaciones  del  Jueves  santo  ,  y^ 
que  contra  el  di£támen  4e  Don  Juan  continuase  aque^ 
ila  devoción  ,  que  la  fe'  de  los  Españoles  ha  hecho  tan 
amable  á  los  Austríacos.  Una  extrangera  dará  mejor  en- 
trada al  Luteranismo»  ¿Y  que  sabemos,  si  Don  Juan 
quiere  hacei;  con  Don  Carlos  de  Austria  to  que  la  da 
-Tena-nova  executóicon  Pon  Carlos  de  Aragón  I  Si  acá- 
so  la  nueva  Reyna  no  le.  saliese  á  su  gusto  ,  será  pne^ 
fot  instrumento  para  sus  fines.  Lo  cierto  es,  que  aho- 
ra Don  Juan  .va  templando  con  cuerdas  falsas  la  ngui« 
tarra ,  para  que  algún  dia  b^ylen  todos  á  su  $on. 

Lo  dicho  es  respuesta  del  capítulp  que  coca  á  sú  ig* 
norancia$  y  en  qüanto  al  descontento  ,  ruego'  á  todos 
que  no  se  confíen  en  que  su  disparatada  política  ha  irri- 
tado al  Cielo  y  á  la  tierra  ,  para  que  lo  visible  e  invi- 
ble  concurran  ¿  hacer  su  gobierno  infausto  con  tantas  ca« 
Jamidades  como  se  están  padeciendo ,  porque  estos  suc- 
'len  ser  presagios  ác  mayores  ruinas.  Por  cierto ,  señora 
Lealtad  f  que  con  esto  parece  que  vmd.  de  puro  pacifica^ 
se  quiere  pasar  á  boba»  ¿  Qu^  importa  que  pierda  á 
muchos  ?  El  gobierno  pasado  se  perdió  por  la  piedad ,  y 
este  toma  el  esttemo  contrario  del  rigor ,  y  ^  procura 
asegurar  cope  con  quien  topare.  Don  Juan  se  aprovechó 
quanto  pudo  de  pasqttines  ,  libelos  y  sátiras  ;  y  ahora 
castiga  aún  la  mas  leves  sospechas,  como  quien  quita  la 
escalera  por  donde  subió,  y  quiebra  la  puente  por  don- 
de pasó,  para  que  nadie  pueda  ODdaí  el  mismo  caminol 
Tom.XI.  D  El 


2'6 

£1  coomn  desagracio  pudiera  ser*c;fúe  le  tístorbase-  á  Doh 
Juan  la  execudoa  ;  pero  es  vehementísimo  indicio  de  su 
ifitemo.  £1  debilitar  al  pueblo,  es  fortalecer  maS  su  prc* 
tensión  $  el  apartar  Iqs  estorbos ,  es  allanar  el  camino^ 
y  es  de  reparar ,  que  solo  le  sirviesen  de  embarazo  los 
sugetos  mas  dedaiados  por  la  lealtad  ¿^Qtie  importan 
las  lamentadoncs  de  los  quejosos .sih  fuerzas!  Los  afee* 
tos  desarmados  ,.solo  paran  en  inútiles  suspiros  i  ni  hay 
que  fiarse  de  buenos  corazones  con  pocas  manos  ,  qu¿ 
el  logro  de  tan  horrorosa  maldad  depende  únicamente 
de  muchas  manos ,  y  malos  corazones.  Demos  que  no 
consientan  los  vasallos  >  ¿pues  para  que  ha.  juntado  Don 
Juan  tantos  doblones ,  y  agasajado  los  .extrangeros  |  si* 
no  para  tener  soldados  de  Satisfadon  ,  y  no  depender  en 
nada  de  los  que  pretende  oprimir  ?  No  se  fie  tampoco 
vmd.  en  que  es  desgraciado ,  porque  su  fortuna  tiene  tal- 
les visos ,  que  yo  desespero  por  las  mismas  razones  que 
vmd.  alega  para  esperar. 

Eso  me  toca  á  mí ,  dixo  la  Experiencia.  Don  Juan  es 
despreciado  para  lo  que  toca  á  su  patria  $  pero  es  suma- 
mente dichoso  para  sí,  naciendo  con  tai  estrella,  que  sien- 
do el  mas  dudoso ,  le  prohijaron  >  prefiriéndole  á  todos 
los  demás.  Creció  á  lá  sombra  de  los  mejores  maestros, 
y  sin  hacer  nada  tnas ,  que  gastar  y  entretenerse  ,  entró 
á  la  parte  de  la  gloria  con  Mortara ,  con  Doria ,  con 
Oñate ,  con  Caracena  y  Conde ,  atribuyéndole  sin  to- 
carle nada  (aunque  mas  mienta  Fabri  de  Verían)  los  bue* 
nos  sucesps  de  Rarcelona ,  Portolongon ,  Ñapóles  y  Va- 
lencianes.  Arruinó  á  Flandes  por  stt  visoñeria ,  en  la  in- 
fausta batalla  de  Dunqucrquery  habiéndole  quitado 
aquellas  armas ,  tuvo  dicha  de  que  le  fiasen  las  de  Estre- 
gadura. Perdióse  junto  Extremoz  ,  y  habiendo  desapa- 
ytddo  de  ia  proviticüi  aotos  millones ,  y  escrito  tamas 

ini* 


^7 
{f^lqui^adeji  contra  ía  riadon  ,  qwáó  tao  amado ,  que 

tuvo  alíente  paca  pretendoc  honores  de  Infante.  Y  aun- 
qi^  por  csus  y  otras  disonantes  pretensiones  j  sa  padre 
le  aborreció ,  y  no  le  quiso  ver  ni  echaf  la  bendición  i 
la  fio^a  dcsii  muerte^ con. todo  le  dqxó^recomendado  pop 
i)o  bioorrar  ia.que^anres.hahia  escrito.^   ....  li 

^ .  Vúelvai|ie.lós  ojos  i  Ip  inas  mpdérno.  |  Quintas  ve* 
ees  signiácó  ipi  tearor  de  que  le  querían  matar?  Y  siendo^ 
así ,  que  este  clamor  nacia  de  la  conciencia  con  que  los^ 
tiranos  con\uñmente  rielan  Ip-que  merecen ,  y  se  dan 
la  sentencia  contra Isí  propios ,  nadie  tuvo  cal  pensamien-« 
to.,  ancc$  le  permitieron,  todaia  escolta  ^  y.  resgt^aixio 
que. deseaban  sin- acordarse  qüei  Pisistrato,  Ateniense,  por 
el  mi^mb  miedo  recabó  del  pueblo  6icaltad  de-tener  guar« 
dia^  y  luego  con  ella  tiranizo,  la  Repübiica» 

I  Que  mayor  dicha  que  lo  que  hemos  visto  ?  Deso-. 
bed¿e^  y  premianle:  desvetgüoDjzase  y .  finroreceole: 
aoienaza  y  agasajante:  ii^urb  á. todos  y  aplaudenle: 
engaña  á todos j  y  fianse de  el;'  y  hace  tan  desiguales 
Presidentes  ,  que  el  mismo  confiesa ,  que  no  lo  merecen, 
dándoles  solo  el  nombre  de  sobstltutos  ,  y  con  todo  eso 
los  Ministros  los  adaiiten  sin  replicarle»^  Escribe  con- 
vocatorias á  todas  las  ciudades ,. concitándolas  á  la sedi«> . 
cion ,  y  lo  interpretan   á  zelo  y  Ijcaltad  $  amenaza  á . 
S.  M.  con  fieros ,  y  la  misma  magestad  le  llama  ,  .y  po« 
ne  en  sus  manos  la  honra  ,  y  la  vida.  Viene  contra  la: 
Corte  con  gente ,  que  por  la  mayor  parte  constaba  de  > 
vandoleros.y  fi^sagidos,  y  cecibénle  con  fiesta ,.  como  al 
caballo  Troyaoq  quandoib^  á  qüenuir  y  saquear  hi  ciu-¿ 
dad,  y  representando  á lo  que  harán  los  judíos  en>  la  fin . 
del  mundo ,  £ue  recibido  el  Ánte-Christo  como  si  fuera 
el  Mesías. 

Noqnieroialsrgafimeiauts.  Solo;  diré  .dos  breves  ob- . 
}  {  Da  ser- 


28 

servaciones.  Sanuniricoj  Rey  ¿e  Egipto ,  dio  k  vabjgitác<^ 
día  á  los  extraogeros ,  y  por  esta  defensa  se  le  revela- 
roa  d<)scicmos.  aiil  de  los  sayos  con  tal  obstinacloo^ 
que  nunca  los  pudo  reducir  á  su  obediencia.  ¿Pues 
que  mayor  ventura  para  un  hombre  como  éste  ^  que 
haber  hecho  el  mismo  agravió  á  la  nación  ,mas  gloriosa, 
y  que  nadie  le  s^ifique  d  disgusto  ?  Siendo  Periandro 
Qucstor  de  Atenas  ^que  era  el  mayor  Magistrado  de^la 
República  j  solo  porque  se  descuidó  en  el  abasto  de  la 
ciudad  y  y  en  repartir  el  trigo  con  parsimonia ,  murió  ape- 
dreado del  pueblo;^  2  pues  que  mayor  dicha  que  la  de  D. 
Juan,  que  habuéiidolo  encarecido  como  logrero ,  no  se  le* 
yanten  cpotra-el  haau  las  mismas  piedras  de  Madrid  ? 

.  Yo  era  de  contrario  parecer ,  dixo  el  Dtsprecio^  pero 
ahora  digo  ^  que  reformo  mi  voto ,  y  solo  pretendo  de- 
cir ,  que  Don  Juan  es  infeliz  en  quanto  anuncia  las  des* 
gracias  de  lá  Monarquía,  La  fatalidad  con  que  el  Per-^ 
siano  Xerxes  perdió  en  Greciai  aquel  formidable  exér- 
cito  ,  y  luego  el  rey  no  y  la  vida,  lo  pronosticó  el 
prodigio  de  que  una  yegua  parió  una  liebre  ,  y  una 
muía  parió  un  engrendro  de  tan  dudosa  naturaleza^ 
que  no  acertaron  á  ponerle '  nombre  :  ¿  pues  que  co* 
sa  buena  puede  significarnos  el  ver  que  la  yegiía  át 
Ramiro  de  Guzman  parió  esta  liebre^  y  la  müla  Cal* 
derona  abortó  este  Bionstruo  de  natural  tan  extraño  ? 
Los  monstruos  siempre  fueron  temidos  como  presagios 
de  malos  sucesos  $  y  si  este  lo  es  y  ha  sido  ,  atienda  á  lo 
<|ue  dice  Alejandro  de  Alcxandro»  Los  antiguos  tuvie- 
ren por  varones  aventajados  ^  y  de  suma  prudencia,  á  los 
hijos  de  Júpiter  ,  deCaco  y  Minos  \  á  los  hijos  de  Ncp- 
tuno  los  tuvieron  por  valientes  y  feroces  como  los  Ci- 
clopes y  Lcstrigenes  >  pero  á  los  hijos  de  la  tierra  coma 
Kcio  y  AnieOi,  los  temieron  coma  mignstiuos^y  y  los  des- 

pre- 


X9 
preclaion  xómo' Tiles.  Miren  ahora ,  que  cosa  buena  pue- 
de pronosticar  un  hijo  de.  la  tierra  coú  mas  verdores  y 
Aas  engceido  que  el  puerco. 

i Ay  de  mi  »  añadió  el  Temar ,  que  veo  repetidas 
tas  señales  de  que  los  rey  nos  suelen  arruinarse  I  En  el 
Asia  tenian  ciertas  mutaciones  t:elestes ,  por  avisos  se-> 
guros  de  sus  desgradas.  No  hay  cometas' mas  funestos 
que  unas  transformaciones  tan  impropias  como  las  que 
vemos*  Levanta  el  sol  asquerosos  vapores  de  los  cenaga* 
les  y  y  lugares  inmundos  de  la  tierrra  ,  los  quales  agí* 
ndos  del  viento,  van  subiendo  y  aligerándose  hasta 
que  se  convienen  en  e  lalaciones ,  y  llegando  á  esta¿  ve<^ 
cinos  á  los  astros  del  firmameifto  ^  se  encienden  con  la 
reflexión  de  sus  rayos  ,  y  se  visten  de  aquella  triste  y 
melancólica  luz  y  que  intima  y  anuncia  las  ruinas  de  los 
Imperios.  Y  si  estos  por  obstentar  entronizada  la  humil- 
dad de  sus  principios  ,  influyen  la  perturbación  del  uni- 
verso ;  ¿  que  mucho  que  se  acongoje  W  Tgmor  ,  no  siendo 
menos  eficaces  estas  estrellas  fingidas  para  influir  infortu- 
nios en  el  cielo  de  la  República ,  que  en  el  cielo  de  la 
naturaleza? 

Oyendo  estos  clamores  del  Temar  ,  quedaron  todos 
suspensos  y  y  mirándose  unos  á  otros  ,  experaban  ver! 
que  consejó  tomaba  la  Lealtad  i  y  viéndola  indecisa, 
la  preguntó  la  Deiesperoíton  ^  si  discurría  algún  camino 
por  donde  pudiese  dar  aliento  á  h  Esperanza  ,  que  maf 
parecía  muerta ,  que  dormida  según  la  debilidad  con 
que  respiraba.  No  se  me  ofrece  otro  medio ,  respondió 
la  Lealtad ,  sino  es  que  Carhs  se  esfuerze  á  tomar  una 
valerosa  resolución  ,  y  que  huyendo  de  lado  tan  sospe*  * 
choso  9  y  tan  sin  exemplar  en  España ,  resguarde  su 
rey  no  con  el  seguro  de  aquellos,  que  nunca  pueden 
dexar  de  ser  suyos  por  su  Jbionra ,  por  su  interés ,  y  su  in- 
cUnacioo.  Mu* 


5^  .    "^      ^ 

Muc^has  veces  ^  la  replico  la  Exferiemiaf  suele  ser 

insuficiente  Ja  medicina;  no  por  falca  de.  virtud  contca 
la  enfermedad  ,  sino  porque  el  doliente ,  ó -no  se  reduce 
i  aplicarla  ,  ó  quando  quiere  hacerlo,  no  hay  mano  que 
se  la  sirva.  La  pjrimera  cautela  de  Don  Juan  para  lograr 
sus  dichas ,  ha  sido  viciar  el  paladar  del  enfermo ,  para 
que  no  apetezca  la  triaca ,  y  prevenir  que  no  haya  me^ 
dícos  que  le  adviertan  su  peligro ,  ni  boticarios  que  se^ 
atrevan  á  cumplirle  la  receta.  Yo  se  muy  bien  lo  que  ea' 
esto  ha  pasado ,  y  conozco  que  Carlos  vive  tan  sitiado 
de  las  insidiosas  armas  de  la  lisonja ,  que  no  hay  resquí-^ 
cío  por  donde  pueda  socorrerle  la  verdad,  o  que  solo  ha 
de  oír  |o  que  Don  Juan  quisiere  que  entienda.  En  el  cer. 
lebre  Imperio  del  Galayo  habla  un  primer  Ministro  que 
se  llamaba  Achocao ,  que  anhelaba  á  despojar  al  Empe- 
rador ,  y  tomar  para  sí  el  cetro,  y  discurriendo  que  el 
engañarle  era  el  mejor  medio  de  destruirle ,  usó  de. esta 
ingeniosa  traza  para  cerrar  de  todo  punto  la  puerta  al 
desengaño.  Presentóle  un  ciervo ,  diciendole  que  eca  un 
caballo  muy  generoso.  Rióse  el  Emperador  ,  y  advir* 
riéndole  que  era  ciervo,  y  porfiando  Achocao  que  no 
era  sino  caballo,  como  el  decía,  se  lo  preguntó  el  Em- 
perador á  los  circunstantes.  Unos ,  por  no  falcar  á  la  ver-: 
dad ,  dixerQQ  claramente  que,  era  ciervo  :  otros ,  poc 
miedo  se  encogieron  de  hodibros  ,  diciendo  que  no  sa*. 
bian  lo  que  era  5  y  otros ,  por  lisonja  del  primer  Minis- 
tro contcxtaron  con  el  ,  diclendo.que  era  caballo  j  mas 
como  Achocao  tenia  ,tódo  el  poder ,  á  los  primeros  dio . 
muerte  ,  á.los  segundos  echó  de  palaciQ  ,  y  solo  conser- 
'  vó  al  lado  del  Emperador  á  los  lisonjeros ,  que  apoya- 
ron su  mentira.  Con  este  artificio  pudo  á  su  salvo  qui- 
tarle la  vida$  y  sin  duda  alcanzara  la  corona ,  si  el  Cielo 
por  ptra  mano  no  le  hubiera  prevenido  su  castigo.  Rje-  . 

du- 


3^ 
duciéodóse ,  pues  y  él  estado  dé  nuestras  cosas  á  lances 

tan  apretados  ,  no  se  que  pueda  haber  salida  sino^  t$ 

que  la  discurra  la  Desesperación  /  porque  este  Aebocddor 

de  los  infiernos  ,  ha  tenido  muy  singular  providencia 

4lc  apartar  todos  aquellos ,  que  no  habian  de  cooperar  á 

$as  fines. 

Tan  restado  se  muestra  á  este  di^bámen  i  que  lo  pri-^ 

mero  que  hizo  fue  atropetlar  por  lo  mas  sagrado,  y  lo 

4ue  por  todas  leyes  divinas  y  humanas  mas  le  tocat>a  á 

Cark)S.  Bien  sabida  es  la  obligación  que  tiene  á  su  santa 

-y  afligida  madre  la  augustísima  Reyna  Mariana  5  y  coa 

todo,  hemos  visto  que  Don  Juan  la  ha  separado  de  su 

lado  coo  desconsuelo  de  la  madre,  y  con  sentimiento  del 

faija  A  una  señora  de  Lacedemonia  llamada  Lampidd  la 

celebraron  los  antiguos  ,  según  dice  Plinio  ,  como  á  la 

Fénix  del  mundo ,  por  tínica  en  la  felicidad  de  su  noble-^ 

za  I  alegando  por  razón  el  que  fue  hija  de  un  Rey  ,  es^ 

posa  de  otro  ,  y  madre  de  otro  JR^ey  5  ¿  pues  cóísio  M 

puede  sufrir ,  que  un  hijo  de  la  mentira  ,  y  hermano  de 

la  culpa,  haya  ajado  una  nieta  de  tantos  Emperadores  y 

Reyes ,  hija  de  u{i^mperador  ,  hermana  de  dos  Empe^^ 

radores,  madre  de  una  Emperatriz,  esposa  del  mayot 

Monarca ,  y  madt.e  de  tañaran  Rey.  La  enormidad  de 

tao  grande  ati'cvimie'nto,  ha  provocado  á  los  Cielos  para 

que  castiguen  á  los  que  lo  consienten  y  permiten  ,  con 

ús  pestes  tan  continuas  ,  y  con  los  malos  sucesos  de  los 

ex<frcitos.  El  Rey  Don  Juan ,  primero  de  Castilla ,  ha* 

hiendo  entrado  en  Portugal ,  llamado  de  la  ^ieñoraRey- 

na  Doña  Leonor  ^  á  quien  tocaba  la  gobernación  ^ácí 

leyno,  y  habiéndose  ella  obligado  cediendo  la' gobernad 

clon  en  ¿1 ,  y  tratándole  como  á  hijo  ,  mas  que  como  i- 

yerno  ,  solo  por  unos  chismes  de  lisonjeros  mal  In-^ 

tencionados ,  y  sin  el  parecer  de  los  m^s  sabios  y  prii--' 

den* 


3» 

dentes  Consejeros ,  que  \t  afearon  la  acción ,  ía  envió 

presa  al  Convento,  de  Tordesillass  pero  dándose  Dios 
j)or  ofendido  de,  tal  violencia  contra  la  Reyna-i  poco  an- 
tes Gobernadora ,  al  punto  le  trocó  la  fortuna ,  dióle  pes» 
le  en  el  ex^rcíto ,  y  tan  malos  sucesos  como  hasta  ahora 
lloran  los  Castellanos ,  y  cantan  los  Portugueses. .  £1 
templar  ,es  tan  claró  ,  que  no  necesita  de  mas  aplica- 
^|on  ,  ,que  volver  los  ojos  á  tantas,  desdichas  de  {>estcs^ 
hambres  y  perdidas ,  qu^  empezaron  á  sentirse  desde  el 
punto  que  se  comenzó  tan  grande  desacato  contra  la  ma« 
gestad  de  la  Rey  na  nuestra  señora. 

Aquí  prorrumpió  la  Desesperación  diciendo.  |  Quieta 
habla  de  hacer  eso  sino  Don  Juan  ?  £1  desterró  á  It 
Rey  na:  el  les  ha  quitado  U  comunicación  de  tan  <iztiñor 
sa  y  natural  confianza,  £1  Rey  Filipo  de  Macedonia 
traía  guerra  con  los  Atenienses ,  y  habiendo  estos  inter* 
ceptado  las  cartas  q(ie  escribía  á  la  Rey  na  Olimpias  s\x 
muger  i.tto  obstante  que  les  hacia  toda  hostilidad ,  las 
remitieron  inta^Us»  por  no  violar  los  secretos  del  matri* 
monioy  y  las  sagradas  leyes  del  tálamo  conyugal.  ¿Pues 
quien  es  este  que  estorba*^  los  recaudos  de  la  madre  al  hi- 
jo,  y  j^egistra  las  cartas  que  di¿^a  el  amor  materno  9.  ace- 
chando las  ifitencipnes' del  alma,  y  que  eatremetiendosfi 
en  los  archivos  del  pedio ,  escudriña  los^  sagrados;  colo^ 
qulos  de  la  Reyna  con  el  Rey »  que  como  le  trajo  ea 
sus  entrañas ,  le  abrigó  por  nueve  meses  cerca  de  los  se« 
creto^  del  corazón? 

Ahora  pues  I  señora  Lealtad  ^  vmd.  se  aconseje  con  la 
B^perienfUx  y  previniendo  los  riesgos  que  con  tanto  fuut 
damento  le  propone  el  Temor ,  ttace^de  corregir  la  necia 
Qpnñanza  del  Desprecio  9  y  no  pisrmita  que  acabe  de  mo* 
xitse  la  Esperanzas  porque  si  el  remedio  se  fía  de  los  con* 
sejjpsde  la  Desesperación  t  yo  primero  lo  he  de  executar^ 

que 


I .  V  •/ 


33 
tpc  lo  llegue  i  decir  j  y  s!  lo  executo  advierta  ^  que  ten- 
go muy  jpesada  la  mano. 

'     Dixo  estas  últimas  cláusulas  con  tales  voces  ,  que  á . 
ellas  dispertó  la  Esperanza  y  y  levantando  un  poco  la  ca« 
beza^  con  la  mano  en  la  mejilla,  habiendo  dado  un  sus-. 
plcOi  comentó  á  hablar  de  esta  suerte :  ¡  Ah,  que  mara- 
villoso sueño  noie  robaba  los  sentidos  el  tiempo  que  vues- 
tros discursos  me  tuvieron  desmayada!  Vi,  que  volando 
la  fama  á  Toledo ,  informaba  á  la  piadosa  Rey  na  Doñz 
Mariana ,  del  gran  riesgo  en  que  estaba  su  hijo  que- 
rido ,  y  que  movida  del  cariño  ,  y  impelida  de  su  zer 
k) ,  con  el  mismo  denuedo  que  el  AguUa  Real  acome- 
te al  rustico  cazador  que  aprisionó  los  pollos  de  su  ni- 
do ,  parte  á  socorrer  con  sus  clamores  y  lagrimas  i 
quien  no  habla  podido  Kbrar  con  sus  consejos.  Corrió 
la  voz  de  que  la  santa  Reyna  iba  peregrinando  á  Ma. 
drid.  Unos  decían  que  iba  á  informarse  de  la  boda  del 
Bxy  su  hijo  ;  otros ,  que  iba  á  darle  el  parabién  $  otros^ 
que  iba  á  participarle  grandes  secretos  >  y  los  mas 
decian  ,  que  viéndose  tan  pobre  y  mal  asistida  de  me. 
dios  ,  iba  á  pedir  limosna  á  Don  Juan  para  sustentar 
su  casa.  £1  crédito  de  su  virtud  ,  la  veneración  de  sq, 
persona  ,  y  lo  bien  quisto  de  su   piedad  conmovió 
á  todos  á  compasión  al  ver  tan  soberana  Magcstad 
reducida  á  tal  extremo ,  y  se  despoblaron  los  lu^a« 
ces  para  acompañarla.  Iba  el  camino  que  parecía  una 
devota  procesión  de    nuestra  señora  de  la  Soledad. 
Aún  no  habia  salido  la  Reyna  de  Gecafe ,  quando 
la  gente  llegaba  al  Puente  Segobiano  ;  y. como  salió 
por  ella ,  se  admiraron  de  que  fuese  por  allí  la  en- 
trada» Alborotóse  la  Corte  ,   turbóse  el  palacio ,  y 
estando  el  Rey  indeciso  ,  salió  una  voz  del  Pueblo 
€[ue  le  decía:  mirad  señor,  que  Dlós. promete  que 
•'    tom.XL  E  por 


34  ,  .  .      , 

por  lardos  años  guardara  al  hijo  que 'honrare  ásiiai 

padres.  Pues  honrad  á  vuestra  madre  j  para  que  Dios 
ús  guarde  largos  años.  Mirad  ,  señor  ,  que  el  íque 
otra  cosa  o>  aconseja  no  os  desea  larga  vida.  Así 
lograreis  ,  señor  y  consolar  á  vuestros  leales  vasa- 
llos. Enternecido  el  Rey  ,  y  persuadido  /  salió  ^  re- 
cibir á  su  madre ;  besóla  la  mano  ,  y  habiendo  prece-^ 
dido  muy  tiernas  demostraciones  de  lagrimas  de  gon 
zo  j  clamores  de  aplauso ,  y  abrazos  de  cariño ,  se 
encaminaron  al  Retiro ,  mientras  Don  Juan  salió  por 
la  puerta  falsa  de  palacio  ,  y  acompañado  de  los.  de 
su  casa  ,  que  fueron  no  pocos  »  aunque  muchos  le 
faltaron  ,  enderezó  ázia  Consuegra  s  pero  oyendo  allí 
decir  que  se  trataba  de  tomarle  residencia  de  lo  pasa-^ 
do  ,  juntó  lo  mas  que  pudo  de  sus  tesoros  ,  y  pre« 
tendióse  acoger  al  Escurial  ;  mas  habiéndole  cerrado 
las  puertas  por  justos  juicios  de  Dios ,  tomó  el  car- 
mino de  Portugal ,  y  guiado  de  gitanos  por  las  sen* 
das.  que  ellos  usan  ,  llegó  á  aquel  reyno,^  donde  ai 
principio  fue  bien  recibido  por  la  novedad  ,  aunque 
no  pudo  parecerles  mucha  á  ios  Portugueses  ver  fu- 
gitivo á  Don  Juan.  Alentáronle  con  grandes  prome- 
sas y  y  agasajáronle  mucho  mientras  tuvo  que  gastar* 
Desde  allí  disparó  papelones  y  manifiestos  de  que  se 
hacia  poco  caso  >  y  quando  pensaba  que  tenia  las  co* 
sas  dispuestas  para  una  guerra ,  se  alborotó  el  pueblo 
de  Lisboa  ,  gritando  que  no  era  bien  perturbar  la 
paz  de  los  dos  reynos  por  un  filio  de  sua  may.  Pa- 
ra aquietar  el  tumulto »  le  intimaron  orden  de  qué 
saliese  del  rey  no.  Pasóse  al  África  :  llegó  á  la  Cor* 
te  de  Fez ,  donde  como  desde  lejos  me  pareció  que 
le  veía  con  turbante.  Allí .  desapareció ,  y  no  le  vol« 
yí  á  ver  mas.  Unos  decun.que  se.  habla  ido  á  Cons- 


tan- 


3J 
tantinopía;  otros  que  á  la  tiertá  santa  i  otros  que 

;  á :  hacer   penitencia  al   desierto  i  y  otros  que  h^- 

bia   muerto   arrepentido  confesando   sus  culpas.  La 

verdad  se  este  en  su  lugar ,  que  en  este  punto  yo 

no  puedo  decir  nada  de  cierto.   Acabó  la  Esperan-' 

za  con  su   sueño  y  y  por  ser   tarde  so  despidieron 

ios  de  la  Academia  í  y  quedaron  citados   para  otro 

día. 


|;    .       .     • 


»  f 


•        4    .     .       tf  « 


£2 


ABU- 


ABUSOS 

QUE    SÉ    COMETEN 


ft  ^ 


EN  EL  MANEJO  Y  DIRECCIÓN 
jyE  TODAS  LAS  RENTAS  REALES. 

UNIVERSALES     REMEDIOS     PARA    QUE   LOGRE    SL    ERARIO 

LOS  BENEFICIOS   QUE   HOY   LE  FALTAN^  T   LA   MONARQUÍA 

ESPAÑOLA     TODA     LA     GLORIA     Y     EXPLENDOR 

QUE  MERECE. 


NOTA     DEL     EDITOR. 


L 


as  notictas  j  que  ofrece  el  presente  escrito  sobre  el 
lastimoso  estado  en  que  se  hallaban  las  rentas  Reales 
quando  se  formón  y  por  consiguiente  los  vasaUoSp  mani^ 
ñestan  que  todo  fue  cfe£to  de  las  continuas  y  sangrien* 
tas  guerras ,  que  mantuvo  el  señor  Rey  Don  Felipe  V.% 
para  asegurar  sus  legítimos  derechos  al  trono  Español^ 
tan  pretendidos ,  como  tenazmente  disputados  por  la  ca- 
sa de  Austria.  Hecha  la  paz  general  y  empezó  España  á 
recobrar  sus  cansados  alientos  ,  y  en  tanto  que  lo  con* 
seguía,  le  fue  preciso  sujetarse  alo  que  introduxo  la 
antbicion  extrangera  ,  y  disimuló  la  propia  h  pero  luego 
que  respiró  con  todas  sus  fuerzas  >  hizo  desaparecer  aque^ 
lia  opresión  de  sus  dominios. 

No  podemos  penetrar  Jas  razones  en  que  se  fundan 
los  que  atribuyen  esta  obra  á  Don,Agu5tin  Riol,  por- 
que sobre  ser  )^as  materias  que  trata ,  tan  agenas  y  diíe- 


^37 


rentes  de  la  profesión  de  este  autor ,  consta ,  qde  toda 
su  vida  la  empleó  en  examinar  y  perfeccioLoax  ios  mayp- 
res  archivos  del  rey  no  >  en  responder  á  varias  consultas 
que  le  hizo  el  señor  Rey  Don  Felipe  V.^,  y  en  recoger, 
y  ordenar  papeles  antiguos  sumamente  interesantes  al 
Real  Patronato ,  á  sus  regabas  ,  y  ai  bien  común  de 
los  vasallos. 

Que  sea  de  Don  Joaquín  de  Aguirre ,  Contador  ge- 
neral de  la  Renta  de  Plomos  ^  como  otros  quieren ^  es 
mas  verosímil.  Este  caballero  fue  bien  conocido  en  el  or- 
be literario :  tuvo  conocimiento  prádico  de  todas  las 
semas  Reales  ^  y  formó  varios  escritos  sobre  la  mayor 
parte  de  sus  ramos ;  cuyas  razones  ofrecen  otros  furuia>- 
mentos  que  faltan  á  Riol  y  para  reputarle  por :  autor  de 
esta  obra. 

Lo  cierto  es  ,  que  contemfJamos  muy  útil  su  inv- 
presionv  pues  no  solo  instruye  en  lo  que  pasó|  sino  que 
tal  vez  alguno  délos  remedios  que  señala ,  podrán  tetaex 
lugar  en  lo  presente ,  por  no  haberse  entonces  jusado:,  ij^ 
resultar  de  su  prá&ica  algún  beneficio  al  Rey  y  al  Esta- 
do I  que  es  el  único  objeto  que  nos  propusimos  para  es«: 
tablecer  nuestro  Periódico. 


jfjL  migo  y  sefior  :  en  fuerte  empeño  me  constituyen 
las  vivas  expresiones  de  la  confianza  que  me  manifiesta 
vmdr  en  su  carta  de  a  de  este^  estrechándome  á  que  con 
la  ingenuidad  ,  sinceridad  y  claridad  que  acostumbro,- 
le  explique  lo  que  tengo  comprehendido  del  gobierno  y 
manejo  que  ha  tenido  y  tiene  el  Real  erario  ,  sus  defec" 
tos  y  y  el  remedio  de  ellos ,  reduciéndolos  á  un  pron- 
tuario que  le  pueda  servir  de  gobierno.  Y  aunque  pu- 
diera escusarme  >  ya  por  mi  triste  constitución  ^  y  ya 

por 


38       . 

por  haber  entregado  todos  mis  libros ,  obras  y  papeles; 

procurare  hacer  memoria  de  los  puntos  mas  eseucialcs 
^ara  manifescat  á  vmd.  los  deseos,  de  mi  verdadero  re- 
conocimiento k  los  favores  que  siempre  le  he  mere* 
xido. 

V  1  Figure  vmd.  el  Real  erario  como  á  un  campo  es*^ 
pacioso  de  una  numerosa  porción  de  aranzadas  de  viña 
-de  distintos  géneros  ,  llenas  de' malezas ,  agotadas  de 
una  plaga  de  gorriones,  y  entregadas  á  una  multitud 
de  capataces  ,  mayorales ,  y  faftores  de  quatro  adminis- 
tradores ,  que  quizás  entraron  á  serlo  con:  la  barba  ca- 
nai  y  á  esrudiar  teóricamente  su .  mecanismo ;  y  llame 
vmd.  su  atención  á  1q  que  estos  puedan  hacer^  liados  j 
desa:utoriza4os  ,  sXo  poder  aplicar  .por.  sí  aquellas  provL» 
dencias  que  les  di&a  su  deseo  ^  por  estar  reducidos  á 
Alcaldes  pedáneos  ,  y  hallará  d  mayor  desengaño  >  pe« 
ro  para  que  se  verifique  esta  proposición  ,  iré  explican* 
do  pjr  partes  todo  lo  que  tengo  visco  y  tocado  sobre  los 
tres  £>uutos  que  ymd.  me  ha  prevenido^ 

guanas. 

a  Considero  por  el  primer  ramo  del  erario  i  las 
Aduanas,  derechos.de  Almojarifazgo ,  y  diezmos  de 
puercos  secos ,  que  se  embeben  hoy  en  el  título  ó  nom* 
bre  de  Rentas  generales  ,  y  siendo  estas  el  timón  de 
.  la  opulencia  6  ruina  del  £srado  y  no  puede  tener  su  go- 
biernj  otra  similitudí  que  laque  nos  cuentan  de  la  Tor- 
re de  Babel ,  en  cuyo. estado  ha  puesto  á  esta  Monar- 
quía la  falta  de  jusüctai  la  avaricia  y  la  ignorancia;  y 
para  su  comprobación  no  tiene  vmd.  mas  que  volver  los 
ojos  al  siglo  pasado  y  en  que  se  le  encrcgó  la  joya  de  la 
Monarquía  á  Juan  Francisco  Eminente ,  el  que  por  ne- 
cesidad estableció  en  los  puel^los  de  Andalucía  U  baxa 

de 


de  los  dere¿hosrde  piedc fardo ^  y  quana  de  tibia ;  ^ue 
quiere  decir ^  que  la  mitad  (por  exemplo)  de  diez  fardos^ 
DO  adeude  ningún  derecho ,  y  del  que  se  sacaba  de  los 
cinco  que  quedaban ,  se  rebajase  una  quarta  parte. 
^  3  Ignoro  ^  pero  void.  se  podrá  acercar  á  saber  Izi 
razones  y  fundamentos  que  ha  habido  para  i  que  «n  niiW 
guno  de  quantos  tratados  se  lian  hecho  enere  esta  coro^ 
lYa  Y  los  dexnas  Fiincipes  de  Europa  ^  se  haya  conveni«> 
do ,  ni  acordado  en  alguno  de  los  artículos  la  igualdad 
recíproca  coa  que  se  debían  tratar  los.  vasallos  y  y  co-^ 
brarles  los  derechos  que.  adeudasen,  en  las.  Aduanas  $  áa 
diferenciai  algxina.  dennos  á  otros  ,^  dando  por  la  áes^ 
igualdad  que  seeiperimenta,  lugar  á  que:  las  demás  na* 
ciones  tengan  y  traten  á  los  Españoles  como  á  Indios 
de  U  Europa..  . 

.  4  Tampoco  he  podido  alcanzar,  por  que  un  Rey  de 
España,  no  haya  podido  lograr  lo  que  el  de  Portugal,  i 
Dinamarca  y  Soecia.,.  y  todos  los  demás :.  que  es ,  que  la 
amistad  sea  para  hacer  los  vasallos  de  ambas  partes  el 
comercio  de  sus  frutos  y  géneros ,  sin  los  desordenes  de 
las  diferencias  con  que  se  nos  ha.  t  raudos  y  trata  ^^  en. 
cuya  priieba. se  debe  reflexionar  siempre-  - 
-;  f     ¿Que  razoa  .puede haber' para  queden*  todos  los 

f cacados»  y  convenciones  que  ha  habido,,  se  les  haya. 
acordado  i  los  extrangeros  el  que  no  se*  ha  de  hacer  noi- 
vedad  en  la.práAica  de  tantos  desordenes  como  seintro^ 
duxecon,.  y  establedei^oa  en  tiempo  de  Carlos.  IL^  ^  y^ 
no  contentos' con: las  declamaciones  ,aotecedanesV  seles 
acordase  últimamente:  en  ei  congreso  de  Aquisgram ,  se 
debia  tener  por  ley  inviolable  la  baxa  de  pie  de  fardo, 
y  á:  mayor  abundamiento  que  en  lo  sucesivo  se  debe^ 
lian  valuar  loa  generas  por  las  tarifas  del  siglo  pasado? 
Nótese  ahora  la  diferencia  de  los  que  venían  entonces  á 
lús  que  vienen  ahora.     .    >    .  ^  . 


4<^  .  .     _  - 

6    \  dvié  razón  pue<|e  Eaber  pata  que  los  Ingleses 
se  valiiesen  de  su  propia  aatorldad ,  para  qae  nuestros 
frutos  y  géneros  no  se  admitan  en  sus  puertos^  cooio 
sean  ilevadosen  embarcaciones  de  vandera  y  tripuiacion 
Española  ?  Como,  sucedía  con  los  vinos  de  Canarias  ^  so- 
bré que  jse  hicieron  algunos  nucios  sin  algún  cicQio ,  y 
nada  comprueba  mas  |.  que  lo  que  aconteció  poco,  liá  con 
una  embarcación  nuestra  cargada  de  cacao  ^  que  la  hu* 
hieran  dado  por  descaminada  ^  á  no  haber  sido  por  la 
•stacioQ  en  que  se  hallaban ,  y  las  diligencias  eficaces  de 
nuestro  Ministró  adual  en  Londres* 
.  -  .7  '^Quf' razón  puede  haber  paca^ que  en  los. puertos 
de  Francia  se. estableciesen  unos  derechos  crecidísimos, 
con  particularidad  sobre  nuestros  géneros  de  lana ,  para 
prohibir  su  introducción  como  lo  consiguieron  I  ¿  Y  pa* 
ca  imponer; sobre  nosotros  il  derecho  escandaloso  ,  que 
llaman  Capoirichaa?  ¿Y  para  seaalar  puertos  y  aduanas 
precisas ,  para  por  este  medid  embarazarnos  el  que  por 
nosotros-  se  haga  ningún  comercio  ? 

8  i  Que  razón  hay  para  que  á  dos  leguas  y  mas  de 
las  cpstas  xle  Francia  se  registren  nuestras.embarcaciones^ 
y  llevando  fruto  o  genero  de  contrabando  se  declare  poc^ 
descaminado. ,  castrando  por  sus  leyes  á  nuestras  vasa- 
llos., lo  que  se  puede  ver  en  los  oficios  quexn  su  tiem-' 
po  hizo  el  Marques  de  Santa  Cruz  i  y  nosotros  dentro 
de  'nuestros  propios  puertos  no  podamos  registrar  en 
ocho  días  (exclusos  los  festivos) ,  aunque  vengan  car4 
gados  hasu  los  topes  de  puros  géneros  de  contraía 
bando. 

9  I  Que  razón  hay  para  que  los  Cónsules  en  nues^ 
tros  puertos  se  hayan  querido  alzar  con  el  carader  de 
Ministros  de  sus  Potencias ,  y  que  no  debiendo  residir 
masxie.un  aoo ,  se  les  disiomle  el  que  existan  en  núes* 
tros  puertos  anos  y  auoS|  comprando  biene$^  y  haciendo 


^f 


41 
el  comercio  pasivo  de  ía  J^€Ov!nc!á ,  y  ¡áe  io  interior  del 

xeyno?  .^  .  .  ? 

10  ¿Qué  imporu  que  naestro&^JOUedores  y  Adini- 
oistradores  se  maten  con  continuadas  representaciones  y 
recursos,  si  no  son  atendidos? 

1 1  Para  el  remedio  de  nuestro  infeliz,  estado  po(  lo 
que  se  deduce  de  ios  capítulos  antecedentes  (que  si  se  es* 
carbasCy  se  tiallarian  otros  ipjfinitos)  ^  es  iadispensable  el 
que  se  busque  ocasión  de  informar  á  S.  M.  .del  estadq 
aduai  del  gobierno ,  y  prádica  de  las  Aduanas  ,  y  que 
BO  hay  otro  camino  que  el  que  haga  publicar  una  de* 
daracion  ,  i  imitación  de  la  que  his»)  en  París  el  Marr 
ques  de  Castelar,  anulando  yjderogando  todps  Ips  tratv 
dos ,  y  convenciones  hechas  hasta  aquel  día  en  razoijL 
de  los  derechos  de  Aduanas  ,  y  sus  incidencias  p  para 
cuya  resulta  se  deberán  tener  presentes  los  artículos  si- 
guientes: . 

1 2  Que  los  mismos  derechos  que  tos  frutos  y  géne- 
ros que  introducen  las  naciones  extrangeras  en  nuestros 
puertos  ^  deban  pagar  los  Españoles  en  los  suyos  ^  de  los 
géneros  y  frutos  que  llevasen. 

13  Que  si  en  alguno  de  ellos  se  estableciesen  nue- 
vas gavelas  1  ú  obvenciones  que  deban  pagar  los  Españo- 
les, los  mismos  hayan  de  pag^r  ios  eztrangeros  en  nues- 
tros puertos. 

14  Que  en  la  misma  forma  que  admitiesen  los  ex* 
.trangeros  en  sus  puertos  á  ios  Españoles ,  que  fueren  i 
ellos  con  patentes,  vandera  nuestra,  frutps  y  géneros  de 
España ,  ^í  se  les  ha  de  admitir ,  y  tratar  con  igualdad 
recíproca  en  nuestros  puertos  á  los  extráhgeros. 

1  $  Estos  artículos  miran  á  una  igualdad  omnímoda, 
con  lo  que  se  saldrá  de  inmensidad  de  recursos ,  y  oficios 
de  EmbaxadoreSi  pleytos  y  disgustos  que,  ocasionan  sus 
negociaciones ,  aprovechándose  de  Jos  tiempos.       ... 

Tom.Xl.  E  '  Quan- 


4'^  .   .        . 

i6  Qúaiidc^s^  igaaikUd  '■  nd  se  patiiera  conseguir^ 
tengo  por  precisa  c  indispensable  la  abolición  absola» 
tkd^'todos^  losdei^itenbs  introducidos  en  las  Aduanas 
y  puertos  hasta  .este  día  ^  y  que  así  como  debieran  pa<^ 
gar  3  3  por  i  oo ,  por  los  derechos  de  Almojarifazgos^ 
y  1 5  por  los  de  puercos  seco$ ,  se  igoaleú  y  arreglen  de 
niodo,  que  reduciendo  los  ^aunque  sea  á  -8  por  loo) ,  se 
logre  d^errar  la  confusión' ,  y  turbulencia  de  las  Adua* 
tías,  y  otras  muchas  ventajas  a  beneficio  del  erario  y  cao^ 
sa  pública. 

1 7  También  $erá  con venieniíe ,  que  los  Gobernado^ 
íes  de  los  puertos  no  puedan  ser  conservadores  de  las  o^^ 
xiones  I  porque  siendo  al  mismo  tiempo  Subdelegados  de 
rentáis  y  es  natural  que  quien  á  do$  amos  sirve,  asista  mC'^ 
jor  al  que  le  gratifica. 

1 8  Finalmente  no  se  qa¿  razón  haya  ,  para  que  en 
la  Aduana  de  Cádiz  desde  el  tiempo  del  Ministerio  de 
Alberoni ,  que  se  estableció  el  cobrar  por  todos  los  gé- 
neros que  salen  para  las  Indias  el  derecho  de  seis  reales 
de  plata  ,  y  el  dos  por  cada  palmo  cúbico  que  tuviese  el 
fardo  y  se  cobre  tanto  por  el  palmo  de  encages  fi* 
nos  I  tiolandá  ,  batistas ,  rcloxes  guarnecidos iie  pedre- 
ría ,  ó  sin  ella ,  tisúes  ,  y  demás  géneros  especiales^ 
guante  por  el  paño  pardo  ,  y  demás  géneros  ordinarios 
de  esta  Monarquía ,  siendo  así  que  no  hay  convención, 
tratado ,  ley,  ni  otro  motivo  que  el  dt  fomentar  con  cié* 
ga  pasión  el  comercio  de  la  nación  extrangera  ^  y  para 
su  enmienda  ,  y  el  fomento  de  nuestras  manufa¿lu«* 
Tas  pudkra  mandar  S.  M.  sin  tropiezo  alguno  ,  que  los 
géneros  extrangeros  que  salieren  de  la  Aduana  de 
Cádiz  sean  valuados^por  su  intrínseco  valor  ,  y  el  que 
4os  quisiere  embarcar  pague  al  respeto  de  3 3^ por  100^ 
.sea  en  dinero,  ó  en  la  misma  especie  ,  según  y  confor^ 
me  consta  d|t:  la  ley  de  la  recopilación ,  desde  el  tiempo 

del 


4? 

éd  BLey  f  etipe  H.^  ¥  por  lo  ^ue  miri  i  los  g<¿nc|-os  £$« 
pañoles  upa  quarta^parte  de. cIlo&     .  »  .  i 

;.  ip  Hasta  ahora  se  haq  gobernado  las  rentas  Gene-^ 
rales  por  les  Ministros  de  Hacienda ,  ayudados  de  tres. 
DireáoreSy  coma  Alcaldea  pedáneos  >  sia.  teiier  presente 
quexueipo  de  mudbi^  cabezas  c^  'inanscruQi  y  sería^may : 
acertado  se  encalcase  á  un  sq1o:Dís¿¿)x>(  >  autocizándolo) 
en  todo  lo  posible ,  y  que  sus;  recursos  fao^ea  en  derecha-^ 
{a  al  Soberano  por  mano  de  su  Ministro  de  Haciendad; 
para  lo  qual  (  ya  que  quizas  no  hay  práctico  de  quien 
echar  roano)  conveodria  se  buscase  un  hombre  de  buena; 
edad>  que  hubiese.corcido  algunas  .caravanas^  oBanlfos**! 
«adp  su  amor  aL  servicio  xtol  fiuey  y.  de  la.  patria  »  fticser 
muy  aplicado  y  trabajador,  para  ir  enderezando jcntucr y 
tos ,  que  irla  tocando  con  ia  experiencia* 

20  Que  asimisaia.se  buscasen  unos  Administrado*^ 
ees  Generales ,  qu^  isáitaseo  á  su  DiieAor  ^^exijioguiendiab 
much»  Aduanas  y  AxLuaniUas  ^  yjsqudaridoi  iaSí{>riiicipAí 
les  pordóüde  debiera  hacecsse  £l  coiiieficia.  ./  c   í;        o 

2 1  Que  se  prohibiese  absolutamente  la  práctica  es* 
candalosa  ^  de  que  el  pobre  Español  en  su  propio  país  so 
vea '  precisado  ^  romo  s^cede  y  i  valerse  de  algún  nacional 
para  poder  comerciar  de  un  puertoi  otro  ,.  los  frutos  yi 
géneros  nuestros  i  porque  en  quantos  lleva  y  descai;ga^ 
debe  pagar  los  derechos ,  de  los  que  está  libre  todo  ex«« 
trangero  con  una  vez  que  haya  pagado. 

2  2  Hagámonos  cargo  de  la  constitución .  de  este  sU 
glo,  y  qUelauíeceskiad.  habrá  obligado  á  sufrit.,  disl^ 
mular  y  aguantar  la  carga  de  las  naciones  que  hemos  ile^ 
vado }  pero  lo  que  no  se  puede  tolerar  con  paciencia  csi 
que  nuestros  patricios  hayan  vivida ,  y  vivan  empeña*^ 
dos ,  y  dedicados  á  favor  de  los  intereses  ágenos  ,  y  si 
tscoscquierp  remediar  siguiendo  la  práftica  que  se  ha 
^  arraigado  de  que  todo  se  remita ,  se  entregue »  6  cónsul? 
'        *  F  2  te 


44  ,  . 

te  con  Juristas  en  asuntos  de  ¿onierdo  y  erario  ^  teifcio 

nos  quedemos  de  peor  condición ,  á  causa  de  que  la  ex- 
periencia nos  ha  ensenado ,  que  la  ignorancia  tropieza  á 
c«ula  paso  con  inconvenientes  donde  nos  los  tuy ,  y  con- 
fiínde  lo  posible  con  lo  impos|lble  ^  por  lo  que  no  sabea 
ss^lir  delicamioo  tisiUado  ,.  por  oías  que  conozcan  que  d 
qtie  han  UeviadQ  ,  y  llevan  en  asunto  de  intereses  patiri*» 
ciDs,  es  errado  ^peligroso  y  torcido ,  y*  viven  empeñados 
caí  buscar  4ifu:ultades  sin  alguna  aplicación  á  allanarlas^ 
y  así  es  necesario  que  vmd.  se  aparte  de  ellos  en  mato» 
lias  de  gobierno ,  e  incidencia  del  erarios  porque  no  tie^* 
nen  tibMs  donde  se  trate  decl  con  sólidos  fundamentos» 
xü  sehan  dedicado  al  práctico  conocimiento ,  sin  el  qual 
ytven  reducidos^al  eco; 

23  £1  oñcio  de  Contador  no  se  ha  sabido  ,  ni  se  sa- 
be lo  que  es  I  sino  por  aquellos  que  lo  han  sido,  y  aprenr 
dieron  saprádica  desde  los  principios  ,  y  lo  mucho  jquc 
importa  alí^raxio  es V  que  sean  mozos  instruidos ,  aplica- 
dos y  traba jadorá ,  lo  que  no  es  para  los  hombres  can- 
sados h  y  siendo  el  timón  de  la  embarcación  el  que  ma- 
neja j  es  preciso  se  haga  buena  elección  ,  como  la  de  sus 
oficiales  j  que  se  les  de  estimación ,  y  se  les  dote  de  ma- 
icera y  que  puedan  vivir  con  la  decencia  correspondienf- 
le^  para  que  no  "se  dediquen  i  los  muchos  arbitrios 
que  tienen  ^  pero  que  así  los  Admlstradorcs  y  Contador 
res ,  sus  Oficiales  ,  como  los  Visitadores  y  Cabos  de 
resguardos,  sean  precisamente  personas  de  representación 
de  hidalgos  1  con  aprobación  del  Fiscal  de  la  Dirección^ 
ftorque  hay  inmensidad  de  pobres  de  ellos ,  y  se  líber- 
latá  á  la  República  de  nmchos  zangaños ,  y  perjudicial 
les  á  la  ella ,  y  al  erario.  Y  que  todos  los  Guardas  y  Es- 
tanqueros de  sal /tabaco  y  otros,  hayan  servido  precisa- 
mente por  ocho  años  en  la  tropa  ,  con  lo  que  tendrá  el 
soberano  sobrados  que  le  sirvan* 

$jran 


45 
:    14    ^^°  cttidadQ  es  riecesatío  para  la  eleccloa  de 

Contador  General  die  este  ramo ,  por  ser  el  timón  de  go^ 

fakrno  general ,  que  en  el  se  trata ;  en  cay^  oficina  es  in» 

dispensable  haya  sugetos  hábiles,  y  que  hubiesen  esta^ 

do  en  algiuas  de  las  oficinas  de  las  Aduanas »  y  quando 

no  los  Imbiese » se  ks  envíe  por  un  par  de  años  con  rc^ 

tención  y  y  ascenso  ¿  sus  compañeros.  •  ¿ 

15     A  está  oficina.se  le  deben  pedir  las  copias  certl» 

ücadas  de  los  privilegios ,  con  que  están  disfrutando  y^^ 

lias  comunidades,  y  familias  particulares  algunas  rega-^ 

lias  y  ya  por  donación ,  ya  por  venta ,  ya  por  empeño,  ó 

ya  por  otros  motivos,  donde  se  hallarán  los  jperjuicios  que 

leáultan  contra  el  erario ,  y  el  público. 

26  Si  en  esta  oficina  no  se  hallasen  las  noticias  ,  y. 
(documentos  de  los  que  en  cada  Aduana  de  las  de  la  co* 
corona  de  Castilla  y  Aragón  disfrutan  derecho  ó  penr 
siones  I  se  puede  pedir  á  las  Contadurías  de  las  propias 
Aduanas  remitan  á  la  Dirección  General  los  documen- 
tos originales ,  en  cuya  virtud  disfrutan  los  beneficios 
acordados  por  S.  M« 

27  Todos  estos  instrumefitos  se  deberán  pasar  al 
fiscal  de  la  Dirección  ,  con  facultad  de  que  pidiese  el  do/» 
ipunento  qnc  le  faltase ,  y  después  de  ex&minada  bien 
cada  gracia ,  expusiese  su  didámen ,  con  el  qual  se  pudie- 
se tomar  la  justa  providencia,  en  que  á  buen  seguro  nada 
perderá  el  real  erario. 

28  Seria  de  muy  particular  servicio  se  trabs^ase  ep 
el  modo  de  apartar  de  este  ramo  todas  las.  cargas  que 
flobre  si  tiene,  porque  hay  graves  inconvenientes.,  en  que 
tiingun  particular  tenga  acción  ó  derecho  sobre  qua- 
lesquiera  ramos  del  erario ,  y  á  lo  menos  se  pagase  por 
la  Tesorería  mayor. 

.  29     Las  V<ú;tas  de  las  Aduanas  deben  ser  de  los  que 
hayan  ^o  mercaderes ,  par;i  que  tengan  conocimientp 

de 


4« 

de  los  géneros  que  se  introducen  ,  y  no  de  sag^tos  que 

van  i  aprender  el  oficio  ( como  tal  vez  sucede  )  dentro 

de  la  propia  AUuana ,  en  cuyo  caso  quien  le  padece^  es 

el  erario.  ^ 

30  Para  hi  cuenta  y  razón  de  las  Aduanas  será  bieti     \ 
el  que  se  disponga  una  ordenanza ,  ó  instrucción  gene< 
ral  (que  puede  ser.  no  se  encuentre ,  sino  alguna  muyi 
articular  y  diminuta),  con  prevención  de  que  sus  capí- 
tulos no  se  deroguen  ,  ni  taladren  sin  real  orden  ,  y  si 

se  hallare  motivo  justo  de  replicarla  ,  se  haga  por  ^  tres 
veces  >  y  la  última  decisión  se  una  con  la  precia,  qídí 
denanza*  .....  ^ 

3 1  Que  antes  de  formarla  se  tomen  qociciastde  los 
que  se  considerasen  capazes  y  pr adieos  ,  y  sie  a^ada 
que  de  cinco  en  cinco  años  se  muden  interpolados  loi» 
Administradores ,  Contadores  y  Vistas  »  paraxiue  no  so 
famillarizen  con  las  casas  extrangeras,  y  quapdo  9  algtt«( 
no  se  llame  á  la  Corte ,  venga  bien  instruido.  .     ^ 

3a  Quede  eres  en  tres  anos  se  destaquen  dos  Ofi** 
ciales  con  sus  escribientes  de  los  de  la  Contaduría  Gene^* 
ral,  para  que  visiten  las  Aduanas  todas ,  especulen  si  las 
reglas  de  su  prádica  son  conformes  á  las  instrucciones^ 
y  órdenes  generales,  con  lo  demás  concerniente  al  asua# 
to  ,  y  den  cuenta  á  su  regreso  al  Direftor  y  Contadoi 
general. 

33  Se  necelita  con  precisión  la  reforma  de  va<ío| 
sueldos,  gastos  y  empleos  superflaos,  en  que  nada  perde** 
ti  el  erario ,  y  que  st  haga  un  fíxo  establecimiento  para 
que  no  haya  voluntarias  alteraciones. 

34  Que  en  las  Aduanas  haya  asiento  formal  del 
vatot  entero  de  los  frutos ,  y  géneros  que  cada  nación 
nos  introduce,  del  derecho  que  les  corresponde  ,  y  del 
que  se  entregase  en  la  Tesorería ,  prohibiendo  absi^luta- 
mente  toda  gracia  ,  y  la  de  la  espera  del  Importe  de;  lo 

que 


47. 
qne  se  ilebe  s&tlsfiícer  ^  porque  no  parece  jiísto  que  no« 

sotros  seamos  agentes  del  fomento  ^  y  alivio  de  su  comer* 
do,  como  ha  sucedido  hasta  ahora. 

3  5  Que  igualmente  se  lleve  asiento  formal  de  ios- 
frutos  y  géneros  que  cada  nación  entregue  en  núes* 
ttós  puertos ,  de  su  valor  y  derecho  que  satis£iciesen^ 
en  lo  que  cabe  alguna  gracia  ^  y  espera  baxo  de  sép 
guridad.  j 

.  35  De  este  modo  se  sabrá  lo  que  cada  nación  d¡$-H 
fruu  á  esta  Monarquía  ;  como  el  beneficio  que  se  saca^ 
io  que  hasta  ahora  se  ha  ignorado ,  y  se  ignora ,  siendo 
así  que  es  el  único  preliminar  para  el  cuidado  que  se  de^ 
be  tener  de  nuestra  gobierno* 

37  Que  en  las  cuentas  que  se  presentaren  de  las 
Aduanas ,  se  compruebe  el  cargo  de  lo  que  se  introduce 
en  cada  navio,  como  ia  data,  y  no  se  dexe  al  arbitrio  do 
los  Administradores  y  Contadores  de  las  Aduanas  ia  jus*i 
tificacion  del  cargo  ,  como  ahora  sucede» 

38  Las  causas  de  Aduanas ,  y  de  todos  géneros  de 
fraudes  y  contrabandos ,  convendría  mucho  se  determi"* 
sasen  en  la  Junta  del  tabaco,  donde  no  hay  obvenciones, 
asistiendo  a  ella  el  Dire¿^or  General  ^  como  ya  en  otra 
ocasión  se  mandó.  ; 

3^  Que  igualmenre  se  lleve  oslsnio  formal,  de  la 
frutos  y  géneros  que  cada  nación  introduce  j  y  parece 
no  pudiera  haber  inconveniente  en  que  al  Contador  ge- 
neral de  Aduana,se  pidiese  una  certificación  de  lo  que  de 
Veinte  y  cinco  años  á  esta  parte  se  ha  entregado  por  su 
Tesorería  en  dinero-  pata  compras ,  y  otras  cos^^  por  si 
conviniese  averiguar  su  paradero* 

40     Asimismo  de  si  se  hubiere  entregado  algo  poi: 

transacciones  y  ventas:  e  igualmente  los  alcances  que  ha* 

hieren  re&ultado ,  y  su  estado ,  no  siendo  de  menos  coor 

si- 


4« 

sideración  el  Importe  de  la  remisión  de  Íos  derechos  de 

qualcsquiera  géneros  embarcados. 

Lanát. 

• 

,  I  El  ramo  de  Lanas ,  hijuela  quasi  precisa  de  las 
Aduanas  ,  es  de  bastante  consideración  ,  y  se  administra 
con  total  independencia  de  ellas ,  cuyos  salarios  y  gastos 
ascienden  sobrado ,  y  se  pudieran  ahorrar  todos  con  la 
agregación  á  la  dirección  de  Aduanas ,  administrándola, 
con  los  propios  dependientes  de  ellas,  que  no  puede  ha«! 
ber  otro  inconveniente  que  el  de  la  displicencia  de  los 
cortesanos  >  que  acomodan  á  sus  ahijados  á  costa  del 
erario* 

2  Al  Contador  de  este  ramo  se  le  debe  pedir  una' 
certificación  de  su  valor  entero  ,  desde  que  empezó  á 
adminbtrarse  hasta  el  dia  de  hoy ,  sus  costas ,  salarios 
y  gastos ,  su  liquido ,  lo  entregado  en  la  Tesorería  mar 
yor,  y ias  resultas,  con  la  declaración  de  si  hubiese  algu- 
nas partidas  entregadas  para  otros  fines,  por  si  conviniese 
saber  su  paradero. 

3  Asimismo  se  le  debe  pedir  otra  certificación  de  si 
tiene  algunas  cargas  fuera  de  Juros ,  y  nada  perderla  el 
erario  en  dexar  limpio  este  ramo» 

AUmrantaggo. 

I  Establecióse  el  Almirantazgo  en  todos  los  puer-« 
tos  de  E^na ,  y  se  agregó  después  al  erarlo  real ,  ad<- 
ministrándole  por  Aduanas ,  y  parece  no  puede  haber 
inconveniente  en  que  se  averiguase  su  produfto  desde  el 
origen  que  tuvo  hasta  ahora ,  como  la  conversión  y  pa« 
radero.  . 


49 


E^tra€sion  de  Mmedéu 


1  Por  leyes  de  estos  rey  nos  se  prohibe  absoluta^ 
mente  la  extracción  de  la  moneda  ,  y  no  liabiendo  me** 
dio  de  evitarla  en  Cádiz ,  adonde  vienen  los  tesoros  de 
Amenca ,  se  estableció  abrir  la  puerta  de  la  extracción 
por  medio  de  an  tres  por  ciento ;  pero  sin  aquella  forma** 
lidad  que  corresponde  á  semejantes  asuntos. 

2  Si  los  caudales  de  Indias  vinieran  en  barras  ^  se 
introduxeran  en  el  centro  del  país ^  se  fabricara  la  mone- 
da,  y  se  entregara  á  los  dueños  con  puntualidad  ^  á  mas 
de  las  utilidades  que  produxera  á  los  comisionistas  y, 
conductores ,  se  evitaría  la  extracción  fraudulentas  pera 
es  necesario  se  cuide  en  España  del  fomento  y  alivio  del 
comerciante  extrangero ,  y  por  lo  pasado  parece  no  sería 
fuera  de  proposito  el  que  se  averiguase  lo  que  ha  produr 
cido  el  tres  por  ciento  de  las  extraccionesi  su  conversión 
y  paradero ,  que  á  lo  aienos  constaría  en  la  oficina 
<ltte  corresponde» 

Rentes  Provinciales^ 

X  AI  ranáo  de  Millones  se  agregaron  otros  varios, 
como  alcabalas ,  cientos ,  servicio  ordinario ,  y  en  todos 
hasta  catorce  ,  por  lo  que  hoy  se  llanran  Rentas  Pro-* 
vinciales.  Toda  la  nación  ha  clamado  y  clama  su  desdí^ 
cha ,  mientras  subsistan  estos  ramos  >  porque  no  solo  cm-^ 
barazan,  sino  que  le  prohiben  el  que  pueda  hacer  el  xo-; 
m¿rcio  a¿livo  y  pasivo  de  sus  frutos  y  géneros  aun  den^ 
tro  del  propio  reyno.  Pero  lo  que  vmd.  notará  es,  que 
aunque  unos  gritan,  y  otros  lloran  ,  no  hay  alguno  que 
pueda  explicar  hasta  ahora  el  pormenor  de  lo  que  pa^ 
dece  el  rey  no  ^  sin  duda^iocque  no  hubiéra;qulen.jcreyí^. 
'.Tmm.YL  G  ra 


J» 


\ 


x^  lo  qie  se  ha  tolerado  i  y  sin  embargo  siempre  que 
vmd.  lo  quiera  saber  ,  hallará* quien  s.c  lo  explique,  y 
bueno  es  qu:  sepa  que  de  seis  en  seis  años  se  saca  una 
Bülü  por  cien  escudos  Romano^i  se  dan  dos  ínll  ducados 
á  cada  Camarista ,  se  mantiene  un  número  crecido  de 
tribunales ,  ministros  y  manipulantes  á  costa  de  los  po-, 
bres  vasallos, y  en  una  palabra,  que  cosaque  haga  mas 
daño  á  la  nación  ,  no  puede  habeiT  en  el  mundo. 

2  Para  remedio  de  estos  males  se  acordó  establecer 
un  método  de  curación  peor  que  el  de  la  enfermedad,  á 
cuyo  ñn  se  trató  de  subrrogar  las  rentas  Provinciales  eti 
el  Catastro  (mejor  se  dirá  Catástrofe),  que  despue$  1& 
mudaron  en  Única  Con  tribucíoo  sin  serloc  Nada  abriólos 
ojos  á  hacer  el  aprecio  correspondiente  del  proyedo  á 
los  hombres  juiciosos ,  y  amantes  del  BLey  ,  y  dala  pa^ 
tria ,  como  saben  que  sin  hacerles  algún  agrá  vio ,  todos 
quantos  se  eligieron  para  tratar  de  un  asunto  semejante^ 
fueron  unos  hombres  muy  autorizados ,  nada  teóricos, 
y  menos.prádicos ,  y  se  gastaron .  muchos  milloneS' del 
erario  en  mantener  y  criar  mas  de  die;^  mil  zangano$de 
la  República ,  que  después  han  parado  la  mayor  parte, 
en  pretendientes ,  .presidios  t  y  en  oirás  cosas  bien  re?- 
parables. 

.3  Sin  embargo  díspusiei^on  uña  papeJetía,.  quer  no 
hay  vida  en  un  hombre  para  verla ,  y  m^cho  menos  pa* 
ra  enterarse  de  ellos.  No  obstante  habrá  tal  qual  fan* 
tastico  que  quiera  sostener  el  proyedo,  que  si.se  hlci¿« 
ra  lo  que  en  tiempos  antiguos ,  exponiéndose  á  dlguha 
pena,  no  se  hallaría  alguno,  y  quahdo  vmd. , vea  que 
sugétos  de  representación  vuelvan  á  renovar  la  idea,  exa- 
mine bien,  y  vea  si  son  personas  que  tengan  que  perder, 
ó  puedan  resarcir  los  daños  ,  y  satisfacer  la  quiebra  del 
erario ^  en  cuyo  caso  sería  muy  propio  de. lá.  bondad  y 
justiíiicacioD ;de  <S.  M«  le  maudase  m  cada  uno'cle.lp&.  tales 


;  51 

sugetós  pakr  á  una  ptovincla ,  y  la  establéete»' j  y  cad- 

seguído  que  fuese,  se  ie  premiase  á  toda  satisíacciom' pe- 
ro de  lo  contrario  se  le  castigase  á  correspDndetKia  de 
las  resultas ,  y  respefto  á  que  la  contribución  de  rentas 
Provinciales  fue ,  y  es  concedida  por  los  rey  nos,  sien^re 
sería  de  sentir  se  les  comuiilcasc  el- dicho  proyedocoa 
laa  instruccionei  y  regias  de^ü  ^cifolccinyicnftó ,  y  que 
di  mismo  tiempo  se  les  aco^mpfafkse  con  otros  de  los  que 
en  el  reynado  pasado  se  dieron  ^  y  examinándose  por  los 
individuos  de  cada  ciudad  acordasen  entre  sí,  como  quo 
:són  los  que  han  de  contribuir  ,*  y  l(^  mas.irTtcres^idos  >  y 
explicasen  su  di£tamen  por  escrito  /  que  recogiéndolos 
todos  se  podrié^n  exáminaf  ^  y  elegir  par¿i-  la  determina- 
tica  lo  que  'pareciere  mas' conforme  al  servicio  de  Dios, 
del  Rey  y  de  la  patria.  ^ 


'  •  */ . 


Corana  dé 'Aragm.    \ 

X  En  el  entretanto  ño  sería  ocioso  eil*  que -se  ex&v 
minase  la  prádica  de  las  contribuciones  Eleales  ,  equl«- 
valentes  á  las  rentas  Provinciales  de  los  quatro  rey  nos 
de  la  corona  de  Aragón  ,  por  ser  distinta  una  de  otra,  y 
con  particularidad  la  del  figurado  Carástto  de  Cataluña,  ' 
donde  se  sabo  no  hay  regla  fixa,  que  ál  principio  se  dis^ 
puso  de  una  manera ,  y  después  ha  ido  de  mal  en  peor, 
y  que  están  sujetos  aquellos^  vasallos  á  las  determinacio- 
nes justas  I  ó  voluntarlas  det  Intendente ,  sin  otra  apela-^ 
cion  que  á  Dios ,  y  si  se  diera  á  aquella  Audiencia  la 
facultad  de  cbnocetsus  clamores  en  justicia,  se  oirían 
muchos  lamentos ,  y  aconteciendo  quasi  lo  mismo  en  los 
otros  tres  reynos ,  solo  me  queda  el  consuelo,  que  teñe*» 
mos  un  Rey  justo,  pládosa,'^abio  y^amante.de  iapa^ 
tria, que  oirá  y  mirará  po*  toldos.  .  »>  ^ 

t     £q  los refynos  de- 4a  Gorona-de» Aragóníiondif** 

G  a  tin-. 


5* 

tititos  los  ramos  del  erario  ,  sin  alguna  umfocmtclad  en 

ellos.  Puede  ser  que  en  algunos  estén  mucho  mas  aliviados 
que  los  Castellanos ,  y  nunca  puede  perjudicar  al  erario 
(  quando  no  se  quiera  tocar  en  la  prádíca  )  el  que  se  pi-» 
da  á  los  Contadores  de  los  quatro  xeynos  una  certifica* 
don  ^  donde  conste  el  valor  entero  de  cada  año  de  sus 
respc£tLvas  contribuciones,  sus  solacios  y  gastos,  io  liqui- 
do y  el  paradero  del  c:aiKÍal  i  con  separada  relación  de 
los  fondos  entregados  ^  otros  fines  ^  por  si  conviniese 
averiguar  su  paradero,  que  es  muy  posible  se  encuen« 
tren  algunas  quiebras  y  atrasos, »  de  cuyas  enteras  notl* 
cias  se  carece  en  las  oficinas  ^e  la  Corte ^  y  que  sean  des^ 
de  el  año  de  la  conquista  basta  el  dia  de  hoy. . 

j  Otra  en  los  mismos  términos  de  cada  ramo,  de 
los  que  llaman  bienes  Patrimoniales ,  coa  relación  de 
los  que  se  hubiesen  vendido  y  enagenado  por  vida ,  ó 
perpetuamente  por  don^^cion  ^^al^  para  que  se  tenga 
presente  donde  convenga  ^  y  no  se  perpetiien  las  gracias 
•ch  vida  yac  que  hay  muchos  exempiares»        •  .      : 

AkabaJas. 

,     z     Aunque  el  ramo.de  Alc^b^las  $¡gue.u;iide  i  Mí-; 
Uones  ó  rentas  Provinciales  ^  siendo  la  contribiKion  *ma$ 
perjudicial  al  Estado  y  ai  público  y  que  absolutamente 
le  impide  el  comercio  aftivo  y  pasivo ,  y  el  que  pueda 
haber  artesanos^  que  pasa  de  quatro  siglqs  está  padecieo^ 
do  la  Monarquía  su  total  ruina  >  como,  es  de  vasta  consi«r 
deracion  »  me  ha  parecido  que  debo  hacer  memoria  de 
este  ramo  con  particulatidad ,  diciendo  que  solo  el  ínte- 
res que  disfrutan  los  magnates  y  por  tener  mas  de  la  mis- 
tad del  .rey  nQ..en  prenda^.delcdinero  que  dieron ;:por  qstff. 
derecho  (que  no  hay  medía  docen^  de  pueblos  cedidos 
ea^tcncipn  á  lícrUos  por  dpqaciqa  ,^al ) ,  pudif  ra  ha- 
ce? 


^53 

cer  que  subsistiese- sc(r.e|ante  contribución  ,  que  mas  por 

el  modo  que  por  la  substancia  grava  y  reagrava  al  vasa- 
lio  de  un  modo  tal ,  que  no  se  sabe  como  se  ha  tolerado, 
sin  haber  reclamado  á  los  piadosos  Soberanos  que  hemos 
tenido  5  y  lo  que  mas  me  ha  hecho  llamar  la  atención 
es  I  que  la  .Real  Hacienda  tiene  dos  cargas  particulareS| 
la  una  llamada  de  Juros  »  y  la  otra  de  Alcabalas.  La 
primera  á  nadie  perjudica ,  y  aún  al  erario  es  tolerable, 
porque  apenas  llegará  á  medio  por  ciento  lo  que  ha  paga« 
do  de  interesi  á  excepción  de  una  gracia  particular,  y  he 
visto  empeñados  á  los  que  han  manejado  el  erario  éu 
buscar  todos  los  arbitrios  imaginables ,  para  quitar  eetos 
Juros.  La  otra  carga  es  de  las  Alcabalas  ,  porque  se  fa* 
tiga  sobrado  al  vasallo  por  los  magnates  $  pero  no  ha  ha« 
bido  alguno  que  haya  tratado ,  ni  dcdicadose  á  quitar 
esta  carga  á  los  pueblos ,  y  agregarla  á  la  corona,  que 
si  el  mismo  dinero  que  se  ha  empleado  en  los  Juros  ,^  so 
hubiera  aplicado  á  la  redención  de  las  Alcabalas  de  los 
pueblos,  pocos  quedarían  baxo  del  yugo  de  los  que  los 
afligen ,  y  si  de  la  diferencia  del  agravio  se  tratara  del 
de  los  Juros  con  el  de  Alcabalas,  entre  quienes  supiesen 
lo  que  conviene  al  Estado,  erario  Real  y  vasallos,  y  ta« 
.viesen  amor  á  uno  y  otro ,  ninguno  se  aplicarla  á  la  ex* 
tinción  de  Juros ,  y  sí  á  la  de  las  Alcabalas. 

1  Para  tomar  conocimiento  del  perjuicio  que  se 
toca,  y -del  beneficio  que  puede  producir  al  erarlo  y  los 
pueblos^ se  debería  pedir  una  certificación  cop  distinción 
de  Provincias  y  lugares,  de  la  cantidad  en  que  se  empe^ 
ñaron  las  Alcabalas  de  cada  uno ,  y  por  las  diligencias 
pradicadas para  el  Catastro,  ó  por  otras  mas  seguras,  se 
podría  averiguar  lo  que  produce  al  año  5  de  donde  se 
comprobarla  el  tanto  por  ciento  que  el  dueño  de  las  AU 
cabalas  percibió  por  su  anticipación  ,  que  puede  ^er  ha- 


54  . 

ya  Lugar ,  y  alguno  muy  cercano ,  q\ic  produzca  áouá% 

mente  otro  tanto  como  se  dio  de  principal,  y  baxode 
este  conocimiento  maestral  se  fuesen  extinguiendo  las 
Alcabalas  de  los  pueblos  que  conviniese  agregar  á  la 
corona.  Se  debe  pedir  otra  certificación  de  lo  que  han 
producido  las  Alcabalas  y  cientos ,  que  di  cuenta  de 
S.  M.  se  han  administrado  de  algunos  años  á  esta  parte, 
sus  costos  y  gastos  ,  liquido  y  Alcabalas. 

■ 

Contaduría  de  Mltlones  y  Alcabalas.  t, 

-  1  La  Contaduría  general  de  Millones,  y  la  de  Al- 
cabalas se  conservan  mas  por  razón  de  estado ,  que  por 
utilidad  del  erario  ,  en  cuyo  beneficio  podria  ser  con- 
veniente se  pidiesen  así  á  estas  dos  Contadurías ,  co* 
moa  la  separada  que  hay  de  rentas  Provinciales  ,  las 
noticias  siguientes : 

2  Una  certificación  que  comprehenda  desde  el  dia. 
que  se  emprendieron  en  administración  las  rentas  Pro- 
vinciales hasta  el  dia  de  la  fecha ,  Provincia  por  Provin-* 
cia ,  donde  conste  el  valor  entero  de  cada  ramo  de  lo^ 
que  corren  baxo  del  nombre  de  rentas  Provinciales ,  sa- 
larios y  gastos,  liquido  produdo  ^  lo  entregado  en  Teso- 
rería mayor  ,  y  una  relación  por  menor  donde  consten 
las  partidas  que  completen  el  produdo.  Por  esta  certifi- 
cación constará  lo  pagado  por  juros ,  las  quiebras  que 
haya  habido  ,  lo  que  debiesen  los. pueblos,  y  algunos 
otros. 

3  Otra  certificación  de  las  cuentas  que  faltan  que 
evacuar  á  los  dependientes  de  cada  Provincia ,  cuyo  re* 
'traso  es  considerable,  de  graves  inconvenientes  y  perjui- 
cios al  erario  ,  y  dependientes. 

4  •  Otra  certífícacioo  de  las  Contadurías,  > Escriba^* 

X  nías 


oías  y  demás  oficios  enagenados  por  compras  ó  empeuosi 
en  que  hay  un  notorio  perjuicio^  al  erario  y  al  pú- 
blico. 

'  5 :  Una'  relación  de  todos  los  empleos  y  sus  salarioS| 
Provincia  por  Provincia ,  por  si  hubiere  que  arreglar  y 
leformar. 

6  Otra  de  las  ventas  que  hubiere  de  cada  ramo  de 
los  que  estuviejren  enagenados  ^  y  por  que» 

7  Otra  del  paradero  de  los  papeles  que  correspon^ 
4an  á  cada  uno  de  los  referidos  ramos  ,>así  en  Contadu- 
rías, como  en  Escribanías  I  y  otras  qualesquiera  partes 
para  recogerlas;,  exámioarjios  |  archivarlos.,  y  tener  nor 
tícla  de  los  que  faltan. 

S  Gomo  suelen  ser  muchas  las  deudas  de  los  pue- 
blos enca^ezados-i  y  se  separó  la  cobranza  de  ellas  coa. 
(omisión  particular,  nunca  pe^de^ia .  el^i^rjp  en  pedir 
una  i;elftci€^  del  importe  de  alcanzes.  substraído»  de  tas; 
oficinas  correspondientes  d$  Iqs  ramo$  de  rentan  Prioyi^- 
cíales,  lo.  que  se 'hubiere  c^bfado ,  entregado  en  la  Tcso^ 
rería  ipay or ,  .y  las  resultas  que. hubieren  quedado,:      . ,, 


*  t 


I  .£1  j!anio  de  Tercias  i  que  depende  de  las  sant^^s 
Iglesias,  unas  veces^^. ha. a.4mij3istrado9  y  otras  ha  cor« 
rido  incorporados  rentas  Provinciales ,  y  no  p^rjiídica^^. 
ria  se  pidiese  una  certificación  desu  produ¿lo  de  cada 
año,  desde  que  se  ei^pezaron  a.adininistrar  las  rentas, 
hasta  el  dia  de  hoy ,  sus  costos  y  salarios ,  y  liquido  en* 
tragado  en  Tesorería  mayor  ,  con  la  distinción  y  sepa^ 
ración  de  lo  que  correspondiese  á  cada  Iglesia.  ; 


*^ 


* 


Ren^ 


I« 


Rtrtta  ̀  Sainas. 


>  I  El  ramo  de  las  rentas  de  Salinas  regularmente  ha 
estado  en  arrendamiento  ,  y  hoy  se  maneja  en  adminis- 
tración :  tiene  una  suma  considerable  de  pensiones  á  fo- 
VqF  ^^  ^^  dueños  de  las  ÍSalinas :  sus  costos  y  gastos  son 
crecidos :  han  padecido  y  padecen  macho  lo^  vasallos  d¿ 
tos  pueblos  cortos  por  Los  repartimientos  que  se  les  hace 
pitra  el  consumo  preciso  de  la  especie  $  por  cuyos  motí* 
Vo&  no  hay  ramo  de  erario,  que  necesite  di  mas  cuidado 
en  la  elección  del  Dijre^or  y  Contador  generat  de  su 
manejo. 

•    2;    Para  no  afligir  tanto  al  vasallo  pobre,  sería  preci- 
sa establecer  estancos  >  como  en  la  renta  del  tabaco,  y 
que  no  se  les  obligue  á  tomar  4a  sal :  que  el  precio  de  el 
jioráfKiyor  y  cneñor  se  iguálase ,  paria  no  dexar  ai  alani- 
pulanteel  arbitrio  deque  la  venta  de  por  menor  la  con- 
sidere  por  mayor :  que  se  fomentasen  varias  Salinas  de 
donde-se  pueda  hacer  por  mar  y  por  la  nack>n  el  comer- 
cio AGdvo  de  este  fruto  con  los  reynos  extrangeros ;  y 
nada  perdería  el  erario  en  que  «e  pidiese  una  certifica*- 
cion  de  este  ramo,  del  valor  entero  de  cada  año ,  costos^ 
gastos ,  satatios ,  pensiones ,  liquido ,'  y  ló  entregado  en 
la  Tesorería  mayor,  y  una  relacioQ  de  quiebras  y  alcan- 
ces,  y  su  estado* 

» 

^  RenPds  ie  Tabácé. 


I  La  renta  del  Tabaco  es  <ie  la  mayor  conslderi^ 
cion  ,  y  se  gobierna  por  dos  Administradores  con  facuU 
tades  y  jurisdicción  de  pocos  años  á  esta  parte  de  Alcal* 
des  pedáneos ,  en  que  no  ha  ganado  cosa  el  erario. 

^     La  principal  provisión  se  hace  de  la  Habana  por 

•t'   '  '  sien- 


^  .  Í7 

asiento  de  la  compañía :  esta  ha  haUado.  medios  de  en*- 

ganar  en  grave  perjaicio  dd '  erario^  lo  primero  ^  por* 

que  se  ofreció  á  recbget  todo  lo  bueno  de  la  coseciía ,  pa»- 

ra  que  ao  hubiese  excracdon  á  reyjios  extraños ,  y.  lia 

traído  lo  peor  ^  dexando  extraer  lo  mejor :  sieqdo  así  qtie 

se  le  diefcoDy  y.  se  ie  conciauá  eii  dar  mas  jde  dos .  mUlo-4 

nes  de  reales  de'beoeíicio  amial,  esto  es,  cumpliendo  con 

lo  pa¿^ado.$  ^to  oo  cumpliendo ,  como  oo  ha  cumplido^ 

sube  á  mucha  consideración. 

3  En  la  fábrica  de  Sevilla  se  han  gastado  treinta  mU 
llones  de  reales  $  no  se  .ha  dado  cuenta  de  ellos ,  y  se  ha 
manejado  su  construcción  á  toda  libertad.  . . 

4  .  Vs^  para  dos  siglos^  <^ie  no .  sab¿  el  Rey  lo  que 
le  cuesta  una  libra  de  tabaco  labrado^  Regular  mente  exis^ 
te  el  fondo  de  15  ó  20  millones  de  pesos  ;  hay  mas  de 
200  capataces  y  ayudantes ,  i  $.00  operarios >  .40  y  .  taun 
tos  gefvís  y  oficiaús  asalariado;  j  per^.nlogjunodp^tcMiof 
estos  da  cuenta ,  ni  es  responsable  al  valor  de  uní  aiSkri 
se  gastan  anualmente  mas  de  tres  millones  de  realts,  que 
se  distribuyen  al  antojo  del  Superintendente  de  las  fá- 
bricas :  tiene  la  Tesorería  de  la  renta  abierta,  para  quan- 
to  dinero  quiera  gastar  ^  sip^ue  se  \t  pregan té{  el  qpor 
qu^>  til  sea  responsable  á  cosa  alguna.  , :  -    t 

5  Lo  de  la  Habana  e^tá  remediado  fadlmcntie  \  cbift 
tando  en  justicia  el  asiento  de  la  compañía.  Establecien- 
do la  Fadoría  de  cuenta  del  R.cy ,  como  se  mantuvo  por 
muchos  años ,  se  tendrá  á  los  labradores  gustosos  como 
lo  ¿stuviQron ,  se  ahorrarán  anualmente  m^ch<Ki  posos, 
se  lograrán  Iqs  mas  exquisitas  tabacos  5  no  se  .extraeráa 
de  la  Habana  para  otros  reynos ,  y  vendrán  por  ellos  4 
nuestros  estancos. 

25  En  Ip  de  las  fábricas  convendría  $e  hiciese  una 
visita ,  y  se  inspeccionase  y  residenciase  con  íbümalidadi 
se  estable/^ese  gobierno »  cu^ota  ,  razón ,  respoosabiút 

YL  H  dad 


5« 

4ad  con  16  que  ie  ha  refiado  i  y  consta  tendría  'át 

ncfijcip  algunos  millones  de  reales  anuales  el  erarlo ,  ce- 
diepdo  á  lo  menos  en  el  todo  de  6  i  9^ 

7  Son  muchos  los  defeftos  del  gobierno  general  de 
esta  renta ,  ya  por  las  particulares  agregaciones  á  Adua- 
nas, ya.porque  no  ha  habido  ^hi  hay  libertad  de  admi* 
nisirarla.!comosedebe^  ya  porqué  á  sus  dependientes 
se  les  ha  hecho  creer^por  las  eitpeviencias ,  les  conviene 
trabajar  ,  e  ingeniarse  para  adquirir ,  y  por  ningún  ca^  * 
so  para  merecer ,  por  haberse  quitado  la  estimación  con 
el  premio  ^  dándoles  los  primeros  empleos  ,  por  benefí* 
cios  rurales,  á  contemplación  de  los^ortos  años,  ásugetos 
que  ni: han  tenido  teórica;,  qi  menos  ptádlca^  por  lo  que 
ha  perdido ,  y  pierde  muchos  millones  el  erario  :  siendo 
lo  mas  lastimoso , que  en  sus  2  id  dependientes  no  seiia« 
lien  dos  de  quien  ;char.  mano  para  mantener  en  lo  su- 
cesivo ^  siquiera  en-  el  estado  que  hoy ,  los  valores  de 
la.réúta.  •  *.     «    ' 

Naifes. 

"^  j  .  £1  est^rurp  de  Náípjís  está  agregado  á  las  siete  renh 
tillas ,  y  se  debiera- )untár  con-ei  Tabaco ,  para  que  stis 
Administradores  lo  manejasen. 

» 

Pa^l  Stlléáo. 

'  I       »  '       < 

,  X'  ^  £1  Papel  sellado  está  en  arrendamiento :  muchos 
son  los  vasallos  que  se  Han  perdido  con  clr,  y  se  debiera 
agregar  su  Administración  á  la  del  Tabaco ,  que  sin  al- 
guna incomodidad  se  puede  manejar  por  sus  Adminis- 
tradores' €<Mi  :ahof  ro  de  salarios  y  gastos ,  á  causa  de 
que  ho  hiiy  pueblo  por  pequeño  que  sea ,  en  donde  ét 
Rey  no  tenga  dependiente  suyo  ,  sin  riesgo  de  p^ídida 


95 

de  caudal ,  que  en  mas  ác  Qoventa  mütones  de  reaie^ 

que  produce  el  Tabaco ,  no  se  4^íi  algúci  qucbf anto^  y 
ademas  se  escusaria  la  ruina  de  muchos  vasallos. 

^ffta  de  Cruzada. 

t         ,  «»    •  •  •  "^^    »  t» 

--•'  .'  *■-••,•.  y 

1  I^'renkaá&Cnizadasejcedac^al^^  Subsidio  \Es«; 
cusado  y  Bulas  i  regularmente  ha  estado  en  'arrondamieii*< 
to  I  porque  ha  sido  précendida^  póc  Ips .muchos  goloso^ 
que  ha  habido:  para  elb.  -   ^   ; 

2  Nunca  se  ^a.admlni$trad&  por  quien  ^ntendiesq 
la  entidad  de  este  ramo ,  ni  supiese*^  ¿e'u>do/qu¿-.  d¿«» 
biera  tener  su  gobierno ,  y  el  que  ha  llevado,  ha  perdido 
á  muchos  vasallos  de  los  pueblosypdr  la  facultad  de  ser 
obligados  á  la  repartición  por  cargo  concegtl. 

'3  Este  ramo  bien  administrado' por  quien  etítendie- 
se  el  moda  que  debieca^^  tener  su^manejov  fWttde'^pcddo^ 
cit  I  en  particular  lo  de;  Balas! ^  sln^per^ukio^  a|gurioi\de 
vasállp'i  silguhos  millones  más  de  ios  que  hóy^ieotran  dp 
los  tres,  agregándole  á  la  renta  del  Tabaco  ,  y  que  los 
Administradores  lo  manejasen,  práfticando  lo  mismo  que 
con  su  ramo :  y  no  quieco  tocar  sobare  el  Escusado  ,  {K>r« 
que  es  de  Eclesiásticos. 

Sitios  lUaUs. 

I 

• 

Los  Sitios  Reales  de  las  cercanías  de  la  Corte  ,  y 
fiieta  dé  elta^  se  gobiernan  y  manejan  con  total  indepen- 
dencia unos  de  otros ,  y  nada  perdería  el  erario  en  que 
se  autorizase  al  Contralor  de  la  Casa  real ,  para  que  to« 
mase  las  cuentas  del  cargo  y  data ,  y.  que  lo  liquido  qué 
quedase ,  se  entregara  en  la  Tesorería  mayor  ,  con  pre- 
vención de  que  se  hiciese  inventario ,  y  abaluo  pruden- 
cial de  lo  correspondiente  á  cada  Sitio  ,.  para  que  slem^ 

H  a  prc 


6q 

pre  constase  co  csia  oficina  v  recogiendo  los  papdes  de  la 

<)ue  liafiUQ  de  Sitios  Kealcs. 

■ 

Correos. 

I  £1  ramo  de  Correos  se  gobierna  y  administra  de 
poco  tiempo  á  esta  parte^contotai  independencia  del  Mi« 
Aistro  de  Hacienda?  pero  siendo  patte  del  Erarlo ,  nada 
perderla  en  que  ciprodudoliqaido.despues.de  baxados 
los  salarios  y  gastos  y  se  entregase  en  la  Tesorería  ma« 
y or ,  y  se  paga&en  exi  ella  las  pensiones  y  cargas  extraor- 
dinarias que  faiibieae. 
» .  •  •     • 

Casas  de  Aümia^ 

'X  .  Uas  cas^s  de  Moneda  se  manejan  con  total  injie^ 
petkden|CÍa:uoa^  4^  otcasf,  y  nunca  pudiera  dañar  se  hiele- 
aé.vistta>jpi0r si  están  arregladas^  ludiendo  al  mismo  tiem- 
po una  fidadoh  de  su  eotrada>  costos,  salarios  y  liquido, 
com9  del  picadero  del  caudal. 


•     r 


;í  :.  .Casas  di.  AfasintüA 


t  De  la  regalía  de  la  casa  de  Aposento  entrará  en  la 
Tesorería  poco  mas  de  70.9  pesos  anuales. 

2  Si  los  arbitristas  de  este  ramo  hubieran  mirado 
por  el  ejtplendot  de.  su  Soberano  ,  el  lUcuiiiento  de  la 
Corte ,  y  el  beneficio  del  público  ,  iiubierap-  tenido  pre- 
sentes los  ser vibios  de  Madrid  en  este  asumo ,  y  las  de- 
mas  circunstancias  que  se  nptao ,  y  no  se  le  pueden  ocul- 
tar á  nfhgun  buen  patricio  político. 

3  Nada  atrasa  tanto  la  extensión  de  Madrid ,  sii 
hermosura ,  limpieza ,  y  la  comodidad  de  sus  habicacio- 
oes,  como  la  imposición  de  un  derecho  espantoso ,  que 
:.7j  es 


6i 

es  U  tercera  parte  de  los  huecos  y  uparos ,  y  seria  muy- 
propio  de  ia  bondad  ,  y  magnanimidad  de  $.  M.  extin- 
gaicse  y  aboliese  este  derecho;  pero  con  la  obligación' 
de  que  cada  dueño  de  la  casa  hubiese  de  ensolar  dep¡e« 
dra  de  sillería  las  frentes  que  tuviese  hasta  los  arroyos, 
dándosele  la  medida  de  las  piedras  para  que  fuesen  uni- 
formes» 

Cambios. 

'  I  Se  cuenta  entre  los  ramos  del  erario ,  el  de  la  pro* 
dttccíon  de  Cambios  de  moneda ,  que  se  ha  establecido 
en  países  extrangeros ,  cuyo  impone  se  tiene  por  de  mu* 
cha  consideración. 

2  Puede  ser  hubiese  alguna  razón  política  de  esta* 
do  para  el  esrablecimienro  de  esta  idea:  pero  sea  lo  que 
foere,  nunca  pudiera  per)tidicar  al  erario  ^  que  se  coma* 
se  pleno  conocimiento  de  este  negociado.,  encargándose 
á  los  hombres  de  comerció  hábiles  y  prádicos ,  los  qua* 
les  examinasen  el  fondo  que  á  cada  reyno  se  hubiese  re*? 
outido^en  que  tiempo  y  moneda,  valor  que  estas  tenían, 
quanto  hubiere  producido  dicho  fondo  desde  que  salió 
de  aquí»  hasta  que  se  extinguió  al  r espedo  de  tres,  por^ 
ciento  ,  y  quanto  ha  producido  de  beneficio  el  Cambio^» 
sus  C090S  y  gastos, y  liquido,  para  venir  en  conocimien- 
to de  las  ventabas  que  ha  ceñido  el  erario  ,  de  las  que  se 
dcbeu  exduir  ,  7,  las  quiebras  que  haya  tenido.  .   . 

Maistrax¿a» 

I     Tenemos  en  EspaSa  qoatro  Ordenes  MititareSi 

cuyos  Maestrazgos  y  sus  incidentes ,  no  dexan  .de  ,pfio^: 

ducir  algOral  eranio:  á  susijontadurías  no  pcqudicártti 

pedir  una  certificación  de  k>  que  cada  uno  de  los  ramosL 

ha 


6% 

ha  producido  al  año ,  sus  costos  y  %zhtíosffo  liquido^ 
lo  entregado  cñ  la  Tesorería  mayor ,  con  una  relacioa 
de  todo  lo  que  se  hubiere  vendido ,  empeñado  ó  cna-^ 
genado,  y  que  se  debiese,  para  su  revisión.^  en  que  nada 
perdería  el  erario. 


Multitud  de  ramilhs  que  restan. 

1  Resta  una  multitud  de  ramillos  de  rentas  ^  que 
ha  habido  curiosos  que  se  han  dedicado  algunos  años  á 
la  averiguación  de  lo  que  producía  cada  uñó ;  pero  no 
lo  ha  podido  conseguir ,  ni  menos  saber  el  número  d¿ 
los  que  son,  ya  porque  están  agregados  á  otros. raaios,, 
yU  porque  se  nianejan  por  distintos  rumbos  ,  y  ya  por<- 
que  es  tina  confusión  que  no  se  encuentran  medios  de 
aclararlos ,  y  aunque  en  los  tiempos  que  se  hacían  cuen« 
tas  de  maravedises 9  pudieron  servir  de  algún  alivio ,  con 
mó  la  renta  de  la  Abuela  Botifarra ,  y  otras  semejantes; 
boy  se  consideran  de  mas  perjuicio  al  estado  ^  porque 
tanto  se  ha  querido  estrechar  por  la  aceptación  de  la  in* 
mensidad  de  proyectistas  que  ha  habido ,  que  al  po- 
bre vasallo  industrioso  ,  ingenioso  y  de  aplicacioo ,  que 
no  puede  dedicarse  á  jornalero  ó  aprendízage ,  le  haa 
obligado  ala  mendicidad  ,  por  no  haberle dendo  otra 
cosa  libre  que  el  respiran  9 

2  .  Se  debieran  elegir  hombres  juiciosos,  amantes  det 
servicio  del  Rey  y  del  público ,  que  hubiesen  corrido 
algunas  caravanas ,  autorizándolos  de  modo ,  que  pu- 
dieran hacer  una  prolija  especulación  de  todos  los  rami- 
llos sueltos,  que  se  manejan  sin  conocimiento  perfefto 
del  Ministro ,  y  separando  aquellos  que  debieran  subs- 
sisciv,  como  son  los  Patrimoniales,  que  corren  por  los  In*» 
teaidóiteis  ,  multas  y  condenaciones  por  los  Consejos, 
Lanzas  y  Medias  Annatas  por^  las  Secretarias  y  Con-f 

ta- 


taduria  general  rAlmiíantazgó',  Maestrazgos  ^  yerbas^ 
el  tres  por  ciento  de  sanidad  ,  y  otros  que  merecieron 
alguna  atención  ,  averigoaseñ  el  {»:odu&o  anual  de 
otros  ramillos  ^  con  la  división  de  sus  especies  i  y  los  exi« 
minasen  y  pulsasen ,  haciendo  un  cotejo  del  produdo  de 
estos  ramillos  y  con  las  extorsiones'  que  por  ellos  padecían 
los  vasallos  con  la  opresión  dé  Guardas,  privilegios  de  ma- 
nipulantes I  y  diversidad  de  jurisdicciones,  con  las  fami- 
lias que  podían  mantenerse,  si  con  libertad  pudieran  ma« 
nejarlos,  como  sucede  en  todos  los  países  del  mundo,  de- 
dicándose  á  buscar  la  vida  por  medio  de  las  fábricas  y 
labores  ^  por  el  comercio  libre  que  pudieran  hacer  en  lo 
interior 4el  reynoi  para  que  hiciesen. presente áS.  Méto- 
do aquello  que  les  didase  su  prudencia  j  á  beneficio  del 
Rey  y  del  público.  ^ 

\  Sobre  todo ,  nada  perdería  el  erario  en  que  hubie« 
se  un  Diredor  con  su  oficina  correspondiente^  para  la 
administración,  beneficio  y  cobranza  de  quan tos  ramos 
sueltos  hubiese  ,  por  cuyo  m«dio  no  habría  atrasos^ 
no  se  harían  noche  tantos  caudales «  no  habría  la  con- 
fusión que  hay  ahora  ,^  ni  se  igtaoraria  el  produdo  li- 
quido del  erario. 

X  El  ramo  del  Aguardiente  ts  de  mucha  considera- 
ción :  antes  estaba  en  arrendamiento,  después  en  adfninis*r 
tracion ,  luego  se  agregó  á  las  rentas  Provinciales»  .Tra«- 
tose  de  la  curación  de  la  enfermedad  que  padecían^  los 
cosecheros  y  vasallos,  y  la  curación  fue  peor  que  la  en- 
fermedad ,  por  la  gran  confusión  de  su  establecimiento, 
manipulación  y  gobierno;  y  nada  perderla  el  erarip  en 
la  averiguación  de  lo  que  ha  producido  desd^  el  último 
arrendamiento  hasta  el  dia  de  hoy  ,  sus  coseos,  salarios 


^4 

y  gastos^  prodadbo  líquido ,  y  su  paráideto »  como  tam* 
bien  en  la  de  sus  regias  con  que  se  maneja  en  cada  Pro» 
vincia  I  agravios  que  padecen  los  vasallos  ^  y  en  tratar 
de  resultas  de  la  entidad  de  este  ramo ,  y  sus  consc- 
quencias. 

Tesorería  mayor. 

1  La  Tesorería  mayor  tiene  su  establecimiento  re« 
guiar ,  pero  con  sobrado  dispendio  del  erario  real ,  el 
que  nada  perderla  en  que  se  viesen  las  cuentas  de  estos 
áltimos  años » y  se  sacase  una  relación  de  ellas ,  de  quia- 
Icsquicra  partidas  que  se  encontrasen ,  aunque  entregan 
das  legítimamente  y  que  pudiera  convenir  la  averiguacioa 
del  paradero. 

2  No  sería  fuera  de  proposito  el  pedir  á  los  Conta- 
dores de  la  Tesorería  mayor  una  relación  de  las  pensio- 
nes que  se  pagan ,  así  para  saber  las  que  son ,  como  pan 
xa  si  se  quisiesen  reformar  algunas  de  sobrada  nota. 

Tesorerías. 

X  Mucho  número  es  el  de  las  Tesorerías  de  la  Corte 
y  Provinclasi  como  de  cada  ramo  hay  una  con  su  oficina; 
y  no  hay  duda  pudiera  haber  considerable  ahorro  al 
erario  ,  eligiendo  uno  solo  que  diese  regulares  fian- 
zas ,  y  se  viese  sobre  ellas ,  para  que  no  se  experimenten 
los  quebrantos  que  ha  habido. 

2  Esta  providencia  no  será  de  la  aceptación  de  los 
Tesoreros  mayores,  que  para  cada  Provincia  tienen  dos 
subalternos  bren  dotados ,  con  abono  de  quiebras ,  siendo 
así  que  los  demás  Tesoreros  de  rentas  les  sirven  como 
cageros  suyos»  sucediendo  quasi  lo  mismo  con  los  Tesor 
ceros  particulares  de  la  Corte ,  de  donde  se  sigue  que  la 

Te. 


^5 

Xcsotcdk  miyoí,  «e  fia  teüucido  I  un^  <|ama  del  Mi- 

..  r  Se  ettaiüecferotí  vadas  compañías :  eUas  mismas 
están  manifestando  las  buenas  leglas  con  que  dieron 
principio  y  y  han  continuado* 

a  Por  honor  de  la  nación ,  y  por  caridad  se  debiera 
hacer  una  prolija  especulación  del  gobierno  ^  que  ha  te- 
isido  cada  compañía,  del  fondo  que  entró  en  ella  ^  de  sus 
utilidades  y  perdidas  legitimarse  y  de  la  existencia ,  dan« 
do  esta  comisión  á  dos, comerciantes  práfticos  para  cada 
compañia ,  y  que  juntos ,  sin  mezcla  de  lo  jurista ,  r««i 
solviesen  y  determinasen  á  estilo  de  comercio ,  confor-» 
oie  á  su  saber  y  entender ,  según  su  prádico  conocí-^ 
niento  ,  autorizándolos  sin  limitación  para  la  pun-» 
tual  observancia  de  lo  que  fueren  acordando  y  en  lo 
<(tte  nada  perderla  d  erario* 

Fabricas^ 

.  fe  Dióse  prSnci{¿o  al  establecimiento  de  algunas.  fá« 
6ricasde  manifafturas  j  en  que  se  han  gastado  algo  mas 
de  setenta  millones  de  reales  con  poquísimo  fruto  del 
Real  erario  ,  y  aún  de  la  causa  pública  y  y  nunca  daña« 
ría  que  este  negocio  se  examinase  por  parces  y  y  por  los 
que  lo  entendiesen  >  ya  que  no  se  manejó  sino  por  quic^ 
Bes  nttnoa  supieron  y  ni  conocieron  la  entidad  del  asunto^ 
ni  el  modo  y  medios  de  que  se  debían  valer  para  el  lo« 
gro  de  la  intención  que  manifestaron^ 


rQm.Xl.  I  "  0>- 


6é 


Comisiones^ 


I  £n  estos  últimos  años  se  han  substraído  algunos 
papeles  de  bastante  consideración  3  así  de  tribunales  como 
de  oficinas  y  ministerios ,  para  llenar  de  comisiones  á 
varios  Ministros ,  encargándoles  las  ventas  de  distintas 
piezas  pertenecientes  al  erario,  ajustes  de  beneñciqs ,  de 
empleos,  cobranzas  de  deudas  atrasadas,  transaccioneSi 
y  hasta  administraciones  de  ramos  sueltos  $  y  aunque 
no  se  debe  dudar  de  la  buena  conducta  que  se  haya  te- 
nido i  no  sería  fuera  de  proposita  se  hiciese  el  encargo  á 
¿adá  dps  Ministros  de  Hacienda  ,  y  tribunal  de  la  Con*** 
taduría  mayor  ,  que  sin  hacer  falta  á  sus  institutos  pu- 
dieran encerarse  de  la  especulación  de  todos  los  asuntos  qu€ 
se  han  separado  de  los  tribunales  y  de  las  oficinas  adon^ 
de  correspondía  >  y  evacuada  su  comisión ,  diesen  cuenta 
át  los  .reparos ,  y  volviesen  los  papeles  á  las  respec«» 
ti  vas  partes  adonde  correspondiesen  ,  en  que  nada 
perdería  el  erario^ 

Deudas^ 

z     Para  tas  pagas  de  las  deudas  del  Estado  se  dettl- 
naion  dos  millones  de  reales  anuales  ¿  los  que  se  han  re- 
parrido  y  reparten  entre  los  que  buscan  valimiento  ^  de- 
manda á  muchísimos  pobres  sin  el  menor  consuelo» 
'    z     Según  la  naturaleza  de  estas  deudas^  estada  de 
k>s  acreedores ,  y  caradter  de  la  nación  ,  parece  que  con 
gustü  de  ella  ,  y  sin  agravio  de  alguno  se  pudi(^ca  iiber- 
rar  de  esta^  cargas  el  erario ,  que  siempre  ha  pagado,,  y 
pagará  por  entero>  aunque  no  haya  sido  así  para  el  in- 
teresado,  siempre  que  por  parte  de  S«  M.  se  les  de  una 
qtiarta  parte  en  dinero,  y  las  otras  tres  en  pliegos  de  la 
bellísima  alquimia  que  tienen  los  Soberanosi.  Reglando 

•  i.  a 


^7 

4í  córresponílcncxa  de  los 'méritos  lo  que  corresponda  á 

titulo  de  Castilla  y  llaves  doradas  ^  honores  de  tribuna* 
les  p  y  algunos  grados  ,  no  tardaría  mucUo  en  dexac 
ea  toda  libertad  al  erarlp»     . .  / 

Cofité^üriíU 

*       *  *  •  ■ 

.  X  Para  cada  ramo  del  erarlo  hay  un  Contador  con  sa 
encina  en  cada  Provincia ,  sin  los  que  llaman  de  exerci* 
to  y.  marina^  en  que  pudiera  tener  mucho  ahocro  el 
erario,  habiendo  solo  uno ,  y  con  la  venta  ó  enagexia- 
clon  dp  s¿mé)antes  empleos  oada  ha  ganado  el  erarioi. 
porque  son  el  timón  de  la  nave  de  la  Keal  Hacienda  da 
cada  Provincia »  y  quando  se  entrega  á  gente  inepta ,  y; 
que  solo  aspira  á  lo  que  le  vale ,  se  siguen  malísimas  con*? 
se^qiteticias ,  y  muchos  y  gravas  perjuicios  .á  los  poi>i;e& 
poebtos.y  que  sufren  y  aguantan  por  el  yugo  que  sobro 
sí  tienen  » y  quañdo  hubiese  de  subsistir  la  prádica  quer 
^  sigue,  sería  justo  el  que  absolutamente  se  quitasen 
los  derechos  y  propinas  de  firmas  de  cartas  de  pago^  to- 
mas de  razón ,  y  otras. 

.•  ■       .       ■'       .     .     ..i. 
Contaduría  General  de  Jndías^ 

X  La  Contaduría  General  de  Indias  es  de  novísima 
construcciou ,  pero  sin  cimiento  alguno ,  porque  ao  so- 
ló baldado ordeiKinza^  instrucción»  .ni reglamento .,  sL 
solo  un  bosque  de  papeles  en  confusión »  faltándoles  qui* 
zas  I09  mas  principales  y  esenciales* 

2     Aunque  no  debiera  mezclarme  en  asunto  que  pa« 
rece  no  tiene  conexión  con  el  erario,  de  España »  como 
ha  habido ,  y  puede  haber  ciertos  enlaten  de  los  produc«¿.. 
tos  de  Indias  con  los  de  acá  ,  tengo  por  preciso  maoifes- 
tac  á  vmd.  exemplos  prádicos » por  los  quales  se  venga 

1%  en 


if8 

en  conocimfenta  deVclesfi^flaere  y  iSaniíoito  ét  gobk»^ 
no  de  la  Real  Hacienda,  £1  primero :  no  tiene  dada  que 
en  estos  últimos  aaos se  han  en^eiadoá  las  Indias  algui« 
nos  fondos  de  cueoxa  de  S.  M^^  y  puede- ser  na  se  halle 
razón  en  la  Cootaduría  de  los  que  son  |  ni  de  Los  que  hxL^ 
hieren  produ^idf^i  remindó  ^  entregada ,,  y  sw  pasadeco^ 
y  no  seria  malQ  se  especulase  $  que  nada  perdería  el  era« 
i6o.  Bl  segunda:  ei^  el  asiento  de  neg-ros  de  Inglaterra ,  4 
mas  de  los  derechos  que  correspondían  á  la  entrada  de 
¿adü  ñeg»>'>  se  la  interesa  á.  S..  Mr  ^  y  no  hallará  ymá^ 
en  ninguna  de  quanras  oficinas  (lene  la  Corte  lazon.  do 
los  derechos  adeudados  por  eLasijenta^  ni  de  las  ganan«% 
das ,  y  mucha  menos  de  lo  que  se  hubiese  librado  por 
cuenta  de  S.  M.  en^  tantos  años  como  corció  este-  nego^ 
eíada^  con  que  no  será  fuera  de  propuesto>el  que  por 
kicidetida  haya  tocado  de- este  «sujita^  y  ad^ahoe  algok 
diciendo^  seda  muy  regulas  constase  eu  esta  Qontad»^ 
tíz  el  fondo  y  caudales  que  del  erarla  Realde  las  Indias, 
suele  venir  á  España ,  su  entrega  en  la  Tesorería  mayor^ 
y*  el  paradero  de*  otras  muchas  cosas  >.para  que  á  lo  me^ 

sos  se  tuviese  noticia  de  todo*.  .: 

^  Tampoco  pudiera  tener  inconveniente,  que  cons«^ 
tase  en  e^ca  Contaduría  el  imporxe  de  lofivbenefídos,.da 
b>s  empleos  ,  gracias,  licencias  de  registros  |  y  otras  ca- 
sas para  que  se  supiese  el  paradero  de  su  produ¿lo  j;  y 
no  se  perjudicaría  al  erario  ea  que  se  aclarase  lo  que  ero 
«ROS  últimos  siñosLhan  importado  euas.n^ciadohesv  ' 

s 

Contadurías  gtneroTes  di  Valores  y  Dutribudim 

«  it  Las  Cpt^tadurías  generales  de  valoxes  y  distribtt»^ 
cion  se  establecieran  modernamente,  agregando  á  ellas 
tma  máquina  dé  otras  Contadurías  de  distintos- ramos. 
d«l  Estado,  por  «1  conoclsüento^quc^sctomó  del  descuida 


i  •  *  • 


5^  abanlottac^  que  se  *  intse^abáo  tos  p^pdes  oe  Üa  ma- 
yoc  importancia  de  ia  Monarquía  >  vccÜicáodose  con  la 
felta  de  ttna  inmensidad  de  iastruraentos  y  papeles  ^  que 
si  se  especulúan  bicit  los  agravios  y  pec|ujciós  ,  menos^ 
cabos  que  b»  expeiimeat^to^  y  se  tocan  y  expwimentan 
jen  lo  sucesiva  contsa  el  Keal  erario  ^  serviría  de  sobrar 
do  escándalo.  Aunque  la  idea  de  es^  estabkdmiento  fue 
admiiabte  ^  se  falló  en,  nuchas  cineunstaocias  de  alta 
consideración :  la  primera,  en  no  haber  hecho  un  inven- 
tario tan  pffoli}o  como  merecen  bs  yápeles  de  aquella»^ 
oficinas  1  la  segunda ,  en.  no  kabec  fiormado  uñas-  orde^ 
sianzas  claras,  y  particulares  para  elseconocimiénto,  pro- 
yecucion  y  conseivacion  de  los  papeles  ,  que  unó^  por 
abandonados^  y  otros  por  mal  cuidados,  puede  ser  que 
9C  hallen  en  tal  estado ,  que  dentro  de  pocos  tiempos  na 
ac  pueda  servir  de  ellos :  la  tercera,  que  aunque  dotav 
ion  bien,  áios  Contadoces,  dexawn  i  l«fr  Oficiales é»^ 
taft  sñlserable'  cstadq  y  que  n^  pueden^  «laRteñcr  á  un- 
criado,  y  en  oficinas  de  tanto  honor  y  confianza  no  pue« 
desee  buena  política  el  que  los  operarios- vivan  pere«> 
cishdo-^  y  la  quarta,.  que  desdr  el  principio  del  estable- 
ctmientadd  estas. dos  Contadudas^sé  debió  tpabajai  et^ 
el  modo  de  buscas  y  secogec  tanto  cumulo  de  papeles  de 
la  mayos  importancia  ,.que  £alun  en  ellas,  autoriziando  4* 
los  Contadores  paca  que  por  sí  pudiesen  mandar  y  di!r<- 
poner  su  colección  ;  pero  en  lugar  de  esta  providencts^ 
s^^lesvdló^plazaon el Conse^kbr Baciendoí para  qive  cku« 
paran  en  el  las  hoaas  prccisaé  que  debietafl  estar  en  sit 
oficina :  de  cuya,  providencia  hada  há  ganado  d-  eranb,  ^ 
atque  le  sería  muy  ikil. correspondiese  á  los  títulos  de- 
jQobtadosesde  Yalores  y  \Pistr¿buciqn  ldprádicaide<:alip- 
dad  que  en  la  primera  consusc  anualmente  de  los  valo* 
les  de  todo,  el  erarlo ,  su  entrada  en  la  Tesorería  mayor,^ 
^3C  lo  q^  quedaba  £0t  cobrar ;,  y  en  la  segunda  la  qjie  se 

dif(> 


>.▼' 


70  ^ 

4í/scút>uyesé^  y:  paraideróque  mviese.  A  este  fin  serui 
jjnuy  xonveatente  qi^e.  Ic^  caudales  líquidos  de  quantos 
ramos  tiene  el  eraclo,  entrasen  precisamente  en  la  Tesor 
rcría  mayor ,  de  cuyas  cartas  de  pago  ^e  tomase  la  ra« 
,zon  en  1a  Contaduría  de  Valores  yidonde  constase  siem^ 
.pre  el  produiíibojiquidoianüardetodo  cinerario*  . .      r  ^ 

2  \Qw  animismo  coxistaseieri  la  de  Distribución  poc 
piases  la  conversión  del  carga  ^  existencia ,  ó  falta  que 
hubiese. 

3  Estos  Contadores  generales  debían  estar  autoría 
zados  con  absoluta  J&cuJitad  ipara.mandar  á  todos  los  Es^ 
cri|>anos  del  reyno  con.  pena  de  privádon  de  sus  empkos^ 
que  dentro  del,  termino  de  seis  meses  reconociesen  sus 
protocolos  y  procesos »  y  quantos  papeles  tuviesen  en  su& 
archivos  i  y  de  todos  aquellos  que  tratasen  de  cosa  per*: 
teneciente  al  erario  fiLeali  fuese.del  modo  quejfuese>,4^e-. 
s^¡)  cuf;p.t^  á  lo$;ContadoceS|,y.paredeodO'neGesario;i  re^ 
coger  sus  instrumento^  origínale;  ^  ó  <  copia  autorizada, 
de  ellos. 

4  Que  respedo  de  que  puede  haber  algunos  testa-; 
mentos^  fundacioaeS  de  mayorazgos,  y  vínculos  de  bie-v 
nes^^que  en  algun  tiempo :;]^udíerónp6rtenecer  al  erario^ 
se  jes/encargue  ádichos* Escribanos: diesen  puntual  noti-. 
cia  de  los  que  etícootraaen.  y  ofrecLéndoies  la  gratifica- 
ción correspondiente  á  lo  que  mereciese  el  aviso  que 
diesen* 

.  j  Por  quanto  ¿ajreopiider.dopartioQlares  delRey, 
no  muchos;  papeles] lespcciates^^ y.  asímisniú  en  ios.  ar-. 
chivos  de,  las  Iglesia^  ;y  .JLeiigioóes ,  serí^  conveniente, 
el  que  por  medio  correspondiente   se  dedicasen  estos 
Contadores   á  recoger    los    ^úe  pudieran  servir  al 
erario.        ;.         r     \  \       ..«.;.».•;.     .  ..• 


* 


i>  ,  .    i  .:*j  .0  V 


Jtm* 


7í 


.'- 


jfimtOrée'Cmfríiú. 


4  • 


t  Desüe  que  leí  el  origen  de  las  Juntas ,  sacando  de 
los  tribunales  los  negocios  mas  graves  del  erarlo ,  entre 
á  observar  su  prá£lica/£stabledóse  la  dd  comercio  ^  y 
adnquj:  bastante  impeífcdia  ;  pudiera  servir  de  mucho 
útil  al  Estado  y  y  mas  si  cat  qi^sil  se  hubiera-  tonsdívadb 
según  sus  principios  reducidos  á  reglas  de  gobierna ,  á 
las  que  como  buenos  prádicos  parece  4ebieron  adaptar 
conforme  al  carader  de  nuestra  nación  Mgunas  de  aque- 
llas miximas;c0h  que  Hhcique  IV;"^  y>LuIfi«XlV.''  eha- 
blecieiron*  y  adelantaron  los  tribonalcs  de  ^sU' cóméi!¿IoÍf 
pero  lejos  de  esto  se  ha  reducido  nuestra  junta  á  xxü  tri^ 
bunai  regular  de  pleitos ,  quitándoles  á  los  ConsejiN; 
mucha  parte  de  su  trabajo» 

'  Cómeniók  -  ' 


* 


X  £t  comercio ,  las  artes  y  la  agricultura  son  tábá-» 
ta  fundamental  de  ta  opulencia  del  Estado  >  y  de  la  rl-» 
qaeza  del  erario.  Ex&mine  vmd.  con  atención  la  infeliz 
constitución  de  io  que  pasa  en  -nuestra  España ,  y  aun«- 
quc  pudiera  decir  algo,  nd  es  asunto  para  un  pírohtuárlót 
busque  vmd.  la  obra  de  Marcelo  Dantini  ^  donde  hallará 
nuestros  descuidos  >  nuestros  abusos  ^  y  nuestra  ignoran- 
tía  ,  el  estado  deplorable  de  cada  cosa  ^  y  los  remedios 
que  se  puedan  aplipar  para  que  lleguemos  á  ser  la  ¿nvN 
dia  de  todas  las  naciones  con  maravilloso  aumento  de 
nuestro  erarioi^ 

X     En  tre  otras  se  ha  establecido  umi  nueva  que  I&M 
asah  de  Juros  y  y  sin  embargo  que  no  tengo  algunos»  ni 


7f  , 

espero  tenedos ,  ádSo  prerenlr  &  ra¿L  este  asmito  ^e-^ 

Ucadísimo  ,  que  esQÜbuk  mucho  b  conciencia  del  que, 

hubiere  de  tomar  su  conocimiento »  y  para  librar  i 

^.  )A.  de  qua^aiera  escrúpulo  ^  me  parece'sería  á  pro-* 

pósito  mandar^  que  en.  Consc^  pleno  de  Castilla  ^  oídas 

las  partes  t^B  determinase  en  justicia ,  segua  leyes  de 

estos  i;eynpSt.^o  atenerse  á  los últiQíos  decretos ,  por  lo^ 

qual^  se  hao  evacuado  algunas  de  estas  causas*  . . . 

Zas  tres  últimas  nuevas  contribueiomf, 

. ;  T  Por  maciio  que  he  querido  ce&icmet  no  he  podi-' 
'4o  4cxar  do  atargarme  >  aunque  jk>  tanto  conotpudienit 
porque  por  desgracia  nuestra  hace  siglos  no  ha  tenido 
^oo  ia  nave  del  erario  HeaLi  lo  que  se  calificará  todas 
las  veces  que  se  trate  de  allanar  y  arreglar  qualesquicca. 
Ac  los  pantos  que  incluyo  á  vmd.  cuyo  desorden  solo 
!€e  puede  creer  tocándola;  cQa  las  manos ,  y  en  tal  caso, 
•el  que  fuere  amante  del  servicio  del  Rey  y  de  la  patria^ 
debfa  tilorar  con  lagrimas  de  sangre  nuestra  iofeUcidadn 
]Pero  ya  que  he  apuntado  tantas  especies  ^  explicare  la: 
i^ltima  d^ienda:  no  puede  perjudicar  al  erario  el  que  se 
haga  la  aveciguacipn.  (si  ft;ere  posible)  del  fondo  que 
f  t^diuo  la  nijieva  |;avela  del  sobreprecio  de  la  sal ,  sus 
costos  I  gastos.,  liquido  y  paradero^  como  también  el  do* 
ijativo  qtie  se  cobro  del  tanto  por  ciento »  del  rey  nado  jr^ 
4el  Estado  Eclesiástico ,  y  las  ventas  ^y  enagenaciones  dQ 
ips  valdío$4  como  del  paradero  de  sus  produí^s.^ 


4       s     »    J  t   m. 


Intendencias^ 

X  La  creación  de  los  Intendentes  fue  tan  admirable 
C9mo  necesariji  para  rjcformar  y  extinguir  los  muchoi 
^busos  que  cQAtra  sí  teoifi  el  erario  ^á  cuyo  Jo  se  focn 

má 


/  73 

mó  una  instrucción  propia  para  que  se  encargase  su 

prádica  á  algún  Flamenco ,  pero  qo  para  Españoles;  cu* 

yo  carácter  es  buscar  dificultades  ^  y  lo  mas  aplicarse  i 

aclamarlas  I  de  que  se  sigue  que  no  explicándole  cosapor 

cosa,  lo  que  se  debe  poner  en  exec^ucion ,  el  cómo  ,;y  de 

qu^  medio  se  ha  de  valer,  no  hay  que  imaginarse  el  quo 

toíne  nadie  el  trabajo  de  lá  ptítSácd  /porque  bailará  can* 

tas  diñ^lcade^ ,  quantas  letras  contenga  el  encargo. 

2  Llame  vmd»  la  atención  á  la  experiencia ,  exámi« 
ncnse  las  prevenciones  hechas  á  Iqs  Intendentes  ,  y  no- 
tense  las  que  estuvieren  en  perfección ,  y  hallaremos  que 
quasi  no  hay  alguna. 

3  Renóvese  laí  instrucción  $in  mucho  adelantamicn-» 
tOy  ni  le  tendrá  jamas  mientras  no  se  les  autorize,  y  se  les 
reduzca  á  papel  blanco ,  prohibiéndoles  todo  el  selladói 
formándoseles  ordenanzas  para  lo  perteneciente  á  la  tx^U 
llcia,  política,  gobierno  y  hacienda ,  sujetándoles  á  la  de<» 
cisión  de  corbatas  ^  y  que  los  Alcaldes  mayores  dgan 
las  causas  de  lo  civil  y  criminal ,  con  las  apelaciones. á  los 
Tribunales  que  les  corresponda. 

4  También  se  tendrá  presente  i  que  con  canas  no  se 
aprende  este  oficio,  y  que  se  deben.,  buscar  sugeros  de 
conocida  conduAa ,  aplicación  y  amor  al  Rey ,  y  á.  la 
patria,  porque  los  perjuicios  del  año  del  noviciado  sue*> 
len  ser  irreparables. 

5  Sin  embargo  que  estas  plazas  fueron  dotadas  coa 
los.sueldos  correspondientes  ^  se  les  há  aumentado  otros 
en  perjuicio  del  publica  i  sin  atiUdad  del  erarla 


jlfibiwü. 


I  Los  papeles  que  corresponden  al  Ministerio*  de 
Hacienda,  corren  la  misma  fortuna  que. todo  lo  demás 
del.  gobierno  de  nuestra  Es^fia :  ellos  estiki.desparcaSDa« 


74 

dos  sin  orden  I  ni  seguridad »  y  sin  resguátdo*i  sir- 
viendo de  camas  ,  y  criaderos  de  ratones ,  tanto  que 
habiéndome  llevado  á  ver  algunos  llore  i  sin  que  liasta 
atiora  se  me  tiaya  quitado  el  dolor  de  mi  corazón  ,  y 
mas  quando  supe  que  por  arrobas  se  liabian  despaciudo 
muchos» 

>.  2  Para  remedio.de  tanto  descuido  y  abandono,  so- 
lo el  que  se  acercase  á  saber  la  importancia  de  la,  custo- 
dia de  estos  papeles ,  podria  inferir  ió  mucho  que  le  im- 
portaria  al  erario  ^  el  que  se  hiciese  un  Archivo  fuerte 
y  seguro  sin  madera  ^  y  con  cajones  de  plomo  ^  y  las  dit 
visiones  y  separaciones  de  cada  ramo  f  para  que  se  re- 
cogiesen todos  quantos  papeles  haya  en  esta  Corte.,  y 
fuera  de  ella« 

^  Los  miserables,  y  críticos  ignorantes,  desde  luego 
jreparan  en  el  costo  y  gasto:  lo  primero  se  pirede  sacar 
de  irada  ramo,  aplicando  los  alcances  ignorados, y  sobra* 
lá  mucho  dinero  i  y  lo  segundo,  no  tiene  que  gastar  un 
real  el  erario  para  su  subsistencia ,  disponiéndolo  en  esta 
forma. 

.  4  No  hay  ramo  que  no  tenga  su  Contaduría,  y  sa- 
cando de  cada  una  el  último  oficial  y.  escribiente ,  aun- 
que los  primeros  anos  no  sobrarla  con  que  fuesen  dos^ 
podrían  estos  asistir  ál  Archivo  ¿on  los  sueldos ,  y  re- 
tención de  sus  empleos  ,  y  conforme  fuesen  ascendiendo 
entrasen  los  nuevos ,  á  quienes  se  les  deberla  encargar, 
porque  al  mismo  tiempo  que  fuesen  introduciéndose,  pu- 
dieran servir  con. mttcha. utilidad ,  ya  pata  descubrir  al- 
gunas cosas  ,  y  ya  para  dar  las  noticias  que  necesitasen, 
y  pidiesen  sus  Gefes ,  y  el  mas  negado  oficial  vendría  á 
quedar  instruido  con  el  tiempo. 
;'  y/  Igüalmeilte  seles  debieria  fornuir  unas  otdenan- 
uamuy  claras  y  prolijas  ,  y  para'su  observancia  al  Mí- 
ftiatrojde  Hacienda  mas.  moderno  se  k  debería  entregar 


7S 
el  Archivo ,  con  obligación  <!e  asistir  tjnatro  horas  cada 

áí^  de  los  que  na  foesen  dc4>recepto  ^  y  que  sin  sii  ór? 

den  por  escrito,  no  se  sacase  papel  alguno,  autorizan-^ 

dolé  de  forma ,  que  púdica  hacer  por  sí  la  rQcoloccíotí 

de  canto  papel  sucicp  como  hay  en  los  Archivos  ^  y  td' 

poder  de  los  particulares  pertepeciehces  al  «f  ario* 

.  '  '  '•  •      . 

Consejo  de  Ha^ien4(U 

} 

I  Subrroguense  las  rentas  Provinciales  en  el  Cacas-: 
tro,  Única  Contribución ,  o  como  se  quisiere  llamar ,  ha^ 
de  haber  Consejo  de  Hacienda,  que  hoy  se  compone  do: 
tjres salas :  la  una  dé  Gobierno,  sin  tener  manejo  ^  ni  au** 
raridad  para  gobernar  un  solo  ramo4e  la  rial  Hacienr 
4a  ;  pero  sí  para  mantenerse  en  buena  sociedad  aquellas 
horas  de  su  asistencia. .  .     ^       v 

a  Hay  otra  sala  que  llaman  de  Justicia,  quando  en 
lo  anterior  concurrían  asociados  de  Castilla ,  para  la  de-* 
terminación  de  tales  quá les  pl^y tos  graves;  pero  hoy  se 
hallan  bien  ocupados  en  lo  de  contrabando ,  y  mas  des** 
de  que  se  le^  aplicó  la  quarta  parte. 

^     Sigúese  otra  sala  que  llaman  de  Millones ,  i'  lis . 
que  asisten  los  Diputados  de  los  Rey  nos  para  ciertas  de^ 
terminaciones  que  corresponden  á  este  ramo  ,  y  le  suce« 
de  quasi  lo  mismo  que  á  la  de  Gobierno. 

4  Hay  otro  Tribunal  separado ,  que  en  lo  antiguo 
fue  de  mucha  estimación ,  que  se  llamó  de  Cuentas*^ 
que  siendo  d  Unicode  quantos  tiene  el  rey  no  ,  donde 
solo  se  trata  d^  los  intereses  propios  de  la^oorona ,  ie  te 
considera  por  el  mas  inferior  ,  y  de  pocos  años  á  esta 
parte ,  á  quasi  menos  que  Alcaldes  pedáneos  ,  y  sujo» 
to  al  Consejo,  con  lo  que  no  ha  ganado  mucho  d 
erario. 

%     Si  este  Tdbunal  se .  supiera  para  lo  qup  se  estable ^ 

Ka  ció. 


ye 

ció  9  se  le  hubioran  'art^hído  áus  otdenaozas  i'  tmtcs^ 
pendencia  de  la  mi^taciones  ^  novedades  y  tiempos  ^  y 
nada  hubiera  perdido  el  erario ,  y  mas  si  le  hubiera  au*> 
torizado  para  distintas  cosas  y  y  con  particularidad  para 
que  se  residenciase  de  quando  en  quando  á  los  Gefcs 
que  niaoc^aa  el  .ecaxio  ,  .paca  las  ConCadurias  Genera- 
les de  cada  ramo  en  la  Corte ,  para  las  de  las  Provincias^ 
como  también  para  que  pidiese  este  Tribunal  las  noti- 
cias que  otra  vez  he  insinuado  á  los  Escribanos  de  Cá* 
mará ,  número /y  otros  del  rey  no »  á  fin  de  que  enviasen 
ceítifícadon  de  todos  los  testamentos  ,  y  fundación  de 
vinculóse  para  lo  qaecn  a^gun.  tiempo  pudiera  agregarse 
al  eratio  real ,  intimándoles  á  los  aduales  poseedores^ 
que  á  fidta  de  ellos  acudiesen  los  sucesores  á  este  Tribus- 
nal  j  sin  cuya  circunstancia  no  pudiesen  tomar  posesión^ 
que  á  buen  seguro  no  se  perderían  tantos  bienes  como.se 
iaan  perdido. 

6  Que  todos  aquellos  que  están  disfrutando  al  era- 
rio real  en  empeño  por  qualquier  motivo ,  hubiesen  de 
acudir  á  este  Tribunal  con  certificación  de  su  legitimi- 
dad y  y  otra  de  lo  que  producía  la  alhaja  ,  para  que  se 
tu  viese  presente  lo  que  se  halla  enagenado  ^  y  produce, 
pov  61  cotxvinlese  desempeñarlo  9  haciendo  ponec.todos 
estos  papeles  de  las  noticias  en  las  oficinas  doúde  oor* 
respondiese. 

7'  .Este  Tribunal  bien  autorizado,  se  podría  for- 
Qaar  y  conservar  sin  costo  alguno ,  mandando  que  asis« 
riesen  á  ¿I  tres  mañanas  ,  y  txes  tardes  en  cada  semana 
h>s  Contadores  generales  de  los  ramos  principales  del 
erario ,  con  la  precisa  obligación  de  que  diesen  cuenta 
en  derechura  al  Soberano  de  todo  quanto  fuere  digno  de 

liacerlo.   . 

* 

8  A  este  fin  se  debería  pedir  (si  es  que  consta  en  al- 
guna parte)  una  certificación  de  las  gracias ,  y  enagena- 

mien« 


77 
miemos  de  Ids.'liieneddala;€OÍx)inihtcfaar<por  senricios  á 

ella  ;  pero  como  fakala  mas  papeles  ide  las  ^oficinas  ,  que 

loa  qae  puede  alcanzar  la  ioiagí nación^  ya  porque  se 

han  vendido,  robado  y  desganado,  y  ya  por  el  nin* 

gun  cuidado  que  ha  habido ,  se  dcbieta  mandar  á  los  po« 

seedotes  pr escorasen  dentro  de  un  b^evc  tiempo  los.  tiV 

tttlos  primordiales  donde  conste  la  gracia^. y  que  estos  se 

leyesen  en  el  Tribunal  de  la  Contaduría  njayor ,  y  para 

quálesquier  objeción ,  ó  reparo  que  se  encontrase  ^  sé 

entregase  á  su  Fiscal  (que  no  fuese  Jurista),  para  que  coa 

^  respuesta  se  consultase  á  S.  M.  lo  que  se  acordase  ,  y 

ao  seria  naalo  que:asi  como  las  xiudades  |  y  varios  pue« 

blos  piden  la  confirmación  de  sus  privilegios,  seles  obli^ 

gasea  los  poseedores  de  la  giíacia ,  áque  pidiesen  lo 

mismo  ^  y  se  les  diese  su  despacho  sin  costa ,  ni  gavela 

alguna. 

$  Q^c  todas  aquellas  gracias ,.  como  de.  pontazgos^ 
porfazgois  y  otrasi  temejantes ,  que  hay  en  pc^|i\ieio  del 
público  ,  y  están  en  posesión  de  muchos,  con  títulos  de 
inmemorial ,  sin  haber  presentado  los  de  la  primera  con- 
cesión,  quizas  porque  se  hizo  por  tantas  vidas ,  :y  no 
perpetua  ,.se  expidiese  por  este  Tribunal  .un  despacho 
derogando,  todas  Us  gradas  de  esta  naturaleza^  interrq 
que  los  poseedores  de  isllas  presemaban  en  el  Tribunal 
el  primer  título  de  Ja  gracia  ,  y  que  quatesquiera  Juzga* 
do-  que  adínitiese  recurso  sobre  este  asunto  ,  fuese  casti^i 
gado.ptomamente  por  este  Ttibuoal,  ,quei  buen  seguro 
sucedería  con  muchas  gracias  lo  mismo  que  con  la  dudaid 
del  Puerto-de  santa: María.    --  '.  * 

I  o    Se.  deberla  pedir  otra,  certificación  de  todo  quan« 

to  se  hubiese  vendido  á  nombre  de  Soberanos^  y  con 

particularidad  eueste  siglo  :  y  pocque  .no  se  halarán 

quizas  los  asientos  correspondientes  ,  por  lo  mismo  que 

anteriormente  se  dice ,  se  pddria  mandar  con  generali- 
dad, 


78 

daidt  que  los  poseedores  de.quanto  se  Hubiese 

á  nombre  real ,  presentasen  sus  títulos  de  priniera  pectén 

nencla ,  y  que  ^  reconociesen  y  examinasen  como  loft 

antecedentes  ;  ni  serviría  de  perjuicio  al  erario ,  el  que 

se  partiesen  entre  los  Ministros  del  Tribunal  las  noticias 

extrañadas  de  alhajáis  vendidas  i  para  que  se  inforniaseo 

de  si  habia  habida  alguna  cosa  cnbiasislt¿a-|  en  cuyo  ca^ 

so  tomarla  la  providencia  coriespondiente. 

11  De  qualesqulera  suerte  sería  conveniente  se  obti^» 
gase  á  los  poseedores  de  la  compra»  á  sacar  nuevo  título 
cada  vez  que  se  mudase  la  alhaja  á  nuevo'  po^eedor^ 
obligándole  a  presentar  cenificaoion  de  lo  liquido  que 
prodaxese.    . 

1  a  Que  pidiese  certificación  de  todos  los  rabos  dq 
rentas  9  empeñados  en  distintos  tiempos ,  con  calidad  de 
que  pagándoles  su  principal  á  los  interesados ,  se  les 
apartase  del  derecho,,  y  con  especialidad  del*raíAd  dciaU 
¿abalas >  que  será  muy  posible  se  halle^cobrando  el  inte;* 
resado  anualmente  otro  tanto  ,  como  se  dio  de  princi^ 
pal ;  y  sin  embargo  de  esta  certificación ,  nada  perderla 
el  erario  real,  en  que  se  mandase  á  los  poseedores  aftüa-* 
les  de  las  alcabalas ,  y  de  cada  uno  de  los  demás  rai^osi 
presentasen  sus  títulos  de  pertenencia,  y  después  de  reco» 
tiocidós ,  comoanteriormente  se  dice  ,  se  les  ot>ligase  á 
sacar  nuevo  despacho  cada  vez  que  pasara  el  derecho,  y 
la  renu  ¿  nuevo  poseedor ,  presentando  esté  instrumen- 
to  de  legitimidad  y  y  certificación  de  la  producción  del 
úUimáano»' 

1 3  Que  asimismo  se  encargase  de  la  formación  de 
unas  ordenanzas ,  para  cada  Contaduría  dé  cue;nta$  del 
reyno  ,  y  otra  para  las  Tesorerías ,  á  fia  de  que  por  este 
medióse  supiese  lo  que  ahora  se  ignora. 


0 


■    '•  4 


Q>- 


19 


'  ■* '  t 


"     '  ...  ^  ^  ^ 

I  SobfC  todo  I  bien  sabe'VcDd*  que  no.  aspiro ^  xA 
puedo  aspirar  á  cO$a  alguna  s  pQiique  conseguí  el  premia 
de  las  largas  y  continuadas  fatigas  de  mis  rrabajbsy  y 
que  durante  esto  tuve  la  ocasión  4^.  aplicarme  á  ia  espe^ 
culacion  práftica  .de  las  machas  eofeima^ades .  oompliH 
c^das  jque  padecía  ei  erarlo  ^  quc;4hd;^eátadoüasistido.do 
Médicos  nada  teQrid>&;  y  menos  prá^casi,  en  cuya  com^ 
probadon  llame  vrod;  su' atención  á:.csta  reflexión* 
/  2,  La  nación  fspanola  contribuye,  al  < Rey  y  sus 
causante^  <oa  mas.de  cinqAentaímiIlon^s)nu]iUes  c^e- pcf 
sos  9  y  percibe  solos.  qk^riM^e  el  érariO',  (konyaireflexibQ 
y  referencia  no  oíra  vmd.  una:palabra^  yiaán  quaiídoM 
les  preguntase  en  que  consistía  ^  responderían  sin  duda 
$^  hablaba  de  meiporidí  i  ypoc.si  i  yn^Lle  saoode  lo  mis- 
mo I  quiero  advertirle  para  salir  de  la  duda ,  se  dedi- 
que á  averiguar  el  importe  de  todas  las  sisas  y  arbitrios 
de  los  pueblos  del  rey  no  (¡6  quánta  cosecha  tiene  el 
enemigo! ),  y  lo  mismo  de  lo  que  se  paga  de  gastos ,  eos* 
tos  y  salarios  para  su  cobranza ,  de  lo  que  importan  las 
alcabalas ,  y  otros  ramos  enagenados  de  la  corona ,  que 
se  cobran  por  particulares  y  que  tanto  le  es  á  el  vasallo, 
el  que  se  le  cobre  por  los  Administradores,  á  quien  per« 
tenecen  dichos  ramos  ,  como  por  los  de  S.  M«  Después 
de  junto  todo  su  importe ,  agregúele  los  costos,  salarios 
y  gastos  de  la  infinidad  de  empleados,  como  hay  para  la 
exacción  de  los  demás  derechos ,  que  se  descuentan  c|c 
los  líquidos  que  entran  en  la  Tesorería ,  con  lo  que  que- 
dar4  vmd.  convencido. 

3  De  aquí  es,  que  mientras  no  se  trate  en  España  del 
modo  y  forma  de  entregar  al  Cesar  lo  que  es  del  Cesar, 
no  puede  florecer  esta  Monarquía  h  pero  si  se  consigue, 

será  la  mas  opulenta ,  y  respetable  de  toda  la  Europa. 

Y 


/ 


8o 

4  Y  para  9ar  principio  a  nuestras  felicidades ,  tengo 
por  indispensable  el  que  se  incline  á  S.  M. ,  á  que  esta« 
btezca^éQ  sus  reynps  justicia  pata  la  justicia  i-sin  -  dispen* 
sacion  de  la  menor  parvedad  de  materia.  Que  se  tome  la 
providencia  de  establecer  ^  y  dar  á  conocer  á  sus  vasallos» 
hay  premio  y  castigo,  y  que  no  se  seguirán  las  reglas  de 
la  trocada^  como  ha  sucedido  hasta  ahora  $  y  dltima- 
mente » se  debe  trabajar  con  el  tesón ,  y  fírmeaa'  posible 
en  q>artar  de  la  nación  la  aprensión  en  que  vive  á  fueri 
za  de  continuas  experiencias ,  de  que  no  se  debe  servir  4 
S.  M.  por  merecer ,  y  si  para  adquirir ,  por  cuyo  medlo^ 
y  no  por  ¿1  otro  I  se  han  fundado  muchas  casas  ,  csclaro* 
cido  sus  fatnilias^  obtenido  dignidades ,  y  los  peinaros 
manejos  i  coaio  que  no  se  dirá :  ó  infeliz  gobierno  del 
erario  real  de  esta  Monarquía! 

De  esca  su  «asa  de  vmcL  á  ap  de  Septiembre  de  1759*, 


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NUEVO  REGLAMENTO      '    ' 


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J    1'4 


^^  •  i  ? 


P4ÍM  -í?;.  4mJuim4mMím  PGi^  fmriqasí^ 

,      TANTEO  PE  SEDA  COMO.  DÉ  LAIÍA,.     .u 

* 

QUE  ESCRIBIÓ  PARA  l^ACERLO  PKESEKTE  A  (.A  MAGESTA^» 
PEL  SEÑOR  IX^N  <:aR(X)S  |IIt,  EN  El.  AÑQ 

.  .  ■  ,•         ,  »E     1759.  '  ,        .. 

í)ON  NICOLÁS  "JÓAQUm  DE  -4D^JÍE.  ' 

SEÍ50R. 


.iU^J 


V^onyJefieti  todos  lós  disctetoís ,  en  quclaxfeoda  de  los 
Bueyes  ¿s  saber  gobernar  á  sus  vasallos  ^  y  qae  esta  cietwl 
tía  se  aprende  mejor  con  la  prádica ,  que  con.  la  le£hirar 
porque  esta  habla ,  y  aquella  hace  lo  que  enseña  ,  y  lat 
misma. diferencia  que  hay  de  ver.  á  oír ,  báy  de  decir  4' 
hacen  V.  M.  ha  manifestado  dsta  verdad  en  síu  acemas 
dísimo  gobierno  tabsoluto  d^  Ñapóles  \  á  cuyos  moradon. 
res  ha  hecho  felices  ,  poniendo  en  práftica  todos  los: 
aciertos,que  en  otros  reynos  no  pasan  de  las  infru&uosasi 
apariencias  de  la  teóricaé  :> 

En  esta  con^iderac^oa ,  ya  que  en  asuntaide  comei» 
do  se  discurre  ¿n  España  mücUo  sobre  eilbufete;  y  se  adé»: 
lama  poco  en  las.pperaciónesrpretendoidesengañatia: 
del  error  que  padece  en  materia  tan  decorosa  pariV.M.^ 
tan  útil  para  ld&  artes,  y  generalment£  prove^tmá.  jpmL> 
todos  s  y  es|;o ,  solo  á  «itpensas  dtt;ml-  pfcqplq caudallviáir 

impulso  de  dopoclores' preceptos,» y Ji sbjestipnfSíijiéiifiis^* 
.  Tém^XL  ^  L  amor 


ti 

amor  que  profeso  á  mi  patria  ,  y  de  lo  mucho  que  debo 
áííYrM.  5  acreditándole  ásímlresjpeto;  y  postrada  gra« 
titud.  Para  esto  haré  presente  quanto  he  podido  adqui- 
rir con  la  diligencia,  y  el  de^velo^,  apuiíandol¿s  muchos 
inconvenientes  que  son  causa  oridnal,  y  poco  venturo- 
sa 4e  los  atrasos^ue  sufre  por  mal  entendido  el  comer- 
cio en  España ,  para  cuya  inteligencia  ^  me  fue  precisa 
acercarme  4  la  vefdlail ,  y  ¿conocerla  á  fondo »  venciendo 
un  sinnúmero  de  obstáculos  ,  que  siempre  se  muestran 
dj^uestos  ala  entrada  de  todas  las  empresas,  que  aspi-* 
ran  al  bien  pútilico ,  y  con  el  i  la  mayor  grandeza  ,  y 
respeto  de  los  soberanos  '9  pero  como  nada  puede  tomar 
cuerpo  ^  sin  que  pase  desde  la  imaginación  i  la  obra ,  me 
fue  preciso  (desen tendiéndome  de  todos  los  embarazos 
que  se  me  presentaron  )  vencer  la  maleza  de  las  difi* 
ailtades ,  para  llegar  á  la  anchurosa  llanura  del  cono- 
cimiento» r 

'  No  ine  atrevo  rá  lisonjear  cóh  la  felicidad  de  est€ 
haliazgo  i  aunque  me  acosan  para  vencerme  á  ello ,  £1^' 
vorables  dldámenes  de  muchos  bien  instruidos  ,  á  quic^ 
nos  he  comunicado  desnudamente  mi  pensamiento ,  por* 
que'sc  muy  bien  ^señor  ique  nada  es  tan  equivocc^coma 
el'modo  de  pensar  de  los  hombres  en  qualquier  asunto. 
Jjo  cierto  es  ( y  lo -que  me  persuade  el  benigno  acogi-» 
miento  en  la  alta  comprehension  de  V.  M.) ,  que  quánto; 
ofrezco  en  este  mal '  limado  discurso,  es  un  esforzado 
efe£to  de  mi  lealtad,  y  del  ansioso  deseo ,  que  me  animal 
de  las)mejoras  >  y  ventajas  de  la  patria  ^  en  la  que  co« 
mosn  primetobjeto,  V.  M.  ha  de  ser  el  que  logre  la 
nky or  parte  de  un  amor  tan  inocente. 
■  .•  Todos  los  que  hacen  gloria  de  complacerse  en  la 
eoádi^^cion  de  sus  Reyes ,  deben  contribuir  á  hacer  mas 
Visibléj^' expiq&dor  /presentándoles  todo  aquello  mas 
aUtCiáfale^iquc  .sirva  como  de  Instrumento  para- su: 


>3l 
aplauso.  £1  plan  qút  ofrezco  á  Y.  NL  í  caxnlaa  '^cbaa^Mi 

orante  ainblcioso  á  postrarse  i  ^us^rcalcs  {»es  ^  paca'  dar:) 

una  pasageraidea  de  mis  respetos  »  qae  solo;an|i^]Iui|) 

siempre  sencillos  y  obsequiosos.,  ámececei  el  honpr  ác\ 

ítz  basa,;  que  icoi)  otras  de.esta^  naturaleza.,  a^piraa'á  le* 

vaatar  t^astaelüimameoto  dclas  gloriás^el9ajgrado>nom^l 

'brcdcV*M»j •        - :'    .     •  '  ;    .'      ..,  .: 

£^ia  codicia  que  tiene  para  su  disculpa  todo  elfuc« 
go  del  respeto  y  del  amor  que  la  fomenta  ,.  s^  dirijeL  á> 
Bianifest^r  lós<rumbos.quepresaibe  la  experiencia ^^ai¿t' 
mo  seguros  ,  respedo^al  cococrctaaftiva  de  Ipsi  reytios^ 
supuesto  que  en  ¿r  pasivo,  ao  hay.mas  que  v^ntajas^  pKH 
ra  nuestros  extraños,  y  melancólicas  descreces,' tanto  pa^; 
ra  V.  Mo  como  para  los  que.  hoy,  tienen  la  dicha  de,  secí 
sus  vasallos,  y  aspiran  siempre  fíeles  con  sus  fatigasyi 
desvelos.',  i  .merecer  el  glorioso  renombre  deisbs  Uijos» 
Todos  sabcD,.que  en  el  piadoso,  corazoa de  y i^M^^lograoi 
tantiéifOO  tituló  ,^y  tan  señalado  honor  rp^ro^paraiquo 
en  V.  M.  isie  auménteel  motivo^  parece  preciso vpi^qpocK 
donarlqs  todas  aquellas  ocasiones  en  que  pueden  cambien; 
honrarse  con  un.  eficaz  estimulo  xiertas.  .artes:^  que  ho)r 
Uocan  desconsuelos  de  hueráanaa,  y  puedeiii  secá.poco  4 
ningu^  gasto  ventocpsas.     i  .  -^  j  .» .!*:    ..,:.. .] 

£1  objeto  de  mi  osadía  ya  está 'deélarado,  y  él  de  ía^ 
revécente  ^tributo  conocido  :  coa  aquella  {iretcndo  subijD 
hasta  la  mayor  gloria  ,  que  es  la  de  ^xsar.  ^R.^  P.  dq 
V» M»$  conési^DMtome  dedica  ásec  inst^míneiito díe  un 
bien  no.  conocido ,..  y.  que  tüvaimpuUqs  kiperíbresJed 
el  reynadp  deLseñor  Don  Foliando 'VIJ^(quoi}iosaiet 
ne  en  el  Cielo)  para  juícuiucirse ;  bien  quena  tova: la  fb 
licidad  de  manifestacscJEl  impulso  ,qiiehjábfa  eoio^os) 
subsiste  iioy.,  y >acaso^multi pilcadas-  lasr  nec¿sidqdes2 :  El 
fin  ó  causa  originálde  iaquitir  (1  áaolescáuddláo Jarijetfpá^ 
ileaciaO  i^enri>ics,.qu¿^reftp6ftGÍi.  tmneoD^pldaro  otme^ 

L  a  ció 


ciose pácleceá  tn  l^s^ñWy  puededecirse  seguramente, 
qué  si  no  spQ  los  aüsoios  I  son  mucho  -mayores  s  por  lo 
qual^  '^optíngo  hoy  .los  medios  pata  el  alivio  de  los  va** 
salios )  sin  agravio  de  lo  que  ya  fue. 

..;  Ahofa ,  pues ,  señor ,  |  quántas  veces  deberla  yo  ser 
boxvado.delos.registffosdcla  sociedad  humana,  si  por 
una  injusta  pusilanimidad  j  omitiera  hacer  presente  á 
[VCéiM.^  laque  tanto  importa  para  su  real  erario i  y  lo 
que.  tanto  puede,  conducir  para  la  felicidad  del  rey  no  ? 
Ski. duda  sería. cobardía  vergonzosa  mi  omisión  ^  y  .mu* 
cfao  mas  reprehensible  en  ocasión  que  se  explica  fervo« 
los^menteipropicia  la  real  bondad  de  V»  M;  abriéndose 
á  cqdos  con  agrado  .9  y  con  particular  inclinación  á  todo 
lo  que  viste  el  tragé ,  ó  exquisito  uniforme  del  bien 
pjíblicb. 

•>  £ste:liechicero  soborno  de  los  que  llaman  bien  tOf^ 
tencJLpnados  ,  .ha<  animado  iñas  mis  dqseos  para  uoa 
empresar;,(  que  tiene  bastantes  propiedades  de*  haza-' 
Bi,  porque  destruir  preocupaciones  bien  recibidas  y  y 
arruinar  uios  que  adoptó  la  negligencia  ,  ó  procuró 
sostener  la  ignorancia  j  es  llevar  diredamente  el  baxel 
CK)ntn;eL  aseoUo.^;. y  querer  ¿aliz  de  un  mar  tQdo.tem*^ 
pestades  libre  de  naufragio.  Esto  se^Kidria  temer  ,  i^si  ei 
püotó  de  la  nave  de  f  España  fuera  otro  menos'  ex|)ei:xo 
qjab  V.M.i  mfenos  qbsorvativo  que  su  amor ,  y  menos 
padre  d¿ la patriar^pataiel  alivio  comui>.    i 

í  u  apuesta,  pues  ^se&oi:^^ qu^e  vei^  conducido  d¿  uña 
lealtad  coda  fuegci  i  U  RvP;  dey.M«,<yá  oofaloa  todo 
paíoa-  ser jcompletó  el  ^saciiádd  My  '^  lai  xiüra.  ^tie  pongo 
€31  tdn. sublimes. aras V  no  iuose  d^gna  ví¿lima  de  ellas, 
póngase  Ja  voluntad  ^  ^e;  sin  jresobios  de  presunción, 
lácreapbt  la  ffla&;bttit}ilde  9  poro  también  pok.la  mas 
fai^Bunttncioi!»da«  Y  si  h>s'R.eyei  sónlámagenes^dcDios, 
y.escc  on^hipotentc' soberado  de  tpdof io. criado  solo 
-  apc- 


H 

apetete  ¿orazoáes^seftcillosytllfiíkio  íc^ítccc  á.Vj  M.  co^ 
mo  sa  ttttctioi  Dios  y  y  Ccreo  tío  scpí  despceáado  poc  po^ 
bre  ep  laoffMcb;,' antes  bien  conño, que  será  blea  vis» 
to  por  la  sencillez  con  que  se  explica:  y  quahdo  tiada  me^ 
rezca  este  hunülde  obsequio  á  V,  M*  i  co^  que  lo  tnire 
con  agrado ,  se  verá  que  todo  lo  que  no  alcance  un  wz^ 
sallo  ps^ra  inéceccrvk -sobra  á  u^  Rey  piadoso  para  hon- 
rar. \  Dichoso,  pues  i' (^ien  logie  el  alto  cimbre  de  dar  i; 
y.  M.  asunto  para  exercitar  su  prudencia!  ¡Y  mas  dir- 
choso  el  que  consiga  dar  motivo  al  espíritu  de  V.  MI. 
para  su  gloria  I  Dios  se  lacónceda  á  Y*  M.tan  Jlena  de 
felicidades  que  no  vea,  ni  aún  ;en  sueños,  el  rostro  de  los 
sobresaltos,  para  eqtexa  satisfacción  de  su  real  áiiimo .,  y 
para  bien  universal  de  estos  fidelísimos  rey  nos.  Madrid 
•2  8  de  Diciembre  de  17  )  p.^^Señor  r:  A  L.  R.  F.  de  Y.  M. 
su  mas   rendido  y ^  fiel  VAsalíp'  3  pilcólas  Joaqvin  de 

A»    '  <         *\       '      .    .  .'  ' ' 

SÍ  como  es  el  comercio  el  espíritu  vivificador  d^  k^ 
Monarquías^  di:l  mismo  modp  las  propias  ,  y  buenaii 
ioanufa^iluras  '^oñ  á  cuerpo  y; materia'  del  comerdo^ 
lyue  no:  pútfdie' hacerse  floi «dente  sín^llas^  t)l  estas  pto^ 
pagarse  sin  él.  Dependientes  de  este  conocitr^ lento,  y  es* 
tiipuladQS  de  ver  •  los  beneficios  que.  logran  por  estos 
medios  los  extr^ngeros,' han  iníentadó  mtichos  zelosos 
en  niiestrsiEspa&^proi^over  esta  Importanda'^  pero  has» 
tk  ahora ,  00»  todo  qi|ianco,  se  ha  trabajado  ^  no^e  tía  p^ 
pido  conseguir  y  ^sia  embargó  de  que  ninguna  otra  |jo¡¿ 
tencia  tiene  la  proporción  que  <¿sta  ,  por  la  abundancia 
4e  los  preciosos^  simples  que  produce ,  y  por  la  fertilidad 

úc  su  torceno:  jcáitea»  favorables  para  que^n  otros  esta« 

dos 


85 

dos^  toa  xlcscredlCD*  y  bfcchoi^iic  nuestra  hagan  las  tcaiif^ 
muitacionds  qucnoá  deyuelvco  » ocasionáiidonos  no  aac-^. 
titís  perjuicios  i  por  la.  extracción  de  ia  piaca  i^con  qa&$c. 
hace  el  cambio ,  que  el  que  motivan  con  la  saca  de  ios 
sidiples  de  que  componen  » juntamente  protiibida  pocias 

:  :£1  conocimiento,  en ,  general  de  jesf osjdaños.,  y  el  de^- 
seo  de  enmendarlos  para  hacer  feliz;  i.,  esta  Monarquía^ 
há  dispertado  él  zelo  de  los  Tribunales  ^  y  el  de  muctios 
Ministros  para  inflamar  á  los  soberanos  i  que.  en  todos 
tiempos 9  por. st qím  benignidad »  üe  lian. : dignado  (qt 
expensas  de  su  real  erario )  concec^i  quantos  alivios  ^ .  y; 
dispendios  les;  han  sido  propuestos  ^  para  .la  cooss(axcioa 
de  un  ñn  ,  ¿  que  tanto  se  anhela  por  la  utilidad  y  conve^ 
i^léncia  ,  que  puede  resultar  á.  sus  vasal Lots  y  pero  ni  es^ 
tá) generosa  pied^dr^  nl^aqUel .político conato |. han  sida 
suficientes,  ni  para  mejorar  nuesuo  comercio,  ni  pádl 
habilitar  nuestras  fábricas. 

Decir  que  el  atraso  d¿p£hde  ele -la  Inaplicación  de 
nuestros  naturales,,  no  se  hate  verosímil  si  se  advierte» 
quíe  para  exerciciqs  sniis.  durbs ,  mas  &tigosps  ^  y  .menos 
iitile&>  faltan  destinos  en  que  ocupaüse. .  Pei^uadirse  (  oor 
|Bb  algunos:  quieiteo)  á  que  diniaae  de  la  gra.vodíid\  cuy* 
caráder  se  atribuye  á  nuestra  nación ,  esliuta  impo^tujca 
voluntaria  >  porque  si  así.  fuera  ,  carecietamQS.de  arrie«^ 
f  os  I  pastores  y  oficiales  de  las  artes  mecánicas ,  de .  que 
se  componen  las  Repúblicas.  Pretender  que  impiden  ios 
progresos  las  contribticiones  .^  y  cargas  reales.,  es^  no 
querer  acercarse  á  conocerlo,  porque  por ran^d^ciamad* 
este  impedimento ,  se  há  indemnizado  con  remisiones 
franquezas ,  y  exenciones  útiles  y  y  no  siendo  ni  féstas, 
oi  otras  causas  semejantes ,  obstáculos  suficientes  paca 
tan  ruinosos  efe^os^,  p  preciso  que  el  incoavemence  sea 

de 


«7 

de  divec»  nh  tu  Maleza  j  y  que  se:  hdyt .  d¿sconod4Ía, 

resped:o  de  que  Icis  medios  apUcados  nada  «han  pro^ 
ducido*   *  '  : 

Para  manejar  los  negocios  con  acierto ,  y  conseguir 
los  fines  á  que  se  a5.pirá  en  ellos  \  aunque  el  deseo ,  y  la 
incUnacion  llenen  mucha  parte ,  si  no  se  auxilian^  de  la 
inteligencia  prá&iay  fbraosamenterhao  de  exponerse  al 
riesgo  del  error  ,  y<6i  nq  sucede  aísí ;  iser4por  casualidad^* 
y  esta  es  la  razón  porque  en  asunto  de  nuestro  conier«» 
do  I  y  de  fábricas ,  se  han  experimentado ,  y  experimen- 
tan pocos  ádelantamientosi^  sin  embargo  d¿  que  losMi-* 
nlstros  j  que  ha^  entendido  bn  pUo  ,  han  sido  fervorosos^ 
y  e£¿acíámo$^  y  que- no' han  esqusadó^  fi^t^  «^  que  fa^ 
diera  conducir  al  logr^  I  pero  coiho  por  la  superioridad 
de  su  grado  y  y  por  las  ocupaciones  de^  otros*  graves  ne- 
gocios que  han  tenido  á  su.  cargo  ,  no  iún  podido  acer*' 
catsc  al:  prolijo  Iconocitnienrp  ^dei  noécanishKi  ^  niime« 
nos  instruirse  distintaiñonte  de  las  muchas /partes  dé  Ja^ 
manuf!i£hiras ,  ni  denlos  vicios  que  en  día «e  comraen^ 
por  ignorarlas  tal  vez  aún  aquellas  segundas  manos  ^  que 
tomaron  por  instrumentos  para  inteligenciarse  y  no 
han  podido  producir  sus  providencias  ,lo^^^e&os  4]üo 
hiin  deseado  ^  i  porque '  se  concibieron  ^  con  equivoca*- 
cion.í  .  5  .    • '.  ,  • 

Pretender  que  el  comercio  florezca,  sin  propias  ina<- 
nufa€turaS|  es  solicitarun  Imposible  :  aumentar  las  fá- 
bricas sin  tratar  priitiero  de  perfeccioitar  las  estabfeckbs^ 
es  confundirias'v  y  déxarlas  todas  eniarr^so  ^  para  abuU 
tar  mas  los^  obstáculos  del  comercio.  SI  jos  qtíe  inspira- 
ron estas.no  bien  entendidas  disposiciones^  hubieran 
sido  prádicós ',  y  supieran  tos  defedos  de  nuetiras  fá« 
br!cas;co«vel  ¿ejo  de  sus  procedimientos ^ sin  dudabubie^. 
lan  conseguido  lo.xjiie  tanto  importa  ^  ^ero  tronto  se diri-i' 

giévon  ^r  ias:t<«gias  Ác  auiuéntar  i  etxen^idos  de  que  este 

era 


88 

era.  el  medid ,  soltf  se  hi  experimentado  la  decadencia 
dd'jcomcrcio.^  la  deterioración  de  las  fábricas  origina*» 
lias ,  la  escasez  y  carestía  de  los  simples ,  el  sobreprecio 
de  los  compuestos  I  y  lo  que  es  peor^  la  flóxedad  c  iosub* 
sistencia  de  ellos  en  perjuicio  general. 
r\  El  gran  comercio  de.  la  Foandia ,  i  Inglaterra'  y  Ho- 
linda:  no  dimana  Canto  de  sus  ilii;ichás.  maníifadüraV 
l¡tianto  del  primor  de  ellas.» .por que  si  no  le  tuvieran  ,  y. 
ftcéran  inferiores  en  idea ,  en  gasto  y  en  primor  á  las  de 
otras  potencias >  no  despacharían  itan^as  én  todo  el  or* 
bé  Vcesaciael  con^mo ,  y  rccibiriaisu  conletcio  el  daño, 
que  aok>  nuestra  España  pudiera,  hacerle  y  «tonvirrieodcH 
Ujáp  zOávq  en  pasito,  que  es  Ibque  con  derecha  idébo» 
mos  procurar , Siguiendo  lasmáxkmas  con  qub  en  esta 
parte  se  gobierna,  y  estableciendo  contratip  método ,  al 
que  hemos  cenidd  hasta  aquí. 

•  Uas  fábricas!  do:  estas  potencias  nadie  puede  negar j 
qué  han  llegado  ál  últiaio..grado.de.  perféccioct  I  y  que? 
por  esta  causa  ^¿.han  hecho  estitaables ,'  y  apeteddoi  sus 
productos  de  todas  las  demás  s  con  cuyo  conocimienta 
las  han  aumentaido  tanto ,  que  les  produce  su  abundan* 
cia  io  mas  pingue  de  su  comercio  ,  que  sin  esüe  auxiUo 
naje  lograran  2  con  que  estando  descubierto  d  motivo  de 
sus  ventajas ,  y  sabiendo  que  de  ¿I  mismo  provieiMt^ 
nuestros  atrasos ,  razón,  parece  que  intentemos .  eiritar 
los  perjuicios  que  de  ellos  nos  resultan  ,  y  que  nos  apli* 
queiño&d  remediarlos  «; y  mas^quando^  el;  asunto  no  ei 
invencible  I  no  hay  imposibilidad,  ni  los  tributos  ipor  las 
compensaciones  que  se  suelen  hacer  ,.  sotk  impedlmen*^ 
to  bastante,  para  retroceder  de  esta  emptesa,  á  la  que. 
Boscombida,  y  estimula  la  abundancia  de  los  mate  ría* 
les ,  la  inclinaciqn  de  nue^f os  Monarcas ,  U  caay.eoiea- 
cia  dd  estado  ,  y  la  utilidad  pacticuiar.t  t  :  i 

:.   Lasf ábricas  que  ;en  EspatiaK  debea  reputar  fW{  impgr. 

tan* 


tantísimas  para  consumir  los  simples  de  que  abunda,  y  se 
hailaa  con  la  mayor,  proporción,  pata  recibir  la  enmien<t 
da  que  baste  á  dirigirlas  á  la  perfección  de  las  excran* 
geraSi  son  las  de  seda  y  lana,  con  las  qué  se  puede  dar 
por  conseguido  el  designio  de  habilitar  á  nuestro  comer* 
do  I  y  debilitar  el  extrangero ,  si  no  en  el  todo ,  en  la 
parte  que  toca  á  los  consumos  de  estos  dominios ,  y  cotí 
el  tiempo  si  se  continuare ,  se  extenderá  á  los  de  la  Amcr 
rica  f  para  cuyo  fin  se  expondrán  con  separación  las  nu-t 
iidades  que  padecen  las  de  ambas  especies ,  y  los  mo- 
dos de  enmendarlas,  por  si. se  les  puede  sacar  del  infeliz 
estado  en  que  se  hallan ,  sin  perjuicio  de  los  demás  que 
fai  aplicación  y  prudencia  de  otros  amantes  de  la  naciotí 
y  del  beneñcio  del  Estado  pudieren  discurrir ,  y  adelan- 
tar; porque  el  que  los  hace  presentes,  no  se  presume  tan 
pagado  de  sí ,  que  no  se  sujete  á  superior  diftajsKU  yji 
advertencia»     -  '      ^ 

Las  de  seda  ,  pudiendo  ser  tan  exquisitas  como  las 
ioaas^éspeciales  de  la  Europa',  se  hallan  en  tal  estado,  que 
aiin  produciendo  su  atraso  la  utilidad  de  los  extrange-^ 
fos,  merecen  su  compasión;  y  es  tal  nuestra  pasión ,  ó. 
muestra  ceguedad  ^  que  sin  embargo  de  ver  lo  prodigio*^ 
sa de  las. suyas  en  la  hermosa  variedad  de  las  invencio- 
nes, ea  la  valentía  de  los  dibujos,  en  el  primor  de  los 
matices  ^  y  en  la  perfección  del  admirable  conjunto  de 
todas  sus  partes ,  pretendemos  neciamente  defender  la 
mejoría  de  las  nuestras,  que  como  se  acercasen  á  igua- 
larlas, no  nos  quedaría  que  desear,  y  se  debería  tener 
por  odosa,  y  aún  po¿  superfina  la  demostración  que  se 
[kropone  en  los  tcrminos  siguientes^ 


tonuXlA  M  ^^' 


so 


Fábricas  de  Seda. 


£1  material  de  ellas  es  todo  de  una  mtsma  nara^ 
raleza  >  diferencíale  el  arte  para  hacerle  mas  ó  me- 
nos primoroso  y  estimable.  £n  España  no  se  ha  pues- 
to en  esta  parte  el  mayor  cuidado ,  por  no  ser  sus  nata- 
rales  tan  prolijos  como  los  extrangeros  s  y  así  se  sacan, 
generalmente  hablando  ,  con  muchas  imperfecciones^ 
que  no  solo  aprovechan  para  hacer  despreciables  ios  te- 
xidos ,  sino  para  dar  toda  la  estimación  á  los  que  vieneQ 
de  fuera  5  y  siendo  fáciles  de  remediar  ,  y  dignas  de  la 
mayor  atención ,  por  consistir  en  ellas  las  ventajas  de 
un  comercio  a¿tivo  ,  sería  muy  importante  que  no  las 
ignorase  ninguno  de  quantos  pueden  contribuir  á  sa  cox« 
lección*  .  ^ 

Def(í£lo  f  rimero. 

£1  método  que  nuestros  cosecheros  observan  de  no 
separar  el  capullo  para  hilarle  con  la  diferencia  que  cor*» 
responde  á  la  naturaleza  de  cada  uno,  es  perjudicialisi^ 
mo  3  defeco  en  que  río  incurren  los  advertidos  exrran^^ 
ros ,  pues  antes  de  ponerle  en  estado  de  recibir  la  priibe^ 
ra  forma  ,  lo  reconocen  ,  y  apartando^ según  su  cono* 
cimiento  prádico)  las  diferentes  clases  de  que  se  com* 
pone  ,  disponen  el  hilado  de  cada  una  de  ellas  como 
merece,  sin  la  mezcla  de  la  universalidad  que  se  acós* 
tumbra  en  £spaña.  Y  pensar  que  el  captüUo  le  trabaja  el 
gusano  todo  igual ,  y  que  la  indistinción  con  que  se  ha- 
cen los  hlhdos  no  es  gravosa  al  material ,  es  error  que 
merece  destierro  ,  y  en  que  no  puede  haber  dificultada 


Di 


91 
DrfeSio  segundo. 

Sigúese  inmediatamente  el  segundo ,  que  sobre  el 
anteceden^  se  hace  mas  considerable  ,  porque  sin  guar* 
dar  el  orden  de  la  separación  propuesta  del  capullo ,  s^e 
pasa  al  hilado ,  y  en,  vez  de  tomar  tres  6  quatro  cabos 
para  formar  la  hebra/ á  fin  de  que  salga  primorosai  y  con 
mayor  dilatación  de  la  que  corresponde  al  peso  ,  echan 
los  hiladores  Españoles  siete  ú  ocho,  y  como  por  la 
£ilca  de  la  división  de  clases  sobreviene  fácilmente 
la  desigualdad  9  para  que  se  haga   menos  nocable  cX 
defedOy  le  aumentan ,  ó  ie  quitan  los  que  les.  parecQ. 
,£n  esta,  torpeza  no  incurren  los  extrangeros ,  que  como 
mas  aprovechados,. no  desprecian  nada  de  quanto  <;on-« 
duce  á  su  beneficio  s  y  siendo  este  uno  de  los  mas  priii<» 
cipales  ,en  qde  cifran  la  delicadeza  de  sus  rexidos,  apli- 
can su  conato  en  esto ,  á  fin  de  aumentar  el  valor  al  ge- 
ñera,  la  hebra  al  peso,  y  la  proporción  al  beneficio,  que 
■generalmente  se  puede  conseguir  en  toda  España  por 
providencia,  como  se  ha  logrado  sin  ella  siempre  que  se 
ha  querido  poner  algún  particular  cuidado. 

Vefeíia  tercero. 

Par^  el  uso  de  este  material  en  las  dos  precisas  clases 
de  trama  y  pelo ,  respedo  de  que  el  gusano  no  lo  labra^ 
ni  puede  con  destino  ,  le  pasan  al  torno ,  donde  recibd 
la  calificación  de  uno  y  otro :  en  esta  operación  se  con- 
trae  el  tercer  defedo,  y  que  proviene  no  de  la  volun- 
tariedad ,  sino  de  la  constitución ,  que  absolutamente 
impide  la  perfección  de  nuestros  texidos ,  al  paso  que  le 
facilita  á  los  extrangeros  todo  su  primor.  Este  consiste 
en  que  por  las  ordenanzas  xle  las  artes  de  España  no  se 
puede  subir  á  menos  que  á  dos  cabos  >  y  como  los  ex- 


9^ 


trangerosno  tienen  esta  jqjcdon, Ic  tuercen  arbitraria^-» 
mente  á  uno  solo.  £1  perjuicio  que  de  la  rigida  obser-; 
vancia  del  estatuto  se  sigue  á  las  fábricas  de  España  ^  y 
las  ventajas  que  produce,  á  las  extrangeras  |  lo  expoti- 
drán  con  mas  viveza,  y  aun  con  sentimiento  los  fabci« 
cantes  que  experimentan  el  daño,  y  solo  se  dirá,  que 
con  este  defedo,  los  anteriore&i  y  sin  la  libertad  que  tie« 
ncn  los  extrangeros ,  es  impasible  que  nuestras  fábricas 
se  pongan  en  estado  >  y  para  logfario ,  se  hace  preciso 
tratar  de  la  enmienda  de  aquellos,  y  destruir  el  impedi- 
mento que  se  origina  de  este ,  porque  no  siempre  puede 
conducir  la  observancia  de  un  precepto ,  que  solo,  debe 
»er  temporal  y  acomodado  á  las  ocurrencias  iaesj^radas^ 
por  la  imposibilidad  de  prevenirlas» 

ÍSuele  agregársele  en  el  tinte  otro  vicio ,  que  ztSt^ 
quila  todo  su  valor  s  porque  si  el  artiiice  no  tiene 
el  tiento  que  se  necesita ,  si  los  materiales  de  que  se 
sirve,  no  son  de  la  virtud  que  conviene ,  y  si  la  dcsisno 
la  gradúa  con  la  calidad  ,  quando  espera  el  colorido  que 
procura',  le  sale  otro  diferente, y  sin  aquel  candor  y^ 
hermosura  que  apetece,  y  luce  en  los  campos  del  texi- 
do5  y  porque  tal  vez  suele  conseguirse,  no  se  puede  ca- 
lumniar sino  por  defedo  accidentáis  sin  embargo  de  que 
muchos  se  inclinan  á  que  en  España  se  ignora  este  arte, 
y  le  reprueba  la  virtud  de  las  aguas  5  pero  carecen  de; 
fundamento  sólido,  porque  se  sacan  tati  perfcftos  coIq- 
res  como  en  los  reynos  extrangeros ,  á  excepción  de  Us 
azules  y  verdes ,  que  no  se  han  podido  igualar  ni  en  la' 
firmeza  ,  ni  en  la  hermosura  5  cuyo  secreto  conviene  ií>- 
Vestigar  ó  por  las  noticias  ,  ó  por  los  experimentos,  sij-^ 
puesto  que  somos  casi  poseedores  de  quaotgs.  iogcedieo-" 
tes  son  necesarios.  ¿>^^ 


n 


DtfiHo  q^Unt94 


!Éste  se  comete  en  la  formacioa  del  cámpuesto  y  poi* 
que  en  España  indistintamente  con  quaiquier  clase  de 
seda  hacen  qualquiera  genero  s  y  persuadirse  á  que  el 
pelo  y  trama ,  que  es  á  proposito  para  un  genero  delica*-. 
E  40  y  ha  de  ser  proporcionado  para  labrar  ouo  ordinario^ 
es  error  ->  aunque  le  den  el  aumento  de ,  las  portadas  que 
le   corresponden  al  piC)  y  doblen  los  cabos  á  la  trama 
hasta  ponerla  en  el  punto  ,  y  darle  la  unión  qae.necesi^ 
te.  Los  extranjeros  asi  como  hacen  Ja  división  delc^pui* 
Uo  para  hilarle  por  clases ,  hacen  la  separación  de  estas 
para  adaptarlas  á  Iqs  texidos  queUabrarem  ^ste  defc¿l9 
por  lo  común  se  comete  en  España  por  la  falta  de  medios 
en  los  fabricantes ,,  porque  como  no  todos  tienen  el  cau* 
dal  necesario  para  hacer  sus  prevencionesi  se  valen  de  la 
seda  que  encuentran  al  tiempo  de  hacer  la  labor  ,  y  por 
esta  causa »  con  las  demás  que' se  han  referido^  salea 
nuestros  géneros  sin  lucimiento  en  los  coloridos ,  sin 
limpieza  ^  sin  igualdad  »  sin  candor  y  y  sin  coda  aquella 
kermosura  que  no  es  aparente  en  los  extrangeros ,  y 
destruye  la  estimación  de  nuestras  fábricas  ^  al  paso  yM 
se  aumenta  la  de  las  suya$.  , 

DefeOo  sextas 

Tlá  falta  de  dibujantes  de  habilidad ,  y  ta  ntnganá 
aplicación  que  se  reconoce  para  inventar  y  constituye  á 
nuestras  fábricas  en  el  mas  deplorable  estado  y  y  cttW 
precisión  de  mendigar  los  exemplares  de  las  extra nge ras 
para  imitarlos  >  y  así  como  en  estas  se  hacen  con  propie- 
dad y  si  se  estableciera  una  Academia  para  este  ñn ,  sin 

duda  nuestros  texidos  podrían  ser  tan  primorosos  como 

loi 


.94 

los  suyos  ,  y  disfrutarían  el  beneficio  de  la  novedad , 

como  los  extrangeros.  EsCQS  for(pan  los  dibujos  sobre  los 
colores  de  los  campos  que  han  de  llevar  las  telas »  acó  • 
^ikittdan  coa. naturalidad  los  matices  mas  uniforméis  sia 
-violencia ,  ni  desagrado  4e  la  vista ,  porque  los  templan 
con  obscuros,  y  caipbvadtes  de  lieroiosura  j  hacen,  tantas 
idibujos  comO;  piezas  y  colores  suele  tener  uasurtido,  j 
(Codoís^coa  valentías  rara  vez  se  encuentran  dos  piezas 
'Ác  undibujo,  y  de  un  matiza  y  esta  variedad  facUica  tan- 
to su  despacho  ,.  y  con  tanta  estimajcion  ,  que  les  prodU'^ 
-ce  para  la  continuación  de.  los  excesivos  gastos  de  las 
-dr uñaduras  y  pinti^ras.  En  las  fabricaste  España  se  sigue 
«por-pünto  general  el  método  contrario  ^  ^km:  evitai^  iois 
^gastos  h  porque  él  gUsto  no  lé  tienen  tan  delicado  nue^- 
<tros  fabricantes  como  los.extrangeros^  y  porque  la  c$- 
t:asez  de  medios  les  sirve  de  impedimento  i  pue»  lo  qup 
tnas  hacen  9  es  la  composición  de  un  tercero  dibu)o  sia 
propiedad  i  acomkxlándolo  á  todoí  los^^  colores  de  los  cam» 
pos^  diferenciándolo  alguna  cosa  en  el  maiiz  ^  y  paca 
sacar  el  genero  menos  costoso  en  la  mañufadura ,  esca- 
san  en  los  espolines  una  espadilla  ó  dos  1  y  se  valen  de 
las  lanzaderas  pasadas  I  que  aunque  dan  mas-cuerpo  á 
Jas  ropas  I  les  aumintan  las  imperfecciones  con  las  som<- 
bras  que  ocasionan  los  colorines  por  las  listas  aira^ 
vesadas» 

Si  qualqulera  de  los  defe^os  e3cpresados  es  capaz 
para  hacerse  distinguir ,  y  constituye  á  nuestros  texidos 
si  no  en  el  estado  del  desprecio ,  al  menos  en  el  de  la  in- 
ferioridad 5  unidos  todos  I  ^que  pueden  ocasionar  que 
íno  sea  la  compasión  de  los  inteligentes ,  la  desestimación 
de  las  fábricas )  la  aniquilación  de  ellas ,  el  perjuicio  ge- 
neral del  comercio  ,  y  el  daño  de  los  fabricantes  ,  al  pa^ 
so  que  crece  con  ventajas  el  beneficio  de  los  extrangeros? 
£!>ce  se  origina'deque^u  prolixidad  es  mayor  que4á'de 

los 


95 
los  Españoles  9  sus  foBdos- Aias  qtiantiosos  f  tu  unión  mas 

constante  5  sú.  protección  mas  asegurada,  su  liben^jd 
sin  limitación  ^  y  en  tanto  grado ,  que  introduciendo  en 
este  rey  no  sus  texidos,  concebidos  contra  nuestros  esta* 
tutos  ,  logran  el  despacho  á  su  satisfaccipn  á  vi&ia  de  1» 
artes  y  artífices  s  que  aunque  lo  conocen  9  <se  hallan  ctt 
la  precüston  de  tolerar  este  exceso  f  y  sufrirfel  perjuicio 
de  nó  poderles  imitar  en  todas  sus  partes »  y  de-  aquí 
proviene  la  decantada  ponderación  de  la  mejoría  de  sus 
ropas«  : .        í 

£1  vicio  primero  y  segundo  dcfpendédeloscoigBGhe^ 
ros  e  hilanderos  \  el  tercera  de  ios  toarcedoms  y  jstis,orde-i' 
nanzos  s  el  qaarto  de  los  tres  antecedentes  $  el  quinto  de 
los  tintoreros  s  y  ^  el  sexto  de  la  falta  de  xiibu jantes  >  con 
que  en  substancia  rigurosamente  ninguno  dimana  de  los 
fabricantes,  que  reciben  toda  lacalumnia^como.siellosen 
la  üiiima  forma  fueran  capaces  de  enmendar 'tantos  lm« 
pedimentos  originales. £L  i?¿niedio  de  dios  es  muy  fácil  á' 
la  superioridad  I  dándolas  providencias  mas  rigurosa^ 
para  que^nose  comiBtan  aquellos  que  dependen  del  a¿^0' 
Ubre  de  las  gentes  ^  (iispensando  los  que  se  causan  por 
la  ^u|eeion  dcias  ordenanzas;  y  estatutos  >  y  facilirandop 
tocips  Ios-medios 4ueTesükan. de ila  necesidad  y  falrade 
ellos;  corícediemlo.obvencioik&  auxilios  y.  rcminetacib^ 
nes  á  medida  y  con  proporción  á  las  urgencias  y  apli- 
caciones que  5e  experimentaren ,  en  la  forma  que  se ' 
FfaCkíca^eíi  áqaellas;RcpdbllciiSy  dónde  este  objeta  «e<^ - 
rece  la. prhneia atención,  como  cajusa  de  donde  dimana,'; 
la^uniwffsalúiiidad  d€li£sffado.      '     '       :    T     ;.    ;  .  ^ 
"^ Aunque  en  jcstc  sé  ha  decantado  la  inclinación  á  esK 
ta  itnportanda.  por  la  xtgla  general  de  habilitar  dco«^ 
meMio  y  y  propagar  bsfáfarioas^y  n6  se  tiáenteiidído'  ct^ 
aamto:^.ni  las  pfóvidendainse  ha»  adaptado  al  Jó^tfo^el 
intento}  y  así  so:ha  «(ooncwidó:^  qae  h»  medios  de  q[ue 

r.  se 


i 


pií 

se  han'valido para  ptofi\o verlo,  son  los  mismóft^qne  luuif 
servido  para  desrruirlo  Las  fábricas  y  fabricantes  tieoen 
poco. que  corregir  ,  porque  son  los  mismos  que  siempre» 
y  eo  la  construcción  de  los  géneros  no  hay  variedad, 
j:espe¿lade  no  poder  separarse  ninguno  de  las  reglas  uni- 
versolies.  Los  i  materiales  y  los  accidentes  tienen  mucha 
que  enniendary  y  sobre  dios  no  se  ha  tratado  nada  subs- 
tanciaimente  $  porque  habiéndose  dispuesto  el  ánimo  á 
allanar  las  dificultades ,  no  solo  han  quedado  en  pie,  si* 
no  que  se  han  acrecentado  con  error  y  perjuicio  de  las 
primitívas  fábricas  :^4el  rey  no  ^  que  con  pequeños  au- 
xilios^  si -se  habiboan  dirigido  por  bu  inteligencia ,  sé  tut** 
hieran  ya  puesto  en  estado  de  florecer  ^^rque  no  es  du-( 
dable  la  diferente  disposición  y  facilidad  que  hay  en  las 
fóbricas  antiguas  para  enmendar  los  vicios  que  las  per- 
judican, á  los  que  se  jpueden  ofrecer  y  ofrecen  en  las 
de  nueva  erección ;  y  mas  quandp  ni  se  han  reconocida 
los  motivos ,  ni  se  ha  dado  golpe  en  ello. 

La  propagación  de  las  manufaduras  viciadas  tan  le- 
jos está  de  ser  ütil ,  como  que  solo  sirve  para  aumentac 
el  daño.  La  elección  de  los  medios  para  la  misma  propa- 
gación ha  sido  tan  errónea,  como  se  reconoce  de  los 
cícStm  >  porque  solo  la  ignorancia  pudiera  haber,  inspi^ 
cado  la.  creación  de  compañías  para  el  comercio  interior^ 
por  no  transcender  laspredsas fatales  circunsunciasque  se 
lun  experimentado ,  tan  nocivas  para  ellas ,  como  perju^ 
diciftlos  á  las  originarias  .fábricas ,  dañosas  al  Estado,  y; 
gravosas  ai  fiscal  Erario,  A  este  je  ha  disipado  con  la  coa- 
cesión  de  franquicias  $  y  á  aqu¿i  se.  ha  perjudicado  coa 
inferioridad  y  carestía  de  los  téxidos  estancados.;  Las 
compañías  no  han  hecho  mas  progresos  que  los  de  per* 
dturse^  y  las  antiguas  fábricas  ae  bao  aniquilado  ^a  tan* 
t<^.  (grado  t  que  i)ecesitan  de  mas  sKpetiov  auxilia  (|ue 
astfis  lipacaiQOídác  en^eramefite  m  (ucuifia»    / 


1  » 


97 
El  privíícgio  de  tanteo  y  preferencia ,  que  se  concc- 

dleton  á  las  fábricas  de  exención ,  fue  una  imposibilidad 
tkcUz.  9  para  que  no  pudieran  hacer  el  surtimiento  las 
originarias.  El  uso  de  este  privilegio  fue  tan  perjudicial, 
como  que  por  el  no  solo  lograron  las  sociedades  hacerse 
con  los  simples ,  que  necesitaban  para  sus  establecimiea- 
tos  ,  sino  que  apoderadas  de  ellos  Cacílitaron  la  negocia-  ^ 
clon  ventajosa,  sin  la  transmutación  del  genero,  vendién- 
dole en  estos  dominios  ,  y  extrayéndole  á  otros  en  con* 
tra vención  de  las  leyes  \  pues  la  faculud  del  exclusivo 
comercio ,  y  la  liberación  de  derechos  en  la  compra  de 
los  simples ,  y  de  primera  venta  de  los  compuestos ,  so- 
bre la  antecedente  sujestion ,  impidió  la  continuación  de 
labores  á  las  facultades  y  sus  profesores  ,  y  los  deterio- 
raron tanto,  que  apenas  quedó  maestro  en  ellas  que  na 
se  viese  en  la  precisión  de  mudar  de  oficio. 

Para  convencerse  de  esta  verdad  no  se  necesita  vio- 
lentar la  inteligencia ,  porque  supuesta  por  el  tanteo  lá 
dificultad  de  surtirse  los  fabricantes  del  material ,  que 
por  la  preferencia  se  les  arrebataba  de  las  manos,  si  le 
conseguían  en  alguna  parte,  era  en  fuerza  de  alguna  an* 
tiquada  confianza ,  y  ¿  expensas  de  un  mas  que  regular 
dispendio.  Este  aumento  de  coste,  y  la  indispensable  sa- 
tiséiccion  de  los  derechos  de  cientos  y  alcabalas  de  las 
Ventas  de  los  géneros  ( de  que  están  exoneradas  las  com« 
pañias  ),  les  precisaba  á  solicitar  para  no  perderse  el  au- 
mento de  un  diez  por  ciento  en  los  precios  de  sus  ropas, 
y  pudiendo  las  compañías  con  iguales  Circunstancias  ha- 
cer rebajas  por  el  privilegio  del  mismo  diez  por  ciento^ 
que  los  Éibricantes  tenían  necesidad  de  subir  $  no  es  du« 
dable  que  el  despacho  de  estos  habla  de  baxar ,  y  el  de 
las  compañías  crecer ,  y  que  aunque  no  hubiera  o^o  lo*» 
conveniente  ,  sobraba  é$te  para  extinguir  las  antigua 
artes  y  sus  individuos  s  como  la  ha  acreditado  la  expc- 
Tom.tl.  N  ricn- 


9»  ^ 

rienda  én  las'dcscréces  de  telares ,  que  se  han  reconocí* 

do  en  todas  las  fábricas  del  rey  no ,  sin  que  las  compa«- 

Sias  con  todas  sus  franquicias  hayan  podido  llenar  el 

yació. 

De  esta  desolación ,  y  de  la  ninguna  Ümltacion  con 
que  han  labrado  los  texiUos  las  compañías ,  sin  sujeción 
por  sus  privilegios  á  los  es  tatutos  de  las  artes ,  ha  prove- 
nido la  escasez  de  los  géneros,  la  carestía  de  ellos,  y  sa 
inferioridad  ,  con  perjuicio  universal  de  la  causa  pübli* 
ca  I  que  lo  sufrió  ,  y  continua  en  tolerarlo  por  no  tener 
otro  recurso.  Y  aunque  estos  daños  se  empezaron  á  re« 
conocer  desde  luego,  y  antes  de  los  establecimientos  se 
píredixeron ,  como  se  preocupó  el  Ministerio  de  las  espe« 
des ,  que  sujpo  imprimir  la  ignorancia  y  la  codicia  ,  se 
creyeron  vanas  las  reñexiones  ;  pero  el  tiempo  ha  veri^ 
ficado  el  ningún  fundamento  sobre  que  se  cimentaron 
y  apoyaron  los  aumentos  s  pues  para  cada  telar  de  los 
que  llenos  de  vicios  plantificaron  las  compañías  ,  se  die- 
ron por  el  pie  mas  de  diez  de  las  antiguas  fábricas^  cuyo 
suceso  no  solo  era  regular ,  sino  preciso  ,  porque  el  inir 
pedimento  para  la  adquisición  de  los  materiales  ,  la  su- 
jeción de  labrar  con  arreglo  á  las  ordenanzas  ,  la  preci* 
sion  de  pagar  los  derechos  de  todas  las  ventas  ,  y  la  nin- 
*guna  protección  que  lograban ,  no  podia  producir  otras 
conseqüenciasy  que  las  que  anualmente  se  están  pade- 
ciendo, y  se  padecerán  Ínterin  no  se  tome  otra  provi- 
dencia que  las  restablezca,  y  saque  al  común  de  la 
esclavitud  en  que  le  ha  puesto  el  esiahco  de  los  ge* 
neros. 

Si  los  inñuxos  se  hubieran  dirigido  para  que  las 

compañías  se  hubieran  establecido,  contando  con  las  mis- 

'mas  fábricas  antiguas  para  promoverlas  y  perfeccionar* 

Jas  ,  y  foñaentar  su  comercio ,  con  el  conocimiento  cor- 

xespondlente  á  las  Provincias  de  la  América,  adaptando 

•  los 


99^ 

los  cDüsninoi  de  aqadílás  cop  el  produéfe»  de  las  ifSfairícas 

JLc  estas  y  y  siguiendo  en  esta  parte  el  modo  de  girar  de  í 
los  establecimientos  extrangeros ,  malo  fuera ,  porque 
naeistras  fábricas  todavía  op  se  hallan  en  estado  de  po- 
der surtir  á  estos  rey  nos  y  á  aquellos ;  pero  ha  sido  ma- 
cho 'peor  f  dexando  á  unos  y  á  ot|:os  en  el  descubierto 
que  se  experimenta  ^  coa  destrucción  de  las  mánu-^ 
¿L^^uras  originadas,  y  perjuicio  universal  de  la  causa 
pública.  '■,.-'> 

No  hay  compañía  qtte «  para  iojgics^r  el  usó  de  tanto» 
privilegios  como  se  les  concedieron  ,  no  se  oblígase  á  es* . 
tablecer  y  y  plantíñcar  alguna  de  las  muchas  mañu&c* 
turas  que  nos  faltan  ,  con  calidad  de  su  aumento;  pero 
habiéndose  pasado  el  tiempo  de  las  primeras  concesloncSi 
todavía  no  se  ha  visto  en  España  señal  de  cumplin^ien- 
to  de  estas  obligaciones ;  por  lo  que  nos  hallamos  de- 
fraudados de  este  ñgurado  benefició ,  y  con  el  daño  qua« 
si  irreps^i^able  de  nuestras  antiguas  fábricas  :  las  compa« 
ñias  en  la  mayor  parte  perdidas ,  los  interesados  en  ella$ 
sin  el  beneficio  que  creyeron  ,  y  aún  con  la  remota  es- 
peranza de  juntarse  con  los  caudales  que  para  su  fondo 
pusieron. 

.  Decir  todo  lo  que  ocurre  sobre  estos  mal  entendidos 
asuntosi  y  sobre  los  gravísimos  perjuicios  que  se  han 
originado  de  su  práctica ,  es  un  procedet  infinito  ^  qué 
no  se  puede  explicar  sin  dolor  $  por  cuyo  motivo » y  por- 
que al  juicio  menos  reflexivo  se  los  hará  presentes  su  pro- 
pia consideración,  si  los  mita  con  cuidado  f  se  omite^  y  pa< 
so  á  hacer  un  resumen  del  estado  de  las^  fábricas  de  lana 
que  tenemosi  desús  pequeños  defedioSi  porque  ellas  no  son 
grandes  t  del  modo  de  corregirlos  ,  y  del  fácil  medio  de 
establecer  todas  las  manufaáuras ,  que  de  esta  especie 
y   sus  semejatues  nos  &ltan ,  c^  utilidad  del  Esta* 

Na  do, 


JOO 

do,  y  Sin  el  €OQ$idcftbte  pcrjaiclo  que^tia  padeddo 
hasta  aquí  el  Real  erario» 

FábrUas  de  lanasm 

-  •       - 

■ 

<  3S1  material  que  para  estas  manufa&urasi  produce 
Espa&i  es  tan  abundante  y  especial ,  que  no  tiene  que 
eavidiar  i  ninguna  Potencia  extrangeras  pero  el  mal  uso 
de  el^  y  el  conocimiento  que  falta  á  nuestros  naturales 
para  la  aplicación  y  beneñcio  de  sus  calidades ,  según 
la  multitud  de,geMros,  que  con  el  se  labran  ,  son  la 
causa  del  mal  estado  en  que  se  hallan ;  por  cuya  razoa 
las  fábricas  que  de  esta  especie  tenemos,  se  reducen  á 
laiS  de  paños ,  las  menos  de  finos , .  y  las  mas  de  ordina» 
ríos;  pudiendo  extenderlas  á  toda  la  variedad  de  texldos^ 
con  que  los  extrangeros  nos  lisonjean  el  gusto ,  nos  sa« 
can  el  dinero ,  y  los  simples ,  con  que  forman  los  com-* 
puestos  I  como  mas  adelante  se  explicará  i  después  de 
apuntar  los  defeAos  de  nuestros  paños. 

i  Dtft&o  primero. 

St  ha  concebido  en  España:,  ó  por  error  de  las  an- 
tiguas constituciones,  ó  por  la  ceguedad  de  no  haberse 
dedicado  á  los  exámenes  e  investigaciones  necesarias, 
que  los  paños  finos,  se  construyen  y  forman  de  las  la- 
nas mas  superiores  ,  y  por  eso  se  sienten  mas  suaves  al 
tadoquelos  extrangeros  5  mas  blandos ,  inenos  consis- 
tentes, y  sin  otra  firmeza ,  qae  la  breve  y  principal  que : 
les  comunica  la  prensa  por  limitado  tiempo  ,*  cooio  se. 
evidencia  de  los  vesti4os  que  se  hacen  de  ellos  \  pues  al 
paso  que  con  el  uso  se.  va  perdiendo  el  primer  ludmien* 
vo^  van  asimismo  decayendo  de.su  at madura  i  cuyo  de- 

fec- 


&€to  DO  se  experimenta  en  los  iextraligeros ;  porque  ¿on« 
sctvan  la  firmeza  de  la  ropa  hasta  q(tie  el  tiempo  k  ani* 
quila  I  con  mas  retardación  que  á  los  nuestros. 

£sta  equivocación  del  mal  uso  ,  y  aplicación  de  los 
materiales  pudiera  haberse  conocido  en  tantos  tiempos 
como  hace  se  eitá  tratando  el  asunto ;  pero  como  ha  si- 
do baxo  del  concepto  de  seguir  una  antigua  prádica,  que 
se  ha  hecho  venerable  para  la  observancia  ,  no  ha  sido 
posible  la  convención  para  separarse  de  ella  ,  ni  menos' 
la  de^tencion  para  diferenciar  por  via  de  los  expcrimen-^ 
tos  el  modo  de  las  composiciones ,  á  que  pudiera  haber 
inclinado  á  nuestros  fabricantes  su  propia  conveniencia/ 
y  el  desprecio  con  que  se  miran ,  y  han  oiirado  sus  labo- 
xes  ár  presencia  de  los  extrangeros. 

*     Fuera  de  España  no  se  siguen  estas  reglas ,  porque 
la  aplicación  de  los  extrangeros  es  mas  Industriosa 'para 
procutar  sus  beneficios.  Por  esto  se  han  dedicado  al  exá« 
men ,  y  al  conocimiento  que  han. legrado  de  los  mate« 
ríales,  y  así  mejor  que  nosotros  saben  las  qualidades  de 
ellos  I  y  las  aplicaciones  que  les  han  de  dar.  Los  paños 
finos  los  hacen  sin  duda  de  lana  fina  ?  pero  no  como  no«- 
soiros  en  el  todo,  porque  se  valen  de  los  mixtos  i  echan** 
do  aquella  parte  que  han  descubierto  por  sus  experkn-! 
das  I  queles  corresponde  de  otra  calidad  mas  iHferiof*^ ' 
como  las  mismas  ropas  lo  demuestran  ai  menos  inteligen* 
te  I  si  repara  con  el  ta£ko  la  quasi  insensible  aspereza  que 
contienen  ,  ¿  diferencia-  de  los  tluestros ,  que  seofírecen: 
blandMry)sua;v€^,  no  solo  al  pelo,  sino  al  contra^eto  ^^r ' 
lo  que  para  ^cqnseguír  lo  qvko  ellos^  logran »  y  nosotros ' 
j^rdemós ,  se  'hace  preciso  no  el  traer  para  este  efedo  - 
anifices  extraños ,  sino  que  nuestros  naturales  se  dedi* 
quen  á  los  experimentos  (en  que  nada  pueden  ir  á  per-* 
der 9  porque  no  hay  fiefgode  malograr  tc^  materiales),' 

hasta  acertar  p6r  ifiedío  de  los  emborr adores  el  punto  de  • 

la 


loa 

la  canti<kd » que  la  ropa  segnn  su  clase  requlece »  ¡10x9^ 
.  lograr  la  coasl$teiKÍa  que  necesita. 

Suponiendo  equilibrio  cji  las  demás  o{>erac¡0iie$  ex^ 
tf  angeras  con  las  nuestras ,  hasta  poner  el  material  en  el^ 
estado  de  hilarle ,  debe  advertirse  ^  que  en  esta  manior : 
bra  no  se  tiene  en  España  el  mayor  cuidado  ,  ni  para* 
que  el  torcido  salga  con  proporción  de  vueltas  ^  ni  parai 
que  la  obra  3e  logre  en  toda  su  latitud  con  una  pro^xa^ 
igualdad ,  sin  embargo  de  que  se  ha.  procurada  por  me*: 
dio  de  la  haspa  Olandesa  nivelar  el  peso  con  el  imfttero; 
cuya  regla ,  si  se  observara  con  proporción  de  partes ,  sia: 
dificultad  producirla  todo  el  deseo,  como  recayese  so« 
bce  la  enmienda  del  primer  vicio, 

-  .'  ■  * 
Dividen  los  extrangeros  las  calidades  del  material  pl*. 
ra  las  clases  de  paño,  como  lo  hacen  con  la  seda ,  dándole 
ixada  una  aquella  aplicación  que  le  corresponde  >  y  dc: 
la  iDisma  forma  que  separan  aquel  fruto  natural  después» 
de  hilado ,  lo  praftícan  en  las  hilazas  que  forja  el  ^rte « 
de  este  $  y  por  esta  razón  distinguen  sus  paños  por  stter*^ 
tes ,  dedicando  para  la  primera  la  de  mayor  perfección» 
y  proporcíonalmente  las  demás;  aloque  les  obliga  la* 
conveniencia  para, el. manejo  fácil  délas  operaciones y^queí 
seiíaceo  mas  delicadas^y  cuidadosas*  al  paso.de  la  áU[ 
ferencia  de  la  firmeza  que  se  advierte  en  .la  hilasa  de 
lapa,  que  se  forma  de  muchas  partes  quebradas,  y  de  un 
material  insubsistente ,  á  distinción  de  la  seda ,  que  ..la 
naturale:&a  le  produce  sin  roturas  i  y  elajrce  conlas>uni(>r. 
nes  le  aumenta  la  consis.teni:isu  Y  ¡no,  obstante. q.uV'«R^ 

Es- 


'^3 
Espáiíá  te  há  puesto  algün  cuidado  en  la  parte  de  los  hU 

lados ,  aun  no  se  han  logtado  como  se  necesitan  ,  y  por 

<sto  salen  las  ropas  mas  inferiores  y  desiguales  ^  de  que 

¿imana  su  escasa  duración ,  y  sii  aborrecible  y  fea  ycjcz. 

DefeSo  quarto. 

r 

En  quanto  á  los  t^xidos ,  se  gobiernan  en  todas  par¿ 
tes  por  unas  mismas  reglas ,  por  ser  generales ,  y  no  se 
ha  descubierto  modo  de  variar  en  1^  substancia  5  bien 
que  los  extrangcros  lo  han  procurado  en  los  accidentes, 
proporcionándolos  á  la  mas  cómoda  disposición  y  para 
x^ue  no  siendo  violentos  los  trabajos  y  se  minore  h  fati* 
ga ,  y  se  haga  mas^  labor.  La  finura  de^us  paños  consis- 
te en  la  delicadeza  de  los  hilados ,  y  en  el  ndmero  de  los 
hilos  que  les  ponen.  Los  telares  ison  igualmente  anchos 
en  todas  partes  5  sus  peynes  diferencian  la  calidad ,  por* 
que  para  la  primera  suerte  echaii  quatro  mil ,  ó  tres  mil 
y  seiscientos  hilos  (y  en  España  se  llaman  paños  quá- 
réntenos  o  treinta  y  seisenos  )|  les  ponen  otras  tantas 
púas,  y  de  esta  forma  lo  pra£kícan  en  las  demás  ,  echan*- 
do  tres  mil  al  treinteno,  dos  mil  y  quatrocientos  al  vein- 
te y  quatrenos  y  como  á  un  propio  ancho  han  de  ajus- 
tar  el  numero  de  los  hilos ,  para  que  la  gerga  no  salga 
demasiadamente  clara,  y  llenar  el  telar,  gradúa  la  grosu- 
ra de  las  hilazas  con  bastante  cuidado^  apropiándola  el 
grado  de  las  tramas  que  á  cada  suerte  corresponde.  Y 
aunque  por  los  mismos  términos  se  executen  estas  opera* 
clones  en  España ,  con  todo  por  la  falta  de  prolixidad ,  y 
por  el  descuido  que  se  padece  ^  se  equivocan  con  fre- 
qüencia  estos  preceptos,  y  los  de  sacar  con  tupidez  las 
gcrgas ,  pues  no  obstante  que  las  disimula  el  enfurtido^ 
como  aquella  operación  es  defectuosa  ,  y  esta  violenta, 
lo  padece  después  la  ropa,  ya  por  la  raridad  con  que 

que- 


,104 

queda*  fSi  ha  áe  llegar  2  la  marca ,  ya  por  lo  qae  angos- 

ta  el  ancho ,  y  se  acorta  el  largo^  si  ha  de  tener  la  uoioq. 
que  le  pertenece ,  y  ya  por  la  desigualdjidí que,  muchas 
Teces  resulta  de  estar  una  misma  pieza  por  unas  partes 
mas  blanda  que  por  otras ;  cuyo  defeélo  conviene  reme- 
diar con  las  propias  reglas  que  los  extrangeros  ,  y  de 
que  no  faltan  las  suficientes  noticias  á  nuestros  maestros^ 
que  no  procedea  con  uniformidad. 

Defeéio  quinto» 

Es  este  vicio ,  por  último ,  el  mas  principal  $  y  por  ser 
el  primero  que  se  ofrece  á  los  sentidos  ^  respedo  de  ad-« 
vertirse  en  la  ropa  ya  construida  ^  es  el  mas  digno  de 
corrección.  Consiste ,  pues ,  en  lo  largo  del  pelo  con  que 
dexan  á  nuestros  paños  ,  aún  después  de  la  tundicipa» 
iruya  fealdad  á  los  primeros  días  parece  disimuladas  pero 
é  poco  tiempo  de  usados »  se  empieza  á  descubrir  ^  ievaa« 
tándose  en  extremo  para  anidarse  ei  polvo..  Este  dcfe¿lo 
rara  ó  ninguna  vez  lo  padecen  los  extrangeros  y  que  co« 
mo  mas  industriosos  se  han  dedicado  á  la  formación  de 
tixeras  mas  delicadas »  y  de  cuchillo  mas  baxo,  que  la$ 
que  se  praftícan  en  España ,  sin  embargo  de  que  se  rraea 
de  fuera.  Y  aunque  esta  nulidad  se  ha  creído  qu$  de* 
pende  de  la  falta  de  proporcionados  hierros ,  no  es  así, 
pues  aunque  es  verdad  que  contribuye  en  mucha  parte 
á  ^  imperfección ,  también  lo  es,  que  viene  descendien- 
do desde  el  primer  defefto ,  hasta  unirse  todos ,  para 
consumar  la  inferioridad. 

Dixose  que  el  primer  vicio  se  cometía  en  el  error 
de  hacer  los  paños  finos,  no  mas  que  con  lana  fina,  y  en 
no  mezclarla  con  aquella  porción  precisa  de  otra  mas  or* 
diñaría.,  como  lo  acostumbran  los  extrangeros  para  dar 
á  las  ropas  consistencia.  La  convención  de  esto  es  muy 

cU- 


•clava  >  pbMitf e'n»llií/!tt(l4  <»  qiw -l»fIa(iia!«}r4lP«rr5TÍ[i»((|^ 
porción  de  f«x:iK)cíjitfeofi:crp^jiiuiSf6t(if»bi  :¡t,  mi» 

•grncsoy^y  ia-üoa  ina$.4d^a4p9  y)ina»i)lft¿de  ^  &()t).9B$ 
si  el  paño  se  Ubca.coolat  detesta  m^m^kí»  ,  es.  r(sg;i^ 
qxfe  tod^  ei  p^Q.  qtt(  so  jov^ttfajsn>  Ift-.fMcchA,  y'¡q^]Qd4 

cixera  i mpdeqaxla ^..y  c(v;(a8ta iiftcfúü:\  ifVP. iiMí=^ i09 
«e  hkiera,  .y.^;ti]at4fl»:d(;49  pl^^llífkidp  ipef;i»j;¡lf%  l^r 
lias ,  es  verosímil ,  que  el  pelo  de  la  porción  ordlpaji^ 
(juedariamas  dere^9  i  y:4)«s>p9r  U  iiQipo.ay^d^ria  á 
levantar  4l  ,de Ja  Jm,s  cf)o  \ft¡.*i^s.íUíMfü^%i4i^cia^fMi 
y  con  la  c«cgaide.M$£ij«f(a^  ^fMP«B>f>H}iií2aj;ia.ei  :<^t%i 
«tiedidai  doi;8)}¥)ado^<999iCA^llKh^ip«4$ra » -y,<|«K4^jaj| 
•los  pa&os  sio  esta.n;it|ida|d  «:lc9Miy$fS|>  JM(;igií^sfkto»,y  ^ 
4biedo  de  firmar  lo»  rj;sal(o^  ó.  v<egi8a$.>jq!^e  «aii.el  <^adi9 
.  a¿lual  se  ^laoifiestaii»  con  JiualqvÚ4(»i¿<Qta  de  .agua  EUHf 

<  Bstoft  vkii9» ,  que  rf  aaa..ttBO  dQjpostf  í  (PWiPíi  que  íp- 
portan:  pocO):.iconstimy€iítjiun$o$í  é  f^iesn^ifyi^peA,^ 
mayor  desprecio.  £1  reínedio  dQ  eljl^js  es  rnuy  ^il  j  por- 
ique  coa^e  ea  sola  la  apÚ(^cloQ  , .  y  ep  d^t^iar  una 
costumbre ,  que  se  hl^iiotinditíc^oj^  jL^^ljglde.  reflfi>- 
aion y cxároeai  lo.qi|e.si5e i^pAira .«oaiq.$e;de^^ pro- 
ducirá'  otro  bsni^&ioixnat-ireQtaj^sg,  ^útf»  p^eJU  ^gb- 
sistencia  de  los.  colores.  ^  ^que  taf)(o  s^  ealu^anian  de  ifa- 
^tSe&x»  á  miestros  artesanos » poy  po  habar  glc^qzado  el 
■  verdadero  wnkvfí  de^neiftroyie^eAf.í^  qMe  4eAdo.cies- 
'  tos,  s^i»a(eJbdI>peasab^ltf!dfclara^Í(W{>4a.la  enpu^a- 
da.  ]la¿&ka  deltél:m0$ax%:pqL|o$.<<$i^f0ft,]el,p;N^t^^ 
núento-de  ellos^i-sa  in^ubs^tjcqflia,,  y.;e|][Hf>gttq  luci- 
miento de  las. topas,  no dimatia de. la[ ignorancia  de  los 
tintoreros » si.(jq:de:io$  de^QS  <««(^;qper«n$e?iyai[nente 

se  hacen  ii«s  of^dracipoes  )aní^^n|^9<jy:,pswí:lpaj,i9ente 

=  lartfltiina r ^uesc cajisa  co «íjt^ndidp, ■jd^;cap<j^. los pa- 

-  Tnnt.  ytl  '  'O  *  nos 


Uü- <te<dtittAJ^íse<' COA- 'facilidad  el -polvo  i  xpio  siendo 
üttUistíco  I  y  oótkoúvoi  «idy  podetoso  póc  ét  .'coittlnao 
beako  lugar  que  ocupa ,  caceóme  insebsíble&iente  el-  co- 
lóftf^inias  eficacU'que  él  ^1>  y  el  a.yre  ,  y  si  pata  qui- 
tarle-^ >ékve 'del' «aedioc^tegaUt  «del  copulo',  quantas 
dtás"fe€ts's&!e  psié  p^  «étexni^  Ifias  lioipiíó ,  «anto  mas 

sé'  d«¿i&€&«y  ^okdé'dr:  ebtdtido'^  rudezas  del  zj^ 

Todas'los  e]ü^e^d«fi<iteftiaí)f ',  que  i  tt'iverdad  no 
tienen  taitti 'difica4<ad  pata  sü-  cocréccion ,  ¡los  hubte- 
ti'  tíiiiatháiAó'ími^<&0(S»  lá '4pti<&clon  de  :tos  fnaestros 
*  fisi»ádlefr/ii«é  reií4líiib{e«á'^({cargi(k>v  kégttn  el  estado 
'éé  lafi  ((Iibt4¿as  ilél«  i$yfra(  j^  4a  propotdonada  imitacloa 
tfr^los  pa'nos  eScctángélois  7  concediendo  á  sus  comunl» 
^dédésa^uétlas  t^uneíaéiooes,  que  bastasen  para  distin- 
guir su  aplicación  y  esmero ,  y  la  litwrtad  necdaitla  pa- 
ta lá  ;¿x¿iftt^iMi  >  ür  miHáótid^  peto  como  4os :  medios 
iqtie-sé  t^iáái&rdh  y^se  dieton ,  fiíeton  direftamente  opues- 
tos i  nladai  se'há  podido  conseguir  má$ ,  que  el  atraso  de 
las  printtcivas  origiúariás  fábricas, sin  adelantamiento  vi* 

•USbUc  dé  lás>  nuevá'mente  estabtc«id*Sr  *-      ,   .  • . .  i  - 
*  -  '^.  Si  á-fes;  antigtns  de.  Segovia ;  de  Bexat ,  de  2^rago- 
'tki  de  Babcéloftá;^  dt  Valeflda  ,  ide  Akíoy ,  y  <lc  otras 
'  ffluchaá,  que  hay  derramadas  en  todas  estás  Provincias, 
se  les  hubiera  auxilkdo,  encargando  arcada  una  de  ellas, 
según  la  disposición  ^  y  ]pr«fporcion  co^n  que  se  halla- 
'iérii  lá  imitbcion  dé  IOS  ^SiU^l  Beuí ;  dé-Ludtn ,  de 
-AbrebUIe','t«fliánd6;á^stivciiidado  cadaufla  k  imita- 
ción dé  otra ,  lo  htí^frán;^' conseguido  con  <  aumento 
suyo ,  con  beneficio  del  Estado ,  y  sin  el  grandioso  cos- 
te ^  que  ha  causado  al  real  erario  sin-  efeQo  ^  nix»tilidad, 
'  y  con  déstrítccIoB  de  Uis  prtmordialessi  Con  ht  centesima 
'  pane  dé  )o  qoe  -se  ha  ezj[|enfdido  ^  y  laalgastadó  en  la 

6- 


Hojí 

{abtica  de  Gáaiíiilaxftra ,  ien  la  ^  san  f crhmBo.,.  y  sus: 
agr^adones ,  qtte.schiibieseTapHcaxioipaca  pnedio^ .tcia^í 
poral  de  losaxtíñcc^,  que. se  distinguiesen,. se  imbie^) 
ra  logrado  la  competencia  de.  las  mejores  del  orbie;  se:^ 
hubiera  mejorado,  miestro  comercioi^  y  se  hubiera  es*  [ 
casado  la  real  Hacienda  de  tantos  caqdales  como^ise ,  haa/ 
consumido  últimamente  jipara  Já ..continuación  de  ua: 
mal  entendido  empeño  ,  impelido  de  la  ignoraacia ,  poc 
no  haber  reflexionado  siempre  Iqs  escarmientos. 

¡  Quintos  millones  habrá  cosudo  al  real  erario  la  - 

casa  de  Guadalaxara.d^e  su  construcción ,  así  por  los . 

[HDecisos  gastos  del  establecimiento ,  sueldos  y  salarlos  de . 

naturales  y  extrangeros ,.  como  pof  los  materiales  que  de  i 

todas  especies  se  malograron,  por  defcdo  de  economía  ea/ 

los  primeros  años !  ¡Quáotos  la  nueva  población  de  saat 

IBernando  abandonada  segunda  vez ,  por  el  mal  inflaxo{ 

de  su  t^mperapiento ,:  que  obUgió^  á  dexarla/  iofiítm^l 

como  se  mánificstia  y.  por.  habcf  querido  despreciar .  el> 

primer  exemplar  de  Jsu  despoblación !  ¿  Que  beoeficiosí, 

y  ^ju^  ventajas  han  producido  estos  empeños  tii  al  £sta-< 

do,  ni  al  real  erarlo?  ¿Se  ha  conseguido  mas,  que  el  dis-' 

pendió  de  la  real  Hacienda ,  haber  quedado  nuestrasv 

priginarias  fábrkas  sin  adelantamiento  alguno ,  y  nues« 

uo  copierdo  en  el  estado  pasivo  que  tanto  devora,^. 

quanto  favorecp  á  los  extrangeros  ?  No  se  ignora  ,  quifi 

la  idea  del  Cardenal  Alberoni  ,.que  promovió  la  fábrica 

de  Guadalaxara,  fue  la  dé  hacer  uo  seminario  de  Maes«^ 

tros  especiales ,  para  que  se  difundiesen  en  las  demasi 

del  rey  no  y  y  excitar .  con  este  motivo  la  aplicación  de^ 

nuestros  naturales ,  y  también  para  que  á  imitación  de( 

Soberano,  tomasen  á  su  cargo  otros  poderosos  igualen 

empeños ,  como  lo  hizo  el  Duque  de  Bejar ,  y  Don  Juan 

de  Goyeaeches  pero  como  variaron  las  manos ,  y  las  su^ 

cesiones,, y, las  inclinaciones  han  sido  diversas ,  cesaron 

■   O  a  "      ttuy 


lo8r 

muy  luegolJos im^ulsosv  y^solo  .se-rconiiéoo  én*  Gmídá- 
laxara^  porque ysu ¿a  erarazoodesayrax  una  empresa, 
que  hat  ia  eiepMo  ta^i  -aleó  principio^  i  y  que  hubiera  si- 
(b  mejor  nó  haberh  plantiñcádo ,  así  porque  no  corres- 
pondió á  los  de^gnios  de  corregir ,  adetaucar  y  promio* 
ver 9!  como  porque  iptando  mediáis e  sú  ^oñsítítacijoa  lia-* 
bta:deimpc2sn:  la  xeal  Hacieqd^  áxesarcirse  de- todos  los 
gascón  causados,  de  parce  decUb;  9  irs^taudo  los  negocios, 
con  pureza  y  economía  ^  pcn:  laidiversidad  de  cohcép^: 
tos  e  inclinaciones  de  los  Ministrbs,  baxo  de  cuya  domi- 
nación han^e^adáy  sela  ha  despojado  de  la  espetfanza^  y « 
déla  alhaja^  pasáhdol^i'á  las  manos  de  los  cinco^  Gre^ 
míos  :ii^y¿rés«,^para  que  iogreurei  fruto  de  ageao  cultL- 
vo^  y  adelanten  sus.  intereses  ,  ya  en  la  rebáxa  de  las* 
mamot>ras  a  los  operarios ,  y  y  a  en  la  alteración  de  los 
paños  eti  sus  preci9s.r  cuyos  perjuicios  son  de  ia  causal 
{i^áblica  i  ¡  y  aún  boa  dios  ho  consigue  aquelips  geaeros. 
do  la  calidad  queicorrespoiuie.':  Y;  e^  desgracia  de  núes*, 
tra^hadon  laÜTiconstancia ,  que  frequen  cemente  se  pad¿* 
ce  en  los  asuntos ,  en  que  se  hace  arbitra  la  voluntad  de 
quien. los  maneja >  por  la  dificultad  de .  conformarse  las 
opiniones  ^  y  .poip  eso  parece  que  lóí  empeños  de  esta 
nataraleauiv)  en/ que  el  mecanisiiio  es  ei  4príhdpai  objetfo^ 
SP'  desviarán*  de  ia  ¡superioridad  /  resiervándose  aquellos,, 
que  la  debilidad  de  los  subditos  no  los  pudiese  vencer 
para  su  mayor  resplandor^ 

Creer  que  nuestros  naiuiíales  son  qoas  ineptos  que 
los  extrangeros  ,  es  undélíri&«  Pensar  que  ello^  tuvieron 
maestros  extrangeros  para  ^rfbrcionar  sus-^n^anufaftu* 
jcas ,  y  ponerlas  en  laaltpraqbeiogran ,  sóbrs.  ne  haber, 
noticia  de  ello ,  sería  negarles  sa  aplicación ,  y  el  fomen- 
to que  %xx%  soberanos  les  han  dispensado  por  medio  de 
los  premios,  sin  encalcarse  de  los  establecimientos.  Dis* 
jcurrir^ue  en  £s{iaña  no  hay  mas  proporciooí,  que  en  las 

de- 


demias  ^óttfacias  pá»;  fadHt;:  rio  'rodo:,:  sería  faltará  Ix 
insttuccioo  de  lo  que  es  el  rey  no:,. de  lo  que  son  los  fia« 
turales^  y  lo  que  es  la  piadosa  inclinación  de  los  Monar-* 
cas.  Con  que  sentados  estos  innegables  principios  por  ha-* 
berlosdeoiostrado  la  experiencia  ,  la  abundancia  de  ma- 
teriales I  la  dedicación  respediva  de  los  artífices  y  y  la. 
franqueza  con  que  se  han  concedido  gracias ;  ¿  el  no 
haberse  Jógrado  el  fin  ,  de  que  puede  pender ,  sino  del 
error  que  se  ha  padecido  en.los  medios? 

Siendo ,  pues ,  constante  que  los  extrangeros  no  han 

tenido  otra  maestranza,  que  la  de  su  propia  aplicación 

ai  ínteres,,  que  les  ha  producido  el  comercio  ,  con  la  li«i 

bcrtad  de  sus  labores,  y  las  remuneraciones ,  que  haa 

logrado  con- proporción  á  sus  omeros ,  y  que  en  España 

se  pudiera  haber  hecho  mas  ,  respeto  de  iiallarse  vencí*. 

dos  los  |)riffleios  inconvenientes  con  los  exemplares  dé 

á  fuera ,  no  sé  alcanza  el  motivo  que  pudieron  tener  los 

instrumentos  para  persuadir  á  la  separación  de  un  medio 

tan  eficaz  y  como  el  de  procurar  lá  mas  propia-y  per*-- 

feAa  imitación  de  sus  obras  9  que  están  declarando  ellas 

mismas  (aunque  silenciosamente)  los  rumbos  por  donde 

nuestros  artífices  deben  caminar  y  dirigirse ,  para  evitar 

Jos  costos  de  ios  experhqentos ,  y  conseguir  la  perfcccloa 

quele^f^ta*  .     .     : 

£1  haber  sugerido  á  la  superioridad  la  erección  de  fá« 
bricas  de  las  mismas  especies  qlie.  tenei&os ,  sin  haber 
pensado  en  perfeccionar  las  establecidas  ,  qué  se  hallan 
condisposlcion.de  admitir  sin  dificultad  la  enmienda. 
de  los  vicios  que  motivan  su  infi:rioridad ,  ha  sido  uno. 
de  los  mayores  errores ,  que  pudo  cometer  la  intención, 
y  también  el  pensamiento  de  haber  traido  á  £spaña  mo- 
dernamente maestros  extrangeros,  para  que  su  mcto« 
do  eQ  ellas.,  sirviese  de  estimulo  á  los  naturales ;  por« 

que  uno  y  otro  habia  de  producir  lo  mismo  que  han 

me- 


mani&staclo  los  exemplarés  9  que  pa3{eran  KalMrse  ts^ 
casado  y  para  moderar  los  gastos  s  porque  estaban  pre- 
vistas las  resultas  ,  si  se  hubieran  reflexionado  cou  in— 
tención  y  conocimiento  y  oías  todos  los  que  han  venido,, 
y  se  han  buscado  para  perfeccionar  nuestras  manufa¿bi-» 
ras,  han  sido  unos  ignorantes  en  las  facultadesi  y  han  éa«* 
trado  en  el  concepto  de  ser  las  mayoces  habilidades  dc( 
mimdo ,  porque  los  encargados  para  la  solicitad  ^  ni  han 
tenido  inteUgencia  en  los  asuntos  y  ni  en  el  gobierno  dq 
ellos  y  ni  menos  en  el  caráder  de  las  naciones »  de  quct 
ha  provenido  el  atraso  que  se  padece  y  y  el  dispendio 
de  la  real  Hacienda  y  quando  se  esperaban  contraxio^ 
efcdos. 

Si  es  notorio  que  en  todas  las  provindas  extrange^ 
ras  y  se  remuneran  extraordinariamente  i  los  que  ea 
qüalquiera  arte  y  ó  6u:ultad  sobresalen ;  si  se  executa: 
lo  mismo,  con  los  que  producen  alguna  invención  no 
conocida  para  excitar  por  este  medio  la  aplicación  1  y  si 
con  estos  premios  no  les  dexan  que  desear,  ni  para  elho-i 
ñor  y  ni  para  la  conveniencia :  ¿  por  que  nos  han  de  per* 
suadir  á  que  estos  artífices  han  de  venir  á  nuestra  Es- 
paña y  abandonando  sus  casas  y  sus  familias ,  sus  hon- 
ras,  y  sus  conveniencias,  para  legrar  una  limitada  con« 
slgnaclon ,  poco  segura ,  y  opuesta  á  la  contingencia  de 
agena  voluntad ,  incurriendo  por  decontado  en  la  des- 
gracia de  sus  soberanos  ,  que  no  son  poco  rigorosos  pa-. 
ra  castigar, si  pueden, estas  infidelidades? No  son  tan  ne- 
cios los  extrangeros  en  las  execuciones  en  que  fundan 
sus  conveniencias ,  como  nosotros  en  la  credulidad  de 
las  que  nos  proponen  y  figuran  ;  como  se  ha  verifica- 
de  con  todos  ó  la  mayor  parte  de  quantos  han  pasado  á 
esta  Península.  Ysí  no  se  convencieren  de  esta  verdad,  po- 
drán señalar  los  que  han  fomentado  estas  ideas  ,  los 
jíxemplares  de  los  adelantamientos ,  <^ue  hemos  logrado 

en 


Jll 

en  Us  fábrfcas  que  tenemos  de  seda  y  lana^  pues  subsis*» 
ten  en  aqaei  estado  iniperfedo  ,  que  destruye  nuestro 
comerció  9  y  hace  ventajoso  el  extrangero  >  sino  es  que 
para  uno  y  otro  hayan  intervenido  viciosamente  los  que 
por  nuestra  parte  han  promovido  estas  empresas  y  y  por 
la  de  ios  exttangeros  >  á  la  de  ios  envios  de  inutiies 
maestros ,  que  en  vez  de  adelantar  nuestras  manufa^lup 
xas,  procuran  si  no  imposibilitarlas  ,  al  menos  impedir 
-sus  progresos, enibarazandocon  aparentes 9  e  insubstan- 
ciales variaciones  de  accidentales  métodos  á  nuestros  ino- 
centes artificeSi  que  no  se  han  atrevido  á  respirar,  ai  ver 
el  poder  mal  informado  de  los  que  debieron ,  por  la  conf» 
ifiat^zad  que  eran  acreedores,  haber  atendido  á  su  pun- 
>donor  $  á  cuyas  contingencias,  y  ala  variación ,  é  insubiF» 
sistencia  ,  están  sujetos  todos  los  negocios ,  que  no.  son 
(de  la  privativa  inspección  de  Magistrados  ,  formados  ^ 
de  sugetos*  prudentes  y  expertos  ,  como   adelante  se 


Los  efedos  que  han  resultado  de  todas  las  anterio- 

íes  providencias ,  parece  dan  crédito  á  las  proposiciones, 

ó  calificación  al  error  con  que  se  han  concebido  estos 

importantes  negocioSé  Para  uno  y  otro  hay  sobrados 

fundamentos ,  y  mas  quando  algunos ,  para  facilitar  los 

operarios  extrangeros,  han  preponderado  (para  adelantar 

su  mcfrito) riesgos  y  peligros,  á  que  se  han  expuesto 

por.  sacarlos  de  sus  provincias,  de  donde  no  pudieron 

salir  sin  exponer  sus  vidas  á  pelaros  eminentes ,  á  no 

haberles  estimulado  el  apnor  á.  su  Rey  y  á  su  patria; 

cuyas  fingidas  expresiones  ,  no  solo  se  hicieron  creíbles, 

sino  dignas  de  remuneración  i  porque  la  bondad  con  que 

se  procedió  en  el  asunto ,  no  se  detuvo  á  recelar  la  im« 

posibilidad  de  lograr  en  estos  dominios  los  primorosos 

^utifices  i  siendo  asi  que  en  los  nuestros  úo  tenemios  na* 

da 


da  qae  apeteceri  ni  envidiar,  en  habiendo  aquéllos  p 
mies  necesarios.  De  todo  esto  se  inñere  >que  np  pudien«^ 
do  arceptac  semejantes  partidos  ios  útiles ,  y  .  habiendo 
venido  muchos  i  no  han  podido  ser  de  prpvedio  j  cuya 
indubltabie  verdad  se  lia  dempstrado  ,  y  demuestra 
con  otros  tantos  exempios ,  como  sujetos  han  pasado  á 
este  reyno  >  pues  aunque  haya  habido  algrino  de  ince- 
ligenciai  no  les  han  faltado  notas  mas  substanciales, que 
las  de  la  inhabilidad;  por  las quale  sdebían  ser  no  atendi- 
dos ,  sí  despreciados,  si  los  interventores  hubieran  exami- 
nado seriamente  ,  y  como^e  requería ,  este  punto  ^  para 
impedir  se  entregasen  los  caudales ,.  los  materiales  ^  y  las 
facultades  tan  absolutas  ,  como  se  concedieron,  para 
aventurarlo  todo,  y  adelantar  nada ,  por  contemporizar 
con  el  juicio  de  la  necesidad. 

Estas  no  bien  premeditadas  disposiciones,  ademáis 
de  no  haber  cont^buido  para  mejorar  ^ las; fábricas; 
de  haber  causado  el  atraso  del  comercio  ( que  con  díñ* 
cuiud  se  ha  de  adelantar  );  de  haber  defraudado  super^ 
finamente  el  real  erario  (sin  la  esperanza  de  la  reintegra- 
ción en  las  circunstancias  presentes);  y  de  haber  facilita- 
do las  ventajas  del  trafico  extrangero ,  han  ocasionado 
la  ruina  general  del  Estado;  porque  siendo  las  manu&c- 
turas ,  y  el  comercio  una  negociación  particular  9  Y^ 
corespondiente  á  los  vasallos ,  para  que  con  su  arbitrio, 
y  á  impulsos  de  la  aplicación  ,  se  puedan  hacer  capaces 
de  adquirir  no  solo  la  subsistencia ,  sino  también  Us 
cpnveniencias  de  lucros ,  con  que  se  facilita  el  lucioiieti- 
to ,  y  abundancia  universal  de  las  Monarquías  (  en  ca- 
yo logro  deben  interesarse  tos  soberanos  por  la  utili- 
dad y  gloria  que  les  resulta ,  de  tener  subditos  de  cau- 
dal para  qualquiera  empeño);  elinñilxo  pata  que  la 
superioridad  se  encargase  de  este  mecanismo  ,  fue  eis- 

ba* 


barazaria  indebidamente  y  con  lo  que  no  era  Impostble 
conseguirse  ,  ni  que  tiubiera  tenido  la  mayor  costa  ,  á 
no  haber  sido  por  la  falta  de  integridad  y  justiñcacloii 
que  iiubo  ai  proponerle  i  y  quando  asi  no  pareciese, 
I  que  beneficio  podria  resultar  á  la  suprema  autoridad 
de  reducir  U  gtangería  del  comercio  de  sus  dominios/ 
y  de  las  fábricas  establecidas  por  su  cuenta ,  á  solo  su 
B.eal  arbitrio?  ¿No  sería  esto  ponerla  en  tcfrmínos  de 
despojarse  de  la  grandeza  de  tener  vasallos  vigorosos^ 
que  pudieran  en  qualquiera  acontecimiento  tiacer  mejor 
el  servicio  ?  ¿No  produciría  forzosamente  la  debilidad 
del  Estado, ,  dexándóle  en  particular  y  en  común  ca- 
davérico I  e  incjtpaz  de  poder  asistir  con  sus  medios  á  las 
urgencias  que  pudieran  ocurrir  á  la  Monarquía?  Nada 
conviene  mas  á  un  Soberano  ,  que  la  abundancia  de  va-^ 
salios  útiles ,  porque  estos  sostienen  en  la  necesidad  el 
honor  i  y  en  la  tranquilidad  el  explendor  de  la  mages- 
tad  ^  solicitando  las  ocasiones  de  merecer.  Y  sin  recurrir 
¿  otros  I  se  han  visto  en  este  siglo  bastantes  exemplares, 
que  califican  esta  verdad  en  nuestra  España »  cuyos  na« 
dónales  tienen  vindicada  su  decorosa  vanidad  en  U 
puntual  sumisión ,  y  rendida  fidelidad  a  su  Soberano;, 
que  nunca  podrá  ser  mas  poderoso  ,  que  quando  las  ri- 
quezas estén  distribuidas »  ó  por  mejor  decir  ,  deposita- 
das en  ellos. 

Si  estos  hechos  no  pueden  tener  contradicción  :  si 
los  Mx>narcas  de  España  en  la  parte  de  la  fidelidad ,  y  el 
amor  reverencial  y  filial  que  les  profesan  sus  vasallos,  son 
los  mas  venturosos;  de  quantos  se  conocen  en  el  univer« 
so  I  porque  no  solo  su  dominación  se  reduce  á  las  ha« 
ciendas,  sino  que  con  s^uridad  se  dilata  á  las  volunta^ 
des :  si  todos  los  caudales  del  reyno  en  común ,  y  eti 
particular  /  quando  no.  los  sacrificara  la  fineza ,  por  la 
costumbre  del  circulo  de  las  Reales  contribuciones ,  no 


114 

pueden  terier  otroccntrcf  que  el  de  la *É.éal  Hacienda; 

¿para  que'  ñn  habrá  sida  querer  embasa^arla  Real 
ihagniñcencla  coa  las  débiles  empresas  de  las  fábricas, 
haciéndoselas  tomar  á  su  cargo ,  y  por  su  cuenta  ,  ex* 
cluyendo  de  la  esperanza  de  los  beneficios  que  en  ellas 
pudieran  lograr  los  subditos,  aventurando ,  como  lo  han 
demost|:adio  los  sucesos ,  la  consecución  de  los  eóip^&os, 
con  tanto  detrimento  del  Real  erarío  /como  él  cjue  p%« 
dece  la  causa  pública?  Esio  ha  sido  nocivo  no  solo  en  la 
parte  de  la  grangería  á  los  particulares,  sino  también  ea 
el  general  atraso  de  todas  las  intenciones,  que  pudieran 
haberse  conseguido  con  mucha  satisfacción  ,  sin  tantos 
dispendios  de  la  Real  Hacienda ,  y  con  universal  bene- 
ficio del  Estado ,  si  la  aplicación  de  los  instrumentos, 
que  lá  han  manejado  ,  hubiera  sido  hija  de  la  experien* 
cía ,  y  conocimiento.  En  este  caso  no  se  hubieran  empe- 
ñado en  promover  estos  medios ,  s^i  no  es  que  la  vanidad 
fuese  tanta ,  que  aún  conociendo  el  error ,  por  no  rendir- 
le al  consejo  ,  por  no  confesar  su  ignorancia,  ó  por  no 
aventurar  el  concepto ,  se  obstinasen  en  la  continuación^ 
cuyo  defedo  se  suele  padecer  entre  nuestros  naturales, 
por  la  demasiada  presunción  ,  y  porque  juzgamos  que 
todos  tenemos  aptitud  para  todo  5  de  que  proviene  íiues-^ 
tra  fatalidad  muchas  veces  ,  y  la  calumnia  con  que  nos 
vilipendian  los  extrangeros ,  con  el  aforismo  de  que  tn 
España  bay  muchos  hombres  sin  empleo ,  y  muchos  etnpleos 
sm  hombre  y  ¡Oh  ,  quiera  Dios  que  llegue  el  caso  por  el 
contrario  de  la  queja!  •. 

'  Bien  se  puede  creer,  que  todas  las  operaciones  he*- 
chasen  esta  razón  ,  y  que  las  providencias  dadas  al  fin 
por  los  impulsos  de  los  manipulantes ,  habrán  sido  di« 
manadas  del  deseo  de  complacer  á  la  Magestad ,  por  la 
inseparable  inclinación  de  betíefitltir  tí  Estado- en  comun^ 
y  ert  particular  i -pero  como  no^asca  4a  lateAciofi  para 

-  -  lo* 


krgfar  los  pctisatnícncasi  sí  no  se  ayudaa  de  la  inteligen- 
cia prá¿lica  ^discante  esta  de  los  que  han  ioterveDidoenet 
«laoiop  de  estaseconooiias,  y  aún  mecánicas  disposlcioncSi 
4iohay  que  .admirar  y  que  las  resultas  no  hayan  corres*' 
pi^ndido  al  concepto  3  pero  una  vez  que  á  fuerza  de  ios 
escáldemeos  se  han  conocido ,  y  se  ha  tocado  el  error 
deja  apKcaciOQ  de  los  medios,  y  que  asimismo  se  han 
descubierto  los  que  pueden  ser  ücUes  para  facilitar  la  li^ 
soflja.de  restablecer ,  y  mejorar  las  fábricas  perdidas,  y 
habilitar  el  comercio  por  las  manufaduras ,  establecien- 
do también  las  que  nos  faltan,  para  que  el  rey  no  florezca^ 
:los  vasallos  se  enriquezcan ,  no  se  disipe  la  Real  Hacien- 
da, y  los  extrangecos  en  lugar  de  lastima  nos  tengan  en- 
vidia :  razón  será,  que  con  el  mismo  conato  que  se  de«- 
dicó  á  las  preparaciones  infru¿):uosas ,  se  ofrezca,  y  es- 
faerze  á  mejorarlas,  pues  que  tanto  nos  importa;  y  que 
.el  Ministerio ,  á  vista  de  la  propensión  de  nuestro  cle- 
mente Soberano ,  inspire  á  la  dispensación  de  aquellos 
alivios,  que  puedan  ser  mas  convenientes  para  el  aisunio, 

•separándose  de  los  que  se  han  acostumbrado ,  asi  por 
inútiles  y  perjudiciales ,  como  por  costosos :  debiendo 
conocerse  igualmente ,  que  la  promoción  de  estos  empe- 

^  2os  i.aunque  merecen  toda  la  protección  de  un  Monarca 
paca  conseguirlos,  no  debe  ser  por  el  medio  de  empren- 
derlos ,  sino  pQr  el  de  ampararlos ,  y  auxiliarlos. 

Quando  las  ideas ,  que  se  han  seguido  hasta  aquí, 
hubieran  correspondido  á  los  intentos  ;  ¿que  bencfív.io 
habrá  conseguido  la  Real  Hacienda ,  abrrogándose  á  sí 
las  fábricas  y  el  comercio?  ¿  No  es  evidente  *,  que  poc 

'  esta  razón  quedarían  los  vasallos  con  el  impedimento  de 

.  lograr  las  utilidades,  que  les  pudiera  producir  la  gran- 
gería  >  y  por  la  misma  causa,  careciendo  de  ellos ,  nece* 
sariamente  se  hablan  de  imposibilitar  mas  de  lo  que  es- 
tán ,  OQ  S0I9  pata  aumentar  los  caudales  con  las  negocia* 

P  ».  CIO. 


2X5 

clones  partkalares  y  sinotamtín^n  en  el  IttCTo  íie  las 
terialcs  obras,  que  arrojan  las  manufaduras, 
á  todos  los  individuos  de  las  artes  al  misero  estado  de  ;oi> 
naleros  ?  Pues  si  esta  había  de  ser  una  inevitable  conse*- 
qüencia  ,  que  á  ninguno  se  le  puede  ocultara  ¿no  pudo 
comprehenderse  el  motivo  que  se  tendría  para  obligar 
¿emprender  un  rumbo  tan  nocivo  á  los  Reales  intere-- 
^  ses ,  y  arruinador  del  común  de  los  vasallos  ^  quando  el 
áias  eficaz  modo  de  asegurar  los  unos ,  es  el  de  procurar 
el  fomento  de  los  otros? 

Si  de  la  consecución  ^de  estas  ideas  se  deducen  tan 
malas  resultas,  y  que  ya  con  el  amago  han  tenido  en, 
parte  principio  por  sola  la  provisión  de  que  en  las  fabri«- 
cas  originarias  se  execu tasen  aquellas  labores,  que  se 
insinuaron  en  los  establecimientos  Reales ,  aún  no  ha« 
biendose  podido  lograr  en  ellos  la  perfección  5 1  qu¿  se- 
ria si  en  el  todo  de  las  manufacturas  se  las  excluyese! 
¿No  sería  forzoso  que  se  extinguiesen  los  gremios  que 
las  profesan?  ¿  que  sus  individuos  variasen  de  medios  pa« 
ra  vivir  ?  ¿  que  esta  porción  de  vasallos ,  que  no  es  pc^ 
<jucna ,  se  aniquilase  en  el  todo  ?  ¿  que  parasen  general-i 
mente  en  mendigos ,  ó  en  otra  cosa  que  fuese  mas  per«^ 
judicial  al  Bstado  y  al  Real  erario  ?  Al  uno,  porque  pa^ 
'  deccría  la  carga  y  el  gravamen  s  y  al  otro  ,  porque  ca*' 
jecería  del  ingreso  de  sus  contribuciones.  Sujetar-  las  fá- 
•bricas  ,  y  el  comercio  á  sola  una  mano,  y  tan  absoluta^ 
'  y  poderosa ,  es  dexar  en  descubierto  el  surtimiento  co- 
mún, y  facilitar  un  general  estanco,  que  impidiera  la 
equidad  publica  s  y  siendo  todo  lo  contrario  lo  que  de-. 
sea  la  Real  piedad  ,  y  lo  que  se  debe  procurar  en  qual** 
quiera  República  bien  gobernada  para  su  conservación, 
y  para  mantener  el  derecho  natural  de  las  gentes,  se 
deben  separar  todos  los  medios,  que ^ireda  ó  indire¿a- 
mente  M  coincidan  en  este  justo  p6iisafl}iemot  Adeaias 

4fi 


^17 
cRr  qoe  es  líbpropíóVy  ado  indecoroso  i  la  sobetanía,  to- 

mar  á  su  cargo ,  y  por  los  medios  que  hasta  aquí,  unes 
asuntos  tan  ridiculos  »  que  por  lo  mecánico  deslucen  Jn 
xcgia  autMidad  ,  y  no  pueden  setjcon  venientes  para  ln 
buena  armonía  de  la  sociedad  pública ,  por  correspondec 
privativamente  á  las  acciones  de  los  subditos ,  auxiliados 
para  su  subsistencia.  Se  hizo  motivo  para  prohibir  á  los 
fabricantes  de  Alcoy  k  execucion  de  los  p^ños  ñnos 
(que  empezaron  á  labrar  con  mas  primor,  y  menos  cos^ 
te  del  que  se  podía  esperar ,  y  quasi  tan  perfeftos  como 
los  mas  superiores  extrangeros  ) ,  el  creer  ,  que  su 
continuación  impediría  el  consumo  de  los  que  se  fabri<^ 
cabañ  en  Guadalaxara  y  San  Fernando.  Esta  idea  mal 
premeditada  fue  capaz  de  entibiar ,  y  adormecer  toda  la 
aplicación  de  los  fabricantes ,  y  opuesta  á  todas  las  in- 
venciones de  adelantar  las  manu£a£kuras  >  como  se  de- 
sea I  porque  únicamente  conspiraba  á  &cil¡tar  las  utiU« 
'  dades  de  los  extrangeros ,  los  progresos  ilusorios  de  tos 
establecimientos  Reales ,  y  la  desolación  de  las  fábrica^ 
loriginarias. 

Este  es  el  perjuicio  que  produce  la  falta  de  ei^pe^ 
xiencla  en  los  asuntos ,  y  el  querer  ostentar  inteligencia 
y  zelo  para  congraciarse  ^  y  mantenerse  en  los  mane)os$ 
cuya  ambición  ^  aunque  por  otros  términos  ,  se  ha  vis- 
to muchas  veces  y  haciendo  mérito  propio  de  lo  que  es 
sacrificio  ageno  y  sin  reparar  en  los  daños ,  que  como  no 
los  padecen  los  instrumentos  >  y  los  ofendidos  por  mo« 
destia  los  caUan  y  si  acaso  llegan  i  conocerse^  nunca  falca 
.  ala  adulación  y  malicia  disposición  para  exonerarse  de 
ia  culpa  y  y  para  dexar  en  opiniones  su  conduda  y  atri«. 
;buyendo  la  nulidad  á  otras  causas ,  á  otros  efcftos,  y  i 
otros  accidentes  ininvestigables^  no  producidos  por  ellos. 
Y  si  á  los  que  han  sido  árUtros  en  el  particular  de  que 

le  tr  ata  >  se  ks  hicknLCODvendon  «  hicb  cierto  es  y  que 

pro« 


•.»•» 


bleclinteütas  han  compradlo  la  que  lian  qnerldio «  y  Uí 
han  beneficiado  en  rama  dentro  y  fuera  del  reyno ,  coa 
«tilidad  mas  segura ,  que  laque  por  coniingencia  huble- 
can  tenido  en  su  transmutación.  De  la  viciosa  vigilancia 
del  uno  I  y  de  la  disimulación  del  otro  han  provenido 
'muchos  daños ,  que  si  se  continúan  |  indispensablemente 
han  de  extinguir  hasta  la  memoria  de  nuestras  manufac-* 
turas.  Si  se  dudare  la  proposición,  y  no  convencieren  los 
cxemplares  de  bulto  que  la  apoyan  $  ¿quien  bastará  á  per- 
$uadir  que  unas^  fábricas  Imperfetas  ,  como  lo  son  las 
Auescras ,  han  de  adelanta<rse  ^  y  propagarse ,  careciende 
délos  simples  de  sa  composición ,  siendo  los  que  puedea 
alcanzar,  de  la  mas  inferior  .calidad,  y  al  mas  subido  pre- 
tio?  i  Podrá  el  arte  conseguir  en  estas  circunstancias ^ 
aunque  mas  se  esmere  en  el  prinaor  de  sus  labores ,  dis- 
pensarlas al  público  con  aquella  equidad ,  que  se  neces¡- 
u  para  crecer  ei  consumo ,  y  doblar  las  manufafturasl 
Claro  está  que  es  imposible* 

Pues  si  las  providencias  dadas,  y  los  excesos  toleca<« 
'dos  en  esta  parte,  han  causado  estos  perjuicios  al  Estado^ 
han  facilitado  las  mayores  utilidades  á  los  extrangerosi^ 
y- han  defraudado  al  real  erario  de  los  justos  derechos^ 
qae  le  ¿orrespondian  de  la  extracción  y  habilitacioa 
pbt!  el  indulto,  mediante  estar  prohibida  por  las  leyes^ 
que  anualmente  se  ratifican  con  nuevas  publicaciones 
tía  efefto :  ¿  por  que  no  se  ha  de  arbitrar  medio ,  que 
impfda  tantos  extragos ,  y  que  produzca  los  efeftoi 
iqtie  se<lesean?  Pocos  son  los  que  se  descubren ,  y  tanto^ 
^ue  {k^^ttegan  á  dos ,  y  no  siendo  por  único  faftible  á  la 
facultad  de  los  vasallos  i  pues  no  está  en  su  mano ,  se 
4fnanifiesra  iclaramente  que  solo  la  superior  fuerza  lo 
-puede  (aríltrar }  y  lo  hubiera  facilitado  mediante  su 
^dojsa'  incendoRy  si  se  le  hubiera  inspirado,  del  modo 
^fik&  ioha  pradka4f  Vjfijhintariamecitc  en  codos  los  demás 
-^*^'  astti^ 


J2I 

asuntof  en  que  se  le  (ii  propuesto  la  ütUidaH  ^  y  con* 
vcniencia  de  los  vasallos*  Con  que  la  desgracia  de  estos 
na  ha  dependido  de  la  impropordon  »  sino  dé  lá  ioad« 
vectencia  de  los  instrumentos ,  que  solo  han  promoyidp 
especies  falibles,  débiles,  y  no  correspondientes  á  la  mag* 
nanimidad  del  espíritu  soi>erano ,  que  apeteciendo  lo  me- 
jor para  sus  vasallos,  y  el  vencimiento  de  las  dificultades^ 
que  impiden  este  anhelo^  ño  le  han  presentado  las  oca<> 
sioncs  oías  oportunas  para  4(^rar  esta  satis&ccion  >  y  sí 
aquellas  que  giradas  por  otro  termino  ,  se  hubieran 
allanado  con  menos  autoridad  ,  mas  utilidad ,  y  sin  em- 
barazar la  del  Monarca  ,  para  emprehender  las  que  son 
mas  dignas  de  su  atención ,  como  la  presente  de  afian- 
zar en  sus  dominios ,  y  para  el  surtimiento  4fi  las.  £i^bri«j 
cas  á  precios  cómodos ,  la  seda  que  en  ellos  se  cqge,  cocr. 
tando  todos  los  abusos. 

£1  modo  es  el  que  (con  motivo  de  hallarse  el  Minis^ 
terio  en  el  ano  de  1744,  agitado  de  dos  empeños  pode- 
rosos ,  pues  de  una  parte  pretendían  todas  las  fábricas 
del  reynó  á  nombre  de  sus  colegios  y  artes  ,  la  provine 
sien  absoluta ,  como  I9  piden  las  leyes  de  la  extracción 
de  la  seda ,  y  también  la  de  aquellos  permisos  ,  que  por 
beneficio,  ó  por  gracia  se  concedían ,  á  causa  de  que  con 
ellos ,  y  por  exceso  se  sacaba  subrepticiamente  mas  de  la 
que  se  señalaba ,  y  de  la  otra  el  común  de  los  coseche- 
tos ,  que  ayudados,  de  los  extrangeros  solicitaban  lo 
contrario  >  unos  porque  suponían  no  poderse  consumir 
en  Espalda  el  todo  de  la  cosecha ,  y  otros  porque  la  ne- 
cesitaban para  el  surtimiento  de  ^us  fabricas)  trabaja 
por  precepto  superior ,  y  por  servir  á  la.migestad  del 
señor  Don  Felipe  V.^  de  gloriosa  memoria,  el  mismo  que 
hace  esté  discurso ,  tan  á  satisfacción  del  Ministerio  de 
aquel  tiempo,  que  aunque  no  tuvo  e&fto  por  ciertos 

incidentes ,  se  le  manifestó  lel  aprecio ,  porque  á  un  tiem- 
^^-.   v/  *     *  o  PO 


122 

po  se  complacía  á  todos  tos.que  citaban  encontradamen*^ 
te iatercsadosen  la  instancia  ^  quedando  anualmente  á 
béneñció  db  larreaL  Hacienda  cerca! de  un  millón  de  pen- 
cos, que  podría  ser  mas  ó  .menos  y  scgnh  las  providcn* 
cías  que  se  diesen.  Reducíase  la  idea  para  contempori->> 
zar  con  tqdos  ,  al  establ^címienío  de  una  Fadoría  gene* 
ral  por  cuenta  de  la«  real  Hacienda  .^  paca  acopiar  en  todo 
elxeyuócstcfruto  ,i  señalar  upa  taisa:.en  el  precio  acó* 
modada  á  los  cosecheros  para  adelantarlos  á  la  propaga* 
cion ,  hacer  caxa  todo  ¿I  y  considerar  con  el  debido  co- 
nocimiento el  que  se  necesitase  para  los  consumos  de 
España  ^  á  fin  de  reservadlo  icon  hiero  moderado  ,  hasta 
que 'las  ilibrícas  lo  pidiesen  y  y  permitir  á  la  extracción 
el  sobrante /con  eb  sobreprecio  que  pareciese  ,  y  la  exac« 
cion  de  los  correspondientes  derechos,  pertenecientes  á 
S.  M. ,  para  cuyo  efe£ko  se  prescribieron  las  reglas  ne- 
cesariafs.!;  '     . 

'  Este  pensamiento  mereció  .por  entonces  el  aplauso 
de  único  y  practicable  $  porque  ademas  de  asegurar  á 
kts  fábricas. para  su  subsistencia  y  adelantamiento ,  lo 
qué  pudiesen  necesiur,  se  procuraba  la  comodidad  dt 
los  trosecberosv  ia^jcoünplacenda  de  los  extrangeros  ^'  y 
la  otUidad!  quanñosa,  de  la  real  Hacienda  >  con  ;ah  ramo 
iqne  podieca  acrecentárselas  {Proporción  dd  esmero  con 
que  debiera  propagancso  él  plantío  de  morales  y  moreras^ 
y  finalmente^  porque/pareció  el  mas  propio  empeño  de 
ta  soberanía  9'  así  poc  su.  importancia  ^  como  porque  de 
él  dimana  el  bene&oiq  univavsal  de  los  vasallos ^  tan  re-* 
recomendarblbs  pana  ila  generosa  Real  piedat^;  pero  acaso 
úásd  llevaría  á  efedcp entonces ,' porque  tal  yep  no  perw. 
mitirian  otros  empeños  el  aposentó  de  los  caudales  ne^ 
cesarlos  para  la  conservación  de  aqueUa  buena  £c  ,  que 
deberla  i  establecerse  ,  y  f  porque  la  ul^vlna  providen* 
cia.  seservaxia  ^sta  para  el  tiep:»po*  presente;  Lo  cierto 


PQ- 


12^ 

^y^lueJEsttbs  ginctós.slmfítsjm^aí  púpio  convenir 
la  extracción  ^  ni  prohibición  absoluta  :  aquella ,  poix)bQ 
si  necesitan  de  eUos.cín  otms  patencias:,  tio  dexaráa  na« 
da  en  la  qué  iospcoduce;  y  psta ,  potque  si  np  hay  ei^ 
ella  lo^  cansinos  CQrrespopdififite&  ^.Ju:  cosechas  |  jes 
aniquilarla  ípsjf^  pa0Udffc«ftiC«i|deaoiii)&4mipdi9&eoJ^ 
ptecisioD  de^bauQdp0aito.:£n  cay«(S^puqsU)'t  '$éi  hiaco 
forzoso  ekgic  .un;C!ecccr;aiedi|o  y  >qtte  a^race^las .  dos  >in-^ 
tenciones ,  y  qiie^sea  adaptable,  á  ias  ocurrencias  y  y  á  la 
ocasión,  y.iiuL&qi\aiuÍ0.Urigidez na. pu^de  superar  la 
mahcia.' doios >qHe4^íincUtíacSot^;i .  j&poB  tiocc^sHlád.  se 
arriesgará  yidacdaley  jiccu3ko>jle.hai^piim^nlta4D}hMT 
fSL  aquú  ;qiie  sin  tabtMgpr  dp  hsjbccse  jpfpmni^idf>  aiiuak 
mente  la  prohibición  de  laiSaca  dejestcfJ&ttto*!  para;Cttm; 
pllr  con  ella ,  no  Se. ha  podido )e vitar  ^.por  Ist  dificultad 
de  resgiiardaf  la.dilatacioadeJa&o6staaiV.y4MKqtte  fiún 
chanda  esta  fiíesal  poSitdei»)  t^l^  irjuifóio  seliftila  iMVgri? 
dafi  deiloszdadóreá.^  }0^;«iep9sadis^Qer  Ip9iinite0s>p3v4 
jca  observancia  de  los  ioteretadoSiy  i  los. qt^ippr, lo;  falta 
de  noticias  puntuales  de  ^tts.íCosecbaSi^.pa  $9  les.  puede 
reconvenir:  con  que  se  evidencia^  qdc^kiprohihicipaea 
elitpdo  y  com&se  ha,  e^p«rimepMdá}y;Q<3i  puede  sf^vechaj 
para  afianzar  lo  n^cesftiie  dü  est^frQtet^t  y;  soto  sirve  p^ 
ra  dar  motivo  al  comercio; claodestipQ,  defraudar  los 
derechos  que  se  pudicran.exigir  ^  dexando  en  descubier- 
to las  fabricas  del  reyno  ,  que  tienen  que  pagarlo  por 
esta  causa  áiprecm excesivos  ,jparik,rMopQ$tbiJit«£.$a$ 
Jabpresy^in  p¿rfaiqQila];l^.};y  quf  tatt^co.l^  extraer 
don  se  debe  .tolerar  j^<  aún  quando  ia.d«tílamen  los  c«t- 
secheros  y  extrahgeros ;  estos,  por  la  necesidad  del  frutea 
:y  aqiiellos  por  1^  imposibilidad  de  todO/SUiíónsumo  en 
¿.teynayqae^^cCkcunstaqciaSipKe^i^tcs^  y  aeguqi 
<el  ¿stado  de  ou^tra^i  ¿fábtkascí  «d..sp.!  puede.  ;Copsutni«b 
poi;  mfisiquese  pondere  lo /contrario  i^I^r.iosiqu^  n^r 

O  2  '        guen 


,124 

guen  esta-  option  f  tfxc  cotice  ic  ín^WlÁtttX  xoBod« 
mienta 

^  Respedo  á  que  los  consmnios  necesaiios  dd  rey  no 
no  queden  en  descubierto ,  y  que  el  fruto  sobijinte  se  ex* 
traiga  con  utilidad ,  no  parece  $e  puede  descubrir  otro 
jniedSo  de  f  roporcion  mas  adequada  y  q^e  -d  expresad» 
de  la  fa&gría  ,  y  por  eso  se -apreció  tanto  por  el  Minls* 
terio  quando  se  propuso  j  pero  le  embarazaron  en  aquel 
tiempo  mas  que  los  inconvenientes  respetosos  ,  las  esca* 
seccs,  que  se  padecían  de  Ips  fondos ,  de  que  aélualmcn- 
te  no  hay  tanta^^pecesidad^  La  empresa /por  iser^ de  tanta 
magnitud  ^  nóilai  puede- facilitar  otra  autoridad  y  que  no 
sea  la^  pódei;06a  9  por  lo  que  ^  y  por  ser  tan  impottantCi» 
parece  que  no  se  debietá  omitir. 

También  fuera  digno  empeño  de  la  real  magnificetH 
cia 9  executjir:á. beneficio  del  estado  ionusmo  con  la  ia*P! 
ha  entrefina  y  ordinarlt  ,'ptomovíeiKÍ&ante  todas  cosas 
la  cosecha^deistas  i^iscs-^  porque  «iendo  menos  las  que 
de  ellas  se  .'logran  í  yernas  de  las  que  se  necesitan  en  jel 
reyno ,  las  persiguen  con'^mas  ardor  y  eficacia  ^  que  la 
fina  los  extraiigeroSv  La  razón  que  tienen  para  la  sodtT, 
dad  arisíosa4e^igj|S5^tM«á  y^tló^es;ta  general  que.  se  prfc- 
Hútúc  de  surtir  siA^fábikas  de  paños-,  sino  la  particuiar 
de  encontrar  ení  ellas  la  suma  variedad  de  los  pelos^ 
correspondientes  para  rodos  los  demás  texidos  de  que 
carecemos  >  y  ellos  labran  profusamente ,  para  que  no 
to  falte  á  su  comeccici  el  «otnplemento.  &tos  son  los.ca«> 
i&eloiesí  las  lanillas  y  las  principelas,  los  bcirtag^nes ,  las 
lamparillas /los  droguetes  ^  y  tos  demás  texidós  de  iá-^ 
vención  >  con  que  nos  sacan  innumerables  caudales  s  y 
Do  los  pueden  fabricar  de  otros  simples ,  que  de  los  de 
ttUestras  lanaSyÓx^tfc^^équivakntbf  y  por  eso  lassoiiGÍ«> 
tancoh  tanto '?mpeñii  ^us  emisarios  y  comisionados^ 
con  anticipaciones  de  caudales  dentco  d^  nuestras  propias 

ca- 


Í2J 

coas )  partido  por  eUas  mas  de  ló  qae  sin  taota  pexsc* 
cttcioo  valieían. 

De  todo  esto  ise  origina  la  escasez ,  la  carestía ,  y  lo 
^oc  es  peor;  la  falta  de  surtiinieoto  de  nuestras  fábricast 
^tte  siendo  por  lo  general  de  paños  ordinarios  ^  ni  aúa 
«stosicómodamente  >  y  sin  mucho  trabajo  de  los  maestrosi» 
se  pueden  labrar  como  corresponde. 

Nuestras  leyes  prohiben  particularmente  la  extrae^ 
cion  de  la  calidad  de  este  fruto .,  no  obstante  que  quan- 
do  se  establecieron,  había  mucho  mas  ganado  que  lo  pro- 
iiúcia  j  y  menos  necesidad  de  el  ^  porque  no  se  habla 
^descubierto  la  variedad  de  géneros  ,  que  el  artificio  ex- 
/trangero  ha  inventado  .posteriormente  para  extraer  nucs^ 
tros  caudales ,  y  deteriorar  nuestro  comercio :  con  que 
8i  esta  providencia  se  tuvo  por  precisa  en  aquellos  tiem* 
-pos  f  que  habia  mas  abundancia  de  este  simple ,  y  que 
apenas  se  conocían  otros  texidos  de  esta  especie ,  que  los 
paños  ordinarios)  ¿por  que  se  ha  de  tolerar  en  ¿stc  >  en 
que  los  ganados ,  y  frutos  de  esta  clase  se  han  reducido, 
y  los  texidos  que  de  ellos  se  labran,  se  han  aumentado 
extraordinariamente?  Nunca  mas  que  ahora  importa  el 
.cuidado  sobre  este  particular ,  porque  ademas  de  nece* 
«atarse  para  nuestras  maniobras ,  de  ser  menos  el  que  se 
-coge ,  y  mayor  la  urgencia  de  los  extrangeros ,  nos  ha-< 
llamos  con  la  propoicion  ,  de  que  en  España  se  fiíbri- 
i  <quen  todos  aquellos  géneros  con  que  procuran  sus  ven* 
-g^nzas ,  y  nuestra  destrucción.  ¿Ño  es  una  culpa  inde*- 
.  corosa  á. nuestros  artífices  la  de  la  tibieza ,  con  que  han 
procedido  en  el  examen  de  materiales ,  su  preparación, 
y  las  demás  partes  de  que  se  componen ,  y  de  que  for- 
man los  extrangeros  tantos ,  y  tan  diversos  texidos ,  co- 
mo incesantemente  están  inventando  para  mejorar  su  co- 
mercio ?  Si  nos  contaran  de  la  nación  mas  idiota  del 
ttnivej:so ,  io  mismo  que  gor  nu£sti(ps  ms^t^ria^es  gasa ,  sin 


vacia t  de  drcanstapctas .,  puede  ser  qué  lo  4ttcific^ino5^ 
y  que  calumniásemos  el  descuido.  Pues  si  esta  se  htdera 
ÍDcreible ,  y  culpable  en  nuestro  juicio  en .  los  extraños^ 
¿que  efedo  no  deberá  causar ,  reconociendo  la  floxedad 
de  los  nuestros  ^  y  la  separación  con  que^  han  vlvidq^ 
y  viven  del  conocimiento  necesario  ,  paca  jrepac^r. .im 
daño  tan  grave ,  y  que  por  su  propia  voluntad  se  causa 
en  perjuicio  del  £stado?  ¿Y  por  que  la  prudente  discre- 
ción de  los  superioces  no  lo  ha  cemediado,  siendo  asi.  que 
deben  emplearse  en  promover  los  be^efícios  del  reyoo^ 
con  conocimiento  de  estos  notorios  descuido!  de  JoS  ii^ 
dividuos  y  y  la  aplicación  de  lo  que  tanto  les  iáiporta 
para  su  mejor  estar ,  haciéndoles  dispertar  de*  un.  sueno 
tan  dilatado  ^  proponiendo  á  la  magestad  los  medios  de 
facilitar ,  no  solo  la  segucidad  de  este  fruto  y  otros  ^  sino 
también  la  propagación  de  el  y  de  ellos  ,  tomandq  no*- 
ticias  de  sugetos  prádicos  y  experimentados  ^y  para  que 
de  esta  suerte,  y  variando  el  método  en  la  dispensaciom 
de  los  auxilios ,  se  puedan  logcac  sin  contingencia  y  y  con 
utilidad  de  la  causa  pública  ? 

No  es  este  empeño  de  menos  consideración. »  que  el 
antecedente  de  afianzar  la  seda,  pocque  tampoco  pueden 
superarle  las  limitadas  fuerzas  de  los  vasallos  ^  por  lo 
qual  I  y  porque  de  estos  ociginales  principios  provienen 
los  atrasos  del  comételo ,  y  el  mísero  estado  de  iiuestras 
-fábcicas  (que  sin  suficientes  matecialeS|  y  con  propor- 
ción de  precios  no  pueden  habilitarse  ),  merece  no  me- 
nos protección  que  la  de  la  soberanía,  así  pocque  de  otro 
modo  es  imposible  su  logco ,  como  pocque  es  asunto  cor- 
respondiente á  su  gcandeza ,  y  mas  decocoso ,  que  los 
que  hemos  visto  inspicadqs  de  espíritus  desconfiados ,  y 
sin  práftica ,  que  solo  han  motivado  inculpablemente  la 
segregación  de  los  medios  mas  substanciales  paca  lá  coct* 
secucion  de  lo  mismo,  que  han  inteptado;  por  lo^ue  pa- 
ra 


$27. 

xa  dexár  ayrosa  la  prevención  dé  las  leyes  i  para  saber  el 
fruto  que  de  esta  especie  se  coge,  el  que  se  necesita ,  y 
ci  que  puede  faltar ,  ^  efe&o  de  providenciar  lo  conve* 
Blente ,  hay  mil  modos  >  pero  lo  que  ante  todas  cosas» 
Importa  remediar  ,  á  fin  de  que  no  se  obscurezcan  las 
resoluciones ,  es  prohibir  los  comisionados  de  compras 
qoe  tienen  los  extrangieros  en  este  reyno  ,  y  comer** 
ctantes  de  géneros  simples  ,.. porque  ambos  son  la  ruina' 
de  nu^tras  fábricas ,  y  la  desolación  del  comercio  fun- 
damental j  porque  quando  no  logran  la  extracción  en 
que  tanto  se  interesan  j  son  instrumentos  para  escasear, 
y  encarecer  los  materiales,. asi  de  la  lana  como  de  seda; 
con  las  reservas  que  la  codicia  les  hace  prevenir,  hasta 
lograr  sus  intentoSé 

Con  estas  precauciones,  y  con  las  demás  providen* 
cias  relativas  para  el  logro  de  tan  importantes  ñnes ,  n» 
se  puede  ni  debe  dudar ,  que  nuestra  España  se  pondría 
en  un  estado  felicísimo  ,  y  que  así  como  en  el  día  es  el 
el^eto  apetecido  de  todas  las  naciones ,  por  la  abundan^ 
da  de  sus  preciosos  minerales ,  y  sus  exquisitos  simples, 
lo  sejía  entonces  por  ellos,  y  por  los  compuestos  $  de  mo-* 
do ,  que  no  necesitando  de  las  manufií&uras  de  los  ex-^ 
trangeros  ,  quedarían  frustrados  todos  sus  designios  d£ 
comercio  ,  nosotros  arbitro^  de  él ,  y  libres  de  las  co- 
piosas ,  y  continuas  extracciones  de  los  caudales  que  pa- 
decemos, sin  la  esperanza  de  que  vuelvan  á  nuestras  ma- 
nos. Y  para  que  en  todo  se  pueda  tomar  el  debido  cono« 
cimiento ,.  y  aplicar  los  medios  mas  convenientes  para 
evitar  ti  daño ,  respe¿lo  dé  que  ya  se  ha  hecho  manifi^s- 
tacion  de  las  fábricas  de  seda  y  lana ,  y  de  los  vicios  ¿m 
los  materiales ,  será  bien  decir  algo  de  los  texidos  am«- 
biguos  ,  que  con  las  mezclas  de  una  y  otra  especie ,  se 
forjanptta  nuestro  mayor  sacrificio,  por  defedo  dé  apli- 


ca- 


12? 

cacioQ  al  cx&metí  9é  su  forníicfotf ,  mis  por  Hendía,  que 
por  juzgar  ios  asuntos  invencibles.  « 

Son  tantos  ios  texidos  mixtos ,  con  que  la  industria 
de  los  extrangeros  ha  procurado ,  y  procura  iisonjearábs: 
el  gusto  I  que  apenas  caben  en  la  pon4eracion  i  y  es  taar 
to  io  que  nos  arrebatan  sus  novedades ,  que  nos  distrae- 
mos y  embelesamos  de  tal  modo  ,  que  consentimos  en 
nuestro  perjuicio  sin  resistencia.  No  hay  año  que  no  noa 
introduzcan  variedades  ,  y  tantas  y  que  hacen  titubear 
la  elección  ;  y  mediante  la  dificultad  de  hacer  relacioa 
de  todos,  bastará  insinuar  los  mas  principales  y  corrien- 
tes ,  en  la  inteligencia  de  que  por  lo  común  jdcsdenden 
los  unos  de  los  otros ,  y  sus.  principios. Y  siendo  en  .el  día 
los  qii:  por  la  profusión  y  luxo  de  las  gentes^  se  han 
hecho  mas  usuales  ^  los  de  las  mezclas  de  metales .  con 
la  seda ,  y  los  que  en  la  realidad  fomentan  la  disipación 
de  los  caudales  del  reyno ,  con  inaveriguable  utilidad 
de  los  extrangeros ,  por  una  tolerada  disimulación  de  las 
leales  Pragmáticas  s  ya  que  no  se  quieran  impedir ,  con«i 
viene  al  menos  fomentar  en  estos  dominios  su  propagan 
don  I  para  evitar  en  lo  posible  las  introducciones  de 
Ibera ,  y  que  los  beneficios  que  produzcan ,  se  queden  al* 
del  estado. 

Estos  géneros  tienen  todo  su  primor  en  la  fantástica 
idea  de  los  dibujos ,  en  el  modo  y  guisto  de  la  colocación 
de  los  materiales  9  y  en  los  hilados  de  ellos.  Sus  fabricas 
son  de  la  misma  construcción ,  y  sin  diferencia  alguna^t 
que  las  de  sola  seda  ,  porque  sobre  sus  reglas  y  método 
se  cimentan.  Para  la  perfección  de  estas  manufa£birasj 
tienen  nuestros  artífices  los  propios  inconvenientes  que 
anteriormente  se  han  expuesto  ,  en  orden  á  aquer 
lias  $  con  que 'Siempre  que  subsistan  sus  defedospara 
las  unas  ,  no  se  pueden  proporcionar  ios  remedios 
>  pa» 


I2^ 

paca  las  otras  i  por  cuya  razón » si  se  desean  los  adeiaa-* 
tamientos  de  nuestras  fábricas,  y  del  comercio,  no  se  dé-« 
be  omitir  la  enmienda ,  porque  sin  elia  no  se  conseguirá 
la  hermosura  de  las  unas ,  ni  el  primor  de  las  otras ;  que 
siendo  de  tanta  importancia,  no  es  razón  padecer  ei  me-> 
Dor  descuido;  ya  que  hasta  aquí  se  ha  incurrido  en  taon' 
co.  Ademas  de  las  diversas  operaciones  que  formalizan 
los  texidos  de  seda ,  se  necesita  para  los  de  metal  de  U^ 
agregación  de  otro  arte  entero  para  consumarlos.  Este 
és  el  de  los  tiradores  de  oro,  que  aunque  los  hubo  en 
otro  tiempo  en  £spaña  de  tos  mejores  del  mundo ,  comQ 
los  géneros  de  esta  naturaleza  han  padecido  tantas  in-t 
termisiqnes ,  y  nuestro  comercio  ha  descendido  hasta 
lo  sumo  de  la  infelicidad  ,  solo  han  quedado  algunas  re^ 
Uquias ,  que  podrán  extinguirse  al  paso  que  en  los  de« 
mas  reynos  extraños  se  propaguen ,  siantes  no  se  acudq 
al  reparo.  '  .      ,^ 

Las  fábticas  que  de  esta  especie  hubo  antiguamente 
eo  Toledo,  y  mas  particularmente  en  Sevilla,  fueron  las 
mas  especiales  del  orbe ,  porque  prescindiendo  del  primor 
de  sus  labores  para  aquel  tiempo,  no  tenia  comparación  U 
ley  y  <:alidad  con  que  se  executaban  los  texidos ,  po^uo 
no  padecían  con  tanta  brevedad,  como  los  que  a¿^uaimen* 
te  vienen  de  fuera,  el  defecto  de  inutilizarse,  por  la  facili- 
dad con  que  se  toman.  Consistía  aquella  duración  prove<* 
chosaenque  los  maestros^  que  intervenían  en  la  prepara» 
clon  de  los  materiales,  trabajaban  coo4ttas  solidez;  iy  pro- 
viene lá  insttbsisrencia  de  tos  que  ahora  nos  traen ,  cniki 
mañosa  sutileza  con  que  la  industria  de  los  extrangetos 
procura  hacer  á  menos  costa  estas  manufaduras^  Las  que 
se  executaban  en  nuestra  España  ,  se  fundaban  sobre  «1 
principio  de  qué  los  tiradores  echaban  mas  panes  que 
los  qtfe  acostumbraban*  los*  extraogeros  ,  y  como  dexi>- 
ban  la  hojuela  íníiS  'coüsístctitc ,  ymas  gruesa^  quedaba 
^•^  •r.i-.  vr  R  el 


130 

el  color  mas  cubierto  ,-cod  mas  viveza,  mas  subido ,  y 
con  mayor  dificultad  de  penetrarlo  los  ambientes  fe  tí- 
dos  >  por  cuya  causa  no  se  tomaban  las  ropas  con  tanta 
presteza  como  las  presentes  >  y  con  todo  no  sallan  los 
texidós  nfuy  costosos ,  porque  les  arrojaban  menos  uti« 
lidadá  los  fabricantes  I  que  se  moderaban  ,  no  obstante 
-el  aumento  del  corte  de  los  hilados  con  la  multiplicidad 
de  panes  con  que  se  doraba  la  plata  ^  y  la  minoracioa 
de  la  longitud  con  que  sallan  los  hilados  con  la  doble 
hojuela ,  que  los  producía  mas  gruesos ,  y  con  mas  peso, 
comQ  ?e  reconocía » y  aún  reconoce  en  las  telas  que  sub« 
sisien  en  los  ornamentos  antiguos. 
:.   ..Xos  extrangeros  de  estos  tiempos  se  conciben  de 
apuesto  modo »  pues  quando  tengan  en  lo  dorado  de  la 
plata  todos  aquellos  panes  que  se  necesitan ,  para  que  el 
color  salga  al  tlrattas  con  los  grados  de  altura,  y  encen- 
dimiento que  corresponden  para  la  mayor  hérÍBpsura/co* 
mo  sutilizan  en  tanto  extremo  la  hojuela ,  y  ponen  /a 
hebra  de  la  seda  para  cubrirla  en  los  tornos  tan  delgada, 
arroja  una  onza  de  su  hojuela  quasi  al  doble  hilo  del 
que  en  España  se  sacaba  >  y  por  esta  causa,  aunque  apa«^ 
lezcanlfs  ropas  muy  cargadas  de  nnateriales,  tieneti  mu« 
chos  meno4  que  nuestros  antiguos  texidos»  que  hoy  no 
fueran,  tan  agradables  4  vista  de  los  que  se  kbran,  por  de* 
maslado  fe  judos  ,  y  por  hallarse  el  gusto  mas  delicado,^ 
y  no  se  satisface  sino  con  la  variedad  >  aunque  sea  á  cos- 
ta del  mayor  dispendio,  como  se  veiifica  de  la  ternera- 
.tía elevación  de  precios,  que  sin  regla  ,  medida ,  ni  con*» 
ciencia  Ucyan  por  ellos*  Compasión  es  ver  pagar  ócho^ 
diez  y  doce  doblones  pox  una  Vara  de  tela  y  que  por 
muy  cargada  que  este  de  material,  no  puede  exceder 
4c  dos  onzas  de  plata  hilada  ^  y  excIu,ye;ido  la  mitad 
4elpeso  ^  que  podrá  tener  elcQra^on^4^  |^  se^^,  se  re- 
duce  áque:<2uaK4.q^iius  ^.le  quedax4^^%Ó^^ 

X   '  '   ' '  ^  ^  ' "  '    '     ,*    ta 


131 
ta  diferencia  de  plata  neta ,  que  vále  veinte  reales  ve^ 
llon  í  en  cuyo  supuesto  cierto  se  puede  inferir  la  exorbi- 
tante utilidad  que  les  queda  á  los  vendedores  ,  revende* 
dores  ,  comisionistas  y  fabricantes ,  entre  quienes  se  dís* 
tribuye  aquel  excesivo  gravamen ,  que  sufren  volunta- 
riamente los  consumidores. 

Proviene  esta  monstruosidad  de  la  común  ignoran- 
cia j  de  la  falca  de  conocimiento  ^  ó  por  mejor  decir ,  de 
reflexión  ,  y  de  la  diñcultad  de  averiguar  (1  valor  In^ 
trinsec.0  de  estos  texidos ,  por  los  que  los  gastan.  Y 
aunque  es  verdad ,  que  tienen  prolijas  y  costosas  manií- 
faduras  ,  que  sus  derechos  son  crecidos ,  y  qu&se  expo- 
nen los  comerciantes .á  bastantes  riesgos  $  sin  embargo, 
si  los  que  los  gastan,  estuvieran  iltiscrados  deeístos  priii<- 
cipios  ,  6  se  detuvieran  á  una  prudente  reflexión,  aün« 
que  el  lucro  fuese  grande  ,  no  podría  ser  tan  excesivo, 
como  el  que  la  ceguedad ,  el  antojo,  la  competencia,  y 
la  vanidad  les  produce.  £n  los  géneros  meaos  costosos, 
por  mas  ligeros ,  sucede  lo  mismo  que  en  los  anteceden- 
tes ,  porque  todo  lo  que  baxan  de  precio,  tienen  de  me- 
nos de  aquel  material,  que  les  hace  subir  el  valor  ar- 
bitrario ,  c  inmoderado  de  los  que  trafican  tn  ellos. 

Los  inclinados  al  uso  de  estas  ropas  (  qu6  en  d  esta- 
do presente  son  los  mas),  incurren  en '  una  equivoca- 
don  muy  grande ,  para  disimular  con  vi^os  de  econo- 
mía la  nota  de  la  superfluidad.  Para  honestar  el  gasta 
dicen ,  qjue  después  de  haberse  servidp  de  ellas  encuen- 
tran la  conveniencia  de  quemarlas,  y  sacar  para  la  re- 
compensa del  coste  la  plata  que  contienen.  Qü¿  sale  con 
^1  fuego  no  hay  duda,  ni  que  tampoco*  ésta  utUidáfl  no 
la  producen  las  de  sola  seda;  pero  que  el  importe  del 
metal  que  aprovechan,  sea  capaz  de  recompensar  el  ex- 
cesivo precio  que  por  ellas  pagaron,  es  un  engaño  maní* 
ficsto }  pues  apenas  habrá  excmplaí ,  que  <oitop  «nc«c- 


13a 

dentémcnte  se  expresa ,  se  saque  una  onza  ¿c  plata  á  be* 

nefício  del  fuego ,  de  cada  vara  de  las  telas  mas  cargadas 
de  material  1  que  si  costaron  ocho ,  diez  ,  ó  mas  doblo- 
nes ,  será  grandioso  rescuentro  el  de  un  peso  fuerte.  Es- 
te beneficio  lo  podrá  ser  para  todos  aquellos  ,  que  poc 
su  servidumbre  logran  en  las  casas  grandes  la  distribu- 
'  qion  de  los  desechos  s  pero  los  que  las  compran  con  es- 
'.  ta  esperanza ,  solo  consiguen  el  perjuicio  de  un  empeño 
presente  por  una  utilidad  vaga  y   remota,  La3  de  secia 
tienen  la  conveniencia  de  ser  menos  costosas ,  y  de  mas 
duración  ,  porque  únicamente  padecen  el  riesgo  de  dcs'- 
'  lucirse.  Las  de  metal  mas  caras ,  y  con  mas  contingen- 
r  cias,  porque  ademan  del  ajamiento  de  la  seda,  ordina-< 
* .  riamcnte  síe  desechan  y  porque  se  toman  los  metales  que 

•  '^las  adornan  ,  con  prontitud  i  y  con  especialidad  en  esta 
,  ^ Corte,  donde  es  mayor  el  consumo.  La  lastima  es ,  que 

tantos  exemplares  como  se  experimentan  á  cada  paso, 
.  no  son  syñcicntes  para  contener  el  general  desorden, 
ni  para  moderar  el  gasto  los  que  debieran,  porque  solo 
sirve  pafa  enriquecer  á  los  exta:angeros  s  por  lo  qüal  se 
halla  to4o  confundido  baxo  del  errado  concepto  de  que 
los  hombres  se  aprecian  por  las  exterioridades ,  y  por  I021 

-  lucimientos» 

Bien  $e  comprcl^endió  por  el  Ministerio  la  dificultad 
'  de, corregir  esta  profusión,  y  la  .im|X)sibilidad  de  impe- 
dir ta  introducción  de  los  géneros',  que  la  motivaií ,  y 
por  lo  abismo  ya  que.se  consideró  inevitable  ,  se  trató 
*.  de  pro^ui;ai; ,  que  el  daño  fuese  menos ,  dando  fomento 
't¡  ijsstas  inan.ufa£turas  en  ^España  ,  para  que  los  caudales 
<^><i  ^ue  ppi;  e^^a  raz^n  se  ext,raían,  se  (quedasen  en  ella;  pe^ 
I    ro  sie  padeció  también  desgracia  en  la  elección  delme- 

-  diojf  por  haber  .  dispuesto ,  que  el  establecimiento  se 

•  ;.  executase  de  cuenta  de  la  B^eal  Hacienda ,  en  el  concep- 
-r  .tOíde  qii* AftftMnt9;,era j¿e]^^^^^  las  fábricas  de  la 


133 
Santigua  erección  ,  sin  duda  porque  no  se  tuvo  presente 

lo  que  en  otros  tiempos  executaron,  ni  tampoco  noticia 
de  que  su  estado  miserable  no  necesitaba  de  mas  auxilio^ 
que  el  de  que  se  procurase  adelantar  á  sus  Individuos  con 
alguna  remuneración^  para  que  se  esmerasen,  y  tratasen 
de  excitar  aquella  antigua  prá¿iica  de  los  tiilados  de  pla« 
ta  y  oro  y  que  hubo  en  Sevilla,  donde  á  poca  costa,  á 
.vista  de  loque  viene  de  fuera,  y  ptocurando  su  imita- 
clotí ,  que  también  se  podria  executar  en  Valencia  y  To- 
ledo y  se  lograría  el  ñn ,  y  se  difundiría  en  las  demás  fá- 
bricas del  reyno^  pero  como  los  que  promovieron  el 
pensamiento,  no  consideraron  las  resultas  que  ordinaria* 
mente  han  padecido  en  España:  los  establecimientos  á 
expensas  del  Real  Erario  en  esta  parte,  oi  se  obligaron  á 
la  cviccion  y  se  detuvieron  poco  en  persuadir  á  la  supe- 
rioridad, para  que  se  determinase,  tal  vez  porque  senci- 
llamente creyeron  los  influxos  del  que  pretendía  ser  ár- 
jbicro  de  esta  empresa, como  lo  consiguió. 

En  fin  ,  resolvióse  la  execucion  de  cuenta  de  la  ILeal 
Hacienda ,  y  se  hizo  elieccion  de  la  Villa  de  Tala  vera  de 
.  la  Keyna  para  plantificar  en  ella  estas  manufa¿turas  y  y 
otras  de  las  mismas  que  tenemos  s  y  como  el  aniñce  tu- 
yo siempre  la  Intención  de  reservarse  para  sí  el  manejo^ 
se  quejó  de  la  impericia  de  los  maestros  Españoles,  y  pon- 
deró la  dificultad  ,  con  que  entrarían  en^la  prolixidad  de 
las  maniobras,  que  se  necesitaban  para  la: perfección  de 
estos  compuestos ,  con  el  fin  de  evadirse  de  aquellos  que 
pudiesen  penetrar  sus  ideas ,  y  ser  acaso  motivo  para 
que  decayese  su  autoridad  $  y  así  propuso  la  venida  de 
Emilias  extranjeras,  que  se  le  aprobó >  y  con  est^ 
motivo  se  abismó  aquella  Villa  de  gentes  -  de  su  fac- 
ción ,  sobre  las  quales ,  y  todo  ló  concerniere  al  esta« 
blecimiento,  se  le  confirieron  tales  facultades ,  ó  el  se  las 
;tómó^  qttp  jamás  sé  vieroii  en  hombre  de  su  clase,  y  que 


134 

según  noticias  parece  que  salió  de  León  de  Francia » por 

,  justas  causas  que  tuvierpn  sus  Magistrados. 

Que  se  padeciese  el  error  de  hacer  el  establecimiea- 
to  por  cuenta  de  la  Real  Hacienda  ^.quando  persuadían 
lo  contrario  los  anteriormente  executados,  sin  oías  efedo 
que  el  consumo  irreparable  de  los  caudales  >  tenacidad 
fue  del  encendimiento:  pero  consentirle,  tolerarle,./ 
elevarle  en  los  términos  que  se  hizo  tan  amplios,  co^ 
mo  dispensar  á  un  hombre  de  quien  no  podia  tenerse  la 
inayor  satisfacción ,  las  facultades  de  Intendente  ,  Direc- 
>  tor,  Contador ,  y  Tesorero  ,  sin  mas  formalidad  que  la 
que  quiso  establecer ,  fue  una  confianza  inocente ,  y  ar- 
.  riesgada  para  la  R.eal  Hacienda ,  que  solo  pudo  promo* 
verla  el  concepto  de  contemplar  necesario  y  precisó  á 
este  arciñce  de  tantas  habilidades,  como  las  que  se  supu- 
sieron en  el ,  y  que  no  podria  haber  otro  que  desempe- 
ñase los  deseos  que  se  tenían  de  las  fábricas  de  esta  espe- 
cié ,  para  las  que  bastaba  haberle  conñado  la  dirección 
•como  peculiar  de  su  profesión  ^  pero  no  el  manejo  de 
los  caudales ,  como  lo  tuvo  en  el  todo  hasta  el  año  de 
1754  en  que  se  varió  la  disposición  s  pero  como  quiera 
que  sea ,  hasta  ahora  no  se  ha  visto  mas  utilidad  en  el 
estado  de  este  establecimiento  ,  que  haber  t^eneficiado 
oiejor  la  seda,  que  producía ^quel  territorio  a  tanta  cos^ 
ta  del  Real  erario ,  como  se  puede  verificar  quando  se 
pida  una  razón  de .  los  caudales ,  que  'se  han  entregado 
desde  el  principio ,  y  del  valor  Intrínseco  de  todas  las 
existencias ,  para  formar  verdaderos  j^uicios  de  los  pro- 
gresos.. 

Ya  se  ha  insinuado  lo  posible  sobre  los  texidos  mix- 
tos de  metales  y  sedas  i  y  será  bien  pasemos  á  los  de  se- 
da y  lana.  El  mas  especial  de  ellos,  es  el  carro  de  oro,  pues 
.    sin  embargo  de  set  sus  manufaduras  lisas,  y  ppr  lo.  co- 
^  mun  quasi  de  un  color,  son  las  más  admirables  de^quati- 

tas. 


1J5 
tas  ha  inventado  cl  art(,  porque  ha  logrado  en  ellas  com« 
petcncias  con  la  naturaleza.  Componense  estos  generes  de 
las  hilazas,  que  se  forman  del  pelo  que  se  ^aca  de  la  lana 
de  Alpaca,  y  las  mezclas  de  la  seda.  Esta  la  tenemos  con 
abundancia  en  iBspaña ,  y  aquella  se  cria  en  la  AmeVicas 
y  sin  embargo  de  éstas  proporciones ,  y  que  los  extcantr 
geros  han  hecho ,  y  ha(;^n  el  comercio  de  estas  ropá^,  noi 
sé  ha  pensado  por  nuestros  naturales  ett  el  establecí*, 
miento  de  estas  manufaduras ,  ni,  en  investigar  el  modo 
con  que  las  executan  s  que  estuviera  absolutamente  ig- 
norado y  como  hasta  aquí ,  si  el  que  hace  este  discursot 
ño  se  hubiera  dedicado  á  aputar  á  sus  expei^sas  kl$ícit<^^ 
cunstancias  de  ellas ,  haciendo' análisis  db  todas  sus  par*' 
tea  ,  sin  otro  motivo ,  que  el 'de  ver  si  podia  vencer  éi 
temor  de  considerar  imposible  la  empresa.  Toda  la  pre- 
ciosidad de  estos  géneros  depende  de  las  hilazas  ^  que 
cooro  en  Espafia  por  punto  genéral^e  cat¿ce  del'uso  de 
su  formación  /  y  ios  eltrartgeros  por  maá  industklo^  tó 
han  dedicado  á  ellas  ^  han  conseguido  hacerse  arbitros 
de  estas  maniobras ,  y  de  todas  las  que  de  ellas  descien- 
den ^qut:  bien  examinadas  pueden  lograrse  del  mismo 
modo  que  ellos  las  executan  y  proporcio/nando  los  me«- 
*di6s  con  el  conocimiento  "de  las  partes  de  cft^  d'ebea 
componerse.   *      '  -   ^  * 

En  orden  á  las  hilazas  ^  que  se  ^sponen  por  el  ifW 
genio  humano  I  bien  sabido  es^  que  las  mas  pritooro» 
sas  'son  las  de  Flandes  y  como  se  v^  en  los  encajes  h  % 
'por' eso  los  carros  de  oró  que'  de  allí  salen  ^  ton  Icns-máfe 
especiales  de  quantos  se  conocen ,  pues  aunque  en  oferat 
partes  se  han  procurado  imitar  ^  no  han  podido  conse^ 
guir  su  perfección  $  y  si  en  España  se  hubiera  intentada 
antes  de  ahora  lo  mismo  ^  quando  no  se  hubiera  logrado 
'  como  loi^  Flamencos^  por  lo  ikíenos  se  hubiera  tonseg)Liida 

pn  iccjúivalente  de  ellos,  que  hubiera  producSáo  el  miá-- 

•■'•'-"'''•         . .    -•  .'     >  .     *  mor 


moefefto,  que  han  causado  los  que  se  Introducen  de 
las  fábricas  de  la  Francia ,  que  como  no  son  de  la  natu- 
raleza de  aquellos  ,  se  pueden  labrar  á  menos  costa  y; 
(rabajo,  y  por  consiguiente  venderle  á  menos  precio  $  los 
quaics  han  desterrado  Is^  iotroduccioocst  y  consumos  de 
las  primitivos  ^n.  tapto  grado,  que  apenas  ya  se  conocen» 
porque  con  la  jaoiitad  del  cpste  de  aquéllos  se  hace  en  el 
día  un  vestido  de  estos.  Y  como  no  todos  los  comprado « 
tes  y  consumidores  distinguen  las  calidades ,  se  indi- 
i^an  con  mas  &cUidad  á  lo  que  les*  parece  mas  acomoda^ 
dQ ipor  el mepos dispendio f  á qíxe contribuyen  los  co- 
merciantes,  y  revendedores»  por  tres  razones  :  la  pri«^ 
mera  por  la  diñcaltad  de  conseguir  los  surtidos  :  la  se- 
gunda y  porque  siendo  costosos »  se  retarda  el  despacho: 
y  la  tercera  »  porqi^e  la  utilidad  no  puede  corresponder 
i  (a^.s^sp(^nsjk)n5i^.cf^^dal »  nuyprm^^nte  quando  deba- 
xodel  propio  nombre  de;  carros  de  ora  se  venden  »  y 
consumen  por  la  mitad  del  precio  los  que  vienen  imita-* 
dos  de  otras  partes;  y  como  en  el  despacho ,  y  circulo 
encuentran  la  ganancia »  oo  se  debe  extraaar  »  que  se 
acomoden,  ádla.  .       . 

,  JE»1  p(^teci9l  de.  que  hacen  .^os  hilados  para  estas  ro^ 
pas  9  es  muy  á  proposito  para  el  beneficio ,  porque  cons*^ 
ca  de  un  pelo  suficientemente  largo,  muy  delicado,  muy; 
suave  y  muy  brillante  $  de  suerte ,  que  como  menos  imr 
^rriqentc  que;  el  lino ,  por  distinguirse  cada  pelo  ,  se 
liíM^e  hiUr  mejor,, y  ^in^la  contingencia  de  la  ács'ir 
g^aM4d  á  que  están  expuestos  los  simples ,  que  la  in- 
xlustria  huniana  ha  de  abrir  y  separar  s  cuya  operación 
escusa  en  este  el  beneficio  de  la  naturaleza  ,  porque  no 
M,  percibe  mas  grosura  en  la  punta ,  que  en  la  raiz, 
ry  quandq  la  t^pga  ,  dificul^osan^ente  se  i  puede  có* 
aocer  >.p9r.  cuyo,  nsotivp  pueden  formarse. ,la$  hila- 
•zas  mas  delicadas  y  agroposito ,  por  coasistir  eá  dJá» 

la 


137; 
la  especialidad  <Ic  íos  géneros.  La  períbcciotí  de  ellos 

coscó  á  los  Flamencos  el  trabajo  de  veinte  años  i  porque 
•como  fueron  los  inventores ,  y  se  empeñaron  en  saott 
á  luz  estas  especiosas  ropas^  tuvieron  la  |>recisí<M  de 
' variar  los  medios,  hasta  que  por  premio  de  la  confían- 
Ka  ,  lograron  la  empresa ,-  que  nuestros  Españoles  por 
iaipacientes  hubierian'  abandonado  muchas  veces  ;  pero 
si  se  quiere ,  ya  4io  hay  tiecesidad , :  ni  de, gastar  tanco 
tiempo  y  ni  de  desperdidar  el  «líierial'  ^'hi  «de  averiguar 
aquel  de  que  se  forman  |  mediante  á  que  la  áplicacíoíi 
del  autor ,  como  ya  se  ha  referido ,  ha  hecho  el  descu- 
brimiento suficiente  ,  que  revelará  gustoso  i  siempre 
que  por  nuestros  naturales  se  intente,  estas  manufafturas^ 
para  que  no  se  arriesguenrul  á  dejperdi<?iM  sin  ekSto  lo$ 
materiales ,  ni  á  consumir  infruduosamenie  los  caudales^ 
ni  á  malograr  inútilmente  el  tiempo  ,  porque  demostra- 
rá las  preparaciones ,  las  mixtiones  de  los  simples ,  4l 
punto  de  los  hilados  y  torcidos  ,  la  estrüdura  de  los  te^ 
iares  ,  y  todo  lo  demias ,  que  td  hail  ^producido  los  ex¿- 
perimentos;  bien  distintos  de"  ios  qué  se  prafticaron  en 
la  fábrica  de  Guadalaxara ,  adonde  se  tcaxeron  artífices 
extrangcros ,  con  •  «1  designio  de  dar  al  público  estas 
manufacturas  ,  porque  la  magostad  del  señor  Don  Fer« 
Ihaiído  el  VI.^  quiso  haceií  esté  beneficio  bl  Estado  /y  na 
lo  pudo  lograr,  ácaA>  porque  leifr  maestrea  no  tendrían  li 
Inteligencia  suficiente  }  y  mas  provechosos  por  el  menor 
coste  I  que  ios  que  anualmente  se  han  intentado  en  la 
villa  de  Almagro  ,  d^nde  para  dar  principio  al  metodQ^ 
y  proporctonat  las  hilaza^,  se  plantificaron  diez  y  seh 
telares  ^barráganes  ^  moDfbrtes'ysarguétas ,  con  sds 
4e  paños  para  d  aprovechamiento  dt-  les  desperdicios^ 
porque  tampoco  se  ha  conseguido  mas  que  el  consumo 
^e  materiales,  y  del  caudal,  por  la- impericia  de  losins^ 
frumentos 4e  cxecucipn. . 


Los  medios  carros  de  oro  &e  fabrican  del  mismo  me«- 
do  I  y  baxQ  las  propias  reglas  que  los  enteros  ,  á  dife« 
:feQjQU  dd  que  los.ipaterialqs.  no  son  lan  acendrados  ^  td 
las  mezclas  de  la  seda  tan  abundantes  $  y  aún  por  eso 
aquellos  que  se  destinaren  para  los  primetos ,  si  no  salie* 
sen  con  las  perfecciones  necesarias  ,  pueden  muy  bien 
caprovechasse  para  estos  s  don..qae  aún  en  el  error  se 
(puede  cQnspgttir  algún  beneficio  i  .bien  entendido  y  que 
la  ipericccipn  .de,c»ais  imnufa^uras  ^  no  ha  llegado  ^ 
consumarse  i  pero  sí  al  €ono$:imiento  de  una  idea ,  qup 
con  la  continuación  puede  lograrse  sin  tanto  coste  y  ni 
tiempo  como^l  <l^9  tuvieron  y  ocuparon  los  Flamencos^  y 
mas  efectiva.  9  que  las  que  hasta  aquí  se  han  visto  en  £s» 
4Xiaa..?ara:k«4fiS^  teiddos  ,  que  de$ciei^dea  de  losan^ 
tecedentes ,  como  camelotes  anchos ,  pelos  de  camello, 
monfbrtes  y  barraganes  ^  principelas » lamparillas  y  y  otros 
^eneros  de  invención ,  no  se  puede  ofrecer  la  menor  dii)« 
cuitad  y  porque  siendo  como  son  texidos  angostos,  y  bar 
biendo  ta&tos  o¿ciaJI«5  en  este  teyno  del  arre  de  la  seda 
«que  los  manejan^  ya  en  lo  liso ,  y  ya  en  lo  labrado  y  una 
vez  que  se  faciliten  las  hilazas  y  que  es  en  lo  que  consiste 
coda  la  dificultad »  hafán  con  ella.proporcionalmente  lo 
que  exceptan  cpni  la  seda. 

Sx  ^e  hubijE;r«  jj^p^r^o  con  r«fl(«lipn  en  la  natura^e* 
zade  nuestras  lana$/^/)Ueiinas,  y  las  que  llaman  chutr 
ras  y  que  producen  jos  ganados  que  no  son  trasumantes» 
se  hubiera  reconocido  y  que  los  anhelos  de  los  extran-* 
geros  para  adquirirlas  $,t^cr^  y  ni  podia  ser  para  snttlt 
^s  fábricas  de  p^ños»^  y  dj^x^tr^i^  descqbijprtQ  las^  nues- 
tras ;  fino  porqtt9.en.>eJías«h9A:«Pfomr%d<^  tiiM^  l^s  cla^ 
ses  de  pelo  que  necesitan  y  para  las  enunciadas  ropas. 
Han  hallado  un^  calidad  de  pelo  taii  suave  y  tan  delica- 
do»  tan.  largo  i  y  tan.  brillante »  que  bien  purgado  por 
medio  de  los  peines  1  y  sus  repasacione$j  ^ede  subti- 

tuir 


mtr  al  d'e  Alpaca  part  Jos  cáfrhs  ^oro^t  ojos  medie»:: 
han  encontrado  d.  que  cotcesponde  paca  los  casnclQues:; 
tienen  asímisiiio  uo  pelo  equivaJontc  al  que  llaman  de; 
camello  /que  íes  mas  lacgo  y  masjdaro  >  y  ált|masien€e^ 
para  quantasxopaslu.incrQducidó  su  ingenia,  hay  eoi 
nuestras  kJiaíS.cimzxBi^íttectí2LXw 
tad  no..  e$t4  sino^*:^  chuááthfl  y  tú.  la  flreparacioa»; 
pero  uno  y  otro ;sq  puede  írancer'  cofi  .la  aplicadoo  fj 
costumbcie  9.  atendiendo  paca  destinar,  á  cada  genero  eL 
que  le  compete ,  al  exájmen  í|uc  debe  preceder  de  aquellai 
ropa  y  que  sq  qukse  imitar ,  deshaciéndola  para;  cootar^ 
los  hilos  de  que ^cdnsisúehpie  jivecxlcpttnroile  la  cons¡s<^. 
tencia  del  hilada  y)  torcida ;  recqnpcer  ,el  estado  de  Ui 
traaia.,  U»  cabos  d^  que  se  compone  >  y  la  natucaieza: 
del  pelo  de  su  Gemación ,  adaptando  los.  peines  1  me-; 
dida  de  lo  que  se  preteñda;.con  Ioqual|.qiiiaiqttiera  me*: 
diana)iieDtepr^jo.del«¿^d)el¡«arts..de.  Jaosedá.^  sacaxá  ái 
poco  trabajo  los  pdxks^de'  que  se  compopen  9  y  la  natu* 
saleza  de  los  de  su  finr^iáciQn  $  en  cuyo  concepto  1  y  ea 
el  de  que  por  punto  general  se  ha  de  procurar  la  expur- 
gacion  de  los  materiales  en  los{>eines ,  dexándolos  lim- 
pios de  toda  bprra  >  para.que.  no  se  enmarañe  >  lu  xi^ 
rede  el  pelo »  que  ddbt  qapdár  puro  y  derecho  ,  aplicas* 
do  el  cofaatOy  para  que  los  hilados  salgan  delicados» 
iguales  y  lenes  ^  podrá  conseguir  el  logro  de  la  empresa» 
sin  el  coste  de  entrar  á  los  descubrimientos  t  una.  vez 
que  se  aseguen  :1^  hilazas  rsio  embargo  que  por  la 
&ica  de  costíimbce.ea.  las^dc  esta  clase,  se  padecerás 
algan  ttibayo^  (fdo  noi  debe  cb^at ,  n|  producir  des-s 
confianza. 

Ciertamente  que-  es  materia  de  compasión  y  veCH 
giienza  ,' que  siendo^  nuestros  naturales  tan  capaces» 
como  lo:^ptttfdeo:isa:^  Us  iaqiasi  expesios-  cpc^rangeros  » .  se 

Sa  ha- 


140  . 

hayan  entregado  tanioid:itlesc!!ticló"  de  sa  propfa  utiliK 
dad ,  y  que  nó  les  haya  servido  de  estimulo  ia  prádlca. 
de  las  demás  naciones  del  mando  para  procurar  ^  si  no- 
excederlas. ,  imitarlas;  en  cuyo  empeño;,  si  lo  hubieran 
tomado  por  punto  de  honor ,  -no  hay  duda  que  iiubie«r 
t^n  conseguido  su  inayór interés  !{^^  £$- 

tado?  pero  la  ondsioa  les  ha  cdnstUuido  tea  ^  la^precisioa: 
de  tolerar  los  perjuicios  del  at^raw  »- -Y  ^^  ^  "^^^  de 
desidiosos  con  mezda  de  barbaridad  5  porque  si  se  exá-? 
minan  todas  las  operaciones  mecánicas  ¡de  iats  que  sirven 
para  el  aso  y  trabajos. comunes  de.  lasi artes ,  se  hallarán 
llenas  de4mpecfeccipfacs3¿dncónibdi¿ules;de  modoy  que 
no  se  executaniognna^que  merezca: la  calificación  de  bien 
acabada.  Si  se  reps^^a  en  los  inventos  ,  que  se  han  hecho 
para  facilitar,  las  imismasopei;aciones,  se  hallarán  de* 
sierros ,  y  muighp  mas  las  investigaciones  maquinarias^ 
con  ias' qqal¿s.  eociecutan  ráiteódameáte  los  extraogerosr 
tantos  primores  >  que  Dcupao  la^  admiración^  Véase  en. 
la  inmensidad  da  fruslerías  ,  al  parecer  .  desprecia  bles^ 
con  que  por  la  ferretería  y  quincalla^  sacan  del  reyno  al- 
gunos millones: iaqredite  estas  verdades  la  fabricarle  los 
alfileres  ,  dex)Beriiay  tamo  coiBumcr^p  EspáñOi  y  st  hah. 
Uaráii  autorüüulasé  Cuesta  uú  papel  dé  cUos  en '  las:  .tidlit^' 
das  de  esta  Corte  trece;  qoartos  y  ^  los  que  deduciendo 
los  derechos  de  extracción  de  donde  los  labran » los  de  la 
introducción  en  éste  reyso^  los  que  jen  esta  Corte  se 
pagan  ^  los  gastas  de  las  oend  acciones  ^  la  miltdad  slejas 
fifaricasi  el  valor  deLmatcrial  ^  U:.g»i^cia  de  las  stt 
gandas  manos{,  y  el  dispehdiojdfe  ha  comisimes^  .leMiJta. 
quando  mas ,  que  el  intrínseco  coste  quedarla  «redutído. 
¿  valor  de:  quatro  qbartos.  Ahora  ^^pues  y  reconózcase 
lo  que  los  extrangecos.  hacen  por  1  e8i&  ttfoüe  cantidad ,  y 
sexncontrará.y  que.ectci^a  i»pd  áí  estrnt^Ifilecies ;  jbay. 

:  '  vcin- 


X41 
iTcIntey  cinco  catreras ,  que  .cada  una  contiene  vtínte  y 

cinco  piezas  ,  y  todas  seiscientas  veinte,  y  cinco  ^  con  sus 
puntas  limadas ,  y  cabezas  enroscadas  de  piezas  separa*- 
das  i  con  que  si  para  una  obra ,  al  parecer ,  de  tan  corta 
consideración  >  y  de  tanta  prolixidad,  es  preciso  que  se 
apsovechen  de  la  construcción  de  maquinas  s  ¿que  no  ha« 
irán  pasa  las  demás,  en  que  tienen  dfirados  mayores  inte« 
xcses^  |Yquc  deberían  hacer  nuestros  naturales ,  si  aten- 
diesen á  todas  las  mercaderías  que  nos  traen  por  estos 
términos  y  por  otros ,  sino  dedicarse  á  la  aplicación  ,  sin 
despjxciar  los  asuntos, para  adquirir  el  concepto,  que  en 
esta  paite  les  falta ,  y  lograr  con  ellos  ventajas  de  utili- 
dad y  como  lo  executan  los  extiangeros  ?  No  se  puede 
s^ar  el  exceso  que  nos  hacen  en  la  industria ,  ni  dexar 
de  confesar  su  constancia  en  las  empresas  j  y  que  s! 
nuestros  naturales  se  hubieran  aprovechado ,  y  apro- 
Techaran  de  sus  luces  ,  y  de  las  que  les  produce  su  co- 
siunicacion ,  se  hallarla  este  reyno  felicitado  en  todas 
sus  partes ,  y  libre  de  las  necesidades  que  te  hacen  mer-^ 
cenarlo  de  los  otros  j  con  tanto  perjuicio  de  sus  intereses 
como  de  su  opinión. 

Siendo ,  pues ,  innegable  que  las  manufii¿hiras ,  y  el 
comercio  cbriquecen  los  estados  ,  que  por  uno  y  otro  se 
aumentan  las  poblaciones ,  y  que  para  .la  manutenciot^ 
de  ellas  se  hace  precisa  la  mayor  aplicación  á  la  agricul-; 
tuca  ,á  fin  de  que  no  falten  los  frutos  necesarios  s  se  prue- 
ba el  abandono  de  nuestras  labores ,  por  la  escasez  que  se 
l^dece ,  y  la  ialu.  que  hay  de  providencias ,  que  pudie- 
ran servir  de  estimulo  á  su  fomento ,  si  no  es  que  la  de 
gentes  útiles  para  estos  trabajos  ,  y  el  poco  aprecio  que 
se  hace  del  estado  de  labradores ,  sean  también  causa 
para  que  se  sufra  este  infortunio ,  que  ha  sido  muchas 

veces  declamador  >  y  poco  atendido ,  sin  embargo  de 

con- 


consistir  en  el  U  subsistencia  de  la  Monarquías  porque 
¿cómo  podria^  componerse  esta,  careciendo  tde  ios  frutos 
que  necesita  ?  España  tiene  tectenos  abupdanos,  que  ¿ 
beneficio  del  (ultivo  pueden  producir  po  solo  ios  fru* 
tos  que  se  consumen  en  el  rey  no  de  tods^  especies;  si* 
no  tambienpara  dispensarios  por  ffiedio.de  la  negooia*^: 
cion  á  los  excxangeros  5  y  muclias  veces  nos  tiernos,  yisca 
en  la  precisión  de  buscar  ios  mas  comunes-i  y  ^  urgentes 
en  ellos,  para  no  perecer,  á  costa  de  uuos  precios  insufrU 
bles  ,  que  solo  han  podido  tolerariqs  los  que  no  lian  csk 
tado  sujetos  al  jornal  para  comer,  i  Pues  no  es  está,  uoat 
fatalidad  de  las  mayores  que  se  pueden  padecer?  ¿Y  quo 
pudiendo  evitarla ,  no  se  haya  d&  remediar  ?  Sí  nosptros 
ñieramos  tan  comerciantes  como  los  Holandeses ,  quo 
sin  embargo  de  que  sus  Provincias  nada  pueden  pron» 
ducir  por  su  aridez  ,  todo  lo  tienen  con  abundancia  >yt 
y  equidad,  á  beneficio  de  la  industria  y  grangería;  mala 
seria  no  aprovecharnos  de  lo  que  la  providencia  divina 
nos  ha  dispensado :  pero  ei  equivalente  comercio ,  no& 
podia  como  á  ellos  sacar  del  cuidado ,  para  el  quai  na 
tenemos  en  el  dia  otro  recurso  ,  que  el  de  la  aplicación 
á  la. labor ,  que  se  mira  despreciada,  y  sin  foinento  ^  por 
lo  que ,  por  la  £siita  de  manu&&uras ,  y  por  la  sobra  do 
ociosos,  nos  hallamos  poseídos  si  no  de  la  miseria ,  de  una 
suma  pobreza. 

Las  conveniencias  que  resultan  i  las  Provincias  pot 
el  comercio ,  ya  se  han  insintudo  f  y  quando  no  hayan 
sido  bastantes  las  expresiones  para  mani&starl^xon  ta^ 
viveza  y  eficacia ,  que  provoque-  á  la  aplicación,  po**-. 
drá  servir  de  estimulo  el  reconpcia^ento  de  lo  que  por 
el  logran  los  extrangeros.  Que  el  comercio  no  puede  ha^ 
cerse  ütil  sin  el  cimiento  de  las  manufaduras  propias, 
iM>s  io  apoya  el  atraso  qiie  en  el  pjidqcQfttbs.  La^terio/ 

ra- 


143 
tacton  d^  las  fábricas  ^  de  donde  didjanan  todos  los  be« 

neñcios,  está  acreditada  con  la  rqpctkion  de  las  provi- 
dencias dadas  sobre  el  asunto ,  aunque  sin  efedo.  La 
pobreza  universal  en  que  está  constituido  el  rey  no  por 
«stas  causas ,  nadie  la  ignora  ^  porque  á  todos  respedi- 
vamente  alcanza.  La  despoblación  de  el  algunos  siglos 
liace  que  se  declama ,  y  no  habiendo  tenido  moti^  pa- 
ta el  aumento,  necesariamente  ha  de  ser  mayor  en  el  día. 
Blinisero  estado  de  los  labradores  (cuyo  asunto  y  cuer- 
po merece  toda  atención )  tiene  tantos  exemplares  que 
lo  manifiestan  y  como  individuos  io^exercitan.  Los  deseos 
de  que  todas  estas  cosas  se  remedien  siempre  han  sido 
iguales  I  porque  jamas  han  faltado  ,  ni  es  creíble  que 
puedan  fiíkar  ,  y  para  que  si  no  en  el  todo ,  eo  mucha 
parte  se  puedan  lograr ,  y  con  el  tiempo  conseguir  3  ya 
que  se  han  manifestado  los  defe&os  de  nuestras  fábricas 
desde  su  origen,  y  los  medios  de  enmendarlas,  dando  prin- 
cipio por  los  materiales  de  su  formación  $  ya  que  se 
han  dado  luces  necesarias  para^  los  establecimientos  de 
las  que  nos  faltan  ,  á  fin  de  aprovechar  los  simples  de 
que  abundamos  (cuya  demostración  no  solo  conviene  sa- 
berse por  los  artesanos ,  sino  también  por  los  Ministras 
que  lian  de  propagarlas  )$  ya  que  se.  ha  explicado  la  inu- 
tilidad de  los  medios ,  que  se  han  aplicado  >  y  no  han 
correspondido  con  los  anhelos  3  y  ya  que  como  primer 
fundamento ,  logra  este  dichoso  reyno  el  auxilio ,  el  de- 
seo ,  el  amparo  y  la  protección  de  su  soberano ,  que . 
tanto  como  todos  los  vasallos  juntos ,  aspira  á  su  felici- 
dad ,  aún  á  expensas  de  su  real  erario  $  para  que  no  se 
malogreq  estas  admirables  proporciones ,  y  su  real  pie- 
dad consiga  U  satisfacción  de  lo  que  apetece ,  parece  que 
en  común  ,  y  en  particular  se  deben  observar  las  reglas 
declamadas,  pues  que  todas  conspiran  al  mejor  estar  de 
esta  Monarquía ,  y  sus  individuos }  y  podrá  convenir 


M4 

inñnico  aumentar  I  ellas  las  providencias  siguientes ,  á 

fin  de  conseguir  ló  que  se  apetece. 

Es  la  primera  la  de  crear  una^cretaría  universal^ 
cuya  cabeza  oo  debería  tener  otro  cuidado ,  que  el  de  U 
expedición  de  todos  los  encargos  pertenecientes  al  co- 
mercio interior  del  rey  no  :  los  de  la  propagación  de  l(ft 
simples,  y  sus  seguridades  :  los  de  todo  genero  de  mi^ 
nerales  (porque  hay  algunos  que  producen  á  los  extran- 
geros  sin  noticia  nuestra  muchas  utilidades  ,  y  señala«- 
damente  el  de  la  piedra  zafre ,  ó  cobol,  que  los  Alemanes 
la  llevan  atravesando  la  Francia  desde  la  montaña  de 
Llera  ,  en  el  Obispado  de  Barbastro  ,  reyno  de  Aragón^ 
al  estado  de  Witemberg  ,  donde  á  beneñcio  de  la  vitri- 
ücacion  y  sacan  de  eiia  los  polvos  azuIesVqúe  llaman  de 
esmalte  y  que  los  Holandeses  distribuyen  en  todo  el  uni- 
verso con  imponderable  utilidad  ,  haciéndose  arbitros  de 
este  comercio ,  con  desdoro  de  nuestra  nación  ):  los  del 
fomento  de  canales  en  todo  el  reyno,  para  los  cómodos 
transportes ,  llevando  á  puro  y  debido  efeftó  el  proyedo 
del  Tajo ,  para  que  á  su  imitación  se  procuren  los  que 
convengan  $  porque  nó  hay  ninguno  que  pueda  ser  mas 
importante  para  el  surtimiento  de  esta  Corte  ,  donde 
por  este  medio  podrán  conseguirse  con  mucha  equidad 
todos  los  bastimentos  $  cuyas  conducciones  en  eldiá  enca- 
recen lo  mas  preciso  para  la  vida  s  pero  se  debe  entena 
<ier  esto ,  separándose  absolutamente  del  método  de  lá 
compama  en  que  se  pensó  ,  y  haciéndole  por  cuenta  ádL 
real  erario ,  que  podrá  reintegrarle  en  pocos  años  de  los 
suplementos,  y  quedarle  un  ramo  muy  útil  en  la  propie^ 
dad  de  sus  derechos  h  y  porque  tampoco  este,  empeño 
sin  muchas  contingencias ,  no  puede  fiarse  á  lá  facultad 
úc  los  vasallos  ,  y  menos  á  la  compañia ,  que  solo  pro- 
cura hacer  su  negocio ,  sin  llegar  el  caso  de  formarse^ 
venciendo  las  41fi(tiltades,  que  hasta  aquí  han  obstado: 

Y 


14J 
X  úUimameatCi  los  del  grerbio  6  coerpo  de  labrad oresi 
cuyos  asuntos  por  el  objeto  á  que  se  terminan  ,  son  mas 
importantes  ,  y  merecen  atenderse  con  tanta  ,  ó  mayor 
recomendación ,  que  los  de  Gracia  y  Justicia  ,  que  los 
de  la  Hacienda ,  que  los  de  Guerra ,  que  los  dje  las  Indias 
y  Marina  9  quQ  los  del  Estado  ^  y  negociaciones  extcan* 
gerass  porque  proviniendo  de  ellos  la  abundancia  ,  pon- 
drán ampliarse  las  gracias »  y  exercitarse  para  la  tran* 
quilidad  del  reyno'la  justicia:  acrecentarse  la  real  Ha« 
cienda^sin  tanta  agitación  de  los  vasallos:  mantenerse  las 
tropas  en  mayor  número ,  para  facilitar  U  paz  i  ó  para 
esforzar  la  guerra  quahdq  convenga  :  aumentarse  mas 
la  navegación ,  para  acudir  á  la  defensa  de  los  insultos 
y  piraterías  :.dar  respeto  y  temor  á  las  naciones,  y  asis^ 
tir  al  surtimiento  I  y  reparo  denlas  Indias  $  y  última- 
mente 9  para  hacer  mas  ventajosos  los  tratados  con  las 
potencias  extrangeras »  porque  la  riqueza  es  mas  pode-» 
rosa-  que  la  industria  $  en  cuya  inteligencia  ,  y  en  la  de 
que  es  el  único  medio  por  donde  se  pueden  conseguir 
nuestras  felicidades ,  y  en  que  consiste  la  subsistencia, 
no  solo  de  muchas  provincias ,  sino  también  de  la  Mo- 
narquía y  sus  seguridades  ,  parece  que  puede  ser  con-> 
ducente,  pant  allanar  mas  fácilmente  las  diñcúltades, 
que  hasta  aquí  han  impedido  la  prá^^ica  de  este  impor- 
tante asunto ;  pues  habiendo  un  Ministro ,  que  priva- 
tivamente por  su  instituto  ,  con  los  que  le  sucedieren 
perpetuamente  ,  estuviese  destinado  en  estos  encargos, 
no  padecerían  los  riesgos  de  las  variedades ,  que  se  han 
experimentado  en  ellos ,  subiéndolos  ^  ó  baxándolos  de 
punto  á  medida  de  las  inclinacidnes ,  y  dclos  conceptos. 
Si  á  las  vastas  ideas  de  Luis^XIV.^  de  Francia  ,  no  hu- 
biera contribuido  (sobre  este  particular)  el  ingenio ,  y 
la  aplicación  de  Don  Juan  Bautista  Colvert ,  Ministro 
ntüisimo  para  acjuella  Monarquía: si  sobre  lo&  principios 
Tom.  XI.       '  X  H^c 


que  estableció  >  no  se  hubiera  continu^dp  por  $11$  Sttce^ 
scteS}  no  hubiexa  logrado^  aquella  oadon  la  perfección 
de  sus  fabricas ,  ni  la  fortaleza  de  su  comercio .,  porque 
no  pudiendo  facilitarse  las  cosas  grandes,  en  el  limitado 
tiempo  de  Ja  vida  poco  durable  de  un  Ministro  ^  condu- 
ce para  librarlas ,  quando  sonaran  importantes  como 
estas ,  y  librarlas  del  riesgo  á  que  están  expuestas  ^  por 
la  variación  de  los  juicios  de  los  hombres ,  dirigirlas  ba* 
xo  de  las  reglas  de  constitución,  con  total  independencia 
de  otros  manejos  ^  para  que  esmerándose  eñ  ellas,  y  sa? 
bíendo  que  son  cara^erísiicas  del  empleo ,  y  del  sugeto 
ó  sugctos ,  que  lo  sirvieren  ,  no  ignoren^que  su  princi« 
pal  obligación  debe  ser  la  de  adelantarlas  en  todo  lo  po- 
sible I  por  quantos  n:iedios  le  di¿íase  la  prudencia  ^  y 
descubriese  la  experiencia.  ¿No  es  constitutivo  del  Se» 
crctario  de  Estado  atender  al  beneficio  del  reyno  ,  á  la 
conveniencia  del  Rey  ,  al  honor  de  la  aiagestad ,  al 
punc^nor  de  la  nación  ,  y  á  los  demás  asuntos  relativos 
á  las  negociaciones  ,.y  tratados  con  las  potencias  extran* 
gcras',  procurando  poner  lo  que  tiene  á  su  cargo  en  d 
mejor  lugar  ,  discurriendo ,  conferenciando ,  y  acordan«- 
do  con  el  Soberano  los  puntos  sin  otra  intervención  ? 
£1  Secretario  de  Gracia  y  Justicia  ,  con  la  propia  inde* 
pendencia  ,  ¿  no  tiene  á  su  cargo  la  expedición  de  las 
consultas  de  todas  las  provisiones  Eclesüsiicas ,  casas 
Keales ,  Ministerios  de  Justicia  y  Gobierno  de  todo,  el 
leyno  ^  en  cuyo  manejo  para  el  mayor  acierto ,  tiene  la 
facultad  de  pedir ,  y  dar  informes  de  los  sugetos  de  mé- 
rito reservadamente  I  £1  de  Guerra,  ¿no  está  con  la  pro- 
pia obligación ,  para  conservar  en  equilibrio  un  gremio 
tan  libre  t  que  á  no  sujetarle  la  rigidez  de  las  prudentes 
ordenanzas  ,  y  las  christianas  reglas  de  atender,  y  dis- 
tinguir los  merecimientos  ,  podría  dar  cuidado  al  Es- 
tado, y  es  defendido  por  el  I  £1  de  Indias  y  Marina,  ¿  no 
^'    .  .  tie- 


H7 
tichela  ins^cdtbn  ¡dé  átehdet  á loados  objetos,  qliMlo  son 

menos  recomendables  que  Ic^ demás  ,  porque  del  uno^ 
depende  la  seguridad  de  la  mvegacioh  ,  y  la  de*  los 
pxíCttos  j  y  del*  otro  el  sütrímienco  ^  defensa  y  conser- 
vación dei  mas  v^co  Imperio  del  mundo ,  que  por  dis** 
tante  no  ptledd  lograr  las  felicidades  ,  que  nosotros  do 
la  isisteocia  y  presencia  del  soberano  ,  y  por  eso  suele 
padecer  más  tormentas 'd¿  las  que  se  quisieran  en  lo 
teníporal ,  y  ótenos  adelantamientos  en  lo  espiritual  li 
El  de  Hacienda,  I  no  se  halla  constituido-en  la  precisión 
de   tratar  de  la  contribución  de  los  vasallos  |  del  au* 
mentó  de  las.  rentas  de  la  corona  ,  del  cobto  y  de  la 
dístritMidon  ^e'elUs ,  cbmpo  Secretarlo  y  Superintenden- 
te ^  gobernando ,  atendiendo;  y  distinguiéndola  tantos 
dependientes  y  executores?  Pues  del  mismo  modo  que 
cada  uno  de  estos  Secretarios  del  Despacho  Universal  se 
manejan  y  guardando  entre  sí  la  correspondiente  armo* 
ma ,  y  cumpliendo  cada  uno  con  las  obligaciones  pecu- 
liares de  sus  T^pe¿livos  encargos  ^  que  todos  se  dirigen 
al  fin  de  mejorar ,  adelantar  y  conservar  la  Monarquiso 
de  la  propia  forma  podría  executarlo  el  que  lo  fuese  con 
igual  separación,  y  entendiese  en  la  promocRH)  de  las  fá* 
brícas ,  en  su  perfección  y  propagación ,  en  la  habilita- 
ción dei  comercio ,  y  en  la  protección  del  estado  de  Ia« 
bradores; cuyos  negocios  son  indispensablemente  necesar 
rios  y  precisos  piara  la  sociabilidad  de  las  Repüblicas/por 
depender  absolutamente  de  ellos  la  felitida^d  de  ellas.  Sí 
se  estableciera  un  Ministerio  de  esta  clase  9  con  la  cor^ 
respondiente  autoridad  e  independencia  ¿  y  que  no  ta« 
viese  otro  destino  cerca  de  láurea!  persona  ,  paca  inspl- 
rar  los  modos ,  y  los  medios  de  atender  á  esta  importan-' 
cía  y  mediante  la  Inclinación  que  siempre  se  ha  denios- 
trado  por  los  reales  ánimos,  ¿quien  podría  dudar  que 

nuestra  España ,  por  ta  mzfet  proporción  con  que  se 

Ta  ha- 


148 

halla  j  se  pondría  en  «lejor  e^a^o  que  la  Francia^  $iá 
embargo  de  los  esfuei^s  4e  Cpiyert^,  abriga4o$  y  peo- 
tejidos  deliran  jLuis? 

£s  la  segunda  1 1^  de  ampliac  la  Junta  <Íe  conieficics 
constUuycndola  en  Consejo  como  los  otros ,  donde  con 
la  propia  independencia  de  los  4einas  Tribunales  ,  en 
que  adualmence  se  tratan  los  negocio^  que.  les  perteoer 
cen  ,  se  confieran  en  este  los  que  se  les  destine/,  ^te- 
tiendo  á  la  expedición  de  ellos  diariamente ,  no  solp  los^ 
Ministros  de  que  ahora  se  compone ,  sino  también  ios 
que  podrían  aumentarse  experimentados  ep  las  labores» 
en  el  cooaercioi  y  en  las  manuf^duras  de  c^da  .iwia  de 
las  provincias  qu;  forman  el  coo^puto  de.  testa  Monar- 
quía s  pues  aunque  no  se  duda  ,  ni  pMede  dudar  del 
selo,  de  la  aplicación ,  y  de  la  inteligencia  de  los  miembros 
de  este  cuerpo  ,  parece  que  el  curso  de  estos  negoctos 
podría  Citar  mas  corriente,  y  acudirse  con  mias  prontitud; 
á  lis  providencias  ,  que  se  necesitasen^  5i  con  freqüco- 
cia  se  tratasen ,  cpmo  en  los  otros  Consejos  :  y  asímis^. 
molas  resoluciones  podrían  salir  con  todo  acierto ^  si  in- 
terviniesen^^n  ellas  los  sugetos  prádicos  para  evitar  ios, 
recursos ,  que  pudieran  ocasionarse.  Esta  proposición  pa- . 
leeeria  voluntaria ,  sino  se  hállase  apoyada  de  la  razón. 
natural  ^  y  con  la  prádica  de  la  Fraji^i^^  que  eljaiayor 
Consejo  que  tiene,  es  el  de  comercio ,  compuesto  de  in- 
dividuos de  las  artes  y  facultades  ,  y  de  Ministros  de 
carader  ,  con  un  Presidente  de  la  mayor  representación^ 
y  aunque  los  expertos,  en  qualquiera'dificukad  pertfr» 
ncciente  9  los  mecanismos,  prestan  sus  v^ros ,  y  acuer*-; 
dan  las  resoluciones  ,.  como  estas  salen  á  nombre  del 
Concejo  ^  llevan  toda  la  fuerza  de  1»  autoridad ,  para 
la  observancia  3  y  á  la  verdad  parece  m^s  verosímil,  que 
ikfi  comerciante  que  para  adelantar  sus  intereses lestu*^ 
(1» }  y  tcjibaj»  w  ios  medios,  toda^  U  vida ,  si  se  '^<^ec$i 

-  a  jsn 


14^ 

CQ  el  asunto  que  tnatíeja  dar  un4;ra90n  ó:  di^mca  ^.  lo 

execute  con  mas  conocimiento  y  acierto  <,  que .  los  que 
profesan  la  poblé  facultad  de  la  Jacispvujdencia.  £n  estd 
ifiécodo  de  gobierno  ,  y  en  que  aqqoiia  ;  Potencia  logra 
la  plenitud  de  sus  fábricas  y  comercio ,  no  hay  disputa; 
y  si  nosotros  nos  acomodásemos  á  seguir  el  mismo  lum^ 
Jbo  ^  podríanlos  esperar  igual  fortuna.      .    '  t 

£s  la  úrcer;t,  la  de  establecer  generalmento  usa  ley^ 
para  que  en  toda  la  Monacquía  y  y  por  todos:los  vasak 
líos  ,  se  vinculase  en  los  primogénitos  de;  los  qjqíe  p^ofc-i 
san  las  artes ,  y  los  oíicios{de  qualq*ulera  especie ^Ja  oiis-» 
mji  carrera  de  sus  padres,  para  que  do^ esta' £arma}Sf:vCioá^^ 
tfnuaseni  y   no  decayesen  fiquellas  elecdonei.títi ,quc 
tavieron  er principio ,  y  i  las  que  debieron  la  Síubsisreb^- 
cia ,  dexando  el  arbitrio  de  la  variación'  á .  k>s^  segundos;/ 
y  demás ,  porque  de  concederse  á  todos  -k  libirrad  ,  se^ 
padecerá  en  las  ocupaciones  de  las  gentes  elrmi$mo.^an;> 
deno  que  hasta  aqui\  porque  con  ú\  deseo  de  aspirat 
4  mas  ,  estamos  cansados  de  ver  »  qjue  el  hijo  del  merca*^ 
der,  porque  su  padre  grartgeó  algún  caudal  ^.enyane-. 
cidoten  élylo  primero  qup  e;cecuta>  es  olvidar  el  prln^ 
cipio,  y  seguir  otra  carrera  mas  lustrosa  con.  apro,ba*« 
€Íon  y,  complacencia  de  su^padre  ,.,porqiie  para  eito  ^  y) 
para  mas.se  inflama; ei espíritu  CQfl I  el  dinero  >  y  hacd 
distnier«  y  transmutar  las  condijáciveS( de  los  hombres 
con  grande  facilidad.  £sto  mismo  sucede  en. todas  las 
^rtes  y  oficios ,  á  excepción  de  aquellos ,  que  por  ia  itsy- 
posibilidad  no  les  dexa  la  miseria  otro  pensamiento^ »  que 
k  conformidad  con  ella  para  salii^dd  djA  >  de  queprovie-* 
fie  la  general  decadencia  de  todas  J^  facultades^  y  el 
ningún  adelantamiento  que  experimentamos ,  y  tal  vez 
la  sobra  de  gente  ociosa  ,  que  es  la  poUÍk  de  lasRe^ 
.publicas  9  que  por  todos,  los  términos  se  debe  procurar 
p:iinguir.  Si  el  zapatero  ^  b^riqrq  y  demás  supierais, 

■  ^  q^ic 


qa&iino:(le  '^us  hi^'S'^nu'nca  habta  de  saltiT  de  su  eSfcrá, 
aupquc  tttvtcranluchos  caudales  y  ¿  no  procurarla  desde^ 
hfego  aplicarle^  y  enseñarle  para  su  alivio?  { No  le  co^ 
¿ninicaria  todas  ktií  reglas  para  conservar  y  y  autheñtar 
lo  mtsmo  que  supo  adquirir  I  Y  si  el  liijo  emendie$ey 
que  la  ley  le  privaba  de  la  variación  ,  y  cjfue  le  precisa- 
ba á  seguir  el  dñcio  d¿<fil(r padre  ^l'tiú  scf^a  regular^  qa^ 
una  vez  qac^^tiivo  eii^  i^ancia  el -pdnci^io  qü¿  le  pro- 
ducia  pafrft^u  manut^rici<^V  nose^acordase  éeotra  éi¿c-1 
don  I  y  que  en  la  que  la  providencia  le  destmói  procura- 
se con  esmero  sus  ádeUntamicQtos  ?  Si  para  seguir  en  el 
oficio  I  d  Qfí el-arte  qué:  empezó  dt^c  el ' Uso  de  la  ra-' 
zorpy  hallase  la  pr^párcion  i  y  los  jhedios;  herramienta$|• 
y  demastiecésariacotvqueaífíknzarsu  subsistencia,'  ¿ño* 
era  precisó  que  una'  vez  acostumbrado  á  quál<^úiera 
tfaba^ ;  le  cobírase  afición  ,  y  no  se  quisiese  separar  de 
el  ?  Parece  que  sí  ^1o  uno  porque  la  costunribre  constituí 
ye  naturalezas  -y  lo  otro >  porque  ño  son  todos  tan  ne!^ 
cLOSytquo  quisieran  aventurar  las  seguridades  por  las- 
contingencias*  La  petdicion  de  nuestras  fabricas  ,  manu- 
^duras  y  labores  y  fuera  de  las  providencias  inadel}ua- 
das  I  que  no  han  contribuido  para  su  propagación ,  no  ha* 
dependido  sino  de  Ja  omisiotl, ,  quensn  este  particular  so 
ha.tóleradov  ptrtnitiendo  los  disfraces  de  muchos  siíge- 
ws;  qué  han  procurado  y  prdcüiían  disimular  ,  y  encu- 
brir vanamente  su  origen  con  la  profusión  exterior  |  pa« 
ra  que  no  se  distinga;  de  que  resulta  la  extinción  de  tos 
caudates ,  que  pudieran  e^ar  en  giro  en  el  comercio ,  y 
inanofaduras  á  benefició  del  "Estado.  La  educación  que 
Reciben  los  hijos  de  los  padres ,  es  el  principio  de  estos 
daños  ;  y  ya  que  hasta  aquí  se  ha  vivido  con  esta  con-  . 
fusión  y  razón  será  poner  una  quota  para  que  cad;i  uno 
se  contepg^eh  tos  límites  de  sü  esfera  ^  porque  de  lo 
contxario  se  contióustdia  iós  perjuicio^  p  se  tendrá  el  no« 

ble 


Wc  por  plebeyo, y :ci  plebeyo  por.nqblci  y  ijo c^re^io  de-? 
cir>  que  4U)squ$  exercicren  los  oñcios  mecánicos  y  seii 
vile$  I  se  les  prive  de  la  csiimacioo  y  aprecio^  á  .que  so 
hagan  acreedores  pgc  sus  virtudes  y  prendas ,  ni  cam^ 
poco  que  á  los  demás  hijos  que  tuvieren ,  se  les  impidaa 
los  ascensos  y  y  los  honores  á  que  pudieseti  aspirar  poc 
términos  del  merecimiento  i  antes  bien  en  esta  parte  se 
debe  permitir  alguna  ampliación  ,  para  qiiq  no  les  obs* 
tase  I  si  se  hicieren  dignos  ^  para  obtener  empleos  y 
distinciones  I  mediante  á  que  la  naturaleza  humana  ea 
una  y  y  que  no  hay  mas  clases  de  hombres  ,  que  la.  de 
buenos  y  malos  i  y  que  los  aprecios  y- diferenciad  del 
mundo  ^  son  unos  adornos  agregados  ^  que  todos  quisie-i 
tan  tenerlos ,  á  estar  en  su  manó  la  elección  ,  como  taní-j 
bien  la  de  los  padres  distinguidos  >  y  si  la  proposición 
pareciere    que  contiene  duseza  ,  podrá  suavizarla  la, 
discreción  con  que  se*ordenare  ^  reflexionando  la  cansti*: 
tucion  en  que  por  los  excesos  que  se  experimentan  ,  con 
la  turbación ,. y  profusión  inmoderada.)  se  halla  el  rey- 
no  y  y  las  ventajas  que  logra  la  sociedad ,  donde  esti  ^ 
establecida.  . 

£s  la  quartí  ^  la  transmigración  de  familias  de  unask 
provincias  á  otras  ,  á  proporción  de  las  necesidades  y^ 
aplicaciones  ,  que  respectivamente  tuvieren  >  no  solo  pa« 
ra  todo  genero  de  manufacturas  ^  sinp  también  para  el 
cultivo  4e  los  campos.  Todos  somos  vasallos  Üt  un  Rey^ 
y  así  será  qüestion  de  nombre  ^  que  vivamos  en  Casti« 
Ua  6  en  Aragón  ,  porque  no  hay  tierra  ni  temperamento 
inejor  ^que  aquel  en  que  consiguiéremos  nuestra  Kubsis<» 
teiicia.  Y  siestas  diferencias  hubieran  de  obstar  ^  apenas 
habría  quien  siguiera  la  carrera  de  la  armas  ,  y  de  las 
letras  ,  porque  dificultosamente  se  junta  la  pira  con  k( 
cuna  5  y  no  cifrándose  las  conveniencias  de  los  hóm^ 
l)rcs  en  estas  precisiones ,  sino  eo  todo  lo.cont];^ío  ^.nm 
^..  '  -y     poe- 


puede  parecer  extraña  esta  providencia  9  que  solo  tienie 
U  aspereza  del  precepto,  en  quatico  se  opone  á  la  sujeción 
del  alvedno  $  pero  hay  cierta  casta  de  rigores,  que  debe 
execucarlos  stti  reparo  alguno  la  superioridad ,  y  uno  de 
ellos  es  el  que  comprehende  esta  proposición  i  pero   por 
el  beneficio  que  puede  resultar  al  Estado,  por  el  que 
desde  luego  experiinentarán  las  familias  á  quienes  tocare 
este  destino ,  y  por  dilatar  la  sociedad ,  debe  procurarse, 
mayormente  quando  el  intento  ha  de  tener  la  limitación 
en  la  península  >  y  para  que  el  efedo  no  se  malograra, 
habia  de  preceder  un  conocimiento  muy  particular  de 
las  condiciofieS'de  las  gentes  9  y  de  los  terrenos ;  de  las 
manufaduras ,  que  podían  prevalecer  en  las  partes  que 
se  quisieran  plantificar  d  extender  s  de  los  simples  que 
producen  9  y  podrían  producir  para  adaptar  con  pro* 
porción  y  acierto  las .  variaciones  que  se  hubieran  de 
hacer  9  para  cuyo  fin  fueran  muy  importantes  los  Mi- 
nistros Provinciales ,  que  se  proponen  de  aumento  en 
la  segunda  providencia  de  la  formación  del  Consejo  de 
comercio ,  y  los  Inspedores  de  las  fábricas.  Si  en  el  rey- 
no  de  Valencia  está  mas  adelantado  ^  que  en  todo  el 
Ksto  de  España  el  arte  de  la  seda  ,  pcürque  los  natura- 
les de  el  son  mas  aplicados  ^  ri  en  Estremadura  hay  igual 
proporción  en  quanto  á  los  frutos ,  y  solo  falta  el  ma<« 
nejo  de  las  gentes  de  forma  ,  que  á  tenerle  9  pudiera  lo« 
grarse  lo  mismo  que  en  Valencia  :  ¿por  que  né  se  han 
de  sacar  de  aquel  reyno  aquellas  familias ,  que  sean  bas- 
tantes para  habilitar  á  Estremadura  ?  Si  en  el  Principa- 
do de  Cataluña  9  por  la  misma  razón  que  en  Valencia, 
se  labran  primorosos  panos  9  aún  Uevacído  las  lanas  de 
otras  partes  $  si  aún  mejor  proporción  que  en  el  hay 
en  Castilla  ,  por  la  abundancia  de  los  simples  :  ¿por  qu¿ 
no  se  ha  de  hacer  lo  mismo, que  se  insinúa  en  orden  á  la 
teda  ^  meando  ^emes  de  unas  partes  paca,  oixas  ?  Si  ea 


'53 
ios  reynos  de  Andalucía ,  donde  la  mas  fuerte  cosecha 

que  se  logra ,  es  la  de  azeyte ,  no  se  labra  con  el  cuida* 
do  de  hacerle  mas  estimable  ,  y  de  la  mejor  calidad  $  y^ 
si  para  darle  mas  valor  tuvieran  el  aseo,  y  la  prolixl- 
dad  que  los  Valencianos :  ¿  quien  duda  que  le  sacarían 
xz6  pcimoiosoy  como  el  mas  especial,  todas  las  veces  que 
el  vicio  no  está  contraído  en  la  isaturalezá ,  sino  en  el 
arte?  Pues  si  la  nulidad  depende  6  de  la  ignorancia ,  o 
de  la  inaplicación  j  ¿  por  que  nó  se  han  de  llevar  Valen-* 
cíanos  para  enseñar  el  método ,  y  para  estimular  á  los 
Andaluces  i  su  profna  conveniencia  ?  Y  si  en  todas  las 
demás  cosas ,  que  por  defedo  de  las  operaciones ,  ó  no 
salen  como  en  otras  partes,  6 '.se  obandohan  por  no 
acertar  con  el  modo ,  se  hiciera  una  madura  reflexionj 
se  combinaran  las  formas  con'que  se  executan  en  todos 
los  pueblos  y  y  se  eligíjera.  el  mas  útil  para  la  continua?^ 
don ,  prohibiendo  el  uso  de  los  que  no  lo  fuesen  5  ¿  no 
es  regular  que  se  acercasen  á  la  perfección' ,  y  se  fueran 
mejorando  y  y  adelantando  todas  nuestras  obras ,  y  nues- 
tros ingenios?  £s  España,  por  la  benevolencia  de  los  in« 
fluxos  que  la  divina  Ptovidenda  le  dispensa ,.  uno  de  los 
mas  fifrtiles  terrenos ,  que  se  conocen,  en  el  mundo  $  y 
podiendo  ser  mayor  a  benefido  dd  arte  (  porque  no  to^ 
do  lo  ha  de  executar  la  naturaleza) ,  quasi  está  tan  atra- 
sada en  este  particular,  como  en  el  principio ,  y  espe- 
cialmente en  los  rey  nos  de  Castilla ,  donde  absolutamen- 
te ó  se  ignora  la  .agdcukóra ,  ól  falta  la  aplicadoui  ó 
concurren  ambos  causas>  paxaque  no  le  &Ite  requisito  á 
su  infeliz  constitución.  ¿  Quántas  aguas  caminan  desde 
su  nacimiento  hasta.su  cedtro ,  ó  hasta  salir  de  sus  limi- 
tes 9  sin  dexar  ningún  benefido  á  la  tierra  ^  poc  rio  sa^ 
-becseiapi;ovecha|: 'dd  eHasi  ¿iQuánta,  tienta  hay  inuti- 
lizada y  perdidaj^  pudiendosestan  fertil'como  la  mejor, 

'sl  iasgenÉes  sé  apUpátan  i 'sangrar  los  rios  (Kir  tas  aku- 
;     friwM.  xr  V  '      *      ras. 


15  + 

ras  y  6  á  la  fbrmaciorl  de  las  azuas,  coibo  1as  hay  tn 

Aragón,  en  el  Carpió,  y  en  el  Real  SUio  de  Arañjuez ,  ú 
á  ottos  modelos,  como  se  prescriben  en  la  Hidráulica,  con 
los  quales ,  dando  elevación  á  las  aguas  superadas  de  la 
tierra  á  los  impulsos  de  sus  propios  corrientes ,  fecun* 
dizarían  los  jcampos ,  y  asegurañan  en  lo  natural  los 
frutos  ,  sin  tantos  riesgos  como  en  las  vegas ,  por  no  es«< 
tár  expuestos  á  las  avenidas?  Dígalo  la  Mancha  ,  que 
constando  por  lo  común  de  un  terreno  fuerte ,  y  migoso, 
'si  le  ayudara  el  arte  con  las  aguas  que  necesita  ,  produr 
xera  coo  seguridad  formidables  cosechas  $  y  por  falta  de 
este  auxilio  padece  con  freqiiencia  esterilidades.  ¡  Pero 
que  mucho!  si  la  desidia  de  sus  naturales  es  tan  grande, 
que  aún  para  beber  se  sirven  de  las  estadizas  y  llovedi- 
zas ,  y  si  les  faltan  estas  á  sus  tiempos ,  ni  pueden  lo- 
grar este  alivio,  ni  el  de  las  coseijhas ,  que  también  pu- 
diera facilitarse  pot  medio  de  los  canales.  £n  estas  cir- 
cunstancias ,  y  no  ignorándose  ya  el  modo  de  los  benefi- 
cios, ¿por  que  no  se  les  ha  de  precisar  á  que  se  aprovc* 
chen  de  ellos  ,  ayudándolos  ,  y  haciendo  que  pasen  de 
otras  Provi;icias  gentes  que  IcS' estimulan  ,  dándoles  ve* 
qindarios,  y  heredamientos  ea  lo^  terrenos- cómtínes  y 
valdíos,  para  que  no  cedan  de  la  'aplicación  I  Estos- ásui> 
tos  son  dignos  de  tratarse  con  la  mayor  seriedad  ,  miráni- 
dolos  radicalmente  ÍDon.m(Ucha  continuación  ,  y  sin  que 
los  que  entendiesen  ^n'.  ellos ,  se  embarazasen  con  otros 
particulares^  como  lo  faai^ía^oi  duda  el  uibunal  propues- 
.'to,  respedo  de  ser  uno  /  de  l,os  ramosr  de  su  consti^ 
^    iucion«     '  ''  .     •     '  I  ;^^.  .     ■  ) 

Es  la  quinta ,  la.de  establecer  ,  y  extender  gremios 
|)ara  las  manufacturas  que  tenemos ,  y  nos  fakan,  don- 
dcnó  Ips'httbiert  ,r;yidotíde  eon^^iniáe  v  con  aqudb«:oí- 
dchaozas ique  fietch  mas  conformes^  ^da  uno  de^  ellos. 
Y  posqueel  mayor  inconveniente ,  qu^f.  podría  impedir 
....  los 


/ 


los  prc^resos  dé  esta  tdn » seria  él  de  fa  falta  de  caudal- 
Íes  de  aquellos  iadividuoSi  que  se  alistasen ,  como  súce^ 
de  en  el  dia  con  los  que  subsisten  s  porque  á  la  verdad 
poi  la  mayor  parte,  no  exceden  sus  maestros  de  \¡sl  clase 
ideoficUIes,  ó. jornaleros ;[para  ayudarlos ^^y  que  á  nln-^ 
gano  faltase  que  trabajar  Incesamemexue  i^  y  no  esti^vic^ 
sen  expuestos  á  la- voluntad  de  los  encargos  de  labore? 
agenas^  después  de  formados  i  ó  extendido; ,  se  les  po-« 
drá  conceder  la  facultad,,  pai:a  que  por  comunidad  ,  y 
con  responsabilidad  de  todos ,  y  cada  uno  de  los. indi  vi-» 
dúos  de  los  respetivos  cuerpos  presentes  y  futuros,  to^ 
masen  caudales  á  censo,  para  componei:  un  fondo  capaz 
de  comprar  los  slrnples  que  necesitasen  para  el  trabajo 
anual  de  codos  los  maestros,  y  para  satis^cer  las  manu« 
faduras  con  que  deberían  acudir  á  su  manutención.  Con 
esta  facultad  ,  con  la  obligación  mancotpunáda  ^  como 
se  expresa ,  y  con  el  privilegio  de  preferc^ncia  ^  que  sé 
concediera  á  los  que  lucieran  el  desembolso ,  salarian  al 
circulo  del  comercio ,  y  benefícip  del  Estado  todos  ios 
tesoros  ,  que  existen  parados  en  todas  las  iromunidades 
eclesiásticas ,  por  no  tener  en  qu^  emplearlos^  ios  gre« 
míos  se  utilizarían ,  y  sus  individuos  por  dos  partes  :  la 
una  ,  con  lo  que  les  produxesen  las  manufacturas  que 
tendrían  seguras»  y  la  otra ,  con  la  parre  de  gananciaS| 
que  se  logran  en  la  negociación  de  íos  efeélos ,  que  pro-* 
ducen  los  fondos ,  porque  en  cada  gremio  se  deberían 
nombrar  4e  los  mismos  individuas  dos  Diputados,  para 
que  dirigiendo  los  <;aodal<es  que  se  tomasen ,  hiciesen  los 
empleos 4e  los  simples,  y  los  repartiesen  para  labrarlos 
entre  los  demás  maestros ,  pagándoles  las  .mattufaduras, 
y  recogiéndolas  después  de  iiechas^para  hacer  el  comer* 
tío ,  beneficio  y  venta  ,  erf  que  cxpei^entaría  el  rey  no 
la  cón^veniencia  de  la  equidad  5  porque  permitiéndoles  á 
todas  Jas  artes  que  pudíekiji  .tener,  en  osta¿  Corte  casas 

Va  P¿- 


públicas  ^atá  el  despacha  por  mayoí  y  menor  de  los  pro« 
du¿tos  de  sus  fábricas,  y  también  en  todas  las  capitales  y 
puertos,  aunque  pagaren  los  mismos  derechos  que  a¿hial« 
mente  I  se  excusaría  el  público  de  la  carga  que  sufre  con 
la  reventa^  y  conseguiría  la  mejor  calidad  en  Jios  géneros^ 
porque  como  los  artífices  los  executarían  con  los  dos  res- 
petos de  beneficio ,  el  uno  del  particular  de  las  hechu«* 
ras  y  con  sujeción  á  las  órdenes  de  los  Diputados ,  y  el 
otro  de  la  utilidad  común ,  en  que  también  tendrían  in-* 
teres ,  pondrían  el  mayor  cuidado  para  que  no  se  recor? 
dasen  Izs  salidas ,  mediante  que  de  lo  contrario  serían 
gravados  con  la  paga  de  los  réditos  de  los  censos ,  quQ 
la  hablan  de  executar  anualmente ,  para  conservar  la 
buena  armonía  de  la  fe  pública  con  los  que  hubieran 
hecho  los  empréstitos ,  del  mismo  modo ,  y  en  la  propia 
forma  que  lo  practican  los  cinco  gremios  mayores  de 
Madrid  i  y  por  eso  son  dueños  de  todos  los  caudales 
de  las  gentes ,  en  tanto  grado  ,  que  muchas  veces  ni 
aún  con  empeños  los  quieren  recibir  al  báxo  interés  del 
dos  por  ciento^  por  el  alto  concepto  que  se  tiene  gene* 
raímente  formado,  y  con  razón,  por  la  perpetuidad,  que 
no  sería  menos  proporcionalmente  en  los  demás  gremios 
de  las  otras  clases  formados ,  y  que  se  formasen»  para  lo 
que  convendría  acrediurles  con  la  facultad  referida,  y 
con  insinuaciones  públicas  del  Soberano ,  porque  están 
en  desprecio  las  artes,  isecánicas.  A  ^stos  gremios ,  así 
amiguos ,  como  modernos:,  se  les  había  de  encargar  los 
adelantamientos  de  lasjfábrlca%y.Ja  perfección  de. ellas,  y^ 
DO  á  las  compamas,  ni  al  Reil  erario,  como  antes  de  abo- 
fa se  expresa,  y  quando  en  ellas  se  necesitase  ajgun  ariifi- 
ce  extrangero  ,.$e  les  podría  traer ^^y  dar  en  calidad ^ de 
PlreAor,  aunque  se  gravase  la  Real  Hacienda^  coa  el  es? 
tipendío  de  su  consignación ,  quesería  temporal^  y  po*» 
co  costoso  5  para  lo  que  ,  y  para  mucho  mas  arrojarían 

los 


I  . 

ios  derechos  de  las  cf ec¿s  de  las  Ventas  de  aquellos  ge-»' 
neros,  que  se  aumentasen  en  las  fábricas.  Estas  comuni* 
dades  bien  gobernadas  con  la  intervención  de  inspe&o-- 
fes  j  y  con  la  precisión  de  remitir  al  Consejo  de  comer- 
cio anualmente  un  pian  de  los  progresos ,  que  execuu- 
sen ,  para  acudir  á  la  enmienda  j  si  lo  necesitasen  >  po*i 
drian  conseguir  muchos  beneficios  y  utilidades ,  y  fácili-» 
tarlas  al  público ,  y  el  comercio  se  extendería  no  solo  en 
estos  dominios ,  sino  también  en  los  de  America ,  de 
donde  podrían  venir  mas  caudales  que  hasta  aquí  y  por 
carecer  de  las  manufafturas  propias.  Y  si  los  estableci- 
mientos de  las  fábricas  que  nos  faltan ,  ó  algunas  de  ellas 
se  determinasen  en  esta  Corte ,  hermosearían  la  pobla- 
ción ,  y  podría  dilatarse  la  construcción  de  edificios  en 
los  barrios  altos  y  baxos ,  que  anualmente  sirven  para 
hospedaje  de  la  gente  mas  valadí ,  sin  que  puedan  obstar 
los  ponderados  inconvenientes  de  los  derechos  de  sisas, 
mediat]te  á  que  no  faltaría  modo  á  la  superioridad  para 
indemnizar  el  reparo ,  como  se  hace  en  la  Corte  de  Pa- 
rís y  Londres ,  que  encierran  en  si  el  mayor  número  y 
primor  de  sus  manufaduras» 

Y  es  la  sexta,  la  de  que  después  de  reservar  en  los  pue- 
blos donde  hubiese  terrazgos  valdíos ,  para  los  hereda- 
Alientos  de  aquellas  gentes,  que  para  instruirles  mudasen 
vecindario ,  del  modo  que  se  propone  en  estas  reflexio- 
nes >  se  debería  mandar  por  punto  general,  que  ninguno 
de  sus  vecinos  se  sirviesen  de  ellos  i  por  el  derecho  de  co- 
munidad en  ei  aprovechamiento  de  las  labores^  sino  en  el 
que  produxesen  los  pastos  y  las  leñas  ,  porque  de  esta 
forma  atendiesen  al  cultivo  de  sus  propias  haciendas, 
que  en  algunas  partes  están  abandonadas  por  ser  d4 
menos  produ&os  :  que  tratasen  de  aumentar  laceria  de 
ganados  estantes ,  que  producen  la  lana  que  necesita* 

mos  para  nuestras  fábricas,  y  para  las  que  se  deben  esta- 
ble- 


^58  , 

biecer  $  con  lo  qüal ,  al  mismo  tiempo  se  conseguiría  mas 

abundancia  de  carnes  para  los  abastos  públicos  á  precios 
cómodos,  y  no   tendríamos  necesidad  de  recurrir  á  los 
ganados  transhumantes ,  que  son  de  inferior  calidad^,  y 
nos  librariainos  de  la  contingencia,  á  que  hemos  estado 
expuestos ,  de  buscarlas  en  el  Afirica  ,  para  abastecer  el 
reynó.  Y  analmente,  para  que  destinando  las  tierras  que 
de  estas  clases  quedasen  sobrantes  á  la  siembra  de  vcUo^ 
ta. ,  y  nuevos  plantíos  en  la  forma  y  modo  que  se  previo 
ne  en  las  ordenanzas  y  órdenes  Reales  ,  se  criasen  moa^ 
tes  (de  que  hay  mucha  escasez ,  y  no  poco  riesgo.de  su 
falta),  para  fabricar  el  carbón  para  el  abasto  de  esta 
Corte  y  cuyo  objeto  ha.  merecido  de  algunos  siglos  á  es^ 
ta  parte  la  mayor  recomendación ,  porque  sin.  este  ge* 
ñero  tan  preciso  no  puede  subsistir  Madrid  >  porque 
siendo  el  consnmp  muy  considerable ,  no  acudiendo  al 
reparo  ,  y  á  estrechar  las  providencias  para  el  aumenta 
y  conservación  ,  se  puede  temer  nos  veamos  en  la  pre-* 
cisión  de  pagarlo  á  precios  extraordinarios ,  porque  será 
forzoso  conducirle  i  mucha  distancia  ,  y  que  los  portes 
se  hagan  intolerables,  si  no^e  templaren  antes  á  benefi* 
ció  del  proyedo  de  canales;  por  lo  que,  y  por  las  demás 
conveniencias  que  se  proponen ,  y  se  hacen  demostra-» 
bles,  parece  que  debe  coadyuvarse  para  que  tío  se  .re« 
tarde  su.  execucion  y  pues  de  lo  contrario  se  puede  rece^ 
lar  no  solo  las  contingencias  insinuadas  en  orden  al  car* 
bon  ,  sino  también  en  todo  lo  demás  que  se  consume  en 
esta  Corte ,  y  viene  de  acarreo ,  como  se  experioíentó 
en  los  años  de  1753  y  54,. que  por  la  falta  de  pastos  y 
ganados  vacunos ,  se  alteraron  todos  los  géneros ,  y  hu<« 
bo  escasez  jde  ellos,  sin  que  sirviesen  para  remediarlo Jo^ 
gravísimos  perjuicios  que  padecieron  los  pueblos  con  Los 
apremios  parji  los  transportes. 

Con  estas  insinuaciones ,  y  señaladamente  con  la 

crea< 


cr¿lcíon  *¿t  h  Secretaría  Universal ,  y  aumento  de  Mi» 
nistros  Provinciales  $  con  la  separación  de  los  empeños 
de  establecer  en  lo  sucesivo  por  cuenta  déla  Real  Ha* 
cienda  asuntos  ,  que  no  sean  dignos  de  la  regia  autorír 
dads  con  ta  promoción  de  canales;  con  la  vigilancia  en 
los  minerales  5  con  los  medios  de  economía  que  did;e  la 
prudencia^  en  orden  á  variar  el  método  de  la  dispensa* 
cion  de  auxilios  $  con  la  enmienda  de  los  mecánicos  de^ 
fcdos  de  nuestras  fábricas;  con  la  formación  de  ordenan* 
¿as  nuevas  y  generales  para  todas  ,  y  cada  una  de  las 
facultades  que  existen,  y  se  aumentaren ;  con  la  creación 
de  inspefiores  de  inteligencia  pata  los  fines  propuestos! 
con  la  continuada  protección  del  Soberano ;  y  con  el  co* 
nacimiento  en  fin  que  pueden  producir  Ists  máximas  de 
comercio  I  que  en  varias  ocasiones  se  han  dado  ál  pübll- 
co  por  naturales  y  extranjeros  >  se  puede  esperar  proba^ 
blemente,  que  nuestro  tráfico  florezca ,  y  logre  las  ven- 
tajas de  hacerse  adivo;  que  se  establezcan  las  manufac^ 
turas  que  nos  faltan ;  y  que  el  rey  no  consiga  el  estado  de 
la  abundancia  y  felicidad.;  pues  aunque  algunos  autores 
han  declarado  muchas  importantísimas  ideas  para  hacer 
el  comercio  con  utilidad  ^  y  han  ponderado  la.conve^ 
niencia  de  las  manu&duras .  propias  ,  como  ninguno  hi 
manifestado  las  reglas  peculiares  de  manejarlas,  ni  me- 
nos los  defe&os  que  han  imposibilitado  su  perfección,  por 
ñas  que  se  ha  trabajado  en  el  asunto ,  no  sé  ha  podido 
conseguir.' Y  paca  que  en  addante  no  obste  la  falta  de 
estas  noticias  ,  las  sacrifica  el  autor  con  el  m^si  ardiente 
zelc,  con  el  deseo  del  aprovechamiento^  y  con.  el  de 
que  esta  Monarquía  logre  de  todas  las  ventajas,  que  tie- 
ne proporción  j  el  Soberano  la  intención  de  beneficiar  sus 
vasallos  '^  y  éstos  los  alivios  de  c(tie  carecen  >  y  de  que 

ks  ha  {iriiádo  el  exrior ,  que  sei  ha  notado  ¿n  la  elección 

de 


i'6o 

de  los  medios  ([ilc  pnsierón  los  que  por  sútnlelegacíótí 
han  manejado  estos  negocios  $  pues  debiendo  haber  ios* 
pirado  para  que  se  empezase  por  los  cimientos  para  Ii 
solidez ,  como  buenos  artífices ,  se  desviaron  de  ellos,  to- 
mándolos al  contrarios  no  con  Intención  perjudicial ,  si^ 
no  con  impericia ,  por  haberles  faltado  la  prádica ,  y  so* 
brado  lá  satisfacción ;  y  por  esto  no  prodúxeron  los  efec**- 
tos  favorables ,  que  se  esperaban  de  las  providenciase  las 
que  si  no  se  enmendaren  á  vista  de  los  escarmientoS|^ 
dirigiéndolas  desde  la  raíz  par^  corregir  los  vicios  en  el 
origen ,  como  se  insinúa ,  se  puede  temer  una  continuar 
clon  ,  que  nos  constituya  en  el  mas  deplorable  es«» 
tado. 

Bien  quisiera  el  autor  haber  encontrado  un  medio 
de  darse  á  entender  ,  que  no  fuera  tan  prolixoi  para  no 
molestar  >  que  las  especies ,  que  sinceramente  propone, 
se  apadrinaran  con  tanta  eficacia  ,  qual  es  el  zelo  con 
que  las  insinúa  >  que  el  estado  de  estos  negocios  no  se 
hubiera  puesto  en  términos  tan  espinosos  y  desabridos^ 
para  que  llamase  la  curiosidad  á  la  inclinación,  y  esta  á 
la  atención,  á  fin  de  desterrar  los  ineficaces  medios  de 
que  se  han  servido  por  perjudiciales ,  y  que  se  abrigasen 
los  que  espera ,  ó  lo  que  de  ellos  pareciere ,  por  consistir 
en  su  observancia  la  felicidad  de  esta  Monarquía »  pero 
como  ni  su  ingenio  es  tan  poderoso  como  su  voluntad^ 
ni  su  espíritu  excede  de  una  regularidad,  se.explica  sin 
artificio,  y  con  naturalidad  en  la  forma  que  lo  com<- 
prebende  ,  y  que  se  alegrara  lo  concibieran  así  todos, 
para  lograr  la  satisfacción  de  la  uniformidad  de  pensar 
mlentos,  y  para  que  la  superioridad  no  difiriese  las  ope** 
iraciones ,  y  providencias  relativas  al  logro  de  esta  im- 
portancia ,  á  fin*  de  que  esta  Monarquía  consiguiese  por 
codos  rumbos  la  emulación  de  las  demás  de  Europa,  ea 

que 


qne  como  fiel  individuo  se  interesa  por  el  amor  á  la  pa- 
tríar>,*y  por  la  obligación  en  que  está  constituido  de 
procurar  el  mejor  seryicio  del  Rey ,  de  cuya  sabia ,  ge* 
nerosa  piedad  i  y  de  la  de  sus  prudentes  Ministros  es- 
pera el  disimulo  de  todas  los  expresiones ,  que  no  fueren 
conformes  á  la  modátia  que  debe ,  y  profesa;  porque  tal 
vez  el  sentimiento  de  las  disparidades  suele  arrebatar  el 
TJzXxi  del  que  las  maniñesta}  pero  no  siendo  con  el  ánimo 
de  ofender  (como  lo  protexta),  sino  con  intención  de 
noticiar  para  precaver  ^  reitera  rendidamente  la  súplica 
para  la  dispensa*. 


rm.XL  X  ^^ 


«  I 


INSTRUCCIÓN 

QUÉ  SE  DIO 

AL  SEÑOR  FELIPE  QUARTO, 

SOBRE 


MATERIAS  D£l4  GOBIERNO  DE  ESTOS  REYKOS   Y  SU3 

AQREGAIX)S^ 

NOTA     DEL,     EDITOR^ 

JLtf  as  obras  como  la  presente  llevan  asegurados  los  elo- 
gios de  los  sábios«  La  libertad  chrlstiana ,  la  refinada  po- 
lítica ,  y  la  pura  intención  con  que  procura  instruir  su 
autor  en  los  delicados  puntos  que  trata ,  al  graa  Monar- 
ca para  quien  la  hizo  y  la  dieron  toda  la  estimación  de 
que  es  digna  ,^  como  lo  acreditan  las  Infinitas  copias  que 
de  ella  se  sacaron  ^  y  conservan  los  que  conocen  su 
nic'rito* 

La  lastima  es  ^  que  no  sepamos  con  certeza  quien 
fue  su  verdadero  autor«  Unos  la  atribuyen  al  Conde- 
Duque  de  Olivares  ,•  y  otros  al  Príncipe  de  Stigliano. 
Los  primeros  y  los  segundos  apoyan  su  didámen  sobre 
tan  débiles  fundamentos ,  que  quedan  arruinados  al  im- 
pulso de  una  prudente  reflexión.  Si  esta  obra  se  formó 
de  orden  del  señor  Rey  Don  Felipe  IV.^,  y  al  principio 
de  su  reynado  para  su  instrucción  ;  si  está  dispuesta  por 
.una  consumada  experiencia,  por  un  práftico  y  constan- 

/  •       '^  te 


15} 

te  conocimiento  de  las  cosas  que  refiere :  y  $1  <^tas  en 
fin  9  son  las  mas  sagradas  de  la  Monarquía  » ¿  que  expe^ 
rienda ,  que  prádlca  pudiera  tener  de  ellas  el  Conde-* 
Duque  y  siendo  un  joven  que  empezó  á  ser  Privado  qua* 
si  al  mismo  tiempo  que  Fdipe  Rey  ?  ¿NI  cómo  S.  M.  iia« 
bia  de  hacer  un  encargo  de  esta  naturaleza  á  persona^ 
cuya  literatura  ^  años  y  experiencia  ^  no  pudiesen  asegu-^ 
razie  de' su  exádo  cumplimiento? 

Pero  aún  suponiendo  que  liubiese  sido  autor  de  es-^ 
ta  obra  el  Conde-Duque  j  i  es  creíble  que  lo  hubiese 
callado  el  Conde  de  la  Roca  ^ü  panegirista ,  mas  que 
historiador?  Si  otros  rasgos  de  su  hecoe  ,  que  se  repu* 
tan  por  de  poco  mérito  ^  los  preconiza,  y  eleva  con  sin* 
guiares  elogios:  i  no  era  natural  que  siendo  suyo  ,  hu« 
biese  celebrado  este  con  igual  exageración?  Pues  ni  aún  le 
nombra  en  los Fr aumentes lfisfork^i^q\xocomf\x$oáclCon^ 
de^Duque  ,  y  publicamos  en  el  tomo  II.  de  nuestro 
Periódicos  y  esca  es  la  prueba  mas  autentica  de  que  no 
fue  autor  de  la  obra  presente. 

Menos  lo  pudo  ser  el  Príncipe  de  Stigliano  y  porque 
Ai^en  la  historia  y  ni  fuera  de  ella ,  se  nos  presenta  el 
menor  documente  por  donde  conste  >  que  este  señor  fue* 
se  capaz  de  producir  el  escrito  en  qucstiohi  y  menos  que 
el  Rey  se  le  encargase.  Y  pues  en  las  dudas  como  la  pre- 
sente pueden  opinar  todos ,  somos  de  didámen  ^  que  el 
verdadero  autor  de  esta  obra  fue  el  Uustríslmo  señor  Don 
Garceran  Alvanel ,  Arzobispo  de  Granada ,  y  nos  fun- 
dsTmos  en  las  razones  ^guientes. 

Debemos  suponer  que  este  esclarecido  sugeto  fue  muy 
dodo  en  las  sagradas  letras ,  y  en  las  lenguas  Latina^ 
Griega  y  Hebrea  :  que  el  señor  Don  Felipe  IlL^  cono- 
ciendo sp  vasta  literatura ,  su  delicada  política,  su  sobresa» 
Üente  virtud ,  y  profundo  conocimiento  en  las  regalías» 

Xa  y. 


í^4  ,  ,  ,^    ' 

y  en  todo  lo  eias  Intensante  a  la  Monarquía  /lo  cügió 

para  Maestro  de  su  hijo  el  sc5or  Felipe  lY.^  :  que  le  dló 

la  Abadía  de  Alcajá  Ja  B^eal ,  y  á  su  consequencla  la  oii- 

tra  de  Granada.  Que  lo  primero  que  escribió  para  la  ins* 

tracción  del  Príncipe  t  ^^e  una  historia  sagrada  de  la 

Biblia ,  que  existe  MS^  en  el  Arciiivo  de  la  Colegiata 

del  Sacro  Monte  de^aquelU  dudad  :.  que  Don  Nicolás 

Antonio  le  atribuye  un  Panegírica  á  Las  bodas  de  sa 

gran  discípulo  con  U  Sercnjsima  Señora  Isabel  de  Bor- 

bon  :  y  que  en  fin  S«  M.  le  profeso  constantemente  amor 

hasta  su  loucrte » que  fue  á  los  6^  años  de  su  edad,. en  el 

de  16.2Ó  i  10  4i^s  del  mes  de  Mayo*. 

Estas  poderqsas  rabones  ;  la  saiisfa^cion  con  c^ 

oyó  Felipe  siempre  los  documentos  tie  su  Maestro  >  y 

el  conocimiento  sobresaliente  que  adquirió  coa  ellos^ 

parece  que  manifiestan  claramente  j.  que  solo  á  este  y 

noiá  orra,  coz^ñaria  una  obra  como  la  presente  v  poj> 

(|uje  ¿quien  mejor  que  aquel  que habia  empleado lan^. 

ro  amor  y  desvelo  en  su.  instrucción  ^  podría  darseU 

mas  seguja  y  verdadera  y  clara  ^  en  quanco  le  encargase 

para  el  mejpr  gobierno  de  sus  vastos  dominios?  A  Felipe* 

le  constaba  la  profunda  sabiduría  ,  y  recomendable 

virtud  de  suMacstraj  y  que  le  había  imbuido  en  todas 

aquellas  máximas  ^  que  forman  á  los  Príncipes  con^  eátos 

dos  gloriosos  distintivos,  ¿rPues  de  qui^n  se  yaldda  me.-» 

)vt  para  Ilustrarse  en  las  cosas  mas  elevadas  y  y  recon^ 

ditas  de  su  rey  no  ^  que  de  aquel  que.  habk  puesta  tanta 

cuidado,  atención  y  zelo  en  educarle  e  instruirle  ?  Así 

lo  áiGtz  la  rasan  í  y  se  fortifica  asas  á  vista  de  que  aun 

estando  Don  Garceran  cuidando  en  Granada  del  pasto 

espiritual  de  sus  ovejas  ,  ningún  caso  grave  ocurrió  i 

aquel  gran  Monarca  ^  que  uo  le  consultase  ^  siguiendo 

en  todo  su  di¿lánayen» 


V    <    •    ■      «  t  • 


26$ 

Últimamente  Felipe  IV/  mando  escribir  la  citada 
obra,  apenas  tonió'pQis^ioa  del  trmio»  Hallábase  toda- 
vía quasi  oyendo  los  sabios  preceptos  de  su  dodo  Macs* 
tro :  ¿  luego  no  es  niuy  verosímil ,  que  á  esce  y  R0  á 
otro  la  encargase  y  teniendo  de  el  toda:  aquella  confian^ 
za  >que  cií^n  la  educación. de  algunos  anos ,  y  elamoi 
que  se  engendra  ,eni¿lLos  lAsílocrecmo^f  y.  situí  ni 
tuviere  fortalecido  nd^tro<  parecer  coa  todas  las  cir^ 
cunsjtancias  competentes  para  tenerle  por  cieno  >  le  de^ 
pondremos  gustoso^  siempre  que  se. nos  prcsentq  otro  qaas 
sólido  y  justificado.        .    .    i. ,   i  • .  . .     !i  .,.r .  >;  i,kj^íJ 

AL  REV  NUESTRO r^SEÑOIU 

SEÑOR; 

a  ob^ecímiento  de  iaquo^  V.  M^  ^  digno  fitamiar}^  . 

Híc  f  pongo,  con  todQ.];esp€t<^  y  «voluntad  AL»  R.  P.  de 

Y..M.esos  borrones  s  asegnrt^ndo  á  V.  M.que  spiy  produ- 

cidos  de  mi  lealtad ,  y  dispuestos  segunJo  poco-  que  al^ 

<anza  la  experiencia  de  mis  a&os.  fi^epito^scñoi^  que  so» 

borrones.^  pero  que  pueden ;tnmuir  mucho  ,d  gc^ft  ca^ 

tendimiooio  de  V.  M;  Riconozcalos  bien  V.  Jid..,  ^alos 

ranchas. veces  ^  sin  permitir  qtie  pero  alguno  Ihs  ^xámi^ 

ne ,  y  tome  conocimiento  de  elloS|  para  que  no  se  publi-- 

quen  >que  entonces  mas  servirán  de  daño  que  de  pro^ 

.VMho  $/pero  seráial  conirario ,  sbV:  M;  lofrgua^da^  pavsi  . 

Vy'<y]iíS¡BL^tllQ$tn  ios  tieiApos,  scasDs>  ryieoii  la<'prtia 

dcnctárcon  queíadornó  el  Cielo  á'V.M..£ntbhces' se  ve^ 

¿i  claro  su  fkotQ.  >.  y  V.  M.  logrará  los  aplausos  y  glo^ 

lia  que  le  desea.  =  Señor  =  su  mas  iealivásaUb^  y  sen* 

dkio  criado- =:       .  ,     i*  '.^  ■*.  :rj  'iínr/l  ; 

i.  :i  *   *  Es- 


l66 


f 


xlísta  Instrucción ,  que  tiene  por  objeto  la  de  Y.  M. 
sobre  las  materias  de  gobierno  de  esto$  sus  reynos ,  y  de 
los  agregados ,:  la  divido  por  las  clases  ¿4  los  yasallos  ^  de 
los  Co6se|p$  y^  TiibHoaLK  de  V.  M.  j  para  que  se  adüc 
por  menor  do  todas  las  xirquascs^cías  de  cada  uno  ,  y  k 
su  conseqüencia  entienda  á  fondo  lo  que  á  cada  uno  cor* 
responde,  y  ei  modo  de  conducirse  con  todos.  Entre  ellos- 
d^be  ocupar  el  primer  lugar  el  == 


El  brazo  Eclesiástico  (que  puede  y  debe  considerar* 
se  por  la  piedad  de  la  Religión  el  primero)  llego  á  creer 
qae  es  jin  duda  hoy  él  mas  poderoso  en  riquezas  \  cea-^. 
tas  y  posesiones-  9  y  temo  00  solamente  que  es  el  mas  rt« 
co,  sino  que  ha  de  reducir  y  traer  á  sí  toda  la  substancia 
4e  estos  reynos  enteramente  s  y  aunque  es  el  inconve- 
nknte  taa  dañoso  y  y  de  tan  grave  perjuicio  como  se  de- 
i  X4  entender^  pox.la  circunspección  y  atención  grande 
I  «od  que  ^é  jdebe  proceder  en  las  cosas  eclesiásticas  j  Ue-^ 
gá  a  ser  ei.  negocio  mayor ,  y  de  mas  cuidado  que  V.  M^ 
tiene  en  lo  interior  de  sus  reynos  ^  porque  sin  duda  mi- 
sará lacoasetvaciondel  todo,  y  hay  en  el  por  las  circuns* 
tatiaai  que  he  referido  ^  suma  dificultad  para  elre^i 
medio,  i  y  .siendo  cosa  de  tan  grande  ¡mporca»ciai(cpma 
«  cierta)  V.  M. .  no  puede ,  ni  debe  apartar  los  t^os  de 
I  procurarle  el  remedio  eficaz  y  pronto  con  la  debida 
atención  á  liai  piedad  de  la  materia». 

También  es  cierto,  que  no  puede V,  M.  resolver,  la  cu* 
I  ra  ySin  maduro  consejo  de  Ministros  christianosydo&os  y 
grandes  >  y  yo  me  contentare  en  este  papel  con  advertir  al 

cea^ 


Dial  átiitno  4$.V«  M,  €$te  daño  que  amenaza  ,  y  el  oo 
pequeño  que  se  experiipenta  hpy  ^  con  jplor  de  los  que 
¿esean  el  ¿icn  pübiko  de  estos  rey  nos  ^  y  jnayor  sccvkl 

Con  lo  que  he  apuntada  ^  habrá  conocido  V.  M.  lo 
que  coovleae  el  procurar  gobernarse  con  el  conartifício, 
procuraoda  tenerlos  gustosos  y  contentos^  como  .gente 
que.ticne  »  y  reconoce  tanta  dependencia  d¿ÍQS.  Eootifi-i 
ees  I  aún  en  las  materias  temporales»  Y  si  bien  contribut 
yen  con  muchos  servicios  particulares  á  Y.  M.  y  á  los: 
Generales  %  lo  uno  y  lo  otro  por  concesión  de  los  sumos; ) 
Pontífices  y. todavía  hay  allí  substancia  para  gran.partd 
del  remedio  de  las  necesidades  de  Y:  M»  si  los  sumos^ 
Pontífices  quieren  I  y  ellos  no  se  oponen^  Conviene  sicm^ 
pre  favorecerlos  mucho  en  lo  público  ^  así  por  lo  que  se 
debe  á  su.  dignidad  y  piedad  religiosa  i  como  por  pro^ 
curar  tenerlos  gustosos  >  y  bien  afedos  p  para  quei  na. 
resistan  las  negociaciones  ^  que  se  hicieren  coa  los  sumos 
•Pontífices  ,       . 

Las  elecciones,  deben  ser  con  mayor  atención  á  Ist 
virtud  propia  ,  que  á  ningunas  otras  de  las  que  Y.  M. 
hiciere,  por  ser  tanto  mayor  su  ministerioa  Y  aunque, 
se  debe  ir  con  esta  consideraciorv  para  la$  menores  dig- 
nidades $  donde  viene  á  ser  mas  indispensable  el  desnu- 
darse  Y»  M*  de  todos  respcftos.  y  consideraciones  ^  y 
poner  los  ojos  solamente  en  la  virtud  personal  y  buen, 
exeinplo  y  acertado  gobierno  eclesiástico  ^es  en  la  elec- 
ción de  los  Obj^pos  y  Arzobispos  >  no  considerando 
para  esto  los  puestos  mayores  en  que  se  hal!en  >  sino 
haciendo  eximen  solamente  de  lo  que  he  dicbo^como 
íY,  M*  (  Diosle  guarde)  lo  ha  executado.cn  muchas  oca* 
siones  i  de  oíanera»  señor  ,  que  lo  que  se  me  ofrece  que 
advertir  á  Y»  M«^  de  esta  del  brazo  eclesiástico  es,  que 
jCS  el  mas  rico  de  los  reynos  de  Y.  M.  ^  y  que  lleva  camina 

de 


1 


i69 

de  ser  ducfio  de  todo  5  que  es  punto  de  graves  {accwvc- 
iiientes  tioy  $  que  adelante  se  ceconece  ,  que  podria^  ser 
la  destrucción  de  ellos  s.que  es  necesario  ei  re«M:dio  proiv- 
to  y  piadoso  ,  comunicado  con  personas  graves  $  que 
conviene  tener  gustoso  y  honrado  este  brazo «  por  lo  que 
se  debe  á  su  dignidad^  como  por  lo  que  podriá  ayudvici 
que  se  debe  atender  en  el  repartimiento  de  estas  digni* 
dades  i  la  virtud  propia  solamente  ^  y  mas  en  las  Pcelacías 
mayores. 

Son  buenos  para  Visitadores  por  hacerlos  mas  libres 
su  mayor  independencia  y  comodidad.  En  las  Presidencias 
han  probado  bien  algunos^parcicularmente^n  lasChan* 
cillcrías  (donde  casi  se  -ha -sentado  que  ló  ha yan  de  ser)^ 
y  no  hay  Juda  sloo  que  es  calidad  conveníeotei  concuc**- 
riendo  las  principales;  y  en  la  de  Castilla  también  se  han 
experimentado  buenos  efedos.  Esto  no  ha  de  ser  regla 
general;  pero  no  hay  duda  sino  que  se  sigue  gran  conve- 
niencia al  servicio  de  V.  M. ,  de  que  la  persoAa  que  ocit« 
pare  este  puesto ,  sea  siempre  la  mas  probada  en  virtud,»^ 
ontereza^  y  independiente  que  se  pudiere  hallar* 

No  discurro  por  menor  en  este  brazo  ^  por  no  tener 
la  distinción  de  los  otros ,  ni  saber  en  el  mas  puntos  de 
gobierno  que  toquen  á  V.  M..  de  los  que  aquí  he  apun« 
t^o^  y  no  son  tan  fáciles,  que  quando  V.  M.  mandare 
que  se  trate  de  ellos ,  no  haya  menester  mucha  especar 
lacion  y  y  conferencia  para  ajustados. 

Sitiorn  Infémtes  de  Castilla. 

Consta  el  buen  gobierno  de  estos  reynos  de  mucbos 
cabos  diferentes  I  de  que  conviene  tratar  por  menor ,  se* 
gun  el  presente  estado  en  que  se  hallan  »  que  por  núes*' 
tros  pecados  es  por  ventura  el  peor  de  el  en  *<jtte  se  faaa 
visto  jamas. 


1^9 

Ija  nobleza  sd  compone  éc  (os  lofahtés  /  Grandes^ 
Señores  I  Caballeros  e  Hijosdalgo.  ^    ^ 

, ..  Conviene  macho  que  ios  lafiín^esüíab  estimados  ,  y 
respetados  mucho  de  codos  los  otros  vasallos  Grandes,  y. 
no  Giandei »  y  aunque  en  estes  rey  nos  no  se  han  visto 
jatnas  tra fados  como  hoy  ,  j  es  dd  ^secvkio  de  Y.  M. 
que  9ea;^í|  porque  con  estacón  buen  pretexto  ,  y  blan-* 
dura  se  humilla^  ios  Grandes  (:  brazo  que  en  otro  tíem« 
po  con  dificultad  :se  doblaba  á  los  mismos  Reyes  )>  pero 
;untamente  con  esto  es. menester ,  que  se  cuide  mucho 
de  que  su  sumisión  á  ios  Reyes  sea  sin  ninguna  diferen- 
cia ¿la  del  mas  particular  vasallos  y,  aunque  en  los 
asientos  y  lugares  tienen  $an  gran  desigualdad  ^  todavía: 
en  las  .demás  cosas  se  püecte^ajusíar  la^sumisionj  de  ma- 
nera ,  que  baste  como  V»  M.  lo  pradíca  hoy  con  sus 
herinaríos  i^  que  mostrándoles  náucho^  amor  én  algunas 
cosas  9  les  hace  menos  cQrtesia'que(¿  muchos  vasallos  i  jr 
asi  es  con  veniente  9  y  siempre  necesaria  estar  con  exf 
uaordinaxi'á.  atención  y""  y  sin  jdescuidarse. en  nada,  que 
sea  consentirles  ninguna  falta  de  respeto  ,  ni  disimular 
la  menbr  desobediencia )  porque  en  consintiendo  unai 
se  pa:derá.infinlto  >  y  se  aventuran  grave$  daños* 

Hasele&ide  poner:  criados  medianos  á'ios  Infantes, 
que  ni  por  pocas  obligáccones  río  tengan  que  aven  turar, 
sil  por  machas  osen  deJntentar  cosas  grandes  con  torci- 
dos fines,. y  cacar  con.  mucha  atención  mirándoles  á  las 
manos ,  y  .que  ellos  lo  entiendan  así ,  castigando  con  se^ 
vecidad  los  menores  asomos ,  sin  que  haya  dispensación 
pdr  ningün  accidente  ;  y  es  menester  que  sepan-,  rque^o 
les  ha  áe  costar /menos  que  ta  cabeza.^  y^  echaif'  alguna 
abaxo  para  asegurar  las  de  todos  ^  y  c;$€armentaráh  pá*^ 
ra  adelante  cómo  conviene.  Y.  vuelvo  á[  decir  áV«  M.^ 
que  este  es  punto  de  que  V.  M.  no  debe  descuidar  nun^ 
ca  ,  sino  tener  á  todas  horas  puestos  los  o|o8  en  el ,  con 
y'.irom.Xl.  Y  la 


U  mcmotla  de  los  Incoh venientes  grandes  ,  que  se  han 
seguido  en  estos  reynos ,  de  no  estar  siempre  velando 
en  ^atajar  los  daños  j  que  por  esta  via  pueden  ofre- 
cerse. 

Conviene  totalmente  cerrarles  y  prohibirles  la  co- 
municación de  los  Grandes  y  Ministros  de  importancia, 
fuera.de  los  confidentes  y  favorecidos  deV.  M»,  y  ento-^ 
do  vivir,  con  suma  atención  y  vigilancia ,  para  que  esta 
comunicación  no  pueda  ser  aún  por  terceras  personas, 
totalmente  independientes  de  V.:  AL ,  ó  de  sus  Ministros 
favorecidos  ,  porque  no  puedan'  intentar  tener  favot 
por  otroxamino  ,  pareciendoles  que  sin  aventurarse  ,  le 
tienen  del  Vaiida  de  V.  M*  5  con  lo  qual  se  preyie-. 
nen  eri  qaahto  es  posible  los  daños  que  se  podrían 
seguir. 

£1  darles  V.  M.  hacienda,  ha  de  ser  con  limitación; 
pero  no  con  miseria  ^  y  siempre  tener  cuidado  de  que 
por  otra  mano  ninguna  no  se  iessocorra,  y  prohibirlo  con 
toda  fuerza  en  las  instrucciones,  que  se  dieren  á  sus 
criados. 

.  Y  sobre  todos  estos  medios  ( que  son  los  que  la  pru«^ 
dencia  enseña  ^  id  mejor,  y  mas  aeert^adb  para:,  la.,  segu-^ 
^tdftd'^  y  cohvemcncil.delserVicioide' V.M.^^seri^ro- 
puxat  acomsodarkís^rcon  la  grandeza  que  se  debe,  á  sus 
prcrsonas.^  en  otra^ /provincias  y  reynos  ^  que  noisean  de 
V.  M.  por  via  de  casamiento  ,  y  entretanto  tenerlos  á  la 
isano  lo  mas  cerca  que  sea  posible  ,  como  y«  M.  lo  ha<^ 
ce  j  y  <:im  los  brazosi  abiete;  pai a.ampararkB  >  pero  siem- 
pre con  el  freno  en  la  maoo  para*  contenerlos  en  los 
límites  de  la  obediencia. y  deb  cespeDo.  Y  cstc^  señor ,  :es 
el  primer  punto  t  y  el  mas  importante  de  quantos  pue- 
den o&ecerse  y  y  miren  á  la  conservación  de  la  dignidad 
yi  Autoridad  de  y  ¿M»!  ..    /^  -      ...  .. 

El 


r 

••A 


* 


171 


GfámUi  de  Castilla. 


El  segundo  lugar  de  la  nobleza  le  ocupan  los  seño^ 
tes  de  Castilla  Grandes ,  y  los^  tratados  como  ule»  $  y 
aunque  hay .  algunos  en  losb  tt at ado^  como  Gsaodes  .^  que 
ea  renta » grandesea  :df  esdados  'y  y  xalidad  pecsoat  1  >  igua«  - 
lan  á  lo  otrosy  en  la  primera  sassoá  e^  que:  se  hizo  esta 
distinción  y  no  se  hallaban  en  esta  altura. 

Esta  diferencia  se  empezó  á  practicar  en  quanto  á  la  * 
cobertura^  desde  el  tiempo  del  señor  Rey  Felipe  el  pri- 
mero y  tatacabueló  idc  V«  AL }  y  atmque  ^  ei^ .  los  honores 
particulares,  que  láeciben.en  las<actas ,  y  en  presencia  de* 
y.  M.  quedan  tan  desiguales  á  los  bttte  señores  de  Cas-* 
tilla  j  todavía  hay  muchas  casas  en  ella  y  que  en  estima* 
cion  y  punto  no  ceden  á  las  otras  que  se  cubren  ,  y  no 
con  poco  fundamento  .de  xaadnV  ni/coqvcniencia  de* 

Llegó,  señor ,  el  poder  de  los  Grandes  tn:tiempo ,de 
los  señores  antecesores  de  V.  AL  á  estado ,  que  alguna 
vez  dio  cuidado  i  y  puedo  con  razón  decir ,  que  aun- 
que «1  señor  Rey  Don  Edipe  IL^  abuelo  de  V,  AL  ,  se 
halló  pn  estado  que  pudo  descuidar  justamente  de  este 
inconveniente ,  todavía  le  pareció  bien  baxarlos .  mas, 
y  siguiendo  el  exemplo  del  señor  Rey  Católico  en  la  ins- 
titución de  los  letrados  ,  les  pus^  togas ,  dio  autoridad 
y  mano  en  eLgobierno,  y  en  la  justicia :  de  manera ,  que 
á  upoi  con  embaxadas ,  y  ocasión  de  gastos ,  y  i  otros 
'con  la  mano d^  estos  Ministro&,. tes  rcduxo  á  tan  gran 
earga  de  haciendas ,  que  aunque  su  heredada  lealud, 
y  muchas  obligaciones  no  les  obligara  á  la  sumisiont 
observancia  y  puntualidad  en  obediencia  á  las  reales 
órdenes,  les  fiseta forzoso  d  <no  alzas  cabeza  por  falta 

éc:  tu(^cnda. grande,  áqpe  se  reduxerpn*  Esta  se  ha  ido 

Ya  con-? 


continuando  con  las  ocasiones  de  gastos  que  se  ofrecen 
siemprCiY  las  ñestas  grandes  y  continuas*  La  materia  del 
Estado  está  en  lo  que  mira  al  gobierno  interior  ^  sin  los 
ineonveniéntcs  grandes  que  se  experimentaron  quando 
esto  no  estaba  en  este  estado  ,  y  por  los  que  hoy  se  ex* 
perimentan  en  otras  provincias  donde  están  poderosos; 
y  en  Ingiatarracotí  este  recelo  les  quitaron  enteramente 
todos  los  vasallos  y  jurisdicciones.        . 

£n  esto  debe  V.  M.  tener  gran  atención ,  y  prócu-. 
rar  atajar  la  sobra  de  hacienda  de  qualquiera  por  los  me- 
dios mismos ,  que  como  he  dicho  á  V«  M« ,  io  hizo  el  scr 
ñor  Don  Felipe  11;^,,  y  el  señor  Rey  Católico  $  pero  esta 
intención  no  la  ha  de  mostrar V.M.,  ni  darlo  á  entender  á 
ninguna  persona  ni  Ministro  por  ningún  accidente ,  por* 
que  por  ventura  se  argüirá  á  sobrado  recato  $  pero  con  el 
gobierno  político  ningún  cuidado  es  afedacion, 

£s  biea  queV.  M.  los  honre ,  y  guarde  sus  pree«9 
minencias ,  y  que  en  el  rostro  d¿  V.  hL  hallen  blandu- 
tsi,  y  buena  acogida ^  quando  ño  haya  particulares  ra* 
2ones  para  torcerle  ^  pero  generalmente  eonviene  mu- 
cho tenerlos  gratoS)  que  comoV.  M.  ha  visto,  los  caminos 
de  alejarlos ,  de  que  usaba  el  séñoír  Don  Felipe  11.^  eran 
tales  9  que  sin  poderse  ellos  quejar  >  sino  antes/  quíedat 
agradecidos^  se  cbhseguia  el  fin  $  pues  con  las  embaxar 
das,  y  con  las  jornadas  honrosas  »  venia  á  ponerlos  en 
aquel  estado  ^  y  por  la.  mano  de  la  justida,  no  pudiendo 
ellos  juzgar ,  que  venia  de  la  mano  del  Rey. 

Como  son  las  primeras  .personas  de  CastiUa  ^  después 
de  los  señores  Inñintes  i  es  conveniente  gpbetnarse  con 
illas  en  la  misma  forma  ,  favoccqiendoios  i  peso  siempre 
ja  rienda  en  la  mano  ,  sin  déxar  á  ninguno  crecer  .dema« 
siada  Y  confieso  á  Y.  M.  que  aunque  esto  tocará  .á  al- 
-gunos  que  estimo  por  las  kyes  de  úaturáJesa  y  sangre» 
«s6  mfsmo  me  obliga  á  decir  con  mas  eutqeu ,.  y  j)ucv- 

tua- 


^ 

%«      «• 


173 
tiíalldad  á  Y.  M.  lo  que  em  este  punta  juzgo  que  ^e  de^     ^ 

be  hacer» 

Por  las  razones  dichas  tengo  por  desconveniente  el  po« 
nef  los  en  oficios  grandes^  así  de  la  justicia  como  de  la  casa 
y  de  la  hacienda  >  pero  esta  regla  no  ha  de  ser  tan  gene- 
tal  I  que  en  muchos  casos  no  padezca. excepción,  mas  si 
iV.  M*  atiende  al  gobierno  de  su  abuelo,  rerá  como  ob* 
servaba  esto ,  y  las  manotadas  que  daba  á  algunos  solo 
porque  estaban  muy  arriba,  y  los  habla  puesto  en  gran* 
des  lugares.  No  alabo  esto  postrero  si  no  habia  mas  ra-? 
zon ,  pero  si  habia  alguna ,  bastaba  menos  que  en  otros  so^ 
getos ,  porque  en  los  que  no  son  Grandes  por  nacimien* 
to ,  y  puestos ,  á  qualquiera  desobediencia  parece  que  ti* 
xa  á  la  cabe^ ,  y  así  no  conviene  disimularla. 

Señoras  y  Títuhs. 

£1  tercer  lugar  de  la  nobleza  ocupan  los  Señores  y; 
tTítulos ;  dignidad  tan  grande  en  España  ,  que  se  usó 
para  los  hijos  de  los  Reyes  ,  y  en  esta  estimación  estu* 
yo  en  muchos  tiempos,  hasta  que  empezó  álntroducirse 
en  los  primeros  vasallos  del  rey  no  ,  y  de  aquí  no  des^ 
caecid  en  muchos  años ,  aunque  después  se  fue  abrien- 
do la  puerta  de  manera  ,  que  entraron  muchos,  y  ala 
postre  se  puede  decir  ,  que  estuvo  tan  abierta^  que  no 
quedó  fuera  ninguno ,  que  quiso  entrar  por  ella.  Tal 
fue  la  desestimación  en  que  se  puso  dignidad ,  que  tuvo 
el  lugar  que  he  representado  á  V.  M, ,  np  con  poco  de- 
servicio de  V.  M.  y  de  la  grandeza,  y  autoridad  en  que 
se  debia  poner  este  honor» 

Son  en  el  número  muchos  mas  que  los  Grandes ,  y 

wnque  de  menos  poder ,  todos  juntos  es  sin  duda  que     ^ 

)e  tendrán  itiayor  que  los  Grandes ,  y  por  esto  (como 

di* 


3f74  .         . 

dige  á  V.  M.  en  el  papel  de  los  Grandes) ,  es  muy  cOn-' 

veniente  al  buen  gobierno ,  y  quietud  de  estos  rey*  I 
nos',  .el  ¿onsecvar  la  emulación  entre  los  Señores  y  ' 
Grandes  >  y  aun  sin  mostrar  atención ,  conviene  que 
V.  M.  disimuladamente  de  á  entender  ^  que  estima  á 
ftlgUQíos  «Señores  igualmente  que  á  los  Grandes  ,  y 
qiie.á,  los  mayores  de  ellos  »y  porque  con  esto  se 
conservará  la  autoridad  de  este  honor ,  que  tanto  so 
ha  agraviado  con  la  indignidad  de  los  que  le  han  con** 
seguido  >  y  lo  que  es  mas  considerable  ,  es  d  impedís 
que  no  lleguen  al  rendimiento  en  que  pudieran  estar  poc 
lo  dicho  ^  sino  que  conserven  la  competencia  con  los 
Grandes,  con  la  qual  se  escusa  el  unirse  con  ellos  ;  in- 
conveniente que  pudiera  ser  notable ,  y  eü  esto  debe 
V.  M.  estar  con  muy  particular  atención,  no  desfavore- 
ciendo á  los  Grandes  >  pero  mostrando  estimar  mucho  á 
los  Señores ,  que  siempre  hallará  Y.  M.  entre  ellos  ca- 
sas de  calidad ,  servicios  y  cantidad  de  hacienda  ,  que 
justamente  merezcan  este  favor  sin  parecer  afedadó ,  si-^ 
no  antes  a&o  de  la  justificación  de  V*  M.^ ,  y  de  su  pru«* 
delicia  >  de  donde  nacerá  animar  á  aquellos  ,  y  tem^ 
pías  á -ios  otros  ,. sin  dar  ocasión  de  sentimiento  á 
•ninguno. 

De  esta  gerarquía  de  personas  se  servia  el  señor 
'B.cy  Don  f  elípe  11.^  en  los  oficios  de  su  casa ,  y  en 
otros  puestos  de  Consejos  y  Presidencias ,  porque  como 
e^tá.  dicho  arriba  ,  siendo  el  poder  de  estos  particulares 
•mas  moderado ,  y  ellos  de  menos  séquito,  juz^ba  ha- 
blan  de  estar  mas  atentos  á  su  proceder ,  y  mas  puntua- 
les á  la  execucion  de  las  órdenes,  por  la  facilidad  mayor 
que  hay  en  remover  á  estos  ( quando  no  cumplan  con  lo 
^que  deben),  que  á  los  mas  poderosos.,  y  de  mayores  pa- 
tríenles,  y  no  sojo  se  set\'ia  de  esto^  eo  los:  oficios  de 
-.;>  Gen- 


'75. 
GéntileS'horóbres  de  la  Cámara  y  -Mayordomos  ,  sino 

tambicn  de  sus  hermanos  segundos  y  terceros. 

Debe  Y.  AL  mandar  al  Presidente  de  Castilla ,  y  al 

de  las  Ordenes ,  que  traten  con  particular  estimación  á 

los  Señores  de  Título  y  quando  sus  personas  no  lo  des«> 

merezcan  mucho,  por  que  por  las  consideraciones  dichas^ 

conviene  no  dexarlos  envilecer  por  ningún  caso ,  sino 

conservarlos  para  balanza  del  otro  poder ,  np  ^  mostran«i 

do  de  ninguna  manera  que  se  hace  por  este  fin,  sino  sola« 

mente  por  renovar  la  estimación  que  se  hace  de  esta 

dignidad  eo  la  parte  que  se  pudiese »  y  en  todas  ocasio«i 

nes  le  será  á  Y*  M.  de  grande  socorro  que  le  vean  con 

noticia ,  y  atención  á  autorizar ,  y  estimar  las  casas. quQ 

lo  han  sido  de  Castilla  en.  otros  tiempos* 

No  hay  en  estos  Señores  el  peligro  que  en  los  Gran*' 

des  (como  está  dicho)  >  y  como  tienen  aquella  linea  á 

que  ascender,  les  es  fuprva  esur  por  esto^empr^  con 

mayor  atención ,  y  deseo  de  complacer  á  y.  M;  en  iodci 

con  el  caudal,  y  con. la  buena  sangre,  que  asegatan  mu-s 

cho  los  aciertos  ,  y  si  del  todo  no  es  posible,  se  le  da  por 

k)  menos  el  fiador  mayor  que  hay,  ni  puede  haber  ,  y  es. 

medida  que  viniendo  á  puestos  moderados  no  les  des^. 

convieije  i  ni  es  desprc^fxircionadQ  de  ninguna  maneía  el 

ocupar  los  mayores ::  parte  también  muy  esencial  parai 

hacer  grandes. personas  coa  la  disposición  de  poderlos  ex^ 

perimentar  desde  las  ocupaciones  moderadas. 

9  ■ 

Caballeros.. 


»    • « 


Laiquarta  dase  de  la  nobleza  son  los  Caballeros  par«i 
ticulares^  en  que  no  cuento  los  hermanos  de  Grandes,  rií 
los  hijos  mayoties  de  los  Señores  segundos  ,  ni  terceto^ 
porque  <aunque,es  cierto  que  no  se  pueden  nombrar  .coa 

ptrp  nombre.,  por  la  dependencia  taa  cercana  de  las  cm 

sas 


sas  de  sus  hermanad,  ijiñcren  en  algunas  circunstáncfá^ 
de  los  otros  I  aunque  no  en  todo. 
j :  Divido  también  los  Caballeros  en  dos  clases ^  la. una 
la  de  los  Cabailerbi.  Señores  de  casas  y  estados  ^  de  quo 
ha  quedado  muy  poco ,  después  que  se  alargó  la  manó  en 
hacer  Títulos*      .  , 

c  .  La  otra  clase  es  y  de  Caballeros  sin  caia ,  dependien- 
tes de  estos  I  peco  no  cercarlos  ea  parentescos  á  ios  Gran* 
des  ^  y  Señoines.         : 

Los  primeros  han  sido  muy  estimados  en  Castilla,  y 
muy  lucidos  en  ella,  conservando  emulación ,  y  compe** 
tencia  en  todo  con  los  Señores  de  Titulo^  y  .algunos 
hubo,  tan  estimados ,  que  la  tuvieron  con  los  Grandes^ 
£sto  ha  descaecido  mucho  poc  la  razón  dKrhá  i  pero  con- 
vendrá  eá  los  que  han  quedado ,  que  V.  M.  se  sirva  de 
portarse  con  ellos  (respe¿V>  de  losTíc'ulos)  en  la  conformí* 
dad  que  represente  á  V.  M. ,  que  se  debia  portar  coa 
los  Títulos  respecto  de.  los  Grandes ,  esforzando  (sin  pa- 
secer  que  se  desfavorece. á: tes  otros)  la  partfe  mas  flaca. 
Sara  esto  es  menester  eséoger  ca^is  de  Caballeros  de  sau- 
gre  conocida,  y  antigua  de  vasallos  y  autoridad ,  que  uq 
será  muy  fácil  de  hallar  hoy  en  los  que  han  quedado. 
í  j  La  segunda  clase ,  señor,  es  áel^  que  se  compone  I^ 
fltayot  parte  del  rey  no ,  y  de  la  qiie  :V..'  M.  debe  servir*^ 
sede  esforzar  mucho ,  y  traerla  muy  favorecida  y  alen^. 
tada ,  procurando  encaminar  la  pacte  mayor,  de  ella  á  1% 
guerra  ,  donde  es  útilísima ,  y  en  esta  profesión  convie« 
ne  al  servicio  de  V.  M. .traerlos  .^uy  validos  asi  en  la 
mar  como  en  la  tierra ,  y  que  crean  y  esperen  que  su 
pcocediorlos.ha  deadelantará  conseguir  cnn'iSu;\^alory 
y  iS^rvicios  los  primeros  puestos  honrosos  militares  >  sitt 
que  se  les  arrebaten  los  Grandes  Señores^  si  no  hubieren 
caminado  por  su  senda.  No  es  creíble ,  señor  y  lO'  que 
jKengaencendidQ^que  va.  al  aumento  de  estfi .  Monarquia 
.  .  en 


en  asentar  en'los  ánttttM^decJoifioiát^t^s  ñdUés  >  y  aúli 
de  ios.  lio  nobles  patra  la^froCefelori!  mUicar,  qufesu  vlrtítíl^ 
los  podía  ponet  en  la  primera  linea;  y  quahto  se  pierde 
de  que  no  lo  entiendan  así.     '  * 

.  .  Son  innumerables  ^  ^eSor  I  ^asi^azones-que^ofréceá 
de  conveniencia  grande  para^:scr vicio  dé' V^M^jen^ po- 
ner en  los  cargos  militares  de  mayor  honor  á  hombres 
de  fortuna  ,  que  así  se  pucd¿b  considerar  los  caballeros 
particulares ,  que  por  su  virtud  llegan  á  ellos.  Son  gente 
cxperhnencada.^  qbVba  pasado  ppi:  lo$  trajbajok',  y  tiecho 
hábitOvde  ellos  ^qoe  fca¿se«vÍdo  los  puestos  lúchbrefr^-iiR 
esperaír  dispensación. por  fiívi^r^d&'Uo  ^e'  ercar-<^  ^<{MI 
quando  liega^n  álos  puestos  'insiyores  ^  ^y  se  les< liega  i 
encomendar  esta  /ó  aquella  jornada  (sf^^  es  suma  felicí«. 
dad)  I  loexecutan  cpn  sabiduría  cierta  de  que  lo  que  et-^ 
raren  eoella.,Ja  hadepagavsu  cal>esay  estando  siern^ 
pee  coa !  eaie  cuidado  paca  ;6l  -acierto  /  httbKíndde  ^tiánidd 
desde  qitje  empesaion  á^ervk^eomo  pettoqasi  que-Aá 
otrQ  ánimo  qué  el  de  la  propia  virtud^,  s<phjin  pud^to  eá 
aqueUos  lugares..  Asegúrese  V»  M«  que  mx^h^y  ^cobro^ 
igual  cQm9  eLjqae  se  dá  á  lo  que  se  pone{ei^9emqan»¿ 
cabezas;)  c..»]    >  v'  ,!   .  •.  -  J  .í-  \..\.:  .  ••>  ^s.n\>  ?'  ■  í>b 

JLa  paga  mayor  de  estos  no  llega  á  costar-  it  ^V«  feK 

la  que;le'*c^e¿la  et  sueldo  cotí  que^losidd  ot^a*g6ra«quía 

quieren  empezar  á  servir»  No  coenta  á  V^  M.  las  conven 

nienclas,  que  se  ofrecen  de  valer  en  la  forma  que  hoi^G^ 

presenta^  X  essos:*  caballerosa  ^  soto  digo^  k>Y^Mv  poit 

mayor'j»  qué  entienda  que^si  V.  M.  exetrnt^  el^  p^flád^ 

de  esta  verdad  á  stts  vasallos^  queisefiá^elcmas  gidfIi(MÍ 

Key^y  el  de  mayores  cabezas  militares,  qiiese'^hiyá 

visto ,  ni  conocido  jamas  en  oínguna*  era  <ie  &stos<^rey- 

.  nos ,  y  pienso  sm.duda^^.que  es  ^el  camino  x\nohz^  dó 

rostaufar  lá  oplnióa  «de  las/armksrjdec^i^pafia  por  mar ^^ 

tierra ,  y  es  todo  cotcvcnleimsimni  tio'^sdlMt  ptti^  U  gaex4 


g%  ^  sinpr^tnbíenipj^xa  jelcgobíecno  lnte¿ioc  dd  rcynoi 
IMCCfniapdQ.cn.los  iugaifcs.á  perspna&de  esta  calidad  en  la 
j)9z  la  virtud  pro(Ha|  con  «tender  solo  á  ellai  y  á  los  que 
con  zelo  y  prudencia  se  hubieren  gobetnado ,  y  portado 
fin  1^  pcasifínesdeL^eti^^íe  átVf  JULí  anorgoniendo  es- 
-^o^á  qualqtMefft  Qups jppíu:os< 


/      ■     '  * 


•  #  •      " 


:    :  Judaicos.  , 

^  ,  XíOS  Hidalgos  es  d  primer  girado,  de  la  nobleza ,  por- 
fme^ds  el  so. asciende  i  loM^mas^  Esteres  el  áombre  pri* 
W^ro^  (dft  U  oobl^a^  deí  CaatiUai^  y:d  que  se  conservó 
Oiuch0S;9&os  c^n  pUa^  ^In  que  se. usase  del  nombre  de  ca* 
k)aÜcroS|  ni  de  ;  señores ,  y  verdaderamente  las  mayores 
casas  que  hay  hoy  en  estos  rey  nos  ,. tuvieron  su  origen 
^n  los  solares. dp  Ja  Montaña  y  Cantabria ,  donde  Jioy  se 
CPnsei^vaa  cob  estos,  misibos  apdiidos  lot  que  no  baxaron 
4.CastílÍ2^^.yise  dilataron  xon  las  guersas,  adquiriendo 
}os  señoríos  y. estados  que  hoy  poseen.  Algunos  hay  en 
Bspaña ,  qaesin  este  origen  han  alcanzado,  y  conserva* 
¿O.sefáormiy  estados  graddes^  pero  muy  pocos  fuera 
de  las  casas  que  descienden  de  la  Real|  y  otros  que  han 

^fonldo  de  tfuera.  <>     < 

r  £sia.  nobleza  I  como  lamas  moderada,  es  la 'mas 
extendida :  hay  en  esta  tres  diferencias  grandes ,  aunque 
t^das  se  nombran  debaxo  de  este  nombre  de  Hidal- 
gos s.(}l9aegps  ^  y  descendientes .  de  cellos  ,  y  esta  es 
bl ..antigua;  y  estimada:  nobleza  de  Costilla  .^  4e  que 
he  hablado,  que. sin  duda  es  muy  digna  de  grande 
estimación* 

.  /  La  «oira.es  i  la.  que  llaman  Hidalgos  de  privilegio: 
esta  es  de. moderadísima  calidad,»  y  muy  desigual  ca  la 
estimación  ^po^qileihuchas  de  estas  hidalguías  son  com^ 
pcadjtó?,:Q  ad^^uirida^^  por  otias  viasj  /. 

Tam- 


*7í. 
Taoi^ten  i:¿iy  Hidaigcki  noitorio9  r  qi»jtii^^kti^f^siyi 

lar ,  ni  ipas  origea  it  nobktai  que  aciitoUa,4A^[>er  ü< 

do  teni4QS ,  y  cstiiiia4QS  por  taks.  £$ca  es  nobleza  fnu<«^ 

cho  mas  estimada  ^  que  la  de  ios  Privilegios^  pero  meoot 

qtie  la  de  los  Solariegos».  .  '  , 

Cotiviene  Avotscct  á  los  üidalg^os  poc  Ja  mtsiDá 

considecacion ,  qiK  á  los  calAilecosi  paf  riculaitis  ^  y,  poc[ 

aqueUos  mismos  grados  9  coa  arencioii  á;  qnc  cmpiezaa 

de  un  grado  menos  (aunque  sin  duda  no  se  puede  mirad 

á.  aquellos  HidalgQS  splariegM  de  la  Montaña  y  Cantan 

brla  icon  desigualdad  cQuocida  i  los  caballeros  partir 

calares) I  siendo,  cieno  que  algunas  casas  de  aqucllai 

por  SU'  antigüedad  t  y  continuada  nobleza. ,  joaerecen  lab 

e^tittiacion  que  los  lAas  estimados  caballeros ,  porque  sofi 

iQUchís  las  casas  grandes  de  España  ^.que  descienden  de. 

aquellas  9  y  cstofS  también  conservan  ia  emulacíoo  cooü 

los  caballeros/»  y  .ts  conveniente  queila;;teQg|io.por  ias^ 

mifiaas  raaoiiest^qoe  he-reprpsencada  á  V;  M;  eá.  lolde*^ 

mas  estados  ^  con  lo  qual  se  conserva  este,  brazo  de  lá\ 

nobleza. (conveniencia  graqde  del  servido  de  V.  M.>»-: 

teiiieqdftcada.,^ado  di^e^os  .emulación  40tre.^í  caá»i 

uno  con  el  o^ro  ,  csúilé  qtfai.mi(  es  po^bk haber. unioal 

perjudicial,  sino  que  todos  queden  dependientes  de  el 

Inmediato  favor  1  y  hoqfaí  At  Vx  M. ,  sin  poder  aspirar 

á  ella  por  otro  camino  que  el  de  mayor  rendimien^^ 

ta  á*  la  voluxHfid  4q  V^,  M,  »  y  su  proceder,  y  cQtvItio» 

á  s^corgna...    .:j  :,-...     .-  (  -     _.  -    -.7 

Lo$sé5oí(sJe&ptes»  conotí«ick>  (quf i4i  isen^JantcFi 
de  VéjM*  ks  44. vida  t  «etüy  ocvnacion  d4Ao».^tco$tvar¿ 
salios»  que  $in  esto  «lo  tienen  nada ;  los  primeros  Grandes ' 
por  el  estado  de  sus  haciendas »  no  pudiendo  esperar 
conservar  aqudla  grandeza » siao  por  el  capuj^o  de  los  ¿ 
oficios  y  encomieiidas  y  jmercpdcs  dci  Y.  M. :  M.Gt^pdes  : 
do  las  otras  icbtMtf  p0r  ascfindcr  i^OHic^  prioaei:  hop^  qoe » 

Za  V-M/ 


lY.  M.habe^cMU casas: tes  Señores  potiá  toTs¿3á  emú- 
WciúíA  y<!gat<ti(tc  sí  c()n$ervaQ  tos  Grandes  ^o}>re  la  ma- 
yor grandeza  de  cada  uno ,  y  luego  por  la  que  llenen 
de  ascender  al  lugar  de  los  Grandes  ^  y  la  emulación 
con  ellos:  los  caballeros  por  la  que  tienen  entre  sí  co- 
likO'los  oirótt^  y  por^soend^r  á  feí  Itneá  de  los  Títulos: 
losiHida^lgós  ton'  la*  emtiladon  >evitte;5Í  en  los  ^res 
estados  que  he  representado ,  y  por  ascender  á  la  linea 
de  los  caballeros 5  con  lo  qual  conservándose  esta  emú- 
ktion  (como  se  h*a'de  procurar),  y  dependiendo  de  su 
sola  mano  de  V.  M.  él  -conceder  es<os  lugares  á  que  ca- 
da' est^do^a^spitay  vl¿ne4'>  conseguirse^  el  buen  gobierno 
deesfe  bráixadelá  R^epúbtica,  qae/es«de  los  mas  princi- 
pales de  ella ,  y  cosa  de  que  V.  M.  debe  cuidar  mucho, 
gobernándolos  en  jaforma  que  he  representado á  V.  M. 
debe  euidat  mucho ,: sin  dar- mucha  queja  á  ninguno ,  de 
cotlser^r 40S  cbti^nups  aelos^j  <rargando:  siempre  el  £a^ 
^voii^de  ^  V';>  M«^  O  sin»  palidecer  <  que  es  ^¿ontíraposicioá  de  ios 
otros  )  á  la  parte  mas  ñaca ,  para  hacerles  <:on  esto  balan- 
za, y  fomentarla  emulación  ,  sin  dexar  rendir  ía  parte 
menor  por  ningún  accidente ,  que  asi  conviene ,  y  de 

lo  «ontrario  se*  seguirán  grandes  daños;  ^ 

)•  1     '  ■  *    ' '       ' .  I  *        '    '    •  1  *  í      í         I    *  •  ♦  I 
^'.    .'•■«•-•I.  .'ll..«^.<  ••  J».  ^'    '  .ti  .mdt 

% 


»      •> 


«  £1  Pueblo ,  señor,  tfene  el  lugar  terceto,  é  inferior, 
por  serlo  los  particulares  en  calidad  5  si  bien  se  püedt  ,'y 
dd>e  corisideral  por  él  mayor  {>adftt>lAO^olo  xespe&Jva- 
merite  á  lostxtós  btázosy  sinor  tatnbieb  comparado  el  so- 
lo con  los  ^tros  juntos ,  y  así  la  primera'  atención  de 
V.M.  debe  ser  al  gobierno  de  este  brazo,  que  por  el 
nómero  grande  dé  singo lardí  f  por  4as^  menote$  obligacio* 
neS)  y  de  ningún  disíruéso,  Viene <á  srct  dJ&Áiltosísimo  su 
gttbiernoy^t^ott^'ie  4i^ex(^etlmentadd(  en^stos  roynos 

.'    .  *  con 


r8t 
con  gran  "dolor,  por  los  incooveatciitesf  y  tumaitos 
que  se  han  seguido  de  las  aprehensiones  ciegas  de  c^ 
te  vulgo. 

Conviene  inñnlco  la  vigilancia  de  la  justicia  sobre  ellosi* 
escarmentándolas  con  los  castigos ,  y  atemorizándolos 
para  que  no  se  excedan  5  medio  que  obxa^ma&en  ellos  que 
otro  ninguno,  y  acciones  a  que  viven  muy  atentos ^pe•^ 
10  es  necesario  que  lleguen  á  conocer  la  entereza  déla; 
justicia,  no  solo  con  ellos,  sino  con  ios  otros  estados 
mas  nobles ,  porque  con  verla  ezecutar  igualmeote  sel 
satisface,  y  atemoriza  juntamente ^  y.la^^atis&cdon  ase«> 
gura  el  daño  del  temor^  que  si  fuera  solo,  necesariamen* 
te  llegara  á  desesperación ,  y  esta  á  producir  incomve**  • 
mentes  grandes ,  y  daños  irreparables. 

No  sufre  este  linaje  de  gente  de  ninguna  manera  la 
falta  de  pap  ^^ni,  niantenimientbs  :  ast  el  primer,  cuidada 
debe  estar  en  que  por  ningun.aqcidehtc  fiílteny  inres  po«: 
ntr  mucho  ^tudio  en  qUe  se  vean  sobrar,  y  siñdudi  es^ 
el  primero  á  que  mas  se  debe  atender ,  procurando,  poner ; 
todos  los  medios  posibles ,  para  que  no  solo  haya  abuo-*; 
dancia  ,  sino  también  buen  precio. 

Suelen  padecer  graondes  errores  en  >el  juicio  que  ha-': 
celi:<ie  las  provisiones  y  sugetos ;  pero  lUo  son  pocas'  las ; 
veces  que  aciertan ,  y  alguna  vez  ,  yi  no  pocas  suelen  es*  * 
coger  lo  mejor.  No  es  juicio  i  que.  V..ÍVL  debe  estar  to- 
talmente resignado,  pero  siempre  conviene  tener  aten-' 
cion  á  la  voz  del  pueblo,  y  hplgar.  mucho  ,  quando : 
V*  M.  por  otras  causas  de  mayor  ^stimiaoioo ,.  y  madtura 
atención  escoglere.personas  aprobadas  de  el  y  que.  llega  á' 
satisfacerse ,  como  si  el  mismo  ^  ó  Y.  M.  por  él  hubiera 
gobernado  la  elección ,  y  tal  vez  snel¿  Y.  .M« ,  y.  usaba  i 
su  abuelo  echar  al  pueblo  algunas  cosas  dudqsas  en  re^' 
s'tdver^y  en  exccutarlas  se  conformaba  por  la  a^robaciont 
con  que  se  admitían  genaalmeote*  £1  hablar  mas  panii«£ 
'    *  cu- 


mtáWente  de;  eue  punco  ipiedará  pAca  idottdc  se  tr^tacct 
íkL  gobierna 

Débese  atender  mucho  por  los  que  gobiernan  á  no 
peroücirde  ninguna  manera  cabeiuis  nobles  mayores ,  ni 
medianas  qisr  se  hagan  populares ,  sino  aujar  cstedaño^i 
afanando  ios^saies,  i>sando  de  los  ffemedíos  que  parecie»- 
rea  .convenientes ,  por  los  daños  grandes  q^e  de  esto  se 
p6df ian  seguir ,  y  se  han  experimentado  >  y  en  las  cia* 
dades  convendría  infinito  escarmentar  mucho  á  los  que 
lo  inteiitan  con  grave  perjuicio  delservicip  de,  V#H«»; 
que  si  no  se  atajan. ,  Uqgo.á  entender  que  poirian. causar  . 
irreparables  dañps ,  y:el  caininq  con  que  lo  itítentao.es 
taly  que  no  se  como  .se  ha  disimulado,  y  se  disimula: 
hoy  I  siendo  cierto  que  fniblicamcrite  dan  á  entender  esr. 
tos  tales,  que  defienden  al  pueblo  de  V.  M« ,  y  se  lo  di- 
cen asíquando  se  trata  de  algún  servicio,,  y  por  otta" 
parte  no  hay  extorsión  \,  ni  vejación  que  no  execiuea.> 
en  ellos,  siendo  sin  duda  los  que  los  desuellan >,  y  \q$  que : 
tienen  hoy  consumida  la  substancia  de  todos  los  lugares^  j 
y  sabditos  de  estas  ciudades,  y  casi  de  todo  el  reyoo* 

Quando  llega  á  desenfrenarse  el  pueblo ,  conviene, 
mucho  al  principio  poner  ^  severamente  los  medios  de  ri* 
gor  y  castigo  i  pero  m  no  cede  á  esto ,  no  hay  otto .  ca« 
mino  que  alargar  ia  rienda ,  y  dexarlos  obrar,  dis¡mu«> 
lando,  que  su  confusión  y  falu  de  cabezajs  ,'y  desorden 
los  reduce  luego  á  estado  ,  que  con  gran  facilidad,  y 
sin'  riesgo  ninguno  i  se  puede,  hacer  el.  castigo  y:  escar- 
miento que  conviene  ^  y  con.  este  medio  ^e  han  golifer-' 
nado  estos  accidentes  con  buen  logro ,  y  sin  los  incoBt-. 
venientes ,  que  se  han  experimentado  de  querer  apretar 
el  primer  ímpetu.  Pero  aquí  se  me  ofrece  que  advertir  i 
Vv^M;,  quíe  el  alargar  la  mano  en  reprimir  esta  ftiriat . 
no  te  ha  de  eúrender  por  tal  espacio  de  tiempo,  que  se 
fíxceldaño ,  sinois(damente.  hasta  ^quando  llegue  á.co-, 

no- 


lió¿etse  por  los  qne  gobiernan  con  prudente*  considera^ 
cien  la  variedad  ^  y  confusión ,  qae  es  fuerza  que  se  siga 
á  qaalquiera  resoi ucion  violep ta» 

.     Comgidorts  y  Akddts  Mayons. 

Habienda  hecho  relación  á  V*  M,  de  las  clases  de 
que  se  componen  estos  reynos,  y  del  modo  con  que 
kV.  M.  se  debe  gobernar  en  cada  uno^  resta  ahora  el  in« 
formar  á  V.  M.  del  modo  del  gobierno  con  que  estos 
rey  nos  se  rigen ,  y  de  los  tribunales  difisrentes,  y  lo  quq 
en  cada  uno  se  ofrece  quo  advertir ,  por  ser  la  ^nateri^ 
€ic  que  V.  M.  mas  necesita  comp  dueño  y  señor  de  to^ 
do  y  para  aplicar  con  su  mano  poderosa  el  remedio  de 
los  inconveoientes«i 

Las^ justicias  menores  (deque  basta  que  V.  M.  ten- 
ga noticia)  son  Iqs  ^kaldes  oaayores  de  Adelantamieo«f 
tos  j-y  Corregidores.  Entre  estos ,  y  Ministros  suyos  sg 
divide )  señor ,  el  gobierno  de  toda  £spaña ,  en  quanto* 
á  kis  primeras  instancias  en  lo  civil  y  criminal » en  que 
lo  son  sin  mas  dependencia  que  la  de  sus  Tenientes,  con 
quien  es  fuerza  que  se  acompañen ,  por  ser  profesores  de 
los  derechos.  i 

£n  la  parte  de  gobierno  público ,  y  conservación  de 
aquellas  Repúblicas  que  tienen  á  cargo ,  concurren  con 
d  Ayunumienco  ,  y  en  otr^  en  Consistorio ,  y  en  al- 
gunas CabOda  ^ 

Cómponense  estos  Ayuntamientos  de  ciitdad^fios* 
honrados  9  de  caballeros  y  señores,  y  en  algunas,  de 
Grandes,  conforme  los  vecinos  que  la  Ciudad  tiene.  £n 
algunas  hay  constituciones  de  nobleza,  y  en  otras  no:- 
en  todas  hay  gran  telaxacion  en  la  observancia  de  cati* 
dad  ,  daftc»  de  que  se  siguen  otros  muchos.* 

Estos  ofipiosde  Corregidoses  son  la  escuela  prioftera: 


del  gobierno ;  oficios  vn  otro  tiempo  estimidbs  iimchx)^ 
y  puestos  ocupados  de  los  señores  mas  t^onrados  í  y  pee-» 
sonas  de  mayores  prendas,  hasta  que  la  ambición  lo  ha 
alterado,  desestimando  estos  lugares  para  la  codicia  de 
los  mayores  ,*  queriendo  empegar  por  doadt  debieran  es* 
tár  contentos  de  acabar  >  y  siendo  muy  pocos  los  que 
hay  delalinoa  superior,  comdson  ios  Virreynatbs,  tjbdos 
los  pretenden,  y  si  fuera  posible  reducirlos  á  la  escuela 
de  los  Corregimientos,  para  irlos  desde  allí  acrecentando, 
fuera  conveniencia  grande  para  el  servicio  de  V.  M.  por 
poder  expcrímeoiar  los  sugetos,  aventurando.^  menos; 
y.  la  experiencia  ha  mostrado  hombres  grandes  hechos 
por  esta  senda.  Tengo  poc  dificultoso  el  volverlo  al  es^ 
tado ,  y  así  lo  digo  solo  por  informar  el  Real  ánimo  de 
V,  M.  de  lo  que  en  todos  tiempos  ha  habido. 
- .  Coó  viene  ocupar  en  (estos  oficios  las  pecsonas^ do  ma- 
yores esperanzas,  y  mayoc  virtud  propia  que  &e. hallar 
üCfi ,  y  irlos  atendiendo  conforme  dieron  la  cuenta  ca 
los  menores  Corregimientos.  Algunos  tiene  V.  M.  bue- 
nos ,  pero  no  muchos ,  y  en  las  ciudades  de  voto  ea 
Coceen  se  experimenta  esta  jEilta  con  gran  daao  del  Real 
servicio  de  V«  M. ;  no.  hay  camlao  para  remediada ,  ai- 
no  proveer  en  personas  de  las  calidadess  que  he  ceferidOt 
estos  oficios  5  y  porqué  dn  todas  .partes  se  ha  de  experl* 
mentar  este  daño,  quiero  empezar  desde  aqui(como  lo 
he  hecho  en  otras  consultas  )á;repxesenítar  á  V.  M.  que 
de  no  haber  justicia  nace  el  no  haber  buenjoisXorregidQ- 
rcs>\{8>rquiec  eUós  inuoduceni  ^s criados  poc  Ministros, 
yiet  criado  en  confiaaza.de  su  amo  trata  de  hurtar -y  ha*' 
oer  dinero  i  el  Corregidor  no  le  castiga  t  porque  le  puso 
allí :  los  otros  con  este  exemplo  hacen  lo  misüio  »  y  co* 
luonop^ede  castigar  á  los  uoo^.y  i  los  otros,  s4  di$jjiiu-. 
la  con  todos.  Los  Regidores  hacen  lo  que  quieran,- Msar*. 
pandpiá;  los.pobres  .en  sus  haciendas^..at£QpcUanda,  y 

ve- 


ve)ándoI(»i  y  corno  el  Corregidlor  los  fia  Zc  mcnesi 
para  encaminar  en^el  Cabildo  lo  que  quiere ,  disimu: 
y  cambien  para  excusar  lo$.  capítulos  en  la  residencia  ^ 
por  tratar  de  vivir  (como  iiacen  todos) ,  no  viendo  cas¡ 
gos  exeqipiares  executados  en  los  que  proceden  asi , 
comen  como  ellos j  y  en  e&fto ,  señ6r  y  concluiré  es 
papel  diciendo,  que  en  estamparte  necesita  V.  M.  pon 
toda  su  real  atención,  para  que  remedie  los  inmensos  d 
fios  que  pueden  seguirse  á  su  servicio  ^  no  eligiendo  p 
Jaeces  á  los  que  atienden  mas  que  á  la  justicia  á  sus  intei 
ses  i  para  lo  qual  será  conveniente  que  antes  de  dar  est 
empleos,  tome  V.M.  seguros  y  secretos  informes  de  pe 
tonas  de  acreditada  virtud ,  que  le  digan  clara  y  christi 
sámente  los*si^etos  que  sean  aptos  para  ellos  i  y  si  alg 
no  faltare  i  su  obligación ,  por  dexarse  sobornar  ó  co 
romper,  pague  con  el  castigo  su  delito. 

De  Jas  CbamiÜerias  ,   Qmsejas  de  HavárrM^ 

En  uno  de  los  papeles  que  he  dado  á  V«  M. , 
tratado  de  las  justicias  ordinarias  de  estos ,  y  de  su  ; 
risdiccioa ,  y  en  este  lo  haré  de  las  Audiencias ,  Coni 
|0  de  Navarra ,  y  Chancillerias ,  que  es  donde  van 
apelaciones  de  dichas  justicias. 

Las  Audiencias  son  dos ,  Sevilla  y  Galicia :  los 
cUas  no  se  llaman  Oidores  >  sino  los  de  Sevilla  ,  Jue< 
de  Gtadosi  y  los  de  Galicia ,  Alcaldes  mayores  de  la  ji 
ticia  de  aquel  rey  na 

£n  Sevilla  hay  uno  que \se  llama  Regente,  oc 
Oidores ,  y  un  Fiscal ,  conocen  en  apelación ,  y  ta 
bien  tienen  casos  de  Corte.  £n  el  liábito ,  estilo  y  t 
tamiento  corren  ¿orno  las  Chancillerias  :  en  el  despac 
no  %  porque  no  despachan  pos  Don  Fdipe  ,  sino  Ak/ 


i85    -   - 

Regentes  ^  y  Jueces  de  Grado.  Su  jurisdicción  se  extíerf« 
de  al  distrito  de  la  tierra  de  Sevilla ,  que  no  está  compre- 
hendido  en  el  de  la  Chancillería  de  Granada. 

.  Hay  una  sala  con  quatro  Alcaldes  para  las  causas 
criminales :  diferencianse  de  los  de  está  Corte ,  porque 
ni  dentro  de  las  cinco  leguas  pueden  conocer  en  prime- 
ra instancia ,  ni  rondar  de  noche  en  Sevilla ,  porque  es- 
te privilegio  tiene  aquella  Ciudad  de  los  señores  Reyes 
antecesores.de  V.  M.,  y  así  solo  conocen  en  apelación ;  y 
estos  no  se  llaman  Alcaldes  de  Corte ,  sino  Alcaldes  de 
la  Quadra  de  Sevilla :  la  derivación  del  noinbce  hace  pa«, 
co  al  casa 

•En  esta  Audiencia  de  Sevilla  se  experimentan  gran^ 
des  inconvenientes  de  la  división  de  Asistente  (que  es  la 
cabeza  de  la  justicia  ordinaria),  y  el  Regente  i  que  lo 
es  de  la  Audiencia. 

£s  aquella  Ciudad  sin  duda  la  mas  principal  de  estos 
reynqs  |  valiéndole  á  V.  M.  mas  de  un  tercio  oíais  que 
todos  los  otros  rey  nos  de  Castilla  juntos ,  y  como  cosa 
tan  grande  >  y  que  por  la  gran  fidelidad  que  ha  profesa- 
do siempre  á  los  señores  Reyes ,  me  parece  que  es  de 
mi  obligación  representar  á  V.  M.  con  particular  y  vi^ 
va  instancia ,  vuelva  sus  reales  y  piadosos  ojos.  á.  aquel 
lugar  y  República  ,  que  se  halla  hoy  en  tan  miserable 
estado ,  que  por  ventura  no  le  ha  tenido  peor  en  Justi^t 
cia,  Hacienda  y  Gobierno ,  y  no  tanto  por  falta  de'  los 
que  le  gobiernan ,  por  ser  persona  de  grandes  partes ,  de 
justicia  y  entereza  Don  Fernando  Ramircs  i  que  hoy 
es  Asistente  allí ,  como  por  la  misma  mala  ;disposicioii 
ídel  gobierno  con  dos  cabezas ,  como  he.  reprasentado  á 
•V.  M. ,  y  es  de  su  real  atención  poner  (  habiéndolo  con- 
sultado primero)  el  reaiedio  mas  conveniente  y  pronta 
á  tanto  da^o. 

La  hacieiida  tiene  el  mal  estado  que  represento  á 


187 

V.í/L^  por  la  falta  de  jástlcla  y  de  gobierno}  lo  prln- 
clpal^  f  de  donde  nace  el  abasarse  de  todo  en  gtau  da^ 
ñOf  y  perjiíldo  déla  hacienda  &eal  de  V,  Ifi,.  Y  enefec-» 
to  y  señor /si  Ips  dúñús  fueran  de  calidad  ^  que  fuera  ne« 
cesado  expresarlos  Y  yú  sin  duda  níngana  lo  hiciera  1  aun* 
que  condenara  á  mis  conpatGÍralcs ,  á  quien  no  puedo  ne^ 
gar  y  que  como  debo  ;  tmoy  poro  para  U  obligación  delr 
servicio  de  V.  M.  la  pospusteca  todo^  yrtaxtiblen  al;  m^i 
yot /bien  de  aquella  República^  ,    .:    // 

"  £n  general  no  hay  nadie  que  ignore  los  daños ,  y 
quiefi  los  causa }  y  así  me  excuso  yo  de  refedrlos  por 
menor  y  dexaiidocon  generalidad  informado  ei  Real  átii* 
nao  de  V.  M*  da  la  importancia  grande  de  aquella  Re« 
pública,  del  incenvemeote  grande  de  gobierno  de  dos 
caberas-  j  y  de.  quanco  importa  ajustaf  y  y  consultar  so<^ 
bre  la  forma  de  poner  cobro  general  y  parricularníiente 
en  el  gobierna,  justicia  y  hacienda.  Y  aunque  por  natu* 
ral  esitiáiiaría' que  V.  AL  me  excusase. de  mandarme  enr 
trar  en  jutitay  donde  se  tratase  de  eUo>  todavía  resignare 
mi  voluntad  al  mayor  servido  de^V.M*;  adyirclendo  i 
ia  junta  lo  que  se  me  ofreciere  convenir  para  el  mejor 
logro  de  aquella  Ciudad  y  r¿ynOb 

^n  Galicia  no  hay  Regente ,  sino  Gobernador  $  $1 
bien  preside  ea  la  Audiencia ,  aunque  por  no  ser  letra* 
úo  no  vota  ^  porque  e$  Capif an  á  guerra  de  aquel  rcy« 
no  y  y  así  en  lo  regular ,  caballero  de  capa  y  espada» 

Estos  Jueces  se  llaman  Alcaldes  mayores  >  y  aun^ 
que  llevan  togas ,  también  llevaa  varas  >  porque  tam- 
bién son  Jllcaides  >  y  conocen  de  lo  criminal  >  de  n^ne* 
ra  que  en  esta  Audiencia  se  conoce .  promiscuamente  de 
las  causas  civiles  y  criminales. 

En  ninguna  de  estas  Audiencias  se  tratan  materia^ 
4fi  hidalguía  ^  de  $vui  distritos  >  porque  como  se  dirá  eo 

Aaa  ade^ 


i8S 

adelanté ,  pertenecen  a  ia  sálá  de  Alcaldes  dé  Hijosdalgo 
que  hay  en  las  Chanciltetías.  En  Navarra  hay  Consejo 
supremo  pata  justicia  y  gobierno  de  aquel  reyno ,  siá 
recurso  á  otro ,  porque  es  reyno  discintb  ^  y  quando  se 
unió  con  este ,  quedó  con  esra  calidad  ^  y  aunque  aquei 
reyno  está  incorporado  en  este ,  y  es  parte  de  ¿l^  no  tic* 
ne  dependencia  dol  Consejo  B^al  de  Castilla :  solo  tiene 
h del  Consejo 4«  la  Cámara,  y  así  por  allí  gobierna 
V.  M.  lo  que  se  ofrece ,  y  todas  las  causas  y  materias  se 
tratan  en  la  Cámara  \  y  se  despachan  no  por  provisión 
Sellada,  sino  por  Cédula  ReaU 

Este  Consejo  tiene  un  Kegeme  I  y  seis  Consejeros: 
parte  de  ellos  haride  ser  naturales  do  aquel  reyno ,  aU 
gunos  pueden  ser  de^te.  £n  el  :se  tratan  tiodas  bs^mate* 
rias  de  Estado  y  gobierno ,  y  algunas  de  justicia  ,  que 
fen  casos  particulares  le  están  reservadas  s  porque  las  cU 
viles  y  criminales  no  las  trata  ^n  primera  instancia,  sl^ 
no  en  ta  suplicación  de  Corte*,  cb'mo  luegase  dirá» 

Hay  un  tribufial  que  se  llama  ia  Corte  mayor  :^  y 
este  es  de  les  Alcaldes  de  la  Corte,  que  son  quatra  Ea 
este  se  trata  a  en  primera  instancia  todas  las  causas  de 
justicia,  así  civiles  como  criminales,  y  en  suplicación  van 
al  Consejo ,  y  no  hay  apelación  sino  suplicación ,  por- 
que se  considera  que  ambos  tribunales  son  como  uno^ 
y  tienen  la  suprema  jurisdicción  ,  y  el  estilo  con  quose 
tratan  ambos,  es  de  V.  M.  ,     i 

También  conoce  este  tribunal  de  los  Alcaldes,  de  las 
causas  de  los  soldados  en  apelación d^I  Auditor^por  cu- 
ídala particular  que  hay  para  esto ,  y  hay  un  fiscal  xjue 
^irve  en  ti  Cofíscj^. 

Hay  otro  tribunal,  que  se  Uania  Cámara  de  Comptos, 
que  es  como  áci  el  Consejo  de  Hacienda.  Hay  quacro 
Oiábm^  una  de  toga ,  y  4os.tres  de  capa.  y-. espada:  trár 
--    *  ;:  ;-:u  wn- 


i8p 

ta\ise  en  el  todas  la^  materias  de  hacienda  en  primera  ins* 

tanda ,  y  van  en  apelacloa  al  Consejo  ^  sin  que  se  intro** 

meta  la  Corte  mayor^  y  tribunal  de  Alcaldes.  ;  ; 

Las  Chancillerías  son  dos ,  VaUadoUd  y  Granadat 

aquella  es  la  mas  antiguas  sus  distritos  se  dividen  de 

Tajo  allá  á  Granada ,  y  ambas  corren  con  uniformidad!   ' 

en  todo. 

Hay  un  Presidente ,  y  diez  y  seis  Oidores :  estos  se 
dividen  en  quatro  salas  ñxas  *r  presiden  en  ellas  por  sus' 
antigüedades  los  quatro  mas  antiguos :  el  Presidente  vá; 
cada  dia  á  la  que  le  parece  ,  y  preside  en  la  que  asiste*/ 
solo  se  trsítan  en  ellas  materias  meramente  de  justicia  ca 
causas  civiles  ^  lo  regular  van  en  apelación  de  las  sénten^ 
das,  ó  autos  de  las  justicias  ordinarias  del  distrito:  hay  * 
algunos  casos  particulares  y  que  se  pueden  introducir  en^ 
primera  instancia  y  como  los  pleytos  que  tocan  á  viudas, 
huérfanos,  y  otros,  y  por  esto  se  llaman  casos  de  Cor«» 
te :  en  los  que  yan  por  apelación  ,  dan  sentencia  de  vis> 
ta  y  revista,: y  de  la  vista  se  interpone  suplicación  para 
los  mismos  Oidores ,  porque  es  suprema  la  jurisdicción, 
y  así  es  esfa  la  diferencia  s  que  la  apelación  se  interpone 
éc  Juez  inferior  al  superior,  pero  la  suplicación  del  Juez 
isuperior  á  si  mismo. 

.  En  los  casos  de  Corte  tamt>ien  hay  sentencias  de  vis» 
ta  y  revista ,  cc&no  en  los  demás ,  y  con  esto  se  fenecen 
'los  pleytos,  y  se  despacha  caru  á  la  parte  de  la  sentencia 
de  revista,  que  es  la  en  cuya  virtud  se  obtiene,  para  que 
"Jo  que  por  ella  se  determina  se  execute ,  y  este  despacho 
;se  llama  caru  de  executoria.  , 

Algunos  pleytos  hay ,  que  no  se  fenecen  con  la  sen- 
tencia de  vista  y  revista  de  las  Chanclllei;ías  ,  sino 
-que  $e  suplica  con  la  pena  y  fianza  de  las  mil  y  qui* 
nientas.  ....... 

£/i  I-a 


ipo 

La  suplicación  se  laterpone  ante  la  persona  Keal  de 
V«  M.  y  qtie  se  sirve  delegar  la  caosa  á  la  sala  del  Cou« 
sejo  j  que  llaman  de  Mil  y  quinientas ,  que  por  esta  caa-i 
saseiLaoiaasL  « 

Los  casos  en  que  se  Interpone  esta  apelación ,  no  soa 
los  en  que  seha  apelado  délas  justicias  ordinarias,  porque 
no  hay  esta  apelación  en  ellos  i  sino  los  en  que  la  fkime* 
tSL  sentencia,  ó  auto  que  se  dá,  es  de  la  Chanciliería,  y 
lia  de  stt  de  tal  calidad  el  pleyto ,  que  lo  sobre  que  s^ 
pleytea^sea  estimable,  y  reducible  á  dinero,  porquc^farat 
de  ser  de  valor  de  seis  mil  ducados,  y  si  es  menos ,  ó 
ao  estimable  a  dinero ,  no  hay  este  grado  de.  segunda, 
apelación..  Llamase  de  mil  y  quinientas  >  porqaci  ia  pacr 
te  que  suplica ,  ha  de  dar  fianzas  de  que  si  no  se  re?o-« 
cácela  sentencia  de  revista  en  la  sala  de  Mil  y  quinien- 
tas^ pagatá  mil  y  quinientas  doblas  ,  moneda  antigu^ 
de  estos  reynos ,  cuyo  valor  viene  á  estimarse  ahora  ein 
catorce  mil  reales  poco  mas  o  menos ,  y  estas  se  repar* 
ten  entre  los  Jueces  de  la.  ChanciUería^^  que  dieron  ln 
sentencia  dé  revista. 

£sta  jurisdicción,  que  las  Chanclllerías  exercen ,  es 
suprema,  y  así  su  despacho  es. por  provisiones  Realejo 
en  nombre  de  V.  M,  Don  Felipe  Scc.  y.  se  sellan  coa 
el  sello  fleai  de  V.  M. ,  que  está,  en  las  Chanclllerías. 

£1  estilo  en  el  sentarse,  es  en  unos  estrados  altos  ie 
ocho ,  6  diez  gradas,  debaxo  de  un  dosel  ^n  banco  al* 
fombrado  ,  y  alfombras  también  á  los  pies. 

.  £n  el  tratamiento  por  escrito  M.  P.  S.  y  Altes» ,  y; 
de  palabra  Señoría ,  y  ellos.á  todos  de  vos.  Nadie  entca 
en  la  sala  con  espada ;  los  Grandes  y  Títulos  también 
la  dexan,  y  se  sioatan  con  los  Oidores  mientras  se  voa 
sus  pie  y  tos  y  como  aquí  en  el  Consejo,  y  yistos ,  antes 
de  votar  se  retiran. 

£q 


15^1 
En  cada  sala,  hay  ires  Relatores,  que  hacen  relación 
de  los  pleytosv  Y  ^^^^  Escribanos  de  Cámara ,  ante  quien 
pasan  ,  y  refrendan  tos  despachos»  Estos  Oficiales ,  y 
demás  ,  como  son  Solicitadores  ,  Procuradores  y  Aba* 
gados  ^  tampoco  entran  coa  espada  f,  ni  pueden  entrar  sin. 
capa  Y  gorra» 

Una  de  las  quatro  salas  se  Ilania  publicar^  porque 
dos  días  á  la  semana ,,  que  son  Marees;  y  Viernes ,  M 
)untan  en  ella  todos  los  Escribanos  de  Cámara  ^  y  hacen 
relación  de  todas  las  peticiones  de  los  pleytos  que  cor-^ 
ten  ,  y  allí  se  decretan,^  y  esto  se  Uamai  substanciar ,  pot^ 
que  es  lo  ordinario  del  juicio»  c        i 

Estos  Oidores  tienen  dos  dias  en  ta  semana:  por  ta: 
tarde  acuerdo ,  que  es  juntarse  en  las  casas  del  Presiden* 
te  (que  siempre  son  en  la  misma  ChanciUería  }  p  y  allí 
en  el  acuerdo  ^  que  llaman  general  ^  que  es  esutfda  to*^ 
do$  jumos  ^  despachan  lo  que  es  de  todos  r  lu^go  (cada* 
saUi  se  apartad  votar  los  pleytos  que  tiene  vistos ,  y  al 
otro  dia^  que  son  Marees  y  Viernes  9,  se  leen  en  lasalai 
publicanse  las  sentencias,  y  las  leen  los  mismos  Jueces: 
cada  Sábado  dos  Oidores  visiua  las  cárceles  ^  como  el 
<]!lonseja  en  laC6rtc«. 

Para  las  causas  criminales  hay  otra  sata ,  que  tam-^ 
'bien  esti  dentro  de  la  misma  ChanciUería  ^  en  la  quai: 
hay  quatra  Alcaldes  de  Corte ,  cuya  jurisdicción  y  ofi- 
cio es  coma  el  de  los  Alcaldes  de  Corte  de  aquí  ^  y  así 
no  hay  cosa  particular  que  añadir*. 

Y  porque  V*  M*.  está  representada  suprema  e'^inme* 
diatamente  en  estc^i txibunalfcs ,  ysedespachaensaReat 
nom^  y  se  llama  Coree  el  lugar  de  las  Chancilbrias^. 
porque  supone  que  asiste  V¿.  M^  en  ellos  ^  y  así.  quandO' 
*á  uno  destierran  de  esta  Corte,,  se  entiende  estarla  tam- 
bién de  las  Chancillerías. 

Hay 


Ip2 

f  '■  Hay  dos  Fiscales  iiuno  de  lo  civil ^  qucscs  para  todas 
las  causas  civiles  I-  que  se  tratan  en  las  quatro  salas  de 
Oidores ,  que  no  son  de  entre  partes ,  sino  publicas  ^  ó 
en  que  Vw  M.  es  interesado :  otro  de  las  criminales  ^  que 
asiste  en  la  sala  de  los  Alcaldes*  Hay  un  Alguacil  mayor^ 
que  executa  los  mandatos  de  la  Chancilleria  :  siéntase 
en  ios  tstcados  con  los  Alcaldes  ^  y. vi  en  los  aéfcos  pübU* 
coscón  la  Chancilleria. 

Hay  en  las  Chancillerías  otro  tribunal  que  se  llama 
de  Alcaldes  de  los  Hidalgos ,  donde  hay  quatro.  Tratan- 
se  en  esta  sala  solas  las  causas  de  hidalguía  de  todo  este 
reyno  de  Castilla :  son  Jueces  ordinarios ,  y  así  de  sus 
sentencias  se  apela  para  las  salas  de  Oidores,  y  se  pro- 
nuncia sentencia  en  vista  y  revista,  como  en  los  demás 
plcy tos.  El  Fiscal  de  lo  civil  asiste  en  esta  sala ,  y  no  es 
su  menor  ocupación :  aunque  son  Jueces  ordinarios ,  -es 
el  estilo  y  tratamiento,  en  el  asiento,  por  escrito,  y  de  pa^ 
labra,  y  el  despacho,  como  los  Oidores  $  solo  se  diferenr 
cia  en  que  los  Oidores  no  se  quitan  la  gorra  al  Fiscal 
quando  entra  en  la  sala ,  y  habla  ^  pero  los  Alcaldes  de 
Hijosdalgo  sí ,  y  todos  llevan  togas. 

£n  todo  lo  referido  son  uniformes  las  Chancillerías  ;d^ 
ferencianseen  un  tribunal  particular,  que  tiene  cada  una: 
en  la  de  Yalladolid  es  el  de  Juez  mayor  de  Vizcaya.  Este 
es  un  Juez  introducido  para  solo  conocer  de  las  causas 
de  los  que  fueren  originarios  de  Vizcaya,  porque aque« 
Ha  Provincia  tiene  este  privilegio:  su  jurisdicción  esprir' 
vativa,  de  manera  que  ninguna  justicia  ordinaria  del 
reyno  puede  conocer  en  primera  instancia .  de  causa  ci« 
vil,  ni  criminal,  y  así  inhibe  á  todos  de  su  sentencia: 
de  este  se  apela  á  los  Oidores»  lleva  también  toga ,  y 
<Qncurre  coa  ellos  en  los  ados  públicos  de  toros ,  y  proi^ 
cesiones ,  y  otros.  .     ■•  .^^   .... 


En  Granada  hay  el  Consejo »  o  Junta  que  llaman 
de  población ,  eo  qae  entran  el  Presidente  ,  y  los  Oydo« 
tes  mas  antÍguois ^  y  el  Fiscal  de  lo  civiL Hacesedos  tac<<i 
des  en  casa  del  Presidente ;  tratase  aqní  de  la  haciendan 
que  V.  M«  tiene  en  el  rey  no  de  Granada  ^  desde  la  rebe«. 
lioa  de  los  Moriscos,  / 

■ 

De  las  Chancillerías  avoca  el  Consejo  alguna  Veto 
causas  por  particulares  razones  que  se  ofrecen ,  co«' 
mo  haber  algún  Oydor  interesado  ^  ó  poderoso  ^  ó  poc. 
Qtras, 

£sta  relación  he  hecho  por  inforoiar  á  V.  M.  de  es^ 
eos  Tribunales  tan  principales  en  estos  reyoos,  por  tra>^ 
tarse  en  ^\íos  todas  las  causas  mayores  y  que  en  cada, 
partido  se  ofrecen  s  yescqnvenientístmoqueesten  en  estir 
forma  de  repartimiento ,  por  caer  estos  lugares  en  dis-; 
tancias  proporcionadas ,  y  no  obligar  á  la  descomodidad 
de  la  Corte  á  los  litigantes  |  y  también  por  los .  inconve^f 
A  lentes  que  se  ofrecerían  en  ella ,  de  que  asistief:a:  aqui 
tanto  número  de  gente*  { 

No  se  me  o&ece  que  representar  á  V,  M»  en  estapartcj 
mas  de  que  siendo  estas  piaza&  tan  grandes ,  y  in median 
tas  á  las  de  e$ta  Corte ,  no  se  hallan  con  los  sugeto» 
grandes  que  facra  necesario,  ni  en  los^Oydores,  ni  en  loa 
Presidentes,  y  como  oficiosíen  que  siempre  se  ha  usado 
poner  personas  eclesiásticas ,  el  estar  con  medianos  so^i 
getos  estas  Presidencias  I  no  nace  del  descuido  del  go« 
bierno  ,  kino  de  la  gran  falta  de  sugetps  que  hay  does* 
ta  profesión ,  con  lo  qual  ha  sido  focrza  contentarse 
con  1^  Aoderáddf  pero  siempre  que  se '  ofírczcán  sugetos 
aventajados ,  será  del  servido  de  V.  M»  presentar  en  al[« 
ganas  Iglesias  á  los  que  hoy  Ocupan  estos  lugares  ,  y 
proponer  4  ellos  person;ts  grandes ,  pgr  ser  el>semina« 
rio  mayor  que^habria  de  haber  para  Prcsldcates  de  Cas^ 
ütla.    -      ••     •  ....     .  .  ". ,  '  '^  '■ 


IP4 

Las  plazas  de  Oy4o£es  no  se  por  que  accidente  se 

ballaá^en  el  estado  que  he  representado.á  V.  M.  Seria 
posible '  que  esta  vlsiu  de  ValladoHd ,  y  los  grandes 
castigos  de  ella  ,  causasen  escarmiento  de  aquí  adelantCi 
que  como  he  representado ,  y  represento  á  Y.  M.  siem- 
pre que  se  ofrezca  ocasión,  la  falta  de  justicia  para  la  jus- 
ticia ha  descaminado ,  y  descamina  en  estos  reynos  gran- 
des, efedos.  del  servicio  de  Dios  ,  y  de  Y*  M»  £n  estas 
plazas-,  coflio.de  las  .mas  principales  ,  se  hallan  muchos 
Colegiales  mayores  de  los  Colegios  de  Salamanca  ,  y 
aunque  aquel  es  sin  .duda  de  los  mejores  seminarios  que 
se  han  experimentado,  para  las  plazas  de  los  Togados^ 
asi  de  mayor  como.de  inferior  grado  ó  gerarquí^i  todat 
y  la ,  como. con  viene  que  sea  el  primer  di£támen  el  estar 
por  esu  experiencia,  es  menester  tenerle  también  como  no 
es  suficiente  esta  sola  calidad,  sino  examinar  el  talento,  y 
ptocederideios  sugetos  en  los  Colegios  y  Universida*- 
des ,  y  procurar. también ,  que  haya  sugetos  de  los  que 
tío  hubieren  sido  Colegiales ,  por  haber  causado  en  es-* 
tos:  reynos  graVes  inconvenientes  de  no  echarse  mano 
de.este  genero  de  personas ,  y  entre  otros  la  gran  falta^ 
que  hay  de  personas  grandes  de  Mantos  y  Bonete  ,  co- 
mo he  representado  á  Y.  M..,  y  fuera  de  esto  of  ras  gran- 
des consideraciones  de  inconvenientes  d&  estrado  que.  se 
siguen  ,  de  tener  totalmente  desvalidos. los  .sugetos ,  en 
quien,  concurriendo  otras  calidadf^s  grandes  ;  les  falta  es« 
te^x'ámcn  de  limpieza  >  qpejmuctoas  YCqí5  ao  es  por  fal? 
U:dc  tenerla],  .qu^iá  Jbos  que>  les  falta^o^kOpcidaiDehre ,  np 
los  ^prueba»  si9o:q«e5)oi;  aJgt»id$.ira20nesr>!meip?t(«ce 
qkftende: ninguna  oMnila.  conviene:  d^sespeftarloS  ^ '  advic? 
t^eqdo  también,  á  Y,  M>  que  e^  exceso  de  que  sedebe  es* 
tarcon  cuidado :grai)de.  sjyempre ^  no.  reprobando  á  los 
q»¿>eft';\wrt»^prqpLÍa.i  y>  gf«nde$  .l«ra$i,sethubicren  he- 
cho lugar  en  el  mundo  ,  atendiendo  á  que  solo  en  estos 
2/:J  cu  rey-^ 


195 

reynos  se  ex&mína  con  tanta  exáditud  este  punto  ( no  se 
si  con  mucha  conveniencia  del  servicio  de  V.  M. ,  y  de 
los  señores  Reyes  sus  antecesores) ;  y  de  suyo  hace  ex« 
trañeza  y  horror  ,  que  Dios  perdone  todos  los  pecados, 
y  nosotros  no  le  imitemos  en  esto ,  ni  á  quatro »  ni  á  cia« 
co  9  ni  á  siete  generación.  Nb  he  oído  á  nadie  i  que  se 
me  iiaya  notado  ( por  la  misericordia  de  Dios )  en  esta 
parte ,  y  así  con  mas  libertad  en  esta  ,  y  en  las  demás 
ocasiones  que  se  me  han  ofrecido ,  he  procurado  itKll- 
nar  el  real  ánimo  de  V.  M.  á  la  piedad  en  este  punto,  y 
debaxo  de  este  presupuesto,  que  yo  (como  quien  cono** 
£e  á  V.  AL  tanto  )  se  que  puede  hallar  piedad  en  su  real 
pecho  ,  creo  que  no  disimulándose  de  ninguna  manera 
el  severo  castigo  de  quien  ha  tenido ,  ó  tiene  algún  er- 
ror en  esta  parte ,  se  reputará  lavado  en  los  deseen* 
dientes  de  algún  tiempo  ó  sucesiones ,  las  que  parecieren 
sufícienteStTengo  este  di¿lámen  por  del  servicio  de  Dio^ 
y  de  V.  M.  y  el  bien  público ,  y  de  toda  la  materia  dq 
Estado ,  y  lo  contrario  totalmente  opuesto^ 

Consejos  di  la  Corte. 

Tiene  V.  M.  diversos  Consejos  en  su  Corte  que 
son  supremos }  unos  respedo  de  las  provincias  y  reynos 
ique  gobiernan ,  y  otros  respedo  de  algunas  materias, 
¡que  particularmente  les  están  cometidas  por  V.  M.  ea 
esta  corona  de  Castilla.  £a  ellos  está  representado  V.  AL, 
{y  es  su  cabeza ,  y  de  V.  JVL  y  de  estos  Ministros  se  coo^ 
tituye  un  cuerpo,  y  como  en  la  persona  de  V.  M.  aun» 
que  una  soU ,  concurren  diversas  representaciones  de 
Rey ,  por  serlo  de  diversos  reynos ,  que  se  han  incorpo- 
rado en  esta  corona  ,  tan  principal  y  separadamente  co* 
mo  se  estaban  antes  ,  es  fuerza  tener  en  su  Coito  Con- 
sejo de  cada  uno  ^  y  con  eso  se  considera  estar  Y.  M. 

0ba  %^ 


V 


1^5 

;cii  cada  teyno  j  y  asi  la  hay  de  todos,  y  entre  sí  guar* 
dan  la  prclacion  ,  réspede  del  tiempo  ea  que  se  incor- 
poraron con  esta  corona ,  excepto  el  de  Estado  ^  que  por 
ja  calidad  de  las  materias ,  y  ser  de  todos  ios  reynos ,  tie- 
ne el  primer  lagar ,  aunque  no  concurre  con  ninguna;  y 
fOT  poderse  considerar  el  de  la  Guerra,  como  miemlno 
de  este  Consejo  ,  por  ser  de  el  todos  los  de  £stado  y  le 
pongo  aquí.  Trata  de  todas  las  materias  de  guerra  de 
España ,  fronteras  y  Islas  adyacentes ,  y  de  todas  las  e&- 
quadras  de  galeras  de  España  y  Italia,  y  arinadas  de  estos 
reynos.  Los  Consejeros  de  Guerra  concurren  con  igual- 
dad con  los  del  Consejo  de  Castilla  ,  que  no.  solo  precede 
á  este  Consejo ,  sino  también  al  de  Estado  ,  aunque  se 
junte  comoConsejOi  por  ser  la  primera  cabeza  después  de 
Y-M. 

.  Es  el  príQieró  el  Consejo  Real ,  el  de  la  Cámara ,  el 
de  Indias,  el  de  Ordenes  ,  el  de  Hacienda  ^  el  de  Cru^ 
zada  respedo  de  las  demás  coronas  agregadas  á  esta ,  el 
de  Aragón  ,  el  de  Flandes ,  el  de  Portugal ,  el  de  Ita* 
lia:  está  también  el  de  la  Inquisición ,  que  es  común  á 
los  reynos  de  Castilla ,  Aragón  y  Indias  $  y  el  de  Es- 
tado ,  que  es  el  primero ,  porque  en  el  se  tratan  todas 
4as  materias  universales  de  la  Monarquía  ,  que  se  cons- 
tituyen de  todos  los  reynos  referidos ,  y  que  miran  á  la 
trabazón  j  y  unión  de  todo  este  sugeto ,  que  se  compone 
ác  ellos. . 

Representare  á  V.  M.  brevemente  la  calidad  de  ca« 
ida  uno  de  estos  Consejos  ^  y  materias  que /en  ellos  se  tra* 
tan  j  y  no  guardaré  orden  respefto  de  la  antigüedad ,  6 
prelacion  de  unas  á  otras ,  sino  como  mejor  se  su[etareQ 
las  materias  para  su  inteligencia. 


C9n^ 


áp7 


•    '.       '     ^    '    .  .  .  .    '       :  1 


Consejo  Real. 

£1  primero 9 que  es  el  Coniejoreál^fue  el  nativo  con 
.esta  cocona  de  Castilla.  £n  el  se  entiende  que  se  tratan 
taban  todo  género  de  materias^  aside  Josticia^  como  de . 
Guerra ,  Grada  y  .Gobierno  ^  porqne.en  todas  se  acoo;-  \ 
secaban  los  señores  Reyes  con  personas ,  que  tenían  sena« ' 
ladas  para  ello ,  que  por  eso  se  llaman  de  su  Consejo. 
Estos  eran  de  todos  estados  y  profesiones  ^  Prelados ,  Tif 
tttlos  y  .Caballeros ,  Letrados  y  otros,  según  que  de  la  su? 
ficiencia ,  y  partes  de  cada  uno  jux^an  i  y  dcgian  los 
Reyes  ,  y  de  aquí  se  entiende ,  que  se  iia  dei^iyado  Ja 
•xazonde llamaise hoy  los  Prdados  >  y. Títulos ,  del  Conr 
sejo  y  y  por  ella. tienen  asiento  en  él,  quándo  se  ven  sus 
pleytosi  y  de  haber  sido  este  Consejo,  solo,  y  tratarse 
cii  el  todas  laa  materias  ,del  reynp ,  nadeia  lazíon  ,  porr 
<]ua  las  leyes  ^  y.  los  señores  Reyes  ^  en  loa  dóspachos 
nunca  han  dicho  mas  que.  él  Consejo ,  y  los  del  mi  Con¿f 
6ejo,que  por  esta  razón  se  ha  entendido  siempre  por  este, 
(y  se  entiende  por  eh 

Y  andando  el  tiempo ,  mudaron  los  señores  Reyes 
el  moda  en  las  personas ,  y  formaron  este  Consejo  de 
cierto  numero  de  Caballeros  de  (apa  y  espada ,  y  cierto 
«lúmero  de  Letrados  ^  hasta  que  los  señores  Reyes  Ca«* 
tólic6s(á  quien  debe  esta  corona  lo  que  se  sabe)  exclu:* 
«yéronlos  de  capa  y  espada,  y  le  formaron  como  hoyj 
cstá,.de.ttn  Pifesidenre,  diez  y  seis  Letrados.,  gente  me- 
•diana  entre  los  i  Grandes  y  pequeño»,  sint  ofensa  de  los 
unos,  ni  de  )os  otros 9  cuya  pro&sion  son  letras  legib- 
les ,  comedimiento ,  secreto ,  verdad  ,  vida  llana ,  y  sin 
<orrüpcioá  de  costumbres',  no  visitar,  no  recibir  dones» 

no  profesai:  €skoec)iez^  de  ami^fódes,  n^o  vés^  /  ni  gas- 
tar 


19  8 

tar  suntaosamentciyen  su  trato  blanJurá,  epeira  y  nr^ 

banidad. 

Con  la  extensión  de  los  negocios  ,  y  nuevas  ocasio- 
nes ^  que  se  iban  ofreciendo ,  se  fueron  sacando  de  este 
Consejo  algunas  de  las  materias  que  se  trataban  en  ét^ 
y  pareció  darles  dueños  privativos  ,  y  de  estos  princi- 
pios sc^  han  ido  extendiendo  liasta  el  estado  que  hoy 
^enen. 

Salieron  las  materias  de  guerra  á  tribunal  donde  se 
tratasen  ;  también  las  de  Hacienda ,  las  de  Indias  ,  y 
aunque  se  conservaron  las  de  Estado  ^  y  Gobierno  de 
estos  reynos  on  particular  v  pero  en  quanto  mir^n,  y  tie^ 
nen  dependencia,  de  1;^  trabazón  universal  de  la^Monac- 
quia  I  se  tratan  muchas  de  ellas  en  el  Consejo  de  £s^ 
tado  y  que  se  formp  después  el  año  de  1527,  con  oca« 
sion  de  estar  el  señor  Emperador  en  Flandes  ^  y  Ucvaf;^ 
mal  los  de  aquel  país  >  y  otros ,  que  las. materias  que  les 
tocaban  1  se  enviasen  i  comunicar  á  este  reyno  ^  ó  se  re-^ 
solviesen  por  solo  Ministros  de  ^L 

Quedó  en  el  Consejo  C  y  hoy  se  conserva  )  la.supre** 
ma  inmediata  jurisdicción  de  todo  quanto  toca  á  justi«- 
cia  y  gobierno  »  sin  exceptuar  cosa,  ni  persona  algu*. 
na ,  y  le  está  cometida  por  V.  M.  por  las  leyes  que  ea 
esta  razón  ha  sido  servido  de  promulgar  :  en  esto  en« 
tra  lo  que  las  leyes  llaman  mero  mixto  imperio ,  y  todm 
lo  queV.  M.  mismo  puede  hacer ,  así  en  razón  de  hacec 
lasleyesy  como  crear  oficios,  como  el  que  Uzman  IngkuUx^ 
<]ue  mira  á^poner  pena  corporal  hasta  de  muerte ,  y confis* 
cacion  de  bienes ,  y  de  hay  abaxo  todo  lo  demás,  segua 
que  mas  largamente  se  dispone  en  las  leyes,  porque  toda 
está  decidido  en  las  del  reyno. 

De  el  dependen  el  exercigio  y  uso  de  las  demás  jaris» 
dicciones  9  y  las  gobierna,  no  porque .gor  las  lej^es  no  es- 
tea 


IP9 
ten  aplicadas  á  quien  toca ,  sirio  por^iue  por  dta  potestad 
supreoia  que  tiene ,  puede  avocar  á  ^  las  causas ,  y 
Inhibirlos ,  ó  disponer  en  la  forma  que  juzgare  con- 
yeoiente. 

Algunas  cosas  de  estas  requieren  consulta  con  V.M., 
tomo  seria  la  prisión  de  un  Grande ,  y  otras  que  pox. 
la  freqüencia  con  que  se  hacían  ,  pareció  conveqir,  como 
son  las  venias ,  y  las  demás  que  se  consultan  á  V.  M.  los 
¿Vieraes. 

A  este  Consejo  baxaban  y  y  asistían  al  despacho^ 
libramiento  de  los  pleytps ,  y  de  las  demás  matetias  que 
se  ofrecían ,  los  señores  Reyes,  los  Viernes ,  y  entienda 
tqiüe  en  lugar  de  eso  ha  sucedido  la  consulta  que  este  dia 
ae  hace  á  V.  M. 

.  Este  Consejo,  señor ,  así  por  su  antigüedad ,  por  sei: 
ti  que  nació,  con  la  corona^  copio  por.  U  tsupcema  ,  é 
inmediata  representacloá  que  tiebe'C^>Y«  M« ,  y  potosí 
tad  grande. que  exercei  y^  coa  c^eiSbo  por :  ser  el  do 
¡Justicia  I  ha  sido  siempre ,  y  es  ct  maíyor  cjuerpo  dé  ^ 
ta  corona  ,  y  reputado  por  el  brazo  derecho  de  Y.  M • 
como  medio  universal,  que  conserva  y  y  n^antiepeiel  Es- 
tadp  de^sa  República  en  paz  y^  qnietud>  quft  hace 
<}Qe  cada  uno  se  ajuste<  á  la  obligación;  del  gobierno  >  y 
de  las  leyes  >quqpQne  igualdad,  entre  los  grandes  y  los  chi- 
cos,, entre  los  poderosos ,  y  los, que  no  lo  son  5  y  final- 
mente  y  por  medio  de  estos  Ministros  esta  la  dignidad 
ele  Y*  M. ,  y  esiado  de  este  rey  no  y  seguro  de  accidente, 
y  prevenido  para  qüando.  los  hubiere ,  porque  no  hay^ 
jpaas  medio  para  lo  uno  y  y  para  lo  otro  y  que  el  de  la 
justicial  y  «sta.obra  sin  distinción  de  personas  ni  mate* 
rías  3  con  lo  qual  viene  á  ser  una  de  las  columnas  mas 
fuertes  para  el  sustento  de  la  autoridad  real ,  y  de  sus 
xeynps.    ^ 

jPor  cstQ.los  s$q9re9  Rcye$  han  ssiHidQ ,  y  hecho 


particular  honra,  y  favor  á  éste  Consejo  entre  los  (Sernas^ 
y  Uan  juzgado  por  necesarísimo  conservarles  en  la  auto» 
ridad  y  spberaní^  que  tienen  en* general  y^ particular,  co* 
mo  camino  por  donde  se  aseguran  los  efeftos en  lacom* 
posición  del  Gobierno,  porque  el  respeto  y  veneración 
al  Tribunal  en  común  ,  y  á  la$  personas  de  que  secóme 
pone  en  particular  ,  es  la  mayor  parte  para  que  los  sub« 
ditos,  de qualquicra  estado  y  calidad  que  ^ean.  Se  com« 
pongan  y  ajusten ,   y  para  que  no  haciéndolo  ,  la-  mano 
y  autoridad  real,  y  sin  llegar  á  dar  ella  el  golpe,  sino 
si>lo  representada  en  estos  Ministros ,  obre  con  mayores 
fuerzas  y  mayores  efeftos.  -         *    * 

'  Y'por  e$ta  consideración  ,  y  por  otras  se  ha  tenklt^ 
siempre  por  conveniente  la  resolución  que  tomaron  los 
señores  R.¿yes  Católicos ,  d¿  que  en  el  Consejo  no  'en* 
rrasen  Señotes ,  Tirulos ,  ni  Prelados ,  y  que  solo  so  re« 
daxese  á  personas  jparticulares  de  letras  i  pero  de  buc- 
eas calidades ,  porque  como  U  principal  parte  para  ha« 
cer  justicia,  es  la  libertad,  y  estar  sin  dependencia,, 
no  parece  que  podía  correr  esto  en  los  Señores  ,  porque 
por  sus  casas  ,  y  por  sus  deudos  ,  y  por  su  misma  ca« 
Itdad  están  muy  trabados,  si4>ien  cdn  mayores^ obKga* 
clones  5  y  en  los^  Prelados  se  pudo  considerar  Ui*  Idipor^ 
rancia  en  la  conservación  de  las  regalías ,  cuya  no  pe** 
quena  parte  mira  á  ellos ,  y  $1  estado  eclesiástico ,  y  no 
debió  parecer  conveniente  que  ellos  lo  tratasen^ 

Y  debióse  de  considerar  también  ,  que  mas  dkkuU 
rosamente  se  desembarazarían  los  señores  Reyes  (  en  caif 
sus  que  ocucriesen)  de  los  Prelados,  y  señores  Consejeros; 
por  ser  personas  tan  grandes  ,  y  con  tantas  tayeés  ea 
él  rey  no  ,  que  no  de  un  Letrado  particular,  á  quien  po* 
dián  sacat  del  Consejo  con  mas  facilidad,  con  que  tam«> 
bien  se  grangea  ,  que  reconociendo  ellos  eso,  vivan  taiu 
«dvercidps  to  el  Cttmplinaiciito  de  su  obligación.  -  - 

Tam- 


También  en  los  tiempos  en  que  hubo  menos  quietud 
en  estos  ceyaos,  pudo  libarse  á  considerar  ^  que  siendo 
la  justicia  quien  habia  de  dar  el  sosiego  y  ia  quietud, 
y  poner  freno  á  ios  mayores  y  menores  ,  y  debiéndose 
executar  esto  por  mano  libre  ,  .no  era  justo  ,  ni  coave- 
niente que  fuese  por  la  de  ios  señores ,  pues,  atiora  divi- 
didos entre  sí  ellos ,  ó  sus  deudos ,  ahora  menos  aten- 
tos al  servicio  de  los  Reyes,  de  lo  que  conviniera ,  fuera  la 
última  perdícioni  y  exercitar  las  veces,  y  representacioa 
déla  potestad  real ,  y  disponer  las  materias  de  justicia 
y  gobierno  s  pues  se  dexa  conocer  ,  quán  dificultoso  fupr 
xa ,  y  de  quantos  inconvenientes  quitarles  entonces  las 
plazas  I  y  la  mano. 

Por  las  quales  razones  ^  y  otras  que  se  han  ido  des- 
cubriendo con  el  tiempo,  y  ocasiones ,  se  ha  reconocido 
por  mas  conveniente  gobierno  ,  el  componerse  este  Con- 
sejo de  personas  de  letras ,  y  que  no  lo  puede  ser  el  miir 
daresto# 

Siempre  ha  ido  este  Consejo  y  personas  de  ¿I »  coa 
cuidado  en  conservar  esu  autoridad  y  potestad  ,  que 
los  señores  Bueyes  y  V.  jML  les  han  dado  en  el  servicio 
^e  sus  oficios  ^ ,  como  en  la  gravedad  de  sus  personas ,  y 
xespctoqiK  serh^n  hecha  guardar;. y  aunque  no  suele 
0er  bien  visto  de  los  demás  seglares,  y  particularmente  de 
los  Señores ,  porque  alguna  vez  les  parece  que  se  falta 
íí  la  cortesía  que  se  les  debe^  y  que  se  compadece  coa 
4el  ministeirio  de  superioridad  jde  Jueces  ,  todavía  es  esto 
ide  lo  que  fiícilmente  se  puede,  dispensar ,  y  disimular» 
^rque  está  gravedad  y  sequeds^d,  aunque  mezclada  coa 
cortesía  fuera. mejor,  pero  no  jes. dañosa  ,  porqué, siü 
Jduda  infunde  en  los  subditos  temor  y  veneración ,  y 
ambas  importan  para  la. aus.  pronta  obediencia  en  los 
^subditos  ,  y  mejor  execucion.de  las  leyes  s  y  lo  cietM 
<€s,  qu^  a^Qque  ¿  los  grandes  señores ,  y.  títulos  fiO  1^ 
'^Tm.XJ.  Ce  sa-' 


a02 

sabe  bien  esta  autoridad  ,  y  esta  mant>  s  pero  a  V.  M.  le 
está  bien ,  y  siemjprc  los  señores  Reyes  han  ido  con 
grande  advertencia  en  conservarla  ,  porque  por  ésta 
mano  han  hecho  ^  y  ha  de  hacer  V.  M.  quanto  convic^ 
lie ,  y  de  su  abuelo  de  V.  M.  Don  Felipe  IV  nuestro  se- 
-ñor  se dice^  que  obraba  por  este  Conse)o  quanto  que*^ 
Tía  I  y  si  llegaban  á  quejarse  ^  se  disculpaba  con  ellos,  y; 
que  allá  se  aviniesen  con  esos  viejos,  porque  el  no 
podía. 

Por  la  presunción  que  hay  de  que  en.  este  Consejo 
residen  siempre  las  personas  mas  eminentes  del  reyno^ 
«ntran  algunos  de  él  en  los  demás ,  para  que  con.su  asis- 
tencia las  materias  tengan  mas  dueño ,  y  asi  entran  dos 
en  el  Consejo  de  la  Inquisición  ,  dos  en  el  de  Hacienda, 
y  uno  que  substituye  en  sus  faltas  y  otro  es  Asesor  de 
la  Guerra ,  también  con  substituto,  otro  en  el  de  Cruza«- 
tia  y  con  dos  que  le  substituyen  ,  otro  es  Asesor  del  Bu«* 
reo  de  V.  M. ,  otro  de  la  Rey  na  nuestra  señora.  Quan«* 
do  V^  M.  va  á  jomada  le  acompaña  uno  de  el,  que  tam- 
bién es  de  la  Cámara ,  y  generalmente  para  todas  y 
<)ualesquier  materias  graves  y  d¿  importancia  que  se 
ofrecen,  de  qualquieía  calidad  que  sean,  siempre  .V<  hlL 
echa  mano  de  ellos ,  y  ama  su  Conse|o ,  v  porque  no  se 
puede  dudar  y  sino  que  de  ordinario  son  grandes  perso^ 
ñas ,  y  quando  han  llegado  allí  han  pasado  por  Cáte- 
dras^ Colegios ,  Tribunales^  y  adquirido  grandes  nótip 

cias  y  experki>cias ^: y ^.todiQKe&necesarloIpaxi  puesto 
tan  grande X. impor|aiue; L.    ;•     .  ,  -  ■  ^ 

Y  de  aquí  se  colijp  i  qui?  es  tiecesario.  el  acertar  en 
la  elección  ,.procurándo  siemprqque  jsean  délos  mejores, 
Teniendo  cuidado  de  liacer  lo  mismo'en  las  Audiencias, 
Chanciilérías  y  Constjos  de  esia.Corre  i  porque  son  se- 
ninarioá  pata  ene  ^  y  sude  el  tiempo «  y  la  antigüedad 
ltIpbraüdo:ea  e{t«  ascenso^  y  seria  desdicha ,  que  fal- 
%;4  :ta- 


tasen  lás  demas^  partes ,  en  puesto  ctomie  son  tan  n^esa- 

tías.  En  el  óiodo  do  gobierno  de  cs(c^  Consejo  ^  no^  se 
jDe  ofrece  que  advertir ,  ^or  ser  conveniencia  de  V«  M. 
el  conservarle  cop  la  autoridad  que  tiene  i  por  abanas 
consideraciones  particulares  que  herepretoptado  áV.  M.íi 
y  por  la  principal  ^  que  es  la  administración  de  .justician 
con  autoridad  y  Independencia  ,  y  como  esta  es  dele-^ 
gada  de  V.  M.  siempre  con  Viene  no  dexarles  olvidar  de 
esta  verdad ,  porque  la  mano  que  tienen  es  tan  grande, 
ipie  á  no  conservarles  en  el  reconliclmlento  que  bcrapun- 
tado  j  podria;^lleg^r  á  sot  de  inf onvelñcntes'  inveoclblesí^ 
pero  cfi  todo  quaótó  no  foere  aventurar  loS|  ó.  facilitar  )qS|^ 
conviene  al  servicio  deY*.  M«.  tener  autcftieado.  este  Trin 
btinaL  ..  , 

1^1  pfício  de  Presidente  de  este  Consejo  le  tiebe  Doa 
Francisco  de  Contieras^icbn  dos  cucn|os^  <|e^fliata.VBdi^¿ 
$es  de^  salario ,  ^aunque  sus  lanteoesores  fioociTbam  iínk 
do  Ibas  qae  un  ciieoto ,  y  cada  Cooscjec»  5bo9)liiañi»i 
yedls.    ■  '  .    \.   ■  '  . ,  ' 

•  I   * 

Consejo  ii  Inquískton. 

'  Eí  Gottsejo  de  la  real  Irr^psislclon ,  tiene  un  Inquis!^ 
íiói^  General)  que  lepteknuy.:JyL»t  y  usa  en  virtud  de 
comisión  Apostólica ,  y  imeve  Inquisidores  ^  y  un  Ifis^i 
cal:  esto  demás  de  dos  Asesores- del  Consqo  Real,  y 
Hkk  SbCtttHii|op£llnqtttaldor'^6e(iebil^solo>  sin  comunl-< 
cáclon^del  Gottbejtt,  ptoTlie4asptajuS'de  todas ias  Inqui* 
^Ocifokies;  y'ioS'f4eitias  ofí(ias<:dío  eUasy:excepco  lo  de 
'Portflgat ,  queto  provee  el -Inquisidor  General  de  aqudl 
teyno  i  consulta*^ á  V.  M.el  Inqnisldov  General  de  está 
Corte  las  plazas  del  dicho  Consejo  ^leiiyo  exerdoio.ei 
<4etev(iil nar  ^  1«  é&usa&  quf^  vienen  ^ *  á;^n  agrado  de  '<ap9> 
nailon  de4CKÍáS'la&  deittas  •Iiiqui¿lcloiK»j^ti«Mi4c  jalarte 

Ce»  ^ 


;i04 

el  Inquisidor  General  un  cuento  de  tnartt vedis  hoy^  yca^ 

da  Consejero  j  ooSTfaiara vedis.  £n  este  Consejo'no  se  roe 
ofrece  jque  representar  á  V.  ML  mas  ^  que  está  flaco  de 
Consejeros ,  por  la  mucha  edad  de  los  que  hayJiíoy,  co- 
qao  mas  ¿a  particular  consta  de  la  relación  de  Jos 
sttgetos.  . .  .       ^ 

Onuejo  i€  Aragón. 

.  £nd  Consejo  de  Aragón  hay  un  Vice-Chandller, 
wi  Tesorero  genevál  xie  aquella  corona ,  que  es  jsl  Conde 
de  GUhcbon' ,  y  preside  en  ialtá  de  Vice -Chanciller  <fi 
iiiaterias  de^graicia'^  yienJas  de  justicia  iel  Regente  mas., 
antiguo»  Son  todos  los  Regentes  seis ,  dos  de  Valencia» 
dos'de  Aragón  9  y  d:ds  de  Cataluña',  y  un  Fiscal,  y  un 
Pcótotiotacio  ,^  y  quatro  Secretarios.  Su  eXer ciclo  es.ftra-: 
Mr  diel  gobierno  i  de  la  haciendak ,.  y  administraclQi^  de. 
la^justidad^  aquíella  corona  ,*  y,  provisiones  de  la  ]^le-> 
sia ,  Virrey  natos  y  oñcios  temporales ,  y  del  rey  no  de 
Valencia  solamente  Tienen  al  dicho  Consejo  algunos 
{dey  tos,  causa  recogMsetndij  que  es  lo  mismo  que  en  Cas-» 
tilla  el  grado  de  Mil  y  quinientas ,  y  tiene  de  salario 
el  Victt-Chanciller.un  citeiatp  de  mairtfVíftlis-^  y.  jíada?  Re- 
gente 5  dod  maravedís ,  y  cada  Secrettirio^  JQs.  do^^prdJL^ 
narios  tienen  cada  uno  400  ducados ^de  salario,  y  otros  dos 
extraordinarios  cien  ducados  C9da.uno#  ...  ^  :.  ^ 
-  .£ste  Consejo  tí  el  iqucDmaá.Mcesj.Qi'  ¿CoglAmij^  mr 
getos ,  y  es  jeí  queJ^y  Je|as¿.lf«te^  ae ,  h^^tíiic:^  :^loh  J^ 
o^inibD jquc tir^njitan^los  xtfy nos,d«i4aecioi^  tiatur^te^^ 
í^  que  se  ajustan  cada  ün^y  tú.  <bir.  al  otrocfjf .  r.eyno  quj^ 
les  toca  i  y .  ajuMaiTSe ;  á  í  sU» .  idi^meoes  en  >  distrir 
budotLide  Iqsí  .düc^qí}.. J$i  eQ)Ht0da$;las:Fr^kÍenQ|i«\.es 
«qeesab:i0(.to^rigrandeftob9)i»tu^KW  est«.¡raas  qu^.^p 

•telaú4|uécai^^iqi|QjiolO:á;r]^e  4»pos.  qixe 

'-  ^       x:J  se 


s¿  consideran,  y  ts  casi  {ftip(feifole<si.líade  xx  na  toral  de 
aqueUá  corona' el  Vice-Ghanciller.)  hallarse  sufctoí  qaal: 
conviene ,  siendo  así  que  los  habrá  en  aquella  corona, 
que  parezcan  suficientes  para  la  Presidencia  de.Cascilla^ 
Mucho  se  debe  velar  en  el  remedio.de  estos  daños ,  y  si 
hubiese  algún  camiqQ.paxa  (enerven  cada  reyno  de  estos 
alguna  persona  natural  de  Castilla  confidente ,  y  de  en* 
teres^  ',  que  avisare  secretaoiente  de  la  Verdad  de  los  su- 
getos  y  y  degoas  cosas  del  Gobierno. ,  y  se  correspondiese 
sobre  ello  con  V.  M.  iamediatamente ,  secía  el  oejos 
medio  i;pero  n^  eS;fáál;«sto  ^  pues  {:ie«soDas  á  iquleo  ñat 
tamoiT  DO  Ids  ^y '  y  inM>cQD  la^  dri^nostMoas  de  stt 
UD,i^iywh&y  q<ic  Ao  pedieran  ser  notadas  ^  P9«s> (Qft 
^abene  ^.se  fnalog|:ái:a  la  confidencias  y  paca  todo  seri 
bien  i  que  resepa  eo  justicia ,  si  puede,  el  Y;ce-£ha% 
cillcr  jácMS.  de;  m  natuíai. . '  c ./ .:,    /  .  .       : ..    :i 

-  £1  Conseja  de  rPortugal  te  compone  de  un  Pteskleií^ 
te  ,  quatro  Consejeros  ,  y  dos  Secretarios  3  trataoa&M 
él  Us .  toa4;4iiia6  }d¿  13«$Máa»i,  rB&tatf|$rhy:  Quie^cdei  iquel 
feyiiOi.£l  gresideotg  rieyj Jttt; oMtetft.deiAifgdycdisea 
de .  «alaf io  i  los  dOs  Consejeros  0e  estos  ^  que  son^  de  £srf 
«adoi  i  0^00®  inácay odlses  cada  iiop>  y  •  las  otros  dos  do 
toga.  5.09®'  ml»raAredises ;  cad^  dtnp.  /  y  eada  ^  Se<{r«tari9 
4ood  maravedises  cada  uno.  MttclMI,^'que)4tl<4e  este 

uibuiidlilw  ¥M«|i^iieSes>¡y  «nvqjiie  i»  6Í¿«o  q|:ke  $uele 
ac¿u]rsíi4eVzel9  c4e  i«s¿lyUni^^^^  ^cer^.  malquistos 
con  los  4^t«eodienMS:i .  cf  e«  jrcrdadíírameivte  ,  quesijeoip 
da  este;;(;:<Mmqftv^.:&stade(9.Gtíw^  y  (Podiqumas,  se 

experimentada  en  esta%fKf>fi»i¿)i(^ 

el  riesgo  jue  consideramos  en  el  de  Aragón  >  {x>rque  no 


^  *• » / .  •  f 

r 

'  El  Const{o4e  Indias^so  ccMipoiie  de  un  Pr^ideotCy 
y  diez  y  seiS' Oidores,  un  FisÁl  \  y  dos  Secretarios ^  tra- 
tarse etv  el  todas  las  cosas  de  gobierno^  y  admiotstracioii 
át  ]\mlc\¡á,  de  dqncltas  Pfovitidís.  Tiene  de  ^latio.^ 
Présidci^¿iffl-CttsnL^  fflataygdiys ,:  y  cada  CoiMe|e*^ 
íO^  5  dód'iñataSiii^^  ¿  isiSflfta^  y  hay 

en  4l  dos  dias  i  la  semana  tta  Consejo  óxtráO£4lnario, 
^ücst  nombra  Juncíi  de.Guetra  de  Indias.  Aslsfco  poi 
la  mañana  en  el  quatro  CoiM|etos  de  Gáefl»ry*y  qua<^ 
tro  de  las  Indias  con  el  Presidente  á  tratar  de  todas  las 
cosas  de  guerra,  q¿c¿}0é*oficeebn  ^tai^aellas  Provincias, 
asi  en  tierra  como  en  mar  ,  despacho  de  las  flotas ,  y  to- 
do: ló  demás  4ue  tqca  á  la  defensa;  ccjoserváción  y 

Ls-  y%[  Consejopse  fand4>:ccín  -Miiitsc^caínogádiM  de^pa 
^éS{)ada :  ha ;^edbtdi^  alteracióti ,  ^«las  caSl  splmpoe.se 
ha  conservado  en  Ú-  algán  Ministren  ^h  toga  v^y-  como 
«n  Consejo  ea  que.se  trataa  materias  de  Estado  y  Guer^ 
ra ,  se  juzga- que  noh  deseonvíene  el  taoáof  de  fix^zt  et 
estas -«osasi. los- sdglaiíosí ' ''-  -^'^^  —  '•'  '■■'•'•  •;  o.>.  {, 
>  Estlcfcoido  el  ii4Mero  ^de^ConsejetOji  mtiáhouüiu 
que  conv<thdrIav  y  así  seta  del  seffvieto^e^V;Mi>'«et|^» 
cirios  á  seis  ,  ú  á  ocho ,  y  en  ^quantOi  i  'la  callidad  que 
he  apuntado ,  convendrá' taflibi¿n'cdásultarto^>yresotv 
verlo«  Hoy  fio  hayanas^ququrt^CCooseleto  deeafA  y  es* 
<^da^,  qiiedl^élgsatíChttnfcJH^ft^:-    ^^  *  ^  injí.;.;  . 

'4;-j  Cwf- 


totf 

püdieodo  ser  nuestra  noticia  <fo' áquellascosas  tan  índí^ 
vidual  como  sería  necesario  i  se  está  á  peligro  de  que  | 
usurpen  mas  mano  los  Ministros  superiores  ^  de  quien  es  i 
forzoso  fiar  lo  que  se  ignora^ 


107 


Conseja  4^  Italiám 

£1  Consqo  de  Italia  tii^iie  un  Presicíentó ,  seis  Re^ 
gentes  ^  los  dos  de  Ñapóles'^  dos  de  Sicilia  f  dos  4c  Mi^ 
lan  y  y  como  uno  de  ellos  sea  natural  de  cada  Broviocia, 
el  otro  puede  ser  Castellano :  también  hay  un  Conser- 
vador del  Patrimonio  Real,  hay  tres  Secretarios  y  de  ca- 
da Provincia  el  suyo.  £n  falta  del  Presidente  de  este 
Consejo  preside  el  Conde  de  Chinchón  por  Tesorera  ge* 
neral  de  la  Corona  de  Aragón,  que  como  eLCousejó  de 
Aragón ,  y  el  de  Italia  solían  ser  uno  ,  y  se  dividieron^ 
d  Tesorero  general  quedó  con  la  preeminencia  de  presi» 
dir.  £n  este  Consejo  se  tratan  todas  las  cosas  de  gobier-* 
no  y  y  grada  de  aquellas  Provincias ,  y  provisiones  de 
Iglesias  j  Virrey natos^  y  otros  ofidosc temporales*  Tidne 
de.  salario. el  Presidente  g8  escudos  de  á  trece  ¿ediles  k  .^ 
cada  Régeme  5ood  maravfcdjises  v  y  cada  SecretariK^ 
a^30o  ducados ,  y  el  Conservador  del  Patrimonio  Real 
^oo»  Este  Consejo  es  el  de  menor  instrucción  de  todos 
los  extrangeros ,  por  componerse  de  Españoles ,  y  nata^ 
rales  de  aquellos  rey  nos  ^  y  sí  todos  los  otros  de  la  Cor*> 
te^  y  fiíera  de  eUai  se  compusieran  dsí  de  naturales  nues^ 
tros  y  suyos  >  tuviera  V.  M«  el* cobro  que  conviene  mas 
á  su  Monarquía,  y  al  buen  gobierna  de  las  Provincias 
^y  sé&orios.  particulares  de  ella  y  y  en  quanto  á'los^in-» 
gularps  i  c^  de  los  Consejos  que  mejor  están  <,  como  mas 
bien  ¡se  .verá  en  la  r^uJacion  de ;  los  particulares. 
»  '    '      '        ...         « ' 

Cornejo  de  Flanáei. 

£1  Consejo  de  Flandes  se  compone  de  un  Presidente^ 

y  dos  Secretarlos*  Tratanse  en  este  Consejo  todas  las 

provisiones  eclesiásticas ,  )r  oficios  de  seculares ,  como 

de 


«0« 

de  Presidencias  |  y  otros »  y  también  gradas  honcrúi- 
cas  de  toysones ,  baronías  ^  títulos^  caballeros  ,  noble- 
zas ,  y  ayudas  descosta  :  tiene  de  salario  el  Presidente 
g®  diicados  de  á  doce  reales  ^  y  cada  Secretario  8oó  es* 
cudosi  <^e  Wen  mil  ducados  escasos  de.á  once  reales 
cada  uúií. 
-i  Omiejo  de  Ordenes.' 

£1  Consejo  de  Ordenes  tiene  tambkn  un  Presiden- 
te y  seis  Oidores,  un  Secretario  y  uñ  Fiscal  £1  exercí* 
cío  de  este  Gonsqo  es  despachar  las  pruebas  de  las  per-^ 
sonas  á  quien  Y.  AL  ha  hecho  merced  de  hábito ,  y 
sentenciar  las  causas  que  vienen  á  el  en  grado  de  apéla<» 
don  de  los  lugares  del  distrito  de  las  Ordenes.  £1  PresU 
'dente  tiene  de  salario  un  cucjito  de  maravedises  ^  y  los 
del  Consejo  5 oo9  maravedises ,  y  el  Secretario  aood 
ifiaravedises.  fin  este  Tribunal  no  se  me  ofrece  que  re* 
fÑresentar  á  V.  M.  mas4e  lo  que  se  veri  por  la  relación 
de  los  particulares ,  y  con  generalidad  que  Y.  M.  se  sic« 
?ra  de  procurar  que  se  tome  medio  en  la  parte  de  la  cen- 
5ura  de  las  limpiezas ,  y  termino,  el  que  pareciere  justi* 
ficado  en  consulta  dé  Ministros  graves ,  por  no  tener  ea 
estado  de  desesperación  á  estos  pobres  hombres  sin  cul^ 
pa  propia  ,  y  con  tan  graves  inconvenientes  cerno  en 
otras  ocasiones  he  representado  i  Y*  M.  así  en  materia 
de  justicia ,  como  en  la  de  Estado ,  y  mayor  segttrida4 
¿e . estos,  reynos;  y  quandp  no  hubiera  ninguno ,  i  pro«i 
pongo  á  Y«  AL  que  en  ninguna  otra. parte  del  moh^ 
do  se  ezecuta  en  esta  forma ;  suñcientc  consideraciocí 
^quando  cesaran  todas^,. 

»  •  I       '  <    '  I  • 

Ha- 


Ú09 


Los  Tribunales  de.  H^icieada  son  tres »  á  los  quales 
gobierna  un  Presidente. 

£1  pclaiero  es  ei  Consejo  de  Hacienda,  quetieneocho 
Consejeros  jdpcapa  y  espada ,  sin  dos  CornlsarioTHel 
^nsejo  Rear,  qué  concurren  en  el  dicho  Consejo  de  la 
Hacienda  tres  días  cada  semana  por  las  tardes  á  la  de«, 
terminación  de  los.pleytos  que  tocan  en  punto  de  dere- 
cho, y  dos  Secretarios.  £1  exercicio  de  este  Conseje» 
principaimeiite  es  la  adnoiqistracion  deiás  reatas:  Ríales 
diC  y.:M« :  tiene  de  salario. el  Presidente  un  cuento  d« 
maravedises,  y  cada  Consejei 
Secretario. 

£1  segundo  Tribunal  de  Hacienda  tiene  dnco  Oído^ 
ees « que  ^entenci^n  las  causas ,  que  le  remite  tí,CotíSc]kr  * 
de  H^ciend». ,  que.  tpcan  á  justicia ;  tiene  de  mlatrlQ  tíki 
daunodeeUos43o9mar9yedisefl«.  i  .        .      , 

£1  tercer  Tribunal  es  de  qgytF^  ^^"^^"''^^  ^c  ^^* 
pa  y  espacia^.  £stos  resuclyeii  las  dudas  que  se  ofrecen  á 
los  Contadores  de  resultas  de  V.  M*  t  que  tocqan  liu 
cuentas,  en  q^C.  es  internada  la  Real  Hacienda :  tieiiQ 
asimismo  cada  .uno  de  ellos  de  salariq  otros  4|9d  ma* 
lavedises. 

Hayjítro  Tribunal  mas  ^  que  es  el  de  la  sala  de  Mí* 
llones^con  jurisdicción  distinta  para  administrar  jos  s$b? 
ylciQ$;  concedidps  por  ,eí  reyno ,.  en  que  C!ñp  aJgíinos 
Cpnsejer os  de  Hacienda  cpajcurrsn  otros  t^nto^ 
sarios  del  levnQ.^   .     ,  i 

Estos  Tribunales ,  señor ,  que  se  encierran  debixa 
del  nombre  de  Consejo  de  Hacienda  ,  que  por  su  mi* 
nis;etio  debería  ser  el  mas  útil  y  neccsariqi»  por  1q  qus 
ca^i es  yoz común ,  habrá  entendido^ V*  í^  que  t>pr  los- 
accidenten  que  yo  no  califico  ,  .se  tiene  por  mal  admir 
Tom.XI.  Dd  nis-t 


nistrada  la  Hacienda  de  V.  l/L ,  atribuyendo  á  este  Coa* 
sejo  la  mayor  apretura  que  se  padece.  No  es  justo  go- 
bernar nada  por  esta  opioion  ^  pero  débese  á  ella  exami- 
nar con  que  justificación  se  mueve ,  y  poner  remedio 
grande  I  y  efeÁivo ,  y  este  es  solo  executable  poí  la  in- 
mediata mano  de  V.  M. ,  y  asi  rambica  el  ajustar 
tos  noticias  f  de  su  sola  persona. 

Omsijo  de  Cruzádá. 

<  .  £1  Consejo  de  Cruzada  se  compone  del  Combaría 
general ,  dos* Contadores  que  tienen  asiento  con  el-,  ua 
Fiscal  áú  Ropa ,  y  dos  dal  Consejo  Real  >  otro  del  Coo- 
sejo  de  Aragón  ,  y  otro  del  de  las  Indias  |  que  son  Co- 
misarios. Este  Consejo  tiene  la  razón  de  la  hacienda  de 
h  Bula  de  la  Cruzada  ,  Subsidio  y  Escusado ,  y  admi- 
ración de  lo  demás  que  k  puede '  pert<necer ,  y 
determinar  los  plcy tos ,  que  se  causan  en  ra2on  de 
Bsiado. 

£1  Comisario  genial  tiene  un  cuento  de  maravedí* 
tts,  y  cada  uno  de  los  Contadores  importarán  sus  sala- 
tíos  y  derechos  ^  que  paga  V.  M. ,  3®  ducados ,  y  el 
fiscal  20od  maravedises.  Los  dos  Consejeros  del  Conse- 
jo de  Castilla  tiene  cada  uno  lood  maravedises  por  este 
Consejo ,  y  ios  otros  dos  Consejeros  de  Aragón  y  Indias 
-lleva  cada  uncf  ^odjnarayedises. 
< '  Deteste  TriDunal  he  oído^  que  se  gobierna  coa 
poca  atención^  y  alguna  dispensación^  pero  no  con  los 
fundamentos  que  son  bastantes»  para^qu/:  yo  informe 
ti  Real  ánimo  de  V.  M.  y  pero  en  el  tribunal  mas  bien 
gobernado  es  necesaria  la  atención  de  V.  M.  Con  te* 
fterla  sobre  «Re ,  quedará  Y.  M.  con  la  noticia  necesaria 
|»ra  ajustar  lo  que  mas  conviene  en  w  gobiicrno ,  y  re-^ 
medio  de  ios  desordenes.  .      * 


axj 


•     • » • 


Rfffio^  df  P^ntu^ál^  f  $u$  €é¡\Í4iMu 


t » 


I        Los  rey  nos ,  ^ñor ,  de  Ponugal  son  sin  duda  de  Ip 
mejor  que  hay  en  España ,  así  por  la  fertilidad  de  ia 
tierra  en  algunas  partes ,  como  pc^r  la  disposición  de  las 
otras ,  parst  la  mercancías  con  los  puerijos  excelentes  que 
hay  en  aquellos  rey  nos  :  son  afctupdantes  de  gente ,  y; 
por  la  disposición  dicha  9  de  personas  de  gran  caudal ,  y 
su  gobierno  dificultoso  :  componise  de  tres  brazos » C9^ 
mo  todos  los  otros  rey  nos  del  mundos  eclesiástico ,. noble 
y  plebeyo.  £1  eclesiástico  no  es  grande  por  la  cqrteda4 
de  sus  limites  h  los  Preljidos  son  generalmente  atentos  y 
circttoispeftos  »  y  traun  del  culto  diviQQ  con  gran  de^ 
ccncia  y  ornato  (  parte  que  se  extiende  á  las  Iglesias  mo- 
nos principales  de  las  Qudades,  y  á  las  de  las  Aldeas  flifs* 
DOces  )3  la  virtud  de  los.  Prelados^  si  qo  se  observa  (cOfa 
que  no  he  oído) » es  parte. que  so  profesa»  y,  la  «aodef* 
tía  religiosa»  con  mayoc  demostración  que  en  otca^  p?r« 
tes :  no  hallo  en  este  punto  que  advertir  i  por  parecer- 
me  que  está  bien»  Asi  en  los  tribunales  ordinarios  ^  co^ 
moel  de  la  Inquisición^  podría  ser  que  yo  recibiese  erro^» 
porque  aunque  eon  alguna  noticia»  no  oie  hallo  co  c^pa 
parte  con  \%  necesaria  para  poderlo  asegura^,  mas»  Lps 
nobles»  que  ellos^laman  Fidalgos ,  se  dividen  en  las  mis«- 
mas  clases :  Fidalgos ,  debaxo  de  cuyo  nombre  eqtraír 
Grandes  y  Sc&ores »  y .  todos  Jos  que  vlepen  d«  aquellas 
casaSf.ódepif.asiCabdlkrQsefi|C¡radosj  y  FA4a)g0S{4ff:la 
casa  del  R^ey  ^  que  son  li9s^u4vQmF<¿$popdeo  á  Cal^^Jl^f^ 
particulacesi  y  Hidalgos  Solariegos  de  acá :  f  ida}gasonS|¡ 
ó  escuderos » son  los  Hidalgos  notorios»  '      .      i 

De  esus  lineas  tpda«(  aunque  nose^jifereq^i^n^ 
nombre) salen  los.P«ques4p(ft»:g9i)9a »  AlH^yrQ  Y^^ 
WA^  j4><H0«i.p»ttiuxs«iLCierc«^  M  ia^  casas 

HH  *      "  Rea* 


■  1 


Ecales  de  Castilla  y  Porto  gal  El  de  Berganza  tiene  U 
primera  litieá  |  sin  '^dt  niogtiho  se  la  coiopita.;  quiere- 
seU  emular  el  de  Abeyro  ,  y  no  menos  en  lo  substan* 
ciáí  el  de  Camina,  pero  einrambos  sin  buen  Idgto  \  aun* 
que  en  algunos  singulares  pueden  con  razón. 

£s  la  nobleza  de  aquel  rey  no  sin  duda  la  de  mayot 
^presurciony  y  satisfaccíotí  propia,  que  en  tiingun  otro  se 
^ila&ra  vi^o. «Oeneifaláaente sdn etltendidos,  peroasi en 
Vesto ,  como'en>  todas  Ias<  a<:ciones  itebeh  afeftadon  s  casi 

*^ñocom^un>  y  eonnatural. 

^  Los  a  oímos  de  aquella  gente  sin  duda  son  grandes» 
«^pérd  también  es  cierto  que  ñierón  mayores*  La  razón  de 
^haber' descaecido  atribuyen  elIos4  la  fahá  de  los  ojos  ele 
*süs  Reyes  naruralek ,  y  á  esta  misma  causa  todos  tos  da« 
'  jios  que  padece  su  gobierno.  No  hay  duda  de  que  en 
lo  primero  deben  de  tener  razón  ,  siendo  imposible  que 
^no  desaliente  lúfínito  la  falta'  de  asistedtíá  Real ,  y  así 
^tuviera  por  coñvcfiientísinio'parat  muchas  cosa¿  el  asistir 

*  y.  M;  en  aquellos  reyños  por  algttn  tfompo ,  no  solo 
para  el  remedio  de  los  dbños  ^  sino  para  la  conveniencia 

*  mayor  que  pueden  tener  los  negocios  públicos ,  que  mi- 
« tan  á  la  conservación  y  aumento  de  lo  general  de  la  Mo- 
'narquía.  £1  segundo  daño  del  gobierno ,  que  ellos  consi- 
^déran  también  por  este  mismo  accidente  ^  es  cierto  que 

*  tío  se  lo  negarle  yo  ^  pues  s^ébé  V.  M.  que  he  reconocido, 
'  y  representadole  inconvenientes  para  el  gobierno  de  la 
<  Corte  misma  donde  V.  M*  asiste  ^  de  la  falta  de  su  aten- 
'ictbn  períonal í  c6rí'toqaal  no  me  paSKcepo^ble  dexar 

'^"^tskt  la^ócáéáiotí^  itiay<>r>del:maiPgobierttO|4e4ue  hoy  se 
I' mu^^ttan^ estimados ,  y 'asi^  ihe  parece  muy  del  servicio 
de  V.  M.  que  éstos  vasallos  vivan  con  esperanza  que 
'^Vl  'Xii  les  dt','de  quí  asistirá  con  su  Corte  en  Lisboa  por 
*^%(in  tienilpo  céútihuildov  y^^e  asi^ntoVy  también  jus- 

'  go'pof  d«  <i^lié<i€ío0  d^  Yy^MiCblí^tL  á  ios  de  ^a^l 
'^  -1  s  I   i  rey- 


xeynó  en  aíguiios  mln&terics  c{¿  ¿stb  ^'y  muy  particu- 
tlarinente  eo  £inbaxadas  yVIrrcyQatoSiFcesIdeociasde  U 
Corte  9  y  en  alguna  parte  de  los  oficios  de  sa  Real  Casa^ 
y  esto  mismo  tengo  por  conveniente  hacer  con  los  Ara* 
goneses ,  Flamencos  y  Italianos  ,  anteponiendo  y  repre« 
sentando  á  Y.  M.  con  viva  instancia  ,  qtue  es  esto  la  co- 
sa que  mas  conviene  execntar  para  la  seguridad  i  establ^ 
«cimiento,  perpetuidad ly  auinentiodeiogoiecaLde  está 
Monarquía  ^  y  el  medio  solo  de  unirla  es  j  la.  mezcla  de 
estos  vasallos  I  que  se  reputan  por  extrangeros',  adrni* 
iiepdoles  ,á  todas  las  dignidades  dichas ,  y  me  attevlent 
i  hacer  demostración  á  qualquiou.,,  doquáb  v^nas.'són 
las  instancias  que  se  pueden  hacer  contra  esto  ,  porque 
sabe  Dios  i|üe  habiündd  pensada  aducho  tfn  los'  úncon* 
venientes  que  padece ,  y  pueden  destruir  esta  Monar- 
^ía  ,  no  hallo  mayor  reparo  que  esta  unión  por/ estos 
Aedios^y  si  yerro  en  ello  ^  es  bien^derto  que  ftsrjerror'dc 
t^ncendimienta  i 

El  pueblo  de  aqtiellos  leynos  a  mas  parecido  en  la 
sujeción  ,  y  rendimiento  á  la  nobleza ,  á  todos  los  otros 
reynos  forasteros  de  V.  M«  que  no  á  los  de  Castilla :  sin^ 
razón  sin .  duda  en.  que  se  funda  la  ventaja  que  hace  Ü 
'  todos  los  otros  reynos  y  naciones  >  la  infantena  de«  Es** 
'pafta )  donde  se  ve  con  la  fidelidad  á,  sus  Reyes  (  mayor 
que  la  de  otros  ningunos  vasallos)  el  brío  y  libertad  del 
mas  triste  villano  de  Castilla ,  con  qualquiera  señor  ó 
noble  Y  aunque  de  tañí  desigual  poder  i  mostrando  en  la 
sabidi^ría  del  intento  quanto  exceden  los  corazones  á  las 
fuerzas  humanas* 

Concluyo  este  papel ,  con  que  en  los  reynos  de  Por- 

iugal  conviene  lo  que  he  representado  á  V.  M.  >  e  igual* 

mente  el  poner  remedio  en  los  christianos  nuevos  de 

aqud  reyno  (como  V.  M.  lo  vac tratando),  con  lo  dema& 

:  qiie.se  ofitce  que  seaediac^cadt  gobierno ,  y  en  la  há* 


cien- 


/ 


»i4 

clenda  moy  partkulatmente,  porque  en  lo  aho  y  Iotitt# 

es  grande  el  desorden^  la  libertad  \  codicia  y  ambicio  A 

de  los  Ministros  ^  y  la  poca  obediencia  á  las  reales  órde* 

nes  deV.  M.  |  daño  que  si  no  se  xepara ,  los  causará  irre« 

parables. 

£1  corazón  de  los  Porttsgaeses.  es  fiel  etencialmentCi 

y  el  descontento  que  muestran  ^^  es  de  puro  amor  á  sn$ 

Reyes :  son  personas  de  espíritu .  y  da  presunción  tált 

que  los  hace  notados  de  menos  cuerdos  $  $on  vasallos 

dignos  de  grande  estimación ,  pero  de  alguna  atención 

en  el  modo  de  gobernarlos  fuera  de  lo  general  ^  en  la  jtti| 

ticia  y  gobierno  público.  , 

f  r     .       •  ■  ■  •  « 

•  í    í  -  "  •  •        •         •     *    -  .  *  "  ' 

Onvif$Umlas  di  U  tmloH  di  Castlüny  An^tnK 

Los  tres  reynos  de  la  corona  de  Aragón  llego  á  coa* 
ilderar{)or  casi  iguales  entre  sí  en  costumbres  y  fueroa^ 
así  en  el  modo  de  gobernarse^  en  la  grandeza  de  sus  tcc^ 
ininos  t  eh  la  condición  de  sus  vasallos  ^  y  también  en  Vá 
nobleza.  ^ 

No  estoy  advertido  del  nümep  de  los  Títulos  i  que 
hay  en  cada  uno  de  los  tres  reynos  ,  ni  es  íieccíiario :  se 
solamente  que  son  quatro  los  Grandes  \  de  Cataluña  el 
Duque  de  Segorve,  y  de  Cardona,  en  Valeilcia  el  Dtt* 
que  de  Gandía ,  en  Aragón  los  Duques  de  Híjar ,  y  el 
de  Villahermosa.  Los  Valencianos  hasta  ahora  son  teni- 
dos por  los  mas  molestos  en  sus  fueros ,  por  no  haberse 
les  ofrecido  lanzas  ,  como  llos.^e  Cataluña. y  Aragón. 
No  quiero  por  esto  condenar  á  aquellos,  ni  caliñcarlos 
por  menos  obedientes  ,  porque  tendría  por  especie  de 
traición  grande  hecha  á  V.  M.  recatarlo  de  tales  vasa- 
llos, siendo,  señor ,. verdad  asentada,  queeñ  mi  opi- 
nión son  tan  fíeles  como  los  mismos  de  Ca:stilla ,  pues  ne 
hay  Provincia  en  el  muiido.queisehayaescapadQ.de 

al- 


albocotos  ó  tttmiiltos  j  y  sino  >  vuelva  V.  M.  los  ojos  á 
los  que  en  estos  reynos  hubo  ocasionados  de  Icvcs^  ac« 
cideiues  >  y  así  han  sucjedido  en  todas  partes  y  y  por  est« 
•o  solo  no  deben  perder  la  opinión  de  fíeles  |  sino  antes 
tenerlos  por  fírmísiooos  y  obedieñtísimos^  pues  en  au- 
sencia de  .  tan  largos,  años  de  la  real  presencia  de^ 
{V.  M.  se  <:onseryan  cpn  la  misina  obediencia  que  los.  de 
GasciUa. 

Y  este  cierto  V.  M.  que  como  represente  en  el  papel 
ck  Portugal » lo  bate  en  ¿te  ,  y  en  todcfs  los  de  los  otros 
reynos  y  provincias  donde  V»  M.  no  asiste  $  que  es  el, 
mayor  yerro  i  y  de  que  mas  graves  daños  se  han  sc<9 
guido  9  amenazan!  y  se >  pueden  tehier  en  esta  Mo« 
narquía,  el  recato,  y  desconñanza  que  por  tantos  años 
9c  ha  mostrado  y  tenido  con  los  vasallos  fq^asteros  de 

y.  M. 

t  Y  aunque  sea  con  prolixidad ,  me  parece  tan  esencial 
<$tc  punto  I  y  tan  del  servicio  de  Y.  AL  el  persuadir  s¿ 
^eal  ánimo  á  ello,  que  no  puedo  dexar  de  dilatarme 
algo  en  este  papel  9  reduciendo  los  demás  puntos  de 
¿obletno  y  estado  de  aquellos  reynos »  i  lo  mismo  que 
antepongo  en  los  de  Portugal. 

y.  M»  y  todos  los  otros  Reyes  y  I^íncipes  sobcra<« 
nos  del  mundo  poseen  sus  estados  por  tres  títulos ,  suce->^ 
líon ,  conquista  ú  elección.  £n  quanto  á  la  postrera  for« 
ma  que  es  casi  singular ,  y  sin  duda  de  peor  gobierno  de 
todas  9  como  no  necesaria  (  por  no  tener  parte  alguna  de 
ési&f  los  reynos  de  que  sé  compone  la  Monarquía  de 
iV.  Al«),  omito  las  razones  particulares  de  desconvenien^ 
da  de  señorío  electiva 

La  mejor  orden  9  y  los  vasallos  tenidos  por  mas 
s^uros,  son  aquellos  que  se  poseen  por  derecho  de  su^ 
cesión.  TodaS'<|uantos  y«  M.  posee  hoy  (menos .  algunas 

pe- 


2l6 

pequeñas  partes  9  de  que  no  parece  necesario  hacer  men- 
cíod)  los  posee  V.  M.  por  derecho  sucesivo  :  solo  soa 
conquistas  el  rcyno  de  Navarra  J\  y  el  Imperio  de  las 
Indias* 

I  Pues  que  rázon  hay  para  que  sean  excluidos  de 
ningún  honor ,  ó  privilegio  de  estos  reynos  ,  sino  que 
gocen  igualmente  délos  honores  ,  oficios  y  confianzas 
que  los  nacidos  en  medio  de  Castilla  y  Andalucía  >  estos 
vasallos^  nosiendo  deconquista9titulo.de  menos  confianza 
y  seguridad,  y  que  hayan  de  estar  desposeídos  de  los 
privilegios  aquellos  narujales.  de  reynos  y  provincias, 
en  que  V.  M«  ha  entrado  á  reynar  con  uo  brecho  asen- 
!ado  y.  llano,  y  donde  reynoroxi  tantos. iascendi^ntc» do 
y.  M.  continuadamente?  .  , 

¿Y  que  maravilla  es,  que  sieodo.estos  menos  vasallos 
(de  Castilla  admitidos  en  todos  los  honores  donde  V.M. 
asiste ,  y  que  gozan  de  su  real  presencia  ,  causea  suelos, 
descontentos  y  desconlíianzasFLas  hay  gcan4í$imas  y  ju$^ 
tlsifícadísimas  en  todos  esotros  reynos  y  provincias ,  que 
no  solo  se  ha  contentado  el  gobierno  de  untos  años  con 
tenerlos  sin.  la  presencia  de  su  Rey,  sino  también  inhabi- 
litados para  las  Jionras  ,  y. notados  por  desconfidentes  y 
desiguales  en  todo  á  otros  vasallos  ,  pues  ningunos  han 
tenido  mas  ascendientes  de  V.  M.  por  señores  contit^ua- 
dos  j  y  mas  llegando  á  ver,  que  se  les  anteponen  los  que 
ayer  se  conquistaron. 

.  Los  vasallos  mas  seguros  de  una  Monarquía  es  fuer- 
za que  sean  aquellos ,  que  mas  tiempoa.han  m4o  gpber*. 
nados  por  ella:  en. amando  este  gobierno,  es  {acxtz 
que  deseen  la  dilatación ,  y  aumenxo  de  su  Monarquía, 
y  así  estps  reynos  de  España ,  Italia ,  y  los  Estados  d^- 
Flandes  (tantos  siglos  gobernados  por  la  Monarquía)  es 
fuerza  que  deseen  la  grandeza ,  y  autori(lad  de  y*  M*^ 

igual- 


igualmente  que  ios  que  gozan  de  su  presencia ,  por  la  cost 
tumbre ,  y  amor  heredado ,  y  por  su  propia  conve- 
niencia'. 

¿  Fuera  justo  que  se  tuviera  por  fiel  vasallo  el  que 
acopsejase  á  su  Rey,  que  le  estimas;  á  el  solo  ^  y  le  fa« 
voreciese  coa  honores  y  riquezas  ,  y  fiase  de  el »  y  des-- 
confiase  de  los  otros?  ¿Seria  leal  el  rey  no  ^  que  propusie** 
se  esto  mismo  ?  Pues  esto,  señor ,  es  lo  que  aconsejan 
los  que  son  de  opinión ,  que  se  viva  con  recato ,  y  des- 
confianza de  los  vasallos  extrangeros. 

Quando  faltara  todo  ,  y  lo  que  conforme  á  todas 
leyes  de  justicia,  conveniencia  y  razón»  están  mostrándose 
¿hoy  no  está  tratandoV*  M. ,  y  con  razón,  de  paz  con  los 
Holandeses ,  ó  tregua  conveniente  ,  concediéndoles  por 
ventura  muchas  cosas  de  falta  de  reputación  ,  y  fiando.  , 
el  cumplimiento,  de  lo  que  se  asentare,  de  sus  capitula*^ 
clones ,  por  poder  hacer  la  guer|:a  en  otra  parte  ,  donde 
á  V.  M.  le  amenazan  con  ella ,  siendo  los  enemigos  de 
la  Monarquía  tantos ,  como  se  experimentan ,  y  como 
es  fuerza ,  siguiendo  la  emulación  del  mayor  poder?  Pues 
5i  los  enemigos  obligan  á  fiar  de  los  rebeldes  ,  ¿  cómo  es 
posible  gobernar  ,  y  conseguir  buen  suceso  en  esta  con-* 
servacion  y  aumento  ,  mostrando  y  executando  descon* 
fianzas  en  los  vasallos  mas  fieles  ?  ¿Y  que  exemplo  puede 
hacer  á  los  rebeldes  de  esta  Monarquía,  ver  los  obedientes; 
en  tal  estado  ?  Y  concluyo,  señor ,  en  que  los  que  han 
exectttado  este  gobierno,  siendo  Monarqtiía ,  lo  vienen 
á  reducir  á  Aristocracia ,  y  estando  la  conveniencia 
<le  V.  M«  en  la  úmon  y  en  los  medios ,  lo  reducen  todo  4 
división. 

Que  se  llamen  extrangeros ,  y  recaten  de  ellos  co^ 

mó  tales  ,  los  que  fueren  naturales  de  los  reynos  y  es^ 

tados  de  Y.  JA.  es  conforme  á  toda  razón  de  estado  y 

gobierno ;  pero  que  se  tengan  por  de  SKS  puQipro  los 

fT/i-f.  YL  Rí  ya- 


vasallos  hereditarios  de  V.  M*  es  ta^n  Icxos  de  ser  con^n&» 
tiiencia ,  qtic  lo  considero  por  uno  de  los  mayores  fan- 
damencos  del  apretado  estado,  á  que  se  ve  reducida  esta 
Monarquía. 

Observase  en  toMla  parte  por  conveniente  circunstan- 
cia de  gobierno,  que  el  Virrey ,  Gobernador  y  Superior, 
ó  qualquiera  Ministro  de  justicia  ,  no  sea  natural  del 
lugar  que  gobierna ,  por  ser  la  general  parte  para  el  buen 
gobierno  ,  la  independencia  del  superior  $  calidad  que 
ayuda  al  acierto  de  los  vasallos  forasteros  en  lo  que  se 
les  encomendare  en  estos  rey  nos  ,  pues  el  deseo  de  acer* 
tar  está  acreditado  con  su  fidelidad ,  con  el  amor  de 
iV.  M«con  ser  vasallos  de  esta  Monarquía  como  he  dicho, 
y  quando  V.  M«  pusiere  en  estos  reynos  Ministros  nato- 
rales  de  aquellos  ,  podrá  seguramente  introducir  en  las 
Proviqcias  forasteras  Gobernadores  y  Ministros  Españo- 
les ,  y  entonces,  señor ,  se  podrá  Uamar  dichosa  esta 
Monarquía ,  y.«V.  M.  verdadero  Monarca  ,  pues  tendrá 
unido  el  mayor  Imperio,,  que  se  ha  visto  hasta  ahora 
funto,  y  en  la  forma  que  ahora  se  gobierna,  habrá  mu« 
dios  que  juzguen  r  y  no  con  pequeños  fundamentos^ 
que  fuera  mayor  el  poder  de  V«  M.  con  menos  señoríos, 
y  todo  esto  ocasionado  solamente  de  este  recato  y 
desconfianza  (indigna  de  hablarse  en  el) ,  por  introducid» 
4dos  sin  fundamentos  ningunos  de  razón. 

No  digo ,  señor ,.  que  entre  V.  M«  de  golpe  derogan* 
dolo  todo «  porque  la  fuerza, de  la  costumbre  es  tan 
grande. en  el  gobierno  ,  xjue  dificulta  y. desluce  muchas 
¿veces  ios. mayores  «aciertos  y  conveniencias^  mas-con ven- 
drá que  obrando  poco  á  poco  ,  y  con  personas  señaladas 
y  conocidas ,  se  vea  romper  este  hilo,  dexándose  en- 
tender que.V.  M«  tiene  di&ámen.de.que  conviene  intro^ 
ducir  ea  las  honras ,  oficios  y  dignidades  de  estos  rey- 
Aos  á  los  forastesos^  esto  .isia  dectaradoi  ni  pa^ar  adelante: 

01- 


11^ 
oitanse  los  Inconveoientcs  sin  empeño  grancie  ni  con- 
siderable y  y  ellos  irán  enseñando  lo  que  mas  con  vi* 
nicre ,  y  la  sazón  de  ir  introduciendo  en  los  oficios  de 
aquellos  reynos  los  naturales  de  estos  ,  y  entrando  es^* 
ta  confianza  lentamente  ,  y  sin  pedir  capitulaciones^ 
parece  xjue  se  asegura  el  suceso  sin  empeñarse  en  el^ 
quedando  siempre .  á  tiempo  el  mudar  quando  pare« 
cíete» 

* 

Re€0pilacion  del  diéiámen  de  la  materia  de  Estado  de  todos 

los  reynos. 

Este  papel,  señor ,  será  la  recopilación  del  dídámen. 
que  tengo  dado  en  la  materia  del  estado  de  todos  los 
reynos  de  V.  M, ,  de  cada  uno  de  ellos  pot  mayor,  y^ 
después  de  toda  la  Monarquía  junta» 

Ni  quando  las  noticias ,  y  las  demás  partes  mias  fnei 
ran  las  mayores  de  la  tierra ,  ^  pudiera  asegurar  cosa 
tan  grande,  por  la  cortedad  de  la  capacidad  humana,  y 
mas  en  juicio  de  negocio ,  que  por  naturaleza  tiene  ins- 
tabilidad ,  y  obliga  á  tener  el  dia  siguiente  contraria 
opinión  ,  y  opuesta  á  la^presente  s  y  lo  que  alcanza  4 
conocer  la  prudencia  mayor ,  y  el  mas  maduro  discurso^ 
es  de  esta,  calidad  que  he  dicho ,  para  no  fíxarse  en  estas 
materias  en  opinión  cierta ,  sUio  antes  estar  dispuesto  á 
mudarlas  conforme  á  los  accidentes.  He  dicho  á  V.  AL 
quanto  se  oficece  en  el  gobierno  de  estos  reynos  ppr  ma<* 
yor ,  con  la  noticia  que  he  tenido  de  ello,  y  con  lo  que 
heleido. 

Tenga  V.  M.  por  el  negocio  mas  Importante  de  sa 

Monarquía ,  el  hacerse  Rey  de  España  :  quiero  «tecir, 

señor ,  que  no  se  contente  V.  M.  con  ser  Rey  de  Poc-«* 

tugal ,  de  Aragón  ,  de  Valencia ,  Conde  de  Barcétontf^' 

sino  que  trabaje ,  y  piense  con  codsc|o  mudado  y  ses' 

/  Vjet  ^     '  cre^ 


210 

creto  I  por  reducir  estos  rey  aos  de  que  $C  compone  Espa- 
ña ^  al  estilo  y  leyes  de  Castilla  sin  nii^úna  diferencia, 
que  si  V.  M.  lo  alcanza ,  será  el  Príncipe  mas  poderoso 
del  mundo. 

Con  todo  esto  no  es  negocio  que  se  puede  conseguir 
en  limitado  tiempo  ,  ni  intento  que  se  lia  de  descubrir  á 
nadie ,  por  confidente  que  sea ,  porque  su  conveniencia 
no  puede  estar  sujeta  á  opiniones  ^  y  quanto  es  posible 
obrar  en  prevención  y  disposicion^ ,  todo  lo  puede  obrar 
V.  M.  por  sí  mismo  solo ,  llevando  esta  mira  con  las 
advertencias  breves ,  que  aquí  señalaré  á  V.  M«  para 
que  con  su  prudencia ,  y  IsTexperiencia^que  los  años  y 
negocios  le  darán,  y  con  el  valor  que  Dios  le  ha  dado,  en 
viendo  la  ocasión  no  la  pierda  en  negocio  tan  importante, 
que  ningún  otro  le  es  iguaU 

Presuponiendo  la  justificación  á  que  me  someto  en 
primer  lugar ,  y  no  dudando  de  que  la  haya  para  que 
y.  M.  procure  poner  la  mira  en  reducir  sus  reynos  al 
estado  mas  seguro ,  deseando  este  poder ,  para  el  ma<* 
yor  bien  ^  y  dilatación  de  la  Religión  Christiana  ,  co«* 
nociendo  que  la  división  presente  de  leyes  y  fueros ,  en« 
flaquece  su  poder  j  y  le  estorba  conseguir  fin  tan  justo 
y  gtorios» ,  y  tan  al  servicio  de  nuestro  señor ,  y  co-* 
nociendo  que  los  fueros  y  prerrogativas  particulares  que 
no  tocan  en  el  punto  de  la  justicia  (  que  esa  en  todas 
partes  es  una,  y  se  ha  de  guardar) ,  reciben  altera* 
cion  por  la  diversidad  de  los  tiempos ,  y  por  mayores 
eonveniencias  se  aiteraacada  dia  ,  y. los  mismos  natu- 
rales lo  pueden  hacer  en  sus  Cortes ,  como  pueden  ser 
incompatibles  con  la  cooctenciá ,  leyes  que  se  .opo* 
íttín  tanto ,  y  estorban  un  fin  tan  glorioso  ,  y  no  llegan 
i«et  un  punto  de  justicia  (aunque,  se  hayan  jurado),  tc^ 
^mocicodo  el  inconveni|:nVe ,  se  précure  el  remedio,  por 
loa  camínQS.quQ  se  iweda ,  hooestáQdo  los  pretextos  por 
• '. .  j  .  ,  *.  es- 


22t 

cscusar  ¿1  escándalo  ,  aunque  en  negpcío  tan  grande  se  * 
pudiera  atrepellar  por  este  inconveniente^  asegurando  * 
el  principal  3  pero  como  dixe  al  principio ,  en  todo  acón- 
tecliniento  debe  preceder  Ja  justificación  de  la  con* 
ciencia. 

Tres  son ,  señor ,  los  caminos^  que  á  V.  M.  le  puede- 
ofrecer  la  ocasión  ^  y  la  atención  en  esta  parte ,  y  aua- 
qué  diferentes  mucho  y  podría  la  disposición  de  V.  M. 
juntarlos,  y  que  sin  parecerlo,  se  ayudasen  el  uno  al  otro.  • 
£1  primero ,  señor ,  y  el  mas  dificultoso  de  conse- 
guir (pero  el  mejor,  pudiendo  ser) ,  seria  que  V.  M. 
favoreciese  los  de  aquel  reyno,  introduciendalos  eo, 
Castilla,  casándolos  en  ella  ,  y  los  de  acá  allá,  y  cott 
beneficios  y  blandura  los  viniese  á  facilitar  de  tal  mo- 
do ,  que  viéndose  casi  naturalizados  acá  con. esta  n^ezda, 
por  la  admisión  á  los  oficios  y  dignidades  de  CastUla,  se 
olvidasen  los  corazones  de  manera  de  aquellos  privi^^ 
legios  i  que  por  entrar  á  gozar  de  los  de  este  xeyna 
igualmente  y  se  pudiese  disponer  con  negociación  esta 
unión  tan  conveniente  y  necesaria.  » 

£1  segundo  sena  y  si  hallándose  V.  M.  con  alguna:: 
gruesa  armada ,  y  gente  desocupada,  iotróduxese el 
tratar  de  estas  materias  por  via  de  negociación,  dando-'. 
se  la  mano  aquel  poder  con  la  inteligencia ,  y  procuran* 
do ,  que  obrando  mucho  la  fuerza ,  se  desconozca  lo  mas 
que  se  pudiere ,  disponiendo  como  sucedido  aca^  ^  lo 
que  tocare  á  las  armas  y  al  poden  ^   '      :.      .  .^ 

- '«  .£1  tercer  camino ,  aunque  no  con  medio  tan  juitifi* 
cado ,  pero  el  mas  eficaz,  sería  hallándose  V.  M.  oodi  es-f 
ta  fuerza  qiiedixe ,  ir  en  persona ,  como  á  visitar  aqud 
rey  no  donde  se  hubiere  de  hacer  el  efeoo ,  y  hacer  que 
se  ocasione  algún  tumulto,  popular  grándei,  y  con  este 
pieiEexio  meter  la  gente ,  y  en  t>oasÍQn»  de  soüego  gene*? 
tai ,  y:  pie  vención  de  adelante  ,.  comp  por  nttcya.con«^ 
.    '       ^         '  quis. 


2XÍ 

qiüsta  asootar  i  y  Hí^ner  lás  kycs  en  ia  con^rmidacl 
de  las  de  Casrilla  ,  y  de  esta  nüsmfa  manera  irlo  execu^ 
tando  con  las  otros  rey  nos. 

£1  caso  tiene  tales  circunstancias ,  que  no  será  fácil 
ajustar  la  sazón  de  ¿1 ,  n\^s  será  bien  ,  que  el  Real  aní^ 
^100  de  Y.  X..este  advertido  dje  esta  .coQT^niencia^.para 
ido  obrando  jpor  los  medios  biandbs  que  propuse  en  el 
primer  punto,  por  no  poder  ser  de  daño  ninguno ,  sino 
ames  de  mucha  utilidad  y  buen  gobierno  >  y  en  la  sa- 
zón se  hallará  con  esta  ventaja^  para  que  si  no  pudiere 
valer  por  sí  solo,  ayude  mucho  á  la  execucion  de 
los  otros  medios ,  sin  i^nostrarse  canto  el  ruido  y  vio«^ 
lenoia«  - 

£1  mayor  negocio  de  esta  Monarqiua  ^  á  mi  ver, 
¡es  el  que  he  repceseatado  á  V«  AL ,  y  en  qtíe  debe 
Y«  }Am  estar  con  suma  atención  y  sin  dar  á  entender  el 
fin  ,.  procurando  encaminar  el  suceso  por  los  medios 
apuntados» 

. .  Los  demás  negocios  de  estos  rey  nos  se  reducen  al 
cuidado  con  la  justicia »  estimación  ,  y  buena  admiois-. 
traxrion  de  ella ,  con  mantenerlos  vasallos  con  igualdad, 
y  siempre  dependientes  de  V.'M. ,  y  ron  esperanzas  de 
favor  I  y  con  hacer  executar  sin  replica  las .  ordenes  de 
iV;  M.  en  sus  reynos  /y  en  que  en  esta  parte  no  haya 
dispensación  en  el  severo  casti^  de  qtuen  no  las  execu<«/ 
«ate  ,>para  que  el  escarmiento  asegure  la  obediencia  cii 
los  Ministros.  ^        - 

-:.  Lqs  presidios ,  fronteras  y  armadas  ordlñariaSi  sí- 
tuacios  (si  es  posible)  ^  porque  irá  á. decir  en  la  reputa.*^ 
c&DiT,  lo  que  no  se  puede  encarecer  en  la  utilidad,  cobro, 
y  seguridad  de  estos  reynos,  mas  que  si  se  proveyese 
doblada  suma  y  sin  situación :  buenas  cabezas  en  estas 
plazas  y  y  de  quandó  en  quando  visitas  secretas  en  ellas, 
por  el  descaidO;  ípxc  suele  causar  la.  paz :  gobernar  pot 

Com* 


^  * 


Computas  ,  y  Consulados  Ja  tneccajicia  3é  ÉspaSa, 
pomeoda  d  .hombro  en.  rc4iK:ir  ios  Españoles  á  Mer* 
caderes*. 

Este  es  el  camino ,  señor ,  que  puede  resucitar  la 
Monarquía  de  V.  M»,  y  con  gobernar  bien  é^te^  se 
han  hecho  poderosos-nuestrosetiemigosi  conquistan  coa 
¿1  el  mundOy  y  no  corrieado  pot  su  cuenta  ^  delpíiciio 
de  loS' Galeones* de  y.  Mi,  goxan  en  eli09  incMtíparablcfe 
sumas  de  las  que  vienen  para  V,  M,:,  y  sus  fieles 
yasallos*  .  . 

Menester  es^  señor ,  velar  sobre  este  puncói  y- algo 
tiene  ya  empezado  V.  M.>  y  de  gran  considerador  3  %t 
guirio^  señor  ,^ampiararlo^  y  acreditarlo ,  qubinfts^  dlsi- 
posición  tiay  cttestos^  reynos/i  que  ^  eo  otros  .ningunos^, 
siendo  tan  abundantes  de  los  frutos  inexcusables^,  y  que 
no  produce  esta  Provincia. 

La  despoblación  grande  que  ha  habido ,  obliga  á 
particular  atención  en  la  restauración  de  este  daño :  en 
las  Colonias  sería  gran  cosa ,  pudiéndose,  encaminar  de 
Italianos,  Alemanes,  y  Flamencos,  católicos  obedientes,» 
y  con  esto  favorecer  los  matrimonios ,  privilegiar  los  ca^ 
sados ,  poner  límite  el  mayor  que  se  pueda  cdn  entera 
seguridad  de  conciencia  en  el  número  de  Religiosos  y^ 
Eclesiásticos  s  y  así  se  podría  ver  sin  mucha  dilación  la 
convalecencia  de  este  daño« 

De  lo  primero  V«  M.  está  tratando ,  de  lo  segundo 
ha  hecho  leyes ,  de  lo  tercero  conviene  tratar ,  juntando 
para  ello  personas  de  toda  experiencia ,  christiandad  y^ 
zelo;  y 'en  este ,  y  los  demás  negocios  tan  importantes  á 
la  seguridad ,.  conservación  y  aumento  de  esta  Monar« 
quía  (que  por  ser  tan  grandes  ,  no  es  posible  disponer^ 
se ,  ni  executarse  con  brevedad  ) ,  conviene  que  V«  M* 
vaya  caminando  en  ellos ,  y  mostrando  á  los  Ministros 
i  quién  los  encargare  >  el  cuidado  con  que  está  de  su 


ft24 

cttcttcion ,  porque  tío  sé  piércU  patito  en  cámipar  en 
t;no$j  que  en  esto  ^  señor  ^  acreditará  V.  M.  su  amor, 
y  desvelo  en  el  remedio  de  eStos  rey  nos ,  y  verá  lo  go- 
zoso de  este  cuidado  ,  á  que  es  fuerza  que  sigan  muy 
buenos  sucesos ,  encaminándose  negocio  de  tan  gcan 
consideración  para  el  todo  de  esta  Monarquía  ^  tenien- 
dú  por  .la  principal  mira  para  desear  este  aumento ,  y  pa- 
xa  traba)ar.en  el »  el  deseo  de  la  dilatación  de  la  religión 
católica  ^  y  de  conseguir  estas  fuerzas  ,  para  emplearlas 
en  la  extirpación  de  los  enemigos  de  la  Iglesia» 
t  -  , He, dicho  á  V»  M.  por.mayor  lo  que  conviene  al  es- 
iado.de>estos  reyoosde  Españi,  y  porparecerme  ca$t 
uno  en  Casulla  el  gobierno  4e  las  Indía$  Occidentalesi^ 
pmitire  aquí  lo .  que  se  me  oficece ,  y  direlo  en  otra  oca^ 
sion  brevemente. 


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ÍJNI- 


-    aij: 


ÚNICO   DESENGAÑO, 

Y  PERFECTO  REMEDIO 
DE    LOS  MENOSCABOS  DE  LA  CORONA 

AS    CASTILLA  j    T  GENERAL    ALIVIO    JDM    TOPW     * 

SUS    VASALLOS. 

DADO 

AL   SEÑOR    REY   DON   CARLOS   Ih* 

•  >  - 

POR  EL  CAPITÁN 

J)ON  ANTONIO  DE  SOMOZA  T  JQÜIROGA 

£L    AÑO    D£    t680* 

señor: 

o  OH  tantas  ^  y  tan  sumamente  graves  las  fatales  y  las* 
cimosás.dolendas  que  padece  el  mistlco  y  afligido  cuer^ 
po  de  esta  xatólicá  corona ,  procedidas  todas  de  la  te* 
naddad  de  nuestros  grandes  pecados,  omisión  de  la 
distributiva  justicU  >  exorbitante  ambición  ,  profana 
•vanidad  ,  establecidos  vicios ,  prevista  ocio ,  fraudes^ 
4ogros  y  colusiones  que  se  ¿xperimentan¿ ,  que  excusa^ 
TP^  referir  la  entera  comprehension  de  ellos ,  por  no  dar 
<}ue  sentir  á  la  católica,  piedad  de  V.  M;  s  ante  cuya  . 
Real  clemencia  (  por  última  Unea ,  y  premeditada  tarea 
de-mis  fervorosos  a&Aos)  ofrezco ,  consagro  'y  repre- 
sento con  humilde  rendimiento  y  (  á.  mi  parecer  )  sa« 
Ittdables.  remedios  y  este  breve  y  compeijidiaso  ejpitome,  á 

..     -r'^—    vr  "  '       Vf  in-   ^ 


22^6 

indiict  de  los  mta  premeditados  discursos  ^  que  pan  aur 
mentó  de  esta  Monarquía  ( con  mas  larga  especiñca- 
cion )  tengo^  representados  de  once  anos,  á  estsa  parte, 
impelido  del  ardiente  zelo'que  me  anima  en  el  servicio 
de  Dios  I  de  V.  M. ,  y  de  la  causa  pública  $  cUyo  sólido 
motivo  ,  y  prá¿iicas  experiencias  de  haber  peregrina- 
do con  cuidadosa  atención  las  mejores  provincias  'y 
y  rey  nos  de  toda  Europa  ,  militado  ^  Ínter  potadamente 
mas  de  25  años  en  los  exercitos  y  armadas  de  V.  M»,  y 
llorado  con  hartas  lagrimas  los  desquicios  de  esta  añigl^ 
da  corona ,  me  obliga  á  hacer  esta  afcftuosa  represea* 
tacibn  >  tan  desnudo  4e  iiumanos  intereses  /  como  coií- 
fiado  en  que  la  divina  misericordia  de  nuestro  Señor 
alumbrará  con  sus  sobdraÁas  luces  losr  ocupados  entendU 
mientos  de  los  grandes  y  zelosos  Ministros  de  esta  Mo- 
narquía y  para  el  acierto  que  mas  convenga  á  su  santo 
servicio  ^  y  mayor  felicidad  del  católico  rey  nado  de 
Y.  M.  s  influyendo  en  su  Real  ánimo  aquella  heroyca 
y  memorable  resolución  del  santo  Rey  Josías ,  que  con 
tan  observantes  leyes  desterró  l(&  abusos  de  su  corona^ 
por  el  sólido  aviso  de  una  discreta  y  pobre  mugen 

'  No  dudo  ,  señor ,  que  la  vana  presunción  de  alga* 
iK>s  (  que  por  su  dichosa  fortuna  se  hallan  colocados  ea 
las  altas  peanas  de  los  Magistrados  ) ,  quizá  por  despre* 
ciar  mis  afedos,  ó  no  querer  dar  crédito  á  mis  expe* 
llénelas  y  y  heredadas  obligaciones  »  dltán  :  que  no  mg 
toca  prevenir  dañoif  m  so^cifar  remedios ;  á  cuya  meta(i« 
sica  objeción  responde  por  mí  d  angeHco  Dodor  Sanr 
to  Tomás  I  y  otras  muchas  antorchas  de  la  Iglesia ;  y 
,  i)uando  no  lo  dixeran  constan  clara  expresión ,  respon« 
diera  el  discursivo  ente :  Que  demos  de  la  natural  obliga^ 
eion  I  y  kaltad  de  buen  vasallo  de  V.  M.^  no  me  podrán 
em¿ar  que  soy  yerba  de  este  desfrutado  prado  ^  y  plantada 
iste  talado  bosque  ^  i  quien  por  naturaleza  toca  también  el 

da- 


doH»  »  (0^  ti  alivio  fctr  xoíkiu   em  ^^futU^  fr^Mtíii 

•         a  .  V  *       /l       ■ 


Bíemiákf  da^K 

Católica  Magestad.  La  común  cátese  ?d  ide  manteoí* 
mlentos :  notable  falencia  de  nuestras  fábricas ,  y  nari« 
YO  comerci.o  :  exorbitancia  de  tributos ,  y  costoso  cc^ro 
de  ellos :  multitud  de  Ministros  que  los  manejan  y  dist- 
pan  :  relaxacion  de  las  leyes :  prevista  despoblación  de 
estos  reynos :  fallido  cuerpo  de  nuestras  armadas :  y  ba« 
xo  precio  de  la  plata  y  oro  »  son  los  ocho  mortales  ac<« 
cldentes  que  padece  el  arruinado  teatro  de  esta  católicft 
corona.  Y  aunque  la  fundamental  basa  de  sus  reparps 
consiste.en  la  ezperieaciai  y  acrisolada  virtud  de  los  Mi«^ 
nistros  :  execucion  de  las  leyes :  moderación  de  tributos; 
y  justificado  premio  y  castigo  de  los  subditos  5  pasare  al 
«apuntamiento, del  general  daño  que  se  experimenta ,  y* 
pri&cipalés  medios  que  se  pueden  y  deben  executar ,  gar" 
jía  único'  rechaze  de  Us  calamidades  qué  nos^cercan»     - 


« 


Daíio  gemral. 

,  .        ...»  .í...,,»  ^ 

La  causa  de  no  haber  tenida  hasta  ahora  la  scnsibh 
y.  grande  baxa  de  moneda  jurisdicdoa  pata^  abaratar  loi 
mantenimientos  I  y  demás  géneros  i  su  proporcionada; 
precio ^  y  justificado  equilibrio,  ha  procedido  Cy  procer 
de  )  de  la^  ansiosa  codicia  de  los  poderosos  ,  logreros  y 
piratas  de  la  República :  cuya  insaciablp  ambidon  ofeM 
de  á  Dios ,  deslustra  la  B^eal  soberanía  de  V»  M. ,  y 
mata  los  pobres  ^  que  sollozando  lagrimas  de  sangr^ 
muerejí  contentos  ,  por  qo  vivir  tan  desdichados ;  admlN 
candóse  el  mas  rustico  extrangero  de  vev ,  que  soeoí^' 
yléadonds  k4livÍAa  Magestad  y  mlseric^H^ia' de  Dío&. 
..      ""  .  ff*  con 


1  > 

con.  tan  franca  y  na  inérecida  providencia  de  fiutósj, 
valga  al  presente  dentro  de  esta  .Corte  (  hallándose  la 
>. afligida  corona  tan  exiiausca  de  moneda),  un  pan  de 
dos  libras  (y  no  cabales)  catorde  quartos  :  una  libra 
de  carnero  lo  mismo  :  una  libra  de  vaca  once  quartos: 
una  libra'de  azeyte  sisada  lo  mishio  :  una  libra  de 'jamón 
veinte  y  seis  quartos :  una  gallina  nueve  y  diez  reales:  y 
una.arroba  de  vino  puro  tres  pesos.  Precios  jamas  vistos 
en  ninguna  Corte ,  ni  Provincia  de  Europa ;.  pudiendo 
:todo  esto  tener  tan  fácil  remedio  en  el  cuidado  y  obli- 
gación de  los  Ministros  de  justicia ,  á  quienes  los  supe* 
V  riores  encargan  este  tan  importante  cuidado :  los  quales 
i(  jpior  estar  algunos  de  elios  interesados  con  los  obligados 
/y  revendedores  en  la*  carestía ,:  y  subidas  posturas  de 
4ó¿  abastos  ) ,  en  lugar  4e  castigar  delitos  públicos ,  pa^ 
trocinan  rpbos  secrctos.de  las  personas  que  arxiendan, 
«venden  y  pesan ,  y  logrean  á  su  salvo  condudo ,  enga- 
^andp  con. siniestros,  informes  y  diversas  cautelas  la  recr 
^^  -ta  justificación  <le  los  tribunales  superiores  úc  V.^M. , 
'    adonde  y  con  simulados  pretextos ,.  solicitan,  se  les  <k: 
Juez  Conservador  por  apartarse  del  rastigo  de  la  justi-; 
cia  ordinaria :  cuya  verdad  llora  la  abatida  virtud  y. 
lealtad  de  los  buenos  Españoles ,  viéndose  ocularmente^ 
q\ie  para  el  pobre  en  lugar  .de  vino  le  venden  ^uá  del 
pozo  envinada ,  salobre ,  y  damnificada  con  yeso  ,  pie« 
4ra  alumbre ,  esparto^  y  otros  mixtos,  que  enferman,  y 
dañan  las  entrañaade  hk  gentes  que  lo  beben  ,  debaxq 
del  color  de  vino  varató  de  á. catorce  quartos  cadaazum^ 
bre .sisada :  sin  que  fie  escape  ^e. izarte  t'de  istal  malicia  et 
qqe,  venden  á  veinte  y  dos  quartos  vcottuíiS^fibdrárei* 
cpnocer  p6r  infotme  délos  medico^ de  estatCoric^  AsU 
mismo  se  experimenta  ,  que  el  pobre  quiO  cada  dia  coiii«: 
posLcl  carbón  por  oaenudo ',  demás,  de  mesárselo  v  lié  va « 
laiAitacfcdc  tierra ,  picdrak>  y  ^U  dcpoiá.  U  stpotaca^f^ 
.  o      ^  ;:";í  da 


3a  libra  de  carne  no  te  dá  al  carnicero  un  quarto  mas 
de  la  postura ,  le  echa  la  mitad  de  descarnados  huesos^ 
demás  de  lo  que  hurta  en  el  peso :  corriendo  esta  propia 
Hnea  (ó  rapiñaren  el  pescado ,  tocino ,  azeyte,  fruta¿> 
y  demás  géneros  comestibles ,  con  tan  publicad  maldad^ 
que  parece  establecido  fuero  para  hacerse  ricos  á  costa 
de  los  pobres  s  no  escapándose  de  esta  malicfa  (aunque 
por  diferente  linea  )  el  necesario  pan  de  cada  dia  rsienn 
do  así,  que  de  pocos  años  á  esta  parte  (aunque  haya 
abundantes  c(;isechas),  solo  vale  barato  aqueliosdos  6 
tres  meses  eijí  que  los  pobres  labradores  venden  sus  ta« 
sados  granos'^  para  pagar  sus  deudas ,  y  comprar  lo  que 
mas  necesítalas  porque  en  llegando  á  los  graneros  de  lói 
sicos  y  logreros,  cada  qílince  dias  lo  alteran  ,  encarecen^ 
y  venden  al  preció  de  su'  codicia  ,  y  absoluta  delibera^i 
don  5  sin  dolerse  de  los  pobres  que  ñuduan ,  ni  de  los 
trabajadores  y  artífices  que  no  tienen  mas  caudal  que 
el  dé  sil  corporal  südoif  y  trabajo ,  para  alimentar  sus  nC] 
ceíitados  hijos ,  mugerés  y  fómiUas. 

Prevenido'  medto^ 

El  principal  remedio  de  este  daño  es,  el  poner  ca«í 
da  a&o  moderada  tasa  y  postura  á  los  mantenimientos 
comunes  ,  •  según  las.  cosechas  y  cria  de  ganados  que  ^ 
nuestro  Señor  fuere  servido  darnos.  £)e  manera  ,  que. 
los  nativos  nervios  de  la  labranza  ,  crianza  ,  y  cerner* 
\tió,i  qiíeden  berefíciados  para  sn  mayor  conservcicida 
y  permanencia.  Y  prohibir  (si  riecesario  fuere)  con  regia 
átttokldad,  la  naturaleza  de  poder  vivir  en  e$tos  rey't 
^nos  á  qualquiera  Eclesiástico  que  fahare  á1á  observan- 
cia desdicha  tasa,  y  justificada  postura  que  se  pusle« 
re:  con  cuyo   medio  ,  y  la^  heroyca  resolución  que 

^  Mt  (coa  el  «idüro  acuerda  de^a  Real  Consejó )  ña 

<>         ^      '  • 

-  -  K  /  SI- 


sido  servido  tomar ,  tocante  á  la  conveniente  y  necesa- 
ria baxa  de  las  yerbas  y  deliesas  de  esta  corona  ^  que-* 
darán  remediadas  con  general  alivio  v  Real  providencti 
las  grandes  calamidades  qae  en  este  £|aniculai;  se  CMn 
pejíimentan» 

Confusión  de   tribuios. 

Imposible  parece  á  la  humana  capacidad  el  poddl: 
¡abaratar  los  mantenimientos,  ni  dar  aumento  á  nuestras 
fábricas  I  si  juntamente  no  se  toma  r^olucion  en  mode- 
rar I  con  justificado  y  seguro  cobro ,  la  multitud  <le  trí-^ 
butos  y  gravosas  imposiciones  |  que  con  tan  corto  fru- 
to del  Real  Patrimonip  pagan  los  afligidos  vasallos.  De 
manera  9  que  Y.  AL  sepa , 'por  ajustada  lista  ^  todo  lo 
que  contribuye  cada  Ciudad ,  Villa  y  Partidos  de  su 
corona  5  y  cada  vasallo  pueda  conocer  lo  que  Y.  M.  per* 
cibe  I  y  lo  que  á  el  le  toca  pagar  ,  conforme  su  posibiU* 
dad  y  con  público  arancel  de  los  derechos  que  debe  con^ 
tribuir  cada  genero  de  los  que  se  vendieren ,  y  tragi^ 
naren  ^  por  ser  tanta  la  confusión  9  ramos  |  separaciones 
y  partículas  de  las  rentas  Reales ^  que  niel  Consejo  de 
Hacienda  las  entiende  ,  ni  los  vasallos  saben  lo  que  de- 
ben pagar  x  siendo  constante  verdad ,  que  de  todo  16 
que  cobran  las  escusadas  legiones  de  Ministros  y  arren* 
dadores  de  su  manejo ,  no  llega  á  percibir  Y.  M. ,  ni  sus 
legítimos  acreedores  la  sexta  parte  de  ello ;  quedando* 
se  todo  lo  demás  entre  conservadores  que  triunfan  ,  ar«^ 
rendadores  que  gastan  ,  Ayuntamientos  que  disipan^ 
tesoreros  que  enriquecen  ,  guardas  que  usurpan ,  co^ 
misionarios  que  chupan ,  y  otros  que  de^ngran  :    pu-i 
dlendo  con  tanta  £iciUdad  las  justicias  ordinarias  cobrar; 
todos  los  derechos  Reales  de  sus  jurisdicciones. ,  y  con- 
ducirlos á  sus  plazos  á  la  tesorería  general  de  la  cabeza 
^  del  reyno  d  ¿anido  ^  gozaado  uno  por  ciento  pqr  ra- 

..    ^  aoa 


zon  de  ésta  ocupación  j  con  calidad  y  ordenanza ,  que 
si  tuvieren  omisión  en  ello ,  la  tesorería  general  des« 
pache  executor  á  costa  de  dichas  justicias  que  no  lo  co- 
braren ,  y  no  contra  los  pobres  vasallos  y  que  cada  dlr 
pagan  duplicados  repartimientos  ,  costas  y  salarios  dé 
comisionarlos  que  se  despachan  ?  por  lo  que  los  encarga* 
dos  en  esto  muchas  veces  han  cobrado ,  cpmido.y  usur« 
padb ,  quedándose  ellos  (y  otros  caziqíies  que  sobresa-^ 
¡en  )  exentos  de  pagar  dichas  contribuciones  j  cargán^^i 
doles  todo  el  peso  á  los  afligidos  pobres  >  que  por  esta 
ocasión  desamparaa  sus  casas  y  cortas  labranzas  ^  por 
no  poder  vivir ,  ni  sustentarse  s  cuyo  daño  (  acompaña* 
do  con  las  extorsiones ,  y  tiranía  de  los  administra^dores, 
,  y  sus  nocivos  guardas  ,  ministros  y  subdelegados ) , 
han  ocasionado  la  despoblación  y  ruina  de  los  luga^^ 
zes  de  esta  corona*  __ 

Cuidadosas  notas^ 

m 

Las  quantiosas  rentas  de  almojarifazgos  y  puer«^ 
tos  secos  9  salinas ,  lanas ,  maestrazgos  ^  diezmos  ác 
ia  mar ,  sosa  y  barrilla  ,  naypes  ^  jabón ,  papel  sellado^ 
grana ,  añil ,  palo  de  Campeche ,  corambre  ,  cacao, 
azúcar,  especerías,  ámbar,  almizcle,  algalia,  drogas 
de  botica ,  y  otros  muchos  géneros ,  pueden  correr  por 
administraciones  6  arrendamientos,  sin  mas  recudimien- 
to ,  ni  fianza  ^  que  la  de  dar  siempre  un  tercio  adelan* 
tádo ,'  que  será  la  mas  segura  para  la  Real  hacienda  de 
iV«M.scon  calidad,  que  los  excusados  Jueces  Conser* 
yadores  (dado  caso  que  haya  de  haber  alguno)  sean 
personas  que  no  tengan  puesto  en  tribunales ,  para  que 
los  Reales  Consejos  castiguen  ios  desordenes  que  come*  ^ 
tieren  dichos  arrendadores  y  fueceSé 

£s  muy  segura  verdad ,  que  en  todos  quantos  asien- 


231 

tos  y  arcienSos  £}¿c(f  los  liomSres  3e  negocio  ton  lá 
JR.eaÍ  hacienda  ,  discurrea  siempre  ázia  el  lado  de  sus 
grandes  inteceses  >  llevando  tan  leído  lo  que  han  de  ga- 
nar I  como  lo  que  deben  contribuir  á  V.  M,  $  por  cu* 
ya  causa  se  deben  escusar  dichos  asientos  y  arrenda«i 
míen  tos  I  por  ^er  la  total  ruina  de  los  pobres  vasallos^  y 
conocido  menoscabo  del  R^eal  Patrimonio  de  V.  M. ,  y 
demás  rentas  de  algunos  Grandes  de  España  |  que  cor* 
-  ren  por  esta  misma  linea ,  por  el  engañoso  cebo  de  las 
Qiercedes  y  adelantamientos  que  les  ofrecen. 

Consta  por  autentica  reIacion.de  valores ,  que  en  al- 
gunas villas  de  Andalucía  y  Castilla  no, alcanzan  todos 
los  u:ibu.tos  que  se  exigen ,  á  pagar  los  salarios  de  los 
iniaistros  que  asisten  en  ellos  ,para  su  escusado  cobro^ 
C9tüé  se  podrá  verificar  en  los  milloaes  de  Montuirque» 
Puente  de  Don  Gonzalo ,  y  otras  m^ichas  partes. 

Asimismo  consta ,  y  es  notorio  ,  que  quando  las 
Ciudades  cobraban  los  derechos  y  jaleábalas  de  V.  M. 
fio  teniendo  cada  libra  de  carne  ,  ó  pescado  mas  de 
quatro  marra vedises  de  imposición  ,  importaban  scts  ve* 
ees  mas  de  lo  que  al  presente  rinden.  Para  cuya  prueba 
me  remito  á  los  libros  Reales ,  y  testimonios  de  valores 
4e  las  Ciudades  de  Sevilla ,  Malaga,  CordoDaí  Xerez 
de  la  frontera  I  y  otras  muchas  de  estos  rey  nos. 

También  es  fixa  verdad,  que  habiendo  diferentes  ve* 
ees  Ips  mismos  administradores  y  arrendadores  de  su 
propio  moru  baxado  mas  de  la  mitad  de .  los  derechos^ 
1j:s  ha  valido  doblada  cantidad  de  ducados  i  -como,  la 
executó  San  Vítores  en  los  Millones  de  Seyilla  ^  Pantoja 
en  Córdoba  s  Don  Manuel  de  Brabo  en  el  *  partido  de 
San  Lucar.,  Puerto  y  Xerez  ^  y  Don  Francisco  Eminen- 
te en  las  ret^ca^  de  Almojarifazgos  »  y  frutos  de  Indias, 
y  no  puedo  dexar  df.  decir ,  que  á  dicho  Dqu  Francisca 
£minente  poc  hacer  este  convenio  ^sin  el  quai  ^e  hubie« 


¿33 
n  pcr'(ii¿o  aquel  año)  le  quisó  castigar  el  Consejo  de 

Hacienda  ;  sin  otras  muchas  t>axas  ,  y  exemplares  que 

pudiera  referir  de  rodas  las  ciudades  y  vitias  de  esta  co-- 

roñas  tiabiendose 'experimentado  asimismo  dentro  de 

esta  propia  Corte  con  un  obligado  del  aceyte ,  cuyo 

nombre  no  tengo  presente.  .     >     .  > 

No  adnhite  duda ,  que  reduciéndose  todas  las  impo*' 

siciones  de  millones  ,  y  cientos  de  tos  mantenimientos 

comunes  á  una  sólida,  y,moder<^da  contribución  de  un^ 

derecho  millonario ,  y  legítima  alcabala  de  lo  que  se 

vendiere,  como  adelante  irá  declarado,  volverá  á  fcsM-^^ 

citar  la  opulencia  de<  esta  cqrona  ,  y  real  [Matrimonio  dc^ 

y.  M. ,  quedando  los  pobres  vasallos  libres  de  la  opre*  - 

9i6n  que  padecen  7  sin  que  lo  referido  pueda  ser  estor«t 

4x>  ninguno,  para  que  dentro  de  esta  Corte ,  y  demás 

lugares  populosos,  corran  dichas  rentas  dcjí  ^arbernas^^ 

estancos  y  xarnéc^rías  por '  legítimo  f dgijftró  ,^yi  usád^.  es-- 

tilo  de  entradas  y  puertas  ^  con  advetcenoiá  y  ¿epiáfaci^ 

del  común  derecho »  en  que  todos  viene»'  á  contribuir 

con  justificada  moderación  ,  como  se  ^econóce^á  -  por  di  - 

siguiente  media ,  con  iespecial  inteligencia^ 

'tffi^ó  alivio  y  segure  cobro  ié  millones  j  tientos ,  ion  mayor: 

i'     ^     aumento  }dcl  real  Patrimonio.  ' 

1         •  •  • 

£s  rníiy  conocida  verdad ,  que  los  frutos  de  los  po^ 
í}trosoS|  antes  perciben  autíienító  i  qtíc  mertóscabó',  e» 
^üe  haya  muchos  trit^utos  y  derechos  reajés ,  asi  pór^» 
que  quedan  exénrosí  de  pagarlos  ,  coódo  porque  los  ven^* 
den  á  tati  subidos  precios ,  como  si  realmente  los  pagar- 
ían :  procediendo  de  esta  injusta  desigualdad  ,  la  gene« 
xal  calamidad  (de  los  pobres,  y  fiílKdtí;  cobro  de  lá  real 
Hacienda  de  V»  Al.',  cuyo  fatal  daño  se  puede  remedias 
e»  la  forma  siguiente;'      .         i     '  j./  :: 


A     ■ 


En  Ja  corona  de  Castilla  (según  el  ma»  moderado 
quinquenio  de  diezmos»  y  cuidadosa  separación  de  fru- 
tos I  que  tengo  pren>editada  ,  de  todoá  los  Obispados, 
Encomiendas ,  Prioratos ,  Abadías  y  JParroquias  de  ella) 
hay  mas  de  quatro  cuentos  de  millares  de  vides  ó  zepas 
de  vino,  con  diferente  estilo,  y  jtrécho  de  plantío  ,  se- 
gún la  fertilidad  de  los  terrenos  3  porque  en  la  Andalu- 
cía (donde  se  caban  todas  las  vinas)  tiene! de  ordinario 
cada  aranzada  de  tierra^  que  será  una  fanega. y  quar- 
tilla  de  sembradura,  á  mil  vides  >  y  en  Castilla  (por  ocasión 
de  ser  tierra,  menos  fértil ,  y  labrarse  las  ma$  con  arado) 
suele  tener  cada  aranzada  á  quatrocientas  y  quinientas, 
zepas,  por  plantarlas  más  distantes:  si  bien  (con  muy  cor« 
ta  diferencia  )  frué^iñcan  lo  propio  unas  que  otras ,  di« 
ferenciándose .  solo  en  la  ocupación  de  mas  ó  menos 
distrito. d«  ptanm  JSíendo  de  advertir^  que  cada  mil.vi- 
des;((ta  lar.tierfaique.menos  contribuye)  &ut^ifícan  cada 
alio  ^mas  de;  iteiiua  arrobas  de  vinOé  Con  cuya  prueba, 
echando  V.  M.  (se' entiende  á  todas  las  viñas  que  antes 
áa  la. concesión  de  millones  no  fuesen  de  legítimo  Pa- 
trimonio de  la  Iglesia) ;  es. á  saber  ( por  .raZQn^de  todos 
derechos  de  millones  ,  sisas  y  cientos),  á  cada  mil  veces  • 
de  las  que  fru¿lificaii^  un  spip  real  de  á  ochot ,  6  duüado 
de  contribución  cada  añp,  que  no  alcanza  todavia  di- 
cho tributo  á  medio  real  por  arroba  j^  percibirá  la  real 
IJj^denda  del  solo  derecho  de  c¡§te  fruto  ^  mas  de  qü;atro 
millones  de  pesqs  cada  aq9  ,  sin  fi^audes  (^f  ji¡^ 
ciones  n;  engañosos  arri/^K)4os^!ilviedandoei;|a{brj^dor:cpa 
entera  libertad  de  P94^.i^l9  vender ,.  y»  cot)ducis..  9  qual« 
quiera  parte  de  la  corona  ,  sin  necesidad  de  registros» 
testimonios  ni  aforos.  , 

1:..  A:4vjf;ti(;ndo,qvie  deipas.de^este  derecho  mtlIodaríOy: 
qpetSoIc^liade;9a£ar;elqo$^^  jrazob  de  cotX" 

Jtribucion  de  este  futo  5  para  que  1^  demás  ^ontribu- 
.1  van 


23J 

yftn'gis^eralinenitd.ea  el  giMCo ¿c^^  todp.i.o/qiK  se.yeor 
(ticcc  forqxurxUlo&  en.ias  iai)^raas »  y  ca$a$  j>articula«- 
ffcs lippóde pagaiLde  ipal  dQ.est9^(por  ju$u(icaída,.p9Hu,« 
ra)  el  odaiVo.  antiguo  |,quje  in^poctatá  ipas  de  scus  niv? 
U09es.dc. pesos ;si. se  admínisti^, con  justi%acioa  ,  y 
Ifigítimo  .i^gl&uo  de  puertas  ^    y  gasto  dip  dichas  ca? 


Derechos  if .  QarneSk 


•jt 


La  caioe  puede  pagar  en  las  carnecei/as  poi!  li^j^ 
timo  cegibtro de  cabezas  de  ganada.,  pagando. ca4ac^-« 
oeraca  Andalucía  y  Q^cilla  ^víxo  realeo  4^  tpd0&  d$ j 
xechoSfUn  quarto.en  Jibjra  ;  c^iiechon  lopropM>|  c^^ 
res  bacttua  dos  ducados^^  y  cada  macho  dos  reaks ;  y  en 
Galicia ,  Asturias ,  Montaiias  de  Burgos  y  León  »;  pu^ 
de  y  debe  pagar  la.  mitad  menos  /  poi;  razón  del.b4«9 
precio  de  ios  niantenimientps ,  peqi^^ñ^z  de  los  gaoadp% 
y  esteriUdad.de  aquellas  tierras  5  sio  que  en  esta  fprma  d« 
cobro  pueda  liaber  fraudes  ocultos ,  ni  de  consideración^ 
aunque  corra  por  mano  de  los  Regidores  mésales  ,  ó  fíe« 
les  de  caxnecerías  »  noipbudos  cada  ano  pg{  y«  A^«9.9 
por  las  propus  ciudad^  7  viUa$.     .    .  ...... \ 


1  r  <  >t'<  -«k 


Derechos  de  Aeeyte^ 


»'i  < 


Del  accyte  puede  pagar  el  cosechero  un  %^z\  de  p(a^ 
ta  en  cada. arroba: por  fixo  regburp  de  ios^mplinos,  don? 
desenmdc  la  accyji.UQa'j^  corriendo  ^q  cada  lugsir  ^i 
nombrado  fiel  de  V.  M.:  por  :quanto  se  sabci  que:  í^ 
ordinario  que  cada  ^molino  mude  cada  diit  son  ocho  zi^ 
robas ,  en  que  no  puede  haber  íraBd?  n  ni.sogaíif>>|i/mf 
damnifique  la  real  Hacienda.  Y  demás  de  esto ,  el  que 
se  vendiere  por  menudo  en  las  tiendas  y  aixnaccnes  1  pue« 

.Gg  a  ^5 


4c  pagáf  la  propk  o€títk  fsam  Iqaexl  vino  ,  por  logLi 
timo  teatro  de  pucnas-,  ó  cottsamo<dcdkfapis  ofidoas,^ 
'irizoD  del  precio,  y  podaras  á  qae^se  venciese }  fitooi^ 
jdicndoá  que  dicho  acey  te  no  se.  ha  de  veMlet  por  ;U« 
bra  ^sada)*HDO  cabal  ^  ni  el^  vino  se  ha  4c  vender  por 
medida  Aenór  i  sino  por  U'  mayoc  de  Avili^,  y  oo  poc 
ia  que  hoy  se  vende  en  esu  Corte ,  donde  de  treinta,  y; 
dos  quartiUos  que  tiene  cada  arroba  |  hacen  quarenu  y 
9cho  en  todas  las  tábetnásw*      -      ''^ 

£1  pescado  puede  pagar  un  quatto  en  libra  de  todos 
iierechos.  Y  es  4e  advertir ,  queeo  esta  forma. viene  a 
céntribiiir'<l  p«ieí:osoy  cosechero  por  razón  dte losfcit*^ 
tos  que  coge:  7  tos'Ofitítiles  y  pobres  contribuyen  to^ 
dos-generalídéntií'tn'  tlo^voque  pagan  las  tabca»S|, 
tiendas  y  carnicerías  i  quedando  dichos  derechos  reales 
con:  justificado  y  seguro  cobro  s  V.:M.  poderoso  y  sus 
|k>bres  Vasailos'  aliviados  ^  y  todas  •  las  demás  meñuden^ 
¿láis  comestibles' libries  de  ga velas,  excepto  la  alcabala, 
<qü¿  pdt  justo  derechtí'debéá  pagar  pb)?  razón  do  ventas^^ 
plazas  i  tiendas ,  gremios  ó  repartimientos. 

Y  debo  prevenir  á  V.  M.  con  entero  conocimiento^ 
(|iie%bn  tfsta  formalidad  de^obro  percibirá  Vw  M«  ^  coi& 
general  aplauso  de  sus  vatellós.,  solo  de  Josiqua|romanf 
jteoimientos comunes  del  vino,  carne ,  azeyte  y  pescado 
mas  de  veinte  millobes  de  dúcidos'de  los  dos  derechos 
de  oétavo  ,  y  cosecha  que  llevo  referidos  $  los  qualcs 
impoiftaráA  ;  con  Ihdttbitáblir^iQVldenciai,  doblada  canti- 
üad  qoeí  todos  los  ddttúó&s^^  i¿sta  icorona^iistcnda  así 
k^  al^esdcfte  ^ipagMdblM  pobres  vasallos^quanroyseis 
y  €ích0  pttbes  íMS'de  eYÓrbit^ante^tribubos  y  nó  alcanza 
•y^  Mi 'apercibir  seis  millones  de  todos  losfgchcros  dfi 

>tf  apc6iiidilMt«$  (KHBUMt^^       -    '^  ^  i  '    ^  /     /' 


i,jl  .u 

7  • 

1 

.     1  i'.O' 

1 .«.  » 

1  -1  -*< 

iVcri&asé  con  cUrá  ideffionMfotfkMi » ^iie  cob  sol)^ 
¡medio  cetl ,  que  en  cl'gaAStte^Mdb^áffo  ccíáttltmirá  naidaí 
dk  ($id  «utiOla  meooc  útníláat  *n  ^el  sotQ  deiíectio  del 
eftavo  de^viooy  aceytoj  ^títi  qmfttf '«ti  fiada-  Ubta  40 
carne  ó  pescado  que  gaiiáir  ;''Vietw  (á<  pagar'  c^a -áfitf' 
veinte  ducades^:  y  coiuand^soloün  inlUon  de  faifailias, 
artífices,  scrfdados;  sirVicntes^ijornaleroSi'pludibtas  yciu^ 
dadaoos,  en  toda  la  cor4>mi^s0n  velpM  ostiones  jdcdu^ 
kades  de  tenta  en  cada  ion  a&o;)  siá  4¿(  aS8giisiid»$  qiía^ 
tra^asiUones4e  pesos  del  corto d^ch6¿ deltas- cosééhás 
de  vino  y  aceyté  qae «llevo iwferldo^,  constan  justificado 
y  seguro  cobro*  Véase  lo  que  al  presente  rtedé  i  -  pagaaí^ 
do  como  paga  quatro ,  seis  y  ocho  partes  mas  de  de^ 
fraudados  derechos  ,  cod  ian^^afiosa  desigualdad ,  y 
multitud  de  Miiustcos  que  los  cobran  |  disfrutas  y 

i','».'         •  !  '-iii  .  ^  ...      .'.i^        * 

■.  • 

•  ■  Eiir  Ui>itmx^9  9>  Ingitet  iottiü  ¿aúát  miá:  vto9 
^eát'ié  q«p,  «ukivai}''y-iabYfi<i  hay  asíiD&flao  ál  pi!t* 
setife  gBaVíisimos  fratidéS:,  por  la  poca  integridad,  yj 
áípaíndti  aimblcipir  d¿  1¿  Ayaótani&ntes  y  Cabildos,, 
<}aeHré{01¿«n  iloií  voiciUM  'üiayotd»  idafitlcfeades^  *ále  la< 
qiié  J^ébijitt  <pagír !  y  i  «óótcibliílf  i-  Ifoyo^'grskVfr  dafi^ '  se 

pt94fikiaK^^u'!í:6k  Súl0  lifeítotaf^V.  Mi;  balo  de  gtaveí 

penas,  ()ttd<é<Nlé»lM  Esétibano^'d^Kencisy  Ayuntar 
micntos ,  sean  obligados  i  dar  al  Frocucadoc  ó  Sindi- 
co de  cada  partido ,  villa  ó  feligresía ,  una  hijuela  6. 
lista  nominarla  del  prindpal  repartimiento  de  la  pro" 
Xinciat  I  pata  ^a«  £«{  eUa  ^sia  «tro  instxm&eoto)  se  co- 


nozca ,  si  reparten  mas  cantidad  de  la  que  V.  ML  ha  de 
percibir ,  y  los  deg9)|^4]|r«^oi^  quoiWt estos  casos  suelea 
hacerse :  ardid  con  que  qualquiera  Juez  ,  ó  Visitador 
g4n«ral  fodpá^yeri/karMqiielquicrii  fraudic  <ítie  tfaya, 
«jtt'.Qn.la  f4liicípal<ca{^esta:^^reyQo  i^como'jsa  lñs¡4tamst 
pcavtfi<tla^ » ;y  paKidps:doodiS(í8C;Gepactca  ^  ifKado  csca 
tl^Az». jn  maiMgwratpMiaieMitar  (odoger^oo dejitasuqu^ 
<ttf|iie^i  q^e  4e  ordUiaitioex^c^taai.  dícfe^si»Ay»}C^M(iiear 
tos  i'Ja^tidas  y:CatMldo$}  pdU:cu:ularaicnie  en  ei  ceyao 
d£  (3alicia.tyfLeon,  Asturias  y  MQDtaiias..xle  Bucgo$|. 
d0nd$.pad(;cen«fis(a.gSQeral  epÜ^itiia ,  con  masó  menos 
aeaid^Mf,3¿  iP^  codo  hk  q^ú.  impoúará  mucliQ  úxMáau 
^«M^^yiModOsfjas  repaciiíaieMds^^^  ó  feli* 

gruías  I  $eaa.'4)och9spít>r  das  ¿hodibres  Uaitos,  y  dom^ 
bcadQs  c^da  aHa  por  el  cooiun  de  los  pobces» 


V 


jíkuiabu 


.'i    j. 


Las  rentas  de  Alcabalas  (por  quedar  V.  M»  coq'  tan 
numeroso  tesoro  en  ios  derechos  millonarios  j  y  los  de* 
mas  que  ilevq  referidos),  se, puedan baxar  á  la  mitad^ 
que  es  á  razón  del  primitivo  y  antiguo  cinco  por  ciento; 
isíA  qng;fia^. jijryar  4^  e^tof ^P.  aíoguno  pdW:  «ísfa::exe- 
cu<;ioq^,,el{¿so^siicp  incooiv^pieiitfi'^iiie  alguno» p9Qdr¿n^ 
tocante, á  la  satisfacción  ^  y  paga  de  los  juros ,'  ventas^ 
sueldos  y  ipefc^dcj  >  que  V;  Ai-  debe  pag^r  >  porque  an- 
tis qued%c;4fi.ffi^$  sQga^;p2M»'^ft. cobro  en:  el  Of^tleor^^ 
y  íi:K|E^  r^qrA qner  tepre5(|ixt0  i  ^in^padocer  I^.ip4c4i4a^ 
dila^ionps  y>.»wa,lM  <;pb6Uia4»  qw  ÍV>y>y  $>a41<8U4«Í 

percibir  la  tercia  parte  de  ellos  >  como  e$  ftSlOiíOt  i 


(  <«. 


i 


•  » - 


.}.' 


• »  .  >  • 


♦  •  I 


S¡' 


ajp 


Para  sustentar  esta  Monarquía  una  armada  de  cien 
texeles  de  ¿ueiia ,  y  cinqüenta  galeras  con  situadon 
ñxa  ^  se  puede*  conseguir ,  aplkando  para  ella  (  con  ex« 
presasepatacion)  todas  las  itintaioáe  h  Crussada  ,  Sabsi^ 
dio  y  Escusádo ,  tercias  y  nóvenosle  las  Iglesias  y  En^^^ 
cooilendas ,  así  de  Indias  como  de  España :  con  cuyo  iti*  ' 
gresO)  hay^sobrada  cantidad  pata  naos,  bastimientos, 
sueldos',  carenas  >  arboles ,  xarcias ,  velámenes  y  demás 
penrechos  neocsarlos ,  paca  su  permanente. duración  ,  y. 
úoicadcfipnsade^tiodos  los  progresos  d&  la  Monarquías 
pnbsíoo  hay  hurfnanoi  ni  diTino  derecho  para  separar  nt 
distribuir  V.  M.  en  otras  mercedes ,  gastos  ,  ni  sueldos 
particulares  ^   lo  que  los  sumos  Pontífices  concedie- 
ron para  sdia  Ja»  defensa  ^  y  aumento  de  la  ciatóli-^ 
cafe'. j  K\    1:   -r-  .  "         í-    ••'    ,*'•''■.• 

i  l^at  csquadras  de  corso  ,  que  sustentaban  algunas 
praviticias  de  esta  corona  y  nunca  pudieron  ser  dañosas 
para  su  opulencia  3  ni  los  pretextos  con  que  las  emba* 
razaron^  jñierqn.d^  legitima  justificack>n  4  pues  con 
ellas  temiau  los  enemigos  ^  se  criaban  soldados  y  ma-* 
xkieros>  faaiña.  menos 'cautivos  que  rescatar  ¿  y  y.<M«' 
tenia  navios  armados  quando  los  habla  menester. 
Gonsideresf  el  daño  que  en  las  costas  de  Indias  nos  han 
hecho  ^  y.  hacen  Jas  naciones  extrangeras  con  sus  es- 
quadcas  rde  cocso-^  7  se  verá  lo  que  podito  Ittportar  las' 


}{ 


ExírcHos  de  tierra^ 

Para  tener  y  conservar  esta  corona  un  cxcrcito  de 

trciU'- 


340 

treinta  ó  quirenta  mil  soldados  veteranos ,  que  puedan* 
marchar  (con  ñxa^< pagas) quandb  sea  kiecesario  á  qual« 
quiera  progresos ,  invasión  ó  alboroto  ,  que  necesite  ú 
ocurra  á  la  corona  de  £spaña  dentro  de  sus  límites  y 
fronteras:  se  puede  disponer  por  Parroquias  ,  y  tercios 
regnicolos  >.con  su  pagador  de  reyno,  nombrando  de 
cada  ckn  hombres  un  stíldado  que  sea^sqlceco^  y  mo20 
de  y¡^lor  ^  y  que  los.  demás  (aliviándoles  V.  M  de  los  trl- 
biKPS  que  pag^n^)  sean  obligados  á  contribuirle  á  di* 
cho  soldado ,  por  justificado  repartimiento  á  tázon  de . 
dos  reales  de  plata  cada ,  dia^  ,que  les  sale  á  cada  uno 
(de  iof;  cientos)  9.  IRCQM  .4e'  i  xea|[  cada  mes  :  y  qTiexo-j 
áfiS  los  cabos  .4c  esta  gente [soad  caballeros  y.  personas 
que  hayan  loUitado  con.  aptóbocion ;  para  que  en  la 
paz  les  puedan  dodrínar  ^  esquadronar  y  habilitaren 
las  armas  todas  las  pásquas  ^  y  dias  festivos^  con  expre* 
sa  ordenanza.!  pava^que  qu^lquiéra  quef  sirviese' dies 
años  en  guerra  viva,  así  de  mar  como  de  tierra ,  qoq  * 
solo  probar  de  cbristiano  .viejo  ,  se  pueda  pooet  hábito 
de  las  tres  Ordenes  Militares :  sin  que  le  sirva  de  ob- 
jeción ni  embarazo  alguno  el  ser  hijo  de  qualquiera  la* 
br^dor  i  artiñce  >  mercader  ni  oficial  (deiqiiak^iera)Dfi«  . 
ciq):^  ptfe&!(6  que  solo;se  puede  llamar. nohlé  oixqueobcá  • 
bUiXj.yd/eficndcia  corpna,  á  costa  de  «utvcDdidíL^anw 
gpe,  disciplinado  valor  y  desvelo. 

¡  Oh ,  si  pluguiese  i  Dios  que  estos  dos  puntos >  y 
los  demás  que  represento  se  executasen  i  qud  descansa- 
do y  poderoso  í>b.  hallaría  V.  .M. ,  y  quáa  tefaiida  ^  y; 
forzosamente  venerada  fuera  esta,  corona  de  todos  ^su%. 
enemigos !  ^ 


Exor> 


?4^ 


Exorbitacion  de  jUCtístfOí. 


Cn  lá  minoración ,  y  reforma  de  Ministros ,  atior^^ 
ros  justos  de  gastos  y  salarlos ,  ca  qae  tantos  han  escri- 
to ,  no  pretendo  alargarme ;  remitiéndome  al  tratado  de 
plazas  honorarias ,  que  escribió  Don  Juan  de  SolorzanOi 
dei  Consejo  de  Y*  M..Sblo  dice' ./.que  no  hará  poco  el 
que  en  anisólo  puesto  sirva  como  deberá  Dios,  á  Y.  M« 
y  á  la  causa  pública. 

£1  Christianísimo  Rey  de  Francia  con  un  Tesorero 
general  y  y  quatrd  ó  seis  Contadores,  y  0%iales  de  ll-^ 
bros,: gobierna  todas  sus  rentas,  sahiendK» . cada,  año» 
cada  mes  .  y  cada  semana  lo  que  ¿tiene',  lo .  que.  cobra> 
y  lo  que  gasta  :  Y  V.  M. ,  para  cobrar  sus  empeñadas 
rentas ,  sustenta  mas  legiones  de  Ministros  que  esqua-^ 
dras  de  soldados ,  por  pasar  de  ciento  y  cinquenta  mit 
los  que  se  ocupan  dentro  de  Itis  ceynos  de  Castilla  tn 
cobrar  todo  genero  de  tributos ;  cuyo  número  dieran 
por  ajustada  relación  Antólin  de  la  Serna  ^  y  su  antece- 
sor t  Contadores  de  Ja  Magestad  del  señor .  Rey  Feli* 
pe  IV.^ ,  que  Dios  h^ya  $  como  lo  cita>  el  Arzobispo 
iTapia  y.  Jacinto  de  Alcafar  Arriaza ,  en  el  memorial 
que  presentó  en  las  Corees  del  año  de  .16^6.  ¥  no  ten« 
go  duda  en  queLal  presente  habrá  mas  ,  ;segun  el  gran 
numeró  de  administraciones ,  arriendos ,  audiencias,  in* 
tervenciones,  comisionarlos,  y  juejoes  conservadores quQ 
bajr  repartidos  por  todos  los  reynoSi,   ...:... 


fmtXJt  es  '^<^ 


242 


Recuperación  'de  nuéitrds  fabricas  y  y  nativo 

comerciom 


%  '       #1 


•      * 


£i  solicitar  con  todo  esfuerzo  el  recurso  de  nuestras 
fábricas  y  maniobras  ^  consiste  en  la  execucion  de  los 
.pumos  siguientes;  . 

I  £1;  primero :  en  desterrar  V*.  M.  (con  el  exemplac 
rát  ia  casa  Real /.y a  prevenidas  ordenanzas  de  tribunales 
y  dudadanos  ,  45  por  establecida  ley)  el  uso  de  las  ro- 
pas y  telas  extranjeras  á  todo  genero  de  vasallos  de  es- 
tos rey  nos  |  conio  la^xecutó  etChristianísimo  Rey  de 
^rancla  con  tamoi 'rigor  I  ciuermandó  quemar  todos  I0& 
paños  de  3cgov4a ,  que  se  liaUaron  en  j^er  de  los  mer- 
cadetes  de  Francia; 

IBX  segundo  será :  el  conceder  V.  M.  fuero  de  nata-' 
íales  á  todos  los  artífices  y  laborantes  extraiigeros ,  que 
finieren  á  vivir  >  y  xasarse  á  estos  reynos  ^  como;  seaá 
católicos*:  .  '■  ■         -^    ■ 

£1  tercero  :  promulgar  V.  M.  ley  para  que  de  nin« 
güna  manera  pueda  ser  objeción  ^  ni  estorvo  el  trato, 
uso  y  comercio  de  dichas  fábricas ,  para  el  empleo  y  as«« 
censo  de  qualquier  a^ó  positivo  y  honorifíco :  con  có*- 
yo  estatuto  toda  la  nobleza  de  Castilla  procurará  au^ 
mentar  dichas  fábricas  y  comercio  de  Indias  y  otras 
partes;  demás  de  la  común  población  y  riqueza  que  se 
seguirá  á  toda  la  corona ,  con  mayor  aumento  del  Real 
Patrimonio  de  V.  M. 

£1  quarto :  que  dichos  fabricantes  de  telas ,  sedas, 
lienzos  y  lanas  sean  libres  de  tributos  en  qüanto  á  la 
manufactura  de  dichas  fábricas;  pagando  solamenre  una 
corta  alcabala ,  por  razón  de  las  ventas  que  de  ellas  hi* 
cieren  ^  como  lo  executo  el  año  pasado  el  Príncipe  de 

'•  Por- 


'Portugal  9  con  cu}0  debo  ^  y  fuero  de  naturaleza  se  fuc^ 
ton  de  Sevilla  y  otras  ciudades  mas  de  seis'núl  ai tiñces 
á  Vivir  á  Lisboa,  donde  ai  presente  se.  lz\>tin>  tan  ris- 
cos paños  y  bayetas  y  ^sedas comeen  el  Norte  :  siendo 
así  que  compran  ios  materiales  <n  Castilla  y  otras 
partes.  .•''.'. 

£1  qointo.|  y  de  mayor  esfuerzo  será:- igualar,  y 
subir  V.  M»  la  moneda  y  pasta  de  plata  4la  nacuial,  y 
debida  estimación  que  tiene  eti  tpdosios'  demás  reynos 
de  Europa  >. por  ser  im{k>sible  que  ias  fabricas  de  Casti* 
lia  prevalezcan  I  si  la  plata  vale  á  b/xxo  preciq  s  como  lo 
lia  rcjMsdseátado  á  V.  M.  el  Comercio  de  .Sevilla. 
'.  :  Las  fabricas  de  lienaosi  que  de^  todo  {nuito  han  fene^ 
c|do  €D  la  mayor  parted^  Andalucía  y  Castilla  por  la  su* 
tilezade  los  extrangeros,  ocio  y  vanidad  de  los-  naturales^ 
se  pueden  fomentar  con  mucha  facilidad  dentro  de  dos 
años>  con  solo  mandar  V.  M.  por  general  vando  ^  que 
pepa  de  qtilnientps  ducados  todos  los  labradores  ^quoru^^ 
vieren  rjerras  i  proposito  para  coger  lino  ,  sean  obliga^ 
dos  á  sembrar  cada  año  (  á  lo  menos  )  una  faqega  ÚQ 
linaza ,  para  el  preciso  gasto  de  sus  familias ,  y  decentQ 
ocupación  desasmugéres,^hi)as  y  criados. 

Y  aunque  parezca  especie  de  pasatiempo  lo  que  voy^ 
i  decir;  mirado  á  buena  taz^tlcúe  mas  alma  de  lasque 
parece»  para  obligar  con  el  natural  apetito  á  la  virtud  det 
honesto  trabajo ,  se  podría  establecer :  que  á  qualquiera 
múger  le  sirviese  de  legítimo  impedimento ,  para  casar- 
se f  ó  tomar  otro  estado  d  no  saber  hilar  /labrar ,  texefr 
ó  tigcer*  puntas  ¿  por  preciso  ex&men  de  maestras;  paes^ 
quahdo  la  católica  y  esclarecida  Rey  na  J>oña  Isabel  de 
Castilla  se  entretenía  con  sus  damas  en  tan  decente  y^ 
ezemplar  exercicio  ^  á  ninguna  en  el  mundo  podrá  des«^ 
luci(  esta  virtuosa  «>cu{^acton«  '  /.•,_■  '^ 

lias  fábricas  de  pjatpcl,  y  f&menta¿ioa  di  Impttntz&x 

Hha,  ca 


en  esta  corboi  serari  de  tán.grádde  utilidad ,  que  se  rc4 
tendrán  cada  año  (solo  en  este  renglón)  mas  de  diez 
«úllones  de  .pesds ,  qae  nos  saca  Genova  con  su  papel  j  y 
Francia  con  sus  impresiones. 

.  No  se  duda)  que  el  deseado  acierto  de  los  Minis-< 
tros  de  V.  M.  y  su  Real  Consejo  de  Castilla  se  fatigan 
al  presente  con  catódico  zelo  en  disciurir  inodo  para  que 
los^mancemiDientos  vuelvan  á  su  antiguo  curso :  y  aun- 
que este  punto  ds<  el  principal  .de  la  corona ;  si  no  le 
acompaña  juntamente  la  baxa  de  tributos ,  fomento  de 
labranzas  >  baxa  de  pastos  y  general  uso  de  moneda  me^ 
nuda  de  plata  provincial,  y  común  manejo  de  las  fabri** 
c^  y  telares ,  se  frustrará  sin  duda  todo  el  remedio  que 
se  prcüende  í  pókque^  importa  poco,  que  un  {un  valga 
Quacro  quartos ,  y  una  libra  de  carne  seis ,  si  los  artiti« 
ees.  y  jornaleros,  no:  tienen. donde.ganarlos  ^  por>ocasion 
de  la  fklra  de  dinero  ique.Sé  ei^pjcrlmema  en  el  cpmer? 
ci^.,..por  eU  baxo  precio  á  que  vale  la  plata  y  oro,  quo 
solo  Viene Ji  p^rar  en  poder  de  los  excrangeros,  y  de  ai-» 
glinos  poderosos ,  que  no  comercian^ 

Comercio  de  Indiaí^  '. 

•    I        •     •  .  ... 

El  manantial  y- robusto  comercio  de  Indias ,  ^ibér4 
nandose  por  fundamental  compama  de  Españoles ,  fru« 
tos ,  fabricas  y  maniobras  de  estos  reynos ,  y  ,  si  pare- 
ciere justo,  de  todos  los  demás  que  fueren  subditos  de 
c;9ca  católica  Monarcjuia  ,  á  imitación. del  que  observa 
Holanda  en  la  India  Oriental,  excederá  sin  humana  op»^ 
siciun,  dintro  del  termino  de  quatro  ó. seis  años ,  á  to« 
dos  los  del  mundo.  £n  este .  punto  me  remito  á  la  clara 
demostración,  y  no  imitado  talento  dpi  P.  Maestro  Fray 
Jban  de  Castro  ,  Religioso  de  la  Ofdcii  de  nuestro  glo-. 
tioso  Ji^dce  S«»n|;9  Doming^Ot  verdadero  Cotpn  de  estos 


M5i 
siglos  y  y  vigilante  explorardor  de  las  mercuriales  asta* 

cías  y  sutilezas  de  los  extrangeros:  no  siendo  dignos  de 
pasar  en  silencio ,  para  la  mejor  formación  ,  y  estable*^ 
cimiento  de  esta  obra  ,  los  bancos  de  cambio  ,  erarios 
ó  montes  de  piedad  de  Don  Joseph  Camerino  ,  Francis- 
co Rodríguez  Mata  ,el  refciido  Maestro  Fray  Juan  de 
Castro  y  y  Don  Jacinto  Pasqual  de  Aspeitia  $  de  cuyos 
hermosos  y  cultivados  jardines  se  pueden  coger  las  me« 
jores  ñores  para  la  perfección  del  mas  precioso  ramillete^ 
ó  hermosa  pancarpia  de  la  formalidad  de  dicho  co^ 
mercio. 

Daños  que  nos  hacen  las  naeionesm 

Con  quatro  suertes  de  ardides  nos  sacan  los  extran«> 
geros  los  tesoros  de  esta  corona.  £1  primero,  y  de  ma« 
yor  daño  es ,  el  franco  tráfico  y  común  vestuario  de 
sus  ropas,  y  demás  géneros,  pasando  de  treirta  millo- 
Des  de  pesos  lo  que  cada  año  llevan  de  plata  y  oro  ;  con 
cuyo  caudal  se  hacen  arbitros  de  la  paz  y  de  la  guerra^ 
considerándonos  por  sus  contribuyentes  Indios,  y  pre- 
cisos gastadores  de  sus  paliirapes. 

£1  segundo  es  ;  la  perniciosa  introducción  de  la  mo- 
neda de  vellón ,  que  entra  en  Castilla  por  todos  los  puer- 
tos secos  y  iñaritiiDOS  de  estos  rey  nos ,  por  ocasión  de 
lo  mucho  que  ganan  ,  por  valer  el  cobre  tan  barato  en 
las  Provincias  del  Norte  >  y  la  de  no  beneficiarse  las 
abudantes  minas  que  tiene  Castilla ,  donde  se  podía 
sacar  ^on  lá  propia  conveniencia ,  para  labrar  todo  lo 
necesario.        • 

£1  tercero  es  :  el  común  cerceno  de  los  doblones  y 
nonedas  de  plata  ,  que  vuelven  á  distribuir  en  algunas 
compras, de  frutos  ,  alquileres  de  casas,  y  mantenimien^ 
tos  que  gastan  para  su  ordinario,  sustento, 

£1  quarto,  ^y  no  meaos  dañosq  es;  el  trueque  y 

6*' 


34^ 

ganancioso  cambio  que  Hacien  dé  los  doblones  á  la  pasta 
de  placa  ,  y  £éale$  de  á  ocho  ,  dando  poc  ellos  un  qua- 
tro  I  seis  y  ocho  poc  elenco  de  ventaja ,  como  se  experi- 
menta en  Sevilla ,  Cádiz  >  San  Lucar,  y  demás  puercos 
snaritimos  de  esta  cocona» 

Puntos  políticos  y  mecánicos. 

L^  Obligar  á  trabajar  >  y  á  aprender  o6cios  á  todo^ 
los  vagamundos  de  la  Corte »  y  demás  ciudades  y  pue« 
blos  de  la  corona ,  con  pena  de  presidios  ,  campañas ,  y, 
otros  castigos  ai  que  ño  lo  hiciere  >  y  que  para  esto  ha« 
ya  celadores  de  la  República ,  nombrados  por  los  g^re* 
mios^  para  que  los  acomodea ,  conozcan  ^  y  cuiden  de 
£sta  política  y  con  intervención  de  las  justicias. 

11.^  Ordenar  por  Parroquias  ^  que  cada  Obbpado 
y  cabezas  de  partidos  alimenten  sus  pobres  enfermos  y 
tullidos  en  forma  de  hospita] ,  dándoles  en  que  trabajar 
á  los  que  pudieren  hacerlo  ,  para  que  ayuden  á  su  na- 
rural  sustento ,  como  se  executa  en  muchas  Repúblicas 
de  Europa  j  sin  que  ninguna  persona  pobre ,  sirviente, 
ni  artiñce  pueda  salir  de  su  domicilio  sin  llevar  testimo« 
nio  ó  voletin  para  su  viage. 

IIL®  Prohibir  y  que  los  Buhoneros  ^  lenceros  y  re* 
vendedores  de  todos  géneros  y  no  vendan  por  las  calles, 
ni  casas ,  por  quanto  venden  mas  caro  >  y  de  ordinario 
son  encubridores  de  lo  que  hurtan  los  criados  y  criadas^ 
de  los  mercaderes  y  otras  personas  >  debiendo  estos  ta« 
les  aprender  oficios ,  avecindarse  i  y  pagar  por  gremios 
los  Reales  derechos ,  todos  los  que  tuviesen  caudal  para 
poner  tiendas  públicas ,  y  no  de  otra  manera :  siendo 
constante ,  que  ,coa  este  genero  de  paiitrapes ,  estam-*^ 
pas ,  vidrios ,  cosarios ^  abalorios.»  flautas ,  caballitos^ 
fuelles  y  ratoneras ;  nos  sacan  cada  ai^o  sin  •eotic^mas 


247 
de  dos  millones  dé  pesos  los  extrangeros  i  sin  las  muchas 

ofensas  de  Dios ,  que  se  dexan  considerar ,  así  en  este 
genero  de  gentes  ,  como  en  algunas  tiendeciras  que  hay- 
de  quatro  abujetas  ,  que  solo  sirven  de  sombra  para  no- 
civas tramoyas  ,  cortinas  de  vicio  ,  y  otras  desor- 
denes. / 

IV»?  Prohibir  asimismo  debaxo  de  graves' penas^ 
idado  caso  que  no  se  quite  el  comercio  de  los  excrange- 
ros  I  que  ningún  mercader  pueda  vender  sin  poner  tieti' 
da  o  almacén  público :  porque  sie  valen  de  las  casas  de 
Embaxadores  y  Títulos  y  Conventos  j  para  usurpar  los 
derechos  Reales,  y  sacar  las  muchas  alhajas  de  plata  y 
preciosas  joyas  que  truecan  por  la$  bujerías  que  traen 
de  engañosa  pasta  de  Bohemia  y  christal  de  Venecia 
que  les  compran  las  mugeres;  con  cuyos  aparentes  re- 
lumbrones las  engañan  como  á  Indias ,  en  tanto  grado^ 
que  solo  con  este  ardid  se  tiene  por  cierto  han  sacado 
de  esta  Corte  mas  de  veinte  millones  de  plau  labrada^ 
joyas  y  piedras  preciosas  ,  en  cambio  de  piedras  falsas, 
y  artiñclosos  perendengues ,  que  líierecian  ser  quema- 
dos ,  castfgando  á  quien  los  compra  ,  y  ahorcando  i 
quien  los  vende« 

V.^  La  justificada  moderación  de  los  alquileres  de 
las  casas  de  esta  Corte,  y  otras  partes  adonde  valen  muy 
caras,  parece  será  muy  conveniente ,  por  el  exorbitante 
precio  á  que  han  subido ,  como  rodas  las  demás  cosas, 
sin  que  la  baka  de  la  moneda  las  haya  moderado* 

Coches. 

* 

VI/  £1  psohibir  la  poltronería  y  excusados  gastos 
de  los  coches ,  excepto  á  los  Grandes ,  Títulos ,  Virre- 
yes ,  Presidentes ,  Consejeros  y  Dignidades  Eclesiásticas, 

será  de  útilísima  y  decorosa  conveniencia  y  ensayo  del 

exer- 


24S 

cxcrcicio  militar  de  la  cabaHena  y  nobleza  de  esta  coro- 
na y  tan  olvidada  de  los  corcobos  de  sus  valientes  caba^ 
Uos,  como  empañada  entre  cortinas  de  portatlles^  ataü* 
.  des  de  la  vanidad.  Y  debe  mandar  Y.  M.  que  todos  ios 
que  baxáran  de  Us  referidas  clases «  y  quisieran  usar  co-« 
ches ,  fueran  obligados  á  sustentar  por  cada  coche  ua 
soldado  en  campaña  con  armas  y  caballo ,  pues  quien 
tiene  cada  año  mas  de  mil. ducados  sobrados  ^  ó  tram- 
peados para  sustentar  un  coche  de.quatro  bucéfalos, 
bien  puede  pagaír  doscientos  para  defensa  de  la  patria^ 
de  la  corona  y  de  la  fe.  Y  si  le  traxere  de  dps  caballos 
ó  mutas ,  puede  pagar  ciento  para .  el  sueldo  y  alimento 
de  un  konra^o  mosquetero ^  que  yo  aseguro,  que  pocos 
liabrá  que  no  lo  paguen  de  buena  gana  ^  por  pasear  cti 
coche  ,  andar  á  la  sombra ,  tener  paz  con  sus  oiugcreSi» 
y  ostentar  boato  de  señores. 

r 

VIL*  Estando  can  reconocida  la  falta  de  leña  y  ma^ 
^eras ,  por  la  disipación  de  los  montes  y  arboledas  de 
Castilla  y  Andalucía ,  será  de  grandísima  utilidad  el 
obligar  á  los  vecinos  de  tedas  las  ciudades,  villas  y  lu- 
gaces.,  para  que  todos  los  años  siembren,  y  fomenten 
los  plantíos  de  robles  ,  encinas ,  pinos ,  fresnos  ,  álamos^ 
retamas,  castaños^  nogales ,  y  demás  arboles  frutales 
que  pudieren^  con  pecuniaria  condenación  ,  y  princi? 
pal  capitulo  de  residencia  á  las  justicias  ordinarias  que 
DO  lo  hicieren  executar  en  las  partes  que  tuviere  cabi- 
mento. Obligándoles  asimismo  á  sacar  azequias ,  fabrl^ 
car  norias  y  zudas  ^  para  regar  los  prados  ,  huertas  ,  y 
frutos' necesarios,  como  se  estila  en  otros  rey  nos,  adon^ 
d;:  coa  arte  se  hacen  navegables  qualesquiera  rios ,  pa« 
ra  mas  cómoda  conveniencia  de  ios  comercios  y  abastos 


ác  Us  Cortes  y  demás  lugares  populosos »  ademas  de  !o$ 
omchos  molinos  ,  batanes  y  hazeñas^  que  fabrican  en 
ellos  5  censurando  todos  los  extrangeros  la  brutalidad» 
y  tosca  labranza  de  Castilla  y  Andalucía  :  la  qual  pu« 
díendo  ser  el  mas  hermoso  jardín  del  universo  p  es  la 
mas  desierta  campaña  de  toda  Europa* 

Punto  Eelaíastko.. 

VIIL  Pedir  á  su  Santidad ,  como  lo  Ka  hecho  el 
Christianísimo  Rey  de  Francia ,  que  se  digne  de  mino^ 
rar  los  muchos  ,  y  duplicados  Conventos  que  tienen 
muchas  Villas  y  Ciudades  de  esta  corona ,  para  que  se 
aminore  el  gran  número  de  R^eligosos  y  Clérigos  que 
sustenta  $  cuya  multitud  »  y  pobreza  de  muchos ,  ocasio* 
na  la  poca  decencia ,  y  veneración  que  se  debe  tener  á 
los  que  son  Christos  en  lia  tierra  ^  dexándoles  congrua 
bastante  para  su  sustento  »  y  decorosa  vida »  sin  que  los 
Conventos  ni  Iglesias  puedan  después  de  esta  heredar 
rentas,  ni  bienes  raíces  ,  debidos  sola  á  la  población, 
naturaleza  y  necesaria  multiplicación  de  los  seglaceSf 
que  son  los  que  sustentan  la  Iglesia ,  y  con  su  trabajo, 
sudor  y  vertida  sangre  de£caden  la  corona ,  la  f<f ,  y  U 
Heligion. 

Precisas  advertencias  sobre  la  moneda  f  alma  principal  do 
donde  pende  la  conservación  j  fuerza/  (fulencias  de  las 

Monarquías. 

Ya  que  la  suma  turbulencia  de  nuestros  graves  pe- 
cados ,  ó  feliz  fortuna  de  los  extrangeros ,  ha  podido 
mas  que  el  ardiente  zelo  de  mi  fervorosa  lealtad ,  y 
pradicas  experiencias ,  desvaneciendo  el  úoic6  medio ,  y 
repetidas  instancias  y  que  de  tres  años  a  e;s:a  {|arte  tengo 


representadas  con  tan  matemática  demonstra  cion  ,  como 
infeliz  fortuna^  en  ocho  memoriales  impresos ,  tocantes  á 
este  punto,  con  aprobación  de  la  nkas  fina  inteligencia, 
y  expreso  conocimiento  de  ios  mas  experimentados  hooi» 
bres  del  comercio  de  esta  corona ,  escurre  el  referitloi 
pues  basta  que  al  presente  lo  padezcan  todos ,  y  lo  llo- 
ren los  que  saben ,  que  hallándose  V.  M.  el  año  pasado 
con  mas  de  veinte  millones  de .  p6sos  de  pasta  de  plata 
registrada  en  Sevilla ,  del  comercio  de  Galeones ,  flota  y^ 
Azogues :  y  ^nicndo  -á  la  vista  el  referido ,  y  relevan* 
te  medio  que  represente  >  para  labrar  moneda  de  plata 
provincial  y  Segoviana,yde  legitima  .ley,  y  recoger  (con 
el  justificado ,  y  debido  crecimiento  de  veinte  y  cinco  á 
cinqüenta  por  ciento  de  ella)  toda  la  dañosa  moneda  de 
vellón  que  habia,  sin  perdida  ninguna  de  los  vasallos,  ni 
gasto  de  la  real  Hacienda  ,  antes  sí  con  útilísimo  inte- 
íes ,  y  segura  caudal  4e  la  corona ,  y  evidente  recupera* 
cion  de  todas  nuestras  fábricas :  ¿quien ,  señor ,  pensara 
ni  dixera,  que  á  vista  de  tan  conveniente  medio  ,  suce« 
dtria  la  intempestiva  baxa ,  que  ha  dexado  tan  comuna 
mente  arruinados  los  afligidos  vasallos ,  y  de  todo  pun* 
to  atrasado  y  y  damnificado  el  real  Patrimonio  de  V.  M¿ 
con  ^n  franco  y  mejorado  camino  para  que  los  extran* 
geros  nos  saquen  mayor  cantidad  de  plata ,   en  cambio 
de  sus  escusadas,  y  mal  permitidas  mercancías? 

Debiéndose  advertir ,  con  cuidadosa  atención ,  que 
demas.de  la.quantiosa  suma  de  plata,  que  Jiasta  ahora 
nos  han  sacado  con  la  adulterada  moneda  de  molino} 
ganan  asimismo  al  presente  en  los  ochavos  gruesos  ,  que 
hoy  corret) ,  mas  de  la  mitad  ,  aunque  los  introduzcan 
con  el  propio  peso  que  tienen  los  que  se  labran  en  las 
casas  de'  moneda  de  V«  M.  por  razón  de  no  tenerles  ca«> 
da  libra  út  cobre ,  fabricada  en  ochavos  ó  maravedí" 
ses  ,.mas  que  un  real  .y  quar^tUlo  de  plata  de  toda  eos* 


25ri 

ta  de  metal  y  fábrica^,  como  es  notorio  á' todos  los 
que  han  asistido  ,  y  comerciado  en  los  rey  nos.  dd 
Norte^  "        , 

Asimismo  debo  prevenir  á  V.  M,  qae  también  se 
falsifica  la  caldecllla  con  entera  perfección  y  sutilezap 
gamvndo  en  ella  de  quatro  parces  las  tres,  executando 
su  fábrica  con  el  cobre  de  Inglaterra^  por  scrr  mas  iiso, 
fino  y  correoso  para  este  efefto:  como  yo  lo  podre  certiíi^ 
car  á  V.  M,  deseoso  de  desvanecer  la  engañosa  opinión 
del  presente  valor  de  dicha  moneda  ,  así  por  el  grave 
daño  que  se  sigue  en  la  introducción  de  ella ,  como 
por  el  cuidado  y  vigilancia  que  se  debe  tener  en  los 
puertos  marítimos  i  y  secos  de  esta  corona  >  siendo  así 
que  para  ser  (en  su  baxa  esfera  ,  y  embarazoso  mane** 
jo  )  físico  y  legítimo  caudal  del  comercio ,  y  rentas  de 
Castilla  y  era  menester  que  cada  teal  de  á  ocho  se  tro* 
case  por  el  ajustado  peso  ,  y  equilibrio  de  seis  libras  de 
moneda  de  vellón^  en  que  todavia  fuera  despreciable 
para  otros  rey  nos» 

Por  cuya  causa ,  y  la  suma  malicia  de  los  tiempos, 
parece  prcjcisamente  necesaria  ó  la  subida  de  ios  reales 
de  á  ocho  ,  que  representó  el  comercio  de  Sevilla ,  si« 
guiendo  mi  propio  di3;ámen  :  ó  la  prohibición  de  los 
pagamentos  de  vellón  r  fabricando  V.  M.  conveniente 
cantidad  de  moneda  de  plata  provincial  Segoviana  i  ía 
qual  y  por  natural  costa  ,  y  menudencia  de  piezasi 
debe  valer  más  que  la  doble  $  así  para  eviur  la  sa* 
ca  de  ella  á  los  extrangeros ,  como  para  que  Y.  M« 
pueda  percibir  algún  útil  en  el  real  señorío  de  su  fá- 
brica i  la  qual  puede  ser  de  una  de  dos  maneras  :  ó  quie- 
tándoles á  las  piezas  la  quarta  parce  del  peso  que  les 
pertenece  ,  á  imitación  de  los  Julios  de  Roma  ^  6  dán- 
dole mayor  crecimiQnto  de  valor :  cuya  razón  no  admi- 
te disputa.  Ni  menos  la  admite,  que  los  extrangeros  la  sa« 


Km 


r*a. 


2  5  2 

carán  mejor  qüc  ta  doble  ,  el  día  que'  no  tenga  cienos 
peso ,  ó  se  le  de  mayor  esdmacion  qjue  á  los  reales  de  á 
ocho  s  demás  del  conocido  ,  y  notorio  cerceno  á  que 
queda  expuesta  toda  la  que  no  fuere  de  fábrica  Segó- 
vlana»  sin  otros  muchos  disgustos  que  ocasiona ,  por  ao 
querer  recibir  la  que  es  corta  en  las  conopras  de  mante« 
jfimientos  y  demás  géneros. 

Partuuhr  adviriencia.  , 

Dado  caso  que  no  se  prohiban  los  pagamentos  de 
vellón  j  ni  se  resuelva  dar  mayor,  valor  á  ia  plata  ,  ni  se 
determine  transferir  las  rentas  ,  y  comercios  de  Castilla 
en  la  moneda  provincial  y  Segoviana  que  llevo  referida: 
para  que  la  moneda  de.  vellón  quede  libre  de  toda  intro* 
duccion  extrangera,y  sea  caudal  físico  del  comercio, ren* 
tas  y  pagamentos  de  esta  corona  s  habiendo  de  valcri 
con  ñxa  permanencia  ,  el  real  de  á  ocho  á  los  doce  rea- 
les que  al  presente  correa  era  necesario  que  los  ochavos 
gruesos  valiesen  á  maravedí ,  y  que  lá  calderilla  se  ba- 
xára  de  las  quatro  partes  las  tres  ,  que  es  el  justo  equi- 
librio y  natutal  valor  que  le  corresponde  :  oque  se  la- 
brase otra  moneda  de  tal  forma ,  que  de  cada  libra 
de  metal  de  cobre  se  hiciesen  solos  dos  reales  de.  ocha<^ 
vos  ó  maravedises  y  que  es  el  justificado  peso  de  las  seis 
libras  de  moneda  de  cobre ,  que  le  deben  corresponder  á 
cada  onza  de  plata.  Y  si  todas  estas  lineas  parecieren 
dificultosas  I  valiendo  cada  real  de  á  ocho  veinte  y  seis 
reales  de  ochavos  como  está  representado ,  vendrá  á 
quedaren  la  propia  seguridad^  y  peso  de  dichas  seis 
libras  de  cobre  y  como  tienen  los  Rees  de  Portugal, 
moneda  de  Oran  ^  y  otras  partes :  sin  que  obsten  los  in- 
con\*eniciites  que  se  han  propuesto  ,  como  se  reconoce- 
rá por  las  razones  siguientes. 

El 


.a  5  3 

Er  poner  por  Iticonventente  ^  qufe  batiendo  ta  plata  á 
subido  precio ,  se  encarecerán  los  mantenimientos ,  y 
demás  géneros ,  es  engañosa  opinión  s  porque  quien 
los  hizo  subir  ,  fue  el  caudal  aereo ,  y  fantástico  que 
tenia ,  y  tiene  diciía  moneda  de  vellón  ,  cosa  que  no  ca* 
be  en  el  legítimo  valor ,  y  peso  de  las  seis  libras  4c  mo- 
neda de  cobre »  que  pesan  los  veinte  y  seis  reale»  de 
ochavos  >  que  para  calderas  ^  artitleria  y  alhajas  de  coclr 
na  I  tienen  su  físico  ,  y  verdadero  volor  como  la  plata 
y  oro  s  demás  de  la  doblada  utilidad  que  se  sigue  ai  co- 
mercio de  Indias,  y  fabricas  de  Castilla  ,  y;  poder  así* 
mismo  reducirse  la  tasa  de  mantenimientos  al  equilibrio 
de  la  moneda  de  plata  ,  y  su  résped! vo-  vellón. 

Reparar  en  la  reducción  de  las  situaciones  ultrama* 
riñas  ,  es  perder  veinte  por  ganar  tres  ,  y  degollar  la  cá* 
beza  y  por  defender  los  pies  r  porque  con  la  sexta  parte 
xlei  tesoro  que  á  V.  M.  le  viene  de  Indias ,  (cntas  de  la^ 
nas^  que  se  arrienda  en  plata  /cdmo  asimismo  la  quarr 
ta  parte  de  todas  laS' demás  de  alicabalas  ,  cientos ,  almoÑ> 
jarifazgos  y  numeroso  ingreso  que  importará  el  derecho 
millonario  que  llevo  referido  ,  hay  sobrada  porción  pa« 
ra  socorrer  dichas  situaciones  ultramarinas.  Y  á  esto  se 
tlebe  agregar  la  que  V.  M.  interesa  en  la  mayor  ópúlen-^ 
cia  del  comercio  de  sus  vasallos ,  aprestos  y  sueldos 
de  armadas,  y  -plazas  de  Castilla :  gastos  de  la  casa 
real ,  fábricas ,  limosnas  y  demás  dispendios  de  la  real 
providencia  de  V»  M^,  que  todos  se  pagan  en  ducados  do. 
vellon%  *  ,  /  ^ .    '  ) 

.Débese  atender  asimismo ,  á  que  valiendo  el  real 
de  á  ocho  al  subido  precio  de  los  veinte  y  seis  reales, 
con  un  millón  de  pesos ,  puede  V.  M.  redimir  cada  año 
mas  de  tres  millones  de  juros ,  desempeñando  su  real 

Patrimónioeomienosclé  seis  años»        :  ^^ 

La 


La  opinión  de.parecedes  á  ios  qtie  ticneft  reneis  en 
Cascilta,  que  valiendo  el  real  de  á  ocho  á  doce  reales  tie- 
nen otros  cancos  pesos » como  ducados  de  vellón:  es  por* 
que  no  reparan  mas  que  en  su  conveniencia  :  sin  adver- 
tir ,  que  mañana  pueden  no  tener  nada  >  porqu<;  si  las 
fábricas  perecen :  si  los  artífices  $e  van  á  otros  reynost 
51  las  casas  se  caen ;  si  los  lugares  se  despueblan .:  si  las 
tierras  no  se  cultivan  :  si  los  mantenimientos  no  baxaxu 
y  si  los  labradores  no  tienen  conveniencias  para  ppder 
vivir  >  quedarán  sus  haciendas  reducidas  4  despoblados 
páramos  ,  y.  todas  sus  rentas ,  y  las  de  Y.  M.  en  solo 
fantasía  de  ceros  $  pues,  como  dice  Ariscoceles »  y  lo  cer 
fíeren  las  leye^  de  partida ,  eJ  numeroso  pi^h  y  y  su  tna^ 
yor  conveniencia  i  es   el  verdadero  tesoro  de  los  Prin^ 
4ipes.  . 

Decir  algunos,  queios  pobres  jornaleros  lastarán  coa 
la  subida  de^  la  plata  en  Castilla  ,  es  apacenté  ilusión; 
ppr4ue  antes  ganarán  mayores  jornales  ,  y  trabaj[aráa 
todos  por  el  aumento  que  se  le  sigue  al  comercio  de  In- 
dias :  el  qual  está  hoy  tan  arruinado  por  ocasión  de  U 
baxa  de  la  plata,  que  solamente  se  podrán  cargar  núes* 
tras  flotas  de.  rtpas  extrangeras  >  pero  no  de  las  fábri- 
cas de  Castilla ,  cuyos  telares  de  jiitiguna  manara,  puer 
den  al  presente  subsistir.  Con  que  solo  para  los  excran- 
geros  es  la  común  utilidad ,  y  casi  doblada  la  saca  de 
la  plata,  como  lo  ha  representado  á  V.  M.  el  comercio 
de  Sevilla  ,  y  podtá  informar  el  de  Granada  i  Cor^ 
doba ,.  Toledo ,  jaén  y  otras  partes ,  á  que  me  re* 

mito.. 

Previniendp  á  V/M.  t  y  al  mas  deseado  acierto ,  y 
cuidadoso  zelo  de  sus  grandes  Ministros,  que  mediante  el 
divino  favor ,  solo  en  Is^  deliberada ,  y  real  execucion 
de  este  punto  ,  y  los  deoias  que  JlevQ  ceferidos »  con*. 

sis- 


siste  el  ser  V.  M.  Monarca  poderoso ,  o  vivir  Rey  ne-  - 
ccsitado  :  ser  árbicro  de  las  armas  de  toda  Europa, 
6  ser  inquffino  de  ellas ':  resucitar  España  de  su  miserias, 
o  morir  de  sus  necesidades :  ensanchar  la  vandera  de  la ; 
fé ,  ó  el  aventurarla  á  conocidos  riesgos  :  liacetse  me- 
morable en  los  anales  del  tiempo ,  y  bronce  de  las  histo- 
rias, con  inmortal  renombre  de  único  ^  y  poderoso. 
Athlante  ,  y  defensor  de  la  Iglesia  ,  sin  ayuda  de  ex- 
trangeros  socorros ,  6  fluduar  siempre  entre  los  congo- 
josos empeños, y  lastimosas  fatigas  del  afanado  sudor  de 
sus  leales ,  quanto  afligidos  vasallos :  cayos  intolerables 
tributos  ,  y  repetidas  baxas  de  moneda  ,  han  sido  causa 
de  la  "falencia  de  los  robustos  nervios,  fuerzas  y  disipa- 
da población  de  la  mayor  parte  de  todas  las  ciudades, 
lU]gares,  fábricas  y  labranzas  de  esta  corona ;  cuyas  nom- 
bradas plazas,  castillos  ,  puertos  marítimos ,  fronteras  y 
omenages ,  paVecen  desmantelados  baluartes  de  las  rui- 
nas del  tiempo ,  por  no  tener  los  mas  de  ellos  artille- 
ría montada ,  ni  soldado  que  los  defiendan ,  quando 
nos  hallamos  tan  escarmentados  de  la  cxtrangera  co- 
dicia ,    y   cuidadosos  rezelos   que   se    dexán    conslr 
derar. 

Católica  Magestad  :  escuso  al  presente  referir  en 
este  epítome  el  general  destierro  de  la  ambición  (  si  es 
que  le  puede  haber  en  la  humana  posibilidad)  hasta 
ver  si  permite  el  Cielo  ^  que  se  procure  con  delibera- 
do esfuerzo  el  preciso  remedio  de  las  muchas  fatigas^ 
que  padece  el  cuerpo  de  esta  afligida  Monarquía,  Otras 
advertencias ,  y  medios  pudiera  referir ,  tocantes  al  seguro 
cobro  de  todos  los  Juristas:  rentas  de  esta  Corte :  bre- 
ve compra  de  navios  para  la  armada ,  y  población  de 
esta  corona  i  las  qualcs  reservo  por  no  alargarme :  ofre- 
ciéndome á  dar  clara  satisñiccion  á  las  dificultades  que 

se 


2^6 

se  hallaren  para  la  execQcIoD  de  los  medios  que  en  este 
memorial  represento. 

La  divina  providencia  ^  y  misericordia  infinita  de 
nuestro  soberano  criador  lo  remedie  todo  como  puede, 
y  guarde  á  V.  JVL  con  tan  dilatada  vida  ,  felicidad  y 
dichosa  sucesión  ^  como  sus  leales  vasallos  deseamos  j  y 
la  Católica  Christiandad  necesita. 
•  Junio  12  de  i69o  zz  B.  L.  R;P.  de  V.  NL  sii  mas 
humilde  vasallo  :=  el  Gapitaia  Don  Antonio  de  Somoza  y 
Qttlroga  =; 


TVTC 


*57 


INSTRUCCIÓN  SECRETA 

* 

QUE   ÜIÓ 


(' 


ISL  SEÑOR  RET  ÉON  FELIPE  SEGUNDO. 

• 


A  SU  HERMANO 

I 

EL  SEÑOR  JX)N  JUAN  HE  AUSTRIA, 

QUANDO    LB    NOMBRÓ    GENERALÍSIMO    PE    U:    ARMADA^ 

CONTRA  EL  TURCO. 

JtjLermano :  demás  de  la  inistnKdon  que  os  he  dado  eif 
lo  que  toca  al  cargo  de  Capitán  General  de  la  mar  \  y  at 
uso  y  exercicio  át  el ,  por  el  amor  gtandb  qUe  ck  tengo,  ^ 
y  lo  mucho  que  o»  deseo ,  que  asimismo  eí>  el  partlcú^ 
lar  de  vuestra  persona  y  y  en  vuestra  vida  y  costumbres 
tengáis  la  estimación  y  buen  nombre  9  que  las  personas 
de  vuestra  calidad  deben  pretender :  me  ha  parecido  coa- 
este  fin  advertiros  de  lo  que  diré. 

Primeramente :  porque  el  principal  fundamento  dO 
todas  las  cosas,  y  de  todos  ios  buenos  consejos ,  ha  de  sec 
Dios  $  os  encargo  mucho ,  que  como  bueno  y  ver- 
dadero christiano  ;  toméis  este  principio  ,  y  funda*' 
mentó  en  todo  lo  que  emprendieredes  <  hicleredeSi^ 
y  que  á  Dios  como-  á  principal  fin  ,  enderecéis  to^ 
das  vuestras  co^as  y  negocios  5  de  cuya  mano  ha  da 
proceder  todo  bien,  y  buenos  y  prósperos  sucesos  de 
vuestras  navegaciones /empresas  ,  y  )oroadas  $  y  que 
Tom.XÍ.  Kk  por 


por  esto  mismo  tengan  toda  ía  gran  cuenta  precisa  en  ser 
fflitty.4év:otO,.  y  te)^rO>q  de  :l>i05 ,  y  muy  buen  chris- 
tiano ,  no  solo  en  el  efefto  y  substancia  ^  mas  asimismo 
en  la  apai;jeñcia  9  y  deknost):aciopes|dando  á  todbs  buen 
cxemplo:  que  por  este  medio  ^  y  sobre  este  fundamento. 
Dios  os  hará  mercedes  inñnitas ,  y  mucho  bien  ,  y  el 
vuestro  nombre  y  estimación  ,  irá  siempre  en  creci* 
miento  >  porque  como  es  D^o6  la  principal  fuente. don* 
de  dimanan ,  y  nacen  toáas  las  felicidades  y  dichas  s  el 
que  bien  le  sirve  y  ama ,  las  logta  y  *  las  consigue  en 
tanto  grado  f  en  quanto  pueden  desearlas  $  porque  allí 
no  hfty  detención  en  remunerar  los  meatos;  y  esto.de 
tal  manera,  que  con  su  inñnita'  largueza  ,  da  siempre 
ciento  por  uih>.  >  >    . 

No  se  os  pasará  instante ,  en  xjue^  no  engrandezcáis, 
y  alabéis  su  santo  nombre  ,  remitiendo  á  su  voluntad 
t^dos  vuestros  pensamientos  y  facciones  ^  y.  allende  de 
tj^XOy  le  debéis  de  pedir  solamente  lo  que  mas  os  conven» 
ga  ^  np  lo  que  mas  queráis ,  porque  muchas  veces  en  lo 
mi^mo  que  le  pedimos  le  ofendemos  ,  y  nos  lo  conce- 
de para  nuestro  mayor  castigo  ;  porque  todo  lo 
que  sea  salir  del  termino  de  su  santa  voluntad  ,  no  es 
0(ra  a>s¡x  que  pedir .  como  locos  ,  y  ciegos  que  no  ve* 
mos ,  ni  podemos  conocer  si  nos  importa  ó  no ,  por  mas 
<que  discurramos  lo  primero* 

Tendréis  muy  particular  cuenta  de  frecuentar  ,  y 
continuar  las  confesiones  :  especialqíiente  las  Pasquas ,  y 
otros  dias  muy  solemnes ,  y  con  recibir  el  Santísimo  Sa* 
cramento  estando  en  las  partes  y  lugares  que  lo  podáis. 
Jhacer  ,  y  de  oír  estando  en  tierra  de  continuo  Misa ,  y. 
de  tener  vuestras  oraciones ,  y  devociones  particulares, 
y  alguna  hora  de  tiempo  de  recogimiento  para  eliass 
luciendo  en  todo  oficio  i  demonstracion  de  muy  Cató- 

1  a- 


25^ 

lico ,  y  buen  christiana ,  que  son  las  principales  partes 
y  prendas  »  que  debe  tener  un  hombre  sea  de  la  gerar«< 
quía  que  fuese  >  pues  todos  los  demás  nombres  ,  los  dai 
la  buena  6  mala  fortuna  mundana  s  pero  las  honras  y 
felicidades  eternas ,  solamente  las  da ,  y  las  reparte  Dios; 
y  para  lograrlas  es .  precisó  qiie  él  hombre  sea  entera*^ 
mente  bueno,  y  este  entregado  /y  enderece  todas  sus 
cosas  9  y  pensamientos  á  aquel  gran  señor. 

La  verdad  y  cumplimiento  de  lo  que  se  dice  y  pro4 
mete  ,  es  el  fundamento  del  crédito  ,  y  estimación  dé 
los  hombres ,  y  se  tiene  por  de  ninguna ,  al  que  á  esto 
falta ;  y  mientras  mas  grande  sea.,  -mas  grande  es  su  dc^ 
fe¿^o  y  borrón }  porque  como  sobre  ello  estriva  ,  y  se 
junta  el  trato  común  y  confianza  >  mal  puede  tenerse 
ninguna  del  hombre  >  que  no  cumple  sus  tratos ,  y  fai- 
ta  á  sus  prometimientos  y  palabras  :  antes  bien  se  ha<¿ 
ce  abominable  de  todos ,  y  cae  én  casos  de  infamia  s  y 
de  menos  valer,  siendo  de  todois  vituperado^  y  aún:  dd 
mismo  Dios  muy  aborrecido,  porque  es  contra  su  san- 
ta  ley  el  hombre  ,  que  no  eis  cabal  en  sus  proinesas  ,  y 
falta  á  lo  qué  dice ,  y  ií\o  ^üe  pirópóúe»  .  .  .  .  ;> 

La  firmeza  de  la^  pálaUi»  iíe  requiere  mucho  áias  i  f 
es  mas  necesaria  en  lofir  hohibres  principales ,  y  qu^tie- 
nen  grandes  y  públicos  cargos  s  porque  de  su  vefdadi 
y  cumplimiento  depende  la  fe,  6  seguridad  pública » lue¿ 
go  siéndolo  vos  tanto  ,'  y  vu^tros  cargos  y  ministerios^ 
que  áhpfa  os  ctoy  tan  grandes ,  por  fuerza  estáis  ^ligHf 
do'  piará  camplic  con  Dios  ^  primer  lugar  ^  coiMitfgo  eH 
síegWndb  V  y  con  el  itsío  de-  todo  el  mundo  ,  á  <»b3ervflít 
infaliblemente  todas  vuestras  palabras.  Y  pofqiíe  es  mu^ 
cho  mas  fácil  eldatfas,  que  el  cumpihrlás :  os  tfdvfeftoí 
masrapretadaVMirite,  quet  «efiexíoneiá  mucho  amesvdf 
lkiki^¿'l09?  iticoúveáieuies  que  püK^e  habes  ^  áiüjpt^ 

Iwka.  M 


4m 


itfa 

Us  i  jr^^ctv  siempre  lo  habéis  <Ie  Iwcier  para  quedar  bien 
cpirt^dos  f  p^cp  si  no  lo  ,pepsais  bien  antes  de  empeñarlas, 
$ple  qfiedareis  mal  conmigo  y  porque  lo  tomare  á  me<- 
jor  partido ,  que  el  que  quedéis  mal  con  otros  y  pero 
skmpre  seráide.mi  mayor  seryidOi  que  pSigoberneis  coa 
tal  prud^t¿ia^  yupstros  uatos,  y  ptpmetimientps,  que 
flucdqs  C09  todos  bien, , .     .    .    *^  r 

Encargóos  tengáis  en  esto  gran  cuenta  y  cuidado ,  y 
qfic  se  entienda  I  y  conozca  en  vos  en  todas  las  cosas ,  y 
fn  toda^  patte3  que  spis  n^i  hcnipanO;^  y  el  crédito  que 
ppe4$:n  y^ebesi  ^tener  de  Ipique  dixeredes,.y  la  seguridad 
de  1^  que  ;rat^cedes;,  pprq^ue.  demás,  de  lo  que  toca  á 
Jlas  cojáis  públicas  I  y  de  vuestro  cargo ,  importa  mucho 
csip  á  Vuestro  pacticular  honor  y  estimaciou ,  que  es 
la  prenda  mas  superior  que  tierie  el  hombre ,  y  por  lo 
nismo  cUbcis  solo  :pensfir  jpd  .pintcnella  j  que  de  esta 
Híu^Qjera  será  ja  que  me  deis  la  que  deseo  ,  solo  miran* 
(lo^  ppr  la  vuestra ,  porqu^e  está  es  i  un  mismo  tiempo  la 
suia. 

^  De  la  justicia  usareis  á  un:  mismo  tiempo  con  igual* 
dad  y  reftitud  :  y.quando  ^ga,  ne(;esario  ,  ,con  el  rigor  y 
^^inpipi  que  el  cs)so  requiera  v  i>o  olvidando  por  e^to  k 
templanza ,1.  y  la  inlsericordí^>i:.  que  est^  es  cao*  infinita* 
fuente  grande  en  Dios^  como  la. Justicia  $  y  el  mucho 
rigor  causa  á  vaxs  tanto  dañoi  como  la  mucha  clemcn«- 
y¡ia«  Pebeis  medir  el  piedio  4^  Jas  dos  j  mas  qu^inip  $ea 
preciso^ obre  V.1  rigor  y  laeMWza,  que:a5Ícfi*^4Qdp^9 
unos ,  escarmientan  Wfios  ^  ^iendp  tf^^quaoMt)  á  s^tp  i$f r 
wezsi  y  constancia ,  «iendo  jwiumeoK  »^  $i  la  /:^i<^a4  djt  los 
ca^  I  y  personas  lo  sufrieren » pi^fl$o  y  benigaq  ,.,quc 
ion  i:otoo  queda  dicho ,  vi|tiid<|S.  mv^V  iprppris^.  4e  la$ 
lierspnas  de  vuc6tra  calidad^  y  tan^o  pop  aKfii»4$lf!á  cUai 

««<^(tti:pruMt  li4j^C/9  ^o$.>  deM  ^fl:c  .tio/v;gfao 
i.'  cuen 


76l 

cjocntd  |.y  miramiento  todo  aquello  que  le  correspomiie-. 
r^  y  tocare  i:  y  fuese  de  suyo  naciíraL 

Las  lisonjas  y  razones  enderezadas  por  ia  adulación^ 
debéis  advertir^  que  son  de  laal  trato  para  ¿quien  las  nsa^ 
y  de  venganza  |  y  ofensa  á  quien  se  dicen.  A  los  que  es^ 
to  hicieren  y  y  de  esto  tcalaren  ,  les  haxeis  tal  rosico  y 
demostración  ^  que  entiendan  todos  quán  poco  a&do  os 
será  el  traio^  y  platica  con  quienes  esta  iniquidad  usaren 
con  vos^  y  lo  mismo  haréis  con  los  que  en  vuestra  4>resent 
cia  trataren  mal »  y  mormuren  de  las. honras. de  lo&au^ 
gentes,  estando  cierto  que  estos,  taksquaodo  se  ofteasr 
ea  harán  y  dirán  lo.  mismo  de  vos  s  porque^esta  casu  da 
hombres  moromradores  y  ladrones  de  las  repdtacioneSi 
y  honras  agenas ,  solo  se  alimentan  de  esto  »  sin  guact 
dar  decoro  á  persona  alguna »  aunque  sea;  de  la  mayoc 
calidad  y  circunspección  ^  y  por  lo  tanto  deben  sct  át 
vos  vituperados  y  despreciados  i  porque  á  sus  platicas^ 
y  entretenimientos  tan  feos  9  no  debéis  dar  lugar  9  antes 
bien  corregillos  con  sonrojallos  ^  porque  ademas  de  ser 
muy  perjudiciales  p  y  en  ofensa  de  terceros  9  toca  el  des- 
viar esto  á  vuestra  autoridad  y  estimación  9  porque  si 
tfataredeSf  y  comunicaderes  eou  tales  hombres  ^  denrro 
de  poco  tiempo  os  pegarían  sus  iniquas  mañas ,  y  seriáis 
otro  fal  que  ellos ,  porque  debéis  estar  cierto  9  en  quf 
iiías  se  nos  pega  9  y  arrima  lo  malo  que  lo  tnienp,  y 
,por  esto  debemos  siempre  9  y  mas  los  que  nacimos  áir 
putados  por  la  Providencia  para  mandar  ^  medir  los  tra* 
w$  ác(ü  m^dOf  que 'Se enderécenla  aprender  de  los 
buenfos  ^  y  .np  4  hacernos iocorregiblts  {tor  la  comunicar 
<ion  de  los  m?U»& 

Habéis,  y  debéis  vivir  9  y  proceder  con  gcaa  jcqzx» 
ttí  Joque toqi  a  la  b4>oesti494 de  vuestra  persona  9  fOt* 

que  esta  es  materia  9  que  demás  de  ia.<zfensa  de  DisUt 

sue- 


%6r 

suele  traer  y  causar  no  pocos  iuconvenientes  ,  y  gran- 
des impedimentos,  y  destrucción  para  ios  negocios,  y 
cumplimiento  de  lo  que  se  debe  tiacer  ,  y  otras  ocasio* 
oes  I  que  son  peligrosas  y  de  mala  conseqüencia  y 
czemplo. 

Si  os  dais  en  alguna  parte ,  ó  en  el  todo  á  la  incontÍnen« 
cía,  nada  podéis  esperar  prospero,  ni  feliz  en  quanto  pen^ 
seis  y  hagáis  $  porque  ademas  de  que  embriaga  indigna^ 
mente  el  entendimiento  y  la  razón ,  abre  todas  las  puercas^ 
para  enderezarse  á  todos  los  vicios  $  en  cuyas  revuelcas 
tan  contrarias  á  hombres  de  vuestra  calidad,  discurrid 
quái  será  la  fama  que  adquiráis  ,  ni  la  satis£iccion  que 
daríais  al  cargo  que  os  he  dada  La  impureza  es  un  ene^ 
migo  que  no  se  aparta  de  nosotros  $  y  es  tan  terrible  pa« 
ra  4a  flaca  naturaleza  nuestra  ,  y  tal  la  prontitud  ,  y  la 
ligereza  con  que  obra  ,  y  execuca  sus  furias ,  y  sus  de** 
sastres,  que  Dios  no  quiso  desviarnos  nada  el  remedio, 
y  lo  dexó  en  nuestra  misma  mano ,  pues  en  ella  tene- 
mos la  señal  de  la  santa  Cruz ,  con  la  que  armándonos  se 
ahuyenta  ,  y  espanta  esta  ,  y  toda  tentación  $  perd  para 
que  cause  su  efefto  esta  santa  y  bendita  medicina ,  es 
necesario  que  á  la  execucion  de  ella  acompañe  la  reda 
intcocion ,  pidiendo  á  Dios  nos  dé .  fuerzas  para  resistir 
con  fortaleza  los  impulsos  ,  y  asalta  mien tos  de  la  carne; 
porque  la  Cruz  sirve  de  mayor  confusión  ,  al  que  usa 
sin  buena  intención  ,  y  justo  y  eficaz  deseo,  de  que  obr<s 
sus  maravillosos  portentos. 

Quisiera  fuerais  en  lo  continente  sumamente  alaba*^ 
do  como  en  todas  las  demás  obras  de  virtud ,  que  debéis 
exercitar ,  y  en  ello  me  daríais  mi  mayor  contentamiea« 
vco ,  y  seria  el  mas  grande  ensalzamiento-  vuestro.  Pro* 
curad  que  así  sea,  pues  aunque  i  mí  me  importa  muchote 
tOS  importa  mas  á  vos». 

Jra^ 


26^ 

Trata4  siempre  con  varones  ¿c  )uic!0|  y  de  pruden- 
cia,  de  ciencia,  y  de  experiencia  y  de  conciencia.  £sti« 
mallos  y  ,querellos ,  haciendo  de  ellos  escalas  apreciables, 
para  que  subáis  ai  logro  de  vuestra  mayor  fama. 

Estos  sugetos  deberán  ser  siempre  el  arrimo ,  y  el 
norte  de  todas  vuestras  operaciones.  Las  empresas  mas 
grandes  que  discurráis ,  jamas  las  pongáis  en  práOica, 
sin  que  pasen  primero  por  el  crisol  de  sus  consejos  ,  y 
aprobación  j  que  de.  esta  manera  saldrán  mas  purifica* 
das  seguras  y  eficaces.  Nada  resolváis  sin  el  consenti- 
miento y  beneplácito  de  ellos  $  pero  esto  sea.de  un  mb« 
do  tal  I  que  elios  no  piensen  demasiadamente  ,  que  to- 
dos vuestros  aciertos  dependen  únicamente  de  sus  de-" 
terminaciones ,  porque  no  tiay  hombre ,  que  no  quiera' 
toda  la  gloria  del  triunfo  grande  para  si ,  y  de  esta  so- 
lo habéis  de  gozar  vos,  aunque  los  otros  participen  tam- 
bien  alguna  parte. 

Para  esto  os  valdréis  de  toda  vuestra  razón  ,  y  de 
tal  mo(io  j  que  os  tengan  por  sabio  los  sabios  s  que  así 
aunqu^  os  aconsejen  sabrán  que  sois  dócil  para  el  con- 
sejo >  y  no  torpe  para  discurrir.  Traedlos  siempre  cabe 
vos  I  que  de  esta  manera  haciéndoos  primeramente  res- 
petar mucho  de  todos  ,  aprenderéis  como  sin  cuidado 
en  la  apariencia  ,  aunque  debe  ser  con  toda  atención  en 
la  realidad  ^  todo  lo  que  ellos  saben  ,  y  dentro  de  poco 
tiempo  seréis  reputado  por  tan  instruido ,  ó  mas  que 
ellos  y  mas  no  conozcan  que  os  han  enseñado ,  sino  que 
ya  sabiades  quando  os  conocieron. 

A  quien  enteramente  debéis  estar  sugeto  en  todo^ 
es  al  diredor  de  vuestra  conciencia.  £1  Obispó  d$  Cuen- 
m ,  se  sabe  lo  santo  ,  y  experto  varón  que  es.  Este  os 
he  señalado. para  este  empleo ;  obedecedlo  en  todo  >  y 
honrarlo  mucho,  como  que  es  sugeto  puesto  por  mi  real 
mano  para  esto. 
'  I  Quan- 


Quinde  se  os  ofrezca  dar  una  sentencia  ,  no  aten- 
dais  á  que  %s  amigo  el  delinqiíente  y  sino  á  que  es  Dios 
«i  agraviado ,  y  después  yo.  Obrad  con  todo  lo  que 
mande  la  justicia ,  y  no  el  amor.  ' 

Si  fuese  enemigo  vuestro  ^  aún  todavía  deberéis  usar 
con  el  de  toda  la  clemencia  posible ,  pues  agrada  y  pía* 
ce  muclio  á  Dios  todo  el  beneficio  que  al  enemigo  se 
haga. 

No  os  entreguéis  con  demasiada  largueza  á  la  gula. 
Comed  para  vivir,  y  no  viváis  para  comer.  La  absti* 
nencia  de  muchos  manjares  |  cria  á  los  hombres  fuerce» 
y  robustos;  pero  la  mucha  abundancia  los  liacegloto-* 
nes  e  irascibles  y  luxuf  iosos ,  y  ademas  de  ser  la  gula 
una  culpa  que  acaba  al  alma  |  es  también  tal  enemigo, 
que  mata  al  cuerpo. 

Ni  salgáis  de  la  raya  de  generoso  ,  ni  toquéis  en  la 
linea  de  prodigo.  Lo  primero  es  muy  propio  de  vos  ^  y 
lo  segundo  hace  á  los  hombres  mas  grandes  desprecia^ 
bles ;  pues  como  obran  sin  entendimiento  en  estas  co^ 
sas  9  todos  los  tienen  por  perjudiciales  á  la  Monarquía^ 
y  por  faltos  de  luces  para  el  gobierno. 

Premiad  en  mi  real  nonbre  los  méritos  y  serviciosi 
pero  esto  sea  atendiendo  no  solamente  al  mérito  ,  sino 
á  la  capacidad  ,  y  suficiencia  del  sugeto  ,  y  á  la  calidad 
del  empleo^que  quisieredes  darle.  Aunque  el  mérito  sea 
grande ,  si  el  entendimiento  de  quien  lo  contrajo  es 
pequeño ,  y  el  empleo  que  se  le  vaya  á  dar  lo  pide 
grande ,  es  cierta  especie  de  injusticia  hacerlo,  potrque 
por  premiar  á  uno ,  no  han  de  padecer  el  rigor  de  su 
ignorancia  todos  los  que  mande.  Medid  con  discreción, 
y  prudencia  esta  diferencia  ,  para  no  errar  el  acierto 
que  merece.  Solo  se  ha  de  echar  al  vaso  ,  por  estimado 
4ue  sea ,  d  agua  que  pueda  su&ir )  porque  la  demás  que 
se  le  eche ,  va  perdida. 

De- 


^6$ 

Debéis  escasar  en  qttanto  os  tnttc  posible  los  jue« 
gos ,  especialmente  de  naype$  y  dados ,  y  otros  perju* 
díciales  ^  por  el  exemplo  que  habléis  de  dat  á  los  demás; 
y  también  porque  en  esto  de  juegos  no  se. puede  proce-» 
der,  m  procede  con  la  limitación  y  moderación  j  que  á 
las.personsis^de  vuestra  calidad  se  requiere  ,  y  suceden 
mocitas  ocasiones  en^  ellos^  en  que  los  h'ombres  primcipates 
se  suelen  descomponer  y  desordenar  ;  de  que  regular- 
mente resultan  malas  conseqüencias  ;  y  así  os  encargo, 
que  si  alguna  vez  por  entretenimiento  jfugaredes ,  guar^ 
deis  en  dio  el  del^ido  decoro  á  vuestra  pnsotia  y  attv 
totídadl  .  -   '-  -'■  •    •  ¡I  u-^  •'  ,u  •    i    ^   '. 

Si  ganaseisr ,  xódo'  Ip  debéis  volver  r  que  es  gnu 
nota  para. un  sugeco  como  vos,  que  se  llévelo  que  gana, 
pues  no  hace  mas  el  maypr  tahúr.  . 

Nunca  tomareis  lo  que  perdáis ,;  pups  aunqup  están 
obligados  á  volvéroslo  aqiietioS'á  quienes  vos  se  Ip  vol- 
visteis,  ellos  50U' ellos,  y  vos  sois  vos ,  y  en  todo  6s  ha« 
beis  de  diferenciar  de  ellos ,  y  en  nada  los  habéis  de 
querer  imitar  sino  en  obrar  bien  5  y  aún  en  esto  estáis 
en  precisa  obligacioD  de  exceder  á  todos. 

£1  jurar  sin  necesidad  muy  estrecha ,  y  muy  partl- 
eular>qaoa  dlqobiiguff,  cfí  todo  géneto  de  hombiíes 
es  m«y  reprobada ,  y  quita  la  buena  estimación  ycre- 
ditai  y  tanto  mas  en  personas,  á  quien  Dios  distinguió 
tanto  como  á  vos;  en  las  quales  es  notablemente  repa«- 
rabie  ,  :y  muylmpropio  ,  y  muy  indecente ,  y  quecon^ 
tradicf  mucho  á  su  autoridad  y  dignidad  , -y  se  opone 
en  todo  ^l  crédito  que  debe  adquirir  su  palal^rá  sola^ 
porque  estad  cierto ,  que  el  que  necesita  de  jurar  para 
que  le  crean ,  es  sin  duda  tenido,  y  reputado  por  muy 
mentiroso.  Y  4SÍ  os  encargo  mucho,  que  estéis  muy  ad< 
yertMo  en  estct'j  {^rque  es  uno  de  ios  defe&os  más  re- 
Tom.XI.  U  pfc- 


i66 

pcebensibles  y  detestables,  y  que  abominan loK^hom- 
bres  mas  Ínfimos  á  los  que  los  ¿ometen  ;  poc  cuya 
razón  ,  y  la  grave  ofensa  que  se  hace  4  Dios  en  )u« 
rar  en  vano  ,  habéis  de  mostraros  muy  opuesto  á  los 
que  juren  y  voten  ,  y  que  esto  lo  entiendan  así  de  vos 
todos  los  Grandes  y  CabaUerte,.  y  demás  personas  que 
anduvieren  á  vuestro  lado  s  pero  esiío  lo  habéis  de  ma* 
nifestar  con  las  palabras  »  y  con  el  exemplo  $  parque  de 
este  modo  ,  viendo  quanto  aborrecéis  á  los  juradores» 
todos  temerán  caer  por  ello  en  desgracia  vuestra  ,  y¡ 
por  lo  mismo  se  corregirán,  mucho  aún  lofi.que  lo  ten- 
gan por  uso  9  y  por  inveterada  costumbre  >  en  lo  quai 
haréis  un  gran  servicio  á  Dios  /  y  ál  próximo 5.  á  Dios, 
porque  quitareis  que  se  use  de  su  santo  nombre  sin  revé* 
riencia  ni  respeto  $  y  al  próximo,  porque  lo  apartareis  dc 
que  haga  la  culpa  que  se  comete  jurandorsinnecesidady 
y  las  que  pueden  resultar  del  escándalo  que  cause  en 
los  oyentes.  Y  estad  cierto ,  que  muchas  veces  cargan  los 
delitos  I  y  vicios  del  criado  ,  á  la  mala  dirección  del  se- 
ñor ;  porque  si  les  diera  buen  excmplo ,  y  supieran 
que  hablan  de  perder  la  gracia  viviendo  mal,  itodos  pro^ 
CHiráran  corregirse  y  abstenerse. 

Repito  aquí  lo  que  tengo  ya  dicho  y  es ,  que  coitia 
quiera  que  es  razón  ,  que  lo  que  toca  á  Vuestra  mesa» 
comida  y  tratamiento  ,  se  haga  con  Ja  decencia ,  autO'» 
ridady  limpieza  que  se  debe  ,  juntamente  con  estocoa* 
viene  ,  que  haya  eacllo  much^  oioderacion  y  templan** 
xa  ,  tanto  por  lo  que  rengo  ya  dicho,  xroflD»  por.  el 
cxemplo  ^ue  habéis  de  dar  á  todos  ,  y  por  la  profesión 
de  la  guerra  que  habéis  de  hacer ,  y  porque  es  muy 
buena ,  y  parecerá  muy  biená  Dios ,  y  á  los.  hombres 
la  templanza ,  y  moderación  de  vjyiestra  persona ,  por* 
que  vueatra.mesa  ha  de  sec  la  ley;,  y  orden  pata  las 
demás.  Con 


l6j 

Con  níngiino,  por  Gránele  que  sea  /  y  amigo  vuesf 
tro  y  deberéis  familiarizaros  coo  exceso ,  porque  esto  ^ 
endereza  á  que  vuestra  reputación  pierda  muchos =quila<f 
tes  del  respeto  que  merecéis  ^  y  os  han  de  tener.  A  to« 
dos  debéis  tratar  con  amor  y  benevolencia  ;  pero  sea  de 
tal  modo  ,  que  vuestra  autoridad  este  siempre  en  sxx  scr^ 
y  que  se  conozca  á  un  tiempo  vuestra  buena  condición^  y 
se  respete  vuestra  calidad. 

Estaréis  muy  advertido  de  no  enojaros  con  poca 
causa  I  y  desenojaros  luego  con  la  misma  ^  porque  es<- 
tomas  es  calidad  4e  muchachos,  que  obra  de  personal 

SLeales. ' 

SI  os  enojaredes  alguna  vez  ,  sea  con .  gran  funda-^' 
idamento ,  y  no  retrocedáis  del  enojo  contra  quien  lo  ha-* 
ya  causado ,  sin  que  antes  no  experimente  vuestra  jus- 
ta indignación ,  y  su  castigo  ^  que  de  este  qkkIo  cono- 
cei:án  vuestra  prudencia  ,  vuestra  razón  ,  y  vuestra 
justicia.  ■ 

También  tendréis  muy  presente  el  no  decir  á  ningún 
hombre  por  inferior  que  sea,  palabra  que  suene  á  inju- 
ria y  ofensa  suya  $  pues  vuestra  lengua  ha  de  ser  para  hon« 
rar ,  y  hacer  favor ,  y  no  para  deshonrar  á  nadie  s  y  ios 
que  erraren  ,  y  excedieren  de  los  limites  de  la  razón, 
los  haréis  castigar ,  haciendo  á  todos  justicia  ;  pero  este 
castigo  no  ha  de  ser  didado  por  vuestra  boca ,  ni  por 
palabras  injuriosas  pronunciado  ,  ni  hecho  por  vuestras 
manos,  porque  esto  es  cosa  tan  indigna  ,  que  no  libra* 
ria  yo  de  infame  á  la  persona  de  vuestra  calidad  que  lo 
hiciere.  Vuestro  Consejo  de  Guerra  determinará  la  sen* 
tencia  según  el  delito ,  y  os  encargo  que  aunque  ¿ste 
sea  contra  mí  (  que  no  puedo  decir  mas) ,  no  habéis  de 
hacer  la  parte  del  Fiscal ,  sino  encargar  á  los  Jueces, 
que  entiendan-  en^  estos  negocios,  que  obren  con  libertad. 

Lia  y 


t6% 

y  atiendan  á  U  justicia  y  al  sugeto  ofendido  ;  y  á  la  ca- 
Udad  de  la  pfi^nsa  ?  pQtqac  si  metéis  la  ittano  en  ello.,  y 
persuadís  á  lo^  Jueces»  es:tos  sentenciarán  mas  por  lo  que 
vos  ks  mandéis ,  que  por  la  altura  de  la  culpa  ,  y  yo 
no  debo  permitir  ,  ni  vos  hacer  ,  que  por  miramientos 
tales  se  ofenda  á  Dios. 

A$itQismo  tendréis  gran  cuenta  de  usar  en  el  trato, 
y  platicas  ordinarias  de  muctia  templanza  y  moderación, 
y  sin  descomponeros  ,  ni  desentonaros  5  que  esta  es  cosa 
muy  contraria  á  la  autoridad  de  los  hombres  como  vosp 
y  la  misma  cuenta  tendréis  en  que  vuestras  platicas ,  y 
las  que  en  vuestra  presencia  se  tuvieren  ,  sean  honestan 
y  decentes,  y  como  es  debido  á  vujSStra' autoridad  y 
persona. 

£1  Secretario  Gomarra  que  os  he  <iado,  es  muy  hi- 
bil.:  ha  servido  con  crédito  en  £siado  y  Guerra,  y 
^ntiencfó  las  .cosas  de  lo  una,  yde  lú  otro  tanto  c^^^áo 
qualesquiera.  Bien  podéis  hacer  toda  confianza  de  el, 
y  pedirle  consejo  en  todos  los  asuntos ,  y  negociados  de 
importancia  s  pues  ademas  de  ser  hábil ,  os  aconsejará 
lo  que  sea  mas  conveniente  á  mi  servicio ,  y  honra  vuesr 
tra.  L^  honrareis  siempre  ^  pero  os  encarjgo  sea  con  f  a( 
cordura  ,  que  siendo  suyos  los  consejo$,os  respete  co« 
mo  corresponde  >  sin  que  llegue  átomar  total  posesiqn  en 
vuestro  álvcdrio  >  que  esta  es  mucha  mengua  para  perso^ 
ñas  como  vos,  y  mas  mandando  cargo  tan  grande  co-i 
mo  d  que  os  he  dado  $  pues  sujetándose  todo  al  criado, 
este  es  el  señor  en  la  realidad  >  y  el  legitimo  solo  lo  os  en 
la  apariencia,  :.: 

Lo  mismo  que  os  digo  por  Gomarra  >  os  advierto 
por  todos  ios demas>  pues  nunca  se  experimentaron  bue-* 
nos  avemuramientos  donde  lo  manda  todo  el  Valido^ 
porque  los  demás  no  se  enderezan  como  debieran  á  su» 

ofi- 


ofíciosri  poaque  la  envidia  los  apareja 'para  no  obrür  co- 
mo si  el  gefc  lo  mandara.  Usad  de  tal  discreción  »  fiile 
sio  difi»:eociac  á  ninguno  y.  os  mostréis  con  igual  seoír 
blante  á  todos  >  que  este  es  el  régimen  mas  acomodar 
do  para  vos  >  y  para  vuestro  cargo.  Asimismo  habéis 
de  estat  muy  prevenido  ^  y  advertido  en  el  trato  co^ 
gnun  de  todo  genero  de  gentes. :  y  que  esto  sea  de  maner 
xa,  que  con  ser  afable  y  apreciable  ,  y  de  buenas  cosr 
tumbres ,  guardéis  el  decoro  de  vuestra  persona  y  car*? 
go,  porque  así  como  con  la  afabilidad  se  gana  el  amor  de 
las  gentes ,  con  ella  juntamente  conservareis  la  reputa^ 
cion  j  y  respeto  que  os  deben  tener. 

Yo  sé  que  en  los  navios  se  cometen  mil  insolencias 
por  la  gente  y  chusma,  del  marínerages  y  que  esto  es  muy, 
en  deservicio  de  Dios  y  miO|  y  que  se  blasfema ,  jura  y 
vota  altamente^  y  que  pasan  otras  mucha$  iniquld^d^Si 
y  bribonadas.:  £nr  esto  os  ejocargO  mucho  •,  y  m^ndQ 
pongáis  .tanto  cuidado ,  como  tíecdisitan  uaos,  negociados 
taks.  Mandad  á  t^dos  los  Gefcs  deseada. nav^ji  que  zQr 
len  mucho. estos  desordenes  s  que  aseguren  á  los  d^Ui^ 
quemes  i  y  que  03  den.aylso  >  y. para  su  castigq  obserr 
varéis,  como  osrlq  máado,  las  r<egl9^  siguientes,  -y-  :  ^r.  . 
Losqu$.  sean  cogido^  poc  sodomúicosj^  ^inst^pctana^ 
mcjuie  serán  quemadcfis  en  la  priiuera  tierra  que.se  pned¿j 
haber,  á  presencia  de  todos'los  de  la  armada,  ó  lo^ 
que  seJiallaren  cerca  3  y  en  esto^sierán  cpmprehendido$ 
ti  hM«en».y  p»ciej9te,  m  mc^un  ^liramA^pip  á.  f^mpea^^ 
«i iWras. tcphlicas. :  .-./...  ,  - r.  /-  '  .  .,  '.,  ' ;,.  -,;- «;{ 
,  Albíasfeqíio,. por  la  primera  vea,  ^ledar^qua? 
tro  corridas  de  baquetas*  Por  la  segunda  of:ho  cor^rida^, 
y  se- le  pondrá^ una  mordaza.,  que  le  durara ,\v})  n^esf 
y  por.  la  tercíia  será  arfojawi^.al  a»? ^  p^ia  ¿aH€  f^- 

lie%ca».  '    .  ^.  -'   ':     .^  .:-'.   ■  .'    ,'.:  ♦jj  u»-!  v  zouíj 

Es- 


Esto  os  mamlo  muy  apcetadamente »  y  para  que 
ninguno  lo  ignore  lo  hacéis  publicar  en  todos  los  baie** 
les  de.  mi  real  ócden  ,  y  na  habrá  remisión  para  los 
delinquen  tes.  :        .        . 

£o  los  otros  delitos  que  acontezcan  ^  obrareis  se« 
gun  y  como  sea  justo }  no  llevándolo  todo  por  el  cami- 
no del  pigor  y  sino  mezclado  esto  con  la  piedad  ^  pero  en 
tos  dos  delitos  priiperos  qai^o ,  y  es  justo  no  l^aya 
ningún  miramiento  ,  sopeña  de  mi  descontentamiento  y 
deservicio. 

*  ■ 

En  el  invierno ,  y  en  los  otros  tiempos  que  no  se  na-» 
vigiare  i  estando  en  tieria ,  y  no  haciendo  falta  á  los  no- 
gocios  de  vueftro  cargo  (á  que  principalmenre  habéis  de 
atender)  os  ocupareis  en  buenos  exerciciosi  especialmente 
'de  las  armas  $  en  los  quales  asimismo'  harcis  que  se  ocu» 
pen  I  y  exerciten  los  caballeros  ,  que  cdR^^  vos  anduvie- 
sen ^  y  han  de  residir ,  escusando  en  los  tales  exercí* 
Áoi  gastos ,  pomposidades  y  excesos  ,  y  qo&  todor  sea 
únicamente  enderezado  al  verdadero  cxercicio  de'  las  ar- 
mas ,  y  que  el  «so  de  ellas  haga  á  los  tales  caballeros 
diestros  y  hábiles ,  para  los  efedos ,  y  ocasiones  que 
se  ofreciesen  j  y  asimismo  escusareis ,  y  daréis ,  orden 
pata  que  se  escusen  los  dichos  gastos ,  y  excesos  y  pom* 
posidades  en  los  vestidos ,  y  en  los  trages  ^  y  común 
trato  j  y  para  que  esto  tenga  efedo  ,  debéis  vos  pri- 
meramente dar  exemplo  á  todos  en  lo  que  á  vuestra 
persona  ,  y  vuestra  casa  y  criados  tocare  >  creyendo  y 
haciendo  creer  á  los  demás  ,  que  los  ricos  y  galaiiados 
vestidos  ,  solo  sirven  de  aniquilar ,  y  empobrecer  las  ca-- 
sas ,  y  esto  sin  ninguna  estima ,  porque  no  son  ados 
verdaderamente  que  dan  autoridad  ,  ni  recomen* 
dación  i  los  que  los  usan  y  acostumbran  »  pues  los  vesr 
tidos  y  ios  trages ,  no  hacen  aplaudidos ,  ni  benemc^ 
-¿3  ri- 


ritcB  á  lo$  hcMíbres :  eitfpero  já  íols:  buenas  obras  y; 

Siempre  qne  se  enderecen  las  cosas  en  tales  tcrmi- 
nos  I  que  vuestra  armada  se  halle  á  la  vista  i  y  propin- 
opÁda  de  nuestros  enemigos  ,  será  quando  necesita»» 
/reis  de  toda  vuestra  prudencia  y  discreción  ,  pa^a  sa-* 
l>cr  discernir  con  sabiduría  ,  si  será .  conveniente  daf  6. 
escusar  la  tiatalla  $  sí  iiabreis  de  embestir  y  o  mantener 
ros  quieto  ó  retiraros  ,  ó  tomar  otras  vueltas  paca  me- 
|or  asegurar  á  los  enemigos » y  si  habréis  de  usar  de  otras 
trazas  e  industrias. 

Todo  esto  lo  reflexionareis  mucho  ,  haciendo  tra- 
bajen todos  sobre  ello  con  la  atención  que  se  requiere, 
y  es  precisa  en  casos  tales,  y.  tan  grandes ,  y  en  los 
que  se  pierde  eternamente ,  ó  para  siempre  se  gana  la 
fama. 

Seguiréis  siempre  los  consejos,  y  los  pareceres  que 
se  alleguen  ,  y  se  arrimen  mas  á  la  razón  $  que  así  aún 
quando  os  venzan  ,  defendiendo  bien  hasta  lo  postrero 
la  batalla  ,  no  caeréis  en  caso  de  menos  estima ,  pues 
lo%  varones  mas  grandes  ,  y  de  mayores  créditos  ,  per- 
dieron muchas  batallas  i  pero  no  por  eso  su  gloria  ,  y 
su  fama ,  pues  el  vencer  siempre  ,  es  jpara  Dios,  y  los 
hombres  debenK)s  solamente  poner  buenos ,  •  y  perfcdos 
medios ,  y  esperar  les  fines  que  su  Magestad  divina  sea 
servido  de  nos  dar. 

Pero  con  todo  eso ,  nunca  pisareis  la  raya  de  la  co« 
btrdia  ,  que  es  aún  en  el  Itombre  mas  baxo  ,  un  caso  de 
infamia  ;  y  ni  jamas  llegareis  á  la  temeridad ,  que  esta  es 
una  cosa  tan  monstruosa  ,  que  se  contempla  por  de- 
sesperación. La  prudencia  y  el  valor,  y  espíritu  bien  or« 
denado ,  han  de  ser  los  que  os  gobiernen  ,  y  os  enca- 
minen ,  y  enderecen  uiücamente ,  creyendo  y  estando 
i  cicr-» 


}%7i 

electo  ctKjne.mis  contetuamfema  me  3tt¿'el  veros  Ven* 

cido  por  prudente  >  que  viftorioso  por  temerario  y  de« 

Sespera4o.' 

Esto  es  todo  lo  que  se  me  ha  o&ecido  icordaros» 
•confiando  mucho  en  que  lo  hacéis  mejor  ,  que  aquí  os 
lo  digo,. pues  toda  esaxonfiánza,  y  amor  ine  débds; 
y  poírquc  esto  servirá  para  vos  soló  ^  por  eso  lo  he  rescri- 
to de  mi  mano«  £q  Acan|aez  iá  23  de  Mayo,  s  Yo  el 
Rey, 


» f 


»  • «  * 


I. 


i  ' 


CAK- 


CARTA 

QUE    EL    SEÑOR    FELIPE   V. 

ESCRIBIÓ  £N  SAN  ILDEFONSO! 

EN  14  X>B  SNERO  DE  I734 

Á  SU  mfO  EL  PRÍNCIPE  DE  ASTURIAS  D.  LUIS, 

T  RBSPUBSTA  QUE  J}10  S.  A. 


NOTA    DEL    EDITOR, 


E 


ti  la  lección  de  las  dos  Reales  cartas  que  siguen ,  es- 
tán refundidos  sus  mayores  elogios.  A  la  heroycidad  de 
la  primera  iguala  la  generosa  declaración i  conocimiento 
de  sí  y  y  pronta  obediencia  que  manifiesta  la  segunda. 
.Compitense  gloriosamente  un  gran  Rey  ^  mandando  á 
su  hijo  que  ocupe  su  treno  ^  y  un  hijo  obediente  que  lo 
reúsa  por  contemplarse  sin  fuerzas  para  empresa  tanta.  171- 
timamente,  grande  Felipe  hasta  en  ceder  la  corona  á  Luis, 
halla  á  este  igualmente  grande  en  no  admitirla  |  y  es 
resignarse  por  ñn  á  la  Real  resolución.  Creemos  llenen 
la  satisfacción  de  los  ledores  de  nuestro  Periódico  la 
carta  del  padre,  y  la  respuesta  del  hijo :  las  preciosas  ad- 
vertencias de  ÍFelipe  V.^f  y  la  rendida  Obediencia  á 
ellas  de  Luis  1/  $  porque  aunque  son  pequeñas  en  el 
volumen ,  tienen  todo  su  mentó  en  la  virtud  que  inspi^ 
tan  y  y  en  la  heroycidad  que  enseñan* 

Tm.2U,  Mm  Ha* 


27» 


Jrlabiendose  servido  la  Magostad  Divina  por  su  IññDU 
t3  tniseticórdla ,  hijo  mid  muy  aoiailoi  4e. hacerme  co« 
nocer  de  algunos  años  á  esta  parte  la  nada  del  mundo, 
y  la  vanidad  de  s|i  grandeza,  y  dáribéál  íniSmó  tiempo 
un  deseo  ardiente  de  los  bienes  eternos ,  que  deben  sin 
comparación  alguna  ser  preferidos  á  todos  los  de  la  tier<- 
ra  ,  los  quales  no  nos  los  dio  S.  M.  sino  para  este  único 
ñn  ,  me  ha  ^arbcidó  que  no  podra  corresponder  mejor  a 
los  favores  de  un  padre  tan  bueno ,  que  me  llama  para 
que  le  sirva ,  y  niie  há  dado  toda  mi  vida  tantas  señales 
de  una  visible  protección  ,  con  que  me  ha  libertado  así 
de  las  enfermedades  con  que  ha  sido  servido  de  visitar-^ 
«ne  I  como  de  las  ocurrencias  dificultosas  de  mi  reynadcf 
en  el  qual  me  ha  protegido*,  y  coniservdidó  la  corona, 
contra  tantas  Potencias  unidas ,  que  me  la  pretendían 
arrancar  >  sino  sacrificándome ,  poniéndole  á  sus  pies  es- 
ta misma  corona^  para  pensar  únicamente  en  servirle,  y 
llorar  mis  culpas  pasadas,  y  hacerme  menos  indigno  de 
comparecer  en  su  presencia  ,  quando  fuere  servido  de 
llamarme  á  su  juicio  5  mucho  mas  formidable  para  los 
Reyes  ,  que  para  los  demás  hombres. 

He  tomado  esta  resolución  con  tanto  mayor  ard  i* 
jnlento  y  alegría,  por  quatito  he  visco  que  para  dicha 
mia  la  Rey  na  (que  Dios  me  dio  por  esposa)  entraba  al 
mismo  tiempo  en  estos  propios  sentimientos ,  y  estaba 
resucita  conmigo  á  poner  debaxo  de  los  pies  la  nada  de 
las  grandezas  y  bienes  perecederos  de  esta  vida.  Hemos, 
pues ,  resmclto  los  dos  algunos  años  há  de  un  mismo 
aicuerdo,  con  el  favor  de  la- saátitísBa  YicgcnMaria  nues- 
tra 


\ 


I 


^7J. 
^  «señora  y  poner  en¡  execucion  este  designio;  y  ya  le 

j  ongo  por  obra  tanto  mas  gustoso.,  4>orqae  dexo  la  co** 
ona  á  un  hijo ,  que  quiero  con  la  mayor  ternura,  digno 
de  llevarla ,  y  cuyas  prendas  me  dan  esperanzas  seguras 
de  que  cumplirá  con  las  obligaciones  de  la  dignidad,  'nu-* 
I  cho  mas  teriible  de  lo  que  pu<:do explicar.  Sabed,  hijo  mió 
muy  amado,  conocer  bien  todo  el  peso  de  esta  dignidad^ 
I  y  pensad  en  cumplir  todo  aquello  á.que  os  obliga,  antes 
I  que  dexaros  déslumbrar  d^i  resplandor  lisonjero  de  que 
'  os  cerca ;  pensad  en  que  no  habéis  de  ser  Rey  sino  pa« 
ra  hacer  lo  que  Dios  sea  servido ,  y  que  vuestros  pue- 
I  blos  sean  dichosos  s  que  tenéis  sobre  vos  un  Señor  que 
es  vuestro  Criador  y  Redentor  f  que  os  ha  colmado  do 
beneficios  ,  ¿quien  debéis  quanto  tenejis ,  y  aún  os  de-» 
beis  á  vos  mismo :  aplicad ,  pues ,  á  mirar  por  su  glo4 
Xfiíf  y.  emplead  vuestra  autoridad  en  todo  lo  que  puedo 
conducir  para,  promoverla  :.  amparad  y  y  defended  su 
l^gksla  y  su  sama  Rjciigion  con  todas  vuestras  fuerzas, 
y  aún  á  riesgo  sifuéreJiecesario|de  vuestra  corona,  y  der 
^vuestra  misma  vida ,  y  nada  perdonéis  de  quanto  pue-* 
ida  setvir  para  dilatarla ,  aún  en  ios  países  mas  distantes» 
teniendo  poc  una  felicidad  mayor  sin  comparación  te« 
serios  debaxo  de  vuesoro  dominio,  para  hacer  que  Dios 
sea  en  dios  servido,  y  «conocido,  que  por  la  extensioa 
que  dan  á  vuestros  estados  :  evitad  en  quanto  fuere  po- 
sible las  ofensas  de  Dios  en  todos  vuestros  rey  nos,  y 
emplead  todo  vuestro  poder  en  que  sea  servido ,  honra* 
do  y  respetado  en.  todo  io  qiie  estuviere  sujeto  4  vuestro 
dominio  :  tened  siempre  grande  devoción  á  la  santísima 
yirgen,  y  poned  debaxo  de  su  protección  también  vues^- 
tros  reynos ,  pues  por  ningún  otro  medio  podéis  conse- 
guir mejor  io  que  para  vos  y  para  ellos  necesitareis :  sed 
siempre  |  como  ¿o  debéis  ser ,  obediente  á  ia  «gnta  Sede, 

íAm  a  y 


y  al  Papa  /  como  a  Vicario  46  Jesa  Chrbto :.  ao^and^ 
y  mantened  siempre  el  Tribunal  de  la  Inquisición ,  que 
puede  llamarse  el  valuarte  de  la  £e ,  y  al  qual  se  debe 
su  conservación  en  toda  su  pureza  en  los  Estados  de  Es* 
pa&;i ,  sin  que  las  heregías  ,  que  han  afligido  los  demás 
Estados  de  la  chiistiandad ,  y  pausado  en  ellos  tan  hor-^ 
torosos^  y  deplorables  estragos ,  hayan  podido  jamás  in-» 
troducirse  en  ella  :  respetad  siempre  á  la  Reyna,  y  mi-« 
radia  como  á  madre  vuestra » tanto  mientras  Dios  me 
diere  vida ,  como  después  de  mis  dias ,  y  si  fuere  su,  vo* 
luntad  sacarme  primero  de  este  mundo ,  correspondien- 
do ,  como  debéis  ,  á  la  amistad  cariñosa  que  siempre  os 
ha  tenido :  cuidad  de  su  asistencia  para  que  nada  la  faN 
te  I  y  que  sea  respetada  ^  como  debe  serlo  de  todos  vues« 
tros  vasallos.  Tened  amor  á  vuestros  hermanos ,  mirán«« 
dolos  como  su  padre  y  pues  os  sobstituyo  en  mi  ingar, 
y  dadles  una  educación  tai ,  que  sea  digna  de  unos  Prin* 
cipes  christianos.  Haced  justicia  igualmente  á  todos  vues- 
tros vasallos  grandes  y  pequeños,  sin  excepción  de per^ 
sonás.  Defended  á  los  pequeños  de  las  violencias  y  ex- 
torsiones que  se  intentaren  contra  ellos :  remediad  las 
vejaciones  de  los  Indios :  aliviad  vuestros  pueblos  qtun- 
to  pudiereis ,  y  suplid  en  esto  lo  que  ios  tiempos  tan  em« 
barazados  de  mi  rey  nado  no  me  han  permitido  hacer,  y 
quisiera  haber  executado  con  toda  mi  voluntad  para- 
corresponder  al  zelo  y  afedo  que  siempre  me  han  teni- 
do ,  que  conservare  siempre  impreso  en  mi  corazón ,  y 
de  que  os  habéis  siempre  de  acordar :  y  en  fin ,  tened 
siempre  delante  de  vuestros  ojos  dos  santos  Reyes ,  que 
son  la  gloria  de  España  y  Francia ,  San  Fernando, y  San 
Luis  $  y  estos  son  los  que  os  doy  para  vuestro  exemplo, 
y  deben  moveros  tanto  mas ,  porque  os  ilustráis  con  su 
$stngre  ,  quanto  fueron  grandes  Reyes ,  y  al  misnK> 

tiem- 


^71 
tiempo  jgrftiidet  sanros  i  Imltacllos  en  una  y  otra  glMio- 

sa  prenda  $  pero  sobre  todo  en  la  segunda  ^  que  es  la 

esencial :  yo  ruego  á  Dios  de  todo  mi  corazón  y  hijo  mió 

muy  amado ,  que  os  conceda  esta  gracia ,  y  os  coime 

de  aquellos  dones  que  necesitáis  en  vuestro  gobierno, -. 

para  tener  el  consuelo  de  oir  decir  en  mi  retiro  que  sois 

un  gran  Rey  y  un  gran  santo.  ¡Qu¿  regocijo  será  este 

para  un  padre  que  os  quiere  y  y  os  querrá  siempre  tier- 

namei)te ,  y  espera  que  le  mantendréis  siempre  los  sen* 

timientos  que  en  vos  hasta  aquí  ha  experimentado  I  =; 

Yo  el  Rey. 


RESPUESTA    DE    LUIS    7/ 

JLái  carta  de  Y.  M. ,  padre  y  Rey  y  y  señor  mió  muy 
amado  y  ha  producido  en  lo  mas  íntimo  de  mi  cora«i 
zon  toda  aquella  terneza  que  corresponde  á  la  magna«^ 
niaia  deiil>eracion  de  Y.  M.  Desde  luego  reconozco  que 
Dios  inflama  el  ánimo  de  Y.  M.  para  despreciar  tan  he- 
roycamente  las  grandezas  humanas.  ¿Pero quien  soy  yO| 
señor  y  para  que  pueda  ocupar  y  viviendo  Y»  M.  ^su  tro-^ 
no  y  corona  ?  ¿  Quien  soy  yo  para  resistiti  sobre  mis  de'-> 
biles  hombros  una  carga  tan  insoportable?  Por  inas  que 
el  amoc^  paternal  procure  ocultar  á  Y.  M.  mis  cortas 
fuerzas  para  una  empresa  tan  alta  ,  la  razón  y  la  justicia 
se  lo  harán  ver  clara  y  distintamente.  Me  confundo ,  y 
lleno  de  rubor  en  considerar  que  Y.  M.  me  contempla  ap-^ 
to  para  tomar  las  riendas  del  gobierno  de  esta  Monar- 
quía 5  pero  al  mismo  tiempo  se  completa  toda  mi  satis- 
fiíccion  viendo  á  Y.  M. ,  que  siguiendo  el  precioso  eco  > 
de  una  vocación  perfeda  y  se  quiere  desprender  tan  vo* 

luntaria  y  generosamente  de  $us  Estados  ir  trono  y  coro-. 

na. 


^^6 

na.  Atíora  si  que  me  lisonjeo  ¿t  tener  ttn  padre  tan  msi^^ 
oánimo ,  que  pone  baxo  de  sus  pies  tos  resplandores  def 
cetro  ,  para  asegurar  mejor  las  luces  de  la  felicidad  eter- 
na. Esta  sí  que  es  hcroycidad  propia  de  un  pecho  tan 
grande  y  católico  como  el  de  V.  M.  Ojalá  que  hallase 
yo  en  mí  aquellos  dotes  t  aquellas  virtudes  que  pudie* 
ran  desempeñar  lo  que  V^  M«  me  llega  á  o&ecer.  Pero 
señor  ,  ¿  que  haré  yo  puestp  en  el  trono,  faltándome  la 
viva  voz  de  V.  M,  para  mi  ilustración  y  enseñanza  ? 
Ocúpele  V>  M.  todos  los  años  que  yo  deseo ,  para  que 
á  su   vista  pueda  yo  tomar  conocimiento  prá¿tíco  de 
los  negocios,  y  ser  útil  á  Dios,  á  su  Iglesia  yá  los 
vasallos.  Hasta  entonces ,  ni  en  mí  hay  conocimiento  pa- 
ra tanto  (^tgo.,;  ni  mis  resoluciones  pudieran  .producir 
aquellos  gloriosos  hechos,  que  colocan  los  nombres  de 
los  Reyes  en  el  tempjo  dje  )a  .lamortalidad  s.lo  que  po« 
dre  cpnseguil:  si  Y.  M.  continua  en  el  gobiernio  de  sus . 
dominios,  pues, me  setviráa  de  la  mayar  instrucción  sus 
Reales  determinaciones  y  providedcias.. 

Estas  consideraciones  no.deben  atribuirse  áotra  ccí- 
sa,  que  á  un  profundo  conocimiento  de  mi  insuficiencia, 
para  observar,  lo  que  V-  M.  nic  manda.  Pero  si  esto  no 
róstante  V.  M.  hallase  que.es  conveniente  para  el  fia 
de  sus  santo$  deseos ,  que  yo  abraze  gustoso  la  pesada 
cruz  que  me  ofrece,  desde  luego  cargara  con  ella,  como 
Isaac  con  la  leña  ,  para  sacrificar  mi  obediencia  y  mi  vi- 
da en  la  obsecvancia  de  los  Reales  preceptos  de  mi  pa*« 
dre ,  y  de  mi. Rey. 

Las  piadosas  y  christianas  advertencias  que- V.  M. 
me  hace ,  quedan  impresas  en  mi  alma.  Y  para  que  el 
olvido  no  sea  capaz  de  borrarlas  de  mi  memoria ,  ofrez- 
co á  V.  M.  repasarlas  todos  los  dias ,  para  gradearlas 
coa  el  mayor .  ci^idado  y  vigilancia^ 


277 
ITa  Keytia ,  mi  senoñ:  y  má3re ,  Ser 'a  siempre  pan 

mí  ti  n  objeto  de  veneración  y  terneza  ,  y  en  logrando 

S.  Al.  todas  las  feticidades  que  merece ,  habré  yo  com*^ 

pletado  las  mías. 

Esto  es  quanto  debe  representar  á  Y.  ^.  en  vista 

'¿t  su  Real  determinación »  este  su  humilde  hijo  que 

B.  L.  &.  M*  de  y^  M.  =  X.UÍS  ^  Piínci^e  de  As« 

tullas^ 


IIN  DEL  JOMO  UNDÉCIMO. 


•  •       »  9  '    *■ 


r- 


SEMANARIO  ERUDITO, 

QUE    COMPREHENDB 

VARIAS  OBRAS  INÉDITAS^ 

CKriTICAS,  MORALES,  INSTRUCTIVAS, 

R 

POUnCAS,  HISTÓRICAS, satíricas,  Y  JOCOSAS, 

DE   NUESTROS   MEJORES   AUTORES 

ANTIGUOS,  Y  MODERNOS. 
DALAS  A    LUZ 

DON  ANTONIO  FALLADJRES 

de  Sdtomayor, 

TOMO    DUODÉCIMO. 


MADRID  MDCCLXXXVnt 

POR    DON    BLAS    ROMÁN, 

Se  lullari  en  las  Librerías  de  Maflk> ,  Carrera  de  Sao  Geréoiao^ 

«n  la  de  Bartolomé  Loper ,  Plazuela  de  Santo  Domingo, 

y  en  la  de  la  Viuda  de  Sánchez ,  Calle  de  Toledo, 

y  en  los  puestos  del  Diario. 

coir  íSiiriLSGio  x.sají 


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dVE  HIZO  A  S.  iü 


r.x>  i      ^  i, :. .  .•   i  .  *.-  i'.í.  j '  »-  i* .  j  i^u'  /  ¡-  '!  'ji:r>  c'. .  í 


m  VIRTUD!  PE..RML  OHRflljí, 


'•'1 


'     '        '  .   s  •   *       ♦ 


Z>.  MIQUEL  ANTOmo  DE  LA  GÁNDARA^ 


,      \  ;.  y  SOBRE. 


•  x*.    o 


(       »     » -  * 


•    ' 


Illmo.  Se9ok» 

•  4  "^ 


1 1    * 


iVJLuy' señor.  núo:.en  vista  dclN^nifiesto  del  Obispo  de 
Avila  .sobre  ittxetn^tival^rqtt&V^.S.  L  cofL  &ckkz.d¿*  17 
del  conrlence  íj^e  isuyipiarbaiitibiMideiordea^dcl  Rey  y  *  4 
ftricdecqáe.kiforiac:  Msi8]jymdaraaebM.á2&  AL  breque  se  .mo 
ofreciere  y  pareciere,  debadedc  .'  *    '    .  t 

Oüe .  aqmd' Pxbtada,'  ^  pretext jindp  ^ue  dexa  pai'a  los 
escritos  ,del  .Procesó  v  cL  paoto  dCcSÜMiy  o  xia  t¿vaib 
nos»  piír^  <eL  )aicio)de>retsñkuoft'S  isoló  pide  que  ^.&.ey 
admitai  •  benigno  :sa  papel  ^  á  •  quien  llama  Islncera:' .  satiS4 
facción  ^de  sil  xondviÁa  ,.  y  demostración  de  qocni 
poc  la  aceptación  9  ril  poc  el  uso  de  la  alternativa  ,  ho  sp 
eaiiSB peopiicjfouiloiektablecidp ea el Goncor^^aco;'  '    y:  I 

Que  á  lo  que  se  reconoce  de  este  Manifiesto  ,  *y:  sus 
piotendulas  pruebas  f.  eL  Ot>¡3p0  (aunque  poc  otiaLJ^par- 


4  X  , 

te  hombre  bien  hábil)  ni  ha  entrado  en  el  espíritu 

tkl> eracátloS'oi 'ev  ios^^tttttdaíaacntos  pnnclpaíes .de  Ul 

Qtie^'sn^  quicrhéstá^n^el,  y^ní  éHá  ,  ñoHOserece  el 
examen  de  esta  controversia  .  ni  un  minuto  de  tiempos 
y  que  podia  Á^oríderse  éú  selM  cjuatro  tepglones. 

Pero  Que  habiendo  escrito  sobre  ella  mucho  (  y  con 
muchas  <qu^¿cation(es)^y^nO''(Joíd  U  Ób^^  y  sus  Abo- 
sados ,  la  Dataria  Apostólica  ,  el  Fiscal  de  la  Cámara 
en  iús  pedimentos  y  -  y  sus  respubsta^  ;  y  antes  de  todos 
Bon  Manuel  de  Roda  |  mi  sucesor  (que  aún  padecicr  aU 
guna  )  :  y  siendo  por  otra  purU  buy  poderosa  la  auto* 
lidad  .  empeño  ,  representación  y  valimiento  de  las  par- 
tes  quc'lá  ^rfi^n  5  Jde  ün  asunto  el  mas  claro  y  fár 
cil }  han  venido  á  formar  un  negocio  confuso ,  grave  y 

seno.  '  ,  [f,     •'    •/,  .  * 

Que  por  lo  mismo  ,  y  para  tiablar  con  pleno  cono- 
cimiento de  caus2(j))e;[c;/(í^9]indis]xnsables  dos  cosas. 
Primera )  reconocer  y  tener  presente  (como  tengo)  to- 
dos estos  escritos.  Segunda,  tratar  el  punto  por  pactc^^ 
yl.[iiqyf'¿na  lirga  (áuni:|^xbatra/toda  cdi  vülüatad>)>»  /  4 
^a  déjmetefl  oada  4uádr(QrenipUYlaz^)ynlarI(>leii&;8at^¿f 
¿oip'^Asiiázoniaroiebtos.'de  todos V púa  que  cadaronolsb 
eon  vciau{>piik .  ¿íimismoi  de  sui  equi^pocacioms;!  tdq.  snLsin^ 
razón,  y  de  la  razón  dd'Ktifé^^^:  .  -:'^í ».  :^^\  ';  v'/  *  » 
r)I  }Y;fín¡£Íaienti7),4ÍQrquede'estefaiódxrsfe^eonchiitÍ  de 
ttimiVe2ühi€li9puitá¿i,t>y  podtfiqsdcvi^  tftxespieácá/,  2Qq::sm 
Ip;  ^abi  'iiromá^^aisccniaqiSQixB  joI^  (¡d^  qoo 

hay  necesidad j)>  siho  jUipamenite  p^ra^resf^yeclqutfntfas 
dudas  hasta  aqüi  se  lun  ofrecido  /acerca  dejki  iotcU^ 
g^ncia  de  eisy  úún m¿  atrevo. á  decir ,  quei ppdiá. tann 
bien  servik  .paia:>todai  las  qui:xa'iaídekúice<  quicptq  sab» 

CliarsCe -Ir-..'**  ,-,:'    •     :,  .^'    .-      f,-:       .;    »)'/•:    p 

><^^a  aoQ  pof  sa  ;pafcte,  laáoi  escribeii  fUÚQzíLijfi 


*«<• 


5 

trabajan  por  los  derechos  qat  nó  iicñtb ;  y  por  el  B^ey, 
y  su  corona  y  dequantos  realmenreí  son^  nadie  abre  la 
boca ,  ni  toma  la  pluma. 

A  mi  se  me  representa  el  C^cordato  como  un  her- 
moso  játdin  ,  en  donde  han  enttado  á  coger  sus  flores 
quintos  han  podido  >  pero  no  ha  habido  nadie  ,  que  cui« 
dá:se  de  cultivar  sas  raices  i  cortar  los  abrojos  ,  y  mu- 
rarle contra  los  asaltos  de  sus  enemigos.  Aquellaes  dult 
ce  :  estotro  escabroso  j  y  yo  lo  s^  bien  por  experkn-^ 
cía  propia. 

.S¿    'II.*  •    ' 

•  .  .  ...  •  - 

£1  ObispO' opone  contra  sí  oiismo  (para  combatirlas 
'Sí  satisfacción ,  y  facilitar  el  ñn  de  su  Manifiesto  )  cier- 
tas dificultades  y  razones,  que  aunque  no  dice  de  quien 
tas  saéóf  fueron  tomadas  deVpapeí  reservado  <ittd  mi  su^ 
cesor  tomó,  escribió  y  remitió  ex-ofirío ,  al  Fiscal  die  la 
Cámara. 

Pero  eiv  realidad,  ni  logró  convencerlas ,  ni  aunque 
lo  consiguiese  plenamente  ,  adelantarla  nada.  Glosa  el 

CboMvdkt^ de- un  iifodó'(coittd líuce^e -á  losdettias)^ que 
l^ra  descOfiQcbrte  n^liay  oosa  oás  á'rpropositb.'  *  -  : 
i  y  Desde  el  primer  atgnmcMoi  de  que  se  hace  cargov 
cofiíicAza diciendo ;- (Cara^atis^eráoésfa^dificultad ,  he« 
mos  de  supoiiei;L.coi)'tos  mi«mo5^  qae:  la  proponen  ,  que 
üi^  1á  «esion  ^aiiMlma  do  los '  draeciiós  de  la  san  ta  Sede» 
hcchaiíVi^hLj  ^o;se  icouiprehaidieroír  los- cedidos  aritesr 
á4as  Casas'de  Aivay  Aibur^uerque*  •  i 

A^los^  que  principiaron  f  pr oponicndose^oSte  -supues-^ 
fd|  m*6o^  mil  iaíádcf.  Aá^  verdad  ellos.se  equipmcaron  plcí* 
naaieoite^^'wguh^se  diaiiókrw¿  eaísur  lug^rir^^el  Obiapo 
eñ*ellei)$p6fiouie^iesponderÍBakoddimis¿Baoancie^^  nor 
podrá  conseguir  mas  ^  que  ohum  &  ofcrám  f$fidiUi^ '     i '  i 


6 

Pe  esti  maticra  viene  reducido  todo  su  Manifiesto 
|V)C  4[»ecision  (cogap  Ips  .demás,  escritos) ,  á  supuestos  qu^ 
no  subsisten » ó  á  cavilaciones  juris  i  4  sujülezasí  obliqaa;^ 
45ÍistiQciones  volüncaria^.^iy  á:  varias  equivocaciones  en 
«l.modo  4e  explicar » y  aplicar  l^s  idodrloas  ^  opiniboes  y 
toglas  comunes» 

..  :;Par9  hicer  mayor  evideodaresto,  .^r|i^4  jViprij^ 
ptrfuram  (si  fuere  del.  agrado  del  Hey) ,  me  dacc  .el  ho? 
opi;  de  ppn«r  cambieti  á  media  margen  del  mismo.  Mar 
niñesto  las  notas  correspondientes  número  por.númeroi  y 
cláusula  por  cláusula. 

Los  fundamentos  legales ,  y  principios  esenciales  en 
que  se  apoya  la  incontrastable  justicia  del  R.ey,  son 
9iacbo  mas  eficaces  queJos  que  ae  propone-  y  pretende 
satisfacer  el  Obispo  5  y  encierran  dentro,  de  si  mlsmojl 
lin  conveocimiepio  ,.  .y  una  fortaleza  irresistible.  .Poi; 
so  Q);4»a  icán  «yieado  ^  y  dividiéndose  pír^  mayos 
claridad»  . 


•^  • « «   V    « « 


!•  »<  J./<  .«k 


$.  iiLr 


.  t 


^  ,  ]pos  supuestos  generalos^.sólidfts  y  «ubttaoaabtit:  dd 
t]ue  el  Oiiispo  ( si  quería  tocaí  ia.4í&culi»d  .^xy  iiat  á  i^ 
prensa  alguh  discurso  interesante.^  djgfko  deila^ftena 
idea  que  tenemos  desu  capacidad.y  do¿^rinaOLdebió'M? 
eerse  pargo ,  ó.  no  ¿ístai^par^  son:  los  siguientes:  f  f 

c.  X  .Que  etCoocordatOi  ei  un^coArrató  oneroso 
fiociprocQ»  yunitracado soleaajie. d«;  paz  pútifita.^i ct^en 
brado  entre  dos  Principes  |(¿.  mas  grandes. de<-U  tiecflai 
quecede  en  benefició  común  de  toda^una  naeion  eaiera: 
quq  cortó  las  antig^ias  diferencias  i^/y.  controversias  ^e 
suchos  siglos. f  éntrelas  des  <!QC»á  de.fisfpaña .  y  B»en 
na  ;  >y;  que  estableció,  fioaimboto  .uqa  cstteciía..  y  xUira^ 
ble  armoníaiL ,  ,vn>.,\.  ,    ^  v-- .    •.-•'  .  ^  ...i  u";*,  -.  -^v .» 


7 

2  '  Qoc  las  dodrinas  comunes ,  distinciones  /  reglas 

y  prindpios  canónicos ,  que  tienen  eficacia  y  solidez^ 
quando  se  trata  aleramente  de  interpretar  contra  la  san* 
ta  Sede,  los  derechos <  de  personas  particulares  y  ínter 
^quaJesy  ó  las  Constituciones ,  Buias^  Breves,  Rescriptos; 
Decretos  y  disposiciones  Pkxitifícias  ,que  los  Papas-,  co^ 
mo  legisladores  supremos,  suelen  hacer  por  sí  solos  en  la 
forma  común ,  ni  son  adaptables ,  ni  tienen  lugar  algu-^ 
no,  quando  se  trata ,  como  al  presente ,  en  competeñciti 
ilel  Rey  jáérMsa  conttqfto  oneroso ,  y  -tratado  de  paz  pú« 
blica ,  establecido  ex  justHU  por  la  santa  Sede ,  coni 
otro  Príncipe  soberano* 

3  Que  para  hablar ,  interpretar ,  escribir  y  dis« 
currir  de  este  g(^nero  de  materias,  '^s  nece^rio  caminatf 
iio  con  la  regla  comun  ^  siaa con-  la  ^ojcí^epcion  de*  ella; 
con  los  principios  del  derecho  público  universal ,  coxy^ 
cretándolos  al  particular  de  £spana ,  de  la  Iglesia ,  y 
al  de  los  sagradüos  Cánones:  y  finalmente  con  la  fit\&^ 
prudencia  alta  de  los  Príncipes  supremos  ,  teniendo 
siempre  presente  la  regla  general  de  que  en  semejantes 
tratados  públicos ,  cada  palabra  vale  lo  mismo  quesue^ 
na :  tantum  valet ,  quMtum  jonat :  y  debe  tomarse  ^em*-* 
pre  en  su  pleno  sentido  natural ,  «imple  y  literal  ,sia 
que  haya  lugar  á  distinciones,,  limitaciones  i  ni  iaterpr^^ 
raciones  qiie  en  ellos  no  se  ieatl»       \  .    .    i:'     > 

'  4  Que  los  artículos  de  un  tratado  solemne. de  pd2 
pública,  y  contrato  oneroso ,  que  ceden  en  beneficio  co^ 
mun  de  toda  .una  nación  entera  ,  deben  euníplirse  lite^ 
saifneute ,  guardarse  'en  todas  sus  partes  y  y  x^nsi4erarsa 
siempre j>ar:a..su  perpetua  ot{servanci<i ^  como  acciones 
privilegiadas,  y  de  derecho  público. 

5  Que  por  medio  del  Concordato ,  y  de  la  subro- 
gación univ^ersaL  se  transfirió  apostólicamente  al  Rey 
y  á  la  corona  ^píeno  jure  la  suprema  Fk^ntifi^ía  potes-% 


^A 


tad  benefíclál»  telájtivá  á  EspaSa ;  én  todo'quañto  no  se 
especificó^  ni  limitó  ^  ni  repugne  con  la  potestad  laical  ó 

real. 

\.A  Que  el  Rey  con  las  declaraciones  del  Concorda- 
^Q::€On  el  Patronado,  y. dfci^echo: universal  de  preset>r^r, 
abordado  de  justicia  $  y  concia  cesioo ;  y  subcogmioii 
absoluta,  que  le  hizo  la  santa  Sede ,  prueba  sii  intención 
de  derecho,  sobre  todo  lo  beneficial  eclesiástico  de  £s- 
ífis^ñz  jure  ^M. 

7.  Que  de  c(Miseqüencia<  quien  tavkr^  pf^ten*^ 
$iQa  contr»  alg^  de  ello ,  debe.probar  la.  suya ,  y  si&  .ex- 
cepción I  no  con  argumentos  pbliquos  ,  y  discursos' 
acomodaticios  9  s^ino.  precisAmpote  con  d  misjtiD  Con- 
cordato eo  la  mai^o.»  ctxibiendfo  delante  del  R¿ty  la 
preservación  U^ral  del  derecho  que  ásu  favor  intenre 
sobstener. 

8  Que  la  conduda  económica ,  y  sistedia  que  á  es- 
te mismo  fin  se  observó  ien  la  negociación  ,  y  formación 
dejl  Concordato  ^  fue  á  sacar  á  favor  dé  la  corona,  una 
deiclaracion »  cesión  ,  y  subrogación  ^general  y  absoluta 
de- todos  y  limitando  in  specie  todas  aquellas  cosas  ,  que 
con  expreso  consentimiento  del  Rey  se  convino ,  y  qui» 
so,  no  fuesen  comprehendidas  en  eUa ,  para  que  entran^ 
do  lueg.0  ppj:  regla,  universal  aquel  principio:  elemental 
de  derecho :  exeeptio  Jlrmat  regulam  in  cotitrarb  >  no  pu* 
diese  Jamas,  ofrecerse  á  ningún  inteligente  duda  algu* 
na  I  en  que  todo  lo  que  no  se  consintió,  exceptuó ,  deda^ 
rpi  limitó  y  reservó  en  forma  especifica,  quedó  ipso  faüo 
acordado,  cedi4o^  subrogado  y  traspasado  al  ^ey  >  y  i 
su  cGfrona  perpetuamente  r  y  este  fue  el  gran  gcipc  de  la 
negociación. 

9  Que  para  prueba  evidente  de  esto,  no  es  me- 
nester  mas  que  observar  el  modo ,  y  las  precisas  pala- 
bras con  que  el .  sumo  Pontífice  come.nzó  á  contratar, 


Ám. 


9 

declarir  j  acordar^  f  ceder ,  snbf rogar  y  (desapropiar- 
se ác  todos  los  derechos »  que  poseía  y  exercia  ,  ó  por 
^yó  por^  medio  de  sus  tribunales  9  nuoiscros  e  indul-* 
tarios. 

D/ce  así :  nsálva-sienpre  la  reserva  de  los  cioquen- 
99  ta  y  dos  Beneficios ,  hecha  á  la  libre  colación  de  la 
99santa  Sede ,  y  salvas  siempre  las  declaraciones  poco  an- 
otes expcesadasTr  su  Samidad  pa|:a  coisiclttir  amigfible- 
emente  toio  lo  restawie  de  la  gracia^  y  coacroversi^^sobfip 
titei  Patronato  universal ,  acuerda  á  la  magcMadidel 
99 Rey  Católico  ,  y  álos  Reyes  sus  sucesores  -  perpetua-? 
99meK\te  el  derecho  universal  dé  nombrar  ^  y  presentar 
99iadistiníamente."  ..  ^  .. 

Aquel  t0io  h  restante  ,  ni  pide  olvido  ^  ni  se  puSQ 
po'i  acasQw 

'  lo  Que  así  como  por  esta  razón  ,  y  excepción  no 
se  entiende  transferido  al  Rey,  ni  cesaron  las  expedidor 
nes  de  las  «aterias  .cdnsisítoiíialcs  como  antesalas  pro- 
^stas  AjpostólicasxieJo&.dnqüinta  y  dos  menores  seua{> 
lados  :  ls|s  proviaione»  de  Jqs  Obispos  >  '  y  Coladores  inh 
feriores  en  sus  quatró  meses  ordinarios  solamente  :  las 
facultades  de  testar ,  acordadas  antes  :  las  provistas  de 
¿«Canótigtas.de fificioeacoDcurso  abierto  :  las  prcsQQ* 
taciones  de  Batronato.  laical  de  pai^ticulares  ^  por  fundar 
-don  0  dotación  :.la  provisión  de  las  Parroquias  ,  fi  Bc* 
néfícios  curados  por  oposición  :  las  dispensaciones  su« 
perores  i  la  aujtorifiad  nativa /de  ios  ordinarios:  y  no 
en  fin  las  confirmaciones  Apostólicas  de  las  elecctoQ<|p 
4)€cha!s.pov  algtfims  Cofradías».,  CabiMos^  Redores, 
Abadbs  ^  j&c  porque  el  >.Rey4>cestó  su.  .consentimiento 
para  la  continuación  de  todp  eSto ;  del  mismo  mod  > ,  y 
por  ía  propia  razón  cesó  y  quedó  traspasado  todo  lo  re9« 
tante,  en  quanto  la  potestad  .laical  sea . susceptible  de 


Uo  expresaidtf  nnkáinentc  es  laqn^  condono  ;  y^ 
debe  continuar*  De  lo  demás  nada  subsiste  ya  á  £atvos 
de  Koma,ni  de  ningún  tecccniii  Todo  ca  de  la  ceai 

corona. 

1 1  Que  el  Rey  es  Patrono  noniiaador  universal^ 
tutor  9  proteftori  cesionario  Pontificio  ^  subrogatacio 
apostólico  >  único  ezecutor  del  Concordato» 

1 2  Que  4e  estas  diversas  representacioaes  lecibe  Ut 
sacra  dignidad  de  la  Magestad  respfeAivameme  derechos 
diferemes  4  y  así  quien  discurre »  habla  y  escribe  ha<* 
dándose  cargo  solamente  de  lo  que  da.  algu«o  de  estos 
títulos  I  sin  acordarse  de  lo  que  resultó  de  los  otro$  ^  no 
puede  acertar » y  es  inevitable  que  escriba ,  hable  y  dist 
curra  con  eriror» 

Muchas  veces  lo  que  no  compete  al  Rey  ccuna  Pa«f 
trono  ^  le  conresponde  como  subrog^tario :  ttras  al  con« 
trario  >  (¡f*  sic  de  niiquis  ihuUs.  . 

13  Que  la  causa  final  del  Concordato  (según  se 
lee  expresamente  en  los  Proemios. dexl)^  fiíe  querer  d 
&ey  que  su  corona  fuese  plenamente  reintegrada »  y 
reivindicada  en  el  Patronato  tuiiversai  ^  que  le  cocresf- 
pondia  por  sus  títulos  de  conquista .j«rf  hMy  fundaciooi 
construcción  >  dotación,  y  declaraciones  ÁpostóUcas^  yk 
*i^cse  que  la  santa^de  estuviese  á  la  sazod usando rri/!^ 
-ter  de  este  derecho  por  sí  misma  ^  ó  wrtmitítBr  por  mo» 
tilo  de  sus  Ministros  1  6  de  otras  personas  autorizadas 
|>ara  ello  con  indultos  Apostólicos  >  tanporales  ó  peD» 

|>CtU0S.   .  '     '  /.  -    ;    .-í    .    r..    '     .,;    .  .1   .  .' 

,  14  Que  la  cauiarcficiénte  ikl  Biismo  sra^ado^su^ 
apuestos  los  tirulos  do  la  coroiña  <^  fue;,  s^un Cambien  se 
ico  en  los  propios  Proemiosi  elevltar  una  inminente  rotu* 
ra  entre  las  dos  Cortes  de  Empalia  y  Roma,  fittal  para  am- 
'bas^qu;  quiere  decir  por  el  bien  ]  de.  la  p»^  pública.  Y 
jl  un  motilo  tan  poderoso  debe  cqdcr  1  y  £osponerse  to- 
*  ^  L  •'  -  dQ 


ló  derecho  invado  de  pai dculares  ^  atitique((cQiiio  no> 
le  habia)  háblese  alguno  que  fiíese  I^itlmo  >  y  el  mas 
privilegiado  de  la  tierra»  > 

.  15  Que  qoando  para  establecer  una  paz  pública 
entre  dos  soberanos»  neceska  el  uno  de^Uos  ceder  al  oteo 
ülgun  SLeyno  ó  Provincia  de  sns  dominios  (  esto  es  i  sa» 
crificar  un  miembro  i  ia  salud  pública  detodoeicuer^. 
po  )  ni  se  consulta  el  derecho  privada  de  aquella  y  ni 
se  pide  su  consentimiento  Y  ui  se  ia  dta  ^  oy  e ,  ni  da 
traslado. .  .       ..  ^  ¿ 

Y  esté  es  paso  algo  mas  fuerte  que  el  de  la  revoca«9 
don ,  y  cesacioa  de  los  derechos  (buenos  ó  malos)  de  dos 
ó  quaitro  panicularcs»^  . 

-  itf  Que  los  derechos  beneficíales  ecIesUsticos  do 
todo  indultarlo  Apostólico  (sean  temporales  ó  perpetuos)^ 
eo«aiam)>ienéle3Qsccicio^  y  posesión  de  la  santa  Se-i 
de  j  nacía  todo  de  las  reservas  Pontificias  >  y  reglas  de 
Cancllietía.       :: 

^17  Que  esta  era  toda  su  descendencia  y  la  raíz  ^  y 
il:  titule  único  eu  que  se  fiíndaban  ella  y  ellos ;  y  que 
como  por  una  pane  era  este  pretendido  título  vicioso  en 
sn  i^igeOy  litigioso ,  y  pretextado  solemnemente  >  no  so« 
lo  por  la  nación  y  cMona  de  España  ( que  es  siempre 
ffitiior  de  .edad ,  y  que  siempre  estuvo^  Insbtiendo  en 
9U  Patronato  universal)  j  sino  también  por  todas  las  de* 
mas  naciones  Católicas )  jamas  pudo  convalidarse  >  legí* 
timarse  9  ni  convalecer  eu  perjuicio  de  ella  :  Quod  ak 
Mth  hrHumfuH  >  troBu  temporis  nam  conváiescir* 

iS  Que  como  por  otra  parte  cesaron  con  el  tratado 
#espedo  de  Roma ,  tpdos  los  dfcdos  de  las  reservas 
AposBÓlkas  r  y  C'églas  de  Cancillería^  espiraron  tam^ 
bien-per  consequenda  necesaria  todos  los  derechos  tem- 
porales y  perpetuos  de  ios  iodulurios  eclesiásticos  y  se^ 
o:.  /^     ^  '       Bb  cu-: 


fatar!aSy''fáeatta4a:de  tentar ^  .c<Micocdias  con  Iw  Cabil*-: 

dos  I  quindenios  ^c.  ;..... 

Tan  de  lleno  cesó  todo,  qne^iún  pata  que  pudiesen^ 
tenes  cíoStp  las  provistas  AppstóUcaSi  que  el  Papa  habia 
tiecbo  antes  «n.Jas  Iglesias /4e  Falencia .  y  Mpndoñcdo, : 
fué  pipciso  que  el  R^y  ponslütíese ,  .y  <]|Cttpase  «steasea*^: 

so  £C|^lo  un  artículo  entero  del  tratado* 

.' .  •       •  •       '  »  ■    ,        -  - 

^  fistos  son  los  supuestos  ciertos  y  segaros  que^  d 
Obispo  debió  adoptar  en  lugar  del  qujt  hizo  con  los  su- 
getos  á  quienes  rei^XMíde  {sufnso  not»^).^'  -estos,  sóa. 
también  ios  que  $u  Abogado,  el  ileios  Duques,  IjaJData*. 
rta  Apostólica ,  y:et  F^siíat  de  I9.  Cornaca  ueceácaban  Iul-^^ 
ber  tenido  pr^entes.  *■  *  /  ^i.\,,\\  i.\  i  „::.*     / 

La  adual  y  todas  las  demás  equivocaciones  quehás*; 
ta  hoy  se  han  padecida  cn.la  inf  eligencla  del  Goncordata, 
todas,  han^provtnidp  de  no;  haber  teqíc^o,  préseátes'  ¿stniK 
evidetiikei  Supuestos  ^  qiieies  io  mismaiiquelaof  Ualaiec: 
etítrado  m  el  espíritu  deiittsuado;.  Y  jde  a^  selhan  orín 
ginado  las  desgracias  del  R.ey  ,  y  del  publico  ea-- estaje 

.  Aboxjp^^jmes^iatuiqueydc^m'Io.cxpsc^ 
xfespondid^  jn^^^íwrr  á  tod^  ior  escritos .,  y  es  aaiyofilicii 
coinprehender4e  ello  el  cU|r  isia)o  desecho  del  Buey»  coq 
todo  eso  ia  suma  importancia  de  este  negocio,  y  la  alta  y^ 
poderosa  fépcescotsKrioa  de  tas  parcfs  imeiesadas ,  ^  [nde 
quese'desciqnd^á.traaurde  ia  slnsasBondecáduiíifiajeiiv 
pai^(ttlar;/'Y  pata  aiayorl.dar¡dad  y  mejot'  iardigeacia^ 
irc  haciendo  las  dl^bsictones  eoaeqpQQdbsntesigor  ^este 
orden* •   ^y.-i  t      ..    .  .í/;:,  '  .•.!...  .  » 

•i^i       /  En 


«* 


s.  y.* 


£n:6(jHt  eonttovfitlia.haceti  papel  U^km^t^  <le  Casr 
pof  elpcfmisa^qneflió'; . It  Páta^ia  Apostólica  poft 
el  rcgíistf  b  que.  ht^ :  el  Obbpo  de  Avila  por  la  acepta** 
cion  que  presentó :  los  Duques  de  Al  va  ,  y  de  Albur^ 
quer^piii  por,  la  pretOMion  dci.  qiie  subR^stau  sus  in- 
dultos Pootifidos  i  y  finalmente  el  ^cy.  y  su  corpn^ 
por  la  defensa^.y  eonservaciou  de  sus  derechos  per^-v 
perucMi 

Eotrt  tantos  concurrentes  ^  aunque  cada  uno  está 
muy  empeñado  en  sostener  repetidas  veces  las  pattes  flc^ 
SI»  !papel  I,  ;<>lq.S4^^.'y  la ;  corona  tie^iei»  M^^iai^  A  Iq$^ 
dciD^QO«eiesd«$;uÍ9ie,{u$oñJbicadeeUo,  ,  / 

: .  (1^  i  k  <;;ímatíLi.que  bi  pudo  ^  oÍ  4ehío  di|pQn$a« 
)ainas  f e^nqanM  perailK^  :  :v,\ 

.  n  Lo  primeco  i  ¡pereque  el  Rey  Fernando  (que  goza  dQ 
Dios)  á  consulta  de  lelhi  koisoMi  y  y  al  tcnoi;  del  Concort) 
dato  upift  ce^tieko.y  dedacadp^sdQ  ii8  )^  Sept|«ii!4>r;Qtr 

c  .  nCotnopsjrecttiái^  L€áimrs^.ei>  'qiiafir,^^^^ 
nque  cesen  luego  los  indultos^  y  alternativas  concedidas 
9iante$  del  Concofdato*^^  Pero  por  lo  que  <;prft$ponde  al 
peridiMi  que  Iaf<:»«aw>prjí>p.ene  ,  se  A€^á  los  ínjl^M?!"» 
y.  OlnispA»  quo  íícíicji  ¡alteiiiatlv^  ,;  «i^nd^ cse  s^^^ig 
ye  cor»,  anos  y  otK»  tó  4)i:eveBíd«  «>í>t;e _  ^t^  ppnto  f  ^ 
cL  ConcKffdato  >  *  exceptuéndosc  de  esta  regla  los  ior 
dultos  del   In€inte  Cardenal  ^  su  muy  caro  y  amadf! 

con 


ííl?  ' 

con  notoria  justicia  ,  y  con  arreglo  al  tratado)  que  no 
continuasen  ni  aún  los  indultos*ánteceaentes  ^  ni  las  al- 
ternativas aceptadas  y  y  registradas  antes  de  et :  que 
quiete  'ddcUr^i^^'ti^^iÁptf  hábil  i^ifidlíbehtis^se  étatucino' 
ñocer  con  quinta  máycir  cazón  qufap'S;  M. que ¡no^  die- 
se permiso  para  elías  etl  lo  futuro :  que  vale  decir  i  en 
tiempo  inhavil.  '  - 

-''■  Y  hablendé'antM^dido^esítft  resoluqiotí  /^y  decjtara* 
¿ion  del^ey  /i:4aroiá5tá}que  la  Cátnara^siti  consulta  de 
su  i&ismá  real^dtfdnl)«or;pttdó  ;-4ii  detMó^contravMit  á 
ella  y  ni  aun  haber  dado  al  difunto  Obispo  Don  -Tedro 
Goñiá^z  y    m  á  lftti:»el  picrmiso  qbfe    tanlbicA  lc$ 

^-  Bien^^t ésrdí ^ítefítirwdád, fué^osá  dc^ mcn» Jn« 
conveniente,  /)h^9^iA^fobíte,:'l6'^|[)cd?o  d«  <ivic  sas^^l** 
ternativas  ¿staban  reintegradas  en  tiempo  opdrtono. 

Nadie  conoció  luego •/4:omc¿  la  misma  Cámara  (y 
aún  lo  vino  á  confesar  virtualmcntc)  que  no  debía  ha- 
Séil-d)aió^r^^^/n¡s€^qáifi^^^  ^con  el 

exemplo  VeeüV^idó^dé^a^s  i  «óUcítár '(í(i  Msmo^V  ^y^-^^^n 
fe*prbpia'Rtmtaeion  los  Obispas: '4tf:S4lamat);c:i  y  dé  Ba-» 
dá}óz{  cu yi^  antecesores  también '  Jvabiáh  obteríid^^l^ 

ambos.  Y  si  hubiera  habido  razón  ffíMi  éo^ctéét^ci^ pri¿ 
i^fo^y^ñc^nzf^^QAWhStícíP^^má^  'que 

eran  iguale*  ett-tbdfev'    '  •  ''   '^'    ?  *^'  "^ '  -     :':''•"  " 
í   ^!ptttt!aíiiasdi;qüei:ectóí6taAtó^       Obispo  de 
8bgov9áH  á«ííya  Diétesis  alt<á«r^li';|ci»  jnMmo»'  HidttltoS 
qUte<^iii|>r¿h9Mdtn^  i  lá  xicjAlviIi^xY^i^eiidd  «I  <á¿&>eq 
fédé^'  Idéntiéé  V'^h*  ebstsinW^iidvirrtó'  ya  fci  eámara* 
qüb  tí6  debiaf  coticeddtse  d  permiso  y  y  de  fado  no  le 

Lo  segundo ,  porque  de  parte  suya  coa  ^  «inevó» 
^tjÁs&Y^ññotíizéMe^mtK'i^^^^  siti 


perjuicio  de  la  corona  )  los  revocados  indultos  de  los 
Duques  y  que  habían  quedado  rescindidosi  abolidos »  de- 
rogados, y  debieron  cesar  desde  la  ratificación  del  Con- 
cordato,  al  tenor  de  el ,  y  según  la  declaración  del  K^ey^ 
que  queda  ya  re&rida,    . 

Y  por  mas  que  el  permiso  fuese  limitado  á  las  pre- 
sentaciones de  los  Duques ,  y  con  la  clausula  de  sin  per^ 
)uicio  del  Concordato  y  claro  está,  que  jalmas  pudo  de- 
xar  de  embeber.  easLelprlncipaUnconvenicnte  de  esta 
canonización  ,  del  qual  no  era  posible  prescindir  en  mo« 
fio  alguno. 

Verdad  es,  que  con  posterioridad  á  la  real  declara* 
don ,  tenia;  decretado  la  misma  Cámara  provisionalmen- 
te ,  .qui  por  abora ,  /  sin  perjuicio  usasen  los  Duques  de  sus 


(  Pero  tampoco  pudo ,  ni  debió  aquel  tribunal  provi* 
Rendar  esto  contra  la  resolución  del  Rey.  Por  lo  dema^ 
soar.no  obsijantc  indudables  dos  cosas  ,  que  resultan  de 

^te  acuerdo  interino»    '    -  ^    ^ 

i.^  Que  desde  su  data  ,  el  uso  y  exercicio  en  qoe 
prosiguieron  Iqs  Duques ,  recibió  sú  vigor  de  aquel  de« 
creto  proyisional.  ,    ,  ^ 

Omsjguientemente  las  succtsivas  presenuclones  de 
ellos ,  deben,  iconsiderarse  desde  aquella  hora  ,  como  si 
hubiesen  sido  excautzdÁsjwmine  regio  i  pues  el  continuar 
en  su  uso  y  exerckio  j  no  dependió  ya  tanto  de  los  in- 
dú:ltQs^po$tQlicos,.quanto  del  mencionado  deaeto^  sin 
fjiqualckctoccs,  qíte  ;los  Duques  no. habrían  podido 
usar ^nl eiBeicítaxisasi jprésemaciones»^  Ni  tampoco  se  les 
habría  pemnitida >  r . .  .     i«.. 

2.*  Que  aquella  cláusula  preserva  ti  va  de  por  zho^ 
ra ,  y  sin  perjuicio ,  denotó  bien  claramente  el  dere- 
cho ,  que  á  favor  de  la  Corona  advirtió,  y  tuvo  presente 
|a  Cámara. 

Jm.XU.  C  Es- 


l'^ 


1x8 

Esta  reñexion  por  si  sola  debió  hat>er  ildb 

te  t  para  que  ni  el  Obispo ,  ni  aquellos  á  quienes  corres* 

pondc  I   esciibiesen   fixáodose.  un  contrario  supuesto 

ai^soluta 

£1  Obispo  sin  embargo  del  dilema  con  que  pone 
fin  á  su  papel^y  no  dexó  de  proveer  esta  dificultad ,  pues 
dice: 

9)0  ppr  el  Concordato  han  de  cesác  los  indultos  con«^ 
f>cedIdosá  los  Duques,  óno»  3ilo  primero  ^  se  acaba 
?>toda esta  disputju**     .  ,-  '  -  -  ^ 

Esto  es  así  s  pero  lo  mejor  habría  sido  no  haberla  co-^ 
menzado  ni  procurado  sostener, 

Pues  aunque  (  por  posible  ó.  imposible  )  pudiese» 
subsistir  los  indultos ,  todavía  np  podi^ia  subsistir  Ijn  aV» 
ternativa  de  ninguna  manera.  No  porque  los  Duqacs 
tuviesen  derecho  alguno  diredq  para  embarazarla  í'Sino 
porque  ni  la  Dataria  tiene  facultades  para  acosdariá^ 
íii'cl  Obispo  poedc' proveer»  mas  que  eo  sus  quátro  *me-« 
ses  ordinarios  solamente,  ni  el  Concordato  'skifre ^tei>« 
nativas;  *^ .  *         ':  '    '  '-*  <     •  ■•  í'     •  •  ••  --  ^*     '-i 

^  Lo.  tercero  en  fin  »  porque  cop  el  propio  perbtsqr 
se  dio  ocasión  á  que  la  Dataria ,  sin  embargo  de  tc^ 
Coneter'claramemef.lá  faka'deisusr&ouhade^j  y*4é  ha- 
ber negadoscí dttsde iuegOf  ise.iesoWiese  despuesiiábotítt^d 
Venir  al  Concordato;^  r^istrando>uiiaakeriiiatí«avqué 
sin  un  tal  permiso  (  que  admiró >  mucho.)/  ^mas  habr(a 
registrado  y  y  que  con  todo,  eso :  ia  difícukd  ^ .  y  xctiáAóf 
hasta  jun  ^extremo  iooreiblé  ,'¿oofiq^qdi)(fte  buJsns(>fC| 
que  no^ü)ldia  yÁ  eaJbi'saniiiarSe4cé'atbúirio:migunq^pa^ 

ra  poder  celebrar  contratos  aUernativo$4.6n<lo^ptils^Í^ 
de Hspaqa;.    .  .; 


I  •  »• 


I 


*9 


s.    vii; 


No  ala  Dataria :  que  ni  pudo  ni  debió  convenir  ni 
registrar  nunca  semejante  alternativa^ 

.  Lo  prioQero:  porque  la  santaSede  por  medio  del  tra<¿ 
tado  dexó  extintas  y  excluidas  todas,  las  dudas  antes ,  y 
se  obligó  general ,  indeñoida  j  expresa  c  indistintamente 
á  OQ  concederlas  jamas  en  16  venidero;        .     . 

:  ':  >> Exclusas  las  alternativas  de  meses  en  las  colación 
9«nes  j  que  antecedentemente  se  daban  ^  y  que  no  se  con# 
«»cederán  jamas  en  adelante  y  dice  el  Concordato. 

.  Y  luego  la  constitución  Apostólica  quam  semper^ 
confirmatoria  del  tratado,  ckpcáid3.,m(aupi^oprio  por  el 
aalsmo  suüío  Pontífice  ^  moderador  de  el^  dice  así : 

xíExeluidas  enteramente  las  gracias  de  Conferir  alter- 
99  nativamente  en  iéis  meses  del  año ,  que  se  hablan  acos- 
99tumbrado  conceder  ^  y  qtxc  en  adelante  no  se  concede'* 
99f  án  en  manera  alguna.'^ 

Aquel  enteramente ,  y  este  en  manera  alguna  era  ne^ 
cesarlo  que  no  le  liubiese  perdido  de  vista ,  ni  la  Da* 
taria »  ni  la  Cámara ,  ni  el  Obispo. 

De  tal  modo  ^  que  el  Concordato  no  hace  distinción 
alguna  y  ni  .4exa  lugar,  á  interpretaciones  voluntarias 
entre  las  altetnatlvas  y  relativas  á  los.  derechos  del  Rey, 
ó  respeíHvas  al  jus  de  los  indultarlos  Apostólicos  :  y^ 
esto  se  entiende ,  aún  dado  caso  que  (como  no  quedó) 
hubiese  quedado'  alguno  que  :i)o  fue^  de  S.  M. ;  an* 
t(&b¡eh;diko  el.  Papa  quQ  las  excluía  enteramente  y  y 
que  jen  adelante  no  ias  concedería,  en  manera  dígu^ 
na  >  f!t  vbi  lex  non  distinguit  nec  nos  distinguere  de^ 
iemus^ 

JLo  segundo ;  poique  la  naturaleza  misma  del  Con^ 
cordato  B6f f sí  sola ^  sii  nroemib «su  causa  enciente*  vi 


ci«e 


sus  artículos ,  excluyen  absolutamente  respedo  de  Ro- 
ma ,  toda  alternativa  de  qualquiej:a  calidad  que  sea  ,  sin 
necesitar  de  expresión  alguna  >  á  excepción  de  las  que  la 
Dataria  quisiere  acordar  sobre  sas  cinqüenta  y  dos  Be* 
nefícios  reservadoS|.  que  no  serán  muchas.  Y  así  semejan-' 
te  expresión  no  se  puso  en  realidad  mas  que  entre  pa-s 
rentesis  para  nutyor  claridad.  ^ 

Lo  tercero:  porque  para  celebrar  contratos  alterna- 
tivos I  es  menester  que  resida  en  el  Papa  y  en  los  Obis« 
jx)  una  libre  disposición  de  conferir  en  los  meses  y  Be^^ 
nefícios  que  cede  su  Santidad  ,  y  da  de  lo  suyo  sin  per^ 
judicar  al  dereclio  de  tercero  alguno.  Y  si  nada  de  esto 
resfde  hoy  en  Roma,  ¿con  quien  ha  de  alternar  las  pro^ 
visiones  el  Obispo  ,  si  el  Papa  no  tiene  que  proveer? 
La  doGttinz  es  entre  otros  infinitos  del  gran  Apolo  de  la 
Dataria  Juan  Bautista  Rlganti. 

Vlterius  j  dice »  ad  ejffiólumgaudefuU  alternativa ,  ve^ 
rificari  debet  libertas  confcrendi  vam.^  in  Efisccpo  ^  quam  ifp 
Papa»  Qt4ta  Papa ,  concedcndo  akcrnativam  ^  largitur  de 
4U0  y  rwn  Mtim  fr^udicat  aliís^  ; ,  . ;    . 

•  ^  i  Teodoro  Amidenio,  y  el  Cardenal  de  Luca  (á  quie* 
nes  siguió  Riganti)  dan  ppr  razón ,  que  semejantes  c6n«» 
tratos:  alternativos  9  únicamente  puede/i  proceder  ínter 
dúo  iíeqae  dominas  ^  possessores  ejusdem  juris^  nam  si  PapA 
pibil possidct  j  non  babet  de  quo  disponere.Y  el  mismo  Pur-* 
purado  nos  asegura,  que  todos  losBenefíciallstaiescribeti» 
en  la  propia  suposición*  ^ 

Yo  quisiera  que  la  Datafria  nos  dixese  ahora,  qtt¿ 
Betieficios  son  los  que  posee ,  y  confíete  en  la  ^  Didcesis- 
de  Avila ,  para  poder  contratar  alternativ>as  con  el:OhiSY 
po.de  ella.   ..  '.  ¿  •  .  :     . 

Los  contenidos  en  los  indultos  de  los  Duques,  no  Id 
son  ,.ségun  se  ha  visto  en  generad  v  y  se  áconyencerá  en 
¡{articttlai.  Porque  aunque ^4tfitps/4eca,a  sin  -dudil  alguna 


Am. 


21^ 


dé  colación  Apostólica  ,  respedo  de  que  todo  ini- 
du liado  Iiiego  presenta  auíioritate  Papa  :  hoy  que  como 
se  ha  demostrado )  sí  prosiguen  presentando ,  es  solo  ih-' 
ferinamente  >  y  en  conseqüencia  del  mencionado  átr^ 
creto  provisional  de  la  Cámara  ,  déxaronyá  de  serlo,;' 
y  son  de  nomina  regia. 

'  Lo  quarco :  porque  no  siendo  las  alternativas  otra  co* 
sa  y  que  uñas  disposicloiies  o  pañíes  accesorias  de  la  réglá- 
líQvenfr'de  Cancillería,  no  pueden  tener  cavimiénto  sobre* 
fos  Beneficios  que  no  están  sujetos  á  ella  ,  como  sucede' 
hoy  á  todos  los  de  España ,  mediante  el  Patronato  acorr 
dado,  y  derecho  universal  de  la  corona. 

Lo  quinto:  porque  habiendo  rescindidose  ,  deroga^^ 
dose ,  abolidose  de  raíz ,  y  cesado  enteramente  respcdo 
de  Roma- todos  los  efcdos'^  yexerciciodc  la  reserva  de 
los  meses  de  las  afecciones  de  todas  especies,  reales ,  per-* 
sonales ,  simples,  dobles ,  generales,  especiales 5  y  de  las 
reglas  de  Cancillería,  que  es  de  donde  traxeron  su  oiigen' 
la6  attetnativas  9  claito  está-que  no  quedó  ya  á  la  Data-* 
riá  fundamento  ni  arbitrio  alguno  para  resucitarlas.         - 

ÍA>  sexto :  porque  elevadas  al  sumó  Pontífice  las  jus- 
tas, y  s^tias^que  xas  de  S.M.  contra  aquella  intolerable 
infracción  de  la  Dataria ,  esta  ni  hególóá  principios  éx*^ 
ptíesfoS<^(^fii  podía))  nflltffícitesponder'  sirio  qué  las '  pre-i 
tensiones  dé  los  Duques  erari  de  Patronato  laical  $  y  4ué^ 
como  en  el  Coi^cordató  se  habla  establecido  que  nada' 
se*innovaria  en  orden  á  ¿l,por  esto  mismo  habia  ella  creí- 
do poder  registrar  la  alternativa  conformé  á  la  preseá^i 
t3tek>tí,(yexc€pdoftdel! tratado,  mayóttneñtlé'  quando 
le  habían  |>pes¿ntado  et  permiso  de "^  la'  Cámara.  Peto  á^ 
este  absurdo  se  le  respondió  :  que  para  defender  un  de-^- 
satitia,  incktía  en  otro  mayor  ;  pues  sobre  haber  cesan 
do  in  radia  ei  |ítulo  apostólico  de  las  grescntadoAes,;^ 

quQ 


?4 

qued»io  iohabi'licádd  para  ^ar  akernatívás  en  la  forma 

antigua ,  mucho  mas  lo  estaba  para  introducir  $  y  regís* 
trar.otra  nueva  especie  de  ellas,  jamas,  visca  ol  reconoci- 
da'len  d  deoechocaóónico  ,  qual  habría, sido  la  del  Obis- 
po,' si  se  hubiese  procedido  al  tenor  del  permiso.  Pues 
auQ()ue.  el  Papa  puede  acordarlas  partíalitcr  i  no  hay 
praí^icadie  esco.  Y  como  para  Roma  haibian  c^esado  ya 
lo&iadukos.i  poiiabía  con vquien. alternar. n¿/^^r^¿i//f</'ici 

totaliter.  _.•;.. 

^. :  La  daosnla  tSfsifurpr.Mjudicio  rectmmmXjoñcardatorumf 
que/esija  única  ionova¿ion  que  se  advierte  en  las  letras 
de  registro,  y  con. la  que  pretende  la  Dataria  y  el  Obis- 
po haber  ciiaiplídoí|tcontem{^lado|r  preservado  los  derc- 
Ahos  jdel  Jioy  ^  ho  sirve  :de:  nada  absolutame  nre.  .  .  . 
•iii ijEiSi  protsfua  cootraciá  alia¿^  £1,  ado.  nEU6ma  de  re-; 
gistrarrla^alcernatíva^es  el  maiyor  deí  todos  los  perjuicios. 
£&  resumirse  iaX>;itaria  facultades  que  no  le  quiedaron* 
^s  citfitravteiry  qi^ebrantar  lo  estipulado. Y  es  finaJmea- 
€cIoiM:Qpl0yq»e$i  unaidiese  uiia±ttQc^da  Aortal  á  otra 

con  la  cláusula  de  no  ofenderle. 

o  :  X^ttoaivótpprqueDdoncha yendo  el  Concordato  con 
laxláttsttla£rri(an€ey  que  sirve  cQmo.de  uo  seiío  sacro- 
tamp,  que  ciercacy  asegura  [para  siempre,  toda^jasipfc.'^ 
p^tulas  diipofiiciones^ide.  el  ,<no  jptu^otla  ]DatacU  eontuvcff 

íjfiridS!í.^ti:caeroa  efewj iDconí^eoieatfi.  ^ :.. .  ,  k..  .  .* ') 
-c:j:ÍU  d  pe^rnUo  tte.iht Cámara ,  fuera  de  que  la  I^ta?; 
lia ,  según  se  ha  dicho  tfVd^so.aPrAglp  »elf  aÍDo  qw\pC^ 

cedió  (^únxx^  d\4  iaipás^pudo  iiacex  >•:  que.  «i^  z6í9.  jqte  de 
5U¿íi^twalewcei:*iicitQj;¿^¿¿xa«fl.'dé.s€rk>*ri;-,  ..  j;-»  :ry:j 
Lo  nono:  Porque  aquellos: dcoechos. -y,  Jrescrvacídií 
ijeívíspociates  jlqOt  íosiiliau  eftrla'íanWiSede  (qualesqme* 
rasque  íucFcn ,  rj^áJes , jaéluales^ »  habituales » ó  virtuales) 
sobre  los  Beneficios  de ifis.Duqucs  iñduUajrips^.esosviáiit 

0MS  ^litfbiua  tlva6st\úo^  9awii]^Qd»vffitcbá  la  itíi  co- 


'J  ÍO- 


loña  ,  en  vírtttil  Üeí  Patronato-  ácotaado,  y  d¿'  lá  'slib* 
rogación  universal',  gt^oaria  y  s^lut^V  ^^^  so,'  k  hisc^ 
aj)ostóUc4aacnt5R  '' 


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Ko  a!  Obispo  y  que  no  debió  aceptar  jamas  la  altet-l 
nativa  que  le  dieron.  Lo  primero:  porque  Icddas  has  ra^ 
zones  producidas  hasta  aquí  contra  ti  permiso  de  la  Ci4 
mará  I  y  contra  el  registro  de  la  Dataria ,  todas  ellas  in« 
fluyen  respetivamente  contra  su  aceptación  ,  y;  eraá 
muy  sobrantes  por  sí  solas.  .        ^ .  .  r 

Lo  segundo :' porque  en  el  Concordato  de^có  yáí 
dispuesto  el  sumo  Pontífice  expresainentei  que  los'  Obh«^ 
dos  y  y  demás  Coladores  inferiores  solo  deben  proveer^ 
los  Beneficios  que  vaquen  en  sus  quatro  m¿ses  ordinarios^ 
de  Marzo ,  Junio,  Septiembre  y  Diciembre.  ^ 

Y  en  la  constitución  Apostólica ,  cohíírmatóríá  de  ^lij 
dice  su  Beatitud :  f^eref^s  en  prlrtierlu^áií  /'y  estabki^ 
cemos  que  los  Arzobispo» ,  Obispos  y  Coladores  Inferió-^ 
res  deban  en  los  futuros  tiempos  tónfcriif  como  atítes :  es ' 
á  saber,  aqudlos  Beneficios  que  tienen  detócho"  át  cónfe^* 
rir ,  siempre  qué  acónteciétetilas^^  vacantes  en  los  qüatrd^ 
meses  de  Marzo ,  Junio,  Septiembre  y  Dideitlbre  i'ian] 
solamente.  «    '^  x  ..        .,  i 

Esta  taxativa  tan  solamente^  no  merecía  ei'ólvidaque ' 

padeció  el  Obispo  en  los  núníérbs  ti'  y  siguitntcsí  de  su 

Manifiesto.  De  tal  manera  restrrngióe&tósuSátíti<íad,qíié^^ 

aunque  se  halle  vacante  la 'Silla  Aj)ostóf?ca ,  rió  iscWo'ho  f 

quiso  que  los  Obispos  hubiesen  de  proveer  mzi  Behcfi-  ^ 

dos ,  ni  en  otros  meses  que  en'  los  quatro  seiíalados  ^  si«  i 

no  que  declaró  expresamente  el*  derecho  á  favor  de  la 

corona.  Ni  el  Rey  dio  su  permiso  para  mas.  .*      ^ 

Supueste  ^sto  ,-hay  des'  cosaiqu^  cdn$¡<í^««  ^t^^' 
I.  XIL  ^  D  me* 


..     c 


fncra :  qqe  no  siendo  yi  permitido  i  los  Obispos  confe* 
7^  ^t  vacante  en  otros  meses  que  en  sos  quatro  oxdl- 
siarios  I  y  alternándose  e  iñvirtlcndose  el  dececlio  de  es- 
tos por  medio  de  las  alternativas »  vendrían  con  ellas  á 
conferir  contra  la  taxativa  cltspostcton  Pontificia  ,  en  los 
meses  y  vacante  que  le  están  limitados. 

Segunda:  q^e  provehido  nomine  Pafa  qualquiera 
Obispo  que  goza. alternativa, porque  esta  no  quita  á  la 
feservacion  de  los  meses  (según  tiene  decidido  la  Rota, 
y  sostiene  Locerio,  Amidenio,  Rigantl ,  y  mil  otros 
Beneñcialistas)  I  no  liabiendo  quedado  ya  para  Roma 
sneses  reservados  ¿  ni  para  los  Obispos  Beneficios  que  pro- 
veer, en  £spaña  en.  nombre  del  Papa  ,  se  infiere  clara* 
spénte  j  que  así  como  no  hubo  proporción  para  que  la 
Dataria  pudiese  haber  registrado  la  alternativa,  del  mis- 
mo modo  falta  para  que  el  Obispo  pueda  hacer  uso  de 
ella^ 

La  tercero:  porque  aunque  es  verdad  que  mediante 
c^  peripiso.de  la  Cámara.  ^  pudo  tX  Obispo  recurrir  de 
buena  fe  á  solicitarla  conforme!  el,  loes  igualmeote 
que  la  que  aceptó  fue  otra  toda  contraria  á  la  que  se  le 
permitió,  con  que  ya  el  permiso  en  lugar  de  exonerarte 
le  acusa.  Y  á  la  verdad  sin  consultare  la  misma  Cámara, 
por  ningún  caso  debió  el  Obispo  a^dherir  al  exceso  de  la 
Dataria.  Y  esto  es  fo  que  basta  por  sí  solo  para  ia  reten-» 
cion  de  las  letras  de  registro. 

£8  posible  que  el  Obispo  conoció ,  que  sin  el  permi- 
so 4e  la  Cámara,  no  podia  solicitar  ni  gozar  alternativa^ 
y  que  después  no  adviniese,  que  dándosela  contraria  á 
e'l  y  no  pp^ia  aceptarla  ?  £n  subsuncia  el  Obispo  pidió  un 
permiso  para  obrar  contra  él, 

Aiin  dado  caso  que  hubiese  creído  de  buena  fe  ^  que 
de  su  alternativa  concedida  en  términos  gercrales  no  re- 
sultaba inconyeniente  alguno  eontia  el  Rey  ,  mediante 
.       *     ''  "^    '  el 


el  absqu0  prdjudUio  &€.  (que  ya  se  ha  dicho  Ip  que  vate) 
con  todo  eso  estaba  el  Obispo  eo  obligación  de  consultar 
el  didámen  ^  y  la  voluntad  de  aquel  sujpremo  Tribu-^ 
aaí  á  quiea  cotresj^nd&l'^é^IéKStoekí  'f4écbtíkciútí^,   y 

oada  de  e^tb  pca¿ticó  él^bi^j^V  ^^^^^  ^^^^  slnembár* 
go»  que  el  exáffieü  de  todas  estas  mátalas  es  privativo  de 
la  Cámara* - 

,I;o  qúartoip^que  ñ&^tbf&  ^ttas'^enctifrir  á  lé 
anticipación  de  datas,  que  á  soltéiilttd^itt  U'Dáiatía  ftáu 
boen^d  testinoonia  de  su^^egonda  ácéptaicióto ,  á^q^ 
después  de  tres  meses  puso  la  misma*  fecha  que  á  12 
ptimeca.' 

Lo  quinto:  porque esratido' pee venMo-  i  táÜÁs'ío^ 

Prelados  del  rey  no  :pdr-cártá  circular  deja  Gámári/qi)^ 

en  materias  bcnefitíaléijlé  Patronato  Eclesiástico  ^  se  di^ 

rija  toJa  pretensibn  tocante  á  Roma  ,  por  er canal,  det 

Agente  y  Procurador  general  deiRey,debi<^coiiípt!r  coof 

ella  y  y  no  extraviarse  de^aqúél  Coiidü^o$  eñ  C4iyo  easo  no 

habría  habido  nadadle  tonqué  sbexpérimenta  hdy^-  Ptfrií 

lo  que  executó  fué  contravenir  á  ti-  ór<fen  de  la  Cáma« 

ra  í'-y  dirigir  la  pretensión  por  tiíah'o  de  Dtíñ  Manuel 

de  lostíeros  ,  Auditor  de  Rota;  Y  e^té  es  ótrtt'  motivo 

suficiente  'para  la  retenékm  *,  aiin  j^tscindieivlo  de  las^« 

causas  principales  que^liáy  paia  elki  eoñforme  á  la  ley^ 

del  reyttQ.  •'    -  •       .     »'•* '-        '  ^  • 

Como  todas  estas  cosas  son  materias  de  hecho  no» 
torio  9  jamas  podrá  ^Ob&po- conseguir  el  fin  que  se 
propuso  en  su^  Manifiesto^ '  de  ^  «inttrar*  'sa  condu^  de«« 
lante"  ddKéyi  y  d*t  púbKcOi  y  mucho  «cuoi  el  de>  de 
mostrar  lo qitt  ioteiia^  ''    *         w.  : 


II 


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Apo^tóJücps  qucdftrpo^  ya.  6U)(  dufU  algvuvt  ^rf^^ipdUi»^ 
fiboU4p^ I  r«vo(a>doa |.4€cogadQ$ ^.y  dj^t^ieton c«sar  ente- 
famente  desde  la  latiñcacion  del  tratado,  pos^a  natura* 
j^a, miroia  de, ^l ^igot  sus  d^ppsV;Ioncft ¿ferales y^par- 
ti(,ul^tn$.f  Yjpoxqfuz,  ^i  B^ey  .fs^nznáq  á  consalta  de  U 
Pimarajo  d^^^p^ya  ^ji^claradoasrícá  i$  de  Septiembre  d^ 
[tS  scguri  se  hív^stp.  ;  , .  /, 

Á  decir  la  verdad,  queda  ya  tiA  demostrada^  esta  a  b* 
^hxQiani  y  Qfisacion  c^n(SOlft&  los  s$ip0eftctf  generales  del 
Bw*  Y:  J.tquc.n.9í5  ppyWe.píQslWÍr.pW.pji«c  de  iofi.in* 
t0resado$^j(azon j  pi  4.ii^cult;k4  9lgUB$;  q)ae  no  se  encuen- 
tre ya  satisfecha  ,  resppodida  y 'COfiTcncida  en  ellos  pre* 
Arflnrtvaoiente.  ^      ., 

0  c?9%<c^tQ.  fi^  nQC^^iia  ^«trp^^ios  &;k^  m^motiz  sin 
|)0cderlQ(. jagias de  vista. Y  dpbcad vertirse, qne. 90 hablo 
soiajo^ote  de  los  pxJ^vU$giq$.C9ACedidps.á  las  dos  Casas  de 
AlvayAlbucqtterque,sinounivecsalmente  de  todos  los  de 
igual  natUf  aleza  acordados  en  España  á  qualesquiera  par- 
ticulares ^?l^iá$t>c9&  ó  sc^ulaiies^Aies^n.  temporales  advi- 
twm^  ó  fuesen. peíp«iuP5  :-ftt«sen,gMjCÍosop.,  ó  toen  re-r 
muneratorios  s  y  sean  en  fin  de  la  especialidad  ,qiie  .quir 

1  Pero  sin  embargo  de.  sict  un  trabajo  inneces^Xió»  fara 
idiluoiilaiLfnftf  la.matexíft  en.  obsequio,  die  los  i|iti:ie»dpfi| 
quierfi.  aleg^r^y  <«4pftQe«  Sf^mm^uc  á  £^Vor  de  Iqs 
X)uques  y  demás  indultarlos  de  E^^ca ,  op  soj^  jUs.pfu:* 
tlculares  clausulas  favorables,  exói hitantes ,  fuertes  ,  es- 
peciales y  especialisimas  ,  que  contienen  sus  indultos  y 
privilegios ,  (  aunque  las  de  los  unos  son  menos  eficaces 
l^ue  las  de  los  otros  )  sino  también  las  que  pudieran  ha* 


Ser  contenido  ^  q;aantas  sea  capaz  ele  IHeat  lá  imagina- 
ción mas  fcrtii  y  mas  feUz ,  y  todas  las  que  entran  co  los 
despacios  de  la  posibilidad*  * 

Supongo  pues  lo  primero,  quefaeseq  codos  perpe- 
tuos con  data  en  blanco. 

2.^  Que  sean  remuneratorios ,  concedidos  no  solo 
gx  causa  onerosa  ^  intuitu  meritorum ,  sino  también  por 
haber  defendido  la  Religión  católica ,  y  servido  á  la  Igle^ 
sia  contra  infieles* 

t  ,  3.^  Q^e  iuesen  acordados  motu  proprh ,  cierra  /mi9i| 
tía  ^  ex  pUnitudine  potestatis. 

4*^  Que  este  declarado  en  cUos  deber  ser  tenidos  ctí 
todo  y  por  todos  sus  efcdos  por  verdaderos  Patronatos 
laicales ,  como  si  focsen  adquiridos  tiisálo  proprío  poc 
conquista,  6  por  real  y  e&^iva  construcción,  dota«* 
clon  &c.  ó  como  si  fuesen  concedidos  in  limine  funiMio-^ 
nis  j  6  antes  de  ella. 

S*^  Que  contengan  también  la  expresión  de  deber 
ser  considerados  coino  gracias  perpetuas  hechas  á  Prínci- 
pes Supremos  ^  ó  á  instancia  suya  9  y  la  de  que  tales  in** 
dulurios  sean  siempre  tenidos  como  Vicarios  perpetuo» 
dcj  Papa* 

6i^    Que  tengan  la  clausula  de  irrevocables  1  aun- 
que sean  á  instancia  de  Emperadores  ó  de  Reyes. 
:    7*^     Que  contengan  la  irritante ,  y  la  preservativar 
contra  las  reglas  de  Cancillería  faSas  ^  facundas. 

8.^  Que  se  hallen  fortificados  con  la  derogatoria  de 
las  derogatorias  ,  y  suplido  el  defedo  de  obrccion^ 
subreccion^  y  falta  de  intención,  &c;       ^   *  . 

9.  Que  lestcn  confirmados  en  forma  especifica  de 
vtrbo  ai  verbum  por  todos  los  Pontífices  sucesores. 

10.^     Que  tengan  á  su  favor  la  observancia  de  cen*-t 

tcnaria  9  y  posesión  inmemorial.  •  .  .  í    ^  uu 

^  Que 


3<>  _ 

. .    1 1.^  *  Que  se  hallen  en  fin  nombrados  y  (br  tificados  cott 

todas  las  cUusuIas  mas  especiales >  amplias  ^  extraordina- 
rias y  isxuberantes ,  que  hasta  hoy  ha.  sabido  ioveatar  et 
4ngcnío  humano ,  el.  iqteces.de  .la  Oaiacia,  la  sutileza  dq 
los  CurialeSi  la  experiencia  y  el  estudio  de  tantos  siglos. 

Bien  se  que  hasta  hoy  no  ha  concedido  la  santa 
Sede  indulto  alguno  que  contenga  unidamente  todas  es^ 
tiis  clausulas» 

Peto  no  obstante,  quiero  suponer . graciosamente 
^para  cortar  disputas  inútiles  ^^  que  todos  y  cada  uno 
de  los  privilegios  de  los  Duques ,  y  demás  indultarlos  dá 
iEspana  contengan  todo  esto  ^  y  mas  ,  si  cabe  mas.  . 

Tengo  también  presentes  las  dodrlnas  caaónicas, 
explicaciones  y  .dbtiodLones  9  interpretaciones^  declara* 
ciones  I  decisiones  y  opiniones  diversasque  hay  sobre  la 
fuerza  cf  inteligencia  que  debe  darse  á  cada  una  de  estas 
clausulas ,  en  que  se  halla  alguna  discordia  de  pareceres 
entre.  Iqí  repetentes  y  tra&atistas. 

Dci^as  de  .esto  quiero  suponer  igualmente ,  que  to^ 
do  indultarlo  alegue  también  en  t  iJ^  lugar  la  razoa 
aparente  (á  que  sati$6a.re  á  su  tiempo)  de  que  el  dere- 
cho de  sus  prescntacioaes  perpetuas  otaba  ya  como  ena- 
genado  absolutamente  de  la  sama  Sede  ^  quando  se  cele« 
bró  el  Concordato  $  y  que  consiguieotemente  no  pudo 
esta  disponer  de  ellas ,  ni  entenderse  comprehendidas 
en  el  tratado ,  porque  mmo  dat  quod  non  babel. 

Parece  pues  que  ios  indultarlos  no  exigirán  mas  de  mí 
buena  £é.  Con  la  misma  debían  sus  Abogados ,  el  Obis« 
po  y  el  su  yo  ,  la  Dataria  ,  y  el  Fiscal  de  la  Cámara  ha- 
berse hecho  cargo  de  las  razones  del  Rey  i  expuestas  ca 
los  supuestos  generales. 

I  Pero  de  que  servirán  todas  estas  clausulas?  De  oa-i 
da  absolutamente.^ 
.     *  Cotí^ 


3«^ 
jConyeftgo  co  que  todas  ellas  serán  muy  Inicnas  ^  y 

'de  alta  consideración  quando  se  trata  contra  el  Papa ,  ó 
contra  particulares  de  algunos  de  los  casos  que  quedan 
le&er  vados  en  el  supuesto  a.^,  que  son  de  los  que  ha« 
blan  todos  los  autores  canónicos  que  escribieron  sobre 
ellos, 

.  Pero  quando  se  discurre ,  como  al  presente  ^  en 
competencia  del  Rey  de  un  tratado  solemne  de  paz 
pública  entre  Principes  supremos ,  y  de  un  contrato 
oneroso  de  la  naturaleza  y  calidades  que  quedan  mencio^ 
nadas  en  los  supuestos  generales ,  celebrado  para  hacec. 
justicia  >  reintegrar  y  reivindicar  á  la  corona  en  sus  de«! 
lechos  perpetuos  (  que  es  de  loque  ño  tratan  los  mismos 
Canonistas)  I  semejantes  clausulas  no  tienen  lugar^^avi*^ 
oDiento  I  proporción  ni  aplicación  alguna.  Y  ningún  au-* 
tor  duda  de  que  por  medio  del  contrato  puede  la  sants 
Sede  derogarlas  todas ,  y  también  qualesquiera  indul- 
tos de  particulares, 

Y  así  es  necesario  convenir  de  plano ,  en  que  pa« 
ra  el  caso  adual  ni  tienen  subsistencia ,  ni  son  concreta^ 
bles  á  el. 

De  mas  de  esto  es  necesario  suponer  como  cosa  in« 
disputable!  que  semeprites  clausaias,  y  otras  quales* 
quiera  puestas  por  un  Papa  en  favor  de  particulares  ^  ni  ' 
ligan  ,  ni  pueden  ligar  á  sus  sucesores,  quando  inter- 
viene causa  justa  y  necesaria. 

La  razón  consiste  ,  en  que  cada  Sumo  Pontífice  re* 
cibe  inmediatamente  de  Dios  su  autoridad  Apostólica  /i- 
gandi  c!^  solvendi ,  igual  al  otro ,  sin  reconocer  superior 
en  la  tierra  :  porque  far  ¡n  parem  non  babet  imperium. 
La  misma  potestad  que  tuvo  el  uno  para  dar. y  atar,  tie« 
ne  el  otro  para  quitar  ,  desatar  y  derogar  con  causa  jus« 
ta«  Y  por  esto  solía  tambieri  decir  con  su  acostumbrado 

dona  y  re  el  mismo  Sr.  ficnedi¿lo  XIV. :  VaU  mas  un  Pa- 
pa 


5* 

pa  vhOf  que  todos  hs  muertos ,  ineluso  sm  Pe  jiro. 

Bien  puede  un  Pontífice  Romano  dexar  declarada 
sa  intención  á  sus  sucesores^  y  eso  es  lo  que  hace  en  sus 
disposiciones  perpetuas  %  pero  no  puede  imponerles  i  ni 
ligarles  con  leyes  sus  volunudes :  Princeps  legibus  solu^ 
tus  est. 

La  causa  que  tuvo  Benedifto  XIV.  para  estas  áé^ 
rogaciones,  fue  de  tal  naturaleza ,  que  una  de  dos  :  a 
hasta  hoy  {quod  absit  verbo)  no  ha  habido  en  la  santa; 
Sede  causa  justa  y  necesaria  para  revocar  indultos  per- 
petuos y  remuneratorios  de  particulares  h  ó  lo  fue  slrt 
duda  la  que  tuvo  su  Beatitud  m  obsequium  publka  poi^ 
tís  y  y  en  atención  á  los. derechos  y  títulos  de  propiedad[ 
que  acreditó  la  Real  corona* 

Demás  de  que  en  rigor  su  Beatitud  ni  dio  nada ,  ni 
quitó  nada  j  ni  necesitó  derogar  nada.  Acordó  con  vista 
y  conocimiento  de  causa ,  que  el .  Patronato  correspon- 
día á  la  Monarquía.  Este  acuerdo  declara  virtualqiente^ 
que  el  titulo  de  las  reservas  no  fue  legitimó.  Y  por  con--' 
seqííencia  necesaria ,  tampoco  lo  pudieron  ser  los  indul- 
tos que  provenían  de  ei.  Cesó  así  ex  necesítate  para  la 
santa  Sede  el  título  principal ,  y  cayó  consigUientemccv- 
te  el  accesorio  para  los  indultarlos  ex  natura  ssus. 

¿Que  importará  por  otra  parte ,  que  un  Papa  diga  :' 
esta  gtacia  ha  de  ser  perpetua  y  si  viene  después  su  su- 
cesor  I  y  encuentra  que  no  puede  serlo? 

.  ¿De  que  servirá  que  la  declare  remuneratoria  |  si  se 
halló  que  la  remuneración  estaba  hecha  á  costa  agena  ? 
I  Que  haremos  con  que  ponga  la  clausula  de  irrevo* 
cable ,  si  la  materia  por  su  naturaleza  sufrp  revocación» 
tiene  proporción  para  ella »  y  la  justicia  obliga  á  re* 
vocarla? 

¿Que  Importará  que  sé  díxeseí  que  los  Indultos  bar- 
bián de  considerarse  como  gracias  perpetuas  hechas  á 

res- 


J3 
cestas  cocona  Jas  {^eoino  tnixlos  ¿c  Sonqulstas  i  y  como 

verdaderos  Patronatos  de. Legos  por  fundación  &c«  si  ol 

•misiDoaéto  dd  decirlo  asíacrédita  que  realmentenolo  soq? 

Lo  qdt  esk^.injtar  de  .una.  cosa  no  jes  la  abisma 
/cosa^y  jen  oitpijy^.  están  de  acuerdo,  adtoifesyj  tribu- 
nales. La  naturakaa^  inocins¿ca  de  las  cosas. oo  se  iomuta 
•con  palabütas*        .  > 

¿Que  significará  una  observancia  centenada  ó  una 
posesión  inmomofial  contra  la  propiedad  dtt<  ana  IMonar* 
^quia  í  Bsce  tituloíe^  báenó  de  particulares  á  patticU|iacess 
f)cro  respedo  de  los  Soberanos  nó  val¿  nada.  Y'  por  esto 
ao  le  valió  ni  aún  á  la  misma  santa  Sede. 

.  ¿Que  importará  que  ios  induRafio^íoeíen  Yieariok 
perpetuos .  del  Paf^,  :Si  ceso  en  £l^Papa:ia:&ciiica^?  £n 
acabándose  la  jurisdicción  .'dciuxi.  Alcaide >  ¿.qué  bacen 
•sus  Tenientes  sino  arrimar  las  taras  jde  la  Tenencia*^ 
Concluido  el  tierecho  del  que  dá ,  se  concluya»  el  deré- 
chO'de  quien  fecÍÍ3e«.  ;:'  «,  . .     • 

I  Desque  aprovechara  que  i^ubi^seá  sido  concedidos 
á  instancia  de  Príncipes  supremos  ?  León  X.  ac-drdo  I6s 
flhyos  á  ios  natuxíaies  úe  Malta  perpecuamet^te;^  ru6« 
^os  del  Emperador'  Carlos  V. ,  y  la  regla  z  5  de  Can* 

ciilería  los  derbgddespucs.  >  ' >        ¡ 

V  I^jínismqj^igapropondoaalmetiie  de  todas  kisd^ 
mas  dinsulas.  .£1  fapa  X3  so^ctior.  alelíes  ^r- y  si  esto  no 
fuese  así ,'  ¿coma)  podría  .la  santa  ,Sede  haber  establecido 
la  regla   15  de  Cancillería? 

Do 'estosr  pvi^dpio^.  isoivnsaleft  únlcamemc  se  ei« 
céptúán'lofiT  tiatadro  púUicpSi  y  las  grádas  petfieilias 
-doiiceclidas  á  Priíncipe»  sopremb^^ .  ^  >  .     "  .   > :i     ^  '  ^:' 

Solas  estas'  son  súbs^tentes  ¿  irrevocables  ^  ínterfa 
perseveran  en  la  Religión  católica ,  y  gremio  de  nttcsria 
santa  it)ad re  Iglesia*^  ^        .... 

Y  sin;.¿mbar|jo^ide  es^  sostiene  Wamesi&^co^  mu* 


*r/)#w    vrr  v  ch 


n« 


5^4  ,        , 

chos  otrosyqiied'  Dapa  cohcausarjuBU  y  razonable  pac- 
ido-derogar  aun  los  Cqncordatoi^  celebrados  con  Prínci- 
\^€S.  Citad  hecho  Clenpento  VIII»  derogó  los  de  Germa- 
.ma:y:hastaique  Paulo. V.  révoeówde^ues  iesi;a deroga- 
-  don  j  Pío  'IVi.'  había  piaiíticado  I0;  pr o{)io  9 « hasta  qi\e  san 
iPio  V«  JD'ittnacdió^  Grúgorio  XilIiy^Papaidodísimo^  do- 
¿lacó  después  en  el  año  de  1 572  ,  se  sub  quacumque  ver^ 
ivrum/arma^reurifseríP  concardats  Ud$»i'^  hojle, 
•  \.    A1I0S  Duques,  de  Saboya  se  les  derogó  por  algoQ 
toompo  el  induko  de:  Nicolás  V.  >  Celebraron  después  su 
Concordato  con  Bénedido  Xlil. ,  y  sucedióle  luego  Cl^ 
mente  XIL  que  le  revocó,  y  declaró  por  de  njingun  valor, 
Msca^tüeBenediétaXIVvtle  man^ó  después  observar. 
.  i  Pac  lo  deixias>  entre  estas  claus^ulas  eioraordínams 
lodaiá.  diffi;eiidajConsi6te.^en^que  habiendo' de  revo« 
darlas  el  .Pajia  como  Legislador  Eclesiástico,  por  medio 
•de.algluu  disposición  generc^l  ó  panicular  suya  ^  es  ne» 
cesarlo ,  que  para  que  se  entiendan  . comprehofididas  y 
^dexiig^dds  a<|iaelias  >  haga  suBcaitud  espedñfaikíeQcion 
;dccUí&..  .\ 


.j     :  '  i  (í 


-.  Vfil^Q  «quando  se  derogaA '.  por  medio  de  un  tratado 
*puí^ko  de  pj^si^.ba^ta  qualquieta  expresión  general^ 

aunque  la  del  Concordato  es.  may.espf:cial  >  y  aunque 
.tM9<yia>  ló^  es  olasjla  de  la  cOnsi^tuqon,  Ápostólioa^Hin^ 

Sfifí^^^  &nla, :qual  ad  tutfm  e^ smúiiüi^  sA  den^óiea 
i&rjQ^jespeciéca  todo  quantopbdia  necesitar  de  este  re^ 

quisita  :. .■]..;:■  ^ ..  \  :    \'         \ 

-x!)  :;Y  súanwlá  de  9sto¿<sainecesatíó.,lqipaAdo;la.'natu- 
¿^safl^lsma:  del  tratado, /lyiidiPaisffllnataaoQtdadQ k  la 
corona  hacen  IncompatjMesxQDcelfiuaieáquieráindub* 
r^s  I  ^Patronatos  y -presentaciones  de  particulares  e:»  pr/- 
r^ilegjiq  Aposttlicp:  cum  comeditur  Aliqmdy  ¿mmm.cemtntur 
concessa ,  sine  qutbus  comes  so  uti  non  ptíest.  1  .  : 

•u  1  '£^tf4eíe^vr<nla$eguodii'parrede  la.réglá  42 


de  Ganclitária  esta  ¿IspatBta  y  aculM^Ao  y  a  ^  que- parirá 
que  no  se  entienda  derogado  el  PatoMMO^qualMquk^ 
ra:  13uqáes!viMMrqirds¿8'>q^^^cip^  sití^ihotítq  iikicho 
expresa  mención  de  eli^;cB  cicnes|ecjqiicíiseaii^isoboiaiiM^ 

'  t!  Dávnioda,  c|af  («iisá  /qiíe  se  Qiuieisds»;  derogadi^  ó) 
cotnprehendidoi  ekPáJcrbnoto  ^dc'pariioalaws  ^Uice)-  qutt/ 
no  es  ncoesMia  expcesa tiikacion;  ..  ^.  {  .  r  .*  «-  fo^ 
Ydd  hecho  4vianda^t  Concilio!  Tciden tino  dero¿d' 
los  Bacronacos  tx  prkfUe^ioJífoiaolk0%,n<yQx^^\xó  sitió. 
los  que  competían  á  los  Reyes  y  á  los  Principes  >  /iitfr4) 

^  .:  f  oc  todo  Jpo;qual  creó'£niieáiente  ^  qú^  todos  Ids  in>> 
dultos  temporales  y  perpetuos /toatedidós  en  Jíspaña  ir 
particulares  en  vigor  de  las  «strvas^  Aposróiipas  cy  re^- 
glas-'dc  CaáciliérUv'  qüecbroo  ,y-  .se;eátidAd^h/depóga^ 
dos ,  revocados  y  abolidos  entoramfioiq  eri)  bkriid«ideodb 
Concordato ,  -y  rc^ue  pasaron^ sus:]  tüíStog  áUa;A:eai>cbrO' 
na  jure  pleno  en  conseqüencia  del  Patronato :  MAvtíStáf 
cpMTi^rétendk:  >i  y  se  le  ^acordó  y  y  tu  fuerza-tambien  de 
la  ijüíop  Apostólica  c^  stttnogacioxic  absoluea  q[ue^  ma*:* 
yoüabdnidaáiibnOQLieiiiizo-las^nta  Sede  ^ra  a&adktift 

«-7  MiPaotiim  ab  ppedé/haliÍ8iF.chtda'afgtfiiá*i!n^e9CO^  ^akc 
que  n»  eoósta'  y  qnie  la^  mente  y[lk  iatencttrn^del/tcaicsBQk^ 
pímás  ñieDtraL  Para  ¡con  veticeríi^  ios  dcma5:^<;iii9d^via^ 
pudiese  enootitrar  algiutio  €ps^  no  ia  qaede -ya  €0»>to  €x^ 
'  púesoo^iíasia  aqfií^aiin -hay  mtl^otMs  «a2one^,:yipaffilffa*» 
bini^óq{ie4tttlxcfí)ioáMl¿  :pa€ae<ikuyotPiddteo9^pc>dr>lo¿ 
1  ,  El  in- 


interesados  I  y  faca  máypc  eocvcclcimieato  de  todos  ids 
escrijtQS  Afnd^wado&t. .   .    L   ^    .^  i 

Oi' Jük  pehndrQ  >  pqrqtitLes  disposidott  Utér^l  úcl  Cotír 
CMdato:^  pues: din  eitpdaicxhigatc   .. 

;>  ^va  sieiDpre  ia  résorvaideloscinqueiita  y  dos  be- 
neñcios ,  y  salvas  siempre  las  deciaradones  poco  antes 
QKfsáCá^^  f  setamifixda^al  fiíey  incffffgtuum:  el  derecho 
uiúversal  d^  oomlsEár  :ypr¿sentatdñdistli9tainemfi.á  todos 
los  beneñcios  ,  y  en  todas;; las  iglesias.con  toda: la  gene^ 
mtidad  cotí  que  sé  hallan  compréhcndidos  eti  los  meses 
Apostólicos,  y  casos  de  las  reservas  generales  y  espe-* 

Y  añade  en  segundo,  que  á  mayor  abundamiemo 

seiSubrogá  á  &  M.'eDd  derecho,  que  por  rázoo  de  las 

Besefvas  tenia  la  santa  Sede  de  conferir  los  beneficios,  o 

potsí",  ó;  por  medio  de  la  Dataria ,  Cancillería  Apostóli« 

ca^Huodo&ds;  España,  ilvAultafiossf  dándole eL dcre- 

<íbo:jiifliycrsai  da  presentar  á  ellos*       .     r  >  .    . 

-07  Cob  jqfae  de  ambos  pasages  se  concluyen  datatnente 
tires  occisas :  M  o 

t!)i¿*  r  Que  todo  lo  que  .na  se  ejcctptuó  ,  pasó  á  la  Real 
Mnii8it».fíuesrd¿ce¿  &a¡kíA  mmpsti  ^  resiVvé^íiS^e.  rfp'j^ax 
jiifnpbc  tas  id^tiarkcíónes  t^e^i  Se  aciierda: .  d:  derecho »:  unif 
versal  con  coda  la  generalidad  con  que  se  halla  rcoin^ 
pr^hendido  en  las  reservas  &c.  ex^eptio  format  regulam 
in  contr4r!um%  ".X  '  " 

Es  de  hecho  ,  que  todos  los  beneficios  que  presen- 
tdiál)  ,.(11035 oto ia$;'dosf;baáiS!dtff¿ (Alba .-y;  de  Adhoc^uer- 
qxie:fxsin4ttambiea  qúdiq^ieraijQtrols  jflvdultajños  tsmpo«^ 
fB¡íti*f'  pefipecuos I  estallan:  c^mprehendidos  enxUas  de 
uoa olisma  0ranera^.de  un  ^iropio  modo,  y  unidaméfate 
con  lojíLquf  .pravfiía  ftei:santa  $edicA.cop.que  se  ;s%uejde; 
dorcahocjiíl^.  jgft6rQtt;^odíts¿a£qrdi4oii  ccdklo&y  s^hnH 
-ni  r  ±  ga- 


38 
niisina  oración  y  contexto »  o  vale  todo ,  q  nada  vate. 

¿.Valia  aquello  cantea  la.  misma,  sañu  ^ede.)  y  se 
!ha'de\fiietcr  an  qüestioa  esta  i  <£íiv6r  de  los  indultarlos ! 
¿Puede  tener  el  Indultarlo  mas  privilegio  que  el  lodul* 
ctantc?. 

¿No  aptovechó  a  los  Siimos  Pontífices  ei  dtulo  ^  lá 
abfiecvaadaí  centenaria,  t  y  pósesum  :dc  las  reiecvas  xon-i- 
cea  lia  propiedad  del:  PatroQito^  urii versad  de  la  corona^ 
y  han  de  servir,  á  les  Indukari»  tuios  prlvUe^osApos? 
cólicos ,  quC'  no  ^ran  mas  que  efedos  ó  conseqüéncías 
de  aquel  (titulo  inválido  >  ivi  tenian  otro  origen ,  m  otro 

'  '.Si  conaisiSidn  lá  p¿rp¿cu¿dad'xl&'los  indultes.^  ¿quieo: 
no  Vf  i  qué  también  loí^  oficios  de  Datarlo  ^  Canciller  y 
Nuncio  lo  son  por  su  naturaleza ,  y  la  eran  ya  antós  de 
la  concesión  de  tales  privilegios  ? . 

Lo  a«P^'p^quie  copio  t|qanto\  presenta)  todo  ladiü^ 
taria  Apostólico  eh  razón  tio  tal ,  ( sea :  p^tpetuo .  d  sei 
temporal.) ^  se  etatiendé  presentado 2ni¿foríir#  ^nomine 
Pafs  y  representaiida. los  derechos  dclá' santa  Sede  ;es  lo 
propio  que  si  ella  misma  lo  estuviese  pttisentando  por^t? 
pueslo q^e  unahacQ  poc medio  deiotcóu,  se-sigpík  eo 
derecho  como  si  lo  executára  por  sí  propio  :.4)'oi!.lb.m2s-i 
OM  no  puede  dedtse  absahüe  ^  quejno  etá  el'  Papa  ^ien 
hiBicia. siempre  virtujílitcr  las  presentaciones  de  los  Iñdiü^ 

ta<ios..t ^     ' 

...  iií'dñ  fii&o>da:^ncarS«dareaisetDejftniHM  pdvUcgiotf 
^isp¿nsadP9  i  padfticulares  ie^o^.^.  ftfoteAdcyXiuCít^unCáf 
dLmasfque)el  uso  y.  ejcetcitío  aíélual  tgif.  nombre  suyo^ 
reservándose  siempre  virtual  y  habitualmente  el  dete« 
cho  principal.        i  ':.....' 

, ' . .  X  lasíi  ^4  qowfíL^ti,  4ecirs6  j^  ■  estáis  pteseotacto^rí 
oei  escabahcn  lo  subst^tieial  al»t)la«aikieiitSe'  pnagcna!'^ 
das:d¿la.sa4tt»SedQ?  ¿Ni  ^mo ipocQa.tetarfaáber;  tyta-; 


cy^. 


,39 
•genadó  legitimánicDCie   lo' qae  era  de  la  Real  Co*- 

xot^a? 

Sirva  esto  por  la  respuesta  prometida  en  el  5  y  9  á 
la  dabdecima  alegación  propuesta,  ¿iavor  4e  ios  lodul- 
tarios  perpetuos.  i   ,  i 

Coa  que  habiendo  cesada  pn  la  santa,  Sede  Uno  y 
otro  I  subrogadose  al  Rey  perpetuamente  en  tpdo  to 
contenido  en  las  reservas  Apostólicas  (  que  era  el  preten# 
dido  títtilo  de  propiedad.de  ella  y  de  elios^)  „  y  acordar 
doseleeUatronato  universal  de  sii  Real  corona  5  es  cosa 
clara  y  que  los  privilegios  tempoiálesy  como  los  perpe* 
tuos  I  vinieron  á  incidir  in  casfá  ¿  quo  indfcre  nonfof. 
tuerié 

Y  as^cesaron  por  la  naturaleza  ád  misipo  cootxattí^ 
aunque  no  sp.  hubiesen  mencionado  en .  asodo  alguno: 
D^cienPé  tausa  4^/kiuntffe0n/^  Y  cesando  lapñndpaL' 

Aboliéronse  para  Roma  todos  los  efe¿h>s  que.pro^ 
duda  jd  título  de:  las  seseryais.  Kaciaiiv  de  el  los  privile* 
^os  i  con  que  abolióse  también  txws€s:sU4Ui  el  usd  y 
ejercido  de  estos:  Rgsciutla  jure.dMntu  ^g»  .'  -. 

.  «  Lo  3..%  porque  debe  igualmente  observarse  con  pat<» 
ticutar  cuidado  > '  que  el  Sumo  Fontiñce  no  dixo.  que  ce* 
•di^  Ib. que  proveía  i.l?  sazonj..:sini)  io  que. sq  hallaba 
comptehendido  en  la  generMidad  \de:iai  restr^ai^  Y ,  asú 
ó  Ib  proyoyiese  nalUer ,  ó  no  lo.proy eyefse  má&  que\é j^^i- 
"v^i^^r ,  todo  lo  que  estaba  afcdo  á  ellas  ,  iodo  pasó  á 

*    _  ■  *  I 

.  r  Ltit  4.-^vporqa^  el  título  p^ncipal  die.  la  Mooajrquíit 

noesJa.ceiíoa.y.  subrogadon  del  Papsi.,  »dQsi^  Fatco^ 

nato  reconocido ,  acordado  y  declarado  de  justicia-  Y 

esu  es  la  xazon  patísima.:  ^ 

.  Lo  5.^,,  porque :1a  concesión  Apostólica  de  tajes  iqi-. 

dultos  ,iiecbara)n  .perjuicio  de  la  jsunoridadde  la  coro- 
na. 


J 


40  .  .       , 

na^  f .  en  victira  de  an  títalo:  tan  vloleoto,  :v¡cíq6d  en 
su  origen  ^  y  pretextado  en  todo  el  mundo  Católico^JjL- 
mis  pudo  legitimarse  traüu  temforís. 

.  Lo  6.^.  f  parque  esta  razón  induye  contra  l»s  indul» 
tos  perpetuos  y  remuneratorios  1  Igualmente  iqpxs.  am- 
tra  los  .temporales  y  graciosos  ^  ó  mas ,  si  es  necesario 
«ñas ,  porque  la  perpetuidad  de  aquellos  era  mas  perfu^ 
dicial  que  la  temporalidad  de  estos* 

.  Lo  7,^9  porque  aunque  está  muy  claro  el  Concor- 
dato,, según  se  ha  visto,  aún  todavía  lo  está  mas  la 
Constitucian  Ai>qstólica ,  que  en  confirmación  ,de  ciex* 
pidió  su  Beatitud  matupropb ,  diciendo : 

Que  se  habia  dado  al  Rey  perpetuamente  todo  el 
4eRdio  de  prbveiet,  que  en  virtud ide  las.  reservas  Apos- 
tolicéis exercia  lasanáiSede  por  sí.misma  ipoc  medio  de 
lá  Dataria  y  Gancillcrík  Apostólica ;  ó  por  sus  Nuncios^ 
ó  por  otros  qualesquiera  autorizados  con  facultad  para 
ello  ,  por  indultos  Apostólicos. 

De,  moda  (prosigue/el  Papa  explicando  )  ^  que  el  re* 
i^rido  ReyJF ernando  9  y. los  Reyes  Católicos  sus  aiice« 
sores  puedan  usar  libremente,  y  exercer  en.  todo'y.por 
tftdo  el  derecho  universal  concedido  á  ellos  de  nombrar 
y- presentar  á  todos  y  á  cada  uno  de  los^  referidos  Bcne^ 
fieios  ekistentes  en  ios  rey  nos  y  pro  vincias ,  de  las£spa^ 
ñas,  iegttñ^las  referUai  decJaraciones. 

Yo  duda,  que  pueda  liaber  en  el  mundo  ttoo^  ley 
mas  clara  qfue  esu« 

En  primer  lugar  aquella  clausula  :  Ó  por  Uros  ip$á^ 
ktfui^a  a^oritsdos  ^on  fycukad<s  p^rií'eüp  por  iniultos 
Apostólicos.  Ea  tratados  públicos. nose exceptúa iningun 
genero  de  personas ,  ni  4le  Indultos.    :  ,  i    '    i 

Así  entendió  la  Francia  el  Concordato  que  Francis» 
có  I.'^  celebró  con  León  X."^  enjugar  de  la  antigua  Prag* 
mat¡ca«Sancion :  así  comprehéndió  Ips  suyos  la .  nación 
,  ..  Gcr- 


41 
«Get mahica  <^  f  hs'ciadades  sujetas  at  Imperio  Romano, 

.que  coocurrieiron  i  cUos»  Y  así  tambiea  entendió  Foio« 

nía  los  suyos.  .        > 

'     Aún  glosando  Rigahti  la  regla  x  5  de  Cancillería 

•(que i  la  verdad  no  es  un  tratado  público  de  pazí),  ex< 

pone  4:ambien  asila  palabra  de  ella  quibusofmque.  Cochioc 

-y  Pitonio  con  otros  infinitosi  también  precedieron,  á  BJr 

ganti  en  esta  opinión. 

Feto  lo  mas  es .,  que  consultado  en  el  casa^ro  verí^ 
tate  el  doGto  Fagnano  por  la  misma  santa  Sedegobcr- 
«lada  entonces  por  Alexandro  VIIL^ ,  fue  de  la  misma 
dpiníon  ^  ¿  del  propio  diftámen. 

En  sí.^  lugar  aquella  otra  :  pueda  §1  Rey  usar  übre^ 
mente ,  y  exercer  en  todo  y  por  todo  el  derecho  universal 
com^JUdo  de  presentar  a  todos ^y  d  cada  uno  de  los  Benefi^ 
dos  (  que  fueron  quantos  hoy  reconoce  el  derecho  canó^ 
-nico  )  existentes  en  los  reynos  y  y  provnscias  de  las  Españas^ 
según  las  referidas  declaraciones ,  excluye  todo  quanto  no 
€e  lea  .en  ellas.  . 

Conque  no  habiendo  en  el  Concordato  alguna  que 
-preserve  y  cbnserve'á  los  indultarlos  perpetuos  su  con- 
tinuación, es  evidente  que  la  misma  excepción  de  las  co- 
isas excluye  á  ellos :  exceptiofirmkt  ^c^ 

Ni  como  podria  S»  M«  usar  libremente  f  y  exercer  en 
todo  y  por  todo  el  derecho  smiversdl  concedido  de  prt^ 
tentar  í  todos ,  y  a  cada  uno  de  los  Beneficios  de  las  Espaáas^ 
A  subsistiesen  los  indultos  ?  ¿  Ni  quándo  dio  el  Rey  su 
'Consentimiento  para  la  subsistencia? 
<  La  carencia  de  mención  especifica  en  el  tratado 
vpof  nombns ,,  apellidos  y  privilegios ,  á  quien  hace 
falta  es  á  lo$  uidulfários  ,  no  al  Rty  ni  á  la  cord- 
Aa,  quQ  con  el. sólo  prueba  su  intención  de  derecho 
sobretodo. 

•  « 

Tan'leicór  está  ácsu  fayorable  á  los  Duques  la  pét- 


4^ 

pctuldád  de  sus  indultos,  que  áaiesiblen  le$  daña  ini$, 

si  se  consideran  atentamente,  las  siguientes,  declaraciones 

del  Concordato. 

Perpetuos  eran  también  los  quatro  meses  ordina- 
rios de  los  Obispos :  perpetuo  el  Patronato  laical  de  par- 
ticulares :  perpetua  la  libre  coladon  Apostólica  de  los 
cinqüenta  y  dos  Beneficios  menores  señalados  5  y  per- 
petuos en  fin  eran  los  indultos  Pontificios ,  concedi- 
dos á  los  Cabildos  para  presentar  las  Prebendas  de 
<ificio« 

Y  sin  embargo  fue  necesario  excepcionar  todo  esto 
específicamente  ,  para  que  no  se  entendiese  comprehen- 
dido  en  la  generalidad  dd  Patronato,  y  derecho  univer- 
sal ,  acordado  á  la  corona.  Y  también  fue  menester  que 
«1  Rey  prestase  para  ello  su  expreso  consentimiento,  i 
reserva  de  d  Patronato  laical. 

Perpetua  era  también  la  reservación  hecha  in  corpo- 
r4  juruy  de  las  primeras  dignidades  ^9 j^  PontificaUm^  pe* 
ro  como  no  se  exceptuaron,  ni  el  Rey  consintió,  pasaroo 
á  }a  real  corona. 

Los  indultarlos  particulares  tenían  mucha  mayor  ne« 
*cesidad  de  esta  excepción,  y  real  consentimiento  para  po- 
der continuar  $  ni  sus  indultos  eran  mas  perpetuos  y  ni 
mas  eficaces  que  los  de  los  Cabildas ,  Catedrales  y  Cole- 
giatas ;  Quod  speci^$ir  providendum  nUi  ita  fíat  y  ctf^Mar 
ju¡gle£ium. 

Lo  8.^  porque  sean  remuneratorios ,  ó  sean  quanto 
quisieren ,  ju^r  quasitam  legítimo  en  perjuicio  de  la  rcit 
.corona  ( que  es  siempre  menor  de  edad)s  no  teniendo 
x>cra  proveniencia  que  la  de  las  reservas,  titula  vicioso 
-i»  radke  ,  protestado  :en  tiempo  hábil ,  y  abolido  hoy. 
respeto  de  Roma ,  pues  dice  la  constitución  Apostólica,, 
cesando  Jas  reservas  y  afecciones  Apostólicas^  queda  ya  tan*- 
•bien  demostrado  ,  que  no  .pudieron  adquirirle  los  indul^ 

•ra. 


tarios  perpetuos ,  quAtido  no  le  adquiño  ni  la  misma 
-  saota  Sede. 

Lo  9^  porque  permitiendo  de  gracia  por  un  corto 
instanteyqae  le  hubiesen  adquirido,  ¿de  que  les  aprove- 
•charla? De  nada  seguramente >  pues  con  este  cuidado,  y; 
por  via  de  supererogación  se  derogó  en  el  tratado  ex- 
presamente la  regla  de  jurt  quasito  mn  tullendo ,  en  for- 
ma especifica ,  (^  ceUris  contrariis  qmbuscumque. 

Lo  lo.^  porque  habiendo  cesado  A^faSlo  ^  de  juré 

los  indultos  temporales,  no  se  descubre  razón  alguna 

sólida  para  que  no  cesasen  también  los  perpetuos,  que 

son  mas  perjudiciales :  el  Papa  no  distinguió  unos  de 

otros. 

,  Y  i  la  verdad  no  es  muy  fácil  comprehender  como 
^ra  esta  perpetuidad.  Ellos  eran  hijos  de  las  reglas  de 
Cancillería^  y  estas  jamas  fueron  sino  temporales,  du- 
rante la  vida  del  Papa  que  las  publicaba.  Cesan  á  1% 
jnuertrde  cada  sumo  Pontífice  ,  y  en  la  exaltación  al 
trono  de  cada  sucesor,  la  primera  diligencia  que  se  prac** 
tica,  es  resucitarlas  Y  publicarlas.  Hasta  el  Pontificado  de 
Paulo  III.^  ni  aún  eran  de  unas  mismas :  un  Papa  las  au- 
mentaba ,  y  otro  las.  dismiottia  :  este  anadia  vigor  á  sus 
cláusulas ,  y  otros  se  laftJimTtafoan.. 

Xo.i  I «^  porque  la  distinción  que  entre  los  indul- 
tos i  per|^tuos[  y  temporales  producen  varios  Cano-r 
nistas  (fíiera  de  que seguaseha  demostrado,  no  és adap- 
table á  nuestro  caso)  considerada  en  qüestion  ,  tiene  mas 
de  va^bsúoisL  que  de  sólida«  Porque  sefan  los  privilegios 
de  presentar  ad  vitam^  6  sean  mperpetaum ,.  lo  cieno  es, 
que  mientras  dura  cada  uno,sdn  respedivamente  iguales 
sus  efedos ,  iguales  su<  ¿urultades  ,  igual  el  exercició, 
<igttai  el  uso ,  e  igual  el  valor  y  fuerza  que  recibea  de  la 

coucesioa  A|K>8tó^it8. 

f  2  Lo 


Lo  vitalicio  b  perpetuo  de  ellos  es  en  sama  acciden- 
tal,  y  es  un  efedo  d  parte  post.  Si  los  privilegios  de  par* 
licuiares'  in  perpetuum  se  hubiesen  de  considerar  xomo 
enagenaciones  perpetuas  de  la  santa  Sede,  los  temporales 
á  puritate  ratíonis ,  deberian  mirarse  como  enagenaciones 
üd  vüam  pQsidentis. 

^  £1  indultarlo  vitalicio  mientras  que  no  muere ,  para 
el  efcdo  es  perpetuo ,  y  es  eterno ,  porque  hasta  tanto- 
nada  se  devuelve  á  la  santa  Sede ;  y  quando  liega  á  faltar 
el  perpetuo ,  y  sus  herederos  i  la  devolución  es  la  misma* 
La  diferencia  toda  consiste  en  que  según  el  orden  re- 
gular de  las  cosas ,  debe  £altar  aquel  antes  que  este ,  quod 
nibÜ  ponit  in  esse. 

Con  que  una  de  dos :  6  después  de  concedidos ,  y 
espedidos  por  la  santa  Sede  unos. y. otros  privilegios,. r&* 
side  todavía  en  ella  alguna  autoridad  pata  poder  revoi- 
03p:los  con  causa,  ó  no. 

t  Si  no  reside  ( quod  verbo  absit )  ni  los  temporales  ni 
k»  perpetuos  deben  entenderse  abolidos  por  el  Con# 
eúrdata  .  . 

*  Ys\icAác{^mddMt4tíi'inon^pf¡tisí)  la.  oiisma  facuU 
tad , 'la.misma  causa  eficiente,  la  propia  causa  final ,  la 
misma  voluntad  ,  y  la  propia  causa  justa  y ,  neaesarla 
tuvo  su  Beatitud  para  cargar  unos  que  otros  ^  :en  ^óbse* 
quio  de  la  paz  pública,  en  atencioaá  su  raíz  viciosa  ,y 
en  consideración  á  los  titulostiepropiedadque  produxo 
la  leal  corona*     •  .     -   -     :-    .  í 

^  ;  £niiii  juiciO)'sthtsubsistencia>dcaigttnoslndnltoapor 
dia  questionarse  con  algosa  aparienciáde razón,  era  uní* 
camente  la  de  los  temporales  acor  dados  áCardesialéss  por- 
que está  declarado  por.  la  santa  Sede  varias  veces ,  y  aiía 
ha  pasado  ya  /nr^^jii^/Mf^/to^  que  paca  entenderse  com« 
prehendidos  los  Purpurados  en  las4i$posiclioDeSt  dero# 
í  i  '  .  ga- 


4? 
gadoneá,  y' ireTCicaciohés  Apostólicas  -^  mdigent  spfjsiaü 

mentione  sub  nomine  talium*  ^ 

Pero  sin  embacgo  .de  ¿Ua  cesaron  tambleiy  esto»  sia 
disputas  I  por  el  principio  de  que  la  excepción  firma  lOr 
gla  en  contrario  s  .porque  las  disposiciones  generales  de 
un  tratado  solemne  son  de  derecho  público  ,  y  muy  di- 
ferentes de  Jas  particulares  que  hacen  ^os  Papas  por  sí 
solos  como  legisladores  supreium  $  porque  las  palabras 
de  lin  contrato  .oneroso,  entre  Principes  9.  se  entiende^ 
plenamentecomo  suenaín >  4)orqtíe:tQdoj>riyilegio<ainr 
compatible  con  el  Patronato  acordado  ,  y  declarado 
á  favor  de  la  rororia  $  y  fioaimente ,  porque  el  Rey 
Jernando  lo  declaró  asi  á  consulta  de  la  Cámara.  :  i 
Por  lo  qual  este  punto  está  tan  distante^  át  iadixülir 
duda,  alguna^. que  ni  aún  ei: permitido  difieuliax  dft  o 
sin  ofender  mucho^á  la  resolución  y  declaración  de  &.M«^ 
y  por  otra  parte  es  tan  claro  por  sí^  quje  no  puede  Qtis$ 
sin  compasión]  el:  -qüCf.hayaihaJbiáo  fio  £spa&ii  algunos 
ique:;dodaien  ¿k'cü '  w.  •  '  :.  .  .  .:.:'; 
.  lia  misma  iortana  qué  mvicron  los  irnTultofit^piH 
cales  ^  hubieran  corrido  'sin  duda;  ios  perpetuos  ^  si  no 
hubiese  sido  el  pravisioiial  depreüo  de  laCamara.(queder 
tío  C8cnsarsr)xle  c^mMnntisú^npor/ibt^ram  el ésorMpxpffr 
Jiiiiia'  dát  Cancardatú^Y  ¡si  pofs^uió  jcl;  señor  { Itl&iit«:£>e« 
Lttis^^  Caxdeoalentdricesiv  'esto  jíoí  iueitSUiiO,  jioa^/M  #^^/«^ 
en  virtud  de  gracia  espocialdel  Sdty  su.hei{inam);|pruebf 
evidente  de  la  cesación  arque  de  oua  mandca  habi^Q^fir 
dado:su}ete  ^ romo  iDcstás  hoy  clotiáiL^QAGxokSm^ 
Arzobispo  de  Toledo ,  y  de  Sevilla.  /,  » :^  ,  ^  h 

-"  -Lo  a2L,?4M}iique  habiendo  cesado  de^ii^o  ycdi  de- 
recho, ios  fni^mos  indultos  perpetuos  á.heDeñcio  del 
Papa^  que. siii'^cpnsiderac^tt)  .á.  élk>s  r^fyp  •  y  provee 

privativamente  sus  dnqüenta    y  dos  piezas  mtWttSf 

si- 


4< 

«ituadas  varias,  de  ellas  en  lás'Dtócesís  de  tales  fndahos: 

¿con  que  equidad ,  ni  con  que  igualdad  de  razón  y  de 
derecho  podiia  sostcnere  que  á  favor  dd*reyno  cesaron 
sitDilmente  ?  •  .      .. . 

£1  contrato  en  su  respeto  faeiguat  y  reciproco  para 
ainbas  partes.  Aún  cesó  en  parte  por  este  motivo  contra 
él  Rey  mismo  ,  y  beneficio  de  la  santa  Sede  el  Fatro* 
nato  antiguo  de  la  Qorona  ;  y  su  real  derecho  de  resulta, 
^*nahabia  dejiaber  cesado  á  favor  de S.  M.el  privilegio 
lie  los  indultárips  particulares  de  qualquiera.  naturaile'' 
za  que  fuese?  : 

<  A  esto  se  llegan  las  razones  de  inconveniente  que 
hay  y  había  contra  las  presentaciones  de  los  indultarlos^ 
X{iít  por  io  común  no  son  las  mejcítes  del  mundo*  Y  en 
el  rdiglosísimo  ánimo^del  Rey  y  apostólico  zelodel  Fá* 
pa  anadia  mucho  peso  esta  consideración  I  para  no  diíi« 
culta c  en  que  cesasea 

c  t  :i^o  13.^  porque  tales  presentaciones  icroga^ian . res* 
p¿¿livamente  á  la  corona  el  mismo  perjuicio .  que.  tas 
{At^Vislones  Pontificias  V  mediaiiie  que  coccespondian  á 
ella  de  jure  ,  y,  unas  y  otras  ie  oca^onaban  el  propio 
despojo.  Si  los  indultos  Apostólicos  eran  £x  cauía  iíne^ 
i^ia  I  no  hicieconv  bien  los  primeros  ep  dexarse  remurncr 
tar  dolos  Papas  con-  doñ6$> ^quando  aún  00  habia  laJBiilk 
de  #^nii¡^«¿iiiiiifi;^  Mejor  habria  sido  que  hiúáeseo  sa^ 
cado  alguno  «de  aquellos  feudos  y  que  ppr  derecho  do 
tev:ersión  venian  cada  dia  £U  santa  Sede^t  y  hoy  pueden 
lEbpecIr-^itfatra  Roma  lo  qoA  Icsjconvenga  si  se  creen  con 
derecho.  -  ^  -  '         ./.  ... 

-.:.  iio  14.*  porque '^cn  los*  reatados  piíbtícos.bs  dero- 
gaciones generales  tienen  1^  misma  fuerza  ^  y  surten  ei 
propio  efe&o ,  que  en  las  disposíciones^iriVadas  las  es< 

En 


"47 
£n' tstasaón  neccsaiios  todos  to^ ' ^iccs qná .requie- 
re el  derecho  canónico  :  en  aquellos  no  es  Qiepfstec  mas 
que  la  mención,  in  genere.  Porque  cada.  artjcAilo  ^  jcada 
cláusula  ,  y  cada  jpalabra.  vale  lo  mtemQqtte?$i2$^Qa;>9/^* 

hagemraliter p'fJata^gewralint.niVtiAttlHgcnM^       «  .t 
Lo  25.^  porqué  se  ded^^axon  irritas  9  .y  de  ningún 

valor  ni  efeÁo  todas  las  provisiones  /  ó  protentaclonfs 

que  en  quaiqulera.tíctnpory  forma  se  bícjeiref)  contra  lo 

dispuesto  en  el  tratado  i  <|iie  quiere  decir ,  citntra  ^i  Fa* 

tronato  1  y  derecho  universal  «cordado  á  la^zo^on^»      ( 

^  La  1 6.^  porque  ademas  de  las  derogaciones  geners^* 

les  y  especiales  del  Concordato,  en  la  constitución  Apos« 

tólica  qüamsempery  á  a)ay9j:  abundamiento  se  derpgp 

expresamente ,  y  se  suplieron  en  forma  especiñca  quantos 

.requisitos  previene  el  derecha  1  según  pu^  .verse  pnel 

§  de  ella  y  que  comienza  Decretando  j  y  que  por  ser  muy 

largo  no  se  transcribe,  ^quú 

Para  venir  finaümen^e  M4  kge  penpe&a  ep  plenísí- 
IBO  conocimiento  de  todo  lo  expu4:sto ,  no.  es  necesario 
itias  que.Coinltiendoia  dilatada. y  AOt<M:ia  historia 'de  los 
graves  antecedentes)  formar  spíq  tina.idfjii  >HSta  délo 
•quto.¿s el  Concordato^  y  de  lo, que  fue  l^in^gocigclon 
decU 

Preretidia  eLRey ,  que  el^  patronato  uniyprsal  d^ 

*£$papa ^GQrre$pondia  á$u  real  cproM  jiirV ¿qigiqwtf/i 4^ 

iíatw'atíf  fundáiidose . Cí)  sus  títulos  de  conq/i^is^^.,  cbnsr 

trucciotí  t  fundación  1  dotación ,  y  ^liberaciones  Aposr 

^tólicas  (que  son  tpdp^^^uapto»  reconoce  el  derecho)!  A 

que  se  anadia  estar^^yj^.concyida  Stolemnejmente  esta  per* 

tenencia  y.,  mjayotía  déla  Mpfift^qu^a,^;^^a4^  de 

Üoa 


Dan  Alonso  el  S^faSo ,  publicacU  mas  de  cIdco  siglos  ha: 
demostrada  por  los  pclncipalcs  jurisconsaltos  naciona* 

*  les :  cortoborada  por  los  primeros  Teólogos  de  España; 
^jy-  €Ojiif)robada  en  ñu  poc  los  testimonios  hisipsicosde  los 

mas  grá ves  cronistas  del  reyoOi  ^  ^ 

Oponíase  «la  ^anta  Ssde  ^  apoyada  en  el  tíralo  de  las 
reservas  Apostólicas,  en  su  posesión^  y  en  sa  antigua  ob- 
servancia. Y  defendía  la  libertad  canónica  de  ios  Benefi- 
cios,  y  el  derecfho  ot4ina(io  d:e  los  Obispos,  y  Colada* 
res  ififériores^  en  sus  qtiatcó  mfoses }  alegando  también  los 

*  efedos  de  la  prescripción. 

.  Roma  procuraba  encontrar  deíe&os  i  los  títulos  de 
ia  corona.  £1  R.ey  al  contrario  los  sostenía,  yañadia:quc 
el  de  las  reservas  Apostólicas  I  como  introducido  de  un 
modo  violento,  estaba  protestado  desde  su  nacimiento  en 
todo  el  orbe  Católico  /y  en  España  mas  que  en  ningu- 
na parte,  hasta  que  envuelta^  l\  nación  y  sus  soberanos 
en  crueles  guerras  de  Religión  y  de  Monarquía ,  fue 
preciso  que  empleasen  eri  ¿¿to  tcldos  sus  cuidados  ,  pos* 
poniendo  la  parte  por  el  todo  hasta  mejor  ocasión  :  Et  in 
argumentum  trabi  non  fosiunt  i  qus  froptet  nitéitiatem 
aUquamh  sunt  tolerata.  .  ^  ).  . 

^  '    Qué  la  Inglaterra  (católica i iá4azon)7amaS'lesdló 
Cintrada  en  sus  dominios.     >         i  ;  . 

'"^  -Que  una  posesión  y  una  observancfai  que  se  deriva- 
ba de  un  principio  vicioso  in  radue ,  litigioso ,  protesta- 
do ,  y*  muy  perjudicial  »  sus  vasallos ,  y  á  los  detechos 
'péfpéttiós  de  su  Monarquía^ ,  nunea  podía  haber  ^a^sá- 
tk^  ¿ontfi^siU  títulos  de  j^ro^rfedad'  aquellos-efedpsdc  pres- 
Ttljicion  ,'  <itt6  contrapetsoaái privadas  suetón  producir 
íss  poseriones  inmemoriales ;  y. observancias  centenarias, 
aunque  traigan  tal  vesí  su  oiigenp.de  ptinoipios  fuinosos 
iHjiini  pér^  las  rég^lías^jáínis  pcesetiben.^: 


•»  •• ' 


'^v.v  £m* 


4fl 
tmpb&átonit  ks  ptodkas,  estt«cfaa;k:^nse'íaft.'i»zone$; 

y  escribióse  en  fin  latamente  por  una  y  otra  pane  :-  im^^ 

pugnósey  y  replicóse  por  ans^s  respeftivam^nte-^  iosis^ 

tiendo  siempre  cada  una  en  sus  pretensiones  dücaniq 

tres  años  y  medio  que  ocupó  la 'negociación*  .        ^ 

Pero  reconociendo  finalmente  el  Sumo  Pontífice  el 
gran  peso  de  los  títulos  de  justicia  y  razones  del  Rey; 
y  que  los  escritos  deRoiui*  solo  podían  servir  ya  de 
ex&sperar  mas  los  ^imi)s^  de  ocasionar  alguna  fiítal  roto^ 
ra  entre  las  dos  Cortes^  y  de  dar  á  S.  M.  un  justo  mo¿4 
tivo  para  reivindicar  y  reintegrar  á  su  Real  corona  en 
todo  ,  haciéndose  hacer  justicia  por  medio  de  la  Cáma^ 
ra  de  Castilla  >  llegó  á  cceet  sa  Beatitud ,  que  era  pre^^ 
clso  terminar  las  controversias  de  una  manera  amistosa^ 
y  dar  un  huevo  sistema  á  tás^razoues  de  amibas  partes 
por  medio  de  un  tratado  soiemne  de  pa;^  pública ,  y 
contrato  oneroso  recíproco ,  que  es  el  Concordato. 

En- este  estado  de  cosas  propuso  el  ^apa  á  S»  NL  un 
plan  de  preliminares  de  paz :  dixo  en  él  substancial^ 
mente  lo  mismo  que  se  lee  en  el  tratado*  ( 

Acordar Ás$  í  U  corona  el  Patronal  que  pretende  (  que 
era  el  universal  sobre  todas  las  Iglesias  y  Beneficios  de 
sus  dominios  )  $  pero  con  varias  condiciones  y  que  pa- 
ra lo  que  es  la  qüestion  del  día  ^  no  .fueron  maa 
que  tres. 

1.*  Que  han  de  quedar  á  la  libre  perpetua  colación 
de  la  santa  Sede  cinquenta  y  dos  Beneficios. 

i  té*  Que  los  Obispos  y  ColadMes  Inferiores  han  dé 
continuar  proveyendo  siempre  en  dus  quatcó  ^¿iies  or^ 
dioarios  solamente^  -^    •-        -m 

3/  Que  los  Cabildos  han  de  proseguir  comodantes 
en  las  presentaciones  de  Prebendas  de  oficio. 

Aceptó  y  consintió^l  iley  T.e3ppresa«ie5tdé 

Y  este  fs  en^^resvmdá  «ddo^dl  'espiri^u  dct 


*r* vrr  rt 


to:  está  la  ley  general  de  el  s  y  este  el  compendio 
tóiicc  de  toda  su  negociación.  Ni  para  saberlo  es  nece* 
saiioiipasqtte  leerle»  el  Papa  mismo  lo  refiere  así  en  los 
proemios  de  cU     .         . 

Con  que  tenemos  nuevo  sistema  beneficial :  Patro* 
hato  acordado  por  principios  de  justicia  :  (  que  quiere 
decir  reivindicada  y  reintegrada  la  corona)  derecho 
universal  de  nombrar  y  presentar  i  y  i  mayor  abunda- 
nuento  cesión  Pontificia  y  .subrogación  absoluta ,  sin 
mas.  limitaciones  que  las  Uteralmpnte  expresadas  en  cU 

VíQo  después  la  confirmatoria  constitución  Apostó^ 
lica  Quam  scmpcr^  y  repitió  su  Beatitud  mot»  pr^rio  lo 
mismo  al  pie  de  la  ietra^  para,  que  á  nadie  le  queda* 
$e  duda,  . 

Siguiéronse  luego  las  infelices  cartas  Encíclicas  de  el 
Kuncio  JBnriquez  f  que  tampoco  quiso  entender  bien  el 
tratado. 

:  .i  .Qupjose  el  S^ey  altamente  de  ellas  al  Sumo  Pontifi- 
ct).i^cpi^ben.diQ  3U  Beatitud  á  $u  Nuncio  con  seriedad: 
mandó  recogerlas,  y  escribió  á  S.  M.  en  su  Breve  Episto- 
UtCaruimo  ác  lo  de  Septiembre.de  53  las  palabras  si-^ 
guientes: 

;  YJ. I9  verdad,  pudiendo  y  teniendo  autoridad  ta 
M«ge4tadj|  y  Aqs  ^Kcycs  Católicos  tus^uce^ojes ,  cómo 
Monarcas  de  las  Espafias  ( que  quiere  decir  como  Pa« 
tronos  universales,  porque  el  Patronato  «es  Iniíerente  á  la 
Monarquía  jure  eofnmuni  d;*  naturali) ,  y  también  cómo 
C(3ÍQP^ri9$  d«  esta  sactfa.Sedc  Apostólica.,  pata  usar  y 
eíwrcsri  «I  dfitficho  uni^ícrsal  cjn  quawo  á  las  noiniíias  y 
presentaciones  en  todos  vuestros  dominios  i  de  ninguna 
manera  :$e  debía  hac^r  xbemotia.  4el  Patronato  Eclesiást 
tico  en  dichas  cartas  ^Encíclicas. 

Con  que  acord|ui^'4y  deql^sadp.áfaypx  deia  corona 
€t^tj;oj34tó^y  desechó  Hnji'rass%l.  (^u$ieft«l  primet'títu- 


íp  3é  ella ,  scgtth  se  acaba  d¿  ver  en  el  Breve  epistolar); 
cesó  /]^/^/4^^  todo  indultó  Apostólico,  y  toda  provi^ 
sion  y  presentación ,  que  no  hubiese  quedada  exceptua- 
da I  declarada ,  limitada  en  forma  o^pecifica  ^  y  con  ex» 
preso  consentí  miento  del  Rey.  ¿  Puedo  haber  un  tratad^^ 
mas  claro ,  ni  mas  comprehensibie  I 

XIL         ;  • 

Dada  ana  idea  ex9i£ká  del  Concordato ,  y  d  ?  1  ^^  prlñ* 
cipios  del  Patronato  universal  de  U  corona ,  es  consU 
guiente  dar  otra  á  lo  menos  en  general  del  origen  de  tos 
indultos  perpetuos  ,  ó  Patronatos  de  particulare!>v;r  ^W^ 
vil€¿rh  Apostólico  ^  para  que  así  se  pueda  focmar  un  ju:>to 
concepto  iegaL  ; 

Yo  hasta  ahora  no  tengo  noticia  de  que  haya  eíi 
estos  rey  nos  alguno  que  fuese  concedido  á  otros ,  que  á 
algún  Virrey  de  Ñapóles :  á  algún  Embaxador  de  Espio- 
na en.  Roma  ó  ea  Venecia  :  á  algún  Gobernador  ó  Pre- 
sidente del  Consejo  de  Milán  f  y  á  algún  General ,  qué 
» la  sazón  mandaba  las  armas  Españolasen  Italia,  de 
aquellos  que  supieron  aprovecharse  de  la  ocasión. 

De  modo ,  que  á  quien  no  le  cupo  U  muerte  de  que 
tos  Reya  dé  España  le  honrasen  con  algiina'dc  esta*»  co> 
misiones ,  fuese  Grande  ó  nó'  lo  fuese,  y  tuviese  ¿i  y  sus 
ascendientes  méritos  iguales  y  aún  mayores  ,  ó  no  los 
tuviese  ,  jamas  obtuvo  semejantes  indultos. 

La  necesidad  que  los  Papas  (especialmente  comd 
Príncipes  temporales  del  Estado  Eclesiástico)  tenían  de 
estos  personages  en  las  ocurrencias  criticas ,  y  pá^tica^ 
iarmente  en  una  época,  en  que  la  mayor  parte  de  la  Ita- 
lia vivia  baxo  de  la  dominación  Española:  quánto  cón« 
viene  á  Roma  acariciarlos :  como  sabia  el  arte  de!  exé» 
cucado:  y  quánto  podían  iafloir.  los  si\ismos  poc  Ja  au- 


toridad  de  siis  empleos  en  los  intereses  de  h  santa  Sede} 
la  historia  lo  refiere,  la  razón  lo  di&a,  y  nadie  lú  ignora. 

Que  todos  aquellos  Virreyes ,  Embaxadores  y  Ge- 
nerales ,  á  quienes  con  este  motivo  se  acordaron  priviie* 
0o$  Aposióiicos  á  costa  de  la  Real  corona  ,  no  fuesen 
sugetos  dignísimos  y  de  altísimo  mérito ,  así  por  sus 
prendas  personales  ,  como  por  las  heredadas  de  sus  In-, 
ditos  progenitores  h  ¿  quien  habrá  que  lo  dude? 

Antes  bien  se  sabe ,  que  el  gran  Capitán  Gonzalo 
de  Córdoba  i  y  el  Duque  de  Alba  Don  Fernando ,  dos 
de  los  Indultarlos ,  fueron  dos  de  los  mayores  hom- 
bres que  produxo  jamas  el  suelo  Español »  y  acaso  el 

mundo.    .  . 

Pero  qucaún  entre  las:  gentes  de  su  misma  gerarquía, 
y  aún  entre  las  que  hablan  tenido  la  fortuhadeque  los 
Reyes  las  elevasen  á  ella  j  dexase  de  haber  otros  de 
igual  valor ,  talento ,  zelo ,  conduda ,  m(fritos  y  serví-* 
•cios :,  tampoco  puede  qüestionarse.  Sin  citar  mas  que  á 
los  grandes  Cardenales  Ximenez  y  Albornoz ,  quedará 
bien  probada  la  proposición. 

Que  todos  los  Indultarlos  perpetuos  por  sí,  ó  poriso^ 
dio  de  sus  mayores ,  no  hubiesen  derramado  la  sangre 
glpriosamente  >  y  concurrido  con  sus  bienes  en  defensa' 
de  la  Religión  Católica  í contra  las  huestes  Agarenai\  y 
servido  en  esto  mu^bo  á  la  Religión  y  á  la  Iglesia ,  tani« 
poco  puede  meterse  en  disputa. 

Y  así  si  la  santa  Sede  dixo  en  todos  ó  en  algunos  de 
ÍQ%  privilegios  9  que.eran  remuneratorios,  por  Ja  sangre 
vertida  y  y  substancias  consumidas  en  servicio  de  la  Igl¿^^ 
sia  f  bien  pifdo  aseverarlo  con  suma  verdad. 

Y  si  lo  omitió  en  otros ,  esto  no  fue  mas  que  des- 
cuido ,  ó  poca  pericia  de  los  que  formaron  los  preces  ad 
Sanétisstmum. 

-     Pbw  que  haya  en  esfoárjSynOi  alguna  antigua  fami- 


53 
lía  Española  k  ínas  desdichada ,  ¿  qu{en  no  le  hubiese 

sucedido  lo  propio ;  tampoco  hay  términos  para  difí* 

cuitarlo* 

Hasta  los  soldados  rasos  expusieron  igualmente  sus 
yidas ,  y  derramaron  su  sangre.  Y  hasta  los  labradores  y 
artistas  mas  infelices  contribuyeron  á  proporción  con  sus 
hijos  ,  y  con  el  sudor  de  sus  manos ,  para  los  gastos  de 
una  guerra  de  Religión  que  duró  siete  siglos.  La  difícul* 
tad  está  en  que  asi  estos  como  aquellos  servían  al  sueldo 
4e  la  corona ,  y  por  lo  mismo  eran  de  ella  lasconquistas^ 

Si  algún  soldado  de  ellos  (  no  digo  ya  otro  conde- 
corado con  el  título  de  Grande  )  hubiese  sido  después 
Virrey  de  Ñapóles  ^  Ecnbaxador  en  Roma  ,  ó  General 
<de  las  armas  en  Italia  ^  igualmente  podría  la  santa  Sede 
habeüle  agraciado  i  dandp  por  motivo  la  propia  causa  de 
remuneración  y  y  servicios  hechos  á  la  Iglesia  contra  lo$ 
¡enemigos  del  nombre  de  JesuChristo. 

Y  si  por  accidente  no  hubiesen  los  Reyes  nombrado 
&  los  agraciados  por  Embaxadores  &c.  sus  casas ,  con 
kno  las  de  sus  iguales ,  habrian  vivido  siempre  sin  es^ 
)ca  remuneración  y  que  no  es  poco  haberla  gozado  has« 
jfta  hoy. 

Por  otra  parte  ,  bien  penetraba  siempre  la  perspica-< 
tia  de  la  parte  Romana  >  .que  el  título  de  las  rescrvasi 
como  cuchara  de  pan,  .no  duraría  mas  délo  que  Dios 
quisiese  5  y  del  pan  de  tu  compadre  buen  zoquete  á  tu 
ahijado.  >    . 

. ,     Y  con  esto  queda  indicadp  en  general  el  principio^ 
taosas  y  origen  de  ios- indultos  en  qiíestioru 

XII  L 

Solo  Sí  Mé  y  la  corona  thnen  justicia  :  este  extremo 
de  la  cpocl^sipn  general ,  que  aent^  en  el  §.  V« ,  y  es  el 


J4 
unicóqüe^Ita  que  tritaf,  queda  ya  demc^trádo  ple<) 

ñámente  5  pues  las  misinas  pruebas  que  justifican  la  sinra- 
zón de  los  demás  concurrentes  ,  esas  propias  califican  la 
razón  del  Rey. 

Y  quedan ,  en  fin ,  satisfechos  y  respondidos  todósf 
los  escritos  de  la  Dataría ,  del  Obispo ,  de  su  Abogado, 
dé  los  Abogados ,  de  los  Duques  indultarlos  ,  del  Fis« 
cal  de  la  Cámara  >  y  suplido  también  en  la  parte  que  lo 
necesitaba  el  de  mi  sucesor.  Pues  he  querido  hacerme 
cargó  de  todos  y  de  todo ,  para  no  dexar  sin  respuesta, 
ni  lo  que  han  motivado,  ni  lo  restante  (mas  eficaz)  que. 
pudieran  haber  alegado. 

XIV. 

Mi  parecer ,  pues ,  es :  que  la  Cámara  no  debió  dar 
tí  permiso. 

Que  la  Dataria  no  solo  no  tuvo  facultades  para  re^ 
gistrar  la  alternativa  $  pero  piucho  menos  para  la  gene- 
ral que  registró^contra  el  permiso  »  y  en  contravención 
del  Concordato.. 

Que  el  Obispo  debió  no  aceptar  una  alternativa  con- 
traria al  permiso  de  la  Cámara.  Que  no  debió  concurrir 
á  la  anticipación  de  datas.  Que  debió  no  extraviarse  del 
canal  de  la  Agencia  general  del  Rey ,  en  contravención 
de  la  orden  circular  de  la  Cámara.  Y  que  las  letras  de 
registro  deben  detenerse  quanto  antes  por  via  de  provi<« 
dencia ,  sin  dar  lugar  á  pleytos  viciosos,  y  gastos  excu« 
sados.y  que  pueden  emplearse  en  obras  mas  agrada- 
bles á  Dios..  Y  también  porque  ts  parte  de  la  $atbfac^ 

don  que  S.  M.  debe  tomarse  de  el  exceso  de  la  Da- 
taría. 

Que  los  Indultos  ó  Patronatos  ex  privilegio  de  las 
casas  de  Alba  y  Alburquerque  (comotodos  los  demás 
consimiles  del  reyno,  temporales  y  perpetuos»  que  oaclaa 


¡de  lás  reservas  Apostólicas  )|  quedaron  absolatamen te 
abolidos* 

Que  un  derecho  perpetuo  de  tan  grave  importancia 
iniíerence  á  la  Monarquía »  ó  inseparable  de  ella  |  na 
puede  j  ni  debe  estar  alienado  ^  ni  desmembrado  de  )a 
Real  corona. 

Que  el  Rey  como  único  executor  del  Concordato, 
y  conforme  á  las  disposiciones  de  el,  y  palabras,  litera-, 
les  de  k  Constitución  Apostólica  :  quam  sew^er  ju'^ 
re  óptimo ,  puede  entrarse  desde  luego  en  posesión  |^ 
usar  tibremenU  i  y  exercer  en  todo  y  por  todo  el  dere^ 
che  universal  acordado  á  su  corona  de  nombrar  y  pre-^ 
sentar  á  todos  i  y  á  cada  uno  de  los  beneficios  existentes 
en  los  reynos  y  provincias  de  las  £spañas ,  según  las  de« 
claracioncs  referidas. 

Que  para  esto  no  necesita  S.  M.  mas  diligencia 
5|ue  mandar  pasar  á  la  Cámara  la  orden  siguiente* 

Habiendo  llegado  á  noticia  del  Rey»  queno  se  cum«. 
pie  con  el  decreto  resolutivo  y  declaratorio ,  que  en  ob» 
servancia  del  nuevo  Concordato ,  y  á  consulta  de  la  Cá« 
mará  expidió  el  Rey  su  hermano  en  i8  de  Septiembre  de 
I j  7  5  3 }  manda  S.  M.  que  cumpliendo  literalmente  con  el 
tratado,  se  lleve  desde  hoy  á  pura  y  debida  execucion 
en  todas  su$  partes  y  efe^s.Pues  derogados  Jos  indultos, 
los  suyos  evidentemente  lo  quedaron.  Y  aún  me  consta 
de  ciencia  propia :  Extin£ia  rcmanserunt  ab  eo  momentOf, 
quQ  Pontifex  illa  derogavit :  ncc  amflius  rcvivisctnt  msi  €X^ 
frese  convalidentur. 

.iljv,  V.     .  . 

« 

Pero  en  esta  parte  aunque  no  dudo  de  la  suma  )us« 
tiñcacioQ  y  derecho  legítimo  con  que  S.  M.  puede  á  vis* 
ta  prafticar  lo  referido  ,  y  entrarse  desde  luego  en  pose» 
sion  de  presentar  libremente  (que  sería  lo  mas  acertado). 


5^ 

no  obstante  hay  también  otro  medio  de  qtte  el  Rey,  pi^ 

ra  continuar  en  el  mundo  los  raros  exemplos  de  supera 
abundante  moderación  y  admirable  justida ,  con  que  Jia 
sabido  adquitirse  el  primer  crédito  entte  todos  los  PnW 
cipes  de  la  tierra ,  podria  servirse;  y  sería  mandar: 

Que  todo  Indultarlo  Apostólico  dentro  de  un  mes 
presente  en  la  Cámara  de  Castilla  sus  privilegios  ori- 
ginales. 

Que  esta ,  poniendo  después  en  seqüestro  todas  las 
presentaciones  de  ellos,  conforme  á  las  disposiciones  de  la' 
ley  del  reyno  ,  los  oyga  en  justicia  de  un  modo  instruc- 
tivo, breve  y  sumario,  quanto  quisieren  deducir,  expo-i 
per  y  alegar  en  termino  de  otros  dos  meses. 

Que  en  el  intervalode  otros  dos  los  Ministros  del  mis^ 
mo  tribunal ,  oyendo  al  Fiscal  (que  deberá  defender  los 
derectios  perpetuos  de  la  Monarquía),  y  confiriendo  des^ 
pues  entre  sí  sin  asistencia  de  los  Secretarios ,  informeit 
al  Rey  reservada  y  separadamente  lo  que  se  les  ofreciere 
y  pareciere,  fundando  cada  uno  su  didamen  ,  para  que 
en  vista  de  todo  pueda  S.  M.  resolver  lo  que  convenga. 
(Y  que  todds.y  cada  uno  de  estos  términos  sean  absoluta* 
mente  últimos  y  perentorios;  porque  es  sumo  el  perjuicio 
que  sufre  la  corona  en  el  despojo  que  padece  >  y  porque 
este  examen  en  la  substancia,  es  enteramente  inne*^ 
jcesario. 

£1  Rey  con  su  prodigiosa  comprehension  elegirá  de 
estos  dos  medios  el  que  mejor  le  pareciere ,  y  resolverá 
en  todo  lo  que  fuese  de  su  real  agrado. 

Nuestro  Señor  guarde  á  V.  S.  L  muchos  años  como  de« 
seo.  Madrid  y  Marzo  31  de  ^760  =  Ilustrisjmo  Señor= 
B.  L.  M.  de  V.  S.  I.  =su  mas  ^jEcOto  y  rendido  Capellán  := 
Miguel  Antonio  de  la  Gandaya  =:ilustcí^aK>  Señor  Mar^ 
ques  del  Campo  de  VUlac 

TRA'- 


f RATA DO 


I  .  j 


(* 


DE  Í.OS  RBYSS  DM  CRA^JDA 

r     su     ORIGEN.. 

.        ,     COMPUESTO 
POR    HERNANDO    Í>EL    PULGAR, 

CRONISTA    DE    LOS    MÜT    ALTOS    T    MUT    ESCLARECIDOS 
SEÑORES     RETES    CATÓLICOS     DON    FERNANDO 

r  DOÑA    ISABEL.  > 

DEDICADO 

/a  LA.  DICHA  RETNA    NUESTRA   SEÑORA, 

y  compuesto  pQrs»  mandado. 

Mtnr  ALTA  T  MUY  BSCLA&BClDA  KBJVh  Y  SEÜOllA  NVBSTAA. 


< 


í  ...  •  .        •.    I 


f  ' 


:  A  •       •  1..-.   '     r  .  . 

./iLáiviiie  habieri  muchos  varones  dodoi  c  leídos  en 
las  historias^  que  es  luz  de  la  verdad^  teistigo  de  los  t¡em< 
pos  I  maestra  para  el  exemplo  de  la  vida  ,  que  pudieran 
escribir,  mejor  que  yo  este  tratado  de  los  &eyes  Moros 
de  Groada  ^  á 'quien  V.  A.  pox  su  insigne  valor »  y  per* 
severancia^  y  elB.ey  nuestro  señor  y  por  sus  felioesar- 
mas>  traxcron  á  su  obediencia ,  dando  dichoso  ñn  ala 
conquista  de  los  Moros  de  España  >  que  en  espacio  de 
mas  de  setecientos  años  dieron  materia  de  una  y  otja 
,|;^rte  á/los  tfi^^  gloriosos  hechos  de  armas  ^  que  de  nin* 

n^^»^     VFT  U  Qilm 


\ 


/ 


cunas  naciones  Persas ,  Scitas ,  Medos,  e  Romanos  ¿e 
han  estrilo  :,Ios  unos  piocuraiido  defender  lo  conquista- 
do y  aunándose  con  algunos  Godos  5  i  los  otros  valién- 
dose también  de  ^algunos  Mosíatabes  f  procurando  cot 
brat  lo  perdido  ^  e  á  el  cabo  de  tan  largo  tiempo  ^  vino 
1  parar  esta  4icbóáa  ebptesaV.  u^elí  triunfo  de  ell» »  pata 
gloria  de  sus  nombres  ,  que  por  voluntad  divina  parece 
que  les  estaba  reservada  5  siempre  hubieran  tenido  que 
trabajar  mucho ,  pues  para  cumplir  yo  con  el  mandato 
de  V.  A^.  me  ha  sido  £6rzóso  no  soto  pasar  e  ver  nuestras 
historias  de  los  ínclitos  Reyes  Progenitores  de  V.  A« 
que  con  hazañas  dignas  de  memoria  fueron  recupe- 
rando los  Rey  nos ,  Ciudades ,  Villas  y  fortalezas  per«^ 
didas  )  donde  se  refieren  los  Reyes>  c  caudillos  de 
ios  Moros  que  las  poseían  $  mas  también  ha  sido  nece^- 
sario^valerme  de  Ids  interpretes  de  V.  A.  para  la  tra- 
ducción de  las  escrituras  Arábigas  antiguas  de  contratos 
de  estos  Reyes  |  e  otras  de  contratos  de  paz  entre  ellos 
mismos  I  e  otras  de  alianza  con  los  Reyes  de '  Castilla^ 
e  para  la  traducción  de  los  epitafios  que  estaban  en  la 
dicha  lengua  Árabe  en  losas  de  alabastro ,  en  el  Alcázar 
real  de  la  Aihambra ,  y  en  epitafios  de  sepulturas ,  y 
en  otras  cosas  antiguas  de  los  Reyes ,  cerno  en  Genc^ 
ralife  ,  y  en  algunas  casas  como  en  la  del  Gallo ,  que 
estaba  en  la  Alcazaba  ^  ¿  la  del  Infante  AUnayca  ,  junto 
á  la  Mezquita  oíayor  ,  donde  hay  escritos  antiguos 
de  las  armas  reales ,  c  letras  en  su  lengua ,  que  dicen  los 
nombres  de  sus  fundadores;  por  cuyo$  .medios ,  e  va-% 
licndpme  de  Fernando  de  Baeza ,  interprete  asalariada 
de  los  ^ey es  Moros,  y  testigo  de  vista  de  todos  estos  stx^ 
cesos  I  de  los  iquales  tiene,  un  libro  manuscrito  que  yo 
he  visto ,  de  muy  entera  relación  de  todo  en  odavo, 
he  nofadd  con  atención  las  mezclas  pue  hubo  entre  estas 
dos  naciones  por  casaouenios  >  asi  entre  los  Principes, 


rn* 


como  entre  los  graneles  Caballeros ,  que  conforme  i  los 
sucesos  de  la  guerra  ,  los  de  Castilla  odiados,  ó  desfavo- 
rec¡dü6  dé  sus 'Reyes  ^  de  sus  padrfcs,  6  hermanos  y.  se 
iban  á  valer  de  los  Reyesde  Granada ,  e  por  los  mis* 
^    Tnos  accidentes  los  de  Granada  se  iban  á  valer  de  los 
Reyes  de  Castilla \  e  á  los  unos  é  los  ditos  los  recibían  . 
honrándolos  con  socorros  de  gente  cdineró^iíasta  haber-» 
se  compuesto  las  diferencias  ^    que  Ifcs  habia  obligado^ 
á  haberse  ido  de  su  cierra,  Y  en  el  interid  peleaban  los 
unos  contra  los  otros  bravamente ,  guardando  siempre 
la  fidelidad ,  e  omenage  que  hacían  los  unos  á  los  otro^; 
deque  están  llenas  xiuemas  historias  ^  romando  la  divi* 
na  c  inqompreheosible  Providencia   estos  medios'  por 
sus  secretos  juicios  /  para  el  fin  de  aquella  Monarquía^ 
habiendo  guardado  este  dia  tan  deseado  por  largos  tiem? 
pos  I  para  gloria  e  -honor  de  V.  A.  acabando  tan  intrin- 
9^  é  cruda  guerra  i  para  lo  qual  aplico  nuestro  señor 
el  esfuetzo  incom|>arable  de  V V;)A A«  la  división  entre  sí 
de  los  Reyes  Moros ,  la  conversión  de  algunos  tos  mas 
poderosos  á  nuestra  santa  f<r Católica ^^  y  délos  de  ía 
real  fiímilía ,  con  que  vino  á  contrastarse  la  última  di* 
ficultád  I  que  por  espacio  de  mas  de  setecientos  años  pare* 
cia;  invencible.  De  todo  debemos  dar  las  gracias  i  nuestro 
señor  criador  del  cielo  y  de  la  tierra/y  reconocer  áV.  A; 
por  instrumento  suyo ,  á  quien  suplico  reciba  mi  buen 
'  deseo  de  cumplir  su  mandato  en  esta  parte  ^  c  lo  "que 
hubiere  deCe^uoso  lo  supla  con  su  ániaio  real,  conocien^ 
do  el  tnioi  que  ha  sido  y  será  sienipre  He  obedecer) 
y  servir  4  V.  A.  bprnó  st  fiel  criado  r:  Hernando  del' 
Pulgar.  

»     «         I         • ,         » 


I 


6o 

ORIGEN 


t   .  « 


DB     LOS     REr^S     DB    GRANADA, 

llallo  escrito  en  las  historias  antiguas  de  España, 
que  mandó  recopilar  ei  señor  Rey  Don  Alonso  el  Sá* 
bio  f  en  la  del  Arzobispo  Don  Rodrigo  ^  e  en  la  de 
Rasis  9  y  eo  otros  historiadores  Árabes ,  que  rey- 
nando  en  España  los  Reyes  Godos ,  el  Rey  Don  BLo« 
drigo  se  dió  á  los  vicios ,  y  ociosidades  y  deleites ,  con 
que  no  se  hacia  justicia ,  ni  se/a tendía  al  gobierno  y  c 
los  varones  de  mucho  merecimiehto  eran  despreciados^ 
y  ios  inhaviles ,  é  codiciosos  colocados  en  los  gobiernos^ 
e  la  milicia,  brazo  diestro  de  la  Repüblica^era  desprecia- 
da s  é  las  fronteras  mal  proveídas  ,  tas  cercas^,  é  las  mu» 
rallas  de  las  Ciudades  ^<  Villas  derrivadas  con  el  tiempo, 
e  no  reparadas'coh  el  descuido  de  los  Reyes.  En  este  es^ 
tado  las  cosas  ésundo ,  el  Rey  se  enamoró  de.la  Cava, 
hija  del  Conde  Den  Julián ,  que  estaba  en  su  Palacio, 
y  el  padre  en  aquella  sazón  era  gobernador  en  Zeiuta 
en*  la  África  ,  etqual  ei:a  muy  emparentado.  La  ¿i)a  le 
dió  quejas  de  la  fuerza  que  el  Rey  le  hizo ,  y  esta  ceiir 
tdla  encendió  el  fuego,  que  estaba  di^pue&to  en  los 
ánimoj  de  todos  los  agraviados  ,  y  mal  contentos  s  los 
quates  dé  un  :acuérdo  tratacottcon  Ulid 'Miramámolin, 
qu¿  Jkmabto;£a)f^adar:de;África<),  para  qui  yiittesc 
con  gente  á  España  ,^donde'fnudbK)Srd¡e  ella  le  ayudistriaa 
á  la  conquista;;  y  ed  idspecial  1«»l  hijos  del  Rey  Aoosta,  y 
el  Obispo  D.  Oppas.  Finalmente ,  Ulid  condescendjbó  á  stt 
demanda,  enviando  á  Muza  Abencoit,  y  á  Tarif  Aben- 
zarza,  que  dic'en  eran  de  los  Califas ,  Reyes  de  Damas- 
co en  Arabia  la  felice ,  los  quales  pasaron  con  gente 
á  España  ,  y  la  conquistaron  $  e  últimamente  volvió 


Tatif  Abenzarza  á  África ,  yrquedó  por  Gobernador  ác 
España  Muza  Abencoit  y  y  en  todas  las  Ciuílade%jde  £s* 
paña  fueron  dexando  por  caQdillos.e  ^bi^rnadoces  i  ios 
roas  principales  de  sus  deudos,  ^ue.  habián  venido  de 
Arabia  con  su  gente  i  esta  conquista.  Abdaiasis ,  y  pdc 
otro  nombre  corrompido  en  nuestras  historias ,  llaqiadp 
Baiagis^  casó  con  £giipna ,  viuda  dei  Kty  Don  ILodrxr 
go,  y  luegóse  coronó. •fi.etyiia  :á.4a. usanza  de  Jos  ^io- 
dos en  Sevilla', .y  por  favorecen  á  los  Mozárabes,  y 
servirse  de  ellos  en  oficios  del  gobierno ,  á  instancia  de 
so  muger  ,  que  dcspuies  reconciliada  á  nuestra  spnta  fe 
•rourió  mártir  en  .Córdoba,  lo  mataron  Jos  Árabe;.  Con 
la  muerte  de  este  Rey  Abdialasis  ,  c  con  la  vidoda^que 
alcanzaron  los'Christianos  en .  el  monté  £useba^ '  doiiide 
por  milano  fueron  los  Moros,  muertos  e  venciddé  ,^ 
con  ellos  el  Arzobispo  de  Se vljla  Don  Oppas ,  c  muchos 
Moros  y  e' Godos  qoo  ios  seguian  »rfuc.  creciendo  ^eLpo- 
iácx  dé  ios  G&risc|aaos'^  ése^ividió  el  podc^  de  los  Moros 
en  España  $  y  estando.  ialsiUaprincipái  do  losRiyesMa* 
ros  en  Córdoba ,  se  alzaron  costra  ella  los  Alcaides  e  can^ 
dlUos  principales.,  que  estaban  mezclados  con  losGo- 
dÍD&,'(dse  intitulMOtt  Bxyesxiji  Zarageaa ,  e'/xeyaabii  c 
gabertaabala!..;¿:i.«*c  su  ¿ermano Salafte  en Toiodo  yJy 
^Abeohue  en.  Granada ,  Albohaícen  en: el  Algarbe  i  i: 
sus  hij'os  e  deudos f^ue  eran:  de  linaje  de  Godos,  se 
fueron  llamando  Reyes  de  las  Gudades  que  jocup^» 
4tín,iCO^o.  en^iVialkocia. Ihaya  ^eo  Murcia :Aibeniua^ 
jSfctvilfat;  Ajvenábtft  !^  e  asi.csí.amcbos.  lugares  serfuétxm 
x>br2ñdoi0oo  ia  divina  ptotidenciái  ^&¿^  áülagrosos 
por  diferentes  medios  ,  tonvirfiendose  alguiio  dé  estos 
f  riQcipes  á  Jnuestra  fie  Católica;, '  4  sacando  db  ülos  mu^ 
cÍ3i0Sfmái:taccs'>  qáe/'iá  oloi^dasíQs.]^^         ^ettdd^tjnoí- 
riáis  pQn:ch  Ofl0ibré;deJesiir-ChVtsi)a nuestro  Biddentoiv 
como  lo  hicieron  en  Córdoba  da  sRtfita.  £¡giiáia  >.  y  ;otcos 


muchos  en'  Grititcla.;  c  Galiana  ^  lii|a  del  Rey  Galafre 
•ep  T^edo^  casa  con  Carlos  Martelo  hijo  de  Pípino  Rey 
de  f  camiia^y  ^y  iup  muyichxistiaqa  y  «jeemplaD Réyoa ,  e 
¿  conteinplaciónr:íd6J6i^D9miM:e.  |.  edificó'  Carlos^  Alarcelo 
io;  Palacios,  que  Uaman  de^ Galiana eo  Burdeos  en  Bratv* 
cia  ,  poc  otros,  que  habla  del  mismo  nombre  en  Toledo; 
1e^M.á2a.Abcnacia:RcyJde  Zaragoza  c' Graciada  y  de  lí- 
«táge  4e  1<^  EdncipesiGodos  y  domo  lo  escribe  el  Arzo- 
bispo DonvRfddrigo ,  ¿oojsu  hijailamado  Lope ,  eb  qual 
fue  Riey  de  Tptedo^  ¿  tuvo  tres  hijas  :  ta  primera  caso 
coaelConde  Don  García ,  Ur  segunda  con  el  Conde  Don 
icVclaf.y  la.  tecccra  con  el  Conde  Don  Ulan  >ie  de  la  dicha 
.  dBLpyxnr£i'&  hermano  san  ISUcdlks  |  .é-  la  bí^ainentucadá 
!SÍQta  QasHda  y^  £ue  hya.de  AlimaymodR.ey  deToleda^ 
JEl  Rey  Don  Ramico  movido  de  la  virtud  de  Doña  Or* 
.tiga^  c  de  su  hermMura  y  hija,  de  Albohacen ,  Rey  del 
Algarve  su  confederado  >  caso  con^eljla ,  y  Itsegose  con- 
avirttó  á  lafcV^'fijid^niiyisaoca  ReynO'jdéia/qcial.httbo 
•^Rey^DopOrdoñov  «^  ?  ^  Infante ¿Albohacen  ,.;<^c 
4)Mio  el  nombre  del  s^butlo  a^ceroó,  como  largamente 
-lo  escribe  ei  Conde  Don  Pedro  de  PottngaL 
: .  ^  ¿staiado'  afligido  e  pt&o  el  R^i  Don  (Alonso  do 
JLeon ,  se  fue  i  favorecer  del  R^  Alimay  mbn  de  flor 
iedo'^  dqúal  lo  tuvadoi  años  en  m  casa  ,  é  lo  ayudóla 
cobrar  el  reyno,  y  el  dicho  Rey  Don  Alonso  VI.^ganó 
<lesplues  i  Toledo ,  ¿  casó  xon  Do&a  Zayda  ,  hija  de 
lAbeaaveiuRey  de  Sevilla  v  5^  la-iqttatftie  mXLf  aficio- 
«adapoc  sus  ^qxtremaídas  vlctudcs  ^  y4extieró(^  córi  dtk 
£n  dgteíAIcaraz'y  Huet«,  Ud$s  r  Mora  y^  ottas> tierras^ 
de  quien  obieron  por  b^  á  el  Infante  Don  Sancho ,  he* 
4:edero  de  ios  reynos  de  Castilla  ^^qoeurntio  en  H  bata- 
Itaxd?  rlJclcs^  yesuRey<ia.,'»itamó^d9pif0siIX93aA^ 
aayiyüug  repumda  pdsiab4a'^^y'4ká«tai»ia¿onr$(|  tua^ 
rido^eo  d^MÓQ^iwic)  do-SafcHégaf).        ..  :  : , 


'  Om^  mvtthfís  >exeinpíos  po^^i^  <i;Aelr  de  la .  timbar 
zon  j.  y  mezcla,  que  Jbuha  ^eatre^  estas  dos  nacioaes^  y 
la  caridad  c  amor ,  con  que  Jos  vencedores..  t|ataKon 
á  los  vencidos.  Lp.iDÍSfiioJsu£édÍQi^alfiaclitd  Rey  jDoq 
Jayme  de«  Ars^on  coa  el  h]¡)o>dd  Ke)$  Moro  de  i^^ 
Florea  y  el  qual  .se  biaiuizáxie.  puso  su  mismo  nom* 
bre ,  e  le  dio  la  Baronía  de  Gotbr ,  y  lo  casó  ilustre^ 
mente  con. Doña  Eifa  jde.Alagon  i  eJo^n^isníH)  bize 
con  los  descendientes  delJBLey  iZeit  Abenecit ^  queden 
el  bamismo  se  llamó  Boa  yicente  Belvtsy  y  le  dio  las 
Baronías  de  Árenos ,  y  de  Bekfaite :  e.  al  Key  Ala*^ 
fe  de  Entenza  ,  e  Frjides  y  habieodose  convertido  á  la  fe 
Católica^  le  diérQn  la  Bar onía.de  Entenza,  e  Pt;ad^<i  V¡ 
por  su  a}€a  sangrevqueeca:.^e>  los  Reyes  der^aragoza^ 
vinieron  á  emparentar  con  la  Casa  Real';  e  Doq  :Djeg9' 
López  de  Abenhuci,  hijo  del  Rey  de  Baeu ,  de  quien 
liay  mucha  descendencia  en  Nayarra^y  en  el  Andalucía: 
c  ntf  solo  entre  los  Principes  i  .sino  entre  los  Grandes  y 
nobles ,  y  entre  los  inferiores  hubo  este  genero  de  \casa«- 
mientos  civ' tanto  grado  ^  que  escribe  Hernando  de  Bae^ 
za,  que  de  dftcienus  mil  almas  que  habla  en  la  Ciudad 
de  Granada,  aún  no  eran  las  quinientas  de  la  nación 
African^  ,  sino  naturales  Españoles  e'  Godos ,  que  sejáar 
bian  aplicadoá1aleydeIosiVencedoces.'Tales.su^lens.er 
los  efcdos de. la, guerra. e)de  las  viéXoriasv  clamudanr 
za  de  los  tiempos ;  y  es  materia  muy  asentada  >  no  solo 
en  España  ,  mas  en  todas  las  naciones  aniiguamento,  el 
admitir  Jos  valerosos  ,  e  lémuoeráir  sus  hjazaña^  ^  .auSOr 
qbe  hubiesen  sido^^conuariosv  con. grados ^deunobleJU^ 
como  lo  escribió  Tico Livio:,quciohaciao.  los  R^ofPRr 
nos^ofí  ellosy  e  con  sus  soldados ,  animándolos; con  pre- 
mios de  nobleza  al  car^o.,;e  la  vuqtud.,  ^f'  :que  daban  i 
los  que-  ló^  n^Mcian  y  e'.hfiUiafi  hecho  ^ganancias  con  sus 
hazañas  ttíUa  guerra  ^  ^sí  paciaprf>bafiian'^deÍ!Ímpcfio« 


rr%m 


54  .  .  . 

como  tñ'sn  defensa  j'  '^aiatim  Jas  Kotaai  ^e  cittSada- 

nos  'Komanos ,  •  c  luego .  de  Quirites  ^  e  así  en  todos  los 
demaS' grados  I  hasta  llegar  á.el  Consulado  sy  esta  fue  fer 
^ása  prihcipál  >  por  donde<  Roma  Uegá  á  sot.  señora  de 
lasJ  gentcs^i 'Y*  esto  misaio  deseo  en  la  feliz  Mooarqaía  át 
Y;  A.  e'  para  que  esto  llegue  i  ser  ^  se  conseguirá,  con  la 
.veneración  del  culto  divino  f  c  con  premiar  los  varonas 
{Virtuosos ,  c  fuertes  con  honores;  e  con  castigos  á  los 
malos  ^  e  no  permitir  divisidnes,  pues  como  dice  el  Es- 
píritu-Santo ,  eiscusan  riñas ,  comb  lo  habernos  visto  en  el 
reyno  de  Granada  |  que  la  división  entrtf  sí  mismos  ,  y 
la  ambición  de  reynar  los  acabó  y  estando  divididos  los 
Jinages  ,  que  fueron  los  de  Abenhut  ^  AlnayaryMa-f 
homat  Abenalamar^  de  qáe  se  tratará  eo  el  capítulo  si-* 
guíeme.  *'  ...''/,* 

£n  los  tiempos  antiguos  hubo  Reyes  én  Granadal 
,y  con  el  poder  de  los  Reyes  de  Córdoba ,  con  quien  pe^- 
karonr 'algunas  veces  ví¿)^rioso^,  y  otras  vencidos ,  ha 
habido  confusión  j  desde  Ornar  á  Benáyat  ^  que  según 
l&s  epitafíclosí  mas  antiguos ,  era  dé  l^  Reyes  de  Zara* 
goza ,  y  hallo  que  por  casamientos  se  juntaron  |  y  que 
el  Rey  de  Zaragoza  fue  Rey  de  Granada.  Otros  autores 
iucen  mención  de-Todelan^  y.  de.  Abenga^na,  y  de 
Qdi  Abénabuz  I  que  en  menloria  del  Vencimleotoque 
tuvo  con  el  Rey  Moro  de  Córdoba ,  ediñcó  la  casa 
que  el  vulgo  llama  del  Gallo. ,  por  estar  su  retrato  he- 
cho de   bronce  á  caballo  á  la'gineta»  con  lanza  ,  ¿ 
adarga  i  con  un  retuio^en  ella  á  Ja  redonda  que  dice: 
Gidí  Abinabuxíf  oáhc  ba  vnu'cr..a¡:uíndalíisi^  Ahora  ven- 
drimiós  á  dac  principio  i^  estaL  historia  d^e  el  año  de 
^210,  que  hubo  Reyes  continuados  ¡en  Granada »  has* 
ta  el  año  de  1492^  qiie  se  ei^tcégÁ  á  V.  A.,-^'  uno$  de 
ellos  eneraron  á  i;eyríar  por  d¿rdchQ  de  sucesión;  ^.c  otros 
por  f^ecza.de  amna&^iC  muqrce.dq  b»  k^tXn^f  ppsecdo- 


rA<> 


fes  v¿  rodos  fueron  de  (dos  llñáges ,  y  el  uno  ¿  mas  anci« 
guo  fue  del  Rey  Abcnhut  Aiiviyar  ,  que  procedía  de  lo.s 
Reyes  de  Aragón  ;  el  quai  hallándose  én  Granada  ,    c 
siendo  avisado  de  la  entrada  de  los  Adalides  ^n  Cord  o« 
ba.9  c  de  la  venida  del  Rey  Don  Fernando  desde  Bcn  á^ 
vente,  se  dispaso  á  ir  á  Córdoba  a  socorrerla ,  c  llegó  á 
Alcira «  é   consultó  allí  el  caso  con  sus  Alcaydcs ,   y 
con  Don  Lorenzo  Suarez  de  £ígueroa  ,  que  habia  cato  c- 
ce  años  que  estaba  en  su  seryicío,  donde  se  iiabia  reti- 
rado por  algunos  casos  que  le  achacaban  en  Castilla  ,  él 
qual  se  ofreció  á  ir  á  reconocer  el  campo  de  los  Chrlstia* 
nos  y  y  el  Rey  Moro  le  mandó  lo  fuese  á  hacer ;  pero  pa- 
ra reconciliarse  con  el  Rey  Don  Fernandp ,  e  volver  á 
su  gracia  ,  le  dio  aviso  del  gran  poder  de  el  Rey 
Abenhut ,  ¿  con  su  acuerdo  se  hicieron  tinos  fuegos  en 
el  Real ,  con  que  dio  á  entender  á  los  Alcaydes  que 
iban  con  el,  que  era  mucho  mayor  el  numero  de  los 
ChristianQs,  c  con  esto  persuadió  al  Rey  Abenhut ,  que 
no  fuese  al  socorro /de  Córdoba,  por  16  qual  >^  y  por 
traer  en  su  exercito  muchos  Christíanos,  e  Mozárabes^ 
por  tener  tanta  parte  en  esta  nación  ,  según  lo  escribe  el 
Arzobispo  Don  Kodúgo  y  ^Ubro  p.  cap.  la.  y  la  Cróni- 
ca de  el  señor  Rey  Don  Fernando  el  Santo ,  y  la  CronI« 
ca  de  el  señor  Rey  Don  Alonso  el  XI«^  en  d  cap.  $  ^.  en 
que  escribe  la  genealogía  de  los  Reyes  de  Granada, 
que  procedíejron  de  los  Reyes  de  SLaragoza  en  Alragon, 
¿  por  tenerlos  por  afedos  ,  e  favorecer  á  los  dichos  Mo- 
zárabes yeChristiaoos  que  traía  en  su  Corte,  viendo  que 
se  quería  volverá  Granada  ,  ^se  conjuraron- algunos  de 
los  principales  Moros  e  caudillos,  e  lo  mataron  i  traición^ 
habiendo  llegado  á  la  fortaleza  de  Almería ,  despojando 
i  sifs  hijos ,  que  quedaron  de  poca  edad  y  con  lo  qual  los 
caudillos ,  que  tenían  las  Ciudades  en  Tenencia ,  se  alza- 
ron con  ellas  Y' y  eltjue  en  estáis  revueltas  llevó  Ja.  mejor 
Tom.XII.  I  P«- 


66 

parte  fueMahomat  Abenakunaií^.quecra  Alcayde  4^ 
Arjona  ;  el  qual  se  intituló  Rey  de  ella  luego  que  nub- 
laron al  ]S.ey  Abenhut  ^  que  fue  en  el  año  de  12^6  ^  c 
consiguientemente  pretendió  el  titulo  de  Rey  de  Grana- 
4a  y  concertándose  con  el  señot  Rey  Don  Fernando  el 
Santo ,  porque  le  entregase  el  Castillo  de  Jaén  ,  para  te-^ 
ner  el  paso  seguro  para  la  conquista  de  Córdoba  ^  como 
lo  vino  á  conseguir  ^  si  bien  con  gran  contradicción  de 
todos  los  Moros  nobles  y.  poderosos  9  y  en  particular  de 
los  del  linage  de  Solimán  ^  que  eran  de  gran  sangre »  c 
hadan  las  partes  de  ios  hijos  del  Rey  Abenhut,  c  se  cor* 
respondían  con  su  hermano  Abenadiel  j  que  fue  R(y  de 
Murcia  s  pero  con  la  gran  ayuda  del  señor  Rey  Don 
Fernando  quedó  Abenalamar  establecido  en  su  nuevo 
estado ,  habiéndole  dado  Granada  la  obediencia ,  y  á  sa 
exemplo  otras  Ciudades  j  aunque  Guadix ,  Malaga  y 
Almena ,  que  eran  guarnecidas  del  linage  del  Rey 
Abenhut  ^  tuvieron  guerra  siempre  con  el ,  y  ampa* 
xaron  á  los  hijos  d^  Abenhut,  y  nunca  lo  recono- 
cieron. 

Murió  Mahomat  Abenalamar  el  ano  de  1273 ,  ^^* 
hiendo  gozado  del  título  de  Rey  43  años.  Dexó  dos  hv- 
jos ,  el  mayor  llamado  Mahomat  Alamar ,  á  quien  asir 
mismo  llaman  las  historias  Mutleáiin  :  el  segundo  se 
llamó  Juseph ,  y  hubo  grandes  revoluciones  sobre  qual 
habla  xle  reynar  y.  porque  unos  querían  á  Mahomat  co- 
mo á  hijo  primogénito  ,  otros  al  Infante  Juseph  ^  ¿ 
otros  de  ios  mas  principales  querva  que  reynase  uno  de 
los  Aicaydes  de  .Guadix ,  ó  de  Baza ,  ó  Almería »  por 
^r.eitos  .del  linage  de  los  Reyes  antiguos  ascendiente; 
db  Abenhi^t ,  y  asimismo  por  sacar  á  los  Reyes  de  Gra^ 
nada  de  la  alianza  con  los  christianps,  c  que  de  todo  pun- 
to se  aúnase  el  poder  de  ios  Moros  >  peco  el  Rey  Maho- 

ingt  venció  todas  estas  dificultades^ con^ el  ayuda  y  ar^ 

*  mas 


*7 

mais  del  Ih£ant¿  Don  Felípé  >  hermaho  del  Rey  de  Casti- 
lla»  que  estaba  en  Granada  »  é  con  el  Don  Ñuño  Gon- 
zález deLara,  e  Fernán  Rulz  de  Castro,  e  Lope  de 
Mendoza,  c  Lorenzo  Venegas  ,  e  Alonso  Pecez  de 
Guzman  ,  é  otros  In&nzones  ,  que  desde  el  tiempo  de 
el  Rey  Mahomat  su  padre  estaban  en  Granada ;  por- 
que desde  las  vistas  que  tuvo  en  Murcia  con  el  Señor 
Rey  pon  Alonso ,  donde  el  dicho  Rey  de  Granada  que- 
dó desavenido  con  el  Rey  de  Castilla  ,  por  no  le  haber 
querido  cumplir  ciertas  capitulaciones ,  que  hablan  que« 
dado  asentadas  en  las  vistas  que  tuvieron  los  dos  Reyes 
en  Alcalá  de  Abenzaide  >  entendiéndolo  asi  Don  Ñuño 
de  Lapa,  se  fue  al  Rey  Mahomat ,  y  le  representó 
grandes  agravios  que  habia  hecho  el  Rey  de  Castilla 
á  su  padre ,  á  Don  Ñuño ,  e  á  Don  Juan  Nuñez  su  tio^ 
é  á  Lopez^  Diaz  de  Haro ,  señor  de  Vizcaya ,  e  á  otros 
grandes  hombres .  en  Castilla ,  á  quien  desaforaba  ^  é 
otras  muchas  cosas ,  e  que  si  quería  tomarlos  por  sti 
cuenta',  c  ampararlos »  ¿  defenderlos  contra. el  Rey  de 
Castilla  y  que  todos  ellos  le  servirían  >  e  ayudarían  con 
sus  gentes.  Y  el  dicho  Rey  Mahomat  hubo  de  esto  grao 
placer ,  «e  ofreció  favorecerlos  ^  e  dándoles  muy  grandes 
acostamientos  y  le  sirvieron ,  siguiendo  desde  este  tiempo 
la  Corte  de  este  Rey  de  Granada  Don  Ñuño  González 
de  Lara ,  c  otros  muchos  Ricos  homes ,  hasta  que  quedó 
pacífico  señor  en  el  reynó  de  Granada  el  Rey  Mahomat 
Mutlemin  ,  el  qual  tuvo  grande  voluntad  a  todos  estos 
Caballeros  christianos  ,  y  en  particular  á  Don  Ñuño  de 
Lara ,  que  por  lo  mucho  que  le  estimaba ,  labró  para  el 
unos  palacios  en  Granada,  que  llamaban  los  palacios  de. 
Don  Nuña  Apoderado^ei  Rey  Mahomat  Mutlemin  ea 
el  reyno  ,  no  teniéndose  por  segura  la  gente  noble  que 
habia  tenido  la  voz  del  Infante  Juseph  su  hermano ,  co- 
gieron secretamente  al  Infante »  e  todos  juntos  con  ct  se 

1  «  Dar*. 


58 

parcleróii  de  Granada  ^  c  se  fuiróh  á  Valer  del  favor  y 
amparo  del  Alcayde  de  Malaga  ^  que  había  sido  uno  %ie 
los  compaidores  en  la  pretensión  del  reyno  de  Granada 
con  los  dos  hermanos,  e  habla  tenido  en  ello  no  poca 
parte ,  como  queda  dicho  ,  el  qual  ios  recibió  dcbaxa  de 
su  amparo  /  e  viéndose  favorecidos ,  y  malcontentos  de 
andar  fuera  de  sus  casas ,  movieron  una  guerra  nueva 
á  el  dicho  Rey  Mahomat ,  y  entraron,  c  rompieron  sus 
tierras ,  é  se  las  saquearon ,  e  quemaron  muchos  pueblosi 
c  'sabido  el  suceso  por  el  Key  de  Granada  ,  envió  sus 
Capitanes,  e  asimismo  á  los  Caballeros  christianos  arrí* 
ba  nombrados )  que  estaban  en  su  servicio ,  los  quales 
pelearon  con  las  gentes  del  Alcayde  de  Malaga ,  e  del 
Infante  Juseph  junto  á  Antequera ,  c  los  vencieron^ 
matándole'  hiriendo  muchos  Moros,  ¿Volvieron  triun* 
fando  del  Vencimiento  á  Granada  al  Key  Mahomat} 
el  quúl  los  recibió  con  mucho  amor  ,  e  les  hizo  muy 
grandes  mercedes. 

Viendo  el  &ey  de  Castilla  estos  sucesos ,  deseaba, 
mucho  reducir  á  estos  Caballeros  ,  que  estaban  en  Gn- 
nada ,  á  su  servicio ,  por  ser  los  mayores  de  sus  reynos^ 
y  ellos  asimismo  deseaban  volverse  á  su  casa  e  tierra,  si 
bien  no  se  atrevían  á  dexar  á  el  Rey  Mahomat ,  par^l 
mucho  bien,  é' amparo  quede  el  hablan  recibido»  £ 
comunicando  con  éi  los  intentos  del  Rey  de  Castilla,  ¿ 
los  suyos ,  e  deseando  el  Rey  de  Granada  lo  que  mas 
bien  les  estuviese,  holgó  venir  en  los  mas  honestos  me- 
dios de  conservar  la  paz,  e  se  trataron  muchos  con  el 
Rey  Don  Alonso  de  Castilla  ,  por  medio  de  Don  San- 
cho ,  Arzobispo  de  de  Toledo ,  Infante  de  Aragón  ,  y 
para  concluir  la  platica  comenzada ,  vinieron  á  el  Rey 
Don  Alonso  en  nombre  del  Rey  Mahomat ,  y  del  In* 
fatite  Don  Felipe,  y  de  los  demás  Caballeros  Christianos 
Don  Juan  Nuñcz  de  Lara ,  hijo  de  Qon  Ñuño,  e  Gon- 


9^m 


d9 

zaio  ^uiz  de  Acienzav  y  asentaron  ciertos  capítulos ,  ¿ 
enviaronselos  á  el  Rey  Mahpmat ,  e  como  trabajase  el 
Rey  Don  Alonso  de  favpi ecer  á  los  Alcaydes  sus  con-^ 
Karios,  no  se  tuvo  por  contenta  de  estaiconcordia ,  ¿ 
respondió  á  el  Rey  £)•  Alonso,  qiie  desamparase  á  los  A^ 
cay des,^  e  que  le  ayudaría,  con  23500  maravedís  en  plata 
y.  cci  oro ,  para  los  gastos  del  viage  que  quería  hacer  á  el 
Imperio  )ic'«con  codas  estas  demandas  e.respuescas  no  se 
sabe  que  por  entonces  se  concluyese  nada',  con  que  ser 
volvieron  á  Granada  Don  Juan  Nuñez  de  Lara ,  e  Gon^ 
zalo  Ruiz  de  Atienza  $  e  Don  Fernán  Ruiz  de  Castro, 
grande  hombre  en  Castilla  ,  que  estaba  en  Granada  en 
servicio  del  Rey  Mahomat  con  los  demás  .caballeros  de 
su  confederación ,  determinó  volverse  á  Castilla  á  servic 
á  el  Rey  Don  Alonso  su  señor.  É  viendo  entonces  el 
Rey  Mahomat  la  poca  resolución  que  en  Toledo  se  ha% 
bia  tomado,  se  resolvió  á  entrar  poderosamente  por  tier- 
ra de  Christianos  con  los  demás  Caballeros  Castellanos^ 
y  hacer  el  mal  e  daik>  que  pudiese  á  el  Rey  Don  Alon*^ 
50 ;  c  habiendo  entendido  esta  resolución  el  Infante  Don 
femando  de  la  Cerda ,  que  estaba  en  Córdoba ,  y  de* 
seándo  evitar  los  daños  que  era  fuerza  se  siguieseus  en 
aquella  entrada  ,  envió  en  nombre  del  Rey  Don  Alón** 
so  su  padre  á  Don  Juan  Gonzaiez ,  Maestre  de  Calatra«i 
va,  cautelosaoiente  á  que  traíase  con  el  Rey  Mahomat^ 
que  si  volviese  á  el  tratado  se  levantaría  la  mano  en  fa<* 
vorccer  á  los  Alcaydes  sus  contrarios ,  e  quedarían  en  sa 
fuerza  los  conciertos  hechos  en  Alcalá  de  Abenzaide.  £ 
aunque  pesó  mucho  á  el  Rey  Don  Alonso ,  no  tenien^ 
dose  por  seguro  de  el  Rey  Mahomat ,  vino  en  ello ,  pat 
xecicndole  concertarse  con  él  antes  de  la  jornada  que 
tenia  determinada  á  el  Imperio  ,  y  el  Don  Alonso  envió 
k  Córdoba  á  la  Reyna  Doña  Violante  su  mugeC)  para 

gue  por  su  mano  S9  hiciese  Jia  copcocdia  4:ntre  íos  dos 

Re- 


7^  . 

SLeyes :  ¿  Habiéndose  dado  seguro  de  ana  1  otira  parte/ 

para  juntarse  en  Córdoba  f  se  dieron  en  rehenes  doce 
hijos  de  Caballeros  Castellanos  ^  e  otros  tantos  Caballé- 
fos  Moros  de  Granadas  por  seguridad  de  ambas  par- 
tes» ¿  de  parte  del  Rey  Mabomati  y  en  su  nombre  vino 
Don  Ñuño  Gonzales  de  Lara ,  con  lo  quál  se  concluyó 
la  concordia ,  é  se  hicieron  los  dichos  concienos  entre  * 
los  Reyes  $  c  habiéndolos  firmado  la  Reyna;^  pasaron  i 
Granada  para  que  los  firmase  el  Bley  Mahomát  con  Doa 
Ñuño  González  de  Lára  ^  el  Maestre  de  Calatra va ,  c 
Maxtin  Rttiz  de  Ley  va  $  ¿  pareciendo  forzoso  y  para  ma- 
yor firmeza  de  los  contratos  c  capítulos  de  ellos  ^  con^ 
cerraron  verse  los  Reyes  en  Sevilla ,  donde  concurrieroa 
etaño  siguiente  que  es  de  1274,  llevando  el  Rey  Ma- 
homát en  su  compañía  á  todos  los  Caballeros  chrisüanos 
que  le  servían ,  todos  nobles  ^  e  que  tenían  Estados ,  co-  " 
mo  Don  Juan  Nuñez  de  Lara .  Esteban  Fernandez  de 
Castro ,  Lope  de  Mendoza  ,  Lorenzo  Venegas ,  é  Alon- 
so Pérez  de  Gazman.  £i  Rey  de  Granada  fue  por  Cor-  ' 
doba ,  á  donde  fue  honocificaqiente  tecibldo  de  la  Rey- 
na  Doña  Violante  de  Castilla ,  e  de  el  Infante  Don  F er« 
nando  su  hijo ,  y  de  allí  partieron  todos  juntos  á  Sevilla, 
donde  los  aguardaba  el  Rey  Don  Alonso  >  é  habiendo^ 
se  visto  los  dos  Reyes ,  se  recibieron  con  mucho  amor, 
e  se  confirmaron  los  capítulos  de  la  concordia ,  sien- 
do uno  de  ellos,  que  el  Rey  Don  Alonso  habia  de 
alzar  la  mano  del  favor  que  daba  á  los  Alcaydes;  e  ha- 
biendo parecido  á  la  Rey  na  Doña  Violante,  c  á  su  hijo 
el  Infante  Don  Fernando ,  que  el  ReyJSiahomat  move- 
ría luego  la  guerra  á  los  Alca  y  des,  le  pidieron  muy 
apretadamente  les  concediese  dos  anos  de  tregua  ,  y  el 
Rey  Mahomat  por  los  ruegos  de  la  Reyna ,  e  del  In* 
fante,4es  concedió  un  año ,  no  sin  gran  sentimiento  su« 

yo  {  ¿  volviéndose  á  Granada ,  lo'  salió  acomfRañando 

hasw 


7* 

fiásta  (atu  éc  ía  CiaSád  el  Roy  ^ei^scUk}  y  d  Kcy¿ 

de  Granada  fue  descontento  9  no  se  acabando  de  asegUft 
rar  4e  ios  attiñclos  del,  Rey  D6n  Alonso ,  e  de  que 
miemias viviese, habla' de favoxeccr  a  los  Alcaydies.de 
Almecía ,  Guadix  &c.  é  no  asegurándose  el  Rey  Mafaof 
mat  de  ellos  >  teniéndolos,  por  rebeldes  ^  por  la  continua 
guerra  que  á  el  c  á  su. padre  hablan  hecho ,  c  pareciem 
dolé  buena  ocasión  la  de  la  ausencia  del  Rey  DonAloo^ 
so  5  envió  sus  mensajeros  á  Jacob  Abenjucef ,  Rey  muy^ 
poderoso  de  Marruecos ,  solicitándole  para  que  con  sus 
gentes  pasase  á  Espaüa  á  conquistar  los  reynos  de  loa 
christlanos^  ofreciéndole  para  ello  todo  su  poder  y  y  los 
Puertos  de  Algezira  é  Tarifa ,  donde  pudiese  desembar^. 
car ,  y  estar  abrigada  su  armada  $  c  para  dar  principio  i 
lo  referido^  i;omenzó  á  dar  quejas  á  el  Rey  Don  Alons% 
de  que  acabado  el  ano  de  la  tregua  quería  dar  su  favor 
á  los  Alcaydes ,  que  eran  sus  rebeldes  i  los  quales,  tcr  - 
miendo  que  por  la  ausencia  del.  Rey  Don  Alonso  ^  in- 
tentaba el  Rey  Mahomat  ir  sobre  ellos  con  el  poder  c 
ayuda  del  Rey  de  Marruecos  ^  á  les  hacer  guerra ,  se 
concertaron  ,  reduciéndose  á  su  servicio.  Movido  de  las 
cartas  del  Rey  de  Granada  ^  vino  Jacob  Abenjucef^  Rey 
de  Marruecos  á  España,  con  poderosa  armada  ^  e  se  apo» 
deró,  de  Tarifa  e  Algezira ,  e  hizo  guerra  al  Rey  Don 
Alonso  por  la  parte  de  £cija ,  y  el  Rey  de  Granada  enr^ 
tro  por  la  parte  de  Jaén. 

£1  exercito  dct  Rey  de  Marruecos  se  movió  contra 
£dja,  y  salióle  al  encuenjtro  DonNuJio  González  de 
Lora  9  que  ya  se  habia  vuelto  al  servicio  del  Rey  de 
Castilla  y  al  qual  1q  habla  hecho  Adelantado  de  aquella 
frontera  ^  ¿  habiendo  venido  los  dos  á  la  batalla ,  ven- 
ció el  Rey  de  Marruecos  ^  c  mató  á  Don  Kuño  Gonza* 
lez  de  Lar  a ,  y  le  hizo  cortar  la  cabeza ,  e  se  la  presen*^ 
jtQ  al  Rey  Mahomat  de  Granad»  ¡  ei  cjual  recibió  grap 


/" 


1^  '  , 

pesakr  de  la  muerte  de  Don'KaSo»  aunque  había  fedbv- 
éaplaccr  de  el  vencimiento  de  la  batalla  ^  y  mandó  11c- 
vzt  la  cabeza  honoríficamente ,  e  buscar  el  cuerpo,  c'  lo 
aiandó  cnterrari  éneamente •  con  ella »  confesando  qoc 
por  Don  Ñuño  reynaba  en  Granada»  £n  esie  cncucnuo 
murió  asimismo  Don  Sancho ,  In£aime  de  Aragón  ,  Ac- 
sobispo  de  Toledo  ,  al  qual  llevándolo  cautivo  QzmtOi 
jiermano  del  Rey.  Jacob  Abenjucef ,  Rey  de  Marrue* 
c;os  9  lo  quisieron  enviar  al  Rey  su  hermano ,  y  los  Car 
pitanes  del  Rey  de  Granada  lo  querían  enviar  ásu  Rey, 
y  habiéndose  travado  sobre  ello  entre  los» Moros  Africa- 
nos y  Granadinos  una  muy  cruda  pendencia^  llegó  Ar« 
rayaz  Abenacar  ^  Caballero  principal  entre  ellos ,  y  con 
una  azesgaya  le  dio  una  herida  en  el  hombro  ^  y  lúe* 
go  murió  de  ella  el  Infante  y  Arzobispo »  con  lo  qual 
cesó  la  contienda  dé  los  que  peleaban  sobre  quien  lo  ha- 
bía de  llevar. 

-  ■'  A  el  fin  de  muchos  reencuentros,  que  el  Rey  de  Gra« 
nada ,  y  el  Rey  de  Marruecos  tuvieron  con  los  Cbris- 
tiaoos ,  vinieron  á  hacer  treguas  con  el  Rey  de  Castilla 
por  dos  años ,  y  el  Rey  de  Marruecos  se  pasó  á  Afri* 
ca,  y  el  de  Granada  cuidaba  de.  fortalecer  su  Ciudad 
tle  Granada ,  e  la  insigne  fortaleza  de  la  Alhambra, 
que  es  de  los  mayores  edificios  de  toda  España  ,  poc 
-haber  ido  creciendo  con  los  tiempos  de  manera ,  que 
mejor  se,  pudiera  tener  en  cuenta  de  Ciudad,  que  de 
fortaleza ,  y  real  Palacio ,  e  habiendo  muerto  el  Iq« 
iante  Don  Fernando  de  la  Cerda  ,  hijo  mayor  de( 
•Rey  Don  Alonso ,  c  por  su  ausencia ,  Gobernador  de 
los  rey  nos  I  e  sucediendo  en  el  gobierno  el  Infante  X>on 
Santho  ,  su  hermano  segundo ,  intentó  talar  la  Vega, 
para  lo  qual  juntó  muchas  gentes  en  Alcalá,  de  Aben- 
-2a^yde  »  y  reconociendo  el  &ey  de  -Granada  su  intento^ 
juntó  en  Moolin.sus  gentes-,  y4ietónse-la  batalla ,  en 


73. 
qtie  de  ani'  7  ótti  {)árté  murieron  muchos  ,^  ié  de  los 

Christianos  murió  Don  Gonzalo  Ruíz  Girón ,  Maestre 

de  Santiago  ,  con  mucha  gente  lucida  ^  de  cuya  muerte 

hubo  el  Infante  Don  Sancho  mucho  dolor.  Otras  seme^ 

janees  batallas  hubo  en  este  tiempo  en  la  Vega  deGra^ 

nada  1  con  diferentes  sucesos ,  á  los  quales  se  siguieron 

las  tteguas  »  que  hicieron  el;  Rey  de  Castilla  ,  y  el 

Rey  Mahomat  Mutlemin  de  Granada ,  el  qual  cuvd 

muy  estrecha  amistad  con  el  Rey  Don  Jáymé  el  se« 

gundo^e  Aragón,: por  cuyo  medio  ofreció  ayudar  i 

el  Infonte  Don  Alonso  de  la  Cerda  ,  que  pretendía  ser 

Rey  de  Castilla» 

Murió  el  Rey  Mahomat  de  Gifiínada  año  de  1 302, 

habiendo  rey  nado 'ireinte  y  nueve  años^  Tuvo  el  Rey 

de  Granada  do»S' hijos,  y  una  hija?  el  mayor  *  llamado 

Mahomat  Abenálamir,  y  como  quieren  ócros,  Abenala* 

mir  Atenazar)  él  segundo  fue  Uaáiado  Mahomat  Mi« 

laal  Mutliemin^  Sucedióle  en  elreyno  su  hijo  mayor  Ma« 

homat  IV.^  el  quai  ¿ontiñuó  la  gueri»  contra  el  Anda*^ 

lucía ,  qiic  su  padre 'iíabiac0ménzadó,  y  ganó  á  Que^- 

^da ,  y  á  Bedmar ,  y  por  otras  partes  entra  á  hacer  el 

mayor  daño  que  pudo  ^  ayudando  para  ello  los  lúfan* 

tes  lios  del  Rey  de  Castilla ,  Don  Diego  López  de  Ha- 

ro  I  y  Don  Juan-Nuñez  de  Lara  \  y  Esteban  Fernandes 

de  Castío ,  ¿  AtVM  -l^erez  Osorlo^  e  López  de  Mendo^' 

aa'y  ¿  otros  grandes  hombres  del  rey  no  de  Castilla  ^  con 

io  quál  cesó  de  dar  /  é  pagar  las  treguas  ,  que  su  padre 

¿  abuelo  hablan  pagado  á  los  señores  Reyes  Don  Fer«» 

«ando ,  <f  Don  Alonso  5  pero  después  que  Dios  fue  ser-^ 

Vida  i]ue  el  Rey  Don  Fernando  gozase  de  los  reynof 

quieta^  e  pacificamente  por  la  buena  industria  de  la  Rey- 

na  Doña  Marta  su  madre  1  háUáñdosd  en  Sevilla  envió 

S(is^  Embaladores'  i  el  Rey  ;de  Granada  ,  que  fueron 

Fernán.  Qdmtt  de  Mici^  1  só  ChaociUeri  ¿un  Judio  lla^ 

Tm.XIÍ  Jk  ««1 


el  Key  Don  f ernando  hacia  crecida  •  merced.  Cl  Rey 
Mahomat  Abenalainir  recibió  á  ios.  £inb«ixadores  con 
aiucha  carkja  ,  c  luego  se  empiezé  Ácratar  de  la. paz, 
éjCQjfíQQfdi^  $le  losólos  I^^yes^  4:  h^IgP*  mucho^de ello 
4  Rey  de  Granada,  c,se  ^onceno  uaa  tregua ^.9  ano 
de  los  capítulos  de  la  alianza  fue  :  qM  cad^  uno  ^r  hi 
^kbi^s  fieyes  fc^  qu^d^e  con  aquello  quiJ^ubie^e,  ganado  a  il 
gtrú  \  e  asi  ^e  ;vi»p.:^  q^^a;  elR.ey.de  C^stUlajTÓn^Taút 
{a,,y^eldeGr;i^d¿¡coft  Alc^u^^^  c  jEjcd: 

mar,  e  coAtodorlo^depias  que^el  Rey  Mafaromac  Miit* 
lemin  habia  ganado  antes ,  e  después  de.  la  ipaecte  del 
Rey  P95  §a|}ctipt7tf»íjlrí5.44.  ¿cy,  Dorj.  fírn»ndo,  c 
que  el  R^y  ,dc  Qkm»^  pagase  la5^f)aria§.  9  ^l  Rey  dtf 
Castilla; ,  íípfíiftilap,  h^\m\  pagado  su  pr^drfti  ei  %cy.  Doa 
Alonso  ^e  hacendóla  firmado  el  ^^y.jí^Gxpja»^  ,  hi*! 
cieron,lo  misado  }qs  EmbaxadoreS;.  de  Castilla,  eo  nom-r 
l^rp.de  s)f,  jB^(r«i qj^A-á  est^.ticoigOiS^hs^Ubaif^  Córdoba^ 
a^on^c  ^ijvió  é^,9,c5^;4<t  CrdO*<ilfi  .UAiEmb^xadoi;,.que 
S?  ¡lljojiaJ^ft  ;MahopM  «i  ^^il^í^Q  áJp ,  losf  mg?  pf  ioc;píMcfi 

<lí»ifiPFSClW9Ji«»yc!bkn':flii^6y  Dw  Éerí)andoi».<?:le.hir. 

S^á?i^F¥«^.:q«Ví  fDt^aip§ipraa<iiíCri5|  ififutas*  <dci 

ft^.jcn  rGra^ajlai,  (^i  B,ey  d&^GraD^d^  consiguió.  ló,qyj^ 
A  flj^etendisi ,  cQppod Wndpselo .  el  '.B^ey  .Don  f  ^(»fvio¿ 
Cjcqn^ímfiíjiip  M  t|^SWí)Oi:;.algiinpsaQq5.,-  .4»  l0$,<pMi"5 
l¿,gq;íjV<?«¡f¿ct-^«?iiH^  losn^oros- ,  Q-JosCjití^tistnosi 
^iq«§?  lWi«SI9Sía,.l<».otc<»;5?  foicKSíP  j<3&daño5;qae  .1» 
gvcrra  tr^c  t^Sj.dc^úfe  í^unqne^n  e$íft.tie«po  i\o.  tuvo, 
CljRey  Afiafeqinas  guerra  ;cpi)  ^os.QnÍ5tiaíiosí.TioIe  fali 
^oagucjE|r;is  <jÍ4iffifj$fioas  |. parque  ;ut\  cmiá»  dd  Rey 
^jLgh9S|a|(  ff^\S$  ^llAffwl^a)  Abf«bili/Qíma»  «lúe  •ocroc 


t 

quieren*  I  corrompIeñ(l9  ¿i  vocabk>^^tS'4io  sabiendo  Ja 
kngua  Arábiga  y  ó  no  entendiendo  ta  bis(oria ,  Uamab- 
le*  Abeñabb  /lie  apoderó  üeiai  Ciudad  xie  •Aimeria  ^  doitl- 
de  como4)tteda^  dich^o ,  ihaiiiron:tiranl(XtÍQent^  á  ^svi  pc^ 
decesor  Abenh;ató  e' lugOise  Uamó  fiíeijrv  pceteodictiidé* 
le  echar  de  la  silla  real  de  Granada  á  sa  cuñado  el  &ey. 
Mahomat ,  dando  por  razón. ,  que  se  mpvia  i  eista  pre« 
teqsion  i  pdrel'xlei:ech9^jqae  cenia  r^  aq^iel  leynó  pc(r 
sucesionidel  Rey  Aben (mV  sa  ^rimo,  é  asíaiismo  por  ser 
el  Rey  Mahomat ^iegO'i  d  qiía^  aunque  rno  lo  ersxies»- 
de  su  nacimiento ,  por  algunos  accidentes  había  venido 
á  perder  la  visca  5  é  aunque  á  los  principios  dieron  cui- 
dado á  el^Rey  Mihomatc^ioinsovimíentos^  íinalmeote 
la  Ciudad' de  Aláieria  vino*  cott  los  demás  piieblos  á  el 
poder  del  Rey  Mahomaó' , .  ¿  Abrahin  ^  ^endese^  despo- 
jado j  é  con  tan  poderoso  enemigo  >  sé  p^sé  á  África  coa 
intención  de  hacer  todo  eloial  que  pudiese  á  el  Rey  de 
Granadal  é>cQrf>¿sto  só  apoderó  en  lácosta  de  África  de 
Zetita,  queeradblRey  deXjráñada^,  é  habiéndolo sa^ 
bido  el  Rey  Mahomat  ^  e»vió  á  llamar  á  su  cuñado^bl 
Alc^yde  de  Malaga ,  á  qiiien  el  queria  y  estimaba  mu^ 
cho  y  no  so)o  por  estar  casado  con  la  Infanta  su  hermar 
na-)'^  Aáó  por  la  sangré  que  tenia^con  Abrahíi^ ,  porque 
ya  quididt  dicho  qut  estos  dos  «ran  primos  mu^  cercan 
nbs4iq[o..del  oteo,  ¿por  ser  su  cuñado  e  amigo  \  le  había 
obligado  a  hacer  gtan  confianza  de  el ,  y  así  le  mandó^ 
que  en  4as  fustas- d¿  la  armada  que  el  Rey  Mahomat  re- 
inal %n  'sus  costas  y  pasas¿^  liafeg4>iá>  Africaí ,-  y  jcobrasé^'^ 
Zeutb  del  poder  4e  Abr aivin' '  su  p^r ient&y  como  lo  hi^ 
\soí4¿/^  lo  cpiXÚ  se  dio  el  Rey  de  Granada^  fior  tnay  serw 
-vklo^4cl'  Alca  yde  de  rMalága;. .  ^^  ^  !  . .  ^  j 
-  i.i  £t>€sre:^empo^l9sriLeyesfv  de  Castilla  'é  Aragón  ht- 
)ácion)4^gaÜQ»xitra  eUlRey)  dchOranaáa ',  la»qoal  se  acabo 
*4qasomsw:c«n>  Albalil  do  Heparesíi,  4]k)oAc¿  etiRey  db 

o.  f  ir  •  Ara- 


7^  _   .. 

Aragón*  hafoia  en viadio  su  Eniba^doif  con  cumpíitios  po-^ 

dcrcs  I  para  que  se  efeduasen  los  conciertos  ^  como  se 
•bizo^ofredeiiilojetRjey  Don.  Fecnáodo  de  Castilla  ^  de 
4at  á  el  Rey  Doft  Jay me  de.  Aragón  la  tercera  parte 
4c  lo  4ue  se  cop^tti&tase  $  cosa  dura  á  d  párecet  de  ma- 
chos de  los  del  Consejo  del  Rey  de  Castilla  ,  los  qualcs 
dieron  parecer  ,  que  no  se  debia  concluir  la  liga,  ¿ 
que  emyeniáipor  entonces  scfuspendiese  el  intento  que 
tenían  estos  dos  Reyes.'  Y  d  Rey  de  Granada  temerot  o 
•de  >esta^  )knta ,  c  parcelándole  que  cada  dia  iba  cobran- 
do mas  fuerzas  pasando,  adelante  ,  resolvió  enviar  sus 
•Bmbaxadores  á  el  Rey  de  Marruecos ,  pidie'ndolc  su 
favor  ^  e  para  obligarle  á  que  se  le  diese  >  entre  otras 
¡razones  te  puso  delante  la  de  la  Religión  $  c  que  si  en 
«sta  ocasión  no.  le  ayudase , ,  sin  duda  se  acabarla^  de 
extinguir"  eñ  España  de  todo  punto.  £  habíe^'odose  con* 
cluidó  la  liga  entre  los  dds  Reyes  y  sin  embargo  de  la 
ránuáditíoxi qne  bidlefonJoidfl  Consejo  ^  como,  queda 
dicbóy  eVRey  de^CastUla  cercó  i  Algecifa  ^  y  el  de 
Aragón  i  Almería  4  el  de  Castilla  puso  d  cerco  en  fin 
del  añb  dt  i^op  ,  y  el  dé  Aragón  en  el  mes  de  Agosto 
<lelaño  sigoicQtes  y  este  íile  un  cargo  de-  gran  > sentí* 
ániento  .que  el  Rey  de. Granad^  tuvo  del  Rey  Dob  Jay* 
4ne:dc  Aragón ,  habiendo  eoEperimentado  que  el  Rey  de 
jAragon  faltase  a>la  gran  /amistad  que  entre  el ,  y  el  de 
.Granada  habían  tenido  , .  e  que  no  soIq  le  hubiese. j^U* 
^o  en  dar  .arnUida  que  iueor  en  África  en  iavor^  de 
AbraMnjpaf  a,  la  conquista  dcíZoutar^  ^ioo  que; ahora  Se 
ligase  con  clRey  de  Castilla  ve.  hubiese:  venido  i  divesp. 
-tickif^ofiienfl ose. sobre  Almeifla  s  é  tras  de  esto  decía  el 
Rey  Mahomat  ,  que  que  tenían  que  ver  los  Reyes  de 
Aragpp  ch  laiCtínquistá  de  Granada  ¿  su  reynoy  tocan* 
dCr.eso.soio  áulo;  Reyes  .de  Cas&lla>tio^Ut;poc^afir 
d»s  fr0&tcxas;>dQoál  un  reyíip  ea  lai  dei  Qtsoj^fiioa;por 


1«1M 


\\  77 

las  partas »  que  los '  Keyes  de  Granada  liaiiian  pagado  á 

los  de  Castilla  mucho  tiempo  iiai>ia  >  e  aunque  el  BLey 
de  Granada  se  compusjo.por  entonces  con  el  Rey  die 
Castilla ,  dándole  dineros  /  c  las  Villas  de  Quesada  ,  c 
Bcdmar  ^^c  Torres  de  Quadros ,  e  Aibendin  ^  con  que  se 
levantaron  ios  cercos  de  Almería  c  AUecíra,  habiendo 
durado  el  dicho  cerco  siete  m^cs  y  con  que  estas  dos 
billas  qiiiedaron  en  poder  del  JELey  de  Granada  i  comQ 
siempre  lo  hablan  estado  $  no  por  eso  hubo  mas  quie« 
tudy  porque  el  Infante  Don  Pedro ,  hermano  del  Rey 
IDon  Fernando,  le  dio  guerra  por  la  parte  de  ,....••.•••; 
c  la  tomó ,  e  no  eran  para  el  Rey  Mahomat  los  mayo- 
res enemigos  ios  Christianos ,  e  los  que  mayor  cuida^ 
do  le  daban  ,  habiéndose  levantado  dentro  de  su  casa 
uno  tan  grande ,  qual  era  el  Infante  Mahomat  Aben* 
lemin  su  iiermano ,  el  qual  viendo  á  el  Rey  Mahomat 
viejo  ,  e  cargado  de  guerras  y  enemigos  ,  se  rebeló 
CQOtn/'cly  valiéndose  del  favor  de  la  mayor  parte  de 
ia  nobleza  de  Granada  ^  la  qual  decia  ,  que  aquel  rey-^ 
mo  necesitaba  de  un  Rey  libre  de  achaques  ,  e  que  tu** 
viese  desembarazadas  sus  potencias ,  ¿  que  los  pudiese 
defender  de  los  Chrístianos^e  gobernarlos  en' justicia,  c 
fiieroiYitani  poderosas  xsus  tazones  coii  el  pueblo ,  que 
puda  ¿Mofante  Mahoaiat  Abenlemin  prender  á.ei  Rey 
sa  hermano  ,  c  enviarlo  preso  con  mucha  gente  de 
guarnición  á  Almuñecar ,  donde  le  tuviesen  muy  á  re-. 
caudoi  hasta  que.  el  Infante,  se. apodecó  del  veyqovY 
se  ^ió  en 'pacifica  posesiofa^  e  entonces  mandó  .vpiverr  á 
^li  hermano  á  Granada  ,  e  contra  las.  le^es  naturales 
ede  las  gentes  le  mandó  matar  ,  con  lo  qual  vino  á  mo^ 
rir  Mahonut  a  manos  de  su  hermeno ,  e  no  se  sabe  quq 
dexase  hijos.  .       ^  .  *  .    •  '-* 

^::  ¡.Como  Mahomat  Abenazar  Abenlemin,  quitase  tan 

tiranicamentft  la  vida  ,:y  el  royao  4  Mahomat  Abética* 

min 


7« 

'min  su  heraiihOy  quiso  la  Giondad divina  ^  qnele  dui 

rase  poco.,  porque  apenas  empezó  á  gozar d  -reyaoi 

quando.  el  Infante  Don  Pedro,  por  mandado  del  Rey 

I>Qn  Fernando  su  hermano ,  vino  sobre  el ,  d^l^  cercó  á 

^Alcaudete ;  ¿  aunque  los  Moros  defendieron  la  «Villa  va^ 

liencemente  por  espacio  de  tres  meses ,  no  pudieron  resis* 

tir  mas  tiempo  la  fuerza  de  los  Christlanos^  ríndiendosq 

y  el  nuevcTRey  de  Granada ,  y  el  Reyxle<CabtaHp  ^  des^ 

pues  de  este  suceso  hicieron  treguas,  e  trararoh  de  jun** 

tarse  para  ir  contra  Farrachen ,  Alcayde  de  Malaga^ 

cunado  del  Rey  Mahomat  Abenlemin  ,  casado  con  su 

hermana  ,.  como  queda  dicho  ;  el  quaL  permitiéndolo 

Dios  así,  hacia  cruel  guerra  á  el  Rey  su  cuñado ,  porque 

supuesto  que  este  la  habla  hecho  á  su  hermano  ,  hasta 

quitarle  la  vida  y  el  rey  no,  parece  que  no  era  mficho,* 

que  Farrachen  ,  casado  con  su  hcrmsma ,  se  la  hiciese  á 

c'l ,  hasta  quitarle  el  reyno.   :  ^    , 

,   No  se  pudo  concluir  la  liga.que  losdos  |(jeyes  ha* 

bian  tratado  co<ntra  el  Alcaydie  de  Malaga ,  por  habet 

muerto  eLRey  Don  Fernando^(#)  poco  después  de  haber 

ganado  á  Alcaudete  $  con  cuya  muerte  cobró  mas  alien^ 

to.et  Alcayde  de  Malaga,  por  vería  ^u  cuñado  c  mayor 

enemigo  el  Rey  de  Graaadai  sin  el  favor,  que  iri viendo 

eLRey  Don  Fernando  se  podía  pcometet:;  el  qúal  secre-* 

tamente  se  disgustó ,  y  envió  un  hijo  sayo  llamado  Is^^ 

«ael  ¿  Granada  ,  que  coa  el  ^yuda  de  Ismhí ,  principal 

j|dqro,iamiga  de  Farrachen, xle  Ios.Benan)annes.de'Mar^ 

citccos,  gran  .enemigo  del  Rey  Máhomat  ,é  con.  la  dé  otro 

Aloro  llamado  Abeommin  y  c  otro  llamado  Valaqpísí 

que  eran  muy  poderosos  en  .Granada  ,  dio  tan  croel 

guerra  á  su  tio  el^  Rey  Máliomát ,  que  habiéndose  apo* 

derado  de  la  Ciudad,  retiró  á  el  Rey  al  Alhambra>eoi» 


í.  .'.    ••    .'m  :    '-.  •í;..-'*:  r.:   .       /i,  .  .  ^mu* 


•  <*>  '&tc  Don  Fernando.  fVt&tt  üdskflUfi^dói^ 


i       i 


19 
déla  gente  t de  su  devoción >  e  fueron  tan  recios^ 

los  combates  que  Ismael  le  dio,  que  se  halló  necesitado^ 

de  enviar  á  Sevilla ,  donde  se  hallaba  el  Infante  Don  Pe* 

dro  y  por  socorro  >  y  holgó  mucho ^ellnfant^de^ctiviar^ 

sele ,  por  ser  su  amigo,  i  partió  de  Sevilia  para  ki  Ciu-^ 

dad  de  Córdoba,  donde  juntó  la  (ñas  gente  que  pudoy 

y  entró  por  ella  por  tierra  de  Morosvpero  nb  por^óso  de&l 

caeció  H  resolución  de  Ismael ,  antes  apretando  mas  ef 

cercó ,  obligó  a  el  Rey  Mahomat  á^que  le  enttegásd  d( 

Aihámbra,  y  á  ponerse  en  las  manos  de  Ismael  su  sobria 

no  s  el  qual  ti^vo  mas  caridad  que  el  había  tenido  con  su^ 

hermano,  pues  no  le  quitó  la  vida,  pudiéndolo  hacer j 

antes  le  did  la  Ciudad  de  Guadix  en-  que  viviese  »  coíHof 

nd  se  llamase  Rey  de  ella ,  ni  de  i>tta  parte  ^  'sino  qM 

el  absoluto  e  soberano  ¡nombre  de  Rey  $e  quedase  "^^ 

ra  el  dicho  IsmacL  Hallolen  algunas  historias  haber  rey«^ 

nado  este  Rey  Mahomat  I V.'^qufttn)  años  y  siete  íne^ 

sess  otros  no  le  quiereitdar  mas  qup  dos  años  de  reyná* 

do.  Lo  primero,  tengo  poc  -mas  cierto ,  porque*  veo  qutf 

fue  despojado  del  r&yno  :á  el  ñu  del  año  de- 1 3 1,3.  *   ,  :  j 

:>  .  fHabióndo  sucedido,  conio  habernos  visto,  en  eí  réy-^ 

no  ide  Graiiada*  Ismael  al  Rey  Mahomat  su  tio* ,  Se  ve^ 

como  cesó  la  linea  de  ios  Ab^nlemines  por  linea^  de  va«^ 

ron  y  <  y  volvió;  á  su  lugar  iaMdel  Rey'  Abenhüt  y  f>ti'' 

fMúS.  Rey  da  Granada  9  cuyo  descendletite-  poV  vironr 

era  Ismael ,  por  su  padre  farrachen  Akayde  de  Mala4 

gá  ,  y  'también  era  ^descendiente  del  Rey>  Mahomat 

AheoaiamaT  el  primero  ,  por 'parre  de\su  ttiadre'^  cuya 

sUcesionduróen  Gráng*da77  años,  desde 'd;Rey  Mahomao 

Abeoalamár  ,  hasta  el  R^y  Ma^einat  Ab^ntemin ,  que 

fiic  el  1V*°  de  este  nou^bre  ,  y  último  de  los  Abenala- 

mines.  Este  Rey  Ismael  tuvo  tres  hijos  ;  el  primero  sd 

l|amid.  Mahomat ,  como  su  abuelo. nutenu)  \  el  segundo 

se 


"^•í 


8o 

se  ilamó  Farrachen  *  coino  su  abuelo  paterno  s'  d  tct^ 
cero  se  ilamó  Ismael  como  su  padre  >  de  los  quales  el  prl- 
ipero,  y  el  postrero  llegaron  á  ser  Reyes.  Retirado  Ma- 
homat  á  Guadix,  e  viendo  el  Infante  Don  Pedro  á  Is* 
cnael  apoderado  del  reyno  de  Granada .,  c  habiendo  de 
ello  gran  sentimiento ,  cercó  á  Rute  ,  n;iuy  fuerte  forta- 
leza I  c'  los  Moros  á  el  cabo  de  tres  días  de  su  cerco  » la 
entregaron  en   poder  del  Infante  Don  Pedro,  no  sia 
grande  admiración  de  haber  rendido  en  tan  breve,  tíem- 
pp  un  inexpugnable  exercito  e  fortaleza  >  de  lo  qual  re-, 
cibió  gran  pena  el  nuevo  Rey  Ismael^  y  el  Infante 
Don  Pedro  se  contemó  con  haberla  ganado,  e  sin  querer 
p^ar  mas  adelante ,  se  volvió  con  sus  gentes  á  Córdo- 
ba ^  e  aunque  todavía  estaba  retirado  en  Guadix  Ma« 
homat ,  no  por  eso  cesaba  de  volver  á  la  pretensión  de 
recobrar  lo  perdido ,  antes.se  hizo  fuerte  en  su  Qu- 
dad  ,  ¿  desde  ella   procuraba   solicitar  á  el   Infante 
Don  Pedro ,   para  que  le  ayudase  contra  Ismael ,  sa 
^briuQ.y    y  ace^tajidQ  á  estar  el. Infante   en  Ube- 
da ,  holgó  de  ir  i.,  sdcorrer  i  Mahomat  ;    para   lo 
qual^untó  á  los  Maestrea  de  Santiago  y  Calatrava,  ¿ 
habienda  proveído  de  bastimentos  necesarios»  entró  el 
Infante  en  persona  con  sus  gcAtes  en  tierras  de  Granada* 
tY  el  nuevo  Rey  Isma^el ,  que  se  jiallaba  prevenido,  ea^ 
yió  contra  el  i  Qzmin  con  buen»  y  lucida  gente,  e  Mar* 
tes  9  de  Mayp  tuvieron  entre  Moros  y  Christianos  una 
snuy  sangrienta  batalla  cerca  de  Alicun ,  donde  murió 
mucha  gente  de  Ips  Moros,  y  entre  ellos  quarenta  Al- 
ca y  des  ,  y  iQUcbQS  hombres  principales,  que  eran  dé  ló 
mas  ilustre  de  Granada  e  su  reyno ,  e  los  Christianos  si- 
guieron el  alcance  hasta  cinco  leguas  de  la  Ciudad  de 
Granada  ,  prendiendo  c  matando  á  muchos  de  los  Mo- 
ros. Con  este  suceso  quedó  Ismael  muy^  quebrantado ;  y 

9b 


Si 
estando  en  este  estado  volvió  el  Infante  á  correr  la  vega 
de  Granada ,  haciendo  mucho  estrago,  c  se  volvió  áCor-* 
doba  I  sin  que  el  Rey  de  Granada  se  atreviese  á  salirlc 
á  el  encuentro :  algunos  dicen  que  no  lo  hizo  por  temer 
la  gente  del  Infante ,  sino  por  no  divertirse  en  eso  del^^ 
cerco  ,  que  en  este  tiempo  queria  poner  sobre  Gibraltar. 
Lo  qual  sabido  por  d  In^nte ,  se  previno  por  mar  ¿. 
por  tierra  ,  de  manera,  que  aunque  el  Rey  Ismael  habia 
empezado  á  caminar ,  le  fue  forzoso  volverse  á  Granada, 
€  el  Infante  le  volvió  á  correr  las  tierras ,  hasta  llegar  á 
tres  leguas  de  la  Ciudad  $  e  habiendo  visto  que  no  sallan 
de  Granada  á  hacerle  resistencia  ,  fue  dando  vuelta  to« 
da  la  tierra  ,  apoderándose  de  todas  las  villas ,  c  fórrale* 
zas  que  encontraba ,  como  lo  hizo  de  Iznalloz ,  Pina  c 
Montexicar ,  e  dando  la  vuelta  á  Jaén  c  á  Ubeda ,  ¿  sa- 
biendo allí ,  que  la  Villa  de  Vedmez  estaba  con  poca 
guarda  del  Rey  Ismael,  vino  sobre  ella ,  c  la  entró  el 
primer  dia  que  allí  llegó  ,  c  habiéndose  los  Moros  reco- 
gido en  el  Castillo ,  no  se  pudieron  tener,  c  dentro  de 
veinte  dias ,  aunque  le  costó  mucho  trabajo ,  se  apoderó, 
asimismo  del  Castillo ,  c  aunque  para  su  defensa  envió 
el  Rey  Ismael  sus  gentes ,  no  se  sabe  que  llegasen  á 
tiempo  de  pelear  con  el  Infante,  con  que  el  dicho,  e  las 
suyas  se  volvieron  á  Ubeda $^  aunque  el  Rey  Ismael 
deseó  en  este  tiempo  afe^osamente  hacer  las  treguas 
con  los  Christiano»^'  no  dio  lugar  á  ello  el  Infante  Don 
Pedro ,  con  lo  qual  hacia^  los  Moros  á  los  Christianoe 
todo  el  mal  que  podía»  y  i  con  todo  eso  no  se  sabe  que 
los  Moros  ganasen  á  los  Christtanos  ninguna  fortaleza, 
ó  Villa ;  pero  no  dexaban  de  hacer  harto  estrago ,  talán^ 
do  los  campos ,  robando  los  ganados ,  e  matando  la  gen- 
te, ¿  deseoso  el  Rey  {smael  de  vengarse  del  Infonte 
Don  Pedro ,  envió^^us  n&ensageros^iel'Rey  de  Marrue^ 
eos ,  pidiéndole  sa  £i^oriayudir  4  q^ien  los  Reyes  da 


n 


r*%m 


«^4 

paca  qóe  CBvtase  por  ^Icuerpa  ¿e  su  padre ,  ¿  4u¿'  se  le 

eat regaría  de  muy  buena  gana  y  porque* nunca  de  el  ha«> 
bia  recibido  ningún  daños  é  con  este  aviso  envió  Don 
Juan jnuchos  Caballeros  á  Granada  por  el  cuerpo  de  su 
padre » los  quales  fueron  muy .  bien  recibidos  4  tratados 
del  Rey  Ismael  i  e  no  contentándose  solo  con  espe- 
rarlos xon  grandeza  Real » sino  que. asimismo  dio  muclia 
caballería  para  que  los  fiíese  acompañando  ^  e  al  cuerpo 
hasta  .dexarlo  en  Córdoba»  . 

£1  contento  ^e  esta  vidoria  fue  grande  para  el  Bxy 
Ismael ,  porque  habiéndola  alcanzado  ^  le  pareció  que 
quedaban  las  cosas  de  los  Chriscianos  en  estado  que  no 
le. podían  dar  cuidado ,  e  que  coa  eso  podría  cobrar  al« 
gg  de  lo  perdido  >  c  así  entró  luego  por  el  reyno  do 
Miucía  contra  Don  Juan  Manuel,  hijo  del  Infante  Doa 
Manuel ,  que  fue  hijo  del  señor  Rey  Don  Fernando ,  c 
tomó  á  Orze  >  e  Huesear  ,  e  á  Halera ,  e  de  allí  dló  vuel- 
ta al  reyno  de  Jaén  ,  c  cercó  á  Mar  tos  i  ¿  aunque  se  de- 
íS:ndió  Valerosamente ,  los  apretó  de  manera  el  Rey  Is- 
mael» que  ñnalmente  se  apoderó  de  la  Villa.  Mas  como* 
por  buenos  sucesos  que  se  alcanzen  en  la  guerra ,  las 
mas  veces  los  vencedores  suelen  tocar  parte  del  daño^ 
aunque  el  Rey  Ismael  le  hizo  muy  grande  á  los  de  Mar- 
toS|  también  recibió  ¿I  buena  parte»  pues  entre  los  que 
murieron  de  los  suyos  en  los  combates ,  fue  uno  un  Ca« 
ballero  muy  valeroso ,  que  era  nieto  de  Ozmin ,  el 
^ttal>  aunque  era  muy  mozo,  tenia  mucha  autoridad, 
'j¿)buen. consejo  en  Ja  guerra,  e  este  fue  la  total  ruina  del 
%ty  Istoael,  aunque  cíl  no  lo  pensó  así«  Habiendo  el  Rey 
Isttacl  vuelto  á  Granada ,  estuvo  muy  gozoso  del  bueu. 
suceso  de  la  jornada ,  e  pocos  dias  después  de  este  suce- 
so ,  se  trató  entre  el  dicho  Rey  Ismael,  e  los  Christia*- 
BUS,  'é  Pueblos  de  el  Andalaida,  de  una  tregua  coa 
j^^.  c  coodicipn ,  cf¡»  i  los  tutores  que  se  ^habían  nom-^  • 


bíaddpot  parte  de  los  Infaúte^  linüérbs /nb  los  %Sdes9 
ja¿ár>  til  tener  por  cales  el*  Rey  Don  Alonso  ,  que  de 
tierna  edad  era  ;  hasta  que  coAsiñtiesen  xn  la  ditha'tref . 
gúa  9  e  la  firmasen  ^  con  lo'  qual  se  tomó  por  tutor 'pot 
parte  die  los  dichos  Pueblos  dé  Aiidttluda  á  el  Inlaticft 
Don  lelipe  ,  tio  del  Rey  Don  Alonso ,  hijo  del  Rey 
Don  Sancho  I  el  qoal  juró  las  treguas  ,  no  entrando  en 
ellas  la  Ciudad  de  Córdoba ,  por  no  haber^gustadío  d(r 
ello.  £1  Rey  Ismael  se .  disgustó  mucho  contrft  aqueHat 
Oudad  I  porque  había  nbi<ibrado  por  tutor  á  Don  Juan 
'Manuel.  Sintió  tanto  Úzmin  la  muerte  de  su  nieto  ^  que 
por  no  hallarse  contento  del  modo  del  gobierna  del  Rey 
Ismael^  á  quien  el  habla  puesto  en  el  trono  de<Grkna-^ 
áa  y^Ápezó  á  dar  quejasí  de  ¿1  coüi  el  JPúebló  ^  achacan^ 
ckh  á  d  Rey  la  xulpa  de  la^ mueite  de  Sü- nieto ,  por  ha<4 
bérle  mandado  ir  á  el  combate  de  Marros ,  á  lo  qual  las 
personas  de  aquella  qualidád  e  puesto  no  solían  it  i  á 
viéndolo  tan  o&ndido  un  primo<deí Rey,  hijo  del  AU 
cayde  de  Al{^2lra  >  que  asifinisma  renta,  sus  sémimién**' 
ttíé^  pc(r  haberle  querido  quitar -una  esclava  que  era  su*^ 
ya  y  christiana,  que  habia  venido  á  su  poder  en  la  tomar 
(de  Marros ,  ¿  era  de  extremada  hermosura ,  ¿  faabien* 
dola  vista  el  Rey  ae  enamoró  de  eUa ,  ¿^  babiéniclid^ 
^ido  i  MahOttMit ;  hi|o  deéiAlcaydo  dé  Algezlra, 
qué  asimistiu)  estafará  -enaiilovardá  de  elte ,  p6r  lo  qualiü^ 
20  fuerza  en  no  querer U  dar  al  Rey  Isotael ,  el  qual  so- 
bre ello  le  trató  muy  mal^  dteicndole  muchas  palabcár 
de  semifldcMo  y  de:qikMahoittát'se^^dló>por¡m^agra4^; 
viado  i  holgón  ^  á  Ozédíú  qúttf cltosi>^'p0t '>lá  ¿aéts^c 
de  &u  nieto  y  cí^^cotl  eso^  frataífoii^^'  dlí'dttr'k^  tejerte  (át^ 
Rey  Ismael  j-é^  convinieron  en  tUo^'é  erí|K>ner  i  otra 
en  la  «illa  dé  Granada  ^  ¿  pusierctoilos-  ojos  «n  lA^homat 
AbeiMiUi^,i41imaélpM^rme)bí,deft:ed^  B^* 

nagc  de  AbN(alatfá»|>M-  Uh0^da  TíáNMi'^if»^ 


8í 

pertetiecerle  aqtt.el  ttyno  por  mejor  tímlo  que  al  Hey  h^ 
laael  I  ei  qual  se  habla  introducido  ca  el;  coinp  sid 
(triineco  ^ey .  Mfiboinat  Abeoalamar  no  lo  Ji»(iksc  be- 
f h9  a$í|  dje$poseyep4o  de  la  pQ|se$ioa  á  los  Mjos  y.des^ 
Cdidlente^  del  prlmerq  .B,ey  Abenhuc ,  siendo  sus  pro-' 
piqs.y  naturales  Reyes.  E  para  execucar  el  trato  yínie* 
roa  á  Granada  un  hermano  de  Mahomat^  hijo  del  Al« 
cayde  de  Algczira^  4 pt^ohijo  suyo 5. ¿  todos  conceirca- 
ion  de  matará  el  R.ey  Ismael),  <::  quc^i.  se  vi$spt>en 
aprieto  eo  U  execucion  1  .^cudle$cQ;]eQ(  ;.a  defepsa  Qz- 
Olio  poQ  todos  sas  amigos  ¿  deudos  1  e  la  gente  que  te-* 
nlaa  de  prevención  para  el  trato. 

.  :.Sabieion  I091  conjurados  i^  la  Alba(mbrjÍ9JJcv.apflo  csir 
da  uatí  su  al&rige ^encubierto  en  la  tmanga  de  la  Aljisua, 
'¿41x»on  al. Rey  ^e  ipjiian  un  negocio  gravea  q^ie;  cq^ 
municar  con  ^l  á  solas ,  que  mandase  darles  audiencia 
en  una  pieza  muy  retirada.  Concedió  el  Rey  Ismael  ha- 
cer lo jque  le  pediaa,:  bien  seguro  de-  que  no  ibaa.coa 
k:  intención  c.  pxQYenctoctqae  desp^e$  experlnienló  i  4. 
ecHtrándose  en  un  aposento  mas  adentro  de  el  en  xjue.  es- 
taba.^ para.loqual  erafoK«oso  pasar  por. un. pasadizoy 
cMlev^ndo  á  Mahómat  c:á  su  hijodelaate.,,e  istx^  e$« 
pftldasalhermaqo  segundo ,  el  qual  iba  juntso  aiiAlguap. 
Ctl;maybt  del  Rf  y;, .  habiendo  llegado  al  medio  pasadiz^ 
sácárouios'  alfanges  Matomat  e  su  hijo  mayor ,  e  dic^^ 
foa  con.  ellos 'doSiCU(;blUa!das  á  eLRey  en  la  cabezal  j¿ 
^endo  su  .Alguacil  má.yo)L  can  impensada  traición  .e 
dcs^ta^^iqueqiefldc^defimddc.  al  -Rey  v  echo,  .mano  á  la^ 

espaobar^  ciemp^zi^-^iliecii;  4:i«s.  ttaydoi^<;j^Ue:preteor^ 
diaoiacafaarídereaiataíraAoBfteyít  id  hcrmin9 que  detrás 
de  ellos  ^e  b^ia  qu^ado* » dáo  at  Alguacil  niayor  4o9 . 6 
tresiherldas  por^^s  Qipakla5>  ^«^lo.cuidar  de  dlM  har^ 
bul  puesto  tadO)jsuj:t^idjtdo  .^idoA^ 

ver 


^  •"  .>  ■» 


*7 

ver  á  los  zlciüs  al  aposento  inas^n^etitto » é  loi  cef  ró  por 

la  parte  de  afuera  5  e  volviendo  ál  otro  hermano  que  ha^ 
bia  dado  asimismo  al  Rey  otra*  hecida  por  medio  dr  los 
hombros  >  que  file  de  la  qiae  muric^^*:  to  fue  rdtiüaiadé 
hasta  metetlo  en  otio  4iposctitQ  f  donde  le  dexo  é  buen 
recaudo  y  é  volviendo  dónde  estaba  ^1'  Rey  >  lo  tomó  eft 
los  brazos  I  e  lo  llevó  al  aposento  donde  estaba  la  Itíbitü 
ta  su  madre  1  la  qoal  lo  recibié  icotí  gtan  sentláiieiiioiy  'é 
poniéndolo  eaúna  cama^  envló'i  toda  dUlgeniciaipafe 
Médicos  ¿  Cirujanos  paira  que  curasen  alRíey«  '  **  -^ 
Con  este  suceso  no  solo  la  gente  déla  Alhstmbca  ¿  Im 
de  guerra  e  guardia  del  Rey  »  peto  inucha  nobleaa  Á 
pueblo  de  la  Ciudad  donde  ya  hábia  Negado  la  vpzr  d¿ 
las  heridas  del  Rey  1  se  alborotatOf>.'  Estaba  la  Alhaáib» 
cerrada ,  e  sintiendo  el  Alguacil  mayor  elalbóroto  ^  tene 
meroso  de  alguna  novedad ,  salió  afuera  /  e  dixo'á  to^ 
dos,  que  no  eran  las  heridas pellgrosaSi  ¿ que  otro  dia  set 
podría  levantar ,  con  lo  qual  se  sosegó  la  gente  ,  e  lle^> 
vando  consigo  algunos  Caballeros  ideudos  suyos ,  eotroS) 
amigos  de  quien  él  se  fiaba,  entró  en  ios  aposentos  en 
donde  habia  dexado  cerrados  á  los  conjurados ,  é  ios  cor«' 
tó  las  cabezas ,  é  volviendo  á  ver  al  Rey  ,  c  no  viendo, 
esperanza  de  su  vida  v  con  toda  la  gente  que  pudo  jutH' 
tar  de  su  confianza^  saüiórde  la  Alhambra  para  laQodad^- 
é  hallando  á  Ozmin  á^lás^pueiitas  de  ella  ,qu6  veni^'con; 
prevención  á  lo  concertado  ^  se  hablaron  \  preguntándote 
Ozmin  como,  quedaba  el  Rey  ,  á  lo  qual  respondió .oL 
Alguacil  mayof«,qae' bueno  ,:y  Jexontóilo  que 'quedaba; 
hecho,  ¿haciendo  pzminidd'tray4opÍíicl,sofiie;acfimp^ 
Sando  al  Atguaeil.mayor^  él  qual  prendió  ri  i  todos 'Ji» 
amigos  e  deudos  de  Mab'omat,  elwtlevó  á  la  Alhambra^* 
cf  los  mandó  degollar^  centrando  solo  en  laxámara  dceC 
Rey ,  que  ya;esiibá  eii  >lo' líJrimA'dc'fci'  vídji  y^InJiCStAvoI 
identaqdo  CMiiáMiciío  vailoiJ^»^^  qoei^iF^^^  lialriciidlár> 


r^v- 


68 

reynsdo  Ismael  ntiéí  niieve  a&os  ,  é  úganx»  mestí 
mas  I  c  muiiQ  en  el  año  <le  1322.  Muerto  el  Rey  Is« 
maet^^  su  Algiia<;il  maytor  no  contenticdóse  de  haberle 
aüde&Len  vida  1, quiso. asiausmo. alastrarlo cq  la  muer* 
tc;£  lenicodola  calladsi  |.  é  no  pesmUiendo'que  la  dixe^ 
sen  los  que  }a  sabían ,  envió  á  Uaaiar  OzfDm.|  é  i  toda 
la  nobleza  de  Granada  de  (Mine  del  ELey  Ismael ,  por- 
<fap4tatdz  iiablar  á.todofi^e  que.  viesen  como  sus  hert^ 
ida8¡  no  habiaA  sido  peligrosas  ^  como  hablan  enceadldOi 
c  no  quedó/ hombre  dequaUdad  que  no  subiese  á  la 
'Alhambra ,  e'no  se  asegurando  Ozmin  de  aquel  llama- 
nientb.^  como  quien  unta  parte  habia  tenido  en  la  tray* 
dba^qaeise  execató^siri  embargd  de  haber  disimulado 
ayiídáiiil6  al  AlguicU  mayor  eti  las  prisiones  de  los  ami- 
gos 4  dsttdoi  de  Mahomsit ,  con  todo  eso  llamó  á  los  su- 
yos, e  ¿I  ¿  toda  la  gente  de  su  ca$a  se  armaron  muy  bien 
para  poderse  defender »  porque  Ozmin  se  dio  á  entender 
que  sabia,  el  Rey  (pensando  que  estaba  vivo)  su  trai« 
ckmyxnaltrato ,  y  que  lo  querían  coger  de  seguro  pa« 
xa  castigarlo  9  é  así  llegó  Ozmia  á  la  Alhambra ,  y  jun« 
tos  los  Alfaquies  y  Alcaydes  c  Caballeros ,  tomó  én  bra- 
cos el  Alguacil  mayor  á  Maiiomat  hijo  mayor  del  Rey;. 
Ismael  1  que  tendría  hasta  doce  .años  %» ^  y  sacándolo  en 
p&blico,  á  vista  de  todos  les  contó  la  muerte  del  Rey  Is* 
mael  >  y  los  persuadió  á  que  recibiesen  á  Mahomat  six 
hijo  por  su  Rey  i-  pues  á  ¿1 1^  era  debida  la  sucesioni 
como  el  primogénito  del  muerto  Rey  Ismael  i  ¿  OzmiUi 
pareciéqdole  que  por  este  camino  se  .aseguraban  sni 
tcqiaKes  y  ^  creyendo  que  con  un  Rey  amuchacho  loipa<*. 
snfa^nqor  que  con.  su ;  padre  ^  levantd ' la  voz  diden-* 
do  r'Rey  tenemos ,  Mahomat  hijo  de  Ismael  es  nuestro 
Rey ,  e  diciendo  todos  ló  mismo  f  tomaron  á  el  ni&o  en 
los  kombflosj»  y  baxindQló  &  la  Ciudad  io/pasearoa  pot! 


n  A«r 


Rey,  cootQ  MaKotnat  era  taii: niño ,  taego.scidió  Áf4m 
en  sus  cosas,  c  cnUs  del  gobierno ,  e'  eo  las  del  Consejo 
del  Rey.,  e' Jiiego.Qombfacon  para  lais  nMterja3  iXocaoi» 
i  la  guerra^pot.  Capitán  Cjei^ral  á  Ozmio  ,,■  .c  para^.d 
gobierno,  político  .  por  Algaacil  mayor.,:  {>0r  haber 
muerto  luego  que  Matvmiat  entró  á  i:eynar,jel  Algua>r> 
cil  mayor  que  le  habia  puesto  en  I4  .silla. ,,  quizas  do 
dolor  de  U .  muerte  del  Rey  I^m^l ,  oooibrarQn  á  Re*» 
duan  hijo  deChrisiianos«^  Y  vt^dos9.0xiniQ^coo.  taa 
gran  poder  t  caudillo  e' Capitán  general  d$l:feyRAK-^ 
habiendo  entendidp ., .  qíie  en.  Castilla  t^d;i|ta  poca  paa 
eotre  los-Ctiandes.,  determinó  rompo:  1«;  guerra  ,  qut 
d  Rey  Ismael  lMbia4ej(ado;e£¡}^ada«,cQj)  lospu^Wot 
de  Ui  ficontera ,  y  «n  particular  «ábltiMlo  í^k  JMte .  csc 
tabana  mal  recaudo ,  fue  s«^i:e  ella* ,<:/ U cobró  ela^mQ 
dia  que  Uegó ,  de  donde  jck^pKte^  ..^k  salíj;  á  tkara  ds 
Chcistianos  >  y  1^  hacia  t^  el  mal  qiie  ;podia:}  eti 
iQ.qoal  pattroo  algunos  años  t:iM}.«frecfirfe^cqsa.; digna 
de:itiemflria  «.  hitsu  quciU^adopel ,  «¿o ..  de<:  j  3  rj. ,  ^qutt 
habia  m......  años  que  reynaba  Mahomat ,  supo  (K|nQi  :cl 

Rey.PooiAU»3o.do  C^tilU  5)uotía)haceK^:giMcxai  los 
Moros^iiyiíahia  hetlie»  Adelantado  del  ^iKblucía  á  Doa 
}stí»  jyUnuel «  4  AcsMoáft  JiQj  ki  CAgú^e .  desapescibido, 
i»aAdp.á>  Qxmin^^Umpalsa^lAíb^riAleBas  de.la>&ooi 
ttarabd«i;Sfi. fceyuO é^  qine  cmrfuif  pOA  itls«%.  án  Chrisn 
iiaocí9#.'e  Qzmin  lo;  hl90  oomo  el  Rey  Jo.  mandó.,  Üegaih 
do  eoft  .gran  poden  tosta  lasf  puotai  de.Cordob^  i  A  dio 
aUÁipaió^i  (Aotcqnera.,  yjcotendQ.  £tüJoani  jMjinací;  alrir 
síQ.déift  ^ifC.fa^bai,.¿jik3:<Ma9  .iutóai llegado.. l^taata 
Coldah»  9?miov  stííá  i»n  1 U :  ^oto^  dái  Aa4alv>ci^>  i  ¿ 
coa  la  de  lasOcdeúesi  de  Saptiagp ,  CaUtinba.  d  Akaik* 
tara,  ¿fttCiQh..biMca.delos  lloros,  f.'.babiéodolM.ien'» 
^mtradp  ytMai  ^Uio ».  ¿Ji9t>ieo^M^utsiá»  )Qiia»i\  ti 


trance  de  Ik  bauttá,  pelearon*  e^fzádáiheríte  los  Chds- 
tUiíos  é  ios  Moros  s  pei^  habiendo  alcanzado  los  Chrls- 
fíanos  la  vitiorla ,  fueron  en  ella  ítittertos  >  e  presos  mu- 
chos *Mosos.,  con  lo  qual  quedó  muy  flaco  el  poder  del 
Rey  Mah^tnat ,  e  tomando  lá  ocasión  de  este  mal  sa« 
ceso ,  se  desnaturalizaron  <le  Granada  muchos  caballe- 
£05  Morois  ^'  entre  los  quales  fue  uno  llamado  Abrahin, 
que  porque  bebía  vino (coáa  prohibida  en  sü  ley)  fue 
Mamado  el  beodo  ^  y  cíi,  hijo  de  Ozmin  j  «1<  qual  sa« 
blondo  qfte  el  Rey  Dqu  Alonso  venia  á  Sevilla,  se  par* 
úó  allá  j  doÁde  le  estuvo  esperando ,  e  habiendo  llega* 
do  el  Rey  le. besó  las  manos  Abrahin  ,  y  recibió  de  el 
muchas  honras^ ,  holgando  con  el  >  c  realbienfdolo  eo  sa 
aei? vicio,  y  scüialüfidoío  su  acostamiento.  Al  mismo  tlem- 
po  que  Abrahin  vino  á  servir  á  el.  Rey  Don  Alocisot 
sé  fue  Don  Juan  Manuel  á  jServir  á  el  Rey  de  Graoada, 
c&eei^ndMe  para  ayudarle  en  todo  coi^ra  ^el  Rey  de 
Castilla  j  é  para  asontas  su  trato  ^  ic*  envió  un  caba* 
Me(0(4o  4«s^ suyos, -^que  se^llai^aba  Pedxo  Manlnez 

«  '  1¿^e  mismo  afíú  dé '13 i^\  ¿fi^ió  el  Rey  Don^Aloa* 
$úAk  Castilla  mocha  giínt^  coh  ti  pebdon  de  Sevilla  *con« 
tf¿los  Moiosi  e  quciíieá^d^cometerá  Ayamonie^  saik^ 
lütk  4cí la.  Villa  los^Moirós^,  é  veiidMroii  á'  los'  CliiSstiA» 
aos/^  ttfs  gánaroA^e)  pecididn4<(' Sevilla;,  despues^deto 
qual  habiéndose  ichéchó^  iosr  ChtUlianos  %  ganaíOfi'  i 
01  vera¿  í  'dkndoÉc^  ÍM-  ¡Aotps  'i  partida  á  'pciís'uaston  do 
Abrahin '4iqu6a4d&ba' en 4l«ea|  de^C^stlUs^,  'c  así}iál« 
ttiúi^i3Ln2k6ff£?tííhu\  ^r|tf>Tái¿re  d< iAl&i4|u{  '^^éié  tcAoór 
^ri^gb V  qao^cra  'de^ la'^QxAktr^ Mitraba \ 'por ¡níéos^ 
wla^  Xín:^i$auk¿é ,  'que<4trá  del  Coméfidádoí^  Fedior 
Rtií2:'de Córdoba;)  e  entonces "¿obcaroo  laVUla  detPrUp 
lat^n¿(eA(^l ttjfittf0.tle»po-'stf  jganó  kiyiUa  de  ^Moroo^ 
<\iii  Jvl      '  ,».:/. . .  '  Ca- 


Cañete  c  Priego  j  ¿  el  Rey  MaKomae.  hizo  liga  con  et  Kcy 
de  Marruecos  f  el  qoal  le  envió  todo  Iq  necesario  para 
hacer  la  guerra^ .  é  algutras  galeras  de  las  suyas  ^  que 
j'iititoconilasdeL&eyNiahoiiiat  llegarían  á  veinte  y  dos, 
'  las  qnalos  diecon'xina  recia  batalí!^  á  la  armada  d^l  Rey 
de  Castilla^  de  qué  era  Almirante  Alonso  Jofre  Teno¿ 
rio  ^  en  qaeá  ios  Moros. sucedió  tnuy  mal ;  porque  pe^« 
dieron  en  eUa  siete  galeras  y  e  fueron  mil  y  doscientos 
Moros  cautivos ,  c  viendo,  d  Rey  Mahomat  q^áti  ^mal 
le  iba  con  los  Christianos  y  y  que  D(mv  Juan^  Manuel  se 
.hal^a  vudto  al  servicio  del  SLey  Don  Alonso/  por  con^ 
scjodeOzmin  j  que  todo  lo  mandaba,  envjó  cierrol 
-CalMlIerofi  principales  de  su  ceyno  i  ci  Rey  Don  Alon- 
so, que  se  bagaba  en  Sevillal,  á  pcidklalás  treguas  ^  é  éí 
<Réy  Don  Alonso  se  las  cooc^ió  ,f  con  cal  que  d  Rey 
.MahomAt  se  hiciese  su  vasallo  ^  e  le  pagase  én  cada  mi 
año  veinte  mil  doblas  j  y  que  los  Moros  pudiese  ha^ 
<eÉ  viroallás  en  la  tierra,  de  los  Chrisfciaiios  ^  pangan- 
dolé  veinte  y  lina  ,    con.  lo  :  qual  4otf  .Embaxkdoreí 
del   Rey  Mahopiat  volvieron  muy '  contentos  á  :Qia« 
nada* 

£a  este  tiempo  murió  Ozmin  ,  dexando  dos  hijos; 
llamado  d  uno  AbraAiin  ,  como  queda  dlcjio^  e  el  otró 
Abaubot^  e  hallábase  Mahomat  soto  sln>02Ínñin  ^  ¿  vién-^ 
do  que  el  Rey  de  CastUta^le  quebrantaiba^iá  ci^gua^  t\<^ 
dexando  á  los  Moros  tratar  en  sus  tierras ,  determino  ir 
en  persona  á  verse  con  el  Rey  de  Marruecos^,  e  hablen-^ 
do.  partido  para  Fez ,  donde  se  hallaba  el  Rey  Alvoha*» 
zea  dé  Marcvecosy  lotocibió  muy  bien  ^  ¿holgó  miKhei 
db  su  venida ,  ¿  loialentó  en  los  caidados  que  allí  leí 
habian  llevado ,  e-  le  oneció  ayudar  contra  d  Rey  de 
Castilla  coDT  sos  tesoros  agentes ,  é  le  dixo  que  desde 
iuego'loliicieqiiivá  ^  haUaícs^  embancado  cqb  la-guer^ 

Ma  ^ 


ra  que  estaba*  hadando  á  el  Rey:  de-Tremeteh^  e  dán^ 
•dolé  muy  ricos  presenus ,  voItIó  el  Rey  Mahomac  á  su 
'jr(3j;np4e  Granadü  9  donde  volvió  á  ceaovacila  amistad 
,€on  Don  Juan  Manuel  I  elqual  no  ^loivino  en  ello, 
pero  quería  que  Don  Juan  Ñiiñee  dcJLai  aentiase  en  la 
misma  alianza ,  la  quai  se^  hizo,  por  los  dos  en  el  año  de 
1329  )  con  lo  qual  volvieron  los  £mbaxadores  del  Rey 
Mahomat  muy  concentos  ¿  Granada ,  eo  «ompañia  dd 
(criare dicho  Pedro MartioezGlávljo ».que  iba  en  nom« 
bre^e  pof  mandada  de  1  Don  Joaa. Manuel  ,  para  qué 
ttu  y  ese  firmado  del  Rey  de  Granada  lo  que  se  habla 
efectuado. 

£n;Oise  tiempo  envió^el  Rey  del  Marraneas*  á  el  Inh 
ferue-Abonoielit  su  M)o  eo  España ,  pava  qu¿  ayudase  á 
el  Rey  de  Granada ,,  el  qiui  desembarcó  en  Aigeclras 
Mo  líete  mil  caballos  ^  y  se  llamó  Rey  de  Us  Algecirái^ 
con  cay  a  venida  comenzó  el  Rey  de '  Granada  á  tomar 
]»Uqnt^,,e  rcmplóíila  guerra  á  elAey  dcCastllia^  e  poi» 
MaOdico.sabite  Caseto  el  rk> ,  ola  tomd^  c  desnaanteld^ 
iMianda>muchos  Ghrist¡aoQ&  eo  #  ella ,  ¿  en  d  it)ismo 
tiempo  habia  puesto  el  Infante  Abomelit  cerco  sobre 
jSibrblta'r  1  ¿se  «po4eró  dt  aquella  V|lla ,  por  falta  de 
fiasco  Rp^^igjuez.  que.  Ja  tenis^  á  sacal*go^etao4escid«' 
daba  ík  e)t  miHOo  tiempo.cl  Rey  de.Granada  ^  cfcbodola 
vuelta  á  Cablra^. pueblo  de  lalQtdea  de£alauaba>x(uyo 
Alcayde  era  ^ero  Diaa  de  Aguaya  ,  caballero  de  la 
misma  Orden  ^  .entcegó  pof>  ^suS'  intereses  á  íMahoaiat 
el<astiilO|  ¿luego  ioaia^étdefrlbat^  c  Ueyav.á  todos 
Ips  qw  estabab  en  j¿4i  ^wtivd&iájtGiianada^,  jelÉaA)iendoN 
Ip  entendido  Don :Juan>Nuaca}dc  Pcado ,  íMaestre>  do 
Calatraba»  juotór  mucha  gci^^e  do  JosiCoocejo&'de  Goido* 
lia^y"  £cíja  -c  Gatbioi)a-^  jyiarchcnat  c-otcasrpartes  |.  e  ha« 
bÍ8o¿o^Jlfíg»d9:4Idlccina:i  qtmtídaé  m  ¿reyjó'.qne  babbk 
í'i  íiú  de 


de^acbmeter  á  ti  -Rey  át  Granada,  ni  el  Maestre  i  ni  el 
ILey  se  quisieron  acometer ,  é  desde  allí  pasd  el  Rey  á 
Bcoamexi ,  que  era  de  la  Orden  de  Santiago  ,  c  la 
u>mo»  •  ' 

f£n  este  año  de  i330t?iv¿o  el  Infamíte  Abosnclic  ¿ 
pedic  socorro  á  el  Rey  de  Granada  i  y  el  Rey  Maho- 
mat  en  persona ,  con  gran  poder  de  su  rey  no  ,  fue  á  d 
socorro  /e  con  muchos  caballeros  Christianos ,  que  an* 
daban  e(i  su  servicio,  entre  los  quales  eran ,  Pedro  Aiap- 
tinez  Clavijo  ^  Alonso  Pérez  de  Guzman  ,  c-  otros  mu- 
chos y  c  puso  sus  reales  cerca  de  Guadiarro  ,  de  donde 
avisó  haber  llegado  á  el  Infante  Aboroelic ,  ¿  allí  se 
concertaron  unas  vistas  coh  el  Rey  de  Castilla ,  en  las 
quales  quiso  venir  el  Rey  Don  Alonso  r  por  haber  en*- 
teiyiido  los  grandes  daños  que  recibian  ias  tierras  de 
Castilla  por  causa  de  Don  Juan  Manuel ,  y  Don  Juaa 
Nuñez  de  Lara  >  e  así  se  sentaron  é  firmaron  las  tre«« 
guas  entre  los  dos  Reyes ,  é  después  se  vieron  el  Rey 
de  Granada ,  y  el  de  Castilla  y  é  comieron  juntos  ^  c  se 
presentaron  el  uno  á  el  otro  muy  grandes  dones  ,  i  de 
allí  partió  el  Rey  de  Castilla  para  Sevilla  ^  i  el  Rey 
Mahomat  para  Granada  ,  habiendo  dado  muy  ricos  do^ 
nes  á  el  Infante  Abomelit  ^  y  licencia  á  Alonso  Petcz  dtf 
Guzmais ,  para  que  pasase  a  Marruecos  á  le  servir  ,  i 
teniendaclRey  de  Granada  asentado  su  real  en  la  riber» 
de  Guadiarro,  Abrahin  y  Abowet  hijos  de  Ozmin ,  de 
quien  tiabemos  hecho  memoria  en  lo  pasado  ,  recelando 
30  daño -de  la  tregua  '  sobredicha  de  estos  dos  Reyes^ 
se  conjuraron'  ios  dos  hermanos'  con  otros  deudos ,  é 
amigos  suyos',  de  matar  á  elR«y  Mahomat  su  sciíor^k 
tomando  por  motivo  decir  9  que^  habla  comido  con  el 
Rey  Don  Alonso,  que  era  de  contraria  ley ,  e  asímis* 

mo  que  se  vt^tia  ropa»,,  y  vestiduras  de  Qhristianos,  y 

con 


con  ayuda  de  Malíomat  Atxnázár ,  qae  era  descen- 
diente de  los  del  linage  de  Abenalamar  ^  entraron  en  sa 
tienda  ^  c  escando  el  Rey  Mahomat  confiriendo  aigtt« 
nos  negocios ,  con  el  Alguacil  mayor « le  mataron  ^  sieo- 
.do  de  edad  de  23  años ,  en  un  Miércoles,  á  15  de 
Agosto  del  mismo  ano  de  1330,  habiendo  rey  nado  once 
años. 

Juceph,  primero  de  este  nombre»  llamado  Abec^uar, 
€  por  otro  nombre  Abenayar ,  sucedió  á  el  Rey.  Maho* 
mat  de  Granada  su  hermano ,  en  el  mismo  año  de  1333 
leynando  en  Castilla  el  Rey  Don  Alonso  el .  ultimo* 
Reduan  estaba  en  el  Real ,  ¿  no  habiéndose  halUdo 
presente  i  la  muerte,  certificándose  de  eUa.^  partió  á 
iGranada  á  grandes  jornadas ,  é  hizo  alzar  por  Rey  á  el 
dicho  JucephAbeoazar,  por  serie  mas  aficionado,  en  pee- 
juicio  de  Earrachen  ,  á  quien  por  derecho  pertenecía  la 
sucesión  del  rey  no  de  Granada,  e  por  tener  en  este  tiera* 
po  diucha  autoridad  en  Granada  Reduan ,  Gonzalo  de 
Agttilar ,  que  en  dias  pasados  con  otros  caballeros  de 
Andalucía  ,  se  habla  acordado  con  el  Rey  Mahomac 
difunto  contra  el  Rey  de  Castilla  su  señor  natural,  se 
pasó  á  Granada,  é  se  hizo  vasallo  del  Rey  Juceph  ,  ha- 
biendo pasado  estos  tratos  por  mano  de  Reduan,  que  eran 
deudos  $  ¿  esto  lo  hizo  Gonzalo  de  Aguilar  de  temoc 
de  que  el  Rey  Don  Alonso  habla  hecho  justicia  de 
Diego  Sánchez  de  Jaén ,  que  habla  sido  cómplice  en  los 
mismos  tratos ,  ¿  estando  ya  en  Granada ,  escribieron  i 
Don  Juan  Manuel ,  e  á  Don  Juan  Nunez  de  JLara  so* 
Jsire  eUo.  En  este  tiempo  el  Rey  de  Martuecos  sacó  de 
España  las  gentes  que  su  hijo  el  Infante  Ahomelic  ha», 
bia  traído ,  y  tenia  en  Algeciras ,  Ronda  ¿  Gibralrac ,  c. 
el  mismo  año  vinieron  dos  Embaxadores  suyos «  que. 

eran  dos  Alfaquies  de  los  ipas  prlocipales  de  jtoda  el  rey?» 

no 


9i 

t\b  dé' Marruecos ,  con'  respuesta  á  utia^  ¿mbaxada ,  que 

de  parte  del  de  Castilla  habían  llevado  Gonzalo  Garda 
Gallegos , 'Alcalde  mayor  de  Sevilla ,  ¿  otxcfy  los  quales 
traxeiroa  á  el  Rey  muy  ricos  presentes  de  caballos  ,  ca* 
mellos ,  abestruces ,  halcones ,  c  ricos  paños  de  oro  ,  ¿ 
muchas  cosas  de  seda ,  c  muchas  espadas  guarnecidas  de 
oro  c  piedras  preciosas ,  e  perlas ,  e  otras  muchas  cosas 
de  gran  valor  y  estima  ,  e  el  Rey  de  Castilla  despa* 
chó  otros  Embaxadores  ^  con  otros  muchos  y  ricos 
dones.  ' 

En  este  año  de  1 3  37  volvió  á  pasar  el  Infante  Abó* 
melle  en  España  >  c  murió  desdichadamente  sin  ser  con 
nocido  cerca  de  Alcalá  de  los  Gazules  ,  e  poco  antes 
hablan  muerto  á  un  prittio  suyo  llamado  Aliatar  Me- 
rit>s  e  en  el  mismo  tiempo  Don  Gonzalo  Martínez» 
Maestre  de  Alcántara  ,  escribió  á  el  Rey  dé  Granada, 
offeciendo  ayudarle  con  todas  sus  fuerzas ,  e  habiendo 
venido  las  c^Ltl^as  del  Maestre  á  manos  del  Rey  de  Cas- 
tilla ,:lo hizo  prender,  ¿matar  por  ella  E  asimismo  tu-^' 
vo  el  Rey  de  Castilla  scrspechas  de  Don  Alonso  Jofro 
Tenótio ,  Almirante  de  la  mar ,  por  parecerle  que  no 
habla  resistido  la  pasada  de  la  mar  á  el  Infante  Abo  me- 
lle de  Marruecos ,  quando  pasó  á  Algeclras ,  e  resentido 
el  Almirante  de  la  falsa  sospecha /despechado  se  fue  á 
jpeleair  coa  los  Meros ,  e  no  solo  se  perdió  el  y  sino  toda 
li  armada;  £1  Rey  Albohacen  de  Marruecos ,  e'  el  Rey 
J«cepbde  Granada , -^juntaron  copioso  exercito  I  y  eLRey 
de  C^astiila  lino  coiitra  eUos ,  y  lel  Re^de  Bnrttkgal  $  los 
quate^  vencieron^  arlos  Moros  en  aquella  .EyataUá  iamosa^ 
del  Salado  ^ilamada  así  por -haberse  dado  junto  i  aquel 
lio  j  despaes'd¿'4a  qdal  el  Rey  Don  Akntio.tbmó^  á  AU 
ealá  de  Atbenzaydey  ¿  á  Vücga^^,  Benamegi  y.  eLcastiikx 
de  Locubin  ^  Algecira,  la  Torre  de  MocUa,  C'á  GUtral-íi 
•    1  '  tar, 


96 

tar ,  c  el  año  de  1350  murió  de  uní  landre  >  lótbíendo 

asimismo  tomado  á  Carcabuey ,  c  á  kace,  ¿  la  Torce  de 
Macora.  Sucedióle  su  hijo  el  Rey  Doo   Pedro  ,  cogno» 
minado  el  cruel,  otros  quieren' que  fuese  justiciero ,  y  el 
año  de  13^2,  andando  los  Grande^  del  reyno  bien  in« 
quietos  contra  su  Rey ,  se  fue  á  valer  del  Rey  de  Gra« 
nada  Don  Juan  de  la  Cerda ,  nieto  de  Don  Alonso  de 
la  Cerda,  Infante  de  Castilla ,  primogénito  del  Rey  pon 
Alonso  el  Sabio ,  é  siendo  Dpn  Juan  de  la  Cccda  a$íi 
mismo  nieto  de  Alonso  Fernandez  Corc^nel ,  gran  pti- 
vado  del  Rey  Don  Alótiso  ,  que  al  píeseme  estaba  en 
la  gracia  del  Rey  Don  Pedro  su  hi^  ^  se  fueron  íuntosi 
c  fueron  muy  bien  recibidos  del  Rey  de  Granada ,  e  les 
dio  todo  lo  necesario  para  su  sustento»  pero  na  pudo 
condescender  con  su^eseo^  e  pretensión  1  por  ta\aUan« 
za  que  iiabián  hecho  el  Rey  Don  Pedro  de  Castilla  f  ¿ 
d  Rey  Juceph  de  Granada  ^  el  qual  al  fin  de  aJgunos 
años  fue  muerto  por  ios  jDuyosel  de  1 354.1  ^icodoca^* 
beza  de  la  conjuración  Mabomát  su  tío  >;  sexto  (de  este 
nombre  y  c  nominado  Lagus^,  que  quiere  decir  et:  Viejo, 
el  qual  succedió  á  su  sobrino  Juceph  Aberfavetdr  du- 
cho ano ,  reynando  en  Castilla  d'  Rey  Don  Pedro.  Este 
Rey  Mahomat  era  hermano  del  Rey  Ismael  ^.x  Jái^  de 
Parrachen  Alcáyde  de  Malaga,  cuya  sueesion  íat.^t 
tiranía ,  e  favores  de  los  caballeros  de  Granada ,  e  de  los 
Alcáydes  principales  dé  Guadix ,  Baza ,  Malaga  ¿  Al* 
meria »  de  unos  en  otros ,  como  :se  experimentó  en^^csce 
Rey  Mahomat,  que^habietulo  sido. despojado  del  reyno, 
C'^retiradoli*  vida  pdlrada: ,  fue  41'caboi.  de  algunos  jl&o^ 
ifesticuido  en  ^1  dfeytia ,  i  ¿  viíelto;  á  despojar  >  ¡enod  .tino  de 
1370  por  Mahoiúár /siú.podttá&  taler  dielRay.DoD  JBe« 
droí,  que'era^  íu  amigd^  por  haltiirse  ocúfodo-^fi  las  guer- 
fásde  Ara^oB.  ;■  . .  ;,1  .  i.^. .  .         .^.^.  .  ^  .i. .   .  h  . 
/.  1  "  Ma- 


ZTf-. 


r ..  Májboinat '  VIL  i€  dst&  ncímbre. ;.  co|^ofi&iadá .  el  ¿ 
Bcrioqoi  décionoi  Bjcy  dáiQ^caDaida^  sfioedió^an'Olcftyjaop 
¿  s«  quiso  valQLd^lí£jSL}^;detAk:ago];i:  cbáiCGK>6t(fiai;í  Dsíai 
Pedro  jip  Ca^iUi^  ^  despute  de  lo  qüaldtiaMKiüeguas  jcoa 
el  mismo  Rey  Doo  Pedro  /  el  qual  eftíkaó  paces  con  dk 
^ey  de  Aragón  ,  ¿  las  treguas '  jinchas  ;  entre  ¿1  Rey 
pon.Pedro  e  el  B^eyíde  Grao^d^,  ^^ooxon  xoadicioiv 
qup  jd:  Rey  QM  JP^edro  na.  hi^biai/dei4y«ridar  al.  Re^ii 
M^hofoat  üMí^Q^yX  sin  áhbarga.  de  io  ^capitulado  ^lii 
Rey  Dota  Pedro^  recibid/ en  SeviHa  .al  j  Rey  Mahon^at  ei 
viejo  y  e  concertó  con  cLde  ayudarle  cotitrael  Rey  Bet-t 
mejp ^x'.que  toda^.  lAS-üena^-jq^  se  .gai^ason  eq  el  rey^ 
x^  :de  (3jr)»oada  t  iti$4lie:.gai«ise;  elRe9t(Don.Pedxo^fiM?> 
senpara.sL.,.c]elaaQdcii$5a  Dcín  Diego  Garcia  déPa« 
dula  Maestre  de  Calatrava ,  e  Don  £arique  Encix^ucB 
Adelantado  mayor  deula  &Qot6i:4^,entcarpii  .á  cocres 
tief  f  a4ft  A^oros^rtGuadiX'»  4  h»  C^biikp^Ao  Gmnsl* 
da ,  dj^y  át  Ia(£^%jde  Gipnadá^que  eiivló  control  eUw 
elRey  ^rnie)P.iJos:venc^eron:.e  ¿íiutivtow  ^.é^moocct 
llevaron  en  prisidn  al  Maestre  Don  J>í^gq  Qarcia.de.Pa? 
diila  á  Granada ,.e  parectendole  al. Rey  Bermejo  que  el 
Maestre. er»  hermano  de.  I>oña.Mac»fdfi.PadiUlavjé  tídt 
de  ÍP$  hijos  que  tenia  .en.  ella  elRe^nDon  Pedro,  i  gao 
le  ganarla  |a  Voluntad»,  el^iándoselo/sio  rescate ¿  cmi^ 
lo  hai>ia  ofrecido,  el  Rey  :Doo.  Pedr^o  {«^r  ei  c  los.depMSi 
envió  el  Rey  Berntejo  áet  Maestre  :e  otros  CabaUerot 
4}iie  habUfKvCc^niel  (»i{UtiMado^<Q  jüf^attivíiof^^JiJM^ 
tad  les  dio  ipj}clM)9.yjrico6jdtide»,ipt««ebdittKJ^ 
<jpar0Ciendole>c]|U^'elrReyiQoa  Pedroi  cbrrcspohdbkia  á 
esta .  liberaUdad  >  determinó:  ir  i;  Sevilla  i  valpose  dedl) 
e  pojierse  en,  $iis^  m^np^  pa^a  qi^e  mijrase  por  >iistioift » 4 
naifayorecieseicpptca  k>  asentado  con  el  al  Rey  viejoi  ¿ 
así' partió  allá  con)quatrocien$osjCabalj¥rps.dé.&tt*Cas9# 
4  ducieptgf  ,pQQae$|r  <;  muchas  azemUas¿  «riadas  <uuk 
7om.XIL  N   *  ^^^ 


muctías  riqaensDde  perhs  (f  ptedrás  preciosas^  e  jaeces 
c  otras  cosas ,'  ¿  habiendo  llegado  á  Sevilla,  fueroo  muy 
biea  recibidos  <dci  Rey  Don  Pedro,  el  qüal  ofreció 
«oocertar  áUos  dos  JSw;eye$.d  Bermejo  e  el  viejo  >  c  luego 
mandó  aposeiuatá  d  dic^ó  Rey^  Bérme|oy  c  á  cinqucnia 
de  los  Caballeros  principales  de  lá  Casa  de  Granada  ,  o 
asimismo  ^mandd  que  los  íescejase^I^n  Gutierre  Alva- 
sez  de  Toledo^  Maesiare  de  Santiago^^^e  Oá  una  de  la  no- 
¿ke  envió  k  Pedro  Loper  d¿  Córdoba-,  su  Caaiarero  ma- 
yor I  para  que,  contraviniendo  á  el  seguro  ,  los  pren- 
diese ,  con  codicia  de  tomarle  la  gran  suma  de  balages, 
pertas  ^  piedras  preciosas ,.  e  otra  gran  suma  de  doblas  de 
aroi  j^  que  era  ia  mayor  -  parce  de  lis  riquezas  dejos  Re* 
yes  dé  Granada,  y  olvidado  dcsn  zepa  ¿Real  liiiage  de 
los  Reyes  de  Castilla  ,  los thizo  matar ,  c  el  mismo  por 
tu  propia  persona^fue  el  ejecutor  de  la  muerte  del  Rey 
Betf  mc^  ^'^eUquíalle  digcó,  'Vicíndose  herido,  qu^rttin 
cabalgada,  habéis  he^u^ién  quien  ^se  fiaba  de  yos#  Con 
CSM  iMierte  del  Rey  Bepmejo,  hedía  en  SeviUá>  el  ^cf 
Mahomat  el  vie|ó  volvió  á  cobrar  &  Granada ,  el  qual 
bi20  asiento  de  paz^con^l  Rey  de  Aragón ,  y  con  el 

Cdnide  Don- Enriele', í^^é^^'^^^  Rey  deCasrilla,  cf 
defpiies'de  tísco^ord&ndose  de4á  alianza  coti  el  Rey 
{>D«i>  Pedro ,  le  ayudó  con  7®^  de  á^cabciMo  ^  ¿  8d  peo^ 
nes  ,  basta  que  ficie  muerto  en  Montiel  á  manos  de  su 
hermano  Don  Enrique,  ¿  el  dicho  Mahomat  Lágus,  que 
quiere*' ¡decir  el  viejo,  murió  en  el  año  1 37^,  ¿  le  suce- 
dió; isuhá;^  Mahomat  Vlil*  de  estetaombte. 
j>  rf  Mahooiat  VIII.  de  CBit-  nombre,  '<:  Onceno  Rey  de 
Granada  ,  cognominado  Guadix ,  por  la  afección  ^ue 
tenia  á  qudla  Ciudad.  £n  este  estado  estuvo  la  sucesión 
de  ios  R^yes  Moros  de  Granada  en  lá  liiiéa  masculina 
defartachen ,  Alcayde  dé  Malaga  ,c  teynandoel  Rey 

Dún  Jéátí  el^  U^  f  hi|o^el  Rey  Don  £origue  el  Bastar* 

...  -do. 


dft  V  cbsii  c;I-Ae3r7MaKomit  ;Usffládo<xitt<iíx  ^  con.  Asíuj- 
S9f.hi#i  del  Rey  de  Túnez,  del  antiguo  linage  de  los  Air 
mohíídcs  I  e  habiendo,  heciio  treguas  con.  el  .Rey  Don 
Jaaavde  Castilla  ,  muñó  el.  diciio  Rey  Dpa  Jjuan  ^.e.  l& 
^ttcecUó  su  hijo  el  Rey  DtonLEnriqu^  cf  lU.  ^x  dentiro  de 
poco'tienki^fo  murió  eLRey  Mahomat  earebañaide  ^'391^ 
4  qaieo  sucedió  su  hijo  Juceph.  ILde  este  nombre  1  x 
duodécimo  Rey  de  Granada.  ..  } 

^  Jucephi  IL  de  este  jxMoiDífe^  ¿'duodécimo' R^ey  de  Gi» 
nad^  ^  consta  pojr  la!s  ^Í8tnria$it{ne'  tavo  tfdatr oi)ijosij¿l 
primero  fue  el  Infante  JucéptvqnciiiefiRey  de  Gcanada) 
aunque  rio  inmediato  á  sa  padrea  el  segundo  iíue  el  In* 
lánte  Mahomat ,  qoe  sucedió  á  so  padre:  en  el  sey no  de 
GranaUa  >  el  teroárQcfuoeLIhélfnte  Qái  Alia  el.quarta^d 
infantt  CidlHaihfec..iEl  Maestre  ■  de  íAíaancafá  en  tro. cb 
tiempo  de  Juaeph.  IL  ^iqnciue  ilsmadb Jdatcinj1íaiñe:&  joffS 
la  Barbuda  ,  desordenadamente  -por  elrej^no  dei<3ranat 

da  r  j^  ^uc^.0^ ^  <i^£(^^ ^  presos.  e^¡A^Laest.cei<e  los  que 
exitBácan^con.elvr'tomadOTttm  pqidnn^^^  de 

Aieamtaca»  é  .despuesVds^^eitCApceM  queda  et^  RiOy!  ^;^ 
ceph;ffluy  qoecido  c  reimraiiaiadodsrlos  9ii^po4,fjcqa.quc; 
^ojberoó  lo^que^le^iuedabaide^vida  sus.TeynQ8iconje^6- 
saip«E<y.coi}serFMdaf|nuohji«ciocse5pondentí^  coQjdJLof 
Iteni&íriqíte  vikfCatuitfai'i  éloón  £imiahios  ^eyerjMoMs 
de  A&iea ,  aunque  el  Rey  de  Fez  le  tenia  no9pe(fiid&> 
abeacifeciibien^irpparquüá  se^^babialáli^dái  con  ios  Qliris- 
ttanós>  lQ;ii(áaI  iat  .¿n-^tádatorgrada^iquicjlp  dtó.mátlvin 
.óruna  de-ikai  igffandes^  tsaiciohest  quq^pndo  saber  eniun^pe^ 
choL/haipano^^aiesi^fiooQkor  dc^  amistad. Ion víao^aÍ  qoi»- 
tar  la  vida  i  eaviandoi  parieccBp5pgiüroinc^fin.:cnacl  aub 
de  199^^  uñ  gcar^  pves^afáK8Lft¿yijQae{di|!enf<^>enb» 
diferentes  cosas  todas  mulch^  y r  omy  ricas ,  e  entre  fitíis 
una  Aljuba  de  oro  de  mucho  ludóo^  pero  ^taba  atosiga- 
da 9  y  con&cdooáda/de.^reneao^íie  suerte  quería  persona 
•! .  xr  *  Que 


mió 

qüe^se  ia:puslb«v^ii¿da«  moi^  f  si 

«tí  cUo  resistencia  ni  remedio  buoiaho  /la  quál  no  mata- 
ba luego*,  5ino  con  el  tiempo  iba^  obrando  sus  efeftos» 
Xljfley  J^cepU  ^e^usoieséaiAljüiiMt^  ¿  desde  luego  fue 
:sln((lertdD  Jcl.Áiño'fit  iyeddc^dé  iftaA.  en^círicada  dia, 
AQrió  iUwcrdsncsDyi  tMSíkiibs  ton icmelé- rabiosa  fiiQer*^ 
lie (,  jqde :<rausó' gtán^ttpóiQto  f  admiracioa  na  solo  á  Jos 
Caballeros  Moros,  sinoá  los  Médicos ^^ por >haber^miier^ 
«acáyenídaJéloíláSwi»utei  ^pÉdosos^Jeon  Ja .¿cá^  fuerza 
ttel<  vcnleooirDb  csfiB3siie|tQ  jíikoíóíí  Itábíeqdoc^olos  qua-t 
ffb'aiiosJifíiBNroylnafosqi^iqDsmoafi^  . 

Muerto  Jncepti  v  ie .  knccdió  en  el  rey  nado  Maho^ 
oatvIX;.d¿.'essewnom^»  i.e  tercia,  deqimo  Rey^  d¿  Cra* 
badaelpiisiBóÁn^di  iv^ólflta^ñdífídocn  Castilla e  ed 
dbeoD  xi  Acy  D^n^^EanqnCid  IJ¡I*.3MBÍiomac,  infante 
i^aiiabyanndoJdeciS^anaida  j  ¿Jáiyx  idgundo ,  yá  q«ie  no 
podo  c^tar  el,  reyi no  Áfiá  padre.,  tava  modo  de  .quitar^ 
adp  aliin&iijceJtLoe^^su^hef  iqano^limayor,:  e  primog^ni* 
ao  dcLtepailreiiaqnicinqpq:ttrieeiá>ei'i£y^  doGcasiad^»  d 
qi^b(od3L (iodibodp  MoaqaeUaL>6ob$ioa^ponersaá;>5Bí.fbr«* 
^ap^npbyff^f^aasóipíáskvt^  tdlcoayria  .qae  pa* 

-dorvxraDXfue:  después  Afino  ibce9iiajr¿.^adc/lar  mkoeca  que 
i|eiíefcá  ^60  &e:  c6nfief%aiftd:0i^ikunqisd.€»aa%ttiM^sc^n^ 
eMfiddes:^  i  uik  «'Ydoonía  ndef:)  pcUÉflC\JRéy  :/a^Ii€Sana4a 

-í^niiEl  maieirojKfcy'  Mahómaf'  IX(  esqrLtii6r>á:(tos.&ey¿s 
«le  África^  prQcar?nda:sua]]>istad,  é  dábd^lestsatisfiíc-» 
•cipnide  lasijazonies  f|nq>lubiajiettíck>i.de(|i»kár:4l  te^tno 
-^lisp  hacmanoieLaiay«e  f/ií  eoÉre<jotrasidecjiQ^iqiier:estaf 
«tan  lasri:osas.e»tftaiÉ^9«q[neafastt  Umunoxl  laáycA  sn> 
«¡ediese' en.  el, reveno VlcrOrásasba,  se  pondría  á  peligro 
4ic  que  los  :<i)hristtanQS  se  apodecasen  de-  el ,  é  que  á  su, 
-hermano  %  hacia,  tan;  bucn^tratamtc'nto,  que  solo  le.falta 
iba  cl.Qomtep  de  iBíCLyvflL^  misma  ob^^  Rey. 


l:j',  jp  >x 


de 


101 

de  Cakíifá  ^Is^ünqttt  con  más  limitación  ¿c  lo  qué  había 
escrito  al  Rey  de  Marruecos ,  h  á  ios  demás  Reyes  de 
Afrícdr  -E  hallándose  las  cosas  de  los  Moros  en  toda 
quietud  é^  psu  fpt>r  la  atlal^za  entre  el  Rey  Don  ;£ffti¿ 
^ue;  de  Castilla  »  e  el  Rey  Mahomat  de  Grlanadá  s  en  es^* 
te  tiebipo  llegó  el  año  de  -1404  cfti  el  qual  el  Rey  Ma- 
homat liizo  un  muy  tko  presente  al  Rey  D.,£nrique  de 
)dyasí ,  jaeces  I  espa4as<i  é^otras^  muchas*  cosas*,  e  aporqué 
este  ^p^dsemef  fuese  de^maíisestUnaciotY^  efivio  con  ei-para 
qué^lo  llevase  si  una  de<süfs.mu;g)3res  ^ie  piíra  que  sirviese 
de  fimbaxadora  ,  á  la  qual  recibió  el  Rey  Don  Enrique 
ton  el  amor  é  atención  que  el  casao  pedia  ,  e  aunque  su« 
cedió  todo  lo  referido ,  no  pasó  i  adelante  ía  alianza'^ 
-pórqoel  después  de  poco  tiempo  los  Capifsfnes  de  la  fron- 
tef  a  (Rompieron  la  guerra  álos  Moros  y  ¿  como  este  Príri* 
tipefuése  muy  animoso  ,  quiso  mostrar  su  j)odei^  ¿  v^ 
k>r )  resolviéndose  á  proseguir  la  guerra  ,  que  en  la  fronh- 
teta  se  habia  cránerurado',  belJley  de'  Gi^aoada  entr^ 
|>of'las^  tierras  del  Biey  ^de  Castilla,  egaudá  Ayamóñttf^ 
)>uebU>iie' Don  AlonsáPerez  de  Guarnan^,,  j^et  Algaí^ 
^v^:,  «te  Ib; qual  pesó  mucKo  al  Rey  Don  Enilque ,  él 
^urai  TCtivié  sjj  embaxada  al  Rey  de  Granada  ,  pidiéndoP- 
íle  "que  censtsovaseí^^  guardase  tas^tcegaia^^  é-resttftiyMe 
-to  qttc^  habla,  tomado  j  h  au^nqueel  Rey  ide-Grinadií 
40frocióihacedo,sé  firé  tan  poco  á  poco  en  iá  restitticiOñ, 
-que  movió  al  Rey  Don  Enrique ,;  pareciendole  que  no 
quería  cestituir  lo  que  habia  lomado ,  si  bien  de  espacio 
-¿«cohtpdoa'^^ná:^  i.bíacale  la  guerra '^  en  que  díó  á  en*» 
tra  dbr  Jarhiuriattoas  por  ieducir  ial  Rey  de  Gcafnada  á 
4o  aeocdadd  ,  que. por  darle,  pesadumbre  v  pero  reparan^ 
'do.  poco  en  ekas  ateociónes.cL  Rey"  Mahomáti  le  salió 
•al  Rey.  Don  Enrique  al  encuentro ,  e  hubo  con  hl  bata-^ 
*UaiVi  ^aitoquei  hubo.  qui(^ixes&  que  la  habla  vencido,; 
ei.j  \  ^  con 


?0.l 

con  todo  eso  quedaron' los  Moro&^c  dueño»:  del  cam^ 

po  I  aunque  con  muclu  perdida  ^  é  ios  Christianos  asi* 

giismo  perdieron  mujdhos  dejos  suyos ,  peone$.é  c^tetU^ 

xQs,  h  desampararcín-i^l  eampQ).  £n  estsiOfs^sioD  se  hallaba 

¿1  Rey  Don  Enr^uc  en  Ms^drid  ,  h  partió  de  alU'  paca 

Toledo ,  donde  quería  tener  Cortes  ^  para  tratar  de  las 

cosas  de  la  guerra ,  que  pensaba  hacer  al  Bxy  de  Gnuia^ 

da  y  aunque  no  tuvo  execucion  su  pretcnsión  ^  ppr  ha** 

|K;rle  ataxado  la  xnaerte  sus  intentos  ea  2  5  de  Oicieai* 

fore  I  dia  de  Navidad  >  e  sucedióle  su  hijo  et  B:ey.  Don 

Juan  el  11. ,  que  habia  quedado  de  solos*  veinte  uieseSi 

por  lo  qual  hubo  de  reynar  debaxo  de  la  tutela  de  su 

tio  el  In&t|te  Don  Fernando  ^  que  después  fue  B^cy  de 

.Aragón  s  el  qual  comenzó  á  hacer  la  guerra  á  Iob  Mcr 

JOS  por  Diar  y  por  tierra  contra  el  Rey  Mahomat,  que 

estaba  confederado  con  los  Reyes  de  Túnez  é  Treme*^ 

zen ,  h  laego  puso  el  Infante  cerco  sobre  Zahara ,  h  se 

apoderó  del  Castillo,  de  Azaderin^  ¿  ;de  aálí  pasó  á  Se- 

^tenll  I  h  l0  cercó ,  h  .durante  el  cerco  se  cobró  la  Villa  de 

Ayamonté ,  h  ganó  á  Priego,  Cañetci  éi  las  QuMbas  > ¿ 

Orjregtca ,  que  las  tenia  el  Rey  Mahomat ,  h  eki  esit 

tiempo  habia  entrado  el  Rey  de  Granada  por  d  reyo^ 

'Á9  JÍMn  , :  k  Qtras  tierras  apartadas  d^  donde  andaba  d 

}tifaatei>an  Fernando,  por  no  querer  aventurar  su  po- 

,der  en  una  batalla,  e  no  quiso:  ir  á  fiívorecerlaiVilb 

deSetenil,  cuyos  Moros  la  defendieron  con  tanto  e^v 

rfuerzo  é  valor,  que  hubo  de  levantar  el  sitio  el  Iníanrc 

Don  Fernando,  b  volvecse:  para  Castilla ,  éiel  i(&o^  sl* 

jguiente  de   1408^  el  Rey  Mahomat  por.  el  mes  ide  ftr 

brero  puso  cerco  :á  la  Villa; de  Alcacictetf  y  llevando  eo 

su  Real  7®  de  á  caballo  ,  é  i29  peones.  Después  de  lo 

dicho  se  ofrecieron  algunos  reencuentros  entre  las  gen* 

.tes  del  Infante  Doa  Fernaiido  r  ^  las  del  Re^  de  Gr,aoa« 

da, 


105 
da  ^  aunque  de  poca  consideración  ^  por  estar  tas  fron- 
teras de  los  unos  e  ios  otros  bien  prevenidas.  £n  este 
misfno  año  envió  el  Kcy  Mahomat  sus  Embaxadores  á 
Guadaiaxara,  <donde  estaba  ila  Rey  na  Doña  <2atalina, 
madre  del  Rey  Don  Juan  ,  eei  Infante  Don  FernandO| 
que  ct^n  los  Gobernadores  del  reyno  ,  para  pedirles  las 
treguas ,  e  se  las  dieron  por  ocho  m^scs.  Hechas  las  tre« 
guas  I  h  vueltos  los  embaxadores  á  Granada  ^  murió  el 
Rey  MahooMit  de  haberse  Vestido  una  camisa  atosigada 
en  ci  Alhambra  á  ii  de  Mayo  en  el  mismo  año  de 
1408  y  habiendo  rey  nado  doce  años,  e  le  sucedió  en  el 
reyno  Juceph  su  hermano  el  mayor» 
'  -  Juceph,  hermano  mayor  de  Mahomat^  que  lo  pasaba 
presó  en  Salobreña  ^  fue  traído  á  Granada ^  e  alzado  por 
Rey  con  mucho  silencio,  sin  que  los  Christianos  lo  pudie- 
sen alcanzar  á  saber ,  ni  aun  el  nuevo  Rey  que  alzaban 
los  Moros  y  sabia  la  muerte  de  su  hermano  Mahomat» 

£1  Reyjuceph^  luego  que  se  vio  apoderado  del  rey* 
tiOy  lo  hizo  saber  á  Don  Alonso  Fernandez,  que  en  aque- 
lla sazón  era  Alcayde  de  Alcalá  la  Real,  e  sin  masdi^ 
lacion  envió  por  Embaxador  al  Rey  de  Castilla  á  Auda« 
ila  Alemin,  gran  privado  suyo,  haciéndole  saber  lá 
tDuerte  de  su  hermanó ,  é  cótiK>  lo  habian  recibido  por 
Rey  de  Granada  ,  h  pidie'hdole  su  amistad  ,  confirman- 
do la  tregua  que  el  Rey  de  Castilla  habla  hecho  con 
su  hermanó ;  e  los  Gobernadores  recibieron  á  el  Emba^ 
xador  y  e  revalidaron  las  treguas  ,  e  enviaron  á  Granada 
un  Secretario  del  Rey  ^  ilamado  Gutierre  Diaz,  paifa 
que  ante  el  la  aceptase  el  Rey  de  Granada  con  ta  so* 
iemoidad  debida  $  h  así  lo  hizo  el  Rey  Juceph ,  envian« 
do  con  Gutierre  Diaz  un  Caballejo  de  su  Casa,  llama- 
do AIí  ^  el  qual  fue  á  Yálladoild  á  donde  se  hallaba  el 
•Rey  de  CastíiJa ,  h  fue  hpsp<rdado  en  el  Convento  de 
isan  Pablo ,  donde  fae  recibido  coa  mucho  amor  ^  h  i 

otro 


104 

otro  dia  cómo  llcgq ,  presenta  de  parte  d¿I  R^y  Juccf^ 
al  Rey  de  Castilla  muy  buenos .  caballos  ,  espada^  e  pie- 
zas de  terciopelo  I  e  otras  muchos  regalos ,  ^  emrcgó 
prorrogación  de  la  tregua  tpor  dos  ^años  ,  la  quaL  oo, tu- 
vo c(cGtQ ,  porqiie  la  Rey  na  Doña  .Catalina  >  e  el  Inhur 
te  Don  Fernando  pidieron  que  el  Rey  Juceph.se  hiciese 
.vasallo  del  Rey  D«  Juan  >  i  lo  qual  respondió  allí »  que 
np  tenia  poderes  para  tratar  de  aquel  capítulo  4  con  lo 
-gualse  iVolvió  á  Qranadas  h  |a$cos4s  esiuvieroa  quie* 
tas  hasta  el  año   1410  que  el  Inflante  de  Castilla.  Doa 
Fernando  I  Gobernador  4e}  rey  no  ,  cercó  á  Antequerai 
cuyo  cerco  fue  muy  reñido  b  muy  largo  ,  e  aunque  el 
]^§Y,  Jneeph  procuró  sqcorrella^  e  defendella,^  enviando 
f>ara  ello  á  sus  dos  hermanas  .Ci4i  Ali  é  Cidi  .H^inei 
jeon  5  d  caballos  h  8d  peones , .  cpn  todo  eso  se  apoderó 
el  Infante  de  la  Villa  ^  é  de  tres  castillos  que  la  guarda* 
han  ,  con  lo  qual  se  volvió  el  Infante  á  Sevilla  ^  donde 
jsntregó  la  tutoría ,  siendo  el.  Rey  de  17  afios ,  por  ha* 
hecl?  venido  nueva  del  estado /en  que  estaba  la  eleccioa 
jdel  Rey  de  Aragón  .por  la  muerte  sin  sucesión  del  R^y 
Don  Martin  su  lio.  £n  fcste  tiempo  los  Moros  de  Gibralf 
jtarj,  por  la  añcion  que  tenían  á  los  Reyes^de  Marrue-r 
5:os,  se  rebelaron  contra  el  Rey,  Juceph  ic  Granadal  ¿ 
gomáronla  voz  del  Rey  deMarirviecos^el  qual  les  envióeo 
/su  ayuda  un  Infante, hermano  suyo,  llamado  Muicy  Bur 
zeit,  e  no  solo  se  contentó  de  socorrer  á  Gibraltar «  sino 
jL^igibicrk  dio  libertadla, un  Inf<ipte  de  MarruecpS|  ferina- 
jlip de  aquel  Rey»  qije  estaba  en  su  peder  y.al  qual  envió 
jfpn, muchas  joyas  e  gente  4  África  ,  pai;a  que  rcvolvic-' 
se  las  cosas  de  allí ,  que  se  hallabsin  en  buena  disposi- 
i:ion ,  por  estar  los  vasallos  muy  mal  con  su  Rey  de 
jMarruecos ,  e  asimisoio  le  dio  di^cTo  e  cartas  4^  ^^^ 
jp^ta  muchos  (j^at^allerps  Moros  ,.  que  eran  muy  p!9decc|- 

;w)^  e;ainigps  suy qs  >  cpii  .que  p^d©  •  ki^^  í^tR>  <i^9 

.     venn 


\ 


vendó  él  Infante  zl  Rey  de  Marruecos  su  hermano, 
en  una  batalla  que  murió  mucha  gente  ^  e  lo  cercó  en 
Fez  ,  con*  lo  qual  volvió  el  Rey  Juceph  á  cobrar  á^  Gi- 
bralcar  en  el  año  siguiente  de  1412.  En  este  mismo 
iaüo  se  prorrogó  la  tregua  entre  los  dos  Reyes  de  Cas* 
tilla  c  Granada  por  diez  y  siete  meses  ,  dando  el  Rey 
de  Granada  150  cautivos  Christtanos,  é  entre  ellos  i 
Fernán  Ruiz  de  Narvaez ,  é  á  Diego  González ,  señor 
de  la  Guardia,  cuyo  rescate  estaba  antes  concercado  eti 
diez  mil  doblas. 

En  principio  del  año  de  1414 ,  que  aún  duraba  la 
tutela  del  Rey  Don  Juan  ,  se  volvió  á  prorrogar  la  tre- 
gua por  dos  años ,  e  para  que  el  Rey  Juceph  la  jurase^ 
envió  la  reyna  Doña  Catalina  á  Granada  á  Luis  Gon#- 
Kálezde  Luna ,  Secretario  dé  Cámara  del  Rey  Don 
Juan  y  ante  ^üien  juró  el  Rey  Juceph  ^  e  otorgó  la  tre* 
gua  en  el  Alhambra^  é  le  dio  muchas  joyas  ,  é  otros 
dones  f  como  lo  acostumbraban  siempre  los  Reyes  de 
Granada  ,  con  los  Embaxadores,  é  Enviados  de  los 
Reyes  de  Castilla.  En  este  mismo  año  se  ofreció  un  de* 
bate  entre  Don  Juan  Rodríguez  dé  Castañeda  j  ¿  Die« 
go  Ortiz  de  Zuñíga ,  hjjo  de  Diego  López  de  Zuñiga, 
«?  ambos  6ueron  á  Granada  á  combatirse  ^  con  licencia 
de  ía  Reyna  Doñii  Catáliíia  ,  la  qual  escribió  á  el  Rey 
de  Granada ,  que  los  metiese  en  el  catnpo ,  c  sin  darles 
logar  de  llegar  á  el  coibt>atie^  les 'diese  á  ambos  por  buef^ 
nos  caballeros.  El  Rey  Juceph  lo  hizo  así  por  agradar 
á  lá'Reyna ,  ¿  los  honró  mttcho  ,  é  les  dio  joyas ,  é 
otros  muchos  dones^  ¿los  dnvüÓ  á  Cítstiíla  ,ré  se  votvió 
é  contináar  la  tr^uá!po¿  oiái  tiempo  ^  ¿'mientras  vitió 
este'Rey  Juceph^  ño httbó'mas^ guerras  entre  Chrlstía- 
hds  e  Moros  ,  ¿^Habiendo  muerto  laf  Reyna  Doña  Ca^ 
talina  ,  salió  el  9.ey  Don  Juan  su  hijo  de  la  tutela ,  ¿ 
iél  por  su  autoridad  alargd  la  tregua  ,  que  fue  iaiiltima 

tam.  xíí.  O  aue 


V 


que  hizo  el  Hey  Juceph  con  el  Rey  de  Castilla  ,  e  fu  ^ 
jcn  el  año  de  1420 1  e  fue  por  dos  años  ^  c  el  Rey  Do  a 
Juan  envió  á  Granada  á  el  mismo  Secretario  Don  Lu  ¡$ 
jQonzalez^de  Luna  »  para  que  el  Rey  Jucepli  firmase  las 
treguas ,  e  ccfbrase  trece  mil  (dobl^  de  las  parias  que 
habla  de  pagar. el  Rey  Juceph  por  los  dos  años  de  las 
treguas ,  e  habiéndolas  jurado ,  e  pagado  las  dichas  do- 
blas I  falleció  y  habiendo  quince  años  que  reynaba  ,  c 
hallándose  bueno.  ...   , 

Mahomat,  último  de  este  nombre ,  llamado  Abenar 
zar  I  cpgnominado  el  izquierdo  ^porque  lo  era ,  sucedió  ¿ 
el  Rey  Juceph  su  padre  en  el  año  de  1423 1  reynando 
en  Castilla ,  c  en  León  el  Rey  Don  Juan  el  segundo  de 
este  nombre* 

Este  Rey  Mahomat  Abenazar  venia  de  Farracheni 
Alcayde  de  Malaga  1  de  cuya  descendencia  hubo  t\ucve 
Reyes  hasta  este  Rey  en  Granada ,  á  el  qual  no  sola^ 
mente  llamaron  el  izquierdo  como  queda  dicho ,  porque 
)o  era  de  las  manos  1  jugs^ndo  c  usando  de  la  izquierda^ 
mas  qif e  4c  la  derecha »  sino,  por  las  adversidades  que 
sucedieron  dpr^^ntc  su  jreynado ,  ep  cuyo  tiempo  fu^ 
tres  veces  privado  del  reynoy  ¿  las  dos  de  ellas  restituí- 
fio :  posa  que  no  se  halla  escrita,  en  alguno  de  los  Reye^ 
4e  Gfanj^da.aqtes  de  el » ni  después.  Constar vóse  el  dich^ 
|ljeyiMaho/nat  Atenazar  ^Igup  tieqipoen  el  aiq\i>ta4 
fÍel.Rx^y,D/o;i  Juan  el  11^%,  yjsn  la);de  Mü^^py  AbenfaraZ| 
B^fY  de  ^unez*.  Después  comenzó  á  se^  malqfíisto  con 
todos  sus  .vasallos  ;^  hizq  ^  Alguacil .  maypi;  del  >py/io  de 
JGraií^díi  ^.que  era  ^l)pfiw  ffitty.P^/b««»in?i|te  del,  Fcyí>o> 
¿  im  Moro  muy  p4v?id?.  wy9 1  q^c  ^  Wwpsjb»  Juceph 
Abenfaraz  1.  el  qva^  era .  del,  mify  a^tígvo  linage  «k  19$ 
Abencerrages  ^  rn^y  estimados  eg.  Granada  \  é  k\f^ 
principios  de  su  reynado  tuyo  el,  dicho  Rey  Mahomaf. 
/i^ufl^s  jnqjtfíctudes >  contaglp;qu&^se  pudo  pegar  de  ia^ 


io7 
inquietades  entré  las  Gran  des  en  Castilla  con  su  Rey, 
'á  cuyo  exeoiplo  algunos  Alcaydes  c  taudillos^  c  nobles 
de  Granada  i  con  el  aborrecimiento  que  hablan  co^ 
brado  á  él  Rey  de  Granada  ^  el  izquierdo  ^  se  rebelaron 
contra  el  I  c  tomaron  la  voz  de  otro  Mahomat  llamado 
el  pequeño  ^  ó  el  chico  ^  e  en  fin  del  año  de  1427  lo 
echaron  del  reynp  $  el  qual  conociendo  su  desventura, 
c  que  no  tenia  segura  la  persona  ,  no  hallándose  con 
fuerzas  para  resistir  á  los  rebeldes,  se  paso  á  África, 
para  valerse  de  su  amigo  Muley  Abenfaraz  Key  de  Tu^ 
nez ,  llevando  consigo  500  Moros  de  á  pie  e  de  á  cába^ 
lio»  £1  R^y  de  Túnez  lo  recibió  con  mucho  amor  ,  ha« 
blendo  quatro  años  que  reynaba  Mahomat  ^  quando 
hizo  esu  jornada  á  África  ,  despojado  del  rey  no  de  Gra- 
nada ,  ccon  ocasión  del  despojo*del  Rey  Mahomat  el 
izquierdo ,  se  introduxo  el  Rey  Mahomat  el  peque* 
ño ,  undécimo  de  los  Mahomates  ,  c  llamáronle  el  pe« 
^ueño,  á  diferencia  del  otro  Rey  Mahomat  el  des« 
pojado. 

Entró  á  reynar  Mahomat  el  pequeño ,  como  lo  sue« 
kn  acostumbrar  algunos  tiranos ,  con  algunos  temores, 
reconociendo  con  quán  poco  |  ó  ningún  derecho  poseía 
aquel  rey no«  £  como  queda  dicho >  xomenzó  á  reynar 
temiendo  á  todos ,  c  eu  particular  á  aquellos  que  creía 
ser  aficionados  á  el  Rey  Mahomat  el  izquierdo ,  que 
se  hallaba  despojado  en  Túnez,  ¿  matando  á  unos  ,  é 
|frendiendo4  otros ,  hizo  muchas  crueldades ,  e  á  quien 
mas  paice^cti^  de  estos  crueles  tratamientos ,  fue  á  Jú« 
ceph  Abenazar ,  Alguacil  mayor  que  habla  sido  ,  é 
muy  ñivorecido  del  Rey  Mahomat  el  Izquierdo  i  c  aun** 
c^e  no  se  atrevió  á  hacerlo  matar ,  ^  lo  echó  de  todo  el 
reyno  con  treinta  Moros  de  á  caballo  en  el  añod.e  1428^ 
el  qual  se  pasó  á  Murcia ,  donde  fue  muy  bien  recibid9 

Oa  ^^ 


de  Lope  Alonto  de  Lorca  I  caballero  e  Regidor  de  la 
misma  Ciudad  ,  el  qual  ea  coinpama  dei  dicho  Alonso 
de^ Lotea  vino  á  el  Rey  de  Casulla  ^  que  se  hallaba 
con  sa  Corte  en  lllescas  ,  Villa  del  Arzobispado  de 
Toledo ,  c  allí  beso  las  manos  á  el  Rey  Doi)  Juan  el  di- 
cho Juceph  Abencaraz ,  sirviéndote  de  interprete  Lope 
Alonso-de  Lorca,  el  qual  Sabiz  muy  bien  la  lengua 
Arábiga ,  ¿  Juceph  hizo  relacipn  á  el  Rey.  de  Castilla 
del  despojo  del  Rey  Mahomat  su  señor  ,  c  como  estaba 
en  Túnez  donde,  se  habla  ido ,  viéndose  despojado  de 
su  enemigo  Mahomat  el  pequciio ,  e  suplicóle  se  dolie- 
se d^I  Rey  Mahomat  el  izquierdo  ,.supüesu>  que  era  sa 
amigo  y  e  su  vasallo  I  ayudándole  á  cobrar  ei  rey  no.  £1 
Rey  Don  Juan  recibió  agradabléntente  ¿  Juceph  Aben- 
caraz y  e  mostró  pesar  de  lo  que  pasaba  por  el  Rey 
Mahomat  el  izquierdo ;  c  prometió  hacer  lo  que  le  pe? 
dia  j  e  dándole  algunos  dones  e  joyzi  y.é  habiéndole  he* 
cho  muy  buenos  tratamienios ,  lo  envió  con  ei  dicho 
Lope  Alonso  de  Lorca ,  á  el  qual  hizo'  su  Embaxadoi 
para  el  Rey  de  Túnez  ,  á  el  qual  envió  el  Rey  Don 
Juan  de  Castilla  á  pedir  hiciese  con  el  Rey  Mahomat 
el  izquierdo,  como  de  él  esperaba >  todo  lo  que  convínie^ 
se,  é  le  diese  todo  su  £avor  para  cobrar  su  rey  no  de 
Granada,  y  que  procurase  volviese,  que  él  haría  que 
fuese  restituido.  Juceph  Abencaraz ,  é  Lope  Alonso  de 
Lorca;  fueron    noblemente  recibido^.  4^1  Rey  de  Tu* 
cez,  el  qual  hubo  gran  placer  de  su  llegada  ,  é  oída  i^ 
enbaxada  del  Rey  de  Castilla ,  el  Rey  de  ülasnez  dio 
asi  á  Lope  Alonso  de  Lorca  ,  como  á  Juceph-  muchos 
dones,  todo  lo  qual  sucedió  en  el  año  dé   1429  í  en 
¿1  qual  nmndó  el  Rey  de  lunez  poner  en  orden  la  gen* 
te  que  habla  pasado  con  el  Rey  Mahomat  de  Granada,^ 
qué  como  queda  dicho,  serian  trescientos  de  á  caballo,  c 

dos- 


*  109 

!dosciéntQS  peones  i  ^  ¿  envlácon»  Lope  Alausa :  Íl  ú  .Rey 

:de  Ca6tUla  cosas  4c:jscdA.^  ¿  ififfbi  do  Uno  iniuy :  (jrd¿ad^ 

x^  muchos  oloies  d?  gsaapKociOi  ainbar/é  ÜgaUa^xioii^ 

.muchas  cosas  muy  pceciosat  ^  te )Cob íestó  ^se- kléspkücroii 

lo$  dos  \E.bycs  con  mu^ho  sumot  y!é  ^l  Rey  Mahom^ 

partió  con  Lope  AloafiadcLQica>c^9us*geaiesy  é  11&* 

^con  á  Ocaa ,  CiBda4^inarh3ata:«ri:elii«.](noná¿  Ti¿tn¿- 

.cco ,  é  Ikgadoo aUí  6¿je(nhacfxu>a  v'^^'pasa^fdskiá.dllicy^ 

no  d¿G(áifaday¿  Ucgáhdo  4  bifaiádaéfate^Ye^a^ftteaÉMy 

.bien  recibido  eLReyiviafaomatehizqpierdou:  isusgemes^ 

c  sabiendo,  eo^aicsla  «li  ilqgádac^le  euddr(úiá.jlamar^^ 

háiMcndo  ldo^:^ici  recibido^  oaM^iieUfi  Ciudadu:on^  ^i^* 

chó.íím€i4'KV£tfinCiii¿ilí  tánipi&áxá  GiaiíadadnKxiadc 

esta  ilegadai^JudbíQ.  pl  cRey (MahÜknat^  eijjpc^lubñeiqgiah 

-aivo£Oto,.e  envió  con  .toda  brevcdad^^concca  dílBü^  i» 

iq9ierda  ^  :utn,  Infame heciiiano:sit9:9>  í  xpn wscUsdcoux 

ite.1  ¿aballo^:^  paiedendcüobastáiaae^rahronsecláf^ 

lo  iQtté  venia  con  MdhoqiateL  lzqaifr(k>,yrde  Icá  qh^hs 

se  patorcKw  inas  d¡e  >4^s*o  a  ^el'  lUiy  JMadiomas^^'iaqíuecdíqv 

c'  hayéndo  los  qoe  restaban  ^  pudo  pa^re^  Rey^Maí» 

faomai  el  izqnierdo  á  Guadijci,  4onde  foie'.dei  toda*  la 

Ciadad  muy  bien  recibido  ,  e  desdé.nllipnál  kiCktín» 

dá^  doáde  halla  la¡  misma  acogida  j^  b''  lexkie»D3á  «ibet 

diencia  de  Rey  del <ya  éxdlnsó  Rey^JViahoníaN^cinrpei 

queño  ^  el  qual  conr  flgfanqs  pocos  de  los  suyos'  se  hizo 

Aidrte  en  el  Alhambra^  donde  io  cetcó  ^{¿UiluHpat  el 

¡s;quiQrdo  ,  e^  loí  prctiiadió  e  dfo  <  hbo  cottas  ikf  oabe^a  v  c 

poner  á  sus  hijos  ch.  piásioo  ^ícbn  que^jbedó'cii  el  ^bf*' 

no  muy  pacíñcay  epodas  las  ciudades  do  cilexlleifqnnia 

obediencia,  e  este  es  el  fin  que  tüvo  Mahon^at  el  pequq« 

Bo  y-  habiendo  mynado  en  Granada  dos  años.   Restituí*. 

do Mahotoát  Ah^^saa^r^l  izquierdoen  elteynoufe Gxát 

nada*;  Volvió  idat  d  c^cio  .de  AigoacU  n^yov  «á»  Ja<f 

ceph  A&encarasi.,  que'  sjcmpce  le  habia<  4^  «míj^-^e^^ 


lio 

c  palia  asentar  bien  ¡sai  cosas ,  «nvló  sus  Smbaxádores  k 
(Cl  ^cy  Don. Juan:  et  IL^,  dándole- gracias  de  haberle 
4iy udadiO  ^  q  el  aviso  de  como  csuba  pacificameatc  en  sa 
iKyó&|  c  de.  la  justída^chabia:hfcho  de^o  eoeoiigcv 
jédeseaado  el  R.ey  Mahomat  fCf>arar  las  quiebras  pi^ 
$adas  en  sa  reyno  y  enviá  á  esse^  fin  sus  J^mbajcadores  á 
^&ty  Ctoajuan  el  segnádo  ^ :  4^  á:la  ^axoa^estaba  ea 
•Valladolid),  á  pedirlc^rcguas;^  ¿  no  tovo  ^fedto  esa 
precenslon  9  porqoe  desoUbai.  el  Bxy  Don.  Juan  iiaccr 
guerra  á  Granada  ,  aunque  na  la  puso,  en  oécStOp  por  la 
g^ioura  queiio.haciaal9is.>l4^Qtcsde  Aragón,  El.año.  de 
ti4go.  v)qUío:  cl>R»e)L.Ma¿ioaiát:eii  i^gujerdó  A  eoiflar 
sbsi  fitnbakadoreü  áeLEícy.de  CasciUa^  xljqual'sc  halla*» 
ba  puTeLBuigo^de^iOteaiá!^ -á  bqual.eiiih;^^    .eo?ió 
un  cabíUlera.MoroJlamado:  Abafcetmar  •  oQn4>cro5  txein*' 
ta  caballeros  y  ea  que.lc  ofireria.  su  poder ,  su  persona  y  c 
itof^iáicasa  de  Granada  .dontra.  stts«[uiav>6  ios.inlan* 
xciidp  Aragon^yo^qú^raviese  por.  bien,  otorgarle  iapaa^ 
quc:á>Ua  Jiabcricotkc  los  ELbyes  deCfstilla  cCramdafpor 
lo  pagado  ^ .  c  x)u(f  esu  nii^iBa  paz  ofreda  por  el  SLey  de 
^Tunea.  £1  Rxy  Don  Juan  recibió  muy  bien  á  el  £mba« 
«adotÜel  fitei)qddiGranada i  c  envió xon  la. resptesta  i 
JuúU  iBmxsalttjdeX^iia ;  ,su*Seccetario ,  agradeckiidp  ia 
hufroa  wluocádiLy  d  oEccúíaAcato  1  aunque,  no  aceptó 
la  ayuda  conrra  Jos.  ln£Mit<^ ,  aunque  permitid  tratar  de 
la  tregua  I  pero  el  principal  ^ireoto  del  Rey.  Maho^ . 
m^t^  fue  paoaque  entendiese  d  Rcy^de.  Castilla:^  el  es<- 
tado  en  que  se  bailado  Ja^  coJasi4cl  reyño  de  Granada^ 
ún  querer  por  eso  venir  en  coínceder  muchas,  de  las  cosas 
que  pedia  el  Rey  Don  Juan. 

. . .  £n  xste  mismo  ano,  hizo  treguas .  por  cinco,  a&os  el 
Rey  de<.Castil(a  con.ei  Rey  de  Araj^^^  ád  de:  Nía? 
varra^  eon  quien  acordó  hacei:  Ja  ^umíra  4  cLR^y  de 
Granadal^  ¿  por^.y^  .raiNlet.b¿p  (cla&o  siguiente 
-        *  •  po- 


ponerá  rKtttt49^1a6fronter4»:ifijblí  y  nw 

¥olvió  a  envlaf  á  Túnez  á  Lot>e  Alomo  4^  Lorca  ^  >  ^coft 
quejas  del  Hey-  MahoaKic  rd^  Itqv&ctdcr  ^  kel  Rey  dt 
Tunc^  Muley  Ai^oíars^íi  o  tugándote  no/^yudáseá  «1 
Kcy  lyl(»hí()¿at  fin  fifi  gpíqtt^j(C|^^ 
con  es;a.eiDba<x^da>  oo  9«lo^no,  le  énVió^  isll  Kef  d0,Tiif 
ioez  las  galeras  I  gentes.  c'^vitiiaiMs  q^e  Id  tenia  apercibir 
das  9  para  ayadas  á  el  Rey  Mabomat ;  peto;le'^escribip 
que  pagase' las  patias^áclRey^  4c  Qsistilla:^  i:  qoiett  üíi 
debiaelireyaar/^yL^i  mnurbo,  amaba .^  e.dtinQiliaotri^ 

que  a0  espera«e>«u rayada  nieoc^as  viifteSCf  jcf  ^i  r^yna^ 
$e  en  Túnez  >  e  allí  estuviese  Lopo  ,Aionso  -ác  Lorca« 
Coa  esto  Peiafaa  de,  Rivera  corrió -la  vegaf  de  Xjraoa^ 
da  f  e  Pon  Fem^^odo  Alvare«t  d^  iTpiedo  et)to>  .ppf 
RoAda  »*  ba^ipnda  ambos.  <l.  aiMl  Le '  danp  ,qtte  {>a> 
dieron»  ..•  ^    •  •  .,■'-  ?>'  v-  >i  b  -j   .  '••    > .-  h  -jL 

£1  año  siguiente  de  i43.ti  ^^entr^  en  la  tierra  do  U» 
Moros  Rodrigo  de  Peiea ,  Adelantado  de  Cazork  non 
fBil  peones,  etrescicnc<is  dea  caballo  y.  eni  cuya  genot 
hicieron  Ips  MorQS  mucho  dafío^..erenieste:0li«no:tiici9-? 
po  cl.Mairiscai  García  de.Riv<eca..tGinnó.}el(j9astUlP'.de 
Ximena  y.e  el  Rey  Dpn  Juanfp«isó;  á  Córdoba  ^  ¿  iei|tcó 
en  la  veg;a  de  Granada ,  e  con  el  JE>on  A  Waro  áfi  jLuna 
con  tres  mil  de  á  cabaKo^i  á  vtalp  las  tierra»  iif  clUom^ 
rTawr^>  Alosa  e  Axchidonft^^.e  ocfps  l4%a|Fe^>efi  l^iYSt 
ga  I  fl«n  lo.qiwJi  s?  volvió  á  ficija  ^^  habif»ítot,^íNdft 
clReyiJMahomat  los  Intentos^ iqiM  «1  Dqn  Juan  lleyabaf 
•<f-qae  ni  principal  era  de[  cercar  ^jQraiiada  ^r;^  apercibid 
paisa  j»<¿f«i)S9!i  juntando^PtaqiieJIa  C^d^di  »im«^  asii 
eabi^llff  i  4tY/^K ipil  pcpeeaire^esjipdp  Ql,;^4»y^ 
Juan  «ft  Qitdf^s^f  se  viqp.  pM»i6l;^ti  ¡prlnc^paÜcabAtf  e^ 
ro  Moro i|  que /$fa  bijoidiil  s^ñor  dp  Luque,.rllaaiade 
GUdarre>  e).  ^al  skpdo;  de,  edadídse  ocbo  ano9  y  el  é 

Qtroy  l>i}9s;dei|i|paü$rASc.CbKlsfianoft  ba^aa  MfHkdiidíffi 

en 


/  j 


-:  1 


s. 


^ 


:II4 

^n  tthñtss ,  ^^'  ÜaMáti  áéxiáo  natítra  santa  ie  4át¿lica ,  4 
le  dix(^,<^siertfraba^en  ^a  ^ega  de  Granuda^ un  lafantc 
Moco  llamado  Juceph  Abefiafamar  ^  queeta-descendiei}- 
C€  ddit'&ty:  Abcivhut ,  gietd  del  Re y^Mahpmat' Abena- 
^mM^i^ít amado  el  'Bermojov'^^.  ^iii^n  -oiaró'  en  Se?t* 
Itál  el^ReyL  Don  iPedro  ,  le  ayudarla  pará^^dlo ,  por- 
gue '«^taba  Mal  con  el  Rey  Mahotíiai  el  ¡¿qóierdo ,  ¿ 
2ae' conista  ayuda  por  ventura  se  le  enrregaríá  to- 
a  li^  tierra.  Concesca  noefa  >  a|u5tincla!9e¿en'  estepare*- 
i%iilo^  Oratidte  dql  rey nó  ,  eMró  ei  Itoy^DiOin  Juan  por 
Us^fietras  dor&éy  de  Granada  ,  con  •  a^' dC:  ocbo  mil 
combatientes  que' )ttiító  ei  Infante  Juceph  ^ Abeitaíafflar, 
c  después  de  algtfbas  escaramuzas ;  se  vinieron  4  dar  Ul 
1ia|alÍ4^  de  poder 4  pbder  el  Rey  de  Castilta  ^  é-  el  de 
Ganada,  quedanKid4<»  Moros  vet^ckíos ^ ^  muertas  mas 
de  doce  mil ,  e  el  Rey  Mahomac  á  todo  esto  no  salla 
de  Gr amada,  pot-temerse  de  M  suyos ,  ¿  con  todo  ^o  se 
mostró  tan  valeroso,  *que  no  quiso  tomar  partido  dd 
Rey  de  Castilla  ,<  no  desanimándole  los  malos  suceso^ 
ni-  aún'  las  demostitíi%iones>  é  se&ales  dé  la  4:ierra  ipropia, 
¿lue^nesfio^diasteinbló  diversas' veces  en  Granada;  <; 
k>qu^  mas  habla  en  que^reparar  ^  £ue  el  ^er  oon  los 
temblores  caerse  algtfnos  pedazos  de  ia&  murattas  de  la 
Ciudad  ^-é  ta4tipbien  temblé  el  Akázar  delR.ey  de  Cas** 
tHlas  el  ^qual  después  de  ha^r  destruido  quanftf-iopó 
ftes  teguas  al  rede^r  de  íá  Ciudad  da  Granada  ^  ateo  sil 
leal  y  e  fue  fama  que  k>.  bizo  el  Rey  á  petfsuasion  -d^ 
í>on  Alvarode  Luna,  ^  quien  hibla  |ii<íhKi  tfl^Rey* 
Máhomat  un  gran*  presente  de  regalos  ^  que' llevaban  deof 
ftof^ran  qutmtiá  de  doblas  de '  otói  Habiendo  itegáító^ 
ei  &ey  £>on  Juan  á  Córdoba  ,  mandó  &  ^1- Inftnte  ^^Mn 
ftph  Abenaiamar  ^que  se  llamase  Riydjs  tG^anakÜ^ 
^  le  ofreció  darle  el  rey  no  ,  para  Cayo  efiído  cfiindó  i 

los  caballeros  que  tenían  las^fronceirk»^  te  diesen  tdd^ 

fa- 


favor  para  cons^uirlo,  visco  lo  qual ,  se  le  empezaron 
é  pasar  de  su  parce  muchos  Moros »  que  le  eran  afício* 
nados  por  1q  mal  que  iban  estando  con  el  Rey  Maho** 
^mac  el  Izquierdo  f,  por  lo  qual  brevemente  funtó.  mas  de 
400  xie  á  caballo  9  ¿  se  le  entregó  Montefrio ,  e  fue  á  po- 
ner su  silla  real  .con  orden  del  Rey  de  Castilla,  h  con 
d  favor  de  Don  Luis  de  Guzm^i  Maestre  de  Calatra:» 
va  9  c  del  Adelantado  Don  Diego  Gómez  de  Rivera ,  se  ^ 
le  sujetaron  los  Pueblos  de  Cambil  e  Alhabar ,  Corte* 
gíar  ,  lUora  ,  Ronda  ,  Taxarxa  ^  Iznallez  ¿uLoxa.  Auíi* 
que  el  Castillo  de  esta  Ciudad  se  tuvo  por  el  Rey  Maho- 
xnac  el  Izquierdo  y  los  Moros  que  allí  se  hadaron,  fueron 
vencidos  y  muertos  h  presos  muchos  de  ellos ,  é  allí  mu* 
rió  Juseph  Aben6airaZ|  Alguacil  mayor  de  Granada  |.é 
luego  se  rindió  el  Castillo  ét  el  Rey  Juceph  con  la  ma- 
yor parte  del  reynoye  con  el  ayuda  del  Maestre  de  Calat. 
trava  ^  e  del  Adelantado  Dbn  Di^o  Gómez  de  Riyera>. 
fue  el  Rey  Juceph  desde  Illora  á  Qranada,.  donde  le  re<^ 
Cibieron  los  principales  de  la  Ciudad ;  ¿  no  atreviéndose 
el  Rey  Mahomat  á  aguardarlo^  con  todo  su  poderi  h  dos 
hijos  del  Rey  Mahomat  el  pequeño ,  h  con  otros  prisión 
neroshuyó  á  Malaga. » adonde  tenían  su  voz.  £1  Infan* 
-te  Juceph  entró  en  Granada  con  tf  oo4e  á  caballo  én  diai 
.Martes  á  primero  de  Enero  principio  del  año  de  143  a^ 
fe  fue  recibido  en  el  Alhambra  por  Rey  deGranada  con 
la  soltmnidad  acostumbrada  Juceph  IV*  é  último  de 
:este  nombre  ^  cognomioado .  Abenatemav  1  el  qual  succ- 
hUó  al  Rey  'Mahbmat  Abenazar  el  Izquierdo ,  habiendo, 
rreynadó  tres a&>s.¿ medio  lastguoda  v$z<4]tte  fiíe^ res- 
titttido  en  el  reyno  de  Granada  por  el  Rey.  Don  Juan 
el iLy  con  cúyé  favor  fue  puesto  en  lá  süla  de  Grana-^ 
ida,  é  enr  Jacef^  Volvió  U  sucesiqn  á  la  linea  antigua  del 
'Rey  Abenhuc  L^^  Rey  de  Grasada;,  qjM  por  muectp 
^^  T0m.XU.  P  <lcl 


114 

del  Rey  Bermejo  habla  entrado  en  diferente  linea*  Lo 

primero  que  el  Rey  Juceph  executóea  viéndose  en  el  rey* 

no,  fue  hacerse  vasallo  del  Rey  D.  Juan  él  IL  i  obligándose 

á  pagarle  á  el  y  á  todos  sus  suceSoce^  gran  qaantidad  de 

doblas ,  para  lo  qual  se  hicieron  capitulaciones  públicas 

jescritas  en  pergamino  ,  las  quaies.  después  firmó ,  e  selló 

con^u  sellóle  cscribip  al  Rey. Don. Juan  la  carta  si* 

guicntc»      i* 

4 

RET  DB    Q  RANA  DA, 
SEÑOR. 

V  uestro  vasallo  Mahomat  Abenalamar  ^  beso  vuestras 
manos  ^  h  me  encomiendo  en  vuestra  merced  ^  á  el  qual 
ficffx&k  sabcf  9  como  yo  partí  de  Hiera  ^  e  fui  i.  la  mi 
Ciudad  de  Granada  ,  e  salióme  á  recibir  tbda  Ja  caba* 
Hería  de  ella  j  e  besasonme  la  mano  por  su  Rey  é  seaori 
h  entregáronme  la  Alhambra  y  h  esto  señor  fue  por  la 
gracia  de  Dios>  h  por  una  buena  ventura»  £1  Rey  Iz- 
quierdo se  fue  á  Malaga  y  c  llevó,  consigo  i  un  hermano 
del  .Alcayde  cojo.^  susobrino^  h  doshijosjdeLrJ^xy  :Fe^ 
(pieño^  que  habla  mandadojiegollárs  cantes  qucxle.fai 
Alhambra  se  fuese,  robó  quanü»  elide  había»  e  aboca»  sé- 
¿01 ,  icoh  la  gracia  de  Dios^.  élcon  el  'esfuei:2o  dtl^F.  A. 
-isarcontrf  él  yuemra,Adelaiifiadio .Don  Dic^<<aomei(  de 
<BÁvjítti  ^  ^(mi&Cahállerwciá^Maflaga » ditetfe  .el;tstái  e^ 
fleco  en  Dios^ttei.bon.'elJtV^  jie  Y.  Al^yx^le  diabr^ea 

dODUS  manos*      -.h:       ■  '   .    r.  -  >  /.       ••■.•:::■.• 

-  ..  Dfcspachó  el Kcy<. de  »iC^ ranada,  uh  Caballero. JMbr o 
Jcon  esU:  carta»  coiol  la  rqual  .ci  -  Riey;  di:)£asf iUa  ¡hubo^g^m 
:placer/  £l^Rcy^  ^^Tjuucií  tnVió.  sus  ttfcaudbs  aLRey.  dfc 


k. 


Castilla  con  un  Caballero  Genovcs,  pidiéndole  se  hubiese 
bien  con  su  pariente  el  Rey  Mahomat  s  pero  como  lo 
ihalló  desposeído ,  mudó  las  palabras  de  la  embaxada  en 
quejas  ^  i  lo  qual  satisfizo,  el  Rey  de  Castilla  ,  diciendo 
que  el  Rey  Mahomat  traía  sus  tratos  con  el  Rey  de 
Aragón  ,  é  con  el  de  Navarra*  £1  Rey  Abenjuzef 
habla  seis  meses  aun  no  cumplidos  que  reynaba,  e 
como  era  tan  viejo  y  £illeció  en  24  de  Junio  año  de 
1433. 

Muerto  el  Rey  Abenjuzef ,  volvió  al  rey  no  el  Rey 
Mahomat  Abenazar  el  Izquierdo  tercera  vez,  porque  esp- 
iando en  Malaga  y  é  sabiendo  la  muerte  del  Rey  Aben« 
juzefsu  enemigo ,  hizo  sus  diUgiencias  para  que  le  vol* 
viesen  á  dar  la  obediencia ,  é  en  án  se  la  volvieron  á 
dar  sin  contradecirlo  el  Rey  de  Castilla ,  con  lo.  qual  el 
Embaxador  del  Rey  de  Túnez ,  que  estaba  en  aque* 
Ha  sazón  en  Valladolid  ^  volvió  á  Túnez  muy  conten- 
to en  compañia  de  Lope  Alonso  de  Lorca ,  á  quien 
envió  el  Rey  Don  Juan  para  que  ^et  Rey  de  .Tunet 
diese  algún  buen  medio  entre  el  Rey  Dph  Juan ,  é  el 
Rey  Mahomat,  e  en  el  Ínterin  hicieron  treguas.  El  Rey 
Mahomat  hizo  su  Alguacil  mayor  á  un  Caballero  Mo- 
xby  llamado  A  nddbar ,  del  qual  fiaba  mucho.  Pasado 
ti'  tiempo  4^  U  tregua  dieron  un  año  mas;  Al  princiiño 
del  de  1433  envió  el  Rey  de  Castilla  sus  gentes  ,  e  á 
Don  Femando  Alvarez  de  Toledo  por  General  de  ellas» 
lel  qtial  era.  Señor  de  Valdé^Corne ja  >  é  ganó  las  fórrale* 
izas  de  Benamaruel^  yendo  con  el  el  Adelantado  del  An- 
dalucía Don  Diego  Gómez  de  Rivera  i  qu¿  con  el  cerco 
que  tenia  puesto  á  la>  Villa  la  combatieron  h  tomaron. 
•Este  mismo  año  entró  por  la  parte  del  Reyno  de  Mur- 
cia,  e  ñie  muerto  Don  Juan  Faxardo ,  hijo  de  Alonso 

Yañez  Faxardo » Adelantado  de  aquel  reyno.  En  este 

p  2  mis* 


ii6 

mismo  tiempo  escalo  á  Huesear ,  y  se  apodero  de  clia 
Don  Rodrigo  Manrique,  Conde  de  Paredes , é  los  Mo^ 
rps  de  esta  Villa  la  defendieron  valerosamente  ,  e  al 
cabo  se  retiraron  al  Castillo :  ¿  allí  fueron  ayudados  de 
un  principal  Caballero  Moro  de  Basa  >  que  se  llamaba. 
Ceucmi  I  e  aunque  pudo  bastar  este  socorro  para  defen- 
derse j  como  los  Christianos  fuesen  también  acaudilla* 
dos  del  Adelantado  de  Cazoria  ,  e  de  Don  Fernando  AU 
va  tez  de  Toledo ,  que  vino  con  gran  poder ,  hubieron 
de.  Rendir  el  Castillo ,  con  pa¿lo  dé.  que  hablan  de  salir 
Ubres  los  Moros. 

£n  este  inismo  año  Don  Gutierre  de  Sotomayor, 
Maestre  de  Alcántara »  queriendo  tomar  L...^...*.^.^Jí 
Archidona  encubiertamente^  con  800  de  á  caballo,  c  400 
peones ,  h  habiendo  sido  descubiertos ,  los  cogieron  los 
Moros  en  un  paso  estrecho ,  donde  mataron  la  mayor 
parte  de  la  gente^ue  llevaba  el  Maestre  y  y  por  ganar 
5tts  pendones,  escapó  el  Maestre  de  los  suyos ,  quedando 
todos  presos  ó  muertos. 

£1  año  siguiente  de  1435  queriendo  Don  Fernando 
Alvarez  de  Toledo  tomar  la  Villa  de  Guelma  •  sé  retiró 
i  Jaén,  por  haber  sabido  que  venían  las  gentes  del  Rey 
Mahomat.  Y  en  este  mismo  año  hubo  en  las  vegas  de 
Guadix  é  Granada  algunos  encuentros,  aunque  no  mu- 
jTíó  en  ellos  gente  de  consideración. 

£1  año  de  143  ó  hubo  de  los  Moros  D.  Alonso  Ya* 
Sez  Faxardo ,  las  Villas  de  Velez  el  Blanco  ,  e  Vclez  el 
.Rübicf ,  h  quedaron  los  Mono6  por  Mudexares  e  vasallos 
«leí  Rey  de  Castilla  y  pagando  los  tributos  que  á  los  Re- 
yes de  Granada  pagaban  sus  predecesores  por  la  fórrale* 
¿a.  £n  este  mismo  tiempo,  las  Ciudades  de  Guadix  y  Ba- 
«La  enviaron  sus  £mbaxador?s  al  Rey  D.Juan  de  Castilla^ 
elidiéndole  les  diese  otro  Rey  y  por  ios  malos  ttatamientos 
.     »  .X  que 


que  recibían  del  Rey  Mahomat,  éque  si  les  ayudase,  le 
harían  la  guerra.  £  el  Rey  de  Castilla  les  respondió,  que 
así  le  placía ,  con  cal  que  las  fortalezas  que  tomasen ,  l«fi 
entregasen  á  quioi  el  Rey  ordenase,  b  ellos  respondie- 
ron, que  comarian  acuerdo  con  sus  Ciudades  >  h  así  se 
entendió ,  que  semejante  respuesta  fuese  excusar  cdn  4a 
dilación  las  talas  de  aquel  año  ,  por  lo  qual  piando  el 
B:ey  Don  Juan  á  Don  Fernando  Ahratee  de  IToledt). en- 
trar por  aquellas  tierras  con  gran  poder  i  c  qut  se  hsit^ 
lase  ,  como  lo  hizo.  •      t 

Los  Moros  de  Galera ,  h  de......««»...tf«^..se  entregaron 

á  Don  Rodrigo  Manrique  con  las  condiciones  que  lo 
-hablan  hecho  los  de  Vetcz  el<Bkrnco^  é^Velez'  eL^obld. 
£n  este  mismo  tiempo  Don  Enrique  de  Guzman,.  Coa* 
dedeNiehki,  cercó  á  Gibraltax  po^  mar ,  donde  mu^ 
rió  ahogado  ,  por  lo  mucho  que  los  Moros  lé  apre^ 
raroo,  e  habiéndose  pasado;  el  .tiempo\,  subid  la  mar- 
cea ,  ¿  los  ahogó  i  ¿i  é  á  otros  de: los  que  teseguiap,  Ú 
Don  Juande  Güzmanisa*  hifó^  que  iba  po^  .tieitraii^le 
acorrer,  viendo:  lo  que  habla  sucedido ,  se  retiró  leon 
sus  gentes.  £n  este  .misma  .tiempo  muchos  Caballeros 
del  Rey  Mahomat  se  pasaron,  a)  setvicio  dei  Rey  (Don 
t  Juan ,  ^ttdo  cabeza  de  tódosi  oda  Uainado  AbepilomM^ 
:cl  qttal.ñieal.Rey.de^Tiuaez:coit»lkis  qu^ié.scguiab^coft 
Ucencia  del  Rey.'  ^c  Castilla  piel  qual  les  dló  fuera  údL 
^acostamiento,  setecientos  maravedís  para  hacer  ei  viage. 
'    ':  fiüañó  siguiente  de  143  8  D^n^Iñ^  Ijiffn  de  Mea» 
doza,  Señor  de  Itra  y  Buy  trago ,  que  vino  á  ser  Maih 
x)ues  de  SaotiUaoa^!^mór:la:-Villa'de^!Gnalkiiá4  daddo  !!• 
bertad  á  los  Motos ,  ¿  ten  este  misqio  añot  el  Addasttadb 
de  Cazorla  Rodrigo  de  Porta  catró  eo  ^ies ra  de  Moros^ 
h  se  enccMiaocon  Aheccacazy  .que  era  .t|t^  paiocipalCa^ 

baUcso.db<.<ftaoada  ,tqiic  tu|k  ki^n^  caigoiiasigiBntesvdel 

Rey 


•12Í) 

-se  rindiese^  lo  qaaí  ¿1  nó  quiso  hacer :  h  los  Moros  acó» 
inecicroti  I»  Vilia  tan  fuertcmehte  ,  que  luego  se  apode- 
raron de  ella  t  sq  fortaleza ,  ¿mataron  quaotos Chris^ 
tiaéos*  habia  dentro  de  ^lla. 

- :     jEtv  tt  año  de  1447  Solvió  el  Bxy  Mahomat  el  Go- 
fo á  entrar  con  sus  gentes  por  diferentes  partes  en  tíce- 
las de  Christianos»  b  habiéndolas  talado ,  é  cogido  mu- 
.cha  presa  <le  ganados  ^  hombres  é  mugeres,  cobro  las 
bVillas^deHuescar^Bclezel  Blanco,  é  Selcz  el  Rubio, 
-coQ  sus  fortalezas  ,  satisfaciéndose  de  hacer  todo  el  mal 
^e  daik)  que  podía xá  los  Christianos  ,  b  el  Rey;  de  Navac* 
^a  juntameoce  con  muchos  Grandes  de  Castilla  le  aya- 
daban  I  é  solicitaban  á  ello,  c  así  en  el  año  de  1448  ea- 
tró  pftr,elreynode  Müi^cia,  dondq  hizo  mucho  dano^ 
é  prendió ,  h  qdaco  mucha  gente  á  Don  Alonso  Tellez 
Girón ,  primo  de  Don  Juan  Pacheco ,  primer  Marques 
de  Villena  de  los  de  este  linag^  >  el  qual  era  frontero  de 
Chinchilla  y  Chillón^  de  io  xjual  d  Rey  de  Castilla  reí* 
<ibió  gran  pesar. 

.  Entrado  el  año  de  x  449  por  las  diligencias ,  h  solici- 
tud que  para  ello  hw>  el  Rey  detle  Navarra ,  volvieron  á 
líntrar  las  gentes  del  Rey  Mahomat  por  tierras  de  Chtlstia- 
iws^en  Iasquale3hicieron'muchwdaño9,)eel  Rc;y  de^a* 
ítMda escribió  alRey át  Na varc% /que k  hallaba  en: Ara* 
gen  y  qur entrase  -¿on^^oi'  gefatias  y  h  sus.  amigos  ^  ¿  ali)i* 
dos' por  Castilla^  ¿que  <íl juntaría. la. Afj^or^ttrcc.dtf 
stt  poder  ,  éiria  sobre  Cbrdóbg,  éia  combatida  faas^ 
«á^-^átiarta  y  fütta-  eir Rey; .da¡ JZavs^rvá  ^  h  zvaap^c^t^ 
S(^t^  tl'Ofrfldififeiitov'  agradeció  Is^  fafueno  yolttitfad 
¿éi^R^y  de  Granada\  á  qulsn  aseguró  ia  entrada»  en 
Castilla  y  h  que  en  hsuricndoiaie^na  cuenta  dd  lai]tttf 
hubiese  obrado  >^  y  aunque  el íaQo  de  1472  sexotceltó 
ftl'fLey*4k<Nava£ra  cobígI  R«y-jdp  QútíUa,|\ao  poc^» 
'.>  de- 


121 

dexó  el  Rey  de  Granada  ile  haeet  sos  encadas  en  tierras 
de  Chrí$cianos,  éasí  el  año  de  14^  2  entraron  sus  gentes 
por  tierra  de  Arcos  s  e  si  no  fuera  por  un  Renegado  llama* 
do  Mofares^qfue  siendo  Christiano,  le  llamaron  Benito  de. 
Chinchiüa,  el  qual  avisó  á  D.  Juat^  Ponze  de  León,  Conde 
de  Arcosique  se  hallabaen  Marchena,  el  designio  del  Rey 
de  Granada,  para  que  estuviese  con  cuidada ,  porque  no 
llegase  á  cercar  ,  porque  si  lo  hiciese ,  sería  muy  daño* 
so  el  cercó ;  lo  hubiera  <:onsegaído..  £n  el  meit  de  Marzo 
del  dicho  año  entraron  ias^  gentes  del  JELeyde  Grana-*! 
da  por  el  reyoo  de  Murcia ,  h  hicieron  todo  el  mal  h  da« 
ño  que  pudieron ,  e  mojaron  mas  de  mil  cabezas  de  ga« 
nado  mayor  e  menor ,  e  algunos  Christianos ,  é  no  se  sa-^ 
be  que  el  Rey  Mahomac  Abenozmin  wviese  otros  su- 
cesos masi  de  los  referidos ,  solo  haber  sjdo  despojado 
del  Infante  Aben  Ismael ,  h  aunque  no  se  halla  en  el  aña 
de  14  J}  este  despojo ,  tengo  por  cosa  cierta  haber  sido 
en  el  año  siguiente  de  14549  habiendo  reynado. 

Según  la  cuenta  que  traemos  9  se  puede  colegir  que 
el  año  de  14549  reynando  en  Castilla ,  h  en  León,  el 
Rey  Don  Juan  el  IL^,  entr¿  reynando  en  Granada^ 
con  ayuda  del  Rey  de  Castilla ,  el  lafante  Aben  Ismael 
segundo  y  último  de  este  nombre»  h  décimo  odavo  Rey| 
de  Graoada  ^.el-qual  no  tuvo  lugar  de  ser  agradecida 
á  el  Rey  Don  Juan  el  11/  9  por  haber  muerto  en  el  mis* 
mo  año  de  14549  á  el  qual  sucedió  stt  hijo  Don  £nrl* 
que  el  IV.%  el  qual  sin  atender  á  que  el  Rey  Aben  Is« 
mael  era  puesto  en  el  rey  no  -con  favor  é  ayuda  de  su, 
padre  9  con  todo  eso  previno  sus  gantes  9  h  entró  en  el 
rey  no  de  Granada,  y  en  todas  las  entrada^  que  hizo^ 
siempre  el  Rey  Ismael  envió  sus  gctites  para  que  esca- 
ramuzasen con  la  del  Rey  Don  Enrique  9  el  qual  pare* 
ci^odole  quo'  los  Morcu^' estaban  mas  diestros  ^ue  los 


Chrisclanps ,  no  quiso  dar  lagar  para  que  fas  escatamu^ 
zasse  encendiesen^  Después  que  el  Rey  D.on  Enrique  casó^ 
con  la  Reyna  Doña  Juana  hija  del  Rey  de  Porcugali 
pasó  grandes  trabajos  ^  los  quales  se  siguiccoD  4e  este 
iDatrimonio ,  é  volvió  á  entrar  por  la  vega  de  Granada 
con  un  muy  poderoso  exercito,  h  sali^ndole  á  el  encuen^ 
tto  las  gentes  del  Rey  Ismael ,  no  quiso  asimismo  dar  U« 
cencía  para  escaramuzar. 

£n  el  año  de  X4S7  volvió  el  Rey  Don  Enrique  a 
entrar  en  la  vega  de  Granada  ,e  aunque  siempre  teiuió 
las  escaramuzas  con  los  Moros  1  no  pudiendo  en  «sta 
ocasión  escusar  una  muy  recia  que  se  trabó ,  le  vinie*. 
tan  en  ella  á  matar  mucha  gente  >  e  entre  ios  hambres 
particulares  i  (ÍMdikso  de  la:  Vaga  s  cosa  que  sintió 
siucho  eL  Rey  de  iCastUla ,  4e  lo  qual  muy  indignadoy 
mandó  talar  los  panes,  arboles  ^  viñas ^ 'é  huerta^  9  ¿ 
otras  cosas ,.  que^se  solian  reservar  en  otros  tiempos  y  I 
por  ñn  de  la  guerra,  tomó ,ei  castillo  h  villa  de  Ximcoa. 
En  este  año  el  Rey;Abea.  Ismael  envió  sus  embaxadores 
a  elRey  Don  £nrique  ^  los  .quales  aunque  fiieron  reci- 
bidos ajsperamebte ,  por  «star  indignado  por  la  muctr 
te  de.Garcilaso  de  la. Vega  1  con  todo  eso  hicieron  »  ¿ 
ajustaron  sus  tregua  ^  ciertats.  condiciones ,  si  bien  de« 
jcarop  abierta,  la  guerra  por  la  parte  de  Jaén,  á  coya 
frontera  pasó  el  R«y  Qon  Eruriqué  á  el  .Conde  de  Casta- 
ñeda,  que  sobre  ser  descuidado ,  era  t^n  avaro ,  que  no 
lo  pudiendo  sufrir  sus  gentes,  andaban  muy  desconten- 
tos,  e  conociendo  los  Moros  el  de«:uidp  del  Conde  ,  ^ 
descontento  de  los  suyosy no  se  durmieroa,  e  cook)  (Of 
aquella  parte  h^bi^  quedado:  abierta^  la  guerra  ,  entrar 
ron  las  gentes  del  Rey  .Aben  Ismael  ^  e  k  mataron  mu- 
chos Cbristianps ,  e  prendieifon  i  el  Conde  de  Castañpr 
é^  9  cuyQ  rescate  íq^íó  gran  suiaa  de  diocco.  Sabido  es 
' .    •  /  j  '  ^  •  t« 


'V 


te  ¿ucesD  por  el  il^ey  Don  Ehítqiie ;  envié  alas  froote«^ 

sas  de Jaená  ei  Condestable  Don  Miguel. Lucas  xlo 

Iranzo  f  que  después  16  fue  de  Cabilla.  >  y  sin  embarga 

de  escaeocraban  y  y  salkn  los  Moros- por  aquella  fron^ 

tera  ^  ¿.hacían  todo  el  liial  y  daño  que  podían  ,  pero  cik 

las  demás  fronteras  de  Castilla  estaba  todo  quieto  ^  coa 

k>  qual  vivió  el  Rey  de  Granada  algún  tiempo  coa 

gjcaa  sosiega,  gobernando  sus  reynos  eá  spsiego» 

•      £1  Infante  Muley  Abdalasis^ ;  hijój  mayoc  del  Reyi 

Aben  Ismael  ^eqtro  en  el  aqlo  de  i^da  con  i»  gentei 

de  su  padre  por  el  Andalucía  ,  y  acomfetió-  las  tierras, 

e  comarca  de  Estepa  ,  donde  hizo  mucho  daño  ,  ¿  to* 

mó  muchos  ganados ,  h  cautivó  asimismo  muchos  Ghrib» 

tianos  que  andaban  en  el-  rampo,  4  el  qcuil  salió  á  eleii- 

euentró  Don  Rodrigo  Pooce  de  Lepn/ primogénito  del 

Conde  de  Arcos ,  é  Luis  de  Pernla^  Alcayde  de  Qsitna) 

é  lo  vencieron ,  é  obligaron  á  volver,  i  Granada ,  coa 

gran  p(ícdida  dé  muchos  de  los  suyos  ,  h  es^tando  en  este 

tletopo  muy  abierta  la  guerra  i  se  hacían  tos  Moros.  |  h 

los  Christianós  todo  el  mal  h  daño  que  podían  los  .unos 

i  los  orcos.  Don  Juan  de  Giizman^  primero  Duque  de 

MedinawSidonia ,  hijo  primogénito  de  Don  Enrique  de 

Gttzman  ^  Conde  de  niebla  ,  -que  como  queda  dichó^ 

murió  ahogado  en  la  cpsra  dé  GU^raltár.,  cercó  la  áiismi 

yuia  h  fuerñ  de  GibiaitariCon.inas:TÍentura  qiie^A  pie 

dre>  pues  lo  qué  el  lio  pudo  conseguir^  lo  hizo  el  Dbquip , 

Don  Juan ,  ganándola  de ,  los  Moros  para  el  Rey  Don 

Enrique ,  de  que  holgó  mucho  jhí  este  mismo .  tiempo 

Don  PecUo»  Giroh  ¡  Maestre  de  Cálatraba  ,  hermano  de 

Don  Juan  Pacheco,  Marques  deVillena,  gapó'á  Ip&Mof 

ros  la  Villa  de  Archidona.  £n  el  año  de  1463  vino  iSe^ 

villa  el  Rey  Doh  Enrique  y  qué  estaba  alborotada  ,  é 

castigando  á  los  culpauios ,  p^só  á  Gibraltar  ^^dood^^se 


M4 

Via  con  dlUfcy'Dan  Alonso  xle  Portógat ,  h  holg& 

mucho  áti  ver  aqixelU  fuerza,  é  dióla  en  Tenencia  á  Dot% 
B^lci^an  de  la  Ci^eba  ,  Conde  de  Ledesma  sagran  priva* 
do,^  desde  Oibraltat  pasó  el  BLey  a  ia  vega  tic  Grana* 
da,  donde  le  salió  á  recibir  el  Key.  Aben isinacL con  ia$ 
parias,  e  un  grande  y  rico  presente ,  con  lo  qual  no  se 
detuvo  el  Rey  en  la  vega  de  Granada  mas.  de  un  dia 
y  una  noche,  y  de  allí  se  fue  i  Jaén  ,  donde,  fue  tnaf^ 
bien  reclbiüo  de  Dpn  MiguciXucas  de  iranzó,  que  ya 
era  Condestable  de  Castilla ,  y  tenia  aquella  Ciudad  xa 
tenencia ,  h  sus  Alcázares,  . 

'  Con  la  suoitsioo  que  usó  el  Rey  Aben  Ismael  eco 
el  Rey  Don  £nrique  ,  quedaron  muy  amigos  ,  con  lo 
qual  andaban  los  Moco;  en  la  Corte  del  Rey  de  Castilla 
tan  Éivorecidos  e  seguros  y  como  en  la  Coree  del  Rey 
lie ; Granada  ,  con  lo  quaL  vivió  el 'Rey  Don  Enrique 
€n  paz  todo  el  tiempo  que  vivió ,  b  habiendo  doce  Años 
que  reynaba^  murió  el  Rey  Ismael  en  Almería,  4  los 
3o  de  Abril  de  1465  ,  h  dexó  dosihljos  :  el  primerafue 
Muiey  AlbohacenyyciseguadoAluiey  Abdel¡«:  í:  • 

'Muerto  el  Rey  Aben  ismaeli  sucedió  en  el  rey  no  stt 
iiijo  mayor  Muley  Albohácen ,  cínico  de  estcf  notnbiCy 
f  décimo  nono  Rey  de  (jranada  ',  reynandx>4en  Castüiai^ 
¿en  León ,  DoniEnriqueelIV.^,  y'  este. iRey  se  llamó 
Jíli  Muley  Albohaceo,.  ¿  fue cognplninado  el.  mayor^ 
pot.la  razón  que  eñ  su  lugar  se  dirá»  Fue  valeroso  y 
magnánimo.,  ¿  gran  guerrero ,  si  bien  fue  la  causa  dd 
acabamiento  del  rey  no  de  Granada.  TuviO  dos  mugeres', 
entre  las  démas  ,.á  quien  amo  mucho  *..  la  .primera  fue  sil 
f riúva^  en  quien  tuvo  á  el  In&nce  Habomat  Baudelin^ 
que  después  fue  llamado  el  Rey  Chico  :  Ja  otra  mugec 
fue  de  linage  de  Christianos,  hija  dd  Alcayde  de  Mac^ 
tos  ^  en  q^iea  tuvo  dos  hi|o6  ^  el  {^rimero  Cai  ^  y  el  se^ 
'■  '  !.  'gun-] 


12  5; 

gando  Nirán  ^  los  qaáles  ilespucs  faeron  Chrlstianos^ 

como  se  verá  adelante.  Algunos  años  vivió  en  paz  este 

BLey  coa  jcI  de  Castilla ,  exon  los  suyos »  hasta  llegado  el 

mfio  de  :i4tf  8.,'  eá  qu&^et  rebeló  el  Alca  y  de  de  Malaga^ 

que  (cra  hiombcc  muy  vatieroso » é  bien  reputado  en  el 

xey  no  de  Granada ,  á  quien  procuró  el  Rey  Albohacen 

sujetar  h  echar  de  Malaga  ,  paralo.qual  le  hizo  cruda 

guerrái  e  éi  para  valerse,  é  defenderse  mejor »  determinó 

valerse  de  los  Christianos  ,  é  sabiendo  que  había  lle« 

^do  el  Rey  Don  Enrique  á  Archidona  el  año  de  44^9^ 

le  fue  á  visitar ,  h  llevó  un  gran  presente  de  caballos 

africanos ,  é  otras  cosas ,  e  suplicóle  le  recibiese  por  su 

Vasallo  y  h  lo  favoreciese  contra  el  Rey  de  Granada  t  ^ 

el  Rey  Don  £Dri(:^e  lo  recibió  por'su  vasallo  ^  h  le  ofre* 

ció  su  favor  ^  de  lo  iqual  el  Rey  Muley  Albohacen  se 

ofendió ,  h  de  que  el  Rey  de  Castilla  oyese  á  el  Alcayde 

de  Malaga ,  siendo  in  rdielde ,  h  por  eso  entró  por  sus 

tieras t  haciéndole  mucho  mal  ^  daño^  entrando  sus 

caudiUos  tan  adentro  por  las  frontertis  de  Castilla » que 

llegaron  donde  nunca  habían  llegado  los  caudillos  de 

los  otros  Reyes  mas  antiguos  sus  antecesores «  con  lo 

^qual  andaban  los  Moros  por  las  tierras  de  los  Christia? 

Jiíis  muy  libremente. 

¿      £iaño  de  1476  entró  tan.  pujante  el  Rey   Mu«^ 

ley  Albohaceii  por  el  Andalucía/,  ^  causó  tan  gran 

espanto ,  que  no  le  hablan  recibido  mayor  desde  la  ba« 

talla  del  Salado  ^  b  con  correr  toda  la  tierra,  no  tomó 

lugar  ninguno.  £s  este  tiempo  fue  á  la  Cort;  del  Rey 

de  Granada  Don  Diego  de  Córdoba ,  hijo  4^1  Conde 

de  Cabra,  Mariscal  de  Castilla,  y  suplicóle  á* el  Rey 

Muley  Albohacen  le  diese  Ucencia ,  h  campo  seguro^ 

para  combatirse  con  Don  Alonso  de  Aguilar,  señor  de 

MontiUa^  por  haberle  pre&oxatttelo^ameoic  en  Cordor 

ba 


ba  en  las  casas  del  regimiento ,  bón  achaque  ¿t  qnéter« 
le  dar  colación  ^  sobre  haberlos  hecho  amigos  ^  al  diclio 
Don  Alonso  de  Aguilar  ^  e  á  ^el  Conde  de  Cabra  sis  psL^ 
drp  de  Don  Diego>  el  mismo.  Rey  Don  Enrique*  de 
Castilla,  á  el  qaai  como  á  señor  natural  se  le  pkkió  el 
campo  f  ¿  no  lo  habla  querido  otorgar;  por  lo  qual  el 
dicho  Don  Diego  se  vino  á  el  Rey  de  Granada ,  como 
i  Rey  poderoso^  para  que  se  lo  otorgase  » por  satisíacci: 
su  honra»  £1  Rey  de  Graiuda  dio  licencia  á  Don  Diego 
|)ara  el  combate ,  y  le  señaló  campo  en  iá  v^a  para  el 
efedo^^Don  Diego  de  Córdoba  envió  su  cartel  pa^ 
ra  el  combate  á.  Don  Alonso  de  Aguilar,  &  después  de 
«nudias  demandas ,  h  respuestas  que  hubo  entre  los  dos^ 
A:eptó  ei.  desafio  Don;  Alonso  de  Aguilar,  b  salieti^ 
do  «Don  Diego .  de  'Corddbá  á  el ;  campa>  «I  dia  scñzlA^ 
do  y   é  no  habiendo  venido  Don  Alonso  de  Agúi* 
lar ,  por  haberle  detenido  preso  el  Rey  de  Castilla,  Don 
Diego  de  Córdoba  ^^lespoes  ^^puesto  él  sol,  hizo  siis 
{protestas  delanteide^an  Rey  de  Armas ^  como  era  cos« 
lumbre  ,  ¿  tomando  uíia  tabla-donde  escaba  pintada  lá 
figura  de  Don  Alonso  de  Aguilar ,  la  ató  ala  cola  dé 
sb^  caballo  >  h^  la  truxo  arrastrando  por  el  campo  ,  con 
lo  qual  el  Rey  Albohacen  de  Granada  dio  por.  vence» 
dor  a  el  Mariscal'  íDgrn^  IMegó  de-  Co^^^ba ,  h  f  condend 
por  vencido  i  Doá  Alonso  de  Agutlar  ,  h.  viendo  esto 
un  caballero  principal  dé  la  casá<de  Granada ,  aliado  ,  6 
amigo  de  J>on  Alonso  de  Aguilar,  h  que  arrastraban 
su  ñgura  I  se  bfreeió  de  pelear  {lot  ¿L^cotí  D«.  Diego  dé 
Córdoba  ,e  el  Rey^ de- Granada' se  enojó  mucho  con  el 
por  haber  asegurado  el  campo  á  el  dicho  Doa  Diego  db 
Córdoba ,  é  mandó  prender  e  este  caballero ,  h  lo  tuvo 
muy  apretado  ,  h  cerca  de  cortarle  la  cabeza ,  hasca 
que  á  Instancia  de  Don-^Diegc)  de  Cordol|a^.¿  de  la 

Rey/ 


X  27 

iLeyoa^e  CastlUá  lo  perdona. 

£n  d  aÜQ  de  J47 1  volvieron  los  caudillos  del  Rey 

de  Granada  á.  entrar  por  la&  tierras  del  Maestrazgo  de 

la  Ordet2:dcCai^raba:>9  tatátidplaslédesíruycodolas.^  & 

todo  quanto  topa|)an ,  .ibcáutlyando.  rouchós  Christia^ 

nos  y  se  volvieron  á  Gratutda^  y  el'Bjey  Don  Enrique  de 

Castilla  f  que  en  esta  sazón  se  hallaba  en  Medina  del 

Campo  9  envió  á  mandar  á  Don  RodrigoiP^ce  de  Leon^ 

a  quien  poco  antes  ;habia  liiecho  Marques  4e  Cadiz^ 

entrase  «n  las  tierras  de  Granada  1  como  lo.  hizo  ^  e  ga« 

no  la  Villa  de  Montexicar  ^  qi^  volvieron  á  cobrar  los 

Moros  con  mucha  brevedad.  Algunos  años  después  ^o^ 

zó  el  Rey  Albohacea  de  Granada  de  algún  sosiego^ 

hasta  que  llegó  el  año  de  1474  »  á  el  fin  del  qual  murió 

el  Rey  Don.  Enrique  el  IV,^,  é  le  \sncedió.  la  Infanta, 

Doña  Isabel.su  hermana^  casada. con  Don  fernanda 

el  V«^  Rey  de  Aragón  >  á  quien  Uaoiaron  ios  Reyes 

Catiólicos:  los^quales  tuvieron  mucha  contienda  con  ú 

Rey  de  Fortu^  ^  .^bre .  la  sucesioa  de  estos  rey nos^ 

por  causa  de  la  Princesa. Doña  Juana^  hija  de  la  Reyna 

de: Castilla^  muger  del  Rey  Don  Enrique  ,  ¿  con  esto 

tuvo  lugar  de  sosegar  j  e  vivir  en  paz  el  Rey  Albohacen 

de.  Granada  algunos  .años ,  basta  el  de  1478  que  en?^ 

Tló  el  dicho  Rey  sus  Embajadores  á  los  Reyes  Catór^ 

licos.^  que  se  hallahan  én  S¿villa'i  á  peditles  treguas  ^  h 

le.  respondieron  se  las  darían ,  cotno  pagasen  las  parias^ 

.que  los  Reyes  de  Granada  habían  pagado  á  los  Reyes, 

deCastillaseconest^respuesta  se  volvieron  )os  EmtMf^ 

^adores  á  Granada,^  con  ellos  otros  de  I0&  Reyes  Catoll^ 

cos^á  los  quales  respondió  elRey  Albohacen  ¿on  grande 

ánimo  ,  que  ya  eran  muertos  los  Reyes  de  Granada^ 

que  pagaban  partas  á  los  Reyes  de  Castilla  ^  c  que  en 

ias  casaos  de  moneda  de  Granada  >  yá  no  .se  labraban 

.si- 


128 

$ino  alfanjes  y  h  hierros  Ác  íauza  contra  sus  eheflntgosj 
si  les  pidiesen  semejante  tributo  f  y  viatique  fue-  respue»* 
ca  que  tomaron  muy  á  mal  ios  Reyes  Católicos  Don 
femando  h  Doña  Isabei<9  disimularon  por  entonces,  poc, 
los  malos  tiempos  en  que  se  hallaban  »  respe¿ko  de  las 
turbaciones  sobre  dichas  ,  e  aprieto  del  Rey  de  Portu- 
gal, é  porque  en  este  tiempo  estaba  el  Rey  Alboliacea 
inuy  pujante,  h  niagnanimo  para  emprender  qualquiera 
empresa  I  é  como  fuese  un  Rey  animoso,  h  diestro  en  el 
arte  militar ,  desconteotándo$e  de  vivir  en  paz  ,  fue  coa 
sus  gentes  sobre  Záhara ,  é  la  tomó ,  é  dexando  en  ella 
«ajuy  buena  guardia ,  se  volvió  á  Granada  ,^  h  sabiendo 
^ste  caso  uno  de  sus  Alfaquies ,  á.  quien  tenia  por  adiví^ 
bo^  é  lo  que  dexaba  he(:i)LO  ^n  Zahara  ,dixa:  acabado  es 
el  antiguo  reyno  de  los  Moros  ,  •  que  habemos-  poseída 
mas  de  setecientos  anos  en  España  f  h  el  pronóstico  de 
este  Moro  fue  eierto ,  pues  desde  entonces  comenzar of 
los  Reyes  Católicos  muy.  de  proposito  la  guerra  de  Oca^ 
fiada ,  h  entonces  tpmaroa  á  Athama,:  con  cuya  perdida 
quedaron  ln&>ii>i:os  muy  apretados ,  h  comenzaron  i 
reconocer  su  ruina ,  b  muchos  de  ellos  se  atrevkroh .  á 
decir  á  el  Rey  de  Granada ,  que  sus  iiescendieotes  se 
liabian  de  acordar  ,  de  que  el  hubiese  tomado  i^Zai^ 
liara»  -  .     ..  .    / 

.  Dos  veces  salió  el  l^cy  Albohacen  á  cobrar  á  Alha^ 
ma,  aunque  nunca  la  pudo  cobrar,  h  tuvo  intento  de 
volver  la  tercera  vez  con  artillerra,  e  otros  instrumentpt 
-belicosos ,  y  otras  ocasiones  de  la  guerra  se  loestorva- 
TOn ,  é  viendo  los  Moros  totalmente  perdida  á  Alhami, 
enviaron  á  pedir  socorro  á  África  á  el  Rey  de^Marrue» 
C9S)^  aunque  para  ellos  fue  grande  perdida  la  de  Al* 
^ma  ,  se. hizo  mayor  para  la  empresa  de  Granada  ,  la 
división  que  en  ia  «li&ma-Ciudad  se  levantó  entre  el  Rey 


119 
Alboh'ac¿n ,  h  su  hijo  Mahomat  BoabdcHo  ,  á  qaiea 
llamaron  Rey  Chico  »  e  los  Moros  roas  principales 
se  dividieron ,  favoreciendo  anos  á  sa  padre  ^  h  otros 
á  el. 

En  el  ano  de  1482  levantaron  en  Granada  por  Rey 
á  el  Infante  Boabdelin  ^  hi|o  del  Rey  Albohacen  9  terce-- 
ro  de  aquel  nombre  ,  h  vigésimo  primo  Rey  de  Grana^ 
da  y  el  qual  se  levantó  contra  su  padre  |  como  queda 
dicho  I  reyñando  en  Castilla ,  h  en  Leoo  ^  h  Aragón  los 
Reyes  Don  Fernando  é  Doña  Isabel ,  ¿ .  este  levanta- 
miento le-  iiizo  con  algunas  cabezeras  de  Granada ,  que 
se  tiallaban  ofendidos  de  la  muerte  cruel  de-  los  Aben- 
cerrages  ,  e  por  otros  fines  particulares  ,  con  lo  qual 
viéndose  superior  á  su  padre ,  lo  echo  de  la  Qudad  de 
Granada  I  é  le  fue  forzoso  retirarse  á  él  Albaycin^  don- 
de entre  las  gentes  de  padre  e  hijo  hubo  muchas  peleas  h 
snuertes  de  los  caudillos  de  una  e  otra  partei  e  volviendo 
á  el  Rey,  con  sus  gentes,  e  el  ayuda  del  Infiuúe  Zlelin^  se 
apoderó  de  la  Alhambra  ^  aunque  no  lo  pudO'  hacer  de  una 
de  sus  torres  que  tenia  á  su  cargo  el  Alcayde  Abentuínira, 
donde  puso  buena  guardia^é  basando  el  Rey  á  laCiudad^ 
se  comenzaron  en  ella  fuertes  combates  entre  los  parciáp 
les  de  una  é  otra  parte,  e  finalmente  venció  Ja  parciali- 
dad del  Rey  Chico ,  e  echó  á  su  padre  de  la  Ciudad^ 
con  lo  qual  el  Alcayde  Abentumira  en  el  Alhambra  vi- 
tío  á  cobrar  el  resto  de  la  Alhambra ,  quedando  en  aquel 
reyno  superior  el  hijo  al  padre ,  e  entre  todos  estos  de- 
bates fio  dexaban  de  aunarse  contra  los  ChriscianoS|  que 
en  aquella,  sazón  tenían  cercada  á  Loza ,  hallándose  en 
persona  en  el  cerco  el  Rey  Don  Feí piando  ^  é  dratny  se 
hallaban  3^  Moros  encerrados  de  l6s  de  mayor  Vtttoc, 
con  su  Alcayde  Aliatar ,  los  quales  dieron  tanto  en  ^ac 
eotebd^  al  Rey  Católico  ^  que  por  entonces  k  obUgfe>» 
Tom.JLlI.  R  ron 


130 

xóñ  á  alzar  el  cerco ,  habienao  muerto  al  Maestre  de 
Catatrava  Don  Rodrigo  Tellcz  Girón  ^  e  al  levantar  el 
cerco  desvarataron  al  Rey  Católico ,  donde  se  vieron  en 
mucho  peligro  muchos  de  los  Caballeros  Christianps,  c 
con  este  suceso  volvió  el  Rey  Albohazen  con- sus  gentes 
á  Alhama  $  pero  no  la  pudo  $obrar ,  por  haber  venido  en 
persona  el  Rey  Católico  á  socorrerla ,  e  en  este  Ínterin 
tomaron  los  Moros  á  Canece  ,  é  cautivaron  algunos 
Cbristianós ,  e  quemaron  la*  Villa ,  e  echaron  por  el  sue- 
lo las  paredes.  .  • 

En  el  año  siguiente  de  1483  entraron  por  la  xar- 
quia  de  Malaga  Don  Alonso  de  Cárdenas  ,  Maestre  de 
Santiago»  el  Marques  de  Cádiz ,  é  el  Conde  deCifuenres^ 
donde  fueron  vencidos  de  los  .Moros  ,  é  perdieron  sus 
pendones  ,  é  el  Conde  de  Cifuentes  fue  cautivo  de  Rc'- 
duan  VenegaSi  el  qual  lo  envió  con  otros  cautivos  á Gra- 
nada. Con  esta  viftoria  hubieron  mucho  placer  los  dos  pa- 
dre k  hijo  9  e  en  especial  el  Rey  Chico^  el  qual  por  ha- 
llarse superior  al  padre^  se  resolvió  á  entrar  por  tierra  de 
Christianos  9  entrando  por  los  términos  deLucena  e 
^guilar  y  é  volviéndose  á  Granada  con  mucha  presa, 
<;etraron  con  el  Don  Diego  de  Córdoba  ,  Conde  de  Ca- 
^ra ,  e  el  Alcayde  de  los  Donceles  Don  Diego  Fernán* 
4ez  de  Córdoba  j  h  D.  Alonso  de  Aguilar,  e  prendieron 
al  Rey  Chico  ,  cuya  prisión  fue  causa  de  que  algunos 
Pueblos  que  estaban  á  su  deVocion  » tomasen  la  voz  del 
piídre.  La  Rey  na  madre  del  Rey  Chico  el  preso  con  los 
de.su  paitcialidad,,envióej»baxada  á  los  Reyes  CatólicoS| 
(retando  de.iá  libertad  del  Rey  Chico,  prometiéndoles 
YasalUgfc  perpetuo-eon  12®  doblas  en  parias,  allende  otra 
gran«suma  de  ellas  por  su  rescate,  e  dar  libertad  á  300 
cautivos  Christianos ,  de  los  que  estaban  en  Granada, 
la^.'gue  Jos:  Reyes  Católico^  quisiesen  escoger ,  c  que 
i'  /  '•  'ipa- 


para  siempre  sena  eñ  ayuda  del  &ey  de  CasHUa  ,  e  daba 
en  rehenes  de  todo  á  su  único  hijo  heredero  y  é  á  otros 
Jhijos.de  Caballeros  principal^ ,  e  era  condición  que  los 
Reyes CátólicosJo  hablan  deamparar,¿  ayudar  á  cobrar 
ios  Pueblos  que  se  habían  pasado  por  la  prisión  del  hijo  á^ 

^la  obediencia  del  padre,  e  el  Rey  mandó  que  el  Rey  Maho* 
niac  Baudelin  el  Chico  no  estuviese  en  poder  del  Conde 
de  Cabra ,  sino  que  se  le  diese  en  guarda  á  Martin  dé 
Alarcon  ,  Alcaydc  de  Porcuna  ,  t  entonces  se  excusó  el 
Rey  Católico  de  verle  por  ser  su  prisionero  $  pero  envióle 
á  decir  que  se  alegrase  y  é  estuviese  seguro  de  que  el ,  e 
ía  Rey  na  deseaban  hacerlo  bien  con  el?  é  respondió  dáu- 
doles  muchas  gracias,  h  que  no  podia  el  estar  triste  en 
su  poder,  e  que  de  lo  que  le  pesaba  era  de  ver,  que  habla 
de  hacer  siendo  su  prisionero,  lo  mismo  que  mucho  tiem* 
po  habia  tenia  deseado  siendo  en  su  iibercad,  que  era  re* 
cibjr  la  corona  de  Granada  de  su  mano  ,  como  lo  habia 
hecho  el  Rey  Ismael  su  abuelo  de  mano  del  Rey  Don 
Juan  su  suegro  ,  é  padte  déla  señora  Reyna.Doña  Isa- 
bel su  muger«  í 
Sobre  dar  libertad  al  Rey  mozo  hubo  diferentes'^ 
pareceres,  etitre  los  del  Consejo  del  Rey  Don  Ternando. 

'  £1  Maestre  de  Santiago  era  de  parecer  que  no  se  la  die^»* 
s^n,  e  para  ello  daba  sus  razones ;  el  Marques  de  Cádiz. 
no  solo  fue  de  parecer  que  se  le  diese  libertad ,  sino -que 
se  le  ayudase  á  cobrar  el  rey  no,  e  para  esto  daba  muy 
bastantes  razones »  e  este  parecer  era  muy  conforme  á 
la  voluntad  del  Rey  Católicos  pero  por  estar  el , Maes- 
tre firme  en  su  parecer,  se  envió  ..ái  comunicar' el  caso 
con  la  Rey  na  Doña  Isabel ,  que  se  haUatbaen  Vi&oria, 
á  quien  agradó  ma»  el  parecer  del  Marques  de  Cádiz^ 
con  lo  qual  fue  traído  á  Córdoba  el  Rey  Chico ,  ¿^  aun^ 
que  con  mucha. te verencia  pidió  la  mano  al  Rey  Cató- 

R  a  lí- 


í3^  , 

Uco  I  aunca  el  se  la  qalso  dar ,  e  le  hizo  mucha  cortesía, 

e  se  hicieron  capítulos  de  conciertos ,  con  lo  qual  el  Rey 
mozo  volvió  á  Granada  con  joyas  h  otras  preseas  que  los 
Reyes  Católicos  le  dieron »  por  lo  qual ,  e  verle  aficionar 
do  á  los  Christianos ,  cayó  en  tan  gran  aborrecimiento 
entre  los  suyos ,  é  por  verle  tan  beneficiado  h  amigo  de 
los  Reyes  Católicos  ,  que  de  todo  lo  que  poseía  en  el 
rey  no  de  Granada ,  no  le  quedó  mas  que  Almería  ,  e  to* 
do  lo  restante  se  reduxo  á  la  obediencia  del  Rey  Ma- 
ley  Albohazen  su  padre,  é  pareclcndole  al  Infante  Zella 
de  Almería ,  que  para  destruir  ,  h  acabar  al  Rey  Maho- 
mat  Baudelin  el  Chico ,  era  mas  á  propósito  el  Infante 
Muley  Baudelin  su  cuñado ,  que  su  hermano  el  Rey 
viejo ,  el  qual  por  su  edad  no  era  á  proposito  para  la 
guerra  ^  lo  hizo  recibir  por  Rey ,  el  qual  con  algunos  Al* 
caydes  de  su  cuñado  tuvo  traza  para  que  lo  recibiesen 
en  Almería  ,  de  donde  salió  el  Rey  Mahomat  el  Chico, 
c  prendió  ,  e  mató  á  un  hermano  suyo^  con  que  la  Cíu- 
áíÁ.  vino  á  poder  del  dicho  Rey  Mahomat  el  Chico 
Baudelin ,  por  tener  ya  al  Rey  Albohazen  por  inútil, 
por  su  larga  edad ,  para  la  guerra,  por  ser  tan  viejo,  que 
después  de  serlo  había  rey  nado  diez  años  e  algunos  me- 
ses, e  le  fue  quitado  el  rey  no  en  principio  del  año  de 
1485  )  e  se  retiró  á  la  fortaleza  de  Ilk>ra  con  la  Zona,  e 
5D  muger  e  dos  hijos  Cidi  y  Alnayar ,  de  quien  habe- 
fuos  dicho ,  é  con  esto  se  animaron  Muley  Boabdciin, 
llamado  el  Rey  Zagal  y  con  Cidi  Aya  hijo  del  Infame 
Zelinide  Almeriai,^  e  el  uno^güerreába  desd¿  Guadiz  >  ¿ 
el  otro jdesdéAlmecia^pior. mar  e  por  tierra  el  mismo  zño 
de  1485.  Viéndose  despojado  el  Rey  mozo  de  muchos 
de  los  principales  Caballeros  é  caudillos  del  rey  no  de 
Granada  ,  éaün  aborrecido  ,  la  necesidad  ,  que  suele 
serxnaesira  en  los^  mayores  aprietos ,  lo  dispuso  á  un'ta-. 

'  •  'SO 


so  de  mttcKo  riesgo  é  ventura ,  que  fué  deteriñinarse  á 
irse  de  noche  con  algunos  Caballeros  de  Granada  y  co- 
mo lo  hizo  I  y  llegando  á  donde  estaban  las  guardas  que' 
tenia  puestas  el  Rey  Zagal|  e  conociéndolo  en  la  voz,  le 
hablaron ,  é  abrieron  un  postigo  (e  parece  caso  mila- 
groso ,  como  otros  muchos  que  sucedieron  en  la  con- 
quista del  rey  no  de  Granada),  y  se  resolvieron  á  introdu-' 
cirio ,  e  ayudarlo  ,  e  luego  lo  llevaron  á  las  torres  dc- 
la  Alcazaba,  donde  dentro  de  pocas  horas  se  supo  su  lle- 
gada ,  ¿  aquel  Pueblo  amigo  de  novedades  ,  e  junta- 
mente ambicioso  de  propios  intereses,  se  movió  con  lige* 
reza  á  favorecer  al  Rey  Máhomat  Baudelin  el  Chico  j  i ' 
quien  poco  antes  aborrecía,  eVtenia  ptfr  enemigo,  él  qual 
prometiendo  oficios  e  grandes  mercedes,  levantó  \ús  áni-  ' 
mos  de  casi  todos  los  de  aquella  población  ,  e  con  valor 
c  diligencia  empezaron  á  tomar  las  armas,  e  atajar  las' 
calles ,  é  oponerse  coiitra  los  qtre  estaban  á  la  obediencia' 
del  Zagal ,  el  qual  estaba  en  el  Alhámbra.  £  habiendo: 
entendido  la  inopinada  venida  del  Rey  Chico  su  sobri-' 
no,  c  la  intempestiva  mudanza  de  aquellos  vasallos,  al- 
zados en  su  favor  e  ayuda,  se  comenzaron  á  hacer  cru-^' 
da  guerra  los, unos  á  los  otros  con  muerte  de  mu- 
chos Alcaydes  ,  é  de   los  Caballeros  Cabezetds  dé' 
aquella  Ciudad  i  por ;  lo  qual  viéndose  el  Rey  Chi-^ 
to  apretado  ,   c  siendo  tanto  el   odio  que  los  dos' 
Reyes  se  tenian  entre  sí  ,   que   viéndose   consumir' 
¿acabar,  querían  mas  ver  sus  tierras én  poder  de  Chris^^ 
tianos,  que  no  ver  uno  que^d  ?)tro  gozaba  de  ellas  atfsti-' 
lutamemc,  por  esta  razón  envió  el  Rey  Chico ^  lia-' 
mar  á  Don  Fadrique  de  Toledo ,  que  era  Capitán  de  la 
frontera  por  los  Reyes  Católicos  ,  para  que  le  ayudase, 
c  viendo  Don  >Fadriquelo'qué  importaba  cbnservar'las 

disensiones  Q;)tíé.Ios  dos  Reyes  /para  el  bulen  fíA  dfe  lá 

con- 


M4  ,  ^  . 

conquista  de  aquel  rey  no ,  envío  sus  gentes  c  iMienos  so¿ 

corros^  con  que  las  fuerzas  de  ambos  Reyes  se  iban  apo« 
cando  con  tan  cpptinua  e  cruel  guerra  civil » c  trances  c 
batalla^,  que  entre  los  dos  se  ofrecían  ,  e  por  otra  parte 
gozando  los  Reyes  Católicos  tan  buena  ofiasion  como 
suelen  ofrecer  las  desavenencias  de  los  contrarios ,  se  fue- 
toa  apoderando  de  las  mas  principa l^s  villas ,  é  fórrale- 
za,s  de  aquel  reyno ,  h^sta  ponerse  sobre  la  Ciudad  de 
Velez-Malaga.  E  viendo  los  Cabezeros  e  Alfaquies  de 
Granada  de  quanca  importancia  era  la  defensa  de  aque- 
lla Ciudad ,  requirieron  al  Rey  Zagal  la  fuese  á  socon 
rcr,  é  que  escusase  las  guprras  civiles  coa  que  secoiisu- 
mia  4  perdía  aquel  rey  no,. qiie  b»bi9n' poseído  c  mante- 
nido Ips  antepasados  suyos.  B.  el  Rey  Zagal  sej  confor- 
mó en  procurar  la  concordia  con  su  sobrino,  el  qual  con 
el  odio  de  las  muertes  que  habían  sucedido  de  personas 
tjin  propias,  e  cercanas  suyas,  no  quiso  venir  á  ningún 
{:^i:tido,  teniéndose  asimisqiQ  pdr  poco  seguro  de  lo  que. 
de  'parte  del  tío  se  le  enviaba  á  ofce^cer ,  e  fue  tanto  el 
alboroto  en  Grans^da  sobre  no  dexar  socorrer  á  los  cer- 
cados en  la  Ciudad  de  Velez  Malaga,  que  fue  menester 
que  el  ]^ey  Zagal  determinase  salir  en^  persoga  g  este 
socorro  con  mucha  caballería  de  Grabada ,  de-  qaítn  era 
caudillo '  Reduan  Venegas ,  quQ  por  parte  de  su  p^dre 
venia  de  los  Venegas ,  Señores  de  Luque ,  c  por  parte 
de  madre  era  primo  del  Rey  2Sagal ,  e  de  quien  el  mu- 
cUo  naba,  c^sí  fueron,  á  socorrer  á  iVclPíi-Maliiga.,  c 
seguo.U  quali4a4 .4^1  cerco ,  e  (a.opost|ijud^djiel  ticoi* 
po ,  se  hallaba  bien  apretada  la  Ciudad  ,  mas  si. se  hu- 
biera guardado  la  orden  de  Rjeduan  Venegas  ^  corrían 
graii.  riesgo  los  Christianosi  pero  habiéndose  descubier* 
tQ.^I  ardid ,  se  apercibiej:9a;los  nuestros ,  icon  \p  qual  li« 
bró  Dios  á  lo;  Chi^istiaqos^  dcixt}  grau^pqligro ,  en  qud 

se 


se  vieiton  este  dia  ,  é  se  hubtera  psiiüáocl  cerco ,  apre- 
miado por  todas  partes  >  ,pero  Dios  que  asistía  á  los 
nuestros  y  lo  dispuso  de  manera ,  que  se  empezaron  á 
mover  tratos  de  «paz ,  mediante  la  intervención  del  Coit- 
dede  Qifuentcs ,  que  como  queda  dicho^  había  sidcprf' 
sionero  c  amigo  muy  ob)ligado  de  ReduanV^negasvcon 
lo  qual  laQudad  de  Velez-Malaga  se  entregó  á  25  de 
Abril  del  año  de  1487. 

Las  enemistades  y  discordias  entre  los  dos  Reyeá 
tio  y  sobrino  encendieron  tanta  el  odio  contra  los  Ctoi¿« 
fíanos )  qué  el  Rey*  mozo  en  Granada,  e,el  Zagal  en  Ja 
Ciudad  deGuadix ,  e  el  Infante  Zelin  en  la  de  Almería, 
las  defendían  de  los  fronteros  de  Castilla  ,  e  reyno  de 
Murcia ,  e  otr9S  piírtes ,  c  el 'Rey  ipozb  sabiendo  que  e( 
Rey  Zagal  su  tio  enviaba  número  de  gente  á  sooócreT' la 
Ciudad  de  Malaga  ^  que  estai)a  ceroada  y  juntaran  grati 
número  de  gente  el  e  los  suyos,  e  salieron  al  encuentro 
á  las  gentes  del  Rey  Zagal ,  e  las  vencieron,  e  desvara^ 
taron  ,  é  con  este  suceso^ienvió  el  Rey  mozo  á;  sus  £m»^ 
baxadores ,  para  que  eh  su 'nombre  diesen  esta  ni^eva  á 
los  Rpyes  Católicos  con -un  buen  presente  de  cabaRos  c 
jaeces  para  el  Rey ,  e  otro  de  sc4^ ,  e  perfumes  pora  la 
Rey  na,  h  el  aviso  del  estado  en  que  se  hallaban  ;)oscerv 
cados  de  la  Ciudad  ^e  Malaga^,,  ¿la  mengua  de.  óibnte- 
nimienc os  que  padeeia ,  de ;  qu3e  los  Reyes  CatóUcos'  hii^ 
bieron  gran  placer  ^  é  prosiguieron  el  cerco  con  may4)'r 
esfuerzo ,  h  hubo  muchos  combates  de  una  parte  9  otra$ 
y  finalmente  iSe entregó  la  Qtidad  á  los  iS.  de  Agost9  en 
el  año  de  i4S7..,.ie  losr^MtD^  tpxá  salieron  yencixiós  ^se 
repartieron enáiferencespartesi  '    1  » ,;  :;,i  Ve  ;.:  u^^.^ 

Después,  lie  e<t9  |faióel<  Rey  .CatoUca  át<;etaras:^fí 

Ronda^,ia.qual  ;e  le  entregó  voluntarla  medite  yb  puscT 

cn^Ua  ík)ff  Akayde  á  G^mlaso  de  la  Vega:,  é  4iflúta<i< 

cion 


^  ^*  ^^i^áHo»  Hoto»,  coo  ^  ,"*^¿oiifi*«»,^ 
lUsb  Pueblos  de  l«^^^^  5»*^7^o*aos  B^- 

¿  <coUo .  j*^T;^  pttdidoo.  ¿^  todas  esta» 

"Riéndose  dB^^^  ^e^dc  Aliñen  ^      ^ótc 


gpatacoD 


NUmtcsa 


jiiaiai<l*^ 


Bxyn» 


>í^ff^r^t'Si'¿  «««««^ 


^;  lasCUidadcd*  ??íf¿^¿pocalIn' 
í^vioc  obUgado  4  entcegtf  *  ««--  „• 


téiico»  c  coa  estbs  partidos  dos  demás  quequcdaroa 
asentados ,  se  coiueozó  á  hacer  la  guerra  contra  el  Re/ 
Zagal  I  que  en  esta  sazón  se  hallaba  en  Guadix.  £  pare- 
ciendo que  la  Ciudad  de  Baza  era  por  su  sitio  c  fon;ale«-. 
HA  principal  defensa  de  la  tierra  de  los  Moros  ^  se  acorda 
poner  en  su  cerco  todas  sus  fuerzas  ^  e  .hallándose  el 
Key  Católico  con  1 3®  hombres  de  á  caballo,  y  40^  peo* 
fies  9  fue  á  poner,  el  cerco  á  la  Ciudad  de  Baza  1  lo  qual 
sabido  por  el  Rey  Zagal ,  puso  asimismo  la  mayor  fuer- 
za^de  su  poder  en  la  defensa  de  Baza ,  dopde  se  hallaba 
por  Alcayde  un  Caballero  pariente  muy  cercano  de  la 
Casa  Real  de  Granada ,  ¿  pareciendo  al  Rey  Zagal ,  que 
convendría  reforzar  la  defensa  de.  aquella  Ciudad  1  acti* 
clió  á  Cidi  Aya ,  hijo  del  Infiínte  Zelin  de  Almeríai^ 
que  ya  era  muerto ,  el  qual  era  de  los  mas  esforzados.de 
aquel  linage ,  para  que  viniese  con  lod  Moros  á  la  den 
fensa  de  Baza ,  para  cuyo  efedo  nombró  Capitanes  4  los^ 
mas  esforzados  Caballeros  de  la  Casa  de  Granada  ,  e  de 
esta  se  quiso  encargar  Cidi  Aya  por  la  defensa  común 
del  rey  no  de  los  Moros  ^  e  así  se  entró  con  ésta  gente 
en  la  Ciudad' de  Baza,  é  fue  uno  de  los  cercos  mas  fa- 
mosos que  se  leen  en  las  historias  ,  así  de  parte  de  loa 
cercado^  por  su  defensa  ^  como  de  parte  de  los  cercado^ 
tes.  en  las  esicaramuzas  e  encuentros  para  la  expugnación 
de  la  Ciudad ,  donde  se  ofrecieron  recios  combates  e  mu]^ 
gloriosos  hechos  de  armas  de  una  e  otra  parte ,  qufi! 
de  solo  ellQ  se  pudiera  hacer  una  muy  notable  Jhis<« 
toria*  j  :.  .     ♦•  .♦ 

A  tiempo.qae  hubo  mayor  divisioD  de  pareceres » conn. 
.  Rindiéndose  el  estado  de  las  cosas  ^  en  qoan^o  á  si  se  debía 
kvaour ,  ó  proseguir  aquel  cerco  I  nos  ¿I  voredó  mas  la  di* 
Vinapfotridenciaydeqmien  dependen  todas  las  cosas  ,  las« 
jrjdy>6ias^  loa  cyJgVcJtpycQmi»  qii3ei)i|ttcda  eKtijEpario&^exf 


'3* 

sores  en  que  vivían  los  Moros  >  e  reducir  á  la  santa  mi* 

dre  Iglesia  este  rey  no  ^  lo  qual  supimos,  después  de  perso- 
nas que  se  hallaron  entre  los  Moros ,  cautivos  Cbristia* 
QOS9  que.  testificaron  la  súbita  mudanza  que  se  vio  en 
el  ánimo  e  corazón  de  Cid!  Aya ,  hijo  del  Infante 
Celin  9  á  quien  te&rian  haberse  aparecido  á  el  amane* 
cer  el  glorio&o  Apóstol  san  Pedro  con  unas  llaves  en 
la  mano  |  á  el  ^alir  de  las  murallas  á  continuar  los  reen* 
cuentroS)  c  escaramuzas  que  habla  habido  en  seis  me« 
ses  continuos ,  el  qual  le  dixo  que  creyese  en  el  verda* 
dero  Dios  9  c  qu£  entregase  las  llaves  de  aquella  Ciudad, 
é  que  Dios  le  abrirla  las  puertas  del  Cielo^  e  que  veria  en 
señal  de  esta  verdad ,  la  señal  de  la  santa  Cruz  en  el 
Cielo  >  ¿  movido  el  eorazon  de  este  In&nte  con  tan  cx^ 
traña  visión ,  e  de  haber  estado  nmcho  tiempo  con  el  In« 
fahtcZelin  su  padre  en  la  Corte  del  Rey  Don  Enri- 
que» I V.*^!  donde  había  tenido  deseo  de  ser  ChristianOy 
determino  creer  en  la  santa  fe  Católica,  ya  que  el  santo 
Apóstol  por  disposición  divina  le  habia  hecho  aque- 
lla misericordia  para  tan  alta  fin  ,  e  así  desde  el  punto 
que  nuestro  señor  obró  este  milagro ,  por  las  conti« 
linas  oraciones  que  vuestra  Alteza  hizo  en  su  orato* 
fio  toda  aquella  no(he\»  cesaron  lo  combates ,  peleas 
ó  reencuentros  9  e' ios  e^íritus  encruelecidos  ^e  las  inten- 
eiones  enemigas  ¿  contrarias,  se  desvanecieron  e  muda- 
ton  3  cesarpn  asimismo  los  tiros  de  espingardas  e  bailes* 
tones ,  e  todo  genero  de  artüleria  y  queJbasca.  entonces 
no  habia  cesado  de  tirarse  de  una  ¿  otra  parte  ^  x  ác 
alií  adelante  no  se  oyó  ,  ni  se  vip  tomar  aranas  'para 
salir  á  pelear ,  que  todo  k>  pudo  sujetar  ,.  e  acordar  él 
poder  divino ,  e  tantas  voluntades  discordes  las  onió, 
.con  lo  qual  Qdi  Aya  dio  lugar  >£  Ips  tratados  <le  Ja 
faz  I  c«hiio  mediante  Dio»  i  eLi^£oistdiJl  ai^l^sion  én 

1.  .'   '   X    ^  .Jai 


»39 

las  peleas ,  e  eiivió  sus  cartas  i  el  Rey  de  Gaadix  su 

primo  I  avisándole  del  estada  de  las  cosas  ^  c  del  cerco 
que  en  espacio  de  mas  de  seis  meses  habían  tenido  ^  con 
inuchas  c  continuas  peleas  »  guerras  ,  é  escaramuzas^ 
quales  nunca  se  habian  visto  en  los  siglos  pasados  f  4 
que  la  volunud  divina  del  alto  é  poderoso  j3ios  habla 
sido  favorecer  á  el  Rey  Don  Fernando  ,  á  quien  rnila* 
grosamente  habla  querido  librar  de  tan  grandes  peligros^ 
^como  $£  le  ofrecieron  en  este  cerco  ,  e  que  así  era  su  pa^ 
rcccr  f  que  se  pusicsco  debaxo  de  la  mano  de  un  tan 
gtan  Rey  como  lo  era  el  de  Castilla^ 

£1  Bwcy  de  Guadix ,  habiendo  visto  la  carta  del  In« 

fante  Cidi  Aya  y  á  quien  por  la. sangre  ,  e  por  el  valoc 

tenia  mucha  nespeto  ,  e  reconodendo  el  mucho  valor ,  é 

esfuerzo  con  que  habla  defendido  aquella  Qudad  i  6 

que  de  Granada  no  habla  que  esperar  socorro ,  se  re« 

mitió  á  el  parecer  del  InÉéinre  f  para  que  el  hiciese  la 

entrega  de  aquella  Ciudad  ^  con  las  mejores  condicionel 

que  pudiese  ajustar  para  el  biea  de  los  capitanes  que 

saliesen  vencidos  ,  y  aunque  hubo  mucha  confusioa 

con  esta  respuesta  en  coda  la  Ciudad  con  Cidi  Aya, 

los  aseguró  con  su  libertad  ,  é  sus  bienes ,  ¿  habiendo 

dado  reenes  de  una  e  otra  par  te  ^  envió  el  Infante  al  AU 

cayde  e  los  demás  capiunes.  á  verse  coa  iX>o  Gutierre 

de. Cárdenas )  Comeodadpr mayor  de  León  en  la  Oxdea 

de  Santiago  ^  el  qual  vino  asiniismo  con  algunos  cat>a^ 

Ueros  del  campo ,  e  estando  juntos  ^  se  asentaron  las 

condiciones  de  la  entrega  de  la  Ciuda^  de  Baza: ^  e  Cidi 

Aya^t  ácGimpañado  de  todos  los  cahalierosif  c  capkah 

ne&  Christi&nos^éMoroSy  fijie  á  ver  i  el.Rey«e.  la  Reyna^ 

los  quales  le  hi¿ieron  mucha  merced  e  honra  ^  como  á 

persona  de  linage  real  $  c  la  rey  na  Doña  Isabel  le  dixo, 

«lue  pues  jo  íeoiarde^  parte ;,  tcadiia  sogura  Ja  ¿mpre- 

'      ^  Sa  la 


V 


*4^ 

sa  de  Granada ,  c  entonces  ios^eycs  Cttólicos  recibie^ 

son  por  sus  vasallos  á  el  i  ¿  á  su.  hijo  ,  c  sobrino  ^  c  les 
dieron  acostamientos  en  la  Casa  Real  y  c  les  prometic^ 
son  Villas  ¿  vasallos ,  y  la  Taha  de  Marchena  j  lo  qual 
kabia  sido  del  Infame  Zclin  su  padre )  4:  ocrsft  niuchat 
nercedes ,  ¿  Cidi  Aya  k%  prowcúó  prociuar  coa  vo* 
das  sus  fuerzas ,  con  su  primo  e  cunado  el  Rey  de 
(Quadix  y  que  entregase  aquella  Ciudad ,  e  la  de  Almc-* 
fia ,  sin  los  dañps  e  muertes  ^  que  las  oteas  Ciudades 
habían  costado  j  «'escando  dispuesto á  recUjir  el  Sacra^ 
mentó  del  santo  Bautismo,  los  Reyes  Catóticps  le  pl* 
dieron  fuese  en  secreto  en  su  Cámara ,  e  que  jio  lo  suple* 
seo  los  Mof  os  de  su  parcialidad  ,  porque  nó  le  desampa- 
rasen hasta  estar  hecha  la  entrega  de  las  Ciudades  de 
Guadixe  Almería,  e  ios  Reyes  Católicos  fueron  sus 
padrinos ,  e  se  llamó  Don  Pedro  de  Granada ,  e  después 
de  esto  se  fue  á  ver  con  el  Rey  de  Guadix,  e  volvieron 
juntos  á  hacer  las  entregas  de  Guadix  e  Almería  ,  e  esce 
Rey  quedó  asimismo  por  vasallo  de  ios  Reyes  Catoli- 
ces ,  e  se  le  provpetleroa  Villas  ^  e  Villas  del  Valle  de 
Alhkurin  ,  que  eran  veñite  e  tres  lugares^  e  la  mitad  de 
ias  Salinas  de  la  Malaha.  Acabadas  de  entregar  estas 
tres  Ciudades  de  Baza  ,  Guadix  e  Almería  ,  se  ilegó  el 
plazo  ¿  condicion.de  ias  capitulaciones  hechas  con  elRey 
Chícd  que  estaba  eií' Granada  /  que  como  queda  .di¿ho^ 
f  ra ,  que  en  estando  las  dichas  tres  Ciudades  entregadas 
á  los  Reyes  Católicos  ,  se-Ie  entrég^ria  la  Ciudad  d^ 
CranadaiCOfi  Ío  qual  tos  Reyes  enviaron  sus  Embaxado» 
ses,  para  requerir  lo  que  coiiíforme^  lo  capitulado ,  pues 
ya  el  estaba  apoderado  de  aqik^llas  ués^Oudades,  debía 
el  Rey  Chico,  que  era^entregar  la  Ciudad  de  Granada,  d 
ifuando  el  Rey  mozo  vio  despojados  i  sus  enemigos  de 
a<^iieUasCiad¡(des ,  cobró  mxw^  csjyraoaa  sobre  4  co|i 


aquellos  enemigos  menos,  Imaginando  podría  volver  á  te- 
ner el  poder  de  ios  Moros  ,  para  mantetierse  en  el  rey  no 
de  Granada ,  e  dio  sus  escusas  á  la  embaxada  de  los  Re« 
yes  Católicos ,  ^ikiendo  y  qi)c  la  Ciudad  de  Granada  era 
lan  grande  I*  e  había  tales  personas  en  ella  y  que  no  le 
conscncirian  entregarla  i  ¿  sobre  este  punto  hubo  mtt> 
ellas  preguntas  ¿  respuesras ,  de  la  qual  no  se  dando  los 
Reyes  Católicos  por  satisfechos,  apretaron  á  el  Rey  mo- 
zo á  su  cmivpUmiento  ,  é  asi  se  vino  i  romper  la  guer- 
ra ,  eel  Rey  mozo  despachó  sus  Alfaquies  é  Capita- 
nes á  requerir  á  todos  los  pueblos  de  la  tierra  ,  que  se 
volviesen  á  juntar  con  el ,  como  lo  hicieron  ,  e  en  Adra 
lugar  marítimo  se  rebelaron  ,    en  el  qual  esperaban 
socorro  de  África.  Los  Reyes  Católic<K  estaban  en  Cor^ 
doba ,  y  habian  despedido  algunos  de  los  Concejos  de 
ios  lugares  que  habian  venido  á  servir  en  esta  guerra] 
c  viéndose  confusos  con  esta  nueva  rebelión  ^  tomaroQ 
por  medio  nombrar  por  General  del  caMpo,  que  se  vol- 
vió á  formar  de  los  Christianos ,  é  Moros  leales ,  que  nc 
se  habian  levantado  ,  eael  rio  de  Almería  e  Taha  d< 
Marcbenav  á  DonPedrodeGranad^y  e  á  Don  Alonsc 
sü  hija  I  Jos  quales  fueron  á  esta  jornada,  Don  Pedrc 
por  Capitán  Generai  de  la  tierra ,  ¿  Don  Alonso  poi 
Almiranre  de  la  armada  de  la  mar ,  para  ir  contra  loj 
rebelados  de  Adra ,  e'  estorbarles  los  socorros  de  Afri 
ea  y  el  qual  pintó  los  navios  |  e  puto  las  vanderas  á  k 
Africano  ,  de  manera  que  los  Moros  que  estabari^rebe^ 
lados  en  Adra ,  creyendo  que  la  armada  que  Oevabd 
Don  Alonso  de  Granada ,  era  el  socorro  que  les  venia  d< 
-Aírica^  salieron  á  recibirlos,  e entonces  baxóDou Pedrc 
de  Granada  de  parte  de  la  tierra,  ¿  juntando  las  fuerzai 
de  mar  e  tierra  ,  les  dieron  padre  ¿  hijo  la  batalla ,  ei 

ittiitacoa  m^  de  2500  Moros  ^  i  les  ganaron  el  es 

tan 


V4    '    i 


i4i 

candarte  |  con  lo  qiiál  desmayaron  mucho  los  rebelados, 
e  nuestros  Reyes  Cacóiicos  hubieron  gran  placer  de  ello, 
c  habiendo  salido  de  Granada  el  Rey  mozo  con  sus  gcn« 
tes  para  socorrer  á  Adra ,  qtiando  supo  la  yldoña  que 
hablan  tenido  Don  Pedro  e  Don  Alonso,  contra  los 
Mbelados  de  Adf a  ^-  fue  con  sus  gentes  sobre  la  Taha, 
de  Marchena ,  donde  estaban  Pedro  de  Cálatayud  c 
Diego  de  Soto ,  Comendador  de  Moratalla ,  á  los  qua* 
les  ia  hablan  entregado  Don  Pedro  e  Don  Alonso  de 
Granada  ,  en  virtud  de  una  carta  de  creencia  de  los  Re- 
yes Católicos ,  c  los  dichos  Pedro  de  Calatalud  ,  e  Die- 
go de  Soto  y  viéndose  cargados ,  c  en  gran  aprieto  de  las 
gentes  del  Rey  mozo ,  se  la  entregaron  ,  e  dieron  á  par- 
cido  á  el  dicho  Rey  mo¿o  ,  el  qual  por  el  odio  que  te- 
nia á  su  tio ,  la  saqueó »  e  quemó  ,  e  otros  lugares  svl^ 
yos  ,  con  lo  qual  dio  vuelta  á  Granada  muy  vi£to<i 
f  ioso. 

En  ésta  sazón  se  hallaban  los  Reyes  Católicos  en  Cor* 
doba,  losquales  rehicieron  su  campo,  é  entraron  podeto* 
sámente  en  la  vega  de  Granada  á  proseguir  la  conquista^ 
llevando  en  su  eompaiíía  á  el  Rey  Zagal  con  quinien^ 
tos  caballeros,  e  quinientos  peones,  c  su  hijo  Cid! 
Aya ,  hijo  del  Infante  Ceiin  ,  que  como  queda  dicho 
era  ya  Chrl^tiano,  con  otros.ciento  y  cinqüenta  caballc* 
ros;  é  otros  quinientos  peones  »  los  qúales  llevaba  á  $« 
cargo  Don  Alonto  de  Granada  su  hijo^  ¿ayudaron  ma- 
cho á  los  Reyes  Católicos  en  esta  conquista  ,  e  fueron 
gran  parte  pata  que  se  les  entregasen  muchas  Villas ,  y 
íonzltzzs  de  aquel  reyno ,  hasta^  que  el  Rey  Chico  vien- 
;dose  apretado  con  el  cerco.,  e  edificada  la  Ciudad  nue- 
va de  santa  ¥¿ ,  donde  nuestros  Católicos  Reyes  asbtian 
t:on.sus  gentes,  vino,  á  reducirse  á  entregar  la  Ciudad 
de  Granada  á  i  de  Enero  del  año  de  1492  1^  la.qual  an- 


143 
tkega  se  hizo  por  capitulaciones  en  privilegio  rodado^ 

en*que  confirmaron  el  Príncipe ,  Infante ,  c  Prelados ,  c 
Grandes  hombres  del  reyno ,  las  quales  de  pedioiento 
de  la  cprnunidad  del  rcyno  de  Granada ,  c  dé  manda- 
miento  de  sus  Altezas,  los  señores  Reyes  Católicos  ^  se 
entregaron  á  Don  Pedro  de  Granada ,  para  que  así  se 
guardase  el  cumplimiento  de  ella^.  Las  personas  que  dQ 
cite  linage.  real  de  los  Moros  de  Granada  quedaron, 
fueron  dos  hijos  del  Key  Albohacen.el  viejo,  el  quat 
había  muy  poco  que  había  muerto  en  la  fortaleza  de 
II lora  retirado  y  c  los  habla  tenido  en  una  Christianai 
hija  del  Alcayde  de  Marros  $  el  mayor  llamado  Ci^i  Caz, 
¿  el  segundo  Cidi  Nayar.  A  la  Reyna  madre  de  estos 
dos  Infantes  la  mató  por.su  gran  hermosura  y  la  Zo«i 
raya  que  entró  en  su  lugar  ^  que  quiere  decir  ^  lucero 
de  la  mañana» 

Quando  el  Key  mozo  se  pasó  á  África  y  vendió  las 
Alpujarras  á  los  Reyes  Católicos  en  «•••«•..o.  quentos  de 
maravedís ,  reservando  para  sí  la  Taha  de  Orgiva  y  la 
qual  renunció  en  el  Infante  Cidi  Caz^c  Cidi  Nayar ,  síis 
dos  medios  hermanos ,  que  el  mayor  se  llamó  Don  Fer« 
Bando  de  Granada  ^  e  el  segundo  se  llamó  Don  Juan 
de  Granada  y  quando  á  instancia  de  vuestra  Alteza  y  6 
á  persuacion  de  Don  Pedro  de  Granada  y  recibieron  el 
agua  del  santo  Bautismo  y  ¿  se  vinieron  á  nuestra  san- 
ta fe  católica,  e  la  Reyna  Zoraya  se  llamó  Doña  Isabel^ 
c  á  estos  como  queda  dicho  y  les  renunció  el  Rey  Chico 
la  Taha  de  Orgiva ,  que  después  la  tomó  vuestra  Alteza^ 
£1  Rey  Zagal  se  pasó  i  África  ^  ¿  vendió  los  veinte  y; 
tres  lugares  del  Valle  de  Alhaurin  ,  por  cinco  quentos 
de  maravedís  á  vuestras  Ahezas  ¿  las  salinas  de  la 
Malaha  itnunció  en  Cidi  Aya  ,  su  primo  ¿  cuñado^ 

hijo  como  queda  dicho  del  Infante  Zelin  ,  que  como 
-         »  se 


M4        ,        ^      , 

se  ha  diclio ,  se  llamó  Don  Pedro  de  Granada ,  á  el  qoal 

casaron  vuestras  Altezas  con  una  señora  de  los  VencgaSi 

señores  de  Luque ,  y  á  Don  Alonso  su  hijo  casaron 

vuesttas  Alteras  con  Doña  Juana  de  Mendoza  y  dama 

de  vuestra  Alteza,  hija  de  Don  Francisco  Hurtado  de 

Mendoza ,  su  MayordomaDe  los  unos  ^  ¿  de  los  otros 

hay  ilustre  generación  en  estos  reynos  ,  con  que  he  da- 

do  fin  á  la  succesion  de  estos  reynos,  de  que  vuestra  Al* 

teza  me  mandó  escribir  este  tratado» 


f 


^lí' 


ii4J 


CONQUISTA 


¿  4  .  ^' 


DEL  KEYNO  PE  POSTüGJL 

FOK  EL  MBJOR  DBRBCHO  QUB  TBNIA  A  SU  CORONA, 


<    " 


ENTRE  OTROS  PRETENOiENTES, 
FOR  MUERTE  DEL  RET  DON  SEBASTIAN, 

EL  SEÑOR  FELIPE  11/ 


f  •» 


SIBKDO    OBNBBALI8IMO    DB    SpS;.AK^tlAS 


EL     DUaUE    DE    ALFJ. 


D 


QO  Sebastian  Rey  de  Portugal ,  llevado  xiél  dtstlAó 
de  sa  mal  pjremeditada  empcesa^  seguido  de  lo  mas  lucido 
de  la  nobleza/ de  aquel  ireyoo ,  pasó  i  África ,  y  perdió 
con  la  &aK>sa  batalla :de'Ai;cazarquiTirf,  ó  de  los  uos 
Rey^t  dada  eLdia  4  de  Agostodcl  año  de  1578  la ^idá» 
£1  Cardenal  I>on  Eñrlqóc  su  tio,  hisrmanei  del  Rey  Don 
Juan  el  tercera  su  abuelo » Je  sucedió  en  el  reyno.  :Oh 
mo  este  Príncipe  cea  de  una  edad  abantada  para  poder 
ccfict:  hijos  y  aún  quaodofii  PontlíiG^  kc  dispsasfi^  jpacá 
casarse  I  lo  que  no  era  creíble  por  ser  Presbítero ,  qwi^ 
daron  losPortiigfsescs  tespucstos  á  todos  loa  fiaioresLde  la 
guerra^  que  veían  próxima  á  suceder  por  los  pretendicn* 
tes  áJa  corona^  qpe  eran  bastames i  entre  los  quales  pa-* 
recia  tencr^mas  detcch©  FclipeU.'',  como  hijo  dciarin&atf 


vrr 


Dn- 


14^ 

Doña  Isabel ,  hija  del  Rey  Don  Manuel  ,  padre  del 
Rey  Don  Enrique  .,  y .  visabuéld  ácl  Rey  Don .  Se- 
bastian. 

Doña  Catalina  de  Portugal  y  Guidiarens  y  hija  del 
Príncipe  Don  Eduardo  ,  y  nieta  del  mismo  Rey  Don 
Manuel  VA^ida  con^D^^  3ítnria¿b.,  Duque  de  ikagan- 
za  y  pretendía  suceder  al  Rey  Don  Enrique  su  tio  :  asi 
porque  eran  Portugueses  ella  y  su  marido  ,  como  por* 
que  según  se  dice  y  por  una  ley  fundamental  del  reyno 
se  excluía  i  lo&..extraQgerds  de  la :  corona .^  y  la  mis- 
ma ley  previene ,  que  la  hija  del  hijo  deba  suceder  en 
per|úido de loshijos de  la  hija.  Los  otros  pretendientes 
eran  los  Duques  de  Saboya  y  Parma  ^  iguales  en  dere- 
cho con  la  de!Bragánza,  yelJReyde  Espáná;  perocpmo 
extrangeros,  y  con  poca  fuerza  para  hacerlo  valer ,  fue* 
«dn^  e}fehiidb^.'Catalina^de  Medícisi  Reyna  de  Francia, 
hizo  publicar  sus  pretensiones  ,  que  por  estar  muy  re- 
motas hicieron 'poca  impresión.  -    >       «^ . 

Don  Antonio  Prior  de  Ocrato ,  hizo  mas  oposición 
que  todos  los  demás  pretendientes.  Era  hijo  naturajkde 
Don  JLüis  de  Ponügal ,  quieto  hijo  del  Rey  Don  illa- 
nu¿l^  con  la  pretensión  de  que '^era  legítimo*,  y  que  su 
padre. hs^big  casado  en  secreto  con  Doña.  Violante ,  lla- 
mada la  Plelicana/sü.4Dadre,.anaide las. hermosuras  mas 
singulares  de  .  aquel  ilempo.^  Eelip^  y  lá.  Duquesa  dé 
Bra¿af[za  .eúin.soiolósdbsueodipetidores  ^ue  parcelan 
tener.mas^ececho.  La  Duquesa. estaba  amada  del  pue^ 
bló  y  yi5U< mando  ..eonia  Priisdpe.de  iaTangrc  real  de 
ks.'R^ttrdi^  'Pociu^l  y  igualmente  ireaea      y  rlqmV 

t !  QLos'  Pbrtagjbeses)  manifestaíban'  antipatía  contra  toda 
dominación  exítsangera  y  seiíaladainpnte  con  la  gente 
Castellana. Nada  de  esto  ignoraba'JBeiipc ,  y  como  kstuto 
quisó'  prevenirle.  Hizo  Icvaptat  un  exerdco  de  treinta 


1-1 


mil   iiombres  ,  y  equipar  una  dota  numerosa ,  acer- 
cando unas  y  ouas  fuerzas  á  las  fronteras  de  Borta* 
gaL  Envió  por  Embaxadores  á  la  Corte  de  En|:iquc) 
al  Duque  de. Osuna, ,  y  á  Don  . Christoval : d^  .Mo» : 
ra ,  para  hacer  ver  á  este  anciano  Monarca  la  justicia  de 
sus  derechos ,  procurando  al  mismo  tiempo  ganar  á  los ' 
Grandes  de  Portugal  Don  Enrique  juntó  los  estados  de; 
SIS  reyno.  en  la  Villa  de  Almerin  :  persuadiólos  mucho 
á  favor  de  Felipe  :  los  eclesiásticos  reconocieron  sus  d&í 
rechos  $  parte  de  ia  nobleza  hizo  lo  mismo;  otros  no  se 
derermidaban;  y  el  tercer  estado  quiso  un  Rey  Porcu* 
gues;  Don  Enrique  no  pudo  ,  ó  no  $e  atrevió  á  detec« 
minar  t$a  gran  negocio  i  encargó  la  decisicrn  de  el  á- 
once  Jueées^  que  fueron  para  este  efcdo  nombrados,* 
y  á  cinco  Gobernadores  ^  que  debían  tener  fat  Adminis-^ 
tracLon  del  reyno  y  mientras  duraba  la  vacante  de{  tro» 
no  :  tal  vez  se  hubiera  declarado  el  mismo  •  sino  hobie* 
se  caído  peligrosamente  enfermo.  La.  -Duquesa  dé  Bca«* 
gánza  le  visitaba  con  frequencia  ^  en  esta  enferoiedady 
no  olvidando  nada  para  atraerle '  á  que '  la  '  reconociese 
por  sucesor  a;  pero  ni  lágrimas  ni  ruegos. le  bastaron. 
V     .  £1  inexorable  no  difinió  nada  :  murió  ti  úhimo  de 
Enero  dé  ^^Sx^  siendo  de  nótár^qu^  murió  en  el  mismo 
quarto ,  y  á  la  misma  hora  que  habla  nacido  setenta  ^y 
ocho  años  antes.  ,     . 

Publicada  k  muerte  de  S.  M,  Portuguesa ,  Félix  Mt^ 
ñez  y  Diputado  de  la  Ciudad  de « Lisbo»  ,  pidi4  que  ^$S 
eliglesQn  otros  Jueces^^  mediante  quede  aquéllos  que^et 
di^to  Key  habla  nombrado »  eran  kes  a^sIttDadot 
é  Felipe.  Esta  proposición  no  fue  bien  recibida ,  y  kbs  ¿^ 
sas  quedaron  como  se  hallaban»  Entraron  ios  Goberna- 
dores á  exercer  sus  empleos  ,  y  abriendo  el* testameif to 
del  .Rcy¡y  vieron;  que  declaraba  por  sucesor  >á  ^  aquél  que 
las  leyes^ypfóximidaddeJa  sangre djese ^tuefdr d0rtfchV¿ 


V 


148 

Felipe  IL^  que  se  habla  avanzada  hasu  las  fronteras 
de  su  rey  no ,  escribió  de  su  propia  mano  á  los  Goberoa* 
diDC^s  i  y  esudos  de  Portugal ,  exórtándolos  á  qae  le  dic 
sen  de  grado  un  rey  no  que  le  pertenecía  de  derecho ,  sin 
obligarle  i  hacer  su  conquisu ,  prefirlendD  un  Rey  que 
les  dispensarla  todas  gracias ,  á  unPríndpe,  cuyas  armas 
y.  enojo ,  en  caso  de  negativa  >  iban  á  probar. 

Los  Portugueses  llevados  de  su  aversión  ^  despre*' 
ciaron  las  ofertas  de  S.  M.  Dispusiéronse  á  una  vigoro- 
sa defensa*  Enviaron  á  pedir  socorros  á  Francia,  Ingla« 
térra ,  y  á  Venecia.  Suplicaron  'á  su  Santidad  se  interesa^* 
se  con  su  suprema  autoridad ,  para  impedir  una  guerra 
que  iba  1  desolar  á  un  reyno  floreciente  j  y  muy  cató- 
lica Enviaron  diputados  á  Felipe  IL^,  pidiendo  retirase 
stti  exercitos  ,  y.  aguardase  que  los  Jueces  nombrados 
decidiesen  este  gran  negocio  $  que  le  sería  mucho  mas 
venu|bso  deber  el  reyno  á  los  Portugueses  ,  que  á  la 
íaetizá  e  sus  armas^..    . 

,  ^  v£I  Prior  de  Ocrato  quería  d  reyno :  no  omhia  aada 
'desús  ardides. para  llevarle:  habla  publicado  stis  dere^ 
cbos'baxo  d  reyuado  precedente ,  probando  jurídica^ 
aalence  que  era  legítimo.  Enrique  lo  habla  dedarado ,  no 
solamente  basfardi» ^  ^uu>  h^  de  una  Judía,  y  destern^^ 
do  de  U  jCortt. .     ;  .1    /.     .  .  .*; 

Esta  declaración  no  le  habla  hecho  perderla  espcram 
mde  ckv3vsc  al  trono ,  porque  la  dcclaiadon  del  !Rey 
OP  jera  jiuidicg,  el  procete  se. hallaba  avocado  en  la 
Corite,  dciKoptij^'jyostséM  la  cansa  indecisa^  LospoebTos 
vaabait^iPon  Amonío.yvimcalMnlo  como  ^nlco.  varón 
de  lai  aniigoa  casa  de  -súS'Bteycs/  Felipe  empezó  á  te* 
merlc ;  hlzolc  furoponcr  por  Dooi  Chrbtovai  de  Mora, 
una  pensión  de  cien  mil  pesos ,  una  Ciudad ,  y  un  do- 
minio, de  seteot»  imiL  ducados  de  renta  .  con  ^tituló  de 
Puque  y  con  ni  que  le  recebociese  sin  predsade  i  re* 


cur. 


149 
curtir  á  las  armas*  Mora  no  fue  atendido ,  y  el  Principe 

quiso  ser  Rey. 

f  eiipe  cansado  de  esperar,  dio  orden  á  sn  flota  de  sa^ 
lir  de  Cádiz ,  y  tomar  el  rumbo  de  las  costas  de  Portup 
gal  9  haciendo  desfilar  tropas  á  las  fronteras.  Como  hz^ 
bla  resuelto  no  exponerse  á  los  peligros  de  la  guerra^ 
aunque  publicaba  la  quería  hacer  en  persona  ,  tan- 
to para  hacerse  temer  de  los  Por tugueses ,  quanto  pa« 
ra  atraer  á  su  exercito  los  Grandes  de  su  rey  no ,  que 
se  recelaba  se  le  hubiesen  quedado  en  sus  casas ,  de  saber 
que  otro  que  el  iba  á  mandar  ;  tuvo  frequentes  consejos 
sobre  la  eleccion.de  General.  Todos  los  pareceres  con^i 
cordaban  en  que  se  nombrase  al  Marques  de  Mondejat^ 
que  acababa  de  sosegar  los  Moriscos  de  Granada.  S.  M. 
que  juzgaba  con  mas  conocimiento  que  ellos,  persuadida 
de  que  solo  el  Duque  de  Alba  era  el  que  felizmente  po* 
dia  determinar  aquella  guerra ,  le  nombró  por  Genera* 
•  lisimo  contra  lo  que  todo  d  mundo,  esperaba.  Escribióle 
de  su  propia  mano  j  que  le  dixese  si  sus  enfermedades  le 
permitían  ponerse  á  la  frente  del  exercito ,  que  destinabak 
á  la  conquista  de  Portugal. 

£1  Duque  quedó  suspenso  :  sentía  exponerse  en  la 
edad  de  setenta  y  quatro  años  al  riesgo  de  perder  la  re* 
putacion  que  habia  adquirido  en  el  dilatado  curso  de 
vidorias  que  había  tenido  en  su  vida.  Temia  que  mu« 
dable  la  fortuna  le  abandonase  y  y  que  si*  no  salla  bien^ 
seié  achacase  haber  querido  vengarse  por  un  medio  taa 
Til  ^dtsu'  prisión^  y  la  de  su  hijo ,  teniendo  á  me^r  pas» 
tido  morir  cubierto  de  laureles  ea  su  arresto' ,  q^e 
caer  de  aquel  alto  grado  que  tenia  e&  el  mundo.  Por 
otra  parte  discurriendo  que  no  habia  cosa  mas  gloriosa 
que  salir  de  una  prisión  para  triunfar  y  libertar  á  un  hi- 
jo aaádo  ^ '  aiuMUtar  sus  timbres ,  los  Estados  de  sa 

B^ey, 


I50 

Rey  I  y  acabir  su  vida  en  un  hecho  se&alado ,  escribió 
á  S.  M.  I  que  el  zelo  de  servirle  le  restituía  ya  la  que** 
brantada  salud  y  fuerzas :  que  el  saber  su  voluntad  le 
infundía  nuevo  valor ,  y  le  hacia  capaz  de  emprender 
4as  cosas  mas  imposibies. 

Si  la  pasada  desgrada  del  Duque  había  servido  de 
materia  á  muchos  discursos  ^  no  hizo  su  favor  menos. 
•Unos  alabaron  al  Rey:  otros  no  le  aprobaron  esta  resol  a« 
cioui  aún  quando  convinieron,  que  el  mérito  del  Duque 
era  digno  de  tenerse  presente.  £1  Rey  ^contento  de  esta 
elección,  y  seguro  de  que  no  podía  ser  mas  justo  despte* 
<:io  de  quanto  se .  le  decia  i  dexo  á  este  heroo  en  lo  mas 
brillante  de  su  exaltación» . 

£1  Duque  caminó  encalas  del  deseo  para  la  Cor« 
ce  9  y  llegado  á  Barajas ,  recibió  orden  de  S.  Ai, ,  en 
que  le  mandaba,  pasar  al  exército  quanto  antes ,  y  pot 
el  camino  mas  breve.  Quería  prestar  al  Príncipe ,  reco« 
nocido  por  sucesor,  el  juramento  de  fidelidad,  á  imí* 
tacion  de  los  demás  Grandes  que  ya  lo  hablan  hecho  en 
la  junta  general  de  ios  £stadoss  pero  dispensándole  &  i^« 
esta  ceremonia ,  le  hizo  saber :  que  siendo  presente  ó 
ausente ,  era  una  misma  cosa  su  fidelidad,  y  que  no  cxí* 
gia  de  él  mas  juramento»  £sta  señal  de  confianza  Je  hizo 
olvidar  en  parce  las  pesadumbres  que  habla  padecido  en 
su  prisión.  Despoblóse  la  Corte  de  los  Grandes  que  con* 
currieron  á  visitarle  s  todos  se  apresuraban  á  darle  la 
enhorabuena  $  parecía  haberse  xrocado  Barajas  por  Ma** 
drld  ^  y  conao  su. grande  ánimo  superaba  en  qualquler 
estado  á  que  la  fortuna  le  reduda,  respondió  i  sus  aml^ 
gos  con  indiferencia ,  aunque  apreciando  sus  expresión 
nes  :  que  el  Rey  quería  que  con  las  cadenas  arrastrando 
le  fuese  á  conquistar  rey  nos  i  y  sin  detenerse  pasó  á  Mc' 
rlda ,  en  donde  el  exerclto  iuhia  tenido  ócden  de  jamart 
,     .  se 


•se*  £ra  formidable  y  tío  por  su  núóréio ;  sino  por  el  vaioc 
de  los  soldados ,  y  experiencia  de  los  Oficiales  j  y  supe- 
rior conduela  de  su  General.  - 

Contábanse  4®  infantes  Italianos  j  divididos  en  tres 
Regimientos.  Eran  sus  Coroneles  Prospero  Colona ,  Vih 
cei>te  Carrafa  y  Carlos  Spineli,  y  todos  obedecían  á  Pe- 
dro de  Medicis,  hermano  del  gran  Duque  de.  Toscana: 
4^  infantes  Alemanes  baxo  las  órdenes  del  Conde  de 
Lodron^  y  7®  Españoles  á  las  órdenes  de  los  Coroneles 
X>on  Luis  Enriquez  ,  Don  Antonio  Moreno ,  Don  Ga^^ 
briél  Niño  I  y  Don  ^Pedro  de  Mendoza  Ayala  Sotoma* 
yor.  D.  Sancho  Davila  hacia  de  Maestre  de  Campo  Go* 
jneral ,  D.  Francisco  Aldana  de  General  de  AitiÜeria ,  y 
el  Prior  Don  Pernando  de  Toledo ,  Virrey  de  Cataluña^ 
«andaba  la  Caballería.  Entre  el  gran  número  de  voluní* 
Carlos  estaban  los  Marqueses  de  Mondejar  ^  de  Priego^ 
de  Denla  ,  de  Montemayor  y  Miravel  y  los  Condes  de 
Buendia  ,  de  Cifuentes  ,  y.  Don  Martin  J?adilla ,  y  otros 
que  por  no  dilatar  el  asunto  omito  referir  |  en,  la  créenm- 
ela de  que  S.  M.  habia  de  mandar  el  exercito  en  per^ 
sona. 

El  Rey  hizo  seguir  sus  vagages  de  guerra :  iban  los 
de  rodos  los  Gentiles  hombres  que  :le  debían  acompañar. 
Llegó  á  Guadalupe ,  y  después  de  haber  asistido  á  las 
Honras  q9e  mandó  hacer  por  el  difunto  Rey  Don  Eo^- 
rique  y  pasó  á  Badajoz  >  quiso  hacer  la  revista  genial  al 
ex¿rcitp  s  púsole  en  batalla  Don  Sancho  Davila  ^^e  hizo 
conocer  por  el  modo ,  que  sabia  pra^car  las  bellas  lecf^ 
clones  que  habla  aprendido  en  la .  eKuela  de  su  sabio 
Maestro  el  Duque  de  Alba :  no  se  vio  exercito  mas  ale^ 
gre  y  ni  mas  listo.  Hizo  el  exercicio  delante  de  sus  Ma«» 
gestades  con  un  combate  que  les  agradó  mucho :  la  no«> 
bleza  se  hacia  admirar  por  sus  armas*  dorada!» ;  que  lo  lu«* 
cido  de  ellas  ^  y  el  rcbervero  del  Sol  hacian  agradable 


af(« 


aspefto  á  la  vista :  di  Duque  de  Albía  atraía  sobre  si  la 
atención  de  todos  s  no  se  distinguía  por  lo  esmerado  de 
sus  armas  I  sí  por  su  ayre  marcial ,  magestuoso  y  sus  car' 
bellos  blancos.  Como  habla  estado  codo  el  diá  preceden- 
te en  la  cama  atormentado  de  la  gota ,  quedó  admirado 
el  Rey  de  verle  tan  ligero,  como  si  su  salud  no  hubiese 
padecido. 

Hallábase  S.  M.  al  abrigo  de  la  sombra  de  un  árbol 
con  la  Rey  na ,  (os  Príncipes ,  sus  hijos ,  y  los  dos  Arclxi- 
duques  hermanos  de  la  Reyna. 

S.  M.  no  creyendo  lo  que  veía,  preguntó  como  ad* 
mirado  I  si  era  posible  que  fuese  aquel  hombre  el  que  se 
decía  estar  tan  malo,  y  respondiendo  todos  que  si, 
se  debe  creer  replicó  $  ó  nos  quiere  engañar ,  ó  las  aro- 
mas ,  y  las  tropas  son  medicinas  eficaces  á  sus  males. 
£n  efefto,  apenas  estuvo  á  caballo,  ayudado  de  algunos 
Oficiales ,  sintió  nuevas  fuerzas.  £1  ruido  de  las  tronkpe«« 
tas  y  tambores ,  los  gritos  de  alegría  de  los  soldados  á 
su  vista  ,  le  hicieron  olvidar  que  estaba  con  dolores  de 
gota :  atravesó  todo  el  excrcito  á  galope ,  visitó  los  bata* 
llones  y  esquadrones  ,  hizo  una  revista  exáfta  para  ins- 
truirse (  antes  de  tomar  su  lugar)  de  si  todo  estaba  con- 
forme á  su  disciplina :  Di  la  agitación^  ni  el  trabajo,  ni  el 
ardor  del  Sol ,  que  era  muy  violento ,  le  fatigaron  á  es- 
te viejo  siempre  invencible.  £1  Rey  quedó  encantado, 
quiso  abrazarle  $  el  Duque  se  apeó,  aunque  S.  AL  lo  re- 
sistía, quiso  besarle  la  mano,  y  se  lo  impidió  preguntan* 
dolé  como  estaba  Don  Fadrique  su  hijo. 

£1  Duque ,  á  quien  su  grandeza  de  ánimo  hacia  su**'" 
perior  á  todos  los  males  y  sentimientos ,  como  ignoraba 
el  arte  de  suplicar ,  respondió  que  gozaba  en  su  prisión 
de  una  entera  salud ,  en  donde  puesto  á  cubierto  de  los 
peligros  de  la  guerra,  vivía  sin  exponer  su  vida.  £1  Rey 
volviéndose  á  los  de  su  cooútíva ,  les  dixo :  ¿veis  la  mo- 


de  radon  del  Duque  ?  ¿  pu6s  que  dudáis  de  nuestra  amor^ 
y  nuestra  inclinación ,  dispuesta  á  concederos  todo  lo 
c}ue  pidieredes  ?  Nos ,  que  os  hemos  confiado  nuestras^ 
fuerzas  I  la  gloria  de  nuestros:  rey  nos,  y  nuestra  pro* 
pía  seguridad ,  aunque  pareciese  que  vos  teníais  motivQ 
de  quejaros  de  Nos*  No  ignoro ,  respondió  el  Duque» 
ninguno  de  los  altos  beneficios  de  que  V.  M.  me  ha  coU 
mado  con  profusión  y  que  por  ser  tan  grandes ,- confiesa 
que  no  debo  desear  nada  mas  $  pero  si  V.  M.  me  ha  dé 
conceder  alguna  nueva  gracia,  sin  que  yo  se  la  pida ,  ten- 
dré motivode  serle  mucho  mas  agradecido,  pues  no  mere» 
cicndo  nada  mas  de  lo  qiue  me  ha  dado ,  no  puedo  menos 
de  tener  vergüenza  de  importunarle.  £1  £Ley  s^dmirado^de , 
la  firmeza  de  aquel  grande  hombre ,  quiso  vencerse  en 
esta  ocasión ,  mandando  que  el  Marques  fuese  puesto 
en  libertad,  y  que  no  se  hablase  mas  de  su  delito,  se 
lo  es  no  amar  con  constancia  ,  y  no  poder  sufrir  una 
afrenta. 

£1  Duque  después  de  haber  dado  las  gracias  i  S.  M< 
volvió  á  montar  á  caballo,  maridando  que  se  alojasen  las 
tropas,  y  se  retiró  á  su  casa  al  fin  del  dia.Como  se  habia 
fatigado  extremadamente  ,  se  vio  precisado  á  que  le  lle- 
vasen á  su  cama  los  criado^.  -Allí  sintió  los  dolores  mas 
vehementes,  quele^habian  déxadoen  el  exercito,  de[ 
manera  ,  que  se  pudo,  decir  entonces  con  el  Rey  ,  que 
los  exercitos  y  la  campaña  eran  par,a  el  remedios  exce*' 
lentes. 

El  fluxo  de  los  Oficiales  y  de  la  nobleza  ^  el  s<fqiiito 
de  criados/  y  vagages,  qu6  agradaba  al  Rey,  no  dio 
gusto,  al  Duque  ,  cuya  experiencia  tenia  pulsado  ser  to- 
do inútil  en  un  exercito,  á  quien  el  aparato  le  hacia  ma« 
cho  mas  pesado ,  y  menos  dispuesto  á  servir.  No  dudó 
concillarse  enemigos  de  procedería  la  reforma  $  pero  sa 
ánimo  era  desterrar  todo  abuso ,  y  hacer  el  servkio: 
Tom.Xll  X  ma»- 


iS4 

inandó  se  despidiesen  loa  gruesos  vagages ,  y  exercltar 

los  soldados  ^  aunque  estaba  lexos  de  los  enemigos.  I-Ii-> 
aolos  acampar  ^  atrincherar  en  su  campo,  hacer  la  centi- 
nela 9  montar  la  guardia ,  ponerse  en  batalla,  pasar  día 
y  nociie  sobre  las  armas ,  hacer  muy  á  menudo  el  exer- 
cicio^  y  contentarse  con  poco.  Hacia  muchas  veces  la 
fonda ,  y  castigaba  á  aquellos  que  debiendo  hallarse  en 
facción  9.  l^s  encontraba  dormidos.  Hizo  quemar  todas 
jUs.tnesas  át  juego ,  prohibiéndole  baxo  de. rigurosas  pe* 
'OasL  .Hi2fO  juntar  todos  los  Oficiales  principales  y  la  no* 
4>lca&a  voluntaria ,  para  decirles  que  despidiesen  el  apa- 
xiLto  de  criados  y  equipages  1  ó  que  se  retirasen  ellos 
mismos f  queriendo,  mas. privarse  de  la  presencia  y  el 
^  fiocorfo.4e  tan  generosos  atuigos »  que  ver  menospreciar 
$a  disciplina  militar  yVfif  era  la  de  los  Capitanes  ilustres 
de  Ja  antigüedad.  Los  Señores  decíase ,  no  ^gradándoles 
.esta  orden  i  le  represemaron  que  eran  inferiores  á  ios 
Portugueses  :  que  estos  ricos  vagages  ,  y  rodarlas  de* 
.flía$'x:osas ,  cuyas,  pérdid^s^  se  sentían  ,  incitaban  al  va* 
¿lor ,  y  servían  como.de  rehenes  dje  la  fidelidad  de  su 
.amo;:  que  no  se  estimaba  menos  su  campo  que  su  .casa, 
•  qüafido  esitá  lleno  de  riquezas ,  y  que  se  defiende  con  el 
;  mismot  vigor :  que  Ciro  ,  y  los.  otrQs  R^ye$.  de  Pcrsia 
:.habian  prudentemente  ordenado  9,  que  se  llevasen  á  los 
exercitos  las  mugeres  y  niños.,  y  lo  que  hab|a  de  mas 
precio,  para  que  á  su  vista  itispirase.  nuevo  ardor  ^  que  los 
Persas  debian  á  esta  laudable  costumbre  le  conquista  del 
'  Oriewe ;  que  Jd$  Godos  I  V?wi?l0s^  yí^osilemes  Pueblos 
'  del  ^eqptenttton.,  que  hat>ian  arj:uii^d(P;  QJ  va4to simpe-* 
-xia  de  los  Romanos  i^'  hablan  ;i4o;  invencibles ,  porque 
arrastraban  consigo  las  mugeres  y'  hijos.  A  esta  respues- 
ta seguían  murmuraciones  y  amenazas  de  quejarse  al 
jKcy^  y  i^ótesta  de  no  seguir  el  exacitQ.sIo  equi- 

-  •  '  /  :   -^.>i  El 


•'•.         A.  ''  ••* 


£1  Duque  f  cuyos  años  habían  nlddetadd  stt  ardit 
miento ,  queriendo  en  algún  modo  satisfacerlos  ^  y  ha« 
cerlos  conocer  su  ettor^les  dixo  :  contrario  es  4- todas 
las  reglas  de  la  guerra  y  preciséis  á  vaestro  General  á 
ciaros  razón  de  las  órdenes  i^ue  se  os  comunican  i  tan  In^^ 
famatite  es  para  un  exerdto  querer  imponer  leyes  á^w 
Gefe  y  quanto  á  este  infamante  el  de  dar  fos  motivos  que: 
le  gobiernan. 

Si  queréis  llegar  al  temjrfo  de  la  fama  ^  ha  de  ser  pov^ 

media  de  la  obediencia  >  hada  os  ordena  ique  no  sea  }U8«»' 

to.  La  experiencia  me  ha  hecho  conocer ,  que  no  ha^ 

cosa  mas  ruidosa  en  un  exercito  y  que'  la  grUesa  comiti« 

va  ,  y  superfluidad  de  vagages;  Na.  púdaDario  con  el' 

montón  prodigioso  de  las  riquezas  dd 'Oriente  ^  aqtfet 

séquito  de  mugeres  y  niños ,  codcubinas  y  esclavas  i  y 

miliares  dé  hombres ,  resistir  al  gran  Alexandro  f  cuytf 

exercito  solo  de  30®  hombres  no  cenia  mas  vagages  1  qucf 

los  que  necesitaba  precisos.  • 

".  ¿Alexandro  no  batió  diversas  veces  á  Dario?4No  con4 

quistó  todo  el  Oriente  con  mucha  máis  inevedad  qu^  el 

Monarca  Persiano  hubiera  podido  récorcétla?  Este  ven*^ 

cedor,  habiendo  visto  que  las  riquezas  de  ^úie  su  éiétci'^ 

tose  hdbiá  apoderado  en  el  Imperiade  tosPiersas/le^'habtsMí 

hecho  á  fierder  tiqutl  ardor  gúc^retd  auelb  hafcia  tlafK 

formidable  y  las  hizo  qufbmar  ^  estMañdo  iáas^lós  üAdz-* 

dos  pobres  y  desembarazados ,  aquietes  tas  ri^uétsai 

impedían,  su  movimiento.  Kumancia  triúííf^  detói  ts^ 

fuetzos  délos Rótnanbs',^  mientras' el  fausto-^reyísó^en  su 

ex^rcitb ;  pero  apenas^  Síriploñ  lo  'desterró.,  qilttfxiof^i 

vía  obligada  ár  entregarse.  Los  Pueblos  dW  ÍSé^tcntríba 

nó  tenian  otros  vagages  que  sus  armas ,  -ño  llevaban  vt^ 

veres ,  tomábanlos  donde  los  hallaban.'  Na  os  débela 

¿cta parar xbfi  esta  ttopá'de  vandídos:  tertcis  arÜ4tó-rta9 

noblcsr^Ütf  ellósr  tít»y  pct^iMiáb  cfac  no\me^í«»«í 

^  ^  "Va  y 


y  <qu(  <ntr4c«í$'cn. Portugal  Ue&os  de  esperaaza ,  (derza 
yí  wWr^  i.a  u.nlon  al  de  Casulla  ,  y  el  servicio  á  vues* 
uaSQ^raoo  1^9$  hará  recoqiendal^les  á  la  postciidacL 
I.  !Eswsdiscur$o$  apaciguaron  á  los  Oficiales,  y  á  la  noble- 
za :  la  faz/Q0.  Ips.  crpn venció.  Despidieron  mas  de  jd  cria-» 
dos ,  y  otras  cs^ntas  t>ocas  inútiles,  y  al  otro  dia  todos  se 
pusieron  en  j(naccha.  Habiendo  ronaado  el  Duque  las  ór- 
denes del  Rey  ,  quien  se  máncenla  siempre  en  Badajoz^ 
ifUiicf$oj)el  modo, cu  que  obraría  en  esta  guerra  ,  hubo 
diversos  consejos,  sobre  si  debía  ponerse  el. mismo  á   U 
frente  del  exercito»  Unos  decían  que  no  debia  exponer* 
se  ,  y  sí  clexar  á  este  viejo  Capitán  desenredar  un  negó-, 
cip ,  que.^n^u^manQS.  no  seria  d^  mucha  duración :  otros 
teco.  afe(Ao$;  áia  Casa  de^  'iToledo.  haciendo  posiix>sos 
«jogios^l  V4l(^  ácifít  Portugueses,  decían ,  que  el  Rey 
49|q  cpq  ^u .  presencia  po|lia  intimidarlos ,  y  vencerlos: 
^ue  aquella  Nación  no;  toleraba  el  menosprecio :  que  á  lo 
menos  no  debían  enviar  al  Duque  de  Alba  contra  ellos, 
pw^kiC. ya  se. q\^q§];»p,devla,  arrogancia.  Castellana,  y 
il  QuqiKe  p^§ip^  ^cir  el  mas  soberbio.  Nada  importó  al 
ánimo  del  B.cy.,  que  conocía  bien  jfomcntaha  la  envidia 
CíBas  voces  i  y  ya  bubiera  dado  anticipadamente  sus  ótde- 
»flS<)?ra.hi»ccr  cnti^^rs^.cxe'rfjitq  e^, Portugal,. si  no  cs- 
ycí^scre^idirlft  por  la.  ^lulzura.  Confirmó  está  resoludoa 
la:suini4on  yoloptaría  de  4s^?,  iCíu¿4<í«5  de.  Yclvcs  y 
O.liyenza ,  y  ^  noticia  de  que  los  Gobernadores  estaban 
n»9l con.  $1. Pueblo.  £1  resto  de  Portugal,  aunque  tcmc- 
tf^j4fi  l^jcp^ao^s  del  exc'rdto  y  flota»  no  podía  <»ii- 
íof.dwMf  agí^dojs  por  diversos'  n^ovimíeutos ,  querían 
mil  .co»as  dtff rt^ntes  ;^  <;oovenian  someterse  á  los  Espaóo* 
l4í ,  pero  no  buscaban  los  medios.  Todo  era  desorden. 
luuiuUo  y  confusión.  La  autoridad  de  los  Gobernadore» 
fU  débil,  el  Pueblo  isolo  los  conocía  p^ja  .q^garios  de 
foefi^^^  9  y  9ue  aegaUm  ooos ,.QBoc^a  oujos. 

El 


117. 
'^         El  Pueblo  y  y  los  mas  determinados  de  la  nobleza, 

'    querían  que  se  diese  la  corona  á  Don  Antonio ,  recono- 

u  clcndole  como  único  Prmcipe  de  la  sangre  Real ,  descen- 

i  diente  del  Rey  Don  Manuel «  digno  del  cetro  de  sus  an--  > 

:  tecesores  ,  y  que  se  procediese  coaio  reos  de  lesa  mages- 

:i  tad  contra  todos  los  que  no  qu^isicsen  conformarse :  in- 

\  citábales  á  este^designio  el  ñimoso  Padre  Fray  Pedro  de 

I  los  Angeles ,  que  con   la  apariencia  de  una  piedad  só« 

1/  lida,  y  modestia  pcrfeda ,  ocultaba  mucha  ambición*  Es- 

%  te  devoto  predicaba  á  ios  Portugueses  en  favor  de  Don 

¡r  Antonio ,  que  era  su  Ikay  legitimo  ,  verdadero  sucesor 

::  de  Don  Henrique ,  y  que  no  podian  sin  injusticia  recoip 

:   cocer  otro  Monarca» 

-  £1  Duque  de  0$una ,  y  Don  Christoval  de  Mora, 
i  que  veían  con  gran  sentimiento  estos  desordenes ,  no  ce* 

-  s^ban  de  acelerar  á  los  Gobernadores  á  determinarse; 
ofrecían  á  los  Grandes  y  á  los  plebeyos  dinero ,  empleos, 

¿   moderación  de  icnpuestos  ,  y  g;randes  privilegios ,  cuyas, 

,    expresiones  no  tuvieron  el  suceso  que  se  prometían; 

.^   porque  si  algunos  se  iixteresaron  por  5u  M. ,  otros  lo 

,2   Qiiraban  como,  efefto  de  su  debilidad ,  alentándolos  á 

^    publicar,  que  si  este  Príturipe  creía  sus  derechos  justos 

y  incontestables,  no  derramaría  con, tanta  prodlg;alidad 

sus  tesoros ,  gracias  y  privilegios  ^  para  hacerlos  valer. 

Sobre  este  juicio  resolvieron  tomar  las  armas  con  que 

hablan  triunfado  ,en  el  Oriente ,  y  algunas  veces  de  las 

fuerzas  de  Castilla ,  en  defensa  de  su  patria ,  y  poc, 

no  caer  en  la  dominación  de  gentes,  que  miraban  como 

WLS  enemigos*  No  se  oía  en  las  Ciudades  mas  que  el  so«* 

nido  de  las  trompetas,  y  el  ruido  de  los  tambores  :  vo« 

iaban  las  vanderas  de  todas  jpartes*  Todo  parecía  conspi- 

lacioQ  i  la  ruiha  de  los  Cascellatios.  Los  Gobernadores 

estaban  despreciados ,  y  el  Pueblo  ik)  obedecía  mas  ór-! 

•dcues  que  su  furor., 

>-••••  La 


La  noticia  de  la  rendición  de  Yel ves  y  OÍivenza ,  de 
que  por  Inteligencia  se  habia  apoderado  D.  Pedro  de  Ver 
lasco  y  no  desalentó  su  ordinaria  arrogancia  ,  y  para  sos- 
tener mejoi^  él  empeño ,  eligieron  al  Prior  Don  Antonio 
por  Generalísimo  I  con  los  pomposos  títulos  de  defensor 
de  la  Patria.  Miró  esta  nueva  dignidad  cGmo  escalón  pa- 
ra ascender  al  trono ,  á  cuya  cumbre  caminaban  sus  de- 
signios.  Hallábase  en  Santaren  /y  queriendo  empezar  las 
funciones  de  defensor  de  la  Patria  ,  quiso  poner  aquella 
Ciudad  en  estado  de  no  temer  los  esfuerzos  enemigos. 
Pasó  á  la  orilla  del  Tajo  con  designio  de  trazar  un  plan 
para  una  Ciudadela.  Estaba  acompañado  de  los  Obispos 
de  la  Guardia ,  y  de  Oporto ,  de  algunas  personas  de 
calidad  ,  y  un  gran  námeró  de  Pueblo,  qaando  Antonio 
Baracho  ,  de  oficio  Zapatero ,  viéndole  tan  bien  acoin^ 
panado ,  puesta  una  rodilla  eñ  la  tierra ,  le  besó  la  ma« 
no  ,  y  levantando  en  la  punta  de 4a  espada  un  pañue- 
lo, dixo  en  alta  voz:  Viva  Don  Antonio  Rey  de  Portu- 
gal. A  está  aclamación,  que  fue  como  señal  al  Pue- 
blo, aplaudic'ndolá  siguió  con  Voces  de  alborozo ,  repi-* 
tiendo  viva  Don  Antonio  nuestro  Rey  5  y  conducién- 
dole á.  la  Ciudad ,  fue  recibido  en  eila  como  tal ,  pasan-* 
do  á  la  Iglesia  mayor ,  donde  se  cantó  ti  Te  Úeum ,  y  ^^ 
allí  á  tas  casas  de  Ayuntamiento^  en  qtie  ios  Magistrados 
k juraron.  - 

Esté  Príncipe,  sirviéndose  de  su  buena  fortuna, 
corriendo  á  Lisboa  se  apoderó  declla ,  á  pesar  de  los  es- 
fu  tt¿os  de  Juan  Tdlo ,  uno  de  los  Gobernadores*,  q^^ 
con  poderes  de  los  otros  habia  quedado  én  esta  Ciudad' 
para  la  ocurrencia  de  los  negocios,  Vióse  precisado  á  if  ^ 
Sctubal  (acompañado  del  Obispo  de  Leyra,  del  ScnoC 
de  Cáíscaes ,  de  Martin  de  Cámara ,  Manuel  Tello  Bcr- 
reto,  Francisco  de  Menescs  y  Luis  Ceáar) ,  donde  resi- 
dían los  demás  Coberaadores  qué  le  recibieron  ¿tUiy  m^^ 

te- 


^5f 
teniéndote  ppf  autor  de  estos  desordenes, 

Don  Antonio  pasando  á  las  casas  de  Ayuntamiento, 

fue   proclamado  solemnemente  Rey  de  Portugal ,  y  de 

los  Algarbes.  Hizose  la  cavalgata  ordinaria,,  tremolando 

las  vanderas  con  aclamaciones  de  todo  el  Pueblo.  Fue  á 

...  ,        . 

alojarse  al  Palacio,  apoderóse  del  tesoro  Keal,  y  envió  al 
Conde  de  Vlmioso  a  la  frente  de  algunas  tropas ,  para 
hacerse  dueño  de  Setubal ,  y  de  las  personas  de  los  Go- 
bernadores, que  huyeron  con  bastante  trabajo  con  otros 
muchos  nobles  ,  excepto  el  Arzobispo  de  Lisboa  j  á 
quien  su  dignidad  defendía  de  qualquier  insulto.  £1  Du- 
que de  Braganza,  que  se  hallaba  en  esta  Ciudad  para 
acalorar  su  partido,  salió  de  ella  con  la  noticia  de  acer« 
carseel  Conde  $  sin  esperanza  de  verse  dueño  de  Portu- 
gal, envió  Diputados  á  Felipe  11.^  para  tratar  con  el  de  sus 
pretensiones ,  pero  las  condiciones  con  que  las  cedia  pa- 
recieron muy  duras  á  S.  M. ,  y  no  las  escuchó  5  antes  le 
hizo  amenazar  por  haberse  atrevido  á  pedir  socorros  á 
todos;  los  Principes  Christianos  contra  el ,  protestando 
le.  trataría  como  á  su  enemigo,  y  perturbador  de  la 
quietud  pública  ,  si  no  mudaba  de  conduda* 

La  nobleza  se  mantenía  indeterminable ,  no  sabia 
.que  partido  tomar:  el  Duque  de  Braganza  temeroso  aho* 
gaba  en  sí  su  sentimiento  s  Pelipe  no  era  amado.  Don 
Antonio  se  habla  ^traído  la  aversión  de  todos  los  Gran- 
des, con  aceptar  de  un  vil  populacho  la  corona,  y  el  títu* 
lo  de  Rey,  que  ninguna  cosa  le  hizo  mas  daño  que  aque- 
lla alta  dignidad ;  no  obstante  resolvió  mantenerse  en 
ella ,  apoderóse  de  varias  plazas  fuertes ,  compró  la  Ciu« 
dadela  deSangian  á  Tristande  Vega,  su  Gobernador,  y 
levaptó  tropas  para  contener  al  enemigo  durante  el  resto 
de  la  campaña,  persuadido  á  que  nunca  Felipe  sería  Rey 
.  de  Portugal,  ú  la  decisión  de  esta  diferencia podia  retar- 
^  darse  hasta*  el  siguiente  año  en  que  esperaba  los  socorrps 

que 


y 


lió 

que  Francia  y  Inglaterra  hablan  ofrecido.  £stas  razones 
obligaron  á  Felipe  á  la  guerra.  £1  Duque  entró  con  su  j 
cxcrcito  en  Portugal  5  experimentó  en  poco  tiempo  el  * 
odio  de  los  pay sanos,  y  para  no  perderlos,  escribió  á  ids 
Gobernadores ,  para  que  ordenasen  que  en  los  par ágcs 
indefensos  se  sometiesen  al  mas  fuerte ,  para  evitar  d 
castigo  á  que  les  expondría  su  temeridad.  . 

Las  Ciudades  de  Gampó-mayor  y  Portalegre  le  ^ 
abrieron  sus  puertas  á  la  primera  requisición.  Davita  se- 
guido de  500  caballos,  igual  número  de  infantería  ,  se 
apoderó  del  Castillo  de  Villaviciosá ,  cuyas  puertas  le 
fberon  abiertas  por  un  soldado  Castellano,  siempre  fiel  á 
su  Rey ,  áunqtíe  le  había  desterrado.  El  Duque  dexan- 
do  en  Ydves  á  Don  Pedro  Manrique  corl  dos  compañías 
de  infantería  ,  se  abanzó  á  ^stremóz ,  que  se  entregó  al 
otro  dia  por  lá  cobardía  de  su  Gobernador  Den  Juan-  de 
'Acevedó,  Almirante  de  Portugal,  que  después  de  haber 
respondido  con  arrogancia  al  trompeta  que  le  requíirió 
Uc  entregarse,  no  mantuvo  su  firmeza  sino  hasta  la  no* 
thc,  que  huyó  vergonzosamente,  y  anees  de  disparar  un 
solo  canon.  Este  Gobernador  habiendo  ^ido  preso ,  qui^ 
so  el  Duque  hacerle  cortar  la  cabeza ,  pero  atendiendo 
que  era  joven  de  20  anos,  se  contentó  de  arrestarle  sia 
decidir  de  su  suerte. 

£1  dia  siguiente  llegó  el  exercito  delante  de  Setubal,^ 
sin  haber  hecho  desde  su  entrada  en  el  reyno  de  Portu-i 
gal  el  menor  daño.  Su  arrivo  sorprehendió  á  los  que 
mandaban  la  guarnicionóle  esta  plaza ,  y  sin  respetar  los 
'  vasos  y  ornamentos  Sagrados ,  se  atraxeron  su  odio.  Los 
*  Gobernadores  de  Setubat,  pasan4o  el  Guadiana ,  se  retí* 
raron  á  Ay amonte  ,  y  no  creyéndose  seguros,  huye* 
ron  hasta  Castro-Marin  ,  en  cuya  plaza  declararon 
á  Felipe  11.^  único  sucesor  de  Don  Enrique.  Esta  de^ 
claracion  satisfizo  los  desees  de  S»  M. ,  persuadido  á  que 


I6i 

le  valdría  la  sumisión  del  reyno  entero,  y  que  no.de- 

blcodole  sino  á  los  mismos  Portugueses ,  sin  precisarle  á 

obligarlos  por  la  fuerza ,  le  motivó  .el  enviar  orden  al 

OÍ>ttque  de  Alva  ,  para  mantenerse  quieta,  delante  de 

^SctubaU    -       .  , 

£ste  prudente  Capitán  ,  sabio  en  todos  sus  proyec^ 
tos  9  le  representó  el  dsmo  que  se  seguía  de  la  s^spon* 
sioarde  los  progcúos  ,  pues  no  ignoraba  que.  ios  Porcu-* 
gaeaes  Indignados  coátralos  Gobernadores  ^.procorarlah 
hacer  inucU  esta  ideclaxacion  v  kaciendolc  xomprehen^i* 
dcr  y  que  si  no  era  sostenido  por  las  armas  (  no  tendría 
cfedo  >  peco  no  p^do  hacerle  mudar  de  resolución.  La 
decláracioA  á  favor  del  Rey  ^  fue  un  trueno^  para.  Doq 
.Antonio  s  mas  animado  este  de  unagrandeanrdefaimaá 
toda  prueba  i  lejos  de  sorpreheoderse^i  revocó  esta  sen- 
tencia por  un  edido  declarando  á  sus  autores  reos  4^  lesa 
Magestad»  Puesto  todo  su  cuidado  á  la  guerra,  y  levada 
tó  tropas ,  confitió  su  mando  á  Don  Diego  de  Aí^eneses^ 
el  mas  hábil  Capitán  que  habla  entonces*  eurPortúgali 
pero  como  no  tenia  dinero  i^  y  no  le  ^rmiti^  el  estado 
de  los  negocios  imponer  tributos ,  recurrió  al  arbi^io 
de  conceder  privilegios  á  muchos  nuevos  Chris^anos^ 
agregándolosilaócdcitdeChristo,  de  que  sácQ^ue4 
vsas '  sumas  ^  y  se  atraxo  por  este  m^dio  Ja  indignación  dé 
;tódos  los  caballeros  de  esta  Orden.      ; 

Mucha.parre  de  ios  nobles  estaban  ganados  ya  pac 
Sk.  h/L  f  ecooociendo  ia  justicia  de  su  causa.  Ottos  aguac-^ 
•d;Ü3aii44cclarime5  qu^uado^viesen  queia^fórtuíiaL'^ 
pcotogk»  Doo :  Amonio /ai^iiqtie  de  natural  rbtíiigna  y 
afeble  f  «cpid^á  nn.dcctctO' sangriento  contra  toáqsrioi 
nobles  >  empeñados  én  los  interés^  de  sú  enemigos  xu^ 
ypaqdodeobratt  obügó,á:Feli|«í  á:qitojkiudaDdosu» 
ideaá4m36¿tí^ijcn¥¡ak.ói)fen  al^Dt^iACviPoa^ntr^  (^^ 
•    :T¿pt.XIL  '      X  fl^c 


que  le  habla  dada dias  antes.  £1  que  no  tsperába  otra 
cosa  j  requirió  inmediatamente  á  la  Ciudad  deSetubal  se 
nodiése  sin  expcttierse  á  los  rigores  de  la.guexra« 

Francisco.  Mascaieña  su  Gobernadpr^  y  iDi^oBptey:* 
ro^  Comandante^liabiendo  tenido  consejo  sobre  su  intea- 
ciouy  en  la  certeza  de  que  la  guarnición  j  y  cladadanos, 
nales  permitirían  capitular  %  de^idi^ido  al  trompeta  sin 
respuesta ,  resolvieron  oó  defenderse  sino  en  aparieociai 
dexando  su;  guardia  los  puestos.  £1  Duque  avisado  de  ello 
hizo  dar  el  asalto :  la  Ciudad  fue  tomada ,  y  Mqueada» 
Mascareña  y  Botsyro  tuvieron  el  permiso  de  retirarse^ 
LDs.soldados. quedaron  desarmados  ^  y  apescibidos  coa 
pena  deia  vida , no  volviesen  ¿  tomarlas  contra  el  Bxy« 
Tomada  esta  Ciudad  seJiizo  sitiar  una  Torre  >  que  .el 
Tajoixacia.iflacce$iblc,  escarpada  al  inedlodia^yal  septen- 
trión V  laqual  solo  podía  ser  acometida  por  la  parte  del 
OcieiitQ  y  Y  esto  por  sendas  escabrosas ,  abiertas  eo  mjcdío 
4e  las:.pénás  py  )áras  deque  abunda  d  país«  ]£sta^  Torre 
úa  iacoíntsastabk  por  su  natur^eza^,  si  el: miedo  no  se 
UuAiiaa:' apoderado  de. los  Comandantes :  no  obstan tp 
respondieron  coualtanetía  á  la  requiricion  que  s6  les 
^isa  V  ptto  habiéndose '  apoderado  Próspero  Colona  de 
itiüi^ar  dd  jnpnte ,  .pidieroA  capitulación.  Cooced^óselcs 
1¿  deisali^;coai armas,  y  vssigage^  y  que.  no  fuedeLgusto 
del  Duque ,  porque  los  qütfria  á  jdiscKcion ,  y  sbio  las 
atqndenes.á  Colona  leimpidiccoBiXooiper^a  capitulación. 
:.»:.:|ia  4maá  detesta  Torré  le ¿hizovxlueñoikl. puerto, 
i^ucí  iadlítóilá  joqirada  a  lacárnsula  Española  ^  .que>  mañ^» 
i^abajifidn  ! Alvaro. £azani y. MatqiEe&^deóSánta  Cnu;, 
wlmpiiicsta  de  treinta  y  seis  Galeras ,'  y  cpiá^oau  y  tres 
•navios, de :alte  lK>rdo^n:qu¿  Uevaba  los  regimientos  de 
Don;  fxandsco  :de  Va^sncia .,  ptm  Rodrigo  Zápafa^  y 
Oob  Maxtincde J^^té.  Salridaiailiioticia  del  sitio. de 
^Líj  ^k  I»  .  '  /Se* 


iSettt&t  eft'  Lisboa ,  iqott  gratisentimúento  de  Doa  An- 

-toniO|  «avió  para  socorrerla  al  Con4c'de  Viiraosoí 

CottdcstablcAc  Portugal.  £i  airdor  del  putbto  daest^  ex-; 

jpediciori-ftie  admirante :  gentes  df  todas  edados' yosexás^; 

acudieiioo  ^este^soeofro,  simcscusársejlosl  religiosos^  que: 

movidos,  del  odio  coptra  los  Castellanos  topiabá^i  iás  ar< 

mascongttscq.  •      -     i  .    .  -^^t  "i  i.     i  .    > 

Fae  inútil  este  socorro,,  pues  antes^ queoHegase  ^  es^ 

tabaxooqUiscado'SetubalrEstc  goIpc<iiizo  uha  impresión 

tan  grande  eá  el  corazón  de  Don  Antonia^  (fcíe^  no  ia 

hubiera  sido  fácil  .desembarazarse  det  susto  j  |i  el  Cbn^; 

destable^  y  el  Obispó  de  la  Goardia,:'nb  acudiesen  k 

sacarle  de  este  letargo  por js9s  representacioíaes.  ¿  Deque 

procede  t  i declaa^-esta  pusilanimidad ,  y-esta iocoiístan* 

cia?:¿pealeb  ta  esperanza  antes  úd:  combate?  ^iva ;.ea 

vos  aquella  grandeza  de  aioáa  ^  que: os  atiirbaba  q'uqni!í 

do    06  reconocieron  poír  Rey  ,  que:OÍ  :és  tan  natU'4 

ral  ,  y  que  nos  hace   reconocer  en  vuestra  persona 

un  pimpolto  del  grande  Don  Manuel :  no  tenéis?  tani» 

to  motivo  de;  temer  y/que  por  mas  hábü .  que  iSea^  el 

Duque  de  Al  va  ,  no  es  mas  de  un  hombre  postrado 

de  años  y  enfermedades ,  que:  no  puede  tenerse  á  ca« 

bailo*  .        ■...?.().  .    ,  ., : 

-      Ha  vencidé  los  Alemaneiy.IosL  Flamencos ;  nada  €t 

Mtsaíotdínaria ,,  oíandaba  dd  exctclte  que  habla  fotáia^ 

do  Carlos  V.^^  4  quien  acompañaba  la  fortuna :  ho^eé 

así  el  que  mapda  ^  está  compuesto  de  toldados  visofios! 

^4¿  sé  debe  csperac délos Bonugueses,  «tos  vencsdoret 

dct  pelease;,  iy  tantas  veces  ;ttuin&ntts.  de  lásifuerzas 

Castcikmas  i  á>cuyo  valor  no ,  cexiop  ?  £s^ead  et  süccxio 

de  la  batalla  de  Aljubarrota ,  que  aunqub  aquí  1«  pct^ 

deis ,  mejor  es  ^aventurarla  con  la  vida  ^  que  perder  la 

libertad' ^  qdc^pcdei0esppra]::d€JFélipe>.todopsloproa 

iaese  vy¿nadaóos.dai[á<Seseii*bie¿upnBSiq  vidfaoDfeóde^d 

:\  Xa  po- 


1*4 

política  shttácsL  se  alifara  padfícorposerSot  de  l^ortuga 

Qiientras  viváis  -,  y  quándo  conita  vuestra  vida  nocons^ 
pirs  ^^os  hará  perderla  en  una  honorosa.  ptision  :  basta 
pasa  x:oti venceros  y  tengáis  presente  que  Fernando  el  Ca« 
tolka'fiiütó  ¿Ja  palabra  que  dio  á  Fadrique  Rey  de 
Kapoitsí  sa  próximo  pariente  >f  y  para  gozar  con  tcan* 
quilidad  el  reyno  que  le  habia  usurpado  y  ie  tuvo  ea 
doro  cautiverio  el  resto  de  sus  deas, 
i ..  Esperad  lo  mismo  de  Felipes  su  política  es  in?a« 
tiáble  f^  temed  sus  b¿llas  promesas  i  preferid  la  muerte^ 
óf  er  destierro  y  á  ima  paz  vergonzosa ,  y  no  segura.  Esta 
yiva  representación  imprimió  en  el  corazón  de  Don  An« 
tonio  la  resolución  de  morir,  ó  vencen 
*  ;  Esperaba  conseguir  lo  último ,  ó  á  lo  menos,  dilatai 
la^guerra  ,:quaado  supo  el  arribo  del  Cardenal  Riario, 
á  quien  el  Papa  Gregorio  XUU^  enviaba  á  España  coa 
plena  autoridad  para  conocer  ,  y  concordar  esta  dife- 
iencia«  Mas  receloso  Felipe  de  que  tuviese  intenciones 
contrairias  á  sus:  iutereks,  y  que  se  opusiese  á  la  conquista 
Ais  Portugal,  como  se  esparcieron  voces, le  prohibió  la  e» 
i:riadaeaei  reyno.  ^ 

-.  ILarproximidád  de  este  a[rri{x)  del  Legado  inquietó  á 
Felipe ,  quien  expidió  sus  órdenes  al  Duque ,  que  sia 
tardanza  seapodeidáie'dcOiscacs:  ixuyá  Ciudad ,  distin- 
guida htíy.cón  ei  título  de  Marqfuesado  ,^ki  situada  soif 
bro:lo:alto  de'uná  peSá  ,  que.domina  parte  del  golfo  db 
Sinf  ta;  Antoüi0  de  Castro ,  señoree  psta.plaza,  que  ha* 
biaotomado  elipa|:tído.dc:C^tiiJk'^xit0>d  ^ao  al  Duque 
cmriina.«d¿sotipcifm'ei8áaadcn  sitia  £1  Hoque  patH 
akcinatá  lQ»'Po&ágtii8es,«mbarco<su  aétfkotíXk  ade^ 
man  de  Uevarle-á  Santai^n^ 

'  -  Temiendo  Don  Antonio  \á  pendida  de  esta  plata, 
toyi<i t  cc^as  á.eila*  £1  Diíqueiqi^  afiíi  kk^ba  otea  cosa» 
hizotr^afcMr.l«  proa  acia  C^cacü,  y.teiió.  ei  ancosa;^ 
-  f  j  '      í  .  pie 


155 
pie  de  la  montaña.  Aunque  pl  terjreno  era  incomodo^ 

y  el  camino  que  conducia  á  la  plaza  dificultoso  ^  hizo 
poner  en  tierra  algunos  soldados  ,  y  el  mismo  los  siguió 
aÜQ  antes  que  hubiesen  tenido  lugar  de  formatse  én  ba- 
talla :  no  obstante  estaban  ya  dispuestos  en  triangulo^ 
observando  el  orden  que  les  habia  dado. 

TJn  viejo  oficial,  que  le  habia  seguido  en  las.  guer- 

xas  de  Alemania  y  Flandes  ,   le  dijco  con  gracia  al  ba« 

xar  de  su  chalupa:  sea  en  hora  buena ,  señor ,  me  alegro 

inñnito  de  veros  vuelto  de  veinte  y  cinco  años  y  poc'que 

este  desembarazo  no  es^de  mas.  Decidme  de  buena  fe  sí 

esta  baxada  hubiera  sido  del  gusto  de  aquel  sabio  Fa<« 

vio  y  qui.Jtantas  veces  venció  á  ios  Alemanes  y  y  los  pue* 

blbs  de  Flandes  y  sin  echar  mano  á  la  espada ,  y  si  esta 

acción  no  es  de  t|n  hombre  mozo.  £L  Duque  celebrando 

la  jocosidad  de  este  oficial  y  le  respopdió  :  amigo  >  te^ 

ciamos. en  Flañdes,  y  en  .Alemania  enemigos  ten^ble^ 

y  se  debia  con  ellos  estudiar  el  tiempo  y  y  W  ac^ioness 

¿pero  que  debejsios  tem¿x  aquí?  Los  Generales  que  tcne« 

mos  contra  nosotros^  apenas  saben  disponer  sus  tropas| 

¿cómo  pueden  aprovecharse  de  una  ocurrencia  feliz? Fot 

lo  mismo  y  amigo  querido ,  se  debe  dar  alguna  cosa  á  la 

fortuna ,  quando  se  conoce  no  haber  riesgo. 

Tomó  tierra  .^  hizo  un  grueso  bauTlon  de  .los  qué 
ya  estaban  allí»  marchó  con  vigor  á  los  PortuguescS|X)ué 
¿uyeron,  y  hubieran  sido  batidos  ^  ii  Don  Diego  de  Me-» 
ne$c^  no  ^hubiese  tenido  la  precaución  de  «re  tirarse '  con 
tiempo^  y  en  buen  orden  á  la  .plaza  y^  donde  pracurió 
ammailos  por  sus  discursos  $  ysaUeado  para  cargar  sobre 
los  Castidlaoos»  que  subian  con  trabajo-» aunque  mánifes* 
«abanintiqpidez^  no  tuvieron  ánimo  de  aguardar,  el  dis* 
paro  de  un  solo  mosquetaVueltos  y  encerrólos  en  su  for- 
taleza^OKiaiiafjíogaacihnativa  respondieron  áescopccazos 
al titímfittsíyscMíipíc to;hiz¡o ^ rckiúerir  elDu^^ie se cin* 


i66 

diesen  j  no  obstante  al  otro  dia  fueron  forzados  y  y  en- 
traron los  Españoles  por  la  brecha  que  dos  cañones  de 
campaña  colocados  en  un  alto  hablan  hecho, 

Don  Luis  Ehrique,  nieto  del  Almirante  entró  en 
Cascaes  espada  en  mano..  £1  Duque  perdonó  la  vida  ¿ 
los  soldados  Portugueses ,  y  mandó  cortar  la  cabeza  i 
•Don  Diego  de  Meneses ,  Capitán  General  de  Don  An* 
conioC  dicese  que  habiendo  venido  este  pocos  diasan* 
ees  á  Cascaes ,  jpaxz  tratar  de  los  negociaos  con  Meocses, 
acabado  de  comer  se  quedó  dormido  en  la  silla  ^  y  ^* 
imirada  de  su  sosiego  la  muger  de  Don  Diego  ,  ilamao» 
dó.á  su  marido^  y  enseñándosele  I  ledixo,  mirad  bien 
porque  hqmbre  os  perdéis )•  Mandó  también aisniKar  al 
capitán  Pereira ,  y  otros  cabos ,  cuya  severidad  fa¿ 
funesta  á  los  mercaderes  EspaSoles,  que  hacian  su  co* 
mercio  en  Lisboa ,  y  mirándolos  como  traidores ,  y  es* 
pias )  fueren  muertos  algunos ,  y  saqueadas  las  casas  de 
otros  I  escendióndpse  aún  la  persecución  sobre  muchos 
Portugueses  de  la  primera  distinción ,  acusados,  de  in' 
celígencia  con  los  enemigos;  £1  mas  considerable  éao  Don 
Jorge  de  Mascareñas ,  grande  Almirapte  del  rqyno  9  i 
quien  se  puso  en  prisión. 

Con  la  noticia,  de  qác  el  Duque  seencjiminaba  i 
Lifboa,  determinó  Don  Antonio  salir  i»  recibftrld  con 
diez  nül  hombret;  mas  coqio  el  calor  era  excesivo,  y  ^ 
soldados,  tasl  todos  dadadaftós^  Lisboa,  pocp.acostiu* 
brados tila  fisitigai'de la  guerra  ,  no  llevando . provisión 
alguna'^  el  calor  ^chattibre  i/ised  les  lucieron  prcscoi  tipN 
yetftá  stts'^asBS]  Doii  A^xo^o  dckfspazáq  dt  vásc 
abandonar  tanvergbnzosamenti  ,' ^i|iso<  cohibatir  al 
Duque  con  solos  nül  y  quinientos  hon^bres  q«e  le  qoe* 
daban,  resuelto  i  buscar  tma /honrqsa  muccte  en  medio 
dr.sus  enemigos;  iOosc^  mocho  idlhñcsttoaodnjdc^dk' 
táiaen  ^  )i^  v6Ivlenda  á(  iai  Qiiiidfaid.Ie  osriWorpn^^ffihabU 
•  /  íj  tan- 


157 
tantes  con  tantas  aclamaciones  y  alegría  ^  como  si  hubie- 
se ganado  la  mayor  vlAoria. 

'  Doeno  el  Duque  de  Cascaes  ^  puso  sitio  al  fuerte  de 
san  Julián.  Hizo  entrar  su  flota  en  el  Tajo  ^  y  ievantai: 
sobre  los  puentes  algunas  pieaas  de  canon  ,  que  báciaa 
con  furia  este  fuerte ,  n^ientras  con  ouas  Veinte  piezas^ 
puestas  en  batería  sobre  una  altura  Vecina  ^  hacia  mas 
xuidoque  efedo,  siendo  la  plaza  muy  buens^  Don  An<*- 
tonio  que  observaba  los  movimientos  de  }os  enemigos 
de  encima  de  algunos  collados ,  se  alegraba  en  extreino 
se  empeñaisen  en  una  plaza ,  que  no  hada  dificulud  les 
detuviese  el  resto  de  la  campaña  i  pero  se  engañó.  Na 
se  creyeron  con  seguridad  sus  gentes  ^  yunque  en  una 
plaza  inconquistable. 

La  toma  de  este  fuerte  atemorizó  á  los  principales 
de  Lisboa.  Juntáronse  en  la  casa  de  Ayuntamiento,  y  re- 
presentaron á  Don  Antonio ,  que  pues  no  se  hallaban 
con  bastantes  fuerzas  para  rechazar  á  los  enemigos ,  con- 
venia discurrir  con  tiempo  el  pnodo  de  entregarse ,  pil¿6 
<no  queriendo  probar  la  suerte  de  Caicaes  y  solo  ^spera^ 
ban  su  respuesta ,  para  enviar  Diputados  al  campo  Cas- 
tellano. Este  Príncipe  manifestando  mucha  intrepidez  en 
esta  ocasión ,  aseguró  á  los  ciudadanos  ^  que  por  poco 
que  fuese  sostenido ,  harta  retirar  á  los  enemigos,   y 
echarlos  de  todos  sus  estados  )^  y  que  luego  qué  el  dia 
4  de  Agosto  j  funesto  por  la  derrota  del  Rey  Don  Scj^ 
bastian,  fuese  pasado ,  iria  á  atacar  .á  ios  CastellanoSi 
aunque  fuese  en  sus  trinchetas*  Hiso  lo  que  pudó  pata 
ponotse  en  estado  de  mantener  ra  p^üabra  v  Y  juiúando 
dinero  9  i  levantó  nuevias  tr<^>as ,' mandó  ^eexercltasen  las 
que  estabatl^ya  en  pie  ^  ¿hizo  reparar  las  fortalezas  de 
la  Ciudad*  Ckupabase  en  estos  cuidados  ^  quando  Don 
Diéga  de  Cárcamo ,  ilustre  por  su  mentó,  naeimiento 
e  integridad  /í^vmo  de  los  primeros  Geatiles^hombres  de 


15? 

Cámara  de  íos  difuntos  Reyes ,  le  represento  debía  pea- 
sar  con  seriedad  en  la  paz.  Que  era  de  presumir  que  se- 
úa,  deshecho ,  prisionero  ó  forzado  á  pasar  el  resto  de  sus 
diasen  un  descierro  :  que  para  precaver  estas,  desgracias^ 
debia  intentar  un  acomodamiento  .  mientras  se  hallaba 
en .  estadú  de  hacerse  temer ,  asegurándole  obtendría 
condiciones  ventajosas  para  vivir  agradablemente ,  y  coa 
<xplendor  ^  y  que  el  se  encargaría  con  gusto  de  aquella 
negociación,  cuyo  éxito  le  parecía  tan  seguro  ,  qaanto 
sabia  de  buena  parte  ,  que.  el  Duque  tenia  orden  de  ha- 
cer  la  paz ,  en  caso  de  proporcionarse  ocasión  favorabía 
Concluyó  con  insinuarle  >  que  sus  tropas  no.  eran  nada 
comparables  á  las  de  f  elipe  ,  ya  reconocido  por  una 
parte  de  los  Portugueses ,  y  que  bien  lexos  de  que  cstz 
paz  disminuyese  su  gloria  de  no  diferir  á  ella ,  todo  el 
universo  lo  acusarla  de  imprudente ,  y  temerario  |  si  ar-i 
rie^ba en  una batallasu libertad  y  esperanza* 

Persuadido  D.  Antonio  de  la  eficacia  del  discurso  de 
Don  Diego,  abrazándole,  le  despachó  al  Duque  con  una 
carta ,  en  que  le  decia  quería  servirse  de  su  mediación, 
para  obtener  de  Felipe  una  paz,  que  en  el  estado  en  que 
se  hallaban  las  cosas ,  no  podría  menos  que  ser  muy 
ventajosa  á  S.  M«  Católica ,  no  siendo  aún  de  despre? 
ciar  los  Portugueses  :  que  mas  valia  diesen  la  aorona 
ellos  mismos  ^  qué  violentos  de  sus  propias  fuerzas;  por^^ 
que  estos  pueblos  naturalmente  soberbios ,  no  dexariao 
con  el  tiempo  de  rebelarse  contra  un  vencedor^  que  mira«< 
tía t)  siempre  como  su:  iiraaa  . 

£1  Duquf:  4r  respondió  inmediatamente :  tratóle  con 
mucho  respeto ,  prometióle  escribir  al  Key  ,  y  1^  zsega^ 
tó  que  no  tendria4nottvo.de  qvqqrse  de  haberle  escogi- 
do por  su  mediador.  Aunque  esta  carta  era  ixuicebida  en 
términos  muy  cortesanos  ,  no  podO;  Don  Antonio  disi- 
mular  su  colera  ,  .viendo  tratarse  eh  cUade  sc&oria^  He- 


á3ZQS  como  IñfatiotíL  á  su  estado  iprocescaada  que  pa> 
deria  U,  vida  prioicro  que  exponerse  i  la  acrog^ncu  dp 
una  Naciott  I  qtt&fAitabjk  á  la.  GA£r0$poQden{;|a  debida  k 
las  petsbtias  dittioguidas  y  de-  excelpiw:i;i«  HUusoU.  ped^ 
zos>  pues  por  sus  inérveos  estaba  segiirq^  que  i^laf)-^ 
eras  hubiese  Portugueses,  verterían  primero  iiasta  la  Úi^ 
tima  gota  de  sangre  ^  que  sufrir  el  desprecio  de  la  aOLm 
gesrad  de; sus  Reyes.. 

,.  £i  Duque  procuró  siisegar  ie^te  iPrín$r¡pi;  coaexpMj 
siones  suaves  y  cartas  urbanas;  pero  todo  fue^niitil  Kc^ 
pendió  á  los  que  las  hablan  entregado;  decid  de  mi  parte 
al  Duque  de  Alba»  que  los  Keyes  son  siempre  Reyes  en 
qualquiei  estado  i  que  la  fortuna  los  reduzca ,  y  que  los 
iDuque^  en  su  mayor  elevación  no  son  mas  que  servido- 
«es  y  vasaUos  de  los  Reyes :  que  las  vídorias  penden  de 
solo  Dios,  y  no  de  la  habilidad  de  los  hombres :  que  soy 
Rey  9  y  que  quiero  vencer ,  ó  morir  Rey  ;  que  es  de  la 
obligación  de  los  de  mi  cargo  exponerse  á  todos  los  rigo- 
>res.,  y  perderla  vida  por  la  libertad  de  sus  vasallos:  qup 
conservando  mi  corona,  asegurare  á  mis  Pueblos,  y  que 
solo  la  dexarc  con  la  vida. 

£1  procedimiento  del  Duque  no  fue  aprobado  4c  to^ 
'dos.  Los  que  miraban  las  cosas  por  lo  exterior  >  dei;iaft 
quesedbbia  tratar  á  Don  Atitoolode  otro;  modo  i  y  aún 
se  pretende  que  el  Rey  no  lo  tuvo  á  bien»  pej:o.:€oda'(a 
gente  que  discurría  mejor  ,  dixo  ^,  que  no  podía  darle 
otro  tratamiento  9  ni  títulos  sin  reconocerle  ppr  Rey¿ 
{K>rqtte  die  otra  suerv  era  confesa;  la  ipjuscji^ia  coi)  jqu^ 
se  le  hacia  la  gu^rr»,  lo  que  se:«yitabar  por  elf9C|dio  pru- 
dente de  no  atribuirle  mas  títuJlo  que  el  que  g^z^ba  (  es 
á  saber  ^  de  señoría,}  antes.de  su  elevación.  Rompl4ss  las 
negociaciones  9  no  se  oc.up9;el:  Duque  en  otra  C04»  1  qu^ 
en  la.  toma  del  fOfincát  san  r  Julián.  Hiíto  tc^nw^  á  s)» 

:jr.^   v/f  ir  Gom 


-péña'iié  esperar  un  tratamienta  rigurósüi  Este  Goberna:- 
'dor ,  que  no  contaba  macho  sobre  ia  segiiru£ad  dé  la  pía- 
katj  aunque  »uy  foeste /viendo  endeble*  el  partido  de 
]>on  Antoblo  V  trat^  de  pcocuratse 'Una  capitulación 
iri¿nfojos!a«9  sirviéndose  para  ella  de^^u  «uger ,  que  iubia 
'entrado  en  el  Castillo  para  sacar  á  su  hija.  Esta  informó 
^l  Duque ,  que  si  quería  enviar  rehenes  á  su  marido , 
vendría  á  tratar  con  el  de  la  rendidon  de  la  fortaleza  ^  y^ 
-Consintiendo  en  ello ,  le  ofreció  Tristau  al  Duque  CQr 
'tregarl^  la'  pla^  ^  si  S.  M.  quería  darle  4®  pesos  de 
pensión  que  Don  Antonio  le  había  prometida  £1  Du- 
que le  respondió ,  que  solo  k  concedia  salir  con  armas 
y  vagages  5  capitulación  honrosa  para  un  hombre  que 
había  maltratado  su  trompeta  enviado  á  este  fin  ^  y  con«» 
'fesahdo  que  el  miedo  de  un  trato  igual  al  que  su  com-* 
pañero  habla  tenido  de  Cascaes  1  le  habia  impedido  exe* 
cütar  la  orden ,  que  se  le  habia  dado  ,  de  cuyo  embuste 
Irritado  «1  Duque  ,  hizo  ajusticiar  á  este  infelus ,  para 
-cxemplo  de  otros ,  y  evitar  que  por  semejantes  engaños 
-se  causase  la  perdición  de  muchos  hombres  5  y  al  Go- 
bernador  le  concedió  lo  que  pedia ,  y  salió  de  la  plaza 
tótt  todas  las  señales  de  honor  que  se  concede  i  los  que 
te  defienden  con  tesón. 

La  rendición  de  este  Castillo  causó  la  perdida  de 
Campo*seco ;  Pedro  Bobpa  su  Gobernador  le  abandonó^ 
^  se  retiró  á  Lisboa  con  toda  su  guarnición.  Por  la  to- 
ma de  estos  dos  fuertes  quedó  dueño  el  Duque  de  las 
íímboíraduras  del'Tajo  ^  donde  entrando  su  flora ,'  se  pu- 
lso á  cubídtto  dcbaxo  de  ellos,  sin  quedarla  que  temer  de 
los  esfuéiraos  de  los  enemigos  ,  ni  tempestades ,  hallan- 
tlose  muy  á  lo  largo,  y  teniendo  el  jio  en  aquel  parage 
ci^rca  de  dos  leguas  de  ancho.  Hinguná  de  estas  perdí* 
das  2  flito^ue  grandes  ^  hisío^ptrder  ti  ánimo  á  Don  Aa«« 


-tonÍQfcS^^K^  Sfrdex^s&lkyu^.4e  U.-gc^^deza^e  sii  y^i^ 
-  lor ,  Q  94  dcsigf^ia )  nq  quisa. pír  propp;5icf(v»¿s  4c  pjiy^ 

:  Frayles  de  es|^  gcaii  .Qadad..  No  es  pondecable  luu>^ 
donde  pl  a^o.dc  estas  gieaces,  los  ll^vó.  Cccdulos  eá  pee*! 
4eclo  |tO(k>»  al.y^üjip  49<H^P?4ps¡  de  Cas^UJ^^  inspi^ab^ 

■  AXoA pullos «i^$!^35WM>nc?  la.^Yecsi/oii,á  losCa?^^ 
nos :,  ios/iolfQOs  :Pfc4i6^dpje6>iWf !;a^{^  ja  flropa  ^  cjs^'* 
prender  toda  :toini8ildai|  priiDcco^ucc^4^.4e..siiaa^a4>i 

■  libertad»  •.  .     .'•..,  .,    :..■..-, 

;  D/0a  A«0«ía^«aU?iMb)K4eia.  ípftdí^  i  ^Ifwatíi  d^ 
.  alguoastmUoN,!  (j¡9A^i^^2'^^^(^:(úl^paast<^ti4  de 
:  Beleq,  |ilaU»^s^  m<W¡t^Cfl  ipii  ^ticapi  dpspfden^^l^a 
:  guacdi««,ja(EÍ|ichi;c^enpG«i:a|  plaz^  4^  ^aia9.  Todo 

■  ac  hallaba «Oid^nfosion».  qaando Sfocicia,4^ÍQS,^rsínas» 
-ífíaÍjgil|ófQ:RjjiBanft,,;y  yjlgsosq  pj^fiaí,  aBC^foJi  ^o 

4e  señalatse ,  llegó  á  aquel  .?.x5'i^^9i,l¿sH!«;P^fll?  <í*l9J?f' 

••tonr»:!a<J!DBWltt^jíí  l?op,^íit90Í9j^Íic^  .^Q.aqi^fil  puesto 

.^t.qvcacasip^.  sobren  una  Colina^  que  ^Qoúaabav^el 

(  fuente  de  Alicántara.  Quecia  atrinchecafse.aíí^'^^géjco^ 

i  Jk>iínpÍdi4Í¿?W/:«!íWaicJC9pdc  d^,YWi9f9dg9^flP- 

,  do^que^;l§6?jqr|;ugwí¥^,/BO:.i»pffi!^tah(a9^d^  ftyas^f/:]^^^- 

,  £1  Duque»  habiendo  4^xzá^_  guarniciopes  en  jfos 

.  Castillos  I  vloQ  á  a(p9$tacse  á. la  Abadía  4e  ^elen. 

„. '  .c  Allí  Jbi?«  pftbUcaí;U{»^jd(C|cJsitaci(?p.,d^|  ferf-Q  S^ 

.&)-H,j:ffl*JÍ*  i$p4w.jais  ^ottu^guj^^.v  pcrd^a;t|a  ^  jos 

qw  hüÍJlai)  tpmad9.45Mf,a|:pa§  cpntrs^.  fj^  y'qjii^esp^.  ¿p- 

Esta  declasacioni tuvo  ^(e&o ;  la  g^acnic/^  dq  aque- 
,  ai4.Aiíad>a^yijPJÍ;¿ífjc.9d¡fifa4o59l?«p.,d  clí»  ^¡riftdle- 

cu  Y»         ^       '  8© 


¥7*    .      . 

'^ió  i^acainpat  a  la  vlsti  de  los  enemiga,  S-4[iiSinaí¿epa« 
*fabá  el  arroyo  de  Alcántara  V  cuyas  orillas  altas  y  es* 
^icárpadás 'strirSán  dt  foso  al  tattapo"  át  ios  Focttfguésos. 
^Advert]:da  por  el  ^Dúqte  su  sStuaciofi  «^  tuvb  por  convc- 
'niente  no  darles  lugar  de  atrincherarse  i  receloso  de  que 
*las  providencias  d¿  Síorcia  prevaleciesen.  £1  dia  de  sao 
''Bárcolotaé rdconoéióel'terfeno de ks eércaníasi  y obscr- 
*Srando  cüri  ¿U^Iosidad  la  pojéilbü'de  los^eifiemigoSiSfr  ase¿ 
í^rb  de  habbilos'  cahsádt>  dé  léÁiporizaf  tetca  de  diez 
Sias;'  ^'resblvíé -aty¿arft>s ,  y.  no  hablar  mas  de  la  paz: 
erdenó.al  Marques  de  santa  Cruz  disparar  sobre  d  eoo* 
^jKnigd^iai  señas  éiif'q^é estaban  cóovtoidés  4e  daría:  bi^ 
^¿<y  ¿Itviir  una  bktSfia  q^^^  di  cámi^  enemigo:  eti- 

''Vió''i!ri(%os(|ua!cr^^^  tropas  de  la  dota: 

^  Í£^  4^^^  ^^  4^^  descánsase  el  exercico »  dejando  oa 
^^i^uenonamero 'de  soldados  sobre  las  armas »  para  qOQ 
"^  sna  A  teniendo  á  lósenbmigds  éñ  ¿OBtinna  acción  ^  se  hk^ 
"iíasen  feH^idWll^^íftfóm-  :  -  •  '-       .  ^   *  -  -    . . 
f     'Tdmklas  '«sta^  t^fcaudódes  V  ^  ^lMknllo  4os  Ofi- 
'cicles  <y¿i¿  estaban  á  lá  ñfeñte  de  sas  cuér^^;  les  hiao  el 
^  discürsd'i^güieúteryálerosas  Nadotates'i  cuya  disciplina 
*'  heroycáos'hace  invencibles^'  y-ias^httSá&iskibradas  eo  íil 
^ÍÍctí¿ticli'éH  Túnez  y  Akmataftiv  iMUtf'^^áe^^  y  Rin- 
des  I  tienen  al  mundo  no  menos  admiridk>'<)tfe  feQ>er(Kk>: 
^^lioy  se  ofrece  una  ocasión  tan  gloriosa  á  nuestro  nom* 
bre ,  como  útílal  Rey ,  que  ós  ha  Megido  para  execiuAc 
^Hk  Sentencia  que láTUSticiá pronünciéetk favor  do S.  M. 
^'los  enemigos  c(ue  vdsV  y  cotf  quleÉí¿¿  hábbiS'd^'CoiSi- 
"^bathr ,-  ú^  b¿  éspdan ',  no  es  la  gente  *  rioWe  del  re^ no  de 
Portugal ,  sino  la  hez  de  el ,  ni  los  sucesores  de  aquellos 
*  ilustres  Lusitanos,  que  en  todo' el< Üiundo ,  y  cbntra  to- 
adas lá$  Naciones  de  ci  fueron  fórmidablos  y  lemiMcsf 
:^^fé&ioi'^\te  jirécfedeh^e  esco9>  «ecáolíciKiMto  ^ Ittgiti* 

'^  '      '   '  ma 


^mb  ICey ,  estSo^eft  imeM^  compftSia  no  menos  valeroso» 
.  que  ñcksi  los  deoKis ,  (^íiinid06  del  tirano,  no  se  atte^ 
yen  á  salit  de  Ws  ¿asas*  .  í 

£1  nómero;de  lús  que  compotien  elexerdto  enemiga 
es  gecuevisoña  ,  mal'  conducida ,  ineptos  para  la  obra 
que  quieren,  emprender.  Si  algunos  nobles  aumentan  <el 
número  de  este  vulgo,  es  bien  poco*  Aunque  su  yetro.es 
sin  disculpa  y  se  tts  debe  mirar  como  infelices,  y  no  como 
fei>el4es.  ^ 

Las  armas  que  en  el  ocio  de  la  paz  usan  contra  las  fieras 

en  ebmonte,  traen  contra  vuestras  picas  y  mosquetes :  las 

que   buscaron  ahora  con  motivo  de  la  presente  guerra, 

'  tiO'sabie'ndolasibanejá^,  les  servirán  mas  de  embarazo  que 

*  de.  defensa;  Nó  és-su  resolución  morir  peleando ,  sino  es» 
t  pctM  si  los  aconM temosa  £1  Gefe  que  los  gobierna  ,  es 
'  tan  incapaz  de  manejar  la  paz  como  la  guerra;  perderáse 

ea  esta ,.  como  se  petdid  en  aquella ,  no  habiendo  sabido 
-  aproveicharse  del  partido  ^ue  le  ofreció  el  Rey.  A  to« 

dos  hablo  ,  soldados'  mios ,  cuya  experiencia  hace  á  cada 
-^no  digno  de  ocupar  mi  puesto.  Notad  quantos  pasos 

sMs;  hubieran  costado  caros ,  si  su  ignorancia  los  hubiese 

advertidocqftáiitas' plazas  hubieran  detenido  nuestras  ac- 

*  -inas,^ii  supieran  que  bien  proviscas  y  defiíndidas  podrían 
:&u8trar  las  ideas  mas  bien  concertadas.  ¿Pero  qiie  ha^de 
disponer  un  Capitán  sin  experiencia ,  y  un  Consejo  sin 

^SiUt0ridadf  La  posición  tomada  por  su  exercito ,  que  no 
puédeles  mejor,  que  mal  la  saben  ocupar*  No  es  loque 
-^«sp^ran^venoer.,  sino  huir  tant^  mas  apriesa,  quanto  tie- 
<  fien  inmediata  la  Ciudad ,  que  dudo  los  reciba ,  sMos  vé 
'  desvaratados.  No  tengo  que  encargaros  el  valor  ,^  pues 
conozco  vuestra  constancia. 

Solo  os  encargo  dos  cosas:  la  primera ,  que  cada  Co* 
fonel  execute  Is^drdenes  que  se  le  han  dado,  y  ios  Cap!* 
tañes  las  que  estos  leí  dierc&  La  sc^gundaes,,  que  Lisboa 


-«74  ,  , 

-noha  de  ser  saqoeaibu  Pose  cnotia  ocatioiisebttBwH 

jma  el  mismo  precepto :.  aUí  por  ser  Giudadde  san  Pedio, 
y  aqaí  por  ser  del  Rey  ^  no  Ciudad  rebielde  i  mno  oobí- 

.  lísima  9  á  qwen  tta  tirano  oprime ;  asi  esrla  voluoiad  del 
Rey»  £a  Roma  os  oCrecí  recompensa  del  saqueo  que 
estorve  i  aquí  hago  lo  mismo ,  y  como  aquella  se  cum- 

/  pUoi  esta  también  se,  cumjrfirL  .      r         .     .  < 

Acabado  este  exorto  i  hfaK>.  prestar  yurameoto  á  l«s 
Oficiales  de  que  impedirían  el  saqueo  de  Usboa  ea  codo 
lo  que  les  fuese  posible.  Fenecióse  tarde  esta^  )onca.  D#  Fer« 
nando  de  Toledo,  y  Don  Sancho  Davila,  que  se  habtaa 

,  quedado  los  últimos  f  preguntaron  graciosamente  ai  J>a- 
^ue^que  por  que  se  inqoietabataotodebiconaecyadoQ^e 
esca  Ciudadysinsiberelsuceso  que. tendrías  y.  les  respeta- 
dio:  persuadios  amigos ^  que  tengo  prevista  isr  viftoria^ 
que  ha  diez  dias  la  huyo,  pa^ndo  mi  tiempo  á  lasoriüas 

'  ^del  Tajo  en  apoderarme  de  diversos  Cantillos ,.  que  Kh- 

.Uetan;  sido  ya  el  fruto  de  ella ).  pero  estad  apuros  q«e 

t  mañana  batiré  á  los •  Portugueses^» No  debéis  dud«rlo,>si 
os  acordáis  qub  nunca  os  he  prometido  nada  que  no  ba* 

'  ya  cumplido ,  y  que  la  vldoría  no  ha  quedadosaspensa 
en  todas  las  batallas  .queime; faabeis; visto  dan 

Levantóse  por/iaiminana  antes  que  fuese  día»  ar« 
móse  f  montó  á  caballo  ^  liiao,  poner  el  exercito  en  ba- 
talla. Nunca  los  soldados  manifestaron  mas  alegría  y 

-confianza}  todos  saludaron  á  su  General' con  grandes 
aclamaciones  I  pidicndok/nd  seidetu viese  ea  Uevarlospl 

^  combate  ^  protesunda  que  iban .  á  vencerá  mocir  i  y.  áp' 

:  zando  \f>  suficiente  á  lá  custodia  del  campo  y  vagues» 

*  salió  con  Los  demas«  Prospero  Colona  iba  en  la  vanguar- 
dia con  la  Infantería  Italiana:  Don  Fernando  de  Toledo» 

'  y  Sahcbo'Daviia,  prestos:  cada  uno  á  la  frente  de  dos  mil 
hombres  y  hicieron. uñ  gran. rodeo  para  ¿oger  á  los  ene- 
migos .en,  flanJcoiElí  Dñque^tícupó  una  altura,  oon  .|os 


ilkteiBaim^iy'y  i«i|vUi^  se  ifian« 

tuvo  á  distancia  de  enviar  socónos  en  los  parages  que  le 
parecían  necesatios. 

£i  JAarques  de  santa  Cruz  acercó  .su  iota  a  la  de 
los   enemigos  ,  que  apresó  enteramente  con  algunos 
navios  mercante^   Coíona  tenia  orden  de  no  cñpé» 
zar   la  función  ^  hasta  que  Davlla ,  y  el  Prior  llega* 
scti  s  pero  resuelto  de  no  partir  con  nadie  la  gloria  de 
batir  los  Portugueses  ^  fue  derecho  al  Puente  ,  le  ata- 
có con  vigor  ^  penetró  la  primera  guardia  >  pero  fue 
detenido  por  varias  travesías  en  que  se  hallaban  mos« 
quereros ,  que  hacían  un  fuego  terrible  ,  y  estaba 
descubierto  al  que  hacia  de  una  granja  vecina  algu« 
n^   tropa  de  infantería  ,  que  Sforcia  de  los  Ursinos 
faabia  fortificado  á  pesar  del  Conde  de  Vlmioso.  Don 
Antonio ,  que  estaba  á  la  cabeza  del  Puente  montado 
sobre  un  caballo  de  batalla ,  exórtaba  á  los  suyos  de  ha- 
ces bien  tVL  deber  mas  con  sus  hechos ,  que  con  sus  pa- 
labras. Colona  iba  á  ser  rechazado ,  si  no  se  hubiese 
apoderado  de  una  pequeña  altura  que  mandaba  el  Puen« 
te :  sus  mosqueteros  9  cuyo  fuego  era  superior  al  de  los 
Portugueses,  dieron  tiempo  de  rehacer  al  resto  de  la  in» 
fantcría ,  que  haciéndolo  con  diligencia  extrema  ,  y 
volviendo  á  la  carga  con  igual  intrepidez ,  ganaron  la 
Granja  espada  en  .mano,  apoderándose  del  Puente ,  som- 
bre el  qual  Colona  hizo  pasar  tres  batallones  que  encona 
tro  de  los  enemigos ,  que  se  defendían  como  leones.  Don 
Antonio  estaba  en  las  primeras  filas  la  cabeza  descu- 
bierta >  sé  hacia  menos  notar  por  las  armas,  ricas ,  que 
por  sus  acciones  maravlUosasi  sostenía  el  esfuerzo  de 
ios  Italianos.. 

£1  Duque  ^  advertido  de  esto ,  preguntaba  á  los  que 

jc^n  mas  larga  vista  descubrían  de  lexos^  que  hacia  Da- 

vi- 


1 0^ 

.vila«  Le  ^esporiáíerdn;  qneilMlgfciiiílé  ^r  el^«a¿^ 
U  Jiabia  ordenado.  Si  su  cólera ;  dUo  el  Duque ,  no  Je 
hace  errar  el  camino  para  socorrer,  á  los  .Italianos ,  Iz 
^fi(k<>iu  es  nuestras  y  »es Jasí  que ;  luego,  queilegó^  y; 
Dan  JFcroando .  con  alguna  ca^ller^^  a^rometieudo  ea 
flanco  ai  enemigó  y  lo  .derrocaron'^)  y. precisaron  áhuir* 
Avisado  el  Duque  dé  qué  sus  órdenes  se  hablan  executa- 
doydixo  ásus  guardias :  aóiigosi  hemos  ganado  la  vi¿loria« 
Hallábase  sentado  en  una  silla  sobre  .una  pequeña  alto?» 
tá  I  donde  descubría  el  campo  de  batalla  >  hablase  man- 
tenido algunas  horas  a  caballa,  pero  los  vehemencci 
dolores  de  su  gota  le  obligaron  á  apearse» 

Don  Antonio  se  mantuvo  algún  tiempo  en  el  cam- 
po 9  mas  viendo  los  suyos  en  fuga ,  se  retiró  seguido  del 
Conde  de  Vimioso,  de  D.  Manuel  de  Ponugal,  del  Obls« 
po  de  la  Guardia,  y  algunos  otros  Señores,  y  Sin  dcr 
tenerse  en  Lisboa ,  de  donde  habia  hecho  sacar  loe 
muebles  mas  preciosos  de  los  Reyes  de  Portugal ,  y 
mandado  soltar  á  todos  los  presos  de  las  cárceles ,  no' 
paró  hasta  san  Antonio ,  que  está  distante  de  aquella 
Ciudad  cinco  leguas.  Allí  se  hizo  curar  una  herida  que 
le  habia  hecho  un  soldado  Castellano  en  la  cabeza ,  el 
qual  habia  prometido  al  Duque  prenderle. 

Los  soldados  vencedores  se  hicieron  dueños  de  ¿noi 
délos  mejores,  y  mas  rico  arraval  de  Lisboa,  yempezabaa 
¿  saquearle,  á  tiempo  que  D.  Fernando  y  D.  Pedro  de  To- 
ledo acudiendo  con  un  grueso  esquadron  de  nobleza ,  les 
hicieron  retirar ,  publicando  que  los  enemigos  rehechos 
volvían  á  acometer ,  y  se  hablan  apoderado  del  campa 
y  vagage  del  exercito,  á  cuya  voz  volvieron  á  juntarse,  f 
corriendo  contra  estos  supuestos  enemigos,  reconoclen- 
do  el  engaiío,  buscaron  nuevos  medios  de  saciar  su  ava« 
riela }  y  esparciéndose  por  los  lugares  vecinos  i  hicieron 

un 


«77 
nn  boiin  canto  mar.  coasiderahtd ,  quaoto  los  C{udada^ 

nos  de  Lisboa,  temiendo  su  estrago ,  Iiabian  transferido 
á  ellos  sus  mejores  e&¿^os. 

Hablóse  mucho  de  la  perdida  de  ciertos  jaeces  en^ 
riquecldos  de  pedrería  de  inestimable  precio ,  que  el  Key 
Don  Manuel  había  regalado  á  los  Infantes  sus  hijos,  pa« 
ra  hacerlos  participar  de  la  singular  fortuna ,  que  le  hizo 
dueño  de  las  mayores  riquezas  de  una  parte  del  Oriente» 
y  aunque  se  hicieron  grandes  diligencias  para  recobrar- 
los 9  y  se  ofrecieron  inmensas  sumas ,  todo  fue  inútil» 
porque  ios  que  los  tomaron ,  no  fue  con  el  ánimo  do 
restituirlos. 

£1  Duque  de  Al  va  hizo  su  entrada  en  Lisboa ,  acom« 
panado  de  todos  los  oñciales  generales  del  ex^rcito  ,  y; 
nobleza^  todos  armados  ; .  prohibió  baxo  rigurosas  pe* 
ñas  »  hacer  ^1  menor  insulto  á  los  ciudadanos  :  hizo 
castigar  á  aquellos  que  persistían  aún  en  el  partido  do 
I>on  Antonio ,  ó  lo  hablan  sostenido  con  mas  calón 
Echó  del  Consejo  de  Guerra  á  todos  los  Oficiales  quo 
aquel  Príiuripe  habla  creado»  y  quitó  los  demás  empleos  á 
los  que  los  obtenían  por  el :  confirmó  los  privilegios  á 
la  Ciudad  y  haciéndola  esperar  de  S.  M.  otros  mat 
amplios. 

Los  Magistrados  de;  Lisboa  prestaron  en  sus  ma'H 
.  nos  el  juramento  de  fidelidad  á  Felipe  IL^  y  queriendo* 
ie  hacer  una  magnifica  entrada »  la. rehusó  iüciendoles: 
que  reservasen  sus  expresivas  degnostraciones »  para  re» 
cibir  mas  dignamente  á  S.  M.  que  debía  llegar  en  brevof 
días.  ^ 

Al  gozo  de  la  conquista  de  Lisboa  se  siguió  el 
del  arribo  de  la  nota  de  Indials  á  su  puerto.  Estaba  des- 
de algunos  dias  en  la  rada  de  Cascaes  ,  y  no  se  espera^ 
ha  para  entrar  ^  mas  que  la  tranquilidad  de  la  tUudad^i 
Venia  fmiy.lntcra«da  jwrxlwata  dcl&ey»  i:£l  Qah 
tom.  XIL  Z  ■  51^« 


#78 

que  la  hizo  poner  en  el  tesoro  real ,  paganido  antes  todo 

lo  que  se  debia  á  los  soldados» 

Felipe  11.^  se  mantenía  siempre  en  Badajoz  ^  por  ig* 
notar  la  suerte  de  sus  armas  y  y  no*baber  recibido  cot- 
reo  ninguno  desde  la  toma  de  Setubal:  los  enemigos  del 
Duque  interpretaban  á  malo  este  silencio,   mirándolo 
como  efe¿to  de  un  odio  inveterado  contra  S.  M. ,  á  quico 
tenían  gran  cuidado  de  sugerir  cosas  siniestras.  Felipe 
lo  sentia ,  y  mucho  mas  quando  unos  mercaderes.  re« 
¿rieron,  que  hablan  visto  el  combate  de  la  flota  ,  y  de 
los  dos  exercitos  >  pero  que  Ignoraban  qual  de  ellos  ha« 
blatenldo'la  ventaja»  Creíase  que  el  Duque  habla  sido 
vencido  ,  ó  á  lo  menos  no  era  completa  su  vi¿ioria ,  por- 
que no  creía  S.  M.  hubiera  faltado  á  informarle  s  peto 
le  sacó  de  este  cuidado  la  llegada  de  Don  Fernando 
de  Toledo  ,  hermano  del  Marques  de  Y illada ,  próxiioo 
pariente  del  Duque ,  con  la  noticia  de  la  vi£loria.  En- 
tregó al  Rey  las  cartas  de  su  General ,  con  exáda  relar 
clon  de  todo  lo  pasado  desde  la  toma  deSétubal,  disculpán- 
dose de  no  haber  escrito  hasu  darle  la  noticia  de  la  sumi* 
sion  de  Lisboa;  quedeseaba  con  impaciencia  ver  á  su  Rey, 
y  que  los  Portugueses  ,  no  respiraban  sino  obediencia  y 
respeto.  El  Rey  exagero  mucho  la  prudencia  y  valor  del 
Duque ,  ponderó  su  desintef  e^s  ,.  y  zdo  en  ev'itar  el  sa- 
-queo  de  Lisboa.  La  alegría  con  que  esta  noticia  colmó 
la  Corte  de  Felipe  ,  no  fue  de  mucha  duración.  £1  Rey 
cayó  malo  ,  se  desesperó  de  su  vida ,  y  aun  se  publicó 
que  eíra  muerto.  £i  Duque  turvo  mucho  sentimiento  de 
esta  infausta  noticia  j  porque  conocía  las  contingencias 
•del  tiempo,  no  dudando  que  la  guerra- de  Portugal  vol- 
^vlese  á  empezarlas  con  vigor ,  y  que  los  Portugueses  ha* 
fian  sus  esfuerzos  para  sacudir  presto  el  yugo  que  acá-* 
baba  de  imponerles  :  por  estd  mptivo  quedó  acampado 
ÍMsta  el  Xp  de  Septiembre  sobseuna  altura  |  que  ínan- 

J  ..      din- 


i7> 
dando  iaGiídadi  U  ponia  a  cubierto  de  coda  sorpresa ,  y: 

mantenía  en  respeto. 

Avigoróse  el  ánimo  de  Don  Antonio  con  la  nueva 
de  la  enfermedad  de  S.  M. ,  y  la  falsa  noticia  que  se 
divulgó  de  su  muerte*  Hallábase  á  la  sazón  en  Oporto^ 
procurando  rehacerse  de  tropas  capaces  á  vengarle  de  la. 
derroca  de  Alcántara.  Este  Principe  habla  huido  como  que-' 
da  dicho  de  aquella  batalla.  Los  de  Coimbra  le  abrierooi 
sus  puertas :  levantó  cerca  de  dos  mil  hombres  en  ella ,  y 
en  los  lugares  vecinos  I  á  la  frente  de  los  quales  comd 
por  asalto  á  Abeyro,  que  babia  osado  negarle  la  entra- 
da :  la  abandonó  al  pillage,  y  temiendo Oporco  igual  suer- 
te  y  recibió  á  Don  Antonio  como  á  su  Rey  ;  que  siemprjo 
firme  y  y  creyendo  después  de  estas  ventajas  ,  que  nada 
te  sería  imposible  engrosando  sus  tropas ,  hizo  un  pe« 
queño  cuerpo  de  quatro  mil  hombres  ^  que  le  parecid 
ser  mas  que  suficiente  para  reparar  sus  perdidas ,  ha«i 
biendo  nxuerto  Felipe,  como  se  habla  creído. 

No  estuvo  mucho  tiempo  sin  desengañarse*  £1  Du« 
que  de  Al  va.  destacó  á  Don  Sancho  Davila  con  quatro 
mil  infantes,  y  quatrocientos  caballos ,  para  perseguirle» 
apresarlp ,  ó  echarle  del  rey  no.  Debilitado  este  destaca-* 
mentó  en  pocos  dias  con  la  deserción ,  y  enfermedades 
contagiosas  qáehicieron  perecer  mucha  gente ,  se  le  re* 
forzó  con  el  regimiento  de  Don  Diego  de  Córdoba.  Da* 
vlla  fift  recibido  en  Abey ro  con  alegría ,  y  pasó  á  toda 
diligencia  i  las  orillas  del  Duero ,  defendidas  por  Don 
Antonio  con  seis  mil  hombres  que  le  prometían  derra<^ 
ciar  su  sangre,  piava  conservarle  su  corona.  < 

Davila,  por  la  falta  de  barcas  para  pasar  aquel  rio» 
que  las  lluvias  engrosaron  considerablemente,  y  los  Por* 
tugueses  las  hablan  ocultado  en  los  lugares  situados  en  las 
márgenes  de  las  orillas  que  ocupaban  ,  hizo  partir  a 
Don  Antonio  Serrano  coo  alguna  caballería  i  para  bu4- 


#*«« ' 


tSo  - 

cvtxn  tos  logaties  Íntae¿ÍMm .  tiárc2$\  y  «fidal»  pac^ 
construir  algunas.  Los  pescadores  del  lugar  de  Masare*. 
Uo  y  indignados  de  que  los  Portugueses  habi^m  quemado 
sus  barcas  ^  dieron  las  que  tenían. 

Serrano  las  recibió  con  gusto » hizo  entrar  una  par- 
te de  su  destacamento  en  ellas  i  y  haciendo  fuerza  de 
remos  9  descubrió  luego  las  de  ios  enemigos  ^  y  ocultado 
i  los  suyos  los  mandó  seguir  poco  después.  Desnudóse^ 
y  paso  nadando  á  juntarse  con  algunos  Portugueses,  que 
ae  babian  dexadó  para  custodia  de  las  barcas,-  Le  reci- 
bieron con  tanto  mas  gusto ,  quanto  les  aseguxó  que  la 
crueldad  del  Duque  le  obligaba  á  tomar  la  fuga.  Dje- 
ronle  vestido  y  armas»  de  que  se  sirvió  contra  ellos  s  por* 
que  lu^o  que  llegó  su  pequeña  flota ,  cargándolos  de 
cuchilladas  quando  menos  pensaban ,  y  aturdidos  coa 
la  vista  de  los  soldados  ^  que  venían  contra  ellos ,  se 
auyentaron  abandonando  sus  barcas  ,  de  que  se  apode- 
raron 1q3  Castdhoos^  y  las  llevaron  á  Davila ,  que  las  es? 
peraba  con  impaciencia* 

Aunque  no  había  mas  xle  cinqüenta  i  y  en  la  precU. 
sion  de  no{>oder  pasar  el  exercito ,  y  eso  en  diversas  ve- 
ces j  no  obstante  se  resolvió  á .  embarcar  su  vanguardia, 
que  formándose  en  la  orilla  eo  orden  de  batalla ,  y  cu* 
bríendo  eL  resto  de  su  tropa ,  dio  lugar  á  medida  que 
volvían  las  barcas  ,  de  hacer  pasar  su  exercito  á  la  visn 
de  D.  Antonio.  Este  Príncipe,  que  estaba  acampado  á  la 
orilla  opuesta  sobre  una  pequeña  altura  ^  se  prometía 
vencer  á  los  Castellanos,  quando  conoció  que  sus  tropas 
estaban  mas. para  huir  que  para  peleax:  recorriendo 
las  ñlas  con  la  cabeza  desnuda ,  exdrtaba  á  cada  uno  al 
cumplimiento  de  su  obligación»  Todos  le  hicieron  gran* 
des  promesas ,  y  todos  huyeron  luego  que  vieron  al 
enemigo  en  el  rio ,  sin  tener  el  valor  de  disparar  un 
íusilaao.  Don  Antonio  quedó  morul  de  la  confiísioti. 


i8r 

y  animado (iel  valar ,  quiso  ppo&erse  sofoástticneaii*. 
gos ,  y  poner  fin  á  sus  desgracias  por  una  mueue  he- 
roica $  mas  el  Conde  de  VimiosQ ,  y  el  Obtspo.de  U: 
Guardia  I  sus  afedos  ,  y/otrás  gentes  de  jdiscincion.disn 
puestas  á  seguirle  j  le  impidieron  este  .genevoso  desig^ 
nio ,  dándole  el  parecer  de  retirarse  quanto.  antes  áda  el 
mar  ,  y  tomar  el  primer  navio  que  encontrase»!  para  pa<* 
sar  á  Francia ,  6  i  Inglaterra*  Convínose  á  la^iostao«f 
ciás  y  pasó  al  puerto  de  Viai^  y  embarcóse  en  un  navio* 
que  iba  á  hacerse  á  la  .vela  para  Francia  j  apenas  se  levan- 
tó el  ancora  ^  una  furiosa  tempestad  le  hizo  volver  al 
puerto  con  el  temor  de  ser  arrestado ,  tomó  tierra^ 
y  disfrazado  con  el  trage  de  pescador ,  .se  ocultó  lo  mers 
íor  que  pudo.  Dixose  que  este  trage ,  la  pesadumbre  ^  yi 
el  trabajo  le  hicieron  en  tan  brevjes  dias  can  descoció^, 
cido  9  que  algunos  Españoles  que  lo  buscaban  para  gar^ 
nar  algún  premio  ^  le  preguntaron  por  el ,  y  otrps  Bqrr 
tugueses  fugitivos  i  i  que -respondió ,  qoef  t«dos  8<;-' ha- 
bían embarcado  I  y  que  creía  hubiesen,  perecido  en  iaül*^ 
tina  tempesta^. 

Vagueó  en  las  montañas  y  bosques  hasta,  el  seis 
de  Enero  de  1582*9  ;que  vistiéndose  de  Religioso  irán-» 
cisco  I  y  embarcado  en  un  navio,  Flamenco  lo  conduxo 
á  franela  ^  donde  murió  el  a 6  4c  Agosto  de  1593  9  de* 
xando  un  hijo  natural 9  y  ^1  ásus  pretensioties.  La  total 
ruina  de  D.Antonio  9  y  la  toma  de  Oporto,  sometió  todo 
lo.  que  estaba  al  otro  lado^del  Duero  sin  resistencia :  los  imf 
perios  9  reynos y  provincias  dei  Asia,  África  y  América; 
dependiemes  de  Portugal  9  reconocieron  á  Felipe  IL?  poc 
su  legitimo  soberano :  en  fin  de  toda  1^  Monarquía  PortUí> 
guesa  9  las  solas  Islas  terceras  quedaban  á  D*  Antonio,  que 
también  Jas  perdió  en  brevet  Tal  fue.el  fruto  de  la  vi&o* 
ria  del.  Duque  9  y  sus  continuos  c«tda(Ws«  Cpnqiiístó  á  so: 
Príncipe  ano  de  loa  mayores  Jgiperipi  4«l  fwo^o  ea 


í«i 

menos  de  cinqfienta  dias,  contra  unos  pueblos  hasta  en^ 
ronces  conocidos  solo  poc  sus  victorias  >  pues  la  única 
derrota  considerable  fue  la  del  Rey  Don  Sebastian  |  y; 
hubo  pocas  batallas  eti  donde  lo$  Portugueses  no  que*»* 
dase»  vi^oriosos. 

Felipe  IL^  antes  de  penetrar  en  Portugal ,  quiso  coa 
cxemplo  de  seTcridad  ganar  el  corazón  de  sus  nuevos 
vasallos  ^  y  hacerlos  olvidar  su  antigua  libertad ,  por  tas 
quejas  que  fo  hablan  dado  algunos  4c  los'pxcesos  de  la- 
tropa.  Envió  á  Don  Francisco  de  Villafañe,  uno  de  sus 
Consejeros  de  £stádo  ,  para  informar  contra  el  Duque, 
bis  ocíales  y  soldados»  £n  público  nada  se  hizo  que  le 
diese  'que  s^emir  ^  no  se  le  Interrogó ,  til  tuvo  orden  de 
ttsponder  ácstt  Jua; ;  no  obstante  que  sus  enemigos 
opinaban  que  se  le  debia  hacer  dat  cuenta  de  sa  coa« 
duda  f  y  del  dinero  recibida  para  los  gastos  de  la 
guerra. 

-  Cüomo  nada  le  hacia  temer ,  y  su  grandeza  de  alma 
h>' hacia  superioriá  todb^  recibió  muy^b^en  á  ViHafanei 
le  hizo  entrar  en  los  Consejos  de  Guerra  i|  aunque  sabía 
no  eran  asuntos  dp  Togados :  pero  obró  de  este  giodo,  6 
por  dar  á  conocer  quanto  honraba  á^ todos  los  que  ve«* 
nian  de  parte  del  Rey  /ó  por  no  acrdcentar  el  número 
de  enérhigbs.  Villaf^e  le  comunicó  las  órdenes  de  S.  M«i 
ho  quiso  diferir  I  á'Cllas^,  á  limitación  de  Don  Gonzalo 
Fernandez  de  Córdoba  (llamado  el  gran  Capitaa),  quien 
en  semejante  ocasión  no  quisa  responder  á  losComi^^ 
#átlds  que  Don  *  Eeírnando  el  CatóKcp  había  nombrada 
|íava"exámtnac  su  condu£ba ,  y  dixoá  este  Consejero  con 
5u  acostumbrado  desembaraisó :  no  dar¿  cuenta  sino  al 
E.ey  de  mis  acciones  eo  este  paitkular,  y  del  dinero  que 
me  ha^  entregado ,  del  qual  S*  M.  parece  ha^rer  mas  caso, 
que  de  \iñ  capitaft  que  lo  ha  servido  con  tanta  reputa- 
'don  ;  le  pondré  eb  ¡iñcis  de  cuentas  f  reyaos>  conquis* 


^8j 

tas, y  conservadas  ví&oriás  señaladas, igrandes  sitios ,  y 
mas  de  sescnca  años  de  ser  vicos  sin  iotcr  misión  ^  y  si  no 
hay  bascante  para  satisfacerle ,  le  cederé  mi  patrimonio, 
en  otroxiempo  muy  considerable,  y  hpy  muy  4í9minui- 
do  con  los  gastos  que  be;  hecho  ppr.el  :vt)ico  bien  dd 
£stadOé  Finalmente  le  daré  en  reenes  i  ^mis  dos  hijos^ 
uño  de  los  quales  hizo  triunfac  las,  armas  de  España  ea 
diversos  encuentros,  y  acabó  de  facilitar  ppi;  su3  acciones 
heroicas  la  conqUista.de  FoícugaU  y  últimamente  si 
S.  M.  con  todo  no.  queda  enteramente,  satisfecho  ,  le  da"- 
re  mi  propia  vida  para  ¿oncluir  la  paga  de  lo  que  fuere 
alcanzado. 

£1  exército  fue  sumamente  disgustado  de  este  .pror 
cedimiento ,  y  lo  hizo  conocer  por  su  tristeza  ,  quejas  y 
amenazas :  Villafañe  se  atemorizó ,  y  mas  quaodo  \^ 
soldados  le  hicieron  saber  |  que  le  importaba  la  vida  en 
no  continuar  la  pesquisa  ,  y  .que  dersamarian  la  última 
gota  de  sangre,  antes  que  sufrirla. 

Un  correó  del  exetcitjo  que  mandaba  Don  Sancho  P4r 
^Vila  acia  el  Duero  i  acabp  de  consternar,  á  los  que.  acauíf 
paban  tn  lás>  cercanías' de  'Lisboa  ,.  haciéndoles  saberi, 
-que  Tebaldo ,  Juez  de  la  Audiencia  de<  Gajicia ,  habla 
•irenida  al  exército  ^  y.  hacia  escribir  m6qH>rias..diSctod^ 
lo.  que  se  podSa  acusar  á  los  loficiales  y  soldados ,..  para 
castigarlos  y .  d  negar  las  recompensas  quc¡  imcreciao  sut 
Vidorias ,  y  loff  servicios  hechos  á  S.M.       '    . 

Los  oficiales  y  soldados  no  podían  disimular  la  irá 

^lue  les  causaban  estos  procesos :  todos  maldecían  una 

-guei^ra  ,  .^uyás  ventajas,  causabant.  sus  des^aciai.<  Los 

pdncipales  se  quedaban  con  modo  respetuosa;  pero  la 

mayor  parte  de  los  capitanes. ,  y  demás  subalternos  ,  no 

conociendo  limites  á  sus  quejas,  declan:  hemos  coaquisr 

tado  en  menos  de  cinqüenta  días  todo  lo  que  se  exticcide 

des- 


áchsic  el  Miño  hasta  ceroi  dé  GiiialdaqQlvir ,  en  mc« 
nos  tiempo  que  el  que  el  Rey  hubiera  podido  empleac 
en  recorrerlo  :  hemos  aguantado  con  toda  la  paciencia 
|>osible  I  el  hambre »  y  los  ardientes  calores  de  la  cani- 
eula  en  un  pais  tan  cálido  como  Portugal  »  apoderan* 
donos  de  diversas  opulentasCiudades,  y  saliendo  de  ellas 
tan  pobres  como  hemos  entrado  >  siendo  tanta  nuestra 
moderación  f  como  privarnos  de  ios  frutos  de  nuestros 
males  y  y  recompensas  iegitimamenre  debidas  á  nuestros 
trabajos  I  para  conservar  á  S.  M.  un  rey  no  poderoso  y 
floreciente,  que  los  que  nos  persiguen  iban  á  saquear.  ¿Es- 
tos son  ios  delitos  ,  los  excesos  que  nos  atraen  una  hor-* 
Tibl,e  persecución ,  y  estas  las  recompensas  que  debea 
esperar  del  Rey  las  gentqs  de  valor ,  que  le  someten  rey- 
'tios^hccrqSi  derraavindó  su  sangre,  y  perdiendo  su  vida 
por  su  servicio?  Estas,  quejas  y  amenazas  fueron  tomadas 
diversamente  en  la  Corte :  uqos  no  las  desaprobaban» 
otros  las  miraban  como  atentado  contra  U  autoridad  del 
-Rey  ,*  cuyo  zelo  y  consiancia  por  la  justicia  alababan; 
jotros  trababan  áeste^  Príncipe  de  avariento  y  sospechoso, 
afeando  se  hiciese  tan  grande  afrenta  á  un  capitán  iaa 
esclarecido ,  y  á  un  exercito  viftorioso^  y  que  no  recora« 
pensase  la  conquista.de  4in  reyno  sinq  con  injuria*  £1  Du'^ 
que;  de  Aiva  ^  qne.  isii  inocencia  defendía  ,  no  se  tíáf* 
barazaba  mucho  en  hacc^  evidente  la  adversidad  de  sus 
enemigos,  ni  aún  en.  contener  las  amenazas ,  y  quejas  de 
los  soldados \  complacicfndose  de  que  vengasen  de  este 
modo  la  afcemaque.se  pretendía  áda  el  Rey^  y  los  apa«^ 
^iQtizdoÍJ  consejas.de  sus  Ministros  i  sin  que  -  pade^^ 
ciera^el  ^seceb  ^  de  (que ¡contesta  ócaiion  los  solda- 
dos 410  tuviesen  pot  el  .codo  el  respeto  debido  ,  y^ 
que  este  fuese  motivo  át  caer  su  autoridad  para  co« 

ClftOS»»  »*.--','      '^'  '      ...,..,.  ji'  .    .  I  , 


/ 


X&5 
AígOAos  le  aconsejaron  se  presentase  ¿  íoVamotína* 

idos  y  para  que  su  presencia  los  volviese  á  su  obligación: 
j¥spondia.á  esto,  que  no  aborrecía  tanto  á  los  soldados 
4e  su  ex^rcito,  para  darles  ocasión  de  cometer  un  delito^ 
maltratándolos  por  estar  animados  de  la  razón  :  que  no 
jcstaba  la  sedición  en  aquella  exterioridad  en  compromi* 
%o  9  cuyo  discurso  fue  causa  de  divulgar  en  el  mundo, 
que  se  alegraba  que  la  tropa  explicase  su  sentimiento, 
y  manifestase  en  el  la  poca  reflexión  coii  que  el  mismo 
Ministerio  procedía.  Villafane  temeroso  de  las  amena- 
zas de  los  soldados,  no  menos  qiie  del  silencio  del  Duque, 
cesando  en  sus  pesquisas ,  solo  dio  parte  al  Rey  de  la 
resistencia  del  Duque  en  executar  sus  órdenes  ^  y^ 
que  los  soldados  estaban  irritados  de  tai  modo ,  que 
parecía  imposible  aquietarlos:  que  le  amenazaban  de 
quitarle  la  vida ,  y  saquear  la  Ciudad  y  demás  pueblos, 
de  proseguir  en  ella.  £1  Rey  enojado  tanto ,  como  podía 
el  Príncipe  mas  zeloso  de  su  autoridad ,  despachó  cor- 
reo al  Duque  con  orden  de  interponer  la  que  tenia  so- 
bre la  tropa ,  para  contenerlos ,  y  castigar  los  mas  delin« 
qüentes  ,  evitando  la  sedición  en  su  desobediencia.  £1 
Duque  respondió  á  S.  M.  que  no  era  culpado  en  lo  que 
se  le  a^cumulaba :  que  nunca  le  habia  dominado  la  avari* 
da  :  que  lo  probaba  bastantemente  el  mal  estado  de  sus 
negocios :  que  siempre  se  oponia  á  la  sedición  de  los  sd^ 
dados  :  que  no  habia  sufrido  que  usasen  de  sus  pasiones: 
que  los  habia  tratado  con  mas  rigor,  que  al  que  le  inclina* 
ba  su  natural  clemencia  :  que  nunca  habia  tolerado  los 
excesos  de  la  tropa,  ni  le  habia  fiíltado  ánimo  para  corre« 
girla  ,  pero  que  en  la  presente  ocasión  no  podia  oponer- 
se á  las  justas  quejas  y  gemidos  de  los  soldados,  bastante 
castigados  de  verse  pobres  y  miseros,  después  de  haber 
hecho  una  conquista  tan  considerable  y  rica:  que  les  era 
licito  llorar  su  infortunio ,  quando  no  tenían  por  rer 


i85 

compensa  de  sos  servicios  mas .  que  menosprecios  y 
aírenos :  que  tx>dos  se  hallaban  prontos  á  obedeces  j  y 
persistían  como  el  en  la  resolución  de  derramar  hasta  IJt 
última  gota  de  sangre  por  el  bien  del  Estado  y  y  por  lies- 
var  hasta  el  cabo  del  mundo  los  límites  de  la  Monar- 
quía Española :  que  no  se  les  podía  tachar  hasta  ahora 
sino  algunas  quejas  un  poco  libres :  que  no  con  venia 
aburrirlos  en  tiempo  que  la  Francia  ¿Inglaterra  se  arma* 
ban  por  Don  Antonio ,  y  que  los  Portugueses  atentos 
hacían  conjeturas  de  su  suerte ,  por '  la  del  exército  quo 
los  habla  sometido :  que  el  estaba  pronto  á  dar  cuenta 
á  S.  M,  del  dinero  que  le  habla  sido  entregado^  y  le  ro^ 
gaba  al  mismo  tiempo  le  permitiese  retirarse ,  {>ara  qcvl^ 
par  el  resto.de  los  pocos  días  que  le  quedaban  en  las  co<^ 
s^s  de  su  salvación. 

Auiique  esta  carta  no  sosegaba  el  enojo  del  Rey, 
se  entregó  al.disimulo  como  tan  avisado  en  este  artes  pe-» 
ro  no  pudo  menos  de  decir  á  los  que  se  hallaban  cerca 
de  su  persona  -.debe  confesarse ,  que  el  Duque  de  Alba 
BÓ  tiene  menos  arrogancia  y  altivez  ,  que  valor  i  men- 
tó y  fidelidad  :  á  fuerza  de  constancia  y  dulzura  quiero 
ganarle  ;  porque  es  de  mis  intereses  conservar  un  hom- 
bre de  ese  peso.  Daré  exemplo  á  todos  los  Reyes  ^  que 
deben,  despreciar  sus  sentimientos  ^  y  no  tener  maso}0S| 
ni  mas  oídos  y  que  para  el  bien  público  de  sus  Estados. 
Las  cosas  se  quedaron  así  $  el  Rey  llamó  á  Villafañe  y 
iTebaldo  ,  ¿  hizo  quemar  la  sumaria  que  empezaban. 

Como  no  es  del  asunto  hablar  de  la  entrada  ttiun^ 
fente  del  Monarca  Español  en  Yelves ,  Lisboa  y  otras 
Ciudades ;  solo  notaré,  que  después  que  los  de  ejsta  Ca«^ 
pital  hicieron  el  juramento  de  fidelidad  á  S.  M • ,  el  Du-^ 
que  d¿  Alba  le  instó  fuertemente  le  permitiese  retirar-' 
sei  su  Casa,  ix>r  hallarse  quebrantado  de  vejez  y  en* 
fetm^des  t  «no  siendo  necesaria  su  asistencia  en  un  país 

•  •  • 


187 

que  AcÉ^vSít  la  presencia  del  poderoso  Rey  del  orbe. 
Felipe  le  respondió  ,.que  primero  se  desharía  de  suexcD- 
citoy  guardias  particulares ,  que  permitirle  retirai^e^ 
por  esperar  mas  de  su  prudencia  y  sabiduría,  que  de 
todas  ^us  fuerzas :  que  estaba  persuadido  ^  no  había  que 
temer  en  ¿1  parage  donde  el  Duque' de  Alba  se  ha«* 
liase» 

Aunque  esta  respuesta  atradiva  le  obligó  á  quedat'- 
se  ,  iba  muy  de  tarde  en  taxde  á  la  Corte  con  el  pretex^ 
to  de  su  gota  i  no>  saliá  del  quarto ,  ni  asistía  al  Conse- 
jo sino  quando  se  le  llamaba^  y  no  daba  su  parecer  has« 
ta  que  se  le  pedian  i  pero  aunque  quisiese  conservarse^ 
'y  no  dispertar  la  indignación  del  Rey  ^  ni  los  zelos  d¿ 
los  émulos  y  no  podía  contener  su  libertad  como  enemi^ 
go  declarado  de  la  lisonja.  Siguió  á  S«  M.  en  la  Ciudad 
de  Tomar,  donde  habia  convocado  las  Cortes  de  Portu^- 
gal,  en  que  le  asistió  muého  con  sus  consejos^y  le  entregó 
una  memoria  llena  de  instrucciones  ,  para  conservar  sa 
nueva  conquista ,  que  á  haber  seguido  tas  acertadas 
máximas  que  contenia  ,  no  hubiera  llegado  el  caso  de 
substraerse  del  dominio  de  Castilla  aquel  reyí^a 

Acometido  el  Duque  de  sus  violentas  incomodida- 
des I  y  acrecentadas  con  una  recia  calentura  ,  entregó 
su  espíritu  al  Criador ,  rindiendo  la  vida  en  brazos  de 
$•  Mi^eldia  xi  de  Enero  de  1582  ,  á  los  74  de  su 
edad.  Mantuvo.perfeílb  conocimiento  hasta  los  últimos 
instantes  de  su  muert^  £1  Rey  se  hallaba  á  su  cabezera^ 
y  apretándole  la  mano  i  antes  de  espirar  le  dixo :  Señor, 
quiero  antes  de  dexaf  la  vida  justificarme  ante  V.  M., 
prometiendonáe  creerá  fácilmente  á  quien  está  tan  cerca^ 
no  á  dar  cuenta  á  Dios.  Siempre  he  preferido  vuestras 
ventajas  á  las  mias ,  he  distribuido  justamente  las  sumas 
que  me  habéis  confiado ,  he  gastado  mucho  de  mi  patria 
monioen  beneficio  del  Estado.  Nunca  he  atendido  en-tó 


nr/\. 


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provisioh  de  los  empleos'  y  hónorjc's  á  Icís  ¿mpieños ,  ni 
al  favor  s  siempre  he  preferido  el  mérito  y  virtud  :  os  he 
amado  con  terneza  y  constancia  :  mis  consejos  siempre 
han  sido  fieles  y  desinteresados :  nunca  he  pensado  en 
ofenderos :  aunque  mi  verdad  y  desnuda  de  afe¿^cion,  me 
ha  concillado  algunas  veces  vuestra  indignación ,  dexo  á 
V.  M. ,  y  á  los  que  nos  sucedan,  el  juicio  de  mis  opera- 
ciones. Últimamente  os  he  servido  con  la  fidelidad  que 
me  ha  sido  posible  >  os  deseo  una  dilatada  y  feliz  vida, 
y  un  rey  nado  floreciente.  Proferidas  estas  palabras,  y  no^ 
pensando  mas  que  en  la  vida  eterna  ,  haciendo  retirar 
á  todps  los  que  allí  se  hallaban ,  fue  á  gozar  de  su 
Criador*  £1  Prior  Don  Fernando  su  hijo  natural,  hizo 
hacer  su  funeral ,  que  en  mil  emblemas  representaba 
las  virtudes  heroycas  de  .  este  ilustre  varón  ;  y  embal- 
samado su  cuerpo  ,  fue  conducido  desde  Tomar>  9  Aí* 
ba  ,  y  depositado  en  la  Iglesia  de  san  Leonardo,  de  es- 
ta Villa  I  de  donde  Don  Antonio  Alvarez  de  Toledo 
y  Beaumont ,  Duque  de  Alba  y  de  Huesear  su  nieto^ 
le  hizo  transferir  á  la  Iglesia  de  san  Esteban  de  Sala* 
manca  ^  y  poner  con  mucha  pompa  en  el  Panteón  de  los 
Duques  de  Alba. 

AHÍ  descansa  en  un  ma^gnifico  Mauseolo  este  héroe» 
cuya  gloría  se  esparció  en  las  quatro  partes  del  munda 
£ra  hijo  de  una  Casa  ,  cuyos  esclarecidos  ascendientes 
hicieron  profesión  de  las  armas  r  excediólos  á  todos ,  y 
ninguno  de  sus  sucesores  le  igualó.  Hizo  sus  primeras 
campañas  en  el  rey  nado  de  Don  Fernando  el  Católicos 
continuó  en  servir  á  Carlos  V.®  con  tanto  aciert.0 ,  que 
jnereció  mas  aprecio  de  el  |  que  de  ninguno  de  sus  va- 
sallos,  mirándole  como  su  verdadero  discípulo.  Fue  ad-^ 
^irable  su  constancia ,  su  sabia  condu&a ,  su  intrépida 
en  los  peligros  anas  grandes  jamas  fue  vencido :  batió 
siem|>re  sus  enemigos  y  y  muchas^  veces  sin  sacar  la  espa* 

da. 


'da.  'Ten^^^cnr  axáxiina  ho  aven'tuxarlnsuf^  V^^^*4Ú^^^ 
cceía  no  poder  vencer  teixipQcizamIo  i  y  ^ti.btecaso  ¿ada- 
ic  detenía )  los  rios  mas  anchos  y  rápidos ,'  los  cerros  es- 
carpados I  los  campos  mas  bien  fortiñcadps  no  le  eran 
obstáculo  >  soáo  servían  4e  áiunencar  su  gloria»  i  ^  -^^ 
,  .  Mantúvolos  soldado&tauna. disciplina  tan  exáda^ 
que  no  se  les  vio  comecet  d  menor  desorden  >.  fueron  ih^ 
vencibles  mientras  la  conservaron ;  cuoaplia  reHgiosámen- 
te  su  palabra,  castigaba  con  rigor  al  que  lo  merecía  3  por 
esto  se  hizo  notar  dsi severo^. bien  es  verdad,  que  esta 
procedía  de  la  extrema  aversión  .qíie  tenia  á  los  :  vicios» 
Pocos  Capitanes  se  han  visto  maspiadosos  ^ni:  fieksiá 
Dios  y  á  su  Príncipe.  Su  casa  estaba  muy  arreglada ,  d 
.vicio  no  tolerado  I  y  se  puede  decir  poseyó,  en  supremo 
agrado,  todas  las  virtudes  que  constituyen  los  grandes 
héroes.  Hubo  pocos,  que  le.  igualas^n^^y  ntngaoa^uá 
le  excediese.  -■...';..•:  *•  vj 

Sus  primeros  hechos  fueron  ^ ;  echar  á  los  Francesos 
de  Cataluiíai  y  io$  impidió  aiacax  la  Navarra:  siguiór^á 
Carlos  V.^  en  la  fangosa. e«pediciQn  de  Túnez  >  en  que  se 
hizo  distinguir.}  pasó.  (;on;eLá  italia,  oaandab* . en: :stt 
excrcito  quando  pasó  á  Francia  ^  no^  omiúó  xi^^p^^ 
.apartarle  del  sitio  de  Marsella.  Lució  particulacmenté 
en  la  guerra  I  que  los  confederados  de  la  liga  deSmalca- 
da  hicieron  al  Emperador  ^  y  cjh)  oiiiy  poca  gspte.  hlr 
zo  inútiles  los  esfu^ra^os  de  su  grande  ex¿^ci(p.^  pQt  ms 
dilaciones  y  frequentes  escaramuzas  |dc^rrotan4p:ttnüS 
tras  de  otros  >  puso  ñn  á  esta  guerra  con  la  señalada  vfcr 
loria  de  Malberg ,  donde  el  caucbloso  £lva  fue  paravcl. 
un  pequcñq  arroyo.  L^lpcrx^  1?  lí»l»  d?  ia.cppjst^níicioa 
eo  que  la  h^biatr  p}|9Sto  lasa^m^s  Fratxr^asj^.y  WV^ut 
gestiones  de  los  Carraos;,  sobrispj  jip  Pas^jo^V.^  obli- 
gándolos á  hacer  la  paz ,  triunfando  su  piedad  en  aque- 
lla guerra  5  ella  sola  salvó  á  Roma  >  que  hubiera  toma* 

do 


^90  ^ 

^  d0  si  faahkse  4u3sr!da  Pasó  á  Elandési  castiga  los  Gefes 
de  los  rebeldes,  ireficló  álos  AieiDaiies  y  Flamencos,  aii.^ 
yentó  los  Ugpnotes  de  Frsínda,  qae  acadieron  en  socor* 
i£o  del  Príncipe  de  Orange  ,  y.  apoderándose  de  Ciuda- 
des ,  haciendo  sitios  señalados^  iba  áí restablecer  la  quie- 
tud en  aquellos  Países  I  quando  sus  eufermedades-k  pre^ 
•cüaroA  á  saUr.  La  conquista,  del  rey  no  de  Portugal  co« 
roñó  sus  hazañas  >  parece  que  la  divina  Providencia  lo 
habia  reservado  para  someter  coa  este  reyno  qua$i  todo 
el  Oriente  á  la  Monarquía^  Española.: 
'  >  >Sus  virtudes  ctvi^s  no  le  acompañaron  menos  que 
las  jnilitáres :  igualqienis  triunfaba  en  los  consejos ,  que 
i  ia  frente  de  los  exercitos ,  aunque  sus  di£kámenes  no 
eran  siempre  aprobados  ;  necesitó  fanto  de  su  pruden- 
cia conio  de  su  ñrmeza,  partí  mantener  su  autoridad  en 
ia.  Corte  I,  y  en^  q1  gavineté  de  un  Monarca ,  que  resistía 
conformarse  á  su  virtud  austera,  y  entre  un  gran  nume- 
ro de  enemigos  declarados  y  envidiosoSé  Las  calidades 
eran ,  de  estatura  mediana ,  kcara  larga ,  los  ojos  vivos, 
y  llenos  de  fuego ,  que  en  sji  vejez  fueron  ásperos;  sa 
mlrat  era  seguro ,  'y  álgui^s  veces!  terrible  $  la  frente 
ancha  y  levantada;  pisaba  firme  y  grave  i  era  infatiga- 
ble ,  dormia  y  comía  poco  »  no  fue  delicado  s  hablaba 
poco ,  y  al  caso :  no  se  puede  concluir  mejor  su  histo* 
lia  I  que^con  las  propias  palabras  del  Rey ,  que  viéndole 
espicar  9  áíio  4  los  que  estaban  al  lado  de  su  persona  las 
siguientes^^^ Hoy  conozco,  que  nada  es  mas  desprecia* 
9)ble,  que  ios  presentes  de  la  fortuna.  Si  su  avaricia  nos 
»dá'álgó  9'  es  para  quitarnos  mas.  Apenas- me  ha  puesto 
9ien  posesion^de  un  gratíde^  reynó^  quando-  me  priva  d¿ 
9>un  lúayor  bien  i  quitándome  un  Gápitan  tan  hábU  co^ 
nmo  valeroid  i  '^  de  una  fidtlidád  ¡sin  exetñglo.^ 


DIC- 


19^ 

í     •  '  *  •  » '         í  1 


^9^^ 


V 


DICTAMEN 
DEL  MAESTRO  FU.  JGÜSTIlf  ^.^^.., 


PRIOR  DEL  CONVENTO  DE  ÍA  PÁSIO^  EN  MX^klIf, 


'Respondiendo  á  la  consulta  que  sélebace^sobredeudat 

antiguas  de  la  Real  Haotendúé  ^ 


>   *   »   ^ 


as  questiones  propuestas  en  ttta  consulw  nd  6t>il 
de  la  mayor  dificultad  j  si  ise  tratan  enjcroiitios^enira* 
les.  Apenas  )  pues  v  habrá  c^uien  du4e  sobre  íaptííAdrá} 
que  tánfo  elKey  £onk:i  el  rey  no  estárn  ofbllgadésá  4» 
satisfacción  dé  lás'dfewtaa  Cohttaídas^'por  los  h&^úÁt&& 
antecesores ;  ni  tampoco  puede  dudarse  ,  qut  ^tbeti 
séi;  preferidos  á  ellas  los  alimentos  presentes  delEstadot 
/quando  no  es  posible  atender  én.  él  di^  á  uno  y  otro? 
sin  que  pot  esto  se  itntienda'^ prescrita ;  4  'evacuada  M 
primera  obligación  ^  sino  solamente  suspendida^  Iníéritf 
que  sea  posible  atenderla.  Ni  es  concedido  á  los  Teólo- 
gos ,  ni  á  ot(o  algún  vasallo  el  examen  de  los  hechos, 
sobre  que  vulgarmente  critican  los  ociosos ,  ya  ponde* 
rando  los  grandes  fondos  del  erario ,  ya  discurriendo  so-» 
bre  las  disposiciones ,  que  ocasionan  la  escasez  de  medios 
para  las  mayores  importancias  de  la  Monarquía.  Es* 
te  lenguagc  de  los  ignorantes  tiene  contra  sí  repeti- 
das maldiciones ,  con  que  Dios  en  su  santa  Escritura 
les  anpenaza  ^  porque  como  S.  M.  es  quien  pone  por  sU 

los  Reyes  para  el  gobierno  de  los  Pueblos  j  así  tam-^ 

bien 


bien  se  ha  reservado  poner  la  residencia  ,  ó  juicio  de  es- 
tos» Vicarios^suyof' •  vde,  8ucí:íe  ,..quc,  únicamente  nos  se- 
ra  permitido  exponer  con  veneración  nuestro  dictainen 
en  aquellas  accicmes^  dudosas  f  que  fcr  nos  consulten; 
pero  nunca   arrojarnos  con  temeridad  á  censurar  las 
cy«^  ya  estáis  executadas,  niá  d^cucrir  sobre  aquellos 
héichós  que  el  Monarca  nos  jprópone  como  seguros ,  y 
bien  cxái^inados.,/k  e?ta  verdad  aludía  san  Gregorio  Fu- 
ronense  ^  bablando  con  un  R.ey  de  Francia  en  estos  tcr^ 
mlfífm  :  4i  9PÍ^ :  dg  nobis  ,  ó  Rfx  y  justitU  tramites  tratU'- 
.gredere  volufrft  >  ?»  tf  cgrrip}  poteft  5  si  vtrp  excesseris^ 
quls  te  eorripiet\  Loqmmur  eam  tibí  >  sed,  si  volueris ,  audísi 
si  autem  nolueris ,  quis  te  damnavit ,  nisi  is  qui  se  fponun^ 
9Í4VÍf  esfel  jmtHíamt   '  r  .      ' 

..  %  Pero  ya  que  la  misma  consulta,  en  las  reflexia* 
p^  y  reptaras,  con  que  viene  ado^riada ,  nos  la  ha  queri* 
4?  $?iííir  de  los  tctminos  generales  ,  parii  íqyc  cada  uno 
pl»p4>)}pfOpi0fiQr  su  djdamen ,-  contraído  precisamente  á 
{ii^^firci^nstancias ,  en  que  se  encuentran  el  Rey  y  el 
f^yfTP)  prpcurare  exponer  el  mió  con  la. claridad  ,  y 
f^ficision  que  me  sea  posible ,  Ijeya^i^do  siempreipor  iior- 
te  las  máximas  que  dexo  •  esxalp^lefidas  en  el  oúmei;o  an- 
«ppdentp.; .  .  ^       . 


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V 


X 


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1*3 

Examínase  la  qiiestion  sobre  si  estas  deudas  son  del  Rey  ó  del 

reynoi 

3  Por  loque  mira  á  la  primera  question  ,  y  quan« 
to  en  ella  se  toca  en  los  siete  números  del  punto  primero» 
no  tengo  duda  en  que  todas  las  deudas  contraidas  por^ 
los  legítimos  Monarcas  antecesores  ,  inducen  sobré  et 
reyno  una  precisa  ,  y  direfta  obligación ,  con  que  este 
sé  halla  gtavádo  á  su  paga  s  y  por  consiguiente  que  et 
Rey ,  como  cabeza  del  estado  y  y  en  quien  reside  la  po» 
testad  absoluta  de  dirigirle  y  gobernarle ,  debe  satisfacer! 
á  esta  óbíígaci^ní  de  suerte.i  que  en  mi  diftámen  el  rey-» 
no  ós  quien  ^é^kalla  diréélamente  obligado  en  todos  sus" 
fondos  á  pagar  estas  debidas ,  y  él  solo  indirédamentei 
y  en  calidad  de  gobernador  supremo ,  ó  administrador 
absoluto  y  á  quien  corresponde  la  atención  de  distribuir 
Ui  rentas  ,  que  tí  estado*  le  subministrare  >  aplicándolas 
según  la  gt^düaéioii  de  sus  destinos  y  pues  nadie  pUedc 
pedir  que  se  desatienda  en  el  dia  á  la  subsistencia  de  la 
misma  casa  real »  manutención  de  la  tropa  y  ministerio» 
qué  son  los  precisos  alimentos  detestado  »  por  acudir 
'^  la  satisfacción  de  las  deudas,  antiguáis ,  quando  el  pron 
dtt¿^0  K>  contribuciones  no  alcahíab.  para  uno  y; 
otro.  '     ' 

^4  i  Según  ésta  Wgla,  es  para  mí  de  poco  ttiometftc» 
fodoquánto  se  dice  en  órden^á  los'bieñesiibitos  »  quá 
dexan  los  kéyes  al  tien^po  de^  su^  oíüerté  »  i>ues  yo  ú6^ 
he  podido  cémprehétider  jztíiás  én  la  cónsYif  ucion  de 
nuestros  Monarcas  esta  diferencia  de  bienes  vinculados^ 

5  libres  que  tan  vulgarmente  óígo  $  ocasionada  en  mi 
idámeíi  9  de  Id  confusión  qué  se  hace  con  el  e^abl^ci- 
ii««í»il>  dé  Otr«*íífóharquísís  f'^óí  de  la  slmlUtttdíQÍdtf  lo© 

MayóráagM^^Oitfttiíts;-   nri.:.:;, .  ;  -k>  :     í  ^   ':  ?  -^'.n;.  nio'j 
:   Tom.XII.  Bb;  P^l 


*^4 

£n  aquellos  estados  mixtos  de  Monarquía ,  y  Atis« 

tpcradaí  ó  Pemacrapia^don4ea}.Rey  se  le.  consignaa 

fondos  destinados  para  la  dccenjcia  de  su  casa  ,  para  la. 

maoutendpn  de  su  tropa ,  y  paca  los  demás ,  fines  ^  ya 

emi^do.niuy  bien  ^  que  si  $e.  ejcccdiese  ^n  ¿os  gastos  y 

contcagere  algiifiOiS  empeños,  deberái)  «obrar  los  acreedo-, 

i^  de  1q$ bienes^ quedexarc  al  .tiempo. de  su  falleci<^ 

miento  s  pprque  no  conttaxerpa  con  el  ests^do  ^  sino  cov^ 

q1  Príncipe  i  y  sobre  aquellos  fondos  ,que  se  le  coivi>igr» 

Qs^ban  I  y  de  que  librepiente  podia  dispoper )  y  así  cpr- 

le  de.  su  cuenia  di  riesgo  4e  U  insolvencia ,  ó  .mala 

6.  Lo  mismo  diría,  yo  respeto  de  Iqs  Príncipe^  t  que 
Üiiviesenr:  algún .  ps^trimonlo  con  independencia  de  la 
49t4Cion del  es^do  »  como.  los. primeíos  £fupeM49re$ 
j^pmanos  desde  cAugustp  ^  que  ocupaba. el  soUo^  no  por 
suc.e$ipn  regular  9.sino  por  aclamación^  pelef%ioii.,  que 
f;e(;ayendo  4t(p  en  perdonas  <lisi¿nguidas  del  ipísmol^i- 
periQ^  Uevaban.^iei^precon^go.las  rentas .  p^trimcnua- 
Jbcis  de  ^u$  c^^s,  con  cuyos  fondos^  y  los  demás  que  $c 
aplicaban  paíasu  manutención,  y  subsistencia  (llao^os 
cpmuftmente  decechos  del  fisco),  no  tuvo  en  muclips  años 
eonejcion  alguna^^l  eracio.  publico  y  que;$olci .  esuba  des- 
iHiado  par;a  los  priiKipPiks  negocios  del  í mpetio.,  y  de 
esta  diferencia  que  se  halla  en  las  leyes  de  los  Rc>- 
«ItDo;,  ha,  nacido^sin  duda  la  cpnfusipn  (de  ^queUos, 
^«e  c^u^en  iíisiingulr  igualmente  e^  nuestros  Ji^eyes  1^ 
deud$^  t99ifi^  y  jyirs^oalf^  ^^.l^a^ieod^  gradiucíon  de  ías. 
pCimer^sporloi^  ^ppenps  cQntraí^PS^on  la,trp(^9  y  A 
;,  j^dinisteria^  y<le  las^segundas  por  los  que  diaanafide  la 
9«stepci.a.  de  la  Casa  r^^aU   . 

-:  7a.  También  puede  haber  4adQ  alggn  mptiyp  á  esta, 
«opfB6ÍPi).4ií?i  ?UnlUtud^d^l  rj;yno.cpn;lfl»  tmayprfyKgpít 
comunes ,  por  la  j^oca  refleiiqa  d^ Jp^^uc  couaa  á  tcuñ 
.'*:  tar 


^99 

tikt  estas  qucstloñes  i  pues  con  haber  encontrado  que  la 

Eucc&tou  del  riey  no  slri^c  de  regla  para  suceder  en  los  d^ 
mas  mayorazgos  del  óidcii  recular  ,  ya  qaieren  que  to« 
das  las  leyes  y  decisiones^^  que  los  Juti&consuUos  acornó*» 
dart  a  líos  i^articulares»  hayan  de  venir  muy  bien  á  quan* 
fós  Sucediesen  én  los  mayorazgoi  ácL  reyno  ^  y  como 
te  encuentran  los  bienes  libres^  los  frutos  y  rentas  del 
mayorazgo  hasta  tal  día;  la$  deudas  personales  del  pd-« 
seedor  y  y  las  ^jue  están  contraidas  coh  fiículud  fealn 
quieren  desde  luego  aplicarlo  todo  al  reyño^  y  á  svá  au* 
gustos  sucesores  »  y  que  aquilas  misinas  leyes  y ^  opl» 
oiones  tengan  su  juego  y  lugar  en  todos  ios  negocios. det 
la  corona» 

S  Pero  si  nos  detenemos  é  considerar  un  poco  fa 
-coiistirucion  y  naturaleza  de  un  reyno  como  el  nuestro^ 
^Oe  sin  duda  <s  de  Monarquía  absoluta  ,  ó  íodepeoK 
diente  i  na^e  encontrará  fundamento  para  establecer  es^ 
tas  distinciones  y  porque  desde  luego  viene  á  los  o)os^ 
qup  nuestros  Reyes  tienen  por  mayorazgo  la  suma  dig* 
nidad  real  ^  y  él  alto  dominio  9  y  la  ]tttisdiccion  abso« 
luCa  9  qué  gozan  sobre  todos  sus  rey  nos  1  cuya  investí-^ 
durales-dael  mismo  Dios,- teglada  sobre  aquella  lc)f 
de  sucesión  ,  qué  tenemos  establecida :  que  este  tnzy^^ 
irazgo  tiene  por '  fondos  y  rentas  de  su  dotación  todas 
•qitellas  contribuciones  ^  que  al  Rey  pareciere  exigir  de 
Sus  vasallos  i  ó  sobditos  para  su  mas  decorosa  roanutettH 
tíon,  y  pata  atenderá  las  obligaciones  de  que  cstifnat^ 
-gado:  que  si  alguna  vez  quando  no  alcanzan  las  rentas^y^ 
tontribüdones-comunes  {>ara  sostener  sus  gloriosos  em^ 
peños  9  por  no  oprimir  á  los  vasallos  ^  usa  del  arbitrio  de 
pedir  prestado  algún  4dinera  entre  los  hombres  de  «lego* 
cios  f  empeña  sus  mismas  rentas  ^  ó  se  adeuda  con  sus 
dependientes  ^dexando  de  pagarles  aquella  contribución^ 
«on  ^uetéstití  dotadas,  debe  enícndecse  que  los-misHK» 
:    ^  "  Bba  P«c 


}9^ 

pueblos  y  ó  todo  el  rey  no  queda  comprehendido  en  esta 

obligación^  pues  debió  dar  al  Príncipe  ,  y  este  pudiera 

haber  exigido  con  rigor  quanto  necesitaba  para  salir  de 

-sus  urgencias  >  de  iñodo  que  en  este  caso  es  lo  míbino, 

•que  si  ei  rey  no  todo  hubiese,  tomado  sobre  si  aquellos 

arbitrios  ó   medios  de  que  usó^su  Monarca ,  para  aren.- 

der  á  ios  empeños  en  qué  se  veía  ^  y  se  juzgaban  como 

indispensables  á  la  obligación  de  su  encargos  pues  ni 

«siempre  este  punto  podemos  hacerje  proceso  ,  cpmo  ya 

-se  ha  dicho  ,  ot  limícarle  la  potestad,  que.el  mismo 

-tqyno  te.tieoe  conferida ,  y  por  la.  palabra  de  Dios  le  esta 

rotorgada« 

p     £n  consequencia  de  estos  principios  yiene  ^  que 
squando  el  R.ey  cesa  ó  ibuere ,  no  pueden  quedar  bienes 
libres  (entendiéndose  esta  frase  t:omo  entre  los  particu- 
lares )  ^  ni  se  puede  decir  que  las  rentas  devengadas  ha&- 
«ta  su  muerte  ,  pettenecen  á  la  disposición  abdolura  del 
.Monarca ,  ó  deben  precisamente  aplicarse  á  la  satisface 
'^ion  de  sus  deudas  s  porque  si  dexa  coniraidas  alga- 
lias obligaciones  i  que  superan  á  todos  estos  derechos 
«devengados ,  y  muebles  de  ^n  casa  y  aiín  la  misma  regla 
.vulgar  de  no  ser .  nuestro  ,  sino  lo  que  qMcási ,  deduciú 
^re  édieno  f  ,dcxz.  burlada  toda  la  distinción. de  bienes 
ubres  y  vinculados  h  y  si  por  el  contrario  queda  lacoror 
jQa  desempeñada  ,  tampoco  aquel  caudal  debe  reglarse 
por  las  disposiciones  comunes ,  pues  siendo  un  sobrante 
^e  aquellas  contribuciones  y  que  el  rey  no  le  dio  para 
^us  asistencias ,  es  primer  acreedor  á  este  caudal  la  mis<« 
«a  utilidad ,  ó  coqveniencia  del  estado,  en  que  habrá  de 
convertirle  su  sucesor. 

I  o  Ni  esta  dodrina  excluye  á  los  Monarcas,  como  á^ 
la  primera  vista  parece ,  de  que  puedan  hacer  testamen* 
|o,  mandas  ó  legados  f  y  tomar  otras  disposiciones  so^ 
ble  las  rentas  de  sus  leynos  2  a^t^es  bien  digO|,  que  sí 

lai 


^ias  hktereni  aunque  queden  empeuadosá  adeqdados,  se 

deberán  cumplir  religiosamente  por  su.  sucesor  y  como 

una  de  aque^ias  cargas  dcL  estado  ,  y  de  las  obligado- 

.fies  del.reyno^  pues  tuvx>  &puitad  paca; imponerlas  aquel 

,AloQaxca  antecesor  suyciy,  .y  tampoco  se  i6  dcb^  )kizgac 

sobce  los  respetos,  iymotcvos  que  k  induxefion  .a.  estas 

disposiciones,    aun  quando    fuesen    para /rep^unera^* 

clon  de  algunos  vasallos,  limosnas,  ú  otros  d¿st|no$  se- 

anejantes  i:  y  soio  qi;eda  el.at bitrio  .prudente  de,  guardar 

cVta  cx>n  las  deuiaSióbtigacioncSfde  la  corona.. ;  i\ 

I  i     Muy  bien  lo  ejipliira  la  ley  de  la  Partida  conec- 
tas palabras  (/.  4*  ^'^*  i«^-  2.).  Habiendo  el  Rey  mOo  la 
edad  que  dice  la  ley  ante  de  ésta^  ó  siendo  tamaño  quando  r¿- 
"tmenxuise  á  reynar  ,  ique  pudlfse  gobernar' ju  reyno  ,  ieeiien^ 
ti  pur  dereeko^é  por:  bien;  e fianza  el  facer  estas  cosas  \for, 
sW  Rey  finados  asictnno  el  dar  limosna  p^^  su  anima  ,  é facer 
'decir  ACsas  ,,¿  otras  oraciones ,  rogando  aJDlas  que  le  baga 
-merced ,  é  otroú  por  ss^  deudas^  é  cumplir  sus  mandas  ,  né 
-enfaier  afgj  a  los  suyos  ,  que  h\biikkHn  menester  ,j  .que*  m 
^nquen  desamparadas  :::  é  eegtm. i justicia  ^  é  JcrectívL  con» 
,qulera  que  fuesen  Ájlenju  muerte^  así  k  debe  facer:  por  el 
ytnlma  del  finad9S  pms  que  finca  en  su  lugar  ^i  hereda  jm 
bienes^  ca  dereeboes^  que  como  gana  la  banra^é.elpr^ovecbo  da 
quiten  e^quel  l^reda ,  qiMí  así  tome  lé  caxga ,  é  el  enfbargij.  da 
h  gue  habla,  de  safjsfacer ,  éfae¡éifdale,a9het*aKle^\a  mky  b'ien^ 
§ue  qs$antps  lo^viejirenlo  preciaran  mas  por  enae  ^  ^y  le  tienen 
por  mas  leal :  demás  habrá  siempre .  buenn  fuerza  ,  que  k^ 
que  heredaran  ¡o  suyo  y  asi,  faran  por  él  quando  finare  i  pero 
fsfodelte  ser,  fecho  de  ^maneta  >.  querm  manqsu  eLsenorie^ 
asi  coma  Vendiéndola  enagenandó  loi  bienes  MI ,  que  toncémo 
raices  del  reym  >    ntas.  puédelo  facer  de  las  otras  í  cotas 
Muebles  que  hubieron  ,  é  el  Rey  que  esto  noficlere ,  haberlo 

Mm^por  desmestiradi^  I  i  aún.por  tigttittrg  ^  í  porqtéc  le  dan 
-Jé  rl^ 


r:^  Dioipeña  Mil  ^fú  mando  f  com^  fi^l  qui  detígfm 
guardar  egusldad  ¿  todot ,  tno  la  guardó  in  si  mistmo. 

1 1     Creo  que  esta  ley  deduce  claumence  las  obliga- 
ciones de  justicia  ó  derecho^  con  que  el  R.ey  soccsor  que^ 
xptra  t  ha  de  atender  á-  las  rdcudas  de  hus  antecewRS^ 
y  á  las  mandas  ódisiposicianes  que  tvubíere  dexadai  y 
que  le  prev¡ene;el  modo,  dé  satisfacerlas  sijn  disminución^ 
ni  perjuicio  grave^  de  su  reyno ,  en  los  caudales  ^  6  moe- 
-bies  qg& hubiere  del  mismo  reyno ^  que  ^cn  ^tecaso 
ia  herencia,  del  sucesor  y  á  quien  se  impone  el  encargo  y^ 
-obligacIcMi  de  pagar  las  deudas  ó  mandas,  tanto  porcoa«« 
ventcncia  propia ,  como  pot  reglas*  de  justicia  $  y  asi  no 
'^zgo  que  sea  necesario  detenernos  en  ias  glosas  que  Gre« 
(gorloXppes  haceáestá  )ey,'  Woler\tándolacon  las  ro» 
vglas.comunes  de .10$ deudos. y.^vótxas  que  no. vienen  al 
*própositode.  elU'y  nisirven^más  que- para  confundir  sa 
:Qlarisimo  contexto  9  i^uriindp  partdades-y^  que.no  ei»^ 
€i^n  enlos  termirios de  oaestra ^qü^stioh-i  hi  on  )a  na* 
^4ural$z»  ile  una  ^Nioiúrquía  absoluta  v^i»e^#eii'lo  que 
el  ELey  sucede  por  los^  dore^jnos  tie  augasc^  sangre  \  y  I9 
'^)tte^  nuestro  sabio  legislador  .entendió ,  qu$mdo  dixg: 
fues  que  finca  enju  hágarréhertda'iMjflrnisicsio  es,  stt 
jreyno  ) ,  qomo  ladeolara  la  ciansuía<$}gulente :  €adad0^ 
\riifbptsque  iQmoxg^na^  ¡a  i^nPa  i  4Í  prow9b0  ir  aqui¡  d 
^í¿iinbirsddf€ito,c^j^úo^qácjí  ¿quinfa  sdoeáei  pMqac 
muestro  reyno  no  e^  propiameoici  hereditario g  fllnio4ti  MI* 
«esion  reglada  por  ley.     . 

N. .  1 3  Lo  mismo  se  hfibia  determinado  muchos  anda 
^ntes  dela4ey  do  partidjt  cu  dConcUiaV,^ Toledano  if 
4^  Canon  ó  Capítulo  «4«<id  Concilio VL^  también  Tole- 
dano »  sobre/  la  invioúbie  observancia  %on  que  debiali 
mantenerse  las  remuneraciones  /  agracias  que  los  Re^ 
7és  hi(iq:oiKá  $as  fíeles  va^Uos ,  mirándolas  Goma.con« 


V,  .    « 


t99 

iBentencfas  dícl  reyno  i  y  de  U  patria ,  toda  k  vez  qu& 
los  Reyes  co  fuerza  de.su  pocesud  las  dexaban  hechasr 
donde  sao  reparables  la$  expresiones  del  diado  capítu-  > 
Ip  I4«  del  Concilio  VL^  i^fitféu  at  émm  >b$  dtátMm  dedu^- 

Ut  df legato  j$á(Ucio^  i  Pues  que  diriao  estos  santos  Pa^^^ 
dr«$  f.  si  se  tes  preguntara  de  aquellas  deudí^  ü  obligáis 
clones^  que  los  Reyes  contraen  ,  no  tamo .  para  rei. 
niudneraf  servkii»^  como  parj^  sostener  lasodargas  dd^es^ 

14    Según  este  sistema  se  dexa  ver  quán  lexos  estoy 
de  introducir  á  la  muerte  de  los  Reyes  aquellos  dere«. 
chos  civiles  ^  que  juegan  en  la;  test^mefcitada  de  un  par^: 
ticular ,;  cpmo  esia  división  de  .Ips  igainanciales ,  d  kchoi 
cptidiano^  y  otras  TCnt^jas  de  l^s  viudas*  ,•  la  particioof 
Igual  entre  los  iiijos ,  que  quedan  dd  difiínto,  y  todai 
Us  dema&  dísposíciíones  t  que  la  Itíy  del  rey  nó  tiene  es^ 
tabkcidas  par^  ^Ig^íeíoo^de^loS;  subditos  1  ¿  (mes  quiáa; 
M:^v|stOjque  esto.  s[ii.  hdy9^(>6ltféiLViidft  iha9tá  ahora  res» 
pe¿^o  de  las  Rey  ñas  ,  ó  de  los  Infiíntes ,  d  quien  diri 
que  sea  posible  ^  y  preciso  observarlo  ?  Semejantes  per* 
Ipn9$.^aedaq  Sf^anpcp  h4;rj:derasde  l^'n^tural  indispeiw 
afible:pWigí<5íPo  q^cd  reynft  iii^pe  d^ 
todo  el  lucimiento  cor|ns|K>n4¡p&f «.  á  su  alto  cará¿ier  $  y; 
|ior  lo  que  mira  á  los  Infantes  ,  heredan  umbien  aquelU 
bilrstioiable  esperan^   deí  qae  j^uede  toCaSrIfós   alguti 
da  .la  exaltación  al  trono  ^  ^e  es/  tpdo  ;d'ipatri»otiAfl{ 
deí  s(^¿  ^t(¿^^iXmifi^f^ji  :Sffi\  ^^  ^^  di^túto  hi)bie«r 
le  :dexa4».^lg^P%  di$pq!M(juiarp^ti(»l<ir^s^^    dlos^: 
iambien.^9s  preciso  cumplirla  ^  como  no  fuese  noto-», 
llámente  inju^tay  y  ^opuesta  á  la  misma  constitución 


4d  ettadp^ 


ii 


'  -  <  •' 


1 


>> 


idigtbfitt.VHiuo  ákjsaraint^^vqñ^ 

se 


se  hacen  por- muerte  <{e  JoslCeyes^  {Mies  rio  deben  tb- 
ntttotrú  concepta  ^  que  el  de  uoa  descripción  de  las  al- 
ba^as-desus Jalados,  para  que  los  sugetos  encargados 
de^'élla»  vi^an  con  el  cuidado  correspondiente  ^  iablea-* 
do  que  están  anotadas  j  y  que  han  de  responder  de  sa 
custodia ;  y  para  este  caso  ya  se  conoce  quán  Imperif-- 
nonte  es  laprevéncion  de  que  se  executen  por  minisitos. 
de- justicia. '' *^ '    ^    ••        •  '    •    ? 

t  j[5S  P^rtlo^^^ue^tiika'  á^la  junta  «de  descargéí ,  no 
se  de  que  ministros  se  compone  ,  ni  quales  sean  los 
asuntos  particulares  de  su  establecimiento  $  pero  si  no 
tiene  oteé  destino  que  el  de  pagar  por  aquella  mano^ 
las  dendas  4íOtttraidas  ^r  •  los  Rcfyes  difuntos  ^  ó  propo- 
ned mied ios*  cbn  qu$^  se  puedan  -satisfacer  ,  tensólo 
igualmeme  por  dció^o^^' pues  paira  k>  primero  basta  la 
(Tesorería .  C^neral ',  y '  para :  lo  segundo  los  Ministros 
de  Hacienda  ;  ^qoc  0h  dudsi'  sabrán  mejor  el  estado 
on.<||ie  sciíjiUa  él'Qtrarto^-  y  el-reynó^  y  «fíen  el  día' 
pueden  adenderilaP^iíllsfiwiifondo^a^^         cr$dho6  aa- 

tígiios...  .      ',    *     í.1nl   ?c      .     >    , '. 


'-•ir 


t  • 


L>    ^    •  «       *        • 


I  17-  Habiendo  rcspodídtdo^  con  toda  ettenáon  á  Uí 
jprímecái  ;pi|e^UMa  ,1  juae&'^uedád  evacuadas  poi(4sh  ^ma^ 
yorJpahe^tesidifíciylikdb^  i'^qúfc  te^tá^n*  désdd'  ¿4  Si'lL^^ 
hast¿:eLi^;2$ipue¿de]¡:x>  «¿ritádé,  qué'tos  detkkí  igend*^ 
roimente  ^n  del  rey  no  ^  y  qué  deben  pagarse'  por  el 
K.ey  délos xnhmós  fondos  y  conrribudoñes » ¿oh' que  lef^ 
asiste  $  pero  si  estas  solo  alcanzan  en  el  dia  para^^aceode^ 
^ifS42bUgaoiptYe6¿Aa6  iaffW|kaMe»3Ítl<Sná«k3s4m  4tda. 
-\  al- 


2ax 

élgarxi' &  pKcUa  r qudse  sú^nda  la^jM^rde  Jos  credíp 

tos  antiguos,,  jriayocmcate si esicierta  la  itnposibifklad 

«iioral  en   que  se  tiallan-  tos  Pueblos  de  sufrg:  alguna 

iittcva  contribución.^  que  se  destinase  al  empeño  de  es* 

itascargaSf  coiQOJBedice  alnikn*  5r.    \  t-    '  - 

1 8  .Foc  ÍQ.qftc  á:4aaí  .toca  ^  creo  fírmiasDente:  este  saf 
puesto  que  sé  mA^. hace,  jpGto  ni  yo,  ni  losr demás  Teo^ 
logos  podemos  votar  en  esta  materia  con  conocimiento^ 
y  asi  juzgo ,  que  si  puede  ofrecerse  alguna  duda  en  ella, 
^on  mucho  mas  oportunos  ,  para  jevacuarla  ios  Af^inistros 
<ic  Hacienda.,  ques^bea  trien  el  estado  Áirque^e  haUG( 
el  reynO|  y  bi  distribución  que  se  hace  desús  contris 
buciones  ordinarias,  con. cuyo  conocimiento  prá&icó 
podrán  decir  ,  si  los  pueblos .  están  imposibilitados  pa# 
jra  nueva,  exáfidon  6  tributos  ¿^  y  si.  los  que  subininis^ 
tcan  boy  en  dla^^  son  .bastantes para  Ja^  decooosa/subsisRi 
tctkciZjdfA  Rey  ,  y  dcitoas  cargas  dd  JEsudo  ^xoáuy  sob 
la  tropa  y  minilsterio  que  aíbialmente  le  sirve. 

19  ,  De  aituína^fe,  que  yo  tío  tengo  por  dificultad 
la. replica  que  se  propone  al  folio  3  «quid;  í.^  pues  na 
he. pensado iqueiflie^eaipermitido  ^tvar  len^cl  eximo» 
de  los  grandes  ¿ándales,  que  pueden  liaber  venido  ^de  In^» 
4ias  ,  ni  de  su  aplicación  ,  debiendo  suponer  ,  que  si  el 
Key  ci  sus  Ministiros  se  halbwen  con  todos  los  fondos  de 
que  la  ocioslcUd*  y  el  vulgo,  l^^s^yuiere  hacer  cargo ,  ya 
hubieran  atendido,  á  Ja  5atisfitt:cl¿>ni  de:pstos.jcreditos  pof 
la  propia  convenietvcia  delJEstado  ;  qucsin  eluda  se^ba^ 
liaría  mas  q^i^hdante  por  escc  medio , .  y  .seria  facilitac 
AU^idios^  massogurc^pacaien  adelante,  ya  .por.  la  mo» 
JQr:.c^5ictuicioo  .en>  que  se  pondrían  loa ^Bucblos:,  .ya 
también  fpx  ia^pruAiM.que  el.ILey  ibdmjdc  su^buona.ia'^ 
di  nación,  á .  satisífacef  .  ]a»  <49fbligjsKMncs^  4o'  ^  h:  cóamí  ^ 
laaanteniendo  así  kiii  ^úblka.^  y  Jar  puntual  coi!rcspon<í 
;  .  Tám.  ni.        ^  Ce  deu-< 


Reacia-  db  staS:«teeiior¿sri:(^.crÍa  i|uo^sle^^         fací* 
litado  mediois  para,  las Jtaayoces  Jisgencias, ,    : 

20  Y  así  en  está  parte  sé  satísií¿c  moy  bien  con  lo 
que  ia  consoita*  dice  al  número  j  7(.  i  aunque  no  apruei- 
bo  indistinción  quea^lir.sequieieiíaceff de^ia qüesck>a 
púbtica  sobic  si^es^deceme  ó  no  iecanif^á^la  imposibili* 
<^ad.mQ8al,|  y  la^qüestion  d^rcbíicicnda  sobre  si  el 
Rey  está  obligado  en  el  dia  á  pagar  esras  deudas.  Poc« 
que  como  ya  dezo  dicho  ^  si  los  fondos  del  rey  no  no  al* 
caosáni{»ara ésdarsatisfacdont,  ^obligaciones subsisten, 
pero' is£xecud»n:  debe  áuspondersc' ^  y  np  ^está  obligado 
el  ftey  á  otra  con  en  el  d>af  pero  está  noncá  puede  sei 
indecencia .,  ó  itifracdon  de.  la.  ic  pública ',  sino  una  so^ 
la  resolución  ajustada  áiacoostitjacion^aó^uái  de  losPuq- 
ÚiNLiPorc'  el  contrátío  ^  s\  fuese  iposk>te  'encontrar  algiift 
«lécUoepara  extuiguir  eaa$  robtigaicionesr,  estaríá'cl  Rey 
•bügaéoxp  coa<&ácia  á  t^omarie  V  tanY;o^jpbr  el'des^ 
empeño  de  la  obligación  en  que  se  halla  ,  siepdo  cabe«i 
¿a  delieyno^  tcprao  por  el  decprp . y  ceputacion  del  Es- 
tado ^iqpeigualmer^edé  obliga  en^oficienci^  >  y  asrnó 
CR  sefaraUc  enilos:Moiikarcá;^  c^ta  ateiicion;de  las  denlas 
qiie^cómpreliehdcn  en>  la;  soberanía  debceiUK  ..  '  * 
.  ai.  Por  la  misma  regla  debe  juzgarse  lo  que  la,  con^ 
sulta  propone  desde  el  númeco  i^.  Jiasra«l  i^.^adaiiYieo¿ 
do  que,  sean>vesdadéDf6^iús(i4ait)ores:vQlgdrcSy  yi  que 
pnfdojquedacualgun  sobcaiiÉei  para  estas  dí^udas  ^  desí>ues 
dcr:  atendida  dá^pvincipal  obü^abioñ^'rá  que  el  Rey  se 
baáh.  y  y  ptegufit^ndo  si  encaste  paso  se  d^  acudir  pri« 
meraxon-^l  «obrantei  ü^foner^f/eyuo  ^n4a^mn8titúciOQ 
que  cnece^cáipaoá  aiidbfirnpaq^puef  •  c0in««fuU9f y  •  que  al 
Búhie8orii!54<S(^topí»fe  iq8eboi>t«ft)«iim^Qxdrd{«9  propor^ 
Cimiadb,  id  fo¿rz»iaiai^tAÍ«s  «6i:rd(^ndientte,mi  fortín 
&a4asias^laaa6;queiel^o3W¿iíeQB^ta^  su  resguardo^ 
u  jD  de 


•••I 


de  cuya  materia  s<Ao  pueden  juxgai^e}  misAio  "^Y  y «»« 

Gcncwícsj  poco  po(ir4Q.cietQncc»,los  Te^loj^QS.«si.  r^C<h 

nocec  ¿ta ,  como  pci^cip»!  obl^lop  .4el  £sca4q:»  p^Crs 

lerible  por  todo,  derecho  á  la  satisfao^ion  de  las  deudas 

antiguasi  y  a$í  &lta  el  supuesto  que  se  hace  de  qup:  pue^^ 

da  haber  algún  caudal  sobranfic  en  las  ^conirlbuciones  ac^^ 

tilalesdel  rcyna^  pues  oada  spbra  .estando  pondiente  es^ 

te  descubierto  de  la  maypt consideración^ 

*    2  z    ?cto  si  Q(ft  estrechamos  á.io,  que  dice  desde  el 

n.  1 5.  liasta  el. a  ov»  haciendo  supuesto,  de  i(]ttq  las  plazas 

y  fuerzas. del  reyno  se  hallan  en ia* debida. proporción^  y^ 

que  todavía  queda  algún  ^obra^te^  no  oift  «creyó  i  r^ 

sobcer  ^.que^ste.deba^pUirairsfilaiites  á  Itís  ioepucstos  4fil 

erario ,  que  á  la  satis&ccidn  de  Jas  deudas  antiguas  y  la 

primero  ^  por  ser  muy.cpntingeme  ^.y  ocasionado  á  in« 

aumerables  falencias  este .  proyjeAo  i  la  seguqdo »  .por** 

que  el  JLey^  ni.^s  reynosxiertameme.nú.csEatLJ^btligati 

dos ;en  conciencíala  vivir  con  unta  pkecauciibti  i^  ^uaodü 

DO  tienen  á  la;  vista  el  peligro  de  iá  guerra,,  yfpor  dt  eoa^ 

tadtí  tienen  sobre  sí  las  obligáciohoi  de  satísfitcer  á  sus 

acreedores  ,quando  sea  posible  en/contrar  .medios  5io  que 

se  arruinen  liis^vasaltos  3 .  Iq  tercero ,  que  ;tsta*prcvencioa 

imgbsibiUtaría  para,  siempre  ia  satisfacción  de  etsafi  deu^ 

das ,  y  no  nos  heñios  de  pOner  en  semejante  estadopoc 

unas  contingencias  generales ,  que  en  el  dia  son  reibotasi 

y  por  último ,  aunque  parezca  miy0rutili4adj  delire  y  UA 

hallarse  con  una  grao  prevebcioi»  de  caudal!  )para;  haces 

frente  i  Itís  enemigos  fiae^^pienseo; oprimirle:^. ti0.ipuede 

preponderar  esta  conveniencia  á^la  obligacidn.  jíní  que^e 

halla  de  responder  a  los  acreedores  s  porque  nunca  el 

mejor  estado  í  q  cOnsütudon  propia  se  puede  buscar  con 

perjuicio  ag^ndu  i    i 

23     Ni  mié  hice  fuerza  contra  estas:  razones  el  ma^ 
y or  gasto  que  ocasionan  las  guerras  >  quando  se  empie-? 


*»**•% 


»04 

zan  pidlet^ch)  caudales  i:  k>s  hoifobtes  Ác  négtícios  "¡pov  (aí- 

tí^^esie  repuesto  i  ftiies  ya  sé  sabe  gcinecalmeote  ,  que 
cSi&¿  etf4na  de  las  ^catatnídadds  que  ifíie  consigo  la  guer^ 
ca  \  y  ningua  estado  púedé  evitarla  con  las  contribucio* 
nes  ordinarias  s  porque  estas  por  lo  comuo  se  dirigen  á 
mantener  al  Rey  y 'al  rey  ha  «l^  aquella  constitución  que 
cdhesfiiónde^l^^temá  4e  lá{>a2  c&n  mucho  menos  hú- 
mero de  tropas  ^  y  ski  otiros  gastos  mas  crecidos  ^  que  c$^ 
tds  hacen  quando.se  haikíti  en  campaña  $  y  así  nunca  ^« 
ría  posible  ,  qUé  aún  d^do  ^aquel  repuesto ,  se  escusára 
el  rey  no  de  epnttíbucvbnes  mas  gravosas ,  ó  de  caer  cu 
sñünos  delds  Asentistas  v  4^^  viene  á  ser  lo  mismo  5  per- 
eque cofl^ya  dexo  nócadx]!  ^  teniendo  el  Rey  un  dere- 
cho incontrastable  para  eiigit  de  sos  Fueblo$  quanto 
necesita  en  semejantes  ocasiones^ -si  por  mirar  á  su  con«» 
sd^rvacion ,  nq  lo"  ejecuta  rigurosamente ^  y  toma  elac* 
trfi($iadeempe&ar  sustentáis.,  ó  de  pedir  prestado  coa 
fotefesj}s^d0be'consi4cra(rse  en  esto  la  uvayor  coavcníen> 
cfa  dd  Eltado ,  y  se'debexofitemplar  esta  obligación  que 
entonces  (^nt rae,  con  el  mismo  respeto  que  las  contriba- 
fikfnes^  ettraocdinarias:,  que  elJELfy  podía  es^gir  para  sos-^ 
ti^ner  sus  etií{ieuos  }  y'sobtie  rddo  siempre^  hemos  de:voI« 
yupiúíftjo^i  la  principal  obligación /que  sin  dudaidga- 
fia  reclama  por  xl  pago  de  las  antiguas  deudas ,  antes 
que  i  prevenirnos  contr»  las  casualidades  y  contingen- 
cia^ ^'eitibtas  ^  máyorodentequando  no  puede  ser  tan 
dtertd  etevjitlaiflas,como(podemos;solicltar  nuestca^mayor 
cónveinbni^iat  de  haber^os^  4e^^P^ado  de  las  cargas 
de  justicia.  Bástale  al  Rty  que  no  oprima  sus  Pueblos 
¿n  una  constitución  tan  lamentable  como.se  hallan ,  y^ 
que  los^prócüce-algun  qliv|Oy  ^.es  posible;  pero  mientras 
estuvieren  gravados  con  la  obligación  de  ios  empeños» 
que  se  han  contraído  para  escusarlos  xle  la  ruina  ár  que 
estaban  expuestos  >  si  se  les  hubieran  exigido  las  contri- 


1 


r  iOJ 

buciüncs  extráoidinárias  ^  que  en  otra  heccsitaron  los. 
Reyes  ,  y  suplieron  con  el  arbitrio  de  tomar  prestado, 
adeudando  y  empeñando  sus  rentas  ,  no  parece  razona- 
hle^  ^e;se  les  procure  la  .mayor  conveniencia ,  fígurauT 
ido  de  que  nunca  se  vuelvan  á  empeñar. 

24     De  aquí  nace  ,  que  tampoco  puedo  convenir  en 
que  los  caudales  sobránxes' de  la  contribución  otdiñaria, 
que  hoy  hacen  los  Pueblos ,  puedan  apíicarse  á  su  ali*^ 
yio ,  antes  que  á  la  satisfacción  de  las  deudas^  pues  una 
cosa  es ,  que  no  debe  el  Rey  solicitar  esta  paga  con  de-» 
solacion  general  de  sus  vasallos ,  y  que  pueda  suspender* 
la  llcitafliente  ,  úucatras  no  encuentra  medio  para  pagan 
sin  que  los  arruine;  y  otra  especie  muy  difetente  es, 
procurarlos  su! mayor,  abundancia  y  felicidad  ^  con  der^ 
trimemo  de  sus  acreedores ,  y  así  se  sabe,  qué  la  ma- 
yor .  con  veniencia  délos  Pueblos  consiste  en  esto  $  pe» 
ro  taml)ien  len  pagar jdcudas ,  y  sostener  importantisimias 
resultas.  •    ^ 

'/;25     Puera  de  que  es  muy  dudoso  1  si  las  .ruinas  de 
los  Pueblos  consisten  únicamente  en  las  contribuciones 
excesivas  ,  porque  tal  vez  se  atribuye  á  este  principio ,  y 
depende  de  otros  muy  diversos s  y  así,  uunque  el  Rey 
perdonara  por  diez  años  la  mitad  de  la  contribución ,  tai 
vez  nos  quedaríamos  en  el  mismo  estado  de  miseria  s  pe« 
xo  esto  ya  sale  de  la  linea  de  mi  conocimiento  prádico, 
y  solo  me  pareció  decirlo ,  porque  puede  conducir  al 
^poyo  de  nii  didaiqen  ,  y  para  otanifestar  que  ni  los 
clamores  populares ,  ni  las  críticas  de  las  tertulias-  pueden 
servir  d^  pauta  en  esta  materia.  Yo  encuentro  mas  ocio- 
sidad en  el  pueblo ,  que  gravamen  en  los  tributos  s  y  los 
Ministros  dp  Hacienda  no  bastan  para  remediar  este  vi-» 
€ia  Si  los  que  censuran  su  rigor  en  las  exacciones^  se 
aplicaran  al  trabajo  ,  ó  los  que  se  precian  de  capaces  pa- 
ra el  gobierno ,  les  diesen  arbitrio  eon  que  poner  á  to- 


dos  en  aplicación ,  creo  que  saldriamos  breveoieüte  de 
toda  la  dificultad. 

■ 

Di  las  contequencíAS  comprel^auUdax  en  iltittda  S^  disde  r/ 

númiro  23* 

%6    Sobre  La  primera  conseqüenda  yá^^jqucda  tx^ 
puesto  mi  di£kámen  ^n  los  tres  puntos  que  abraza. 
.    27     Sobre  la  segunda  y  tercáa  bien  conozca.^  que 
estos  créditos  por  lo  regular  se  estiman  en  pbcoi  uq 
tanto  porque  su  antigüedadi  6  la  absoluta  insolveticia  del 
rey  no  les  ponga  en  la  reputación  de  incobrables  ^  como 
porque  los  acreedores  quando«  tiQ  pueden  estrechar  á  sos 
deudores  |  tampoco  pueden  hacer  comercio  en  uso  alga* 
no  ton  aquel  caudal ,  y  por  consiguiente  viene  á  ser  lo 
mismo  que  si  no  le  tuvieran  s  pero  suponirádo  que  en 
mi  didamen  está  responss^ble  el -reyno^  á -todas .  estas 
deudas  I  después  de  contribuir  lo  preciso  para  Jos  ali- 
mentos' del  diaV  00  puede  decirse  que  sean  del  todp  fa- 
llidas y  ni  graduarle  por  aquella  regla  con  que  se  gta«* 
diia  la  insolvencia  de  un  particular  $  porque  las  buenas 
disposiciones  de  nuestro  Monarca  pueden  facilitar  con 
el  tiempo  alguna  constitución  mas  favorable  á  su  estan- 
do»  tal  que  permita  contribuir  para  su  desempeños  y 
esto  debe  esperarse  con  probabilidad  ,  que  es  muy  dd 
caso  para  no  deprimir  tanto  estos  créditos. . 

28  Sin  embargo  no  igporo ,  que  se^  tiene  por  feli- 
cidad, encontrar  algún  sügeto^'que  tome  sem^antes 
deudas  por  la  mitad  ^6  tercera  parte  de  su  valor ,  <cuya 
cesión  se  justifica  de  parte  del  que  enageóa  por  la  nece« 
sidad  á  que  está  reducido ,  y  de  parte  del  que  toma'  el 
crédito  por  la  dilación  á  que  se  expone :  en  estas  dos  di^ 
laciones  convengo ,  después  diré  si  contradicdn  para  algo 
del  asunto. 


VT..4 


Ít07 

Sxamhsff  k  dificultad  toioda  en  ti  capitulo  6.  de  la  €on^ 
suita  j  diíde  el  número  29^  basta  W  32. 

2^  Bs  digno  ck  nuestro  Biáyór  recopocimieiyto  jd 
acbiirio  que  el  Rey  ha  tomado  de  ceñirse  en  algonoB 
gastos,  que  á  otro  Monarca  tal  vez  le  parecerían  preci« 
sos  para  su  decoro ,  y  consignar  lood  escudos  anuales 
á  la  satisífaccloo  de  los  antiguos  créditos  de  su  coronai 
pero  las  deudas  que  ^  presenta^  para  el  buen  uso  de  es* 
te  fbndo ,  no  son  ep  imi  juicio  de  unta  cpnsideracioq 
como  á  la  primera  vista  parece. 

30     Yo  tío  reconozco  en  los  Reyes  mas   que  la 
obligación  natural  de  saris&cer  l^s  deudas  del  Estado 
sin  ruina  de  sus  Fucblosvy  después  ¡de  atendidas  sus 
principalQ^  obligaeionesy  queiíasta  ahora  he  comprehen^ 
dido  eriel  nombre  de  alimento^;  y  así  tampoco  el  Rey  es» 
tá  obligado  á  llevar  en  este  negocio  aquella  graduación^ 
que  las  leyes  y  dpcisioncs  dé  ios  tribunales  observan  en 
un  concurso }  pues  este  es  un  derecho  positivo  muy  con* 
veniente  para  U  administcacion  de  justicia  entre  patti^ 
cular^  >  y  cotpo  el  Rey  y  el  rey  no  son  siempre  supcrio^^ 
les  á  las  leyes  positivas  ,  -y  mucho  masa  las.  opiniones^ 
que  sd  han  establecidoc  sobre  la  palabra  de  los  autores^ 
ño  tengo  por  conveniente- 9  que  la  distribución  de  los 
lb0d(  escudos  se  fíxe  sobre  ja  regla  de  la  antigüedad  del 
ttéóAta  y  ni  sobre  la  calidad  de  la  acción  hipotecaria, 
y  en  una  palabra  j  sobre  ninguna  de  quantas  juegan  en 
d  concursó  de  un  particular  >  porque  en  -este  caso  se 
atiende  solo  al  mayor  beneficio  que  las  leyes  y  y  las  de*^ 
cisiones  han  dado  al  acreedor,  ó  porque  supo  prevenirse 
con  hipoteca ,  ó  con  escritura  guarentigia  ,  ó  por  la  mis- 
ma naturaleza'del  crédito,  siendo  dotal ,  6  dominical ,  p 
de  salarios,  y  asi  de  otras  considecaclopes  ó  motivos,  que 

en- 


entran  ipuy  bien  en  estos  asuntos. 
.   31    .  Peco  qüando  se  trata  de  redimir  la  vejación  qoo 
padecen^los^  vasallos  acreedoces  .de  Ja  corona ,  y  no  te- 
nemos fondo  correspondiente  para  satisfacer  á  todos,  pa* 
jcece  preciso  que  el  Rey  solóse  dirija  por  él  defecho :na- 
turaly  y  por  las  reglas  de  la.  mayor  eqikidad  que  di¿bt 
la  prudencia ,  y  el  cara¿ier  de  .padre. y. «tutor  de  sus  sub? 
ditos  $  y  así  es  bien  cierto.  Pues  entre  estos  acreedores. 
hay  muchos  ,  y  tal  vez  será  la  mayor  parte  y  que  pue« 
den  sufrir  la  suspensión  ^  ó  dilacipni  y  otros  que  por  el 
conrtarió. necesitarán  dJe  su  dinero  para  acudir  en  el  día 
á  gravísimas  urgencias,  querría  yo  que  examinadas  biea 
estas  dos  clases ,  se  fíxáran  por  sola  esta  graduación  los 
^  pagamentos  sobre  los  ioo9  escudos  >  y  aún  no  dudare 
decir ,  que  el  Key  está  obligado  en  conciencia  .á  obser^ 
var  esta  sola  atención  en  el  caso  presente ,  quando  el 
fondo  es  tan  limitado  respedo  de  los  acreedores  $  pues 
¿cómo  he  de  persuadirme  á  que  no  sea  obligación  preci- 
sa del  soberano  caraúber  de  Mx>narcá ,  quando  este  es  su* 
pecior  á  todas  las  leyes  positivas  ,  que  concurren  la  gra* 
duacion  de  los  créditos  entJíe  particulares,  en  regular  los 
suyos  con  la  piadosa  atención  patuxal  de  padre ,;  que  es 
la,  misma  que  le  ha  obligado  á  separar  este  subsidio  de 
sus  mismos  alimetitos,  para,  mayor  beneñclo  de  sus  va- 
sallos? ¿No  sería. mas  justq,  y  aun  obligatorio  en  e\ 
que  puede,  suspender  la  .paga  del  hombre  rico,. que 
la. del  necesitado,   quando  es  preciso  elegir  uno  de 
los  dos? 

.  3  a  Si. se  me.dlxere  que  es  quasi  imposible  esta  ave^ 
riguacion ,  responderé  lo  primero ,  que  al  Rey  le  to- 
ca acreditar  su  beneficencia  ,  y  encargar  el  cuidado  de 
su  distribución  á  los  Ministres  mas  zeiososos  y  hábiksi 
que  tuviere  ,  y  si  estos  procuran  la  gloria  ,  y  el  dcsem- 
peíio  de  su  Mo;iarqu/a ,  Relímente  encontrarán  infor-. 

mes 


209. 

mes  mas  seguros  de  Ii  constitución  ^  en  que  se  hallan 
los  acreedores  que  concurren^  aunque  estcn  esparcidos 
por  rodo  el  rey  no  ^  pues  en  el  hiy  Obispos ,  hay  Cor- 
regidores ,  y  hay  otras  muchas  personas  y  de  quienes 
informarse  con  seguridad  »  instruyéndolos  de  la  Inten- 
¿ion  del  Rey  ^  y  de  la  obligación  con  que  se  recargan; 
fuera  de  que  la  misma  naturaleza  de  los  créditos  pue« 
de  dar  alguna  luz ,  ó  noticia  de  la  estrechez  de  los  aeree* 
dores  s  porque  si  son  salarios  de  los  militares ,  ó  minisi 
tros  9  que  están  én  sus  deudas  |  ó  en  ^us  hijos  ^  i  que 
diñcultad  podrá  tener  la  averiguación  de  su  infeliz  i  á 
próspero  estado?  Lo  segundo  diré »  que  quando  no  sal- 
ga  tan  matemáticamente  ajustada  >  porque  las  casuali^ 
dades  ,  ó  las  precauciones  la  pueden  alterar  en  algo,  no 
hemos  de  ser  tan  escrupulosos ,  que  solicitemos  del  tO'» 
do  perfeflás  aquellas  obras  ^  en  que  han  de  intervenir 
los  hombres.  Al  Rey  solo  toca  declarar  la  sama  intea^ 
cion:  de  su  imponderable  clemencia ,  y  confiar  la  exc-^ 
cucioii  con  grave  encargo  á  los  Ministros  de  su  mayor 
confianza  y  por  cuyo  medio  se  iasegaran  las  asistencias 
de  la  luz  divina. 

33  De  lo  que  dexo  dicho  se  reconocerá,  que  mi  grsu 
duacion  eo  tiene  preferencia  alguna  á  los  juristas  poc 
sus  descuentos  y  aunque  deberán  tener  la  que  les  coit- 
responde  según  sil  pobreza  i  peco  querría  que  no  se 
confundiesen  aquí  (como  vulgarmente  se  confunden) 
los  términos  con  máscara  de  juicio  y  y  de  religión  ,  pues 
á  título  de  que  sean  acreedores  los  Monasterios  y  y  las 
Iglesias  y  y  de  que  la  reta ta  de  los  juros  está  aplicada  á 
fines  piadosos  y  no  se  ha  de  pervertir  el  orden  estable- 
cido para  acudir  al  socorro  de  los  verdaderos  necesita- 
dos ,  sobre  cuyo  asunto  no  es  posible  dar  aquí  todas  las 
reglas ,  ni  creo  quedan  fjrectsiás ,  si  se^nfiarc  4a  dis- 
'  -  Tom.  XII.  Dd  ^  «í- 


.lio 

tribucion  á  personas  de  dodrina  sólida. 

34  Taoibien  se  reconocerá, que  me  han  hecho  fuer- 
za los  justos  reparos  y  diñcuitades^  que  se  proponen  des- 
de el  número  28  de  la  consulta  hasta  el  32  sobre  la 
graduación »  pues  no  encuentro  otro  modo  que  el  refe- 
tído  para  salvarlos  en  el  sistema  de  que  ahora  se  trata 
sobre  la  distribución  de  los  lood  escudos.  Aunque  no 
dexa  de  tener  sus  inconvenientes ,  como  se  apunta  al  nú-: 
mero  3  2  ^  son  en  mi  diftámen  los  de  menor  entidad  j  j 
los  que  pueden  superarse  por  la  aplicación  y  buen  zelo 
de  los  Ministros. 

35  No  quiero  dexar  sin  respuesta  lo  que  se  dice  en 
el  número  27  ,  sobre  el  clamor  .de  los  Juristas  por  sus 
descuentos  ,  á  cuya  paga  parece  que  el  Rey  está  mas 
obligado  9  tanto  por  la  hipoteca  ^  como  por  la  desigual- 
dad ,  con  que  estos  acreedores  han  contraído ,  respeto  de 
ios  demás  vasallos» 

$6  Si  yo  no  me  confundo  p6r  la  ignorancia  de  los 
términos^  ó  por  otra  casuaj^dad,  en  este  reparo  hayalgu- 
aá  equivocacion.>pu9s  los  descuentos  hecí&os  á  losjuris- 
tas  I  no  los  reputo  en  la  clase  de  contribuciones  ,  porque 
«n  este  caso  el  Rey  hambría  asado  de  sus  soberanos  dere- 
xhos ,  y  no  rendrla  que  restituir  ,  ó  pagar  por  los  de-* 
-A)as.  La  imposición  de  tributos ,  bien  conozco  que  no  se 
4cbe  hacer  con  desigualdad  ^  sino  proporcionada  á  los 
,1>ienes  ,  que  cada  vasallo  tuviere ^  ¿y  quien  duda  que 
.f>or.  esta  regla  á  uno  le  corresponderán  cinco ,  á  otro  cin- 
iquenta,  y  á  otro  ciento  I 

37  Pero  nunca  he  pensado  que  los  dcscuenfos  ten- 
gan oua  calidad  mas.  que  la  de  deudas  ,  y  los  Juristas 
4a  de  acreedores  á  la  corona ,  considerándolos  de  la  mis- 
.  ma  manera ,  que  á  otros  ministros  asalariados  ^  á  quie« 
lies  no  seles  puede  asistir  con  toda  su  dptacix>n ,  por  1^ 

•  •  .    .  ■      n 


u,  t 


21  r 

tirgenclas  en  qoe  se  halla  el  estado  ,  ahora  se  hiciere 
esto  con  especial  orden  del  Rey ,  ahora  sin  ella  ^  pues 
p^ra  el  caso  no  hay  diferencia  alguna. 

38  £n  estos  ce'rminos  ¿qu¿  fuerza  puede  añadirle 
la  hipoteca  especial  al  Jurista ,  sobre  la  obligación  natu- 
ral en  que  el  Key  y  el  rey  no  se  hallan  de  pagarle  siem- 
pre  que  sea  posible?  Todos  los  acreedores  del  reyno^ 
pueden  llamarse  hipotecarios  ,  porque  tienen  analizados 
sus  créditos  sobre  los  fondos  generales  del  rey  no  $  y  ade- 
mas de  Id  que  llevo  dkho ,  en  orden  á  que  la  naturaleza^ 
y  preferencia  de  las  acciones  hipotecarias,  solo  dimana  de 
la  disposición  civil  |  también  debe  considerarse ,  que 
la  hipoteca  en  los  juros » solo  puede  tener  el  concepto  de 
una  consignación  que  se  le  hizo  al  Jurista ,  ó  que  eligió 
el  mismo  para  cobrar  sus  réditos  en  esta ,  ó  en  aquella 
renta ,  aunque  nada  de  esto  es  del  caso  para  mis  prin*^ 
cipios. 

Discúrrese  sobre  ta  transacción  propuesta  eñ  los  §§7^8  de, 
la  consulta^  desde  el  número  3  3  y  siguientes. 

39  Hemos  llegado  ya  i  la  mayor  dificultad  ,  y  al 
termino  de  esta  consulta  ,  pues  toda  la  veo  dirigida  á' 
examinar  y  si  en  la  constitución  presente  del  rey  no  ^  po^ 
drá  el  Rey  con  buena  conciencia  tratar  de  algún  aco- 
modo, ó  transacción  con  sus  vasallos ,  dexándoles  en  la 
libertad  de  aceptar  ,  ó  no,  los  partidos  que  le  proponga 
para  satisfacer  por  este  medio  á  las  vehementes  instancias 
de  su  natural  piedad  -^  y  eximirse  de  la  obligación  que 
tuviere  en  orden  á  estas  deudas  ,  considerando  de  una 
parte  el  exemplo  de  sus  mismos  vasallos  1  quando  en 
cóncíurso  se  acomodan  entre  sí ,  con  que  al  deudor  co- 
mún )  ó  á  sus  het^deros  le  consignan  perdiendo  cada 
lino  de  su  erédko  >  -á  ¿proporción  la  mitad , -d  tercera  par- 

Dda  -  t^ 


I* 


9.1% 

^e  del  valor  antiguo  ,  sin  que  en  esto  tengan  violencia» 
pi  se  cooieta  injusiicla  alguna  5. y  por  otra  parte  consi* 
derando^  que  ios,  mismos  acreedores  de  la  corona  ^  6 
por  hallarse  afligidos  de  la  necesidad  ,  ó  por  io  poco  en 
que  estiman  sus  deudas^  las  suelen  negociar  con  ios  asen- 
tistas j  ó  con  otros  que  están  en  adual  dependencia  ^  y 
giro  con  V  el  erario  ,    cediéndoselas  en  un  cortisUno 

precia 

.  40  Y  siendo  esto  así  ^  como  no  podemos  negar, 
¿quien  dudará  que  el  Rey  i  vi^ta  de  las  calamidades, 
en  que  anualmente  está  su  reyno^  imposibilitado  como 
se  hsL  visto  para  contribuir  por  ahora  á  ia  satisfacción  de 
«stos  cicditos  j  y  sin  esperanzas  de  que  ^n  muchos  años 
se  puf  da  poner  en  aptitud  de  pagarlos^  porque  tal  vez  se 
desordenarán  las  casualidades  á  los  empeños  de  una  guer- 
ra :  i  quien  <ludará ,  vuelvo  á  decir ,  que  el  Rey  en  este 
caso  pueda  justísimamente  aprovecharse,  ó  de  aquel 
arbitrio ,  que  en  ios  concursos  por  el  bien  de  la  paz  ^  y 
]ppr  escusarse  de  dilaciones  y  pleytos,  toman  los  particu- 
lares con.su  deudor  común  ,  ó  de  aquel  beneficio  y  que 
•  sus  mismos  acreedores  tan  voluntariamente  dexan  á  los 
Asentistas  en  cesión  ,  o  negociación  de  sus  deudas  d  A 
fsto  sé  añade ,  que  las  utilidades  ó  ventajas,  que  en  es* 
te  caso  se  conceden  al  Rey,  ceden  todas  en  beneficio  del 
xeyna 

41  Creo  que  tengo  propuesta  la  question  ,  y  los 
fundamentos  tnas  graves  con  que  pueda  esforzarse  el 
intento  de  nuestra  transacción  5  pero  todavía  no  me  in- 
clino, á  dedarar  por  conveniente ,  ni  por  seguro  este 
medio,» 

41  Confieso  con  ingenuidad  ,  que  si  en  los  acree- 
dores del  Rey  pudiera  yo  encontrar  aquel  zQto  li- 
bre,  que  tienen  los  de  un  concurso  entre  particulares 
para  exigir  créditos  f,  oprimiendo  al  deudor  común  coiv 

.      -.  apre- 


2  Ig 

apremios  judiciales ,  6  si  también  encontrara  en  el  esta- 
do aquella  insolvencia  absoluta ,  y  sin  recurso  alguno^ 
que  en  las  quiebras  ¿c  los  particulares  suelen  dar  motivo 
i  estas  composiciones,  no4ne  detendría  en  conde&cendet: 
á  la  transacción  propuesta  s  pero  ya  dexc  prevenido,  tra- 
tando de  los  coloridos  de  la  consulta ,  que  ni  en  el  rey  no 
podia  figurarse  esta  especie  de  insolvencia ,  ni  sus  cré- 
ditos por  antiguos ,  ó  por  difíciles  en  la  cobranza ,  me- 
recían la  reputación  absoluta  de  fallidos  j  pues  en  es- 
te caso  aun  no  npcesitariamos  tratar  de  su  sat^sfac* 
cion  j  quedando  el  Key  libre  de  toda  xesponsabí'? 
lidad« 

43  En  los  créditos  que  penden  entre  el  Rey  ^  y  él 
vasallo,  no  es  la  insolvencia  la  que  ios  hace  desestima* 
bles  para  el  comercio  ,  sino  lo.  dificultad  de  la  cobraos** 
za,  porqué  ningún  acreedor  puede  obligar  al  B.ey'i 
que  le  pague  en  el  dia  que  lo  necesita  ,  ni  tampoco  te« 
convenirle  con  la  preferencia  de  su  crédito,  ó  pre- 
guntarle ^n  que  conviértelos  fondos  de  su  Monarquíá|, 
pues  ya  Hemos  visto  jla  independencia  en  que  Dioscons- 
situye  á  los  'soberanos,  eximiéndolos  en  su  gobiernp 
temporal  del  juicio  de  los  demás  hombres ,  y  por  eso 
dixo  David  :  tibi  íjoH  geccavi  >  porque  los  desaciertos  de 
los  Keyes  po  t|enen  otro  tribunal ,  que  el  del  misma 
Dios. 

44    De  aquí  dimana,  que  ni  al  Rey  le  puede  set  ven« 

ta)osa  la  transacción  propuesta  5  porque  en  la  constituí* 

cion  presente  solo  se  halla  con  medios  proporcionados 

para  acudir  á  la*  tercera  parte  de  sus  créditos :  solo  ^ 

esto  le  puede,  estrechar  la  atención  de  su  conciencia ,  y 

queda  también  desembarazado  de  todo  e^upulo  ,  co^ 

TOO  si  los  pagase  todos  en  el  dia ,  pues  que  no  le  pHá- 

de  reconvenir  Teólogo  alguno  ,  mientras  el  estado  no  s? 

hal}asc  ea^ot;^  semejante  prpporcion.  .*  ..  \ 

^  Dl- 


t. 


45     Díráserae ,  que  tío  es  lo  iriismo  vivir  el  Rcycoíi 
este  cuidado  ,  ó  quedar  una  vez  libre  de  todas  estas  car* 
gas.  Si  el  medio  fuere  seguro  ^  no  dexaria  yo  de  encona 
trar  mucha  diferencia,  porque  le  quedaba  entonces  cam- 
po abierto  j  6  para  remitir  muchos  tributos ,  ó  para  re^ 
poner  su  erario ,  ó  para  otros  fines ,  que  tuviera  poc 
mas"*  convenientes  á  su  Monarquía  ,  que  siempre  ha  de 
ser  el  único  cuidado  de  los  soberanos ;  pero  como  ea- 
cuentro  insuperables  dificultades  para  hacer  lícitos  ios 
partidos,  halló  por  mas  seguro,  y  por  mas  prudente, 
tlexar  al  Rey  con  el-  sosiego  de  haber,  executadó  quan«^ 
to  en  el  dia  pudo  disponer  su  clemencia,  y  justificación, 
que  proponerle  una  indignidad  poco  segura ,  ó  por  me- 
jor decir ,  que  no  sea  del  todo  cierta' ,  pues  para  mí  ei( 
Infalible  este  argumento :  quando^el  Rey  no  puede  atea^ 
der  (salvas  lai  obligaciones  pendientes  del  estado)  á  la  sa-^ 
tisfaccion  de  sus  deudas  antiguas  ,  queda  con  plena  \i^ 
bertad  para  suspenderla  hasta  me)#r  fortuna  5  con  que  se 
anualmente  solo  puede  pagar  una  tercera  parte  poc 
exemplo,  seta  siempre  mas  seguro  hacer  á  sus  acreedor 
tes  este  beneficio ,  y  dexaríes^  con  el  derecho  de  esperas; 
á  otra  coyutitura  semejante  ,  que  ponerlos  en  la  mayoc 
contingencia  de  que  cedan  el  residuo  de  sus  obligacio«« 
íies  con  menos  libertad,  pornó  privarse  del'benefido  qu^ 
en  el  dia  se  les  ofrece.  •  '    - 

•í  4^  Y  para  que  áevcá,  precisamente  al  Rey  le  habíaí 
át  quedar  este  escrúpulo.  Propóngase  á  los  acreedores 
la  satisfacción  de  esta  tercera  parte  de  crédito  >  sin  la 
¿aKdad  de  renunciar  el  sobrante  ,  sino  el  que  quF- 
áícfé  conla  circunstancia  de  qtíe' ninguno  por  esto 
ffét-á  retardado -tn  su* apercepción  ,  y  veremos  entonces 
quátitos  entran  gtacíosamente  en  haecr  al  rey  no  ,  y  al 
Rey  esta  ventaja  ,  y  conseguirnos  por  este  medio  ase« 
gurar  el  descargo  di  todas  aqueilas  obligiicvones  ,  en 

don- 


"5 

donde  se  experimentare  esta  generosidad. 

47  De  aquí  infiero  yo,  que  ni  pi^ede  servir  para  jus« 
tificacioQ  de  este  proyeÁo  lo  que  se  hace  en  los  coocur*- 
sos  9  quando  para  cubrir  todos  los  créditos  no  hay  fon- 
dos suficientes  >  pues  en  la  roisnaa  constitución  se  halla 
la  notable  disparidad  de  no  quedar  á  los  acreedores 
esperanza  alguna  próxima  ni  reipota  para  su  percepción, 
integra  5  y  encuentran  por  de  contado  una  gran  conve* 
nieocla  en  no  disput;»  sobre;  su  antelación ,  y  exclusión 
respectivamente  por  no  consu^^ir  en  los  tribunales  la 
mayor  parte  de  sus  intereses  j  ¿  pero  quien  se  atreverá  á 
decir  esto  de  las  deudas ,  que  están  situadas  sobre  todos, 
los  fondos ,  y  fuerzas  del  rey  no? 

48  Lo  mismo  se  ha  de  juzgar  de  aquellos  concur-i 
$os  9  en  que  los  acr^eedores  voluntariamente  se  confort 
man  en  dexar  algo  á  su  deudor  común ,  para  escusarse 
de  aquellos  gastos  que  haríaní  persiguiéndole  en  los  tr¡« 
búrlales  ,  ó  por  otros  respetos »  en  que  siempre  se  en-^ 
jcuentra  un  zOio  Ueño  de  libertad ,  pues  podían  usar  de. 
}a5  e3(e^uciopes ,  y  apremios  que  tiene  la  ley  establecidos; 
¿pero  en  nuestro  caso  nos  hallamos  con  la  misma  fran*^ 
queza?  ¿De  dónde  pues  podrá  iiiferirse,  que  los  acreedo- 
xes  del  Rey  llenos  de  las  buengs^expefanzas  ,  en  que  los 
Jia  puesto  su  (daidosísima,  y  religiosísima  conduda,  quie- 
ran perdonar  graciosamente  1  y ,  con  plena  líbérud  la 
mayor  parte  de  sus'creditos?  Antes  por  el  contrario  di-i 
xia  yo  y  que  seguramente  lo  executarán  los  necesitado^ 
.como  quando  dan  en  manos  d^  un  asentistai  á  quien  yo 

he  dicho  que  le  puede  ser  licita  la  ganancia  según  los 
riesgos  de  la  dilación  ,  ó  percepción  efediva  á  que  sq  . 
exponga,  pues  ya  se  sabe  que  tan^bien  en  esto  hay  tnvL^ 
chas  dudas  que  examinar  para  dexarlo  en  los  t^rmiao^ 

dftIoUcÁtOv    .......:'.  -    .  -^ 


as 

49  Y  pues  hemos  llegado  á  lidiar  con  este  exemplo^ 
veamos  ahoca  si  al  Rey  puede  aprovecharle  para  alivio 
de  sus  reynosen  descargo  de  sus  obligaciones» 
*  50  Digo  resueltamente  I  que  tampoco  es  segura  esta 
doüirina  ;  quando  se  trata  de  establecerla  entre  el  Re/, 
y  el  mismo  intel^esado  ^  porque  no  se  encuentra  motivo 
•para  justificar  esta  ganancia  que  el  acreedor  cede ,  su« 
puesto  que  Iíl  dilación  »  ó  desesperación  del  integro  c(h 
brO|  para  el  rey  no ,  es  contingencia  estimable»  como  pa«* 
ta  el  asentista  su  imposibilidad  moral  á  satisfacer  ea 
jel  dia  plenamente  á  su  acreedor »  cuya  circunstancia  lo 
redime  de  la  obligación  de  pagarle  mas  de  lo  que  pue- 
da y  aunque  se  halle  en'  gravísima  estrechez ,  porque 
á  esto  prepondera  4a  principal  ateítclon  del  rey  no  ^  y 
así  digo^  que  debe  servirnos  de  regla  el  estado  de  una 
plena  libertad  »  como  lá  que  propuse  en  el  caso  del  con«> 
curso :  véase  si  algún  acreedor  quiere  voluntariametite 
ceder  del  resto  de  sa  deuda»  sin  propotierle  la  ^pa^a  de 
la  mitad,  ó  tercera  parte  con  esta  condición;  yehton^i 
ees  quedará  el  Rey  seguro  de  que  le  hacen  los  vasallo^ 
libremente  la  gracia.  ^*" 

51  Ni  se  me  diga  que  para  compensar  las  ganan* 
^cias  del  eratio  con  estas  cesiones  >  basta  la  utilidad'  pu- 
1)lica|  y  beneficio  del-  rcyno  »-  pues  ya  dexo  advertido 
que  también  es  utilidad  común  ja  fe  publica »  y  la  bues 
na  correspondencia  del  estado  con  sus  acreedores ,  y 
'que  en  este  es  una  obligación  natural  que  ha  de  obser* 
'Varse  ^  empleando  todas  hs  fúcrzaí  del  rey  no ,  para  sosf- 
tener  las  qúc  ño  se  pueden  solicitar  con  mayores  ventaw 
jas,  y  conVcnicnciasde  la- Monarquía  con  perjuicio  de 
tercero  5  tanto  por  lo  que  imporra  establecer  esta  con* 
•fianzaxíntre  k»  mismos  vasallos,  para'qtte-t)resemcn  cotí 
nrontitud  sus  caudales  en  las  mayores  urgencia^  C^tiyó^ 

con 


117 
concepto  es  muy  de  la  obligación  del  Rey),  como  porque 
sería  introducir  una  desigualdad  notable  con  este  apa- 
rente beneficia  del  público,  diefraudando  á  los  que  ad*- 
-^irieconeste  defecho  por  s\i  industcia  ,  ó  por  sus  ,ser«* 
vicios  í  para  repartirle  en^re  sus  yásaUos>'y  como  no 
sccia  cordura^  ni  conveniencia ,  sino  un  desorden,  y  cotl« 
fusión  de  todo  el  rey  no ,  quitar  á  ios  mas  poderosos  o 
acaudalados  parte  db  sus  haciendas  ó  de  su  dinerp  y  par 
ra  dar  establecimiento  conveniente  á  los  pobres ,  6  á  los 
menos  afortunados  s  así  ^tampoco  creo  yo  que  sea  per> 
micido  defraudar  de  sus  derechos  á  los  legítimos  aeree* 
dores  del  erario ,  para  que  este  se  reponga  con  abundan^ 
cia  y  ñipara  que  se  escusen  algunas  contribuciones  de  las 
5iue  en  el  dia  puede  sufrir  el  reyno. 

^  52  Y  si  todavia  me  estrecharen  diciendo ,  que  nin* 
gun  acreedor  del  Rey  cede.al  asentista  su  crédito  por 
una  tercera  parte ,  sino  después  de  haber  solicitado  vi^ 
vamentela  mitad ,  ó  mayor  porción)  y  que  si  estuviera 
en  su  arbitrio ,  ó  se  le  dexase  á  su  franqueza  ,  rebaxaríá 
•muy  poco  ó  nada  del  íntegro  valor  :  respondo ,  que  no 
admite  duda  esta  instancia  $  pero  como  el  negociante 
no  está  obligado  á  redimir  graciosamente  la  vejación  del 
acreedor  ageno,  aunque  le  sobren  muchos  caudaleSi 
tiene  libertad  para  hacer  negociación  del  riesgo  á  que  sc 
expone ,  y  capitular  graciosamente  sobre  algunas  ganan* 
cias.  Por  el  contrario ,  el  Rey  se  halla  con  el  gravamen 
de  satisfacer  las  deudas  de  su  corona,  á  proporción  de 
los  fondos  que  pudiere  destinar  al  desempeño  ,  y  na 
puede  hacer  ganancias  de  la  imposibilidad  moral,  6 
constitución  ,  que  le  impide  pagar  integramente ,  ni  to« 
ma  sobre  si  xiesgo.  alguno  de  dilación  ó  falencia  en  el 
crédito ,  pues  no  ha  de  cobrar  de  sus  vasallos  lo  qup 
ganase  de  la  cesión  .de  los  acreedores* 

53     Según  los  ptincipioí  que  dcxo  sentados ,  ya;  sc 


2l8 

leconocerá  qile  estoy  may  distante  de  convenii  en 
que  pueda  regularse  por  Ministro  alguno  el  valor  de  icss 
créditos  particulares  que  hubiese  conm  la  Real  HacicQ- 
4a ,  como  se  dice  al  número  37. 7  pues  ademas  de  ser  c^ 
ta  una  obra  imposible  i  sin  que  cada  uno  particularmen- 
te  se  examinase  ^  no  encuentro  que  tápc&o  del  Rey  j  ni 
del  Estado  pueda  nadie  rebabarles  un  maravedí  .de  su 
valor  intrínseco.  Una  cosa  es  que  los  mil  doblones  que 
el  Rey  debe  á  un  particular ,  no  puedan  ser  efectivos  en 
el  dia  que  los  haya  menester  ^  y  otra  es  muy  diferentet 
que  por  esta  causa  el  Rey  ó  el  reyno  pueda  quitarles  al-, 
go  de  su  valor.  La  suspensión  en  que  estuvieren  poc 
falta  de  fondos  para  pagarse ,  solo  puede  conducir  á  los 
mismos  interesados ,  según  la  necesidad  que  tuviexen  de 
aquel  dinero  9  porque  tal  vez  se  encontrarán  muchos^ 
que  no  habiéndolo  menester  en  el  dia  para  cosa  alguna^ 
estimen  por  todo  su  valor  aquella  deuda ,  y  otros  por 
el  contraria  ^  cederán  las  suyas  por  una  tercera  parte 
del  tercio »  á  quien  quisiere  encargarse  de  la  contingeo- 
cia  de  no  cobrar  en  muchos  años.  En  una  palabra  ^  ca«! 
da  uno  respetivamente  podrá  estimar  aquella  detención^ 
á  que  está  aventurado  en  la  paga  ^  según  el  uso  que  ne« 
cesite  hacer  de  su  deuda  >  ó  según  las  esperanzas  que 
haya  concebido  del  recobro  j  y  esta  conservación  solo 
puede  servir  para  el  comercio  y .  que  se  haga  entre  los 
mismos  particulares  con  sus  respectivos  créditos;  pero 
no  puede  dar  regla  alguna  en  su  valor  intrínseco ,  y  mu- 
cho menos  poner  al  Rey  en  confianza  de  que  no  pu«i 
diendo  satisfacer. en  el  dia^  le  sea  conveniente  ó  perm¡«< 
tido  valerse  de  esta  misma  imposibilidad  para  hacer  eni 
ella  negocio ,  y  rebaxar  algo  del  valor  intrínseco  de  sus 
créditos. 

J4     Toda  esta  doftrlna  recae  p  redsamente  sobre  las 
deudas  legítimas  del  Estado  ^  ()ue  sin  controversia  algu- 


219 

.ha  esdin  jifá  liquidadas  por  las  Cootadánas ,  6  según  la 
regla  ó  prá¿Hca  coman  y  que  en  sus  respetivos  tiempos 
lia  teqida  el  erario;  pero  si  entre  los  acreedores  se  en- 
contrase alguno ,  cuya  liquidación  este  pendiente  y  y  hu- 
bieise  algunas  dificuludes  desparte  á  p^te  i  visto  es  que 
puede  transigirsé  ,  ó  lit^ar  hasta  que  su  crédito  quede 
reducido  á  lo  justo ,  y  que  entretanto  no  tiene  acción 
alguna  para  pedir» 

55  Lo  que  se  toca  en  orden  á  los  asentistas  al  niU 
mero  41. ,  no  dexa  de  tener  grandes  apoyos  en  lo  mismo 
que  .estamos  viendo  de  sus  opulencias ,  y  lo  que  se  dice 
entre  muchas  personas  de  juicio  ,  que  tienen  algún  co** 
nocimiento  priftlco  de  estos  negocios  5  pero  no  se  les 
puede  juzgar  por  sola  esta  regla,  pues  si  ya  tienen  sa 
cuenta  ajustada,  y  sus  alcances  legítimamente  liquidados, 
es  menester  que  se  reconozca  su  credko  como  el  de  los  de« 
mas,  aunque  en  caso  de  urgencia  será  mas  justo  que  sean 
aquellos  los  suspendidos  en  la  paga;  pero  no  quisiera  ya 
que  se  hiciera  esta  diferencia  en  la  misma  orden  pública 
que  se  comunicase ,  sino  que  los-  Ministros  encargados 
de  la  preferencia ,  según  la  mayor  necesidad  del  acree- 
dor ,  lo  executen  así  en  la  distribución  de  los  1 00®  es* 
cudos.  Auhque  se  trata  de  un  pagamento  general  de  la 
mitad  d  tercera  parte  de  las  deudais ,  no  comprehendo 
que  sea  convemiente  excluir  á  estos  hombres ,  por  lo  que 
interesa  el  reyno  en  asegurar  su  confianza  para  lo  que 
pueda  suceder. 

<  .ifS'  Verdad  será ,  que  en  sus  cr^dicos  hayan  ínter* 
venido  éxdrbitantes  ganancias  y  otros  fraudes^  pero  si 
í¿  cotítf  ató  eotí  etlosr  baxo  de  condiciones  tan  ycññja^ 
las  I  ó  por  las  calamidades  en  que  se  hallaba  el  Estado^ 
ó  por  otros  motivos ,  que  ni  yo  puedo  saber,  ni  aquí  se 
pueden  expresar,  ya  es  preciso  sostener  la  6¿  de  aquelloü 
ttcgociosí  pof  lámenos  ¿o  quantas^coiw«xíiqacw)inte» 


220 

vino  alguna  lesión  contraría  al  ísássao  detc^aáaturai, 
ó  que  fuese  tan  sumaHiente  necia ,  óxidicula  y  y  tao  inl^ 
qua  ,  que  con  evidenciase,  reconociese  la  cuinay  pejcjulr 
cío.  del  rey  no.  Por  lodemas  quando  los  Reyes  concf  ataa 
coQio  Reyies  ( lo  que  conuinmence  se  adniite  en  los  asie&<* 
tos  y  recaudaciones  ) ,  juzgo  que  ho  deben  tener  mucho 
juego  las  leyes  civiles  >  la  lesión  i  oi  otras  disposiciones 
positivas.  Pero  esta  materia  pide  mas. alto  examen  ,  y 
necesitaba  que.  en  cada  páfto  o  contrato  se  fidxmase  ua 
yuicio  particular  $  pues  en  cada  uoo  puede  haber  dife* 
rentes  circunstancias  y  que  inmutarían  notablemente  U 
resolución. 

.  57  Tengo  concluida  mi  respuesta  sobre  todas  las 
(dudas  principales ,  que  en  la  consulta  se  excitaron ,  y 
aunque,  al  principio  no  creí  dilatarme  tanto ,  después  de 
reconocida  la  gravedad  de  la  materia  i  no  tuve  arbitrio 
para  tratarla  con  menos  extensión ,  porque  las  reflexio- 
nes contienen  en  si  muchos  puntos  dificiles.i  y  en  pocas 
palabras  5  pero  el  que  satisface  ó  responde  no  puede  ce« 
fiir  los  fundamentos  de  su  resolución  ó  didamen  tan  ia* 
cilmente.  He  discurrido  como  Teólogo  sobre  los  hechm 
^ue  se  proponen ,  pues  no  toca,  á  mi  profesión  otra  noti- 
jcia.. alguna,  y  si  se  han  atravesado. qüestione^^.^ue  par 
recen  políticas »  np  .creo  haberme  metido  len  ellas  1,  slfiq 
por  aquella  partb:  en  que  xorüespoodfiB  á  mi  obltgacioii 
y  ministerio.  :     ♦• 

3  8  Dexo  intada  para  el  examen  de  Ministros  há- 
biles la  duda  que  se.pOKÍiaoxdtai;ySobde.isl:Síerí&  pías 
¿onyepiente^  aAn^enjol  ea«tí  de; nautas  calatoidades  y  inir 
serias»  queJos  Pueblos ^e  sup%ne  que:  padecen v cornac  ki 
resolución  de  qUe  se  habilitasen  generalmente; los  créditos 
del  reyno  >  y  cada  uno  trobrase  Jo  q^e  pudiera  por  su  so^ 
fivitud  ^y ;  fa^odar  su;  boletín  con  otxp  particular »  según 
krcomirdo^yj^es  roí  csnpodiopascce.que  se  ponían 


en  giro  mochos  caudales  para  el  comercio  de  unos  vasa* 
Bos' corf  Otros- 5  y  pues  el  Rey'yfeFrcynó'ch  fnl  íiifta- 
meo  deben  siempre  P^&^^/P9^^^^^f^^^^  deudas ,  poco 
se  aventuraba  ¿n  quetodbs  viviesen  ^xo  de  este  con* 
cepto  I  y  pudiera  el  necesitado ,  que  no  tiene  medios 
para  .tóBrar  puhtualméiltflreii  ^  iá  TasUIA^l  ^1  vilSíse  de 
quien  arriesgara  su  dinero  á  la  dilación  y  contratando  aU 

.gmias,  Yicntajas.  <A^u«9  ce^p^eg^Itk  w^(r«^^KG|»\pM!tcAr 
brarse  de  íaexecucio^^^qite  If^q^Ql^j^ia^  otro  se  contenta-* 
ría  con  un  empleo  público  que  el  Rey  le  diese;  y  otro  tal 
vez  con  que  se  le  señalara  pisnsicñi  ó  Unso'  jítalü^To ,  cor- 
respondiente á  su  capital ;  cuyas  proposiciones ,  hac-ie^p 
dpla$  tos  misjtoo),  int^esji49S>\asegpr(^lmni'.$A.^lit«iLfd^ 
y:  la  -satisfacción  de  loiKbftS  deudas;  cao  yqatsiy^id^ 


erario». '  -  ¡    «       •  '  ¿  ^i  ->j  í^  i.co"  '^:r  Ac/r 

.     5  9    Pero  ya  dexo  sentado , ;  .que ,  e$ta  dificultail:  tm 
toca  4  la  profesión  del  Teólo^  i  sinp  precisamente. i  ll)& 

políticos ,  qu9  ppr  9xpeiiencU.y:est»dlof^^beaien{lo]qiM 
consiste  la  mayor  conveniencia  del  Estado ,  y  los  DMdÁflS 
mas :opori;4Bo«; paf a  ^allsiteflerlfi s á'imiinje.  bütfa xesol^ 
ver,  que  no  sería  ilícita  esta  deurminacionelí  sí  (ni$T 
ma  9  aunque  las  circunstancias .  ó  casualidades  dÍAflca 
ocasjffn  para  algunos  :^«¡SQ$^  pues  e$tQ;intf n)Q»$tt«fide  ieai 
p^fos  cpqtr^^qs  i^i:  su  nacucal^a  SfgHt(ts  t/  liastanM  .t»iitt 
bien  decir ,  que  quandb  el  Rey  se  halla  necesiisi4^j|jii| 
todos  fXís  fondos  para  las  obligaciones  presentes  de  la 
Monarquía  y  no  debe  tener  el  mienor  escrupalo^en.  tms* 
pi^f^er.la  p^g(^  46  sus  s^ptjgutis  4eiidas<  A^i  iP  «¡fipto^ 

Cal^0(ficc«::        ..'ti  .  •.  '  '    .    kí..  .  -     «         ....  i>:.-.  ;  >    v.'^.l 


y  - 


,  '  -• 


.  .;-;  '■u'-'V.-t.':  ..  ....  ..  li   -i   .'-•  .■-'■':■>  '•'■'■  '•* 


i^.    •       •  * .       j  .  *  • 


'l.J'J  .        -     «i- 


D  re  T  AMEN 


VBh  MARQUES  D£  LA  MINA 


•Sailfrelateftrma  éei  easércHú^  Españi 


éa  de  Italia  &€, 


•  ■       í       ■ '     • «  •  *  i 


■-   excelentísimo  SEl^OR. 

•A(Luy 'SefioF«lo:  toe  advierte  V«  E.  de  orden  del  Rey, 
i|tte«(pliqae  cod  libertad  ímpárclal  lo  que  juzgare  con^ 
veniente  sobre  el  pie  de  tropas ,  que  ha  de  mantener 
S.M.-én  la  pa2>>  atendiendo  á  las  consideraciones  que 
V«  £•  me  expresa »  muy  propias  de  su  discreción ,  pa- 
ta iitt^nerme  del  &eat  cpdcepto,  ¿instruir  mí  díc- 

ttitAeiié  .  ;.  i      ■ 

-''}'  Si  valiindome'de  este  indaltó^  ó  explayando  la  idea, 
di'xere  algo  en  qiie  yerre  ^  me  equivoque ,  6  no  sea  del 
intento ,  sírvase  V.  E. » como  mejor  artífice,  delinearlo. 
ó^rOfflperlo,  asegurándc^se  de  que  mi  deseo  y  aínor  á 
nacístrtf  áfxi&^yá^'^la  pattiá  siempre  lia  de  exceder  á  mi 
tiiceligencia.-i  -^.'•^.•--   ;--■!  ^     ••     * 

Con  este  bueti  principió  seré  mas  digno  de  disculpa^ 
y  de  enseñanza )  <iue  de  dórfécclon.  iSoy  incapaz  de  tor* 
cor  el^  ánimo  «por  leotit¿m{Alii(Íódes* de  Intereses ,  ni  espe- 
ranzas $  pero  como  solo  busco  el  bien  y  ninguno^seráh  n^aS 
dócil  y  obediente  en  seguirle  donde  le  hallemos  (  sea  de 
quien  fuere ) ,  sin  que  me  sonroje  el  desprecio  de  mí 
condufta  ,  como  otro,  la  mejore  $  que  lo  discurro  muy 
fácil  en  lo  que  estuviere  de  parte  del  entendimiento. 

Propondré  la  reforma ,  y  los  medios  de  que  el  gre- 


-mío  militar  se  álSenté  para  lo  venidero /con  ciertas  dis- 
tinciones, que  atraygan  á  la  nobleza  ,  y  otras  ventajas^ 
que  obliguen  al  soldados  pero.esto  sin  gravamen  peboe^ 
tibie  del  coman  del  reyno ,  ó  de  las  Ciudades  Capitak» 
j^ues  si  (odo  lo  tía  át  suplir  el  erario ,'  no '  bascarán  los 
tesoros  de  México.      .  :  ^ ' 

Esta  gran  política  es  la  que  hace  invencible  ala 
Francia  y  pues  embelesada  su  nación  coo. mercedes  íáps»* 
rentes,  y  con  la  regla  absoluta  de  qnc*  salo  por  el  oficio 
de  la  guerra  se  adquieren  honores.,. dignidades  y  fortu- 
na 9  consigue  así  de  sus  gentes  tanto  sacrificio ,  que  lá 
constituyen  poderosa. 

Me  parece  shunto  dé  difkU.p]Jk>blema  el  número  M 
tropas  y  pie  de  excrciio,  qiie  ha  de  conservar  el  fiJey  en 
la  paz.  Si  premeditamos  otras  consideracicpesind  menos 
eficaces  para  lo  venidero ,  al  contrario  de  proponer  re^ 
formas ,  se  han  deprpycdar  aumentos.  Le  quedatial 
Rey  enemigos  declarados  ,  y  unos  amigos  quo  sojAimas 
que  sospechosos  i  pues  las  repetidas  experiencias  nos  han 
hecho  ver  I  que  desconocen  la  buena  fe  siempre  que  so 
atraviesa  su  interá ,  y  que  con  prevenciones  muy  re** 
motas  procuran  que  jamás  se  restablezca  la  Monarquía 
Española  ^  que  antes  fue  contendora ,  y  recelan  que  eo 
lo  futuro  no  puede  ser  estorvo  al  poder  absoluta ,  que 
ostenun  hoy  eti  la  Europa. 

A  mí  me  ha  dicho  mas  de  un  Francés  (hombre  pruden? 
te)>  que  sin  la  diversión  de  nuestra. alianza  no  hubierao 
sostenido' ia  guerra  de  Flandes  ,  y  que  recibirán  la  ley^ 
que  hoy  imponen  ,  siempre ique  por  los  Pirineos. se  1m 
inquiete.  •  -  : 

Para  conocer  esto  no  es  menester  ni  el  di&amen  re« 
feridoi  ni  ser  muy  político;  pues  la  Francia  sigue  tan 
inmutable  esta  máxima  y  que  .ajóm  quandoel  Rey^que 
este'  eaelCi^lo)  la  obligaba  ci»  ^larcodesú,  conisubsU 


4iosy  confianzas  ( c)ac  han  costado  dolor  á  sos  nuevos 
«vasallos ,  aún  meóos  que  poc  la  preferencia ,  por  la  in- 
gcaiittid  i;  t  la  fedproca  xorrespondencia  )  si^uia  d  mis* 

¿ol  liaos  hf¿icfioa  .pecdec  la  Italia  m  elprlndjAi.dd  si^ 
glo ;  embarazaron  que  la  recobrásemos  después,  con  la 
escandalosa,  pabtiddad  de  hacernos  guerra  abierta  ;  y 
«iba  sido  meoofii  d  mal  de  amigos jcantelom ,  que  de 
«báoiigos  d[eoiacados« 

.  ^fistamos'vQQe^meote  en  d  caso.  Ha  rescatado  la 
Francia  su  Cabo  Bretón  con  los  partidos  de  comercio, 
y  el  navio  de  permiso  que  lia  dado  á  los  Ingleses  (comQ 
sifuera/duenaKle  las  In[diás)¿.siñ  consentimiento,  ni  aún 
noticia  de  miestroramói  eó  qse  á  lin  mismo  t tiempo  las* 
timan  la*  mage&tad ;  y  perjudican  el  iititerá ,  olvidando 
con  desconocimiento  injusto  el  auxilio  de  las  tropas  del 
Rey  en  la  invasión  de  Provenza ,  que  sin  el  hubiera  sU 
do  i^muy  costosa» 

i  La  división  .en  que  nos  hallamos  desde  el  Adrlati^ 
co  Lago  de  Ginebra^  obliga  i  la  accesión  de  unos  preli* 
minares  ,  que  debieran  ser  motivo  de  nueva  guerra  >  y 
no  sabemos  ,  aún  en  el  progreso  del  tratado ,  que  otras 
condiciones  mas  honrosas  se  proponen  para  el  tráfico  de 
laslndiaís.         ....      / 

A  lo  que  hoy  nos  sujeta  la  violencia  >  apoyada  de 
tantos  que  obran  sin  razón  (porque  solb  prefieren  su  in- 
tercas),  hemos  de  procurar  d  remedio  en  adelante  con 
otros  amigos  y  otras  alianzas*;  y  para  esto  es  precisa 
máñceiverso  armados* en  '^^cbsi^de  que  se  podrá  susten- 
tar lo  que  se  execute. 

-  f  Ha  podido  hacer  el  tiempo  y  nuestra  buena  suerte, 
que  domine  la  Csisa  de  Bprbon  en  España  y  en  Francia. 
Hai  procurado  el  trato  f  el  bpncficio  ,  la  subordinadon,' 
yí dsufi^mltecitoüde^quaientBn^y.dnco  a^os,  unirlas  dos 


VT^ 


*^5 
Naciones;  pero  hí  ha  sido,  ni  será  posible  (porque  lo 

decreto  de  otro  modo  el  orden  de  la  naturaleza  )  en  sus 

ooscambíres  ^  en  su  situación ,  y  eq  sus  confianzas. 

No  saco  de  este  argumento  que  seamos  enemigos, - 
porque  son > pcklerosos I  están  muy  cubiertos,  y  pide 
jjiuchas  medidas  i  iargo  tiempo  ,  y  fuertes  alianzas  $  pe* 
ro  entiendo  que  guardando  nuestros  límites ,  y  estan- 
do armados,  no  son  unos  gigantes  tan  monstruosos,  que 
nos  han  de  tragar  en  nuestra  tierra  ¿  que  es  muy  distin- 
to ,  que  defenderse  en  la  suya  9  y  x^uando  la  han  dexa« . 
do  ,  se  han  perdido.  Así  lo  hemos  visto  con  su  estrago: 
en  Italia  si  han  pasado  los  Alpes :  en  Alsmahia  si  han 
pasado  el  Rhin  s  y  no  fuera  menos  si  emprendieran  de« . 
xar  á  su  espalda  los  Pirineos. 

Necesitan  mucho  mas  de  nuestros  frutos  ,  y  de 
muestro  comercio  1  que  nosotros  de  los  suyos  >  partlcu» 
larmente  si  estuviera  en  observancia  la  Pragmática  ,  y 
establecimiento  de  fábricas ,  y  se  precaviese  la  injusta! 
extracción  de  tantos  tesoros» 

Siendo  el  Rey  tan  absoluto  (  pues  vincula  stt  ape- 
tecido  dominio  en  la  humilde  resignación  de  nuestros 
corazones), es. mas  universal  en  lo  particular  de  este 
panto ,  porque  solocon  explicar  su  ánimo ,  poner  sem- 
biaote  grato ,  6  disentir  con  ceño ,  según  el  manejo  que 
repare  eñ  sus  áulicos  de  trages,  de  estilos  ,  y  dfi  la  cul- 
pable inclinación  á  jquanto  es ,  y  viene  de  á  fuera ,  esttt« 
diará  el  amor  ,  y  el  respeto  de  cs^da  uno  en  00  alterar, 
ni  controvertir  nada  de  lo  que  se  mandCé - 

Si  la  divina  providencia  permitiese  esto ,  como 'una 
prijicba  4c.  estar  «ya  satisfecha  su  justicia ,  veríamos 
muy  de  priesa  abundar  los  pueblos ,  florecer  las  artes, 
subir   nuestros  géneros  ,  y   dcsfireciar   iw   ^xtran-; 

gcros,  • ,   .  .       '.  .  .     ,  c  -  .    -    .  *^ 

Xom.XIA  K  SI 


12* 

Sin  mas  que  haber  privado  la  saca  de  seda:  de  Espa-» 
üa  ,  conocemos:  la  decadencia  deias  fábricas  de  Nimes¿ 
Hoy  nos  dicen  sas  mercaderes  sin  miscerio^  qae  sidttra 
se  pórderáo. 

Quacco  a&os  hemos  de  colerar  el  tratado,  de  los  Ingle- 
ses. Di6carro  yo  con  inteligencia  limiuda,  qae  fenecidosi 
no  querrá  el  Rey  la  prórroga,  ni  la  continuación  sin 
variac  los  artículos ,  de  modo  que  se  procuren  ventajas 
para  el  recobro  deGibraltar,  de  Mahon ,  y  atraer  las  po- 
tencias maritimasáuna  alianza , que  siendo  razonable  sea 
segura. 

£1  modo  de  que  esto  se  consiga ,  es  aplicando  4  las 
Indias  en  estos  quatro  años  todo  cuidado ,  enviando  Go« 
bernadores  íntegros  y  militares ,  y.  aumentando  la  ma<^ 
riña.     ,  -  '■  •  ^ 

No  es  lo  referido  una  maquina  tan  diñcil  en  la  prác- 
tica^ como  propone  la  imaginación  :  pues  la  utilidad  de 
los  viages  ,  y  la  riqueza.de  las  Iddias,  inclina  i  muchos 
á  ser  soldados  y  marineros.  £1  premio  ^ .  la  puntualidad 
de  la  paga- ,  la  asistencia  en  vestuarios  ,^  es  el  modo  de 
que  no  se  consideren  los  hombres  esclavos  infelices^ 
sino  que  elijan  una  carrera  que  mejore  su  suerte. 

..  La  .  guerra  continua  que  ha  sido  urgencia  incesao^ 
te  de  gastos  ^  y  desgracias  en  ^medio  siglo ,  haembara<« 
zado  la  regularidad  ,  y  la  puntual  asistencia  do  xrops 
ymariiía :  pero  se  conseguirá  en  io  venidero,  dando  res* 
piradoo  á  los  motivos  ,  y  con .  la  aplicación ,  y  los  des« 
velos  de  V.  £•  en¿l  Ministcr/ow^  .  .  :!- 
:  uNecesit^  id  ^Bxy  iiropai9  fiarst  Jas  Ipdias ;»  para  ios 
fHresidios ,  para  hscostasi,  paca  el  resto  delcomlneme^  y 
para  ia  marina.      ... 

Discurriremos  por  .meno^  del  número  :de  las  que 
hay  en  pie  ,  y  sus  distribuciones ,  exceptuando  los  Vas- 

JtOS 


227 

tos  donunfos  de  Ameriqi ,  que  yo  no  conozco  ,  ni  me 
atrevo  á  examinarlos »  y  solo  por  regla  general  me  pa«. 
xecc  que  es  indispensable  enviar  aún  mas  de  las  precisas^ 
con  Ingenieros. que  pongan  en  estado  de  defenjsa.  aque-» 
Has  partes  de  marina ,  y  fíronteras  de  otras  naciones, 
que  han  amenazado  en  esta  guerra  ,  y  siempre  son  de 
recelo  por  sas  puertos ,  y  sus  facilidades  para  el  comer- 
cio ilicico. 

Me  aparto  indiscreto  del  objeto  particular  de  mi  en« 
cargo ,  sin  tocarme  estas  reflexiones. ,  á  que  darían  acer- 
tado progreso  los  sabios  Ministros  de  S.  M. ,  que  profe* 
san  la  política  que  yo  ignoro. 

j  :  Deberá  so^ar  en  nuestro  «suelo  Hispano ,  y  en 
todas  nuestras  Gacetas  con  ponderación  estudiada ,  una 
reforma  grande ,  que  adormezca  en  el  descuido  de  nues- 
tra importancia  y  la  vigilancia  de  los  extraños*. 

No  me  parece  lo  mas  prudente,  que  setiága  eni 
cuerpos  por  aiiora »  ni  que  se  empiecp  hasta  ver  el  pía* 
lio  con  que  se  abre  el  congreso  :  pero.sii^  embargo  ^  cre«- 
yera  yo  conveniente ,  que  se  minoren  las  compañías  de 
•veinte  hombres  en.  las  Guardias  de  Corps,  Dragones  y 
Cava  Hería. 

Bneste  numero  se  han  de  saciar  todos  los  hombres 
^queti^ngan  papel  limitado  y. cfueite. hayan  cumplido  ,,.6 
que  sus  años  j  su  poca  estatura  v  en&tmodad.  ó  dcfeci» 
-tos  personales ,  sean  menos  á  proposito. 

A  estos  infelices  se  han  de  dar  pasaportes»  su  vestiu^ 

.rio^  yan(;a)e6jde;prestfó  modioOseguo  la diaunda^di: ^ 

¿ugai f)  y  de  que  decidirá  la  prudencia  áakfs  lfl$fQ&ttí»9^ 

Ipar^  c^''xíá'^sa  rétii;eti  mendiganda^  yi  padftcao^f  i|lf¿ 

caminos  »  y  den  horror  »  y  odio  á  las  gentes ,  qup  }^ 

cdcs^en del sfaividb.  —       .:.!  j  .   -  •    ^ 

ConoJafipas  de  las  ¿oni]iamasi)Q estarán  <t ata  ion^ 

iIitetaSe,^<|uéiqii¿dándo  el;.pie  4e.4aai:«n€a'¿  iOKdaftídar 


t     *9 


i:c  «  diez* 


228 

diez  9  se  ha  de  precisar  á  que  lo  executen  i  de  que  resttl4 
taran  dos  ventajas.  La  primera ,  que  sonando  menos »  es 
así  mayor  la  reforma ;  y  la  otra  ,  que  se  descartan  de 
toda  la  gente  que  tiene  derectio  á  sus  licencias  ^  ó  que 
no  es  á  proposito.  £n  este  modo  reforma  el  Rey  la  quln* 
ta  parte  de  sus  fuerzas.  Veamos  tas  que  son.  Consta  que 
cinqüenta  y  un  regimientos  de  Infantería ,  inclusos  dos 
de  Dragones  desmontados  ,  tiacen  según  los  varios  ipics 
de  cada  uno  ciento  y  once  batallones  y  medio  »  de  los 
quales  son  extrang^ros  treinta  y  uno  y  medio |  á  saber: 
seis  Irlandeses,  doce  Walones ,  y  siete  y  medio  Suizos. 
Quedan  ochenta  Españoles,  y  en  ellos  ocho  de  Mari* 
na  I  dos  de  Artillería  ,  dos  de  Oran  ,  y  dos  de  Zeuta 
fixos. 

Considero  que  se  reforman  tres  de  Granaderas  Vto^ 
vinciales  I  y  quatro  de  Fusileros  de  Hontaña ,  aunque 
tos  últimos  ha  de  ser  con  cuidado.  Deducidos  los  veinte 
y  uno  de  Marina ,  Artillería ,  Oran ,  Zeuu ,  Provincia* 
les  y  Fusileros  I  restan  para  tropas  de  campana  ^  guar- 
Iliciones,  costas  de  recinto,. presidw»:menores de  Afírtcají 
y  destaciiment06  de  Indias  (que  los  premedito  para  pre-« 
caución  de  lo  futuro,  indispensables  y  numerosos) , cin-^ 
4]ttenta.  y  imeve  batallones  ¿Españoles ,  y  aún  pata.,  mu- 
cha parte  de  este  servicio  »Ip  cinqüenta^  y  tres  , :  pues 
ios  seis  de.GuatdiasnQ  coaturvea  á  cL     .        .  ...  ¿  ..  ; 

Se  quedan  en  pie  todpsMlos  extrangerps  (de  cuyo  i» 
conveniente  hablare  .después  ) ,  i  y  son  mas  de  la  .mitad 
lie  J6sr.£spa;&bles.  omp^i  «ódarrrázptipolítka:^:  y.det^ttén 
^obiernp  ,^  piíei  ha.'dc  jstt^eírát  'la  aupoErij^piopi^ 
^«e  guarda  con;  prifeienccjobUgacioa  ebr&cjr^  y  d 

Por  este  cálculo ,  reduce  el  Rey  lá  quinta  parlte  de 
^snoinífitfiretía  i,  ettra  c£e^  siete: batallones :,:qBéi50& cíes  de 
<Sraflad4S0|  f  I ovlncialc^  y  ;y^]flüacro  dé  £qsitcips  ^ .  conno 


a2p 
vsi  referido;  cuyo  total  de  hombres  reformados,  son  diez 
y  nueve  mil  ochocientos  dos. 

.  £n  ta  Caballería ,  que  consta  de  veinte  y  tres  regi- 
ffiietitos  y  sin  la  casa  Real ,  y  en  ellos  setenta  esquadró-^ 
nes  j  inclusos  los  Usares  j  pueden  del  mismo  modo  redur 
cicse  las  compañías  á  veinte  y;  cinco  plazas,  incluso  Sar« 
gento  y  tropa ,  que  son  trescientos  por  regimiento ,  y 
se  reforman  cinco  plazas  por  compañía  ,  y  en  su  total 
mil  setecientos  y  siete  soldados  y  caballos  ,  y  quedarán 
seis  mil  ochocientos  y  quarenta. 

Los  Dragones  son  once  regimientos  ,  y  ellos  trein« 
ta  y  quatro  esquadrones ,  cuyo  pie  es  diferente ;  pe- 
ro  deberán  igualarse  reformándoles  diez  hombres  poi; 
compañía  ,  y  algunói  mas  ^:  de  modo  ,  que  todos  ha^ 
gan  *  trescientos  sesenta  en  su  total ,  y  de  estos  los  vein- 
te á  pie,  los  diez  á  caballos  de  suerte,  que  de  trescien-^ 
tos  sesenta  Dragones  por  regimiento  ,  habrá  doscientos 
jquarenta  desmontados ,  y  ciento  y  yeime  á  caballo. 
•  .     Es  muy  grande  el  ahoiró  de  caballos  en  los  Dragos 
nes ;  pero  es  preciso  dexarles  algunos  porque  no  olviden 
el  servicio  montados  ,  y  porque  nd  teman  quedar  á  pie 
aún  en  la  guerra ,  que  los  harían  descaecer  mucho  por 
4a  repugnancia  xle  la.  nación  á  la  infimtería..  Será  ta  báxü 
de  los  Dragones  nueyeden^  Teinte  y  quatra  hoMbre$^ 
¿y.  de  caballos  tres  mil  quinientos  sesenta  y  quatro,  yx^ue^ 
•darán  trcfs  mil  nuevecientos  sesenta  hmnbres,  y  imÜ  'tres« 
cientos  veinte  caballos.  -  .       't 

Tendrá  V.  £•  presente  que  en  laslíí(iias  hay  dos. se^ 
i^biéiikos  der  Diagbnes dé  itatiá,:y  Alemania i^de  do* 
•ce  /compañías  cácli.uno9.:que  iiacen  si(mbo»  mit  y  do¿J^ 
dentés boosbrc^  -  '    •   !  ;.      .    /^ 

Incluiré  ^  estados  que  deáiuestran  eh  resumen  lo 

que  va  en.  preferencia  ^  icón  distiocionde  ¡Iq^e^el 

Rey 


iUy  tka& ,  lo  que  me  p^tttt  que  reforme  >  y  Id  £e« 
siduo,  '  *         ; 

Lacas^  B;eal.e$:uQa  provideocia. díficil x]ue asusta 
lasiteflcxipaflS:  por  ri.apoyo,  df  su  merico. ;  y  |a  inme* 
diadon  al  soberano;  y,  mcésita^  ^mchas  coñ&rerida^  yec^ 
b^lcs  lo  que"  se.  haya  de  Varias.  * 
'He  dicho:  que  los  regimientos  Efp^ñol  y  Walan 
de:<4ua!rdias  pueden  mlnoracsc  de  veiote  hombres  por 
fojnpaíud.  Hap¿6óryido  ^esdcque  se.forinaroa ^ coo  ho* 
ñor  y  espíritu  siempre  loabbe  mas  de  .quarenta  años2 
prtiás  ha  descaecido  sú  comrepto  ,  y  su  vizacria :  han 
dercatnado  ofiucha  Sangre  ^  por  lo  qual  no  tengo  poi 
piadoso  que  recaiga  nirigaa  perjuicio en;la.s  Individuos  de 
qat  hoy^  compone  ;^per9jdQ3GandQf los  empleos  vacos^se 
reducirán  ^n  ¿rove  tiempo:^  y  podrá  mudarse  eLpie  psH 
ra  los  que  eston  modernoi  bajeándoles  d  grado  ;  enten- 
dido el  Rey  de  qujC  un  batallón  de  setecientos  hombres 
tiene  sitte  coroneíés  {  y  de  esto^  mismos  y  los^mas  ea 
grados  mayores.)  :dei  Brigadieres  hasta  Cagitaiies  GencT 

Constando  de  doce  batallones  los  dos  cuerpos^  hay 
efi  ellos  ochenta  y  quatro  .  Coroneles ,  y  regularmente 
del  íntSmo  gradn  muchos' Ayudantes:  y  Tenientes  * »  pos- 
f}ue-Jsoahomfaips  fia  mérito  y  con  quo  puede  discurrirse 
4Í0|je^c;eso  ;9.i|u^  )antaráa)Cien(£qráQ¿ks  i  de  Idsxpules 
eaa  d  lúh  iuryídos.  Capitanes  .ijenéralesy  ó  Tenirates  Gó' 
nerales ,  cinco  Mariscales  de  Campo  ^  y  Brigadieres  vdív 

-oL  L'ps  <3uaGdiii  4^,C&rpi  titoeniJ^.orf&má»  antigiiedi^ 
xlotfornt¿cionr;írijp  eaim¿vso{enfo&£al3ÍatiDScléq)xoüooDS^ 
tan  las  compañías ,  hay  tres  Capitanes^^  tiles cTenientcs» 
^tesi  Subteniemesif  txes:Aifitre(r»y  ^hjSatgenco  Mayor, 
tUGf  AyAdsúates^iaih  Qeneoal « Jitoinrft;3i&]iBktrD  ^xén^s 
jü  con 


con  gtado  de  Corosíel ,  todos  d  los  mas  superiores  ,  pues 
hoy  se  tialian  entre  ellos  un  Capiran  General ,  ocho  Te~ 
Dientes  Generales ,  cinco  Mariscales  de  Campa  ^  y  dicQ 
Brigadieres;  -    '  '\  '     '  í\  i     -^  ♦-••* '-  -* 

De  modo  ,  .que  novecientos:  ^laAxi^tlos ,  y  ochoimife 
quat rociemos  Infantes  ,  pstánmanfiados  por  tresCapi* 
tañes  Generales ,  <liez  Tenientes  Gcneratos ,  diez  Maiis«i 
cales  de  Campo  y  treinta  y  «eis  Brigadlefes^s^iníinitod 
Coroneles.  .:i^.:ii 

£$ta  Plana  mayor  tiene  délas iSmrdidb  dbd^ícido 
número  para  tanto  Gefe.,>  sisé  calcular  por  lo  matc;^ial^ 
pero  muy  digno  de  todas  sos  prerrogativas  fpóc  lo  foc* 
mal  de  sus  merecimientos.  «*  vi 

Lo  que  se  considera  'p^t  '^^.^  iso^GH*r  ^^<<$^íi*en-* 
te  en  la  infa^teriay  no  ^»  sabido*}  ipe¿oM^:¿rati&a!^ 
clones  y  vestuario  y  apoi^nientO'^  es'  umy  conside^ 
rabie.   -  ,  -      '  '•■       :'>•''..;        "   •  .    i 

Repito  la  razón  de  ra;.m^r(tk>l^  ^o  p^  puedo  ca< 

llar  el.  gravísimo:  peijuicio^  tc^ue^  ^e  rsigue  de  acomodar 

por  piretision  '^lAKhos  Oficiales  Genefadesi,  ^que  sinbí  se 

les  hace  servir  ^  lia  oído  V.^  E^'^us  quejas  f  si  se  ocupan^ 

nor pueden  ser  todos  sol^resaliei^cs^  tanto  como  lo  son  .al* 

gurdos  y'^rqueda-nnikítad  míotiva^recisábiente'iit'dlfet 

xencia  ;  y  porque  reducidos  á  la  precisa  esferaudelsus 

du¿rp0s',  ven  *iffü|:hiis^'  fun¿loit)psry  $iifieix  ¿idciios.  ))eli- 

gtosy  forman  grandes  Oficiales  de  granác^eíos  >.  pero  «iq 

conocen- la^escuela  del  mando  ;  aunque  eriio.páciiquhi: 

hay  inetiio^fqtfe  la  e^peciila^  y  se^disünguep;    ;  ,     uq 

'  •  fiA  alq^QiítemokViGqtíipages ,  mandilas  ^ guardias:^  dtt 

las  personas  y  y  oirás  varisisconsideracicaiest^reixibl(raiuib 

iaimhk^'arquer  .manda  ,  y  al  país  dónde  se  hade  la 

guerra.' -''-'. '^ -^    -  '*    n^'i'^  ^   .  'j    j  ,•  -;.    ••]'.-' ^    . 

£n  Guardias  de  Cotps  seiiui^inuoichtttdb  fognár-iea 

po- 


*5^  . 

pocos  días  de  guatdU,  y  algah  mes!  de  Cadet6|tin  Ibicí^ 

to  que  tiene  grado  de  Coronel  $  con  mas  sueldo  que  niOf 

gano  yiv^   ... 

Son  hombres  ilustres ,  y  propios  para  labucacse  i  pero^ 
no  teniendo  ^tempce  iocasion  ^  porque  el.  setvicío  de'  la 
Corte  los  ocupa  (aunque  sacrifiquen  sus  repugoaucias), 
stfJiacen  antiguos »  y  pueden,  llamarse  Oficiales  i  esto  es, 
hallarse  O^ialssGettXaksiain  ibaber  apostado  una  cen- 
tinela. ; 
(  JbÜada  de  esta  te  totra  i  mi  discurso ,  ni  me  atrevo 
i.ekpresar.midi£fcámen  ;  V.  £.  gobernará  el  suyo  coa 
mas  acieitQ «  como  .mas  inmediato  para  informar  zX 
Rey. 

-  Me  parece  ^igatnos  la  idea  de  reformar  tres  compañías, 
de  Guardias  de  Corps  ^  y  pueden  reducirse  al  pie  antece- 
dente del  último  aim^eoto  ,  .que  era; de  doscientos  caba«^ 
líos  cada  una :  número  suficiente  para  el  servicio  de  Cor-» 
te,qüeie^supciucijpaiinstituMi  . 

Se  me  ofrece  un  jreparp  tab  notable ,  comodigoo  de 
sentinlientp  á  .la^nacioa.  En  Us. Guardias  de  Corps  soa 
tres^  las  Coi&p^ñías ,  y  solo  una  Española  ^  de  que  resul- 
ta ,  sirviendo:  mezclados  |  que  siempre  ajcompañan  ^  siguen^ 
y  guardan  alr  Rey  con.  sola  un  vasallo^  su  yo,  ^  dos  que 

ttC^ilo.Son.   'i':^   ,.  ■''.í'í  '•   '    .»./>!.•'./:    >-.    : 

•  :  £n  lá  In&nteiía  sop  i^iáles  tos.  cegimienros  Español 
y  Wabq  en  el  pie ,  y  ea^  el  núóiero  i  y  quieren  serlo  ea 
ias.  ptefeqenctas  $  de  modp  ^  que  cada;dia  se'<ifcecen  dis- 
putas, poi;que;BÍlW¿ÜQn  9e^.aLQtJ[Ojcaa.v|okacia#y^»r 
Hbenlásm^ípaiitokoan»|^.(^^  ^de  can  la 

¿uda da'n.mptí^yo^ila-ittittioncioh.  ;  •:: ..-.  ^  ,  \ 

:.  Dicen  laa  ocdinana^s  de  Gu^ttÜaii  qup  en  qualqúior 
caso  disputable,  no  prevenido  en  ellas  y^  recurra ,  y  se 

ligailo^quediíertoiasideíFrsiiKja.  j    :,  uUr 

Po- 


«33 
Podríamos  borrar  9  si  á  V.  E.  le  parece  ^  esta  humilde 

subordinación  de  nuestras  ordenanzas ,  que  desacredita 
el  encendimiento  i  y  la  cito  por  paréntesis  ,  pues  la  he 
traído  solo  para  el  argumento  de  que  no  se  observa  en 
la  alternativa  que  procuran  las  Walonas  con  las  Españo- 
las, pues  se  praé^íca  tan  al  contrario  en  Francia  ^.que  no 
solo  ceden^  las  Guardias  Suizas  i  las  Francesas  en  todo, 
sino  que  les  quita  siempre  la  derecha  qualquier  Regi-* 
miento  Francas ,  aún  el  mas  moderno ,  por  conservar 
siempre  ileso  el  privilegio  de  la  nación. 

Adviértase!  que  las  Guardias  Suizas  en  Francia 
tienen  solo  quatro  batallones ,  y  las  Francesas  seb:  diez 
en  todos  i  con  can  numerosos  f»cn;itos  como  el  Rey 
tíene. 

Los  Esentos  de  Guardias  de  Corps  en  Francia  no 
son  mas  que  Tenientes  Coroneles  graduados ,  y  en  Es- 
paña Coroneles.  Pudiéramos  imitarlos  en  esto  para  los 
que  vayan  entrando. 

De  duplicar  el  número  de  extrangeros  eh .  Guardias 
de  Corps ,  y  ser  igual  en  la  in£antería ,  resulta  inevita* 
ble  el  grave  inconveniente  >  de  que  siendo  desde  luego 
tantos  mas  los  Coroneles ,  y  consecutivamente  la  escala 
de  grados  mayores  >  son  siemprenas  los  Generales  ex- 
traños y  y  los  acreedores  á  los  mandos  ^  y  á  las  vacantes 
y  en  el  todo  no  es  ponderable  el  inseparable  gravamen 
del  erario  por  los  sueldos  que  estos  acumulan. 

Pues  hablamos  de  la  quqa  ó  dolor  que  en  esto  pao^ 
dece  la  nación  y  vasallos  del  Rey ,  suplico  á  V.  £.  que 
represente  á  &  M.  el  pie  en  qtie  de  pocos  años  á  esta  par- 
te se  han  puesto  los  Irlandeses  de  alternar  por  antigüe* 
dad  con  los  Españoles  por  un  priyilegio  de  tales  i  y 
parece ,  que  bastaría  en  atención  á  ^1 ,  y  á  lo  bien  que 
sirven ,  que  sean  últimos  Españoles ,  prefiriendo  á  tod^ 
extrangero. 


^34 
.    Tampoco  hallo  rázon  ,  de  que  Tátios  cuerpos  del 

cxecclto  ñnjan  nombres  inpartibus ;  como  Belgiai  Bata-* 
bia ,  Ukonia  &c.  y  pues  hfi  dado  Dios»  tantas  vastas  Prot 
vindas  de  que  pueden  tomar  honrados  nombres  sus  Re- 
gTmientos ,  llámense  Valencia  ,  Murcia  ^  y  otros  de  es- 
ta clase. 

Volvamos  á  nuestro  principal  objeto^  de  qué  me  des* 
vian  algunas  digresiones,  que  aunque  las  condene  Vi  £• 
por  molestas  y  espera  las  disculpe  por  2elosas. 

No  discurro,  que  V,  £•  pospondrá  las  fatigas,  el 
cuidado  I  y  la  doftrina  de  un  Coronel ,  y  un  Sargento 
mayor  ( que  le  cria  el  R^y  en  dos  batallones  de  un  Re«; 
alienta  con  mil  yi  i qaacrocienic^  soldados ,  ó  tres  esqua* 
drones  de  caballería )  al  servicio  de  Guardias ;  y  yo  en- 
tiendo ,  que  la  mayor  escuela  es  la  de  Coroneles  $  ea 
cuya  elección  de  sugetos  se  ha  de  aplicar  el  mayor  exá* 
flien  para  optar  los  grados  superiores. 

La  Compañía  de  Granaderos,  y  la  Brigada  de  Cara* 
bineros  s^dos  tropas  muy  distinguidas  ^  la  primera,  mas 
brillante  ^  y  la  segunda ,  mas  útil ,  y  pueden  serlo  am- 
bas, sise  igualan  en  el  pie ,  y  se  moderan  en  gratifica*» 
cion  y  masa» 

Siguiendo  ¿lo  i^e  alguna  vez  hemos  discurrido 
V.  £.  y  yo  ( si  sq  acuerda) ,  náe  parece ,  que  á  los  Cara¿ 
bineros  se  quiten  cien  caballos,  y  que  á  los  Granaderos  se 
les  aumenten  con  otros  cinquenta  ^  serán  así  ochocientos 
«sqogrdos ,  trescientos  ios  u^no$,  y  quinientos  los  otros ,  á 
quiendsie  ha njde^quiur^Ios^ galones,  y  dar  reglas  m^ 
sólidas  i; expresando,. qttc-siempre  que  haya: guerra ,  ha-- 
yan  de  constar  estos  cuerpos  de  seiscientos  los  Granade- 
ros^, y  de  mil  los  Carabineros,  que  harán  un  derecho 
for^midable*'  Tratamos  de  rro^s  ^xrrangeras  ^  de  quQ 
l^rometiíhabiar.     ,  i  \, 

Que  sea  un  cuerpo  numeroso  de  ellas  el  que  se  de- 


xe  en  plfi  sé  funda^-y  se  apoya  con  rascones  muy  sólidas. 
Dícese  f  que  excusan  los  nacionales  ,  para  que  empican^ 
do  menos  en  las  armas ,  se  apliquen  á  la  población  ,  ai 
cultivo  y  y  á  la  Corte.  £1  extrangeroisufre  la  injuria ,  y 
la  fatiga  de.  la  guerra  f  se  indina  al  país ,  y  muchos  se 
establecen  ,  quedan  ,  y  aumentan  la  vecindad.     . 

Tuviera  por  imposible  separarme  de  estos  principios, 
si  tuviera  por  posible  sujetarlos  á  efeftos.  Conñeso ,  que 
convienen  los  extrangerós,  pero  pregunto  i  ¿y  el  modo 
de  tenerlos  ?  Lqs  Suissos  (  que  son  los  únicos  Republica- 
nos ,  que  se  obligan ul  que  dá  mas,  sin  Soberano  partid 
cular  que  lo  embaraze),  están  desacreditados  en  todas 
las  Potencias ,  ni  aún  los  fronterizos  que  los  reclután^ 
con  Étcilidad  los  quisieran; 

Infestados  de  la  deserción  con  mas  excesó  que  otros 
(aunque  hoy  comprehende  este  daño  á  todos)  ,  se  han 
de  tener  presos  entre  murallas ,  ó  se  deshacen ,  equivo* 
cando  tanto  los  planos  de  los  exercitos ,  y  el  cálculo  de 
los  Generales  ,  que  á  paquísimos  dias  de  campaña,  son 
solo  vanderas  lo  que  se  ñguraba  batallones  ^  y  cues- 
tan tesoros  ,  como  lo  hemos  visto  á  nuestra  costa. 

Una  Compañía  de  Suizos  es  un  mayorazgo  y  y  aún 
se  divide  por  medios  y  tercios  ^  que  producen  á  propor-^ 
cioa  ^  y  es  uh  comercio,  del  qual  hasta  los  Castellanos 
se  utilizan^  por.  16  qual  tienen  apoyos ,  auxilios  y  prer- 
rogativas 9  de  que  no  me  atrevo  á  hacer  las  debidas  ex- 
cepciones, porque  las  contemplo  muy  presentes  en  la 
consideración  exquisita  de  V*  £• 

Los  Irlandeses  muy.  biaarrós  primero  mueren  que 
vuelven  las  e^MLldass  pero  tienen  solo  el  nombre  >.  y  aU 
günos  Oficiales,  siendo  Españoles  la  mayoLpartei  de  su^ 
soldados^ 

Los  Flamencos  son  muy  buenos;  ¿pero  como  se  cf-^ 
durarán  estando  la  Flandes  entre  los  Alemanes  nuestros 


2^6 

enemigos  9  y  los  Franceses  que  no  gustan  de  vernos  ar- 
mados ? 

Los  Italianos  se  hacen  apriesa  con  los  Españoles  por 
las  costumbres  ^  el  idioma  y  la  memoria  ( aún  no  bor* 
rada  )  del  largo  tiempo  del  dominio  de  nuestros 
reynos. 

Sea  para  Suizos  ^  Irlandeses ,  Flamencos  6  Italianos» 
nos  han  de  venir  los  Oficiales  y  reclutas  por  mar ,  ó  por 
la  frontera  de  Francia.  En  este  inconveniente  se  halla  el 
mismo  Regimiento  de  Guardias  Walonas »  y  las  dos  Com* 
pañias  de  Corps  Italiana  y  Flamenca. 

Debo  por  amor  á  la  verdad  aplaudir  el  zelo  y  el 
cuidado  con  que  el  Regimiento  de  Guardias  Walonas  re« 
cluta  continuamente  á  costa  de  muchos  intereses-  y 
£itigas» 

Siempre  que  haya  guerra  se  nos  cerrará  por  preci* 
9ion  uno  y  otro  camino  >  con  que  se  reduce  á  que  en 
tiempo  de  paz  por  tolerancia  ó  disimulo  de  las  demás 
Potencias^  con  dificultades  y  aecido  gasto  tendrán  al« 
gun  número  aparente  los  cuerpos  extrangeros ,  que  para 
la  revista  I  y  la  paga  serán  completos ,  y  en  declarando^ 
se  la  guerra,  ó  se  han  de  deshacer,  ó  no  han  de  campar, 
y  será  precisión  apartarlos  de  la  frontera ,  porque  su  ma- 
yor parte  constará  de  Franceses  disfrazados  en  Irlande« 
ses  y  Suizos^  que  se  vuelven  con  la  misma  facilidad  que 
vienen ,  y  destinados  á  la  guarnición  ,  solo  subsistirán 
el  tiempo  que  estén  encerrados^  -  • 

Muy  dificiles  son  de  satisfiícer  estas  ob|eciones{, 
p<;ro  como  nada  es  pre&rentc  ál  bien  de  traer  gentes, 
y  desocupar  las  nuestra& ,  mantenga  el  Rey  por  mi  dic* 
tamenlos  qxtrangertís;  pero  sin  estados, ikiáy ores,  sin 
gratificaciones  excesivas  ,  y  con  Inspedores  zelosos  y  que 
solo  abonen  lo  efe¿tívo ,  escarmentando  al  Comisario, 
"ue  en  las  revisus  particulares  exceda  de  cst%  regla. 


¥ae<lcn  quedar  en  pie  vdnte  y  siete  BataUotíes  ex«- 
trangeros  y  reformar  quatro  y  medio ,  ios  dos  y  medió 
Suizos ,  y  dos  de  Irlandeses :  ios  primeros ,  por  la  facili- 
dad con  que  se  deshacen  ,  y  los  otros  (aunque  son  tan 
buenos  )  por  la  dificultad  de  sus  recluta^.  -  ^* 

Esto  se  lia  de  pra&lcay  por  l^egimiemos ,  y  no  pot 
Batallones ,  como  ya  se  liizo  otra  vez*  (no  acaso) $  de 
que  resultó ,  que  dos  Batallones  Españoles  tenian  un  Co- 
ronel y  y  otro  un  Batallón. de  extrangeros  :  y  así  nosdu4 
pilcaron  el  número  de  Gefe^.y  y  ení  muy  pocos  años  el  do 
Generales. 

Los  que  hayan  de  ser,  se  decidirá  por  la  antigüedad; 
que  no  motiva  quejas ;  6  sino  por  su  estado ,  ó  circuhsn 
rancias  de  su  nacimiento,  :  (^ 

Todos  los  otros ,  menos  los  Suizos ,  se  hah^db  po« 
ner  en  el  pie  de  quatenta  hombres  por-  Compañía ,  siii 
dispensarles  por  ningún  modo  que  reciban  Eipanolesj 
nunque  no  ^erá  posible  quitarles  por  ahbra  ios  que  tie^ 
nen ,  porque  son  los  mas  Cabos ,  Granaderos,  y -U  \:úhdr 
za  de  las  Compañías*  Para  dexarlds  én 'el  pie  dicho ,  no 
habrá  gente  que  sacarles  ,  pues  ninguno  de  ellos  tiene 
el  contingente  que  le  ha  de  quedar.  ' 

Si  el  Rey  apru^a  todo  lo  expuesto  j  tónsidcriiráf 
quatenta  y  cinco  Regimientos  ,  que  componen  ciéñ^Ba^ 
tallones  ,  los  seiema  y  tres  Españoles  ^y  velbre-  y.  siete 
de  extrangetos ,  ^e  quinientos^  sesenta  hombres  ios  d¿ 
Guardias ,  y  de  quinientos  y  veinte  los  desias'  y  y  ea 
todos  cinquenta  y  tres  mil  y  quince  infantes.  -  En  veint* 
y  sets^  regimientos  de  Caballería  oahenta  y  ün^Esquadro- 
fies  de  cien/hombres  cada  ano ,  excepto  Catabineró< 
RealeSi  Granaderos  y  Coraceros,  su  total  odio  mil  >  iío| 
veQtae  Eli  ejnce  Regimientos  de  Dragones- txeihta  y  qua^ 
tro  Esquadropes  9  y  en  ellos  dos  mil  seiiditfiftps  y^  ^uai 


240 

Cru:&de  San  Luis  (  que  se  reparten  cDmo  alelayas^  en- 
«vanccc  su  casa  y  su  fiamilia,  y  son.  preferidos  para  los 
empleos  y  las  alianzas  en  sus  Provincias*  Considérese 
iquáq  diferentes  son  Us  Ordenes  Militares  del  R.ey  para 
el  honor ,  y  para  el  Soberano ,  como  los  Hábitos  y  ias 
Encomiendas  sigan  la  distribución  del  nombre. 

j^sto  se  consigue  recayendo  en  el  gremio  Militar 
quintas  gracias  son  de  aprecio  ,  y  de  interés  en  el  Pala« 
^0;|  en  la  Cáete  ^  en  las  Capitales ,  y  en  todo  lo  que  es 
mando  y  autoridad  de  la  guerra  y  de  la  política. 

Si  un  gran  señor ,  que  no  sirve ,  y  obtiene  desde  el 
descanso  de  su  casa  los  honores  á  que  aspira ,  y  tal  ves 
porqüeesmasoportiuio  I  (.prefiere  al  otro  de^u  ciase» 
que  esdi  en  el  exercito  exponiendo  «u  yida ,  serán  pocos 
los  que  praéliquén  esto. 

Si  en  la  vacante  dfe  un  Corregidor  de  lucro  y  de 
descatiso  se  búsc^  en  el  rincón  de  su  provincia  un  partid 
cular  sin  mas  título  queeb  de.  Caballero  pobre »  y  no  se 
eU^  un  OñciaLhetidcTy  no  empeñaremos  la  noblea&a^nl 
ahorráremos  al  R.ey  sueldos. 

La  malida  de  los  que  no  quieren  ,  ó  no  se  atreven 
á  hacerse  dignos  en  las  fatigas  y  jen.  los^peligros^  ha  in<^ 
troducido  y  que  los  soldados  son  ignorantes  y  intrépidos 
yicodiciosós.  En  el  dilatado  tminerode  un  ejercito  creo 
que  habrá  muchos  á  quienes  se  puedan  aplicar  estos  de* 
fedos  $  pero  quizás  será  universal  en  los  que  no  han 
aprendido  en  la  escuela  dd  (rato  con  los  hombres»  yj 
que  salen  de  su  casa  á  gozar  sueldos  del  Rey  sin  ha*' 
)>erlos  mete^ido  en  .Encomiendas^  gobiernos  de  Indias» 
y  todo  lo  que  sea  destinos  |  que  embelesan  el  honor  y 
el  interés.  Tiene  el  Rey  que  dar ,  y  tendrá  mas  ,  estu- 
diando las  distribuciones  1  y  volviendo  ai  pie  ant^uo  al« 

gunáscosaSt 

.-   ..:  Se 


241 
Se  reformaxon  varios  gobiernos  ,  qu¿  sin  mas  costa 

que  los  sueldos  ocupaban  á  muchos  ;    y  iioy  serian 

may  apetecibles  y  á  poco  que  se  les  añadiese  ^  sin  car^ 

go  sensible  de  los.  pueblos  ^  de  aquellos  que  regaron 

valerosamente  las  campañas  con  su  sangre. 

Creo^séría  ^  VJ  £•  conmigo  en  el.  didámen  de  que 
no  hay  tesoros  iqac  basten  á  premiar  el  mérito  de  un 
exercito,s¡  todo  ha  de  ser  contra  el  erario. 

¿Que  ie  cuesta  á  la  gran  Ciudad  de  Valencia  dac 
una  x:asa  ^  y  concedet  una  franquicia  á  un  Teniente 
General ,  que  se  llame  su  Gobernador  ?  ^  V  por  qui¿  no 
se  le  ha  de  agregar  el  Corregimiento-  que  tiene  el  In^ 
tendente ,  sobrándole  sin  el  para  enriquecerse  el  sueldoj^ 
y  las  utilidades? 

•  Digo  lo-mismo  en  Zaragoza,  Murcia ,  y  todas  las 
Cápiqale;.  £1  reynó  de  Murcia  era  un  mando  particular 
en^ue  se  empleaba  bien  un  Capitán  Genera^  ide  Pra< 
vincia ,  y  Teniente  General  ^  y  después  se  agregó  al 
mando  de  Valencia,  sin  saber  por  qué. 

La  Asistencia  de  Sevilla ,  empleo  de  los  mas  decoro« 
«os ,  y  útiles  del  Key ,  no  há  muchos  años  que  la  posee 
un  Coronel  i  y  aunque  sea  benemérito  y  me  parece  que 
no  está  ya  mal  satisfecho^  y  que  puede  dexar  aquel  hue- 
co para- un  Teniente  GenerdU*        '   • 

En  estos  gobiernos  se  ponen  Tenietites  de  Rey,  Sat-^ 
gentos  Mayores  y  Ayudantes  y  Capitanes  de  Llaves 
(donde  hay  murallas).  Todos  estos  se  contentacii  ó  se  en* 
gañan  con  el  título ,  6  su  mismo  sueldo. 

¿Por  qué  nq  han  de  disfrutar  en  las  plasas  (como 
sucedió  toda  la  vida ) ,  y  en  cinqüenta  castiUos  imitrles, 
^s  fosos  sus  Gobernadores  y  sin  hacer  mal  á  nadie  í  Se 
-ha  invcnxzáOy'  qme  padecen  hs  mura^Ua^ , .  sin  disringuii 
los  medios  de  los  extremos  i  pues  todo  lo  c^ue  no.es  ár^ 
^^Tom.Xa  Hh  M 


bol  (que  internando  las  nices ,  abre  las  piedras )  es  in- 
cierto que  perjudique,  y  en  probando  esto,  ¿qué  im* 
porta  que  tengan  jardines  que  diviertan  ,  y  huertas  y 
sembrados  que  producen  tal  vez^con  utilidad  de  los  fo- 
sos I  porque  los  limpian  ? 

Tanto  Guarda  Mayor,  y  sus  rondas ,  y  Administra- 
dores ,  pueden  llenarse  de  subalternos  reformados ,  Sar- 
gentos y  Soldados  viejos ,  que  no  servirán  con  menos  ñ* 
delidad,  y  obrarán  con  mas  experiencia  y  espíritu ,  y  ad- 
mitirán por  dichoso  premio  diez  ó  quince  reales  que  tie- 
ne un  Guarda  Mayor,  y  tres  o  quatro  el  de  una  puerta 
embozado  en  su  capa  ^  quien  hoy  le  sirve,  sin  haber  mc« 
recido  por  .ninguna  fatiga  aquel  descansado  empleo* 

Siempre  que  por  estos  motivos  no  se  desvien ,  y  se 
octipen  con  algún  süfragia  infinitos ,  ios  tendrá  Y.  £• 
sobre  sí  s  le  agoviarán  con  memoriales.  Gritan  y  se  que- 
jan malquistando  la  piedad,  ó  la'  justicia,  pues  si  se 
atienden ,  consumen  la  real  Hacienda  s  si  se  abandonan^ 
los  oye  el  común  sin  examinar  la  razón  y  y  desde  luego 
mira  con  tedio  el  oñcio  del  soldado  >  porque  teme  el^ 
mismo  escarmiento.  Si  se  ve  que  es  camino ,  que  ayuda 
para  el  alivio  ,  y  que  no  se  puede  entrar  por  otra  parte, 
todos  le  elegirán. 

£n  lo  antiguo  tenian .  ios  Regimientos,  que  se  lla« 
fnaban  tercios ,  Provlocia.  de  que  sacaba^n  reclutas  con 
mucha  utilidad  del  >  servicio.,,  porque  eran  gentes  de 
quienes  conocían  los  Oficiales  el  lugar  ,  y  los  padres 
recurrían  al  reemplazo  en  la  perdida ,  ó  en  la  fuga 
(aunque  enConccS  se.  ve^ao  potras .  ^  porque  no  hablamos 
jiptendido  este  deshoji^r  que  nos  han  enseñado  nues- 
tros compañeros);  y  la  misma  Provincia^ó  Ciudad  ha-i 
cia  estimación  propia  del  estado  del  tercio  que  reclu- 
caban.         ; 


^45 

Fudierase  resucitar  esta  memoria  ,  y  dar  á  los  cuer- 
pos nombres  de  los  mismos  rey  nos  de  que  sea  su  gene- 
re ,  y  aún  alguna  preferencia  para  Oficiales  de  la 
distinguida  de  aquella  capital  ,  qjie  todo  ayuda  y 
atrae.  -.    .       . 

£n  cierta  antigüedad ,  ó  por  alguna  acción  digna, 
se  concedían  escudos  de  ventaja ,  y  medallas  que  perdía 
el  que  después  degeneraba  en  el  vicio ,  ó  en  la  deserción^ 
y  todos  procuraban  mantenerse  honrados  por  no  des« 
caecer  envilecidos»  Discurrase  este  punto  ,  pues  á 
cada .  naciün  se  le  ha  de  empeñar  por  sus  inclina- 
ciones. 

Recibíanse  los  reclutas  voluntarios  sin  precio  de  en- 
trada y  quedes  un  pie  in&me  que  da  motivo  á  la  deser- 
ción 9  pues  huye  de  Estremadura  el  soldado  para  venir 
á  venderse  á  Aragón.  Tómense  precisamente  por  tiempo 
limitado  de  quatro  años  lo  que  menos  en  paz  ,  y  sea 
infalible  su  licencia  al  plazo  convenido )  que  no  consi- 
derándose esclavos  i  habrá  muchas  reclutas  y  menos 
fugitivos. 

He  tocado  por  mayor  quanto  me  parece  por  ahora 
cxecutivo  '9  y  pudiera  explayarme  discurriendo  en  los 
medios  de  quanto  propongo.  Siempre  que  el  Key  lo 
apruebe ,  será  muy  fácil  á  Y.  £.  expresármelo  en  sus  ór- 
denes ,  ó  mandarme  hacerlo  1  ó  valerse  de  sus  subal- 
ternos y  que  parezcan  mas  inteligentes. 

£1  punto  y  el  gasto  de  marina  es  el  mas  principal 
por  su  importancia  9  y  debo  suponer  ,  que  dedicará 
V.  £.  su  cuidado  á  que  se  adelante ,  porque  tiene  par- 
ticular conocimiento  ,  y  sabe  que  no  hay  soberano  ea 
Europa ,  que  tanto  necesite  como  el  nuestro  las  fuerzas 
de  mar ,  para  guardar  y  conducir  sus  tesoros  1  y  preca- 
ver que  las  naciones  se  los  usurpen. 
• '  Hh  ai  Es-I 


Escarmentada  la  Francia  de  la  superioridad  de  los 
Ingleses  en  la  perdida  de  Cabo  Bretón  >  y  de  tantos 
navios  como  la  han  quitado  ,  tiene  ya  en  los  Astilleros 
diez  y  seis  quillas  de  cinquenta  á  ochenta  cañones ,  y 
piensa  aplicar  al  aumento ,  y  progresos  de  la  marina,  to* 
do  lo  que  reforme  en  tierra» 

He  procurado  satisfacer  la  orden  citada ,  cuya  fecha 
es  14  del  anterior  ^  y  seré  muy  dichoso ,  si  mejorado 
mi  diélámen  con  las  prevenciones  de  V.  £«  se  hace  dlg« 
no  de  que  el  Rey  lo  apruebe. 

Nlsa  a  de  Julio  &c.  =  £1  Marques  de  la  Mina  zz 


car:- 


CARTA 

t 

DEL  CJRDENJL  SJNDOrALy 

ARZOBISPO  DE  TOLEDO, 
A  LA  MAGESTAD 

-   •  •  •  ^  . 

D^B    FELIPE    dUJRTO, 

SOBRE 


V    I 


* 

ha  contrihueion  de  millones  detestado  Eclesiastfcd]  negándose 
4  venir  d  la  Corte  donde  estaba  llamado.  - 

.  .  .  i 

SEÑ'Oi^.. 

•  •  • 

•  •  •         t  *  ■  » 

JL  or  la  caita  dcV.M.(quc  Dios  guarde)  escrita  en  13  de 
Septiembre ,  acerca  de  la  coñtribvr<;ion  de  millones ',  lie 
visto  ser  la  resolución  del  Consejo  ,  que:  el  estada  ccle-^ 
siálticano  puede  ni  debí  ésct}saf  se  de  esta'contribucionj 
por  mirar  inmediatamente  á  la  defensa  de  la  Religión 
Católica  dé  estos  reynos  ^  y  hallarse  el  patrimonio  de 
Y.  M. ,  y  el  del  estado  secular  tan  ejcpuestó  ,  y  exáusco} 
que  sin  la  ayuda  delEclesiástico  todos  se  arriesgarían.)  y 
quedarían  expues^tos  estos  reynos  al  arbitrio  de'  nues^ 
tros  enemigos  (motivos  que  han  obligado  á'  lá^nta  Se-^ 
de  á  conceder  desde  el  año  de  1.5  pi  esta  contribución 
|>or  Breves,  calificando  con  ellos  la  obligación  que  el  es- 
tado Eclesiástico  tiene  de  conirittuiT.á  etta) »  y  porque 
respeto  délas  mufhas  apretadas  nuevas  tóvasiones  de  ios 


/^ 


^48 

que  antes  ipoisiAfon  tales  clausulas  y  comUdones^  que  ex* 
presa^  y  damnente   destruyen  la  proposicon  sobre* 

ilicha» 

.     Urbano  VIIL^  en  su  Breve  d^  25  de  i52jr  so- 

hse  la  coacesion.  de*  los  doce  miUanes  >  y  en  ;el  de  30  de 

Mayo  de  ¿162^8 ,  en  que  iiace*  declaración  del  primcroi 

yjeo  el  de  xp  de  Mayo  .de  4 6^ 9. de.  la  concesión,  de 

'  los  diez  y.  ocho  millones »  y  en  el  de  2  de  Junio  del  mis- 

moL. año. sobre: la e  absolución,  y  condenación  de  lo  co» 

bírada  después x^e  espiró xl. Bré ve  v  y -^n  ^1  de  $ .  de 

lSi^a/yo<  die  15^^^ asobee  'Ibsvxiiess  y^nuevd  millones  :as^ 

mismo  Inocencio  X.^en  elxie^i4  de  Diciembre  de  1^44, 

y. en  el.  de  21  de  Septlcmbs-e,  4c.  1650  y\  lo  que  dicen  es- 

ya  en  unos ,  ya  en  otros :  ^  iique  pasado  el  sexenio  ,  no 

npuedanií^t?  obligadóSiiós  Eclesiásticos  á  contribuir  cu 

^»cosa  algunas  que  las  concesiones^  y.gracias  espiran  en 

jaquel  puntos  que  en  áinguna  manera  se  pueda  cootl- 

ivnuar  la  cobranza  por  qualquiera  causa   ó  pretexto^ 

vsin  expresa  licenda  de  la  Sede  Apostólica  s  que  no  baste 

f»  la  esperanza  de  U  Altura  concesión  ó  prorrogación  >  poír 

nqde  desde  lueg^  declaran  ser  voluntad  suya  nó  conce** 

t^derla ,  y  ló  testifican  interponiendo  su  palabra  Pontif- 

)9Íicia$  que  jamas  se  pueda  cobrar  sino  quando  y  desp 

«ypbesiqae  sle  hayarOkcM^da.el  beneplácito' Apostolicen 

nqüt  reservan  j^ara^^í  solos*  la^Interpi^^cion  de  sus  Bre^ 

9» ves  i  qoicandotá^alesquieroi otros  la  €|cultad  deioter- 

Y^pretarlos  ,  ampliarlos  j  extenderlos  ó  moderarlos  ^  ó  de 

^íobcar  contra  ó  fue^a  ái  stt>  tenor  1^  y  d¿  lo  expresado  en 

tidlos  I  aunque iseati^:la  cosa '  piks:  tfpjúima  ^  cjque  ^todop 

i>los  que  pasadbleTierixieoo  ^eñaládd,  eobraseri  cdel«Cle^ 

nro  y  incurfeaaenilas  censurad  ;^  isiri  poder  ser  absudiós 

5^pbr  ningún  privilegio  ^  aunque:  sea^  de  la  Bula  de  ia. 

nCruzafda,  porque^  solo.para  stxeservap  la 

nque'WlOrcÚdaoios^  l^f  nan^esáspepsion  1^  y;«  4e' 


a;^ 


14  J 
^dlcKo  Ids  declárehy  y  reágtaranda  lá»  retenras';  y  &• 

MQalmente  las  veces  que  se  ha  cabrado  sin  Breve-,  reco- 
5) nociendo  que  se  iia  incurrida. en  ellas ,  lian  dado  la 
^absolución  en  el  fuero  peaiccndal  ^  y  V.iM;  la¡  ha  pe- 
^^dido  ;caa  la  condenación  de  toda  loí  cobrado  ,  y  "^ara 
)t  universal  desengañó  de  que  sin  firevto.  no  se  puede 
f ijaoias  cobrar ,  añadieron  que  no  era  su  ánima  por  di* 
t^cha  absolución  I  y  condenación  que  se  *  induzca  ,  ni 
^Ypueda.  inducir  en.  los  tiempofc  .fucuros  alguna*  tácita 
9tfacultad'|  ó  aprobación  de  cobrar  la$  sisas  antes <d$  obce- 
9Yner  expresa  ¿dncesion  seria.''  i.    rf 

Suplico  yo  i  V.  M«,  que  pues  Dios  nuestro  señor 
le  dotó. de  tanta  piedad |  y. tan  claso  emendimicnco^ 
•haciéndole  brazo  derecho  de  5U  Iglesia  ^,  :y  ^u  tüiyot 
defensor  ,  y  tiene  dos  Angeles « de  ^gttárda  para  su  ma¿ 
yor  dirección,  que  entre  con  dios i^ sos  solaste-  cbnse« 
jo ,.  y  ponderando  las  cláusulas  re&ridas^^de  tos  Poñtifií^ 
res  y  restri&ivás^instru£tivaSiyconiDuiatMias  ,  y  tan^x^ 
•presivas  de  «a'  volumad  ?,  aún:  eii  ^te icaseoén  qu<;  V.  Mu 
«ihallx^y  can  las  mismas cáusasrqúeprdpoaeV vea  co^ 
oío  se  cobrará  /y  cobra  seguramente  cá  conciencia  dd 
£cIesiástlco,  habiendo  espirado  et  Breve?  ¿  Cómo  pueden 
tenei:  logat  Ias>dxfdlcaciones  40intva'  tan  expTesaS'  y  \iw^ 
rales  palabras?  y  que  quando  co^pÜeiá  en  ellas  alguna 
duda  ^,  su  SabtUfaui  tiene  YlMrim;lir)pab  sí  li^^  ex- 

posición,; ¿  Cómo  se  evitará  tí  incurrir  en  las^reriáurás,  y 
necesitar  de  la  absolución  Apostólica}  ¿Cómo  teíidlíá 
logar  la  prekanti voluntaddeLqtte expresamemecdecja- 
ralque nó latiene;^ nL|i£stifidará la  exaccimí  :|lirt(iada^'éií 
esperanzasiya  exdutdaé¿?:¿Qii;^  solidez  piANkí  tMefr^d 
pensar  que  hayléostuinbiretoteraday  quandoto  coptkrio 
consta  por'lo^icho,  y  sucedido  á  V.Mw?  y  quando  la 
hubierf  fuesaiJ^orrupc^á.,  no  costumbre  ypües  los  sagra* 
dos  cenónos  iha¿cii:>est0i'4n9Wda.  4i^-4hiiiúcá«iafd^d¿  t^ 


%r  w-r 


X9  lo\^^ 


-ayo 

iglesia  y  y^lodáscdi&iitrjls  impccs^ciptlGde.  ¿Qdó  lé  fác^ 
•lita  ó. extiende  i  V«  M»  el  pockr*  sobre  el  patrimonio  de 
.Jera-Christb,,qu[aiidQ  el  legítimo  y  ünko  dispensador  de 
el  lo  hicga  ?  |£s  UcUi>en  tan  chrastiaho  Monarca  obrar 
en  materia  tztt  arriesgada  can  fundamento  de  presun- 
ciones alegadas  ya  «^ 'y  excluidas  siempre  del  Pontífice^ 
y  contra  decisiones  expresas?.¿Quren  ó  cómo  excusará  a 
los  Ordinarios  de  la abedlencia  k su  (:abeza  ^ni  les  im;- 
jp¿dirá..la.  execudon  ^dc  lo  que  tan -absoluiamente  ordena 
4i  riesgo.de  la  iodignadon  de  Dios  ^'  y  dpi  Pontífice  en 
la  cobardía  del  cumplimiento  de  su  obligación  ^  y  á  que 
f>tra  vez  les  repita  su  Santidad  lo  que  ya  para  su  con« 
fusioaJes  dlxo  :.que  temiexqa  donde  .no  había  que  te^ 
tner  i-  pues  se  ajustaron  ^y.confor marón  con  el  poder  hci- 
mano  I  contf  si  ti  derecho  ditó;no^.  *  j      ,  . 

*'«  La  vida» señoc^  la' hacienda  es  de  V.  M. >  pero  el 
«Ima  es  de  Dios ,  que  nos  pedirá  á  los  Prelados  estrecha, 
cttcnt^  si  no  ábodecQmo&á;  los.  mandato^  d&  hLsanca  $ede 
j(titi.i9^pcesado$;.prepetidaí>s  ^y  ,táa  eoccluidm  de  todogc* 
Jiejro^le  Jiatecpretacijqai')  ó^ defensa hctie »  sin  qu&.la-  la«- 
fiUíiQi^ncia  del  Patrimonio; real  ,  y  haciendas  seculares 
4>tted^  teneif  aquí  Ju^iísoporque  todos  estos  títulos  se 
^gaf QRy  y'>e)u:luy£Gon.^^rka^JEke^es^FQot¡ficios  pasa^ 

iíÍQ»9COQ9KOSeJbldklb^>  olí.    o    -ji..,  ./    "I,   -::       .  7      1 

• :.  1  JU^^iiptiktiQSrde^IaS'iitaeiittSjgilert^  ñuear(>j:oati» 
'fimMQtft'dei ringles  9.  UsiinlYatfiones  por .  todas  panes  df 
A9S  enenMgos  jdj^  esta  corona»  la  fitiné  resrau¡radoad.e  Forr 
^IÍS^'^íMa.íí^  Gata« 

W^1^\$:^4if^  rilÚ»ft:|KOÍ^ih«Ml:^  fttStOS  loi 

Uxku<ü  q|UitMy4.>l;ii9»ÍMs^e|e^fliá^  gti^^^ 

d^Jl4ft  en  eJílotíel  0^4^^^  (^^n^osBcfiy  rao  Cbristiano  y  por*^. 
guo  de  el  eS'a3bS0lufo  señot  i  pevo,n6  siéndolo  dei  Pa-» 
irlmooÍQ.de.iSl^rjsii'o  i.  no^será^dágoo.de^^urxelóqiKícoii 
|V«{fixi]ft.di^' dií¡has.guerj:fia  t;rentr&eQu:clí.lA  mano  ^i  por« 


qae  dotando  Otros'  umchor  tíf  lilos  quje  -  hftya  pSi^a  cUfi^ 
:solo  repcf sentó  aqui  á  V«  M.>.qtte.l^lgíesi^  ^antacsla 
jquc  ca  ,su&  lides  es  füvKt  y  mas^  fitcrte  exetQi^4;£Sáis 
:uopas.  y  esquadras^  soo  iQs.c^oside  JasJ^esias  i^Axaiih 
gionesi  la  batoíia  mas  fuertt  contra  J¿s.  cpepigos ,  soa 
los  saalñqos  santos  quc.celebra,  las  oraciones . qué  tc^ 
{>ite>  las  penitencias  que  hzcp  i.  la  .cruces  el  estandarte, 
sa  General jcI  Poaüfice ,  losxapitánei  sus. Ministros :  a 
clips  se  .  les.. debe. jso.  pcimef.  lUg^ír  la.  id^t¡A ,  Jy  ^  asi 
lo  reconoce  y,  M.  siempre  qita.JEa¿tliYiná  iSp  Ja .  coooedei 
No  dudo ,  señor ,  que  tiene  ppr  muy  cierta  caia>vcr- 
dady  mas  coma  es  invisible  este  socorro  i^nuichoa  reparan; 
mas  encloque  es  aienoisL^cy.  Jieneni  por  .masi.usgonte  la: 
contribución  material ,  siendo.de  tanto  n^ayor  pesp  la^eñ^ 
oaciá  espiritual  de  la  santalglesla,iquaot0  mayoitiej  divi- 
no poder  que  sigue  á  e^ca,  que  d  fhiamano^quc  csSgue  á 
aquella, como  con  innumerables  historias  ^svsa^ikdas  co^ 
mo  profanas  puáicr^  coíiBprpbarse  i  Mái:.jd0nde>^:s]gue>^ 
que  ios:  l^eyeq  pn  orden  á  con;feguü7iSiisj«t¿kQriasjyaK)ttá«* 
lia  parre^  deben  con^cvát  mas .  ¡n^eóXDe^  de  donde  pro^ 
viene  á  snStexercltos  mii'yQr  potenda»    . .   ,  . . ,  :    > 

. .  :  Viengo ,  seÜQt ,  al  ptíigro.  oioral^ inStánfeaneo^  y .pró^ 
Xlj^sade  los  reyíui&c^ey.  l^.^y.áif  aiec^si3dbd^uirgemd 
Áxpocúaaa^  >i'd&octtcrBr;ak:qo8i¿ej5npGrhc.eii  ia  carca  ido 
y^M^i  yen^el  pte¿cdr  iy  diAáiiim/¿¿L  cas^i^icn  el  qaal 
pK  todo  derieciio  natural  y.dlYiao  están  iObligacLos  ioft 
Eclesiásticos. á .concurrir  á  su (celnédíb  y.  qoina  parte  qap 
son  ikeiiKsts  cuarjpo.  ^.  ^  quicd  amoáaaa  lulna  y^aáín.  laittja 

queiveoga  laJHcencíf  dd  J?a^^QiCoa:ÍQdepeixkndra^do 
I0tta:y  idigo.y.qttev  ;aunqu6i:hf)  se^pimido;  negaií'que  ^9 
graiule.la  nqcesicUd  de  V.  M.  ^  resjpeda^e  tancar  y  taa; 
btrgas.  y  y  taa  cominua&  guerras  y  y  ^^dis. sen  excesivos  Jos. 

gassos  ^cco  qoe  y*  iMU.ihaya  jieg&do/áiaquciiiv  Ctf  t^*^* ' 

lia  quQ 


i  <■  ^ 


^qtio  hteiert  dilíg8(otIft  ütbft  Ickésl&stlcos  ta  aí>soluta  con^ 
stibacton ,  y  coQ$igüle()(tGaiehte  á  V* .  M.  su  exccucioa 
^tapf  Di  Jopaedoftccm&saf ,  ni  VqM.  lo  crea  ^  ni  Dios 
^ttCBCfQ  leñor  Jo¿p¿hniC84(tte  sd  vea ,  ni  k  vetemos  en 
uiestado,<qtte<  sus  enemigos:,' y  ios-hereges  puedan 
gloriarse  de  qucá  un  tan  podorosQ  Monarca ,  señor  de 
tantas  Provincias  y  rey  nos  ^  de  taqtos  y  tan  ricos  vasa- 
llos f  ieban^teducido  al:  i^isenble  estado  de  extremidad; 
may \Jey os:de  él  está  y.  'M.^  poes;  es  xasi  infinito  lo  que 
faita/parailegarÁiaÍ4sud0i'      ' 

Con  temor  entro /señor ,  en  este  punto,  que  por 
ser  tan  necesario  para  descubrir  en  el  la  verdad  ,  y 
snostrar^^comoiio  lia  Iti^ado  aquel  «aso  de  necesidad  xx^ 
tierna  que  sc>  suponen  4eclacire  algo  mas  de  ló  qne:qui*í 
slera ,  .por  ventura:  cpn  desazón:  de:  algunos ,  quando  no 
trato,  de  dl^ustar  á  nadie  ,  porque  solo  deseo  satisfa* 
cer  á  ml.Rey ,  haciéndole  manifiesta  la  verdad  que  at 
can;zá  ^tfoxquexsurosa  cierta^  isefior  v  que  optes  jíc  Uegtf 
clcfiso4^1a  hecesidad  urgente  ó  extrema^  para  quejesten 
por  raioadeelUjobi^ados  los  £ctesfáscicas  á  contaskbiiir¿ 
es  necesario  precedan,  otros  mi^obos  medios  ^  romo  sún 
cstvqc|iacse  Y»  M..ep  su  apersona;,  y-  searvicio  de  su  real 
Casa,  jy:  Calle :^.si(n|)ierdoft^DJb^^  .y  plata  y  y^hbidcinigfai 
céoM  lo  h{an.hechannxGhoe;dd4UBJKales^f>cpgecüi^ 
dnc^s  que  llegarla; Id qneics  dé  1^  -Iglesia  ii^ant^  qikd  .la 
señora. Reyna  Doña  IsaisclxHó iatisfaocioaásu cón£esAr| 
qup  la  iiif  oucargq  de.  haber ikecho  na  vestido  nUcKo:  sin 
BstesidsHl;,!  cctfiácandofno  haiicf  ga|i!a4t»fln  el  moát  un 
OÚ7B&  dcLocq^:'7Íalgon)]^mpeía^  for  nxklinlp^Hei^ime» 
vo  tri|>uto:|  manda  Tender  hasi^  las  .joya^d^rsuf:mugt£|| 
y*  ni  esa  Catdfica,  ni. tan  pió  ¿ómb  V«  M.  y  quien  debo 
escusar  acciones  de  gaistps  esqulskos .,  que  solo  sícvon  al 
<i^»ibp|p  ^idor^icmpd  de  ájprestos  V  pude  :esa  ^es  ia  «atga 
•  '\  :  con 


Í53 
con  que  Dios  di¿á  Y.  M.'sus  rey  nos  >  y  también  debe 

escusar  rodas  las  mercedes  ,  aunque  sean  remunerativas 
^e  grandes  servicios ,  y  suspender  las  hechas ,  valiendo*' 
se  de  las  rentas  mientras  duran  los  aprietos  tan  urgen» 
-tes,  siempre  que  no  toquen  á  obligación  de  justicia >  pues 
aunque  nada  hay  mas  digno  de  la  grandeza  Real  que 
agradecer  servicios  pasados,  no  es  licito  agradecer  al  que 
sirvió 9  con  lo  que  es: precisamente  necesario;  no  es  tiem* 
po  de  magnificencias  Reales  ,  quando  el  Real  Patrimo- 
nio está  tan  exhausto  como  se  dice,  y  se  ve. 

Debe  V.  M. ,  y  puede  valerse  de  los  vasallos  pode- 
rosos y  ricos ,  y  mas  de  los  enriquecidos  con  liberali- 
dad suya,  diezmándoles  sus  riquezas  y  rentas  en  quanto 
justo  fuere ,  como  su  Santidad  lo  ha  hecho  con  sus  Ecle- 
siásticos para  ayudar  á  V.  M.  en  sus  aprietos,  pues  el 
Estado  secular  no  está  tan  pobre  y  exhausto  ,  como  s¿ 
supone  que  debia  ser  ayudado  en  esta  ocasión  del  £cle« 
Siástico.  Bien  lo  (úobó  la  ostentación  de  riquezas ,  que 
se  hizo  en  Madrid,  y  admiró  al  mundo  en  la  entrada  de  la 
SLeyíia  nuestra  señora^  y  lasque  cú  otras  ocasiones  suelen 
hacerse.  Quantoá  laliacienda  y  varios  derechos  de  V.  M. 
hay  muchas  cosas  ,  señor  ^  en  que  arbitrar :  en  las  co- 
t)ran«8s  de  los  impuestos  se  debe-  p^ner,  y  buscar  fer- 
ina dé  que  sean  á.V«M^. roas  útiles;.' pues. como^ dicen 
i0$:MÍnistros^ávV;M»^, <?oii  )a'£6riiia¿qüe  tienen, apenas 
Ifegará  la  décifnk  paite  de  lo  que  imponen:,,  y  asicon^ 
^en»,  ique  V.  M.  con  un  despr^io  christiano  de  repu-^ 
tá^oífes:  polkioap  se  alarga^,  todo  lo  posible  en  la  cesión 
¿««US- derechos,; para  que ilás^  paces  con  los  Príncipes 
chtistionos  catóUeos  tengan  ckOcoi  pues  todo  quantb  por 
este  ca:m!n6  se  perdiere,  es  nada  en  comparación  de  la  rui- 
na que  padecen  sus  rey  nos  por  causa  de  la  guerra  con 
dk>$,  de  euyos  daños  solo  la -propagación  de  U  f e ,  prin> 
cipiodo  int¿»«dS^eterriós,  era  dignas  no  Jos  intereses. 


^54 

temporales  y  áque  ellas  se  enderezan  ^  aunque  fueran  los 

idel  mundo  entero.  • 

Estos  y  otros  son ,  señor ,  los  medios  ^  que  según 
buena  Teología  e»  necesiario  pcoredaú:»  para  que  no  bas« 
tando  ellos  á  las  necesidades  que  aprietan ,  estcn  obliga- 
dos  á  contribuir  los  Eclesiásticos  $  por  donde  se  ve  quáu 
Icxos  está  de  haber  llegado  este  caso,  que  los  Ministros 
de  V*  M.  suponen  de  la  necesidad  urgentísima  ó  extre? 
ma,  que  solo  puede  tener  fuerza  para  que  la  ley  natural 
y  divina  obligue  á  los  Eclesiásticos  á  la  contribución^ 
Pero  demos  que  sea  probable  por  la  autoridad  extrínse- 
ca de  tan  sabios  y  grandes  Ministros  ,'que  haya  llegado 
este  caso  y  y  consiguientemente  que  sea  picobable  el  de- 
cecho  de  Y*  M.  á  cobrar  de  todos  sin  distinción  los  di« 
chos  impuestos:  ¿en  que  justicia  o  Tdología.cabe,  que  ea 
virtud  de  un  derecho  solamiente  probable »  y  consiguien- 
temente necesario  haya  de  ser  despojada  la  Iglesia  de  su 
inmunidad  ó  libertad,  en  cuya  pose&ion  está  ,  y  áque 
tiene  derecho  de. todas  maneras  ciertísimo  c  irrefragable» 
especialmente  debiendo  la.  Iglesia^  según  jdececho.,  sex 
siempre  favorecida  aun  en  casos  dudosos!  . 

Y  para  mayor,  abundancia  y  evidencia  de  esea  mat<> 
ria  supongamos  ( lo  que  no  es  así )  que  estamos  yft  hoy 
en  el  caso  de  extrema  necesidad 'sobíedicba  ¿  aéo  hcdu 
esta  suposición  ^  Iqs.Eclteiásticos  están  texos.de  esta^con^ 
tribucion  ,  pues  aunque  no  tuvieran  d  privilegio  de  U 
inmunidad  ,  no  debieran  contribuir  >  pot  sci  dichos  tri^ 
batos ,  respedlo.  ác^  eUos>  supnesJtO:  lo  que  dan^  4  V^  Mi 
por. .otras  pactes  (y  nadan  loiseglaiea^X  manífíelnmenr^ 
te  desigualen  y  desproporcionados  ^  y  ccMfiiguieocettiehtfr 
injustos:  porque  es  cierto,  que  el  Estado  Edesiásticc» 
con  especialidad  contribuye  á  Y.  M.  en  el  Subsidio  y 
Excusado  y  en  las  Tercias^^.en  los  Maestrazgos.»,  y  ea 
las  pensiones  que  se.d^db  ácios  Minis»o*jf^UríS$  c4»i  ma^ 


25y 

yores  cantidades  en  proporción  ,  que  contribuye  al 
Estado  secular  con  todos  ios  impuestos  que  paga>: 
también  es  cierto,  qoe  el  Estado  Eclesiástico  en  1^ 
realidad ,  ó  dire¿k  ó  indireiííatDente  lleva  toda  Ja  cargfi 
de  estos  mismos  impuestos  s  de  donde  claramente  se  si" 
gue ,  que  supuesta  la  necesidad  extrema  sobredicha ,  de- 
;mas  de  el  Subsidio ,  Excusado ,  Tercias ,  Maestrazgos  f, 
pensiones  ,  con  todas  las  demás  cargas,  que  lleva  en  rea^ 
lidad  el  Estada  Eclesiástico,  si  se  le  cargan  otros  impues:»* 
tos  ,  vendrá  á  llevar  carga  mas  que  doblada  en  pro*» 
porción  de  la  que  lleva  el  Estado  secular  ,  siendo  como 
es  mas  pobre  que  el ;  y  convo  sea  ciertísimo ,  que  el  tri- 
sbuto.seá  proporcionalmente  igual  á  aquellos  que  dcbea 
«ser,  y  que  le  pagan  para  que  sea  justo :  sigúese  manifiesr 
-tamenie ,  que  aquel,  exceso  del  Estado  Eclesiástico  sería 
respeto  de  ^1  injusto,  y  no  le  debería  pagar ,  aunque  no 
lovierá  d  privilegio  de  la  inmunidad),  ^paes  que  será 
teniéndola  i  Esta  rasotí ,  «sejícr ,  xon veoce  sin  duda ,  y 
8in  dex;ir  lugar  atgirnoi  á  la;  tergiversación; 

i  .Allegase  á  lo  dicho ,  que  todos  ó  la  mayor  parte  de 
los  millones  concedidos  por  el  rey  no ,  de  hecho  no  >e  han 
^de  emplear  en  socorred  la  necesidad  que  se  alega ,  sino 
•en  pa^rálos  Jurjstas  i  quieade  antemano  ya  están  venr* 
áidos ,  como  dicen  Ed&  Ministros  Reales  >  de  donde  se  sir 
gue :  lo  primero,  que  quitada  de  delante. la  dicha  necesi? 
^d  ,  en  cuyo  subsidio  ,  y  á  cuyo  título  se  piden  á  los 
£cle$iásiicos^  no  queda  titulo/^  ni  aún  aparente^,  por  d 
ijoaipncda  decirse  ,  que  ellos  deben  pagarlos  :  lo^segiinr» 
óci  que  c6ú\6  quiera  que  la  deuda  de  los  juros  vendidos 
en  dicht»  millones  sea  perpetua  ,  ir  pidiendo  ^  y  obii^ 
gando  á. ios  Eclesiásticos  de  un',  sexenio  en  otro  ,  á  quq 
los  paguen,  es  ir  les.  pidiendo,  y  obligando  ájqucsean 
tributarios  perpetuos  de  V.  M.  en  orden  á  pagar  aus 
deud^s:v:d  poi^.<m:|or  decir  á:Stts  acceedocm.'Cdsa  que 


ni  se  puede  escasar  de  cootnvencion  &  la  Inmunidad 
£clesiástica »  ni  se  puede  ayustar  á  las  concesiones  Ponti* 
ficias  pasadas ,  y  que  se  esperan ,  íasquales  con  clausulas 
precisas  se  ordenan  j  solo  al  remedio  de  las  neceudadüs 
para  que  se  piden* 

También  es  preciso  advertir ,  que  según  los  sagrados 
Cánones  >  el  juzgar  de  la  necesidad  que  ha  de  obligar  á 
contribuir  al  Clero  en  los  casos  urgentes ,  á  que  no  se 
extiende  su  inmunidad  ^  solo  toca  á  su  Santidad ,  y  no 
pudiendo  por  el  aprieto  ser  consultado  ^  al  Obispo  y  Cíe* 
ro  I  y  que  es  cosa  digna  de  reparo ,  que  no  queriendo 
tV.  M.  obligar  aún  á  sus  vasallos  seglares  á  ningún  tri- 
buto ,  sin  consultarlo  á  sus  Corres ,  y  que  ellos  en  ellas 
lo  concedan ,  quieren  los  Ministros  Keales  obligar  á  los 
Eclesiásticos  á  que  paguen  los  mismos  tributos  con  inde^ 
pendencia  de  todo  genero  de  consulta  y  concesión  .suyas^ 
siendo  así  que  en  el  caso  *  que  se  supone  ,  no  habian  dt 
contribuir  por  modo  de  tributo  ^  como  abora  se  intentay 
sino  por  inodo  de  donacivü  tasado  y  ordenado  por.  sus 
Prelados ,  de  todo  lo  qual  hay  texto  expreso  en  el  dere* 
cho  ,  que  no  tiene  respuesta.  ¿Pues  cómo  ^  señor  ^  de^ 
aará  de  causar  á  nuestro  santo  Padre  Alexandro  VIL* 
;grati  sentimiento  el  saber  lospoodos^  títulos  y  ;^pretexp 
tos  I  con  que  esta  contribucito  del  Estadd  Eclesiástico  iss 
continúa  sin  expresa  licencia  siiya?  ¿Y  aún  por  ventura 
retardarle,  ó  detenerle  en  la  continaacioi  de  sus  gracias^ 
6  parji  .mostrar  ^  que  ól  es  el  dueño  solo  por  cuya  üu^ 
no  dd>eo  correr,  ó  para  desengaito  de  Jos  que  en  cscñ^ 
tos  bien  adelantados  quieiien  fundarle  á[V.  JML.  estf  p0-^ 
der,  ofendiendo  mas. su  zelo  christiano,   qae^lison« 
jeando  á  su  soberanía ,  como  yo  creo ,  pues  no  sicvea 
de^otra  cosa  estos  asuntos,  que  de  arriesgar.  >las  Mo« 
nasrquias?  -      ' 

Uitimaímeme^  sírvase  V.  M.  de  ¿ousider^^f  que 


«J7 
una  contribución  tan  prolongada  p  que  lia  de  durar  seis 

años  y  y  de  una  parce  tan  pequeña  ^  en  comparación 
de  su  todo  y  de  muy  poca  monta  pudiera  ser  pará^  el 
efcdivo  socorro  del  estado  presente ,  si  la  hubiera  en  el 
grado  que  se  supone ,  y  de  mucho  menos  lo  que  puede 
cobrarse  del  Estado  Eclesiástico,  por  el  breve  tiempo 
que  puede  tardar  la  licencia  de  su  Santidad  que  se 
ha  pedido ,  por  el  qual  título  c^ará  totalmente  su  obii* 
gacion. 

De  todo  lo  dicho  darisimamente  colegirá  V.  M.  i 
quán  inescusable  es  la  .obligación  que  me  corre  de  de  ^ 
fcnder^n  el  caso  presente  la  inmunidad  >de  la  Iglesia  que 
tengo  á  mi  cargo ,  y  quán  lexos  estoy  de  poder  confor-'» 
marmeconel  didamen  que  hanndadoá  V.  Mo  pues 
aunque  la  materia  fuera  dudosa,  aun  V.  M«  debería  ar* 
rimarse  al  lado  de  la  Iglesia,  y  á  las  opiniones  que  la  favo« 
recen,  quanto  mas  los  Prelados  $  de  la  qual  obligación  tam^ 
poco  me  puede  escusar  la  oferta  hecha  por  V.  M.  de  dar 
UiSatisfaccion  al  Estado  Ecle^ástico,  que  en  conciencia  y 
en  justicia  se  debiere, en  caso  que  su  Santidad  no  conceda 
el  'indulto ,  que  se  le  ha  enviado  á  pedir  >  porque  ofer« 
ta  de  futuro  con  s^emejante  limitación  ,  expuesta  al  .dic« 
tamen  que  han  descubierto  los  Ministros  Reales ,  no . 
puede  escusar  á  la  execucion. presente,  con  que  de  he- 
cho se  van  cobrando  los  sobredichos  impuestos  de  los 
Eclesiásticos,  para  que  dexe  de  contravenir  á  la  in* 
munidad^ 

Ultioiamente  me  manda  V.  M«  por  su  carta  ^  .que 
me  llegue  á  Madrid  ,  si  mis  ocupaciones^  y  achaques  me 
dan  lugar  ,  y  no  dándomele ,  de  mí  poder  á  una  ó.  mas 
personas  ,  que  juntas  con  los  Ministros  que  señalare 
V.  M. ,  confieran  ,  y  ajusten  los  medios  que  parecieren 
mas  convenientes. 

Tom.XJl.  Kk  Se- 


Senór  »  mi  falta  de  salud  no  me  permite  vaya  á  po- 
nerme á  los  R»  P.  de  V.  M. ,  ni  parece  es  necesario  ea« 
viar  poder  ,  porque  la  materia  de  que  se  trata ,  no  es  ca^ 
paz  de  otros  medios ,  mas  que  los  precisos,  para- que  con 
entera  satisfacción  del  Estado  se  conserve  ilesa  la  inmu- 
nidad ,  y  estos  son  muy  contados ,  y  sabidos  de  los  ilíi^ 
nistros  de  V.  JM. ,  y  que  no  necesitan  de  conferencias, 
sino  de  execucion :  y  pues  el  Consejo  de  V.  M.  hasta 
ahora ,  después  de  tan  larga  y  escrupulosa  espera ,  no  ha 
tomado ,  ni  toma  resolución  de  que  se  executen :  señor, 
los  medios  que  restan  de  parte  mia ,  son  aquellos  á  que 
me  obliga  el  oñcio  de  Prelado ,  que  tan  indignamente 
administro^ 

Hasta  ahora  ,  señor  ,  en  lo  que  he  dexado  ¿ú  obrar 
he  procurado ,  y  deseado  con  todas  las  ansias  de  mí 
corazón ,  como  el  criado  mas  obligado  á  V.  AL ,  el 
servicio  ,  en  quanto  la  obligación  de  conciencia  ha.da« 
do  lugar ,  y  desde  ahora  en  lo  que  obrare ,  obligado  por 
ella  I  después  del  servicio  debido  por  mi  oñcio,  no  me* 
nos  atendere  al  que  concurre  á  V.  M. ,  de  quien  clára^ 
siente  me  consta,  que  no  desea ,  ni  pretende ,  sino  que 
Dios  en  todo  sea  servido. 

,.  £sto,  señor,  aunque  tan  indigno  por  razo^  de  mi 
oficio  i  pues  en  el  atalaya ,  de  4onde  con  menos  em* 
batazos ,  que  desde  otxos  puestos  se  alcanza  á  Jíct  el 
norte  :de  la  divina  voluntad  ,  y  me  toca  elegir  lósxa* 
minos  seguros  para  entrar  en  ella$  y  encaminaL  por  ellos 
ias.>almas  qire  gci^o  á  mi  cargo,  y  de  que  tengo  de  dar 
cuenu  á  Dios ,  en  cuyo  número  están  los  Ministros 
deV.M. 

Esta  seguridad ,  señor ,  y  la  de  las  Monarquías ,  y 
buenos  sucesos  de  ellas  se  logran  con  cumplir  ingenua  y 
sinceramente  las  leyes  de  Dios ,  y  de  su  santa  Iglesia, 

sin 


259 
sin  dar  lugar  á  las.  interpretaciones  aparentes ,  y  nada 

seguras ,  que  obscurecen  su  obligación  ;  la  qual.en  la 
materia  que  se  trata  y  está  muy  expresada  en  los  Conci* 
lies  de  la  Iglesia  y  sagrados  Cánones ,  y  quanto  á  nues- 
tro particular ,  en  los  Breves  de  los  Pontífices  ya  referi- 
dos  9  y.  como  tal  hasta  ahora ,  sin  ofcecimiento  de  duda, 
reconocida ,  y  respetada  por  todos  los  Prelados  y  Doc-* 
tares,  á  cuyo  peso' de  autoridad  nb  pudiera  resistir,  aun* 
que  faltara  el  de  las  razones  tan  irrefragables  que  he 
propuesto ,  especialmente  estando  tan  persuadido  como 
he  dicho,  que  el  mas  ajustado  cumplimiento  de  mi  obli- 
gación será  siempre  el  mayor  servicio  que  podre  hacer 
á  V.  M. ,  á  quien  Dios  nuestro  Señor  prospere  en  todo, 
y  guarde  para  bien  de  su  Iglesia  largos  años ,  como  to- 
dos hemos  menester ,  y  deseamos.  Toledo  y  Odubre  y 
de  i5}5.  =  £1  Cardenal  SandováL 


25o 


REPRESENTACIÓN 
HECHA  AtSR.  D.  FERNANDO  EL  VL 

POR  Sü  MINISTRO 

ELJVIARQUES  DE  LA  ENSENADA, 

Propomtndú  medios  para  el  adelantamiento  de  la  MonarqMa^ 

y  buen  gobierno  de  ella. 

« 

SEÑOR. 

OS  extraordinarios  sucesos ,  que  han  ocurrido  desde 
el  instante  y  en  que  por  legítimo  derecho  ocupó  V.  M. 
la  corona  de  esta  Monarquía,  demuestran  con  evidencia^ 
que  Dios  ha  destinado  á  V«  M.  para  que  la  restablezr 
ca  á  su  antiguo  explendor  y  opulencia. 

Como  y  ó  lo  creo  firmemente  así ,  y  en  mí  concurre 
con  la  obligación  de  vasallo  la  de  Ministro  muy  honra- 
do de  V,  M.  y  por  cícSto  de  su  bondad ,  me  ha  parecido 
deber  hacer  esta  humilde  representación. 

En  ella  manifestare  el  mayor  ingreso ,  que  en  el 
reyhado  de  V.  M.  logra  el  Real  erario ,  proponiendo  la 
precisión  que  concibo  de  aumentar  el  excrcito  |  y  creac 
marina  ,  con  los  medios  de  conseguirlo ,  y  de  mantener 
estas  fuerzas  sin  mas  gravamen  del  vasallo. 

Tocare  los  incidentes  que  resultan  de  estos  graves 
asuntos,  y  expondré  lo  que  sobre  ellos  se  ofreciere  á  mis 
limitados  talentos  y  cortas  expresiones ,  dilatándome  lo 
menos  que  pueda ,  y  sepa  ,  aunque  siempre  seré  mo- 


%6i 
les to  sin  (deliberación  de  la -voluntad.    ?-  '•      - 

De  esta  noticia  num.  i.^  consta ,  que  las  rentas  Rea- 
les  que  existen,  han  tenido  en  el  año  de  1750  el  au« 
mentó  anual  de  5.  1 179020  escudos  de  vellón ,  sobre  la» 
del  de  1742  >  que  fue  el  mayOi;  que  el  de  algún  otro  de 
sus  precedentes.  .  --  : 

La  num.;  2.^  hace  ver ,  que  en  el  giro  de  letras  se 
han  ganado  hasta  fin  del  año  de  1750 ,  i.  83  idp  11  es- 
cudos de  vellón  ,  y  tratare  primero  deteste  punto  j^arti- 
cular  y  por  no  interrumpir  después  el  principal  de  VidU 
Hacienda.  -  i      . . 

Ambas  noticias  son  puntuales ,  porque  resultan  de^ 
certiñcaciones  de  las  Contadurías  generales  ,  que  son  los* 
únicos  textos  de  (é  y  crédito  5  y  no  las  relaciones  4  es* 
tados  de  fondos ,  que  acostumbramos  presentar  á  V>  M.^ 
anualmente  los  Ministros  de  Hacienda  ,  pues  están  suje-^ 
tas  á  altas  y  baxas  de  descuido  y  de  cuidado. 

£n  la  de  giro  de  letras  hay  algunas  notas ,  no  indig*« 
ñas  de  que  V.  M.  las  emienda ,,  y  aquí  añado  la  de  que* 
la  ganancia  no  está  comprébendida  en  el  Valor  de  las' 
rentas ,  y  la  de  que  según  lo  observado  podrá  rendir  esta, 
negociación  de  500  á  5ood  escudos  de  vellón  en  ca« 
da  año. 

Creo  que  no  puede  haber  duda  én  que  conviene  la 
continuación  de  este  arbitrio  ^  que  descubrios  la  casualU; 
dad  á  impulsos  de  la  economía ,  pues  es  tan  útil  comb' 
he  referido :  lo  paga  únicamente  el  extrangero :  interesan^ 
se  en  él  los  Vasallos  de  V.  M. ,  preservados  ya  de  la  tU 
lanía  de  los  Banqueros^  y  no  corre  riesgo  alguno  el  fbn^ 
do  aunque  sobreviniese  uti-  repentino  rompimiento ,  por- 
que está  baxo  la  protección ,  y  á  la  Vista  de  los  Minis- 
tros de  V.  M.  en  las  Cortes^  y  porque  aunque  así  no» 
fuese  y  habria  en  España  sobrados  caudales  de  vasallos 

del 


z6^ 

del  Príncipe  y  qae  hiciese  la  fepressiUa>  para  vindicarla 

prontamente.  . 

No  obstante  soy  de  didamen  de  que  no  haya  fuera, 
como  así  sucede  ahora  ,  mas  fondi^  que  los  inescusabicf 
para»  seguir  la  negociación  sin  decadencia^  los'quales  se 
completarán  enteramente  en  pocos  años  con  las  ganan- 
cias I  logrando  V.  M.  un  copioso  caudal  ^  que  no  ha  si- 
do del  erario  >  ni  de  sus  vasallos. 
-  r  Algunos  dix4n>  que  esce  banco  ( así  le  llaman  en  Bu« 
copa ) .piícde  ser  fácilmente. destruido,  oponiendo^  otra, 
la  Francia  ^  la  Inglaterra ,  ó  la  Holanda ,  y  yo  no  negara 
la  posibilidad  de  los  fondos ,  aunque  tampoco  me  nega- 
rán, que  estas  Potencias  quedaron  dt  la  guerra  muy  ern* 
peñadas  $  pero  (lias  mismas  confiesan ,  que  este  banco 
s0lo  tí  útil  á  la  España^  Fúndanse  en  la  razón  de  que  el 
comercio  en  general  de  Europa  es  beneficiado  de  este 
banco  en  el  modo  que  está  establecido ,  porque  fiícilita 
caudales  con  prontitud ,  seguridad  y  menos  dispendio 
que  los  cambistas  ,  ios  quales  son  mirados  con  descon- 
fianza, y  aún  aversión  de  los  hombres  acaudalados  y 
acreditados  ,  que  han  sido  algunas  veces  engañados^ 
porque  el  cambista  con  poco  dinero  suyo  gira  mucho 
sobre  el  ageno. 

Hay  otra  razón  mas  poderosa ,  no  disfrutada  en  Es- 
paña:, y  es,  que  la  principal  utilidad  de  este  banco  pro- 
viene del  uso  de  la  plata  ,  que  aunque  de  los  dominios 
de  V.  M. ,  es  y  será  mercancía  de  participantes,  mien- 
tras los  vasallos  de  Y.  M.  sotos  no  puedan  hacer  todo  el 
comercio  de  América ,  y  haya  fuerzas  para  defenderla 
contra  todas  las  Potencias  de  Europa.  * 
.  El  aumento  anual  de  j.  i  xydoao  escudos  de  vellón 
que  se  ha  dado  al  Real  erario  en  las  rentas  existentes ,  es 
efcfto  de  la  buena  administración  por  la  fortuna  de  ha- 
ber 


• .  j 


^^5 
t>cr  encontrado  personas  de  integridad ,  zelo  e  Inteligen- 
cia que  la  manejen  s  pues  aunque  yo  fuese  el  que  debiá 
ser ,  si  no  hubiese  tenido  es^os  instrumentos  y  nada  d¿ 
provecho  habría  podido  hacer  por  mas  que  me  desvela- 
se,  y  no  tuviese  otras  ocupaciones. 

También  ha  contribuido  en  parte  á  este  aumento  la 
rendición  voluntaria  dé  algunos  juros  y  alcabalas,  que 
son  tos  dos  fuertes  gravámenes  q\xt  tienen  las  rentas,  con 
especialidad  las  Provinciales. 

Háse  procurado  que  no  haya  latrocinios ,  y  se  háti 
arrancado  las  rentas  de.  las  m^nos  de  los  firrendadores^ 
que  son  los  que  despóticamente  se  han  utilizado  de  ellas^ 
haciendo,  y  fundando  \tí& soberbios  caudales  y-mayo- 
razgos  que  se  ven  en  ellosr,  y  por  todos ^ora-losum^^ 
méate  perjudicial  que  era  este  gremio  de  hombres  ds 
negocios.  .  ;  . 

Las/rentas  Provínjciales.hao  ^tefiido  aumento  enla 
administración  ,'ño^  obstante  lo  su^ve^juees^,  y  que 
y.  M*r  ha  corrcedidb  á  tos  pueblos  ;efS  soío  un  año  ma$ 
gr^ciai  y  perdones  en  ellas  mismas  j  que  en  muchos  de 
los  antecedentes;,  como  Iq  pobUc&ñ  los  vasallos,  llenan- 
do i  V.  M^  deí  benditi^tteá.  :  i  .  -.  -.  ..  r 
Admiransedé'  isste  aumento  cínr^entaíSwPfovihcialeC 
los  no  instruido»  ^  por  jungarle,  incomputibie^iioiti  las^^gra- 
ciasy  baxás  que  se  han  hecho  f  y  franquicias  dadas  pá* 
ra  prooiovet'  ias  manufaduras  >  pero  nó  los  inteligentes, , 
y  «ucho  memís  los  arrendadores ,  porquq  stíxtt  qují 
eifaüíf Implicadas  suis  escandalosas  ganancias  y  surs  despi;if¿ 
dicios^'para  tortpmper  á  junos ,  merecer  á  otros ,  y  eng^ 
liará  los  demás. 

Los  hombres  de  negocios  y  sus  protedores  predica* 
ban  incesantemente  contra  la  administración  d&las'ren<* 
tas  por  cuenta  de  la  Real  Hacienda  ,  y  es  cierto^  que  lá 
délas  Pirfvincias'de  Andalü(íiaerq  muy;  rigiiRteá  quan- 

¿n 


Ao  vine  al  Ministerio  >  pero  también  lo  es,  que  se  mode^ 
xó  iuegp  f  y  que  io  que.  no  han  sacado  los  arrendadores 
:Glfi  gener^lde  ios  pueblos,  ha  sido  porque  no  lo  haa  dar- 
do, de  sú  .,    /         : 

Prueba  de  esto  es  ,  que  V.  M.  ha  baxado  y  baxa  to» 
¿os  Jos  dias  los  precios  de  los  encabezamientos  que  hi- 
cieroa  coo  ios  pueblos  los  arrendadores >  y  que  siempre 
que  se  Íes.  proponga,  volver  á  tomar  las  rentas  con  ia  ley 
de  no  alterar  las  equitativas  reglas  de  la  presente  admi« 
nistracion.,  no  Creo  que  las  admitan  ,  ni  aun  minorando 
juna  tercera  parte  de  lo  que  pagaban  por  ellas  ultima* 
;nente. 

.  j    Siempre  que  el  Superintendente  Genéiral  it  Hacien- 
da careciere  de  fondos  y  y  .abundase  de  ambición  de 
fúantenerse  en  el  Ministerio^  buscará  dinero  en  los  piie'» 
blos  aniquilándolos ,  y  para  que  no  llegue  á  noticia  del 
Monarca,  contentará  á  ios  que  la  puedan  dar,  pagándoles 
iaque  qo  se  delHí  y^^io  cobrandei  de  ellos  lo  que  débaini 
p^ro  si  na  jEuere  iiKpto ,  ytuvierp.honor  y  discreclonfi 
fio  caminará  con. el  diay  aqtes  bien  sembrará  para  coger 
en  adelante  el  y  sus  sucesores  ^  con  lo  que -precisamente 
ha  de  conservar  los  pueblosipesac.  de  las  nentasPror 
yincíales  qQe  les  ihaa  hecho  iroánitQdaRp.      .  '  u  .  \ 
-.    Yo  he  coítMntíjdo  en  que  el  Vdtlor  de  estas  rentas  Pro-{ 
vlnciaíes  minorará  en  este  año  y  en  los  sucesivos^,  por-- 
que  todo*  pobre  las  paga  y  y  pocos  de  los  ripos  y  y  por* 
que  para  que  aerqcuperct  ría'  Andalucía  y  es  menester 
^yud^rla  toda  via*  mal  r.^ro  t^mbiear'hieciOQsencida 
eq  quehafikde  tener,  aumento  que;  compense  aqi^lla.ba? 
xa  las  de  aduanas  y  lanas  y  que  en  la  mayor  parte  satis- 
faceti.los  extrangeros  r  la  del  tabaco  que  está  fundada 
crn.el.  vició  ^  y  se  pücdef.exwnder  á  reynos  extraños  i  y 

U  ite  sal  pw  su  mayor  consiMdo.     /  •     ..    .  -;      : 

.  -   .^ojbrc:  0stc  principio  ^ .qu6  gradúo  de  cierto  y  se  ppe^ 

de 


16% 

de  contar  con  que  el  Real  erario  de  Espina  medianamenr 
tt  cuidado-,  tendrá  de  entrada  anual  26. 707^649  escu- 
dos de  vdIon|SÍn  incluir  las  gatuiicias  del  giro  de  letras^ 
para  acudlr.á  las  obligaciones  ordinarias  y  presentes  de; 
la  Monarquía  distribuidos  en  esta  forma: 

Para  el  exercito  quince  millones :  para  la  marina  cin*: 
eoi  y  los  6*  707^549  restuites  para  casas ,  caballerizas 
y  .si  (ios. reales »  alimentos  de  la  Rey  na  viuda  ^  y  A^inis- 
terio  de  adentro  y  £ueria  de  la  Corte  j  parecicndome  que 
quedarán  dotados  compeuntemcnte  para  el  todo  y  las 
partes  de  quiC  se  componen  9  pudiendo  atender  el  exerc¿«> 
to  á  la  fojrriíicaclon  de  plazas  y  trenes  de  artillería ,  y  la 
marina  á  j%  coostruccioo  .de  arsenales  y  navios^  ai  cotm 
$01  contra  infieles ,  y  ¿  gu^i^la-cpsias  regulare»  ;eo  Aiqc- 

:  No  he  dado;  apHcacioa  alprodufto  de  Indias  «que 
viene  de  ellas  ^  y  se  causa  en  Cádiz ,  el  quai  se  regula-^ 
t)^<apt6s  de  tttí.k  quatrooiillQáe^de  escudos ,  y  yo  aho- 
ra fi»  le  ba^o  de  seis »  cuyo  caudal  por  el  cálculo  que  \lc\ 
YO  hecho  paf^c  qua/sofairai:  pera  ya  des^o.que  no  se> 
entienda  así  ^  para  que  no  haya  de  depender  de  ¿1  obli«; 
3f(f«M  4ÍgU0a;deJf^:/irdif)aj:ij)Srdc  laMona^^        .  . 

fi  i.;J^l4^ttdaJl;deLi«fl:  indias^  muiy  .oonsingeocot  porquo' 
^M|MU4íliaclenda¿faSa  estia^o  pcorgobernadajque lade  £8< 
paña:  la  eo/idaccioo  está  expuesta,  álósric^s  dcl»ar:iia; 
s^fMKdeáseguraf  quáodoJlí^gará  ¡puede .haber  loqa|etii« 
d«$iiaiesftas  que  x:obSMffian.gran  pane  del  jíoiído,  como  har 
s^644bia;.»tgl4n9$.  vece&>:«í.lkriíí  tcniaiy.  dco^emp^  ñadas{ 
tpda«:  SU$  f fintas  ^lysi  pcurrc?gU(yra4>or:aUá.  se  coii&uaiÍ4> 
rjttodQ  e^  ella  ^  y  aunque  q^edc,alg9^será  dtflc¿l>traf do/ 
y..iquy  fiicil  quejconvei^a  al  servicio  de  V.  M.  ceriai^x 
l»4tu«V^:Íl»i venida  de  tesoros,  porque  siénddvl<isez*¿ 
trangeros  los  mas  interesadflS.Mietto9|.fejkíai'haiáiJii[:> 


266 

guerra  dereoicndolos  en  America; 

Por  todas  estas  consideraciones  juzgarui  yo ,  queet 
buen  gobierno  aconseja ,  que  con  el  caudal  de  Indias -so- 
lo se  cuente  para  lo  extraordinario  de  España ,  y  para  Iql 
que  expondré  sobre  ex^rcito  y  marina ,  sentando  prime»' 
ro  estos  principios. 

1.^  Que  desde  que  tiene  la  dicha  Espafia  de  que 
V«  14*  ^^  su  Motoarca  ,  no  es  despreciada  en  Earopa^ 
como  lo  fue  en  el  figlo  pasado  y  parte  de  este. 

2.^  Que  y.  AL  es  el  destinado  para  restablecer  su 
antiguo  explendor ,  y  hacerla  muy  respetable  en  el  mun-; 
do ,  pues  á  este  fin  quiso  Dios  que  la  salvase  V.  M.  deV 
inminente  peligro  de  arruinarse  enteramente  en  la  guer*^* 
rasque  no  era  de  corona),  y  permitió  i  que  siendo  la; 
Sotencia  que  consumiese  mas  tesoros  en  Provincias  age«* 
ñas  y  distantes » fuese  la  linica  que  én  )a  paz  quedase  sUi 
•mpeño  y  con  caudales. 

•  3.^  Que  el  cuidado  .de  sttyor  atenc!»n  de  V«  M> 
presentemente  es  el  de  conservar  en- sus  Estado»  al  9ixf' 
de  Ñapóles  »  y  al ;  In£i(ite-  Don .  Felipe  úa  cooxt^ttf 
guerra». 

4*^  Qup  continúen  en  paz  los  dilatados  domiob»  á^ 
V»  hL  paxa  qti^  se  puebka  y  y  cuíca  idcPlás  llagas4c^uo 
incesantes  ^vueles  guerias^  tr^ibajoti  y  éisáicbú^  4tt¿  baif* 
pdecido  desde  que  falleció  Fernanda  e)  Católica  '  • 

'  5.^  Que  se  tiren  las  Uneas  para-iecapeiar  i  GOtfnͥ 
tac  poseído  de  los.  lngles):s  con  kumo  deshonor  ét^ÍM  £h 
fBúaz  I  pan  que  se  ^demuelaJa  forraleza  de  Bj^agiiatdiai|¿ 
qte  contra,  los 'tratisidi»  está  ^u  mitad  en  tiabúo  éíf 
\{¿M.  üom&iámiolc :  y  para  iibolit  las  indecorosas  leycK^ 
^qnoix  Frauda  y  la  Inglaterra  impusieron,  sobre  el  cok 
mercio  de  España.^  sip  que  al  ^loiioso  padre  de  y»  *  Jtfv^ 
q!riedaae!aiblaiopasÍ4:e6isiixlaC*^-'*'^     .  i:  >  í  .:<r.    ::.:: 


.  a^.f  Qtte  se  este  con  igQat  viglUnda  ptta  volvet  á  la 
corona  las  usurpaciones  hechas  en  América  por  varios 
Soberanos  de  la  Europa. 

Niqguno  de  estos  prometidos  bienes,  y  los  ane^' 
xos  á  el  I  que  colmaron  de  laureles  á  V.  M.  eo  este  y  en 
el  otro  mundo  |  y  á  sus  leales  vasallos  de  felicidades ,  se 
puede  conseguir  si  V.  M.  no  tiene  fuerzas  competente^ 
de  tierra  y  mar  para  defender  y  ofender  según  lo  dide. 
la  justicia,  que  es  la  que  determina  la  paz  y  la  guerra. 

Proponer  qtfe  V.  M.  tenga  iguales  fuerzas  de  riernr 
que  la  Francia  ,  y  de  mar  que  la  Inglaterra »  seria  deli- 
rio ,  porque  ni  la  población  de  España  lo  permite  ,  ni  el 
erario  puede  suplir  tan  formidables  gastos  s  pero  propo¿ 
fier  que  no  $e  aumente  excrcito ,  y  que  no  se  haga  unai; 
decente  marina ,  sería  querer  que  la  España  continuase 
subordinada  á  la  Francia  por  tierra ,  y  á  la  Inglaterra! 
ppi:  man 

Consta  el  excrcitodeV,  M-delosciento  y  treinta  y  tres 
batallones  (sin  ocho  de  marina) ,  y  sesenta  y  ocho  esqua* 
^rones  que  expresa  la  relación  num.  3.»  y  por  la  n.  4^ 
U  distribución  en  guarniciones ,  en  plazas  y  costas  quet 
se  hace  en  ella ,  de  que  resulta  que  solo  vienen  á  quedac 
para  campaña  cinqoenta  y  nueve  batallones  y  quarent% 
y  tres  esquadroaes» 

/  La  Francia  cono  se  vé  en  la  relación  n.  ;•  tiene  treí^ 
cientos  setenta  y  siete  batallones ,  y  doscientos  treinta  y§, 
cinco  esquadrones  1  de  que  se  infiere  qiue  en  el  tiempo 
de  pazK  halla  con  doscientos  quarenta  y  quatro  batallo^ 
ncs,  y  ciento  sesenta  y. siete  esquadrones  mas  que  V.  M.^ 
y  abundancia  de  gente  inclinada  á  la  milicia  para  le« 
yantar  prontamente  cantidad  considerable  de  tropas, 
puesá  principios  del  año  de  1748  llegaba  su  excrcittf 
árcjuatrocientos  treinta  y  cinco  mil  Infantes  f  y  einquen*, 
U  y  seis^mil  caballos. 


f  —.        •  T  *• 


Lá  armada  naval  de  V.  M.'  solo  tSéfté  pídent^cnS 
«e  los  diez  y  ocho  navios  ,  yquincé  embarcaciones  mc^ 
ñores  que  menciona  la  relación  num.  6ij  y  la  Inglaterra 
los  cien  navios ,  y  ciento  ochenta  y  ocho  embarcaciones 
de  la  n,  7, 

Yo  estoy  en  el  firme  concepto  de  que  no  se  podtá 
hacer  valer  V.  M.  de  la  Francia ,  si  ho  tiene  cien  bata-. 
)k>nes  y  den  esquadrones  libres  para  poner  en  cam- 
paña s  ni  de  la  Inglaterra  si  no  hay  la  armada  de  seseo-, 
ta  navios  de  linea ,  y  sesenta  y  cinco  fragatas  y  embar- 
caciones menores  que  expresa  la  relación  n.  8. 

Con  estas  fuerzas  de  tierra,  plazas  competentes  y. 
buenas  ,  y  amistad  con  Portugal  puede  V.  M.  defender^ 
te  tie  las  poderosas  de  la  Francia ,  sin  que  eo  una  ni  dos 
campañas  llagan  progresos  mfuy  sensibles ,  y  en  e(  in- 
termedia puede  Vé  M.  mover  sus  aliados  1  qiie  no  le  (at«i 
taran  I  para  que  hagan  diversión  por  otras  partes  quet 
CdDtendri ,  y  confundirán  ia  Francia*       - 

La  armada  propuesta  es  cierto-  que.  no  puede 
competir  con  la  Inglaterra  y  porque  esta  es  casi  doble  ea 
láaviofii  y  mas  en  fragatas  y  envbarcacidnes  menoresf  per 
to  también  lo  es  ,  que  la  guerra  de  Y.  M.  ha  «de 
ser  defeosiva ,  y  en  sus  mares  y;  dominios  necesitará  todaí 
la  suya  la  Inglaterra  para  lisonjearse  co{>  la  esperanza; 
de  conseguir  algcMiá  venta^  sea  en  America ,  ó  én  £1%^ 
xopa» 

<  Por  antipatni  y  por  ínteres  serán  siempre  enemigos! 
los  Franceses  ^Ingleses ,  porque  unos  y  otros  aspiran  al 
comercio  universal ,  y  el  de  España  y  su  América  esi  e( 
qué  mas  les  importa. 

S^uiráse  á  esto ,  que  cst^n  pocos  aSos  en  paz,  y  que 
V^M.  sea  galanteado  de  la  Francia,  para  que  unidasuraF' 
mad^  coa  k  <ic  España ,  sea  superior  á  la  de  Inglaterra  ^  y 
|Herda  esta  el  predominio  del  iiiar3  y  ^  Ja  Ingiateq^a)  porv 


269 
que  si  V^-M.  cbriaen  bátalfones^yHcriéáqtfacfotíhcSáta* 

ca  á  la  Francia  por  los  Pirineos, al  mismo  tiempo  que  l6s 
Ingleses  j  y  sos  aliados  por  la  Handes  ,  no  admite  duda 
j^ae  la  Franda  no  podrá  resistir  j  y  perderá  la  soperi^^ 
Tidad  de  fuerzas  de  tierra  con  que  ie  hace  temer,  én 
Buropa.  • 

<  £n  este  caiso ,  que  precisamente  ha  de  suceder ,  será 
y.  M.  el  arbitro  de  la  paz  y  de  la  guerra  $.y  muy  natu^ 
kal  que  la  Inglaterra,  compre  áV.  M.  la  n¿atraKdad,i  res^ 
titayeñdo  á'  Giforaltar  ,  y^fa  Francia  demoliendo  á 
Béllaguardia ,  y  cediendo  parte  de  sus  privilegios  sobre 
el  comercio  de  España.  ^ 

'  La  inánutencioti  del  Rey  de' Ñapóles,  y  del  Infante 
Don  Felípe^ensus'eátádós  preiecítementc  eis^ fácil;  por« 
qtie  la'Casa  de  Austria  íro  piensa  ni  la  tónViene  exten- 
derse en  'Italia  dondcr  necesita  tropas  que  consuímen  hi 
rentas ,  sino  ver  si  se  puede  recuperar  la  Silesia  ,  y  ádr 
j^juitír  mas  Provincias  en  Alemania  j^  qué  es  lo  que  antier 
^/y  lotjue  le  imt)drtá;  -'  '  -  *  Y  <-  -  :*  ;i 
•  ^  Él  BJeyde  Ceridéfiá  *,  aunque  -  púdica' poftersé'  dt 
{acuerdo  con  la-Casa  de  Austria ,  no  resolverá  hacer  lá 
guerra  al  Rey  de  Ñapóles ,  porque  está  muy  distamt 
cíe  sus  estados/  y 'porque  (  coma  strcedid  á  lá'iCasa  de 
S^ústria)  no  se  halla  con  *  fondos  'para  sostei!fetlá  cÓQtxí 
los  socorros  de  ¿ente  y  dhiexfo  ^que'ckrá  Es^fíar.  For'isd^ 
|o  Parma  y  Plasencia  no  es  xejgalár  que  sé^&Ite  ^  lai 
garantías.  >  . 

'  •  Enoitfdio'de  toilo  estb'ihlth'fáeictc'ct'úútítíi' qu< 
se  examine ,  yxqu'e'la'  Cása'  de.  Áírstrü:  eita^á'^tbfttt^l 
'éeíender  áNa^bksy^attoaii  faVcír  áe''smiptcsérk^'^ 
Seedores,  paer  aunque  por  eíld  'j)editia;  álgaiía-  tt¿otúi> 
fiensa ,  puede  ses  ata  de  tat' calidad  ,  que  sea  del  séi^ 

jicto  deYi-M;  ^íja"  pót'^  dtgdacr'el  fculdaílb  guc  It'ine^ 


^79 

xecen  sus  h^irmano^  por  carino  >  y  por  fazoii   d^ 

estado*       .  k    . 

Queda  e xprcsado ,  que  para  completar  el  ejercito  qu^ 
se  propone&ltanqu^rerita  y  un  batallones  y  y  cinqüeaT 
tf^  y  siete  esqfia$lroáe$ ,  y  ^biora  insiauare  lo  que  se 
me  ofrece  para  conseguir  este  ^asunto. 

La  caballería  sin  gran  trabajo  se  puede  remontar^ 
porque  el  Español  se  inclina  á  ella  ^  y  caballos  suficieti». 
^s  producirán  Andalucía  y  Extremadura  ,  pues  aunque 
Jl^  lCSjtei;ilÍLdad  del  año  pasado  destruyo  en  la  mayor  pacj 
|e  las  castas ,  ea  pocos  se  restablecerán .  como  tengaci  sa^; 
lida  las  crias.  , 

.  .  Lo  difícil  es  el  aumento  de  la  Infantería ;  pero  noí 
imposible.  Es  i^ene^ te^  iixar  plan^  sobre  qoecaminaf 
splidaínwe:,  ng  rÍaaficr,;?Hidíp^  ,  y  atrase  e^ 

pfpGío,  r  t^ner  fondos  á  la  xoa^o  ^  aftividad :  y^  iVigUaQcS$ 
para  conseguir  Ja  empresa. .  _        ;   ,     ..    t 

^'j'/  Xr^^m^.  ^^  Pfi??P<;'?b<^porqt^ía?g^ 
tramacinás ,  y  ia^  America  la  han  consumido  muchf 
£^nte  t  y  losjiamrales .  no.  .amacv  la ' ih%ite]:ía  i  poi '  cu^ 
y  as  razc^nes  es  necesario  que  haya  los  menos  .batalloneij 
^reteranos  de  la .na^ii^p  Jt^ac,  sea  posible.  ^^  , 

t\j  AoJ4Í¡??«A%?^^^^  de  batallones  d4 

|AiUc¡^;qi;^jK)^resypf^d9^  á  síi  v^iodaripCsi  atendemos  ^ 

l%V!9Bffl?rÍ9¿  9^f  ÉSi«4  K  Fj?apcí%í?n  csr^  materia);  y; 

Í^!K  ^  S9^^h^^iA^SP^K  ^?  ?^^^  haber  i|;ualmentct 
que  en  Castilla  sin  inconveniente  alguno. 
-  .^^  ^??y$í«K5loc^4QS  bata^one^^^^^^  que.exlíí 

legjEs  Ye)c^^4  jqup^fodps  I9S  Príncipes  4e  Europa  se  sir-^ 

yS^  á¿í%f  a :  «w.  ^]^^^?^'^^^  ^  cantidad  discreta^ 
jpe¿o  la  Empana  es  preciso  que  sea  más  indulgente ,  por^ 
que  tiene  en  su  tanto  m^ nos  vasallo^  ^  y  potque  los  soU 
<^í^^«i%t»^^^^  fi?tji«cio¿,    ,     , 

..2  ^  '  VoK 


'  ^  Vot  istas  razóndi  tnt  parecía  qáe  las  qüátentá  y  un' 
íbátallones^  que  faltan  para  poner  el  exé^Hito  sobíte  el  pte^ 
qiíe  se  propone  ^  se  levantasen  en  esta  forma :  nueVé'Est-^ 
panoles  veteranos  V'doi ^áe  iniUcias  én  GastiHa:  <ilé¿  de 
hs.  mismas ,  y  Fuleros  '  de  Montaña  eh  la '  cbi^óha  de 
Aragón  i  y  los  veintotestantesde  exirángerosCatólicM^ 
dctodas  naciones*  -'        'i   '  <  ^  -  •  '    •* 

'No  llalla  ine6üvéi!ti¿ht¿  ¿h  (táedáác  íad^ó  sé  K:»-^ 
gan  los  batallones  de  MAichisy^ués  eháui  líá!stfá''5íe  ¿^ 
taran  I  y  en  Cataluña  se  alegtarinf  dt  que  s¿  fbrmen'  los 
quatro  de  Ftisileros  de  Montaña' i  conro  lo  ha  repré*^ 
sentado  su  Capitaoí  general  ,  'y  qué  setáh  Játiliesipa4^ 

'  Para  levantar  fostiueve  Espáñ&ll»  vetérifM^í'e»^^ 
ctsó '  que  preceda  ifeemptaio  dt  las  c^mpafliáí  /-  <|Uer  etf  < 
iM  existemesise  reformaron  $  y  executádo  estoy  evaeudr' 
la  otiTo,  uno  á  utio .  haciendo  los  ttr^eYos  bataliofaes  '^ 
los  regimientos  afas  ¡Mn^dv  >  pata^úétd»  elGii»'ée%eifUtafi 
^Igttrios  Oficiales ;  y  eseüietv  eitk¿6ií Jiüáy olÉeá¿ ' :-  ^ "  ^ 

-  OLagnñde  obtaíés  ;tevancat  Veinte  «baíánóhef^e»-^ 
jlhingenosv a^gutratidosoficiéntes  t^iutas  piM^  'immeb^- 
iret-éoBipletos^'iestds'cbfhD  los'qtté'txisténij  perqué  sln^ 
jcéta'Miri^hMaiicra:  scf ta  jgáiftat  dinéfó  ¿ti  riiañMiié^  Oft-^{ 
fiales  (que  sobran  en  España)  sin  soldados,  que  séiv'ttt^ 
ijafc'ífc.'nedesttan;     "'  ■   ••"•"-'-  -'-'  -  •••'' '  ■  ^■~''  ■    ''- 

'    £1  r«günIknto  de*  Guardias  Walonás  no  défbOl  iréh«fP 
soldado  qtielio  ^e^^ -fláttióndo  t  y  el'qiie  '^e^cIbnipUiW^ 
|9fo^;á|nÚíkétóh'tdn^ftfíiá^4l'^é^v)clí>«d<í  Vi'^     ^^^  ■ 
niismo  reigimiento ;  peto  há  años  que  se  les  perfuiit  ad><^  • 

aiiif  Aleibáútí^  tPiáüáeS-f  éón  ttfya -¿tal:i^lés'«9  fá- 

cil-'lS' teeliits. ' '  -   ,'•■>  ci.i.-'i'i"' ',  o    '••••     I'':  (.1  •!.".>  r.'j-' ..I 

'  l^aráilos  ótid» cuerpos  ett'rati/¿ctoS'i^'rra'e<^fo"gMléu 
zandQ  ^ta  no  solo  paxa  ponexlos  sobre  el  pie  de  ''-^^^^ 


qup'unian  antes^dc  UxdTorma:^  sino  que  se  pueJet  cs-1 
perar  so(>fe  ,  :para  ir  leyao  cando  algunos  batallones. 

.vejóte  .t;>f^allpne&  estrangc^os  que.  se;  pcjVpoocn  {  pero  yo 
t^q  lo  cpncibio  asi  •  .y  la  ira^n  es  *  que  el  habet  mas  ó 
menos  reclutas ,  depende  del  accidente,! .  y  de  que  lo9k, 

C%««:a|6Hf«>Vij?Cí»á,gfiándj|$<qa^. costa,    ■.:.;•.. 
e(,f  Vos  estos  tüQtlyo^ ,.  y  ,por«}ue,el  edjficw  con  cimicn-' 
tos i^é)filfiS[S^zit\iip/X  quandó  menos  se  ^ensa,  creeré  yo 

todos  estos  cuerpos  extranjeros « será  indispensable.gaaa|:. 
c««^i»)>;Í<JÁ«i-;á;#ig)»J)9fr^5Ígcépe$  P¿3P»íÁ<?S:4c  Aj^a- 
«<í*i.q»»e,  4en  la.ge?te  ttc^satUpara  formar,  y.  sos-, 
tifí^t,e^j  m^^ypr  .núine^p  ^le- bailones  de  aquella  nacioa 

qttP  #í4  .pqfii(t>i«í,  ,y.qHíi  esiítaiifi,  je  topeo  iiiedMasjwstaí, 

Esto  quf  jíTpppBgfi,  iOipraí^icaa  f^aiojía ,  IngUtctW; 

y.»|r%&.<;§r9.n5iíí»  y;  wa^bi^jn,  j^raipiqnaoyfirlp Jropoa.^  es-. 
taci  d^.áciifiPfo,,,^oiv  la  C;asa,idq  .Austria,,  ayudando  te, 
Ifi6Í%?^fft.T  3HSiM)»§rá><;ftp<gHs^p,,p?tj.au^y,  /^  tqi-. 
gafi€KQcpit9rt.,.Refft  ¿Mt.'pftr^.fl»^^i}i?t,,  Xii^JiWKMiPiáf».; 

El  asunto  de  plazas  es  de  suma  impoFiiíaQ<;¡a.>r,pprMl!»j 

%«.«?  qftfijo.>  Jf^ip^rij ,  <$W.e.P»eiie,l»ACfe^»jftwajSfe|o^ 
«fea  f  ja  í^sp^í^»  V.c?»  ?SftlQ;iPW!>^ib*Cfl^,jí»fií^«fe 

-¿.l^teiet^o^eyoiifiew  ^la^^x^pi^ji  «cbp.pIa^PIS'rsI^: 
tuadas  en  las  gargantas  ó  avenidas  capaces  .de  .defc^ii^) 
«ft«^«05«/f*fFcj.íp  .fypag^  hYiiY'.t:>^rAm<mi^^^' 


_  .1 


«7t 

'  ÍM  Oifítiíñú.  Gcherales  c  lo^tti^w  principales  de 

ella  I  han  reprcsentade  esto  sepetidamence,  formaader 
pcoyedos^  y  cUmaDdo.porqtu  se  demuelan  las  que  ó  ndt 
sicveOf  4neccshaft.pa.Ta^u4e&nia:exa6Siir4sgttaciiicionei{ 
(por  exemplo  Gerona) »  y  se  coloquéis  oteas  ea  paiage^ 
jreQCa)éso&     '  -^ 

. .  Todos  los  soberanos  construyen  eu  sus  fronteras  lat 
plazas  que  tes  conviene  t  y  así  lOihan  hecho  la  franela » ¡p. 
el  Rey  de  Cerdeña ,  y  lo  están  haciendo  prosentemcnte^ 
por  lo  qiie  no  se  extrañará,  que  V.  M.  executé  lo  nusmo, 
mayormente  qúando  debiendo  fortificarse  el  Ferrol  i  y| 
Cartagena  por  sus  Arsenales ,  y  otros  puertos  de  mar^ 
se  puede  mandar  todo  á  un  tiempo ,  coma  pravidonci» 
generaL    *  •  '    • 

En  la  Marina  no  se  ha  adelantado  t^nto  e0moV.^Ma 
desea ;  pero  no  obstante  se  ha  continuado  el  Arsenal  de  U 
Carraca  ^  y  se  está  trabajiando  con  la  adlvidad  posiblo 
en  los  i  nuevos  del  ferrpl  y.  Cartagena  que  V^  iMU.  hai 
aprobado  t  y  mandado  se  construyala,  no  dudando  los? 
inteligentes  que  serán  perfefkos ,  porque  se  ha  copiado  Iq 
mejor  de  Europa ,  y  excluido  lo  maio  deellos. 

Para  la  fábrica  de  los  sesenta  navios  que  se  proyeda^ 
hay  ya  mucha  parte  4e  la  madera;  eo. el  Ferrol ,  Cadífl 
y  Cartagena ,  y  se  está  condudcndoj  la  restante ,  y  ai* 
gnna;  ppra  ^veinte  y  quatrop  fcagatas  -menores  ^  ique  tam^» 
bien  se  ha  cortado ,  debiendo  estar«el  todo  en  los  Arsot 
nales  en eláiki de  i^$ Zi 

Son  tres  los  constmdores.que  han  ^nidi0  de  Ingla^ 
tcrca^  porque  en  España  no  los. habla  ^  y  adualfneht^ 
fUbricanl  qoauo  navios  ^  una  fragata  y.y  cm,*  paquebote 
que  se  han  de  probar  en  el  mar  por  Oficiales /experto% 
para  que  concurriendo  después  en  la  Coíte  xon  ios  cons^ 
CPii£|prest|(Se  examine  k)  que  hayan  observadir^^  y.  se  xen 
gle  de  una  vez.nuoitsa  Maripa, .  ^  v  .i :. 
JZMm.X¿Zi;  Mm  Aq«i 


*74 

Antes  de  esto  estarán  perfecciohadas  las  gradad  pá- 

ra  fabricar  sobre  ellas  á  oh'  mismo  tiempo  yekitc  navios* 

de  linea.,  para  lo  qual  están  ya  curadas.,  y  preparada^ 

los  maderas ,  y  á  ios  diez  meses  de  pacatas  las  quillas  se 

fK>4ránbouralagaa.,  •-  ,.....(..  ' 

Igualmente  se  lian  traído  de  fuera  maestros  liábilet 
para  las  fabricas  de  xarcias ,  lona  y  otras ,  porque  es 
iQcne^cer  confesar  que  la  Marina  qué  ha.  habido  hastSa^ 
aquí  tu  sido  de  apariencia  >  pues  no, ha  tenido  arsenales, 
(q  le  es  el  fundameótu)  órdenansus ,  método,  ni  discipU* 
na ,  puüendo  V«  M.  crease  autor  original  de  la*  que^ 
hay  y  habrá,  porque  es  enteramemé  aae\ra  en  ci  todo,  f 
en-  sus  partf  &r       -  t '  ,       '      ;  .  .  .  i  .       . 

De  quantos  materiales  y  pertrechos  necesitan  arse* 
Bates  y  baxeks,  solo  no  hay  en.  los  dominids  de  V.  h/L 
palos  para  su  arboladura,  porque  aunque  se  crian  en 
Cataluaa  y  montes  de  Seguirá ,  no  son  de  aquella  segu<^ 
ridád  y  duración  que  conviene  ^  por  lo  que  se  recurre 
por  ellos  al  Báltico ,  cooio  lo  hacen  lafJbancia  y  la  loi» 
glatérrá^  ^   .. 

A  su  tiempo  será  menester  crear  Oficiales  $  pero  co- 
mó  será  por  partes ,  dará  por  ahora  los  suficientes  la 
compañía  de  Guacdus  .Marinas  %  y  para  lo  sucesivo  scf 
f  á  necesario  formar  otras ,  como  /también ,  aumentar » la 
tropa,  que  no  faltará  gente,  porque  se  observa ^ne  ha]| 
pasión  por  la  marina.         *  . 

£1  escollo  que  hay  que  vencer  es.ol  de  la  Miurina,  por^ 
qtíe  es  oéctd  ¿1  cprncrtio  fbdivo^dc  mac  ^qne  hace  4a:  £s-^ 
paña.^  y  con  la$  ultiotas  guctrasiiSf  desoruyenm  l9r.g]:c^ 
mio&'df  li|  pesa  ,.qitc¡daiiido. rara reteharoxdoii  de  ttaHi^ 
porte»  pero  de  tíos  ó  tees  años  Ji  esu  ipjatfe ,  d  n^yot 
€i  niimcracle  navios  pauiciU^res  que  ytzn^i  la  Amerka{ 
«Igunaf  efidl«taá<>oes,i;  f xayiqa.  é  Inglaícf ra?,  ,}fia  peso» 
se  ha  fomentado  en  varias. ^ro\(ibcM^;«.i  ^w  .r'-j  -.  -^ ^ 
•ííA  ^     mil       ^  AU)l.t^v>^* 


«7f: 

BsüLi  pjMVíáencUs  non  h%  de  pagar  ptintiíatmcntc, 
socorrer  las  fítmilias  de  los^que  se  embarcan^  y  tratar  bien 
á  ios  extrang^ros.qué  acuden  »  prodacen  ya  sas  efedosj, 
pues  anted  no  babiá  (narkieros  eiilos  na  vios-i  qitc  fio  fueil 
sen  por  fuerza,  y  hoy  l^y  muchos  voluntarios.      '      ;* 

No  es  pot  esto  mi  ánimo  afirmar ,  que'  no  habría  en 
Espanar  suficientes  marineros  para  tripular  sesenta  nii<¿ 
yios  de  linea  y  y  demás  embarcaciones  meqoí^s  que  $¿ 
proponen;  pero  «í  insinuaré  que  dfi  Ibs  mismos  medios 
^ue  Francia  >  Inglaterra^  y  Hotindai  se  valen  ,  debe  ka^ 
cerlp  V.  M«  para  crear  un  cuerpo  de  marinería ,  que  sd 
emplee  en  ei  comercio  y '  en  la  armada  ^  lo  qual  se 
conseguirá- si  se  siguen  -las  reglas  que  se  v^in  cstabM 
'ciendoé  '•''--''■_.>.'  •  *  -  ■     -' '    , '  i 

Con^t  exórcko  y  armada  que  se  propinen  f  y  trdn« 
ta  millones  de  pesos  de  repuesto,  dudo  que  haya  hotii* 
bre  instruido  en  los  intereses  de  Príncipes  ^  que  nieguó 
podrá  V.  M.  ser  el  arbitro  de  la  pax^  y  de  la*  guerra 
entre  Francia  ¿  Inglaterra »  y  aún  de  Europa  y  y  paes4ia 
so  puedeii*  preparar  rías  atmas  tan  prontamimqf,  tganestf 
tiempo  en  hacer  el  repuesto  referido ;  porque  solo  (aí 
noticia  de  que  le  hay  causara  respeto^  *  y  co:itribuIrá 
i  la  tranquilidad  que  se  desea  para  aprovecharse  di 


*f  / 1« '• 


.<"  Toca  laquí  probar  la  própo^n;de<  que  sin-  empeñarff 
el  real  erario ,  ni  gravar  mas  los  vasallos ,  puede  haber 
fondos- pjir%  la  subsistencia  del  aumento  de  fuerzas  d^ 
tierra  y  mar ,  que  se  ha  proycftada  Hp  expres^do^  q^c 
con  el  áólaál'prodú¿to  de  la  real'  Hacienda ,  se  pueden 
sostcyier  sin  escasez  las  presentes  obligaciones  de  la  Mo- 
narquía ,  y  ahora  debo  presuponer  que  serán  precisas 
seis  añospara  perfeccionar  la  Marina  ,  formar  los  veinte 
batallones  extrangeros  ,  asegurando  reclutas  para  ellos^ 
y  io$  deqaS|  y  £oiier  60  estado  las  plazas. 


\M^    m. 


#%•« 


$7^ 
.    ^     Cons^iilente  i  esto  es,  que  pan  cultivar  1%  real  H^ 

^     «ienda »  hay^  los  mismos  seis  añps »  tiempQ  suficicmt 

^mo  sea.de  paas,  para  cogu  el  frju{oqii«  podrán  dar  df 

9Í  Jas  prQvfdeciCias  ^  que  apumacc  algo  wm  en  el  capiruJo 

.que  tratará  de  ellas^ 

Con  diez  y  nueve  millones  de  escudos  el  cxcrclto^ 
seis  la  marina »  y  nueve  las  demás  obligaciones  ,  habri 
1p  suficiente  paca  que  se  mantengan  regularmente.  Con^ 
pone  el  todo  tceinu  y  quatro  millones^  y  ahoya  d  ciar 
lio  de  España  da  como  veinte  y  siete ,  can, que  viepeo  á 
fiUtar  siete.  ... 

£stos  en  mi  concepto  9  ^n  penosa  fiítiga ,  como  ha? 
y^  paz  Jos  puede  aumentar  la  real^  Hacienda  ,  estahie? 
cicndose  la  única  contribución » en  que  se  está  trabajaor 
dp ;  eaJa  mayor  población  que:  puede  tener  ^d  rey  nos 
y  por  conscqíkencia  mas  contribuyentes :  en  el  mayor 
yalor  que  puede  darse  i  la  renta. del  tabaco »  como  se 
rOQSeguirá ^  siendo  .el  genero  buetio  .y  abundantie.:  eu 
mas  consumo  de  sal :  en  el  cpmercio  de  manufa&ucas  y 
frutos  t  y  en  la  redención  de  juros » ;  y  desempeñas  de 
alcabalas,  ^ 

Llevo  referido  que  el  caudal  de  Indias  se  regula  ea 
ttes  ó  quatro  i¡nillones  de  escudos  de  vellón  al  año  ^  y 
que  yo  no  le  baxaba  de  seis.  Ahora  diré ,  que  según  lo 
que  he  observado  1  y  noticias  que  he  adquirklo»  mas 
feien  defenderé  la  opinión ,  de  que  d  produfto  de  Indias 
f  uede  exceder  de  doce  millones  de  escudos »  que  la  de 
IQue  no  puede  llegar  á  ellos.  .  p  ,       .  . 

i  £ste  fondo  pox  mi  voto  seria  destinado  la  mitad  pa- 
ta riedencion  de  juros »  y  desempeño  de  alcabalas  f.  cu^ 
yos  réditos  darán  aumento  al  erarios  y  la  otra  mitad 
para  hacer  el  repuesto  de  trcinu  millones  de  pesos  que 
|ie  indicado. ,  .  . 

k  Deberá  estar  seguro  y  j^osao  csie  fondo  jaa  .usaf 


4t  eiif*  peiécn  Í»oiriiiikttC0Comiim^(kiitM'iid^fó^ 
para  auxiliar  la  economía  ea  la  recaudación ,  y  distf  i^ 
^ucloo  de  la.real  Uadeoda^^para  que^ayudarido y  pro- 
IpoviendOi  Jés  comerciafices  rasaltor/  rihcb^  íilgtfiw>s  ifr 
terescs^  para  que  úa  peodida  oi  ganaodar  se^pMmiKrratt 
las  oíanafadfaiíasA  ' '  .^^  -  '  'i¡^  c!   .-.      -  //  •■ 

No  he  hablado  de  la  satisfaccÜMide  deudas  de^  Itík 
leynados.antaiores^,  y  no  ha  müo  p^r  olvidó,  siiio^pQP- 
que  es  pumo  que  locará  ios^ Teólogos  el  dccitk^,  eiitera- 
4éos  puntualmemo  del  estado  fie  la^MoM^tfía»  de  Ük 
fuerzas  que  necesita  para  su  conservación  cdrt'  utilidad 
cofDun,  y  calidades  de  las  nusmas  deudas  $  pero  sean  dd 
di^men  que  fuesen*;  es  uiuy  posible^  que  la  diferencia 
de^V.  M«  á  el  np  aUere  en  parto  sufcst^ocial  ^;^tar)&qtie 
lie  explicado^  *     .-"^  •       r,  -^^  V  •-  -    ,,  ...>  ":...   '.  x/i 

Según  la  ¡dea  que  me  he  propuesto  para  «xtendQr 
«íta  reprtsetítacioA ,  ahora  iclevitkié^áaá'áha  cota));>rehen« 
don  de  V«  M»  lo; que  yo  úmiisndo^e^'piiteS''principÍilla 
dexAos  reynos  y  y  deiosdt^fodlas^/ 4)iie  ireiqfttiereii  ^4 
tKprcido  de  láiibldursa  «U^V.' j^u  )ja«á:queriesr4MecÍefli» 
dose  con  justicia  el  gobicfM»  ydrdeii/que  bien  examina 
db  todo  resolviereV.  M.  ^  se  verifique  mas  prómamente^ 
q|ue  Dios^  ha  destinado  á>V;.M;  para>^rMtabtectfr:la  <j^ 
toficiá  ^  ydl  am{gú««expkod¿r  d«l4tiiátadAiito^  I«^^ei3» 

No  me  dilatare^  en  los  puittiA  qde  ht  de'tociir^][N>k'  A% 
ser  molesto  |  y  porque  par^^  ello  sería  mtnesteír^  tener tób 
4^erido^  emioda»  sus  partes  |4*tírya<¿bi?a  yo  rtú  sfby  taiu 
paz:  de  d«$empe&faf4a  ^ipttO'  nó[  ^ixiúi&i^'fótvAtipíí^ 
yefto8^4d64ada  und'delos  ^ue  V.  M*<  aprueba  ;^^{9?'ii(- 
dose  de  personas  que  lo  entiendan ,  y  copiando  lo'  qtffe 
cbii  suceso  pra£fcicarotl  otrois  •  réyriOS  -  bien  góberiiados^ 
jMiiCono^elloi ce£iaffoiy de^ la  fi^j^afia^  quaod<x Mtaba ^ 

•'ji  su 


/ 


\ 


^aiaque  ^scecxénu».;   ..  ..^  . 

.^ ..;  ^V que  Vé  Mc>G9tá' ¿Cicada. á  emplear  sa  caiólico 

4al(K9ar^ í que  eli tsifdQ.  ;eclfsi¿a¡ieb>  eo «su  disaiplioa  ^  |f 

iAmqií»  ff3M(|»AatíUs;á  l^i^  sea  ;d.  que:d^ 

do  y.  M.  en  lo  que  depende  del  Papa  las  auxilios  necesa? 

ri0S|  y  siendosu  iieat  áalAo  en  lo  que  le  toca  aplícac 

.iQpoimDo  remedio  áiibttsos  y  relajaciones. 

-i.j  A  ,vi$ta  4e.  e9te;  Mtecedente.  ooan^  oxfBudere  cp 

{jisuoibo  que  e9  itan '  grave  y*  ddicado ,  como  agano  4e  oá 

iprofesi^n  i  .peco  uo  pbstanto  hate  memoria  á  V.  AL  de 

iqve  perjudicar  mucho  al  estado  d  excesivo  número  que 

>b9.y. 4e  S^^gu^arcs »  y  aún  deQecigosi  .y  que  los  .Con^ 

5UíHos  pt^riffiífx^  y  los  I^apas  encarganvi  ique.  pdra  /que 

haya  mas  Religiosos  y  Religiosas,  ka  ya  monos  Fcayltf^ 

^'M.PQJíiS-1'.'l    o;  •.  •  :  •■!•;/..'  .  .•  j-  y  ,.  .'.i   '     •       .     -      ¡ 

-c .  ?Pf  Balas  4^  »|i  iáantidad.debfsn.de.  pagar-  todos  los 
JÍhsl^U^tl'^/^s^bshliait  d:esou$ad0,^;y>tqi<diee  ^  mie^ 
J«eMWftf»esi  iUi^s,CA(itrJt>ui3ioflies  sl-s^  eaig^esetiisegojí 

^i9gatíiaQ  4uRtis«io,qiteiloi  «asaUás  scfglares.  ^  .    .« 

,v;    £(t<^am|C|ueiCQi)  aüeQso  del  Papá^  es'muy  propio  d« 
4i^m89l49L4fl«/yi.  M^  tít^permitislp  jifNrataiDbieoTio 
^itii^  Cff»í«<fl9SÍf»l¿iQdüí^JK^)C9«Yefi8««  ilM:]^^ 
ticos  á  satisfacer  la  quota  equitativa  ,  que  acuerde  ipfLCt 

Ayu4a&.  é.^^oscQoer^jlAs  cargas^  dd  estado  » 'ba  que  .ellos 
^qn  tiñ  ii^iercsadp»  9  y  del  i  modp^ide^ .  execu^arlo  puede 
Jíc$u^^  l^ipio^Pi J^«Q^Ío  .parf  4o.  prescotf  y>fttcu|fOi 
^^^fr.  xísfi, :  c?»mE^i|  4i$putaa  95.fi^estíoiie^  ^t  que  eimba* 
Jü^sa^/c^  tieg)b|«o.  ^.rf  .Wionf^tOolQsiuiheca  d«  unds.y 

, .  Ai  establ^cif»Iento;éel  tfiWoal  de  tnquisiciojí  atri*f 
k»lliQ::^^¡lk^¡Y  l^ftii^ttiselPMUtGfiqía  «ftitcaota^pw 


taz  en  £^St  f,  y  así  soy  ác  di£tí[iiieii  ^^l^e  este  tribus 
nal  lo  mantenga  y  sostenga  V.'hLcoi^  todx  sa  autor  i* 

dad ipesó JbaxD im lúnitcsdc  ^^ii|stiuicion» ^ : .  i 

£s  la  hacienda  un  golfo  en  que  con  ella  han 
gado  los  fliasiia^iis  M|n|sarbsfi  ^rqat  peümas^ 
que  hayan  &idóV  iun¿UQO.ba  descubiep»  «el  secreto  db 
pagar  quatro  con  tres^  y  el  que  se  faa^4exado  lisoogeár  dt 
esta  vanidad.^  jBí^\úo^hk  hecha CQa^qti^tiú'iOi.qiie:^iá 

.  Lá  ambifioa  de  mandos^  y  hoDoi;i^  ^ '  ds  ^k¡^  m^ay 
general,  y  el  masi disimulado ,  Í)otqu&es  elqoe^pcVmic^ 
mas  coloridos  de.fiilsas, virtudes.  _  .     .  .u 

'  £n  mi  condcpia  ha  grocedido^de  e^p  üdossxyat  dsft» 
ideJa  hacienda>i  .pucsjpor/mVnsenemof^dois  láinistscte 
unos  por  solo  las  personas :  otros  poCifldiiái}tstisiis::£u 
miiiai :  otros  por  saciar lAá  codicia ;  y  otros  .por  todos 
tres  motivos »  nohemps  hedip  presente  ¿á  l^s  .urgencias 
€l  yesdaikroTfisi:adQisie.to.hadQndbt«oii/ifi  irdrdad  <jhniif 
tianay  ptopii(.  áú  miKstsa  -obligadoiiv^  saqa  ,á.*hingéón 
Tbz.  deseóipemda^i^:  .affi^garnt^i  lá  rpqse^oh.ibir  ití^ 

niStCtiOu  .  í.'    .  ■     '.  ^  .''.'.'.  '.         ''  j\    ^».        ..,  \.  i   ^.  [i 

.No  se.  informa  a\  Mxinatca  de  ;la  Vordad  j.  y ^  sr .  oye 
ÍMqu^QM0i]erite^iiCimanc$adit.ooqüht^ 
da,  alcanza  para  todo (aitenqafitt>süia liada  ingra)^^qui¿irpB 
^:^n»pci»cif».  fáas  Yalída'|;':pQrÍ:)i|n'ei  cocimaaso  -ÚA  afli* 
get;!  áoioio  'del  Monarca  con  esqpccica/tnelaiKc^icas»  IaA 
«femigbs  dtl  Ministerio  se  .^je3)gatn  de  el  por  .6sce:medi9 
yrlM^uciá^SDtJiiSiijCfdciie^iofrecciLló  qqs  pa  pnpdnil 

f^}. '  jfii  Muliatcaí  cotí /estos.  aáDecédentoá  f(  y  el^desboifM» 
ésmüMU  instruido. d¿>t(iiHas.patte&>flnQrcaMcas;de*quV  sie 
compobc  Ji^  hackfifi4^.  y  ski. vdbtñbucÜDñ , osi  dbfcrminfL 
«QKf bercüf  fl(^i;a\  MitÜstítf  Vdc.ctíQMát  tafitamonte^fai! 

fuultad  dq  empeñarla  ó  venderla  i  y.  ^^^*  ia^nndaifc 


>l  * 


Hsnthi  dtrá  titieiiaceÍbr:áiistilo7<^  yo  me  ntHiA  en  ifu 
iüogunaáalla^ia  f&oáíz  filosofal^  y  no  paede  haber  cco« 
nomiá  donde  no  ^y  pága^  pmicual^  sino  desorden  sobre 

*       r    '  .-••',■.  '  í  '        •    *  •     J     •         ■  ..  • 

Las  resttliiM  de  fsstoi  malc»  i  qué  encadenábaos  viebe; 
de  dos  bcg)»  siglos  agesta  parce ^  han  sido  grabar  la  co* 
ffona  con  los  juros.  ^  con  la  enagenaclon  de  alcabalas ,  con 
laJdcotra6aUla|as^ycan^el  ¿tedtco  de  qne  schan  aprove^ 
chado  las  naciones  para  imponer  leyes  en  nuestro  comer» 
cio^i  que  ae  ha  seguido  la -pobreza  y  ía  despoblación. 

Presentemente  se  halla  la  Monarquía  en  muydtfe^^ 
rente  estado  como  he  expresado ,  y  de  la  relación  au* 
cierb  ||i\consta  ^qn&es  mas  lo  qfie  se  ha  incorporado  de 
fiBa:en  iná  rietaipo^  pero  V«  AL  no  tiene  reglada  con  soli^ 
4cz<sii real Hteicndai^'  *.  <  :  •  .  ^ 
?'.  Yo  vfne  del  exército  al  Ministerio  á^  ella «  sin  én^ 
tender  una  palabra  de  lo  que- era  |  y  en  ocho  años  cornil 
friidos  qub'ha  qheesToy  ¿ sit  ¿sdiett y  solamemet he^ po*» 
dséq  sabeoí  i{ue  esdnñnl^nience  Mas  lb>  qiii;'  ignoro  di 
<ísiá  máterlaH^^quip  kiqil6.;hs^afnnd¡4a^j0o<pbsrantede 
liaberme  fixado  desde  el  principio  en  la  máxima  de  que 
sin:  fondo  qrá  inútil '^nántoi  trabajase  en 'Gnem  y  Ma« 
«iná.  ^éa  lencas  j^irfependen<^s;4MÍn4|a:sito  «I 

cpliafciía(n  qné  eoila «fe^iacienda)  i('^  fiíi-;  'u^>». ,  * 
-I  He  ^expuesto  iquq^.los  auiáentos'ifaidos  al  ctnrio^ 
htn  sido  por  la  fortuna  de  haber  tíicomrado  sugetof 
qtie«e  hayan  ayudado  con  integridad  e'Ühtetigenciai 
hojqnqles'^qnsuloisani  machos, jpotqoe  dfe¿loíi{btteh4f 
siempre  hay  poco ,  si  me  hubiesen  faltado ,  y  eai  mf^v» 
mQt>Zc:Dios'{  y^  to&kUdadidcFTttsaHo,  habrla^iuiUlcado 
é  V»  M.  que  me  exonerase  del  gobierno  de  lá  UncleKh 
fátz .  que  no ,  foese  en .  decadencia ,  comoi  sKlcoderá  en 
ania  manos  I  si  casecicxe  de  ^{mOááts  ^í  y^tkoljfüi'At^t» 


El  decreto  de  V.  M*  cortando  ü  Ministerio  de  Ha-i 
cienda  la  facultad  de  pagar  créditos  atrasados ,  es  digno 
del  mayor  aplausp,  pues  me  consta  que  de  día»  ^^e  ha 

ahusado  ipaudítapafnic.  /    .  ^ .  ,  r.r  ¡;.  ; : 

.  XfO  j»?t9  íiu«,es  se  lee  en  el  ^  puesr  V.  M.:  manda  que 
pague  todo  lo  que  corresponde  á  su  reyjiado. ,  y  señala 
fondos  para  ir  »a(isCacieodP.^rqdUos  de  los  anteriores,  y 
el  injus^ .  proceder  de  estos  ültimps  {lagos  se. deduce 
del  hecho  cierto  de  q>ie  np  pudicnd<^c  4?«gucar  Tc^lchj 
gos  y  Canonistas  del  modo  de  gradparlo§ ,  ii)al  Í;o  habr^r 
mos  podido  hacer  los  .Ministros  do  Jiacienda^  ^  ^ 

.Siempre, que  V.  jyi...gU5ta$p  >  yo  me  obUgírJjsi^  cpfi 

dos:  millones,  dfi^ciid9?.á  rcfOgiei-j  crírfitfiSjccdid^S  petr 
las  partes  voluntariamente  del  valor  de  seis,  ó  itni^^'jvy 
.pOr.lo<jue'h9  yisto>  y  enteijdidp,  mqgftop^í.h^.Wcogi- 
.do.en  Tespr^ía  Qeqeraj  que  .no  sp  poc  tod&  su  impoij- 

te,  en  que  es  preciso  que  haya  hatjide¿:oi|i«teo«Xí!§fiítt- 
dalosas  con  grave  perjuicio  del  reai  erario ,  y  de  los 
acreedores  de  justicia* 

No  hay  en  Europa  terreno  mas  seco  que  el  de  Es-^ 
paña ,  y  por  consequencia  están  expuestos  sus  naturales 
á  padecer  hambres  por  sus  malas  cosechas ,  ni  tampoco 
reyno  en  que  menos  se  haya  exercitado  el  arte  para 
ocurrir  á  la  precisión  de  socorrer  unas  Provincias  á  otras, 
evitando  la  extracción  de  dinero  á  dominios  extraños, 
pues  no  se  ha  procurado  que  sus  riossean  navegables  ea 
lo  posible,  que  haya  canales  para  regar  y  transportar,  y 
que  sus  caminos  sean  qual  deben  y  pueden  ser. 

Conozco  que  para  hacer  los  ríos  navegables,  y  ca- 
minos son  menester  muchos  años,  y  muchos  tesoros;  pe« 
ro,  señor,  lo  que  no  se  comienza  no  se  acaba  $  y  sí  el 
gran  Luis  XIV.®  prescribió  reglas  y  ordenanzas  quesi-» 
guió,  y  se  siguen  con  tan  feliz  suceso,  ¿por  que  no 
•/ÍI  ToM.  XIL  Nn  se 


se 


se  podrán  adaptar  i  y  prafticar  en  España  siendo  V,  M^ 
su  Rey? 

Los  montes ,  con  especialidad  los  apartados  de  la 
Marina,  están  abandonados,  y  su  fomento  conduce  ¿ 
qiie  haya  leña  y  carbón  ^  de  que  sé  carece.,  y  particular-, 
fñente  en  Madrid* 

Es  cierto  que  V.  WL  ha  dado  estrechas  ordenanzas 
para  vigilar  sobre  moÁtés  y  plantíos  s  pero  el  tk(k6  no 
corresponde  á  los  deseos  de  V«  M. ,.  ni  á  la  posibilidad  de 
tumplirlos  ,  potque*  todos  gritan  bien  fabuco  ,  y  los  mas 
con  sofisterías  ,  murmuraciones  ,  desidia  e  ignorancia, 
hacen  estudio  de  poner  de  mala  fé*  quanto  se  intenta, 
hq  obstante  de  haber  visto  su  utiHáad  en  lo  que  se  ha 
'éxectttado.  -  •  •   ^    "'  •      '^  ''*'■' 

NucrstfO^fior  guarde  la  importante  vida  de  V.  M. 
-pata  bien  del  fcstadó ,  y  aumento  de  la  Chrlstiandad»  £a 
*  Madrid  año  dü  1 7  |[i. 


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índice 


DE     L  OS    PÁPELE  S 


QUB    CONTIENEN 


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LOS     TOMOS     X.%     X.V  -.Y   .^IV 


HE    BSTA    OBKA. 


V.^ 


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tOMO     X^ 

X  res  Coronas  en  el  Ayre»  Conferencias  en  los  $spi^ 
dos  imaginarios ,  entre  k>s  Excelentísimos  Señores  ,C^r- 
dcnales  Rlcheliea ,  Mazarini  y  el  Protector  de  Iglaterra 
Oliverio  Cromueiy  sobre  ios  negocio^  del  otro  mundoi 
con  It:  nota  del  Editor ,  pag.  3.  . 

Discurso  Político  y  Económico  1  sobre  la  influencia 
de  los  gremios  &C|  con  la  nota:  del  editor  ^  pag.  iji,   _ 

Co^a  de  la  carta  que  el  Excelentísimo  Señor  Don 
Manuel  de  Roda^  dirigió  desde  Roma  á  Don  Juan  Mac« 
lin  9  paraia.edueacioü  de  sus  sobrirtos^i  4:on  l^.npia  d^ 
:ílditpr,pap.  >ay».  i    .     <    ,  1.    . ',    c 

Carta  de  los  Señores  Ministros  de  J^  Jurv^a  dje  Gof 
bierno/en  respuesta  de  la  del  Señor  Don  Juan  de  Aus- 
tria,  escrita  para  ellos  de  la  Torre  de  Lledo  en  3  ^de 
Noviembre  de  i66S^fífi^  U  que  los^exci^;^  %S^.}9  ^l^ 

Nn  a '  tan 


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tan  y  ayuden  a  la  expulsión  del  Padre  Everardo ,  Con. 
fesor  de  la  Reyha^nuQStra  señora ,  pag^  244. 

Memorial  que  dio  i  la  Reyna  nuestra  señora  un  va- 
sallo de  esta  corona  de  mucho  z^lo  y^  obligación ,  en  vis- 
ta de  £«  catta-lqüc  escriíxió\á  S.  <M.^1  Señor  Don  Juan 
de  Austria  desde  Consuegra  ,  á  21  de  Septiembre  de 
1 56 1 ,  la  que  se  halla  en  el  tomo  VI.^  de  este  periódico 
íol.  27.  pag,  lyo,  '      ^ 

Carta  en  que  se  discurren  algunas  materias  presca- 
tts\ ;  que  tocan  .alIIRey  y  Reyña^jnadre  nuestros  se- 
ñores ,  al  señor  Don  Juan  de  Austria  |  y  otros  Minis- 
tros, pag.  270.    ,  , 


TOMO    XI'' 

AlzÉefúlA  política  del  año  dé  í$Y9  sobre  el  gdbíer<* 
nd  ícfel  Señor  Don  Juan  de  Austria  ,  pag.  3. 
^  Abusos  que  se  con>eten  en  el  oíanejo  y  dirección  de 
todas  las  rentas  reales.  Universales  remedio^  para  que 
logre  el  erario  los  beneficios  que  hoy  le  faltan  >  y  la  Mo* 
hWquía  Española  toda  la  glMia  y  explendor  ^iie  flíiere- 
ce  ,'Con  la  nota  del  £ditot ;  (iag.  5j«  •.  - 

'  Nueva  reglamento  para  ti  adelantamionto  d¿  las 
f&bricas  ^ '.tanto  de  seda  coibo  dé  lana  >  que  escribió,  pa^^ 
hti  bftceílo  F^sentési  la  magl^t^cl  ^^el  Señor  Don  Car-^ 
los  liy  en  el  año  de  175^  Don  Nícolis •  Joaquib  dc^ 
Adame,''pág;8¿. ''¿'  '  "■  -'  "-  -'>  ^'  .'<  ^-  .  '^b  :. 

■Insttrúíccion  que  se  dio  al  Señor  Felipe  IV.^  sobre 
tníitcriás  de  gobierno  de  estos  rey  nos,  y  sus  egttgado^^ 
ron  li*nc(ta  dtlEditos'i  pag.  Í62.       v :' .  .    j 
'   '  r  Uní- 


'  Único  desengañó ,  y  per&do  remedio  de  los  menos  « 
cabos  de  la  corona  de  Castilla ,  y  general  alivio  de  to- 
dos sus  vasallos ,  dado  al  Señor  Rey  Don  Carlos  IL^. 
por  el  capitán  Don  Antonio  Somoza  y  Quiroga  año  de 
pt58o,  pag.  225.  -  .        ^ 

Carta  que  el  Señor  Felipe  V.^  escribió  en  San  Ilde- 
fonso en  14.de  Enero  de  1624  á  su  hijo  el  Príncipe  de 
Asturias  Don  Luis ;  con  la  respuesta  que  dio  su  Alteza^ 
y  la  nota  del  Editor ,  pag.  271. 


TO  MO    XI I."" 

JLnforme  reservado  que  hizo  á  S.  M»,  en  virtud  de  real 
orden  ,  Don  Miguel  Antonio  de  Gándara ,  sobre  un 
Maniñesto  del  Obispo  dé  Avila ,  relativo  á  varios  puntos 
del  Concordato ,  pag.  3  • 

Tratado  de  los  'Reyes  de  Granada  y  sii  origen ,  conv 
puesto  por  Hernando  del  Purgar,  Cronista  de  los  muy 
altos  y  esclarecidos  Señores  Reyes  Católicos  Don  Per* 
nando  y  Doña  Isabel ,  pag.  57. 

Conquista  del  reyno  de  Portugal ,  por  el  mejor  de- 
recho que  tenia  á  su  corona  entre  otros  pretendientes, 
por  muerte  del  Rey  Don  Sebastian  ,  el  Señor  Felipe  II«% 
siendo  Generalísimo  de  sus  armas  el  Duque  de  Alva, 
pag.  145. 

Díftámen  del  Maestro  Fray  Agustín  Rubio ,  Prior 
del  Convento  de  la  Pasión  de  Madrid  ,  respondiendo  á 
la  consulta  que  se  hizo  sobre  deudas  antiguas  de  la  real 
Hacienda,  pag.  i^i. 

Dic 


226 

Di6t&tncn  del  Mirqaes  de  Ift  Mina  y  sobre  la  refor- 
niacIoQ  del  exeicico  de  España  ea  la  retirada  de  Ita* 
lia  &Cy  pag.  2  2  2. 

Carta  del  Cardenal  Sandoval ,  Arzobispo  de  To^ 
ledo  y  á  la  magestad  de  Felipe  IV.^  sobre  la  conirv^ 
budo^  de  millones  del  esudo  Eclesiástico  ^  negán- 
dose á  venir  á  la  Corte  donde  estaba  llamado ,  pag. 
245. 

Representación  hecha  al  Señor  Don  Eernando 
el  VL^  por  su  Ministro  el  Marques  de  la  Ensenada^ 
proponiendo  medios  para  el  adelantamiento  déla  Mo* 
narquía ,  y  buen  gobierno  de;  eUa  ^  pag.  2  5o^ 


?IN  DEL  TQAÍQ  DUODÉCIMO. 


SEÑORES  QUE  HAN  SUBSCRITO  A  ESTA  OBRA 
después  de  impresa  la  primeca  lista» 

MADRID^ 

Señor  Don  Pedro  Moro* 
Señor  Don  Matias  Collado. 
Señor  Don  Gaspar  Haedo  Espinosa*: 
Señor  Don  Manuel  Ascargota. 
Señor  Don  Vicente  Alvares. 
Señor  Don  Joseph  de  la  Dehesa. 
Señor  Don  Diego  Tricio  y  Nagera. 

CIVDAD-RBAL, 
Señor  Don  Antonio  Muñoz  y  Teiaek 


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